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Ensayos sobre Hispanidad
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Ensayos sobre Hispanidad
ÍNDICE
A MODO DE PRÓLOGO 7
EL MISTERIO DE AMÉRICA:
Claves para una filosofía de la historia desde Zacarías de Vizcarra 9
Gabriel Luis Vilanova
LA MUJER FUERTE 41
En épocas del Virreinato del Río de la Plata
Josefina Brusadín
A MODO DE PRÓLOGO
Malaquías, el profeta, cinco siglos antes de Cristo, había anunciado a los sacerdotes
judíos que llegaría un tiempo en que los sacrificios judaicos serían abolidos, y que, en su
lugar, se ofrecería un sacrificio puro e inmaculado en todas las naciones del mundo desde
donde sale el sol hasta su ocaso. El cumplimiento de dicha profecía la llevo a cabo, por
Providencia divina, la España de los Reyes Católicos.
Pero España no tan sólo cargó la gloria, también el agravio: fue insultada e injuriada
por sus enemigos (de otrora y ahora) a lo largo de los siglos por predicar el Nombre de
Jesús. Seguramente será merecedora de una bienaventuranza: ¡Bienaventurada España!
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Ensayos sobre Hispanidad
Que esta fecha sea un aliciente, un estímulo para honrar la memoria de aquellos que
regaron con su sangre este continente. Ellos fueron los fundadores de nuestros pueblos, los
artífices de nuestra cultura, los forjadores de nuestro carácter, de nuestras costumbres y
tradiciones, en definitiva, los hombres heroicos que por medio de la Cruz y de la Espada
hicieron nacer un nuevo continente a la Luz de Dios.
Gastón H. Guevara
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EL MISTERIO DE AMÉRICA:
Aproximarse a la historia
La historia por sí sola se vuelve insípida, incolora, porque al hurgar en sus episodios
se llega a una simple reducción: la naturaleza humana es siempre la misma, más allá de los
particularismos que proporcionan los ejes temporales y locales.
Hay que buscar entonces esa aguja que rompe la monótona línea de la teleología
inmanente y teje el entramado con la eternidad que se halla en las alturas. Esas alturas se
abren en dos movimientos, uno descendente (revelación), y otro ascendente (religión).
Uno de los medios para este cometido será buscar el simbolismo de las cosas, que
son un modo de descubrir la presencia divina en algo tan propio de lo humano como son
el tiempo y el acontecer histórico.
aquello que la trasciende, no per se. Y esa libertad se opone a lo que Héctor Mandrioni1
llamó “nominalismo de la acción”, que puede identificarse con el determinismo que anula
la libertad humana.
América en la historia
América es el caso propuesto: Chesterton2 compara la historia con una novela y dice
a propósito del principio de los tiempos, que son páginas que han sido arrancadas, y que
nunca podremos leer. Una actitud parecida puede pensarse para el descubrimiento de
América por parte de la Cristiandad, y el encuentro consecuente de tantas culturas
distintas, porque hay muchas estimaciones que no las sabremos nunca con exactitud: las
cifras de Bartolomé de las Casas, por ejemplo. Así, entonces, como el principio y el fin
están expresados en el Génesis y en el Apocalipsis, así debemos ver el principio de América
y su fin en la historia de la salvación. Pieper aporta al respecto: “(…) sobre el comienzo y el fin
de la historia no hay experiencias humanas. Comienzo y fin no pueden captarse en el curso concreto
de la historia”3. Debemos entonces aproximarnos con el sentido de lo simbólico, cuestión
de verdadero interés. Las tablas cronológicas son datos accesorios.
1
La vocación del hombre. Guadalupe, Bs. As., 1976, p. 13.
2
El hombre eterno. Libreros y Editores Asociados, Bs. As, 1987, p. 71.
3
PIEPER, J. Sobre el fin de los tiempos. RIALP, Madrid, 1955, p. 23.
4
Cfr. VIZCARRA, Z. de. La vocación de América. Gladius, Bs. As., 1995, p. 11.
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Ensayos sobre Hispanidad
5
Ibídem., p. 56.
6
Ibídem., p. 71.
7
Ibídem., p. 73.
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Ensayos sobre Hispanidad
Entre las virtudes que Vizcarra destaca de Santiago encontramos el ser Apóstol de la
esperanza y de la fortaleza (mientras que San Pedro simboliza la fe y San Juan la caridad).
Fue el primero en alejarse hasta el fin del mundo para evangelizar. En segundo lugar, un
espíritu varonil. “El pueblo de Santiago, es decir, el de toda la Hispanidad de ambos mundos,
participa algo del mismo carácter varonil. Tiene escasa feminidad. Se le nota cierta aspereza militar.
Hay en él más ambiente de campamento que de salón amable.” 10. Se encuentra también un
espíritu de vanguardia, espíritu caballeresco, y un espíritu mariano y pontificio.
8
Cfr. Ibídem., p. 82.
9
Cfr. Ibídem., p. 79.
10
Ibídem., p. 97.
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Ensayos sobre Hispanidad
herejías se dio con dos españoles, Teodosio el Grande (379-395) y el Papa Dámaso (304-
384), cada uno desde su cátedra imperial y pontificia respectivamente.
La lucha contra los albigenses -primera gran herejía de la Edad Media- también se dio
con la Iglesia de Santiago. Con Don Diego de Acebes, Obispo de Osma y su canónigo,
Santo Domingo de Guzmán. Y doña Blanca de Castilla, educadora de San Luis, que ganó
la voluntad del Conde Raimundo de Tolosa, jefe de los albigenses, casó al Infante Alfonso,
hermano de San Luis, con la hija única de Raimundo, y conquistó pacíficamente para
Dios el Sur de aquella región francesa.
11
Cfr. Ibídem., p. 111.
12
Ibídem., p. 115.
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Por último, anota que en las invasiones inglesas se encomendaron a la Virgen del
Rosario, y que Liniers pasó una noche en uno de sus templos, lo que considera un tercer
nacimiento17.
El misterio de América
13
DE MAEZTU, R. Defensa de la Hispanidad. Huemul, Bs. As., 1986, p. 37. (Paginación de edición digital).
14
QUEVEDO, Lafone. Apéndice al Viaje al Río de la Plata de Ulrico Schmidel. Bs. As., 1903, p. 452-453. En:
VIZCARRA, Z. de., op. cit., p. 75.
15
Ibídem., p. 76.
16
NAVARRO Y LAMARCA. Compendio de la Historia General de América. Tomo II, Bs. As., 1913, p. 235.
17
VIZCARRA, Z. de., op. cit., p. 76.
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misiones, en relación con profecías de Santa Brígida de Suecia y con un pasaje de Abdías,
de controvertidas interpretaciones:
18
Cfr. Ibídem., op. cit., p. 118.
19
MANDRIONI, H., op. cit., p. 78.
20
PIEPER, J., op. cit., p. 19.
21
Ibídem., p. 28.
22
Crf. Ibídem., p. 75.
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Sirvan como complemento a las virtudes del Apóstol Santiago estos valores,
alumbren e interpreten la historia, descubran el misterio de la vocación de América.
23
MAEZTU, R. de., op. cit., pp. 79-80.
24
Ibídem., p. 86.
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Ensayos sobre Hispanidad
Para terminar, retomar estos valores no quiere decir que volverá una Cristiandad
como lo fue, o la Hispanidad como lo fue. Como aclara De Maeztu, no se rehízo Roma
con la Cristiandad, sino que se elaboró un mundo nuevo, bajo la premisa de que solo de la
tradición puede salir algo bueno25.Y en su conferencia titulada “Propuesta para un modelo
hispanoamericano”, Abelardo Pithod26 coincide en que no se trata de una reconstrucción
histórica post-factum, ni de regirse por modelos para la realización práctica de esta vocación:
la empresa ha de ser orientarse por principios. Es decir que debemos tomar la Hispanidad
y la obra de la Iglesia de Santiago en sus principios más que en su concreción histórica. Las
grandes hazañas pueden servir como alusión, pero las verdaderas maestras han de ser las
virtudes del Apóstol del rayo, Santiago el mayor. Lo otro puede llegar a ser, en palabras de
Rubén Calderón Bouchet, “pedantería pedagógica”27. Por eso dice Pithod que en este
sentido no sirven los ejemplos históricos. Difícilmente se pueda erigir hoy una catedral
gótica o un sistema de misiones como las jesuíticas, porque los espíritus que las edificaron
fueron algo vivo de su época propia; si hoy quisiera llevarse a cabo empresa alguna como
aquellassería artificial. No lo es, en cambio, buscar la revelación para nuestro tiempo que
permita la religación en nuestra realidad, nuestro contexto. Esto es ser tradicional y no
25
Ibídem., p. 70.
