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Tepoztlán, Morelos

Conformación socioespacial de un pueblo en resistencia

Laura Elisa Quiroz Rosas*

E l presente capítulo tiene como objetivo analizar el papel de los ima-


ginarios sociales en la conformación del paisaje y del territorio en
Tepoztlán, además de analizar las transformaciones derivadas de su
designación como pueblo mágico y su consecuente incorporación a una serie
de actividades turísticas.
Para lograr este objetivo, este documento está dividido en dos secciones.
La primera aborda las características geográficas de Tepoztlán, incluye sus
características en torno a la conformación espacial y sus dinámicas territoriales
y paisajísticas, haciendo énfasis en los vínculos que existen entre los habitantes
tepoztecos y su ambiente. Dicha relación se refleja a través de su historia en
un sentido de apropiación y de permanencia de tradiciones y costumbres,
pero también se manifiesta en una serie de conflictos en los que el principal
elemento ha sido la protección de sus recursos naturales y culturales. Esta
primera sección finaliza con un análisis sobre las dinámicas sociales que se
han gestado a partir del incremento de las actividades turísticas en el pueblo
desde su declaratoria como pueblo mágico en 2002.

* Este capítulo deriva de la tesis presentada por la autora para la obtención del grado de maestra
en ciencias sociales y humanidades, UAM-Cuajimalpa, “Caracterización del espacio rural en
Tepoztlán, Morelos. Una aproximación a través del uso de la percepción remota”.

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La segunda sección se enfoca en los usos y apropiaciones de los espacios
públicos y privados de Tepoztlán, haciendo énfasis en los dos diferentes
tipos de propiedad de la tierra que existen en la localidad. Posteriormente se
analizan los diferentes tipos de uso que se presentan en los espacios públicos,
finalizando con una breve descripción sobre las apropiaciones del espacio
público por parte de los habitantes de Tepoztlán y cómo éstos han sufrido
transformaciones en términos espaciales, sobre todo a partir del incremento
de actividades turísticas, el crecimiento poblacional y la incorporación de
nuevas actividades socioeconómicas en las zonas rurales de la localidad.

Caracterización ambiental y sociodemográfica de Tepoztlán

Tepoztlán, que deviene del náhuatl “lugar donde abunda el cobre”, se encuen-
tra ubicado en el estado de Morelos a 74 km de la Ciudad de México; este
municipio se localiza a una altura de 1 701 metros sobre el nivel del mar
(msnm); limita al norte con el Distrito Federal; al sur con Jiutepec y Yautepec;
al este con Tlalnepantla y Tlayacapan; y al oeste con Cuernavaca y Huitzilac
(Mapa 1).
El clima en Tepoztlán es templado subhúmedo; marzo, abril y mayo son
los meses más calurosos, la temperatura media anual que se registra es de
28 °C, con una precipitación pluvial de 1 384 milímetros anuales, el periodo
de lluvias es de junio a octubre.
Una de las características distintivas de esta localidad son las formaciones
rocosas que circundan la comunidad, las cuales, al estar en contacto con
diversos procesos de erosión, han adquirido formas y características peculiares
que difícilmente se asemejan a la de otros lugares.

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Mapa 1
Ubicación espacial del municipio de Tepoztlán, Morelos

Fuente: elaboración propia.

Esta barrera natural que le da forma y protección a Tepoztlán se encuentra


conformada por varios cerros, los cuales cuentan con un nombre propio en
náhuatl (Cuadro 1) y con una gran cantidad de relatos y leyendas (Corona y
Pérez, 1999:37) .
Debido a sus características geográficas, Tepoztlán cuenta con una gran
variedad de especies de flora y fauna, la primera se encuentra constituida
principalmente por bosques de pino, encino y selva baja caducifolia. Por otra
parte, las especies de fauna con las que cuenta la localidad son básicamente:
venados, armadillos, coyotes, tejones, conejos, víboras, ranas, lagartijas y una
extensa variedad de insectos (H. Ayuntamiento Constitucional de Tepoztlán,
2001).

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Cuadro 1
Nombres y significados de los cerros que componen el Valle de Tepoztlán

Nombre Significado Representación cultural


Tepozteco “Cerro que rinde culto Se encuentra la pirámide que rinde culto a Ometochtli
a Tepoztecatl” (dos conejo).

Tlacatépetl “Cerro del hombre” Simboliza el desafío de la vida.

Tlahuiltépetl “Cerro que alumbra” Recibe los primeros rayos de sol cada amanecer.

Ehecatépetl “Cerro del aire” Uno de los fieles guardines que sopla sus vientos
sobre el pueblo.

Chicuacémac “Cerro de las seis Refugio durante la Revolución para algunos habi-
manos” tantes de Santo Domingo principalmente.

Chalchitépetl “Cerro de los tesoros” En donde se encuentra el tesoro de Tepoztlán.

Chicomeoztótl “Cueva de concha” Por su forma de concha de mar.

Tlacuilolco “Cerro donde se labra Punto de contacto entre los revolucionarios.


la piedra”

Cuahnectépetl “Cerro de la miel” Donde existían muchos panales de miel.

Tomazatitla “Cerro de los venados” Donde se encuentran figuras rupestres de algunos


cervatillos.

Metztitla “Lugar donde posa la Simboliza a la diosa de la luna, las pinturas rupestres
luna” así parecen manifestarlo.

Tenexcaltitla “Cerro de la cal” Acudían grupos prehispánicos por cal para la cons-
trucción de las pirámides.

Texcaltépetl “Cerro de las piedras” Monte de piedra volcánica explotado para la cons-
trucción de las viviendas tepoztecas.

Topilli “Bastón del Tepozteco” Monolito de más de 20 metros de largo en forma de


bastón que simboliza paz, justicia y humildad.
continúa...
Cuadro 1
(continuación)

Nombre Significado Representación cultural


Texihuiltépetl “Cerro del cometa” Lugar donde abunda axíhuitl, planta medicinal que
cura enfermedades gastrointestinales.

Tepenanquilinoni “Cerro que contesta” Lugar usado para meditar.

Huitzilatl “Cerro para la venida Lugar a donde acuden los tepoztecos para pedir la
de agua” venida de las lluvias.

Cuahuitzo “Lugar donde abundan Se encuentra una piedra parecida a las piedras de la
los árboles” Isla de Pascua.

Tlamatépetl “Cerro de los sabios” Lugar donde se reunían los tlamatini: astrónomos,
médicos, arquitectos y sacerdotes.

Ocelotépetl “Cerro del jaguar”

Malinatépetl “Cerro de las gotas de


agua”

Huilotépetl “Cerro de las huilotas o Cerros que poseen la apariencia o las características
palomas” físicas de sus nombres emblemáticos

Cematzin “Cerro de la mano”

Cacalotépetl “Cerro del cuervo”

Zacatépetl “Cerro del zacate”

Fuente: elaboración propia a partir del testimonio de Víctor Flores Anaya, en Tostado (1998:67).
Por sus características ecológicas y su amplia biodiversidad, Tepoztlán
cuenta con dos decretos presidenciales para su protección: el decreto mediante
el cual se crea el “Parque Nacional El Tepozteco”, promulgado por el entonces
presidente Lázaro Cárdenas del Río, el 22 de enero de 1937; y el decreto del
“Corredor Biológico Chichinautzin”, Área de Protección de Flora y Fauna
promulgado por el entonces presidente Miguel de la Madrid Hurtado, el 30
de noviembre de 1988.
En términos geográficos y estadísticos, el municipio de Tepoztlán cuenta
con una superficie de 252 614 km2 (cifra que representa 4.89% del total del
estado) y una densidad poblacional de 165 habitantes por km2 (INEGI, 2010).
De acuerdo con datos del Censo de población y vivienda 2010, cuenta con una
población de 41 639 habitantes, de los cuales 52.48% (21 856 habitantes) son
considerados población urbana, y 47.51% (19 783 habitantes) rural.
Políticamente se encuentra dividido en 63 localidades, siendo las más
importantes: la cabecera municipal –que lleva el mismo nombre del muni-
cipio–, Amatlán, Ixcatepec, San Andrés de la Cal, Santa Catarina, Santiago
Tepetlapa, Santo Domingo Ocotitlán, San Juan Tlacotenco, Col. Obrera y
Ángel Bocanegra (INEGI, 2010).
Desde la época prehispánica, los pueblos se dividían en barrios,1 y Tepoztlán
no fue la excepción; por ello, esta localidad está conformada por la cabecera
municipal y por ocho barrios que se dividen en los barrios de arriba y los barrios
de abajo (Mapa 2).
La división espacial y el simbolismo animal de cada barrio no sólo tienen
que ver con la ubicación geográfica, sino con una jerarquización de la
población en términos de las actividades que desarrollan y por ende de su
estatus económico. Otro elemento importante para la división de los barrios
es el acceso a los recursos hidrológicos, el cual se encuentra relacionado con
las características y nombres de los animales emblemáticos de cada barrio.

