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Niña Mimada

COBARDE

Tapioca se despertó por unos fuertes golpes en la puerta, salió de la cama más dormida que

despierta camino hasta ella, abriéndola.

- ¿Qué pasa? ¿Porque me despiertas aun es de noche? -Preguntó, dejando mudo a Murat pues le

abría la puerta solo en bragas acostumbraba a dormir así- Murat ¿Qué quieres?

-Debes vestirte para el trabajo. -Respondió fijando su mirada en los ojos de ella-

- ¿Qué? ¡Te has vuelto loco! ¡Aun es de noche! -Gritó terminando de despertar-

-Vienes a trabajar, no a dormir tienes quince minutos para vestirte y quince más para desayunar.

-Dijo para luego girarse y cerrar la puerta-

- ¡Idiota! -Gritó Tapioca-

Enojada entro al baño hasta ese momento se dio cuenta que estuvo en bragas frente a Murat no le

dio importancia, lavo sus dientes y se dio un baño para terminar de despertar una vez vestida

bajo a la cocina donde Rosario ya había preparado el desayuno.

- ¿Solo vas a comer fruta? -Preguntó Rosario al ver que no probaba nada más-
Niña Mimada

-No puedo comer tan temprano.

-Deberías desayunar bien, porque te desmayaras hace mucho calor y no pararan de trabajar hasta

la hora de la comida.

-Estaré bien -Respondió terminándose el jugo de naranja-

-Tapioca ¿Estás listas? -Entro Murat con pantalones de mezclilla, camisa y botas ¡Madre mía! en

su vida había visto un hombre tan caliente como él y ella acababa de notar que hacía mucho

calor-

-Sí, -Respondió levantándose de la silla-

- ¿Vas a ir vestida así a trabajar? -Preguntó viéndola, llevaba un short corto y unas sandalias de

tiras de piso y una blusa de tirante-

-Sí.

-Creo que deberías cambiarte.

-No.
Niña Mimada

-Como tú quieras, vámonos. -Se la van a comer los mosquitos pensó, pero no dijo nada más-

-Como usted diga, amo -Habló con sarcasmo y él solo le dedico una fuerte mirada-

Salieron de la hacienda Tapioca detrás de Murat, caminaron hasta la camioneta que los esperaba,

subieron en unos cuantos minutos recorrían los cafetales ella observaba todo el lugar mientras

Murat hablaba con Carlos sobre cómo iba la recolecta del café.

Llegaron al lugar donde en ese momento se estaba llevando a cabo la recolección, Tapioca bajo

de la camioneta con los ojos muy abiertos nunca había visto tanto verde en sus ojos y un rojo tan

brillante como la cereza del café, se dio cuenta que había mucha gente trabajando, hombres y

mujeres de todas las edades.

-Tapioca, ven acá -La llamo Murat al ver que se había quedada de pie observando el lugar-

-Voy -Respondió empezando a caminar-

-Ella es Elena y te enseñara que es lo que tienes que hacer -Dijo Murat presentándola-

-Hola -Saludo Tapioca, Elena solo sonrió viéndola y preguntándose ¿Que hacia una niña como

ella en ese lugar? -


Niña Mimada

-Vengo por ti en medio día -Habló Murat con tono de despedida-

A pesar de lo que pensaba Murat de cómo se comportaría Tapioca fue todo lo contrario ella

quedo enamorada de inmediato de lo que hacían los recolectores Elena era muy buena maestra y

ella aprendía rápido, no se dio cuenta que ya casi era hora de comer.

-Hola -Saludo alguien a sus espaldas-

-Hola -Respondió volteando a verlo encontrándose como un adolescente más o menos de su

edad, moreno de ojos claros- Creo que los mosquitos se están dando un festín, soy Julián, por

cierto -Se presentó extendiéndole la mano-

-Soy Tapioca, no sabía que era lo que iba hacer así que por eso estoy así -Dijo rascándose las

piernas que las tenía totalmente picadas por los mosquitos-

-No parece que tengas mucha experiencia en esto de trabajar.

-Estoy castigada, por eso estoy aquí y ¿tú también estas castigado? -Preguntó Tapioca con toda

sinceridad ella pensaba que podría hacer un chico de su edad trabajando ahí a menos que

estuviera castigado y se carcajeo-


Niña Mimada

-Nadie me castigo, trabajo en verano mientras no hay escuela.

- ¿Por voluntad propia? –Preguntó sorprendida-

-Así es -Respondió con una hermosa sonrisa- ¿Qué hiciste para que re castigaran?

-Pues reprobé tres materias, pero es que son aburridísimas -Se justificó volviendo hacer reír a

Julián- Pero eso no importa, mejor dime ¿qué hacen aquí para divertirse?

-Realmente sr trabaja todo los días y los fines de semana siempre hay fiesta en el pueblo.

- ¿Hasta el fin de semana? -Inquirió decepcionada-

-Ya veo por qué reprobaste -Habló sintiendo y ella pensó que en su vida había visto una sonrisa

igual bueno si la de Murat, pero esa no contaba-

-Me gusta la fiesta, pero creo que mi papá esta vez sí supo cómo castigarme, aquí no hay

internet, mi celular no tiene señal, moriré de aburrimiento. -Habló resignada-

-Te invito el fin de semana al pueblo te vas a divertir.

- ¿En serio? eso estaría genial, claro. -Contestó feliz-


Niña Mimada

- ¿Dónde te estás quedando?

-En la hacienda de Murat.

-Vaya eres la chica que dicen que trajo el patrón.

-Si ¿Que con eso?

-Pues que él nunca había traído a nadie a su hacienda, más bien nunca había traído a ninguna

mujer desde que su esposa falleció. -Comento dejándola sorprendida-

-Yo no sabía que había sido casado.

-Si, en fin, paso por ti el sábado por la tarde.

-Claro, eso es...

-Tapioca -Escucho la voz molesta de Murat llamándola-

-Te veo después -Se despidió Tapioca antes de girarse para ver al ogro de Murat- ¿Qué? -

Preguntó con hastió-


Niña Mimada

-Te traje a trabajar no ha que distraigas a los demás -La regaño llegando a su lado, lo que

realmente pasaba es que no le gusto verla sonreír de esa forma con el chiquillo ese ¿Es que acaso

tiene que coquetear con todos? -

-Lo sé y eso hago, aparte de ser comida para los mosquitos.

-Te dije que te cambiaras.

-Sí, pero si solo me hubieras dicho que era lo que iba hacer tal vez te hubiera hecho caso.

- ¿Cuánto recolectaste? -Preguntó dejando el tema de la ropa aun lado-

-Esto -Dijo tomando su canasta y mostrándosela, dejándolo sorprendido, no es que fuera como

los demás recolectores, pero para ser su primera vez era bastante buena-

-Bien, entonces ya has terminado por hoy vayamos a la casa -Ordeno poniéndose en marcha-

-Adiós Elena, gracias por todo mañana te veo -Se despidió alegremente volviendo a dejar

sorprendido a Murat jamás pensó que podía mezclarse tan bien con los recolectores ¿Que no se

supone que es una niña mimada? Se preguntó mientras se dirigía a la camioneta-


Niña Mimada

-Hasta mañana, niña. -Se despidió Elena la cual decidió llamarla niña porque en palabras de ella

su nombre era muy raro-

Tapioca caminaba feliz detrás de él con la canasta en el brazo, al parecer no iba a ser tan difícil

estar en ese lugar, le parecía precioso y la gente era muy buena por lo menos la que hasta el

momento había conocido.

- ¿Dónde dejo esto? -Preguntó a Carlos-

-Vaya Tapioca, lo has hecho muy bien -La felicito quien tomo su canasta- Yo me encargo de

esto, nos vemos mañana.

-Gracias, hasta mañana. -Respondió antes de subirse a la camioneta-

Murat se quedó abajo platicando con Carlos mientras ella investigaba que había en la radio, solo

se escuchaba interferencia, así que la dejo por la paz en cuanto el mayor se sentó a su lado y puso

la camioneta en marcha.

-Deja de rascarte vas a hacer que se infecten -Le dijo al verla que no dejaba de rascarse las

piernas-

-Te dije que era alérgica a los mosquitos.


Niña Mimada

-Me doy cuenta -Respondió sonriendo- ¿Que tanto platicabas con el muchacho?

-Me estaba invitando a salir el sábado, es lindo.

- ¿A quién le pediste permiso?

-A nadie, yo me mando sola -Contestó sin voltear a verlo-

-Te equivocas mientras estés en mi casa tienes que pedirme permiso a mí.

- ¿Por qué? tú no eres mi papá.

-Pero tu papá, te dejo bajo mi cuidado y no quiero que andas con ningún chico aquí.

- ¿Qué? ¿Te has vuelto loco? -Habló casi gritando-

-No, solo que no creo que debas andar con nadie. -Su voz sonó evidentemente molesta-

-Yo puedo andar con quien yo quiera, además Julián me gusta y unos besitos no le cae mal a

nadie -Hablo con picardía para hacerlo enojar-


Niña Mimada

-Ahora quieres besarte con ese mocoso y ayer querías meterme a mí en tu cama -Escupió Murat-

-Ha bueno tu no quisiste así que puedo meter a quien quiera en mi cama, aunque la invitación

sigue en pie para ti, me gustas eres muy sexy -Hablo con toda la naturalidad del mundo, como si

del clima se tratara su conversación-

-Eres una niña ¿Cuántos años tienes? -Preguntó algo descolocado, nunca había conocido a nadie

que lo dejara así y tapioca tenía esa cualidad-

-Ni tan niña, tengo quince años en julio cumplo dieciséis.

-Eres una cría aun, no deberías de pensar tanto en eso.

- ¿Pensar el sexo? -Él asintió mientras se estacionaba enfrente de la casa- Pues me gustan los

orgasmos, si los orgasmos fueran una religión yo sería su más devoto sacerdote -Dijo antes de

salir de la camioneta dando un brinco, Murat la siguió carcajeándose- Así que cuando quieras

podemos experimentar algunos.

-No. -Respondió dejando de reírse-

- ¿No te gustan?
Niña Mimada

-No con niñas como tú.

-Entiendo te gustan con gatas como las de ayer, sabes que creo que me tienes miedo.

- ¿Porque te tendría miedo a una niña como tú?

-Sí, tienes miedo a que te guste y no poder parar -Dijo provocándolo parándose en la entrada de

la casa- Creo que eres un cobarde.

-No soy un cobarde solo no me gustan las niñas como tú. -Respondió abriendo la puerta-

-Mientes, por cómo me miras sé que te gusto eres un cobarde -Habló pasando por un lado de él-

Sin pensarlo Murat la tomo por la cintura pegándole a él al tiempo que la empotraba contra la

puerta y posaba sus labios sobre los de ella, sacándole un grito por la sorpresa el cual se ahogó en

su boca y él aprovechó para colar su lengua recorriéndola, enredándose con la lengua de Tapioca

la cual le respondió el beso encanta.

Las manos de la niña mimada se enredaron en el cabello de él, mientras las manos de Murat

bajaron por su cadera hasta los muslos haciendo que enredara sus piernas en él, podía sentir su

gran erección presionando en su vientre...


Niña Mimada

HURACÁN

Jamás en su vida había saboreado unos labios tan dulces y suaves como los de Tapioca, y ¡Por

Dios! sí que sabía besar la niña pensó mientras sus manos la recorrían podía tomarla ahí en ese

momento contra la puerta, jamás había deseado a nadie así ni siguiera a Ángela su esposa pensó

y en ese momento se separó de ella como si quemara.

-No soy cobarde, pero no quiero hacerlo contigo. -Habló Murat con la respiración agitada-

-Por lo que sentí, estoy segura de que mientes, para mi sigues siendo un cobarde -Lo contradijo

sonriendo-

-Así que te gusta jugar con fuego -Dijo Murat acercándose a ella acorralándola en la puerta-

-De hecho, me gusta quemarme en él -Habló rosando sus labios- ¿Quieres quemarte conmigo?

-No -Respondió alejándose de ella-

-Como dije cobarde -Dijo riendo, pasando por un lado de él caminando a la cocina-

¡Va a volverme loco! Pensó caminando detrás de ella a la cocina, donde la encontró platicando

felizmente con Rosario al parecer Tapioca era algo diferente a lo que se había imaginado.
Niña Mimada

-Te pones esto ya que te bañes para que no se te infecten y deja de rascarte -Dijo Rosario a

Tapioca entregándole un crema-

-Gracias.

- ¿Vas a comer? Murat

-Si, por favor -Respondió sentándose a un lado de Tapioca-

-Ahora te sirvo ¿Entonces te gusto recolectar café?

-Sí, lo único malo son los mosquitos, pero mañana iré en pantalón -Contesto feliz mientras

seguía comiendo- ¿En el pueblo hay muchos mosquitos?

-No, no tantos como en los cultivos. ¿Vas a ir al pueblo? -Cuestionó Rosario mientras le servía a

Murat que solo escuchaba la conversación-

-Sí, bueno hasta el sábado con un amigo que hice hoy.

-Que bien ¿cómo se llama?


Niña Mimada

-Julián, es un poco mayor que yo y me invito al pueblo por la tarde el sábado.

-Está muy bien habrá feria ese día te va a gustar.

-Genial, nunca he ido a una feria de pueblo –Comentó feliz, mientras seguía devorando todo lo

que había en su plato-

Murat no comento nada a menos que le preguntara directamente, termino de comer y las dejo

platicando, Tapioca le ayudo a recoger la meza a Rosario estaba acostumbrada hacerlo a su

mamá siempre le ayudaba.

Después subió a su habitación se dio un relajante baño, se colocó la crema que le dio Rosario

para las picaduras en brazos y piernas y se puso un pijama y se recostó en la cama solo cerro los

ojos y quedo profundamente dormida despertó al escuchar un relinchar, algo dormida se levantó

miro el reloj de su celular que por cierto seguía sin señal apenas eran las cinco de la tarde, un

nuevo relinchido la hizo salir corriendo de la habitación.

Caballos pensó, bajando las escaleras, claro que debe haber caballos el propio Murat le había

dicho que le gustaban hasta le quiso comprar a su precioso champagne, salió de la casa, paso por

un lado de la alberca y camino descalza solo con un short y blusa de pijama hasta donde se

encontraba Murat con Carlos y un precioso caballo que de inmediato identifico como un

Mustang color gris con las patas negras.


Niña Mimada

- ¡Es precioso! -Dijo observando cómo estaban batallando para montarlo-

-Tapioca ¿te gustan los caballos? -Preguntó Carlos antes de volver a intentar montarlo mientras

Murat sostenía las riendas-

-Sí, me encantan.

-Ella es muy buena montando -Dijo Murat mientras intentaba calmar al caballo que casi tumbaba

a Carlos-

- ¿Cómo se llama?

-Él es huracán -Respondió Murat-

-Y le queda el nombre -Comentó Carlos-

-Puedo ayudarlos si quieren -Se ofreció acercándose a ellos-

-No lo creo, es bastante salvaje. -Dijo Murat y yo solo ruedo los ojos-

-Puedo intentarlo al menos, he estado con este tipo de caballos desde que nací.
Niña Mimada

-Está bien -Dijo de mala manera el patrón-

Se acercó hasta donde Murat sostenía las riendas y se las quitó, con la mano libre acarició el

costado del caballo.

