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EL RITMO DE LA SALUD

En la actualidad la música se usa con bases científicas para obtener cambios físicos, de conducta y
emocionales, tanto en niños como en adultos y personas de la tercera edad para mejorar síntomas y
secuelas de algunos padecimientos y para mejorar la calidad de vida de todas las personas.
Podríamos mencionar la musicoterapia, definida como “el uso de la música para mejorar el
funcionamiento físico, psicológico, intelectual o social de personas que tienen problemas de salud o
educativos“ ( Bruscia, KE. Defining Music Therapy, NH: Barcelona Publishers, 1998).

La música es una de las pocas cosas en la vida que tiene el poder de mover emocionalmente a la
mayoría de personas. Una pieza de música puede traernos recuerdos, levantar el ánimo o calmar
nuestra alma y nos ayuda a expresar las emociones cuando las palabras nos fallan. La música posee
cualidades no verbales, creativas, estructurales y emocionales que facilitan el contacto, la
interacción, la conciencia de sí, el aprendizaje, la expresión, el desarrollo personal y la comunicación
en una relación terapéutica.

La música es algo con lo que casi todo el mundo puede relacionarse y, de hecho, la mayoría de
nosotros escucha música en algún momento todos los días. Ya sea que esté cantando junto a su
canción favorita en su camino al trabajo, escuchando la radio en casa o bailando un sábado por la
noche, lo más probable es que no haya un día que se pase sin música.

Todos tenemos por así decirlo un bagaje propio y una historia sonora, la cual nos da mucha
información de esa persona. De la misma manera que podemos saber como está un amigo que nos
llama por teléfono con tal solo escuchar su voz. Las canciones que emocionan a nuestros amigos,
también nos da mucha información de cómo se siente y de cómo es.

Donde no llegan las palabras, llega la música. Y en los momentos en los que resulta difícil hablar o
expresar lo que sentimos, la música puede ser un remedio excelente para ello.

Ritmos, melodías, músicas, todo ello evoca sensaciones positivas que ayudan a un mayor equilibrio
físico y psicológico.

La música influye en gran medida en nuestro estado de ánimo. En nuestro día a día estamos
constantemente rodeados de música y ruido (bocinas de coches, murmullo de la gente, el viento…).
Resulta complicado, para los oyentes, imaginar un mundo totalmente en silencio. Cuando vemos una
película que nos emociona, en gran medida es por la música que le acompaña. La misma escena del
film con músicas diferentes, nos haría fijarnos en puntos u objetos distintos del escenario o incluso
nos produciría otros sentimientos.

“La música entra por todos los poros de nuestra piel. Incluso la persona que afirma que no le gusta la
música, seguro que alguna vez ha cantado en la ducha o mientras limpiaba la casa”

NUESTRO CEREBRO Y LA MÚSICA


En nuestro cerebro se localizan el lenguaje, en el hemisferio izquierdo y la música, en el hemisferio
derecho. Cuando alguna parte se encuentra dañada, al utilizar la música, se crea una herramienta de
compensación que nos permite mejorar en la fluencia verbal, la articulación, la reproducción de
sonidos, la coordinación-fonorespiratoria.

Reciente investigación renueva la idea de que la música puede ser una herramienta muy útil para una
gran variedad de tratamientos. Escuchar la que a uno más le gusta produce bienestar, porque el
organismo libera más cantidades de un neurotransmisor relacionado con los sistemas de
recompensa, la dopamina. De hecho, otros trabajos ya la habían relacionado con la una mejor la
salud cardiovascular, el alivio del dolor crónico y la mejora de las habilidades lingüísticas y cognitivas.
La esfera musical, por tanto, sólo aporta beneficios.

Cuando se escucha música que más le agrada a una persona se liberan compuestos químicos que
producen un bienestar. Es la conclusión de un estudio llevado a cabo por investigadores de la
Universidad de McGill, en Montreal (Canadá), y que ha sido publicado en "Nature Neuroscience". No
es la primera vez que se asocia con bienestar y diversos trabajos han corroborado ya su capacidad de
cambiar los estados de ánimo. La novedad está en que, por primera vez, se ha demostrado que los
niveles de dopamina, la sustancia química que produce tal efecto, son hasta 9% más altos cuando se
escucha algo que agrada.

