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THE LIBRARY

OF THE
-
i

DICCIONARIO MILITAR.
DICCIONARIO MILITAR

ETIMOLÓGICO, HISTÓRICO, TECNOLÓGICO,

COS DOS VOCABULARIOS FRANCÉS Y ALEMAN

POR

D. JOSÉ ALMIRANTE . 7^,


Coronel de Ingffnieru*

MADRID

Imphkxta y Litografía del Depósito de la (tuekra

1869
Es propiedad del autor.
3 5 5. ¿3

L'hintoire tles muís devient inseparable de l'lüs-


toire m-'me (te idees.
Oamifon .
I n Diclionnatre sans exeinpleest un squelette.
Voltnire.

En obras de arte ó de imaginación, donde campea el ingenio y destella


la fantasía, suele no ser conveniente apelar en el prólogo á la clemencia
del lector: tan ridículo es en ellas sublevarse contra el público fallo, como
vano pretender inspirarlo ó prevenirlo: en libros, sin embargo, como el pre
sente, escritos, ó mejor, construidos á fuerza de paciente laboriosidad, en
libros sin pretensiones y de buena fé, como decia Montaigne, puede ser lí
cito contar con esa benevolencia que despierta todo esfuerzo, aunque no
sea victorioso, para exponer la idea generadora, que, en trabajos de esta
índole, queda inevitablemente oculta y diseminada bajo la menuda com
plicación de los detalles. Entregada así la clave, ya es inhumano que la
crítica se encarnice; y el lector, desconcertado ante repetidas faltas de eje
cución, que quizá tolere en vista de lo vasto y fecundo del pensamiento,
mitigará el encono con que suele castigar al malaventurado autor que no
acierta á satisfacerle por completo.
Amigo de los libros el que esto escribe, emprendió hace años y sin otro
objeto que la instrucción propia, un profundo y perseverante estudio de to
dos los ramos de la literatura militar española. A todos, áun á los que no
la cultivan, es conocido lo sediento y avasallador de esta afición: á cada
paso que se anda, nueva tirada de camino se descubre; de cada duda satis
fecha otras muchas brotan impacientes; y hasta parece que estimula cierto
goce, tan vano por supuesto como todos los de la tierra, á las peregrina
ciones bibliográficas, á las investigaciones históricas y filológicas, á la me
ditación, á la comparación, á las copiosas lecturas, á los largos extractos
Efecto de la variedad, que nace y crece cuanta mayor unidad se preten
de dar á un asunto, el evacuar una cita, por ejemplo, proporciona el cono
cimiento de un nuevo libro y el deseo de contar sus ediciones; un hecho
heroico incita á conocer biográficamente al que lo ejecutó y al que lo narra;
una impertinencia viene á descubrir á veces el resorte de una acción; una
ley suntuaria, una simple moda en el vestir quizá delata un cáncer social;
el lenguaje en fin, este atributo exclusivo y primordial del hombre, es el
más puntual indicador de las evoluciones, no siempre ascendentes, de la
especie humana.
Resultado: que en el largo transcurso de nuestro estudio habiamosrecogido
la série cronológica de los hechos más importantes de la milicia española;
aquellos pocos preceptos eternos é invariables de la profesión; los apuntes
biográficos y bibliográficos de personajes históricos en armas ó en la litera
tura militar; un caudal de pensamientos notables, de voces, de locuciones
antiguas y modernas incrustadas en su mismo texto, como ricas y verda
deras joyas que seria irreverencia desmontar.
Pero en uno de esos momentos en que la actividad se concreta, en que
las ideas, agrupándose, se asientan y clasifican, en que el pensamiento se
calma y condensa, ó, como ha dicho un francés, cristaliza, comprendimos
que la empresa, si bien plácida y provechosa, tomaba proporciones de in
terminable, y que era menester encaminarla hácia un fin práctico, inme
diato. Militares de valía y hombres de envidiable fama en las letras, que
nos honran con su consejo, con su estímulo y sobre todo con su aprecio^
nos animaron á someter al juicio público alguno de nuestros trabajos, y
reflexionando encontramos:
Que, reunidas y ordenadas nuestras notas cronológicas y datos biográ
ficos, con algún barniz y atildamiento, se tenia casi un Resumen de la
Historia de España, bajo el punto de vista militar, obra emprendida por al
gunos, mas por nadie acabada.
Que, arregladas convenientemente las numerosas noticias y papeletas
de libros y autores, podria resultar una Bibliografía militar española, que
no vendría mal, puesto que la de Huerta tiene la fecha respetable de 1760.
Que, puestos debidamente en sendos cartones los textos, apuntes y re
cuerdos de voces y locuciones recogidas originales en la lectura, añadiendo
algunas definiciones ó conjeturas de propia cosecha, empalmando y zurcien
do con tino las de clásicos y autoridades, ribeteando de nuevo un artículo,
dejando otro raso, poniendo este de perfil, aquel en bosquejo, el otro á me
dia luz, calcando aquí, copiando allá, vendría á salir un Diccionario de la
lengua militar de España algo distinto de los conocidos.
Clasificados así los tres grupos, este último es el que tenia condiciones
más aparejadas para ver el primero la luz pública. Expongámolas con
franqueza.
Al estado actual del Ejército parece convenirle un libro, aunque volu
minoso en la forma, ligero en el fondo, redactado con estilo rápido y perio
dístico, que no obligue á lectura seguida, ni al menor esfuerzo de atención.
Si no estuviera tan manoseada la palabra, este seria un libro de vulgariza
VII
eion, que se ha pretendido hacer, no sólo legible, sino ameno, para que
pueda ser hojeado indistintamente por el húsar y por el ingeniero, por el
artillero y por el cazador: llevando más allá el optimismo, hasta por hom
bres despreocupados y estudiosos del orden civil.
¿Y porqué no? Unos y otros quizá encuentren para cualquier trabajo so
bre Arte militar, ó que con él se relacione, algún caudal de noticias y fechas
auténticas fáciles de encontrar, tal cual idea esbozada apenas, que ellos
puedan más anchamente desenvolver.
De este plan, tan llanamente' expuesto, ya puede deducirse que la es
tructura del libro se apartará de la adoptada hasta el dia por los Dicciona
rios militares. Para los hombres que se llaman graves, para los adoradores
del ritual, quizá no merezca aquel nombre; y lo tengan por lo que vulgar
mente se dice un cajón de sastre, un tomo de varios, una colección de ar
tículos desiguales cosidos por orden alfabético. Sea: la cuestión es de poca
monta; si el objeto se logra, el título es lo de ménos.
El escollo en que tropiezan algunos Diccionarios extranjeros (especial
mente el francés de Bardin, inmenso arsenal de noticias), es la pretensión
de convertirse en Enciclopedias, verdaderas barajas encuadernadas, con
que los autores se hacen la ilusión de componer todos los juegos que el
lector necesite. Ilusión decimos, porque verdaderamente lo es suponer taD
paciente á ese lector, que, para estudiar con seriedad, haya de jugar al
rompe-cabezas ó restaurar un mosáico, soldando ó zurciendo de nuevo los
capítulos de los libros mismos que el autor lia descuartizado. Pues ¿no es
más obvio acudir á los originales?
Quede, por tanto, sentado en la primera página que este Diccionario, léjos
de ser enciclopédico, no intenta enseñar nada ni instruir á nadie, y quiere
al mismo tiempo ser útil á todo el mundo. Ningún Diccionario puede ni
debe ser libro de enseñanza, sino de consulta. A nadie se le ocurrirá buscar
el Diccionario de la Lengua para un acto importante déla vida, y sin embar
go no falta en el bufete de todo el que tenga interés en expresarse con
propiedad.
Bajo esta idea de modesta utilidad, que excluye por consiguiente toda
pretensión científica y literaria, es como el autor se atreve á recomendarse
repetidamente á la benevolencia pública.
Para disminuir volúmen y dar más adecuada forma al pensamiento, ha
parecido conveniente apartarse un poco del camino trillado, haciendo las si
guientes supresiones:
De todas las voces heráldicas ó del blasón. Esta ciencia, si loes, apónas
«comprende en la rápida marcha de. las modernas sociedades, y en las
antiguas tendría interés genealógico, pero de ningún modo militar.
De los términos técnicos de hipiátrica y albeitería. Es verdad que cons
tituye un ramo importante de una de las armas principales; pero no se
acorta porqué ha de tener precedencia sobre las matemáticas, física y de
más me forman hoy el fondo común de toda mediana educación. Y verda
deramente es irregular citar las enfermedades del caballo y omitir las del
hombre.
VIII
De las órdenes militares y condecoraciones extranjeras.
De toda acción de guerra y nombre de localidad, cuyo lugar más propio
es el trabajo histórico arriba mencionado.
De una multitud de voces, indefinidas é indefinibles por su esencia, cor
respondientes á ejércitos antiguos, como el egipcio, el chino ó el tártaro,
cuyo conocimiento y discusión ocupará con provecho la erudición del ar
queólogo, pero ñola atención del historiador militar. Basta con remontarse
á las fuentes de Grecia y Roma.
Por último, se priva este libro de la respetabilidad que siempre da enca
bezarse con una copiosa lista de obras consultarlas, puesto que han de com
prenderse en la Bibliografía de que ántes se habló.
En cambio se han introducido algunas adiciones, que, si bien no tienen
justificación de ejemplo precedente, la han recibido de inteligentes milita
res y la esperamos confiados de todo el que se aproxime á nuestra manera
de ver.
El Arte Militar de todos los tiempos y de todos los pueblos no ha tenido
ni podido tener más elementos realmente constitutivos, esenciales, constan
tes que tres: los hombres, las armas, el terreno. Su orden de importancia
es en el que están enunciados. Ahora bien ¿se concibe tratar de una cosa,
sea la que fuere, sin mentar siquiera su materia, su elemento constituyen
te? ¿Se comprende razonar sobre milicia y sobre guerra, con abstracción com
pleta del móvil único y primero, del agente vivo y propulsor, de la fuerza
inicial, de la fuente inagotable de vida y movimiento, del hombre, en fin,
del soldado?
Pues—doloroso es decirlo—no parece sino que en muchas obras milita
res se tiene empeño de suprimir la especie humana. Desde la infancia, des
de los colegios se imprime esta dirección torcida, que, más rígida cada vez
con los años, produce el singular espectáculo deque los hombres destinados
á gobernar ejércitos y, dígase lo que se quiera, á gobernar pueblos, deseo-
nocen, ó afectan desconocer, lo que forma con su agrupación esos ejércitos
y esos pueblos.
Ordenanza y Táctica: he ahí las dos palabras sacramentales con que se
tapa la boca á todo el que se siente con fuerzas para discurrir. ¿Pero esa
Ordenanza y esa Táctica se hacen para peones de ajedrez, ó para hombres,
jóvenes y ardientes en su mayor parte, en la plenitud de sus virtudes, de
sus vicios, de sus pasiones?
Conocemos lo inútil, y hasta lo peligroso, de abordar cuestiones siste
máticamente evitadas, ó mantenidas bajo un velo religioso, quizá sólo por
la ignoro ncia y la rutina; pero no creemos transgredir ninguna ley, ni rozar
ninguna conveniencia, formulando el deseo de que se considere un batallón
como algo más que un cuerpo físico y geométrico, compuesto de ocho ó
seis partes que se estiran ó encojen por medio de un resorte inanimado.
No es mutilando ni agarrotando la naturaleza humana, como se han de
exigir do ella esos arranques de entusiasmo y de heroísmo que embellecen
tantas páginas de los anales militares; no es con un sistema estacionario y
protector de hábitos de holganza y de empirismo como ha de regenerarse
IX
nuestro estado militar, algo rezagado ya en el movimiento social; no es apar
tándolo de él cada vez más, y haciendo que desde su aislado campamento mire
sin oir con faz sañuda, como el ejército ha dé ir encajando sin violencia en el
hueco que precisamente ha de tener en las modernas formas de la sociedad.
De sobra sabemos que la manera imparcial, desapasionada, ecléctica,
zumbona con que tratamos añejas cuestiones de fórmula y precedencia, que
tan espinosas hace el amor propio, no suele reportar simpatía, gratitud ni
áun justicia. £1 que se ve desposeído de un derecho no se aviene sino con el
que deplora la pérdida: y el que pretende recogerlo para sí maldice del que
se lo estorba.
Quisiéramos que la historia llamada militar tomase algo del giro filosó
fico que va distinguiendo á la civil, y saliese de esos dos carriles en que la
vemos atollada: ó colección femenil de figurines, ó catálogo indigesto de
descripciones de aquello que es ménos descriptible, de batallas.
Esta somera indicación de consideraciones más elevadas, que desarro
llaremos en otro lugar, hasta para justificar la introducción de ciertos vo
cablos que á unos parecerán exóticos y á otros redundantes; y sobre todo de
la forma irreverente, atrevida quizá por lo inusitada, con que están redac
tados varios artículos de verdadera importancia técnica ó moral.
Sospechamos, sin embargo, que este pobre libro nuestro se anticipa en
algo á su tiempo. Inofensivo y humilde cómo se presenta, quizá vengan
sobre él cóleras desde arriba, improperios desde abajo; unas y otros se des
puntarán en la solidez de nuestras convicciones; pero, si por ventura así no
fuera, y respetando nuestras ideas personales, se nos señalasen los muchos
defecto1? técnicos y literarios que una compilación tan extensa forzosamente
ha de tener, contraeríamos una deuda de inmensa gratitud. —
Respecto á las armas, al elemento inanimado de combate, justo es re
conocer que están tratadas en la generalidad de los diccionarios con sobrada
amplitud. Creemos sin embargo que todavía pudiera añadirse algún interés,
dándoles, por decirlo así, claro-oscuro. La forma más ó ménos artística del
puño de una espada, la mejora mecánica de una ballesta nunca podrán in
teresar lo que la mezcla detonante de tres sustancias, inocentes en sí, que
ha dado un nuevo ser, no á los ejércitos, sino á la humanidad entera. Hay
ciertos detalles ínfimos que, realzados con criterio, se convierten en jalones
históricos: la supresión de la horquilla, la mejora de la piedra de chispa, de
la baqueta de hierro, y en nuestros dias, el cebo fulminante, el sistema de
retrocarga y otras verdaderas invenciones, han causado, y seguirán cau
sando, perturbaciones inesperadas en la táctica; pero la investigación con
cienzuda del número de botones de una polaina, jamás podrá ser ocupación
de nn hombre serio.
Llamaremos, por último, fuertemente la atención sobre la más extraña
de las omisiones: sobre ese silencioso desden conque, rebasada ya la mitad
del siglo XIX, se sigue mirando en la milicia española lo referente al co
nocimiento del terreno. Y en rigor es lógico: considerados los batallones
como prismas rectangulares, nada más fácil ni más cómodo que considerar
un tablero el suelo, sobre el cual viven, se mueven y combaten.
como
X
Nos embaraza realmente presentar como nuevo—y lo será para muchos—
un ramo indispensable de educación militar, cultivado hace un siglo en
Alemania con su nombre propio Terra inlehre, y no descuidado en esa
Francia, por tanto tiempo nuestro único y constante dechado.
Y, sin embargo, sucede en España: en el territorio cuya notable estruc
tura vienen á estudiar con avidez los sabios extranjeros; en el país que de
be su independencia y su nacionalidad al tino de sus habitantes en utilizar las
raras condiciones de su relieve; en la nación que cuenta, desde Viriato hasta
Cabrera, por centenares los hombres dotados de ese instinto maravilloso,
sin el cual no puede existir el buen soldado; de esa aptitud, difícil sin du
da de adquirir artificialmente, y que se expresa, como todo lo grande, co
mo todo lo útil, en una simple frase: conocer el terreno.
Es, pues, de esperar que se toleren los numerosos artículos relativos
á este asunto, apoyados siempre en la autoridad de la Academia Española,
y en el Diccionario, tan excelente como ignorado, de la Academia de la
Historia. La abreviatura (Dice. Acad. 1 ó 5) indica siempre el de aquella en
su 1." ó 5.* edición.
Se da en este libro lugar muy principal á los vocablos anticuados; por
que no todos son arcaisinos, como vulgarmente se cree, y porque, si se han
de regenerar nuestro lenguaje y literatura militar, sólo puede ser inspirán
dose en los clásicos. Y ¡cuántas veces se hace oscura y penosa su lectura,
por desconocer el sentido de alguna palabra desusada!
Considerando, como debe ser, el nacimiento de la España moderna en
el principio de la Reconquista sobre los árabes, en aquellas fuentes de ac
ceso no muy fácil, ni muy cristalinas tampoco, hemos procurado buscar ori
ginales los vocablos y áun las ideas, sin que nos arredrase la fatiga de áridas
excursiones por los primitivos Fueros, Las Partidas ó el Espéculo.—De ahí
también, la inserción de algunas palabras árabes.
Por otra parte, la afición creciente en el dia á resucitar helenismos ó nom
bres griegos, impone la obligación de mencionarlos en un libro que pretende
ser tecnológico. También se apuntan algunos galicismos usuales, pero inne
cesarios; se censura la expresión impropia, el giro falso, la locución incor
recta; siguiendo en este punto el razonable precepto de rechazar lo que des
naturaliza el lenguaje, de admitir lo que real y forzosamente lo enriquece.
Definir, según el Diccionario de la Academia Española, es exponer con
claridad, exactitud y precisión la naturaleza de alguna cosa.
Los lexicógrafos reconocen dos clases de definiciones, la explicativa y la
sinonímica: esto es, la que admite descripción y la que se limita á dar equi
valencias ó sinónimos. Algunos sostienen que no puede haber dos palabras
rigorosamente sinónimas; pero ese segundo método es el más generalmente
seguido, porque evita dificultades de redacción y da cierto aspecto de gene
ralidad, que suele degenerar en confusión. Por nuestra parte, hemos puesto
singular empeño y diligencia en que la definición sea clara, exacta, precisa
y breve en lo posible; mas, considerando también que el mejor modo de de
finir ciertas cosas es trazar su historia, no hemoK retrocedido ante la exten
sión unas veces, ante la divagación otras, en forma de consideraciones
XI
icas, críticas ó filosóficas. Allí, donde hemos tenido por seguro nuestro
j^ucio, la afirmación es perfecta: donde lo sentimos vacilante, preferimos
gar la duda en pié y el arbitraje al lector.
? Por lo demás, la acumulación de citas y textos, la excesiva nimiedad
señalar la obra, la edición, el volumen, la página, bien se ve que no es
rde de erudición, ni jactancia literaria; sino, todo lo contrario, modesto
peño en el autor de robustecer con la de los maestros su escasa autori
dad personal, vivo deseo también de promover estímulo y despertar curio-
áidad. A la inversa que en los edificios, en los cuales, concluidos, se quitan
*lo* andamios, aquí precisamente hay que dejarlos, para que se vea como
'se ha construido la obra.
El tecnicismo militar dista bastante de estar hecho La misma lengua
general no permanece estacionaria; sigue las evoluciones del pueblo que
la habla; es, pues, indispensable alguna atención á la etimología, no para
entrar en honduras con San Isidoro ó Covarrubias, cayendo en la vaguedad
ó en la manía de forzarlas, sino en cuanto pueda percibirse el origen in
mediato de la voz en alguna de las lenguas madres del castellano.
Otros dos escollos temibles, en obras de esta índole, son la omisión y
la repetición: la primera puede evitarse no escaseando el trabajo material
y fatigoso de continua revisión; para la segunda el remedio es más difícil,
y creemos haberlo encontrado en el régimen invariable que nos hemos im
puesto, y en el derecho mental que nos hemos arrogado de clasificar los
artículos en grupos,* según su importancia capital ó secundaria.
En el primero se comprende un corto número como Guerra, Táctica,
Artillería, etc. que inevitablemente han de contener gran porción de vo
cablos en otra parte definidos; es, pues, un medio seguro de evitar repe
ticiones considerarlos como conocidos, puesto que en el libro están, y des
cartarse de ellos y hasta de las ideas accesorias que envuelven y arras
tran. El tipo versal, con que van impresas las palabras importantes y
técnicas, las señala bastante para buscarlas en su respectivo lugar alfabé
tico, sin la molesta repetición de la abreviatura (V. e. v.) véase esta voz,
véase este vocablo.
Siendo las dos lenguas francesa y alemana las más útiles para el militar
español, van al fin dos copiosos Vocabularios, con sus principales equiva
lentes, cuya definición y explicación se encuentran en el cuerpo del Diccio
nario. —
Esta obra, casi terminada y en disposición de darse á la imprenta, fué
presentada al Gobierno en 31 de marzo de 1865. El lisonjero informe de la
Junta Consultiva cki Guerra, que á continuación se inserta, manifiesta lo
modesto de la protección que el autor pedia: no la obtuvo sin embargo.
Por fin, en 1869, siendo ministro de la Guerra el general Priin, para
1 quien el autor era completamente desconocido^ sólo en vista del expediente
' v del manuscrito, que examinó con detención, dispuso que se imprimiera
por cueuta del Estado en el Depósito de la Guerra. El único medio que por
desdicha queda de acreditar nuestra gratitud, es dejarla consignada aquí,
fervorosa- indeleble; así como á los dignos compañeros del Depósito que,
XII
venciendo obstáculos de todo género, han mostrado el más vivo interés
por llevará cabo la publicación con el esmero que en ella resalta.
Concluiremos, advirtiendo que á pesar de haber durado largo tiempo,
contra la voluntad de todos, la impresión de este libro, no ha parecido con
veniente retocar ni modificar el texto en lo más mínimo; pues así, aunque
pierda algún interés de actualidad, conserva el de presentar en conjunto
con bastante exactitud el estado militar de España áutes de la revolución
de 1868.

COPIA DEL INFORME DE LA EXTINGUIDA JUMA CONSULTIVA DE GUERRA .

Al Exento. Sr. Ministro de la Guerra. =Madrid 13 de Diciembre de l865.=Excmo. Sr.=En cumplí nienlo de la Real
orden de 10 de Abril último, esta Junta se ha enterado detenidamente de la comunicación dirigida á V*. E. por el Oficial
que fué del Ministerio de la Guerra D. José Almirante, relativamente á la obra que se propone redactar con el titulo de.
«Diccionario de la lengua militar de España,» y de la cual acompaña algunos artículos que han sido examinados también
escrupulosamente por esta Junta, cuyo acuerdo teniro el honor de trasmitir a V, E. á continuación. =E1 pensami uto del
autor, los trabajos preliminares que ha tenido que hacer para desenvolverlo y formularlo, y el método, plan y sistema
adoptado para llevarlo á cumplimiento, están explicado* por él mismo en su exposición, v lo que toca resolver es, en
primer lugar, sobre la utilidad de la obra; en segundo, la protección ó auxilios que el autor demanda al Gobierno. =Ln
redacción y publicación de un Diccionario de la lengua militar de España, compuesto de artículos que, sin rebasar los li
mites de tal Diccionario, como indica el autor del proyecto, no caiga tampoco en la enciclopedia, no solo habrá de ser de
utilidad general para todas las clases del Estado, sino que, en la época que atravesamos, es una necesidad p ira la consa
grada especialmente á la noble profesión de las armas, porque en él, á falta de otras obras más perfectas y de tiempo que
consagrar á su concienzudo y serio estud o, encontrará al menos el lector la palabra técnica y definiciou razonada de las
voces que constituyen el lenguaje militar de España. El mencionado Diccionario es, pues, tan necesario, útil y conve
niente como lo son hoy todos los extrictos, resúmenes razonados, compendios, y en general todo trabajo que en menos
folios, menos palabras y ménos volumen contenga mayor número de verdades ó principios fundamentales de una cieñen,
y que pueda ser leído, estud ado y meditado en menos tiempo y con menos trabajo; asi se explica como en las naciones
más adelantadas de Europa hay un Diccionario militar más ó ménos adaptado á las circunstamiis pnrliculares de su idio
ma, y tiempo era que hubiese también en Espina una obra semejante, por lo que realmente contrae su autor un verdadero
mérito al procurar llenar este vacío.=¿Reunirá el Diccionario las condiciones que debe tener? Acompaña D. José Almirante
como datos conocidos, só/o unos cuantos artículos que, aprobado el pensamiento, habrán de ser en su día parle integrante
ó componente del proyectado Diccionario, y no por ellos se puede juzgar una obra en su totalidad, ó emitir opinión sobre
si habrá de reunir ¡as condiciones propias do su cbtsc y naturaleza. Pero, lijando la atención en estos artículos, se ve
revelarse en ellos claro talento, entendimiento reflexivo y erudición lingüística del autor; conocimientos vastos en la
historia antigua y moderna; no ménos en el arte militar y en las ciencias que le son auxiliares, y capacidad en fin, para
llevar ú cumplimiento la obra proyectada. En cada uno de dichos artículos encontrará la persona agena á la carrera do
las armas lo bastante para entender su lenguaje técnico y poderlo usar con propiedad; los que á ella se consagran, un
índice para recordar en instantes dados lo que tal vez el tiempo hubiera borrado de su memoria, lodos los artículos es
tán redactados con fácil, pura y castiza dicción ; comprobadas sus rilas históricas con sus fuentes originales, guardan con
estas exactitud, y las deducciones etimológicas de las voces están bien derivadas. De advertir es, por último, que el pro
yecto no eBtá reducido á los estrechos límites de definir las voces y objetos, sino que se extiende á razonar acerca de su
etimología ú origen, uso que la cosa definida haya teni lo en lo pasado, utilidad para lo presente, mejor cimiento que pu
diera dársele para lo venidero, procurando siempre justificar sus apreciaciones con dalos históricos, facultativos ó cientí
ficos. =Cree, pues, esta Junta, como deducción de estas considera iones, que los artículos presentados como modelo jus
tifican en suficiente grado el pensamiento, plan, sistema y método preconcebido por el autor, estando ajustadas á las
condiciones que la critica exige para que este género de obras seria aceptadas como útiles y convenientes, y que debe
presumirse que el autor, por su talento, podrá llevar á feliz término su proyectado trabajo. Tero como ninguna obra lite
raria que haya exigido constancia y profundo estudio, puede darse á la prensa sin calcular rinlesel modo de no perder al
menos el oro, tiempo y trabajo invertidos, es muy natural que D. José Almirante haya tenido que implorar del Gobierno
para llevar á cabo su proyecto, pues de otro modo le seria imposible, un auxilio y decidida protección, que en lésis
general, y reconocida la obra como de utilidad pública, debe, en justicia, serle dispensado. =Eslo Mentado, queda por
examinar la clase de auxilios que pide D. José Almirante al Gobierno. Consisten, primero, en que. aprobado como de
utilidad pública el pensamiento y plan de su Diccionario, se le conceda, no como remuneración, sino como ayuda para
llevarlo á cabo, el sueldo por entero ó la gratificación correspondiente para completar el sueldo de 35,000 rs. de Oficial
de Secretaria en actividad, que es el que ha gozado en su último destino de Subdirector de Topogralia en la antigua Junta
de Estadística, y como naturalmente habría de estar dedicado exclusivamente á su obra, esta Junta considera muy justa su
pretcnsión y muy modesta para tan notable y minucioso trabajo, pudteudo el Gobierno, por los medios que considere ado
«lados, inspeccionar los trabajos y tener noticia de su adelanto, para quo no haya el temor .de que cata comisión dure
por largos años. Secundo. Con la cualidad de por ahora, pide una cantidad, que no prefija, para gvtsto de escribiente y
de algunos libros costosos do continua consulta, quo tampoco especifica. En cuanto a esta petición, designe Almirante
el sueldo que deba gozar el escribiente y los libros quo necesite, y entonces podrá el Gobierno facilitarle el escribiente, ó
presupuestar cantidad para la dotación del que aquel elija, y comprar los libros de consulla si no existiesen en las biblio
tecas públicas de Madrid, para prestárselos como es justo y necesario en calidad de devolución cuando presente terminado
el Diccionario, considerando dichos libros como propiedad del Ministerio de 1a Guerra, con destino á alguna Biblioteca
militar. =Tercero. Para cuando, redactada la obra, entre su autor en preparaciones para su publicación se reserva para el
gran trabajo de revisión y referencia, la colaboración de algún compañero y el aumento de auxilios materiales. Respecto á
este extremo, como que nada se pretende para el dia de hoy y mira solo á lo futuro, opina esta Junta que luego quo Al-
aiiraote redacte el Diccionario y, completo y corregido el original, lo presente al Gobierno, y debidamente examinado y es
tudiado en su totalidad, fuese calificado y aprobado como de utilidad pública, en este caso podrá el Gobierno proteger sn
publicación y remunerar los servicios y premiar el talento, aplicación y laboriosidad de su autor por algunos de los me
dios posibles con arreglo á las leyes y órdenes vigentes, tomando en cuenta la dificultad do la empresa y la utilidad que
debe reportará la juventud militar estudiosa, y teniendo presente que en otros países en semejantes casos se costean las
obras de esta clase por el Estado y el producto queda á beneficio de sus autores. =Tal ha sido, Excmo. ^eñor, el acuerdo
onáninie de esta Junta en los diferentes extremos que abraza esto informe que tengo ol honor de trasmitir á V. E. para la
resolución que S. M. juzgue más conveniente.=DÍos, etc.

COPIA DEL INFORME DE LA ACADEMIA ESPAÑOLA.

Dirección general de instrucción pública. Negociado 3.B=:Accedicndo á la solicitud de V. S. se remitió ¿ fuforme de la


Real Academia Española el Diccionario militar, de que es autor, habiéndolo emitido la referida Corporación en les términos
siguienteai^Exnno. Sr.=A 1 leer ia comunicación de V. E, de 18 del corriente, en que manifiesta el deseo expresado por el
Sr. D. José Almirante, de que e«ta Corporación emita dictamen sobre el Diccionario militar que aquel está publicando, á
fin de insertarlo en la misma obra, lo primero que ocurre es llamar la atención bácia la índole del instituto académico y hacia
tas prácticas constantemente observadas.—La Academia española so ocupa exclusivamente de materias Otológicas; aquilata,
fija y pule las voces del idioma, según el uso de los doctos en el progreso de las épocas, con ije locuciones viciosas, y procura
enaltecer y difundir la norma del bien hablar. Y publica reglas y ofrece modelos, sacando á luz libros clásicos sepultados
bajo el polvo, y siembra estímulos para recoger frutos sazonados en obras y composiciones que recompensa con premios. Tal es
sa mísio»; mas no se extralimita ¿juzgar publicaciones científicas ó artísticas, ni de las quearguven conocimientos especiales;
esas las juzga y califica el público, la masa de los lectores. Así es que la costumbre ha establecido el ser oida por el Minis
terio la Academia, cuando en obras literarias no promovidas por ella, se trata de prestar auxilio material para sufragar gas
tos, ó cuando se han anunciado concursos por el mismo Ministerio en fomento del estudio de las letras humanas. =EI Señor
Almirante, que ha escrito un Diccionario para un t amo especial apetece, sin embargo, conocer Ja opinión de !a Academia y
darla publicidad. Ello es que, si el libróse mira bajo el aspecto de su especialidad, como compilación de una série de no
ciones técnicas, útiles principalmente á los que se dedican á la carrera de las armas, la Academia no se reconoce compe
tente para graduar y avalorar su mér.to. Si por otro lado se le considera como reperloiio de definiciones, la Academia
tiene por oficio igual elaboracipn, y no le está bien el erigirse en juez, poniendo á prueba su imparcialidad, por lo mismo
que siempre se sentirla predispuesta en favor de un antagonista, ó siquier de un concurrente. El sistema superior á todos
en esla parte, reside y se pronuncia en el grado de aceptación y acogida con que distingue la generalidad á cada produc-
eion.=Cuyas previas consideraciones, que recusan á la Academia en el caso presente, adquieren su confirmación si se
abren las hojas del Diccionario. =En muchas de las voces en él contenidas, empieza el Sr. Almirante por estampar la
definí ñon de la Academia, generalmente para admitirla como autoridad, si bien para adicionarla y aun para modificarla en
ocasiones mediante el agregado de definiciones de autores distintos. Pues bien; lo quo á la Academia á su vez incumbe,
es custodiar el nuevo Diccionario y consultarlo en los vocablos, técnicos ó técnicamente aplicados, aprovechando las
luces y las apreciaciones de quien se echa de ver que con atención intensa y perseverante se ha consagrado a ta difícil
Urea de redactar un vocabulario completo concerniente á su profesión .—Y pues que ya se ha abierto el libro, la Acade
mia, que contesta sin dilación por acomodarse á la indi ación de V . E. encareciendo la urgencia, procederá á añadir
algunas palabras en la abundancia de su sentir, ciñéndose á lo que cae dentro desús atribuciones filológicas. Va á rese
ñar brevemente la impresión que produce en su ánimo la parte que hojear le ha sido dado del Diccionario militar en
cuestión. =Se complace el autor en rebuscar cuanto le es posible la etimología de ciertas voces de procedencia griega,
latina, árabe y teutónica, lo cual revela buen gusto, exquisita diligencia y anhelo do orientar y aficionar á los lectores.=
Alguuos artículos como Administración, Artillería, Disciplina, Estado, Estrategia, Fortificación, General, Ordenanza, Or
ganización, Táctica, y sobre todo el de Guerra, ocupan una vasta extensión de páginas; allí hay minuciosas descripciones,
copia de fragmentos de otros autores, critica razonada, y á vueltas de censura, tal vez hasta rayar en humorística, de
cosas abusivas, curiosos relatos históricos, ordinariamente enlazados con la gloria y vicisitudes de las armas patrias, de
amena ó instructiva lectura que excita el interés y atenúa la aiidez propia de los Diccionarios.—Finalmente, como escri
tor, resplandecen en el Sr. Almirante las dotes de un estilo didáctico, claro y fluido, aunque matemáticamente ajustado,
t de ana dicción castiza, correcta y por lo regular armoniosa. Esto parece á la Academia, puerto que no debía encerrarse
en nn silencio estudiado, al tener bajo su mano y repasar un libro que ha de estar llamado á aumentar el número de los,
que se escriben con fé y con inteligencia, y pueden esperar ser manejados con fruto.»—Lo que esta Dirección general ha
acornado trasladar á V. S. para su satisfacción y demás efectos.—Dios guarde á V. S. muchos años,=Madrid 1S de Marzo
de 1873.— El Director general, Cayetano Rosell.=Sr. D. José Almirante,
XIV

COPIA DEL INFORME DE LA ACADEMIA DE LA HISTORIA.