-Eres muy guapo Huracán, me gustas -Le dijo mientras lo siguió acariciando hasta los cinchos y

los aflojo- ¿Me ayudas a quitársela por favor? -Le preguntó a Carlos y el de inmediato le quitó la

silla de montar- Así estas mejor, supongo que no te gustan las sillas de montar, a mí tampoco -Le

habló antes de brincar y montarlo, escucho a Carlos sorprenderse pues el caballo no se movió-

¿Le puedes quitar las riendas? -Le pidió a Murat, el cual asintió para luego hacerlo-

- ¡Eres bruja! -Dijo Carlos en tono de broma-

-Algo hay de eso, huracán es Salvaje primero lo tienes que acostumbrar al contacto humano y lo

está por eso me dejo montarlo, pero no está acostumbrado a tener todo el equipo sobre él por eso

no te dejaba a ti montarlo -le explicó mientras camino alrededor de ellos y Murat solo la ve con

una sonrisa es demasiado sexy pero cobarde y aparte que me deja con las ganas ¡Idiota! pensó

Tapioca-

- ¿Dónde aprendiste eso?


Niña Mimada

-Mi mama tiene un criadero de caballos, los Mustang son mis preferidos, tengo dos Champagne

y Furia.

- ¡Vaya contigo niña! -Dijo el sexy moreno de ojos verdes ¿Me pregunto si Carlos tendrá novia?

Montó por un rato más a Huracán, después de eso se despidieron de Carlos y regresaron a casa.

-Te van a seguir comiendo los mosquitos si sigues saliendo vestida así -Dice aun lado mío-

-Lo sé, solo escuche al caballo y salí a verlo no me fije en lo que traía puesto -Dijo mientras

entramos a la casa- Pero parece que no hay tantos aquí.

-Es que por la noche refresca y casi no hay.

-Menos mal, Murat ¿Todos los trabajadores salen a la hora que fuiste por mí? -Preguntó

siguiéndolo-

-No, ellos paran para comer y luego continúan hasta las cinco de la tarde de lunes a viernes y los

sábados si es solo hasta medio día.


Niña Mimada

-Deben de cansarse mucho, yo me dormí toda la tarde si no fuera por los relinchidos de huracán

no me hubiera despertado. -Entró detrás de él a su despacho-

-Están acostumbrados, aunque si deben de cansarse. -Habló caminando detrás de su escritorio-

-Y Dime ¿Que hacen aquí para no morir de aburrimiento? -Dijo sentándose enfrente de él-

-No tengo idea, no tengo tiempo de aburrirme -Respondió viendo unos documento-

-Genial, necesito a Lucy ¿Podemos invitarla para que venga a trabajar? -Preguntó poniendo su

mejor cara de inocente-

-No.

- ¿Por qué?

-Porque no creo que la quieras para que venga a trabajar -Dijo mirándola a los ojos-

-Ella me quita lo aburrida ¿Quieres quitarme tú lo aburrida? -Inquirió con picardía solo por

molestarlo-

- ¿Siempre estás pensando en sexo?


Niña Mimada

-No siempre, solo unas cuantas veces al día -Respondió encogiéndose de hombros- Bueno si tu

no quieres, por lo menos puedes decirme si Carlos tiene novia -Miró como aparece su seño en la

frente-

-Si tiene novia.

-Lastima, es muy guapo lo que haría con él -Suspiró- Que pena -Dijo levantándome mientras él

niega con la cabeza- ¿Ella quién es? es linda. –Preguntó sosteniendo un portarretrato-

-Deja eso en su lugar -Dijo con voz fuerte, pero sin gritarle aun así hace que se asuste-

-Lo siento. -Contestó dejando la foto de donde la tomó- Es muy linda ¿Es tu novia?

-Mi esposa -Es verdad Julián le había dicho que estaba casado, pensó-

-Y ¿Dónde está?

-Falleció, deberías ir a cenar -Dijo serio-

-Está bien -Creo que metí la pata, pensó empezando a caminar a la puerta - Lo siento -Dijo para

luego salir del despacho-


Niña Mimada

Fue a la cocina donde estaba Rosario quería preguntarle ¿Que había pasado con la esposa de

Murat? pero decidió no hacerlo en ese momento lo haría cuando estuvieran solas, después de

cenar, subió a su habitación a jugar al candy crush en su tableta, aunque ya ni se usa, pero es el

único juego que tenía descargado así que no le queda de otra.

Ya que se aburrió de jugar saco su ropa para el día siguiente, pantalón de mezclilla, tenis, una

blusa de tirantes y se dio cuenta que necesitaba una camisa manga larga y no había traído

ninguna, su única opción era pedirle una a Murat, así que va hasta su habitación y toca la puerta.

- ¿Qué pasa? -Preguntó abriendo la puerta recién bañado solo con una toalla enredada en la

cadera- Tapioca ¿Qué pasa? -Repitió-

-Lo siento, pero qué onda contigo parece que te hicieron Photoshop, nunca había visto a ningún

hombre como tú, bueno si en las revistas y en el cine -Dijo sin dejar de ver su abdomen marcado-

¡Madre mía! que está muy bueno el patrón -él estalla en carcajadas-

-Gracias, supongo ¿Que ocupas? -Preguntó aun riendo pues lo había dicho en voz alta-

-Una camisa manga larga para mañana, Elena dijo que debía llevar una porque si no el sol me

quemaría y los mosquitos seguirían comiéndome, yo no tengo ninguna, me prestas una.


Niña Mimada

-Claro. -Dijo dando media vuelta, vio desde la puerta y su cama es enorme, su habitación es

bastante grande- Aquí tienes -Le extendió una camisa-

-Gracias, cuando vaya al pueblo comprare alguna y te la regreso.

-Está bien. ¿Algo más? -Pregunto y tapioca estaba embobada con su cuerpo-

-No, es todo -Dijo saliendo de su calentura- Gracias, hasta mañana.

-Hasta mañana, que descanses.

-Igualmente...
Niña Mimada

PUEDES TOMARME

Habían pasado dos semanas desde que Tapioca había llegado a la hacienda, parecía como si

hubiera nacido en el lugar, tenía a Murat totalmente sorprendido, se había mezclado con la gente

como si los conociera de siempre.

Murat no podía creer el día que la encontró sentada con todos los recolectores comiendo, ese día

se le había hecho tarde para pasar por ella, pero cuando por fin llego Tapioca comía alegremente

con los demás trabajadores al parecer la niña podía comer lo que le pusieran enfrente.

También fue sorpresa para él, el día que quiso quedarse a trabajar la jornada completa, al parecer

lo que todos habían pensado que era un castigo ella lo disfrutaba, siempre la miraba hablando

con todos, sonriendo no podía negar desde que había llegado su casa siempre estaba llena de

risas, le gustaba trabajar y tener sus risas de fondo cuando platicaba con rosario, le gustaba verla

montar a huracán se había adueñado por completo del caballo hasta parecía que el animal la

esperaba todas las tardes para que lo montara.

Le gustaba mucho la niña y eso era malo, después de que Ángela muriera había tenido muchas

mujeres en su vida, pero ninguna le había hecho sentir lo que Tapioca, ella seguía provocándolo

no había día que no terminara acorralándola y devorando sus labios, pero podía controlarse solo

cuando estaba cerca de Julián sentía que le hervía la sangre al verla con el joven.
Niña Mimada

Era sábado de nuevo y Julián la había invitado al pueblo por supuesto Tapioca había aceptado, él

había ido porque tenía que ver la reparación de una de sus camionetas y verla feliz con el chico

no le gustó nada no es que odiara a Julián, él sabía que era un buen chico que estudiaba y

trabajaba cuando no estaba en clases, pero ¡demonios! no le gustaba como tocaba a su Niña

Mimada.

-Me quieres explicar ¿Porque llegas a esta hora? -Preguntó Murat a Tapioca quien entraba por la

puerta completamente mojada-

-Porque si no te has dado cuenta está lloviendo y estábamos esperando que dejara de llover para

regresar, pero decidimos venirnos así y no podíamos hacer que el caballo corriera -Respondió

pasando por un lado de él para subir a su habitación-

Julián había pasado por ella en caballo desde el primer día que salieron juntos algo que sumo

muchos puntos para él con Tapioca quien amaba los caballos y le parecía la cosa más romántica

que alguien hiciera eso por ella, era un sueño hecho realidad ya que en la ciudad no se puede

andar en caballo por las calles.

-La lluvia empezó a las nueve de la noche debiste estar aquí antes de esa hora -Contradijo Murat

siguiéndola-

-No nos dimos cuentos lo siento -Respondió mientras caminaba por el pasillo a su habitación-
Niña Mimada

- ¿Perdona? no te diste cuenta de que estaba lloviendo ¿Que acaso estás sorda? ¿Qué diablos

estabas haciendo con ese tipo?

- ¡Que te importa! Actúas como si estuvieras celoso. -Contestó entrando a su habitación seguida

de Murat-

-No estoy celoso, estas bajo mi responsabilidad. -Contradijo mientras miraba como se sacaba el

vestido mojado-

-Bien, puedo cuidarme sola se lo que estoy haciendo. -Se quitó las sandalias quedando solo en

ropa interior, bastante sexy para la edad que tiene pensó Murat al verla-

-No sabes lo que estás haciendo ¿Crees que te conviene meterte con ese mocoso?

-Sigues con tus celos -Habló acercándose a él- Me quieres puedes tomarme, pero si no quieres

déjame en paz.

Y claro que la quería, no pudo resistirse a ella, la tomo por la cintura pegándole completamente a

él devorando sus labios con sed como si hubiera caminado por días en el desierto sin una gota de

agua y ella fuera un oasis.


Niña Mimada

Las manos de tapioca se enredaron en su cuello pegándose más a él como si aún quedara algún

milímetro de espacio entre ellos, las grandes manos de Murat viajaron por todo su cuerpo antes

de arrojarla a la cama, se sacó las botas, calcetines y camisa, como si de un depredador se tratara

se subió sobre ella volviendo a tomar su boca con ganas.

Dejo sus labios para besar su cuello dejando una perfecta marca mientras sus manos se deshacían

de la ropa interior dejándola completamente desnuda debajo de él, tomo sus pequeños pezones

con los labios haciéndola gemir fuerte, los lamió, mordió y succionó hasta que estuvo totalmente

satisfecho mientras sentía como Tapioca se removía debajo de él.

Subió por su clavícula hasta su cuello besándolo y mordiéndolo gentilmente, tomo sus manos

hasta colocarlas por encima de su cabeza tomándolas con una sola de sus manos y con la libre

recorrió su cuerpo, con su lengua delineo su mandíbula antes de besarla robándole el aliento.

-Donde quedo la niña brabucona -Musitó sobre sus labios- ¿Quieres que pare? -Preguntó al

tiempo que sus dedos se colaban en sus pliegues húmedos-

-Ni.... se te…. Ocurra... Murat…-Habló gimiendo-

Sonrió para luego volver a besarla, su lengua recorría cada espacio de la de ella, soltó sus manos

las cuales de inmediato se enredaron en su cabello, dejo sus labios para probar cada parte de su

cuerpo, se separó de ella para quitarse el resto de la ropa y quedar completamente desnudo.
Niña Mimada

Volvió a la cama acomodándose entre sus piernas, beso el interior de sus suaves muslos antes de

pasar su lengua lentamente por encima de sus pliegues sacándole un jadeo, hundió su lengua en

ellos sintiendo en su sabor, lamió con hambre cada parte de su sexo antes de tomar con sus labios

clítoris succionándolo.

-Dios mío...Así...Dios... hazme llegar... Demonios...-Jadeo Tapioca moviendo sus caderas contra

él y tomando su cabello con sus manos- Murat....Si...Dios... que rico...Dios mío…-Gimió

corriéndose, levantándose de la cama por el fuerte orgasmo-

Tapioca se dejó caer en la cama con la respiración agitada, Murat subió por su cuerpo besándolo,

saboreo de nuevo sus pezones antes de subir hasta sus labios y adueñarse de ellos, ella le

respondió mientras sus manos acariciaban la ancha espalda de él, tomo su polla pasándola por

sus pliegues antes de entrar en ella, un fuerte gemido salió de los labios de ella haciendo que

dejara sus labios.

- ¿Eres virgen? -Preguntó con los ojos muy abiertos-

-No, solo que eres más grande que el chico de mi edad con quien lo había hecho -Dijo sin

vergüenza, pasando sus manos por el abdomen de él- Solo deja que me acostumbre a ti. -Hablo

halándolo hacia ella para besarlo- Muévete -Pidió sobre sus labios-
Niña Mimada

Empezó a moverse de forma lenta, estocadas largas y profundas, sin dejar de besarla y

recorriendo su cuerpo con las manos, tocándola todo lo que podía, estaba atrapado por sus brazos

y piernas y sus cálidas paredes húmedas lo recibían, lo abrazaban en cada una de sus estocadas.

-Murat...Dios. Si....Mas... -Pidió sin vergüenza dejando sus labios- Murat, Murat, Murat -Repetía

su nombre entre jadeos-

Se hinco en la cama sin salir de ella, tomando sus piernas abriéndolas aún más para aumentar sus

embestidas entrando en ella una y otra vez, de manera violentas, mientras la mira gemir, cerrar

los ojos y morderse los labios.

-Mírame -Ordenó con voz ronca-

Tapioca abrió los ojos llenos de lujuria, mientras el entraba y salía de sus cálidas paredes, solo

por oírla gemir podía correrse en ese momento, siguió penetrándola, deleitándose con el sonido

de sus gemidos, sintió como sus espasmos apretaban su dura polla, aumento aún más las

estocadas.

-Dios...Mas... por favor... más...Dios mío...-Gemía con frenesí-...Por favor, Murat...Si...

-Vamos niña córrete para mí -Dijo acercándose a ella embistiéndola sin piedad, beso su cuello-
Niña Mimada

-Murat -Gimió en un grito su nombre al correrse clavando sus uñas en su espalda-

Unas estocadas más y se corrió con abandono con un fuerte orgasmo, llenándola con su semilla,

sentía las manos sobre su espalda, beso su cuello antes de salir de ella con cuidado y tumbarse a

su lado.

- ¡Dios! ¡Eres maravilloso! -Habló Tapioca sonriendo con la respiración agitada-

-Lo mismo digo -Respondió volteando a verla y en ese momento se dio cuenta, acababa de follar

con una menor de edad, no solo eso era la hija de su abogado y para empeorar todo no uso

condón, él que jamás se acuesta con nadie si no hay un condón de por medio- ¿Te lastime?

-No, estoy bien. -Dijo sonriendo mientras se acurrucaba a su lado- ¿Te ofende si me duermo? -

Preguntó bostezando-

-Descansa, mi niña -Le dijo y en el mismo momento se arrepintió, ¿Como que mi niña? ¿Es que

acaso estoy loco? pensó acariciando su espalda-

Tapioca no tardó mucho en dormirse y él se durmió observándola realmente era bella, pero era

una niña ¿Ahora que iba hacer? Con esa pregunta en su cabeza se rindió ante los brazos de

Morfeo. Eran alrededor de las seis de la mañana cuando sintió un cuerpo sobre él.
Niña Mimada

- ¿Ya te despertaste? -Preguntó tapioca acercándose a su boca para besarlo, haciendo círculos

sobre su erecto miembro-

No le dio oportunidad de responder, la lengua de la niña mimada se coló en su boca mientras

movía sus caderas sobre él, cuando menos pensó ya estaba totalmente clavado dentro de ella,

quien se movía sobre el montándolo, lo que tanto había deseado desde que la vio por primera vez

correr un caballo.

