Sei sulla pagina 1di 288

editores

Aldo Panfichi
Gonzalo Portocarrero
Marcel Valcárcel

comité editorial
Ana Ponce
Gonzalo Portocarrero
Aldo Panfichi
Denis Sulrnont
Marcel Valcárcel

diseño
Sandro Venturo

compocición
Adela Zavala

Facultad de
Ciencias Sociales

O Pontificia
Universidad Católica
del Perú

Fondo Editorial
Derechos resewados
I S N 0254-9220

Lm editores n o
necesariamente asumen la
responsabilidad por las
opiniones de los autores de
los artículos publicados.
c o n t e n i d o

ideas
Ciudades en la economía global: enfoques teóricos y metodológicos
Saskia S m e n
(91

Los mercados informales e ilegales de tierra urbana en América Latina


.Estado de la cuestión>
Julio A. Calderón Cockbum
139)

U agotamiento de la democracia participativa y el argumento de la


complejidad (elementos para una refundamentación)
Martín Tanaka
(55)

Avances y retos en la ensefianza del desarrollo mral


\<& y s ' ..\
Orlando Plaza
(77)
. .
investigación
..
La revolucion de los espíritus
La juventud reformista de los años veinte en América
Luis %jada
(91)

Estudiar y luchar por la liberación nacional. Juventud y movimientos


universitarios en la PUCP de los sesenta
Carlos Torres
(12 7)

Entre la lealtad y la deslealtad: modelos y valores de un grupo de


bamstas de &omando Sur.
Jorge Thieroldt Llanos
(147)

La lectura de los jóvenes españoles. Qué leen los que no leen


Angelo López Jiménez
1159)
Relaciones de género en las familias de sectores altos de Lima
Liuba Kogan
(191)

Violencia y modernización en Ayacucho


Los campesinos evalúan los cambios acarreados por la violencia política
en la comunidad de Chaca
Tania Vásquez
(209)

El nuevo espacio público y mediático en el Perú


José Luis Vargas Gutiérrez
(231)

O r a l i r , democratizar la escritura: identidad, poder y vendedoras de


libros por las cales de Lima
Víctor Vich
(241)

reseñas
Por la democratización de la democracia. Elizabeth Acha
(Anthony Giddens. The Third Way. The Reneuial of Social Democracy)
(261)1Una saludable mirada de la violencia: frustraciones, discursos e
ideologías. Fernando Bravo (Gonzalo Portocarrero. Razones de sangre.
Aproximaciones a la violencia política) (268)1Comentarios a Razones de
sangre de Gonzalo Portocarrero. Manija Barrig (GonzaloPortocarrero.
Razones de sangre. Aproximaciones a la violencia política) (274) 1La
juventud desde la perspectiva sociológica. Carmela Chávez lrigoyen
(Ángela López. Zaragoza y sus jóvenes defin de siglo) (278)
i d e a s
ciudades en la economía global:
enfoques teóricos y metodológicos

Las capacidades de dispersión que surgen con la globalización y la


telemática - e l traslado de industrias fuera de las fronteras, la expansión
de las redes globales de filiales y subsidiarias, el desplazamiento de las
sucursales hacia los suburbios y fuera del centro de las ciudades- han
llevado a varios observadores a sostener que las ciudades podrían volverse
obsoletas en este contexto económico. Ciertamente, muchos de los otrora
grandes centros industriales en los países altamente desmollados sufrieron
una declinación severa. Pero, contra todas las predicciones, un número
importante de grandes ciudades vieron también aumentar su concentra-
ción de poder económico.
Mientras la declinación de los centros industriales, a consecuencia de
la internacionalización de la producción que comienza en la década de los
años sesenta, ha sido documentada y explicada a fondo, hasta hace poco
no ha podido decirse lo mismo acerca del surgimiento de importantes
ciudades de servicios en los aíios ochenta. Hoy día tenemos un rico y
nuevo conocimiento, lleno de debates y desacuerdos, acerca de las ciuda-
des en una economía global.
¿Qué explica la nueva o explosiva ampliación del papel de un tipo
particular de ciudad en la economía mundial desde principios de los ochenta?
Básicamente, es el resultado de la intersección de dos procesos funda-
mentales. Uno es el gran crecimiento de la globalización de la actividad
. ha elevado la escala v comoleiidad
económica., lo aue . . de las transacciones
económicas, alimentando de esta forma el crecimiento de las funciones de
alto nivel en las sedes multinacionales, y la expansión de los servicios a las
empresas, especialmente de servicios corporativos avanzados. El segundo
es el crecimiento de la intensidad de los servicios en la organización de la
economía, proceso evidente en las empresas de todos los sectores indus-
triales, desde la minería hasta el sector financiero.
Ei proceso clave, desde la perspectiva de la economía urbana, es la
demanda creciente de servicios por parte de las empresas en todas las
industrias, y el hecho de que las ciudades son sitios preferidos de produc-
ción para dichos servicios, sea en los niveles global, nacional o regional.
La preponderancia de los servicios en la organización económica en ge-
. - . neral y las condiciones específicas de producción que requieren los servi-
1
,
'
,
cios corporativos avanzados, incluyendo aquellas tecnologías de informa-
t ción que la hacen accesible, se combinan para hacer de algunas ciudades,
1 '

: una ve7 más, un sitio clave de eproducciónn, papel que habían perdido
cuando la manufactura en masa se transformó en el sector económico
$
3 i dominante. Ellas son las ciudades mundiales o ciudades globales, foco de
una nueva literatura de investigación. Son todas materias de debate cuán-
3. ,
tas hay, cuál es su jerarquía variable o cuán nuevo es el desarrollo que
; representan. Pero hay un acuerdo creciente sobre el hecho de que existe
una red de ciudades principales, tanto en el norte como en el sur, que
.
'
t.
,
,
,
:
funcionan como centros para la coordinación, el control y el servicio del
capital global.
La segunda sección de este trabajo examina los componentes claves
en la nueva narrativa que ha surgido de la investigación sobre ciudades
mundiales o globales. La tercera sección revisa la evolución de esta litera-
tura. En esta revisión me enmarco en un campo del conocimiento defini-
do con bastante exactitud, basado en la noción de que las formas contem-
poráneas asumidas por la globalización durante las últimas dos décadas
tienen requerimientos organizacionales y posibilidades políticas específi-
cas, y que las nuevas tecnologías producen oportunidades y capacidades
específicas. Esto no excluye la existencia de enormes continuidades con
periodos anteriores -materia de un debate considerable también en la
literatura mencionada-, pero propone la especificidad de la era actual y,
en consecuencia, del papel de las ciudades.
La cuarta sección examina algunos temas que están emergiendo como
agenda para la investigación y la teoría. Ec imposible, en un espacio tan
breve, hacer justicia plena a los muchos estudiosos que han contribuido a
esta nueva literatura y que lo siguen haciendo. Debido a la diversidad de
variables que pueden incorporarse 4 e s d e las finanzas hasta la inmigra-
ción-, el tema de las ciudades en la economía global ha enriquecido no
solo la investigación en ciencias sociales, sino también los estudios cul-
turales y la literatura sobre antropología y, más recientemente, algunos as-
pectos de la ciencia política. con notable atención en aquellos relativos a
ciudadanía y gobierno. Es, además, un asunto al que se le ha dado un
importante tratamiento modernista y posmodernista, tanto teórico como
empírico. Finalmente, es un tema que se sustenta en una literatura incluso
más antigua sobre capitales imperialesy ciudades mundiales, desde Braudel
hasta Peter Hall, interviniendo también extensamente en esta materia los
análisis sobre sistemas mundiales.

Hacia una nueva narrativa:


recuperando lugar en la economía global

Las tendencias masivas hacia la dispersión espacial de las actividades


económicas en los niveles metropolitano, nacional y global asociados a la
globalización han contribuido con la demanda por nuevas formas de cen-
tralización territorial de la gestión de alto nivel y de control de las opera-
ciones, debido a que esta dispersión está ocurriendo en condiciones de
concentración del control, la propiedad y la asignación de las utilidades.
Los mercados nacionales y globales, como también las organizaciones
globalmente integradas, requieren de lugares centrales donde el trabajo de
la globalización pueda realizarse.' Luego, las industrias de información
requieren una vasta infraestructura física que contenga nodos estratégicos
con una hiperconcentración de servicios. En la1sentido, hay que distinguir
entre la capacidad de transmisión/comunicación global y las condiciones
materiales que hacen esto posible. Finalmente, aun las más avanzadas
industrias de información tienen un proceso de trabajo que está, al menos
parcialmente, atado a un lugar debido a la combinación de recursos que
requieren, incluso cuando los productos son hipermóviles.
Este tipo de énfasis nos permite ver a las ciudades como lugares de
producción para las principales industrias de información de nuestro tiem-
po y, a la vez, recuperar la infraestructura de actividades, empresas y
trabajos necesaria para echar a andar la economía corporativa s u p e r i ~ r . ~
Las industrias de información superior son típicamente conceptualizadas
en términos de hiperrnovilidad de sus productos y el alto nivel de pericia
de sus profesionales, más que en términos del proceso de trabajo
involucrado y del requisito de infraestructura de sewicios y trabajo no es-
pecializado que también forma parte de estas industrias.
Una proposición central, aquí, es que no podemos considerar la exis-
tencia de un sistema económico global como algo dado, sino más bien se
necesita examinar las particulares maneras en que se producen las condi-
ciones para la globaliización económica. Esto requiere revisar no solo las
capacidades de comunicación y el poder de las multinacionales, sino ade-
más la infraestructura de sewicios y los procesos de trabajo necesarios
para la implementación de sistemas económicos globales, incluyendo la
producción de insumos que constituyen su aptitud para el control global y

Los servicios al productor, y m& especialmente los servicios finanaeros y corporati-


vos avanzados. pueden ser vktos como indurtnas que producen bienes organizacio-
nes necesarios para la implementación y gestión de sistemas económicos globales.
Los servicios al productor ron productos intermedios. esto es, servicios que son
comprados por empresas. Estos cubren materias financieras, legales y de gesti6n
general, innovación, deranollo. diseño. administración. personal, tecnología de pro-
ducción. mantenimiento, hansporte. comunicaciones. distribución mayorista. publi-
cidad, seMcios de limpieza para empresas. seguridad y almacenaje. Los componen-
tes centrales de la categoría de selvicios al productor son un rango de industriar con
mercados mezclados. financieros y de consumo; estos son seguros. bancos, servicios
financieros, bienes raíces, seMcios legales, contabilidad y asociaciones profesiona-
. , .N w v DlllXA 1988. DRNIEE
oor eiemolo.
les íoara d i i i o n e s m& detalladarv6ase...
19sil.
' Metodológicamente hablando, esta es una forma de abordar la cuerti6n de la unidad
de análisis en los estudios sobre procesos económicos contemporáneos. La secono-
mía nacional. es una categoría problemática cuando hay altos niveles d e
internacionalización. Igualmente lo es la seconomía mundial.. debido a la imposibüi-
dad de comprometerse en u n estudio empíeco detallado a esa escala. Las ciudades
altamente internacionaliradas. w m o Nueva York o Londres. ofrecen la posibilidad
de examinar los procesos de globaliación en gran detalle. denho de un escenario
limitado y con todos sus múltiples y. a menudo. contradictorios aspectos.
la infraestructura de empleos involucrada en esta producción. El énfasis se
traslada hacia la práctica del control global, esto es, el trabajo de producir
y reproducír la organización y gestión de un sistema de producción global y
un mercado global financiero, ambos bajo condiciones de concentración
económica. La recuperación de lugar y producción implica también que
los procesos globales pueden estudiarse con un gran detalle empírico.
Las formas especificas asumidas por la globalización en la última
década crearon requerimientos organizacionales especiales. La emergen-
cia de mercados globales para servicios financieros y especializados, el
crecimiento de la inversión como forma principal de transacción interna-
cional, todo ha contribuido a la expansión de las funciones de comando y
a la demanda por servicios especializados para las empresas. Mucha de la
nueva actividad económica global no está rodeada por la forma
organizacional de la corporación transnacional o banco, ni tampoco por
el poder de dichas empresas, poder a menudo invocado para explicar la
globalifación económica como un hecho. Las formas espaciales y
organizacionales asumidas por la globalización y el actual trabajo de echar
a andar operaciones transnacionales, hicieron de las ciudades un tipo de
lugar estratégico y de los productores de sewicios un insumo estratégico.
En resumen, la combinación de dispersión geográfica de las activida-
des económicas y de integración del sistema, que descansa sobre el cora-
zón de la actual era económica, ha contribuido con nuevas o ampliadas
funciones centrales, y la complejidad de las transacciones ha hecho au-
mentar la demanda de servicios altamente especializados por parte de las
empresas. Más que volverse obsoletas debido a la dispersión detonada por
las tecnologías de información, las ciudades: a) concentran funciones de
comando; b) son sitios de producción posindustrial para las industrias Iíde-
res de este periodo, financieras y de servicios especializados; y c) son
mercados transnacionales donde las empresas y los gobiernos pueden
comprar instrumentos financieros y servicios especializados.
Tal enfoque nos permite concebir la globalización, así constituida, a
través de una malla global de sitios estratégicos que emergen como una
nueva geografía de centralidad.

La nueva economía urbana

Esto no quiere decir que todo ha cambiado en la economía de estas


ciudades. Por el contrario, hay mucha continuidad y similitud con ciudades
que no son nodos globales. Más bien la implantación de procesos y merca-
dos globales ha significado que el sector internacionalizado de la econo-
mía se ha ampliado notablemente y ha impuesto una nueva dinámica de
valorización, a menudo con efectos devastadores sobre amplios sectores
de la economía urbana. Los elevados precios y los niveles de utilidad en el
sector internacionalizadoy sus actividades secundarias -por ejemplo res-
taurantes y hoteles-, hicieron crecientemente difícil para otros sectores
competir por espacio e inversiones en los anos ochenta. Muchos de los
últimos experimentaron una considerable degradación y10 desplazamien-
to, o perdieron su vigor económico hasta el punto de no ser capaces de
retomar su espacio económico cuando la recesión debilitó los sectores
dominantes. Son ilustraciones de ello el reemplazo de los negocios de bamo
que satisfacen necesidades locales, por tiendas y restaurantes elegantes que
sirven a las nuevas élites urbanas de altos ingresos. El agudo crecimiento
de las utilidades del sector financiero internacional y de servicios también
contribuyó a la dureza de la crisis que siguió. Estas tendencias son eviden-
tes en muchas ciudades del mundo altamente desarrollado, aunque pocas
veces tan severas como en las principales ciudades de los Estados Unidos
(ver, por ejemplo, Le Debat 1994, para París; Todd 1995, para Toronto,
etcétera).
Aunque en una magnitud de orden diferente, estas tendencias tam-
6;
l S,
-

bién se tomaron evidentes hacia fines de los ochenta en algunas de las 8


principales ciudades del mundo en desarrollo que se integraron a varios $!
mercados mundiales: Sao Paulo, Buenos Aires, Bangkok, Taipei y Ciudad
de México son algunos ejemplos (véase, para mayor detalle, Sassen 1994; S!
Knox y Taylor 1995). También fueron centrales para el desarrollo de este
nuevo núcleo en estas ciudades la desregulación de los mercados financie-
ros, la influencia de los servicios financieros y especializados y la integra-
ción a los mercados mundiales, la especulación inmobiliaria y la
qentrificacióm comercial y residencial de altos ingresos. La apertura de
los mercados de valores a los inversionistas extranjeros y la privatización
de empresas del sector público, han sido arenas institucionales cruciales
para esta articulación. Dado el enorme tamatio de algunas de estas ciuda-
des, el impacto de este nuevo complejo económico no ha sido siempre tan
evidente como en Londres central o Francfort, pero la transformación ocu-
rrió.
Acompañando estas elevadas tasas de crecimiento en los servicios al
productor, estuvo el incremento en los niveles de especialización laboral
en el área de servicios financieros y de negocios en las principales ciuda-
des durante los anos ochenta. Hoy día existe una tendencia generalizada
hacia una elevada concentración financiera y de ciertos servicios al pro-
ductor en las áreas centrales de los principales centros financieros interna-
cionales en el mundo: desde Toronto y Sydney hasta Francfort y Zurich
estamos presenciando en estas áreas una creciente especialización en fi-
nanzas y servicios conexos. Estas ciudades han surgido como importantes
productoras de servicios para la exportación, con una tendencia hacia la
especialización? Nueva York y Londres son productoras y exportadoras
de punta en servicios financieros, contabilidad, publicidad, consultorías en
gestión, servicios legales internacionales y otros servicios de negocios. A
modo general, del total del empleo del sector privado equivalente a 2.8
millones de puestos de trabajo en la ciudad de Nueva York en diciembre de

' Las principales economias en el mundo desarrollado despliegan un padrón similar


hacia una fuerte concentración de la actividad financiera en un centro: París en
Francia. Milán en Italia, Zurich en Suiza,Frankfurt en Alemania, Toronto en Cana-
d6, Tokio en Japón. Amsterdam en Holanda y Sydney en Australia. La evidencia
también muestra que la concentración de actividad financiera en tales centros princi-
pales en realidad se ha inmementado en la ÚItima década. M.en Suiza.Basilea solía
ser iin centro Iinoncwxo muy imporiants que ha sldo cumpletamentr cnsombrec~do
por Zurich y Montreal cwrtamentc Era el otro centro principal
~. en GnadS dos d2ca
das atrás, siendo ahora alcanzado por Toronto. De manera similar, en Japón. Osaka
fue alguna vez un competidor mucho m65 poderoso, con Tokio en los mercados
financieros. en relación con lo que he hacia fines de los ochenta.
1995, casi 1.3 millones estaban orientados a la exportación (nacional e
internacional). Ciudades como Nueva York están entre los mercados inter-
nacionales más importantes para estos seivicios, siendo ésta la mayor
fuente de servicios de exportación en el ámbito mundial.
Existen también tendencias hacia la especialización entre distintas
ciudades al interior de un país. En los Estados Unidos, Nueva York es líder
en cuanto a bancos, seguridad, administración industrial, contabilidad y
publicidad. Washington va adelante en servicioslegales, computación y pro-
cesamiento de información, gestión y relaciones públicas, investiga-
ción y desarrollo y organizaciones con afiliación de miembros. Nueva York
está más estrechamente especializada como centro financiero y de nego-
cios y centro cultural. Algo de la actividad legal concentrada en Washing-
ton está en realidad sirviendo a los negocios de la ciudad de Nueva York,
que tienen que seguir procedimientos legales y regulatorios, de lobby,
etcétera. Estos tienden a establecerse en la capital nacional.'
Es importante reconocer que la industria manufacturera permanece
como un sector económico crucial en todas estas economías, aun cuando
pudo haber cesado en algunas ciudades.

m----* ...-".
-.--- " ----.-----a- .--A-

Surge un nuevo marco teórico

Ahora sabemos, a partir de trabajos inéditos y de una diversidad de


publicaciones, que a comienzos de los años ochenta algunos especialistas
comenzaron a estudiar ciudades en el contexto de la globaliia~ión.~ Pero
es un articulo en particular, J h e World City Hypothesis., de Friedmann y
Goetz (1992), el que marcó una nueva fase. Este artículo tomó varios
elementos que estaban surgiendo en la literatura de investigación sobre
ciudades, en relación con la economía global, la inmigración y algunas
otras materias, y procuró formalizarlos en diversas proposiciones acerca
del significado de la economía global para las ciudades. Los elementos
claves en este marco fueron la aparición de varias ciudades wmo puntos de
base para el capital global, una jerarquía (aunque cambiante) de tales ciu-
dades y las consecuencias sociales y políticas que tuvieron para ellas el
hecho de ser tales puntos de base.
Hacia mediados y fines de los ochenta, presenciamos los comienzos
de una producción de investigaciones concernientes a algunas de estas

Las principales economias en el mundo desarrollado despliegan un padrón similar


hacia una fuerle concentración de la actividad financiera en un centro: Parir en
Francia. Milán en Italia, Zurich en Suiza. Frankfurt en Alemania. Toronto en Cana-
d6. Tokio en Japón, Amrterdam en Holanda y Sydney E- Aurhalia. La evidencia
también muestra que la concenhación de actividad financiera en tales centros princi-
d e s en realidad se ha incrementado en la última década. M . m Suiza. Basilea solia
ser un centro financiero muy imporlante que ha sido completamente ensombrecido
por Zurich. y Montreal ciertamente era el otro centro principal en Canadá dos déca-
das atdr. riendo ahora alcanzado por Toronto. De manera similar, en Japón, Osaka
fue alguna vez un competidor mucho más poderoso. con Tokio en los mercados
financieros, en relación con lo que fue hacia fines de los ochenta.
WALTON 1982: Ross y T R ~ C H T1983;
E MEVER1984; GLICKMAN 1984; COJAet al.
1983, THNFT1987; HILLY FEAGW 1984, BROWNING y R m m s 1980: SASSW 1982.
proposiciones, desarrollándose con bastante autonomía de la noción sobre
la Hipótesis de la Ciudad Mundial. Esta literatura genera un número de
coneibuciones espec<ficasa los análisis comparativos de ciudades, al co-
mercio internacional de servicios y su impacto en las ciudades, e t ~ é t e r a . ~
En el mismo momento vemos también una investigación más explícita
sobre el tema de las ciudades en la economía global, induyendo una ela-
boración del marco presentado en la Hipótesis de la Ciudad Mundial, pero
además, en el contexto de un trabajo bastante independiente, el notable
trabajo de Thrift y sus asociados.' La proposición de Thrift (1987) sobre
la formación de una economía intermedia, la investigación sobre los servi-
cios al productor (por ejemplo, Noyelle y Stanback 1984) y la economía
de oficina (Daniels 1985)son contribuciones en extremo importantes acerca
de las cuestiones sobre la organización de la economía y sus repercusiones
espaciales; estas fijan el cimiento para mucha de la literatura posterior.
Con los libros de Castells (1989), King (1989) y Sassen (1991), lo
que había sido una hipótesis a comienzos de los ochenta se transformó en
una teorización y especificación empírica a cabalidad. Estos tres libros
agregan proposiciones importantes al marco general: la proposición de
Castells en el sentido de que la globalización, así conformada hoy día, ha
engendrado un espacio de corrientes que reconfiguran el poder económi-
co y político; la proposición de Sassen en términos de que no es simple-
mente un asunto de coordinación global, sino de producción de capacida-
des de control global y que las indagaciones a través de esta línea nos
permiten entender el papel de las ciudades globales; y así muchas otras.
Es importante distinguir, entre esta literatura, otra más amplia y an-
terior sobre ciudades mundiales, principalmente representada por el tra-
bajo de Peter Hall ya en los anos sesenta, y una nueva literatura acerca de
las megaciudades. Estas no consideran el hecho de la globalización y la
centralidad de redes como variables cmciales. La primera de ellas, sobre
ciudades mundiales, se acerca más a la noción de capitales de imperios:
una ciudad en la cima de la jerarquía del poder. En la literatura actual
sobre ciudades globales, el factor determinante es el de una red global de
ciudades transfronterizas que funcionan como sitios estratégicos para las
operaciones económicas globales. No existen entidades tales como una
ciudad global por sí sola - c o m o el caso de la capital de un imperio-. Por
definición, la ciudad global es parte de una red de ciudades. De manera
similar, hay que diferenciar entre una literatura más antigua enfocada ha-
cia las ciudades mundiales del pasado - c o m o el trabajo de Braudel y-
otros estudios anteriores sobre centros principales del comercio y la banca
m u n d i a l e s y la literatura actual, al historizar la economía mundial y es-
pecificar lo que hoy es distinto. Finalmente, necesitamos distinguir entre

(véase varios capítulos en dos colecciones recientes) KNOXy TAYLOR 1995.


' TIMBERW 1985; FRIEDMANN 1986; KNOX y TAYLOR 1995; ABU-LUGHOD 1995; ALE-
cpin 1992; Doucws 1993; FWITR y HILL1993; DRWNAN 1992; ENRoPwr IrrsTimE
OF UR8P.N AFFNRES 1992; FWITA 1991; HENDERY~N y CA~TFLLS 1987; KNICHTy &R~ZT
1989; Kowmic~y CAMPANAWO 1986; LOCAN y SWANSTROM 1990; MACHIMURA 1992;
MEYFR1991; Ro~mcuny FEACW1986; SACHAR 1990; Scon 1988; SMITHY FEAGIN
1987; STRWy W ~ 1989; E TER^^ et a l 1988.
una literatura muy específica sobre ciudades globales y mundiales en la
actualidad y vanas okas que, directa o indirectamente, contribuyen a nuestra
comprensión de estas ciudades, especialmente la investigación sobre ser-
vicios al productor.
A mediados de los noventa, el tema surgió claramente como un campo
bastante amplio para la investigación, con investigadores en diferentes
disciplinas y países trabajando sobre la materia. Podemos ver esto en la
diversidad de autores y temas en varias colecciones que tratan sobre el
estado actual de la técnica, de manera notable en Fainstein et al. (1993),
Knox y Taylor (1995),Noller et al. (1994) y muchos otros que elaboran,
critican y amplían la base empírica y, en general, avanzan sobre este pro-
yecto teórico y metodológi~o.~ Podemos verlo también en varios libros
nuevos que fijan el escenario para una investigación fuertemente enfoca-
da en variable específicas, distinguiéndose Fainstein (1993),Keil (1993) y
Pozos (1996),entre otros. También presenciamos la creación de diversas
series de libros de varios editores en diferentes países: las series sobre
Ciudades Mundiales editadas por Knox para la Temple Universiiy Press,
las series editadas por Milton Santos y sus colegas en Sao Paulo para
Hucitec, y las editadas por Martin Wentz para Campus Verlag, son solo
algunas
No es únicamente el crecimiento de la literatura de investigación,
sino también el crecimiento de un cuerpo de respuestas críticas y análisis
lo que señala la fuerza y el vigor de este campo de estudio. Solo hay
espacio aquí para una breve mención, una suerte de guía para la crítica: el
examen crítico de Logan y Swanstrom (1991) acerca del peso excesivo
otorgado a los procesos estructurales globales, al comparar los factores
internos y externos que dan forma al desarrollo económico de la ciudad; las
críticas de Waldinger (1988) y Hammet (1996) a la proposición de Sassen
de que la globalización ha contribuido a la polarización social y económica
en las ciudades globales; la crítica de Markusen y Gwiasda (1995) sobre la
noción de que Nueva York está a la cabeza de la jerarquía urbana de los
Ectados Unidos, y cómo una comparación con Washington muesh.a que
esta última tiene un nivel superior de especialización respecto de Nueva
York en muchos servicios especializados superiores, sobre todo en servi-
cios legales; la crítica de Michael Peter Smith sobre la literatura que niega
el transnacionalismo de base y los nuevos tipos de formación política y de
identidad que esto trae; la crítica de Beauregard (1995)acerca de las varia-
bles explicativas de los cambios en el ambiente construido y en la industria
inmobiliaria; la crítica de Simon (1995) acerca de la negación de la nota-
ble periferia en África; y muchos otros.
Hay dos tipos de literatura especializada que se intersecta con este
cuerpo de investigación sobre ciudades y economía global, y que en reali-
dad lo invocan o utilizan regularmente para desarrollar sus argumentos.

Son importantes lar coleccioneseditadas por KNca y TRVLOR 1995; BROXHIE e1 al. 1995;
Kwc 1996: FINITA y HIU 1993; WENTZ1991. WIS~ENSCHAFT FORUM 1995; YEUNC1996;
los libros de la Universidad de las Naciones Unidas. Habtía que mencionar también
que otras colecciones impresionantes, aunque no enfocadas hacia la hipótesis de la
ciudad mundial. fienen múltiples capihdor dedicados al tema de las ciudades y la eco-
nomía global y su literatura. Véase. por ejemplo, COHEN et 01. 1996; LEGATE1996.
Por una parte están los estudios antropológicos y culturales sobre
transnacionalidad, globalización y formación de identidad: y por otra los
estudios de los geográfos económicos regionales sobre economía global,
que también se enfocaron hacia las ciudades. En los últimos años ha habi-
do un nuevo interés en La materia por parte de los geógrafos.
En términos de método, se han desarrollado algunas estrategias.
Quizás el método cuantitativo más ambicioso sea el esfuerzo de Smith y
Timberlake (1995),quienes conceptualizan las áreas urbanas como nodos
centrales dentro de redes múltiples de flujos económicos, sociales, demo-
gráficos y de información. Ellos utilizan la metodología de análisis de redes
a través de dos parámetros. Uno es la equivalencia estructural o relaciona1
entre actores (ciudades) en una red; el segundo es la centralidad. Ambos
se relacionan con algunas proposiciones desarrolladas en la literatura so-
bre ciudades en la economía global. Puede que exista la información nece-
saria sobre flujos interciudad, pero tomará mucho trabajo constituir los
grupos de datos requeridos. Hill, inspirado en el trabajo de Wallerstein,
McKenzie y Hymer (1972), hace un llamado a centrarse en los &temas
globales de producción. que vinculan lugares a través del globo, en una
división del trabajo crecientemente integrada de forma vertical. David Mayer
(1986)ha desarrollado un análisis cuantitativo de la distribución de sucur-
sales de bancos internacionales que vinculan ciudades en varias regiones
del mundo con los centros financieros mundiales y entre sí.
Castells (1989) y Sassen (1991) han desarrollado diversas técnicas
de análisis que van desde métodos para comprender el lugar que corres-
ponde a las ciudades en los mercados globales, hasta ampliar la represen-
tación de lo global. En La ciudod informacional y La ciudod global, los
autores buscaron establecer con bastante amplitud cuál es el orden de
los conjuntos de datos que pueden incorporarse al análisis de este tema,
desde los flujos internacionales de capital e información hasta los efectos
sociales muy localizados. Este fue un esfuerzo para oponerse a la simplifi-
cación de las estimaciones principales que subrayan la dispersión global de
actividades y telecomunicaciones, y excluyen a la mayoría de los aspectos
sociales. Los .circuitos espaciales para la instalación de operaciones eco-
nómicas~de Sassen buscan capturar la diversidad de empresas, trabajado-
res y culturas de trabajo que conforman las principales industrias de infor-
mación. El espacio urbano puede dibujarse en términos de estos circuitos
para todo un segmento de industrias orientadas al mercado global.
Las técnicas de análisis de datos tradicionalmente utilizadas por los
geógrafos económicos pueden ayudar. Por ejemplo el estudio que hizo
Wheeler (1986) sobre la dispersión de seniicios financieros de más alto
vuelo a lo largo de la jerarquía urbana de los Estados Unidos, encontró que
esta dispersión había avanzado en proporciones bastante menores que las
sedes centrales de otras grandes corporaciones. Esto le permite afirmar
que las corporaciones tienden a elevarse en la jerarquía urbana debido a
sus necesidades superiores de sewicios y bancos.

Véase, por ejemplo. diverros capitulas en YAEGER


1996: HOLSTON
1996; BAYH ef al.
1994.
..:. .... . .. .~ . . . , .,. . . ~. .. - ~

Agenda de la investigación y la teoría

Hay varios aspectos emergentes para la investigación y la teorización.


Algunos son estrictamente técnicos, mientras que otros son más amplios y
necesitan especificarse con más rigor, tanto teórica como empíricamente.
: Discutiré algunos con cierta profundidad y solo mencionaré otros.
i
1
i
.C
Aglomeración espacial en una economá global
ii
. ,

Entre las cuestiones más empíricas, hay varias que se relacionan con
aspectos locacionales en un contexto de globalización y telemática. Una
de las cuestiones centrales tiene que ver con las necesidades y opciones de
localización de diferentes tipos de sedes centrales y servicios al productor,
y hasta qué punto su dependencia mutua tiene una dimensión espacial. Es
común, en la literatura general y en algunas estimaciones más eruditas,
usar la concentración de sedes centrales como indicador de si una ciudad
es o no centro internacional de negocios. La pérdida de estas sedes es, en
consecuencia, interpretada como la declinación del status de una ciudad.
La utilización de esta variable como indicador es en realidad problemática,
dada la forma en que se clasifican las corporaciones.
Definir cuáles sedes se concentran en los principales centros interna-
cionales de finanzas y negocios, depende de un conjunto de variables.
Primero, el modo en que medimos o simplemente contamos las sedes
hace una diferencia. Frecuentemente, el parámetro clave es el tamaño de
la empresa en términos de empleo o ingreso g l ~ b a l . En
' ~ este caso, algu-
nas de las empresas más grandes del mundo son aún las manufactureras y
muchas de ellas tienen sus sedes principales cerca de sus complejos indus-
triales más importantes, lo que es poco probable que suceda en una gran
ciudad debido a las restricciones de espacio. Es posible que dichas empre-
sas, sin embargo, tengan sedes secundarias en las ciudades principales
para el desarrollo de funciones altamente especializadas. Además, mu-
chas empresas manufactureras están orientadas al mercado nacional y no
necesitan localizarse en ciudades. Si cambiamos el parámetro, los resulta-
dos pueden cambiar drásticamente: por ejemplo en el caso de la ciudad de
Nueva York, el 40% de las empresas estadounidenses con la mitad de su
ingreso por ventas internacionales tienen sus sedes centrales en dicha

lo Por ejemplo, utilizando iniorrnación sobre localización de redes coiporativas de las


doscientas cincuenta empresas estadounidenses más grandes en 1974, 1982 y 1989,
L v o ~ ys SAMON (1995) probaron variar de las hipótesislproposiciones cenhales acerca
de la naturaleza de las ciudades globales. Hallaron una concenhación cambiante de
sedes corporativas, con un grupo de ciudades regionales diverrificadas más pequefias
que ganaron lo que fueron pérdidas para las ciudades del tope, parhcularmente Nueva
York. Entre las ganadoras estaban Allanta, DalladFort Worth, Philadelphia y St. Louis.
Aunosf. la concentración más elevada de tales redescontinúa en NuevaYork, Chicago,
Los Angeles y San Francisco, que juntas cuentan con casi la mitad de las doscientas
cincuenta sedes más importantes (Véase también WARD1993 y 5- 1994: capitulo
41.
ciudad." Segundo, la naturaleza del sistema urbano en un país es un fac-
tor. La aguda primacía urbana tenderá a acarrear una concentración
desproporcionada de oficinas principales, no importando qué parámetro
se utilice. Tercero, puede que se combinen las diferentes historias econó-
micas y tradiciones comerciales para producir distintos resultados. Puede
ser, además, que la concentración de sedes centrales esté vinculada con
una fase económica específica.Necesitamos más investigación y parámetros
más complejos para comprender el impacto de la globalización y la
telemática sobre los patrones de localización de las empresas, y sus reper-
cusiones en el futuro de las ciudades globales.
Otro aspecto de localización con repercusiones urbanas se relaciona
con las condiciones para la aglomeración, largamente un rasgo central en
las economías urbanas. Por ejemplo, el proceso de producción en los
servicios corporativos avanzados se beneficia de la proximidad con otros
servicios especializados, sobre todo en los principales y más innovadores
sectores de estas industrias. La complejidad e innovación a menudo re-
quieren múltiples insumos muy especializados para diversas industrias. La
producción de un instrumento financiero, por ejemplo, necesita insumos
de contabilidad, publicidad, pericia legal, consultorías económicas, rela-
ciones públicas, dwfiadores e impresores. Las características particulares de
producción de estos servicios, especialmente de aquellos involucrados en
operaciones complejas e innovadoras, explican su pronunciada concen-
tración en las grandes ciudades. La rutinización ha sido siempre, y lo es en
este contexto, una fuerza que reduce la importancia de la aglomeración.
Las operaciones rutinarias pueden fácilmente dispersarse, pero al ser el
tiempo un factor esencial --como lo es hoy día en muchos de los sectores
principales de estas industrias-, los beneficios de la aglomeración son
aún extremadamente altos. ¿Podemos detectar cambios significativos en
la importancia de la innovación en estos sectores y, por ello, en las venta-
jas de la aglomeración?
Los actuales patrones organizacionales y de localización sugieren,
con fuerza, que la aglomeración de los sectores principales de servicios al
productor en las grandes ciudades en realidad constituye un complejo de
producción. Este complejo de servicios al productor está íntimamente re-
lacionado con el mundo de las sedes corporativas y a menudo se piensa
que ellos forman un complejo conjunto de servicios corporativos de sedes
centrales. Pero en mi ledura necesitamos distinguir entre ambos. Aunque
es verdad que esas sedes aún tienden a estar desproporcionalmente con-
centradas en ciudades, muchas se han mudado en las últimas dos décadas.
Las sedes centrales pueden en realidad localizarse fuera de las ciudades,
pero necesitan un complejo de servicios al productor en alguna parte para

" Uno de los patrones más claros es que la integración global de mercados y la
desregulación no necesariamente tuvieron efectos de dispersión de empresas y hol-
dings al punto de eliminar su concentración en localidades especificadas.Por ejemplo,
mientras había mucha dispersión, no fue suficiente para eliminar una concentración
desproporcionada de ciertos tipos de empresas en Nuwa York. Así. en 1992, varios
años después del crash de 1987, esta ciudad contaba con 51.2% de los activos, repre-
sentando US$835 mil 461.8 millones de las cien companías financieras diversificadas
top del país; la segunda concentración más grande era Chicago, con un, por lejos, más
distante 4,270 (US$231 mil 977 millones),seguida de San Francisco con 2,3%(~The
S e ~ i c 500~,
e brtune, mayo de 1996: 199-230).
comprar o contratar servicios especializadosy financieros.Además, las ofi-
cinas centrales de las empresas que tienen mucha actividad fuera del país o
en líneas comerciales muy complejas e innovadoras tienen a localizarse en
grandes ciudades. En resumen, las empresas con líneas de actividad más
rutinarias y mercados predominantemente regionales o nacionales parecen
: , tener crecientemente mayor libertad para mudarse o instalar sus oficinas
;' principales fuera de las ciudades. Las empresas en líneas de actividad muy
.! : competitivas e innovadoras y10 fuertemente orientadas al mercado mun-
. , dial ~ a r e c e nbeneficiarse de una localización central en los orinci~alescen-
C .
' tros internacionales de negocios, no importa cuán elevados sean los costos.
$i 3 Ambos tipos de empresa, sin embargo, necesitan un complejo de servi-
cios corporaivos localizados en alguna parte. Es posible que pierda
la crecientemente importancia el dónde esté localizado este complejo desde
t la perspectiva de muchas de estas sedes centrales, aunque no de todas.
1 Desde la óptica de las empresas de servicios al productor, ffi más probable
. .. que tal complejo especializado esté en una ciudad más que, por ejemplo, en
un parque suburbano de oficinas. Este último será más bien el lugar para
empresas de servicios al productor, pero no para un complejo de servi-
cios. Y solo un complejo de este tipo es capaz de manejar las demandas
corporativas más avanzadas y complicadas. Hay una extensa literatura en
los Estados Unidos acerca de la distribución espacial de funciones corpo-
rativas y servicios corporativos de alto nivel a lo largo del sistema urbano.
Aunque hay desacuerdos en los ámbitos teórico y empírico, la mayoría de
los estudios muestran un considerable crecimiento de estas actividades en
los años ochenta en varios niveles del sistema urbano (Noyelle y Stanback
1984; Wheeler 1986; Holloway y Wheeler 1991; Lyons y Salmon 1995;
Ward 1994).En el caso de las ciudades que son importantes centros inter-
nacionales de negocios, la escala, el poder y los niveles de utilidad de este
nuevo núcleo de actividades económicas son vastos. En este contexto, la
globaliación se vuelve una cuestión de escala y complejidad agregada, en
un proceso que también está teniendo lugar en niveles más bajos de la jerar-
quía urbana y con una orientación nacional o regional, más que global.

Espacio ypoder: la nueva centralidad


Puede proponerse una versión más teórica de estas cuestiones
locacionales en términos de centralidad. En cuanto a su función económi-
ca, las ciudades proveen algo que podemos pensar como economías de
centralidad-aglomeración, concentraciones masivas de información de úl-
tima generación y mercados. ¿Cómo alteran la globalización económica y
las nuevas tecnologías el papel de la centralidad, y con ello, de las ciudades
como entidades económicas?
La telemática y la globalización emergieron como fuerzas fundamen-
tales en la reorganización del espacio económico. Esta reorganización va
desde la virtualización espacial de un número creciente de actividades eco-
nómicas hasta la reconfiguración de la geografía del ambiente construido
para la actividad económica. Sea en el espacio electrónico o en la geogra-
fía del ambiente construido, esta reorganización involucra cambios
institucionales y estructurales.Uno de los productos de estas lransformacio-
nes ha sido capturado en imágenes de dispersión geográfica a escala global
y la neutraliiación de lugar y distancia a través de la telemática en un nú-
mero creciente de actividades económicas.
Pero ¿es acaso posible una economía espacial, carente de puntos de
concentración física, en un sistema económico caracterizado por una con-
centración significativa de propiedad, control y asignación de utilidades?
Otra manera de formular esto y que capta tanto la dimensión física como la
organizacional y de poder, es en términos de centralidad: ¿puede un siste-
ma económico como este operar sin centros? Más aún: ¿cuán lejos pueden
llegar estas formas de centralidad, constituidas en el espacio electrónico, en
reemplazo de algunas formas geográficasiorganizacionalesde centralidad?

El espacio electrónico:
ciudades globales y cadenas de valores globales
La vasta y nueva topografía económica que está siendo aplicada a
través del espacio electrónico equivale a un momento, un fragmento de
una cadena económica aún más vasta que está, en buena parte, inserta en
espacios no electrónicos. No hay una empresa completamente virtualizada
ni una industria completamente digitalizada. lncluso las industrias de infor-
mación más avanzadas, como las financieras, están instaladas solo en par-
te en el espacio electrónico. De La misma forma lo están las industrias que
generan productos digitales como las diseñadoras de software. La creciente
digitalización de las actividades económicas no ha eliminado la necesidad
de grandes centros internacionales financieros y de negocios y todos los
recursos materiales que estos concentran, desde el estado actual de la téc-
nica de la infraestructura telemática hasta los grandes talentos.
Sin embargo, y como ya se mencionó en el punto anterior, la telemática
y la globalización han surgido como fuerzas fundamentales, remodelando
la organización del espacio económico. La telemática maximiza el poten-
cial para la dispersión geográfica y la globalización impone una lógica eco-
nómica que maximiza las atracciones/ganancias de tal dispersión.
La transformación de los correlatos espaciales de centralidad median-
te nuevas tecnologías y globalización engendra toda una nueva problemá-
tica alrededor de la definición de lo que hoy día constituye la centralidad en
un sistema económico donde: i) una parte de las transacciones ocurre a
través d e tecnologías que neutralizan la distancia y el lugar, y lo hacen
a escala global; y ii) la centralidad ha estado históricamente incorporada a
ciertos tipos de ambiente construido y forma urbana, esto es, un distrito
central de negocios. Además, la nueva geografía de centralidad como he-
cho, aun siendo transnacional, contiene posibilidades de imposiciones
regulatorias que están ausentes en una geografía económica carente de
puntos estratégicos de aglomeración.
Hay al menos dos grupos de cuestiones sobre las cuales necesitamos
investigar más:

1)Los sectores económicosde punta que están altamente digital'ados


requieren de sitios estratégicos con vastas concentraciones de infraestructu-
ra, recursos laborales, talento, construcciones. Esto es válido tanto para el
caso de las finanzas como para las industrias de multimedia que utilizan
procesos digitales de producción y generan productos digitalizados. ¿Cuál
es el rango de articulaciones-y su expresión espacial- entre lo virtual y el
actual componente organizacional? ¿Cuáles son las repercusiones para
el espacio urbano?
2) Las severas inequidades existentes en la distribución de infraestmc-
tura para el espacio electrónico -sean redes computacionales privadas o la
red-, en las condiciones para acceder al espacio electrónico y, dentro de
este, en las condiciones para acceder a segmentos y rasgos altamente pode-
rosos, están contribuyendo con nuevas geografías de centralidad tanto en el
suelo como en el espacio electrónico. ¿Qué significa esto para las ciudades?

EI Iugar de la industria en la nueva


economía urbana de servicios
Otro tema para investigar y discutir es la relación entre la industria y
los servicios al productor en la economía urbana avanzada (Drennan 1992;
Markusen y Gwiasda 1995).La nueva economía de servicios se beneficia
de la industria, puesto que esta alimenta el crecimiento del sector de servi-
cios al productor, pero lo hace aun estando localida en un área particular,
en otra región o fuera del país. Mientras que la industria, la minería y la
agricultura alimentan el crecimiento de la demanda por estos servicios, su
actual localización es de importancia secundaria en el caso de las empre-
sas de servicios a nivel global. Así, sea que una corporación industrial
tenga sus plantas fuera o dentro de un país, puede ser bastante poco
relevante en la medida que compre sus servicios a las empresas de alto
nivel.
En segundo lugar, la dispersión territorial de las fábricas, sobre todo
si son de carácter internacional, en realidad hace subir la demanda por
servicios al productor debido a la creciente complejidad de las transaccio-
nes. Esto agrega otro significado a la globalización: el crecimiento de las
empresas de servicios al productor centralizadas en nueva York, Londres
o París puede alimentarse de industrias localizadas en cualquier parte del
mundo en la medida que forme parte de una red corporativa multinacio-
nal. Vale la pena recordar aquí que mientras la General Motors estaba
usando mano de obra en otros países para su trabajo de producción, de-
vastando de esta manera la base de empleo en Detroit, su sede financiera
y de relaciones públicas en Nueva York estaba más dinámica que nunca y,
por cierto, ocupada como nunca antes.
Tercero, una buena parte del sector de servicios al productor se ali-
menta de las transacciones financieras y de negocios que, o bien nada
tienen que ver con la industria - c o m o es el caso en muchos de los merca-
dos financieros globales-, o para los cuales la actividad industrial es inci-
dental, como en muchas de las actividades de fusión y adquisición que en
realidad están centradas en compra y venta más que en la compra de
empresas manufactureras. Necesitamos bastante más investigación acer-
ca de variosaspectos particulares en esta relación entre industria y servicios
al productor, especialmente en el contexto de la dispersión espacial y de la
organización de la producción transfronteriza.
No disociada de la cuestión industrial está la importancia de la infra-
estructura convencional en la operación de sectores económicos que son
grandes usuarios de la telemática. Este es un tema que ha recibido poca
atención. La noción dominante parece ser que la telemática elimina la
necesidad de infraestructura convencional. Pero es precisamente la natu-
raleza del proceso de producción en las industrias avanzadas, sea que
operen global o nacionalmente, lo que contribuye a explicar el enorme
aumento en los viajes de negocios que hemos visto en todas las economías
avanzadas durante la última década. La oficina virtual es una opción mu-
cho más limitada de lo que un análisis puramente tecnológico puede suge-
rir. Ciertos tipos de actividades económicas pueden operarse desde una
oficina virtual localizada en cualquier parte. Pero para los procesos de
trabajo que requieren múltiples insumos especializados y una considerable
innovación y riesgo, la necesidad de una interacción directa con otras
empresas y especialistas se mantiene como un factor clave de localiza-
ción. En consecuencia, la metropoliación y la regionalización de un sec-
tor económico tienen límites que se disponen en función del tiempo razo-
nable de traslado a una ciudad o ciudades principales en la región. Lo
irónico de la era electrónica actual es que la antigua noción de región y las
viejas formas de infraesmictura vuelven a surgir para los sectores econó-
micos daves. Este tipo de región, en muchos sentidos, difiere de las antiguas
formas de región. Corresponde más bien a un tipo de centralidad -una
malla metropolitana de nodos conectados a través de la telemática-. Pero
para que funcione esta malla digital, la infraestructuraconvencional -ideal-
mente del tipo más avanzado- es también una necesidad.

Nuevas formas de marginaiidad y polarización


Los nuevos sectores de crecimiento, las nuevas capacidades
organizacionales de las empresas y las nuevas tecnologías -todos ellos
relacionados- están contribuyendo a producir no solo una nueva geogra-
fía de centralidad, sino también una nueva geografía de marginalidad. La
evidencia para el caso de Estados Unidos, Europa Occidental y Japón,
sugiere que será necesaria una acción y política gubernamentales para
reducir las nuevas formas de inequidad espacial y social.
Hay malentendidos que parecen prevalecer, en muchos de los comen-
tarios generales, acerca de qué es importante en un sistema económico
avanzado, en la economía de información o en la globaliación económica.
Muchos tipos de empresas, de trabajadores y lugares, tales como los servi-
cios industriales, que observan como si no pertenecieran a un sistema eco-
nómico avanzado, orientado globalmente y basado en la información, son
en realidad parte integrante de este sistema. Ellos requieren una política de
reconocimiento y apoyo: no pueden competir en los nuevos ambientes donde
los sectores de punta han pujado por precios y estándares, aun cuando sus
productos y empleo están en demanda. Por ejemplo, la industria financiera
en Manhattan, una de las más sofisticadas y complejas, necesita camioneros
para entregar no solo sofhuares,sino también mesas y ampolletas. y también
necesita operarios para mantenimiento y aseadores. Estas actividades y tra-
bajadores necesitan acceder a una vida decente si se quedan en la región
(véase, por ejemplo, Son'al Justice 1993; Competition and Change 1995;
King 1996).
Otra dimensión, no suficientemente reconocida, es el hecho de una
nueva dinámica de avalúo: la combinación de globalización y nuevas tec-
nologías ha alterado el criterio y los mecanismos a través de los cuales los
factores de producción, los insumos, bienes y servicios son avaluados y sus
precios calculados. Esto ha tenido efectos devastadores en algunas locali-
dades, industrias, empresas y trabajadores. Así, los salarios de expertos en
finanzas y las utilidades de las empresas de servicios financieros han au-
mentado rápidamente en los años ochenta, mientras que los sueldos de
los trabajadores y las utilidades de muchas empresas manufacturerastradi-
cionales se hundieron.

La ciudad global y el Estado nac~onai

La globalización ha transformado el significado de gobierno de las


economías y los lugares para ello (véase, como ejemplo, Mittelmann 1996;
Competition and Change 1995). Una de las propiedades claves de la
actual fase en la larga historia de la economía mundial es la influencia de
las tecnologías de información, el asociado aumento de la movilidad y la
liquidez del capital y la resultante declinación de las capacidades regulatorias
de los estados nacionales sobre los sectores claves de sus economías.
Una de las características de la actual fase es la reafirmación de la
importancia de las unidades subnacionales,sean estas las ciudades globales
o las regiones estratégicas, tales como Silicon Valley en California. Esto
indica la posibilidad de que el impacto de la globalización no puede simple-
mente reducirse a la noción del significado declinante de Ejtado nacional,
como a menudo se afirma; más bien es una triangulación de Estado nacio-
nal, economía global y localidades estratégicas -típicamente centros in-
ternacionales principales financieros y de negocios-. La relación estraté-
gica no es más la diada Estado nacional-economía global. El trabajo de
Taylor (1995) acerca de la naturaleza cambiante del concepto de territo-
rialidad en el moderno sistema mundial, y sus observaciones sobre estados
nacionales y ciudades, fijan una agenda para la investigación (véase tam-
bién Sassen 1996, primera parte).
El énfasis excesivo sobre la hipermovilidad y liquidez del capital es
una estimación parcial que tiende a oscurecer la relación entre política
externa, política local y economía global. Es una estimación que excluye,
por ejemplo, la posibilidad de una participación de facto de las ciudades
globales en la política y práctica económica internacional y, en conse-
cuencia, en la política externa, hasta el grado en que la política económica
s e ha vuelto una preocupación creciente en la política externa.
Adicionalmente, tiene el efecto de excluir una variedad de procesos globales
que se refieren realmente a la reterritorialiación de gente, de prácticas
económicas, de cultura. Las comunidades inmigrantes y las subeconomías
vecinales que a menudo forman, son un ejemplo de ello (Basch et al.
1994, SocialJustice 1993; véase también Holston 1996). La formación de
lazos y comunidades transnacionales a través de la inmigración levanta
toda una serie de elementos adicionales que tienen el efecto de desplazar
ciertas funciones políticas lejos de las relaciones internacionales entre estados
nacionales, hacia esferas privatizadas de individuos, hogares y comunidades.
Estamos presenciando, también, la formación de regiones trans-
fronterizas que están actuando crecientemente como unidades, no por su
coherencia sino por compartir un terreno espacial y organizacional (véase,
por ejemplo, Chen 1995 en Asia; Alegría 1992 sobre la región de Tijuana-
San Diego). La formación de una nueva d a s e transnacional* de gerentes
y profesionales (Sklair 1991) representa otra dimensión más de triangulación.
Con una definición más amolia. . . diversos eruditos están exolorando la
transnacionalidad desde abajo, un proceso particularmente evidente en las
ciudades globales (Srnith 1995).Finalmente, hay un debate emergente so-
bre el retorno del Estado-ciudad, dadas las condiciones que caracterizan a
las ciudades globales -una fuerte articulación con mercados globales y
múltiples formas de transnacionalidad, y una articulación debilitada con la
economía nacional y el Estado nacional-.
Estas transformaciones en aspectos claves del Estado moderno y del
sistema interestatal indican una apertura conceptual y práctica para la
inclusión de localidades que son estratégicas en la economía global y que
contribuyen a triangular lo que alguna vez fue una asociación de dos.

(Traducción de Claro Arditi)

ABU-UIGHOD, Janet Lippman


1995 ~ComparingChicago, New York and Los Angeles: Testing some World
Cities Hypothesesn. En Paul L. Knox y PeterJ. Taylar (eds.).World Cities
in a Worldsystem. Cambridge, UK: Cambndge University Press, pp. 171-
191.

ALEGR~A,Tito Olazabal
1992 Desamllo urlmno en la frontera Méxim-EstadosUnidos. México: Consejo
Nacional para la Cultura y las Artes.

AMIN. Ash y Kevin ROBINS


1990 ~TheRe-Emergence of Regional Economies? The Mythical Geography
of Fiexible Accumulation.. Enuironment and Planning-D: Society and
Space 8, 1 (marzo), pp. 7-34.

AMIN, Ash y N. THRIFT


1992 .Neo-Marshallian Nodes in Global Networh. International Journal
of Urban and Regional Research, 16 (41, pp. 571-87.

ARMSTRONG, W. y T. G. McGEE
1985 Theatres of accumulation: Studies in Lalin American and Asian
Urbanisation. London: Methuen.

ARRIGHI, Giovanni
1994 The Long Twentieth Centuy, Money, Power, and the Origins of Our
Xrnes. London: Verso.
ACCHER. Fran~ois
1995 Metopolis ou Uvenir des Villes. París: Editions Odile Jacob.

ASIAN WOMEN'S ACCOCIATION


1988 Wornen frorn Across the S e a s Migrant Workers in Japan. Tokyo: Asian
Wornen Association.

: BASCH, Linda; Nina GUCK SCHILLER y Cristina SZANTON-BLANC


, : 1994 Nations Unbound: Transnotionalized Projects ond the Delerritorialized
C 1
! Nation-State. NY. Gordon and Breach.
.-
lyl

BENKO, Georges y Mick DUNFORD (eds.)


, , 1991 Industrial Chonge and Regional Developrnent: The Transforrnation of
$I , New Industrial Spaces. London y New York: Belhaven PressiPinter.

BERNER, Erhard y Rudiger KORFT


, 1995 ~Globalizationand Local Resistance:The Creation of Localities in Manila
: t and Bangkob. lnternationol Journal of Urban and Regional Research,
vol. 19, N" 2. pp. 208-222.

BODY-GENDROT, S.
1993 Ville et Violence París: Presses Universitaires de France.

BODY-GENDROT. Sophie; Ernrnanual MA MUNG y Catherine HODIER (eds.)


1992 ~EnkepreneursEntre Deux Mondes: Les Créations d'Entreprises par les
Etranyzrj France E~rope.Arnfrique du Nolde juplenimto especu.
K e ~ , c .L..rol~L'eiinedes M,grarions Iix~rn<irwiiales.
"o. H. '1' 1 pp 5-8

BONACICH. Edna; Lucie CHENG. Norma CHINCHILLA. Nora HAMILTON y


Paul ONG (eds.)
1994 GlobalProduction: The Apparellndusty in thePacific Rim. Philadelphia:
Temple University Press.

BORJA, Jordi
1996 &ties: New Roles and Forrns of Governinp. En Cohen, et al. (eds.1.
Preparing for the urban future global. Washington DC: Wodrow Wilson
Center Press, pp. 242-263.

BRAKE, Kiaus
1991 Dienstleistungen und Raurnliche Entwicklung Frankfurt, Oldenburg:
Universitat Oldenburg. Stadt-und Regionalplanung.

BROWN, R. H.
1991 The Global-Economy Urban Hierarchy. Phoenix Branze Age Publishers.

BROWNING, Harley l. y Bryan ROBERTS


1980 drbanisation, sectorial iransforrnation and the utilisation of labour in
Latin Arnerican. Cornparatiue Urban Research 8 (11, pp. 86-104.

BURGEL. Galla y Guy BURGEL


1996 -Global Trends and City Politics: Friends or Foes of Urban Development?..
En Cohen et al. (eds.).Prepariny for the urban future global. Washington
DC: Wodrow Wilson Center Press, pp. 301-335.

CARREZ. Jean-Franqois
1991 Le déueloppeinent desfonctions tertiares internationales a Paris el dans
les rnétropoles regionales. Rapport au Premier Ministre. París: La
Documentation Franpise.

CASTELLS, M.
1989 The Inforrnational City. London: Blackwell
1972 La Question Urbaine. París: Maspero.
! ,

CASTEUS, Manuel y Aoyarna W K O


1994 ~Pathstowards the inforrnational society: Ernployrnent shucture in G-7
'2
1%. 1
countries, 1920-90". Internotional Labor Reuiew. vol. 133, N" 1,pp. 5-
33.
E'4
k- ,i
CME-DUNN, C.
S

-T i
1984 dlrbanization in the World System: New Directions for Research~.En s1
M.F? Srnith (ed.). Cities in Transforrnation, Beverly Hills: Sage. v8 1
a1
CLAVEL, P
1986 The Progressiue City. New Brunswick: Rutgers University Press.

COHEN. Michael A,; Blair A. RUBLE. Joseth S. TULCHIN y Allison M. GARLAND


(eds.)
1996 Preparingforthe Urban Future. Globol. Washington DC: Woodrow Wlson
Center Press (distribuido por The Johns Hopkins University Press).
1996 ~ T h eHypothesis of Urban Convergence: Are Cities in the North and
South Becorning More Alike in an Age of Globalization?~.En Cohen et
al. (eds.). Preparing for the urban future global. Washington DC: Wodrow
Wilson Center Press, pp. 25-38.

COMPETITION AND CHANGE


1995 The Journol of Global Business and Political Econorny, vol. 1, N" 1
(Hanuood Acadernic Publishers).

CORDIER, Jean
1992 ~Paris,place finaciere et bancaire~.En Berger, M. y C. Rhein (eds.).L'ille
de France el la recherche urbaine. STRATES-CNRS, Univ Paris 1 y Plan
Urbain-DATAR.

CHEN, Xiangrning
1994 Khicago as a Global Citym. Office 5. pp. 15-20.
1995 "The evolution of free econornic zones and the recent developrnent of
noss-national growth zones.. InternationalJournalof Urban andRegional
Raearch, 19 (4), pp. 593-621.

DANIELS, Peter W.
1985 Seruice Industria: A Geographiml Apparaisal. London and New York:
Methuen.
1991 aProducer Services and the Developrnent of the Space Economyn. En
Daniels. Peter W. y Frank Moulaert (eds.). The Changing Geography of
Advanced Producer Services. London y New York: Belhaven Press.

DAVISON. Cynthia C. (ed.)


1996 Anywise. Carnbridge, Mass: Mit Press and Anyone Corporation (New
York).

DEBAT (LE), LE NOUVEAU PARIS


1994 Suplemento especial, verano. París: Gallimard.
DELAUN=, Jean Claude y Jean GADRES
1987 Les Enjeux de la Societé de Seruice. París: Presses de la Foundation des
Sciences Politiques.

DOGAN. M. y J. D. KASARDA (eds.)


,- 1988 A World of Giant Cities. Newbury Park. CA: Sage
i
/
DOUGIASS, M.
I : 1993 ~ T h e'new' Tokyo story. Reshucturing space and the shuglle for place in
a wodd cityn. En K. Fujita y R.C. Hill (eds.).JapaneseCities in the World
Economy. Philadelphia: Temple University Press, pp. 83-1 19.

DRENNAN, Mathew P
1992 ~~Gateway Cities: The Metropolitan Sources of US Prcducer Sewice
! Exportsn. Urban Studies, vol. 29. 2, pp. 217-235.
1 :
'
'
' 1
.
DUNN. Seamus (ed.)
1994 Managing Diuided Cities. Staffs, UK: Keeke University Press.

EDEL. Matthew
1986 "Capitalism. Accumulation and the Explanation of Urban Phenomenai.
En Michael Dear y Allen Scoti (eds.). Urbanizocion and Urban Planning
in Capitolis Society New York: Methuen.

EL-SHAKHS, Salah
1972 ~Development.Primacy and Sptem of Cities". Journal of Deueloping
Areas 7 (octubre), pp. 11-36.

ERNCT. Rainer W.; Renate BORST, Stefan KRAETKE, Guenter NEST (eds.)
1993 Arbeiten und Wohnen in staedtischen Quartieren. Berlín: Birkhauser
Verlag.

EUROClTlES
1989 Documenb and Subjeds of Eurccities Confewnce. Barcelona. 21-22 de
abril.

EUROPEAN INSTITUTE OF URBAN AFFAIRS


1992 Urhnisation and the Fundions of Cities in the Eumpean Community: A
R e p o toCommission
~ of theEuropean CommunitiesDiredorate General
for Regional Policy (XVI).Liveipool: Liverpwl John Mwres University,
abril.

FAINSTEIN, Susan
1993 The City Builders. Oxford: Blackwell

FAINSTEIN, S.; l. GORDON y M. HARLOE


1993 Diuided City: Economic Restructuring and Social Change in London
and New York. New York: Blackwell.

FAINSTEIN, S.; N. FAINSTEIN, R. C. HILL. D. R. JUDD y M. P SMITH


1983 Restructuring the City. New York: Longman.

FEATHERSTONE. M. (ed.)
1990 Globo1Culture: Nationalism, Glohli&on andModernity. Newbury Park,
Ca: Sage.
FRIEDMANN, John
1995 ~Wherewe stand: A decade of world city researchn. En Knox, Paul y
Peter Taylor (eds.). World Cities in a World System. Cambridge, UK:
Cambridge University Press, pp. 21-47.
1986 J h e World City Hypothesisn. Deuelopment and Chonge 17, pp. 69-84.

FRIEDMANN, J. y G. WOLFF
1991 ~WorldCity Forrnation: An Agenda for Research and Actiona.
International Journal of Urban and Regional Research 15-1, pp. 269-
283.

FROST, Martin y Nigel SPENCE


1992 .Global City Characteristics and Ceniral London's Ernploymentn.Urban
Studies, vol. 30, N" 3, pp. 547-558.

RIJITA, Kuniko
1991 .A World City and flexible Specialization: Reshucturing of the Tokyo
Metropolis.. International Journal of Urban and Regional Research
15, 1, pp. 269-284.

FUJITA, Kuniko y R.C. H I U (eds.)


1993 Japanese Cities in the World Economy. Philadelphia: Temple
University Press.

FURCHS, Gotthard; Bernhard MOLTMANN y Walter PRIGGE (eds.)


1995 Myrhos Metropole. Franhfurt: Suhrhamp.

FWUR ANTERIEUR
1995 Suplemento especial: La Ville-Monde Aujourd'hui: Entre Virtualité
et Ancroge (editado por Thieny Pillon y Anne Quemen), vols. 30-32.
París: LHarmaitan.

GAD, Günter
1991 ~Toronto'sFinancia1 Districtn. Canadion Urban Landscapes-1, pp.
203-207.

GANS. Herbert
1984 Anerican Urban Theoy and Urban Are-. En lvan Szelencyi (ed.).
Cities in Recession. Beverly Hills: Sage.

GARCIA, Linda
1995 d h e Globalization of Telecomunications and Infomationn. En W~lliarn
J. Drake fed.). The New Infonnaiion Infmtrudure: Stmteaes for US
Policy. ~ e~ oir k~: w e n t i e t h ' ~ e n t u~yu n dPress, pp. 75-92:

GLICKMAN, Norman J.
1984 &ties and the international division of labor.. Presentado al Segundo
Congreso Mundial de la Regional Science Association. Rotterdam, 10
de junio.

GUCKMAN, N. J. y D. P WOODWARD
1989 The New Competitors: How Foreign lnveston are Changing the U.S.
Economy. New York: Basic Books.

HALL, Peter
1988 Cities of Tomornw. Oxford: Blackwell
1966 The World Cities. New York: McGraw Hill.
1964 Greater London. London: Faber and Faber

HALL, F! y D. HAY
1980 Growth Centers in the Eurvpeon Urban System. London: Heinemann
Educational Books.

HALL, S.
1991 eThe Local and the Global: Globalition and Ethnicity~.En Anthony D.
King (ed.). Current Debates in Art History 3. Culture, Globolization and
the World-System: Contemporaw Conditions for the Representation of
fdentity. Department of Art and Art History, State University of New
York at Binghamton.

HANNERZ, U.
1992 Culture Complexity. Studies in the Social Organization of Meoning.
New York: Columbia University Press.

HARDOY, J. E.
1975 Urbanizotion in Latin Americo. Garden City: Anchor Books.

HARDOY, J. E. y SAITERTHWAITE
1989 Squaffer Citizen: Life in the Urban Thiml World. London: Earthscan
Publications.

HARRISON, B. y B. BLUESTONE
1988 The Greot U-Turn. New York: Basic Books

HARVEY, David
1989 The Condition of Postmodernity. Oxford: Basil Blackwell.
1985 The Urbonization of Capital. Oxford: Blackwell.
1973 Social Justice ond the City. London: Edward Arnold.

HAUSSERMAN, Hartmut y Walter SIEBEL


1987 Neue Urbanitot. Frankfurt: Suhrkamp Verlag.

HENDERSON. Jeff y Manuel CASTELLS (eds.)


1987 Global Restructuring and Territorial Deueloprnent. London: Sage.

HILL, Richard Child y Joe R. FEAGIN


1984 ~Dehoitand Houston: Two cities in global perspectiven. Presentado
en la 79 Reunión de ASA, San Antonio, Texas, 29 de agosto.

HOLSTON. James (ed.)


1996 Cities and Citiienship. Suplemento especial de Public Culture. vol. 8,
N" 2.

HYMER. Stephan y Roberi ROWTHORN


1970 *MultinationalCorporations and lnternational OligopoIy.. En Charles P
Kindleberger (ed.).The International Coiporation. Cambridge. MA: MIT
Press.

JOURNAL OF URBAN TECHNOLOGY


1995 Suplemento especial: lnfomwtion Ted>nologiesandlnner-C~Cornmunitia,
vol. 3, N" 19 Fall.
KASARDA, John D. y Edward M. CRENSHAW
1991 ~ThirdWorld Urbanization: Dimensions, Theories and Determinantsn
Annual Reuiew of Sociology 17, pp. 467-501.

KASINITZ, Philip
df Canbbean New York: Black Immigrank ond the Politics of Roce.
T I

KATZNELSON, Ira
1992 Marxisrn and the City, Oxiord: Clarendon Press

KEIL, Roger
1993 Weltstadt-Stadt der Welt: Internationalisieng und lokale Politik in
Los Angeles Munster: Westfaelisches Darnpfboot.

KING. A. D.
1996 Urbanism, Colonialism, and the World Economy. Culture a n d
Spatial Foundations of the World Urban System. The lnternational
Libray of Sociology. London y New York: Routledge.
1995 (e$.) Representing the City. Ethnicity Capital and Culture in the
21 Centuy. London: Macmillan.
1990 Global Cities: Post-lmperialism and the Internationalization of
London. London: Routledge.
1984 The Bungalow: The Produdion of a Global Culture. London y New
York: Routledge y Kegan Paul.

KLOSTERMAN, Robert C.
1996 ~DoubleDutch: Polarization Trends in Amsterdam and Rotterdam after
1980.. Regional Studie, 30. 5.

KNIGHT, R. V. y G. GAPPERT (eds.)


1989 Cities in a Global Sociefy, Urban Affairs Annual Reviews (city): Sage
Publications vol. 35.

KNOX, Paul L. y Peter J. TAYLOR (eds.)


1995 World Cities in a World-System. Cambridge, UK: Cambridge Universiiy
Press.

KOWARICK, L. y CAMPANARIO, M.
1986 ~ S a Paulo:
o the price of world city status*. Deuelopment and Change,
17 (l),pp. 159-74.

KOWARICK, L.; A. M. CAMPOS y M. C. de MELLO


1990 .Os Percursos de Desigualdaden. En R. Rolnik, L. Kowarick y N. Sornekn,
SaoFbulo, Crise e M u d a n p 5ao Paulo: Bmsiliense.

KUNZMANN. K. R.
1994 d3erlin im Zenhurn europaeischer Staedtnehew En Werner Suss (ed.)
Haupktadt Berlin. Bond 1: Nationale Hauptstods Europaeische
Metropole. Berlín, Berlin Verlag, pp. 233-246.

KUNZMANN, K.R. y M. WEGENER


1991 The Pattem of Urbanisation in Western Europe 1960-1990. Report
for the Directorate General XVI of the Cornmission of the European
Communities as part of the study drbanisation and the Function of
Cities in the European Comrnunityn. Dortrnund: lnstitut fur Raumplanung,
15 de marzo.
LANDELL-MILLC, Pierre; Ramgopal AGARWALA y Stanley PLEASE
1989 Sub-Saharan Africa: Frorn Crisis to Sustainable Growth. World Bank.

LASH Scott y John URRY


1994 Economies of Signs ond S p c e . Thousand Oaks. Ca:Sage

W R A T O , M.; Y. MOUUER-BOUTANG, A. NEGRI y G. SANTILU


1993 Des entreprisa pas cornme les autra: Benetton en Italie. Le Sentier a
Paris. Paris: Publisud.

LeGATES, Richard T. y Frederic STOUT (eds.)


1996 The City Reader. London y New York: Routledge,

-.
.
%

1 1987 ~LargeAccountancy Firms in the U.L.: Spatial Developmentn. Documento


1 ' de trabajo, St. David's University College, Lampter, U.K., y University of

LOGAN, J. R. y H. MOLOTCH
1987 Urbon Fortunes: The PoliticalEcanorny of Place. Berkeley: University of
California Press.

LOGAN, John R. y Todd SWANSTROM (eds.)


1990 Beyond the City Limils: Urban Policy and Ecanomic Restructuring in
Cornparatiue Perspedive. Philadelphia: Temple University Press.

LOZANO, Beverly
1989 The inuisible Work Force: TransformigArnerican Business with Outside
and Horne-Based Workers. New York: The Free Press.

MACHIMURA, Takashi
1992 ~ T h Urban
e Restructuring Process in the 1980s: Transforming Tokyo into
a World Citya. Journol of Urbon and Regional Reseurch 16-1, p p 114-
128.

MARCUSE, Peter
1986 dbandonment, Gentrification, and Displacement:The Linkages in New
York C i b En Neil Smith u Peter Williams (eds.). Gentrification of the
City. Boston: Allen and Unwin

MARSHALL, J. N. et al.
1986 Uneuen Dewloprnent in theSemiceEmnorny: UnderstandingtheLocaiion
andRole of Producer Seruices. Report of the Producer Services Working
Par@,lnstitute of British Geographers y ESRC. agosto.

MAYER, Margit
~Shiftsin the Local Political System in European Cities since the 80s..
En Mick Dunford y Grigoris Kafkalas (eds.). Competition, Regulatbn
and &heNew Europe. London: Belhaven (en prensa).

MAZUSH. Bmce y Ralph BUULTIENS (eds.)


1993 Conceptualizing Global History. Boulder: Westview Press.

MEYER, David R.
1991 ~Changein the World System of Metropolises: The Role of Business
Intermediaries*. Urban Geography, vols. 12, 5, pp. 393-416.
1984 .,The world system of cities: relations behueen internationd financia1
rnekopolises and South Arnerican citiesn (sin publicar). Dep. of Sociology.
Brown University.

MITCHELSON, Ronald y James O. WHEELER


1994 ~ T h eFlow of lnformation in a Global Economy: The Role of the American
Urban System in 1990.. Annals of the Association of American
Geogrophers, 84 U), pp. 87-107.

MIRUMAN, James (ed.)


1996 Globalization: Critica1 Reflections. International Political Economy
Yeorbook, vol. 9, Boulder, Co: Lynne Rienner Publishers.

MORALES, Rebeca
1994 Flexible Production: Restructuring of the International Automobile
hdusty. Cambridge, UK: Polity Press.

MORALES, Rebeca y Frank BONlLLA (eds.)


Lotinos in o Chonging U.S. Economy: Cornporatiue Perspectiues on
Growing Inequality. Sage Series on Race and Ethnic Relations, vol. 7,
Newbury Park, CA: Sage Publications.

NAKABAYASHI, ltsuki
1987 &cial-Econornic and Living Conditions of Tokyós lnner C i t p Geogra-
phical Reports of Tokyo Metropoliton Uniuersity, N" 22.

NOLLER, Peter; Walter PRIGGE y Kiaus RONNEBERGER (eds.)


1994 Stadt-Welt. Frankfurt: Campus Verlag.

NOYEUE, T. y A. B. DUTKA
1988 Internotional Trade in Business Seruices: Accounting. Aduertising, Law
and Managemenl Consulting. Cambridge, MA: Billinger Publishing.

NOYELLE, T. y Thomas STANBACK, Jr.


1984 The EconomicTronsformotion ofAmericon Cities. Totowa, NJ: Rowrnan
and Allanheld.

ONG, Aihwa
1996 ~Globalizationand Wornen's Rights: The Asian Debate on Citizenship
and Cornmunitarisnism~~Documento presentado a la conferencia
k m . n sm and Globoliwtion, lnd Law School, Indtona Journolof Global
Legal Studies. suplemento especial

PERALDI, Michel y Evelyne PERRlN (eds.)


1996 ReseauxProdudifs et Temitoire Urbains. Toulouse: Presses Universitaires
du Mirail.

PORTES, A,; M. CASTELLS y L. BENTON (eds.)


1989 The Informal Economy: Studies in Aduonced ond Less Developed
Countries. Baltirnore: Johns Hopkins Univeisity Press.

PORTES, A. y M. LUNGO (eds.)


1992a n Cenbmmérim. Can J&. &da Rica: Fadtad Latinoame-
U r b m ~ ó en
;cana de ciencias %des-Flaao.
1992b Urbanización en el Caribe. San José, Costa Rica: Facultad Latinoameri-
cana de Ciencias Sociales-Flacso.
POZOS PONCE, Fernando
1996 Metrópolis en reestructuración: Guadalojora y Monterrey 1980-1989.
Guadalajara, México: Universidad de Guadalajara, Fondo para la
Modernización de la Educación Superior.

. . PRIGGE, Walter
S ?
a 1991 dweite Moderne: Modernisierung und stadtische Kultur in Frankfurtn.
En Frank-Olaf Brauerhoch (ed.). Frankfurt am Main: Stadt, Soziologie
.
3
S
g
;
und Kultur. Frankfurt: Vervuert. pp. 97.105.

PWKE, M.
1991 &n lnternational ciiy going global: spacial change in the City of Londonn.
Enuironment ond Plonning D: Society ond Space, 9, pp. 197-222.

RlMMER ROBERT, Bryan R.


1995 The Making of Citizens. Cities of peasonts Reuisited. New York: Arnold.

RODRÍGUEZ,Néstor P y J. R. FEAGIN
1986 d r b a n Specialization in the World Systernn. Urban AffoirsQuorferly, 22
(2),pp. 187-220.

RODWIN, L. y H. SAZANAMI (eds.)


1989 Deindustriolization and Regional Economic Tronsformation: The
Experience of the United Stotes. Winchester MA: Unwin Hyman.

ROINIK, R.; L. KOWARIK y N. SOMEKT (eds.)


slf Soo Paulo Crise e Mundap. Prefeitura de Sao Paulo.

RONNEBERGER. Klaus y Peter NOLLER


1994 eGlobalisierte Oekonomie und regionale Identitaet: Neuw Diesntleister..
En Martin Wents (ed.).DieZukunft des Staedtischen: Region. Frankfurt:
Campus Verlag, pp. 26-33.

ROCEN, Fred y Deidre MC FADYEN (eds.)


1995 Free Trode and Economic Restruduring in Latin Amerim. (A NACLA
Reader). New York: Monthly Review Press.

ROSS, Robert y Kent TRACHTE


1983 .Global cities and global classes: The peripheralization of labor in New
York Cityn. Review, 6 (3),PP. 393-431

ROTZER, Horian
1995 Die Elepolis: Urbonitot in digitolen Zeitalter. Mannheim: Bollmann

SACHAR, A.
1990 <Theolobal
" economv and world citiesn. En A. Sachar v S. Obers- .leds.).
.
The World Economy and the Spotial Organization of Power. Aldershot:
Avebury, pp. 149-60.

SÁNCHEZ. Roberto y Tito A L E G R ~


1992 .Las ciudades de la frontera norte.. Departamento de Estudios Urbanos
y Medio Ambiente. U Colegio de la Frontera Norte, Tijuana, México.

SANDERCOCK, L. y A. FORSYTH
1992 .A Gender Agenda: New Directions for Planning Theoryn APAJournol,
58. pp. 49-59.
SASSEN, Saskia
1996 Losing Control? Souereignty in an Age of Globolization. The 1995
Columbia University Leonard Hastings Schoff Memorial Lectures. New
York: Columbia University Press.
1994 Cities in a WorldEconomy. Thousand Oaks, California: Pine ForgeISage
Press.
1994a J h e Informal Economy: Between New Developments and Old
Regulations~.The Yale Low Journal, vol. 103, N" 8 (iunio), pp. 2289-
2304.
1991 The Global City: New York, London, Tokyo. Princeton University Press.
1982 ~Recompositionand peripheralization at the coren. Conternporary
Marxisrn, 5, pp. 88100.

SAVITCH, H.
1996 <Citiesin a Global Era: A New ~ a r a d i ~ for
r n the Next Millenium.. En
Cohen et al. (eds.). Preparing for the urban future global. Washington
DC: Wodrow Wilson Center Press, pp. 39-65.
1988 Post-lndustnol Cities. Princeton: Princeton University Press.

SAYER, Andrew y Richard WALKER


1992 The New Social economy: Reworking the Diuision of Lobor. Cambridge,
MA y Oxford, UK: Basil Blackwell.

SCOTT, Allen J.
1988 Metropolis: From the Diuision o j Lobor lo Urban Forrn. Berkeley:
University of California Press.

SHANK. G. (ed.)
1994 Japon Enters the 21' Century Suplemento especial de Social Justice,
vol. 21, N" 2 (verano).

SHEETS, R.G.; S. NORD y J. J. PHELPS


1987 The Impad of Seruice Industries on Underernployrnent in Metropoliton
conom mi&. Lexington, Mas: D.C. Heath and Company.
SIMON, David
1995 <The world city hypothesis: reflections from the periphery. En Knox,
Paul y Peter Taylor (eds.). World Cities in a World System. Cambridge,
UK: Cambndge University Press, pp. 132-155.

SINGELMANN, J.
1974 <TheSectoral Transformation of the Labor Force in Seven Industrialued
Counh.ies, 1920.1960.. Tesis Ph.D., University of Texas.

SINGELMAN, J. y H. L. BROWNING
1980 alndustrial Transformation and Occupational Change in the US, 1960-
70.. Social Forces 59, pp. 246-64.

SKLAIR, L.
1991 Sociology of the Global Systern: Social Chonges in Global Perspectiue.
Baltimore: Johns Hopkins University Press.

SMITH, David
1992 The Aporttheid City and Beyond. Urbonization and Social Change in
South Africa. London: Routledge, Witwatersrand University Press.
SMm-l. David A. y Michael TIMBERLAKE
1995 ~Citiesin global matrices: toward mapping the world system's ci@%stemu.
En Knok. Paul y Peter Taylor (eds.). World Cities in a World System.
Cambridge, UK: Cambridge University Press, pp. 79-97.

, .. SMITH. M. P y J. R. FEAGlN
S .. 1987 The Capitalist City: Global Restructuring and Territorial Deuelopment.
j_ L
London: Sage.
i, . -~
!E
SOCIAL JUSTICE
1993 Global Crisis. Local Struggles. Suplemento especial de Social Justice,
la; vol. 20. N" 3-4, otoño-invierno.
.% ;
2 8 : SOCIETES CONTEMPORAINES
i !; 1995 Suplemento especial: Urbaines. vol. 22123 (junio-setiembre). París:
,.3 :, CHarmattan.
i

L., COJA, Edward: Rebeca MORALES y Goesh WOLFF


1983 ~Urbanresmicturing: an analysis of social and spatial change in Los
Angeles.. Economic Geography, 59 (2).pp. 195-230

STANBACK, T. M. y T. J. NOYELLE
1982 Cities in Tronsition: ChangingJob Structures in Atlanta, Denuer; Bufilo,
Phoenix Columbus (Ohio). Nashville, Charlotte. New Jersey: Allenheld,
Osmun.

STIMSON, Robert J.
1993 ~Processof Globalisation and Economic Reshucturing and the emergence
of a New Space Economy of Cities and Regions in Australiax Fourth
lnternational Workshop on Technological Change and Urban Form:
Productive and Sustainable Cities, Berkeley, California, 14-16 de abril.

STORPER, Michael y Richard WALKER


1989 The Capitalist Imperative: Erritoy, Technology, and Industrial Growth.
Oxford: Blackwell.

STREN, Richard
1996 J h e Studies of Cities: Popular Perceptions. Academic Disciplines, and
Emerging Agendas.. En: Cohen y otros (eds.). Preparing for the urban
future global. Washington DC: Wodrow Wilson Center Press. pp. 392-
420.

STREN, R.E. y R.R. WHlTE


1989 African Cities in Crisis: Managing Rapid Urban Growth. Boulder, CO:
Westview Press.

TAYLOR, Peter J.
1995 %Worldcities and territorial states: the rise and fall of their mutuality, En
Knox. Paul u Peter Tavlor leds.). World Cities in a World Sustem.
Cambridge, ÚK: ~ambridgeuniv&ity Press, pp. 48-62.

TERESAKA. Akinobu y otros.


1988 J h e Transformation of Regional Systems in an lnformation Oriented
Societyn. Geographical Reuiew of Japan 61 (1). pp. 159-73.
THRIFT. N.
1987 J h e Fixen: The Urban Geography of lnternational Commercial Capital..
En J. Henderson y M. Castells (eds.).GlobolResh.uchinngand Territorial
Deuelopment. London: Sage.

TIMBERLAKE, M. (ed.)
1985 Urbanizotion in the World Econorny. Odando: Academic.

TODD, Graham
1995 ~GoingGlobal in the semiperiphery: world cities as political proyects.
The case of Toronto.. En Knox. Paul v Peter Tavlor . (eds.).
. World Cities
in a World Systern. ~ a m b r i d ~~e ~, : - C a m b r i University
d~e Press, pp.
192-214.

TOULOUSE, Chris
1993 ~Politics,Planning, and Class. The Sociologj of lnner City Development
in London and New York 1977-1992.. Tesis Ph. D., Columbia University.

UNITED NATIONS CONFERENCE on Trade and Development, Programrne on


Transnational Coiporations
1993 World lnuestment Report 1993: Transnational Corporations and lntegroted
International FI-oduction. New York: United Nations.

VIEILLARD-BARON, Heme
1991 ale Risque du Ghetto.. Fevrier, pp. 14-22.

VOGEL. David
1993 cNew York City as a National and Global financia1 Center~.En Martin
Shefter (ed.). Copita1 of the Arnerican Century: The national ond
International Influence of New York City. New York: Russell Sage
Foundation, pp. 49-70.

WALTON, John
1982 ~ T h international
e economy and peripheral urbanizationn. En l. Norman
y Susan Fainstein (eds.). Urban Policy under Capitalism. Beverly Hills,
Ca: Sage, pp. 119-35.

WALLERSTEIN, l.
1990 aCulture as the ldeological Battleground of the Modern World-System".
En Mike Featherstone (ed.). Globo1 Culture: Nationalisrn, Globalization
ond Modernity, London: Newbury Park, y Delhi: Sage.

WARD, Kathyn B. (ed.)


1990 Women Workers Restructuring, Ithaca, NY ILR Press.

WENTZ, Martin (ed.)


1991 Stadtplanung in Frankfurt: Wohnen, Arbeiten, Verkehr. Frankfurt, New
~ork:~~amp&.
1995 Wissenchaft Forum. Suplemento especial de Global City: Zitadellen der
Internationalisiening, vol. 12, N" 2 (junio).

WORLD BANK
1991 Urban Policy ond Economic Deuelopment: An Agenda for the 1990s.
Washington, DC.
VON PETZ, Ursula y Klaus M. SCHMALS (eds.)
1992 Metropole. Weltstadt. Global City: Neue Formen der Urbanisierung.
Dortmund: Dortrnunder Beitrage zur Raurnplanung, vol. 60. Universitat
Dortmund.

YEUNG, Yue-Man (ed.)


1996 Global change and the Commonuiealth. Hong Kong: lnstitute of Asia-
Pacific Studies, The Chinese Universitg of Hong Kong.

ZUKIN, S.
1991 Landscapes of Pouier. Berkeley: California University Press
los mercados ilegales e informales
de tierra urbana en america latina.
((estadode la cuestión))l

jallo a. calderón cockburn

Los mercados informales de tierras constituyen actualmente el canal


principal por el cual los pobres del tercer mundo acceden a un espacio
para edificar su vivienda y desarrollar otro tipo de actividades urbanas. Ello
muestra, en el contexto de un rápido crecimiento urbano mundial, dos
aspectos: que una parte significativa de la población no cuenta con ingre-
sos que les permitan cubrir los precios estructurados por el mercado for-
mal de suelo y vivienda y, por otro, que se vienen comercializando los
canales de acceso a la tierra para los pobres. La gente opta por tierras
baratas, aun a costa de los inconvenientes que representa la adquisición
de manera ilegal de un bien tan preciado. Tal resultado no es sólo produc-
to del movimiento anárquico en que se desenvuelven los agentes privados
al interior del conjunto social, sino también de debilidades en la función
reguladora que los estados deben cumplir. Un reciente informe de las
Naciones Unidas (CNUAH 1996) muestra los enormes costos sociales
que representa la mala administración de la tierra.
Las ciudades del tercer mundo, y de América Latina en particular.
enfrentan diversos problemas ligados a la tierra urbana y su propiedad,
que son parte de la base explicativa de los procesos de crisis urbana por
los que atraviesan. Entre las manifestaciones de dicha crisis se tiene las
malas condiciones de hábitat de las mayorías, los procesos de segregación
socioespacial a nivel intraurbano, los costos para la colectividad social y el
sector público, la mala gestión administrativa, etcétera. Más allá de dichas
manifestaciones, ampliamente conocidas por lo demás, la ingobernabilidad
consustancial a la crisis debe buscar un factor explicativo en la propia
problemática del mercado (legal e ilegal) de la tierra urbana.

' Este articulo se inspira en un trabajo presentado al Lincoln lnstitute o1 Land Palicy
(ULP) de Carnbridge en enero de 1998.
De hecho, el mercado (legale ilegal) de tierra urbana goza de especial
consideración para la explicación de las crisis urbanas, tal como se observa
en los diversos enfoques teóricos y discursos de hacedores de políticas. Más
allá de una necesaria contextualización de los interpretadores (como aca-
démicos, funcionarios, dirigentes sociales, etcétera), que no será posible
abordar aquí, es necesario ubicar dos posiciones referenciales para explicar
el papel del mercado. Por un lado, en términos académicos existe una co-
rriente crítica que encuentra explicaciones en la lógica general del mercado
de tierras, que se orientaría por agentes que buscan el lucro mediante la
obtención de ganancias y rentas, complementada por un débil e ineficaz
Estado y marco regulador. Esta interpretación asocia las estrategias de los
agentes privados, como los propietarios de tierras y los promotores inmobi-
liarios, con el marco general del modo de acumulación y las diversas mani-
festaciones del poder económico y político. Para otros, son más bien los
costos que impone la legalidad y un rígido marco regulador lo que explica
la economía informal, incluyendo aquí a los mercados de tierras. En este
caso, existirían excesos de regulación que deberían corregirse, mientras que
el desarrollo de un mercado privado de tierras (es decir, entre agentes pri-
vados), lejos de ser mal visto, se observaría positivamente pues removería
obstáculos 6premodernos~respecto al desarrollo y la dinámica de la econo-
mía.
Sin embargo, a pesar de las divergencias interpretativas, ambos pun-
tos de vista comparten una misma preocupación por la necesidad de redu-
cir y eliminar los mercados informales, así como de promover aquellos
mercados formales que garanticen mejores condiciones de hábitat.
Aquíse hará referencia a los mercados informales de tierras en América
Latina, asumiendo que la región, pese a su heterogeneidad, es un conjunto
urbano social dotado de elementos históricos comunes y que comparte,
entre mediados y fines del siglo xx, un agudo proceso de urbanización y
disminución de la población niral, mayor que en otros continentes del ter-
cer mundo. Entre sus particularidades intraurbanas se destaca la enorme
presencia de asentamientos irregulare es. habitados por pobres, un parque
de la vivienda deficitario, niveles destacables de segregación socioespacial,
etcétera.
Hoy sabemos que en América Latina el mercado informal e ilegal de
tierras se ha constituido en el principal mecanismo de acceso a la tierra,
superando a las invasiones que hacia los años sesenta se pensaba iban a
ser predominantes (Alvarado 1989; Duhau 1993). Dos grandes ejemplos
de muestra: Sao Paulo y Ciudad de México, que al año 2000 contarán
con 22,6 y 16,2 millones de habitantes respectivamente, constituyéndose
en la primera y tercera megalópolis del tercer mundo (y solo superadas
por Tokio con 28 millones), han asentado a la mitad de sus poblaciones
bajo mercados informales de tierras. Ello también ocurre en ciudades de
menor población (como Managua o San Salvador). U predominio de inva-
siones, en cambio, se da allí (como Lima o Caracas) donde el Estado desa-
rrolla o estimula mecanismos de acceso alternativos, básicamente legiti-
mando o incluso autorizando por vía administrativa las ocupaciones de
tierra. Se trata de excepciones y, en rigor, constituyen un tipo ubicado en
uno de los extremos posibles de una amplia gama de situaciones.
A pesar de la magnitud de tierra ofertada ilegalmente en América
Latina, el conocimiento sobre los mecanismos y condicionantes presentes
en su dinámica es aún pobre. Ello debido efectivamente a una serie de
razones vinculadas con la producción académica (predominio de otros te-
mas, dificultades objetivas para investigar, etcétera) pero también a la na-
turaleza amplia y compleja del objeto de estudio. En efecto, un esfuerzo
de síntesis remite por lo menos a dos grandes subtemas: en primer lugar,
el representado por la venta o el alquiler de porciones de tierra que pasan
de un uso rústico a otro urbano. En segundo lugar, una vez poseído el
suelo, a procesos de subdivisiones ilegales por propietarios, posesionarios
o arrendatarios, lo que se denomina la mercantilización del suelo y la vi-
vienda (Ramírez et al. 1992). A la larga, estas limitaciones dificultan la
realización de adecuadas gestiones públicas por el suelo. El "estado de la
cuestión. muestra que en general el tema de la tierra urbana es emergen-
te, y que otros temas (la urbanización en general, las políticas habitacionales)
han recibido mayor atención.
Para enfrentar este déficit de conocimiento, una tarea inicial debería
someter a revisión la producción bibliográfica existente. Este artículo se
basa en la revisión de estudios sobre mercados ilegales a los que se ha
tenido acceso, aunque se cuenta con referencias de otros trabajos. En la
revisión se encuentra una serie de constantes y elementos comunes (en las
temáticas, proposiciones, hipótesis, etcétera) que pueden aportar, en otro
momento, a la elaboración de un Programa de Investigación al respecto.

La comprensión de los mercados informales e ilegales de tierras re-


quiere entender el comportamiento del mercado de tierras en general.
Como cualquier otro, el mercado de tierras está gobernado por las fuerzas
de la oferta y la demanda, que determinan las dinámicas de las operacio-
nes y afectan los ajustes de los precios. Sin embargo, a diferencia de otros
mercados, la tierra no es un producto homogéneo; cada parcela es única,
con particularidades en localizaciones y atributos físicos, así como hay
actores diversos que a menudo tienen conflictivas agendas (Fawacque y
Mc Auslan 1992).
Ahora bien: afiadir al mercado de tierras los adjetivos informal e
ilegal agrega un elemento al acto en sí de una transacción económica: que
se viola o contraviene el ordenamiento jurídico. Conceptual y teóricamen-
te, la dimensión jurídica resulta siendo intrínseca al fenómeno de estudio.
En este punto se recoge una de las novedades del pensamiento urbano
social latinoamericano. Como ha puntualizado Azuela (1989),los estudios
urbanos han disociado, como si fueran dos entidades separadas e indife-
rentes entre sí, los procesos sociales urbanos de las instituciones jurídicas
que tratan de regularlos. Solo a costa de romper tal disociación es posible
mostrar que el orden jurídico impone condicionamientos objetivos a los
procesos sociales y que, por ello, también forma parte de la realidad so-
cial. Esta consideración representa un avance en la investigación, frente a
las limitaciones ofrecidas por la aproximación eshucturalista acogida en
los aíios setenta por la comunidad a c a d é m i ~ aEn
. ~ particular, aporta en el

Básicamente tiene que ver con un análisis que ditinguia niveles de infraestructura y

(41)
entendido de que en asuntos como la tenencia de la tierra, los derechos de
propiedad y el propio mercado de tierras, las dimensiones económicas y
jurídicas son intrínsecas, indesligables. Un ejemplo claro de ello son los
.derechos de propiedad.: nadie es dueño de una propiedad privada (bien
económico) *porque quiere>,sino porque existe un orden jurídico que asílo
sanciona.
11 En un nivel taxonómico también el abordaje de los mercados infor-
:i .
:
males requiere precisiones. En su actual estadio, la investigación urbana
8
C
latinoamericana usa de manera indistinta, y casi sin precisiones, cuatro
. ly
2 términos que aparecen como sinónimos e intercambiables: informal, ile-
gal, irregular y clandestino. Se requiere distinguir entre un calificativo ge-
.-o. neral y calificativos específicos que busquen dar cuenta de esta realidad
; amplia y compleja
1
Como calificativo general para los mercados de tierras se sugiere los
! términos ilegal e informal. Se considera ilegal aquella acción (realizada
,
a
,
I por el propietario, el poseedor o el promotor inmobiliario) que contravie-
ne expresamente las normas jurídicas existentes, sean aquellas señaladas
por el código civil (como que alguien venda una propiedad que no le per-
tenece) o por los códigos urbanísticos (como vender sin reserva de áreas
colectivas). Se considera informal, recogiendo los aportes de la sociología
de la economía, la acción de agentes económicos que no se adhieren a las
reglas institucionales establecidas o a quienes se les niega protección, y
que desarrollan actividades generadoras de ingresos o beneficios no regu-
lados por el Ectado. en un medio social en que se reglamentan actividades
similares. La precisión apunta a distinguir al interior de lo ilegal las activi-
dades criminosas (delitos)de aquellas vinculadas a actividades económicas
(lo informal) (Portes 1995).
En términos específicos, los mercados genéricamente denominados
informales e ilegales deben relacionarse con el marco normativo que ema-
na del sector público. Para un mejor entendimiento podría recordarse que
un mercado de tierras es legal cuando se ajusta a los requisitos estipulados
por el marco jurídico, expresado en los códigos civil y urbano. Ahora bien:
un mercado ilegal puede serlo porque se desarrolla al margen del control
público, o porque, aceptando sus reglas, hansgrede algunas de las nor-
mas. En el primer caso se trata de un mercado de tierras clandestino,
cuando no se solicitó autorización al sector público. En el otro caso se
trata de un mercado irregular, pues habiendo sido aprobado por la autori-
dad, su ejecución ocurre en desacuerdo con la legislación. Esta distinción
es importante porque permite, por ejemplo, mayores precisiones para
atender procesos de regularización de la tierra, tal como se ha sugerido a
partir del caso de Brasilia (Malagutti 1997).

superestmchira (el derecho formaba.parte de esta última). En la realidad. el derecho


no re mantiene corlérmente en un nivel sino que está en todos. imbricando modo de
producción y relaciones productivas (derechos de propiedad incluidos), ideología,
política y luchas sociales. Refiem. aunque no podernos extendernos aquí, al debate
enhe *estructuralistar franceses* e .historiógrafos ingleses.. y en especial al aporte
de E. P Thornpron a la discusión.
Un *estado de la cuestión. tiene una doble virtud: por un lado nos
permite reconstruir el movimiento de la realidad* del tema en cuestión y,
por otro, nos dice mucho acerca de los marcos interpretativos de investi-
gadores; ambos, elementos indesligables en la producción del conocimiento.
Aquí someteremos a revisión los textos sobre mercados informales de
tierra bajo el interés de saber cuánto aportan tanto a la comprensión de
sus procesos internos como a la producción de la esmictura de las ciuda-
des latinoamericanas.

