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Je /l1c Carta a Alfonso Reyes sobre la estilística 79

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que, a su vez, se apoya como yo en las doctrinas de Karl Voss-
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en pc-e·..;>,C, , '-c_j~";"1

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ler: "Ha de haber, pues, en el escritor una como armonía prees-
tablecida entre la expresión verbal y el todo de la obra, una
misteriosa correspondencia entre ambas. Nuestro sistema de
im'estigación se basa por entero en ese axioma,»
Quien se ponga a tal tarea necesita de antemano ser espe-
cialista en los valores expresivos del idioma correspondiente.
CARTA A ALFONSO REYES SOBRE LA ESTILtSTICA A esta disciplina especial dentro de la lingüística se le llama
también estilística, De manera que hay dos estilísticas, la una
previa de la otra. Apro\'echando la utilísima distinción de Saus-
sure entre langue er parole, que yo traduzco lengua y habla 1,
-, E

r"f 'u E

Tiene usted razón, quelido Alfonso, en no satisfacerse con


-sEZi'EYii,=a xE=¿É

? - = . ! : i : : c A i - 1
5 É : : :i li l: iá:ñ ; : ; "1: E; eÉ. ¿- i; i :?l ;i ü: i1 ;" :: ;, :E:
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i ¡ ¡ : ! \ = : 1 i,l : : i , É, i : : i ¡ l ; j
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e¡ j ! 12i r.i v v i , l É : É ¿ É 1 ; ; t ¿ E : " .


distinguimos entre una estilística de la lengua y una estilística

i É Z ZziiZ: i i:" c i ; s 8 2 " É E É E z a


l ¡ : É : E : , i ii iiil c i l É ; i ! É : E E
: ! i i : á €; ; : ¿ 4 ; 1 Y ; 1 ; : í l L r i :

mis indicaciones anteriores para una caracterización suficiente


a i EsZ€¿ cii: g E E € i . : ; ; i r i i á

J a L : del habla. De la estilistica de la lengua he procurado precisar


" ::

de la estilística. Y como un dcslind::unicnto sistemático con las


a Q*

el concepto en la Adn'rfc!1cia puesta al frente del tomo II de


otras clases de estudios literarios tampoco lo n, a encontrar 12, Coiecció¡¡ d" EswJios Estilísticos: se basa en el estudio de
! -Et +

usted en la literatura hasta ahora publicada sobre la materia, los eh~mentos afecti\-o~ en el lenguaje convencional de la comu-
va)' a intentar hacerlo por mi cuenta para usted. Bien enten-
^ !

i . ^ F . , 8 2

nidad (Charles Bal1y), o bien considera, no la significación lógi-


r . r: -F; =i ¡ -5 i : =

dido que en mi caracterización irá mezclado con 10 que es lo


¡ ii: . ¡ ;Éi i' =* ; i y - "Eú* o; :i =. :F; ¡

ñ o _ - -

ca, sino los "\',,,lores» en el lEnguaje común (Emil Winkler).


que debe ser; pero ¿no sucede lo mismo con todas las ciencias
o ., P E

Ambas fórmulas me resultan estrechas. Voy a aclararle a usted


del espíritu y, si se me apura, hasta con b5 ciencias de la natu. su sentido.
raleza? Si usted detiene su atención en lo que ¿cbe ser, podría En b pabbra hablada por el hombre puede usted conside-
usted llegar a la engañosa c()n:iusicín d(- qu<:' 13 est.ili~tica no rar dos aspecto~ p~ir.cip3Ies: la significación y la expresión,
es, hoy por hoy, más que un desidcr:ítum; pero si se para a
iz+:t-,?;ii::gɡ
s ¡ €! i g : : ¡ : ií ; i =

Sig~l1'f:cac:óil es la referencia intencional al objeto (un acto


í , . É : Pá: : ; 3 :! ; á i

, 1 . 1 Éj ! l I p + : : :
i a " Á e

recordar los estudios importante~ que :' a existen, aunque no


i , iit:.:2'¡:i:ti

logico\ La significación de la palabra sol es su referirse al


formen todavía multitud, y ~i interpreta uSTed el «debe-sen>
. , i ' ! r ¡ 3 e 1l ,i 3 i

objeto sol, al so!; la s~¡;niticación de la frase ya <;ale el sul es


como el necesario ide<.!l de perfección que cada disciplina cien. b referencia. intencional al hecho de salir ya el sol. La palabra
tífica se impone a sí misma, entonces convendremos en que o la frase son signos de esas realidades. Pero además de siglli-
l.~ estilística es una hermosa realidad.
:licar una realidad, esa frase en boca humana da a entender
Lo primero, por orden ele exposición, es que el nombre de o sli!2.Íerc Oiras cosas, y, ante todo. la \'lva y compleja realidad
ó ! : - o o , : o ^

estilística denuncia que se quiere llegar al conocimiento íntimo psíquica de donde sale De esa \-i\'a realidad psíquica la frase
de una obra literaria o de un creador de literatura por el estu- es ¡"¡¡dicio, no signo; la expresa, no la significa. Por ejemplo, "ya
dio de su estilo. El principio en que se basa es que a toda par-
ticularidad idiomútica en el estilo corresponde una particula. Fc'~::'J:l;:,¡;U
d., SaL:ss·.lfé, COlns lit' lillf,lli_ltic)uc g¿w'rak. Introducciúa

=_r:E
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!,: : ,t -,i E
17*
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ridad psíquica. Ya le addanto que una mera lista de particula. ~al,ltu!oS III y 1\' hago un r"'SUlll"'¡; ,,)1 el torno 1 dc' nu,,~tra CU!eCCiÓII
d r s I

ridades estilísticas no nos hace conocer y gozar la índole de d~ [<1:.:1;'): t:.,t,'i\l;co', p:igs. 95-96, Lota. ¡~Ilgua <;5 el conjuhto del malé'-
~i.J " su s',:~·rr.a ó, L1t~dlJn:m-.i"ntú éó ,'omo el juego del ajcdrc:z, di~tint()
- ri"

- i'2
una obra ni de un autor: los rasgos diferentes tienen que como
del u'" ::'5 ¿ama~, h,;b,,¡ ~s ~l lado inJl\"idu~,l '- ej"cuti\'o dd lengt.:ajc, con su

--á
poner una fisonomía. Para usar las palabras de Leo Spitzer, margen de libre origmal¡d:.d: e> ~o:-nLl ;.Ina p<lr~¡da determinada de ajedrez.

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Materi a y forma en poesía Carta a Alfons o Reyes sobre la estilísl ica

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sale el sol» puede indica r o sugeri r o expres ar la satisfa cción

iff
activo, lo fantást ico y lo valorati\"O. La estilíst ica de la lengua

t
',i1i:tliiliiillil*'¿,lti¡il
de una impaci encia, o la explos ión de un mome nto de gozo, se ocupa del estudio de estos conten idos pdquic os de las
for-

¿,:¡i
etcéter a. Dos frases pueden tener la misma signifi cación mas comun ales siempr e que sean indicad os o sugerid os,
con no
diferen tes valore s expres ivos: «mira lo que me ha dicho

i¡li*iiitj¡:iri¡
ese cuando son el objeto intenc ional de ':a signlfl caciún (por ejc:m-
bobo» y «mira 10 que me ha dicho el bobo ese~. Sólo con plo: la estilíst ica descub re la irritaC lón en la frase «mira lo
cam- que
biar el orden de palabr as se cristal iza de modo diferen me ha hecho el bobo ese», Y más e-xplosi\"<l en «el mente
te el cato
mome nto afectiv o; con el bobo ese hay más irritac ión, ese», etc., pero no se ocupar ía de ella si la frase fuera: «estoy
más
.agresi ón, más tensión . La frase es el anunci o de una experie
ÍiÍiiÉr
n- irritad o por lo que Fulano me ha hecho» ). Este conten ido

i
cia propia, y no por el me; podría igualm ente ser «Mira lo esti-
que lístico, diferen te del signific ati\"o, está no sólo en el vocabu

i
el bobo ese ha hecho a su herma no,,; siempr e el verdad lario
ero (bobo, badula que, idiota) , sino en todas las catego rías grama-

í
resorte vital sería reprod ucir ante nuestr o interlo cutor un ticales; compa re usted es lIlay hOl/rado y n la !wrlrad ez misma
mo-

i
mento nuestr o de asomb ro, admira ción, indign ación, regocij ;
o, en los género s: mujeró l/; en d núm':~-o: atrave sar los espaci

i
~n fin, una explos ión afectiv a provoc ada por
os
el decir o el hacer (pensa miento imagin ath'o, plurul elati\'o:l; en los tiempo s

i
de otro. Demos ahora un paso más en la consid eració n del ver-
valor bales: cada uno de nuestr os pretéri tos es un modo particu

;
lar
ií¡*;íiiiiiÉiÉijiii

sugest ivo o expres ivo (y no ahora signifi cativo) de una frase: de pensar el pasado ; en el ordm dé palabr as, etc.
ese anunci o de una experi encia psíqui ca propia , que tiene
por ,• ~k he t..::nido que extend er U;:l poco ."obre esta discipl

;
base la condu cta ajena, s'e puede hacer de mucho s modos ina,
, con querid o AlfonsO, para poder <:\bora :"<;'f hre\'(~: la estilíst ica, como

:
i
sendos valore s diferen tes; por ejemp lo: « ¿ sabes lo que ha dicho c:encia d.: los estilos li'¡érar ios, ¡ic'De CUInO ;l3.Se a esu otra
(hecho ) el bobo ese?» La diferen cia entre una y otra frase ,'sti-
es'tá lística que estudi a el lado afectiv o, actiü) imagin ati\"o y
valo-
ahora, más que en nada, en nuestr a maner a de obrar sobre
\ rati\'o de las formas de habl~lr fijad3.é> en el idioma . Lo primer

tliif'l
el o
oyente , no tanto en 10 que expres a elel que habla (acción que se requie re, pues, es una compe tencia técnica en el análisi
, no
tanto expres ión): con «sabes .. ,» se proyoc a una expect ativa;
I afectiv o, ac¡1\"0, imagin 3tivo y \"alorati\"o del lengua je.
s
I

con «mira ... » se solicit a directa mente una JI,ticip ación del asom- ¿Qué
hace y qué se propon e la estilíst ica con t:-'il prlépar ación? Atien-
j+ii:#i¡ijii
bro que causar á la noticia de 10 dicho o hecho. Un último ejem- de prcfer en:em entc a los ,'a;ore s poético~. de gestac ión ~' forma-
plo: «Ver una pelea, discus ión, disens ión, sin interve nir Jes (o constr ucti\'o s, o estruc turalés . o Lorbtituti\"().~; la "forma
en »
ella», tiene la misma signifi cación que "balco nearla» ; pero como un h3ccr dd espírit u creado r), en vez de los \'a10res
ima-