Dejo su boca para incorporarse y movió las caderas dibujando círculos sobre él y otras figuras

que Murat no podía descifrar sacándole gemidos de placer, sus manos viajaron por el cuerpo de

Tapioca tomando sus pequeñas tetas, pellizcando sus pezones haciéndola arquear la espalda.

- ¿Te gusta patrón? -Preguntó de forma picara, al tiempo que se mordía el labio inferior-

- ¿Patrón?

-Sí, tú eres mi patrón trabajo para ti ¿Te gusta así? o ¿Tal vez así? -Inquirió moviendo la cadera-

-Me encanta como lo haces -Jadeo tomando su cintura para ayudarle con sus movimientos-

Se acercó a él, para besarlo al tiempo que se movía haciéndolo salir casi por completo de ella

para luego volver a llenarse con su gran falo.


Niña Mimada

-Demonios.... -Gimió sobre sus labios aumentando el movimiento de sus caderas-

Volvió incorporarse moviéndose de forma descontrolada sobre él, mientras sentía casa

centímetro de su polla entrando y saliendo de ella, él se sentó en la cama tomándola de la cadera

para ayudarla con los movimientos al tiempo que se movía contra ella.

-Sí... Dios... Murat... Oh dios mío -Gimió al momento de correrse al mismo tiempo que él-

Busco su boca le dio un beso lánguido, antes de dejarse caer sobre él, el cual la abrazo, besando

su cuello.

-Buenos días, Murat.

-Buenos días, Tapioca...


Niña Mimada

SALVAJE

Murat despertó sintiendo sobre él a Tapioca, hace años que no dormía acompañado podía

haberse marchado después de que la niña se durmiera, pero hay algún imán que lo hace estar

cerca de ella, no esperaba repetir decir que le gusto que lo montara era poco estaba más que

fascinado con tenerla de esa manera.

En ese momento podría repetir su cuerpo entero estaba en guerra solo por sentirla sobre él,

observo el sol y se dio cuenta que debían de ser alrededor de las diez de la mañana y había

quedado con Carlos para ir al pueblo a recoger la camioneta que se había descompuesto y unas

cosas que había encargado.

La observo un momento más, es preciosa pensó antes de moverla con cuidado bajándola de su

cuerpo dejándola en la cama, como buena adolescente solo se removió en la cama se acomodó en

la almohada y siguió profundamente dormida, se puso el bóxer tomo su ropa y salió de la

habitación sin hacer ruido.

Sabía que tenía que hablar con ella sobre todo porque necesitaba saber si utilizaba algún método

anticonceptivo porque lo menos que quería era que quedara embarazada, aprovecharía para pasar

a la farmacia ya que iba a estar en el pueblo, pensaba en eso mientras el agua fría recorría su

cuerpo haciendo que su deseo por la niña se los llevara el agua.


Niña Mimada

-Buenos días, tengo quince minutos esperándote ¿Qué paso? -Saludó Carlos desde arriba de la

camioneta-

-Buenos días, me quede dormido. -Respondió rodeando la camioneta para subirse al lado del

copiloto-

-Me vas a decir ¿Que pasa contigo? -Insistió le moreno- Te conozco desde que teníamos tres

años, más te vale hablar.

Murat heredado la hacienda cuando sus padres murieron, el padre de Carlos había sido el

administrador de la hacienda hasta que el moreno se graduó de ingeniero agrónomo y su padre se

retiró haciéndose cargo él de la hacienda, Murat no solo tenía la hacienda era dueño de otros

negocios.

-No pasa nada. -Dijo con fastidio-

-Que se me hace que tiene que ver con la niña que trajiste. -La cara de Murat no mentía- ¿Qué

fue lo que hiciste?

- ¿Tu qué crees? -Respondió-


Niña Mimada

- ¡No puede ser! ¿Te acostaste con la Niña? -Dijo señalándolo con el dedo- ¿Que estabas

pensando? ¡Es menor de edad! tú tienes treinta años ¿Te has vuelto loco? -Lo interrogó mientras

entraban al pueblo-

- ¿Crees que no lose? sé que le doblo la edad, además es hija de mi abogado la traje para que

aprendiera una lección...

- ¿De sexo? -Preguntó riendo-

- ¡Maldición! no sé qué me pasa con ella -Habló jalándose un puñado de cabello-

-Hombre, solo te gusta mucho la niña no te preocupes disfrútala.

-Sí, me gusta mucho tanto que dormí con ella toda la noche.

- ¿En tu habitación? -Cuestionó sorprendido-

-No, claro que no. -Jamás compartía con nadie la habitación donde dormía con su esposa-

-Bien y ¿En que quedaron?

-Aún no he hablado con ella se quedó dormida.


Niña Mimada

Mientras Murat y Carlos se estacionaban enfrente del taller mecánico, Tapioca se movía en la

cama despertando, sintió que el cuerpo le dolía, nunca había estado con un hombre como Murat

con el único que había estado era con Diego su novio cuando tenía catorce años.

Después de él fue Ali una preciosa que se parecía Ruby rose que conoció en el campamento de

verano el año pasado acababa de terminar con su novio cuando la conoció y luego estaba Lucy

que era su amiga desde hace mucho tiempo y no tenía ni idea como era que empezó acostarse

con ella.

Definitivamente Murat era mucho mejor que todos ellos juntos le dolía el cuerpo, pero valía la

pena, no se sorprendió al no encontrarlo en su cama, sabía que lo más seguro él se arrepentía de

la noche anterior, pero ella no y tampoco se iba a romper la cabeza por lo que paso.

Agradecía tener una mamá fuera tan liberar cuando le dijo que dé había acostado con Diego la

había llevado con una ginecóloga para que le explicara todo lo que conllevaba tener sexo, aunque

con su novio las tres veces que lo hicieron siempre uso condón, así que al recordad que Murat no

había usado condón agradecía tomar anticonceptivos.

- ¡Gracias, mamá! -Habló en voz alta mientras se miraba en el espejo después de bañarse-
Niña Mimada

Se vio el chupetón que trae en el cuello, se encogió de hombros y solo porque sabía que Murat

posiblemente tendrá una plática con ella sobre que había sido un error, así que se recogió el

cabello en una cola alta para dejar a la vista de todos, la marca morada rojiza.

Cuando estuvo lista bajo a la cocina, desayuno con Rosario quien al parecer vive con José el

encargado de los caballos en una de las casas secundarias de la hacienda, después de desayunar,

saco a huracán recordó que Julián le había contado que había una cascada cerca de la hacienda,

así que se puso en marcha hacia el lugar.

(...)

- ¿Que hacías en la farmacia? -Preguntó Carlos con las llaves en las manos-

-Buscando algo que no había.

- ¿Que ocupas? posiblemente Natalia tenga -Natalia era la novia del moreno y era la doctora del

pueblo-

-Yo... -Se quedó pensando si debía decirle o no-

-Murar ¡Por dios! dime que necesitas ¿Desde cuándo me ocultas algo?
Niña Mimada

-Necesito una pastilla del día siguiente...

Era un hombre de treinta años y nunca había pasado por algo así y ahí estaba enfrente de su

mejor amigo muerto de vergüenza porque había tenido sexo sin condón, en su vida solo había

estado con dos mujeres sin condón Ángela porque era su esposa y Tapioca porque lo llevaba al

borde de la locura que se le olvido utilizarlos

-Bien -Contestó negando con la cabeza- Iré a preguntarle y te veo en la casa - Terminó de decir

arrojándole las llaves de la camioneta-

-Gracias -Respondió tomándolas para luego subirse y regresar a la hacienda-

Iba llegando cuando vio salir a la dueña de sus pensamientos montada en Huracán ¿A dónde

diablos iba? Se estaciono enfrente de la casa y salió directo a los establos, tomo un caballo y la

siguió.

-Por fin ¿Te gusta? -Le preguntó a huracán mientras bajaba de él- A mi si, el lugar es precioso -

Habló mientras lo amarraba a un árbol- Creo que me daré un baño -Empezó a desvestirse-

-Tapioca -Gritó Murat llegando en el azabache- ¿Qué crees que estás haciendo?

-Voy a nadar -Contestó quitándose el pantalón mientras él bajaba del caballo- ¿Me acompañas?
Niña Mimada

-No y tú tampoco deberías nadar.

- ¿Por qué? el agua esta clarita -Habló terminando de sacar la ropa-

- ¡Desnuda! ¿A caso está loca? alguien puede verte.

-Sí, desnuda -Dijo aventándose al agua- y si estoy algo loca, anda quítate la ropa y acompáñame

-Habló cuando salió del agua- esta deliciosa.

-Tapioca, sal de ahí alguien podría verte.

-Solo tú puedes verme, ven conmigo -Dijo con una voz sexy, tremendamente sexy pensó Murat y

Maldita sea se iba ir al infierno por eso, empezando a sacarse la ropa para luego lanzarse al agua-

-Ven acá -Dijo aun lado de ella pegándola é, tomando sus labios de forma demandante-

Los brazos de Tapioca enredo los brazos y piernas en el cuerpo de Murat mientras recibía la

lengua del mayor en su boca le gustaba su sabor podía sentir debajo de ella la dura polla rozando

sus pliegues se movió un poco más contra él un gemido se ahogó en sus labios Murat tomo su

duro falo a su entrada con su mano libre tomo su cintura guiando su cuerpo para entrar

completamente dentro de ella.


Niña Mimada

- ¡Dios! -Gimió dejando sus labios echando la cabeza hacia atrás-

Murat tomo con sus labios el pequeño pezón de Tapioca succionándola, haciendo que gimiera

más fuerte mientras se movía contra ella una y otra vez, paso al otro haciendo lo mismo.

-Así... más duro... -Pidió gimiendo, mientras movía las caderas haciéndolo entrar y salir de ella-

Sí....Dios... Voy...

Soltó su pezón para atraerla a él antes de que se corriera y tomo sus labios con hambre, chupando

cada uno de sus labios, para luego morderle el inferior al tiempo que emitía un fuerte gemido y

apretaba su polla haciendo que se corriera al mismo tiempo con ella siguió arremetiendo hasta

vaciarse por completo.

Sintió un líquido caliente en sus labios le había partido el labio con la mordida por la fuerza del

orgasmo, lamió gentilmente recogiendo toda la sangre. Tapioca dejo sus labios coloco la frente

sobre la de él mientras clavaba su mirada en la de él y una preciosa sonrisa se le dibujaba en el

rostro.

-Eres un Salvaje -Habló sonriendo-

-Lo siento, te lastime.


Niña Mimada

-Estaré bien -Respondió besándolo con pasión-

-Creo que será mejor que volvamos, alguien podría vernos -Dijo Murad al dejar sus labios-

-Aburrido, pero está bien volvamos. -Se separó de él, para empezar a nadar a la orilla-

-Tapioca, tenemos que hablar. -La siguió-

- ¿Sobre qué?

-Sobre lo que ha pasado.

-Pues hemos tenido sexo y muy bueno -Dijo sonriendo mientras recogía su ropa de la piedra

donde la había dejado-

-Tapioca, estoy hablando en serio.

-Vamos, Murat solo es sexo que pensaste que me había hecho un cuento en la cabeza, con que

ibas a ser mi príncipe azul, no te preocupes, como ya te había dicho me gustan los orgasmos y

déjame decirte los que he tenido contigo han sido los mejores...
Niña Mimada

BATMAN

...Contigo ha sido de los mejores -Dijo tapioca terminando de vestirse y dejando a Murat

descolocado, acababa de perder la cuenta de cuantas veces lo había dejado así- Te juego unas

carreras en caballo hasta la hacienda.

-No, no creo que sea buena idea. -Respondió terminándose de vestirse-

-Vamos, no seas aburrido -Habló montándose al cabello- Te apuesto a que puedo ganarte y eso

que tu traes a Azabache -Lo reto-

-No creo que me ganas, estas en mis terrenos niña -Contestó montándose-

- ¿Eso es un sí?

-Sí.

-Hecho -Respondió al tiempo que emprendió la carrera dejando atrás a Murat-

Diez minutos después estaban llegando a la hacienda, Tapioca Llego antes que él, se bajó de

huracán y espero a Murat con una gran sonrisa en los labios.


Niña Mimada

-Te gane -Dijo cuando vio llegar a Murat-

-Eres una tramposa -Respondió bajando de azabache- Saliste antes por eso ganaste.

-Claro que no, tú perdiste y ahora debes pagarme. -Contradijo antes de empezar a caminar en

dirección a la casa-

-Gracias José -Dijo Murat al encargado del establo- Bien ¿Qué es lo que quieres? -Preguntó

cuando llego hasta donde estaba-

-Quiero a huracán. -Pidió con una preciosa sonrisa que hizo que el corazón de Murat diera un

salto-

-No, ninguno de mis caballos está incluidos.

- ¿Tu si estas incluido? -Preguntó al tiempo que entraban a la casa-

-Buenas tardes -Saludó Carlos al verlos entrar quien estaba sentado en un sofá de la estancia-

-Buenas tardes, Carlos. -Saludó coquetamente Tapioca- ¿Qué haces un domingo aquí? Deberías

estar con tu novia no trabajando -Terminó de decir sentándose a su lado y Carlos solo sonrió-
Niña Mimada

-Lo sé, pero mi patrón me tiene trabajando los domingos. -Dijo con tono de broma-

-Tenemos un tirano de patrón -Le siguió el juego Tapioca al moreno- Bueno los dejo para que

continúen iré a la cocina, nos vemos Carlós, no dejes que te explote.

-Nos vemos Tapioca. -Se despidió de ella sonriendo- Lamento decirte que va a acabar contigo -

Dijo riendo, dirigiéndose a Murat una vez que ya no miro a la adolescente-

-Lo sé ¿Que paso?

-Mala noticias no tiene, así que dice que para la próxima uses condón te mando esto -Dice

sacando una tira de condones- Y que reces para que no esté embaraza.

- ¡Maldición!

- ¿Como que maldición? ¿Lo volvieron hacer?

-Quieres callarte, te va a escuchar.

- ¿Que pasa contigo? ¿Eres un adolescente que no te puedes contener?

-No sé qué pasa conmigo y ya te dije que me está volviendo loco.


Niña Mimada

-Pues a la vuelta no te olvides de usarlos, aunque puede que tengas buenas balas y ya este

embarazada ¿Cómo vas a explicarle eso a su papá? -Preguntó Carlos siguiéndolo al despacho y

Murat se paró de inmediato-

-No, no puede quedar embarazada -Dijo con tono de preocupación-

-Venga hombre, si puede quedar además tendrías un hijo ¿Que tan malo sería? no le va a pasar lo

mismo que a Ángela. -Dijo dando una palmada en la espalda de su amigo-

-No, no quiero pasar por eso otra vez. -Respondió serio, empezando a caminar de nuevo-

-No pasara, seguro se cuida solo tienes que preguntarle ¿Porque no le has preguntado aun?

-No sé, como preguntarle.

-Tan fácil ¿Tapioca te estas cuidando para no salir embarazada? Vez es fácil.

-Sí, para ti es fácil decirlo porque no estás en mi lugar.

-Así es, pero si estuviera ya le hubiera preguntado -Dijo encogiéndose de hombros entrando al

despacho- y viendo como es, seguro te contestaría sin rodeos.


Niña Mimada

-Creo que tienes razón le voy a preguntar. -Dijo Murat sentándose frente a él-

Pero no los hizo, no le pregunto, pero lo que hizo fue no acercarse a Tapioca, sabía que no podría

resistirse a ella así que hasta estar seguro que no había quedado embarazada se alejó, Carlós se

encargaba de llevarla a la recolecta de café y de traerla.