26
PITHOD, A. (1979) El destino de las patrias del Cono Sur. Propuesta para un modelo hispanoamericano, “Verbo”,
Nº 190, Año XX, Bs. As., 1979, p. 60.
27
CALDERÓN BOUCHET, R. Esperanza, historia y utopía. Dictio, Bs. As., 1980, p. 296.
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Ensayos sobre Hispanidad
vivir del pasado, porque la tradición no es pasado, sino principios: una llama que alumbra
todos los tiempos.
Introducción
En el presente trabajo, tal como lo indica nuestro título, nos propondremos llevar
adelante una lectura de los ensayos literarios españoles de Ignacio Braulio Anzoátegui a la
luz de la caracterización del estilo español que desarrolla don Manuel García Morente en
su obra titulada Idea de la Hispanidad.
Por otro lado, no es nuestra intención señalar una coincidencia fortuita y azarosa de
los pensamientos de ambos autores. Podemos inferir que Anzoátegui tuvo contacto con la
obra de García Morente, por ejemplo, a partir de la existencia de una reseña bibliográfica
28
Anzoátegui, Ignacio B. Genio y Figura de España. Ed. Nueva Hispanidad, Bs As, 2000.
29
Anzoátegui, Ignacio B. Tres Ensayos Españoles. Ed. Nueva Hispanidad, Bs As, 2001.
20
Ensayos sobre Hispanidad
de Idea de la Hispanidad realizada por J.M Estrada en la revista Sol y Luna30, en la cual
Anzoátegui ofició de director.
Por último, y esta es la cuestión de mayor relevancia para nuestro trabajo, debemos
señalar que García Morente insiste en la imposibilidad de que la hispanidad pueda ser
simbolizada en una figura o personaje singular, sea histórico o ficticio. De hecho, en su
búsqueda de dicho símbolo hispano, el filósofo se detiene a contemplar la figura del
Quijote, Sancho, el Cid, los cuadros de Velázquez, etc.… pero llega a la conclusión que “su
excesiva determinación, su adscripción marcada a un momento, a un lugar o a una esfera de la
realidad vital (…) les impide desempeñar con plenitud de valor la función de símbolos de la
hispanidad integral…”.31
Por esto, el camino que recorreremos será el marcado por el filósofo español: de
cómo la hispanidad, que García Morente simboliza con el caballero cristiano, se va
manifestando de un modo particular en las distintas figuras contempladas por el genio
poético de Anzoátegui –particularmente sus dos notas principales, que son la caballería y la
religiosidad-.
García Morente define las nacionalidades como un estilo. El estilo es lo que hace
que el pasado común de un pueblo, el momento presente y el destino común al que está llamado se
tornen homogéneos, se vuelven “una unidad de ser por encima de la pluralidad de instantes en
tiempo”.32 Parafraseando a García Morente, estilo es la rúbrica del más íntimo y autentico
ser moral de un pueblo.
30
“Sol y Luna”, Nº 2, Año 1939.
31
GARCÍA MORENTE, M., op. cit., p. 55.
32
Ibídem., p. 39.
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Ensayos sobre Hispanidad
“Entrar en trato profundo y continuado con ese estilo, sumergirnos durante largas semanas y
meses en el estudio de la Historia de España; estar con los españoles, que fueron, en un largo comercio
de intima familiaridad; recorrer la Península Ibérica; contemplar sus paisajes, visitar sus aldeas,
conversar con sus habitantes, admirar los cuadros que los españoles han pintado, las estatuas que han
labrado y los edificios que han construido; leer las obras de su literatura y de su ciencia; oír sus cantos y
sus músicas; mirar sus bailes; en suma, convivir real e intuitivamente con todas las manifestaciones de
su vida pasada y presente…”33, y así, “tendríamos en nuestro espíritu una noción clara, precisa,
intuitiva, aunque inefable e indefinible, del estilo español”.34
Finalmente, el filósofo llega a la conclusión que más que una figura, se necesita un
tipo, un tipo ideal, que tenga la particularidad de ser individual y concreto en sí mismo,
pero no en su relación con nosotros. Y este símbolo, para nuestro autor, no es otro que el
caballero cristiano.
33
Ibídem., p.51.
34
Ibídem., p 52-
35
Ibídem., p.67.
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Ensayos sobre Hispanidad
santidad y la caballería, dirá Anzoátegui -al parecer llegando a la misma conclusión- son los
dos juegos de azar donde España se juega constantemente su fortuna.
“España sirve a la cruz con la espada y, por eso la cruz y la espada se juntan bajo una misma
mano española y pelean bajo un mismo ideal español… Santa Teresa no pelea para que España le
reconozca sus prerrogativas de santa, ni don Quijote pelea para que España le reconozca sus
prerrogativas de caballero. La primera pelea para que España reasuma su destino de santidad, y el
segundo pelea para que España reanude su destino caballeresco”36
El caballero cristiano no solo lucha por el bien y la justicia, sino que lo hace de un
modo directo: el caballero cristiano no tiene aguante, no aguarda, no espera; no busca
rodeos, no elije caminos meticulosos y evasivos para alcanzar sus fines, sino que se arroja,
confiando en la fuerza de su voluntad hacia la conquista directa del bien.
“Roma y el Cielo se toman por asalto, como se toma la muerte. El no conoce el término medio
de la virtud, no conoce la prudencia de la virtud, ni conoce la virtud de la prudencia. El sabe que la
36
ANZÓATEGUI, I. Genio… op. cit., p. 34.
37
Ibídem., p 50.
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Ensayos sobre Hispanidad
prudencia es una virtud demasiado desacreditada por los hombre prudentes y prefiere el heroísmo de la
imprudencia... porque sabe que Dios perdona los pecados cuando el pecador se porta como un héroe y
se arrepiente como un miserable, que son las dos formas más altas del heroísmo”38. Y, en otra
ocasión, tratando de explicar de alguna manera los deslices del amante Calixto: “España vive
militarmente. Vive en sus cuarteles de muerte y en sus cuarteles de amor, en sus cuarteles de santidad y
en sus cuarteles de pecado. Ella sabe que el amor y la muerte, santidad y pecado forman parte de su
vida. Y su vida es una milicia, donde el hombre español, para ser más hombre, vive en guerra contra el
hombre español: donde el amor acecha y el pecado se desespera de no poder llamarse lisa y puramente
amor. España tiene su estilo militar para salvarse y para perderse, para reír y para llorar, para
enamorarse y para desenamorarse…”39
Dice Anzoátegui sobre este modo de ser, que España “recurre a las armas porque estas
son para ella una manera de expresión naturalmente apropiada para la consecución heroica de su
destino. Por eso sus armas son limpias y clamorosas porque es limpio su destino y urgente como un
clamor”40.
“Ignacio de Loyola, caballero español, ni mejor ni peor que cualquier otro caballero español,
vasco –para su mayor gloria- y pendenciero, pendenciero a lo grande, como cualquier otro hidalgo de
una época en que los hombres no se avergüenzan de morir por la justicia, empecinado como vasco, se
propone ser santo… Como buen español sabe que la mejor manera de ganar es pelear, y como buen
militar sabe que la mejor manera de pelear es empeñarse en ganar: empeñarse en dominar los astros de
la victoria prevista y de la derrota imprevista… El no le dice a Dios, como le decimos casi todos
nosotros “te entrego toda mi haraganería”, sino que le dice “con tu ayuda seguiré reconquistando el
cielo”41
38
ANZÓATEGUI, I., Tres ensayos… op. cit., p. 33.
39
Ibídem., p 49.
