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CAPÍTULO I

EL PROBLEMA

1.1 PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

La religión para algunos es una filosofía de vida, para otros una guía
espiritual, e incluso les permite compartir una forma de ver al mundo y de interpretar
los fenómenos que allí ocurren. Con este pequeño apéndice, se demuestra que la
religión influye en la vida de las personas y en su forma de actuar (conducta). De
hecho, en los inicios de la humanidad se concebía la existencia de un Derecho
Natura, que deviene de un ser “omnipotente”, según José Ramón Eljuri (1960; p.
314) “El “Ius Naturale” brota de la misma naturaleza del hombre y deriva de forma
obligatoria de Dios, pero es tan inmutable que ni por el mismo Dios puede ser
modificado”

Siguiendo esta línea de idea, de acuerdo con Miguel Omar Cevedo Marín
(2009; p.287) “Heráclito nos hablaba de un Derecho divino, Anaximandro de una
Justicia cósmica y luego Hipias nos menciona acerca de un Derecho no escrito (…)”,
el Derecho existe para normar la conducta de los individuos, la religión también
forma parte de un compendio de normas para regular la conducta de las personas;
yéndose por situaciones fácticas y cuestiones ético-morales.

Entre los derechos constitucionales y los Derechos Humanos se encuentra


la libertad de pensamiento, la no discriminación de sexo, raza o credo, el derecho a
la identidad sexual, el derecho a la vida. La problemática radica cuando se
encuentra en juego un derecho tan importante y necesario para la existencia como
es la “Vida” de un ser humano y se omite salvarla por una práctica religiosa que va
incluso más allá; a los límites de la superstición, siendo aquellas creencias
ampliamente extendidas pero irracionales que no se basan en la razón o el
conocimiento.
Para ejemplificar, los Testigos de Jehová, que entre su doctrina reitera en Levítico
17:10-14:
“Si cualquier hombre de la casa de Israel, o de los forasteros que
residen entre ellos, come sangre, yo pondré mi rostro contra esa
persona que coma sangre, y la cortaré de entre su pueblo.” “Porque la
vida de la carne está en la sangre, y yo os la he dado sobre el altar para
hacer expiación por vuestras almas; porque es la sangre, por razón de
la vida, la que hace expiación.” Por tanto, dije a los hijos de Israel:
``Ninguna persona entre vosotros comerá sangre; tampoco comerá
sangre ningún forastero que reside entre vosotros”
Creyentes y seguidores de esta práctica afirman “Debemos tener cuidado de
no usar mal la sangre” –Razón por la cual no aceptan transfusiones–, es decir,
cuando alguno de los infantes requiera de emergencia un tratamiento de esta
naturaleza, se omite por no faltar a esa doctrina.

Esto no solo abarca transfusiones, sino que prácticas similares que van más
allá e incluso pueden influir de forma negativa en conducta de las personas; quienes
guiados por el fanatismo llegando a actuar con una conducta extremista;
manifestando, obrando e inclusos siendo capaz de ir en detrimento de la integridad
y los derechos que poseen los demás individuos presentes en sociedad que no
compartan una misma creencia. Si la existencia de un ser superior fuese probable
o improbable ningún individuo tiene la potestad de decidir sobre la vida de los
demás, ni cuestionar las prácticas ajenas siempre y cuando no vulneren la
integridad ajena.

Siguiendo con la idea anterior sobre el diagnóstico y la cura –siempre que


exista alguna probabilidad médica que permita mantener con vida a un niño, niña o
adolescente–, la misma no debe ser negada ni mucho menos ser omitida, aunque
el infante no pueda decidir por sí mismo en vista de que es dependiente de un adulto
–en el caso de que el adulto practicara alguna creencia religiosa que incluya
prácticas extremistas o cuyos postulados no sujetos al principio de corregibilidad
que posee la ciencia; siga siendo supersticioso.

Las prácticas extremistas, degradantes que colidan con el ordenamiento


jurídico vigente y que incurren en una violación flagrante de los Derechos Humanos
y de la integridad del ser humano, sea adulto, niño, niña o adolescente
(independientemente de su sexo o raza), a que refiere la presente son: circuncisión
masculina, castigo físico, dote y precio de las novias, mutilación genital femenina
(ablación), tabúes alimentarios, privación de alimentos, alimentación forzada, ritos
de iniciación de bandas, crímenes de "honor”, matrimonio infantil, rechazo de
intervenciones médicas necesarias, aislamiento durante la menstruación, extracción
de órganos, violaciones correctivas, asesinato ritual, abortos selectivos en función
del sexo e infanticidio femenino, asignación de sexo a niños intersexuales,
esclavitud infantil, esclavitud sexual ritual, extracción de los dientes de leche,
mutilación de la úvula y otros similares.

Es prudente tomar en cuenta el principio del Interés Superior del Niño, Niña
o Adolescente, así como la Carta de la Declaración de los Derechos Humanos, en
relación con las denuncias admitidas en los órganos competentes a tal fin como por
ejemplo el Consejo de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes. Recordando que
el hecho de no actuar ante las injusticias teniendo la oportunidad de hacerlo, es ser
cómplice de un delito, es ser un espectador de atrocidades. No es moral ni mucho
menos ético, ni siquiera de Dios, dejar pasar situaciones de este tipo.