Era difícil no acercarse a ella, Tapioca estaba en todo lugar se había adueñado de la casa, como si

fuera parte de ella era fácil verla platicar con José el encargado de los caballos, verla correr en

los cafetales estaba totalmente enamorada del lugar, ni siquiera Ángela había mostrado amor por

ese lugar a pesar de que ahí fue donde se conocieron.

Había hecho que José le colocara una hamaca entre dos árboles pasaba las tardes ahí ya fuera

cantando, jugando con su tableta, leyendo algún libro o simplemente durmiendo le encanaba

asomarse por la ventana del su despacho y verla ahí, quería salir y volver a probar esos deliciosos

labios, definitivamente esos cinco días alejado de ella le estaban costando.

- ¿Entonces la esposa de Murat era una recolectora? -Preguntó sorprendía a Martha una de las

recolectoras amiga de Tapioca-


Niña Mimada

-Sí, el patrón la conoció aquí y se enamoraron.

- ¿Y de qué falleció?

-De mal parto -Respondió Elena- estaba embaraza de su primer hijo cuando estaba por nacer, el

parto se complicó y ambos fallecieron desde entonces el patrón se ha quedado solo nunca ha

traído ninguna mujer eres la primera que trae.

-No sabía -Respondió seria Tapioca-

-Tapioca ¿Vas a querer el gatito? -Preguntó maría una niña de diez años hija de Martha-

-Sí, ¿Ahí lo traes? -Preguntó levantándose de donde estaba sentada con las demás mujeres-

-Sí, aquí esta -Dijo llegando hasta ella con un precioso gatito blanco con motas negras-

-Es muy lindo. -Habló Tapioca tomando al gatito en brazos- Muchas gracias.

-De nada -Respondió María con una gran sonrisa-

-Tapioca llegaron por ti -Le grito uno de los trabajadores-


Niña Mimada

-Ya voy -Respondió, se despidió de todas las mujeres con las que platicaba-

Camino en dirección a donde la esperaba Murat que estaba dentro de la camioneta ese día

Carlos tuvo que hacer otras cosas así que no pudo llevarla a la casa por lo que él tuvo que ir por

ella, la mira caminar con una gran sonrisa despidiéndose de todos y ese era un problema Tapioca

era una niña mimada definitivamente, pero era muy buena, no menospreciaba a nadie, se

adaptaba perfecto a cualquier situación y eso le gusta y no solo por lo sensual que era si no por lo

que realmente era y él no quería enamorarse menos de una niña.

-Hola -Saludó subiendo a la camioneta a su lado con una gran sonrisa- Mira lo que me regalaron

-Le mostro al pequeño gatito pinto-

-Hola, Tapioca ¿qué vas a hacer con ese gato? -Preguntó poniéndose en marcha-

-Pues criarlo, es tan lindo mi bebe -Dijo sonriendo como si fuera lo más claro del mundo ella iba

a criarlo- Por cierto ¿puedes llevarme al pueblo? tengo que comprarle comida y además debo

comprar otras cosas para mí, digo si no estás muy ocupado Carlos me dijo que tenías unos

asuntos que resolver que por eso no me traías al trabajo.

- ¿Tiene que ser ahora?


Niña Mimada

-Si puedes me gustaría, si no puedes puedo decirle a José que me lleve. -Respondió sin dejar de

sonreír-

Y así era ella parecía que tenía una fuente de alegría inagotable que hacía muy difícil no

enamorarse de ella.

-Está bien. -Respondió tomando el camino al pueblo- ¿Qué otras cosas tienes que comprar?

-Cosas para mí, no traje suficiente desodorantes, tampones y pastillas para los cólicos, hoy

Rosario me dio una para el dolor y funciono, pero pues me gusta tener las mía -Habló con toda

naturalidad- Y necesito chocolate mucho chocolate.

- ¿Para que el chocolate? -Preguntó volteando a verla llevaba una de sus camisas de manga larga

que le había dado para que trabajara y no se la comieran los mosquitos-

-Porque cuando tengo el periodo como ahorita se me antoja el chocolate es algo más fuerte que

yo.

- ¿Que no las mujeres se ponen de mal humor cuando tienen el periodo? -Preguntó el pues aun

recordaba Ángela enojada cuando estaba en sus días-


Niña Mimada

-Claro, pero no puedo estar enojada si tengo esta preciosura, verdad Batman que eres muy bonito

-Hablo haciéndole mimos al gato que por cierto no era nada lindo pensó Murat sonriendo

también pues Tapioca acababa de confirmarle que no estaba embaraza y era un alivio para él-

- ¿Batman?

-Sí, así se llama es que tiene desde los ojos hasta las orejitas negras es Batman -Aclaró

mostrándolo-

-Entiendo.

- ¿Terminaste tu trabajo? -Preguntó viéndolo y pensó que se miraba más guapo que la última vez

que lo había visto-

Tenía cinco días sin verlo desde el domingo que estuvieron juntos había desaparecido y era malo

porque ella moría por besarlo y que la tocara de nuevo, pero entendió que tenía cosas más

importantes que hacer, además no es como si hubieran quedado en algo solo fue algo casual

pensó al ver que Murat no la buscaba.

-Sí, ya terminé -Respondió sonriendo- ¿Quieres comer en el pueblo?

-Sí, me encantaría -Comentó feliz- pero ¿dónde dejaría a Batman?


Niña Mimada

-Podríamos dejarlo con el veterinario del pueblo para que lo revise y lo desparasité y le ponga las

vacunas.

-Muy buena idea, solo tengo un pequeño problema. -Dijo Tapioca colorada-

- ¿Cuál?

-Uno pequeñito, no tengo dinero. -Dijo con vergüenza-

-Bien no te preocupes, yo lo pagare.

-Gracias, te lo pago mañana, mañana sacare dinero traeré mi tarjeta -Respondió feliz-

-No es necesario, tómalo como pago de tu trabajo en la recolección de café.

-Se supone que no debes pagarme.

-Has trabajado muy bien, creo que mereces un pago, así que yo pagare todo lo que ocupen tú y

Batman.

-Muy bien, gracias.


Niña Mimada

Y así lo hizo, le compro todo lo que el gatito feo según Murat necesitaba y todo lo que ella

necesitaba, literalmente compro todo el chocolate que había en la tienda del pueblo, como buena

mujer no pudo dejar de comprar ropa que era hecha por las mismas mujeres del pueblo pues

decía que los sábados todas las mujeres andaban con ese tipo de ropa, comieron en un pequeño

restaurant del pueblo, claro que todos en el pueblo se enteraron en el mismo momento, El patrón

de la hacienda Mi Cielo al parecer tenía una nueva mujer y una muy joven decían las voces del

pueblo.
Niña Mimada

ME GUSTAS

Decir que Murat estaba molesto era poco, estaba celoso y muy furioso, porque Tapioca había

salido el sábado con Julián de nuevo y no solo eso sino que se había puesto uno de los vestidos

que le había comprado un día antes, pero lo dejo pasar, pero lo que no podía dejar pasar era lo

que estaba viendo en ese momento era miércoles y tapioca estaba con Julián sentada en la

hamaca riendo con Batman en sus piernas.

Sintió como su cuerpo era invadido por el coraje, quería salir y moler al chico a golpe, ella era

¿Que era ella para él? ¿Cómo podía reclamarle algo? no habían quedado en nada, Tapioca podía

estar con quien quisiera era libre, pero no él no quería que estuviera con nadie más solo con él,

admitió para sí mismo Murat apretando sus manos hasta que sus nudillos se pusieron blancos.

Miro que se despidió de beso en la mejilla de Julián, él se marchó y ella siguió un rato más con

Batman en la hamaca, hasta que decidió entrar se miraba tan linda con ese vestido rosa suelto

pensó Murat observándola por la ventana.

-Tapioca -Le habló abriendo la ventana y le hace una seña para que venga a su despacho-

-Hola ¿Qué pasa? -Dijo entrando después de un rato a su despacho-


Niña Mimada

-Me quieres explicar que hacías con él. -Exigió tomándola por la cintura empotrándola contra la

puerta-

-Que te importa ¿Celoso? -Intentó separarse, pero no la deja se acerca más a ella-

-No, no estoy celoso, solo quiero saber qué hace Julián en mi casa

-Pues parece que estas celoso. Además...

No la deja terminar, junto sus labios con los de ella quien le sigue el beso encantada enredando

sus brazos en el cuello de Murat, quien con su lengua rosa su labio inferior pidiendo permiso

para entrar ella se lo otorga y puede saborearla por fin.

Camina con ella hasta su escritorio subiéndola sobre él, acaricia sus muslos al tiempo que sube

su vestido hasta las caderas, se separan por falta de aire, besa su cuello.

-Murat... -Susurra al sentir la gran mano de Murat sobre su braga de encaje ya está muy húmeda,

al sentir su tacto arquea su espalda gimiendo-

Las manos de la niña mimada viajan hasta el pantalón del mayor lo desabrocha mete la mano y

libera su polla, Murat rompe su braga ella toma su pene y lo guía hasta su entrada, entra lento y

ella gime y se muerde los labios que son de inmediatos tomados en un fogoso beso.
Niña Mimada

Las embestidas son lentas pero profundas las piernas de tapioca se enredan en el cuerpo al igual

que sus manos se enredan en el cabello de Murat las embestidas son una tras a otra de manera

rápida y fuerte. Ella arquea la espalda dejando sus labios está a punto de venirse, intensifica las

estocadas entrando más profundo en ella.

-Vamos mi niña, córrete conmigo -Le susurra y ella solo gime-

Siente como sus muslos lo aprietan al igual que sus cálidas paredes, unas estocadas más y los

envuelve un maravilloso orgasmo al mismo tiempo, se queda dentro de ella, su cabeza descansa

en el hombro de tapioca espera que su espiración se regularice, ella lo abraza y besa su cuello.

-Lo siento -Susurra Murat sobre la piel del cuello de Tapioca aferrándose a ella-

- ¿Por qué? -Preguntó aun con la respiración agitada-

-No use condón.

-Me cuido -Contestó acariciando la espalda de Murat-

- ¿Qué? -Preguntó sorprendido saliendo de ella lentamente-


Niña Mimada

-Tomo anticonceptivos, desde que tuve sexo con mi exnovio bueno, aunque lo hicimos como tres

veces siempre con condón, pero le conté a mi mamá y ella me llevo con el ginecólogo y creo que

estoy hablando demasiado -Dice sentada aun en el escritorio y Murat seguía entre sus piernas-

-Menos mal -Dijo con evidente alivio- Pensé que podía dejarte embarazada. -Terminó de decir

para volverla a besar-

-No, ni loca que estuviera, aunque creo que si debiéramos usar condón porque tú te acuestas con

flor -Dijo dejando sus labios-

-Con Flor hace mucho que no me acuesto -Dijo separándose de ella pensando que no debería

darle explicaciones, pero sentía que debía hacerlo- Y siempre uso condón, con la única que no he

usado condón en toda mi vida había sido mi esposa y ahora tu -Terminó de arreglarse la ropa-

-A menos mal -Habló bajándose del escritorio- Me debes unas nuevas -Le señalo la braga rota en

el suelo acomodándose el vestido, el solo sonrió asintiendo- Ahora dime ¿porque estabas celoso?

-No estaba celoso. -Habló acercándose de nuevo a ella tomándola por la cintura-

-Sí, si lo estabas -Contradijo dejándose abrazar- Julián es mi amigo solamente, tu eres el que me

gusta -Habló sobre sus labios antes de besarlo-


Niña Mimada

-Me gustas -Confesó dejando de besarla-

-Lo sabía -Dijo con una hermosa sonrisa- Y ¿Que vas a hacer con eso?

-No lo sé, esto no debería estar pasando, tú tienes quince años y yo el doble, eres una

adolescente. -Habló mirándola a los ojos- si tu padre se entera me mata.

-Bueno es verdad que eres algo viejo para mí, pero me gustas mucho nadie me había gustado

como tú y lo de mi papá no debería enterarse definitivamente. -Dice sonriéndole- Pero tengo una

idea. -Dijo separándose de él

-Y ¿Cuál es tu idea? -Preguntó sentándose en su silla-

-Pues tú me gusta y yo te gusto eso está claro -Habló mientras se sentaba en el regazo de Murat

dejándolo algo sorprendido nunca nadie se había tomado esas confianzas con él- Me encanta

estar contigo y parece que a ti también -El solo asintió aun sorprendió por tener así- Bien,

entonces podemos estar juntos no digo como novios pero bueno ya sabes tú satisfaces mis

necesidades y yo las tuyas -Enredó sus brazos en el cuello de Murat- Entiendo que no sería

bueno que la gente de aquí nos viera juntos todos dirían que eres un pedófilo, así que sería solo

de puertas hacia adentro –Terminó de hablar besándolo de forma casta-


Niña Mimada

Y de nuevo estaba totalmente descolocado, parecía que estaba hablando con una mujer mayor

que la edad que realmente tenia, sabía que si aceptaba estaría jugando con fuego, pues podía salir

lastimado pero lo que más le preocupaba era que ella saliera lastimada al fin de cuenta ella

seguía siendo una adolescente.

- ¿Como una aventura de verano? -Preguntó abrazándola por la cintura-

-Exactamente, a mí me gustan los orgasmos y a ti también es un buen trato, solo tengo una

condición.

- ¿Cuál? -Preguntó besando su cuello

-No quiero que te acuestes con flor.

-Me parece justo, pero, no quiero que andes con Julián. -Advirtió el mayor-

-No ando con Julián, él es mi amigo, además tiene novia, se llama Fernanda y va a venir la

próxima semana hoy vino a decirme porque quiere que la conozca. -Dijo sonriendo pues había

confirmado que estaba celoso de Julián-

-Muy bien, entonces señorita tenemos un acuerdo -Aceptó para tomar sus labios para sellar el

trato con un beso devastador-


Niña Mimada

-Lo tenemos-Susurró entre el beso-

-Debo decirte algo en lo que te he mentido. -Dijo dejando sus labios-

- ¿Qué? -Preguntó separándose un poco de él, pero aun sentada sobre él-

-Batman es un gato muy feo -Dijo sonriendo-

- ¡Oye! mi bebe es el más lindo, bueno un poquito feo, pero se pondrá lindo cuando crezca. -Dijo

riendo-

-Como tú digas -Habló tomando su nuca para volver a besarla-

Y desde ese día Murat había dormido con ella tenía una semana, una semana que se acostaba en

su cama, pero irremediablemente amanecía en la de Tapioca, amanecía abrazado a ella y se dio

cuenta todo lo que había extrañado amanecer abrazado a una mujer, la cuidaba como si fueran

sus ojos.

-Despierta patrón -Susurró Tapioca en su oreja- debes llevarme a trabajar.

-Es sábado, duerme -Respondió con los ojos cerrados-


Niña Mimada

-Lo sé -Habló subiéndose sobre un desnudo Murat- pero debo de trabajar -Beso su cuello-

-No, no debes -Dijo atrapando sus labios en un delicioso beso haciéndola girar en la cama para

dejarla debajo de él-

-Si...Si...-Gimió al sentir como entraba en ella dejando sus labios- Debo trabar-Habló enredando

sus piernas en el cuerpo de él-

-No -Contestó volviéndola a besar-

La embestía de forma lenta sin dejar de besarla, le encantaba su sabor y estar dentro de ella,

aumento sus estocadas entrando más fuerte y profundo en ella haciendo que dejara sus labios

para gemir alto aferrándose a la espalda de Murat.