40
ANZÓATEGUI, I. Genio y figura… op. cit., p.33.
41
Ibídem., pp. 76-77.
24
Ensayos sobre Hispanidad
hispana; España tiene la misión de reconquistar. En palabras del poeta, “el sentido de la
realidad española, cuando es verdaderamente española, no es otra cosa que una viva y decidida
conmemoración de la redención”, ese sentido de la vida y de la muerte que la lección de Cristo
impuso al mundo y que España se impuso, traduciendo Redención por Reconquista.
“Porque el español entiende que Cristo vino al mundo, no tanto para redimir al hombre cuanto
para reconquistarlo, no tanto para librarlo de las consecuencias de la caída cuanto para levantarlo
hasta donde Adán quería levantarse, sin la soberbia pecadora de Adán, pero con la divina seguridad
de Cristo, con esa seguridad que el Hijo de Dios tenía precisamente porque era Hijo de Dios y
reconquistador del hombre”42
“un día Dios ofreció a España la tentación de un nuevo mundo, que era la empresa magna del
heroísmo… Dios no quería que la conquista de América fuera un medio de conquista, sino un fin de
conquista; no quería que fuera la conquista del oro para rescatar un sepulcro de la mano de los
infieles, sino la conquista de un mundo para rescatar las almas de los infieles conquistados... Por eso
fracasó la demanda del oro y triunfó la demanda de las almas”44
Para García Morente, esta forma de ser paladín, implica ciertas preferencias en la
vida. Las enunciaremos e ilustraremos cada una con algunas líneas de Anzoátegui.
42
Ibídem., p. 33.
43
Ibídem., p. 48.
44
ANZÓATEGUI, I. Tres ensayos… op. cit., p.23.
25
Ensayos sobre Hispanidad
“La reconquista era una deuda de heroísmo contraída con Dios; la conquista era un regalo que
España quería hacerle a Dios. España no podía contentarse con pagar sus deudas como cualquier otro
pueblo de la Tierra; quería hacer regalos como ningún otro pueblo de la tierra. Quería regalar a Dios
un mundo que El mismo le había señalado para que se lo regalase”. 45
Preferencia del arrojo contra la timidez. Aquí es oportuno traer a colación el caso
de Don Pedro de Mendoza, que
“España sabe ganar porque sabe perder; sabe aventurarse a perder porque sabe que perder es
una manera de enseñar a ganar. Alfonso el Sabio soñó para que Isabel y Fernando realizaran un
Imperio Grande, y aspiró al trono de Alemania para que España, que no pudo conquistar el imperio
germánico, conquistara al emperador”47
45
Ibídem., p. 15.
46
Ibídem., p. 20.
47
ANZÓATEGUI, I. Genio y figura… op. cit., p.48.
26
Ensayos sobre Hispanidad
naturalidad que solo España puede comprender; con esa naturalidad y con esa aristocracia del mártir
que de da el lujo de negar el dolor de su martirio” 48
Señala García Morente que a esta altivez la completan dos matices de conducta, el
silencio y la grandilocuencia. Usualmente, el caballero español es hombre silencioso y
taciturno, pero cuando la ocasión lo amerita, “sabe alzar la voz y encumbrarse a formas
superiores de la elocuencia y de la retórica”.49 Esta grandilocuencia altiva y altivez
grandilocuente presenta Góngora en la obra de Anzoátegui;
“porque un rey sabio le enseño la misión de amparar el derecho y, que es nuestra porque un rey
poeta le dejó la misión de vivir la poesía; que es nuestra porque nos enseñó a vivir poéticamente y
porque nos enseñó soñar derechamente, porque nos dio un espejo para mirarnos y un cielo para
imaginarnos, porque nos dio lo que solo ella podía darnos: la conciencia española del derecho y la
necesidad española de la poesía”51
48
Ibídem., p. 20.
49
GARCÍA MORENTE, M., op. cit., p.67.
50
ANZÓATEGUI, I. Tres ensayos… op. cit., p.42.
51
ANZÓATEGUI, I. Genio y figura… op. cit., p.69.
27
Ensayos sobre Hispanidad
“los pecadores pecan cada vez como si pecaran por primera vez, que es la manera de pecar con
toda desesperación y con toda la esperanza del verdadero pecador… Es el libro del hombre que revuelve
en su carne el cuchillo del pecado para escarmentar la animalidad en el martirio de su
arrepentimiento; del hombre que pisotea las rosas de su gozo para arrepentirse del pecado en el olor
agrio de las rosas machucadas”.54
52
ANZÓATEGUI, I. Tres ensayos... op. cit., p 25.
53
ANZÓATEGUI, I. Genio y figura… op. cit., p. 64.
54
ANZÓATEGUI, I. Tres ensayos… op. cit., pp.70-71
28
Ensayos sobre Hispanidad
religioso”.55 Quizás sea en este punto donde se explique de mejor manera la indisolubilidad
entre caballería y religiosidad.
“Santa Teresa, doncella peregrina de la caballería religiosa, tiene el estribo a Don Quijote,
guerrero atormentado de la religión caballeresca. Y le tiene el estribo, no para rendirle un favor, sino
para merecer su servicio; porque la santidad española necesita de la caballería española como el alma
necesita del cuerpo para alcanzar su destino y como el alma santificada necesita del cuerpo glorificado
para completar la gloria de su bienaventuranza”.56
“Era la impaciencia del héroe que no quería caer en el pecado de sentirse cómodo y de sentirse
digno de comodidad. Era la impaciencia del hombre que quería manejar su espada para morir por su
signo, y era la impaciencia del santo que quería adelantar la Cruz para morir por su Verdad. Era la
impaciencia del mundo, que quería ganar el cielo a costa del sacrificio de la sangre, que es la manera
de ganar el cielo por la santidad militar”.57
Y es la impaciencia de la niña Santa Teresa, que huye de su casa con uno de sus
hermanos hacia tierra de moros en demanda del martirio; y es, en ella, la impaciencia de
eternidad del “muero porque no muero”.
55
GARCÍA MORENTE, M. op. cit., p.93.
56
ANZÓATEGUI, I. Genio y figura… op. cit., p.
57
ANZÓATEGUI, I. Tres ensayos… op. cit., p.22.
29
Ensayos sobre Hispanidad
Tanto Santa Teresa como Alonso Quijano están guiados por la fe. Ambos responden
con arrojo español al mandato de Cristo de ser como niños para merecer el Reino de los
Cielos.58
“Santa Teresa –dice Anzoátegui- es una niña que juega españolamente a ser santa…En su
mundo maravilloso ella mueve sus sueños infantes y conversa con los santos y escribe cartas a Dios. Su
niñez es la niñez sin edad, la niñez inquebrantable y luminosa que acompaña a los santos y a los
héroes; es la niñez que lleva dentro un paisaje de cielo y que pone su dulzura de cielo en el paisaje de la
tierra…”.
“Es un niño que se viste de caballero para salir a pelear por sus sueños de niño. Él es la niñez
divinamente ilusionada que acepta la responsabilidad de la niñez. El cree en las hadas y, porque cree
en ellas, quiere servirlas en pago de sus sueños. En el bosque encantado de su infancia ellas le
enseñaron a conversar con los pájaros, a convivir con las rosas y le enseñaron a temer a los monstruos y
a santiguarse frente a ellos con la mano derecha, para que la mano iluminada con la señal de la cruz
fuera la mano que alzara reluciente la señal de la espada”59
Es el alma de España que, con Santa Teresa y don Quijote juega a la santidad y al
heroísmo “para no malograr su niñez reconquistada y reconquistadora”. Para nuestro poeta
“Los dos son niños que discurren sobre la tierra con esa aparente intrascendencia que tienen las
divagaciones infantiles y con esa misteriosa importancia que Dios reconoce a las ocurrencias de los
niños… Ambos son la santidad y la caballería de España, de esa España que no se resigna a morir sin
haber vivido y que no se resigna a vivir sin haber aprendido antes a morir; de esa España
inconmensurable y eterna que no tiene otra medida de espacio que la mirada y no tiene otra medida de
tiempo que la eternidad”60
58
Mt. 19, 14.
