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Universidad Autónoma de Chiriquí

Facultad Ciencias de la Educación


Programa de Postgrado en Docencia Superior
Teoría, Diseño y Desarrollo Curricular

Ensayo Académico
Tema: Cohesión Social en el Desarrollo Curricular

Participantes:

Didiana González 4-774-1954


Ana Atencio
Tolly

Facilitador: Victoriano Rodríguez

Fecha de entrega: 27/04/2019

Abril 2019
Ensayo académico
Título: Cohesión social en el desarrollo curricular
Introducción
El presente trabajo aborda el tema de la cohesión social en el desarrollo curricular.
La cohesión social es el sentido de pertenencia a un espacio común o el grado de
consenso de los integrantes de una comunidad.
Esto quiere decir que dentro de un grupo social dependiendo de la interacción social
habrá una menor o mayor cohesión.
Un ejemplo de cohesión social seria la siguiente, en donde una sociedad igualitaria
y justa tendrá un alto grado de cohesión social, esto se debe a que sus integrantes
forman parte de un mismo colectivo con intereses y necesidades comunes. En
cambio si la sociedad tiene una gran desigualdad, no habrá cohesión y los
ciudadanos tendrán conductas enfrentadas.
El desarrollo curricular es el proceso mediante el cual se diseñan, planifican,
desarrollan e implementan las estrategias y acciones dirigidas a generar en los
aprendices las capacidades necesarias para desarrollarse como ser humano y
desarrollarse competentemente en el mundo laboral y social.
En este proceso de transformación de los conocimientos que poseen los seres
humanos en capacidades que pondrán en práctica en el desempeño personal,
social y laboral
Cuerpo
La cohesión social es un estado en el que existe una visión compartida entre los
ciudadanos y el gobierno acerca de un gobierno basado en la justicia social, la
primacía del estado de derecho y la solidaridad.
Los sistemas de protección e inclusión garantizan una situación de cohesión social,
donde hacen posible atacar la pobreza y la desigualdad en la distribución de los
ingresos, con mayores posibilidades de existo.
Por ejemplo una comunidad socialmente cohesionada se caracteriza por una
situación global en donde todos los ciudadanos comparten un sentido de
pertenencia e inclusión, participan activamente en los asuntos públicos, gozan de
una equidad relativa en el acceso a los bienes y servicios públicos así como en la
distribución del ingreso y la riqueza, reconocen y toleran las diferencias. Todo esto
se desarrolla en un ambiente donde las instituciones generen confianza.
Un componente esencial de cualquier proceso educativo es el currículo. Los
sistemas educativos deben enfrentarse con los desafíos del mercado mundial y de
la economía del conocimiento, pero al mismo tiempo, tienen la necesidad de apoyar
la construcción de cohesión social y de alentar a las culturas locales a sostener un
sentido de identidad y pertenencia.
Debido a la complejidad del mundo cambiante de hoy en día, el desarrollo curricular
comprende menos planes de estudio o listados con contenidos preescritos.
Comúnmente se acepta la idea de que, para poder fomentar el aprendizaje de una
forma más efectiva, el contenido, las estructuras y los métodos educativos necesitan
ser ajustados a los cambios que se generan en la ciencia, cultura, economía y vida
social.
Hay que tener en cuenta que los currículos deben ser modificados en cuanto a los
diferentes planes de estudio ya que la ciencia avanza en contenidos
constantemente nuevos, es por esta razón que se deben ajustan las materias que
sean adecuadas a los planes educativos, de esta forma se podrá lograr un mejor
aprendizaje en los estudiantes de diferentes centros educativos.
Las autoridades de educación nacional se interesan cada vez más en el desafío de
mejorar la calidad de los resultados de aprendizaje a través de reformas
curriculares, y los currículos deben responder a las nuevas demandas mediante la
provisión de habilidades y la construcción de competencias relevantes tanto para
las necesidades locales como para las globales. A pesar de las diferencias que
existen entre los enfoques, las autoridades suelen buscar nuevas soluciones para
mejorar la calidad de los resultados de aprendizaje sobre la base de ofertas
curriculares que contemplen una diversidad de criterios.
Debido al incremento educativo que existen en países internacionales, los países
se encuentran interesados en mejorar sus sistemas educativos y sus currículos,
para ello deben adoptar buenas prácticas y políticas, así como estándares
internacionales para alcanzar los desafíos y las oportunidades que plantea la
sociedad del conocimiento y un mundo cada vez más interdependiente. Esto se
debe al avance tecnológico que existe en otros países y por ende el sistema
educativo estará más desarrollado en cuanto a educación, es por esta razón que
los países nacionales deben mejoras sus currículos y planes educativos para lograr
un mayor aprendizaje y formar personas con mayores capacidades educativas.
Una pregunta importante para este tema seria la siguiente.
En general, ¿Existe la necesidad de incrementar los intercambios de experiencias,
aprendiendo tanto de los éxitos como de los fracasos, y sacando provecho de las
experiencias y tradiciones locales?
La cohesión social y el currículum escolar

