Sei sulla pagina 1di 7

EL DISPOSITIVO GRUPAL.

Dados un tiempo, un espacio, un número de personas y algún objetivo común, se crean las
condiciones de posibilidad para que un agrupamiento se constituya en grupo. Tiempo, espacio,
número de personas y objetivo conforman un dispositivo. Una virtualidad, especifica y propia de
ese grupo, y no de otro.

Si bien consideramos elementos manifiestos y elementos latentes en el acontecer grupal, esto no


es algo fijo; cualquiera de los elementos del dispositivo puede disparar efectos, puede operar
desde la latencia en un momento dado.

EL PROCESO GRUPAL.

Incluimos lo clásicamente denominado como “dinámica de grupos”.

Resulta interesante Lapassade cuando plantea: “desembarazada de sus modelos mecanicistas, la


dinámica de grupos conduce a una dialéctica de los grupos”. El empleo del término dialéctica se
justifica si por él se entiende designar una lógica del inacabamiento, de la acción siempre
recomenzada.

El grupo, la organización, será una totalización en curso que nunca es totalidad actualizada. La
dialéctica será, por tanto, el movimiento siempre inacabado de los grupos.

Intentaremos focalizar el proceso grupal más que como juegos tensionales de fuerzas, como una
dialéctica de una totalización en proceso.

Para Sartre, el grupo se constituye contra la serie. La vida de los grupos está hecha de una
permanente tensión entre estos dos polos extremos. Será esta tensión la que constituya el motor
de la dialéctica de los grupos.

Pero, si bien un grupo se constituye contra la serialidad, siempre tiende a volver a ella. Así,
contienen la posibilidad de disolución en la organización y la virtualidad de estructuración en la
dispersión.

En su tensión contra la serie un grupo deberá juramentarse, dice Sartre.

Podríamos hacer referencia a los términos encuadre, contrato, etc. como un aspecto de esa
juramentación, o más bien su forma explícita. En sus formas implícitas, incluiríamos la producción
de formaciones imaginarias grupales propias y únicas de cada grupo.

Un grupo de estructura como tal, más que por su tarea, cuando va consolidando un conglomerado
de representaciones imaginarias comunes (red de identificaciones cruzadas, ilusión y mitos
grupales, la institución como disparador de lo imaginario grupal).

Es por esto que pensamos que la tarea es convocante de un grupo, más que estructurante del
mismo.

Todo grupo alberga en su seno aspectos repetitivos y aspectos transformadores en una dialéctica
permanente. Desde ya, que determinadas coordinaciones favorecen su tendencia en uno u otro
sentido.
Esto se hallara indisolublemente ligado a los objetivos explícitos e implícitos que la institución en
que se inscriben tenga planteados, como a las ilusiones y mitos grupales en que se estructura el
grupo, la red de identificaciones que ligue a sus miembros, como los aspectos transferenciales.

El tema de la repetición – transformación nos remite al problema del poder en los grupos, las
relaciones de saber-poder en su seno, ya que desde la sanción de lo transgresivo suele omitirse
que esto constituye una poderosa fuerza cuestionadora de lo instituido.

Para Pichón, el grupo se estructura sobra la base del interjuego de mecanismos de asunción y
adjudicación de roles.

En la tradición dramática, el rol es un modo de identificarse imaginariamente con un personaje, y


así un rol en una obra teatral existe independientemente del actor particular que lo encarne. En
este sentido, un rol social también tiene una existencia independiente de quien lo desempeñe,
dado que en la sociedad los roles preexisten a los individuos, bajo formas de conducta a asumir en
función de la situación que ocupen.

La teoría del rol, desde la óptica de la sociología funcionalista, se ha desarrollado en función del
concepto de posición: una posición define un mínimo de comportamiento obligatorio para el
individuo. Desde esta concepción, rol es la manera en que una persona desempeña los
requerimientos de su posición. A su vez, rol es el aspecto dinámico del status.

El cómo una persona se comporta depende, en gran medida, del status en que se halle: de la
posición particular que ocupe en su medio social.