59
ANZÓATEGUI, I. Genio y figura… op. cit., p. 39.
60
Ibídem., p. 41.
30
Ensayos sobre Hispanidad
61
Ibídem., p. 15.
31
Ensayos sobre Hispanidad
Introducción
Estar lejos del hogar llama a la nostalgia y al recuerdo de lo propio. En lo más hondo
de nuestro ser está inscripto –y siempre latente- ese deseo de retorno.
Recorrer las calles de Granada, con sus recovecos; atravesar las puertas de Toledo,
reconocer el Alcázar; rezar frente a los restos de San Fernando Rey de Castilla; contemplar
un Belén en cada ciudad, en tiempos de Navidad; encontrarse con el Cid Campeador en
Burgos; transitar por las estrechas y pintorescas calles de Sevilla con su calor especial…
tomarse un chocolate con churros en la legendaria Chocolatería San Ginés. Si nunca antes
hemos visitado esas plazas, caminado por esas calles de adoquines, contemplado esas
Catedrales; ¿por qué todo se torna tan familiar?
Hay algunos lugares frente a los cuales no podemos permanecer indiferentes, y hay
otros que aunque los veamos por primera vez, parecen sin embargo uno de nuestros
verdaderos hogares. El fuerte lazo espiritual que tenemos con España, ¿nos hará sentir una
nostalgia del propio hogar?, ¿Habrá en América, un deseo de volver a casa?
62
CHESTERTON, G. K., “Nostalgia del propio hogar”. En La Tierra de los Colores, Ed. Vórtice, 2007, p. 215.
32
Ensayos sobre Hispanidad
Recordar ese gozo tan particular que se vive estando en España, perpetúa y revive
nuestras raíces, lo que somos y hemos recibido.
Realicemos ese viaje, de ida y vuelta. Hasta la vuelta final, eterna, donde cada día es
mejor que el anterior, y vivamos ese “estar en casa y de vacaciones al mismo tiempo”.63
El hombre –dice Platón- ha perdido la perfección, concebida para él, del origen. Ahora está
perennemente en búsqueda de la forma primigenia que le puede volver a sanar. Recuerdo y nostalgia
lo empujan a la búsqueda (…).64 Ese “querer volver al origen” marca con una sutil pluma el
corazón del hombre: pareciera que Dios al crearnos, se reservó para sí una mitad de
nuestro corazón. Ya lo decía San Agustín: “nos hiciste, Señor, para ti, y nuestro corazón está
inquieto, hasta que descanse en ti”.65 Sólo en el Cielo, descansará, cuando encuentre su otra
mitad. Sin embargo, esa misma nostalgia que el hombre vive, producida por la pérdida de
la forma primera, es la que lo impulsa a regresar al origen, a estar en permanente viaje y ser
peregrino.
Ahora bien, si el viaje irrumpe en nuestras vidas, nos transforma, nos libera. Porque
de allí se vuelve distinto, y con nostalgia. No podemos permanecer indiferentes, por más
que nos resistamos.
63
FERRO, J. N. “De maestros y batallas culturales”, Vórtice, 2018, p. 156.
64
RATZINGER, J. “La belleza. La Iglesia”. Ed. Encuentro, Madrid, 2006. p. 15.
65
SAN AGUSTIN. “Confesiones”, I, 1, 1.
66
FERRO, J. N., op. cit., p. 156.
33
Ensayos sobre Hispanidad
Si ese viaje que realizamos, nos lleva al “origen”, como pueblo, como nación, su
trascendencia en nuestra vida puede ser inabarcable. Si pensamos en el origen de América,
indudablemente tenemos que pensar en España, y su gran obra conquistadora, por esencia
misionera, humana, civilizadora.
La herencia recibida
Intentando dilucidar lo que España nos trajo y dejó aquí en herencia, que es al cabo la parte
más noble, el digno presente de la Madre Patria a sus hijas de ultramar,67 debemos hacer mención
a algunos aspectos preliminares.
67
CAYETANO, B. La acción benéfica de España en las Indias: aspecto religioso, antropológico y cultural, Ed.
Didascalia, Bs. As., 1991, p. 15.
34
Ensayos sobre Hispanidad
Debido a las circunstancias históricas en las que España nace como pueblo, la
afirmación de lo propio –español- recae simultánea e indivisamente sobre la catolicidad y la
hispanidad,68 puesto que la vida política, cultural y social del pueblo español se forjó en el
fragor de un centenario combate religioso. Y España no sólo le hizo frente a las batallas
sino que fue fragua de santidad, puesto que se convirtió en el terreno fértil para que
nacieran de allí los más heroicos y victoriosos arquetipos:
“Ante todo España era en aquel tiempo una tierra de santos. Estrellas de primera magnitud
son, además de San Ignacio de Loyola y San Francisco Javier, los dos reformadores de la Orden
Carmelitana, Santa Teresa de Jesús y el Doctor de la Iglesia San Juan de la Cruz. Junto a ellos se
alinean los franciscanos San Pedro de Alcántara y San Pascual Bailón, el agustino Santo Tomás de
Villanueva, San Francisco de Borja, duque de Gandía antes de su ingreso a la Compañía de Jesús, y
el beato Juan de Ávila, apóstol de Andalucía.69
Ante tamaños antecedentes, para ellos–los españoles-ser, era ser cristianos; para ellos
vivir, era vida cristiana; para ellos organizar una existencia colectiva, era organizar un foco de
cristiandad. Los conquistadores españoles que iban a América a poblar, iban, pues, a cristianizar el
país.70 Y esto es justamente lo que llevaron a cabo.
El citado poeta español, inmortaliza en varias de sus obras la acción misionera y
evangelizadora de España confirmando el interés esencial de la empresa:
Con esta mano rumbosa,
que es prenda de la hidalguía
de la España generosa
que viene a darte la rosa
y a darte el Ave María (…)71
68
GARCÍA MORENTE, M. “El elemento religioso en la formación de la nacionalidad española y de la
hispanidad”, Ecclesia Órgano de la Dirección Central de la Acción Católica Española, Madrid: sábado 10 de
octubre de 1942, año II, nº 65, páginas 18-19 (978-979). Recuperado en
http://www.filosofia.org/hem/dep/ecc/e020978.htm.
69
HERTLING, L. Historia de la Iglesia. Ed. Herder, Madrid, 1989, p. 278.
70
GARCÍA MORENTE, M., op.cit., p.
71
PEMÁN, J. M. “La Santa Virreina”. Ediciones Españolas, España, 1941, pp. 123-124.
35
Ensayos sobre Hispanidad
De España, hemos recibido la traditio –la religación con el saber que viene de siglos-
ese legado de un todo espiritual que impregna la vida y por lo cual el hombre y el pueblo
conservan su identidad.
Quienes habitamos este suelo podemos dar testimonio de que la obra civilizadora ha
quedado reflejada en infinidad de bienes materiales –plazas, iglesias, monasterios, cabildos
y universidades-, y sobre todo en la cultura rica y compleja que recibimos a través de la
lengua, la pintura, la escultura, la música, el teatro.
Sin embargo, no recibimos sólo esa riqueza cultural, porque sin duda debió existir
algún ideal más alto, ancho y profundo por el cual embarcarse en tal misión. Así fue que
España –tal vez como ninguna otra nación- se preocupó por evangelizar a los pueblos y
otorgar derechos y dignidad. De esta manera nos enseñó, sobre todo, aquello por lo cual
vale la pena vivir y morir.
Si España se consideraba noble por ser cristiana, algo análogo debía suceder con los
hijos de España. Por tanto, a lo que se tendió fue a la formación del estado católico como
base primordial de la obra misionera. Cayetano Bruno identifica que la razón teológica de
España en Indias fue doble: empleo del poder político al servicio de Dios, y concepción del Estado
como empresa misional.72
En consideración a ello, el primero y más precioso legado de España a las Américas fue el
de la unidad religiosa, bajo el credo católico romano, mantenido sin intermitencias a través de toda la
dominación española en Indias.73Por las Capitulaciones de Granada, manifestaba la Reina el
espíritu eminentemente religioso que había de guiar la empresa ultramarina, invocando el
auxilio de la Santísima Trinidad y de su Madre, a quien tenían por señora y abogada en
todas las acciones.