Beso su cuello mientras ella seguía gimiendo y sus paredes cálidas lo envolvían, era la mejor

manera de comenzar su día, siempre dentro del cuerpo de Tapioca, quien no se negaba a estar

con él era entrar a la casa y devorarla a besos en cualquier habitación de su casa, en la única

habitación en la cual no lo habían hecho era en la de él.


Niña Mimada

-Dios....más...más... Murat voy a llegar... más -Gemía tapioca en su oreja- Si…-Gimió

corriéndose casi al mismo tiempo que él unas estocadas más y se corrió con abandono en su

calidad cavidad-

-Me encantas mi niña -Dijo con la respiración agitada sobre ella-

-Tu a mi -Correspondió- Pero debo levantarme o voy a llegar tarde.

-No vayas hoy a trabajar, podemos quedarnos todo el día en la cama es sábado -Dijo Murat

besando sus labios de forma casta-

-Tengo que ir hoy habrá un convivió en casa de Elena y me toco llevar el postre -Habló

volviéndolo a besar de forma casta- Rosario me hizo el pastel, así que debo bañarme, además

hoy llega Fernanda la novia de Julián y voy a conocerla, tú también puedes ir.

- ¿Yo que voy a andar haciendo ahí? -Preguntó saliendo de ella para acostarse a su lado-

-Porque no tu eres el patrón y todo mundo te estima mucho, sería un buen gesto que fueras al

convivió -Respondió saliendo de la cama-

-No lo creo.
Niña Mimada

- ¿Por qué? -Preguntó mientras junta su pijama y la de Murat del piso-

-Porque yo casi no convivo con los trabajadores.

-Pues deberías, pero como tú quieras yo sí quiero ir -Dijo sonriendo, caminando en dirección al

baño- ¿Quieres tallar mi espalda? -Cuestionó de forma picara-

-Claro...
Niña Mimada

MOKA

- ¿Te vas a ir de aquí a casa de Elena? -Preguntó Murat estacionándose en el lugar donde estaban

recolectando café-

-Si ¿Vas a ir? -Dijo sonriendo, colocándose una de las camisas manga largas de Murat-

-Voy a ir por ti ¿Como a qué hora crees que te desocupes?

-No lo sé, pero puedes quedarte un rato si aún no estoy lista para irme -Se acercó a él para

besarlo, pero el solo negó ella de inmediato entendió a veces se le olvidaba que nadie debía

enterarse-

-Está bien, te veo al ratito.

-Sí, adiós patrón -Dijo sonriendo antes de bajar de la camioneta-

-Adiós linda.

La miro caminar entre los cafetales saludando a todos con una gran sonrisa, precisamente eso le

sorprendía de Tapioca ella había nacido en la opulencia tanto su mamá como su papá venían de

familias de abolengo, ella estaba creada en la alta sociedad y sin embargo parecía que había
Niña Mimada

nacido en ese pueblo, ni siquiera Ángela que tenía un origen humilde había demostrado lo que

Tapioca en ese mes.

Ángela en cuanto se casó con Murat había cambiado, había preferido quedarse en la ciudad y

casi no lo acompañaba a la hacienda y Tapioca ya le había pedido volver el año siguiente a

recolectar café, ni siquiera había dicho que extrañara su celular o internet, siempre hallaba algo

que hacer le ayudaba a Rosario en la casa o a José en el establo o salía a investigar las tierras, la

había encontrado varias veces en la tostadora hablando con los trabajadores, le encantaba el olor

al café le había dicho ciento de veces, y al parecer ya sabía más del proceso del café que el

propio Murat.

-Deja de verla -Dijo Carlos aparición en la ventana de la camioneta-

-Buenos días para ti también.

-Es muy linda, pero amigo eso no te va a traer nada bueno -Advirtió el moreno con una gran

sonrisa-

-Lo sé, pero no puedo evitarlo me gusta mucho. -Habló volviendo a verla como sonreí mientras

seguía recolectado café-

-Tu sabrás lo que haces, hoy hay convivió en casa de Elena ¿Quieres que me encargue de ella?
Niña Mimada

-No es necesario yo pasare a buscarla.

- ¿Seguro?

-Sí, nos vemos después cuídala.

-Claro, yo cuido de tu niña.

Murat paso toda la mañana en la tostadora, reviso las cuentas de como andaba su negocio de café

aparecer sería un muy buen año, eran alrededor de las tres de la tarde cuando salió de ahí para

buscar a Tapioca esperaba que estuviera lista para regresar con él a casa.

-Patrón que bueno que vino. -Le dijo uno de los trabajadores en cuanto lo vio llegar-

-Gracias.

Saludo a todos sus trabajadores hasta llegar donde estaba Carlos con su novia y no miraba a

Tapioca por ningún lado, hasta que la vio salir de la casa con algo peludo en sus manos.

-Murat, que bueno que viniste, pero aún no estoy lista para irme apenas vamos a comer -Dijo

acercándose a él con una gran sonrisa-


Niña Mimada

- ¿Qué es eso?

-Este es moka, no es el perrito más lindo que hayas visto en toda tu vida -Habló de forma

cariñosa enseñándole a un perro bastante feo para Murat-

-Creo que necesitas lentes, está bastante feo no tanto como Batman -Dijo sonriendo, acercándose

a ella y ver más de cerca el pequeño perrito- Y no vamos a llevarlo a casa.

- ¿Por qué? aún no tenemos ninguno y Batman necesita con quien jugar -Habló haciéndolo

puchero- además no está feo.

-Olvídalo no lo llevaremos. -Repitió y Carlos solo se rio junto con su novia no se habían dado

cuenta que estaban peleando como si fueran una pareja si no querían que nadie se enterara de que

estaban juntos definitivamente no lo estaban logrando-

-Por fis, por fis. -Pidió poniendo cara de borreguita-

-Tapioca, olvídalo -Habló firmemente- Y no me pongas esos ojos no me vas a convencer.

-Está bien solo porque aún está muy chiquito y su mamá tiene que seguir amamantarlo, pero

conste que lo quiero y tu terminaras diciéndome que si -Sonrió con malicia-


Niña Mimada

-Ya veremos.

Pasaron el resto de la tarde con los demás recolectores, Tapioca conocía a todos por el nombre,

Murat estaba sorprendido pues el solo conocía el nombre de algunos, no podía negar que se la

pasaron muy bien cuando el sol estaba por ocultarse se despidieron de los que aún quedaban en

casa de Elena.

-Entonces ¿me puedo quedar con moka? -Preguntó sonriendo-

-No, ya tienes a Batman. -Dijo viendo el camino-

-Pero moka es tan lindo, prometo llevármelos de aquí cuando regrese a casa.

-Aún es muy chiquito tu misma dijiste.

-En eso tienes razón -Aceptó viendo como el sol se ocultaba por el horizonte- Todos estaban

muy contento de que hubieras asistido deberías hacerlo más seguido, compartir con tus

trabajadores, mi abuelo dice que tienes que conocer a tus trabajadores para saber...-Se quedó

callada-

- ¿Para saber qué? -Preguntó volteando a verla-


Niña Mimada

-No lo recuerdo, se me olvido -Volteo a verlo y ¡Demonios! estaba tan guapo pendo Tapioca-

Para aquí.

- ¿Qué?

-Que pares aquí -Repitió acercándose a él-

- ¿Qué pasa? -Preguntó después de pararse a un lado del camino-

-Te extrañe -Dijo antes de juntar sus labios con los de él, la lengua de Murat entra en la boca de

tapioca y recorre su interior hasta que se encuentre con la de ella empezando una danza que hace

que sus respiraciones se agiten y la entrepierna de Murat clama por guerra, se separan por falta

de aire-

-Tapioca para, si sigues así te voy a tomar aquí - Advirtió Murat y ella Voltea para todos lados-

-Está bien no hay nadie aquí - Se le dibuja una sonrisa pícara, y empieza a desabrocharse la

camisa manga larga para luego sacársela junto con la blusa de tirantes que traía debajo, dejando a

la vista sus pequeños pero bellos senos -

-No ¿Qué haces? vístete alguien nos puede ver -Dice sin dejar de verla-
Niña Mimada

-No seas aburrido -Habla deslizando por sus piernas el pantalón junto con su braga quedando

solo en calcetas- Vamos, que sé que quieres.

- ¿Te has vuelto loca? -Pregunta mientras se acomoda sobre él-

-No te preocupes esto va a ser rápido yo estoy lista -Baja su mano hasta su entre pierna- y por lo

visto tú también.

-Tapioca estas volviéndome loco -Se lo dice mientras acaricia con un dedo sus labios, antes de

besarla como si temiera perderla-

Las manos de ella desabrochan su camisa mientras siguen besándose y él recorre su espalda, las

manos de ella van a su pantalón liberando su erección tomándola, dirigiéndola a su entrada

sentándose sobre él emitiendo un fuerte gemido sus ojos estaban cerrados y su boca entreabierta

- ¿Estas bien, mi niña? -Pregunta ella abre los ojos tiene las pupilas dilatadas lo mira y solo

asiente-

Empieza a moverse lento, las manos del mayor van hasta sus pechos, dejando sus pezones duros

para luego tomar uno con su boca, y otro sigue en su mano, ella gime y arquea la espalda, sus
Niña Mimada

manos suben hasta sus hombros empujándola para que su polla entrara más hondó en ella, una y

otra vez, tapioca buscas labios para devorarlos con gula.

Comienza a acelerar el ritmo, unas gotas de sudor recorren su cuerpo, toda su piel esta erizada

están a punto de terminar, deja los labios de Murat para gemir fuerte repitiendo su nombre.

-Dios....Murat...hazme llegar...maldita sea... -Gime hasta correrse casi al mismo tiempo que él,

sigue moviendo las caderas hasta que Murat termina fe vaciarse, cae sobre él escondiendo su

rostro en su cuello-

- ¿Estas bien?

-De maravilla -Lo dice con una voz aterciopelada que hace que el cuerpo de Murat se erice

nunca nadie lo había hecho sentir tanto como ella-

Sus respiraciones se van calmando, aún sigue dentro de ella, la tiene sobre él abrazada, besa su

cuello y hombros, siente como aun sus piernas tiemblas no ha separado su rostro del cuello de

Murat su respiración está tranquila.

-Tapioca debes vestirte antes de que te quedes dormida aquí y te tendré que llevarte y entrar a

casa en desnuda -Le dice mientras empieza a moverla suavemente-


Niña Mimada

-Si ya voy...- Se separa de él sentándose a su lado y empieza a vestirse- Estoy cansada. -Dice

bostezando mientras sigue poniéndose la ropa-

-Mañana podemos pasar todo el día en la cama -Habla Murat terminando de abrocharse la

camisa para poner la camioneta en marcha-

-Eso estaría genial ¿Sabes dar masajes?

-Sí, de los dos.

- ¿De los dos? -Pregunta colocando su cabeza en el hombro de Murat quien la abraza-

-Sí, normal y con final feliz ¿De cuál quieres? -Besa su frente, sin dejar de prestar cuidado al

camino-

-Creo que con final feliz. -Respondió sonriendo-

El domingo pasaron todo el día en cama, era el día que Rosario no iba a cocinar por lo que

Tapioca se paseaba solo en una camiseta por toda la casa, seguida por Murat solo en bóxer,

habían hecho rechinar todos los muebles de la planta baja, ya eran las nueve de la noche cuando

Murat fue a su propia habitación a darse un baño mientras Tapioca buscaba helado en la cocina.
Niña Mimada

-Tapioca...-Gritó el mayor saliendo del baño solo con una toalla en la cadera- Tapioca.

- ¿Qué pasa? -Preguntó entrando a la habitación de Murat con el bote de helado y una cuchara-

-Esto -Señalo a Batman que estaba echado en su cama- Ya sabes que no me gusta que este arriba

de las camas.

-Bueno es que tu cama es muy grande-Dijo dejando el bote de helado en la mesita de noche para

treparse a la cama y tomar a Batman que de inmediato se bajó- Le gustan las camas grandes

como a mí -Habló gateando hasta donde estaba parado- Ya que estamos aquí aprovechemos -

Dijo empezando a besar el cuello de Murat-

-No.

-Si -Dijo besando sus pectorales al tiempo que llevaba sus manos a la toalla y el la detuvo-

-No, aquí no. - Habló con voz firme haciendo que ella se asustara y se separara de él-

- ¿Porque no? ¿Qué pasa? -Dijo sorprendida bajándose de la cama-

-Aquí no -Repitió con voz firme- Lo haremos en tu habitación.


Niña Mimada

-No, no lo haremos en mi habitación hasta que me digas por qué no lo podemos hacer aquí -

Respondió molesta observando la habitación-

-Por qué no y punto.

- ¿Es por ella? ¿Por tu esposa muerta? -Dijo seria parada del otro lado de la cama frente a él-

-No tengo que darte explicaciones, si quieres hacerlo lo haremos en tu...

-No, simplemente no lo haremos más -Dijo interrumpiéndolo, tomando su helado y caminando a

la salida-

-Tapioca.

- ¡Vete al diablo! -Grito saliendo de la habitación seguida de Batman-

-Tapioca -Repitió siguiéndola-

- ¡Que te vayas al Diablo!...


Niña Mimada

HEMOS TERMINADO.

-Tapioca, abre la puerta -Grito al tiempo que tocaba-

-No, lárgate.

-Tapioca ¡Maldita sea! abre la puerta.

-Que te largues, no quiero hablar contigo -Grito acostándose en la cama comiendo helado-Idiota

-Dijo para sí misma-

-Tapioca, abre la puerta por favor.

-No, lárgate déjame dormir. -Volvió a contestar mientras le daba helado a Batman de su cuchara-

-Está bien, mañana hablamos -Habló resignado, ella ya no le contesto-

-Puedes creer lo idiota que es -Hablo con Batman que alegremente mordía sus dedos- hoy

dormirás tu conmigo.

Después de terminar su helado se acomodó en la cama y Batman se acomodó en una de sus

almohadas no tardó mucho en dormirse, se despertó más temprano que de costumbre, se dio un
Niña Mimada

baño, bajo a la cocina, saludo a Rosario, desayuno y sin esperar a Murat camino hasta donde

estaban recolectando café, en el camino se encontró a Carlos.

-Buenos días, Tapioca ¿Qué haces caminando? -Saludó deteniendo la camioneta a su lado-

-Buenos días, Carlos voy a trabajar ¿Me llevas?

-Claro, sube ¿Que paso con Murat?

-Creo que se quedó dormido -Dijo encogiéndose de hombros, pero Carlos conocía a su amigo y

sabía que jamás se le hace tarde a menos que estuviera con tapioca en la cama y como ella estaba

caminando rumbo a los cafetales seguramente pasaba algo más-

-Seguramente -Respondió poniendo la camioneta en marcha-

Murat se estiró en la cama para apagar el despertador, se levantó cuando escucho unos pequeños

arañazos en la puerta se levantó abrir encontrándose con Batman, se le hizo extraño debido a que

el pequeño gatito siempre está pegado a Tapioca solo cuando ella no está lo busca a él, salió de la

habitación con Batman en brazos y llego a la habitación de ella, abrió y se dio cuenta que la

cama estaba hecha dejo a Batman sobre ella, la busco en el baño y al no encontrarla bajo hasta la

cocina.
Niña Mimada

-Buenos días, Murat ¿Quieres desayuno?

