Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Año 2018
Un enfoque no es, en sentido estricto una manera concreta de enseñar. Es, más bien, una síntesis, una imagen
que agrupa y describe una tendencia a realizar las cosas de algún modo. Puede servir, también, como un
modelo a seguir. Cuando se adopta o se adhiere a un enfoque se adquiere una manera de pensar en los
alumnos, en la clase, en el propio rol y en cuáles serán los propósitos fundamentales.
ACTIVIDAD A ENSEÑAR
Este enfoque se interesa en el desarrollo de las capacidades individuales que tiene cada alumno, pero en la
realidad escolar actual, la escuela se ha convertido en un lugar que tanto alumnos como profesores intentan
evitar. Con un curriculum absurdo que en ningún momento deja ver la integración de las asignaturas
correspondientes a los niveles educativos.
La tarea fundamental del maestro es permitir aprender a los alumnos, despertarle la curiosidad. El fin de la
enseñanza es promover el aprendizaje, que lleva al alumno a la curiosidad de absorber todo cuanto le es dado.
Lo importante es que descubra cosas, las incorpore, haciendo se constituya a sí mismo.
La educación se ha convertido en un intento de aprender información carente de significación para el alumno.
Interviene solo la mente, sin participación de las emociones ni de las significaciones personales. Por otro lado,
se encuentra un aprendizaje inspirador, significativo, experimental, como lo es el terapeuta, en el cual
interviene la implicación personal; aspectos sensitivos y cognitivos.
ESTUDIANTE
El alumno aprende a tener iniciativa propia, la sensación de descubrir, de lograr, de aprehender y comprender
viene de su interior.
Dicho aprendizaje motiva a mejor sus conductas, actitudes y quizás lo lleva a saber lo que quiere. Este tipo de
aprendizaje es evaluado por el alumno, ya que él sabe si responde a sus necesidades.
En el aprendizaje significativo se combinan lo lógico y lo intuitivo, el intelecto y las sensaciones, el concepto y
la experiencia, la idea y el significado. Pero las escuelas tienden a lo convencional y lo tradicional.
PERSPECTIVA PSICOLÓGICA
La perspectiva terapeuta surgió de una fascinante conjunción de crítica social contemporánea y una nueva
versión de la psicología desarrollada en oposición al conductismo y los métodos experimentales. Se asigna el
rol central a la elección que hace el alumno, él elige el contenido que ha de aprender, cuándo y cómo lo ha de
aprender y quién se lo enseñara, la obligación del docente es aumentar la capacidad de elegir del alumno y
ayudarlo a utilizar lo que aprende como una oportunidad para su crecimiento personal.
Este enfoque de corte humanista, prioriza la libertad, la elección individual en virtud de la búsqueda de la
autenticidad. Son valores importantes la sensibilidad, la equidad, la comprensión.
MARCO FILOSÓFICO
La filosofía que alberga a la psicología humanista es el existencialismo. Una de las tesis que los existencialistas
defienden es que la existencia precede a la esencia, simplemente somos antes de ser algo en particular.
Llegamos a ser algo cuando enfrentamos el mundo y nos abrimos paso a él. Si eludimos estas elecciones y sus
consecuencias, eludimos nuestra libertad.
Este enfoque se caracteriza por un punto de vista no directivo o de “facilitación” del aprendizaje que se
proponen ayudar a fortalecer el yo, a desarrollar la autoestima, a tener confianza en las propias
posibilidades y, básicamente, a ser auténticos con uno mismo.
PROPOSITOS
En la perspectiva del terapeuta, el propósito de enseñar es el de capacitar al estudiante para que se convierta
en un ser humano auténtico, una persona capaz de asumir la responsabilidad por lo que es y por lo que tiende
a ser, una persona capaz de tomar decisiones que definan su carácter como desea que sea definido. Para el
docente que adopta la perspectiva del terapeuta, la autenticidad del estudiante no se cultiva adquiriendo un
conocimiento remoto que no se relacione con la búsqueda de la significación y la identidad personales. Llenar
la cabeza del alumno con un conocimiento específico seleccionado, empaquetado y transmitido por otros sólo
lo induce a que se abstenga de comprenderse como ser humano.