:
"his-
gjnativ amente son pensam ientos diferen tes. La fantasi a opera t6ricos , f¡:o~ó[¡cos, ideológ icos o sociule~ :¡kndi dos por la crítica
con ,{balco nearla» de un modo especia l, y ese modo particu tradici onal,), H3y C:1 el Quilo;; , pe:1s3mientcJs. idea,;, una profun
lar

i
riel pensam iento imagin ativo sirw de forma a una actitud -
psí- da compr ensión de la ,-ida. Esos pensam kntos bien podían

i
quica que tambié n se cristal iza con determ inacio nes especia ha-
les berse expues to en forma de trat3.do filosófico. pero entonc

:
(divert imient o, sentim iento de verse libre de una incom odidad es
no consti tuirían una creació n poética . Hay tambié n en el Quijot

iiiIIi;
(; peligro que le podía haber tocado y que sc tiene ante e
los un3. pintur2 . sodal que se podría h<lber expues to inform ativa-
ojos, etc.). En suma, ademá s de la signifi cación (refere mente; pero entonc es lo social no integra ría una de las
ncia más
intenc ional a la realida d signifi cada), las pa:abr as y frases grande s creacio nes poética s. La estilíst ica atiend e prefere
-com o formas comun ales de hablar , no me refiero todaví nte-
a a mente a lo que de creació n poética , tiene la obra estudi
¡nvent os estilísticos~ tienen un conten ido psíqui co i/¡dica ada,
do o a lo que de poder creado r tiene un poeta. Y como el placer
y no signifi cado, en el que podem os disting uir lo afecth; o, estétic o es el acomp añami ento específ ico de la creació n artís-
lo
~

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82 Materia y fOrl:1Q poesía 83

:
01 ~übre

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Carta a Alfonso Reyes ía ¿.>tilisrica

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= . . " : ¿ : t .
.- :í Í ¿" e: :: - .
tica, la estilística procura llegar a su objeto por los caminos

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í : - " : . 1 t " ai : - l , i : _ . -
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manifestación eficaz y en curso de esa privilegiada actividad

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r i ü ; l . ,Ei - = . J , " = \ ;
. i . = . - : 1 . : .
de la d~ljcja E'stética. La obra de arte puede y debe tener con te"

' : !
espiritual que llamamos creación podica.

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' - r ' t : ; " :i
nidos \'al¡oso~ por muchos moti\"os; pero :-oi es cora de arte,
t
Por supuesto que los contenidos mismos y su juego de cali·

i ' : ' . * .
una cosa k" será esencial: que nos caus.:: plac<;,r estético. La dades son también elemernos expn:si\"os, Por eso la estilística

i. !;
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críticn tradicionn! -!mbs sus clases- estudia nlL'tódican~e!lte lleceslla también est:udiar los pensamientos e ideas, pero consi-
esos contenidos y su \"alor; pero ¿no es también obligación de

,,_
derándolos como expresión de un "pensamiento» más hondo,
la ciencia de la litcTatura intentar el conocimiento metódico
.."

de naturaieza poética: una úsión intuicional del mundo que


de lo poaico en la obra literaria?
: r- !E ' _= .i -- ' " " ^ . , se cristaliza precisameme en est;l obr3 estudiada (o la que resul-
i ! : " ¿ ¡ , . '
" - r : : i l : '
, ,i 1 . . ¿ _ i : :

Eso es lo que intenta la estilística. Ante una estatua de már-


'-\- f i:I:.

- 7 \ : . . , u i2: "i ;i ;

ji¡l:5':
ta campear en toda la produ.:c:ón cid autor).
É ' -: r . ¿ : i .

; : - . , ;

i ! o : 7 t ., 1 ,
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: j : i

i - .
. i ' > t ; i t l )' ,- 1
- - , ' . - ' a ' : . 1
mol, el naturalista \-<;' el m~rmol como un \"alor en sí; el crítico ;\k dirá usted que de la ü."iÓn del mundo yn se ocupaba la
!;.:i:-::i

r . : . . ' : .

de arte \'e qué es ll! que con el mármol ha hecho el escultor crítica tradicional, cuando e! autor lo merecía. Muy justo; pero
La crítica tradicion~d h<l estudindo el mármol de bs creaciones por eso mi:.mo éste es un D'.len punto para deslindar caracte·

5 q - ! . - _
literarias un poco a lo natur<ltisra; a la disciplina más conse- rísticas: la crítica trJ.c.iuona: se interesa por la visión del mun·

= É : !
cuente, que quiere L'qudiarlo como forma () cre<lción artística, do dé un autor por su con~enido filosófico, religioso, social, mo-
b Ibm:ll1los e-stilíqica. ror e."o encara el estudio de cada obra, ral el'::, 10 e"encíal y peceliar de la estilística es que la ve
- ' .
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en cuanto creación podica, en ."us dos aspectos esenciales: t<t!Ebi~T1 como un~,_ cTe(.ciU)l poética, un ncto de construcción
.::

cómo está cOl!stituida, form~llb, hech3 lo mismo en su conjun- LL': baSe ;::,~;:étic;:¡. Construc;:ión poética, obra creada por el autor
10 que en sus elementos, y qué d~'licia esré,L',-;. pro\'oca; o desdo-- ée:, id "-¡"iun cid munQ:). no ~úlo cuando únge una que le es ajena,
: ; i : : ? !

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blando de otro mudo· como pruducto ::re-ado y como aCIl\'idad ~~no .::u,-,ndo nu tiene la menor \"oluntal~ de fingir y deja que se
creadora. Ya :'L'a un poemit<.l, ya una r.ClY::,la o Lino. trag.,;'di3, e: "a:,a plasmando b ,"isión del mundo que él mismo vive en la
estudioso del estilo tr~tt,l u::, scnt.:r la cpe:-aloria de bs fllcrZ,h \ llb IH~,2ticJ, pues eS (fear poéticamente elaborarla;} la perfec"
.

psíquicas que forman la CO!ll;)u."ición de la oo.:-a :.- J.honcb en CiÓ:l L1e ejemplO.
- ;

el placer est'¿tico qUé llun;, de' !J. cU!l!emp~:,ciól; y <,xp~:--Jmen. CU;bccuentementc, alenta si~mpre a la obra literaria como
í 1 2 : ! i : : :

tación de 13 estrL1ctllr~1 j!,),:,tic3. Despu¿~, ",ó:o é~L'.~pués, cada i.ma construcción funcionzmte, la esü:ísticn fija en su específica
: ' l
: - ? - . r .

uno de los clemento~ es equdi~ldo :- mir3do én 'oU papel e~truc· ca1iúad tambi<!n los sentimientos y las emociones, los amores
r _-)

tural en la creación poética: (qu':' ~llgiere aqui L"-;te diminuti\"u); y las a\"ersiones, o, como usted diría con su cortés sordina mexi-
. j i i i l

¿cómo e."tá constituido el ritmu, qué re\"ela dd momen!ü de 13 cana das sirnpatbs \" diferencias» que en la obra estudiada
creación 3rtÍstica y qu¿ déCtus eC,t':'tiL'OS proJuce"?, ¿qué pa()el funcivnan; y las estuuia una pur una:; formando "istema, y,
t

h3ce esta mc!úfora, CUJI es su héchura :- qu':' armonía guan!J. :Lis é,'.in, cuma órdénes integrante::, .1,,:: 1:1 construcción total.
a,: : - a

L-on el si~tema cnlL:ro u:; la producciún elll,:r~, el:;: autor? ~;1ás materia estudiada: las experiencias biográficas y su tras-
-

: j j
- -.-,í, , L

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t : d : i - :
r : ¡ : ' i : -

: " r : ,

r 1 r u 1 i . L -
) : . . = ,

. ; - í ) . : í . \ - i

mutación poética, y, t:n fin, los cinco filtros de los ;,entidos por
- : ! . ; a

La estilística estudia, pue~, el SlS:"liiU (xpr"si,'(J de una obré\


r

dond.:: entrJ. ia materia del mundo que la alquimia poética tl-ans-


-

o de un autor, o de un grupo pariente de autores. entendiendo


c = = : E

figura saturándolo todo de un nuevo e indestructible sentido.


:

por sistema cxpre,il'o desde la e'-tructura de la c'bra (coP..t~mdo


t

Por último, como cada hombre es -en parte solamente-


!

con el juego de calidade~ de lo'S m<ltcriales cmph'<ldo~) hasta


!
!

hijo d~ su tiempo, como la época fija a cada artista las condi-


el poder sugestivo ue b.., palabras. El ~istema expresi\"() de un
L

" - t

ciones exteriormente determinadas en que podrá ejercer su


autor sólo se puede entender como funcionamiento \-i\'o," comu
:

2
)

:ibertad creadora, entran necesariamente en la composición

~
-,~--~-~-~- ,----, ..• ,--

84 Materia y forma en poesía Carta a Alfonso Reyes sobre la estilistica 85

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;5;¡*áá,1i€
E ' F ¡i ; ¡ á E €Ea Z = Í E ¿ , - .? .
ÉÉ€f;¡;irtÉ
; 3 ; l c E : É: r¡ €
¡ Ee ; ; ;r; é ;2 É ¿ ?" i ; . r E .t¡ ¡ ¿ Á : A F ó I
de una obra literaria ideas, temas, movimientos y maestrías haciendo ahora ~ntrar un aspecto que estaba desatendido. Y no

¡ ; : i ¡ : E ! 3. ! ¡t 3 " " " = iIi,l ,+

.9.:;t J¡:€.f
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uiEi;iisEi
; : ; ; ¡E i É
: i : : Eí iÉ i ;É f ¡ i ¡ ; : * ;
del oficio, corrientes culturales y fuerzas históricas cuya pre- un aspecto más, sino el básico y específico de la obra de arte,
sencia comprobamos, ya positiva, ya negativamente, en todos e~ que da ,'alar a todos los demás, Pur eso la estilística, además
los artistas coetáneos y aun en la vida social de su tiempo, y de estudiar temas nue\.'os, _~igue estudiando con igual amor todos
que por eso reconocemos como de existencia extraindividual los viejos, sólo que lo hace desde su punto de vista. Por ejem-
o supraindividual, comunal, social, histórica_ Los más hermosos plo, siempre se han estudíado las fuentes de un autor o de una
trabajos de la crítica tradicional versan sobre estos aspectos, obra, o -:0 que es equiulente- el origen de las ideas reinan-
r si usted, querido Alfonso, quiere acordarse de algunos -sobre tes en un período literario, Pero ::,e ha hecho por intereses his-
Cervantes, sobre Dante, sobre Rabelais-, verá cómo va aumen- tóricos, para fijar procedencias, tste es el punto de llegada de

f E
tando el valor concedido a un autor a medida que se le com- :a critica tradicional. Para la estilística es el punto de partida,

-
3'.

prueba como un exponente dinámico y como una suma energ¿-


;

:- se pregunta: ¿qllé ha hecho con estas fuentes mi autor o mi


E

, € ¿ > - q 6 ¡31É *
; ; ¡ á ÉE: 5 É : l i l r ^ t ; É l s ¡
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tica de su tiempo_ La estilística se aprovecha ávidamente de


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época? Para usar la vieja comparación: estudiando la miel, la

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estos estudios y, al tratarlos ella misma, les da su sesgo particu- crítica tradiciom.l establece en qu¿ flores y de qué prados ha
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lar: la estilística \'e al poeta como una energía hacedora. y libado la abeja; la estilística se pregunta: ¿cómo ha resultado
" .r- ¿ a E _

o o.

