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HABILIDADES COMUNICATIVAS
PROFESOR: CARLOS H. ESPINOSA S.
Con este titular y cuestionamiento, La Vanguardia Liberal daba la noticia del asesinato del
niño Reyes Sanabria ocurrido entre el tres y cuatro de Octubre de 1921 en inmediaciones
del ground de football1 en el Llano de La Mutualidad, en la parte oriental de Bucaramanga,
en los terrenos que hoy ocupa el barrio San Francisco.
Pero, ¿para qué recordar un crimen que ocurrió hace casi un siglo? Sin tratar de justificar ni
juzgar acciones de ningún tipo y aparte de describir la forma como ocurrió la violación y el
posterior asesinato del adolescente, el objetivo de este artículo es mostrar que los crímenes
contra los menores de edad no son un asunto nuevo; la cuestión radica en que después de
1945 con la creación de la ONU, los derechos humanos son reconocidos alrededor del
mundo y en países como Colombia los derechos de los niños han sido objeto de atención en
los últimos años por parte de los legisladores como en el caso de la Senadora Gilma
Jiménez (q.e.p.d) quien durante su estadía en el Congreso de la República trató que las
penas fueran cada vez más severas y hoy lo hace su hija; incluso propuso la cadena
perpetua teniendo como argumentos el daño psicológico que muchas actitudes puedan
causar a los infantes con el consiguiente detrimento del tejido social del país. Otra
diferencia es que en el pasado, delitos como la violación infantil masculina no eran
denunciados y sólo en algunas oportunidades se conocían, como es el caso en cuestión;
además, se daban al interior de una sociedad poco consciente del valor de la niñez y
adolescencia.
ANTECEDENTES
¿Quién era el occiso? Reyes Sanabria era un joven de diez años, hijo de Fermín Sanabria y
Dominga Beltrán que se desempeñaban como trabajadores en una de las fincas de
Alejandro Puyana, un reconocido negociante de la ciudad. En el momento del crimen el niño
1
Léase cancha de fútbol. Las publicaciones de la época registraban el fútbol de esta manera debido a que era un
deporte poco conocido en el país; en el caso bumangués, era practicado en el Colegio San Pedro Claver desde
comienzos del siglo veinte.
vivía en la casa de Carlos e Isabel Reyes en el centro de Bucaramanga donde colaboraba
en oficios varios y había trabajado con esa familia en varias oportunidades.
HECHOS
La noche del crimen, a eso de las ocho y media, Isabel Reyes mandó al joven a la calle por
leña; tan pronto como regresó, volvió a salir sin que ella se percatara y aunque notó su
desaparición y la reportó a los padres, se enteró de los sucesos dos días después cuando
fue encontrado muerto.
Una vez se denunció la desaparición y por informaciones de los moradores, la policía se dio
a la búsqueda y llegó al lugar de los hechos; allí encontraron al niño “inclinado de medio
lado, con los pantalones caídos y con una herida penetrante en el cuello, de oreja a oreja
que casi le desprende la cabeza.”2 Posteriormente fue conducido al anfiteatro donde los
doctores Roberto Serpa y Martín Carvajal le practicaron la autopsia y entre las conjeturas
que se empezaron a tejer surgió la tesis que el homicidio no había sido perpetrado por un
“gamín” teniendo en cuenta la herida hecha en la garganta. Esta hipótesis se basaba en que
el joven tenía dos heridas: una en el cuello y otra debajo del pubis, ésta última era una
práctica común en la época porque permitía el sangrado rápido y por ende la muerte, pero
en este caso, el niño murió degollado. Para reforzar la tesis, a metro y medio del cadáver
fueron encontrados la cachucha y el cinturón que “fue quitado cuidadosamente porque
estando añadido con una cabuya, ésta no se rompió. Hallamos materias cerca y no se le
halló dinero.”3, concluyó el reporte de las autoridades.
EL SINDICADO
Florentino Silva era oriundo de Rionegro, Santander cuyos padres eran Pío Silva y Felipa
Mantilla4 que fungían como agricultores; desde niño había mostrado afición por la música
de cuerda, luego se desempeñó como cochero e incluso escribía poemas que para algunos
resultaban extraños5. En el momento del crimen contaba con veintiséis años de edad,
bastantes para la época; una vez se radicó en la ciudad, empezó a trabajar como cigarrero
debido a la alta demanda de esta ocupación en la ciudad. Físicamente tenía ojos y cabello
negros, cejas anchas, nariz normal, boca grande, labios gruesos, frente plana, piel morena,
2
La Vanguardia Liberal. Miércoles, 5 de Octubre de 1921. Año III. No. 636. p 1. col. 1.
3
La Vanguardia Liberal. Miércoles, 5 de Octubre de 1921. Año III. No. 636. p 1. col. 2.
4
La Vanguardia Liberal. Martes, 6 de Junio de 1922. Año III. No. 839. p 4.
