Hoy en día la era digital está evolucionando de forma rápida de acuerdo a cómo operan las

organizaciones, obligándolas a desarrollar nuevas formas de pensar y adquirir los conocimientos

necesarios. En el presente ensayo veremos como el concepto de la revolución y sociedad digital

va evolucionando con el tiempo, así como también la definición de transformación digital respecto

a la convergencia tecnológica, es decir, la concurrencia de diversas tecnologías que hasta hace

poco eran impensables. Así mismo, se explicará el impacto de la transformación digital en la

organización, tomando como ejemplo el sector bancario, en donde han tenido que adaptarse a

este entorno digital, considerando nuevas ideas, innovaciones tecnológicas y nuevos modelos de

procesos de negocio.

Actualmente se visualiza que la revolución digital, va a ser una necesidad, al mismo

tiempo como una gran oportunidad para escalar tácticas y procedimientos, buscando nuevas

sinérgicas y mejor rentabilidad, de la misma forma se presentará como una amenaza a los

procesos existentes en una organización, forzando el replanteamiento sistemático de sus

estrategias, teniendo como consecuencia la automatización. (Elizondo, 2018; Álvarez, 2018). En

consecuencia, las organizaciones están obligadas a desarrollar una nueva forma de pensar y

adquirir conocimientos necesarios para lograr reestructurar sus estrategias.

Lo cierto es que nos encontramos sumidos en la era o sociedad digital. Vivimos colgados

y dependientes de lo digital como demuestra, por ejemplo, el hecho de que, en 2018, cada 60

segundos se produjeron 3,7 millones de búsquedas en Google, se enviaron 38 millones de

WhatsApp, 18 millones de mensajes de texto, 481.000 tweets y 187 millones de email (Desjardins,

2018). Es por ello, el consumo de la tecnología irá aumentando progresivamente conforme pasen

los años, debido a que existe como necesidad conocer las últimas tecnologías que permitan

facilitar el trabajo.
 La relación entre la formación y la tecnología digital ha estado presente en la literatura

científica, por medio de la discusión de experiencias y adaptaciones curriculares cuando se

debate sobre nuevas metodologías de enseñanza y la adaptación de estrategias formativas (List,

2001; Beam et al., 2003; Buckingham et al., 1999; Voakes et al., 2003). En consecuencia, existe

el nexo que integra la formación y tecnología viene a ser la transformación cultural de la

organización.

Sin embargo, nunca se había visto, que en tan poco tiempo se produjeran tantas

innovaciones disruptivas en la sociedad digital (Schwab, 2016). Estamos rodeados, en el contexto

laboral, de servicios y productos que nos permite disfrutar y optimizar nuestro tiempo de manera

radicalmente diferente en comparación en la época de nuestros padres. Además, de estos

cambios bruscos en esta época moderna, también se caracteriza porque el conocimiento es más

accesible, de aprendizaje rápido, pero a la vez son poco durables, debido a que se nos escapan

en esta sociedad líquida en que habitamos (Bauman 2002). En consecuencia, se resalta mucho

la generación de la sociedad, en donde los que mejor aceptamos este cambio tecnológico somos

los más jóvenes por tener mayor habilidad en comparación a nuestros padres. No obstante, el

nativo digital no nace “digital”, se hace debido a que no cuenta con conocimiento para tomar

criterios y habilidades para la selección y filtro de búsqueda, ni para procesar información. No

nace con el discernimiento para el uso ético y seguro de las tecnologías. En consecuencia, los

padres son los que tienen mayor capacidad y experiencia para tomar decisiones en el momento

de seleccionar y discriminar entre lo válido, lo inútil y lo pernicioso (García 2019). A pesar que

este adulto puede carecer de citas destrezas técnicas, por ello se entiende que la habilidad

tecnológica se encuentra distanciado de la competencia digital.

Con la puesta en marcha de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) en 2015, se

reconoce el papel de las TIC para el desarrollo y se señala que la generalización de las

tecnologías de la información y la comunicación, así como la interconexión mundial, ofrecen un

gran potencial para acelerar el progreso humano, reducir la brecha digital y desarrollar sociedades

del conocimiento (Guijarro, 2016). De esta forma, los últimos años han surgido varios estudios

sobre la necesidad de las tecnologías digitales.

La llegada de la era digital viene en conjunto de la automatización, por consiguiente, es el

declive del salario y del empleo (Stiegler, 2018). En tal sentido, se reducirá el personal debido a

que los procesos de la organización estarán automatizados. Gutiérrez (2019) comentó que el

incremento de la tecnología reduce las tareas y aumenta en disminución de puestos laborales.

La innovación requiere de una adaptación a niveles formativos adecuados, para lograr interactuar

con la tecnología. En consecuencia, para mantener nuestros puestos laborales existe la

necesidad de actualizarse, cuyo objetivo es adquirir el conocimiento imprescindible para

interactuar con los avances tecnológicos de la organización.

La actualización del profesional del sector en el uso de las tecnologías digitales aplicables,

supone una cualificación multidisciplinar, cuya estrategia está dirigida a la utilización de la

información del producto de la organización. Por lo tanto, se debe capacitar al personal

correspondiente.