Dirección g-eticral de instrucción pública. Negocia lo 3.*—Accediendo á au solicitud, se remitió á informe do la Academia de
la Historia el Diccionario militar de que es V.S. autor, del que dicha Corporación ha emitido el siguiente :=(iExcnio. Sr.=La
Academia de la ¡listona ha examinado el libro titulado «Diccionario müUamq'e, accediendo á lo solicitado por su autor Don
José Almiginle, remitió V.E. en 1$ de Diciembre último á informe de la Academia. El Diccionario del Sr. Almirante es con
tal nombre como una enciclopedia de la ciencia militar en sus diferentes ramos y aplicaciones. Bajo este punto de vista com
prende asuntos y materias que no son de la competencia de la Academb.=A esta sólo toca examinar la parle histórica, que
se halla tratada con el mayor acierto y explanada con el conocimiento indispensable d. todos los tratadistas militares, bastan*
do para demostrarlo, hacerse cargo de algunos de los muchos artículos que contiene. En el muy extenso y bien escrito so
bre la palabra Artillería, que el Sr. Almirante examina bajo el triple concepto de ciencia, material y personal, da primero á
conocer las diferentes acepciones y etimologías; se ocupa después de- la invenciou y propagación de la pólvora, origen pri
mario y causa eficiente de la artillería en general y de todas las armas de fuego; hace constar que la primera pieza ó boca de
fuego se llamó bombarda, ó mejor dicho, lombarda; que á principios del siglo XV se presentan esUs no sólo defendiendo
muros como en Algeciras, sino atormentándolos, combatiéndolo?, atacándolos; y que para el sitio de Setenil en 1 407 se dis
puso un tren «de la lombarda grande con su cureña é las carretas de bueyes que l'ha de llevar é hombres que han de ser
doscientos,» ofreciendo curiosas noticias sobre el origen y la etimología de la palabra cañón y sobre los progresos de la ar
tillería en los siglos posteriores; y citando, por último, los nombres de los principales establecimientos d.' nuestra artille
ría que han merecido y merecen premios y elogios en el extranjero. =La fortificación ha sido el estudio profesional del
Sr. Almirante, y bien lo demuestra el hallarla tratada en su Diccionario con la mayor lucidez t con todo el detenimiento
posible. Lo mismo sucede con la Topografía y con los vocablos Dibujo, Reconocimiento y otros que se refieren al servicio
encomendado al Cuerpo de Estado Mayor del ejército. Pero el arte militar se extiende todavía á otros importantísimos ra
mos que el Sr. Almirante trata también con mucha erudición en su Diccionario, de lo cual son buena prueba los ar tículos
Administración militar, Alférez, Ayudante, Batallo, Caballerú, Casa-Real, Derecho y Disciplina militar, Estado Mayor,
Estrategia, Falange, Guerra, Ordenanza, Organización, Reemplazo, Reserva, Sanidad, Táctica y Tercio.—Y aun cuando
no se pueda decir que es uní obra absolutamente perfecta y que no tenga alguno* lunares, no son tales, á juicio de la
Academia, que puedan perjudicar al mérito del libro de que se trata , digno del mayor aprecio. —Necesitase para escribirle
erudición tan variada, aplicación tan perseverante y cualidades, en fin, de escritor, tan notables, que no es extraño se
cuenten Un pocos de su género en la literatura militar.—Y todas esas cualidades se encuentran en el Diccionario militar
unidas á un estilo propio, digno y elocuente. Este es el concepto que la Academia ha formado del Diccionario militar
publicado por el Coronel de ingenieros D. José Almirante: libro útil á todo militar español amanto de su profesión y con
el cual los extraños llegarán á saber lo que hasta ahora se encontraba esparcido en muchas, diversas y voluminosas obras
que no se pueden fácilmente consultar fuera de nuestra patria. =Lo que de acuerdo de la Academia tenemos la honrado
comunicar á V. E. cc-n devolución del ejemplar remitido. =Lo que esta Dirección general ha acordado trasladar á V. S.
pan» su satisfacción y demás efectos.=Dios guarde á V. S. muchos años—Madrid 15 de Marzo de 1873.=E1 Director ge
neral, Cayetano Rosoli. =Sr. D. José Almirante,
L
ABALANZARSE. «Arrojarse á algún peligro, másque se derive de bandera. Militarmente, un
ó arremeter á otro echándosesobreél». (Dicciona- ejército ó parte suya se amotina; pero, como en
mo Acad. 5). En táctica expresa bien este verbo él nunca pueden ó deben existir partidos ó par
ti acto de avanzar una columna de ataque con cialidades políticas , mal puede abanderizarse.
resolución manifiesta, con ímpetu vigoroso, con Si al estallar una guerra civil , el ejército se di
mayor rapidez que la ordinaria. Cargar, tanto vide en dos bandos, no se abanderiza tampo
en inranteria como en caballería, es el verbo co: se forman simplemente dos ejércitos dis
técnico y genérico ; pero «abalanzarse» es pre tintos.
cipitar la carga , anticipar el momento del com
bale al arma blanca. (V. Acometer, Arremeter). ABANDERADO. Desde el siglo pasado que
dó como técnica esta voz para designar al oficial
ABALUARTADO. Adjetivo que se aplica al subalterno, que, en la infantería ó institutos á
sistema, frente, linea ú obrado fortificación con pié (en caballería se llama porta-estandarte) lle
ultaites. «Abastionado» y abastionado» es ga va la bandera en formación, y ejerce además
licismo del lenguaje vulgar y de los malos tra otras funciones administrativas y de policía, que
ductores militares, que nunca autorizan, ni varían según los reglamentos. Es error muy co
usan oficialmente los ingenieros españoles. (V. y mún confundir, en la antigua milicia, abande
p. Baucartie, Bastión). rado con alférez (V. e. v.) , y creer que la pri
mera voz sustituyó á la segunda. Las dos han
ABALUARTAR. Verboque puede emplearse
existido al mismo tiempo: designando la prime
en Tez de trazar, fortificar con baluartfs, con
ra, no un grado gerárquico , sino el oficio ma
lineas ó frentes abaluartados.
terial del soldado raso, que ahorraba fatiga cor
ABANDALIZAR ó ABANDERIZAR. «Di poral al alférez. En la «Disciplina militar» de
sidir ¡y dividirse, usado como recíproco) en D. Sancho de Londoño{1568) , que puede mirarse
bandos ó parcialidades la gente ó pueblos». como la fuente de todas las Ordenanzas posterio
Dice. Acad. 5). Aunque este verbo se inserta en res, se establece bien claro (fol. 5. vto. edición
los diccionarios militares, no sabemos que len 1 589) : «Los Vanderados (sic) son necesarios para
ta carta de naturaleza en la milicia , sino en la lleuar las vanderas, porque entre la nación Es
política; como tampoco la tiene bandería, por pañola los Alpherezes no las toman, sino es para
1
ABAN — 2 — ABAT
pelear con ellas, ó quando van sus Capitanes léjos de él ; con deserción ó sin ella ; llevándose
delante con las compañías a las guardias, ó á las armas; solo ó en masa , y sobre todo tener en
passar delante del Rey ó del Capitán gene cuenta la graduación del que abandona. Las le
ral. Por esso conuiene que los tales Vanderados yes penales deben marcar exactamente esta es
sean hombres bien tratados, de buenas disposi cala de faltas y delitos, para establecer las pe
ciones y fuerzas; porque nunca deuen lleuar las nas proporcionales.
vanderas á los hombros, sino de camino, y en ABANICO. Voz que no es técnica, ni mucho
tonces siempre ha deyr vnaleuantada,de mane menos oficial , pero que tiene uso familiar y
ra que los soldados la vean, y las domas revuel- frecuente , para designar la disposición semicircu
lasá las astas se pueden lleuar á los hombros etc. lar de las tropas en ciertos casos; por ejemplo,
ABANDONADO. Se dice de un puesto, cam una gran guardia que esparce sus escuchas, una
po ó cantón dejado para ocupar otro.—También guerrilla, sus grupos ó antiguas parejas, para
de un militar flojo , desidioso , que desatieiulesucubrir la entrada de un puente ó desfiladero.—
obligación. También en sentido irónico es común llamar
abanico al sable ó espada. Dice. Acad. 5. la in
ABANDONAMIENTO. Voz que alguna vez cluye en esta última acepción como del caló ó
se usa en vez de abandono.
gemianía.
ABANDONAR. Verbo de orisen militar, pues ABARCON. Aro de hierro que en los car
to que proviene del germano bann ó del latin ruajes de artillería sujeta la lanza dentro de la
bandum, dejar, desamparar la banda , bandera.
punta de la tijera. (Dice. Acad. 5).
Su sentido másgeneral es el del verbo desertar ,
con el que muchas veces se confunde; pero el ABARRAJAR. Acometer impetuosamente al
abandono puede verificarse sin deserción , mien enemigo.—Dispersarlo, ponerlo en derrota. No
tras que ésta siempre ha de contener á aquel. ■ está en el D>cc. Acad. 5. Lo trae como antic. el
Abandonar expresa más bien la acción de dejar, j Dice, de I). Deogracias Hevia.
desamparar por limitado tiempo, por movi ABARRACAR. ABARRACARSE. Campar
miento imprevisto del ánimo, sin intención an construyendo chozas ó barracas. (V. y distíngase
terior, la bandera , campo , guarnicionó puesto. Atendar , Vivaquear!.
El centinela que se aleja del punto preciso en
que ha sido colocado mayor número tic pasos ABARRANCADERO. «Sitio barrancoso, pa
que el prescrito por ordenanza , se considera que so difícil en un barranco donde es fácil atascar
abandona su puesto. El soldado que, sin estar se.—Abarrancar. Hacer barrancos y asi se dice:
de centinela , se aleja del cuerpo de guardia ó «el rio abarrancó el camino». ;Dicc. Acad. 5).
punto donde están las armas, más de la distan Esta frase es expresiva en topografía militar.—
cia convencional , abandona su puesto. El oficial También lo es la acepción moral del verbo abar
general ó particular, que , aun sin alejarse , des rancarse, «meterse en alguna dificultad ó empe
atiende las funciones ó deberes que le impone ño que no tiene salida». El militar debe huir de
su cargo, una comisión dada, abandona supues este verbo.
to. Véase la diferencia notable entre estos tres ABASTECER. «Proveer de bastimentos ó de
abandonos de puesto.—Abandonar á se suerte, á otras cosas necesarias». íDicc. Acad. S¡. Como un
sus fuerzas, un cuerpo de tropas, una plaza de ejército tiene tantas cosas «necesarias», hay que
guerra es desampararlo, no darle auxilio, no añadir de cuáles se le abastece; y por consi
combinar maniobra , que tienda á salvarlo ó re guiente el verbo no es técnico, aunque lo inclu
forzarlo. Muchas veces, un ejército de socorro, yan por tal los diccionarios. Abastecer de vive-
á pesar de llamarse asi porque su objeto es so res es aprovisionar, avitcallar; de municiones ,
correr una fortaleza estrechada, la «abandona á municionar; de pertrechos . pertrechar.
su suelte» porque le conviene más perderla, á
ABASTIONADO. Galicismo. (V. Abaluar
consecuencia de imprevistas vicisitudes en las
operaciones contra el ejército de observación.— tado).
«Abandonar la facción» es expresión impropia , ABATIDA. Los diccionarios militares sancio
porque sólo se puede abandonar un objeto ma nan malamente este galicismo de abatís, que
terial: así , «abandonar su puesto» debe com nuestros ingenieros siempre traducen con casti
prender, en la legislación, todas las circunstan za propiedad Tala (V. e. v.) Seria tolerable, si
cias agravantes ó atenuantes: estando ó no de los españoles dijéramos, como los franceses,
facción ; en guerra ó en paz ; ante el enemigo ó abatiré, abatir, para cortar, derribar, echar
ABDU 3 — ABOG
por tierra un árbol. La única acepción militar, puertos. (V. y disting. Hoz, Candas, Collado,
que abatida puede tener, es como adjetivo de Ensillada). En plural aberturas son las pequeñas
tropa , en campo ó guarnición , amilanada , des calas ó ensenadas , refiriéndose á las costas del
corazonada, pero siempre y esencialmente por mar; y tierra adentro, las grietas y quebradas
«causas morales*. (V. Espíritu de las tropas). que se forman por la sequedad y los torrentes.
Quizá en alguna ocasión pueda aplicarse á la ABIERTO. Adjetivo, que se aplica en tácti
bandera como símbolo : y también decirse que se ca , genéricamente y por oposición á cerrado , al
abate ó se humilla, cuando se quita definitiva órden extenso , y más particularmente al dis
mente del asta, para distinguir de cuando se perso, desunido ó de guerrilla ; en topografía, al
rinde por honor, ó se arria por capitulación. En campo ó terreno desembarazado, raso, llano,
Santo Domingo la bandera española se abatió , sin accidentes (V. e. v.), y al pueblo sin muros;
sin rendirse.—También se dice «abatir tiendas» en vestuario, al uniforme que no es cerrado ó
Dice. Acad.) por desarmarlas, recogerlas, levan abrochado; en geometría, táctica ó fortificación,
tar el campo ó campamento. al ángulo que forman dos lineas ; en sentido me
ABDUCCION. Voz que en la táctica romana tafórico , al carácter militar , que es siempre in-
significaba desencajonamiento , dislocación, rup génuo, franco, sincero; á una guerra, en fin,
tura ; y que un autor moderno quiere rehabili cuyas hostilidades ú operaciones han comen
tar como genérica para evitar las frases «dismi zado.
nución de frente», «hacer pasar hileras á reta ABISMAL. Cada uno de los clavos con que
guardia» etc. Toda reducción ó contracción de se fijaba el hierro ó moharra al asta en las lan
frente , ocasionada por angostura de camino ó zas. (Dice. Acad. 5).
encuentro de obstáculo , quedará asi compren
dida en la sola palabra abducción , añadiéndole ABLANDIR. Antiguamente lo mismo que
por hileras , por cuartas ó escuadras , por mita BLANDIR. (DlCC ACAD. 5).
des ó secciones. ABLECTO. Los romanos daban este nom
ABERTAL. Se dice de la heredad , tierra ó bre al soldado, escogido entre las tropas amigas
terreno que no se halla cercado con vallado , se ó confederadas, que iba siempre cerca del cón
to u otro género de cierre; ó que, habiéndolo sul, pomo guardia suya; siendo esto al mismo
estado, tiene aportillada ó derribada su cerca. tiempo, un honor que se dispensaba al cónsul,
ABERTURA ó APERTURA. El lenguaje tie y una cautela que se lograba , teniendo á su vis
ne dudas y hasta caprichos. Unos usan exclusi ta personas principales, que respondiesen de la
vamente la primera voz, y otros la segunda: fidelidad de los pueblos. (Dice, de Moretti.—
quizá puedan usarse simultáneas las dos. Por Dice, de Hevia). Es adjetivo que usa Polibio :
ejemplo: abertura de cañonera , abertura de Extraordinariorwn equitum Ablecti et quídam
brecha es, técnicamente, el espacio vacio ó va exiis qui ultrb ac sponte mililant.
ciado en un parapeto, para jugar en él la pieza, ABNEGACION. «Absoluta y voluntaria re
ó en una muralla, para entrar por asalto; y nunciación que hace alguno de sus pasiones, de
apertura parece que indica mejor el acto de pro su voluntad y de sus gustos». (Dice. Acad. 5.)
ducir esas aberturas, es decir, ese hueco. Una No puede darse mejor definición de la primera
calotera, una brecha tiene «tantos metros de virtud militar, después del valor.
abertura» y esa dimensión se le dió en «la no
che misma de su apertura». También se dice: ABOCAR. Acercar las tropas, y más parti
•en la noche de la apertura no se le pudo dar á cularmente la artillería, al paraje en que han
ka trinchera la abertura (el ancho) necesaria». de obrar. «Suponiendo que ya la guerra esté
—El Dice, de la Acad. no nos da derecho para declarada , para poner en campaña un cuerpo
tal distinción porque hace sinónimas ambas vo de tropas primero que los contraríos, no basta
ces; pero el uso autoriza para preferir aper tener las tuyas desde el fin del invierno aboca
tura tratándose de campaña, de negociacio das á la frontera, porque las del otro príncipe
nes etc. esto es , la verdadera acción de abrih tampoco estarán muy léjos de ella». (Santa
ta sus dos sentidos moral y material.—Nin Cruz. Reflex. mil. lib. 9. cap. 12).
gún geómetra dice apertura, sino abertura, ABOCARDADO. ABOCINADO. ABOGAR-
unplitud de un ángulo. —Abertura en topogra- DADO. La pieza de artillería en forma de boci
riieg, el terreno ancho, despejado y accesible na ó de cono truncado , cuya base mayor es la
jue media naturalmente entre dos montañas ó boca. Se aplica también al cañón de toda arma
ABOL — i — ABRI
de fuego, cuya boca se ensancha y desfigura por uniforme, y especialmente de la solapa, para
el uso, haciendo incierto el tiro. distinguir de suelto , abierto.
ABOLLA. Sobretodo ó capote, que los solda ABRA. Voz de topografía que tiene dos acep
dos griegos y romanos usaban en tiempo frió y ciones: ensenada abierta ó bahía, donde las na
especialmente en las marchas. (Moretti.—He- ves pueden dar fondo , y estar con alguna segu
via). No lo hemos visto en otra parte; pues Car ridad ; y abertura ancha y despejada que se
los Aquino (Lexicón militaris), de donde puede halla entre dos puertos ó dos grandes montañas.
haberse tomado , no decide que fuese vestidura La autoridad del Dice, de la Acad. Española y
exclusivamente militar. Asi lo creen Nonio, del de la Acad. de la Historia quita á la primera
Vosio y otros; pero los contradice Ferrario: y acepción el galicismo que algunos pretenden de
Radero concilia, diciendo que era la abolla usa havre.
da por militares y también por senadores.
ABRAZADERA. Voz genérica que compren
ABONAR. Fijar ó determinar la cantidad de toda placa ó chapa de metal que tenga por
que ha de invertirse en un objeto, como sueldos, objeto sujetar y ceñir una cosa á otra, ó refor
raciones, gratificaciones.—Regular de antemano zarla.—En el fusil, carabina, tercerola, etc.,
y limitar un gasto.—Admitir en cuenta. es cualquiera de las chapas ó anillos de hierro
ABONO. Además de su significación admi ó latón que sujetan el cañón á la caja , y se de
nistrativa, como acción de abonar, tiene la es nominan: primera abrazadera , la que se co
pecial de recompensa por fatigas de campaña ú loca junto al orificio inferior del baquetero, y
otra causa. Abono, sin añadir de años de servi algo más abajo; es un anillo ancho de forma
cio, expresa un aumento hecho á la vida mili ovalada ; segunda abrazadera ó granadera , la
tar, para alcanzar más en breve los beneficios que se coloca más arriba , en la cañ a de la caja
de retiro, premios ó pensiones. Los abonos hacen del fusil , y tiene una anilla oblonga en la parte
que algunos militares cuenten más años de ser posterior para el porta-fusil ; y tercera abraza
vicio que de vida.—El adverbio «dia por dia», dera ó trompetilla , que está en el extremo su
aplicado al tiempo de servicio, distingue que perior de la caía, y uniendo á ésta con el cañón,
sirve al propio tiempo para sujetar la baqueta,
éste se cuenta sin abonos. (V. Suplimiento).
á cuyo efecto tiene un orificio, cuya forma de
ABORDAR. Verbo activo y recíproco, toma trompetilla da el nombre á la abrazadera . por
do de la Marina , y generalmente usado en el el que entra aquella y corre por la hendidura
dia, aunque algunos lo tachan de galicismo, circular hecha en la caja , que se llama baquete-
para expresar la acción de chocar , de llegar ho.—Abrazaderadeganchoes.cn la tercerola,
materialmente á las manos en carga, combate la que lleva la varilla , por donde corre la ani
al arma blanca. «Abordar al enemigo» es, en lla en que entra el gancho de muelle que pen
táctica , consumar la carga , el ataque , ya sea de de la BANDOLERA.
caballería ó infantería, ya esté atrincherado ó
ABREVADERO. En los campamentos el pa
en campo raso. Cuando dos cuerpos marchan uno
raje donde seda de beber al ganado.
contra otro ase abordan» en el momento de en
contrarse. (V. y comp. Cerrar, Cargar). El ABRIGADA. ABRIGADERO. Sitio abriga
marqués de Santa Cruz usa , no sólo abordar, do, esto es, defendido de los vientos frios que
sino abordo. «Dirás acaso que me rompo sobra suelen elegir ios pastores para el aprisco de los
do la cabeza sobre un asunto imaginario, porque ganados. (V. Solana). Antiguamente también se
no sirve que tú quieras alargar el fin de la co decía Abrigano y Abrigaño. (Dice. Acad. 5).
menzada batalla , si los enemigos gustan de ABRIGAÑO. Palabra anticuada que podría
abreviarle; pues con venir ellos desde luego al usarse correctamente en fortificación en vez de
abordo, queda tu intento desvanecido y por cobertizo, y quizá de blindaje, cuando es mo
consecuencia inútiles todas mis reflexiones....»
mentáneo y pasajero.
[Reflex. mil. lib. 12. cap. 2).—«Al encararlos
enemigos sus fusiles, si no fuere tan de cerca ABRIGAR. ABRIGARSE. (V. Abrigo).
que falte á tus soldados tiempo de levantarse ABRIGO. Todo lo que resguarda , protejo,
ántes que los aborden con la bayoneta , tus in cubre y defiende contra el fuego del enemigo, ó
fantes pondrán rodilla en tierra....» (t"6írf. li la intemperie. El terreno, en campo raso, ofre
bro 12. cap. 5). ce abrigos con sus cejas, ondulaciones ó culti
ABOTONADO. ABROCHADO. Se dice del vos: toda posición, militar ó táctica, es un abrigo.
ABRI — 5 — AGAD
Los reparos, obstáculos, y obras de fortificación ABSOLUTA. Adjetivo que se aplica á licen
abrigan , sirven de abrigo.—Prendas y tiendas cia (V. e. v.) para distinguirla de la temporal.
de abrigo son las que protejen contra la incle En el lenguaje familiar se suele convertir en
mencia de la atmósfera.—Con éste sustantivo sustantivo; y, aunque sea incorrección inadmi
rigen los verbos buscar, dar, ofrecer, tomar.— sible en lo escrito, es frecuente «pedir, tomar
Al abrigo, adverbio que significa en táctica es la absoluta».—Según el Dice, de la Acad. 5, ab
tar bajo la protección , activa ó pasiva , de un soluta es también en sentido familiar «la propo
fuerte, batería, bosque, escarpado. (V. Prueba.) sición universal dicha en lono de seguridad y
magisterio». En la enseñanza y en el ejercicio
ABRIR. Se usa con los sustantivos siguientes: del arte militar, más que en otro alguno, son
—aspilleras ,— boquetes , — brecha , —caminos, perjudiciales las «absolutas».
—cañoneras, —claros, —cuentas , —el tiro ,—
filas,—fosos,—juicio contradictorio,—la cam A CABALLO . Voz táctica de mando y toque
paña,—la cazoleta,—la mano,—la marcha,— reglamentario de caballería.—Adverbio, para
las puertas de una plaza,—trinchera,—liqui distinguir que un arma , cuerpo, instituto ó tro
dación, — los ataques , — negociaciones , — paso pa hace su servicio reglamentario «á caballo».
(abrirse) ,—portillo ,—pozos de mina , ó de lobo, No siempre es sinónimo de «montado»; pues un
—troneras. ayudante de campo perteneciente al arma de in
fantería es plaza «montada», miéntras desem
ABROGAR. Verbo antiguo y desusado, sinó peña su cargo temporal . Hay artillería á pié;
nimo de atacar, acometer. (Dice. Acad. 5). «montada» , cuando van sentados los sirvientes
ABROJO. Pequeña pirámide triangular de en los carruajes, y «á caballo» , cuando van ji
hierro, con las caras rebajadas, de modo que netes detrás de la pieza . Hay cazadores á pié y
los vértices formen puntas agudas, de las cuales á caballo; hubo granaderos y arcabuceros tam
una queda hácia arriba en todas posiciones, bién , y por fin dragones, que, por querer ser
miéntras las otras tres sirven de base. Se usa «caballería á pié» y al mismo tiempo «infan
como defensa accesoria en obras de campaña , y tería á caballo» , no fueron ninguna de las dos
para inutilizar pasos precisos, como los vados cosas.—En topografía se ha tomado hace tiempo
contra caballería. Este medio tan óbvio de de este adverbio del francés para expresar que una
fensa debió usarse en tiempos remotos, y espe ciudad está «cruzada» interiormente por un rio,
cialmente en aquellos en que la caballería era ó que una plaza fuerte domina ambas orillas con
el nervio de los ejércitos. Desde luego ya eran cabeza de puente ú otras obras . Badajoz , por
conocidos de los griegos, pues la voz tribulus, ejemplo, «está á caballo sobre el Guadiana»; pero
con que los romanos los designaban , viene de ya la metáfora se va extendiendo á decir que
tribolos (V. e. v.) en griego. El Arzobispo D. Ro «una división está á caballo sobre una carre
drigo describe puntualmente los abrojos sem tera» , cuando la corta perpendicularmente su
brados por los moros en la célebre batalla de línea ú órden de batalla ; y en este caso la ex
Las Navas , y en el poema de Alejandro también presión no parece á los puristas admisible. El
se mencionan. Pero la facilidad con que estos Dice. Acad. permite emplear las voces «ahorca
obstáculos pueden anularse, barriéndolos con jado, ahorcajarse», que en todo caso son más
grandes y duras escobas, hace preferir, cuando propias.
hay tiempo, las viñas, los alambrados. ACABDILLADAMENTE. Adverbio anticua
ABROQUELARSE. Cubrirse con el broquel. do que , según Dice. Acad. 5 , significa «con ór
Metafóricamente, se usa también en estrategia, den y disciplina militar» .—Acabdillar es anti
suponiendo broquel ó escudo una plaza fuerte, cuado de acaudillar.
algún gran obstáculo ó accidente del terreno. ACADEMIA. Voz, originaria del griego, to
ABRUMAR al enemigo. Expresa la idea de mada por la milicia en la sola acepción de escue
vencerle por una excesiva superioridad, más la ó establecimiento de enseñanza . Decimos mal
bien de fuerza ó númerica , que de energia ó por la milicia, porque si bien tiene «Academia»
talento. «Anonadarle , aplastarle» indica que no de Ingenieros, también tuvo «Escuela de E. M.»
se le deja tiempo, ni espacio de desenvolver y «Colegio-Escuela» de Artillería . Esta profu
sus medios defensivos. sión de nombres indica lo divergente y descosi
ABRUPTO. Adjetivo puramente latino, do de nuestra educación é instrucción militar.
obrvptus, que alguna vez se aplica al terreno (V. e. v.) Hay quien desea que se establezca en
quebrado , cortado , escarpado. la milicia una Academia ó reunión de sabios en
ACAL — 6 — AGGE
el Arte militar, con organización análoga á las de muda de guarnición, «se acuartela ó se aloja».
la Lengua, ó de la Historia, ó de Ciencias. Se Los pueblos ó lugares de «acantonamiento» se
cita por modelo la Academia de Ciencias milita llaman cantones,y se dice: «la tropa marchó á
res de Suecia , instituida en 1 2 noviembre de sus cantones, cuando se dispuso el acantona
1796 y recomendada por todos los Oficiales doc miento».
tos de Europa. A pesar de ventajas tan enco
ACASTILLADO. Lo que está fortificado con
miadas ningún país acoge la idea. ¿Será que el
castllo. El Dice. Acad. o. queda esta definición
arte militar tiene muy poco de sabio y mucho
lo trae como adjetivo anticuado y no inserta el
monos de académico? Dejando sin resolver esta
verbo «acastillar» del cual parece debía ser par
cuestión de conveniencia de una Academia de
ticipio. ¡V. Encastillar;.
Ciencias militar ó militares, como fuente de
progreso para la milicia, concretémonos á pedir ACAUDILLAR. «Conducir, gobernar y man
que las cosas, cuando son las mismas, se lla dar la gente de guerra». (Dice. Acad. 5). Exce
men del mismo modo; y puesto que Academia lente definición.
de Cadetes es, en cada regimiento, la reunión ACCENSO. Según la opinión de Carrion ni-
de ellos para aprender lo que les enseña un Ca sas (Hisl. mil. T. 1. pág. 371) hasta el sitio de
pitán , llamado Maestro ; Academia de Sargentos, Veves el soldado romano se mantenía á sus pro
su enseñanza ubajo techado», y de oficiales lo pias expensas; pero entre los pobres, se permitía
mismo: lomen las Escuelas especiales su rancio á algunos que guerreasen como soldados ligeros,
nombre de Academias, ó piérdanlo éstas, princi es decir, sin entrar en tila, sino como agrega
piando por la de Ingenieros, y queden todos uni dos ó añadidos, de accensere añadir. Más tarde
formes á la francesa. V. Instrucción, en cuyo se llamaron vélites. El mismo autor en el Vo
artículo ha parecido conveniente agrupar las cabulario de su Historia hace sinónimos á los
consideraciones criticas é históricas, referentes accensos y los additos: soldados escaramuzado-
áeste importante asunto. res, los primeros al nacimiento, los segundos
ACALLAR. Dice Moretti: «Üsase de este ver en los últimos tiempos de la milicia romana. En
bo hablando de una batería que ha hecho aca estos los additi guardaban las máquinas afectas á
llar la de los enemigos». Y dice Hevu, que suele la legión . Bardin y Aquino dicen que era un tér
copiar y corregir á Moretti: «se dice de una bale mino vago y genérico para expresar supernume
ría que para sus fuegos , no pudiendo aguantar rarios; Tito Livio y Courtin, tropas irregulares;
los contrarios». La primera definición no lo es; la Justo Lipsio , honderos ; Vegecio , asistentes ; Mo
segunda es falsa. El Dice, de la Acad. S, da aca retti y Hevia, tenientes de centurión. En esla,
llar como verbo activo, «aplacar, sosegar el llan como en casi todas las denominaciones y em
to do alguno, ordinariamente se dice de los ni pleos de las milicias de la antigüedad , se encon
ños etc. aplacar, aquietar, sosegar en sentido trarán siempre tantas explicacioues como intér
metafórico» ; por consiguiente la batería se aca pretes ó comentadores: y lo deplorable es que,
lla» porque la enemiga la «acalla» la hace callar. aumentando cada dia el número de estos, no se
«Hacer acallar» es un pleonasmo. Acallar es si les puede poner el único correctivo admisible,
nónimo de «apagar los fuegos». (V. e. v.¡ que seria la explicación verbal de los interesados.
ACAMPAR ó CAMPAR según Dice. Acad. ACCESA ó ACESA. Nombre de una máquina
Detenerse , hacer alto y noche , permanecer al militar antigua , que trae Aquino en su Lexicón
gún tiempo la tropa en despoblado. (V. ydisting. militaris con referencia á un texto de Suidas.
Acantonar, Alojar, Vivaquear). ¡íRomani eam, quee Acessa ipsorum lingud clici-
tur, fabricarunt.n Justo Lipsio duda si se escribía
ACANTILADO. El paraje de la costa, isla ó con una c ó con dos; pero en resumen ni él, ni
cabo que está tajado ó vertical hacia la parte del Suidas, ni Aquino, ni nosotros sabemos lo que
mar. Por extensión se suele usar tierra adentro, era . (V. Máquinas).
y aún llamar cantil al escarpe casi vertical. ACCESIBLE. Se dice del terreno por donde
ACANTONAMIENTO. ACANTONAR. Voz se transita fácilmente; de una posición táctica,
que sólo se usa respecto á tropas en guerra , en cuyo ataque no es difícil , ni costoso ; de un
operaciones, ó al ménos en ejercicio y simula cuerpo de tropas, que descuida el servicio avan
cro de ellas ; pe:o en lodos casos formando uni zado, ó no se rodea, de un modo circular , de
dad táctica de ejéácito activo. Una división ó las precauciones científicas. El castillo de Mo-
brigada se «acantona» ; pero un regimiento, que rella, á pesar de sei «inaccesible» , perdió mo
AGCE - 7 - ACCI
mentáneamente esta cualidad , al ser escalado que accesorio conviene perfectamente á esos me
por unos cuantos carlistas en la madrugada del dios extraños (sic) con los cuales la imaginación
26 de enero de 1838. Lo cual prueba que no de humana ha procurado en todos tiempos aumen
be darse entera confianza á lo «inaccesible», tar la fuerza de los combatientes: medios que
sino guardarlo como si fuera accesible.—Moral- no pueden combatir solos y por sí propios; y
mente designa una cualidad indispensable de ca que lian variado con frecuencia; pues sucesiva
rácter en un jefe, en un general . Por molesto, mente hubo elefantes, carros falcados, cata
por importuno que sea, tiene que ofrecerse acce pultas, balistas, onagros etc. y en nuestros dias
so, no solo fácil y llano, sino benévolo. Un ge por último, esas grandes armas de tiro com
neral , á quien se haya despertado veinte veces prendidas bajo el nombre genérico de artillería».
en una noche no debe prohibir que se repita la {Essai général detactique. Edic. de 1 7 7i* , pá
veintiuna; pues quizá esta sea la que más le im gina 231. T. Ij. La aserción del ilustre táctico
porte, como á Turexa la víspera de la batalla de francés se reluta por si misma y no nos deten
Lis Dunas . La más completa de las derrotas del dremos por lo tanto. Escritor exclusivista y sis
carlista Gómez , se atribuye á la imposibilidad de temático, Guibert vivía en aquellos tiempos
Cabrera, que le estaba subordinado, de turbar greco-romanos (V. Táctica; en que era de moda
su sueño con el aviso verídico y urgente de la declamar contra la impedimenta, y ensalzar al
aproximación del enemigo. ternativamente la legión ó la falange, para de
primir indirectamente lo que entonces existía.
ACCESION. En diplomacia, acceder, acep Con decir que este mismo autor, con otros varios,
tar un Estado el tratado, generalmente de paz, tiene por «decadencia del arte» el fomento de la
que otros han celebrado y firmado. artillería y de las tropas ligeras (!!) está dicho
ACCESO. La acción de llegar ó acercarse.— todo (pág. 221.—Chap. II: // esl possib/e de
Entrada ó camino. Del latín accessus. creer un Systeme de guerre qui rende les troupes
ACCESORIO. Los ingenieros comprenden leyeres peu neccessaires) . Si el lector quisiera re
bajo el nombre genérico de «defensas acceso correr el art. Máquinas antiguas vería la razón
rias!) lOS ABROJOS , VIÑAS , ESTACADAS , FRISAS , HAN- con que combatimos esa pretendida asimilación
TAS , pozos de lobo y otros obstáculos, conque se con la moderna y poderosa artillería, que puede
aumenta la dificultad de acceso en la fortifica conducir á tales extravíos en talentos tan claros
ción pasajera ó de campaña.—En los ejércitos como el de Guibert.
actuales llaman algunos, impropiamente, acce ACCIDENTADO. (V. Terreno, Topografía).
sorias á las armas de caballería (V. e. v.) y arti Parece que diciéndose con propiedad «acciden
llería. Si lo principal es el hombre á pié arma tes del terreno», podría también decirse «terreno
do con fusil , no cabe duda en que todo lo demás accidentado», cuando es escabroso, desigual,
es «accesorio» ; pero un ejército (V. c. v.) se áspero , cortado, quebrado, sinuoso. El adjetivo
compone hoy de algo masque de hombres y fu tiene derivación natural , uso frecuente y admi
siles, y lo que se logra con ese adjetivo, al pa tido hasta en libros de texto; sin embargo le falta
recer inocente, es falsear las ideas, como en la autoridad de la Academia y de los clásicos;
otros varios artículos pretendemos demostrar. pugna con la índole de la lengua; y, por más que
Buscando de donde podría provenir esta es se vea repetido en sentido topográfico, debe ex
pecie, algo peregrina, y repetida sin embargo cusarlo el buen hablista. Accidentado, en caste
en libros recomendados y recientes, de que la llano , no puede serlo el «terreno» , que es cosa,
artillería y aún la caballería son «armas acce sino la «persona» que se accidenta, que sufre
sorias» la encontramos con asombro en Guibert un accidente, un ataque repentino de epilepsia ó
que dice textualmente: «La artillería es la ter apoplegia. Si porque los franceses digan accidenté
cer arma de un ejército, ó para hablar con más al terreno, hemos de decir accidentado los cas
exactitud , es un accesorio útil é importante pa tellanos; también debiéramos emplear adjetivos
ra la fuerza de las tropas que componen los como corbatado y guantado, cravaté y gante
ejércitos. Esta distinción entre arma y accesorio que ellos aplican al que tiene ó lleva corbata y
¡subrayado) quizá parezca algo sofística ; pero guantes.
es indispensable para dar una idea precisa del
objeto de la artillería ; pues por la voz arma no ACCIDENTAL. Se dice del mando, cuando
puede entenderse en rigor más que la infante un inferior lo desempeña por enfermedad ó
ría ó la caballería, que son dos móviles princi- ausencia, en general por suceso ó motivo im
pales y constitutivos de un ejército; miéntras previsto. Se distingue de interino, en que éste
AGGI — 8 — ACEM
tiene aprobación y órden escrita del rey , ó de ACCION, COMBATE, CHOQUE, ENCUENTRO, etc. De ellOS
quien corresponda , para desempeñar, por limi resulta que acción , en su significado más es
tado tiempo, un cargo superior.—En estrategia tricto, es ménos que batalla y más que comba
lo accidental , en bases ó líneas de operaciones. te ; es una batalla con ménos solemnidad , con
suele hacerse sinónimo de eventual ; pero rigo ménos empeño, con menores resultados. En los
rosamente lo primero es determinado por ver artículos Batalla, Función , Táctica y otros, se
daderos accidentes ó cambios que , al sobrevenir, extienden consideraciones generales. La acción
prescriben modificaciones en el plan primitivo: de guerra tiene varias calificaciones, como: bri
miéntras que lo eventual expresa previsión de llante ,— caliente , —decisiva , —general , — glo
esos mismos accidentes antes de sobrevenir. riosa,—indecisa,—parcial.—Acción délas armas.
Es su modo peculiar de obrar por las reglas de
ACCIDENTE. «Calidad que se halla en algu la táctica. Por ejemplo: la acción de la artille
na cosa, sin que sea de su esencia y naturaleza. ría es «demoledora» unas veces, «preparatoria»
-Casualidad, suceso imprevisto». (Dice. Acad. 5). otras; la de la caballería es impetuosa, rápida,
En la guerra los accidentes, tan varios, tan fre resolvente, decisiva. Desarrollar, desenvolver
cuentes, tan múltiples, tan inopinados, pudiera la acción de una tropa, es apostarla, moverla,
decirse que son los que constituyen su «esencia.» hacerla maniobrar de modo que se consiga el
El arte de la guerra por consiguiente—el me «máximo resultado táctico».—«Esfera de ac
jor modo de hacerla—sólo puede reunir algunas, ción» y más propiamente, «círculo de acción»
muy pocas reglas, de tan abstracta generalidad, de un ejército, es la distancia radial y estraté
que la dificultad y el embarazo en aplicarlas á gica que puede recorrer con seguridad perfecta,
cada caso y accidente práctico supera mucho al con probabilidad de victoria , con anticipación
trabajo de aprenderlas en teoría. Napoleón I al enemigo.—Acción de valor. Rasgo personal,
dijo: «La guerra es negocio de laclo. No se com hecho puramente individual que sobresale del
pone mas que de accidentes, y aunque sujeto á nivel ordinario de una tropa en combate. Los
principios generales , un jefe nunca debe perder adjetivos distinguida ó heroica son los usados
de vista todo lo que pueda conducirle á aprove para graduarla , según reglamento.
char estos accidentes».—En topografía se llaman
«accidentes del terreno», de un modo genérico, ACECHAR. Mirar, atisbar, observar con
todas las formas de su variada estructura y re cuidado al enemigo, procurando no ser visto.
lieve, todos los objetos que sobre él insisten y (V. y disting. Atalayar). «Estar al ó en acecho»
que pueden tomar importancia ó valor estraté no es lo mismo que estar en celada ó emboscada.
gico, táctico, fortificatorio. Las montañas, los Esta última supone combate, y aquel mero reco
desfiladeros , los bahrancos son accidentes ; pero nocimiento ó registro cauteloso.
no es menester que el terreno sea quebrado ó ACELERADO. ACELERAR. «Apresurar,
sinuoso: un rio en una llanura, una ermita en avivar, ejecutar alguna cosa con más presteza
despoblado , un pantano extenso , si entran á ju que la ordinaria». (Dice. Acad. 5). Se aplica en
gar en movimientos y maniobras, pueden ser este sentido á los trabajos de sitio , al paso indi
accidentes; la caballería que se empeñe en un vidual. Anticipar ó adelantar una cosa, como la
bosque ó viñedo , contra infantería que la fusile rendición de una fortaleza. Es impropio aplicar
á quemaropa, llamará «accidente» á aquellas lo á una marcha militar: no debe usarse en este
meras clases de cultivo. sentido sino «forzar ó esforzar». El paso es «ace
lerado», la marcha «forzada». El paso se acelera,
ACCION. Se define en sus tres acepciones:
acción de guerra ,—de las armas ,—de valor.— se aligera, moviendo el soldado con más agili
Acción de guerra. Esta voz, como otras de uso dad sus piernas; y la marcha de una tropa ó
común , tiene el privilegio de doble significado; agregación de soldados, puede ser más rápida
pues por una parte es genérica, en cuanto com sin mover éstos los piés , como cuando se hace
prende como especies, batalla y combate, y por en carros , bagajes ó ferro-carriles.
otra designa una especie particular de «comba ACEMILA. Se distingue del bagaje mayor, en
te». Un militar cuenta «tantas acciones de guer que éste es la muía de carga prestada , en mar
ra» en su hoja de servicios ; y en ellas se com cha de viaje , por el pueblo de etapa ó tránsito,
prende batallas campales, asaltos, emboscadas y aquella forma parte de brigada ó acemilería
ó escaramuzas. Al mismo tiempo pueden leerse contratada para trasporte del material en opera
en los autores artículos muy doctos, acerca de ciones. A fines del siglo IX se llamaban las acé
la diferencia radical que media entre batalla. milas innémilas ó zumalzisos, como consta en
AGEP - « - AGIT
una donación de San Rosendo : quizá sea cor ACICALAR. Limpiar, pulir, bruñir armas
rupción de chernel que en árabe es camello, ó de metal. Más particularmente, afilar, aguzar,
de «mi/, que es mulo, según el P. Güadis y apuntar armas blancas. El Rey D. Pedro de Cas
Diego de Urrea, citados por Covarrubus.—Acemi tilla (Ordenam. de Menestr. 135IJ mandó que
lero ó Brigadero. El paisano que cuida de una «por alimpíar é acicalar los yelmos de los caba
ó más acémilas en una «brigada de contrata». lleros, por cada uno dos maravedís é medio
ACEPTAR. Este verbo latino significaba an é por las lorigas de caballo, cuatro maravedís».
tiguamente admitir y atender al heraldo que —En la fábrica de Toledo este verbo es técnico,
proponía guerra ó combate personal , suscri y expresa la última operación que se hace con
biendo á las condiciones. «Aceptar la batalla» es las hojas para esmerilarlas, lustrarlas y darles
hoy el acto de no rehusar el frente al enemigo el carbón, es decir, el último pulimento en las
que emprende el ataque en campo raso. ruedas de nogal . llamadas repasaderas.
ACERIA ó AZARÍA. Llamábase así en la ACICATE. Espuela de que se usa para mon
edad media el sen icio militar que prestaban los tar á la jineta, que sólo tiene una punta de
pueblos para protejerel corte de maderas, cuan hierro para picar al caballo , y en ella un botón
do no podía hacerse sin peligro, como sucedía á distancia proporcionada para impedir que en
generalmente en los montes fronterizos al pais tre mucho la punta. (Dibc Acad. 5).
ocupado por los moros. Viene de la palabra ita
liana aza ó ana con que se denominaba el ha ACIERTO. Tino, buena puntería.—Cordura,
cha. Esta es la definición textual que da el Glo prudencia, habilidad. (V. e. v.)
sario del Fi ero de las Cavalgadas. Dice. Acad. o ACINACIO. Palabra latina que designaba un
no lo trae. Clonard [Hist. org. T. I , pág. 402) arma cortante como la cimitarra. Los romanos
dice que azaria era encuentro repenlino, ataque la llamaban también gladius hunniscus, espada
de sorpresa. Pudo ser asi por extensión. de los hunnos. Aquino (Lexic. mil.) prueba con
ACERO. El hierro después de sometido á textos que era arma de los escitas, de los per
ciertas combinaciones que prescribe la ciencia sas, de los medos según el verso de Horacio:
del artillero, y que no son de este lugar. Varios « Vino et tucernis Medus acinaces».
autores «extranjeros» y que por lo tanto impri ACION. Correa de que pende el estribo de la
men autoridad, conceden á España la invención silla de montar.
del acero. Citaremos: L'Enciclopédie méthodi-
qut.—Gogiet. Origine desarte.—Brard. Minéra- ACIRATE. El terreno llano que por la mayor
togit.—Davekve. Essai pratique sur l'arier. parte de sus costados tiene bajadas y valles in
Pero en 4867 la fábrica prusiana de Krupp, es feriores y profundos, á que se desciende en
la queda la ley , singularmente para las novísi cuesta. Suele también esta especie de terrenos
mas piezas de artillería.—Metafóricamente, ace denominarse mesa ó meseta. (V. e. v.) (Dicciona
ro es el arma blanca, con especialidad la espada. rio Acad. Hist.J—La loma que se hace en las
Decir de esta que tiene «buenos aceros» , en heredades y sirve de lindero para dividirlas.
plural , es elogiar su temple y corte. (Dice. Acad. 5). El uso no consagra la primera
definición.
ACERTADO. Se dice del tiro, del plan etc.:
participio de acertar. ACITARA. Según Dozv (Recherch. sur l'his-
toire el la lit. d'Esp., T. II, pág. 39, apén
ACERTAR. Dar en el punto á que se dirige dice) esta voz árabe, tomada genéricamente,
alguna cosa, física ó moralmente. «Acertar el
significó en la edad media cobertor; pero Alca
Uro. acertar el blanco», es dar en este con el lá y Víctor dan «acilára de la silla» como espe
proyectil.—«Acertar en la guerra», como en
■edo. tiene algo de adivinar, preveer, conjurar, cie de gualdrapa ó caparazón ó schabrag de la
montura á la jineta. En efecto Gonzalo de Ber-
prevenir. ceo [Vida de Sta. Oria, copla 78) dice:
ACERTARSE. En la edad medía unirse, agre «Vedia sobre la siella muy rica acitara
dí», alistarse. Acaso venga de «acartar» que «Non podría en este mundo cosa ser tan clara etc.»
lignítica inscribir el nombre en lista. El Fuero Malo de Molina [Rodrigo el Campeador, pági
i* Caceies dice: «Et los de Cáceres et de su tér na 22) corrige á Dozv sobre el sentido de co
mino que se acertaren en aquel fonsado ó en bertor; y deja á acitára ó citára su significado
aquella daceria (acería V. e. v.) de la su parte exclusivo de caparazón , muy anterior á los
lo den esto.» (Glos. del Fuero de las Cavalg). tiempos de Don Alonso el Sabio. (V Citára).
2
AGLA - 10 - ACOS
ACLARAR. Este verbo tiene dos acepciones: orden, arremete, se abalanza al enemigo con su
una material, y técnica en la táctica de guer tropa en columna de ataque». Esto parece más
rilla, que es «aclarar intervalos'); otra moral castellano que lanzarse (en francés, se lancer)
«aclarar las (¡las» en el sentido de tener muchas usado así en reciproco. (V. Lanzar, Soltar).
bajas una tropa en campaña , más bien por el ACOMPAÑADOS. Jefes de distrito nombra
fuego enemigo, que por las fatigas y enferme dos en 1597 para organizar Milicias Provincia
dades. les, con instrucciones y reglamentos tan inútiles
ACLIDES. Especie de clava de medio codo como lodos los anteriores y posteriores, para
de larga , armada con puntas y acúleos . y en el realizar este pensamiento, tenazmente continua
extremo una cuerda ó correa para asegurarla en do por todos los Gobiernos desde los Reyes Ca
la mano. Clonard (Mem. de la Acad. de la His tólicos hasta el siglo XVIII.—En la Ordenanza
toria, pág. 9), da esta arma á los españoles Trat. 8.°; se llama así al segundo fiscal que se
antes de la dominación romana. La voz se en- nombra, aunque rara vez, para intervenir ó
c uentra en Virgilio y en Valerio Flacco , como ayudar al que instruye la causa.
puramente latina. ACONCIO. Según Moretti y Aqiino , especie
ACORARDAR. Como verbo activo, ame de dardoqtic usaban losgriegos parecidoalpi/um
drentar, causar ó poner miedo al enemigo: co ó pilo de los romanos. Pero, por lo que se dice
mo reciproco, acobardarse, no lo trae justa en el articulo siguiente , bien se ve que la deno
mente el Dice. Acad. 5: lo cual prueba que no minación es genérica para las armas de punta.
tiene definición legal en España. ACOXTISMOLOGÍA. Llamándose en grie
ACOLADA. Lo mismo que espaldarazo. ÍVéa- go acontion punta) las armas de tiro puntia
se Acolar;. gudas, los que las lanzaban era aconlistas ; y
podía llamarse acontismología la ciencia ó arte
ACOLAR. «Unir, juntar, combinar». ¡Diccio- que de este ejercicio tratan. Asi lo propone
ario Acad. 5.) Es verbo heráldico, pero podría
Bardin.
usarse, sin recelo de galicismo, en la nueva tácti
ca, para expresar ladisposicion reglamentaria en ACORDONAR. Cercar con gente dispuesta
columnas «gemelas» de medio batallón. Quizá en forma de cordón. (V. e. v. y Asedio.)
fuese más expresivo sustituir la voz de mando ACORRALAR. Verbo que traduce el aceuler
«Batallón. —En columnas de medio batallón», de los franceses y parece más técnico que acu
con esta otra: «Batallón. —En columnas acola lar ó arrinconar. Según el Dice, de la Acad. sig
das».—Lo mismo peede decirse del verbo apa nifica «Encerrar dentro de estrechos límites».
rear. (V. Columna). «Dejar á uno sin salida ni respuesta». En la
ACOMETER. «Embestir uno á otro.—Em guerra expresa bien estrechar, empujar al ene
prender, intentar». (Dice. Acad. S). La lengua migo en retirada contra un obstáculo, forzándo
militar se priva, no sabemos porqué, de varias le de nuevo á combatir ó á rendirse.
licuciones castizas y expresivas. Técnicamente ACORRER. Antiguamente socorrer. «Acor
no se usa más que el verbo «atacar», que tiene rer deben los Alcaydcs á los castillos que tovie-
la doble acepción de atacar al enemigo y atacar reu del Rey, si se non acertassen h¡, e fueren á
el fusil ó el cañón ; de donde resulta que «ata otra parte, en tiempo de guerra, e otro peligro.
cador» sólo puede expresar el instrumento con Ca todas las otras cosas deben posponer e dexar
que se ataca; y no se suele decir tropa ó ejército por acorrer á su lealtad Acorridos deben ser
atacador, sino ejército «atacante» lo cual no los castillos, no tan solamente de los Alcaydes
suena del todo bien. Si, para evitar el participio, que los loviessen, mas aun de los otros del reino
se dice ejército ofensivo, agresor, se comete á que lo sopiessen e estovieren en logar que lo
veces grande impropiedad. Un ejército Á la de puedan facer». (Isyes 16 ¡y 17, til. tS, Parti
fensiva, y que diste mucho de ser agresor, pue da i).
de atacar una plaza, una posición enemiga. El
verbo acometer y sus derivados «acometedor, ACOSAR. Verbo venatorio, expresivo tam
acometida, acometimiento» podrían, pues, al bién en la guerra. Perseguir con empeño, estre
ternar con atacar y ataque en el lenguaje técni char, hostigar, apurar al enemigo en retirada.
co, dejándole más generalidad. «Un jefe dispone ACOSTAMIENTO. Tomado en general, se
su plan de ataque y ordena á tal batallón que gún el Vocabulario de Atora, tropas de infante
acometa: el comandante, en cuanto recibe la ría ó caballería «ú sueldo del rey»; pero según
AGOT — n — AGÜÉ
Clonard (T. II, pág. 165) se llamaban asi, al peño de las funciones del empleo.—Activo se
final del siglo XV, las tropas colecticias levanta dice también del ejercito. (V. e. v.)
das y «pagadas por los pueblos». El Dice, de la
ACTUARIO. En latin actuarius. Dice Mo-
Acid. 5, da como anticuado, «sueldo , estipen
retti que en la milicia romana era el oficial que
dio»... acá todos al llamamiento del Condestable ejercía funciones análogas á las del moderno
Don Alvaro, como los que tiran su acostamiento, ayudante. Aquino [Lex. mil.) escribe actariux
son venidos, é gozarán de mejoría de acosta
miento é de la gracia del Rey, ca á ninguno citando á Vegecio, lib. I. cap. 19.
merced se le dejará de (acero. ¡Bachiller de Cib- ACUARTELAMIENTO. La acción y electo
DADREAL, Epist. 79). de dar á las tropas del ejército permanente al
bergue y vivienda en edificios capaces y upro-
ACOTACION. Lo mismo que cota , o núme pios» del Eslado. El sistema de acuartelamiento
ro que en un plano topográfico, expresa la al ha mejorado en Europa notablemente, y es las
tura c relativa» de un punto sobre un plano timoso que España no pueda seguir el progreso
arbitrario horizontal , ó más generalmente la por sus ahogos de presupuesto. La civilización y
«absoluta» sobre el nivel del mar, que muchos la política, creando costumbres nuevas, van ha
llaman altitud: sin duda para que juegue y ciendo cada vez más repugnante el antiguo sis
rime con las otras dos coordenadas geográficas, tema de alojamiento; y si no se piensa con
llamadas latitud y longitud. tiempo en el acuartelamiento sistemático, po
ACOTADO. En topografía se dice del plano drá llegar dia en que las tropas tengan que
que tiene cotas, esto es, números que expresan campar en plena paz. En esta es cuando se en
alturas, sobre el nivel del mar, de los puntos tiende el acuartelamiento cómodo, higiénico;
notables del terreno. (V. Dibujo.)—Terreno aco pues en tiempo de guerra no se usa esta voz,
tado es el que está señalado por su propietario sino la de acantonamiento. (V. y comp. Aloja
con cotos, hitos ó mojones. miento).
ACOTAMIENTO. La acción de fijar ó seña ACUARTELAR. Este verbo no se usa como
lar en el terreno con cotos ó mojones. técnico, sino en el sentido de que una tropa,
ACRIBILLAR. Agujerear como una criba. dispersa en alojamientos, se reúne y pasa á ha
Hacer fuego vivo y certero. Por hipérbole se bitar un edificio «militar y propio» que se llame
dice de un muro, de un edificio, de un indivi cuartel. También se dice de los alumnos de una
duo que está acribillado á balazos. escuela militar, cuando no habitan en casas par
ticulares de la población, sino en el edificio de
ACROBALISTA. Si acrobalia en griego sig la escuela, sujetos á toques de corneta y hora
nificaba escaramuza, es evidente que los aero- rio fijo. Colegio supone reclusión absoluta, y
balistas serian en la antigua Grecia soldados se distingue en eso de la escuela ó academia
ligeros, escaramuzadores , como los vélites ro «acuartelada».
manos.
ACUCHILLADO. Antiguamente se llamaba
ACROPOLIS. Nombre griego que se daba á asi, por metáfora, al hombre experimentado y
las chdadelas en los tiempos antiguos. La tenían práctico; como acuchillador al duelista y reñi
Atenas, Corinto, Argos, Tebas, Cartago, Cádiz. dor. (Dice. Acid.)—Se decía también del vestido
Mansión del tirano, reducto de seguridad, asilo, con cuchillos ó piezas triangulares, por otro
depósito de objetos preciosos.—En Roma era el
nombre nesgas. (Clemencini.
Capitolio; en Jerusalem, el Templo; en Granada
la Alcazaba; en Toledo, el Alcázar; en todos los ACUCHILLAR. El sentido de este verbo es,
pueblos de España, el Castillo. rigorosamente, dar cuchilladas, herir ó matar
con arma blanca; pero su acepción «táctica» es
ACTIVIDAD. Cualidad, más que recomen
mas técnica y general. Es acuchillada una tro
dable, imprescindible en la milicia , tanto indi
pa, de infantería especialmente, cuando, em
vidual, como colectivamente. La agilidad es el
prendida ó terminada una maniobra, se ve do
medio físico de desenvolver la actividad, que pronto envuelta y paralizada por la caballería,
puede ser moral. El Duque de Alba octogenario en términos de no poder oponer resistencia ra
era activo, sentado en su poltrona, al imprimir
zonable. (V. Alancear).
agilidad al pesado ejército con que entró en
Portugal en 1580.—La voz técnica ó reglamen- ACUEDUCTO. En general el conducto artifl-
taria actividad, indica que se está en el desem ficial por donde se guia el agua á lugar deter
AGÜE - 12 - ADAL
minado. Más particular, la construcción que ganaderos: «el les toman los servidores, et los
tiene por objeto abastecer de agua potable á una otros que recabdan por mi los derechos de las
población. Cuando las obras tienen cierta im rentas por do van; et les toman los moruecos et
portancia y extensión, todavía se particulariza carneros encencerrados que an menester para
más, designando solamente aquellos trozos en adalides de sus ganados, et que fieren á los pas
que el agua corre á descubierto sobre arcadas tores etc.» [Memorial hist. esp. T. I, pág. 333).
en varios órdenes, para distinguirlos de otros en Por donde se ve que los rebaños tenían también
que corre por canales, minas, tubos, conductos, adalides. «Oficio antiguamente en España para
cañerías ó caños, sifones. ver y conocer las partes más flacas y desarma
das de la tierra. Para ello se elegían personas
ACUESTO. Voz anticuada que signitica de muy estimadas, en quien concurriesen fidelidad
clive. (Dice. Acad.) cordura, esfuerzo y buen entendimiento... y
ACULEBRINADO. Adjetivo que se aplica á queriendo el Rey criaba á alguno para este ofi
la pieza de artillería que por su gran longitud cio, le honraba con armas, espada y caballo; y
parece antigua culebrina. (Dice. Acad.) un rico hombre le calzaba la espuela; y puesto
un escudo en tierra y subido de pié en él, ha
ACHAFLANAR. En fortificación, sustituir biéndole sacado el Rey la espada de la vaina, le
al ángulo saliente una línea recta, que se apoya levantaban en alto doce caballeros que tuviesen
en los dos lados, á distancia muy corta y gene su cargo, y volviéndole el rostro hácia Oriente,
ralmente igual del vértice. señalaba ciertas cuchilladas por alto y bajo y
ADALID. Etimología: unos del árabe cul-dalid lados en forma de cruz, desafiando á los enemi
guia; otros del teutón adal, adel, noble y leída, gos de Dios en nombre del, y á los enemigos de
kiten guiar. «Caudillo de gente de guerra. Hoy la fé, del Rey, y de su Patria: y lo mismo hacía
se llama así en Ceuta el cabo de la gente de á volviéndose á las otras tres partes del mundo:
caballo armada con lanza y adarga. Dur, mili- que por ser notable ceremonia, y aquí con me
lum dwtor.—Adalid mayor. Empleo ó cargo de nos prolijidad que se halla en los libros anti
la milicia antigua española que correspondía á guos de España me pareció escribirla». Mosque
lo que Maestre de Campo general, Magister mili- ra y Figdeioa. pág. 36). El Fuero sobre el Fecho
tum» ÍDicc. Acad.' El que guia ó dirige la hues de las Cavaltjadas define bastante las funciones
te. «Adalides, que quiero decir tanto como guia de este cargo, pues en el titulo o dice : «Manda
dores, porque ellos deben haber en sí todas estas ell Emperador que sean jueces los adalides de
cosas sobredichas para saber guiar las huestes todas las cavalgadas, que fiziesen et farán por
el las cabalgadas en tiempo de guerra». (Let 1 mar y tierra. Et ellos que puedan dar sentencias
tít. 22. Part. 2). (Glos. del F. de las Cavalg). contra los cavalgadores, los cuales auran con
«Llaman (los moriscos'; adalides en lengua caste tienda en las cavalgadas. Además que ninguno
llana á las guias y cabezas de gente del campo, ¡ non se pueda alear de las sentencias que ellos
que entran á correr tierra de enemigos y á la darán por adelante Rey, ni por adelante Adelan
gente llaman almogávares: antiguamente fué ca tado, nin otro ninguno que senyoria tenga, en
lificado el cargo de adalides; elegíanlos sus al pena á cada uno de cient marcos de plata». Y
mogávares; saludábanlos por su nombre, levan en el título 6: «ninguno non pueda juzgar cosas
tándolos en alto, de pié sobre un escudo; por el que sean de cavalgadas, si adalid non fuere...»
rastro conocen las pisadas de cualquiera fiera ó En el titulo 66 supon un caudillo, pues previe
persona; y con tanta presteza, que no se detie ne que «si alguno fuere contra el cabdiello, él
nen á conjeturas, resolviendo por señales, á guiando la cavalgada, pierda la mano diestra».
juicio de quien las mira livianas, más al suyo En el título 100: «el adalid que la cavalgada
tan ciertas, que cuando han encontrado con lo guiare tome dos raciones , si uno solo fuere
que buscan, parece maravilla ó envahimiento». E si muchos adalides fueren en la cavalgada,
(Mendoza. G. de Gran), «...é mandó el Rey ir á hayan sendas raciones»... Por último trascribi
saber lo cierto al bachiller Gómez Bravo su ada remos textual la definición de Clonard que con
lid». (B. de Cibdadheal Epist.H) «...los moros los cilla estas opiniones no muy divergentes. «Tenia
mataron, porque sin buenos adalides y espiones el adalid mayor el encargo de la organización de
fizo entrada en tierra de moros el Adelantado». las tropas, conforme lo ejecutó mas moderna
(Id. Epist. 75). En el Ordenamiento sobre la mente el Condestable Leyes i, 2, 3 y i, títu
mesta de Don Alonso el Sabio á 22 setiembre 1268 lo 22, Part. 2). Las funciones que desempeña
se lee, al enumerar los perjuicios que sufren los ba este jefe superior son una mezcla de las del
ADAR — 13 — ADEL
CCA»TEL-MAESTRE, INTENDENTE é INSPECTOR GENERAL llum in hostem libet quatuor excusatos; qui le
de un ejército. Era obligación suya reconocer el vaverit signa, libet duodecim excusatos; et toti
mino en el país que servia de teatro á la illi qui excusatos levaverint non libent excusatos
guerra, cuidar de la situación de los campos de trecentis morabetinis et quando iberitis in
atipcherados, colocación de las avanzadas, diri hostem, vadant medii de Alcaldibus, et medii
gir las DESCUBIERTAS V las ALGARAS (V. C V.) Ó de iuratis, et allí medii remaneant per adgardare.
muidas para molestar al enemigo, disponer las villam vestram». Este verbo adgardare parece
olidas ó emboscadas, establecer las atalayas, como si sonase adargar, cubrir.
omínelas, escuchas y rondas, investigar la po
ADARVE. «El espacio que hay en el alto del
sición del contrario y sus fuerzas, mantener
muro y sobre él cual se levantan las almenas.
buenos confidentes y espías, organizar las expe
Hállase usado también en lo antiguo por todo el
diciones, nombrar los almogávares y los almoca-
muro». (Dice. Acad.) Esta voz arábiga, hoy algo
denes, señalar las raciones de las tropas y cui
desusada, debe preferirse á terraplén (V. e. v.)
dar del abastecimiento de los almacenesr,.
que no es tan precisa por lo genérica. (Véase
«Nadie podía aspirar al empleo de adalid sin Rampar).
dar pruebas muy positivas de instrucción, ta
lento, pericia y lealtad. Para conferir á alguno ADBELAR. (V. y comp. Agresión, Debelar).
esta dignidad se observaban las reglas siguien Del latin adbellare procedente de bellurh, guer
tes. Doce adalides ponían un escudo en el suelo ra. Significaba, más bien que acometer, atacar
y colocándose de pié encima el nombrado, lo material ó tácticamente, hacer agresión, agre
levantaban en el aire dirigiéndosele primero de dir, invadir, romper estratégicamente un movi
cara al Oriente y sucesivamente á las tres res miento ofensivo.
tantes partes del mundo. En esta posición el no ADELANTADO. «En la época posterior á la
ticio hacia cuatro cruces en las distintas direc conquista de Sevilla, el titulo de conde pasó á
ciones indicadas con su espada desnuda, pro calificar una de las clases aristocráticas de la
nunciando el juramento: a Yo (fulano; desafio en sociedad, y fué sustituido por el de adelantado
el nombre de Dios á todos los enemigos de la fé mayor que correspondía al prases provincia) de
et mió Señor et Bey de la tierra». Hecho esto se los romanos. Los deberes de este funcionario los
le bajaba, y el Rico hombre poniéndole una ban marca Don Alfonso el Sabio en una ordenanza que
dera en la mano le decia: «Yo te otorgo en nom lleva este epígrafe: Estas son las leyes de las
bre del Rey que seas adalid». cosas que deben facer los adelantados mayores.
Por la ley 22 del tít. 9 de la Partida 2.*, en
ADARGA. Del árabe addatra ó darg, embre tiempo de paz ejercía la jurisdicción civil y la
tar. Escudo ovalado ó de figura de corazón for justicia suprema, para lo cual tenia un juzgado
mado de cueros dobles engrudados y cosidos privativo sobre los «adelantados menores» y
V. Escudo). En el siglo X había en la Córdoba «merinos» de su provincia; y en los tiempos de
musulmana el empleo de Saheb-Addarca, pre guerra ó de revueltas tomaba el mando de las
fecto de la adarga, escudero mayor, armígero. tropas, y á su frente marchaba ya contra los
:Si«<inet. Ley. árab. pág. 25). También se llamó enemigos exteriores, ya contra los interiores. Ca
darsa y atareca. «...una darga muy grande de da año debia ir por todas las merindades, «é en
barrera que le habían dado en Córdoba muy los logares o fallare los merinos buenos ó de
frnnosa». Cron.delC. deBuelna. Cap. 10, página buena fama, debíalos facer bien é de dejallos en
39 . Las adargas más duras y resistentes eran sus logares, et o fallárelos de mala fama, tener
de enero de vaca, por cuya razón se llamaban los ende, é facerles luego enmendar todas las
«acaries». (Dice. Acad. 5 escribe, sin duda por malfetrías que ovieren fecho». También debia
errata, «bacanes»),—Si la adarga no era vacarí cuidar «que en aquella tierra sobre que él había
«e decia «de ante, dantc, durgadante».—Adargar poder, non fuese fecho castiello de nuevo, nin
d adargarse: cubrir con la adarga, como de es torre, nin fortaleza sin mandado ó sin placer del
codo, escudarse, ó de broquel, abroquelarse... Rey». Quedaba así mismo responsable el adelan
•porque no pueden todas veces guiar el caballo tado mayor ante la córte ó curia real de que
c adargarse á un tiempo». (Vargas Machuca «non tomase conducho si non en villas regalengas
W. ind. pág. 46). Adargado, adarguero, adar- ó en abbadengas, é debia tomar tanto en cada
futlla, son derivados. En el Fuero de Toro, dado logar cuanto el Rey le mandare cuandol ficiere
n Mil ó confirmado en esa fecha, se dice: «Ho merino é non mas, é esto una vez en el anno: et
mo qui levaverit tendam víe eundam, et caba- si mas conducho tornare ó mas veces, péchelo
ADEL — 14 — ADIS
doblado á aquellos á quien lo tomare: pero si de adelantamiento, como el de Burgos, de León
acaesciere que haya a ir á desfacer asonadas ó á y de Palencia, conforme á las leyes. Otros dis
levantamientos algunos, si se ficicsen en la tier tritos había, con el nombre mismo de adelanta
ra, ó por prender ladrones ó otros rnalfechores, miento, que sólo quedaron como títulos de ho
decimos que puede lomar conducho en las bien nor en las casas de sus poseedores, por ejemplo:
fetrias, é «lébelo pagar fasta nueve dias.» Por las el Adelantamiento de Murcia, de Andalucía, de
leyes i y 5 que son las que dan estas reglas, se Cazorla.
ve cuan semejantes eran á las obligaciones de
los capitanes generales de nuestros modernos dis ADELGAZAR. Introducido ya oficialmente,
tritos; pues el adelantado mayor en el suyo, te en la nueva táctica (Instr. de Bat. pág. C). el ad
nia cierto número de mcrindades al símil de las jetivo delgado, para designar el órden opuesto
comandancias generales, que al cargo de los me al profundo; con este verbo, adelgazar la forma
rinos mayores le estaban subordinadas: por es ción, se evitaría el circunloquio «pasar del órden
to el fuero de Castroverde, añade que los mili de columna al de batalla».
tares que en él habitan, daban á su merino las ADEREZAR. Disponer, preparar, enderezar,
cavalgadas. «Milites qui ibi habitaverint, den dirigir, encaminar.
septem cavalgadas suo merino, et maiordomo
det illis septem pares de calzas, et sendos de ADEREZO. «Prevención, aparejo, disposi
expolas, et sendos mantos do color.—Año 1 197.» ción de lo necesario y conveniente para alguna
Los adelantados mayores, según él Espéculo, no cosa.—De caballo. Las mantillas, tapafundas y
sólo concurrian con sus tropas á la defensa de demás arreos que se ponen al caballo para ador
su distrito si era invadido por el enemigo, sino no y manejo.—De espada, daga ó espadín. La
que socorrían a los que lindaban con él, tal de guarnición que tienen por la parte donde se em
ducimos de la ley 2 que dice: «Estos deben ve puñan: y también el gancho ó contera que se
nir luego cuanto más podieren, como en apellido pone en la vaina». (Dice. Acad.) Antiguamente en
qui de caballo, qui de pié, cada uno lo rneior fortificación, disposición, traza, planta de una
que podiere.» En un punto determinado, y por obra. En este sentido lo usa Atora en sus Carlas.
medio de la convocatoria que anticipadamente ADHESION. Esta voz, de origen latino y téc
se anunciaba á los adelantados mayores, cuida nica de la física, ha pasado al lenguaje ordinario
ban estos de remitir las mesnadas de su distrito
y al de la legislación, para expresar el acto de
«á esta hueste a tres meses de plazo, para venir aceptar el dictamen de otro, el consentimiento