1
Los barrios se conciben como una institución creada durante el siglo XVI para concentrar y
organizar a la población indígena, ocupa grandes espacios comunitarios, que tienen costumbres,
actividades y dinámicas propias (Lomnitz, 1982).

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Mapa 2
Ubicación espacial de los barrios que componen
la cabecera municipal de Tepoztlán

Fuente: Lomnitz (1982).

Así, los barrios de abajo representados por ranas y lagartijas se encuentran


asociados (de acuerdo con la religión azteca) con los tlaloques: dioses del
agua; mientras que los barrios de arriba están representados por los gusanos
de maguey y los cacomiztles, animales asociados más con la tierra, el pulque
y el culto a Ometochtli (Lewis, 1968).

Los actores y sus imaginarios

Los actores que convergen la vida de Tepoztlán han mantenido una estrecha
vinculación entre la vida social de sus habitantes con la naturaleza, entendiendo
a esta última no sólo como un recurso natural, sino como algo vivo, lo cual es
expresado por sus habitantes mediante ritos, fiestas y ceremonias elaboradas
(Corona y Pérez, 1999:39). Sin embargo, dentro de los imaginarios de los

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habitantes tepoztecos, esta relación no siempre ha sido armoniosa o equi-
librada, ya que desde la época de la Revolución con la presencia del zapatismo
en Morelos, Tepoztlán se volvió un lugar de lucha y defensa del pueblo por
sus tierras y sus recursos naturales.
Es decir, el territorio y el paisaje visto como patrimonio natural, es reco-
nocido por los tepoztecos como la geografía ritual y el nicho de los espacios
sagrados (Salazar, 2002). Por ello los cerros del Tepozteco constituyen un eje
fundamental que acompaña la vida del pueblo, este aspecto de la geografía
se encuentra arraigado no sólo al paisaje natural sino también a un paisaje
cultural y ritual (Broda, 1995; en Corona y Pérez, 1999:37).
Otro elemento importante para la conformación del paisaje cultural en
este municipio fue la mezcla y el intercambio entre diferentes grupos sociales
y étnicos, y es que debido a su ubicación geográfica, Tepoztlán atrajo algunos
españoles de nivel económico modesto, quienes se establecieron durante
el periodo colonial conviviendo con la nobleza indígena local (Lomnitz,
1992:38). Dicho intercambio cultural permitió la interacción y el aprendizaje
mutuo ya que muchos miembros de ambas élites eran bilingües en español y
en náhuatl, y su fluidez bicultural les permitía conducir sus identidades étnicas
a voluntad (Warman, 1976).
Actualmente y desde su conformación, Tepoztlán es una comunidad que
expresa sus anhelos de autogestión y autonomía, es producto de procesos
determinantes y estructurales de larga duración, generadores históricos de
realidad que nos hablan de una fuerte identidad cultural (Concheiro, 2012).
De hecho, al participar en la vida de la comunidad se puede observar
que los habitantes conservan una serie de valores, ceremonias y rituales que
nos hablan de rasgos propios y característicos del lugar, vinculados con una
identidad cultural específica (Corona y Pérez, 1999:21).
Ahora bien, debido a su fuerte relación entre sus habitantes y la naturaleza,
Tepoztlán se ha caracterizado por la presencia de diversos movimientos civiles
enmarcados principalmente en la lucha por la tierra y la protección de sus
recursos naturales (Hernández, 2002:134).

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Uno de los primeros factores fue la construcción de la carretera México-
Cuernavaca en 1936, que durante ese año permitió mayor integración de
algunos territorios. Dicha infraestructura implicó la reestructuración y
descentralización de los medios de producción, tanto de actividades eminen-
temente agrícolas como de actividades industriales y de servicios, entre éstas
las turísticas (Salazar, 2002).
Posteriormente, durante el sexenio de Miguel de la Madrid (1982-1988) y
la administración del gobierno estatal de Lauro Ortega Martínez en el mismo
periodo, se produjo un crecimiento significativo de fraccionamientos, casas
para vacaciones o para fines de semana. En 1983, en Tepoztlán existían 60 mil
lotes, distribuidos en 460 fraccionamientos, estimando que 65% era ocupado
únicamente los fines de semana (Velázquez, 2009:268).
Durante 1995 se propuso la creación de un club de golf considerado un
mega proyecto a gran escala en el Parque Nacional el Tepozteco. Este proyecto
implicaría no sólo la transformación del aspecto físico de la zona, sino también
tendría implicaciones ecológicas como la disminución de la calidad y cantidad
del agua, el empobrecimiento y la contaminación de los suelos, la extinción de
flora y fauna silvestre, además de la desintegración de actividades económicas
tradicionales, migración, procesos de crecimiento poblacional y urbano, falta
de servicios, segregación, entre otros (Munguía y Castellanos, 1997).
Fue así que comenzó un movimiento de lucha y de protesta por parte de
los habitantes del municipio de Tepoztlán. Este movimiento eventualmente
evitaría la construcción de dicho proyecto. Consecuentemente, el movimiento
despertó un gran interés por conservar la naturaleza entre la población local.
Comenzaron a surgir organizaciones ambientalistas que impulsaron diferentes
proyectos para rescatar la reserva ecológica (Velázquez, 2008).
En la actualidad ha comenzado un nuevo conflicto del pueblo, en esta
ocasión en contra de la ampliación de la autopista México-Cuautla, la cual,
de acuerdo con los comuneros, dividirá las localidades de Santa Catarina, San
Andrés de la Cal, Ocotitlán, Amatlán, Ecatepec, Jilotepec y Santiago Tepetlapa,
destruirá especies vegetales y animales protegidas de la región, y violará la
protección ecológica otorgada al Parque Nacional el Tepozteco.