La transformación digital de la sociedad es valorada como una revolución digital, no

distante de un clima de desconfianza por parte de la población (Torres, 2019; Gutiérrez, 2019;

Palomo, 2019). En el sector financiero, las mayores entidades bancarias del mundo, se han visto

movilizados a confrontar el reto de la transformación digital, pero específicamente, el desafío de

la competitividad de su modelo de intermediación financiera (Akkizidis, 2016; Stagars, 2016). Por

ello, que la banca se ve en la necesidad de migrar el modelo de banca de sus productos a un

modelo de banca de clientes, tomando en cuenta la experiencia del servicio por parte del usuario.
 La transformación digital no viene a ser un tema netamente tecnológico, sino una cuestión

de visión, estrategia, cultura organizativa y rediseño de procesos (RocaSalvatella, 2014). Uno de

los mayores errores en las organizaciones, es de conformarse con la aceptación de la tecnología

digital (Muñoz, 2019; Sebastián; 2019, Núñez, 2019). Conforme a lo anteriormente señalado,

existe una relación directa entre el compromiso y la era digital, por esta razón es necesario una

verdadera revolución digital en la organización, teniendo como objetivo la transformación de la

cultura organizacional.

La transformación de las organizaciones, se basan principalmente en tres pilares: Las

personas, la tecnología y los procesos. Estos pilares son necesarios si queremos transformar la

organización, en tal sentido, se requiere personas capacitadas, tecnología adecuada y procesos

que agilicen la forma de trabajar eficientemente, en consecuencia, se logrará la productividad

(Emilio, 2019). Por lo que es muy importante el uso de estos tres pilares en una organización con

mejoras impulsadas con nuevas ideas, innovaciones tecnológicas y nuevos modelos, y procesos

de negocio.

García (2019) comenta que es necesario invertir en capital humano, con la finalidad que

los trabajadores adquieran las nuevas competencias que va a demandar el mercado laboral,

porque el tipo de trabajo se remodela en función de los avances tecnológicos. La tecnología

ofrece posibilidades, reduciendo obstáculos en el nacimiento de nuevos puestos de trabajo,

incrementando la productividad y brindando servicios públicos eficaces. Además, la capacitación

utilizando la tecnología puede ser más rentable que la contratación de expertos externos de

formación. Dado que la formación es tanto una inversión en la fuerza laboral como un beneficio

para los colaboradores, incluso el costo de la implementación de la tecnología que apoya la

formación es válido.
 Es importante mencionar que para aquellos colaboradores que les sea imprescindible el

uso de tecnología, pueden que se sientan amenazados con ser reemplazados. En relación a ello,

para Timoteo Bresnahan, el ex presidente del departamento de economía de la Universidad de

Stanford, la fabricación utiliza maquinaria especializada y controles computarizados, que

requieren un margen de apreciación más pronunciado en los trabajadores. Por lo que, los

trabajadores deben tener las capacidades de análisis y de resolución de problemas. Conforme a

ello, la tecnología pueden tener un impacto negativo sobre la seguridad en el empleo o un efecto

positivo al exigir a los empleados aprender nuevas habilidades laborales.

Solís, Li y Szymanski (2014) afirman que el impacto de la transformación digital se esta

convirtiendo rápidamente en una necesidad para muchas organizaciones. El estudio de Brown y

Sikas (2012), muestra una preocupación entre los directivos por entender y aprovechar las

oportunidades del nuevo entorno digital. Por esta razón que los directivos deben saber afrontar

este cambio tecnológico, con el objetivo de automatizar procesos o reducir tareas.

Reiteramos que la tecnología digital está cambiando todo, nuestras relaciones, el trabajo,

nuestras economías y formas de gobernar (Schwab y Davis, 2018). El teletrabajo, viene a ser un

impacto de la transformación digital para la organización, debido a que rompe el contacto físico

del trabajador con su lugar de trabajo y con sus demás compañeros, a través del terminal de su

ordenador. De igual forma, las reuniones virtuales que reemplazarían los desplazamientos físicos.

Asimismo, también tiene que ver con la reorganización del espacio de trabajo, donde ahora los

ambientes son más abiertos en comparación a los viejos espacios burocráticos (Cedrola, 2017).

Actualmente las organizaciones, poco a poco, están siguiendo esta forma trabajar, sin embargo,

otro impacto importante viene a ser el cambio cultural dentro de la organización.

En conclusión , la transformación digital ofrece a las organizaciones oportunidades de desarrollo

y de eficiencia. Por ello, es necesario que el personal involucrado se encuentre capacitado, con

el objetivo que en conjunto reestructuren las estrategias de la empresa, teniendo como

consecuencia la productividad y competitividad. Asimismo, los que triunfaron en la era analógica

no garantiza que triunfen en la era digital, debido a que está relacionado al cambio de la cultura

organizacional, no obstante, se logra entender que últimamente las empresas están adoptando

nuevas formas de trabajo, en el que el personal tiene mayor flexibilidad laboral. Además, uno de

los impactos de la transformación digital podría ser la reducción del personal y la automatización

de procesos, como consecuencia existe una necesidad para que el personal se capacite con las

tecnologías de la organización.
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