é para estar en ella: é débense contar estos tres á un acto que otro ejecuta. En la milicia no bas
meses del día que salieren de sus casas é de sus ta que las tropas tengan disciplina y además con
tierras... faciendo sus jornadas derechas é sin fianza en el valor y en la pericia de sus jefes; es
engaño». La misma ley determina la clase de conveniente que les profesen afecto personal y
contingentes que formaban la hueste, á saber: respetuoso, que les tengan ó cobren afición, in
los ricos-omes de pendón y caldera, los acostados clinación espontánea por sus cualidades de ca
ó tierra-tenientes, los ornes de órden ó caballe rácter.
ros de las órdenes militares, los subditos de
los abades, priores y obispos, y los soldados de ADICTO. Como cualidad moral, quizá expre
concejo ó mesnadas de las ciudades y villas. Es sa mejor que el adjetivo devoto (usado por La-
tos cuerpos ó compañías traían sus banderas, fuentc y otros) la adhesión personal de un hom
que las leyes <I3, li y lo llaman señas, previ bre ó tropa á su causa ó 6 su jefe. Dice. Acad. S
niendo que se entreguen «á los ornes señalados da: «dedicado, muy inclinado, apegado.» En las
porque sean guardadas é onradas.» (Clonard. revueltas civiles especialmente, importa mucho
Hist. org. T. I, pág. 373). al gobierno legal que la tropa le sea adicta.—En
ADELANTAMIENTO. El territorio en que la guerra civil dinástica, y ántes de la creación
el adelantado (V. e. v.) tenia jurisdicción, con del cuerpo de E. M., los capitanes y jefes de las
conocimiento inmediato de las causas civiles y diferentes armas entraban con el titulo de «adic
criminales del pueblo en que se hallaba, y por tos», esto es, destinados, agregados, á componer
vía de apelación de las de los jueces inferiores las planas ó estados mayores, entonces eventuales
de la misma provincia. En el antiguo régimen de aquellos ejércitos.
conservaban este nombre, con el recurso al ade A DISCRECION. Frase adverbial para de
lantado en segunda instancia, algunos pueblos notar que no se sigue regla. Como el arma,
agregados, que formaban distrito con el nombre cuando se lleva «á voluntad»; la carga, sin tiem
ADIT — 15 — ADMI
pos: el alojamiento, sin la formalidad de boletas, sueldo y Hacienda Militar, ó con la reciente de
ni intervención del municipio; la rendición-, sin nominación de Administración Militar ó Cuerpo
condición estipulada. administrativo del ejército. Sueldos, víveres,
armas, caballos, cuarteles, hospitales, utensi
ABITOS. Voz latina, additi, que significaba lios, trasportes y el costoso material de fortifi
adictos, adjuntos, agregados. Tropas sueltas, cación y artillería entran en la órbita adminis
francas, ligeras, como los accensos. En la deca trativa del ejército.
dencia de la milicia romana estos honderos, ja- Ocioso es decir quenodescenderemos al terre
(Xumhs, tiradores, eran también sirvientes de no en que generalmente se plantea por algunos
lasuociNAS balísticas, y se situaban entre las militares esta cuestión, de suyo elevada y tras
lineas de las cohortes ú ocupaban laseminencias. cendente: salir del paso con alguna chanzoneta
ADMINISTRACION MILITAR. Desde el contra esos papelistas llamados militares, que
momento en que se organiza una agrupación de no vierten sangre sino tinta , es perpetuar en el
hombres, la administración es indispensable: ejército malos resabios , ideas estrechas, rivali
cuando la agrupación tiene , como la milicia , un dades mezquinas.
objeto exclusivo, determinado y algo diferente Declaramos, pues, plenamente que no es
de los otros servicios del Estado , es á todas lu concebible siquiera la máquina voluminosa de
ces conveniente que tenga su administración es un ejército en el dia , sin el principal resorte de
pecial é interior, que pueda englobarse luego una excelente administración económica.
toda junta en la administración pública ó general. Hoy el ejército permanente no es la mesnada
El principio fecundo de la división del trabajo, feudal , sencillamente administrada en su rápida
que de la industria ha pasado é todo el régimen algara por un modesto cebadero (V. e. v.) no es
social . impone cierta separación de atribuciones la tropa temporera deREiTRES, lansquenetes, es-
que, contenida en limites prudentes, suele ser tradiotes ó condottieri «alquilada por un tanto
sranderuenle provechosa. alzado»: es una parte integrante y muy princi
Es óbvio que el hombre , á quien se destina y pal de las naciones, cuyo mantenimiento absor
prepara para combatir, tiene lo bastante con este be irremediablemente en todas ellas respetables
encargo, sin añadirle el de armarse, equiparse y sumas, cuya inversión requiere minuciosas ga
ii5tenerse; pero lo que ahora tenemos por tri rantías de comprobación y acierto.
vial, ha tomado en otros tiempos las proporcio Los ejércitos permanentes tienen que crecer en
nes gigantescas de árduo y temeroso problema. «riquezan (por extraña que parezca esta palabra)
La institución del ejército permanente habrá al compás que crece la riqueza del país del cual
bullido en la mente de todos los reyes que , co forman parte. Las bandas montañesas conque
mo Alfonso XI de Castilla, hayan aspirado á emprendió la reconquista Alfonso el Católico no
sentar su trono sobre cimiento algo más sólido podian ser tan «ricas* , como la brillante caba
que el de la movediza organización feudal ; ysin llería conque Alfonso VI entró en Toledo, ó co
embargo hay que descender á los Reyes Católi mo las tropas feudales y concejiles con que San
cos, más áun, al gran Cisncros, para ver formu Fernando entró en Sevilla.
larse de una manera práctica, aunque insufi Compárense los batallones que combatían en
ciente, incompleta, un pensamiento instintivo, Navarra en 1834, con los que pisaron las playas
el cuál, mejor que militar, pudiera llamarse africanas en 1859 ; compárense también estos
político y hasta social. últimos con los franceses é ingleses en Crimea
Así como en la pólvora , más que en la im ó Méjico; y dígase si un ejército, como una so
prenta , puede reconocerse el agento efectivo de ciedad, no puede ser más ó monos «rico y flo
la trasformacion orgánica de la Europa ; así en reciente».
la instauración de los ejércitos permanentes y Es de rúbrica en todo libro militar alejar de
"ícioiules, puede verse, sin gran sagacidad, al la vista estas especies; y á fuerza de inculcar,
io más que nubes perpetuas de langosta , desti muy justamente , sobriedad, austeridad y des
nadas á devorar la flor de la juventud y del den á las comodidades de la vida , se viene á
presupuesto de un pueblo. convertir al soldado en una anacoreta. Esto tiene
Cabalmente impedir que esto suceda es, á su desventaja en la forma actual de gobierno,
auestro juicio, la definición más concisa y ge en que todo ciudadano usa ó abusa anualmente
neral que puede darse del elevado encargo co- de su derecho de regatear hasta los céntimos
•etido á la agregación de funcionarios cono que pide el Estado. El hombre civil , como que
cida con los antiguos nombres de Oficio del en ello va su interés, comprende que sólo con
ADMI — 16 — ADMI
dinero puede hacerse un ferro-carril ; pero tie otro la repulsión invencible que Hispirá en las
ne cuidado en buscar «textos militares» para pilas la aparición , algo fastuosa , de un nuevo
probar que el objeto de un ejército es «marchar, cuerpo especial con atribuciones fiscales no des
campar y combatir» para lo cual, efectivamen lindadas, con numerosa escuela (1865), con asi
te , no se descubre á primera vista la necesidad milaciones gerárVjuicas, con tropa exenta, con
de un maravedí. Hacemos asomar esta idea con pretensiones ya visibles, que, á través del lu
repetición , por la menor rendija que se nos joso uniforme y de las divisas militares pueden
presenta , convencidos de que su propagación es llegar hasta el fuero privativo (perdido por ley
más beneficiosa en la práctica , que la eterna y de 1 1 Julio 1865) hasta la escala rigorosa , hasta
estéril polémica sobre fueros, privilegios, exen los humos facultativos, intolerables cada dia
ciones y gollerías, que ya no son de estos tiem más en las armas realmente principales. Podre
pos. Asimílese enhorabuena el soldado al jorna mos equivocarnos; pero si el nuevo cuerpo de
lero; pero pagúesele el jornal al tipo corriente Administración militar encuentra algo premioso
ni más ni menos. Si al guarda de un melonar se su encaje en el cuadro orgánico de la milicia,
le da escopeta y vestuario , algo más merece el quizá lo deba á presentarse de pronto algo más
que se destina á la guarda del territorio, de la hinchado y voluminoso de lo que convendría al
tranquilidad , del honor de un gran pueblo. lugar importante, pero estrecho, que en buena
(V. Espíritu militar). Es evidente, pues, que la organización le cabe. (En el escalafón de 1865
milicia tiene el derecho de que el Estado satis contaba nada ménos que 1,166 individuos: su
faga sus necesidades justamente reconocidas; cesivas reformas han bajado este número á mé
pero todo derecho implica un deber: y la milicia nos de la mitad en 1868.)
lo tiene ineludible , de dar á los fondos que re El destino de España ha sido siempre, en
cibe el destino señalado, comprobándolo por los guerra y en paz , acometer empresas sin contar
medios consagrados en la moderna ciencia eco con medios para llevarlas á cabo. Se tarda largo
nómica. Atención tan primaria, tan indispensa tiempo en reconocer una necesidad ; pero una
ble , no puede encomendarse á todos á un tiem vez reconocida , nuestra imaginación meridional
po; tiene que ser encargo de unos pocos; debe la abarca en su conjunto y quiere satisfacerla
constituir lo que en el dia llamarnos «especiali con prematura suntuosidad. La administración
dad» y admitida esta como útil, como forzosa, pública lo demuestra , en general , en todos sus
es una puerilidad perderse en averiguaciones de ramos; y los perpetuos apuros del erario no lo
cuál es preferente : si hacer guardias, ó hacer gran indicarnos donde está su fácil y radical
ciudadelas, ó hacer cañones, ó hacer cuentas. remedio.
Si bien se mira , la sociedad civil en sus rá La Administración militar debería prevenir y
pidos y modernos adelantos , no ha hecho más calmar ese recelo que despierta involuntaria
que copiar á la sociedad ó grupo militar, cuya mente la vista de su escalafón y del programa
constitución estableció de muy antiguo el enca de estudios de su escuela en 1865; se teme que
denamiento sin solución del soldado al capitán algún dia llegue á haber más intendentes que
general , esto es, del proletario al monarca: todo soldados, ó que el comisario exhiba más dere
individuo, tanto en la sociedad como en el ejér chos científicos para mandar un ejército, que
cito, que desempeñe honrada y diestramente su el general á cuyas órdenes sirva.
cargo , sea el que fuere , tiene en su esfera igua Con la misma imparcialidad con que sostene
les derechos al aprecio y consideración de los mos la utilidad y la conveniencia del Cuerpo
demás. Administrativo, señalamos el escollo en que
Sentado esto , la Administración militar tiene puede tropezar un excesivo celo , y el afán de
que ser un instituto de la milicia, instituto esen «especialidad facultativa». Estos son meros de
cialmente «militar», resorte muy principal de talles; pero muchas veces suelen ahogarse en
su complicada máquina , cuyo mecanismo re ellos fecundos y cardinales pensamientos de or
gula , y el cual debe forzosamente conocer en ganización. Quizá recogiendo un poco el vuelo;
todos sus pormenores. Esta opinión sin embargo dando al tiempo lo que es suyo ; dejando en
no es unánime: y si buscamos imparcialmente treabierta por arriba la escala á ciertos oficiales
los puntos de divergencia , quizá se encuentren de fila de justificada inclinación y aptitud , lo
tan abajo , que parecerán algo fútiles. Puede ser grase la Administración militar extirpar antiguas
uno el significado estrecho y vulgar que se da á preocupaciones y adquirir en el ejército mereci
la palabra ejército (V. e V.) aplicándola sólo á la da popularidad.
tropa que forma al son de corneta ; puede ser Por lo demás su abolengo es envidiable : si los
ADMI - ir - ADMI
Ingenieros vienen de Pedro Navarro y los Arti á víveres y pertrechos, haciendoentrar la higiene
lleros de Francisco Ramírez de Madrid , á nuestro y la cirujía. Nuevos reglamentos de 26 setiem
juicio, la Administración militar moderna bien bre 1620 y 14 febrero 1633 trajeron nuevas
puede tomar su origen en aquella noble reina mejoras: se comenzó á entrever la conveniencia
que tan acertada y asiduamente cuidaba de las de separar el mando militar de la administración
vituallas , de los convoyes, de los hospitales, de y el progresivo aumento de los ejércitos impul-
la pólvora , del inmenso y desconocido material sóá Letellier a plantear el problema: «Mantener
en la estratégica conquista de Granada. Las ex con el menor gasto posible el mayor número
trañas nociones de contabilidad , severamente posible de soldados».
militar, que manifestó aquella pura y perfecta La supresión en 1 661 del Coronel general de
Señora , no eran fruto del acaso . sino de una infantería permitió consolidar algo las nuevas
predisposición feliz y armónica que involunta teorías. Los ministros de Luis XIV Colrert y
riamente la llevaba á descubrir, muy por deba Lotivois continuaron amontonando reglamentos;
jo de su trono, aptitudes y méritos modestos, pero los despilfarros y locas empresas del que
como el de su intendente militar Alonso de los franceses llaman su gran rey, trajeron la
Qhntanilla. Las ordenanzas firmadas por Fer bancarrota, el desórden y el abatimiento de la
nando en Barcelona á 28 julio 1503 y por Isarkl Francia, del cual no pudo levantarse en todo el
en Monasterio á 5 agosto, son el punto conven siglo XVIII.
cional de partida para la historia de la Adminis Miéntras tanto la Prusia se encumbraba al al
tración militar. No esde nuestro propósito seguir to puesto militar que tan diestramente sabe con
su marcha , desde que revisadas por Carlos V en servar. La Europa entera se apresuró á copiar
5 abril 1523, y refundidas en 13 junio 1551, fútiles pormenores que en nada contribuían á
fueron sucesivamente engrosando y modifican desarraigar los verdaderos abusos, y quedó ató
te, sin variar sustancialmente hasta principios nita y suspensa al primer rugido de la Revolu
del siglo XVIII. ción, viéndose con soldados y generales, pero sin
La radical reforma, que en aquella época su ejércitos sólidos, que pudiesen resistir y encau
frió toda la organización, introdujo hasta la no zar el desbordado torrente revolucionario.
menclatura francesa. Los Veedores y Contadores Las guerras posteriores no hicieron dar un
cambiaron sus castizos y expresivos nombres paso á la complicada ciencia administrativa,
por los de Comisarios (V. e. v.) y Ordenadores; cuyo estudio requiere la paz. Napoleón I, aun
el Oficio del sueldo se tornó en Intendencia; y que crease el tren de equipajes, daba muy poca
una plaga de franceses «financieros» acaudilla importancia al iiomrre y ménosal material, para
dos por el célebre Orry , lo que logró fue confir cuidar de la conservación de uno y otro. La
mar que no es posible en España la repetición atrevida máxima deCaton ydeGuibert«la guerra
del milagro de los panes y los peces. En I7i8 y debealimentar la guerra» recibió literal y bárbara
1749. la vuelta al sano principio de que no debe aplicación. Alemania, Italia, España conservan
gastarse más de lo que se tiene , produjo , más hondas cicatrices del cauterio brutal con que
bien que las ordenanzas de Intendentes y Comi entonces se restañaba la sangre; y los hórridos
sarios de dicha fecha, mayor regularidad eco desastres que precipitaron la caida del primer
nómica. Nuevas ordenanzas de Utensilios en imperio francés vinieron á probar lo ya probado
1760 y las generales de 1768 fueron desem desde Atila: que un ejércilo no lo constituye la
brollando el caos. «aglomeración de hombres», miéntras no le dé
Como el siglo XVIII en España es desgracia cohesión el orden, la disciplina, la administración.
damente una traducción literal del francés, á En las guerras de' la Independencia y Civil
Francia hay que ir á buscar los originales, por mal podia funcionar con regularidad la admi
más que ahora ya principie á repugnarnos. Los nistración «militar», si en rigor no existíala ad
franceses fijan el origen de su Administración ministración «pública». La guerra de Africa será
militar en Coligny á quien atribuyen el dicho la primera que registre el cuerpo administrativo
sentencioso «Empecemos á formar el monstruo como ejercicio ordenado de sus vastas funciones,
el ejército) por el vientre». Su ordenanza de 20 y en lasque suplió con celo lo que pudo haber
marzo 1550 es el documento de partida. Luego de inexperiencia. La instrucción provisional de
Sclly, el célebre ministro de Enrique iv, cuyo 1 8 27 , el real decreto de 17 julio 1837, las reales
ejercito en 1600 tenia por junto 6 piezas de ar órdenes de 20 febrero 1840 y 7 mayo 1841 des
tillería con i. 000 infantes y unos 2.500 caballos prendieron por fin la Hacienda militar de la civil
ensanchó el círculode ^administración, reducido y deslindaron sus atribuciones. Suprimida en
ADOB — 18 — AFIA
29 diciembre 1852 la antigua Intf.xdf.ncia gene desgraciado.—Esta es la piedra de toque del ca
ral, que con el nombre de Diklccion se confió á rácter verdaderamente militar.
un General; reorganizado el cuerpo en 18 fe
brero 1853; creadas las compañías de obreros y AEROSTACION. AEROSTÁTICA. Estación
sin necesidad del programa de su escuela apro- ó suspensión en el aire , como aeronáutica es
brado en í julio 1864, la Administración militar locomoción, navegación aérea. Ninguno de los
española tiene sobrados elementos para compe dos problemas ha recibido hasta ahora solución
tir con la que más sobresale en Europa. satisfactoria; pero los militares, como primeros
El gran paso está dado: la conveniencia de interesados en el asunto, han hecho, especial
separación entre el mando de armas y adminis mente en Francia á Unes del siglo pasado, algu
trativo está fuera de toda discusión: ya no sólo nos ensayos para atalayar y reconocer la posi-
los jefes de división ó brigada, sino los coronelessicion del enemigo por medio de un globo
de regimiento, por reciente disposición, quedan cautivo, sujeto con cuerdas. Amigos, como son
desembarazados de los enojosos pormenores de nuestros vecinos, de organizar, principiaron
contabilidad y administración; pero por lo mis por crear, no una, sino dos compañías de aerós
mo el cuerpo administrativo está moralmente tatas ó aeronautas (aerostiers) que obraron en
más comprometido, no sólo á redoblar su ya Maubeuge, Charleroi y Fleurus; pero tanto llegó
probado celo, sino á facilitar, en vez de entor á montar la suma de inconvenientes, embarazos
pecer, la gestión administrativa, haciendo ver el é imposibilidades, que una de las compañías
tomó el partido de hacer reventar á balazos su
orden y bien-estar que al ejército proporciona;
propio globo, sin que haya más noticias que in
á suavizar la aspereza de su acción fiscal, y no
teresen, posteriores á este suicidio; pues no son
ceder, con pretexto de fútiles asimilaciones, á
de mencionar algunas tentativas aisladas, como
la vanidosa tendencia de formar otro cuerpo fa
la que en la última guerra de Italia hicieron en
cultativo más.
Castinodolo los hermanos Godard , aeronautas
ADOBAR. Este verbo, exclusivo en el dia de de oficio que seguían al ejército francés, y otras
cocineros y curtidores, tuvo antiguamente, se en los Estados-L'nidos y Prusia. Sin embargo en
gún Dice. Acad. ii,el significado de pactar, ajus- el siglo XIX no se desespera de nada y quizá el
tar:y según Ducanuk, en la baja latinidad, adoba problema se resuelva.
re, quasi adoptare, era instruir, armar, ceñir la
AFABILIDAD. «Suavidad , dulzura, agrado
espada , hacer soldado á alguno. Por bastante
en la conversación y trato». (Dice. Acad.) Cua
tiempo conservó este sentido en el francés anti
lidad apreciable en el que manda. Su contraria
guo, y en castellano todavía significa adornar,
es la altanería V. e. v.) Su escollo ó degenera
aderezar. ción la familiaridad. (V. e. v. y disting. Afecto).
ADOBE. Ladrillo sin cocer. Material muy
AFECTO. Como sustantivo, significa cual
usado en el revestimiento de las obras de fortifi
quiera de las pasiones del ánimo, ira, odio, etc.;
cación pasajera. (V. y disting. Tapial).
pero se dice más particularmente del amor ó
ADI AR. Población movible formada de las cariño.—Como adjetivo, quiere decir inclinado,
tiendas en que habitan los árabes de la costa de apasionado, adicto. (V. e. v.) Importa mucho
África. También se llaman asi las rancherías de saber si una tropa es afecta ó desafecta á su
los indios. Es voz despreciativa para designar jefe, á su causa. —En organización y táctica tie
una población miserable, un campamento irre ne sentido de deslino, agregación ó dependencia
gular y mal dispuesto. eventual y pasajera. Una batería está «afecta» A
una división; un oficial está «afecto á la plana
ADVENTICIO. Adjetivo latino que significa mayor». Y por otra parte el verbo afectar ex
lo que es extraño y sobreviene, á diferencia de presa según Dice. Acad. «poner demasiado estu
lo que es natural y propio. (Dice. Acad. 5). Qui dio ó cuidado en las palabras, movimientos y
zá en algunos casos sustituya con propiedad al adornos, de forma que se hagan reparables».
adjetivo eventual, hoy más usado en estrategia. Excusado es decir que este verbo activo y el
ADVEHSARIO. Lo mismo que contrario, reciproco «afectarse» están reñidos con la seve
enemigo, antagonista.—El verbo anticuado ad ridad, gravedad y entereza del militar.
versar significa oponerse , contrariar, resistirá AFIANZAR. En infantería, movimiento del
otro. [Dice. Acad. o). manejo de arma, que consiste en llevar la mano
ADVERSIDAD. Suceso adverso, contrario, derecha con el fusil, cuando está terciado, fren
AFIL — 19 — AFUE
te de la mitad del cuerpo y colocar la mano iz El pequeño folleto en 32.° del que lleva tiradas
quierda encima de la derecha; quedando por varias ediciones el librero francés Dumaine con
consiguiente la culata sobre el muslo izquierdo, el título «Máximas de Napoleón» otro análogo de
y el canon cerca del hombro derecho. Este mo Leneveu que está en la vigésima cuarta y algu
vimiento sustituye al antiguo y suprimido de nos alemanes, pudieran servir de tipo, no tra
arma al brazo. —En caballería afianzar la lanza duciéndolos, sino refundiéndolos y adaptándolos
es dejarla suspendida de la correa fortalanza, á España. Un sabio dijo que las sentencias son
que se sujeta en la sangría ó parte superior del como agudos clavos , que lijan las v erdades en
brazo derecho. la memoria; y para este trabajo de compila
AFILAR. Aguzar, adelgazar por el corte ó ción, muy semejante á la de un laboratorio quí
punta un arma blanca. (V. y comp. Enfilar, mico, pueslo que es extraer la quinta esencia,
Desfilar, segun deriva de filo ó de fila). Diccio sería menester reunir un gran conjunto de axio
nario Acad. 3. da como anticuado el verbo «ahi mas, apotegmas y preceptos acreditados, y pro
lar», ir uno tras otro formando hilera.—Meta ceder luego por eliminación, hasta dejarlos re
fóricamente se «aguzan, pero no se «afila» el ducidos á escaso y razonable número.
ingenio. AFRONTAR. Poner una cosa en frente de -
AFLOJxVR. En sentido material, soltar lo que otra según Dice. Acad. que lo da por anticuado;
está apretado; metafóricamente cejar, ceder, sin embargo, es usual, aunque francesa, la frase
fiar, perder terreno, entibiarse el fervor, el en «afrontar el peligro» y podría emplearse en tác
tusiasmo. (V. Flojear, Flojedad':.—Afloja una ac tica como equivalente de aceptar batalla, dar ó
ción, una tropa, un individuo; la disciplina se hacer frente al enemigo. «Cuandoafronta un es
afloja, se laxa, se relaja.—«Aflojarse á caballo» cuadrón con otro, lian de ir los soldados tan jun
es frase técnica de equitación: dejar flexibles las tos que entre uno y otro no pueda pasar perso
piernas sin oprimir al animal. na alguna». (Londoño. Disc. mil.)
AFLUENCIA. AFLUIR. AFLUENTE. En «Aquí los dos afrontan, ya se llaman
geografía física y topografía se llama afluente, el uno y otro á formidables lides». ¡Jáuregm).
en general, a toda corriente de agua que se jun «Verdaderamente, señor, yo considero en tal
ta, desagua ó desemboca en otra mayor, ó tenida manera este exército que me parece que lo veo
por más principal. La comarca ó territorio sur y deseo verlo afrontar con el contrario; y no
cado por un rio de importancia con lodos sus querría por cosa del mundo que vos os lorná-
afluentes, y que en los mapas asemeja á un ár- sedes otro Quinto Kabio Máximo, teniendo en
bol con sus ramas sin hojas, forma su cuenca disimulación á los enemigos y differir la bata
hidrográfica. Ordinariamente el punto preciso, lla». (Diego de Salazar. De re militari, lib. 3).
en que una corriente entra en otra, no se llama La voz afrenta, cuyo significado es hoy exclusivo
«afluencia», sino «confluencia»; y al revés, al de deshonor ó descrédito, tenía antiguamente el
no que confluye no se le llama confluente, de peligro ó trabajo, el de valentía ó esfuerzo. El
sino afluente. El Dice. Acad. S. solo da afluen verbo afrentar también expresaba, además de
cia en sentido de abundancia, copia, ó en el lindar ó confinar, apretar, estrechar, poner en
metafórico de facundia ó abundancia de expre peligro.
siones. Nótese que de influir, concluir, deriva
conclu vente, influyente, y de afluir, afínenle. AFUERAS de una plaza. El ruedo ó terreno
que la rodea desde la cola del glásis hasta un
AFÜRADOdc guerra. El que no pertenecien radio convencional, que en lo antiguo y lógica
do á la milicia goza de fuero militar. mente era el alcance de las armas. Y debe en
AFORISMO. Voz griega, usada particular tenderse el suelo natural, sin nada encima. Las
mente en medicina, pero que en general signi fortificaciones, que pueda haber, se comprenden
fica sentencia ó máxima clara, corla y concisa, bajo el nombre de obras exteriores, destacadas,
que encierra un pensamiento útil, una regla au avanzadas. En Iciiguage técnico es la zona tácti
torizada. Los artículos de una buena Ordenanza ca, polémica, poliorcética. La parte de esa zona
ú código militar, deberían ser verdaderos aforis vacía que toca inmediatamente al glásis y en la
mos: miéntras tanto seria muy conveniente la que generalmente hay alameda, es la explanada.
publicación de un pequeño catecismo , ó librilo —En el lenguaje vulgar «las afueras» quiere de
muy portátil, con ciertos principios inconcusos cir situación «extramuros», sea cualquiera la
de guerra y sobre todo de estrategia y táctica distancia, de barrios y caseríos. (V. y distíngase
iíeseral análogo á los publicados en otros países. Arrahal:.
AFUS — 20 — AGER
AFUSTE. Provendrá de fuste (V. e. v.) Nom en Tito Livio, Polibio y Quinto Curcio. Dice este
bre genérico de todo aparato ú armazón, de ma último: In déxtro cornu locad sunt equiles quos
dera ó metal, en que se asienta y asegura un acema appellant. Aqi ino (L'.ric. mil.) advierte
arma de fuego. En las armas portátiles se. llama queagema,cn la lengua vulgar, significaba vehe
caja: en los cañones y obuses cureña. Técnica mencia, ardimiento, y que por traslación se usó
mente en artillería sólo se aplica ó aplicaba en el tecnicismo táctico de la falange.
cuando la pieza es un mortero. Por lo mismo AGENCIAS. Antiguo descuento. «De la paga
que todo lo antiguo está condenado á desapare de los oficiales se descontará, con titulo de agen
cer, conviene la descripción histórica. El afus cias, dos por ciento: de éstos percibirá el habi
te de mortero consta de dos gualderas de litado uno y medio y el sargento mayor medio:
bronce con sus correspondientes muñoneras, y para evitar recurso y perjuicio á los oficiales
unidas entre si por cuatro pernos de hierro que será este descuento igual en todos tiempos y
atraviesan dos entretoesas ó almohadillas bas destinos». ¡Ord. gral. 1768, art. 11, til. 12, tra
tante gruesas, en lasque está el rebajo cóncavo, tado 2).
para que descanse el mortero: la almohadila
de contera es más baja que la de testera, y for AGENTE. Del latín ayens, derivado de} ver
ma declive hácia fuera, pues aquella necesita bo ago, agere, obrar. En general la persona ó
prolongarse algo más, á fin de que el mortero cosa que obra y tiene facultad para producir y
se apoye también en ella, y forma también un causar algún efecto. Más particularmente, en los
plano inclinado hácia el centro del afuste, cuya ejércitos de opervciones, los hombres civiles ó
figura total es la de un paralelepípedo; las gual diplomáticos que, como el célebre A\ ¡rancla
deras tienen en cada frente exteriorde sus án en 1 839, enlabian y conducen negociaciones se
gulos una especie de cascabel ó bolos que sobre cretas.—Agente fiscal es el subalterno de los fis
sale lo suficiente para que los artilleros embarren cales en el Tribunal supremo de guerra y marina.
el espeque y puedan mover el mortero fácil AGER. AGGER. AGGERE. Terraplén, ter
mente. Los afustes para morteros de á 14, 12 y raza; montón de tierra, maderos, piedras, fagi
10, sólo se diferencian en sus dimensiones, y nas", para plantar, colocar, ó poner en batería,
el afuste para pedrero de á 12 es igual al del las antiguas máquinas de sitio y ganar domina
mortero de á 14. Los afustes aún más antiguos, ción, elevación. Esta costumbre continuó mucho
constaban de una pieza de madera, en cuyo tiempo después de usada generalmente la pólvo
centro hay un hueco en que descansa el ra, y puede dcsirse que hasta la invención de
mortero ó pedrero; en ambos lados tiene una las paralelas, ó moderno sistema de ataque. Se
mortaja para recibir los muñones y las sobremu- llamaron entonces caballeros \ sobre ellos se
ñoneras para sujetarlos; todo él está guarnecido ponía en batería, se plantara la artillería. En
con abrazaderas de hierro, y diferentes especies Famagosta, Goleta y Malla los turcos levantaron,
de pernos y pasadores que sirven para forta con inmensas pérdidas caballeros en que plan
lecerle. taron 7 i cañones. En nuestros sitios de Flandes
AGARROTAR. Verbo que podría usarse con fueron muy usados; y en Ostende (1603) levan
preferencia á «dar garrote». Militarmente tiene tamos uno para 7 piezas, que costó ocho meses
tres acepciones: la general de ejecución en gar de trabajo. En cambio se cita uno de César ante
rote de un reo, en los casos prescritos por la Or Bourges, de 80 pies de alto y 330 de ancho que
denanza; el acto de apretar el ramaje de una fa se hizo en 28 dias.
gina , retorciendo ó apretando con un palo la En Jerusalcm, según Josefo, se concluyeron
cuerda ó braga, hasta que se reduce al diámetro en 17 dias, cuatro enormes terraplenes, hechos
reglamentario; y en sentido figurado, la acción á destajo cada uno por una legión. Sila, en el Pí
estratégica que logra dejar al enemigo envuelto, reo de Atenas, los hizo con escombros del muro
cortado, paralizado, incapaz de iniciativa y mo que lo unía á la ciudad, y con los árboles de la
vimiento espontáneo. famosa Academia.
Pero bueno será saber que no hay acuerdo
AGEMA. Guardia del príncipe en los ejérci completo y satisfactorio sobre el significado exac
tos macedonios compuesta exclusivamente de to de ager.
peltastas. (C. Nisas). Moretti añade, sin citar El alemán Hi.ksson. en un pasaje dice que tie
autoridad, que en el ejército romano era tropa ne traducción exacta en Sappiren, esto es, el
escogida de ambas armas, destinada á empresas trabajo de establecer \ mover las viseas, múscu
secretas ó arriesgadas. Es \oz que se encuentra los etc. ; pero más adelante se rectifica á si mis
AGER — n — AGRI
dio, dando á agger el significado exclusivo de do por las abundantes mieses que producía;
ittm\ri.f.\, terrasse,erdschuttf, val hacerlo, agge- otros le llaman simplemente ager como nombre
rem, aggere. Y M.uzkroy (pág. 171) dice textual específico en virtud de hallarse estas tierras ex
mente: «En verdad la voz agger tenia varios sig clusivamente destinadas á la labor; otros le de
nificados, además del de terrasse, ó gran montón rivan de la voz árabe shara que significa cam
\ movimiento de tierra, que correspondía al po, y DO ha faltado quien á esta etimología haya
xxima de los griegos, también quería decir ale sustituido la palabra chacra rojo) por el color
terreplein d' un rempart» «at/yere vallio. Eu este de la tierra; pero si bien se considera, la razón
sentido lo emplea César al describir sus líneas del nombre es siempre la misma; esto es, la ex
ante Alesia. También ha servido para designar celente calidad del terreno, y por tanto tenemos
el relleno de un foso: otras veces significaba los por cierto que pudo muy bien llamarse Ager pol
céspedes, las estacas, las faoixas con que se ele los romanos, Shara por los sarracenos y Sagra
vaba el rempart. «Struendum vallum petendus por nosotros confundiendo estas dos denomina
aggera dice Tácito Anales, lib. i, hablando ciones; al hablar de la puerta de la ciudad de
de las legiones de Cinna. Se ve, pues, que estos Toledo, llamada de Visagra y que mira á este
tres sentidos siempre venían á parar á uno solo, campo, volveremos á tratar de este punto». Y en
que encerraba la idea de «una gran mole de efecto en el artículo Toledo repite: «Nosotros he
tierra». Rich , que es autoridad, confirma esa mos indicado ya en el articulo Sagra de Toledo
acepción general de agger, cosa que se amonto que la denominación de este territorio procederá
na, qúod adgerilur, y copia casi á la letra la cita del romano ager, dado por excelencia á las llanii-
anterior. rascomprendidas entre los rios Tajo y Guadarra
En resumen , la voz latina agger, aggeris— ma; y al hablar hoy de la puerta única de la ciu
abaggereiula térra—expresa con toda generalidad dad, la de Visagra que conducía á este campo,
cúmulo, montón de tierra formado con cualquier comprenderemos bien, que traduciendo los sar
material, con piedras, faginas, zarzos, troncos, racenos el latino ager por el árabe shara que
céspedes. Corresponde á los diversos significados significan una misma cosa, nada estraño tiene
de terrapi.es, espaldón, batería, trinchera. Unas que dijesen bab-shara puerta del campo) á laque
veces para establecer máquinas, otras para res acababan de construir, y que los cristianos cor
guardarlas. rompiesen la pronunciación, como ha sucedido
Josefo en el sitio de Masada habla de torres en otros muchos nombres; versión que nos pa
superpuestas de 60 codos á un agger de sille rece la más acertada». Basta para muestra.
ría (?) de 50 id. César (De bell. civ.) en Marsella
de árboles rollizos. También de cadáveres. aCum AGIL. Ligero, pronto, expedito. (Dice. Acad.
aggeri extruendo materia deficeret, congerie hos- AGILIDAD. «Ligereza, expedición para ha
tilium cailarerwn , quan desideraverat altitudi- cer alguna cosa». jDicc. Acad.) Cualidad corporal,
nem instrwil , eamque tragulis el pilis, quia recomendable en el soldado, singularmente en
robórete sutles deerant, magistra novo?, molitionis el ligero ó cazador. Se aplica también colectiva
necessitate tutus vallavit». (Valerio Máximo, li mente á una tropa, á un cuerpo, sin ser perfec
bro?, cap. dcexercituCwsariano). También Appia- to sinónimo de movilidad ó actividad: estas dos
xo (lib. i), é Hirtio (De bell. hisp.) César en toman sentido moral y táctico, mientras que
Munda: «Ex hostium armis pro cespite cadavera agilidad es resultado de las aptitudes físicas in
collocabantur, scula el pila pro vallo; insuper dividuales. L'n cuerpo de tropas es móvil, si se
occisi el gladii el mucrones el capila hominum desembaraza de artillería, de bagajes, de heridos;
ordinala ad oppidum hostium conversa sunto. para ser ágil necesita algo más. Un batallón ga
Agger eran propiamente los diques nuestros llego podrá ser tan «móvil» como otro valencia
en Flándes; como los de Alejandro en Tiro, los no; pero éste siempre será mas «ágil». «Agilitar»
de César en Brindis, los de Antonio contra Casio. una tropa es ejercitarla en la marcha, en la car
Por último, y para (pie haya amenidad, tras rera, en la gimnástica. «Movilizar», depende de
cribimos textual el siguiente pasaje del Diccio la organización, de la táctica. Una milicia urba
nario geográfico de Madoz. en el articulo La Sa na ó sedentaria se «moviliza»: un batallón de
gra de Toledo. «Sobre el origen de este nombre cazadores se «agilita»: una brigada de reserva
se han suscitado opiniones diferentes; algunos se «pone en actividad».
escritores han supuesto que este territorio lle
vaba en tiempo de los romanos el nombre de AGOTAR. Consumir, apurar, disipar, ha
Sacra-Céreris , deidad á quien estaba consagra blando de recursos de guerra y pertrechos. Por
AGOT — n — AGUI
metáfora expresiva, también moralmente «se en medios ó recursos de defensa, que autoricen
agota» una tropa, un ejército, cuando se usa sin la verdadera ofensiva estratégica.
miramiento, se le saca todo el jugo de una vez, AGRESIVO. Derivado de agresión. Dice Ba-
se le expone innecesariamente, se le trata mal. ralt (Dice, de galle): «Tenemos agresión y agre
Napoleón I ha dejado celebridad en esto de «ago sor ¿porqué no hemos de tener, como los fran
lar tropas». ceses, agresivo y agresivamente? También poseen
AGREGACION. Genéricamente es el conjun ellos el verbo agresser que entre nosotros podía
to de muchas y várias cosas ; porque agregar, ser muy bien «agredir». Todo ello viene de la
del latín aggregare, es ir uniendo y juntando fuente común: de la madre latina que decía
unas á otras las personas y las cosas. Un ejérci aggresio, onis; aggresor, oris, aggredior, edi. » Y
to, pues, es una inmensa agregación de agrega tanto podría ser, añadimos, que Dice. Acad. da
ciones, que principia por la escuadra de una «transgredir ó trasgredir», quebrantar, violar
compañía.—Kn sentido puramente administra algún precepto, ley ó estatuto; de donde trasgre-
tivo, agregar es destinar provisionalmente al in sion, trasgresor.
dividuo excedente a un cuerpo, donde esta de AGRESOR. El que comete agresión, el que
sobra, para que en él se le reclame y abone su ataca primero. Hevia \ Mop.etti añaden «injus
haber. Asi entendida la agregación, puesto que tamente»; pero en la guerra no es fácil «definir»
presupone excedencia, demasía, es un vicio ra ese adverbio.
dical de ORGANIZACION.
AGRIO. Aplícase este adjetivo al camino, ter
AGREGADO MILITAR. Se llama asi, en la reno ó lugar que es áspero, fragoso, que está
carrera diplomática, al oficial que forma parte lleno de peñascos y breñas. También á la cuesta
de una embajada ó legación, con objeto exclusi rampa ó declive que no es suave ó dulce.
vo de estudiar la milicia de un país extranjero, AGUANTAR. Este verbo expresa bien el acto
en que aquella está acreditada. Todas las poten de sufrir á pié quieto, como algunas veces con
cias militares conservan esta buena costumbre, viene, el fuego del enemigo sin contestar.
que en España ha solido adoptarse con intermi
tencia; pero, bien se comprende la utilidad que AGUERRIDO. Adjetivo y participio del ver
reporta, para desear que se instituya como par bo AGUERRIR.
le integrante de organización. Las comisiones pa AGUERRIR. Familiarizar con los peligros de
sajeras que con frecuencia, quizá sobrada, re la ci erra una tropa, un soldado hisoño. Se dice
corren la Europa, no pueden ver las cosas con «peligros» y no fatigas, porque á éstas es endu
el detenimiento necesario para formar juicio. recerse, curtirse. Los hombres de ciertos oficios,
Apenas se despojan de la estrañeza inevitable, como pastores ó arrieros, entran en el servicio
que causan la lengua y las costumbres, vuelven bastante duros para la fatiga, y sin embargo tie
á emprender su larga peregrinación, sin haber nen que aguerrirse. Por de contado, y como la
recogido datos fidedignos para establecer prove misma expresión lo dice, para aguerrirse se ne
chosa comparación. Una red permanente de cesita guerra. Toda receta para lograrlo en tiem
agregados diplomáticos, que se anudase en el po de paz es falsa. Las escaramuzas, las pequeñas
Depósito de la guerra, como sección ministerial, operaciones son los rudimentos de esta enseñan
mantendría despejados esos conductos secretos, za algo penosa; y por ella empiezan una guerra
por donde la milicia española tiene que comu todos los buenos generales, hasta que conocen el
nicarse con las extranjeras, so pena de nulidad espíritu de sus tropas (V, e. v.)
y atraso. AGUDEZA. Sutileza, finura, delicadeza en
AGRESION. Palabra latina que expresa aco los filos ó cortes y puntas de las armas blancas.
metimiento, iniciativa táctica, ataque parcial. —Perspicacia ó viveza de ingenio.—Dicho agu
Envuelve idea distinta de ofensiva estratégica, do, epigramático, oportuno, que en la guerra,
ostensible ó sistemática; pues el que esté á la como en todas partes, vale por las arengas de
defensiva puede muy bien y debe ser agresor, Tucídides y Tito Livio. ;V. Alocución).—La aber
cuando la ocasión sea propicia.—De hombre á tura ó amplitud del ángulo que no llegue á 90
hombre, y aun de nación á nación, es el insulto, grados.
la ofensa, la provocación al duelo ó á la guerra. AGUILA. En la milicia y en el blasón la rei
Se ve pues que, militarmente, la agresión no na de las aves ha gozado de excesivo favor. Jú
Prescribe superioridad de fuerza , ni seguridad piter la tomó por compañera, en los antiguos
AGUI — ¿3 — AIRE
tiempos mitológicos. Ciro, según Jenofonte, y impreso en varias partes un cuento, que hemos
los reyes posteriores de Persia llevaban , como visto en el Magazin Pitloresque (Tom. 11. pági
(Meta ü oriflama, un águila de oro en el extre na 350] cuya sustancia es: que para castigar el
mo de un asta. Desde Mario basta el siglo IV duque de Alba, en Flandes, el poco brio de un
sirvió de bandera á las legiones romanas. Poste cuerpo Mamoneo, pensó en ahorcar á lodos sus
riormente en Alemania el águila, ya con una ya individuos (sic.) Ellos hicieron llegar á oídos del
cou dos cabezas, desde Cario Magno, ha venido duque, que de allí en adelante, á fin de facili
siendo parte integrante y principal de los escu tar la ejecución, llevarían al cuello una cuerda
tadearmas, reales ó imperiales. Los Reyes Ca con un clavo. A consecuencia del valor que en
tólicos introdujeron el águila en su escudo, se lances posteriores desplegó esta tropa , la cuerda
gún dicen, por la devoción que Isabel tenia á vino á ser distinción gloriosa , que pronto se con
San Juan Evangelista. Con la casa de Austria virtió en cordonadura con cinceladas agújelas.
»¡no temporalmente el águila tudesca á las ar
mas de España, sin que hiciese gran aprecio de AtiUJETILLA. En las antiguas llaves de
ella el viejo león de Castilla, viéndola impasible chispa, especie de muelle que se colocaba inte
marchar con quien la había traído. En Alemania riormente en la plantilla en sentido de su lon
hay órdenes caballerescas de águilas rojas, blan- gitud, asegurándola con un tornillo que atrave
CMy negras; y, en fin, la dinastía napoleónica, saba uno de sus extremos, terminando el otro
desde principios del siglo, la ha tomado por em en forma de uña, con un tope ó resalte llamado
blema imperial, suyo y del ejército francés, en patilla á su inmediación. Servía para mantener
sustitución del antiguo gallo, coq yaulois, resu unido el palillo á la plantilla, sujetándolo con la
citado modestamente por Luis Felipe. uña; y para conservar el arma preparada, hasta
que por la acción del disparador se retira la pa
AGUILERA. Se denomina así la peña alta en tilla, que, atravesando la plantilla, mantenía al
que anidan las águilas, v de ahí toman denomi pié de gato en la disposición correspondiente á
nación algunos pueblos y sitios altos y peñasco aquel estado. ^Oi'cc. ilustr. de art.)
sos. Dice. Acad. Hist.
AHOGADERO. La correa que baja de la ca
AGUJA. Desde 18K6 esta voz despierta ideas bezada ciñendo el cuello del caballo.
de arma novísima, terrible, que se carga por la
recamara. Dejándola para el extenso articulo ru AHOGAR. Se dice por sinónimo de sofocar,
sa, como lugar más propio , sólo recordaremos cuando se vence, domina ó aniquila una insur
•|ue aguja de fusil era el alambre delgado que ser rección en el acto mismo de estallar, sin de
via para limpiar el oído y la chimenea, y que el jarla que tome proporciones. Quevedo decía:
filado llevaba pendiente por una cadenilla de «Tener en pié ejércitos para ahogar en la cuna
la correa de la cartuchera, y luego del paño de los levantamientos». Desgraciadamente ahora
ta levita.—Aguja de fogón. Punzón de acero para hay que ahogarlos á veces en los mismos ejérci
romper la carga y cebar un cañón. [V. y com tos.—«Ahogar en sangre» indica la extremada
párese Pitkzos). La artillería en sus maestranzas, severidad, que participa de rencor.
tiene otra multitud de agujas, con diferentes de AHUMADA. La señal que se hacía en atala
nominaciones, para las operaciones de reconoci yas ó lugares altos, quemado paja ú otra cosa,
miento, carga de artificios y construcción de para dar por este medio algún aviso. La ahuma
ffpctos de empaque y atalaje.—En geografía fí da fué el telégrafo militar primitivo, y muy
nica se llaman agujas, dientes, picos ó cuernos las usado en las continuas algaras do nuestra re
«Mas de forma piramidal que algunas montañas conquista, También dice más larde Mendoza
presentan, como el Montserrat en Cataluña, las [Guer. de Gran. lib. 2): «Mas los moriscos, visto
Azujas de Santa Agueda en Castellón.—También el daño, hicieron ahumadas á los suyos que an
* llanu aguja á la torre, obelisco ó pirámide daban por las montañas». (V. Atalaya, Alme
Monumental. nara;.
AGUJETA. Correa que sujeta los horcates y AIRE. Garbo, brio, gracia y gallardía, gen
collerones en los atalajes de artillería; y tam tileza. «Aire marcial» es el continente, porte,
bién en los carruajes, los sotrozos en los taladros apostura suelta, y sin embargo reposada y grave,
u> las pezoneras. —No sabemos si se llaman de una tropa aguerrida y veterana.—En caba
«agujetaso ó «herretes» los cabos de metal de llería la diferente velocidad reglamentaria con
lo» cordones, que sirven de distintivo á Ioscade- que marcha el caballo, como paso, trote ó galo
asy ayudantes de campo. Sobre su origen corre pe.—«Estar en el aire», dicen los tácticos, de
AIRO — 2i — ALAB
una tropa en orden ó formación df. combate que naba en el órden táctico romano ¡de donde sin
no tiene apoyadas sus alas, y que presenta in duda proviene) la tropa de caballería ligera, au
tersticios, grandes intérvalos, soluciones de con xiliar, aliada ó irregular, que formaba en gran
tinuidad accesibles al enemigo, que puede uti des masas en los flancos de la linea de batalla,
lizarlas, rompiendo y desordenando. independiente de la verdadera «caballería roma
AIRON. Cierta cantidad de plumas negras na», afecta en pequeñas tropas ó turmas á la
de diferentes aves de que se formaba un penacho, legión, como parte integrante. Esta idea sencilla,
que antiguamente se llamaba martinete, por ser original, instintiva de un centro y dos extremos,
lo regular hacerse de un ave de este nombre, y como en la parte superior de la figura humana:
que sirvió para adornar las gorras, sombreros y de un cuerpo y dos alas, como en las aves; de un
morriones. Covarrubias, en la palabra martinete, testuz y dos cuernos como en los cuadrúpedos,
dice: «especie de garzota ó de airón»; pero Dic es el fundamento racional de casi todas las tác
cionario Acad. \, le corrige, distinguiendo gar ticas conocidas. Todavía en el siglo XVII se usa
zota, que es el plumaje que la garza tiene en ba oficialmente la voz cuerno, (V. e. v.) en re
la cabeza, el cual es blanco. Pudo decirse airón > cuerdo de los romanos. (V. y disting. Flanco,
Costado .—Por extensión, pero con impropiedad
por estar las plumas moviéndose en el aire.
V. Penacho, Plumero, Llorón). se llama ó llamaba «ala de tiradores» á la línea
de ellos, ó guerrilla; y «formar en alan, á formar
AIROSO. Se dice, individual y colectivamen en una sola fila. Mendoza G. de Gran. lib. 3) dice:
te, de una tropa que tiene garbo, gentileza, brio. «Los enemigos, mostrándose en ala, como es su
Tamhien de un General que sale airoso, cuando costumbre, y dando gritos, acometieron á don
da cima pronta y feliz a una empresa militar. Pedro de Padilla». Destilar «en ala alternada*
AISLADO. Un punto fuerto, un cuerpo de era marchar en una sola hilera, interpolándose
tropas, que no esta, pero puede estar, cortado los hombres de segunda tila en la primera. Lo
fácilmente, por no tener ligazón táctica, comu lógico es decir marcha de Á uno, de A dos, de X
nicaciones expeditas con el grueso del ejército. cuatro, como previene la táctica vigente.—En
fortificación, alas es nombre casi genérico cuan
AJEDREZ. AJEDREZADO. Por semejanza, do, en los diferentes sistemas ó trazados, hay tro
la disposición táctica de las tropas en dos ó más zos ó extensiones, relativamente grandes, recias
lineas, en que los claros ó vacíos se correspon y apareadas conlóalas del hornabeque, del cami
den con los llenos, como los escaques ó casillas no cubierto, de las trincheras ó paralelas.
del tablero. Esta formación ajedrezada, ó al
tresbolillo, (V. e. v.) no debe confundirse con ALABARDA. Covarrubias quiere que venga
la escalonada ó en escalones; pues estos envuel de los que primero la usaron, que fueron los ala
ven la idea de un Orden oblicuo, mientras que veses; pero Dice. Acad. 1 , le corrige trayéndo-
aquella puede referirse al paralelo.—En fortifi la de la voz teutónica Hollebard, Por esta eti
cación tiene el mismo sentido, para expresar mología debería escribirse con h. Arma blanca,
que las obras de campaña, ó plazas fronterizas de ofensiva, enastada. Lo que la caracteriza ó dis
segunda linea, están situadas en frente de los tingue es la forma de su hierro, largo hasta dos
claros de la línea anterior. La ciega sujeción á palmos, estrecho de dos ó tres dedos, puntiagu
este principio, ántes inconcuso, ha contribuido do y cruzado en su base por otro, que por un
mucho al descrédito del arte. lado ofrece punta, y por el otro cuchilla en for
ma de media luna.—Esta arma fué durante
AJUSTAR. AJUSTE. En contabilidad, el ar muchos años divisa y distintivo de sargento y
reglo, la liquidación, la comparación del cargo y ordinariamente se tomaba el arma por el empleo.
data, del debe y uaber. El ajuste siempre indica
balance individual.—También se ajustan, se ALABARDAZO. El golpe dado con alabarda.
conciertan, se negocian tratados; pero el verbo ALABARDERO. En general el soldado ar
ajustar, militarmente, sólo se aplica á la paz. mado de alabarda. Más particular el individuo
Dice. Acad. I trae «ajustamiento» por convenio, de tropa del cuerpo de alabarderos. (V. Casa
concierto, composición, tratado «lo misino que real). Sobre el origen de este antiguo y respeta
modernamente se dice ajuste». ble cuerpo palatino ilustra el siguiente extracto
ALA. En general la extremidad «material», de Clonard [Hisl. org. T. II, pág. 410):
esto es, los últimos soldados ó cuerpos de una «Después que el traidor D. Juan de Cañamares
linea ó frente de batalla, de una tropa formada dió las cuchilladas al Rey en Barcelona en el
en orden extenso.—Más particularmente desig mes de diciembre año de 1492, seles mandó
ALAB — 25 — ALAM
traer espadas á los mozos de espuela cuando generales, :hoy la conserva el capitán general
iban con el Key. Después que la católica reina de Filipinas; sino los maestres de campo ó coro
doña Isabel pasó de esta vida en Medina del neles, y hasta simples capitanes de compañía.
Campo, año 1504, quedó el Rey católico por go ALABE. «La parte del adarga ó escudo que va
bernador de los reynos de Castilla é de León, é desde el tercio del medio hasta el extremo por
acordó de tomar guarda de alabarderos para su toda su circunferencia». ^Dicc. Acad. 5). No en
persona, é hizo su capitán de ella á Gonzalo de tendemos lo que la Academia quiere decir. En la
Ayora su eoronista, hombre diestro en las armas 1.* edición no es álabe, sinoalabez; y «vale tanto
e perfecto soldado, c de buenas habilidades é como los lados del escudo ó adarga que desde
partes, hombre hijodalgo é natural de Córdoba, su centro, como más levantado, bajan formando
docto, e buen poeta e orador, el cual en Italia caida hasta su circunferencia». Esto es más cla
había un tiempo cursado en servicio del señor ro, aunque no muy correcto.
Luduvico Esforcia, duque de Milán, que perdió
aquel estado. Esta guarda se principió con cin ALABEADA. Se dice, en fortificación, de la
cuenta alabarderos, los cuales allegó e juntó cañonera cuyas caras, en vez de planas, son
Gonzalo de' Avoha, tomándolos de los mozos de curvas. Esta curvatura pertenece á las superfi-
espuela de Caballeros cortesanos: e como era cies que en geometría se llaman genéricamente
cosa nueva, e aun no lo entendían en esos prin alabeadas y en particular á la especie «conoide,»
cipios, parecía cosa de burla á los que lo veían es decir, á la que es engendrada por el movi
ir con esos nuevos soldados por las calles en miento de una recta que, resbalando sobre otras
procesión de dos alas, é sacábalos al campo é dos, se mueve paralela siempre á un plano.
imponíalos en saber juntar e formar escuadrón, ALABESA. «Especie de arma ofensiva usada
eeu el juego de las picas, é volvíase al pueblo, en lo antiguo. —Arma cantábrica ^en latin,».
e iban delante del con sus capas é espadas e pu vDicc. Acad. o¡. Tampoco es muy satisfactoria
ñales de la manera que dicho es, sin pifado ni esta deliniciou, y carecemos de dalos para con
vtaubok. Después mostrólos á traer alabardas, e cretarla: pues la misma Acad. en la I .* edic la
como les fue dada librea e acudieron algunos loma por hasta hasta cantábrica] que por ser
soldados platicos de Italia, que fueron causa de de Alaba se llamase alabesa. Son inaceptables
ser mas aína diestros los novicios, é se eligieron estas etimologías de sonsonete, como bayoneta
cabos de escuadra, e diéronles sus ires ducados de Bayona, pistola de Pistoia.
de paga cada mes á los soldados, é acrecentóse ALACRAN. VV. Brida).
el número de la guarda hasta ciento, é diósclcs
a los cabos de escuadra sus ventajas, é al alférez A LA FUNERALA. Posición reglamentaria
e compañeros de la bandera sus mejoras e sala del amia, con la punta hácia el suelo si es blan
rios competentes, e acompañaban al Key cuando ca, ó la boca del cañón, si es de luego. En otros
salía de palacio á pie é á caballo; e comenzó esta tiempos la señal de luto y tristeza militar, era
Suarda á tener más lustre, e á ir ya los que la ponerlo todo al revés: y se llevaban arrastrando
veían gustando más del negocio, considerando en honras y cortejos fúnebres, no sólo las picas
la utilidad, e autoridad de ella: e como Gonzalo con la moharra por el suelo, sino las banderas.
i>£ Avora era bien hablado, e á causa desle olicio A LA LIGERA. Modo adverbial para indicar
andaban tan cerca del Key acompañando á S. A. marcha ú operación sin impedimenta, sin estor
ton la guarda, ya le habían envidia otros caba bos, siu bagajes, sin mochilas.
lleros calificados e principales». iM. S. delaK. N.
Litante C.—Cod. 110,. El nombramiento de Gon- ALAMAR. ALAMARÜN. Nombre genérico
Ulo de Avora, capitán de la mencionada guar délos galones—no de divisa—cordones, llecos
dia, tuvo lugar el ti de enero de loüó. de plata, oro, algodón ó estambre, cosidos al
Este arranque histórico y autentico tiene el uniforme. Alainaron, como aumentativo, indica
cuerpo que, con pocas y no muy radicales va- ba mas especialmente los del peto y collarín.
naciones de nomenclatura y organización, si- ; Sardineta los de las mangas, terminados en
triángulo, en tropas de preierencia. La charre
guió hasta I8b8 dando guarda y esplendor al
tera en 1/68 se llamó alamar, porque lo era
trono. No nos detendremos en especilicarlas
efectivamente, hasta I ¡So que tomó aquel nom
l>orque el servicio exclusivamente palatino de
bre. ^V. Krandeburgo;.
este cuerpo en nada atañe al arle militar. En los
siglos XV 1 y XVII no solo tenían guardia ó es ALAMBOR. «Lo mismo que escarpa en for
colla «personal •> de alabarderos los v ¡reyes y tificación. Alumborado. Lo que tiene figura de
i
ALAM — 26 — ALAR
alambor) . (Dice. Acad. 5). Esta voz, desconocida los enemigos, alarga muy puco las partidas avan
para los ingenieros, tiene distinta definición en zadas (i batidores».
la 1 .* edic. de la Academia pites dice: «El hueco
de las bóvedas en los techos y en las campanas ALARMA. «Aviso ó señal que se da en un
de las chimeneas)). No tenemos más dalos sobre ejército ó plaza para que se prepare á la defensa
este exlraño vocablo. ó al combate repentinamente. Rebato». (Diccio
nario Acad. 5). La Enciclopedia de Mellado que
ALAMBRADO. (V. Viñas). riendo corregir esta sencilla y concisa definición
ALANCEAR. Dar lanzadas, herir con lanza entra en distinciones que quizá parezcan algo
repitiendo las heridas. «Esto diciendo se entró sutiles: «Alarma ó alerta. Dos acepciones dife
por medio del escuadrón de las ovejas, y comen rentes pueden darse á esta voz; una correspon
zó de alanceallas con tanto coraje y denue diente á un nombre adjetivo, y es cuando alguno
do, como si de veras alanceara a sus mortales reúne á una exquisita vigilancia la mayor ac
enemigos». Quijote. T. I, cap. 48). Moderna tividad; olra. referente á un sustantivo, en cuyo
mente este verbo, en táctica, es sinónimo de caso su significación se asemeja á la de la pala
acuchillar.—Alanzar. Antiguamente lanzar, ar bra alarma: puesto que ambas entrañan la idea
rojar, y también alancear.—En un juego anti de una viva emoción ocasionada por un aconte
guo de caballería, era tirar ó arrojar lanzas á un cimiento imprevisto; pero, aun bajo esta seme
armazón de tablas, que se lijaba en líente; y la janza, se encierran palpables diferencias entre
destreza consistía en romper las tablas con la estas dos palabras; puesto que á la voz de alar
lanza. ma va unido cierto tinte de terror y no como
quiera, sino de terror pánico (sic) que no halla
ALAR. Adjetivo desusado, de ala, que sólo mos en el vocablo alerta: de este modo, cuando
se aplica á los cuerpos de caballería extranjera se dice que en un campamento ha habido alar
ó auxiliar, que formaban las alas de la legión ma y viva, nos asociamos al momento á la idea
romana. En verdad no sabemos porque, dicién de que á ella ha debido acompañar espanto y
dose «central» la tropa que ocupa el centro, no desorden entre las tropas en tanto que la voz
había hoy de decirse «alar» la que forma las alerta no nos indica esto mismo pues se concibe
alas. alerta sin alarma. .No podremos pues valemos
de esta última palabra, sino cuando las tropas
ALARDE. Voz arábiga, ardh con el articulo
han manifestado poco ánimo y obrado en desor
al, inspección, revista. En la edad media cristia den en seguida del acontecimiento que ha tur
na, parada, revista, formación de puro apáralo ó bado la tranquilidad del campamento; pero si
con objeto administrativo de recuento ó paga. han dado muestras de resolución, tomado las
(V. Muestra, Reseña;. Este texto de Solis {Histo armas con órden y portádose con calma debe
ria de N. Esp. lib. 5, fol. 452) distingue bastan decirse que allí ha habido alerta \ no alarma».
te: «Passó muestra el exéreilo, y tuvo circuns No comprendemos lo del adjetivo y sustanti
tancias de alarde, porque se atendió menos á vo; ni concedemos que tina alarma tenga tinte
registrar el número de la gente, que á la osten de pánico: en este caso la voz propia es sorpresa.
tación del expcctáculo». —Antiguamente se usa «Al-arma», ello mismo lo dice, es ir á las armas,
ba también el verbo «alardear» y el adjetivo
tomarlas, prevenirse, en cuyo acto podrá haber
«alardoso».
más ó menos desorden ó confusión, pero no
ALARGAR. Además de su significación usual terror. Ejércitos numerosos y valientes, como
de alargar el paso, prolongar un sitio, una tre los franceses en la guerra de la Independencia,
gua, dar mayor extensión á un frente de bata pueden sufrir repelidas alarmas de partidarios ó
lla etc. tenia en lo antiguo una acepción láctica guerrillas, lo cual les hace estar más alerta, los
de adelantar ó avanzar alguna gente, según Dic I inquieta, les pone de mal humor, pero no les
cionario Acad. 5 y como se ve en este pasaje de infunde el menor pánico. Todo eso y mucho más
Solis (íftsí. de nuev. Esp. lib. 2, cap. 47). «Tra sucede en la alarma ó asonada popular, en su
bajó mucho en apartar al enemigo, que alargó acepción «civil», pero no en la «militar». A na-
algunas mangas para que dispu lasen el paso». pie se le ocu re decir de una «tropa» que esté
(V. y comp. Lanzar, Soltar). Ó en este otro del alarmada y se dice de una «población.» Un
Marqués de Santa Cruz [Reflex. mil. lib. 43, nolición puede alarmar á un corrillo, á un tro
cap. y.): «Marchando á la sorpresa por camino pel de paisanos; pero ciertamente no sabemos
donde estés cierto de no hallar superior tropa de qué puede alarmar á un ejército, que por su
ALBA — 27 — ALBR
constitución está á todas horas «con las armas hizo con mucha presteza grandes reparos y al-
en la mano», en alarma inicial, continua, per barradas, y hizo meter toda la vitualla que
petua. (Alarman en todo caso es, como dice muy pudo: y como fué la obra tanla y el tiempo tan
bien Dice. Acad. «dar aviso ó harcer señal para breve, dio mucha fatiga á la gente, etc.» (Mal-
acometer de improviso á los enemigos». Sentido donado.—Hechos de ü. Alonso de, Monrroy, pár
que dista bastante del que le atribuye el vulgo gina 57;.
militar. Antiguamente se decia Arma! Arma! con ALBARRANA. V. Torre albarrana;.
la voz; y el atambor tenia su toque especial cor
respondiente.—La «falsa alarma» sucede cuan ALBAZO. Sorpresa, rebato al despuntar el
do el enemigo no persiste en su Hngido acome dia. «Adviértase que se ha de llegar á dar el al-
timiento , cuando se equivoca el centinela ó bazo antes que sea de dia y para esto conviene
llegar con tiempo, y esperar la hora algo desvia
puesto AVANZADO.
do de la población»... (Vargas Machuca. Milicia
ALBACARA. Voz indudablemente de origen ind. fól 83). Moretti y Hevia dan esta voz como
árabe, que designaba en la edad media, sino exclusivamente americana; pero Dice. Acad. S
precisamente «obra exterior de fortificación» dice: «lo mismo que alborada por la acción de
como dice el Dice. Acad. ¡o.* edic.) porque en guerra» (V. Alborada).
aquellos tiempos no se conocían, á lo menos los
ALBENDA. Nombre arábigo, al-benda, del
eraos, torreones ó parles salientes «é tiene
cordón del cinturon en la edad media según
una puerta al cabo de la villa, y en el comienzo
Clonard; pero la Academia (1 y 5 edic.) no da
del castillo con una albacara, cerca de una tor
este significado, sino el de colgadura.
re muy grande y muy hermosa; é tras esta al- ALBERGA. Estanque pequeño y artificial,
bacara tiene otra como manera de alcázar; é que recibe agua de alguna fuente, noria ó pozo.
hay dos puertas de esta albacara al alcázar»
y más adelante «y embulles tres lombardas ALBERGADA. Antiguamente el reparo, de
para que tirasen en derecho del albacara del al fensa ó atrincheramiento de tierra, piedra, made
cázar del castillo». (Crónica de D. Juan //, edi ra ú otros materiales. (Dice. Acad.) «Cuando las
ción de Logroño 1517, fól. 9 vto.) Pero Cayan fuerzas del sitiador eran suficientes, se cercaba
cos en nota á la Crónica del Condestable Miguel todo en derredor el lugar; y si no , se situaban
Lecas {Mem. hist. esp., T. 8, pdg. 308; observa compañas al frente de las puertas para cortar las
que debía tener el albacara grande espacio in comunicaciones. En el primer caso la operación
terior, por el contexto de dicha crónica que se llamaba cerca y en el segundo albergada. (Vá
dice: «y el dicho Comendador entregó todos los rela y Limia. Res. hist. 32). «La cerca no quiero al
prisioneros á su alcayde del dicho castillo de decir, si non cosa que cerca todo en derredor: y
Montizon; y bastecido muy bien de mucho vino la que assi no es fecha, non la llaman si non al
y pescado, y de todas las otras cosas que habían bergada». (Doclr. de Cab. lib. 1, tit. 7, fól. 34).
menester, dende á buen tiempo, y demás me (V. y comp. Estancia).
tióles dentro en el albacara fasta cuatrocientas ALBORADA. La acción de guerra que se
vacas y terneras, las más famosas y gordas». ejecuta al amanecer. Lo mismo que albazo. «Y
Madoz [art. Toledo, pág. 816; describiendo la tomando alguna gente de la que estaba en el
Puerta del Sol de dicha ciudad dice: «defendida presidio (guarnición de Tablale fuese á dar una
á la derecha por un alto cubo ó albacara, y á la alborada sobre aquel lugar». (Mármol. Reb. li
izquierda por una torre llamada dcAlareon am bro 6, cap. 23¡.—La señal que se hace al
bas coronadas de almenas». Kl significado, por amanecer ó poco después con instrumentos de
lo dicho, queda incierto. (V. Torre albarrana . guerra ó música para dar á entender la venido
AI-BARRADA. En topografía, voz anticuada del dia «á la mañana después de haber to
que signilica cerca ó valladar construido de cado el atambor la alborada». (B. Escalante
tierra para resguardo de las heredades. (Diccio Dial. 2.") ¡Dice. Acad). «Cuando al tocar de las
nario Acad. Hist.) El Dice. Acad. Esp. sin anti alboreadas se comiencen de la casa del Capitán
cuar: «Pared de piedra seca».—«Reparo para general, etc.» (71. Ordenanzas (le 8 junio 1632,
defenderse en la guerra». En fortificación y en art. 77). Ambos significados de acción y de diana
general: defensa, parapeto, barricada levantada son anticuados, se entiende; pero la voz, como
de improviso «ántes luego aleó el cerco que técnica, no puede ser más castiza y expresiva.
tenia puesto á la puente en el cerro de las Vi AL BRAZO. Antigua voz y movimiento del
gas, y se passó á la otra parte del arrabal; y allí manejo de arma en infantería, que la nueva lác
ALBU — 28 — ALGA
tica ha suprimido, sustituyéndolo con el arma comenzar la pelea con los moros, é eran fasta
afianzada. Cuando el arma al hombro era posi 100 de á caballo que andaban á la guerra».
ción inicial , ponerla al brazo, como menos fati Buen texto para probar que el alcaide de los
goso, se reducía á sostener el fusil vertical, donceles era capitán: y que los donceles no eran
apoyado el pié df. gato en el antebrazo izquier pajes, aunque lo hubiesen sido de niños. Nótese
do, que quedaba horizontal. En la marcha, para también un primer albor de instrucción militar.
mantener vertical el fusil, era necesario soste ALCALA. Voz arábiga, al-calaat. el castillo
nerlo con la mano derecha por la garganta de y en general fuerte, reducto, refugio situado en
bajo del codo izquierdo, lo cual quitaba mucho una cumbre ó eminencia. La miz hebrea es kala
aire y soltura, fatigaba al soldado; pero enlo encerrar, retener, equivalente al claudere lali-