Particularidades de las ciudades latinoamericanas


El estudio de los mercados informales de tierras, como parte de la
investigación urbana en general, ha partido de una aproximación históri-
co-estructural,que considera la historia de América Latina y su proceso de
acumulación caoitalista de~endientecomo un factor central en la ex~iica- .
ción de las condiciones que dificultan su desarrollo, y lo distinguen, entre
otros aspectos, de los niveles de vida alcanzados en los países industrializados
y desarrollados.
En el marco de esta apreciación, los investigadores han puesto énfa-
sis en ciertas características (rápida urbanización, urbanización sin indus-
trialización, pasado de dominación colonial) que la distinguen de procesos
de urbanización en otros lugares del planeta, particularmente de los países
de Europa y América del Norte. No obstante estos esfuerzos cornparati-
vos, que se abordarán seguidamente, pensamos que constituye una limita-
ción no establecer comparaciones con la urbanización de otras zonas del
tercer mundo con las cuales compartimos, entre otras características, la
gran presencia de los mercados informales de tierras. Solo se cuenta con
esfuerzos puntuales (Schteingart 1985).Por otro lado, la lectura global de
la problemática de los mercados ilegales e informales de tierra urbana en
las ciudades <<del Sur. del planeta (CNUAH, 1996),establece ciertas cons-
tantes y generalizaciones en las que resulta difícil identificar particularida-
des de América Latina. Ciertamente, un futuro estudio comparativo podrá
establecer las diferencias de América Latina respecto a elementos presen-
tes en otros contextos, como el África, en relación con el apego a los
patrones tradicionales de la tenencia de la tierra, la estruduración de las
ciudades y el cercano periodo de dominación colonial, el peso del derecho
consuetudinario, etcétera.
Ahora bien: entre los diversos elementos comparativos establecidos
entre América Latina y Europa y América del Norte, interesa mencionar
aquellos vinculados con la dinámica de los mercados informales de tierra:

a ) En América Latina, a diferencia del mundo desarrollado, existe


una distribución de ingresos extremadamente desigual, que condiciona un
frágil marco construido de sus ciudades. Así, si bien las ciudades se expar.-
den consumiendo áreas de uso agrícola, el proceso de edificación sobre el
suelo (la vivienda o casa, por ejemplo) es frágil por las restricciones que
impone la baja capacidad de consumo de grandes porciones de la pobla-
ción. Estas no pueden acceder a los mecanismos capitalistas modernos de
construcción de viviendas, o a los programas públicos, y, como conse-
cuencia, desarrollan procesos de autoconstrucción con las limitaciones am-
pliamente conocidas y estudiadas (Mathey 1992). El resultado, como lo
. . constatan obsetvadores del primer mundo, son ciudades a .medio cons-
: truir. o, para ser benévolos, Gen permanente constmcciónx Esta aprecia-
., ,
ción se confirma cuando se somete a revisión la información sobre los
: materiales de construcción utilizados y la cobertura de los sewicios urba-
:.g
& nos (agua, alcantarillado, transporte público, vías, etcétera). A ello contri-
-u
buye (actual e históricamente)una débil e ineficiente presencia del Estado,
que en los países industrializados desempeiia un papel de primer orden
(especialmente bajo el otorgamiento de subsidios, obras públicas, etcéte-
ra). Los estados no escapan a las condicionantes económicas del país. En
general, allí donde la gente es pobre, el Estado que los gobierna también
S carece de recursos económicos.
b) Mientras que en los países desarrollados existe un predominio del
régimen de propiedad privada en la tenencia del suelo, que despeja obstá-
culos a su comercialización, en América Latina existe una diversidad de
tipos de tenencias. Esto como expresión de una historia que, aunque en-
frenta vacíos en su comprensión, admite ciertos elementos comunes en
procesos como el despojo de tierras durante la dominación colonial (aun-
que paradójicamente también de distribución de tierras de uso colectivo);
la expansión de las haciendas sobre las propiedades indigenas colectivas,
durante la República, gracias a dispositivos liberales expedidos por las
oligarquias nativas en los siglos xix y m; las movilizaciones campesinas por
la recuperación de la tierra que, en algunos paises (México,Bolivia, Perú,
Nicaragua, etcétera), dieron lugar a procesos de reforma agraria que
(re)establecieronpropiedades colectivas. Esta historia actualmente se con-
densa en diferentes modos de tenencia que aparecen como parte de la
explicación de la emergencia de los mercados informales de tierra urbana.
Asimismo, generan un enrevesado régimen de propiedad que establece
situaciones en las que resulta dificil la aplicación estricta y convencional de
los marcos jurídicos (Cabrales 1995).
c) América Latina muestra también diferencias con el mundo desa-
rrollado respecto al modo en que la ciudadanía concibe y acepta el dere-
cho y el orden jurídico. Aquí, histórica y actualmente, el derecho, más que
un recurso para proteger a los ciudadanos de los excesos privados o públi-
cos, ha sido una herramienta al sewicio de las oligarquías nacionales para
vulnerar los derechos de una mayoría Esto fue particularmente
claro en relación con los derechos sobre la propiedad de la tierra: en
realidad el despojo de las tierras de campesinos pobres, durante los siglos
xix y m, por gmpos de poder económico acompañados de su corte de
abogados y jueces, no fue un asunto de novela. Más bien es una de las
explicaciones más recurrentes para la formación de grandes haciendas y
latifundios. Por ello, en especial en la percepción popular, el derecho es

El derecho tiene aquí una connontación ambigua. pues se le entiende como aparato
jurídico (de dominación racional) y como modo de representación de intereses de un
sujeto frente a otros.
un instrumento de aun otro. que -está arriban al servicio de la dominación
política e incluso de la explotación económica. Así, los jueces no necesa-
riamente son percibidos como garantía de orden y justicia, sino muchas
veces como instrumentos al servicio de los poderosos. Por todo ello, la
aceptación del derecho es frágil y permisiva, lo que debe ser seriamente
considerado por los investigadores, tal como ha sido advertido por
Farvacque y Mc Auslan (1992).Nada de esto niega que hoy movimientos
sociales y experiencias de poder local incorporen el derecho (e incluso su
producción) como parte de sus luchas y movilmciones.
d) En América Latina, por razones que tienen que ver con el manejo
patrimonial y clientelar del Estado por parte de las élites dominantes (oli-
garquías nativas y gobiernos militares), los recursos públicos y la toma de
decisiones se han concentrado en el ámbito del gobierno nacional o cen-
tral. Ello repercute en un manejo centralista del Estado y, a diferencia de
los países desarrollados, en contra de una mayor autonomía política y
económica de las instancias locales de gobierno. Esto contrasta con el
hecho de que sean los gobiernos locales, débiles y con relativa autonomía,
los que asumen la gestión del desarrollo urbano y los controles del suelo,
aplicando el marco tributario y urbanístico. Esta situación da lugar a per-
manentes cruces de dispositivos y pugnas por el poder que traban una
gestión eficiente. No obstante, concurren esfuerzos en favor de una des-
centralización del Estado (Colombia, Bolivia, Brasil).

Balance de la investigación urbana


En cuanto a la producción de la investigación urbana en América
Latina, se advierte una paradoja entre la ubicación teórica asignada a la
tierra urbana y el abordaje empírico insuficientemente desarrollado. Se-
gún la matriz teórica que sustenta la mayoría de los estudios desarrollados,
la tierra urbana es considerada el soporte de relaciones sociales y, por
ende, el soporte físico del desarrollo urbano. Sin embargo, su abordaje
empírico es débil y emergente, en especial comparado con otras-temáti-
cas.
Un reciente libro-balance sobre la investigación
- urbana en América
Latina (Stren 1995) muestra que las temáticas abordadas con mayor fre-
cuencia han sido las referidas al Droceso de urbanización en < oeneral. a las
políticas habitacionales y la autoconsmicción, al poder local y las relacio-
nes entre municipalidades y comunidades, entre otras. El tema del suelo
urbano, por su parte, es considerado emergente y, salvo excepciones en
algunos países (como México, Brasil y parcialmente Chile), no ha tenido
un desarrollo importante. Incluso se considera que nuestro nivel de cono-
cimiento sobre tenencia de la tierra es básico y general (Hardoy 1995:
24).
No obstante dicho contexto general, la lectura de la bibliografía exis-
tente: muestra algunas características comunes:

U proyedo del Lincoln lnstitute sobre mercados de tienas ha recopilado fichas bi-
bliográficas en doce paises. Requieren de un ejercicio reflexivo que considere la
sociolo@ del conocimiento.

(45)
a ) En términos teóricos, la investigación sobre tierra urbana desarro-
llada a partir de los años setenta en América Latina ha asumido como
referente los trabajos producidos por la denominada *escuela francesa de
sociología urbana,, (Topalov,Theret, Lojkine) e incluso en un plano teórico
ha realizado contribuciones (Jaramillo 1994) que sostienen la necesidad
i- de distinguir un marco analítico para el estudio de la tierra en general del
1 1
i : tema específico de la tierra urbana. Los estudios comparten el punto de
I.; partida del análisis crítico (un abordaje histórico eshuctural a partir de la
I;! división del trabajo social), ubicando el despliegue del capital como nudo
central explicativo en la demanda de tierra, y el predominio de la genera-
,
ción de ganancias y su articulación con la apropiación de rentas urbanas.
13 En esta consideración, el papel restrictivo del mercado formal de tierras
i.2 (fuera del alcance de las mayorías) resulta determinante en la explicación
i 1 de la crisis urbana. El instrumental teórico de los modelos de expansión de
l
, I
!
las ciudades, producidos en el mundo anglosajón y en Estados Unidos
i i
. (aproximación ecológica, análisis microeconómico, neoclásico, etcétera),
no ha tenido aquí mayor incidencia. Más bien existe una tendencia a re-
construir una teorización particular para la urbanización latinoamericana.
b) El estudio de la tierra urbana muestra el desarrollo de temáticas
como la estructura de la tenencia del suelo, el mercado del suelo y sus
efectos sobre la expansión urbana y la segregación socioespacial. Existe
-
una tendencia a ~rivileaiarel estudio de la situación de los sectores de
menores ingresos, considerando la presencia de una diversidad de agentes
como propietarios, promotores inmobiliarios, el Estado, etcétera.=El tema
de los precios en los mercados de tierras ha tenido un relativo desarrollo,
y su producción ha sido intermitente y deseshucturada (Rodríguez 1971;
Carrión 1987; Jiménez 1997).

En cierto modo, el relativo abordaje y el carácter emergente del tema


de la tierra urbana pueden explicarse por el predominio de estudios sobre
*vivienda-suelo. como una unidad temática. Así. la mayoría de los diag-
nósticos y las investigaciones abordan el .problema de la vivienda. en la
consideración de que la tierra es un componente suyo. De ese modo, el
interés por la producción de da casa. privilegia determinadas relaciones
establecidas en torno a ella, siendo que así se oscurecen las especificidades
de un bien como la tierra. Ello atenta contra un mayor entendimiento de la
~producción~ de la tierra urbana, de sus agentes y mecanismos, que cierta-
mente difieren de aquellos presentes en el proceso de edificación de la
vivienda. En efecto, mientras que el tema de la tierra urbana admite como
sus componentes esenciales la eshuctura de los propietarios, la situación
de la tenencia, la acción de los promotores inmobiliarios, el mercado legal
e ilegal, etcétera, la vivienda refiere más bien a sus modos de financiamiento
o construcción, respecto al cual se han elaborado conocidas tipologias
(producción capitalista en serie. estatal, producción por encargo,
autoconstrucción precapitalista, etcétera). En realidad se requiere un abor-
daje específico sobre la tierra urbana y otro sobre la vivienda, necesarios
para establecer sus nexos.

Enhe aquellos estudios que enfatikan más bien el estudio de la producción capitalista
inmobiliaria famal re tiene % m E l N m 1989.

(46)
Temáticas desttrroiiadaa
Considerando los estudios que han hecho hincapié en la tierra urba-
na como objeto de estudio, y que son emergentes, puede afirmarse que
existe información factual acumulada y reflexiones que sientan la base
para análisis formalizados. En el caso de los mercados ilegales e informa-
les de tierras, como la expresión lo indica, se trata de estudiar el intercam-
bio de un bien, la tierra, cuya transacción ocurre por fuera del marco legal
establecido. Ello convoca estudios que admitan una doble dimensión: eco-
nómica y jurídica. Lo relevante de América Latina no es que el mercado
de tierras sea imperfecto (tal es una característica estructural), sino el ele-
vado nivel de transacciones por fuera de la ley que aquí se produce.

a) Estructura de tenencia y mercado informal

Los estudios sobre mercados ilegales e informales de tierras han


mostrado interés por determinar el carácter de la estructura de la tenencia
de la propiedad en las franjas de expansión. Se han establecido tipos de
estructura de tenencia y de propiedad (privada, grande y pequeña; pública
y social-colectiva)y la emergencia de los mercados ilegales e informales.
En muchos países el mercado ilegal ha sido desarrollado por los propios
propietarios privados como un modo de generar ganancias y rentas a
partir de la evasión del costo que representan los requisitos urbanísticos.
Ello también ocurre con la propiedad de tipo social (en manos de ejidos,
cooperativas o comunidades indígenas) y con la propiedad pública. La
conclusión es que el recurso a la ilegalidad no es tributario de un tipo de
propiedad en específico, sino que cniza el comportamiento de diversos
propietarios.
En cuanto a la oferta ilegal de tierras por propietarios privados. la
estudiada experiencia de las *urbanizacionespiratas. en Colombia consti-
tuye un verdadero sparadigmau sobre el tema (Coupé 1993).
Asimismo, en ciudades de México o Perú está demostrado que en
momentos claves del proceso de urbanización (en los inicios, o como reac-
ción-efecto de la aplicación de reformas agrarias) los propietarios privados
ofertaron tierras de manera ilegal (directamente o a través de promoto-
res). De aquí puede deducirse que la acción mercantil ilegal no es solo
producto de la rigidez de los marcos reguladores, sino también de los
mecanismos económicos puestos en práctica para la obtención de ganan-
cias y rentas urbanas.
En cuanto a la oferta de tierras por poseedores colectivos, el tema ha
tenido un desaii-ollo importante en las ciudades mexicanas. En estas, cuando
la expansión urbana tocó las puertas de propiedades sociales-colectivas,
supuestamente inaiienables (como los ejidos y las comunidades), se produ-
jeron diversos mecanismos (a cargo de diferentes agentes) que dieron pie
a ventas ilegales (Schteingart 1989; Coulomb 1992). Situaciones pareci-
das, aunque con particularidades, ocurren en ciudades de Nicaragua, Hon-
duras o Perú.
Conviene advertir el uso laxo que en América Latina se otorga al
término propietario. Por él se considera no solo al propietario legal, sino
a quien <aparecen como tal, siendo así reconocido por la demanda de
menores ingresos. Este reconocimiento permite el acceso a un lote y otorga
legitimidad ejuridica,>a la posesión. Desde la perspectiva de la sociología
jurídica, lo crucial no es tanto fraccionar la tierra y venderla, sino aparecer
y ser reconocido como tal por los adquirientes. Se trata, en el contexto de
permisibilidad del derecho, de la existencia de un acto de voluntad (el con-
, trato de compra-venta,,, sin duda el más común) suscrito entre alguien que
aparece como propietario y el adquiriente. Este acto da lugar - e n caso de
' . que hubiese vendido efectivamente el propietario- a distinciones que el
y.
: habla expresa como da venta fue legal pero no se ajustó a los requisitos
O
municipales,>.Más allá de la ilegalidad a la que conduce una aproximación
-C1
integral del acto de transacción, el contrato de compra-venta. constituye,
3
-.o
: :.. ,
a posteriori, un elemento de defensa jurídica que distingue al adquiriente
de un invasor de tierra (Schteingart y Azuela 1990).
!
! b) Promotores inmobiliarios y mercado informal
/ '

Un particular papel ha correspondido a los promotores o corredores


inmobiliarios informales en la uenta ilegal de tierras. Como se sabe, el
promotor es el agente que actúa como nexo entre el propietario de la
tierra y la demanda de sectores de menores ingresos, articulando a ambos
y obteniendo, a cambio, una ganancia. No se trata ciertamente de los
promotores inmobiliariosfranceses, ampliamente estudiados, sino de agen-
tes sui generis cuya propia naturaleza es esquiva, aunque pueden distin-
guirse, gruesamente, agentes ~capitalistasnde ~precapitalistass.
- En el primer caso. y se alude por ejemplo a los urbanizadores piratas
de Colombia y los ~lotificadoresnde Brasil, se trata de agentes econó-
micos que adquieren tierra suburbana para introducirla al mercado a
través de mecanismos típicamente empresariales (propaganda, <<con-
tratos-tipo.). Estos promotores desarrollan una verdadera forma de
acumulación con una lógica interna que es preciso entender. Se trata
de capitalistas informales que buscan la acumulación y funcionan al
borde la ilegalidad, pero con una operación rigurosa, cálculo de cos-
tos y financiación h e t e r o d ~ x a Algunas
.~ interpretaciones, como las
de De Soto (1986),incluso obsewan con simpatía la labor de dichos
promotores o corredores, pues atienden a un segmento de la de-
manda no cubierto por la oferta privada formal y la pública.'
- En el segundo caso, se trata de agentes nirales rprecapitalistasn, como
los comisarios ejidales. mexicanos o las comunidades indígenas
(Schteingart y Azuela 1990), que venden la tierra de manera ilegal
pero que cuentan con una lógica de funcionamiento que escapa a los
patrones tradicionales de la gestión empresarial moderna.

En este marco, tan importante como la actividad económica en sí (la


venta ilegal de tierras) lo ha sido el conjunto de relaciones sociales estable-

Comunicación de Samuel Jaramillo en el 7mo EncuenhoNacionalde ANPUR. Recife.


mayo de 2997.
' Las reneriones de DESOTO1986 se distinguen de los apartes de la -comunidad acadé-
mica" latinoamericana. Plantea proP?iestas interesantes. en especial en su tratamiento
del derecho y su efecto en la economia. Se hata de una autoridad reconocida por
hacedores de política y la cooperación multilateral.
cidas en este tipo de operaciones entre promotores y adquirientes. Diversos
estudios (Chinelli 1980; Coupé 1993; Jiménez 1997) han subrayado las
redes sociales (social network) y las relaciones =cara a cara., así como gra-
dos de simpatía entre promotores informales y adquirientes, aunque esto
no debería generalizarse. Recordemos que, sociológicamente hablando, las
redes son modos informales -y no institucionalizados- de organización
social, construidos por vínculos que los individuos establecen en diversas
esferas de la vida diaria. A través de esos vínculos y de los derechos y las
obligaciones mutuas que su establecimiento supone, las personas acceden
a recursos materiales, información y apoyo emocional. De allí que, para
varios investigadores, los mercados ilegales existen no solo por razones eco-
nómicas (preciosbaratos y asequibles) sino por un tipo de relaciones socia-
les que otorga flexibilidad en los pagos, sistemas de créditos informales,
seguridad, etcétera.

C) Estado, políticas públicas y mercados ilegales

La actuación del Estado (sectorpúblico) y su incidencia en la dinámi-


ca de los mercados ilegales de tierras se produce en torno a una amplia
gama de situaciones. Frente a la tierra urbana, el Estado, por ejemplo:
- permite la disponibilidad de tierras para usos de utilidad pública o
interés social, mediante expropiaciones, adquisiciones, constitución
de reservas territoriales, etcétera. Las tierras afectadas pueden ser
privadas, públicas o colectivas;
- regula el uso del suelo a través de un marco jurídico que se expresa
en códigos urbanísticos referidos a los requisitos formales de urbani-
zación (reserva de áreas de equipamientos, habilitaciones urbanas,
procedimientos) y códigos civiles, referidos al respeto y la defensa de
los derechos de propiedad privada o colectiva;
- interviene en la fijación de precios de suelo y apropiación de la renta
a través de leyes fiscales, valuación de predios, fijación de montos
expropiatorios, etcétera;
- valoriia el suelo a través a la creación de infraestructura y equipa-
mientos urbanos, generando beneficios marginales a ser apropiados
por propietarios de tierras y promotores inmobiliarios;
- hace intervenciones en torno a la tenencia de la tierra, como las
políticas de regularización y formalización de la propiedad, que bus-
can hacer legal algo en su origen ilegal, y transformar la propiedad
social en propiedad privada como un modo de eliminar obstáculos
premodernos en la dinámica de la expansión de las ciudades.

Algunos subtemas desarrollados en torno a esta amplia temática han


sido el costo del derecho y la informalidad; La oferta de tierra, los progra-
mas públicos de vivienda y los mercados informales; y los procesos de
regularización de la tierra. A continuación algunos detalles sobre ellos:

El costo del derecho y la informalidad

En general se supone que una intervención pública que regula, a


través del derecho, las condiciones de acceso a la tierra, representa un
costo para la habilitación y, por tanto, un componente que eleva el precio.
Según De Soto (1986),quien ha insistido en el tema al punto de ubicarlo
como el causante de las situaciones de ilegalidad en la actividad inmobilia-
ria, el derecho -y la formalidad, por ende- impone costos a los agentes
intervinientes. Si bien se trata de un análisis basado en un modelo hipoté-
tico de comportamiento racional de los pobres sugerido por el autor, la
p < <
idea es que el derecho y la formalidad imponen costos. Por tanto, los
pobres deben hacer un balance entre costos de acceso, es decir de condi-
ciones, trámites, etcétera. que deben cumplirse para que la actividad eco-
!C
;
nómica sea aceptada formalmente por el Estado, y costos de permanen-
i'& cia, necesarios para actuar en la formalidad. En términos generales, una
.j. economía informal se desarrolla como respuesta de los pobres a estos
-
.-
'o costos que los alejan del mundo de la formalidad, vinculado a lo que deno-
mina el carácter mercantilista del Estado. Estudios desde otras perspecti-
1 vas han corroborado la idea de los costos de la formalidad (Jiménez 1997;
: Rolnik 1997; Farvacque y McAuslan 1992), pero aún se está lejos de
, definir con precisión qué costos del derecho son innecesarios y cuáles
deberían mantenerse. Esto no solo por la complejidad que plantean los
marcos reguladores particulares en cada país, sino por el problema ético
que representa prescindir de la regulación, dando pie a la oferta de
fraccionamientos sin condiciones mínimas de habitabilidad.8
Ahora bien: la amplia temática del derecho tampoco debería reducir-
se a un asunto de costos. Entre otros aspectos, habría que mencionar el
derecho como función sancionadora. En general, al combatirse los merca-
dos ilegales, las sanciones recaen sobre los pobres adquirientes y no tanto
sobre los promotores ofertantes, pese a que jurídicamente estos últimos
tienen la responsabilidad. Se trata de disposiciones de funcionarios y jue-
ces que así lo deciden. Asimismo, debe considerarse el efecto en los mer-
cados ilegales de la inacción de los funcionarios para hacer cumplir las
regulaciones de la planeación, asunto a veces ligado a la obtención de
prebendas.

La oferta de tierra. los programas públicos de vivienda y los merca-


dos informales

Un aspecto importante de la intervención pública ha sido su papel


como ofertante de tierra y vivienda, o de tierra simplemente (lotes con o
sin sewicios). Ciertamente el desarrollo de este papel está sujeto al nivel
de desarrollo socioeconómico alcanzado por cada país, la función social
asumida por el Estado y la presión de los diversos grupos sociales. Aunque
con grados diferentes, los estados latinoamericanos han intervenido en el
mercado inmobiliario (tierra y vivienda) como ofertantes, dirigiéndose a
diversos estratos sociales, especialmente sectores medios y medios bajos.
Tal intervención, como lo muestran los estudios, tiene incidencias claras
en la estructuración de los mercados inmobiliarios, pues estos funcionan al
modo de vasos comunicantes, haciendo que allí donde la intewención

Como fue el caso de Buenos Aires hasta 1977: las regulaciones eran mínimas y se
desarrollaron fraccionamientos (ubicados en zonas inundables) inadecuados pero le-
galmente válidos que en el resto de América Latina eran ilegales. Esto dice mucho
sobre el carácter mlativo e históricamente cambiante del derecho.
pública es importante se reduzcan los mercados informales de tierras. Ese
es el caso, singular en gran medida, de la ciudad de Aguas Calientes en
México (Jiménez 1997)

Los procesos de regularización de la tierra


r-7

Resulta indudable que los procesos de regularización de la tenencia


de la tierra, cuya aceptación en las agendas públicas recién se establece de
manera consensual, tiene efectos directos en la dinámica de los mercados
informales de tierras. La regularización produce el paso de una tenencia
ilegal a otra de tipo legal, beneficiando a los hasta entonces posesionarios
con la entrega de títulos de propiedad individuales. Predomina la entrega
de títulos individuales, a excepción de algunas experiencias brasileñas (en
que se recurre a las concesiones reales del suelo). Esta política tiene efec-
tos en los procesos de mercantilización del suelo y la vivienda en los ba-
rrios pobres (Ramirez et al. 1992). El nivel de conocimiento alcanzado
sugiere la hipótesis de que con el otorgamiento del titulo de propiedad el
submercado de divisiones ilegales eleva sus precios, perjudicando en este
caso a los inquilinos que son, de más está decirlo, los más pobres.
Es bueno advertir que, actualmente, existe la tendencia a disociar en
la regularización de la tierra diversos componentes, tales como los
correctivos urbanísticos (saneamiento físico) y los económico-legales que
llevan a la entrega de titulos (laformalización de la propiedad). Se trata de un
fenómeno en desarrollo pero que encierra en si el grave riesgo de disociar
una necesaria adecuación urbanística (someter los asentamientos a la re-
gla) del componente del título de la propiedad que debería ser, en todo
caso, la natural consecuencia de la regularización (Calderón 1997).

c ~ - ~ = . ~ ~ - .=~ - - <-

Epílogo: apuntes para un programa de investigación


La revisión ha dado cuenta de los avances de la investigación urbana
en América Latina sobre los mercados de tierras informales. No obstante
la riqueza de sus aportes, se trata de esfuerzos focalizados que no eliminan
la necesidad de promover un Programa de Investigación que dote de co-
herencia y estructuración a tales esfuerzos. La tarea no es sencilla, pues se
trata de unificar, como objeto de estudio y de manera estructurada y cohe-
rente, un fenómeno social tan complejo como esquivo. Más aún cuando
se suponen conexiones de orden mayor entre los mercados de tierras y la
estructura urbana, es decir, entre el modo en que se transan las tierras
urbanas y la producción de la ciudad latinoamericana.
Un .Programa de investigación sobre mercados informales de tierras en
América Latina. aportaría en los aspectos que se reseñan a continuación.

Una mayor comprensión de los procesos de urbanización


La comprensión de la dinámica de los mercados informales de tie-
rras contribuirá a un mayor y mejor entendimiento de los procesos de la
urbanización latinoamericana, si se considera que se trata de un factor cla-
ve en la estructuración de las ciudades. Hay que postular un nexo entre el
modo (mercantil o no) en que se accede a la tierra urbana, y los efectos
-incluidos los físicos y urbanísticos- impulsados por los diversos
submercados de suelo y vivienda. Resulta clave conocer el comportamien-
to de los agentes involucrados (propietariosiposeedores, promotores inmo-
l;.:
,
: biliarios, demanda) en relación con la eshctura de la tenencia de la tierra,
j i
, las estrategias de valorización del suelo, la formación del precio, los meca-
i .!
jcl nisrnos de venta, etcétera.
.Y>
i&.
i3
..
;<J.
;.9 Explicar la presencia y magnitud de los mercados
3
' .-(

l
informales de tierras
.i . .
i La gran extensión de los mercados informales de tierras urbanas en
!- . América Latina requiere hurgar sus elementos explicativos. No estamos
ante un fenómeno aislado o marginal, sino ante procesos claves para la
configuración de la ciudad latinoamericana que aún espera la atención
debida por parte de los investigadores, el sector público y la cooperación
internacional.

Recomendaciones a las políticas públicas


El esfuerzo de interpretación solo tiene sentido si se pone al servicio
de la acción transformadora. Por ello, el estudio del tema debe aportar a
la mejora de las gestiones públicas sobre suelo urbano desamolladas por
los gobiernos nacionales, estatales y locales. Una política pública eficaz y
eficiente, democrática y equitativa, solo es posible a condición de que se
apoye en los resultados de la investigación social; algo que conviene recal-
car en América Latina, donde la investigación académica y la gestión pú-
blica se encuentran bastante disociadas.

. . ..
.~. ~

Bibliografía citada
ALVARADO. Luis
1989 .La lucha por la tierra urbana y la sobrevivencia de los pobres en la
ciudad latinoamericanax. En M. Schteingart. Las ciudades latinoarne-
ricanas en la crisis. Problemas y desafios. México: Trillas.

AZUELA. Antonio
1989 La ciudad, la propiedad privada y el derecho. México: Colegio de
México.

CABRALES B.. Luis


1995 Mercado de suelo urbano y tipologias de vivienda en Lagos, Tepatitlán
y Guzrnán. México: Universidad de Guadalajara.

C A L D E R ~ NJULO
,
1997 Políticos de regularización y mercados de tierras en América Latina.
Guadalajara: Lincoln lnstitute of Land Policy, XX Congreso LASA.
C A R R I ~ NDiego
. et al.
1987 .La renta del suelo y segregación urbana en Quito.. En E Camón. El
proceso urbano en el Ecuador. Quito: ILDIS.

CNUAH, Centro de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos


(Hábitat)
1996 Un mundo en proceso d e urbanización. Informe mundial. Bogotá:
INURBE. $
,a
I E¡
CHINEUI, Filippina
1980 .Os loteamentos de periferia.. En L. Valladares. Habitacóo em questáo. '
!S¡
.-
m'

Río: Zahar.
,al
I x!
-
.- /
COULOMB, René; Cristina SÁNCHEZ MWORADA y obos. 3
1992 Pobreza urbana, autogestión y política. México: CENVI. ,81
, O
1 &
C
-:
COUPÉ, Fran~oise iOi
m,

1993 Las urbanizaciones piratas en Medellh: el caso de la familia Cock. -i

Medellín: Universidad Nacional de Colombia-CEHAF!

DE MORAES, Betania
1997 Instrumentos e experiéncias de regulorizacao fundiarias nos cidades
brasileiras. Río: FASE, IPPUR.

DE SOTO, Hernando
1986 El otro sendero. Lima: Instituto Libertad y Democracia.

DUHAU, Emilio
1993 .La urbanización popular en América Latina: institucionalización o
pactos sociales implícitosw En A. Azuela. Lo urbanización y el orden
jurídico en América Latina. México: UNAM.

FARVACQUE y Mc AUSLAN
1992 Reforming urban land policies and institutions in deueloping countries.
Washington DC: World Bank.

HARDOY, Jorge E.
1995 ~Reflexionon Latin American urban researchn. En R. Stren. Latin
Amencan Urban reseorch m the deueloping world Canadá Cenne for
Urban and Commun ry Studies. Universidad de Toronro

JARAMILLO, Samuel
1994 Hacia una teona de lo renta del suelo urbano. Bogotá: UNIANDES-
IGAC.
1997 *El papel del mercado del suelo en la configuración física de las ciudades
latinoamericanasm, ensayo para el Lincoln Institute of Land Policy.

JIMÉNEZ, Edith
1997 Mercado de suelo para vivienda en Aguas Calientes 1975-1996.
Cuadernos de Trabajo Social 70. México: Gobierno del Estado de
Aguas Calientes.

MALAGUTTI, Cecilia
1997 .Loteamentos clandestinos no DF: legalipcao o exclusao?n. En ANPUR.
Novos recortes territonais. novos sujetos wxiais: desafios ao planejament.
Recife.
MATHfr: Kosta
1992 Beyond self- help housing. London: Mansell

MINGIONE. Enzo
1981 Social conflict and the city. Oxford, England.

PORTES, Alejandro
1995 En torno o la informalidad: Ensayos sobre teoría y medición de la
economía no regulada. México: Porrúa-Flacso.

' POWELSON, John


'3 1988 The story of Iand A world history of Iand tenure ond agrarian
8.
-.-o3'
reform. Cambridge: Lincoln Institute.
: R., J . FIORI. H. HARMS y K. MATHEY
RAM~REZ,
1992 eThe commodification of self-help housing and the State intewention:
Household experienciesin the barriosof Caracas.. En K. Mathey. Beyond
. . self-help housing. London: Mansell.

ROLNIK
1997 A cidade e a lei: legislagao. politica urbana e territorios no cidade
de Sao Poulo. Sao Paulo: Studio NobellFAPESP

RODR~GUEZ.Alfredo
1973 .Oferta de vivienda y terrenos en Lima Metropolitana. 1940-1967.. En
A. Rodriguez y otros. Segregación residencial y desmouilización política.
Buenos Aires: SIAP

SCHTEINGART. Martha
1985 .Desarrollo urbano y política de tierra y vivienda en África: el caso de
Abidjan~.En Estudios de Asia y África 64. México: Colegio de México.
1989 Los productores del espacio habitable. México: Colegio de México.

SCHTEINGART M. y A. AZUELA
1990 .El hábitat popular en América Latinas. En Hábitat popular urbano:
política d e desarrollo o situación de emergencia. Cochabamba:
Universidad Mayor de San Simón, Cochabamba.

STREN
1995 Latin Arnerican. Urban research in the deueloping world. Toronto: Centre
for Urban and Cornunnity Studien 1 University of Toronto.
el agotamiento de la democracia
participativa y
el argumento de la complejidad
(elementos para una refundamentación)

En este texto analizo la pertinencia de las propuestas de democracia


participativa en la actualidad. En la primera parte discuto muy sucinta-
mente los aportes de lo que caracterizo como una primera generación de
demócratas participacionistas, los que recuperan la tradición democrática
clásica, en polémica con los planteamientos elitistas de los teóricos de la
democracia liberal. Esta primera generación tiene como planteamiento
central la necesidad y bondad de la participacibn (en el seno de las socie-
dades industriales)en condiciones de igualdad por parte de todos los miem-
bros de la comunidad política, de manera responsable y eficaz para la
toma de decisiones públicas. Ello resultaba posible gracias a los efectos
socializadores de la misma participación, que daba lugar a ciudadanos
responsables. Sostengo que si bien en esta .primera generación. se dieron
aportes importantes, muchos de los cuales siguen en alguna medida sien-
do válidos, la vigencia de la democracia participativa requiere de una nue-
va argumentación, en tanto esta no es capaz de responder satisfactoria-.
mente a las objeciones planteadas por autores que seíialan que estamos
ante un nuevo tipo de sociedad, posindustrial, caracterizada por una com-
plejidad creciente. Reseño brevemente en el texto por qué la temática de
la complejidad constituye un nuevo desafío para las propuestas patiicipa-
cionistas, y las respuestas que se han dado desde una segunda generación,
que asume la idea de la complejidad en nombre del rescate de las diferen-
cias y de la especificación de las arenas concretas al interior de las cuales la
propuesta participativa seguiría vigente. Finalmente, lanzo algunas ideas
tentativas sobre de qué manera esta discusión resulta vigente para nuestros
países en la actualidad, pese a que no vivimos precisamente dentro de
sociedades posindustriales.
El a d v e r s a r i o : la democracia
liberal y su variante eiitista

Las propuestas y los autores que podríamos agrupar dentro de la


:, ' categoría de democracia participativa son muy variados. Conviene por
: ello empezar estableciendo algunas distinciones. Lo primero es señalar
que, según sus preocupaciones, distingo dos generaciones de participa-
cionistas. La primera debate contra lo que podríamos considerar diversas
73,

--5
mi
c
formas de democracia elitista, en nombre de fórmulas más radicales de
. democracia, que recuperan su tradición clásico. La segunda debate contra
el argumento del anacronismo de la idea de participación dada la comple-
E
jidad de las sociedades en las democracias posindustriales, en nombre de la
.
,
recuperación de esferas concretas de participación y autonomía. En todo
caso, lo central de la propuesta democrática participativa reside en su con-
-. cepción del involucramiento público de los ciudadanos como central para
el logro de metas sustantivas dentro del ordenamiento democrático, tales
como mayores niveles de desarrollo individual y colectivo, y niveles de jus-
ticia.'
La primera cuestión a dilucidar es de qué manera se llega al debate
entre la propuesta democrática participacionista de la primera genera-
ción (que retoma el espíritu de la tradición democrática clásica) y la de-
mocracia liberal elitista. Esto nos lleva a una cuestión previa: ¿cómo se
llega y qué tipo de convergencia se produce históricamente entre democra-
cia y liberalismo? Como sabemos, se trata de tradiciones políticas bastante
diferentes, y su síntesis es un asunto problemático.
Históricamente, la democracia, caracterizada por su énfasis en la
igualdad y en la participación, fue considerada una de las peores formas
de gobierno. desde la antigüedad clásica hasta prácticamente el siglo pa-
sado. En el siglo XIX la democracia volvió al primer plano en tanto la acti-
vación política de las masas populares puso sobre el tapete el asunto de su
integración a la comunidad politica. cuestionando los restrictivos esque-
mas políticos vigentes. El modelo liberal, resguardando básicamente la
libertad negatiua, o libertad de los rnoderno~,~ tendió a privilegiar formas
de gobierno que aseguraran la libertad y la propiedad de las clases posee-
doras (frente a la eventual tiranía de las masas),dentro de diversos formatos
que Dahl (1971) caracterizaría como de hegemonías cerradas o compe-
tencia oligárquica. El principio democrático resultaba, pues, cuestionando
al principio liberal: igualdad versus libertad.3

' En este texto trato sobre la democracia pariicipotiuo distinguiéndola de otras pro-
puestas críticas de la democracia liberal que también reivindican contenidos demo-
crAticos: la democracia social. económica. popular, socialista. etcétera. Ltas formas
de democracia no enfakm. como la participativa, la cenhalidad del involucramiento
público para alcanzar metas sustantivas: estas Últimas metas aparecen como lo cen-
tral. y como secundarias las formas de llegar a ellas.
Según la conocida fórmula de Constant. libertad de no sufrir interferencias por parte
de la intervención del Estado. en conhaste con la *libertad de los aniiguor~.una
libertad positiva. con énfasis en la participación y el involucramiento público.
Una exploración de estar tensiones puede verse también en FERNANDEZSANT~UÁN
1994: capihdo 5 .
Entender cómo el liberalismo logró ser conciliado con el principio
democrático requiere dejar el plano filosófico y estudiar la hitoria. Se bata
de analizar cómo se resolvió el problema de la integración política de las
masas populares emergentes de trabajadores, con el mantenimiento del
sistema capitalista. Esta conciliación se produjo en el largo y conflictivo
periodo que va de mediados del siglo pasado hasta la Segunda Guerra ' - 1
: ,g ,
Mundial. Como señala Offe (1984), la lógica de la competencia electoral, Y
!2'
que estimuló el desarrollo de programas de centro que buscaban el apoyo , g
del votante medio, el papel mediador de los partidos políticos y posterior-
;,
mente las políticas del Estado de bienestar, lograron que la progresiva , S
universalización del sufragio no significara el fin de la democracia repre- ,$
sentativa ni el cuestionamiento del desarrollo capitali~ta.~ Así se llegó a la S:
15
democracia liberal representativa articulada en torno a partidos políticos.
De este modo, la democracia asumió ropajes más propiamente libe- ' a
rales. Pero dado que democracia y liberalismo provienen de tradiciones
8,
a,
., :
políticas diferentes, nos encontramos ante una democracia liberal que di- !
fícilmente acepta sus componentes más propiamente democráticos; final-
mente, la democracia liberal representativa, en la mayor parte de sus di-
versas formulaciones, tiende a soslayar los aspectos igualitarios y
participativos de la tradición dem~crática.~ Así encontramos, como seña-
la Pateman (1970: capítulo l ) ,que autores como Dahl, Sartori o
Schumpeter requieren criticar lo que estos caracterizarían como demo-
cracia clásica, para así fundamentar sus propuestas de filiación liberal.
¿En qué consisten estas críticas liberales a la democracia? En gene-
ral, se señala que la democracia clásica se mueve dentro de una concep-
ción antigua de la política, impracticable en el mundo moderno (en las
sociedades industriales). La libertad de los antiguos no es más posible;
es decir, el constante involucramiento público en la toma de decisiones no
es posible dados los problemas de organización y de tiempo implicados.
De otro lado, La participación no tiene por qué asegurar buenos resultados
en términos de decisiones y políticas, en la medida en que la toma de
decisiones requiere crecientemente de expertos, o de una especialización
en el conocimiento difícilmente encontrable en las masas. Finalmente, y
relacionado con lo anterior, la participación puede desembocar en una tira-
nía de la mayoría, que lleve a un exceso de demandas, o a la imposición de
decisiones demagógicas o irresponsables que bloqueen la gobernabilidad
del sistema. Como puede verse, se trata de críticas también clásicas a la
democracia como forma de g ~ b i e r n o cenbadas
,~ todas en la cuestión de
la competencia política de los sectores populares. ¿Cómo puede ser la

Por supuesto que estas notas tan generales requieren de muchas especificaciones,
que consideren por ejemplo las particularidadesy variantes nacionales, y sus respec-
tivos derroteros politicos. Un trabajo particularmente interesante que muestra los
caminos que desembocaron en fórmulas liberales, socialdemóaatas o fascistas en
función de las diversas configuraciones de clase existentes puede verse en LUEBBERT
1991. Sobre el asunto de por qué la extensión del sufragio no desembocó en una
revolución socialista puede verse Pnnwomu 1985. y Pnznuoma y SPRRGUE1986.
Sobre las relaciones entre liberalismo y democracia. y los distintos modelos de la
democracia liberal, véase MACPHERSON 1982.
Véase al respecto F ~ ~ ~ E z S A N 1994.
~I~U W las criticas demwático-liberalesa
Sobre
la hadición democrática clásica véase Smom 1987.
democracia, el gobierno del pueblo, una buena forma de gobierno cuando
el pueblo es ignorante e irresponsable?'
Así, la democracia liberal consolidada de la posguerra tiende a asu-
mir claramente la forma de una democracia de élites, de un régimen de
oligarquios competitiuasen términos de Schumpeter (1983).Es en este con-
i texto que surge lo que he llamado la primera generación de demócratas
: participacionistas. En general, todos estos autores critican la democracia
liberal desde el rescate de lo que podríamos considerar una tradición de-
mocrática clásica.
Im
,a
c
-a. . .
c
La primera generación de la democracia participativa y el
:E rescate de la tradición democrática clásica
, .
¿Cuál es la esencia de la democracia clásica? Esta se mueve denho
j- . de lo que podríamos llamar un paradigma del agora,8 cuyos perfiles bási-
cos surgen obviamente de la Grecia clásica. La caracterizaríamos como
una forma de gobierno que subraya la participación en condiciones de
igualdad por parte de todos los miembros de la comunidad política,
de manera responsable y eficaz, para la toma de decisiones. Como grandes
supuestos de base enconhamos de un lado una confianza en los ciudada-
nos y, de otro, que las diferencias entre los individuos y los grupos no son
irresolubles, que son negociables, de modo que puede llegarse a la expre-
sión de, si no un interés general, cuando menos una salida aceptable para
la mayoría. Es decir, se trata de un orden en el que todos los intereses
logran ser expresados y representadosl conformando una comunidad po-
lítica capaz de iuncionar de manera a r m ó n i ~ aEsta
. ~ visión de las cosas la
podemosencontrar en mayor o menor medida en clásicos como Rousseau,
John Stuart Mill y Thomas Jefferson; más adelante, en H. D. Cole y otros.
Pienso que la primera generación de la democracia participativa
comparte gruesamente esta visión dásica. de la democracia, ciertamente
enmarcada dentro de una perspectiva moderna, al interior de la sociedad
industrial, pero dentro de sus parámetros y supuestos. El contexto más
específico en el que surge esta primera generación está dado por la crisis
de los modelos democrático-liberales,en la década de los sesenta. En tér-
minos de MacPherson, la democracia participativa.
- - - -

' Heródoto pone en boca del príncipe pena Megabyzo el siguiente argumento en contra
de la democracia: unada hay más necio e insolente que una multitud inútil. Es inacep-
table aue los hombres. huvendo de la insolencia del tirano. caiqan
- en la insolencia de
un populacho inesponsable. Las cosas que aquel realua las efectúa conscientemente:
pero las cosas que este lleva a cabo las hace sin darse cuenta. ¿Cómo podría darse
cuenta quien no ha sido inshuido. ni ha visto algún bien doméstico. y se lanza sin
inteligencia sobre los acontecimientos al igual que un río turbulento? Asi pues. válgase
del pueblo quien quiera hacerle dafio a los persas" (tomado de F E R V ~ NSDn~m i M
1994: 21).
Según una afortunada expresión de Antonio Camou (comunicación personal).
Desde la perspectiva marxista, se ha criticado esta idea de intereses homog6neor o
cuando menos armonirables. Las contradicciones de clase ron ertnicturala. no son
un problema de socialización o negociación. Las propuestas participativas no han
logrado responder del todo a este cuestionamiento. pero no nos ocupamos de este
asunto por no ser cenhal en este trabajo. Sin embargo. dejamos señalado el punto,
que sin duda es fundamental.
l...] se inició como consigna de los movimientos estudiantiles de
Nueva Izquierda en el decenio de 1960. Se difundió entre la clase
obrera en los decenios de 1960 y 1970, sin duda como resultado
del creciente descontento en el trabajo entre los obreros y los em-
pleados, y de la sensación más generalizada de alienación, que se
convirtieron en aquellos años en temas tan de moda para los so-
ciólogos. los expertos engestión, las comisiones oficiales de inves-
tigación y los periodistas populares. (1982: 113)

¿Qué reswestas se dieron a las críticas liberales a la democracia


clásica y a sus formas modernas? En primer lugar, se cuestionó la viabili-
dad del modelo liberal, cuyo carácter elitista minaba su legitimidad
- ante la
mayoría y lo hacía insostenible. De allí que se justificara la búsqueda de
alternativas. Pero más importante: las propuestas participativas rebatie-
ron las objeciones liberales mediante el desarrollo del argumento de la
autotransformación (Warren 1992). Este argumento refuta la objeción de
la incompetencia de las masas, agravada en el mundo moderno, con base en
la idea de que la democracia participativa educa, socializa a los individuos
de manera que finalmente estos actúan responsablemente. S e aprende a
participar participando, por así decirlo. Este razonamiento refuta el nú-
cleo central de la crítica liberal a la democracia clásica. En términos de
Warren, la tesis de la autotransformación podría sintetizarse así:

[...] quienes proponen expandir la democracia descansan en tres


supuestos que cuestionan la democracia liberal convencional. El
primero es que más democracia transforma intereses individualistas
y conflictivosen intereses comunes y no conflictivos. desarrollando
en el camino capacidades de ejercicio de la ciudadanía que reducen
las amenazas de fracciones en contra de los derechos y el pluralis-
mo. Segundo, en tanto estas transformaciones reducen el conflicto,
ellas permiten la reducción del uso del poder como un medio de
interacción política. Esto puede aumentar el consenso y la
gobernabilidad. además de ser algo deseable de por si. Tercero, le-
jos de ser una amenaza contra las dimensiones de la persona prote-
gidas por los derechos y las libertades, la democracia es necesaria
para la promoción de valores como el autodesarrollo, la autonomía
y el autogobierno, es decir, los valores que supuestamente los dere-
chos y las libertades deben proteger Juntos, estos supuestos consti-
tuyen lo que llamaré la tesis de la autotransformación.(Warren 1992:
8; traducción mía)

Algunos de los autores que podrían ser agmpados dentro de esta


primera generación de demócratas participacionistas serían Peter Bachrach,
C.B. MacPherson, Carole Pateman, Benjamin Barber y Chantal Mouffe,
entre muchos otros. A continuación examinaré algunas ideas de estos auto-
res.
Una de las primeras formulaciones críticas a la dinámica elitista de la
democracia representativa la podemos encontrar en Peter Bachrach (1973),
en un texto cuya principal virtud es su claridad. Este autor analiza las con-
cepciones liberales elitistas, sobre todo dentro en el ámbito de la filosofía y
la ciencia política, y critica sus contradicciones y límites. Finalmente llega a
la siguiente síntesis de las posturas liberales:
En suma: el aspecto explicativo de la teoría del elitismo democráti-
co>en su conceptualización del métodos. del interés.. de 40 po-
líticos y de la .igualdad. conduce inequívocamente a una doble
conclusión: a) los sistemas democráticos vigentes. caracterizados por
el gobierno de la élite y la pasividad de la masa satisfacen amplia-
mente los requisitos de la teoría democrática, y b) toda sugerencia
que represente un apartamiento del sistema, en el sentido de lograr
una relación más iguaiitana entre las élites y las no éiites, carece
objetivamente de realismo. (Bachrach 1973: 152-153)

3 Bachrach señalará que la reducción de la democracia a un formato


elitista está en la base de la creciente insatisfacción política que se encuen-
E
traen la sociedad; por lo que se hace necesario abrirse hacia una dinámica
E más participativa, retomando la tradición democrática, en contraposición
a la liberal:

[la teoría elitista convencional de la democracia] al par que abraza


el liberalismo, rechaza de hecho el principio fundamental de la
teoría democrática clásica: la confianza y la fe en el pueblo.
(Bachrach 1973: 147)

Así, con base en la tradición democrática clásica, Bachrach esboza


algunas ideas sobre la materialización de una propuesta participativa para
las sociedades industriales, enfatizando la importancia de la democratiza-
ción de ámbitos privados como el laboral. Aun en la actualidad seguirían
vigentes los pilares de la democracia, en la medida en que se entienda que
la participación tiene efectos educativos positivos sobre los ciudadanos:

La teoría [democrática]clásica [...]se basa en la suposición de que


la dignidad del hombre, y en verdad su crecimiento y desarrollo
como ente actuante y responsivo en una sociedad libre, depende
de su posibilidad de participar en forma activa en las decisiones
que gravitan significativamente sobre él. (Bachrach 1973: 153)

C. B. MacPherson (1982), se mueve en un terreno similar al de


Bachrach, combinando la crítica al modelo liberal y esbozando una pro-
puesta participativa para las sociedades industriales con base en la tradi-
ción democrática. MacPherson hace un análisis más fino de las relaciones
entre liberalismo y democracia. distinguiendo tres modelos de democra-
cia: el de protección (que enfatiza la libertad negativa, con base en las
ideas ~tilitaristas)~el de desarrollo (que enfatiia más la igualdad y la partici-
pación, cuyas bases se ubicarían en el pensamiento de J. S. Mill) y el de
equilibrio (que se ajusta a lo que Bachrach llama democracia elitista). Final-
mente, plantea la democracia participativa, un cuarto modelo de demo-
cracia liberal (capítulo 5).Al plantear este modelo no discute su deseabilidad,
sino su posibilidad en las sociedades industriales. El principal problema
sería no el cómo funcionaría, sino el cómo llegar a ella, entendiendo el
camino mismo como una suerte de aprendizaje, consonante con la tesis
de la autotransformación.
MacPherson establece la posibilidad de su cuarto modelo de demo-
cracia basándose en las contradicciones o tensiones de las sociedades oc-
cidentales, lo que dejaría espacio para la búsqueda de alternativas que
busquen construir legitimidad con mayor participación y mayor igualdad,
requisitos previos de una democracia participativa, caracterizada por la
desalienación del hombre (el no ser concebido como solo un consumidor
de mercancías) y la reducción de las desigualdades. En términos políticos,
la democracia participativa combinaría los sistemas de partidos competiti-
vos con una estructura piramidal de consejos, aunque ciertamente su pro-
puesta no avanza mucho más en concreción que la de Bachrach.
La combinación explícita de mecanismos de participación con el
mantenimiento de las instituciones de la democracia representativa es un
aspecto que merece resaltase dentro de la propuesta que discutimos,
porque así se responde a la objeción liberal clásica de la democracia como
tiranía de lo mayorfa. Es importante mantener y defender las instituciones
liberales, en tanto cautelan los derechos individuales y los de las minorías.
Este señalamiento es clave en relación con el fracaso de las experiencias
de los socialismos reales, que enfatiaron el ideal igualitario en desmedro
de los principios liberales. Por esto resultan pertinentes las ideas de Chantal
Mouffe, quien propone una democracia radical, que no niega las instancias
representativas, pero trata de ir más allá de ellas:

En oh-as palabras, el objetivo de la izquierda debe ser la extensión


y la prolundización de la revolución democrática iniciada hace dos-
cientos aíios.
Una perspectiva como esta no implica el rechazo a la democracia
liberal y su reemplazo por una nueva forma política de sociedad,
como proponía la idea tradicional de revolución, sino una
radicalización de la tradición democrática moderna. Ello puede ser
logrado por medio de una crítica inmanente empleando los recur-
sos simbólicos de esa misma tradición. Ciertamente, una vez que
reconocemos que lo que constituye la democracia moderna es la
afirmación de que todos los seres humanos somos libres e iguales.
se hace claro que no es posible enconhmr principios más radicales
para organizar la sociedad. (Mouffe 1992: 1; h-aducción mía)

Mouffe advierte contra el peligro de visiones rousseaunianas de la


sociedad, comunes a las propuestas participativas, que niegan la diversi-
dad y los conflictos, y plantea una democracia abierta y contingente (que
no llega nunca a ser plena), rescatando el pluralismo. Sin embargo, no
queda claro cómo se llega a esta democracia, y cómo funcionaría.
Hay un par de autores que quiero mencionar porque, entre otros
méritos, avanzan en precisión respecto a sus propuestas. Uno de ellos es
Carole Pateman. Ella parte de la crítica a los teóricos de la democracia
liberal, y rescata el argumento de la autotransforrnoción, presente en
autores como Rousseau, J. S. Mill y H. D. Cole, para así fundamentar la
propuesta participativa.

Hemos visto que la evidencia sostiene los argumentos de Rousseau,


Mill y Cole; que ciertamente aprendemos a participar participan-
do, y que los sentimientos de eficacia política son más prodives a
desarrollarse en un entorno participativo. (Pateman 1970: 105;
traducción mía)1°

' En una línea más estrictamente filosóficavéase PAM 1985.Ella establece La diferen-

(61)
Pateman le da mayor concreción a su propuesta al analizar un caso
histórico del mundo moderno que encarnaría gruesamente su propuesta:
la democracia en las fábricas, para lo cual analiza el caso de los trabajado-
res yugoslavos y los efectos de la participación en éste ámbito sobre otras
esferas de la vida social. En conclusión, señala que:

El argumento de la teoría participativa de la democracia es que la


participación en las áreas alternativas permitiria al individuo apre-
ciar mejor la conexión entre las esferas pública y privada. U hombre
4c
ordinario podna estar todavía más interesado en las cosas relativas a
su hogar, pero la existencia de una sociedad participativa haría que
¡S
!
C estuviera más capacitado para evaluar el desempeño de los repre-
f, sentantes a nivel local, mejor dotado para tomar decisiones de indo-
:E
le nacional cuando fuera el caso, y más capacitado para medir el
impacto de las decisiones tomadas por representantes nacionales
en su propia vida y su entorno inmediato. (Pateman 1970: 110)
.. .
En general, encontramos que las propuestas d e democracia padicipa-
tiva, elegantes y seductoras en el plano de la filosofía política, dejan serias
intemogantes en el plano práctico, concreto. Primero, las ventajas de la
participación en la esfera de la producción no están del todo probadas en
cuanto a la mejora de la productividad, eficiencia y otros criterios econó-
micos de evaluación. En segundo lugar, tampoco queda claro el impacto
de la participación en la esfera de la producción sobre otras esferas. Cada
esfera posee una lógica de funcionamiento propio, y las destrezas adquiri-
das en un espacio no son sin más transferibles o aplicables a otras, como
veremos más adelante.
Considero que uno de los autores que más ha concretado las pro-
puestas participativas ha sido Benjamin Barber, quien llega a delinear in-
cluso un programa concreto de lo que él define como .democracia fuerte.
(strong dernocracy).

[...] la democracia fuerte puede ser formalmente definida como la


política de un modo participativo, donde el conflictoes resuelto en
la ausencia de un teneno independiente por medio de un proceso
participativo aproximativo, autolegislación comunal y la creación
de una comunidad política capaz de h.ansformar individuos priva-
dos dependientes en ciudadanos libres, e intereses parciales y pri-
vados en bienes públicos. (Barber 1984: 132; traducción mía)

Para fundamentar su propuesta, Barber no solo cuestiona las bases


filosóficas y epistemológicas del modelo liberal, sino que intenta plantear
las instituciones y los mecanismos de la democracia que propone, pensan-
do en su eventual aplicación en espacios de poder local; también en la
perspectiva de que la microparticipación puede tener prospectivamente
efectos sobre la participación a nivel macro. Es interesante resaltar que
Barber no parte del supuesto ingenuo de la fe en la bondad del individuo y la

cia enhe las nociones de obediencia y obh~ciónpolitica. señalandoque la lógica libe-


ral no puede fundamentar adecuadamente esta sino solo aquella; únicamente enfo-
ques democráticos participativos podrían resolver la cuestión de la obligación del ciu-
dadano ante el Estado.
homogeneidad d e sus intereses, sino q u e ubica los m o d o s participativos
dentro de marcos institucionales q u e los estimulan:

La democracia fuerte es una distintiva forma moderna d e demo-


cracia participativa. Descansa sobre la idea d e una comunidad
autogobernada d e ciudadanos, unidos menos por intereses homo-
géneos que por una educación cívica, y que se han hecho capaces
de tener propósitos comunes y desarrollar acciones mutuas por
efecto de sus actitudes cívicas e instituciones participativas, antes
que por su altruismo o su naturaleza bondadosa. (Barber 1984:
117)

Finalmente, Barber presenta el programa d e la .democracia fuerten


para revitalizar la ciudadanía. Cito d e manera extensa, pues m e parece
necesario:

Un programa de democracia fuerte para la revitalmción d e la ciu-


dadanía:
1. Un sistema nacional de asambleas vecinales de uno a quinientos
ciudadanos; ellas tendrían inicialmente funciones solo deliberativas,
pero podrían eventualmente tener también competencia legislati-
va a nivel local.
2. Una cooperativa nacional d e comunicaciones cívicas para regu-
lar y supervisar el uso cívico de la nueva tecnología d e telecomuni-
caciones?y para supervisar el debate y la discusión sobre temas d e
referéndum.
3. Un servicio de video cívico y una ley postal de educación cívica
para igualar el acceso a la información y promover la educación
cívica plena d e todos los ciudadanos.
4. Experimentos en despenalización y justicia informal común a
cargo de una ciudadanía local comprometida.
5. Una iniciativa nacional y un proceso de referéndum que pemi-
ta iniciativas populares y referendos sobre legislación del congre-
so, con un formato d e opción múltiple y un esquema de votación
d e dos etapas.
6. Votación electrónica experimental, inicialmente con propósitos
educativos y para realizar sondeos de opinión, bajo la supervisión
de la cooperativa de comunicaciones cívica.
7. Elecciones locales selectivas para autoridades locales por medio
d e sorteos. con incentivos monetarios.
8 . Experimentos con un sistema de uoucher interno para escuelas
seleccionadas, proyectos de vivienda pública y sistemas de trans-
porte.
9. Un programa d e servicio ciudadano universal, incluyendo una
opción al servicio militar para todos los ciudadanos.
10. Financiamiento público para programas de voluntariado local
en trabajos comunales y acciones comunales.
11. Apoyo público para experimentos democráticos en lugares de
trabajo. con instituciones públicas como modelos para alternativas
económicas.
12. Una nueva arquitectura para el espacio cívico y público. (Barber
1984: 307)

A lo largo del texto hemos visto c ó m o u n a d e las grandes d e u d a s


pendientes d e los planteamientos participativos e s lograr u n a mayor con-
creción de sus contornos institucionales específicos. Barber, en gran medi-
da, salda esa deuda. Pero al final queda una sensación de insatisfacción.
Como el examen de su programa revela, muchas de sus propuestas apare-
cen inviables, idealistas o ineficientes. La elegante crítica desde la tradición
democrática participativa a la democracia liberal en el terreno filosófico no
muestra un desempeño igualmente bueno en el plano de las propuestas
institucionales y de las políticas concretas. Podríamos decir en su favor que
se trata de una propuesta en construcción. Sin embargo, el tiempo ha corri-
do en contra de propuestas más acabadas. Y no solo me refiero a la hege-
, monía de las ideas liberales y neoliberales de los últimos años. Me refiero
.? . ante todo al hecho de que ha aparecido otro tipo de objeciones a los plan-
teamientos democrático-representativos.distintos a los liberales clásicos, que
E pienso no pueden ser respondidos desde la tradición democrática clásica y
el argumento de la autotransformación. La vigencia de la participación re-
quiere de una nueva fundamentación.

Los límites de la primera generación y la necesidad de


una nueva fundamentación de la democracia
participativa

Las posiciones brevemente reseñadas de esta primera generación


han setialado argumentos que de una manera u otra significaron aportes
importantes a la teoría democrática. ¿Cómo podemos evaluarlos?
Se podría criticar a esta primera generación señalando que no logró
concretar con claridad su propuesta, es decir, resolver el problema de su
posibilidad. Sin embargo, a su favor podríamos decir que con el tiempo
ese problema podría haberse salvado. Pero aparece entonces otra crítica:
esa propuesta falló en tanto fracasaron los actores políticos y sociales que
enarbolaban esa propuesta. Pero a su favor podríamos aún considerar el
eventual resurgimiento de esas fuerzas. Creo que la primera generación
perdió definitivamente vigencia porque surgieron nuevas objeciones a los
planteamientos participativos, desde lo que podríamos llamar el argumen-
to de la complejidad en las sociedades posindustriales, a mi juicio imposi-
bles de responder desde la tradición democrática clásica. Responder a
este argumento requiere trascender esa tradición.
La temática de la complejidad señala que las sociedades posindus-
triaies han llegado a niveles de especialización sustantivamente altos. de
manera que la sociedad difícilmente puede considerarse como un todo con-
tinuo. Las diversas dimensiones sociales han adquirido autonomía; cada una
se rige por reglas y códigos específicos; cada una moviliza recursos y tiene
lógicas particulares. Siendo así. la propuesta convencional de la participa-
ción resulta sin sentido. en la medida en que esta asume implícitamente la
indistinción de las esferas social, económica. política (y todas las demás), ya
que plantea mecanismos indistintos para cada una de ellas. La participación
sería pertinente en todas las esferas, de la misma manera, con similares
mecanismos. En sociedades complejas, esto carece de sentido.
Así, los planteamientos de la primera generación asumen equivoca-
damente que la participación tiene efectos multiplicadores, que se trasla-
dan de una esfera a otra (se aprende a patticipar participando). No se
toma en cuenta la creciente autonomía y especificidad de las distintas
dimensiones sociales, que no se pueden traspasar así no más. De otro
lado, se comete el error d e plantear la extensión d e mecanismos
participativos propios de la dimensión política local a otros espacios socia-
les, económicos y políticos a nivel macro, que tienen otras dinámicas, con
lo que se llega a una suerte de sobrepolitización, a una suerte d e
sobreciudadanización que puede tener consecuencias autoritarias y cons-
tituye una violación al principio de libertad individual. ¿Qué se responde a
eso desde las propuestas participativas? ¿Qué relevancia tiene esta discu-
sión para nuestros países? Sobre esos asuntos tratará la segunda parte de
este trabajo.

r=------3
El argumento de la complejidad

Desde los años setenta, pero especialmente a partir de la difusión de


la obra de Niklas Luhmann en las décadas siguientes," el argumento de la
complejidad ha constituido un significativo desafío tanto para la sociología
como para el pensamiento político. Tal argumento constituye una ruptura
profunda con las principales tradiciones vigentes del pensamiento social y
político, que intenta construir sobre la base de la teoría de sistemas una
nueva imagen del hombre y de la sociedad.
La idea de la complejidad llama la atención sobre un proceso que
caracterizaría a las sociedades contemporáneas, por el cual aumentan
geométricamente las posibilidades y opciones disponibles para los acto-
res, así como la contingencia y la consecuente imprevisibilidad de las ac-
ciones. Esta complejidad establece la necesidad de su reducción o cuando
menos su manejo, para que la toma de decisiones -y por consiguiente la
vida social- pueda ser posible. Como una estrategia de reducción de
la complejidad, tenemos la creciente autonomización de las diversas esfe-
ras sociales, generándose subsistemas que se clausuran, se cierran, respec-
to de los otros, y a la vez establecen relaciones intersistémicas (relación
sistema-entorno). Surgen de este modo los (sub)sistemassocial, político,
económico, jurídico, científico, etcétera, cada uno con reglas propias de
funcionamiento, medios de comunicación y códigos no extendibles a los
otros, con fuerte discontinuidad entre cada uno de ellos (véase Zolo 1992).
No estoy en condiciones de desarrollar aquí propiamente estos argu-
mentos; paso directamente a un esbozo de sus implicancias para el asunto
que nos preocupa. El planteo de la complejidad descrito tiene importantes

" Véase LUHW 1991. Una muy útil inhoducción a esta obra puede vese en Izmwiu\
1990; como introducción a Luhmann véase tambien la útil compilación de C ~ O yU
C m , cwrds.. 1997. Sobm la complejidad y sus irnplicancias para las identidades
individuales, véase G w i m 1997, entre ohos.
consecuenciassobre las pretensiones de fundar una democracia participativa,
tal como fue entendida por los autores agrupados dentro de su primera
generación:

.. . - En primer lugar, la complejidad, dada por la multiplicación de opcio-


nes y la contingencia en cuanto a los resultados de la acción, así
i i como la creciente especialización funcional de los distintos subsistemas
/ ,i
1 sociales, pone otra vez sobre el tapete, aunque en términos entera-
in i
%; mente nuevos, una de las críticas clásicas a la democracia: la compe-
c:
'5 ; tencia de los ciudadanos. ¿Pueden los ciudadanos constituir la base
s1
1 de las decisiones a tomar en la comunidad política? Ya hemos visto
K:
que la respuesta desde las propuestas participativas ha ido por rei-
! !
Í 1 vindicar la capacidad de acción y decisión de los ciudadanos, con
base en el argumento de la autotransformación: se aprende a parti-
!i .. cipar participando. Sin embargo, el argumento de la complejidad
cuestiona la participación y la competencia de los ciudadanos desde
un nuevo ángulo: ya no se cuestiona la competencia de los sectores
populares, de la mayoría de ciudadanos (la tiranía de la mayoría) en
nombre de una suerte de aristocracia, en nombre de las oligarquías
competitivas de las que hablaba Schumpeter; ahora se cuestiona la
participación de los sujetos en general, más allá de determinados
ámbitos específicos.
Si aceptamos que la sociedad se complejiza, diferencia y especializa
crecientemente, entonces la participación de los sujetos, más allá de
ámbitos específicos de especialización y competencia, queda cues-
tionada. De la participación social no se deduce la participación en la
política, y viceversa. Dentro de este esquema, incluso queda fuera de
la discusión relevante la dicotomía clásica entre mayoría (sectores
populares) y minoría (clases propietarias). El cuestionamiento a la
participación comprende a todo sujeto, más allá de ámbitos específi-
cos de especialización.
- En segundo lugar, si estamos ante la creciente especialización y
autonomización de los subsistemas sociales, entonces estos se vuel-
ven refractarios entre sí; a pesar de sus interrelaciones, cada uno de
ellos establece una frontera con respecto a los otros. Como conse-
cuencia, no es posible aplicar mecanismos de un subsistema a otros;
no es posible, en suma, la idea de profundizar, radicalizar o exten-
der la democracia y la participación desde el ámbito político hacia
los ámbitos social o econ6mico. Las particularidades de cada
subsistema harían impráctico, ineficaz o simplemente imposible la
extensión de la participación. Lo que resulta válido o deseable en
una esfera puede resultar negativo en otra.'2

12 &te planteo cuestiona una idea actualmente en boga, que subraya la importancia de
una sociedad civil fuerte v determinados ramos. en las interacciones sociales (capital
social), para fortalecer la democracia y el desarrollo económico. Según este planteo.
lo que es válido en una esfera no tiene por qué serlo en otras: por lo tanto, el capital
acumulado en una esfera no puede ser inueriido en obas.
- Finalmente, y relacionado con los puntos anteriores, tenemos que la
especialización de los diversos subsistemas lleva a una creciente dife-
renciación entre el sistema social y el sistema de interacciones socia-
les; es decir, implica la diferenciación entre el sistema social como un
todo, y las interacciones concretas establecidas entre los sujetos con-
cretos: las interacciones resultan la periferia de un sistema social
crecientemente complejo y especializado. Esta separación se produ-
ce porque el sistema social posee una complejidad mucho mayor que
las interacciones particulares, siendo mucho más que la simple suma
de estas. Si es así, entonces la sociedad aparece sin un centro o eje
de gravedad, desde el cual podría ser transformado. Esto acaba con
la idea, central en la sociología clásica desde sus orígenes en el siglo
xix, de la sociedad como un artefacto posible de transformar.

Una consecuencia fundamental de esto es que la capacidad de ac-


ción e incidencia de los sujetos y sus interacciones sobre el orden social y
político aparece sustancialmente restringida. Así, la participación, que busca
justamente alterar los órdenes social y político, aparece como impotente o
inocua.

l..,]La marcada distancia con la sociedad y la falta de acoplamien-


to entre los sistemas de interacción, reducen extremadamente la
posibilidad de que funcionen como fuente de solidaridad. La inte-
gración de los compromisos de los participantes en las interacciones,
=selleva a cabo formalmente mediante disposiciones de tiempo y
ya no se asegura a través de una ética unificantep. Cada vez es
menos posible resolver los problemas del orden social con los ins-
trumentos de la interacción. En consecuencia. ase abre un abismo
entre las secuencias de interacción que viven los individuos y que
les son accesibles y comprensibles, y la complejidad del sistema
social que no puede ser aprehendida ni influenciada, mucho me-
nos controlada, desde la interacción~.(Millán s/f: 20-21)

Con base en estos planteamientos, la democracia queda reducida no


solo a las oligarquías competitivas de las que hablaba Schumpeter, sino
más aún, a sistemas autocráticos diferenciados y limitados, en términos
de Zolo (19921,en cuyo interior se ejerce un determinado tipo de autoridad
y rige un determinado tipo de orden (autocrático),y cuyo componente
democrático queda reducido a la autonomía de cada sistema, que no debe
ser interferido por los otros. De este modo, no solo entra en cuestión la
democracia participativa, sino también la misma democracia liberal clósi-
ca. Así, según Zolo:

[...] la protección de la complejidad social contra el predominio


funcional de cualquier subsistema particular -por ejemplo el pro-
ductivo. el científico-técnico,el religioso. el sindical o. sobre todo,
el subsistema político mismc+ es la cmcial "promesa*que la de-
mocracia debe mantener si pretende distinguirse no solo en térmi-
nos formales de regímenes despóticos o totalitarios.
En el funcionamiento efectivo de aquellos sistemas que llamamos
democráticos, sin embargo, no hay prácticamente nada que pueda
corresponder con lo que teóricos politicos -y el lenguaje de políti-
cos. periodistas y de los medios en general- pretenden denominar
con términos como soberanía popular, participación, representación,
opinión pública, consenso o igualdad. Este último en particular -la
idea de igualdad entendida de manera distinta a una idea solamen-
.. . te formal- parece no poseer ningún vínculo significativo con las
a i instituciones políticas modernas, ya sean democrático-liberales.so-
. . cialdemócratas o socialistas. Esta es una de las promesas incumpli-
, ~
das de la democracia que ningún sistema político moderno está en
$: -a ; 3
posición de mantener. (Lolo 1992: 182; traducción mía)

-. Ahora bien: pienso que estos cuestionamientos resultan demoledores


-
' C1
para las propuestas participativas, pero solamente para aquellas de la pn-
'E
' i
mera generación. Es decir, acaban con aquella idea en que la participación
! i aparece remitida a una comunidad política homogénea, donde los diversos
, ' ,
t 1
sujetos e intereses emergen, se negocian y resuelven en una sola arena de
!.~ . interacción, en un espacio público continuo y accesible para todos.
~

Sin embargo, el desafío del argumento de la complejidad de las so-


ciedades ha sido tomado por algunos autores que buscan fundar sobre
nuevas bases las propuestas democráticas y participativas. En general, antes
que refutar, se ha aceptado el argumento de la complejidad; pero se han
rechazado algunas de sus conclusiones políticas. Se postula que una
sociedad compleja y diferenciada puede funcionar mejor con espacios y
mecanismos participativos, pero eso sí, acotados a ámbitos específicos. di-
ferenciados, con mecanismos propios para cada caso: considero a estos
autores como constitutivos de una segunda generación de demócratas
participativos.

.. .
. ? ~ -~..- , . . -.. -. . -7. - .'

La <<segundageneración,,
de la democracia participativa13

Algunos autores han insistido en las propuestas participativas asu-


miendo las críticas desde la complejidad a la primera generación de
participacionistas. Es decir, asumen la caducidad de la idea de una comu-
nidad política y de un espacio público homogéneos, continuos, al interior
de los cuales pueden expresarse, negociarse y solucionarse los diversos
intereses sociales. De este modo, las críticas desde la complejidad afectan
a una manera de entender la participación, pero no a la participación en
sí. Según Warren,

Estas críticas [desde el argumento de la complejidad1no afectan,sin


embargo, una cada vez mayor literatura que defiende los ideales
participativos como medios para mantener esferasdiferenciadasde
decisiones y de bienes. La democracia participativa no descansa
necesariamente en concepciones premodernas de la sociedad; tam-

l3 Esto que llamo aqui segunda generación de la democracia participativa es un campo


temático en pleno desarrollo. Un muy útil estado de la cuestión respecto a las
discusiones en filosofíapolítica sobre el tema de la padicipatión y los sentidos de la
ciudadanía puede verse en BnnoAlu 1998.
poco depende de metas igualitarias (aunque esté frecuentemente
identificada con ellas);tampoco requiere de aquella visión según la
cual la política debe comprender todas las relaciones sociales. (Wamen
1993a: 12; traducción mía)

Esta idea de la mantención de esferas diferenciadas de decisiones y


bienes, que considero central en los planteamientos de esta segunda ge-
neración, tiene sin duda como uno de sus puntos de partida el muy influ-
yente trabajo de Michael Walzer (1993).Walzer distingue las diversas esfe-
ras de la vida social, y reivindica al interior de este marco diferenciado las
nociones de justicia e igualdad, estableciendo estas nociones en las rela-
ciones entre las diversas esferas, en la delimitación de sus fronteras; de
esta manera, el criterio de justicia queda enunciado como:

Ningún bien social X ha de ser distribuido entre hombres y mujeres


que posean algún otro bien Y simplemente porque poseen Y sin
tomar en cuenta el significado de X. (Waizer 1993: 33)

Es decir, el dinero no debe poder comprar lealtad (o amor), el poder


político no debe implicar poder económico, el poder económico no tiene
por qué implicar predominio social o político, etcétera. La justicia radica
en el reconocimiento de la autonomía de las esferas sociales. Waber pro-
pone así un criterio de igualdad compleja, más allá de una igualdad sim-
ple que no distingue o no toma en cuenta la diferenciación social.
Sin embargo, pienso que los planteamientos de Walzer, si bien muy
sugerentes, no avanzan demasiado frente a lo que podrían decirnos
Luhmann o 2010 desde la lógica de los sistemas en lo que respecta a los
criterios de la igualdad y la justicia; para ambos se trata de respetar la
autonomía de las distintas esferas sociales. Estos problemas se hacen es-
pecialmente claros al revisar los capítulos en los cuales Walzer se ocupa de
las esferas económica y política (capítulossobre el dinero y el poder polí-
tico), centrales como sabemos en la deteminación de la dinámica social,
especialmente en la de países como los nuestros de grandes desigualdades
y problemas en esos campos. Pienso que Walzer no avanza suficientemen-
te en especificar criterios de igualdad y justicia para esos ámbitos.
En todo caso Walzer, con base en su postulado de diferenciar esferas socia-
les, sí logra abrir una línea de reflexión muy fructífera y pertinente para
nuestra discusión sobre la participación política.
Uno de los autores que más ha avanzado en tomar el tema de la
participación con base en la idea de la complejidad y la diferencia es Marc
Warren. En uno de sus trabajos, Warren (1992) parte distinguiendo los
distintos tipos de bienes a los que las personas pueden aspirar (clasificán-
dolos según si son escasos o no, materiales o simbólicos, colectivos o
privados, o de naturaleza individual o social); luego especifica los distintos
tipos de intereses resultantes para cada uno de los bienes, y finalmente las
consecuencias de todo ello sobre la participación. Así, la participación
aparece como relevante solo para algunos ámbitos: para aquellos donde
la naturaleza colectiva y social es lo más importante. Para los otros, la
participación deja de tener sentido e incluso resulta contraproducente.
Con base en estas mismas ideas, en oeo trabajo Warren (1993b)
discute el tema de las desigualdades o diferencias sociales, nuevamente
estableciendo distinciones entre tipos de diferencias y serialando qué cow
secuencias tiene cada uno de ellos para la teoría democrática. Algunas dife-
rencias deben ser eliminadas, otras protegidas:

De un lado, sostengo que en muchas teorías democráticas conflu-


yen distintos tipos de identidad: lógico-filosófica. política y la
autoidentidad [self-identityl.Esta confluencia genera muy fuertes
: i
1 i presiones sobre la identidad política. y esto tiende a transformar
! , todas las diferencias en problemas. De otro lado, las teorías demo-
! '
j , náticas a menudo no logran distinguir ni relacionar las diferencias
l
opresivas. las diferencias totalizadoras y las diferencias necesarias
a .:
-2
para la autoidentidad. Haciendo esas distinciones, los teorías de-
:$;
1 ; mocráticas pueden recomendar estrotegias diferentes para ti-
's
r
: pos diferentes de diferencias: las diferencias opresiuas deben
1iE: ser eliminados, las diferencias totalizadoras deben ser transfor-
modos, y las diferencias esenciales para la autoidentidad deben
l !
1! !! ser protegidos y respaldados. (Warren 1993b: 4)
i
L
..'
'
Finalmente, en otro trabajo Warren (1993a) discute explícitamente
la vigencia de las propuestas participativas en relación con la crítica reolis-
ta desde el argumento de la complejidad (Luhmann, Zolo). Warren llega a
formular cinco tesis respecto a cómo debería entenderse la participación,
respondiendo al argumento de la diferenciación y la complejidad:

Tesis 1: Los ideales participativos deben comprender la defensa de la


diferencia tanto de los bienes como de las instituciones, de-
jando así atrás concepciones premodernas de participación.
Tesis 2: La diferenciación describe una situación en la cual la política
abarca cada vez más [becomes pervosiue], pero no por ello
es inclusiva. Por tanto, tiene sentido la lucha política por la
integración.
Tesis 3: La diferenciación describe una situación en la cual la perti-
nencia y las oportunidades de discutir cuestiones normativas
aumentan, tanto para los individuos como para las institucio-
nes. Por lo tanto, la participación y la deliberación tienen
sentido.
Tesis 4: La diferenciación produce tendencias contrarias a la autori-
dad jerárquica. Las capacidades organizacionales para la toma
de decisiones pueden aumentar en la medida en que aumen-
te la democracia.
Tesis 5: La democracia discursiva se ubica en aquellas esferas que pue-
den ser organizadas por medio de la comunicación, y es un
medio para negociar imperativos conflictivos entre esferas.

En una muy apietada síntesis, podríamos decir que Warren señala


que la participación debe partir de la idea de diferencia ya reseñada; que
abarca una noción de la política que no resulta omnioborcodoro pero
que sí aparece estrechamente relacionada con otras dimensiones; y que en
ambientes complejos no solo no es cierto que la demanda por participa-
ción y por algunas formas de involucramiento público dejen de existir, sino
que por el contrario se potencian en varios sentidos. y que deben ser
atendidas por medios democráticos, con base en lo que Habermas Ilama-
ría una racionalidad comunicotiua. Todo esto lleva a Warren a entender la
democracia en ambientes complejos de una manera radicalmente distinta
a la propuesta por Zolo, antes reseñada:

Podemos entonces concebir y ubicar a la democracia en términos


generales como una dishibución de las capaadades (empowerments)
y las protecciones que permiten y protegen negociaciones discursivas
de los conflictosdenko y entre instituciones, sirviendo como un medio
para proteger, restaum y desarrollar la solidaridad. (Warren 1993a:
30; h.aducción mía)

Otros autores que de alguna forma se sitúan en la línea de reflexión


abierta por Walzer para fundamentar propuestas participativas y solida-
rias son Cohen y Arato (1992). Ellos proponen la defensa de la autonomía
de la sociedad civil respecto de las dimensiones económica y política, ubi-
cando al interior de ella las posibilidades de la participación, la solidaridad y
la justicia, al menos, nuevamente, para determinados ámbitos; especial-
mente aquellos en los cuales se han ubicado los llamados .nuevos movi-
mientos socialesn.

f...]nos basamos en la tesis de uno de los más importantes prede-


cesores del enfoque pluralista, Alexis de Toqueville, quien sostuvo
que sin una participación activa de los ciudadanos en instituciones
igualitarias y asociaciones civiles, no habrá forma de mantener el
carácter democrático de la cultura política o de las instituciones
políticas o sociales. Justamente porque la sociedad civil moderna
está basada en principios igualitanos y una indusión universal, la
experiencia en la articulación de la voluntad política en la toma de
decisiones colectivas es crucial para la reproducción de la demo-
cracia. Esto. por supuesto. es el punto siempre enfatizado por los
teóricos parlicipacionistas. Nuestro enfoque difiere en cuanto pro-
ponemos más, no menos diferenciación estructural. Tomamos en
serio los principios normativos de los demócratas radicales, pero
ubicamos la ~énesisde la legitimidad democrática y las posibilida-
des de la participación directa no en una idealizada y no-diferencia-
da comunidad política, sino dentro de un modelo altamente diferen-
ciado de la miedad civil. (Cohen y Arato 1992: 19, ímducción mía)

Finalmente, dentro d e esta segunda generación d e participacionistas


quiero llamar la atención sobre el trabajo de John Dyzek (1990). Si bien
Dyzek se sitúa un poco en medio entre las dos generaciones (considere-
mos por ejemplo su eniusiasmo por el libro de Benjamin Barber discutido
en la primera parte de este trabajo), plantea un punto muy interesante al
sustentar de qué manera su democracia discursiva (concepto emparentado
al de Habermas, de acción comunicativo), está mejor preparada que la
democracia liberal clásica para tratar la problemática de la complejidad:
la contingencia e imprevisibilidad propias de esta se pueden enfrentar más
eficazmente no desde una óptica teleológica o instrumental (que enfrentará
siempre, en términos de Boudon, consecuencias no intencionales de la ac-
ción), sino desde la negociación y la interacción entre los sujetos
involunados.
.~.. .
. . . . .
.. ~.
A manera de conclusión:
las propuestas participativas en
América Latina en la actualidad

En este trabajo he buscado principalmente establecer criterios que


, ,
ordenen diversos aportes relativos a las propuestas de democracia
participativa estableciendo una distinción entre qeneraciones., en rela-
'
ción con sus preocupaciones centrales. Pienso que este es un primer paso
necesario para poder pensar seriamente en alternativas pertinentes de
ir
:S régimen político para el momento actual. Quiero en esta parte final pre-
2 sentar algunas ideas defendiendo la pertinencia de esta discusión para
nuestros países.
'E
S
Aparentemente, la temática de la complejidad y la diferencia en rela-
i
ción con la participación tiene poco que ver con nosotros, ya que en nues-
I tras sociedades el combate a la pobreza, los niveles mínimos de justicia
, .
distributiva y la necesidad de incidir sobre las políticas públicas desde la
acción política resultan lo prioritario; es decir, tenemos una agenda
premoderna o simplemente moderna, de primero generación, lejana a las
preocupaciones de las sociedades posindustriales, que poseen niveles de
vida sustancialmente mayores y se ubican en entornos más complejos
que los nuestros.
Sin embargo, pienso que tanto para entender la dinámica de la par-
ticipación, de la democracia. y para disefiar estrategias participativas en
nuestros países, muchas de las ideas reseñadas resultan sumamente útiles.
Ello porque pese a nuestros niveles de subdesari-0110, nuestras sociedades
se han complejmdo y diversificado; incluso podríamos decir que en un
nivel, si bien no similar, sí equiparable al de las sociedades posindistriales.
Precisamente, nuestra particularidad es la paradójica coexistencia de .es-
tadiosn de civilización: en nuestras sociedades coexisten y se relacionan
tradiciones atávicas y la más vanguardista modernidad; enormes niveles
de atraso y tecnologías de punta, configurando una realidad plástica y sin
duda compleja en el sentido más luhmanniano del término.
A esto habría que sumar elementos de la coyuntura que vivimos en
todos nuestros países, que aumentan la complejidad y la incertidumbre,
asociados al paso de modelos de relación entre sociedad, economía, polí-
tica y Estado articulados en torno a este último, hacia otros articulados en
torno al mercado. Ecte cambio ha generado profundos cambios estructu-
rales que han fragmentado y complejizado los intereses sociales, haciendo
más difícil su agregación, el paso de los ámbitos sociales a los políticos,
limitando las formas de acción colectiva y la participación política en tér-
minos generales.
En medio de este cuadro, pienso que uno de los elementos que pue-
den ayudarnos a entender la dinámica de la participación es la distinción
entre diversas esferas sociales, dadas por distintos bienes que se persi-
guen, intereses que se forman y cursos de acción que se siguen. En la
actualidad la participación cae no solo por la crisis y la merma en las
capacidades distributivas del Estado. por el retraimiento de los partidos y
otras instituciones como grupos de apoyo, y por los consiguientes proble-
mas para las diversas formas de acción colectiva. También se presentan,
de alguna manera, problemas asociados a la complejidad y la diferencia. y
ello afecta necesariamente a la participación. La complejidad social ha Ile-
vado al desarrollo de muy diversos intereses en relación con diversos bie-
nes; \a demanda por bienes privados ahora parece desplazar a la demanda
de bienes públicos, antes provistos por el Estado. Ciertamente, detrás de este
cambio se ubica también la mutación del papel del Estado, que pasa de ser
promotor y distribuidor a ser sólo regulador de l a variables macroeco-
nómicas. Es así como parecemos estar, en términos de Hirschman, ante un
ciclo de involucramiento privado frente a uno público.
Una consecuencia de esto es que tanto la acción colectiva (en pos de
bienes públicos) como el involucramiento público (en la arena política)
pierden la centralidad que tuvieron en muchos de nuestros países. Se abre
espacio para el desarrollo de espacios individuales y pequetios espacios
comunitarios que se busca preservar, frente a los cuales los llamados a la
participación aparecen como amenazantes. Estos espacios cubren desde
la dimensión afectiva hasta la económica, en el seno de una ideología
individualista que se explica por la percepción de la escasa relevancia del
ámbito político para la reproducción social de los sujetos concretos (dados
los actuales papeles del Estado) (Tanaka 1998).
En este escenario, los llamados a La participación política tradiciona-
les aparecen desfasados y generalmente caen en saco roto. Y ello no solo
por crisis y desarticulación social, sino también por la defensa de una
esfera privada o local en la que aparecen identidades que han de defender-
se de la intromisión de lo colectivo, público y político. Ei asunto ahora es
diseñar estrategias participativas que delimiten cuidadosamente en qué áreas
o esferas y de qué maneras la participación tiene sentido. Es claro que no
puede tener ni el alcance ni las características que mostró en décadas
pasadas. Esto nos lleva a la discusión de hasta qué punto las estrategias
habituales de intervención social y de promoción del desarrollo son sensi-
bles a estas cuestiones.
Es en este sentido que encuentro especialmente interesante la
contrastación entre la literatura reseñada y la problemática de nuestros
países. La acción colectiva, referida a bienes públicos, y la apelación al
Estado tanto para la provisión de estos bienes como para incidir sobre
fallas del mercado o problemas de externalidades resultan claves. Sin
embargo, organizaciones basadas en criterios clasistas o territoriales, que
asumen identidades totalizadoras, de funcionamiento jerárquico y centra-
lizado, aparecen como menos pertinentes para la situación actual. El pa-
pel de los partidos políticos queda también reformulado: para las perso-
nas deja de funcionar el esquema de grupos de vanguardia, creadores de
sentidos universalistas, cuando lo que se requiere son grupos de apoyo
para la consecusión de los bienes colectivos considerados deseables o
necesarios.
En esta línea, si bien la participación política aparece con un carác-
ter sustancialmente distinto al que vivimos en muchos de nuestros países
al interior de esquemas movimientistas y populistas, ciertamente quedan
espacios muy grandes de acción y ella reviste todavía una gran importan-
cia para enfrentar la crisis de legitimidad de nuestros estados, y para evitar
que los altos niveles de insatisfacción ciudadana sean capitalizados por
liderazgos demagógicos autoritarios que unifiquen autoritariamente y aca-
ben de esta manera con las tensiones que genera la diversidad.
Avanzar en estas ideas requeriría el examen de casos y situaciones
más concretas, cosa que no puedo hacer aquí. Estos solo son unos apuntes
que se ubican dentro de una discusión que espero poder seguir desarrollan-
do. y que buscan alentar una renovación en las maneras en que solemos
pensar temas como la participación política, el involucramiento público. la
acción colectiva y sus relaciones con la dinámica de la democracia como
régimen político. Mantener la idea de la importancia de la participación en
sociedades complejas y diversas requiere abandonar las maneras conven-
cionales de pensar la participación, la igualdad, la justicia, la soberanía, la
representación, entre otras nociones básicas de la reflexión política y social
tal como la conocemos. Este texto pretende haber minado algunas certezas
y sembrado algunas incertidumbres, que alienten la búsqueda de renova-
ción.

Bibliografía citada

BACHRACH, Peter
1973 (19671Crítica d e la teoría elitista de la democracia. Buenos Aires: Amorrorht.

BARBER, Benjamin
1984 StrongDemocracy.Paiticipatoy olih'csforaNew Age Berkeley:Univenity
of California Press.

BARDÁLEZ,Elsa
1998 *La ciudadanía: ¿libertad, igualdad, diversidad?". Ponencia presentada
en el seminario La democracia, la ciudadanía y la autonomía de lopolítico.
Tres entradas para repensar lo político en el Perú. Lima: Red para el
Desarrollo d e las Ciencias Souales, abril-mayo.

CAMOU, Antonio y Esteban CASTRO (coords.)


1997 La sociedad compleja. Ensayos en tomo a la obra de Niklas Luhmann.
México DF: FLACSO-Triana eds.

COHEN. Jean y Andrew ARATO


1992 Ciuil Society and Political Theory. Carnbridge, Massachusetts: MIT
Press.

DAHL. Robert
1972 [1971]Polyarchy Participotion ond opposition. New Haven: Yale University
Press, segunda edición.

DRYZEK. John
1990 Discumiue Democracy. Politics, Policy. and FblificolScience Cambridge:
Cambiidge Universis Press.

FERNÁNDEZSANTILLÁN, J O S ~
1994 Filosofía política de la democracia. México: Fontamara

GLEIZER, Marcela
1997 Identidad, subjetividad y sentido en las sociedades complejas. México
DF: FLACCO-Juan Pablos ed.
IZUZQUEA, Ignacio
1990 La sociedad sin hombrec. Niklas Luhmann o la teoría como escándalo.
Barcelona: Anthropos.

LUEBBERT, Gregory
1991 Liberalism, Fascism, orSocialDemocracy. SocialClasesand thePoIitica1
Origins of Regimes in Interwar Europe. New York: Oxford University
Press.

LUHMANN, Niklas
1991 Sistemossociales. Lineamientospara una teoríageneral México: Aliam.

MacPHERSON, C. B.
1982 [19761 La democracia liberal y su época. Madrid: Alianza.

MILLÁN, Rene
slf uLuhmann: d e la sociedad, los hombres y las interaccionesa. Mimeo

MOUFFE, Chantal
1992 ~Preface:Democratic Politics Todayn y eDemocratic Citizenship and the
hlitical Community~.En Mouffe, Chantal (ed.). Dimensions of Radical
Democracy. Pluralism, Citizenship, Community London, VERSO.

OFFE, Claus
1984 dhnpetitive Party Democracy and the Keynesian Welfare Staten. En
Contradictions of the Welfare State. MIT Press.

PATEMAN, Carole
1970 Participatian and Democraiic Theoy, Cambridge: Cambridge University
Press.
1985 [19791 The Problem of Political Obligation. A Critique of Liberal Theory.
Cambridge: Polity Press.

PRZEWORSKI, Adam
1990 [19851 Capitalismo y socialdemocracia. México: Alianza Editorial Mexicana.

PRZEWORSKI, Adam y John SPRAGUE


1988 [1986]Paper Stones. A History of Electoral Socialism. Chicago: University of
Chicago Press.

SARTORI, Giovanni
1991 [1987]Teoría de la democracia. 1: El debate contemporáneo. 2: Los problemas
clásicos. Segunda edición. México: Ed. Patria.

SCHUMPETER, Joseph
1983 Capitalismo, socialismo y democracia. Barcelona: Orbis

TANAKA, Martín
1998 ~ F r o mMovimientismo to Media Politics: the Changing Boundaries
Between Society and Politics in Fujimori's Penin. En John Crabtree y
Jim Thomas reds.l. Fuiimori's Peru: The Political Economv London:
lnstitute of Lain &encan Studies, University of London. *

WALZER, Michael
1993 I192.3) Las esferas de lo justicia. Una defensa del pluralismo y la igualdad.
México: Fondo de Cultura Económica.
WARREN, Marc
1993a ~ N e wPatterns of Politization: lmplications for Participatory Democratic
Theoyx Prepared for Delivey at the 1993 Annual Meeting of the
American Political Science Association.
1993b ~Democracyand Differencen Prepared for Delivey at the 1991 Annual
Meeting of the Southern Politicall Association (revisado en abril de
1993).
1992 .DemonaticTheory andSelf-Transformationn.Amencan PoliticalScience
Review, vol. 86, No 1, marzo.

ZOLO, Danilo
1992 Democracy and Complexity A Realist Approach. Pennsylvania: The
Pennsylvania State University Press.
avances y retos en la enseñanza de
desarrollo rural

orlando plaaa

En la década pasada y parte de la presente, en la mayoría de nues-


tros países los temas del desarrollo, y del desarrollo rural, si bien no des-
aparecieron totalmente, fueron casi eliminados de los debates públicos,
tanto académicos como políticos.
Primero, en función de alcanzar los llamados equilibrios macroeconó-
micos, y de pagar la deuda externa, se desestimaron los planteamientos y
los requerimientos que implicaban distraer fondos para otros propósitos.
Después, con el deslumbramiento del liberalismo económico, se decretó
ideológicamente que la injerencia del Estado en el desarrollo, la planifica-
ción y las políticas sociales era un rezago del pasado y una expresión de
políticas populistas y proteccionistas que tan dañinas fueron para nuestras
economías. El olvido de ciertos temas, y el énfasis puesto en otros, ha
dado lugar a varias paradojas:

- En muchos países se cerró un círculo extraño: en nombre de la ideo-


logía' del mercado se propició que el Estado abandonase sus res-
ponsabilidades políticas y que asumiera el papel de garante del po-
der económico, nacional e internacional. Nunca como ahora ha sido
más política la economía en América Latina, y a la vez nunca ha
sido presentada, por ciertos grupos, como ciencia-técnica, neutra y
precisa.
- Mientras los países avanzados se introducen de lleno en las prácticas
de la previsión, la informática y la planificación estratégica, los pai-

' Pues ideología supone pensar y ordenar todo el conjunto de diversas lógicas y de
relaciones sociales que configumn una sociedad a partir de una de ellas, en este caso
de las relaciones económicas.
ses del tercer mundo, por contraste, suponen que la modernidad sig-
nifica dejar las cosas en manos de la .mano invisible. del mercado,
que exige desmontar las instituciones especializadas en planificación.
- En la era de la competitividad, del conocimiento y de la revaloriización
de la educación y la cultura como bases para cimentar el desarrollo,
los países de América Latina abandonan las políticas de educación y
salud.
- En muchos países, la concertación y el debate político, aspectos cla-
ves para hacer sostenibles los procesos de desarrollo, han sido reem-
plazados por un pragmatismo económico inmediatista y fundamen-
talista que cree estar refundando las bases de la economía y de la
sociedad.
- En plena globalización de los medios de comunicación - q u e hace
posible la comparación de diversas realidades, estrategias, conoci-
mientos y resultados-, en nuestros países se propicia el oscurantismo
político, académico y de sentido común, y se generalizan las visiones
localistas. A ello acompaña un peculiar fenómeno sociocultural: las
recetas e imposiciones de fuera se presentan como fruto de la
genialidad y originalidad de los nuevos políticos nativos.

En este contexto, las actividades y preocupaciones por el desarrollo


en general y el desarrollo rural en América Latina se mantuvieron, con un
perfil bajo, dentro de organizaciones no gubernamentales de desarrollo
(ONG) y algunos centros de enseñanza superior. Organismos internacio-
nales como el Banco Mundial (BM), el Banco Interamericano de Desarro-
Ilo (BID),la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación (FAO),el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA),
el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y el Instituto Intera-
mericano de Cooperación para la Agricultura (IICA),llenaron en parte el
vacío y recogieron los avances de los centros universitarios de dentro y
fuera de la región, y las experiencias de aplicación de políticas.
Hoy, dados los resultados de las políticas de ajuste, los crecientes
niveles de desempleo y pobreza en América Latina, y los riesgos de
desinstitucionaliiación de los países, el tema del desarrollo vuelve a plan-
tearse como punto prioritario para los países del tercer mundo, y en la
agenda de las negociaciones internacionales figura como condición para
alcanzar estabilidad social y crecimiento económico.
En este panorama ideológico y socioeconómico, toca a los centros
de enseñanza superior responder alguna preguntas centrales: ¿cuán ar-
mados nos encuentran estas demandas?, ¿qué exigencias suponen, de cara
a los cambios ocurridos, a la inercia política, a los sentidos comunes
utilitaristas y cortoplacistas, al debilitamiento de las organizaciones e insti-
tuciones, y a la falta de marcos conceptuales y operativos?
Desde el ángulo específico del tema de este artículo, dados los cam-
bios en curso, quisiera centrarme en dos preguntas:

1.¿por qué seguir enseñando desarrollo rural en la actualidad? y


2. ¿cuáles son los retos que la enseñanza superior de desarrollo mral
debe enfrentar en cuanto a enfoques, teorías, métodos, instrumentos y
modalidad pedagógica?
Para contestar estas preguntas -y para tener parámetros que nos
permitan medir los avances, los vacíos y los retos en la ensefianza de
desarrollo rural- he tomado como estrategia presentar sintéticamente
algunos puntos que parecen gozar de consenso entre los diversos enfo-
ques de desarrollo, y plantear ciertos ejes de discusión que derivan de lo
anterior. Los puntos y los ejes de discusión, además de ser válidos en sí
mismos, deben ser leídos como preguntas con respecto a los avances
logrados por los centros de enseñanza superior en esos campos. No pre-
tendo ofrecer una evaluación en sentido exacto, pero si presentar un mar-
co evaluativo para medir avances, y sobre todo explicitar algunos retos
que nos plantean los resultados obtenidos y los cambios actuales.

r-.x-. ~~

. ---
~

Desarrollo: puntos de consenso

Si bien las conceptualizaciones y actividades de desarrollo rural go-


zan de identidad sectorial propia, guardan relación con los enfoques globales
del desarrollo.
En la última década, desde distintas vertientes, se han establecido
algunos puntos consensuales en materia de desarrollo, que forman parte
de los debates académicos y políticos internacionales. Es conveniente re-
saltar estos puntos, por su importancia para el tema del desarrollo mral, y
por sus implicaciones para la ensefianza superior del mismo. Sin ánimo de
exhaustividad, señalo entre otros los siguientes:

1. La distinción entre crecimiento económico y desarrollo se ha con-


vertido en un eje fundamental para diferenciar conceptualizacionesy poli-
ticas. Queda por resolver, por medio del análisis y la sistematización de los
resultados obtenidos a través del empleo de diversas estrategias, sus arti-
culaciones temporales e institucionales, y sus mutuas imbricaciones.
2. El desarrollo e incluso el crecimiento económico, en tanto proce-
sos sociales, no son asuntos exclusivamente económicos ni manejables
solo con el apoyo de la disciplina económica. Se requiere, por un lado, de
la concertación y la movilización política, para construir consensos que
posibiliten acciones sostenibles de mediano y largo plazos; y por otro lado,
del concurso de diversas especialidades científicas y técnicas.
3. El manejo de las dimensiones económica y politica supone, entre
otros aspectos:
a ) desarrollar conceptualizaciones ad-hoc;
b) diseñar estrategias y políticas que consideren ambos aspectos; y
c) propiciar y fortalecer marcos organizativos e institucionales que
los integren.
4. El desarrollo es un proceso global y complejo, que involucra rnúl-
tiples dimensiones articuladas entre si. Por ello se requiere manejar un
enfoque sistémico, que preste atención simultánea a los aspectos cultura-
les, económicos, políticos y sociales (véase Banco Mundial 1991; Comisión
Económica para América Latina, CEPAL, 1991; Guimaraes 1990 y Wolfe
1982).
5. El objetiuo del desarrollo no es el crecimiento económico per se,
sino el acrecentamiento de las capacidades y la redefinición y10 arnplia-
ción de los derechos de las personas (ver Amartya Sen).Asimismo, el per-
feccionamiento de la organización social para hacer posible lo anterior, res-
petando las diferencias y atendiendo al manejo adecuado del medio am-
biente (lo cual introduce con fuerza el tema de la equidad y de los estilos de
desarrollo). Pero a su vez las cualificaciones de las personas, en un medio
- social e institucional adecuado, hacen posible el desarrollo.
,
,
, 5

Al respecto, el Informe Anual del Banco Mundial (1991) dedicado


a 1 al desarrollo, sostiene que
3;
lo que impulsa el desarrollo es una productividad creciente. Pero
cabe preguntame qué impulsa a su vez a la productividad: el pro-
greso tecnológico -E la respuesta- el cual está a su vez influido
, c por la historia. la cultura. la educación. las instituciones y el grado
de aperiura de la economía de los paises en desarrollo y de los
1 !
I industriales.
!.i
Similares afirmaciones se encuentran en los trabajos de la CEPAL,
del PNUD, de la FAO, el FIDA, el llCA y la Comisión Brundtland.
Por sus implicaciones para la enseñanza superior de desarrollo rural,
conviene resaltar dos conclusiones, una que se extrae del conjunto de
estos puntos, y otra de la realidad de nuestros países:

a ) Crecimiento económico y desarrollo no son variables indepen-


dientes y manipulables aisladamente:constituyen procesos socioeconómicos
y políticos que ocurren en sociedades con características y ritmos específi-
c o ~y, que requieren del concurso imprescindible de las personas, las orga-
nizaciones y las instituciones.
b) Si bien estos puntos se encuentran expresados, con mayor o me-
nor énfasis, en los trabajos teóricos y en los documentos centrales de los
organismos internacionales, no se han traducido en estrategias de acción.
Esto, debido tal vez a que su concreción demanda formulación y operatividad
académica, política y técnica.

