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PRESENTADO A:
CAU BUCARAMANGA
JUNIO DE 2018
PREGUNTAS IMPORTANTES, PARA ASUNTOS DETERMINANTES
(ENSAYO)
Objetivos y planteamiento:
Póstumamente, nos hemos dado cuenta de que, este interés de algunos pseudo-
intelectuales por querer reconstruir a toda costa una imagen completamente
sustentada en datos más históricos (de preferencia extrabíblicos dado su sesgo
anticristiano) que teológicos, o relacionados con la más íntima realidad de Jesús
(su divinidad), no ha sido más que un malintencionado deseo por despojar al
Señor, según ellos, de los erróneos dogmatismos que en torno a Él se han
impuesto, cubriéndole con una estela de misticismo que, al final, degeneró en una
figura netamente mítica del Jesús verdadero.
Todo esto está bien, es necesario presentar esta realidad en contexto como
estado de la Cristología al día de hoy pues no lo podemos desconocer, es lo que
tenemos dada la inevitable impericia del análisis doctrinal cuando, dentro de la
Iglesia, abordamos de manera naciente alguna materia, pues no podemos
desconocer que el camino transitado dentro de este tratado, ha sido mucho más
agreste y acelerado en los últimos 240 años, si tenemos en cuenta que, durante
los 1.800 anteriores de cristiandad nunca se dudó mínimamente de que «…el
retrato evangélico de Jesús con todas sus estimaciones cristológicas se basaba
en un relato literal y fáctico de la vida de éste.» (Brown, 2002), por lo cual es
entendible que, dentro de la disertación cristológica más reciente, hayamos
trastabillado e invertido tiempo en cuestiones que, de mantenernos insistiendo en
ellas, se tornarían inútiles, como todos los desaciertos cometidos mencionados
anteriormente.
Toda esta descripción, con el fin de poder llegar a mi planteamiento. Como el título
bien expresa, deseo presentar argumentación razonable sobre lo que, basado en
el apartado sugerido para el desarrollo esta actividad, considero es realmente
oportuno, a lugar, significativo, productivo y digno de abordar en el estudio de una
de las materias más importantes -por no decir quizá que es la más- de la reflexión
teológica propia de nuestro tiempo.
Encuentro esta intención respaldada en el argumento del padre Aurelio Fernández
cuando afirmase que:
«… las razones que aducen los adversarios para negar su existencia real [de
Jesús] y contarle entre las fabulaciones son tan banales y tan faltas de rigor
científico, que al profesional de la teología […] le molesta interesarse por un falso
problema, cuando tiene por delante cuestiones de tanto interés a las que debe
prestar atención.» (Fernández, Jesucristo, el Hijo del Dios vivo, 2009).
Por tal motivo, –y es aquí donde comenzamos el razonamiento sobre aquello que
en realidad importa en el estudio de esta materia– siento que la Iglesia debe
recibir con total gratitud y beneplácito, el estudio cristológico desarrollado por el
cardenal Kasper, en tanto que aborda estas cuestiones con renovado aire y
espíritu, consciente de continuar con una línea de restauración cristológica al
notarse su intención de superar esta dañina visión en extremo separatista sobre
Cristo, reconociendo que ha de estudiar y exponer a la Persona de Jesús como
uno solo, reafirmando la validez espiritual e histórica de las Escrituras como fuente
más que legítima para lograr un estudio equilibrado entre: la existencia de
importantes aspectos biográficos, y la comprensión del propósito esencial de las
narraciones evangélicas, a saber, la misión que tenía el Señor de cumplir las
profecías del A. T., entendiendo su divinidad en la excepcionalidad de su
humanidad, y su humanidad como vehículo esencial para manifestar a los
hombres su divinidad, así como para hacer posibles los amorosos planes
salvíficos del Padre celestial para con nosotros sus hijos.
«Esto nuevo, […] inimaginable, inderivable y, sobre todo, no factible, que sólo Dios
puede dar y que en definitiva es Dios mismo, eso es lo que se quiere decir con el
concepto del reino de Dios. Se trata de la divinidad y señorío de Dios […]»
(Kasper, Historia y destino de Jesucristo, 2002). (Subrayado del estudiante,
letra cursiva del texto)
Podemos afirmar que, al ser tal la naturaleza del reino de Dios, conociendo
nosotros la cuestión sobre la binaturalidad de Cristo es, por tanto Él, la
manifestación misma del reino del Padre (Jn. 14:9), por lo cual no es este un tratado
que deba dedicarse a abordar asuntos meramente triviales, situaciones baladíes
y/o simples inquietudes menores, caprichos de algunos teólogos ocasionales.
Sabemos la veracidad de la existencia del Salvador, conocemos la autoridad de
las Escrituras como testimonio fehaciente de su vida y ministerio, fuimos
escogidos a centrar en Él nuestra piedad. Este es un asunto de suma seriedad.
«De modo que, en un sentido muy amplio, se entiende por pobres a los que
carecen de ayuda y de medios, los oprimidos, los desesperados, los despreciados,
aquellos de quienes se abusa y a quienes se maltrata. […] En ninguna parte se
encuentra un odio fundamental frente a los ricos, por los que es invitado y se hace
invitar. Al proclamar dichosos a los pobres, no se piensa en una clase social ni en
un programa de ese tipo. No hace de la pobreza una pretensión, que no es sino
codicia de signo contrario. Los pobres son más bien “los que no tienen nada que
esperar del mundo, pero lo esperan todo de Dios, los que no tienen más recursos
que en Dios, pero también se abandonan a Él”». (Kasper, Historia y destino de
Jesucristo, 2002 ).
Por todo esto, estoy seguro de que la Iglesia de Cristo está llamada a ser luz, a
traer paz, a restaurar, a ayudar a quien más lo necesita. Este ha sido el llamado
que nos ha hecho nuestro Señor y Maestro, y sería más natural que nuestras
búsquedas partan desde los mismos interrogantes, orientados hacia el propósito
mismo de nosotros como organismo viviente en cuanto cuerpo colegiado y activo
de nuestro Dios en esta tierra.
BIBLIOGRAFÍA
Fernández, A. (2009). Jesucristo, el Hijo del Dios vivo. En A. Fernández, Teología Dogmática (págs.
68 - 69). Madrid: BAC.
Fernández, A. (2009). Jesucristo, el Hijo del Dios vivo. En A. Fernández, Teología Dogmática (pág.
64). Madrid: BAC.
Fernández, A. (2009). Jesucristo, el Hijo del Dios vivo. En A. Fernández, Teología Dogmática (pág.
67). Madrid: BAC.
Kasper, W. (2002 ). Historia y destino de Jesucristo. En W. Kasper, Jesús, el Cristo (págs. 134 -135).
Salamanca : Ediciones Sígueme.
Kasper, W. (2002). Historia y destino de Jesucristo. En W. Kasper, Jesús, el Cristo (pág. 118).
Salamanca: Ediciones Sígueme.