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02 de octubre de 2019
Profesor
CARLOS MEDINA GALLEGO
Respetado profesor:
Ahora bien, ante lo manifestado por usted el pasado martes 01 de octubre en la clase de
Historia política y socioeconómica de Colombia del siglo XIX, respecto a que si deseábamos
quedarnos recibiendo clase con usted, nuestra respuesta es que sí queremos hacerlo, pues
vemos en usted a una persona que tiene mucho por aportarnos, sin embargo, no queremos
que el hecho que nos quedemos se interprete como que estamos de acuerdo con las
afirmaciones hechas por usted ese día, como por ejemplo: “los que se quedan conmigo es
porque creen en mí y saben que esto es una campaña que está en contra de mí y de mi
forma de existir en la vida y de lo que soy y de una forma absolutamente criminal”, pues nos
encontramos en desacuerdo con el manejo que usted le ha dado a algunas situaciones que
se han venido presentando, tales como:
- Por otro lado, creemos que fue desacertada la forma como usted irrumpió en la
Asamblea que se realizó el pasado miércoles 25 de septiembre en la la Facultad,
pues no respetó las reglas que desde el comienzo se establecieron para desarrollar
el espacio, en donde se había aclarado que esa reunión no iba a ser para tratar ese
tipo de casos y se plantearon objetivos diferentes. Entendemos completamente que
quiera defenderse de las afirmaciones que se han venido haciendo en su contra,
pues creemos que tiene todo el derecho de hacerlo, lo que cuestionamos es la forma
como pretende ser escuchado, dado que al intentar hacerlo “a las malas” genera un
ambiente de inconformismo e impide que se pueda dar un diálogo del que surja algo
positivo, y por el contrario, se termina generando situaciones como la que se
presentó al final.
- Tampoco nos encontramos de acuerdo con los comentarios que ha venido haciendo
como por ejemplo “te quito el abrazo… No sea que sea leído como práctica de
acoso”, o que ya no puede exaltar las capacidades académicas de sus estudiantes
en clase porque puede ser tildado de acosador, pues creemos que esto lo único que
hace es deslegitimar e infantilizar la lucha feminista y sus demandas, que lejos de
pedir que no se den más abrazos en la sociedad o que nos tengamos que abstener
de resaltar las capacidades académicas de alguna persona, luchan por no ser
acosadas en las calles, en el transporte público, en el trabajo o en la universidad;
luchan porque se reconozca que existen estructuras machistas y patriarcales que
afectan de manera principal a las mujeres, que cosifican su cuerpo y determinan su
rol en la sociedad; luchan porque ninguna otra mujer vuelva a ser víctima de un
feminicidio; entre otras justas y válidas razones.