Ambas conclusiones son, a la vez, retos cruciales para la enseñanza


rural. Actuar en consecuencia implica elaborar enfoques interdisciplinarios;
y fomentar habilidades y capacidades para diseriar e implementar estrate-
gias de acción en directa relación con la población y las organizaciones.
En función de avanzar en la dirección planteada, he priorizado algu-
nos ejes de discusión que presento en la siguiente sección.

. . . ~ ~
- .~ .- .~
~~

. .- .
~

Los actuales ejes de discusión y acción

La artjculacjon entre equidad, sostenibjildad y


competitividad

Constituye un elemento central del enfoque de desarrollo que este


tenga como fin a las personas. Por tanto, debe formar parte ineludible
de: a ) la estrategia, los instrumentos de política y los métodos de ejecución;
y b) de las conceptualizaciones académicas y de los contenidos de la en-
señanza. Esto supone como tarea desarrollar una conceptualizaciónespecífica
para cada una de las nociones; un enfoque que las articule; y planteamien-
tos operativos en los niveles mamo y micro social, y en sus correspondientes
articulaciones.
A modo de ejercicio, paso a establecer algunos contrastes entre el
uso común de estas nociones respecto a su uso más preciso:

La equidad. Suele ser confundida con políticas asistencialistas, con


. if,
atención a las necesidades de los pobres y con justicia distributiva. Sin lfl
duda, la noción encierra algo de cada uno de estos aspectos, pero no se
equipara con ninguno, ni con la síntesis de los tres.
La equidad, al igual que la noción de desigualdad, atañe al conjunto
de la sociedad; y hace referencia a la manera en que la estratificación
social posibilita o impide el desarrollo de capacidades de los sujetos indivi-
duales o colectivos.
La equidad es una noción global que enfoca la articulación entre las
estructuras social, institucional, normativa, jurídica, cultural e ideológica,
con la situación y las condiciones socioeconómicas y políticas de los suje-
tos individuales y colectivos para determinar sus diferentes oportunidades
y grados de acceso real a los recursos tangibles y no tangibles de la socie-
dad.
No se refiere, por tanto, solo a las características socioeconómicas
de los pobres, ni a la pobreza o riqueza de los habitantes de un país,
medidas individualmente, sino a la manera en que la organización general
de la sociedad permite o impide el acceso de las personas y colectividades
a los recursos tangibles y no tangibles, y por lo tanto, alienta o limita el
desarrollo de las capacidades de los sujetos.

La competitiuidod. Suele ser entendida -por el sentido común y


muchas veces por los dirigentes políticos- como la capacidad individual
de las empresas para producir eficientemente a precios internacionales.
En otras palabras, la competitividad se utiliza como sinónimo de competir
en el mercado internacional, en el mejor de los casos; y en la mayoría,
como la capacidad de conseguir y defender un nicho del mercado.
Sin embargo, en los estudios sobre competitividad y en las definicio-
nes usadas en los estudios sobre desarrollo, la competitividad no aparece
referida solo a las capacidades individuales de las empresas. El énfasis está
puesto en el carácter sistémico de la economía, como actividad productiva
global que se desarrolla en una sociedad dada y en un marco institucional
y organizativo específico. La competitividad alude así a la articulación en-
.
tre los distintos sectores de la economía., val resultado oositivo o neoativo
de esta articulación. La medida para evaluar los resultados está referida a
la capacidad de la economía para satisfacer las demandas de los miembros
de una sociedad, para desarrollar un estilo de gestión flexible y eficiente,
para innovar tecnológicamente y para competir en el mercado internacio-
nal.
Esta visión sistémica no excluye sino que, por el contrario, requiere
considerar y conocer las características sectoriales de la economía y de las
unidades productivas, vistas tanto en su contexto nacional como en el
internacional.
La sostenibilidad. Esta noción también se ha utilizado en sentidos muy
restringidos. En ocasiones, sobre todo en proyectos de desarrollo rural, se
ha convertido en sinónimo de programas de capacitación o productivos,
dirigidos a los campesinos pobres para evitar que depreden los escasos
recursos nahirales a su disposición. Los problemas de la escasez de tierra o
de falta de empleo no son relacionados habitualmente con los problemas
de sostenibilidad.
Sin embargo, sobre todo desde el informe de la Comisión Bmntland,
se ha establecido que la sostenibilidad es una dimensión global del desarro-
llo, de corresponsabilidadinternacional;que involucra una redefinición del
estilo de desarrollo y del uso de energía, y que atañe no solo al manejo
adecuado de los recursos naturales sino también a las condiciones y la
calidad de vida de las personas.
L a noción de sostenibilidad implica desarrollar capacidades y proce-
dimientos para que los procesos socioeconómicos y las técnicas producti-
vas desatados por las personas no se vuelvan contra ellas ni contra la
naturaleza.
Debido a la preocupación creciente por los temas relacionados con
la calidad de vida de las personas, la noción de sostenibilidad se ha ido
acercando a la de desarrollo humano; y esta última, al considerar al medio
ambiente como un componente del bienestar, ha terminado por angostar
la distancia. Tanto así, que en el informe del PNUD sobre el desarrollo
humano del año 1994 se afirma que, al involucrar las mismas preocupa-
ciones, las nociones de desarrollo humano y desarrollo sostenible resultan
intercambiables.
¿De qué manera los centros de enseñanza superior han asumido
estas nociones? ¿Cómo las operativizan y qué métodos han diseñado para
su manejo y aplicación? ¿De qué manera estas nociones han contribuido a
elaborar enfoques interdisciplinarios para el desarrollo rural, que involucren
tanto a las ciencias naturales como a las ciencias sociales?

Las redefiniciones del papel del


Estado, la sociedad civil y el mercado
No es mi intención desarrollar una presentación de las discusiones al
respecto. Simplemente quiero señalar que, de facto y conceptualmente,
se han producido modificaciones en cada uno de estos ámbitos y de sus
articulaciones.
Para fines del desarrollo conviene resaltar la importancia de las ca-
racterísticas institucionales de cada uno de ellos -estado, sociedad civil y
mercado-; el papel que hoy se les asigna en las tareas de desarrollo, así
como sus recursos y su tipo de organización actuales. Asimismo, sus gra-
dos de autonomía, la delimitación de sus ámbitos de actuación y legitimi-
dad, y las modificaciones que han sufrido como consecuencia del proceso
de globalización.
La manera como se entienda y defina las transformaciones de estos
tres agentes institucionales, es fundamental para el diseño y la
implementación de estrategias de acción y para renovar y desarrollar cam-
pos de conocimiento. A modo de ejemplo, cito algunos temas que se
plantean en la actualidad:
- Desconcentración y descentralización del Estado.
- Marco organizativo e institucional para facilitar y definir los ámbitos
de acción de los gobiernos nacional&, regionales y locales.
- Marcos organizativos e institucionales para propiciar la participación
de la sociedad civil.
- Desarrollo institucional del mercado.
- Sistemas políticos institucionales para hacer viables las estrategias de
desarrollo. !,g
- Estrategias para combatir la pobreza. 1
1
s
En referencia a los cambios en el papel del Estado, de la sociedad
civil y del mercado, y a los temas que surgen a partir de ello, ¿de qué
manera las instituciones de enseñanza superior han asimilado las modifi-
caciones? ¿Cómo han afectado a sus enfoques, a los contenidos de los
cursos y a sus métodos de analisis y de acción?

Las relaciones entre los sectores


público y privado
Las relaciones entre los sectores público y privado son un tema im-
portante para potenciar esfuerzos y recursos, y para lograr concertación
para las estrategias de desarrollo. Implica redefinir algunas tradiciones
culturales de muchos de nuestros países, donde por años se han visto
enfrentados ambos sectores; innovar las instituciones y organizaciones para
hacer posible la cooperación; y desarrollar enfoques, categorías y concep-
tos para entender los límites y las posibilidad& de la nueva situación. ¿En
cuáles de estos aspectos trabajan los centros de enseñanza superior del
desarrollo rural?

La articulación entre poiíticas


económicasy sociales
Este es un reto clave para las instituciones dedicadas a la enseñanza
superior del desarrollo y del desarrollo rural, y para las estrategias de polí-
tica en nuestros países.
Siendo este un tema político -pues involucra intereses de gmpos,
opciones diversas para alcanzar resultados, definiciones alternativas de
objetivos y metas, entre otros aspectos-, requiere de transparencia y
debate público; así como de bases conceptuales e información empírica
que permitan sopesar las distintas opciones.
Por tanto, desde las funciones de los centros de enseñanza superior,
implica asumir como tarea desarrollar un enfoque conceptual que permita
operativizar dicha articulación tanto en el ámbito de la organización
institucional y del gasto público, como en el diiefio y La implementación de
políticas, programas y proyectos.
Las lÓ&cas del análisis, de la intervencjón
y de los actores

Este punto dinamiza, por así decirlo, en el ámbito del conocimiento


y en las estrategias pedagógicas para transmitirlo, todos los anteriores. Y
nos lleva de suyo a considerar nuestras habilidades y limitaciones para
encuadrar las relaciones entre los aspectos macro y microsociales del de-
sarrollo y del desarrollo rural.
Aceptar que el desarrollo es un proceso complejo, cuyo fin son las
personas en sociedad y en relación con la naturaleza, y que este proceso
supone estrategias y medidas explícitas, que atañen a grupos diversos y
que deben ser alcanzado en el tiempo, implica, entre otros aspectos, la
tarea de conjugar distintos tipos de conocimientos y habilidades.
Esta tarea ayuda a especificar la noción de enfoque interdisciplinario
para el desarrollo. No se trata solo de conjugar conocimientos académicos
y10 prácticos entre distintas disciplinas, sino también habilidades profesio-
nales que se ejercitan en diversos ámbitos: universidades, administración
pública, organizaciones no gubernamentales, empresas y gremios.
Las profesiones, al desempeñarse en ámbitos sociales y organizativos
específicos y en campos de problemas delimitados, generan habilidades
específicas, categorías conceptuales, procedimientos propios y estilos de
definición de problemas y de soluciones. Asimismo, instrumentos para la
acción y redes de relaciones entre expertos y con las poblaciones
involucradas.
Las habilidades así desarrolladas constituyen simultáneamente una
fuente de riqueza, por la variedad de puntos de vista que comportan, y
una fuente de fragmentación e incomunicación,por lo específico y delimi-
tado de cada punto de vista.
En la enseñanza superior no se trata de homogeneizar esos puntos
de vista, sino de articularlos, de manera explícita, para potenciar las habi-
lidades profesionales y los diferentes tipos de conocimiento y de maneras
de hacer las cosas.
Para ello resultaría útil organizar en el cui-rículum las diferencias y
articulaciones entre las diversas habilidades, alrededor de tres lógicas de
conocimiento:

- La lógico del onólisis, referida al manejo categorial, conceptual y


operativo, dirigido a establecer y conocer lo que es un problema o
una situación, para explicarlos y comprenderlos.
- Lo Iógico de lo intervención, dirigida a formular e implementar es-
trategias, políticas, programas y proyectos con base en diagnósticos,
objetivos predefinidos y recursos institucionales. humanos y financie-
ros determinados.
En esta lógica, el conocimiento está orientado a alcanzar lo que debe
ser, mediante procedimientos dirigidos a modificar la situación ini-
cial. Es una lógica que encierra una dimensión prescriptiva, y una
dimensión político-práctica en tanto afecta a grupos y personas. Im-
plica, entre otros, manejar conocimientos y habilidades para realizar
diagnósticos; diseñar e implementar estrategias y políticas; evaluar
procesos y resultados; ejecutar estrategias de acción y gestión para
el trabajo con poblaciones y organizaciones.
- La lógica de los actores. Este es un campo fundamental para la
sostenibilidad de los proyectos, que sin embargo ha sido muy descui-
dado en la enseñanza y en las estrategias del desarrollo global y rural.
La lógica de los actores, ubicada en sus condiciones y en su situación
social y material, constituye uno de los puntos de partida y de Ilega-
da, imprescindibles para la aplicación de las dos lógicas anteriores.
Requiere desarrollar explícitamente sensibilidad y métodos cognitivos
para comprender y respetar las diferencias culturales, étnicas y de
género; las conductas y los comportamientos que ello conlleva; las
maneras que tienen las poblaciones de definir sus necesidades y pro-
blemas; sus expectativas, intereses y valores; y sus formas de organi-
zación.
Además, se requiere manejar técnicas para formular y ejecutar
estrategias de toma de decisiones y acción en situaciones micro, caracteri-
zadas por la interacción de grupos diferentes [campesinos, ONG y gobier-
nos locales, por ejemplo).
Existen categorías y esquemas conceptuales desarrollados por la an-
tropología, la economía, la sociología y la psicología social, muy útiles
para estos fines, que deberían formar parte de Los métodos y Las técnicas
utilizados en la enseñanza de desarrollo mral.

-
L --A
Síntesis con respecto al enfoque de
desarrollo y los ejes de discusión actuales

El repaso de los puntos de consenso y de los ejes de discusión nos


siwe como marco de referencia y de medida, desde el ángulo del conoci-
miento y de la formulación de estrategias de acción, para evaluar los avan-
ces y precisar los retos que tiene que afrontar la enseñanza superior de
desarrollo rural.
Obviamente, las condiciones y la situación socioeconbmica y política
de las poblaciones y sociedades rurales constituye la primera regla para
medir los avances y los retos.
La pobreza generalizada en las zonas rurales, sobre todo en las cam-
pesinas; los agudos desequilibrios entre las grandes ciudades y el campo;
el deterioro de La infraestructura física y social; el debilitamiento de las
organizaciones productoras; la falta de instituciones de apoyo para la pro-
ducción: capacitación, investigación, expansión y financieras; la ausencia
de políticas para enfrentar los problemas del agro, especialmente los refe-
ridos a los campesinos y pequeños productores, a los precios, la tierra, la
competencia de productos extranjeros, son situaciones que con mayor o
menor agudeza se presentan en los países de América Latina.
Sin embargo, también es cierto que se han producido cambios en las
sociedades rurales durante la última década, cuyo análisis es una tarea
pendiente. Entre estos cambios, a modo de ejemplo podrían señalarse las
dinámicas demográficas migratorias y el tamaño y tipo de familias; las rela-
ciones entre los centros poblados menores y el hinterland rural; los índices
de alfabetización; la presencia de los medios de comunicación; la actividad
de los gobiernos locales; las modificaciones e innovaciones en las técnicas
de cultivo y el uso del agua; los nuevos tipos de organización de producto-
res; los ensayos r e a l i d o s en algunos países para llegar al pequeño pro-
ductor con sistemas de crédito, capacitación y extensión mediante fórmulas
que hiangulan la cooperación entre productores, Estado y ONG; y los nue-
vos sentidos comunes y racionalidades económicas y políticas de los habi-
tantes mrales.
Junto con estos aspectos, queda por evaluar en conjunto el impacto
de las políticas de ajuste, en las condiciones de vida y producción de las
sociedades rurales; el papel asignado al agro en las políticas de ajuste y
apertura; los desajustes producidos por la pérdida de legitimidad de anti-
guas organizaciones y liderazgos de productores y campesinos, que con
limitaciones servían de vasos comunicantes con otras organizaciones y
sectores de la sociedad global, y permitían presentar sus demandas en la
escena pública; los retos que significa para la población mral que la pro-
ducción en la actualidad marche directamente vinculada a la gestión, la
informática y el conocimiento; la capacidad productiva agrícola en refe-
rencia a las demandas de las poblaciones nacionales; y las posibilidades
reales de producción agrícola para la exportación, dadas las característi-
cas del mercado internacional y las políticas de protección y subsidio que
practican los países de capitalismo avanzado.
Al comparar los puntos considerados en los enfoques y en los ejes de
discusión con los problemas y las dinámicas de las poblaciones rurales, se
constata que hay correspondencia entre ambos aspectos, al nivel general
en que están presentados. Queda por precisar los marcos estratégicos y
operativos, y las demandas que esto supone en las instituciones de ense-
ñanza superior de educación mral.

,
---.--L..

Avances y retos
Ciertamente,los enfoques propuestos y estrategias de desarrollo rural,
generados y/o difundidos por las instituciones de ensefianza especializadas,
han jugado un papel importante, en los enfoques que he reseñado. Es cier-
to también que gracias a estos institutos, a los organismos no gubernamen-
tales y organismos internacionales, hoy se cuenta con mejores marcos
conceptuales, métodos de análisis y de acción, e instrumentos de diseño,
ejecución y gestión, para el desarrollo rural.
Sin ánimo de exhaustividad, presento a continuación algunos aspec-
tos que forman parte de los avances para el desarrollo mral:

- Las diferencias y articulaciones entre las estrategias de desarrollo


nacional y desarrollo rural. Aunque estas distinciones parezcan de
Perogrullo, ellas han permitido superar enfoques y propuestas que
pretendían lograr el desarrollo rural, al interior del agro, ignorando
los procesos nacionales, el Estado y el mercado. Este aspecto tam-
bién ha supuesto desarrollar propuestas dirigidas a articular las polí-
ticas macroeconómicas con estrategias de desarrollo rural.
- Las diferencias y articulaciones entre ciudades, centros poblados y
hinterland rural. Hoy se comprende que aumentar empleo, mejorar
calidad de vida, mejorar canales de comercialización,fortalecer mer-
cados y extender los derechos reales de ciudadanía, requiere de una
equilibrada y adecuada relación entre el campo y la ciudad, lo cual no
siempre es fácil de lograr.
- Las diferencias y articulaciones entre estrategias de desarrollo rural y
estrategias de desarrollo agropecuario.
- La concreción de las estrategias de desarrollo rural, no en las familias
aisladas, sino en unidades mínimas de planificación. En muchas pro-
puestas, a estas unidades se las denominan microrregiones, entendi-
das como la sociedad local, es decir el conjunto mínimo de relaciones
e instituciones sociales espacialmente establecidas, que permiten la
producción y reproducción de las familias rurales y campesinas, así
como instancias de autoridad y de poder.
Considerar a la microrregión como unidad mínima de planificación,
supone asumir el manejo del espacio físico y del socioeconómico
como variables fundamentales para las propuestas de desarrollo N-
ral. Por ellos, esta perspectiva es altamente complementaria con el
enfoque de cuencas.
- U desarrollo rural, como proceso y como estrategia no solo sectorial
e intersectorial, requiere coordinación y diferenciación de tareas en
los espacios microrregionalec, a cargo de las autoridades locales.
- En la actualidad, los enfoques sobre qué es el desarrollo rural, y qué
aspectos macro y micro debe considerar, tienden a una mayor con-
vergencia. Además existen muy buenos y variados métodos de diag-
nóstico sectoriales e integrales; instrumentos para la formulación,
ejecución y seguimiento de proyectos, y ricos y bien fundados
análisis sobre la sociedad y el agro.

Sin embargo, los resultados obtenidos hasta la fecha, y sobre todo


10s cambios ocurridos en los últimos quince anos, deben ayudarnos a evi-
tar la autocomplacencia y a examinar cuidadosamente los Emites y las
posibilidades de nuestra contribución al desarrollo rural, como institutos
de enseñanza superior. Si bien contamos con avances, es necesario usar-
los para enfrentar los retos planteados. Y esta es una tarea colectiva a la
cual estamos invitados todos.

Bibliografía citada

BANCO MUNDIAL
1991 Inforpe sobre el Desarrollo Mundial: la tarea acuciante de desarrollo.
Washington DC.

CEPAL
1991 El desarrollo sustentable: transformación productiuo, equidad y
medio ambiente. Santiago de Chile.

GUIMARAEC, Roberto
1990 .Desarrollo con equidad. ¿Un nuevo cuento de hadas para los años
noventa?.. Sintesis N" 10, Madrid.
SEN, Amartya
1985 .¿Cuál es el camino del desamolloh. Comercio Exterior, vol. 35, N" 10.
México, pp. 939-949.
1985 eFreedom and Agency.. The Journol of Philosophy 82,4, pp. 169-221.

SEN, Amasa y Martha NUSSBAUM


1988 ~Capabilityand Well-Being*. Documento presentado a la conferencia
~Qualityof Lifen organizada por el World Institute of Development
Economics Research. Oxford.

WOLFE, Marshall
1982 .El desarrollo esquivo. La búsqueda de un enfoque unificado para el
análisis y la planificación del desarrolloa. Revista de la CEPA1 N" 17,
Santiago de Chile, pp. 375-393.
investigación
la revolución de los espíritus
la juventud reformista de los años
veinte en América Latina1

En homenaje al ochenta aniuersorio


de la Reforma Uniuersitorio
(1918-1998)

Desde hace algún tiempo la sociología se preocupa por incorporar en


su universo categorial a ese fenómeno social que conocemos con el nombre
de ju~entud.~ En este esfueno los sociólogos han tenido que recuperar los
diversos enfoques que sobre el mismo fenómeno han hecho la antropolo-
gía, la psicología, la psicología social, la demografía, la historia, etcétera. Este
enriquecimiento del análisis de la juventud está generando nuevas cate-
gorías y con ello aparece un nuevo Corpus teórico: la sociología de la juven-
tud?
En este ensayo queremos contribuir al análisis de la juventud señalan-
do algunas de las características más comunes que ella muestra en la histo-
ria social contemporánea. Esto nos permitirá plantear la hipótesis de que la

' Ensayo presentado en el N Congreso Nacional de Sociología. Universidad Nacional


Federico Villamal. 20-23 de octubre de 1998.
LOSm65 importantes diccionariosde sociología no mencionan este fenómeno o hablan
simplemente de la adolescencia. que como r e sabe es una categoría de origen y conte-
nido psicológico. Al respecta véase BWRE y otros. Didionnoire d'Anion sociale,
París: Fayard (Colection Travail Socid). 1995; B w w x y Bou~wcnm.Didionnoire cnli-
que de le sociologia Paris: Ed. Presse Universitaire de France, 1990; y FERREOL.
Dictionnoire de sociologie. París: Armand Colin, 1995.
En términos generales. en el nuevo tema sociol6gico se han desarrollado los siguien-
tes aspectos: el origen histórico de la juventud; su significación y status en las socie-
dades badidonales y en las modernas; socialuación, escuela, empleo y políticas del
Estado; juventud, sexo y generación; cultura y contracultura juvenil; actitudes politi-
cas y religiosas; el pasaje de la juventud a la edad adulta; etcétera. Sobre esto véase
GPLLAND. Olivier. Sociologiede la jeunesse. París: Armand Colin, 1997: %LEER. Gérard
y VONWOLFFWDMLF~.Chrirtian. Jeunesse el rociétés perspediuec de la recherche en
F~onceet en Allemogne. París: Armand Colin. 1994;de MAUPEOU-Asmuo, Nicole. b a
socioloaie de la ieunesse aux Etats Unisn. Reuue francaise de sociolcwie. vol. VII. 1966:

7, París. octubre de 1985


juventud, además de ser una clase de edad o bio-clase,4 aparece en la
historia social como una clase sociocultural identificable y con una dinámi-
ca propia. Para demostrar esto presentaremos como ejemplo el movimien-
to de la Reforma Universitaria producida en América Latina en los años
veinte. Este movimiento, compuesto de múltiples y sucesivas revueltas es-
tudiantiles, al traer consigo conflicto de generaciones, oposiciones al orden
social y propuestas de cambio social, cultural y político, generó un tiempo
histórico conocido con el nombre de .la revolución de los espíritu^,,.^

.. ..
La Reforma Universitaria de los aiios veinte

Hace ochenta años se inició en América Latina un enorme movimien-


to de juventud que, al criticar la cultura y el orden social tradicional, produ-
jo y auspició importantes movimientos sociales, culturales y políticos de
oposición. Esto socavó las bases de legitimidad de la autoridad (en todas
sus formas) y tomó paulatinamente la forma de una formidable ruptura
generacional en toda esta parte del ~ontinente.~
Los principales actores fueron estudiantes universitarios, pero a ellos
se sumaron otros jóvenes obreros, campesinos e intelectuales. Ellos nacie-
ron entre 1894 y 1900; es decir que hacia 1918, año en que se inicia la
Reforma Universitaria en Argentina, tenían entre 18 y 26 años de edad.
¿Cuál fue la población estudiantil en esos años? Es difícil precisarlo debido
a la escasa y deficiente información estadística que los países latinoameri-
canos tenían en la época.' No obstante, se sabe que hacia 1928 existían

Uno de los primeros sociólogos que plantea el problema de la juventud como bio-clase
y clase de edad es Edgar MOWN en su articulo ~Jeunesse., reproducido en Cesprit du
ternos: Nécrose. París: Grasset. tomo 1. 1962: también en G l t u r e adolescente e! révolte
étudianteu reproducido en Lésprit du temps: Nécrose. París: Gmrset. tomo 11, 1975.
Uno de los más importantes libros dedicados a resolver estas cuestiones es el editado
por Mnffiui.Gémrd y o&. Jeunesse el smiétés: penpeciiuert de la recherche en France
et en Allemagne, 1994.
Esta fmse fue bastante común en la época. Por ejemplo. en 1927 la revista Aménco
Libre, publicada en Cuba. tenia como uno de sus más importantes principios "la
revolución de los esoíritur~;citado wr MELGAR BAO,Ricardo. .Mililancia aprista en el
Caribe: la sección cubana.. Cuadernos Amencanos N' 37. año VII. vol 11 Méx;~o.
eneroifebrero de 1993. p. 223. También véase MTEGUI, JaK Carlos. *La Reforma
Universitaria*. En 7 ensovos de intemretaciónde lo reolidad oenrona. Lima: Amauta.
1975. p. 125: también HAVA DE LA T~RRE, Victor Raúl. "La ~eformaUniversitaria y la
realidad mial.. En D u MAZO (compilador).Lo Reformo Uniuersitoria.Tres tomas. La
Plata. Aroentina: Cenho de Estudiantes de Inoenieh 1941. o. 168

Cociales. París. junio de 1998. Véase tarnbi& P o m m o , Juan Carlos. Estudiantes y


polítim en Américo Lotina: el proceso de la Reforma Universitario (1918-1938). Méxi-

' -
co: Sido XXI. 1978.
La única fuente de informacián que 2 tiene a nivel continental para el periodo es la
que da Stotesmon's Yeor-Book. Esta obra nos muestra que en la mayoria de los
paises latinoamericanos las estadisticas eran casi inexirtentes. en otros no tenian
secuencia y en la mayoria eran incompletas. Esto es mucho m& grave en lo concer-
niente a la infamación sobre la población escolar y universitaria en estos paises. Al
respecta consultar Statesmon's Year-Book: statistical ond histoncol annual of the
states ofthe world for the year. Londres: Roval Geographical. of the Royal Statistical,
and ofthe Royal ~conomicSocieties. 1928.
en América Latina 42 universidades, las cuales tenían inscritos 73 985 es-
tudiantes. Considerando que en ese año esta parte del continente tenía
aproximadamente 104 687 498 habitantes, se deduce que había un estu-
diante universitario por cada 1 415 habitantes.
Más allá de las diferencias es~ecíficas.en aauella éooca América
Latina vivía una serie de hechos y circunstancias comunes que homoge-
neizaban en muchos aspectos las realidades de cada país. Entre los elemen- [1
, m,
tos más saltantes se encontraban la supérstite influencia d e La Revolución
Mexicana y los halos de esperanza que trajo la Revolución Rusa; la crisis de
valores que produjo la Primera Guerra Mundial; la beligerancia de los
movimientos indígenas y obreros que en muchos países pusieron en crisis
al orden oligárquico; la sujeción y dependencia económica, política e inclu-
so militar de muchos gobiernos al imperialismo norteamericano, la inva-
sión o amenaza de invasión de este último a algunos países latinoamerica-
nos; la celebración en estos países del Centenario de la independencia, lo
que por un lado reverdecía los proyectos americanistas de integración con-
tinental y por otro lado exacerbaba y multiplicaba las actitudes antiimpe-
rialistas.
Este conjunto de elementos formaron la <<situacióngeneracional,,que
vivió la generación de los años veinte en América Latina? Al final es la
mezcla de estos elementos la que posibilitó la socialización y homo-
geneuación de criterios y consignas entre las juventudes, la integración de
diversas fuerzas sociales al movimiento, la elaboración de proyectos comu-
nes y la reafirmación de aquella comunidad histórica (más imaginaria que
real) que muchos llamaron -Nación Continental. o ,Patria Grande.?

L -- -2
El movimiento iiminar:
la Reforma Universitaria de h g e n t i n a

El movimiento de la Reforma Universitaria en América Latina dura


más de dos décadas y se extiende a todos los países de esta región. Su
estudio ha sido abordado individualmente por distintos países, pero aún
no se ha hecho un balance continental del fenómeno; no obstante, todos
los estudios parten y toman como ejemplo el caso argentino. Esto se ex-
plica porque es en Argentina donde se inicia el movimiento y porque su
dinámica parece resumir los grandes temas, así como los límites y las
posibilidades de aquella revuelta juvenil que sacudió durante muchos años
la sociedad latinoamericana.
Los elementos detonadores de este acontecimiento parecen encon-
trarse en el desarrollo desigual y conflictivo que vive Argentina desde ini-
cios del siglo xx. En efecto, ahí se dan profundos cambios: la zona atlánti-

Karl. Le p m b l h e
Sobre la categoria de .situación generacional-. consultar MAMIHELM.
des genérotions. Paris: Nathan, 1990,pp. 65-68.
Esta es unade las constantesque atraviesa todo el univenosimb6lico delamericanismo
o nacionalismo continental. Al respecto véase mi tesis El smiolismo indo-americano,
véase también U-. Manuel. La noción lotinwmericona, 1998. Venezuela: Bibliote-
ca Ayacucho, d.
ca comienza una acelerada modernización capitalista, mientras que al inte-
rior se mantiene casi intacta una cultura eclesiástica y aristocratiiante, asen-
tada en formas de producción precapitalista heredadas fundamentalmente
del periodo colonial. Asimismo, y producto de lo anterior, crece el número
de huelgas obreras y campesinas, entra en crisis la dominación oligárquica
y se afianza la representación socialista en el Parlamento. Todo parece indi-
car que los contrastes en las estructuras económicas crean conflictos en las
relaciones sociales y culturales, y socavan las bases de legitimidad del or-
den social oligárquico.
Los cambios y anhelos de renovación están pues presentes en Ar-
gentina desde inicios de siglo, pero en 1917 toman carácter de urgencia
debido a dos acontecimientos. El primero, la toma del poder por la Unión
Cívica Radical donde, alrededor del presidente Hipólito Yrigoyen, se nuclean
importantes grupos reformistas y marcadamente antioligárquicos. El se-
gundo es el nacimiento del movimiento de la Reforma Universitaria, la
misma que comienza justamente exigiendo la reforma total del orden es-
tablecido. Julio Gonzales, uno de los principales líderes de ese movimien-
to, escribe así sobre así sus arios de juventud:

La guerra europea dejó al mundo en minas. económica, social,


institucional y moralmente. Todos los valores habían caducado. to-
dos los principios habian hecho crisis. Los jóvenes que nos
lanzamos a la vida. no enconiramos sino ruinas y escombros por
todos los confines. Eso ya no creaba una posición nihilista, negati-
va. No encontrábamos nada que nos mereciera respeto, ni siquiera
atención de detenernos a estudiarlo y comprenderlo. Para el hom-
bre nuevo de América, todos los sistemas habían caducado l...] Frente
a este panorama sombrío, la Revolución Rusa surgía como un luce-
ro anunciando la aurora de un nuevo mundo. Era una alucinación
para los jóvenes de veinte años. Veíamos en ella la posibilidad de
que sobre los principios de justicia se lograra la constmcción de una
nueva sociedad. Y hacia ella ibamos, no como adhesión política,
sino como quien se deja encandilar por una luminaria que brillaba
en el horizonte.'"

El movimiento estudiantil se inicia en la Universidad de San Carlos,


ubicada en la ciudad de Córdoba. En realidad no es azar que el conflicto
comience allí: Córdoba era una ciudad dominada por una oligarquía tenate-
niente y una influyente casta clerical. Su universidad era la prolongación de
aquel orden social: era dominada por un clan patricio, que agrupado por
academias vitalicias, controlaba el nombramiento de profesores, aseguraba
la continuidad de los cursos religiosos, trababa la instalación de métodos
científico-experimentalesy todo espíritu critico. Esto explica que, a diferen-
cia de las universidades de Buenos Aires y La Plata, en la Universidad de
Córdoba se mantuviera intacto el régimen de enseñanza establecido por la
ley de 1885;también explica que, gracias a los estatutos de 1879, la patro-
na de esta universidad fuera la Virgen Santísima y que el juramento profe-
sional se prestara, obligatoriamente, sobre los Evangelios."

'O
GONI~VES. Julio V Vigencia y actualidad d e lo Reformo Universitario,
" P o n r m m 1978. pp. 30-31.
U movimiento se inicia a fines de 1917 y es encabezado por los estu-
diantes de medicina, siendo luego seguidos por los d e ingeniería, jurisptu-
dencia, etcétera. Las primeras reivindicaciones fueron por la sustitución del
sistema de provisión de cátedras y contra las deficiencias del régimen do-
cente. El 1 0 d e marzode 1918se realiza la primera manifestación estudian-
til y poco después nace el Comité Pro-Reforma. U día 14 este Comité se
declara en huelga indefinida y da a publicidad un manifiesto que lleva por
título .La juventud de Córdoba a los hombres libres de Sud América*. En el
primer párrafo dice:

Hombres de una república libre, acabamos de romper la última


cadena que, en pleno siglo xx nos ata a la antigua dominación
monárquica y monástica. Hemos resuelto llamar a todas las cosas
por el nombre que tienen. Córdoba se redime. Desde hoy canta-
mos para el país una vergüenza menos y una libertad más. Los
dolores que quedan son las libertades que faltan. Creemos que no
nos equivocamos, las resonancias del corazón nos lo advierten:
estamos pisando sobre una revolución, estamos viviendo una hora
ameri~ana.'~

Lo revelador de este manifiesto es que los estudiantes parten de una


crítica al régimen universitario, extienden su crítica a la cultura y al régi-
men político y terminan esbozando su propia alternativa societaria. ~ M a n -
tener la actual relación entre gobernantes y gobernados es agitar el fer-
mento de futuros trastornos. dicen, y agregan: queremos arrancar d e raíz
en el organismo universitario el arcaico y bárbaro concepto de autoridad
que en estas casas de estudios es un baluarte de absurda tiranía y solo sirve
para proteger criminalmente la falsa dignidad y la falsa competencia*.
Erigiéndose como .un movimiento en suprema lucha por la libertad* ha-
blan así de su deseada ~ e ~ u b l i cUniuersitario:
a

La Federación de Estudiantes de Córdoba, se alza para luchar con-


tra este régimen y entiende que en ello se le va la vida. Reclama un
gobierno estrictamente democrático y sostiene que el demos uni-
versitario, la soberanía, el derecho a darse un gobierno propio
radica principalmente en los estudiantes. El concepto de autoridad
que corresponde y acompaila a un director o a un maesho en un
hogar de estudiantes universitarios no puede apoyarse en la fuerza
de disciplinas extraiias a la sustancia misma de los estudios. La
autoridad, en un hogar de estudiantes, no se ejercita mandando,
sino sugiriendo y amando: enseríando[...]
Los gastados resortes de la autoridad que emana de la fuerza no se
avienen con lo que reclama el sentimiento y el concepto moderno
de las universidades. El chasquido del látigo sólo puede ~ b r i c a el
r
silencio de los inconscientes o de los cobardes [...] si en nombre del
orden se nos quiere seguir embruteciendo, proclamamos bien alto
el derecho sagrado a la insurgencia. Entonces la única puerta que
nos queda abierta a la esperanza es el destino heroico de la juven-
tud. EJ sacrificio es nuestro mejor estímulo; la redención espiritual
de las juventudes americanas nuestra única recompensa [...l

.La juventud Argentina de Cárdoba a los hombres libres de Sud América. (Manifiesto
Liminar, 21 de junio de 1918), reproducido por DELMAIO, h Reformo Uniuenitorio,
1941, tomo 1, p. 1.
La juventud ya no pide. Exige que se le reconozca el derecho a
exteriorizar ese pensamiento propio en los cuerpos universitarios
por medio de sus representantes. Esta cansada de soportar a los
tiranos. Si ha sido capaz de realizar una revolución en las concien-
cias, no puede dexonocérsele la capacidad de intewenir en el
r-. gobierno de su propia casa."
j j
l Otro de los aspectos remarcables de este movimiento juvenil es que
i ;
j por primera vez en la historia la juventud muestra su identidad y expresa
oi sus reivindicaciones como clase de edad y como actor histórico. Esto es
1Pt particularmente evidente cuando dice:
i: 1
ío l
.-
,,"
La juventud vive siempre en trance de heroísmo. Es desinteresada,
íf ;
es pura. No ha tenido tiempo aún de contaminarse. No se equivo-

i'i
i i
ca nunca en la elección de sus propios maestros. Ante los jóvenes
no se hace méritos adulando y comprando. Hay que dejar que
ellos mismos elijan sus maestros y directores, seguros de que el
acierto ha de coronar sus determinaciones. En adelante, sólo po-
drán ser maestros en la futura República Universitaria los verdade-
ros consbuctores de almas, los creadores de verdad. de belleza y
de bien [ . ]
En la Universidad Nacional de Córdoba no se han presenciados
desórdenes: se ha contemplado y se contempla el nacimiento de
una verdadera revolución que ha de agrupar bien pronto bajo su
bandera a todos los hombres libres del continente

En este manifiesto encontramos resumidas las críticas, las actitudes e


ideales de una juventud en pleno estado de revuelta. En principio vemos
rebeldía contra la autoridad y sus instituciones socioculturales; asimismo
un impulso democratiidor-libertario que plantea la participación igualitaria
de los estamentos en un cogobierno de la universidad; finalmente, un
estilo romántico-revolucionario mezclado con actitudes mesiánicas vincu-
ladas a las tareas de integración continental. Pero también se obsewan en
sus críticas ambigüedades y proyecciones: la crítica es a la autoridad del
maestro o director y por extensión a todas las formas en que aquella se
presenta; se habla d e la universidad como del ahogar de estudiantes.;
se critica los métodos tradicionales en la ensefianza y se reclama el derecho a
la insurgencia. De esa manera, cuando afirman que la autoridad (del maes-
tro) en la universidad (el hogar) se ejerce con la fuerza y piden por ello se
les reconozca la capacidad de .intervenir en el gobierno de su propia casa.,
los jóvenes no demandan otra cosa que revertir un orden social. Como se
obsewa, en sus críticas la problemática familiar y la sociocultural se identi-
fican, por lo cual se rebelan como jóvenes y como ciudadanos. En esas
condiciones la juventud, que aparece como nuevo actor social, muestra
todos los síntomas de una .revuelta contra el padren.I5

" 1941. p p 2-3 y 5.


' manifiesto Liminar,n 1918, p. 3.
l5 Sobre este aspecto propia a los rnovirnientosjuveniles véase MUIDEL,G h r d . La reuolte
confre le Pare. Pa&: Payot. 1968. Al respecto. luego de estudiar este movimiento,
Po~~mm concluye:
o "un desorden estudiantil, hijos que se rebelan conha sus padres"
1978. p. 30.
La revuelta se inicia en abril de 1918,cuando los estudiantes cordo-
beses asaltan su universidad, rompen muebles y pisotean los cuadros de
los frailes que gobiernan esa casa de estudios. Pero la revuelta toma forma
de movimiento en mayo, con ocasión de la campaña para la elección del
nuevo rector que debía realizar la Asamblea Universitaria el 15 de junio.
En esa ocasión la Federación Universitaria auspicia la candidatura del doc-
tor Enrique Martínez Paz, joven profesor, destacado por su ilustración y su
probada orientación liberal;16 y entre los demás candidatos se encuentra
Antonio Nores, quien representa a los grupos más conservadores y parti-
cularmente a la Corda Frates. Gta última no es *partido, ni club ni una
sociedad ni nada que se les parezca. Es una tertulia de doce caballeros
católicos - e s t e es su más fuerte vínculo espiritual- y de edades aproxi-
madas, muy unidos entre sí por lazos de amistad y aun de parentesco, que
se reúnen en comidas y almuerzos periódicos [...] Universitarios en su
mayoría, políticos casi todos, funcionarios y ex-funcionarios, legisladores
y ex-legisladores [ . . . ] x . ' ~ Este círculo es pues la expresión más real del
poder cultural y político contra el que los estudiantes se enfrentan.
Las elecciones las gana el representante conservador Antonio Nores.
Los jóvenes, comprobando la minoría de profesores reformistas en la Asam-
blea Universitaria, y por ende en el cuerpo docente, inician la radi~a~zación
de su movimiento. Esto se logra internamente con la consolidación de la
Federación de Estudiantes, la creación de la revista Gaceta Universitaria
y la solidaridad de las federaciones universitarias de Tucamán, La Plata,
Buenos Aires y Santa Fe, las que también se declaran en huelga; externa-
mente a través de la solidaridad de diversos sindicatos obreros, particular-
mente de la Federación Obrera de Córdoba, con la que los estudiantes
forman comisiones mixtas obrero-estudiantes., así como la de partidos
socialistas y de algunas personalidades liberales y anarquistas.18
La necesidad de solidaridad hace que el movimiento desborde la uni-
versidad, la ciudad de Córdoba e incluso comprometa el proceso político
de todo el país. Pero eso no es todo, el movimiento comienza a adoptar
paulatinamente los proyectos integracionistas del americanismo o nacio-
nalismo continental. En efecto, en sus manifiestos vemos surgir ese deseo
de vivir juntos propio de los nacionalismos; esto será acompañado de
ideas tales como *historia compartida*, =naciónamericana*, .hermandad
continental., de la edestrucción de fronteras.; en fin, del americanismo,
que para muchos no es otra cosa que Mesa emoción americana que es una
especie de patriotismo agandado*.l9
En realidad el ideal americanista no surgía espontáneamente. Inte-
lectuales como José Ingenieros, Manuel Ugarte, Leopoldo Lugones, Alfredo
Palacios, quienes eran los más destacados exponentes de la generación
americanista del 900, se solidarizaban con los estudiantes y al mismo tiempo
les entregaban los mensajes y viejos proyectos del nacionalismo continen-

&S son las características de este candidato, definidas por GONZALES. Julio V LO "ni-
uenidad, t e d a y acción de la reformo. Buenos Aires, 1945, p. 110. Reproducido por
P o n r m ~ ~1978,o p. 38.
" Una crónica de k época, en PORTAN~~ERO 1978, p. 39.
PORTANTIERO 1978, p. 4 0 4 1 .
P ~ ~ n c i oAlfredo.
s, ~Lajuvenhiduniversitaria y la tentativa de fascismo en la Argentina..
En Lo Uniuersidod y lo Democracia. Buenos Aims: Claridad, 1928, p. 168.
tal.zo Esto último se ve claramente cuando el 23 de junio, en un acto calle-
jero que congrega a casi 9 mil asistentes, el parlamentario socialista Alfredo
Palacios lanza un discurso de nítido contenido americanista. Al terminar el
acto se lee la .orden del día., dirigida a los estudiantes del país y América,
donde se dice:
-.--'
c >:
[...] el nuevo ciclo de civilización que se inicia, cuya sede radicará
$< j/l
en América, porque así lo determinan factores históricos innega-
1, !
3: bles, exige un cambio total de los valores humanos y una distinta
a?
.-
-nv
(5;
-
: 1.-Ai6
orientación de las fuerzas espirituales, en concordancia con una
amplia democracia sin dogmas ni prej~icios.~'
jDe la misma manera el 31 de julio, en la clausura del Congreso de
L". ;

.. :
$2; Estudiantes
%
de Córdoba, Deodoro Roca, joven egresado y redactor del
?
. Manifiesto Liminar, da un discurso cargado de élan americanista. Ahídice:
'; i
s..
j.
+, ~.J
<,'
5

Las nuevas generaciones empiezan a vivir en América, a preocu-


parse por nuestros problemas, a interesarse por el conocimiento
menudo de todas las hienas que se agitan y nos limitan, a renegar
de literahras exóticas, a medir su propio dolor. a suprimir los obs-
táculos que se oponen a la expansión de la vida en esta tierra, a
poner alegría en la casa. con la salud y con la gloria de su propio
corazón.
Esto no significa. por cierto, que nos cenemos a la sugestión de la
-
cultura aue nos viene de otros continentes. Siqnifica sólo que de-
bemos abrirnos a la comprensión de lo nuestro I . . ] Crear hom-
bres y hombres americanos, es la más recia imposición de esta
hora!22

Aquí la revuelta estudiantil muestra dos momentos: 1) la emancipa-


ción, donde se habla de la necesidad de cortar con los valores de la civiliza-
ción occidental, de volver los ojos a América para comprenderla y recons-
truirla sobre la base de nuevos valores, surgidos de esta realidad; y 2) la
revolución, donde se exige el derecho a la diferencia a través la creación
de una nueva civilización que forme nuevos hombres, nuevos americanos.
En realidad ese rechazo a lo extranjero y esa defensa de la identidad y
especificidad americana es solo un proyecto de alteralidad, ya que este
movimiento juvenil apenas está comenzando y sus críticas no constituyen
una propuesta integradora y alternativa a la civilización de los adultos. Esto
último lo lograrán después gracias al americanismo que, como veremos,
auspiciará y se convertirá en la base de una nueva ideología política, de
nuevos valores y proyectos societarios. Lo cierto es que en ese momento la
Reforma en Argentina deja la dimensión universitaria para instalarse e n
el plano de la reforma social y política; además, pasa del nivel provincial al

Sobre esta generación continental véase UGARTE,Manuel. *Lar escritores Iberoameri-


canos de1 900u Er Lo noción latinoamericana. Venezuela: Biblioteca Ayacucha sil, p.
295.300 Norotras hemos desarrollado diversos aspectos de la vida y personalidad de
estos politicos e intelectuales en El sociolkmoIndoamencono: lo ideología política de lo
generación de120. 1998.
*Orden del día de la Federación Universitaria de Córdoba.. 23 de junio de 1918. en
PORTAN~ERO 1978, p. 136.
ROCA.Dedora. .La nueva genera&% americana.. En D a hím~ 1941. p. 9.
nacional y, a través de la solidaridad con los americanistas de la generación
anterior, deja de ser un movimiento patrio para convertirse en un movi-
miento nacional-continental.
Después de una serie de manifestacionesy enfrentamientos con la poli-
cía, el 9 de septiembre la Federación de Estudiantes toma el local de la
universidad y asume la función de gobierno. En su comunicado afirma que
coloca a .la Universidad bajo la superintendencia de la Federación y nom-
brando esta profesores interinos que dicten cursos de acuerdo con los
programas oficiales.. La proclama, fechada en .Córdoba libren, dispone el
levantamiento de la huelga e invita a los trabajadores a la inauguración del
nuevo ciclo a c a d é m i ~ o Inmediatamente
.~ la Federación asume el papel
de autoridad y comienza a nombrar profesores, consejeros e incluso em-
pleados.
Este es un virtual golpe de Estado, una revuelta contra el Padre. En
efecto, parafraseando sus propias afirmaciones, los .hijos., al <liberar. el
.hogar. de la autoridad de sus viejos profesores y erigirse en nueva auto-
ridad, no hacen sino desplazar al .padre malo. e instalarse en su lugar
como .padre falso..24 Así reproducen, en el campo social-cultural, el com-
plejo de Edipo. En fin, como se sabe, la ceremonia de inauguración del
ciclo académico no puede realizarse. Dos compaílías del ejército y un
destacamento de policía toman por asalto la universidad y arrestan a 83
dirigentes estudiantiles. Luego los llevan a los cuarteles y procesan por
sedición.25
Frente a la presión social días después el gobierno da a publicidad los
nuevos estatutos de la universidad. Ahí se incorporan los principios bási-
cos de la Reforma. El más importante y antiguo, el del c o g o b i e r n ~ , ~ ~
queda establecido en el artículo 38, donde se dice: 40s consejos directivos
nombrarán a sus miembros a propuesta de una asamblea compuesta de
todos los profesores titulares, igual número de profesores e igual número
de es tu di antes^.^^ Así nace el nuevo tipo de universidad en América.

---___1
La Reforma en otros países

En poco más de una década la Reforma Universitaria se extiende y


compromete a casi todas las juventudes del continente. Entre 1921y 1924,

"" Pom~mnno1978, p. 53.


Sobre estar hses véase por ejemplo -El comité Pro-Reforma Universitaria de Córdo-
ba, declara la huelga general por tiempo indefinido. (31 de mano de 1918). En Del
Mazo. 1941. tomo i, p. 7. Esta es la 16gica analitica que sigue M m a en .La revolte
contre le Paren, 1968, p. 380.
1968. p. 54.
26
. . estudiantil en el oobierno de la Universidad
G necesario advertir aue la oarticiwción
era una antigua reivindicación de los universitarios latinoamericanos, En efecto. el
Primer Congreso Americano de Erhidiantes. reunido en Montevideo en 1908. aonie-
ba por unanimidad e u reiviridicacdn. en Im conghws tntemacionalcs de eshdante,
roaizadosora Buenos Aires (19101 y Lma 119121 se insiste en la necesidad de la repre.
reniación estudiantil en el gobierno universitario. Pero en esos anos el maiimi&to
estudiantil era ddbii y la situación politica no re prestaba a ese tipo de cambios.
Citado por P O R T A ~1978, O p. 54.
anos en que se celebra en diversos países el Centenario de la independen-
cia latinoamericana, la prédica y10 el movimiento reformista estudiantil ya
está presente en Argentina (1918),Perú (1919),Guatemala y Chile (1920),
Cuba y Umguay (1923),Colombia (1924);luego se extiende a Bolivia y
Paraguay (1925),Panamá (1926) y Brasil (1928),abarcando a mediados
; de los aíios treinta casi todos los paises latinoameri~anos.2~
i Si bien es cierto que cada país se incorpora al proceso en distintos
, , momentos y bajo diferentes formas, los ideales y el contenido de sus rei-
0 8
vindicaciones son bastante comunes: renovación de las teorías y métodos
.
/L
académicos, depuración del profesorado, democratización de la universidad
la a través del cogobierno estudiantil; en el campo de la acción social, solidari-
$3;
- .,-
.-:.,
dad con los trabajadores, oposición a las oligarquías y al imperialismo
yanqui, divulgación del americanismo e impulso de la integración continen-
I I
tal, revuelta contra la autoridad y el orden social tradicional, etcétera.
S , Pero la Reforma Argentina, por ser precisamente precursora, solo
1. -. ' llega a esbozar los aspectos que el movimiento reformista continental plas-
mará al interior de la lucha social. En esta parte queremos mostrar cómo
se desarrollan estos y otros aspectos en los demás paises. Ecto debe per-
mitirnos tener una visión más global y así dar cuenta de las diversas carac-
terísticas que presentó este movimiento juvenil latinoamericano.

Juventud, ideologíasy ruptura generacional


U movimiento de la Reforma Universitaria no crece en terreno ideo-
lógicamente virgen; al contrario, se nutre de diversas corrientes ideológi-
cas. En efecto, desde inicios del siglo xix hasta bien entrado el siglo xx,el
americanismo es una de las pocas ideologías autóctonas vigentes en Amé-
rica Latina. A mediados del siglo xix los migrantes europeos traen a este
continente el mutualismo proudhoniano, el anarquismo y el marxismo,
pero el enraizamiento de estas ideologías no es homogéneo. A inicios del
siglo xx el mutualismo tiene grandes y populosas instituciones en todo el
continente; el anarquismo y el anarcosindicalismo prenden con fuerza en
los países de costas atlánticas y avanzan seguramente hacia las costas del
Pacifico; el marxismo tiene débil presencia en el conjunto, iniciando su
real implantación a fines de los arios veinte. La generación de los años
veinte surge, pues, bajo el influjo de dos grandes corrientes ideológicas:
1) la americanista, que a pesar de estar en permanente proceso de com-
petición-asimilación con las europeas de carácter internacionalista,
mantiene presencia fundamentalmente entre la intelectualidad; y 2) la
internacionalista, en cuyo interior el anarquismo es sin lugar a dudas
la ideología de mayor arraigo entre los intelectuales y las organizaciones
obreras del c0ntinente.2~

" D n MAZO (compilador) Lo Reforma Uniuersitorio. 1941. Un interesante resumen del


proceso de la reforma en estos pairespuede encanharse en el articulo de S8nnnn. Noel.
&a reforma universitaria: evocación . .
v oresencian. En DEL m. 1941. toma 111. .m.
.
457 y siguientes.
" Referenciasimportantesa esta wolunón pueden enconharse en: M. Grlos. Utopisrno
sedolisto (1830-18931Venezuela: ~ibliótecaAyacucho. 1977; BAnrwrcos. ~ o r a : ~ n a r -
quirrno educación y cosfumbresen lo Argentino dep,incipiordesiglo. Argentina: Con-
Ec por ello que estos movimientos estudiantiles son en sus orígenes
antiautoritarios, anticlericales y antipolíticos, características propias de la
contracultura libertaria que numerosos estudiantes comparten con los obre-
ros. En Argentina, por ejemplo, muchos de los líderes de la Reforma
simpatizan con el movimiento libertario, lo que se ve reflejado en diversos
documentos, varios de los cuales muestran un innegable .estilo anárqui-
c o ~ En . ~el Peni la relación entre la Federación de Estudiantes del Perú y la
Federación Obrera Local, de tendencia anarcosindicalista,se mantiene só-
lida y activa entre 1919 y 1928, año en que se inicia la persecución del
movimiento obrero-estudiantily se clausura la Universidad Popular González
P ~ a d a . En
~ ' el movimiento estudiantil de Chile encontramos permanentes
relaciones entre la Federación de Estudiantes y la lWW, de tendencia
anarcosindicalista,donde por lo demás militan algunos jóvenes univenita-
r i o ~ LO
. ~mismo
~ se observa en otros países, como Cuba y sus relaciones
con la Federación Obrera de La Habana y Bolivia con la Federación Obre-
ra de Bolivia, ambas también de tendencia anar~osindicalista.~~
Ahora bien: nosotros hemos observado que entre 1922 y 1928 se
verifica en diversos países una evolución en la llamada luventud obrero-
estudiantil^^^ Esta evolución tiene las siguientes características: 1) gran
parte de los movimientos estudiantiles parten de las posiciones antipolíticas
propias del anarquismo, pero a medida que se enrolan en actos de protes-
ta social evolucionan hacia posiciones cada vez más políticas; 2) el movi-
miento anarco-sindicalista, al contacto con los estudiantes reformistas,
evoluciona de posiciones obreristas e internacionalistas hacia un cierto
internacionalismo continental, acorde con el espíritu integracionista que
despiertan las celebraciones del Centenario de la independencia latinoa-
m e r i ~ a n a 3)
; ~ ~solidarios con las revueltas campesinas que se producen

h.apunto, 1990 M.laacov E l anarquismo v el mouimienio obrero en Agentina.


MGxico Siglo XXI, 1978. H u i s HIUL?RO Jore Anorquisrnes el anarcho svidcolwne
dans lcs rnouue,i>enUw u i a u Mcxico 1861 1929 Vemoire d'Histone Parir lnst iuie
des Hautes Etudes de I'Amérique Latine. 1983; Gooio, Julio. Historia del movimiento
obrero latinoamericano (tomo 1: Anarquistas y socialistas 1850.1918. tomo 11: nacio-
nalismo Y comunismo 1918-19301. México. Caracas. Buenos Aires: Nueva Cociedad.
1980 y 1.985 U r n a c . Jorge Iriirod~rc,óno lus o o s o doc~meniolesparo lo hmonu de
la Repiiblica <id Perii Lima. Sejeiqucenienaio uc la Independenc a del 1 ' 2 ~ .1971.
tomo 1, p. 413; LORA,Guillemo. Histododel mouimiento obrero boliuiono. La Paz: Los
Amigos del Libro. dos tomos, 1969. También mi libro La cuestión del pan: el
anorcmindicalismo en el Perú: 1%0-1919. Lima: Banw Indur~ial del P e d Instituto
Nacional de Cultura. 1988.
PORTNIE~O 1978, p. 51.
Véase mi tesis E l socialismo Indoomedcano. 1998. riarticulamente el tomo 11
Véase PATR~N, Antonio. -Desde Chile: u6gica muerte dé1poeta y estudianteJoré Góme
Rajas.. en Lo Protesio. üma. 1921. N092. año IX, p. 4. También Mua F u m Rober-
to. *Crónica del movimiento de los estudiantes de Chile.. En DELMAZO,1941, tomo 11,
p. 64 y siguientes; SANcnq Luis Albe~to.Hayo de la Torre y el Apro Lima: Universo,
1980, p. 86-95.
uconfederación Nacional Obrera de Cuba*. Pensamiento Crítico N" 39. abril de
1970, pp. 54 y siguientes. También LORA, Guillermo. Hisicdo del mouirnienic obrero
boliuiono. La Paz:Los amigos del libro, 1969,tomo 11 (1900-1923).pp. 151 y siguien-

Esta denominación fue bastante corriente en la época. Véase por ejempio .La estuperr
da manifestaciónde duelo de ayera, en E l Eempo, 26 de maya de 1923, p. 1.
Sobre esto véase -Dedaración de principios, propósitos y organización interna del Co-
mité de relaciones de las agrupaciones anarquislas del Umguayn, en La Protesto. aíio
entre 1919 y 1924 en los países andinos, esta generación adopta importan-
tes aspectos del discurso indigeni~ta;~~ y 4) a partir de 1926 incorpora la
ideología marxista-leninista,aunque en forma crítica y relativizando la vali-
dez de sus postulados en la realidad latin~americana.~'
De esta manera el americanismo, el anarquismo, el indigenismo y el
marxismo se constituyen en los criterios ideológicos del movimiento refor-
mista. Pero en el centro del discurso hay algo que le da personalidad
ideológica propia al movimiento. Nos referimos al tema de la ~mformax
del régimen politico, en cuya base encontramos la teoría del corporatiimo."
Al respecto, el colombiano Germán Arciniegas, sostiene que los estudian-
tes vuelven al concepto corporativo de la universidad. porque refleja el
proceso de aprendizaje tanto para el .trabajador manual como el intelec-
tual- y además porque refleja la idea de cuerpos sociales actuantes y
participativo~.~~ Lo cierto es que el tema de la Reforma Corporatista pa-
rece absorber, fundir y ordenar todas las ideologías con vistas al cambio
social. En efecto, múltiples textos de la Reforma hablan de la teoría de 40s
tres estados,, como órganos constitutivos de la universidad: los estudian-
tes, los egresados y los profeso re^.^^ Esta teoría está acompañada de con-

IX, N" 97, septiembre de 1921, p. 4; .Alianza anarquista internacional^. en La Protesta,


año IX, N" 99. noviembre de 1921, p. 3; .Desde Chile", en Lo Proleslo, año X, N" 104,
abril de 1922; =Grupode propaganda internacional*,en LoRotesta. octubre de 1922.
año X. N" 109, p. 3. También .Confraternidad chileno-pemana: la federación de estu-
diantes de Chile en el centenario del Perú" (agosto de 1921).En DELMAZO1941. tomo
11, pp. 82-83.
~ ~

36 Dos fueron las personas que conhibuyeron a la asimilación del discurso indigenista
en la seneración reformista latinoamericana. El Drimero he HAYAE in TON. suien a
inicioide 1927 publica en la revista argentina'la uoz del interior de ~ ó r d o b auna
,
carta al secretario del ~ G m p oResurgimiento* del Cuzco. bajo el titulo .El problema
del indio". Al reproducirla. DELMAZO afirma que esa carta ~ h i revivir
o en los grupos
universitarios de la Reforma el problema del indios, en Lo Reformo Uniuersiloria,
1941, tomo 11, p. 145. U segundo fue José Carlos WTEGUI en la revista Amauta.
donde a partir de 1926 se difundió el pensamiento indigenista de los jóvenes
reformistas peruanos y latinoamericanos.
FLORESGAUNW, Alberto. Lo agonía de Monbtegui: lo polémica con el Kornintem. Lima:
DESCO, 1982. Fiuwco. Carlos. -Izquierda política e identidad nacional.. En Perú: identi-
dad nacional. Lima: CEDEF: 1979. Gooio. Julio Historio del rnouimiento obrero latino-
americano. 1980 y 1985, (tomo II, macionalismo y comunismoa).
Sobre esto hay abundante información en La Reforma Uniuersilaria de Gabriel DEL
MAZO 1941.Ahom bien: el primeroque introduce la polémicaen el continente es AlFredo
PALACIOS en su libro El nueuo derecho. Buenos Aires: Lajouane. 1920. Sobreeste tema
véase también los siguientes artinilos críticos dedicados por Mariátegui al lema de la
reforma:.La libertad de enseñanra~.en Mundial. Lima 22 de mayo de 1925. reprodu-
cido en Temas d e Educación. Lima: Amauta, 1980, obras completas, tomo 14; SU
estatuto del Estadolibre de Fiumea, enEl nernpo, 6 d e enero de 1921, reproducido en
Cortos de Itolia, obras completas, tomo 15; *El nuevo Derechor de Pucios Alfredo,
en Voriedodes. 30 de iunio de 1928.. re~roducido
. en Ternos de nuestrB América, obras
completas, tomo 12.
" ARCW~EGAS, Germán. .Los estudiantes y el gobierno universitarion. En Del Mazo, 1941.
tomo 111. p. 143.
" Véase riarticularmente .La universidad Y sus lres estados (discusión: versión
mime&afiada). 1918. En DELMAZO1941, tomo l. pp. 69 y siykntes; "Chile (1920-
1922). Primera convención estudiantil (organizacióny declaración de principios acor-
dados).. En Del Mazo 1941, p. 62; y T ~ e o mCaúl
. Alejandro &gnificación del diecio-
cho.. En D u Mnzo 1941. tomo 111. pp. 272-274.
ceptos como -el Estado docente., .la democracia funcional., <,lacorpora-
ción de la ensefianza., etcétera. En ese sentido, la llamada .República
Universitaria. sería levantada sobre la base de dos tres estados. quienes,
siendo soberanos, establecerían no una <<democracia del número, sino la
legítima y proporcional representación de intere~es..~'
Si bien es cierto los estudiantes toman aspectos de una y otra ideolo-
gía, no se atan a ninguna; al contrario, tenemos la impresión de que más
bien las utilizan para dar cuenta de su propias inquietudes y visión del
mundo. En el fuero individual estas ideologías permiten canalizar el espíri-
tu rebelde propio de la juventud; pero en lo social su asimilación, por lo
demás crítica, parece confirmar la inclinación izquierdista o por lo menos
contestataria de la juventud con respecto al orden social. Todas, y particu-
larmente la anarquista, les permiten enfrentarse al Estado y la autoridad,
criticar la cultura y el orden social; todas les permiten representar a la
sociedad como la encarnación del Mal y la injusticia, a la civilización occi-
dental como la generadora de la guerra y el imperialismo, al mundo como
el espacio donde se enfrentan los ricos y los pobres, los explotadores y los
explotados. Es por ello que el rechazo a la civilización occidental se hace
tan violento. Esto lo vemos claramente en el manifiesto que en 1922
dirigen las universidades del Perú a sus similares de Argentina, Chile y
Umguay:

Hay que impedir que se siga importando de Europa la estulticia


política y la falsa democracia; la moral invertida... el arte que no
traduce las propias emociones ni refleja el color ni el paisaje nativo
y la literatura rebuscada e insincera ... ¡Que América se individualice
en ciencia y en arte. en moral y en economía. en religión y en
belleza!4z

Como se observa, aquí encontramos el mismo deseo de ruptura


emancipadora y la demanda del derecho a la diferencia que proclamara el
movimiento liminar. Pero ese rechazo es en realidad al mundo de los adul-
tos. Estos jóvenes, al incorporarse a una sociedad en crisis de valores,
formada y controlada por los adultos, muestran un marcado rechazo y
evidentes deseos de impulsar la reforma social, cultural y política. Estos
estudiantes, que tienen entre 20 y 28 arios, viven pues un doble y comple-
mentario conflicto: el existencia1 y el social. En ese sentido, para muchos
de ellos la crisis familiar y social parecen confundirse, lo que los lleva a ver
el orden social, en cuyo seno se oponen los .viejos* y los <<jóvenes*, como
injusto. Esta mptura generacional, esta dramática división entre viejos y
jóvenes, es una de las más importantes características de la juventud refor-
mista latinoamericana. Al respecto Haya de la Torre dice en 1926:

" WAMN. Guillermo J. ;Teoría del gobierno republicano de la Universidad. (1918).En


D a MAZO 1941. tomo 111, PP.12 y 13.Véase también RI~ALBUIDI, Hédor. .La Refor-
ma Universitaria* (1922).En Da MAzo 1941.tomo 111. p p 87 y siguientes;y .Reperto-
rio de opiniones a través de hes pronunciamientos: debate en Córdoba (1930)s.En
Da Mao 1941, tomo 111, pp. 501 y siguientes.
4Z
Este mensaje fue firmado por lar federaciones de estudiantes de las universidades de
Lima. Cuuo, Arequipa y T~jillo.Reproducido por SÁNCHU. Luis Alberto. En Haya de
IB Torre y el Apra. Lima: Ed. Universo. 1980.p. 86.
En los países latinoamericanos, los estudiantes llevan a cabo un vas-
to movimiento de renovación ideológica. que muestra una profun-
disima diferencia entre el pensamiento de sus viejos hombres y la
juventud. No solo en su actitud con respecto a la política y al orden
social, los estudiantes están creando nuevos conceptos y asumiendo
nuevas actitudes, capaces de ser convertidas más adelante en preci-
I sas formas de acción.
Una oposición, casi una lucha, entre las generaciones de ayer y de
hoy. Es verdad, los jóvenes no siguen a maestro alguno, pues los
'm
2, han negado a todos. Dos o tres hombres de gran importancia,
.-E'L.
como José Vasconcelos en Méjico y José Ingenieros en Argentina,
2 se aliaron con el movimiento, pero este es espontáneo. autónomo
'.S y rebelde en todos los paises del gran continente."
'2
.Y
2v Es por ello que la juventud de estos paises blandirá por doquier esta
y frase del anarquista peruano Manuel González Prada: d o s viejos a la tum-
ba, los jóvenes a la obra!^.^ En ella vemos el deseo de eliminar a los
- ..
viejos, para quedar los jóvenes como únicos dueños o conductores de la
sociedad. Esto explica en gran medida las actitudes mesiánicas que mues-
tran al autodenominarse qeneración predestinada. en las tareas de trans-
formación social y de integración ~ o n t i n e n t a l .En
~ ~efecto, muchos de
estos jóvenes coinciden con el peruano Manuel Seoane en esta actitud y
autoperspectiva del papel que debe cumplir su generación:

Arrojemos a los fariseos de la democracia para realizar en nuestra


Grande Patria común el hogar amoroso donde imperen la felici-
dad humana y la justicia social. Somos una generación bendecida
con tan enorme re~ponsabilidad.'~

Finalmente, Seoane, sumándose a los comentarios del argentino


Aifredo Palacios, dice que la qeneración caduca, conservadora y retró-
grada. debe ser reemplazada por .esta falange de hombres nuevos que
hoy obedecen a la imprecación ultramontana de González Prada: uiejos a
la tumba, jóuenes o la obra [ . . . ] * . 4 7

El movimiento reformista

Uno de los factores que permiten inscribir a este movimiento en el


interior de la historia social continental es su alto grado de comunicación e

" Hnva n in T m . ..U movimiento de los estudiantes de América Latina. (1926). En


DaMnzo 1941. tomolll.~. 171.
U
Esta 1m-e fuedidiapor Nanua GWB P w a n ni -Disolru,ene. Po..ieama. 11&3l
- .
v reordu~idoen Pa'iimr Libres Lima Il~iiverso. 1979 Nmouos hemos vsio r e i i r c d -
cida esta fmse en forma textud o casi textual en diversos documentos producidos por
estudiantes rxnianos. argentinos. bolivianos. ecuatorianos.etcétera.
La fmre "generación predestinadas fue bastante usual. Véase por ejemplo Vnwvn.
Jovita. "La Federación de Estudiantes y la Reforma UnivedtaM en Venezuela". en
~ E L M 1941.
M ~ .tomo 111. D. 2M).
institucionalización. La prueba más palpable de la dinámica y contenido
ideológico del movimiento reformista ha sido otorgada por el argentino
Gabriel del Mazo en su monumental obra de compilación La Reforma
Universitaria. Del Mazo compila 258 documentos del periodo que va de
1918 a 1930, entre los cuales se encuentran: 26 manifiestos, 6 memoriales,
39 comunicados, 61 artículos y ensayos, 25 declaraciones, 18resoluciones
(de congresos, convenciones, asambleas y meetings), 8 declaraciones polí-
ticas, 53 mensajes (incluye documentos, discursos, cartas y telegramas), 7
convenios intemniversidades,6 crónicas y memorias y 7 proyectos de ley.*
Es necesario anotar que este número de acuerdos y eventos no es exhaus-
tivo (la tercera parte de las publicaciones pertenece al movimiento argenti-
no), pero sí nos permite tener una idea de la dinámica y enorme capacidad
de convocatoria que tiene el movimiento de la Reforma en América Latina.
Asimismo, es necesario remarcar que en estos documentos y reuniones es-
tán frecuentemente presentes, además de las representaciones estudianti-
les, otras de índole cultural e incluso política, venidas de diversos países d e
esta parte del ~ontinente!~
Otro de los aspectos importantes de este movimiento es la extraordi-
naria capacidad de comunicación entre sus miembros. En efecto, los estu-
diantes y algunos intelectuales de esta generación impulsan revistas de
circulación patria y confinental. Por ejemplo, en el Perú, entre 1923 y
1929 circulan las siguientes revistas: Amauta, Inka y La Sierra en Lima;
Boletín Titicaca en Puno; Atusparia en Huaraz; Serranía en Huánuco;
Kuntur en Sicuani; Chiparu, Waraka, Pacha y Sillar en Arequipa; La
Puno en Ayaviri; lnti en Huánuco, etcétera.50Algunas tienen solo circula-
ción nacional, otras internacional, pero todas, según Mariátegui, apare-
cen .más o menos sirnultáneamentex y expresan el mismo .espíritu reno-
v a d o r ~ . ~Es,
' sin lugar a dudas, la primera vez que en el Pení se despierta
la aintelligentsiax provinciana, confluyendo simultáneamente en el escena-
rio nacional.52
Estas dos últimas afirmaciones también son válidas a nivel continen-
tal. En efecto, a nivel continental circulan Nosotros, Verdad, Sagitario y
Estudiantina de Argentina; Contemporáneos e Indoamérica de México;
Atenea de Chile; Patria, Boletín, Revista de Avance y Atuei de Cuba;
La Batalla y La Época de Guatemala; Repertorio Americano de Costa
Rica; Ariel de Honduras; La Voz de República Dominicana; Juventud de
Panamá; América de Ecuador, Folha academica de Brasil, etcétera.53Si

Da MAIo 1941. Estas cihas las hemos elaborado sobre la base de los tres tomos.
'° Por N enorme concurrencia y representatividad merecen espcial mención el 1 6 n -
g e s o Internacional de Estudiantes. realizado en MéUw en 1921, y la I Convención
Americana de Maestms, realizada en 1928 en Buenos Aires.D a Mnzo. tomo 11, pp. 86
y siguientes y 228 y siguientes.
T-m Hmvm~,José. El indigenismo limerío: Lo Sierro y Amouto, similitudesy dife-
rencias (1926-1920). 1941, p. 105. También véase %RE. Jorge. Introducción o las
&es documentoles curo la historio de la Reoública del Perú con alsunas - reflexiones
Lima: b? L. ~iurlniwk.1971. p. 55.
WTEWI. J0s4 Cados. n l z nueva nuzada pro-indígenas.Amauta, año II. N" 5.Lima,

"
enero
~~-de 1927.

Tm.wrnH-,p.30.
.
. o. 1.
I)nMa2o remoduce las fotos de alsunas. de estas r e v U b . 1941. tomo II. D. 209. Infor-
rnaclon sobre d s n u r de o i o s pnod cm y ronsras puede enronmil. en los d ve-
nruc<ilosque componen la r c v m ~C.demorAmencanos. aiio VI!. N' 37. vol 1 enera
bien es cierto todas difunden más o menos el pensamiento reformista de la
nueva generación, Amauta tiene mayor circulación y es considerada como
la %revistade orientación de la juventud latinoamericana, que traía el pen-
samiento de todos los latinoamericanosn." Las características más saltantes
de estas revistas son las siguientes: aparecen en la misma época, utilizan las
mismas consignas y lenguaje polémico, plantean las mismas reivindicacio-
nes y proyectos generacionales, la mayoría abre sus páginas a intelectuales,
literatos y artistas de todos los países latinoamericano^.^^
Como nunca antes había sucedido en la historia de esta parte del
continente, la joven intelectualidad latinoamericana se encuentra y man-
tiene intensas y prolongadas relaciones entre sí. Esto se debe en gran
medida a la política de canjes que implementan. Para darse una idea de la
magnitud de estos intercambios tenemos el ejemplo de la revista La Sie-
rra: se ha calculado que ella recibió 128 revistas y periódicos, de los cuales
15 eran del Perú y 93 de otros países de América Latina; su director
Guillermo Guevara recibió 29 revistas de Argentina, 14 de Ecuador, 8 de
Cuba, 7 de México, 7 de Uruguay, 6 de Bolivia y 5 de Brasi1.j6
Este alto nivel de institucionaliación y comunicación entre los estu-
diantes se inicia y desarrolla gracias a los diversos acuerdos que se realizan
entre federaciones, particularmente a los que se dan entre Argentina y P ~ N
en junio de 1920, enire Argentina y Chile en agosto de ese mismo ario y los
que se realizan en el Congreso Internacional de México del ano siguiente. En
todos estos documentos las federaciones se comprometen a: 1) impulsar el
intercambio intelectual y de estudiantes entre las universidades de la región;
2) realizar periódicamente congresos internacionales estudiantiles; 3) reali-
zar obra de cultura extensiva para el pueblo a través del establecimiento de
Universidades Populares; y 4) combatir al imperialismo yanqui y a las pa-
trias chicas, haciendo efectivo el ideal americanista de integración.j7
La extensión universitaria, o como se le llama en la época, ala sociali-
zación de la cultura., es otra de las caracteristicas sobresalientes de esta
juventud. Es la mejor expresión de la solidaridad de los estudiantes con las
luchas e incluso con los proyectos societarios de los trabajadores. Esta
propuesta tiene presencia desde los orígenes de la Reforma Universita-
ria.jB Pero es recién en enero de 1921 que se crea en el Perú la primera

febrem,México. 1993.Con respecto alosohos véare, entre ohzíí fuentes.Tmy0 H ~ w m i ~


p. 103.
* TECCh o w . Hilda. *De lasodgenesdel Apra en Cuba: el testimoniodeEnrique dela
Osas, Cuodernos Americanos. p. 199.
Maww Bno. Ricardo. cMilitancia aprista en el Canbe: la sección cubanan. Cuadernos
Americanos N" 37, enerolfebrero México, 1993.
T-m HERRERA. pp. 104-105.
5' Estos puntos se encuentran presentes en los siguientes acuerdos: Convención inter-
nacional de estudiantes: 1920". 1 Convenio pemano-argentino y 11 Convenio argen-
tino-chileno.EnDaMnzo, 1941, tomo 11, pp. 11-12,También ciResolución delcongre-
so Internacional de Estudiantes de México~.En D a M m 1941. tomo 11, pp. 86-88.
" En efecto. bajo laconsigna de .ir al pueblo., para *corregirel anacrónico divorcio enhe
la Universidad y el Pueblos, el P~jmerCongreso de eshidiantes argentinos (lulio de
1918) propone a todos los centros de estudiantes impulsar la cultura obrera. iniciando
así una campaña c o n b el analfabetismo. la higiene social. etcétera. Véase el "Mani-
fiesto del Centm de Estudiantes de Derecho al inaugumr los cursos de extensión uni-
versitanan. En D a lVLRW 1941. p. 206. También 'dotos aprobados por el Consejo
(sesión del 22 de julio).. En DEL MALU 1941. tomo l. p. 61.
Universidad Popular del contiente, la misma q u e servirá d e modelo a otras
experiencias. Es justamente producto de ella q u e el Primer Congreso Inter-
nacional de Estudiantes d e México, resuelve q u e .es una obligación d e los
estudiantes el establecimiento d e Universidades Populares, q u e estén libres
d e todo espíritu dogmático y partidarista y q u e intervengan e n los conflictos
obreros inspirando su acción e n los modernos postulados de justicia so-
c i a [A ~ ~ de ese momento se crean Universidades Populares e n Chile
~ partir
(1922), Guatemala (1922),Cuba (1924),Elsalvador (1924), Bolivia (1924).
Costa Rica (1926),entre otros paises.
Aunque n o todas a t a s Universidades Populares tienen la misma di-
námica ni capacidad d e aglutinación, todas se convierten e n lugares d e
formación d e u n a identidad popular e incluso política. Este testimonio
de Enrique Cornejo Koster sobre la .fiesta d e la planta de Vitarte~,activi-
d a d organizada por l a U P del Perú, es muy ilustrativo:

Vitarte, población eminentemente obrera, habitada por los traba-


jadores de una gran fábrica de tejidos de propiedad yanqui, con-
grega el día que dicha fiesta se realiza, cerca de 5 000 trabajado-
res ... Después de recibir a los viajeros, la multitud se congrega en
el campo de deportes del sindicato. Vienen una serie de discursos
de índole diversa, pero de idéntica tendencia; luego dase comienzo
a los juegos atléticos: múltiples carreras, saltos diversos, luchas
variadas. Hombres, mujeres y niños toman parte en el certamen.
Mientras tanto, la multitud plena de entusiasmo entona himnos
revolucionarios, que intenumpen para aplaudir a los vencedores ...
Uega la hora de yantar, que dispersa la compacta multitud para
reunir a las gentes en grupos pequeños que se pierden en las casas. A
las 14, una banda de músicos desafina pero alegra el ambiente, las
gentes se congregan en el parque 9 de enero. Después de uno o más
discunos iniciales dase comienzo a la plantación de árboles varia-
dos. Terminada la plantación, dase comienzo a la asamblea popu-
lar, donde se rinde homenaje a los wídos en la lucha social, donde
se recuerda a los presos y a los que están deportados y donde con
múltiples y variados discursos, alumnos y profesores incitan a la lu-
cha y a la afirmación revolucionaria. La asamblea se disuelve en
medio de cánticos diversos y atronadoras exclamaciones. A las 19
un tren descarga el pueblo, llevándose gran número de gentes que
en otros pueblos o ciudades viven; música alegre, gritos más alegres
aún, exclamaciones exaltadas. sonoras vivas, variados cánticos, des-
piden a los viajeros. Al caer la tarde dispénase nuevamente la vi-
brante muchedumbre. Por la noche, en el amplio local del cinema-
tógrafo reúnanse las gentes al llamado de una wmpanita chillona, a
las 21 empieza una función de teatro, los artistas son obreros. En los
entreactos repártanse los premios a los triunfantes en los juegos atlé-
ticos, entre los que mejor cuidaron el árbol que el año anterior fuera
plantado; en fin, entre los que mejor trabajaron por la Universidad
Popular, el sindicato o la biblioteca. La fiesta termina al terminar la
función. Obreros, estudiantes, empleados, v á w , departiendo ale-
gremente [...JM

" =Resolucionesdel Congreso Internacional de eshidiantes (México, septiembrel&bre


de 1921b. En DELMAZO, 1941. tomo 1. p. 87.
m CORNWOKOSIER. Enrique. crónica del movimiento estudiantil peruano.. En DELMAZO
1941, p. 23.
Este testimonio nos muestra vanos aspectos del movimiento reformista,
compuesto mayoritariamente por jóvenes estudiantes, obreros y campesi-
nos. En principio, que tiene importantes expresiones culturales. En realidad
la wsocialización de la cultura* es una de las más importantes y antiguas
tareas del movimiento libertario, pero es con la Universidad Popular que
toma enormes dimensiones. Además de los cursos de formación escolar,
en estos centros tienen lugar conferencias sociales y literarias. exposiciones
artísticas y veladas literario-musicalesdonde los estudiantes y trabajadores
participan con sus propios grupos artísticos,de igual a igual, en esta empre-
sa cultural. Además, se hacen excursiones campestres donde se ensetia
astronomía, zoología, botánica y en general el amor a la naturaleza. Esto
último nos revela un aspecto importante del movimiento reformista: su pro-
puesta ecologista, que vemos claramente en la Fiesta de la Planta, que se
inicia en 1921 y se celebra cada 25 de diciembre. En realidad, más allá de
la intención ecologista, a través de la siembra de árboles y plantas se vive
en esa fecha el renacer de la cultura popular y la renovación de la amistad
entre trabajadores y estudiantes. Es importante remarcar que muchos árbo-
les son plantados por grupos mixtos de obreros y estudiantes, lo que al final
simboliza el maridaje o la fértil unión de ambos grupos sociales.
Estas y otras expresiones culturales no representan a los jóvenes en
tanto clase de edad; al contrario, intentan expresar y representar la cultu-
ra popular a través de su arte indígena, obrero y proletario en general. En
ese sentido, la energía Iúdica de estos jóvenes, lejos de desembocar en una
cultura juvenil marginal o de alentarla, va al encuentro de la cultura popu-
lar, la revalora y con ello intenta sentar las bases de una nueva e inédita
identidad nacional-popular.
Otro de los aspectos importantes de este movimiento es que aparece
en la historia como una generación social. En efecto, se muestra como
una armada compuesta de jefes y soldados, de oficiales y suboficiales,
donde emergen algunas cabezas brillantes y donde convergen en un desti-
no común y en una impulsión única una multitud de existencias viriles, en
su mayoría c~ntemporáneas.~~ Es importante remarcar que los estudian-
tes y trabajadores no participan en el movimiento a título individual sino
como miembros de instituciones o gremios; asimismo, los acuerdos y
movilizaciones son en muchos casos interinstitucionales. Esto explica que
en múltiples artículos y documentos oficiales de los reformistas encontre-
mos frases como *comisión obrero-estudiantil., .solidaridad obrero-estu-
diantiln, wgeneración de trabajadores manuales e intelectualesv, entre otras.
Como tendencia general, los estudiantes se acercan a los trabajado-
res y sus instituciones para semirlos y no para encumbrarse sobre ellos. En
este acercamiento vemos una especie de .pacto entre i g u a l e ~ n¿Por . ~ ~ qué
esta actitud altruista e igualitarista de los estudiantes frente a los trabajado-
res? Nosotros creemos que esta actitud es producida, en principio, por la
adopción de doctrinas e ideologías revolucionarias de corte obrerista que
postulan la justicia social y un igualamiento entre los hombres, indepen-
dientemente del papel que cumplen en la sociedad. En esas condiciones,

- - - -

61
Sobre las características de las generaciones sociales véase MENTRE.Fran~ois.Les
générotions so~iales.Parir: Rorrard, 1920, pp. 4042.
" TWA RIFADA,Luis. Elsociali~m~ Indwrnericono, 1998, tomo 11, pp. 42 y siguientes.
estas ideologías parecen producir en ellos un .sentimiento de culpan y un
deseo de reparación frente a los trabajadores. En efecto, nosotros hemos
encontrado en movimientos juveniles de América y Europa ese deseo de
'<devolveral pueblo el esfuerzo con que él contribuyó al sostenimiento
de las escuelas y universidades, donde tú (estudiante) aprovechas del saber
h~manon.~
Esta idea del <pagode la deuda. los lleva a trabajar en y por el movi-
miento obrero, subordinando incluso sus intereses individuales y colectivos
por aquella sociedad que, con supuesta justicia social, dirigirían los trabaja-
dores. Pero esto produce, entre otras cosas, que la juventud no se descubra
wmo actor social, y que su historia esté anexada y subordinada a la del
proletariado, que según estas doctrinas es el único sujeto rwolucionario. Si
esto es cierto, no es menos cierto que a medida que los estudiantes y obre-
ros luchan y forman instituciones comunes, los primeros pasan a formar
parte de la dirección y los segundos la base de los movimientos. Esto parece
confirmar la aseveración de Mariátegui en el sentido que gracias al movi-
miento reformista el proletariado de los países latinoamericanos se dota .de
una dirección inteledual de que antes había generalmente carecidoxM

Juventud ypolítica
¿Qué es lo que impulsa las revueltas estudiantiles? En principio, es
necesario anotar que su aparición no está vinculada con la cantidad de
universidades en relación con la población Tampoco hay datos
que muestren la existencia en los años veinte de una explosión demográfica
o proletarización de las universidades que impulsara las revueltas universi-

" Lh>w. Delfin. (Amador) =¡Juventud.Juvenhid!.. Armonía Saial. ario 1. N" 5. enero
de 1921. pp. 130 y 131. Un ejemplo debe bastar pam ilustrar esto. En uno d e sus
maniliestos, el gmpo de estudiantes vxialistas revolucionaftosinternacionalitas decía
tener w m o objetivo arrancar la ciencia de lar manos de la burguesía, ya que se había
convertido en *un medio para perpetuar, por m didadura intelectual, la dictadura d e
dase.; asimismo. se comprometia a pagar <una pequetia parte de la deuda que hemos
contraido con los trabajadores, nosahns que les debemm todo lo que ramos y que no
seríamos nada si no hubidramos usado del producto de su trabajo que nuestra clase les
ha robado*. Citado por M A ~ O NJean. . .Le groupe des etudiants socialistes
révolutionnairesde Pans (1892-1902)r. Le mouvement ouurierN'46, e n e d m a n o de
1964. Pads: Les Editions ouwihres. pp. 12-13. Este gmpo de jóvenes. como lo hacían
-
otra. omanizaba conferenciar v encuentros entre emidintes v obreros anamuistas..
iidemhs fud ,no de los mar imponantes gesarer del s t i i d d smo ~ w o l ~ n o n a n a
MaKnnru José b d o r .La Reloma Untvas~tana. En Mnzo. Gabne 1941. ramo
III, p. 190.
Fbrejernplo. para 1928 tenemos los siguientes datos:en Argentina había 10 9W 022
habitantes. 6 universidades y. a~mximadamente
. 16 895 estudiantes. lo que -
. simiifica
~n esnidmnie par 645 hahlanres. en el K.RI habia 6 147 000 habitantes, 4 .m.ver.
s~dadescon 2 138 ali.mnos, lo que significa un estudianle por d a 2 875 habiwn-
res: en Chile habia 4 364 980 nab:iiinres v 3 mivenidadcs w n 4 700 estudiantes
~ ~ ~ ~ ~ ~
~- .
lo que significa un estudiante por cada 929 habitantes. &os &es paises. iniciadores
del movimiento. no muestran una relación entre mayor pobiación studianül y re-
vueltas. Estos datos. por lo demás bastante aproximativos e incompletos, han sido
sacados de Stalesman's Year-Book (Statisticnl and historical annual of the states of
de word for the year 1930). Londres: Mamilian and Co. Limited. 1930.
ta1ias.6~Por lo demás, los múltiples manifiestos tampoco hablan del miedo
de los estudiantes al desempleo o de exigencias de incorporación al merca-
do de trabajo. En el origen este movimiento es de carácter cualitativo y no
cuantitativo;esto queda confirmado cuando se constata que sus reivindica-
ciones no son de tipo material sino fundamentalmente social y ético.
A nuestro modo de ver, los factores que impulsan las revueltas estu-
;, ,
,
diantiles son fundamentalmente dos: 1) las sociedades se encontraban blo-
j queadas por el conflicto entre la tradición y la modernidad, lo que produce
lrn entre los jóvenes una reacción contra todo lo viejo y una exigencia por el
,'Z '
cambio; y 2) estas sociedades experimentaban prolongados períodos de
' opresión social, cultural o política, lo que provoca en los jóvenes una reac-
'2 ción moral y ética, para luego pasar a combatir aquel orden social y aque-
;l'2 lla autoridad que parece reproducir y encarnar todos los males de la socie-
dad. En ese sentido, es determinante la relación y el compromiso que
, tienen estos estudiantes con la población y sus problemas; es precisamen-
: !
S
te ahí donde logran sensibilizarse, tomar partido por el cambio, entrar a la
lucha social y finalmente empujar al régimen oligárquico hacia la crisis en
casi toda América Latina.
Con respecto a lo primero los casos de Argentina y Peni son los más
ilustrativos. Estos países tienen o comienzan a tener, en algunas ciudades,
un acelerado proceso de industrialización, un pujante y combativo sector
asalariado y un creciente mercado, mientras en el interior se mantienen
enormes zonas donde imperan estructuras feudales, relaciones serviles de
producción y un débil o casi inexistente mercado interno. Los documentos
que hablan de esto son numerosos. Por ejemplo, en marzo de 1918 el
Comité Pro-Reforma Universitaria de Córdoba lanza el siguiente mani-
fiesto:

[...] la juventud de Córdoba. animada por un impulso irresistible de


progreso, se halla en lucha con su vieja y minosa universidad. Sus
autoridades regresivas l...] se oponen con desdenoso autoritarismo
al impostergable anhelo de renovación que desde largos arios le
redaman en vano los propios hijos del vetusto hogar intelect~al.~'

La universidad, al representar a uno o varios grupos de interés, a una


nación y a una civilización, contiene y reproduce sus conjuntos de creen-
cias, costumbres, mitos, prácticas religiosas, principios pedagógicos, pro-
ducciones artísticas, formas políticas de gobierno, etcétera. En ese senti-
do. tiende a copiar los problemas de la sociedad y la civilización en que se
encuentra. Si en estos países el conflicto mayor es entre la tradición y la
modernidad, la universidad no hace sino reproducir e incluso agravar ese
conflicto. José Carlos Mariátegui dice al respecto: .el régimen económico
y político determinado por el predominio de las aristocracias coloniales

" Por lo menos ese no fue el caro del Perú: en 1912 se habían matriculado en todo el país
1667 estudiantes: en 1923 habían 1 598; y en 1928 se matricularon 2 138. Si consi-
deramos m e entre el censo de 1896 v el de 1927 la población se incremenló en
1 552 105 habitantes, se concluye que el estudiantado. lejos de incrementarse, dismi.
nuía r>coporcionalmente con respecto a la población global. Sobre esto véase Exiracto
Eilodísti~odel~eni. año 1928, Lima: La Opinión Nacional, 1928.
'El comité Pro-Reforma Universitaria de Córdoba declara la huelga general por tiempo
indeterminado (nuevo manifiesto de marro de 1918)".En DELMAZO1941, p. 7.

(110)
9 u e en algunos países hispanoamericanos subsisten todavía a u n q u e e n
irreparable y progresiva disolución- ha colocado por mucho tiempo las
universidades de la América Latina bajo la tutela de oligarquías y de s u
~ ~ testimonio de Luis Alberto Sánchez, estudiante e n la épo-
~ l i e n t e l a xEste
ca, corrobora lo dicho:

Los profesores lo eran casi por derecho divino. No habían apelli-


dos heterodoxos. La colonia presidía vigilante las ubicaciones. Los
hijos solían heredar las cátedras de los padres, y los hermanos
reforzaban el equipo. Entre dos familias (agnados y cognados) dis-
fmtaban d e doce cátedras en la Universidad d e San Marcos l...] Un
profesor lo era de por vida. Nadie perturbaba sus derechos. NI
siquiera el repetir un texto d e memoria, año tras año l...] Nuestros
p e n a t e intelectuales eran tolerantes en lo que al pasado y a lo
lejano se refería, porque eso era bello (actitud estética); pero se
mostraban cerradamente impermeables y egoístas en lo presente
y próximo (actitud noética). Con lo cual tuvimos que perfilar nues-
tra acción en un sentido más ético que estético, tendiendo a la vida
peligrosa, a la combatividad [...l No hubo pues remedio, andando
el tiempo, que entrocar el movimiento estudiantil en movimiento
políti~o.~

El nacimiento e impulso de muchos de los movimientos reformistas


tiene entre sus causas a la opresión social y política q u e sufren sus respecti-
v a s s o c i e d a d e s . En p o c a s palabras, e n m u c h o s c a s o s s o n las tiranías
o dictaduras las q u e impulsan estos movimientos. Recordemos q u e el m o -
vimiento estudiantil se levanta e n Perú contra el dictador Leguía, en Chile
contra Alessandri, e n Venezuela contra Gómez, e n C u b a contra Macha-
do, e n Nicaragua contra Chamorro, e n Guatemala contra Chacón, etcéte-
ra. Ahora bien: al estudiar los momentos de insurgencia estudiantil hemos
encontrado que las siguientes reivindicaciones son las más frecuentes: 1) por
la paz, la justicia social y la fraternidad continental e n contra del ~ c h a u v i -
nismo. armamentista; 2) por la libertad de conciencia y la separación del
Estado y la Iglesia; 3) contra la opresión social y económica de las oligar-
quías latinoamericanas para con los trabajadores; 4) contra las invasiones,
a m e n a z a s a r m a d a s y expansión político-financiera del imperialismo
y a n q u i sobre estos países; 5) contra la represión política y militar de los
obreros, campesinos y estudiantes, por la libertad d e reunión y e x p r e ~ i ó n . ~

MARIATEGUI, José Carlos. "La Reforma universitarias. En D~~MAzo1941. p. 191.


