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El Libertador es atacado de nuevo con la xenofobia como

arma imperial
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Foto: Archivo

Por: Jimmy López Morillo

Para la exembajadora venezolana en Ecuador Carol Delgado, las manifestaciones xenófobas


en contra de venezolanas y venezolanos, son inducidas por el odio ancestral de las clases
dominantes en contra de los ideales bolivarianos.

El odio atávico contra el Padre de la Patria, envenenándoles el torrente sanguíneo desde


hace más de doscientos años; las oscuridades de las cuales son hijos, taladradas por las
luces irredentas de quien todavía les perturba el sueño; esa espada invencible, cabalgando
aun, despertando pueblos no solo en América Latina. Un nombre infinito, tanto como sus
ideales integracionistas, al que nunca han podido ni podrán vencer: Simón Bolívar.

Ahí está, a juicio de la exembajadora de Venezuela en Ecuador, Carol Delgado, la razón


fundamental de la xenofobia desatada contra nuestros connacionales en distintos países.
Como siempre, es el reflejo de la lucha de clases:

“El imperialismo sabe bien que Simón Bolívar es un símbolo poderoso, un emblema de
nuestra épica continental y a la vez, un poderoso nudo integrador. Bolívar es, todavía hoy,
un temible enemigo a derrotar por el imperialismo”, afirma, al iniciar su análisis.
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Un apátrida, de tenebroso prontuario moral y delictivo, Julio Borges, sabandija nacida en
estas tierras para las cuales urge masacres, no pudo contener todo ese desprecio, contra
quienes alguna vez fueron sus compatriotas. En unas declaraciones ofrecidas desde
Washington en abril del 2017, escupió:

“Venezuela es el foco de la degradación social, de todo lo que puede ser una enfermedad
contagiosa para América Latina”, soltó sin remilgos toda su hiel en aquel momento.

Así son todas y todos, quienes pretenden poner en manos imperiales la riquezas de nuestro
suelo, a cambio de unos cuantos millones de dólares en sus nauseabundas cuentas
bancarias.

“Al demonizar a la Venezuela Bolivariana, el imperialismo mediático también busca enfilar


sus misiles contra el proyecto de emancipación gran continental zurcido por Bolívar. La
xenofobia, es un sentimiento relativamente fácil de sembrar. Basta asociar la mega crisis
capitalista hambreadora y genocida con el fantasma de una ola migratoria compulsiva, para
originar impresionantes reacciones irracionales de odio y revanchismo como las que hemos
estado viendo… y sufriendo. Resulta doloroso ver a ciudadanos de hermanos
latinoamericanos persiguiendo o linchando a sus hermanos venezolanos, justamente a sus
hermanos en Bolívar. La xenofobia, en nuestro caso latinoamericano habla de un inmenso
déficit de consciencia de historia, también de una paupérrima consciencia de clase. La idea
es dominarnos poniéndonos a matarnos unos contra otros. Buscan recolonizarnos con
parecidas estrategias a las usadas durante la conquista. Pero, como decía el Che Guevara, o
luchamos todos juntos los pueblos del sur del mundo o nos irán dominando y
exterminando por separado”, recalca la diplomática.

Lo alertaba Alí Primera, hace ya 36 años, en su Canción Bolivariana:

“Si vieras el destino de los pueblos que libertó tu espada, su mayor libertad, es morirse de
hambre, pisoteados, Libertador, por la bota norteña, sobre la cual nos alertaste”.

Son esos mismos pueblos a los cuales, mediante tan infames como muy bien diseñadas
campañas, se lleva a agredir a los nacidos en esta cuna de Bolívar.

Otra modalidad de guerra

Carol Delgado es activista e investigadora en perspectivas de género y fenómenos


migratorios. Desde esa perspectiva, prosigue desgranando sus opiniones:

“La xenofobia contra los venezolanos es un síntoma de un problema mucho más complejo.
El problema de fondo, es una novedosa modalidad de guerra híbrida, multiforme, mutante
y difícil de comprender, dado su carácter más de orden socio-cultural que estrictamente
militar. La xenofobia, es siempre una respuesta inducida por las clases dominantes para
dividir a las clases trabajadoras y, en nuestro caso, para afectar la fraternidad de los
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pueblos latinoamericanos. No sería exagerado decir que la operación encubierta que se ha
infligido contra Venezuela en la región, es un vasto experimento con seres humanos
vinculado al racismo colonial”.

En la misma dirección, añade:

“Ha sido una operación encubierta, especialmente dirigida contra los jóvenes venezolanos,
para hacerles creer que en Venezuela no existe futuro y que por tanto deben huir de
nuestro país, presentado por los medios de desinformación masiva como una peste.
Simultáneamente, este éxodo inducido con base en la oferta engañosa de una supuesta
prosperidad de los países vecinos, fue seguida de una demonización de todo lo relativo a
nuestra patria. Se demoniza al Presidente, al gobierno, al Estado, al sistema político, a
nuestros héroes y, por último, a todos los venezolanos a quienes se les presenta como una
gran oleada de indeseables y delincuentes a los fines de construir una subhumanidad”.

Delgado, quien está desarrollando una investigación sobre el racismo político, estuvo al
frente de la representación diplomática venezolana en Ecuador desde el 2014 hasta el 2018,
cuando fue expulsada por el gobierno de Lenín Moreno, quien pasará a la historia como
uno de los más grandes traidores de nuestra región. Ella, todavía tiene algo más por
agregar:

“Venezuela, está siendo utilizada como una cortina de humo para encubrir la profunda
crisis de la región, producto del imperialismo capitalista. Se busca invisibilizar que Colombia
sufre una guerra civil por 60 años, en la que el Estado comparte el control del territorio con
los paramilitares y otros grupos; un Ecuador sin soberanía financiera, golpeado por la
inseguridad jurídica y con un estado excepción que está desencadenando una cruenta
represión; un Perú con grave inestabilidad política, un Brasil gobernado por una dirigencia
corrupta, un Trump, que dice preocuparse por los venezolanos, pero pide disparar contra
los migrantes y poner pozos con caimanes en la frontera con México”.

En el fondo, las inevitables contradicciones, cuando se trata del dilema entre capitalismo y
socialismo:

“Paradójicamente, se castiga a las víctimas del modelo neoliberal impuesto por el propio
EEUU., que exige sacrificios y liberación de mercado a los países del sur, pero garantiza para
sí un esquema de subsidios y proteccionismo. Lo que estamos viendo es el despliegue de
una política de avaricia, intervencionismo y ensañamiento contra todos los venezolanos”.

Al frente, la respuesta digna, sin dobleces:

“Paralelamente, se invisibiliza que en medio de esta modalidad de guerra imperialista sólo


mata pobres, seguimos resistiendo y produciendo una gran cantidad de rubros alimenticios,
y que hemos construido ya casi 3 millones de viviendas dignas. Perversamente, se encubre

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que la juventud venezolana es la que posee hoy el mayor grado de profesionalización de
toda Suramérica, producto de una política de universalización de la educación gratuita en
todos lo niveles, impulsada por el gobierno revolucionario de Venezuela”, remata.

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