Según Pichón, la estructura y función de un grupo estarán dados por el interjuego de los
mecanismos de adjudicación y asunción de roles. Estos representan modelos de conducta
correspondientes a la posición de los individuos en esa red de interacciones, y están ligados a las
expectativas propias y a la de los otros miembros del grupo.

De esta manera, el rol y su nivel, el status, se ligan a los derechos, deberes e ideologías que
contribuyen a la cohesión de la unidad.

La tarea que dicho grupo realice constituye su finalidad, y va a estar basada:

En lo explícito: el objetivo que dicho grupo se dé.

En lo implícito: en la elaboración de dos ansiedades básicas: el miedo a la perdida (ansiedad


depresiva) y el miedo al ataque (ansiedad paranoide).

Estas dos ansiedades configuran la situación de resistencia al cambio.

El coordinador, para Pichón, consiste en esclarecer, a través de señalamientos e interpretaciones,


las pautas estereotipadas de conducta que dificultan el aprendizaje y la comunicación. Toda
interpretación debe favorecer el nivel de operatividad de un grupo. Para ello deberá incluir
siempre la lectura de los niveles horizontal y vertical del acontecer grupal, que permitirán la
ruptura del estereotipo.

En el interjuego de roles, que tiene para Pichón un carácter estructurante en el grupo, destaca tres
roles:
- El portavoz.

- El chivo emisario.

- El líder.

Estos roles son funcionales y rotativos. En cada situación grupal, un individuo tomará tal o cual rol,
de acuerdo a su situación individual y a la situación generada en el grupo.

Portavoz → denuncia el acontecer grupal, las fantasías que lo mueven, las ansiedades y
necesidades de la totalidad del grupo. Se articula en él una fantasía inconciente individual
entrecruzada con el acontecer grupal. Toda interpretación deberá develar la situación de todos los
miembros del grupo, en relación con la tarea, ejemplificando el problema enunciado por el
portavoz.

Chivo emisario → depositación en un miembro del grupo de aspectos negativos o atemorizantes


del mismo o de la tarea, apareciendo mecanismos de segregación frente a dicho integrante.

Líder → depositación en un miembro del grupo de los aspectos positivos.

Diferentes tipos de liderazgo: laizze-faire, autocrático, democrático, etc.

Ambos roles, líder y chivo emisario, están íntimamente ligados, ya que uno surge como
preservación del otro, en virtud del proceso de disociación que todo grupo implementa en su
tarea de discriminación.

Saboteador → liderazgo de la resistencia al cambio.

Así como nos parece insoslayable el análisis del interjuego de roles en una lectura de lo grupal,
pensamos éste más como un efecto de latencia grupal que como una causa estructurante del
grupo.

Nos resulta más preciso abordar la estructuración del grupo desde la producción de sus
formaciones propias, las formaciones imaginarias grupales.

En toda lectura de la grupalidad, pensamos que el análisis del interjuego de roles mantiene un
nivel de eficacia valedero, en tanto abra su lectura.

LAS FORMACIONES IMAGINARIAS GRUPALES.

Procesos imaginarios que un grupo produce. Un grupo produce formas imaginarias propias. En
toda situación grupal hay una representación imaginaria subyacente, común a la mayoría de sus
miembros.

La tarea opera como convocante del grupo, pero no como fundante. Para que un grupo de
personas pueda pasar de la serialidad al grupo, se deberá ir consolidando un conglomerado de
“representaciones” imaginarias. Éstas podrán propiciar la eficacia como la ineficacia grupal, etc.

Son procesos imaginarios que pueden ser leídos en el transcurso del devenir grupal, y que hablan
de su conformación, inscripción, historia, posibilidades de desarrollo y de transformación de dicho
grupo.
Formaciones grupales:

- La red de identificaciones cruzadas (y la red transferencial).

- Las ilusiones grupales.

- Los mitos del grupo.

- La institución (como disparador del imaginario grupal).

