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El autor se pone como objetivo el realizar una presentación de los principales aportes
metodológicos recientes para el estudio de la política exterior en América Latina.
Entre los factores internos, se destaca la “orientación del régimen”, estableciendo una
relación entre el régimen político y la política exterior. Esta interpretación se va
ampliando a medida que se analiza la evolución de la cooperación política entre los países,
por lo que la variable de tipo de régimen adquiere gran relevancia.
Ferrer actualizó y profundizó el conocimiento sobre los orígenes del mundo moderno y
la configuración del primero y del segundo orden económico mundial, fundamentales
para comprender la gestación de la fractura desarrollo-subdesarrollo y centro-periferia.
En un estudio de 1997, el mismo autor señaló que sobre hechos y cambios estructurales
del orden internacional se había construido una ficción de la realidad, cuya expresión era
lo que él llamó como “la visión fundamentalista de la globalización”. Esas ficciones eran:
El autor refutó cada una de esas ficciones, contraponiendo la visión fundamentalista con
lo que efectivamente demostraba la observación de la realidad, sosteniendo una
perspectiva histórico-estructural del mundo como un sistema global, cuyos orígenes y
evolución se remontaban a un pasado de cinco siglos, lo cual demuestra que la
globalización no es un fenómeno históricamente inédito.
Esta etapa actual, que comúnmente se denomina como “globalización”, el autor opta por
identificarla como “mundialización” del capital y se inscribe en el proceso constante de
expansión del capitalismo. Mundialización es el proceso económico y se deja el concepto
de globalización para comprender tanto a éste como al complejo de ideas que se
integraban, asociados a ella, en una particular y distinta “concepción del mundo”.
La globalización se inscribía como un paradigma que expresaba un marco conceptual,
eidético, interpretativo y prescriptivo, cuyo origen estaba en las sociedades, grupos y
poderes dominantes y se difundía hacia las sociedades que integran el sistema mundial;
desde el centro hacia la periferia.
Con esta tradición de pensamiento las relaciones internacionales y las políticas exteriores
latinoamericanas tuvieron un nuevo paradigma, un modelo que permitía comprender que
los grandes temas que ocupaban la agenda internacional de los países en desarrollo no
podían resolverse sin atacar a fondo la estructura misma de las relaciones de poder a nivel
global.
TEXTO 2: Llenderrozas, Elsa “Estudios de Política Exterior: teoría, enfoques y
debates” (cap. 6) pp. 167-195 en Relaciones Internacionales: teorías y debates.
Todas las teorías de las relaciones internacionales tienen algún punto en contacto con la
política exterior. En la medida que los estados han ocupado el lugar central, en todos los
enfoques se puede encontrar algún elemento referido al comportamiento de los Estados,
en consecuencia, las teorías de la política exterior son intrínsecas a las teorías de las
relaciones internacionales, aún aquellas que niegan la centralidad de los Estados como
actores en la sociedad internacional.
Para analizar la política exterior, en tanto hace referencia al Estado como actor, se
requiere entender qué pasa dentro de ese actor en el proceso de formación, formulación y
ejecución de la política.
La discusión acera de los niveles de análisis se introdujo en las RI a partir de los ’50, con
el fin de otorgar más vigor metodológico a la disciplina. Los pioneros fueron los
estadounidenses Watlz, Kaplan y Singer:
- Waltz. Demostró cómo los conflictos pueden explicarse a partir de tres niveles:
individual, estatal e internacional. Una nación entra en guerra con otra por la
personalidad y ambiciones de sus líderes (individual), por su sociedad, cultura e
instituciones políticas (estatal) o por los patrones y estructuras de poder en el
sistema internacional de Estados (internacional). Este último nivel es el más
poderoso en términos explicativos, ya que en él se identifican las fuerzas
estructurales que operan como marco, reglas y condiciones de posibilidad para la
acción individual o estatal.
- Kaplan. Retomó la tipología de Waltz, pero inclinándose por la imagen estatal.
- Singer. Reduce a dos el número de niveles (internacional y doméstico) y opta por
una explicación balanceada entre ambos niveles.
