Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Un elemento muy
importante en el
plan estratégico de
un ministerio juvenil
es entender su visión
Ps. Walter Acosta, parte del equipo pastoral de Camino
de Vida, encargado del equipo en cárceles para
adolescentes y coordinador regional del movimiento
de John C. Maxwell, «Sal y Luz».
Yo realmente me convierto a los dieciséis años en el colegio. En esa etapa luché con de-
masiados pecados, cosas muy fuertes que me arrastraron a una vida difícil, por tanto,
mi restauración tomó su tiempo. Pero un movimiento que me acogió desde un inicio
fue Juventud para Cristo, que fue donde empecé a trabajar mucho con el tema de ado-
lescentes y donde por años he estado trabajando, escribiendo materiales y libros. Y
básicamente entre los dieciocho y diecinueve años ya entro a la iglesia a hacerme
cargo de los adolescentes, situacionalmente porque el líder que estaba a cargo tuvo
un accidente y no había quien acepté el reto, era un grupo muy movido; así que ahí
descubrí que era mi vocación los adolescentes.
Estuve en un movimiento que quizás duró muy poco, unos diez o doce años, llamado
Campeones para Cristo, y fue ahí donde me metí a trabajar con pandilleros, gente
de la calle y la explosión en colegios fue muy fuerte. Esta iglesia era parte de una red
de Camino de Vida, la iglesia donde estoy actualmente.
Hace más de quince años estoy en Camino de Vida, y la primera área que tuve fue jóve-
nes adultos. Ahora trabajo con los jóvenes de Maranguita y mi esposa con Santa Mar-
garita. Digamos, la pasión por la juventud siempre la tengo, hoy día con chicos más
movidos. Y es que la verdad es esta, desde que empecé siempre me gustó la gente
difícil, no respondo muy bien cuando el grupo de jóvenes son un poco aburridos, me
gusta la gente dinámica, difícil y complicada; creo que ahí encontré mi razón de ser.
Me gustan los retos, cuando veo un joven difícil es un reto para mí. Y es ahí donde
me involucré en ese trabajo con los chicos de la calle y luego me metí a Maranguita
y Santa Margarita. Dato curioso, el primer ministerio que yo conocí en Juventud para
Cristo a mis dieciocho años, fue justo Maranguita; colaboré por tres años ahí y luego
pasé a hacer veinte cosas. Llegué a ser coordinador general del movimiento Juventud
para Cristo, y bueno como es el tiempo, porque hace ya más de diez años estoy en
Camino de Vida a cargo de lo que es Maranguita y mi esposa en Santa Margarita.
Otra vez, me encanta los jóvenes con problemas, digamos que es mi fuerza, siento
que por ahí Dios me usa.
Como estudié administración, también hice cursos de comunicación, creo que Dios
ayudó a que lo natural me ayude también a lo espiritual, y de hecho hoy en día uso
mucho la parte administrativa, es que la administración está involucrada en todo.
Me casé al año siguiente que fundé este movimiento llamado Apoyo Juvenil, ya tengo
20 años de casado.
Hoy estoy en Camino de Vida y tengo dos grandes cargos: por un lado, estoy a cargo
de un proyecto nuevo de John C. Maxwell, llamado Sal y Luz; y la otra ya como pastor
en la iglesia en el cual, ya no estoy tanto liderando sino a cargo, pero delegado todo:
el trabajo de Maranguita Cárceles, el trabajo de CDV RED la red de pastores amigos
y mi trabajo siempre con el tema de jóvenes.
Hoy en día, ya casado, trabajo en una iglesia en Camino de Vida, soy pastor, pero diga-
mos mi función prioritaria es este proyecto de John C. Maxwell, el cual es muy amigo
de mi pastor y me dio esta herramienta. Y la otra, es mi trabajo en la iglesia como
pastor local con esas responsabilidades, aunque son delegadas, igual sigo haciéndolas
y asistiendo. Y el trabajo que también ya lo he delegado es Apoyo Juvenil, y aunque
siempre me invitan a entrenar porque me encanta entrenar líderes, yo creo que no
soy tan buen predicador, pero soy mejor entrenador.
por las calles, entonces eso hace que estemos como desconectados. Irónicamente,
en santidad, tenemos que aprender a caminar con gente no cristiana para escuchar,
para conocer, para ganarlos para Cristo. Yo creo que hoy día nuestra misión más
grande no es tanto evangelizar evangélicos, sino a los no creyentes. Y si tú te das
cuenta, sí nosotros ponemos nuestras fuerzas con adolescentes y jóvenes, vamos a
encontrar que son personas de otro nivel de pensamiento, de creación, de trabajo,
de profesión. Hoy día el joven es mucho más preparado, entonces, conlleva a que
nosotros tenemos que ser mejor preparados. Entonces, ¿qué cosas necesitamos para
desarrollar y ejecutar un buen plan estratégico en el ministerio juvenil? Es básicamen-
te, tener claro cuál va a ser nuestro enfoque prioritario. Entendamos algo, fin de
semana, un sábado debe ser evangelístico y discipularlos por grupos pequeños
porque es la estrategia hoy en día que funciona mucho. La gente quiere no solo ser
parte de una masa de un día sábado, sino también de pequeños grupos donde ellos
estén. A su vez también especializados. Grupos homogéneos tienen un gran éxito
porque son deportistas con deportistas, futbolistas con futbolistas. Pero tampoco es
que todo debe ser así, sino también dar libertad porque hay muchos que les encanta
estar con todos, no es algo estricto, es algo sugerible pero no necesariamente limitan-
te. «No es que tienen que estar los», ¡no! Yo creo que cuando al joven le ponen la
palabra: «tienes que», siempre tratan de vetar algo nuevo. Muy importante eso en la
visión, la visión debe ser muy clara, sí queremos alcanzar al joven no cristiano, debe-
mos cambiar la forma.
