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Nos sentimos víctimas de las circunstancias, y esto nos hace sentir miedo.
¿De qué depende que las cosas nos vayan de una manera u otra?
Estas preguntas son muy importantes, y hoy las vamos a responder. Son la
clave para tomar las riendas de nuestra vida.
La mayoría de personas solemos creer que todo lo que nos sucede, tanto a
nivel emocional como a nivel externo, depende de nuestro entorno.
Por un lado, creemos que la manera como nos sentimos depende de lo que
nos pasa: de si estamos bien de salud, de si estamos haciendo algo que nos
gusta, de si estamos con gente que nos trata bien, etc.
Y por otro, en general creemos que lo que nos pasa depende un poco de
nosotros mismos, de lo que hacemos y de las decisiones que tomamos, pero
sobre todo de las circunstancias externas: de cómo nos tratan los demás, de
las oportunidades que nos da la vida, de cómo funciona el mundo a nivel
global, etc.
Así que, en general, tenemos la sensación de que nuestra vida depende en
gran medida de nuestro entorno. Creemos que, en función de las
circunstancias externas, nos sentimos de una determinada manera y nos
pasan unas determinadas cosas.
Por un lado, la relación entre lo que pensamos y lo que sentimos es muy fácil
de ver, porque es directa e inmediata.
No falla nunca.
Por otro lado, la relación entre lo que pensamos y lo que nos pasa también es
muy intensa, pero no es tan directa ni inmediata como en el caso de los
sentimientos.
¿Por qué sucede esto? ¿De dónde salen nuestros pensamientos? ¿De dónde
saca nuestra mente los pensamientos que tenemos?
Por supuesto, esto también es cierto con los pensamientos y las creencias
positivas. Si creemos que la gente es buena, tendremos pensamientos de
amor y comprensión. Si creemos que nuestro cuerpo es fuerte y sabio,
tendremos pensamientos de tranquilidad respecto a nuestra salud. Si
creemos que la vida está llena de oportunidades, tendremos pensamientos de
optimismo e ilusión.
Así pues, si queremos cambiar algo de nuestra vida, tenemos que cambiar
nuestras creencias.
Un gran abrazo,