Siempre que se escucha música se libera una sustancia química en el cerebro, la dopamina,
responsable de proporcionar una sensación bienestar .La dopamina actúa a través de muchas
funciones: influye en el comportamiento y la cognición, la actividad motora, la motivación y la
recompensa, la regulación de la producción de leche, el sueño, la atención y el aprendizaje (sus
niveles aumentan en respuesta a estímulos o actividades de recompensa como la comida, las
relaciones sexuales u obtener dinero). Y, ahora, tras los resultados de la investigación canadiense,
también está relacionada con el humor y el bienestar.

Ya se conocía que la dopamina produce un estado de bienestar con ciertos estímulos tangibles, como
estar enamorado. Los investigadores añaden que el hecho de recibir placer a través de la música
podría deberse también a un sistema de recompensa abstracta, alejado del placer que se obtiene a
través de la comida u otros instintos más básicos.

La música involucra el cerebro, tanto en los niveles neo-corticales como subcorticales, lo que significa
que el oyente no está obligado a “pensar” mientras escuchan los sonidos. Esto hace que la Terapia
Musical ideal para aquellos que tienen dificultad para concentrarse. Los sonidos repetitivos utilizados
en la terapia de la música también proporcionar estímulos y, posteriormente, enseñan el cerebro
para responder a tales estímulos de mejor manera.

La Musicoterapia o Terapia Musical

Desde que tu hijo era muy pequeño observas que reacciona a los ritmos alegres, melancólicos o
machacones de la música. Y, por increíble que parezca, esta forma de expresión puede mejorar la
salud física y mental de los niños con problemas. ¿Has oído hablar de la musicoterapia? Muchos
profesionales se han decidido por este tratamiento para ayudar a niños con retrasos u otro tipo de
dificultades.

La musicoterapia es el uso de la música, el sonido y los ritmos para mejorar aspectos físicos,
psicológicos y sociales de las personas, sanas o que presenten algún problema de salud. Abarca todas
sus formas, desde la práctica con algún instrumento, hasta la escucha de música, pasando por el
canto. Cualquier edad es beneficiosa para utilizar la música como propiciadora de sensaciones de
bienestar.

La musicoterapia además de tratar diferentes problemas físicos, emocionales, intelectuales o


sociales, también se usa con personas que no están enfermas o que no tienen algún problema, para
mejorar el bienestar personal, para desarrollar la creatividad, mejorar el aprendizaje, mejorar las
relaciones interpersonales y para el manejo del estrés.En los niños se usa para mejorar la autoestima,
la atención y concentración, la coordinación el aprendizaje y la socialización entre otras.Actualmente
existe un gran número de investigaciones científicas que apoyan el empleo de la musicoterapia con
diferentes tipos de personas.El término Musicoterapia se presta a confusión, porque la música en sí
no tiene verdadero efecto curativo. Por eso nosotros podríamos utilizar mejor el término de
TÉCNICAS PSICOMUSICALES DE REHABILITACIÓN O DE ESTIMULACIÓN MUSICAL PARA EL
DESARROLLO.

La idea detrás de la Terapia Musical es aprovechar esa experiencia compartida de una manera
terapéutica. La Terapia Musical puede ayudar a una variedad de personas, incluyendo aquellas con
dificultades emocionales y con limitaciones físicas. Los niños pequeños se pueden beneficiar y
mejorar la comunicación, mientras que las personas mayores puedan recuperar la autoestima.

Un aspecto muy positivo de la musicoterapia, es el caracter lúdico, porque aunque parezca un juego,
no es solo eso. Con la música como hilo conductor se pueden mejorar y trabajar muchisimos aspectos
de la rehabilitación.