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puesto que la otra crítica pone en primer plano Cl/á/es son las este producto heterogéné'o con todas sus procedencias, cuál
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fuerzas históricas y sociules que se juntan y armonizan en el- es la alquimia, qué originales y triunfantes intenciones le han
",

autor estudiado, 10 que la estilística antepone es la annoni::.a- dado vida de criatura nueva? O volviendo a la comparación
r-

ción de esas fuerzas, qué es 10 que el autor hace con ellas, -cómo
2 4 "

de la estatua: la crítica tradicional estudia las canteras de que


" :¡ i

funcionan en la obra constructivamente, como valiosas mate. procede el mármol; la estilística, qué es lo que el artista ha
É iü

q.9
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riales en los actos est'éticos y de creación. Y si la crítica tradi- hecho con él.
cional desenreda y aclara qué es lo que su sociedad y su tiempo Este ejemplo de las fuentes literarias nos dice que la esti-
i6
' E
'E

han dado al escritor, la estilística, complementariamente, estu iística toma su nombrc de uno de los procedimientos de estudio
E
E
.o6

dia con qué nueva potencia se lo devuelve y qué le añade, Pues más eficaces, pero no el únicü: el de :as pcculiaridades idiomú-
si, en parte, la historia hace a nuestro autor, en parte también ticas de un autor. La e~tilísTica estudia un sistema expresivo
sC;€;l:!:;;iF

nuestro autor hace a la historia. Con los ries.gos de todo esque-


:".!:;!¿,!ürFr:ü

1 - ^ . ó : ^ f í u f a A t

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y su eficacia estética -por decirlo aS1, la operatoria de la crea-


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*iE; EÉili'=iÉ

ma podríamos llegar a esta fórmula: toda creación artística ción literaria-, e intención expro:s:,-a y poder e<;tético hay tam-
resulta de la conjunción de lo indiddual y libre con lo social bié::! en la cstructurJ. entera y en la calidad oe sus materiales
É

y dado; admitiendo ambos polo.'., la crítica tradicional se ha (me agrJ.da ,'er que J.quí se justifica la igualdad croceana: ex-
^ ; 9

especializado en lo social; la estilística, en lo individual. prc~ión = creación1. Por eso P.O todos los estudios estil,ísticos
De todo esto, querido Alfonso, ya ve usted claro una cosa: tratan de peculiaridades idiomáticas; hasta hay autores, como
que la estilística no pretende petulantemente declarar caduca ~':)s in;:eses 1. A. Richards y J. \1iddleton .\lurry. cuya crítica
- : . ;

a la critica tradicional; reconoce ~u a'to \'alo'."" y aprende de el13; ticTIe eStos car~1cteres que atribuimo" J. la estilística, y que, si
sabe que en el análisis de la obra de arte no todo se acaba con bien de h~Z en cuando se \·J.lcn del análisis de los modos idio-
la delicia estética ,y que hay valores culturales, ::.ociales, ideoló- ;nát;,:os. no 10 11222:-1 ¿~ mallCl-a metÓdica. DC.~dl' luego, tamo
o ;
: I eÉ
¿r E:

gicos, morales, en fin. valores históricos, que no puede ni quiere bién los es:udios ql:e mted m:smo h:1 emprendido bajo el título
desatender_ y con la misma claridad se \'e lo que pretende y general de El envés d¿! tapi;, según la preciosa muestra CJue
c

sU justicia: complementar los estudios de la crítica tradicional me ha ill2ndado¡ son e~tilisticos, :: i de qué pri\'ilegiado v;:¡lor,
É

....

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.. ----=------ ~-~- -~~~-

86 Materia y farma eH poesía

F
rj¡iir¡; ii
con sus revelaciones sobre el modo de operar y funcionar el

=i:j:j;i,:'¡;,ti1;¿i:;;1i¡
sistema exprcsÍ\'o propio! También yo, en mis estudios estilís.
ticos, me estoy ocupando muchas veces de aspectos de la obra
que no sdn precis<.lmcnte la forma idiomática (ya \'crá usted
dentro de unos día" mi libru sobre Pablo .!\cruda), :" lo mismo
ocurre en los estudios de Dúm3s0 Alonso, de Karl \'055Ier, de
Oskar Walze], de Leo Spitzer. Pero, de todos modos, la forma
LA It-;TERPRETACló"i ESTILtSTICA DE LOS TEXTOS

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o
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F
idiomática es de imprescindible estudio, y, cuando le llega su
turno, se la ha de estudiar metódicamente y con competencia LITERARIOS
técnica. Yo le dire a usted un punto ele Yisla personal que me
ill iigii

gusta recalcar: no creo que se pUl:da C(~ncebir la obra de arte


sin atender a b importanci3 primordi¡¡l que tiene el placer

i'ii!iii;I*Íi:!illi:lil;
Todo estudio que contribuya a la mejor comprensión e inter-

Fii¡:i:ií:i
de ir haciéndob, El arti",ta IlUS transmite con su crio.tl:ra una
pzílicla sombra del pbccr estético que él va teniendo :¡J llz,cerla, pretación de las obra::, literarias nos parece legítimo. Toda clase
Este plaCel" de creación -nada contradictorio con lo qUe se de estudios es biem-enida, si aumenta nuestro conocimiento de
suele llamar "dolor dL' b creación artística,)- se \a objerh-ando una obra literarb, o si nos permite sentirla y gozarla mejor.
él mismo con la construcción entera pero también y muy efi- E! estudio tradicional de las obras literarias ha sido de
cazmente, con el o.ndar de la palabra: can el estilo. Para no carácter filológico, dando aquí él Filología su viejo sentido, tal
poner más que un ejL-mplo concreto, el ritmo se justifica poéti- cual lo precisó \Volf: el estudio de todo cuanto es necesario
camente como cxp¡-esión, objeti\ación y prucedimiento conta- conocer para la recta interpretación de un texto literario: las
gioso del placer din~'¡mico de la creación. Por eso, el estudio del costumbres de su tiempo, las ideas, la mitología, la geografía
estilo es el medio nds eficaz para actuJ!izar el placer estético aludida, los sistemas filosóficos implicados, las particularidades
de la creación artístil"a en su ITl;J.rcha vl\"a pnra redvirlo o reex- gramaticales, la Yida social y política, las condiciones perso-
perimentarlo. También es \'erdad que hay multitud de tesis nales dd autor, etc.
Este programa de \\'olf es el que los estudios literarios han

ii iiiiiiÉíii
doctorales que se ocupan especialistamente nada más que del
lado idiomático (k un;) obr;} o de un autor, y que, por sí mismas, venido cumpliendo, y, muchas veces, con gran brillo, profun-
no provocan una gran estimación por la nue\-a disciplina, Pero didad y exactitud,
es que esas tesi", a lo sumo, no "on más que trabajos auxiliare,> Lo único que la crítica tradicional deja a un lado son los
tr't:

para un verdadero estudio estilístico. La estilística estudia el valores específicamente poéticos. Verdad que, con mucha fre-
sistema cxpresi\'o entero en su funcionnmiento, y, si una esti- cuencia, los filólogos encomian el valer poético o el artístico
lística que no se OCUpél del lado idiomático es incompleta, una de la obra que estudian; }' otras veces, al estudiar la importan-
que quiera llenar sus fines ocupándose solamente del lado idio- cia histórica o cultural de una obra, suelen consignar .su es~
E
EE

mático es inadmisible, porque la forma idiomática de una obra caso ,-alor literario. Pero, la.s más veces, esto no pasa de ser
E

o de un autor no tiene significación si no es por su relación una puntuación en un \'ago sistema de clasificaciones escolares.
¿ : o

ó , ,

con la construcción entera y con el juego cualitativo de sus y, en los mejores casos, nuestros grandes filólogos nos dan
contenidos. rápid'ls, aisladas vislumbres dd verdadero contenido poético
de la obra, sin someter este aspecto a estudio sistemático.

......
89

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8' Materia y jorma en poesía La interpretación estilística de los textos

í
--------------------

ili¡:íir;ii;lii;¡'ii
sino elementos de una arquitectura, de una construcción poética.

uij¡:l;,;:i,;=,¡;ii:,
Sin embargo, en toda producción poética {y, desde luego,

tii,t;i:ijl¡¡
llamo producción poética no sólo a los poemas en verso, sino La obra de arte puede y debe tener contenidos wl!iosos por
a toda creación literaria valiosa) 10 único esencial -como tal muchos motivos; pero si es obra de arte, una co~a le es escn·
producción poética- es su almendra poética. Otros aspectos dal: que esos contenidos formen una con5trucción de tipo espe-
de la obra podrán tener tremenda importancia: el ideológico, Gífico, que en sentido lato llamamos artísrica, que en la litera-
el. social, el histórico, el folklórico, el lingüístico, c~ relig'.oso, tura llamamos poética, y cuya condición de tal se revela en el
el polftico, etc.; pero dentro de la historia del arte y de la crítica placer estético que nos produce.
literaria, un solo aspecto es esencial: el poético y su realización La crítca filológica ~r<idi..::ionZll estudia metódicamente esos
artística. Hay en el Quijote pensamientos, ideas, europeas co- contenidos y su \'a10r; pero ¿:lO es ta:nbL;n obligZlción de b
rrientes culturales de ~u tiempo, energías y ambi,;:iones nacio- historia y ce la crítica literarias intentar el conocimiento 1nf'tó-
nales, una profunda y personal visión de la \'ida; y todo esto dico de lo poético en las ohras li!crari~s?
bien puede haber sido expuesto en forma de tratado, ordenado ~1i proposición doble es ésta: que no sólo es una de las abE·

i:l,i:i:;
intelectualmente y justificado intelectualmente: pero entonces gaciones, sino la ob:igación básÍLa pa:','l cumplir lo cual todos
eso no constituiría una creación poética. Hay también en el los demás estudios no son má~ que ::m:;iliare~; y que a b nueva
Quijote una pintura crítica de la Yida social, hay sa1:Jer popular disciplina filológica, que se s·.l~:e l!a;T,J.r cst¡]íSlicl, toca buscar,
y referencias geográficas y crítica literaria; y todo e'sto se podía aquilatar y rectificar los métodos COll\"\:llielltes para hacer de
haber expuesto informativamente, pero entonces no constituiría este aspecto estudios cr.etódico,> \' rigulosO'>_
una creación poética. Es más: todo el mundo admitirá que Estilística es el cqudio dt'l estilo Por estilo se suele ente 0-
si Cervantes se hubiera propuesto informarnos directamente deL" el uso especial del idiom::t que el autor hace, su maeqría
de la geografía de España, nos habría dadr) muchos más cono- o \'irtuosi~r.lo idic)nl¿úicos, unjO una ".,rti: más en la construc-
ción literaria. HastZl ha\' no pOCZlS !cs¡~ dOC1(l;-alcs. que sc lL:lman