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Dinámicas sociales vinculadas con el turismo

Uno de los rasgos que caracteriza a Tepoztlán, desde finales de la década de


1970 hasta la actualidad, es el arribo constante de habitantes nuevos, quienes
en su mayoría son de clase media y alta provenientes de la Ciudad de México,
además de una gran cantidad de turismo extranjero (Velázquez, 2008).
Este proceso no sólo ha influido en el crecimiento urbano, sino en las
relaciones políticas y culturales internas del pueblo, como es la consolidación
de una élite nueva de personas que no nacieron en Tepoztlán y que reciben
la categoría de tepoztizos por parte de los habitantes nativos (Lomnitz,
1992:199). Además de la modificación e integración de nuevas actividades
ligadas al autoconsumo, la compraventa de productos, la migración temporal
y en menor grado la agricultura. Estos elementos han transformado el patrón
de actividades así como la organización de sus espacios, manteniendo algunas
de sus actividades tradicionales, pero también llevando a cabo actividades que
se relacionan directamente con el proceso de urbanización.
Esta diversidad de ocupaciones y de residentes parece construir un nuevo
punto de articulación entre la dimensión pública y privada, entre lo rural y lo
urbano, el vínculo entre el pueblo y la ciudad, entre lo tradicional y lo moderno
(Cruz, 2001:295).
La comunidad se ha convertido hoy en prestadora de servicios relacio-
nados con el turismo. Lo cual podría producir beneficios por los empleos e
ingresos generados; sin embargo, también ha representado problemas serios
por la desintegración de una comunidad antaño orgullosa de su unidad y vida
comunitaria (Lomnitz, 1992; Rosas 1997; Martín, 2005).
Un ejemplo de esto es el número de personas ocupadas predominante-
mente en actividades terciarias, con la finalidad de atender las necesidades de
los turistas: comercio, restaurantes, hoteles, transporte, servicios personales,
debido a la preferencia y el uso masivo del territorio estatal como área de
descanso (H. Ayuntamiento Constitucional de Tepoztlán, 2001).
Sin embargo, a pesar de que los habitantes tepoztecos han tratado de regular
las actividades turísticas del municipio, éstas se conciben como desorganizadas

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(Lash y Urry, 1998): se pueden observar, a lo largo del recorrido por la calle
principal de Tepoztlán, tiendas de recuerdos en las que se venden objetos
típicos que –enmarcados en elementos autóctonos, llenos de simbolismo y
con una fuerte carga de energía y misticismo en la que se ha enmarcado a este
pueblo– no necesariamente son elementos propios de la cultura y el ambiente
tepozteco, ya que por lo general provienen de otros lugares (nacionales o
extranjeros).
Otro de los factores que influyeron en el incremento de la actividad
turística en el municipio fue la introducción del Programa Pueblos Mágicos
(PPM), cuyo propósito era contribuir a la revaloración de un conjunto de
poblaciones del país que siempre habían permanecido en el imaginario
colectivo de la nación y que representaban alternativas diferentes para los
visitantes nacionales y extranjeros.
Así, durante 2002 Tepoztlán fue declarado en esta categoría; sin embargo,
en 2009 fue excluido de la misma por no cumplir con los indicadores de
desempeño y con los criterios de certificación del PPM, los cuales incluían
el involucramiento con la sociedad, la seguridad del destino y el fomento
de nuevas empresas, entre otros, además de la venta excesiva de alcohol y la
proliferación de comercio informal.2 Pero en junio de 2010, Tepoztlán fue el
único (de los tres pueblos sancionados a nivel federal) que logró recuperar la
distinción de “pueblo mágico”, ya que disminuyó la venta de alcohol y pusieron
en práctica acciones para mejorar la imagen del pueblo, volviendo a recibir el
presupuesto asignado a los pueblos que pertenecen a esta categoría.
Esta serie de acciones de mejora en la imagen del pueblo, han comenzado
a adentrarse en la comunidad tepozteca, transformando el espacio no sólo en
términos paisajísticos sino en torno a las dinámicas sociales locales.
Evidentemente la falta de conducción de organismos estatales y de apoyo
significativo al sector rural han llevado a los habitantes de la localidad a buscar

2
El ambulantaje pone en evidencia el desorganizado proceso de modernización en
Tepoztlán.

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nuevas opciones que se manifiestan en la reducción de la ocupación agrícola
y en la incorporación de actividades terciarias, lo cual ha significado no sólo
para las habitantes de Tepoztlán, sino para muchas localidades rurales del país,
un proceso de adaptación (Salazar, 2002).

Usos y apropiaciones del espacio:


el espacio público en Tepoztlán

Los espacios públicos hacen referencia a aquellos lugares en los que la


sociedad realiza sus actividades tanto rurales como urbanas, los cuales poseen
características propias. Es decir, no están reservados a nadie, son de libre
acceso, donde además se admite y se presenta como rasgo dominante, la
copresencia de extraños y por consiguiente todos y cada uno de los presentes
gozan legítimamente del anonimato (Duhau y Giglia, 2008). En estos espacios
impera la condición de iguales en la diferencia, donde todos tienen derecho
a estar presentes y a ser respetados en su integridad, intimidad y anonimato,
independientemente de sus características individuales, incluidas la edad,
sexo, pertenencia étnica, apariencia, etcétera. Es por ello que pueden ser
considerados como espacios de expresión y vehículo de la democratización
de la vida social (Duhau y Giglia, 2008).
Los lugares públicos –al ser de concentración de actividad y de pobla-
ción, de bienes públicos y privados, de formas espaciales, de flujos de capital,
de información, de comunicación, de imágenes y símbolos que rebasan
las fronteras locales– muestran quizá la formación de diferentes tipos de
ciudadanía, a partir de prácticas sociales, del acceso diferenciado y desigual
a los recursos de la sociedad, como de la manera en que individuos y grupos
diferentes participan en la vida pública, los cuales también determinan nor-
mas comunes y de común aceptación, sean explícitas o implícitas, formales o
informales, rígidas o flexibles, impuestas ya sea por las autoridades locales o
por la misma sociedad (Arendt, 2005).

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Así, los espacios públicos en Tepoztlán están conformados por la iglesia
central y el ex convento, construidos –siguiendo la organización espacial de
la economía y el gobierno de la época colonial– en el centro de la cabecera
municipal (Lomnitz, 1982:68).
También encontramos espacios como la plaza central, que cuenta con un
quiosco al centro, el palacio municipal, el mercado y el teatro, el cual tiene
en la fachada figuras que hacen referencia al tradicional brinco del Chinelo,
además de que en cada uno de los barrios está ubicada una pequeña capilla
de la iglesia católica.

Uso del espacio público en Tepoztlán

La dinámica de los lugares públicos en Tepoztlán cobra vida durante los fines
de semana, ya que encontramos apropiaciones e infraestructura para que las
actividades de esparcimiento y recreación común puedan realizarse, misma
que está diseñada tanto para la comunidad local como para los visitantes de
fin de semana; ejemplo de esto son el tianguis y los comercios establecidos
ubicados sobre las avenidas principales de Tepoztlán (Revolución de 1910 y
5 de Mayo), y la plaza central, donde se ofrecen bancas alrededor del kiosco,
artesanías locales, alimentos y bebidas.
El tianguis de Tepoztlán se establece un día a la semana (miércoles), aunque
en menor medida para satisfacer las necesidades de la comunidad local y
durante los fines de semana para proporcionar los servicios que requieren
los visitantes. De hecho, esta dinámica puede observarse en las fotografías 1
y 2, en las que se muestran los dos lugares más concurridos en Tepoztlán (la
calle Revolución de 1910 y la plaza central), fotografías tomadas un lunes.
Posteriormente, en las fotografías 3 y 4 se observan los mismos lugares
durante el fin de semana. Dicha comparación demuestra las dinámicas dife-
renciadas de los espacios públicos de acuerdo con las diversas actividades de
la comunidad local y su temporalidad.

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Fotografías 1 y 2
Calle Revolución de 1910 y Plaza Central (Quiroz, 2013).

Fotografías 3 y 4
Tianguis en la Calle Revolución de 1910 y Plaza Central (Quiroz, 2013).

Es importante considerar también que una de las características principales


de los espacios públicos es la centralidad que produce una atracción para las
actividades de intercambio, dejando a las periferias como lugares alejados de
dichas actividades, este efecto de centralidad es un proceso muy marcado en
Tepoztlán.
Para ilustrar mejor la dinámica sobre la centralidad de los espacios públicos
en Tepoztlán, el Mapa 3 muestra la concentración de los espacio públicos, que

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adquieren sentido a partir de su difusión y de las prácticas sociales y acciones
de los individuos y grupos que participan en la vida pública de la ciudad misma,
la calle, la plaza, el cabildo, el congreso, entre otros espacios de encuentro,
relación y comunicación (Ramírez, 2010).
Estas prácticas sociales pueden hacer que las actividades de dichos espacios
adquieran diferentes funciones, por ello se realizó una clasificación en la que la
presidencia municipal, la plaza central y el mercado adquieren un uso mixto,
ya que pueden representar espacios de recreación, comercio y representación
política.