72
CAYETANO, B., op. cit, p. 39.
73
Ibídem, p. 19.
36
Ensayos sobre Hispanidad
En La Santa Virreina –obra de Pemán-, la condesa del Perú realiza una acción
magisterial enseñando las verdades del catecismo a Zuma, una de las aborígenes de estas
tierras que le fue asignada como criada. Una de las escenas de la misión evangelizadora
queda graficada bellamente cuando la Virreina enferma de gravedad y pide la asistencia
sacerdotal. Mientras preparan el altar, las flores y un camino alfombrado por donde habrá
de pasar el Señor, la Condesa le dice a Zuma acariciándola: “Hoy vas a ver al Dios mismo/ de
que te hablé a mi manera./ Voy a darte la postrera/ lección de mi catecismo”.74 Se escuchan unos
toques de campanilla, ya se le siente llegar: “Ya viene el que mi sed/ la angustia puede calmar./
Esas cortinas corred,/ porque el Sol, entre los dos,/ parta con su luz la sombra…/ Tu dios le sirve de
alfombra,/ ¡ya ves que es grande mi Dios!”.75 La campanilla se oye más cercana, y empiezan a
aparecer acólitos y candelabros encendidos. Todos empiezan a hincarse. Zuma va cayendo
de rodillas asombrada contemplando cómo será de grande ese Dios, que hasta la Virreina
del Perú se arrodilla en su presencia.
La devoción del pueblo por la Virgen del Pilar se halla muy arraigada entre los
españoles y desde épocas muy remotas. Esta Santa Columna en la cual la Virgen reposó, se
ha convertido con el paso de los siglos, posiblemente, en la roca más besada del mundo.
74
PEMÁN, J. M., op. cit., p. 186.
75
Ibídem, p. 192.
37
Ensayos sobre Hispanidad
Tanto que el mármol se ha ido desgastando. Tamaña gracia es, entonces, besar el pilar y
sellar esa unión con España, aceptando y reafirmando la tradición recibida.
“Bajo infinidad de advocaciones –cuál de todas más atrayente- la devoción a la Virgen Nuestra
Señora llenó un historial de gracias y prodigios en todos los sectores de las antiguas Indias
Occidentales, hoy réplicas independientes, que se conservan por ella, y gracias a España que fomentó
su devoción, indisolublemente adheridas al centro común católico, pese a los muchos trastornos de ayer
y de hoy, y a los persistentes embates de las sectas foráneas”.76
Amar el pasado y las raíces –como obligación cristiana, en la virtud de la piedad- nos
lleva a comprender que los frutos del árbol se dan abundantes en el aire, o que las flores
surgen hermosas porque las raíces están clavadas en la profundidad de la tierra.Y los
vestigios de la tradición se hacen perceptibles en el idioma que nos indica una lengua
común, en las abuelas que rezan en las Iglesias, en el perfume de los naranjos en las calles,
en los monumentos indicadores de magnanimidad, en las catedrales que vieron coronar a
gloriosos Reyes –verdaderos custodios de la Cristiandad.
Reafirmar la herencia de la tradición y agradecer –al decir de Rubén Darío- por este
pueblo que aún reza a Jesucristo y aún habla en español 77, es clamar bien fuerte que ¡vive la
América española!
Nostalgia y recuerdo
Al ser religioso por naturaleza, todo hombre tiene cierta conciencia de su origen y
destino último; y, en su corazón posee ansias de regresar a la Casa del Padre. Este es el
76
CAYETANO, B., op. cit., p. 53.
77
Rubén Darío. “A Roosevelt”
78
CAYETANO, B., op. cit., p. 15.
38
Ensayos sobre Hispanidad
fundamento de su condición religada. Ese deseo está siempre latente y es lo que lo impulsa
a esa misma búsqueda de su origen. La misma palabra nostalgia –nostos: regreso, retorno; y
algos: sufrimiento, dolor- nos indica que el alma sabe que ha perdido el Paraíso y desea
regresar a Él con la más impetuosa vehemencia.
En el plano de la patria, debe suceder algo similar. Los hijos tienen algo de su madre,
aunque no lo sepan. Pero cuando lo saben, el encuentro con ella es más profundo, puesto
que evoca el recuerdo y la nostalgia. Y la nostalgia de América tiene sus raíces en España.
Se dice que hay algunos lugares que, vistos por primera vez, parecen sin embargo hacer vibrar
una cuerda de remembranza. ´Yo he estado aquí antes´, nos decimos, ´y éste es uno de mis
verdaderos hogares´.79Muchas imágenes de España pueden graficar ese reconocimiento:
recorrer las estrechas calles de Sevilla adornadas de naranjos, encontrarse con las murallas
de Ávila que fueron testigo de grandes santos, divisar a lo lejos los molinos del viento en
Consuegra, rezar una oración frente a la cruz más grande del mundo en el Valle de los
Caídos, transportarse al glorioso mundo medieval en Toledo, sentirse invadido por el
deseo de cruzada y reconquista frente a Santiago en Compostela.
Pero sin duda, cuando un americano, hijo de España, camina por las calles de
Granada –tan característica por sus adoquines, pintoresca con las flores en los balcones,
perfumada por especias que se venden en los puestos comerciales, ensalzada por la Capilla
Real, y resumida en la magnífica imagen en el punto central de la ciudad de Cristóbal
Colon arrodillado frente a Isabel La Católica-; allí, justo allí es donde el recuerdo y la
nostalgia del propio hogar se funden, para expresar: estar en España es estar en casa.
Estar en algo no es sólo permanecer inmóvil o inerte, sino más bien es reposar,
aceptar lo que nos ofrece y hacerse uno con ello. Si al menos pensamos en España
resuenan algunas de las siguientes palabras: historia, Isabel, Fernando, cultura, fe,
tradición, reconquista, esperanza, Cristóbal Colón, viaje, epopeya, nostalgia, hogar. Pensar
79
BENTLEY, E.C. Trent´s Own Case. En: Trent´s Case Book, Madison, 1953, p. 152.
39
Ensayos sobre Hispanidad
el destino glorioso de España nos enorgullece, puesto que también es pensar nuestros
orígenes.
Conclusión
Más de cinco siglos han pasado de aquella gran epopeya que le mereció a España su
valía. En palabras del poeta de Cádiz se puede decir: Anchar la Cruz redentora/ es el oficio de
España,/que con afán y dolor,/ tira y tira de sus brazos/ porque quepan los pedazos/ del mundo
todo en su amor.80
No es ninguna novedad que muchas veces los hijos se rebelan contra sus padres, y en
algunos casos reniegan de ellos mismos. Actualmente –por la sociedad desagradecida y
apóstata en la que vivimos- se hace visible la inmadurez de los americanos por no
reconocer a España como madre, y hasta incluso la mismísima España ha desterrado esas
raíces católicas de las cuales nació.
Sin embargo, hoy más que nunca debemos recordar esta verdad: nuestra Patria, que
nació cristiana y fue hecha con la Cruz de los misioneros al mismo tiempo que con la
espada de los conquistadores, nos hace inmortalizar que somos españoles porque el alma es la
misma,/ según dicen los sabios (…) 81.
80
PEMAN, J. M., op. cit., p. 161.
81
CASTELLANI, L. “La Fundación de la Patria”. Poema introductorio a La Muerte de Martín Fierro.
40
Ensayos sobre Hispanidad
Grande y magnánima fue la obra; y sin embargo tal vez hoy no alcanzamos a
reconocerla. Las grandes distancias muchas veces ayudan a ver mejor lo que tenemos cerca.
Ya lo decía Chesterton, dar toda la vuelta al mundo es el camino más corto para llegar a
donde uno ya se encuentra. Hagamos ese viaje de ida y vuelta.
El regreso, el reencuentro, volver a casa. Diez escasos días bastaron para confirmar lo
que suponía: estar en España es estar en casa. A ella pertenecemos, esas nos nuestras
verdaderas raíces.
82
PEMAN, J. M., op. cit., p. 278.