Estas formaciones grupales, en permanente atravesamiento, darán a cada grupo su perfil, su


identidad, único de ese grupo.

Red de identificaciones cruzadas – red transferencial → ¿qué es lo que hace que ciertos grupos se
constituyan como tal, y que permanezcan en el tiempo, y otros no? En los grupos este hecho
depende, entre otros factores, de la constitución durante las primeras reuniones de la “matriz de
grupo”. Esta matriz grupal puede aparecer sólo si ha existido entre los miembros del grupo una
empatía que una a los diferentes miembros entre si.

La mirada reciproca actúa desde y sobre ellos. Además, el coordinador o la institución donde se
realice la tarea es investido por los integrantes a partir de ciertas pautas, de ciertos poderes reales
o ilusorios; se espera de él que realice tales o cuales acciones, que el sujeto pueda apoderarse de
lo que espera que le den, y de esta forma, el grupo todo se constituye en el lugar de la demanda
que ese grupo realiza sobre si, incluido el coordinador.

Esta matriz grupal tiene que ver con la posible organización libidinal que este grupo se ha dado.
Esta organización está basada en los lazos libidinosos que los individuos tienen entre si y con el
coordinador. Estos lazos libidinosos tienen que ver con la red de identificaciones que se va
estableciendo en el transcurso del grupo, y esa matriz es en realidad una matriz de identificaciones
formada por identificaciones secundarias.

La matriz básica tiene que ver con la permanencia. Son los integrantes que nunca faltan,
comprometidos con los demás, son afectivos, etc.

La matriz de identificaciones es un circuito del conjunto de relaciones objetales. No se identifican


personas, sino aspectos puntuales de las subjetividades de los integrantes.

Esta red de identificaciones es una red móvil, y es, a su vez, una matriz de identificaciones y una
matriz identificatoria (lo que identifica a ese grupo de otro grupo). Es lo que habla de la
subjetividad grupal.

Hablar de red de identificaciones cruzadas en grupos significa hablar de aquello que da cuenta de
la permanencia, de la movilidad de las rigideces. Los procesos identificatorios que se producen en
los grupos van a funcionar como motor de la vida de los mismos.

Identificación en los grupos → identificaciones secundarias: proceso mediante el cual un sujeto


asimila un aspecto, una propiedad, un atributo de otro y se transforma sobre el modelo de éste.

Este concepto de red de identificaciones está unido al concepto de transferencia. Las


transferencias son las que posibilitan que las identificaciones se den, brindando el campo propicio
para que se realicen.
“Transferencia”: proceso mediante el cual los deseos inconscientes de un sujeto se actualizan
sobre ciertos objetos en relación a ellos. Muchas veces se transfiere sobre la coordinación de los
grupos y también sobre las instituciones la repetición de ciertos deseos que se actualizan en el
transcurso de la tarea.

La mirada reciproca actúa e incentiva las identificaciones.

El grupo se dinamiza, se recrea y se torna más productivo cuanto más jueguen dentro de él los
diferentes vértices de la red de identificaciones y de la transferencia, formas grupales que le dan
movilidad y perfil propio al grupo.

La red transferencial es la clave o la base de las identificaciones. Tanto la red transferencial como
la red de identificaciones son procesos que se producen concominantemente, y la red de
identificaciones estaría más puntualmente desarrollada entre los miembros del grupo en tanto
que la red transferencial tiene su punto de apoyo fundamentalmente en la coordinación.

La ilusión grupal → “ilusión” para Freud: es una creencia engendrada por el impulso a la
satisfacción de un deseo prescindiendo de su relación con la realidad. Una de sus características es
tener su punto de partida en los deseos humanos de los cuales derivan.

Para Anzieu, la ilusión grupal es un estado psíquico particular que se expresa en frases tales como:
“estamos bien juntos”, “somos un buen grupo”, etc.

