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chica adolescente
Samantha Nieves
Jóvenes
Hola hermosa,
Solo en caso de que alguien no te lo haya recordado últimamente, el Dios del universo te creó
cuidando cada detalle, de forma tan compleja y habilidosa, como nadie más lo haría. Sí, Él tenía un
plan precioso al crear tu valiosa vida que es importante.
Tu Creador te conoce y Él es quien te da propósito. Así que, no creas ni por un segundo que esta
vida que tienes es insignificante. No pienses que hubo un error cuando fuiste divinamente
formada.
Aun antes de que haya palabra en mi boca, he aquí, oh SEÑOR, tú ya la sabes toda.
Por detrás y por delante me has cercado, y tu mano pusiste sobre mí». Salmo 139:2-5
El infinito Salvador del mundo ve personalmente cada capa, esquina y rincón de tu alma. Tú eres
indudable e inevitablemente conocida por Él. Él te rodea, como si fuera una frontera de protección
siempre presente, porque su presencia te envuelve. Nunca olvidada, nunca rechazada, nunca
apartada; sino rodeada por el Padre que pone su poderosa mano sobre ti y declara: «Te conozco.
Conozco todo acerca de ti».
Tu joven corazón necesita profundas y resistentes raíces que sean plantadas en estas verdades
acerca de nuestro inmenso, pero personal Dios.
Muchas cosas pasan cuando eres adolescente. Sin embargo, si no sabes la verdad acerca de
nuestro fiel Salvador, puedes perder tu punto de apoyo y ahogarte...
Ese chico es lindo y estás perdidamente enamorada de él. Ella es tu mejor amiga, pero de repente
ya no lo es y no puedes descifrar por qué. Tus hermanas están volviéndote loca y tus hormonas te
hacen actuar como un dragón irritable que escupe fuego y se queja con tus padres. Tu tarea
pendiente de entrega hace que quieras colapsar, pero eso solo te lleva a ver maratones en Netflix
y a dar clic una y otra vez en las publicaciones de Instagram (o mejor llamado Envidiainstagram).
Ah, además, tu futuro está tocando a la puerta y quiere saber a qué universidad asistirás y, por
alguna razón, necesita saberlo ahora. Entonces, añade esta presión a las clases extracurriculares
después de clases, a mantener tu promedio de calificaciones, a vestir a la moda y a alimentar las
redes sociales.
No conoces el plan de Dios para tus siguientes cinco años y te preguntas desde ya si este chico
podría ser «tu chico». Quieres desesperadamente que todo salga bien. Porque amas a Jesús y
quieres honrarlo con todo tu ser, simplemente no sabes cómo se desarrollará todo aún, pero
sabes que del panorama general al cuadro del justo aquí y ahora te sientes abrumada, indecisa,
insegura y tal vez un poco perdida.
Dios te protege, Él te rodea. Atrás y adelante, debajo y encima, antes y después, y alrededor,
(Salmo 139:7).
El mismo que hizo las brillantes estrellas y las galaxias también alcanza tus vertiginosos detalles y
te recuerda que no estés ansiosa porque él está cerca, muy cerca e íntimamente involucrado.
«El Señor está cerca. Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con
acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios. Y la paz de Dios, que
sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestras mentes en Cristo Jesús».
(Filipenses 4:5-7, énfasis añadido)
Y porque a Él le importas...
«Echando toda vuestra ansiedad sobre Él, porque Él tiene cuidado de vosotros». (1 Pedro 5:7)
Dios ve los detalles. Él escucha tus preguntas. Él entiende tus heridas. Él te rescata del pozo de la
desesperación. Él sabe todo sobre tus encuentros con ese pecado (la primera vez que caíste y, más
tarde, el lodo en el que elegiste revolcarte muchas veces); pero Él continúa limpiándote una y otra
vez, porque sus ropas blancas y puras son tuyas en Jesús (Lucas 12: 6-7; Santiago 1:5-8; Hebreos
4:14-16; Salmo 40:1-3; 51).
Y no importa que minúsculas, enormes o mundanas cosas pasaron en tu vida o pasaron durante
tus años de adolescencia, tu puedes descansar en que Él sabe.
Cuando te sientas menos, preocupada, sin amigos, insignificante, despistada, exhausta o rota,
puedes arrojarte sobre Él cuando sea, donde sea, porque su gracia será abundante y suficiente.
Jesús es suficiente (2 Corintios 12:9).
Preciosa, nunca olvides que la vida es todo acerca de Él. Tú y yo y todos los demás en esta tierra
encontramos nuestra gran misión cuando nos dejamos caer a sus pies. Cuando nosotras decimos
«todo lo que tengo es tuyo» y cuando abrimos nuestras manos; entonces Él puede llenarlas con
propósitos que glorifican a Dios y exaltan el evangelio (Mateo 16:24-28, 22:34-30).
Entrégale tu corazón a Dios, sin reservas, porque Él es digno de tenerlo y puede, absolutamente y
sin duda, manejar cada cosa que enfrentes durante tus años de adolescencia y más allá.