S ~ C H ELuis
Z . Alberto. .El estudiante. el ciudadano, el intelectual y la Reforma Univer-
sitaria americana.. En Del Mazo 1941, pp. 212-213.
'O
Sobre las reivindicaciones en los diversos movimientos consultar los siguientes dmu-
mentas: sobre Chile. MEZAFUENTES, Roberto. Crónica del movimiento de los estudian.
ter de Chile.. En Del Mazo, Gabriel. 1941,también S~ARRA. Noel. "La Reforma Univer-
sitaria: evocación y presencia.. En DELMAZO 1941. lomo 111, p. 471. Sobre el RN:Luir
Alberto Sánchez. Hoya de 10 Tom y el Apro, 1980 también Twon RPALDA, Luis. El
Socialismo Indwmencan~1998. Sobre Cuba, véase Pensamiento Critico ND 39, abril
de 1970; también MELGAR BAO,Ricardo. ~Militanciaaprista en el Caribe: la sección
cubana.. En Cuadernos Amencanos N' 37 1993. p. 224. Sobre Bolivia y Paraguay
véase: SBARPA. Noel. <La Reforma universitaria [...]s. pp. 474-475. Sobre Panamá:
P~viclos.Alfredo.~Panamericanismoe iberonmericanismo.. en Uniuenidad y Demo-
crociu, Buenos Aires: Claridad, 1928. Sobre Guatemala: TARACEHAA~~~O~A. Arturo. *El
Apra, Haya de la Tom y la crisis del liberalismo guatemalteco en 1928.1929.. En
Estas reivindicaciones nos permiten sacar algunas condusiones. En
principio aquí vemos aparecer lo propio del pensamiento y la acción políti-
ca: la discriminación entre el amigo y el e n e m i g ~ . ~De
' un lado encontra-
mos lo <canti.: contra la Iglesia, el Estado y las oligarquías, contra el imperia-
lismo yanqui y el armamentismo en la región; del otro lado el .pro.: en
. .- favor de los trabajadores y estudiantes, por la libertad individual y los dere-
: i

,
,
,
chos humanos, por la unión, paz y fraternidad de todos los pueblos lati-
i noamericanos. Los jóvenes toman, pues, posición contra todas las formas
,m ' de opresión: son antioligárquicos, antiimperialistas, anticlericales. En ese
sentido, las posiciones y reivindicaciones de esta generación son funda-
mentalmente sociales y éticas. Con ello se afirman como una fuerza social
'
y un sujeto histórico que apuesta a reformar e incluso revolucionar la so-
."I!, ciedad de los adultos.
Es cierto que la ideología anarquista los predispone al antiauto-
, ritarismo, pero paulatinamente desbordan ese marco y caen en el queha-
a : cer político. Por eso se llaman a sí mismos los .hombres nuevos., que
sustituirán el viejo y anacrónico orden social por otro nuevo y más justo.
Esto expresa claramente la relación ambigua de la juventud y particular-
mente de los estudiantes con la política: se declaran adversos a los parti-
dos politicos e incluso apoliticos, pero simultáneamente están presentes
en el movimiento social y en el debate político como fuerza de oposición.
Al respecto, nosotros hemos escogido tres ejemplos de revuelta estudiantil
que, aunque brevemente, nos permitirán ilustrar las caracteristicas antes
mencionadas.
El primer caso es el peruano. Hacia 1922 el gobierno de Augusto B.
Leguía inicia una política de represión contra toda fuerza politica de opo-
sición a su gobierno. Se clausuran sindicatos y federaciones, bibliotecas y
centros de estudios sociales de tendencia anarco-sindicalista; se censura y
hasta se expropian los bienes de periódicos y revistas libertarias; varios
periódicos de circulación nacional son expropiados; se encarcela y depor-
ta a decenas de dirigentes obreros y campesinos, así como a políticos y
militares de op~sición.'~ A inicios de 1923 los estudiantes y obreros vin-
culados a la Universidad Popular González Prada (UPGP) inician una febril
campana de oposición al régimen oligárquico y particularmente al gobier-
no. Los enfrentamientos crean un clima de cerrazón antidemocrática y
con ello la sociedad se divide en dos campos: de un lado los tradicionalis-

Cuadernos Arne~canosN'37, p. 191. Sobre Venezuela: VILLALBA. Jovito. -La Federa-


ción de Estudiantes y la Reforma universitaria en Venezuela.. En DELMAZO.1941, pp.
259 y siguientes: tambiin Gooio. Julio. El rnouimiento obrero uenezolono 1850-1944.
Venezuela: Ateneo. 1980. pp. 70-71.
SCHMITT,Carl LB ndion dupolítique. Francia: Calmann Lévy, 1972. pp. 66-67.
' Parte de la información sobre estor sucesos ha sido recogida por BASADRS Jorge. Hisio-
ria d e lo Repúblico deffirú. Lima: Universitaria. 1970. tomo Xlll Sobre la represión al
movimiento obrero y campesina véase clausura de la Imprenta Proletaria.. El Tiem-
po, 12 de abril de 1922. p. 3: Kuestión obrera.. ElTiempo 1 3 de abril de 1922; -Los
sucesos de ayer en la Plaza de Amas y Abajo el puente.. El liempo, 15 de abril de
1922, p. 1; .Los obreros detenidos en la Isla San Lorenzo*. Elliempo, 28 de abril de
1922, p.3. Por lo demás. nosotros hemos encontrado en la sección .Expedientes per-
sonales., del Ministerio de Gobierno y Fhlicia (hoy del Interior), un gruesa paquete con
la rúbrica Detenidos Políficos. con gran cantidad de informes sobre trabajadores dete-
nidos en diversas ciudades del pair mire abril y mayo de 1922.
tas, compuestos por la oligarquía, el gobierno, la Iglesia Católica y los obre-
ros mutualistas; del otro los libertarios, que son los estudiantes y trabajado-
res vinculados a la UPGF!
Para restablecer el principio de autoridad el gobierno refuerza el
aparato represivo del Estado; asimismo, impulsa con los grupos oligárquicos,
las sociedades mutualistas y la Iglesia una campaíra antianarquista y en
defensa de la tradición, la patria y la religión. Es en este contexto que el
14 de abril de ese año la Iglesia Católica publica un documento donde
afirma que el Penj [será consagrado oficialmente al Saaalísimo Corazón
de Jesús,,, que esa imagen sería %entronizadaen la plaza principal de esta
capital. y que el presidente Leguía, .en su calidad de Patrono de la Iglesia
en el Perú, se ha dignado tomar el acto bajo su oficial y alta protección~'~
Este anuncio provoca una violenta reacción de los obreros y estudiantes
~upegepistas~~ quienes son, precisamente, anticlericales. Pocos días des-
pués forman la Liga de la Juventud Libre del Perú y lanzan un manifiesto
donde acuerdan formar un &ente único* que garantice .el principio de la
libertad de conciencia. y se declaran a favor de da separación de la Iglesia
del Estado y la laicización de la instrucción pública^.^'
El día 23 de mayo más de 5 mil asambleístas, entre obreros y estu-
diantes, salen de la Universidad de San Marcos en marcha hacia Palacio
de Gobierno. La policía los ataca y se produce un sangriento enfrenta-
miento que deja como resultado la muerte del obrero Salomón Ponce y
del estudiante Manuel Alarcón Vidalón. Al día siguiente la Federación
Obrera Local decreta el paro general y el 25 se realiza la marcha fúnebre
al cementerio. Ahí, el joven estudiante Víctor Raúl Haya de la Torre, líder
del movimiento, dice lo siguiente: da juventud obrero-estudiantil ha sellado
su ejemplar fraternidad en la lucha viril e indeclinable por los ideales emi-
nentes,,; Luego pide a la multitud *persistir hasta el sacrificio de todas las
vidas en la obra empeñada para sacudir a la nación del yugo ominoso de
todas las tiranías.~'~
El gobierno clausura locales sindicales, obstruye las actividades de la
UPGP y desata una feroz persecución conha Haya y otros dirigentes del
movimiento. A nuestro modo de ver, el conflicto de generaciones, al inscri-
birse en la lucha por el poder, se transforma también en un conflicto de
orden psicoanalítico: el conflicto entre el padre y el hijo; lo que en el orden
sociológico es el conflicto entre el Estado y la sociedad. Al respecto, es
bastante reveladora la carta que dirige Haya de la Torre al estudiante u n -
guayo Carlos Quijano. En esta carta el primero hace una dura crítica a los
&anos americanos),,y llamando a la «solidaridad continental»afirma:

Si un padre pretende matar a su hijo y este se echa a la calle,


denuncia el delito y hace prender al autor, seria necio censurarlo.
El derecho de paternidad no es un derecho de muerte; tampoco el
de gobierno. A los hijos de estos países sudamericanos nos ocurre

'' d2ansagración oficial de la República al Sacralísimo Corazón de Jesús: pastoral del


Iluririsimo Reverendísimo arzobispo.. El Comercio, 14 de abril de 1923. p. 3.
' "La Universidad Popular Gonralez Prada y la consagración de la República al Corazón
de Jerúsi. Ef7iempo. 2 1 de mayo de 1923, p. 2.
&tupenda maniíeslación de duelo de ayer., E l 7iempo, 2 6 de mayo de 1923. pp. 1-4.
con frecuencia, a unos más que a otros, que resultamos con padres
o padrastros intolerables y de marcados instintos criminales. Nues-
h a defensa única es saltar los linderos de la casa y acusarlos sin
reparos por las calles del mundo ... los únicos vendidos al oro ex-
tranjero son los estadistas negociadores de alto vuelo. capaces de
empeiiar veinte países juntos. por una combinación de bol~a.'~
i

1 i

i
:: En octubre de ese año Haya de la Torre es desterrado y poco tiempo
después siguen su suerte otros dirigentes obreros y estudiantiles. Como se
" observa, el movimiento obrero-estudiantil ha pasado, de la crítica cultural
$1
.mi
:P.
y antipolítica, a convertirse en una fuerza social que al atacar el orden
imperante termina por convertirse en movimiento político. Esto, que no
irni
12 es otra cosa que el proceso de politización del movimiento popular, mues-
2: r.
tra las siguientes características: Haya deja de ser visto como maestro y se
jr : convierte en el líder carismático del movimiento; la UPGP pasa a ser la
base social del .frente único de trabajadores manuales e intelectuales*que,
LA por voluntad de sus miembros (muchos de ellos jóvenes anarquistas o ex-
anarquistas) pronto aspirará a convertirse en el partido político de la nue-
va generación latin~americana.'~ Es así que un año después, el 7 mayo de
1924, Haya funda en México la Alianza Popular Revolucionaria America-
na (APRA).
Aquí, como en otros países, la Reforma es vivero de teorías políticas
por lo que sus militantes se lanzarán luego a formar partidos políticos,
fundamentalmente de izquierda. Pero el Apra, al surgir en varios países
latinoamericanos, se convertirá en el primero de dimensión continental;
además, su ideología política es la primera teoría global de la juventud
sobre el nacionalismo-continental, la integración y la revolución en estos
países. Todo esto nos hace afirmar que el Apra es hija legítima de la
Reforma Universitaria latin~americana.'~

'6
. . . oresidente
Carta de Hava de la Torre al estudiante Carlos Ouiiano. . del GNDO Artel.
pub.lcaoa e n EiPais dz Muniz\.dru 1 repmduc~daen La Crónica de Lma. e 13 de ILIW
dz 19'23 Re~roduciddoor (;aman R>ra.iaen la =rico del ioren Huw TNI 1.0 C O ~ É K
Provincial de Trujillo, 1995. p. 71.
" Queremos remarcar que la expresión .Frente único de trabajadores manuales e iritelec-
tuales. fue uno de los contenidos ebruduranies mas importantes de la generación
latinoamericana de los aíios veinte. Gta frase puede encontrarse en los altículos y
libras de diversos autores, así como en múltiples revistas de la época. Basta consultar
Amouto para comprobarlo. A guisa de ejemplq en 1928, cuando la invasión norle-
americana a Nicaragua estaba en su fase más dramática. esa revista publica esta carta
del líder revolucionario nicaragüense César Sandino, donde decía: -por intermedio de
la revista Amauta, envio mi más feivoroso saludo a la nueva generación de trabajado-
res manuales e intelectuales de América Latina que sabe compartir como propias las
horas deangustia que ha tocado vivir a nuestra Nicaragua. A ella reafirmo mi fe inalte-
rable en el triunfo de nuestras amar que al defender la libertad de un pueblo de nues-
tra América, detiende la libertad del continente*. En Amauta W 6. julio de 1928, p. 17
(subrayado mío]. Sobre la politización del movimiento obrero-estudiantilvéase STEIN.
Steve. .De la clase a la oolftica: Víctor Raúl Haya de IaTorre Y la institucionalizaciónde
la protesta social en los anos veinte~z.En El Apro: de la ideologio o la praris. Lima:
Nuevo Mundo. 1989. p. 39. Sobre la definición de contenido &ruciurante consultar
MRNNHEIM, Karl "El problema de las generaciones". RElS (revista espaíiola de investi-
ación sociológica, N' 62. Madrid, abrilijunio de 1993, p. 224.
TWDA R~WLDA, Luir. Elsoziolismo indwmericaw 1998, p. 470.
Otro caso interesante es el venezolano. Hacia mediados de los años
veinte aparece en Venezuela un importante grupo de propagandistas
anarquistas y otros antiimperialistas de inspiración bolivariana que hacen
propaganda sindical en los campos agrícolas y en los yacimientos petrole-
ros. Hacia 1927 la Federación de Estudiantes de Venezuela, la Institución
Bolivariana y la Asociación Nacional de Empleados inician una dura cam-
paña por las libertades democráticas y contra las actitudes dictatoriales del
presidente G ó m e ~ El . ~presidente,
~ pretendiendo contener la propaganda
<<antinacionaln y la "infiltración de comunistas extranjeros*, inicia la perse-
cución de dirigentes políticos y sindicales que, según dice, intentan csedu-
cir a la juventud universitaria^.^
En realidad hacia 1928 los universitarios ya están imbuidos en la
prédica americanista y reformista; pero es recién a inicios de este año que
se incorporan al movimiento continental. En efecto, en febrero la Federa-
ción de Estudiantes organiza unas jornadas culturales donde, entre otros
actos, se acude en romería al Panteón Nacional para rendir homenaje a
Simón Bolívar. Ahí el estudiante Jóvito Villalba pronuncia un discurso don-
de afirma: .ante la conciencia libre de América surge íntegro, encendido
de fuerza, en el grito de una protesta unánime, el mismo ideal de fraterni-
dad latinoamericana, que cien años antes cupo holgado en la mirada visio-
naria del Libertador.; y llamando a Bolívar para que apoye a la Federación
en sus luchas contra el dictador Gómez expresa: .¡habla oh, Padre! ante la
Universidad, donde se forjó la Patria hace años ... Padre nuestro, Liberta-
dor, cómo han puesto los esbirros tu Santiago de L e ó n ~ . ~ '
La reacción del presidente es violenta. Suspende las festividades y
pone en prisión a los más importantes dirigentes estudiantiles: Pío Tamayo,
Rómulo Betancourt, Jóvito Villalba, Guillermo García Prince, entre otros.
Los estudiantes de todo el país realizan protestas callejeras y a ellos pronto
se suman los sectores medios; asimismo, se declaran huelgas obreras de
apoyo a los estudiantes en Caracas, Valencia y otras ciudades. En Vene-
zuela, como en otros países, se forma un frente único o bloque político de
oposición a la dictadura, compuesto por estudiantes, trabajadores, cienti-
ficos y algunos escritores radicales. Ellos postulan una *renovación moral.
y se llaman antiimperialistas, americanistas y democráticos. Miguel Otero
Silva, dirigente estudiantil, rubrica de esta manera el pensamiento de su
generación:

Nuestra política es una simple y elemental cuestión de dignidad


personal. Nueska ideología política -ser enemigos de la tiranía-
no es propiamente ideología política sino respiradero de una con-
dición humana [...] En Venezuela existieron antano dos partidos: el
Liberal y el Conservador. Pero según parece, los liberales eran
conservadores y los conservadores también eran conservadores.
Conservadores ambos y disfmtadores de un aparato estatal basado
en la arbitrariedad y en el peculado. cuando no en el despotismo
descarado I...i Los nombres de ambos partidos son ya carroria. El
golpe de gracia se los dio el general Gómez cuando comenzaba a

Julio. El rnouimiento obrero uenezolono 1850-1944,1980. pp. 61 y 62.


'PODIO.
1980. p.66.
S' 1980, p.67..
perfilarse el tirano en él l...] La política es para nosotros una obsesi-
va pesadilla, sin contornos precisos. Arriba está una gavilla de ban-
doleros que roba, atropella, tortura y asesina I...] Tenemos veinte
arios y deseos de morir por Venezuela, por la patria, por la liber-
tad, por algo que no sea esta vida de eunucos, ni cuairo centavos
manchados, ni la ignominia de un cargo público. En nosotros cifra
mucha gente -¡tanta gente!- su minúscula esperanza de reden-
ción. Y nosotros no poseemos más que una lumbre juvenil de re-
beldía, apenas una lumbre. Somos dolorosamente ignorantes. Sa-
bemos que existe algo, de lo cual tenemos un concepto libresco y
casi abstracto. que se llama democracia."

El 7 de abril de 1928 la Federación de Estudiantes participa con


milicias estudiantiles. en el fallido golpe de Estado conha el dictador Gómez.
U gobierno reprime violentamente a los estudiantes y algunos son Ileva-
dos a campos de trabajos forzados, donde permanecen durante varios
meses. Con el transcurrir de los años estos estudiantes formarán el Parti-
d o Acción Democrática, el Partido Comunista Venezolano, el Partido Unión
Republicana Democrática, entre otros.83
El tercer caso es el cubano. Hacia 1923 comienzan a llegar a Cuba
noticias de las revoluciones estudiantiles en Córdoba y Lima. Paulatina-
mente los estudiantes comienzan a tomar conciencia de la situación de la
universidad y de los problemas sociales. Es así que la vanguardia estudian-
til, reunida bajo la bandera del grupo "Renovación., conduce la Reforma
bajo las mismas reivindicaciones que Argentina y Perú.M Expulsa a cerca
de veinte profesores considerados como .inútiles. y el 2 3 de octubre de
1923 realiza el primer Congreso de estudiante^.^^ En este congreso los
estudiantes acuerdan propiciar la esolidaridad con los pueblos de este con-
tinente., impulsar la formación de la Liga Latinoamericana de Estudiantes
.que realice el sueño bolivariano d e crear ala República Latina de Améri-
cam, se declaran contrarios a la Enmienda Platt, la doctrina Monroe y el
Panamericanismon; finalmente presentan a la Federación Obrera de La
Habana sus deseos de una .perfecta unión entre estudiantes y obreros,,
con el fin de "preparar la transformación del actual sistema económico,
político y social sobre la base de la más absoluta justicia^.'^
Poco después los estudiantes logran que el Congreso a p ~ e b euna
ley sobre la autonomía universitaria. Según ella la universidad sería regida
por una Asamblea Universitaria compuesta por igual número de estudian-
tes, graduados y profesores. En realidad el pensamiento y la práctica de
los reformistas cubanos son casi iguales a los de argentinos y peruanos.
Julio Antonio Mella recuerda:

Los métodos fueron revolucionarios. Algunos profesores que se


atrevieron a pisar la universidad después de haber sido expulsados

1980, pp. 67-68.


1980, pp. 68-69.
" FONCUEVA. Jos6 *El ~roblemade la Reforma Universitaria en Cuba.. En DEL M410
1941, III, 164-165.
as MELLA.Julio Antonio. ¿Puede ser un hecho la Reformo Uniuersitoria?. En DEL M420
1941,tomo 111, p. 148.
.Actas del Primer Congreso de &tudiantesv. Pensamiento Critico No39. abrtl de 1970.
pp. 22 y siguientes.
de ella, fueron recibidos como merecían l...] una vez pretendieron
reunirse para destituir al Rector de nuestras simpatías y se lo impedi-
mos tomando todo el recinto universitario con sesenta estudiantes
amados. Tres días después, el Gobierno nombraba una comisión
mixta de seis alumnos y seis profesores para resolver los problemas
universitarios. Entonces depusimos nuestra actitud. Como en C6r-
doba l...] nombramos rector, decanos y profesores estudiantes. Es
natural que siendo un movimiento de unidad ideológica tuviese
unidad de métodos l...] Los revolucionarios estudiantiles, más avaw
zados, quitaron al Rey y se pusieron en su pue~to.~'

En sus deseos de .ir al pueblo. los estudiantes crean en noviembre de


1923 la Universidad Popular José Martí, bajo el mismo modelo y princi-
pios de la peruana.88 Ahí, encabezados por José Antonio Mella, forman
un bloque popular con los sindicatos, agrupados en la Federación Obrera
de La Habana y mayoritariamente anarco-sindicalistas, y con los miem-
bros de la Federación Anticlerical de Cuba. Esta solidaridad obrero-estu-
diantil alarma a las autoridades políticas, que inician una campana políti-
co-religiosa contra los *rojos.. Pero la represión se torna más violenta a
fines de 1924, cuando asume la presidencia el general Gerardo Machado.
No obstante, fieles a la prédica antiimperialista,los estudiantes encabezan
una serie de manifestaciones de repudio popular contra la pretensión de
Estados Unidos de quedarse con la Isla de Pinos. Cuando en marzo de 1925
Estados Unidos se ve obligado a devolver la isla, el gobierno cubano orga-
niza un meeting de agradecimiento a ese país. Los estudiantes realizan in-
mediatamente una contramanifestación que termina con la muerte de va-
rios estudiantes y trabajadores en las calles de La Habana; además, se
deporta, encarcela y expulsa a decenas de dirigentes universitarios acusán-
dolos de terrori~mo.~~
El movimiento reformista vuelve a la luz en marzo de 1927, cuando
el presidente Machado hace aprobar en el Congreso una reforma consti-
tucional que pretende legalizar la continuidad de su gobierno hasta 1935.
El repudio popular a la reelección y al entreguismo de Machado al impe-
rialismo yanqui se hace más virulento entre los jóvenes. La dictadura
comete atropellos contra el filósofo Enrique Varona, uno de los más céle-
bres americanistas de la época; ocupa militarmente la universidad y expul-
sa a cincuenta alumnos; clausura la Universidad Popular; persigue, apresa
y deporta a decenas de intelectuales, líderes obreros y estudian ti le^.^^
Estos tres ejemplos nos muestran sin lugar a dudas que la juventud
latinoamericana se ha puesto de pie, quiere vivir junta y participar en los
destinos del continente. En su pensamiento, en sus métodos de lucha, en
sus proyectos vemos el mismo idealismo, el mismo mesianismo juvenil, el
mismo insobornable deseo de reforma social, moral y política. Este testi-
monio del argentino Alfredo Palacios nos revela el *espíritu del tiempo.
que vive y crea esta generación continental.

'' MELLA,Julio Antonio. 1941, p. 149 (subrayado mío).


SS
-Estatutos de la Universidad Popular José Marti., Pensamiento Cdtico No39. p. 27.
.LOS universitarios contra el imperialismo yanqui y el sewilismo del gobierno cubano..
p. 36.
.Directorio esiudiantil universitario conha la prórroga de poderes., p. 96. Véase tam-
bién la cronologia al final de la revista.
Por primera vez en la historia se alza unánime y acorde la voz de la
juventud en todas nuestras Repúblicas, anunciando la renovación
como propósito y la unión fraternal como principio básico. Ya no
gravitan sobre ella los viejos odios caseros. Se ha librado, por fin,
de la presión asfixiante de falsos antagonismos y menguadas ambi-
ciones hegemónicas. Ha roto valientemente las ligaduras hadicio-
nales y sostiene ideales de unidad americana y democracia social.
Ha descubierto su alma y ha cobrado conciencia de sí misma. Ha
surgido en el fondo de su ser un sentimiento nuevo: el de la her-
mandad común, de la unidad de la raza y la identidad de aspiracio-
nes ideales. Y así, en vez de consagrarse a ensanchar las fronteras
respectivas, a costa de sus hermanos. por el exterminio y la con-
quista, las ha ampliado idealmente, comprendiendo dentro de ellas
en un abrazo común, todos los pueblos de América Latina. Ya al
fantasma temeroso de la haición a la patria chica -siempre bien
armad* ha opuesto la alta haición a la patria americana y a sus
futuros destinos, porque en lugar de extasiarse ante un pasado
sepulto, se ha enfrentado al porvenir. asumiendo la viril empresa
de forjarse con voluntad rech9'

El joven, el ciudadano y la reforma social

La llamada revolución de los espíritus,, no es otra cosa que el cambio


de mentalidad que experimentan los jóvenes de la época. Esto tiene como
principal característica una nueva actitud frente a la vida y la sociedad, lo
que al final de cuentas es la expresión del despertar de la conciencia cívica
en ellos. La Reforma es un movimiento de ciudadanía, pero sería un error
decir que con ella se inaugura la dimensión ciudadana en este continente.
Creemos que la dimensión ciudadana es en principio un hecho citadino,
expresado fundamentalmente por el movimiento obrero, y que luego se
extiende a otros sectores sociales. Como hecho social puede ser ubicado
entre 1918 y 1919 y tiene como principal expresión las huelgas obreras
en Argentina. Brasil, Panamá, Ecuador, Perú, Chile y Uruguay. A partir
de esta fecha vemos en los trabajadores de estos paises una nueva actitud
frente al capital y el Estado, más solidaridad mutua y más combatividad en
las luchas En la historia social latinoamericana, esto aparece
como el pasaje de la condición de siervo a la de ciudadano.
La Reforma, como hecho social, no inaugura la ciudadanía pero es
su expresión; y lo es porque, en principio, se trata de un hecho de juven-
tud. La Reforma es pues una expresión ciudadana en la medida en que
expresa y contiene el despertar natural de los jóvenes a .la problemática
del presenten y su deseo de cambio?' En ese sentido, el comportamiento
cívico será moldeado por el movimiento reformista y su ligazón con el
tiempo histórico y la dinámica social. Es decir, la fuerza de este movimien-
tose asienta en la conciencia del presente y es impulsada por la caracterís-
tica biológica que le es propia. Así, al introducir la crítica al presente y

" Pnmcios. Alfredo aPr61ogos al lihro de Manuel Seoane Con el ojo izquierdo (mirando
a Boliuia). Buenos Aires: Juan knotti, 1926. p. 6.
Véasemi IibroLacuestióndelpan [el anarcosindicalirmoen el kni 1880-19191. 1988,
pp. 398-403.
93 MANNHEIM, Kad. %Elproblema de las generacianesn. 1998, pp. 218-219.
lanzar propuestas democratizadoras y autogestionarias, el movimiento re-
formista se acelera y da forma a la conciencia ciudadana, que se despierta
en estos jóvenes que frisan los veinte años.
Pero la dimensión ciudadana no solo es vivida sino también pensada
como hecho sociocultural y como propuesta política de participación en
los asuntos públicos. En efecto, nosotros creemos que estos jóvenes estu-
diantes tienen una novedosa concepción de la ciudadanía, pero ella está
estrechamente vinculada a la evolución y a la práctica del movimiento
social." En realidad ellos no se preocupan por analizar o autoanalizarse
en la dimensión ciudadana; no obstante, en múltiples documentos se Ila-
man entre sí eciudadanos~,y como grupo se proclaman el .demos,, de la
*República Universitaria,,.
Además, en los diversos arüculos y discursos, así como en las confe-
rencias que se hacen en los sindicatos obreros, vemos una permanente
inquietud por formar entre los trabajadores una cultura cívican. Inculcan
d a cultura como base indispensable para la liberación de las conciencias.,
hablan de muestra obra educacional y la formación de la conciencia de
clase., de la relación entre la ajusticia social y la Universidad P0pularn.9~
Como dice Luis Alberto Sánchez, al salir de la universidad los estudiantes
se acercan al pueblo y en ese hecho la Reforma les da sensibilidad social,
capacidad de crítica; en fin, .trató que el intelectual se hiciera ciudada-
no~.% El civismo*, dice el colombiano Germán Arciniegas, es hacer pasar
al estudiante =de la contemplación a la acción y hacerlo autor y darle
autoridad y colocarlo en el demos frente a La democraciau?'
Estas citas parecen confirmar que el civismo reformista es un proce-
so que tiene tres momentos: 1) el cultural, en la Universidad Popular; 2) el
social, en la solidaridad con las luchas de los trabajadores; y 3) el político,
cuando se enfrenta al orden social y demanda participar en el gobierno de
la universidad y luego en el propio Estado. En ese sentido, la condición
ciudadana se presenta aquí como un proceso que comienza en la cultura y
termina en la política. Una prueba de ello es la politización que vive el
movimiento popular peruano: todo comienza en 1921 con la socializa-
ción de la cultura en la UPGP y desemboca en 1923 cuando de ella sale a
luchar por la libertad de conciencia y se enfrenta al Estado. Es esta evolu-
ción la que da forma y contenido a la ciudadanía en esta generación. Haya
de la Torre, uno de los pocos que escribe sobre el tema, diría años des-
pués: *Muy bien que el obrero defienda su mejoramiento material; pero
también dentro de la democracia debe tener derecho a la cultura y a su
participación en la dirección de la vida administrativa y en la dirección
técnica del estad^...,,?^

" TFJADA RPALDA.Luis. El ~ ~ ~ i a l i sindoomericonq


mo 1998, p. 450.
Sobre esto véase por ejemplo: *En la Universidad Popular-, Lo Rema, 8 de marzo de
1921, p. 6: .En la Universidad hpularn, La Prensa, 10 de febrero de 1921, p. 4;
<rUniversidadPopular*, en El Tiempo, 3 de febrero de 1922, p. 6. Sobre estar y
otras conferencias de estudiantes en los sindicatos obreros, consultar Claridad, de la
primera quincena de 1923.
%
SANCHES Luis Alberto. .El estudiante, el ciudadanq el intelectual y la Reforma Univer-
sitaria americana.. En DELMAZO 1941, tomo 111, pp. 213-214.
" ARUNIEGAS. Germán. "Los estudiantes y el gobierno universitario., en DELMAZO 1941,
p. 129.
HAYA DE LA TORRE. "La democracia y la clase obrera.. Exposición ante la Asamblea
Para Haya y muchos otros miembros de su generación, el ciudadano
surgido de la Reforma tiene pues una triple dimensión: 1) es un ente cul-
tural, por su preparación cultural y técnica; 2) ente económico, por su
función en la estructura socioeconómica y por la forma como
organizadamente coadyuva al progreso colectivo; y 3) ente político, por
su participación activa y permanente en la vida del Estado a través de la
función que desempeña.
Pero este no es el único rasgo de la ciudadanía. Otro aspecto impor-
tante de ella es su visión colectivista. Para estos jóvenes la ciudadanía, que
no es otra cosa que la soberanía o capacidad de ejercer el poder, es tam-
bién practicada por los grupos sociales. Es particularmente claro en lo
referente a la comunidad campesina, de donde en última instancia se ins-
piran para formular sus propuestas de organización social y política.
Hildebrando Castro Pozo señala que en las sociedades andinas la organi-
zación comunal estaba regida por una asamblea comunal, que era la que
ejercía la soberanía. En este contexto societario el individuo tenía una
libertad limitada y controlada, se le reconocían derechos pero se le impo-
nían más deberes; en esas condiciones se mantenía subordinado a las
necesidades e intereses de la comunidad. Asimismo, los individuos en tanto
autoridades, podían ejercer la soberanía pero no a titulo individual sino co-
lectivo; no eran generadores de la voluntad ciudadana sino representantes
de una voluntad colectiva que se ejercía antes y a pesar de ellos. En ese
sentido, la autoridad comunal no era, estricto sensu, representante sino
órgano de la comunidad. Es por estas razones que muchos de estos jóvenes
aceptan la hipótesis de Castro Pozo de que da soberanía reside en el ayllu.."
Esta misma visión comunal o comunitaria es la que parece sostener
todas las propuestas de ideología politica de esta generación. Ello es
particularmente importante en lo referente a la arquitectura del nuevo
Estado. Mariátequi dice por ejemplo que .el ayllu, célula del Estado h a ,
sobreviviente hasta ahora, a pesar de los ataques de la feudalidad y el
gamonalismo, acusa aún vitalidad bastante para convertirse, gradualmente,
en célula de un Estado socialistan.lw Para Haya la comunidad campesina
debe actuar en el nuevo Estado, al mismo título que lo harían las coopera-
tivas de producción y consumo, las municipalidades y otros grupos de inte-
rés.lD1Las comunidades y los otros grupos de interés, en la medida en que
, comprenden y representan a la sociedad civil, son incorporados en tanto
Nacional Aprista de Juventudes.. Lima, 6 de junio de 1946. Revista Apra, julio de
1946, reproducido en Testimonios y mensajes. Lima: Juan Muí~BACA.obras comple-
tas. 1977. tomo l. p. 314.
CASTROPozo, Hildebrando. Nuestra Comunidad. Lima: krugraf, 1979. p. 33. Sobre
esto véase por ejemplo MAROF, Tristan.Lajustkiadellnca. Bruselas: La edición latinoa-
mericana, 1926. Además, HAYADE TORRE,.El problema indígena., mayo de 1927,
en Testimonios y mensajes. obrar completas, tomo 1; y MARIAIEGUI, José Carlos. SU
problema de la tierra*, en 7 ensayos de interpretación de lo realidad peruana. Lima:
Amauta, obras completar, tomo 2 , 1975.
Irn
MARIRTEGUI. José Carlos. -Principios de politica agraria nacional*, Mundial. Lima, 1" de
julio de 1927; reproducida en Peruanicernos el Perú. obras completar, toma 11. p.
109-110.
'O1 HAVA DE IA TORRE #La verdad del aprirmon, Teztimonios y mensajes, p. 286; también
"El plan económica del aprismo., octubre de 1945, pp. 392-393. Estos textos ron
tardíos, pero aquí Haya extiende o perfecciona criterios que en los anos veinte. por las
exigencias de la lucha política, solo llegó a esbozar.
tales a las funciones del Estado. Esto es lo que los reformistas llaman la <<de-
mocracia funcional*.En síntesis, esta ideología política critica a la democra-
cia liberal asentada en el individuo y afirma una nueva democracia, asenta-
da en la representación colectiva de los grupos de interés. Ellos reconocen
que la ciudadanía está en el individuo-soberano, pero afirman la primacía y
mejor representatividad de lo social por el grupo-soberano. --
Así como pasan de la ciudadanía individual a la colectiva, también
pasan de la soberanía nacional a la continental, redimensionando así el
concepto de ciudadanía. En efecto, para esta generación la ciudadanía
$5 ;
también consagra la identidad y pertenencia a una colectividad nacional. ;2:
Al respecto, según Antenor Orrego la Reforma es %unmovimiento civil de
las nuevas generaciones., un movimiento %dela nueva América hacia la
civilidad..'" Esta visión de la ciudadanía va acompañada de dos esfuerzos
!:g/
,Z1
simultáneos: 1) la búsqueda y afirmación de la verdadera identidad conti-
nental, que concluye en el reconocimiento de su mayoritario componente
' 8'
'S
indio y la consensual denominación de dndo-América>y 2) la defensa de
muestra América. (consigna identitaria americanista lanzada por el cuba-
2
no José Martí en 1889), supuestamente amenazada de invasión por la
.otra" América, o más precisamente, por el imperialismo yanqui.
Al final, este proceso tiene como consecuencia la visión de Indo-
América como una unidad política, como una polis continental. El punto
culminante se da en septiembre de 1927, cuando el parlamento mexica-
no, aunándose a <la impetuosa corriente de confraternidad latinoamerica-
na., aprueba dar la ciudadanía continental. a todos los individuos nacidos
.entre los márgenes del río Bravo hasta los Andes chile nos^, lo5 cuales
podrían .ejercer derechos políticos en cualquiera de los países en que resi-
d a n ~ . Esta
' ~ iniciativa tiene acogida en todas las federaciones universita-
rias y algunas laborales, pero cobra real significación histórica cuando la
Primera Convención Americana de Maestros, realizada en Buenos Aires
en 1928, acuerda en una de sus resoluciones:

CIUDADA AMERICANA
N~
La Primera Convención Internacional de Maestros formula la
aspiración de que todos los nacidos en territorio de América Latina,
sean considerados como ciudadanos americanos, y acuerda un voto de
aplauso a la ley aprobada por el Senado mejicano que tiende a hacer
efectiva esta a~piración.'~

Como hemos visto, la juventud reformista de los años veinte crea


una ideología política cuyas características obedecen y son respuesta a los
problemas de la época. Al interior de este discurso generacional, atrave-
sándolo y ordenándolo, esta juventud coloca una contradicción mayor: la
comunidad campesina contra el latifundio. Es a partir de esta contradic-

ORREGO,
Antenor .¿Cuál es la cultura que creará amé rica?^. Amauta N"17, septiembre
de 1928. p. 15.
Irn
.México Y la ciudadanía His~anoamericana: .
documentos de la lev votada oor el Parla-
mento mexicano, a propuesla del senador ÁIvarezr. Amauto N' 15. mayode 1928, pp.
1819.
xPrirnera Convenci6nde maestros (primarios.secundarios y universitarim)n, reunida en
1941. tomo II. p. 250.
Buenos Aires en enero de 1928. En D a M ~ z o
ción que opone en forma maniquea el Tawantinsuyo a la Colonia, el ca-
pitalismo al socialismo, la patria grande a la patria chica; asimismo, la
propiedad privada a la propiedad colectiva, el contrato individual al con-
trato colectivo, el individualismo capitalista al colectivismo socialista, la de-
mocracia liberal a la democracia funcional o colectivista. En resumen, el
enfrentamiento es: lo colectivo versus lo individual. El argentino Alfredo
Palacios dice al respecto: -estamos en la edad del socialismo, es decir, del
predominio de lo social y colectivo sobre lo individual. Y ese mismo es el
espíritu que mueve hoy a los jóvenes: federación de los estudiantes, confe-
deración de América, comunidad moral con el pueblo [...]n.105
Así, a las características de joven, americanista, indigenista y socialis-
ta, propias del reformista, se agrega la de comunitarista. La ciudadanía
reformista es, pues, una reacción contra el individualismo que sustenta la
organización social, contra la visión atomista que impone la democracia
liberal; es un impulso de libertad pero que privilegia la justicia, defiende los
derechos pero sobre todo otorga e impone deberes. Este ciudadano no se
presenta y representa como individuo aislado en la comunidad; se piensa
y actúa por la comunidad, se siente parte de ella y la defiende; por ello,
antes que el interés individual insiste y aspira al bienestar colectivo. Este
ciudadano puede actuar individualmente pero siempre busca ser parte y
representarse en un grupo o comunidad, por ello se le ve pensando en la
acción y la representación política fundamentalmente como un hecho co-
lectivo. En fin, la ideología política de esta generación nos informa que
para ellos el nuevo orden social debe basarse en los grupos y no en el
individuo, que las comunidades y otros grupos de interés deben ser la base
del nuevo Estado y la nueva democracia que llaman *funcional. o ~colecti-
vista..
Para estos jóvenes ciudadanos el objetivo, más que la revolución en
el sentido de cambio violento, es reformar paulatinamente el orden social.
desde sus bases, hasta lograr el cambio deseado. En el fondo, es bajo
la idea de ereforma~que se inspiran este y otros movimientos sociales y
políticos en la época. Por ejemplo, a nivel estudiantil se encuentra en la
facultad de derecho de Buenos Aires el Partido Unión Reformista (1923) y el
Partido Reformista Centro Izquierda (1928); en El Salvador se crea la Aso-
ciación de Estudiantes Renovación Social (1926). entre otros. En esta mis-
ma tendencia se inscriben organizaciones políticas de vocación continental
como el APRA (1924), la Unión Latino Americana (1925), etcétera. Esto
explica que el movimiento de la Reforma Universitaria, particularmente el
peruano, al politizarse hacia 1923 pase de la idea de reformar la educación
universitaria a la de reformar en lo social y político, del demos universitario
al demos continental, del Estado docente a l Estado educador y
antiimperialista. de la democracia universitaria y sus tres estados a la de-
mocracia funcional basada en los tres grupos sociales que forman el
llamado movimiento de -frente único de trabajadores manuales e intelec-
tuales..
De esta manera, los estudiantes elaboran un discurso de reforma
para la universidad, pero luego intentan extenderlo a todo el orden social.

'O5
PALAC~OS,Alfredo. .La Refama universitaria y el problema americano-. En DELMAZO
1941, tomo 111, p. 118.

(122)
Su ideología política es ciertamente un discurso juvenil, pero no represen-
ta ni exclusiva ni parcialmente a ese grupo o clase de edad; al contrario,
pretende encarnar los intereses del pueblo en general y de la sociedad
latinoamericana en particular. Los jóvenes no tienen pues una representa-
ción exacta sobre sí mismos, pero como grupo sí se reconocen como
actores e incluso como vanguardia, al mismo título que el proletariado, del
movimiento social.

LA- -2

Conclusiones

El estudio de la generación del Centenario, desde la perspectiva de la


sociología de la juventud solo es posible ahora que se han desprestigiado
los análisis clasistas y politizados de los movimientos sociales. Es recién
ahora que el movimiento reformista se presenta claramente como un
movimiento de juventud. Ahora bien: su estudio se justifica por dos razo-
nes. Primero, porque nos permite conocer aspectos importantes del com-
portamiento de la juventud en la historia social contemporánea. Segundo,
si se acepta la hipótesis de Edgar Morin, porque la Reforma Universitaria
preludia el papel de fermento y de acción política de los movimientos
estudiantiles en el mundo.lD6
¿Los estudiantes reformistas se pensaron como juventud o clase de
edad? Sí, pero no exclusivamente. En realidad ellos preferían representar-
se como genera~ión.'~'La utilización de esta última noción era bastante
más adecuada a su realidad, ya que el movimiento reformista no estuvo
compuesto por toda la juventud sino por un grupo, reducido pero muy
activo, de su ala más rebelde y contestataria; su agrupamiento no era un
problema de cohorte o fecha de nacimiento, sino de convicciones y pro-
yectos; sus miembros no eran solo jóvenes sino también personajes de
otras generaciones y de otras realidades, unidos por los mismos ideales.
Los reformistas no eran pues portadores de un mensaje juvenil sino de
una conhapropuesta social y ética al orden establecido. En realidad, más
que como jóvenes se veían en principio como un grupo generacional y
luego como miembros activos de un movimiento social multiclasista que
buscaba transformar todo el orden social.
En esta investigación hay dos hechos que es necesario resaltar: 1) la
universidad se convirtió en sede real o potencial de revueltas juveniles en
todo el continente; y 2) los estudiantes fueron el sector más activo de la
juventud. Lo primero puede explicarse porque las universidades, a dife-
rencia de los sindicatos y otras instituciones, concentraron, educaron y

Im
MORIN,Edgar. .Culture adolescente et révolte étudiantes. En Cespn't du tempr, pp.
189-190.
'" Debe anotarse que la diferenciación entre ejuventud~y xgeneracióna es sumamente
importante para la sociologia contemporánea. Como puede comprobarse, la socio-
logia de las generaciones antecede y comprende la sociologia de la juventud. El
hecho de que esta última haya logrado un rápido desanollo no debe llevarnos a
confundir ni invertir el orden de importancia. Si esto es cierto. no es menas cierto
que las generaciones, en el sentido sociológica. re forman en el periodo de la juven-
tud y sus gentes son marcadas. casi de por vida. por las ideas y circunstancias que
vivieron en ese tiempo.
socializaron a gran cantidad de jóvenes; además, como hemos visto, en esa
época muchos trabajadores, principalmentejóvenes, mantenían permanente
contacto con los universitarios e incluso asistían a los debates que en la
universidad protagonizaba la vanguardia estudiantil. Todo esto convirtió a
la universidad en un lugar propicio para la organización y el impulso de la
acción colectiva de la juventud. Con respecto a lo segundo, en sus
autoanálisis los reformistas decían que su activismo en el movimiento so-
cial se debía en gran medida a que ellos tenían mayor información sobre
3 los problemas sociales y poseían los instrumentos teóricos necesarios para
'E
alcanzar las soluciones. Mirado desde esa perspectiva, parece que la uni-
3 versidad permite abrir rápidamente los ojos al mundo a los jóvenes que,
+.
apenas salidos del hogar y la escuela, se incorporan a la sociedad de adul-
- tos; ahíse les muestran los mecanismos de la organización social y con ello
se les permite comparar experiencias, sensibilizarse y obtener los primeros
criterios de juicio sobre la realidad. En la universidad se hacen, pues, más
evidentes los contrastes entre el .ser. y el .deber ser. de la sociedad. entre
la situación y la condición ciudadana, entre la justicia y la injusticia. Esto
explica que los primeros estudiantes en iniciar la revuelta salieran casi siem-
pre de las facultades de medicina, jurisprudencia, historia y letras; para lue-
go ser seguidos entusiastamente por los de ingeniería, química y física, etcé-
tera.
La universidad convirtió a los universitarios en una dracciónn de la
inteligencia, pero no necesariamente en .placa sensible.. <cbarómetrono
mediumx entre la sensibilidad colectiva y las fallas o tensiones que experi-
mentaba el cuerpo s ~ c i a l . Como
'~ se sabe. en esa época la universidad era
concurrida fundamentalmente por los hijos de familias aristocráticas. vincu-
ladas al comercio, la industria y la gran propiedad agraria; ahí recibían una
formación elitista y tradicionalista, lo que en gran medida les impedía sensi-
bilizarse con los problemas sociales. El proceso de sensibilización comenzó
pues para muchos de ellos fuera e incluso contra la universidad. En efecto,
los estudiantes tuvieron que salir de la universidad y ponerse en contacto
con los sectores populares y con sus problemas, para luego tomar una posi-
ción que muchas veces iba contra sus propios orígenes e intereses sociales.
Para estos jóvenes adoptar, aunque sea en forma pasajera, los intereses
populares era oponerse a la tradición e intereses de la familia, contestar la
patria potestad y todo el orden social asentado en aquella.
Si en esa época la juventud aparecía como un estadio privilegiado y
reducido a pocos individuos, los universitarios aparecían como un grupo
social cuya situación era de tránsito entre el hogar y la sociedad adulta,
pero también de indefinición entre el papel del adolescente y el del adulto.
Los universitarios se ubicaban pues en la intersección de tres áreas o espa-
cios vitales: 1) el hogar. la escuela y el barrio; 2) la universidad y la realidad
social; y 3) la inteligencia y el empleo profesional. Su papel específico
pudo ser el de .fracción de la inteligencia.. pero no fue esto lo que los ligó

'* Nociones tales como rbarómelro., -placa renrible~..vanguardia táctica.. etcétera. fue-
ron empleadas por intelectualer marxistas. particularmente por Lenin, Trotsky. Maq
enlre otros. Sobre esto véase WEBER.Henri. Que resle-t-il de moi 68. p. 38. Edgar
Morin. por su parte, introduce la idea del papel .relación rnediurnniqueu que los estu-
diantes establecen entre la sensibilidad colectiva y lor problemas racialer, en =Cullure
adolescente et révolte étudianlen. p. 201.
a la sensibilidad social. Ellos estaban ligados a aquella porque aún depen-
dían del hogar, donde vivían directa o indirectamente los problemas con-
cernientes a sus padres y, en segunda instancia, a la sociedad. De otro lado,
fue en la universidad donde pudieron contrastar la realidad familiar y la
social, los proyectos personales y las necesidades colectivas. En esas condi-
ciones, con un pie en el hogar y otro en la universidad, el estudiante pudo ;-)

convertirse en real medium entre la sensibilidad colectiva y los problemas


sociales. 12;
1:s
¿Esto convierte a la juventud, y particularmente a los estudiantes, en $;
una clase social? En sus autoanálisis ellos mostraban estar bastante marca- !a
dos por criterios ideológicos, políticos e incluso por nociones de sentido
común. En efecto, hablaban de <<juventud.y más usualmente de .genera- !?,
:.o
, 'Y i
ción., pero estas nociones estaban acompañadas de otras como .clase
media., aintelectualesx, .trabajadores intelectuales., etcétera. Esta falta de 18
representación puede explicarse porque en esa época y en estas socieda- !m'
des. la juventud como fenómeno cultural recién se perfiló a mediados de j 1
los arios veinte, pero como fenómeno social era casi inexistente y solo
estaba circunscrito a los sectores más pudientes de la sociedad. En esas
circunstancias, ser joven significaba ser estudiante, soltero y no trabajador.
Así, aparte de la universidad, los jóvenes tenían pocos espacios y circuns-
tancias que les permitieran representarse como un sector o grupo de edad
aparte en la sociedad. Asimismo, esas nociones estaban acompañadas de
referencias al origen familiar y no a una situación particular en la estructu-
ra social. Según decían, su permanencia y dependencia familiar marcaban
su situación, aunque no su posición de clase. Sea como fuere, lo impor-
tante es que la representación que tenían de sí mismos era más vital que
social; se veían más como hijos y como grupo de edad que como miem-
bros de un grupo social específico. Es decir, tendían a representarse como
clase social, pero ligada a la estructura social no por sí mismos sino por su
origen y dependencia familiar. Esto determinó gran parte de sus visiones
de la realidad y sus comportamientos, e incluso los llevó a desconocer el
papel de la juventud como sujeto histórico y actor social.
Esta autorepresentación de los jóvenes como clase .dependientes
era tributaria de la retórica y la literatura socialista, que dicho sea de paso
les negaba existencia y autonomía propia en el campo social y político.
Pero la realidad indicaba otra cosa. La juventud mostraba todas las carac-
terísticas de una clase, pero no en el sentido marxista (por el tipo de
inserción en la estructura social) sino por los rasgos comunes que presen-
taba como grupo en la vida cotidiana y en la historia social. Esto nos invita
recuperar la perspectiva biológica y relacionarla con la actuación que
estos jóvenes tuvieron en la dinámica social. Tal vez por ello Edgar Morin
introdujo la idea de ~bio-clase.,con la cual el análisis de los actores sociales
considera el factor edad como explicativo de determinadas actitudes y
comportamientos. Algunos de estos tipos de comportamiento pueden va-
,riar con las épocas y circunstancias, pero otros se mantienen constantes.
En efecto, el estudio del movimiento reformista muestra como gran consta*
te un vigoroso deseo de combatir la autoridad (en todas sus formas) y el
orden social. Al respecto enconiramos los siguientes rasgos comunes: reac-
ción frente a la tradición y apuesta por el progreso, intransigencia frente al
autoritarismo, utilización de ideologías o principios que viabilicen el espíritu
de la revuelta, entrega pasional y hasta actitudes mesiánicas en la lucha,
ambivalencia hente al poder y la política, proyectos y acciones que, contes-
tandola sociedad de adultos, pretenden encarnar todos los intereses de la
sociedad.
El estudio del movimiento reformista nos revela que el comportamien-
to de estos jóvenes estuvo marcado por su realidad biológica, con toda la
energía y capacidad Iúdica que ello implica. Pero esto no alimentó la forma-
ción de comportamientos marginales o de una contracultura juvenil; al con-
trario, la realidad biológica estuvo canalizada y puesta al servicio de la lucha
que entablaron junto a otros sectores sociales. Asimismo, como puede
constatarse, sus criticas y reivindicaciones estaban vinculadas al tipo de rela-
ciones sociales y jerárquicas, a la educación técnica y profesional, a los
valores éticos y morales, a los derechos humanos, a la libertad y la justicia
social, etcétera. Nosotros estamos persuadidos de que las reivindicaciones
no fueron de tipo económico, sino fundamentalmente éticas y morales,
porque estos jóvenes tenían status de hijo y estudiante; es decir, estaban al
margen de la estructura social y en pleno proceso de formación.
En esas condiciones los jóvenes universitarios percibían, en princi-
pio, la lucha social como un problema cívico, la crisis social y política
como un problema moral y ético. Es solo después de actuar en la lucha
social y de absorber determinadas ideologías que vemos aparecer en ellos
una transformación: a la visión ética se superpone la visión socioeconómica,
con lo cual el problema social se transforma en un problema de poder.
Esto nos permite afirmar que el movimiento reformista pasó, en términos
generales, por tres etapas: 1) la emancipación. cuando forma con los tra-
bajadores una contracultura opuesta a la cultura oficial, al interior de la
cual van paulatinamente formándose nuevas interpretaciones de la realidad,
nuevos códigos de conducta, nuevos valores, héroes populares y fechas
conmemorativas de la lucha social; 2) la alteralidad, cuando se produce la
mptura generacional y los jóvenes, unidos al movimiento popular, se mues-
tran como portadores de un mensaje de cambio y su ideología política
aparece como una alternativa global a la sociedad de los adultos; 3) la
revuelta, cuando violentadas o cerradas las puertas a la reforma, se enfren-
tan a la autoridad y el orden establecido, mostrándose como -hombres
nuevos, o "nuevos políticoss capaces de ocupar el poder y conducir la
sociedad hacia un destino mejor.
Todo esto nos permite reafirmar nuestra hipótesis de que la juventud
reformista aparece en la historia social latinoamericana como una clase
sociocultural.Fue social porque actuó en la realidad como un grupo activo e
identificable, convirtiéndose en otro de los sujetos históricos de la moderni-
dad, con capacidad de influir en los procesos de cambio social. Y simultá-
neamente, fue cultural porque apareció como un grupo en formación técni-
ca y profesional, con vistas a insertane en la sociedad de adultos; porque
muchos de sus comportamientos estuvieron marcados por la edad, por los
hechos y las ideas de su tiempo histórico; finalmente, porque apoyaron y
desarrollaron una contracultura y una ideología política contestataria al sis-
tema vigente en aquella sociedad dirigida y controlada por los adultos.
((estudiary luchar por la
liberación nacional))
juventud y movimientos
universitarios en la pucp de los
sesenta

carlos torres

El presente texto pretende identificar algunos factores que intewi-


nieron en el cambios de la orientación política y las formas de activismo de
los estudiantes de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP)hacia
fines de la década de los sesenta e inicios de los setenta. En estoa años se
constituye un proceso nacional de debate y cambio que tiene su génesis en
la irrupción de los sectores populares, y que se expresa a través del pen-
samiento político predominante, así como a través de diversas
moviliaciones sociales pacíficas o violentas.
La universidad, como una institución que forma parte de la realidad
peruana, como centro de estudios y como comunidad de personas, no solo
se enfrenta ante los problemas de una manera intelectual, estudiándolos;
también los vive a través de los cambios que sufre su organización, y
principalmente a través de la actitud de sus miembros. Cambio múltiple
de acción y pensamiento que se refleja en los ámbitos propiamente estu-
diantiles; esto es, en las organizaciones estudiantiles. Así, es de nuestro
interés revisar el proceso de cambio hacia un radicalismo relativo de iz-
quierda, en el que se pasa de actuar por una conciencia social a actuar por
la revolución social.

. .
~ - .~ ~ .,.>
. -
Trayectoria sociopolítica nacional
y experiencias estudiantiles

El contexto inicial de los sesenta

En general, puede afirmarse que el movimiento universitario nacio-


nal inició la década sin el previo impulso o condicionamiento de algún
movimiento social identificable (obrero, agrario, etcétera). En parte, el
segundo periodo de gobierno de Manuel Prado definió dicha situación por
su moderación y su opción por una modernización conservadora. Con el
apoyo de los medios de comunicación (losdiarios La Prensa y El Comercio)
y con las organizaciones populares de la Alianza Popular Revolucionaria
,
S
Americana (APRA),la generación y difusión de actividades masivas se vio
,
3
:
/
reducida. Sin embargo, las protestas, la crítica social y la agitación. que no
podían concretarse a través de las organizaciones sociales tradicionales,
: ' encontraban en la universidad un colectivo que podía reaccionar (a partir
de su comprensión) frente a ese inmovilismo y acallamiento social e
'0: institucional.
'<O
o La acción universitaria nacional se dio en torno a la promulgación de
'
la Ley Universitaria de 1,960, generando la confluencia de la reacción
', .
, intelechial-política frente a la realidad nacional y de debate sobre el papel
: de la universidad. Las nuevas organizaciones políticas: la Democracia Cris-
. . tiana, el Social Progresismo, Acción Popular y facciones de izquierda, en-
contraron en la universidad un centro de captación y penetración ideológi-
ca. En la medida en que el APRA, por su compromiso con el gobierno. iba
retrocediendo posiciones, una coalición de nuevas fuerzas políticas univer-
sitarias logró desplazarla de la Federación de Estudiantes del Peni en 1959.
El desgaste aprista y la cerrazón ideológica comunista dejaron espacio
para que el Frente Estudiantil Social Cristiano tuviera un margen de in-
fluencia bajo el liderazgo intelectual de personalidades como Augusto Calazar
Bondy en San Marcos o Luis Jaime Cisneros en la Universidad Católica.
La participación de la Universidad Católica -dirigencial, primero, y
colectiva después- adquirió importancia rápidamente en el movimiento
estudiantil nacional. Así,en 1958, cuando se formó la Comisión de Recto-
res para formular el anteproyecto de Ley Universitaria, el presidente de
la federación de Estudiantes de la Pontificia Universidad Católica (FEPUC)
integró la representación de los presidentes de federaciones de Lima.
Igualmente en 1959, en el IV Congreso Nacional de Estudiantes realizado
en T~jill0,Enrique Bernales asumió la presidencia del evento aun siendo
dirigente de una universidad particular.
La crítica estudiantil nacional que inició la década se enfocó,
especialmente, a las mejoras en los programas académicos. Se exigió,
principalmente, el cambio de los planes de ensefianza, autonomía
universitaria, expansión del alumnado (.ensefianza para todos.) y
cogobierno. Se asumió una profunda conciencia de la rigidez del sistema
universitario profesionalizante y poco crítico de la realidad. El proceso de
modernización y desarrollo capitalista dieron pie a la introducción de
discursos críticos desarrollistas.
El punto de quiebre inicial se dio a partir de la Revolución Cubana de
1959. Tal coyuntura (por su significancia política, así como por la dimen-
sión romántica que subyacía a la figura del guerrillero), a la par de la
reacción antirreformista del gobierno, dieron pie a que, de modo paralelo
al sostenimiento de las reivindicaciones estudiantiles, se difundiese el pen-
samiento socialista, cada vez con mayor arraigo en la juventud.
Lo significativo del caso de la Universidad Católica es que en ella no
aparecieron círculos marxistas hegemónicos, más bien predominaron las
reivindicaciones socialcristianas. La extracción social del estudiantado, así
como su formación educativa ~ermitieronuna afinidad con el contenido
crítico y, ante todo, ético del socialcristianismo: solidaridad, justicia e
igualdad sociales. Esto no implica idealizar dichos años, sino constatar
que no había una aproximación ideológica cerrada y menos aún de una
izquierda radical; aunque esto no impidió, por ejemplo, que la Universi-
dad Católica se plegase en 1960 a una huelga indefinida convocada por
diversas organizaciones populares.

El socialcristianismo:
fiiiación intelectual n o pastidmia
En la Universidad Católica destaca que si bien muchos presidentes
de la FEPUC Uegaron a ser cuadros del partido Demócrata Cristiano (DC),
la mayoría de ellos no eran miembros del partido al momento de su elec-
ción; casos excepcionales fueron Rafael Roncagliolo (1963-1964) y Ar-
mando Zolezzi (1964-1965). La relación partido político-organización es-
tudiantil no fue determinante para los alineamientos y políticas estudianti-
les mayoritarias en la WCF: situación contraria a la que se vivirá a fines
de la década, cuando la prédica marxista toma forma en el Frente Revo-
lucionario de Estudiantes Socialistas (FRES). Esto fue posible porque la
DC, en respeto a la posición de la Iglesia que defendía la autonomía de las
organizaciones intermedias (de organización,estudio y apoyo social), tenía
una política de respeto a la autonomía de los movimientos estudiantiles.
Así, en la Católica, la hegemonía socialcristiana responderá a reivindica-
ciones y luchas universitarias específicas. antes que a una lucha política
partidaria o a una cooptación masiva de cuadros como agenda de la
FEPUC. Ejemplo de ello es que no se reunían en el local del partido, como
sí lo hicieron las juventudes apristas y acciopopulistas.
No obstante lo señalado, revisar las fuentes del socialcristianismo
implica también revisar las fuentes del PDC como expresión política de
dicho pensamiento. La Democracia Cristiana nació del diálogo con el pen-
samiento institucional de la Iglesia Católica y se alimentó de encíclicas
sociales como Remm Novamm y Quadragesimo Anno, y luego del Conci-
lio Vaticano 11, así como de los documentos del Papa Juan XXIII. Esto
aproximó la estructura partidaria a la juventud dirigencial, a partir de la
formación de muchos de sus integrantes en la Unión Nacional de Estudian-
tes Católicos (UNEC), agrupación en la que se rescataba el pensamiento
cristiano vinculado con la acción democrática y en la que actuara el padre
Gustavo Gutiénez.
Esta definición democrática, ante todo aantioligárquica~y
.antirrevolucionaria violentista~,se reflejó en el mensaje de Héctor Corne-
jo Chávez presentado a la Democracia Cristiana como un llamado a una
postura ni liberal ni comunista:

[...] convictos ellos de materialismo [...]; fanáticos ellos de la


lucha de clases [...];partidarios ellos de la violencia y nosotros de
La transformación sustancial pero sin innecesarias eclosiones san-
grientas; devotos ellos del Estado totalitario [...] comunistas de
todos los matices y demócrata crimanos somos inemed~ablemente
adversariosen la docmna y en la praxis (CornejoChávez 1960 101)
En el otro extremo, a su entender, el liberalismo buscaba solucionar
solo el problema económico

l...] consiguiendo un aumento de la producción; y que la fórmula

.
adecuada consiste en restringir al máximo la intewención del Es-
tado y en ampliar al máximo la iniciativa privada. [...]no se habla
!, de promover una transformación de las actuales estructuras
.
3
. socioeconómicas para asegurar una más justa distribución de la
8
I
riqueza producida. Este modo de pensar la reputa inhumana el
, > PDC. (Chávez 1960: 150)
.
-O.'
3 El movimiento universitario se nutre, entonces, de diversas formas de
$ pensamiento reformista, en un panorama ideológico bastante abierto que
. convocaba primariamente a la solidaridad, a la integración y a la comuni-
:, dad, desde el respeto a la pluralidad, aunque no exento de reclamos para
una posición más fuerte. Esto implicó la extensión de un pensamiento
:; .! reformista con características propias, que no lo marginó de la realidad,
sino que redundó ante todo en compromisos de proyección social.
El reflejo principal de la interpretación de esa voluntad reformista
desde una perspectiva universitaria lo constituye Alfonso Cobián, joven
filósofo de la PUCP que a pesar de su muerte a los 24 años fue una de las
figuras principales de la corriente estudiantil socialcristiana. Al respecto,
él señaló que la universidad como institución nacional no permitía el acer-
camiento de sus miembros. ni comprometía al alumno en la tarea común
de hacer universidad; así, había que retomar la idea de que

l...]la universidad no es solo un seminario especializado; que debe


sewir a la Nación L..] la pobreza del medio cultural, la injusticia de
la situación social imponen a las corporaciones universitarias exi-
gencias másconcretasy urgentes f..]el individualjsmomiopequeafir-
maque a la universidad solo se viene a estudiar. [..] el estudio no es
sinónimo de aislamiento,de despreocupaciónpor el contomo sino que
supone. el diálogo, el acercamiento objetivo a los problemas naciona-
les. (Cobián 1961: 62)

pero, por eso mismo:


[...] la universidad debe evitar que sus dirigentes, profesores o
alumnos titian su estructura con las notas de una organización
política. Lo político es en la universidad problema, cuestión que
debe debatirse y no consigna. (Cobián. 1961)

Este llamado a la preocupación social y el rechazo al partidarismo


político interno no expresaba el rechazo a la formación de corrientes de
opinión ni una exclusión de la definición ideológica de la universidad. Sig-
nificó, ante todo, la plasmación del ideal socialcristiano de situar a la uni-
versidad como una institución cultural dedicada a la investigación científica
y a la búsqueda de la verdad integral, vinculada socialmente al país pero
dentro de una total independencia institucional. Su importancia radicaría
en que, al mismo tiempo, ella no era solo un producto de las condiciones
socioeconómicas, sino también un factor causal de las mismas. Se reque-
ría, así, afirmar el derecho a la cultura de todas las clases sociales y el
derecho a la libertad de enseñanza como condición fundamental de la
cultura. Pero, asimismo, afirmaba Cobián, los planteamientos socialcristianos
debían rechazar -por unilateral y por su innegable inspiración marxis-
ta- a la reforma de Córdoba.

La acción estudiantil desde


el socialcristia,nismo

Estas fuentes de pensamiento general que se plantearon desde el


socialcristianismo derivaron en el planteamiento de un discurso tanto ha-
cia afuera como hacia adentro de la universidad, que hoy podríamos sinte-
tizar en una palabra: democratización.
Sin formar parte de la Juventud Demócrata Cristiana, Henry Pease
fue elegido presidente de la FEPUC en 1965, bajo una coalición de estu-
diantes de izquierda y centro: Izquierda Universitaria, agrupación que sim-
bolizará la hegemonía socialcristiana. Reivindicando los principios cristia-
nos (no los ~demócratacristianosv), aspiraba al cogobierno estudiantil,a las
reformas curriculares, a la apertura de la universidad a través de escalas
de pago, a la proyección social, etcétera; todos asuntos específicamente
universitarios. Esta referencia al papel que debería tener la universidad
mantendrá a IU en la FEPUC hasta 1970. Si se pensara que Izquierda
Universitaria no era más que una expresión del Partido Demócrata Cris-
tiano, no se explicaría cómo, ante la caída de este, IU pudiera mantenerse
en tal sitial de liderazgo.
Así, se dio una lucha que incluyó paralizaciones de facultades y en
algunos casos generales de la PUCP ante la reticencia de las autoridades
para implementar la participación estudiantil en el gobierno de la univer-
sidad. Caracteriza también a dicho periodo la idea de los estudiantes de
integrar activamente la PUCP en la realidad nacional. Así, la FEPUC con-
tinuamente implementó proyectos de proyección social como por ejemplo
el programa de alfabetización en Comas, un trabajo de promoción con
comunidades campesinas (campamentos de verano que llevaban a cua-
renta personas a diferentes sectores rurales) y más tarde en El Agustino y
otros pueblos jóvenes. Tales proyectos suscitaron gran interés entre los
estudiantes: a pesar de su carácter voluntario, en algunos casos tuvo que
hacerse una selección de personal por la abundancia de aspirantes. Cabe
señalar que tales iniciativas contaron con el apoyo de las autoridades,
como lo recuerda Henry Pease; aportando el Rectorado diez mil soles de
la época para el programa de alfabetización, que de esta manera pudo
establecer diez centros nocturnos.
Esa voluntad de entendimiento también se tradujo en la preocupa-
ción académica. Paralelamente a los cursos, las organizaciones estudianti-
les (FEPUC y Centros Federados) empiezan a formar talleres de Realidad
Nacional, a la par que organizaban Convenciones de Estudiantes, fines de
semana en que se invitaba a profesores de la PUCP y de otras universida-
des a opinar y debatir sobre temas de actualidad. Así, la petición genérica
de la apertura de la PUCP para que dejase de ser una elite, ce entendió
como una forma de contribuir a la generación de justicia social mediante
el derecho igualitario a la enseñanza.
Esta era la lucha central del socialcristianismo dentro de la PUCP: se
centraba en un discurso acerca del papel de la universidad; se alimentaba
de pensamientos extraacadémicos que tuvieron expresiones partidarias,
pero que no se tradujeron específicamente en acciones de dicha naturaleza.
Sus expresiones masivas tendrían un cariz distinto y en cierta medida,
frente a las suscitadas en los años setenta, carecían de un contenido
ideológico-político. A la par que se hacía proyección social, su manifesta-
ción hacia afuera contenía en sí una carga ética antiseriorial que suscitó,
por ejemplo, una manifestación frente al Club Nacional para protestar
frente al despilfarro de la oligarquía, con ocasión de un d3aile de las
Debutantes., fiesta de .presentación en sociedad. de las jóvenes de fami-
lias acaudaladas; expresión pública de mitad de la década que contrata-
rá con la situación de 1968 en la que encontramos tanto una protesta
contra una suntuosa L e n a a Beneficio de los Pobres. (a la cual el carde-
nal invitaba a miembros de da oligarquía. para recaudar fondos) como
una marcha contra la lnternational Petroleum Company (IPC).

Crisis del reformismo y radioaLismo estudiantil

Las expresiones políticas universitarias acompañan el mismo proce-


so de radicalización a nivel nacional. La sujeción del régimen bealundista a
la coalición APRA-Unión Nacional Odriísta (UNO),así como su pérdida de
iniciativa frente a los emergentes movimientos sociales, expresaban la no
voluntad de cambio por parte de los sectores dominantes del país. La
represión a las tomas de tierras, las guerrillas, la limitada Reforma Agra-
ria, el problema irresuelto con la lntemational Petroleum Company (IPC),
las crisis económicas y la represión al movimiento obrero, el inicio de los
movimientos barriales, etcétera, todo ello llevó a un cuestionamiento de la
política dentro del sistema. La perspectiva de que los cambios planteados
desde dentro terminaban por ser absorbidos por parte de quienes tenían
el poder iba llevando a posiciones más criticas. Las corrientes intelectuales
predominantes perdían su capacidad explicativa; incluso dentro del
socialcristianismo aparece la posición historicista y de crítica socioeconómica
que impulsara el padre Gustavo Gutiérrez. Este fue el punto de partida
del Frente Revolucionario de Estudiantes Socialistas (FREC).No surgió in-
mediatamente como una opción política ni desde cuadros partidarios, sino
como una corriente de pensamiento crítico que se introdujo al marxismo
por mediación de las primeras producciones de interpretación de la reali-
dad latinoamericana desde la Teoría de la Dependencia.
Los comienzos del FRES van, entonces, por la formación de círculos
de estudio que empezaban a tratar de entender los acontecimientos desde
una óptica marxista. Así surgieron las preguntas críticas en clases y los
debates con profesores y autoridades, sobre todo en la Facultad de Cien-
cias Sociales, donde destacaron algunos de sus fundadores tales como
Javier Diez Canseco, Raúl Haya de la Torre y Manuel Piqueras. Asimismo,
sus miembros optaron por expresarse desplegando paneles con artículos
de análisis y notas periodísticas. No obstante, es de notar que este clima
de debate fue posible gracias a lo logrado antes por el socialcristianismo,
sobre todo en lo que respecta al trato y la interacción profesor-alumno.
Se inició un cambio de discurso, más de confrontación con algunos
sectores sociales como con las autoridades universitarias. Se explicitó la
necesidad de la militancia política y de la acción revolucionaria; ya no se
trataba de asumir principios de justicia social como algo complementario
a la acción profesional; estudio y militancia debían ser una sola cosa, pues-
to que el primero sin el segundo solo perpetuaba la estructura de domina-
ción. Así, cada vez con mayor frecuencia grupos de estudiantes se plega-
ron a los movimientos desarrollados por obreros y partidos (se empezó a
hacer vida de célula partidaria, con predomino de Vanguardia Revolucio-
naria). Las reivindicaciones académicas dieron paso a una reivindicación
político-social, Un ejemplo de esta opción más confrontacional es el mani-
fiesto que circuló en la interrupción de la .Cena del Cardenal. en 1968
(acto fundacional del FRES como movimiento público):

¡ABAJO LOS PODEROSOS!


La burocracia eclesiástica limeíia, una vez más demuestra al pue-
blo peruano que no está con él ... que está con los poderosos.
Hoy ... el cardenal ..., se juntará con los integrantes de la oligarquía
peruana; SU objetivo es reunirlos en una comida donde los explotado-
res del pueblo peruano enhegarán una limosna que al fin y al cabo
tienen su origen en la pluwalía que han robado a sus obreros y en el
descarado hurto de nuestras riquezas naturales ... en unión del impe-
rialismo yanqui [...l.
Los universitarios limeíios. en unión con los motores de la revo-
lución, los obreros, hemos decidido rotunda y valientemente pa-
rar esta gran farsa.
Los revolucionarios no tememos a las íuerzas represivas del Esta-
do burgués peruano. ni a la suspensión de garantías (mecanismo
burgués pseudo legal para reprimir a los revolucionarios) porque
sabemos que después del sufrimiento y la repercusión, veremos
una humanidad donde el hombre no será objeto de explotación y
de desprecio [...l.
Los revolucionarios estudiantes y obreros hacemos un llamado al
pueblo peruano oprimido y hambreado por la oligarquía reauio-
naria y la burocracia eclesiástica a un mitin de protesta (...l.
¡Contra la Iglesia al servicio de los explotadores! Contra la oli-
garquía reaccionaria y asesina! ¡Por la liberación del Pueblo Pe-
ruano! (Martinez 1997: 94)

El debate interno dio pie a la participación estudiantil organizada en


manifestaciones obreras, a la cooperación con sindicatos de trabajadores
y al asambleísmo constante. El FRES se fortaleció en la medida en que el
antiguo frente socialcristiano agrupado en Izquierda Universitaria perdió,
por un lado, el respaldo de los estudiantes que optaron por una izquierda
más militante; y por otro lado su legitimidad, debido a la insistencia de la
DC de continuar su alianza con el gobierno. Para esos años, Javier de
Belaúnde (FEPUC 1967-68) y Carlos Blancas (candidato para el 68-69 y
en 1970) optaron por una definición menos abierta, que confrontase al
comunismo; pudiendo mantenerse hasta 1970 por el carácter de las rei-
vindicaciones de interés general (por ejemplo, el sistema de escalas de
pago funcionó a partir de 1968). Por su parte, la misma Juventud Demó-
crata Cristiana estaba en crisis, y un núcleo importante (de izquierda:
Bernales, Pease, Roncagliolo, etcétera) rompió con el partido en 1971.
Esta nueva opción llevó a una tensión más fuerte con las auto-
ridades universitarias. Un ejemplo de esto fue la rápida sucesión de
autoridades en la Facultad de Ciencias Sociales de la PUCP donde el
decano fundador Luis Velaochaga, renunció a su cargo y fue reemplaza-
do por Miguel de Althaus, quien al poco tiempo y a raíz de una disputa
con los estudiantes también renunciaría. Finalmente, el cargo recayó en
Rolando Ames, quien desde 1968 tendría que interactuar con el movi-
miento del FRES en dicha Facultad.

Velasquismo, reforma universitaria


y extensión del radicau'smo
0 :
El reformismo acciopopulista al que se había plegado el ala más
or mi

conservadora de la DC (primera ruptura en 1967) terminó abruptamente


,
i I
por el golpe de Estado de octubre de 1968, encabezado por el general
, Juan Velasco Alvarado. En lo inmediato, a los militares se les vio como
:. .
,
garantes del orden establecido y del sistema de dominación; la auto-
. - 5
asignación de un carácter revolucionario del régimen, que asumía la res-
ponsabilidad histórica de promover transformaciones estructurales, solo
abrió una interrogante sobre el futuro del país a partir algunos actos,
específicamente la toma de Talara el 9 de octubre de 1968.
Si bien se calificó la aventura militar inicialmente de fascismo. lo
sintomático del proceso de la PUCP es que frente a las acciones guberna-
mentales se reconoció su carácter reformista. Esto es una muestra de dos
elementos significativos: en primer lugar, que la ideologización no había
copado la capacidad de análisis: una toma de posición cerrada hubiese
significado remitirse a la fuente de poder del régimen y no a sus acciones;
y, en segundo lugar, que no se optó por posiciones extremadamente radi-
cales, como sí sucedió en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos,
donde el recién triunfante Frente de Estudiantes Revolucionarios (FER),
con hegemonía de los círculos maoístas, se definió frente al régimen como
antifascista (Lynch 1990).
El tema central, que definirá las relaciones entre el estudiantado uni-
versitario y el velasquismo en esta etapa de cambio de pensamiento, fue
la promulgación de la Ley Orgánica de la Universidad Peruana (Decreto
Ley 17437) en febrero de 1969. La ley fue promulgada sorpresivamente.
sin ningún debate público y cuando las universidades se encontraban en un
receso vacacional.
En esta ley se encontraba una visión de lo que el nuevo gobierno
quería de la universidad: su apoliticismo, la pérdida de su autonomía y la
eliminación de toda función de compromiso y crítica social. Se creaba el
Sistema de la Universidad Peruana, concebido como una estmctura verti-
cal de organización en la cual cada universidad pasaba a formar parte del
sistema. Este, a su vez era controlado por el Consejo Nacional de la Uni-
versidad Peruana (CONUP),con plenos poderes de orden reglamentario,
académicol administrativo y económico. Así, se asigna al

l . . ] Estado la responsabilidad de la dirección técnica de la educa-


ción en el país l...] la Universidad es parie integrante de la orga-
nización institucional del país y por lo tanto sus actividades deben
desarrollarse de acuerdo a las necesidades nacionales; l...] es con-
veniente y urgente asegurar el desarrollo de las universidades de
manera orgánica, coordinada y en función del desarrollo nacio-
nal. (Considerandos del DL 17437, Ley Orgánica de la Univeni.
dad Pemana, 18 de febrero de 1969)

Su aspiración a constituir una universidad funcional, disciplinada y


con pretensiones de academicismo científico, componía una férrea estruc-
tura de autoridad, un centralismo vertical, una marcada intervención de
los funcionarios administrativos en el campo académico, un carácter selec-
tivo de acceso a la universidad y un apoliticismo de los estudiantes. Así, la
ley prohibía toda actividad política en la universidad, a profesores y a
alumnos; permitía, pero a la vez limitaba, el cogobierno a la elección
entre los dos mejores alumnos de cada año de estudios; permitía el acceso
policial a los recintos universitarios; no reconocía organizacionesestudian-
tiles que no tuviesen fines académicos o culturales, y eliminaba la gratui-
dad de la enseñanza al tiempo que establecía un sistema de pagos.
El carácter cerrado del gobierno y las características de la ley perrni-
tieron dar a las reivindicaciones universitarias un carácter más de enverga-
dura nacional: luchar por la gratuidad de la enseñanza a todo nivel, por un
cogobierno más amplio así como por la autonomía académica y de pro-
yección social, todo ello se insertó en un discurso que hizo de la universidad
un instrumento preparatorio para la revolución. Poco tiempo después,
tras un mitin cerca de la Facultad de Letras, la policía se introdujo a la
fuerza al local de la Universidad Católica. En esta intervención, los efecti-
vos policiales derribaron la puerta principal, agredieron al rector y a va-
rios profesores, lanzaron gas lacrimógeno indiscriminadamente -a pesar
de estar en pleno dictado de clases- y apresaron a diversas personas en
el claustro.
Dicha intromisión militar fue una vejación de la institucionalidad de la
PUCF: en la figura de su rector, así como del claustro mismo. Esto significó
la protesta de los estudiantes mediante un mitin interno en el que se
asumió como lema .Estudiar y Luchar por la Liberación Nacional., signo
de la continuidad del discurso critico interno, a la par de la militancia
política. A pesar de los reclamos, para la PUCP la ley significó un avance
de las reivindicaciones estudiantiles, pues reconocía formalmente la nece-
sidad de la proyección social, el establecimiento de escalas de pensiones
(aunque ya funcionaba desde 1968) y, fundamentalmente, el cogobierno
estudiantil. Asimismo, cabe resaltar que, al ser definidas las universidades
como 4...1 entidades al servicio de la comunidad [...] integradas por profe-
sores, alumnos y graduados [que] tienen autonomía académica, adminis-
trativa y económica [...l. (DL 17437. título 111, artículo 191, cuyo S[...1 go-
bierno solo puede ser ejercido por sus miembros. (17437: título 1 , artículo
2, inciso F)significó para la PUCP una mayor autonomía y capacidad de
gobierno con respecto de su carácter de pontificia.
La trayectoria del movimiento estudiantil sobrepasó este aconteci-
miento, pero al mismo tiempo fue marcado por este. Le dio capacidad de
iniciativa, aunque al mismo tiempo generó mayores tensiones y extendió
el conflicto al ámbito de las autoridades. Muestra de ello lo constituye el
claustro pleno de Letras de 1970, en el que se empezó a discutir y revisar
el curriculum general y se integraron cambios (por ejemplo los cursos de
Realidad Nacional); sin embargo, esto no hubiera sido posible si al mismo
tiempo que las tensiones se agravaban no hubiese autoridades dispuestas
a aceptar los cambios.
Los cambios se extendieron a la PUCP como conjunto. En la Facul-
tad de Ciencias Sociales se reestructuraron algunos cursos; con el agota-
miento del análisis funcionalista, se dio una profundización del marxismo.
En la Facultad de Derecho, por su parte, el convenio con la Universidad
de Wisconsin significó una reorientación radical de las pautas de análisis
i '1 del derecho mismo.' Pero el activismo no fue dejado de lado nunca, a
'
1 i
3
veces con resultados extremos; incluso se llegó a cuestionar el carácter
privado de la Universidad y a enfrentar al rector durante un mitin en plena
clausura del año académico en Bellas Artes. Esto hizo que las autoridades
de la Facultad de Ciencias Sociales optaran por un cierre temporal, en
.m:
previsión de que se decidiese un cierre definitivo de esta Facultad (como
;2 sucedió en la Universidad Nacional Agraria de La Molina).
8 1i
1 i
Este el recorrido central que queremos trazar: la extensión de la
! i politización, que generó un amplio enfrentamiento entre alumnos, profe-
/ j sores y e incluso facultades. Cuando el último presidente socialcristiano de
1. la FEPUC, José María Salcedo, cedió su lugar a Humberto Cabrera en
1970 y, luego, Javier Diez Canseco derrotó a Carlos Blancas, el FRES
llegó a su hegemonía, algo que en un inicio motivó que el rector preten-
diese no reconocerlos, por su carácter .comunista.. No obstante, al mismo
padre Felipe Mac Gregor se le valora hoy como alguien que supo ejercer
un balance entre las tendencias de la época. Frente a una .reacción. tradi-
cionalista, conseivadora2 (por llamarla de alguna manera) y antipoiitizante
y, por otro lado, los sectores más críticos de filiación de izquierda, la auto-
ridad máxima de la PUCP nunca optó por alguno de los dos bandos. Sin
embargo, los acontecimientos de los años setenta y la trayectoria de los
izquierdismos estudiantiles, así como la filtración partidaria, forman parte
de una historia que si bien este trabajo no se propone abordar, será nece-
sario revisar puesto que es un proceso que todavía no ha sido lo suficiente-
mente analizado.

' Un ejemplo de la revisión del papel institucional de la Universidad la wnstituye el


debate público en torno al Ertatuto General de la Universidad Pemana, donde los
Programas de Ciencias Sociales. Derecho. Proyección Social y Estudios Genera-
les, entre otros. mostraban su -[.) apoyo e identificación con un modelo de Univer-
sidad que centre el trabajo intelechml y la creación científica en la finalidad de
aportar a las tareas de liberaci6n nacional, integrando a los sectores populares
mayoritarios en una sociedad justa; libre y authticamente nacional [ l al servicio
del pueblo [ I D que S[...] rechaza pues el lenguaje de las formalidades en que se
evudan los sectores más conservadores de la Universidad Peruana. (El Comercio.
25 de noviembre de 1972).
La crisis más fue& tuvo lugar en julio de 1973 cuando dos alumnos del Programa
Académico de Derecho, que luego hiero" expulsador. denunciaron a la prensa la
introducción de una orientación ideológica marxista en la ensefianza de esa fanil-
tad atacando principalmente el Convenio con la Univenidad de Wisconsin. Para-
lelamente. en setiembre del mismo año. y en protesta por .[...] permitir el acceso a
la cátedra sin exigir la necesaria adecuación a los principios fundamentales 4 1
matrimonio y la familia- de la doctrina de la Iglesia j . l n (El Comercio. 4 de
setiembre de 19731, el arzobispo de Lima, cardenal Juan Lándaruri Ricketts,
renunció al cargo de gran canciller de la PUC.
Cómo entender los cambios

Una breve resefia de actitudes y valoraciones

Muchos análisis de las moviluaciones estudiantiles se sitúan en un


análisis estructural a partir del cual la juventud, a la que se le promete
integración y ascenso social por medio de la educación, se enfrenta al
deterioro mismo de los estudios y a la amenaza del desempleo, optando,
así, por una reacción radical. Sin embargo, una respuesta centrada única-
mente en la amenaza del desempleo hubiera remitido a la defensa de los
privilegios de los universitarios o de los sectores profesionales; es decir que
no llama de por sí a la lucha social. Por otro lado, también hubiera signifi-
cado un desencanto respecto a la propia universidad, verla como institu-
ción fallida, y esto no fue así: las reivindicaciones estudiantiles lo demues-
tran.
En el caso de la Universidad Católica, habría que relativizar el impac-
to del fracaso de la promesa del ascenso social como móvil para la reac-
ción estudiantil. Una encuesta representativa aplicada en 1968 reflejó
que el 56% del estudiantado tenía un ingreso familiar mensual que supe-
raba los 10 mil soles mensuales, en contraste con los datos sobre la pobla-
ción económicamente activa (PEA) de Lima Metropolitana que mostraba
que un 83% tenían ingresos por debajo de ese monto. Asimismo, un 27%
de los alumnos se autodefinían como *de clase alta* o .media alta*; y un
65% como de clase .media-medias. Respecto de las preferencias políti-
cas, se situaba como .de izquierda. o centro izquierda. un 51% de la
población universitaria; sin embargo, los encuestados decían no pertene-
cer a un partido político, a excepción de un 4%. De igual modo, solo un
34% afirmó haber participado en mítines (Roncagliolo 1970).
En el análisis de los datos, Roncagliolo encontró que dos dimensio-
nes generales influían en el desarrollo de la actitud política de los universi-
tarios de la PUCP: la familia y la especialidad de estudio. Destacaba el
hecho de que ni la edad ni la posición socioeconómica se relacionaban en
primer término con la orientación política de los estudiantes; la dimensión
más influyente resultó ser el grado de fortaleza existente en las relaciones
y los vínculos con la familia. La radicalización estudiantil pasaba por un
conflicto intrafamiliar en el que la emancipación era resultante y condición
de dicha radicalización: se halló una mayor participación política, interés
en ella y actitud hacia la izquierda entre los estudiantes parcial o comple-
tamente independientes. Asimismo, estas variables cambiaban según la
fortaleza con que se vivía la religión: a un mayor compromiso religioso
correspondía una menor participación, interés político e izquierdismo.
El tipo de estudios también influía de manera importante en la ma-
yor o menor politiición de los alumnos. En los programas más vinculados
con los problemas humanos había una mayor preocupación por la políti-
ca, la participación y el izquierdismo. Y es que hay profesiones cuyo ejer-
cicio es más difuso -intelectual- y otras cuyo ejercicio corresponde a
funciones más precisas -técnicas-. La especificidad correspondería a
pautas más consewadoras porque implicaría un fraccionamiento intelec-
tual (especialización),mientras que la ~difusividad.se ajustaría a las pautas
más radicales porque el llamado a la integración del conocimiento con-
tiene un interés por problemas políticos. En este sentido, quienes se pre-
paraban para ser profesionales y hombres de negocios eran mucho más
conservadores que quienes especializaban en los campos liberales de las
artes conducentes a las carreras académicas.
.- De tal forma, el desarrollo de la opción política pasaba por estancos-
! i
¡ filtro de aprendizaje, interiorización y crítica de la realidad peruana. Mien-
' tras que los estudiantes de universidades estatales percibían rápidamente
1 j la situación de *el subdesarrollo y la modernización dependiente. y el poco
f valor de sus títulos universitarios, el estudiante de la PUCP se encontraba
! en una situación privilegiada. Su relación con estratos socioeconómicos
-g ! bajos pasaba por insertarse en una realidad ajena a la suya y a su entorno
familiar. Se desarrollaría, así, una percepción no =pura. de las implicancias
: i
, , del radicalismo mismo. Existía, por un lado, una separación psicológica de

1. j ámbitos de la acción estudiantil: ambigüedad en las declaraciones políticas


y la conducta cotidiana, expresada en elos revolucionarios de café.; y. por
otro lado, una cooperación política con obreros, campesinos, etcétera,
que no implicó la comprensión de estos actores en su dimensión cultural.
Su carácter popular no fue entendido sino según el papel económico que
cumplían, en la misma medida que la ideología lo explicaba, permitiendo
cubrir la escasez de conocimiento de la realidad popular.
Puede decirse, así, que la acción política estaba limitada por la con-
.
dición de clase. en la aue 'orincioalmente actuaba la distribución del caoi-
tal simbólico y cultural desarrollado en otros campos de acción socializadores
como la familia y la universidad. Pero esta distribución inicial del capital
simbólico y cultural variaría en la misma medida en que perdía importan-
cia para el individuo, para su interpretación y entendimiento de la reali-
dad; lo cual significaba el alejamiento de estos campos como centros autó-
nomos de aprendizaje y de desarrollo vital: es decir, el paso a la indepen-
dencia de la familia y la inserción en la sociedad.

Consideraciones de análisis frente a la acción


El coníifctode identidad w m o
f z t o r en lajuventud rebelde

Consideramos de fundamental importancia insertar el movimiento


estudiantil en el proceso juvenil, afectado por los cambios propios de este
proceso. La adolescencia, como proceso de transición, preparación y ex-
ploración de la adultez, es afectada no solo por la transición y la familia
sino también por las oportunidades, restricciones e incertidumbres del
mundo socioeconómico. Para el nirio, el mundo cambiante no es aún rele-
vante; el adulto, establecido, se adapta al cambio social dentro de un
esquema de roles ya asumido. Pero los adolescentes tienen una menor
consideración y respeto a las cosas que certifican dicho orden que llama
al pasado; en última instancia prima en ellos el pasado inmediato, el
presente y sobre todo las opciones del futuro. Ei cambio social desarticula
el marco social y educacional en el que se desenvuelven, haciendo que el
conocimiento, las habilidades y los valores del pasado sean irrelevantes
para el presente y futuro.
Estas disyuntivas implican una crisis en la subjetividad del indivi-
duo. Reivindicándose como adulto es cuando el adolescente hace crisis.
Ser adulto implica sobre todo ser director de sus propios problemas y
conflictos, tener autonomía no solo económica sino también social y psi-
cológica. U individuo hace crisis sin una imagen clara de su significado,
por el hecho de reivindicar su adultez por oposición al adulto conserva-
dor en la interacción familiar, política y educativa; así, las opciones pro-
fesionales pasan por criterios distintos; Derecho, por ejemplo, miraba al
pasadon (Martínez 1997).
Para el estudiante universitario esto implica una situación mas grave.
En ia medida en que se introduce al estudio de esta realidad cambiante y
de oposiciones aparentemente claras, se detiene en un hecho: antes, al
servicio de los padres; hoy, como universitario, al servicio del sistema. Esa
causa le resulta ajena per se, como formación y como opinión. Consciente
de su alienación, para ser adulto debe liberarse de la tutela y luchar por
sus intereses: antitradicionalismo, por un lado, y dusticia social>> por otro
lado; extendiendo la lucha generacional a múltiples dimensiones: religio-
sa, política, educativa, etcétera.
Negar el ideal del yo inicialmente seguido, exige al joven un nuevo
proceso de identificación; búsqueda que se traducirá en la adopción de
opciones claras, en algún caso extremas, rodeadas de un halo de roman-
ticismo. Paralelamente, el derrocamiento de la autoridad (padre, profeso-
res, políticos, gamonales, empresarios, etcétera) es la condición misma
del acceso a una sociedad de .hermanos., de iguales, donde la necesidad
de coordinar la pluralidad sería (en principio) la democracia. La crisis de
identidad se plantea externamente como lucha generacional en la que se
intenta desbuir el mundo de dos padres.:

En la lucha entre generaciones cada cual utiliza sus amas. Los


estudiantes luchan con la razón en un campo de batalla en el que
se les opone la fuerza. Es ya clásica la imagen de los estudiantes
corriendo delante de la policía. l...] Lo que los padres suelen cali-
ficar de falta de respeto no es otra cosa que el abandono del
papel del siewo aunque solo sea por un momento. La reacción
del padre no se hace esperar l...] Pero ahora ya no son niños y
además, por si fuera poco, cuentan con la razón. (Nieto 1977:223)

El movimiento estudiantil es también así una expresión del movi-


miento juvenil; trata de liberarse de una forma más sutil de dominación,
proveniente de la ciencia oficial. que se ofrece a sí misma como ciencia
pero que no explica el cambio que se vive exteriormente ni en ellos mis-
mos. El modelo universitario se concreta en imágenes heroicas como la
del Che Guevara, Fidel Castro, J. Heraud o Mao. Son ideales no exentos
de componentes románticos, pero que expresan muy bien la lucha autén-
tica y desinteresada del hombre por la liberación de sus cchermanos~(de
clase, de sangre, de pensamiento, etcétera).
El ansia de libertad es un deseo propio de la juventud y se haya bien
presente en el movimiento estudiantil, extendiéndose a la liberación de la
represión de las manifestaciones vitales, como la sexual o al modo de
vestir. Sin embargo, esía lucha por La libertad, esta utopía, está destinada
a ser denotada ...
Se trata de un siervo que está Uamado a ser amo. En realidad es un
amo que rechaza la condición de siervo. l...] El estudiante proyecta
sus vivencias de castración en los individuos débiles y desfavorecidos
por la fortuna. De ahisu interés por la clase trabajadora. por los pue-
blos oprimidos. l..] U estudiante se lanza a defender los intereses de
losdesfavorecidos,que no son otros que los intereses proyectados de
su propia situación de servidumbre,distanciándose así de su condi-
ción de siervo. l...]Realizada la proyección no puede mantenerse
alejado de esa parte de su propia personalidad y se dedica a redimir
a los siervos de su servidumbre [ . . ] se erige ante él mismo como re-
dentor de los oprimidos. Ya no se trata de un siervo, sino que es un
héroe que se pone al servicio de los intereses de los siervos. (Nieto
1977:259)

Se gesta inicialmente una respuesta desde una dimensión culh~ral-


generacional; se define, en un inicio, una acción defensiva o crítica respec-
to a la situación impuesta por los profesores, por la universidad, por el
Estado, etcétera, con la que se rechaza en forma genérica el orden im-
puesto pero que en sí no afirma una propuesta alternativa; esta llegará
con la ideología política o se suplirá con la sobreidentificación con figuras
contestatarias. En tal sentido, la libertad se afirma inicialmente en sentido
negativo. Amparándose en un llamado espíritu comunitario, se desarrolla
un espíritu de integración a la institución donde la propia afirmación pasa
por la liberación de la retórica docente, la burocracia y las formalidades
en el trato.
Así, clase, cultura y generación le darán un carácter particular al
proceso político de la PUCP que no solo reside en la opción socialcristiana
en los 60, sino también a las opciones de izquierda en los inicios de los 70;
por ejemplo, la importancia de Vanguardia Revolucionaria en la PUCP
contrasta con la percepción de dicho partido en la UNMSM donde a nivel
estudiantil era vista como la continuidad familiar de la patronal [...]
parte no solo ideológica sino también social de la burguesía" que <<[...]ha-
cían política como un desplante al padre[...]. (Lynch 1997 : 85).

Crítica de la realidad tradicional

El punto de partida del movimiento estudiantil se encuentra en la


insatisfacción de los estudiantes frente a la realidad estudiantil en que vi-
ven. El primer paso, como se ha visto por las reivindicaciones que vienen
desde el socialcristianismo, se suscita en el lado netamente universitario.
Sin embargo, la universidad de los años sesenta no es en sí misma peor
que la de los cincuenta. Sucede que mientras que antes se podía tolerar
en mayor medida la formación universitaria profesionalizante,el estudian-
te de los sesenta no puede quedarse inmóvil ni aislado frente a la emer-
gencia de nuevos actores que, desde diversos sectores de la realidad na-
cional, piden lo mismo que ellos: reconocimiento y participación.
Para el caso de la PUCP, este proceso se inició en la conhontación
misma de la educación recibida en los principios cristianos, a la que conflu-
yeron al unísono la revolución cubana y el reformismo socialcristiano. Des-
de el ámbito de la preparación intelectual, la Universidad se hace insufi-
Eiente y poco adecuada; el estudiantado consciente empieza a vivirla
como un aparato limitante en cuyo interior el alumno se halla condicio-
nado a recibir y aceptar el adodrinamiento sin mayor capacidad contes-
tataria, por el respeto a los principios tradicionales y conselvadores que
gobiernan la institución.
La lucha frente al carácter tradicional de la antigua PUCP se sitúa en
la democratización (el cogobierno), el rechazo a la separación entre uni-
versidad y sociedad (o lo académico o lo político, que se traduce en el
rechazo de este último) y en la visión de la PUCP como forjadora de los
futuros dirigentes que por definición constituyen una élite (la lucha por la
apertura de la PUCP).
En sustancia, la defensa de lo tradicional no redundó en el descono-
cimiento de nuevas necesidades (sino no se hubiesen apoyado las iniciati-
vas de proyección social). Lo que se quería defender a ultranza eran los
principios esenciales: la autoridad docente, el aconfesionalismopolítico y
los valores cristianos, frente a las presiones modemizantes que se veían
como un anhelo tras el cual se escondían posturas políticas y politizantes,
ideológicas e ideologizantes, y no solo arreligiosas sino antirreligiosas.
La reacción más frecuente contra la movilización estudiantil se tradu-
ce en la frase .el estudiante no debe andar en manifestaciones sino estu-
dian. Las consecuencias lógicas de este modo de pensar son simples: el
estudiante debe estudiar, el obrero trabajar, el sacerdote celebrar misa y
así cada uno en su papel. Pero, ¿quién debe decidir lo que el estudiante
debe estudiar, dónde se debe trabajar, qué clase de homilía ofrecer? He
aquí el problema: tras el tradicionalismo se escondería un inmovilismo
inaceptable que solo podría resolverse por la vía contraria: la moviliiación
y el activismo.
El estudiante, por tanto, no podía ser neutral. Aceptar tal neutrali-
dad sería aceptar el sistema mismo que ve transformarse con los movi-
mientos obreros y campesinos; máxime si otros actores están tomando
iniciativas que llegan hasta él como justicieras (guerrilleros, cubanos en
1959 y 1960, peruanos en 1963 y 1965). Más aún: se empieza a tomar
en cuenta que el llamado a la neutralidad pasiva frente al sistema constitu-
ye una pieza de la reproducción del mismo, un elemento activo en que la
calificación recibida, al insertarse, está llamada a consewar lo recibido. Es
por esto mismo que el movimiento estudiantil comienza por el quebranta-
miento del principio de autoridad, a través de su reivindicación de igual-
dad. Se estaba contra *el espíritu de hogar. que se vivía en la PUCF: entre
un paternalismo y una escolarización que gobernaba las acciones de jóve-
nes de 17 a 25 afios que se preparaban .para ser adultos" (aunque ya se
considerasen como tales). La universidad autoritaria (o reaccionaria) debía
ser sustituida por la universidad democrática; se trataba de una revolución
dirigida contra la autoridad en sus diversas formas.
Las restricciones externas a la acción del movimiento estudiantil y sus
propias tensiones internas la hacen tomar conciencia de su inserción en la
reacción de sectores sociales extrauniversitarios con similares pedidos
principistas: democracia, justicia social e igualdad. La reacción frente al
fracaso reformista provocará la extensión de la lucha antiautoritaria a una
fase revolucionaria^ que, aunque sin abandonar sus *banderas. internas,
insertó a la universidad y al movimiento estudiantil en una comente más
amplia de sectores sociales populares.
La característica de este antiautoritarismo es su fondo reconoci-
damente ético y en último extremo irracional: lo autoritario aparecía como
intrínsecamente malo. Cada vez más, el antiautoritarismo adquirió un
carácter reivindicacionista popular; es decir, la prédica contra la obsoles-
cencia de las actitudes, las normas y los contenidos académicos se reivin-
dicó como un ataque a los aeaccionarioss. Cobró un carácter social,
alcanzando las dimensiones de justicia social primero y, luego, política,
ideológica y partidaria.
Este proceso se refleja en que quien se apropia de los valores fami-
liares muestra poco interés en la política (interés que, según los datos, era
sinónimo de asumir posiciones izquierdistas). El estudiante universitario es
un hijo de familia que debe permanecer sometido durante mucho más
tiempo que el no-estudiante a las normas familiares; estudiar prolonga la
etapa de adolescencia. Esta situación corre pareja con sentimientos de
falta de libertad; a la par que como una opción antitradicional y
antiautoritaria, los estudiantes vivirán su opción política como una ruptura
generacional, una ruptura con la familia que llega al extremo del abando-
no del hogar, ya sea para independizarse económicamente o para irse a
vivir con los sectores populares para hacer la revolución.
Igualmente se podría extender dicha situación a la universidad. que
en sus líneas fundamentales repite las dinámicas de la familia. Existe una
autoridad detentada por profesores y otras personas, y alumnos que tie-
nen que someterse a estas autoridades. El estudiante está sometido por la
estructura universitaria, lo mismo que antes lo estaba en la estructura
familiar. En principio, el profesor es un padre autoritario que exige el
sometimiento a través del conocimiento (expresado en los exámenes): por
esto mismo podemos entender el logro que significaba el poder vestir de
manera informal en Ciencias Sociales y lo mal que era visto que los alum-
nos tuteasen a los profesores y discutiesen con ellos.
Como dice Javier Diez Canseco:

Esta fue una generación que se enfrentó al padre. que fregó al


padre. Fregó al padre a través del Estado. a través de la policía y
del ejército. Fregó al padre a través de los propietarios de tierras
y de los propietarios de fábricas. Se fue de su casa, erornpió~~con
su casa. (Henríquez 1994: 45)

Por lo mismo, podemos aproximarnos a definir el movimiento estu-


diantil de ese entonces como una reunión de universitarios inspirados por
objetivos con los que trataban de explicar la realidad política y de hacer
política; pero al mismo tiempo movidos por una emoción de rebeldía que
contenía siempre desilusión y rechazo a los valores de la generación ante-
rior. Más aún, los integrantes del movimiento estudiantil tenían la convic-
ción de que sus organizaciones poseían una misión histórica especial: su-
perar a la generación anterior, a las elites y a las otras clases, allí donde
ellas habían fallado.
Al tiempo que el estudiante rechazaba y se liberaba de su condición
de escolar, se acrecentaba su crítica a la ideología dominante. Con la
inserción personal a la vida social y con la integración de los cambios del
país al desar~ollouniversitario, la respuesta cultural, situada en su dimen-
sión académica e institucional, daba paso a la afirmación ideológica frente
a la sociedad en su coniunto.
1 .l

La ideología revolucionaria
Así, las críticas a la Universidad como institución nacional no podían
limitarse a las reivindicaciones internas. Siendo el apoliticismo una prédica
mayoritariamente de los sectores más tradicionales, se le entendió final-
mente como una falla misma del sistema universitario. Se lleg6 a la
conclusión de que los fenómenos sociales y políticos desbordaron a la Uni-
versidad tanto en su capacidad de entendimiento intelectual como en su
capacidad de aportar a la sociedad; las nuevas exigencias de la realidad
social la habían desbordado en la misma medida en que habían desbor-
dado al reformismo belaundista. La necesidad del compromiso estudian-
til y de la universidad por el cambio social y político, digámoslo así, c a í a
por su propio peso.. A una sociedad nueva le correspondía una Universi-
dad nueva.
Como señaló Touraine en su momento, si en una universidad tradi-
cional los estudiantes actúan revolucionariamente, no lo hacen como
estudiantes propiamente dichos sino como ciudadanos que estudian; ciu-
dadanos entendidos no solo iguales en madurez (o adultez) sino como
conscientes y comprometidos frente a su realidad. Después de todo, el
cambio no se lograría cuando la universidad se limita a producir y admi-
nistrar una cultura de carácter burgués, implícitamente discriminatoria,
que relega las diferencias sociales en una jerarquía de niveles culturales y
profesionales.
Pero, por lo mismo, y teniendo en cuenta la trayectoria socialcristiana,
no dogmática, del movimiento estudiantil de la PUCP durante la primera
mitad de los sesenta, el activismo no llegó por la hiperideologización. La
trayectoria fue más bien al revés: la ideologización resultó del activismo. El
funcionalismo cedió ante el marxismo por la misma razón por la que dejó
de ser el paradigma de las ciencias sociales a nivel mundial: por la entrada
en acción de nuevos actores sociales que la eskuctura de poder más bien
reprimía; por la voluntad de cambio de los nuevos agentes. El marxismo,
así, fue la corriente que se adoptó porque en primera instancia contribuía
a explicar la nueva lucha social nacional: la lucha de clases; y, posterior-
mente, en el activismo y por el activismo comprometido, trajo consigo su
mensaje histórico de lo ineluctable de la revolución social.
Ya lo reconoce el fundador del FRES, Diez Canseco, al decir que se
hizo política como reacción a los que hacían política, que abrazó el marxis-
mo, pero que este no era algo a lo que uno se adhería en razón de una
aproximación ideológica, sino en función de que éticamente era el movi-
miento de resistencia y oposición a la xpodredumbrex de la política y al
pensamiento oficial, autoritario y conservador: sera el símbolo de una res-
puesta, de una reacción. Aprendimos la ciencia después de asumirla como
creencia, en función de una reacción ante una realidad que vamos a en-
frentar~(Henríquez 1994: 30).
Sin una teoría revolucionaria no puede haber un movimiento revolu-
cionario, decía Lenin; sin embargo, es un hecho que el movimiento estu-
diantil se calificaba como tal sin una previa teorización propiamente dicha
(y por eso mismo tuvo el respaldo amplio interno, no por su ideología sino
por su prédica genérica y su acción antes que todo). En general, el princi-
pio que mandaba era la acción; algo que, no obstante, sembraría el
dogmatismo venidero con la idea de la existencia de una acción política
partidaria conecta y, sobre todo, con la negación del reformismo por la
revolución.
Por otro lado, entendiendo la ideología como un sistema de repre-
sentaciones dotadas de una existencia y de un papel históricos en el seno
de una sociedad y con una intención práctica que predomina sobre su
función práctica, encontramos en el discurso y en la acción de los jóvenes
de entonces una ideología: la marxista. Pero una homogeneidad ideológi-
ca de este tipo no equivale a la uniformidad doctrinaria, cosa que se cons-
tata en las continuas divisiones de la izquierda. El marxismo predominó
como corriente de interpretación, como principios de acción, pero no en
sus variantes partidarias segmentadas y dogmatizadas; no aún.
Sin embargo, la importancia de la ideología radica en que gracias a
ella el estudiante movilizado puede convertirse, entonces sí, en un actor
potencial cuya afirmación personal no pasa meramente por un llamado a
la libertad y al rechazo de las formas tradicionales, sino por una serie de
cambios, de transformaciones estructurales revolucionarias en que la aspi-
ración de igualdad toma cuerpo en la búsqueda de la revolución social.
Finalmente, cabe resaltar que un elemento importante para la inte-
gración del marxismo como ideologia critica fue el hecho de su totalidad
interpretativa. El conflicto generacional, que se traducía en un
antitradicionalismo multidimensional, dio paso a un rechazo de alcances
igualmente sistémicos al sistema capitalista (en sus expresiones políticas,
económicas, culturales, educativas, etcétera)
En tal sentido, en la PUCP la lucha estudiantil no partió del desen-
canto frente a la promesa de ascenso social ni del desempleo. Compartió
estos elementos con la lucha generacional, así como la afirmación ideoló-
gica, como una forma de afirmación de identidad. Pero por sobre todo se
desarrolló como respuesta, crítica y rechazo a las contradicciones mani-
fiestas en el desorden social que le tocara vivir a sus integrantes. Para
pasar de la idea de la proyección social a la revolución social, debía prime-
ro tomarse conciencia de la realidad de dos pobres., de su existencia, de
sus necesidades; y esto no puede comprenderse como producto de una
mera crisis interna: las dádivas no conducen al socialismo y menos al co-
munismo. La opción generacional, que marcaría toda una época de la
historia política nacional en los años setenta y ochenta. momento para el
cual adultos y jóvenes se habían comprometido, no se explica por la juven-
tud en sí misma sino por la juventud (sobre todo la universitaria) en rela-
ción con la realidad nacional. Los jóvenes .rojos., incluidos los ~revolucio-
narios de café., no se comprenden sin Ernesto Guevara, Fidel Castro y
Javier Heraud; pero tampoco sin Hugo Blanco, Luis De la Puente Uceda,
el mismo Fernando Belaúnde, Hédor Cornejo Chávez, Anibal Quijano,
Gustavo Gutiérrez, entre otros, y, como nunca antes, sin el actor anónimo
en la masa campesina, obrera, urbana de pueblo joven: sin el sujeto social
olvidado que reivindica sus derechos y se vuelve actor, entrando en las
conciencias de quienes los miraban desde sus aulas de clases.
..
r . - . .. 1
Bibliografia citada
ADRIANZÉN,Alberto
1990 Pensamiento politico peruano 1930-1968. Lima: DESCO.