*i;;;;.'
cimientos geográficos, y más precisos, y mejor relacionados que
lo están en el Quijote; y si se hubiera puesto a escribir un tra- de estilística, qu~ en~icnden la cuestión de csLc modo. Admiti·
tado sobre las ideas culturales que le interesaban, las hahría mas la com'cnie:lc::, oca~ional de estZl ~ignilj..:ación, ;.-' admitimos
desarrollado más y nos habría mostrado explícitamen;:c sus la utilidad e.e algun:ls de es:,s tcsi~ c:LJc:or,dcs como conlribución
puntos de vista; y si hubiera querido regi~trar las costumbres y al estudio del estiio del Zlutm corre:::pondicntc. Pero hay otr a
las fuerzas sociales de su tiempo, nos h3hría suministrado cono- acepción de la pai::bra i:\:ito que e~ 1:1 que mi,> cOl1\'iene a los
cimientos más detallados y discernidos que los que ahora tene· propósiws de la es;:i1í~ti;:a. :a que dice con Buffon que {(' stylc
mas. En suma: cada uno de los aspectos de la obra literaria, c'est I'llOrmne.
menos el poético, como materia considerada en sí misma, queda La est:!ís:ica estudia la obra literaria como una construcción

:iii;;i"
disminuido en la obra literaria, en comparación con lo que sería poética, y esto en sus dos aspectos esenciales: cnlllo está cons-
ii i;i,

;
de haber sido tratado sistemáticame-nte conforme a sus propias truida, fonr.ada, hecha, tanto en su conjunto como en sus ele-
exigencias. Y, sin embargo, en la forma parcelaria, asistemátiC3 me:.1tos, y qué delicia estética pro1."oca; o desdoblando de otro

i:::
"

y parcial en que aparecen estas materias en las obras literarias modo: C0010 producto creado y cuma acti\"Íebd creadora. Ya
de primer orden, su fuerza fccundante del corazón humano sea un pocmita, y3. se;} una nm·elJ. o una tragedia, el estudioso
y su capacidad formativa de nuestro carácter son incompara- del estilo trata de sentir la oper3toria de las ruerzas psíquicas
blemente mayores. ¿Por qué? Porque entonces no son .materia· que forman 1a corr:posi:-ión de la obr<1, y ahonda en el placer
les atendidos por sí mismos, como maderas, mármoles o hierros, estético que malla e:,: IZI contcm?~ac¡ón \" C':-..perimf'nt3.":':0n de le:

...,¡

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90 La iHterpretació¡¡ <,-,tillstica de los textos 91

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Afateria y forma en poesía

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paños por \·egetación. por piedra o por hule, cambiaría con ello
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estructura POétiCél. Después, sólo después, cada uno de los ele-


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mentos es c.:,tudiado y mirado en su p3pel estructural dentro la composició:l misma. C~llnbiarb la forma, en este sentido cons-
4 HC, k !.-'ó

I
r : ;
I
de la creación poética: ¿qué expresa o sugiere aquí este dimi- tructivo y cualitatÍ\'o qL,C aquí le doy. En un cuadro de natura-

-. ;

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I
nutivo? ¿Cómo está constituido el ritmo, qué revela del acto leza mucrt3, el papel estructur:"l de una milnzana no depende

'
de la creación poética y qué cf<:ctüs csh~ticos produce? ¿Cuáles sólo de ser un objc:to pequeño, redondo y coloreado de verde
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o ? : :

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y de rojo, sif'.:J de que p,;?Sent3 e~a fruU. determinada y de que
c ; 1l

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son los caracteres especiales de las metáforas, con qué clase de

ú E
pro\'oca 13s ,::orrespondientes sensacione~: si la manzana se
;
elementos están hechas y cuáles son los procedimientos par-
ticulares de la condensación? car:lbi~,:'¿, por una pe!ota de barro, no sólo cambiaría el objeto,
sino ~,-m\oi:'n tojo el sentido c:e la compo';ición. cambiaría la
i Á -

. 2 =

La estilística estudia, pues, el sistema expresivo de una obra,

',^v
i 6
ú de un autor, o de un grupo pariente de autores. Y sistema cü:-n;)o~i(:¡ón. <'5 d~'cir, lo. donn,,,,. en el sentido técnico que aquí
'a
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le do:-' \'i~t,lS ~,sí lélS CJ)sas. los conceptos complementarios de


;i,

expresi'vo significa desde la constitución y estructura interna


!

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3
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É. á

3
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de la obra hasta el poder sugestivo de las palabras y la eficacia londo ;. furmo. s,: reducen a uno superior de forma. También
estética de los juegos rítmicos. f'.uestru 'j)o:.:t;J crea una forma en primer lugar, con sentimiento
ist{t+l':1;¡ii¡i

Al decir constitución y estructura interna, me refiero al :- con pens;Jrnicntü. Y los pensamientos interdcllen en la estruc-
; i : ; ; ' : i ¿ 3: ; :i ;i ¡: ; :
:;::i;¡:+1*ii
mundo especial que el poeta forma en su poema, en su tragedia,
en su novela, con sentimientos y con pensamientos. Cuando se
Ííiiiiii¡iiiiiifiiili tura podiLJ. CGIl ~u. íX':'-o específico y con su calidad. Por eso
la estilística n~cesi[a también c<;tudiar los pensamientos y las
hace el estudio de la composición de un cuadro, se, tienen en ideas, pero no los estudb por sí. como un sistema justificado
cuenta, además del dibujo. los colores y su contrapeso como radon~1!me,lte. sino C(IE,O elementos expresivos, como expre-

demento~ de composición, las materias representadas, paños,


piedra, carne, \'egetales, cielo, como un acorde de figuradas
.
sión i::1c:ireCIa de un "Densamiento', .
roéls hondo de naturaleza
poética: una dsión intuicional lId :nundo y de la vida, sentida,
sensaciones. Si juzgamo" una arquitectura \'emos la importan- vh'id;:¡ ~ objetivada en };:¡ c¡-c::tción poética.
cia esencial que en la construcción tienen los materiales y su De la H'c/tm1-,cilQUilug ya ~e ha ocupado h gran crítica tra-
combinación: granito, mármol, maderas, herrajes, ladrillos. ;Y dicional. cuando el ~,u10r -D~',ntc Sófocl,:~, Cenantes- lo me-
cuánto más decisivas que en las otras artes son las materias recía. Just;:-,mcn:e por eso. 0ste es un punto excelente para dis-·
empleadas en la creación literaria! Toda obra de arte es esen- cernir características: la gran crítica tradicional busca en la
cialmente cre.:tción de una estructura, de una construcción, de '1L~l{iHl-,C¡IQUUllg de un ,,1utor su contenido filosófico, religioso.
i; ;:;¡;iI

una forma; pero estructura de un algo, construcción con un social, moro.]. etc.; la estilbtica necesita esos conocimientos,
algo, forma de un algo. pero lo específico de su tr:¡tamiento consiste en que vc la visión
Más que en los cu;:¡dros los colores y las materias represen- del m;J.ndo rJe un o.utor también como una creaciór¡ poética,
tadas, más que en la arquitectura los diferentes materiales em- como UlU construcció:1 de base estética. La visión dd mundo
pleados, en la poesía Jo estructurado, 10 construido, lo formado que el ciur.iztdallo Cen'antes vivía en la vida práctico. no es sin
interviene cualitativamente en la forma, en la construcción, en más :<1 que nos ~¡umina en el Quijote; en la suprema tensión
la e:>tructura misma. Quiero decir que no se puede pensar en creadora de la inspir3ción, la \'isión del mundo del ciudadano
W/a misma forma con distintos contenidos, porgue los conte- Cen'antes se aquilata, acusa ciertas direcciones más valiosas
nidos, con su e"pecífica nilturaleza, sun formantes. Ved en un y deja en la sombr2- otras; ~í. ahora obtiene c1ariddencias ines-
cuadro el papel forman te que tiene, entre rojos y violetas t~rcio­
V ? J

peradas y el sentido del mundo se le \'a plasmando, se le orga-


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ai

6 ó

pelos, la blanca y rosa carne femenina; si se cambiaran los niza. se ;c construye, se reduce a forma excepcionalmente rica

......

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92 La if1terpretació~l

.s
'Materia y forma en poesia r'stilística de los textos 93

F
;;:Éi
ii¡i*íiii
y ejemplar. Esta reducción a forma con fmes de belleza es obra

¡;ii¡:iilfi
Como del pemamiento, la es,jlística se ocupa del sentimicn-

*;liiii¡íi;iÉá:
€ Ét : Et É E ü F g t r g É
ii:rl:¡¡:i
de la creación poética. En la vida práctica, cada uno tenemos to, Aunque sentimi,"nto hay ::'0 to~¡a creacióa literaria, en la
nuestro modo de ver el mundo y nuestro juego peculiar de sen- iiricJ. es donde ei s~'ntjmicnto ad~luicrc su má,irna importancia
timientos, de apetitos y de temores. Es lo que constituye la comtituti\'3, y po:' eso será ilustrati\'amente preferible que pen-
índole de cada CU3], el juego de resortes de nuestra acción. Como ~err.os ahor3 espccialm.:-ntc en b líric:L, La Zlctitud sentimental
somos, con lo que somos, así nos conducimos. Pero el acto sin-
;á:;iE¡g:
que cristaliza en un poema lírico puede naccr de Jos sucesos
gular de la creación poética implica el presentar viva y actuan- particulares de la "id3 del poeta, como en las Coplas ele Jor'gc
do una visión del mundo. La relación que existe entre la con- ;\Ianrique a la muerte de su padre, o como en los rom3nces
cepción del mundo vivida por el ciudadano y la que como poeta de Lopc de Vega; puede ser, como en la serena poesía de Fray
nos representa en una obra literaria, es la relación que hay Luis de León, un refugio que el poeta se construye para eSCél-
entre materia y forma: la materia de la vida reducida a una
i:¡¡;¡¡lÉiiiiiiii
par de las agitadas inquietudes con que el mundo lo atormenta;
Eilit¡i;i;;¡c
forma intencional creada. Aun en los casos en que el poeta puede ser, como en la Canción del Pirat3, de Espronceda, o en
¡!;¡
arranca de su concepción práctica del mundo, el espíritu crea-
dor vuelve sus ojos bacia ella, y de su total composición elige
ciertos rasgos valiosos y aban da en otros puntos buscando nue-
jos Romances gítanos de Gat"cía Lerca, actitudes sentimentales
dramáticamente sc¡puestas: en todos los casos, tenga o no base
i;ifi

autobiogr6.tica, el poeta conforma su sentimiento, lo construye


vos valores. La mirada que el poeta pone en su propia concep- y estructura, lo pbsma y cristaliza, 10 mismo que estructura y
i*iiiif
ción del mundo no es de mero espectador, sino que inteniene
en su plasmación, interviene en sus elementos cualitativos y
en el sentido profundo que del conjunto se desprende, de ma-
iiiiiiir plasma su \'isióo del mundu. La actiTUd sentimental \,¡vida, la
que tiene el pOC!3 en su \'ida real. puede quizá ser baladí y vul-
gar. Pero cuanc:o su espíritu adquiere esa privilegiada tensión

