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En los �ltimos a�os los h�bitos alimenticios de la humanidad han sufridos m�s
cambios que en la historia completa del humano. Nuestra especie quiz�s no ve�a un
cambio parecido desde los comienzos del uso de la agricultura. Es irrefutable que
el humano hab�a logrado un equilibrio con su medio ambiente pues para poder
satisfacer las necesidades b�sicas de la especie, era necesario preservar esa
delicada simbiosis. La Tierra era mucho m�s que un simple lugar de cultivo,
representaba para todas las culturas un �cono divino que nos abastec�a de alimento,
salud� de vida en su totalidad. Hoy d�a estos h�bitos de respeto han
desaparecido, los valores alimenticios solo se limitan a sumas qu�micas que (sin
saber qu� representan) son las �adecuadas� para mantener la est�tica, y/o las
actividades relacionadas con la comida son simplemente las de ir a un macronegocio
donde se escogen los insumos (no m�s los sanos sino los m�s llamativos o m�s
publicitados en el mercado) o tambi�n la de generar dinero (billetes, papel) para
poder tener acceso a la misma (la comida). Desde siempre recuerdo un dicho que
dice: �somos lo que comemos� y personalmente siempre lo interpret� como algo que se
refer�a netamente al factor de salud, es decir, si alguien tiene una dieta con
cantidades descontroladas de az�cares, seguramente sufrir� en un futuro de
complicaciones con la insulina, o aquellos que comen grasas en grandes cantidades
son m�s propensos a presentar problemas cardiovasculares. Para la m� la moraleja es
que tienes por dentro lo que comes y por ende eres lo que comes. Tambi�n la
simbolog�a de �qu� tanto