La musicoterapia como instrumento terapéutico combina los elementos descritos, música, sonidos y
ritmos, incluyendo el ruido, el silencio y la voz, y combinándolo con el movimiento corporal, para
crear un mayor conocimiento de uno mismo, una expresión del ser más compleja y rica, que ayuda a
trabajar el equilibrio interno y externo. La música es un claro generador de emociones, por lo que
ayuda al desbloqueo y expresión de éstas, y fomenta el autoconocimiento y los cambios positivos en
las personas. El trabajo en musicoterapia utiliza la premisa de la participación activa por parte de la
persona, ayudada por el terapeuta hacia la movilización y la exploración de nuevas sensaciones y
emociones.Por lo general, el musicoterapeuta llevará a cabo sesiones utilizando una serie de
instrumentos y / o su voz para provocar la interacción y la respuesta de los participantes. Este tipo de
ambiente relajado y seguro ayuda a fomentar el aprendizaje y la liberación emocional de los
participantes.

No se necesita ninguna experiencia musical previa y que no es necesario saber cómo tocar un
instrumento para participar. Si el terapeuta quiere que se una, es probable que le ofrezca una
herramienta fácil de jugar, un instrumento como un tambor o pandereta o, de hecho se puede
simplemente sentarse y disfrutar de la escucha de la música.

La historia de la Musicoterapia

El uso de la música como terapia ha tenido lugar durante siglos, ya desde la antigua Grecia. Apolo,
por ejemplo, es el dios griego de la música y la medicina, que demuestra que los dos han sido
vinculados por lo menos desde la época griega antigua. La Terapia Musical se practica incluso en los
tiempos bíblicos, cuando se pensaba que David tocaba el arpa para librar tipo Saulo de un espíritu
maligno.

La Terapia Musical como la conocemos hoy en día se inició a raíz de las Guerras Mundiales I y II. Fue
entonces que los músicos (especialmente en el Reino Unido) viajarían a los hospitales para reproducir
música para los soldados que sufrieron un trauma emocional y físico. La violonchelista francesa
Juliette Alvin fue pionera en la terapia clínica de música en Gran Bretaña en los años 60, y todavía se
considera factor de influencia más fuerte de la terapia.

BENEFICIOS DE LA TERAPIA MUSICAL

En el ámbito psicológico

En niños:

 se puede enfocar al trabajo de crecimiento personal en niños sin problemas.


 También se utiliza en niños hiperactivos, depresivos, agresivos.
 es muy útil en el tratamiento de niños autistas para vencer su aislamiento y modificar pautas
de comportamiento.
 Los niños disminuidos psíquicos mejoran también su conducta y su capacidad de relación con
los otros gracias a la musicoterapia.
 los niños con disminuciones físicas, la musicoterapia sirve para superar la no-aceptación de
su discapacidad y de su diferencia respecto a los otros.
 Con el tratamiento con musicoterapia el niño desarrolla el conocimiento de sí mismo. Se da
cuenta de sus defectos y de sus virtudes respecto a los demás.
 Se da cuenta de cómo y en qué es diferente de los otros y de que esto no tiene porqué ser
negativo. Además, el niño obtiene a menudo experiencias gratificantes que le ayudan a
configurar su personalidad.

En adultos:

 Enfermedades degenerativas debido a la edad (Alzheimer entre otras).


 Problemas de farmacodependencia y abuso de sustancias.
 Daño cerebral debido a enfermedades o traumatismos.
 Incapacidades físicas debidas a enfermedades degenerativas o a accidentes.
 Personas con enfermedades terminales.

Dentro de la medicina general


 se aplica en el tratamiento contra el dolor, en intervenciones y en todo tipo de enfermedades
o situaciones que exigen un soporte psicológico del niño.
 Podemos plantearnos llevar a nuestro hijo a un musicoterapeuta si queremos que se exprese
y se comunique con libertad y fluidez. Quizá le cuesta expresar sus ideas y sus inquietudes
verbalmente.
 En una sesión de musicoterapia, una persona que tiene vergüenza de decir que se siente solo
puede expresarlo cantando una canción triste en la que se habla de alguien que está solo o
de alguien que tiene sentimientos parecidos a él.
 En una sesión colectiva de musicoterapia conseguiremos que el sujeto mejore su relación con
otras personas.
 . La música, cuando se hace en grupo, consigue entrar en cada uno de los miembros y eso
crea un clima emocional que permite expresarse y relacionarse con sinceridad y plenitud.