Todo esto lo separa de sí al obligarlo a prestar atención, no a sus propios sentimientos, sus propios
pensamientos y sus propias ideas, sino a estériles pensamientos, imágenes y actitudes de otros.
En este enfoque el propósito de enseñar, de capacitar al estudiante se aúna con la intención de convertirlo en
un ser humano auténtico, una persona capaz de asumir la responsabilidad de lo que es y de lo que tiende a
ser. Formar una persona capaz de tomar decisiones que definan su carácter, cómo desea que sea definido.
Para este docente la autenticidad del estudiante no se cultiva adquiriendo un conocimiento tradicional que
no se relacione con la búsqueda de la significación y la identidad personal.
Una persona educada es un ser humano auténtico, genuino, lo cual implica tomar seriamente la libertad y
comprender que tomar decisiones sobre quién es, supone la responsabilidad de aceptar las consecuencias.
Cada persona es singular y mientras cada persona elija su propio camino hacia un futuro proyectado por ella
misma, conservará su singularidad y será auténtica.
En la versión del terapeuta, la y en DqExy representa la autenticidad. Ese es el propósito de establecer una
relación entre profesor y alumno. (...) En el enfoque del ejecutivo, la y es un conocimiento especializado.
Docente y alumno se unen con el fin de que el estudiante adquiera un conocimiento y unas habilidades
específicos. En la perspectiva del ejecutivo, la x es el contenido seleccionado por el docente o el especialista
que elabora el curriculum. En contraste, el docente que adopta la perspectiva terapéutica se compromete a
asistir a E para que aprenda la x de su elección. Hay una diferencia categórica. En la manera ejecutiva de
abordar la enseñanza, la fórmula DqExy se lee: «el docente enseña (q) x a E de modo tal que y (E adquiera el
conocimiento especializado)». En el enfoque del terapeuta, en cambio, DqExy se lee: «el D guía y asiste (q) a
E en la selección y el aprendizaje de x de modo tal que y (E llegue a ser una persona auténtica y
autorrealizada)». Obsérvese que el objeto del verbo cambia de un enfoque a otro; en el primer caso es el
contenido, y en el segundo, un atributo del estudiante.
¿Son incompatibles los enfoques?
Tal vez sea posible considerar que estos enfoques son filosóficamente incompatibles, pero también podríamos
considerar que se trata de una categorización purista puesto que, en la práctica, las fronteras entre los
diferentes enfoques no estarían tan delimitadas.
El enfoque del ejecutivo, aun dejando de lado aspectos individuales que tanto ocupan a los terapeutas o los
elevados ideales que inspiran a los liberadores, sería el más justo y adecuado en sistemas escolares masivos
en donde los determinantes “duros” del sistema escolar tienden a imponer condiciones homogéneas que
exigen destrezas administrativas por parte de docentes ejecutivos.
Del mismo modo, cabe preguntarse si es posible presentar un enfoque liberador solo para los más capacitados
dejando al resto de los alumnos en el Standard de un enfoque ejecutivo o en el tratamiento especial del
terapéutico. El autor advierte sobre los riesgos de ampliar las diferencias: “corre el riesgo de condenar a los
estudiantes a categorías para la instrucción preestablecidas” (FENSTERMACHER G. Y SOLTIS J.,1999)
No obstante, creo que en la práctica es posible compatibilizar los tres enfoques. En efecto, cada uno de estos
modelos supone una serie de valores que pueden aplicarse a momentos diferentes o bien en una misma
situación, aunque desde distintas dimensiones. Así, la eficiencia, la organización, la capacidad de
sistematización y la claridad conceptual del ejecutivo podría estar presente simultáneamente junto a la
sensibilidad y la empatía del terapeuta cuando el contenido o la circunstancia lo demanda. Y finalmente la
actitud ejemplar del liberador y sus elevados ideales no tienen por qué ser excluyentes. Un profesor que
enfatiza la profundidad y la complejidad del contenido, puede a la vez promover una formación integral sin
dejar por ello de gestionar la clase con eficiencia, ni descuidar tampoco la dimensión formativa de su tarea y
las necesidades individuales de los alumnos.
Síntesis conceptual