BERNALES BALLESTEROS, Enrique


1974 Movimientos sociales y movimientos universitarios en el Perú Lima:
Pontificia Universidad Católica del Perú (WCP).
1972 Universidad y sistemas sociopolíticos. El caso peruano. Lima: PUCP-
CISEPA.
1976 La universidad. Una crisis de larga duración. Lima: PUCP- CISEPA.

COBIÁN MACHIAVELLI, Alfonso


1961 .Reforma y espíritu universitario.. Areté, N" 3, mayo. Lima: PUCP

CORNEJO CHÁVEZ, Héctor


1962 ¿Qué se propone hacer la Democracia Cristiana? Lima: Ediciones
del Sol.
1960 Nuevos principios para el nuevo Perú. Lima: Juventud Demócrata
Cristiana

HENRÍQUEZ, Narda
1994 Generación del 68. Hablan los protagonistas. Lima: PUCP

LYNCH, Nicolás
1990 Las jóvenes rojos de San Marcos. Lima: El Zorro de Abajo.

MAC DONALD, Alphonse


1968 Investigación sobre estudiantes d e la PUC. Lima: FUCP-CISEPA.

MART~NEI, Maruja
1997 Entre el amor y la furia. Lima: SUR.

NIETO, Alejandro
1997 Ideologia y psicología del movimiento estudiantil. Barcelona: Ariel.

ORUM. Anthony
1972 The seeds of Politics: Youth and Politics in America. New Jersey:
Prentice Hall.

RONCAGLIOLO, Rafael
1970 rOrientaciones políticas de los estudiantes de la FUCP.. Tesis FUCF: Lima.

TOURAINE. Alain
1978 Lurte Étudiante. París: Du Seuil

Diarios revisados:
La Prensa y El Comercio, 1968 - 1974,
entre la lealtad y la deslealtad:
modelos y valores
de un grupo de barristas de
«comando sur»

jorge thieroldt llanos

- ¿ E n qué situaciones te has sentido más inseguro?


-Casi en todas las situaciones.
-¿Existe algo por lo que lucharías a cualquier precio?
-Por sobrevivir y subsistir en la vida.
Estas dos respuestas de un joven líder de veintidós arios, obtenidas
en un taller de diagnóstico con miembros de la barra de un club de fútbol
local realizado hace poco más de un año,' se instalaron en nuestra memo-
ria y nos sirvieron de pauta al iniciar un trabajo de investigación más am-
plio y de más largo a l i e n t ~ .Este
~ artículo es fruto de la relectura del
material obtenido aquella vez, relectura hecha luego de haberlos acompa-
ñado -a ellos y a jóvenes simpatizantes de otros clubes- durante un ano
en diversas calles y tribunas diferentes.
Los barristas del taller procedían en su mayoría del distrito de La
Victoria y tenían entre dieciséis y veintidós años de edad. Se trataba de
jóvenes considerados como .pertenecientes a grupos de nesgox involucrados
en violencia de pandillas, con experiencias delictivas tempranas como asal-

En iulio de 1998. la Asociación Civil Pro Niño Íntimo lACPNll realió. m n e l a.w v.o d e
UNICEF. un diagn6stlcode valores basado en dm6micas de participación. con veinticiw
comiemb~mdela barradel clubNianw Lma En aquella reunibns realmron tmbajor
de expresión grupa! e individual, como la elaboración de papelógrafos y el llenado de
cuestionarios. así como debates, juegos y actuaciones. la animación del taller estuvoa
camo de Olsa Bárcenar v miembros del QNDO Teah-oVivo. Partici~arontambién en la
reaimct0nieestr. taller &a Diesno. ~ o ; k h áLnares y Umna %ii;hez. miembrorde la
ACPNl Una venión rirellininar de lar resuliadosde este taller fue riublmda enDerecho
deadmisión. ~roce&deewuchaolosadolewentes Lima: ~ n i c e ijunio . de 1999.
"Fútbol: banas y banios. Identidad juvenil y violencia urbanas, Ppsincni ,Aldo y Jorge
Tnimom. Departamento de Ciencias Sociales de b Pontificia Universidad Católica del
Peni.
to y robo, dedicados temporal o permanentemente a la venta y consumo de
drogas, y muchos de eUos desertores escolares. El taller tuvo como objetivo
conocer quiénes son y por qué, sus modelos y antimodelos, son sus metas o
proyectos de vida y su la percepción sobre los derechos humanos.
El material recogido en aquella oportunidad fue reordenado sobre el
.. . eje de análisis compuesto por los polos opuestos seguridad-inseguridad
!i Este eje se sostiene en una hipótesis que surgió de la investigación en
1 marcha: la de la autoconstrucción de la seguridad entre pares. El pregun-
' 8 tarles qué les brinda seguridad y qué les hace sentir inseguridad fue real-
!Z mente revelador. Aunque en un principio fueron dos simples preguntas
-
,+
1g1 más del cuestionario, nos dimos cuenta de que a través de estos dos
extremos podían articularse perfectamente las respuestas a todas las otras
;fj
' preguntas. %Cuandonos vamos a saquear con la barra y nos corretean
los tombos~,%detenidopor la polician, .en una bronca contra las galli-
1 8 nas,, y .cuando he hecho el amor con mi jerman, fueron algunas situacio-
j[ nes en las que confesaron haberse sentido inseguros.
El taller reveló que estos jóvenes se encuentran en un permanente
estado de zozobra, que los empuja a encontrar seguridad estableciendo
sólidos lazos entre iguales que habitan el ambito local o de barrio. Entre
ellos comparten experiencias de vida en común que les permiten recono-
cerse como iguales; experiencias caracterizadas por un sentimiento de
inseguridad constante, provocada por un entorno sumamente hostil y por
carencias de todo tipo.
Las entrevistas realizadas hasta ahora -con jóvenes provenientes de
distintos distritos- compmeban que es con los amigos de cuadra con quie-
nes ellos construyen su propia seguridad desde temprana edad. Con ellos
aprenden a agenciarse recursos económicos en las calles y se defienden
de diversas agresiones, como por ejemplo la de grupos vecinos, compues-
tos por muchachos de características similares. Por compartir este tipo de
vivencias, el grupo se convierte en una comunidad emocional caracteriza-
da por el establecimiento de lazos afectivos muy fuertes. El grupo de pa-
res del barrio se constituye en una familia alterna, que ocasionalmente
suple las carencias afectivas de algunos de sus miembros.
Algo que encontramos en todos los muchachos participantes fue la
noción de barrio como territorio familiar, y lugar donde desarrollan su vida
de un modo bastante seguro frente a la hostilidad que encuentran en otros
puntos de la ciudad. Esto no significa que en su barrio se sientan total-
mente seguros: encontramos un precario equilibrio entre la lealtad que espe-
ran de sus conocidos y la posible traición de cualquiera en el que hayan
depositado su confianza. Podemos afirmar con certeza que lo que real-
mente les proporciona seguridad es la solidez de los lazos que puedan
establecer con sus pares.
El simple hecho de ser parte de un barrio determinado no reporta
seguridad a estos jóvenes. Vivir dentro de sus límites, ser conocidos por los
vecinos o participar de la dinámica local de esta especie de unidad social
que es un barrio achqrado, no es lo más importante; para ellos lo más
importante es la calidad de la relación que van construyendo con los distin-
tos miembros de ese barrio. La lealtad es indispensable para que el lazo
interpenonal sea sólido y reporte seguridad: está representada en el com-
mñero que los recogerá del piso al .guerrear. con el enemigo, en el cómpli-
ce que no los delatará al ser atrapado por la policía. La lealtad es, por
tanto, el valor más apreciado: es el criterio con el cual juzgan, evalúan y
clasifican a las personas con las que se relacionan; es el valor principal
dentro del grupo de pares y la vara con la cual medirán a sus integrantes.
Finalmente, nuestro eje de análisis queda completo. En el extremo
de la seguridad, como valor que más aprecian estos jóvenes, se encuen-
tra la lealtad. En el extremo de la inseguridad, lo que más detestan y
rechazan: la deslealtad.

7-1
Atrapados

Es importante señalar lo primero que nos asombró al acercarnos y


escuchar a estos muchachos: su enorme capacidad para detenerse y re-
leer críticamente su cotidiano. Estos jóvenes son perfectamente conscien-
tes de su realidad; pueden compartirla y analizarla. Y esta capacidad de
reflexión sobre sí mismos se manifiesta en casi todas sus respuestas: reve-
lan que se sienten atrapados en un círculo vicioso de precariedad material
y moral, del que desean salir. Al escucharlos y leer sus respuestas no pudi-
mos dejar de percibirlos como aprisionados por Las circunstancias, aunque
ellos no lo hayan dicho explícitamente.
Es necesario hacer una distinción en la muestra con la que se realizó
el taller: los jóvenes en posición de liderazgo, en la barra o en el barrio del
que proceden, tienen mayores posibilidades de romper con este círculo;
por lo tanto, son los que menos atrapados se sienten. Los líderes de las
barras tienen, por ejemplo, constantes reuniones con dirigentes de su club
de fútbol, con los que negocian sabiendo que tienen tras ellos a lo que
consideran da verdadera hinchada del equipo,,. Son también quienes más
contactos tienen fuera de sus bamos: coordinan reuniones y dirigen activi-
dades con grupos barriales de todos los distritos de Lima, además de pla-
nificar los viajes a provincias.
Quizá por ello encontramos notorias diferencias entre las respuestas
de los Iíderes y las de los otros integrantes, generalmente de menor edad.
Cuando se les preguntó a estos jóvenes cómo se imaginaban dentro de
algunos años, las respuestas de los que se encontraban en posiciones de
liderazgo fueron del tipo: %superiora lo que soy ahora,, o .<profesional,con
una familia formada, guiando a mis hijos con educación y respeto*, lo que
evidencia un fuerte deseo de superación y confianza en sí mismos. Entre
los barristas más jóvenes, en cambio, fueron frecuentes las respuestas del
tipo: m o me veo nada porque no soy nada ahorita. o .un delincuente y
un fumónn.
Los líderes son capaces de realizar análisis sociales más elaborados
que los otros integrantes; en su discur~oencontramos términos como aciu-
dadano,,, xautoridades~,~~ubdesarrollou e *instituciones»,palabras totalmente
ausentes en el vocabulario de sus compañeros. Se podría pensar que el
ejercicio constante de tareas de coordinación dentro del grupo -como
planificación, diálogo y administración de presupuestos colectivos- y las
tareas de representación grupa1 -amo las constantes negociaciones con
los municipios y la policía-, les han permitido desarrollar una visión de
mundo de mayor alcance, y una reflexión distinta, de un modo que podría-
mos considerar político.
.. - ..I
..

Los modelos
Cuando trataron de explicar quién seria un modelo para ellos, seña-
laron: -alguien que nos ayuda, comprende y valorizax. Entre los modelos
con que cuentan destacan el del amigo, el del lider y el de la madre.
Su modelo de amigo es alguien que, como cualidades necesarias,
cuenta con espíritu de superación, es entretenido, honesto y leal. Estos
jóvenes admiran y aprecian a sus amigos que estudian y trabajan; los con-
sideran <<responsables..Si bien esto puede deberse a un discurso de senti-
do común, para nosotros es un indicador (entre otros) de su deseo de
cambio. Para comprender mejor su actitud hay que tener en cuenta que la
alegría, el entretenimiento y la diversión son requerimientos esenciales en
sus vidas. Aprecian que sus amigos respondan a ellos, lo que puede ser
entendido como un reclamo de calidez en sus vínculos interpersonales. La
concreción de estos requerimientos se encarna en la figura del chongero.
La honestidad y la sinceridad van, para ellos, de la mano con la
lealtad y la fidelidad, también indispensables en un amigo. Esta figura es
de gran importancia emocional puesto que es con sus compañeros de
cuadra que pueden agenciarse recursos y protegerse en un entorno que les
es sumamente hostil desde temprana edad: se trata de jóvenes que cre-
cen en zonas tugurizadas y con una alta densidad demográfica, caracte-
rizadas por una gran escasez de bienes de todo tipo. Tener esto en cuenta
nos permite comprender a quien, al ser preguntado acerca de lo que con-
vertiría a alguien en su enemigo, respondió: la vil y ruin traición, que
te venda o que te delate.
Su modelo de líder es alguien que además de ser confiable (honesto
y sincero) posee tres cualidades principales: es comunicativo,justo y sabe
tomar decisiones. Es necesario que el lider sepa escuchar a los que depo-
sitan su confianza en él y comunicar las cosas de un modo transparente.
En un contexto social duro y un cotidiano caracterizado por situaciones
violentas, los integrantes esperan encontrar seguridad dentro del gmpo.
La agresión y la violencia se canalizan o proyectan hacia el exterior,
se practican con el otro. Por lo tanto, se espera que el líder .se haga
respetar., pero que no sea abusivo con sus compañeros. Algunos jóvenes
dijeron que se sienten inseguros sobre todo en el momento de tomar deci-
siones (incluso un lider confesó, como se reseñó al comienzo, que el senti-
miento de inseguridad lo embargaba .casi en todas las situacionesn). El
modelo de lider tiene como cualidad indispensable el .ser inteligente),; y
como habilidad imprescindible <<el saber tomar decisionesn. Nada resume
mejor todo lo dicho que la descripción de un líder por parte de un joven
barrista: <<inteligente,astuto, debe saber salir de cualquier apuro y saber
elegir*.
Ambos modelos, el de amigo y el de lider, permiten entender cómo
emplean y el significado que dan a dos de las palabras más usadas por
ellos: *barrio,>y *atorrante>>. =Barrio. es, en su jerga, la palabra con que
se refieren al amigo, aunque es halago y advertencia a la vez. Es halago
porque significa reconocer al otro como parte del grupo de pares, de la
comunidad local - e l b a r r i e , como a un hermano con el que se compar-
ten alegrías, un similar que ha pasado las mismas necesidades y en quien
se puede confiar en cualquier situación, por lo general violenta y peligro-
sa. Con esta palabra verbalizan los estrechos lazos que construyen durante
toda su vida con la gente que aprecian. En pocas palabras, significa: .eres
parte del gnipox un gran halago, sobre todo para quien no es parte de la
barra o del barrio.
Aunque se esté pasando solo por una calle, el decir .¡habla, barrio... !,,
ante un extraño y potencial enemigo, constituye una advertencia velada.
Esta frase significa que se tiene <<barrio.;es decir, mediante esta palabrase
trata de comunicar al interlocutor que se pertenece a un barrio .achoradox
y por lo tanto, se cuenta con un grupo de respaldo que podría tomar
represalias si se es agredido. Del mismo modo, cuando dos líderes o gm-
pos al borde del enfrentamiento se tratan de *barrio., se están tratando de
emparentar como iguales que pueden llegar a un acuerdo y evitar un
despliegue inútil de uiolencia.
.Atorrante* es el término de su jerga usado para señalar al infractor
de las normas del gnipo, normas que dictan lealtad entre los miembros.
Aquel que causa inseguridad entre los pares o en el barrio, ya sea abusan-
do del más débil o mostrando falta de reciprocidad con los compañeros,
recibe este epíteto lapidario. Serlo es totalmente reprobado; internamen-
te, quien es tachado como *atorrante. no merece la consideración de na-
die y es difícil que alguien le muestre solidaridad.
Pero, a la vez, en el ámbito de las relaciones intergrupales su uso
resulta utilitario. Así como #barrio. puede implicar una velada advertencia
que revela la intención de lograr una interacción pacífica, el uso de la
palabra natorranten como emblema del grupo se constituye en una ame-
naza explícita. Muchas pandillas de barrio se han autobautizado alos
Atorrantes. y las diversas barras de fútbol entonan en los estadios una
canción que dice: yo paro con una barra que es atorrante ..... Se trata
de una severa advertencia para los miembros del grupo contrario: tú no
eres de los nuestros, no estamos obligados a tener consideraciones conti-
go. Hacia afuera nosotros somos ~atorrantes,,,nosotros no creemos en
nadie.
La figura de la madre es la más interesante de las mencionadas.
Para explicar en detalle lo que para ellos significa, repararemos en dos de
las características que se le atribuyen: coraje e incondicionalidad. Según la
dinámica en que participamos, la madre encarna sin duda el modelo por
excelencia de lucha ante la adversidad. Al preguntárseles quién es La per-
sona que más admiran en su familia y por qué, las respuestas fueron
elocuentes: mi madre porque es una buena persona que lucha a diario
por sacarnos adelante a mis hermanos y a mí),, < m imadre por su sacrificio
en nosotros,,.
Colocarlos en el lugar de Meche, personaje de una película que com-
par timo^,^ produjo en ellos reacciones inesperadas. Meche es una mu-
chacha que queda embarazada y es convencida por su pareja para some-
terse a un aborto. Tiene una hermana que ya ha pasado por un embarazo
no deseado, pero que optó por tener a su hija aun estando en una pésima

Con el propósito de involucrarlos en los temas a hatar proyectamos el telefüm Bajo el


mismo cielo. producido por el Cenho de Estudios y Acción para la Paz (Capaz), que
logró, wn éxito, motivarlos y captar su atención.

(151)
condición económica. Fue impresionante cómo estos jóvenes se identifi-
caron masivamente con la hermana de Meche, que se convirtió en un
símbolo de coraje. Ella encarnó el modelo de madre y recibió toda la
admiración que para ellos se merecía. Este personaje fue sinónimo de lo
que es <<saliradelante,,.
Además del coraje como característica principal de la figura mater-
na, hubo otras respuestas que en su momento no supimos interpretar lo
suficientemente bien; tan solo las registramos como características afines
en el informe final. Los participantes del taller reconocían su presencia y
carifio en todo momento, además de sus incansables intentos por encami-
narlos *en la senda del bien.: m i madre porque me ha apoyado en todos
los momentos buenos y malos., ami mamá porque es muy buena conmigo..
Estas respuestas nos remiten a un aspecto particular: la incondicionali-
dad. Aspecto que, luego de algunas entrevistas, se articuló perfectamente
con la característica que ya conocíamos, y enriqueció nuestra construc-
ción del modelo de madre con que ellos cuentan.
Para estos jóvenes -muchos de los cuales aprenden a delinquir des-
de temprana edad- el temor de terminar presos permanece latente y se
acrecienta al alcanzar la mayoría de edad. Para ellos, la peor experiencia
que puede tenerse en la vida es estar en la cárcel, lugar donde se sienten
totalmente desprotegidos y vulnerables y en el que ya no cuentan con los
amigos de cuadra con quienes han construido su seguridad. Para ilustrar-
lo, resulta esclarecedor el relato de un barrista del club Alianza Lima:

Ya, ahora, bueno. para irte al infierno tienes que morirte, ¿no es
cierto?, pero el único infierno terrenal que hay acá es la cárcel,
porque en la cárcel es el único sitio donde tú lloras, sufres, y te
cagas de miedo porque no te claven ni te cachen..., es la firme,
~ e ' . ~

La madre no solo es la persona que aun en la situación más extrema


no se olvida de ellos, sino que además constituye el único apoyo con que
cuentan. L a madre encarna el coraje y la incondicionalidad total. Estos
jóvenes enaltecen la figura de la madre por ser para ellos la única que
representa fidelidad a toda prueba. Algunos la mencionan como una de
las razones por las cuales dejaron de delinquir a determinada edad y opta-
ron por dedicarse a otro tipo de actividades:

¿Por qué?. porque tengo mamá. pe' huevón. tengo hermanas,


y... puta mira yo te digo, varios patas míos han muerto. ¿ya?. ya
están muertos, huevón. Puta, toda la gente del barrio los extraña,
todos lloramos un día, pero a mí no me gusta ir a Los velorios ni
me gusta ir a los entierros, huevón. yo he tenido que ir por fuerza,
puta. y yo he visto la cara de la vieja de mi pata, llorando por su
hijo que lo han matado de un balazo, o que lo han matado en
cana ..., puta, yo no quisiera darle esa desgracia a mi vieja, si yo
me voy en cana. o me muero, o me matan de un balazo, prefiero
primero que mi vieja esté muerta, que mi vieja no me vea hacer
esa huevada, que mi vieja no lo sufra, porque a las finales. com-

&reícon, 19 años. Entrevista realizada en La Victoria. viernes 28 de mayo de


1999.
padre, tú ya estás muerto, ya, ya noves nada, si existe otro mundo ya
estás en el otro mundo; y si tienes alma, ya pe', tu alma está dando
vueltas. Pero iú no ves, pe' .... y yo he visto, pe', puta, llorar a las viejas
ajenas, y no me gustaríaver a mi vieja o seaque yo... [...]"

Antes de abordar otro tema, es necesario hacer notar lo poco men-


cionada que fue la figura paterna. El padre casi no apareció en las res-
puestas; y las escasas veces que sucedió lo asociaron a su papel de pro-
veedor de recursos, o a experiencias negativas como el abandono del
hogar. Ante la falta d e evidencia y reconociendo la necesidad de una más
exhaustiva exploración sobre esta figura, intuimos que su ausencia en la
escena está estrechamente ligada a la alegría y el apoyo que se espera de
un amigo, a la capacidad de decisión y seguridad de un líder, y al espíritu
de lucha y la incondicionalidad a toda prueba del modelo de madre, todas
ellas características que precisamente no habrían encontrado en sus pa-
dres.

Pizarra de persongies
En cuanto a la escena internacional, entre los personajes clasificados
bajo el rótulo de modelosx encontramos a Fidel Castro, Nelson Mandela,
el Che Guevara, Lady Di y la madre Teresa de Calcuta. Castro es un
personaje de la izquierda radical que usó la violencia como medio para
conseguir la justicia; Mandela es el paladín mundial de la lucha contra el
racismo negro y Guevara es una especie de Robin Hood más actual. Como
vemos, estos modelos son símbolosde cambio social. Lo mismo ocurre con
Lady Di y la madre Teresa de Calcuta, ambas mujeres famosas por ayu-
dar a los pobres y los enfermos de todo el mundo. Resulta interesante
constatar que los personajes elegidos como dignos de admiración coinci-
den con sus modelos de líder, amigo y madre: los personajes masculinos
en el papel de revolucionarios, los femeninos en un papel más tradicional.
No deja de ser interesante y de.sugerir nuevas pistas de investigación
el hecho de que aparezcan también como dignos de su admiración el casi
mítico cantante de salsa Héctor Lavoe, cuyas canciones se saben de me-
mona; Cantinflas, cómico que según ellos .construyó colegios,, y Michael
Jackson, cantante negro de música pop.
Entre los clasificados bajo el rótulo de xantimodelos~aparecen ciertos
personajes de la historia: Hitler, Nerón, Calígula, Napoleón y Atila, pre-
sentados en la escuela básicamente como causantes de violencia y
destrucción. Bajo este mismo rótulo encontramos a Stalin y a Robespierre,
revolucionarios que también son presentados negativamente en los colegios.
Cabe destacar que en este grupo también se incluye a Sadam Hussein,
presidente de lrak enfrentado con los Estados Unidos. Se trata de figuras
históricas recogidas de manera fragmentaria de dos fuentes: el colegio y
los medios de comunicación, disociadas del contexto histórico particular
por los barristas.

ídem
De la escena nacional, los clasificados bajo el rótulo de amodelos,>
son solo tres. César Hildebrandt, quien encabeza la lista *porque denun-
cia los abusos y las corrupcionesn; a continuación Augusto Ferrando,
.porque ayuda a los demás.; y, cerrando la lista, Federico Salazar .por
su carisma.. Cabe mencionar que los tres son personajes de la televisión.
En cambio, el papelógrafo que albergó a los aantimodelos>~ estuvo reple-
to, y destacaron los políticos.
Antes de pasar a la larga lista de antimodelos, tengamos presente lo
que estos jóvenes sentenciaron al explicar quiénes no son un modelo para
ellos y por qué no lo son: utodos aquellos que no creen en nos otros^^ (los
que no son capaces de confiar en ellos) y «los finteros. (los que prometen
pero no cumplen). En esta lista se mezclan líderes políticos, autoridades
locales y animadores de telwisión, con consagrados delincuentes: Alberto
Fujimon, presidente del país; Mano Vargas Uosa, figura asociada con la
élite; Susy Díaz, vedette y congresista; Alan García, ex presidente asociado
al caos y al fracaso; Carlos Manrique, estafador que defraudó a muchas
familias; y Abimael Guzmán .porque mata gente inocente^>. También inclu-
yeron en este gmpo al alcalde de Lima, al de El Agustino y al de La
Victoria, quienes los han defraudado porque prometen mucho y no han
cumplido. Magaly Medina .por maletem y soplona),, y Jaime Lértora <<por-
que es metichen, personifican en las pantallas de televisión las cualidades
que ellos detestan: la deslealtad y la traición. La Policía Nacional del Peni -
~abusivospolicías soplones,-, el Poder Judicial y el Serenazgo, organizacio-
nes encargadas de mantener el orden y defender la justicia, comparten el
mismo espacio con los famosos delincuentes ~Tatán,,,eMomón. y ~Canebon.
Al parecer, las dificultades que tuvieron los barristas que participa-
ron de este taller para encontrar modelos entre las figuras nacionales, se
debe a que muy pocos de estos personajes públicos están cerca del extre-
mo positivo, .seguridad,, (caracterizado por el valor de la lealtad); y mu-
chos, en cambio, lo están del extremo negativo, .inseguridad., (caracteri-
zado por la deslealtad). Salvo por César Hildebrandt, Augusto Ferrando y
Federico Salazar, los modelos de líder y amigo están vacíos. Por ahora, el
modelo de madre sigue vacante.

....
b..-
,...
.:
Los anhelos

Otro de los objetivos en el encuentro con estos jóvenes fue recoger


sus metas. Pero luego de realizado el taller y revisado el material recogi-
do, hemos podido determinar que ellos cuentan más bien con anhelos y no
con metas específicas. Sus tres principales anhelos son: .un trabajo fijo*,
.una carrera profesional. y .una casa propia.. Además de estos tres de-
seos cercanos a lo material, que pueden ser leídos como un reclamo de
estabilidad y firmeza en sus vidas, aparece también el deseo de formar un
hogar: *tener mi familia),.
En su mayoría, estos jóvenes piensan que casarse es algo bueno y
planean hacerlo. Muchos incluso mencionan .el amor., algo inesperado
para cualquier persona que ha visto a través de los medios de comunica-
ción la representación de estos barristas como jóvenes sin metas ni senti-
mientos. Al pedirles que completen la expresión *yo creo que casarse...D,
señalaron, por ejemplo, que *es la consolidación del amor de dos perso-
nas que viven para darle el amor, la protección y la educación a sus
hijos., .es la unión de dos personas que se aman.. Incluso hay quienes lo
asumen con madurez y responsabilidad: <<esalgo muy bonito, pero antes
de hacerlo tienes que pensarlo muy bien., "es un deber de enfrentar en
las buenas y las malas con tu mujer.. Resulta evidente que todos estos
anhelos se encuentran en el extremo positivo del eje seguridad-inseguri-
dad y responden a la precariedad por la que atraviesan diariamente y al
consecuente deseo de cambio y superación.
Junto con estos anhelos encontramos en otras respuestas del cuestio-
nario dos posturas aparentemente antagónicas frente a La violencia. Por
un lado la rechazan, expresando un deseo de paz para el futuro; el plan-
teamiento -no admiro a ... porque .... fue completado, por ejemplo, así:
dos pandilleros, porque son violentosn, .mis tíos porque me enseñaron la
violencia*; m e gustaría que el Perú en 10 años..x <<sea un país sin violen-
cia>, ,<queno haya mucha violencia.; dos principales problemas del país
son.. ..: derrorismo, drogadictos, rateros, basa bravas, ala violencia, van-
dalismo.. Sin embargo, de manera simultánea, manejan la noción de legí-
timo uso de la violencia en contra de los enemigos, Así, aun líder debe
ser...>>: *amigo, comunicativo, darle a la gente lo que pide si es necesario o
según convenga y con el enemigo destructivo sin piedad.. Ekpresan este
principio con cierta dosis de satisfacción: <<¿quéprograma de televisión te
gusta más y por qué?,): -me gusta mucho ver cómo se pelean, se dispa-
ran ...x.
Esta desconcertante autopercepción como problema social y las res-
puestas aparentemente contradictorias, se esclarecen totalmente cuando
desviamos la vista del papel hacia la vida cotidiana de estos jóvenes y
escuchamos sus experiencias de vida. Pasajes del relato de un barrida del
Sport Boys ilustran la idea que queremos transmitir:

¿Cómo te aprendes a ganar tus propias cosas?, tienes que salir y


hacer lo que sea pe', ¿no? O sea, si no puedes trabajar, si no
puedes conseguir por medio de tu trabajo, tienes que salir y ganar-
te pe'. [...]¿Quéme motivó el salir a ganar?, la necesidad pe'.
Necesitas comer, necesitas vestirte, necesitas ponerte algo, eso
es lo que te motiva a salir a ganar. [...] Ganarse el prestigio, pe' ...
o sea, claro pe, tienes que hacerte respetar pe. Y pa' que te hagas
respetar, a cualquiera que te quiera faltar en el gmpo tienes que...
ya pe', un parao'. ¿Sí o no?. tienes que mechártelo no más pez.
L..] O sea que se sienten superiores pe', o sea que piensan que
son mas avezados, que son ..., puta, que son más pinta pe', ¿en-
tiendes?, y eso no puede ser pe' huevón, porque nuestro barrio
también pinta pe'. ¿sí o no?

Esta violenta experiencia de vida está caracterizada, entre otros ras-


gos, por tener que qanar. sus cosas, sus bienes, materiales o simbólicos.
Este <<ganar.implica necesariamente obtener recursos económicos y lo-
grar respeto dentro y fuera del grupo de pares, respeto tanto de los ami-

*Jair».17 anos. Entrevista realizada en el Callao, viernes 3 de septiembre de


1999.
gos como de los enemigos. Esta práctica cotidiana explica por qué sus
respuestas van del deseo de un futuro pacífico a la noción de uso legítimo
de la violencia.
Para estos jóvenes la violencia resulta algo funcional. El ser diestros
en el uso de la agresividad constituye casi su único capital. Con ella pue-
den desde alimentarse, y vestirse, hasta ganar reconocimiento siendo el
líder de un grupo barrial o de una barra de fútbol. Prueba del carácter
utilitario que tiene para ellos la violencia que son capaces de desplegar es
la consciente habilidad que demuestran para su uso: evalúan cuándo, con
quiénes y en qué dosis emplearla.'
Esto último nos permite comprender por qué los barristas del club
Alianza Lima consideraron a algunos grandes líderes de la historia mundial
como modelos y a otros como antimodelos, según lo expusimos líneas
antes. En su opinión, personajes como Fidel Castro, Nelson Mandela y el
&he. Guevara emplearon la violencia de un modo positivo, como único
instrumento de cambio. Pero rechazan las figuras que los colegios les han
presentado como innecesariamente violentas, o que han hecho uso de la
violencia con fines negativos para la humanidad: Napoleón, Atila o Hitler
solo causaron destrucción con la violencia.
Considerar tan solo el carácter funcional que tiene la violencia para
estos jóvenes, sin reparar en el sentimiento de disfrute que manifiestan,
resulta un ejercicio incompleto pues no permite entender a cabalidad las
respuestas de los barristas. Durante el taller expresaron, a través de la
palabra wacilónn, cierta satisfacción en este uso funcional de la violencia:
.¿cuáles son los personajes públicos que admiras más y por qué?.: ~Silvester
Stallone porque me vacila su agresividad con los enemigos.. Esto se mani-
festó durante las entrevistas con el uso de la palabra .adrenalinan:

Guerrear es aquel procedimiento por el cual tú vas en la calle y


te ... y... eh ... estiras tu cuerpo, eres ágil, te ... esquivas las pie-
dras, estás adelante, tienes que tener físico y agarrar a otro y
cuando lo agarras a ese otro tienes que desquiciarte. Por ejemplo,
es una guerra, es una guerra. Tienes que ... que ser ágil. L...] ¿Y
qué te motiva a participar de cosas así? Eh ... la adrenalina que me
fluye por el c u e r p ~ . ~

En una primera lectura esta aparente búsqueda de riesgo no encaja-


ría con el eje de análisis planteado líneas antes (seguridad-inseguridad),
debido a que los jóvenes estarían exponiéndose a situaciones peligrosas
- c o m o el guerreo- en las que el sentimiento que buscan evitar, la inse-
guridad, los embarga. Pero el guerrear se constituye en una práctica du-
rante la cual refuerzan los lazos de lealtad con los amigos, reafirmándose

' Es impoitante señalar en este punto que en este punta que para estos jóvenes la comu-
nicación para esics chicos es un ejercicio igualmente funcional.Aunque el diagnóstico no
airoja la evidencia suficiente,algunas respuestas escritas en los cuestionarios nos hacen
pensar que para ellos xcomunicación~ es sinónimo de resolver conflidos. lo que enconba-
ría explicación en esta misma dinámica del despliegue de viokncia: es usual que, en
determinadas circunstancias, los líderes de un gnipo banial en deteminadassituaciones
negocien con los rivales.
~Chévere., 22 anos. Entrevista realizada en La Victoria. viernes 23 de abril de
1999.
la pertenencia a un colectivo que finalmente llena de seguridad al indivi-
duo:

Estás alü, alií con tu cuchillo, atií achorándote, esquivándote \as


piedras, entonces la gente ipa!, te apoya, y tú ves que la gente te
está apoyando ipa!, tú más, i ~ a ! ~

Si bien los testimonios recogidos nos sugieren cierta satisfacción al


participar de estas peligrosas actividades, el *guerrear. no tiene como pro-
pósito una búsqueda gratuita de inseguridad. Es al encontrarse dentro de
esta dinámica de enfrentamiento agresivo que cada uno de ellos considera
placentera esta reafimación de la seguridad construida con los pares.
En resumen, se trata de jóvenes que constantemente están coniendo
riesgos, por lo que terminan asumiendo una ambigua postura frente a la
violencia. La funcionalidad que esta tiene para ellos responde a su expe-
riencia: perciben la vida como una ducha por la sobrevivencias. Su deseo
de paz para el futuro responde también a la hostilidad del entorno en que
viven. Sin lugar a dudas presentan una conciencia dividida entre el pre-
sente y sus anhelos. Finalmente, podemos entender por qué «Tatán.,
~Momónxy ~Canebonfueron ubicados bajo el rótulo de antimodelos: cons-
tituyen sus antimodelos de vida. Representan lo contrario a sus anhelos;
pero en la vida real actuar como ellos se hace muchas veces necesario.

Tr===zL-_i
Los reclamos

De la observación sobre su relación con los animadores del taller, y


posteriores conversaciones con ellos mismos, concluimos que estos jóve-
nes no rechazan la autoridad; al contrario, la buscan y la consideran nece-
saria, pero bajo sus propios requerimientos: que sea sincera y chonguerax
como su modelo de amigo, pero a la vez enérgica y decidida, como su
modelo de líder.
La autoridad pública y los líderes políticos están totalmente
desprestigiados. Las respuestas no hacen más que revelar desconfianza.
Así, qobierno es.... : .son unos rateros.0 <4yo fuera presidente .... : achapo
todo el billete que pueda y saco la vuelta pues en este país no se hace
nadan. Nuevamente, nos ubicamos en el lado negativo del eje de análisis:
qobierno es...n: m u y inestable*, precisamente lo contrario de lo que bus-
can y anhelan, que es la seguridad.
Al igual que su percepción de la autoridad pública y de los líderes
políticos, los derechos humanos se ubican en el extremo negativo: dos
derechos humanos son ...D: -algo que no se cumplen, '<derechosque no se
respetan y no cumplen la ley,,. Pero no solo es importante poner en evi-
dencia esta similitud; hay que saber por qué existe esta relación. Para ello
es necesario conocer qué reclaman y, según su criterio, qué viola los dere-
chos humanos.

Fragnento de unaenbwita gnipal reahda a m miembrmde un gnipo b d a l i a n ú s t a


en el Cercado de Lima, viernes 19 de mano de 1999.
Para introducir el tema les pedimos que mencionaran sus derechos
y sus deberes. A partir de ello, concluimos que consideran como dere-
chos de las personas los siguientes: estudio, trabajo, juego y libre expre-
sión; y como deberes imprescindibles el vivir en armonía y respetar a los
demás, pero también el estudio y el trabajo. Como vemos, estudio y
trabajo constituyen su principal reclamo: se mencionan en la lista de
derechos y en la de deberes.
Estos jóvenes son perfectamente conscientes de que la educación
escolar no es garantía de nada, y de que los estudios que tienen a su
alcance no les permitirán obtener buenos trabajos y, menos aún, trabajos
fijos y seguros como los desean para sus vidas. Varios han desertado del
colegio por múltiples razones, pero siempre relacionadas entre sí. Prime-
ro, no lo consideran un lugar agradable: .si fuera director de un colegio,
yo...D: .pintaría los salonesn, «podría cambiar los baños.. 40 haría mas
divertido., .diría a los profesores que sean patas de los alumnos,,. Y
segundo, sostienen haber sufrido los maltratos de los profesores: <<¿qué
detestas en los profesores?,,: .que me cobraban,,, aque sean pegalones*,
aunque también son capaces de rescatar sus cualidades: <<¿quéadmiras
en los profesores?., nla manera de expresarse,,, <<serinteligentes*.
Hemos podido agrupar los ejemplos de violaciones de los derechos
humanos bajo un solo concepto: la injusticia. Los ejemplos fueron saca-
dos de su experiencia y se refieren a la injusticia entendida en dos dimen-
siones. Primero, la dimensión interpersonal: mencionan el abuso físico
+,que nos peguen.-, el maltrato verbal y la falta de atención -<.que no
hagan caso lo que hablas.-; y segundo, la dimensión social: mo haber
trabajos., -falta de educación,,, -que te exploten..
La evidencia nos permite presentar algunas conclusiones. En primer
término, que el estudio y el trabajo sean su principal reclamo pone en
claro que reconocen las limitaciones a las que están sujetos; limitaciones
o desventajas que les impedirían una adecuada movilización social, un
factor que alimenta el sentimiento de inseguridad que los embarga. En
segúndo termino, saben perfectamente de qué se trata el asunto de los
derechos humanos. Obviando sus reclamos de trabajo, estudio y juego, y
utilizando sus propias palabras, se trata de: libre expresión, vida en
armonía y respeto a los demás, lo que coincide con sus anhelos. El pro-
blema está en que al parecer estas dos palabras juntas, *derechos huma-
nos., las han escuchado tanto que ya no significan nada para ellos. Com-
parten el descrédito de la autoridad pública y de las figuras políticas que
ven por televisión; son términos distantes de sus modelos.
Podemos terminar el texto señalando el principal aporte del taller:
cuando nos referimos a jóvenes considerados como pertenecientes a qm-
pos de riesgo., estamos estamos hablando de jóvenes que poseen los
mismos anhelos que otros, cualesquiera que sean, sin distinción de clase
alguna. La diferencia fundamental radica en lo disociado que están estos
anhelos -compartidos por todos-, de la realidad en la que estos jóve-
nes en particular están insertos. Ellos han aprendido a sobrevivir entre los
límites de lo legal y lo ilegal; para ellos, la transgresión de las normas
resulta un asunto funcional y casi forzoso. Temprano ejercicio de
sobrevivencia que, realizado con el apoyo de los pares, determina el
valor más apreciado por ellos y a través del cual podría decirse que leen
el mundo: la lealtad.
la lectura de los jóvenes
españoles.
que leen los que no leen

angela lópex jiménez

El libro es un regalo de la cultura

El libro es un regalo de la cultura humana, que propagó la imprenta


y se universalizó con la modernidad. Es tal su poder de transmitir el cono-
cimiento, activar las emociones y dar cuenta de los secretos de la vida,
que, en sus inicios, lo guardaron para sí monjes, reyes y señores, tan celo-
samente como guardaron el poder y la gloria.' Su temor a perder el
control de la producción, impresión, distribución y consumo, arrojó a la
hoguera el pensamiento impreso de muchos hombres. Y segó la vida de
muchos otros en cárceles, casas, campos, plazas públicas de ciudades y
pueblos. Se acallaba así la voz defensora de los bienes públicos, la circula-
ción fluida de las ideas, el relato sin trabas de los acontecimientos, la expli-
cación sencilla de las cosas.
El intento de controlar las fuentes de producción y transmisión de las
ideas sigue hoy tan vivo como quienes se le resisten. Quien quiere contro-
lar las fuentes apela a la necesidad de universalizar los textos, lo que se
hace mejor cuando se reducen los editores. Los que se rebelan alertan
sobre el peligro de homogeneización, que se evita cuando se diversifica la
creación. Los primeros se rasgan las vestiduras ante la producción
indiscriminada de literatura indiferente al magisterio oficial. Los segundos
quieren dar rienda suelta al fluir de la vida, con sus atracciones y espantos,
donde quiera que exista y sea quien quiera que lo relate. Y así, las estra-

' Recordemos a Humberto Eco y ni rememorama del poder de los monasterios en la


novela El nombre de lo rosa.
tegias de antaño y las actuales parecen ser las mismas. El libro huyó
hacia adelante cuando escapó de las imprentas monacales y de los archi-
vos de la corona para ser recogido por las editoriales que lanzaron al
mercado ediciones rústicas y de bolsillo. Bien es cierto que con su popu-
larización, el libro perdió la prestancia en el continente. A cambio, dio
rienda suelta a la vitalidad de su contenido.
Aquella primera explosión creativa dio cuerpo y perdurabilidad a la
historia de la modernización en el occidente del siglo xix. Como la explo-
sión creativa del siglo xx da nueva forma a la expresión del pensamiento,
la cultura y el arte contemporáneo. En uno y otro caso asistimos a la
divulgación de la vida humana, en todo su esplendor y su miseria.
Y si entonces se atajaba la divulgación libre de ideas con la quema
pública del libro, hoy se demoniza a los medios de transmisión que ya no
pueden ser atajados: el cine y la televisión, el video y el ordenador. Los
usuarios de tales medios parecen contribuir, se rumorea, a la agonía del
libro con la pérdida de afición a la lectura. Pero si el libro entonces resurgió
de las cenizas con un salto adelante que lo extendió como nunca antes
había sucedido, hoy se niega a perder la vida por culpa de un rumor. El
problema parece que sigue siendo quién decide lo que es pensamiento
noble, imaginación desbordante, buena enseñanza, belleza o arte.
El control que entonces ejercían la iglesia y la corona, se plasma hoy
en el que mantienen los ministerios -religiosos o gubernamentales, tanto
da- con el sostén de las grandes editoriales, nacionales y transnacionales,
propulsoras del mercado de la distinción moderna. Pero el texto escrito,
héroe impasible de la crónica de su anunciada muerte, sigue huyendo
hacia adelante y escapa de sus guardianes con otro disfraz: el de los libros
editados por nuevas iniciativas editoriales, el de los tebeos, los cómics, las
revistas para adolescentes, los fanzines y magacines, los periódicos depor-
tivos, los graffiti de la ciudad.
Pero, leer lo que en ellos se escribe ¿merece el reconocimiento de
actividad lectora? ¿Qué es lo que cuenta como lectura para los jóvenes
españoles, al filo de este segundo milenio?
Para averiguar lo que leen los jóvenes he consultado algunas de las
encuestas de opinión más recientes y he invitado a jóvenes, maestros,
libreros y padres a darme su propia versión. He observado los anaqueles
de algunas librerías y los mostradores de bares juveniles donde se expo-
nen a la libre consulta periódicos y revistas. Me he familiarizado, de paso,
con los gruffiti urbanos de una ciudad media española.
He realizado las siguientes indagaciones:

1. Consultas bibliográficas de las encuestas que abordan los hábitos de


lectura de los españoles, con especial atención en las que se centran
en los jóvenec y en las que los diversifican por hábitats rurales y
~rbanos.~
2. Revisión de revistas juveniles.
3. Identificación de las zonas de grufiti de la ciudad.

2 La encuesta hecha a los espanoles más relevante para este estudio es una de las
realiadar por CIRES en 1995. He consultado adernss la encuesta a los jóvenes
aragoneses de 1993 (L~PEZ J I M W ,A. 1994b).
4. Asistencia a varias sesiones de los recientes ciclos de invitación a la
lectura que se han realizado en lo que va del año 1997 en la ciudad
de Zaragoza.
5 . Entrevistas a profesores de literatura de centros educativos de ense-
ñanza primaria y secundaria.
6 . Entrevistas a padres de familia.
7. Organización de grupos de discusión con jóvenes a partir de los 15
años, compuestos de la siguiente manera:
- Dos grupos de jóvenes de 15 a 18 años. Uno de ellos integrado
por jóvenes que estudiaban enseñanzas secundarias en un instituto
y en un colegio privado. El otro por jóvenes estudiantes de forma-
ción profesional.
- Dos grupos de jóvenes universitarios de 18 a 23 años, uno de
licenciaturas y otro de diplomaturas.
- Tres grupos compuestos por jóvenes entre 25 y 30 aílos que ha-
bían superado ya la fase formativa. El primero estaba formado
por jóvenes ya insertados en el mundo laboral - c o n distintos gra-
dos de precariedad en sus contratos- o bien en condición de es-
pera de un lugar de trabajo. El segundo estaba compuesto por
jóvenes vinculados al mundo del arte y de los medios de comunica-
ción social. El tercero estaba formado por jóvenes implicados en
redes vecinales y10 parroquiales de voluntariado.
Se completaron las discusiones de gmpo con entrevistas persona-
les a jóvenes portadores de las características sociales de los gru-
pos seleccionados y dispuestos a la conversación abierta y libre, es
decir, a buenos informantes del perfil del gmpo. Para cada grupo
se invitó a ocho jóvenes de ambos sexos.
8. Entrevistas a libreros.
9. Entrevistas a quiosqueros.
10. Obsewación de anaqueles y stands de librerías tradicionales y de
nuevas áreas comerciales.

La información sobre lo que leen los menores de 15 años ha sido


extraída del universo adulto y de los apuntes del trabajo de campo.
La información sobre lo que se lee a partir de los 15 años ha sido
extraída fundamentalmente de las propias declaraciones de los jóvenes
entrevistados, más los breves apuntes que a ellos dedican las encuestas de
opinión.
Aquí constan contenidos de las declaraciones de primera mano de
algunas de las cien personas, elegidas por los perfiles sociales, que he
considerado más relevantes para recoger una parte importante de la di-
versidad cultural de los jóvenes lectores españoles.
Las encuestas dicen que la gente lee poco. La encuesta a los españo-
les muestra que leen más los jóvenes que los adultos. La encuesta a los
jóvenes de 16 a 30 años identifica a los mayores de 25 como los más
aficionados. A partir de aquí comienzo la indagación en vivo y en directo.
El siguiente ensayo es resultado de mi interpretación de lo visto y
oído.
Leer o estudiar. esa es la cuestión

La lectura que cuenta como tal, es la lectura de los textos cultos. Y se


entiende por tales, los que adquieren el sello de la distinción y de la selec-
tividad que los califica de bienes más preciados (no olvidemos que precia-
r.
!, ,
do viene de precio) en el mercado. Es por tanto el mercado, con su precio,
el que selecciona.
j / Y los jóvenes, laboratorio y carne del proceso civilizatorio, son anota-
dos o no como lectores según lean lo que ha sido seleccionado por el
' mercado de la distinción o, más bien, lo que ellos quieren. Si leen lo que
N

p deben son lectores. Si leen lo que quieren está por verse lo que son; todo
i dependerá del material escogido.
'2 , Ellos, por su parte, parecen calificar de lectura a la que practican
,m
' c
sobre los textos cultos porque quieren. Dan por sentado que aquella otra
, . lectura, la que practican por exigencia del guión culturizador, es diferente.
. Llámese estudio o trabajo es, en cualquier caso, una actividad sucedánea
de la lectura placentera, la que los zambulle en los laberintos de un relato.
Pero si definimos en términos sociológicos a la cultura como un con-
junto de prácticas que dotan de sentido a la existencia, y entendemos que
la gente construye una comunidad cultural en torno a ellas, habrá
que comprender las formas de comunicarse y expresarse de una ciuda-
danía tan libre como sus mercados.
Sostengo aquí que la lectura está relacionada con esta cultura y que
su desarrollo sigue dos corrientes de razonamiento y de pulsión; se mueve
por dos lógicas de producción literaria. Una de ellas es de carácter
universalizante y la otra de carácter particularizante.
Ambas establecen criterios homogeneizadores y jerarquizadores. La
primera iguala a los cultos y los separa de los incultos. Con sus criterios se
defiende la igualdad de oportunidades. La segunda acerca a los aficiona-
dos y los separa de los que no lo son. Con tal separación se legitiman las
especialidades y las singularidades. La primera distingue entre sabios-cua-
lificados e ignorantes-descualificados, con todos sus efectos en la
jerarquización profesional. La segunda distingue entre iniciados y extra-
tios, con todos sus efectos en la configuración de las subculturas grupales
que generan el parroquialismo y la selección.
La interacción de ambas lógicas da lugar a encuentros y
desencuentros, todos ellos focos de creación que se fecundan o se esterili-
zan según los casos. Toda invitación a la lectura se inserta en una de am-
bas tradiciones y las que los jóvenes reciben no son una excepción. La
primera es una lógica universalizadora de las grandes necesidades del
hombre, que produce como coritrapunto las tan refrescantes como
generaliadoras contraculturas juveniles de la modernidad. La segunda es
una lógica de resistencia a la homogeneización. Al final. una y otra corren
en paralelo, se entrecruzan. se repelen y se encuentran y fusionan en un
mercado que todo lo recicla y lo revende. Los jóvenes serán el laboratorio
de todos los experimentos y el crisol de todos los encuentros. Su tránsito
desde la infancia hasta la edad adulta por los itinerarios escolares de la
educación ilustrada y de la formación profesional, sus primeros tanteos
laborales allá entre los 25 y 30 anos, quedarán marcados con las huellas
de cuanto la sociedad moderna escribe, lee, archiva y vende. Con lo que
los mismos jóvenes empiezan a escribir y a proyectar en imágenes.
La Ióglca universa2lzadora de las grandes
necesidades del hombre
Diremos con Fernando k a r o Carreter (1991) que las grandes ne-
cesidades del hombre son las de información, de aprendizaje y de goce
estético. Es una lógica ilustrada, que aspira a dictar la realidad. Enuncia
las preguntas y aporta las respuestas.
Esta lógica funciona como un proyecto de configuración del <<deber
ser. en los tres ejes. En el eje de la informaciónselecciona aquellos conte-
nidos que proporcionan el eestatus de [[hombre informado.. En el eje de la
educación elige los conocimientos que deben ser aprendidos y los senti-
mientos que deben ser comprendidos, y en el eje del arte propone los
códigos estéticos que deben ser reconocidos, ponderados y disfrutados. Y
en los tres ejes hay al menos dos grandes polos de lectura o de observa-
ción. Uno de esos polos es el que busca respuesta a los problemas de la
vida y de la ciencia y explora los sentidos y sus padecimientos. La función
de la literatura será aquí enseñar a vivir y a gozar mediante persona o
experiencia interpuesta; bien por identificación con las figuras arquetípicas
de la literatura +on los héroes que luchan por un mundo mejor- o bien
con los ensayos de arraigo y compromiso en la realidad social. El otro polo
es el que satisface la curiosidad y el deseo de evasión de la realidad.
En la configuración del proyecto ilustrado hay una tesis dominante:
son más cultos quienes se someten a un proceso de formación continua y
creciente. La puesta en marcha de este proyecto confunde la formación
con el conocimiento especializado. La fiebre calificadora concede el listón
más alto de la formación a las especializaciones más fáciles de medir y de
comparar en el mercado, las áreas denominadas científico-técnicas, al
tiempo que niega el carácter formador de cuanto conocimiento integra las
áreas humanísticas y sociales. En consecuencia, se exigen calificaciones
más altas para optar a las carreras científico-técnicas y se deja en las
humanísticas a quienes fueron calificados con notas más bajas; según la
tesis, a quienes crecieron menos en su formación.
Y, como se desprecia la facilidad de la lectura frente a la dificultad de
la numeración, los que leen las letras son considerados de inferior rango a
los que cuentan los números. No es de extrañar, por tanto, que en el
imaginario estudiantil se estigmatice la figura del lector y que en el argot
juvenil, la lectura de un texto sea sinónimo de la wacuidad,, de su conteni-
do. De esta manera, la propia lógica del progreso corroe la civilización a
la que aspira en su proceso civilizatorio. Y provoca, de paso, el despertar
rebelde de otras maneras de proceder, de cultivarse y de medirse con la
civilización galopante.
El valor asignado al proyecto ilustrado tiene efectos inmediatos en la
afición a la lectura de quienes quieren .ser cultos., es decir, bien informa-
dos, buenos conocedores y convencidos estetas.
Lanzados al logro del ideal de <<hombreinformado., los jóvenes aspi-
rantes a la cultura universalizadora creen alcanzarlo si leen varios periódi-
cos diariamente. Y leer los periódicos significa leer las noticias de carácter
político, los reportajes culturales, las páginas económicas y los artículos de
opinión. Un profesor universitario ilustraba bien la tendencia. Me decía
que sus estudiantes de historia contemporánea -no saben nada, no leen los
periódicos, he querido utilizar en clase un comentario de X (un cargo
político) para iniciar un debate y no he podido, porque nadie lo había
leídon?
Sigamos con los ideales. El ideal de .joven estudiante,) es el que está
integrado en el proceso educativo. Y la integración se lleva a cabo cuando
F,
,
se conoce de memoria el texto escolar y, en su caso, el manual universita-
i'
rio, sintetizadores ambos -y sincretizadores en ocasiones- de aconteci-
i : 2

IY '
: N : mientos e ideas. Si se tiene en cuenta que se adquiere la calificación de
buen estudiante mediante la obtención de al menos un aprobado en el
' examen, se comprende mal que los jóvenes no declaren como lectura la
:N
d10a que han realizado para superar tal prueba. Y sin embargo, a no ser que
-h . en las entrevistas se les pregunte especificamente sobre el estudio de
manuales de textos, no suelen reconocer esa actividad como lectura.
,C
M
'
En lo que a ellos concierne, tal ejercicio escolar y universitario es
trabajo, estudio, resumen, consulta y práctica memorizadora o copista. Se
l~. I resisten a calificar de lectura a cualquiera de estas esforzadas actividades
de aproximación al manual. Curiosamente. tampoco la reconocen como
tal los profesores, que confirman el desinterés lector de sus estudiantes
cuando estos se limitan a leer los textos, apuntes, fotocopias y libros de
consulta que ellos mismos han recomendado!
A su vez, el ideal de ciudadano cultivadon en la cultura universalizante
-y vale lo mismo para la formación y para el goce estético- no ha adqui-
rido su cultura únicamente con los datos que puede proporcionarle una
enciclopedia especializada en cualquiera de las áreas temáticas de las
artes, las ciencias y la cultura. Probablemente será él quien elabore dicho
texto para culturizar a los incultos. Y en consecuencia, los lectores de
enciclopedias, diccionarios, manuales de instrucción, catálogos y sintesis
diversas, tampoco reconocen haber adquirido sus conocimientosmediante
la lectura de todos estos textos. A lo más, tímida y discretamente, recono-
cen su consulta, causada por el olvido de la cuasi perfecta formación reci-
bida en sus años estudiantiles +n el caso de las clases medias- o por
ausencia de la misma - e n el caso de aquellos sectores populares no ins-
truidos en las claves modernas de la cultura general o de la instrucción
básica y obligatoria-.
El buen estudiante, el buen ciudadano, interiorizan el axioma de las
minorías cultas (o élites ilustradas). Tal axioma dice que no leen quienes
solo adquieren conocimientos mediante la consulta de cualquiera de estas
claves simplificadoras del proceso civilizatorio.
Ahora bien, esta actividad memorizadora, tan exigente como poco
gratificadora -solo deja una pátina que se borra al menor rascado- lleva
en sí la semilla de su propia antítesis. Porque los estudiantes cogen apun-
tes y elaboran fichas, porque hacen resúmenes y sinopsis reposan en si
fragmentos varios de la cultura generalizadora. Y estos fragmentos sinien
de base y estimulo a nuevas especializaciones, a nuevas subculturas, a
nuevos márgenes de maniobra para la intimidad lectora del propio gmpo

Profesorde Historia Contemporánea. 50 arias.


Es ilustrativa la obseniación que un profesor hacía de la cartera escolar de un
eshidiante de ESO en unas jornadas escolares recientes No veía en su interior un
sólo libro de lecrura. a pesar de que el nirio cargaba en su interior varios kilos de
textos escolares.
y de la propia individualidad. Los nuevos márgenes de maniobra serán
bien aprovechados, tanto por los vendedores de revistas juveniles como
por los escritores juveniles emergentes.
Los primeros, las grandes firmas comerciales, desarrollan un poten-
te mercado de lecturas de entretenimiento. Enganchan al joven estudiante
desde sus inicios escolares con revistas que combinan las noticias sobre
héroes musicales, televisivos y cinematográficos con consultorios sentimen-
tales que tratan el asunto de su despertar sexual. Ofrecen, además, estí-
mulo a las conductas pseudo-rebeldes contra un genérico autoritarismo
escolar, y propaganda comercial abundante de productos para adolescew
tes y de iniciación a la vida adulta.
Los segundos ensayan su escritura individualizada: diarios, cartas,
relatos cortos o poesías. Pueden hacerlo dentro de la institución escolar,
como colaboradores de revistas escolares o con el apoyo de las comisiones
de cultura de los centros universitarios. O pueden hacerlo al abrigo de las
pulsiones de la ciudad contemporánea. En tal caso, actúan bien desde sus.
instituciones (los programas emprendidos desde claves de política juvenil,
de carácter municipal o regional, entrarían en este apartado) o bien con
dinámica asociativa espontánea: están comprendidas aquí desde las aso-
ciaciones de barrios hasta las agrupaciones de jóvenes aficionados a diver-
sas actividades creativas integradas en -o rebeldes a- la corriente cultu-
ral que funciona con la Iógica de las burguesías ilustradas.
La contracultura juvenil de la modernidad será, en este contexto,
una explosión más del sentido universalizante de la cultura como crisol de
lo antiguo y lo nuevo en la gran comente ilustrada, bien mediante la pro-
ducción literaria juvenil estandarizada -y vendida al joven medio en el
Libre mercado de las series y de las marcas-, bien como producción
subcultural de las vanguardias artísticas y literarias, vendida a Las élites en
el selectivo, y más críptico mercado, del sello editorial y del nombre del
creador. Pero otras experiencias juveniles, menos estandarizadas o privi-
legiadas, se rebelarán contra la domesticación subyacente en la propuesta
universalizadora y desplegarán su contrapropuesta gráfica. No conviene
olvidar que asistimos a un período histórico de gran creatividad juvenil.
Profesores y anirnadores culturales de las ciudades reconocen la exis-
tencia de una creciente producción de relatos presentes en los concursos
literarios, y de fanzines desplegados por bares y centros de actividad juvenil.
Escriben incluso los jóvenes que no leen. La necesidad de contar la expe-
riencia se ha apoderado, también, de la pluma del joven espectador

La Iogzca de la resistencia a la homogeneizacion


Es fundamentalmente juvenil. Nace en los años ochenta y no precisa-
mente como contracultura o rechazo de los modos de producción y consu-
mo de la cultura de la modernidad. La Iógica de la resistencia, por el
contrario, nace con claro afán de testimoniar - s i no de conhibuir a- la
desintegración de las culturas de la modernidad. Produce subculturas teó-
ricas aue dan cuenta. mediante múltioles discursos. del declive urbano aue
se esconde tras la aparente modernización homogeneizadora de las ciuda-
des exhibidoras del arte abstracto y del diseño. Dichas subculturas brotan
en las periferias, alií donde la marginación queda velada por la lejanía de

(165)
las líneas de hansporte turístico que conducen a los centros comerciales
y a los museos.
En tal contexto surgen los f a n ~ i n e suna
, ~ nueva forma de expresión
gráfica más barata que el libro y menos controlable que el periódico. El
fanzine relata lo que pasa en el mundo cercano, allí donde los problemas
tienen nombre. Informa de lo que sucede e interesa a los sectores popula-
res, es instantáneo, provee de sentido a la vida local, y crea adicción en
unos lectores muy afectados (los peor afectados) por eso que sucede; una
adicción activadora de la identidad sociaL6 La pasión por la libre opinión
y el deseo de opinar de unos y otros, toman cuerpo en los periódicos
deportivos y en las páginas deportivas de la prensa diaria. Se despliega
también en los fanzines musicales y artísticos. En todos los casos: gana
lectores y activa localismos.
En el contexto del fútbol, los que escriben las editoriales y las noticias
son las clases medias, aunque los lectores -al menos inicialmente- salen
de los sectores populares. En otros contextos culturales, de diserio, de
música, de cine, de literatura o de compromiso social, aparecen los fanzines
y los cómics. Estos últimos son elaborados por adultos socializados en las
culturas juveniles de la disidencia. Los primeros son escritos por toda una
tipología de bohemia juvenil urbana, que escribe y lee, a veces indistinta-
mente, las mismas revistas y se mueve en círculos de iniciados.'
De la misma manera, los graffiti pintados en los muros de la ciudad
hacen guiños de complicidad a los lectores. Invitan al deleite en el signifi-
cado y en la fuerza transgresora del signo. Invitan a la conversación que
solo se celebra cuando la interactividad se hace figura. Todo lector escribe
o busca al escritor para compartir con él sus emociones, acepta el envite
de la sensualidad productora de un gusto estético cifrado, el más íntimo
diálogo de cuantos puedan hacerse en el espacio abierto (Baudrillard
1980).
Los graffiii son una invitación a la lectura velada de la ciudad. El
artificio interactivo es notable, en cuanto tiene que mantener el anonimato
de la personalidad, que a su vez se exalta con la marca o firma apócrifa
del autor. El lector se transforma en el detective urbano que accede a las
pistas mediante claves de acceso, cifradas para la institución y el poder
que representa, pero meridianas para quienes comparten la subcultura
del juego silencioso, del rito celebratorio de la libertad de expresión más
censurada en el escenario urbano. En fin, para quienes comparten la in-

No es baladíque surjan en Inglaterra. donde antes apareció ellibrode bolsillo y después


el ordenador personal.
~ Y N E 1995
S regkbasu populariración en Inglatena. mediante la prensadepartiva, cuando
ya reune empiera a dar la noticia reuniendo la una doble función de dar la noticia:
describir lo que pasa en los partidos, y generar proselitismo identitano mediante encendi-
dos artículos editoriales, consecuencias ambas que se refuerzan con la fotagrafia de
acción y la vineta satírica. ia sátira del fútbol se impregna rápidamente de denuncia
social y el descontento de las gradas es acallado bajo con la violencia de algunos aficia-
n a d a hastaestigrnatizar B todos; Lado un comportamiento disidente velado por el com-
portamiento reaccionario de unos pocos.
' Aquí en Esparia, he podido recoger unos cuantos. impresos en las ciudades de
provincias. que fomentanel orguUo local. Fbr ejemploElplonñoque se edita en Pamplona
inicialmente y se extiende después a Zaragoza. El mono grájco, que se edita en Burga y
El hombre elértrico, que se edita en Zaragoza
formación cómplice, reconocedora de las estructuras sociales desiguales y
de los confiictos latentes.
La contraseha del magisterio cultural es que no se reconocerá como
lector a quien se de-forma con la producción literaria disolvente de los
códigos de información, formación y estéticos del proceso civilizatorio.
Registramos su existencia, que saldrá, discretamente, en las declaraciones
de algunos jóvenes escritores de fanzines y pintores de Los graffiti urba-
nos, aunque por el momento no le dedicaremos mayor atención.
Seguimos pues en la brecha y bien dispuestos a la búsqueda de los
verdaderos lectores y de sus áreas de lectura.

Una doble evaluación de la lectura ilustmda *'


La tradición ilustrada parte de una visión unilineal, cronológica y pro-
1
gresiva de la evolución cultural. Mantiene la expectativa de una afición
creciente a la lectura a medida que se adquieren mayores niveles de infor-
mación, formación y educación del gusto. Desde aquí se hacen dos inter-
pretaciones distintas del progreso.
La primera es negativa. De la misma forma en que la máquina sus-
tituye al hombre, la exuberancia de la cultura audiovisual sustituye la so-
briedad de la cultura literaria. Sostiene que a medida que aumenta la
formación en todos los medios de libre expresión disminuye el tiempo de
lectura. La prensa del corazón, la de los sucesos y Ladeportiva,que enfatiin
el reportaje gráfico sobre el literario, no serían sino sucedáneos de la
lectura y claras manifestaciones del triunfo de lo visual sobre lo escrito.
Encontramos más desarrollada esta interpretación entre los profesores y
entre los adultos.
La segunda es positiva. La creciente formación en todos los medios
de libre expresión transforma el tiempo de uso de todos los equipamientos
audio-scripto-visualesen un tiempo más de exaltación creativa. Y aumen-
ta el tiempo de lectura, como aumenta el de toda la comunicación. La
encontramos más vigorosa entre los jóvenes creadores y entre los produc-
tores del medio audiovisual. Dirá Ray L ~ r i g auno , ~ de los jóvenes escrito-
res españoles contemporáneos, que la palabra es indestructible. Por ello
salta a las páginas del libro, al cine, al video, al arte conceptual. El tiempo
general de uso de todos los medios de comunicación se expande con ellos,
se enriquece y densifica. Y nos conduce hacia un siglo mi de cultura audio-
scripto-visual (Vidal Beneyto 1991) como expresión popularizante de la
cultura literaria. Y a medida que se extiende esta cultura, crece el miedo
a la pérdida de la inmensa obra creada. Y como solo lo escrito queda,
todo se reproduce en libros, guardianes celosos de los arquetipos, los hé-
roes, los datos, los acontecimientos, los proyectos, las revisiones, los giros
y circunvalaciones de los sucesos. El libro tiene una cualidad de inmutabilidad
que desde hace siglos le hace aparecer ante nuestros ojos como el ave
fénix de la historia del progreso. Eterno ser donado, amarillean en los
anaqueles múltiples copias de si mismo. Mientras, el viius informático des-
truye el disco, y el sol y el aire queman el papel faxeado.

Conferencia impartidaenZaragoza en mayo de 1997.

(167)
¿Cuál es, en este contexto, la respuesta juvenil a la lógica universa-
iiiadora? Y, ante ella ¿con cuál de las interpretaciones del progreso vamos a
quedarnos?

Respuesta juvenil a la lógica universalizadora


Los jóvenes parecen asumir la función integradora en la cultura am-
biente con desigual entusiasmo, pero sin discutir su axioma y sin cambiar
la contraseíia. Las consecuencias son distintas para cada una de las áreas
de análisis.
En el área de la información, los jóvenes admiten leer periódicos
cuando leen lo que se debe leer. Dicen no leerlos cuando consultan la
agenda cultural, el horóscopo y la programación televisiva, y dicen leer
poco cuando dirigen su atención a las páginas deportivas, a los ecos de
sociedad y a los sucesos aterradores. Es decir, leen cuando se informan
de lo que sucede y no leen cuando consultan sobre lo que les puede
suceder, leen más cuando se informan de los acontecimientos que afec-
tan a la vida política, a la cultura, a la sociedad y al estado, al proyecto
de continuidad con el que se escribe la historia. Y leen menos cuando se
informan de lo que afecta a sus aficiones y pasatiempos, al presente
banalizado por su caducidad.
En el área del aprendizaje, por el contrario, cuanto se lee en cumpli-
miento estricto del mandato civilizatorio - e s decir, como exigencia del
guión- no es considerado como lectura sino como estudio o h.abajo. To-
dos los jóvenes entrevistadosestudiaban libros de texto y manuales escola-
res o universitarios, y leían aquellos libros y artículos que, siendo igualmen-
te recomendados por los profesores, habían retenido su interés o gusto. Y
se despierta el interés o desamolla el gusto cuando se topa con un héroe al
que le pasan las cosas que uno mismo vive y le confunden, o se experi-
menta la emoción de sumeigirse en otro mundo.
En el área del goce estético los jóvenes reconocen la autoridad de
quien les dio el impulso inicial para la lectura, y recuerdan con afecto a
quien abrió en ellos el apetito de la cultura. A partir de aquí, lo que se lee
como legado cultural viene aureolado con la marca de su solera. Colo los
más iconoclastas se atreverán a cuestionar su arte o su inteligibilidad. Y la
discusión iconoclasta suele producir un pensamiento alternativo, escritura
y lectura disidente. Pero esto es otro cantar, funciona con otra lógica, se
mira desde otro prisma.
Con tales presupuestos. solo alcanzarán el estatus de amores gran-
des y nobles, las aficiones lectoras que puedan encuadrarse en un proyecto
de búsqueda de trascendencia, de encuentro, de ciencia, de armonía, de
integración, etcétera, en la gran corriente de la historia y en la memoria
de la cultura; tanto da si se sigue con veneración de copista o de renova-
dor, como si se oferta como revulsivo y relevo. En cualquier caso, solo
serán relegadas al rango de amores pequenos o innobles las aficiones
lectoras que curiosean en los cotilleos del momento, en la banalidad intras-
cendente y mórbida. Pero ¿quién da el impulso inicial a la lectura juvenil
y con qué clase de libros se lanza la propuesta?
El impulso inicial de Ia lectura. Padres y maestros
El impulso inicial de la lectura infantil y juvenil viene siempre de ia
mano de otra persona: el padre o la madre, el hermano o la hermana, el
profesor o la profesora, el compañero o el amigo. Aquel o aquella que
puso en manos del hoy joven la obra que ayer, en su infancia o adolescen-
cia, exaltó sus sentidos, sentimientos e intuiciones permanece por siempre
unido, o unida, a la evocación de aquellas primeras emociones.
Se recuerdan los libros infantiles y el cine adolescente por su historia
y sus imágenes. Rara vez se hace el trayecto desde el libro infantil hasta el
cine adolescente pero la dirección inversa, que conduce desde el cine
hasta el libro, forma parte de los itinerarios seguidos por los mayores.
Como si el joven necesitara desbuir la unilinealidad irreversible de la histo-
ria filmada. con la vuelta de página, la fijación del pámafo y de la imagen,
el dominio en fin del tiempo y del contenido.
Pocos libros vividos escapan al subrayado en las bibliotecas juveniles
que he podido visitar. Me dirá una profesora de secundaria que el subra-
yado no es hoy sino adicción al color y al método con el que se prueba
haber trabajado un texto (otra cosa será la calidad de ese trabajo). No es
como antes, cuando las buenas maneras estudiantiles se demostraban con
la pulcritud sin mácula que exhibía el libro tras su año de andadura entre
las manos de los lectores. Anoto, no obstante, que el libro que empieza su
viaje de préstamos con la emoción subrayada de cada prestatario, incor-
pora a su mensaje un efecto adicional de la lectura, que obliga a la
interacción múltiple, con el mensaje del escritor y con la interferencia de
los anteriores lectores.

La intmcia, edad de los @andes lectores


La gran edad lectora es la infancia. Dura desde que se aprende a
leer hasta los 10 o 12 años. En ella convergen la curiosidad del niño por
entender y sentir las cosas y el deseo de padres, parientes y profesores de
satisfacerla y de abrirle nuevos horizontes. Los niños combinan la lectura
con la televisión, controlada en tiempos y programas por los padres. A
medida que desaparece el control paterno de la programación televisiva,
decae la lectura de libros recomendada (o exigida, según colegios) por los
profesores. Pero no es solo la televisión la causa inmediata de tal descen-
so. Hoy lo es también la irrupción en el mercado infantil de varias revistas
infanto-juveniles, que compiten con padres y profesores por la ascenden-
cia adulta sobre el joven lector. La gran diferencia, dirán los profesores,
entre los que continúan leyendo una literatura dirigida por los padres y
maestros, y los que lo hacen teledirigidos por las agencias de marketing
y la televisión *es el seguimiento, la protección y el cuidado familiar del
niño..
¿Qué es lo que leen a los 12 y 13 años la mayoría de los escola-
res? Por un lado, las lecturas recomendadas por la escuela - e l librero
y la familia se guían por lo que esta programa-y por el otro, las que se
presentan a los ojos adolescentes como lecturas libres de la supervisión
adulta.
Las primeras proceden de firmas editoriales especializadas en la
publicación de los textos escolares. Aquellas editan, al mismo tiempo, los
textos de enseñanza obligatoria y las grandes colecciones de relatos de
evasión, con los que se salpimenta la educación reglada de nivel primario.
Y aquellos estudiantes que escapan al control escolar-familiar - c u a n d o lo
hay- leen además toda una batería de revistas juveniles, editadas por
grandes firmas comerciales, en línea editorial similar a la de las tradiciona-
les revistas del corazón y de la prensa sensacionalizadora del suceso y del
espectáculo.
Las colecciones pedagógicas de las editoriales son adquiridas por las
bibliotecas escolares, y recomendada su compra por los profesores o li-
breros en el círculo familiar del niño y del adolescente. Se encuentran en
las librerías y en las bibliotecas escolares. Las compran los familiares adul-
tos para la lectura infantil en la casa, y los profesores para su uso en
biblioteca.
Los propios jóvenes adquieren las revistas de entretenimiento de las
grandes firmas comerciales en los quioscos de prensa y algunas papele-
rías: atienes dinero en el bolsillo y compras, o te la prestan los amigos.. Las
compran de primera o de segunda mano y se las prestan entre sí. Estas
revistas ofrecen al joven lector relatos de aventuras e historias con las que
evadirse dentro del orden.
Por volumen de ventas, los nombres más recurrentes de la primera
tipología, alas reinas de las editoriales juveniles,,, son:
<,Elbarco de vapor,,, serie roja hasta los 12 ó 1 3 años.
La colección .Gran angular. de CM hasta los 13 y 14 años.
Las más recurrentes de las revistas comerciales que se leen desde
los 7 u 8 años hasta los 13 ó 14 años son Superpop? Chica hoy, Bravo,
Vale, Ragazza, que leen sobre todo las chicas, y varias revistas pornográ-
ficas que leen sobre todo los c h i ~ o s . Las
' ~ compran los escolares en blo-
que a la salida de los colegios y las leen en sus casas durante los fines de
semana, y a escondidas de los maestros en los patios escolares. Ofrecen al
niño1' y al púber una combinatoria de informaciones: noticias sobre los
cantantes de moda, consultorio sentimental y sexual, y propaganda de
artículos de c ~ n s u m o . En
' ~ poco se diferencian de las revistas del corazón
para adultos, a no ser por el descaro, planificadamente adolescente, de
los jóvenes héroes y he~oinas.'~

Va por el número 501 al cierre de este ensayo.


Edades que corresponden a los cursos 7 O y 8 O grado de la educación general
básica.
" La imipción en el mercado de las %ice Giris en el mercado ha disparado la lectura
de estas revistas entre niños de 7 arios de edad, como constatan los profesores de
este grupo de edad.
I2 La contraportada de este un número anuncia Smirnoff. impoited uodka, y reco-
mienda beber con moderación porque "es U responsabilidad..
'3 Un reportaje sobre las Spice Girls del No 501 de la revista Superpop dice de ellas que
~lnclusoincluso la realeza británica las quiere salo para ella. U mirmísimo príncipe Carlos
de Inglaterra lar inuitó a participar en la gala de celebración del 21 anivemno de su
fundación. "Rinces Tmst Chariiy", en Manchester Después de cantar en directo sus tres
temas más conocidos. la que Iiaron fue histórica ¡Queríanligársela! De entrada Gen le dio
un beso impresionante en la mejilla y le dejó un taNaje de carmín. Se saltó todas las
normas y, mientras le daba unas palmaditas en ¡el trasero!. le dijo: "creo que eres muy
sexy". Él ya nosabía que que cara poner [...ID.
Tanto las colecciones pedagógicas que se adquieren en las librerías,
como las revistas de entretenimiento que se adquieren en los quioscos,
toman el gusto del escolar como medida de su producción.
En efecto, las estrategias de profesores y vendedores no difieren.

E
Unos y otros prestan atención a la popularidad de la obra para recomen-
darla, en el primer caso, y reproducirla en el segundo. De tal manera que,
aun sin quererlo, se intercambian las funciones de la institución escolar y
del mercado: la escuela reconoce el gusto del consumidor, y el mercado 8
educa el gusto y provee de los recursos con los que darle satisfacción. No
es casualidad, por tanto, que desde el mercado se hayan financiado mu- 1E1
chos de los estudios actuales sobre los valores sociales de los potenciales iaj
consumidores. i 8,
'%
!el
'
il
lU
A la conquista del joven lector de 13y 14 años
!m
i l
l

¿Cómo lleqa el libro a manos del joven lector? Depende del tipo de
libro. El libro de la colección juvenil lo introduce el profesor en el aula
escolar, se expone en las ferias del libro o en las librerías. El librero tam-
bién pioporciona información individualizada al cliente que llega a su li-
brería.
Las revistas del corazón llegan hasta el joven lector a través de los
coetáneos y de los puntos de venta que se abren alrededor de centros
educativos y zonas de bares juveniles: las papelerías, en las que se adquie-
re el material escolar y las golosinas del recreo, las tiendas juveniles de
segunda mano, los quioscos de prensa, los bares. Las grandes superficies
comerciales le dedican parte de su espacio.
Y como la invitación a la lectura más sistemática es la que se hace
desde la institución educativa, conviene preguntarse, ¿qué es lo que reco-
mienda el profesor a los adolescentes menores de 14 años y por qué lo
recomienda?
Se recomienda la lectura de las colecciones juveniles publicadas por
las editoriales especializadas en la etapa escolar porque atienen un pro-
yecto formativo),.Y se escogen los ejemplares más populares de la colec-
ción. En gran número de casos, no han sido leídos por el profesor que los
recomienda. Un procedimiento de animación que da buen resultado es el
comentario de textos en el aula escolar:

l...]
al final de curso, para recomendar lecturas del verano, más que
recomendar yo lo que me gusta -no voy a leerme las novelas de esa
edad- me vienen ellos con la editorial,el titulo...pues a ver fulanitq
vamos a la pizarra y escribe. ¿Este libro de qué va? Pues va de esto,
de lo otro y entonces se va apuntando la historia del libro y se van
animando.'"

¿Por qué el profesor o profesora no lee lo que recomienda al alum-


no? Depende del profesor, claro. Los hay, decía un librero que .nunca han
leído nada, que saben que tienen que recomendar algo y dicen al librero
¿qué tienes por ahí? Él recomendará lo que tú le digas..

" María Antonia. profesora, 40 años.

(171)
Pero, aquellos profesores que fueron asiduos lectores en su nifiez,
encuentran dificultades para contagiar la pasión de los grandes relatos
que ellos vivieron al nirio de hoy, socializado en el efectismo televisivo.
Conscientes de la dificultad de transmitir a sus alumnos la conmoción
animica que ellos mismos sufrieron ante la peripecia vital de los grandes
héroes de su infancia, y de evocar con ellos la emoción vivida ante el
; desenlace de sus conflictos existenciales, se agarran a la producción lite-
w
raria hecha a medida del escolar, con los conocimientos pedagógicos de
las editoriales especializadas.
iE
:= Así pretenden, al menos, alimentar la enorme curiosidad que estalla
;g en las preguntas sin fin de la gran edad lectora:
-
S*
1 0

.'
O) l...]son novelas que a mi no me gustan, y las mando y las aliento
-C ¿eh? Porque si no ... no leerían nada o solo leerían las revistas
w
esas (las revistas del corazón para adolescentes) pero ... una gran
diferencia con nuesha época (dirá una profesora de 40 años) es
, .
que entonces leíamos grandes novelas de grandes escritores, adap-
tadas. Me acuerdo de aquellos libros, de aquellas colecciones que
incluso llevaban viñetas y leíamos ~Ivanhoende Walter Scott y
~RobinHoodn y todos aquellos libros de Emilio Salgari que tenían
una ambientación, una descripción, una riqueza de vocabulario y
que te llevaban a mundos distintos, que te sacaban de tu mundo
cotidiano, de tu entorno. Ahora lo que ha cambiado es que todo
eso es imposible. aquellos libros se les caen de las manos. Son
una generación de telefilms de pim, pam, pum y golpes. llega uno
y un incendio y plis, plas y suceden cosas, no dejan de pasar
cosas. No hay campo para la descripción de un paisaje, de un
carácterl para la recreación de épocas.15

¿Qué es. entonces, lo que ofrecen estas novelas? Ofrecen una defini-
ción adulta, voluntarista y tópica, inquieta y prospectiva, de su entorno
vital. La inquietud expresa los problemas que el adolescente puede en-
contrar. La prospectiva avanza el comportamiento esperado. De ahí que
el profesor no lea el libro que recomienda. Ni duda de su objeto, la educa-
ción para la vida, ni de sus contenidos: la selección de los problemas, para
cuya resolución el niño debe ser preparado. Se arriesga poco al recomen-
darla y poco al no leerla. Pero el éxito del proyecto pedagógico no condu-
ce necesariamente a la adicción a la lectura que provoca quien escribe
para wer si alguien entiende lo que estás contando, lo que estás pregun-
tando, el legado de todo un mundo entrevisto desde tu vida, que no pue-
des desligar de la literatura», como decía Ana María Matute en una confe-
rencia reciente.16
La opinión de profesores y libreros sobre el libro de encargo editorial
es coincidente. Las editoriales encargan a jóvenes trabajadores las obras,
cuyo texto debe seguir un plan: <<bastaque quien lo escriba conozca las
situaciones, los problemas, resuelva la trama en textos sinópticos y míni-
mos, use frases cortas y estricto vocabulario adolescente: la novela resul-
tante siempre es ejemplarizante [...J.. La obra resultante es además ear-
tificial y tópican."

María Antonia. profesora,40 aiíos.


' V o n f e r e n c i a impartida en Zaragoza. 20 de junio de 1997
" Emest, profesor 50 aiios.

(172)
Leíuno de estos libros que era muy popular entre las chicas de octa-
vo de 12 o 13 años; y se me salia la bilis. lo más trasnochado que me
he echado a la cara en mucho tiempo: chica de la burguesía alta de
Navarra quese hace maesha, que tiene un novio quela pretende, un
novio que tiene coche, vamos como de los años cincuenta La chica
se hace maesba y se va a un pueblo de caserío y allí descubre un
destripaterronesyse casa con él, moralina barata ... o el ejemplo de
Carlota, hija de padres divorciados que les gusta mucho a las hijas de
divorciados.

La novela de éxito para las chicas es Cinco panes de cebada de


María Baquedano. ,<Paralos chicos, el éxito ahora es Morirás en Chafarinas
de... no me acuerdo cómo se llama, les encanta porque tiene muchos
tacos ... a mí me ofenden pero a ellos les gusta, no me atrevo a
desprestigiarlos totalmente, su papel hacen^.'^

Las lecturas de los quinceañeros. De los 15 a los 18


Antes de los 14 o 15 años el niño tiene un mundo reducido al colegio
y a la familia, y canaliza su afán de saber a través de los libros y la tele. A
partir de los 15 años, dirán varios profesores, el afán de saber, la búsque-
da de respuestas en los libros, ya no encuentran como rival a la televisión
sino a la calle: .son generaciones de grupo y de calle, de hacer las cosas
juntos, de comer pipas en un portal, de miedo a la soledad^.'^
Las zonas de ocio juvenil serán lugares de experimentación con la
propia vida y de búsqueda de una visión original del mundo, libre de la
orientación adulta.
La importancia que tiene para los jóvenes el poder contarse \o que
sus sentidos perciben es tal, que pasan la mayor parte de su tiempo libre
hablando entre ellos.20 Aquí empiezan, también, a escribir relatos que
hacen circular entre amigos y compañeros.
La aparición de escritores cada vez más jóvenes, es prueba palpable
del liderazgo juvenil en la expresión de vivencias que no han sido aún
contadas por nadie. Se relatan con la intensidad, la sorpresa, el placer y la
angustia de quien las está viviendo. Son crónicas veloces, hechas allí don-
de se cruzan los espantos y atracciones del tiempo de la socialidad juvenil.
Pero dejemos por el momento a los jóvenes escritores creando su propio
espacio y sigamos con los lectores de la novela adulta.
A partir de los 15 atíos los jóvenes leen la literatura clásica que ofre-
ce el centro educativo como parte de la actividad escolar, y además la
que buscan por sí mismos. Ambas pretenden abrir nuevas perspectivas
del mundo.

María Antonia, profesora. 40 años.


l9 Luis, 59 años.
20 Queda claro en las encuestas a los jóvenes aragoneses que he realhado desde
1985. Lo corrobora la encuesta a la juventud de Arag6n de 1993 y las últimas
realizadas en varias autonorntas y en el Bmbito nacional.
La orientación escolar, reconocen los que la imparten,

[...] adolece de un vacío que dificulta la motivación del estudiante: en


la edad crítica de los 15, 16, 17 años ya no puedes mandarles los
grandes angulares. Hay un hueco ahí enorme entre los textos progm-
mados de antes y los grandes clásicos cuya lectura ya es trabajo. No
hay lectura de evasión en la que iniciar al lector L...] es dificil entrete-
nerles y darles un trasfondo de vida detrás que les ensefie,mandas el
Lozanllo de Torrnes, La tesis deNancy, las obras de Eduardo Mendoza
y las leen por obliga~ión.~'

Dirán algunos profesores que la diferencia entre las grandes novelas


de ayer y las de hoy, está en que lo que antes se insinuaba ahora se dice
abruptamente. La tendencia hoy es a grandes recreaciones en la violen-
cia, en el sexo, en la crueldad de una relación o en el desprecio de la vida
humana. Recomendar obras así puede causar problemas al profesor por-
que la familia y la sociedad no entienden sus tareas: c ó m o vas a recomen-
dar eso ... se te echan los padres encima y no solo los padres, la sociedad
en general..
Y sin embargo, el acceso juvenil a la recreación espectacular d e los
sentimientos y los sentidos es tan habitual en los medios de comunicación
audiovisuales, que la inhibición escolar no puede sino acentuar su impac-
to. Desde el medio escolar se reconoce, no sin indignación, que

l...] hay gran hipocresía en la sociedad. A todo el mundo le pare-


ce normal que vean el programa de televisión Cruzando el
Mississippi, que lean revistas para adolescentes que tienen verda-
deros consultorios sexológicos. pero se escandalizan si la instih-
ción educativa propone una novela que tenga una escena fuerte
de sexo. Y las novelas que tratan de verdad sobre la vida son
novelas de adultos, que ahora son más explícita^.^^

Sostienen los profesores que no ha sido siempre tan explícita, tan


cmda, la referencia al sexo y a la violencia como ahora. Y si antes solo
captaba la escabrosidad de un texto el que ya tenía la madurez para en-
tenderlo, hoy se lo encuentran todos ante sí. En consecuencia, y para
evitar malas interpretaciones de la actividad educadora, .de los 15 a los
17 años solo recomienda5 las lecturas que sabes que ya están cristalizadas
y son dogma de fe. Y si estas no les atraen, a esas edades desenchufannZ3
Aún hay otro obstáculo que salvar para despertar el interés de los
quinceañeros en la novela de autor adulto: el cine, otro gran rival. *Las
grandes novelas de acción se llevan pronto al cine y la mayoría ya no las
lee. Un ejemplo es Octubre roio. Otro es La colmena. La presión es
buscar el video. Hasta COU, los jóvenes ya no leen una novela que está en
película^.^'
Desde el punto de vista de los profesores, no hay forma de crear
ávidos lectores sin la complicidad de los padres: si los padres leen, enton-

a Mana Elena. profesora. 40 años.


'Z
María José, profesora, 40 anos.
Ramón, profesor, 56 arios.
Comentano muy repetido p o r varios profesores más
ces ayudan a interpretar la trama e impiden que se falsee la fuente de
extracción del comentario del texto. Los padres, por su parte, setíalan la
enorme influencia del ambiente escolar, que se constituye con el cuidado y
formación que los profesores dan al gnipo de coetáneos, dentro y fuera
del aula. El dedo acusador de la escuela se dirige a la casa familiar, mien-
tras que los padres ponen su confianza en -y descargan su responsabili-
dad sobre- la línea pedagógica escolar.25
Y mientras profesores y padres se enzarzan en la exculpación de sus
responsabilidades, los jóvenes, inmersos en la iconografía del territorio de
sus prácticas juveniles, desarrollan sus propios hábitos. Frente a la literatu-
ra que propone la escuela, está la que les sale al encuentro sin buscarla, o
que buscan por sí mismos. Esta responde a una doble dependencia
interconectada: de la oferta del mercado y del espacio de la socialidad
juvenil.
La oferta comercial presta especial atención a los gustos culturales
adquiridos según el sexo. Acabado el proyecto pedagógico de las editoria-
les ligadas a la ECO (educación secundaria obligatoria) otras firmas se
aprestan a llenar el tiempo ávido de los jóvenes ya iniciados en la lectura
de evasión.
La oferta es amplia en las librerías tradicionales y en los nuevos es-
pacios del libro de las grandes superficies comerciales. Es una lectura
recreativa, Iúdica, de evasión, que entretiene, divierte, hace pasar el rato.
Para las chicas de 15, 16 y 17 años, la editorial Javier Delgada
ofrece una nueva versión de la novela rosa. <<Más bien tirando a verde.
dirán algunos profesores y padres. Los varones, según su propia versión,
se inclinan por

l...) las tres eses: sangre, susto y sexo. l...) Comienzas con las
novelas de Agatha Christie y luego a los 15 las destiem...lees a
los superhéroes, la novela negra ... a mi me gusta mucho mezclar
la licción y lo lúgubre, el terror, los monstmos, lo superfuerte y lo
fantástico, el fatalismo, el humor negro, el terror... superguay la
mezcla de lo erótico y la a c ~ i ó n ? ~

Y dentro de estas claves, generalizables a todos los jóvenes de la


edad, hay intereses inducidos por la institución escolar, en el caso de las
enseñanzas secundarias conducentes a la universidad. Y hay intereses de-
jados exclusivamente al libre albedrío del joven, en el caso de aquellas
enseñanzas conducentes a la formación profesional.
El perfil lector del joven estudiante de instituto es muy tenue. La
mayor parte de los jóvenes entrevistados reconoce leer poco, hacerlo por
obligación y tener un interés creciente en el cine, que deriva en algunos
casos, y contra lo que afirman los profesores, en la lectura del libro que dio
juego al disfrute de la obra de aiie cinematográfica. Reconocen también
haber realizado comentarios de texto sin haber leído el texto, a base de
videos y películas. No obstante, memorizan en grupo las obras leídas. Su

a lnduye de la formación integral del alumno, dentrodel aula en loquese refiere a cono-
cimientos.. .y fuera de ella en cuanto tiene que ver con educación para la vida de qnipo y
creación de redes juveniles potenciadorasde la moral colectiva.
26 Alberto, 17 arios.
recuerdo va siempre unido al del profesor que les animó, recomendó u
obligó a leerlas. Y así van desgranando obras clásicas tales como Lazarillo
de Tomes, La Celestina, fragmentos del Quijote, El libro del buen amor.
Evocan los poemas de Leopoldo Panero, de Pedro Salinas y de Gustavo
Adolfo Bécquer, se ríen al recordar los usos amorosos de la posguerra
española relatados por Carmen Martín Gaite -las chicas-, admiran la
historia del oso cavernario -los chicos - y evocan todos con placer
El nombre de la rosc de Umberto Eco. Disfrutaron de la poesía porque
descubrieron que %alguiensentía como yo*, como dirá un joven con la
aquiescencia de todos. Aquel profesor que les comunicó su pasión por
la lectura, y que en la mayoría de los casos era mujer, recibe calificativos
tales como .era una profesora estupenda ... maravillosa ... genial.. Sostie-
nen, en fin, que leer exige una disciplina que cuesta adquirir pero .que si
logras meterte en la historia ... es ya como otra vida,,. La experiencia es
imborrable. Alguien dirá que nunca olvidará a la profesora que le hizo leer
la .La regenta. o memoriiar a García Lorca, o que le leyó por primera vez
poemas de este autor.
El perfil lector del joven en formación profesional está más marcado
por la oferta del mercado que por la institución escolar, aparentemente
desinteresada de la cuestión. Apuntan algunos jóvenes que en el instituto
ala lectura está abolida ... [los profesores] van con prisa, no tienen tiempo,
te dicen lo que hay que hacer de mecánica o de lo que sea y vale, mucha
teórica y poca práctica..
Nadie conserva el recuerdo de un profesor al que haya admirado.
Registro la opinión más negativa hacia el profesorado de cuantas expusie-
ron los jóvenes entrevistados:

[...1 el cambio de la egebe [educación general básica] al instituto


era muy grande... en efepé [formación profesional] topas con
malos profes, como personas, mala gente, te tratan como a la
chusma, como degeneraos. en plan leonera, a amaestrarnos, hala,
había [alumnos]buenos, regulares y malos, al final todos malos,
pasa lo que pasa y perdemos todos."