Para comenzar esta serie de reflexiones acerca de la relación entre cohesión social
y el conocimiento escolar ofrecemos algunas definiciones conceptuales simples. En
primer lugar, entendemos la cohesión social como “aquella fuerza o acción mediante
la cual los individuos pertenecientes a una sociedad se mantienen unidos” (Cox,
2007). Entre las muchas cuestiones que esta definición preliminar plantea para el
análisis pormenorizado, quisiéramos centrarnos en el concepto de “sociedad”, ya
que se trata de una cuestión fundamental para pensar la relación entre la cohesión
social y la escuela.
Con el desarrollo de los sistemas educativos modernos en Latinoamérica el centro
de la escena fue ocupado por la comunidad nacional. Hacia fines del siglo XIX, la
mayoría de los países de América Latina emprendieron su camino hacia la
construcción del Estado-Nación, a través de la constitución de instituciones
republicanas modernas. En un mismo movimiento, se creó el Estado y la Nación, y
para ello se debió resolver uno de los problemas que se le plantearon a una región
territorialmente extensa y culturalmente diversa: la cuestión de la identidad nacional
(Botana, 1998).
El desafío que se le planteaba a estos jóvenes Estados era cómo hacer que los
habitantes de un determinado territorio nacional se sintieran pertenecientes a una
comunidad más vasta, nacional, más allá de los vínculos locales. La cuestión de la
identidad colectiva (y la cohesión social) entonces, fue para los países
latinoamericanos algo a construir. Con mayor o menor éxito según los países, fue
el Estado quien emprendió este camino en gran parte a través de la fundación de
sistemas educativos modernos. Las fronteras político-territoriales que quedaron
conformadas funcionaron en este proceso de construcción de la identidad nacional
como fronteras simbólicas identitarias, ya que marcaban que quienes habitaban
determinado territorio pasarían a ser ciudadanos de ese país. En síntesis, el
territorio nacional pasó a ser una marca fuerte de la identidad nacional y una frontera
política pasó a ser una (nueva) frontera simbólica.
Por un lado, los sectores de niveles socioeconómicos altos se consideran a sí
mismos como ciudadanos del mundo que no atan su proyecto de futuro
necesariamente al de la Nación; mientras que los sectores más desfavorecidos se
sienten excluidos de cualquier proyecto a nivel nacional, motivo por el cual
fortalecen los lazos locales que les garantizan cierta supervivencia. Así, se hace
cada vez más difícil encontrar un significante que contribuya a la creación de una
solidaridad colectiva.
Por lo tanto, sugerimos que la escuela como institución necesita repensar la manera
en que promueve la cohesión social, ya que entendemos que esta “fuerza o acción”
no es algo que existe de forma natural, no es una esencia; sino que necesita de
cuidadosos esfuerzos para ser construida, conservada y, eventualmente,
reformulada.

Para ello proponemos que en términos del alcance de la cohesión social, la relación
entre este concepto y la escuela puede ser pensada en tres dimensiones: la global,
la nacional y la local. En lo que sigue analizaremos cada una de ellas.

La dimensión global de la cohesión social en las escuelas


La cuestión de la cohesión social o el ideal de “aprender a vivir juntos” en el ámbito
global generalmente se relaciona con el fomento del respeto por otras culturas y con
un mayor entendimiento entre culturas para evitar la xenofobia, el racismo y, en
última instancia, para promover la paz internacional.
Es muy importante que en los centros educativos enseñen a los niños como convivir
con otras culturas pertenecientes a diferentes países y que muestren el respeto
hacia los demás, de esta manera podremos lograr una cohesión social adecuada
entre la sociedad.

La dimensión nacional de la cohesión social en las escuelas


Al referirnos a la cohesión social en Latinoamérica no podemos dejar de considerar
que una de las características salientes de nuestra región se refiere a los altísimos
niveles de pobreza y exclusión social. Lamentablemente se trata de la región con
mayor inequidad en la distribución del ingreso. Esto no implica solamente que gran
parte de la población esté privada en mayor o menor
medida del acceso a bienes y servicios básicos para la supervivencia; se trata
también de un problema cultural. En otras palabras, la fragmentación
socioeconómica va de la mano de la fragmentación cultural y simbólica, y esto
presenta una seria amenaza para la solidaridad social y la cohesión social.
Actualmente, existe en nuestras sociedades una brecha entre aquellos que están
dentro del sistema y aquellos que están marginados. Esta brecha puede verse
claramente cuando pensamos acerca de la infancia en nuestra región.

