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escuchaste hablar de
Psicoanálisis?
¿Dónde naciste?
Casi el don de la ubicuidad…
¿Qué te impactó tanto de la
lectura de Freud? Porque eras
muy chico, tenías apenas catorce
o quince años.
¿Y cómo llega Freud, siendo
médico, a desarrollar semejante
teoría como la del Inconsciente,
que pone en jaque la concepción
del hombre?
Freud intenta desplazar,
entonces, un cuadro como la
Histeria de enfermedad nerviosa
a enfermedad psíquica. ¿Nos
podemos detener un poco en
esto?
Claro, por eso elabora todo a
partir de lo «no consciente».
No.
¿Qué podrías decir, entonces, de
aquella frase que hizo famosa
Perón: «La única verdad es la
realidad»?
Sin embargo, es muy común que
se critique a alguien señalando
que su postura es subjetiva.
¿Qué es más saludable, entonces,
hablar y decir todo lo que nos
pasa, o reservarnos algunas
cosas para no ser dichas nunca?
¿Las palabras que alguien
guarda y no dice, pueden
enfermarlo?
¿A qué te referís con eso?
Volvamos un poco al comienzo de
esta charla. Es claro que la
historia de Freud, ese hombre
que desembarca con conceptos
revolucionarios, puso al mundo
en jaque. Pero, en lo personal,
¿qué ecos tuvieron en vos esas
ideas?, ¿desde dónde te
interpelaban?
¿Fue inmediato el
cuestionamiento de tu entorno y
tu mundo a partir de esta
lectura?
¿Esa fue la primera vez que tu
padre te habló de eso?
¿Qué fue lo más fuerte que
recordás de aquellas charlas con
tu padre?
Lleno de fantasmas…
Volvemos a lo que hablamos
antes: la historia personal cara a
cara con una realidad, y en este
caso, en ruinas.
¿Y qué pasó entre esos años en
los que leíste a Freud, hasta que
te decidiste por la psicología?
¿Cómo fue tu entrada en la
carrera?
¿Qué es la angustia?
¿Es tan inmediato el alivio?
¿Qué es el encuadre?
Sin embargo no todos los
profesionales trabajan con un
tiempo fijo, ¿no?
¿Qué se busca con ese tipo de
intervenciones sorpresivas?
Por lo que venimos hablando es
claro que todos cargamos con
nuestras heridas. Heridas «del
alma», por llamarlas de alguna
manera. ¿Un analista puede
aliviarlas?
¿Todo se construye? ¿El vínculo
entre padres e hijos, también?
¿Siempre hay que decirle a un
hijo si es adoptado?
Dijiste que hay que ser sincero,
pero hay temas que son difíciles
de hablar. Por ejemplo, ¿cómo les
dicen los padres a sus hijos que
se van a separar?
Me permito retomar algo que
dijiste acerca de la frustración
que siente quien no le puede
comprar a su hijo lo que desea.
¿Podrías decir algo con respecto
a eso?
Sin embargo, habrá ocasiones en
las que no se pueda.
También es incómodo hablar de
sexo con los hijos.
Cambiemos de tema, hablemos
un poco del duelo.
¿Y qué es el dolor?
¿Todo puede superarse?
¿Y cómo se convive con el dolor?
¿Cuál es tu reacción como
analista cuando no encontrás la
manera de sacar al paciente de
su dolor?
¿Ese es el momento de la
supervisión?
¿Qué es un «acting»?
A lo largo de estas charlas,
dijiste varias veces que el
Psicoanálisis no puede con todo.
¿Con qué cosas no puede?
¿También en la frustración se
satisface la Pulsión de Muerte?
Bueno, ahora las parejas se
separan más que antes.
¿Cómo te posicionás como
analista frente a la muerte?
La filosofía oriental, sin
embargo, no acuerda con esta
idea.
Hablaste de la pasión del Cristo y
de personajes heroicos, ¿Jesús
también es uno de ellos?
¿Qué significa estar
psicológicamente sano?
Vos fuiste parte activa en ese
debate…
¿Por qué?
Alguien sano sería quien
encuentra satisfacción tanto en
su pareja como en su trabajo,
entonces. Con respecto a lo
primero, está claro. ¿Qué pasa
con el trabajo y la sanidad?
Volvemos al malestar que tiene el
hombre con la cultura.
Pero ya pasó por esas calles…
Alguien dijo que una de las
formas de la felicidad es tener a
la persona amada más o menos
cerca mientras trabajamos.
¿Qué es el enamoramiento? ¿Por
qué nos pone tan bien y nos
produce tanta felicidad?
¿De qué depende la felicidad?
Hablaste del enamoramiento y
del deseo. Me gustaría
preguntarte si el amor cambia
con el tiempo.
¿Una especie de autoboicot
amoroso?