: É; H
nera que el ojo creador del poeta, al posarse formadoramente
i;i;F:;iá¡!i;

creadora que llama,nos in"piración, entonces en su sentimiento


sobre la materia de su concepción vital del mundo, la va afi- van apareciendo luces, fuerzas, direcciones que lo transform3n
nando, elevando, purificando, iluminando, labrando y elaboran- EgE cualitativamente y que le dan un \'alor universal de ejemplo,
do ha,<;ta darle perfección de ejemplo, Permitidme todavía una La estili~tíca se ocupa del ~entimicnto, no como documento
comparación: el poeta se sumerge en su propia visión práctica au~obiográfico, no como actitud contrastable en la moral, sino
;g +
riie:¡E
ilil!¡;it:i
i;;lg¡ffrii
del mundo como el gnomo legendario en las ciegas entrañas como una crcació:-¡ de tipo estético-poético,
de la tierra, y de aquel caótico y heterogéneo material su mági- y aquí llega:nos al punto capital de nuestro tema: como ni
! s € s+ $ É r j -

co poder va extrayendo y conformando una radiante joya, una el sentimiento ni la original \'isión del mundo se CODlullicm en
gema de luz y sin escoria, una nueva y creada concepción de
ii*iiii¡¡

la poesía directamente, sino por medio de procedimientos su-


la vida que funciona en el mundo autónomo de la fantasía con gestivo-contagiosos, la estilística tiene por tarea el estudizlr
fuerza de ejemplaridad, el sistema expresi\"o de un autor. Todo cuanto tenga un valor
La estiJistica se interesa por este carácter de creación de la en la sugestión y contagio, ha de ser estudiado por la eSlilísticG,
visión del mundo de un autor, y, por lo tanto, por su naturaleza y precisamente en su papel de energías funcionan tes : la mar-
estético-poética y no filosófico-racional. Esto se ve aún más cha misma del poema como construcción objetiva, o sea lo que
claro en los poemas líricos, donde la visión del mundo no es corrientemente se suele llamar forma del poema; la realidad
más que una visión personal de las cosas adecuada a la unidad representada en el poema, puesto que es una realidau prepara-
emocional del momento.
da especialmente para servir de expresión al fondo intuitivo-
sentimental; Jos pensamientos racionales; el modo particular

......

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9" ,\.1atcria y forma pOesía

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ell La intcrp¡ :.:!Ución l'Slilisl ica de ¡os texlOS

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95

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de operar la fantasÍCl en ~us inn'nc ioncs, su secreta regla
entre dal, tiene para 0050t:"OS el valor de unél indicac ión, es un

iiii iíii:itl,ii :T1tzz


- a.z a 2
acto

ii;i:iii:iilii;í;
los aparen tes c3pric hos; el u"o que el púda h3c:e de las
posi- de espirit u, sólo si damos por ~upue5to que alguien , un prójim

i¿;lrizzt?E;t711:i
bilidad es de su idiom, ¡: hlS intL'nClCJll:;'s c:xp,"csivas con que o,
llena un espírit u subjdiY O ha pintad o la flecha y clayad o la
fórmul as sinbct ica" nClrmaJc.~ o ck.s3rr olb innO\'3 Ciones tabla
; las con la imer:c ión y \olunt ad de dar cun ello un aviso al
in1cnc iones e.\.prc'Sl\:!·' COIl C:L:~ ~T:,pL".\ Le- ¡;nbbr3~ y sus ca mi·

¡
-.
sigoi· nante. Al dnrnos por entera dos del a\"Íso nos hemo.s puesto
en

i
ficneio nes, y, por último , el filmo, c::ltend iendo por rilmo
a
;

" '

la contac to con ¿:! hombr e anónim o que cLwar a la tabla,

ii
constr ucción estélic o·sugc 5ti\'a que el roda hacc con la materi o con

j¡lil,iilii;i:::';iiiii
a el hombr e anóniL no que lo ordena ra. Si en un manus crito
lísico-lisiológi~n dL'l k¡¡gLhIJC, 1:1 org,-\l1i¿~lción ve·
de In energí a que mas una palabr a cruzad a por un aspa, ahí, en esas dos

i:
dcs,lrr ollamo s al pronun ciar en una fig-ura dinám ica y placen líneas
ll ':f
· cruzad as, estamo s viendo la intenc ión del escriba de invalid
lera, el go~ierno de los mmim ie!ltos c>té1ic arnente organi zados. ar
la palabr a marca da. A estos signos materi ales de comun icación
Por supues to, en cada creacié m litcrari n lo que cuenta es
lo que tienen la virtud de seguir comun icando su encarg
que el poeta ha cOllseg uido cn;,\]", nu lo quc ~ülo :,c hn propue o aun
sto despué s de ausent ado el hombr e que los ha hecho, aun despué.<
si ha fallado t~n dIo l'L;'!Tlo.~ de interp rdélr lo que hay allí ;;
en el de desapa recido y mucho s siglos despué s de muerto , la filosof
poema mismo . Esto c~ coter;:¡IT.dlrL' \"e'rdad, Pero nada ía
:;i:
tiene llama espírit u objetiv o, o, como creo m~jor, espírit u objetiv
ado.

i
que \'e1' l:<,O con la pret6J( ] i d:l L'!i:niI~:¡C;OIl del poeta creado
r. Espíri tu objetiv ado ya libre y, en cierto modo, autóno mo,
¿Qué sen/ido puede tener un P0:"lTL:: l ~i no estilrno s suponi
endo capaz de produc ir sus efectos por sí mismo cada vez que
que ese pOL'm,l h~l bro~:ldo del c~¡;iri-::u ck un poeta? Todo poema otro
hombr e 10 enfren ta. Pero la condic ión para que ese espírit
es una constr ucción blen.::iol~al. y, por lo tanto, sólu lo u
com· objeth 'ado sea l'ealme nte espírit u, la condic ión para que en

Ii il;1*1¿:ii
prende mos y gO/<lmo'-. illst~¡J;:ncionos nosotr os, lus lectore unas
s, en rayas, en unas figuras , haya espírit u, es que un espírit u
In intenci ón que lo constru ye. El lector no puede ni d"be subje-
tener tivo y actual mente person al se enfren te con él y vea en

j
en cuenta intenci ollC's quiz3. e:dsten tes, pero qUé no han él la
i;ilr
que- huella intenc ional de otro espírit u subjet h'o y person al.
d;:¡do objeli\ "3dn" en c'l po(';~u, esu (S U~:"'l ::()SZt" ¡JerD ~n El lla-
única mado espírit u objetiv o no es más que un puente entre dos
espí-

lii
mzmeT':¡ de percib ir un pOf'm~l es sUr\:.'-'li,~~,do¡u pabbr a tras
paja· ritus subjeti vos y person ales. Espíri tu objeth 'ado es tambié
bra, yerso tr¿¡s '. LTSü, a Jo bq~o (L' :3\ tl~Llras rítmica s; n
supo- una poesía , una novela , una frase escrita . Y por eso, solame
nerlo, digu, como J3 ubra dcsarro ll,-'da por lina intenci nte'
ón. Y no un puente , extrafl amente durade ro, por el cual el lector

i:i
digo que ésta sea ];¡ mam'r 3 rn:-oml'!1da~le de leer un poema tiene
, acceso perma nente al espírit u person al de su autor, aun
digo que es b única posible , 1:1 Ú:--¡jC3 que' practic an tambi¿ des-
n pués de su muerte . O en sentid o invers o: el estado de espírit
los que dodrin almen te recbrn,-Ul la omisió n del poeta una u
vez del autor, ese mome nto fugaz e irrever sible que a los demás
conclu ido el produc to poétic( ). Cnda nU(T:! ¡ectuD de un poema se
nos escapJ. para perder se en el flujo heracl íteo de la existen
nos lleva una \"('.1. mú~ al l"'.lOfIlt:'nto (le la (:"c~tción pü~h.:a cia,
perpL'- pasa impere cedera mente hasta el espírit u del lector por el
tuado en el poem ... puen-
te de la constr ucción objetiv a que es la obra literar ia.
En tudo instplm dllo o proced imient o dc:' comun icación . <iun
y si, aunqu e todas sean constr uccion es objetiv as del e.spíri-
¡i
en lus m<Ís prác1ic o", la admisi ón de Ulla intenc ión njena
es tu, en la obra literar ia hay algo específ ico, mil veces más
('uIldic iófl implíc ita p~ILl que compr endam os el men.sa je. Supon- rico
en espírit u que las del servici o práctic o, tambié n guarda mos
i;
gZlITlOS 13 cosa mús sencill a: una t3bla en
cl<ivad;.¡ en un poste \' ella unas relacio nes mil veces más ricas con el espírit u
una flechn pintad a en la tabb, que 110S enc:on tramus en de su
una autor.
encruc ij3da. La ikcha eo la tabla, un objeto pur:,m ente
·mate·

1
.. ... "' '_o ________ ._. - ~

96 Materia)' forma en poesía 97

;
La lIIterpretación estilística de lus lexlOS

6
- - - - - - -..- -----'-,"-------'--

a ? ij:+ : Zj
; ; . 2 ' . i l ' " -: i . i , u. '; 4 .
Nunca me parece poner demasiado énfasis en un aspecto de

=: . :" -^ l l ' ^. .- 1 l t: l' ='; '. ! : i i r ;

2\; ):i-'i'-

i ! i : , , = ? ' , ^t \' ,; i: :¿. 8 .j .: iizizltli?rt:¡


hacer brotar de nue\'o b llama con apl'llLO de arder más. En

: ¡ i ; , ' = i . ' , a iár ;¿t i: ' ^ i -ir!iít ; 5 : i E


i

:,, .' ult,t.' ;