 . Ya desde el seno de la madre, se han realizado estudios que constatan el beneficio de que la
mujer embarazada escuche música, favoreciendo una mayor sintonía con su futuro hijo, y
promoviendo estados de relajación en el feto; incluso la musicoterapia se ha mostrado eficaz
como apoyo al parto.

 Uno de los campos en el que la musicoterapia parece ser muy prometedora es el de los
trastornos del lenguaje. Por ejemplo, niños que tienen problemas de lenguaje debido a un
accidente que ha afectado esta función y no pueden hablar son capaces de cantar las
palabras de una canción que recuerdan o que están aprendiendo.

 El ritmo, como elemento fundamental de la música, está claramente relacionado con el


desarrollo de una mejor motricidad y equilibrio corporal.

 La vibración generada por diferentes instrumentos junto con otros elementos musicales,
permite trabajar sensaciones mermadas por diferentes patologías, siendo especialmente
relevantes los trabajos que se realizan con niños sordos, al descubrirles percepciones hasta
entonces inexistentes.

 En todos estos problemas, la musicoterapia debe ser entendida como un complemento a los
tratamientos globales y específicos de cada patología.

Ventajas para la salud

La música desarrolla la atención, la imaginación y la capacidad creadora, estimula la habilidad de


concentración y la memoria
Este trabajo da garantías a otros hallazgos pasados, entre los que está uno realizado en la
Universidad de Maryland (EE.UU.) que afirma que escuchar la música que más alegra favorece una
buena salud cardiovascular: cuando los voluntarios de este estudio escuchaban la que les complacía,
sus venas y arterias se dilataban un 26%, lo que en términos médicos se considera una respuesta muy
saludable. Si bien los expertos insisten que no puede considerarse como tratamiento para
enfermedades de este tipo, sí que indican que puede constituir otra estrategia preventiva fácilmente
incorporable en las costumbres cotidianas.

Los mismos investigadores explicaban en otro estudio parecido que escuchar 30 minutos diarios no
solo sirve como relajante mental, sino que tiene otros beneficios que se extienden al resto del
organismo. La clave no está tanto en el tipo de música, sino en el volumen, el ritmo y en el hecho de
que sea la preferida del oyente. Aunque los efectos en la corriente sanguínea duran unos segundos,
la acumulación de beneficios perdura y son muy positivos en todas las edades.

Tanta es su influencia que los expertos aseguran que, del mismo modo que escuchar aquella que a
uno le agrada aporta muchos beneficios, hacerlo con música "desagradable" puede producir efectos
contraproducentes en el humor e, incluso, provocar una constricción de los vasos sanguíneos. Los dos
trabajos confirman otros previos llevados a cabo por la Universidad de Brunel, en Londres (Reino
Unido), en el que se concluía que ayuda a mejorar el humor y aumentar el rendimiento atlético hasta
un 15%.

¿Quién puede ayudar a la Terapia Musical?

Gracias a la naturaleza versátil de la Terapia de la Música tiene el potencial para ayudar a una
variedad de diferentes grupos sociales. Casi todo el mundo puede beneficiarse de la música como
terapia, sin embargo, se piensa que es particularmente beneficioso para los siguientes:

Los niños y las familias: Se cree que los niños experimentan su primera experiencia musical cuando
aún están en el útero; la música y el sonido que lleva a ser un comunicador clave para los niños
pequeños. Esto significa que la Terapia Musical puede ser experimentada por los bebés muy
pequeños. Cuando se trata de niños pequeños y bebés, a menudo se recomienda el uso de apoyos
sensoriales para llamar la atención y el desarrollo de habilidades cognitivas.

