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1. ¿Qué aspectos de lo estudiado incluiría en su sermón o enseñanza?

El primer aspecto sería el de la suficiencia de las escrituras. Toda escritura es útil para
enseñar y exhortar. Este tiene que estar presente en la mente de los feligreses.
El segundo aspecto sería el arrepentimiento, que es primordial para seguir adelante en
un proceso de pacificación.
Tercero… No vale la pena Pelearse por esto…
¿Por qué?
Porque si no es la Biblia la que nos guía, estamos perdidos.
Si no nos arrepentimos de las faltas que nosotros mismos hayamos cometido, no
podremos a empezar a cambiar nuestra conducta con el fin de resolver el conflicto.
Sino vemos que lo que está causando el conflicto es parte más de nuestro ego que de
algo que vale pena, no llegaremos a resolver los problemas…

2. ¿Cómo dividirá esos temas en los 3 sermones que dará? Bosquejo simple.
1er día. La Biblia es suficiente.
 La Biblia sola tiene las respuestas a nuestros problemas. 2 Timoteo 3:15
 Lo que necesitamos saber ya ha sido revelado a nosotros. Deuteronomio 29:29
 La palabra de Dios ha sido suficiente desde los comienzos. Juan 8:56
 Jesús estableció que la Biblia es suficiente para responder nuestras preguntas.
Juan 5:39-40

2do día. La necesidad de arrepentirnos.

 No hay justificación de nosotros para con Dios. Job 25:4-6.


 En los conflictos a veces hacemos lo que no queremos hacer. Romanos 7:19
 Para hacer caer el conflicto debemos arrepentirnos y apartarnos de pecado 1
Juan 3: 9-10.
 Arrepentirnos nos lleva a amar a nuestros hermanos. 1 Juan 3:10-11.
 Perdonamos porque amamos. 1 Juan 3:17…

3er día. No vale la pena pelearse por esto.

 Yo no tengo la culpa. Adán dijo: “la mujer que tu me diste” Gen 3.


 Pero sí tengo la culpa: “quita la viga de tu ojo”. Mateo 7
 Dios me hizo libre, pero para servir a mis hermanos, no para pelearme. Gálatas
5:13-15.
 Si tengo conflicto con alguien, mi objetivo es restaurarlo y ayudarlo. Gálatas
6:1,2.

3. ¿Cuál será su conclusión para llamar al arrepentimiento y la restauración a aquellos


que aún tienen algo contra su hermano?
No importa el tamaño de la ofensa. El punto es que nada de lo que los hombres
puedan hacernos puede compararse con lo que le hemos hecho a Dios. Oramos
por ese perdón misericordioso que solo Dios puede dar, quitando nuestros
montones acumulados de defectos y fallas.
Perdonar es una parte importante de amar a los demás. Jesús nos lo enseñó en el
Padre Nuestro.
También vemos el perdón de Cristo en la historia de la mujer adúltera (Juan 8: 3-
4).

“Los líderes religiosos habían atrapado a una mujer en el mismo acto de adulterio.
La llevaron a Jesús y le recordaron que la ley decía que ella merecía morir.

"Sin embargo, Jesús sabía que también eran pecadores y hombres de corazón duro
que carecían de compasión y misericordia por los demás ...

“Jesús ... les dijo que sí, que podrían matarla a la piedra, y que quien fuera
inocente entre ellos debería arrojar la primera piedra. Después de que Jesús dijo
esto, todos se fueron, condenados por su propia conciencia.
Parte de lo que Cristo estaba enseñando a los apóstoles y a nosotros fue: Tú no
eres el juez. Mi padre decidirá quién es perdonado y quién no.
Si Dios no nos condena, ¿quién soy yo para condenar a mi hermano?

Perdonemos pues y amemos a nuestro hermano como a nosotros mismos.

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