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: :- .:í i; :.' -. ::: : i¡ -:- . . - 1
z ,; - :, - I I : : *r -, lEC , li : . i " ._ :,:: ' z ; ? : ¿ : =i ;i;' i i

-,
la obra literaria que la crítica ha descuidado siempre; que eso Ileyar la atencior: dd lector lúcCla los \ alores de goce estético,
que el poeta ha ido haciendo, lo ha hecho con el acicate de un para qU¡; salten y operen todas las suge~ti()ncs. para que cobren

, "' , ji i ; : i : :i ;; i l :i ; - :2z i j = r | t r : ; r 1 1
placer estético. Que el placer est0tico de ir haciendo la obra eficaz presencia de contagio aquellos tensos momentos de la
literaria entra constitutivamente en la obra misma. y que, en ..:-rea,,·ió,'l poética qul;' en io. obra so;o han dejado su pálida con·
el terreno estrictamente poético, ese placer estético es la última ua'i;jClra. Todas las rebuscas ;- todos lo:> estudios técnicos de la
y fundamental justificación. La crítica tradicional se ha confor- estilística están en última eSléncia al serYlcio de c,La misión. Todo

. í .
mado Con dar pOr supuesto el goce estético en toda la obra de se reduce, como program~l, a apoderarse del sistema expresivo
arte; pero no ha contado con ello concretamente para el aná- de un poema o de un 3utar péll"J Ikgar' al íntegru goce estético.
lisis y valoración de cada obra. Analizan los materiales valiosos Pues bien: el sistema cxpr..'si\lJ de un 3utor y "u c[¡caei3
que en ella encuentran, pero no su función estética. esté:ica pucden scr objew de ClTl eSluJio sistcmeitico. :Jo crea·

"
1 -
La estilística se ocupa primordialmente de ese goce estético, mas que, como b poesla es ;:dgo ""',c/a!J!c, \egún S~ dice, es yana

: á ,¿ . : ! i ; j i i

'
motor principal en la creación literaria; del goce estético salva. querer Jiegar a ella con lluestw ~m:¡ji~i~. Quizá e~ \·enbd que

-= ,",.''- *F i- : . , " : i E A E , . i ü _ 9 " 4 :

:
- - : - . - - l q : :
do, guardado y dispuesto en la obra literaria como se guarda nunca llegaremos a la ardiente 1")1"a5:t de su núcleo, pero pode-

"
; 7 )j = ti i : ?i ' : a - : : ; ; 4 5 : , i i p i
dispuesta una sinfonía en un disco; del goce estético que el mos acercarnos a ella ~i nus lo propunemos con adhesión cor-

t-1,,'.1^

^
lector no descarriado recoge, recibe y se apropia como principal dial. y obtendremos el premio de sentir mejor su cZllor \'Ívifi-
enriquecimiento de su alma.

;;=siIi

,
cante y su luz maravillosa. Poetas que han hecho excur"ioncs

1
En el acto creador, ni la aducción de pensamientos y sentl. por la crítica, ya sea Goethe o Lessing, Coleridgc. Juan Ramón

S
mientas valiosos, ni la formación de una realidad significativa, Jim¿nez (1 Antonio i\-Iachado. toca;l ;.:uestiones realmente poéti-

,
ni la convocatoria de palabra" extrañamente sugestivas, ni el cas. y fuera de los poetas. algunos grandes críticos y filósofos

r tt,¿

Z
gracioso andar de la frase, ni la encantadora disposición de la también lo han hecho cad3 uno a su manera

i
materia sonora, nada de 10 que constituye la obra literaria ha- ~osotros, 10-,; filólof;OS, t:tmbién podtToo,> couperar en esta

-:z=Z¿tlt^tÉEtiiE
i:
bría OCurrido si el prurito del goce estético no los hubiera con. busca del conocimiento poético. y lo tenemos que hacer 3 nues·

: ;:l:1ll:;:z;:
j 1 7 É i¡7i E

= - : i i ) :z; : a ;Éá E
vocado. En su última esencia, toda construcción artística es una
i i;i;iilÉáF;i

tra maner3: haciendo los estudios con una metodología .que


: : É3E¡ i ; $r : Ej *

=;i;iit,jíi::,"¡
= ¿ 2 z A t ' - . i ¿ = =
: " ¿ ó = \ ¡ 2-2 E c = i í
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e;iit-!:iúg¡ti

;r:;Éin¿Esi.'.iV

a ú ¿ n L t = ! , , 4 : ü - L ' ! 4
:;;;:;*;rc¡sái
;;;€:;dñE!!e;€

! Í t i : r É; * ; sj : :
l:ti:igti;;i:;
;:;;:Éi!gig1i;
;Há:g;üEggE¡:E
i;i;i;i;r3;i
é1érea construcciÓn de puro goce estético. Lo que llamamos ins- permita el progrcso de la inn~~tigZlción. que forme una discipli·
piración es la tensión de espíritu producida en el poeta por el na, una t,'adición en la busca, la rectificación, rntificación, ahon-
prurito de goce estético, de esa «llama que arde con apetito de damiento y ampliación de jos cO:lOcirnicntos poético-literarios
arder más», como definió San Juan de Jo. Cruz al amor. al pasar el terna por sucesivos o alternados investigadores. Y si
Ah, bien sabemos las limitaciones del hombre, aun en los z¡lgún método propio podemos desarrollar, creo que ése tendrá
creadores más geniales. Bien sabemos que el goce estético que que basal se en nuestr3 especi31 competencia profesional: en el
el poeta puede salvar y convertir en un cristalino edificio de luz conocimi"nto profesional de ios valores lingüísticos. Nuestro
?á i ; ;E É
y de sonido, es apenas una sombra de aquel otro goce estético punto de partida es: quc si cada expre~ión idiomática tiene un3
que a él lo poseía como un frenesí en el acto de la creación poé. significación fijada por el idioma, tiene también un complejo

;í;ii
tica; es apenas el rescoldo de la pasada hoguera. Pero justa, de poderes sugestivos, fijados por el idioma. L3 base técnicn
mente en esta condición se apoya la estilística para dar sus me. de todo estudio de Jos estilos literario.\ tiene que ser el conoci-
jores frutos. El mejor estudio estilístico consiSte en ~oplar en miento especializado de los \'310res extralógicos del lenguaje.
esos rescoldos de goce objetivados en la obra literaria para El lingüista suizo Charles Bally ha sido el primero en plantear
\!.\TERH y R)R\l~ --+
;
La interpretación estilística de los textos

!l
98

:l
Materia y fon?/a en poesia 99

il
'.i¿ili;I:Ii¡,Í':i,ii;:i;iii
como necesario el c"tudio de los e;",:r:('ntos afectJ\'os de: lC:lgu,,- nos trabajos sobre e: sistema de valores estilísticos del diminu·

:,¡!¡i!:i:.¡¡¡
je, y también ha sido el primero en hacer ese estudio sistemá- tivo, del artículo, de los verbos de movimiento tomados como
tico. Desde BalI~-. se llama también L'.;;ii:isrica. Jo esta Gi.~cip~in8 auxiliares o metafóricamente (<<Fulano anda enamorado», «la
especial dentro de la lingLibtica. De mane;".:>. que hay dos esti- función ha salido bien»), etc,
lÍsticas, la una prc\'¡;.¡ a la otro, Apro\'l\.:hando la uti:ísima dis- Par;:¡ nuestro tema de hoy esta estilística de la lengua no es
tinción de FcrdinanJ :le Saussure entre «lengua» y "bz,~la», más que el necesario instrumento técnico para emprender y
esto es, entre el idioma considerado como un sistem3. de signos realizar con disciplina la otra estilistica de los estilos; pero en
y el uso indiyidll~¡J que cada uno hace de su idioma, podemos ese su aspecto técnico es donde la otra estilística basa su pre-
distinguir entre un;.¡ fsrilística de la [c¡¡gua y uno. esrilisricCi del tensión de disciplina capaz de progreso y de conquistas acumu-
habla. La cstilbtica dd hablu es la teoría general y la j,1\ ~'stiga­ ladas,
ción panicular de los estilos indi\'iduales. La :;,~tilíslica de 13. Antes de ejemplificar con un soneto de Quevedo cómo entien-
lengua comprende el estudio de lo que en los elemento:-, dé: do prácticamente este tipo interpretativo de estudio literario,
idioma hay de crnociún, de fallt:\sla, ele ¡-JOder acti\ o, de \ a',ora- encaminado más a obtener el pleno goce estético que juicios
ción; en fin, ele lo extL¡]ogico cn el lc!lgu~lje, Bcdl:- resume todo clasificadores, permitidmc exponer brevemente ante "OSO tras
este programa en la rúrmula ck "lo 3fecti\0 en ellengu3jc ~'():1- un aspecto hasta ahora no atendido, donde se destaca muy Bus-
"encional de la comullidad», como llama 31 objeto de la eSli:ís- trath'amente la diferencia entre b crítica tradicional y la esti-
tica; otros, corno Emil Winkle!', consider3n como lema de la lística. Me refiero a las fuentes literarias, La crítica filológica
estilística 10:-' ,'al ores en el lénguaje común, con exc1u~:ón de 13 ha mostrado una sagacidad especial en rastrear y precisar las
significctcíón lógi,:a, Ambas fúrmubs sin-en sólo por su <'cono- fuentes de cada autor, lo mismo en cuanto a la orientación
mía y comoelidctd. pUL'S de hecho la eSlilbtica de b ]engu3. :'::~J:lr­ general que en cuanto a los detalles, Las fuentes así comproba-
ca otros aspecto~ de! lengtlajL' no l"ducibks al COTIL'epto psico- das no eran ciertamente un fin en sí, sino que servían de pre·
lógico tk] afecto ni al filosotlcl) de~ ,-a;or: d :110c]O mental ,-k' ciasos documentos para establecer relaciones históricas entre
captar y concebir la re;Jlid.-d, lo_~ :-neó0s de manifestarse ,3 el autor y sus prowedores, Con mucha frecuencia el descubri-
\'oluntad de acción y de p,-ewllción en la e~t:-;'~c'¡;Ll co:oqu:?:l, miento de una fuente se ha presentado y recibido como un he-
la inten'enciún de la fant~hLt en el pell"amien~o idiom¡'nico. :'-lo cho de poJicb literaria, un robo o una ratería, y, si el autor
tengo tiempo ahor;.¡ par;J. c_xtcndérme más eTI éS~ctS explicaciones,
denunciado es moderno, In noticia suele ser motivo de refocilo
i':l
Este tipo de estudio es rebti\ ;J.rnente jonn, en realidad, emp.::-
para la. envidia y la rivalidad, Estos son casos de deformación,
zó hace unos treinta anos con el Truir¿ prurÍcjliC de' styIístiqile
por muy frecuentes que sean, y, por lo tanto, no nos deben servir
franraise y con El lengllaje y lu vida, de Ch<Jrles B;J.l!y, lóros
como modelo, Kas fijaremos en los mejores, y en ellos es donde
ji:¡l
que provocaron entre los filólogos, <JI principio, dEsconeie:t:] e
irritación, y luego, entusiaó-t<l adhesión, Filólogos de todas las comprobamos el interés puramente histórico y cultural que se
lenguas se hao dedicado deó-de entonces 3 estct di~ciplinct, y no ha perseguido en el estudio de las fuentes literarias. Ese estudio
son pocos Jos estudios que y3 hay sobre nuestro idioma. En la es legitimo e imprescindible, adelantemos, pero no llega aún
Colección de EStudios Esrilísticos y en l<J Revista de Filología a lo esencial del fenómeno literario, En llegando a lo esencial,
Hispánica del In~tituto ele Filología de Bumos Aires, se V30 las fuentes no sen más que materiales, uno de los materiales
publicando algunos dE los más import;J.ntes y se lleva el corres- empleados en le\'antar el edificio estético. Lo esencial es estu·
ponuiente registru bibliogn:ifícu. Yo mbmo he publicado -algu' diar qué es 10 que el nuevo autor ha hecho con sus fuentes

