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PANORAMA
GLOBAL DE
LA BIBLIA
ha ganado diez minas. Él le dijo: Está bien, buen siervo; por cuanto en lo
poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades. Vino otro,
diciendo: Señor, tu mina ha producido cinco minas. Y también a éste dijo:
Tú también sé sobre cinco ciudades. Vino otro, diciendo: Señor, aquí está
tu mina, la cual he tenido guardada en un pañuelo; porque tuve miedo de
ti, por cuanto eres hombre severo, que tomas lo que no pusiste, y siegas lo
que no sembraste. Entonces él le dijo: Mal siervo, por tu propia boca te
juzgo. Sabías que yo era hombre severo, que tomo lo que no puse, y que
siego lo que no sembré; ¿por qué, pues, no pusiste mi dinero en el banco,
para que al volver yo, lo hubiera recibido con los intereses? Y dijo a los que
estaban presentes: Quitadle la mina, y dadla al que tiene las diez minas.
Ellos le dijeron: Señor, tiene diez minas. Pues yo os digo que a todo el que
tiene, se le dará; más al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará.” Lucas
19:11-26.
Por supuesto que Dios sabe muy bien que ningún ser humano posee
esa habilidad. Lo que Dios espera al ofrecer ese pacto, es que los seres
humanos nos convenciéramos de que no podemos cumplir siempre todos
los mandamientos, de que no somos santos, de que somos pecadores. Y de
que necesitamos, por lo tanto, de un Salvador que nos ayude a cumplirlos:
“Como está escrito: No hay justo, ni aun uno; No hay quien entienda, No
hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; No
hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno. Sepulcro abierto es su
garganta; Con su lengua engañan. Veneno de áspides hay debajo de sus
labios; Su boca está llena de maldición y de amargura. Sus pies se
apresuran para derramar sangre; Quebranto y desventura hay en sus
caminos; Y no conocieron camino de paz. No hay temor de Dios delante de
sus ojos. Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están
bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el
juicio de Dios; ya que por las obras de la ley ningún ser humano será
justificado delante de él; porque por medio de la ley es el conocimiento del
pecado.” Romanos 3:10-20. Y para demostrarnos a todos los seres
humanos, que no somos libres, que somos esclavos de Satanás.
a. La Justicia de Dios.
Para motivar a los seres humanos a que pongamos toda nuestra
inteligencia, y fuerza de voluntad, en entrar en ese pacto, para que
intentemos seriamente vivir en santidad, el pacto de la ley incluyó
premios y castigos. Incluyó varios excelentes premios, que la Biblia llama
bendiciones, a quienes cumplieran la Ley de Dios, y muchos terribles
castigos, que la Biblia llama maldiciones, a quienes infringieran la Ley de
Dios. Esa es precisamente la definición de “Justicia”, darle a cada quién
lo que se merece, un premio al que cumple la ley, y un castigo, o multa
a quién infringe la ley. Esas condiciones del Pacto de la Ley vienen
descritas en Deuteronomio 28. Los primero 14 versículos describen las
bendiciones, y los 54 restantes las terribles maldiciones. Cuatro veces
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5) Las tres etapas del Nuevo Pacto. El Nuevo Pacto, NP, que Dios iba a
ofrecer, 600 años después, consistiría de tres etapas. En la primera etapa,
NP1, la Etapa de la Salvación, nos iba a perdonar todos nuestros pecados,
y nos iba a liberar de la esclavitud de Satanás. A esto se le llama
“Misericordia”, o sea, no darnos el castigo que merecemos. En la segunda
etapa, NP2, la Etapa de la Santificación, nos iba a capacitar con los recursos
espirituales necesarios para mantenernos libres de la esclavitud del
maligno. A esto se le llama “Gracia”, o sea, darnos el premio que no
merecemos. Y en la tercera etapa, NP3, la Etapa de la Edificación, nos iba
a entrenar con los recursos espirituales para poder sacar a otros de la
esclavitud del maligno y empezar a formar comunidades de personas
creciendo en santidad personal y en justicia comunitaria. Esas comunidades
de vida cristiana integrarán el Pueblo Santo con el cual fundará el Reino de
los Cielos al final de los tiempos. A esto se le llama “Justicia”, puesto que
este será un reino de justicia, gozo, y paz en el Espíritu Santo: Romanos
14:17 “porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y
gozo en el Espíritu Santo.”.
a. Nuevo Pacto, Parte1, NP1: La Salvación.