quecía á los tácticos de 1830. no. Alcolea, fortín, fuerte pequeño; Calata ytd,
ALBUERA ó Albuhera ó Albufera. Según el castillo de Aiub; Calatrava, fortaleza del botín,
Dice, de la Acad. de la Hist. «albuera» es el lugar de presa; Calahorra, CaltaSazor y otros
estanque formado por las aguas que vienen de varios tienen idéntica raíz y análogo sentido.
lo alto de los montes, y se detienen en la falda ALCAMIZ. Palabra usada en la Crónica de
de ellos por medio de paredones (V. Balsa. Alfonso XI !) 1346 ; para designar el ejército de
Charco) y «albufera» es nombre arábigo usado los moros. Barrantes llustr. de la casa de Nie
en Valencia para designar una laguna formada bla, pág. 35o1 dice, refiriendo la batalla del Sa
del agua del mar en las playas mansas. Pe lado: «Otro dia martes se contaron por las listas
ro según el Dice, de la Acad. Esp. las tres los xpianos que faltaban é los moros que halla
palabras son sinónimas de estanque ó alberca ron muertos; é según se averiguó por los aléam
grande. Optamos por lo último. eos del rey de Marruecos, que son alardes, se
halló que le faltaban quatrocientos mil moros
ALCAIDE. «El que tiene á su cargo la guar de pié é de cavallo».... Gayamos Mein, histórico
da y defensa de algún castillo ó fortaleza, bajo esp. T. IX, pág. 355, nota) dice; mjamix y con el
juramento y pleito homenaje". (Dice, dk la Aca articulo al jamis significa en arábigo el ejército,
demia). Pero si alcaide viene del árabe caid ícon
por constar de cinco partes (sicj que son: la
el articulo al que, según el P. Alcalá, vale ca delantera ó vanguardia, el centro, la zaga ó
pitanear, acaudillar, su acepción debió ser mas retaguardia y los dos cuernos ó alas, derecha é
extensa que «gobernador de fortaleza». El orien izquierda. En lugar, pues, de atjamices,c\ autor
talista Simohet [Leyend. árab. pág. 58) dice que de la crónica debió haber dicho «los contadores
alcaid-alquibir era. entre los árabes, «generalí inspectores ó alarifes de los aljamices». El Dic
simo de los ejércitos». Alcaide de los donceles. cionario Acad. I.* edic. da: «Alarde de soldados,
Salazar [Orig. de las dign. pág. 258) dice «que ó lista en que se escriben sus nombres. Es árabe
no ha hallado otro rastro del origen de estos de metí, que, según el P. Alcalá, significa lo
alcaides, mas de que Radcs de Andrade, en mismo; y añadido el artículo al, con alguna
papeles de su mano, dejó escrito, que el rey corrupción, se dijo alcamiz».—«Queriendo sa-
D. Alfonso XI díó este título á Alonso Hernán ver después de vencido (habiéndose pasado á
dez de Córdoba, Señor de Cañete, cuando la Berbería la gente que le faltaba, hizo requerir
batalla de Tarifa ó del Salado; mas no dice si los alcamices, que nosotros llamamos alardes,
había antes el oficio ó le creó de nuevo. Las donde havía mandado sentar la gente». Alfonso
leyes de Partida no lo mencionan y sólo apare Morcado, Hist. de Sevilla, cap. 3). No podemos
ce desde la época citada. Donceles han dicho dirimir la cuestión por no saber el árabe.
algunos que son pages, y no están en lo cierto;
porque sin duda son gente de ci erra, aunque ALCANCE. La distancia que media entre la
criada en palacio: esto se muestra claro en la boca de un arma de fuego y el punto en que cae
crónica de Alfonso XI, capitulo 283, donde sin fuerza el proyectil por ella disparado.—La
tratando de Alonso Hernández en el cerco de cantidad que en el ajuste queda á favor del sol
Algeciras dice: «Este Alcayde y estos donceles dado y se le consigna en su libreta.—«Irá los
eran homes que se habían criado desde muy alcances», «dar alcance al enemigo» perseguirle,
pequeños en la cámara del rey y en la su mer conseguir el objeto de la persecución. «No pu
ced, y eran homes bien acostumbrados, é ha dieron los vencedores seguir el alcance por las
bían buenos corazones, é servían al rey de buen tinieblas de la noche». (Mariana, Hist. de Espa
talante en lo que les mandaba: c éstos fueron ña, lib. 24, cap. 10). Alcance en sentido de per
ALGA — 29 — ALDE
SECuciox (V. e. v.) lo usa Losdoño [üiscip. mili dicen, voz árabe de casabetwn, que viene del
tar, fól. 39 vto.) «....ningún soldado en escara verbo casa que significa «emprender lo imposi
muza, rencuentro, batalla ó_ alcance grite ni ble» 6 del verbo casabe, que vale lo mismo que
hable palabra».—«Despachar alcance», enviar «guarnecerse ó fortalecerse». Madoz (en el ar
correo extraordinario para alcanzar al ordinario, tículo Málaga de su Dice, geogr.) dice: «La Al^
y entregarle algún pliego de importancia. (DIC cazaba, cuyo origen viene de la voz arábiga
CIONARIO ACAD. 1 . casabelum, que significa «castillo enexpugna-
ble....; pero el mismo Madoz (artículo Almería)
ALCANCIA. Bola de barro, del tamaño de se rectifica, diciendo que viene de Kasbah
una naranja, que serv ía para hacer tiro en el «después de tomará Túnez en 1159, mandó el
juego de caballería que llamaban correr ó jugar rey de Marruecos Abdelmumen construir en lo
alcancías. ÍCovarrubias). Las alcancías sirvieron alto de la ciudad una Alcazaba de torres trian
como grasadas de mano hasta después del año gulares, que es de presumir consistiesen en
1536, en que éstas se inventaron y usaron en el unos grandes redientes cerrados por la gola:
sitio de Arles. Eran unas vasijas de barro con traza desconocida en las fortificaciones europeas
cuatro asas en cada una de las cuales se colocaba de la edad media y de la cual traen su origen
una mecha de azufre, que comunicaba al mixto las torres albarranas». (Várela y Limia. Resumen
incendiario de que estaba rellena la alcancía. M$t. pág. 23.)
«Vengan alcancías, pez y resina en calderas de
aceite ardiendo». [Quijote. T. II, cap. 53.) V. Ca ALCAZAR. Fortaleza, casa fuerte. En la poe
usa EMBREADA;. sía se toma por los palacios de los reyes, aunque
no sean fuertes. El Dice, de la Acad. 1 edic. dice:
ALCÁNDORA. Antiguamente los mismo que «voz arábiga de cayzar; pero también puede
auumada, hoguera, luminaria y otro cualquier venir de catar que vale fortaleza, por salir del
genero de fuego que levante llama de que se verbo casabe, que significa fortalecer, añadido
usaba para hacer señal. Alkándora , según Clo- el articulo al sin corrupción alguna». En la
nard (Mem. sob. el traje esp. pág. 1 49) es pala edad media era voz genérica de la «casa fuerte»
bra arábiga que significa camisa larga de mujer. en que residían los alcaides ó gobernadores de
La Academia da entrambos significados. pueblos murados que por lo común se situaban
ALCANTARILLA. Diminutivo de la voz en puntos elevados y dominantes. (Dice, de la
árabe alcántara que significa puente ó arco. Academia de la Hist.)
Puenlecillo que se hace en los caminos para dar ALCOCER. Del árabe al-cocer. Palacio pe
paso á pequeños arroyos. Por extensión las bó queño.
vedas subterráneas que en las poblaciones reco
ALCOLEA. Del árabe al-colea. Castillejo.
gen las aguas inmundas.
ALCON. Lo mismo que aleónete ó falcone-
ALCARRIA. El terreno alto, que por lo te (V. e. v.)
común suele estar raso y con poca yerba. Estos
terrenos son frecuentes en el país llamado Al- ALCREB1TE. Lo mismo que azufre. Voz
cárria, provincia de Guadalajara, cuyos natura árabe, al quibrit, que se usaba mucho en la
les les denominan asi. (Dice. Acad. Hist.) Segun edad media, como ingrediente de mixtos incen
el orientalista Simonet (Granada, pág. 2i) los diarios, y del fuego griego ó grecisco. (V. Arti
gualiatos, amelias, ó coras, ó provincias se divi llería).
dían en climas, tahas ó jurisdicciones; éstas en ALDEA. Pueblo corto sin jurisdicción propia,
alhauces ó alfoces. Las capitales de las coras se que depende de alguna ciudad ó villa capital,
llamaban medinas, las poblaciones fortificadas de la cual se considera como una calle ó barrio.
hísnes y los pueblos pequeños «alearías.» Y se Es voz tomada del árabe. (Dice. Acad. Hist). Di
gun el Dice. Acad. (1 y 5 edíc.) alearía es alque minutivos ó despreciativos son aldehuela, al-
ría, quinta, del árabe caria con el articulo al.— deilla, aldeorrio, aldeorro.
Nos quedamos también aquí en la duda, por no
baber aprendido á tiempo el árabe. AL DESCUBIERTO. Adverbio, abreviación
de «á cuerpo, á pecho descubierto», usado parti
ALCAZABA. Voz arábiga que significa forta cularmente en táctica, para indicar que se ma
leza, castillo situado d«utro de algún pueblo niobra ó se ataca bajo el fuego «directo» del
(Dice. Acad. Hist.) Sobre la etimología de esta enemigo, el cual se halla abrigado ó cubierto
voz hay opiniones: Covarrubias y Dice. Acad. 1, sin utilizar los accidentes del terreno, ó los
ALER — 30 — ALFA
recursos del arte de la fortificación.—Por ex él posaba» (cap. 257;; «et que otro dia fuesen
tensión en estrategia se aplica al cuerpo de ferir en el real do tenia el rey Alboacen su al
tropas que se mueve de manera excéntrica y faneque» (cap. 258;. También hácia 1 429 en la
aventurera , sin apoyo ni combinación cal Crónica de D. Juan 11, cap. 23: «y el comen
culada. dador mayor de Calatrava (mandó; que velase el
alfaneque donde el Duque estaba». Sin embargo
ALERTA. Adjetivo y adverbio. (V. y compá
Gatangos (itero, hist. esp. T. IX, pág. 357) asegu
rese Alarma). «Y soy de parecer que no siendo ra que la palabra arábiga fanec, de donde parece
repentino el acometimiento, se tenga por cos
derivar, no tiene tal acepción; y Clonard Me
tumbre dar primero á la sorda el alerta que el
moria de la Acad. de la Hist. pág. 53) dice:
arma: que con esto se aventaja mucha tierra,
«Eran los alfaneques una clase de balcones de
como adelante diremos». (Vargas Machuca, 1535.
color blanquecino con pintas pardas que los
Mil. ind. pág. 156). Es pues antigua la diferen
moros llaman al fanik, cuya piel, separada del
cia entre «alerta» y «alarma». Gomo adjetivo no
abdomen, servia para aforrar y guarnecer, como
tiene uso, pero si respetable autoridad: la del
sucedía con la del cisno en el siglo XVIII. El
Dice. Acad., que lo da como «vigilante y cuida conde Garci Fernandez con su mujer Aba donó
doso»; y la de este otro texto: «apenas oyó su
nombre D. Quijote cuando se puso en pié, y á Covarrubias en 978 unos fateles de pieles al
con oido alerto escuchó lo que del trataban». faneques forradas de paño grecisco».
(Qttij. part. 2.a, cap. 59). ALFANGE. Especie de espada ancha, corla
Alerta es hoy la palabra de aviso que las cen y corva que tiene corte sólo por un lado. (Diccio
tinelas de un recinto ó cordón «que puedan co nario Acad. La 1.a edic. lo escribe con j, la 5.a
municarse», según la Ordenanza, corren ó se con g). Su diminutivo y aumentativo son: al-
dan de una á otra para no dormirse y atestiguar fanjete, alfanjonazo y alfanjazo; significando
su vigilancia. En algunas plazas la voz se sustitu también este último la herida ó golpe del al
ye porcampana.—En general, estar alerta, andar fange.
alerta, es hacer el servicio con atención, cuida
do y vigilancia: y como así debe hacerlo, singu ALFAQUE. Voz de origen árabe, sinónima
larmente el avanzado, toda tropa disciplinada, de delta. Banco de arena que se forma en la
la palabra alerta en su sentido técnico no tiene desembocadura de los rios; y se distingue de la
la significación de emoción y aun de terror que barra, en que sale más á la mar, como los Alfa
regularmente se le atribuye. Un centinela, que ques de Tortosa. (Dice, de la Acad. Esp. y de la
está «alerta», da la voz de «alarma» al puesto historia).
de que depende, cuando observa novedad. Y no ALFAQUEQUE De fakkek en árabe, liberan*
sabemos porqué ha de ser desusado el verbo en latin, el que entrega y cangea prisioneros.
«alertar» de la Academia «excitar á poner aten Dignidad y oficio semi-mililar, é importante en
ción y cuidado», que es lo que realmente hace tiempo de la reconquista, que completaba aque
el centinela. El marqués de Santa Cruz lo usa: lla notable organización militar. Redentor de
« dichas armas falsas (alarmas) sirven cierta cautivos, que pasaba con seguro ó salvo conduc
mente para alertar las tropas, pero deben ser to á tratar de rescates con los moros. Los Alfa-
muy raras las que se loquen, porque al venir queques dice la ley de Partida (2.* tít. 30¡ son
una verdadera no se equivoque con las fingidas. hombres de verdad escogidos para rescatar cau
(lieflex.mil. lib. 4. cap. 14). tivos y servir de intérpretes trujamanes) con
ALETA. La parte del guardacebo de la llave, los árabes. Deben reunir seis cualidades: I .* ve
en las armas de fuego, que sirve para levantar rídicos, 2.a desinteresados, 3.* instruidos y ex
la, apoyando con fuerza el pulgar de la mano pertos on la lengua árabe, 4.' humanos y bené
derecha.—Aletas y tetones tienen los proyecti volos, pues su posición les permite causar la
les para ajustarse a las rayas en la nueva muerte de un cautivo ó prolongar su cautividad,
artillería. 5.* valientes, para no temer á riesgos ni fatigas
en el cumplimiento de su encargo, 6.a tener al
ALFANA. Caballo-corpulento, fuerte y brioso. gún patrimonio, como fianza de los fondos que
ALFANEQUE. La tienda ó pabellón de cam manejaban. Este empleo era electivo en junta
paña. (Dice. Acad. 5). En la Crónica de Alfon de doce homes-buenos. El nombre árabe faqqeq
so XI, efectivamente está en sentido de tienda ó fakkek y sus singulares funciones revelan el
grande: «et mandó poner su alfaneque en que | carácter de tenaz duración y de atroces repre
ALFA — 31 — ALFE
salías que distinguen entre todas las antiguas rey, y en su ausencia mandaba el ejército como
las guerras de nuestra reconquista. general. Confirmaba los privilegios poniéndose
ALFARAZ. «Dicese del caballo en que mon su nombre en la rueda, en círculo mayor junto
taba cierta clase de caballería ligera de los mo al del rey. En privilegios muy antiguos se halla:
tos». Dice. Acad.J Del árabe al-farae, el caballo. R. Alférez Regis conf. En otros se dice Alfierez
•So dejéis de enviarnos algunos provechosos y ó Alférez del Rey, pero en uno del año 1351 ya
buenos moriscos con sus armas y caballos á los se lee: D. Ñuño, Sennor de Vizcaya, Alférez
cuales los españoles llaman caballos alfaraces.» mayor del Rey. Y cuando estaba vacante este
[Mima*. nLtt. de Esp. lib. 7, cap. lo). oficio, se ponía: «la alferecía ó el alferecía del
rey vaga», como se halla en un privilegio de don
ALFERAZGO. ALFERECÍA. La primera voz Alonso el Sábio, de 21 de agosto, era 1293 año
es la que puede usarse para designar el oficio y •1255).» La insistencia conque los eruditos, no
cargo del alférez: la segunda tiene desde muy sólo de España sino de toda Europa, han desen
antiguo uso burlesco, como en la letrilla de trañado la historia biográfica del Cid, permite
Gongora: asegurar que el célebre Campeador principió su
«Que el soldado de Pavía famosa carrera de alférez en la hueste del bravo
cuente y jure hazañas grandes, y malogrado Sancho II, hacia 1065 ó 1067. Las
porque tuvo, niño en Flandes, altas dotes militares reconocidas hoy, no por la
achaques de alferecía». fábula ó romance, sino por la historia severa y
ALFEREZ. La etimología de esta voz arábiga analítica, del inmortal Rodrigo, establecieron
f* incierta. El P. Alcalá dice, que se compone entre el jóven monarca y su alférez lazos de
de la palabra firiz, que significa caballero, noble amistad y simpatía, bien comprobados luego en
>. añadido el articulo al, se dijo alfiriz y de Golpejar, ante los tristes muros de Zamora, que
allí alférez. Pero G vvangms Sfem. Hist. T. 1. pá vieron el asesinato del rey castellano, y en la
gina 596', dice: «Alfaris. de donde se formó la célebre Jura de Santa (Jadea. Es, pues, evidente
voz alférez, es, en sentido genuino, el caballero que el Cid era segundo jefe del ejército mandado
* jinete, también significa guerrero esforzado». por el rey «en persona»: lo que luego se dijo
Otros quieren que venga del latín aquilifer ó condestable: lo que hoy dinamos generalísimo ó
aqnilífero, portador del águila; y otros en fin, jefe de E. M. G.: que todo esto se incluía en el
dejando el latín y el árabe, se remontan al he siglo XI en el dictado de alférez.
breo, como se ve en este texto literal de la Enci En las Siete Partidas se encuentran también
clopedia de Mellado Articulo Arte militar, pági pormenores de este oficio preeminente y autori
na 578;: «La voz alférez tiene su origen en la zado. La ley 11, til. 18, part. i, dice: «Maestro
raiz hebrea pharaz, de la que salió la palabra de la caballería, quicr tanto decir como home
pkerrztfue equivale á dttx militum, jefe militar; que es puesto por cabdillo ó maestro de los ca
la cual fue usada en la edad media, y en el mis balleros del rey á que llaman en romance Alfé
mo sentido que la de general, escribiéndose en rez; é este tal debe traer la seña del rey, cuando
tonces al-phrrez. del mismo modo que la raiz entrare en la batalla; é ha poder de juzgar los
primitiva. Estos al-phereces, ó generales, dege caballeros en todas las cosas que acaeciera entre
neraron después en sus atribuciones hasta el ellos, en razón de caballería, así como si ven
«lia. Algunos han buscado, equivocadamente sin diesen ó empeñasen ó malmetiesen los caballos
duda, el origen de esta palabra en la raiz arábi ó armas. Otrosí ha poder de jurgar los pleitos
ca /<«■««, y otros en la frase romana ar/uilcp- que oviere entre ellos, en razón de deudas» etc.
¡eren» portador del águila . La primera que Otra ley, la 16, lit. 9, part. 2, dice: «Lo que
kfmos dado se cree que es la etimología más llaman en España Alférez, se llamó en tiempo
«acta de la palabra alférez». de los romanos y griegos primipilario y prefecto
Si en la etimología es dudosa, como vemos, de la legión; y que otras gentes le llamaron du
esta aoz, aún es mas vária y extensa en sus acep que, y es ser cabdillo de las huestes y asi se lla
ciones; pues tiene el privilegio de significar hoy mó en España, hasta que la ocuparon los moros:
Hkscium gerárquico más bajo, y ántes el más y desde entónces se llamó Alférez. Al alférez
alto de la milicia, como se demuestra por las pertenece guiar las huestes, quando el Roy hi
noticias siguientes. non va por su cuerpo, ó quando no pudiere ir é
■Alférez del rey, ó alférez mayor del rey era enviase su poder, é que el mismo debe tener la
antiguamente el que llevaba el pendón ó cslan- seña, cada que el Rey oviere batalla campal, é
darte real, en las batallas en que se hallaba el que antiguamente él solía justiciar los homes
ALFE — 32 — ALGA
granados por mandado del Rey, é que por esto bandera con los peones que estaban á su cargo,
trae la espada delante el, en señal que es la y con los olios que el rey le mandaba el dia de
mayor justicia de la corte, e que pertenece á su batalla, o cuando pasaba por tierra de enemigos
oücio amparar ó acrecentar al reino, yue habia y se juntaba con la bandera real. Traía caballo
de hacer los rieptos en las causas del ttey, e encubertado con cuello y testera y lanza guar
abogar en ellas e defenderlas; e tamben á las necida. Tenia de ración y quitación diez mil
dueñas y viudas e huéllanos, que fuesen tijos- doscientos maravedís, y dos dias de sueldo de
clalgo, quando no ovierc quien razone por ellos, cada peón que viniese á servir uno de venida y
yue lia üe ser de noble linaje eslorzado y sabi- otro de vuelta. Andando el tiempo quedó en ti
üor de guerra, leal al ttey, de buen seso para tulo honoritico con el nombre de Allerez mayor
juzgar, uue lia de librar los pleytos grandes que de los peones de Castilla. (IDicc. Acad. 5).
en las huestes acontecieren, e que es Caudillo Al renacimiento, en el siglo X\ 1, cuando la
mayor üe las huestes en las batanas». compañía vino á ser unidad táctica, orgánica y
£.1 ClOClor PEDRO SALAZAR DE MENDOZA, en SUS administrativa, el allerez, que no debe confun
Uiynutaaes seglares ae vasalla, lio. d, capitu dirse con el abanderado, era el segundo jele, el
lo j y I l , hace distinción como sigue «¡So hombre de conhanza del capitán, como afirma
es lo mismo Allerez mayor del ttey, que Alierez Clonahd (liist. org. T. i): «Lia el allerez lugar
uel l'eiiuon real. Asi vemos que en la uaialla ue teniente del capitán en su ausencia, debía ser
las fsavas, U. Diego López uc rjaro, senor ue dispuesto y gallardo para abatir la insignia en
Vizcaya, lúe Allerez mayor Uel ttey U. Alonso los saludos, con gracia y donaire. \ aliaban las
el Bueno, que la gano, yue en ella misma lúe banderas según la divisa de los respectivos ca
Allerez uel i'enuon redi el couüe U. Alvar ;Nunez pitanes, siendo costumbre el que llevaran sus
üe Lara; y que nevanuole en la mano rompió el colores heráldicos. Duranle la marcha por el día
palenque Ue caueuas, como dice el misino rey las llevaban los abanderado»; por la noche las
en un privilegio etc. ue todo lo dicho se colige recobraban los allereces, y cuando las compa
que lo que antiguamente se llamo Allerez uel ñías se hallaban alojadas, cada uno de ellos te
l-endon real es noy ^iol8j el Atiere/, mayor de ína obligación de colocar la suy a en la ventana
Lastnla: Allerez mayor del rey, el que hoy es ! de su aposento, á lin de que la tropa supiera
Condestable». ¡ donde habilaba, y le sirviera de punto de reu
Ademas del «Allerez mayor del rey», del «Al nión. Los tambores y pílanos estañan á su cargo
férez may or del pendón» o «Allerez may or de y en las diestras se presentaban con \euabloeu
Castilla», huno en la edad media otro importan mano, mientras el veedor general pasaba revis
te olicio con el Ululo de «Allerez mayor de los ta, siendo de notar que eran también depositarios
peones», lira el jele principal de ellos, es decir, de las Usías libadas de los soldados.»
de la geste A me que servia en la guerra, tenia l'or lin en Itibi desapareció la inútil distinción
á su cargo particular los peones que venían de entre alférez y si «teniente. (V. e. v.)
diez en diez y de veinte en veinte de los lugares AlKOZ. «Sitio estrecho por donde se entra ó
que no tenían corregidor, ni traían capitanes; y sale de los montes difíciles, ó encumbrados.
ios distribuían en cuadrillas, entregándolos a (Hoz.) Distrito con diferentes pueblos, que for
personas que tuviesen cargo de ellos de ciento man una jurisdicción sola, y es un equivalente
en ciento, para que pudiesen servir mejor: y si I de concejo ó valle. Viene del latín aá fauces:
el rey quena dar algunos peonesá criados suyos I (V. Alcarria; porque comunmente se da esta
para que tuviesen capitanías, se sacaban de los denominación a los territorios, que están en las
peones que tenia el allerez. Pero, asi éstos, como ! gargantas de los montes, y asi se explicaban los
iodos los demás peones que el rey mandaba ve romanos, habiendo sido fácil corromperse ad
nir á su servicio, se presentaban ante el allerez, j fauces en alfoces. En (ialicia se llama alfoz el
juntamente con los contadores; y el allerez lema j término que circunda algunas villas, como el
libro de todos los peones que estaban en el real, I alfoz de Sarria.» (Dice. Acad. Hist.) Según Dic
para dar cuenta y razón de ellos, siempre que cionario Acad. Iísp. termino y pago dentro de un
se le pidiese, y ninguno podia volverse a su casa distrito que lo comprende. Del árabe al-fohoz,
sin licencia lirmada del allerez. liste asistía de campo raso ó vega.
continuo en la tienda del rey para cuando pidie- j ALGAIDA. Cerro poblado de matorrales es
se peones, lanceros ó ballesteros, pedirlos él á j pesos: es voz árabe, lin Andalucía hacia el
los otros capitanes ó corregidores, ó sacarlos de Condado de Niebla, so llaman casas algaidas las
los suyos. Tenia también el encargo de llevar la que están cubiertas de ramas ó de espadaña,
ALGA — 33 — ALGA
que también se llama algaida; y por la abun para engañar al enemigo de noche, pasando la
dancia de esta planta en la costa del Condado de gente por delante de muchas hogueras, y vol
Niebla, y su uso, tomaron las casas techadas con viendo la misma gente á repasar dos, tres y más
algaida ó espadaña marina esta denominación. veces, para dar á entender que es mucha más
—Cerro de arena menuda amontonada por los de la que hay: y porque esta estratagema se
vientos, que suelen mudarle de sitio. Se forman hacía entre los moros con tropel y vocería se
comunmente en las orillas ó cercanías del mar, llamó algarada. En el significado de ser muestra
al modo de las dunas, (V. e. v.) en la costa de y alarde de gente, que pasa y repasa para en
Flandes. Con la denominación algaidas, son co gañar, parece que padeció equivocación y la
nocidas en Andalucía. (V. Médano ó Mégano) Ley 4 que cita de la part. 4, tít. 21 no habla
(Dice. Acad. Hist. y Dice. Acad. Esp. 5). de esta voz en cuanto á que signifique vocería y
grita, sino de la máquina bélica ó ingenio para ti
ALGAR. Voz arábiga que significa cueva ó
rar piedras, dicha algarrada. Que se entienda la
caverna. De al-gar, según Covarrubias, Alcalá,
palabra algarada por gritería y ruido de voces
Tamarid.
multiplicadas, el mismo Covarrubias lo declara
ALGARA. Del árabe al-gara, incursión sobre en la voz algazara, pues dice: «Y porque hacen
el enemigo. Tropa a caballo que salía a correr y esto los moros, cuando descubren al enemigo se
robar la tierra del enemigo; y también la misma llamó esta vocería algarada, para mostrar estar
incursión ó correría. (Dice. Acad.) (V. y compá con ánimo y quitársele al enemigo». (Dicciona
rese Cabalgada). «Algaras ó correduras son otras rio Acad. 1). (V. Algarrada).
maneras de guerrear que fallaron los antiguos ALGAREADOR. Lo mismo que algarero.
que eran muy provechosas para facer daño á Dice. Acad. 5).
los enemigos». (Part. 2, tít. 22, ley 29).
»E1 Algara es para correr la tierra et robar lo ALGAREAR. Correr la tierra con partidas ó
que hi fallaren.» (Ley 12, tít. 23, part. 2.) «Sa algaras. Luego significó vocear.
lió una algara de la hueste, é lidió con los alá ALGARERO. Voceador, parlero.—El hom
rabes, é mataron más de mil é quinientos de bre á caballo que corría tierra de enemigos con
ellos en el mes de octubre, é aduxieron muchos la tropa, facción, partida que llamaban algara.
cativos é cativas». (Anales Toledanos, ii.) En la
Crónica de Alfonso VII, que debió escribirse ha ALGARINO. Adjetivo que equivale á escon
cia 1147, se lee: «Quotidie exibant de castris dido, metido en cueva. Del arábigo, algar, que,
magna turba militum quod, nostra lingua, di- como queda dicho significa cueva. Ganado hui
cimus algaras». «Et non ossaban salir contra las do y extraviado etc. (Dice. Acad. 1 ; la 5 no lo
algaras, ni se ossaban enviar mensajeros, por trae).
razón de las algaras que tenían toda la tierra ALGARRADA. Máquina bélica de que usaban
cubierta». (Hist. de Ultr. fol. 144). «Adonde ha los antiguos para disparar piedras ó saetas á ma
llaron los corredores, que llamaban algaras, que nera de trabuco ó ballesta grande. Es voz ará
eran ciertas compañías de gente de á caballo que biga y ya sin uso. En latín ballixta, catapulta.
corrían la tierra de los enemigos, robando y «E otrosí los que les dan ó les venden madera
captivando los que hallaban». (Zurita. An. de para hacer algarradas é otros engeños». (Ley 4
Aragón, lib. 3). tít. 21, part. 4).—«E los engeños que son usa
dos en servicio de los reyes é combatirlas villas
ALGARABÍA. Es propiamente la lengua de é los castillos é algarradas é puentes». (Ordena
los alárabes ó algárabes, que quiere decir gente miento de Sevilla, fol. 142).
que vive hácia el poniente; porque garbi, en Esto dice literalmente Dice. Acad. 1.* edición
arábigo, es poniente. Asi lo dicen Covarrubias y y además da, como en la 5.a, el significado de
Dice. Acad. I .—La lengua arábiga.—Gritería «encierro de toros, y de correrlos con vara
confusa de varias personas que hablan todas á larga».
un tiempo. (Dice. Acad. 5). Zurita (An. de Aragón) refiriendo el sitio de
ALGARADA. Grita y vocería grande hecha Mallorca en 1229, dice: «se dió órden para que
portropel de gente, y de ordinario por la algara, sacasen dos máquinas que llevaban para com
cabalgada, cuadrilla ó tropa de gente á caballo, batir la ciudad, que eran un trabuco y otra pie
que salía á dar de repente con el enemigo. Es za que llamaban almajanech los moros tam
compuesto del nombre arábigo algara. Covar bién pararon dos trabucos y otras máquinas,
riíbias dice que significa la muestra que se hace que en la historia del rey y en la de Marsilío se
ALGA — 34 — ALGU
llaman algarradas y eran las algarradas tan de menores dimensiones. Pedro Antón Behtf.r,
sutiles, que una de las que tenian los moros lan autor moderno y de poca crítica, «ha incurrido
zaba con tanla furia las pelotas que pasaban de en el mismo error» (Crónica general de Epaña
claro cinco ó seis tiendas». y Valencia, cap. 26), y describe su mecanismo
El Porha de Alejandro dice: para dar á entender que no era otra cosa que el
líBaslieron las torres di* firmes algarradas.
Fonevol» .
Arles «le muclias guisas que tenien sacadas, El mismo Clonard en su Discurso sobre el traje
Volaban las saetas ron venino tf-mpradas
antiguo recoge prudentemente lo que arriba an
l>e piedras é. de dardos ivan grandes novada*».
Como siempre sucede, con estas máquinas an ticipa sobre «artillería», y se repite en esta otra
tiguas (V. e. v.) hasta ahora no sabemos lo que forma: «Martínez Marinaasegura que la algarrada
era la algarrada. Y no es nuestra la culpa. Si es igual al almajaneque y que sólo se distinguía
acudimos al conde de Clonard, la cuestión se de éste en ser ménor; los árabes le llaman al-ar-
complica y oscurece: pues apunta, aunque con radah y Pedro Antón Belter lo describe, diciendo
indecisión, alguna apariencia de artillería, lo que eran dos perchas atravesadas la una con la
cual es evidentemente prematuro. De lodos mo otra por el medio de entrambas con un pió ó
dos he aquí el texto literal de su historia orgá gozne; y grunzando la una que al un cabo tenía
nica, T. I, pág. 36. «Los más ilustrados cronistas la piedra oslando la otra (irme, dábanle tal fuer
de la edad media convienen en que la voz true za que tiraba la piedra con gran furia».
no con que se conoció la artillería entre nosotros Parece que la libra, de que hacen memoria
viene de la palabra árabe ar-raadal que signifi los Anales Toledanos primeros en el sitio de He-
ca lo mismo, y de la que deriva el término al quena, sea otra especie de almojaneque ó algar
garrada. Que los españoles continuaron desig rada, y si la palabra es verdaderamente latina
nándola con esta última denominación hasta el significa balanza, y en este caso viene bien el
año de 1342, lo demuestran también muchos sentido y el uso para disparar piedras. (Véase y
hechos referidos por escritores recomendables. compárese Alhajanec, Brigola, Libra, y sobre
En el poema de Alejandro, que he citado ya, se todo Máquinas anticuas.)
encuentran los siguientes pasajes. ALGAZARA. Según Covarrubias, es la voce
«El rostidlo fecho con mucha algarrada». ría de los moros cuando, saliendo de una em
boscada, sorprenden al enemigo. (Dice, Acad. 5.)
«Bastieron la torre de firmes algarradas». Lo mismo da la 1 .* edic. y añade: Es voz com
puesta del artículo al y de la palabra árabe
«Fué luego a lidiarla con muchas algarradas». gazara que según el P. Alcalá vale parla, en que
En el sitio de Requena [An. de Toledo, pági concuerda el P. Guadíx, que dice significa rui
na 400) ocurrido en el año de 1219, atacaron los do de voces y alboroto.
castellanos la plaza con algarradas. En el de ALGODÓN-PÓLVORA. Especie de fulmi
Mallorca, emprendido por los aragoneses en nato que se obtiene por la inmersión del algodón
1229, eran las algarradas tan sutiles, que una en rama en una mezcla de los ácidos nítrico y
de las que tenian los moros lanzaba con tanta
sulfúrico ó en ácidoazóico. Sin embargo de con
furia las pelotas que pasaban de claro cinco ó
siderarse inferior á la pólvora común para los
seis tiendas. (Zurita, Anales de Aragón, lib.3.
usos de la guerra á causa de la facilidad con que
cap. 5.) En el de Burriana tuvieron que cubrir
sus ataques con una manta de tablazón muy se inflama, bastando para ello una fuerte per
gruesa para librarse de los proyectiles que lan cusión, del gran cuidado que exige su conser
zaban estos «cañones» (Zurita, idem, idem, ca vación, del mucho volumen y de lo que destruye
pítulo 10.) Cuando San Fernando atacó á Sevi las armas; es un recurso útil que ha sido em
lla, los árabes, según la Crónica general de pleado en varias ocasiones en que se carece de
España (fol. 428), se defendieron con algarradas pólvora común por la abundancia déla primera
desde el arrabal de Triana. Y en la conquista materia, la prontitud y sencillez de elaboración
(lib. I cap. 222) emprendida por los cruzados y la gran potencia que desenvuelve en la infla
mandaron estos construir algarradas para tirar mación. Al algodón pueden sustituir otras ma
piedras. terias vejetales como el aserrín de madera lige
Martínez Marina (Memorias de la Real Acade ra.—También se llama fi lmi-coton, piroxilo y
mia de la Historia, T. 4, catálogo de voces pura piRoxiLiNA (Dice, ilustr. de art). (V. y comp. Ni
mente arábigas), supone que la Algarrada era troglicerina).
lo mismo que el Almojanequeó Fundíbalo, si bien ALGUACIL. «Si fuese jornada de nueva con
ALHI 35 — ALIG
quista y el Governador y Capitán general se Mayo». Desde entónecs, no tratándose ya de
moviere áella, nombrará su Teniente general y servidumbre ni desmembración, la alianza, ya
Maesse de Campo, Capitanes y Sargento mayor, se llame Sania en 1823, para entronizar el ab
Alférez general y Alguacil mayor del Campo».... solutismo, ya se llame Cuádruple, para entro
Vargas Machuca.—Mil. ind. pág. 32) (V. Maes nizar la libertad, tiene pasajero interés y dura
tre de Campo.) Del árabe al-ivazir, ó al-guacir, ción. En materia de alianzas, lo que importa es
según Alcalá, Guadix, Gurrea y otros, citados salir del estado en que hay que mendigarlas,
por Covarrubus. para llegará la altura de concederlas y mejor de
ALHIGEO. (V. Guerra). Guerra santa entre imponerlas. En ambos casos los deberes y las
los árabes. atenciones militares se complican. Los generales
aliados que se ven forzados á representar inte
AL HOMBRO. Voz de mando y movimiento reses, traducir inspiraciones y ejecutar proyec
en el antiguo manejo del arma de infantería. El tos do sus respectivos gabinetes, casi nunca
fu?il se mantenía vertical, sostenido trabajosa acordes, se van separando, por rencillas y alter
mente por la mano izquierda que lo sujetaba cados, hasta el punto de dar á sus rivalidades
prla cantonera, y apoyado al hombro del mis más importancia que á la guerra con el enemigo
mo lado. Esta incómoda posición, que era la común. Si se toma el remedio, algo fuerte, de
inicial y normal del soldado en fila, y servía pa las Córtes de Cádiz, dando el mando en jefe á
ra honores y saludo, se ha sustituido con el ar un inglés allanero, como Wellington, es depre
ma terciaba en la nueva táctica, en la cual sivo, intolerable; si cada uno va por su lado,
•arma sobre el hombro» es ponerla efectivamen conloen Crimea, es irrisorio, descentralizado!',
te sobre el derecho, en cómoda posición para la anti-militar: por consiguiente, aliándose, nunca
marcha, con la garganta en el punto de apoyo, se consiguen resultados proporcionales á la su
la líate hácia arriba, y sostenido por la mano ma de fuerzas; y lo mejor es «concertarse» ar
derecha con los dedos doblados sobre la canto monizar y hacer convergentes los movimientos
nera. y operaciones, casi independientes, por grandes
ALIADO. El ejército de una nación que, se espacios intermedios: aliarse, pero no confun
parado ó junto con el de otra que está en guerra dirse.—La alianza ofensiva ó defensiva, toma el
murta, prohija los intereses de ésta, y por ellos adjetivo según el fin que se propone.
combate. Cuando no es ejército en el sentido ALIARSE. Celebrar tratados de alianza. Del
técnico, sinó una tropa más ó menos numerosa, verbo latino alligare; pero alianza en latín es
que se pone á las órdenes del general en jefe, se fwdus, fcBíleris. Antiguamente se decía también
llama auxiliar. «alianzarse». (Dice. Acad. 5).
ALIANZA. La unión, tratado, liga, pacto, ALIENTO. Vigor del ánimo, esfuerzo, valor.
convenio celebrado entre dos ó más naciones, Una tropa es, ó va alentada, porque su jefe la
para aunar sus intereses, juntar sus fuerzas y alienta, la anima, le da, le infunde aliento.—
obtener mayores resultados. Lo primero que «De un aliento» es modo adverbial que indica
debía entrar en una alianza, y lo que general sin pararse, sin detenerse, de un tirón, seguida
mente se excluye, es la buena fé: y la multitud mente.—«Alentado», y antiguamente «alento
de trampas, redes y sutilezas hacen de este uno so», son excelentes adjetivos, que pueden alter
de los actos más difíciles de la alta política y nar con esforzado, etc.
diplomacia. Los militares, que sufren á ciegas
las consecuencias, suelen á veces enmendar la ALIGER. «La parte de la guarnición de la
plana á los uombres de estado corrompidos ó im espada que defiende la mano». (Dice. Acad. 5)
previsores. Afortunadamente para España las No tenemos otra autoridad, ni texto sobre esta
alanzas van cayendo en desuso. Cárlos III con voz anticuada.
«I triste Pacto de Familia tuvo la mala idea, por ALIGERAR. Aunque el Dice. Acad. da los
»u rencor á los ingleses, de uncirnos, literal dos significados: «hacer ligera ó menos pesada
mente, al carro ya desvencijado de Francia: una cosa» y «acelerar ó abreviar» parece más téc
Cirios IV la rompe, para intercalar una guerra nico y militar el primero. Por lo demás, ya que
estéril; y él. ó su célebre favorito, la vuelven á no sinónimas, son dos ideas solidarias y correla
••Idar con humillaciones inauditas, que man tivas. Para que un soldado acelere el paso, se le
can nuestras páginas, hasta llegar á la que «aligera» quitándole, por ejemplo, la mochila:
pirinea todas, y tiene por fecha «Dos de para dar rapidez y brevedad al movimiento es
ALIM — 36 — ALTS
tratégieo de un cuerpo de tropas, se le «aligera», la precisión, regularidad, solidéz y cohesión del
se le desembaraza de artillería, de heridos, de orden extenso ó delgado. Efectivamente la ali
impedimenta. Indudablemente si se aligera el mo neación moderna y geométrica está en relación
vimiento, es porque antes se ha aligerado al que con el tacto de codos, y con el paso á compás y
lo hace. (V. ycomp. Acelerar, Agilidad).—Sien encajonado. El tacto de codos es la indicación
do en el dia oficial y técnico el paso ligero por material de que el soldado ocupa en la fila el
el reglamento de táctica vigente, aligerar el paso menor espacio posible: el paso encajonado y
es tomar, en formación, el paso ligero, á esta Á compás permite romper una alineación gene
voz de mando. ral, sin que las fracciones ó divisiones pierdan
AL1MARA. Antiguamente lo mismo que ahu la suya respectiva; ó si momentáneamente la
pierden, puedan con gran facilidad restable
mada (Dice. Acad. 1 y 5). cerla. La alineación, que el hábito hace hoy
ALIMENTAR. Hablando de guerra, es fo casi instintiva, es el acto preparatorio y com
mentarla; pero comunmente se dice «alimentar plementario de toda evolución ó maniobra ele
la guerra con la guerra», para formular el prin mental de cada arma. Como todo progreso útil,
cipio de César, de Guiberl, de Napoleón, de que la famosa alineación «prusiana» se llevó hasta
la guerra no cueste dinero, de «vivir sobre el un extremo ridículo por los plagiarios del siglo
país». Esto puede conducir al vandalismo, á la pasado: no bastaba que el batallón marchase en
asolación, si no se pone un limite racional, y se batalla rígido como una tabla: el regimiento, la
deja que las tropas pongan por sí en práctica el brigada también habían de marchar lo mismo.
principio, justo en el fondo, pero que debe aco El descubrimiento de las lineas «directrices» ó
modarse al estado de la opinión pública y de la de dirección, centrales y perpendiculares al
civilización, á ciertas reglas algo controvertidas frente, se celebró como un acontecimiento tác
del derecho de gentes.—También se dice en tico. El desiderátum de hacer fuego marchando
táctica «alimentar el fuego», por nutrirlo, ha en batalla sin perder la alineación , tropezó con
cerlo nutrido; y alimentar la defensa, por pro tales dificultades que se dejó buenamente á
longarla. Federico su realización, histórica, se entiende.
ALINEACION. ALINEAMIENTO. Aunque Los terribles antagonistas del orden delgado ó
realmente sinónimas y de igual uso ambas prusiano gozaban malignamente con los descala
voces, la primera parece más conforme á la bros de la nueva teoría, y con las ondulaciones,
índole de nuestra lengua.—No convenimos con serpenteos y verdaderas culebras de aquellas
el reciente Dice. mil. de J. D'W. M. en que ali inocentes probaturas. La alineación es sin duda
neación sea la «línea», y alineamiento «el acto» principio fundamental : se alinean guías, bata
de alinear. La táctica vigente del marqués del llones y escuadrones; se alinean masas; se ali
Duero las usa indistintamente, como puede ver nean tiendas y barracas, en campamentos; pero
se en la instrucción del recluta, nrt. 8, pág. 22 afortunadamente la táctica actual conciba todas
y 23.—Alineación en táctica es voz genérica las ventajas, sin acoger ninguna de las antiguas
que expresa «la acción y el resultado» de colo exageraciones. (V. y comp. Jalonamiento, Tác
car tropas, individualmente ó en cuerpos y tica).
masas, sobre una línea recta imaginaria que se
supone trazada sobre el terreno, y que en él se ALISTAMIENTO. ALISTAR. «La acción y
marca ó jalona (V. e. v.) por dos o más puntos, efecto de sentar ó escribir en la lista á alguno.—
con los guías particulares en la compañía, con Prevenir, aprontar, aparejar, disponer». (Dic
los generales en el batallón , con peones, gasta cionario Acad. I y 5). Lo primero viene de
dores, ayudantes do campo, oficiales de Estado «lista», y lo segundo de «listo». Rigorosamente
Mayor en las brigadas y divisiones. alistar ó alistarse es, como dice la Academia, el
La alineación elemental, es decir, la condi acto material de escribir ó inscribirse; el acto
ción constante y permanente, de que los hom legal, por el cual pasa el hombre del estado ci
bros y los talones del soldado estén en la recta vil al militar. Los adjetivos, voluntario ó forzoso,
determinada por los de sus compañeros de de determinan la clase de alistamiento; pero de
recha é izquierda, lleva implícitas otras dos todos modos es acción subordinada á la que ex
importantes condiciones, cuya introducción presan las palabras quinta, recluta, enganche y,
atribuida á Federico II de Prusia ó á su tiempo como ahora se dice en general, reemplazo del
:1a invención de los guías se atribuye á Saldern) ejército; por lo cual son más propias de dichas
modificó notablemente la táctica, permitiendo voces mayores explicaciones.
ALJA 37 — ALMA
ALJABA. Del árabe el-chaba (Clonard T. I, tancia que entran como factor y elemento muy
pág. 402). (V. y comp. Goldre, Carcax). Ca principal en las combinaciones de la estrategia.
ja ó bolsa donde se llevaban las flechas ó sae Una plaza no puede defenderse sin almacenes,
tas. En el Ord. de Sevilla , Tít. Correeros, dice: proporcionados á la duración probable del sitio
«Lo tercero una aljaba de tabla con sus cachu que haya de sufrir. Los almacenes envuelven,
chos, é mantillos, é bolsa según pertenecen para como medio de ejecución, las contratas, las re
ser perfecta Lo deceno una aljaba de becer quisiciones, lOS TRASPORTES, los FORRAJES, IOS CON
ro». Los cachuchos (V. Cartucho) eran los nichos VOYES; como medio de conservación, la fortifi
ó huecos en que se metía cada flecha, según cación, las guarniciones.
Día. Acad. 5. Con decir «almacenes» se expresa en la guer
ALJIBE. Nombre árabe de la cisterna. ra una ¡dea antitética á la de «vivir sobre el
país»: dos sistemas, ó clases opuestas de guerra
ALMA. Voz técnica de artillería con diver con sus correspondientes apologistas y detrac
sas acepciones.—El hueco ó diámetro interior tores; dos métodos estratégicos, si puede lla
de toda arma de fuego, desde la embocadura marse método á no observar ninguno. Las guer
hasta la recámara ó culata, donde se coloca la ras de la revolución francesa proscribieron los
pólvora, bala, etc. Más frecuente, y no sabemos almacenes, así como otros muchos embarazos;
si más propio, es decir ahina, (calibre).—Lo que Napoleón siguió éste cómodo sistema: y, por
se mete en el hueco de alguna pieza de poca una singularidad irrisoria de la fortuna, para la
consistencia para darles fuerza y solidez. Las desastrosa expedición á Rusia preparó con acer
antiguas vainas de las armas blancas tenían co tado cálculo y previsión inmensos almacenes.
munmente un alma de madera, á la que tam Era, pues, evidente que con ellos estaba reñida
bién llamaban costillas, porque no se hacían de la victoria. De aquí se dedujo que los almacenes*
baqueta ó metal como en la actualidad.—En la esto es, la previsión racional, solo servían para
fundición de municiones se llama al óchete, ó «engordar asentistas»; que no era cosa de amar
lea cuerpo intermedio que se pone al fundir rar «el genio y la inspiración» á los almacenes,
•oda pieza ó proyectil hueco para que quede con ni á las fortalezas que los encerraban ; y así, li
ti espesor de metales y calibre necesario.—En bre y destrabada la estrategia de todo género de
los cohetes llámase al hueco que resulta en el estorbos, venia á ser una «ciencia nueva». An
centro de la carga después de sacar la aguja.— dando el tiempo, la opinión ha ido volviendo á
Vara de hierro cónica para empezar á formar el su cauce ; y con el creciente aumento de comu
ánima de los cañones de fusil. (Tamarit).—En nicaciones terrestres y marítimas, la estrategia,
los ejercicios es frecuente oircomo interjección no tan doctrinaria y atada como en tiempos de
¡Alia! por brío, soltura, esmero. Federico II, puede ser metódica y prudente. Por
ALMACEN. Voz genérica, derivada del ára más napoleónicos que fuesen el ejército francés
be, que abraza la reunión y acopio de armas, en Crimea, ó el español en Africa, no les hu
municiones, pertrechos, víveres, vestuario, biera sido fácil aplicar la estrategia fulminante
equipo, utensilio, con destino á reemplazar, en de «vivir sobre el país y alimentarla guerra con
paz ó en guerra, los de una unidad orgánica, co la guerra».
mo el batallón ó regimiento, y los de todo un ALMADÍA. Según Gatangos es voz pura
uuerro.—Almacén se llama también el edificio mente árabe al-maadia, balsa ó armazón de
en que se depositan, guardan y conservan.—En maderos para pasar un rio ; de cuyo sustantivo
«i primera y más lata acepción, los almacenes se formó el verbo almadiar pasar un rio en balsa.
constituyen un importante ramo de la adminis- Dice. Acad. 5 no resuelve la cuestión ; puesto
tucioj militar : en la segunda, como edificios que escribe indistintamente almadía y arma
nilitaies, pertenecen al cuerpo de ingenieros.— día , por lo cual le imitamos; parece sin em
Concretando más, éstos y la artillería tienen al bargo que la etimología árabe da preferencia al
macenes especiales para sus instrumentos, pie- uso de la /, pudiendo ser armadía corrupción aná
bs, montajes y útiles de campaña, que se Da loga é inversa á la que se hace notar en armario
ñan parques. Los ingenieros construyen, y la i y almario.
>rti"leria provee y cuida los almacenes de pól
vora. ALMAGANA. Máquina antigua de sitio. ¡Véa
se Algarrada, Almajanech, Mangana etc.)
En gueria abierta los almacenes, es decir, la
provisión ordenada de armas, municiones, per ALMAJANECH ó ALMAJANEQUE. No lo
trechos, víveres y vestuario, son de tal impor trae el Dice, de la Acad. pero es verosímil que
ALMA — 38 — ALMO
fueso máquina de sitio del género fündíbalo por el de alguna cosa, como de acercarse embarcacio
siguiente texto de Várela y Limia. «hallamos nes ó tropas enemigas. ÍDicc. Acad. 1 y 5.) Ur-
en ZrniiA mencionados detenidamente los alma rea dice que es voz arábiga; pero Covarrubias
janeques, algarradas y delibras que se usaron en la deriva de almena porque encima, 6 entre las
el cerco de Requena (1219) en el sitio de la almenas de las torres, se harían tales fuegos.
ciudad de Mallorca (1229] en la cual mandó el "Qu-e oyan é vean de lejos, así como atalayas ó
Rey lanzar con la honda del almajanech la ca almenaras». (Ley 24, tit. 26, part. 2.'). «Con ór-
beza de un caudillo moro que habia intentado den que á media noche hiciese una almenara de
cortar el agua al real». Los Asales Toledanos fuego para que, viéndola la centinela, tocasen
primeros, hablando de la expedición del rey de arma». (Marmol Rebel. lib. 5, cap. 3.) Quizá
Castilla desde Toledo á Andalucía en 1213, dicen: tenga relación con almenar ó alminbar, torre de
«Cercó á Alcaráz é lidióla con almojancques é mezquita.
buzones; é salieron los moros é quemaron los
almojaneques é buzones; é lidiaron el castillo ALMETE. Pieza de la armadura antigua que
muchos dias». Y más adelante en el sitio de Rc- cubría la cabeza.—El soldado armado de almete.
qutua 1219: «lidiáronla con almojaneques é con En caslcl'.nno helmete, en francos armet, en ita
algarradas é con delibra é derribaron torres é liano almelo, en inglés helmet, diminutivo en
acitaras». todos de yelmo, heawne, elmo, elm. Casco ó mor
Lo más seguro es que la palabra manganell ó rión pequeño, de poco espesor, sin visera, gola
manganilla se haya tomado del griego manga- ó babera, cuyo uso principió á últimos del siglo
non que, según Martínez Marina [Memorias de la XV. Según Martínez del Romero [Glos. del Catá
Academia de la Historia T. iv, Cal. de voces ára logo de la R. Armería) no es fácil la distinción
bes) es la máquina petraria y de cuya raiz toma entre almete, yelmo y celada.
ron los árabes al-manjanik, que los cristianos ALMILLA. Jubón cerrado por todas partes,
tradujeron almojanaqw, almajanej, almágana. escolado, y con solas medias mangas que no lle
(Clonard. Mem. sobre el traje, pág. 112). Simonet gaban al codo, que se ponía antiguamente deba
dice almanxanique, almaxanequi. jo de la armadura. En latin Thorax (Dice. Acad).
ALMARADA. Especie de puñal agudo de
tres esquinas y sin corte. Es voz arábiga al-ma- ALMOCADEN* ó Almoacen ó Almocadden o
Almocaten ó Almucaten. Nombre árabe de un
rada, punzón, según el P. Alcalá. (V. Buido".
cargo ó grado en la milicia cristiana de la edad
ALMARCHA. Del Arabe al-march. Población inedia. Jefe, caudillo, capitán ó cabo de tropas
situada en vega ó tierra baja como pradera. Dic á pié. En las siete Partidas de Don Alfonso el
cionario de la Academia 1 y 8). Sábio las leyes 5 y 6 tít. 22 de la 2." dan curio
ALMENA. En la fortificación antigua, cada sos pormenores. «Almocaden llaman agora á los
uno de los pequeños prismas (no pirámides, ni que antiguamente solían llamar cabdiellos de
torrecillas como dice el Dice. Acad.) que se le las peonadas». (Ley 5.a). También el fuero de las
vantaba sobre el adarve, en lo alto de las torres cabalgadas (V. Cabalgada) en el tít. 9 advierte
ó muros de manipostería, generalmente equidis «que ninguno non pueda, ni sea almucaten si
tantes el cuerpo de uno ó dos hombres, para ti con sus talegas (V o. v.) no ha fecho tres caval-
rar por el claro y cubrirse con el macizo. No gadas»; y Hugo Celso ÍRepert. de las ley.) dice:
debe confundirse con saetera ó tronera, que fué «Almocadenes son capitanes de peones y debe
siempre una abertura longitudinal hecha en un ser sabedor de la guerra, y esforzado, y ligero/).
muro, que sigue por encima ; ni con can, ó ma Sobre la etimología, aunque positivamente
tacán, que es la parte voladiza y sostenida por árabe, no reina, como de costumbre, entero
ménsulas. El merlon de una batería es, en rigor, acuerdo. Miéntras Covarrubias y el P. Alcalá
una almena muy grande de tierra. (V. Pina). dan al-muqueden, el Glosario del F. de las ca-
ALMENADO. ALMENAJE. El conjunto de v alg. da al-mocaddem ; y Simonet al-mucaddam.
ALMENAS. ALMOFALLA ó ALMAHALLA. Voz árabe
ALMENAR. Guarnecer, coronar de almenas. que significa campamento real, estancia de un
ALMENARA. Candelero sobre el cual se po ejército. Gayangos. Mem. hist. esp. tít. 10 página
nían candiles de muchas mechas para alumbrar 336 nota y más adelante, ibid. pág. 593: «Ma-
todo el aposento.—El fuego que se hacía en las halla, y con el artículo al-mahalla, es lo mismo
atalayas ó torres, no solo en la costa del mar que campamenlo real, alojamiento de la hueste;
sino tierra adentro, para hacer señal y dar av iso de donde se formó por corrupción la palabra al
ALMO - 39 - ALMO
mofalla». Almofalla es ejército, del árabe el-me- Sea como quiera, los diccionarios y las histo
chal-la. Clonahd. Hist. org. T. I, pág. 402). Al- rias concuerdan en que el almogávar fué en la
mofalla, sitio, campamento. Viene de mahalla edad media , ó mejor dicho en la reconquista,
con el articulo antepuesto: mansión, sitio de soldado fronterizo, suelto, ligero y con cualida
ciudad, campamento.—En un servicio concedi des de vigor, sufrimiento y fortaleza, que afor
do por Alfonso VIII á la ciudad de Burgos en tunadamente no se han perdido en sus descen
1 167 dice que lo otorga «pro servitio quod fecis- dientes. Cualquier soldado español, pero singu
tU mihi in illa alfomalia (por almofaliaJ super larmente las excelentes tropas de policía del
Muinro. Fació vobis hominibus, quando edifica- centro, norte y nordeste de España , son fiel
tum fuit illum castelum quod esl inler ecclesiam trasunto de los antiguos almogávares, y á
xancli Justi, et prefatuin Ifannum». .Glosario nuestros ojos ostentan las mismas condiciones
DEL F. DE LAS CABALG.j militares.
ALMOFAR. Capmayll en Aragón. Pieza de El servicio de aquella inolvidable tropa era el
la antigua loriga, que consistía en una capucha, que entonces se decia de frontera, donde la
casquete ó gorro de malla para cubrir la cabeza, guerra andaba siempre viva , fatigosa y san
dejando libre el rostro desde las cejas hasta grienta. Guarnecían los fuertes avanzados, como
debajo del labio inferior á manera de toca mon dice Mariana (Hist. de Esp. lib. 10): «A los '
jil. Para evitar que lastimara, se ponía por de almogávares (asi se llamaban los soldados viejos
bajo una copia de lienzo acolchado. Sobre el de grande esperiencia y valor) se dió órden que
almófar encajaba una especie de casco, ó capi estuviesen de guarnición en el Castellar
llo de hierro batido, de diferentes nombres, (lib. 12, cap. 17). Almogávares se llamaban los
como Capellina , Cerbellera , etc. Viene de soldados viejos y que estaban puestos de guar
migfar (arábigo) con el artículo al. «E lanzó nición en los castillos». Entraban como explora
iTranguer) el almófar é puso su yelmo». (Con dores en tierra enemiga, talando, asolando y
quista de Ultramar). tomando castillos por intehpresa. aLos almogá
«Estado, cots y almófar brillantes vares entran é furtan (toman) á las vegadas (á
tío lipesada ¡unza Mispcndidos, ele. (Biguez.w.. El Cerco veces) castillos é villas (ley 1, tít. 14, Part. 7).
ae Zamora: Gonzalo de Ayora usa esta voz como sinónima
«Andaba inio Cid sobre so buen caballo de corredores; y la de almogaravía por patrulla,
La cofia froncida ¡Dios como es barbado! destacamento explorador que batia el campo.
Cotia sobre lo* pelos froncida de ella cnanto
Allá levé el almófar, fasta la cofia legaba Todavía Mendoza (G. de Gran. lib. 2, núm. 14)
La cofia é el almófar, todo gclo levaba. (PuEya del Cid). dice: «Llaman adalides en lengua castellana á
En la Crónica del Cid (cap. 27) sólo añade las guías y cabezas de gente del campo que en
cque dio un golpe de travieso á Fernán González tran á correr tierra de enemigos, y á la gente
por encima de la cabeza, do guisa que le tajó el llaman almogávares».
almófar de la loriga con una gran pieza del cas Trascribiremos íntegro el pasaje de Clonard
co». «¥ como no tenia capilla de fierro, sino tan (Hist. org. T. I, pág. 369): «Había en el ejército
«llámente el almófar, hendióle la cabeza hasta feudal un cuerpo de tropa conocido con el nom
los ojos». (Hist. del Rey D. Rodrigo, cap. 96). bre de almogávares, y cuya institución era muy
Aldehete dice que sólo por conjetura se sabe lo parecida á la de los volites romanos. Las con
que significa. diciones que debian reunir los soldados que en
ALMOGATAZ. (V. üazi). él servían, las determina la ley 7 del tít. 22 de
la segunda Partida. «Ha meester (dice) que sean
ALMOGAVAR ó Almegavar ó Almogárave. afechos et acostumbrados et criados al aire, et á
A primera vista parece arábigo este nombre. El 4os trabajos de la tierra, et si tales non fuesen
P. Gcadix citado por Covarrübias, dice efectiva non podrían hi luego tiempo vivir sanos, ma
mente que viene de el muhavir que significa, guer fuesen ardidos et valientes et demás
«el que trae nuevas»; Ganeau y Potier de al- que sean ligeros et ardidos, et bien faccionados
mogabar, significando gabar , fiero, valiente; de sus miembros para poder sofrir el afán de la
pero nos ha sorprendido leer en Rosseeuw Saint guerra, et que anden siempre guisados de bue
Hilaue (Hist. <TEsp. T. III, pág. 487) que «á nas lanzas, et dardos et cuchiellos, puñales
pesar de la fisonomía árabe de esta voz, todas que sepan tirar bien de ballesta, et que trayan
las investigaciones del sábio orientalista Reinaed los aguisamientos que pertenecen á fecho de
do han logrado enlazarlo á ninguna etimología ballestería».
•raheu, «El servicio del almogávar en campaña, con-
ALMO — 40 — ALOG
sistia en reeonocer el terreno en que operaba el gos { en las haces á muchas partes, ó almogotes,
ejército, en marchar delante de él y sobre sus es < de partir la hueste ca si estuviesen á
flancos, estar continuamente en jaque sobre el almogotes( deben facer de sí cuña é romperlos».
enemigo, y molestarle con incesantes acometí- ( Regim. de Príncp. P. 3, líb. 3, fól. 239).
das, sorprender sus grandes guardias, é in ALMOHADILLA. ALMOHADON. Voces
terceptarle los convoyes. Por lo regular com- técnicas , en artillería y caballería. Almohadilla.
batían los almogávares en el orden abierto; Pieza del afuste que lleva un rebajo en que des
pero lo hacían también algunas veces en el or cansa el mortero.— Almohadilla de grupa. En la
den cerrado. En la campaña de Alcoll, sorpren montura, es aquella sobre la cual va la maleta.
didos por fuerzas superiores a las suyas, debie Almohadón. Almohada grande de cuero y llena
ron su salvación á la circunstancia de haberse de pelote ó lana: úsase sobre los armones y car
reunido en un momento y presentado al enemi ros de municiones, para comodidad de asiento
go una masa compacta, que no pudo descon de los artilleros.—Almohadón para las pruebas
certar el moro con sus repetidas cargas de de armas blancas. Aparato compuesto de un
caballería». almohadón cuadrado lleno de pelote, sobre el
«Las compañas de los almogávares estaban que hay una almohadilla de figura semiesférica ,
mandadas por jefes llamados almocadenes, se la cual cubre un sombrero ordinario de los lla
gún las leyes 5 y 6 del mismo título y Partida. mados calañeses, cosido á ella, y sobre éste se
El que aspiraba a ejercer este empleo, debía coloca un casco de hierro de dos dedos de grue
tener todas las condiciones de un buen soldado so sujeto al almohadón para que no se mueva al
ligero. Además habia de tener mucha práctica dar la cuchillada cuando se hace la prueba de
en la guerra, ser esforzado para acometer al las hojas.
enemigo, y de una lealtad á toda prueba».
«La elección se hacia por doce almocadenes ALMORATEB. Ordenador, sargento mayor
veteranos, colocando al novel de pié, y derecho en la milicia árabe de la edad media. (Simonet,
sobre dos lanzas cruzadas: en esta posición le Leyend. arab. pág. 41).
entregaban otra con banderola, lo alzaban en el ALNA1BE. Del árabe al naib. Capitán de
aire y enristrando su arma el aspirante, repetía caballos en la milicia de la edad media. Moretti,
de cara á los cuatro puntos cardinales del que da esta voz, la repite en el suplemento, es
mundo, el mismo juramento que el adalid». cribiendo Alnuaibe.
«Los almogávares del ejército aragonés de
Italia al mando del Rey D. Jaime I en el año ALOCUCION. Discurso, proclama, arenga
de 4281 , no llevaban bagajes según Montaner; que un jefe dirige á sus tropas para animarlas y
estaba provisto cada soldado de un zurrón para conmoverlas ántcs del combate; ó para felicitar
guardar la ración diaria de pan, y con él y con las después de la victoria; ó para alentarlas,
yerbas y agua se mantenían durante la campaña; instruirlas y reprenderlas. Lo numeroso de los
gastaban en las piernas antiparas, envolvían los ejércitos modernos, lo extenso de su formación
pies con abarcas y la cabeza con una redecilla y el uso de la imprenta ha producido la costum
de hilo para sujetar el cabello: sus armas eran bre de dirigir las alocuciones por escrito, in
la lanza y el dardo». —Hubo también almogáva cluidas en la orden del día.
res á caballo. La ley 6, tit. 2, Part. 2 dice: «Las No hay libro militar que no consagre un ca
cosas que an de ir á bien siempre an de ir et de pitulo á la llamada «Elocuencia militar» citan
subir de un grado á otro mejor. Asi como facen do unos cuantos rasgos ó dichos, casi estereoti
del buen peón, buen almocaden, é de buen al- pados, lo cual prueba que no es excesiva la
tnocaden buen almogávar de á caballo, c de abundancia. Hasta libros exclusivos hay también
aquel buen adalid». traducidos del francés, dedicados á este ramo y
Esta escala gerárquica determina la condición cuya utilidad no es muy reconocida. El General
de infantería ligera , quizá permanente , ó por. que tenga el mal gusto de apropiarse pensamien-
lo menos de oficio, que formaban los almogáva . tos y locuciones agenas, sufrirá el ridiculo que
res. El peón sería el villano alistado temporal en varias ocasiones alcanzó, por tamaño desa
mente para las correrías pasajeras. guisado, un buen militar de nuestros dias que
cometió plagios, positivamente involuntarios.
ALMOGOTE. El Dice. Acad. 1 , trae esta voz: Se ha convenido en que todas las arengas que
como anticuada. «Batallón ó cuerpo de infante - ponen en boca de sus personajes los historiado-
ría formado en batalla». «Ca si están los enemi - res, desde Tueidides hasta Lafuente, son pro-
ALOJ - 41 - ALPA
piedad exclusiva de éstos últimos, y verdaderas tieron con su campo, y en dos alojamientos fue
piezas de composición literaria. Falta, pues, en ron á Donavert. La vanguardia estaba siempre
todas la autenticidad, y en muchas la oportu en escuadrón hasta que llegaba la batalla; la
nidad y hasta la belleza. Si se nos permitiese cual, en llegando, hacia luego sus escuadrones,
una blasfemia , diriamos que las encomiadas y alojábase la vanguardia; y la batalla aguarda
proclamas de Ronaparle parecen algo amanera ba 4 que la retaguardia llegase; y venida, alojá
das, y no pecan de excesivamente originales. banse todos. Este órden se tuvo en toda la guer
A nuestro juicio, la Elocuencia militar podría ra». (Av. y Zúñiga, Cument. pág. iii, passim).
sin riesgo ocupar el mismo lugar que la antigua «Resoluto de dejar al Duque el paso de la Alpu-
ríase de baile en las asignaturas de nuestros jarra, combatirle los alojamientos y atajarle las
colegios. escoltas». (Mendoza, G. de Gran. lib. 4).
El hombre á quien haya cabido en suerte En poliorcética ó trabajos de sitio, «hacer alo
agudo ingenio y esforzado corazón, no necesita jamiento», ualojarse con fuerza», «alojarse en la
la «Elocuencia militar darte de entusiasmará las brecha, en la hoya ó embudo de una mina vola
trapas» traducida por el teniente coronel don da», es establecerse en los escombros las tropas
José Mana Paniagua en 1821, para expresarse de ingenieros, arreglándolos de modo que se
en las diversas circunstancias del mando y de conviertan en parapetos ofensivos con Ira el sitia
la vida con tino, oportunidad y precisión. do, es decir, que admitan á cubierto tropas de
En España, más que en ningún otro pais, la infantería para hostilizar con fuego ordinaria
sobriedad de palabras es recomendable: hay mente á quema ropa. Esta acepción de aloja
aquí un buen sentido práctico que prefiere los miento poLioRcÉTico viene de antiguo, «¡base ca
hechos silenciosos: y no porque deje de haber da dia ganando tierra con los alojamientos hácia
alicion á la sonoridad y belleza de la elocución la Goleta, llevando delante sus trincheras y re
en el teatro, en la prensa y en el parlamento; paros para seguridad». (Ii.lescas. Túnez, pági.
sino que el soldado español, con su gravedad ha na i54J.
bitual, sabe discernir toda la que envuelve una ALOJAR, ALOJARSE. En latín, locare. Dar,
rucios de cierra, y se penetra de su solemnidad lomar alojamiento.— Fortificarse, atrincherarse
real, sin que se la amengüen ó ponderen. Las en un punto con miras ofensivas ó expugnado-
celebres «nieves de mayo y las águilas de Ar ras. (V. Alojamiento).
laban» del general Córdoba, que unia á sus ta
lentos el de fácil y correcto escritor, suenan to ALPARGATA. Del árabe al-pargat según
davía entre las lilas, advirtiendo el efecto con el P. Alcalá. Tiene bastante antigüedad este
traproducente de dar suelta á la fogosidad de calzado militar; pues en el real decreto de 1fi9i
imaginación. ¡marzo 1 4) sobre Tercios provinciales, se previe
El concepto agudo, el dicho picante, el rápido ne: «Y habiendo resuello asimismo S. M. que
y acerado epigrama impresionan más al soldado demás de los zapatos que se dan á los soldados
español, que las proclamas de corle napoleónico de estos Tercios con el vestuario, se compre por
con señales visibles de lima y cierto sabor á los corregidores un par de alpargatas para cada
|ia*tel recalentado. uno de los soldados, según el número de los que
se compusiere cada Tercio, deben tener cuidado
ALOJADOR. Lo mismo que boletero.
los Maestres de Campo de su cumplimiento».
ALOJAMIENTO. Del latín locamentwn. En
el ilia expresa casi exclusivamente el aclo de dar ALPARTAZ. Del árabe tarás, ó del plural
descanso y albergue á las tropas cu las casas de atarás, el escudo. Cola ó saco de malla que se
una población: y también la misma casa del ve vestía debajo de la armadura de placas. «El al-
cino, obligado por las leyes al hospedage gratui parlaz. sustitución de la loriga, estaba formado
to y forzoso. Antiguamente se usaba en sentido de sortijuelas de acero y adherido al cuerpo del
ile marcha, jornada, etapa y campamento, como jinete para proteger el pecho y la espalda. Su
se ve en los textos siguientes: «Su majestad introducción debe fijarse en el primer tercio del
coa la resta del campo, partió para Sanzuet, siglo XIV, pues en la fabulosa Crónica de don
adonde llegó en dos alojamientos y alojando Florisel de Niquea (Silva, parte i.% cap. 67; se
el campo, él no quiso alojar en la tierra, sino lee: «que la malla del alpartaz, aunque era grue
(uera de ella los enemigos se levantaron de sa, no fué bastante para que la cerviz del gigan
ni alojamiento, antes que amaneciese con todo te no fuese cortada». (Clonard). Esta cita da
su campo en órden y toda su artillería, ...par también Dice. Acad. 1 ; pero añade que tenia ca
ALPA — 43 — ALTE