Las escuelas de P.E. no conciben a su propia disciplina como un campo transversal a los
tres niveles, sino que cada una de ellas se constituye y diferencia del resto en función del
nivel de análisis que tome para explicar el fenómeno.
Buzan define el problema de los niveles de análisis y es para este conflicto metodológico
que Carlsnaes propone una nueva división del campo epistemológico de la PE. Propone
una clasificación superadora de los niveles de análisis, basada en dos categorías: una de
clasificación ontológica (que apunta a la construcción de las teorías) y una categoría
epistemológica (que establece si los actores definidos ontológicamente toman la
información que reciben de manera objetiva o subjetiva).
Ontología epistemología
Objetivismo Interpretativismo
Holismo perspectiva estructural p. social-intistucional
- neo realismo; - constructivismo social;
- neoliberalismo - enfoques discursivos.
institucional;
- enfoques de
procedimientos
organizacionales.
Individualismo p. basada en el agente p. interpretativa basada en el
- enfoques cognitivos y agente.
psicológicos;
- política burocrática;
- enfoques liberales.
1. Perspectiva estructural (holismo-objetivismo)
a. Neorrealismo. Teoría sistémica que se configura como un enfoque
“internacional” de la política. En lugar de focalizarse en el Estado o en la
sociedad, el realismo estructural se abstrae de la política doméstica y hace
hincapié en los atributos relativos de los Estados (capacidad militar,
geografía, demografía) y la manera en que éstos repercuten en el sistema
internacional de distribución del poder. Estos atributos serán
determinantes a la hora de formular su política exterior. La riqueza del
Realismo como enfoque de PE radica en su capacidad de explicar y
predecir similitudes y patrones, pero al mismo tiempo resulta insuficiente,
puesto que es incapaz de explicar aquellas políticas que no respondan al
patrón esperado. Esta falta de alcance explicativo radica en que, como
aclara Waltz, el neorrealismo es en principio una teoría de las Relaciones
Internacionales y no de PE. Hay que diferenciar, también, dos subespecies:
i. Realismo ofensivo. Los Estados buscan maximizar su poder a
expensas de sus rivales con miras a lograr la hegemonía, que les
trae beneficios en términos de seguridad e influencia. Los Estados
se temen entre sí porque no pueden conocer las intenciones del
resto. Perseguirán políticas exteriores que maximicen su poder,
seguridad y supervivencia.
ii. Realismo defensivo. No hay incentivos para maximizar
constantemente el poder, dado que la estructura tiende hacia el
equilibrio, y por ende tienen una visión más conservadora del rol
que ocupan en el sistema internacional.
b. Neoliberalismo institucional. Es una teoría sistémica que considera que
los Estados son los principales actores en el sistema internacional, quienes
a su vez son actores racionales que se relacionan en el contexto de una
estructura internacional anárquica. Para eliminar la incertidumbre y la
inseguridad, se prevé la creación de un marco institucional de reglas
comunes que disminuyan los costos de transacción entre los Estados,
faciliten la provisión y el acceso a la información y, por ende, fomenten la
cooperación entre ellos. La cooperación internacional en la anarquía, es
producto de la decisión deliberada de PE tomada por un Estado, quien
incluso puede implementar políticas exteriores “cooperativas”, mentadas
en conjunto con otros Estados.
c. Enfoques de procesos organizacionales. Es un enfoque sistémico, pero
en una unidad de análisis inferior: los factores determinantes de la PE no
están en el sistema internacional, sino que son inherentes al Estado, una
estructura en sí misma. Este enfoque estudia las relaciones existentes entre
el Estado y sus agencias y dependencias, así como también las relaciones
entre las agencias y los individuos que la componen. Para Allison, los
principales elementos de la teoría organizacional son:
i. Actores organizacionales. Hay una constelación de
organizaciones, sobre las cuales se encuentran los líderes
gubernamentales.
ii. División del trabajo y de la autoridad. Los asuntos de PE suelen
ser multifacéticos, por lo que los problemas se parcelan y se los
asigna a diferentes agencias de gobierno, siendo la autoridad
principal quien tiene la responsabilidad central. Cada agencia
percibe el problema que se le ha asignado de manera distinta,
procesa la información de manera diferente y resuelve de manera
independiente a las demás.
