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Presentan:
Jeimmy Marcela Cano Fonseca
ID 653471
Tutor:
Jesús Farfán Casagua
NRC 3525
Creación de la superintendencia
Como respuesta a la crisis del sector financiero y su reflejo en las organizaciones
solidarias, el Gobierno del Presidente Ernesto Samper Pizano expidió la Ley 454 de 1998,
que transformó al Departamento Nacional de Cooperativas -Dancoop- en el Departamento
Administrativo de la Economía Solidaria -Dansocial-; y creó a la Superintendencia de la
Economía Solidaria -Supersolidaria- y al Fondo de Garantías del Sector Cooperativo -
Fogacoop. Juan Camilo Restrepo, en ese entonces Ministro de Hacienda expresó:
"Necesitamos una entidad ágil y eficiente, que rescate el sector solidario de Colombia".
A la luz de la ley 454 del 98, se denomina Economía Solidaria al sistema
socioeconómico, cultural y ambiental conformado por el conjunto de fuerzas sociales
organizadas, en formas asociativas identificadas por prácticas auto gestionadas solidarias,
democráticas y humanistas, sin ánimo de lucro para el desarrollo integral del ser humano
como sujeto, actor y fin de la economía.
Una vez en funcionamiento, aprendieron que la cooperativa era una empresa y que
todos eran dueños de ella, donde con dedicación, trabajo en equipo y responsabilidad
administrativa lograron formar una gran cooperativa, que sirvió de modelo para crear muchas
más en Inglaterra y se extendiera por todos los países del mundo.
Cuando llega este modelo a Colombia ya existían formas asociativas como son las
comunidades indígenas y las afrocolombianas que integraban la ayuda mutua, la solidaridad
y la cooperación; para su época se llamaban así:
MINGA: Organización de trabajo colectivo para construir obras o realizar
labores agrícolas que benefician a toda la comunidad.
CONVITE: Sistema donde todos participan en trabajo en una obra para el
beneficio de uno de los miembros del grupo.
MANO PRESTADA: Trabajo del grupo o de uno de los miembros del grupo
en la tierra de uno de ellos, que luego este retribuirá con trabajo en la tierra de otro.
FAEBA: Sistema para realizar obras de beneficio común, en el que cada
miembro de la comunidad aporta jornadas de trabajo de medio día.
WAKI: Organización colectiva del trabajo para cultivar la tierra en la que se
utilizan semillas de propiedad común y se divide la cosecha por surcos.
AYNI: Sistema de préstamos pactados para mutuo beneficio de jornadas de
trabajo agrícola, la que se cancelan en posteriores oportunidades.
PASANACU: Fondo comunitario al que sus miembros hacen aportes iguales,
se utiliza para atender calamidades familiares graves.
En 1963 el Gobierno dicta el decreto ley 1598 que se constituye en el nuevo marco
legal del cooperativismo colombiano, con este decreto ley se inicia el auge del
Cooperativismo en Colombia.
En 1968 por decreto 2059 se reglamenta el decreto 1598 de 1963. En 1981 la Ley 24
transforma la superintendencia en Departamento Administrativo Nacional de Cooperativas
DANCOOP e, cual funciono hasta la expedición de la ley 454 de 1998.
En 1989 se expiden los decretos leyes 1333, 1480, 1481 y 1482 que regulan las formas
solidarias de las precooperativas, asociaciones mutuales, fondos de empleados y
administraciones públicas cooperativas, respectivamente. En 1990, se expide el Decreto 486
que reguló las cooperativas de trabajo asociado hasta la expedición del Decreto 4588 de 2006
que lo derogó.
Son avances que se ven interferidos hoy por el giro político y económico que
afronta la región pero que dejan pautas inéditas para proyectar la ESS como alternativa
sistémica, arraigada en prácticas y visiones que dan cuenta de sus posibilidades y alcances.
En estas líneas nos proponemos reflejar algunas dimensiones de este rico panorama
y algunos de sus desafíos.
Han coexistido también visiones que siguen tratando la ESS como problema (al
identificarla en sentido amplio con informalidad), con aquellas que la proyectan como
solución para la crisis global, para la crisis ambiental, y para problemáticas nacionales y
locales.
Los procesos constituyentes de “refundación de los Estados” y de búsqueda de
alternativas al neoliberalismo, crearon un ambiente de visibilidad y reconocimiento para esa
“otra economía” realmente existente, de la que hacen parte tanto las organizaciones
estructuradas y formalizadas explícitamente bajo los parámetros establecidos como propios
de la ESS (principios, valores, formas de gestión), hasta formas preexistentes (incluso las
ancestrales) de organización de la producción, como son las comunas o los talleres
artesanales, entre otros. Estos sectores o unidades, desde una valoración positiva, han
pasado cada vez más a autoreconocerse y converger como integrantes de la ESS.
