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LA AUTOCONFIANZA

Pídale a su discípulo(a) leer el siguiente versículo


“no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de
nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios,”
2 Corintios 3:5

Pregúntele que entiende en esta frase que escribe el apóstol Pablo

Decíamos en el mes anterior que el proceso de madurez se inicia cuando


recibimos a Cristo y se renueva cada día a través de una entrega total hasta
llegar a la plenitud de vida en Cristo Jesús. Además que esta se evidencia en
una comunión permanente con Dios y su Palabra, ese diario caminar en el
control del Espíritu Santo, una entrega total de cada área a la voluntad de Dios, una vida de
fruto constante y permanente y una vida victoriosa y completa en Cristo.

Las personas maduras no son perfectas, pero si han aprendido a aceptarse por lo que son;
esto incluye, tanto sus fuerzas como sus debilidades. Estas personas se proyectarán y
tratarán de ajustarse a un programa, para vencer sus debilidades. Son personas que
desarrollan autoconfianza.

La actitud confiada de las personas que tienen una opinión saludable de su propia persona,
cuando se enfrentan a una nueva tarea es: "Puedo hacerlo". Esta perspectiva optimista les
infunde esperanza y valor; no se enfrentan a cada nuevo día con miedo, sino con gozo por
las oportunidades que les esperan.

Hay demoledores de la autoconfianza, a los cuales debemos aprender a sobreponernos

1. El miedo
Es el demoledor número uno de la confianza, nos paraliza e impide que avancemos.
Gobiernos enteros han sido construidos sobre el miedo.

2. La falta de objetivos
Desde su temprana edad, Jesús sabía cuál era su misión: los negocios de su Padre. Jesús
no vino a la tierra por el sólo hecho de vivir, y usted y yo tampoco; hay una razón y un propósito
en el estar aquí. Cada uno de nosotros necesita, en Jesucristo, descubrir ese propósito
especial.

3. La necesidad de estarse justificando constantemente

Toda persona puede estar en tres condiciones:


 Usted es un líder que fuerza a la gente bajo su mando a protegerse continuamente,
debido a sus pobres habilidades administrativas. Esto hace referencia a ese tipo de
liderazgo fuerte y estricto, que no valora a las personas; por lo tanto, sus subalternos
recurren a mecanismos como el engaño, la mentira, la enfermedad, etc.
 Usted es un subordinado que se está protegiendo constantemente por miedo a que se le
llame la atención. Por ello, cae en engaños y mentiras para justificar o esconder los
errores.
 Usted no está en ninguna de esas dos categorías, en cuyo caso está bien.

Sea cual sea su cargo: portero, secretaria, trabajador, gerente, o el gran jefe, todos deben
hacer el esfuerzo por acabar con ese problema tan destructivo. Si usted es jefe o líder,
encuentre la manera de elevar el nivel de integridad de su empresa. Comience por disculparse
con todo el personal y haga las enmiendas necesarias. Si es un subalterno, le quedan dos
alternativas, si es que quiere aumentar la confianza en sí mismo:
 Renuncie
 En lugar de justificarse, póngase erguido y con mucha educación, pregúntele si lo está
llamando mentiroso. Los líderes que se respetan no lo desafiarán sobre este punto, sobre
todo si usted tiene la razón.

Aplicación teoterápica

Jesús sabía quién era; por eso, a través de los tres años conocidos de su ministerio, se
describió a sí mismo diciéndole a la gente: “Yo soy el pan de vida; Yo soy el Eterno; Yo soy la
luz del mundo; Yo soy el Hijo de Dios; Yo soy el Alfa y la Omega; Yo soy el primero y el último;
Yo soy el camino, la verdad y la vida”. Él sabía muy bien quién era y lo que significaba para
la humanidad. Jesús está ahora en nuestro corazón y es en Él que aprendemos a desarrollar
autoconfianza.

El darse a sí mismo es el comienzo de la confianza (Lucas 6:38). Nadie puede obtener nada
de una persona egoísta. Miremos nuestra propia vida y veremos la acumulación de todo lo
que hemos logrado al cabo de los años.

Entregue a su discípulo(a) los siguientes consejos para desarrollar


autoconfianza, e invítelo a que frente a cada uno de ellos escriba acciones
personales a realizar

 Descubra cuál es su miedo y enfréntelo.


 Dé más de sí mismo cada día.
 Estudie, prepárese y entrénese para hacer lo que siempre quiso hacer.
 Busque el consejo de su líder.
 Dé autoridad a las personas a su alrededor, incluyéndose a usted mismo(a).

En oración, llevar al discípulo(a) a confesar a Dios los demoledores de la


autoconfianza que le han limitado, comprendiendo que Jesús le ha dado todo
lo necesario para vencer y salir adelante. Invitarlos a apropiarse de la verdad
de Dios en Filipenses 4:13 “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”

Realizar las acciones que se propuso en el ejercicio final.

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