iii. Mentalidad localista en cuanto a las prioridades, percepciones
y asuntos. La división de trabajo en diferentes agencias, cada una
con sus protocolos y culturas, fomenta el localismo, que hará que
cada actor bregue por sus propios intereses y prioridades,
dificultando la toma de decisión a nivel central.
iv. La acción como resultado de la producción (output)
organizacional. Se evidencian más claramente las rutinas
organizacionales de cada agencia. Sus outputs están caracterizados
por:
1. las metas que estas tengan;
2. atención secuencias a metas;
3. procedimientos de operación estandarizados;
4. repertorios y programas de acción;
5. tendencia a evitar la incertidumbre;
6. búsqueda;
7. cambio organizacional y aprendizajes limitados.
v. Coordinación y control central. Para evitar conflictos y
superposiciones de la descentralización.
vi. Decisión de los líderes de gobierno. Son los que asignan las
diferentes tareas a cada una de las agencias y, generalmente, tienen
la última palabra.
2. Perspectiva basada en el agente (individualismo-objetivismo).
a. Enfoques cognitivos y psicológicos. Se basan en el supuesto de que los
individuos no son tan permeables a dichas variables estructurales y que la
manera en la que procesan la información está más relacionada a la
historia, personalidad y capacidades individuales. Se exploran las
características del fenómeno del liderazgo en cuanto a las creencias
personales, las motivaciones y los estilos interpersonales de los líderes o
de quienes están en el centro del proceso de toma de decisión. También se
encuentran aquí las “teorías prospectivas”, que sostienen que quienes
toman decisiones son en general adversos al riesgo en matera de ganancias
y aceptantes del riesgo en términos de pérdidas, hecho que los lleva a
preferir el statu-quo por sobre cualquier otro Estado.
b. Enfoque de política burocrática. Se explica desde la perspectiva de losa
gentes. No está interesado en explicar ls decisiones en términos de
“outputs organizacionales” sino más bien en términos de “tira y aflojes
políticos”. Este manejo político y el poder que otorga es burocrático en la
medida en que el individuo que lo detenta lo hace debido a su pertenencia
a una institución, por la cual aboga. De acuerdo con Allison, los elementos
son:
i. Las posiciones de los jugadores. Las posiciones definen las
responsabilidades, posibilidades y deberes. No es lo mismo ser
canciller que ser senador, por ejemplo.
ii. Mentalidad parroquial. La organización en la que el individuo se
encuentre condicionará de alguna manera sus prioridades y
visiones.
iii. Intereses y poder. En cada individuo se superponen intereses, que
van desde interés personal hasta interés nacional. La capacidad de
cada individuo de influir en el proceso de toma de decisiones
dependerá a la vez de sus intereses y del poder del que disponga.
iv. El problema y “los” problemas. No siempre se puede analizar
una situación en frío. Las fechas límite, las diferentes presiones y
el peso de la decisión que se tenga que tomar orbitan en torno al
problema inicial y se transforman en otros problemas.
v. Canales de acción. Las formas en que habitualmente se dividen
las tareas estructuran de alguna manera el juego, seleccionando
quiénes serán los actores principales, asignándoles ventajas y
desventajas de acuerdo a esta posición.
vi. Acción como forma de hacer política.
vii. Corrientes de resultados.
c. Enfoques liberales. Cuestiona al neorrealismo y al neoliberalismo en
cuando a la participación de actores societales por sobre las instituciones
políticas, instaurando una teoría de “abajo hacia arriba”. El individuo y los
grupos sociales son tanto o más importantes que la política estatal, puesto
que definen sus intereses independientemente de ella y los persiguen a
través de la acción colectiva y el intercambio. Los intereses estatales son
la expresión de los intereses de un subsector de la sociedad como cualquier
otro, que los impulsa como si fueran los intereses de la totalidad de la
nación y los traslada a la esfera de la política internacional.