-Buenos días, no aun no y Tapioca ¿Dónde está?

-Tapioca desayuno y dijo que iba a trabajar ¿Pasa algo?

-No, nada.

-Murat ¿Que pasa contigo y Tapioca? -Rosario lo conocía muy bien-

-Nada, no pasa nada -Dijo sin verla saliendo de la cocina-

Subió a su habitación se dio un rápido baño una vez listo bajo las escaleras, iba ir a buscarla

¿Qué diablos se creía la niña para irse sin avisarle?

-Buenos días, Murat -Dijo Carlos entrando por la puerta cuando el bajaba las escaleras-

-Buenos día ¿Pasa algo? porque ahorita no tengo tiempo.

-No, solo venía a decirte que encontré a tapioca caminando a lado del camino rumbo a donde

estamos recolectando café, supongo que paso algo entre ustedes y por eso no la llevaste.
Niña Mimada

-Meno mal, iba a buscarla. -Dijo respirando profundo-

- ¿Que paso? ¿Qué le hiciste? -Preguntó-

-Nada ¿por qué crees que le hice algo? -Te conozco y en el mes y medio que tiene aquí la

conozco a ella, por lo que estoy seguro de que tú le hiciste algo.

-Desayuna conmigo y te cuento -Dijo caminando a la cocina- Lo que paso es que ayer en la

noche... -Le contó lo sucedido-

-Eres un idiota, entiendo lo de tu amor por Ángela, pero ella ya no está aquí y no va a volver, es

solo una cama, una habitación -Dijo Carlos llevando su café a la boca-

-Lo sé, pero siento que la traiciono -Dijo encogiéndose de hombros-

-Pues creo que si está muy enojada por que mira que preferir caminar hasta donde estamos

recolectando para no ver tu linda cara, es demasiado ya casi llegaba cuando la encontré.

-Lo sé, está bastante enojada ayer me mando al diablo -Dijo sonriendo-

-Creo que en el fondo disfrutas pelear con Tapioca.


Niña Mimada

-Para ser sincero, disfruto a Tapioca en todos los sentidos y simplemente es Única. -Dijo

ocultando su sonrisa detrás de la taza de café-

-Creo que te estás enamorado de una adolescente y no creo que salgas bien librado.

-Esto es solo por el verano, nada más allá de eso.

-Como tú digas, pero amigo estas jodido. -Dijo levantándose- me tengo que ir yo si tengo que

trabajar.

-Cuídala.

-Aunque no me pagas para eso, sabes que sí, te veo después.

-Gracias. -Dijo y Carlos solo asintió saliendo de la cocina-

Tapioca se olvidó de Murat mientras recolectaba café, nunca en su vida se había visto a ella

misma trabajando menos de recolectora de café, vamos que lo más cerca del café en grano que

había estado era haber entrado a un Starbucks, pero no podía negar que desde el primer día se

había enamorado del lugar y de su gente, todos eran muy buenos con ella.
Niña Mimada

Quería volver el próximo año, incluso Elena le había dicho que podía quedarse con ella en su

casa, aunque Murat le había dicho que podía volver cuando ella quisiera, pero si el encontraba

alguien y se casaba y su esposa no la quería ahí, así que tener de respaldo a Elena era una muy

buena segunda opción.

-Tapioca ya llegaron por ti -Le grito una de las recolectoras-

-Gracias, ya voy -Contesto tomando su canasta y caminando a donde estaba la camioneta de

Murat, quien la esperaba hablando con Carlos y otros recolectores-

Se despidió de todos, los que se cruzaba en su camino hasta que llego a donde estaban ellos, dejo

la canasta con lo que había recolectado junto con las demás y se subió a la camioneta de Murat

esperando que él terminara de hablar.

- ¿Qué tal tu día? -Preguntó Murat cuando subió a la camioneta-

-Bien -Respondió sin voltearlo a ver-

-Tapioca, lo de ayer fue...

-Olvídalo -Lo interrumpió- no fue nada, entiendo aun amas a tu esposa muerta así que puedes

quedarte con ella -Dijo sin verlo-


Niña Mimada

-No se trata de eso, simplemente es que...

-No me interesa saber nada, ya te dije entiendo no quieres hacerlo donde lo hacías con tu esposa

muerta -Habló volviendo a interrumpir, con la mirada fija en el camino-

-Podrías dejarme hablar.

-No es necesario, ya entendí o es que acaso me estoy equivocando, no lo quieres hacer en tu

habitación por respeto a tu esposa muerta, lo entiendo por qué lo hemos hecho en todas las

demás habitaciones de tu casa y no tienes problema con eso, solo no quieres follar en tu

habitación la cual compartías con tu esposa muerta.

-Deja de decir esposa muerta. -Grito Murat-

-Es verdad, era tu esposa y está muerta, así que es tu esposa muerta, para mi está claro, pero creo

que el que no lo tiene muy claro eres tú. -Dijo encogiéndose de hombros- En fin, Murat hemos

terminado con lo de tener sexo.

- ¿Qué? -Preguntó estacionando la camioneta enfrente de la finca-

-Que hemos terminado nada de sexo entre los dos, tu serás mi patrón y yo tu empleada, sin sexo.
Niña Mimada

- ¿Por qué? no seas ridícula no puedes terminar conmigo solo porque no quiero hacerlo en mi

habitación.

-Sí, puedo y lo acabo de hacer -Dijo bajándose de la camioneta-

-Tapioca, espera. -Habló siguiéndola- Tienes que dejarme hablar. -Dijo llegando hasta donde

estaba ella-

-Murat, entiende me gusta tener sexo, con alguien que quieta tener sexo conmigo en cualquier

momento, en cualquier lugar, tú no puedes porque extrañas, amas o recuerdas a tu esposa y está

bien lo entiendo sigue con eso. - Habló entrando a la casa-

-Tapioca, No se trata de eso. -Dijo tomándola por la muñeca haciendo que se detuviera-

-Estoy equivocada entonces ¿De qué se trata? ¿Porque no quisiste hacerlo conmigo en tu

habitación? -Preguntó girándose para verlo a los ojos-

-Porque no me gusta hacerlo ahí, nunca he estado con otra mujer en mi habitación.

-Vez, es por ella está bien Murat lo entiendo no necesitas decirme más ¿Puedes saltarme? por

favor tengo hambre.


Niña Mimada

-Tapioca -Dijo abrazándola, pegándole a él- No quiero que terminemos. -Susurró sobre los

labios de la niña-

-Creo que será mejor que sí. -Dijo separándose- me gusta hacerlo en cualquier lado y con quien

lo haga sea libre de hacerlo también en cualquier lado en cualquier momento -Repitió- Y tú no

puedes.

-Lucy tiene novia y lo haces con ella.

-Lucy es diferente, con ella es diferente es mi amiga y lo hacemos en cualquier lugar y en

cualquier momento y eso que tiene novia, pero tú no tienes a nadie a tu lado, pero aun así no eres

libre. -Fue lo último que dijo antes de seguir caminando a la cocina a comer dejando para variar

descolocado a Murat-

-Tapioca ¿Quieres comer? -Preguntó Rosario viendo la entrar-

-Si, por favor muero de hambre y ¿Batman?

-Lo vi dormido en una de las sillas -Respondió empezando a servirle-

-Ven acá pequeño mío -Dijo tomando al gatito en brazos-


Niña Mimada

Murat no apareció a la hora de la comida, después de comer Rosario invito a Tapioca al pueblo

quien encantada acepto acompañarla, estaba en una de la tienda esperando a que Rosario se

desocupara así aprovecho para mirar ropa.

- ¿Que hace alguien como tú en este pueblo perdido? -Escuchó a su espalda, se giró y se

encontró con un hombre bastante guapo ¿Que todos los hombres de ese pueblo eran así de

guapos? -

- ¿Cómo sabe que no soy de aquí? -Preguntó sonriendo-

-Porque se nota que eres una niña fina, por cierto, soy Alejandro y ¿tú eres? -Dijo extendiéndole

la mano-

-Tapioca. -Dijo estrechando la mano con el rubio-

-Interesante nombre, me gusta.

-Gracias.

-Y Entonces ¿qué hace alguien como tu aquí?


Niña Mimada

-Estoy en la hacienda Mi Cielo, vine por el verano.

-Con Murat -Dijo de forma seria-

-Así es y ¿Tu qué haces aquí?

-Yo tengo una hacienda a veinte minutos de aquí se llama El Capricho.

-Entiendo ¿Siembras café?

-Sí, así es.

-Genial, me encanta recolectar café -Dijo sonriendo-

- ¿Sabes hacerlo?

-Sí, claro no es tan complicado.

-Eso tengo que verlo.

-Cuando quieras...
Niña Mimada

ENAMORADO DE TI

- ¿Que hacía con Alejandro? -Preguntó rosario-


Niña Mimada

-Pues llego y se presentó -Respondió mordiendo una paleta helada-

-No te fíes de él -Advirtió antes de subirse a la camioneta-

-No ¿Por qué? -Preguntó colocándose el cinturón mientras rosario encendía la camioneta-

-Si sabes que vienes con Murat, tratara de lastimarte, él y Murat son enemigos naturales.

- ¿Cómo es eso? -Preguntó con curiosidad Tapioca terminándose la paleta-

-Ambos tienen haciendas cafetaleras, Murat tienes más tierras que él porque es mejor para los

negocios así que si alguien vende sus tierras primero se la ofrecen a Murat además es un patrón

justo y ayuda a todos así que la gente prefiere trabajar con él que con Alejandro.

-Entiendo, bueno realmente solo se acercó a presentarse, no sabía que estaba con Murat hasta

que se lo dije, pero me cayó bien, además yo no tengo nada que ver entre los problemas de ello. -

Terminó de decir sonriendo- ¿Que vas a hacer de cenar?

-No lo sé ¿Se te antoja algo especial?


Niña Mimada

-Hummmm, creo que comí demasiadas cosas en el pueblo, creo que para cuando me vaya de

aquí voy a llevar muchos quilos encima así que hoy por mi puedes no hacer cena, si me da

hambre comeré cereal.

-Muy bien, veré que quiere Murat de cenar, hoy no comió ¿Se pelearon? -Preguntó sin dejar de

ver el camino-

-No ¿Por qué crees eso?

-Porque no soy ciega, ni sorda, aunque ustedes crean eso.

- ¿Qué? ¿Tú sabes...

-Que tú y Murat están muy juntos, si, si lo sé -Dijo dejando muy sorprendida a la niña- Murat es

muy bueno, vale la pena Tapioca tu eres muy joven, pero créeme el vale la pena.

-Lo sé, pero el aun piensa en su esposa, además yo solo vengo por el verano y lo nuestro no

puede ser mi papá me mandara aun internado a suiza y a Murat a la cárcel, el problema es que

me gusta mucho, jamás nadie me había gustado como él.


Niña Mimada

-El sufrió mucho la muerte de ella, porque no solo perdió a su compañera sino a su hijo, pero por

lo que he visto creo que tú le gustas mucho así que solo tenle un poco de paciencia. -Dijo

estacionándose en la entrada de la finca-

-Espero poder tenerle paciencia. -Habló sonriendo, ayudándole con la compra-

-Murat, ya llegamos -Gritó Tapioca entrando a la casa- ¿Dónde se abra metido?

-Posiblemente salió a Montar. -Respondió Rosario empezando acomodar las cosas-

Tapioca ayudo acomodar las cosas, Rosario se fue a su casa pues Murat no apareció para la hora

de cenar, así que Tapioca tomo a Batman y subió a su habitación, después de darse un baño, se

colocó el pijama y se puso a jugar en su Tablet mientras Batman brincaba en la cama, eran

alrededor de las doce cuando escucho los gritos de Murat.

-Tapioca -Gritó subiendo las escaleras- Tapioca -Volvió hacerlo caminando por el pasillo-

Tapioca -Gritó parado enfrente de la puerta de la habitación de ella-

- ¿Que pasa Murat? -Dijo abriendo la puerta-

-Mi Tapioca -Dijo evidentemente borracho-Mi niña -Habló tomando el rostro de ella entre sus

manos-
Niña Mimada

- ¡Estás borracho! -Dijo y el chasqueo la lengua- ¿Cuánto tomaste?

-Poquito -Respondió acercándose a ella para besarla-

-Creo que no fue poquito -Habló dejando sus labios-

-Me vuelves loco -Susurró abrazándola, pegándole a él- Eres mía, solo mía -Dijo mientras

besaba el cuello de Tapioca-

-Creo que si tomaste demasiado vamos a que te des un baño. -Dijo separándose, pero pasando un

brazo por abajo de sus brazos para ayudarlo a caminar-

-No, aquí no. -Dijo deteniéndose-

- ¿A dónde? anda ven vamos para que se te baje la borrachera.

-Vamos a mi habitación. -Habló pegándole a él- Hueles delicioso, eres deliciosa, me encantas -

Dijo mientras caminaban a la habitación de él-

-Es bueno saberlo -Dijo sonriendo mientras abría la habitación de él- ¿Porque te emborrachaste?
Niña Mimada

-Porque me dejaste -Respondió sin dudarlo- No quiero que me dejes, estoy enamorado de ti. -

Confesó dejando sorprendida a Tapioca- Desde el primer momento que te vi, tu no me viste

porque ibas saliendo del despacho de tu papá y yo estaba sentado afuera esperando a que me

atendiera y tu saliste sonriendo como siempre lo haces, amo tu sonrisa. -Confesó mientras

entraban al baño-

-Hablas mucho cuando estás borracho, anda quítate las botas-Dijo sonriendo-

-Está bien -Obedeció agachándose y callándose al suelo-

- ¡Dios Murat! ¿Te lastimaste? -Dijo acercándose a él, para ayudarlo-

-No, estoy bien -Respondió halándola a él-

Tomo los labios de tapioca de forma lenta, saboreando cada uno de ellos antes de colar su lengua

en su boca, recorriéndola palmo a palmo.

-Bien -Dijo intentado respirar normal Tapioca después del beso- Ahora vamos a bañarte.

-Estoy limpio. -Renegó sentándose en el suelo-


Niña Mimada

-Lo sé -Respondió comenzando a sacarle las botas- Pero para que se te baje la borrachera -Dijo

terminando de sacarle los calcetines- Anda arriba -Habló parándose, extendiéndole las manos

para que se levantara-

-Eres muy mandona -Dijo poniéndose de pie- Pero me gustas, me gusta todo de ti. -Volvió a

pegarle a él volviéndola a besar de forma devastadora-

-Tú también me gustas -Declaró ayudándole a desabotonar su camisa-

-No me dejes -Pidió sacándose la camisa-

-Aquí estoy, no voy a ir a ningún lado -Respondió sonriendo, abriendo la regadera mientras él se

sacaba la ropa quedando desnudo- Anda adentro. -Él obedeció-

-Ven conmigo -Dijo tomándola por la cintura metiéndola a su lado haciendo que se mojara el

pijama-

- ¡Dios! esta fría.

-Tú la pusiste así, deja que te quite el frio -Dijo antes de besarla, sus manos se deshicieron del

pijama de tapioca dejándola completamente desnuda junto a él-


Niña Mimada

-El baño era para ti -Habló sonriendo, dejando sus labios para respirar-

-Me gusta bañarme contigo -Besó su cuello-

-No debes de beber tanto, es peligroso que manejes borracho. -Advirtió tomando el jabón para

lavar el cuerpo de Murat-

-No maneje, vine en azabache. -Comentó dejándose hacer- Tapioca ¿No vas a dejarme?

