EPISTEMOLÓGICO Y SOCIO-CULTURAL ACTIVIDAD 1: Realice la lectura del Cap. 3 Espacio/ Tiempo y responda:
a) ¿Por qué las categorías de ESPACIO y TIEMPO
se vinculan a las ideas desarrolladas por Bauman sobre la Modernidad Liquida y la Modernidad Pesada? Analice estos últimos términos.
b) ¿Cómo impactan estas transformaciones
sociales y culturales en la construcción de las identidades individuales y colectivas?
c) Explique el concepto de CIVILIDAD y analice
brevemente su vinculación en los procesos de interacción social. d) Transcriba tres citas del texto de Bauman que a su criterio sinteticen algunas de las ideas centrales que intenta expresar en su bibliografía. (Cite página)
ACTIVIDAD 2: Realice la lectura del texto
“Los Retos de la Modernidad Liquida
a) ¿Cuáles son los retos de la educación en la
modernidad liquida que plantea Bauman?
b) Teniendo en cuenta lo descripto en el ítem
anterior, escriba en no menos de diez renglones, una reflexión personal sobre el impacto que Ud. considera como docente, que estos retos presentan en las problemáticas educativas actuales
ACTIVIDAD 3: Con base en el texto de M.
Auge
a) Explique la siguiente frase:
b) ¿Cuáles serían entonces las diferencias entre un LUGAR y un NO LUGAR?
c) ¿De acuerdo a lo analizado, considera Ud.
que la institución-escuela podría correr el riesgo se transformarse en un NO LUGAR? Fundamente su respuesta. (Por supuesto que puede decir que “No”, pero no se limite a responder desde una “ingenuidad pedagógica”, diciendo “no, porque la escuela es necesaria”. Anímese a profundizar su pensamiento….) ACTIVIDAD 1:
A- Es por esto que Bauman compara la manera
en la que se adapta anteriormente el tiempo, en cuanto a la “modernidad pesada” (hardware) y cómo se ha venido abordando en la “modernidad liviana”, definiendo que “el tiempo ya no es el desvío hacia el logro” (Bauman, 2000) y por este motivo ya no le da valor al espacio, como lo hacía anteriormente, y por ende ha llevado a deteriorar esta relación entre ambos términos, espacio/tiempo.
Comparto en totalidad el punto de vista del autor, ya
que al comparar y recoger ambos conceptos, de espacio y tiempo, desenlaza un análisis respecto a la manera en la que se abordan en esta modernidad líquida, donde todo fluye y se desvanece. Se ha desarrollado una separación física o temporal de las sociedades, una experiencia ya se basa en una distancia temporal (no geográfica) que se vuelve más corta en la medida en que aumentan las capacidades técnicas y tecnológicas. Hoy en día, nuestra sociedad vive en un tiempo de inmediatez, y como lo menciona el autor; una instantaneidad, donde nos lleva como sociedad, a un territorio inexplorado donde el conocimiento y la cultura pierde sentido y significado. Ya no existe un valor profundo por lo que fue el pasado, e incluso ya no hay un interés por lo que será el futuro. Estamos viviendo en un presente, pero no lo disfrutamos ni mucho menos miramos atrás, ni adelante, queremos adelantarnos a algo que aún no valoramos ni tenemos claro. Como dice el texto, “vivimos en un presente que quiere olvidar el pasado y no creer en el futuro” (Bauman 2000).
B-Bauman plantea es que “el advenimiento
de la instantaneidad lleva a la cultura y a la ética humana a un territorio inexplorado, donde la mayoría de los hábitos aprendidos para enfrentar la vida han perdido toda utilidad y sentido” (Bauman, 2000 pg67), donde hace referencia a esa categoría de espacio/tiempo, como una dimensión cultural y filosófica, donde los hombres y las mujeres de hoy difieren de sus padres y sus madres “porque viven en un presente en el que quieren olvidar el pasado y ya no parecen creer en el futuro” (Bauman pg68). Es por esto que durante el desarrollo del texto, Bauman menciona la posición frente a el espacio con una definición clásica de Richard Senett, donde define el espacio respecto a la ciudad mencionando que es un “asentamiento humano en que los extraños tienen posibilidades de conocerse”, y luego al tiempo mostrando cómo deja de ser valorado como “el tiempo es oro” y pasa a ser una herramienta. Las aborda como conceptos separados y muestra cómo, al trascender los años, ha dejado de ser él ese concepto que antes se conocía como “espacio/tiempo” en dos conceptos totalmente alejados en nuestra actualidad.
