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Circuito de sensibilización

Objetivo:

El objetivo general de estos juegos es sensibilizar a los participantes sobre la realidad del colectivo
de personas con disminución, fomentar actitudes positivas y solidarias basadas en el respeto a la
diversidad y evitar la aparición de actitudes negativas o no integradoras mediante el componente
lúdico y participativo de la actividad.

 Conocer los diferentes tipos de discapacidad y sus características


 Experimentar valores cooperativos y de colaboración con posibles amigos/as o
compañeros/as con discapacidad.

Metodología

En las actividades se pide a los/as integrantes del grupo que se pongan en el lugar de una persona
con discapacidad, es decir, que realicen alguna actividad propia de la vida cotidiana
experimentando la limitación que la persona con discapacidad tiene. Las actividades prácticas
serán diferentes en función de la discapacidad que se esté trabajando.

Estas actividades se plantean como un elemento eminentemente sensibilizador que, mediante


diversas pruebas participativas y dinámicas, pretende alcanzar una finalidad doble; por una parte,
que puedan participar con normalidad personas con disminución física y, por otra, que los
participantes que no tengan la movilidad reducida puedan experimentar esta circunstancia
haciendo una actividad lúdica asociada a ideas y a actividades positivas.

Actividades:

1. Tenderete del maquillaje: Cuando los participantes caen en esta casilla, deben pintarse la
cara unos a otros con los ojos tapados; así se potencia el sentido del tacto y el de la
orientación.
2. Tenderete del bosque: Se trata de que los participantes, sentados y sin usar las manos, se
coman una manzana o un caramelo que pende de un hilo. De esta manera, una persona
que fuera en silla de ruedas no estaría en desventaja.
3. Tenderete del baloncesto: Con una parte del cuerpo inmovilizada o desde una silla de
ruedas, hay que encestar una pelota en una canasta de baloncesto. El objetivo es que los
participantes se den cuenta de las dificultades que conlleva tener problemas de
movilidad.
4. Tenderete de las barreras arquitectónicas: Los niños harán un recorrido en silla de ruedas
que, para hacerlo un poco más difícil, incluye rampas, balancín, circuito de eslábom,
etcétera. Se pretende sensibilizar a los participantes sobre las barreras arquitectónicas.
(En el balancín, es recomendable la presencia de dos personas para evitar posibles caídas;
uno de los dos controladores puede ser un componente del grupo participante.)
5. La caja tonta: Uno de los participantes se pone tras un televisor de madera e imita a un
personaje conocido o describe una palabra mediante gestos, y el resto del grupo tiene
que adivinarla. Se puede considerar un juego creativo y una forma de expresión no verbal.
6. Tenderete del dibujo: Un componente del grupo, con una manopla o con los dedos atados
y siempre con las manos cruzadas, hace un dibujo que sus compañeros deben adivinar.
Con esto se manifiesta la dificultad motriz de una persona que no utiliza las manos con
precisión. Una variante de este juego podría ser que los miembros del grupo hicieran un
dibujo, de rodillas, con las manos atadas a la espalda y un "plastidecor" (no tóxico) en la
boca.
7. Tenderete de la cueva: Para potenciar el sentido del tacto y experimentar la falta de
visión, hay que reconocer, con los ojos tapados y mediante el tacto, algunos objetos o
elementos.
8. Circuito con bastón: Realizar un circuito con bastón de invidente en el que se encontrarán
con distintos obstáculos. Sensibilizar sobre la ceguera.
9. Tenderete del bar Con los ojos tapados y mediante el sentido del gusto, hay que adivinar
algunos alimentos o bebidas. También se puede trabajar el sentido del olfato
identificando olores.
10. Tenderete del espejo: Se coloca un marco de madera a modo de espejo y los participantes
deben imitarse mutuamente. En esta ocasión se trabaja el esquema corporal, la
comunicación no verbal y la creatividad, así como la rapidez de reflejos.
Conclusión

La sensibilización mediante el juego nos ofrece una posibilidad de educar en el ocio, una manera
amable de valorar las capacidades de cualquier persona, independientemente de sus
peculiaridades. La experimentación, en este caso, permite ponerse en el papel del otro.
Difícilmente un joven puede olvidar la experiencia de meter una canasta desde una silla de ruedas,
ni el esfuerzo y la habilidad que supone; así, podrá comprender mucho más fácilmente la
necesidad de adaptar la ciudad Y el entorno a todos, y no solamente a la mayoría. Sabrá qué
significa orientarse, comprender la realidad sin usar el sentido de la vista. Esta es la experiencia
más positiva de la sensibilización. El juego, además, permitirá hacerlo en un ambiente festivo y
lúdico, y se rentabiliza todavía más su utilidad social. Apostar por el respeto de la diversidad
significa construir una realidad más solidaria y justa. El esfuerzo de enseñar, de hacer aprender a
valorar las capacidades de todo el mundo, debe ser una tarea que hay que empezar sin demora
para que las actitudes que desgraciadamente todavía existen (tanto el rechazo como la
sobreprotección) vayan dando paso a una normalidad en la que no haga falta hablar más de
integración.
Referencias bibliografías

Giralt, E. et. al. (1990) Juegos sin barreras (para nifios con o sin dificultades motrices. Barcelona:
Federación ECOM.

Gascon, P. y Martín, C. (1986) La alternativa del juego. Fichas técnicas. Madrid: Gymnos.

Orlick, T. (1986) Juegos y deportes cooperativos. Madrid: Popular.

AA. VV. (1990) La alternativa del juego II (juegos y dinámicas en educación para la paz),
documento policopiado. Madrid.

AA. VV. (1990) Treballem la diversitat! (Carpeta de recursos per a la informació objectiva y el
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Barcelona: FCEM.

AA. VV. (1991) Treballem ladiversitat! (2). Barcelona: Diputació de Barcelona.

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