--"

I
l'

------,-_.,--'. ,._--,,-- ..
\

100 Materia y forma en poesía La interpretación estilística de tos textos 101

é
;,ii;i¡;ffg;:ifÉii
ÉÉ¡¡i¡;;#;i;ii:iiiiiiii
acarreadas. Y esta averiguación es lo que se propone la esti-

z;E;ii¡;i;;i;il¡ii
t ¡ * É t É ¡ f ; E i i É ; a t É i ¡ ; i ;¡¡É! á e

;;;il;¡¡;iliiiiiliíi:
t i,:ll+.¡iilTij
ruosamente desarrolladas, en un enredijo encadenado, anudado,

ffi¡;¡sr; tri:iii
i¡¡i:i',i*
i;;¡lilE
;EEI:ii: zZ2;t
s v i E ; g i ;: : ; e i
E s g ; ! i i ;: iÉ: i : I i ; ' : ¡ i ; ¿ i
lística. típicamente barroco, de ideas que la atenta razón puede segu·
Me parece conveniente insistir en que, ni en esto ni en lo ramente desenredar. Esta idea poética le dejó a Quevedo en el
demás, la estilística yiene a de::.tronar a los estudios tradicio- alma como cierta insatisfacción, pues que no era así exactamen-
nales de crítica filológica, ni que, ellyanecida por sus frescas te como él b \"Ío, y en otro soneto «a FIori que traía unos clave·
exquisiteces, mire a Jos otros estudios con remilgos. Pues toma- les entre el cabello rubio» la galantea con que los claveles tienen
das las cosas con realismo, ¿qué es la estilística sino la mani· la ambición de competir con el color de su cabello; pero, cuan-
festación de los nuevos anhelos y exigencias profesionales de do te ríes, le dice, ante los rc1ámp'agos purpúreos de tu risa, los
los mismos filólogos? El estudio estilístico de las fuentes lite- claveles palidecen, cobardes:
rarias es una forma nueva de los estudios filológicos. Y la nove-
dad está en que ahora se esfuerza el investigador en ponerse y cuando con relámpagos te ríes

i;
i:¡i;;!?;
para su estudio del lado del autor nue\'o, y \'er qué es lo que de púrpura, cobardes si ambiciosos,

:zii'+zÉ
hace con sus fuentes. En fin, que ahora \'Cmos que puede haber marchitan tus blasones carmesíes.
un criterio de estudio en la apología del semiplagiario hecha
por Fray Cristóbal de Fonseca en la Primera parte de la vida ¡iiljt;; El mismo juego barroco de ingenio, las mismas implicaciones
de Cristo (Toledo, 1596); "Las abejas hacen sus panales de las y nudos que la razón puede deshacer. Esta idea poética quevc·
flores de los prados; mas, en fin, ponen algo de su casa, pues c':iana impresionó dos siglos y medio después a Gustavo Adolfo
hacen lo amargo dulce." Esto, pues, hace la estilística: consj. Bé'cquer, \' él se la incorpora a b índole peculiar de su temple
derar las fuentes literarias como cosa de abejas y no de carne· sentimental; y aunque la usa, como Quevedo, en una ocasión
jas. Averiguar qué nueva esencia ha obtenido el poeta con sus de galanteo, esto es lo que le resulta:
,i;:¡:::iíi

viejos materiales ajenos, o contemplar cómo con la nueya forma


D"spiata ríes, y, al reír, tus labios

:i'=',i;i¡l:lí
i';'
É
se refleja la índole poética del autor-deudor con tanta eficacia
inqu~etos ;ne parecen
como con la forma vieja la índole del autor acreedor. Permíta-
iií;::!;*; ¡É
relámpago, de grana que serpean

¡ jl;::É;
"'seme traer a cuento un caso que ya he tratado en otro lugar, sobr" ur. cielo de nie.-e.
muy ilustrativo por reunirse en él tres poetas de excepcional
f*i;¡€É

temperamento poético. En un soneto galante que lleva por títu- Primero comprobamos cómo Bécquer ha desechado toda la

t;;='=
q;É€;l;É:!:
;;iEÍjÉÉi;
lo «Retrato de Lisi que traía en una sortija», Queycdo imaginó complicación barroca de Quewdo, y luego cómo el juego de
que los labios rojos de Lisi, al desplegarse con la risa, eran car· :ngenio se hZ!. com'ertido en un sentimiento de melancólico
mesÍes relámpagos de risa, auroras y galas del cielo de su cara, 3:cjamicoto, en u:-¡a manifestación más de e~e patético anhelo
relámpagos que son fuego tirano que avasalla los corazones: en su raíz desengañado que es la esencia puética de .Bécquer.
También Pablo ~cruda sintió herida su imaginación por la iroa·
il:;;

y razonan tal YC¡: fuego tirano


relámpagos de risa carmesíes
gen de Quc\'edo, y se le impuso inevitablemente en otro mo-
auroras, gala y presunción del cielo. mento de galanteo. Sólo que, al entrar en la especial índole
poética de Neruda. la forma que ahora adquiere la imagen es
la más contraria a la de Bécquer. Bécquer había tomado los
Ved cómo la visión instantánea de u~a roja sonrisa desplegán-
¡i

ie

reJámp;tgos y el cielo de Quevedo, yesos dos únicos cJementos


dose por el rostro, se le resuelve en un juego de imágenes inge- los de "arrolla diluidamente, buscando la tenuidad de su propio

...
r
102 La interpretaciól1 esu·¡¡stica de los textos 103
Materia}'. forma ell poesía

!
ü
--- --~-

i i ( .?
estilo. Pablo I'\eruda reduce a escombros la imagen según su

s
Como muestra final de cómo entiendo y practico yo mismo

:ii;iiliiitii;;á:¡ii¡gii

;;';:u:
E

i¡:;!ii¡E¡ÉiEiÉ
,.3
E .
e.
propio estilo caótico y $e Jil'lge 2sí, con su ímpetu cósmico, la ir:terpretación estilístico. de los textos literarios. buscando.

..-0

E
a la mujer que le sonríe enseúnndo sus dientes y el despliegue

I
qu¿ es lo que el poeta formo. con su pensamiento, con Sil senti-

n
¿
ii
; ;iiiEi' :;¡,jllii iÉÉ:r;
de sus labios rojos;
e
e'' i;;l;i¡ ;:i:¡¡ii: miento, con :,u jmaginería, con sus recursos idiomáticos, he
elegido un soncLO de Quc\·edo. Espero de la benevolencia de

: ;; : ; ; ' i; ; j ;
Tú estás de pi" sobre la tierra,

: ; l i : ¿ ; . :i * : 5 t ; r ¿ . : :t i; F i ¡ É : ;
¡e_:;Ét¡;;
,i;:.;r,;
llena de diel1tt'S y relámpilgos. ustedes me perdonen la utilización y acomodación al momento
de un estudio ya aparecido en La Nación de Buenos Aires hace
E

Federico García Lorca es quizá, de todos los poetas moder-

;j,i;ii
g|P1if.j, E¡:,i¡iE¡ EE¡e:É
tres años.

; " . " :

E
nos, el de más dcfmitiyCl originalid3d. Sin embargo, en pocos El punto de partida es el sentimiento dc que en el amar ha

i€:i
á

poetas importantes se podr<Ín rastrear tanTzh fuentes como en ádquirido el poeta un enriquecimiento definitivo. El sentimiento
;

i
él. Pero las fuentes que le Yoy descubriendo son para mi nue- no se puede objetivar dir¿,ctamente y sale fuera de sí buscando

;
É

vos testimonios de su extremada originalidad. Ved un ejemp;o.


;

el adecuado resonador, el justo modo de realidad donde se ex-

=
Lope de Vega -;cuán diferemes, pero cuán parientes estos dos prese contagiosa y sugestivamente.
poctas!- escribió, gozándose en el fresco despertar del día:

!
s

!
Cerrar podrá mis ojos la postrera
Echen las mañanas
r,'ti;ill¡ii;
=
sombra, que me llevare el blanco día,
después del rocío
á

y podrá desatar esta alma mía

ii¡lílííii¡iíllfii
en espadas \e:'des

;
Hora, a su afán ansio~o lisonjera;
guarnición de lirios,
maS no de esotra parte en la· ribera
;

nsta es una de las fuentes de García Lorea, el poeta moderno


i;;;,:ili ur:l;i
más poroso a la tradición poética española, el que más cleme:).
r J
¡ dejará la memoria en donde' arma ...
i

,
tos incorpora y asimila de 18 poesía popular de todas las regio. ~ste es un modo de realidad en el que el poeta intuye un
¡

;
;

nes y de la poesí<! culta de todos los siglos. Pero no temáis que profundo sentido, una ejemplaridad radical: el sentimiento del
: 9 , - E t
¡
í

aproveche una fuentL' corno lifi descanso de su propio poetizar:


i

wrdo triunfo del amor, de lo indestructible ganado en 'el amar.


no temáis que se limite siquiera a acomodarla. ti se siente ser En busca dé realidad donde objetivarse, esa intuición sentimen-
É
¡
5

el poeta originario, se adueña estupendamente de la misillJ. tal deja de lado como insignificante la perduración de por· vida,
i

índole creadora del poeta antepasado, y elegantísimamente con. y empieza representando la realidad desde el momento de la
q
;

tinúa la imagen lopesL'a como si él mismo fuera Lope: inútil muerte. Lo que se presenta apasionadamente como inefi-
É

caz desde el primer verso es el límite natural, y ya todo el soneto


i

Con el aire se batían


'
¡qÉ; i : ; ; !
=: z¡¡iil

está diciendo que lo imperecedero adquirido en el amar escapa


;

la~espadas de los lirios.