C-Como bien lo menciona el autor, la ciudad
tradicional descansa en la civilidad, cuya esencia radica en la posibilidad de interactuar de manera segura con extraños sin presionarlos para que dejen de serlo. El problema es que esta civilidad está regida por normas colectivas, que en tiempos de la “modernidad líquida” han sido barridas por las pretendidas libertades individuales. Por tanto, ¿para qué aprenderlas? Según Zukin, en estas condiciones, ya nadie sabe hablar con nadie. Entonces, si no es posible dejar de tropezar con extraños, la única solución es evitar tratar con ellos. Para ello nos ocultamos en “núcleos seguros” en los que todos son iguales y no hay posibilidad de confrontación.
Ejemplo de dichos espacios son los centros
comerciales, y todos aquellos lugares de compras/consumo, los cuales ofrecen lo que ninguna “realidad real” puede ofrecer afuera: un equilibrio casi perfecto entre libertad y seguridad. Cada uno se puede mover libremente, seguir siendo un desconocido para los demás, pero teniendo la seguridad que el otro quiere lo mismo que uno, su seguridad, y por ello no hará nada para incomodarlo, ni irá contra ello.
De otro lado, aquellos lugares que nos hacen
sentirnos inseguros, un poco perdidos y vulnerables, sorprendidos, alarmados y un poco asustados ante la vista de otros seres humanos no son considerados como espacios existentes, dejando un vacío en nuestra mente. D- Como primer argumento, respecto al espacio, Bauman aborda el término, desglosándolo como “no-lugares” y “espacios vacíos”; en donde comienza haciendo referencia a las palabras de Liisa Uusitalo acerca de hablando sobre los consumidores y cómo se enfrentan ante estos espacios; “los consumidores suelen compartir los espacios físicos de consumo como salas de concierto o de exhibición, sitios turísticos, shoppings, cafeterías, sin mantener ningún tipo de interacción social” (Uusitalo,pg 104), done hace referencia a que estos espacios incitan y generan una acción, pero se deja a un lado una interacción, que por más que sean espacios públicos, y por más que reúna a muchas personas, la interacción nunca es la protagonista dentro de estos. Por consiguiente, Bauman complementa esta idea mencionando que la tarea del consumidor y el consumo “es un pasatiempo absoluto e individual, es una cadena de sensaciones que solo puede ser experimentada subjetivamente” (Bauman, pg 105). Luego de analizar dichos espacios, y sus protagonistas; los consumidores, se habla de el “templo del espacio” el cual fue nombrado de tal manera por Ritz, donde hace referencia a que estos espacios que ha creado el ser humano hoy en día son espacios flotantes “que existen por sí mismos en un lugar sin lugar” (Ritz, pg. 108), lo que quiere decir que la sociedad, o consumidores han creado dichos espacios, sin sentido, ya que por más de que se brinden experiencias dentro de ellos, estas experiencias son “una falsificación”, donde se han adoptado espacios de consumo, teniendo como meta o visión, una anhelada comunidad. Como segundo argumento, respecto al término tiempo, el autor abarca un concepto que se ha venido dando en esta “modernidad liviana” /software; el cual es la instantaneidad, donde nombra a Jacques Derrida quien hace una definición, partiendo en que “es un movimiento muy rápido a un lapso muy breve, pero en realidad denota la ausencia de tiempo como factor del acontecimiento y por consiguiente su ausencia como elemento en el cálculo del valor”, haciendo referencia a que esta instantaneidad de hoy en día (software) es una satisfacción inmediata a la que la sociedad acude diariamente, pero que trae como consecuencia un agotamiento y cierta desaparición inmediata de interés hacia los momentos y espacios. Es por esto que Baum compara la manera en la que se adapta anteriormente el tiempo, en cuanto a la “modernidad pesada” (hardware) y cómo se ha venido abordando en la “modernidad liviana”, definiendo que “el tiempo ya no es el desvío hacia el logro” (Bauman, 2000) y por este motivo ya no le da valor al espacio, como lo hacía anteriormente, y por ende ha llevado a deteriorar esta relación entre ambos términos, espacio/tiempo.