Apropiaciones del espacio

En las culturas tradicionales, el conocimiento, los saberes y las costumbres se


encuentran enlazados en formaciones simbólicas y sistemas taxonómicos a
partir de los cuales clasifican a la naturaleza y ordenan los usos de sus recursos;
la cultura asigna de esta manera valores-significado a la naturaleza, por medio
de sus formas de cognición, de sus modos de nominación y de sus estrategias
de apropiación de los recursos (Leff, 2000).
Así, el Tepozteco adopta por lo menos cuatro diferentes papeles a lo largo
de la historia y todos se arraigan en el paisaje de cerros y cañadas propios del
lugar, mostrando una serie de resonancias entre ellos. Uno sería el personaje
cosmogónico, otro el épico, el tercero se refiere al personaje que trabajó en
México-Tenochtitlan y el último al que propagó la fe cristiana (Brotherson,
1995, en Corona y Pérez, 1999:27).
Por otra parte, las fiestas de los barrios como apropiación de espacios
públicos son representaciones con un gran valor simbólico para la comunidad
de Tepoztlán, en donde la gran mayoría de sus festividades tienen que ver
con cuestiones religiosas y por lo general acuden a ellas las personas locales
de cada barrio. Además de las cuestiones religiosas, las fiestas de los barrios
están relacionadas con la época de lluvias: mientras que los barrios de arriba
celebran sus fiestas durante los meses de enero, abril y mayo; los barrios de abajo

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Mapa 3
Caracterización espacial de los espacios públicos
en el municipio de Tepoztlán, Morelos

Fuente: elaboración propia.

las festejan en marzo, junio, agosto y septiembre; esto tiene un significado


simbólico, ya que en la zonas rurales la época de lluvia está representada como
una época de prosperidad.
Las fiestas de los barrios pueden ser definidas como la afirmación simbólica
de los intereses colectivos de un grupo de personas cuyos derechos sobre la
vivienda y la tierra dependían de su pertenencia al barrio. Esta organización
cultural es un complejo sistema de valores, ideologías, significados, prácticas
productivas y estilos de vida desarrollados a lo largo de la historia y se
especifican en diferentes contextos geográficos y ecológicos.
Sin embargo, en el centro del municipio existen representaciones simbólicas
de diversos tipos, si bien muchas festividades son de tipo religioso, como es la

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representación de Semana Santa y la fiesta de la Virgen de la Natividad, también
existen otras fiestas en las que participa todo el pueblo, como el Carnaval, que
se realiza en la zona de mercado, misma que se convierte en una plaza donde
todos los pequeños puestos de comida son removidos y las comparsas o bandas
de cada uno de los barrios compiten y bailan el brinco del chínelo; también
se festeja el Día de Muertos en todas las calles del pueblo, en donde los niños
y adultos piden su “calaverita”, cantando canciones tradicionales.
Existe otro tipo de apropiación de los espacios públicos en Tepoztlán, que
tiene que ver con el sentido propio de éstos como espacios democráticos y de
representación para que la comunidad se exprese, tal como sucedió durante
el conflicto con el campo de golf en el que las manifestaciones en contra de
la construcción del proyecto se realizaron tanto en la plaza central como en la
presidencia municipal. Ambos lugares representan para Tepoztlán sus mayores
espacios públicos en donde se suscitan una serie de actividades impulsadas
tanto por la comunidad, como por parte de las autoridades locales.
A partir de lo anterior es posible darnos cuenta del sentido de apropiación
de los habitantes tepoztecos, quienes entienden y visualizan su espacio no sólo
en términos geográficos sino como un espacio vívido y lleno de simbolismo,
el cual han defendido y protegido a lo largo de los años de grupos, gobiernos
o empresas que pretendan alterar su entorno.

Conclusiones

En la actualidad las unidades de producción campesina pasan por un proceso


de diversificación ocupacional, y Tepoztlán es constancia de ello; así, se
identifican diferentes actividades ligadas al autoconsumo, la compraventa
de productos, la migración temporal y en menor grado la agricultura. Estos
elementos han transformado el patrón de actividades y la organización de sus
espacios, manteniendo algunas de sus actividades tradicionales, pero también
llevando a cabo actividades que se relacionan directamente con el proceso de
urbanización.

TEPOZTLÁN • MORELOS 103


Si bien durante la historia de la conformación de Tepoztlán ha estado
presente un vínculo muy fuerte con la tierra y los recursos naturales, éstos
han sido los protagonistas de una serie de procesos que han marcado la vida
de los tepoztecos; por una parte sus atractivos naturales son los principales
destinos no sólo de turistas nacionales, sino también de una gran cantidad de
extranjeros, quienes se han establecido en Tepoztlán de manera permanente
adquiriendo la categoría de tepoztizos o únicamente de fin de semana como
simples turistas. Pero también este vínculo con la tierra ha promovido
una gran cantidad de conflictos en defensa de sus recursos en los que los
principales actores han sido los habitantes locales; ello habla del gran sentido
de apropiación con el que cuentan los tepoztecos. Sin embargo, actualmente
Tepoztlán se ha convertido en uno de los principales destinos turísticos del
estado de Morelos a consecuencia de la promoción realizada por el PPM que
ha generado la llegada de miles de turistas que abarrotan sus calles conociendo
sus atractivos, provocando nuevas configuraciones socioespaciales.
Si bien el programa pretende promover la identidad de los pueblos y la
revalorización de lo rural en términos del fomento de sus tradiciones y
valores, con este tipo de afluencia masiva de turistas las comunidades locales
tienen que reconfigurar el desarrollo de sus actividades “tradicionales” hacia
otras enfocadas principalmente al servicio turístico; de esta manera, debería
cuestionarse ¿en qué medida realmente el PPM fomenta la identidad de los
pueblos?
Una cuestión que hace de Tepoztlán un lugar característico es que, a pesar
de esta modernización y el cambio aparente en su estructura social, conserva
una fuerte tradición indígena que se manifiesta en ciertos ámbitos que
regulan la vida comunitaria; si bien la comunidad tepozteca se ha adaptado a
los nuevos comportamientos y actitudes en su perfil cultural asimilando los
cambios tecnológicos y sobrevivido a los cambios sufridos en sus relaciones
de producción e intercambio, persiste también una lógica cultural arraigada
en una organización comunitaria que alude a una cosmovisión particular y
exige relaciones de intercambio distintas de la lógica urbana.

104 PUEBLOS MÁGICOS


Los diferentes sentidos de apropiación de los espacios públicos en
Tepoztlán se encuentran determinados por una gran variedad de procesos
como las relaciones entre la organización política y civil, la tenencia de la
tierra, los rituales de la comunidad, las festividades religiosas, el sistema de
mercados, las relaciones de parentesco y las actividades turísticas. Tepoztlán
y sus tepoztecos conforman un pueblo con una gran tradición, cultura e
identidad, de la cual se sienten orgullosos.

Referencias

Arendt, H. (2005). La condición humana. España: Ediciones Paidós Ibérica.