a las leyes naturales:
É
r
áiii::

Ved. además, aquellos lirios tan campestres de Lope, qué nimbo


ú t , E ¡ , " " c
;¡l::*
;

simbólico adquieren de pronto. Pues estos dos \'ersos pertene. nadar sabe mi llama la agua fria
;

cen al romance de La casada i/lfie! y están justamente coloca. y perder el respeto a ley severa.
dos detrás de la escena de la conquista y como cambio brusco
i

Alma que a todo un Dios prisión ha sido,


de decoración. Los lirios de García Larca tienen en sí toda la
:

venas que humor a tanto fuego han dado,


tradición litúrgica de pureza de los lirios de las Anunciaciones. medulas que han gloriosamente ardido,
¡
1I
i,
...--

104 -Mater ia y forma en p.oesía La interpr etació n estilíst ica de los tcecxc'coc'___ lOS
su cuerpo dejará, no su cuidado ,

; ; : i ? i ' E : i * : E i r :Ea; z! s = r 3 q É=x ;: :e4


i : i : =r i gi é ;r ; : ; ; ; a é' lüi st i+r ex sB¿ ' '!i j5s :
desde el prinClplO, pues entonc es, ¿a qué ,endd a el haberl

;;á;;i::€É:l;:'lii i [ É i E ; " '

; ; : = : , " 1 : g : : : : F :l I$:f;c : i a F
i ! g i z ' ^ t ; n , ¿ i ; , : g" "
¡ i¡ :I IÉ;, :. .'*:. ¿i !i ;1 :-:h; €
: :
serán ceniza, mas tendrá sentido , o
disfraz ado de pobrez a en los cuarte tos? El sentim iento
polvo serán, mas poh-o enamor ado. se ha

* - i ! e . fá = ¡ r i g ; !ó ;3
ido estruc turand o, adquir iendo sus nota.,; constit utivas y
su
forma, a medid a que avanza ba el poema . La llama del
placer
;. i i3 ;; B:E;*lg;i 5 sí 3' Et -
Mi interés está en mostra r que la obra literar ia no sólo
r ; l : ¡ + 3E
es estétic o de la creació n, la lbma que aI·de con apetito de

j ; : : ,¡ 1 ; ¿¡iE
':'::;54:;:q=j*
:i::ÉEEii:_,éFi
una criatu ra con propio crecim iento en cuanto que en arder
ella más, es b que incend ia e ilumin a al sentim iento, al pensam
se van sucedi endo los pcnsnmiento.~, los sentim i::,ntos , las ien-
accio- to y a la fantasí a. De todas las intUIC iones e imágen es que
nes imagin adas, etc., sino que el sentim iento b6.sicü. no se
ya los presen tan en tumult o en el ánimo del poeta inspira do, el
sentim ientos; el pensam iento básico . no ya los pensam ientos; poeta
elige aquell as que más Jtinad ament e coopa en en la expres
la índole de la fantasí a, no ya las imágen es indiúd ualcs, ión
tienen del sentim iento. Es el sentim iento el que las husca y conjur
dentro del poema su propia histori a. Y no digo su crecim a
iento, para expres arse, pero no como el traduc tor que busca
porque eso da idea de un desarr ollo cuanti tativo y según en el
s

leyes diccion ario 13 palabr a corre~pond¡ente a la pal<lbr a de otro


biológ icamen te preyistZls. Es algo mucho más radica l; dur;:mte idio-
-
:i i ;

ma, sino como f2c!ore s que lo n!TI hacien do al tiempo que


la acción creado ra, mientr as el pocta se entreg a a la tensión lo
expres an. Es como si d sentim iento tendie ra hacia un
á

creado ra de su espírit u, el pensam iento básico o intuici perfil


ón, el ideal de si mismo ; y las intuici ones e imágen es elegida
sentim iento y la fantasí a se lanzan recípro camen te como s, con
car- el modo especi al de su presen tación , son bs que le van talland
gas eléctri cas, y cada uno va adquir iendo su definit i\'a estruc- o
l " r l
i

tura, su fuerza imprev ista, su pureza de diaman te. Esa forma- : I; ese perfil ideal.
i: i s r t ¡ 5 ¡ .

En el soneto de Ql,evec\o b primer a intuici ón que acude


;

ción del sentim iento, del pensam iento y de la fantasí a por


influ- para config urar y expres ar el estado sentim ental del poeta
jo recípro co, puede hacers e paso a paso, es decir, verso a es
d
;

Yerso; la de que, a pesar de la se\·era ley de la natura leza, algo


ú

t:
indes-

r - 9l F s q ü I r
puede a veces fracas ar si los ....ersos se sucede n sin el buscad
:eÁ::!€!.

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{ !z !.! 3. e i

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ó d ; - ; 6 . ! ;

o tructib le ha adquir ido en el amar. Desde luego, tambié


F g Á': E* E
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E _ : t d . u d

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enriqu ecimie nto, pero a veces una imagen que el sentim


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iento
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intui.ci ón de realida d es un modo indirec to de expres ión


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y el pensam iento encuen tran a la busca de su propia expres ión, del
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sentim iento, una especi e de transp osició n a la illacab able


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l É -o - 9 b -

hace saltar la chispa sagrad a, y de pronto , sentim iento y exten-


pensa- sión del tiempo , de Jo que en sí es intells idad sin tiempo . O
ü * :
É

q ; : , *

miento adquie ren milagr osa profun didad. Es lo que quisie sea,
d i a E

ra nos presen ta como eterno 10 que es intens ament e, plenam


mostra r a ustede s con este ejempl o de Queve do. Despué ente,
" gH€

s de vital. No se puede descon ocer la calidad poétic a de esta


los dos sereno s cuarte tos, de pronto el prime r terceto se intui-
inicia ción y su capaci dad expres iva, tanto por la realida d que presen
E d

con una apasio nada invoca ción a su propia alma, a sus -


venas, t8. (<<más allá de la muerte ») como por los proced imient os
L

a sus medul as: suges-


tÍYOS y artístic os de presen tarla: las inLlge nes, que recoge
n y
Alma que a todo un Dios prisión ha sido. reelab oran una glorios a tradici ón poética (somb ra postre ra
3!i
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que
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venas que humor a tanto fuego han dado, cerrar á mis ojos; las horas, condes cendie ntes con el afán
del
medula s que han gloriOs amente ardido alma, que la desata rjn; la vaga alusión a la laguna Estigia
.

); los
juegos rítmic os con los elemen tos mental es, a base de
repeti-
r¡l E Ác-

El sentim iento se ha hecho de repent e incom parabl ement


¡ - . 9 r
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(jones, \'ariad ones y oposic iones (cerra r podrá ... y podrá


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e más
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des-
rico y a la vez más traslúc ido, más profun do y ychem cnte, atar ... , mas no dejará ... ; sombr a.
más blanco día; llama ... agua
person alísim o y a la vez más univer sal. Impos ible gue, fría); la organi zación rítmic a de la materi a sonora en medid
en el as,
ánimo de Queve do, el sentim iento tuviera estas calidad rimas y acento s, Y, en fin. la sintaxi s misma , tan cargad a de
es ya emo·


106 - -- Alateria y forma er¡ poesía La interpretación estilística de los textos 107

:
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tividad, Y, sin embargo, ; qué pálidos resultan esos cuartetos miento, sino su mejor expr¿sión: el alma dejará su cuerpo, mas

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y qué débiles poéticamente, compzlrados con los tercetos~ Ape- nunca ya su desazón amoro:,,,; yenas y tuétanos se convertirán
nas son más qu~ la excelente presentoción mltológico-acadé, en ceniza (nuc\'a complicación imaginativa: las simbólicas ceni-
mica -hecha por un gran poeta- del pc:nsamiento trh'ial non zas de la terminología religiosa, y las cenizas de aquel glorioso
onmis moriar, aplicado al nmor. TodaYia el sentimiento no hJ. fuego del oma,'\ pero eS:l ceniza ya nunca más podrá ser pura
dado con el perfil de líneas ejemplares que anda buscando, materia, ya p"ra ':>iempre \'Í\'irá el sentido de ser ceniza de aquel
Pero dos imágenes tradicionales, la del fu"'go del amor (ardia) fuego, Cada una de las intuiciones auxiliares con que se expresa
y la mitológica de la laguna Estigiél q~le r¡enen los muel'tos que b inefable intuición t:nitoria \'Íene a labrar en el sentimiento
atravesar, al ser "i\'ificado:-, con fuerz;) imagir.ati,'a, son como una facd:l del diJ.mantc, haSTa que, por fin, la última consigue

;i::¡
1:1 espoleta que aguardab~¡ el explosi\'o, Como un rayo. ahonda darle. con la máxima simplicidad de elementos, esa m3ravillosa
el poeta ahora en la intuición intermc:diaria de la perduración transparencia de lUL cuajada, hace de él ese bloque luminoso
más allá de la muerte. y a trayé., de ",ji;;. llega a la dd ~entido de puro sentimie::lto ;: de puro :-,entido condensado que los
que le sine de bdse'. b cxnlW.da plenitud de b "ida en el 3mor. grandes poetas alC3nZCln en sus momentos de inspiración privi-
El sentimiento se aguza n la "el qu", se hace cL:.tri,'idente. El legiada: polvo senÍ11, mas polvo enamorado,

¡
sentimiento, ansiando expresarse, es el que 3hondo escrutado-
ramente en la imagen de que se atra\'esará sin perecer la lagu-
na de los muertos; y 10 que se imagina atra\':::~ando la Estigia,
nadando inmune sobre sus frías aguas letales, es algo estricta-
mente concreto y de experiencia traspasada de ,'ida, aquel ardor
del amar, la Ilam3. del frenesí. y la !lama, a su vez, con su apa-
rición imaginativa. configura definitiyamente al sentimienro y
le da su temple justo, su diapasón aposionado, su calidad única.
El sentimiento, al chr con la imagen dL" la llama, ha dado con~i­
go mismo; pues el ardía del YET<;O sexto ~. la llama del séptimo
no sólo son los que libertan por fin a un sentimiento ansioso
de manifestación, sino que támbién son sus formadores, son
como el precipitante que aparta de la materia sentimental aque-
llos únicos elementos que ,'an a formar el nue\'o cuerpo.
Y ya en el primer terceto el sentimiento alcanza su máxima
exaltación, tensión " pureza en esa alma, habitada de un Dios,
en esas venas, canales de fuego (la imaginería es aquí ricamente
complicada: también hay alusión al agua que en b fragua ali-
menta y aviva las brasas), en esas medulas y tuét:mos ardiendo
gloriosamente. Merced a la resonancia inextinguida de esa exal-
tación sentimental e imaginatiya. ya puede en el segundo ter-
ceto dar cuanta cabida quiera al pensamiento racion~¡Jmente
organizado, porque ahora la razón no es estorbo para el sentí-

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