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En el caso de niños y adolescentes, la información debe ser dada también al que ejerza
su representación o sea su custodio legal
1.3. La tercera exigencia es que toda persona privada de libertad debe ser llevada, sin demora,
ante un juez u otro funcionario autorizado por la ley para ejercer funciones judiciales. Es
posible que sea este funcionario el que notifique los cargos que se le formulan al arrestado.
Es ésta la etapa del proceso en que la persona deja de estar en custodia policial, y si no se la
deja en libertad, o bajo una medida cautelar no privativa de libertad, se encontrará en
detención o prisión preventiva ordenada por una autoridad judicial.
La intervención de un juez o funcionario autorizado para ejercer funciones judiciales
asegura la rectitud y legalidad de la detención, ya que, como ha sostenido la Corte es
una medida que previene la arbitrariedad e ilegalidad de una detención
1.4. Entre los derechos del detenido se encuentran el de saber que puede “notificar a una tercera
persona que está bajo custodia del Estado. Esta notificación se hará, por ejemplo, a un
familiar, a un abogado y/o a su cónsul, según corresponda” al momento de la privación de
libertad
1.5. Como ha reconocido este Tribunal en casos anteriores, es preciso que exista un registro de
detenidos que permita controlar la legalidad de las detenciones. Esto supone la inclusión,
entre otros datos, de: identificación de los detenidos, motivos de la detención, notificación
a la autoridad competente, y a los representantes, custodios o defensores del menor, en su
caso y las visitas que éstas hubieran hecho al detenido, el día y hora de ingreso y de
liberación, información al menor y a otras personas acerca de los derechos y garantías que
asisten al detenido, indicación sobre rastros de golpes o enfermedad mental, traslados del
detenido y horario de alimentación. Además el detenido debe consignar su firma y, en caso
de negativa la explicación del motivo
1.6. En ese mismo sentido se ha pronunciado la Corte Interamericana, diciendo que: Los
detenidos deben contar con revisión y atención médica preferentemente a cargo de un
facultativo elegido por ellos mismos o por quienes ejercen su representación o custodia
legal. Los resultados de cualquier examen médico que ordenen las autoridades – y que no
debe ser practicado en presencia de las autoridades policiales deben ser entregados al juez,
al detenido y a su abogado, o bien, a éste y a quien ejerza la custodia o representación del
menor conforme a la ley