41
Ensayos sobre Hispanidad
LA MUJER FUERTE
Josefina Brusadín
El siguiente trabajo trata sobre la no tan conocida María Antonia de Paz y Figueroa.
El epíteto de “mujer fuerte” se le adjudicó por una obra titulada “El estandarte de la mujer
fuerte” que se publicó en Italia con autor anónimo mientras ella estaba en plena obra. El
mismo es una biografía de Mamá Antula, como muchos la llamaban, desde su nacimiento
hasta la gran labor realizada en Buenos Aires. Ahora, ¿por qué se decidió calificarla de
mujer fuerte? En general cuando se quiere elogiar a una mujer se resaltan otras cualidades
de ella como la de santa, piadosa, femenina, delicada, etcétera.
“(…) la Biblia alaba a la mujer fuerte, y la Iglesia la admira en sus santas. Saben que, en la
mujer, aunque su físico sea débil, su alma puede ser grande, y para que llegue a ser grande tiene que ser
fuerte: fuerte en sus conceptos sin ser dura; fuerte en su virtud sin ser orgullosa; fuerte en su convicción
sin ser rígida; fuerte en el dolor sin ser fría; fuerte en el amor; pues el amor es fuerte como la muerte, y la
muerte es invencible”.84
83
Pr 31, 10.
84
La Santa Biblia, traducción de Mons. Straubinger, La Plata, 2009.
42
Ensayos sobre Hispanidad
María Antonia de Paz y Figueroa nació en Santiago del Estero en 1730,y vivió en
dicha ciudad hasta 1767, año en el que comenzó su obra que la llevó a trasladarse por
distintas ciudades hasta que en 1779 se instala en Buenos Aires donde va a vivir hasta su
muerte en 1799 (salvo una breve estadía en la Banda Oriental).
Santiago del Estero había sido durante muchos años capital de la Gobernación de
Tucumán perteneciente al Virreinato del Perú junto con una parte del actual territorio
argentino (una considerable porción del territorio seguía en manos de pueblos indígenas).
Dicha ciudad tenía parroquias y conventos de dominicos, franciscanos, mercedarios y
posteriormente jesuitas y fue una de las primeras ciudades que tuvo escuela.
En 1767 ocurrió un hecho que conmovió a toda América y que tuvo consecuencias
funestas para nuestro continente: la expulsión de los jesuitas por Real Decreto del rey
Carlos III. No es mi intención escudriñar los motivos profundos por los que esto sucedió
sino que, siguiendo a Cayetano Bruno en su “Historia de la Iglesia en Argentina”
mencionar simplemente que la causa de la expulsión fue
Esto no fue un hecho aislado contra la Compañía, sino que anteriormente Portugal
y Francia también habían tomado la misma decisión.
85
BRUNO, C., Historia de la Iglesia en Argentina. Ed. Don Bosco, Bs. As., 1970, p. 58.
43
Ensayos sobre Hispanidad
Para poder comprender la magnitud de este hecho debemos analizar qué labor
cumplían los jesuitas en el sur del Virreinato del Perú. En primer lugar, su trabajo
misionero. Con respecto al Río de la Plata y el Paraguay, una carta del entonces obispo de
Córdoba, Monseñor Sarricolea, “alude a los ‘treinta famosos pueblos’ de Guaraníes que tienen
los jesuitas, con 77 misioneros; los cuales ‘cada día van agregando otras conversiones’”.86 Estos
estaban encargados de 84.046 almas indígenas. Además, en la gobernación del Tucumán
“la regio del Chaco, tan refractaria al Evangelio, mostraba ya buenas disposiciones. Los jesuitas se
aprestaban a llevar batida a fondo por todas sus fronteras”87. Este plan no pude ser llevado a
cabo y el Chaco siguió en manos de los indígenas casi cien años más. Por otra parte, para
lograr la adhesión de indígenas no cristianizados, eran muy perseverantes con la
evangelización teniendo por costumbre el envío frecuente de dos misioneros que partían
desde las ciudades al encuentro de almas para su conversión.
En segundo lugar, los jesuitas pusieron mucho empeño en la formación de las almas
por medio de la fundación de colegios. Solo en la gobernación de Tucumán tenían seis
colegios: en Salta, San Miguel, Santiago del Estero, La Rioja y dos en Córdoba. En todos
ellos se enseñaba latín, a leer, a escribir y a contar. También hay que considerar la
fundación de la Universidad de Córdoba en 1613.
Todo esto se vio interrumpido al proclamarse el decreto de expulsión, luego del cual
las autoridades españolas procedieron a apresar a todos los jesuitas durante la noche y
embarcarlos rumbo a Europa. Muchas misiones y colegios quedaron clausurados y otros
fueron tomados por otras congregaciones. Las consecuencias de este hecho fueron, a corto
plazo, el abandono de muchas de sus obras como las estancias cordobesas y las reducciones
de guaraníes, además de la tristeza de mucha gente que era afecta a los jesuitas y que
mostró disconformidad ante la medida (por ejemplo, en Buenos Aires se cerraron durante
ocho días lo comercios en señal de dolor). Las autoridades civiles y los obispos sostenían
que la Compañía de Jesús no había hecho más que males y festejaba la liberación de los
86
Ibídem., p. 32.
87
Ibídem., p. 36.
44
Ensayos sobre Hispanidad
pueblos de esta pesada carga. Así, estaba prohibida la manifestación de cariño hacia la
congregación y todo lo relacionado con lo jesuita fue tomado como malo y vergonzoso.
“la multitud de vagabundos, forajidos, gentes ociosas y haraganas de que tanto abundan en la
campaña, son el origen de muchas muertes, robos y desordenes que se experimentan en ellas; pero había
que reconocer como causa última del malestar la ignorancia religiosa”.89
La causa de esta ignorancia es, según la misma institución, la ausencia dejada por los
jesuitas.
88
Acuerdos del extinguido Cabildo de Buenos Aires, s. III, t. VIII, págs. 670-674.
89
BRUNO, C. op. cit., p. 167.
45
Ensayos sobre Hispanidad
que con algún compromiso o promesa, referente al cuidado de las Casa de Ejercicios para mujeres,
estaban ligadas a la compañía”90.
Cuando sucedió la expulsión de los jesuitas ella tenía 37 años y llevaba mucho
tiempo vinculada a la Compañía. Es entonces que ve el llamado a continuar su obra por
medio de los ejercicios. Años más tarde le relataba al virrey Cevallos sobre este momento:
“Ha de saber V. Excia. que desde el mismo año que fueron expulsados los Padres Jesuitas,
viendo la falta de ministros evangélicos y en doctrina que había, y los medios para promover, me
dediqué a dejar mi retiro, y salí (aunque mujer y ruin), pero con confianza en la Divina Providencia,
por las Jurisdicciones y Partidos con venia de los señores Obispos […] y colectar limosnas para mantener
los Santos Ejercicios Espirituales del grande San Ignacio de Loyola para que del todo no pereciese su
obra de tanto provecho para las almas y de tanta gloria para el cielo”.91
Ella tenía una total seguridad en su misión y docilidad ante la voluntad de Dios, algo
que llamaba la atención a los que la trataban.
90
Notas del P. Justo Beguiriztain a la obra de Mons. Marcos Ezcurra, “Vida de Sor María Antonia de la Paz”,
Bs. As., 1947, p. 21.
91
Solicitud de la Sierva de Dios al Virrey Cevallos (Córdoba, 6 de agosto de 1777).
46
Ensayos sobre Hispanidad
“(…) los católicos que les eran afectos, estupefactos, no habían osado declararse en su favor,
estaban como los discípulos a la muerte de Jesucristo dispersos, y nada les parecía más extraño, que ver
a María Antonia exhortarles a hacer los ejercicios espirituales de San Ignacio, cuya idea estaba casi
olvidada”.92
“No consideramos por entonces oportuno condescender a sus ruegos, hasta tantear y percibir la
idea y fondo de esta misión. En espacio de nueve meses continuos, examinamos por nos mismos el
espíritu y fines de este pensamiento […] no se turbó ni desalentó con esta respuesta su espíritu […] se nos
presentaba de tiempo en tiempo, oía con humildad la repulsa, y partía de nuestra presencia con grande
alegría y confianza”.94
En 1779 decide pasar a Buenos Aires donde va a realizar su mayor obra. Sin
embargo, al principio no va a tener tanto éxito: “es de admirar que esta pobre señora al
principio cuando vino, le hacían mil burlas por las calles, públicamente tratándola como bruja y
ahora es estimada de todos y llamada a porfía de todas partes (disputándose) quién se la ha de
llevar”.95 El estandarte de la mujer fuerte dice que “ella fue tratada de ébria, loca, fanática y
hasta de bruja”96 e incluso fue apedreada en la calle al considerarla loca.