Concheiro, L. (2012). Zapata cabalga por el Tepozteco. México: UAM-Xochimilco.
Corona, y C. Pérez, (1999). Tradición y modernidad en Tepoztlán: historias y leyendas de
un pueblo en resistencia. México: UAM-Xochimilco.
Cruz, M. (2001). “Propiedad, poblamiento y periferia rural en la Zona Metropolitana
de la Ciudad de México”, Estudios Demográficos y Urbanos, 17(1), pp. 179-206.
Duhau, E. y A. Giglia (2008). “Vida y muerte del espacio público”, en Las reglas del
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106 PUEBLOS MÁGICOS


Tepoztlán, Morelos
Conformación socioespacial de un pueblo en resistencia

Laura Elisa Quiroz Rosas*

E l presente capítulo tiene como objetivo analizar el papel de los ima-


ginarios sociales en la conformación del paisaje y del territorio en
Tepoztlán, además de analizar las transformaciones derivadas de su
designación como pueblo mágico y su consecuente incorporación a una serie
de actividades turísticas.
Para lograr este objetivo, este documento está dividido en dos secciones.
La primera aborda las características geográficas de Tepoztlán, incluye sus
características en torno a la conformación espacial y sus dinámicas territoriales
y paisajísticas, haciendo énfasis en los vínculos que existen entre los habitantes
tepoztecos y su ambiente. Dicha relación se refleja a través de su historia en
un sentido de apropiación y de permanencia de tradiciones y costumbres,
pero también se manifiesta en una serie de conflictos en los que el principal
elemento ha sido la protección de sus recursos naturales y culturales. Esta
primera sección finaliza con un análisis sobre las dinámicas sociales que se
han gestado a partir del incremento de las actividades turísticas en el pueblo
desde su declaratoria como pueblo mágico en 2002.

* Este capítulo deriva de la tesis presentada por la autora para la obtención del grado de maestra
en ciencias sociales y humanidades, UAM-Cuajimalpa, “Caracterización del espacio rural en
Tepoztlán, Morelos. Una aproximación a través del uso de la percepción remota”.

TEPOZTLÁN • MORELOS 87
La segunda sección se enfoca en los usos y apropiaciones de los espacios
públicos y privados de Tepoztlán, haciendo énfasis en los dos diferentes
tipos de propiedad de la tierra que existen en la localidad. Posteriormente se
analizan los diferentes tipos de uso que se presentan en los espacios públicos,
finalizando con una breve descripción sobre las apropiaciones del espacio
público por parte de los habitantes de Tepoztlán y cómo éstos han sufrido
transformaciones en términos espaciales, sobre todo a partir del incremento
de actividades turísticas, el crecimiento poblacional y la incorporación de
nuevas actividades socioeconómicas en las zonas rurales de la localidad.

Caracterización ambiental y sociodemográfica de Tepoztlán

Tepoztlán, que deviene del náhuatl “lugar donde abunda el cobre”, se encuen-
tra ubicado en el estado de Morelos a 74 km de la Ciudad de México; este
municipio se localiza a una altura de 1 701 metros sobre el nivel del mar
(msnm); limita al norte con el Distrito Federal; al sur con Jiutepec y Yautepec;
al este con Tlalnepantla y Tlayacapan; y al oeste con Cuernavaca y Huitzilac
(Mapa 1).
El clima en Tepoztlán es templado subhúmedo; marzo, abril y mayo son
los meses más calurosos, la temperatura media anual que se registra es de
28 °C, con una precipitación pluvial de 1 384 milímetros anuales, el periodo
de lluvias es de junio a octubre.
Una de las características distintivas de esta localidad son las formaciones
rocosas que circundan la comunidad, las cuales, al estar en contacto con
diversos procesos de erosión, han adquirido formas y características peculiares
que difícilmente se asemejan a la de otros lugares.

88 PUEBLOS MÁGICOS
Mapa 1
Ubicación espacial del municipio de Tepoztlán, Morelos

Fuente: elaboración propia.

Esta barrera natural que le da forma y protección a Tepoztlán se encuentra


conformada por varios cerros, los cuales cuentan con un nombre propio en
náhuatl (Cuadro 1) y con una gran cantidad de relatos y leyendas (Corona y
Pérez, 1999:37) .
Debido a sus características geográficas, Tepoztlán cuenta con una gran
variedad de especies de flora y fauna, la primera se encuentra constituida
principalmente por bosques de pino, encino y selva baja caducifolia. Por otra
parte, las especies de fauna con las que cuenta la localidad son básicamente:
venados, armadillos, coyotes, tejones, conejos, víboras, ranas, lagartijas y una
extensa variedad de insectos (H. Ayuntamiento Constitucional de Tepoztlán,
2001).

TEPOZTLÁN • MORELOS 89
Cuadro 1
Nombres y significados de los cerros que componen el Valle de Tepoztlán

Nombre Significado Representación cultural


Tepozteco “Cerro que rinde culto Se encuentra la pirámide que rinde culto a Ometochtli
a Tepoztecatl” (dos conejo).

Tlacatépetl “Cerro del hombre” Simboliza el desafío de la vida.

Tlahuiltépetl “Cerro que alumbra” Recibe los primeros rayos de sol cada amanecer.

Ehecatépetl “Cerro del aire” Uno de los fieles guardines que sopla sus vientos
sobre el pueblo.

Chicuacémac “Cerro de las seis Refugio durante la Revolución para algunos habi-
manos” tantes de Santo Domingo principalmente.

Chalchitépetl “Cerro de los tesoros” En donde se encuentra el tesoro de Tepoztlán.

Chicomeoztótl “Cueva de concha” Por su forma de concha de mar.

Tlacuilolco “Cerro donde se labra Punto de contacto entre los revolucionarios.


la piedra”

Cuahnectépetl “Cerro de la miel” Donde existían muchos panales de miel.

Tomazatitla “Cerro de los venados” Donde se encuentran figuras rupestres de algunos


cervatillos.

Metztitla “Lugar donde posa la Simboliza a la diosa de la luna, las pinturas rupestres
luna” así parecen manifestarlo.

Tenexcaltitla “Cerro de la cal” Acudían grupos prehispánicos por cal para la cons-
trucción de las pirámides.

Texcaltépetl “Cerro de las piedras” Monte de piedra volcánica explotado para la cons-
trucción de las viviendas tepoztecas.

Topilli “Bastón del Tepozteco” Monolito de más de 20 metros de largo en forma de


bastón que simboliza paz, justicia y humildad.
continúa...
Cuadro 1
(continuación)

Nombre Significado Representación cultural


Texihuiltépetl “Cerro del cometa” Lugar donde abunda axíhuitl, planta medicinal que
cura enfermedades gastrointestinales.

Tepenanquilinoni “Cerro que contesta” Lugar usado para meditar.

Huitzilatl “Cerro para la venida Lugar a donde acuden los tepoztecos para pedir la
de agua” venida de las lluvias.

Cuahuitzo “Lugar donde abundan Se encuentra una piedra parecida a las piedras de la
los árboles” Isla de Pascua.

Tlamatépetl “Cerro de los sabios” Lugar donde se reunían los tlamatini: astrónomos,
médicos, arquitectos y sacerdotes.