1.2 JUSTIFICACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN.

Considerando lo estipulado en el Artículo 1 de la Carta de la Declaración de


los Derechos Humanos en el cual estipula “Todos los seres humanos nacen libres
e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia,
deben comportarse fraternalmente los unos con los otros” y el artículo 2 “Toda
persona tiene los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin
distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier
otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier
otra condición(…)”

Los derechos humanos son aquellos inherentes al ser humano consagrados


en el ordenamiento jurídico, desde su norma supra –la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela-, hasta los Códigos, las Leyes Orgánicas, las leyes
especiales, los convenios internacionales y demás tratados suscritos por la
República, en función de velar y garantizar un ambiente de libertad, justicia y paz.

Destacan el derecho a la vida, libertad de expresión, educación, vivienda,


participación política, alimentación, entre otros. El hecho de que un individuo intente
vulnerar o privar –de forma directa o indirecta el libre desenvolvimiento y el goce
respectivo de estos–, tendrá la potestad, la persona cuyo derecho le haya sido
flagelado de acudir ante los organismos pertinentes y competentes del estado para
que se le garantice y se le proteja. Los Derechos Humanos son universales,
indivisibles e interdependientes. No obstante, a pesar de que los Derechos
Humanos se encuentran consagrados en normativas nacionales e internacionales,
en muchos lugares del mundo son transgredidos de muchas maneras.

Es prudente comenzar con definir “Derechos Humanos”, debido al tema que


nos apremia, el cual viene siendo la “Libertad de Cultos”, que se encuentra
enmarcada en la Carta de la Declaración de los Derechos Humanos en su Artículo
18:

“Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de


conciencia y de religión; este derecho incluye la libertad de cambiar de
religión o de creencia, así como la libertad de manifestar su religión o
su creencia, individual y colectivamente, tanto en público como en
privado, por la enseñanza, la práctica, el culto y la observancia.”

Y, en la Constitución de la república Bolivariana de Venezuela


respectivamente en su Artículo 59:

“El Estado garantizará la libertad de religión y de culto. Toda persona


tiene derecho a profesar su fe religiosa y cultos y a manifestar sus
creencias en privado o en público, mediante la enseñanza u otras
prácticas, siempre que no se opongan a la moral, a las buenas
costumbres y al orden público. Se garantiza así mismo, la
independencia y la autonomía de las iglesias y confesiones religiosas,
sin más limitaciones que las derivadas de esta Constitución y de la ley.
El padre y la madre tienen derecho a que sus hijos reciban la educación
religiosa que esté de acuerdo con sus convicciones. Nadie podrá
invocar creencias o disciplinas religiosas para eludir el cumplimiento de
la ley ni para impedir a otro u otra el ejercicio de sus derechos”
Se desprende de lo antes mencionado la relevancia que posee la “Libertad
de Cultos”, tanto en el desempeño de la vida cotidiana de los niños, niñas y
adolescentes como en la libertad que los mismos tienen para elegir una determinada
creencia religiosa o en su defecto no hacerlo. Por tanto, todo individuo
independientemente de su raza, sexo o credo debe ser respetado por sus
convicciones siempre y cuando las mismas no vayan en detrimento de lo estipulado
por el ordenamiento jurídico. En definitiva, ninguna persona podrá ser obligado a
renunciar a sus creencias, ni mucho menos ser coaccionado o vejado –en
cualquiera de sus modalidades, es decir, física, psíquica y moralmente–, por poseer
una creencia distinta.

El propósito y la relevancia de la siguiente yace en analizar en “cómo” se


aborda esta situación si se presenta un caso de esta índole en los organismos de
administración de justicia del Municipio Maneiro, como el Consejo de Protección de
Niños, Niñas y Adolescentes, el tipo de situación en dónde las prácticas extremas u
omisiones mencionadas anteriormente –utilizando como base de excusa; la
religión–; degraden o atenten contra integridad de un niño, niña o adolescente.

Se analizarán diversas religiones en función de buscar un equilibrio para


resolver de forma tal en que se de garantía al interés superior del niño, niña o
adolescente, para que puedan desenvolverse en un ambiente de libertad, lejos de
la hostilidad en que puedan manifestar sus creencias religiosas sin ser juzgado por
ello y también desarrollarse y hacer sus actividades diarias sin que se le sea
impuesta una creencia que le degrade como ser humano.

De lo anteriormente expuesto surge una serie de interrogantes que son


determinantes para el desarrollo de la presente: ¿Cuál es la situación actual en el
aspecto de los derechos humanos desde el punto de vista crítico y jurídico en la
actualidad?, ¿Cuáles son los efectos positivos y negativos de la religión sobre el
derecho a la vida? Y, ¿De qué manera afecta a los niños, niñas, adolescentes la
religión frente a otros derechos en su desarrollo?

1.3 OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN.


1.3.1 GENERAL.
Análisis de los derechos y garantías de ley sobre el Derecho a la vida, la
libertad de pensamientos y el libre desenvolvimiento de los Niños, Niñas y
Adolescentes en relación a la Libertad de Cultos en función de la protección de la
integridad física, psíquica y moral en el Municipio Maneiro del Estado Nueva
Esparta.

1.3.2 ESPECÍFICOS.

Analizar los derechos y garantías de los Niños, Niñas y Adolescentes desde


el punto de vista crítico y jurídico en la actualidad.

Determinar los efectos positivos y negativos de la religión sobre el derecho a


la vida y el libre desenvolvimiento del niño, niña o adolescente.

Evaluación general en función a de qué manera afecta a los niños, niñas


adolescentes la religión frente a otros derechos en su desarrollo.

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