El Nuevo Pacto, se inició, cuando Jesucristo empezó a predicar, entró
a la sinagoga de Nazaret, y anunció a que había venido: “El Espíritu de Dios
me ha enviado a: 1) predicar las buenas noticias del Reino de los Cielos, 2)
a sanar a los enfermos, y 3) a liberar a los oprimidos y cautivos por el
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enemigo.”: Lucas 4:18-19 “El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto
me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar
a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista
a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; A predicar el año agradable
del Señor.”; Hechos 10:38 “cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con
poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando
a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.”; 1ª Juan
3:8b “Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del
diablo.”.
Cuando envío a sus discípulos a cumplir su misión, del dijo que hicieran
las mismas tres cosas: 1) predicaran el Reino de los Cielos, 2) sanaran a
los enfermos, 3) y echaran fuera demonios: Mateo 10:1,7-8 “Entonces
llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus
inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad y
toda dolencia… Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha
acercado. Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad
fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.”; Lucas 9:1-2;10:19
“Habiendo reunido a sus doce discípulos, les dio poder y autoridad sobre
todos los demonios, y para sanar enfermedades. Y los envió a predicar el
reino de Dios, y a sanar a los enfermos… He aquí os doy potestad de hollar
serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os
dañará.”; Marcos 16:17-18 “Y estas señales seguirán a los que creen: En
mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en
las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre
los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.”.
manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los
enfermos pondrán sus manos, y sanarán.”.
b. Nuevo Pacto, Parte 2, NP2: La Santificación.
La Biblia dice que Dios es santo y que no quiere pasar la eternidad
rodeado de pecadores malvados y corruptos. Dios nos pide que seamos
santos por una sola razón: porque Él es santo: Levítico 11:44-45 “Porque
yo soy el Señor vuestro Dios; vosotros por tanto os santificaréis, y seréis
santos, porque yo soy santo... Porque yo soy el Señor, que os hago subir
de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios: seréis, pues, santos, porque yo
soy santo.”; 1ª Pedro 1:15-16 “sino, como aquel que os llamó es santo, sed
también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito
está: Sed santos, porque yo soy santo.”; Hebreos 12:14 “Seguid la paz con
todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.”. Y como Dios sabe que
no tenemos la capacidad de ser santos, con nuestros propios recursos, Dios
nos ofrece, a todos los que hemos creído en Jesucristo, equiparnos y
capacitarnos con los recursos o herramientas espirituales, para que
logremos mantenernos libres de esclavitud del enemigo, de la cual nos ha
liberado. Nos ofrece dos conjuntos de recursos espirituales, los frutos y los
dones del Espíritu Santo. Los frutos, son actitudes del Espíritu,
manifestaciones del amor de Dios, que desarrollan nuestro carácter en
semejanza al de Jesucristo: Gálatas 5:22-23 “Mas el fruto del Espíritu es
amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre,
templanza; contra tales cosas no hay ley.”; Efesios 4:1-3 “Yo pues, preso
en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que
fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con
paciencia los unos a los otros en amor, solícitos en guardar la unidad del
Espíritu en el vínculo de la paz”, ayudándonos a vencer los deseos de la
carne. Y los dones, son habilidades del Espíritu, manifestaciones del poder
de Dios: 1ª Co 12:1-11 “No quiero, hermanos, que ignoréis acerca de los
dones espirituales. Sabéis que cuando erais gentiles, se os extraviaba
llevándoos, como se os llevaba, a los ídolos mudos. Por tanto, os hago saber
que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y nadie
puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo. Ahora bien, hay
diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de
ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones,
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pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo. Pero a cada uno
le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. Porque a éste es
dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según
el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de
sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el hacer milagros; a otro, profecía;
a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y
a otro, interpretación de lenguas. Pero todas estas cosas las hace uno y el
mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.”;
Romanos 12:3-8 “Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual
que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que
debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe
que Dios repartió a cada uno. Porque de la manera que en un cuerpo
tenemos muchos miembros, pero no todos los miembros tienen la misma
función, así nosotros, siendo muchos, somos un cuerpo en Cristo, y todos
miembros los unos de los otros. De manera que, teniendo diferentes dones,
según la gracia que nos es dada, si el de profecía, úsese conforme a la
medida de la fe; o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la
enseñanza; el que exhorta, en la exhortación; el que reparte, con
liberalidad; el que preside, con solicitud; el que hace misericordia, con
alegría.”; Efesios 4:7-16 “Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia
conforme a la medida del don de Cristo. Por lo cual dice: Subiendo a lo alto,
llevó cautiva la cautividad, Y dio dones a los hombres. Y eso de que subió,
¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas
de la tierra? El que descendió, es el mismo que también subió por encima
de todos los cielos para llenarlo todo. Y él mismo constituyó a unos,
apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y
maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para
la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad
de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida
de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños
fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por
estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las
artimañas del error, sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en
todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, de quien todo el cuerpo,
bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan
mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su
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Padre en su trono… y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y
reinaremos sobre la tierra.”.