pucho, y era lo que se llamaba almófar de la una ausencia ó separación, por la cual se le dio
loriga V. y comp. Loriga, Alsebergo). de baja (V. e. v.)—En las filas, la papeleta en
que justifica el oficial de sanidad que el indivi
AL PASO. Voz de mando en la táctica ele duo puede salir del hospital y volver á su cuer
mental de infantería y caballería. En aquella, po.—Alta paga ó premio, el exceso de haber que
para que los hombres tomen el compás y lo ajus por recompensa gozan algunos individuos de
ten al del guia; en esta, para que el caballo mar tropa.
che á este aire reglamentario. ALTANERIA. «Soberbia, presunción, altivez
ALPOLDRAS ó ALPONDRAS. Del primer y demasiada estimación que uno hace de si mis
modo se llaman en Portugal y en la comarca de mo afectando superioridad». (Dice. Acad. 1). De
la Limia en Galicia, unos cantos colocados en fecto que debe evitar ó corregir á toda costa el
los vados de los ríos para (alicitar su paso á los oficial y más el jefe. Afectar importancia ó au
caminantes. También se llaman pásales y pasiles toridad quien la tiene real y positiva es inútil:
ó pasaderas que es lo más común. y por la humana lendencia á exagerarla y hacer
la sentir, agradece más el inferior en su jefe na
ALQUERIA. Voz árabe, al-caria, que signi
tural el esfuerzo, oculto ó visible, para mostrar
fica casa y hacienda de campo destinada á labor.
se afable. No es posible, aunque si es de reco
(V. Cortijo, Torre, Mas, Masía, Casería, etc .
mendar, la igualdad constante de humor; pero
ALQUILAR. Suele usarse este verbo en son la altanería no prescribe malos ó bruscos moda
de menosprecio, por tomar á sueldo tropas ex les, más bien se envuelve en fría y desdeñosa
tranjeras y mercenarias. Santa Cruz lo usa, co cortesía. La altanería es más intolerable y re
mo se ve en este pasaje de sus Reflexiones mili pulsiva que el verdadero orgullo: no es la expre
tares (lib. 3, cap. 15): «El príncipe que te alqui sión franca y fiera de la fuerza ó de la soberbia
la ó presta los extranjeros, tal vez los llamará en del león, es meramente la vanidad del pavo real.
la ocasión que tenga la mayor necesidad de tro ALTERACION. En el siglo XVI sinónimo de
pas, ó porque haya de menester de ellos, ó por motín ó sedición. Pero debe advertirse que, des
que el mismo principe medite declarártese ene conocida entónces lo que ahora llamamos «polí
migo. Reciente y eficaz es el ejemplar dé Espa tica», el único móvil y origen de aquellas sin
ña, cuyos ejércitos, hasta que el rey nuestro gulares insubordinaciones era la falta de pagas.
señor vino de Francia, consistían en ingleses, Así vemos, por ejemplo, en 14 abril de 1374 el
holandeses y alemanes auxiliares ó alquilados, pequeño y bravo ejército de Flándes, á las
todos los cuales se retiraron de golpe en vísperas órdenes del celebre Sancho Dávila, ganar la san
de una guerra cruel...» grienta y decisiva batalla de Mough, exterminan
AL RASO. Adverbio, contracción de «á cielo do literalmente á los rebeldes; y el 16 amoti
raso». Sinónimo de vivac; vivaquear, campar narse reclamando 37 pagas que se le deben.
una tropa y pasar la noche sin abrigo de techado Desoye, sin atrepellar, á sus jefes; entra en
tiendas ó barracas. Aniberes,sín cometer desmanes individuales, y
obliga al vecindario á que le suministre racio
ALREDEDORES. Los lugares que cercan ó nes. Es difícil formarse ahora idea de aquel
rodean algún sitio. (V. y disting. Afueras). desórden , que casi pudiera llamarse ordenado.
El ejército por un sentimiento instintivo de
ALSERERGO. Variante ó especie de loriga conservación no se desunía, ni se disolvía, ni se
según Clonard (T. I, pág. 416} que cita Libellus desorganizaba: se contentaba generalmente con
de batalla facienda, fol. 194, lib. 1.°, escrito en que sus cabos principales se ocultasen ó desapa
el siglo XII y testamento de Wilmundo (986 no reciesen, y nombrando un soldado, á quien lla
viembre 2) en Colee, de docum. de D. Jaime maban electo, seguían haciendo su servicio y
Ripoll. Quizá los catalanes adoptaron esta voz negociando por medio de comisionados. En el
alsebergo ó asberch del alemán hasberga, com motín mencionado, Sancho Dávila, ni aun tuvo
puesta de lialls cuello y bergen resguardar, como que esconderse, y Kequcsens dió para apaci
la brinberga viene de bein pierna y bergen. No guarlo una proclama que principia: «D. Luis de
:stá en Dice. Acad. Requesens, comendador mayor de Castilla, del
ALTA. En general la nota administrativa por Consejo de Estado de S. M. su gobernador, lugar
la cual se hace constar que un individuo entra teniente y capitán general en estos Estados de
en el servicio militar, ó vuelve á él después de Flándes, notifica la presente á la infantería es
ALTE - « - ALUM
pañola que está en alteración en esta villa de filas: de aquí (are alto en italiano hacer alto,
Amberes.—Muy magníficos señores: No quiero haut le bois, en francés. Pero Gebelin deriva
volver á referiros lo que tantas veces os he dicho halle de hallen, verbo alemán, detenerse, pa
de las ruines circunstancias que ha tenido vues rarse. El lector decidirá.
tra alteración (sigue pidiéndoles tiempo y En geografía, alto, como adjetivo, se aplica á
ofreciéndoles diez pagas con más que sumisa todo lo levantado ó elevado sobre el nivel medio
difusión y concluye): «Pidoos, señores, consi del suelo en una pequeña comarca ó extensión;
deréis muy bien todo lo que en esto se os ha pero cuando se habla de países, provincias ó
propuesto y la respuesta que me quisiereis dar regiones, como la Andalucía alta, el alto Aragón
me la enviéis quietamente, nombrándome para entónces se considera la altura respecto al nivel
ello personas con quien yo pueda tratar lo que más bajo y más general, que es el del mar.—Al
os tocare y no sea con alboroto » (V. Disci- tos, en plural, designa anchas mesas ó mesetas
(V. e. v.) á que los alemanes llaman también
W.I5A). altos llanos IHoch Ebene) como los Altos de
ALTERNAR. Verbo latino alternare. Turnar, Barahona, los Altos de Cabrejas.
en los dos sentidos de servicio y de táctica. ALTOZANO. Según el Dice, de la Acad. de
ALTERNATIVA. Como adjetivo está bien la Hist. es «el paraje más alto y ventilado de
usado: servicio, movimiento alternativo; pero una población, el cual regularmente forma mesa
alternativa, como sustantivo, expresando mu ó plaza»; peio según la Acad. de la Lengua es
danza, altibajos, sucesión de cosas que sobre simplemente «el cerro ó monte de poca altura
vienen alternativamente, es galicismo reprobado que se levanta en un terreno llano» es decir, lo
por Bahalt (Dice, de galic.) y no admitido por mismo que altillo, cerrillo.
la Academia. ALTURA. Convendrá leer los art. Montaña,
Orografía. Voz genérica que expresa todo lo que
ALTIBAJO. Antigua voz de esgrima. Tajo ó
se eleva ó sobresale del nivel «medio» del sue
cuchillada vertical. «Tiró un altibajo tal que si
lo.—En la fortificación y táctica las alturas ha
Maese Pedro no se abaja le cercenara la ca
cen importante papel, ya ocupándolas uno mis
beza». ;Quijote. Part. t, cap. 26).—Altibajos,
mo, ó estando ocupadas por el enemigo. En este
plural, «el terreno desigual.—La variedad de
último caso tienen su calificativo técnico y de
sucesos ya prósperos ya adversos». (Dice. Acad.)
terminado, más que por su relieve, por el al
ALTILLO. Cerrillo ó sitio algo elevado en cance de las armas. Asi, altura «inmediata» lla
medio de una llanura. man los ingenieros á la que efectivamente lo
está, y tiene vista sobre el interior de una obra!
ALTIMETRIA. Atendiendo á la etimología pero que, fuera del alcance de la fusilería ó ar
híbrida, latina y griega, de esta voz, se define tillería según los casos, es realmente «inofensi
siempre «arte de medir alturas inaccesibles». va» y no merece por lo tanto los procedimientos
En la moderna topografía (V. c. v.) no es eso de la desenfilada (V. e. v.) Esta altura más cer
solo: expresa, por oposición á planimetría, el cana, esto es, dentro ya del alcance, se llama
conjunto de operaciones necesarias para obtener «dominante»; porque puede incomodar ó moles
en el terreno todos los datos de su relieve con tar al defensor; por último toma el nombre de
objeto de representarlo fielmente en un plano. «peligrosa» y áun el mas expresivo de padrastro
Viene á ser sinónimo casi de nivelación, pues (V. e. v.) cuando el fuego desde ella es mortífe
por ella se determinan los desniveles y las co ro; cuando enfila las caras y barre el terraplén
tas (V. e. v. ) imposibilitando la defensa y la circulación inte
rior. —En la traza y perfil, se llama «altura de
ALTO. Voz de mando y toque, general en apoyo» la distancia vertical desde la línea de
todas las armas, para cesar la marcha ó el fuego. fuego, ó cresta del parapeto, á la banqueta: qui
El origen, seg. Dice. Acad. I, viene de que se zá porque efectivamente el soldado se apoya ó
u.-uba en la milicia antigua clavar las astas de recuesta sobre el talud interior: y «altura do
ios guiones, levantándolos primero en alto, para rodillera» la que sobre la explanada, ó sobre el
que parasen los escuadrones en marcha. Algo se
adarve, tiene la abertura de la cañonera.—«Al
aproxima la opinión de Bardin [Dict. de Farmie tura en la escala ó escalafón» es el lugar, algo
que lo trae del italiano alto, alto lenno, pica
adelantado, que en ella ocupa el individuo.
alta; porque efectivamente el soldado la ponia
vertical para cesar la marcha y estrechar las ALUMNO. Nombre latino, alumnus ,apelali-
AVLU — 14 — AMAL
vo de todos los individuos, sean paisanos, cade sión: la supresión ó reducción del servicio one
tes ti oficiales, que cursan los estudios en las roso de bagajes, por la creación del tren de equi
ESCUELAS O ACADEMIAS ESPECIALES de loS ll'CS CUCr- pajes, y del de alojamientos, por cuarteles,
pos facultativos.—El «lia en que se reforme > quitarían á los pueblos motivos de queja, y al
organice la instrucción militar IV. e. v.) el cadete ejército de indisciplina, 'ais fkrro-carrh.es
francés debe desaparecer; y este nombre genéri empiezan á modificar notablemente la anti
co de alumno designará á todo jóven que entre gua manera de marchar las tropas y á des
en la carrera militar por cualquiera de sus puer acostumbrar algo á los pueblos del alojamiento;
ta», sin pasar, como soldado, por las lilas. lo cual hace más urgente el acuartelamiento
sistemático, á través de las anuales dificultades
ALUVION. En lenguaje vulgar la venida fuer de presupuesto y de las hórridas declamaciones
te de agua.—En el tecnicismo geológico, un contra el cuartel de la Montaña, que quizá las
terreno (V. e. v.) superior ó moderno que tam escita por descollar solo, como en otros tiempos
bién se llama aluvial y atluvium, en latín, de en la marina el célebre navio Soberano.
donde proviene la voz.
ALLANAR. El sentido recto y vulgar de este
ÁLVEO. Voz latina, alreux, la madre del rio: verbo es poner plana, llana, igual la superficie
el lecho, la caja, el surco de variable anchura del terreno: como «allanar la brecha»; pero tie
que llena con sus aguas. (V. y disting. Cuenca). ne también las acepciones metafóricas (DlCC. DE
ALZA. En general apáralo de puntería en las la Acad. 1 y 5) de vencer ó superar alguna
armas de fuego modernas de grande alcance. dificultad; de facilitar ó proporcionar los medios
para conseguir alguna cosa; de pacilícar, aquie
ALZADA. Estatura del caballo: la altura ó tar, sujetar, reducir un pueblo ó territorio con
distancia vertical de la cruz al suelo.—Es ine las armas, con la industria, con el arle; y por
xacto lo que dicen Morbtti, Mevia y W. de que se último el significado judicial de permitir á
llama asi la tierra que se saca del foso (del pozo los ministros de justicia que entren en alguna
dice Hevia; para levantar el parapeto. Los inge iglesia ú otro edificio. —Allanárseos lo mismo
nieros llaman relleno, terraplén, macizo. ((lie rendirse, sujetarse á alguna ley ó convenio.
ALZADO. Lo que ahora decimos en el dirujo ALLEGADIZO. El verbo allegar significa re-
ó diseño «proyección vertical». (V. Proyección,. cojer, juntar, agregar; pero el adjetivo allegadi
ALZAMIENTO. Rebelión, insurrección, le zo se aplica á lo que se junta sin elección y sólo
vantamiento. Está de más toda definición, co para aumentar el número. De aquí, hopa alle
mentario, ni texto para el que sale ganando. gadiza, la que se alista ó levanta en los apuros,
sin verdadera organización militar. El P. Maria
ALZAR. Lo mismo que levantar. Se alza el na (Hist. de Esp. lib. (i, cap. ii) dice: «El exér-
grito, la mano, pendones, el castigo, el real, los cito era compuesto de toda broza, y como genio
reales, el campo, las tiendas, etc.—Alzarse, lo allegadiza, poco excrcilada, ni tenían fuerza en
mismo que rebelarse. lss cuerpos, ni vigor en los ánimos».
ALZATIRANTES. En los atalajes de artille AMAGAR, AMAGO. Movimiento estratégi
ría las correas que, pasando por el lomo del ca co, maniobra táctica simulada, con ademan y
ballo, mantienen horizontales los tirantks. Tam demostración de amenazar, de querer dar un
bién se llama alza-cuerda y francalete de vuelta. golpe, pero sin intención de llevarlo á cabo. Si
ALLANAMIENTO. El acto de entrar por bien se mira, toda la armazón teórica y cientí
fuerza en la casa de un ciudadano, violando el fica de la estrategia, y en general del arte de la
hogar doméstico. La tendencia de la civilización guerra, es copia , en mayor escala, de las fintas
moderna, es á hacer este último cada día más de esgrima: es una séric de amagos, dirigidos á
seguro é inviolable; y la legislación de todas que el enemigo debilite ó desguarnezca el punto
épocas le hadado especial amparo. El alojamien que se tiene por más vulnerable, importante y
to es, en rigor, un allanamiento legal , pero no decisivo.
por eso más tolerable. En pie de guerra, excu AMALGAMA. En la industria es la combi
sado es decir que el allanamiento es inevitable: nación de productos en que entra el mercurio;
pero en paz conviene hacerlo ménos frecuente pero ha pasado al lenguaje vulgar, y luego al
y más llevadero, con un sistema espléndido de militar, expresando una idea táctica de mezcla
acuartelamiento, en que abunden los pabellones. de las diferentes armas, en pequeñas proporcio
Hay ciertas mejoras que tetan fuera de discu nes, CU lili ORDEN DE BATALLA Ó PE COMBATE. La re
AMAN - «i - . AMET
surrección del arte militar romano ó legionario y peligrosas, si está amasado, ó se puede ama
en el siglo XVI, produjo la táctica especial y es sar en menos tiempo que nosotros». Nnc. del
pañola de Alba y Farnesio, que corre en la his arle mil. pág. 376.) Comprendemos la necesidad
toria con los nombres de Nassau, Turena y Gus de un verbo que evite los circunloquios de cer
tavo Adolfo. Su fondo consistía en interpolar las rar ó formar en masa; pero el idioma tiene sus
tkes armas en pequeños cuerpos, en vez de dis escrúpulos, sus caprichos: y ni el «masar ó ma-
tribuirlas, como hizo Federico II y luego Napo sarsc» se inasser de los franceses ni el «amasar
león I, en «asas exclusivas. Los que combaten ó amasarse» fuera de la acepción metafórica
este último método se apoyan en que no será arriba mencionada) han podido entrar todavía
posible en lo sucesivo; y la guerra última de en el tecnicismo militar.
Italia y Bohemia les va dando razón. En el dia, AMBICION. «Pasión desordenada de conse
que buscamos eclecticismo, términos medios y guir fama, honras y dignidades.—Algunas veces
conciliaciones, no es cosa de amalgamar ó in lo mismo que codicia». (Dice. Acad. 5.) La milicia
terpolar escuadrones con batallones y piezas; no puede admitir desorden en nada; pero su
pero tampoco de repelir las enormes reservas de Ordenanza 1768) recomienda la «ambición hon
caballería y artillería del primer imperio fran rada». ¡Ruin militar por cierto el que no tenga
cés. Ni entonces, ni ahora dejará de ser un ab esta clase de ambición!
surdo reunir I 2.000 caballos ó 200 cañones en
un solo cuerpo ó masa compacta. AMBULANCIA. Los franceses han dado el
nombre de ambulance, del latin ambulare, al
A MANO ARMADA. Lo mismo que «en son
hospital do campaña ó ambulante, y en general
de guerra»; modo adverbial para expresar que
á todo el servicio de sanidad. Ignoramos si este
se entra en un país con intención hostil, ánlcs cuerpo, nuevamente organizado entre nosotros y
de romper ó abrir de hecho las hostilidades, de
á quien compete fijar su tecnicismo, ha dado en
comenzar las operaciones. él entrada oficial á esta palabra.
AMARTILLAR. «Poner en el punto ó dispa
AMERCENAR. Dice. dbJ.D'W.M. lotrae por
rador algún arma de fuego, como escopeta ó alistar mercenarios, pero la Academia no. Respe
pistola para dispararían. Dice. Acad.) Hoy la
tamos su silencio.
voz técnica en el reglamento de táctica vigente
es preparar. Y sin embargo, habiendo sustituido AMESNAR. Guardar, defender, poner en
el martillo al antiguo pié de gato de las armas salvo ó seguro. Acogerse, guarecerse. Amesnador.
de chispa, este verbo amartillar, ántes desusa El que amesna ó guarda. En palacio era el que
do, bien podía restablecerse por lo gráfico y ex tenia por oficio guardar la persona del rey. ¡Dic
presivo, hasta que la aguja consolide su imperio. cionario de la Academia).
AMASAR. Se ve algunas veces usado este AMETRALLADORA. Principia á usarse es
verbo, en sentido despreciativo, para significar te nombre en 1867, como genérico y apelativo
alistamiento cauteloso de gente ruin para un de las nuevas armas ó máquinas destinadas á
golpe de mano ó empresa ilícita. Así decia el arrojar un inmenso número de proyectiles pe
conde de la Roca en carta de junio 1635: «su queños. Son conocidas las de Glaxton, Gattling
pimos que el duque de Rohan amasaba en país y otros, haciéndose gran misterio en Francia de
de (jrisones un ejército de ellos y de franceses, una terrible que prepara su emperador. Como
para entrará invadir la Valtclina intempestiva allí se dice mitrailletise , traducen los perio
mente. Mem. hist. esp. T. XV, pág. 1901. distas ametralladora lo que no pasa de la anti
También, como hipérbole, pinta la tenacidad gua MÁQUINA INFERNAL, Ó mejor del ÓRGANO (V. e. V.
en la defensa. Todos conocen la valiente redon No se achaque la advertencia á manía de arcaís
dilla de Hartzenbuscii en sus Amantes de Teruel: mo y extremo apego—que confesamos—á lo an
«Cuyos muros, entre horrores tiguo; pero si la cosa no es nueva, sino resuci
«De guerra atroz levantados. tada ó mejorada no necesita nuevo nombre. De
«Fueron con sangre amasados todos modos á la Artillería compete dárselo y
«De sus fieros moradores». hasta entónces no tiene sanción técnica.
Un autor moderno usa el verbo amasar en el AMETRALLAR. Evidentemente está mejor
sentido de concentrar, formar masa un ejército dicho que metrallar. Aunque el uso haya qui
«de modo que las lineas interiores ;de opera tado la primera letra á ciertos verbos como ca
ciones1 son buenas, si el enemigo está dividido. ñonear, municionar, la índole de la lengua la
AMEN — 46 — ANGA
conserva en los de esle género, repetidores ó AMUNICIONAR. Municionar es más usado:
frecuentativos, como acuchillar, alancear, asae proveer ó abastecer de municiones.
tear. AMURALLADO. Murado, cercado de mura
AMENTO. De) latin amentum. Especie de llas.
correa en que se aseguraba la celada atándola AMURALLAR. El Dice. Acad. en su I .' y 5.*
por debajo de la barba.—Llamábase asi la cor edic. no inserta este verbo, ni su participio; en
rea con que se ataba el zapato y la que se revol otras define éste y no aquel. De todos modos el
vía en la LANZA ó flecha para arrojarla con más verbo, aunque usual, no se emplea por los inge
ímpetu. (Dice. Acad.) Se escribe también nieros como técnico del arte militar. Y efectiva
amiento. mente, amurallar es tan genérico y vago, que
AMIGO. Por oposición á enemigo, el aliado, comprende desde las incompletas fortificaciones
el combinado, auxiliar. de nuestra guerra civil hasta los espesos muros
de Cronstadt ó de Manon.
AMILANAR. Causar miedo, acobardar.—
Usase también como recíproco (Dice. Acad.) Se AMUSETA. Del francés amusette. Pequeña
dice de una tropa que está amilanada, cuando, pieza de artillería, inventada en el siglo pasado
sin ser realmente cobarde, ni haber sufrido der por el soñador {réveur) mariscal de Sajonia, que
rota, teme con exceso al enemigo: quizá por no llegó á usarse: la manejaban tres hombres, y
falta de confianza en su propio jefe. se cargaba por la culata. Los traductores espa
ñoles del Compendio de Jomini la llaman, con
AM1R. Lo mismo que emir, entre los árabes. cierto aticismo, «juguete». Bardin sostiene que
AMOT1NADOR. El que amotina, el motor el fusil de muralla ó parapeto (de rempart), in
troducido en Francia en 1828, es la resurrección
(V. e. v.)de motín. de la amuseta. Más visible es esta resurrección
AMOTINAMIENTO. La acción de amotinar en los cañoncitos «de infanteríaa que el rey de
se y el mismo motín también. Suecia propone en un excelente folleto de 1808.
AMOTINAR, AMOTINARSE. Verbos, el ANCILE. Escudo sagrado, que los romanos
primero activo y el segundo recíproco, para ex suponían caido del cielo , y de cuya conserva
presar la acción de concitar, conmover, sublevar ción pendía el destino del pueblo rey. Numa, á
un ejército contra sus jefes. Cuando no existia fuer de previsor, hizo construir otros once igua
lo que hoy llamamos «política», con el verbo les; y los doce, entre los cuales era imposible
amotinarse habia lo suficiente para entender distinguir el verdadero, se colocaron en el tem
que estaban rotos ó relajados los lazos de la dis plo de Vesta , creando para guardarlos doce
ciplina militar; pero en el dia, si nos echáramos sacerdotes especiales, con el nombre de salios,
á casuistas, encontraríamos que la palabra motín que en el mes de marzo celebraban fiestas y
tiene sus variantes, no siempre punibles, como procesiones cancillas*. Ovidio en sus Fastos
alzamiento, levantamiento, pronunciamiento etc. (III, vers. 377) explicó el origen de esta palabra
que, si bien admitidas por el uso y á veces co ancilia (V. y comp. Paladión).
ronadas por el éxito, ni deben figuraren el dic ANCLADERO. Voz marina que viene de
cionario, ni tampoco lo necesitan por lo conoci ancla: lo mismo que amarradero. Antiguamente
do y escabroso de su definición. (V. Asonada.) se decia también «anclage y ancorage».
AMPARAR. Favorecer, proteger.—Defen ANCONA. Lo mismo que angón (V. e. v.)
derse, guarecerse. Hemos visto impreso ((am
pararse de una posición» traduciendo els'em- ANDEN. En caminos y puentes, las fajas la
parer de los franceses, que es simplemente terales por donde marchan los peatones. En los
lo contrario: tomarla. Fuerza del sonsonete [á lo primeros se llaman mejor «paseos» asi como en
que obliga! las calles «aceras».—En los puertos de mar, el
espacio, sobre el muelle, en que andan las gen
AMPARO. Cualquier abrigo ó defensa.—Pa tes para el embarco y desembarco, de donde lo
rapeto.—Amparanza y amparamicnto se dijo han tomado los ferro-carriles.
también antiguamente por amparo. (Dice. Acad. ;
ANEGADIZO. El paraje ó terreno que fáciU
AMPLITUD. La abertura de un ángulo ó de mente se anega ó inunda.
una curva, como la trayectoria de un proyectil.
—En el lenguaje vulgar, extensión, holgura. ANGARIA, según Moretti, Angaria, según
ANGA - 47 - ANIQ
Hivu y Anagaria según W. que luego repite An estas dos líneas. —del polígono exterior. El que
garia. Puesto avanzado de los ejércitos antiguos forman las rectas imaginarias que unen los sa
para su seguridad.—Puntos de atalaya ó descu- lientes.—del polígono interior. El que forman
neita ocupados por paisanos. —Servicio de ba las cortinas y semigqla.—diminuto. El de la cara
gajes. Por nuestra parte no liemos encontrado del baluarte con el lado del polígono exterior.
teito, ni autoridad. —entrante. Aquel, cuyo vértice está hácia la
ANGARO. Ahumada ó fuego de señal telegrá plaza y su abertura hácia el exterior.—flan
fica en las antiguas atalayas. (Dice. Acad.) queado. El saliente de un baluarte, formado por
sus dos caras.—muerto. El saliente ó entrante
ANGELES. Proyectil formado de dos semies- que no tiene defensa propia, ni flanqueo.—sa
feras huecas, unidas por una cadena, que se liente, ó vivo antiguamente. El flanqueado.
acomoda en el interior cuando se unen. Especie En balística el ángulo de tiro se entiende que
de iaia enramada que ha usado la marina. El es el formado por la trayectoria, mejor dicho,
general francés Cotty las da unidas por una por su tangente con la horizontal. De depresión,
barra. Moritz-Meyer habla de ensayos hechos en es cuando aquella va por debajo del horizonte y
Berlín en 1668 con un obús de doble cañón ó de elevación, cuando por encima.
boca, que tiraba dos granadas enramadas ó con
cadenas. Respecto a la extraña etimología de ANIBLE. Palabra puramente árabe, nibl,
este nombre, Bardin, echándola de gracioso , la que significa flecha, ó la bolsa para guardarlas.
trae de los angelotes ó querubines alados que (Clonard. Mem. de A. de la H. pág. 140). No está
en la 1.a ni en la 5." edic. del Dice. Acad.
adornan las imágenes de santos.
ANGLA. Voz anticuada, del latin angulus. ANILLA. Se llama así, femenino, el pequeño
Punta ó cabo de tierra (Dice. Acad. Hist.) aro ú anillo de algunas piezas del armamento
como anilla de bayoneta,—de guardamonte,—
ANGON Dardo, chuzo, pilo con el hierro en del gancho (en la carabina), del portafusil,—de
forma de arpón. Quizá sea la azcona (V. c. v.) la vaina del sable. Hevia (Dice. gral. mil.) dice
Una de tantas armas de la misma especie en la que se llama «anillado» el cañón de fusil que en
edad media. Moretti y Bardin la atribuyen á los su ánima tiene una cavidad circular produciendo
Francos.—Este último autor añade que además una protuberancia exterior de la misma figura.
del angón manual, hubo, con igual nombre, otra —Tanto este autor, como Moretti y W. citan el
arma ó mejor dicho, máquina catabalística que anillo como palabra militar, por haber sido dis
consistía en un árbol verde y flexible, enterrado tintivo del caballero romano, que en su origen
por el pié y encorvado hacia atrás porniedio de seria recompensa de guerra; y del soldado carta
un aparejo. Al soltarlo, por la fuerza de resorte ginés, que ostentaba uno por cada campaña.
daba eo una piedra ó proyectil, que salia despe
dido con algún alcance. Justo Lipsio truc el ANIMA. En la pieza de artillería , y en toda
competente diseño de esta máquina, que al pa arma de fuego en general, el hueco del cañón.
recer es un onagro primitivo y bastante inocen Bardin, citando autoridades, dice que era tam
te. Baum consultando la etimología , ankon en bién, antiguamente, arma defensiva, análoga al
griego, ancón en latin, que significa codo, enla pectoral ó guakdacorazon de los romanos; y que
za esta voz con monancona ¡V. e. v.) máquina hasta hace dos siglos todavía era conocido en
que supone ser variedad ó especie del género Italia con los nombres de anima, animetta.
ASCOS. ANIMO. Valor, esfuerzo, brío, intención, vo
luntad. Un hombre, y una tropa, tiene ánimo,
ANGOSTURA. Estrechura o paso estrecho.
lo pierde, lo cobra, lo infunde, lo escita, lo aflo
'Dice. Acad.)
ja, lo dilata.—También es frecuente como inter
ANGRA. Voz antigua que significa ensenada. jección.—Animar, verbo activo, infundir ánimo:
jDicc. Acad. Hist.) recíproco, cobrar, recobrarlo.—Una tropa ani
ÁNGULO. De esta conocida voz solo citare mada ha recobrado el esfuerzo: una tropa animo
mos algunas de sus principales acepciones en sa lo tiene de suyo, sin haberlo perdido, ni
FORTIFICACION y ARTILLERÍA. Angulo de la CON necesitar que se le infunda. «Animosidad», que
TRAESCARPA. El entrante que ésta forma en frente antes era ánimo, tiene hoy la acepción francesa
de la cortina.—de la cola. El que forma la capi de ojeriza, rencor. Seamos, pues, animosos sin
tal de un baluarte con su semigola.—del flanco animosidad.
ó de la cortina. El que forman en su concurso ANIQUILAR. Resolver ó reducir á la nada.
ANIS -ís- ANTE
Destruir ó arruinar enteramente. Esto es lo que ANTE. La piel de danta, de búfalo ó de otros
procura el arte de la guerra con respecto al ene- animales, adobada y curtida de suerte que re
yico, es decir, á su ejército de operaciones: el sista al arma blanca en ci fras y coletos.
mal pueile disolverse, dejar de existir, como tal ANTEADO. El color amarrllo del ante ó el
ejercito, sin que todos sus soldados mueran ó que se le parece, como el correaje de la (Jliar-
caigan prisioneros.—Lo mismo que anonadar. dia civil.
Fabio aniquiló á Aníbal sin matarle un hombre;
y el dique de Alba sabia aniquilar un ejército en ANTECAMINO cubierto. La reduplicación
Italia sin un solo combate, y otro en Flándes del camino curierto, de una plaza ó fortaleza.
con una sola batalla. Eso es arte. Otro camino cubierto delante del principal y
ordinario, el cual, en honor de la verdad no sa
ANTSOCICLO. Maquina balística de la milicia bemos á qué, ni como se traza, no siendo el
bizantina para arrojar dardos. Solo está en el terreno muy pendiente.
Dice, de W. sin autoridad.
ANTECESORES. Del verbo latino antecederé.
ANP1TS. Carlos Aquino trae en su Lexicón En la milicia romana aposentadores, oficiales
militan* esta voz catalana, que para él es ante de E. M. que se adelantaban á establecer el
mural, muro, antepectoral ó barbacana, según el campamento, operación importante en la cas
texto que cita de Consueludinis Cala/aun. ínter trametación antigua, a Antecessores, qui ante ag-
Domm. el Vaxsal/os. cap. 55: «Tenenlur operarii men eunt et loca contris metandis idónea eligunt,
in inuris et rallis el tizis el antemura libus, sire et vías, qua duci exercitus commodi possit, vi
anpits, el propugna/iilis, sive barbacanas». No dente. Mauritius jmp. de Rom. Mil. apud Tur-
hemos visto en parte alguno el tal vocablo. he»). Los griegos llamaban pródromos: «Mam
ANSA. Dice Moretti que era un arco con multi Pompejani Prodromi nuncianl Powpejum
mango mayor que el común, de que hacían uso aperle aclurumv. Cicerón ad Atti. lib. I .
los romanos para tirar unos dardos, pesados y ANTECL RSOR ES. En la milicia romana la
muy puntiagudos, sobre las brechas y en los fo extrema vanguardia, la descubierta, los primeros
sos.—La única dilicultad de esta definición es batidores, los exploradores del ejército en mar
triba en saber lo que es «mango» del arco. cha. De anlecurrendo , correr delante. a]bi cuín
ANSl'ESADA. Voz que en los siglos XVI y antecursoribus Ccesaris bello coimnisso». vCésar.
XVII, se introdujo en la milicia española, por el Bell, civ.)
roce con las extranjeras. Se escribía de varios ANTEFOSO ó como algunos autores de forti
modos: anspesaile, anspezado, y también lanspe- ficación llaman impropiamente contrafoso, es el
sade. (V. e. y.) lancepessade, lanspezate. Todas que en una plaza ó fortaleza se abre al pié ó en
las variantes provienen del italiano lancia-spez- la cola del glásis, sea para aumentar obstáculos
zataócw plural lancie-sjjezzate lanza rota. Según al sitiador, ó para extraer tierras necesarias al
Brantóme, fué en su origen nombre genérico de relieve. Ordinariamente se llena de agua: pero
soldado distinguido, de avertureb.0 ú oficial de es consiguiente que al proporcionar obstáculo al
fortuna; pero luego vino á designar una geuar- que ataca, también lo proporciona al que de-
quía lija entre el cabo de escuadra y el soldado liende, embarazando las salidas, y haciendo más
raso; un cabo segundo habilitado para alternar peligrosas las maniobras activas de la defensa, lo
con el propietario, ó reemplazarle en ciertas que llamamos «reacciones ofensivas», traducien
funciones. Es verosímil que la voz derive de do e\relour offensif de los franceses.
toncia-s/jezzala ó lanza rola, porque era común
en aquellos tiempos, cuando el hombre de armas, ANTEGARDA. Voz de la baja latinidad que
ó soldado de caballería, perdía su caballo, agre significa vanguardia. Tomada del germano war-
garlo ¿'infantería, donde continuaba sirviendo da, guarda, guardia. En Aquino KLex. mil.) se Ice
con el sueldo superior que disfrutaba. Esta el texto: «¿tíos eral in exercitu quoil unus de
práctica continuada se consolidó luego como magnis Baronibus faciebat quotidie antegardah
principio orgánico en Francia y en Italia, y se et altus uETiioGARDAM». (Apud Tom'am Walsínga-
imitóenEspaña, hasta muyentrado el sigloXVIll, num). Bien claro se ve el origen de las dos voces
en que todavía suena esa voz como cabo segundo. modernas.
ANTAGONISTA. Voz griega. Contrario, ene ANTEGI.ASIS. El glásis que corresponde al
migo, adversario. Aunque usado algunas veces, ANTEFOSO Ó al ANTECAMINO CUBIERTO.
puede decirse que no es vocablo militar. ANTEMURAL. (V. y comp. Falsabraga, Ca
ANTE — 49 — ANTI
miso de Rondas, Valladar.) Muchas ciudades an pero el mismo Vejecio los compara en otFo pa
tiguas tenían dos muros de recinto, de los cuales saje á los campijenos, y los considera como ins
el más bajo era el exterior, el que daba hacia la tructores, maestros de ejercicio de las cohortes.
campaña. Una parte de Jerusalen, al tomarla Imposible de esclarecer el tecnicismo del arte
Tito, tenia tres muros en anfiteatro, por lo pen militar antiguo.
diente del terreno. Aun siendo éste horizontal, el
muro interior, siempre más alto, era el torrea ANTESTATURA. «Especie de trinchera ó
do. El adarve ó terraplén que estaba entre los reparo que se hace de priesa con estacas y fagi
•los [lentre-deux, según la propia expresión de nas, ó sacos de tierra, para mantener ó disputar
Müzeroy) era lo que se llamaba ante-murale en un terreno ya casi perdido».—Esta definición
latín, ó antemuro. Pero el erudito francés, dado textual da Dice. Acad. 5 de una voz desconocida
para los ingenieros: y acudiendo á buscar en
que en esto acierte, no se muestra muy inteli
gente en fortificación, al añadir que esto es lo la 1." edic. el texto ó autoridad tampoco la apo
que hoy usamos con el nombre de berma (!). ya en ninguna. Por nuestra parte nunca hemos
El Dice. Acad. I .* edic. distingue «antemural» tropezado en la lectura con este, vocablo; aunque
ile santemuro». El primero es edificio, fortale lo mencionan Terreros, Boiste y otros dicciona
za, roca, montaña ú otro impedimento que sir rios. La etimología es latina: ante, delante, ante,
ve de defensa. Antemurale en latin. El segundo y statum, elevación.
es muralla baja, que está antes del muro sobre ANTICIPAR. Esto verbo, en la milicia, sólo
el foso, que antiguamente se llamaba barbacana, se usa en las acepciones de adelantar pagas, ó la
> hoy falsabraga. En latin anterior murus. En rendición de una fortaleza, esto es, verificarla
la 5." edic. antemural, antemuralla y antemuro antes del tiempo debido ó calculado.—Antici
son sinónimos.—A nuestro juicio, «antemural», parse, en la guerra y singularmente en estrate
que no es palabra técnica de ingenieros, expresa gia, es lo que también decimos tener, tomar
la idea abstracta de una defensa en grande ó iniciativa, y constituye una excelente condición
puramente estratégica, como al decir que el de general en jefe.
Pirineo es el antemural ó el valladar de Espa-.
fia». «Antemuro» ni es técnica, ni usada, ni ANTIGUARDIA. Dice. Acad., Hevia y W. lo
necesaria; pues, como dice muy bien la Acade hacen sinónimo anticuado de vanguardia. Por
mia, lo que pudiera expresar se llama efectiva nuestra parte no lo hemos visto en los clásicos:
mente por los ingenieros falsabraga (V. e. v.) y la acepción usual de la preposición insepara
ble anti, es decir contra, nos hace dudar. (Véa
ANTEPECHO. El huesecillo con que se guar se Antegarda, Avanguarda).—Iampoco se usa
necía la parle superior de la nuez de la ballesta anteguardia que el Dice, de W. da como «pe
Dice, de la Acad.)—Nunca lo hemos visto en queña guardia ó puesto avanzado, colocado de
el sentido que algunos (Hf.via, Morktti, W.) le lante de una guardia». El nombre conocido y
dan de parapeto, ni atrincheramiento, sino de técnico es avanzada respecto á la gran guardia y
pretil. avanzadilla la avanzada de la avanzada.
ANTEPILANOS. Término general de la tác ANTIGÜEDAD. En materias de historia ge-
tica legionaria para designar en conjunto los .neial es la época que abraza desde la creación
uastarios y los príncipes, es decir, todos los sol del hombre hasta la caída del imperio romano,
dados que formaban en batalla delante de la en que comienza la «edad media», concluyendo
tercera fila, compuesta do pílanos ó trhrios la «antigua». En el arte militar histórico esta
Rich. Dice. cit. á Tito Livio. VIII. 8.) época se suele concretar á grecia y roma, por el
ANTEPUERTO. Se denomina asi el terreno escaso interés técnico que ofrece el estudio de
elevado y difícil de transitar, que se encuentra otras milicias anteriores á las de estos dos gran
á la falda ó en las cercanías de las grandes cor des é ilustrados pueblos.—En la organización
dilleras ó montañas que llaman puertos. (Diccio actual, antigüedad del individuo es el tiempo
nario de la Academia 5, y Acad. Hist). de posesión ó ejercicio en un grado ó en un em
pleo gerárquico; y en un cuerpo, ó colectividad
ANTESIGNARIO ó Antesignano ó Antesi- orgánica, el tiempo trascurrido desde su creación.
ñano. Bardin tiene por incierto el sentido de
esta voz, usada por Vfjecio, y que pudo ser téc ANTIPARA. Cierto género de medias calzas
nica en la milicia bizantina. Al parecer, oficial ó ó polainas que cubrían las piernas y pies solo
soldado de escolta de banderas, enseña ó vexila, por delante. «Me enseñó á cortar antiparas que,
7
ANTI — 50 — APAR
como Vmd. l)¡en sabe, son medias calzas con AÑAGAZA. Aunque no tan militar, viene á
ata*pies. (Cervantes. Noy. 3.) ser sinónimo de ardid, estratagema.
ANTIPARERO. En la milicia antigua el APAGAR. Verbo técnico exclusivamente de
soldado que usaba de antiparas. Los almogávares, artillería. Acallar, extinguir, hacer callar, ha
según la descripción de Montaner, usaban anti cer cesar los fuegos de uua batería enemiga, pol
paras y abarcas por calzado. la superioridad ó acierlo de la propia. No debe
ANTISTOME. Nombre táctico que tomaba la darse asalto hasta que la plaza tenga «apagados
falange griega cuando tenia dos frentes, y las fi sus fuegos», es decir, inservible su artillería.—
las del medio quedaban espalda con espalda, También por metáfora se apagan motines, sedi
para resistir á la caballería con esta disposición ciones; se apaga el entusiasmo, el espíritu mi
rectangular. (La Barre Duparcq). litar etc.
ANTISTROFE. Evolución de la falange grie APARAPETAR. No está en Dice. Acad. 5;
ga y bizantina: anti-slrophe, anti-conversion, pero, así como se dice acampar y campar, bien
que también se dijo ana-struphe conversión ó podrá usarse por parapetar, verbo activo y recí
retaguardia, por oposición á hepisliophe, con proco, cubrir con parapeto. Por nuestra parle
versión á vanguardia porsubdiv isiones. .Bardin). usaríamos parapetar.
ANTOJERA ó ANTEOJERA. En los atala APARATO, l'nas veces significa aparejo,
jes de artillería, el pedazo de cuero unido á cada otras máquina, otras pompa y solemnidad mi
una de las carrilleras de la brida para resguar litar.
dar y cubrir los ojos del mulo.
APARCAR. Campar la artillería y los trenes
ANIÍBDA. Voz de la edad media, cuyo sentido de ingenieros. Colocar ordenadamente en cam
no es fácil determinar como se ve por estos tex pamento ó parque, no sólo los carruajes, sino las
tos: Anubda, annuteba ó annutuba era el tri cargas, los pertrechos, el material de ambos ser
buto ó sueldo que se daba al cursor ó anubdator vicios.
que iba á llamar con la bocina los contingentes
para la guerra: se compone de annunliu. anun APAREAR. Verbo sinónimo de acolar (V.)
ciar, y luba trompeta. (Clomard. Mein, de la A. APAREJAR. APAREJO. En general prepa
de la II. pág. ü7 nota).—Annubda, annuteba, ración disposición para alguna cosa. En artille
annutuba. Tocar á rebato, dar apellido por la ría y fortificación tiene alguna acepción técnica
tierra, hacer seña con la trompeta para que sal y se llama asi la máquina compuesta de motón
gan contra el enemigo que entra en los fines y un cuadernal ó polea, y de un cabo ó cuerda
(sic) del reino.—El que da aviso para concurrir que pasa por ambos, y sirve para levantar pe
á la guerra y por el tributo que se le daba. (Ro sos. Aparejo real. El que se hace con motones
dríguez. Item. p. la hist. de S. Fernando, página de mayor número de roldanas y cabos más grue
326).—Anubada. Tributo antiguo de España sos que el de los aparejos ordinarios, y se usa
(Dice. Acad. íi la I .a no lo trae.)—Anubdator. Cur para levantar grandes moles. También es apare
sor que en la edad media publicaba el bando jo el arreo compuesto de albardon ó baste,
del señor territorial ó el apellido del merino para freno, etc., para cargar las caballerías. Aparejo
poner sobre las armas las mesnadas. (Clonard. de fusil. El conjunto de piezas de metal, esto es
Hist. ory.) de latón, hierro y acero que entran en la cons
ANZATA. Dardo que se disparaba por medio trucción del fusil antiguo. De latón. Arco del
del ansa (V. e. v.J guardamonte. Escudo. Abrazadera de trompeti
lla. Id. del medio ó granadera. Id. primera ó del
AÑAFIL. Instrumento músico de boca muy fondo. De hierro. Planchuela del guardamonte.
usado en la milicia árabe: especie de trompeta Disparador. Anilla del arco del guardamonte con
recta de metal. su lengüeta. Id. id. la baqueta. Tornillos pasa
AÑAFILERO. El que toca el añafil. «D. Al dores que sujetan la llave. Id. id. el canon en su
var Pérez de Guzman mandó lañir un añatil á espiga. Id. que sujeta la planchuela del guarda
son morisco, porque los moros pensasen que monte. Id., id. la cantonera. Anilla de la abraza
ellos eran también moros; é los moros oyendo el dera del medio con un pasador. Clavijas ó pasa
ruido de los cristianos alborotáronse e comenza dores que aseguran el disparador, la anilla del
ron á ensillar»... ^Barrantes, lluslr. de la casa arco del guardamonte en su lengüeta y muelle
<ie Niebla, pág. 337,. de la baqueta. Cantonera. De acero. Baqueta.
APEL — 51 — APOM
APELIGRADO. No sabemos porque ha de notar», es un enorme galicismo, de que muchos
estar sin uso este adjetivo, que insería como no se aperciben.
anticuado el Dice. Ac.vd. El que está en peligro.
APERRILLAR. Solamente en el Dice, militar
APELITO. Lo mismo que apellido. de W". y en el de Terreros hemos visto esto ver
bo, por amartillar, montar ó preparar un arma
APELLIDO. Del bajo latin appetlitum. Con de fuego.
vocación, llamamiento de guerra. Antiguamente
la señal que se daba á los soldados para apres APERTRECHAR. Hoy pertrechar.
tarse á tomar las armas.—Clamor ó grito (Dic A PIE. Modo adverbial, y también adjetivo,
cionario de la Acad 5). Llamamiento hecho 6 que se aplica al arma, instituto, cuerpo ó tropa
los vecinos para que saliesen á la defensa de la que por organización no es montada ó á caballo.
población acometida, ó para perseguirá los ene Es incorrecto añadir el de cuando se dice: arti
migos ó gentes comarcanas que hubiesen entra llería, cazadores á pie, ó á caballo; pero es tole
do en su territorio, prendando ganados ó causan rable en gente de Á pié, como en el texlo de Men
do otros daños.—La señal del apellido hacíase doza inserto en el art. Apercibir.
por medio de pregones, trompetas, ó campanas;
y para aviso de los vecinos que se hallaban fue APILAR. Hacer, formar pila (V. e. v.) amon
ra de la villa solían poner hogueras en puntos tonar con cierto órden piramidal las balas, bom
altos. (Glos. del F. de las Cavalg). «Apellido bas, granadas, los proyectiles esféricos en los
tanto quiere decir como voz de llamamiento pa parques; de modo que sea fácil el recuento por
ra ayuntarse et defender lo suyo, quando reci medio de las fórmulas que se dan en el artículo
ben daño ó fuerza». (Ley 24, tit. 26, part. %). Pila.
Apellidador. Apellidero. El que llamaba y con APLICACION. Atención, esmero, puntuali
curría al apellido (V. e. v.)... «aquellos apellide- dad, diligencia, cuidado en lodo género de servi
ros que fueren en apellido». (Fi'erode Cáceres). cio, y singularmente en el estudio del arte mi
Apellidar la tierra. Verbo usado todavía por litar. Es nota de la hoja de servicios.
Cervantes [Quij. p. 1, cap. 41).—Y Clf.mencin
comenta: expresión muy usada en lo antiguo, APLICAR. Cuando en la mala organización
convocar en voz de guerra á los naturales de un del siglo pasado la justicia civil echaba á un
país, del latín appellare.—Aclamar, proclamar, malhechor A servir de soldado, se decía «aplicar
levantar la voz por alguno, añade Dice. Académi íi las armas».—Hoy los ingenieros dicen «aplicar
co.—«Guisó muy bien su gente, é de si envió por el minador, el petardo, las escalas A un muro».
sus ornes buenos éapellidóla tierra». (Crón. ge Con su permiso, casi nos parece más propio y
neral).—«Apellidáronse los naturales y aper castizo arrimar.
cibíanse para hacer resistencia». (Mariana. His APLOMO. Baralt (Dice, de galic.) tiene y
toria de Esp. lib. 1, cap. M). censura por galicismo esta voz, usada respecto
APÉNDICE. Esta palabra puramente latina, a una tropa por serenidad, consistencia, solidez.
appendix, appendicli, tenia en la milicia romana Conviene advertir que Baralt peca de intole
sentido militar de auxiliar, addito, como se ve rante.
en este texto de Tito Livio (Bell, punk. lib. 1). APODERARSE. Tomar, enseñorearse, ocu
«.Carpetanorum.cum appendicibds Olcadum, Vac- par, reducir á dominio, hacerse dueño de una
ceorumque, centum millia fuere.» Apéndice de posición, puesto, plaza. «Apoderadamnte», se de
una montaña. En geografía física suelen algunos cía en lo antiguo, con autoridad, fuerza, domi
llamar asi lo que no puede considerarse como nio, poderosamente.—«Desapoderada», se dice
estribo, rahal ó contrafuerte, sino como especie de la ambición insaciable.
de añadidura, resultante quizá de un levanta
miento paralelo é inmediato. APOGOGE ó APOGOGA. Voz técnica de la
táctica griega, que unos dicen ser cola de co
APERCIBIR. Prevenir, aparejar, preparar, lumna, otros una evolución de la falange, cuyo
aprontar. «Mandó apercibir la gente de Anda- mecanismo ignoran.
lucia y de los señores de ella de á pié y de á
caballo con vitualla para quince dias» (Mendo APOMACO. El general francés Bardin, muy
za, G. de Gran., lib. i, núm. 9J. Tiene más so amigo de lo griego, introduce en su Dice. esta voz
nido militar el verbo aprestar, que significa lo como adjetivo y sustantivo, la cual está formada
mismo.—En el sentido de «advertir, reparar, de otras dos apo, excepción, interrupción y ma
APOM - 52 - APOS
ke, comhate. El soldado griego, retirado por y el excelente escritor é ingeniero, cuyo texto
edad, era «apómaco»: «edad apómaca» se lla sigue: «y al cabo de los cinco dias Almanzor
maba la reglamentaria de retiro, de dejar las en León, 983 , rompió las robustas puertas y
armas, de volver á la vida civil. En España, aportillólos muros por varias parles». (Várela
donde recientemente ha entrado el retiro y v Limia. Res. hist. 23).
EXENCION por edad, también puede entrar, si la APOSENTADOR. En la milicia antigua el que
dejan, la voz griega que lo expresa. marcaba el campo que había de ocupar el ejér
APOMECOMETRÍA. Hoy, que lan usual es cito. —Hoy es también el oficial precursor en
hacer griega la tecnología, no esta demás saber marcha, que otros llaman itinerario. Aposentar,
que esta escabrosa voz, citada ya por MoRETTI y lo mismo que alojar V. Alojamiento, «A porfía
por el P. Terreros, se compone de tres griegas: llevaban á aposentar en su casa los soldados»
apo lejos; mekos, distancia; melron, medida; y «El ejército romano, que había dejado Escipion
' que designa por consiguiente el «arte de medir en las cercanías de Valencia y Denia aposenta
ó apreciar distancias desde lejos», esto es, sin do». (Am.br. de Morales. T. I pág. 53 y 167).
aplicar materialmente sobre la linea la vara, APOSENTAR. En la edad media tenia este
cinta ó cadena. Probada es la utilidad que esto verbo el mismo valor técnico que campar ó alo
tiene en la guerra y que constituye parte de lo jar modernamente. Las leyes 19 á 23, tit. 18,
que se llama ojeada militar: Valuar distancias de la Part. 2.*, la cual encierra un verdadero y
á ojo, ó por el intervalo entre el fogonazo y la notable código militar, siempre usan este verbo
detonación etc., no sólo es recomendable y útil y la ley 19 empieza: «Aposentar huestes es muy
en el jefe maniobrero, sino indispensable hoy con grande maestría, é ha menester de ser muy sa-
el largo alcance de las armas.— En la topografía bidor el cabdillo que lo ha de facer. E para esto
(V. e. v.) militar y civil hace tiempo que se deuen siempre traer consigo onies que sepan
usan instrumentos, con varios nombres, para bien la tierra á que agora llaman adalides, que
valuar distancias, sin medirlas materialmente; solían antiguamente aucr nombres guardadores,
y el ingeniero italiano Porro bautizó con el nom ele. Las leyes citadas constituyen un tratado
bre de taquimetría ítakéos, pronto, melron medi perfecto y conciso de castrametación.
da) un procedimiento de su invención, y más
rápido, para levantar planos tobográficos. El co APOSTADO. Participio y adjetivo, del verbo
ronel, hoy general de ingenieros, D. Rafael Cla- apostar.
vuo lo tradujo al español en su Tratado de topo APOSTAR. V. Posta, de donde deriva. Poner,
grafía. El mismo Torro inventó un anteojo de colocar, situar, en paraje señalado para algún
campaña, con el nombre de «corneta)), cuyo uso fin táctico, tropa, gente, partidas, centinela*,
para apreciar distancias quizá no se ha extendi puestos, avanzadas. Como recíproco, «apostar
do porlo que se oscurecen las imágenes. El gran se», alguna vez se dice en sentido de emboscar
de y práctico interés que encierra la solución se; y también de una tropa, que está apostada:
definitiva de este problema, impulsa á seguir pero de ningún modo se puede llamar apostade
trabajando y mejorando, y se la debe esperar ro (como el Dice. Acad. 5), al paraje ó lugar
muy inmediata. Más usada que esta voz «Apo- donde está apostada. Apostadero es hoy voz de
mecometria» son hoy, entre los topógrafos, la marina: la militar de tierra es puesto. Dicciona
Italiana estadio, stadia, ó la griega telémetro, te rio Acad. 5, da también postar que no es usado.
les, lejos y melron medida: ambas designan dos APOSTlTRA. La Academia da por anticuada
instrumentos, y en general dos procedimientos esta palabra, que significa «buen parecer, buena
muy semejantes, cuya descripción no es de este disposición, gentileza de una persona; y también
lugar. buen orden y compostura de las cosas». Militar
APORTILLAR. «Romper alguna pared ó mente restauraríamos, si tuviésemos autoridad,
muralla para poder entrar por su abertura.— esta voz adecuada y expresiva en sus dos senti
Aportillarse. Caerse ó derribarse alguna parte de dos, para una tropa en formación o parada, y que
muro ó pared». (Dice. Acad. i Y 5). Quien tenga «está bien», «que trabaja bien», como boy suelo
afición á lo antiguo y castizo preferirá este verbo decirse. Recordamos que un compañero, al tra
«aportillar» al moderno «abrir brecha». «Derri ducir del francés la descripción de una revista,
bó mucho más de los muros y aportillóla toda se encontró con la frase consagrada: «¿a tenue
con muy largas entradas». (Ambii. Morales, libro des tron/KS etait admirable». Tenue allí no lenia
Í7, cap. 23). Es voz que usan Mariana, Mendoza la acepción de uniforme; era algo más: era «apos
APOY - 53 - APRU
tura»: pero nuestro amigo ántes que cometer tiempos en que nuestra lengua no mendigaba
este «arcaísmo», que de buena fé le proponíamos por cierto. En las Ordenanzas de Felipe IV de 8
resolvió suprimir la frase, maldiciendo esta de junio 1632 dice el articulo 77: «Y porque en
lengua castellana «tan pobre». los sitios de las plazas se tiene más considera
ción en repartir los cuarteles, á los puestos más
APOYAR. Quizá del latin bárbaro appodia- ¿ propósito para hacer los aproches, que al cuer
r», que venga á su vez del griego pous. pie ó del no derecho ó al izquierdo: ordeno y mando que
celta pod. eminencia. En táctica general es lo á la nación española se encomiende la parte por
mismo que sostener, protejer, ayudar, dar calor, donde hubiere más disposición dó poder apretar
abrigo, servir de reserva, de relevo. Apoyar las la plaza».
alas.—También es recíproco: apoyarse en una El Dice. Acad. I .' edic. dice: Aproche. Voz
plaza, en un obstáculo, en la opinión pública. «francesa» recibida en el castellano. Lo mismo
APOYO. Voz genérica, no de fortificación que la trinchera, que, cavando en la tierra, se
sólo, sino de estrategia y táctica en toda su ge va acercando á las murallas de la fortaleza sitia
neralidad. Desde la simple columna de batallón da. Y cita como autoridades: «La zapa y la pala
en que las últimas divisiones apoyan á las pri (armas ya de estos tiempos) abren trincheras y
meras, hasta el ejército que se apoya en el mar, aproches para su expugnación». ÍSaavedra Fajar
en cordilleras, en plazas, en grandes reservas, do. Empr. 83). «Era el terreno de la campaña tan
apoyo es todo lo que da ó promete resistencia, fragoso que retardaba los aproches é imposibili
socorro, obstáculo, defensa ulterior. Buscar y taba los ataques». (P. Bartolomé Alcázar. Vida de
encontrar apoyos es casi el arte de la guerra, San Julián, lib. 2, cap. I). «Y en la palabra
el principal talento de un general (V. y compá Ataque: la zanja que se abre en la tierra etc. Al
rese Airigoí. Los aficionados á inútiles clasifica gunos los llaman hoy aproches».—Nosotros ve
ciones disertan sobre los apoyos «fijos y móvi mos en Bernardino de Mendoza no sólo aproche
les»: fácil es incluir entre los primeros las pla sino aproge. «En el hacer el aproge, que llaman,
zas, los accidentes del terreno (V. e. v.) y entre que es allegarse á las murallas y fosos, estando
lo? segundos las tropas. Sobre si estos son prefe la artillería y municiones prestas se acostum
ribles á aquellos hay doctas discusiones: por bra» etc. (Teórica y Pract. 131) Dice. Acad. en
nuestra parte opinamos que entrambos son bue la 5." edic. dice terminante: «Los trabajos que
nos, según los casos y circunstancias; y por si van haciendo los que atacan una plaza como
asoma la oreja algún «acuchillador y batallista» para acercarse á batirla, como son las trinche
délos que todo lo componen con carne de canon, ras, paralelas, baterías, minas». También el Dic
le citamos para el extenso art. Fortificación. cionario de Terreros llama aproches á los traba
jos y añade: «Las trincheras se llaman líneas de
APRESTAR. El uso hace á este verbo bastan aproche y se hacen culebreando para que no las
te iiilitar y casi técnico. Apresto casi siempre in enfile el enemigo». (V. además Zig-Zag). Cree
dica preparativo, aparato, aparejo, disposición mos pues, que, sin cometer galicismo, puede
de cosas de guerra.—«Aprontar» tiene más bien llamarse aproches á los trabajos de sitio, espe
sentido de exacción militar, efectivamente pron cialmente en su primer período.
ta, cuando se manda á los pueblos que apronten
víveres, bagajes, dinero. APROVISIONAR. Dice. Baralt en su Dic
cionario de galicismos: «Verbo francés que no
APRESURADA. En la táctica antigua una nos hace falta, pues equivale á los verbos caste
carga del fusil, que se enseñaba al recluta, sin llanos, avituallar, abastecer, surtir, proveer,
la menor necesidad, ni «apresuramiento» y que municionar, suministrar» etc. Nuestro vocablo
\enia á ser intermedia entre la llamada «en once técnico es avituallar. Volvemos á advertir que
\oces» que ahora es en diez y se llama «ele este Baralt es implacable.
mental» y la carga «á discreción». En 1868 esto
ya es arqueológico. A PRUEBA. Modo advervial para expresar
que algo resiste á los proyectiles, ó no los deja
APRETAR. Sinónimo de estrechar una pla penetrar. Lo más general es á prueba de bomba
za, estrechar el cerco ó sitio, acosar al enemi hablando de edificios; pero también un parapeto
go.—Aprieto es apuro, conflicto, dificultad. puede s,er «á prueba de cañón» y una coraza «á
APROCHES. Esta voz, que en el dia se tiene prueba de fusil» y un coleto «á prueba de esto
por galicismo (en francés approche), se ve usada cada».—Por extensión, un hombre una tropa
en los clásicos y en documentos oficiales, de «á prueba», quiere decir probada,sólida, vetera
APTI - 54 - ARBI
HA, de confianza, que resiste bien y victoriosa interpretación apasionada ó caprichosa. La ar
mente las fatigas y lances ile la guerra. bitrariedad, asi definida, que en el estado civil
APTITUD. (V. Capacidad). y en tiempos normales es con justísima razón
detestable, en el estado militas, y sobre todo es
APUNTAR. Movimiento del manejo del arma tiempo de guerra, tiene en cierto modo que
de fuego para asestarla ó ponerla, ántes de ha
aceptarse por conveniencia y por necesidad. El
cerlo, en la dirección del objeto que se quiere
mando militar, principalmente en sus altos gra
herir.—((Apuntar» es la voz genérica de mando
dos, y desde el punto en que se rompen las hos
en todas las tácticas elementales.
tilidades, no puede ménos de ser dictatorial,
APUÑ ALADO. Dícese del hierro ó moharra absoluto, indefinido; pero la pavorosa descon
de lanza que tiene formado puñal. (Martínez del fianza que escita, se templa con la idea de que
Romero . ordinariamente nunca es desempeñado sino por
Á QUEMA ROPA. Modo adverbial para in hombres que han rebasado los límites de la ju
dicar que se hace fuego á muy corta distancia ventud, que han subido lenta y gradualmente
del objeto (Dice. Terreros). por escalones GERÁRQDicos , que han aprendido
en los más bajos á respetar, cumplir y obedecer.
AQUILIFER, AQUIMFERO. El abanderado Todo acto de arbitrariedad es por su Índole im
ó porta-águila en la legión romana (V. Signífe previsto y pasajero: y la gravedad, la austeridad
ro). Algunos dan equivocadamente esta etimolo que desde los primeros años imprime la profe
gía á nuestra voz Alférez sin duda con la auto sión militar, el aplomo adquirido por los hábitos
ridad de Ambrosio de Morales (T. 1., fol. 7): «El de mando, la facilidad misma y la irresponsabi
que llevaba el águila se llamaba aquilifer, de lidad con que puede ejercitarse, hacen que los
donde parece tomamos los españoles, corrompi actos realmente caprichosos de arbitrariedad,
do, el nombre de alférez» (V. e. v). tan ocasionados al parecer en la milicia, sean sin
AQUISTAR. Se lee alguna vez en los clásicos embargo poco frecuentes. Fuera de casos muy
por conquistar. Del italiano aquistare. «Y digo excepcionales de revolución ó tumulto, quizá
que Pompeyo y César y casi lodos aquellos ca no pueda citarse en lo que va de siglo un Gene
pitanes aquistaron fama como valientes y no ral «arbitrario» en el ejército español, no con
como buenos: y aquellos que habian vivido án tando por supuesto al famoso conde de España,
tes de ellos aquistaron gloria como valientes y el cual también podría rechazarse como instru
buenos». (Diego de Salazar. De re militari, libro mento que fué de la insidiosa política de un
4, 1536). monarca arbitrario, más que absoluto. En
ARANDELA. Defensa de metal fuerte, en numerosos conHiatos de fuerza se ha visto á la
forma de embudo, que se ponía cerca de la em autoridad civil, más inexperta ó preocupada,
puñadura de la lanza, para resguardo de la tender á lo arbitrario: mientras la militarlos ha
mano. (Dice. Acad. y Terreros). dominado con tino, prudencia y legalidad. En
tanto que una gavilla facciosa no se consolida,
ARAÑA. Llaman así los franceses á la mina. no se hace verdadera tropa , los actos de arbi
ó al sistema sitrterráneo compuesto de muchas trariedad son á veces inauditos: en cuanto se
galerías y ramales, que en el plano imitan al in militariza ó regulariza , en cuanto el paisano se
secto de este nombre. hace verdadero soldado, la arbitrariedad, como
ARRITRAJE. Cuando dos naciones, temero torrente que se encauza, se contiene en los lími
sas de emprender una guerra, someten al fallo tes de la disciplina. Las bandas carlistas de Ara
de otra, que se llama Arbitra, la cuestión que las gón en la guerra civil de los siete años, aunque
divide, el fallo ó sentencia que ésta da, se dice no llegaron á ser tropas regulares, hicieron ver
arbitraje.—El verbo arbitrar se usa también en su tendencia progresiva á la disciplina desde el
sentido de dar, proponer, buscar medios, recur año 34 al 39. En la disciplina, pues, está el dique
sos, arbitrios.—El sustantivo arbitrista se apli contra la arbitrariedad militar; y como la disci
ca, tanto en la milicia como en la hacienda, al plina es, por lo que vemos, casi imposible en el
proyectista audaz, por lo ignorante, innovador, estado civil , de aquí las huecas declamaciones
facilitón. contra lo que no puede comprenderse.
Y en efecto para el que pugna diariamente
ARRITRARIEDAD. En el mando es la susti contra toda noción de derecho arriba y deber
tución de la voluntad personal á las prescrip abajo, serón poco ménos que dementes esos mi
ciones de la ley; también la contravención, la llares de hombres, que aceptamos á sabiendas,
ARBI - 55 - ARCA
y sostenemos enérgicamente un régimen, que de árboles de todas especies, que se guían y oli
no hay inconveniente en llamar despótico, tirá van, ó que están ya crecidos y huecos.
nico; pero dentro del cual, si fuéramos á cuen
ARBOLAR. Lo mismo que enarbolar , que
tas, quizá se encontrasen proporcionalmente,
es más usado, banderas, picas.
menos arbitrariedades, menos injusticias, ménos
equivocaciones que en el régimen civil, con toda ARBOLEADO. Adjetivo que usan algunos
susensala libertad y su tortuoso enjuiciamiento. clásicos del siglo XVII, como Meló, para califi
Conviene reflexionar sobre las palabras, cuya car un terreno cubierto de árboles esparcidos,
mala definición puede subvertir las ideas y con sin formar propiamente arboleda, bosque, monte.
fundir los hechos. A fuerza de gritar contra el
ARBOLEDA. Terreno poblado de árboles sil
despotismo y el absolutismo en política (contra el
vestres de una ó varias especies.
cual han combatido precisamente sin gritar los
militares'; quizá tengan algunos por llegado ya el ARBOLETE. En los antiguos racimos de me
tiempo de modificar ese llamado despotismo tralla el palo sobre que se formaban.
militar. Si por evitar casos rarísimos de estrava-
gancia ú arbitrariedad, se pretende cercenar en ARCABUCEADO. El que ha sido pasado por
lo más mínimo la absoluta latitud y la unidad LAS ARMAS Ó fusilado.
del üa-sdo en el ejército activo ó de operaciones, y ARCABUCEAR. Hacer fuego con arcabuz.—
el deber también absoluto de obediencia que lo Pasar por las armas.
completa, se da por el pié, quizá inconsciente
mente, al sólido y antiguo edificio de la institu- ARCABUCERÍA. Tropa ó conjunto de solda
cios militar, que hoy más que nunca, importa dos con arcabuz.—El conjunto de tiros que dis
conservar y hasta ensanchar y embellecer. para.—La fábrica de arcabuces y el paraje don
Y tanto es así, tan diferentes puntos de vista de se venden.
tienen esos dos absolutismos militar y político, ARCABUCERO. En general el soldado arma
que entre los hombres pensadores toma el ca do de ARCABUZ.
rácter de axioma un principio, sabido y practi En la propagación de las armas de fuego ma
cado desde los romanos de la república: que á nuales, cuya lentitud es notoria y notable por
medida que crece y se asegura la libertad polí cierto, pues tardaron en generalizarse más de
tica de un pueblo, debe hacerse más rígida la tres siglos, el arcabucero, tanto Á pié como Á ca
disciplina de su ejército. La importante y esca ballo, siempre fue considerado como soldado li
brosa materia de este articulo, apenas desflora gero respecto á la masa, batalla ó columna de pi
da, tiene complemento y desarrollo en otros va queros. Sea por esta condición, ó por que en el
rios, como: Disciplina, Dogma, General, Mando, siglo XVI tocó á España abrir la puerta de todos
Obediencia, etc. los progresos militares, justo es recordar que la
ARBITRIOS. En la administración interior fama de los arcabuceros españoles, en aquel si
de cada cuerpo ó unidad orgánica, suelen formar glo y el siguiente, no ha sido hasta ahora dispu
se con este nombre pequeños fondos eventuales, tada, ni amenguada por nadie. En Pavía y en
para atender á pequeños gastos no autorizados, otras batallas, los pelotones de ágiles arcabuce
aunque lícitos. Esto puede ser algo resbaladizo: ros, terribles por su valor y su puntería, inter
y lo firme es suprimir los gastos, y suprimir los polados con los hombres de armas cubiertos de
fondillos. La Ordenanza está terminante: «Si el hierro, al paso que revelan cuánto poder tienen
vestuario y masita del soldado, en tiempo de la rutina y el apego á lo antiguo, anuncian un
guerra—nótese bien—no bastase para su preciso progreso en la táctica, precursor muy anticipa
entretenimiento, quieroque formalmente se veri do de cambios radicales, quizá no sólo en la
fique, y que con conocimiento de la imposibili guerra, sino en el organismo social. Es curioso
dad se arregle la providencia oportuna de reme leer en las crónicas la exasperación, los denues
dio, sin apelar á viciosos arbitrios que se han in- tos de aquella célebre caballería, hasta entonces
invulnerable y acostumbrada á entrar rajando
druducido».(Art. 13. tit. 1. Trat. 2).
en la humilde infantería, como Don Quijote en el
ARBOL. Nombre genérico en máquinas ó apa rebaño de carneros, contra aquellos granujas
rejos, de la piezu principal ó más resistente asesinos, que tan audaces daban cuenta del más
v. g. en el caballo de frisa el tronco donde se aristocrático y encapacetado caballero. Algo se
plantan las púas. principió á plantear allí, que todavía hoy no
ARBOLADO. La porción del monte poblado está resuelto. El célebre Bayardo, flor y nata de
ARCA - 56 - ARCA
la caballería francesa , murió de un arcabuzazo de 1577 que cada cuatro meses mudasen de si
español en la batalla de Hebec, en 1 524; y, pre tuación las compañías y por real disposición
sintiéndolo sin duda, expresaba su antipatía al de i de julio de 1 579, se crearon en cada una
arcabuz de un modo que no creeríamos si no lo de las de linea doce arcabuceros montados, en
viésemos impreso, en el diccionario de su com lugar de las secciones de escopeteros, subiendo
patriota Bardin (art. Arquebusier), con estas mis de este modo la fuerza de aquellas á sesenta
mas palabras: «Todo arcabucero que caía en plazas. A estos arcabuceros se les dió en vez de
manos del chevalier sans peur et sans reproche los quijotes, grebas y zapatos herrados, la bota
(en letra bastardilla) era ahorcado en el acto. de cuero y espuela, adoptándose para cubrir el
Bayardo, pues, tenia miedo [peur], y merecía pecho y espalda una hungarina con mangas per
lacha 'reproche] reconvención por esta conducta didas de paño amarillo y adornada con las cru-
inicua y cobarde; pero tal era la caballería». c* de Borgoña; completóse su equipo con la ce
Y tal es, continuamos nosotros, la equidad en lada borgoñota. Adoptóse también para los hom
todos tiempos, y la resistencia á que avancen bres de armas un capotillo de mangas perdidas,
los que vienen. Ningún Bayardo, antiguo ni mo llamado brandembi bgo, de paño color morado con
derno, cuando, cubierto de hierro é invulnera las cruces rojas en pecho y espalda, colocadas
ble atropella al mísero peón, puede comprender encima del coselete. Los arcabuceros cargaban
ni sospecharen su soberbia que este le meta una á los flancos de los escuadrones de hombres de
bala por la escotadura de la coraza. Pero ello armas, caso de que los herreruelos, por no ha
fué: y andando el tiempo, ya en el siglo XVII los ber podido desconcertar al enemigo, tenían que
arcabuceros, que formaban siempre mangas, esto despejar el frente, fogueaban sin cesar la línea
es, alas de los cerrados escuadrones df. picas, si contraria y precipitábanse sobre su flanco du
guieron aumentando gradualmente, del cuarto rante el ataque de la caballería pesada. Em
al tercio, á la mitad, á los tres cuartos hasta 1 703 pleábanse también en el servicio de explorado
en que definitivamente desapareció la pica. Por res al mando de capitanes prácticos en el terre
otra aberración é inconsecuencia, inexplicables no, á quienes se daba el nombre de df.spepitado-
también, la misma caballería, tan encubertada res». (Clonard. Hist. org. T. IV, pág. 157).
y enemiga del arcabuz, se apresuró á tomarlo; ARCABl'CETE. Diminutivo de arcabuz. «Los
y desnaturalizando su acción, que es el impulso, esguizaros arremetieron á buen paso sobre aque
dejó la lanza por la pistola, la carga por el fue llos caballos y el rey hizo juntamente lo mismo
go incierto é ineficaz á caballo. Desde el siglo XVI con un arcabucete en la mano, yendo en calzas
juegan tropas y grandes cuerpos de «arcabuce y en jubón como los demás de su corte, los
ros á caballo,» que con varios nombres de ar- cuales le pidieron hiciese alto temiendo el peli
GULETES, HERRERUELOS, RE1TRES, CARARINOS, CtC lle gro...» (B. de Mendoza. Coment. de P. B. fol. 36 .
gan nada menos que hasta mediados del si
glo XVIII; en que Federico de Prusia y su cele ARCABUZ. La etimología de esta importante
bre general Seidlitz entronizaron y practicaron, voz es incierta. Mientras unos la buscan en el
sobre caballería, las ideas y principios tácticos italiano arcobugio, arcobusio, archibugio, arqui-
que hoy rigen, de masa y velocidad multiplica buso; otros, más derechos, van al alemán, buch-
das, para mayorEFECTO mecánico. sp, que junta con hake, gancho, da las innu
Sobre el arcabucero a caballo ilustran los tex merables variantes hacquebute, haquebuse, har-
tos siguientes: «Ha de tener un caballo, y aun quebuce, harquebuse, etc. , que esta voz tuvo en
que no sea tan gallardo como el del caballo li francés. El Dice. Acad. 1.a edic, que por cierto
gero, como corra, pare y revuelva bien sin es no la define muy bien, la hace venir de arca
panto, es bueno. Este soldado sirva con arcabuz «por tener encerrada en si la munición (sic) y
de cuerda, sin consentirse en ninguna manera del italiano buso, agujero, que es por donde se
el de rueda por ser tardío, y faltar al mejor tiem le comunica el fuego á la pólvora.» Otros en fin,
po, y una sarta de quince á diez y seis cargas para que haya de lodo, sostienen que arcabuz
de hoja de lata de la medida de la munición de era una máquina neurobalística, muy anterior al
su arcabuz echadas por el hombro izquierdo que uso de la pólvora, como que en 1 I ¿0 la usaba el
caigan por debajo del brazo derecho, y un reca rey de Francia Luis el Gordo, y el misino Fran-
do de cuerno ó de otra cosa con pólvora sobra ciscolen 1515. Walter Scott añade que era una
da en la faldriquera para en menguando las car ballesta de torno perfeccionada. Sea como quie
gas... los tornen á henchir; y su morrión en la ra , el arcabuz , inventado según algunos ha
cabeza». (Eguiluz). «Ordenóse en 19 de octubre cia 1440, ó en 1334 nada menos según Meyer,
ARCA - 87 - ARCO
fué el arma que, ya entrado el siglo XVI , susti ferencia entre ambas armas, cuando eruditos en
tuyó á la primitiva culebrina ó cañón do mano, la materia no están acordes. Si no era en la for
esto es, al simple tubo acomodado en un palo, ma de la culata, menos curva y que por consi
y i la espingarda y escopeta ya más artificiosa. guiente permitía encarar el arma , de seguro
Del arcabuz sin otro intermedio, y sólo con me consistía en el calibre, mucho mayor en el mos
joras progresivas en la llave, desciende nuestro quete. Una discusión sobre esto es tan fecunda,
fusil actual. No entraremos en puntualizar fe como lo será la que entablen nuestros descen
chas inseguras; y sólo recordaremos que el ar dientes sobre la diferencia entre escopeta y fu
cabuz se llamó de mecha ó de cuerda, porque sil; que alguna habría, dirán ellos, cuando exis
coa una cuerda mecha se daba fuego al cebo , de tían dos nombres.
pólvora más fina, vertido en la cazoleja ó cazo La piedra de chispa, como hemos dicho, intro
leta; luego se ocurrió poner esta mecha en un ducida hácia 1630, concluyó con arcabuces y
serpentín, y ya tenemos nuevo nombre, con su mosquetes, convirtiéndolos en fusil; que tam
muelle y disparador que dejase caer sobre el cebo bién tardó en hacer su camino, pues su reinado
la punta aguda de la mecha, que al efecto se exclusivo y absoluto no comienza hasta 170.1.
(Compasaba ó compaseaba, es decir, se graduaba, (V. Fusil).
> también se soplaba para quitarle la ceniza. ARCABUZAZO. Tiro y herida de arcabuz.
Estas múltiples operaciones, juntas al manejo de
la horquilla ó gancho, que clavado en tierra, era ARCAMOS y arcatores. Llaman los escri
indispensable por el peso y longitud del arma, tores de la Ínfima latinidad á los que antes se
bien se ve que babian de hacer largo y compli llamaban en latín sagitarios, esto es, flecheros,
cado el manejo. Y sin embargo la gente se ma arqueros.—Archería, arquera, era la fenestra
taba y los arcaruceros , singularmente españoles jaculatoria, la aspillera ó tronera.
