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La ratita

trabajadora.
Había una vez una ratita que trabajaba mucho. Ella tenía una hija
que se llamaba Lucía pero que era muy muy traviesa. A Lucía no
le gustaba ayudar en la casa, ni hacer su tarea; ella prefería solo
pasar el tiempo jugando y jugando.
Un día, la mamá de Lucía se cansó de que su hija fuera muy
traviesa y por fin le dijo: -¡estoy harta de que nada mas estés
jugando, mira toda la dedicación que yo hago para que tengas
una buena vida!- Y la castigó dos meses.
A partir de entonces, Lucía aprendió a que debería ayudar a su
mamá en el quehacer de la casa.
¡Colorín colorado, este cuento se ha acabado!

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