3. Enfoques basados en una perspectiva socio-institucional (holismo-
interpretativismo).
a. Constructivismo social. Constituido por dos variantes principales: una
normativa (para la cual el mundo de las relaciones internacionales no
existe independientemente de la acción humana y de su cognición, sino
que se trata de un mundo dotado de significado y existencia
intersubjetivamente, cuyas reglas y prácticas son creadas y moldeadas por
los seres humanos) y una ideacional (que enfatiza el rol de las identidades
en las relaciones internacionales y la PE, haciendo hincapié en el rol
constitutivo que tienen las normas y los valores en la formación de las
identidades).
b. Enfoques discursivos. Si bien es una rama bastante oven, está creciendo
en el análisis de PE. La Escuela de Copenhague critica a las escuelas
cognitivas y psicológicas por focalizarse demasiado en el individuo que
toma las decisiones, desconociendo que el problema está un paso antes, en
la naturalización de la transparencia del lenguaje, como si éste no tuviera
una estructura y una dinámica propias. Pone el acento en la manera en que
el discurso caracteriza y moldea la formación de política exterior como
una importante restricción estructural.
4. Perspectiva interpretativa basada en el agente (individualismo-
interpretativismo). El foco está puesto en entender las decisiones desde el punto
de vista de quienes las toman y reconstruir sus motivaciones y razones. El
comportamiento exterior de los estados depende de cómo los individuos con poder
perciben y analizan las situaciones. La acción colectiva es una suma o
combinación de acciones individuales.
Han surgido una serie de autores que, focalizándose más en la evidencia empírica, han
elaborado algunas visiones integradoras de la PE:
El autor comienza por explicar que su trabajo está destinado a comprender mejor la
relación entre dos áreas de estudio fundamentales en los campos de la Ciencia Política y
de los estudios internacionales: la Política Exterior y la Política Pública. A lo largo del
trabajo, se explora las teorías fundacionales de las Relaciones Internacionales (realismo
y liberalismo), luego continúa con un análisis de la configuración de las políticas públicas,
seguido de un estudio de la política exterior y, por último, una serie de autores que trataron
de relacionar la PE con la Política Pública en un debate. El objetivo que se persigue es
entender si estas propuestas han tenido o podrían llegar a tener éxito en las disciplinas.
Las teorías de las Relaciones Internacionales nos permiten, por un lado, estructurar y
avanzar sobre métodos y conceptos para comprender la política mundial, sus elementos
fundamentales y su funcionamiento, así como prever y explicar los eventos más
relevantes que ocurren en el sistema internacional.
Un debate que sigue siendo fundamental para comprender la disciplina es el del Realismo
y el Liberalismo (o Idealismo):
REALISMO LIBERALISMO
VISIÓN DEL MUNDO El Estado es una caja El sistema internacional se
negra y el modelo que encuentra siempre al borde
representa al mundo es el del conflicto, pero la
de “bolas de billar”. guerra sólo ocurre en casos
extremos.
LA RACIONALIDAD se percibe en la defensa de Hay una agenda múltiple
los intereses nacionales en que involucra temas
el ámbito internacional, económicos, sociales,
teniendo como objetivo las políticos, etc., y se trata
ganancias más grandes al siempre se promover la
menor costo. paz y velar por unos
intereses que son
colectivos (tanto a nivel
interno como a nivel
sistema internacional).
INTERÉS NACIONAL En términos de poder duro Se entiende como el
(principalmente militar) y interés colectivo de los
no considera demasiado a ciudadanos, por lo que la
los ciudadanos. política exterior es más
amena.
LA DEMOCRACIA No es importante si hay o Muy importante para el
no democracia, ya que las desarrollo de una política
políticas internas están exterior que tomen en
separadas de la política cuenta los intereses de los
exterior. Se busca la ciudadanos.
supervivencia a nivel
internacional.
LA OPINIÓN PUBLICA No toma en cuenta la Juega un papel importante,
opinión pública para ya que el gobierno
actuar internacionalmente. representativo que se
promueve implica que la
sociedad participe en la
toma de decisiones.
