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Introducción

A la piel también se le conoce como tegumento, mientras que el sistema tegumentario


incluye la piel y sus órganos accesorios (el pelo, las uñas y las glándulas cutáneas). Se
atiende más a este sistema de órganos que a cualquier otro, pues es el más visible y su
aspecto afecta de manera importante las interacciones sociales. La piel es el órgano más
grande y pesado del cuerpo. En adultos, cubre un área de 1.5 a 2.0 m2 y representa casi
15% del peso del cuerpo. Consta de dos capas: un epitelio escamoso estratificado al que
se le denomina epidermis y una capa de tejido conjuntivo más profundo, la dermis.
Debajo de la dermis se encuentra otra capa de tejido conjuntivo, la hipodermis (Saladin,
2013).

En los invertebrados el tegumento suele presentar una capa monoestratificada de células


vivas con una morfología diversa que depende de la especie. Dependiendo del grupo
animal es posible que existan glándulas, generalmente unicelulares. La capa basal es
lineal y la dermis suele ser escasa o inexistente. En los animales más primitivos, como
las esponjas, los celentéreos y los platelmintos, encontramos tegumentos no cuticulares
mientras que en el resto el tegumento sí presenta cutícula, una estructura muy compleja
de naturaleza glucoprotéica (Escaso, Martínez & Planelló. 2010).

En los vertebrados, se puede decir que desde los más primitivos hasta los más derivados
se produce un incremento del número de estratos, de tal manera que en los animales
terrestres aparece una capa más superficial formada por células queratinizadas (células
muertas que se van perdiendo y sustituyendo con el paso del tiempo), es decir, células
con alto contenido en una proteína denominada queratina. De esta forma se pueden
distinguir distintos tipos de células epiteliales siendo las que se encuentran en la base las
que se dividen transformándose conforme se dirigen hacia la superficie (Escaso,
Martínez & Planelló. 2010).

A nivel de elementos secretores, se produce un aumento de las glándulas pluricelulares


a partir de anfibios y en cuanto a la dermis, se diferencian dos capas una vascular y una
reticular. Es en la dermis donde se encuentran los elementos nerviosos, vasculares y
musculares del tegumento. Por último, es posible encontrar distintos anexos que se
generan a partir de la piel como son las escamas, las plumas o el pelo, generalmente con
función protectora, en los peces la piel es pluriestratificada y se recubre de moco, por lo
que es muy resbaladiza. Las células glandulares se encuentran dispersas entre las
epidérmicas y en la dermis a menudo se pueden encontrar células pigmentarias
responsables de los colores que presentan (Escaso, Martínez & Planelló. 2010).

El objetivo de la práctica fue demostrar la capacidad que tiene el pelo de modificar su


forma frente a estímulos ambientales.
II. Material y métodos

Procedimiento 1:

Escoger un mechón de pelo de un estudiante, agregar agua al mechón, luego colocar un


rulero en el mechón de cabello, esperar por 10 minutos si es pelo fino, 25 minutos si es
cabello mediamente fino y 40 minutos si es cabello rígido. Después de ese tiempo quitar
el rulero ver forma del cabello y agregar agua. Comparar con otro mechón, describir
resultados.

Procedimiento 2:

Escoger un mechón de pelo de un estudiante, agregar líquido acidificante, colocar el


rulero en el mechón, esperar por 10 minutos si es pelo fino, 25 minutos si es cabello
medianamente fino y 40 minutos si es cabello rígido, después de ese tiempo agregar
líquido neutralizante durante 20 minutos, esperar y quitar los ruleros. Agregar agua y
peinar, describir los resultados comparándose con otro mechón.

III. Resultados

Procedimiento 1:

No se vió ningún cambio al agregar agua al mechón de pelo, al comparar con otro
mechón tenían la misma forma.

Procedimiento 2:

Después del proceso, y de agregar agua el cabello se mantuvo en forma de onda,


comparando con otro mechón de pelo, el mechón que tenía los líquidos era en forma de
onda mientras que el otro era lacio había una gran diferencia en la forma.

IV. Discusión

Si enrollas tu cabello húmedo en tubos o rulos y los dejas secar, los puentes de
hidrógeno volverán a formarse en lugares ligeramente distintos y mantendrán el cabello
ondulado. Sin embargo, la mínima cantidad de agua, incluso la contenida en el aire,
permitirá que estos puentes de hidrógeno recuperen su configuración natural (Audesirk,
Audesirk, Byers. 2008).

La práctica coincide con lo que dice el autor, a la hora de soltar el mechón de pelo que
estuvo con agua sostuvo una forma ondeada leve pero a la hora de agregar agua este
perdió la forma y volvió a estar como era antes como si no hubiese sufrido cambios.

Cuando el cabello lacio se le da un “ondulado permanente”, se aplican dos lociones: la


primera rompe los puentes de disulfuro y desnaturaliza la proteína; luego de que el
cabello se enrolla firmemente en rulos o tubos, se aplica una segunda loción que vuelve
a formar los puentes disulfuro. Los nuevos puentes disulfuro conectan nuevamente las
hélices de queratina en las nuevas posiciones determinadas por el rulo. Estos puentes
nuevos son permanentes y transforman genéticamente el cabello lacio en cabello
“bioquímicamente ondulado” (Audesirk, Audesirk, Byers. 2008).

Cuando se trabajó con los líquidos tanto acidificante como neutralizante, se describió lo
que dice el autor, el pelo se mantuvo en forma de onda debido a que hubo intervención
de químicas que alteran las proteínas que forman el pelo así como los puentes en este
caso de disulfuro e hidrógeno. Permitiendo que el pelo se quede de forma permanente
ondulado.

V. Conclusiones

Hubo modificación de la forma del pelo cuando se le agregaron líquidos que contienen
químicos lo cual provocó alteraciones en la composición del pelo logrando que este sea
ondulado de forma permanente sin importar que se le agregue agua. Caso contrario
cuando se le agregó solo agua al pelo y luego se puso en un rulero este obtuvo forma de
onda pero luego de agregarle agua volvió a su forma original, debido a que los puentes
de hidrógeno vuelven a su estado original.

VI. Referencias Bibliográficas

Saladin, K. (2013) Anatomía y Fisiología. La unidad entre forma y función sexta


edición. McGraw-Hill Interamericana Editores, S.A, España.

Escaso, F. Martínez, J & Planelló, M. (2010) Fundamentos básicos de Fisiología vegetal


y animal. Editorial Pearson Educación S.A, España.

Audesirk, T. Audesirk, G. Byers, B. (2008) Biología: Ciencia y Naturaleza segunda


edición. Pearson Educación S.A, México.

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