5
En La Vanguardia Liberal del Lunes 5 de Junio de 1922 p 4 hay una colección de los escritos de Silva.
voz aflautada, barba escasa y vivía en la posada de Sofía Navas en las inmediaciones del
Parque Centenario.
Una vez denunciado el crimen, la policía empezó a investigar y fueron detenidos como
sospechosos Rosana Rodríguez y su hijo Encarnación Arenas, Chinca Badillo, Carmen
Sanabria, Rodolfo Fonce, José A. Cote, Leonidas Martínez y diez y nueve chicos
limpiabotas; todos ellos fueron llevados a indagatoria6.
Durante el proceso penal, Silva alegó estar en un alto estado de embriaguez debido a que
en la noche del crimen había estado tomando chicha y aguardiente en compañía de algunos
amigos, que una vez fueron indagados, afirmaron que Florentino era consciente de sus
actos.
6
La Vanguardia Libera. Jueves, Octubre 6 de 1921. Año III. No. 637. p 4.
7
La Vanguardia Liberal. Viernes, Diciembre 23 de 1921. Año III. No. 703. p 4.
8
La Vanguardia Liberal. Martes, Junio 6 de 1922. Año III. No. 840. p 3. No obstante, se desconoce los poemas
escritos por Florentino Silva.
LA CONFESIÓN
Después de consumir licor, Florentino se dirigió al Parque Centenario y en una de las
bancas estaba el niño Reyes Sanabria a quien le ofreció cincuenta centavos por tener
relaciones sexuales; una vez aceptada la propuesta, los dos caminaron por la Avenida
Camacho Carreño -hoy carrera diecinueve- hasta un potrero en el Llano de La Mutualidad
que en ese entonces no estaba urbanizado. Después de la violación, Reyes amenazó a
Florentino con contarle a sus padres y la policía lo sucedido. Al verse en esta situación,
Florentino pasó de ofrecerle cincuenta centavos a un peso y como el joven no accedió, le
propinó una herida en el bajo vientre para que se desangrara, pero pasada media hora le
ocasionó otra en el cuello que lo llevó al deceso en cuestión de minutos. Un interrogante que
surge es ¿era consciente el niño de la propuesta? Esta incógnita emerge tomando como
base las condiciones educativas que en materia sexual se vivían en el país de los años
veinte, cuando temas de índole sexual eran considerados tabúes. Por lo tanto, cuando el
niño amenazó a Florentino de contar lo sucedido, posiblemente lo hizo siguiendo un instinto
de protección y de sentir cómo su espacio personal había sido transgredido.
En otro aparte del diario se puede leer: “Cuando me retiré de allí, a pesar de mi embriaguez,
me entró el arrepentimiento y pretendí salir inmediatamente para Venezuela” manifestó
Silva. Posteriormente se dirigió a la posada y “observé bien con la luz de una vela si la ropa
estaba ensangrentada, vi que no y por consiguiente al otro día me la volví a poner... No me
explico por qué no se ensangrentaron mis ropas.”
Pero, ¿por qué se demoró en aceptar la autoría del crimen? Según el sindicado, “me daba
pena confesar la verdad y como soy un hombre pobre y trabajador, temía como temo la
prisión y el sonrojo que tenga que pasar con mis amigos y relacionados”.
Una vez capturado, Florentino fue juzgado por los delitos de homicidio, fuerza y violencia y
su defensor fue el Doctor Ricardo Serpa9; el proceso se desarrolló en el Juzgado Segundo
Superior a cargo del Doctor Manuel Serrano Blanco. Nueve meses después del crimen,
Silva fue declarado “responsable de haber abusado por la fuerza y ocasionado la muerte de
Reyes Sanabria con premeditación, alevosía, con actos de ferocidad y con el propósito de
impedir que se descubriera otro delito” 10 y finalmente fue condenado a veinticinco años de
presidio.
9
En La Vanguardia Liberal de Octubre 6 de 1921, el defensor pedía “la defensa social” por el crimen del llano
pero no queda claro la dimensión jurídica de sus palabras.
10
La Vanguardia Liberal. Jueves, Julio 20 de 1922. Año III. No. 877. p 4.
Esta noticia causó revuelo en la Bucaramanga de ese entonces que daba los primeros
pasos hacia la industrialización por medio de incipientes fábricas y fabriquines y donde el
trabajo femenino e infantil fueron claves para su desarrollo; este hecho ayuda a explicar la
presencia del niño en la posada de los Reyes desarrollando “oficios varios en calidad de
colocado”. Y mientras que en la ciudad y el país la mano de obra infantil se vislumbraba
como fuerza de trabajo, en Europa y otras sociedades era mal vista e incluso penalizada.
Carlos H. Espinosa S.
Candidato a Doctor en Historia UIS
carloshumbertoe@gmail.com
Con base en la lectura del artículo “El espantoso crimen del llano” responda
las siguientes preguntas:
I. Idea principal del texto: mostrar casos de abuso infantil a través del tiempo
en Colombia