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ABRAHAM Y LOT UNA SEPARACION NECESARIA

“Tomar una decisión consiste en elegir una opción entre dos o más alternativas que se presentan
para resolver un problema”

A lo largo de la vida continuamente estamos tomando decisiones sobre muchas cosas.

 Cuando somos niños, nuestros padres toman decisiones sobre cosas que nos afectan
directamente.
 Pero a medida que nos hacemos más independientes, vamos asumiendo la
responsabilidad de resolver nuestros propios asuntos.
 No todas las decisiones son iguales. Algunas son fáciles de tomar.
 Otras veces nos encontramos con situaciones complicadas y de lo que decidamos puede
depender nuestro bienestar, la relación con los amigos, con la familia, e incluso nuestro
futuro.

Por eso, debemos hacerlo de forma meditada y responsable. Así por ejemplo, elegir qué carrera
puede convertirse en una situación difícil de afrontar o decidimos sobre cuestiones como lo que
vamos a comer, la ropa que nos vamos a poner y los lugares a donde vamos a ir.
Hay decisiones que parecen de poca importancia y, sin embargo, tienen graves repercusiones.
ejemplo, encender por primera vez un cigarrillo puede sumirnos para toda la vida en el hábito de
fumar.
De ahí que no debamos subestimar nunca las decisiones que en apariencia son insignificantes.

Si eres una persona que consultas a Dios y confías en EL, que meditas en su palabra y reflexionas
antes de decidir, que buscas la información necesaria, analizas las distintas alternativas y valoras
las posibles consecuencias, eres de aquellos que con un estilo racional tienen la probabilidad de
tener mayor éxito al tomar una decisión.

“Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en


todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.”(Proverbios 3:5-6).

Genesis 13:1-9

La historia de Abraham y de Lot comienza cuando Abraham sale de la tierra de su padre y de su


parentela con Lot. Llega un momento donde se tienen que separar porque Lot no puede
mantener la paz entre sus siervos y los siervos de Abraham.

El camino ministerial es un camino lleno de sorpresas inesperadas, donde vivimos situaciones y


encontramos momentos agradables y no tan agradables en este andar.
Pero asi consideráramos cada suceso y los tomamos como oportunidades que vienen de parte de
Dios, las cuales nos enriquecen espiritualmente y crece nuestro ministerio.

Cuando el Señor quiere llevarnos a una transición ( paso de un estado o modo de ser a otro),
primero trata con nosotros y permite la aparición de situaciones, señales, manifestaciones, y es
necesario pedirle al Señor nos sensibilice para detectar esas circunstancias en el momento preciso,
para iniciar esa transición en el tiempo de Dios, sin apresurarnos ni tampoco retrasarnos.
Una transición puede iniciarse en un tiempo de crisis o conflicto o también puede venir cuando
estamos en el clímax de nuestro ministerio, en el mejor momento!.. Cuando las cosas van de
Victoria en Victoria.

Llega el momento en que tenemos que tomar decisiones que duelen en la vida, que afectan no
solo tu sentir, sino el de muchos a tu cargo.

Ya había resentimiento entre sus siervos, ya no solo era el engrandecimiento del ganado, sino los
desacuerdos surgidos entre los pastores de los rebaños.
Pero Dios le dio sabiduría a Abraham, de reconocer su tiempo perfecto, esto no quiere decir que
Lot estuviera mal delante de Dios, NO!!
Esto quiere decir que Dios es un Dios de orden y de armonía.. que todo obra para bien para los
que aman y evocan su Santo Nombre!..
la decisión tomada no solo era por el bienestar de la gente y de ellos, sino para conservar ese
orden y armonía ya provisto por Dios!

Uno tiene que reconocer las señales, tiene que saber cuándo es tiempo de dejar ir a los que se
aman, no porque los vamos ver perderse, sino porque los vamos a ver crecer y multiplicarse!!

Abraham siguió al pendiente de Lot, lo vemos más adelante en los próximos capítulos. Las veces
que salió en su defensa, en su ayuda. Eso son relaciones que duran por toda una vida! esos no son
celos ministeriales, no son contiendas ni heridas, no son traiciones, son lealtades primero al Padre,
luego a la hermandad y amor que los unía y nos une a nosotros como pueblo.

Aprendamos a ver las señales, aprendamos a reconocer el tiempo agradable de Dios, a ver la
armonía y seguir el orden.
Vemos en cierta forma como perdemos a veces a quienes amamos, y tenemos en gran estima.
Pues es tiempo de verlos partir en búsqueda de sus propios logros y experiencias.
Sufrimos, lloramos, nos dolemos, pero veamos siempre lo bueno, lo positivo. Abraham no dejó de
procurar por Lot. Era su sangre! su familia.

No cesemos nosotros de hacer lo mismo. Procurarnos los unos a los otros, pues somos familia,
hermanos de milicia y en la fe.

Siempre encontraremos problemas, conflicto, diferencias entre los creyentes y no creyentes, en


el matrimonio, entre amigos y desafortunadamente en la iglesia. Detrás de esta verdad hay una
razón, un principio inalterable. La carne y el espíritu no puede vivir juntos.

Cuando tengamos un conflicto con alguien es bueno que no dejemos agrandar las cosas y buscar
pronto la solución del mismo y para ello debemos tomar la iniciativa y no esperar a que el otro
venga a nosotros.

Romanos 12:18 Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los
hombres
Hebreos 12:14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor

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