y alemanes, iban haciéndose respetar. Este pri ARCE. La Academia en su 1.a edic. dice:
mitivo arcabuz llamado también de gancho, no «Arce. Especie de fortificación en la campaña
«abemos si por el de la horquilla, ó por la for como trinchera. Viene del latín arx que signifi
ma cuna de la culata, que durante mucho ca alcázar y por la semejanza de defender y cu
tiempo no se apoyó en el hombro, ha llegado á brir, se debió de llamar asi. Es voz poco usada.»
subsistir y usarse en la defensa de plazas, hasta —Y tan poco, que en ninguna parte la hemos
muy mediado el siglo XVII l según Trincano y visto, sino en el Dice, de Terreros y en el texto
positivamente hasta 4711, sitio de l'riburgo, se de Mariana (Hist. de Esp. líb. 27, cap. 21 :
gún Moritz Meyer. «Tenían el arce y la cava delante».—En la 5.*
Hacia 4517, según Weiden y Collado, se in edic. da: «Arce, lo mísmoque arcén».
ventó en Suremberg ó Ausburgo la llave de tor
so o de rueda, de la que tomó nuevo nombre el ARCEN. Borde ó márgen (Dice. Acad. 5.)
arcabuz; reducida á una rodaja de acero que ro Borde del foso según estos textos: « dado
zando con la pirita deazufre, como'piedra, incen que estaban ya plantadas tres piezas sobre el
diaba el cebo. La invención era peregrina: se su Arcén del foso». (Coloma. G de Fland.. lib 8)....
primía la engorrosa mecha, que se apagaba con «la anchura de la Estrada encubierta y altura de
la lluvia é impedía toda sorpresa nocturna por Arcén compendiente á la campaña». (Pooa
su brillo; pero algo debió tener de incompleta la y rojas. 18). «Arcén del foso en la milicia, es el
invención, cuando vemos á Eüuiluz [Y. texto en borde de él, y todo lo que es orilla y sobrepuja
Arcabucero; rechazarla, y al primitivo arcabuz á la estrada encubierta». (Dice, dk Terreros}.
i>e «echa prevalecer largo tiempo. La lentitud ARCEPELLONES. Uodtio dice que asi se
de la carga, pues era preciso montar pon llave llamaban los encargados de las máquinas ó inge
el muelle de la rueda, la facilidad de irse el tiro, nieros. «Arcepellones, qui vulgo dicuntur Inge-
y algún otro embarazo impedirían su generali niaiui». (Aquino, Lexic. mil].—También solla
zación ; aunque hasta mediado el siglo XVII maron arquitectos, según esle texto do Cicerón.
(630-40 en que se introdujo el pedernal ó sí (De orat. \): «Philonem, illum architecti m qui
lex, los petrinales ó pedreñales (V. e. v.j y los atheniensibu.i armamentarium fecit».
enormes pistoletes ó pistolas, que eran iguales á ARCO. Arma, cuya descripción es bien sen
aquellos, siguieron con llave de rueda. cilla, de invención inmemorial, de uso constan
El duque de Alba en su célebre campaña de te á través do parthos, escitas, psilites. volites,
Mandes 1568; sustituyó al arcabuz el mosque númidas, almogávares, hasta muy adelantada
te ¡V. e. v.; No es este lugar de discutir la di la propagación de la ballesta y de la pólvora.
ARCO — 58 — ARDI
Si pudiéramos prescindir por un momento del cubalistas el Fundas describen superfluum ¡tula,
justo orgullo que nos <ia nuestra civilización y (¡no? preseas usus agnoscit».
nuestra moderna inventiva, es indudable que, ARCHA. Arma en forma de cuchilla de que
trasportándonos con la imaginación álos tiempos usaban los arcueros. (Dice. Acad.)
primitivos, admiraríamos—sin ironía—al inge
nioso inventor del arco y la flecha, de esta pri ARCHERO. «Soldado de la guardia principal
mera arma artificial, artificiosa y mecánica. Sea propia de la casa de Borgoña, que trajo á Casti
Nemrod, ó quien fuere, lo positivo es que debió lla el Emperador Cárlos V. Era guardia noble
trastornar y engrandecer el arle de los combates que se reformó á la entrada de Felipe V en Es
en aquellos tiempos fabulosos. Ka primera arma paña; y los sustituyeron IosGuardias de Corps.—
arrojadiza quilo á la lucha su parte corporal Soldado que era de la compañía del Preboste».
ó atlética, y el débil puso ante el fuerte distan .'Dice. Acad.) Según otros la guardia real de
cia, temor, agilidad, habilidad y destreza. Areneros de Borgoña v ino antes con su padre
I.os hombres eruditos, que se han ocupado Felipe I el Hermoso. Era tropa de unos 100
gravemente de la prioridad entre la honda y el hombres de fuerza , armados últimamente con
arco, se la dan á este con gran copia de razones pistoletes, y que hacían el servicio á pié y á
que aquí no tienen cabida. ;V. Goguet. De l ori caballo. De lodos modos en ella está el arranque
gine iles ¡oís. T. 1. pág. 433); pero dejadas apar de las modernas tropas de casa real. (V. c. v.¡ es
te , el hecho positivo, indeclinable, es que la decir de guardia interior ó palatina de la perso
invención del arco planta un verdadero jalón en na real. No entramos en pormenores, porque ni
la historia del arte: pues aun entre las densas estos archeros, ni sus sucesores los guardias de
nieblas de aquella remota edad, se percibe que corps, tienen que ver lo más mínimo con guer
hay algo de lo que ahora llamamos fuerza .mo ra, ni con milicia, ni con ejército tales como en
ral, que principia á intervenir en la guerra y á este libro se entienden. El motivo de que los
equilibrar la fuerza física y brutal. Los sorpren diccionarios (V. el de J. D'W. M.) y otros libros de
dentes descubrimientos geológicos y arqueológi arte hablen tanto de archeros y hasta de «fran
cos de nuestros dias, que han lijado ya en los co archeros» es sin duda el no reparar, al tradu
lienipus ante-históricos ó prehistóricos, las eda cir, que archer, en francés, noes archero en cas
des sucesivas llamadas «de piedra , de bronce y tellano, sino arquero, flechero, ballestero, sa
de hierro», hacen ver que las primeras flecubas gitario.
tenían puntas de pedernal (sílex), de hueso, de
ARCHIPIÉLAGO. Espacio de mar con mu
espinas de pescado.—Arco del guardamonte , en
chas islas.
el fusil y armas portátiles, la parle circular que
deliende al disparador de un golpe casual.—Arco ARCHISTRATEG1A. Dice Bardin , refirién
triunfal ó de triunfo ha sido, desde remotas dose á Raimond, que era la estrategia suprema,
edades, la forma de monumento preferido para el mando momentáneo ^sicj de los ejércitos
galardonar y perpetuar grandes victorias. griegos.
ARGON. Cajón grande de municiones, fijo ARDER. Se dice de la guerras: y también
en las baterías y movible en el antiguo carro «arder en guerras» , cuando estas son civiles, ó
capuchino. más que civiles, intestinas (V. e. v.)
ARCOBAL1STA ó toxobalista. No confun ARDID. Sinónimo de estratagema. Antigua
dir con acrobalista. Pequeña catapulta maneja mente se escribía abdit, como se ve en el Fuero
da por dos hombres. Ballesta sobre su pié se de las Cavalgadas: «Tit. 26. De los companyeros
gún Blesson. «Las toxobalislas ó arcubalistas que yran á ganar en un ardit ó en una sabidoría
pues son sinónimas), se construían como la ma- (V. e. v.) Tit. ¿7. Do aquellos que saldrán en un
m balista y no tiraban más que dardos; pero ardit ó en una sabiduría como deven aver parte
eran mucho más fuertes y podían también ser en la cavalgadas. También se dijo «ardideza»,
de arco roto ó tronzado, con alas, como la cata como se lee en la Part. i, tit. 18, ley 12.—Dic
pulta». Así lo dice Maizerov. Todo esto, excusa cionario Acad. 5 da ardid, no sólo como sus
mos repetir que son inducciones y comentarios; tantivo, sino como adjetivo anticuado, que signi
pues Vejecio {lib. 4., cap. 22, cita, pero no «des ficaba osado , animoso , astuto. También ardid
cribe» la arcobalista, como nosotros citamos el produce los adjetivos desusados, «ardido, ardi
fusil, sin pararnos á describirlo por lo conocido. doso», y los adverbios «ardidosamente, ardid
Hé aquí sus palabras textuales: «Fvslibalos, Ab- mente.» «yuo deben defender el castillo muy
ARDI - «9 - ARGA
ardidmente, firiendo c matando á los enemigos». ! y en geografía física tiene la de estacada, pales-
(Ley 12, tit. 18, Parí. 2). ' tra, palenque; cuando se dice «saltará la mena,
Nos detenemos en esta voz, tan expresiva bajar á la arena».
como desusada en la milicia actual, porque si ARENAL. La i-lava limpia ó cualquier espa-
bien se mira, compendia y sintetiza, hablando 1 ció cubierto de arena en las orillas de los rios ó
á la moderna, un «modo de hacer la guerra», I en las ramblas que forman los torrentes.
avaro de sangre propia, pero pródigo de ingenio,
sagacidad y sutileza. Cuando el vocablo «ardid» ARENGA. Lo mismo que alocución , procla
tenia esta lata acepción, que no debería perder, ma, pero con la condición precisa do ser oral.
España estaba en plena reconquista , verdadera A veces tiene también un sentido irónico de
ciER»A santa, justa, noble, como que su fin era afectación é impertinencia. (V. Alocución .
recuperar el suelo sagrado de la pátria, hollado j ARENISCO. El terreno ó suelo de mucha
por la planta del africano. No era entonces, arena. También y mejor se dice arenoso.
como no debe ser nunca la fuerza sola, la fuerza
bruta, el golpe ciego de batallones amontonados, AREOTECTONICA. Palabra griega, que se
al que se encomendaba la victoria y el éxito: en encuentra en los libros, y cuya definición, no
medio de aquella rusticidad salvaje, en que pa muy exacta en algunos, tomaremos de Bardin,
recía dominar la fuerza corporal y atlética, se gran maestro en materia de helenismos.—La
apelaba también al cálculo, al tanteo, á la polí voz, introducida hace un siglo, deriva del sus
tica, ála diplomacia, al ardid en fin, del que ya tantivo griego arfs , áreos, combate ó Marte y
hemos visto el cortejo de derivados, en sus dos tekton, obrero, que á su vez proviene del verbo
conceptos, estratégico y táctico. Ardido y ardi : teuko, disponer, ordenar, preparar. Aeroteetó-
doso no envuelven duda de valor: al contrario, | nica, pues, significa «parte ejecutiva y trascen
lo prescriben, audaz, resuelto; pero «bien em dente del arte militar». Morin la define: arte
pleado» en lance, en expedición ó ardit, calcula que tiene por objeto los ataques y cómbales; y
do y prevenido.—En el interesante estudio de el P. Terreros: «Término de fortificación que
la reconquista, como en el de otras brillantes comprende la parte de la Arquitectura militar
que mira á los ataques y combates»; pero esta
guerras posteriores que tan alto elevaron el ■ explicación vaga haría creer que era propia
blasón de España , lo que se deduce , lo que
mente el ARTE DE LA GUERRA. La ENCICLOPEDIA, al
asombra es la inmensa desproporción de los re
contrario, dice: parte de la fortificación y do la
sultados con los medios materiales puestos en
arquitectura militar. — La aerotectónica tiene
juego para alcanzarlos. Para establecer equili
más extensa acepción. (Bardin cita aquí en apoyo
brio, para inclinar la balanza del lado don
un cuadro sinóptico, inserto al pié, con sendos
de estaba lo más pequeño, lo más pobre, lo
corchetes, á que es también aficionado, y el
más débil, no hay remedio: había que echar en
corchete mayor abraza: «Aplicación del estudio
el otro platillo mucho ardid, mucho ingenio
de la historia.—Aplicación de las artes y cien
práctico, sostenido por mucho valor, mucho
cias.—Arte de la guerra»). La aerotectónica es
aite en fin, porque el arte de la guerra no es
la dirección ó conducción Iconduite) de la guer
solamente vencer, es «vencer con el menor sa
ra; la aplicación y el .movimiento dados en vir
crificio posible». Recordemos la triste exclama
tud de principios trazados en un código militar;
ción de Pirro en el campo de batalla de Hera-
es el arte ó la ciencia del general, tanto en el
clea: jOtra victoria como esta y soy perdido!
gabinete como en el campo de batalla; las otras
ARDIENTE. Excelente cualidad del hombre partes no son más que la preparación y los pri
y del caballo de guerra, cuando entrambos tie meros grados. Según los tiempos, han sido si
nen freno y mano diestra que los manejen. nónimas AEROTECTÓNICA y ESTRATEGIA, Ó bien la
una no ha sido más que dependencia ó rama de
ARDIMIENTO. Valor, intrepidez, denuedo. la otra, etc.»
■Ardimiento muy grande facen aquellos que
aventuran sus cuerpos». (Doctr. de Cab. libro 4, ARGANA. Maquina antigua, que goza el pri
titulo 3.) vilegio de todas las de su clase, de estar citada
en todas partes, sin que nadie sepa lo que era.
ARDOR. Metalóricamente, bravura, viveza, Dice. Acad. que también la llama arcano la da
rficacia, aliento. —Empeño, trance, conflicto, como grúa y además como angarilla. Dic.Morf.t-
romo «ardor de la batalla, de la refriega». Tilo copia. Dice. W. da: máquina de guerra para
ARENA. Además de su significación vulgar lanzar combustibles.—Instrumento para armar
ARGI — 60 — ARIE
ballestas.—«Máquina á modo de grúa para subir después de 1562 y les sustituyeron los carabina,
piedras ó cosas de mucho peso. Y á continua que tradujimos carabinos (V. F.stradiote, Reitbe,
ción: Arganeta especie de balista. Algunos quie Herbebuelo).
ren que sea la árgana». Dice. Terreros: «má
quina para subir piedra. —También hubo una ARGUMENTO. Cáblos Aquino (Lexic. mil.)
máquina de guerra del mismo nombre». —Más trae esta voz como genérica y sinónima de má
abajo cita «Arque sinónimo de árgana y árgano». quina antigua. íArgvmenlum, quo ignis proiici-
Lo peor de esta arcana es que, no contenta tur». (Luitupbando, lib. 5, cap. 6). Y no sólo en
con embrollar en España, ha saltado el Pirineo el bajo latín, sino en italiano: Ma niuna Ierra
y producido la voz francesa arganete. En esta murata poterono acquislare. , perrhe non aveano
palabra dice Bardih: Voz derivada del español argomenti da vencergli in bataglia. (Matt. Vi-
arcana, grúa , máquina para elevar pesos far- llani, lib. H, cap. Í8). «Ma i Lombardieri, e i
deau,r pero sigue: maquina dk guerra ó arma neo Toscani, come saín é maeslri de guerra, fecero
robalistica, según dice Roquefort, para arrojar un bello é nubito abgomento ó loro scampo (Matt.
artificios, materias incendiarias. Y sigue: la Vllani, lib. 8. cap. 76). ¡[Argumentoso» signifi
Enciclopedia tiene á la engáñete por propia para caba inteligente en poliorcética , en maquinaria
arrojar barriles de pólvora. Este aserto, añade j militar.
Bardin cuerdamente , requiere alguna explica
ción; pues haría creer, sino, que la invención ARIETAR. Batir con ariete, combatir, es voz.
de la arganete no va más alia del siglo XIV.— poco usada. Dice. Terreros).
Mencionamos estas fruslerías, cuando se nos ARIETE. «Máquina militar de que usaban
vienen á la mano, como apoyo y comprobante antiguamente para batir las murallas de las ciu
de ciertos atrevimientos que nos permitimos en dades. Llámase así, porque en la punta de esta
el art. Máquinas antiguas. máquina que era una viga grande, se ponía una
ARG1RASP15TE ó argiraspide. Soldado pel- pieza de hierro colado en forma de cabeza de
tasta de la guardia macedónica cuyo escudo carnero. En latin artes (Dice. Acad.) «y hubo
llevaba adornos de plata. (Garrion Nisas). de costarles algunos meses de asedio (á los car
ARGO. Instrumento para reconocer artille- tagineses, Cádiz) puesto que para derribar sus
llena. Está en desuso. ÍTamarití. muros, tuvieron que emplear una de las más
formidables máquinas de batir, que conocieron
ARGOLLA de dirección. En el mástil de las los antiguos, el ariete, por primera vez mencio
cureñas de batalla donde entra la palanca para nado en la historia». (Vitrob. 1. N. c. <9). (La-
variar la dirección. fuente, H. de E. T. I , pág. 322).
ARGÜLLON de conteba. Morterete en el Esta definición y esta cita parecen irrecusa
mástil que entra en el pinzote del abmon y en bles; sin embargo, el general prusiano Blesson,
gancha en este la cureña de batalla. gran investigador, aceptando que el ariete, pro
venga de artes, por la cabeza de carnero, duda
ARGUENA. Lo mismo que talega (V. e. v.)
si vendrá de arete, aparatos cubridores que
en la edad media y que alforjas actualmente.
llevados por hombres que van debajo, se ven en
«Cuando la mesnada salía á campaña, los solda
dos llevaban en unos saquillos llamados argue I el Memnonium de Champollion, que se remonta
nas ó talegas, los víveres que necesitaban para I á 1 473 años antes de Cristo.—Plinio atribuye la
mantenerse hasta llegar al campo de asamblea j invención á Epeus en Trova; pero Homero no
llamado descanía (Clonabd. Hist. org. T I. pági I dice palabra. Diodoro y Plutarco, bajo la fé de
na 369) Dice. Terreros da: «Argueñas, especie Eforo, pretenden que Pericles lo usó por prinie-
de bizazas ó alforjas». | ra vez en Sanios, lo cual tampoco está averi-
¡ guado. Lo que realmente es notable que haya
ARGL'LETEí'. Mencionamos esta voz pu prolongado su existencia tanto como dice Viol-
ramente francesa, argoulels, no porque haya LF.T-LF.-Drc. [Archit. mil. pág. 23,), que en el
sido técnica en la milicia española, sino para sitio de Pavía por Francisco I «¡7 esl question du
advertir que fué uno de tantos nombres, como belier»; aunque nosotros podríamos traer el
ESTRAD1UTES, CAPELETES , REITRES qile tomaban CU aricle hasta febrero de ISi8 . con testimonio de
el siglo XVI pequeños cuerpos de caballería li nuestros ojos. Efectivamente en la revolución
gera y mercenaria. Eslos se llamaron asi de la de París de aquella fecha, un grupo quería asal
Argólida, como los albaneses de la Albania. Los tar y saquear la casa de un armero muy cono
franceses que los contrataban, los suprimieron cido: resistiendo las puertas, chapadas de hierro
ARIE - 6i - ARMA
un Demetrio Poliorcetes con blusa, detuvo un Por lo demás este sencillo engeño ó ingenio
omnihus , desenganchó los caballos y asestando que en latin siempre se llamó arien , machina
U lanza contra la puerta , dio la voz al grupo arietaria, ha tomado, según las épocas y la dis
que empujó el carruaje por la zaga, y se consi posición del aparato cubridor, nombres varios,
guió la demolición y el asalto. Este ariete era po que suelen confundir los eruditos, atribuyéndo
sitivamente de los llamados de corredera; pues los á máquinas distintas y embrollan cada vez
conviene saber que los primeros fueron llevados más la antigua poliorcf.tica. Asi por ejemplo en
lisa y llanamente en hombros; luego se perfec griego ó hebreo es niconi V. e. v.) mientras que
cionaron, colgándolos y dándoles oscilación pen en las crónicas de la edad media es bezon, belzon
dular; y cuando alcanzaron su mayor enormi BOZON, BUZON, BOSCON',.CÁNCER, CARCAMUSA, CARABAGA
dad, se les hacia correr sobre rodillos.—No era precipitario... (V. todos estos art.)
requisito indispensable la cabeza de carnero: ARISTA. Término técnico y conocido de geo
cuando la dureza y calidad del muro lo reque metría que indica la recta producida por la in
ría, tenia punta aguda en forma de clavo, para tersección de dos planos.—En fortificación se
remover y desalojar los sillares.
llama asi, por oposición á gotera , la linca alta
Se citan arietes monstruosos. Mayern dice que ó saliente determinada por la intersección dedos
Constantino llevó contra Anuida uno de 70 pies planos del glásis.
de largo y 500 quintales de peso. Antonio, otro
contra los Parthos de 80 pies y 800 quintales. ARMA. El origen de esta voz es incierto. Unos
Blesson cuenta que para mover Vespasiano el lo buscan en el hebreo haram, matar; otros en el
que llevó contra Jerusalem necesitaba 150 yun griego, amws, juntura; otros en el celta, armm.
tas de bueyes, ó 300 pares de caballos ; y para En latin armus, arma, armi, que parece la eti
empujarlo ó servirlo 1.500 hombres (sic). El mología más inmediata, expresaba originaria y
mismo Blesson, citando al coronel Douglas, da la simultáneamente brazo y arma, como sucede en
palma, como es justo, al de Demetrio Poliorcetes el dia con la voz inglesa arm. Se comprende,
ante los muros de Rodas: 120 pies de largo, efectivamente, que la primera idea de arma se
35.000 libras de peso , y tonelada y media sólo confundiese con la de brazo supletorio, auxiliar.
la cabeza. El general alemán se entrega á cálcu En el dia, que tanto se ha ensanchado el ho
los curiosos: empujando 500 hombres á 70 libras rizonte de la geología , la versión de Diiheat dk
cada uno de fuerza, y llevando el ariete un pió la Malle, «que los Egipcios usaron armas ya dos
de velocidad por segundo, el momento de cho mil años éntes de la ora cristiana»; la de Cham-
que es de 35.000 libras: siendo (según el autor) pollion, llevando más atrás la fecha; la de AmiAt
de 36.000 el de una bala de á 24, con la veloci y otros respecto á los chinos, han perdido por
dad de 1.500 pies por segundo, «queda la vea- completo aquel interés que se realzaba concier
taja al ariete, que como más lento destruye más»; to carácter de atrevimiento y de sorpresa. Hoy,
y puesto que á poca distancia de la boca la bula en la ciencia, no acobardan las decenas ó vein
no tiene tanta velocidad, deduce que en fosos es tenas de siglos fabulosos, mitológicos, antehis
trechos hoy «puede y debe» aplicarse el arie tóricos, antediluvianos: las centenas y los mi
te. ,11) llares se manejan con desahogo, y hasta con cier
Cada cosa en su tiempo... Indudablemente en ta verosimilitud. Pararse, pues, en «momias
los antiguos el ariete tenia grande importancia: egipcias,» cuando hay por todas parles «huesos
toda la maquinaria ó tormentaria de víneas, tes de hombre fósil,» y flechas, hachas, cuchillos
tados. torres y manteletes concurría á la manio de sílex trabajadas por su mano, y muy ante
bra de uacceso del ariete», para abrir brecha ó riores al último cataclismo geológico, que ánles
portillo. Una vez que el ariete llegaba á tocar se suponía tímidamente precursor de su apari
los muros de la ciudad sitiada, claro es que no ción sobre la tierra, bien se ve que es quedarse
había quien le impidiese su acción, era que «se voluntariamente rezagado. Pero, justamente por
habían apagado los fuegos» como ahora decimos, ese vuelo que las ideas han tomado, se alejan de
y la ciudad, considerándose perdida, podía ca nuestro objeto: y aquí sólo se indica su moder
pitular sin baldón: si arien murum tetigmet es na dirección, para que el aficionado á seguirlas
la frase sacramental de los historiadores. De ahí vaya á la arqueología, ó mas bien á la «neo-
lógicamente la elección, para fortalezas, de lo geología,» á cuyo dominio pertenecen por aho
calidades con agua en el foso ó grandes escarpes ra, mientras se estudian, y hasta que en ellas,
naturales para dificultar la terrible aproxima sin solución de continuidad, pueda entroncarse
ción del ariete. el arte de la guerra. En el cuerpo de este ar
ARMA — 62 — ARMA
tirulo, como en sus análogos, sólo apuntaremos j de adjetivos ó calificativos, en rigor inútil por
breves observaciones, dejando á los adjetivos estar formada de sinónimos y opuestos, defini
que vengan á definirse en su lugar alfabético. dos en otra parte ó indefinibles casi por su mis
Arma , en toda su generalidad , es el instru ma vulgaridad; pero que no es prudente omitir,
mento, aparato, maquina que sirve, no sólo para por seguir en algo el ritual corriente de todo
ofender, sinó para defender y cubrir personal Diccionario. Otra lista, que sigue de verbos y
y colectivamente: por eso en el art. Fortifica frases contiene las referentes á la voz arma. En
ción creemos dejar demostrado que es «arte» y la primera, por no hacerlo interminable, se su
también «arma». Armas, en plural, se toma por primen las voces de mando y movimientos del
TROPAS, por EJÉRCITO, por MILICIA, por GUERRA. manejo de armas, en cada una de las cuales ine
Como, por ejemplo, en estos textos: «Siendo más vitablemente entra la palabra.
dificultoso el arte de ¿obernar que el de vencer, afilada. La que tiene el corte ó filo más del
porque en las armas obra las más veces el caso gado y sutil que de ordinario.
y en el gobierno siempre el consejo». (Saav. Fa Á la jineta. Por oposición y constraste á la
jardo. Empr. 59). «Estando las armasen este si antigua frase armarse ó cabalgar á la rrida. Ar
lencio porque el bullicio no cesase». Mendoza mas ligeras, tanto ofensivas como defensivas, á
ir. de Gran. libr. 2. n. 15). Se dice: las armas usanza africana ó morisca, opuestas á las del
de España conquistaron tal provincia;—llevó sus HOMBRE DE ARMAS, ENCAPACETADO Ó armado de
armas victoriosas el Emperador;—el honor de punta en blanco y con caballo bardado.
las armas;—la suerte de las armas;—la carrera alevosa. Lo mismo que prohibida.
de las armas;—correr á las armas, etc. Armas, 1 antigua. En general toda la anterior á la in
metafóricamente, son los timrres, blasones, em vención ó uso de la pólvora, por la cual perdió
blemas, ceroclíficos nobiliarios, que constituyen su importancia.
el arte heráldico y que están radicalmente ex Á prueba. La ofensiva, como espada ó fusil,
cluidos de este Diccionario, contra la costumbre que ha sufrido en la fábrica las pruebas de regla
admitida en los de su género. En nuestro humil mento: la defensiva, como la coraza, que resiste,
de concepto, esa «ciencia del blasón» nada tiene, á la bala de fusil, el parapeto á la de cañón.
ni ha tenido que ver, aun en los mismos tiempos ¡arma, arma! Grito de alarma, no de guerra
caballerescos, con la milicia, ó lo militar, en su como algunos dicen, en la milicia española del
verdadera acepción. En ellos ni el mérito si siglo XVI. También el atambor tenía un toque
quiera de la novedad tuvo. El origen de las ar- reglamentario, llamado arma, análogo á nuestra
m\s de Blasón se pierde en la mas remota anti moderna generala.
güedad; pues se sabe que los espartanos pinta arrojadiza. Entre las antiguas se distinguen
ban en sus escudos mareas de capricho, y uno con este adjetivo todas lasque lanzaban proyec
que pintó una mosca de tamaño natural, res til á mucha ó poca distancia, desde la honda
pondió á los que criticaban, que se acercaría al hasta la catapulta. Pero no hay grande exactitud
enemigo lo bastante para que la percibiese dis en la denominación, pues arrojadiza se llama á
tintamente. Por lo tanto, si de tan arriba lo ha la flecha y arrojadiza al arco que lo dispara.
bíamos de tomar, vale más no decir palabra. Arrojadiza es el arma que se lanza con la fuerza
Armas, en fin, son en un ejército, y más es sola del brazo como el chuzo, la azcona, el pilo,
pecialmente en los modernos, «la reunión de la azagaya: arrojadiza puede ser la lanza cuando
combatientes destinados al mismo modo de ac el jinete la despide de la mano.
ción». Como este artículo no puede ser más que artifici al. Por oposición á natural (V. e. v.)
un mero índice, puesto que todos los vocablos auxiliar. Nombre á nuestro parecer inexacto
que en él juegan están definidos en su lugar res que se suele dar á todo lo que no es infantería,
pectivo, cuanto concierne á esta especie de ar á la caballería, artillería é ingenieros. Esta usual
mas, que por cierto no se sabe cómo denominar calificación de auxiliar y accesoria no es mera
ó distinguir, tendrá más holgura y acomodo en cuestión de palabras, como pretendemos probar
otros artículos Ejército, Guerra, Táctica. en varios artículos; envuelve cuestiones Arduas
Por análoga razón, las armas defensivas en I de constitución, de organización, de precedencia.
tran en otro exclusivo titulado Armadura.—Las blanca. Nombre genérico de toda la que no es
balísticas en general, con sus grupos de neuro- ! de fuego; más particular de las que tienen f.mpu-
balísticas y catabalísticas se reúnen bajo la rú ! ñadura, desde la espada al puñal ó estilete.
brica Máquinas antiguas. rota. Lo mismo que embotada, cortés ó ga-
Basta, pues, con la siguiente lista alfabética ' LANTE.
ARMA - «a - ARMA
btcai«era. Fusil usado en las guerras de Amé de oficial. Por distinción de las del soldado.
rica; y por extensión el que es de grande ALCAN de percusión. Nombre genérico de todas las de
CE y CALIBRE. fuego que se ceban con mixto fulminante.
buida. ( V. Buido). de pistón. Entre las de percusión las que se
catabalística. Entre las armas, ó mejor máqui ceban con cápsula.
na* balísticas, las que obraban por choque; el de precisión. Por comparación con las de fue
AN60N, EL ABIETE. go antiguas y lisas, las que, por diferentes pro
CIENTIFICA. V. ESPECIAL, FACULTATIVA, SABIA, TÉC cedimientos, dan hoy más certeza al tiro.
NICA. de premio. De honor.
contundente. 1.a que machaca ó aplasta: el pa de proyección. Por oposición á las de proximL
lo, la clava ó haza, el martillo de armas, usado dad, las de largo alcance: más particular las
contra las armaduras de placa y por los obispos que tiran por elevación.
ile la edad media, que no consideraban lo con db punta. La que sólo hiere con ella.
tundente como anticanónico, puesto que no DE REPETICION. (V. REVOLVER] .
hacia sangre. de repuesto. La guardada en almacén.
corta. La blanca, ó de fuego, que no tiene la DE RETROCARGA. (V. e. Vj.
dimensión ordinaria. desarmada. La que tiene sueltas y desunidas
cortaxte. La que hiere solo con el filo ó corte. sus piezas componentes.
cortés. En los antiguos torneos y ejercicios de sílex. La de chispa. Más propio para dis
caballerescos, las que no tenían punta ni corte; tinguir las hachas de pedernal recientemente
que también eran galantes, graciosas, botas, em descubiertas y que los geólogos atribuyen á
botadas, corteses. tiempos antehistóricos , y por lo tanto no muy
de asta. Lo mismo que de fuste ó enastada. conocidos.
de bala forzada. La de fuego, en que el pro de uniforme. Algunos llaman asi á las manua
yectil entra á golpe. les de tropa ó de oficialidad, porque efectiva
de comercio. Por oposición á de guerra, las mente son uniformes y reglamentarias.
que fabrican y usan los particulares. de vapor. La que en lo futuro lo tenga por
de corte. Lo mismo que cortante. El antiguo agente. Hasta 1 807 sólo hay el ensayo de Per-
espadín para traje de ceremonia ó de corte. kius que no gustó á lord Wellington.
de chispa. En las de fuego, aquellas cuyo cebo doblada. Se llamaba antiguamente asi á la
se inflama por el choque del acero con el pe navaja, y en general á toda arma blanca y cor
dernal. ta, que tiene cachas donde se esconde la hoja.
de dos ó tantos cañones. La de fuego que los enastada. Dc asta ó hasta ó fuste. En general
tiene. la formada de hierro y madera: lanza, chuzo,
de esgrima. Las que antiguamente se llama pica.
ban negras por ser de este color. También cor embotada. La blanca de punta ó corte romo,
teses, como hoy floreteó el sable de madera. grueso : cortes, galante.
defensiva. En general toda la que cubre, res especial. La artillería é ingenieros , según los
guarda ó defiende. Más particular la que cubría franceses; pero según el sentido común toda
el cuerpo del hombre. (V. armadura.) arma es especial ; por eso es arma.
de fierro. La que es toda de este metal, por estriada. La moderna de fuego; lo mismo que
distinción de las enastadas ó de fuste. rayada para muchos. Para algunos puristas la
de fuego. Nombre genérico y universal de la estría es recta y la raya curva.
que se carga con pólvora. facultativa. Un arma no puede serlo; pero
de fuste. Lo mismo que enastada. el uso confunde arma con cuerpo. Lo mismo que
de guerra. Las que usa exclusivamente el especial y sabia , traducción del francés.
ejercito: que también pueden llamarse de regla- falsa. La Hoja ó poco fuerte. La traidora, ale->
rento, de uniforme, porque lo son. VOSA, DESLEAL, DOBLADA, PROHIBIDA.
de honor. La que no es de guerra sino pre GALANTE. CüRTÉS.
ciosa y que se concede por galardón ó recom heráldica. Blasón , etc.
pensa. La república francesa resucitó esta cos idióplica. En la necesidad evidente de utt ad
tumbre romana, que no prevaleció. jetivo que distinga el arma personal , la reunión
demecha ó cuerda. El primitivo arcabuz (V. e. v.) de combatientes armados del mismo modo ó
demoledora. Las máquinas antiguas (V. e. v.) la destinados tácticamente al mismo modo de ac
moderna artillería. ción , propone Bardin este idióplica ó el susUtu-
ARMA «i — ARMA
livo idioplia, compuesto de las dos voces griega* lia falarica; la caballería se divide en ligera v
irlio, propio, especial , peculiar y hoplon, arma, j pesada, ó mejor gruesa.
Este helenismo no ha hecho fortuna. pirobalistica. Nombre griego y genérico del
inocente. Cortes, galante , etc. arma de fuego.
inutilizada. Inservible. pirofora. Nombre griego del proyectil hueco
LIGERA. V. LKUO . incendiario, como bomba, carcasa, granada, cohete.
manual. En las de fuego lo mismo , ó mejor portátil. La de fuego manual, á distinción de
que portátil ; la que maneja un hombre solo. la artillería.
Clonard dice siempre manuable. prohibida. La que las leyes y pragmáticas di
material ó de combate. En la imposibilidad cen que se llama así.
de entenderse y expresarse, hay que usar este punzante ó puntiaguda. La que solo hiere de
adjetivo por oposición á personal ó idióplica: punta.
«arma-cosa,» por distinción de «arma-hombre» rayada. Lo mismo para algunos que estriada.
mecánica. En general, la artificial: más par pero hay diferencia V. Estría .
ticular, la complicada, la de vapor, la de recortada. Laque, posteriormente á su fabri
viento. cación, de larga se convierte en corta.
mixta. Los antiguos dragones, y si se quiere reformada d reorganizada. La que sufre varia
los antiguos carros, perros v elefantes de com ción orgánica por medio de reforma ó reglamento.
bate. resolvente. Asi llaman algunos á la caballería
moderna. Por oposición á antigua. por una de sus varias acciones ó modos de obrar.
nati ral. El brazo, los dientes, el palo, la sabia, los franceses dicen les armes savantes:
piedra. En cuanto al palo se le hace punta , y á los traductores repiten «las armas sabías». En
la piedra se aplica la honda , se convierten en España desde lupgo, el savant no se prodiga tan
armas artificiales. to como en Francia, y las armas que pueden
negra. La antigua de esgrima que tenia este creerse aludidas, ó traducidas, tienen suficiente
color. modestia para rechazar el epíteto. Pase lo de es"
neumática ó pneumática. La de viento, la que pecial y facultativo ó técnico, todo lo más lo de
lanza el proyectil por la compresión del aire. CIENTÍFICO.
neirobalística. Entre las antiguas máquinas tajante. Cortante, de corte.
balísticas , la especie que abraza las que obra táctica. La misma dificultad que en personal,
ban por la «fuerza de torsión» de nervios, cri idióplica.
nes, cuerdas, que en grandes apuros, como en técnica. En Austria y otros países la tropa de
la horrible defensa de Cartago, se reemplaza ingenieros, peoneros, tren.
ban con las cabelleras de las mugeres.
noble. La que no es desleal , doblada : por
excelencia , la espada y la lanza.
ofensiva. La destinada exclusivamente á he arrimar las armas. Descansar una tropa for
rir ó demoler. mada, dejándolas en el armero ó apoyándolas á
orgánica. Se tropieza en la misma dificultad la pared.
de definición que cuando se dice personal, idió arrojar las armas. No querer pelearó batirse.
plica, táctica , etc. Keunion de combatientes Concluir una guerra siendo vencido.
organizada para idéntico modo de obrar. con las armas en la mano. Erase adverbial para
oxidada ó mohosa. La blanca, cubierta de expresar que un pueblo está en guerra, ó muy
orin en sentido recto ó figurado. próximo y apercibido á ella.
pavonada. La blanca, de fuego, ó de cual cota de armas. ,V. Cota.)
quier clase, ofensiva ó defensiva, que no tiene dar arma. Antiguamente darla voz de alarma
brillo por operaciones de fabricación. un centinela. V también dar albazo, rebato, sor-
PETRARIA Ó PEDRERA. La HONDA , la CATAPULTA, el presa, ataque súbito.
PEDRERO. dar armas. Organizar, armar una parte del
personal. Otro adjetivo que puede darse, por pueblo en partidas francas ó milicia nacional.
oposición á material, al arma idióplica. tácti dejar las armas. Retirarse, dejar la carrera
ca, etc. al agente «vivo» por distinción del obje militar.
to «inanimado». descansar las armas. Movimiento reglamenta
pesada. Por oposición á ligera en todos senti rio del manejo del arma. V. Descansar . —No ha
dos: la flecha era más ligera que el cuadriello ó ber guerra.
ARMA - es - ARMA
estar sobre us armas. Militarmente estar for terciar las armas. (V. Terciar). Terciar con
mada una tropa y á punto de combatir. armas, lomar parte en una guerra entre otros
hacer armas. Pelear, combatí r, amotinarse. estados.
hacerse a las armas. Acostumbrarse , aguer tocar arma. Antiguamente tocar generala. Por
rirse, adquirir práctica. metáfora alarmar, conmover un país. «El ocupar
HECHO DE ARMAS. (V. ACCION!. el castillo de Namur será sin duda un tocar ge
HOMBRE DE ARMAS. (V. HOMBRE). neralmente al arma». ;Bas. Baken. Guerra de
jugar las armas. Esgrimirlas por ejercicio y Flandes,iífl). También tocar las armas, el escu
estudio.—En la táctica, emplearlas, ponerlas en do, con el hierro ó el cuento de la lanza, era re
acción y movimiento combinado en el campo de tar ó desafiar al mantenedor de una justa, torneo
batalla, como se dice «jugar la artillería ó la ca ó paso honroso.
ballería». tomar las armas. En una tropa, formar, co
llegar a las armas. Romper, estallarla guerra. gerlas materialmente del armero ó de los pabe
maestro de armas. Profesor de esgrima. llones. En un pueblo, levantarse, armarse, de
MANEJO DE ARMAS. (V. MANEJO.; Eli gCIlCral USai'- clarar y hacerla guerra.
las, acostumbrarse á ellas, ejercitarse. velar las armas. En los ritos caballerescos,
medir las armas. Guerrear, batirse, reñir, pe hacerles guardia ó centinela la noche ánles de
lear, lidiar. ARMARSE CABALLERO.
meter es armas. Alterar, levantar, poner en vestir las armas. Cubrirse el cuerpo con las
armas. antiguas defensivas. Por metáfora, armarse
MUNTAR EL ARMA. AMARTILLAR, PREPARAR. apercibirse, disponerse á la guerra.
PABELLON DE ARMAS. V. PABELLON.,
pasar por las armas. Arcabucear, fusilar, eje Armas blancas. -Alabarda . Archa. Azagaya. Az
cutar una sentencia de muerte con arma de cona. Bayoneta. Bisarma. Bohordo. Bordón. Bor
fuego. donasa. Clava. Chuzo. Cimitarra. Cuchilla. Daga
pasarse con armas v bagages. Es decir formado Destral. Espada. Esportón. Estoque. Guadaña-
en cuerpo. Hoz. Lanza. Lanzon. Macana. Machete. Martillo-
plaza ue armas. Lo misino que plaza fuerte, Maza. Navaja. Pica. Puñal. Rejón. Sable. Sarisa
Armas de fitrgo.-Ametralladoka. Arcabuz. Ca
de guerra.
ponerse en armas. Sublevarse, levantarse un rabina. Cañón. Caracol. Escopeta. Fusil. Granada
pueblo. «Los de Augusta fueron los primeros de mano. Mortero. Mosquete. Mosqueton. Obús.
que comenzaron á levantar gente y ponerse en Organo. Pistola. Revolver. Rifle. Tercerola.
arma» ^Avila y Zuñiga. L'oment. pdg. 4i i). Aper Trabuco.
cibirse, disponerse. Estar puesto ex armas, estar Armas arrojadizas. -Aconcio. Angón. Cateia.
un pueblo inquieto, alterado, turbado por guer Dardo. Eganea. Clides. Falarica. Flecha. Fra-
ra civil ó extranjera. mea. Ceso. Gorguz. Gcja. Jara. Javalina. Maleó
presentar las armas. Movimiento reglamen lo. Marcio barbulo. Materis. Mazara. Racum.
tario del manejo de armas para hacer honores. Rallón. Tragóla. Trifaz. Venablo. Vira. Viratón.
probar las armas. Operación técnica en las fá Virote.
bricas. (V. Espada. ) Tantear y reconocer la ha Armas para servicio de los cañones. Llámase
bilidad del enemigo, asi en la esgrima como en al conjunto de utensilios para su servicio y son:
los principios de una guerra. Atacadores. Agujas de fogón. Botafuegos. Bota-
publicar arma. Antiguamente retar, desaliar lanza fuegos. Bolsa de cuero para cartuchos. Cu-
en publico. Hoy declarar guerra. biciietes. Cucharas enastadas. Escobillones.
recoger las armas. Desarmar, quitárselas al Espeques. Guardafuegos . Giiardalanzafiegos.
pueblo, á las partidas francas, á la milicia na Guardamecua. Cuñas de puntería. Cuñones. Cu
cional. betas. Chifles. Cartucheras para estopines. La
rendir las armas. Movimiento reglamentario nadas. Punzones. Plomadas. Sacatrapos enastados
de honor á Dios. Entregarlas, darse por vencido, Tapabocas. Tinas de combate.
quedar prisionero. Armas y útiles para el servicio de los morte
REY DE ARMAS. (V. HERALDO.) ros. Los más principales son: Botafuegos. Bota-
revista de armas. La que tiene por objeto ex lanza fuegos. Cucharas de hierro. Crucetas de
clusivo reconocer su estado. madera. Escobillones con mACador. Escuadras
sala de armas. Sala de esgrima. con péndulo. Espátulas de madera. Espeques her
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hados. Niveles. Péndulos. Pínulas de madera. Plo (pág. 136). «A todas las piezas que componían la
hadas. Palancas para conducir bombas. Pies de ca armadura del jinete ó caballo se le daba el nom
bra de hierro. Rascadores. Sombreros. Lanadas. bre de arnés; pues D. Sancho IV de Castilla, en
Morda zas. Saca espoletas. la confirmación hecha en Valladolid a 12 de
Armas t útiles para el servicióle los oruses. mayo de 1285 del privilegio que D. Alonso VIII
Los más principales son: Agujas. Botafuegos. dio á favor de los doce linajes de Soria dispone
Cucharas. Crucetas. Escobillones. Escuadbas de que: «Todos los reyes que fueron en Castilla
graduacion. espeques. espuertas para conducir después d' el que les diesen el primer anno que
granadas. Listones para la puntería. Lanadas con regnasen cient pares de arneses , escudos, ca
atacador. Plomadas. Radiadores. Tapabocas. pellinas é sillas.... é nos ahora, por les facer
bient é merect á los caballeros de Soria.... que
ARMADA. El conjunto do fuerzas marítimas hagan estos cient pares de arneses ansí como
do una potencia. En lo antiguo lo mismo que sobredicho es.—El nombre de arnés no lo cono-
escuadra. Mencionamos esta voz de marina, aun ciamos anterior á este instrumento, y miéntras
que excluida de este libro , porque Atora y no parezca otro más antiguo , lo podemos repu
otros escritores del siglo XVI la usaban por tar como el primero. No debió verlo D. Eugenio
ejército, llamado entonces batalla ó hueste, to de Llaguno cuando aseguró por nota en la Cró
mada sin duda del italiano ó francés. Desde la nica del Rey D. Pedro el Cruel (al cap. 8.°) que
Invencible de Felipe U (1588) la voz armada, por el año 1366 se comenzó á usar el nombre
escrita así, indica en todos los países una gran de arnés, sacando esta consecuencia del capítu
fuerza naval. lo 2." de la Crónica abreviada , donde relatando
los aventureros que entraron con el conde de
ARMADIA. Balsa, conjunto de troncos ó
Trastamara de Francia se explica de esta mane
maderos enlazados para su trasporte por un
ra: «é !i todos estos dijeron en las partidas de
rio. (V. Almadía). Castilla la gente blanca; que ahí comenzaron
ARMADOR. Tornillo para armar los muelles las armas de bacinetes , c piezas , é colas , é ar
reales en las armas de fuego.—Antiguamente el nés de piernas é brazos, é glaves, é dagas, é es
jubón ó coleto de ante sobre el cual se vestían las toques , cá antes otras usaban perpuntes , é lan
a rmas. zas , é capellinas». El mismo sentido literal
descubre que no hace relación á que fuese aquel
ARMADURA. Voz puramente latina arma- tiempo el primero en que se oyó la palabra ar
tura. En toda su extensión, puede comprender nés; sino que se introdujeron diferentes armas
el conjunto de armas defensivas de todas las mi de las que se usaban en España , porque la voz
licias , de todos los tiempos; pero la brevedad y armas significaba el conjunto de las piezas que
la claridad obligan á concretarla aquí á las de constituyen la armadura como hemos demos
los tiempos que llamaremos por distinción, '(ca trado». Por si esto no bastare, copiamos la defi
ballerescos de la edad median. Ya que hemos su nición de arnés que da Dice. Acad. «Conjunto
primido el Blasón, contra la rúbrica de lodo de armas de acero defensivas que se vestían y
Diccionario militar, indemnizamos al lector con acomodaban al cuerpo , asegurándolas con cor
los nombres de todas las piezas de la armadura: read y hebillas». Martínez del Romero, que es au
tarea enojosa, que nos ha facilitado singularmen toridad, en su Catálogo de la Real Armería da
te Martínez del Romero, con su Glosario del Ca- también la voz arnés por sinónima de armadura
tálogo de la Armeríareal. Puesto que cada «pic- y añade: «Arnés tranzado. Al recorrer los in
-za» está definida en su lugar alfabético, basta en ventarios de la Real Armería hemos encontrado
este articulo con la lista que va al pié, y con muchas veces las palabras arnés tranzado , sin
algunas observaciones, cuya brevedad debe ser que podamos fijar á qué clase de arnés conve
en el día proporcionada á la escasa importancia nia tal calificación. Clemencin en sus notas al
militar del asunto. Quijote dice que dicho arnés pudo llamarse así
Desde luego englobaremos la voz Arnés , per del tranzado ó trenzado de la vestidura interior
fecto sinónimo de armadura, en el sentido que de malla ú otro tejido sobre el que se ponía la
aquí le damos, y cuya sinonimia, no por todos armadura y que la completaba. A pesar de esta
aceptada, nosotros mantenemos, amparados explicación seguimos en la misma duda».
como siempre por respetable autoridad. Queda , pues, sentado que armadura y arnés
Textualmente dice el Conde de Clonard en su son una cosa misma y que, para entendernos
Discurso sobre, el traje de los antiguos españoles aquí, nos referimos á las armas defensivas, blan
ARMA -67- ARMA
cas o caballerescas , á la armure piale de los hombres doctos, que han esclarecido el asunto:
franceses , á la pial armour de los ingleses , es y terminante lo comprueba Clonard en varios
decir, á las placas ó planchas ó láminas de hier pasajes de sus obras, como los siguientes: «Du
ro, amoldadas al cuerpo del hombre y del caba- rante la sangrienta y prolongada lucha que sos
llo. pero más especialmente del primero. tuvo D. Pedro de Castilla contra su hermano, el
Excusado es advertir que la idea de cubrir el conde de Trastamara, en el siglo XIV; lucha á
cuerpo con escudo y con defensas de cuero y de que concurrieron como auxiliares de ambos be
metal remonta á los primeros tiempos históri ligerantes los franceses y los ingleses, principia
cos. (V. Catapracta, Clibanario, etc); pero mu ron á aumentarse las piezas del arnés hasta lle
chos usos y costumbres, al seguirlos descen gar al último punto de los adelantos en esta
diendo por la historia, sufren interrupciones parte. Fueron principalmente los franceses los
incomprensibles: y es observación de Carrion autores de tales novedades, y como á la muerte
Nlsas, tan exacta como todas las suyas, la sin del Condestable Duguesclin se llamó en Castilla
gular alternativa de afición y menosprecio con «gente blanca» á los de la armadura reformada
que las milicias históricas han mirado las armas se denominó tanlbien esta armadura de punta
defensivas : unas veces se ve á los soldados cu en blanco. Llegó á ser el arnés de tantas partes
biertos de cuero, de madera, de asta, de hierro • que es difícil enumerarlas fielmente, y mucho
otras, y no muy lejanas , se les encuentra casi más conocer fuera de la región de la duda el
en cueros. No se puede seguir la filiación de la uso á que se destinaban. El alpartáz, la cota de
aimadfra desde el oplite y el argiráspide griego: malla, el bacinete, la visera, babera, gorguera, el
los romanos, es constante que no iban «cubier peto, el espaldar, el piastron , el añabrazo, los
tos» literalmente de hierro, sino con algunos guanteletes, la coraza, los quijotes, las canille
aros, laminas ó chapas. (V. Pectoral, Ocreas); y ras, las grevas, los zapatos herrados y el muse-
conocidas son las increpaciones contra la molicie quíe, la jaqueta, el gálato y la jornea constitu
de los legionarios degenerados, que fueron pro yeron la verdadera armadura de punta en blan
gresivamente desnudándose, hasta que en tiem co». (Hist. org. T. I).
pos de Graciano (375) suprimieron del todo las Los catalanes llamaban espatlleres, y don
umas defensivas. Aquí hay un salto hasta Car- Alonso el Sabio fojas, á la defensa construida de
lomagno en Europa: y en España quizá hasta el latas de hierro para cubrir la espalda, á seme.
siglo XII. Al reaparecer la armadura, téngase janza délos antiguos clibanos. En el sitio de Ler-
presente que no es el arnés perfeccionado y ar ma ( 1 334) por Alfonso XI, para castigar á don
tístico , de que aquí tratamos , sino la correa Juan Nuñez do Lara, rebelado, llamó el rey á
trenzada ó retorcida, el cáñamo, la malla de hier Alfonso García de Padilla á quien mandóle dar
ro , la escama metálica ó córnea del catafracta caballo et loriga et capellina et quijotes et cani
resucitado. lleras et gambax. Parece que en este asedio se
En la voz Loriga, que tratamos en su lugar vieron por primera vez en Castilla las armaduras
con sobrada detención , como la genérica por del cuerpo, compuestas de varias piezas que pu
entónces, pues abrazaba toda especie de «de dieron haber introducido los ingleses y gascones
fensa corporal», se hallarán pormenores que que vinieron al campo español con el vizconde
aquí no anticipamos. Descartes, según se infiere por las formales pala
Es preciso bajar casi hasta la mitad del' si bras de la Crónica de Alfonso XI, cap. 1 67 y 203.
glo XIV, para topar con la primera armadura de Pero si bien se vieron nuevas armas, no es de
pucis modeladas, esto es, de punta en blanco: y to- suponer que de repente se abandonasen las an
davia es preciso bajar hasta fines del XV para tiguas; porque hasta 6 mayo de 1338 no dió el
asignar «fecha cierta y autorizada» á lu mayor Ordenamiento de Burgos, en que se previene que
parte de las que adornan las armerías, singular el que ha de ir á la guerra «sea tenudo de llevar
mente la Real de Madrid. el su cuerpo et el su caballo armado et de llevar
La poca atención y el estudio somero de es quijotes et canilleras». La crónica de Alfonso X'
tas, áules frivolidades, han hecho caerá muchos hace notar, en el cap. 302, la sorpresa que cau
artistas de fama y arqueólogos respetables en los saron los yelmos con adornos y geroglílk-o
más risibles adefesios. La razón efectivamente que trajeron al cerco de Algeciras el rey Felip6
se rebela contra ciertas, al parecer, contradiccio" de Navarra y los condes deStarbi, Salisbury,
nes históricas; pero á vista de los hechos hay Fo ix ele. (Clonard. Mem. de la Arad, de la Hist:.
que plegarla y acomodarse á ellos. Esto que El mismo autor da las principales reformas
asentamos es verídico y acreditado entre los hacia fines del siglo XV en oslas palabras:
ARMA — 68 — ARMA
«Antes de emprender la conquista de Grana En estos últimos tiempos multitud de erudi
da, regularizaron los Reyes Católicos los hombres tos han estudiado este ramo con ahinco, y pro
de armas, y jinetes ó caballos liüeros, é hicieron ducido chistosas rectificaciones en los viejos ca
innovaciones de mucha importancia tanto en su tálogos de las armerías. El excelente que arriba
equipo como en su armamento». Se aligeró la citamos, contiene muchas importantes y de
armadura de la cabeza, suprimiendo la visera y muestra, por ejemplo, lo falso de atribuir á Isa
dejando solo la rabera. La del tronco de cuerpo bel la Católica una armadura que no soñó en
se redujo al falso-peto, piastron y faldón, gola, vestir. Con él nuestra Armería Real, célebre en
goardabrazos y guanteletes y la de las piernas á Europa, no merecerá alguna satírica reconven
UlS MEDIOS QUIJOTES, GUARDAS DE RODILLA , GREVAS y ción, que en otros tiempos se le dirigía. V mi
zapatos herrados. Para armas ofensivas se adop rándolo bien, más vale dar fin á este articulo
taron la lanza de anuas, maza, estoque y espada recomendando al lector que vaya á verla, con
con pavés. Desembarazáronse también de los olí dicho catálogo en la mano.
banos de hierro los caballos de los catafractos, y A continuación insertamos la lista de las pie
de este modo adquirieron más ligereza y movi zas que en su lugar alfabético se describen.
lidad para hacer sus maniobras rápida y fácil Defensas de la cabeza. -Almete. Armerola.
mente. Los jinetes vistieron el m.partaz con al Hacínete. Barreta. Baúl. Borgoñota. Capacete-
mófar, brafoneras, gfardas de rodilla y JACO DK Capel. Capellina. Capiello. Casco. Celada. Hel-
ante. Sus armas eran la lanza jineta, capagorja mete. Morrión. Sombrero de hierbo. Yelmo.
> ESPADV COn TABLACHINA». (ClONAKD. T. 11 , H¡S- Defensas del tronco. -Ai.partaz. Arnés cri do.
loria orí/única, . Brigantina. Collahetf. de malla ó batul. Coraza.
La armadura fue progresivamente naciendo Coselete. Cota de malla. Culera. Falda. Faldar.
de la sustitución de planchas á las mallas; y por Faldaje. Fojas. Gorguera. Gorjal. Guabdarrenes-
mucho tiempo se compuso de ambos elementos: Pancellar. Pancera ó Ventrera. Piastron.
la armadura completa no aparece hasta 1350. To Platas.
davía dejaba partes al descubierto, y por lo lan Defensa de los brazos. -Avan-rkazos. Braciles.
ío subsiste el escudo; pero, rápidamente perfec Bracelotes. Brazaletes. Brazales. Cangrejo. Ca
cionada, éste ya sobra. Armaduras hubo que se ñones. Codales. Guantes. Gfardarr.uos. Guar
componían de áoO piezas y pesaban más de cua- das. Hombreras. Lúas. Manoplas. Misequies.
tro arrobas. Según Martínez del Romero la mayor Sangraderas. Sobaqueras.
parte de las armaduras, y de las piezas sueltas de
Defensa de las piernas. -Botas de fierro. Bra
la Real Armería, que son del siglo XVI en adelan
foneras. Canilleras, esquinelas o espinilleras.
te, están formadas de tres cuerpos: uno, interior,
Cangrejo. Escarcelas. Escarcelonf.s . Escarpes.
de hierro dúctil y maleable, y dos Citeriores, de
Greras. (¡reboñes. Musleras. Quijotes. Rodille
acero. Estas chapas eslán construidas á martillo
ras. Zapatos herrados.
ó percusión, resultando un compuesto tan á pro
pósito para el objeto, que sin exageración puede ARMAMENTO. Voz tan genérica, que abra
decirse no es posible dar nada mejor como ma za desde el del soldado, que en infantería está
lcría ferruginosa. En algunas pruebas la bala de hoy reducido al fusil con bayoneta, hasta el «ar
fusil destrozó el primer cuerpo y pasó al segun mamento de un país» quB es el aparato ó pre
do; pero éste, como no acerado, se dilató y de vención de cuanto se necesite para la guerra, lo
bilitó el impulso del proyectil, por estar soste cual, es bastante extenso. Un cabo de escuadra
nido por el tercer cuerpo. Aquí se demuestra el pasa revista al armamento; pero al país le cos
esfuerzo para conseguir una armadura Á prueba taría algún trabajo pasar revista al suyo; y si lo
DE PELOTA. (V. C. V. ! j hiciese, que no estaría demás, no había de que-
Entre los puntos en que se labraron armadu i dar grandemente satisfecho en 1867. Los milita-
ras, en Italia, Flandes, Alemania y España, des RF.scn esto, después de advertirlo lealmente, nos
cuella la gran fábrica que Carlos V mandó cons lavamos las manos, «porque no nos compete» si
truir en Tolosa, las de Pamplona, Eugui, Valla, no á los hombres de Estado, á los hombres po/t-
dolid, Barcelona; pero en honor de las fábricas ticos y por lo tanto damos punto. Más particu
italianas, debe decirse que muchas armaduras, larmente suele concretarse al material: pero en
de las existentes hoy en la Real Armería, fueron el sentido más lato, comprendiendo plazas.
remitidas allá para que los Negrolís, Piccininos, FRONTERAS, ARTILLERÍA. FABRICAS, ALMACENES. RE
Carairas y otros famosos artíliccs las damasqui PUESTOS, etc.—El «armamento de una plaza» es.
nasen y embelleciesen con riquísimos adornos. lodo el aparejo ó prevención de cuanto necesite
ARMA - 69 - ARMÍ
para sostener un sitio. Los ingenieros distinguen bre, armazón para carcasa. Las hay de varias
p| armamento llamado de «seguridad», que no clases; pero la más propia es de hierro batido^
es, como puede presumirse, tan completo romo y se compone de un plato cóncavo que es el fon
el de «defensa». do, y del cual salen tres ó cuatro barretas que
ARMAR. Este verbo no necesita la definición se enlazan en la periferia de otro plato colocado
de sus varias acepciones y basta mencionar los en la parto superior, el todo se asemeja á una
sustantivos que rige. Armar (la), ballesta,—ba esfera; antes de cargarse para formar la carcasa
terías, BAYONETA,— BARRICAS, CABALLERO (á al- se mete la armazón en un saco de lienzo, armazón
RUno),—CELADAS , (el) CUACÓ, EJÉRCITOS , EM para pollada. Como el arbolete para racimos de
BOSCABAS,—(un) fusil,—lazos,—(una) llave,— metralla: se compone de un culote de madera y
la) GORRA, MOTINES , PABELLONES, REDUCTOS, una espiga en el centro, sólo que ésta tiene dos
(una) plaza—(un) país,—(un) pueblo,—soldados, platos atravesados por su centro equidistantes
TIENDAS, TRAICION, ZANCADILLAS. entre si para que puedan entrar las granadas: di
Tuvo también significación táctica, pues se chos platos tienen unos rebajos circulares donde
gún Eguiluz (pág. 53) era «ir metiendo ó arre encajan éstas. Hay armazones para todos cali
glando en formación cada. una de las parles de bres; pero lodo ello está en desuso hace tiempo.
que se componía el escuadrón v. g. formar y co ARMELLA. Del latin armilla, brazalete; de
locar primero la guarnición (V. e. v.) de arcabu armus que en latin es brazo. Premio ó recom
ceros del costado derecho, luego la piquería de pensa militar, honorífica, que, según Tito Livio
cosfxetes; después las picas secas, en fin la arca (lib. 10 . sólo se dalia á los soldados de caballe
bucería de la guarnición del costado izquierdo». ría. «Equites omnes, ob insignem phiribus Inris
(Y. Táctica). operam, corniculis, armillisqie argentéis donato.
ARMARIO. Actualmente alhacena grande. Pero, según Polibio, sólo era para los infantes y
Se menciona, porque el Digc. Acad. I cree que según Plínio también para los ciudadanos.
pudo provenir de su primitivo objeto, guardar ARMERIA. El edificio ó sitio en que se
las armas. «Algunos, dice, los llaman corrupta guardan diferentes géneros de armas para curio
mente almarios». —También opina asi Carrion- sidad ú ostentación. La primera idea de colec
Nisas (Hist. mil. T. I, pág. 431) respecto á la cionar armas preciosas ó notables se atribuye á
voz análoga francesa armoire. Si no fuese por Carlos V. V. y comp. Museo). —El arte de fa
lo de alhacena, mejor dicho estaría armario que bricar armas.—La ciencia heráldica. — Hay quien
ARMERO. osa traducir «armerías», en vez de armas, el ar-
ARMARSE. No sólo tomar ó empuñar armas moiries de los franceses.
ofensivas y vestirse armas defensivas, sino aper ARMERO. El artífice que fabrica armas, pero
cibirse, aparejarse para la guerra, hacer arma más particularmente de fuego: el que las fabrica
mento. blancas, espadero.—El que en las armerías guar
da y cuida las armas. —La armazón ó aparato en
ARMATOSTE. Uno de los cuatro instrumen
cuarteles, cuerpos de guardia y almacenes para
tos empleados para armar las ballestas, y que se
compone de un torno ó dos manijas. No hay colocar las armas.
que confundirlo con el craneqiun (Mart. del Ro ARMEROLA. Especie de capacete ligero, cu
mero. Glos. del Cat. de la R. Arm.) «Porque las bierto por lo general de seda que se usaba en
ballestas de aquel tiempo armábanse con un tiestas y torneos. (Uayangos. En nota del Memo
ingenio que llamaban armatoste, estribando un rial hist. esp. T. VIII, pág. 197).
pié en el airo de que tomó el nombre». (Sando- ARM ¡ PERO. Adjetivo latino, armifer , que
val. Reges de Cast. pág. 4 bis.) La Enciclopedia lleva armas, usado en poesía ó estilo muy le
de Mellado llama inexactamente armatoste á los vantado, como cuando dice Lope de Vega:
artificios de batir (mejor diría de cubrir) como «La casta Diosa armífera ofendida».
víneas, plúteos, etc. Irónicamente podrá llamarse ARMIGERO. Adjetivo latino, armiger, que se
armatoste la máquina ó aparato de gran volu aplica en general al hombre marcial, belicoso,
men y de efecto no proporcionado. inclinado á las armas. «El cardenal, hombre de
ARMAZON'. Nombre genérico que se da á la su condición armígero y aun desasosegado, armó
reunión de piezas para formar sobre ella alguna contra él..» (Mendoza. G. de Gran. lib. 2, n. 3."il.
cosa. En artillería hay: armazón para camisas —También significó, sustantivo, especie de es
embreadas. Marco cuadrilátero tejido de alam cudero en la edad media,
ARMI — 70 — ARQU
ARM1LAUSA. Se encuentra esta vuz en cua ARO. Citaremos algunos: aro embreado. Pe
tro diccionarios militares; en Moretti, que dice dazo de mecha vieja ó cuerda empapada en al
arniilausa ; en Hevia , que dice armilusa; en quitrán y enroscada, para alumbrar antigua
J. D. W. M. (|uc dice armilaura ó armilausa, y mente fosos en los sitios.—De la caja. El circulo
en Aqdino, que dice armelausa, armilusia. La de madera que sujeta y tiende el parche.—De
definición, igual en todos, de esta voz latino-bár- rueda. El que refuerza el cubo en carruajes de
bara, es vestido militar, dalmática que usaron artillería.—De barril. Generalmente de cobre
los antiguos encima de la cohaza; estaba abierto sujeta las duelas en los de pólvora.—De cubo.
por delante y por detrás á fin de poder montar El que sujeta los de la cureña.
á caballo y le aseguraban al cuerpo por medio
ARPA. Especie de puente levadizo dice el
de una faja ó cinturon.
Dice, de Hevia, copiando á Moretti; pero nin
ARM1LUSTRO. De armiluslrum, de arma gún ingeniero conoce esta voz, ni la traen
lustrare en latin. Revista sacro-militar que las Dice. Acad., Terreros, etc.
tropas romanas pasaban en el campo de Marte ARPEO. Lo mismo que cuervo. Dicc. Acad. 5
todos los años por el mes de octubre, el dia 19. da: «Instrumento de hierro con unos garfios de
—Liskenne dice que se llama lustration ; lo cual que se usa en las embarcaciones para abordar
para unos es inspección, para otros consagración. á las del enemigo». También Dice. Terreros lo
Maquiavklo llama lustralori á los funcionarios da como de marina.
encargados de estas revistas, alardes ó ceremo
nias. Aqtjino cita á Feslo, Nardino y otros auto ARQUEO. Reconocimiento de caudales y pa
res pero tampoco da explicación satisfactoria. peles que existen en arcas , es decir, en caja y
y son pertenecientes á algún cuepo.—Arquear
ARMIPOTENTE. Poderoso en armas. Se dice
de un pueblo, ó de un soberano, ó de un dios, no se dice , sino «hacer arqueo».
como Lope de Vega: ARQUERIA. Conjunto de arcos (Dice, de la
«Suena feroz, armipotente Marte». Academia 5¡.
ARMISTICIO. Palabra formada de dos lati ARQUERO. El soldado antiguo armado de ar
nas, arma, stare ó sistere, detener, que designa co y flechas. Flechero, sagitario (V. y disting,
una especie particular de suspensión de hosti Archero).
lidades. En el tecnicismo diplomático se distin
gue de la tregua por su carácter más parcial, ARQUITA de cuerda mecha. Caja pequeña de
momentáneo y pasajero. Un armisticio puede madera forrada de hoja de lata colocada en la
celebrarse entre dos ejércitos por acuerdo de sus caja del eje de la cureña de la pieza de batalla,
generales, y aun entre dos cuerpos ó divisiones donde so conducía la mecha, cuyo extremo en
de un ejército, por el simple acuerdo de sus co cendido salía por un taladro.—de entre gualde-
mandantes: mientras que la tregua, preliminar ras. En las cureñas antiguas, la caja en que se
ordinario de una paz, ó de un convenio, exige la llevaban algunas municiones.
intervención de los gobiernos.—«Denunciar el ARQUITECTURA militar. «El arte de forti
armisticio» es frase también diplomática para ficar. Llámase también fortificación» (Dice, de la
anunciar anticipadamente su conclusión al ene Acad.) Efectivamente es y ha sido perfecto si
migo. nónimo de arte de la fortificación en toda su
ARMITES. Soldados veteranos de la legión latitud, durante los tres siglos anteriores al
romana llamados también triarios y pílanos. Nonuestro; como se demuestra por la extensa bi
lo hemos visto más que en Moretti, Hevia y bliografía que de este arte hace tiempo tiene
concluida el autor de este diccionario. Algunos
D. W. M.—Carlos Aqtjino en su Lexicón militaris
establecen una distinción que no existe; y como
no dice arrnites, sino armutes y su significado
prueba de lo peligroso que es querer explicar lo
es genérico: «armis pugnantes», todo el que pe
lea con armas; como de arcus, arco, arcutes, que no se entiende , trascribiremos textual la
arqueros, vqui arcu belligerant». definición del Dice. mil. de Moretti , que tiene
el mal gusto de copiar integra otro Dice, militar
ARMON. El moderno avantrén de las piezas también , impreso en 1863. «El arte de cimen
de batalla con arca ó cajón para municiones y tar, construir y levantar edificios, sobre princi
asiento para los sirvientes. pios sólidos y artísticos, destinados exclusiva
ARNÉS. (V. Armadura.) mente á los objetos de la milicia como son:
ARRA — 71 — ARRE
cuarteles, almacenes para pólvora y para vive- ARRANCADERO. La parte más gruesa del
res, arsenales, hospitales, etc., según lo permi cañón de la escopeta según el Dice. Acad 5; pe
tan las circunstancias del terreno y los medios ro en la 1 ." edic. añade que es voz provincial de
para ejecutarlos. La arquitectura militar no Aragón.
debe confundirse con el arte de fortificar una ARRANCADO. Vencido; de arrancar, que
plaza; pues en esta parte por lo general bastan ántes significaba batir, destrozar, desbaratar.
unos principios elementales de arquitectura, «Era de MCX años, fueron arrancados los Leo
ayudados por la rutina (sic) y fundados sobre neses». (Cronicón de Cárdena). «Oriel Aznarez
reglas casi siempre uniformes». — El primer fué arrancado en Polgar, era MCCLIIo. (anales
párrafo es bueno: el segundo vale de oro lo que toledanos).
pesa. \Rutina y uniforme en la fortificación del ARRANCAR. En sentido anticuado vencer.
siglo XIX! Que no lo oigan los ingenieros. «Fizo cinco lides campales, y todas las arrancó»
ARRABAL. Se toma por la extremidad de (Poema del Cid). También partir de carrera para
algún pueblo grande en que el caserío es de in seguir corriendo: «arrancar al galope la caba
ferior calidad; ó por barrio extramuros que for llería.»— Hoy decimos «arrancar la victoria,
ma parte de la población ¡Dice. Acad. 5) Subur- arrancar de su posición al enemigo» para ex
iio es más latino y pedantesco. presar dificultad y gran empeño.
ARRAEZ. Esta voz, que ahora significa pa ARRANQUE. Impetu de cólera. Ocurrencia,
trón de barco, viene de arrayaz, con que en ios pensamiento, operación viva, pronta, audaz, im
tiempos de la reconquista se designaba á los prevista. Suelen ser buenos, pero también peli
comandantes ó gobernadores musulmanes en grosos, los militares de arranque.
ciertos distritos: del árabe rais, caudillo, jefe, ARRANCHARSE. Juntarse en ranchos. ( Véa
capitán. (Gayangos.)—Dice, de \V. da, no sabe se Camarada).
mos con que autoridad, Arrajaz : voz árabe , lo
mismo que alférez. ARRASAR. Dejar raso, llano, igual. Arrui
nar, talar, asolar, destruir un país. Echar por
ARRAMBLAR. Dejar los arrotos ó torren tierra, destruir, demoler fortalezas.
tes llena de arena la tierra por donde pasan en ARRASTRAR. Cuando se dice que un ejér
tiempo de avenidas.—Por metáfora, «arramblar cito «arrastra artillería», envuelve al parecer
con todo» es arrastrar, cargar, llevárselo lodo la idea de que es lardo en sus movimientos, por
ron violencia (Dice. Acad. I, 5 y Terreros). llevar mucha ó ser mala.—Ganado de arrastre
ARRANCADA. Partida ó salida violenta.— se llama el de tiro, por oposición al que se mon
Acometida, arremetida, victoria.—«De arranca ta ó se carga á lomo.—Una tropa puede ser
da» adverbio antiguo, de vencida. (Dice. Acad. «arrastrada á la sedición», y también puede
v Terreros) "Era MLXXXM leal. Aprilis fecit «arrastrar su bandera por el lodo».
ñex Veremundus arrancadas super Mauros cepit- ARREBATO. Según Dice. Terreros y Dic
(¡u? ibi Regem illorum» (Cronicón Conimbricensf.) cionario de la Acad. 5, lo mismo que antigua
«Fué la arrancada de Huesca , é vino el Conde mente rebato; y de aquí «arrebatarse» acudir
García Ordoñez en ayuda de Almotacén con los cuando tocan á-rebato».—Hoy se arrebatan lau
moros, c lidiaron con ReyD. Pedro era MCXVIII» reles y posiciones y victorias en la guerra. Está
(«nales Toledanos II. ) — La palabra arrancada mal en un jefe «arrebatarse», obrar arrebatada
pudiera venir del nrcatum de la baja latinidad, mente, dejarse dominar por la ira ó el enojo.—
que si bien significaba comunmente ataque á un A-rebato. Adverbio que antiguamente expresaba
castillo, se usa en algunos documentos en sen el toque de campana que también decimos A
tido de expedición militar, fonsado ó guerra.— somaten. (V. y comp. apellido).
El fuero de Castrojeriz del año 974, donde otros ARRECIAR. Se dice del fuego, combate, pe
fueros dicen fonsado, pone arcato : «Si illo co
lea, escaramuza; y según Dice. Acad. «arreciar
mité tenuerit arcato faciant se tres pedones in
se» es fortalecerse, cobrar fuerzas, brios.
uno. el de uno illo asino, el vadanl tilos dúos».
La modificación ó cambio pudo hacerse convir ARRECIFE. Voz arábiga, racif, según el
tiendo arcata en arrancada.—«Los moros entra P. Guadix y Juan López de Velasco. Lo mismo
ron tras ellos y los llevaron de arrancada hasta que calzada ó carretera; así se denominaban
las puertas». (Marmol. Descrip. de Áfr., lib. 4, ántes los restos que han quedado de las vías mi
pág. Í24). litares de los romanos. Arrecifes, en plural, pe
ARRE — 72 — ARRO
fiascos continuados que salen de la costa, unas Terreros distinguen arrial de arriaz: el primero
veces cubiertos por el mar y otras no. Cuando es pi Sode la espada; el segundo, botón ó virola
están descubiertos, se dice que «velan» en len que se ponía entre el hierro del puñal ó cuchillo
guaje de los marinos. (Dice. Acad. Hist.) y el mango, para que no se corriese la mano y
ARREDRAR. Del adverbio latino retro, atrás se lastimase con el corte. «Asie en la manzana el
y la partícula o. Echar atrás ó detrás, apartar, toda la fortaleza que es la virtud de la espada,
hacer volver atrás según Dice. Terreros. Hoy só cá en ella se sufre el mango y el arriaz y es
lo se usa en sentido de atemorizar, infundir fierro... bien á esta semejanza es puesto el arriaz
miedo, contener y detener inoraliiiente al ene entre el mango y el fierro de ella». (Doctr. de
migo. «Hizo con escaramuzas arredrar algún Cab. lit. 3).
tanto á los moros». (.Mariana. Hist. de Esp. libro ARRÍCETE. Lo mismo que restinga en el
11, cap. i.i).—«Arredropelo», adverbio anticua- mar, que es donde hay pora agua y el suelo es
do, lo mismo que confusa ó revueltamente. de arena. Estos arricetes ó bajosen las cartas de
ARREMETER. Acometer con ímpetu > furia. marear se señalan con puntos: y sisón de piedras
embestir, arrojarse con presteza. «Creyendo que con crucecitas en lugar de puntos. Llámanse por
dijese Santiago, como es costumbre en España, otro nombre recuestas. (Dice. Acad. Hist., No
para acometer los enemigos, arremetieron sin mus esta en Dice. Acad. Esp.
orden» (Mendoza, tí. de tíran. lib. 4, num. 14). ARRIL1SES. Correa corla que pasa por en
Aquí se ve clara la diferencia entre acometer y cima de la silla, sea brida , jineta ó albardon, y
arremeter. «El decir esto; y el apretar la espada, en los extremos tiene dos hebillas en que se
y el cubrirse bien de su rodela, \ el arremeter prenden las correas de los estribos. (Dice. Acad. 1
al vizcaíno, todo fue en un tiempo». (Quijote y 5, y Terreros,.
parí, 1 cap. 8.
ARRISCADO. Arriesgado, atrevido, resuelto,
ARREMETIDA. Lu acción de arremeter. osado. Del verbo arriscar, quizá corrupción de
ARREMOLINARSE. Perder la formación, arriesgar (Dice. Acad. y Terreros/. « muchos
desordenarse, especialmente la caballería. se holgarán de saber que en el cabo del mundo
ARRESTO. Tanto en la legislación civil, co gente desnuda, bárbara y sin armas sea tan beli
mo cu la militar, expresa detención: y se dife cosa, ardidosa y arriscada por la defensión de
rencia notablemente de la prisión, que supone su tierra como es la de esta provincia». [Historia
perdida absoluta y material de la libertad por <te Chite desde 153ti á 1575 por el capitán Alon
medio del encierro.—Según Dice. Acad. y Terre so de (joNüORA ,Marmolejo.—Mein. hist. esp. To
ros el verbo «arrestarse» es arrojarse, resolver mo IV, pág. 7.
se á alguna acción ó empresa árdua de grande ARRODELARSE. Cubrirse con rodela (Dic
contingencia y riesgo: y «arrestado» se dice dej cionario Acad.)
arrojado, intrépido, asi como arresto por arrojo,
temeridad. ARROJADIZA. (V. Arma).
ARREZAFES. Lugares espinosos, matorrales, ARROJADO. Resuelto, osado, intrépido, in
argomales. (Dice. Terreros). considerado. ^Dicc. Acad,. que pica en teme-
HAHIO.
ARRIAtiA. l.o mismo que pedregal (Diccio
nario Terreros). ARROJARSE. Abalanzarse con ímpetu; re
solverse á ejecutar con ánimo e intrepidez.—
ARRIAL. El pi ño de la espada según Dicciona «Arrojar la vaina» significa obrar, más aún con
rio Acad. 1 y 5. «E tollo la man derecha que despecho que con resolución, determinándose á
teme en las cuerdas del manto, é trava en el seguir el empeño á todo trance hasta morir o
arrial de la espada, e sacóla fuera de la vayna vencer. ¡Dice. Acad. 1).
cuanto un palmo». (Cron. ural. Part. 4,fol. 313)
ARROJO. Osadía, intrepidez que raya en
ARRIAR. Bajar la bandera á media asta;
temeridad.
quitarla en las fortalezas y edificios militares.—
También según Dice. Hevia, pieza de la espada, ARROLLAR. Desbaratar ó derrotar comple