Tras declarar que leen más bien poco, los jóvenes citan las siguientes
tipologías de lectura:
Los periódicos, por lo general de carácter local. Van a los suple-
mentos juveniles -para escribirte con gente y para ver lo que hay en la
ciudad> como dirá Teresa, de 18 años. Y a las noticias socioculturales:
.sucesos, marujeos, revoltijos y un poco de economía Da' ver de qué va
todo e ~ t o x . ~ ~
Las revistas juveniles y los cómjcs. Para las chicas, la estrella es
Superpop. Los chicos declaran su gusto por cómics tales como El víbora,
El cuervo, y antes El Jueves que califican de werderoles, ácidos, agresi-
vos, con sexo, morbo, asesinatos, cosas muy fuertes, dibujos muy fuertes.
(Toño a sus 15 años).
Otros cómics que salen a colación y que se abandonan con la edad
son Conan el Bárbaro, El Capitán Tmeno y Corto Maltés, que pueden

" Tono. ha abandonado las estudios de formación profesional.


Isabel, 17 años.

(176)
adquirirse de segunda mano o prestarse entre amigos. Afirman, enérgica-
mente, que no leen ni Asterix ni Tin Tin, cómics populares entre los jóve-
nes de enseñanzas secundarias.
Los libros que leen con avidez son sobre todo de detectives, de miste-
rio y diarios de gente (imprecisa). Stephen Kng es un autor popular entre
ambos sexos. Los chicos citan además, las biografías de Napoleón, O s a r
Wilde, Marilyn Monroe y la reina Sofía. No recuerdan quién las escribió.
En este grupo de edad, y entre los sectores juveniles ligados a las
subculturas urbanas heavy y punk, aparecen ya los escritores de grofliti y
los reconocedores de su simbología y de los espacios privilegiados de su
despliegue. Unos y otros comparten, con algunos de los creadores juveni-
les integradores de las vanguardias artísticas y literarias de la polis, el goce
cifrado de quienes han intimado en la relación mural escritor-lector. Es
una complicidad de nombres de personas, de identificadores de territorios
y de pertenencias tribales. Tiene lugar en las paredes de la ciudad, en los
wáteres públicos de instituciones educativas, en los bares y en los túneles.
Tiene lugar allí donde aparecen las referencias a la cotidanidad de la vida
juvenil gregaria y peatonal. Se celebra el contacto más directo e interactivo
de comunicación, mediante estrategias de lectura, tachadura, subrayado,
agregación y puntuación de lo escrito.

Los lectores universitarios


La lectura de los jóvenes universitarios viene tamizada por las exi-
gencias de la carrera. Dejando de lado la lectura de manuales y apuntes,
en cuyo recuento no abundan, los jóvenes distinguen entre las lecturas
obligatorias, cuyo interés manifiesto las convierte en lecturas de tiempo
libre, y novelas que se van recomendando de unos a otros. La familia y los
amigos de universidad, que heredan muchas de sus aficiones de los profe-
sores de su especialidad, son las influencias más directas.

Una ávida lectora relata. sin vacilaciones, los libros que acaba de
sugerir a una compañera que quiere empezar a leer porque hasta
llegar a la universidad no se había dado cuenta de que en su casa
no leía nadie. l...]Le he dicho los que a mí me han gustado, no sé
pues, Cien años de soledad de García Márquez, La casa de los
espíritus y Eva Luna de Isabel Allende, La uieja sirena de José
Luis Sampedro, La sonrisa etnisca también suya, El muchacho
persa que es la historia de Alejandro Magno. no recuerdo el au-
tor.. El retrato de Donan Gray de Oscar Wilde, que además me
lo recomendaron y yo he seguido recomendándolo, no sé qué
más libros... de Javier Marías también he recomendado, este que
es tan dramático, la vida de una mujer: Ana Karenina, que a mí
me gustó pero a quien se lo recomendé no, El antropólogo Ino-
cente también. De Byce Echenique he recomendado El mundo
de Julius y La vida exagerada de Mariín Romaña. De Kafka La
metamorfosis, El castillo. iAhl El mundo de Sofía, bueno, este
me lo han recomendado a mí y yo lo he recomendado sin ni
siquiera habénnelo leído, pa' chula yo.
Y es que

te enteras de que un libro está bien por amigos. familiay porque a lo


mejor te enganchas con un autor y entonces sigues la trayectoria del
autor; por ejemplo con Isabel Allende, tras leer su primer libro empecé
a buscar otros de ella. o con Gabriel García Márquez. a ambos los he
conocido por mis padres. El retrato de Dorian Gray y los libros de
Bukowski que no me acaban de convencer, los conocí por gente de
M literatura. El muchacho persa me lo recomendó gente de historiazg
&
.-.-E
N
Otros libros más son mencionados, con un recuerdo centrado en los
a
,O
títulos y contenidos más que en los autores, lo que confirma que se acude
- al libro bien con voluntad evasora similar al visionado de una película y.
8
C
como decía Carlos, de 19 años, <<paragrabarte mejor la película que vis-
m ten. O como repetición del hábito escolar de leer los temas exigidos sin dar
importancia a las fuentes que los elaboraron d e lees el tema que te da el
profesor sin importarte de dónde lo ha sacado y vale,).Títulos evocados en
este contexto son El buscador de conchas, Caídos del cielo, Así termi-
nan los cuentos de Adán, La tabla de Flandes, única de estas obras
cuyo autor, Pérez Reverte, se recuerda. Todas ellas son escogidas como
lecturas nocturnas, salvadoras del stress acumulado con la lectura de apun-
tes. Los apuntes son indiscutibles culpables del cansancio que los universi-
tarios acumulan durante el día y causantes de su irreflexiva zambullida en
la televisión. &ando llegas a tu casa después de un dia de fotocopias, de
apuntes, de refritos, de manuales, no vas a seguir leyendo luego: te pones
a ver la tele, lo que te
Otras lecturas reconocidas por estos jóvenes son las de periódicos,
revistas y comics.
Los periódicos se hojean a saltos: la portada. las noticias locales, la
agenda de actividades urbanas y las páginas de cultura y espectáculos,
fundamentalmente el cine y la programación televisiva.
Si se profundiza un poco más en el tipo de noticias locales que inte-
resan, aparecen las de ecología, deporte -se mencionan varios-, actos
de protesta y festivales juveniles, convocatorias de excursiones o acampa-
das y las ofertas de viajes, reportajes de tradiciones locales y de sucesos en
el medio cercano. Hay cierta familiaridad con los cuadernillos culturales
de los periódicos: se nombra El país de las tentaciones y varios cuaderni-
llos semanales de los periódicos locales.
Las revistas que mencionan son ya especializadas,bien por los ámbi-
tos universitarios en los que se escriben -la relación entre escritores y
lectores es aquí cercana, se siguen los temas de las revistas con la atención
del aficionado dispuesto a la tertulia, al debate, a la opinión crítica- o
bien por los intereses Iúdicos, culturales y deportivos de los usuarios. Los
titulos más recurrentes son los de revistas de cine: Cinemanía, Fotogramas,
Imágenes de actualidad, Dirigida por, Fantastic Magazine. Dentro de
las especialidades minoritarias como el montañismo o la escalada se men-
ciona a Desnivel, y a Bricornanía en el bricolage. Se mencionan también
guías de viajes, revistas de ecología y de divulgación científica como Muy

a Paloma. 23 anos. estudiante de historia.


José Carlos, estudiante de derecho. 22 arios

(178)
interesante y revistas juveniles editadas por los centros de información
juveniles de los ayuntamientos; concretamente, en Zaragoza se cita el
Boletín del ClPAJ y la revista Avenida.
En cuanto a los cómics, todos los jóvenes reconocen haberlos leído
con verdadera fruición desde la infancia, junto con los tebeos. Dedico un
apartado al baúl de los recuerdos de quienes hoy, a mediados de 1997,
son universitarios o posuniversitarios. Pero Asterúc y fin Tin son, además
de recuerdo, lectura nocturna actual. La colección de Asterúc es la más
popular compañera de vigilia de los jóvenes españoles que la descubrie-
ron en su infancia.

Al fdo de la edad adulta. Las lecturas de los jóvenes de 25


a 30 años
Sabemos ya que la infancia es la gran edad lectora. Sabemos tam-
bién que las encuestas hechas a los españoles, así como las hechas a los
franceses, dan porcentajes de lectores juveniles superiores a los de lecto-
res adultos!' Las encuestas hechas a los jóvenes dan testimonio de que
este grupo de edad, de 25 a 30 años, recoge al universo lector más
amplio, aun más denso entre las mujeresJz Sin embargo, las indagacio-
nes hechas para escribir este artículo demuestran también que las y los
lectores de esta edad se autocalifican, con orgullo, como la generación de
la imagen. Al igual que sus predecesores, se definen como poco lectores e
incluso se enorgullecen de no leer. Sin embargo, imagen y texto se funden
en un caleidoscopio de estímulos que saltan con vivacidad a la menor
ocasión. Hemos encontrado pistas abundantes de una lectura, que ~istemá-
ticamente niegan quienes la practican. ¿Qué leen entonces los que dicen
que no leen?
Leen cosas diferentes según si sus antecedentes escolares les con-
dujeron a la universidad o a escuelas de formación profesional. Compar-
ten, sin embargo, su pesar por la formación escolar de su adolescencia,
que consideran frágil e incompleta, y comparten las tipologías de lectu-
ras. Todos leen periódicos, pocos libros, varias revistas y magacines y
algunos cómics. La diferencia está en las lecturas profesionales y en las
aficiones que podemos identificar como de culturas minoritarias.
Veamos lo que comparten.
En primer lugar, todos ellos recuerdan las lecturas -cultas., frag-
mentos de obras leídas durante los primeros años de su etapa escolar. Se
repiten los títulos del Quijote o de La Celestina, la poesía de Espronceda
o de García Lorca. Si bien disfrutaron con lo que leyeron, les supo a
poco. Creen que su educación literaria fue mínima y pobre, y a ello
achacan su dificultad actual de leer grandes novelas. Algunos confiesan
hacer serios esfuerzos por leer novela clásica, en la que incluyen a
Dostoyevski, al Quijote o a Vargas Uosa, pero la falta de disciplina lecto-
ra y la orientación actual de su habajo y hobbies les desaniman pronto
de continuar en este esfuerzo. Las frases .se te caen de las manos,, como
dirá una periodista o .tengo una espina clavada... lo poco que conozco,
lo poco que aguanto leyendo. como dirá un profesor o .pienso que los

Ari lo constata Juan D l a N i m w en su reciente estudio. (CIREC 1995).


Así lo reflejaJos6 Angel Bergua en el esiudio de los jóvenes aragoneses de 1993. (J. A.
BERGUA 1994).
autores del Quvote o de La Celestina debieron pasárselo bomba escri-
biendo, porque aquello tenía que ver con su entretenimiento, pero ahora
nuestros hobbies son otros,, como argumentará un ingeniero, son segui-
das de otras reflexiones sobre la importancia de adquirir hábitos de leer
dishutando. Afirman que la excitación de la niñez facilita la zambullida
en cualquier historia y en la aventura del héroe que la protagoniza. Y
suponen que, puesto que no se les ofreció la obra culturizadora como
aventura vital, ya no les queda sino experimentar da pesadez de la lectu-
ra que culturizan.
En segundo lugar, todos ellos reconocen su afición por la intriga, que
va derivando de la trama policial al misterio de la personalidad humana,
del sociodmma al psicodrama y del crimen policial a la serie negra. Como,
además, es rnás natural el descubrimiento de la novela por el cine que por
sus reseñas y críticas literarias, acostumbrados a los efectos especiales de
la película buscan en el texto literario sensaciones fuertes, directas, crudas:

[...] el exceso es lo que mola, a todos los jóvenes nos interesa lo


fantástico. eso es una cosa ... oha cosa es que lo fantástico sufre
una evolución también. Los que tenemos 30 años. hemos here-
dado una cultura de lo fantástico en literatura, en juegos, en crea-
ción, donde la fuerza estaba en la sugerencia. en el misterio.
integrar en lo cotidiano algo que podía ser distinto, tétrico. Y
luego, como lo fantástico es un cajón de sastre. ahí se integra
todo. el psicocrimen como en El silencio de los corderos. la
psicopatología, la serie negra, que es lo más negro del crimen,
con el humor negro. con reírse de lo más oscuro, la pérdida de
respelu a lo que encasilla y la provo~ación.~

En tercer lugar, reconocen el placer del impacto. Para lograrlo, vale


rnás una acumulación de gags y de dibujos e imágenes sensacionalistas
que una historia. De ahí la avidez por los cómics y los tebeos, que aumen-
tan su fuerza cuando son leídos y comentados en grupo.
En cuarto lugar, se reafirman en su deseo de reproducir en la ficción
la cotidaneidad de su vida diaria. El temor a las rupturas, y el deseo de
rescatar la permanencia y la familiaridad con los personajes, se obtienen
mediante la seriali~ación~ no mediante la prolongación de la trama en una
novela que, por muy larga que sea, siempre acaba.
Varios jóvenes han mostrado su afición a los relatos cortos, a los
episodios banales. que resuelven una historia sin obligar al lector a que-
brar la interacción con los héroes, ni a identificarse con grandes dramas
irresolubles. Prima lo familiar, lo local, lo cotidiano, .por el placer de vol-
ver a revivir la misma historia con la misma gente que ya conoces, en
distintos parajes y con coordenadas temporales y espaciales cambiante~v.~
El deseo de reproducir escenas cotidianas en su mundo de ficción y el
éxito televisivo de las series y telenovelas, han configurado la adicción de
los lectores juveniles a este tipo de relatos. El deseo d e vivir en la
cotidaneidad aventuras espectaculares, emociones fuertes, sensaciones
nuevas y placeres insospechados, de dar la vuelta a la cotidaneidad des-

= Carlos. publicista 30 años


" Nacho, abogado,28 años.
de la propia experiencia local, da lugar a la producción de magacines y
fanzines, avivadores del libre pensamiento de la polis.
No ha pasado desapercibido a los jóvenes de 25 a 3 0 años el cómic
japonés, que .integra con éxito erotismo y acción. y reactiva su impacto y
atracción con el video. Bien es cierto que los comics son populares en
esta generación a consecuencia de un gusto adquirido en la adolescen-
cia. También lo es que el mercado editorial del comic ha logrado grandes
progresos, en una oferta amplia en posibilidades de evasión múltiple:
*por el exorcismo, la borrachera. el sexo duro, el escándalo, el culto al
vicio, al placer visual de las imágenes, que se suman a otros placeres
como los que producen [en las clases altas] las cocaínas y las drogas de
diseño de 30 años para arriba, las petas en las clases bajas de 20 a 30

En quinto lugar, hay cierta unanimidad en los ambientes juveniles de


este grupo generacional en declarar su distanciamiento de la ética, la
estética y la pasión política de los adultos: dirán que les cansa la hipocre-
sía social burguesa, los destapes de los adultosx y que a la gente .a nivel de
autor literario, se la suda el discurso político y pasa de reducir el arte y la
literatura a la p0lítican.3~
A la popularidad del comic de producción japonesa, americana y
europea, se incorpora la creciente popularidad del cómic nacional y la
ebullición de los fanzines nacionales y locales, todos ellos productos ur-
banos a cuya confección se dedican, con especial fmiáón, jóvenes uanguar-
distas y resistentes de esta generación.
Por último, hay un general reconocimiento de la opacidad en la que
sume una vida laboral precaria y rotativa, cada vez más inmersa en la
historia interminable de un papeleo que obliga a escribir y leer materiales
administrativos,rellenar formularios y entender solicitudes. Estos constitu-
yen una eficaz vacuna contra la lectura, como lo resume bien un joven
rotador: cal cabo del día hay que leer tanta materia gris que cuando aca-
bas tu trabajo, lo último que quieres es ponerte a leer otra vez. .. y para
irte a la cama buscas algo intrascendente como Rosamunda Pilcherx.3'
La declaración de que leen más bien poco se ilustra con las siguien-
tes tipologías de lectura:
De los periódicos, por lo general de carácter local. Leen los suple-
mentos, las noticias socioculturales y las deportivas. En este grupo
generacional aparece, por primera vez, el diario deportivo Marca. Apare-
ce también la rebelión contra la manipulación de los m a s media:

yo repaso 3 o 4 periódicos diariamente, me paro solo en lo que me


interesa,la cultura,lo internacional y lo local ... primero cojo Elmun-
do en el desayuno y en el trabajo El heraldo y El pais y en materia
cultural el ABC... busco fuentes, me interesa cómo se aborda la real¡-
dad, estar informado,encontrar algo...sé que los medios tienen inte-
reses comerciales. políticos y económicos,sé que es difícil estar infor-
mado sin que te mediaticen, reviso para que no me mediaticen."

" Alfonw, químico, 29 anos.


Toño. albañil. 27 anos.
Alhedo. profesor temporal. 29 años.
Carlos,publicista. 30 anos.
De las revistas del corazón, que según ellos compran las madres,
hermanas y abuelas y leen en sus horas de ocio familiar. Las más conoci-
das son Hola y Diez minutos.
De los libros que ya han sido probados por otros: los bestsellers y los
que triunfaron en el cine: .la experiencia vital que transmiten las obras, eso
me gusta. Si me gusta la pelicula voy al libro, para recrear. Se vende
mucho en uips la adaptación literaria, el guión literario de una pelicula~."
Sobresalen los nombres de Vázquez Montalbán, José Luis Sampedro,
Stephen King, Gabriel Garcia Márquez e Isabel Allende. Sobresalen tam-
bién, entre los jóvenes vanguardistas, Julio Cortázar y Humberto Eco.
Estos jóvenes adquieren las ofertas culturales de las tiendas
multicompra tipo uips y stypho, buenas obras que han quedado y que van
dando cuerpo a la biblioteca especializada de cada aficionado. Se apro-
vechan las ofertas hechas .por las buenas librerías de la ciudad, con
buen sewicio al cliente>,como dirá una escaladora, ,<queofrecen lo que
busco, el couché, la sobriedad, la buena impresión. la letra bella, el dise-
60. como dirá un impresor, *que ofrecen saldos de obras clásicas y edi-
ciones muy baratas de la literatura mundialx como dirá una joven
desempleada y trabajadora voluntaria de mil causas.
Compras recientes en esta línea han sido: guiones de películas. co-
lecciones de arte, biografias de cantantes y directores de cine y libros de
viajes.
Leen poca poesía. Para hacerlo, esta debe proceder de libros de
poesía .muy cortita..
Leen revistas culturales, sobre todo de cine y música, adaptaciones
literarias de peliculas, revistas de información. Además de las menciona-
das por los universitarios, aparecen aquí Cahiers du Cinéma, Positif,
Fantastic Magazine, Acción Mutante, Blanco y Negro y semanarios de
periódicos diversos.
Leen también publicaciones especializadas, cuyo atractivo deriva
de su contenido, pero que cuentan además con el estimulo de su gratuidad
y fácil acceso, precisamente en las zonas de ocio urbano: bares y pubs,
frecuentados por personas que comparten las mismas aficiones culturales.
Algunas de estas publicaciones son de crítica política, otras tienen carácter
musical-cultural vanguardista o disolvente de la cultura burguesa! y las hay
también de nueva imagen y nuevo diseño.
Estas tipologías cuentan con diferentes títulos según las ciudades.
Puedo poner algunos ejemplos. En la ciudad desde la que escriboq0se
vende el periódico semanal El siete de Aragón y se distribuyen las publi-
caciones musicales-culturales tipo fanzine (gratuitas" ) El pez que todo lo
ue, El hombre eléctrico y El planeta. Las dos primeras se hacen en
Zaragoza, proviniendo la segunda de un barrio mral donde los hijos de la
clase obrera que la publican desean provocar cambios en la cultura musi-
cal impuesta por las clases medias; la tercera, juvenil, se hace en Pamplona

" Juana. fotógrafa. 27 años.


Escñbodesde la ciudad dezaragoza.
" Es decir. mantenidas por las casas publicitarias de productos de consumo juvenil:. Se
bata de resistenciasjuveniles que invitan a bayos y comercios, a instihiciones pceblius
y privadas. a financiarles y que además recogen algunos apoyosen el libre mercado.
y en Zaragoza. Y se venden las publicaciones musicales-culturales Mono
gráfico, que se hace en Burgos y La buceadora, divulgada en ámbito
nacional.
Los comics que salen a colación entre jóvenes trabajadores, todos
ellos con formación profesional completa o incompleta, son: de revulsivo
sociopolítico, como el Víbora - q u e tuvo su apogeo en los anos ochenta .-;
igl
tras la muerte de Franco-, eróticos, como Kiss y X de hastío vital como o:
i c i
la colección Brut, que refleja la desgana del joven dueno de un tiempo I
devaluado. g",
Oi
Hay un reconocimiento generalizado del éxito de los comics, incluso 16
entre quienes no los leen; éxito que deriva de su autoría. Los comics son !$'
obra de gente adulta, con sensibilidad existencia1 y artística cercana a la 2O> ! i
juvenil: .gente que se lo ha currado mucho, gente adulta que se conserva m,
joven y que tiene conexión con los mundos vitales de la gente joven, y que ,,$!
tiene buen hacer profesional.. Se recuerda con afecto y admiración a Luis :?,
i*:
Hoyos, u n o de los cinco ilustradores de comics mundiales, habitante L,
silencioso de la ciudad de Z a r a g o ~ a n . ~ ~
Por el contrario, los magacines son creaciones de la propia genera-
ción: dos hacen enfantc terribles, con productos espectaculares que cuen-
tan con la gente de su generación y que buscan la provocación, a la dere-
cha y a la izquierda pero con exigencia de
Y los graffti son subculturales dentro de la propia condición juvenil:
.el graffiti es de ciertas clases sociales y de ciertas identidades, un punto
heavy, se miran al pasar, es una provocación con significado, pero la
gente pasa de significad os,^^^
Y desde la etapa universitaria - q u e es fundamentalmente de lectu-
ra- y la posuniversitaria 4 n la que encontramos a jóvenes escritores de
ensayos nunca publicados y de magacines, fanzines y revistas que empie-
zan a circular en el ámbito juvenil- se rernemora el pasado adolescente e
infantil con recuerdos claros de las lecturas que más gustaron.

La añoranza juvenii de l a s primeras lecturas. Mirando


en el baúl de los recuerdos
¿Cuáles son las lecturas que los jóvenes mayores de 21 años regis-
tran ya como parte de su memoria adolescente?
Archivados como material escolar sacro, es decir, como obras que no
pueden ser regaladas, vendidas, quemadas en la hoguera o tiradas a la
basura, se encuentran los libros que contienen fragmentos de literatura,
los de poemas y los atlas escolares. Los manuales y libros de texto ya han
corrido alguna de estas suertes, también la .casquería. de las revistas del
corazón.
Guardados para la biblioteca del coleccionista, o para el usufmdo de
otros familiares o amigos infantiles, aparecen las colecciones editoriales
Los cinco de Enid Blyton, Los Hollister, Los tres investigadores de Alfred

Carlos. economista,30 años.


a José Luis. fisico.30 años.
" Pedro Luis, fotógrafo. 29 años.
Hitchcock, Las torres de Malloy, Las mellizas O 'Sullivan, las series de
colores (colores distintivos según la edad) de la colección de Gran Angular
-los títulos evocados con mayor emoción son Los mochuelos y Los esca-
rabajos vuelan al atardecer de María Gripe-. Recuerdan la idea del
Club Aventura, en el que uno elige su propia aventura, pero no les acaba-
ba de convencer. Y no olvidan a la editorial Alfaguara y sus obras atracti-
, !' vas, Momo de Michel Ende, es una de ellas. Los tebeos más populares
i, . i $
son los de Mortadelo y Filemón.
9c1 ,
'
VY En cuanto a los comics:
.-E .
.- &tos jóvenes leían a escondidas de padres y maestros, por su atrac-
.N
1%. tiva invitación a la burla de sí mismos y de las convenciones sociales de la
.si
'3!
clase media urbana, cómics como Maquinauaja, Historias de la puta
. Mili, Pedoman, La patrulla X y El jueues. Todas ellas son visiones popula-
.S ! res de la irrelevante integración a un medio social generador de su propia
l
; desadaptación. El hombre nuevo está relacionado con el mundo homo-
S .l sexual y Hueum de toro es una burla del machismo. Las mujeres recuerdan
las viñetas de Mamen, la mujer que, en tono cómico, intenta convertirse
en la supermujer que responda a todas las expectativas del género mas-
culino.
Adquiridos por padres y familiares, entraron a su infancia para no
abandonarles más Asterix y En Tin. Comprados o prestados de sus co-
etáneos, recuerdan a Los Marble y al Súper López.
Ya en su adolescencia descubrieron El Corsario de Hierro, Spider-
man y el primer Batman, cuyo brillo nunca fue apagado por Superman.
Puestos a pensar sobre las razones del corazón que hicieron tan atracti-
vos a los tres primeros y tan poco al cuarto, afloran en la dinámica
conversacional del grupo de discusión algunos porqués.
El Corsario de Hierro resultaba atractivo porque integraba muy bien
el género de aventuras, el perfil de los personajes - d e cierta complejidad
psicológica- y un argumento ameno: .te lo tenías que currar mucho... a
nivel de imagen era todo muy claro, una página azul y el fondo todo ver-
de ... había muchas licencias cromáticas*.
Spiderman lo era por

[...] identificación adolescente con el héroe ...la figura de Drácula ...


la iconografía de Drácula y el superhéroe de Spiderman... no sé
por qué. sin analizarlo pero te seduce un mundo de fantasía... lo
tiene todo ... vence a los villanos. tiene a la chica. trabaja en un
periódico, tiene unos combates fantásticos y la vida que tiene
Peter Parker, que es el Spiderman. era tu vida ... era en blanco y
negro y era muy bonito . . a los 13 anos empezaron a salir los
muñequitos y tenerlos era la hostia.

Y Superman no. No se sabe bien por qué, tal vez <<porque es el que
viene de las estrellas, viene adoptado, es igual que el Cristo de los católi-
cos, lo mismo que ET que viene de fuera, igual que La guerra de las
galaxias, una cultura muy fuerte de venir de fuera... menos interesante
[...]D."

Carlos. publicista. 30 anos.


Frente a los convencionales rojos y azules de Superman, la belleza
del negro del Hombre Araña. Frente al hombre superlativo,
-
l...]el tío normalque tiene un accidente y descubre unos poderesespe-
ciales pero que no san nada fuera de lo normal. L como tú,sube a los
rascacielos con una tela de araña y tiene su debilidad como mortal...
no lo había pensado pero es más normal ... Es decir que vive con sus
recursos, que son pocos, pero activados con su imaginación e inge-
nio. Tiene además un punto gótico, su perfil más vampírico....

Y a estos jóvenes les atraen los comics que reproducen el sueño de


una identidad romántica, .que fusione en tu vida amor y muerte,4' el vivir
de una existencia que toca el fondo de las cosas, de vivir la épica de luchar
contra la adversidad, con lirismo. Bebo vino, entro a mi morada ... el Drácula
de los setenta, de la Hammer, hecho con pocos recursos..
Dicen los jóvenes treintañeros que la generación que ha cultivado
una cierta vida intelectual, que es la de los sesenta, ha vivido impresionada
con la heroicidad construida sobre pocos recursos, la proyección al mito
desde la cotidaneidad.
Si la generación anterior era hippie, la suya está comprometida con
la innovación cultural y la tecnología: wosotros nos movemos entre el pro-
gresismo intelectual y la cultura tecnológica ... la capacidad de apretar el
botón, la tecnología, el individualismo y todo eso del informe Petran. Y la
siguiente generación .entra de lleno en la actual mezcla del cine, el orde-
nador, la videoconferencia, el videoclip, y el mero circ0,>.4~ Entre la sobrie-
dad d e la cultura literaria y el mero circo, hay un largo tránsito
intergeneracional de juego enmascarado que busca hacer soportable la
realidad. La máscara del rol adulto que todos acaban adquiriendo oculta
los misterios de la personalidad social, que se acrisola en la lucha íntima
contra la adversidad de hacerse lugar en un mundo de recursos escasos y
ya apropiados por otros.
Sin embargo, las últimas entregas de Bairnan son ya un producto
comercial descafeinado, o en sus propias palabras, .una puta mierdaa que
intenta abarcar desde los niños de 4 anos hasta los adultos de 30. Si sirve
para todos, es mero ejercicio circense. Ya no nutre las fantasías del des-
pertar de la infancia.
Algunos de sus temores despertaron con el pesimismo declarado de
la generación X. La novela Historias del Kronen es una de las peores
experiencias de la lectura adolescente de algunos de los jóvenes entrevis-
tados, por su reflejo de una juventud desesperanzada y corroída en su
propia miseria, desproyectada e inerme. Reflexiona una joven sobre el
mensaje de fin de siglo, vacío deideas y de historia, que se transmite
desde el mundo de los mayores y se pregunta si los adultos han intentado
alguna vez averiguar cómo puede reaccionar un joven ante tal mensaje.
No hay respuesta unánime a la pregunta. Pero, en lo que se refiere

"" César, periodista.30 años.


Apuntan miembros de esta generación.que el culto al sueiio de personificarun héroe
romántico. se apoya en procesos de introspección.No tiene nada que ver wn Alaska.
figura en negros y morados que representa conductas m6s bien extravertidas desde su
lanzamiento por lar grandes firmasdel &Lo.
" Un portavoz de un grupo muy coherionado en su opinión.
al gusto lector, hay evidencias de que el pesimismo existencia1 activa el
gusto por lo lúgubre, que .es propio de los tiempos de crisis, tiempos
oscuros, negros, que hacen que valores más la gota de felicidad, las gotas
de evasión que tienes con experiencias fuertes, para poner en la vida esas
gotas de mal, de tánatos y esas c ~ s i t a s nSe
. ~ ~trata de un género altamen-
te gratificante, sostienen, cuando no se confunde la ficción con la realidad.
i
i :
I
2

, L:u ;
1
pl Los lugares de la lectura
.-E
.-
Los lugares de la lectura son variados y múltiples. Los adolescentes y
jóvenes menores de 20 años los recuerdan con precisión, los mayores les
dan menos importancia. Los lugares de los primeros están divididos entre
el .afuera. y el .adentro. de la casa familiar. El <<afuera))
de los estudiantes
se compone de las salas de lectura de las bibliotecas escolares, universita-
rias y ciudadanas, a las que se va a estudiar con los amigos, y también del
parque y la piscina. Los jóvenes posuniversitarios evocan sus lugares
vacacionales: montañas, acantilados y playas.
Dentro de la casa, la cama es el lugar perfecto para la evasión, para
meterse de lleno en una historia sin la interrupción de los adultos, como
dirán los quinceañeros; el lugar del silencio y del ensueño, como dirán los
mayores. Con la edad llega también el descubrimiento del orejero y del
sillón de la sala familiar, que ya forma parte del propio espacio.
Las horas de lectura en las bibliotecas son escasas, y el préstamo
más habitual que la compra. Algún joven reconoce el placer de la lectura
escondida por entre los anaqueles de las librerías, en la mayor parte de los
casos con la complicidad de los libreros o dependientes, que -hacen como
si no se dan cuenta o que te dicen que han cambiado los libros de sitio y te
indican dónde los tienes..iO

Y así lo contaron estos jóvenes espm-oles


de fin de sjglo

De cuanto contaron los jóvenes entrevistados y de cuanto dijeron los


adultos más cercanos a la actividad lectora juvenil, pueden extraerse algu-
nas conclusiones. tan poco definitivas como la edad que a todos nos altera,
pero proveedoras de suficientes pistas para entender las aficiones del mo-
mento y las trayectorias vitales por las que estos jóvenes han llegado a
adquirirlas.
Nos queda claro que los jóvenes concilian fácilmente lo que los de-
más dicen que debe hacerse con lo que ellos deciden hacer. Hay un prin-
cipio motor de sus prácticas, el principio del placer, a cuyos deleites acu-
den. La invitación a la lectura que se les cursa, desde la institución escolar
y desde el mercado, es aceptada siempre. Como son voraces o b s e ~ a d o -
res de su entorno, reconocen fácilmente las razones que se esconden tras
la invitación de cada cual y responden a ellas, con desigual entusiasmo

Carlos, economista, 30 arios.


Antonio, albaiiil, 27 arios.
pero sin bajar la guardia. Se saben juzgados y se someten al juicio con la
esperanza de que les sea favorable.
Así, reconocen que leer es cosa de gente culta. Sabedores de que
formar parte del gmpo de los cultos es moralmente bueno y descubridores
natos de los placeres de la vida, seleccionan de la lectura culta la que les
es placentera. La leen y la declaran.
Y no declaran como lectura el texto de dudosa reputación. Pero se lo
saben de memoria y lo comentan entre sí.
De esta manera, es lectura la que produce el placer cuyo goce está
legitimado por la cultura. Y como la cultura se consmiye en base a prác-
ticas colectivas - e s decir, costumbres, tradiciones y comportamientos que
dan sentido a la vida gregaria- hemos identificado territorios de prácticas
juveniles, espacios de sociabilidad cuidadosamente vigilados por la socie-
dad que todo lo controla, y donde impera el modelo cultural vigente. Por
ello son espacios ricos en guiíios, en subversiones carnavalescas, en desca-
ros y en resistencias.
Desde estos espacios, los jóvenes leen lo que el mercado les marca
con el sello de La distinción social: distinción de gente culta, de gmpo de
coetáneos, de club de aficionados, de comunidad de iniciados. Y escriben
lo que pueden, mediante la negociación de costes y precios con las agen-
cias publicitarias y con los grupos editoriales cercanos al mundo juvenil.
Pero requieren de guías expertos en la búsqueda de los libros que
responden a las propias preguntas, y de espacios privilegiados para alma-
cenar los tesoros hallados. Y los mejores guías son los profesores, que
invitan a la lectura en el aula escolar. Lo crean o no, son quienes enseiian
a leer. Y porque se comienza a leer en el colegio y porque los padres y los
abuelos no leían tanto, aquellos tienen en sus manos, más que nadie, la
gran oportunidad de hacer oír en el aula escolar esos bellos y apasionantes
relatos que imprimen sus huellas cuando aún no se ha entrado al frenesí
de la concurrencia universitaria y/o laboral.
Solo cuando se adquiere el estatus de clase media urbana, que
favorece la escolarización obligatoria, se gana el espacio y el tiempo para
leer. De ahí que los jóvenes lean más que los adultos y que los adultos ya
iniciados en la pasión por la lectura ocupen, si lo desean, un lugar de
ascendencia y de revelación.
Bien es cierto que el libro tradicionalmente es sugerencia, mientras
que la televisión y el cine son evidencias, muestras o shows. Es por ello
que muchas de las obras que ahora se escriben, contagiadas de la capa-
cidad de recrear la realidad que ostentan los medios audiovisuales, adop-
tan nuevas formas de seducción. La invitación a imaginar que cursa
quien describe se combina, cada vez más, con la fuerza de las imágenes
literarias, Logradas por la cmdeza de las historias que se reLatan, y por la
originalidad y violencia de las palabras que se emplean. Y para entender
el efectismo de la literatura que aficiona a los jóvenes actuales, conviene
leer los mensajes de futuro que les bombardean. Todos los caminos con-
ducen al presente, a la quiebra del proyecto de futuro. Si se les ofrece
puestos laborales se les dice que son de corta duración. El aquí y el ahora
puede durar algo así como dos meses, un mes, un par de semanas. Se les
enseña a prepararse para ser flexibles, para vivir la fragmentación social
y para rotar sus habilidades por donde se mueva la noria. No viven
precisamente en un mundo de sutilezas, sino de manifestaciones claras y
contundentes de que se les quiere despiertos, vigilantes, rápidos y efica-
ces. Se les quiere efímeros. Ellos son el objeto del zapping de los
empleadores y el sujeto del videoclip de los entrenadores o formadores
para el mercado laboral.
Y el libro, amigo entraiiable y fiel de todas las épocas, sigue dando
saltos hacia adelante para llegar a estos jóvenes lectores en la forma ca-
paz de acaparar su atención.
Y para conocer cuál es esta forma, conviene leer las novelas escri-
tas por jóvenes, los magacines y fanzines de las vanguardias literarias y
de las corrientes contraculturales, que se despliegan por territorio libre de
la mirada adulta. También los videolibros, los cómics, las obras cultura-
les de oferta en las grandes superficies comerciales y en las librerías, que
exponen a la mirada grandes espacios, siempre cambiantes. de luz y de
color. iY qué importantes son en esta sociedad virtual los grandes espa-
cios urbanos de exposición de mercancías! Por doquier se reciben cartas
de invitación al disfmte inmediato. Triunfa lo indefinido, se exaltan los
sentidos, se invita a vivir la vida libre de ataduras, los amores sin sacrifi-
cio, el negro humor. El mensaje es breve, efectivo, chispeante. como el
zapping televisivo y como el videoclip social.
Y como solo se transgrede lo que se propone como norma, y como
los jóvenes siguen siendo la mirada más vigorosa y radiante de todas las
generaciones, habrá que seguir atentos a todas estas normas, para ver
quién le pone el cascabel -y qué cascabel se le pone- al gato.
A juzgar por las respuestas juveniles, parece más correcta la inter-
pretación positiva del progreso, aquella que defiende la indestructibilidad
de la palabra (como decía Ray Loriga en una conferencia reciente5'), su
poder de saltar a las páginas del libro, al cine, al video, al ordenador, al
disco, al arte conceptual. Nos adentramos en un siglo X X I de cultura oudio-
scripto-uisuol que aprecia del libro su inmutabilidad. A fin de cuentas, y
gracias a las medidas contra incendios, el libro puede amarillear en los
anaqueles de las bibliotecas mientras el virus informático destruye el disco
y se desvanece con el sol el mensaje enviado por fax.

'. ~ -.. ..... >...


,... ..
r
,. -2
.,
i

Bibliografia citada

BAUDRILLARD, Jean
1980 [1979] El intercambio simbólico y la muerte. Caracas:Monte Ávila Editores.

BERGUA, J. Ángel
1994 .Los hábitos de la lectura.. En Angela López Jiménez, (dir.):1993. Lo
juventud en Aragón. vol. 2. Zaragoza: Diputación General de Aragón.
Departamento de Educación y Cultura. Dirección General de la Juventud.

CALVINO. halo
1987 [19841 Colección de Arena. Madrid, Alianza Editorial.

'' Ciudadde Zaragoza. mayo de 1997.

(188)
ClRES
1995 Hábitos de lectura. Juan Diez Nicolás (dir.).~ a d " d :BBV.

ECO, Umberto
1985 El nombre de la rosa. Barcelona: Lumen

GARC~APADRINO, Jaime
1992 La literatura infantil en la sociedad española d e la transición de
siglo (1885-1905). Madrid: Fundación Germán Sanchez Ruipérez.

GAR~,Juan
1995 La conuenación mural. Ensayo para una lectum del graffiti. Madrid:
Fundesco.

GERVILLA, Enrique
1993 Postmodernidad y educación. Valores y cultura d e los jóvenes.
Madrid: Dykynson.

HAYNES, Richard
1995 The football Imagination. England, Arena

IÁZARO CARRETER, Fernando


1991 alntroducción: Entre dos galaxias: cultura del libro, cultura audiovisualm.
En Fernando Lázaro Carreter (coord.). Lo cultura del libro. Madrid:
Fundación Germán Sanchez Ruipérez.

LÓPEZ JIMÉNEZ,Ángela
19% .Ritos socialesde paso y liturgiasjuveniles de esperan. En Díaz de Salazar
y Giner S. (comp.).k m a s modernas de religión. Madrid: Alianza Editorial.

1994b 11993)Lajuuentud en Aragón. 2 vols. Zaragoza: Diputación General de h g 6 n .


Depaitamentode Educación y Cultura. Dirección Generai de la Juventud.

VlDAL BENEYTO. José


1991 "La guerra del libro no tendrá lugar*. Fernando Lázaro Carreter (coord.).
En Lo cultura del libro, Madrid: Fundación Germán Sanchez Ruipérez.
relaciones de género en las
familias de sectores altos de Lima

liuba kogan

L
Los estudios sobre los sectores
socioeconómicos altos de Lima
En el Pení, Los estudios sociales sobre los .sectoms dominanteses.han sido
numéricamente muy escaso (Kogan 1996)Aquellos que se propusieron abor-
dar los fenómenos culturales dentro de este sector, lo son aún más. La mayor
parte de estudios sobre nsectores dominantes. se han generado desde un enfo-
que histórico-económico,e induso desde una perspectiva periodística (Malpica
1967 y 1990).La falta de un Corpus producto de la investigación social, ha
llevado a algunos investigadores a recurrir a fuentesliterarias que representan
aspectos de la sociedad limeña de sectores altos (Barrig 1996).
No solo son escasos los estudios sobre los *sectoresaltos,, sino también
relativamente recientes. Las razones que explican el desinterés de los científi-
cos sociales por su estudio son diversas. De un lado, en el Perú la sociología
necesitó justificaciones morales y políticas para validar ideológicamente sus
objetos de estudio, por lo que hasta inicios de los años noventa las investiga-
cionesse habían centrado en los sectores populares (Rochabrún 1996).De
otra parte, un argumento utilizado para desdeñar el estudio de los .sectores
dominantes* fue el de que se trataba de una minoría estadística y por tanto,
la necesidad era desarrollar investigaciones sobre las mayorías pobres del
país; en gran medida, porque existía financiamientoextranjero para desarro-
llar estudios que devinieran en la aplicación de políticas de promoción del
desarrollo.
Hacia finales de los años ochenta, la perspectiva teórica del mundode
la uido y los estudios sobre género, coadyuvaron a ampliar el objeto de estu-
dio de la sociología en el Perú. A pesar de que se produjo un vuelco interesan-
te en las investigaciones -desde los trabajos estructurales de la sociedad
hasta los estudios desde las perspectivas de los actores sociales-, las que
se hicieron sobre los <<sectoresdominantes. fueron numéricamente reduci-
das. Una de las explicaciones de este fenómeno podría ser la dificultad que
hubo, en una docena de años marcada por la violencia terrorista, para
acceder y estudiar a este sector social, sobre todo debido a la negativa de
sus miembros para brindar información por razones de seguridad.
Un elemento adicional que hace difícil el acercamiento al estudio de
los .sectores dominantes. en el caso peruano hoy, es que resultan insufi-
cientes o difíciles de aplicar tout court los conceptos de clase social, estra-
to, elite o nivel socioeconómico para analizar la diferenciación social en
un contexto que ha cambiado rápida y sustantivamente en las últimas
décadas. Si bien se han producido importantes transformaciones que
han descentrado a la clase dominante en tanto no conserva de manera
simétrica el poder económico y político, sigue conservando poder y sobre
todo presencia como grupo dominante en términos de elite. El sector alto,
numéricamente muy pequerio, sigue representando y representándose sim-
bólicamente como grupo dominante en un país mayoritariamente pobre
y sin la tensión u oposición de un sector medio casi desaparecido. Por
ello, si bien el entorno político y económico ha cambiado en el país, ello
no ha tocado significativamente la posibilidad de representación simbóli-
ca del sector alto como un grupo conservador, excluyente y exclusivo.
Algunas instituciones, como los colegios privados religiosos, los clubes
sociales o los lugares de esparcimiento exclusivos de este sector, permiten
sustentar y reproducir las relaciones de género en el estrato alto de Lima.
Enconiramos, entonces, un sector alto conservador desde el punto de
vista de las relaciones de género, aunque .puesto al día. respecto de las repre-
sentaciones simbólicas de los años cincuenta. Conviven de un lado las insti-
tuciones educativas y sociales tradicionales, a la par que los medios d e
comunicación y la sociedad de la información barnizan con una cierta
modernidad las relaciones sociales en este sector socioeconómico, que
ha logrado marcar simbólica y sofisticadamente sus diferencias sociales.
Nuestra hipótesis es que si bien se han producido cambios sociales,
políticos y económicos importantes en la sociedad limeña, ello no ha trans-
formado significativamente las relaciones de género en este sector social. Si
bien hay cambios, estos parecen darse a nivel de cierta modernización, mas
no de relaciones de género. El nivel prescriptivo de los valores parece no
haberse modificado, aunque en la vida cotidiana las personas de este sector
social tengan más facilidades de transgredirlos. Por ejemplo, la virginidad
sigue siendo un valor importante. aunque se aceptan las relaciones sexuales
de las hijas con el novio con el que ya se encuentran comprometidas. Otro
ejemplo podría encontrarse en el hecho de que las mujeres estudian carreras
universitarias, pero las abandonan al casarse y10 al tener el primer hijo. Aquellas
pocas mujeres de este sedor social que destacan como técnicas de primer
nivel son solteras, y aquellas casadas que trabajan -si trabajan- lo hacen
como pasatiempo y apuntan que el esposo es el proveedor económico de la
familia.
Nuestra segunda hipótesis es que muchos sectores sociales de muevos
ricos. que han sufrido un proceso de movilidad social ascendente han inten-
tado formar parte del sector alto tradicional a partir de la adopción de los
valores y el estilo de vida de los ricos tradicionales, proceso que se produce a
través del acceso de los hijos a colegios tradicionales y por alianzas ma-
trimoniales. Por ello, la imagen de los sectores dominantes en el Pení
podría compararse con la de un mosaico, producto del origen étnico de
sus miembros, del génesis y tamaño de las fortunas familiares.

Los diversos orígenes del «sector altor de Lima


Es preciso contextualizarhistóricamente el génesis de las grandes fortu-
nas de los -aruvos
. aue conforman el sector socioeconómico alto de Lima.
Para empezar, señalemos que las familias de este sector en el Perú se encuen-
tran fuertemente concentradas en Lima Metropolitana, por lo que hablar de
La clase alta d e Lima resulta en sí mismo un asunto irrelevant-e. Para 1997
(Apoyo 1997)' solo el 1,3% de las familias peruanas forma el sector alto y
medio-alto del país. En Lima Metropolitana se concentra el 96% de estas
familias. El 4% restante se concentra en otras pocas ciudades del país. Las
familias del sector alto en Lima Metropolitana -excluyendo a aquellas del
sector medio-alto- representan tan solo el 1% de las familias limeñas. En
resumen, el sector socioeconómico alto y medio-alto se halla fuertemente
concentrado en la capital del país, siendo el sector alto-alto el más pequeno.
-
En lo aue resuecta a la aénesis de las fortunas aue dan sustento al
sector alto de Lima, podemos identificar un grupo de familias cuya fortuna
es resultado de la propiedad patrimonial de la tierra, que es herencia colonial
hispánica. Esta *vieja. oligarquía -conformada principalmente por terrate-
nientes tradicionales- tuvo una presencia casi monopólica como sinónimo
de clase alta (en términos sociales, políticos y económicos), hasta los años
cincuenta (Burga y Flores Galindo 1987).
Otro sector importante de la clase alta está conformado por familias de
origen europeo (principalmente italianas, inglesas, españolas y alemanas)
cuyos patriarcas migraron hacia el Perú en la última década del siglo xix y
primera del siglo xx (Castillo 1992).A diferencia de la gran oligarquía, en
general se trata de familias que iniciaron sus fortunas en la manufactura, el
comercio y la banca. Es decir, en actividades ligadas al ámbito urbano. Estas
grandes familias crecieron en lo económico aprovechando estratégicamente
los procesos de urbanización y modernización de la capital peruana, hasta
convertirse, unas décadas más tarde, en grandes grupos de poder económico
(ibidem). Este fenómeno modernizador de la sociedad se consolidó con la
aplicación del modelo económico de sustitución de importaciones recomen-
dado por la CEPAL a inicios de la década de los sesenta.
La estocada final que permitió el ocaso político de la oligarquía y el
florecimiento de los grupos económicos de origen extranjero fue el gobierno
militar reformista de corte nacionalista y estatista de Juan Velasw Alvarado,
quien Negó al poder en 1968 mediante un golpe de Estado. Las reformas que
implantó terminaron por descomponer el poder de la antigua oligarquía terra-
teniente a favor de los grupos económicos, que accedieron a la propiedad de
complejos productivos y grandes empresas de diversos sectores de la eco-

' APOYO. Niveles Socio Económicos en la Gran Limo. APOYO Opinión y Merca-
do S.A., Lima, julio, 1997.

(193)
1 Porcentaje de familias según nivel socioeconómico en 1997
/ en Lima, resto urbano, ámbito rural y total del P ~ N

TQTAL lCí.0 im.0 1M.O ( im.0

:
ir !
Fuente:Apyo. Niwler w>cioemnómicor en lo Gron Limo. lima: Apoyo, Opinión y Mercado S A . julio
de 1997. p. 12.
D1
2
/ nornía -que hasta ese momento se encontraban en manos de capitalistas
i extranjeros gracias a la política de nacionalización de empresas.
i Entre 1968 y 1980, el Pení fue gobernado por regímenes militares
I
A
de facto. Si bien en 1980 se instauró la institucionalidad democrática, en
términos económicos ese año se inició la llamada .década perdida.
(Ugarteche 1997). Para el Perú y para América Latina, este fue un perio-
do de importante decrecimiento económico. Según la CEPAL, entre 1980
y 1985 América Latina tuvo un PBI per cápita de -0,6 %, mientras que
entre 1985 y 1990, esta cifra fue de -0,1% (CEPAL).
En el Perú, los gobiernos populistas establecieron varios modelos eco-
nómicos contradictorios en muy cortos periodos de tiempo. El surgimientoy
desarrollo de la violencia terrorista de Sendero Luminoso y del MRTA. el
fenómeno del narcotráfico y los desastres naturales llevaron al país a una
situación dramática en términos sociales, políticos y económicos. La anomia
generalizada caracter'ió los últimos años de la década de los ochenta: las
instituciones estatales se hallaban muy fuertemente deslegitimadas,mientras
la violencia reinaba con casi total libertad. En esta época los grandes actores
políticos y económicos fueron Sendero Luminoso y el MRTA, el ejército y el
narcotráfico. La década de los noventa se inaugura con el primer gobierno de
Alberto Fujimori, quien instaura un modelo económico de corte liberal y
eminentemente pragmático. El sistema partidario se encuentra totalmente
deslegitimado, lo que favorece la concentración del poder en la figura del
Presidente. En su segundo periodo, Fujimori gobierna en conjunción con los
militares. Esta década parece ver el nacimiento de nuevos grupos de poder:
los grupos económicos transnacionales y los gmpos ligados al Estado y a la
cúpula militar.
Desde la instalación del liberalismo por el gobierno de hjimori, pare-
cen haberse producido cambios significativos en el panorama visual del
sector alto de Lima. Las formas de vida se han hecho más cosmopolitas:
abundan los teléfonos celulares, proliferan los pubs y cafés, la publicidad
muestra estilos de vida de los aicos y famosos., están de moda los proble-
mas de la globalización y se consumen los productos de la sociedad de la
información. Sin embargo, los sectores socioeconómicos medio-bajo y bajo
- q u e representan aproximadamente el 80% de la población del país-
son más pobres. Es decir, la brecha entre los extremos de la sociedad
parece haberse ampliado en términos materiales y sobre todo, simbólicos
(Kogan 1996). Por ello, podríamos afirmar que la clase alta se ha distan-
ciado aún más en términos simbólicos y materiales del resto de la socie-
d3urguesían (Familia
.Década Fujimai
pérdida.
Nuevosgmpa
de poder:
G w

Ejérato presidente.
La cúpula
militar

dad. A la vez, se encuentra compuesta por un mosaico de grupos de


poder en descomposición, en transformación o en génesis que no tienen
simultáneamente poder económico y poder político.
Proponemos que los sedores altos, si los comparamos con los sec-
tores medio y popular, son los que menos se han transformado respecto
a las relaciones de género, a la luz de los cambios sociales de las últimas
décadas. En el sector medio parecen darse los cambios más importantes
en las relaciones de género. Coexisten vanos modelos de femineidad y de
masculinidad debido a la incorporación de las mujeres al ámbito educati-
vo superior y laboral, y aparece el trabajo como un medio d e
autorrealización para un buen grupo de mujeres. Fuller (1993 y 1996)
propone que

l...]
el trabajo actúa como un código de lectura privilegiado con el
cual las mujeres son convidadas a entender sus biografías y pro-
ponerse a si mismas como sujetos independientes en contraste
con el modelo tradicional centrado en el hogar y las relaciones
familiares. De esposas y madres deben convertirse en individuos y
profesionales.

De otra parte, los cambios en la masculinidad parecen resultado de los


cambios en las femineidades. A su vez, la educación de hijos e hbas es vista
como un medio privilegiado para impulsar el proceso de movilidad m i a l de la
familia, por lo que se alienta el estudio superior en las hijas. Lo que significa
que la transformación de las relaciones de género, en términos de moderniza-
ción, se consolida.
En los sectores populares encontramos que las mujeres siempre han
trabajado; sin embargo, lo han hecho en oficios simbólicamente poco
valorados o que representan muy bajos ingresos. Los estudios que se han
realizado sobre las relaciones de género en mujeres líderes de este sedor
social muestran cambios relativos. Las mujeres mayores -misantes y
con escaso nivel educativo- se desenvuelven dentro de familias muy
tradicionales, mientras las jóvenes - c o n mayores niveles educativos-
tienden a socializar a sus hijos de forma más igualitaria y a formar pare-
jas donde las relaciones son menos desiguales. Sin embargo, un gran
porcentaje de estas familias están jefaturadas por la mujer. La crisis eco-
, nómica que se ha vivido en los últimos arios parece haber coadyuvado a
i la valoración del aporte económico de la mujer. No obstante, los cambios
en las relaciones de género son desiguales en este sector social, marcado
oor la falta de o~ortunidades.
c
% Finalmente, en el sector alto limeno encontramos instituciones sociales
8 consewadoras que tienden a persistir con mucha fuerza (sobre todo los cole-
=-
a
gios) y de otra parte, propuestas modernizadoras planteadas por los medios
de comunicación. Estos últimos han impreso una cierta flexibilidad o barniz
de modernidad a este sector social, pero sin cambios sustantivos.

, ~ .- .
Una matriz para organizar los segmentos del sector
socioeconómico alto de Lima

Para realizar un estudio sobre las relaciones sociales en el sector alto


limeño es necesario tomar en cuenta su heterogeneidad interna. Por un
lado, tenemos un sector socioeconómico alto-alto conformado por aproxi-
madamente el 1%de las familias que son propietarias de grandes fortu-
n a ~ Del
. ~ otro lado se encuentran familias adineradas, que si bien no
poseen los niveles de riqueza de las anteriores. son consideradas parte
del sector alto. Los jefes de hogar de estas familias son, principalmente,
empleados de alto nivel de las grandes empresas nacionales o
transnacionales, empresarios o profesionales liberales de gran éxito. La
relación entre estos dos grupos es estrecha, en tanto frecuentan espacios
sociales similares, aunque las diferencias económicas resulten visibles.
De otra parte, el origen étnico de las familias es un asunto de espe-
cial relevancia en la sociedad limeña. Una abrumadora proporción de los
miembros del sector alto de Lima proviene de familias de origen extranje-
ro, que forman las llamadas colonias>>, que se comportan como grupos
subculturales. Esto es, grupos relativamente endogámicos, que presentan
patrones de interacción muy intensos en razón de su origen étnico y que
mantienen instituciones sociales que sustentan la vida comunal: clubes
sociales, colegios, sociedades de beneficencia, cementerios, iglesias, et-
cétera. Entre las principales ~coloniasnse encuentran las colonias árabe,
judía, francesa, alemana, italiana, china, japonesa, espanola, etcétera.
En tercer l u w , el origen de las fortunas familiaresgenera también matices
significativos dentro del sector alto de la sociedad limeña. Los wiejos ricos.,
cuyas fortunas se perciben como .antiguas>>,tienden a marcar distancia fren-
te a los muevos ricos", que pueden contar con importantes sumas de dinero,

Cuando nos referimos al tamaño de la fortuna familiar es necesario tener en cuenta las
camcteristicas de cada sociedad. Por eiemiilo.
. . el nivel socioeconómico Al de Lima,
propuesto por Apoyo. equivale aproximadamenteen Europa. según Eromar. al nivel A.
mientras que en Chile y Argentina al AB.
Matriz para ubicar distintos segmentos del sector
socioeconómicoalto de Lima

pero que se diferencian culturalmente de los primeros. Por ello, Las fortu-
nas .heredadas. implican una vivencia en términos de élite y le confieren
la categoría de tradicional a la familia, que se representa como parte de
una estirpe a la que no se puede acceder únicamente con dinero. Por ello,
la incorporación de los nuevos ricos al grupo tradicional resulta un proce-
so difícil y lento en la historia de las familias. La única vía disponible es el
matrimonio, por lo que la circulación de mujeres casaderas (y de varones
casaderos) es fuertemente vigilada en los sectores altos tradicionales.
Una forma de control de los patrones matrimoniales se produce a través
del sistema educativo peruano, donde existen colegios particulares (pro-
movidos por diversas órdenes religiosas, así como por colonias extranje-
ras) que incluyen en sus políticas sutiles formas de discriminación: altas
cuotas económicas de ingreso, necesidad de contar con la wrecomenda-
ción. de un exalumno, etcétera. Es de resaltar, por otro lado, que los
nuevos ricos pueden tener diversos orígenes étnicos, pueden haber adqui-
rido foriuna por medios legales o ilegales (narcotráfico, contrabando), y
pueden ansiar formar parte o no de la élite tradicional.
En términos generales, podemos representar simbólicamente al sector
alto de Lima como un mosaico donde los poderes económicos, sociales y
políticos se hallan descentrados. A nivel económico conviven varios grupos:
los pocos remanentes de la oligarquía tradicional, los grupos cuyo poder
económico proviene de la burguesía modernizante de los anos sesenta, y los
grupos económicos de capital transnacionai, de presencia nueva. De otro
lado se encuentran los nuevos ricos, cuyas fortunas muchas veces son
producto de las oporiunidades que brindaron las cambiantes políticas
económicas, el lavado de dinero proveniente del narcotráfico o el comer-
cio exitoso en las colonias. El poder político, sin embargo, se halla centra-
lizado en la figura del Presidente y sus allegados.
Puntualicemos finalmente que los nuevos ricos aspiraron a incorpo-
rarse a la cultura de los ricos tradicionales. Esto se dio a través de la
educación de los hijos en colegios exclusivos y tradicionales y, sobre todo,
a partir de alianzas matrimoniales. Es necesario estudiar si este patrón de
incorporación a la cultura de los ricos tradicionales está sufriendo varia-
ciones. Sin embargo, creemos que este mosaico que conforma el sector
rico tradicional comparte - a l margen de particularidades subculturales-
una cultura relativamente homogénea en términos de relaciones de géne-
ro, en tanto sus diferencias subculturales han tendido a desdibujarse en
las últimas décadas.
Sistema de género en el sector socioeconómico
alto de Lima4

Nos parece relevante caracterizar, desde las ciencias sociales, el sistema


de género dentro de las familias de sector alto limeño. Por un lado, porque
ellas ejercen poder sobre la sociedad en términos simbólicos y materiales. Por
otro lado., ooraue
. .el conocimiento sobre cómo funcionan las relaciones de
género en este sector social nos permite interpretar otras relaciones sociales,
dentro del mismo y con los otros sectores de la sociedad. En términos grue-
sos, hemos encontrado que el sistema de género en el sector alto de ¡ h a
representa dos esferas -la femenina y la masculina- con muy poco con-
tacto entre si, aunque guarden una relación de subordinación y de
complementariedad en espacios sociales diferenciados.

La construcción de la femineidad

En primer lugar, es necesario resaltar que el trabajo remunerado de la


mujer aparece como no necesario, debido a los altos ingresos económicos
que provee el cónyuge. Este hecho, el de la poca importancia en la oferta de
trabajo de la mujer parece marcar particularmente -a diferencia de los sec-
tores medios y populares- la constmcción social de la femineidad en este
sector social. Detrás de esta poca importancia, enwntramos un soporte ideo-
lógico transmitido por los colegios religiosos tradicionales y exclusivos de mu-
jeres. En ellos, la poca motivación al logro profesional y desarrollo personal
tiene su contraparte en la exaltación del ideal matemal y del papel de la
mujer como esposa.
Concomitantemente, el control de la sexualidad femenina se produce
tanto antes como durante el matrimonio. A la femineidad se le atribuye una
naturaleza mo sexualx, por lo que se valora la virginidad prematrimonial, da
pureza., la poca curiosidad sexual:

Hoy en día es... no sé... son pocas las chicas, en realidad, que no
tienen relaciones sexuales prematrimoniales ¿no? Ahora, yo estoy
hablando. no es que Uegue a aceptar, pero comprendo la situación
de la chica mayor que es con el chico con el que se va a casar,
¿no?... para nada acepto a la chica que sale y al mes es con oiro y
al siguiente con otro... definitivamente no. (Mujer, 25 años)
Me cuidé muchísimo... sentía que no podía defraudar a mi mama
de esa manera [. ..] (Mujer,38 años)

L a infidelidad femenina es duramente criticada con el argumento del


.ejemplo moral^ de la madre hacia sus hijos, mientras la infidelidad mas-
culina es en gran medida tolerada.
La desaipción que presentarnosdel sistema de género en Lima fue creada a partir de la
investiqación que realicé Dara sustentar mi tesis de licenciatura uMasculinidad/feminei-
dad Ekeoil& deyne;oriielw'clcr wuioecoliomzoalio<le Lima'. Ponrifisia U i i . ~ < i -
ridad Caiólsa del k n i , L.ma 1 1592 Ei traoaio ac campo I L realuado
~ m 1992 a panir
de enhevistas a varones y mujeres que tenia" entre 20 y 53 años de edad. U &dio
recogió los testimonios de veinte informantes de lar diversos grupos que componen el
rector alto lirneíio.

(198)
La infidelidad de la mujer me parece un armen ... no me parece que deberían recumr a
eso. Si hay hijos es egoísmo. (Mujer,24 años)
A veces te ves obligada a pasar por alto la infidelidad del esporo, cuando es
pasajera y no paralela ... por los hijos. (Mujer, 25 años)
U hombre que se mete con mujeres es un vivo, la mujer que se mete con hombres es
cualquier cosa. (Varón,20años)

Si bien las mujeres construyen una imagen devaiuada de su sexualidad,


exaltan la importancia de la apariencia física, dedicando enormes esfuerzos
y tiempo al cuidado corporal. El cuerpo representa, por ello, una d e las
principales fuentes de autoestima para las mujeres, aunque a la vez es un
espacio de temor y fwstración. Por un lado, porque difícilmente se sienten
conformes con el suyo. Y por otro, porque temen el desinterés de sus esposos
o su infidelidad motivada por el envejecimiento.
El espacio privilegiado de la mujer resulta ser su casa,donde A a d a s sus
posibilidades económicas cuenta con personal e infraeshudum que le permi-
ten dirigir, planificar y ordenarla realización de las taras domésticas. Por ello, el
trabajo doméstico resulta ser para la mujer del sector socioeconómico alto de
Lima una fuente de poder.

Me ayudan en las labores de la casa tres personas más el jardine-


ro. El mayordomo hace la limpieza, la cocinera y la empleada que
hace servicio a los dormitorios. Antes tenía una empleada más y cho-
fer. Nos hemos reducido, pero ganas de tenerlos sí tengo. Aunque
ahora me da miedo meter gente exiratía a la casa ... (Mujer,52 anos)
La esposa y las empleadas deben encargarse del trabajo doméstico
[...l. Si yo tengo mi secretaria, misgerentes y mis obreros... ¿por qué
en casa no va a haber lo mismo? (Varón,39 años)

Si bien las mujeres son definidas como esposas, y luego como madres
y amas de casa; tejen alrededor de estos roles espacios dedicados al ocio, la
recreación y la amistad. Muchas de ellas -sobre todo las mayores de 40
años- se dedican a realizar labores de caridad y beneficencia por medio de
su participación en diferentes asociaciones (Kogan 1998).5Además toman
diversas clases (pintura, gimnasia, literatura, arte, etcétera) y10 se encargan
de acompañar a sus hijos en la realización de diversas actividades para-
académicas. Lo que en realidad genera un gran adivismo en estas mujeres.

U lunes voy al gimnasio, de allí me voy al Concejo de La Molina;


estoy colaborando con la esposa del alcalde. Estamos haciendo
una obra muy linda con la Policía de Menores: empadronamos
chiquitos que lavan canos, les hacemos un seguimiento. Quere-
mos tener un local para que hagan deportes, talleres para que
tengan un trabajo. También estamos trabajando para arboruar los
cerros del distrito con los chiquitos... que tengan un futuro. Mar-
tes yjueves :engo clases de pintura y los miércoles clase de scultura..
Siempre me busco cosas que hacer Los lunes en la tarde tengo un
gupo de oración: comentamos la Biblia, rezamos el rosario, hace-
mos obras sociales. (Mujer, 53 anos)

KowwLiuba.Ascdacionesde mujeres de clase media-altay aho deLirna. Lima. Instihito


de Estudios Penianos, (DocumentodeTrabajo No. 89).1998.
En síntesis, la femineidad en el sector socioeconómico alto de Lima
parece construirse con la afirmación de la mujer en los roles de esposa,
madre y ama de casa y con su orientación hacia el cuidado de la apariencia
física, lo que contradictoriamente significa el ocultamiento de su sexuali-
dad. El rol de esposa resulta singularmente importante en la conforma-
-,
ción de la femineidad, pues e n t e otros, es requisito indispensable para la
1. maternidad, ya que tener un hijo sin estar casada genera un estigma.
/ i
/ i

.s
..
'-u. - .-. .,. . - -
..... . - + .- ,
.-..,..-. -..: . ..*
.
. -. .. -
.h._-
- .- ..- J
La construcción de la masculinidad

La construcción de la masculinidad en los hombres de este estrato


parece tener también particularidades, derivadas del contexto de bienestar
económico. La autoestima masculina se alcanza con relativa facilidad, debi-
d o al poder que da el uso del dinero. En el periodo de la adolescencia los
jóvenes cuentan con símbolos que les permiten fácilmente ser reconocidos
por sus contemporáneos como ahombresn: carro, tarjeta de crédito, viajes,
implementos deportivos caros, etcétera. Sin embargo, encontramos cierta di-
ficultad en los varones para definir su xmasculinidad~~.La mayoría asocia
la masculinidad con la figura del macho* o con la figura del patriarca.

No sé, ser masculino, como su nombre lo indica. es ser macho.


(Varón,39 años)
Nada que se parezca a Arnold Schwarzeneger... eso no me pare-
ce ni varonil ni masculino. (Varón, 39 años)
Ser digno, ser buen padre, jefe de familia y ser trabajador. (Varón,
20 años)
Ser masculino es no usar falda . . tratar de ponerte las cosas que
corresponden a tu forma de ser hombre. (Varón, 32 años)

Por otra parte, el poder de los varones de este sector socioeconómico


deriva de su posición frente a las mujeres: ellos poseen mayor información,
experiencia y aderechos,, sexuales.

l...] eran temas tabús. temas ocultos, burlescos. Recuerdo una vez
que en la clase de costura pregunté qué significaba .puta. y me
echaron de la clase. Lo hice un poco por fastidiar a la profesora
que era un poco retrógrada. Tendría doce o trece años... era un
poco precoz para el ambiente. (Mujer, 33 años)

La ignorancia que había en esa época . . era terrible ... yo me


acuerdo... me da hasta verguenza hablar de eso ahora... por las
tonterías que se decían ... a la menshuación la llamaban .geranio.
porque era roja ... y si te daban un beso podías tener un niño...
ignorantes... no hablábamos con nadie. Todo era tabú, todo era
pecado. (Mujer, 52 anos)

La masculinidad en el sector socioeconómico alto de Lima parece


construirse a través del rechazo de 40 femenino.: el temor a la homose-
xualidad, que se combate reprimiendo la sensibilidad y promoviendo una
real o fabulada infidelidad compulsiva. exacerbando el logro profesional
y el mandato de ser un buen proveedor económico para la familia. La
prohibición de los juegos -de nifias~,los castigos más duros o las meno-
res muestras de afecto en la adolescencia indican el temor de los padres
y las madres respecto al desarrollo de la sensibilidad de sus hijos, pues es
interpretada como un atributo eminentemente femenino. Las altas expec-
tativas educativas y laborales frente a los hijos hombres tienen como
trasfondo la asociación de la masculinidad con la capacidad de ser pro-
veedor económico exclusivo de la familia. Estas expectativas los inclina-
rán a estudiar profesiones socialmente valoradas y a seguir generando
altos ingresos, lo cual permitirá la reproducción de este modelo o sistema
de género.
Respecto a la construcción de la femineidad y la masculinidad en este
sector socioeconómico,indiquemos que se tipifica a hombres y mujeres con
atributos o características polares. ia mujer es descrita como sentimental,
hogareria, maternal, -dadora., fiel y conformista, mientras el hombre como
nido, agresivo,centrado sobre sí mismo, infiel y pragmático. Hombres y mu-
jeres -debido a su socialización diferenciada- tienen percepciones y expec-
tativas personales diferentes acerca de sus atributos, roles y sexualidad. ia
edad no parece influir en la percepción y las expectativasde mujeres y hom-
bres respecto a los estereotipos de género, aunque en lo referente a la sexuali-
dad encontramos que los hombres más jóvenes tienen expectativas me-
nos estereotipadas que los mayores de 40 años y las mujeres en conjunto.
Hombres y mujeres viven en espacios y ámbitos diferenciados de
poder. La mujer privilegia el hogar y el hombre su trabajo. Los espacios
intermedios, a los que podrían acceder hombres y mujeres, son práctica-
mente inexistentes. Los intereses tan diferenciados parecen propiciar una
incomunicación genérica, pues la prescripción de estereotipos de atribu-
tos y roles es bastante fuerte. La posibilidad de cambio de estereotipos y
de flexibilización en la actuación de roles genéricos parece ser un proceso
muy lento y difícil. Remarquemos, dentro de este contexto, la existencia
de violencia intrafamiliar que se manifiesta incluso físicamente.
Es de notar que en el sector popular (Loraet al. 1985; Rodríguet Rabanal
y Ferreyros 1984; Stahr y Vega 1988; Tamayo y García Ríos 1990) y en el
sector socioeconómicoalto de Lima, encontramos una menor flexibilización
en la actuación de roles y en los atributos esperados para hombres y mujeres
que en el sector medio (Fuller 1993 y 1996). Este último parece ser el que
más rápidamente ha ido cambiando el contenido de losestereotipos de géne-
ro, debido a las expectativas de las familias sobre la educación de hijos e
hijas como medio de ascenso social. La educación mixta, el acceso a estu-
dios superiores -tipificados como masculinos- para la mujer, etcétera, han
posibilitado dichos cambios, sin que ello signifique ausencia de conflictos
personales o de pareja.

Las familias del sector alto de Lima parecen haber cambiado muy
poco en las dos últimas generaciones. Lo que se ha producido, más que
un cambio sustantivo, es un aggiornamento. Si bien los padres y las ma-
dres de hoy manifiestan que el cambio íundamental respecto de su pro-
pia relación parental es la posibilidad de comunicación con sus hijos. la
soledad y la falta de afecto parecen en alguna medida seguir tiñendo las
relaciones familiares en este sector social. Creemos que el sistema de
género puede explicar en gran medida la sensación de falta de afecto de
niños y niñas, ya que existe poca comunicación entre el mundo femenino
y el masculino. Hombres y mujeres sienten que viven en espacios sociales
, , diferentes y que se establecen relaciones jerárquicas entre ellos. Por otra
l parte, las relaciones entre padres e hijos se hallan mediadas por un conjun-
[ to de especialistas como psicólogos, médicos, foniatras, amas y diversos
~ c
: empleados que reemplazan el afecto y cuidado de los padres y las ma-
dres. Si bien a nivel general las mujeres y los varones adultos señalan que
,1 han modificado la educación de sus hijos respecto a la propia, reforzan-
a!
, .- do la comunicación familiar y educando a niñas y niños de manera simi-
!- ,
lar, ello no parece ser fundamentalmente cierto.
I8 :
. I
, No, no me gustaría ver a mis hijas jugar fútbol. no me gusta que mi
1
& .!
hijo hombre juegue con muñecas. Primero porque no lo he visto. se-
gundo porque si juega con muñequitas y lo empiezas a pintar y a
poner lacitos y falditas,lo haces maricón ... para qué arriesgarte ¿no?
Deja al hombre que juegue a trompearse y deja a la mujer que juegue
a la cocinita, si quiere l...](Varón.39 años)

La falta de comunicación adecuada y transparente sigue siendo la nor-


ma. Por ejemplo, los padres manifestaron no tener confianza para hablar
con sus hijas mujeres sobre sexualidad, mientras las madres señalaban lo
mismo respecto a sus hijos varones.

Muy por encima hemos hablado de sexo, o sea, muchasveces hemos


hablado acá del SIDA. se ha hablado de todas las formas de cómo
cuidarse, de relaciones premah.imoniales;pero según mis hijas. yo
no les he dado una información buena; o sea, hay muchas críticas.
(Mujer50 años)
Nunca me he horrorizado de nada. hay apertura. Pero cuando mis
hijos hombres eran adolescentes yo le dije a su papá .tú habla de
eso. (Mujer.52 arios)

Reafirmando lo anterior, señalemos que un estudio reciente (Ayala


y Vexier 1996) indica que el principal problema en los colegios a los que
asisten los niños y jóvenes de este sector socioeconómico es la falta de
afecto, y por otra parte, la gran tensión que supone el tener figuras
parentales muy exitosas económica y10 profesionalmente. Al parecer la di-
tancia emocional se mantiene, a pesar de la percepción contraria de la
generación de adultos que estudiamos. Una pista de explicación sobre
esto puede encontrarse en los patrones reiterados de socialización, mar-
cados por la distancia afectiva en los sectores altos de la sociedad limeña.
Si revisamos las relaciones familiares de los padres y las madres de
estos niños, podemos ver que la infancia de muchos de ellos tuvo como
centro o referente al campo. Vivieron o pasaron largas vacaciones en
casa-haciendas espaciosas y rodeados de numerosos familiares y ~sir-
vientes,. Sus padres eran dueños o administradores de haciendas. Un
segundo grupo de adultos proviene de familias <<burguesasnafincadas
en Lima. Sus infancias transcurrieron en un mundo urbano, tranquilo, en
amplias casonas, rodeados de -empleadas..
¿Quiénesme Criaron? Bueno,yo aeo que fueuna educación un poco
compleja entre mis padres, entre el mundo que significaba mis pa-
dres y el mundo de las empleadas, porque eso era bastante fuerte...
las smamásn. Era un mundo totalmente fantasioso. de idealismo ma-
ravilloso. Para mí no existía ni tristeza ni problemas ni sufrimiento...
nada... para mí todo era maravilloso; todo lo que quería lo tenía.
(Mujer, 33 años)

Las familias eran extensas: hermanos, tíos, tíos abuelos, abuelos, alle-
gados y numerosas Ramas.. A pesar de ello, recalquemos, la falta de comu-
nicación, la distancia y el poco contacto afectivo caracterizaron al tipo de
relaciones en el interior de las familias.

l...] soledad, de la ausencia de comunicación con los padres ...


no es como ahora que yo converso con mis hijos, dialogo, pe-
leo... era más un distanciamiento... pero soledad... en esa casa
tan grande donde vivíamos [...] (Mujer, 33 años)
Mis primas nos daban la mano con guante... veías a las amas de
blanco, con sus cofias, con sus chompas azules, medias blancas y
zapatos de enfermera. Mis primas iban a todas partes con su
chofer, nosotras teníamos el chofer de la chacra. (Mujer,38 años)

Para muchos el recuerdo de la madre es el de una mujer distante,


dedicada a su persona, perfeccionista, exigente y de fuerte carácter. Curiosa-
mente estas características de personalidad se alejan mucho de los este-
reotipos tradicionales de mujer.

Mi madre era muy bonita, muy elegante, muy dedicada a su perso-


na ... perfeccionista, introvertida... con muchísimas cualidades pero
no se daba mucho. (Mujer, 49 años)
Mi madre ponía disciplina en todo. Era muy perfeccionista, exi-
gente... había un horario rígido para todo l...] (Mujer,38 años)

En este contexto de soledad, la imagen de la madre es recordada por


pocos con los estereotipos tradicionales de mujer: dócil, dulce, bondadosa.

Mi mamá era una mujer muy dulce, linda, muy inteligente... muy
amable. Era una mujer de misa y comunión diaria ... llena de Dios;
por ejemplo ayudaba... iba a los presos, se volcaba completa-
mente. Como mi papá tenía carácter fuerte... entonces ella en
vez de contestarle, iba ... -tenía un pequeño oratorio en el dor-
mitorio- iba y se arrodillaba allí y a mi papá se le pasaba [...] (Mu-
jer, 53 atios)

La imagen del padre es básicamente la de un hombre poco afectuoso.


Aunque también, alguien con quien se salía de paseo y con quien eventual-
mente se jugaba. Es de notar que a pesar de la distancia afectiva del padre,
en la gran mayoría de casos este es recordado con más cariño que la
madre.

Mi papá sí igual, se interesaba, le importábamos un montón, que


nos fuera bien en el colegio pero él sí se mantenía mucho más al
margen; como que opinaba, pero siempre a través de mi mamá;
la que ponía más el orden, en este caso, era mi mamá. no mi papá
porque no se metía directamente mucho con nosotros. l...]Ahora, yo
veo que mi papá si opina mucho más; pero es un papá maravilloso,
yo adoro a mi papi, pero lo que quiero decir esque no es un papá que
directamente quiere enterarse o que tú le cuentes, no era mucho así.
(Mujer. 25 arios)
: :
1 i
/ I Las a m a s parecen haber jugado un papel muy importante e n la socia-
1 . lización d e los niños de clase alta, como una fuente d e cariño y atención,
!
c o n f o m a n d o un espacio d e afectos entre el mundo de los hijos y el d e los
,$
;g padres.
8 1
.m
.-
*$ Éramos cuatro hermanas y un hermano; cada uno de nosotros
,
e
. tenia un ama ... A mí me vestía, me peinaba. me lavaba los dien-
tes... iimagínate! yo tenía diez años y no sabía ni abrocharme los
1 zapatos ... A las cuatro hermanitas nos llevaba el chofer a todas
1 partes. (Mujer, 33 aiios)

Paralelamente al mundo familiar, los colegios religiosos n o mixtos tie-


nen mucho éxito e n la transmisión d e estereotipos d e género, q u e refuerzan
e n este caso la incomunicación entre lo femenino y lo masculino: rituales,
compromiso afectivo y hasta temor encarnado e n la idea del pecado, ayu-
d a n a esta transmisión.

Las monjas tienen algo especial para formar. Nos inculcaban la unión
de la familia. el hogar ... con tanto amor que es algo que te queda para
el resto de la vida. (Mujer,53 aiios)

Los temas sobre los que se insistía especialmente e n los colegios d e


mujeres estaban relacionados con la exaltación d e la virginidad prematrimonial
e n la mujer, la pureza y el ideal maternal

En mi colegio insistían sobre la virginidad. la castidad y la pure-


za ... muchísimo ... cuidado con sacarse la bata si hay chicos;
ponerse lo más rápido la toalla., advertencias sobre eso todo el
tiempo, sin llegar a hablar sobre sexo ... El último año vino un
médico a hablarnos l...] (Mujer. 38 anos)
Yo pienso que se esforzaban en inculcarle a la mujer, un poco por
el lado que es la que da mucho amor, la que tiene que estar al
cuidado de los hijos, de lo importante que es; también te enseria-
ron a ser fuerte, a decirte bueno, no siempre vas a contar en
muchas cosas con el apoyo del marido, que el marido un dia
trabaja, que cada día trabaja más y son cosas que suceden; el
hombre cada vez está más absorbido por cosas que suceden fuera
de la casa y que uno debería estar preparada para eso. (Mujer, 25
años)

En los colegios d e varones tampoco se recibía .oficialmenten educación


sexual, pero era tema predilecto d e los muchachos, quienes manejaban
casi siempre información d e segunda mano y tergiversada, q u e lindaba
con la pornografía.
A nivel de crianza, la represión de los niños parece mucho mayor que la
de las niñas; y esto es inducido con mayor fuerza por los padres que por las
madres. U temor al afeminamiento de los varones es el responsable del
control de su juego.
Respecto al castigo, se cree que debe tratarse por igual a hijos e hijas,
sin recurrir a lo físico. Sin embargo, de tener que hacerlo aflora la idea de
hacerlo de modos diferentes: a los niños se les puede pegar con más fuerza,
porque son íííicamente más fuertes y porque emocionalmente deben apren-
der a soportar el dolor.
Agreguemos a esto que el afecto es brindado por padres y madres de
manera diferencial según el sexo de sus hijos. Existe una fuerte tendencia a no
mostrar afecto físico a los hijos varones -sobre todo en la adolescencia-
para %nocontribuir a su afeminamiento..
Además las expectativas educativas son distintas para hijos e hijas. La
razón para escoger colegios no mixtos para las niñas está relacionada
con la idea de que se formarán m á s femeninas.. Secundariamente, se
prefiere la educación en colegios solo de hombres para los hijos -porque
los padres son exalumnos. de algún colegio exclusivo^, y existiría cierta
tradición y prestigio en continuar dicho patrón. Sara-Lafosse et al. (1980)
encuentran que los padres de familia de colegios estatales de sectores me-
dios y populares, prefieren los colegios no mixtos para los hombres básica-
mente como un medio de meafirmación de la masculinidad*; en cambio, la
preocupación por la .femineidad. de las mujeres, que llevaría a preferir
escuelas no mixtas para ellas, ocupa un lugar menos importante. En el
caso de los padres de familia de colegios privados de sector socioeconómico
alto, encontramos lo opuesto: una clara preferencia por la educación no
mixta para las mujeres en tanto meafirmadoran de su femineidad.

A mino me hubiera gustado estar en un colegio con hombres y muje-


res. Yo sí pienso que el comportamiento en un hombre y una mujer
tiene que ser distinto, o sea. la mujer no se puede sentar igual que un
hombre. Para mi si es importante que una mujer sea femenina; que
sepa conversar. que nose vaya gritando por ahí; mientrasque el hom-
bre siempre es más .machote. y puede ser que no se fije tanto es esos
detalles ¿no? (Mujer,25 años)

Las principales preocupaciones sobre las hijas están centradas en el


temor al epejuicio. sexual, a las malas compañías., a las drogas o al deseo
expreso de casarse. En el caso de los hijos varones, la preocupación principal
se centra en el hecho de que lleguen o no a ser profesionales o a conseguir un
buen trabajo, aunque secundariamente se mencionó el problema del SIDA y
el de las drogas.
Para los padres y las madres de este sector, el desempeño de sus
hijas como esposas y madres es primordial frente al desempeño profesio-
nal. Por el contrario, casi unánimemente se señala el desempeño profe-
sional como primera prioridad para el desarrollo personal de los hijos
hombres. Los roles de esposo y padre aparecen subordinados al de pro-
fesional.
l...]creo que es difícil que un hombre que no sale adelante
profesionalmente pueda tener una buena relación con su mujer;
es difícil que un hombre que se sienta un poco frustrado, que no
tenga ni en que trabajar le vaya bien en el matrimonio. (Mujer,25
años)

Por otra parte, tanto los padres como las madres demostraron tener
puestas pocas expedativas laborales en sus hijas, y muchas en sus hijos. Este
hecho corroboraría la idea generalizada que considera al hombre como el
proveedor económico exclusivo de la familia y, como contraparte, a la mujer
como madre y encargada del hogar. Ante la idea de que las hijas estudien
alguna profesión las madres escogen para ellas actividades que no reportan
altos ingresos económicos o tienen poco prestigio social. Prefieren las profe-
siones orientadas hacia el servicio o la ayuda social. que por lo general no
requieren de una preparación intensa. Los padres, por su parte, escogen
mayor variedad de profesiones como deseables para sus hijas, aunque todas
más o menos estereotipadas como femeninas: arquitectura, psicología, ad-
ministración de empresas o secretariado. Puesto que los padres y las madres
tienen mayores expectativas profesionales puestas en sus hijos hombres, eli-
gen gran diversidad de carreras para ellos, altamente valoradas y económica-
mente muy rentables.
Debemos anotar que, en lo concerniente al desempeño profesional o
laboral de las hijas, se temen las situaciones o lugares que impliquen peligro
sexual, competencia con el esposo, independencia o agresividad (como la
diplomacia o la política). Dichos trabajos le .quitarían femineidad. a la mu-
jer, en tanto se la s o c i a con la delicadeza, pasividad y dependencia. Entre
los temores que manifiestan padres y madres respecto al desempeño laboral
de sus hijos hombres, destacan el temor al uafeminamiento~~ u homosexuali-
dad, a que domen mucho" o usen drogas, o a que trabajen en lugares donde
exista mucha violencia.
Podemos concluir, entonces, que más allá de cierto acercamiento co-
municativo entre padres e hijos, la socialización de hijos e hijas en el sector
socioeconómicoalto de Lima es marcadamente diferenciada, especialmente
respecto a los juegos y a las expectativas educativas y laborales, y en menor
medida respecto a la manifestación de afecto y los castigos. Los padres
son más represivos que las madres con el juego de sus hijos hombres,
quienes reciben menores muestras de afecto. Las madres, en compara-
ción con los padres, tienen puestas menores expectativas educativas y
laborales en sus hijas. y en conjunto ambos tienen puestas mayores
expectativas en sus hijos hombres. A pesar de que existe una educación
diferenciada, padres y madres tienen poca conciencia de ella. Los cole-
gios no mixtos y religiosos conservadores juegan un rol protagónico en la
transmisión de los estereotipos de género.

.*-
. . . ... . .. ...-.i!
.,. . -....
A modo de conclusión

Hemos propuesto una lectura sobre el sistema de género en las familias


de sector alto de Lima. Sin embargo, debemos tener en cuenta que no he-
mos hecho un estudio sobre cada uno de los segmentos que componen el
mosaico de este sector socioeconómico. Queda claro que el sistema de
género que se construye es el de la femineidad y la masculinidad como
dos esferas sin gran contacto entre sí. Este sistema fomenta la incomuni-
cación entre géneros, definidos como constructos polares.
Por otra parte, la distancia afectiva parece teñir las relaciones
interfamiliares, a pesar de la voluntad cognitiva de evitarla. Es posible que
esta distancia se asiente sobre un marco axiológico que privilegie valores
típicamente burgueses como la limpieza, la pureza, la no contaminación y
por ende, el poco contacto corporal, la mesura y el control de las pasiones.
Sin embargo, encontramos paralelamente y de manera significativa, violen-
cia intrafamiliar expresada también físicamente. Es posible que la violencia
física sea producto de la dificultad para establecer diálogos intergenéricos,
debido a que los intereses, los valores y las expectativas de varones y mujeres
parecen construirse polarmente.
Además, es necesario anotar que las mujeres tienen un papel formal-
mente subordinado al de los varones. Elas se encuentran poco individuadas,
debido a que construyen su femineidad en tomo a los roles de esposa y
madre, teniendo muy poca motivación para construir intereses propios. Los
varones, por otra parte, detentan el poder formal en tanto autoridad y repre-
sentante de la familia, a partir del rol de proveedor económico.
Anotemos que, sin embargo, hemos r e a l i d o una investigación sincró-
nica, lo que implica que no hemos podido registrar posibles modificaciones
de la vivencia de la femineidad y masculinidad a lo largo del ciclo de vida de
estas personas. Sin embargo, sospechamos que los cambios no son muy
significativos en las mujeres debido a que, por el control social que las
sujeta, sus experiencias vitales son poco variadas o de escaso impacto
biográfico.
Finalmente, proponemos que el sector socioeconómico alto de Lima es
bastante consewador, aunque se haya aggiornato en términos comparativos
en el transcurso de las dos últimas generaciones. La iglesia, el sistema educa-
tivo tradicional, y las familias como instituciones que sustentan las relaciones
sociales en este sector socioeconómico, y que conshuyen un marco contextual
para las relaciones de género, parecen ser entes muy sólidos, por lo que
sospechamos que los procesos de modificación -a nivel de estereotipos-
de la femineidad y masculinidad serán relativamente lentos.

Bibliografia citada

APOYO
1997 Niveles Socioeconómicos en la Gran Lima. Lima: APOYO, Opinión
y Mercado S.A., julio.

AYALA, Ana e ldel W R


1996 .Problemas y necesidades de los niíios de clase media-alta y alta.. En
Necesidades y demandas para un cambio en educación. Lima: Foro
Educativo.
BARRIG, Manija
1996 ePitucas y marocas en la nueva narrativa peruanas. En Darás de la Pueria.
Hombres y mujeres en el Perú de hoy. Lima: Pontificia Universidad
Católicadel Peni (FUCP)pp. 94-101.

BURGA, Manuel y Alberto FLORES GALiNDO


1987 Apogeo y crisis de la república Aristocrática. Lima: Rikchay Perú.
I i
1 CASTILLO, Manuel
, 1992 &os hiios -
. ~riviiesiados
. del mercantilismo características históricas de
cinco gnipos de poder económicon. Preterdos N' 3-4. Lima: Desco pp.
222-240.
'al
FULLER, Norma
! 1996 .Los estudios sobre masculinidad en el WNB. En Patricia Ruiz Bravo
(ed.),Detrás de la puerta. Hombres y mujeres en el Perú de hoy. Lima:
PUCP
L.1 1993 Dilemasde lafemineidad. Mujeresdedase media en elPerú Lima: PUCP

KOGAN, Liuba
1998 -Asociaciones de mujeres de clase media-alta y alta de Lima.. Lima:
Instituto de Estudios Penianos, Documento de Trabajo N" 89.
1996 .Ricos y famosos. La clase alta en Liman. Cuestión de Estado N" 18.
Lima: IDS, junio-agosto pp. 11-13.

LORA, Carmen; Cecilia BARRENECHEA y Friné SANTISTEBAN


1985 Mujer. Víctima de opresión, portadora de liberación. Lirna: Cuadernos del
Instituto Bartolomé de Las Casas-Rimac.

MALPICA, Carlos
1590 El poder económico en el Perú. Tomo 1 y 11. Lima: Mosca Azul Editores.
1967 Los dueños del Perú. Lima: Peisa.

ROCHABRÚN, Guillermo
1993 Socialidad e individualidad. Materiales para una sociología. Lima:
PUCP.

RODR~GUEZRABANAL, César y Alejandro FERREYROS


1984 Algunas consideracionessobre la familia en lospueblosjóvenes, Revista
de la Universidad CatólicdNueva serie N" 15. Lima: PUCP pp. 39-54.

STAHR, Marga y Marisol VEGA


1988 43 conflicto tradición modernidad en mujeres de sectores populares=.
Márgenes (encuentro y debate), ano 11, N" 3. Lima: Sur,junio pp. 4762.

SARA- LAFOSSE, Violeta; Blanca FERNÁNDEZy Carmen CHlRA


1987 El problema de la coeducación en los colegios secundarios estatales
de la ciudad de Lima. Lima: W C P

TAMAYO. Giulia y José María GARCÍA R ~ O S


1990 Mujer y varón. Vida cotidiana, violencia y justicia. Tres miradas
desde El Agustino 1977-1984-1990, Lima: Raíces y Alas-Seflarea.

UGARTECHE, Óscar
1997 Elfalso dilema América Latina en la ewnomíaglobBl. Cnracas:Fundación
Friedrich Ebert-FES (Peni) y Nueva Sociedad.
violencia y modernización en
ayacucho
los campesinos evalúan los
cambios acarreados por la
violencia política en la
comunidad de chaca

tania vásquea luque

Casi desde sus inicios en los años ochenta, el proceso de violencia ha


sido estudiado bajo diferentes puntos de vista y considerando diversos as-
pectos. En este artículo nos interesa mostrar una relación en la que nos
pareció pertinente profundizar a partir de la investigación que realizamos
en Chaca, una comunidad altina de la provincia de Huanta, en Ayacucho:
la relación entre modernización y violencia. ¿De qué modo el proceso de
modernización, tema frecuente en las investigaciones de las ciencias socia-
les de los aiíos cincuenta y sesenta, puede relacionarse con el de la violen-
cia política?
Desde el inicio de nuestro trabajo nos costó aceptar que un proceso
tan general, omnipresente y dificil de asir como el de la modernización
tuviera relevancia para encaminar correctamente nuestras reflexiones a
partir de lo que íbamos encontrando en el trabajo de campo. Sin embar-
go, hemos llegado a considerar que el proceso de modernización es el
marco general en el que se inscribe el proceso de violencia; y que este
último sería mejor explicado y entendido si se lo percibiera como una
etapa más de este complicado sistema liberador de tendencias, cambios y
consecuencias inesperadas que es el proceso de modernización en el Perú
desde finales del siglo xix.
Describiendo gruesamente los hechos, podemos decir que las con-
tradicciones que trajo este proceso de modernización en la sociedad
ayacuchana produjeron un movimiento como Sendero Luminoso; y que,
años más tarde, la guerra configuró para los campesinos de las provincias
norteñas del departamento d e Ayacucho condiciones d e vida
modernizantes.
Es muy importante hacer notar que antes de la guena los campesi-
nos de comunidades e incluso de haciendas (siervos de hacienda) de esta
región, aunque muy lenta e incipientemente, ya habían sido tocados por
el proceso global de modernización (Degregori 1990: 37); y que también
puede considerarse, como de hecho han sugerido algunos autores, que
ese proceso incipiente y leve se vio de alguna manera tnincado por la
guema misma. Sopesando la importancia de cada tendencia -la del pro-
ceso truncado de modernización local y la de la creación de condiciones
. , modernizantes como consecuencia de la violencia-, nos parece que, por
.3 lo menos para el caso que estudiamos, esta última es más significativa, sin
8
que esto quiera decir que la primera no exista. En este texto presentare-
-
i cr
3
mos ejemplos de cada una para el caso de la comunidad de Chaca.
5:
.
#

u, Hay que diferenciar el proceso de modernización global - e s decir el


.$. desarrollo de las formas capitalistas de producción, la expansión y trans-
.i formación del Estado desde finales del siglo xix (que trajo particulares con-
-
5 secuencias sobre la región Huamanga)- de las condiciones de vida
'

modernizantes generadas para los campesinos de las alturas de la provin-


. .. : cia de Huanta a partir del enfrentamiento de la guerra desatada entre
1980 y 1993.
U primer proceso, de carácter nacional y heterogéneo, produjo en
Ayacucho la decadencia económica de la región y de sus clases dominan-
tes tradicionales, a la vez que generó intensas expectativas educacionales
entre las clases subalternas de la región -fundamentalmente entre los
campesinos y los sectores urbanos empobrecidos de la ciudad de
Huamanga-. En ese contexto, la reapertura de la Universidad Nacional
San Cristóbal de Huamanga (1959) produjo una intensa dinamización de
la cultura, la economía y la política de la región. La universidad se consti-
tuyó, según Degregori, en una institución de xperfil modernizador,,. Poste-
riormente, la lucha por la gratuidad de la ensefianza (1969) y antes por
rentas para la universidad (1966) cataliza la formación del partido Cornu-
nista del Peni-Sendero Luminoso (PCP-SL)y su posterior radicaliación
(Degregori 1990: capítulos l y ll).l
De otro lado, las condiciones de vida modernizantes se pueden en-
tender como las consecuencias no deseadas del movimiento que Sendero
Luminoso impulsó, al generar desde el Estado acciones en respuesta. Es-
tas condiciones de vida modernizantes se traducen, para los campesinos,
en patrones de conducta cada vez menos guiados por la tradición, en
planes individuales y familiares promovidos por fines a conseguir y en su
participación de un tipo distinto de sociabilidad; todo estol en un contexto
de incipiente urbanización y de nuevas relaciones con el Estado y la socie-
dad en su conjunto.
' M u r o Arias y otros autores han propuesto afirmacioner semejantes para el caro de
Guatemala, país con el que tenemos significativas semejaruas. Arias plantea que
"la crisis revolucionaria resultó de los esfuerzos de modernización. promovidos por
el Estado guatemalteco desde 1960, que -el estado ocupó simultáneamente el
papel de agente del desarrollo y de represor de la población con el objetivo de
cuidar que los rasgos modem.mntes introducidos causen cambias en la estnictura
de poder. y que estor "generaron expectativas en la población rural y desorganim-
ron el orden tradicional generando rápidos cambios en la composición de las clases
sociales. especialmente entre los campesinos indígenas y los sectores mrales me-
dios. (traducciónnuestra) (ARW 1990: 256). En este trabajo Arias detalla las varias
etapas en que este proceso de cambios se Ueva a cabo. considerando el desarrollo
de la conciencia politica indígena. el rol de organizaciones católicas catequistas en
este desarrollo y la conformación de una sburguesia indígena..
En lo que sigue expondremos el caso de la comunidad de Chaca,
presentando algunas de sus características y sobre todo el conjunto de
cambios que la han transformado en un periodo relativamente corto de
tiempo; luego presentaremos las evaluaciones que los chaquinos hacen
sobre el tiempo de guerra, considerando las características de su nueva
vida y también para algunos de ellos los planes truncados por la guerra;
así se podrá notar, como habíamos señalado antes, tanto condiciones de
vida modernizantes como procesos de modernización local incipiente trun-
cados por la guerra.

i
z::
:r-
-z'
z 1
- .-. . - . . . _-z3
Sobre la comunidad de Chaca y su historia reciente

Chaca y algunos rasgos que informan


sobre eLla y los chaquinos
Chaca es una comunidad que posee 2 992 hectáreas. Está enclava-
da en las alturas de Huanta (3 320-3 500 metros de altura), una región
secularmente aislada, empobrecida y desatendida por el Estado peruano.
Étnicamente es una de las comunidades iquichanas o iquichas, conocidas
históricamente por su particular comportamiento frente a hechos funda-
mentales de los primeros años de la vida republicana peruana (Basadre
1983, Husson 1992 y Méndez 1996) y que han sido tradicionalmente
interpretadas como agresivas, aisladas y violentas.
En la actualidad tiene una población de aproximadamente 970 perso-
nas, con tendencia a incrementane; llegó a tener en el periodo de violencia
-cuando albergaba a porciones de otras comunidades- a 1 500 personas.
En Chaca el 85 ó 90 por ciento de la población adulta es monolin-
güe quechua. La población más joven, de entre 10 y 25 años, maneja
parcialmente el idioma castellano; y entre esta población joven, especial-
mente los varones. Esto casi coincide con el grado de analfabetismo, que
sigue más o menos el mismo patrón, con excepción de un g ~ p de o varo-
nes que ahora oscilan entre los 29 y 35 años, que alcanzaron a estudiar
los primeros años de la primaria antes del inicio del periodo de violencia.
En cuanto a la economía, la mayoría de familias trabaja en tierras de
secano de baja productividad en las que cultivan maíz, habas, cebada y
tubérculos varios para su propio consumo y algo para cambiar o vender
en la feria.
Las parcelas de los chaquinos se ubican en zonas de laderas entre los
2 650 y 3 500 metros de altura (Coronel 1996). Estas parcelas se en-
cuentan en las 2 992 hectáreas que conforman el territorio de la comuni-
dad o en tierras de otras comunidades (si la familia trabaja las tierras de
uno de los cónyuges nacido en otra comunidad). Hoy las parcelas se en-
cuentran distantes de los lugares donde se ubican las viviendas de las fami-
lias chaquinas, en la actual agmpación de Chacaz Los chaquinos, ade-
más, crían ganado menor y lo comercian en caso de necesidad.