Comparto en totalidad el punto de vista del autor, ya
que al comparar y recoger ambos conceptos, de espacio y tiempo, desenlaza un análisis respecto a la manera en la que se abordan en esta modernidad líquida, donde todo fluye y se desvanece. Se ha desarrollado una separación física o temporal de las sociedades, una experiencia ya se basa en una distancia temporal (no geográfica) que se vuelve más corta en la medida en que aumentan las capacidades técnicas y tecnológicas. Hoy en día, nuestra sociedad vive en un tiempo de inmediatez, y como lo menciona el autor; una instantaneidad, donde nos lleva como sociedad, a un territorio inexplorado donde el conocimiento y la cultura pierde sentido y significado. Ya no existe un valor profundo por lo que fue el pasado, e incluso ya no hay un interés por lo que será el futuro. Estamos viviendo en un presente, pero no lo disfrutamos ni mucho menos miramos atrás, ni adelante, queremos adelantarnos a algo que aún no valoramos ni tenemos claro. Como dice el texto, “vivimos en un presente que quiere olvidar el pasado y no creer en el futuro” (Bauman 2000).
Como conclusión, la relación entre el
espacio/tiempo se ha deteriorado, anteriormente se entendía como unión en donde el “espacio era lo que uno podía recorrer en un determinado tiempo, y donde el tiempo era lo que se necesitaba para recorrerlo” (Bauman pg. 118), y hoy en día se ha visto este cambio como una “irrelevancia del espacio, disfrazado como aniquilación del tiempo” (Bauman 116). Hoy en día ya el espacio puede recorrer literalmente en una fracción de tiempo, y es cuando se menciona el ejemplo y diferencia entre “lejos” y “aquí no más”, lo cual desaparecen.
ACTIVIDAD 2:
A- Los retos de la educación en la modernidad
liquida que plantea Bauman son cuatro: el síndrome de impaciencia, el conocimiento, el cambio contemporáneo y la memoria.
El síndrome de la impaciencia. Pareciera estar
recalcando algo que es más que evidente para todos nosotros y, sin embargo, pareciera también que al ser tan cotidiano dejamos de percibir que es un punto fundamental para entender el tiempo que vivimos. Así es: el tiempo acelerado de la sociedad contemporánea (la era de la modernidad líquida) se manifiesta en todo. Inicia por presentarse en la producción y en el consumo, para después impregnarse en la vida familiar, en las relaciones sociales, hasta en las vacaciones y, por supuesto, en la educación. Por este motivo, la aceleración que hoy por hoy vivimos, genera la impaciencia. Por ello, sabiamente, en su página 22 de la Editorial Gedisa 2007, Bauman dirá que en la actualidad “toda demora, dilación o espera se ha transformado en un estigma de inferioridad”. ¡Es tremendo que tratemos de obtener lo que queramos sin pérdida de tiempo! Y no lograrlo, es motivo de frustración y fracaso. Pero a nuestra modernidad líquida se le olvida que Roma no se hizo en un día…
Aquí cabe preguntarse –haciendo eco de las
palabras del libro– ¿qué tipo de educación es posible con una sociedad bañada en la impaciencia y siempre de prisa? Bauman deja claro que la educación es un proceso que se extiende en el tiempo y que, por tanto, requiere de paciencia, de mucha paciencia. No todo es un producto mecánicamente hecho. El proceso de aprendizaje tiene momentos en los que surge el miedo, surge la angustia y esto se debe a que aprender produce rupturas: rompe la visión que tengo del mundo, la gente, la historia…y, hay que ser realistas, de esta ruptura no se puede esperar que todo sea miel sobre hojuelas. Y de nuevo otra pregunta incómoda: ¿cuál es, entonces, el papel de la educación frente a esta acelerada sociedad? ¿Se puede educar a personas para que sean capaces de supervivir, pero flotando en la superficie ya que sus mentes son “modernamente líquidas”? ¿O más bien, la educación debería ser el contrapeso a la imperante “mentalidad líquida”?