-Lo haré si vuelves a emborracharte así.

-No lo volveré hacer -Aceptó volviéndola a besar mientras el agua enjuagaba el cuerpo del agua-

Quiero hacerte el amor -Declaró tomándola en brazos para volver a besarla-

Salió del baño ambos mojados, camino hasta su cama sin dejar de besarla, las manos de ella

recorrieron su espalda mientras sus lenguas luchaban una con la otra.

-Murat -Dijo dejando sus labios-

- ¿Qué pasa? -Preguntó mirándola a los ojos-

- ¿Estás seguro de que quieres hacerlo aquí? -Preguntó acariciando su mejilla-


Niña Mimada

-Mucho -Declaró antes de volverla a besar- Me encantas -Dijo dejando sus labios para besar su

cuello-

-Dios... -Gimió al sentir los labios de Murat tomar uno de sus pezones-

Echo la cabeza hacia atrás al sentir como la lengua de Murat recorría sus pliegues, al sentir como

el calor invadía su cuerpo depositándose en su vientre, las manos de él recorrían a placer su

cuerpo, se detuvieron en sus pechos, pellizcando sus pezones gentilmente, sus caderas cobraron

vida moviéndose al ritmo de la lengua del mayor.

-Murat -Gimió al momento de correrse dibujando un arco perfecto con su espalda-

Dejo su entrepierna para recorrer el camino de regreso a sus labios, besándola completamente,

tomo sus piernas para acomodarse entre ellas, entro despacio en tapioca quien se aferró a su

espalda fuertemente al tiempo que buscaba loa labios de Murat quien la beso como si su vida

dependiera de ello.

-Murat -Gimió echando la cabeza hacia atrás mientras la embestía de forma lenta-
Niña Mimada

Era un maravilloso vaivén, sus cuerpos rozándose codiciosamente, sus labios uno sobre el otro,

sus piernas se enredaron en la cadera de Murat quien aumento los movimientos, más rápido, más

fuerte, más profundo.

-No me dejes Tapioca -Pidió jadeando en su oreja-

-No Nunca...Dios... -Respondió gimiendo, sintiendo como cada centímetro de la polla de Murat

entraba en ella y era aprisionada por sus cálidas paredes- Dios... Murat... Por favor...Dios...-

Gimió sintiendo su cuerpo arder-

-Vamos mi amor córrete conmigo -Pidió antes de buscar sus labios y apresarlos con los de él-

Sintió su corazón acelerarse, el rose de su cuerpo quemarle, su cuerpo estaba en llamas, clavo sus

dedos en la espalda sintiendo cada vez más cerca del orgasmo mientras sus lenguas danzaban un

baile erótico, sentía su cuerpo convulsionar de placer, iba a morir en ese momento, jamás había

sentido nada así, era algo nuevo.

-Dios.... -Gimió en un grito corriéndose en in intenso orgasmo, clavando las uñas en la espalda

de Murat quien se corrió al mismo tiempo jadeando en su oreja-


Niña Mimada

Se retiró con cuidado de su cuerpo, acomodase en su cama, la envolvió con sus brazos, tirando el

edredón mojado al suelo, beso su cuello una y otra vez mientras sus respiraciones volvían a la

normalidad, se quedaron dormidos casi de inmediato.

Era alrededor de las seis de la mañana cuando unos fuertes golpes en la puerta y gritos los

despertaron.

-Murat, levántate está lloviendo -Llamó Carlos del otro lado de la puerta-

- ¿Qué pasa? -Preguntó asustada Tapioca-

-Deja veo -Dijo levantándose, enredándose en la sabana- ¿Qué pasa? -Preguntó abriendo la

puerta-

-Está lloviendo, ya tengo a todos los trabajadores listos.

-Bien, deja me cambio y los alcanzo.

-Está bien, no tardes.

- ¿Qué pasa, Murat? -Preguntó tapioca sin entender-


Niña Mimada

-Está lloviendo y le hace daño el agua de más a los cafetales -Habló entrando al baño- tenemos

que ir a ver que el agua pueda correr que no se estanque para que no se eche a perder el café -

Terminó de decir desde el baño-

-Ocupas que vaya contigo -Dijo saliendo de la cama-

-No, tú te quedas aquí -Respondió saliendo ya con pantalón puesto y abrochándose la camisa-

Solo vamos los hombres -Dijo sentándose en la cama para colocarse la botas-

-Está bien ¿Crees que dure mucho la lluvia?

-Esperemos que no, pero esta lluvia por lo general dura tres días -Respondió terminando de

colocarse las botas- Duerme, aún es temprano -Dijo antes de besarla-

- ¿Vas a tardar mucho? -Preguntó sobre sus labios-

-No lo sé, espero que no. -Volvió a besarla antes de caminar hasta la puerta de la habitación-

-Cuídate. -Dijo antes que saliera-

-Siempre, duerme...
Niña Mimada

TORMENTA

Tapioca volvió a la cama se enredó en la sabana y no tardó mucho en dormirse alrededor de las

diez de la mañana pararon de trabajar para desayunar habían estado trabajando sin parar bajo la

lluvia desde las seis de la mañana, todos regresaron a la casa de Murat donde Rosario con varias

mujeres estaban preparando el desayuno.

-Tapioca ¿No ha bajado? -Preguntó Murat discretamente a Rosario-

-No, posiblemente se debe a que aún esta oscuro -Murat asintió, para luego salir de la cocina, el

cielo estaba muy nublado y el agua caía a torrenciales-

Subió a su habitación mientras los hombres acomodaban mesas y sillas para comer, se encontró a

Batman que corría en dirección a la habitación de la niña mimada seguramente huía de tanta

gente, abrió la puerta sin hacer ruido la aseguro y se acercó a la cama encontrando a una muy

desnuda Tapioca dormida de lado, se sacó las botas llenas de lodo y la ropa mojada, se metió a la

cama abrazándola.

-Hummm, Murat -Habló con voz ronca- me quede dormida -Dijo disfrutando de los labios del

mayor en su cuello-

-A penas son las Diez de la mañana -Comentó delineando con una mano su cuerpo-
Niña Mimada

-Que rápido terminaron.

-Solo paramos para desayunar, todos están abajo -Dijo besando su hombro mientras una de sus

manos acariciaba una de las pequeñas tetas de Tapioca-

-Entonces, debo de ir ayudar a rosario debe de tener mucho trabajo -Habló intentando salir de los

brazos de Murat-

-No -Apretó el agarre- Elena y otras mujeres están ayudando -Habló bajito antes de tomar sus

labios de forma lenta-

Tapioca se olvidó de ayudar en el momento que la lengua de Murat rozo la suya, ciento de

pequeñas explosiones de placer recorría su cuerpo cada vez que la besaba nunca había sentido

nada así, enredo sus brazos en el cuello de él, mientras las manos del mayor acariciaban su

vientre hasta llegar a su centro húmedo y acariciarlo haciéndola gemir, gemido que se ahogaban

en sus labios.

Dejo sus labios para bajar hasta sus pechos y saborear sus pequeños pezones dejándolos duros

como una flecha antes de bajar por su abdomen llenándolo de besos bajando por su vientre.

-Dios...Murat -Gimió al sentir su lengua entre sus pliegues-


Niña Mimada

-Te van a escuchar.

-Deja de hacer eso enton....ces -Volvió a gemir cuando Murat hizo presión con su lengua sobre

su clítoris-

-No -Respondió antes de envolver con sus labios su clítoris y succionarlo lentamente-

-Demonios -Gimió arqueando la espalda mientras una de sus manos por encima de la sabana

guiaba los movimientos de Murat debajo de esta-

Siguió saboreándola, clavando su lengua dentro de ella, mientras Tapioca con la mano libre

cubría su boca para no hacer ruido, se corrió con un fuerte orgasmo unos minutos después, Murat

volvió a subir por su cuerpo dejando un camino de besos húmedos en él.

-Murat -Se escuchó del otro lado de la puerta mientras él se entretenía en una de las tetas de la

niña mimada- Necesito una camisa seca -Escuchó decir a Carlos quien toco la puerta-

-Voy -Respondió saliendo de su escondite encontrando a Tapioca con los ojos muy abiertos- No

te muevas -Dijo quedito antes de besarla de forma casta-


Niña Mimada

Salió de la cama dejando ver su redondo y firme trasero, camino a su armario y tomo una camisa

antes de regresar sobre sus pasos hasta la puerta.

-Aquí tienes -Habló dándole la camisa sin abrir completamente la puerta solo asomando la

cabeza y un brazo-

-Gracias -Respondió Carlos tomando la camisa, riendo y negando, para luego dar la vuelta-

- ¿A dónde crees que vas? -Inquirió viéndola intentando Salir de la cama-

-Voy a ayudar en la cocina.

-Y ¿Que voy a hacer con esto? -Señalo su dura erección-

-Hummm, tengo una solución -Habló caminando hacia él-

Cuando estuvo a su lado, junto sus labios con los de él, mientras una de sus manos envolvía la

dura polla de Murat y empezó a moverla de arriba abajo sonriendo cada una de las venas

inflamadas a lo largo de toda su extensión, dejo sus labios para hacer que se sentara en la cama,

sin dejar de masturbarlo, se acercó a él para probar nuevamente su boca antes de bajar por su

cuello, succionado fuerte dejando una preciosa marca.


Niña Mimada

-Tapioca -Jadeó al sentir como los labios de la menor tomaban uno de sus pezones-

-Sshh, voy a solucionar tu problema -Hablo con malicia mirándolo a los ojos- ¿Quieres que lo

haga? -Preguntó antes de lamer su abdomen sacando toda la lengua para que el la viera

haciéndolo jadear- ¿Quieres que te la mame? -Volvió a preguntar antes de pasar su lengua

apenas rozando su glande-

-Maldición -Gimió al sentir como los labios de Tapioca envolvían con cuidado su glande

necesitada por atención ya húmeda por el pre semen arrancándole otro gemido-

Engullo hasta donde su boca le permitió y su mano libre tomaron los testículos de Murat

masajeándolos, arrancándole gemidos mientras su lengua se arremolinaba en la esponjosa punta

para luego succionar de forma dolorosamente lenta

-Tapioca, demonios -Jadeó con voz ronca llena de deseo y su mano se enredó en el cabello de

ella guiándola en los movimientos-

Succiono con suavidad su glande mientras una de sus manos seguía masajeando sus testículos y

la otra mano subía y bajaba por todo el falo, antes de volver a engullirla hasta la mita, para luego

liberarla succionando un poco más fuerte para luego lamer desde el tronco hasta la punta, que

envolvió con sus labios ya hinchados y rojos


Niña Mimada

-Detente, para maldita sea -Jadeo con desespero, pero ella lo ignoro y siguió lamiendo,

succionando con fuerza- Voy a correrme –Advirtió-

-Eso quiero -Dijo antes de volver a devorarlo bajando y subiendo por toda su dura polla,

haciendo remolino con su lengua succionando fuerte al salir-

-Demonios -Gimió corriéndose con abandono en la boca de tapioca, quien no pudo tragar toda

quedando embarrada en los labios y mejilla, siguió lamiendo prologando el orgasmo de Murat-

¿Estas bien? -Preguntó con la respiración agitada viéndola como tomaba la sabana para limpiarse

el resto de semen del rostro-

-Yo bien y ¿tu? -Preguntó mientras se limpiaba-

-Ven acá -Dijo haciendo que se levantara del piso para besarla-

-Deja de besarme -Habló Tapioca sonriendo, dejando sus labios- Vas a volver a empezar todo y

no vamos a salir de la habitación.

- ¿Cuál es el problema de eso? -Pregunto Murat subiéndose sobre ella sin dejar todo el peso

-Que necesitan de nuestra ayuda, mejor hay que darnos un baño y luego bajamos además tengo

hambre -Dijo besándolo de forma casta, antes de empujarlo por lo hombros-


Niña Mimada

-Está bien, vamos.

Después de un rápido baño ya que Tapioca no permitió que fuera largo, la niña mimada se

colocó una camisa de Murat y fue a su habitación a terminar de vestirse mientras él bajaba con

los demás, ya todos estaban sentados terminando de desayunar cuando apareció.

-Linda marca -Dijo riendo Carlos cerca de él-

- ¿De qué hablas? -Preguntó sin saber a qué se refería-

-Que traes un chupetón en el cuello y en la mañana no estaba -Respondió riéndose-

- ¿En serio? ¿Se nota mucho? -Preguntó acomodándose la camisa-

-Más o menos, con la cazadora no se ve tanto -Dijo antes de llevar su tasa de café a la boca-

-Buenos días -Saludo una alegre Tapioca llegando a donde estaban los demás-

-Buenos días -Respondieron todos los presentes al escuchar-

-Hola, Elena.
Niña Mimada

-Hola niña ¿Se te pegaron las sabanas?

-Sí, es por la lluvia está muy oscuro. -Habló como si nada- Rosario ¿Te ayudo en algo?

-Primero desayuna y luego me ayudaras a recoger todo. -Dijo pasándole un plato-

-Gracias -Lo tomo y fue se sentó a lado de Murat- ¿Puedo ir con ustedes? -Preguntó sirviéndose

café-

-No -Contesto de inmediato Murat-

- ¿Porque no?

-Porque solo vamos los hombres las mujeres se quedan en casa o aquí haciendo comida -

Respondió Carlos-

-Eso es misoginia.

-No lo es, solo es por seguridad y además si todos estamos cansados nadie va poder hacer

comida -Ahora fue Murat quien contesto- Además no alcanzan los caballos.
Niña Mimada

-Está bien, me quedare aquí ayudándole a Rosario -Aceptó no de buena gana empezando a comer

su desayuno-

-Gracias -Susurro Murat a su lado, ella solo le sonrió en respuesta-

Después del desayuno, todos los hombres de nuevo salieron a los cafetaleros, Tapioca le ayudo a

Rosario y las demás mujeres a recoger y a empezar hacer la comida para cuando regresaran de

nuevo en la tarde al parecer iban a trabajar todo el día.

-Tapioca ¿Estas bien? -Preguntó Murat entrando a la habitación-

-Sí y ¿Tu? -Respondió sentada en la cama acariciando a Batman-

-Bien es que no te encontré en mi habitación -Dijo antes de besarla en los labios de forma casta-

-Vamos terminando de hacer la comida y este señorito le tiene miedo a las tormentas así que no

bajo a comer le tuve que subir la comida -Dijo haciéndole cariños al Batman-

-Así nunca se podrá bonito -Habló sentándose a su lado pasándole el brazo por los hombros a

Tapioca-
Niña Mimada

-Oye Batman ya está lindo -Dijo acurrucándose en los brazos de Murat- ¿Te volviste a cambiar?

-Si es que me moje demasiado y no quiero enfermarme -Beso su sien-

-Y ¿Cómo te mojas tú y los demás no? -Preguntó mientras Batman caminaba por el abdomen de

Murat-

-Porque, me estorba el chubasquero y me la quito para trabajar más rápido.

-Entiendo, creo que le caes bien -Dijo señalando al gatito-

-Creo que si ¿vamos a comer? tengo hambre -Preguntó tomando a Batman con la mano para

dejarlo en la cama-

-Vamos, tengo que ayudarle a Rosario. ¿Van a volver a irse? Porque parece que el agua volvió

arreciar -Preguntó poniéndose sus deportivas y una sudadera de Murat que había robado esa

misma tarde porque tenía frío-

-Sí, aún falta una parte. -Respondió abriendo la puerta-

-Creo que no deberían de ir porque está muy feo afuera.