CÓMO OBSERVA AL Como es Como debería ser
MUNDO
Anderson define a las políticas públicas como “un conjunto de acciones intencionales
realizadas por un actor o grupo de actores para hacer frente a un problema o asunto de
interés. Las políticas públicas son las políticas desarrolladas por los organismos y
autoridades gubernamentales”.
Jenkins la define como “un conjunto de decisiones interrelacionadas tomadas por un actor
político o grupo de actores en relación con la selección de los objetivos y los medios para
alcanzarlos en una situación dada.
Una de las definiciones más conocidas es la de Tinte: “lo que elige el gobernó para hacer
o no hacer”.
En resumen, las políticas públicas son decisiones conscientes del gobierno, tanto para
cambiar la realidad como para mantenerla tal y como está.
Surgió el trabajo sobre las estructuras de los grupos que toman las decisiones, sus valores
y emociones y, finalmente, los intentos de una PE comparativa. Este análisis del proceso
de toma de decisiones en PE, que analiza procesos, declaraciones y comportamientos,
comprende tanto los actores como las acciones, internas y externas, internacionales o no.
Las conclusiones, propuestas y desafíos que plantea Lentner son mucho más útiles.
También podemos ver, ya que la PE debería incluir a los participantes y procesos en su
análisis, el cambio a largo plazo en lugar de analizar la crisis, los que trabajan en las
políticas públicas deben tener en cuenta a los gobiernos extranjeros y ONG’s en su
análisis, además de proponer un trabajo conjunto entre las dos ciencias sobre cómo la
agenda de uno afecta la agenda de otros, por ejemplo.
TEXTO 4: van Klaveren, Alberto. “Entendiendo las políticas exteriores
latinoamericanas: modelo para armar” en Estudios Internacionales año XXV, n°
98 abril-junio de 1992.
Mientras que en los ’60 los estudios sobre la PE latinoamericana a menudo partieron del
supuesto de que el comportamiento externo de los países de la región era principalmente
el reflejo o una reacción de hechos que ocurrían en el sistema internacional, durante los
’80 ha habido un evidente cambio desde las fuentes externas a las internas.
Como en otras áreas del mundo, tanto los procesos de modernización como de
democratización experimentados por los países latinoamericanos han transformado los
sistemas de toma de decisiones. Antes de alcanzar los niveles de modernización actuales,
los procesos de toma de decisiones en el campo de la PE se restringían a círculos
integrados por unas pocas personas en posiciones de autoridad. Hoy, los altos niveles de
centralización y de concentración del poder adjudicados tradicionalmente a los
presidencialismos latinoamericanos no han impedido la emergencia de batallas
burocráticas entre entidades rivales que mantienen sus propios valores y percepciones.
Esto no quiere decir que la PE en América Latina sea el resultado de las pugnas entre
agencias rivales. Las restricciones externas, los valores compartidos, factores culturales e
históricos y la política interna pueden desempeñar un papel muy importante en la
elaboración de la PE.
En América Latina, como en el resto del mundo, la PE está fuertemente influenciada por
los recursos o capacidades que cada actor posee. Conceptos como “potencias regionales”,
“potencias medias” y “potencias pequeñas” aluden a la existencia de importantes
diferencias en materia de recursos de PE. Estas distinciones se basan, generalmente, en
alguna estimación gruesa de factores tangibles e intangibles (capabilities).
Los productos de la PE pueden ser clasificados en diferentes áreas. Al igual que en otras
partes del mundo, los países latinoamericanos tienden a responder de manera diferente a
varios tipos de estímulos externos. El análisis de esas áreas temáticas puede ser útil para
reducir la información disponible y así facilitar la investigación. Ferris distingue 3 áreas
temáticas relevantes en la región:
- Militar/estratégica.
- Desarrollo económico.
- Status diplomático.
Sistema internacional.
Normalmente, los autores que hablan sobre este tema parten de la base de que la variable
“sistema internacional” tiene un efecto negativo en la región. En la esfera económica,
estos efectos adversos fueron analizados a partir de los ’50 mediante el enfoque
estructuralista, desarrollado principalmente por expertos de la CEPAL. El enfoque puso
énfasis sobre el deterioro de los términos del intercambio que afectaban a los principales
productos de exportación de la región. Posteriormente, el enfoque se fue extendiendo para
evaluar lo efectos de otras variables externas sobre la periferia capitalista, como la
inversión extranjera directa, la dependencia financiera y la brecha científico-tecnológicas.
