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CULTURA CIUDADANA

A la hora de hablar de cultura ciudadana es importante saber primero su definición, el


término cultura, del latín <<cultus>>, hace referencia al cultivo del espíritu humano y de las
facultades intelectuales del hombre. La ciudadanía, complementa, con el grupo de personas
pertenecientes a un estado que reciben ciertos derechos a cambio de ciertos deberes.

En Las antiguas civilizaciones como Grecia y Roma, la ciudad representaba un factor importante en
el desarrollo de la sociedad ya que concebía el progreso de la cultura y daba espacio al hombre para
ser verdaderamente hombre, con ello su felicidad se encontraba en la madurez de la sociedad y es
allí mismo como sujeto de conocimiento que representaba el papel de animal político, Su
verdadera esencia. Es así que tanto como griegos y romanos coincidían de la ciudad como la
cuna de la conciencia y el pacto de ayuda mutua, con ello entrelazaría los valores con el sentido
de la pertenencia y aseguraría el propósito del ser humano

teniendo en cuenta esto, se entiende por cultura ciudadana el conjunto de comportamientos,


valores y percepciones que comparten los miembros de una sociedad que determinan las formas y
la calidad de la convivencia, esto a su vez influyen sobre el respeto del patrimonio común
facilitando o dificultando el reconocimiento de los derechos y deberes de cada ciudadano.

Un punto clave en la comprensión de este concepto es llevarlo a la complejidad de la globalización,


es por eso que la cultura es y será mucho más que arte, gastronomía, danza o música, una prueba
de ello es la misma Europa, llena de países con encanto propio he historias tras las paredes de cada
ciudad y es que, la percepción de criminalidad o de intolerancia se refleja en la taza casi perfecta de
los países menos violentos.
Cuando hablamos de globalización también hay que hacer referencia al entorno familiar y es la pre-
modernidad que yace acostada al borde de la muerte, el constante riesgo de perder los valores y
principios amenazan con volver del mundo un lugar hostil donde el individuo no crece sino decrece
con la sociedad.

Uno de los países con mayor conflicto en Latinoamérica es Colombia y si quiera es necesario mirar
los índices mundiales para darse cuenta de ello, la pobreza y la violencia es el pan fresco de cada
día, los problemas tan pequeños como un empujón accidental en una fila termina en el escándalo
de sangre en una prensa amarillista, que por cierto termina siendo un negocio muy rentable. Es así
que Los colombianos somos por defecto morbosos, adictos a la hostilidad sino miren nuestras
novelas ¿Qué no es el narcotráfico la figura más aclamada? No son los barrios humildes el nido de
bestias y horrores.
Esa querida imagen que sintonizan en la televisión, los videojuegos donde entre más asesines más
puntos ganas, los estereotipos de belleza, la ley del más fuerte.

La ausencia del mismo estado y la falta de competitividad nos hacen salir de nuestros hogares con
la mirada fija y la guardia puesta, siempre a la defensiva ante el mundo porque se nos enseñó que
era malo pero no que la maldad es nuestra, donde es tan común encontrar basura en las calles y
educar a los niños con que existen mentiras “piadosas”, que el que habla e intenta cambiar las
cosas busca la muerte y el al que todo lo quiere fácil, da la muerte.

Algo tan sectorial como La modernidad no debería seguir una línea tecnológica o modas pasajeras,
debería ser una acción para adquirir y construir conocimiento, una imaginaria perspectiva donde no
se nos señale con el dedo las ideas más locas, más bien la oportunidad de corregir y seguir
creciendo como individuo y comunidad.

Todo se entrelaza a la calidad de vida que tienen las personas, un ejemplo: juan es un padre cabeza
de familia de dos hijas, trabaja como domiciliario en una empresa privada de domingo a domingo
ganando un salario básico ¿Qué puede pasar? La ausencia de la figura paterna en el hogar a causa
de su trabajo puede provocar que se pierda de muchos de los momentos con sus hijas, los
problemas maritales, económicos, la exigencia de cubrir los servicios básicos del hogar, la
separación del núcleo familiar, demandas de manutención, conflicto. Esa es ruleta casi eterna que
padece las familias colombianas y es ahí, donde nos damos de cuenta que trabajamos para
sobrevivir y no para servir. El problema contemporáneo de un mundo consumista.
Con este planteamiento no se busca justificar el comportamiento inadecuado de las personas
puesto que los valores y principios deberían influenciar más que el dinero. Que se le enseñe a un
niño de hogar humilde a respetar a una mujer incluso cuando no viva con su madre, es aquí donde
debemos saber educar y llegar a las mentes jóvenes que por su puesto es un reto complicado pero
tampoco imposible.

La educación debería ser plan especial de desarrollo para entre los más “grandes”, incluirles el
sentido de pertenencia y hacerles ver que un buen comportamiento no es parte de algo débil si no
al contrario, de algo que a pesar de las circunstancias adversas permanece fijo es sus valores y
convicciones, el amar a su patria sin ser esclavo de ellas y hacer críticas que construyan y no dañen.

Por su puesto el reto es también salvar a las familias, a tener no solo responsabilidad sino
corresponsabilidad, a creer en ellas mismas, donde la competencia ciudadana no sea una catedra
sino una forma de vida. Donde el estado le dé el valor que merece, el espacio, la oportunidad de
propuestas laborales entre ellas y que sea la post-modernidad la visión íntima de una lucha
competitiva sana

Es de aquí que cultura ciudadana no debería de seguir un modelo de tendencia (algo pasajero) si
no que debería inclininarse a la megatendencia (que dura) para que se pueda corregir el presente y
vivir el futuro, donde nuestra querida constitución no comience con “asegurar la vida”, donde el
conflicto no se solucione con el silencio de la muerte, la salud no sea un negocio, la política un
sinónimo de corrupción y la educación : la oportunidad de saber cómo comprender que solo
saber.
Puede que sea un poco complicado, nadie dice que sea una tarea fácil, pero mientras que unos
están aferrados en hacer de este estado algo mejor hay otros que hacen de este un estado mejor,
tu puedes marcar la diferencia entre la multitud. Botar y Recoger la basura que veas en la calle,
ceder tu puesto a alguien que lo necesita, decir buenos días, buenas noches o gracias, de dialogar,
sonreír, de participar en la sociedad, de ejercer tus derechos como también deberes…

es cierto que no puedes cambiar el mundo de un golpe pero puedes hacerlo tu.

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