En los casos del fortalecimiento del sector público de la economía las empresas
públicas emergen como posibles actores de la ESS (hubo experiencias en ese sentido en
Venezuela, por ejemplo), dado que sus formas de organización y gestión podrían
desplazarse desde las pautas de la empresa capitalista que han “colonizado” en los hechos
estas unidades con sus esquemas administrativos y cultura corporativa, hacia formas de
organización y gestión más afines con su manejo de sectores estratégicos asociados a
objetivos de bien común.
Así, tanto por razones de reconocimiento y legitimidad, de estrategia de cambio del
modelo, como de mecanismo defensivo frente a la concentración y el poder de mercado, se
ha producido una ampliación del ámbito de la ESS.
Desafíos
Asumiendo la realidad de reversión o contracción de las condiciones favorables
hacia la ESS que caracterizaron este comienzo de siglo en la región, el escenario se redefine
con una correlación favorable a la agenda neoliberal. Corresponde ahora evitar que este
quiebre lleve a retrocesos, proteger al sector de ESS aprovechando, en lo que cabe, el nuevo
perfil de visibilidad asociado a su resiliencia para afrontar condiciones adversas de distinto
tipo. Resulta imperativo defender y consolidar los avances en tanto sector y en tanto
proyecto de cambio.
Es preciso preservar los avances legales y normativos, así como sostener una
dinámica de consolidación a nivel de movimiento y de pensamiento. Precisamente la
riqueza de las experiencias de estos años ofrece material invaluable para la sistematización,
análisis y elaboración teórica, al mismo tiempo que el desborde y cruce de agendas
políticas deja abiertas nuevas líneas de trabajo a nivel de organizaciones y redes.
Así también, cabe combinar una mirada de las unidades ESS y su agregación con la
de procesos de producción que en ocasiones fluyen acompañando tiempos y espacios de
reproducción de la vida en sentido amplio, y que precisan identificar como indisociable la
producción de la reproducción, lo cual tiene consecuencias prácticas para el diseño y
aplicación de políticas. Por ejemplo, considerar las cocinas de los hogares rurales como
espacios productivos.
Las pautas transformadoras generales que se han vislumbrado en estos años, las
experiencias parciales o incluso fallidas, constituyen una veta para la elaboración
conceptual y de política pública que, desde una racionalidad o lógica distinta, dispute las
definiciones económicas clave, generen herramientas concretas de política económica y
política pública integral, sin las cuales persistirá la trampa de abordar la ESS como el modo
de añadir lo social a una economía “naturalmente” concebida como mercado
capitalista.
Nota
1. La ESS como solución –aunque con connotaciones sectoriales más que
sistémicas- ha ido posicionándose también a nivel mundial, en diferentes contextos. Uno de
ellos son los procesos y acuerdos adoptados por la ONU en 2014.
2. Otra escala y novedad trajeron las fábricas y empresas recuperadas por las y
los trabajadores, especialmente en Argentina y Brasil, que pasaron a ser gestionadas
bajo modalidades de ESS, en las cuales la confrontación y disputa trabajo vs capital
aparece de forma más directa.
3. Incluso a pesar del subregistro que aún prevalece, dados los límites para
captar actividades y dinámicas.
4. El 30% más pobre de la población experimenta una mejora en su nivel de
vida, la proporción de sus ingresos en el ingreso global aumenta, pero lo mismo sucede con
los más ricos. En lo que se refiere a los pobres, América Latina se distingue de los países
desarrollados, pero se aproxima a ellos en lo que se refiere a los más ricos, incluso en los
países conducidos por gobiernos progresistas”.
5. No falta el escenario ambiguo de impulso y neutralización de la ESS desde
iniciativas de gobiernos locales bajo enfoques como “territorios competitivos”.
6. Jara, C. J. (2015): “Contribución de la economía popular y solidaria a la
reducción de la pobreza y la inequidad”. Secretaría Nacional de Erradicación de la Pobreza,
ponencia al Seminario Internacional de Economía, Quito. “En el caso ecuatoriano, este ha
sido un factor identificado ante este desafío: ¿Cómo posibilitar el despliegue del Buen Vivir
en marco del capitalismo y su matriz productiva en metamorfosis, valiéndonos entre otros
movimientos de la economía solidaria, buscando justicia económica?”
Conclusión