La verdad es esta, sí nuestras reuniones los días sábados tienen el enfoque cristiano,
solo para cristianos, nuestro lenguaje será cristiano: hermano, varón, varona, siervo,
sierva, y todo ese lenguaje limita o corta con los no cristianos. Entonces la gran pregun-
ta y el gran reto es, ¿cuál es nuestro objetivo fuerza? Sí tenemos siempre una reunión
fresca, mucho más libre, participativa, creo que eso puede funcionar. Yo siempre
propongo que un sábado tenga tres partes: primero, la parte conexión: la gente
llegue, chiquillos que están con su skate, que haya clases, haya reuniones, que la
gente converse. Segundo: después ya, la reunión. Debe ser una hora u hora diez, no
debe ser mucho. Y tercero: debe haber un post, donde los chicos hagan retos, hagan
grupos, vean tareas. Todo eso debe ocupar dos horas.
Un objetivo como bandera muy importante son las relaciones, tenemos que ser muy
relacionales, de uno a uno, de grupo pequeños y de gran masa; es la clave hoy día.
El joven que no se siente parte, que no se involucra es un joven que siente que no
es lo suyo. Entonces, hagamos mil espacios donde ellos se sientan parte de, porque
ahí encuentran su talento y su valor. Ahora, es ahí donde uno tiene que meditar en
un punto más, el discipulado.
Hay dos maneras de discipular a un joven: uno, discipularlos por un salón de clases
y otro, discipulando sirviendo. No te asustes, no es que ellos van a dirigir otra vez,
pero yo puedo discipularlo mientras que él limpia la batería; tengo una motivación
de hacer relacional. Pero estando sentado en un salón de clases «Hola, ¿cómo están?
Bienvenidos al discipulado…», es muy seco y cerrado. Entendamos algo, los chicos hoy
día son de acción, más que estar sentados en una planificación. No digo que no hay
que planificar, pero creo que el tema de discipulado es muy importante. Pero también
es que le damos, es muy importante como somos creativos para que aprendan La
Palabra de Dios, creo que La Palabra es la fuerza, La Palabra hace la obra, La Palabra
es la fuerza motora para que ellos lleguen a aprender. ¿Cómo le enseñamos? Es nues-
tra parte creativa para hacerlo. Discipulado es Palabra de Dios, es crecimiento perso-
nal, es conexión ellos con el grupo, ellos con la iglesia. Yo no puedo pensar que hallan
iglesias que son un poco secas y sus jóvenes alegres, la iglesia debe ser así. El joven
debe aportar a la iglesia sus talentos: en cámaras, decoración, en producción, en mil
cosas más porque somos una sola familia.
Un objetivo más con el tema de plan estratégico con el ministerio de jóvenes, es que
nuestro evangelismo es relacional, es por relaciones, invitamos siempre gente nueva,
hablamos un lenguaje normal, no somos tan evangélicos, programas cortos, muchas
relaciones. Involucrar, cuando un nuevo se involucra en algo, se queda. Cuando a un
nuevo le dices «¡no!, para que puedas tú servir tiene que pasar tres años», se va, por eso
tenemos tan poca gente nueva que aguanta. Pero yo puedo discipularlo por el servicio,
mientras que estoy parado dando la bienvenida, estoy hablando «¿Y cómo estás?»,
voy hablándole a él. O sea, mientras que vas sirviendo, lo discípulo. Entonces ahora
cambia la visión de un líder de grupo. El líder de un equipo, o sea, equipo de servidores,
de alabanza, de limpieza, de lo que sea, su primera función es, vidas y la segunda
función es su área. Es más un pastor porque es relacional, es una palabra clave de
todo el ministerio.
Para mí, un plan estratégico también debe considerar a los padres. Hay tres elemen-
tos: primero, los que no tienen padres; segundo, los que tienen padres cristianos y
tercero, los que tienen padres no cristianos. Los que no tienen padres, la iglesia, los
hermanos mayores, tienen que ser como padres para ellos. Yo tengo muchos chicos
que me dicen papá. Del segundo grupo, los cristianos, aunque no creas, a veces los
papas no están conectados con sus hijos por más que son cristianos, ¡ojo! O son esos
papás que el día domingo, camisa blanca y en la semana camisa negra, o sea en la
semana hacen cosas terribles y el domingo son santos. De esos tengo muchos testimo-
nios, creo que un día voy a escribir un libro; muy importante eso. Y el tercer grupo,
es básicamente entender que hay papás no cristianos que tienen que ser ganados
con nuestra relación, como hablamos con ellos, como podemos tener una reunión
con ellos, todas esas cosas son las que van a atraerlos poco a poco cuando ellos vean
un ministerio fuerte. Por ejemplo, si son padres de adolescentes yo puedo invitarlos
a un loche para contarles cual va a hacer el plan de todo el año, pero nada más y,
una pequeña prédica de 10 minutos. No agotarlos, ellos deben sentir una iglesia atrac-
tiva pero que también los acoge y que tiene a sus hijos. Si voy a un lugar donde me
cuentas que vas a hacer con mi hijo, yo digo, «¡wau!», tienen un plan de trabajo, no
son improvisados. Y luego hacer un almuerzo para padres, o sea, hacer cosas para
ganarnos primero su confianza, relación y lo demás. Es muy importante eso.
Hay que hacer eventos que atraigan a más personas, que sean locos. Donde si yo
traigo gente nueva, la pregunta es esta, ¿cómo afianzamos con las relaciones? Tene-
mos que ser líderes relacionales, hacerlos amigos nuestros, que no nos sorprendamos
ni escandalicemos por locuras.