Se determinó que todo esto podía superarse mediante una estrategia de industrialización
por sustitución de importaciones (ISI).
El modelo ISI se ve agotado hacia comienzos de los ’90. Los procesos de integración
distaron mucho de colmar las grandes expectativas que despertaron en el modelo de su
establecimiento y han sido rediseñados con el fin de adecuarse más hacia las estrategias
de apertura externas que sigue la región.
Los análisis sistémicos en América Latina suelen concluir que los países de la región son
extremadamente vulnerables a las variables externas. Sin embargo, no es muy claro que
esa vulnerabilidad sea un rasgo específico de las PE de Latinoamérica u otras áreas en
desarrollo.
Los enfoques que tienden a ver a América Latina como un subsistema regional dentro del
sistema global también pueden ser considerados como sistémicos.
En general, los enfoques sistémicos han ofrecido aportes valiosos para el estudio de las
RRII en América Latina, especialmente porque han demostrado la sensibilidad y
vulnerabilidad de la región frente a variables externas. Sin embargo, esta perspectiva
puede llevar a un cierto desconocimiento de las posiciones y funciones ampliamente
distintas que cada país latinoamericano ocupa en el sistema internacional, así como de las
variables que inciden en su comportamiento externo.
Política del poder.
El enfoque de la política del poder considera a las acciones de otros países como los
principales factores condicionantes de las decisiones de PE. A su vez, los recursos o
atributos nacionales son vistos como los factores internos predominantes que influyen en
sus políticas concretas. Así, los países pueden actuar con independencia de las fuerzas
sociales y políticas internas en la búsqueda de intereses nacionales que parecen evidentes:
la protección física de sus territorios y ciudadanos, el desarrollo económico y el bienestar
de la población, el equilibrio regional del poder, etc. En consecuencia, se deja poco
margen para analizar los factores políticos internos.
Según éstos, América Latina es un escenario típico de competencia regional, en que países
como Argentina y Brasil rivalizan en la Cuenca del Plata o en el Atlántico Sur, por
ejemplo. Se estima también que la competencia entre las potencias mayores afecta a los
Estados vecinos más pequeños o los países centroamericanos, cuyos sistemas económicos
y políticos son permeables a esas influencias externas.
Desde la perspectiva de los Estados pequeños, las rivalidades entre los vecinos mayores
pueden ser aprovechadas para maximizar objetivos de PE, previniendo amenazas de
anexión en el pasado y proveyendo fuentes de ayuda, beneficios comerciales y también
apoyos políticos en el presente.
Sistema político.
Estrategia de desarrollo.
Los factores históricos y culturales han sido cruciales en la generación de los sistemas de
creencias, las imágenes y los prismas “actitudinales” de las élites de PE en América
Latina. El autor nombra varios ejemplos de países latinoamericanos y sus tradiciones de
política exterior, así como también continuidades y rupturas que se produjeron a lo largo
d ela historia.
En todo caso, los factores históricos desempeñan un papel importante, pero pueden
experimentar algunos cambios. A largo plazo, ninguna tradición de PE en América Latina
ha sido inmune a la innovación, tanto en el estilo como en la sustancia.
Los estudios sobre el papel de actores específicos y la naturaleza de los procesos de toma
de decisiones en materia de PE han aumentado considerablemente en América Latina.
Obviamente, el número de actores que participan varía de país a país y en el tiempo.
Los presidentes retienen importantes poderes en el área de PE. No solo toman las
decisiones más importantes, sino que también desarrollan estilos personales de PE. El
carisma personal y un interés presidencial excepcional en los temas internacionales han
dejado una huella clara en muchas PE.