El conocimiento: es el segundo reto que aborda el
filósofo polaco. Y el primer planteamiento que hace al respecto, es causa del síndrome de impaciencia porque si la educación valía porque se basaba en el conocimiento duradero, pues resulta que en la modernidad liquida lo duradero no tiene encanto, pues ya vimos que todo es efímero y todo, absolutamente todo, incluida la educación, pasan y pasan rápido. Por ello, parafraseando al autor, el consumismo no se define por acumular cosas sino por el breve goce de ellas. Aquí se trata de librarse de las posesiones y de cualquier vínculo que implique la larga duración. Y de ahí viene que lo duradero hoy en día no nos guste porque implica compromiso, también obligación y, ya no digamos, responsabilidad. Por eso hay que deshacerse de las cosas: del conocimiento y de las personas (¡ah!, porque, ¡claro!, hoy la modernidad líquida nos dice que las personas son cosas…) tirarlas al basurero, descartarlas, cambiarlas por nuevas.
Con esta óptica, el conocimiento ha terminado por
ser algo así como café instantáneo, algo acotado, algo ameno, superficial. Y se le ha circunscrito a un contexto concreto e inmediato sin que tenga la mayor relevancia ni duración en el tiempo. Si hablamos de una sociedad mercantil, en la que todo se reduce a producción y consumo, se entiende que el conocimiento se vea de manera mercantil: como una mercancía que debe aportar novedad y poco más…
El cambio contemporáneo. De naturaleza errática e
imprevisible el cambio contemporáneo ataca directamente a la cuestión de la educación y del aprendizaje. …”el mundo, tal como se vive hoy, parece más un artefacto proyectado para olvidar que un lugar para el aprendizaje.” (…) “el aprendizaje está condenado a ser una búsqueda interminable de objetos, siempre esquivos que, para colmo, tienen la desagradable y enloquecedora costumbre de evaporarse o perder su brillo en el momento en que se alcanzan.” (p.33) Todo es volátil, fluido, flexible, ambiguo, enmarañado, plástico, incierto, paradójico, de vida corta e incluso caótico. Bajo este panorama las organizaciones son estructuras fáciles de montar y de desmontar, igualmente deben ser los que trabajan en ellas. Igual lógica sirve para el conocimiento y la formación de los sujetos que se incorporan al mundo laboral: es importante no parar de moverse y ser rápido.
La memoria. Queremos suponer que Unamuno tenía
toda la razón cuando decía que “la tradición es a un pueblo lo que la memoria es a una persona”. La memoria era grandemente fomentada en la ya citada educación sólida, y se hacía para almacenar conocimientos duraderos. Esta manera de ver las cosas, líquidamente se torna inútil, incluso se ve engañosa y como un obstáculo que es necesario quitar. Si todo es tan volátil ya no es necesario fomentar la memoria lo que hace falta es mantenerse al tanto de los nuevos conocimientos y para ello un buen celular nos lo puede dar. La formación permanente tiene como premisa actualizarse, estar al tanto de las novedades, para “estar en lo último” de las presentes modas pedagógicas. No más. B- Recuerdo que cuando yo era joven, pasaba mucho tiempo en la biblioteca tratando de leer cien libros para encontrar una pieza de información que necesitaba. Ahora, sólo hay que preguntar Google. En décimas de segundo nos da miles de respuestas. Eliminamos uno de los problemas: no tenemos que pasar horas en la biblioteca. Pero hay un nuevo problema. ¿Cómo voy a entender esas miles de respuestas? Ahora, viejo, conseguí entender a Sócrates: “Sólo sé que no sé nada.”
Si nos tardamos más de un minuto para acceder a
Internet al encender la computadora, nos ponemos furiosos. ¡Sólo un minuto! Nuestro umbral de paciencia disminuye. La información con más éxito, la que tiene más probabilidades de ser consumida, son solo fragmentos. Otra cosa es la persistencia. Obtener algo contiene en su interior una serie de fracasos que te hace perder tiempo y tener que empezar de nuevo desde cero. Y esto es muy complicado. No es fácil de mantener esta persistencia en este entorno con mucho tanto y tanta información que fluye simultáneamente desde todos los lados.