Ocelotépetl “Cerro del jaguar”

Malinatépetl “Cerro de las gotas de


agua”

Huilotépetl “Cerro de las huilotas o Cerros que poseen la apariencia o las características
palomas” físicas de sus nombres emblemáticos

Cematzin “Cerro de la mano”

Cacalotépetl “Cerro del cuervo”

Zacatépetl “Cerro del zacate”

Fuente: elaboración propia a partir del testimonio de Víctor Flores Anaya, en Tostado (1998:67).
Por sus características ecológicas y su amplia biodiversidad, Tepoztlán
cuenta con dos decretos presidenciales para su protección: el decreto mediante
el cual se crea el “Parque Nacional El Tepozteco”, promulgado por el entonces
presidente Lázaro Cárdenas del Río, el 22 de enero de 1937; y el decreto del
“Corredor Biológico Chichinautzin”, Área de Protección de Flora y Fauna
promulgado por el entonces presidente Miguel de la Madrid Hurtado, el 30
de noviembre de 1988.
En términos geográficos y estadísticos, el municipio de Tepoztlán cuenta
con una superficie de 252 614 km2 (cifra que representa 4.89% del total del
estado) y una densidad poblacional de 165 habitantes por km2 (INEGI, 2010).
De acuerdo con datos del Censo de población y vivienda 2010, cuenta con una
población de 41 639 habitantes, de los cuales 52.48% (21 856 habitantes) son
considerados población urbana, y 47.51% (19 783 habitantes) rural.
Políticamente se encuentra dividido en 63 localidades, siendo las más
importantes: la cabecera municipal –que lleva el mismo nombre del muni-
cipio–, Amatlán, Ixcatepec, San Andrés de la Cal, Santa Catarina, Santiago
Tepetlapa, Santo Domingo Ocotitlán, San Juan Tlacotenco, Col. Obrera y
Ángel Bocanegra (INEGI, 2010).
Desde la época prehispánica, los pueblos se dividían en barrios,1 y Tepoztlán
no fue la excepción; por ello, esta localidad está conformada por la cabecera
municipal y por ocho barrios que se dividen en los barrios de arriba y los barrios
de abajo (Mapa 2).
La división espacial y el simbolismo animal de cada barrio no sólo tienen
que ver con la ubicación geográfica, sino con una jerarquización de la
población en términos de las actividades que desarrollan y por ende de su
estatus económico. Otro elemento importante para la división de los barrios
es el acceso a los recursos hidrológicos, el cual se encuentra relacionado con
las características y nombres de los animales emblemáticos de cada barrio.

1
Los barrios se conciben como una institución creada durante el siglo XVI para concentrar y
organizar a la población indígena, ocupa grandes espacios comunitarios, que tienen costumbres,
actividades y dinámicas propias (Lomnitz, 1982).

92 PUEBLOS MÁGICOS
Mapa 2
Ubicación espacial de los barrios que componen
la cabecera municipal de Tepoztlán

Fuente: Lomnitz (1982).

Así, los barrios de abajo representados por ranas y lagartijas se encuentran


asociados (de acuerdo con la religión azteca) con los tlaloques: dioses del
agua; mientras que los barrios de arriba están representados por los gusanos
de maguey y los cacomiztles, animales asociados más con la tierra, el pulque
y el culto a Ometochtli (Lewis, 1968).

Los actores y sus imaginarios

Los actores que convergen la vida de Tepoztlán han mantenido una estrecha
vinculación entre la vida social de sus habitantes con la naturaleza, entendiendo
a esta última no sólo como un recurso natural, sino como algo vivo, lo cual es
expresado por sus habitantes mediante ritos, fiestas y ceremonias elaboradas
(Corona y Pérez, 1999:39). Sin embargo, dentro de los imaginarios de los

TEPOZTLÁN • MORELOS 93
habitantes tepoztecos, esta relación no siempre ha sido armoniosa o equi-
librada, ya que desde la época de la Revolución con la presencia del zapatismo
en Morelos, Tepoztlán se volvió un lugar de lucha y defensa del pueblo por
sus tierras y sus recursos naturales.
Es decir, el territorio y el paisaje visto como patrimonio natural, es reco-
nocido por los tepoztecos como la geografía ritual y el nicho de los espacios
sagrados (Salazar, 2002). Por ello los cerros del Tepozteco constituyen un eje
fundamental que acompaña la vida del pueblo, este aspecto de la geografía
se encuentra arraigado no sólo al paisaje natural sino también a un paisaje
cultural y ritual (Broda, 1995; en Corona y Pérez, 1999:37).
Otro elemento importante para la conformación del paisaje cultural en
este municipio fue la mezcla y el intercambio entre diferentes grupos sociales
y étnicos, y es que debido a su ubicación geográfica, Tepoztlán atrajo algunos
españoles de nivel económico modesto, quienes se establecieron durante
el periodo colonial conviviendo con la nobleza indígena local (Lomnitz,
1992:38). Dicho intercambio cultural permitió la interacción y el aprendizaje
mutuo ya que muchos miembros de ambas élites eran bilingües en español y
en náhuatl, y su fluidez bicultural les permitía conducir sus identidades étnicas
a voluntad (Warman, 1976).
Actualmente y desde su conformación, Tepoztlán es una comunidad que
expresa sus anhelos de autogestión y autonomía, es producto de procesos
determinantes y estructurales de larga duración, generadores históricos de
realidad que nos hablan de una fuerte identidad cultural (Concheiro, 2012).
De hecho, al participar en la vida de la comunidad se puede observar
que los habitantes conservan una serie de valores, ceremonias y rituales que
nos hablan de rasgos propios y característicos del lugar, vinculados con una
identidad cultural específica (Corona y Pérez, 1999:21).
Ahora bien, debido a su fuerte relación entre sus habitantes y la naturaleza,
Tepoztlán se ha caracterizado por la presencia de diversos movimientos civiles
enmarcados principalmente en la lucha por la tierra y la protección de sus
recursos naturales (Hernández, 2002:134).

94 PUEBLOS MÁGICOS
Uno de los primeros factores fue la construcción de la carretera México-
Cuernavaca en 1936, que durante ese año permitió mayor integración de
algunos territorios. Dicha infraestructura implicó la reestructuración y
descentralización de los medios de producción, tanto de actividades eminen-
temente agrícolas como de actividades industriales y de servicios, entre éstas
las turísticas (Salazar, 2002).
Posteriormente, durante el sexenio de Miguel de la Madrid (1982-1988) y
la administración del gobierno estatal de Lauro Ortega Martínez en el mismo
periodo, se produjo un crecimiento significativo de fraccionamientos, casas
para vacaciones o para fines de semana. En 1983, en Tepoztlán existían 60 mil
lotes, distribuidos en 460 fraccionamientos, estimando que 65% era ocupado
únicamente los fines de semana (Velázquez, 2009:268).
Durante 1995 se propuso la creación de un club de golf considerado un
mega proyecto a gran escala en el Parque Nacional el Tepozteco. Este proyecto
implicaría no sólo la transformación del aspecto físico de la zona, sino también
tendría implicaciones ecológicas como la disminución de la calidad y cantidad
del agua, el empobrecimiento y la contaminación de los suelos, la extinción de
flora y fauna silvestre, además de la desintegración de actividades económicas
tradicionales, migración, procesos de crecimiento poblacional y urbano, falta
de servicios, segregación, entre otros (Munguía y Castellanos, 1997).
Fue así que comenzó un movimiento de lucha y de protesta por parte de
los habitantes del municipio de Tepoztlán. Este movimiento eventualmente
evitaría la construcción de dicho proyecto. Consecuentemente, el movimiento
despertó un gran interés por conservar la naturaleza entre la población local.
Comenzaron a surgir organizaciones ambientalistas que impulsaron diferentes
proyectos para rescatar la reserva ecológica (Velázquez, 2008).
En la actualidad ha comenzado un nuevo conflicto del pueblo, en esta
ocasión en contra de la ampliación de la autopista México-Cuautla, la cual,
de acuerdo con los comuneros, dividirá las localidades de Santa Catarina, San
Andrés de la Cal, Ocotitlán, Amatlán, Ecatepec, Jilotepec y Santiago Tepetlapa,
destruirá especies vegetales y animales protegidas de la región, y violará la
protección ecológica otorgada al Parque Nacional el Tepozteco.