92
Autor Anónimo, “El Estandarte de la mujer Fuerte”, Buenos Aires, 1899, p.28
93
Positio Super Vita, Virtutibus et Fama Sanctitatis, María Antonia de San José, Roma, 2007, p. 54.
94
Informe del Obispo de Buenos Aires, Fray Sebastián Malvar y Pinto, sobre la Sierva de Dios elevado al
Papa Pío VI (Buenos Aires, 15 de enero de 1784).
95
Carta 59: de Don Isidoro Lorea al P. Diego Irribarren en Faenza (Buenos Aires, 1 de octubre de 1788).
96
Autor Anónimo, “El Estandarte de la mujer Fuerte”, Buenos Aires, 1899, p. 27.
47
Ensayos sobre Hispanidad
Sin embargo, al poco tiempo se ganó el cariño de todo el pueblo, incluido el Obispo
y el virrey que le tenían gran afecto. Los ejercicios se hicieron en un principio en casas
alquiladas, intercalando hombres y mujeres de toda clase: españoles, negros y mestizos.
Posteriormente se le donó el dinero para construir la casa de Ejercicios que sigue en pie
hasta hoy. La comida se conseguía únicamente por limosnas y se conocen muchos hechos
milagrosos relacionados a la adquisición de víveres. Citaré uno de más de veinte que están
documentados:
“Sé también que viniendo un vendedor a la puerta, trayendo otras cosas diferentes, ella le pidió
fruta para los ejercitantes, y diciéndole que no tenía, ella le señaló donde traía dicha fruta, y el vendedor
no creyendo que era sino otros artículos, fue a ver y se cercioró que era así como la Madre decía”.97
También se conocen milagros y profecías que hizo como del entierro de una mujer
que estaba viva, la sentencia de pena de muerte a un hombre que era inocente e incluso
tuvo una visión del retorno de los Jesuitas y de las invasiones inglesas, entre otras.
Por medio de su obra se lograron frutos visibles para todos. Los mismos sacerdotes
que predican los retiros dicen “que se advierte reforma en la ciudad y sus contornos”.98 Se
rescatan también la cantidad de conversiones que se vieron y un cambio general en la
ciudad.
Luego de cuatro años, más de 15.000 personas habían hecho ejercicios con ella y la
cantidad de gente inscripta no menguaba. Por medio de los sacerdotes jesuitas en Roma
consiguió del Papa que se le diera indulgencia plenaria a aquellos que asistieran. No solo
laicos participaban, sino que también obispos que venían de otras diócesis, seminaristas y
sacerdotes. Dice ella misma en carta al P. Juárez sobre un retiro de clérigos: “Entraron 24,
entre los cuales, casi todos los Curas de la ciudad” y más adelante “casi no hay ningún clérigo que
no haya hecho los ejercicios”.99 Incluso el obispo manda que todos los seminaristas que estén
terminando sus estudios deban conseguir la aprobación de la Beata para poder ordenarse
97
PositioSuper Vita, Virtutibus et Fama Sanctitatis, María Antonia de San José, Roma, 2007, p. 155
98
Carta de María Antonia de Paz y Figueroa al Padre Juárez (Buenos Aires, 17 de agosto de 1785)
99
Carta de María Antonia de Paz y Figueroa al Padre Juárez (Buenos Aires, 22 de agosto de 1785)
48
Ensayos sobre Hispanidad
sacerdotes. También estableció relación con el Virrey y la Virreina del Perú que estaban de
paso por Buenos Aires, rumbo a España. La razón del viaje era un juicio injusto que se
había hecho en su contra y por lo cual debía comparecer ante el rey. Los días que
estuvieron en la ciudad, hicieron Ejercicios y establecieron una gran amistad con María
Antonia. Ante su aflicción y preocupación ella les infundió tranquilidad y confianza en la
Providencia. Dice una carta haciendo referencia a esto:
“Fue notorio a todos el alto concepto que formaron de ella (…), y la gran confianza con que en
todo la consultaban, dependiendo de ella aun en sus mayores negocios como de un Oráculo; poniéndose
enteramente en sus manos y recibiendo de ella hasta máximas y consuelos espirituales”.100
Asimismo, en Europa fue conocida y admirada por muchos gracias a las cartas que
Mamá Antula mandaba a los jesuitas expulsos que estaban en Roma, principalmente al
Padre Juárez. No solo a sacerdotes jesuitas llamaba la atención su obra sino a religiosos y
laicos de todas las congregaciones, incluyendo autoridades de la Iglesia: “Confiésole que al
ver de Roma […] lo que obra la Beata han quedado admirados no solo los ex jesuitas de todas la
Provincias, sino también desde el Papa hasta los demás Cardenales y Prelados”.101 Sus cartas
además, al momento en que llegaban a Europa, eran traducidas a muchos idiomas
incluyendo el francés, italiano, alemán y latín y enviadas a todos los rincones del
continente para que se tome conocimiento de lo que sucedía.
“Porque de la Rusia los nuestros y de la Francia la monja tía del rey y otros personajes y sujetos
graves, que han leído las antecedentes, tienen dado orden que cualquier noticia que venga de la Beata y
de los Ejercicios, se la envíen luego”.
Y cuentan que en Francia se han reformado muchos conventos solo con la lectura de
sus cartas y las expresiones de la Beata.102
100
Autor Anónimo, “El Estandarte de la mujer Fuerte”, Buenos Aires, 1899, p. 37
101
Fragmento de carta del Padre Juárez a Don Ambrosio Funes (Roma, 11 de mayo de 1790)
102
PositioSuper Vita, Virtutibus et Fama Sanctitatis, María Antonia de San José, Roma, 2007, p. 32
49
Ensayos sobre Hispanidad
Para concluir, no fue solo su obra lo más admirable (aunque por supuesto no fue
para nada pequeña ni despreciable) sino su persona lo que más vale la pena destacar. Para
las empresas más grandes, Dios en general utiliza a los más pequeños y frágiles. Pero esa
pequeñez muchas veces esconde un corazón amoroso enteramente entregado a Dios
precisamente porque tienen presente que por ellos nada pueden, sino que están sostenidos
por Él. Decía en una de sus cartas refiriéndose a la Suprema Majestad:
“Mi único consuelo es darle muchas gracias y ofrecerme ciegamente a su santa voluntad,
reconociendo que dicha Majestad, por el amor a sus criaturas, que viven olvidadas de su Criador, se
ofrece por todos los caminos a franquear sus misericordias, principalmente por este de los santos
Ejercicios, en los que he experimentado claramente el cumplirse de su santa voluntad con mucho
beneficios de las almas cristianas”,103
“Ella no ama para sí, sino la mayor pobreza, la mayor humildad, y el ser despreciada de todos.
Contenta solo de venir a la mayor gloria de Dios y al bien de las almas por medio de los Santos
Ejercicios. No aspira a otra cosa, y parece que no piensa otra cosa”.104
Precisamente una verdadera mujer fuerte no lo es tal por su fuerza física sino por su
fortaleza y grandeza de alma. Y esto no termina de caracterizarla. La verdadera fortaleza
103
Carta de María Antonia de Paz y Figueroa al Padre Juárez (Buenos Aires, 5 de agosto de 1782).
104
Carta de Don Ambrosio Funes al Padre Juárez (Córdoba, 7 de octubre de 1784).
50
Ensayos sobre Hispanidad
Por eso es que ahora se comprende mejor cuando el libro de los Proverbios pregunta
“Una mujer fuerte, ¿quién podrá hallarla?” ya que ella no es fácil de encontrar, es rara la
presencia de este tipo de mujer en la historia. Pero es seguro que, siguiendo con la cita,
“mucho mayor que de perlas es su precio”.