Este nuevo escenario –explicó el pensador a la
audiencia de educadores–, desafía y transforma la posición secular del docente. Para Bauman, “no hay vuelta atrás a la situación en la que el maestro era el único conocedor, la única fuente, la única guía”. No hay forma de concebir la sociedad del futuro sin tecnología. Entonces, si no puedes vencerla, únete a ella, Trata de contrarrestar el impacto negativo, como la crisis de la atención, con persistencia y paciencia. Si usted quiere construir el conocimiento y no sólo acumularlo, se necesitan determinadas cualidades: la paciencia, la atención y la habilidad de ocupar ese lugar estable, sólido, en un mundo que está en constante movimiento. Es preciso trabajar la capacidad de mantener la concentración.
Según Bauman, se trata de “una manera de
reafirmar la desigualdad social”, tema que aborda en su libro de reciente aparición “¿La riqueza de unos pocos nos beneficia a todos?”.
ACTIVIDAD 3:
A-El término “espacio” es en sí mismo más
abstracto que el de “lugar”. De manera que podemos hablar a la vez de los relatos que atraviesan y organizan los lugares, y del lugar que constituye la escritura del relato. La lectura es el espacio producido por la práctica del lugar que constituye un sistema de signos: un relato.
“Espacios donde ni la identidad ni la relación ni la
historia tienen verdadero sentido, donde la soledad se experimenta como exceso o vaciamiento de la individualidad, donde sólo el movimiento de las imágenes deja entrever borrosamente por momentos, a aquel que las mira desaparecer, la hipótesis de un pasado y la posibilidad de un porvenir”. Esta posición corresponde al doble aspecto de la modernidad: “La pérdida del sujeto en la muchedumbre o, a la inversa, el poder absoluto, reivindicado por la conciencia individual”. B-Los no lugares son espacios propiamente contemporáneos, transitorios y anónimos. Estaciones de trenes, centros comerciales y turísticos, campos de refugiados, cajeros automáticos y lugares de paso, son algunas de sus representaciones en la actualidad.
El autor señala que reencontrar el no lugar del
espacio puede implicar escapar a la coacción totalitaria del lugar para, sin duda, encontrarse con algo que se parezca a la libertad. B- Los «no lugares» son aquellos espacios que no existían en el pasado, pero que ahora aparecen como ubicación innegable en el devenir del hombre contemporáneo. Se caracterizan por su propia condición de enclaves anónimos para hombres anónimos, ajenos por un período de tiempo a su identidad, origen u ocupaciones. Como afirma Marc Auge: Para Auge entre los «no lugares» paradigmáticos se cuentan «las autopistas y los habitáculos móviles llamados «medios de transporte» (aviones, trenes, automóviles), los aeropuertos y las estaciones ferroviarias, las estaciones aeroespaciales, las grandes cadenas hoteleras, los parques de recreo, los supermercados, la madeja compleja, en fin, de las redes de cables o sin hilos que movilizan el espacio extraterrestre a los fines de una comunicación tan extraña que a menudo no pone en contacto al individuo más que con otra imagen de sí mismo»
«Si un lugar puede definirse como lugar de
identidad, relacional e histórico, un espacio que no puede definirse como espacio de identidad ni como relacional ni como histórico, definirá un no lugar. La hipótesis aquí defendida es que la sobre modernidad es productora de no lugares, es decir, de espacios que no son en sí lugares antropológicos y que contrariamente a la modernidad baudeleriana, no integran los lugares antiguos.»
C- La carrera armamentística, por ejemplo es el
hecho que prueba esta afirmación. Obviamente, la educación, consagrada como un derecho universalmente válido, ingresa por estos andariveles convirtiendo a “la escuela“, en un “no- lugar “. Todos sus actores asisten, pero ninguno se siente identificado. Los alumnos son considerados actores centrales del proceso de enseñanza aprendizaje, pero todavía no se los integra como protagonistas reales de su propio proyecto de vida. Convengamos que la Escuela, ya no tan solo enseña sino que también alimenta a los pobres. No fue creada para eso, pero aun así no puede eludir esta nueva responsabilidad.
¡Linda tarea tenemos por delante los docentes!. Si
la escuela pasó de ser un espacio de encierro a un no-lugar, creo que como generación nos debe dar una nueva oportunidad frente a esta realidad. Reconquistarla, recrearla, re-fundarla como espacio donde el individuo reconquiste su dignidad, su existencia plena, su libertad, pero sobre todas las cosas, que vuelvan a ser el lugar donde se substancie esa nueva utopía.