Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Mark Amerika
+ A este respecto, está también la cuestión del llamado "arte literario" y la creciente
popularidad del modelo de publicación en red que no sólo permite a los autores localizar
sus audiencias en máquinas conectadas desde cualquier lugar del mundo, sino que
también posibilita el desarrollo de entornos multimedia más flexibles en que poder
darse los mundos de la narración. Una cuestión que se impone, en el caso del nuevo arte
narrativo en la red, es qué ocurre con los conceptos inicialmente propuestos por un
artista cuando estos son eventualmente reutilizados por una constelación de artistas
asociados, colaboradores, en una obra-en-proceso fluida cuya mezcla digital
transdisciplinar está siempre fluyendo. ¿Dónde queda nuestra idea del sujeto creador o
el autor autónomo cuando son múltiples servidores los responsables de distribuir el
objeto-red colectivo? ¿No es eso algo que de hecho está ocurriendo ya en la red?
+ La en tiempos novedosa idea de recoger historias, de manera que pudieran ser unidas
por la rígida espina del libro -y su esclavizadora ley del copyright- se disuelve en la
práctica pop-vanguardista del "navegar-mezclar-manipular", una práctica activista de
generación por remezclado que reconvierte al autor en un artista virtual que navega en
el ciberespacio comprometido con la remezcla improvisada de los objetos digitales que
encuentra distribuidos en la www. En semejante escenario, el autor-como-artista-virtual
pone especial énfasis en reconfigurar sus prácticas narrativas centrándose doblemente
en el contenido y en el código del programa, apropiándose fragmentos seleccionados de
datos para aportarlos a una red de participantes interactivos a todo lo ancho del espectro
geopolítico. Semejante entorno de narrativa en red, post-novelístico, es infinitamente
expandible, y siempre está puesto al día. Protocolos de red difícilmente asequibles para
los artistas hace apenas tres años son ahora responsables de que se haya creado una
producción creciente de mundos de ficción cuya forma narrativa está cristalizando en
una presencia continua que encuentra su hogar en la electrosfera. Desde luego, algunos
comentadores sociales antimáquinas y algunos críticos elitistas de lo mediático
intentarán hacernos creer que esto es El Fin de Algo Terriblemente Importante (puede
que su privilegio tardocapitalista sobre el derecho a apropiarse de ideas que realmente
pertenecen a todo el mundo).
+ Para aquellos que hemos pasado mucho tiempo practicando la escritura novelada,
como una poderosa y subversiva actividad tex-céntrica, la cuestión es perturbadora.
Quizás la mejor respuesta, en un contexto diferente, la tenga Ronald Sukenick cuando
afirma: "el esfuerzo de la literatura es siempre moverse más allá de la literatura, más
allá de cualquier definición de particulares realidades lingüísticas, más allá del lenguaje
mismo -para cambiar el mundo en que vivimos". Este deseo del siglo XX de ir más allá
de la literatura, los libros, el uso transparente del lenguaje y los varios marcos
lingüísticos que bloquean nuestro impulso creativo a saltar todas las normas de
comportamiento convencional, para lograr cambiar los mundos de vida, puede ser visto
como el impulso motor de muchas de las actividades asociadas con los futuristas
italianos y rusos, con el dadaismo, el letrismo, el situacionismo y el movimiento pop. Es
un deseo que Richard Lanham, en su "El mundo electrónico", sugiere "implica una
completa renegociación de la relación alfabeto-imagen sobre la que se construye un
pensamiento basado en la eventualidad de su posible impresión".
+ Una de las alternativas que intenta explorar la sección "Hyper-X" de Alt-X (de la que
los Estudios Digitales es la última encarnación) es lo que antes he llamado un
"exposicionismo creativo", una situación en que las obras en progreso de los net-artistas
son mostradas en un espacio virtual que opera como una instalación en red a la que el
participante interactivo, frente a frente los protocolos de transferencia ahora accesibles a
la mayoría de los usuarios de ordenadores, puede continuamente volver.
+ ¿Y qué ocurriría si los artistas responsables del desarrollo de una experiencia artística
en la red estuvieran por un empleo constante de la fluidez del medio digital para
continuamente reconstruir, quitar o alterar la obra siempre que les viniera en gana?
¿Constituye el objeto de arte virtual -en continua transformación en la red- una nueva
forma de devenir estético que hace del estar en el ciberespacio un arte en (y de) sí
mismo? ¿Hemos llegado a un punto en el que la propia red no puede ser mercantilizada
y sólo algunos artistas "de marca" tienen el potencial de generar la clase de valor-de-red
que las Grandes Instituciones Culturales querrían comprar? ¿Y qué comprarían: el
exclusivo uso (compartido), una licencia carnal o amor a la venta? Tarde o temprano,
todas estas cuestiones deben ser planteadas, y sólo espero que eventos como estos
"Estudios Digitales: ser en el ciberespacio" nos fuercen a afrontarlos más rápido de lo
que realmente querríamos.
Mark Amerika
Co-organizador
ESTUDIOS DIGITALES: SER EN EL CIBERESPACIO