¿Qué es una ilusión?
El rechazo. El desencuentro
amoroso es muy duro…
¿Es posible regresar del infierno
del desamor?
Y Orfeo, como todo enamorado,
estaba dispuesto a dar su vida
por ella…
¿Cómo deberíamos actuar frente
al desamor?
La Melancolía, ¿es un lugar
cómodo?
Por más que duela, hay que dejar
ir lo que amamos.
¿Se puede amar sin desear?
¿Qué costo tiene el deseo?
¿Desear a alguien es más sano
que necesitarlo?
En tu libro «Encuentros, el lado B
del amor», dijiste que se puede
estar con otra persona aun
estando enamorado. ¿Esto nos
habilita a ser infieles sin culpa?
¿Cómo reacciona una persona
ante una infidelidad?
Recién lo mencionaste y me
gustaría detenerme un poco en
esto. ¿Cómo se comportan
hombres y mujeres frente a la
infidelidad?
La infidelidad, ¿siempre señala
que algo se quebró?
¿Puede ser que alguien sea infiel
por un mandato de su pasado?
¿La culpa subjetiva es una mera
cuestión religiosa, o es
constituyente del hombre?
¿Cómo podrías definir a alguien
que no siente culpa por nada?
A lo largo de todos tus trabajos
hay un tema que se mantiene
casi como un leitmotiv: el tiempo.
¿Qué significa para vos?
La adolescencia tardía…
¿Cómo hacemos, entonces, para
impedir que el tiempo nos robe la
vida?
No es fácil convivir con la certeza
de que vamos a morir. La muerte
genera una sensación de
injusticia muy fuerte.
Mientras hablabas de lo ridículo
que se torna el mundo cuando se
toma conciencia de la muerte,
recordé un verso de «Las
hermosas banderas», el poema de
Pier Paolo Pasolini: «todo el
mundo es mi cuerpo insepulto».
¿Cuál es la relación entre un
sujeto y su cuerpo?
Hablamos de adolescencia y de
cuerpo. Me gustaría que
relacionaras estos temas.
¿Cuáles son los síntomas típicos
de esta etapa?
Recién mencionaste los
trastornos de la alimentación,
detengámonos un poco en eso.
¿En qué casos conviene
consultar al médico?
Escucharon un disco juntos, lo
abrazaste: intervenciones poco
habituales en un análisis,
supongo.
En alguna de nuestras charlas
hablamos del mandato como
núcleo duro o íntimo, familiar,
por decirlo de alguna manera.
Pero también existen los
mandatos sociales.
Ya hablamos de esa madre que
dice a su hijo: «Vos no servís para
nada, te vas a quedar solo». En lo
social, ¿de dónde viene esa
palabra, esa ley que nos obliga al
deber ser?
El placer y sus límites. Me
gustaría que te explayaras en
esta idea.
¿Por qué habría que ponerle un
límite al placer? ¿Por qué no
podemos avanzar hacia un
disfrute desmesurado?
¿Cómo nos damos cuenta si es
conveniente o no acatar una
norma social?
¿Qué es la pulsión?
En el epílogo de «Encuentros, el
lado B del amor» contaste la
historia de «La vieja atorranta»,
esa anciana que quería dormir
la siesta abrazada con su esposo.
En esa ocasión señalaste que lo
que en realidad deseaba era
tener relaciones.
Eros y Tánatos.
Pero ¿cómo puede ser que una
persona busque su propio dolor?
Y en ese ida y vuelta, entre la
Pulsión de Vida y la Pulsión de
Muerte, ¿qué diferencia existe
entre el «acting» y el pasaje al
acto?
Hablemos un poco del suicidio…
En ambos casos, sin embargo, se
percibe la fuerza brutal que
pueden ejercer el mandato social
y sus paradigmas.
Me gustaría proponerte algunos
temas puntuales para conocer tu
mirada al respecto. ¿Qué es el
arte?
Se ha puesto de moda hablar de
«la actitud» para referirse a un
triunfo deportivo o la solución de
un conf licto amoroso. ¿Qué es la
actitud y —si es que lo tiene—
dónde radica su poder?
¿Qué son las manías?
¿Qué es la belleza?
¿Qué valor tiene el esfuerzo en la
vida?
¿Qué es la pasión?
¿Qué ref lexión te merece la idea
del futuro?
¿A quiénes elegís no atender?
Cuando termina el día, ¿cómo
seguís con tu vida después de
haber escuchado tanto
sufrimiento?
¿Hay lugar para la alegría en
análisis?
¿Qué les dirías a quienes
sostienen que el Psicoanálisis es
una nueva religión?
Parece que tenés la respuesta
para casi todas las preguntas, en
cuyo caso tu vida debería ser
perfecta. ¿Es así?