TEPOZTLÁN • MORELOS 95
Dinámicas sociales vinculadas con el turismo

Uno de los rasgos que caracteriza a Tepoztlán, desde finales de la década de


1970 hasta la actualidad, es el arribo constante de habitantes nuevos, quienes
en su mayoría son de clase media y alta provenientes de la Ciudad de México,
además de una gran cantidad de turismo extranjero (Velázquez, 2008).
Este proceso no sólo ha influido en el crecimiento urbano, sino en las
relaciones políticas y culturales internas del pueblo, como es la consolidación
de una élite nueva de personas que no nacieron en Tepoztlán y que reciben
la categoría de tepoztizos por parte de los habitantes nativos (Lomnitz,
1992:199). Además de la modificación e integración de nuevas actividades
ligadas al autoconsumo, la compraventa de productos, la migración temporal
y en menor grado la agricultura. Estos elementos han transformado el patrón
de actividades así como la organización de sus espacios, manteniendo algunas
de sus actividades tradicionales, pero también llevando a cabo actividades que
se relacionan directamente con el proceso de urbanización.
Esta diversidad de ocupaciones y de residentes parece construir un nuevo
punto de articulación entre la dimensión pública y privada, entre lo rural y lo
urbano, el vínculo entre el pueblo y la ciudad, entre lo tradicional y lo moderno
(Cruz, 2001:295).
La comunidad se ha convertido hoy en prestadora de servicios relacio-
nados con el turismo. Lo cual podría producir beneficios por los empleos e
ingresos generados; sin embargo, también ha representado problemas serios
por la desintegración de una comunidad antaño orgullosa de su unidad y vida
comunitaria (Lomnitz, 1992; Rosas 1997; Martín, 2005).
Un ejemplo de esto es el número de personas ocupadas predominante-
mente en actividades terciarias, con la finalidad de atender las necesidades de
los turistas: comercio, restaurantes, hoteles, transporte, servicios personales,
debido a la preferencia y el uso masivo del territorio estatal como área de
descanso (H. Ayuntamiento Constitucional de Tepoztlán, 2001).
Sin embargo, a pesar de que los habitantes tepoztecos han tratado de regular
las actividades turísticas del municipio, éstas se conciben como desorganizadas

96 PUEBLOS MÁGICOS
(Lash y Urry, 1998): se pueden observar, a lo largo del recorrido por la calle
principal de Tepoztlán, tiendas de recuerdos en las que se venden objetos
típicos que –enmarcados en elementos autóctonos, llenos de simbolismo y
con una fuerte carga de energía y misticismo en la que se ha enmarcado a este
pueblo– no necesariamente son elementos propios de la cultura y el ambiente
tepozteco, ya que por lo general provienen de otros lugares (nacionales o
extranjeros).
Otro de los factores que influyeron en el incremento de la actividad
turística en el municipio fue la introducción del Programa Pueblos Mágicos
(PPM), cuyo propósito era contribuir a la revaloración de un conjunto de
poblaciones del país que siempre habían permanecido en el imaginario
colectivo de la nación y que representaban alternativas diferentes para los
visitantes nacionales y extranjeros.
Así, durante 2002 Tepoztlán fue declarado en esta categoría; sin embargo,
en 2009 fue excluido de la misma por no cumplir con los indicadores de
desempeño y con los criterios de certificación del PPM, los cuales incluían
el involucramiento con la sociedad, la seguridad del destino y el fomento
de nuevas empresas, entre otros, además de la venta excesiva de alcohol y la
proliferación de comercio informal.2 Pero en junio de 2010, Tepoztlán fue el
único (de los tres pueblos sancionados a nivel federal) que logró recuperar la
distinción de “pueblo mágico”, ya que disminuyó la venta de alcohol y pusieron
en práctica acciones para mejorar la imagen del pueblo, volviendo a recibir el
presupuesto asignado a los pueblos que pertenecen a esta categoría.
Esta serie de acciones de mejora en la imagen del pueblo, han comenzado
a adentrarse en la comunidad tepozteca, transformando el espacio no sólo en
términos paisajísticos sino en torno a las dinámicas sociales locales.
Evidentemente la falta de conducción de organismos estatales y de apoyo
significativo al sector rural han llevado a los habitantes de la localidad a buscar

2
El ambulantaje pone en evidencia el desorganizado proceso de modernización en
Tepoztlán.

TEPOZTLÁN • MORELOS 97
nuevas opciones que se manifiestan en la reducción de la ocupación agrícola
y en la incorporación de actividades terciarias, lo cual ha significado no sólo
para las habitantes de Tepoztlán, sino para muchas localidades rurales del país,
un proceso de adaptación (Salazar, 2002).

Usos y apropiaciones del espacio:


el espacio público en Tepoztlán

Los espacios públicos hacen referencia a aquellos lugares en los que la


sociedad realiza sus actividades tanto rurales como urbanas, los cuales poseen
características propias. Es decir, no están reservados a nadie, son de libre
acceso, donde además se admite y se presenta como rasgo dominante, la
copresencia de extraños y por consiguiente todos y cada uno de los presentes
gozan legítimamente del anonimato (Duhau y Giglia, 2008). En estos espacios
impera la condición de iguales en la diferencia, donde todos tienen derecho
a estar presentes y a ser respetados en su integridad, intimidad y anonimato,
independientemente de sus características individuales, incluidas la edad,
sexo, pertenencia étnica, apariencia, etcétera. Es por ello que pueden ser
considerados como espacios de expresión y vehículo de la democratización
de la vida social (Duhau y Giglia, 2008).
Los lugares públicos –al ser de concentración de actividad y de pobla-
ción, de bienes públicos y privados, de formas espaciales, de flujos de capital,
de información, de comunicación, de imágenes y símbolos que rebasan
las fronteras locales– muestran quizá la formación de diferentes tipos de
ciudadanía, a partir de prácticas sociales, del acceso diferenciado y desigual
a los recursos de la sociedad, como de la manera en que individuos y grupos
diferentes participan en la vida pública, los cuales también determinan nor-
mas comunes y de común aceptación, sean explícitas o implícitas, formales o
informales, rígidas o flexibles, impuestas ya sea por las autoridades locales o
por la misma sociedad (Arendt, 2005).

98 PUEBLOS MÁGICOS
Así, los espacios públicos en Tepoztlán están conformados por la iglesia
central y el ex convento, construidos –siguiendo la organización espacial de
la economía y el gobierno de la época colonial– en el centro de la cabecera
municipal (Lomnitz, 1982:68).
También encontramos espacios como la plaza central, que cuenta con un
quiosco al centro, el palacio municipal, el mercado y el teatro, el cual tiene
en la fachada figuras que hacen referencia al tradicional brinco del Chinelo,
además de que en cada uno de los barrios está ubicada una pequeña capilla
de la iglesia católica.

Uso del espacio público en Tepoztlán

La dinámica de los lugares públicos en Tepoztlán cobra vida durante los fines
de semana, ya que encontramos apropiaciones e infraestructura para que las
actividades de esparcimiento y recreación común puedan realizarse, misma
que está diseñada tanto para la comunidad local como para los visitantes de
fin de semana; ejemplo de esto son el tianguis y los comercios establecidos
ubicados sobre las avenidas principales de Tepoztlán (Revolución de 1910 y
5 de Mayo), y la plaza central, donde se ofrecen bancas alrededor del kiosco,
artesanías locales, alimentos y bebidas.
El tianguis de Tepoztlán se establece un día a la semana (miércoles), aunque
en menor medida para satisfacer las necesidades de la comunidad local y
durante los fines de semana para proporcionar los servicios que requieren
los visitantes. De hecho, esta dinámica puede observarse en las fotografías 1
y 2, en las que se muestran los dos lugares más concurridos en Tepoztlán (la
calle Revolución de 1910 y la plaza central), fotografías tomadas un lunes.
Posteriormente, en las fotografías 3 y 4 se observan los mismos lugares
durante el fin de semana. Dicha comparación demuestra las dinámicas dife-
renciadas de los espacios públicos de acuerdo con las diversas actividades de
la comunidad local y su temporalidad.

TEPOZTLÁN • MORELOS 99
Fotografías 1 y 2
Calle Revolución de 1910 y Plaza Central (Quiroz, 2013).

Fotografías 3 y 4
Tianguis en la Calle Revolución de 1910 y Plaza Central (Quiroz, 2013).