cavilan; pero quizá sea errata por aurial, arriaz. tamente al enemigo. iDicc. Acad;.
ARRIAZ. Del árabe arrias, gavilanes, puño ARROMPIDO. La tierra que de nuevo se
de la espada. (V. Arrial y AiiniAR). Dice. Acad. y rompe, se labra y se siembra para que lleve fru
ARRO — 73 — ARTI
lo. Antiguamente se decía también «arrotura» ra, donde se enlazan mejor con otras ideas y
(Dice. Acad). reflexiones.
ARROSTRAR. Atreverse, arrojarse á acome ARTICULADO. En algunos tratados moder
ter y batallar con el contrario rostro á rostro. nos de táctica (el de Renard por ejemplo) se usa
|Dicc. Acad. 5) (V. y comp. Afronta»j. este adjetivo anatómico, procedente de articu
lación, para expresar que en un orden ó forma
ARROYADA. La avenida ó crecida de un ar ción de combate las unidades tácticas tienen la
royo. El valle por donde camina algún arroyo.
debida conexión y enlace (V. y comp. Disloca
El corte, surco ó hendidura que hace en la tier ción).—Articulado se llama hoy en los decretos
ra la corriente de algún arroyo. (Dice. Acad). importantes la parte preceptiva, por oposición á
ARROYAR. Llevar la lluvia impetuosa la la expositiva ó preámbulo.
tierra descarnando el campo, ó la heredad, y ha
ARTICULOS. Se llaman así en un convenio,
ciendo unos surcos como arroyos por donde cor
tratado de paz ó capitulación de una plaza ó for
re el agua; como sucede de ordinario en las tier
taleza, cada una de las cláusulas, disposiciones
ras que están en cuestas ó pendientes. Úsase más
ó principales puntos convenidos.—En la orde
comunmente como reciproco. ¡Dice. Acad. I y 5).
nanza cada articulo debería ser un verdadero
ARROYO. Corriente perenne de agua de poco aforismo, máxima ó sentencia, como se indicó al
causal, menor que el riachuelo, y que se pasa sin definir esta voz.
necesidad de puente por lo común. ARTIFICIAL. (V. Arma). En el siglo XVII lo
ARROYUELO. Diminutivo de arroto. mismo que artificiero. De las varias obras de
bidas al Sargento general de batalla D. Sebas
ARRUGA. Voz que usan los geólogos, en su tian Fernandez de Medrano, una se titula: «El
sentido vulgar, para significar las desigualdades perfecto artificial, bombardero y artillero.»
de la superficie terrestre que provienen de ar
rugamiento y contracción de la corteza (V. Plie ARTIFICIERO. El que hace artificios de
gue.) Esta escuela ó secta de las arrugas es la de artillería.
Constant Prevost, antagonista de Ei.'e de Beau- ARTIFICIOS. Voz genérica de artillería
most, que explica todo por erupciones y levan que comprende los aparatos, fuegos artificiales,
tamientos. (V. Montaña. mixtos y composiciones explosivas 6 incendiarias
ARSENAL. El agregado de edificios conti usados en la guerra. En ella ha entrado el
guos al mar donde se fabrican, reparan y conser fuego como importante agente desde la más re
van los buques de guerra y se guardan los per mola antigüedad (V. Artillería) y desde la in
trechos y aprestos para equiparlos y armarlos. vención de la pólvora lomó mayor importancia
Es corrupción de tarazanah\w escomo se decia este ramo de artificios, al cual, como á todos los
antiguamente: de cuya voz se formo darsenal de artillería, dió España grande impulso en sus
que después perdió la (/inicial, asi como dársena tiempos de prosperidad. Aducimos como prueba
de tarazaría: nombres todos de origen arábigo. el texto siguiente á propósito de prioridad en
(V. y comp Dársena) (Dice. Acad. Hist . esta materia de proyectiles incendiarios.
l'ero no todos se conforman con la etimología «Nuestro compatriota D. Antonio González,
árabe de la Acad. de la Hist. pues dice Sansovi- ingeniero hábil, hombre dotado de una inteli
no (en su Hist. de Venecia, lib. 8:; «-La casa delV gencia profunda en los fuegos artificíales , que
Arsenale, che »'interpreta Arx Senati's: cioé eor- vivió y militó en Flandes desde 1681. inventó
tezzv. bastióse, antemurale 4 sostegno del Seña unas carcasas ó bombas de incendio compuestas
lo contro l'armi de gl'infideli».—Aguiso Lexic. de ingredientes tan activos y fétidos, que priva
mil.) lo hace venir del latín bárbaro arsena, ban de sentido al que quería acercarse para
arsenar. y de lodos modos en la antigüedad no apagar el fuego. Una de estas bombas, lanzada
tenia significado exclusivamente «naval» sino de por el misino (jonzalez el ii de julio de I68G.
fábrica, maestranza ó depósito de máquinas mili causó la voladura del gran almacén de pólvora
tares y pertrechos. de la plaza de Buda, con estrépito y estragos
tales, que hicieron estremecer aun á los más
ARTE MILITAR. ARTE DE LA GUERRA. animosos de los sitiados \ sitiadores. El Mar
Ha parecido conveniente incluirla importante y ques de (¡rana, pinta así los efectos producidos
extensa definición de ambas locuciones, que dis por este terrible proyectil; «la tierra se movió
tan mucho de ser sinónimas, en el articulo (ji er por espacio de más de una hora de distancia; el
10
ARTI — 74 — ARTI
Danubio salió de madre con tal fuerza, que los chos de ellos, fundándose en que el sustantivo
destacamentos de dragones que custodiaban sus ars, arlüi, arte, expresó en la baja latinidad con
márgenes, las abandonaron por no verse sumer junto de engeños, encinos ó aparatos bélicos, de
gidos; algunos pedazos de muralla saltaron al ducen de él la palabra artillator, que suponen
otro lado del rio, y el humo fué tan denso y anterior á la de artillería , y que se encuentra
durable, que en dos horas no se pudo ver ni la en una antigua ordenanza de Eeuardo II de In
plaza ni el campo» (Anales del Emperador Leo glaterra: «Item, ordinatum est quod sit unus Ar
poldo, citados por d. Vicente de los ríos, en su tillator, qui facial balistas, carelios, arcos, sa
«Discurso sobre los ilustres autores é invento ginas, lanceas , spiculas et alia necesaria pro
res de Artillería.») En el dia no hay que adver garnizionilms castrorum». «Otrosí, estatuye que
tir que este ramo de artificios, como todos los do un solo artillero ^maestre de la artillería) se en
artiltería, está recibiendo continuas mejoras y cargue de la construcción de balistas, cuadrie-
adelantos (V. Mina, Torpedo). LLOS, ARCOS, FLECHAS, LANZAS, DARDOS, y otras AR
MAS paraba bastecer al ejército». Aquí se resuelve
ARTILLADO. Se dice de un fuerte ó plaza afirmativamente la duda de que el nombre ar
de guerra que tiene su correspondiente dotación tillator ó artii.ero, fuese anterior al uso ó pro
de artillería. pagación de las armas de fuego, como lo acredi
ARTILLAR. Armar, dotar de artillería una ta Ducange con la cita de unos antiguos versos
fortaleza ú orra de fortificación. franceses.
Yanguas (Dice, deant. de Navarra, T. I, pági
ARTILLERIA. Hoy esta palabra tiene una na 66) apoyándose en documentos, demuestra
acepción compleja en que descuellan tres ideas que bacía 1329 la voz artillería era genérica, no
capitales: la de ciencia, la de material y la de sólo de armas ó máquinas, sino de artefactos civi
personal. En la primera entra el conjunto de les. En I3oo (en que todavía no se conocían en
conocimientos, verdaderamente facultativos ó Navarra las armas de fuego) el infante D. Luis
técnicos, de ciencias exactas y físicas, de artes mandaba guarnecer los castillos de la parte de
mecánicas é industriales, que directa ó indirec Tudela con ballestas , artillerías y otras armas
tamente concurren á la instrucción del artillero, necesarias. En 1360, necesitando saetas, venia
para su profesión especial de construir, conser de real orden Miguel Pérez de Badostain á tra
var y usar todo género de armas, aparatos, má bajar en la dicha artillería. Todavía en 1412
quinas y municiones de guerra. Por material, en (muchos años después de conocido y usado el
su más lata acepción, se comprende no sólo los cañón] Semino Chavarri, vecino deEslella, ven
trenes y parques, sino las fundiciones, maestran dió al rey Cárlos III unas ruedas farineras (mo
zas, PIROTECNIAS, ALMACENES, DEPÓSITOS, REPUESTOS, linos; con toda la artillería y aparejo necesario,
en una palabra, la universalidad de objetos ma en el rio Egua.
teriales relacionados con armas y municiones de El Dice. Acad. 5, sin darnos razón, define tam
toda especie. El personal, en íin, es el agente bién arlelleria por «conjunto de máquinas, inge
animado que eulti\a constantemente la ciencia nios ó instrumentos de que antiguamente se
DE LA ARTILLERÍA y, produciendo SU MATERIAL, lo servían en la guerra para combatir alguna plaza
cuida y mejora en la paz, lo usa y conduce en la ó fortaleza». Pero realmente es algo violento el
guerra. Este personal, es decir, el cuerpo de ar salto de arte, ó ab arte en latin, al artillator y
tillería es por consiguiente instituto y arma á artillero. Otros elímologistas, por puro capri
cho, quieren que nazca artillería de ars-to-
la vez.
Tanto por la dificultad de desglosar las Ircs llendi; Menage y Vossio, de arcualia, de arcus
acepciones solidarias y correlativas, como por y telum, de arco y tirar, como Develouhs
dar en lo posible interés, conjunto y amenidad {Ars. et. mag. d'art. París. 1610 pág. 14). Al
á este importante articulo, englobaremos en él guno supone que un fraile llamado Juan Tillery
noticias de la pólvora y de las armas de fuego, fué el inventor, y de aquí arte de Tilleri; otros
extendiendo algo la parte histórica á expensas buscan el origen en el italiano arle-gli-era, arte
de pormenores más modernos , y por tanto más de tirare. Ferrario dice: «Credimus vocem forma-
conocidos, de invención y organización. Siguien tam, quod jugis boum, aut equorum trahantur:
do el órden inflexible que nos hemos impuesto trahere autem , tirare: d quo Attiralia , demun
repasemos la etimología. Artilaria; ex quo Artigleria». Carlos Aqdino
1.a voz artillería ha ejercitado, por su impor • Lex. mil.) coincidiendo con Pedro Sardi, y fun
tancia, el ingenio sutil de los etiniologistas. Mu dándose en la propensión de los antiguos á dar,
ARTI — 75 — ARTI
Unto á las antiguas máquinas, como á las prime Los que no son amigos de los chinos toman rl
ras «ocas de fuego, nombres de aves de rapiña camino de la India, y se extasían encontrando lu
halcón, sacre, esmeril, etc. , sostiene que artigle- pólvora hecha y derecha, como suele decirse, en
ria, mejor que de arte, puede venir de artiglio los libros de los Wedas y de los Agni-purana >
nombre italiano de un ave muy rapaz. un Vismarkamar, arquitecto celeste de Vichenú
como inventor de pólvora y de artillería, que
Desembarazados, aunque no muy satisfacto «jugó en el gran combate de los espíritus buenos
riamente, de la cuestión etimológica, podemos y malos».
entrar en otra más árdua, la de la invención y Basta. Y con el autor francés Figuíer, tan co
propagación de la pólvora: origen primario, cau nocido por lo rápido y atractivo de su exposición,
sa eficiente de la artillería en general, es decir, avancemos un poco , aceptando sus juiciosas
de las armas de fuego, y causa a la vez determi I opiniones y hasta sus propias palabras.
nante de radicales trasformaciones , no sólo en Se comprende sin esfuerzo que el fuego haya
el aite de la guerra, sino en la «manera de ser sido en todos tiempos y desde la más remota
de los ejércitos y hasta en la manera de ser de antigüedad, un arma de combate. Las mezclas in
los pueblos»; porqué sostendríamos victoriosa flamables, lanzadas por máquinas ó dardos, que
mente, si este fuese lugar adecuado , que á la describen puntualmente los escritores latinos, al
pólvora más que á la imprenta, como ordina paso que decaían en Europa, eran perfecciona
riamente se repite, es debida la progresiva cons das en Asia. Hacia el siglo VII, pasaron á los
titución de la moderna sociedad. Griegos del Bajo Imperio y de éstos á los Árabes.
Para condensar de una manera, sino lúcida, De esta perfección y desarrollo convence el nom
legible por lo ménos y autorizada, algo de lo bre misino de fuego griego tan célebre en las
mucho que se ha escrito, contamos más que con cruzadas. Pero ni los Árabes, ni los Griegos lo
rl espíritu de órden, que pretende reinar en este usaron más que como medio incendiario , y sólo
libro, con la atención indulgente del lector, que al propagarse el uso por Europa fué cuando re
permitirá desenvolver el indispensable número cibió con la adición del salitre mayor fuerza de
de citas. combustión. Reconocidas entónces las propiedades
Previamente convendrá barrer de una pluma explosivas, hácia mediados del siglo XIV se
da todos los incidentes pueriles ó ridículos que aplicó al arte de lanzar proyectiles.
embarazan el camino. Las sociedades, como los Es, pues, tarea inútil buscar á la pólvora uii
individuos, tienen sus modas ó manías, y la cul inventor personal y determinado.
ta Europa ha padecido por algún tiempo la de El aceite de nafta ha sido, y es en el dia, un
colgar á los chinos todo género de habilidades y producto mineralógico, que da en Asia con gran
guapezas. Si hubiéramos de tomar la cosa ab abundancia la naturaleza. Mezclado con otras
ovo y por lo serio, no habría cifra para expresar sustancias resinosas, oleaginosas y combustibles
los centenares de años anteriores á nuestra era, y ayudado por el clima, naturalmente serviría
que, al decir de algún misionero visionario, nos á los Chinos, Indios y Mongoles de agente in
lleva de ventaja el Celeste Imperio en cuestiones cendiario y desastroso, por la facultad de adhe
de guerra y de todo linage de civilización. Pero rirse y la dificultad de ser apagado. Pero de esto
dejando á un lado opiniones que no hemos de á sostener, con Amiot y Abel Remusat, que los
respetar porque sean inocentes, consignaremos chinos usaban ya cañones en el siglo X, hay la
«ólo por acatamiento y patriotismo, la de nuestro misma distancia que délo probable á lo falso.
Diego Ufano, que atribuye no sólo la invención Conviene repetir que en el siglo pasado hubo
de la pólvora sino el uso actual de la artillería una recrudescencia inexplicable de admiración
al Emperador chino Vilev el año 85, ántes de hacia los chinos, que les regalaba en lodo, en
nuestra era. Esta fecha al fin es modesta; y el brújula, en imprenta, en papel, una prioridad,
buen artillero del siglo XVII confiesa que debe de la cuul si la supiese, la primera en asombrar
la noticia al P. Fray Andrés de Aguirre, provin se seria esa misma raza incompleta, estacionaria
cial de la órden de San Agustín en Filipinas, y y degradada. Ál ver el aguzado espíritu de Vol-
al M. Fray Pedro de Rojas. La aserción de Diego taire caer en esa manía por lo ménos pueril
I'faso, después de correr muchos libros, ha ve ¿tendría razón quien dijo que era simplemente un
nido á parar recientemente, y para mayor pro medio de cortar nuestras cuentas de gratitud con
pagación, á la Enciclopedia de Mellado (V. artí quien positivamente debemos tenerla siempre
culo Artillería) donde campea entre otras va empeñada? Quizá. Y dejando por cansancio esos
rias, pero sin indicar la fuente misteriosa. bravos y guerreros chinos, que hoy todavía re
ARTI — 76 — ARTI
montan cometas con materias venenosas, para De él se sirvió Hegiages general de Ab-dala-
que inficionen al caer los reales enemigos, ven melek contra la Meca en 69 1, de él según Vossio
gamos al año 674 en que Calínico, arquitecto hizo mención en su Táctica el emperador León
sirio, llegó traidoramente á ofrecer a los griegos el Filósofo 886-91 1 ;; de él usaron Constanti
sitiados en Constantinopla el poderoso auxilio de no VIII, (929-945) Alejo ! Commexo (1018-1118;
su fuego, aprendido entre los orientales y con y con él en fin, se guerreó en Tolemaida (1190),
servado durante siglos, como secreto importan en Damieta. y se incendió en 1204 la flota vene
tísimo de Eslado. por los flojos bizantinos, que ciana ante los muros de Constantinopla. Nada
para mayor seguridad lo vincularon, al decir de pues, más natural que la vulgarización por las
Lalanne.en los mismosdescendientesde Calínico. Cruzadas del agente puramente incendiario,
Las consejas, y hasta los volúmenes, abundan pero terrible y destructor; y nada á la vez más
sobre la composición ó receta, desgraciadamente obvio y acomodado ó la impaciencia humana que
perdida, del famoso fuego griego; pero lo que el deseo y la perseverancia en buscar por todos
esta averiguado, sino mienten Hein.ud y Favé, medios mejora y acrecentamiento de la daña
en sus investigaciones de 18 tí), publicadas en el dora ¡mención.
Journal Asiatir/ue, núm. 16, es que entre las
muchas sustancias, en general resinosas y crasas Avancemos un poco más en alas de los tiem
de fácil combustión, no entraba el salitre. pos, y pronto hemos de topar con el verdadero
La mezcla, sea la que fuere, de resina, pez, fuego, con el mixto incendiario y explosivo ya,
azufre, nafta, colófano, etc., forzosamente seria con la pólvora, en fin.
arrojada, ó bien á mano por medio de ti ros me Reinaud y Favé ÍDu feu gregeois el des feuxde
tálicos ó por máquinas, encerrada en vasos de Guerre.—París. 1845) han logrado, fundándoseen
arcilla con su mecha encendida , ó llevada en un manuscrito árabe del siglo XIV, de la biblio
rrulotes también en los combates navales; pero teca de San Pelersburgo, hacer verosímil y acep
de lodos los antecedentes resulta que el empleo table la transición de los aparatos puramente
más general nunca ha sido en batallas campales incendiarios de los griegos y árabes, á las ver
sino en las navales y en los sitios. daderas ARMAS DE FUEGO, OII que la FUERZA DE PRO
Venga como quiera, de los chinos á sus con YECCION de la pólvora lanza el proyectil.
quistadores los Mongoles, y de estos á los Ara- Segun estos autores, está fuera de duda que á
bes, lo positivo es que estos últimos usaban el los árabes pertenece en el siglo XIV el descu
hueco griego muy á principios del siglo XIII y brimiento y aplicación de la propiedad explosi
que de esta fecha ó algo más adelante, empieza va de la pólvora con salitre; y como entre los
la introducción del salitre como ingrediente. árabes que á la sazón subyugaban la España,
Y lo verdaderamente pasmoso, y que está no sólo las letras y las artes, sino las ciencias
apoyado por historiadores sensatos del pondera químicas se cultivaban con ardor, estos adelan
do fuego griego, es que en medio de las pavoro tos químicos en la preparación de los ingre
sas exageraciones á que da lugar en las crónicas dientes, y singularmente en la purificación del
nunca se cita un sólo hombre muerto por su ac salitre, á nuestros dominadores son debidos
ción. San Luis de Francia, segun el cronista con toda probabilidad, con toda verosimilitud.
Joinvillk tteut la culliére de son cheval toute Y en corroboración de que la pólvora, como to
remplie» ; Gullermo de Bhon recibió un puchero do, no fué inventada segun la expresión vulgar
sobre su escudo; Guv Malvoisin quedó cubierto «de una pieza», aquella pólvora primitiva dis
de la cabeza á los pies, sin que resultase lesión lalia mucho de la perfección posterior. Decrepi
alguna de importancia. Evidentemente, si el tal taba, pero no detonaba; su combustión no era
fuego griego hubiese tenido los efectos que algu instantánea: y los primeros proyectiles no fue
nos autores le atribuyen, observa juiciosamente ron ralas, que poco eslrago hubieran hecho por
Lalannb, por si mismo habría verificado la revo su escasa velocidad inicial, sino lo que era más
lución notable en el arte de la guerra que la lógico bodoques (V. c. v.) ó pi.echas que entraban
verdadera pólvora consumó. ajustadas en el tubo cilindrico del madfaa, gro
Sea como quiera, aquí tenemos un punto de sero fusil, que sucede sin salto al aparato incen
partida auténtico y razonable. La aparición por diario llamado en francés mas&ue á asperger.
los años 677-088 de nuestra era del mixto incen Considérese además el largo espacio que me
diario, umversalmente conocido con el nombre dia entre las bombardas y demás aparatos desti
de fuego griego ó grecisco, es un hecho realmen nados á lanzar enormes piedras ó materias in
te histórico y comprobado. cendiarias, y las mimas verdaderamente portáti
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les de batalla, y quedará demostrado que la los alemanes y los florentinos se disputaban la
ameneion de la pólvora, como casi todas las in gloria de tan importante descubrimiento, hacia
venciones, fué la suma integral durante siglos ya más de dos siglos que España le contaba en
de oscuros y numerosos esfuerzos, aislados y el número de sus conquistas en el vasto campo
colectivos. de la ciencia».
De modo que después del largo viaje por la «Habrá quizá quien se resista á reconocer la
India y por la China , nos encontramos en el arlillería en lo que nuestros antepasados llama
siglo XIV de vuelta y asiento en nuestra propia ban trueno, apoyándose en la autoridad de algu
casa, conducidos de la mano por sábios orienta nos escritores que dicen ser el trueno una espe
listas extranjeros de autoridad indisputable. cie de Almojaneqiie ó Fundíbalo. Pero se echa de
ver fácilmente que carece de fundamento la opi
Aceptado, pues, como ya lo está casi por una nión de estos escritores. Desde luego se observa
nimidad entre los eruditos, que en dicho siglo en casi todos los historiadores, que cuando ha
y en España tomó raíz la verdadera pólvora y la blan de los medios empleados para atacar alguna
verdadera artillería, nada más lógico que ir plaza hacen una distinción de las máquinas y true
persiguiendo y precisando la fecha y el hecho, nos, loque prueba que estos últimos no pertene
hasta ponerlos claros como la luz del dia, y fijos cían á la antigua tormentaria. Además, el Almoja-
como en nuestro tiempo se requiere, valiéndo neque y el Fundíbalo no reconocían más fuerza
nos exclusivamente de documentos españoles. motriz que la del brazo del hombre; y el true
La tarea por desgracia es árida, larga, enojosa no obraba á impulsos de la tronante nafta, y lan
y por todo remate estéril; mas porque no crea zaba pelotas de hierro con fuego, y lanzábalas tan
el lector que la hemos rehuido ni esquivado, léjos de la cibdad que pasaban allendede la hues
daremos cuenta en brevísimo resumen. te algunas de ellas. Pero aun cuando no fuese
Desde luego, quien busque ilustración sobre esto asi, aun cuando tuviese algún viso de verdad
cualquier punto histórico-militar de nuestro la opinión que aqui combato, no por eso fuera
país , acudirá en derechura al diligentísimo menos cierto que los españoles de ambas religio
«•onde de Clonard, que en su Historia orgánica nes fueron los primeros que conocieron y usaron
y demás publicaciones nos ha legado el caudal la pólvora en Europa. Pues sábese por la crónica
más rico de noticias y datos ; pero en la cues arriba citada del Rey D. Sancho 1, que en el sitio
tión concreta que nos ocupa de la pólvora , el de Silvez se atacó una torre con grossos de pól
incansable investigador , sea por tropiezos ine vora á fines del siglo XII, y que en el siguien
vitables de redacción, cuando ésta se dispersa te hablan de ella varios escritores como de co
en varias manos, sea por el volumen mismo y sa existente y admitida en el arte de la guerra».
la extensión del trabajo, lejos de esclarecer y El texto es explícito. La artillería actual, es
puntualizar, casi envuelve el asunto en mayores decir, la pólvora, y la pólvora explosiva y deto
vaguedades y contradicciones. El lector será nante, no la otra pólvora imperfecta y transito
juez por los extractos textuales que á su vista ria, que con excelente crítica mencionan Rey-
ponemos. En su Historia orgánica, T. I, pági naud y Favé, eran usadas, según Clonard, en
na 83, dice terminante asi: 1118. El tropiezo y el recelo justo de que la pa
«En 1418 la artillería figuraba en las ope labra trueno, eje del argumento, significase,
raciones militares de los españoles. Se la ve como realmente significó, máquina de sitio en ge
en aquella época con la denominación de neral no le detiene: léjos de eso, en escrilo pos
tmeso, en el sitio de Zaragoza; y poco des terior á su Historia orgánica (Discurso sobre el
pués concurre con las demás armas á la expug traje) vuelve á repetir: «A las primeras máqui
nación de muchas otras plazas. Ahora bien , la nas se les dió el nombre de trueno por el estam
artillería no obra por sí sola, requiere la coo pido; poco después se denominaron bombardas ó
peración de un agente, sin el cual á nada con lombardas». Luego la idea es fija, concreta, y la
duciría este invento; y este agente no podría ser artillería data de 1118.
"tro que el mismo, que con la fuerza que le Aserción tan rotunda, y de autoridad tan res
presta, hace hoy de esta arma una de las más petable en la materia, no podía ménos de ser
prodigiosas y más imponentes producciones del acogida por todo escritor que economice crítica
hombre. Ya se le llame nafta, ya se le designe y prefiera copiar á leer. Pero, siendo vulgar afi
con el nombre de polvos ó de pólvora, no ha va ción la de «enmendar la plana.» copras hay cor
riado en su esencia; los elementos que le cons regidas y aumentadas de tal modo, que mere
tituyen son los mismos, y por lo tanto , cuando cen lugar y palma de originales,
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Sírvanos de ejemplo por lo reciente, ya que las opiniones más generalizadas el descubrimien
no por lo correcta , la Enciclopedia dk Mellado to de la pólvora se hizo por los años 1330, 1352,
en su citado articulo Artillería , donde se leen 1354 ó 1380.
los párrafos que literalmente trascribimos: Girolamo Zanetti {DelForig. di ale. arti prin-
«Cuando los cristianos en 1118 sitiaron á Za cip. presso i Veneziani, Venecia. 1758. pág. 31 y
ragoza, llevaron, entre otras, una poderosa má 34) hace observar que en la Táctica del empe
quina que despedía truenos y hacia retemblar al rador León (880) el cap. 19 menciona por cinco
ímpetu de ellos los muros atacados. Alfonso 1 veces unos sifones que lanzaban fuego con ruido
llevó ¡i los sitios de Zaragoza y Tudela de Navar y humo; pero él mismo so reserva, añadiendo:
ra una larguísima pieza-llamada lombarda, que «ío non dico giá, che quella e la moderna polve-
explica muy bien los truenos que citan nuestras re fossero la stessa, stessisima cosa; ma bensi ko
crónicas. Esta pieza existe hoy en nuestro mu gran dubio che varíe fossero le specie. de esso
seo de artillería y la época de su construcción fuoco el fuego griego) e che tra esse aloma se ne
pertenece al siglo XI, al cual, como al siglo XII, inlroducesse, la cuale non poco se accostasse a
pertenecen casi todas las antiguas piezas que se quel composto de zolfn, carbone e nitro oggidi
guardan en dicho museo». adoperalo». Zanetti adopta la opinión general de
que las primeras bombardas aparecieron en la
«En 1257, los moros de Niebla, sitiados por guerra de Cbioggia (1378) y que el fuego griego,
D. Alfonso el Sabio, le arrojaron pelotas be hier retinándose y mejorándose poco á poco, llegó á
ro y saetas con tiros de fuego que hacían true su moderno punto de perfección.
nos. La lombarda con que dispararon en este si El célebre Egidio Colonna , en su tratado de
tio los moros , fué tomada por los cristianos y Regimine principum, que se escribió hácia 1285
usada en el cerco sin éxito que después pusieron y que puede considerarse como el eslabón mili
á Algkciras. Existe también en nuestro museo tar que une á Vegecio con Maqüiavelo, es decir,
de artillería». al tiempo romano con el del renacimiento, sólo
menciona en los combates navales el mixto in
«Desde la mitad del siglo XI, en que los ára cendiario, una variedad del fuego griego, mezcla
bes introdujeron la pólvora en España, se usó la de pez, resina, azufre, aceite, encerrada en va
artillería principalmente en las fechas y luga sos íedic. de Roma. 1607. pág. 619—621;.
res siguientes a más de los citados. En 108 i, El conde piamontés Galeani Napione , en sus
Alfonso VI de Castilla contra los moros de Ma- estudios sobre Egidio Colonna (Mern. de la Real
niiio. En 1 1 18, Zaragoza, etc., etc. Acad. delle Scienze di Torino.7. XXVIII, pág. 3-4)
Aquí ya la cuestión se complica. Las máquinas da por sentado que los primeros cañones, cuyo
no se llaman truenos, sino que despiden truenos, nombre fué bombarda, conocidos en Italia no van
haeen truenos; la fecha de arranque se retrasa á más allá de la guerra de Chioggia, entre Vene
1 08 4 y, por último, el cuerpo del delito se supo cianos y Genoveses en 1378, y rebate con acier
ne en nuestro museo de artillería. to y critica opiniones autorizadas que quieren
llevar más atrás las fechas.
Al atrevido ó impremeditado aserto de Clo- Por ejemplo: Muratori (Ant. ilal. T. 11, colum
nard, causa de tamaños extravíos, podríamos na 514) se funda en un pasaje del Petrarca, es
oponer numerosas correcciones, sino temiéra crito ántes de 1344, esto es, 34 años por lo me
mos que este articulo se fuese haciendo más in nos antes de la guerra de Chioggia, en que á
digesto y apelmazado de lo que forzosa y razo primera vista parece descrita puntualmente la
nablemente debe ser. pólvora explosiva moderna; pero si bien se re
Los más audaces no van más allá de Roobiio flexiona, lo que allí se encuentra descrito es me
Bacon, fraile franciscano (l 21 4-1 284), aunque ramente una carcasa, una bomba si se quiere, un
algunos le hacen nacer en 1292, á quien se le AnnFicio incendiario lanzadocon MANGANA (V. e. V.J,
roneede, todo lo más, la introducción del salitre es decir, con una máquina de este género. El
on un conocido y vulgar mixto. Otros bajan á un error de Muratori proviene tal vez do una er
tal Constantino Anclitzen (1330) ó al frailo Hek- rata. El pasaje alegado de Petrarca (De reme
thold Scuvvarz (1320-4380) ó á Tibseles (1352;. dio utriusque fortuna;, lib. 1. diál. 99) después
Weyden, cuya excelente Memoria sobre este de describir el globo de bronce «quai flammts
asunto (traducida del alemán por el que esto injeclis horrísono sonitu jaciunturn sigue: no
escribe) se imprimió hace años en el Memorial imilabile fulmén quod i nulnbus milti solet,
de Artillería, dice resumiendo (pág. 13): «Según ígneo quidem, sed tartáreo mittitur instrumento.
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Pues bien: en la edición de Basilea de 1554 se san; y era de ver el sianjanech (manganum) sa
lee:... ligneo quidem, sed, etc. por donde se ve cudido extenderse por el aire como una nube y
que esa /, convirtiendo el ígneo en ligneo tras- á manera de trueno (tronitrua) meter un ruido
forma completamente el sentido , siendo la lec espantoso, y vomitando fuego por una y otra par.
ción más congruente y ajustada al contexto. te, destruyéndolo todo, incendiándolo y redu
Todavía á mediados del siglo XVI, un autor ciéndolo á cenizas».
llamado Cilenio, que dedicó al duque de Saboya
Manuel Filiberto una obra titulada De vetere el El texto latino de la cita está en Wevden (pá
recentiori Scientia Militan.—Venecia 1359, des gina 93; y en el Dice, de Baroin fart. Canon, pá
cribe una máquina que llama balista fulminante gina 948j la traducción es literal; pero, como di
muy semejante á la del Petrarca. ce juiciosamente Hallam, lo que falta saber es si
Pero ¿á qué cansarnos? A la autoridad siem los polvos de nitro, pulois nitratus, traduce fiel
pre respetable de Clonard no necesitamos opo mente el texto árabe.
ner más que su autoridad misma. En la men Y sigue Clonard: «Casiri refiere que este
cionada Historia orgánica, mientras que en 1132 autor habla de pelotas de hierro arrojadas por
se da la fundición de una gran culebrina llama este fuego artificial, porque usa constantemente
da Salomónica , en 1238 se supone probable el los vocablos nafta y barud, de que en aquel
uso del fuego «riego para la conquista de Valen tiempo se componía la pólvora; porque con el
cia. En el sitio de Niebla 1257 se dan truenos, nombre de barud los persas, turcos y árabes en
sin especificar su clase, y en los de Baza y Ali tendían en otro tiempo el nitro, y la nafta signi
cante (1325 y 1331) se tiene por casi indudable fica una especie de betún mezclada con azufre.
el uso de la pólvora. Y á la par de eslos dalos —De estas pelotas arrojadas con el auxilio de la
descosidos, en el mismo libro, en el mismo nafta, habla el noble escritor granadino Abu-
tomo, se atribuye á Schwartz la invención de la Abdalla-ebn-Alkalib en la Historia de España «le
pólvora en 1330, y se da por cierto el uso de las los años 1312 y 1323, donde dice: oAbalvaled Is
pistolas !, en Peruggia en 1334. En el Discurso mael ben nasser (rey de Granada á la sazónj
sobre el traje, antiguo del mismo autor, publica moviendo el campamento, puso sitio á Baza don.
do, sino escrito, después de la Historia orgánica, de. arrojó con estrépito á la fortificación, apli
continúa esta extraña confusión. En él se vuel cando fuego á aquella máquina muy grande
ven á leer párrafos como los siguientes: aparejada con nafta y pelotas».
■A fines del siglo Vil los árabes conocían la Estas citas prueban al parecer que el autor
pólvora, portnie El Maxim en su Historia Sarra mantiene su extraña afirmación de la Historia
cénica, libro el año 690, dice que: «Haguces orgánica; pero en el mismo Discurso ó Memoria
teniendo á la Meca en muy apretado sitio por sobre el traje, en la pág. 103, se encuentra este
medio de manjanecus y morteros con auxilio de párrafo: «Hemos supuesto que hasta el uso de la
vaftv y de fuego, la destruyó y redujo á ceni pólvora por los españoles después del sitio de Al'
zas». (Casihi. Bibl. arab. escurial. T. II). geciras, en tiempo de D. Alonso XI, ("4342) las
"Si damos crédito á Pedro Mf.xia {Silva de máquinas no tuvieron gratules alteraciones , ni
caria lección, parte 1.a cap. 8.") en el siglo XI se tampoco los ingenios auxiliares».
conocia la pólvora en España porque citando la Y sigue en la pág. 101: «Bcspccto á lo de Zara
crónica del rey D. Alonso VI de Castilla, escrita goza 1118, todo descansa en este texto de Conde
por su contemporáneo I). Pedro, Obispo de León, (Historia de la dom. dr, los árab. T. II, cap. 23J:
•mi un combate naval que buho entre las escua «No se descuidó Abeu-Bamir en buscar gente de
dras de los reyes árabes de Túnez y Sevilla, los los montes de Afranc y... vinieron á cercar la
navios del de Túnez traian á bordo ciertos tiros ciudad de Zaragoza, y ordenaron sus combates,
be hierro ó bomrardas con que disparaban mu y labraron torres de madera que conducían con
chos truenos de fuego». No hay más contra, sino bueyes, y las acercaban á los muros y ponían
que dicha crónica se ha perdido'. sobre ellos truenos y otras maquinas».
«Casiri Kxplic. de los códices árabes, números «La noticia ('dice el mismo ClonardJ confesa
1 634 y 1635; cita al historiador egipcio Shelgab- mos que es mw/ vaga; mas si tenemos presente
Aldin-Abilabas-Ahmad-ben- Fallhel-Alla-Alam- que en el cerco de la plaza de Almahadia, en
ré, secretario privado en I2Í9 del sultán Al- Africa, por las tropas de Anasiren 1209 fué com
Malch que dice: «Serpentean y susurran los es batida con difíciles ingenios y truenos que lanza
corpiones alados alrededor y encendidos con ban enormes piedras y globos de hierro, que ar
polvos be nitro: revientan, relampaguean y abra ruinó la población ¡Conde, ibid. cap. 94), pued*
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convencemos que la pólvora se usaba entre los Por nuestra parte vemos, con toda la claridad
moros y aun era conocida de los nuestros». que puede permitir la densa niebla de la edad
De tamaño desbarahuste quien tiene, como MEDIA Un MIX.TO, IM ARTIFICIO, II n FUEGO DE GUERRA,
se ve, toda la culpa, es el bueno de Conde, que una composición incendiaria y pavorosa que en
no parece sino que se propuso sembrar de desa 660 ó 690 ó ("?) se caracteriza, tomando el nom
tinos toda la parte árabe tan importante de bre, evidentemente genérico, de fuego griego ó
nuestra historia. El que dude puede preguntar á greusco. Al,pr¡ncipiar á clarear los tiempos me
Dozy, Keinaud, Simonet, Gayangos, á todos los dios no es la artillería ni mucho menos, son
orientalistas actuales, ocupados en recomponer las maquinas antiguas (V. e. v.), imperfecta re
y restaurar trabajosamente los increíbles destro surrección de las de Demetrio Poliorcetes, las
zos de aquel malhadado traductor. que admiran y sorprenden á los pueblos y á los
Es evidente que para profundizar esta cues cronistas. Olvidados á la sazón los nombres
tión, conviene saber el árabe, y mejor las len griegos y latinos, se las bautiza con otros nuevos
guas orientales; pero los que no las sabemos, ni árabes, germánicos, romanceados, {V. Alma
tenemos humor de aprenderlas, todavía podemos janech, etc.) y viniendo á concurrir el fuego
valiéndonos de la luz de la razón y de la critica, griego, quizá también resucitado, la tormentaria
buscar apoyos más sólidos y autoridades menos ya lanza ingenios de fuego, artificios incendiario^
sospechosas, para evitar los resbalones que don con alcance cada dia más potente y aterrador.
.Ioskf de Conde ha hecho dar al conde de Closard Ocioso es decir, que todos estos adelantos ó
y á otros muchos. renovaciones si se quiere, nunca pasan del ter
Por ejemplo: Gatangos, hablando del sitio de reno polémico, del arte que hoy decimos del in
Algeciras : 1278-79 por Alfonso el Sabio, en el geniero, de ciertos sitios de plaza, cuya tenaz du
Mem. hist esp. T. X. pag. 988 dice: «Dos circuns ración nos conserva la historia. Aunque en Za
tancias notables refieren los escritores árabes ragoza J44 18, se hable de truenos con cierto aire
acaecidas durante este sitio. Es una el «.so de la de pavorosa novedad, bastante la tenia de suyo
artillería, que comunmente se retrasa hasta el el notable tren de máquinas cataralísticas ó polior-
segundo sitio de esta ciudad (Algeciras] en 1343, ceticas que indudablemente jugó, y por vez pri
V otro el empleo de palomas mensageras que mera quizá. No hay que apelar al estampido, que
desde Gibraltar y Africa llevaban cartas á los si- es una mera vulgaridad. Ningún historiador for
iados. Pero oigamos lo que á este propósito dice mal puede admitir allí la pólvora, y mucho me
el autor del Kirthás: «Había Alfonso puesto sitio nos la artillería. Rosseeuw (Hist. d'Espatjne,
á Algeciras, cercándola por tierra con .'¡0.000 ca T. III, pág. 37iJ, dice terminante: «ni aún entre
ballos y ,'iOO.OOO peones [?j y la estrechaba sobre los árabes, está probado todavía en esta época».
manera, rodeándola por todas partes con sus Mariana [Hist. de rebus Hispanice, edic. de To
estancias, como el bracelete ciñe á la muñeca. ledo IÓ92, pone la artillería donde debe estar,
Había plantado contra ella manganeques y true en el sitio de Algeciras. Son sus palabras: vHu-
nos» jus tormenti mentionem nunc primum in historia
Y pone por nota Gatangos: «La palabra usada factam invento*.
es raadat, la cual uo deja duda de que se trata En la toma de Mallorca (1229), en que vuel
ya de la artillería imperfecta que estuvo en uso ven los truenos ¿no nos dice Zurita , en su pre
durante todo el siglo XIV. Más larde se llamó el ciosa descripción, que hubo algarradas y libras
cañón mudfi, es decir, el que expele ó arroja el (V. e. v.) y que mandó el Rey lanzar á la plaza,
trueno» con la honda del almajanech (V. e. v.j la cabeza
Este pasaje no es en verdad muy explícito; de un caudillo moro que intentó cortar el agua
pero el mismo Gatangos, en el mismo Mem. his al real"? Con lo que se lanzaban cabezas de mo
tórico esp. ,T. IX, pág. .168 nota) dice, refirién ros, bien podían lanzarse alcancías, es decir,
dose al segundo sino de Algeciras [4342-4344] nuestras modernas granadas ó camisas embreadas.
por Alfonso XI. que en él está la noticia más Si la artillería hubiera tirado cañonazos; an
antigua sobre artillería, añadiendo también: tes del siglo XIV ¿es posible, es verosímil que en
«Es notable que la palabra truenos, con que pa la célebre conquista de Sevilla ¡1248) por San-
rece haberse designado estas primitivas máquinas Fernando, donde ya jugó la marina combinada,
tormentarias, corresponde exactamente á la voz donde Castilla ya ilustrada, rica y poderosa, pue
arábiga raatla, plural raadat, que significa lo de decirse que terminó virtualmente la RECON
mismo, y se usaba entonces y usa aun hoy dia QUISTA, es posible, repetimos, que no tuviese
para significar la artillería», una mala lombarda en su parque de sitio1? En él
ARTI -si - ARTI
vemos míqüiras y fcego griego alo sumo. Y cuen hades contra Almorávides, no miente al citar el
ta, quede este célebre sitio abundan los porme fuego griego, ó lo que sea: ella misma nos dice
nores auténticos, autorizados. que no es pólvora, sino fuego de alcatram, en
Describiendo el juicioso P. Burriel este sitio árabe al-kalran, alquitrán.
de Sevilla por San Fernando (I2Í8) dice: «Mas Concluyendo: la noticia auténtica, el verda
armonía nos hace el que inventasen burlotes de dero punto de arranque de la artillería en Es
fuego en tiempo que no se usaba la pólvora. No paña está en la exacta descripción que de la de
es fácil concebir su fábrica. El estilo menos li los moros sitiados en Algeciras por Alfonso xi
mado de aquellos tiempos llamaba ingenios á las (4342), hace la Crónica de este rey: «los moros
«quinas militares de disparar; porque era bien de la cibdat lanzaban muchos truenos contra la
necesario supliese la sutileza de la idea á la fuer- hueste, en que lanzaban pellas de hierro muy
ra de la pólvora. Ello es que se ingeniaron los grandes et lanzábanlas tan lejos de la cibdat que
moros y cargaron dos embarcaciones de alquiri- pasaban allende de la hueste algunas d" ellas, et
bite, y caminando con otros barcos á nuestra algunas ferian en la hueste: el otrosí lanzaban
armada, lograron el internarse é introducir al con los truenos saetas muy grandes et muy grue
gunos mecheros encendidos en nuestros baxeles- sas: asi que hubo hi saeta, que era tan grande
Kue la fortuna de Bonifaz ¡el célebre jefe de la que un orne había mucho que facer en la alzar
escuadra) que no embargase la novedad á los sol de la tierra, (cap. 273;. Et muchas pellas de rler"
dados; y como aquel material, aunque encendi ro que les lanzaban con truenos de que los ornes
do, no daba miedo de que podia tener mina ocul habían muí grand espanto cá en cualquier
ta, se llegaba nuestra tropa, y á fuerza de sufrir miembro del orne que diese, levábalo á cerceu
alguna quema libertaban la que amenazaba á como si ge lo cortasen con cochicllo: et quanlo
las naos y usando también de ingenio contra los quiera poco que orne fuese l'erido d' ella, luego
ingenios, volvían segunda vez el encendido ma era muerto et non había cerurgia ninguna que
terial á los burlotes, donde era más dañoso que le pudiese aprovechar, lo uno, porque venia ar
las naos etc. (Rodríguez. Mein, para la vida de diendo como fuego: et lo otro, porque los polvos
!& Fern. pág. 121). con que la lanzaban eran de tal natura que cual
Esto no tiene vuelta. El sitio de Niebla (1257) quier llaga que fíziera luego era el orne muerto;
lia sido por mucho tiempo la «piedra angular» et venia tan recia que pasaba un onie con todas
de nuestro asunto. Pero está puesta por la mano sus armas (cap. 92;. El con esto era el ruido
embrolladora de Conde cap. 7, parí. 4) y los ti- muy grande señaladamente con los truenos».
«os de fuego, que allí supone, hacen huir á Esto es sin duda alguna verdadera pólvora y
ios historiadores modernos. Lavdbhtbsíii embar verdadera artillería. Tenemos, pues, el punto
go echa el cuerpo fuera con su prudencia habi histórico de partida. Lo confirma Mariana , co
tual. Figuier y otros niegan redondamente, por mo arriba se ha visto; lo sostiene el erudito Ma-
lo menos hasta que el difunto Conde presente yern; lo cree Hallam; lo acepta la mayoría de los
pruebas mejores que su palabra. críticos é historiadores, entre ellos el autor del
En el sitio frustrado de Algeciras (1278-79; (jeIdresellen üeschiedenisse, citado por Weyden,
—no confundir con el segundo (4342-4344)— y á quien dejaremos su idioma y hasta su erra
Rosseeuw y el mismo Gayangos no ven más que ta geográlica para mayor autoridad: «Algieri in
iaqcinas, artillería imperfecta, como dice el úl Afrika ^Algeciras; 1343 van de Spaniaerds bele-
timo, fuego griego más perfecto. gerd zijiule ilesenoyt ie voore.n gehorde Moor
En esta consideración está la clave del enig kunsl in'i werh gcsleld».
ma: en la lenta , progresiva y laboriosa perfec Hemos dicho mayoría, porque francamente
ción del mxTo primitivo, llámese nafta, barud, ó no hay unanimidad. Figoter, de quien en este
loque se quiera; en las oscilaciones y alternati punto ya nos separamos por puro patriotismo y
vas con que la providencia al parecer se compla consecuencia, adjudica á Italia la prioridad de
ce en hacer sufrir á la humanidad, cuando más la artillería; pues dice que Libri, en su Histo
derecha quiere marchar hácia un objeto. Con ria de las ciencias /natemáticas en Italia, inserta
fste criterio, no sólo es difícil extraviarse por una pieza autentica de la república de Flohen-
^ntre las Crónicas, tanto árabes como cristianas, cia, fecha 14 lebrero 132o, que acredita que el
«no posible llegar en cierto modo á concor prior, los gonfalonieros, y los doce hombres
darlas. buenos tienen facultad de nombrar dos oficiales
La de Alfonso VII, por ejemplo, cuando nos encargados de hacer fabricar balas de hierro y
habla del sitio de Oran (4445) puesto por Almo cañones de metal, para la defensa de los castillos
14
ARTI — 82 — ARTI
y ciudades pertenecientes á la república de Flo los cuales se defendieron los pueblos, le asignó
rencia. Este documento, á juicio del autor fran 25 cahíces de trigo y 30 libras anuales por el
cés, basta para probar la existencia de bocas de tiempo de su voluntad , para que se quedase en
fuego en Italia desde 1325. el reino é hiciese cañones (caj. 39, n.° 22, 36 y
Desde 1326, los historiadores italianos efecti 37). Es, en fin, curioso que el rey de Navarra
vamente mencionan con frecuencian las armas Carlos III enviase en 1393 a su guarnición de
de fuego: y basta citar el ataque de Cividale en Cherebourg en Normandia, siete cañones y un
1331, seg. Lacabaxe ttibl. de TEcole des Char- costal de azufre y carbón, tres costales de sali-
tes,—2.a serie, T. I, pág. 35). nilre, 177 ballestas y artillería de saetas, 5
Los franceses, por su cuenta, pretenden tam arcaces, ISO paveses, cintos para armar balles
bién lener artillería propia en I338 (Puy Gui- tas, dos cargas de dardos y otros pertrechos.
llaume; en 1 340, Quesnoye etc., bajo el testimo [Cam. de Comptos. caj. 66, n.° 15;.
nio de Froissart. El hecho, por todas parles con- Todo esto, en conclusión, lo que prueba es la
signado, de que hubo artillería rodada en el i autenticidad manifiesta y la prioridad casi in-
campo de batalla de Crécy Í26 agosto 1346 donde disputable en España del hecho que dejamos
ingleses batieron á franceses) el italiano Villani consignado.
es quien lo afirma: mas como Froissart lo calla, Si se considera por otra parle que en las no
Weyden, Gibbon, Maizeroy, Víllaret , Voltaire tables operaciones militares de Alfonso XI, tanto
dudan ó lo niegan. en su famosa batalla del Salado (1340), como
Los ingleses alegan solamente indicios hacia en el largo y porfiado cerco de Algeciras (3 agos
■1327, hacia 1311: las seguridades bajan á 1378. to 1342 á 26 marzo I344J asistía una multitud
Los flamencos se contentan con 1346. Los ale de aventureros de todas calidades y países, cosa
manes, por más que escarben, como ellos lo ya \ista anteriormente en las Navas de Tolosa
saben hacer, no logran ni el honor de esa últi ,1212), en la conquista de Toledo (1085), no es
ma feeha. presunción excesiva ciertamente suponer, que
Yanguas [Dice. de. ant. de Navarra. T. I, pá al dispersarse, volviendo á sus tierras, aquellos
gina 66J afirma que la verdadera artillería no extranjeros propagasen por el centro de Europa
se usó en Navarra hasta 1378. Por aquella fecha ' la novedad que naturalmente no podían olvidar,
se pagaba á la villa de Olite 1 00 florines por un i Esta es opinión que acepta Weyden, por más que
cañón, de los tres que habían de guarnecerla i le falte justificación histórica.
[Cam. de Comptos, cap. 35, n.° 29). Las villas Hemos llegado por fin, aunque trabajosamen
de Falces, Losarcos, Caparroso y otras adqui te, al punto culminante , y descansando en él
rían también piezas. La pólvora venia de Bayo un momento, podemos descender , digámoslo
na. En 1379 mandó el rey que se pagasen 80 asi, por la otra vertiente, siguiendo, con la faci
florines por un cañón, que compró el maestro lidad del que baja, la marcha histórica de esta
de su moneda en Pamplona, echant (que calza moderna artillería, cuyo verdadero origen he
ba) trece libras de piedra. Que se pagase tam mos pretendido apurar.
bién lo gastado en las planchas, cu billas y liga-
ment para el cainon y para cuatro cañones y doce El amor propio nacional queda satisfecho.
plomadores de fierro que fizo facer en Tíldela. Los españoles—moros ó cristianos—hemos »n-
Otro canon pequeño costó 50 florines, echant 7 ventado la pólvora; pero en esta (fuerza es de-
libras de piedra. A dos canteros se les pagó por cirloj como en otras muchas de nuestras glorias,
labrar las piedras ó proyectiles 3 sueldos 6 di nos hemos contentado con el relumbrón, menos
neros por dia, ocupando 32 en labrar 300 balas preciando, á fuer de generosos, la utilidad y el
(Cam. de Compt. caj. 39, núm. 25). Se compra positivismo. En materias de industria, por lo
ron también dos quintales de salnitre, un quin visto, el deslino de España desde larga fecha es
tal y arroba y media de azufre en Barcelona, echar fuera la «primera materia» y pagarla
con otros polvos de cainon para la guarnición de luego muy cara, en admiración y en dinero,
Pamplona, y para /as piezas del castillo de Mon- cuando vuelve á entrar por sus aduanas, con la
reál. En 1379 el rey Cárlos II de Navarra, re nueva disposición y aparejo que supo darle ar
compensando los buenos servicios de Perrin de tífice extranjero. Algo de eso debió suceder con
Bordeaus, maestro de facer cainones. con espe la artillería. Y como esle libro se destina jus
cialidad en la guerra habida con Castilla, en la tamente ó ventilar cuestiones de palabras, no
cual voluntariamente vino al reino desde su extrañará que á las «palabras» demos impor
tierra por servirle, é hizo muchos cañones, con tancia que acaso no merezcan.
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Desde luego la primera pieza, la primera boca ron con suma brevedad. E queriéndolas sacar
dk fuego se llamó bombarda, ó mejor dicho lom por la puerta de Jerez en Sevilla, no cupieron
barda. (V. e. v.) Venga la primera del ínlimo por la demasiada grandeza que tenían; por lo
latin bombus-ardia y la segunda de Lombardia, qual fué necesario que con licencia dellnfante se
como dicen Coyarrubias y Mariana Jib. 19, capi rompiese el muro para sacarlas; é hallóse que
tulo 14), lo cierto es que nada tienen de árabe, desde tiempo de Julio César, que pobló é cercó
ni de castellano ninguna de las dos voces. aquella eibdad de Sevilla, hasta este dia nunca
Y á los que sostienen que trueno indica mo se havia rompido el muro de Sevilla. Como las
derna artillería, les preguntaríamos ¿cómo es bastidas llegaron al real , no se pudieron llegar
eso que pierde el nombre, cuando precisamente cerca del muro sin primero cegar una cava que
lo justificaba mus por el estampido de las enor allí avia y en el pegarla los moros matavan tan
mes bombardas en los primeros tiempos? tos xpianos con saetas y piedras que uvieron de
Sea nomo quiera, á principios del siglo XV las dejar la obra».
lombardas en España se presentan, no ya defen Pero si el Infante sitiador, dejando á un lado
diendo muros, como en Algeciras, sino atormen las veinte lombardas que se le atribuyen, acudió
tándolos (V. e. v.) combatiéndolos, atacándolos; á los medios de la antigua poliorcética, en cam
es decir, en su empleo nuevo, moderno y tras bio la Crónica (la de Don Juan 11. Valencia. 1779)
cendental. cita expresamente una lombarda mora, quehacia
Entre los pedidos que hizo á las Cortes de estragos desde la torre del homenaje, y cuyos
Toledo D. Enrióle 111 para la guerra de (¡ranada, fuegos apagó un certero artillero alemán que
se encuentran «seis gruesas lombardas é otros militaba en el campo castellano.
cient Tinos de pólvora no tan grandes»; y para el La presencia en Castilla de alemanes y fla
sitio de Setenil, eu 1 407, se dispuso un tren «de mencos artilleros un siglo antes de su intrusión
la lombarda grande con su curueña é las carretas oficial con el advenimiento de la casa de Borgo-
é bueyes que Tha de llevar é hombres, que han ña, está comprobada con numerosos datos, y es
de ser doscientos. La lombarda de (Jijón con su
de todo punto incuestionable que la perfección
curueSa, é délas carretas, é bueyes que l'han capital de la artillería tuvo lugar en Alemania.
de llevar, que son menester ciento y cincuenta-
Allí probablemente se inventó el fundir de una
La LOMBARDA DE LA BANDA COI) SU CURUEÑA, dos LOM
pieza los cañones, que hasta entonces eran como
BARDAS de fuslera con sus curieñas, para cada
los toneles, formados de duelas sujetas por sun
una cient hombres; y además tacos de madera,
chos ó aros, como los que hoy volvemos á usar.
pólvora, piedras de lombardas y tri enos; diez y
seis truenos con sus carretas y bueyes y cin Según el coronel francés Tortel (Spectateur
cuenta hombres». (Crónica de ü'. Juan II, capitu militaire, 15 setiembre 4841, pág. (i 23) el autor
lo 3 y 10). de este notable adelanto fué el famoso Berthold
Probado está, pues, que en los sitios de Sete Schwarz,e\ niger Bertholdiis, el mismo é quien
nil y Zauara (1 407) hubo lombardas ante los mu la tradición ó la conseja atribuyela invención de
ros. Pero ¿qué lombardas y que lombarderos la pólvora. Esta identidad parece incontestable,
serian aquellos que tardaron dos dios en atinar según los textos recientemente descubiertos y
á las murallas? Bien que aquella floja y desdi felizmente comentados por Lacabañe; por consi
chada campaña , es uno de los borrones que guiente la crítica puede devolverle su alto lugar
manchan los últimos tiempos de la Reconquista, histórico.
empleados vergonzosamente en disturbios y re Este Schwartz era fraile franciscano de Fri-
vueltas civiles. La prueba de lo escarmentado burgo. Los historiadores alemanes andan discor
que quedaría el varonil infante Dox Fernando de des en la fecha de su invención, que dan en
las lombardas de Setenil, está visible en el hecho 1320, 30, SO, 78 y 80. Lo cierto parece ser que
de jugar las antiguas bastidas (V. e. v.) y máquinas fué 6 Venecia en 1378 á presentar su invento, y
en el célebre sitio de Antequera (l ilO) cuyo que sus cañonesperfeccionados se ensayaron en e|
nombre se unió al del Ínclito guerrero. sitio de Chiozza en 1380. Los Venecianos, conse
Oigamos á Barrantes [Ilustraciones de la casa cuentes con sns malos hábitos, le encerraron en
de S'iebla): «Hernán Rodríguez de Monroy señor un calabozo maguer quejas y reclamaciones, por
de Belvís, á quien el infante (Don Fernando el de evitar justa y crecida recompensa; y para colmo
Antequera} avia mandado fuese á Sevilla á man de desdicha, dicen los friburgueses, que el Em
dar bazer las bastidas é para que se hiciesen perador Wenceslao ató al pobre fraile á un barril
traer, puso en ello tanta vigilancia, que se hicie de pólvora, al cual dio fuego!!! Véase por qué
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extraño modo se comprueba que la mentira canon, pronunciándolo breve, regla, norma, tri
siempre es hija de algo. buto.
Durante el siglo XV, repetimos, la perfección En la edad media, y en su latín bárbaro, qui
zá significase aparato, artificio incendiario; pues
y por consiguiente el uso fácil y vulgar, la ver
dadera propagación de la artillería tuvo lugar, se le ve revuelto con las otras máquinas: «Jfien-
sentcs turres, balistis, garrotis, canonibvjs et ma-
á no dudarlo, en Alemania: y en aquellas opu
lentas ciudades de flándes, que más tarde, en e' chinisn.
Moritz-Mever cree que hasta el año 1529 no
siglo XVI, habían de ser, con rápida alternativa,
causa de nuestro poderío, de nuestra gloria y de se empleó la voz canone: el aserto parece exage
rado, pero es evidente que para Gl'iCBARDlNO de
nuestra ruina. Su Labilidad metalúrgica, reco
nocida ya desde el siglo X, hace verosímil la bía ser nombre nuevo, cuando al describir la ar-
tiUeria francesa, dice (lib. I.0;: tila i Franresi
aserción de Weydes, de que un peltrero ó esta
ñero, llamado Pedro de Brujas, en 1346, fundía fabricando pezzi mullo pin espediti, ne d'altro
che di bivnzo, i quali chiainarann canoni »
CANOSES. Carrion Nisas (Hist. gén. de l'art. mil. T. I.
pág. 389, dice que Urbicio, el autor del conocido
Permítase sobre esta palabra cañón una breve Vocabulario, propuso al Emperador Anastasio,
excursión etimológica. como remedio heroico contra la terrible caballe
Quizá parezca ociosa, si se repara que en cas" ría de los bárbaros, cubrir el frente de batalla
tellano tenemos la palabra caña y su aumentati con caballos de frisa, que el llama cañones. Y
vo cañón; que en italiano hay también la voz añade Nisas en nota: ¿Será esta la etimología y
caima y su derivado cannone; pero repetidas ve el origen de la palabra cañones de nuestra arti
ces hemos advertido que en la marcha irregular llaría? ¿Los primeros ti ros colocados sobre in
y tortuosa de las lenguas, no suele acaso ser ea" formes afustes tendrían de lejos alguna semejan
mino más recto ni acertado, el que más obvio se za con la máquina propuesta por l bricio? Quizá...
presenta. Pero dice Weyden en su citada Memoria:
Hemos visto que el primer nombre con que en «la antigua voz canon es esencialmente baja-
Castilla se designó la pieza de artillería fué el de alemana y no italiana, como generalmente se la
lombarda, que nada tiene de castellano: esteotro cree, derivada de canna (tubo, caño; con la sí
posterior de cañón quizá tampoco lo sea, por más laba aumentativa one: su verdadero origen es la
que lo parezca. voz alemana kan, kanne, en diminutivo kanel y
Hay fuerte presunción y no escasa verosimili de aquí, en el pasaje mencionado, canoilles y en
tud de que la voz cañón era usada con mucha aumentativo canon. Las primitivas piezas, cerno
anterioridad al uso de la pólvora; y por otra par es sabido, se componían de dos grandes tubos ó
te contribuye á desorientar, la evidencia de que vasos (kanonen), asegurados con sunchos ó tor
esa misma voz cañón no empezó en el centro de nillos ó meramente enchufados, uno de los cua
Europa á designar el cañón ó pieza de artillería les constituía la recamara y recibía la pólvora de
hasta muy adelantada su propagación.—Citemos la carga y el otro el pfovectil, que entonces era
autoridades. la bala de piedra.» En las toscas láminas de la
Jarro afirma que la verdadera derivación de obra de nuestro artillero Diego Ufano hay efec
cañón es del bajo latín gumía; pero no es fácil tivamente diseños de estas piezas. En Francia
dar con la acepción precisa de las dos voces gun todavía se llama canon, en el lenguaje del pue
na y cañones, usadas simultáneamente en los dos blo, á la copa grande que pasa de mano en mano
textos siguientes de Walsingam que escribía con y también se dice en el bajo Rhin: Ha ess kano-
posterioridad al descubrimiento de la pólvora: Et nc voll.
cuín lapidibus, lancéis, sagittis, igne r/rceco et
inissililius quce gunnok rocantur Aqui hay Lo positiv o es, como decíamos, que ni bombar
fuego griego y phovectu.es Mamados gunna. da, ni cañón, ni pólvora, ni artillería son pala
La Enciclopedia deMellado no es tan indecisa, bras de origen castellano; y que si bien en Al-
pues en el artículo Cañón dice: «La etimología es geciras retumbó históricamente el primer caño
la voz latina canna, derivada de la hebrea kanch, nazo, en la Europa central es donde hay que
que signilica caña, en sentido de tubo ó cilindro buscar, durante el siglo XV, el desarrollo de la
hueco». artillería, como nuevo elemento realmente mi
Canon en Grecia. > luego en Roma, significó litar, COIUO ARMA DE SITIO, DE COMBATE.
siempre lo que todavía significa entre nosotros. Pero es tanto lo que se ha escrito sobre la prí
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miliva artillería; tantas citas, documentos y pre que nous en quitlerons un jour l'usage». (Essais.
tensiones eruditas se amontonan , que para ex lib. 1 , cap. 48).
tractar algunas fechas, sentimos lo que llaman Pero ¡qué más! entre nosotros mismos, entre
los franceses ¡'embarras du rhoix. los españoles, entre los que, durante el siglo XVI.
Realmente sorprende la rapidez de propaga aterramos al viejo y al nuevo mundo con la te
ción. Desde la mencionada batalla de Crécy rrible arcabucería, se nota cierta repugnancia y
26 agosto 1 3 46) en que, como algunos dicen; manifiesto desden á las armas de fuego, como
Iré* cañones ingleses causaron en «campo raso» puede verse en las obras de los disciplinistas y
grave mortificación al orgullo francés; ya en e' los tácticos.
asalto de Saint-Malo, en 1376, cuenta Froissart Bartolomé Scarion de Pavía, cuya excelente
que tenían los ingleses iOO piezas alrededor de Doctrina militarse imprimió en 1598, es lodavia
la plaza. Es evidente que estas piezas serian ce- apasionado de la pica, á la que llama «reina de
lebrinas ó cañones de mano, simples tubos aco las armas» y aunque da ya al Tercio, compuesto
modados en un palo. de 15 compañías, tres de arcabuceros, se expresa
En lili, bajo Carlos VI, el ejércitodel duque asi fól. 92,: «El arcabuz y el mosquete se han ha
de Orleans lleva í/ualre mille, que canons que llado de poco tiempo acá y son muy buenos, como
conlerrines, según Jwenal des I'rsins (Hisloire. los traigan hombres diestros; y porque en este
de Charles VI, pág. 213; y en Morat I 170) e' tiempo todos quieren ser arcabuceros, no sé si
ejercito suizo que venció á Carlos el Temerario es para ir menos cargados ó para combatir de
tenia 10.000 culebrinas, si liemos de creer las mas lejos. En lo cual se había de poner alguna
Memorias de Philifpe de Commines (lib. 5, ca regla, en hacer ántes menos arcabuceros, y que
pitulo 3). Positivamente la antigua artillería en estos fuesen buenos y diestros, y no muchos y
Francia tuvo gran desarrollo. En tiempo de que no valgan nada; porque esta negligencia es
Luis XI se fundió ya de bronce, se dejó el uso causa que en una escaramuza ó en una batalla,
de las balas de piedra, ven I i70 se fabricaron donde se tiran diez mil arcabuzazos, no se mata
doce cañones notables, llamados los Doce Pares rá algunas veces un solo hombre, á causa de que
de Francia y otra pieza fabulosa en Touis del ca los mas de los arcabuceros se contentan solamen
libre de 300, cargada con 350 libras de pólvora, te con hacer ruido, y así disparan al aire sus
que reventó ala segunda prueba , matando al arcabuces».
inventor y á muchos de los curiosos que le Por aquel tiempo el arcabuz (V. e. v.) era de
acompañaban. mecua ó de cuerda, y su manejo engorroso cierta
Por aligerar este articulo, no entramos en por mente; pero ¡qué decir de las veleidades arqueo
menores sobre las armas llamadas portátiles d lógicas de Daniel (1721), de Folard : 1727), de
manuales. El lector encontrará noticias sueltas Blesson hoy mismo (V. Ariete) y de tantos otros,
> más especiales en las voces Arcabuz , Esco que lodavia buscan asiduos el medio de proscri
peta, Espingarda, Fusil etc. Solo advertiremos bir, ó por lo menos de menospreciar el cañón!
de paso la singularidad, de que, así como trueno ¡Y. Máquinas).
y trabuco, la mayoría de aquellos nombres per Tal es el hombre. El cañón francés en Marigna-
tenecían desde antiguo á máquinas neurobalísticas no(15l5 demostró á los suizos, con elocuencia
ó engeños poliorckticos. De aquícl principal mo cruel, lo imposible de resucitar la apiñada fa
tivo de la confusionantes expuesta. lange macedónica: y sin embargo los inmortales
Otro incidente notabilísimo, que desenvolve tercios españoles lo mismo combalen, ó por
mos en el articulo Arcabuz (V. e. v.) es la aver mejor decir, lo mismo mueren en Rocroi (1643)
sión manifiesta que las armas de fuego desper que en Lens (1648) que en las Dunas ÍI658) que
taron, no sólo á su aparición, sino largo tiempo en Fleurus ¡ I 690).
después de su uso general, asi en la aristocracia Dejando para el articulo Táctica análogas con
como en los hombres pensadores. Realmente sideraciones, apresuremos el paso por el árido
asombra en el ingenio sagaz y profundo de Ma- camino histórico que nos falta recorrer.
quiavelo (1 510) tan filosófico, tan profético en
materia militar, verle proscribir ligeramente de En el centro del siglo XV las turbulencias, en
una plumada las nuevas armas de fuego. Se Castilla, de los tiempos de Juan II y Enri-
queda uno estupefacto al leer en lodo un que IV, no podían ayudar al desarrollo de la ar
Montaigne; «sauf l'eslonnemenl des aureilles, á tillería, ni de otra cosa que necesitase orden y
i/uoij desarmáis chatcun esl apprivoisé, ie crois desahogo en el erario. Por la singularidad que
que e'est une arme de fort ¡>eu d'effect, et espere ántes apuntamos, ese periodo es por excelencia
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el más caballeresco de España: comprendiendo lotas de piedra muy grandes con que matauan
por esta palabra, no la caballería en su bella muchos de los de dentro» (Mem. hist. esp. T. III
acepción moral Ue honor y honradez, de virtud y pág. 25). Este sitio ó cerco era' simplemente por
de valor; sino en el sentido bastardo de lucien rencillas domesticas entre hermanos y primos y
tes y pesadas armaduras, de turbulenta impa duró nada ménos que siete meses, hasta enero
ciencia por derrocar á los privados para susii- de 4453.
tuirlos, y de insípidas galanteriasy trovas para Este año de 1453, notable en la cronología por
pasar el tiempo restante. El conocido paso hon ser el que de común acuerdo señala la divisoria
roso de Suero de Quiñones, que señala lo que entre la edad media y la moderna, vio la termi
pudiéramos llamar período álgido, tuyo lugar, nación del imperio Griego con la célebre toma
como es sabido, en 1434. Basta indicarlo, para de Costantinopla por Mahomet II. En aquel sitio
comprender cuan lejos andaba aquella abyecta famoso, como si fuera por despedida, se vieron
y dislocada aristocracia, ni de utilizar la artille reunidos el fuego griego, las máquinas poliorck-
ría, ni de sospechar quizá que su estampido era ticas y la verdadera artillería moder.na, con
verdadero trueno de una tempestad que en el piezas de dimensión colosal. Una se cita que re
horizonte se formaba. Mucho menos podía oír al quería para su manejo y trasporte 200 hombres
guno que otro cañonazo intermitente, tirado al y 70 pares de. hueves; su bala de piedra pesaba
aire puede decirse, contra el moro en la fronte 1800 libras, y con lentitud majestuosa, propor
ra granadina. cional á su grandeza, sólo hacia cuatro disparos
En la tentativa de recuperación de Gibhaltar al día con el mismo acierto que las citadas de
árabe (1436), que por su cuenta propia y feudal Setenil.—Es curioso en 1867 el empeño de vol
acometió el biznieto de Ouzman el Bueno, con ver, en cierto modo, á 1453 y 1342.
perdida de la vida, no se sabe que contase con Mientras los Turcos asientan feroces su planta
artillería. asoladora en Europa, en Castilla se verifica
En los innumerables sitios ó cercos, encuen (Burgos, 3 abril 1453) la prisión del condestable
tros, rebatos y escaramuzas de aquellas revuel D. Alvaro de Luna, escena de horrible ficción y
tas civiles, sibien algunas veces, como en Atien- alevosía por parte de un rey. En tan ruidoso
za (H46), suenan ballestas y culebrinas, ó como suceso, cuyos detalles narran los cronistas, sue
en Toledo (1 449), lombardas, truenos y la prime na un tiro de espingarda.
ra espingarda ¡Clonard, Rosseeuw etc.) ni en las Pero en el brioso comienzo que los Reyes Ca
fastuosas correrías anuales de Enrique IV sobre tólicos dieron á su fecundo reinado , la h ería
Granada ( 1 455—58); ni en las dos batallas de se concentra, se ordena, se militariza; la prime
Olmedo (1." en -i 445—2*. 1466); ni en la toma de ra idea de ejercito asoma; un pensaniento pro
üibraltar, que por entonces era una bicoca, fundo de gobierno se anida tenazmente en una
(1462;, se percibe el menor rastro, no ya de un mujer varonil; y la feliz campaña sobre Toro, en
tren formal de artillería, pero ni de. piezas ais 1 476 notable por lodas sus condiciones políticas,
ladas. estratégicas y tácticas, aleja al portugués , pre
El periodo caballeresco se vuelve & señalar suntuoso desde Aljubarrota; asegura el reposo
con otro célebre Paso de armas (1457; de Don interior; hace entrar en nuevo cauce aquella
Beltran de la Cuera, que produjo, por monu sociedad desbordada; y consolidando para siem
mento conmemorativo, la creación de un mo pre la unión de las dos coronas por tantos siglos
nasterio de frailes gerónimos. El lector concer rivales de Castilla y Aragón, da verdadero rena
tará, si puede, ambas ideas. cimiento k nuestra moderna edad, á nuestra
Por aquellos tiempos revueltos, algún dato moderna España.
escondido hace presumir sin embargo qne, si La organización empieza. En 17 julio 1475 un
bien no se propagaba, no se olvidaba tampoco Micer Domingo Zacarías aparece nombrado maes
el uso y manejo de la artillería. Por ejemplo, tro mayor del artillería. Esta arma táctica—
describiendo MALnoNAnoel largoy porfiado cerco I porque ya lo empieza á ser, como su compañera
del castillo de Monroy en Estremadura (\ 452" la infantería—llama la atención perspicaz de los
dice: «Eran los combales tan continuos de día \ j jóvenes monarcas. Ante aquellos groseros tubos
de noche y con tantos peltrecuos, que eran dura pueden caer los orgullosos torreones del feuda
cosa podellos sufrir los de dentro, cá tenían dos lismo; más tarde caerán los de la Alhambra. En
torres de madera cabe los muros, y les tirauan aquellos tiempos—y en los nuestros también
COn LOMBARDAS y QUARTAGOS V INGENIOS, que 01'- por desgracia—la artillería es un «elemento de
didariaraente les ecliauan del castillo muchas pe gobierno». Los arcabuces y cañones de la batalla
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de Toro (1.* marzo M16) asientan mejor las lis casas, las gentes, los bastimentos y municio
Imes de la moderna sociedad española, que las nes, que los moros se dieron á partido»...
Siete Partidas nunca hasta enlónees observadas Estas pellas incendiarias conservan cierto aire
del Rey Sabio. Más tarde (1316 el duro Carde de fuego griego; pues las bombas modernas aun
nal Cismosa! abrir el balcón para «convencer» no se había inventado.
á los magnates insolentes, lo que les muestra al En Moclin (1486; es más explícito el texto:
pié de su palacio es una excelente batería rodada «Fué tan rezia la batería que se le dio, que en
en disposición de hacer fuego. dos dias é una noche no pasó momento sin que
Es notable la coincidencia de esta batalla se oyesen truenos del artillería, é los maestros
de Toro ron la batalla de Morat también 1 476 della tiraron una pella confacionada por el ayre.
que dejamos arriba mencionada, y con la muer ile lasque yuan laucando centellas de fcego: é
te del general veneciano Coleóse, á quien Daru por caso fué á caer en una torre donde los mo
pretende que se debe la prioridad de rodar la ros tenían toda su pólvora é bastimentos, é ai-
artillería al campo de batalla, suceso que Da caneando una centella donde la pólvora estalla,
niel da en 1 428; Villaret en 1431: que otros la quemó loda, con todas las provisiones que
atribuyen á Pedro Snrarro en 1312; pero que tenían, los quales, visto lan su pilo daño, diéron-
ordinariamente se tija, como veremos, en 1 494. se á partido»...
Las reformas producen reformas: el canon mo En Velez Málaga (1487) á pesar de los 4.000
vilizado y sitiador compite y combate con el gastadores «son tan ásperas las sierras, que no
que se ve ya estrecho en las vetustas turres: los pudo pasar la artillería, ni la gente del exércíto
baluartes (V. e. y.) apuntan en la traza del in podía andar más de una legua cada día, é acabo
geniero; y en el sitio de Fi enterrabi \ del misino al cabo, de diez dias quel Rey llegó, allegaron
año I 476, dicen algunos que aparece la moder mili é quinientos carros de artillería menudv
na y cautelosa trinchera en zig-zag. (sic; é todos los tiros gruesos no los pudieron en
La táctica inevitablemente se reforma. Las ninguna manera subir la sierra de Antequera».
ariias de fuego truenan Á caballo. En un comba Barrantes Maldonado.—lluslr. ile la casa de
te que el famoso maestre ile Alcántara I). Alon Niebla).
so de Monroy riñó victorioso con los portugue Rendida Granada, España, con su habitual
ses (1476! entre Alégrete y 01 ivenza, nos lo dice , imprevisión, arrinconó en el interior sus armas
el cronista Maldonado: «Traya el Maestre 80 es de toda especie, como si nunca más hubiera de