El concepto moderno de infancia, que fue fundamental para la constitución de la


institución escolar tal como la conocemos, se reconfigura en la actualidad fugando
hacía dos grandes polos. Por un lado está la infancia “hiperrealizada”, los niños que
dominan mejor que los adultos los avances tecnológicos; mientras que por el otro
está la infancia “desrealizada”, aquellos “niños de la calle” que se manejan como
adultos independientes y autónomos en estos ámbitos.
Si pensamos en lo que vemos todos los días en nuestras ciudades en términos de
estos tipos ideales, notaremos que existen dos universos que funcionan en paralelo,
ya que no existe contacto significativo entre ellos. Aquellos chicos que poseen los
medios de orientación para manejarse en internet o en ámbitos escolares cada vez
conocen menos acerca de las reglas de la calle; mientras que los niños de la calle
poco saben acerca de la cultura escolarizada y tecnológica.
Los problemas de seguridad, la expansión de urbanizaciones privadas sobre una
trama urbana ocupada tradicionalmente por los sectores populares y la falta de
espacios públicos, establecen una frontera (física o simbólica) que mantiene a estos
grupos separados. Estos niños ya no juegan juntos y, peor aún, ya no juegan a lo
mismo.

Consideramos que la tecnología es una herramienta importante para el aprendizaje


de los niños en centros educativos, sin embargo no todos tienen la posibilidad de
tener acceso a la tecnología ya que existen niños marginados que se encuentran
en extrema pobreza. Es por esta razón que se da la exclusión social entre niños que
poseen mayores conocimientos en cuanto al uso de la tecnología en comparación
con aquellos que no tienen el acceso a la misma.
Educar hoy implica repensar cómo reconstruimos estos lazos en una sociedad cada
vez más fragmentada tanto en los aspectos económicos como en los culturales.
Este es un desafío en el que está en juego la existencia misma de la idea de
sociedad. El reconocimiento de los otros como iguales, el respeto por las diferencias
y el compromiso con un proyecto que nos integre a todos económica, cultural y
socialmente, son fundamentales en la actualidad para construir una sociedad.
La dimensión local de la cohesión social en las escuelas
Entendemos que la dimensión local de la cohesión social se relaciona con la
preparación que provee la escuela para la convivencia con quienes compartimos un
lugar, con quienes estamos en contacto a diario.
A su vez, la convivencia se relaciona con otro aspecto fundamental de la cohesión
social que es el respeto de las normas. Se trata sin dudas de cuestiones esenciales
que constituyen la formación que la escuela debería ofrecerle a los futuros
ciudadanos.

El desafío de la cohesión social


En el marco de ese desafío, muchos países de América Central han comenzado a
desarrollar procesos de cambio educativo que intentan promover la cohesión social
desde el reconocimiento de la diversidad cultural y de las culturas históricamente
subordinadas, en particular las culturas originarias.
El énfasis en inclusión social y respeto a la diversidad cultural en el proceso de
formulación de las nuevas políticas educacionales refleja el desafío de contribuir
desde la educación escolar a la construcción de una sociedad más justa,
democrática y participativa.
El desarrollo de la cohesión social es un proceso de reconstrucción de la sociedad,
desde sus aspectos más pragmáticos hacia la idea misma de una sociedad, con
una identidad propia, y, por eso, tangencia los distintos ámbitos del fenómeno de la
organización social.
A continuación realizaremos la siguiente pregunta con respecto al desarrollo de la
cohesión social.
¿El proceso de construcción de la cohesión social debe pasar por la reformulación
de propuestas educativas de un país?
El reto principal de la cohesión social se relaciona en mayor o menor grado con la
idea del crecimiento o fortalecimiento de cualquier país. Sin embargo, en países
que han pasado por conflictos de políticas formuladas para el desarrollo de la
cohesión social adquieren una importancia fundamental e irremplazable, esto quiere
decir que pueden impulsar la reconstrucción política, social, económica y moral de
estas sociedades.
En Guatemala, por ejemplo, una serie de políticas de promoción del carácter
intercultural de la sociedad, como la inclusión de elementos de la cultura indígena
en el currículo escolar, está generando un creciente proceso de integración de los
distintos grupos culturales del país en la sociedad que se está construyendo.
Políticas similares son encontradas en Nicaragua, Honduras y Panamá, países con
una realidad cultural y étnica también diversa y compleja. La participación activa de
la sociedad civil organizada en algunos de estos países también demuestra un
esfuerzo creciente en dirección a la construcción de la cohesión y de la inclusión
social. En Nicaragua, por ejemplo, un trabajo de rescate de la cultura y de las
lenguas la población indígena del país, desarrollado por el Sistema Educativo
Autónomo Regional (SEAR), viene presentando resultados positivos dentro de las
comunidades, además de estar impulsando el desarrollo de políticas educativas
específicas a esas comunidades.

Conclusión
Considero que debido al determinado avance de la educación a nivel internacional
y el desarrollo curricular se deberían construir mejores propuestas en cuanto a
planes educativos que se ajusten a las demandas laborales que se requieren en
nuestro país, así como modificar los currículos para incluir propuestas adecuadas a
los avances de la ciencia y la tecnología.

Bibliografía
(Arvelio, 2002 )

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