Es importante considerar también que una de las características principales


de los espacios públicos es la centralidad que produce una atracción para las
actividades de intercambio, dejando a las periferias como lugares alejados de
dichas actividades, este efecto de centralidad es un proceso muy marcado en
Tepoztlán.
Para ilustrar mejor la dinámica sobre la centralidad de los espacios públicos
en Tepoztlán, el Mapa 3 muestra la concentración de los espacio públicos, que

100 PUEBLOS MÁGICOS


adquieren sentido a partir de su difusión y de las prácticas sociales y acciones
de los individuos y grupos que participan en la vida pública de la ciudad misma,
la calle, la plaza, el cabildo, el congreso, entre otros espacios de encuentro,
relación y comunicación (Ramírez, 2010).
Estas prácticas sociales pueden hacer que las actividades de dichos espacios
adquieran diferentes funciones, por ello se realizó una clasificación en la que la
presidencia municipal, la plaza central y el mercado adquieren un uso mixto,
ya que pueden representar espacios de recreación, comercio y representación
política.

Apropiaciones del espacio

En las culturas tradicionales, el conocimiento, los saberes y las costumbres se


encuentran enlazados en formaciones simbólicas y sistemas taxonómicos a
partir de los cuales clasifican a la naturaleza y ordenan los usos de sus recursos;
la cultura asigna de esta manera valores-significado a la naturaleza, por medio
de sus formas de cognición, de sus modos de nominación y de sus estrategias
de apropiación de los recursos (Leff, 2000).
Así, el Tepozteco adopta por lo menos cuatro diferentes papeles a lo largo
de la historia y todos se arraigan en el paisaje de cerros y cañadas propios del
lugar, mostrando una serie de resonancias entre ellos. Uno sería el personaje
cosmogónico, otro el épico, el tercero se refiere al personaje que trabajó en
México-Tenochtitlan y el último al que propagó la fe cristiana (Brotherson,
1995, en Corona y Pérez, 1999:27).
Por otra parte, las fiestas de los barrios como apropiación de espacios
públicos son representaciones con un gran valor simbólico para la comunidad
de Tepoztlán, en donde la gran mayoría de sus festividades tienen que ver
con cuestiones religiosas y por lo general acuden a ellas las personas locales
de cada barrio. Además de las cuestiones religiosas, las fiestas de los barrios
están relacionadas con la época de lluvias: mientras que los barrios de arriba
celebran sus fiestas durante los meses de enero, abril y mayo; los barrios de abajo

TEPOZTLÁN • MORELOS 101


Mapa 3
Caracterización espacial de los espacios públicos
en el municipio de Tepoztlán, Morelos

Fuente: elaboración propia.

las festejan en marzo, junio, agosto y septiembre; esto tiene un significado


simbólico, ya que en la zonas rurales la época de lluvia está representada como
una época de prosperidad.
Las fiestas de los barrios pueden ser definidas como la afirmación simbólica
de los intereses colectivos de un grupo de personas cuyos derechos sobre la
vivienda y la tierra dependían de su pertenencia al barrio. Esta organización
cultural es un complejo sistema de valores, ideologías, significados, prácticas
productivas y estilos de vida desarrollados a lo largo de la historia y se
especifican en diferentes contextos geográficos y ecológicos.
Sin embargo, en el centro del municipio existen representaciones simbólicas
de diversos tipos, si bien muchas festividades son de tipo religioso, como es la

102 PUEBLOS MÁGICOS


representación de Semana Santa y la fiesta de la Virgen de la Natividad, también
existen otras fiestas en las que participa todo el pueblo, como el Carnaval, que
se realiza en la zona de mercado, misma que se convierte en una plaza donde
todos los pequeños puestos de comida son removidos y las comparsas o bandas
de cada uno de los barrios compiten y bailan el brinco del chínelo; también
se festeja el Día de Muertos en todas las calles del pueblo, en donde los niños
y adultos piden su “calaverita”, cantando canciones tradicionales.
Existe otro tipo de apropiación de los espacios públicos en Tepoztlán, que
tiene que ver con el sentido propio de éstos como espacios democráticos y de
representación para que la comunidad se exprese, tal como sucedió durante
el conflicto con el campo de golf en el que las manifestaciones en contra de
la construcción del proyecto se realizaron tanto en la plaza central como en la
presidencia municipal. Ambos lugares representan para Tepoztlán sus mayores
espacios públicos en donde se suscitan una serie de actividades impulsadas
tanto por la comunidad, como por parte de las autoridades locales.
A partir de lo anterior es posible darnos cuenta del sentido de apropiación
de los habitantes tepoztecos, quienes entienden y visualizan su espacio no sólo
en términos geográficos sino como un espacio vívido y lleno de simbolismo,
el cual han defendido y protegido a lo largo de los años de grupos, gobiernos
o empresas que pretendan alterar su entorno.

Conclusiones

En la actualidad las unidades de producción campesina pasan por un proceso


de diversificación ocupacional, y Tepoztlán es constancia de ello; así, se
identifican diferentes actividades ligadas al autoconsumo, la compraventa
de productos, la migración temporal y en menor grado la agricultura. Estos
elementos han transformado el patrón de actividades y la organización de sus
espacios, manteniendo algunas de sus actividades tradicionales, pero también
llevando a cabo actividades que se relacionan directamente con el proceso de
urbanización.

TEPOZTLÁN • MORELOS 103


Si bien durante la historia de la conformación de Tepoztlán ha estado
presente un vínculo muy fuerte con la tierra y los recursos naturales, éstos
han sido los protagonistas de una serie de procesos que han marcado la vida
de los tepoztecos; por una parte sus atractivos naturales son los principales
destinos no sólo de turistas nacionales, sino también de una gran cantidad de
extranjeros, quienes se han establecido en Tepoztlán de manera permanente
adquiriendo la categoría de tepoztizos o únicamente de fin de semana como
simples turistas. Pero también este vínculo con la tierra ha promovido
una gran cantidad de conflictos en defensa de sus recursos en los que los
principales actores han sido los habitantes locales; ello habla del gran sentido
de apropiación con el que cuentan los tepoztecos. Sin embargo, actualmente
Tepoztlán se ha convertido en uno de los principales destinos turísticos del
estado de Morelos a consecuencia de la promoción realizada por el PPM que
ha generado la llegada de miles de turistas que abarrotan sus calles conociendo
sus atractivos, provocando nuevas configuraciones socioespaciales.
Si bien el programa pretende promover la identidad de los pueblos y la
revalorización de lo rural en términos del fomento de sus tradiciones y
valores, con este tipo de afluencia masiva de turistas las comunidades locales
tienen que reconfigurar el desarrollo de sus actividades “tradicionales” hacia
otras enfocadas principalmente al servicio turístico; de esta manera, debería
cuestionarse ¿en qué medida realmente el PPM fomenta la identidad de los
pueblos?
Una cuestión que hace de Tepoztlán un lugar característico es que, a pesar
de esta modernización y el cambio aparente en su estructura social, conserva
una fuerte tradición indígena que se manifiesta en ciertos ámbitos que
regulan la vida comunitaria; si bien la comunidad tepozteca se ha adaptado a
los nuevos comportamientos y actitudes en su perfil cultural asimilando los
cambios tecnológicos y sobrevivido a los cambios sufridos en sus relaciones
de producción e intercambio, persiste también una lógica cultural arraigada
en una organización comunitaria que alude a una cosmovisión particular y
exige relaciones de intercambio distintas de la lógica urbana.

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Los diferentes sentidos de apropiación de los espacios públicos en
Tepoztlán se encuentran determinados por una gran variedad de procesos
como las relaciones entre la organización política y civil, la tenencia de la
tierra, los rituales de la comunidad, las festividades religiosas, el sistema de
mercados, las relaciones de parentesco y las actividades turísticas. Tepoztlán
y sus tepoztecos conforman un pueblo con una gran tradición, cultura e
identidad, de la cual se sienten orgullosos.

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