Como en el resto del mundo, los Ministros de Relaciones Exteriores desempeñan un papel
crucial en la implementación de la PE en América Latina. En algunos países ellos también
ejercen una importante influencia en las etapas previas de análisis y diseño. Determinados
ministros han sido especialmente relevantes en las posiciones internacionales de sus
países. Pero su papel también está determinado por factores institucionales, y los grados
de profesionalismo de los servicios exteriores latinoamericanos varían
considerablemente. Pese a su obvia importante en el proceso de elaboración de la PE, los
Ministerios latinoamericanos fueron escasamente estudiados.
Por otro lado, en varios países, los militares han detentado un papel dominante en los
asuntos de seguridad nacional, definidos con frecuencia de una manera amplia y
subjetiva. Su influencia en la dinámica de los conflictos territoriales es evidente.
Los Partidos Políticos también intervienen en temas de PE, no sólo en consideración a las
funciones naturales que cumplen en los regímenes democráticos, sino que también por el
fuerte interés que han manifestado en algunas cuestiones internacionales. Además, un
creciente número de partidos políticos latinoamericanos ha establecido vínculos con
partidos hermanos en la región y en otras partes del mundo, particularmente en Europa.
También hay algunos grupos de interés que han ejercido influencia en algunas áreas de la
PE. Por ejemplo, la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia toma parte
oficialmente en la política internacional del café en ese país.
Recursos.
Además, dicha fórmula se presentará como una matriz ideológica que ofrece
herramientas argumentales para definir y pretender imponer una nueva estructuración del
sistema político. Esta matriz es un principio de legitimación que se sustenta en:
Arquetipos de lo que se expone aquí son las presidencias de Menem (Argentina, 1989-
1999), Yeltsin (Rusia, 1991-2000) y Fujimori (Perú, 1990-2000), que se distinguen,
además, por cubrir la totalidad de la última década del siglo XX. En los tres casos, se
repite un mismo esquema:
Las teorías políticas “decisionistas” pueden distinguirse por tres rasgos básicos comunes:
- Atribuyen una importancia central y definitoria a la decisión en las cuestiones
políticas;
- Conciben la soberanía como el poder de decisión definitivo;
- Tienen al “estado de excepción” (o de emergencia) como la manifestación más
pura y el modelo operativo propio de ese poder definitivo.
Carl Schmitt, autor del concepto, desarrolla un horizonte histórico signado por la crisis
del liberalismo político en Europa luego de la Primera Guerra Mundial, producto de la
incapacidad para dar respuestas institucionales a las transformaciones estructurales
derivadas de la segunda revolución industrial. La crisis institucional y estatal de la
República de Weimar (Alemania) es epicentro de este gran caldero histórico que
desemboca en el ascenso del nacionalsocialismo.
Estos modelos estatales tienen cada uno un tiempo y una correspondiente tendencia
política afín.
Las grandes transformaciones que se suscitaron en la última década del siglo pasado,
llevaron a ciertos países latinoamericanos a una afinidad electiva con formas jurídicas y
políticas de cuño decisonista. De este modo, el decisionismo “estatalista” de los años ’20
deviene decisionismo “gubernativo” y antiestatista de los ’90.
Hay una demanda de decisión eficaz antes que una imposición de la misma. Sobre esta
demanda trabaja el argumento decisionista conjugando la metáfora social del mercado,
propia del liberalismo utilitarista.
Se presenta una doble tarea: reconstruir o defender un núcleo constitutivo del orden
político y garantizar una determinada racionalidad en el funcionamiento de la sociedad
sustentada en la lógica del mercado. ¿Quién debe cumplir ese papel? Aquí aparece la
figura del “nuevo príncipe”. Gramsci explica que “El Príncipe” de Maquiavelo puede ser
explicado como una ideología política que se presenta como “la creación de una fantasía
concreta que actúa sobre un pueblo disperso y pulverizado para suscitar y organizar su
voluntad colectiva”.
Durante los ’80, el tratamiento de la representación política aparece dentro del marco de
la democracia como eje central, con especial énfasis en el rol de los partidos políticos y
del sistema de partidos como protagonistas centrales del proceso democrático, así como
también, en tanto objeto de reflexión teórica acerca del poder.
El fin de la guerra fría y del mundo bipolar dio paso a una disolución del mapa imperial
y una ampliación del sistema internacional, con la multiplicación de la cantidad de
Estados nacionales.