La agrupación es la concentración de viviendas alrededor de la antigua casa-


. . .. . . '., . ,

Los cambios

Antes del periodo de violencia

i La población de la comunidad de Chaca fue hasta 1976, a60 en que


i llegó la Reforma Agraria a esta parte del Perú, parte de la Hacienda
o Chaca, organizada en relaciones serviles de producción. A partir de en-
. - tonces, dada la Reforma Agraria, las familias de Chaca empezaron a te-
;N ner un periodo de vida económica relativamente autónoma. Empezaron a
S sembrar y trabajar para ellos, mismos aunque algunos campesinos conti-
'> nuaron trabajando como peones en las tierras que aún pudo conservar el
'a
'c hacendado, esta vez recibiendo una pequeña remuneración a cambio.
:S
En octubre de 1982, los jóvenes militantes del PCP-SL llegan a Cha-
. ca. Luego de asesinar al hacendado, consiguen organizar el h.abajo comu-
nal por un año y logran una cosecha. A pesar de la inicial aceptación de
los campesinos de Chaca, al terminar la cosecha se hacen evidentes las
diferencias entre estos y los militantes. Ante la negativa de los militantes a
efectuar la distribución de la producción, uno de los campesinos .roba. de
los productos almacenados, aquellos lo asesinan cruelmente y se desenca-
dena un enfrentamiento que termina con la expulsión de los militantes del
PCP-SL de la c ~ m u n i d a d . ~
Con la llegada del PCP-SL se termina definitivamente con la autori-
dad del hacendado sobre Chaca, quien luego de la Reforma Agraria aún
mantenía una extensión apreciable de tierra, y de un modo u otro también
mucho de su autoridad y ascendencia sobre los campesinos (por lo menos
sobre un grupo de ellos) que no se acostumbraban a la situación social
posterior a la Reforma Agraria y que en su imaginario y sus prácticas
hacían que buena parte de las relaciones sociales propias del régimen de
hacienda siguieran funcionando.
Al enfrentarse al PCP-SL, Chaca se convierte en una de sus comuni-
dades enemigas; por ello será constantemente atacada, primero en sus
minúsculos caseríos dispersos, luego en los cuatro puntos iniciales de su
agrupación y luego en la mayor y final agrupación.

Durante y después del periodo de violencia

A diferencia de otras comunidades, Chaca es una *comunidad resis-


tente,,, que es como se ha convenido en llamar a las comunidades que en
el periodo de violencia, por no querer y10 no poder emigrar hacia lugares
seguros en la ciudad, se organizaron (en un proceso relativamente largo
de ensayo y error) para enfrentar la violencia en su propio territorio. A

hacienda. Ex~licaremarmás adelante su formación a ~artirdel wriodo de violencia


(1989).
Debo esta información a Jose Coronel. reconocido Y. experimentado invertisador
~ .
ayacuchano. a quien confió el relato uno de los presidentes más importantes de la
comunidad de Chaca en el periodo de guerra.
pesar de esto, un número importante de familias e individuos salieron de
Chaca en el periodo de la violencia por espacios de tiempo importantes
(los tiempos fluctúan entre uno y diez años).
Durante el periodo de la violencia (1983-1993)y luego de este hasta
la actualidad, en Chaca ocurrieron seis cambios fundamentales que rese-
riamos a continuación. --
, ,

Esto implicó el paso de un patrón de asentamiento disperso a un


patrón de asentamiento concentrado.
A mediados de los años ochenta, Chaca sufrió constantes ataques de
parte del PCP-SL. En este tiempo la población vivía dispersa en pequerios
caseríos que formaban seis barrios: Morococha, Yacuhuanay, Uullucha,
Huillheg, Lluracllacu y Chiwacro, conformados cada uno por uno a cuatro
grupos o sectores, totalizando diecisiete.
A causa de los continuos ataques, un grupo de autoridades de la
comunidad decidió hacer caso a las recomendaciones y presiones de las
autoridades militares de la .Base Militar de Can José. (ubicada en La capi-
tal del distrito de Santillana), que los instaban a agrupar sus viviendas y
dejar el patrón de asentamiento disperso que los hacía más vulnerables a
los ataques de PCP-SL.
Frente a esta idea la mayoría de chaquinos reaccionó al principio
negativamente; dejar sus parcelas, sus casas, el lugar donde siempre ha-
bían vivido sus padres y abuelos era una idea difícil de aceptar. Las auto-
ridades más jóvenes de la comunidad estaban convencidas, sin embargo,
de que esta era la única manera de protegerse. Además habían gestionado
(para reforzar la protección) la instalación de una Base Militar en Chaca,
la que se acantonó en la antigua casa-hacienda en 1989. Así se llevó a
cabo la formación de la agrupación. El Ejército, acantonado en Chaca por
un ario aproximadamente, presionó a los chaquinos que no aceptaban
agruparse a hacerlo y el pequeño gmpo de autoridades de Chaca que
impulsaba esta idea se valió de esta presión (al parecer incluso fue reque-
rida) para lograr su objetivo. También realizaron una labor de convenci-
miento constante en las asambleas diarias de la comunidad.
Así, el proceso de agrupamiento se desarrolla en dos fases. Primero,
entre 1986 y 1987, la población dispersa de Los diecisiete grupos o secto-
res de Chaca y de algunas comunidades vecinas de Chaca como Pallqa,
Purus y Ccarhuac se agrupa en cuatro asentamientos (Yacuwanay,
Rayopampa, Chiwano y Chachaspata) aún alejados de la casa-hacienda
(10 que hoy es el centro de la agrupación final); en un segundo momento,
las iniciales cuatro primeras agrupaciones se funden en la gran agrupa-
ción (proceso que se completa en 1989) que constituye la Chaca actual!

La información respecto a este tema, brindada por antiguas y actuales autoridades


de Chaca (y por las profesoras que vivieron en Chaca en ese tiempo), ha sido
contrastada y completada con la información y las ideas de Roberto Córdova,
joven antropúlogo de IPAZ (instituciónno gubernamental de Ayacucho) que obtuvo
información muy detallada en sus continuas conversaciones con los campesinos de
Chaca.
La formación d e la agrupación ha posibilitado relaciones
interpersonales más intensas y frecuentes entre los chaquinos, un nuevo
espacio social donde actuar y hacer relaciones. Esto, a su vez, ha produ-
cido la necesidad de crear criterios de organización más complejos, afi-
liaciones grupales relativamente novedosas (o más intensas) entre miem-
bros de una misma generación (como la de los jóvenes) y10 género (como
la de las mujeres) y también conflictos de diverso tipo.

2. LA ACELERADA L E G A D A DE LA CARRETERA A CHACA


Y LA FERIA

Desde 1960 se había iniciado la construcción de la carretera que


uniría Chaca y el resto de comunidades de las alturas a la ciudad de Huanta,
capital de la provincia del mismo nombre. Sin embargo esta carretera
tardó veintinueve años en llegar (en 1989),a pesar de que entre el punto
de inicio de la carretera (distritode Luricocha) y las alturas del distrito de
Santillana, donde se encuentra Chaca, no hay una gran distancia. Actual-
mente se cubren, en auto, en solo dos horas con treinta minutos.
A mediados de la década de los ochenta, en años difíciles y por razo-
nes de seguridad, la construcción de la carretera se aceleró. Al parecer, el
objetivo era comunicar a Huanta con San José de Secce, capital del distri-
to de Santillana, donde se encontraba la Base Militar de San José consti-
tuida por un importante contingente militar.
En esos años, específicamente alrededor de 1989, la carretera llegó
hasta un lugar muy cercano a Chaca. Desde ese punto, siguiendo otra
dirección y todavía lejos, se encontraba San José de Secce. En ese lugar
existe hoy una bifurcación: un camino va hacia San José (a veinte minutos
de la bifurcación) y otro hacia Chaca (a cuatro minutos de la bifurcación).
Por el camino a Chaca también se accede a otras comunidades. Cuando la
carretera llegó a ese punto en 1989, los encargados de la constnicción de
la carretera y las autoridades de San José (incluidos los oficiales de la base
militar) decidieron que a pesar de que Chaca era un punto muy cercano,
la carretera debía solo dirigirse a San José.
Esta negativa generó un gran conflicto entre las autoridades de la
capital de distrito y los chaquinos (otra vez dirigidos por el grupo de jóve-
nes autoridades que impulsaron la agnipación), que querían que también
se abriera el pequeño tramo que faltaba para Chaca y que iba en direc-
ción de una cantidad muy importante de comunidades altinas. Este conflic-
to se explica por un factor fundamental: la feria. La feria había ido avan-
zando con la carretera; y en ese momento, cuando se discutía sobre qué
camino seguir primero, además de considerar la necesidad de comunicar
San José y Huanta por cuestiones de seguridad, también se consideraba (y
mucho) el destino de la feria.
Ante la persistente negativa de las autoridades de San José, los
chaquinos decidieron construir por su propia cuenta el tramo que faltaba
hacia su comunidad. Y ya que por esta dirección se llega además a las
otras comunidades de las alturas de Santillana -como Pallqa, Ingenio
Paqri, Parqora, Purus, Ccarhuacc, Ccarhuahuran entre otras-, los comu-
neros de Ccarhuahuran, una comunidad que vivía una situación muy simi-
lar a la de Chaca (era una comunidad resistente, agrupada y de gran
población), también se unieron al contingente de hombres que trabajaron
por meses, solo con lampas y algo de dinamita (donada por un muy impor-
tante oficial del ejército en Huanta) en la apertura del tramo hacia Cha-
ca. Ecto al parecer generó la ira de las autoridades de San José, que en
diferentes momentos intentaron impedir (según nos han contado los
chaquinos, lo que constituye una versión de los hechos) la apertura de
este tramol a pesar de que el tramo hasta San José no se veía perjudica-
do. Lo que al parecer sí se veía pejudicado era la posibilidad de que la
feria de los viernes avanzara por el camino hacia San José. Los feriantes
(comerciantes huantinos en su mayoría), al parecer evaluaban como un
mejor mercado (para vender, pero también para comprar y obtener por
trueque) el conformado por las comunidades altinas que seguían por el
rumbo de Chaca. Esto, sin duda, generaba la preocupación de los de San
José. Finalmente la feria se dividió y avanzó por ambos caminos. Ade-
más se organizó otro día (el sábado) para que la feria llegara a San José.
La historia de la llegada de la carretera a Chaca nos da pistas pri-
mordiales. Primero, es claro que la dinámica económica de la feria siguió
siendo importante incluso en tiempos de guerra; y que a pesar de verse
afectada, seguía siendo un espacio económico apreciado y útil. La econo-
mía en tiempos de guerra seguía de un modo u otro sus propios cauces,
que la devastadora violencia vivida en el periodo no llegaba a desvanecer.
Es evidente también que en este caso el deseo de integración y de acceder
a todos los beneficios que pudieran llegar por la carretera (atención esta-
tal, ayuda económica, acceso a servicios, comunicación etcétera) era de
singular importancia entre los campesinos de las altura^.^ Debe obsewar-
se también que en ese año, 1989 (cuando ni se presentía la captura de
Guzmán ni tampoco una situación de paz), la agmpación ya existía; y que
la existencia de la agnipación (como explicaremos más tarde) fomentaba
la constitución de un pueblo, un pueblo que además estuviera integrado al
resto de la región y al que la posibilidad de progreso parecía cada vez
menos lejana.
La llegada de la carretera y la feria llevó a Chaca a los comerciantes;
y con ellos, algo de vida económica mercantil. La feria, que existe desde
que se inauguró la carretera hacia esta zona alta (1960), se emplazaba
antes en lugares lejanos a Chaca, a donde no llegaban todas las familias
chaquinas y menos aún todos sus pobladores (como es el caso actual).
Actualmente los viernes, días de feria, son días en que se instala en Chaca
un ambiente distinto, urbano, que cambia por unas horas la dinámica de
las relaciones entre las personas (se acortan las distancias entre los que
llegan con la feria desde Huanta y los campesinos que reciben a la feria);
las interacciones personales se hacen intensas, cambia la presentación de
cada persona ante los demás, se hacen normales comportamientos públi-
cos que en otro contexto no serían bien vistos (como hablar más alto o
conversar con desconocidos, sobre todo entre las mujeres), y la infonna-
ción sobre distintos temas fluye entre las múltiples conversaciones que se
entablan entre campesinos de distintas comunidades, entre parientes que

' Los chaqunor iecueroaii alegrándorc la primera ver que su carretera fue utiliza.
da El alto o f ~ i a del
l cuartel dc Cartroparnpa en tluanta (no tenernos referencias
exactas sobre él) que había donado la dinamila lleg6 imprevistamente en un jeep,
cuando todavía faltaba arreglar el camino. Los chaquinos tuvieron una fiesta de
júbilo, a pesar de que se lamentaron mucho por no haber preparado la inaugura-
cidn de la carretera.
viven en Chaca y en Huanta, entre los choferes de las camionetas que
transportan a los feriantes y los comuneros. etcétera.

Al caracterizar a los chaquinos al inicio, mencionamos a un grupo de


varones con edades entre 29 y 35 años, que lograron cursar, antes de la
guerra y siendo niños pequeños, los primeros años de la primaria; apren-
dieron a leer y a escribir, y a realizar operaciones matemáticas, además
de otras materias. Todo lo que aprendieron en ese corto periodo de ins-
trucción (lo que <<recuerdanhasta ahoran6)fue aprovechado intensamente
y convertido en un capital personal (y comunal) fundamental, que les sirvió
.r
C
para desenvolverse apropiadamente en cargos comunales y en las com-
5 plicadas situaciones que les planteó la guerra. En su mayoría estos varo-
nes migraron a Huanta por dos o tres años y10 hicieron viajes estacionales
de trabajo a la selva del valle del río Apurímac.
Entre estos varones, generalmente muy jóvenes, se produjo un apren-
dizaje político y organizacional muy intenso, que se llevó a cabo en los años
más duros de la guerra y que tuvo como contexto la necesidad de la orga-
nización de Comités de Autodefensa y la constante relación y negociación
con agentes externos como el Ejército, en un principio, y las instituciones
estatales y organizaciones no gubernamentales de desarrollo (ONG), des-
pués. La adquisición de este conocimiento práctico fue fundamental
entonces; pero lo es también ahora, cuando las difusas expectativas em-
piezan a convertirse en pedidos concretos a las diferentes instancias del
gobierno central y local, y cuando es necesario decidir qué propuestas de
desarrollo aceptar y cómo.

4. ELDESPlAZAMiENTO Y EL RETORNO DE UN NUM.~EROIMFURTANIE DE CHAQUINOS

Entre 1983 y 1993 un porcentaje importante de familias e indivi-


duos de Chaca viajaron a la ciudad de Huanta, al valle del río Apurímac
(selva), a Ayacucho e incluso a Lima, como consecuencia de la violen-
cia. En esos lugares, estos chaquinos conocieron una vida social distinta
(urbana) y en el proceso de adaptarse a esas circunstancias adoptaron
un conjunto importante de habilidades y expectativas novedosas. Al re-
gresar, promueven - e n ideas y en prácticas- una serie de discursos
sobre diferentes aspectos de la vida social de la comunidad (urbaniza-
cion, educación, comportamiento, vestimenta, castellanización, negocios).'

1" nreountar mr cómo les fue en laescuela. estos hombresexolican siemme aue les wslo

podría pensar. y es que lamentablemente lo que debió seguir a este periodo inicial de
educación se vio intemmpido no ralo por el periodo de guerra sino, en la mayoría de
caros. oor la necesidad de trabaiar la carencia de recursos v lamave falta de atención a

intensamente y puestosal sewicio de sus comunidades.


' Carlos Iv6n DEGREWRI (1996)analla cómo el desplazamiento y el retorno producen
cambios en las relaciones ciudad-campo. Los retornantes. debido a su experiencia en las
ciudades. promueven la urbanización de suscomunidades.
Esto no quiere decir que los que se quedaron no los hayan tenido de una
u otra forma (sobre todo el discurso del acceso a la educación), pero es
evidente que los que retornaron alimentaron y complejizaron estas ideas.
En las conversaciones con algunas personas que conforman este
gnipo, se hace evidente la huella de su vida fuera de Chaca, en Huanta o
en la selva del valle del río Apurímac. Los identifican su parcial manejo
del castellano, comportamientos distintos (frente a los extraños), aparien-
cias mestizas (sobre todo en los varones), discursos sobre el progreso, su
adhesión a iglesias protestantes, su acceso a cargos comunales y muchos
recuerdos de su vida en estos lugares. Sin embargo, no siempre tienen
buenos recuerdos, sobre todo quienes regresaron de Huanta y de Lima.
La mayoría recuerda haber pasado hambre (ya que en la ciudad dodo se
tiene que comprar.) y una cierta desubicación y soledad. Por esas razones
es que regresaron (y siguen regresando) a Chaca y se sienten contentos de
vivir en tranquilidad allí, ya que si no tienen dinero pueden trabajar sus
parcelas y nunca les falta de comer aunque sea pobremente.
La salida a estos lugares fue sobre todo originada por la situación de
violencia; pero es importante tener en cuenta que también tuvo que ver
con la búsqueda de trabajo y recursos monetarios. Debido a ello se efec-
tuaron antes y durante la guerra -y se efectúan ahora- salidas tempora-
les de varones y mujeres muy jóvenes a la selva, quienes luego de trabajar
por tres o cuatro meses en cosechas de coca y cacao, regresan a Chaca.
Otra vez (como en el caso de la pugna por la carretera y la feria) la diná-
mica económica aparentemente *de incógnito. en los tiempos de guerra
seguía organizando con centralidad la vida de los chaquinos.

5. LA CONSTITUCI~NDE UNA RED DE INSTITUCIONES GUBERNAMDiTALES Y NO GU-


BERNAMENTAES

Entre 1991 y 1996, el Programa de Apoyo al Repoblamiento (PAR)


inició un conjunto importante de construcciones en la comunidad de Cha-
ca y las comunidades aledañas. En los últimos cinco años se ha construido
en Chaca la posta comunal, varias aulas nuevas para la escuela, dos vi-
viendas múltiples para los profesores y -lo más importante para ellos-
el Centro Comunal de Servicios Múltiples (de grandes dimensiones).Todos
estos edificios han sido diseñados y levantados bajo la responsabilidad
de ingenieros civiles contratados por el PAR, quienes dirigieron el trabajo de
un grupo de comuneros que recibieron jornales por su trabajo.
Estas construcciones tienen las características visibles de las edifica-
ciones <<urbanas.(ntarrajeox - c a p a de yeso sobre el adobe-, pintura,
ventanas de vidrio, puertas grandes y techos altos),edificaciones que no se
acostumbraba ver en esta zona. Este novedoso conjunto de edificaciones y
la formación de la agrupación constituyen un cambio fundamental en el
ambiente físico donde actualmente desarrollan su vida los comuneros de
Chaca. Esto los enorgullece sobremanera y es para ellos la señal de la
urbanización, de los cambios y de la posibilidad futura de ser -un pueblo,
una ciudad..
Otras instituciones, como el Fondo Nacional de Compensación y
Desarrollo Social (Foncodes-Ministerio de la Presidencia) y el Programa
Nacional de Manejo de Cuenca Hidrográfica y Consetvación de Suelos
(Pronamachs-Ministeriode Agricultura), iniciaron también una serie de
proyectos destinados a - c o m o se enfatiza en el discurso que manejan
los promotores y funcionarios mestios miembros de estas instituciones-
-mejorar el nivel de vida. de los campesinos.
Además, a partir de 1993 tres organizaciones no gubernamentales
iniciaron su trabajo en la zona: el Centro de Capacitación Campesina,
parte de la Universidad Nacional San Cristóbal de Huamanga (UNSCH),
principalmente orientada por profesores de la Facultad de Agronomía; el
Instituto Para la Paz (IPAZ), en ese tiempo también parte de la UNSCH,
orientada por profesores de la facultad de Ciencias Sociales pero con
proyectos de distintas áreas, y Visión Mundial, una organización evangéli-
ca. Otras ONG con proyectos puntuales y temporales (a diferencia del
trabajo sostenido que desarrollan las instituciones antes nombradas) han
intervenido también en la comunidad.
Todas estas instituciones emprendieron y continúan emprendiendo un
conjunto de proyectos con orientaciones variadas, constituyéndose en
motivadores e impulsores rápidos de cambiosde expectativasen los chaquinos,
especialmente en el grupo de campesinos más allegado a cada institución
(autoridades, individuos interesados con determinadas características -alfa-
betos, con salidas a la selva y Huanta, muchos de ellos evangélicos-).

Esta expansión parece haber sido promovido por los chaquinos


retornantes de Huanta y del valle del Rio Apurimac, quienes convirtieron
primero a sus familiares más cercanos (familia nuclear) y luego a su familia
extensa. Esta expansión (de la cual no tenemos cifras], es importante por-
que dentro de la comunidad de Chaca, existe un grupo de varones de edad
mediana con un muy importante acceso a los cargos y arraigo entre la
población, la mayoria de los cuales (con importantes excepciones) son evan-
gélicos. Estos hombres llevan consigo una serie de ideas y opiniones respec-
to a los cambios y progresos que deben tener Chaca y sus miembros.

El conjunto de cambios que hemos reseñado líneas antes nos suscita


las siguientes ideas. Hay dos tipos de cambios: a) los que tienen que ver
con la generación de un nuevo ambiente (material),y b) los que tienen que
ver con los cambios en las personas creando en ellas nuevas habilidades,
experiencias, expectativas y discursos.
Ambos tipos de cambios han generado condiciones modernizantes
de vida para los chaquinos. Es notable entre los chaquinos una nueva
plataforma desde la cual piensan y hacen su futuro comunal, familiar y
personal (distinta a la que habrían tenido si no hubieran pasado por este
periodo de violencia). Esta nueva plataforma involucra un espacio distinto
para relacionarse: el de la agrupación. En este nuevo espacio se densifican
las relaciones y lo público cobra una importancia especial. Esta platafor-
ma también involuna una serie de comportamientos menos guiados por
la tradicións y deseos y expectativas de cambio muy fuertes.

Como por ejemplo la notable participación de las chaquinas (genemlmente aceptada por
SUS esposos)en el programa de planificación familiar.
Estos cambios (que generan condiciones modernizantes), al haber-
se producido en un corto periodo de tiempo y al no tener como contra-
parte una transformación de las formas productivas, han creado ciertas
contradicciones. Estas contradicciones hacen carne en las personas y en
sus opiniones. Entonces, es común encontrar que respecto al mismo asun-
to, por ejemplo respecto a lo que significa vivir agrupados, una misma
persona pueda a la vez expresar dos opiniones radicalmente distintas.
Este es el caso de un grupo importante de hombres y mujeres de la
comunidad que al evaluar el significado de la agrupación encuentran que
la única utilidad que tiene para ellos es la de resguardarse del PCP-SL; a
la vez añoran un pasado solitario en sus chacras ( p a n algunos experi-
mentado personalmente, para otros solo conocido por los relatos de los
mayores), y contradictoriamente, también a la vez, ahora (según expli-
can) .ya no se acostumbrarían. a vivir desagrupados. En fin, la calidad
aatípica. de estos cambios modernizantes (que nos obligaría a llamarlos
anodernizoides,, o algo por el estilo) ha generado una serie de deseos e
ideas variados, ambiguos y en algunos casos contradictorios dentro de la
comunidad, dentro de cada familia e incluso dentro de cada persona.
Existen entre estos cambios, algunos que no han sido generados u
originados (digamos *desde su primer origen.) por el proceso de violencia
(como lo sería por ejemplo la agrupación), sino que han sido acelerados
debido a este. En este sentido, podemos decir que había en marcha (muy
lenta es cierto), antes del periodo de violencia, ciertas tendencias hacia la
modernización que tenían consecuencias importantes sobre esta parte de
la provincia de Huanta. Como signos de estas tendencias podemos men-
cionar la impulsada por el Estado en términos de educación? la propia
Reforma Agraria en términos productivos y la apertura de la carretera
hacia las alturas desde la capital de la provincia en 1960. Otro importante
impulso a la modernización pudo estar constituido por la floreciente eco-
nomía del valle de río Apurímac, zona a la cual migraron y miyran cons-
tantemente los campesinos de las alturas huantinas (Degregori 1996 y
Del Pino 1996).
De acuerdo con esto, parece ser que tenemos cambios y también
aceleraciones de un proceso en curso, y que entre ellos (entre cambios y
aceleraciones) se han dado combinaciones que crean situaciones comple-
jas de entender.

Evaluaciones personales de los chaquinos sobre el


periodo violencia política y sus deseos de futuro

Las apreciaciones iniciales sobre los datoslo que presentamos en


adelante darán parcial cuenta de dos temas: el primero, las consecuencias

Ames de 1976 lano en que ernpma a funcionar una m e l a pnmana en Chaca. aunque
ooosrecuerdan su eriablmimicntorecien a inioosde los ochenia) exsi an en c m iodz
las comunidades de la zona escuelas vrirnarias unidocentes.El caso m6s imwrtantes es
el de Ingenio Paqre,que tuvo una esnieladesdepar lo rnenm 1966 (referenciapersonal
de un campesino de Paqre radicado en Chacal.
" Esta secci6n ha sido elaborada sobre la base de la revisión parcial de diecinueve de
de la violencia evaluadas desde la experiencia personal de los entrevista-
dos, que reflexionaron y opinaron sobre estas consecuencias para su co-
munidad y para su propia vida personal; en este caso, la formación de la
agrupación y su significado es un tema central. El segundo, las caracterís-
ticas del futuro deseado por los chaquinos.
l
1 : Las consecuencias de la violencia: cosas que no se hubieran he-
cho. cosas que de todos modos se hubieran hecho, cosas que se
.<Y
i dejaron de hacer... y la contradicción [...]
;S'
!N
a Parece ser que la forma más clara de evaluar lo que significaron los
2

jg m:
arios de violencia en la vida de los chaquinos y en la de su comunidad
resultó siendo la de comentar lo que hubiera ocurrido o no si no se hubiera
-. originado el proceso de violencia. En este sentido, los chaquinos evalúan el
, significado de estos arios haciendo afirmaciones como las que reseñamos a
.
,
: ,
continuación.

..... -.
Lo que no se hubiera hecho

El traba0 y las m m e s

Los chaquinos entrevistados nos serialaron que el tiempo de guerra,


a pesar de ser un *tiempo de sufrimiento., también había mejoradox a
Chaca ya que las personas habían adquirido una serie de habilidades y
conocimientos: .un poco han superado [los chaquinos]... más que nada
porque han aprendido a hacer negocios.. Esta impresión se condice con
otras similares que especifican (es una opinión sobre todo varonil) que las
que .han aprendido a trabajar. son las mujeres." Ya que han aprendido
.a hacer negocio. y han aprendido .a trabajar en la chacra..
La llegada de la carretera y la feria a Chaca ha permitido que las
mujeres de todas las edades adquieran experiencia en los negocios. Ellas
participan activamente en la feria de todos los viernes haciendo trueque.
comprando, mirando y disfrutando de la novedad de la gente reunida que
supone la feria. Como se explicó antes, la feria ya existía antes del perio-
do de violencia política, y avanzaba a la par que la carretera, pero no
caminaban hacia ella todos los miembros de la familia. ni siquiera todos los
jefes de hogar de Chaca, menos aún todas las mujeres.
Respecto al trabajo de la chacra, parece ser que las difíciles situacio-
nes que las mujeres en general (madres. esposas, hijas, hermanas ...) tuvie-
ron que enfrentar para subsistir y procurar la subsistencia de su familia
en el contexto de guerra, fomentó entre ellas la experiencia de trabajar en
las labores más duras de la chacra, así como algunas formas de conse-
guir dinero. En la actualidad, las viudas y madres solteras que no tienen
hijos varones grandes trabajan solas en las labores más rudas de la siem-

las cuarenta y ocho entrevistas que realhamor en Chaca entre enero y julio de
1997.
" Información proveniente de encuesta de lPM hecha en 1994.
bra, que para todos son tareas destinadas a los hombres (como por
ejemplo el romper el terreno). Ciertamente, sus terrenos producen menos
y ellas no tienen la posibilidad de trabajar como peones (como lo hacen
los hombres), para, a su vez, con el dinero ganado contratar peones que
las ayuden a trabajar en sus chacras. Pero muchas han resuelto esa vía
de obtención de dinero haciendo quesillo (kochipo) o comida para vender
en la feria. Estas mujeres solas, ademtis, contribuyen sin problemas con
su cuota de trabajo en las faenas comunales.

- -->

L a organización

Algunas personas señalan que a partir del enfrentamiento de la vio-


lencia y habiéndose formado la agrupación, la organización de la comuni-
dad se ha vuelto más sólida porque con el enfrentamiento de la guerra
han adquirido *experiencia*: .hay más organización, ya no es igual que
antes, antes ... justamente por el terrorismo han aprendido a organizarse..

Esta es la explicación que nos brindó un joven evangélico al respec-


to:

Han tomado experiencias, más, así han ido a Huanta a Ayacucho


así, ahora ya han vuelto. ya pues una experiencia han tomado, y
ahora ya tienen una experiencia para pasar una autoridad siquie-
ra. Antes no han ido nada, no sabían nada ... han cambiado.

La explicación que reproducimos a continuación corresponde a un


hombre de 32 años %yernode Chaca. (nacido en otro lugar casado con una
mujer de Chaca), que se hizo autoridad desde que llegó a Chaca en los
atios crudos de la guerra. Es evangélico y forma parte un grupo de hom-
bres que hicieron y hacen el papel de una vanguardia para su comuni-
dad:12

Si no hubiera habido guerra, hubiéramos continuado en la misma


situación de antes, como teníamos suficiente nuestras cosas (ce-
reales. alimentos), como teníamos eso, entonces no hubiera ha-
bido m65 preocupaciones, ¿no?, entonces continuaríamos como
hemos estado anteriormente, no nos hubiésemos civilizado.

Cabe mencionar que el hecho de haber accedido a la civilización


parece ser un tema recurrente entre los varones evangélicos. Sin embar-
go esta positiva evaluación no le deja olvidar el tiempo duro de enfrenta-
miento de la violencia y todas sus consecuencias:

l2
Como explicamos antes, en este grupo se puede ubicar a hombres que ahora tienen
mire 28 y 36arios (aunque hay "nos pocos mayoresl. con alguno;ariosde educa-
ción prmaria y con saldara la selva. H ~ a n t ai Ayacucno. La ma,oria san evon-
gélicos. Ocuparon algún
. cargo - durante el tiemoo de la violencia v actualmente
ocupan cargos menos importantes. pero conservan su mismo poder de generadores
como opinión. Son interlocutores normales de los miembros de instituciones quber-
namentales y no gubernamentaler.

(221)
Bueno, la violencia nos ha permitido civilizarnos, vivir como en una
ciudad juntos, todo eso nos ha permitido, pero la violencia significó
un tiempo de sufrimientos. porque nosotros hemos vivido en las fal-
das de los cenos,'3 hemos vivido, continuamos haciendo vigilancias,
en ese tiempo de problemas muchos han tenido sus hijos, entonces
como han vivido esos ataques y enfrentamientos, entonces de eso
, .
i
hay problemas muy fuertes en los niños, que cuando van al colegio
no aprenden fácilmente, entonces tienen problemas psicológicos a
oi diferencia de los nirios que ahora tenernos. Ellos aprenden más rápi-
3
do, pero los anteriores tienen problema^.'^
-.

. ..
..
La agrupación
i
!, :, La agrupación es el principal suceso q u e s e seriala no hubiera ocu-
. rrido d e no haber pasado por el periodo d e violencia. Al preguntar por
c ó m o sería Chaca d e n o haber pasado por ese tiempo, todos aseguran
q u e *estarían e n sus lugares cada uno., q u e vivirían dispersos todos e n la
gran extensión d e los terrenos d e Chaca, *que no hubiera habido pueblo,).
Sin embargo, también es cierto q u e algunos piensan que en un pro-
ceso más largo (tal vez adivinando un proceso d e modernización d e más
largo plazo) d e todas maneras hubieran llegado a ser un pueblo: %deun
m o d o u otro m o d o hubiéramos sido pueblo,,.
Para todos la agrupación representa la apariencia d e un pueblo;
entonces está muy extendido el gusto por las novedades urbanísticas como
alas calles derechas. (.<ahora veo calles.), <<ellocal comunal., da posta, las
aulas nuevas, las viviendas d e los profesores,,. La preocupación por lo
derechas o n o q u e están las calles es una preocupación constante, y apa-
rece e n todas las entrevistas. Tal vez, c o m o nos sugería un amigo, la nece-
sidad d e afirmar su inicial modernidad hacía q u e este interés por un tema
al parecer poco importante cobrara el sentido d e una exigencia, algo
primordial a conseguir.
Para la mayoría ( n o necesariamente para todos, como era el caso
del gusto por lo urbanístico), la agrupación significa la alegría d e vivir
reunidos: m e gusta Chaca porque hay cantidad d e gente (mucha gen-
te).. Y con este gusto d e vivir reunidos encuentran la necesidad -ahora
al parecer irrenunciable, lo q u e ellos llaman ~acostumbramiento~- d e

U PCP-SL era ir a dormir a las pequefiar cuevas de las cenos. ya que estas ataques re
daban generalmente durante la noche.
" Comparando y asociando esta última opini6n con otras que tratan sobre la vida
durante el tiempo de violencia. nos damos cuenta de que hay u n moda similar de
acercarse al parada y pensar en el presente. Recordar el tiempo de la violencia es
hablar de u n tiempo de sufrimientos. Casi par brindarle información al entrevista-
dor. re explican las medidas de seguridad que r e tomaban en esos días: .todas las
noches teníamos que ir a los cenos*, m a s faltaba alimentosn. "hacíamos vigilan-
cia., ~dorrniamoren los cerrar.. Hablar del presente es. sin embarga. hacer re-
flexiones mas globales sobre las cambios. El pasado se cuenta como si se tratara de
anécdotas, tristes y trágicas, pero siempre con el tono de las anécdotas. Del presen-
te se habla reflexionando. En ese sentido, una parte de la opinión anterior es algo
distinta ya que también trata sobre las consecuencias que trajo la guerra sobre los
nifios.
seguir viviendo así. De otro modo, piensan, -viviríamos desolados; ya nos
hemos acostumbrado a vivir así reunidos..
Las relaciones sociales se han densificado; las interacciones diarias
y constantes han creado más gente efectivamente relacionada entre sí y
unida .por vínculos económicos y morales. (Durkheim). Entonces se han
formado minúsculas vecindades, y esto hace que dos niíios tengan más
ganas de ir a su colegio porque están con sus amiguitos. y que das
señoras ahora tienen amigas, antes pastando solo se veían de lejos y ni se
saludaban,,.
Esta densificación de relaciones alegra a la mayoría de chaquinos.
Algo en términos de sociabilidad ha cambiado. Esta es la sugerente opi-
nión de un joven de 20 años:

[suspira, piensa)... mejor cuando estamos chocando entre todos


los comuneros, saludando: .¡buenos días!. [entona con dulzura],
diciendo felu también. Eso sena lo mejor.[...1 a cada rato tocas
con tus amigos: aicómo estás?. Esto sería pues lo mejor para mí.

La agrupación también ha ampliado el espacio público.15 Allí, aho-


ra, se ve, conoce, juzga y premia a los miembros de la comunidad.
Se juzga al conocer el comportamiento de los demás, al ver sus mo-
vimientos, las entradas y salidas de su casa, sus conversaciones con los
demás Este es el caso de una mujer muera de Chaca., proveniente de
Huanta, que según explica es atormentada por las habladurías y los chis-
mes que se han creado sobre ella, por ser de Huanta, .si converso con un
varón es para que me celen, para que me digan que ya me estoy juntan-
d o ~ En
. las entrevistas, un gran número de hombres y mujeres responde
que no habla con personas de otro sexo (que no sean parientes y vecinos
cercanos) .porque tiene recelo..
Se premia al generar espacios de actuación pública constantes, como
el de la Asamblea, de casi todas las madmgadas, donde se exponen los
problemas del día y se conversa y decide su resolución. Esta es la opinión
de un varón de mediana edad:

l...] nosotros así viviendo juntos hemos aprendido a reconocer a


la gente, quién toma interés, quién es más activo en las reunio-
nes; así nosotros así ya nombramos a esas personas quienes van
a realizar las gestiones ante las oficinas.

Sin embargo las mismas personas, exactamente las mismas que dis-
frutan hablando de estas ventajas de la agrupación, piensan que si no se
hubieran reunido estarían mejor, porque productivamente, para trabajar,
producir y alimentarse, la agrupación trae muchas desventajas. Estas son
algunas opiniones: «siviviéramos separados sembraríamosen amplio., den-
dríamos más ganado, porque estarían en más campos, wiviendo así agru-
pados no tenemos tanto ganado, por eso no tenemos abonos y por eso ya
no sembramos bien..

" Jefrey G m (1996)hace una interesante reflexión respedo a la conformación del


espacio público en estas comunidades.
Algunos además hacen observaciones sobre la forma de vida y or-
ganización que trae la agnipación y que también los perjudica produdi-
vamente (además del desventajoso uso del espacio para producir):

Más mejor hubiera sido si no hubiera entrado la violencia porque


antes vivíamos en diferentes partes, en sectores, ahí nos hemos
sembrado bien, nos teníamos mayor parte de nuestras cosas de
I animales, de todo. en la chacra también mayormente trabajamos,
m, pero ahora así con la violencia ya no se puede trabajar, porque de
2
-m
2 aquí subirlo a lejos trabajar es perdida de tiempo: asimismo acá en
I 1.
& el pueblo mismo también hay faenas, trabajando en faenas tam-
g bién no sembramos, no trabajamos en su tiempo nomás enton-
ces ya no sacamos cosecha, ya no es como debe ser.
.-niC
-,
ni,
A esto se agrega que la mayoría también se queja de las pequeñas
i peleas y conflictos que se dan con los vecinos porque sus animales meno-
: res (y muchas veces medianos como cerdos y ovejas) entran y malogran los
jardines y huertas de las casas de los otros. y viceversa.
A pesar de este contraste entre ventajas y desventajas de la agrupa-
ción, logra aparecer una realista y orgullosa adaptación al presente y a lo
que se cree será el futuro de su comunidad. La opinión que presentamos
ahora es la de un joven realmente convencido de las desventajas de la
agrupación. Sin embargo, al plantearle la posibilidad de una decisión co-
munal para desagruparse y así producir mejor, responde haciendo alusión
a una situación irreversible:

[...]ahora en vez de desagruparse, mejor agrupados ya, quisiéra-


mos lograr otras mejoras ya para el pueblo l...] ahora ya estamos
agrupados ya no es para volver a agruparse; si no hubiéramos
agrupado de antes así hubiéramos quedado más bueno, pero aho-
ra que estamos mejorados en agmpado ya no se puede desagrupar.

Lo que de toda8 maneras


se hubiera hecho

Salidas a la selva

Sin embargo también hay experiencias que se cree se hubieran vivi-


d o de todas maneras. Algunos dicen que la pobreza es una de las expe-
riencias que ellos hubieran vivido como ahora: d a pobreza hubiera segui-
do, antes éramos pobres ahora también.. Muchos varones están seguros
de que llegados a determinada edad hubieran ido a trabajar a la selva, y
tal vez negociando su ganado también habrían ido a Huanta. La salida de
estas personas se hubiera dado igual, pero tal vez la guerra aportó el
carácter de necesidad, e hizo que para muchos este fuera un plan
impostergable. Sin embargo, según nuestro parecer, para las mujeres sí
constituyó un cambio, especialmente para las que perdieron a sus padres
y con ello iniciaron vidas más independientes junto a padrinos y tíos, que
no necesariamente fueron tutores con excesivo celo sobre ellas.
Acceso a la educación

El acceso a la educación hubiera sido un proceso que al parecer


hubiera seguido un avance significativo, tal vez solo como hasta ahora o tal
vez mayor. De hecho, se iniciaba una tendencia en aumento en los años
previos de la guena, pero se daba más para los varones que para las
mujeres. Conversando sobre su experiencia escolar, los hombres tienen
casi siempre un temprano inicio en la escuela (entre 6, 7 y 8 años), lo que
es significativo en el campo, donde un inicio temprano normal en la escue-
la suele expresar el interés de los padres por la educación de los hijos y el
deseo o los planes de que sigan también la secundaria. Las mujeres, en
contraste, casi no fueron a la escuela. Aciualmente los padres jóvenes
están convencidos de que las niñas deben saber leer y hacer cuentas para
interactuar en la feria y ser útiles en un posible negocio o tiendita.

LO QUE SE D ~ HACER
W DE

El periodo de violencia también significó que muchas personas en


Chaca dejaran lo que hubieran querido y planearon hacer. Estos son los
planes truncos. En general estos planes se hacen más evidentes para los
varones, que al responder sobre cómo hubiera sido su vida de no haber
pasado por el periodo de violencia, rápidamente recalan en una afligida
queja de todo lo que no pudieron hacer a consecuencia de la guerra.

Migración exitosa

Algunos aseguran que hubieran estado en la selva y que allí se hubie-


ran quedado trabajando y a vivir, y que eso habían pensado de chiquillos:

[...]mi plan era de viajar a la selva y en la selva quedarme porque


mis patrones me han dado terreno y hemos sembrado café todo
eso en dos hectáreas pero lamentablemente con la violencia se
ha afectado en la selva también por eso me he venido dejando
eso.

Otros manifiestan que debido al periodo de violencia no pudieron


seguir educándose. Para explicar esta pérdida dan dos tipos de razones:
que la crisis económica generada por el periodo de violencia los obligó a
participar en la estrategia familiar de reproducción familiar de manera
más comprometida, y que debido a esta crisis y a la consecuente insufi-
ciencia de recursos, estudiar no era una prioridad. Aquí tenemos dos opi-
niones:

[...) la guerra me ha perjudicado del estudio. de todo pues.

[...] yo hubiera estado de repente en Huanta, iba a estudiar la


secundaria, ahí tenía mis familiares para trabajar en lnka Kola
[embotelladorade bebida gaseosa en Huanta],ahora ya no pues, si
hubiera estudiado sí me gustaría Huanta, ahora no me gusta nada.
!
Perder la opominidad de educarse y acceder a la secundaria signifi-
có también perder la posibilidad de migrar exitosamente. Casi todos los
varones jóvenes recalan en este condicional. De ser educados, de termi-
nar la secundaria, hubieran podido interactuar en la ciudad, en Huanta,
conseguir trabajo, hablar castellano, incorporarse sin mayores sufrimien-
tos, ser menos vulnerables; no siéndolo, las posibilidades de fracaso en la
ciudad serían casi seguras.
, .,
!. . LACOMRADICCI~N

La impresión inicial, al preguntar por cómo habría sido Chaca de no


haber violencia, y cómo sería la vida de la persona entrevistada en caso de
que este periodo no se hubiera dado: es la de estar escuchando ideas
contradictorias entre sí. Luego, escuchando y revisando más atentamente
las respuestas, nos encontramos con que en realidad en todos y cada uno
de los individuos (hombres y mujeres aunque con matices de género) se
repite una sola y única contradicción. Y esta contradicción parece tener
que ver fundamentalmente con la existencia de la agmpación (y todo lo
que significa) y su no-correspondencia a la forma que tienen de producir.
Por un lado se expresa la alegría de ver a Chaca mejorada., de
verla como una promesa para la llegada de servicios urbanos básicos y la
constitución en una pequeña ciudad; por otro lado, se hace una evalua-
ción seriamente negativa de lo que significó la guerra para la vida econó-
mica de la misma comunidad.
Por un lado se hacen notar las amplias posibilidades de desarrollo
futuro económico personal y familiar; por otro lado, se añora el pasado
tranquilo de las chacras solitarias, de la Chaca de antes en la que se piensa
que se viviría mejor que ahora.
¿A qué se debe? La explicación que sugerimos es que Chaca se
encontraba en un momento de desarrollo en que todavía no habían termi-
nado de asentarse los importantes cambios que suponían la Reforma Agra-
ria y el lento proceso de modernización que parecía iniciarse para esta
parte de la provincia de Huanta. Luego, sin trámite, se vio expuesta a un
conjunto de influencias llevadas por la acción del PCP-SL y su enfrenta-
miento con el Estado, que hicieron que en un periodo de más o menos
trece o catorce años diera algo así como un -salto de garrocha. hacia su
situación actual. omitiendo un largo trecho de cambios económicos que tal
vez hubieran reorganizado o diluido la tradicional organización de la pro-
ducción de la zona reemplazándola por otra, haciendo normales y consis-
tentes las novedades que ahora se ven en Chaca.

. . .. . .~ .

El fituro deseado: adaptaciones doIorosas y sueños


Cuando algunos de los actuales chaquinos reflexionan sobre el futu-
ro, piensan en un conjunto de cambios que ni siquiera imaginan muy bien
pero que están seguros de que ya están en marcha. La llegada de las
instituciones estatales, de las ONG y toda la suerte de transformaciones
que ha sufrido su vida, ha alimentado esa idea. Frente a eso algunos de
ellos proclaman una adaptación casi total, guiándose mucho por los men-
sajes de progreso expresados por los profesionales mestizos que llegan
desde Huanta y Ayacucho como profesores, ingenieros, enfermeras y téc-
nicos de salud. En esta necesidad de adaptación se puede expresar inclu-
so una necesidad dolorosa de cambio o pérdida de su identidad étnica:

Ahora tenemos que cambiar la situación porque las leyes, todo, son
otra forma nueva ya ... y de acuerdo a eso a nuestros hijos tenemos que
ensefiar.
n
Deben cambiar total ya porque así aquí vienen mayormente de la
ciudad y nos critican cómo nos vestimos, cómo nos ponemos,
con ropa de altura, entonces con eso la gente piensa que no=-
tros estamos continuando con vestir como antes de los abuelos,
il
:o

BE
asimismo de modo de hablar también deben de cambiar, ya la >i
gente deben de hablar de otra manera, con mayor respeto así con 0
'U
los ingenieros, con los periodistas, todo acá se está viniendo, por -
.-o
esa razón deben de cambiar ya casi total. >

Otros, en cambio, frente a estos posibles cambios expresan temor


;
junto con la orgullosa convicción de que sí quieren mejorar, sí quieren
U
que Chaca sea una ciudad, y educar a sus hijos, pero que quieren hacer-
lo en plena posesión de sus derechos, de organizar su progreso y decidir
qué quieren que cambien y qué no. Y a la base de todo eso, la certeza de
que para que en Chaca se dé cualquier tipo de novedades, primero deben
mejorar ellos. Aquí tenemos la opinión de un joven, relacionada con esta
idea, a partir de la pregunta de si le gustaría que llegasen personas de
fuera de Chaca a instalarse allí llevando con ellos comercio u otras activi-
dades económicas importantes:

No, no me gustaría [enfático],deben mejorarse de acá mismo l...]


después de que mejore toda la gente de Chaca, después ya ven-
drán. Vendrían de otros lugares a veces, uno que tenga estudio,
que tenga superioridad, de repente nos puede manipular.

Hay también hombres y mujeres (de todas las edades, como en los
dos anteriores tipos de opiniones) que lo único que desean es vivir tranqui-
los .pasar la vida bien, trabajar.. No les interesan mucho los cambios,
piensan que Chaca ahora ya está mejor y que falta aún el sewicio de
electricidad, pero haciendo evaluaciones duramente realistas piensan que
Chaca no cambiará en más cosas, y que si eso ocurre, lo único que desean
ellos es vivir tranquilos y con recursos suficientes.

-Epílogo
El jueves 20 de agosto de este ano (1998)Chaca cumplió su primer
aniversario como Consejo Menor. Actualmente es la sede de una munici-
palidad delegada que tiene como área de influencia a las comunidades
vecinas de Lambras, Paqchanqa, Chinchay, Parqora, Ingenio Paqre y Pdqa.
PUNS,una comunidad de la zona, está en proceso de constituirse también
como Consejo Menor.
Este año también se instaló el colegio secundario de Chaca, con ca-
torce alumnos. Pero a poco tiempo de funcionar fue clausurado por la
Unidad d e Servicios Educativos (USE)-Huanta,con el argumento d e que
el número d e alumnos era insuficiente. A finales del mes d e agosto los
chaquinos (padres e hijos) y los profesores organizaban una manifestación
frente a la USE (para la que todos, padres, niños y profesores viajarían a
Huanta) con el fin d e pedir más profesores para su escuela (ya que todo el
año habían faltado tres profesores para tres d e las aulas) y para reclamar
", i , por su colegio secundario.
1 ;
En las recientes elecciones municipales, por primera vez en su histo-
c ,~
101
ria dos chaquinos conformaron listas que aspiraban a ganar la alcaldía d e
jf! Santillana. Actualmente, además, en Chaca funcionan una Caja Rural y
un Núcleo Rural d e Administración d e Justicia (NURAJ) promovidos por

1,>I.
una institución no gubernamental ([PAZ).El N U W , conformado por un
consejo de las autoridades más representativas de Chaca y comunidades
vecinas, había tratado hasta finales d e agosto d e este año 32 casos, de los
1/"i /
1 cuales 24 habían sido resueltos.
1;
. .
.~.
. 1 -Y:-]
~.~
Bibliografía citada

ARIAS, Arturo
1990 Changing lndian Identity: Guatemala's Violent Transition to Modernity~.
En Guatemalan Indians and thestate: 1540lo 1988, Carol A. Smith (d.).
Austin: University of Texas Press, pp. 230-257.

BASADRE, Jorge
1983 Historia de IaRepública del Wrú. Tomos I y II. Lima: Editorial Universitaria.

CORONEL, José
1996 *Violencia política y respuestas campesinas en Huanta*. En Las rondas
mmwsinas v la derrotadeSenderoLuminosoCarlos lv6n Deoreoori "~ led.)
Lima: lnsti&to de Estudioskmanos (IEP)/universidad Nacional desan
Cristóbal de Huamanga (UNCCH),pp. 29-111.

DEGREGORI, Carlos Iván


1990 Ayacucho 1969-1979.El surgimieniode Sendero Luminoso Lima: IEP
1996 dvanicho. demuésde la violencia.. En Las ronda mmwsinas u la denota
d e - ~ e n d e ~ ~ u ~ i nLima:
o s o IEPI
. UNSCH, pp. 15-28.

DEL PINO. Ponciano


1996 .Tiempos de guena y de dioses: ronderos, evangélicos y senderistas
en el valle del río Apurímaca. En Carlos lv6n Degregori (ed.).Las rondas
campesinas y la derrota de Sendero Luminoso Lima: IEPI UNSCH, pp.
117-188.

DURKHEIM, Ernile
1982 Las reglas del método sociológico. Madrid: Orbis

GAMARRA. Jefrey
1996 .Lo público y lo privado en tres comunidades de desplazados
retornaniesen Huanta-Ayanicho*,Afanes. Búsqueda desde Huamanga,
Revista de la Facultad de Ciencias Sociales de la UNSCH, ano 1, N' 1
pp. 33-46.
HUSSON, Patrick
1992 De la g u e m a la rebelión (Huanta, siglo XDO. Lima-Cuzco: Centro de
Estudios RegionalesAndinos ~Bartoloméde Las CasasJ Instituto Francés
de Estudios Andinos (IFEAIlPa~ickHusson.

MÉNDEZ, Cecilia
1996 aRebelion Without Resistance: Huantas'Monarchist Peasants in the
Making of Peruvian State, Ayacucho 1825-1850.. Tesis Ph.Doc. State
University of New York at Stony Brook.
el nuevo espacio público
mediático en el perú

jose luis vargas gutiérrez

Uno de los debates más interesantes en el mundo académico actual


se refiere al nuevo tipo de sociedad. No solo los números, sino también
otros datos ligados básicamente a las nuevas relaciones sociopolíticas, nos
van confirmando que vivimos un cambio de época que está viendo nacer
una nueva sociedad. Científicos sociales y filósofos la denominan de dife-
rentes maneras: sociedad virtual, sociedad del conocimiento, sociedad
posindustrial, sociedad infocomunicacional, sociedad global, sociedad de
la galaxia bit, sociedad de Los medios, etcétera.'
Hay, efectivamente, muchas maneras de denominar a esta nueva
sociedad; pero todas se refieren, recordando a la clásica denominación de
*aldea global. de Marshall McLuhan (1985) a un mundo interconectado
por la tecnología y por la inmediatez de las comunicaciones. lo que genera
no solo nuevos espacios o industrias culturales sino también nuevos secto-
res de la economía.
Estamos hablando, pues, de que la sociedad industrial, también co-
nocida como la sociedad de masas. ya está dejando de ser, está desapare-
ciendo para dar paso a Lo que hoy llamamos ala sociedad de la informa-
ción.. Esta sociedad de la información ya tiene un icono representativo
que señala, además, el gran avance tecnológico alcanzado por la humani-
dad:' la computadora. Del mismo modo, también tiene un nuevo símbolo

' Un verdadero abanico descriptivo de las formas de calificar a la epoca actual,


puede verse en RONCAGLIOLO 1997.
Jamás atribuyó a la tecnología tanto valor como en la actualidad. Es más: en un
esquema de desarrollo económico su presencia es decisiva, ya que en su esencia
está latente la capacidad de reducir significativamente los -tos de producción. En
tal sentido, el progreso tecnológico permite el ahono de capital, materias primas,
energía y trabajo, así como conlleva la capacidad de provh-ar un efecto sinérgico,
es decir, de hacer posible el concurso activo y concertado de varios órganos, para
realiar una función productiva armónica y de carácter acumulativo.
de riqueza y fuente de poder para las naciones: la información, el conoci-
miento. Eso significa que hoy por hoy el desarrollo de las naciones no se
mide por la cantidad de acero que producen anualmente sino por la pro-
ducción, el intercambio o la apropiación de información (Lyotard 1986)
Esta situación se va acentuando cada vez más y la tendencia es que en el
futuro inmediato tendrá más poder no sólo quien maneje o controle el mayor
caudal de información, sino quien controle la generación de nuevos co-
nocimientos y, a partir de ellos, la generación de nuevas tecnologías.
Esta transfomación no solo se está dando en lo económico. sino
también en el orden social y cultural. Hay pues, como lo llama Erick
Hobsbawm (1995),una revolución cultural que está configurando nuevas
redes. sentido y símbolos que nos van a permitir vivir en sociedad. Una de
esas transformaciones se da en los tradicionales espacios públicos; es de-
cir, aquellos ámbitos o escenarios donde los ciudadanos discutimos y deci-
dimos asuntos de interés colectivo. Ese ejercicio que nos humaniza y, por
tanto, nos diferencia de otras especies, ya no se puede hacer en una plaza
o agora, a la usanza de la vieja Grecia, como nos lo recuerda Hannah
Arendt (1974 y 1970); tampoco se hace en los cafés o círculos sociales o
literarios de principios del siglo xviii, como lo describe Habemas (1981).
No. En la actualidad, en esta sociedad de la información se está constru-
yendo un nuevo espacio, llamado espacio público mediático. En las pala-
bras de Jean-Marc Ferry:

La redefinición del espacio público está justificada por el adveni-


miento de la .sociedad de los medios., un siglo después de la
.sociedad de masas.. Para ello se puede partir de una reflexión
sobre el espacio público, entendido en su acepción más amplia.
El .espacio público^, que con mucho desborda el campo de
interacción definido por la comunicación política, es - e n senti-
do lato- el marco amediáticon gracias al cual el dispositivo
institucional y tecnológico propio de las sociedades posindustriales
es capaz de presentar a un upúblicon los múltiples aspectos de la
vida social. l1992:19)

En este nuevo espacio, lo público, como lo indica Fery, no es solo un


conjunto humano de una nación sino de todos los que son capaces de
percibir y comprender los mensajes difundidos en el mundo; lo mediático
es aquello que mediatia la comunicación de las sociedades consigo mis-
mas y entre sí (1992: 20).
En este nuevo espacio, conceptos y prácticas tradicionales como
opinión pública, política, y comunicaciones no van aislados sino que se
integran y complementan, configurando lo que hoy se conoce como comu-
nicación política (Wolton 1992), respondiendo así a las principales carac-
terísticas de la política contemporánea: la expansión de la esfera política
con el aumento de los problemas y los actores que se van integrando a él
y la importancia creciente de las comunicaciones, además del peso de los
medios y de la opinión pública expresada a través de los sondeos. Eso
significa que no podemos hablar de democracia si obviarnos el papel de
las comunicaciones y en particular de los medios, pues en la actualidad es
imposible gobernar sin retrovisor, es decir, ignorando lo que quiere la opi-
nión pública. En este sentido, mientras por un lado las encuestas se cons-
tituyen en los retrovisores de la opinión pública, por el otro, los medios
cumplen el papel descendente y ascendente, o sea del poder político a la
ciudadanía y de esta a aquella (Jean-Marc Feny 1992: 30).
Sin embargo, como lo advierte John Keane (19951, esta nueva socie-
dad, con nuevos espacios, nuevas formas de integración social alejadas de
privilegios y todo tipo de prejuicios, no es el paraíso, no produce concien-
cias felices; al contrario, genera también nuevas paradojas y contradiccio-
nes. Una de ellas es que a pesar de la abundancia comunicativa, cada vez
se nota menos comunicación en la sociedad; otra es que cada vez se hace
más evidente la aparición de un fenómeno conocido como la privacidad
desvirtuada, es decir, que en la era de la abundancia comunicativa ningu-
na privacidad estaría a buen recaudo.
Todos estos nuevos elementos, ¿cómo llegan o afectan a la sociedad
peruana? Nosotros creemos que el nuevo tipo de sociedad no solo nos
llega sino que nos envuelve y por tanto nos afecta. No comulgamos con
quienes creen que hablar en el Pení de una sociedad informatizada, cuan-
do hay sectores que ni siquiera tienen libros para aprender a leer, es
irónico; incluso que es incorrecto manejar la noción de posmodernidad
cuando el país ni siquiera ha conocido la modernidad, lo cual nos lleva
hasta el extremo de considerar que ni siquiera tenemos ciudadanos. So-
mos conscientes de que somos un país deficitario en general; es cierto que
no estamos integrados como nación, que muchas de nuestras regiones
conservan códigos comunicativos orales, que somos un país
sistemáticamente desinstitucionaliado y sin ánimos de organización? Todo
ello es cierto, pero es cierto también que la sociedad de los medios, como
lo sostiene Pepi Pah.ón (1999) nos hace ciudadanos del mundo en la
medida en que nos hace partícipes de lo que sucede en cualquier lugar
del orbe y que, incluso, gracias a la inventiva y el ingenio peruanos nos
hemos integrado con excelentes posibilidades en él.'

La oferta de los nuevos espacios mediáticos


en el Perú y el caso especial de los taik shows

A pesar de nuestras deficiencias, estamos, pues, dentro de la ola,


parafraseando a Toffler. Esto significa que en el Perú también la opinión

3 Según la Asociación de Comunicadares O u m f u ~ (1998, el 79% de la población


peruana no pertenece a ninguna organización. Del 21% que sí dicen integrar
alguna, se refieren a la iglesia o un club deportivo. Como lo señala el informe: *l...]
es muy significativo que las organizaciones vecinales y las asociaciones de propie-
- tan r>oca
tarios teman . merencia. inclusive no se señala la axiciación de padres de
.
familia; de hecho la mayoría de ciudadana no están organizada y si lo estuvieran
es de manera incidental o muy lejana pues no lo consideran importante en su
declaración, Estar oruanizado
" no constituve una base de autor reconocimiento^.
N a referimos concretamente a la generación de un nuevo sector ocupacional ligado
al consumo. la fabrícación e. incluso, piratería de softluare y hardwre. vinculado a
un gran mercado de consumo de e s e tecnolq'a. S calcula, por ejemplo. que para
1999 todos los estudiantes universitarios de Lima tendrán su casilla electrónica y
acceso Libre a Internet. haciendo que el Peni tenga una tasa de expansión mundial
de este sistema que supera a Europa, pues mientras aquí es 40% mensual. en el viejo
continente es de 20%. Er más para el año 2033, toda la ciudad estará cubietta por
redes de televisión por cable. a la ver que re anuncia el salelite de los paises andinos.
u x o 84 y MANR~wE 1997.
P u e d e v e r s e R o ~ c ~ ~1997:
pública se está generando, básicamente, en un espacio público mediático.
Y aquíviene un problema: ¿cuáles son las características de dicho espacio
mediatiado?, ¿cuáles son sus deficiencias, en este nuevo marco que he-
mos descrito anteriormente? Para intentar responder a estas preguntas,
hagamos un brevísimo repaso de lo que nos ofrecen los medios: por el
lado de la prensa escrita, hay una veintena de diarios cuya mayoría se
encarga de presentar trajinados traseros artísticos. Nos referimos a la pren-
sa amarilla, que tiene actualmente no solo los tirajes sino también los índi-
ces de lectoría más elevados en el Perú. Según el informe de la Compañía
Peruana de Investigación de Mercados (CPI) de noviembre de 1998 el
ranking era el siguiente: El Comercio. 730 mil lectores; Ajá, 303 mil; Ojo,
236 mil; Expreso, 206 mil y La República, 194 miL5
Entre los que podríamos considerar como prensa seria, se nota cier-
to parametraje o temor por abordar o denunciar lo que ocurre en el país;
cuando lo hacen con persistencia, los tentáculos del Estado no tardarán en
llegar.6 En el ámbito de la televisión, cada vez es más notorio que los
contenidos de la prensa amarilla se ha trasladado a las pantallas, dando
origen a lo que hoy es conocido como <<TmshT V n (TVbasura). El mejor
ejemplo de esto son los tristemente célebres talk shows que en 1998 se
constituyeron en el nuevo boom de la televisión nacional (ver cuadro 1).
Este producto televisivo es una copia de un género nacido en Estados
Unidos, que forma parte de uno más grande que es conocido como Reality
Programming o Reality TV; es decir, la delevisión de la realidad),. Como
suele ocurrir en el Perú, las copias las hacemos tarde y mal. Así, de ese
género americano, la televisión nacional ha copiado su aspecto más sórdi-
do: hacer de la miseria humana un espectáculo. A pesar de ello, es suma-
mente interesante analizar dicho género porque no solo se convirtió en un
éxito televisivo sino también en un fenómeno social, por la serie de reac-
ciones que motivó y sigue motivando en varios sectores de la sociedad,'

Recuérdese también que se ha empezado a a m i a r a esa prensa con el %N¡C¡O de


Inteligencia Nacional (SIN). pues cada vez son más hecuentes lar campaíias que al
unísono hace para desprestigiar a las fuenas opositoras al gobierno. Al respecto
puede verse VNAS 1998.
lE" caso de Frecuencia Latina, Canal 2. es contundente. U proceso que inició el
gobierno en 1997 para arrebatade el canal a Baruch lvcher por denunciar casos
como los fabulow~ingresos de Vladimiro Montesinos. el asesinato y la tortura de
miembros del SIN, elcbtera, aún no se detiene e incluso la puntería se dirigió a
otros negocios de este ciudadano. Por ejemplo en el caso de la empresa Paraíso,
fue determinante el papel persecutorio de la Superintendencia Nacional de Adrni-
nishación Tributaria (SUNAT). que se coludió con el Fbder Judicial que de manera
especial sesionó doce horas diarias. incluso lar días feriados. Puede verse editorial
de Expreso. 24-9-98.
' La última semana de mayo de 1998, la Iglesia Peruana se pronunció en contra de
los tofk shows, calificándolos de inmorales. La Asociación de Anunciantez tambih
lo h i o , recordando a los canales televisivos que es su obligación proveer entreteni-
miento, cultura y educación. y advirtiendo que cancelarían algunos contratos publi-
citarios porque se estaba danando a su público-objetivos La última semana de
junio hubo una marcha estudiantil en contra de los talk shows que. según los
estudiantes, no contribuían para nada a la educación del país. Mientras los niños
marchaban, una turba se peleaba por ingresar al Colieo Dibós para palticipar del
programa número cien de "Laura en América". Como resultado del forcejeo, los
jaloner y apretujones, resultó muerla una señora y variar personas heridas.
No era la primera vez que su conductora. Laum Bono. envolvía su programa con
una tragedia: en agosto de 1997 varias adolescentes murieron asfixiadas en el
sino porque también produjo algo nuevo: la presencia de varias voces,
usualmente marginadas del mundo televisivo, exponiendo sus problemas.
Esta razón basta para preguntarse si esos programas se han constituido en
la expresión peruana del nuevo espacio público al que hemos hecho refe-
rencia anteriormente. Es por ello que decidimos investigar este fenómeno,
para averiguar si estos programas tienen la capacidad de ser o si ya son la ; - - I
plataforma de argumentación representativa de nuestra sociedad y, por j !
tanto, creadoras de opinión pública (Vargas 1999).8 iS %S

La hipótesis que confirmamos en el trabajo fue que el boom de los ¡S 1


a.
talk shows en la televisión nacional responde, entre otras cosas, no solo a ,.o:
las transformaciones de este medio de masas, sino que también nos indica :
m :
los cambios culturales y políticos que viene operándose en nuestra socie-
dad, a tono con las transformaciones que se están dando a escala global. ! 2 ,
g: ;
1:
Dichos cambios se ponen de manifiesto en el deseo de la población de , : 1
espectar e incluso participar directamente en este tipo de programas, en 1 :
l !
los que se ventilan en público problemas tradicionalmente íntimos o priva- ..L 1
dos. Por su concepción, estnictura y finalidad, los talk shows podrían ser
socialmente útiles; en otras palabras, convertirse en la mejor expresión
del nuevo espacio público mediático. Estos exitosos programas podrían
ser espacios en que los ciudadanos pongan en ejercicio un debate crítico y
racional que anime un acuerdo, una acción común o, en todo caso, un
compromiso. Sin embargo, en función de cómo se dan en la práctica, los
talk shows nacionales han sido concebidos básicamente con la tradicional
Iógica comercial que sostiene a la televisión nacional; es decir, no solo
imitando un viejo formato de la televisión norteamericana sino también
copiando la fórmula más efectista para lograr el ansiado rating: explotar
el morbo del público, ventilar problemas familiares y de alcoba, preferen-
temente; en resumen, hacer de la miseria humana un espectáculo. En ese
sentido, los talk shows de factura nacional conen la misma suerte de todo
aquello concebido con la mera lógica mercantil: estarán en pantalla mien-
tras gocen de popularidad y se cancelarán cuando el índice de audiencia les
sea adverso, indicando así que esa moda pasó para ceder el lugar a otra.
Uegar a dicha conclusión demandó por parte nuestra no solo un
seguimiento de dichos programas sino también la realización de grupos
focales, tanto en la capital como en provincias, para obtener información
cualitativa que nos permitiera explorar a profundidad los efectos o las
reacciones que producen estos programas en los espectadores. Dentro

concierto de un supuesto dúo artístico, Servando y flor en tino^. Días antes, los temas
tralados en rlntimidadess. talk shou que eUa conducía vía canal 5. tenían que ver con
este dúo. Allí, la conductora aconsejaba a las fans no dejar de asistir al concierto. Des-
pués de la tragedia, muchos programas políticos se preguntaron: *¿qué está pasando en
nuestra juventud?.. lncluro intervino el Congreso de la República; los parlamentarios
prometieron estudiar el tema y legislar para controlar tales fanatismos. Sin embargo,
nadase hizo; ni siquiera se sancionó a la empresa que pemitióel ingresoal espectáculo
de miles de adolescentes. a pesar de que sus instalacionesya estaban abanotadas.
A la conducta dudosa de Laura -o. y a su cada vez mayor relación con el objetivo
reeleccionista del gobierno. Caretas ha dedicado no solo analiiis periodisticossinoinduso
portadas (Caretas 1571. juniode 1999).
Cabe señalar, también. que a fines de octubre de 1998 la Universidad de Lima
organizó el seminario *Los cuarenta anos de la televisión nacionaln y uno de los
temas que más llamó la atención fue el de los tolk shous. llwado a debate como un
simbolo del deterioro de la televisión peruana.
del aspecto cuantitativo, de acuerdo con la muestra con la que trabaja-
mos (cincuenta emisiones, correspondientes a diez de cada programa,
transmitidos en abril de 1998) comprobamos que, en su gran mayoría,
los temas tratados pertenecen a la vida íntima, concretamente a la fami-
liar y sexual de mujeres que provienen de los sectores sociales C y D,
: l siendo a la vez las ediciones más exitosas o de mayor rating (véase cua-
1 ; N:
dro 2). La investigación, en este punto, además, arrojó la conclusión de
que los tolk shows no son la plataforma de discusión representativa de
l nuestra saciedad, y por tanto no son creadoras de opinión pública.
12: Pero entonces, la pregunta sigue abierta: ¿dónde se está formando
131
la opinión pública en el Perú? Incluso hay otra pregunta un tanto peligro-
l.!p;
.?; sa: ¿qué tipo de opinión se está fomlando en la sociedad peruana, si un
:.S<
,-: 8
medio tan poderoso como la televisión sólo se encarga de estimular la
exposición y discusión de temas de extrema bajura? Como lo hemos dicho
IBi antes, responder esta pregunta nos compromete a ligarla con otros con-
. ceptos como política, medios y encuestas, que contribuyen a forjar ciuda-
danía, un concepto aún exótico en muchos sectores de nuestra sociedad.
Esa es, pues, una respuesta que falta encontrar. De la misma mane-
ra, falta encontrar nuestra ubicación como país en la actual sociedad de la
información, pues no se trata de pensar que el flujo de información que
esta nos proporciona en abundancia, se puede equiparar a la formación
de opinión y el consecuente fortalecimientode la identidad, la conciencia
ciudadana y, finalmente, la consolidación de la democracia. Todo esto
requiere necesariamente de antiguas e irreemplazables fórmulas que tie-
nen que ver con el encuentro y el diálogo, con disensos y consensos que nos
guíen hacia una acción concertada. Este es un punto inevitable que sigue
vigente en la agenda del país.

!
Cuadro 1 : Programas de tolkshow en la televisión nacional i
1 .. ~, , , . ..
' I
PROGRAMA CANAL LXASDETRANSMISON HORAS
SLXIANAI.íS
I I I
.m 1 5 1 lunesasábados 1 22

.LauaenAnÉrim 1 4 1 lunesasábados I 12

lunes a domingo
lunes a viernes
lunes a vlernes
lunes a viernes
sábados

Cuadro de elaboración propia, basado en la prqlrornacidn de la tehvkión peruana para abril de 1998.
/ Cuadro 2: Medida porceniual de los lemas tratados en los talk shaws l
1
CURO.

familiar 60
sentimental 10
sexual 30
vecina-social 30
O b 20 20
muesba 10 10 10 10
I Cuadro 3: ~ r o ~ a r n arating,
s, temática e invitados .
por sector socioeconómico en los ialk shows

-
Fecho P r q . Temo Temolico Raiing H M DirnUo
-
BCD
6 abr. Inti Abandmé a m i h i p familiar 10.4 5 0li.SM.lnd.CarVic 3 2
7 abr. lnti Ertoy harto& mi vida renimen 9.9 3 2 Cam.Car.Agur.Un.JM 2 1 2
8 abr. Inti. No creo en lar hombres rexual 10.4 6 Vir.SJL.SJM.Oli.SurCom 1 3 2
9 abr. Inti. Ningun colpgb me quiere familiar 9.8 3 3 SMP.Vr.Com.ATELim.Su 2 2 2
13 abr. l n t i Mi matiddo re cree un n y roma1 9.4 5 V~~A~U.C~~.VS.SJM 1 4
14 abr. Inti. Odio a mi padrarho lamiliar 9.4 2 3 Com,CarAmi.SM.Oli 2 3
15 abr. Inti. No reconocen a mi hijo familiar 9.4 4 SM.SJLVic.Lim 1 2 1
16abr. I n t i Prefiero ladiwiY6n a m i hijo familiar 9.1 5 VS.YM.SL.Sur.SM 2 1 2
17 abr. l n t i Me inicié en un prorlibulo =mal 8.9 4 Sur.Bre.YL.Lin 2 1 1
2Oabi. l n t i Mi padré me violó wxval 8.6 4 Vr,Ag!.Rim.Sur 1 2 1
6 abr. L A . Me aroran rexua1m.m rexual 28.5 6 OI~.B~P.W~.VS,JM.V~~ 1 4 1
7 abr. L A . Abandoné a mis hijos familiar 25.1 2 4 Agu.Com.Vk.Oii.lnd.Sur 1 3 2
8 a b r L A . Parejas en crisis renlimen 23.7 4 4 SM.Com.VS.Rím 2 2
9 abr. LA. O d a a mi padrarno famdiar 21.7 2 3 Lur.CarAgu.RimSur 1 1 3
13 abr. L A Mi padre no m r reconoce lamiliar 23.2 4 2 SM.YL.L~~.I~.V~~..AI. 2 2 2
14 abr. L A Ma.dm banathm familiar 23.1 1 5 Vir,Als.VS.Cam.Rim,Cara 2 4
15 abr. L A Mi hijo me malnata familiar 21.9 5 Vir.VSSlM.Br~.lnd 2 3
16 abr. L A Mandm colowir familiar 21.8 3 3 Oli.Zsr.VMT 1 2
17 abr. L A Mo d v é de una vbbición rexual 21.8 5 5JL.McAgu.Lim.Zhi 1 1 3
20 abr. L A Mi marido me hilo abartar ~xual 23.4 5 1nd.SJL.Rim.SL.Lim 2 1 2
6 abr. P.O. Buscando o1 pecado ohor 12.1 3 3 Mir.SI.Mol.h. 1
7 abr. P.O. Perionar hacaradar rentimsn 8.7 4 2 JM,Rim.Mir.Lim.Sur.Lin 4 1
8 abr. P O Ludópatar familiar 8.1 3 3 Vir.Lim.SI.Mir.Lin,JM 3 1
9 abr. P.O. Madres prcalitular sexual 10.3 5 Call.Agu.SJLAls.ld 1 4
13 abr. P O . Sicatior wc-wii 8.5 5 Com.Call.Agu.sJLVir 2 3
14 abr. P.O. Varinar importabler ver-wic. 7.9 6 Ind.Com.V~.Lim.Sur.Cai 2 1 3
15 abr. P.O. Hombres inorirfibler rexual 6.1 5 SMP.Lin,JM,Oli,Lim 3 2
16 abr. P.O. Mi padre me "616 sexual 9.3 5 Agu.sJL.Rim.sM.Lim 1 1 3
17 abr. P.O. N a o a m i hijo familiar 6.9 5 Call.lnd.Sui.Br.Gi 1 2 2
20 abr. P.O. Me quedé ro1tem rentimon 6.7 6 Lim.Sur.Atr.JM.SMP.Agu 3 1 2
6 abr. EN. Temar rexual 23.3 6 larünar)
7 a b r E N . Enanm obos 18.6 5 1 sMP.Vii.Lim.Cam,YL,Rim 1 4 1
8 abr. E N . Guena de curiadas familiar 20.1 6 Com.lnd.SMP.Vir.TA,YL 3 3
9 abr. E N . Hermane celmm familiar 17.5 3 3 ATE.SMP. lnd 1 2
13 abr. E N . O d a a mi ruega lamiliar 17.3 5 Car.Agu,Vic.Com.SL 1 1 3
14 abr. E N . Sov un aporladoi lamiliar 15.6 4 2 Vic.Ayu.SL.VS.Sur.h 3 1 2
15 abr. E.N Tatuajes ohos 15.3 5 Mr.Vic.Agu.LmJM 2 1 1
16abr. E N . Abados wxual 18.5 5 Ayu.lnd.Com.Lim.SL. 2 3
17 abr. E N . M e a u q u e n m de mi madre familiar 14.9 6 5JM.LimAteJM.Rim.Car 2 1 3
2oabr EN. L< pDgo a mi mara0 famillar 14.7 5 SMP.Vir.Lim.SLAa 2 2 1
6 abr. H.C. S w pandillsia y qué uec-mr. 21.7 5 Vic.SJL,Lim.Sur.lnd. 2 1 2
7 abr. H.C. S q una b d k m obor 19.8 5 SMP.VV.JM.Lic,SL 3 2
8 abr. H.C. Amiiné mi vas p a él renlimm 17.5 5 CO~.I~.SMP.SL,V~C 1 2 2
-
Claves de l a variable Piogama:
Int. = .lnüm&ds. E.N. = .Enbenm.
LA. = Laum en América. H.C. = -Hablemosclaro.
PO. = .Pecadooriginal.

Clavar de l a variable Invitado:


H = Hambre
M= Mujer

i de la variable Dirtrtto:
= Lor Olivos Sur = SurquiOo Zár = Zámte
= San M d n JM = Jedr María " M = V h M a I del %unb
Ird =Independencia 5JL =Can Juan de Lurigancho Mir = Miraflorer
Car = Cambayilo SIM = San Juan de Miraflores S = San lridro .-
vr = La Victoria lim = Lima ( C a d o ) Mol = b Molim
Com = Comas '6 =Villa U S&ador W = Callao
Agur = El Agus<ino Bre = Breña
Ljn =Lince Rim = Rimac

La clarificación de los niveles uxi~conómicorlar hemos tomado de Niueler Socioec~nómimsde


Limo Metropolitono. Lima: Apoyo, 1994.
. ..
.
. -.
...
-
.
~ib&grafíacitada

ARENDT. Hannah
1974 La condición humana. Barcelona: Seix Barral.
i 1970 Sobre lo violencia. México: Cuadernos de Joaquín Moriiz
N .

, CALANDRIA, Asociación de Comunicadores


2&, 1998 La democracia también se hace con los medios. Lima: Calandria.
,. .
.a
m '
p: FERRY, Jean-Marc
>
,,. ,
,.-
1992 &as transformaciones de la publicidad politican. En El nueuo espacio
3. público, Barcelona: Gedisa.
.z
. HABERMAS. Jürgen
; 1981 Historia y crítica de la opinión pública Lo transformación estruchirald e la
vida pública. Barcelona: Gustavo Gili.

KEANE, John
1995 &huciural transformations of the public spheren. The comrnunication
review, vol. 1, OPA.

LYOTARD. Jean-Fransois
1086 La condición post-moderna. Madrid: Cátedra

MANRIQUE, Nelson
1997 La son'edad virtual y otros ensayas. Lima: PontificiaUniversidad Católica
del Pení (PUCP).

McLUHAN, Marshall
1985 La Galaxia Gutenberg: génesis del =horno typographicu~.Barcelona:
Planeta.

PATRÓN.Pepi
1999 d o viejo y lo nuevo de los espacios públicos en el P e ~ En
n Ciudadanos en
la sociedad de la información. Lima: W C e pp. 41-52.

RONCAGLIOLO. Rafael
1997 .Los espacios culturales y su onomástican Diálogos de la comunicación
50, Lima. PP. 83-105.

VARGAS, José Luis


1999 #Adiós a la verguenza, el fenómeno de los talk shows en la televisión
nacionaln Tesis para optar el grado de magíster en Comunicaciones, FUCF:
Lima.

VNAS. Fernando
1998 %Chismey Cia.. . Caretas N"1514. Lima.

WOLTON, Dominique
1992 d a comunicación politica, constnicción de un modelo". En El nueuo
espacio público. Barcelona: Gedisa.
oralizar, democratizar la escritura:
identidad, poder y vendedores de
libros por las calles de lima

&or vich

Por el titulo de este ensayo entiendo no el efecto o la inscripción de


oralidad en la escritura1 sino, más bien, la forma particular en la que un
discuno oral se refiere a la escritura y al aparato ideológico que esta ha
construido. Me interesa rastrear cuáles son las representaciones que de las
relaciones entre la cultura escrita y oral propone un cómico ambulante,
quien justamente articula su performance sobre la base del interés por ven-
der un libro. Quiero concentrarme en el análisis de cómo funcionan esas
categorías en la sujetividad que las utilizan, a qué tipo de ideologías respon-
den y con qué mecanismos han sido impuestas como discursos sociales.
¿Cuáles son las representaciones que de la cultura oral y escrita se
conshyen en la calle? ¿Qué es un libro, qué es la escuela y qué el conoci-
miento para un narrador oral? ¿A qué tipo de aspiraciones sociales respon-
den ambas categorías y con qué tipos de ideologías se relacionan? ¿Se pro-
ducen en la calle representaciones alternativas de las concepciones de
oralidad y escritura que cuestionen las afirmaciones del discurso oficial? ¿Qué
conflictos socioculturales están presentes y se reproducen en las calles res-
pecto de dichos puntos? Estas son algunas de las preguntas que intentaré
responder en las siguientes páginas.
En primer lugar, debo comenzar afirmando que la reflexión sociocultural
en la que este ensayo se inscribe se encuentra relacionada con el funciona-
miento de la .<ciudadletrada. (Rama)y con los diversos mecanismos que esta
ha utilizado para ejercer el control y la disciplina social desde el poder de la
escritura y desde la autoridad de las urbes. Como lo demostró Rama, a
partir de la conquista española la escritura ha sido el espacio privilegiado

' Al respecto. dos libros fundamentales son el de Carlos Pacheco y el de Jorge


Marcone citados al final, e n la bibllograíía.
del saber definiendo y categorizando dentro de sus parámetros a otros siste-
mas de representación. La ciudad letrada fue la protectora del poder colo-
nial y sus intelectuales los encargados de estmcturarlo y dirigirl~.~
Así, desde la Colonia, el discurso hegemónico ha considerado a la
escritura como la encargada de proyectar un ideal de conocimiento y un
.. deteminado orden social cuya representación máxima fue la imaginación
, de una ciudad. EUa no existió antes de su representación y fue un ideal a
: conshuir. La ciudad proyectaría la civilización hacia el campo e itradiaría
i
sus conocimientos para reprimir otro tipo de prácticas, no necesariamente

.
.->
'5
o
,
escritas, que desde muchos años atrás circulaban en el espacio social. Por
tanto, a las ciudades, gobernadas por una crazón ordenadora., les competía
una tarea de dominación y disciplina social que consistía en imponer un
tipo particular de saber - e l saber letrado occidental- sobre cualquier
otro tipo de prácticas a las que se pretendió desautorizar.
Por ello, quiero aproximarme al estudio de la oralidad y de la escritura
no como formas específicas de pensamiento (Goody)ni como mecanismos
cognitivos (Havelock, Ong). sino como usos discursivos del lenguaje, vale
decir, como prácticas sociales mediante las cuales determinados sujetos pue-
den articular su historia y sus representaciones de la realidad social desde
diversos lugares de enunciación. Tomando el marco teórico propuesto des-
de la sociolingüística por los nnew literacy studiesn, creo que es fundamental
entender a la oralidad y a la escritura como usos contextualizados, siempre
inestables, interdependientes entre ellos mismos e íntimamente relaciona-
dos con el contexto cultural y político en que son utilizados.
Como puede obseniarse, esta teoría trata de reaccionar contra mode-
los teóricos que infieren consecuencias cognitivas automáticas respecto de
cada uso del lenguaje - a l que se *esencializa. como xoral,, o .escrito- sin
considerar los contextos específicos en que ellos se inscriben. Además, se
trata también de reaccionar contra la invención de sujetos pasivos que pare-
cen no actuar frente a las prácticas otales y escritas sino que más bien se
infiere que son actuados por ellas.3 Para los mew literacy studies,, todo uso
de relación con las palabras (ya sea oral o escrito)es una forma cultural cuya
valoración social e influencia política depende de factores ideológicos
instaurados en prácticas y aparatos sociales concretos destinados a vigilar el
poder en la sociedad.
Por ello, los modelos propuestos por los autores arriba citados (Goody,
Havelock, Ong) son todos ideológicos en tanto autonomizan o esencializan
cada hecho -<oralidad>>por un lado, y ~escrituranpor o t r e para inferir de
ellos modelos cognitivos muy al margen de los contextos culturales en que se
realizan estos u s o s ~con las palabras. Hoy en día sabemos que existen mu-
chas maneras de relacionarse con la oralidad y la escritura, y que ellas, muy
al margen de ser contrapuestas, están siempre influyéndose y entremez-

En efecto. el dominio espariol sobre tierras americanas se inició con dos actos
emblemáticos donde la escritura jugó un papel fundamental directamente relacio-
nado con el poder y con la apropiación colonial. Basta recordar el hecho de que al
instante de haber desembarcado. Colón mandó a inscribir Jurídicamente las nuevas
tierras en un acto del que se desprenderá un altisimo contenido simbólico. Anos
después, en el caso de los Andes, es famoso el episodio de Cajamarca donde ron las
relaciones con un libro las que desatan el choque cultural. el enfrentamiento y la
automática conquista.
En este punto me parece fundamental el articulo de Finnegan.
dándose. Hay, por ejemplo, formas orales de relacionarse con lo escrito y
también formas escritas de relacionarse con lo oral. A su vez, hay muchas
maneras orales de relacionarse con 40 oral. y muchas otras escritas de
relacionarse con 40 escrito.."
De esta manera, el privilegio de do escritos, reducido al único estilo de
la escolarización occidental, es decir, referido al uso descontextualizado del
lenguaje y separado del sujeto productor.5 resulta ser el privilegio de solo
un aspecto de ese uso que, por otro lado, no es .natural. ni u universal. y
está directamente relacionando con el ejercicio de poder de unos grupos
sobre otros. La oralidad y la escritura se encuentran íntimamente asocia-
das a valores, creencias, subjetividades, roles específicos y redes sociales
en las que los sujetos participan. En ese sentido, ya no se debe hablar de
la oralidad y la escritura como categorías esenciales, ahistóricas y
descontextualizadas, sino más bien, de los ~usosnsociales en las que estas
se inscriben y manifiestan: diversos usos y prácticas con las palabras para
producir significado y conocimiento.
Finalmente, no se trata, además, de aproximamos al estudio de las
relaciones entre oralidad y escritura dentro de teorías que enfaticen un de-
sarrollo unilineal de la historia de la humanidad, entendida esta a partir de
una ideología del .progreso* (Finnegan33). Lo escrito no es necesariamente
el medio más eficaz para administrar y transmitir efectivamente el conoci-
miento. Privilegiar lo letrado sobre lo oral y entenderlo como una forma
pura y sin interferencias significa inventar una teoría muy al margen de los
contextos reales en que estas categorías funcionan.
Por tanto me propongo a n a l i r la manera de percibir, entender y ha-
blar de la escritura desde un sujeto que la asume como una fuente de poder,
pero también como una categoría aitificiosa adscrita a una representación
mental sujeta a ser desconstniida. Como anota Stock (y, como veremos, en
cierta medida lo descubre también el cómico) la oralidad y la escritura son
más repelentes en un discurso social constnrido por una ideología específica

En efecto, varias ctnografias han demostrado que los patrones de interacción entre
losusos orales y escritosmn variados y complejos, y que en la mayoría de comunida-
des ocunen más casas de dircurros orales colectivos actualizados sobre la base de
materialesescritos que casos de escritura realizada de manera individual (tipo esco-
larl. es decir. casos de solo escritura sin nada de oralidad de por medio. Al parecer. la
escuela es el lugar principal donde se produce la separación entre oralidad y esmltu-
ra, y donde a cada categoría se le atribuye un rol determinado y casi excluyente. Por
-
el contrario. fuera de ella. es común aue el sisnificado de un documento escrito sea
por lo general negociado oralmente dentro de patrones interactivor muy particulares
(HEATW19831.
Se pueden mencionar además las sisuientes características de la alfabetización
escolarirada: el énfasis en aspectos formales, el tratamiento de la lengua como una
fuerza extema con reglas y requerimientos a ser aprendidos, la manifestaciónexplici-
ta de las implicanciar lógicas del texto y el énfasis en las relaciones gramaticales
internas al texto en contraposición a las relaciones entre el texto y el mundo
extratextual. la relación simétrica entre lectura v escritura. la prioridad de la coheren-
cia temporal y cronológica sobre la coherencia episádica y temática, el enfasis en
valores de verdad absolutos que no dependen de condiciones contextuales. el some-
timiento de lo oral a loescrito debidoa una conce~ciónde la lectura u escritura como
medios intrínsecamente superiores al uso oral del lenguaje, y usos metalingüírticos
asociados a constwccionessociales e ideas sobre .la lógicas, "el orden. y .la menta-
lidad científica.. Para mayor información y detalle revirar el concepto de
-pedagogiración de la alfabetizaciónn desarrollado por STREET y STREET. También
y SCOLLON1981
puede revisarse el c16sico libro de S c o u o ~
en contextos históricos concretos. que por sujetos múltiples y diversos que
siempre están negociando oposiciones social y culturalmente con~huidas.~
Entonces, vayamos a otro tipo de retórica: estamos en la plaza San
Martín, es invierno y hace frío. Los cómicos han estado actuando desde
temprano en la mañana y el turno de Koketim ha llegado. Su esposa y
. ,
sus hijos están cerca del ruedo pues suelen acompañarlo a la plaza y en
i ocasiones trabajan con él. El ruedo, como siempre, está básicamente
formado por vendedores ambulantes, estudiantes de institutos técnicos
: de formación profesional y desocupados que caminan por las calles de
'S
Ui
Lima buscando trabajo.
r5,
:ii.
o, Lo conocí de la siguiente manera: yo recién había llegado a la plaza
;.S
-S; y conversaba con Blackaman sobre mi proyecto cuando Koketim apareció
j y luego estuvimos un buen rato conversando los tres. De todos los artistas

'
,

:, ,, de la calle él es uno de los de mayor experiencia pues desde niño ha trabaja-


do, como payaso y como malabarista, en los diferentes circos que recorren
i
, el país. Ese mismo día, al terminar la conversación, me contó que había
publicado un libro y que me lo regalaría dentro de poco. Y así fue efectiva-
mente. Al día siguiente. con amistad, me trajo los dos folletos de su eanto-
logia de chistes, preguntas capciosas, grandes pensamientos y consejos
básicos para vencer la timidez.. Me habló de las dificultades de la publica-
ción y de las intenciones que tenía para venderlos en la plaza. Un sol o
quizá menos, me dijo, depende de cómo responda el público, de cómo me
sienta con él y de cuanta plata necesite ese día. Conversamos mucho al
respecto, nos hicimos amigos, pero fue justamente a él a quien no pude
hacerle una entrevista sobre su vida y sobre su trabajo. Desapareció de la
plaza por algún tiempo, el que me faltaba para regresar a los Estados
Unidos y no lo vi de nuevo hasta diciembre en que llegué a Lima. Ahí
pudimos volver a conversar largamente.