Niña Mimada

-Tapioca estamos acostumbrado a eso. -Dijo mientras caminaban hacia las escaleras-

-Deja que ellos vayan tu no vayas quédate conmigo -Pidió deteniéndose antes de bajar las

escaleras-

-Tengo que ir soy el patrón como tú dices, todo estará bien. -Dijo volviendo a caminar-

Terminaron de comer todos los hombres y volvieron a Salir, ella junto con las demás mujeres

habían organizado todo y ya solo quedaban rosario, Elena y Tapioca, cuando los trabajadores

terminaban ya se iban directo a sus casas a descansar.

-Buenas noches -Dijo Carlos, Martin y José el esposo de Elena entrando al portal donde estaban

las tres envueltas en mantas espetando a que llegaran-

-Buenas noches -Respondieron las tres-

-¿Dónde está, Murat? -Preguntó Tapioca al ver que él no aparecía-

-¿Como que donde esta? Murat hace media hora que se regresó ¿No ha llegado? -Preguntó

sorprendido-

-No ¿En que venía? -Inquirió Tapioca levantándose de la silla-


Niña Mimada

-Venia en huracán.

-Como se le ocurre llevarse a huracán, él no está listo para salir cuando está lloviendo. -Dijo

preocupada-

-Es que no alcanzaban los caballos así que ese se lo llevo, Demonios -Dijo Carlos- Hay que salir

a buscarlo.

-Yo voy contigo...

TORMENTA (2)

-Yo voy contigo -Dijo Tapioca dejando la manta con la que se cubría-
Niña Mimada

-No creo que sea buena idea -Habló Carlos dando media vuelta-

-Lo que tu creas no me importa, yo voy a ir te guste o no -Respondió siguiéndolo, dejando a

todos sorprendidos-

-Está bien -Dijo resignado el moreno- Iremos en la camioneta, por favor llamen a unos cuantos

hombres para que ayuden a buscarlo. -Les indico a Martin y José-

-Yo iré avisarles -Dijo Martin-

-Yo iré con ustedes, se regresó por el camino viejo hay que ir primero ahí -Habló José

poniéndose en marcha-

Tapioca los siguió, se subieron a la camioneta y salieron a buscarlo, la lluvia había arreciado casi

no se podía ver por la cantidad de agua.

-De aquí en adelante hay que caminar -Dijo Carlos apagando el camioneta- Tapioca no te

despegues de mí. -Le indico una vez que empezaron a caminar, ella solo rodó los ojos al

escucharlo- Murat, Murat -Empezó a gritar Carlos-


Niña Mimada

Tapioca estaba totalmente empapada habían olvidado ponerse un chubasquero para no mojarse,

definitivamente se iba a enfermar si no lo encontraban, siguieron caminando por un buen rato sin

dejar de llamarlo, ella recordó que tal vez Huracán podría escucharla.

-Huracán, huracán -Comenzó a gritar, Carlos la vio sin entender por qué le llamaba al caballo-

Siempre relincha cuando le hablo, Huracán -Dijo volviendo a gritar, siempre que iba a montar le

gritaba desde que salía de la casa y el caballo siempre relinchaba y hoy no fue la excepción un

grito más y huracán relincho- Vez, es por aquí -Dijo antes de salir corriendo-

-Tapioca, espera -Le grito Carlos, pero ella salió corriendo así que no le quedo más que seguirla-

Tapioca corrió sin dejar de gritarle a huracán que cada vez que la escuchaba le respondida, por

fin llego hasta donde el caballo se encontraba.

- ¡Dios! te encontré ¿Dónde dejaste a Murat? -Dijo viéndolo tirado en el suelo- ¡Dios! Murat -

Habló llegando a su lado hincándose en el suelo- Murat -Lo llamo tomando su rostro-

-Tapioca... -Habló con voz débil le sonrió antes de perder el conocimiento-

-Murat, no te desmayes, Murat -Lo llamo, sin darse cuenta empezó a llorar- Vamos mi amor no

te desmayes -Repitió- Carlos, lo encontré. -Grito fuerte - Despierta mi amor -Le dijo junto a su

oído-
Niña Mimada

-Murat -Habló Carlos llego a su lado viendo a su amigo tirado en el suelo con un golpe en la

cabeza- Tenemos que llevarlo a casa, José ayúdame a llevarlo a la camioneta -Le pidió al hombre

que iba llegando a su lado-

De inmediato lo levantaron mientras Tapioca tomaba las riendas de huracán siguiéndolo, lo

llevaron hasta la camioneta José se llevó a huracán mientras ellos arrancaban la camioneta,

cuando llegaron a la casa ya había varios hombres que le ayudaron a bajarlo y subirlo a su

habitación, Rosario se había encargado de ir por la doctora.

-Debemos quitarle la ropa mojada. -Dijo ya que solo quedaban él y Tapioca en la habitación-

Tapioca le ayudo a desvestirlo lo dejaron solo en bóxer, lo cubrieron con mantas para que entrara

en calor, le hablaron a Natalia para que lo revisara.

-Solo tiene el golpe en la cabeza, solo hay que dejarlo descansar y cuando despierte si le duele la

cabeza le dices que se tome esto -Indicó Natalia a Tapioca dándole el medicamento- Mañana, lo

revisare para ver si es necesario llevarlo a la ciudad para que le hagan estudios, pero yo creo que

no lo necesitara. -Terminó de decir después de revisarlo- Creo que deberías cambiarte de ropa, si

no vas a enfermarte -Le dijo a Tapioca ella asintió viendo a Murat-


Niña Mimada

-Les avisare a los demás que se encuentra bien, nos quedaremos en una de las habitaciones por

hoy para que en cuanto despierte lo vuelvas a revisar -Le dijo Carlos a su novia, Natalia solo

asintió antes de que el moreno saliera-

-Él estará bien -Dijo Natalia a Tapioca- debes cambiarte, yo me quedare aquí mientras lo haces.

-Gracias. -Respondió antes de salir de la habitación de Murat e ir a la de ella, se dio un baño con

agua tibia, para luego colocarse ropa caliente y regresar con Murat-

- ¿Quieres cenar? -Le preguntó Rosario que se la encontró cuando salía de la habitación-

-No, no tengo hambre gracias.

-Bien, ya terminé de arreglar la habitación de huésped donde se quedarán Natalia y Carlos ¿Tu

ocupas algo?

-No, nada gracias -Dijo caminando rumbo a la habitación de Murat seguida por Batman -Creo

que deben ir todos a descansar ha sido un día muy pesado y yo les avisare si pasa algo.

-Está bien, descansa.


Niña Mimada

-Tú también -Dijo antes de entrar a la habitación- Su habitación ya está lista -Comentó entrando-

Yo me quedare con él, cualquier cosa les aviso.

-Bien, vamos a descansar entonces -Dijo Carlos, tomando de la mano a su novia-

-Gracias, que descansen.

-Igualmente

Una vez que estuvo sola, se metió a la cama con Murat y Batman se subió y se hizo bolita en los

pies de la cama, se pegó a él y no tardó mucho en quedarse dormida.

Murat despertó como a las dos de la mañana con dolor de cabeza, miro a Tapioca dormida a su

lado, la halo pegándole a él, beso su cuello envolviéndola en sus brazos.

-Murat -Habló despertando mientras él seguía repartiendo besos por su cuello- Murat ¿Estas

bien? -Preguntó abriendo los ojos- ¿Te duele la cabeza?

-Estoy bien, solo un poco -Respondió antes de besarla de forma casta-


Niña Mimada

-Debes tomarte una pastilla para el dolor -Dijo incorporándose para tomar de la mesa de noche

las pastillas que le dio Natalia- Ten toma esto -Dijo encendiendo la luz, antes de darle la pastilla

y el agua- Iré por Natalia para que te revise.

-No, ven a la cama seguro se me quita con esto -Dijo después de tomarse la pastilla antes que

saliera de la habitación-

-No, mejor que te revise -Respondió saliendo a buscar a Natalia-

Toco la puerta de la habitación donde estaban dormidos Carlos y Natalia.

- ¿Qué pasa? -Preguntó Carlos asomándose por la puerta-

-Murat despertó le duele la cabeza.

-Está bien, ahora vamos.

-Gracias -Dijo para regresar a la habitación- Ahora vienen a revisarte -Habló entrando-

-No era necesario que los despertarás, ven a la cama. -Pidió Murat y en ese momento entro

Natalia con Carlos-


Niña Mimada

- ¿Cómo te sientes? -Preguntó la doctora acercándose a él-

-Bien, me duele un poco la cabeza -Respondió viendo a Tapioca que se sentaba en los pies de la

cama acariciando a Batman que dormida plácidamente-

- ¿Te sientes mareado? -Preguntó revisándole los ojos-

-No, solo la cabeza. -Repitió dejándose revisar-

-Bien, recibiste un fuerte golpe, pero parece que solo es eso ¿Ya tomas las pastillas? -Murat

asintió- Bien entonces solo descansa mañana volveré a revisarte.

-Nos distes un susto -Dijo Carlos sonriendo-

-Lo siento, es que Huracán se asustó con un rayo y me tumbo ¿Él está bien?

-Sí, está en las caballerizas si no fuera por él no te hubiéramos encontrado luego.

- ¿Cómo?
Niña Mimada

-Tapioca lo tiene bien entrando, le hablo y el caballo relincho así pudimos encontrarte. -

Respondió Carlos caminando en dirección de la puerta siguiendo a su novia- Mañana hablamos,

descansen.

-Gracias, por todo. -Dijo Murad el solo asintió saliendo de la habitación, Tapioca se levantó y

aseguro la puerta- ¿Que hace aquí? -Preguntó señalando a Batman, que seguía dormido en los

pies de la cama-

-Sabes que duerme conmigo. -Respondió regresando a la cama-

-No, yo duermo contigo el debería de dormir en el suelo.

-La cama es muy grande, no seas malo mejor duerme -Dijo apagando la luz-

-Está bien, ven acá -Aceptó, halándola hacia él- Tienes demasiada ropa.

-Está haciendo frio, además esta Carlos y Natalia durmiendo en la habitación de enseguida no

puedo estar sin ropa si tú ocupas algo -Respondió antes de que Murat atrapara sus labios con los

de él subiéndose sobre ella- Para estas enfermo -Dijo dejando sus labios sintiendo las manos de

Murat por debajo de su pijama-

-No, no estoy enfermo. -Beso su cuello-


Niña Mimada

-Te duele la cabeza -Dijo acariciando la espalda desnuda de Murat-

-Sí, pero con esto se me quita -Respondió volviendo a tomar sus labios, colando la lengua en su

boca saboreando todo su interior, mientras sus manos bajaban el pantalón de Tapioca junto con

sus bragas-

-Pero hay gente en la casa, ya te dije que Carlos y Natalia están en seguida- Habló dejándose

quitar la ropa hasta quedar desnuda debajo de él- Murat, cálmate nos van a escuchar.

-No hagas mucho ruido mi amor. -Responde besando su cuello-

-Que no - Lo empuja, en vano no lo mueve un milímetro- Además vas a despertar a Batman.

-Batman es buen niño se va a quedar dormido -Dice besando su hombro-

-Que no.

-Que sí, voy a cansarte para que duermas como un angelito -Dice Murat mientras sigue besando

su cuello y hombros- Así que abre las piernas para mí.

-Murat, no seas vulgar -Dice Tapioca entre risas-


Niña Mimada

-Voy a cogerte tan fuerte que mañana no te vas a poder levantar -Muerde el lóbulo de la oreja-

-Estás loco.

-Por ti mi amor. Ahora voy a follarte duro -Dice antes de tomar sus labios-

Sus manos recorren el cuerpo de Tapioca deja sus labios para bajar hasta sus pechos, lamiendo y

mordiendo cada uno de sus pezones, su mano viaja hasta su entrepierna y mete dos dedos dentro

de ella haciéndola gemir Tapioca se tapa la boca, Murat solo sonríe al ver como tapa su boca y

empieza a moverse en su interior mientras succiona sus pezones, está por correrse cuando saca

los dedos.

-Aun no mi amor- Dice en su oreja, lleva los dedos a su boca -Deliciosa.

La toma por la cintura haciéndola girar quedando boca abajo, besa su nuca, baja por su espalda

besándola y lamiéndola, sus manos recorren el cuerpo de tapioca mientras el sigue bajando hasta

llegar a sus nalgas, donde empieza a apretarlas, morderlas y besarlas, pasa su lengua entre ellas,

haciéndola gemir.

Tapioca muerde la almohada para que no se escuche, las fuertes manos de Murat toman la cadera

de ella y vuelve a lamerla desde el clítoris pasando su lengua por todos sus pliegues hasta el
Niña Mimada

comienzo de sus nalgas, con sus dedos estimula mi clítoris, está por correrse, cuando su lengua

se clava en su interior entrando y saliendo, ahoga sus gemidos en la almohada, y se viene en su

boca, mientras sigue embistiéndola con su lengua.

Tapioca siente sus fluidos escurrir al costado de sus muslos, sale de ella y empieza a lamer entre

sus nalgas, siente su aliento caliente y su lengua que empieza a subir por su espalda lamiéndola,

cuando de pronto entra en ella Tapioca ahoga sus gemidos en la almohada, Murat no se mueve

solo está dentro de ella, llega hasta su oreja.

- ¿Quieres que pare? - Pregunta con malicia Murat ella solo niega con la cabeza y empieza a

embestirla fuerte y duro, mientras besa y muerde su lóbulo, lo escucha jadear-

Sale de ella, para darle la vuelta, abre sus piernas y entra de nuevo en Tapioca, cada estocada

está fuerte, tan profunda, besa sus labios con ferocidad, mientras sus manos se enredan con las

ella y las lleva por arriba de su cabeza, sus pezones chocan con su pecho, sus gemidos se ahogan

en sus labios, libera sus labios, va hasta mi oído.

- ¿Te gusta esto? -Su voz sale ronca–

-Me encanta no pares...sigue… ohh siii...-Dice entre gemidos Tapioca, vuelve a besarla mientras

siente una corriente eléctrica invadir su cuerpo- Estoy apunto mi amor no pares -Dice mientras

arremete más duro contra ella-


Niña Mimada

Puede sentir cada centímetro de su dura polla entrando y saliendo de ella sus espasmos lo

envuelve una estocada más y se corre clavando sus dientes en el hombro de Murat, dos estocadas

más y siente como explota llenándola con su semen, cae sobre ella completamente sudado, besa

su cuello, enreda sus manos en su cabello húmedo por el sudor, siento sus piernas temblar

-Creo que el que se cansó fue otro -Dice Tapioca sonriendo mientras sigue besándole el cuello a

Murat-

- ¿Quieres que te demuestre que no? -Dice incorporándose besando sus labios, al tiempo que

Batman brinca sobre la espalda de Murat y Tapioca estalla en carcajadas-

-Te dije que se iba a despertar -Dijo riendo al ver como Batman se asomaba por encima del

hombro de Murat- Hola Batman.

-No lo saludes, mejor bájalo de mi espalda.

-Se ven tan lindos los dos -Dice para luego besar los labios de Murat y con una mano tomar a

Batman y bajarlo- Listo.

-No debería dormir aquí -Dice saliendo de ella para tumbarse a su lado-
Niña Mimada

-Solo es por hoy, les tiene miedo a las tormentas -Dice acomodándose en los brazos de Murat-

¿Se te quito la cabeza? -Pregunta sintiendo los labios del mayor sobre su cuello-

-Completamente...

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