El objetivo de la Terapia Musical para los niños es ayudarles a explorar y expresar pensamientos y
sentimientos mientras se desarrolla la comunicación y las habilidades lingüísticas. La terapia también
puede ayudar a aumentar la conciencia de uno mismo y desarrollar la autoestima. Escuchar y tomar
parte en actividades basadas en rítmicas se cree para apoyar la coordinación fomentando al mismo
tiempo el juego creativo.

Si bien este tipo de terapia está dirigida más aún hacia los niños, las sesiones pueden ayudar a
cimentar los lazos entre padres e hijos. Esto puede ser especialmente importante para aquellos que
sufren de depresión posparto.
Las personas con dificultades de aprendizaje: Cuando la música se utiliza en la terapia para las
personas con dificultades de aprendizaje, que es el elemento comunicativo que se aplica con mayor
frecuencia. La libre expresión y la interacción se fomenta activamente para ayudar a capacitar y
motivar a los participantes. Melodías que alientan y el movimiento físico del sistema, ayudan a
mejorar y desarrollar la coordinación

Las personas con un neuro-discapacidad: La música es procesada dentro de muchas partes del
cerebro, lo que lo convierte en una herramienta valiosa para las personas con una lesión cerebral o
una enfermedad neuro-degenerativa. Hay típicamente tres enfoques diferentes que se utilizan para
ayudar a la rehabilitación y la calidad de vida, estos son:

 Compensatoria – en los que la música se utiliza para compensar las pérdidas (casi siempre en
combinación con herramientas como la comunicación y ayudas de memoria).
 Psico-socio-emocional – en los que la música se utiliza para facilitar la expresión emocional,
la interacción social y el ajuste a la discapacidad.
 Restaurativa – en los que la música se utiliza para ayudar a recuperar la habilidad y la
función.
 El autismo: La Terapia Musical se cree que ayuda a estabilizar el estado de ánimo y aumentar
la tolerancia a la frustración para aquellos que se encuentran en el espectro autista. La
terapia hace esto ayudando al participante a identificar las emociones de una manera
diferente, lo que mejora la auto-expresión. Es a menudo la sensación de no ser capaz de
expresarse lo que frustra a las personas con autismo, y la terapia de la música ofrece una
manera de hacerlo que no requiere palabras.
 Las personas con demencia: Las personas mayores pueden sentirse aisladas, y los que tienen
demencia aún más. La Musicoterapia para personas mayores tiene como objetivo mejorar la
autoestima, promover la interacción social y fomentar la recuperación de la memoria. A
veces, escuchando una canción del pasado puede desencadenar recuerdos previamente
olvidados, algo que es muy valioso para aquellos que tienen problemas de memoria.
 Aquellos con la ansiedad y la depresión: Trabajando como un medio de comunicación, la
música puede ayudar a las personas que se ocupan de la depresión a que se expresen de una
manera más creativa. Si la terapia de la música se lleva a cabo de forma individual o por
medio de un grupo, la naturaleza misma de la música ayuda a aliviar la sensación de
aislamiento que a menudo son experimentados por las personas con depresión.
La Terapia Musical también ha sido aclamada por su capacidad para construir confianza en
uno mismo, ayudar a los individuos a asumir la responsabilidad de sus decisiones y hacer más
elecciones de forma independiente. Los pensamientos y sentimientos de ansiedad a menudo
pueden ser intervenidos con el uso de la música, con melodías calmantes que ayudan a
reducir el estrés e incluso bajar la presión arterial.
Sirviendo como una salida creativa, la Musicoterapia también ayuda a los individuos a
desarrollar maneras de hacer frente cuando surgen situaciones difíciles.
 Las personas con esquizofrenia: Los estudios han demostrado que la Musicoterapia puede
ayudar a disminuir los síntomas de la esquizofrenia, incluyendo: afecto plano, dificultades en
el habla y la incapacidad para encontrar la alegría en las actividades. La terapia ayuda a
reducir la sensación de aislamiento y puede aumentar el interés por los acontecimientos
externos.

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