51
Ensayos sobre Hispanidad
Introducción
Rafael Gambra, filósofo español nacido en el siglo XX, no fue la excepción y se dejó
cautivar por la inquietud por su presente, que también es el nuestro. Es por ello que su
libro El silencio de Dios, resulta tan interesante para dar respuesta a muchas de las preguntas
que surgen cuando nos detenemos absortos ante el sucederse continuo delos
acontecimientos que pasan frente a nuestros ojos como en un desfile sin término.
Nada podremos comprender de lo que Gambra quiere decirnos cuando nos habla de
las características de la Ciudad de los Hombres si primero no nos adentramos en otro
misterio que ha deslumbrado la especulación de Occidente: el hombre mismo. En este
sentido, primero esbozaremos en pocas páginas lo que aún no termina de hallarse
52
Ensayos sobre Hispanidad
Por la extensión del trabajo, no nos será posible realizar un análisis minucioso de la
obra del filósofo español, tampoco es nuestra intención agotar todos los temas tratados en
su libro. Más bien intentaremos reflexionar a partir de sus palabras sobre algunos
problemas que nos interpelan: la existencia humana, el mundo contemporáneo y la
esperanza.
Pretender agotar el enigma del hombre es una tarea ciertamente imposible. Pero ella
se nos impone imperativamente, en especial si atendemos al mandato délfico que nos
exhorta a conocernos a nosotros mismos.
105
THIBON, G. Sobre el amor humano. p. 31.
53
Ensayos sobre Hispanidad
“Entendemos por vida el conjunto de elementos por los cuales el hombre es parte del universo
sensible (cuerpo, instintos, sensibilidad bajo todas sus formas…) Y espíritu todo lo que en él emerge fuera
del Cosmos y escapa a su necesidad: la inteligencia y la voluntad con todo su cortejo de exigencias
suprasensibles y- en último extremo- sobrenaturales”.106
“drama íntimo del existir humano: la temporalidad y la caducidad de la vida, de una parte; la
tendencia de la mente y la voluntad hacia realidades y valores absolutos, atemporales, de otra. O lo que
es lo mismo: la radical incomprensión y la angustia hacia el fluir temporal que nos consume a la vez
que, en cierto modo, nos crea”.107
Con esto, Thibon nos quiere advertir que la confusión de los aspectos humanos es
peligrosísima, puesto que se corre el riesgo de hacer sucumbir ambos cuando se intenta
106
Ibídem., p. 33
107
GAMBRA, R. El silencio de Dios. p. 87.
108
THIBON, G., op. cit., p. 47.
54
Ensayos sobre Hispanidad
suprimir uno de los dos.109 En otras palabras, tanto la mecanización de la vida por la
imposición de vacías reglas morales como la falsificación de los valores espirituales por la
anulación de las energías vitales, conducen al hombre a su perdición personal y a la ruina
de su entorno social. De allí el riesgo del racionalismo y del puritanismo, males de la época
moderna que propiciaron la agonía de la civilización occidental.
“El hombre (el Yo) viene a ser la irrupción en el mundo circundante, entrega e intercambio con
esa realidad que le rodea. (…) va a concebirse a ese sujeto como irrupción en un mundo de cuyo contacto
va a surgir, en el compromiso, la verdadera inteligibilidad- “no se ve más que con el corazón”-; y a la
vez, la autocreación del propio sujeto, el enriquecimiento progresivo de eso que llamamos
personalidad”.111
109
Ibídem., p. 37.
110
GAMBRA, R., op. cit., p. 116.
111
Ibídem., pp. 49-50.
112
Ibidem. p. 59.
55
Ensayos sobre Hispanidad
Rafael Gambra rescata también del autor del Principito la idea de Ciudad de los
Hombres para expresar que hay una sociedad posible en donde el hombre se proteja de las
fuerzas de la naturaleza y se plenifique según su propia finalidad. Esta Ciudad Humana se
construye a partir de los dos pilares anteriormente nombrados. Y el motor para la
edificación de la Ciudad es el fervor. Aquí fervor quiere decir, el esfuerzo y la entrega guiados
por el amor, en cuya obra el sujeto intercambia su vida con su creación, y esta le sobrevive, y fecunda
y alberga la vida de los que le seguirán.115
113
Ibidem., p. 43.
114
Ibidem., p. 52.
115
Ibidem., p. 69.
56
Ensayos sobre Hispanidad
“El sentido de las cosas que libra al hombre de caer en la incoherencia de un mundo sin
límites ni estructura; y la maduración del vivir, en cuya virtud la obra del hombre paga por la vida
que le quita, y el mismo conjunto de la vida por ser constructivo, paga ante su eternidad”.116
Basta con detener la vorágine de nuestros días para comenzar a sospechar que la vida
que llevamos se ha convertido en lo que Heidegger denominaría una existencia
inauténtica. El alemán describe la existencia inauténtica como aquella que no vive de cara
a su posibilidad máxima e ineludible: la muerte.
Una característica de este tipo de existencia es la evasión de todo aquello que nos
muestra esta posibilidad suprema. El hombre contemporáneo se escapa de este horizonte
de múltiples maneras pero lo hace de modo constante a través de la actividad
ininterrumpida.
En palabras del Gambra: “La civilización industrial de nuestra época ha ensayado otro
camino para este anhelo de la evasión. Consiste en aturdir ese sentimiento en la actividad y en
eliminar la muerte del horizonte vital humano”.117
“La creciente falta de pensamiento reside así en un proceso que consume la médula misma del
hombre contemporáneo: su huida ante el pensar. Esta huida ante el pensar es la razón de la falta de
116
Ibidem., p. 73-74.
117
Ibidem., p. 90.
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pensamiento. Esta huida ante el pensar va a la par del hecho de que el hombre no la quiere ver ni
admitir”.118
Pero estas preguntas pueden ser pronunciadas sin reparo y hasta con aval del
conjunto social, porque se ha aceptado ciegamente el mito de la evolución histórica que
conduce a un progreso indefinido como un devenir que siempre decanta en un mundo
mejor, sin la necesidad de compromiso y la domesticación por parte de los hombres.
118
HEIDEGGER, M. Serenidad. Versión castellana de Yves Zimmermann, Ediciones del Serbal, Barcelona,
1994, p. 2.
119
GAMBRA, Rafael. Op.Cit. 98.
120
Ibidem. p. 101.
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Incluso podría decirse que los hombres se resignan de manera previa a esa evolución, por
lo que ya no hay un sentido por el cual consagrar la vida.121
“Quizás la consecuencia más espectacular de este desarraigo de los lazos del hombre con su
mundo y de los hombres entre sí dentro del mundo teconocrático se ha llamado la aceleración de la
historia o, más exactamente la culminación de este proceso en nuestra misma época”.122
Conclusión: La esperanza.
Ante el panorama que hemos dejado atrás con la exposición de las ideas del filósofo
español, nos queda en la inteligencia y el corazón una inquietud lógica: ¿es posible la
restauración de una Ciudad de los Hombres, en donde el vivir sea domesticar y
comprometerse con los demás con amor y fervor?
121
Ibidem. p. 140.
122
Ibídem., pp. 126-127
123
Ibidem., p. 125.
124
Ibidem., p. 195.
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La Ciudad de los hombres que hemos de restaurar es “una ciudad cuya sustancia
otorgue sentido y maduración a las vidas que alberga; que oponga, en fin, al eterno ¿por qué no? del
juglar de las ideas la consistencia de sus muros y la religación divina de sus cimientos.” 125
Llegados al final del recorrido, no queda más que recordar esta naturaleza conflictiva
del hombre que nos otorga la llave de la esperanza para la reconstrucción de la Ciudad
Humana. Somos seres telúricos pero abiertos a la sed infinita de lo eterno y por ello no nos
queda más echar raíces en la Ciudad de los Hombres, porque como dice Chesterton en un
poema: “Ahora se puede contar esa verdad; Sí, hay fuerza en echar raíces y bondad en hacerse viejo”.
125
Ibidem., p. 196.
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