Para nosotros, la ilusión grupal es aquello que un grupo dado cree que es, que puede realizar.
Todo grupo necesita creer que es lo que desea ser, para poder lograr sus objetivos, y sólo desde
una ilusión obtendrá la fuerza necesaria para lograrlos, para enfrentar sus adversidades, sostener
sus creencias, etc. A su vez, esta ilusión creará las condiciones para llegar a un “nosotros”,
desarrollar una pertenencia, organizar un código común.

Dicha ilusión es lo que los integrantes del grupo esperan que este grupo realice. Así, todo el
conjunto de la vida del grupo aparece como modelado con carácter estructurante por una ilusión
grupal que habla de sus deseos.

Existe una estrecha relación entre las ilusiones grupales y los mitos de un grupo. A su vez, estas 2
formaciones en su conjunto integran la “novela grupal”, que da cuenta de la modalidad típica de
las escenificaciones fantasmáticas que ese grupo ha construido a lo largo de su historia.

Freud: “para que haya una ilusión debe existir un deseo que quiera ser realizado, una realidad que
quiera ser cambiada, una historia que quiera ser modificada, un ideal que quiera ser realizado.”

Mito grupal → la historia del grupo va a estar relacionada con:

a) El momento histórico – político que hace posible la aparición de un grupo de determinadas


características y objetivos.

b) Del momento institucional preciso en que ese grupo se ha formado.

c) El tiempo de organización del grupo como tal con su historia particular, entrecruzado por las
historias individuales de los miembros que lo componen.
Dentro de esta fantasmática grupal se constituyen los mitos grupales. Siempre la historia mítica es
historia mítica de un origen.

Los mitos que un grupo construye acerca de su origen, del por qué de su existencia, pero vividos
por sus integrantes como la historia real.

Entre mito e ilusión hay una permanente relación reciproca, por cuanto mito es siempre ilusorio, y
toda ilusión grupal tiene su anclaje en la historia mítica del grupo.

Sin embargo, el mito está inscripto necesariamente en el origen novelado del grupo, mientras que
la ilusión (aunque se nutre de este origen novelado) tiene siempre un referente prospectivo.

Los mitos grupales son aquellas producciones imaginarias que conforman el imaginario grupal,
dando cuenta de la historia del origen fantasmático de un grupo, apoyadas en la historia real y
entre cruzadas a su vez con la ilusión grupal.

El relato del origen circula repetitivamente, pero al repetirse nunca se repite de la misma forma.

Cada vez que circula lo hace con alguna modificación, aunque permaneciendo siempre fiel a si
mismo.

La institución como disparador del imaginario grupal → la dimensión institucional constituye, al


decir de Lapassade, lo impensado, el negativo, lo invisible, su “inconciente”. Genera, por lo tanto,
efectos desde la latencia grupal.

Dicha inscripción se da en un doble movimiento: el grupo se inscribe en un sistema institucional


dado, de la misma manera que la institución solo vive en los grupos humanos que la constituyen.

El coordinador, junto con las normas formales explicitadas para la organización del grupo, serán
los elementos que indicarán el sistema institucional en que un grupo se inscribe.

El coordinador y su forma de coordinación (acorde a los objetivos explícitos e implícitos tanto de la


institución como del grupo en cuestión) más las normas formales explicitadas para su
funcionamiento son los indicadores del sistema institucional en que ese grupo se inscribe.
Instituyen lo que corresponde, o no, en ese grupo.

Un grupo puede tender a aceptar, transgredir o transformar las reglas estipuladas en el contrato.
Que un grupo opte, consciente o inconscientemente, por alguna de estas opciones dependerá de
la red identificatoria – transferencial que con el coordinador y la institución se ha establecido.

En la forma de coordinación de un grupo podemos plantear 2 niveles de eficacia:

- Explicita: que la forma de coordinación sea adecuada o no para llevar a cabo el objetivo
propuesto,

- Implícita: que la forma de coordinación adoptada dispare efectos en el imaginario grupal de:

a) Fenómenos de transferencia con la coordinación.

b) Efectos en mitos e ilusiones del grupo.

c) Efectos de emblemas ideológicos.

Potrebbero piacerti anche