1 muchas gracias por honramos con su presencial vamos a qui-


tarnos los chalecos/ los chalequitos antipulgasl ay1 despacio1 len-
to pero seguro1 de cada fracaso hacemos un peldaño más hacia
el triunfo1 somos los auténticos1 verdaderos cómicos ambulan-
tes/ ahora asociados en la Asociación de Artistas Cómicos Infor-
males/ prontamente se llamara Asociación Nacional de Artistas
y Cómicos Espontáneos/ sí/ cada día vamos dando un paso más
hacia adelante1

i vamos ahora sí con fuerza/ un ratito señores1 permítanme qui-


tar mi ropital ahí está/ se está despellejandol el frío pues/ ja jal
no sabes lo que es trabajar con este frío señoresl yo hago un
trabajo un poquito diferente1 va la primera imitación1 yo señores
pido un poco de comprensión/ cholo1 cuéntame hasta tres1 no
vaya a ser como el otro día1 un ratito cholo1 voy a soltar la
bisagral un ratitol puedes soltar1 al pan pan/ al vino vino1 afue-
ra yo soy humilde1 acá yo me transformo1 también muchos con-
migo se equivocan1

"En áreas como esta. lo oral y lo escrito no solo operan en el mundo externo. También
provocan reacciones subjetivas Nos proveen de explicacionesacerca de u n sistema de
representacionesmentales donde la oralidad y la escritura juegan roles de categonar que
clasificanuna amplia gama de convenciones sociales que tienen poco o nada que ver
con que sean escritasu orales. (71(h.aducciónmía).
/ provinciano1 serranito/ estos cacharros no hay en Limd au-
téntico huaco/ orgulloso de ser serranol provinciano1 está bien/
hemos salido serrano que mi corazón late/ pero no soy acom-
~lejadolcomo muchos de lo provincianos que hay aquí en Lima!
se acomplejan d e ser provincianos/ yo soy serranol se olvida-
ron del motel de su mashud de su cancha/ o los selváticos/ se
olvidaron de sus árboles! o de sus animales/ y todavía hablan/ o
sea taita/ o sea locol yo soy d e la Lima/ me palteas un culo/
hasta de nombre se cambiad en su tierra se llaman Anastaciol
PannaciolLepracio/ Somos Libres/ Sandalia/ Democracia/ Go-
bernación/ acá en Limd John Smithl Peter Johnsl Jhonathan
/ Michael Jackson/ ¿esta huevada se llama John Smith?l ¿Peter
Johnson?l ¿usted se llamará Michael Jackson con ese cacha-
rro?/ ah .../ no hay que ser acomplejadosl acá la mayoría somos
provincianos/ con respeto/ llegar a mi tierra! como llegar a mi
propia madre/

/ ¿usted d e qué parte del Perú es?/ hujillano/ la ciudad de la ma-


rinera/ la capital d e la eterna primaverd claro/ vas a una prima-
vera ahí/ la vas a pasar bonito1 yo me quito el sombrero ante un
señor d e Trujiiio/ antes que lleguemos los cómicos a la televi-
sión/ viajábamos por toda la sierra y selva/ y yo estuve en Tmjiiioi
trabajé en su plaza de armad pasé la gorrita ahí/ nadie se m e
viól me colaboraban/ gente cariñosa/ gente culta y preparada/
n o había plata1 me echaban fmtd los bjillanos son buena gen-
te/ otros me llevaban a dormir a su casd otros me daban a su
señora/ buena gente/ este señor trujillano no es un acompleja-
do/ ¿usted es acomplejado?/ no/ ahí está/ yo te hablo con basd
¿usted se ha cambiado d e nombre?/ no1 ahí está/ ¿cómo te Ila-
mas?/ Condón/

/ apareció Sara Hellen/ bien bravo e s trabajar1 nos desconcentran


estas cosas/ luchamoi somos guerreros/ porque somos provin-
cianos/ yo soy de la capital del Perú y d e América1 del Cusca/
acuscomantaml yo hablo mi quechud algún día vas a ir al extran-
jero/ puedes irte a Europai por algo te estás preparando1 estás
estudiando/ o trabajas en alguna profesión/ eres un señor profe-
sionaV o artesano1 o trabajas en algún oficio decente1 algún día
puedes tener la oportunidad de ir al extranjero1 yo lo he vivido en
carne propia' cuando Ilegué a la Argentina con esta cara que tu
me ves/ me fui con los cómicos d e gira/ Ilegué a Panamá/ al
Ecuadod Ilegué a Bolivid Ilegué a Chile/ lo primero que te dicen
los extranjeros1 cántame una canción en quechud por mi ma-
dre/ ahí quiero verte/ o si no te preguntan cómo es Macchu Pichul
y tú ni en fotografía lo conoces/ ahí se conoce al verdadero
pewanol Ilegasa Europa1 te hablan los gringod ¿cómo es Macchu
Pichu?/ cántame una canción en quechud yo siempre he hecho
quedar a mi tierra bien/ cantaba mi quechud cantaba mi huaynol
xsolicha chayay solicha chayayd para que entiendad quechua
cusqueño/ idioma de nuestros antepasados los incasl antiguamente
los incas hablaban quechud Rama suad *ama quella=/ sama Ilulla~l
ea la mierda21 ¿o no?/ ¿ahora quién habla quechua?/ nadie ha-
bla quechud los bolivianos son orgullosos con su aymaral can-
tan su aymard ekoukiso koukisanl los gringos cantan en su in-
glés/ aone little lwo little three ...d los japoneses cantan en ja-
ponés/ yo sé japonés/ no te miento/ japonésl .halo halo mare
más tarde te violo~~lpor eso muchacho prepárate1 por eso estudia/
hay un pensamiento de una gran filósofoque dicd .juventud pre-
párate para el mañana más no para el placerd ¿quién lo dijo?/ tu
viejo1 ahí está/ ahíestá la educación que tenemos1 qué vas a saber
a quién pertenece el pensamiento lilosóficol si solamente sabes co-
mer/ dormir1 joder1 y cagar1 ahí está la cultura nacional/ por mi
madre/

1 yo te invito ahora a la Biblioteca NacionaV los libros están que


se mosquean con el bibliotecario1 la polilla está que se lo come la
.-
Y cultura/ vete al cine Colón/ somos al revés los peruanos' somos
como al chancho1 tú al chancho le pones basurai bazofid qué
e rico lo come1 pero al chancho le pones joyas1 oro1 ni lo huele1
9
así somos los peruanos1 la Biblioteca Nacional1 vacío1 a los
peruanos nos ponen libros y ni nos interesal pero nos ponen
d e t a d <&~perzetan/calatasl tetas1 para los niños tetitas' eso nos
gusta/ o te vas al cine Colón para mirar1 <Juana la destroncadora~~l
.Ana la rompecatres~~l duanita la sacaconejod .Gargantas pro-
fundas4 .Barretas filudasd eso nos gusta.! ¿o no?/ ¿es verdad o
es mentira?/ otro morboso ahí/ pero yo te aseguro1 yo te apues-
to/ ahorita te hago una pregunta1 no sabed

1 hay muchachos de instituto1 de universidad1 acá hay profeso-


res/ me están viendo a mii se están fijando/ y dónde he aprendi-
do/ a mí me enseñaron los libros1 quisiera contarte una anécdo-
tai yo fui un niño abandonadol con un padre irresponsable que
no me dio una educación/ yo hubiera querido tener eso que tú
tienes mierda/ yo hubiera querido tener ese apoyo que tu tienes
desgraciado1 yo hubiera querido tener esos padres que a ti te apo-
yarod ahora no eres nadai eres uno más del montón1 yo hubie-
ra querido tener esos libros que tú los llevas1 con este cerebro que
tengo1 ahorita fuera algo señores/ fuera ingeniero1 aboga01 mé-
dicol científico! astronauta/ o siquiera galán de cine1 pero la-
mentablemente no tuve esa educación! tuve un padre inesponsa-
ble que me engendró y luego me botó1 y mi mamá tenía 15 añitosl
una niña/ y me botaron en una cajita de zapatoi si no fuera una
monjita que me recogió1 me criaron en un orfelinato1 en una
casa d e convento1 yo hubiera muerio señor1 ya tenia e d a d vino
la estatizaciód las monjas se fueron del país porque las botaron
del Perú1 ¿te acuerdas o no?/ yo me quedé en la calle1 fui un
pajaro frutero m á i pero no me he perdido en el mal camino1
porque no jugué1 porque ingresé a la mejor universidad d e la
vida/ ¿cuál es?/ la calle1 en la calle si tú quieres te pierdes' si tú
quieres te conduces por el buen camino1 y yo no quise perdennel
acá estoy1 te estoy demostrando1 mírate en este espejo1 si yo
fuera violador! raptadod hace rato te hubiera violado mierda/
1 pero ¿sabes por qué estoy parado acá?/ ¿por qué me hice có-
mico ambulante?/ porque soy inteligente1 hasta ahorita sigo es-
tudiando/ escúchame bien/ no tengo un apoyo para estudiar1 pero
soy autodidactal hasta ahorita1 en mi casita1 en una chocitd
no vas a encontrar lujosi vas a encontrar una biblioteca donde
mis hijos aprended mis hijos estudian y todos los aiios' el orgu-
llo mío1 me baen diplomai primer puesto colegio particular1 rie-
te lo que quieras1 pregúntale a mis compañeros1 primer puesto
colegio parficularl hijo de un payasol de un niño abandonadol y
muchos de mis vecinos son profesionales1 tiene cano1 buena casai
billete a montones/ sus hijos están que se mentan la madre entre
hermanos/ o miento1 y todavía me insultan1 me quieren humi-
llar1 payasito d e a ferro1 payasito fracasado1 payasito limosne-
rol ¿y sus hijos?/ ¿y sus hios?l ¿cuál es la mejor herencia que
un padre puede dejar a sus hijos?/ la educaciód porque el dinero
se acaba/ porque es material/ pero la educación no1 y hasta aho-
rita sigo estudiando para poder enseñar a mis amigos/ para poder
enseñar a mis hijos más que nada/ porque soy inteligente1 solito
me doy mis tareas/ solito me doy mi calificación/ solito me doy
mi diplomd solito paso d e año1 yo no te miento1 este año he
repetido1

/ te hago reír pero también te doy un mensaje1 ¿pero quién me


enseñó?] yo me guío por un gran pensamiento1 yo me guié por
una oración que lo tengo acá y la voy a recitar y dice/ ,<sipiensas
que estás vencido1 vencido estás/ si piensas que no te atreves no
lo harás/ si piensas que te gustaría ganar pero no puedes/ no lo
lograrás1 si piensas que perderás/ ya has perdido1 porque en el
mundo encontrarás que el éxito comienza con la voluntad del hom-
bre/ todo está en el estado mental/ porque muchas carreras se han
perdido antes de haberse comdol y porque muchos cobardes han
fracasado antes d e haber su trabajo empezado1 piensa en grande
tus hechos crecerán1 piensa en pequeño1 quedarás atrás/ piensa
que puedes y podrás/ todo está en el estado mental/ si piensas que
estás aventajado1 lo estás/ tienes que pensar bien para elevarte/
tienes que estar seguro de ti mismo para intentar ganar un premio1
La vida/ la batalla d e La vida no siempre la gana el hombre más
fuerte o el más ligero1 tarde o temprano la gana el hombre que
cree poder hacerlon/

1 ¿quién lo dijo?/ habla mierda/ oye muchacho ¿por qué estás


ahuevado?/ ¿por qué no te tomas una sopa de espermatozoides?/
¿por qué n o vas a la farmacia y te tomas una pastilla d e
Desahuevina?/ desahuévatel o te doy mi cápsula/ Dolovergón/
ahí está la educación del país1 acá está/ mira dónde está el sani-
ficio d e los padres d e esta mierda/ el papá estará pensandol
iraumado d e repente1 sacrificándose/ esforzándose como yo1 su-
dando la gota gorda/ pensando1 mi hijo tiene que ser profesio-
nal/ yo soy un explotado1 yo soy manipulado1 pero mañana/
más tarde1 mis hijos no quiero que sean igual/ mi hijo tiene que
ser un doctor] mi hijo tiene que ser un aboga01 mi hijo tiene que
ser un FujimorV un presidente1 algo tiene que ser mi hijo1 ahí
está el futuro presideniel te apuesto que le hago una pregunta no
sabe1 ¿en qué año estás?] 19961

1 ¿hago reír o no?/ ¿doy un mensaje o no?/ ¿quién me ense-


ñó?/ voy a sacarlo1 pero muchos van a corred es como una
cruz para Dráculal lárgate esto n o es para el vago1 para el
achoraol para el pendejo1 para el choro chaveta cuarenta de La
Parada/ para personas negativas no1 esto es para personas posi-
tivas/ d e repente no te va a servir a ti pero puede servir a los
hijos de tus hijos de los hijos de tus hijos de tus hijos1 es un libro
señor1 acá está1 no te miento1 todavía me agacho para que te
vayasi no quiero verte cuando me abandones1 cobarde1 peque-
ño en conocimiento1 pequeño en tamaño1 grande en conoci-
miento1 lo vendo a cinco soles/ y gracias a esto soy lo que soy1
por eso te dije/ mírate en este espejo1 me guío1 por estos grandes
pensamientos que dice <<pensamientosinmortales de grandes hom-
bres)>/Platónf Cicerónl Anstóteled Demóstened Virgiliol Voltairei
Molierel Chocano/ tantos que ya murieron pero que viven través
de su inteligenciai a través de sus pensamientod grandes hombres
de la historia/ no te lo voy a vender/ te lo voy a regalad porque si te
, , vendo no vas a poder pagar el precio de lo que tiene este tesoro para
mi! más que un diamante señod zona pitucai zona millonaria/ yo
!
lodistribuyo en los cartod cincosoled cinco soles/ zonapitud Ba-
rrancoILas Casuarinad Monterrico! La Molinai gente de mi barrio/

/ ¿qué?/ ¿cinco soles?/ qué delgaditol qué chiquito1 ¿a ver?/ pura


leha! ¿no hay con poses?/ eso te gusta si1 pornografía sí1 esto
no/ pornografía su ¿qué?/ icuánto cuesta?¡ diez lukad ya dame
una docena para toda la familiai tus hijos tan pálidos por la mas-
turbación/ porque tienes lleno de pornografía tu casa/ una casa
sin biblioteca es como un jardín sin flores/ ¿sabías o no?/ yo si
los vendo a cinco lukas no tengo para muchos/ 1. 2, 3, 4, 5, 6.
7 personad un solcitol a manera de colaboraciónf apóyame de
esta manera1 no me alcanza! con esto no puedo parar la olla
señor/ soy padre de familid ya te he explicado1 ese ferto que tú
no me das me ayuda a mandar al colegio a mis hijosi distribuyo
librad con esto me ayudo1 si me vas a abandonad abandóna-
me/ ojalá que nunca pidas como lo pido yo1 pido un apoyo se-
ñod ¿cuánto vale una cerveza?/ imaginate que estás gastando
cinco cigarritosl imagina que un chibolo te ha pedido una propi-
na/ tu hijo le has regalado una lukitai imaginate que estás cami-
nando/ tu bolsillo está roto/ la luka se te cayó/ esto te va a ser-
vir/ esto no pasa de moda/ icuánto está el periódico?/ más de
una lukai mañana ya no vale! esto no/ esto no lo lleva el rata/
el pendejo! el achoraol revisa nomás/ vayas a pensar que te
estoy hueveandol ya te he dicho! pequeño en tamaño1 grande
en conocimiento1 ¿quién es la siguiente persona?/ gracias/ una
lukita/ rapidito/ un solcito hermano1 un soV un soy ¿qué es un
sol?/ cosa cualquiera que se puede perder1 ni un condón herma-
no/ un sol1 graciasi quién mási gracias a estos grandes pensa-
mientos soy lo que soy1 puedo tener dicción1 palabra! porque la
mejor arma del hombre es ../ ¿cuál es la mejor arma del hom-
bre?/ la rata/ la palabrai gracias a este libro señod ahí le doy su
vuelto! ¿quién más?/

En primer lugar creo que es fundamental comenzar rastreando textual


y extratexhialmente las maneras en q u e el sujeto hablante constniye distin-
tos espacios d e enunciación 4 i s t i n t a c identidades- a partir d e las diferen-
tes representaciones q u e le interesa proponer e n el orden (o desorden) de la
articulación d e su discurso. Al tratarse d e una performance producida por
un migrante en la capital, pienso que estamos frente a la producción d e un
discurso q u e se descentra por la multiplicidad cultural de los elementos que
articula y además porque, desde su producción, el sujeto enunciante parece
n o tener problemas e n diversificar y multiplicar su identidad.
C o m o bien lo subrayó Cornejo Polar los sujetos migrantes hablan des-
d e múltiples experiencias q u e n o necesariamente s e contradicen y q u e
constituyen una especie d e %heterogeneidad no-dialéctica. d o n d e la sin-
tesis n o se nota sino solamente como acumulación y espesor d e diferen-
tes capas de identidades e intereses para enunciar. Por ejemplo, e n el
discurso migrante -explica Cornejo- mostalgia. y .progreso. no son
palabras opuestas y más bien comunican dos experiencias distintas des-
de uno o varios lugares de enunciación. Por ello, si bien las identidades
que este texto construye se encuentran profundamente compenetradas
entre ellas mismas, creo que resulta más claro observarlas, no como
formas armónicas de transculturación, sino como elementos dispuestos
en capas sedimentadas que una tras otra se han ido acumulando con el
paso del tiempo y de la historia migrante.
En ese sentido es necesario recordar que la migración andina hacia las
ciudades constituye el gran cambio cultural del presente siglo y es, sin duda,
la condición enunciativa de buena parte de la producción literaria del Pení
contemporáneo. La migración del campo a la ciudad no solamente ha trans-
formado antiguas dinámicas sociales y económicas sino que además ha
desestabilizado las identidades de los sujetos inmersos en este cambio, quie-
nes ahora hablan desde una especie de simultaneidad de identidades que
puede quedar bien resumida en las propias palabras del cómico: 1 afuera
yo soy humilde/ acá yo me transformol .
En el discurso se nota así una primera oposición (afuera1 acá) que
poco a poco se irá cargando de distintos significados que al cómico le intere-
sa subrayar. Para Koketim la plaza es un Lugar de trabajo (entiéndase, de
competencia, de mercado) donde se desarrolla un tipo de identidad que no
necesariamente corresponde con aquella que construye fuera de ella. Así,
para él, la identidad no es una esencia, algo inmutable, sino más bien una
construcción cultural a la que entiende como un rol que se desarrolla a
partir de ciertos intereses personales y de determinadas condiciones
contextuales: 1 afuera yo soy humilde1 acá yo me transformo1 . Entonces,
manejar, como en la cita, dos identidades diferentes (humilde/ transforma-
do) no corresponde w n un sujeto contradictorio y esquizofrénico, sino sim-
plemente con dos condiciones específicas, dos intereses, desde donde se
produce la enunciación.
De esta manera, toda la performance de Koketim puede entenderse
como la puesta en escena de algunas oposiciones básicas que subrayan las
condiciones enunciativas de Los sujetos migrantes y algunas de las estructu-
ras de sus discursos. Pero este texto funciona, a la vez, como un espacio de
evaluación de todo aquello. Es decir, en lugar de mantener dichas dicotomías,
el discurso de Koketim las complejiza dentro un intento de observar cómo
influye una en la oira y cómo se encuenhan íntimamente relacionadas. Si
por un lado el discurso muestra el carácter simultáneo (respecto de las su-
puestas oposiciones) del discurso migrante, por otro igual ocurre un ejerci-
cio deconstructivo que las diluye y ya no las enfrenta. Es el caso de la proble-
mática referida al conflicto entre oralidad y escritura que ahora quiero pa-
sar a analizar más detalladamente.
En líneas generales se puede decir que los argumentos del discurso de
Koketim se mueven sobre dos ejes. Uno, la reproducción social de un dis-
curso ideológico, el de la importancia del libro y de la cultura letrada, y dos,
el referido a la construcción de una narración autobiográfica cuya función es
desconstruir el primer eje y presentar una representación alternativa que ya
no limite la producción del conocimiento a la autoridad de lo escrito. Es en
este cruce, en esa intersección entre el discurso social sobre los libros y la
propia historia personal, en que quiero sostener que se ubican los significa-
dos más interesantes, aunque más problemáticos, del texto y del sujeto. Al
contar su vida y proponerse él mismo como ejemplo social para subrayar
la importancia de leer y de comprar un libro, Koketim se ve envuelto en una
simultaneidad de discursos aparentemente contradictorios que subrayan
que lo oral no se subordina a lo escrito sino que ambas categorías se
nutren una de otra dentro de una identidad que es múltiple y que no
.r .i parece generar ningún susto.
i
, Resulta claro observar cómo a la cultura letrada se la representa
i-
. .:
como elemento de progreso, de modernización social y de un capital sim-
bólico que se intenta transmitir de generación en generación. El saber
5> ; letrado se entiende como el espacio privilegiado del conocimiento y la
: S : pobreza es asumida como resultado de la falta de acceso a ese tipo de
'5
,:si educación asociada con modelos oficiales que privilegian la escritura y los
libros. Como fácilmente puede observarse, contar con una educación
!
!j letrada, llegar a ser un profesional, implica tener la oportunidad de salir de la
j . :i miseria cotidiana y poder acceder a un mundo con mayor número de
i.
posibilidades.

1 ¿cuál es la mejor herencia que un padre puede dejar a sus hi-


jos?/ la educación/ porque el dinero se acaba4 es materid pero
la educación no/
1 mi hijo tiene que ser un profesional1 yo soy un explotado1 yo
soy un manipulado1 pero mañana más tarde/ mis hijos no quiero
que sean iguaV mi hijo tiene que ser un doctor1 mi hijo tiene que
ser un aboga01 mi hijo tiene que ser un Fujimod

Así. las palabras de Koketim subrayan el valor de la educación en


tanto aparato social indispensable para adquirir prestigio y para evitar
una condición de miseria y explotación social. Aunque en el Perú el discur-
so letrado fue una realidad impuesta en tiempos coloniales que marginalizó
a otros tipos de conocimiento, hoy en día está muy lejos de democratizar-
se. Sus palabras continúan reproduciendo el .mito de lo letradon (Rama,
Finnegan) que considera a la educación (y por lo tanto a la escritura) como
el espacio privilegiado del conocimiento, fuente del progreso individual y
social, fuera del cual solo parecen existir la edad oscura y las tinieblas.
Pero. en realidad, ¿qué significa tener educación para Koketim? ¿qué
es la escuela y cómo la representa dentro de su discurso? En el texto. pare-
ciera que la cuestión de tener o no tener educación se limita únicamente al
reconocimientode deteminados datos y a su ubicación dentro de parámetros
conocidos: 1 yo te apuesto1 ahorita te hago una pregunta y no sabed . Es
decir, sobre la base de un uso descontextualizado del conocimiento cuyos
hábitos para preguntar se ciñen a informaciones específicas acerca de auto-
res, datos y fechas la escuela es representada como una institución que nos
adiestra en la facultad de poder responder a diversas preguntas frente a las
cuales se nos pide que memoricemos y repitamos la respuesta.

i ¿quién lo dijo?/ tu viejo1 ahí está la educación que tenemos/


qué vas a saber a quién pertenece el pensamiento filosófico si
solamente sabes comed dormir1 joder1 y cagad ahí está la cul-
tura nacional por mi madre1
Como diría Street y Street, la escuela contribuye a la construcción
de un tipo de ciudadano particular, a un tipo específico de identidad y a
un concepto de nación rígidamente definido. En la representación que
aquí se propone, .ser culto,, o -ser educado. consiste casi únicamente en
la capacidad de poder responder mecánicamente a las interpelaciones
del poder (Althusser)y a las maneras en que la escuela quiere constituir a e,
los sujetos con determinadas características.
Es decir, la cultura nacional y la educación que de ella se desprende i,
.2:
ti
parecen no tener nada que ver con el desai~ollode otro tipo de habilida-
des (más creativas o interpretativas, por ejemplo) sino simplemente con el
,.5:
5,
conocimiento de determinados datos y con la reproducción automática de 1 86 1'
los mismos en un contexto de querer aparentar conocimiento y sabiduría.
Para el cómico la escuela es la institución que garantiza este aprendizaje y
; : , N,
la
así se subraya una estrecha relación entre un tipo de saber -1 conoci- ; g~
miento del dato- y la posibilidad de ascenso social. En el texto, saber y !-1
poder resultan indisolublemente ligados dentro de una dinámica que
refuerza un tipo de hegemonía -un particular uso de la letra- que no
parece mostrar fisuras.
Sin embargo, esas fisums no tardan en aparecer y el cómico también
muestra cómo en cierta medida ese tipo de saber ha decaído al punto de
convertirse en un saber marginal frente al cual poca gente presta interés.
La Biblioteca Nacional, dice Koketim, está vacía y J la polilla está que se lo
come la c u l t u d ~ En
. ese sentido estamos ante la representación de una
especie de crisis de la cultura letrada que ya no alcanza como mecanismo de
ascenso social, que no responde a necesidades inmediatas, y a la que se
transgrede sin ninguna culpa.

1 y yo ahorita sigo estudiando para poder enseñar a mis amigos1


para poder enseñar a mis hijos1 porque soy inteligente1 solito
me doy mis tareas/ solito me doy mi calificación/ solito me doy
mi diplomai solito paso de año1 yo no miento1 este año he re-
petido/

Pienso que hay aquí dos discursos entremezclados que a primera


vista podrían parecer antagónicos. Por un lado, el cómico retoma elemen-
tos de la escolarización oficial (tareas, calificación, diploma, pasar de afio)
pero, por otro, quiere reescribirlos desde su realidad autodidacta y desde
el fracaso que ese tipo de escolarización ha traído consigo. El cómico dice
que ha repetido de año y, en alguna medida, ese acto de repetir demues-
tra la ineficiencia del sistema.
Es decir, frente al saber letrado que consiste tanto en la integración
del sujeto en determinadas instituciones oficiales (la biblioteca, la escuela,
la profesionaluación, etcétera) como en el conocimiento descontextualizado
de datos, se opone un sujeto capaz de hacerse pasar por interesado en el
asunto para finalmente combatirlo desde otra posición y desde otros inte-
reses. Si por un lado, el texto representa la centralización de la cultura
letrada en determinadas instituciones, por otro, se opone un tipo de saber
ya no institucional, que el cómico parece ver con buenos ojos -aunque
ciertamente con algo de fatalidad- y que está referido a la capacidad
autodidacta. Desde aquí, el interés hacia el autodidactismo puede
interpretarse como un cierto sentimiento de resistencia a no integrarse en
esquemas oficiales; como una forma de evitar el fracaso.
Entonces, en el discurso de Koketim, el autodidactismo es al mismo
tiempo una crítica al Estado y una propuesta política; algo así como un
programa ideológico a emprender, nunca exento, por supuesto. también
de contradicciones. El autodidactismo responde tanto a una exclusión con-
creta de ese saber letrado por parte del Estado como también a un
cuestionamiento que el sujeto produce hacia las maneras en que la
.-
6 institucionalidad escolar funciona. Esta crítica, sin embargo, no implica un
abandono del <<mito del progreso. (en el cual la educación es pilar funda-
6
mental) sino solamente su observación crítica dentro de una lucha social
>
harto más compleja: J de cada fracaso hacemos un peldaño hacia el
triunfo1 síi cada día vamos dando un paso más hacia adelante/>>.
Entonces, la representación de la escuela y del conocimiento está
compuesta por dos vertientes contrapuestas y simultáneas. Al representar
su fracaso dentro del saber letrado, Koketim reta a la escolarización ofi-
cial, pero a la vez no mantiene una posición enteramente alternativa ya
que aún no puede desligarse de elementos estructurantes de ese mismo
saber letrado. Recordemos que el objetivo del discurso es vender libros de
-frases célebres,) descontextualizadas para ser memorizadas siguiendo el
esquema oficial. Dinámicas igual de complejas ocurren en el momento de
construcción de una identidad personal que está siempre asociada al ori-
gen migrante y a la cultura oral a la que pertenece. Definirse como pro-
vinciano implica asumir la identidad de un sujeto múltiple que en su lucha
diaria y en su ideal de #progreso>,ha abandonado elementos fundamenta-
les de su cultura, pero no todos. Uno de los que quedan es el aspecto oral
de su idioma.

1 bien bravo es trabajar1 nos desconcentran estas cosas1 lucha-


mos/ somos guerreros1 porque somos provincianosi yo soy de
la capital del Perú y de Amérid del Cuscol =cuscomantad yo
hablo mi quechual

Uama la atención -sobre todo, porque se trata aparentemente de un


texto que está realizando una apología de la lectura- que el cómico co-
mience su discurso subrayando una identidad andina, migrante y oral. Hago
hincapié en el asunto porque las asociaciones que todo el evento plantea
(costa = libro. Andes = oralidad) no solo han sido tradicionalmente entendi-
das como opuestas sino que además han estado históricamente cargadas de
juicios de valor mutuamente excluyentes: lo escrito es lo costeño, lo .oficial.,
lo culto^ y lo que conlleva al .progreson, mientras que lo andino es lo nprimi-
tivon, lo inculto. y lo .atrasado,>.Sin embargo. vemos que en este discurso se
rompen esas oposiciones, no para disolver los términos en cuestión, sino
simplemente para desarticularlos unos de otros con el intento de utilizarlos
luego dentro de otra concepción acerca de las relaciones entre lo oral y lo
escrito.
Como lo ha subrayado Gee. diferentes gmpos sociales tienen diferen-
tes maneras de aproximarse a lo letrado y a lo oral, y ambas prácticas
tienen distintos efectos sociales de acuerdo al contexto social, cultural y
político en que se inscriben. Además, estas prácticas están profundamente
conectadas con la constitución de la gente que las usa puesto que *un
cambio en prácticas discursivas es a la vez un cambio de identidad,,.
Así, se puede afirmar que la oralidad quechua se manifiesta de dife-
rentes maneras y constituye un subtexto que ha determinando buena parte
de la producción del discurso y, por lo mismo, de la definición de la identi-
dad del sujeto productor. El quechua no parece ser aquí un recurso estilística
ni menos aún un conjunto de palabras aisladas aparecidas para crear un
determinado efecto en el receptor. Se trata, más bien, de un mecanismo
estructurante que se puede rastrear hasta en tres niveles que ahora paso a
explicar.
Primerol en la producción del propio espaiiol que se encuentra sutil-
mente interferido por el substrato de la lengua andina y que puede localizar-
se en distintos tipos de constnicciones que atraviesan todo el discurso y que
así le dan identidad. Por ejemplo, oraciones como / porque tienes Ueno de
pornografía tu casal manifiestan el rasgo quechua referido a la preceden-
cia del modificador (ellenode pornografía.) respecto de su núcleo (=tucasa,,).
De igual manera, la ausencia de la categoría de género en el quechua
puede producir construcciones del tipo / yo me guié por una oración que lo
tengo acá/ donde el pronombre do. (en vez de clan) no concuerda con el
núcleo del condicional. Como lo ha afirmado Zavala, no se trata de enten-
der estos usos como cerrores. de una supuesta gramática .pura. y correcta.
sino de interpretarlos como formas lingüísticas que han sido creadas históri-
camente desde la Colonia como producto del contacto entre el español y el
quechua.'
Segundo, el quechua ingresa al discurso como representación de un
universo cultural al que se pertenece y, por lo mismo, de una condición
enunciativa de la que todavía se participa. Koketim define claramente la
característica oral del idioma materno (1 yo hablo mi quechud ) que se
encuentra simbolizada no en la posibilidad de deera (o de .escribir.) en ese
idioma sino más bien en la acción de cantar y de manifestarlo acústica-
mente: / cantaba mi quechud cantaba mi huaynol .solichachayay solicha
chayayd. Por ello, el cómico también se esfuerza por demostrar que ha
viajado. La oralidad de su lengua es lo que le dio identidad fuera del Pení
y supuestamente lo que le hizo quedar bien ante los extranjeros. La buena
impresión que él pudo generar no fue la apariencia de .ser culto. o deidon
sino simplemente el acto de poder cantar en quechua. Ahora bien, aun-
que desde una crítica poscolonial podría decirse que el discurso colonial le
asigna a los Andes solamente la cualidad de cantar (y no de .escribir. o
deern), es claro que el cómico subvierte dicha ideología afirmando que la
facultad de cantar en quechua la ha obtenido preparándose: / por eso
muchacho prepárate/ por eso estudial. Es decir, se trata de estudiar para

' Hay muchos ejemplos más pero este no es el lugar pam desarrolladostcdos. Una inves-
tigación ~ciolingüísticasobre el asunto esclarecería las relaciones enhe el lenguaje y la
identidad cultural.

(253)
poder cantar en quechua; lo escrito como condición para poder actuali-
zar lo oral.
Finalmente, la oralidad quechua aparece porque pareciera que los
textos que Koketim maneja solo tienen sentido y funcionalidad en tanto
sean capaces de oralizarse, es decir, de dejar de ser lo que son y de con-
: . vertirse en voz. En el discurso del cómico, la escritura debe s e ~ i para r
, .
transformarse en palabra oral y para afectar al receptor de esa manera.
Koketim no deen sino que mecitan un pensamiento famoso y menciona de
I memoria a los autores clásicos del canon occidental en un gesto que preten-
"> de oraliarlos y restituir el valor de la palabra que se comunica mediante la
'

6 , voz. Un libro es un artefacto oralizable, un medio para algo fuera de él.


'4>.
Si la ideología hegemónica ha afirmado que lo oral y lo escrito no se
influencian mutuamente y que pertenecen a órdenes culturales separa-
! dos, la representación que aquí se propone cuestiona tales afirmaciones
, mediante distintas pruebas que el cómico se esfuerza en demostrar: 1 a mí
i me enseñaron los libros1 dice con orgullo, y con ello se infiere que paradó-
jicamente fue la cultura letrada la que le enseñó a ser cómico ambulante y
a h.abajar en la calle, es decir, fueron los libros que él está esforzándose en
vender, los que le enseñaron a ser orador y a tener poder frente a su
audiencia en la plaza. 1 te hago reír pero también te doy un mensaje1
¿quién me ensefió?/ yo me guío por un gran pensamientol. Un gran
pensamiento que está escrito.
Pero la visión que Koketim tiene de los libros es diferente y algo
alternativa. Por ello, llama la atención que no lea los pensamientos escri-
tos sino que los recite oralmente en un símbolo ya de por sí muy complejo.
Koketim establece una analogía donde los anticuerpos de la gente ante los
libros equivalen al terror de Drácula ante la cruz. El cómico demuestra ser
consciente de lo que constituye la versión oficial de lo letrado ante una
audiencia tan marginal. U cómico quiere presentar el libro ante su público
de una manera diferente a lo hegemónico y de esta manera establecer
una nueva representación donde lo oral y lo escrito se nutran mutuamen-
te. Se trata, en todo caso, de una representación que se personaliza al
máximo dentro de un contexto social en que las dicotomias no funcionan
ya como opciones excluyentes.

/ gracias a estos grandes pensamientos soy lo que soy1 puedo


tener dicción palabra/ porque la mejor arma del hombre es.../
¿cuál es la mejor arma del hombre?/ la rata/ la palabra/ gracias
a este libro señor1

Es decir, gracias a los libros, el cómico es lo que es; gracias a ellos se


ha vuelto un ambulante y eso no le genera sino orgullo y satisfacción. La
escritura le ha dado habilidad para desarrollar la palabra oral y esta, a su
vez, ha oralizado la escritura en un acto que no puede sino resaltarse. Lo
escrito nunca es algo aislado ni autónomo de la oralidad. La oralidad y la
escritura no tienen funciones en-si-mismas y sus propiedades están radi-
calmente fuera de ellas.
De esta manera, toda la performance de Koketim puede interpretarse
tanto como una apología de lo oral como también de lo escrito. Aunque
sus temas son la escritura, la importancia de la lectura de textos clásicos
y el conocimiento de frases célebres, sus propias palabras se han encar-
gado de construir una imagen de la oralidad altamente positiva, no como
algo subordinado a la escritura, sino casi como su más plena realización.
Entonces, ¿hay o no oposición entre oralidad escritura en el texto de
Koketim? La respuesta no deja de ser complicada. Pienso que para el
cómico no la hay en tanto para él un libro es un artefacto oralizable. En
cambio, para la ideología dominante de la escritura (que sus palabras
también reproducen) la oposición sí existe, puesto que es ella misma la
que la ha constniido y la que se ha encargado de marcar una distancia,
de adquirir un contenido institucional y de producir una jerarquía entre
estas dos categorías.
Como lo anotaba al principio, para Rama, en América Latina la
escritura ha sido tradicionalmente un espacio privilegiado del saber que
ha marginado a las prácticas orales desde la autoridad de las urbes y
desde el poder que en ellas se ejercía. Sin embargo, en el discurso de
Koketim ingresan diferentes modos de producción que subvierten la prác-
tica letrada dentro de una representación muy compleja que al tiempo
que reproduce dichas oposiciones también las diluye gracias al ingreso de
otros órdenes culturales: el migrante y el andino.
No se trata, por tanto, de un discurso en busca de síntesis armónicas.
Por el contrario, estamos ante la expresión de un conflicto que no se
resuelve y en el que el cómico no duda en mostrar sus heridas más abier-
tas: si en un momento afirma que a él le enseñaron los libros y que en su
casa tiene una biblioteca, pocas líneas después se contradice sosteniendo
con gran orgullo que él ingresó a la mejor universidad de la vida que es la
calle. La complejidad de este discurso radica en que todas las dicotomías
que representa (antes1 ahora, aquí/ allá. oralidad escritura, costal sie-
rra, español1 quechua, biblioteca/ calle, etcétera) se asocian más con la
reproducción de un discurso social letrado que con las prácticas persona-
les, nada excluyentes, de un cómico y de un público que las manejan
simultáneamente, no en síntesis, no sin tensión, con un discurso abierta-
mente político y mostrando el espesor de una densa capa de significados.
Este discurso es el producto de la enunciación de un sujeto que habla
desde múltiples posiciones, desde diferentes experiencias y por consiguiente
desde las más variadas v, fraomentadas identidades: detrás del mimante., ~ ~~

hay todavía mucho del andino; simultáneo al libro está presente la oralidad;
por debajo del espaíiol, el quechua; detrás del <<educadon, el autodidacta;
y debajo del Perú, el Cusco 1 la capital del Perú y de América/.8
Finalmente, se puede decir que a partir de este discurso una cierta
identidad grupa1 comienza a vislumbrarse. Hay una marcada intención
política que está claramente relacionada con las identificaciones que

Erta disolución de dicotomíases lo que es16 intentando teorizane y entendersedesde la


escuela en la que me inscribo:xlos new literacy studi=w buscan integrar dicotomias entre
cognición y cultura: entre lengua oral y exrila; entre el lenguaje y ohos sisternassimb6-
licor; enhe el aprendizaje dentro y fuem de las escuelas; enhe niños y adultos como
aprendices;enhe formas nativas y ncmativasde aprendkaje lingüistica: y e n k lengua e
interacción humanas Scoua~ (traducciónmía).
Koketim quiere producir entre él y el público. Cuando muestra abiertamente
su historia personal, sus caractensticas culturales y repite hasta en dos opor-
tunidades / mírate en este espejo/ está generando un espacio de reconoci-
miento mutuo que va mucho más allá de la propia historia particular y que
funciona como un mecanismo de conciencia y una altemativa crítica. A mi
parecer, está construyendo aquí una identidad gnipal que se muestra con un
ejemplo público y que al momento de comprar los libros comienza a articu-
lar colectivamente un determinado tipo de acción política.
Esta construcción de una identidad grupal. no una nueva sino una
G
.- más densa, es una de las características fundamentales del discurso del
migrante pero no la única. Otra es su compromiso con la búsqueda de un
.$ , .progreso., entendido este no en el sentido de un individualismo liberal
sino en otro más conflictivo, menos instrumental y más complejo. Las ape-
laciones al sentimiento de solidaridad (o de sreciprocidadn. si se quiere) son
muy claras y el público oyente al final del evento debe comprar el libro no
solo por el valor que el cómico le ha asignado ni porque le podrá ser útil
socialmente, sino también, y sobre todo. por otro tipo de razones menos
modernas. Porque. como dice Koketim:

1 no me alcanzd con esto puedo parar la olla señod soy padre


de familid ya te he explicado1 ese ferro que tú no me das me
siwe para mandar al colegio a mis hijos! distribuyo libros1 con
esto me ayudo¡ si me vas a abandonad abandóname¡ pido un
apoyo se~iorl

En conclusión la performance de Koketim pretende retar a los siste-


mas tradicionales de producción, transmisión y representación del conoci-
miento propuestos todos desde una cultura letrada, oficial y hegemónica.
Sin embargo, a pesar de la incorporación de otros órdenes culturales con
propias formas de representación y conocimiento. los sistemas oficiales
son asimilados dentro del propio discurso en un acto muy tenso que a cada
instante desestabiliza al discurso y diversifica la identidad del productor.
Estamos ante una compleja representación de las relaciones entre oralidad
y escritura y! sobre todo, ante los efectos culturales y políticos que la cons-
trucción de su oposición ha traído consigo. El cómico la analiza con cuida-
do y concluye con una serie de paradojas que no hacen sino expresar la
dificultad del problema y un agónico impulso por intentar reescribirlo.
Sin embargo, el sujeto. el discurso y el evento en la Plaza San Martín
han terminado por adquirir una nueva identidad que quiere reinventarse
en relación con el poder. La migración andina hacia las ciudades es un
acto activo de modernización donde distintos fragmentos se recogen, son
reapropiados y se reescriben en el marco de intentar construir otro sistema
de valores, otra historia y otro futuro. Si en 1535 Lima se fundó sobre el
papel y quiso funcionar como una ciudad letrada por excelencia (capitaldel
Virreinato de América del Sur), las palabras de Koketim muestran ahora
una combinación de elementos de diversa índole (canónicos y populares,
marginales y académicos) que quieren reinventar la vida en la ciudad desde
múltiples prácticas y desde una heterogeneidad social que ya no asusta. En
todo caso, para la cultura popular, Platón, Cicerón, Aristóteles, Demóstenes,
Virgilio, Voltaire, Moliére y Chocano están destinados a oralizarse y ese
parece ser el primer paso, el primer acto, dentro d e una lucha mayor q u e
seguramente aspira también a otro tipo de conquistas.

.~
L . - -- ---
Bibliografia citada T/
$2
ALTHUSSER. Louis $1
1977 "Ideología y aparatos ideológicos del Estado.. En Posiciones.
Barcelona: Anagrama.

CORNEJO POLAR, Antonio 51


El
4'
1996 =Una heterogeneidad no dialéctica: sujeto y discurso migrante en el
Perú moderno.. Reuista Iberoamericana, vol. LXII, 176-17. 4
a
." l
FINNEGAN, Ruth
1994 aüteracy as mythical chartern. En Deborah Keller Cohen (ed.)Literacy:
interdisciplinary conuersations. New Jersey: Hampton press. 34-
47.

GEE, James
1986 eOrality and literacy: From savage mind to way with wordsn. Tesol
Quarterly 20.

GOODY, Jack
1977 La domesticación del pensamiento salvaje. Madrid: Akal

HAVELOCK, Erick
1994 Prefacio a Platón. Madrid: Visor.

HEATH, Shirley Brice


1983 Woys with Words. Cambridge: Cambndge Universily Press.

MARCONE, Jorge
1997 La oralidod escrita. Sobre la reivindicación y re-inscripción del
discurso oral. Lima: Pontificia Universidad Católica del P ~ N .

ONG, Walter.
1987 Oralidad y escritura. Tecnologías de la palabra. México DF: Fondo
de Cultura Económica.

PACHECO, Carlos
1992 La comarca oral. La ficcionalización de la oralidad cultural en la
narrativa latinoamericana contemporánea. Caracas: Ediciones la
Casa de Bello.

RAMA, Ángel
1984 La ciudad letrada. Hannover: Ediciones del Norte.

SCOLLON, Ronald
1991 aThe new literacy Studies and the global worldn (manuscrito).

SC0LU)N. Ronald y Suzanne B.K. SCOLLON


1981 Narrative, literacy and face in interelnic comunication. New Jersey:
Ablex.
STREET. Brian
1984 Literacy in theoy andpradice. Cambridge: Cambridge university press.

STREET, Joanna C. y Brian STREET


1991 aThe xhooling of literacym. En David Barton y ROZlvanic (eds.)Wnning
in comunity. London: Sage. 143-166.
i

! STOCK, Brian
1990 Listeningfor the ted:on the uses for the pasf. Baltirnore: John Hopkins
1 ; University Press.
;:,
s.
S .s'-ZAVALA, Virginia
, 1999 .Reconsideraciones en torno al español andino.. Leris. Volumen XXIII,
!>2 Nurn 1.
! i
r e s e ñ a s
Debate enSociol& W21-24 199899

Por la democratización de la democracia


Elisabeth Acha

The Third Woy. The Reneuiol of Socialdemocrocy


Anthony Giddens
Poli@ Press - Blackwell Publishers Inc.
~ambridge,Oxford, 1998

La socialdemomcia alemana Es asíque Eric Hobsbawm (1998)


recupera aliento después de die- proclama de manera audaz el fin
ciséis años con el triunfo d e del neoliberalismo.
Gerhard Schroder, sumándose a Estos acontecimientos tan
países como Austria, Francia, Gre- variados y disímiles, ocurridos en-
cia e Italia donde supuectamente tre setiembre y octubre de 1998,
se ha tomado el mismo nimbo po- que no guardan además relación
lítico. Arnartya s e n gana el Pre- alguna entre sí, nos hacen pen-
mio Nobel en economía en reco- sar, sin embargo, que las políticas
nocimiento -según él m i s m w alternativas y la justicia social aún
a la importancia del bienestar eco- son posibles en un mundo donde
nómico y las oportunidades socia- hasta hace poco se anunciaba el
les.' El arresto d e Augusto fin de la historia y la preeminen-
Pinochet en un hospital en la ciu- cia de un único y superior modo
dad de Londres pone el dedo en de vida.
la llaga de un pasado que aún no
se reconcilia con el p r e ~ n t e A. ~
todo esto, el historiador Eric La crisis
Hobsbawm afirma - e n un artí- financiera mundial y el
culo de la reaparecida revista in- capitalismo a la criolla
glesa Marxism Today- que la
sombra de Karl Mam está nueva- Más allá de compartir o no
mente circulando entre nosotros, el entusiasmo de Hobsbawm y de
diez años después de haber sido estar de acuerdo con él, lo cierto
sepultada de manera definitiva es que las estrategias económicas
bajo los escombros del Muro de neoliberales están siendo cuestio-
Berlín y el triunfo del liberali~mo.~ nadas. La crisis financiera global

' El año pasado el premio fue otorgado a los expellos en mercados financieros deriva-
dos (financia1 deriuatiues trading) Robert Meiton y Myron Scholes. Es sintomático
observar que la firma financiela Long-Tetm Capital Management. donde se pusieron
en prsctica las teorías de Ccholes y Mertan. NVO que ser rescatada del colapso total
por el gobiemo norteamericano.
' En un artículo del diario Financio1 Times se afirmaba que el arreito del ex didador
Augusto Pinochet muestra que la cuestión de los derechos humanos también está
siendo -o añadiría que por el momento independientemente de los resultados-
considerada de manera global. Véase B u c m y BU- 1988: 18.
La revista Marxsm Todoy había circulado hasta 1991. Después de siete años de
ausencia. reapareció con un número rspecial dedicado a evaiuar al gobierno laborista
de nuevo tipo de Tony Blair.
está destruyendo el capitalismo conversaciones informales, la obra
.sin trabas ni control^^ en lugares The Third Way (TW) o la tercera
tan remotos como Rusia, debili- vía, del sociólogo inglés Anthony
tando Asia y ensanchando las des- Giddens, fue inicialmente pensa-
igualdades sociales en Occidente. da como un documento colectivo
La crisis económica se ha extendi- a propósito del resurgimiento de
do y está repercutiendo con fuerza la socialdemocracia en el mundo.
en lugares geográficamente tan dis- El autor apuesta a una ter-
tantes entre sí como Rusia, Brasil cera vía contemplada como una
y México. filosofía política y praxis que puede
Hasta hace poco la explica- prosperar mucho más, siempre y
ción de la crisis financiera mun- cuando se realice una profunda
dial residía en la proliferación del revisión de los fundamentos de la
.capitalismo a la criolla,>(crony socialdemocracia clásica, a la luz
capitalism, véase Chang 1998) y de nuevas posibilidades reales.
el mal manejo de inversiones Es con este objetivo que, a
ineficientes y riesgosas. Hoy en día lo largo de 155páginas organiza-
la figura ha cambiado y se reco- das en cinco capítulos, Giddens
noce que si bien hay algo de cier- hace una revisión - q u e él mismo
to en esta última afirmación, ha- califica de general y simplificada-
bría que admitir también que el de los principios básicos de la so-
problema se encuentra dentro del cialdemocracia, proponiendo al
sistema capitalista mismo. mismo tiempo una agenda políti-
De esta manera, por prime- ca común.
ra vez en varias décadas, los Iíde- El propósito principal de este
res políticos de Europa y América ensayo es contribuir, finalmente,
empiezan a reconocer la necesi- a la generación de un marco teó-
dad de producir cambios en la or- rico que proporcione sustento a
ganización del sistema financiero las prácticas políticas de las social-
internacional; lo que significa que democracias de nuevo tipo.
la devoción hacia el libre merca- TW centra la discusión alre-
do y su infalible habilidad de con- dedor de seis dilemas que las so-
certar diferencias se ha visto cialdemocracias, y por ende las
remecida. izquierdas, no pueden seguir igno-
Es en medio de este panora- rando: la globalización, la relevan-
ma todavía un poco confuso que cia y el significado del concepto
surge el interés de las socialdemo- .sociedades individualistas., el
cracias por ponerse al día, y la resquebrajamientode la polaridad
necesidad de pensar en políticas derecha versus izquierda, la discu-
económicas y sociales alternativas sión sobre la relevancia de las po-
a los comunismos recalcitrantes líticas ortodoxas de la democracia
del pasado y los neoliberalismos tradicional y los problemas del
del presente, ante los retos de un medio ambiente.
mundo cada vez más global. Bajo la consigna de .demo-
cratiación de la democracia., el
F,........r..
,Cz
.:-l.'i
~,:.",.
-.-.Y-
,.." . argumento central del libro gira
E n búsqueda alrededor del convencimiento de
de una tercera vía que la presencia e intervencióndel
Estado en la economía y la socie-
Producto de una serie de dad es necesaria para la consoli-
igualitaria. El reto, sin embargo, no en su enfrentamiento a las
reside en pensar en un Estado que mayores revoluciones de nuestro
no llegue tampoco a convertirse tiempo: la globaliación, la trans-
en <<ogro filantrópico,,, sino en un formación de la vida personal en
agente que respete al mismo tiem- un periodo de transición a una
po las libertades individuales y el nueva moraiidad y nuesha relación
derecho a elegir. El problema está con la naturaleza.
pues, por ejemplo, en conjugar la El concepto .tercera vía. no
solidaridad y la justicia social pero es nuwo y data al parecer de pnn-
al mismo tiempo respetando la cipios de siglo. Desde entonces fue
autonomía de acción individual. La usado indiferentemente por dere-
cuestión, a final de cuentas, nos chas e izquierdas para luego ser
sugiere el autor, está en cómo pro- apropiado por los partidos social-
mover una cultura de individuos demócratas surgidos después de la
libres pero sobre todo también Segunda Guem Mundial. El con-
responsables y sensibles a los me- cepto, de acuerdo con Giddens, se
nos favorecidos. ha convertido últimamente en sinó-
nimo de las adminktmcionesdeBiU
Clinton y Tony Blair.'
Una agenda común para El término .tercera vía. en
die neue Mtte este libro, sin embargo, se refiere
al marco conceptual correspon-
Los socialismos, de acuerdo diente a las socialdemocracias
con Giddens, han tendido a sub- actualizadas, teniendo como mfe-
estimar la capacidad del capitalis- rencia central al nuevo gobierno la-
mo de generar, adaptar e innovar borista (new labour) del tocayo
productos de diverso tipo y la im- Tony Blair. TW sin embargo no
portancia de los mercados como constituye una evaluación de la
fuentes esenciales de información. *administración Blair,,.5
La socialdemocracia no puede
seguir ignorando el hecho de que
el mundo actual se ha transforma- La democratización
do por completo. de las democracias
Entre los caminos trillados de
la socialdemoctaciay el neolibera- Si las democracias se han
lismo ortodoxos, nos explica Gid- desprestigiado, senala Giddens, es
dens, surge pues una tercera vía porque precisamente requieren
que busca trascenderlos, mante- una mayor democratización. En
niendo al mismo tiempo los idea- este sentido, lo que toda socialde-
les y valores que inspiraron el ad- mocracia renovada debe perseguir
venimiento de los socialismos y es la reforma del Estado y gobier-
comunismos, como lo es la justi- no como parte esencial del pro-
cia social. Las políticas de la ter- ceso de consolidación de las de-
cera vía, afirma Giddens, deberán mocracias.

Los críticos cuestionan el uso del concepto de tercera do. Después de todo, el
genedsimo Francisco Franco en su tiempo, por ejemplo, era considerado una al-
temativa enhe el capitalismo y el comunismo.
Giddens ha sido calificado como el cintelechial favoritos de Blair.
De esta manera, a los seis bierno de Blair - q u e resultan ser
dilemas o retos antes mencionados siendo principalmente los partida-
se suman seis objetivos básicos que rios del old labour- consideran al
toda socialdemocracia de nuevo third way un apelativo más sin sig-
tipo debe perseguir para edemo- nificado alguno, una mera prolon-
cratizar la democracia.: gación barata de segunda mano
del neoliberalismo, un tatcherismo
Reforzar los gobiernos loca- en pantalones y una supuesta es-
les adoptando el principio de trategia política en búsqueda des-
descentralización de las fun- esperada de una ideología que le
ciones del Estado. encaje pero que además tiene por
Promover una mayor trans- desgracia connotar una preferen-
parencia institucional en las cia sexual puesta en duda.
instituciones del Estado. Lo cierto es que la propues-
Adoptar prácticas empresa- ta del third way de Tony Blair es
riales en las instituciones del - a n t e tod* un reconocimiento
Estado y dejar atrás los vie- de que el mundo ha cambiado irre-
jos e ineficientes estilos bu- versiblemente. No constituye aún,
rocráticos. sin embargo, un movimiento po-
Promover una mayor parti- lítico internacional consolidado y
cipaaón ciudadana en asuntos una distintiva filosofía política,
de interés público, restable- pero aspira a serlo.
ciendo el contacto directo ¿Pero qué es lo que la terce-
entre ciudadanos y gobierno. ra vía está realmente ofreciendo?
Ejercer un mayor control en A manera de ilustración, nos re-
los campos de ciencia y tec- feriremos brevemente a dos de los
nología. Los avances cienti- elementos centrales de la adminis-
ficos y tecnológicos traen tración Blair en quese basa el third
consigo una serie de dilemas way: la cultura del trabajo y la fa-
éticos que no deben ser de- milia como pilar fundamental de
jados al libre manejo de los la sociedad.
expertos únicamente.
. ~.. ..~
... .-.
La <<democratizaciónde la .
- ... .~ ..
democracia. debe ser global El third wcly
y no solamente quedar redu- del tocayo TO& lai ir
cida al ámbito local y nacio-
nal. El primer intento sistemático
del old labour por s e p m de los
principios clásicos de la sccialdemo-
.. - d. - ..-.,.-.
. .-- . - -l cracia se llevó a cabo en octubre de
De la teoría a los hechos: 1987 en Gran Bretaña, durante la
el Estado benefactor conferencia anual del partido.
puesto en cuestión Fue, sin embargo, e n la
conferencia anual de 1995 del
No nos olvidemos, sin em- partido laborista que Tony Blair
bargo, de que la realidad es siem- declaró que la mejor prevención
pre mucho más compleja que la contra el crimen es el contar con
que se presenta a lo largo de las un trabajo y una familia estables.
páginas del I W de Giddens. Los La base sobre la cual descansa esta
críticos más recalcitrantes del go- política se haya en un estudio pu-
blicado en 1996, que afirma que programa de entrenamiento labo-
si bien es cierto que las presiones ral bajo el nombre de New Deal,
sociales y económicas tienen un dirigido principalmente a madres
impacto sobre el nivel del crimen, soltera^,^ jóvenes desempleados y
en el ámbito de las diferencias in- discapacitados6que está siendo fi-
dividuales la causa está en los efec- nanciado a través del impuesto
tos que producen las relaciones sobre los beneficios extraordina-
sociales al interior de la familia rios (windfall tax) que generan las
(HMSO 1996). empresas privadas de servicios al
público, como el transporte públi-
.. . . ....~.~
..- ..~ -
.- . ~ ~~
co, teléfono, agua, luz, etcétera.
D e la cultura de los La idea es que las personas que
beneficios sociales a la han estado alejadas del mercado
cultura del trabajo de trabajo por un tiempo conside-
rable, reciban una guía completa
En realidad, opinan los es- de cómo volver a insertarse en el
cépticos, no hay nada diferente mundo del trabajo, reforzar sus
que pueda ofrecer el gobierno del habilidades en la medida de lo po-
new labour respecto al anterior. sible y al mismo tiempo ganar un
Ciertamente -y esto no lo men- salano mínimo provisional mientras
ciona en el autor en detalle- el se está siendo entrenado.
presupuesto destinado a los be- Esta política, empero, ha
neficios sociales ha sido drástica- generado grandes discusiones fue-
mente recortado en algunos ca- ra y dentro del gobierno de Blair.
sos, pero también es cierto que ha Los críticos aducen que en poca
sido modificado y extendido en cuenta lo que se quiere es reducir
otros. el presupuesto empleado en el
La educación universitaria fondo social y forzar a la gente a
proporcionada por el Estado, por trabajar. La tercera vía responde
ejemplo, ha dejado de ser gratui- a estas observaciones, señalando
ta. Por otro lado, el controvenial que el Estado benefactor -visto
plan de gobierno que se podría como la razón de ser de las social-
resumir en la filosofía *de la cultu- democracias- crea tantos proble-
ra de los beneficios sociales a la mas como los resuelve. Los bene-
cultura del trabajo. (welfare to ficios sociales ciertamente son un
work) está promoviendo, entre arma de doble filo dentro de esta
otras cosas, que los nexcluidos so- lógica: alivian la pobreza pero tam-
ciales. (como por ejemplo, las bién crean dependencia hacia
madres solteras con hijos en edad q a p á n Estado. Desposeídos de
escolar y los minusváiidos) vuelvan iniciativa y recluidos en sí mismos,
a ser incluid os,^ en la sociedad por la pobreza tiende a perpetuarse
intermedio del trabajo. Para llevar de generación en generación en-
a cabo esta tarea se ha creado un tre los excluidos sociales.'

Gran Bretaña tiene el porcentaje de madres solteras j6venes (15-19 años) m& alto
enbe los paises de Europa Occidental.
' Hasta el momento. en cuanto al oromama
. - oara madres solteras se refiere., oor .
ejemplo. solo se han implementado campañas piloto en ocho areas del Reino Unido y
la participación ha sido completamente voluntaria. Solamente un pequeño
. . wrcentaie
de beneficiariascon hijos mayores de cinco años que han acudido a lar entrevistas han
podido conseguir Irabajo remunerado. En estos momentos se esta d i i t i e n d o la posi-
bilidad de extender el programa y hacerlo obligatono.

(265)
bajo no solo genera ingresos, sino individualismo consumista y los
que también otorga estabilidad y valores comunales, esta propues-
da un mayor sentido a la vida, afir- ta penetra en la esencia del ciclo
ma Giddens. El trabajo es esen- de la vida misma, regulando cada
cial para la consolidación de la una de sus etapas desde la cuna
autoestima en un mundo domina- hasta la tumba.
d o por la ética del t r a b a ~ o . ~ La línea oficial es que se fa-
Estas ideas se ven reforzadas vorece claramente el matrimonio
por la tesis de Inglehart9 que tradicional, cosa que no implica-
Giddens discute en su obra, acerca ria estigmatizar otro tipo de alian-
de que calidad de vida no significa zas o grupos familiares diferentes
más en los paises desarrollados al tradicional. Para ello, la tercera
mejores salarios sino poseer ocu- vía propone la puesta en marcha
paciones con sentido. Paríiendo de de un instituto nacional de la fa-
la idea de que los valores asocia- milia y de la da ocupación de ser
dos al crecimiento económico son padres. (National Family and
inversamente proporcionales a la Parenting Institute), que no solo
prosperidad económica, Giddens se restrinja a proporcionar educa-
seiiala que existe evidencia empí- ción sexual e información sobre
rica de que en los países del pri- crianza de niños, por ejemplo, sino
mer mundo el deseo de maximizar que también asesore en cuestiones
los ingresos materiales estaría sien- tales como los modos de mante-
do desplazado por la importancia ner el lazo matrimonial y promo-
de darle mayor cabida a la ver una participación más activa
autoexpresión y la búsqueda de fra- de los abuelos en la vida familiar.
bajos más significativos. De llevarse a cabo esta medida, el
instituto contará además con líneas
de consulta telefónica.
El Estado interventor Estas medidas tienen la prin-
y la familia como cipal intención de quebrar el cír-
fundamento culo vicioso que se crea en la rela-
ción familias desintegradas-drogas
La tercera vía se expresa, de y crimen. Esta opción, sin embar-
esta manera. en el conjunto liber- go, que favorece el modelo de fa-
tad con responsabilidad, pero sin milia tradicional, constituye para
dejar de lado la interferencia esta- algunos una afrenta y un dictado
tal. Jack Straw, el secretario de del Estado hacia cómo debemos
asuntos internos (Home Office), vivir la vida.
introdujo el 4 de noviembre de
1998 un paquete de medidas a
ser puestas en consulta por exper-
tos en la materia, que pone en la TW no constituye un exa-
mira a la familia como fundamen- men exhaustivo de las socialdemo-

Hay que tener en cuenta que estamos hablando de una sociedad como la inglesa.
donde, por ejemplo, la familia extensa tiende a desintegrarse. las relaciones entre
las personas a debilitarse y una persona puede quedar aislada muy fácilmente.
Siempre y cuando 4 i g o y o - no se mate de un trabajo que. por ejemplo. se reduz-
ca a limpiar la suciedad de los demás.
'O Para una evaluación de la tesis de Inglehart. consultar B m y PAPADAKCI
1997.
cracias. TW es una puerta de en- profesor principal en la apacible
tmda al examen de la tercera vía. ciudad univercitda de Cambndge,
Giddens se queda en el umbral y a dirigir una de las universidades
su intención no va más allá de ello más importantes de la turbulenta
tampoco. Giddens apela a la pa- ciudad de Londres, se equivoca-
ciencia del lector y se excusa de ron. Sin embargo, hubiéramos es-
solo poder proporcionar respues- perado algo más que una simple
tas breves, simplificadas que se descripción del .estado de la cues-
quedan en la superficie. tión. de las socialdemocracias, y
Quienesprmmn que Giddens conclusiones más elaboradas que
iba disminuir su prolífica produc- las que nos presenta en página y
ción, ahora que ha pasado de ser media al final del libro.

=
-_
1
Bibliografía

BUCHAN. David y Jimmy BURNS


1988) -A trap for iyrantsn. Financia1 Times, sección comentario y análisis.
Londres, jueves 22 de octubre, p. 18.

BEAN. Clive y Elim PAPADAKlS


1997 aPolarised priorities or flexible alternatives?n. lnternational Journal of
Public Opinion Research, vol. 6, N" 3.

CHANG, Ha-Joon
1998 "The hazard of moral hazard.. The Financia1 Times, miércoles 7 de
octubre, p. 19

HMSO
1996 Young People and Crime. Home OfficeResearch Study.

HOBSBAWM. Eric
1998 "Markeh, meltdowr and Mam. Suplemento G2 del diarioThe Guardian.
Londres y Manchester. martes 20 de octubre, pp. 2-4.
Una saludable mirada d e la violencia: frustraciones,
discursos e ideologías
Fernando Bravo Alarcón

Razones de sangre. Aproximociones o lo uiolencio político


Gonzalo ~orto&ero
Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú
Lima. 1998, 302 páginas

Aun cuando el fenómeno de sintonizarse con una realidad don-


la violencia terrorista haya sido de los imaginarios colectivos se
desplazado del ranking de los prin- movían en frecuencias y registros
cipales problemas del país, esto no inasibles para los parámetros
convierte en extemporáneo el tra- abimaelitas.
bajo académico que plantee una Pero, ¿le interesaría al esto-
interpretación distinta a la común- blishment pergeiiar una interpre-
mente difundida acerca del pro- tación no por oficial al menos res-
ceso de la violencia en el Perú. Por ponsable, lúcida y aleccionadora
esa razón los ensayos de Gonzalo acerca del fenómeno al que de-
Portocarrero no pierden oportu- rrotó? ¿Por qué habría de hacer-
nidad. lo? En caso de un régimen políti-
Esto mantiene relación con la co más edemocrático~que el ac-
sentencia que siwe de punto de tual, ¿habría sido otra la actitud
partida al autor: .En el Perú la difi- tomando en cuenta los anteceden-
cultad para elaborar una memoria tes de los gobiernos de la década
colectiva es un hecho recurrente, de los ochenta, supuestamente
sintomático y de consecuencias respetuosos del Estado de dere-
muy profundas* (p. 9).Le asiste la cho?
mzón cuando constata que, una vez Resulta sugerente la consta-
más, en el caso de la insurrección tación que hace Portocarreroacer-
senderista estamos ante la ausen- ca de la invariabilidad de las tesis
cia de un discursn oficialque reco- de fondo manejadas por las pos-
nozca su real naturaleza, mucho turas oficiales sobre el fenómeno
más compleja que el simple conte- subversivo. Si entendemos bien,
nido delincuencial. la referencia a la interpretación
Esto llama la atención por- oficial - q u e explicaba a las orga-
que la victoria de las fuerzas del nizaciones terroristas como grupos
Estado, en nuestra opinión, no ha de tenebrosos fanáticos y delin-
sido únicamente militar, sino tam- cuentes, que debían ser enfrenta-
bién política e ideológica: la ini- dos duramente aun cuando se co-
ciativa estatal arrinconó al sende- metieran excesos lamentables pero
rismo desde el momento que fue comprensiblec- se hace extensi-
ganando consenso y legitimidad va a los tres gobiernos que enfren-
ciudadana; desde el instante en taron al fenómeno. De ser así, ten-
que la ideología clasista de con- dríamos que, en lo esencial, hubo
frontación y destrucción del ene- un punto de partida, un diagnósti-
migo se descubrió incapaz de co equivocado sobre cuya base los
mientras que el ultimo ganó. Se trataría de que para Abirnael
A lo mejor ello no es tan sim- Guzmán lo individual se empa-
ple en el caso de la gestión del renta con lo sucio y lo impuro.
presidente Alberto Fujimori; de .Sendero Luminoso condena el in-
hecho los terroristas fueron vistos dividualismo en forma absoluta y
como fanáticos y delincuentes, radical. (p. 57) dice Portocarrero;
pero esto acaso más para efecto es decir, el militante, .el hombre
de propaganda y promoción, pues rojo., al final de cuentas no llega
el Gobierno sabía muy bien que a ser sino un simple brazo o ins-
derrotando en ese plano a la sub- trumento del partido. Allí, en la
versión se granjearía un gran apo- militancia, las personas encontra-
yo electoral. Nos preguntamos si rían su raison d'etre, su realiza-
solo bastó el mejor uso de los pro- ción, su entrega incondicional al
cesos de inteligencia para arrin- colectivo partidario
conar a los subversivos. Portocarrero propone luego
Luego de casi siete afios des- una pregunta que, a nuestro pa-
de la captura de Abimael Guzmán recer, sugiere la probable relación
y Víctor Polay Campos, este del con una de las explicaciones pro-
Movimiento RevolucionarioTúpac porcionadas por las ideologías
Amani, el humor social del país derechistas y conservadoras para
no exuda ni las reivindicaciones ni entender y descalificar la emergen-
la retórica ni la simbología clasis- cia de los grupos políticamente
ta de ambos grupos. ¿Bastó con impugnadores del orden social es-
un diagnóstico que enfatiza lo tablecido. Así, el autor, refiriéndo-
delincuencial? ¿Fueron suficientes se a la trascendencia del partido y
las acciones de inteligencia para la organización que absorbe las
apagar una idea, errada y funda- individualidades, se interroga
mentalista, pero imagen al fin, de *¿qué clase de gente puede encon-
la realidad peniana? trar seductora esta propuesta?,,
Los ensayos que presenta (p. 61).
Portocarrero intentan una leciu- Si alguien respondiera que
ra, en efecto, distante de la inter- son los resentidos, los que han sido
pretación oficial --que, con sus maltratados por la sociedad y por
más y con sus menos, comparten la vida, tal interpretación podría
los gobiernos de Belaúnde, García estar parapetándose tras un argu-
y Fujimori- y también de las mento colonial, despectivo, que no
aproximaciones - e n su momen- reconoce la posibilidad de reivin-
to presentadas y aceptadas como dicación social en aquellos a quie-
críticas- de algunos estudiosos y nes la sociedad peniana siempre
uespecialistas,, en Sendero Lumi- ha exduido. L a idea del resentido
noso y el MRTA. social, ¿debe ser descalificada por
sus orígenes? ¿No funcionó acaso
r--7
:-Y
Y
7
---: como componente de un esque-
Sobre los contenidos ma de interpretación manejado
por algunos segmentos de los sec-
En el segundo capítulo del tores altos y medios del país?
libro que comentamos, el autor Ha sido típico de la tradición
resalta el constreñimiento y la ne- conseniadora atribuir resentimien-
gación absoluta que realiza el to, indisposición, frustración y en-
sendensmo sobre la privacidad, lo vidia cada vez que afloró lo que
desde una perspectiva marxista se cia colonial, cpor qué no recono-
puede llamar el conflicto de clase. cerle -por supuesto que con cui-
La violencia se originaría no tanto dado- cierto papel a la idea del
en condiciones materiales objeti- odio de clases o del resentimien-
vas cuanto en sentimientos de ven- to, por más que hayan sido habi-
ganza y de envidia de aquellos que tualmente utilizadas desde posicio-
se hallan desfavorecidos respecto nes coloniales ultramontanas?
al acceso a la riqueza, el status y el
conocimiento.
..
. . .. .. ~ .. ..- ..
.%. - ..~,.
,
2

Entonces, ¿cómo poder des- Miradas y discursos


calificar la existencia de alguna
forma de resentimiento si, como En el capítulo tercero, Porto-
postula el autor, por ejemplo, en carrero presenta los distintos dis-
<'la decisión de atacar Miraflores cursos públicos que se conshuye-
más peso tuvo la cólera que la ra- ron y10 difundieron a raíz de las
zón. (p.36), agresión que para acciones del senderismo. Descri-
Sendero Luminoso pudo haber be las líneas maestras de cada uno
despertado 4as simpatías de los y señala sus sesgos y limitaciones
sectores populares,, (p. 35)? explicativas. Se trata de un mapeo
Por tanto, para responder a de las ideas tendentes a diagnosti-
la pregunta .¿qué clase de gente car el surgimiento y la existencia
puede encontrar seductora esta del fenómeno subversivo.
propuesta?,,, el invocar el odio y Al respecto, emerge una le-
el resentimiento -atributos suge- gítima curiosidad, que el autor no
ridos por esa tradición conserva- llega a esclarecer (¿tenía que ha-
dora- no resulta muy descabella- cerlo?): ¿de qué discurso público
do. Si Abimael Guzmán fue capaz se nutrió el régimen que terminó
de concebir y planificar acciones -si así se puede decir- con el
basándose en odios y cóleras terrorismo? Ni en la doctrina del
(p. 35),¿cómo su partido no iba a general Noel, ni en la interpreta-
reclutar jóvenes susceptibles de ción de la Comisión Vargas Uosa,
reproducir y secretar tales senti- como tampoco en la de la Comi-
mientos? sión del Congreso presidida por
No creemos que =elhombre Enrique Bernales o en la perspec-
rojo. sea sólo aquel proveniente tiva de Felipe MacGregor, resulta
de sectores populares andinos, de indispensable la captura de los co-
nivel educativo relativamente alto, mandos senderistas, como bien
de izquierda, formado en la tradi- advierte Portocarrero. Si estos dis-
ción católica y que esté escapan- cursos no permearon las acciones
do de las situaciones de zozobra e del primer fujimorismo, entonces
incertidumbre (p. 61). Debe haber ¿qué cosa lo hizo? ¿O es que exis-
otro componente donde calce el te un discurso público que no se
odio y el resentimiento, por más señala?
que este último sustantivo pueda El cuarto capitulo nos recuer-
tener orígenes coloniales y conser- da aquella aseveración tan cara a
vadores. las ciencias sociales peruanas acer-
Si en la tradición de las cien- ca de su incapacidad para haber
cias sociales se ha aceptado como advertido la incubación del sende-
vigente la existencia de la heren- rismo.' El autor desmenuza lo que

' Hace muchos años. nos enteramos de que uno de los investigadores politicos y

(270)
ha sido el conjunto de aproxima- en tales instituciones laboran pro-
ciones y lecturas que desde los es- fesionales de las ciencias sociales,
pacios académicos debió propo- entre o t r e , pero algo han tenido
nene en torno a un fenómeno que que aportar gracias a su vincula-
de hecho conmovió hasta las op- ción directa con poblaciones be-
ciones personales de estos intelec- neficiarias de sus proyectos de
tuales. desarrollo. ¿Es que no hubo una
Estos proporcionaron imá- <miradatecnocrátican, digamos, en
genes de SL, pero ¿qué tan rigu- torno a la violencia?
rosas fueron aquellas? ¿Hubo quie- En esta misma sección, el
nes no pudieron brindar ninguna autor inserta una entrevista a una
aproximación? Historiadores y persona de origen puneño. No
antropólogos fueron tal vez más queda clara la conexión entre el
productivos que los sociólogos. tenor del capítulo (los discursos
¿Por qué desde la Ciencia Política académicos...) y tal entrevista. No
no se abordó a SL? ¿O desde la se justifica ni se expone los nexos
Psicología quizá? entre lo uno y lo otro, lo que no
Portocarrero admite que la deja de hacer interesante los da-
Antropología y la Historia, proba- tos del personaje a través de esta
blemente entre otras razones, al última técnica de recojo de infor-
haber estado lejanas al marxismo, mación.
fueron las disciplinas que más con-
tribuyeron a generar una imagen : -- -- - J

de Sendero. Eso parece ser cier- Sobre los jóvenes


to, pero se necesita distinguir qué
Antropología y qué Historia; en En la segunda parte del tra-
todo caso fueron precisamente las bajo, el autor utiliza las historias
coirientes y los especialistas más de vida y las encuestas como he-
cercanos al marxismo dentro de rramientas que le permiten detec-
tales disciplinas las que abordaron tar tendencias y relaciones
este objeto de estudio. De ser así, probabilísticas en torno a la rela-
la distancia del marxismo no pa- ción entre violencia y juventud. La
rece ser una real exigencia para información recogida se sitúa en-
el abordaje d e la violencia tre los años 1987 y 1989.
abimaelita. Se presenta las historias de
Acerca de esto, un punto que vida de cuatro jóvenes, todos ellos
no se desarrolla es el discurso de hijos de migrantes y con simpa-
actores como las organizaciones tías políticas de izquierda. Desde
no gubernamentales respecto de la más dispuesta a justificar y ava-
SL;o incluso, de aquellos orga- lar la violencia senderista hasta la
nismos del Estado que realizaban que se resiste y la rechaza, se ilus-
trabajos de base. Muchas de estas tra cuatro posiciones más o me-
organizaciones compartían sus nos típicas. La profundidad y la
zonas de intewención con el ac- pertinencia de la información nos
cionar del grupo subversivo. No permite hacernos una imagen
se trataría de un discurso acadé- muy rica de los sentimientos, idea-
mico propiamente dicho -aunque les, expectativas, gustos, incerti-

sociales más importantes afirmaba. en privado, que SL era expresión de la mediocri-


dad académico-intelectoal de lar universidades de provincias.

(271)
dumbres y convicciones de estos
jóvenes. trales en medio del trayecto que
Tal vez habría sido importan- conoció el terrorismo y la subver-
te incluir otro($ caso(s) en la me- sión. Por ejemplo, examinar y
dida que la juventud no radicali- comparar tres momentos entre los
zada, indiferente a la política, siguientes sucesos de violencia: el
también posee de hecho alguna asesinato de periodistas e n
actitud respecto de la violencia y Uchuraccay, la masacre de los
de sus sanguinarios operadores del penales, la captura de Abimael
momento. Guzmán y por qué no, el rescate
Por otro lado, tanto las en- de los rehenes de la embajada ja-
trevistas como las encuestas tie- p~nesa.~
nen una ubicación cronológica con
matices y propiedades muy cir-
cunscritas a la coyuntura que el Acerca de la opción
país experimentaba entre 1987 y ensayística
1989. ¿Qué imagen habríamos
extraído si, para efectos de con- Portocarrero opta por mane-
traste, se hubiese efectuado seme- jar y exponer sus puntos de vista,
jante recojo de información en hallazgos de investigación e impre-
1994, por ejemplo? ¿Cuál sería la siones a través del género
relación entre juventud y violencia ensayístico. Sin desmerecer la
a partir de estos datos? ¿Cómo se opción del autor, en esta última
transformaría el cuadro que se es- parte quisiéramos reparar acerca
boza a partir del trabajo que co- del favoritismo de parte de las
mentamos? ciencias sociales peruanas por di-
El capítulo final (.La opinión cho formato expo~itivo.~
pública frente a la violencia,,) nos Esto tiene relación con la
recuerda y esclarece un momen- crítica que, desde otras esferas y
to difícil que la sociedad peruana disciplinas, se le hace a la Socio-
debió afrontar tanto frente a sus logía o la Antropología, en razón
propios valores como respecto a de que al parapetarse tras dicho
la comunidad internacional. Em- género narrativo las exigencias de
pero, no es un aporte concreto a rigor, claridad, exactitud, difícil-
la necesidad de elucidar las vincu- mente pueden sostenerse a lo lar-
laciones de la juventud y la violen- go de los párrafos.
cia política. ¿Qué tiene que ver con Nuestra impresión es que.
la juventud? efectivamente, eso suele ocurrir
Siwe como un buen referen- muchas veces. Se ha abusado de
te para auscultar las reacciones de un estilo expositivo en el que ha
la ciudadanía frente a la violencia, primado más la elegancia q u e
pero podía haberse ubicado en la no siempre se logra, por cierto-
primera parte del trabajo, o formar la suntuosidad, las citas de los au-
una tercera sección junto a un aná- tores de moda, y, la menos de las

¿Debió incluirse al MRTA en este habajo? Creernos que si. ¿Por qué algunos jóvenes
~.
ootaron w r S1 v ohos. minoritariamente. por el MRTA? Después de todo. la violen-
cia política también la hha este segundo grupo subversivo.
Ya en una msena anterior hicimos mayor referencia al ensayirmo sociológico. Cf.
&"ando los ciudadanos invadieron Liman. Debates en Sociología N" 22. 1997:
225-226.
veces, la necesidad de revestir las tico mas no aporte científico al
frases y sentencias con símiles e conocimiento de la realidad social.
imágenes novedosos y sugeren- Al decir del ensayista Gabriel
tes. Zaid: *La mala prosa en las cien-
No estamos invalidando la cias sociales se ha vuelto casi un
opción que toman muchos cientis- requisito (los historiadores, soció-
tas sociales al momento de presen- logos, psicólogos que escriben
tar sus trabajos, pues creemos que demasiado bien se vuelven sospe-
la profundidad y el rigor no tienen chosos de poca pr~fundidad)..~
por qué excluir a la claridad, la Por supuesto que esto último no
precisión y la concisión. Debemos corresponde al caso de Portoca-
reconocer, eso sí, que ensayos so- rrero, pluma reconocida entre los
ciológicos bien escritos algunas pocos sociólogos que comienzan
veces son vistos con desconfianza, a aparecer en las revistas y las pan-
como si solo poseyeran valor esté- tallas con algo nuevo que decir.

&rganuados pan no leer., Letms Libres, ano 1, No 3, México, mano de 1999.

(273)
Comentarios a Razones de sangre de Gonzalo Portocarrero
Maruja Barrig

Razones de Sangre. Aproximaciones o lo uiolencio político


Gonzalo Portocarrero
Fondo Editorial de la Pontificia Universidad Católica del Perú
Lima, 1998, 302 páginas.

Comentar el libro de Gon- des Populares- que Portocarrero


zalo Portocarrero me ha represen- anima desde la Facultad de Cien-
tado, desde la amistad, un gran cias Sociales desde hace varios
desafío: Portocarrero propone aiios, y a partir del cual alienta a
una lectura compleja de un fenó- jóvenes investigadores en la re-
meno nunca suficientemente es- flexión sobre el país y en la difu-
tudiado como es Sendero Lumi- sión de sus trabajos.
noso (SL), hacia el cual muchas Razones de sangre propone
personas -entre las cuales me diversos abordajes para la lectura
incluyo- hemos tenido más re- de SL. Cual un caleidoscopio, in-
acciones emocionales antes que tenta reconstruirlo desde los dis-
aproximaciones analíticas serias y cursos, tanto los producidos por
desapasionadas. sus líderes -básicamente Abimael
Esta autoinhibición para pro- Guzmán- como por la literatu-
fundizar sobre SL, con la confian- ra, por los protagonistas militares
za en el anteojo, no en el ojon como el general Clemente Noel y
comosugería César Vailejo, es una los intelectuales como Pablo Ma-
actitud posiblemente también cera, sin soslayar la polémica -por
motivada por el temor; es arries- así llamarla- entre la inteipreta-
garnos a abrir una puerta detrás ción de Alberto Flores Galindo y
de la cual podríamos encontrar la investigación de Carlos Iván
una imagen de país (quizá desco- Degregori respecto de SL.
nocida, ¿aterradora?) que nos cos- Al preguntarse por qué surge
taría enfrentar. Sendero Luminoso en el Perú,
Gonzalo se ha arriesgado a Portocarrero identifica el denomi-
esta empresa, en una línea de con- nado <<trasfondocolonial^ de nues-
tinuidad con otros estudios ya pu- tra historia, la dominación étnica y
blicados que tratan de dar cuenta la exclusión, como injusticias que
de los imaginarios culturales del producen odio por promesas de
Perú. Tiene el mérito no solo de progreso incumplidas o por dere-
ser un investigador que constan- chos conculcados sobre los cuales
temente nos propone lecturas se tiene conciencia, afirma el au-
nuevas/originales sobre el país, tor. Los impulsos agresivos de las
sino que persiste en la investiga- personas -potenciados por la
ción sin descuidar su condición de pobreza y la injusticia- serían mol-
maestro: no puedo dejar de men- deados entonces por ideologiasque
cionar el espacio de TEMPO proponen la violencia como la eúni-
-Taller de Estudio de Mentalida- c a posibilidad
~ de cambio.
Esta es una de las .ideas-her-
za. del libro, en la cual confluyen 1 tibles de ser convocados por el dis-
curso senderista?
tanto el análisis del discurso Gonzalo Portocarrero iden-
senderista para la justificación del tifica entre una de las conexiones
uso de la violencia como el de la del mensaje violento de SL, el sur-
simbología de SL, la entrega al gimiento del odio entre sus sim-
partido ante la promesa de un fu- patizantes y militantes por una
turo nuevo (iluminado por un sol promesa frustrada de progreso.
rojo naciente...). Encuestas, entre- Esto implicaría que existe entre la
vistas, historias de vida de jóvenes, población una esperanza, una idea
algunos simpatizantes, otros mili- del progreso, la misma que, de
tantes, otros críticos a SL, son acuerdo con otros estudios e in-
materiales que forman parte del cluso con las entrevistas publica-
otro cuerpo del libro: los discursos das en este libro, se encarna, en
sobre la violencia y sobre SL ela- el horizonte individual de cientos
borados desde los jóvenes. de miles de jóvenes, en la educa-
Un primer aspecto significa- ción.
tivo del libro es la aproximación Por otro lado, si este rencor
analítica a lo que Gonzalo propo- también surge, según Portoca-
ne como la <<humanizaciónzdel rrero, por la vulneración de los
militante senderista, intentando el derechos, esto nos sugiere que
esbozo de un perfil psicológico de estarnos ante la extensión de una
ellos, sobre todos los jóvenes. En- conciencia de derechos en el país.
tre los discursos comunes en los No estarnos entonces frente a una
medios d e comunicación que revuelta de desposeídos que tie-
los catalogaban como %robots. nen solo la violencia para ser es-
fanatizados -recordemos el lugar cuchados, sino ante un análisisque
común de los titulares de los dia- parte del reconocimiento d e la
rios sobre la llamada -demencia existencia de cierta convicción ciu-
senderista,- y esta otra imagen dadana en esta población joven,
del senderista como un provincia- para lo cual, además, el libro
no resentido, Gonzalo ensaya una ensaya respuestas al rastrear la in-
fórmula de equilibrio, que no sos- fancia y el ambiente familiar de
laya el odio y el rencor ante la in- sus entrevistados, buscando iden-
justicia presente en ellos, sin lu- tificar cómo estas situaciones se
gar a que esta comprobación -y amalgaman con una vivencia de
el sentimiento de culpa que la so- la exclusión.
ciedad puede generar por dicha Lo que no resulta visible es
injusticia-, se constituya en una cómo la conciencia de derechos y
parálisis moral para juzgar los ac- la idea de progreso operan, se
tos de los senderistas. Pues, de entrecruzan o se enfrentan con la
otra manera, podrían parecer utopía andina y la misión drarná-
inimputables. tica de la historian como parte del
A propósito de estos dos imaginario cultural andino de los
cuerpos o partes en que el libro campesinos que se constituyeron
está dividido, un segundo comen- en *bases senderistas..
tario es quizá una pregunta al au- En otras palabras, la decons-
tor: ¿cuáles son los puentes, las micción de los discursos sobre la
articulaciones entre dos grupos violencia, la hstración de los jó-
humanos, los comuneros andinos venes urbanos entrevistados y el
y los jóvenes estudiantes, suscep- imaginario andino se constituyen
en cuerpos de análisis casi autóno- Y ese mismo discurso está
mos, con importantes aportes en presente en las elucubraciones de
este libro, pero con articulaciones los mandos militares. quienes in-
poco visibles. sistieron en una 4mportación de
Coincidiendo con Gonzalo ideas, armas y cuadros. de China,
en que es necesario rastrear más Cuba y la Unión Soviética. Y es la
el .horizonte cultural comúnx en- misma idea que Gonzalo Portoca-
tre los jóvenes estudiantes y los rrero recoge en sus jóvenes entre-
comuneros andinos, esta obsenia- vistados, cendensta o simpatizantes:
ción es una invitación al autor para el empresario es blanco, extranje-
continuar profundizando los en- ro, igual que los pitucos y los
granajes entre la deconstrucción miraflorinos (cuyasmujeres tienen
del discurso de SL en las comuni- <<pieles raras.).
dades campesinas y en los jóve- Al parecer, no es concebible
nes de las ciudades. +n aras de nuestro instinto de
Quisiera comentar otra idea supervivencia como gmpo huma-
que está presente a lo largo del no- que alguien que nos explote
libro: lo que Gonzalo Portocarrero como los empresarios y nos des-
identifica como una valoración precie, como los miraflorinos, sea
negativa de la foraneidad., que re- parte de un noso otros.. De la mis-
cogería la tradición andina de un ma manera como no pueden ser
mosotrosn, que deja de lado a to- peruanos quienes matan ganado,
das las personas ajenas a la co- ajustician dirigentes comunales o
munidad (lo de afuera como un sindicales y dinamitan puentes.
ámbito misterioso poblado de per- Si, según los testimonios re-
sonajes maléficos, nos recuerda cogidos por Poriocarrero, para
Portocanero citando a Juan Ossio) algunos jóvenes de barrios popu-
que confluye y se funde con un lares un empresario 1 un miraflo-
nosotros senderista: un nosotros rino es un pituco explotador, para
que deja afuera a los explotado- los temores de algunas gentes de
res. las clases altas limeñas, un cholo
Me pregunto cuánto de <eandi- era un demico., real o potencial,
na. tiene esta visión y si no esta- sentimiento que no hacía más que
mos hablando de un fenómeno traslucir el miedo (nosolo c<andinon)
universal, de resistencia a recono- a lo .extranjero., es decir a lo ex-
cer el mal en nuestras comunida- traiio. La xajeneidadu del otro ope-
des identificantes: a comienzos de ró como un justificativo a la vio-
los años ochenta, cuando según la lencia en cualquiera de los dos
versión oficial los senderistas deja- extremos, como lo sugiere un tes-
ron de ser unos .petardistas. para timonio recogido por Carlos Iván
convertirse en un peligro que Degregori a un joven marino, crio-
amenazaba la existencia del Esta- llo destacado en Ayacucho.
do -por eso las Fuems Armadas La propuesta que subyace en
ingresaron a las zonas rojos-el pre- el libro es una convicción, repeti-
sidente Fernando Belaúnde expli- da en varias de sus páginas, de que
có la existencia de SL como una somos =unasociedad prisionera de
conspiración internacional.. No su pasado,,. El análisis de SL seria
era posible que estossujetos surgie- una vía para acercarnos a espa-
ran entre mosotros., pueblo pobre cios de la realidad negados que
pero feliz, como nas catalogó en esa tenemos que conocer pardo una
opohnidad nuestro presidente. experienciade la cual tenemos que
aprender paralliberarnos de él. Y en segundo lugar, ¿cómo,
El conocimiento no solo como una junto a las continuidades, aprender
herramienta para deconstruir a leer los cambios? Pese a lo
(¿pero también destruir?) el pasa- segmentada que es esta ciudad, en
do. infraestructura y servicios, estos
Y esta reiteración me con- muros interiores. del espacio ur-
dujo, en la lectura, a dos pregun- bano parecen denumbarse ante
tas que podrían ser contradicto- familias pobres que van de visita al
rias: Jockey Plaza, como un paseo do-
En primer lugar, ¿cuánto de minical al Parque de las Leyendas.
este .pasado. nos condena? ¿Cuán- Y la denuncia del lndecopi a las dis-
to, desde este presente, podemos cotecas que discriminan el ingreso
operar en el cambio de una histo- a jóvenes de .color modesto. su-
ria, en las huellas de esa historia, giere, ciertamente, el racismo de
en hechos ya ocurridos (y por tan- s u dueños, pero también podemos
to, irremediables), que durante leer el hecho más allá, pues exis-
siglos habrían estado predetermi- ten jóvenes de color modesto. que
nando nuestro futuro como país? no se autoinhiben ante una disco-
No enfrentar nuestra nherencia co- teca miraflorina, lugar al cual uno
lonial,, plagada de violencia, expo- deberían pertenecer..
liación e injusticia, ¿nos estaría Tendría ciertamente más
conduciendo a una repetición del comentarios y preguntas suscita-
mito de Sísifo? Confieso que esta das por la lectura del libro y esa es
es una visión del tiempo y de la una de sus riquezas pues nos in-
historia que me cuesta mucho tra- terpela y nos convoca a seguir
bajo procesar. haciéndole preguntas.
Dobale enSociol& W23-24 199899

La juventud desde la perspectiva sociológica


Carmela Chavez lrigoyen

Zaragoza y sus jóuenes de fin de siglo


Ánsela
- Ló~ez
Ayuntamiento de Zaragoza
Zaragoza, 1997

El interés de María Ángela Al abordar el estudio de es-


López es hacer un estudio sobre tas tres esferas en que se desarro-
los jóvenes de Zaragoza cubrien- Ila la dinámica juvenil, López se
do los siguientes aspectos: su per- fija especialmente en los lazos de
cepción acerca de la ciudad, sus inclusión o aislamiento de cada
hábitos de consumo y estudio, su una de ellas, así como el trata-
diferenciaciónsegún edad y nivel miento de la competitividad, el
social y las posibilidades que Las ocio y la solidaridad. Lo peculiar
instituciones públicas les brindan del mundo juvenil no reside solo
para su desarrollo personal y en en la formación de redes alterna-
sus propios colectivos. Para la tivas a las del mundo adulto, sino
autora, la ciudad es importante en que constituye un universo de
como espacio de ejercicio de li- identidades aún no insertadas del
bertad (actitudes,rutinas, compor- todo en la estnidum social,de iden-
tamientos) tificación generacional con el gm-
Son tres las .estructuras pode contemporáneos, que está a
societarias. que López identifica su vez cruzado por una identidad
en el quehacer juvenil: de clase y de género.
En el intento de los jóvenes
la familia, que potencia o por insertarse en la dinámica so-
recorta las formas de vida; cial hegemónica, el trabajo es una
constituye también el primer variable fundamental. La necesi-
círculo de socialización; dad de inserción al mundo laboral
las instituciones educativas, se presenta ante los sentidos co-
que esiructuran los tiempos munes de los jóvenes como prin-
colectivos, marcando tinas cipal preocupación produciendo
y círculos de pares cercanos angustia y tensión. Las institucio-
(redes),al mismo tiempo que nes educativas marcan las posibi-
crean ,inercias de acción. lidades que tendrán los jóvenes.
(tiempo libre);y Con respecto a la percep-
las redes de acción colecti- ción sobre su ciudad. los jóvenes
va, creadoras de subculturac de Zaragoza la sienten como un
juveniles, que se articulan espacio acogedor, que goza de los
alrededor de los barrios, las beneficios de los servicios moder-
parroquias, los grupos de pa- nos pero sin haber perdido su es-
res, creando una identidad y píritu de pueblo pequeño. Así por
un imaginario común. ejemplo, sefialan que a diferencia
de las grandes ciudades, donde dianos (la lucha por el día a
prevalecen las relaciones imper- día). Se da una marcada di-
sonales entre sus habitantes, se ferenciación por clase a la
mantiene lazos familiares y veci- que se pertenece.
nales que permiten una rápida De ciudadanía. Busca encon-
identificación de la población. trar modos propios de parti-
Los tiempos libres juveniles cipación marcados muy fuer-
(llamados diempo generacional,) temente por elementos
por López) transcurren fuera de altmístas de cooperación y
los espacios formales (familia,ins- preocupación por .el otro..
tituciones educativas),suponiendo Esta lógica se manifiesta le-
la creación de redes peculiares, jos de las alternativas institu-
nuevas, basadas en la afinidad. cionales o públicas, donde la
Para López, la ciudad es un lugar distribución del tiempo libre
donde las formas de vida se pro- busca crear lazos de solidari-
yectan a través de prácticas de dad con otros sectores de la
apropiación del espacio Esta for- población.
ma de hacer a la ciudad parte de
la vida cotidiana significa que no Una pregunta que nos deja
solo el espacio .está allí., sino que esta división en Iógicas de acción
su recorrido da lugar a imagina- es qué pasa con los jóvenes que
rios juveniles, a disposiciones y Ió- no se encuentmn entre los dos pri-
gicas de acción. Así, se cristalizan meros gnipos. Según parece exis-
tres Iógicas de acción fundamen- te una diferencia entre tener me-
tadas en distintas orientaciones nos de 18 atios (etapa de la ex-
frente a la vida: pectación) y algo más de 24 (edad
en la que se va entrando en la del
De la Iibertadiexpectación. consumo). ¿Qué pasa entre ambos
Se d a sobretodo en los jóve- periodos de tiempo? Es un punto
nes menores de 18años que aún por discutir. Además, no que-
constituyen grupos donde el da clara una diferenciación entre
encuentro de sí mismo es lo que viene a ser el uso del espa-
fundamental y donde se va cio y la creación de imaginarios,
tejiendo una identidad aún de identidades juveniles parciales
no 'fija que se fortalece a si vale el término. Cada una de
medida que se descubre a la éstas Iógicas da lugar a percepcio-
ciudad, y sus habitantes, en nes diferentes del mundo que los
nifinasdiarias de paseo y ex- rodea y de las expectativas en la
ploración. vida personal.
De acceso al mercado de bie- López propone en su texto,
nes y setvicios. Marcado por que junto con la variable genera-
la etapa post-universitaria cional, los jóvenes hacen también
(que empieza generalmente una distinción por clase, diferen-
a partir de los 24 años),esta ciando y diferenciándose en su
lógica da cuenta de la q a - relación con los «otros,,. Se hace
nancia o pérdida. de distin- así una distinción entre dos gm-
ción (méritospara definir sta- pos básicos. Si bien nos parece
tus) por el acceso a bienes acertada esta distinción, metodo-
de consumo; ejercicio que lógicamente surge una limitación
implica competitividad y se- en la diferenciación de estos gru-
guridad en los hábitos coti- pos. Por un lado, se habla dejó-
rios en su mayoría; y por otro, de ha logrado la ansiada emancipa-
chicos calificados como &acaso ción con respecto a la familia y a
escolar,, y pertenecientes a clases la figura paterna que la dirige. La
populares. ¿No existen universita- salida constituye este espacio sim-
rios de sectores populares? ¿No bólico de reto al mundo adulto: los
hay jóvenes de clases medias que primeros signos de independencia
no opten por la universidad? Esto son medidos en relación con los
no queda claro. horarios permitidos de andar fue-
ra de casa.
. ...-..... .., ... . -.,
L.
. . . .. " Sin embargo, esta distancia
Los jóvenes de clase con el mundo adulto no genera
media necesariamente un sentimiento de
ruptura radical. Por el contrario, se
Este grupo está conformado busca negociar pues se comparte
en su mayoría por estudiantes de con los padres un universo cultural
secundaria o que cursan estudios común (de clase) basado en la re-
superiores. Estos jóvenes se compensa según méritos y valores.
autoperciben como habitantes Otra figura relevante es el del
temporales de la juventud, y ven bohemio. Alguien con inclinacio-
la independencia económica nes artísticas (cine, fotografía. mú-
como el mayor de sus retos; úni- sica) que entabla una relación de
ca forma posible de lograr auto- tensión con respecto a las pautas
nomía frente a lo que significa la de consumo establecidasen su co-
casa familiar y la autoridad pater- munidad: creando formas propias
na. La ciudad es percibida como de vida (horarios nocturnos de ac-
un espacio anónimo que debe ser tividad, lugares especiales de re-
recorrido, y cuyos caminos trans- unión, estética particular),buscan-
curren de la casa al centro de la do redes sociales que le permitan
ciudad; Zaragoza vista como una mantenerse en la esfera juvenil.
ciudad unida por redes de comu-
...
nicación físicas y sociales, donde , - . .. . .
:
,

los diferentes grupos de pares re- Jóvenes de


producen signos de diferenciación sectores populares
e identidad.
Las principales críticas al Identificados como aquellos
mundo de los padres se dan en su que han seguido estudios técnicos
falta de idealismo, de la poca co- en talleres ocupacionales (resulta-
herencia al hablar de igualdad do del fracaso escolar) o que no
(¿acaso los jóvenes tienen los mis- los han tenido y que de alguna
mos derechos que los adultos?) Y manera están insertos en el mun-
por el tipo de vida que llevan do laboral. Este grupo está muy
(estrés,poco tiempo para descanso, marcado por la cultura heauy, que
etcétera). En la postura de estos jó- se constituye en una suerte de
venes se percibe una búsqueda de subcultura juvenil con característi-
consumo cultural en las prácticas cas propias: resistencia pacífica
de salida fuera de casa. ceremo- ante el sistema, contra el autori-
nia que cumple una función de tarismo y los militares.
autoafirmación por la distancia La experiencia espacial de la
frente a la tutela que significan los ciudad es el resultado de largos
padres. Así, el estado «deseado,, paseos (generalmente a pie) por
un temtorio ocupado por los <mues- Conclusiones
tras., por aqueUos que ejercen las
mismas rutinas deambulantes. La ciudad se convierte pro-
Cada zona pierde su nombre ofi- gresivamente en el espacio para
cial para contar con uno impues- crear lazos simbólicos, los espacios
to; uno otorgado a raíz de las ex- toman nombre propio y ya se sabe
periencias individuales y colec- quiénes van a dónde. Por ejemplo,
tivas en el uso de la ciudad. entre los jóvenes populares hay
En cada miembro del grupo prácticas de acercamiento a zonas
se crea un estado de ánimo, de tachadas de ricas, donde saben que
expectación de los otros, de con- no son bien recibidos por su aspec-
templación de la ciudad, de for- to y lugar de origen, en una bús-
mación de una identidad de libre- queda de desafío del otro. Estos
paseantes. Al mismo tiempo, se jóvenes se saben poco aceptados
generan prácticas de concentra- por los adultos de clase media pues
ción entre <<iguales,,
que tienden a son criticados la falta de empleo,
excluir nuevos contactos, siendo la música que escuchan y su estéti-
la tendencia acentuar los valores ca (cabello largo, ropa oscura).
ya adquiridos. Los jóvenes de sectores po-
La relación con el mundo de pulares no aspiran a llevar la vida
los adultos se da fuera de casa: es que llevaron sus padres. Piensan
en la calle donde se negocian las que su esperanza de vida será
identidades, se afirman y compar- menor a la de ellos, considerando
ten. La ciudad se convierte en la continuamente el riesgo de las
casa de todos, en el sitio común enfermedades modernas (SIDA,
de encuentro de los cercanos. Hay cáncer) y la escasez en que viven.
que tener en cuenta que hablamos En ambos casos, los jóvenes
de jóvenes con una vida familiar de clase media y los de origen
tensada por el desempleo y la es- popular, se percibe una creación
casez de la economía familiar, así de identidad individual a través de
como la carga de un ufmcaso es- la experiencia colectiva, de la com-
colar. que limita sus expectativas pañía de los .iguales. y se apunta
a futuro. Se respeta la autoridad a la creación una comunidad ju-
paterna en la casa familiar, se venil propia. Ambos gnipos reco-
acepta la condición de hijo (ser de- nocen a la ciudad como el lugar
pendiente de los padres, econó- perfecto para el anonimato, como
mica y afectivamente, y que aún la posibilidad de crear una perso-
mantiene lazos de obediencia fren- nalidad colectiva propia, lejana del
te a su autoridad), pero se siguen mundo adulto que critican y sien-
buscando alternativas para el de- ten lejos.
sarrollo personal; espacio que se Otro punto que sería relevan-
encuentra generalmente en el cír- te debatir con la autora es esta
culo de amigos cercanos (búsque- identificación entre cultura heauy,
da de autonomía). Hay que tener jóvenes de sectores populares y
en cuenta que estas dinámicas ju- una historia de fracaso escolar.
veniles están profundamente mar- ¿Existe una coincidencia necesa-
cadas por la inserción en el siste- ria entre estos tres aspectos? ¿O
ma educativo. su encuentro es .casual. en el
entorno juvenil? En todo caso, se- sidad de aportar a la economía fa-
ría posible hablar de la formación miliar, marcan muy fuertemente las
de una subcultura juvenil particular expectativas en la vida cotidiana de
marcada por gustos musicales de- los penianos de 18 a 25 afios.
terminados, por una estética defi- ¿Qué nos diría María Ángela
nida y que tendría como referente López al respecto? ¿Cómo se mue-
una búsqueda de reconocimiento ven los jóvenes peruanos en estas
e identidad con un colectivo. tres lógicas? Un análisis de los dis-
También se comparte un sen- cursos juveniles nos podría empe-
timiento profundo de incertidumbre zar a dar pistas acerca de cómo vi-
frente al futuro, lo que lleva a vivir ven estosjóvenes y de qué esperan
el presente sin proyecto, y colocan- para sus próximos anos. Muchas
do a las experiencias cotidianas veces la premura por conseguir un
como la única realidad que merece salario, o una carrera rápida que
preocupación. La inserción al mun- prometa beneficios en corto tiem-
do laboral puede ser también parte po, determina las decisiones.
de temores pues es fundamental Al mismo tiempo, son los
para lograr la ansiada autonomía jóvenes de clase media los que más
(contar con fondos propios). posibilidades tienen de elegir: la
Las necesidades más percep- propagación de universidades de
tibles son las de vivienda propia, todo tipo (humanistas, técnicas,
educación y empleo, caminos que con carreras de .punta.) permiten
llevan a la libertad y la autonomía un bagaje más amplio de opcio-
de los jóvenes como sujetos. Se nes. ¿Qué elegir? Tal vez la que
aceptan las leyes macro de la so- sintamos más cercana a nuestro
ciedad (mercadoy competitividad), medio, la que mejor estatus pro-
al mismo tiempo que se las siente meta, la que acredite que sí vale-
ajenas y son vistas con temor. mos. i 3como si cada vez el sistema
competitivo en el que nos encon-
w:.*- .- "_l--.,"~.il"
zx- ... . ....
, _,---"
..-=
.,.;-.S tramos exigiera más de nosotros,
Relevancia del texto para siendo una tentación convertirnos
el caso peruano en una suerte de mercancía, que
entrará en competencia y debe
En el Perú de fines de los estar preparada para el éxito y
noventa, los jóvenes constituyen para destacar. Cada día todo es
uno de los sectores de la población más rápido; lo vemos en los me-
más importantes para el análisis dios, en las calles, en los discur-
social. La creación de subculturas sos de nuestros padres. ¿Cuánto
juveniles (los subtes, las pandillas, tiempo nos podemos realmente
las barras) y de círculos propios de tomar? En términos de López:
participación (espaciosdelimitados ¿cuál es el límite en la búsqueda
en la ciudad, en organizaciones de bienes que nos distingan, para
como parroquias o clubes deporti- no quedar atrás? Es por ahí que
VOS) no puede escapar de una re- siento que los aportes de esta au-
flexión acerca de cómo nos vemos tora son fundamentales para pen-
como sociedad y con qué espacios sar sobre nuestra realidad y los
cuentan los jóvenes para verdaderos espacios con que
sudesarrollo. Problemas como la cuentan los jóvenes para su de-
falta de empleo, las pocas oporhi- sarrollo integral como ciudadanos
nidades de acceder a una educa- libres. capaces de tomar decisio-
ción superior de calidad y la nece- nes y asumir responsabilidades.
s o b r e l o s
a u t o r e s
Saskia Sassen
Profesora de Planificacion Urbana. universidad de Columbia. ciudad
de Nueva York.

Julio A. Calderón Cokburn


Consultor, Faculty Associate del Lincoln Institute (ULP) y miembro
del International Research Group of Law and Urban Space (ITGUIS).
calderon@chavin.rcp.net.pe

Martín Tanaka
Martín Tanaka es sociólogo de la Pontificia Universidad Católica del
Perú, Maestro en Ciencias Sociales y Doctor en Ciencias Sociales con
especialización en Ciencias Políticas de la Facultad Latinoamericana de
Ciencias Sociales (FLACSO),sede académica de México. Actualmente es
investigador del Instituto de Estudios Peruanos y profesor del Departa-
mento de Ciencias Sociales de la Universidad Católica.
mtanaka@iep.org.pe

Orlando Plaza
Profesor Principal del Departamento de Ciencias Sociales de la
Pontificia Universidad Católica del Perú.

Luis Tejada
Maestro en sociología por I:École d' Hautes Études en Ciences Socia-
les, París. Es autor de La cuestión del pan. Lima: Instituto Nacional de Cul-
tura y Banco Industrial, 1998.

Carlos Torres
Estudiante de Sociología de la PUCP

Jorge Thieroldt Llanos


Estudiante de Sociología de la PUCP

José Luis Vargas Gutiérrez


Director de la Escuela Profesional de Sociología de la Universidad
Nacional de San Agustín.
jlvargas@pucp.edu.pe

Ángela López Jiménez


Profesora titular del Departamento de Psicología y Sociología de la
Universidad de Zaragoza, Facultad de Ciencias Económicas y Empresaria-
les.
Liuba Kogan
Maestra en Sociología por la Pontificia Universidad Católica del P~N.
En la Universidad del Pacífico, es profesora de sociología de la Cultura.

Tania Vásquez
Egresada de Sociología de la WCf?

Víctor Vich
Lingüísta de la Pontificia Universidad Católica del Perú y candidato a
PHD en Lingüística por la Georgetown Universiv.
vichv@gusun.georgetown.edu.

Potrebbero piacerti anche