copeteros Á caballo (repárese que la fuerza total usarlas. En 1 499 ya se rebelaron los indóciles
era 300 ginetes y 200 peones estos harían mu moriscos: y á pesar de las enérgicas resolucio
rían mucho daño en los contraríos, que como nes de los Reyes Católicos (1 496) para el arma
la obra era nueva, púsoles mucho temor, en es mento del país, este, sordo á su conveniencia,
pecial á la gente portuguesa de á caballo que siguió en el interior por espacio de dos siglos
era la mejor».—«Esta victoria ganada puso gran tranquilo y desarmado. Consignemos aquí que
miedo en toda la tierra y trayan por refrán, ' desde esta guerra de Granada principia con el
guarte del ciego que trae hombres de hierro y célebre Francisco Ramírez de Madrid, muerto
trienos Á challo». (Mein. hiit.esp.T. VI, pági en la acción de Monarda (18 marzo I30IJ contra
na 102). moriscos rebelados, la lista cronológica, sin in
Poco diremos de la Conquista de Granada terrupción hasta nuestros dias, de los jefes su
1482-1 492; por sobrado conocida. En Ronda premos ó directores de artillería. Los anuarios
(1483) Loja y Mocuif (1486; Málaga sobre todo del cuerpo suelen encabezarla con Diego Rodri
1487) Baza (1489) la artillería, en compa gue! Zapata en 1 406. Teníamos, pues, director.
ñía de los antiguos ingenios, abrevia sitios, 'es pero los franceses, antes de aquel tiempo en el
manejada por hombres especiales y arrastra un reinado de Luis XI (I 461-1483) contaban cuatro
Raterial para entonces increíble.—Trascribire ; fundiciones en Amiens, Orleans, Paris y Tours.
mos algunas citas curiosas de un antiguo cro de donde salió el célebre tren de artillería que
nista, casi desconocido hasta hace poco. llevó á Italia su hijo Carlos VIH.
Refiriéndose á Loja (I 486) dice: eporque final
mente fueron tantos é tan rezios los conbates Desde este punto es ya ocioso en realidad ha
que con la artillería se dieron á los adarves de blar en España, es decir, en su territorio propio
Loxa, é las muertes de los moros que salian á las i y peninsular, de artillería como arma , como
escaramuzas é las pellas de fcego que les ciencia, ni como cuerpo. Es verdad que en los
•chauan en la cibdad, con que les quemauan | tumultos de las Comunidades ("1320) juega pasi-
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ramente en Medina del Campo, como gran par- ¡ fué constantemente nuestro establecimiento cen
odb, y aun más pasiva y desdichadamente en tral de Artillería.
los atolladeros del triste Vil/alar; pero, repeti Todos los esfuerzos, muy patrióticos y loables,
mos, la artillería española en los tres conceptos de Clonará, Ros, Sialas, etc., para citar fechas
arriba mencionados, no hay que buscarla du —no más que fechas—de Escuelas de Artillería
rante los siglos XVI y XVII en la Península, en Húr</os 1359, en Sevilla 1591, en varias par
sino en America, en Italia y en Flandes, por tes... lo que consiguen es confirmar nuestra des
donde se esparció, á vuelta de gran cosecha de consoladora aserción. ¿Merecen seriamente el
laureles, toda la savia vigorosa de aquella Espa nombre de artillería, ni de maestranza, ni de
ña inagotable y aventurera. EsersLA, unas cuantas lombardas arrinconadas y
lin I i9i se abre nuestra larga y brillante mohosas, al cuidado de unos pocos menestrales,
epopeya con la marcha del Oran Capitán á Italia, nunca pagados ni atendidos . que por rareza se
hn el mismo, y por acuerdo y asombro común llamaban artilleros?
ile lodas las historias, se vio pasar por los Alpes Salgamos, pues, de la Península, si liemos de
y recorrer la Italia el tren más imponente de ar- buscar artillería, es decir, artillería que tira,
iili.eria, conocido desde su invención y que com que combate, que se perfecciona. La encontrare
pletaba el brillante y fastuoso ejército de Car mos por lodas partes.
los VIH rey de Francia: 140 piezas de bronce J V anles que en ninguna, citemos por impor
acompañaban á :i.600 peones franceses y 8. 000 tante la terrible y destructora aplicación de la
suizos con enorme valeíaille é impedimenta. Las I pólvora á las minas de «IERRA, hecha por prime
historias nos hablan con sorpresa de aquella a a- j ra ve/., indisputablemente, por el célebre Pedro
TII.LERIA DE BATALLA, 111ÓV il ya, MANIOBRERA, en I Macarro en el Castel del Ovo de Nápoles ¿I ma
sus carruajes atalajados con caballos, constitu yo 1503,.
yendo definitivamente arma, es decir, parte tác. La artillería, y más especialmente la arcabu
tica e integrante de un verdadero ejército de cería española truena victoriosa en Ce riñóla,
operaciones. Seminara, el Garillano [4503] en Oran v I ;>09 ; y
Lo conocido de lodos aquellos hechos nos re en lit setiembre 1515 el cañón trances en Ma-
leva de entrar en pormenores. Sólo insistiremos rignano, como dicho queda, anuncia á los sui
en una amarga rellexion, también apuntada en zos que deben ya reformar, aquella táctica es
el art. Instrucción mistar ;V. e. v.j que no abona pesa y falangista, tan celebrada y copiada en
por cierto ia previsión, ni la profundidad de los Europa, con que eu 1470 dieron cuenta de la
nombres de Estado de aquellos tiempos; y que brillante caballería de Cárlos el Temerario.
pudo ser, con otras, raíz y causa de lo infecun Tasemos por alto el movimiento de las Comu
do de nuestras glorias, de lo espanloso de nues nidades cu Castilla ;I520), en que , como liemos
tros desastres. dicho, la embarazosa ó quizá desleal artillería
La Lspaña de Carlos V y Felipe II no veía de Padilla contribuyó poderosamente á la san
mas sino que era señora de América, de Italia y grienta rota de V¡Halar v23 abril iot\); pero
de Flandes, manantiales, al parecer inagotables, justo es añadir, por lo curioso, que con artille
de oro la primera, de opulencia y de civilización ría guarneció su casa de Toledo, como si fuera
las otras dos. No parece sino que un espíritu un reducto, la interesante y esforzada Doña Ma
ciego y desatinado animaba á aquellos singula ría, viuda del infortunado comunero, que en
res repúblicos en la obra conslanle y peregrina ella se sostuvo desde 25 octubre 1521 hasla :i
de engrandecer y hasta embellecer nuestras ro- febrero 1522.
lunius á expensas de todas las fuerzas vitales de Pero pronto los últimos crujidos de la guerra
la metrópoli. Va que de vez en cuando se trajo a civil son cubiertos por el cañón de Pavía, que
tspaña algún cuadro, algún libro precioso , al truena en 2i febrero 1325, publicando la der
guna reliquia de Sanio, parece, á primera vista, rota y la prisión de un Rey caballeresco. Hay
que pudo traerse á la par algo de eso que consti- algo aquí que parece «destino» y que conviene
luye la verdadera fuerza de un estado varonil notar. Esos mismos franceses de las 1 40 piezas
algo de arte militar ;V. e. v.) el cual, por más en 1494, son vencidos dos siglos ántes por los
que se diga, es lo que en el fondo realmente la arqueros ingleses en Crécy, Poiticrs y Azincourt:
constituye. Pues nada de eso: y concretándonos llevan ahora larga sene de descalabros, singular
á la materia de esle articulo, sabido es que en mente este de Pavía, debido en gran parte á los
los dos siglos de nuestra gloria militar, Milán terribles arcabuceros españoles; y sin embargo
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a la sazón todavía cultivan rutinarios la espada. digno del victorioso Emperador, son repartidas
y lo que es más singular, la Ballesta!! Esto no en lotes iguales entre los Países-Bajos, Italia y
lo decimos nosotros, lo dice Montluc: vil faut España.
noter que la troupe que j'avais n'etoit que d'ar- Por vicisitudes de fortuna, y por la singular
baielrierso . organización militar de aquellos tiempos, el mo
Por largo tiempo sigue retumbando en Italia narca que hacia tan esplendidos regalos, se veía
el canon español; pero, entiéndase bien, no siem al poco tiempo guardado solamente por sus bra
pre fundido en España, ni aun manejado mu vos españoles; más adelante (en abril loi>2; en
chas veces por los españoles, sino por alemanes fermo y fugitivo de Inspruck, ante el amago de
á los que en este siglo era costumbre militar, un traidor, y en el mismo año al frente de otro
coatiar la guarda y conducción de las artille poderoso ejercito, combatiendo furioso, pero en
rías. vano, los muros de Melz.
Después de nuestras famosas puntas por Hun Ante ellos palideció la estrella del invicto Em
gría ;loJ2, con amagos a la misma Constantino- perador, que, sufriendo estoicamente los acha
pla, donde los cuadros españoles, á la moderna, ques de una decrepitud prematura, revolvía en
con artillería en los ángulos, escarmientan á la su mente acongojada la idea de su retiro mona
caballería turca ; después de la conquista de cal concebida, según Mignet, filosóficamente en
Túnez io.io, apogeo de la gloria de Carlos V, el brillante apogeo de su vida y de su gloria, á la
que mando tundir los Doce Apóstoles vcuya nom vuelta trtunlal de Túnez.
bradla se conserva en Austria; para su victoriosa .Sos hemos complacido en repetir el nombre
expedición; la guerra floja ya en Italia , escoge de Carlos I tan histórico y tan militar, porque
para los españoles y sus constantes proezas en el, en sus capitanes, en su época arraiga, no
nuevo y más lejano teatro como luego veremos. solo la artillería, sino la milicia moderna de Es
Mientras los turcos saquean á Gibraltar I o 10 paña y de Europa.
siempre desguarnecido, un cuerpo español ayu En cambio saltaremos á píés juntos por el rei
da al invicto Emperador á subyugar á sus re nado de su hijo, aunque se abra con las páginas
voltosos vasallos y compatriotas de Gante 24 de San Quintín y Gravelinas; aunque en su lar
febtero I5M),; otro ejercito participa de su rota ga duración se desarrollasen, como en drama
en Argel vb octubre lüí I ¡ y la artillería española sangriento y conmovedor, los principales episo
defiende á Pekpiñan .^desde 20 agosto hasta í oc dios iie nuestras ytierras de b laudes. Interesan
tubre 1542 contra la furia francesa. Por enton tísima su época bajo los dos puntos de vista mi
ces, que Felipe 11 ya comenzó á gobernar la litar y político, no ofrece capitulo formal en la
España peninsular como Lugarteniente , con el historia somera y exclusiva, que vamos rese
duque de Alba por mentor, el Emperador nom ñando, de las armas de fuego. í-.olo por incidente
braba eu Cremona capitán general dk la artille puede anotarse la invención de las balas mensa
ría al marques de Marinan 18 junio 1343,. En jeras en el sitio de Stennwiek JSolj; la de las
el ejercito magnifico y poderoso, no por el nú bombxs en el de Wattendock (1588; perfeccionada
mero sino por el nervio, que Cárlos V juntaba en el de Lamothe ^4 633; según Maizeroy; la in
contra la Liya de ísmalkalda, esto es, contra el troducción T.vcriCA del mosquete en nuestros ter
protestantismo alemán, no hay que decir que la cios, que la Europa atribuye ^3b8, al implaca
arcabucería española formó el duro núcleo, la ble vencedor de Geinininyen.
cohorte pretohiana del moderno César. El ejér Respecto á las armas llamadas maní ales, afor
cito de la Liya Jola, no era por cierto despre tunadamente podemos ser menos severos que al
ciable: á lO.uüu infantes y 16.000 caballos acom censurar la imprevisora y culpable negligencia
pañaban 120 CAÑONES DE BATALLA, COI1 800 CaiTOS en la lubricación de artillería. La aptitud tradi
> o.OoO gastadores. Sabido es que por entóneos cional en Lspaña para las artes del arcabucero v
* hacían juntos los servicios de artillería y de Espadero se continua con documentos, y sobre
ingenieros. El celebre cañoneo—que asi lo llama iodo con los bellos ejemplares que guarda nues
va la historia—de inyolstadl ^loi-ü; descuella en tra rica v preciosa Armería Real.
iquella guerra, notable por las lentitudes estra
tégicas del duque de Alba, el moderno Fabio A últimos del siglo XV I comienzan ti aparecer
íunclator: > al tiu la decisiva victoria de Miilil- Tratados ya técnicos, didácticos ó científicos de
'>ery 24 abril 1547] que pone el sello al heroís bidos á la pluma de artilleros españoles.
mo español, disuelve el ejercito colecticio de los Kompe la marcha el conocido Don Diego de
protestantes. 300 piezas dk artillería, trofeo Alava y Viamont, (nacido en Vitoria, 1557) con
li
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su Perfecto capitán, impreso en Madrid 1590. En fantástico escuadrón de áspides, dragones, basi
las teorías, Alava corrigió y mejoró las del céle liscos, serpentines, pelícanos, sacres, falconetes,
bre veneciano Xicolás Tartaglia. gerifaltes, ribadoquines , esmeriles, pasadores,
De Luis Collado, que no sabemos si era espa culebrinas, despertadores, melantes , trabucan
ñol de Ilalia ó italiano de España , apareció en tes, rifadores, rebufos, crepantes, berracos, etc.
1586 la primera edición italiana, y su Plática Y si estos nombres ó apodos no pareciesen bas
manual en castellano se imprimió en Milán 1592. tantes, otro artillero español y contemporáneo,
Fl Rrece tratado de Artillería de Lázaro de la Diego Ufano, en su Tratado de Artillería Bruse
Isla ¿Madrid 1595), hoy muy raro, vino á vul las 1613 traducido al francés) alemán, y cono
garizar en la Península la artillería y la piro cidísimo en Europa, nos hablará del pedrero re-
tecnia. FUSADO, COMPAGO, BATEMURO, QUEBRANTA-BURO, DES
Y por cierto que hemos de aprovechar la com PACHA-CAMINOS, PARASUSO, CERBATANA, MOSQUEADOR,
probación que este autor nos ofrece, de nuestras CHIRLOS, TENTADOR, VISITANTE, FIRG.iDOR, CtC.,etc.
opiniones algo rígidas acerca de la escasa dili Todos estos eran especies, muchas de ellas sinó
gencia con que en el siglo XVI se trató en Espa nimas, correspondientes á los dos grandes géne
ña, es decir, en la Península la importante ros de bronce y de hierro, que según Ufauo se
cuestión de la artillería. El autor se precia de llamaban en Castilla piezas de cámara y piezas de
descubrir en su librito varios de los entónecs braga; y además «los dichos cañones y sus partes
llamados secretos, que se reducían á alguna ve pueden ser reforzados, comunes y sencillos, y
nante en la elaboración de FUEGOS artificiales y también encamarados y de rei.ex, w, caña sencilla
mixtos incendiarios, ó á sustituir el pergamino y encampanados.» V. Bastardo). Ciertamente de
á la cotonía de los cartuchos, y justifica la pu bía necesitarse mucho ingenio y estudio para
blicación de su libro en este párrafo del prólo tamaña complicación.
go: «Y viendo la falla í/tte en estos reinos había Reunidos á la sazón, como hemos dicho, los
de artilleros, pues siempre que Su Majestad que servicios de artillería é ingenieros , al paso que
na hacer alguna armada ó empresa, se enviaba Lechuga simplificaba y perfeccionaba aquella,
en Alemaña y otras partes para tenerlos, me inventaba las atrevidas baterías de contraescar
ofrecí á Su Majestad y á su Supremo Consejo de pa y las enterradas en el ataque de las plazas,
Guerra de tener escueta de. esta arle, y asi con su estrenando estas últimas en el sitio de Cambrat,
real cédula y con el favor de dicho señor Capí- con maravilla no sólo del conde de Fuentes, sino
tan General ¡D. Juan de Acuña y Vela a quien del mismo Gobernador rendido, señor de Balag-
el libro va dedicado) no sólo he mostrado á mu íii. Como tracista (V. e. v.¡ puede verse su
chos que agora cumplidamente sirven este ofi sistema de fortificación en la obra posterior
cio, etc». que generalmente se atribuye al marqués de
Efectivamente ya por aquellos tiempos Don Leganés, Ululada Escuela de Palas.
Cristóbal Lechug\ aparece como reformador de Por su parte Ufano, entre las ideas útiles que
aquella artillería, para nosotros hoy incom merecían aplauso de Don Luis Velasco, general
prensible. No se sabe qué admirar más, si la de artillería en Flandes hacia 1599, hace desco
manía de multiplicar calibres, ó la riqueza de llar la de un tren de puentes, perfectamente
fantasía en ¡n\cntar tantos nombres estrambóti acomodado á los pantanos de la Frisia, y una
cos para una sola cosa, para un simple tubo, barca-puente de tan ingeniosa disposición, que
que solo puede variar en longitud ó en diáme servia no sólo para sorpresas á las orillas del
tro. Nada ménos que a 160 subían las distintas agua, sino para escaladas de plazas con fosos
especies y sub especies de piezas, por la forma que la tuviesen.
varia de calibres ó recámaras, y Collado nos da
idea de tamaña confusión, asegurando que para Interrumpiremos esta reseña científica con
servir las solas piezas del Castillo de Milán se una observación que aquí tiene su puesto cro
necesitaban mas de 209 juegos de armas diferen nológico, y puede servir de compensación á la
tes!! Nada, pues, nos debe sarprender cuanto mortificante veracidad con que hemos confesado
leemos en los contemporáneos, los minuciosos en el siglo XV la superioridad de la artillería
detalles para cortar la cuchara, estoes, para francesa.
calcular la carga. Desgarrada á la sazón la poderosa Francia por
Lechuga—como Cervantes con los libros de guerras civiles, con visos de religión, y que Es
Caballería—dió al trasteen llano estilo con aquel paña atizó con escasos medios y funestos resul
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lados ¿quiere saber el lector el número de pie- no es, pues, la sazón más oportuna de erigir
zas de artillería que sumaban los dos bandos costosas maestranzas, ni fundir muchos cañones.
en el campo de batalla de Ivri en 1590? Pues, Insistimos en csla rectificación histórica, por
por confesión unánime de los historiadores que ciertos hechos mal presentados engendran
franceses, el número se reducía á diez. Y no luego inexactitudes, que no son meramente
hay que maravillarse: diez años después, en de lenguaje, al decir que la artillería, la caba
1600, todavía se mermó en cuatro: el tren lo llería y la fortificación son auxiliares ó acceso
constituían seis piezas'. rias, sino que baslarclean y conculcan los más
Aquí los historiadores tácticos (léase Roc- sólidos principios del verdadero arte militar
quancourt, Carrion y otros' hacen una pausa (V. Caballería y Fortificación).
y se entregan á profundas consideraciones so Cuando á Felipe II por aquellos tiempos
bre los talentos y las «virtudes» de su Enri- ÍI589 acongojado con los motines y los horrores
Qt e IV otro ídolo francés como el fíoi Chevalier de Flandes, le presentaban los del su Consejo de
de Pavía] y se pasman de la perspicacia con Guerra proyectos y mejoras de Reales Ordenan
que moviliz'í su ejército, desembarazando de zas, el prudente monarca, dcsviándolos con
esa impedimenta de artillería, que siempre ha amarga sonrisa, contestaba: «no son Ordenanzas
estorbado á muchos sabios, y que todavía enoja lo que necesitamos, sino dinero».
al buen Gcirert en 1773 por haber retardado tos Convengamos, pues, por deplorable que sea,
progresos de la táctica. en que si al poco dinero ó á su mala distribu
Esto—digámoslo crudamente—son repeticio ción, se debia el singular decrcmento en 1600
nes y lugares comunes. Si al historiar en tácti de la artillería y de la milicia francesa, á causas
ca y en milicia se llevase por luz el criterio, y análogas más crónicas todavía y más incurables
no una idea tenaz y preconcebida, se evitarían en España, deben achacarse gran número de
esas vulgaridades de que la artillería y la ca torpezas, tropiezos y desastres.
ballería ¡V. e. v.) son embarazosas, y que su Como apoyo de nuestro aserto, y prueba del
fomento señala épocas de decadencia en el arte. incalificable descuido con que la Metrópoli mi
El Brarnés, como dicen los franceses, si andaba raba la artillería, copiaremos textual el siguien
tan escaso de cañones en 1600, no era por adivi te pasaje de Clonard: «Reemplazó 6 Don Juan
naciones tácticas ó por restaurar las excelencias de Acuña y Vela en el cargo de la artillería pe
de la legión romana, sino buenamente porque no ninsular el conde de Villalonga: y no pudiendo
tenia por entonces un maravedí, ni quien se lo mirar con indiferencia que, siendo los españoles
diese. La prueba es que en cuanto fué rey de tan dispuestos para el servicio de esta arma,
Francia «propietario» y no rey de Navarra «pre sufriese el cuerpo el bochorno de apelar á los
tendiente», en cuanto encontró un buen admi tudescos, que no siempre eran tan peritos, que
nistrador como Sclly, no tuvo mezquindad ni no fuese necesario despedirlos después de irro
repugnancia por la artillería; y al morir asesi gar grandes gastos al erario; lo manifestó á aquel
nado por Ravaillac en 1610, los mismos histo gran soberano y se establecieron las escuelas de
riadores concuerdan en que tenia echadas las Barcelona, Coruña, Lisboa, Cádiz, (jibraltar,
bases de organización para un ejército, que en Málaga y Cartagena; pero tan mezquinamente
tre MILICIAS PROVINCIALES y EXTRANJERAS pildiCSC doladas, que no se dió á los maestros otro sueldo
elevarse á 165.000 hombres, 16.000 caballos y que la misma cédula de preeminencias, ni se
150 piezas. El rey de Francia tenia en 1600 con obtuvo un solo fundidor en la maestranza de
las 6 piezas, que hemos dicho, un ejército per Lisboa. Sin embargo, Villalonga no desmayó en
manente de 2637 caballos entre Gardesdu Corps, su propósito y cuando ocupaba ya el trono Don
Gtndarmes y Carabins, con i. 100 infantes de Felipe III, pidió al rey en S de abril de 1600 y
guardias francesas y suizos. La guarnición más en 21 de enero de 1602, que á estas escuelas se
fuerte era la de Calais: Í00 hombres. Metz tenia les diese más latitud, dotándolas con 6000 du
por junto unos cuantos plantones, que pagaba de cados, y que de Flándes y Alemania viniesen
-u sueldo el mismo gobernador. Los protestan fundidores que enseñasen esto arte; porque á
tes por su parte no estaban más holgados. ' C arrion cada paso se veia apurado el gobierno para sa
Sisas.—Essai d'tine hist. etc. T. II, pág. 22¡. tisfacer los pedidos de piezas».
Toda guerra civil larga y encarnizada presu «Remitió S. M. estos papeles á una junta que
pone mal estar anterior, pobreza en el erario, se tuvo en casa de su confesor, y después de
desquiciamiento general de la administración; examinarlos, dió su dictámen del modo siguien
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te: «Aunque lo de las escuelas es muy forzoso y de 1601 recibe una merced de 60.000 ducados
conveniente que V. M. lo mande proveer, por de renla en Nápolesy 12.000 en Milán; en setiem
que van fallando artilleros, parece que por aho bre del mismo año por el «parto de la reina»
ra se puede suspender este yanton , Al conocer una sarta de perlas de 30.000, y miéntras el rey
Villalonga lan contradictorio dictamen , volvió de España pedia limosna, literalmente, Lerma
á solicitar en M agosto 1604 que al menos se es en 1602 compraba la villa de Valdemoro en
tableciesen enseñanzas en Valladolid , Granada 120.000 ducados y todavía le quedaba para que
y Avila, rehabilitando la de Sevilla, supuesto rer comprar Getafe y los Carabanchelcs... Por
que las demás se habían hecho insignificantes; otra parte Felipe III, en 1600, señalaba 300.000
y pasando esta demanda al Consejo de la Guer ducados anuales al emperador de Austria para
ra, se resolvió en l-i de marzo de 1603 que pri la guerra de Hungría contra el Turco, miéntras
mero se perfeccionase la de Burgos y se restau los franceses amagaban á Perpiñan y los tercios
rase la de Sevilla, pudiendo crearse otras dos en de flandes se amotinaban por falta de pagas...
Avila y Bilbao, con la dotación de dos artilleros pero basta.
maestros á razón de diez escudos mensuales y un Queda justificada la imposibilidad de atender
jefe de escuela con veinte gozando todos de alo á la artillería, y el confesor de S. M. está en lo
jamiento Con el trascurso del tiempo todas seguro al informar que «por ahora se puetle sus
estas escuelas se redujeron á la nulidad; y en pender ese gasto» puesto que mal podían hacer
los reinados de los dos últimos monarcas de la se tantos á un tiempo.
dinastía austríaca apenas teníamos en la penín
sula oficiales y artilleros para el servicio de los Siguiendo con nuestra reseña por el siglo XVII
ejércitos y plazas de guerra ». (Clohard. Memoria adelante, el lector algo versado en historia no se
histor. de las esc. mil. 1 8+7, pág. 22,. sorprenderá tampoco de encontrar la artillería
El lector que conozca la Corte de España en técmca ó científica, como la fortificación, como
1600 no se maravillará de que los asuntos téc el arte de escuadronar, ó llámese táctica, en ma
nicos de artilleria se despachasen en la celda nos de los Jesuítas. Las matemáticas entónces
del confesor de S. M.: pero si quiere profundizar constituían parte integrante, exclusiva del arte
el porqué se podía suspender este gasto, acudirá militar; y aquellos religiosos apoderados cnEspa-
á las curiosas apuntaciones que dejó manuscri ña, como en todas partes, de la enseñanza, la ha
tas Luis Cabrera, el cual como cronista de S. M. cían salir con su innegable talento del estrecho
bien sabria lo que pasaba. A la sazón aunque la círculo en que \a se sentía abogada. De aquí la
«historia» da por rey de España al Señor Don extrañeza de un P. Camasa, que leia de Re Mili-
Felipe III, quien verdaderamente reinaba, puesto tari en el colegio imperial de San Isidro, dar lec
que la firma real llegó á tener, era el duque de ciones semanales de milicia (1635' al rey Feli
Lerma. Este privado insaciable, por «anunciar pe IV (que las aprovechó bien poco) y acompa
la lb'gada de la flota de Indias» en abril 1599 ñar, casi como jefe de E. M., al célebre mar
recibía de propina 50.000 ducados, y en febrero qués de Legones, y jugar como aventajado inge
de 1600 «por igual servicio» 100.000... «no obs niero y abtilleuo en la batalla de Nordlingen.
tante lo susodicho—añade mansamente Cabre Y no era solo en su tiempo el tal P. Camasa:
ra—se trata con los hombres de negocios de suena otro P. Ricardo, también matemático;
hacer un asiento» lo que ahora decimos contra otro P. Isidro de Monzón ingeniero real en Gali
tar un empréstito, ó con más elegancia, apelar cia; otro P. Rojo que andaba allá por Olmutz
al crédito. y conocidas son las obras del /'. Genaro Afflitto
El buen duque, que era visiblemente un su del P. José Casani, del P. Lafaille, del P. José
midero de ducados monetarios, en el solo año Zaragoza, del P. Vicente Tosca, etc.
de 1600 tenia compradas tres villas en 100.000; Al lado de tantos Jesuítas artilleros é ingenie
andaba en compra de otras dos con treinta lu ros, los legos no hacían figura muy airosa. De
gares de jurisdicción por más de 200 cuentos; un Julián Firrufino italiano, hay manuscritos
resucitaba un pleito de tiempos de Don Juan II sobre artillería en la Biblioteca Nacional; y
y pedia simplemente «lo vencido desde enton también se sabe que dirigió alguna escuela ver
ces» que subía á oOO.OOO ducados; compraba la gonzante de las que ya dejamos mencionadas en
casa de Camarasa en Valladolid por 80.000: el siglo XVI. Su hijo Julio César Firrufino, ma
luego se «la vendía al rey» y se quedaba de temático también, imprimió El Perfecto Artille
Alcaide perpetuo con 4,000 de salario. En julio ro en 1648, obra á la que sirvió ántes como de
ARTI — 93 — AftTI
prólogo otra titulada Plática manual, en 1626, [Estante H. Códice 6i, folio 1 18; se dice que el
que, según Ríos, se recogió de real orden «por ingeniero mayor, Tarragona, persona de grandes
que no se divulgasen sus secretos». Este Julio partes y experiencia hizo un genero de cañones,
César dirigió a su vez una Academia fundada que con una libra de pólvora tiraban cuatro de
por real cédula de 1.° abril 1600 y trasladada bala y eran portátiles; que una caballería lleva
de Valladolid á Madrid en 17 octubre 1608; pero ba la imkz y y al artillero y se volvían á cualquier
lícito nos será dudar de la prosperidad del esta liarte sin dificultad. Según este relato, sobre
blecimiento, al ver que por 18 ducados, y en su cuya veracidad no hay motivo de duda, porque
propia posada ó habitación, explicaba artillería si bien algunos soldados viejos atribuían esta
á los niños desamparados, para dedicarlos luego invención al principe de Orange, no se ha visto
al ejército. Con este alimento no es de extrañar hasta el dia ningún dato que justifique esta opi
que la pobre Academia corriese valetudinaria nión, la artillería de montaña, cuya importan
todo el siglo XVII, aunque explicasen luego cia á nadie se oculta, </e6e reconocer á España
Carhica y el P. Afflitto, y aunque se reformase por su cuna«.
en 1663, 6i y 83, para morir de inanición en
16 julio 1697. Conste, sin embargo, en corrobo Saltando ahora del campo de la ciencia, si tal
ración de lo arriba dicho, que mientras esto su podía llamarse, al campo de batalla, encontra
cedía en Madrid, existían grandes y verdaderos remos la artillería á mediados del siglo XVII
ESTABLECIMIENTOS DE ARTILLERÍA española en MlLAN con corta diferencia como á mediados del XVI.
y Bruselas; escuelas y colegios verdaderos mili El material, más ó menos abundante según las
tares para españoles en Ñapóles y Sicilia. circunstancias, pero el personal todavía sin
Varios manuscritos se conservan de este siglo crear. Unas veces obreros ó mecánicos puramen
sobre artillería en las bibliotecas públicas; del te civiles, otras suizos, otras alemanes, siempre
capitán Martin Gastón de lsabat (Amberes 1623;; temporeros y allegadizos, constituían la práctica
La Alvaradina de Espinel de A ¡carado; otros de correspondiente á la teórica de los jesuítas y ma-
Cerón, citado por Salas; de Hernando del Casti themáticos que acabamos de mencionar.
llo; de Antonio González, citado también por Hay. sin embargo, en la historia de esto siglo
Salas y Rios, etc. Las obras impresas son de XVII una debilidad literaria que debemos hacer
Andrés García ¡de Céspedes (matemático) 1606: notar imparcialmente. Para los escritores alema
Francisco Barra (catalán I6Í2; Sebastian Fer nes, y aun para muchos franceses, sólo descue
nandez de Gamboa 1671 , y un Morasca que Dia lla una figura militar en el centro delacuERitA de
na cita en su catálogo, pero que no conocieron treinta años 1 1618— 1648; que absorbe despótica
Rios ni Salas. y exclusiva toda la primera mitad. Esta figura es
Estos dos breves historiadores de artillería la de Gustavo Adolfo, rey de Succia. Sea por su
recomiendan especialmente, por lo atrevido de cualidad de campeón protestante, sea porque
su invención y lo profundo de su ciencia, al Don efectivamente le rodea como soldado una aureo
Antonio González cuyo manuscrito hemos cita la de gloria, ello es que-no hay virtud, ni tálen
do y á D. Juan Bayarte, hábil ingeniero á la vez, lo militar que no se le achaque. Católicos noso
que á últimos del siglo XVII ocuparon la aten tros, y españoles por añadidura, que conocemos
ción con su rivalidad científica, que vino á re de cerca á Ambrosio Spinola, al Cardenal Infan
dundar en pró de la ciencia y del servicio. El si te y otros que poco le precedieron, sentimos al
glo 9e cierra con el fecundo D. Sebastian Fer gún recelo de exageración al leer las epopeyas de
nandez de Medrano, cuyas obras sobre artillería Schiller y demás en loor del gran Capitán sue
fortificación y otras materias, repetidamente co. Advertimos esto porque es de rúbrica en las
impresas, son muy conocidas para detenernos á historias atribuir á Gustavo, entre sus altas é in
mencionarlas. disputables dotes militares, la de regenerador, de
Hácia 1630, da Closard en su Hist. org. T. I, la táctica y especialmente del uso de la artilla
pág. 52, la invención de la artillería de montaña ría de batalla. El aligeró, recortó, clasificó lus
en el texlo que copiamos literal : «En el diario piezas; el inició con instinto algo profético la con
del sitio de la plaza de Cassal de Monferrato, centración napoleónica de enormes baterías; él,
puesto por el ejército español de Lombardia al en fin, hizo rodar SQtipiezas, según Moritz-Meyer,
mando del célebre marqués de los Balbases . en como dotación de 30.000 hombres escasos. Ma-
el año 1630, diario que forma parle de los pa yern, aunque alemán, más modesto (quizá fuese
peles históricos de este año en la Biblioteca Real católico; le asigna 116 en Regensburg, 200 en
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Francfort, 300 en Nurenberg. Por otra parle ba que en todos los hechos de la vida suele
Schiller, su Homero, ponderando la pobreza del haber ciertos obstáculos íntimos, insuperables
monarca sueco, nos habla de cañones de «'ero. para la aplicación absoluta y formularia de lo
Lo hacemos constar á beneficio de inventarío. verdadero ó de lo justo. Sea como quiera, desde
V puesto que hemos citado á Mayern, le deja los primeros años del siglo pasado, copiando á
remos la responsabilidad de otro jesuíta polaco, Francia y hasta encabezando sus respectivos
que sustituyó por el tornillo las cuñas de punte escalafones con nombres franceses , los dos
ría. Sus palabras son : ulnjahre 1650 gab sie cuerpos de artillería y de ingenieros tuvieron
eine Richtmaschine) ein Jcsuit in Warschau am tal reorganización, que bien puede llamarse su
Sie bcstaml in einer an den Botlemlikk ange- arranque y nacimiento actual, como institutos,
brachter Schraube». como cuerpos especiales y facultativos. Entre
A los polacos se atribuye también- la bala roja los numerosos Decretos y Ordenanzas que desde
en el sitio de Dantzig en 1377; pero Carrion Ni- 1701 principiaron á reorganizar todo el ramo
sas la da al Elector de Brandeburgo, en el sitio militar, la de 17 de abril de 171 I puede asegu
de Stralsund 1675. Enrique IV dicen que se apo rarse como partida á los ingevif.ros y la de 2 de
dero de Cahors en 1380 por medio del petardo mayo de 1710 para los artilleros. En ella se
(V. e. v.) hasta entonces desconocido ó desu crea, coa el nombre de Estado Mayor, el núcleo
sado. facultativo del cuerpo y tropas especiales con
Abreviemos, pasando por los tiempos de Conde el de Regimiento de Real Artillería, de tres ba
y Turena, que nunca llevaron más de una ó (los tallones á doce compañías, tres de ellas de arti
piezas por cada 1000 hombres, y lleguemos con lleros, una de minadores y las ocho restantes de
los franceses á las grandezas ó grandiosidades de FUSILEROS.
Luis XIV. Este monarca dicen que contó en sus
paroles 7192 piezas, lo cual es friolera para lo Desde aquí la artillería propiamente espaSo-
que en nuestro siglo vemos y hemos de ver; pe la, rotos ya los vínculos y tradiciones italianas
ro la artillería, como ciencia, no habia crecido en i y flamencas, teniendo que empezar por crearse
proporción. En 1688 sin embargo fijan los fran los primeros elementos de material, emprende
ceses la primera creación de seis compañías for su marcha ascendente y presurosa sin vacila
males de canoniers, es decir, de artilleros espa ción, sin retroceso; y ora anticipándose en in
ciales. vención, ora asimilándose con cauta desconfian
Entremos en el siglo XVIII en el que recibe za y estudiosa oportunidad las de otros países,
incremento y perfección la artillería, bajo su llega próspera sin envanecimiento, respetada
triple aspecto de ciencia, personal y material. siempre por su valor y su saber en medio de
Forzosamente hay que hablar de Francia, por nuestros trastornos, al sólido y envidiable lugar
que en materia militar, como en todas, y en la que hoy ocupa entre las potencias militares de
primera mitad del siglo especialmente, sabido Europa.
es que España se contenió con traducir mal del Resumiremos algunos incidentes más nota-
francés. | bles técnicos y orgánicos. En la declinación ó
Las mejoras y adelantos de Vauban en forti postración de la Francia, antes ya de morir
ficación y en su ataque y defensa, habian pre Luis XIV, se cegaron todas las fuentes de ri
parado y determinado el divorcio entre aquella queza y quedó por largo tiempo aniquila lo su
y la artillera. Teóricamente mirado este suceso poderío militar: expiación sin duda de pasadas
bajo el punto de vista ((filosófico» de Carrion arrogancias, guapezas y desafueros. Pero mien
Nisas {Hist. de V art. mil.) y de otros críticos, tras el edificio de su milicia se desmoronaba por
no redundó en provecho de la buena organiza el lado de la infantería y caballería, minado
ción, ni del arte militar; pero si se atiende al in por una aristocracia frivola aunque valiente,
menso desarrollo material que por entónces to que obtenía sus grados en los bowloirs de las
maron entrambos servicios, fuera de otras cau cortesanas, los cuerpos mvants, como ellos di
sas que no son de este lugar, hay que aceptarlo | cen, más austeros, más estudiosos, mantenían
por necesidad, sino por convicción, como una oculto el fuego sagrado. Asi vemos en 1732 á
de tantas derogaciones y transgresiones de prin Valliére dar una nueva y radical organización á
cipio, que la práctica impone al rigor de la teo la artillería, dejando cinco calibres que dura
ría. La tentativa frustrada de la misma Francia ron hasta 1786; á Gribeauval después {1765—
en 1777, y ya en España de 1756 á 1763, para 1776, reorganizar nuevamente y pasar de 8683
reunir en un solo cuerpo los dos intitutos, prue bocas de fuego que se calculan á Luis XV a
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10.000 ó más, en tiempo de Luis XVI. De' tan excelente la ha tenido y la conserva, la ins
1 1 .000 hombres constaba el personal de artille tituyó en 1794. De este país, tan rápido casi co
ría en 1776, y cuatro piezas de batalla de á 4, 8 mo la Prusia en su moderno engrandecimiento,
y 12 porcada 1000 hombres era ya la norma se dice que ya Pedro el Gratule contaba en 1713
táctica del tiempo de Gribeauval. con 13000 bocas de fuego. Austria, hácia 1776,
Pero á la sazón una nueva potencia se abrió perseveraba en su artillería montada, con los ar
paso vigorosamente por entre las antiguas de Eu tilleros á horcajadas sobre los cajones ó wurtzs.
ropa, y les enseñaba por nuevos métodos á cuan —El armamento manual, ó de infantería, desde la
to puede aspirar un esudo militar bien consti introducción del fusil de chispa en I630fuéten-
tuido, en manos de un rey belicoso á la par que diendo á la uniformidad en todas partes. Exclu
sabio y prudente. La antigua Marca de Brande- sivo desde 1703 en que desapareció la última
burgo no se resigna á ser miembro vulgar de la pici, en Prusia recibió también mejoras de «ma
carcomida confederación germánica, y la nacien nufactura» ; pues los franceses confiesan que
te monarquía de Prusia tiene la fortuna de en todavía en 1710 en su país, el Ejército se surtía
contrar en Federico II el rey y el caudillo en de pacotilla, sin fábricas formales. En este esta
una pieza. Descontada la exageración — como do, sin grandes variaciones tácticas ni científi
ya hicimos con Gustavo Adolfo —son incuestio cas de artillería , cogió á Europa la revolución
nables los grandes y positivos adelantos que en francesa.
Prusia obtuvo la cosa militar. Federico, que lo Entre tanto España, apénas concluida la tris
pudo hacer por su doble carácter de monarca y te guerra de Sucesión, en que por ser franceses
general, rompió con la rutina en la artillería. ó austríacos nos olvidamos de ser españoles, su
como en todo: sustituyó á la antigua organiza fría las calaveradas del cardenal Alberoni '1716)
ción llamada de parque la nueva de raterías tác ó las de IsalM'lde Farnesio, con el patriótico fin
ticas y móviles; separó la artillería de campaña y cíe que sus hijos tuviesen una «corona italiana».
la de sitio; aligeró todo el material; lo cuidó es Para la expedición de Monteinar se ve ya em
meradamente y el que, en 1757, sabia triunfar barcar un parque de 110 cañones y 60 morteros,
en Rosbachcon solas I i piezas en batería, asigna ({iic si tronaron con gloria en Bitonto 1731; y
luego diez como dotación orgánica de cada 1000 aseguraron la corona de Nápolcs en las sienes
hombres, según nos dice Mirabeau. del joven Carlos III, quizá por allá quedaron en
Por más que algún francés pretenda achacar los desastres de 1735, cuando nos hacían más
á su inevitable Luis XIV la invención de la arti falta contra los ingleses. Algunos más hubiéra
llería á caballo, la opinión general la fija en mos perdido, como en 1 746, por buscar otra «co
Prusia, hácia 1758; y realmente este último trá rona siquiera ducal» para el infante D. Felipe,
mite de perfección y movilidad encuadra sin es si Dios no hubiera tenido á bien llevarse en
fuerzo entre los progresos que surgieron del aquel año al monarca español , que murió más
tiempo organizador por excelencia de Federico II. francés de lo que había nacido. Con guerras
Ensayada con esperanzas en el campo de asam constituidas y llevadas de aquel modo singular,
blea de Landshul y probada con éxito en el de no se extrañe que degeneren los ejércitos; y
batalla de Reichenbach (15 agosto 1762), segun puesto que ni en las desdichadas tentativas con
afirma Laroche-Aymon, la artillería á caballo tra Gibraltar, Argel y Portugal, ni en el funesto
prusiana mostró á los atónitos ejércitos de Eu epílogo de aquel siglo, en la guerra contra Fran
ropa hasta dónde una voluntad iniciadora y cia 1793-1795; en donde, por episodio, la inex
perseverante, sacudiendo la preocupación ó la pugnable F'iguerascon 200 piezas se entrega vil
pereza, puede encumbrar á un país, llevándolo mente, ni la artillería, ni nadie podía hacer
por caminos desconocidos y en cuyas márgenes cosa buena; volvamos al campo de la ciencia,
puede recogerse alternativamente honra y pro donde, tal vez á despecho del gobierno, se reco
vecho. España, que por entonces principiaba á gían pacíficos laureles. Desde 1710 el flamante
entrever que había tierras civilizadas «más allá cuerpo de artillería compelía con el de ingenie
de Francia» antecedió á su constante dechado en ros, no sólo en ensanchar su instrucción propia,
la imitación prusiana, puesto que en 1763 ha sino en vulgarizarla por el ejercito, á la sazón
cía sus primeros ensayos de artillería á caballo. bastante necesitado. La creación de cuatro es
Está probado que Francia, si tuvo alguna velei cuelas prácticas y otras tres teóricas, en Aragón,
dad de imitación al volver Lafayette que la vió Galicia, Andalucía y Estremadura, con aumen
en Silesia hácia 1785, no la tuvo formal hasta tos en 1722, con reformas y refundiciones y vi
1794. Inglaterra la copió en 1793; y Rusia, que cisitudes varias, fué la base algo movediza de
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un cuerpo, que justamente en la paz es cuando plicaciones tampoco se hallan ediciones, etc».
se nutre y desarrolla. Algún campo de asamblea, En cambio Federico II instituía cinco Acade
como el de 1 737 , que cita por primero en Es mias (1763), no como algunas de por acá, sin
paña el erudito general Sandoval; las Ordenan dotación, sin profesores ni alumnos recordemos
zas de Artillería, no sabemos si aprobadas ó á Firrufino enseñando niños desamparados) sino
desaprobadas en I i 49 ; otras de 1731 para las como grandes centros, como grandes templos de
Reales Academias Matemáticas de Cádiz y Bar la ciencia en Berlín, Künísberg, Slettin , Magde-
celona, propuestas por el Coronel de Artillería burgo, Wesel. La comisión española que por
D. Rodrigo del Peral; otras ordenanzas de ejer aquel tiempo estudiaba la Prusia (1766) hubiera
cicio [\~ii¡i¡ base de la general de 1802, fueron obrado más «filosóficamente» aunque se le pe
desbrozando el camino y preparando la creación gase algo del monarca amigo y émulo de Vol-
del Colegio de Segovia, determinada en 1760 y laire, en trasplantar esas verdaderas reformas,
suspendida por la guerra de Portugal basta 16 que en enredarse y enredar al ejército español en
mayo I 704. Usía es, pues, la cuna de la artillería fútiles detalles de lo que enlónces se principiaba
actual, considerada como instituto científico, á llamar táctica y policía.
especial. Algunos artilleros quedarían todavía La artillería sin embargo, y á través de los
ayudando á los ingenieros en la Academia de escollos de la época, siguió modesta v callada su
Cádiz, que sobrenadó en la última borrasca 6 camino. No vería con gusto (1782; que un ge
reforma. neral francés, el duque de Crillon, asestase 141
Cuando ati roíamos que en gran parte del si cañones y 33 morteros contra el pobre castillo
glo XVUl á los dos cuerpos facultativos — y á inglés, de San Felipe en Menorca que coronaban
algún jesuíta , si se quiere — es debido que no 300 de los primeros y 49 de los segundos; tam
naufragasen en España, como naufragaron otras poco aplaudiría el célebre fiasco de las baterías
cosas, los escasos conocimientos de ciencias ma flotantes del ingeniero francés D'Arcon ante
temáticas y físicas, alguu hombre civil, echán Gibraltar 13 setiembre 1782¡;pero de su colegio
dola de esceptico se sonreirá, tomándolo buena, ya obtenía oficiales hechos, que habían de ilus
mente por excesivo fervor de nuestra parte. trarla á principios del siglo siguiente.
Pruebas damos en cada articulo de que no nos Citaremos, aunque sean muy conocidos, los
ciega el entusiasmo, \ de que sabemos sobrepo autores de artillería españoles del siglo XVIII. El
ner el deber de la exactitud, por más amarga capitán Don Simón López, 1703; Don Sebastian
que sea, impuesto por el objeto de esta obra; Labairu, 1756; Don Lucrecio ¡bañez, 1700 ó 70:
pero amigos siempre de buscar «autoridad» la Don José Diaz Infante (marino;, 1773; un Don
encontramos en un historiador de nuestros Juan Antonio Pintado, 1782, que encontra
dias, el cual nos dice que la celebre Universidad mos en el catálogo alemán de Kunipf, y que no
de Salamanca en I7Ó8, se opuso por la voz del recordamos si citan Ríos y Salas, y el célebre
fraile trinitario Fray Manuel Bernardo de Ribera Don Tomás de Moría, 1784, que merecióser tra
al establecimiento de una cátedra de matemáti ducido al alemán por Hoyer y reimprimirse esta
cas que habia de dirigir el famoso Don Diego traducción en 1821-26. Como ya hicimos ob
iones , el cual, nombrado desde 1726, mani servar, dos jesuítas el P. Tomás Cerda (1764,
fiesta en 1702 que en la biblioteca de la sabia y el P. Ximeno (1772) que sólo hemos visto ci
universidad no habia ni un (tino, ni un instru tado por el francés Bardin y que fué, según
mento malemátito. Clonard, el profesor primero que el Conde Ga-
En 20 abril 17 20 se habia desairado al inge zola puso al instaurar el colegio de Segovia en
niero Don francisco Sobrecosas que pretendió 16 mayo 1764, escribieron también provechosa
explicar matemáticas en Zaragoza. En 28 Junio mente de artillería. Respecto á las armas porta-
1737 á Don Antonio Uordazar, que pretendía lo tiles, el Compendio histórico de. los arcabuceros
misino en Valencia. En 23 Mayo 1 740 á Don ile Madrid, publicado en 1793 por Isidro Soler,
Maleo Catabro «por no permitirlo las escaseces arcabucero del rey, puede ayudar á la ilustra
del erario»; en I i04 á Don Sebastian Caballe ción de este ramo.
ro... Al proponer al rey, en 21 setiembre I 7o0
el conde de Auanda la creación de una academia ó En compensación de la prolijidad, quizá ex
sociedad decía: «Nunca en las matemáticas ha cesiva, con que hemos reseñado los tiempos en
sobresalido España y de los pocos autores que de que pudiera quedar algo oscuro, olvidado ó des
ellas en general y sus pa.les detalladas han conocido, licito debe ser concluir aquí este ar
escrito, sobre ser antiguos y escasos en sus ex ticulo descomunal.
ARTI — 97 — ARTI
Los hechos son ya contemporáneos, y el re va á suprimir la guerra y por ende la milicia'.
gistrarlos es más propio de la crónica del cuerpo los que la tenemos por honroso oficio y estudia
ó de los anuarios que de esta obra. Los inciden mos la verdadera filosofía en el invariable co
tes tácticos, como arma, tienen liu'ar más aco razón humano, estamos bien seguros de no que
modo en el extenso articulo Táctica, en que dar desocupados por supresión ; aunque nos
juega con las otras dos. Además en estos tiem apesadumbre el hórrido estrago que á los pue
pos hay que atender también para la parte cien blos se prepara, y nos arredre un poco el mayor
típica de la artillería dk tierra, á los diarios en esfuerzo de estudio, de ingenio y de valor que
sayos, invenciones y adelantos de la artillería na la guerra venidera nos ha de exigir, en justa y
val, que, como todo lo marino, no entra en nues natural compensación de su misma rapidez.
tro cuadro, y también al continuo y reiterado es Hoy el estudio, no del arte militar, sino del
fuerzo de la industria armera civil, boy más que ramo concreto de artillería va haciéndose labo
nunca estimulada y fecunda en invenciones. rioso hasta lo imposible por lo extenso y disloca
Desde que en I82Í se ensayó en Brest el CA- do. La lectura de numerosos libros, folletos, re
son-bombero propuesto por el coronel Paixhans, vistas repugna por lo monótono. No se abre uno
y una radical modificación perfeccionó la arti sin tropezar con áridas listas de alcances y pene
llería francesa en 1829; un movimiento progre traciones; con insoportables y fútiles pormenores
sivo de mejora, un deseo que boy ¿1867] casi de ejecución; con profecías y conjeturas sobre lo
podría tomarse por impaciencia, empuja á la que será y no será; con elogios y censuras de
artillería de todos los países, á la solución del tal ó cual arma, y, lo que es peor, de tal ó cual
eterno problema: máximo resultado en mínimo fábrica y fabricante; pues por desdicha el ter
tiempo. Naturalmente, con las armas portátiles. reno militar ya está invadido también por el es
cuya reseña puede verse en el art. FrsiL, se píritu mercantil, síntoma infalible de progreso
dieron Siempre los pasos primeros; de ellas pa en los pueblos, y también de perturbación é
drón al cañón las rayas y los varios sistemas de incertidumbre en los ejércitos, que empiezan á
larga por la culata; pero los múltiples inciden dudar si los antiguos contratistas, desdeñando
tes científicos, industriales y económicos que por plebeyos el arroz y el tocino, ennoblecerán
complican la fundición de enormes hocas de fue su negocio con los fusiles y cañones. En Ingla
go en número respetable, lian elevado la cues terra y los Estados-Unidos, enlazándose el asun
tión á tal altura, le lian dado tan extrañas y to con la costosa construcción naval, ha tomado
contradictorias proporciones, (pie en rigor ya proporciones escandalosas; y el artillero en el
casi se lia perdido de vista su planteo mismo. dia, asediado por los inventores, tiene que tomar
Primitivamente se buscó el alcance y la certeza precauciones de otro género que las científicas,
del tiro; luego la rapidez de la carga; pero al contra lo que en Kuropa se llama pu/fy canard.
surgir las corazas de buques y planchas de Algunos pretendían entreverlo desde 1861 eu
blindaje aplicadas á las murallas, Otra nueva in aquella encarnizada lucha del cañón Armsthong
cógnita, la penetración, ha venido á jugar con con el Wituworth, y en la moderna y diaria de
las otras tres. la placa de coraza con el proyectil. Fuera de eso,
Si las guerras de Italia y de Crimea avivaron que enturbia un poco la materia, el progreso en
la curiosidad y estimularon el ingenio, las de artillería, masque admiración, causa espanto.
los Estados-Unidos y la de Bohemia en 1866 han El alcance indudable de esos dos cañones citados
hecho más descabellado ese que pudiera lla se acerca á IÜ.ÜÜÜ metros. Va en 1865 teníamos
marse frenesí de invención. Militares y paisa en los Carabancheles un Parhot que alcanza
nos á porfía se esfuerzan en buscar, unos la ba 5.000. De este sistema se fabrican piezas de
placa invulnerable, otros la rala que la atravie 10 á 300 libras esto es, de 3 hasta 10 pulgadas
se; estos el fusil de chorro continuo, aquellos la inglesas, rayadas con 3 basta lo rayas, de hier
ametralladora que de un golpe eche por tierra ro fundido j sunchados, con proyectiles expan
un regimiento. Si la navegación aérea y sub sivos por medio de un anillo fundido en la par
marina avanzan también por su liarte, acompa te posterior. Un ca'ñon Parrot de 100 libras,
ñadas del fulmi-coton y la nitro-glicerina, las con 10 de pólvora en la carga, granada de 80 y
guerras que antes duraban siete años, luego tfo grados de elevación, alcanza 8.600 yardas y
siete meses y en 1866 siete dias, ya no llegarán su trayectoria tiene 36 segundos de duración.
á siete minutos. Los filósofos, los economistas, Muchas de estas piezas reventaron en los ata
los miembros del Congreso de la Paz, bendicen ques de Cbarleston y Fisber. La flecha, estoes,
á la Providencia por el extraño modo con que el primer proyectil que con toda verosimilitud
13
ARTI ARTI
disparó la primera culebrina df. mano, resuena 30). Y efectivamente desde 1830 puede empe
(I86."¡) en los proyeetiles novísimos de Bahes y zarse esa larga lista de Montigny, Cavalli, Heus-
y Stafford, formados por dos cilindros de dife seben, Wabrendorf, Engstrom, Armstrong, With-
rente diámetro unidos por la base. En esta ma worth, Castmann, Church, Pirón, Montigny ¡el
teria de proyectiles la invención aturde por lo hijo), Varny, Treuille, Dahlgreen, Palisser, Bla-
inagotable: linéeos, solidos, mixtos, cilindro- kely y sobre todos Krupp. En la inmensa
cónicos y cilindro-ojivales . con aletas ó tetones fábrica de este prusiano, en Essen, que hácia
de plomo, latón, pajñer-maehé, zinc, antimonio 1851 presentó su primer cañón de acero fundido,
fijos y móviles; variables, como las rayas, de ¡ se reciben y se satisfacen pedidos de cenlenares
[Cavalli] basta 32 [Armstrong). Estas mismas de cañones de todos los países del globo. En la
ánimas, variables también: de rosca ó tornillo, exposición universal de París de 1867, presentó,
poligonales, ovales, elípticas [Ijincaster) espirales como muestra ó prospecto, su célebre pieza de
(Lenk de Wolfsberg) rayadas á la derecha, á la acero de .'i, 310 metr. de longitud, 0, 356 me
izquierda, con surcos, hendiduras, estrías rec tros de ánima, 10 rayas de 0, 001 metr. de
tangulares, trapeciales, de resalle , alternadas, hondo, con 50.000 kilógr. de peso, que tira pro
contraravas. Por la inversa, hácia 1863 buscaba, yectiles huecos y sólidos de 500 kilógr. con car
como el suizo Curtís, el capitán de artillería ga de 50. El montaje pesa lo. 000 kilógr. y el
D. Manuel Herrera con éxito probable, según bastidor ó marco giratorio ¿.'i. 000. La construc
decían, el medio de suprimir rayas, con un ción, dicen que duró año y medio. El precio, lo
proyectil que por si mismo tomase el doble mo estiman en 513.000 francos; y contando este
vimiento sin necesidad de aletas ó tetones. En capital, haj quien calcula que cada tiro, aunque
1867, mientras los prusianos desechan el siihu>- solo necesita dos artilleros, viene á salir á i. 000
nell (V. e. v.) y hay muchos que piden con francos
Lecomte el cañón liso y la antigua metralla en Al cerrar este articulo por fin de 1867, y en
cuanto es posible el vaticinio sobre tan árdua
botes, los austríacos lo perfeccionan y se aferran
también A sus viejos cohetes. En los montajes. materia, parece tender la artillería «futura» á
clasificarse en cuatro grupos: ese de los enormes
igual diversidad para marina, costa y plaza. La
necesidad, más ineludible hoy que nunca, de engeños, como en el siglo XV, de los Armstrong
cubrir á los sirvientes produce ingeniosas dis y Krupp; otro segundo, también respetable,
para la que Napoleón I llamaba en su tiempo
posiciones, que pudieran llamarse de sube y baja
como las de Arroquia, Ingiit, Monrrteff, y torres artillería gruesa ó de reserva; el tercero, de arti
y cúpulas giratorias mejoradas y perfeccionadas llería LIGERA, MÓVIL Ó DIVISIONARIA, y pul' lili OtlNJ
desde el monitor de Ericson. Los procedimientos cuarto grupo en que entrarán oá granel» esos
de furia y fundición varían hasta dentro de una novísimos y terribles cañones-rewolver, piezas
misma fábrica ó taller, como varía el mismo MULTIPLES, MAQUINAS INFERNALES, AMETRALLADORAS,
metal: bronce, hierro, acero. Por ultimo, en órganos ó como quiera llamarse, que vomitan
186?, sin desatender, como se dijo, la certeza, ¿,000 balas por minuto con el nombre ó razón so
el alcance, la penetración y la movilidad, se cial de Henry, Brame, Daullé, Napoleón 111,
atiende con visible preferencia á la rapidez del (Jlaxton, Ebcrhardt y sobre todo tiatlling que
uro con el sistema que bien pudiera llamarse parece la adoptada 1867, en Inglaterra, Prusia y
Estados-L uidos. Todavía en este grupo cuarto—
de retrocarga (V. e. v.) para evitar la expre
sión más larga de «carga por la culata d recáma que (iii izá se convierta en primero—pueden
ra». Apurando el origen, es indudable que el comprenderse otros cañoncitos muy ligeros, lla
sistema de recamara móvil fué cabalmente el de mados de infantería á falla de nombre mejor,
las primeras lombardas; pero cuando median so que han de maniobrar conjuntamente con ella
luciones de continuidad de cinco siglos, no es entre sus filas y ser por ella servidos.
posible encadenar sin gran violencia los sucesos La idea, reglamentaria en táctica como es
históricos. En las armas portátiles quizá la carga sabido á últimos del siglo pasado, perfeccionada
por la recamara, como se ve en el art. Fusil, en las amdsetas i V. e. v.) entonces animantes
pueda llevarse bastante atrás: en la pieza de ar del vencedor de Fonlenoy , resucita boy en un
tillería moderna, la filiación de la carga por la folíelo notable del rey deSuecia (Idéeset reflexión*
culata arranca, á nuestro juicio, lodo lo más de sur la íactique tnoderne) y en las pruebas de los
las experiencias ó pruebas en Segovia (1790) del italianos Mattei, Kossi y otros para ahorrar per
sistema Le Hoissier, y mejor ya en este siglo, del sonal y ganado. El tipo se lija por ahora en dos
conde Je Yenadito y de \avarro Sangran 1 1816- SIRVIENTES y dOS CABALLOS.,.
ARTI — 99 — ASAM
Fuera de sus parques v maestranzas departa lire y el castellano antiguo asalir, salir al en
mentales, los principales establecimientos de cuentro; ó quizá también de assultare, sallar,
nuestra artillería que merecen premios y elo franquear; ó de la intima latinidad assaltus,
gios en el extranjero están en Toledo para armas assultus, porque en su origen asaltar significaba
■lascas (V. Espada:; en Sevilla, fundición de bron saltear, dar salto (V. e. v.) sorprender, acome
ce y pirotecnia, Oviedo para armas portátiles, y ter de repente, y de alii su significado casi co
en fin Trúbia, allí cerca, cuya restauración y mún hoy con escalar, insultar (V. e. v.) En el
desarrollo empezó en 18H. V. Fundición). dia, como voz técnica militar, es puramente
polémica ó poliorcética, y señala el último acto
ARTILLERO. El individuo que pertenece al del ataque metódico, formal ó regular de una
cuerpo de artillería. Antes en las clases de ofi fortaleza (V. y comp. Escalada . Los trabajos
ciales se distinguían los facultativos y los prác de trinchera ó de aproche tienen por objeto acer
ticos, suprimidos en 1866; y en la clase de tro carse al cuerpo de plaza ó recinto; y el corona
pa, el artillero que servia caSon y obús del miento del camino cubierto, es decir, la pose
bombardero que servia el mortero. Hoy es sir sión de las obras exteriores facilita ver y batir
viente, en general, todo artillero en el acto de en brecha las escarpas. Arruinado y aportilla
servir la pieza, sea la que fuere. do el muro, el sitiador asalta , esto es , monta la
ARZAYA. Lanza ó dardo pequeño, arrojadi brecha, trepa y entra por ella para combatir
zo, usada en algunos pueblos de Africa. Esta cuerpo á cuerpo con el sitiado, y quedar dueño
voz, que sólo hemos visto en el Dice, de Hevia, de la fortaleza. Si el sitiado no se rinde y, aun
tiene cierto aire de ser lo mismo qucARCHEGAYA, que desalojado de la brecha , se atrinchera en
el interior ó en la gola de la obra asaltada, el
arzegava, ó mejor azagaya. sitiador corona (V. e. v.) la brecha, se aloja en
ARZEGAYA. Bastón largo de diez á doce ella y bale el nuevo reparo por los mismos me
piés, cuyos dos extremos estaban guarnecidos dios que el muro anterior, para asaltarlo á su
de un hierro puntiagudo. Esta era el arma de vez. Asalto, pues, envuelve técnicamente la
los estradiotes, y la manejaban con mucha des idea de brecha ó portillo abierto con artillería
treza, hiriendo ya con la una punta, ya con la ó mina, como resultado de ataque lento y metó
otra. (Dice. Moretti, Hevia y D'W. M.) Arche- dico, como objeto final y decisivo de un sitio: y
gava. Máquina de que usaron los antiguos para nada tiene hoy de común con escalada. ínter-
arrojarla sobre sus enemigos ¡Dice Terreros;. presa , arremetida impetuosa y al descubierto á
Esto de llamar arzegava á la azagaya prov endrá muros intactos, sin apagar los fuegos de la arti
de la costumbre cómoda de copiar los dicciona llería. En el articulo Capitulación hacemos ver
rios franceses, que efectivamente dicen arzeyaie. la imposibilidad de dar reglas, ni ménos leyes
sobre dar y sufrir asaltos.
ARZON. Del bajo latín arcio, arcionis. El
usté delantero ó trasero de la silla de montar. ASALTO. (V. Asaltar,1. El acometimiento im
—Antiguamente se llamaba arzón volteado al petuoso y decisivo que se hace á los muros de
ancón zaguero ó trasero del cabalhueste ó silla alguna plaza ó fortaleza , sitiada y aportillada
de armas, á causa de su forma curva y parti ya, para entrarla por fuerza de armas. El aclo
de sorprender de repente á las personas (V. y
cular.
comp. Salto).—Ejercicio de esgrima ó sala de
ASA. Agarradero antiguo en las piezas de ar armas.—Dar asalto, asaltar.—Tómar por asalto.
tillería para montarlas y desmontarlas. Tam Apoderarse á viva fuerza sin capitulación, ni
bién se llamaron orejas. condiciones.—Columna de asalto. La tropa es
ASAETEAR. Disparar saetas ó flechas con cogida y destinada á asaltar, á montar la brecha.
i-epetición. ASAMBLEA. Toque reglamentario para que
ASALIR. Verbo anticuado. Salir al en se reúna la tropa nombrada de servicio, y para
cuentro. que tome las armas la que haya de formar; para
batir tiendas, atalajar el ganado , cargar acé
ASALTADOR. El que asalta, seg. Dicciona milas, etc.—En las antiguas milicias provinciales
rio Acad. Es galicismo traducir por asaltante el la reunión anual para dedicarse á ejercicios.—
assaillant francés. Hoy, en general, la reunión numerosa de tropas
ASALTAR. Del bajo latín admlire: de donde en campo de instrucción que también se llama de
provienen el francés assaillir, el italiano assa- asamblea. —Epoca ó tiempo de asamblea es or
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dinariamente la primavera y el otuño. —Situa caracteriza el tiempo en que vivimos? Parece
ción, sueldo de asamblea es actualmente ter que si. La naturaleza humana está condenada á
mino medio entre actividad y reemplazo, con navegar sin brújula por entre los escollos de lo
merma de un quinto en el sueldo.—Desde los absoluto, y hasta en el orden físico, si tendemos
tiempos más remotos los campos de Marte, de la vista, no lograremos en mitrar materialmente
instrucción ó de asamblea se lian considerado una linea recta, pura abstracción de la geome
como medio único de dar ensanche, solidez y tría. Pero si bien es temerario pretender legislar
cohesión á los ejercicios militares. De poco sir en esta materia de ascensos militares, de suyo
ve que cada batallón ó regimiento de por si al tan compleja y ocasionada , es recomendable y
cance un alto grado de perfección táctica, sino grandemente provechoso lodo esfuerzoque tieu
se acostumbra á las grandes maniobras, combina da á esclarecerla, á plantearla, en una palabra,
ciones y simi'lacros, que se acerquen en lo posi á definirla. Bajo este concepto es como aventu
ble á la realidad de la quema. Fuera de las ven- ramos algunas reflexiones prácticas.
lajas materiales de higiene marcial, de gimnástica Desde el año I7.'>0 se repite la célebre fórmu
vigorosa, de robustez campestre, la reunión sis la de Feur/uiéres: «Arancez seton les talents.
temática de las «cuatro armas» nosotros llama recompensez selon les services». I'ero esta «fór
mos arma á la Fortificación (V. e. v.i desarrolla mula», como las que llaman «elegantes» los
en lo moral y consolida ideas de conjunto, de algebristas, de puro general y compendiosa, no
enlace, de relación, de verdadero compañerismo. tiene aplicación fácil. La dificultad estriba en
En el campo de asamblea cada uno se conven ponerse de acuerdo sobre lo que representan y
ce, desde el soldado al general, de que es parte significan, las cuatro palabras que constituyen
integrante, si, activa, necesaria, pero «parte» no la «fórmula» y que por seguir la metáfora pu
más de un gran todo: alli por consiguiente se dieran llamarse «variables ó incógnitas». Des
atenúan esas pretensiones de preferencia ó prece pejemos ¿Qué es ascenso'! Ello mismo lo dice:
dencia que suele enconar el alejamiento y la so subida, ocupación de un lugar gerárquieo su
ledad del cuartel. No extenderemos considera perior, y superior en lodo: en consideración, en
ciones que sabe de memoria todo el que discur autoridad, en sueldo, en ventajas de retiro, de
re sobre el oficio; y concluiremos deplorando la* viudedad; es decir, que llega hasta después de
causas, de todos sabidas, que imposibilitan enEs- terminar la carrera y de terminar la vida. Pare
paña seguir las prácticas usuales de todos los ce, pues, que el ascenso es la recompensa máxi
buenos ejércitos ma del militar; pero, bien mirado, no es recom
pensa única, puesto que hay otras, ni en ciertos
A SANGRE Y FUEGO. V. Ui err* . casos puede llamarse rigorosamente recompensa.
ASCENDER. El sentido recto de este verbo El sargento primero al ser nombrado oficial as
puramente latino, ascenderé, es subir, metafóri ciende; el paisano, y el cadete mismo, al ser
camente; y tanto activo, como neutro, adelan nombrados oficiales no ascienden: si el sargento
tar, mejorar en empleo y sleldo, por que el gra ascendió por hecho de guerra ó por favor, «ob
do no es ascenso (V. e. v.) aunque en el dia ha tuvo recompensa» pero si asciende por turno
ya venido á ser, en cierto modo, la mitad del de antigüedad, por derecho reconocido y preexis
ascenso , ó el pagaré de un empleo, según la ex tente, ¿deberá decirse que «obtiene recompen
presión del brigadier Letona en sus Ext. crit. sa»? El teniente coronel facultativo, al ocupar
sobre, el Esl. mil. de Esp. páy. 2i(S. la vacante de coronel que resultó en el escala
fón ¿tendrá por recompensa el ascenso? Eviden
ASCENDIENTE. Tener, tomar, saber adqui
temente, premio, galardón, renumeracion, re
rir ascendiente, es decir, predominio, autoridad
compensa lleva en si algo de adventicio ó de
propia y personal sobre las tropas es la primera eventual; prescribe y presupone un hecho me
cualidad de un jefe, es el don de mando. (Y. Ha ritorio, previsto si se quiere, pero no de forzosa
bilidad.) ó calculada verificación. Desde el dia en que
ASCENSO. ¿Se puede hacer una buena lev entró en el cuerpo facultativo el teniente coro
de ascensos? No, resueltamente. ¿Se puede, sin nel, estipuló que habia de ascender inmediata
embargo, asentar reglas con el laudable objeto mente al que le antecede; no hay, pues, en el
de calmar impaciencias, regularizar derechos, ascenso la menor recompensa , sino el mero
extirpar abusos, evitar quejas y satisfacer en lo cumplimiento de un contrato. Si en la hora
posible esa sed de equidad y esa propensión algo misma en que ocurre la vacante superior desti
ecléctica al equilibrio , que tan señaladamente nada para él, aquel teniente coronel lleva á ea
ASGE — 101 — ASGE
bo una acción heroica, se encuentra con dos graves disputas ; pues , mientras unos quieren
derechos: el de ser coronel, que lo adquirió en por mitad, 50 centésimas, otros quieren 20 para
la academia, y el * ascender además" por su una y 80 para otra ó al revés.
mérito estraordinario. Este caso en tiempo de En la región de las ideas la solución no puede
paz. se ha visto con frecuencia en las escuelas ó admitirse; es simplemente buscar una cosa bue
academias especiales, en que un profesor ha na en la suma ó producto de dos cosas malas.
acumulado en un punto dos derechos: el gene Ya que antes citamos á los algebristas, recorde
ral de ascenso en la escala, y el particular por mos que solo á ellos es dado «con dos cantida
anos de profesorado; este último podrá tomar des negativas hacer una positiva». Y ante este
carácter de recompensa, puesto que tiene un nuevo embarazo, algunos espíritus briosos ó
plazo; pero el otro de ningún modo, pues si les impacientes, seguros de su propio valer, ene
diera la ocurrencia á todos los que le antece migos de términos medios, acuden y apostrofan
den de vi\ir cien años, el teniente coronel no con sentada voz á los artífices de legalidad: de
ascendería. Tenemos, pues, que el ascenso pue jad, dicen, ese grosero cañamazo que hace tan
de ser unas veces recompensa y otras no: la tos años queréis bordar con labor menuda; rom
iforniulao de r'euquiéres principia á claudicar. ped ese balancín con que, en vez de anular,
«Ascended según los talentos», imposible, en el eleváis alternativamente la indolencia y el fa
punto mismo en que haya una escala de rigo voritismo; aquí tenéis la solución directa, fe
rosa amioif.dad, es decir, una regla invariable, cunda, radical: el concurso. ¿Porqué se conser
absoluta, una especie de contrato bilateral entre va pura y brillante la cruz laureada de San Fer
el Estado y el individuo; «recompensad según nando"? porque se abre juicio contradictorio.
los servicios» imposible también; puesto que el ¿Porqué, en opuesto sentido, conserva el casti
Estado no puede disponer del ascenso que, co go militar su terrible y saludable dureza? por
mo dijimos, es la primera y más codiciada de que se abre proceso y sentencia un Consejo de
las recompensas militares. guerra; luego ahí está la clave. Aplicad al as
El razonamiento y la experiencia concurren á censo y recompensa el exámen científico , dete
proscribir para un «ejército entero» el principio nido, imparcial; el certámen público y caballe
de «antigüedad rigorosa», aplicable, todo lo más, resco. Cuando haya un puesto que ocupar anun
á pequeñas agrupaciones, que lo sostienen para cióse por carteles; y ya veréis cómo, rompiendo
evitar otros males, con algún perjuicio suyo y por entre la apiñada muchedumbre de tímidos
quizá del Estado, ó mejor dicho, de los dos á un expectadores , saltan al pal ;nque hombres de
tiempo. frente levantada y corazón ávido de gloria, tor
Desechada esta base , cerrado este camino, pes y flojos en las luchas de antesala , pero se
abandonada forzosamente la «línea recta» esta renos y fuertes á la luz del sol, en campo abier
mos perdidos: caemos en el laberinto de innu to, donde la justicia preside en alto y visible ta
merables curvas que se llama elección ; por más blado; donde el aplauso corona al vencedor, y
que busquemos compensaciones, paliativos y queda también para el vencido la simpatía res
temperamentos , por algún lado se abrirá una petuosa que siempre escita el valor desafor
rendija; que pronto se convertirá en brecha, tunado.
por la cual subirán al asalto la intriga, el nepo Esta idea que algunos llaman atrevida, por
tismo, la injusticia, la osadía, burlándose de que la ven en páginas recientes como por ejem
esas trincheras y cortaduras de legalidad tan ar plo, las de Villamartin (Noc. del arte mil.) pier
tificiosamente escalonadas. de su «atrevimiento» cuando se lee en otras pá
La antigüedad , ya lo hemos visto, es teóri ginas amarillentas, por estar impresas en 4598,
camente inaceptable: «ni asciende según los ta de Scarion Pavía [Doctrina militar). V. el texto
lentos, ni recompensa según los servicios;» la del art. Ayudante que concluye: «Estos oficios
'lección absoluta , que podría satisfacer ambas de Sargento Mayor y Ayudante, según la opinión
condiciones, la hacen imposible en la práctica de muchos y mia, no se han de dar por favor,
lis pasiones de los hombres. porque no pertenecen á todo género de hombres;
Y abarrancados aquí, los legisladores milita mas débense dar por valor de persona, satisfac
res de todos los países toman casi unánimes un ción de servicios y plática del arte militar; por
sesgo, que no deja de ser peregrino: de dos im examen público, porque con razón, etc.
posibles se hace un posible, y como sise tratara En teoría es intachable el ascenso por oposi
de una manipulación química, se mezclan la ción, el concurso abierto para todos y para todo:
antigüedad y la elección en dósis que levantan este camino sin duda es el más recto y expedi
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to; pero también parece impracticable por su ca, conque hemos encabezado este articulo.
misma rigidez y generalidad. Actualmente (I8(i7 Una ley, en la verdadera, acepción de esta pa
el ejército español no está en condiciones de ad labra, una buena ley de ascensos , repetimos que
mitir el concurso por sus tradiciones, por sus es imposible, sin preceder una reforma atrevida
hábitos, por su ordenanza y su constitución de toda la «cosa militar»; pero si quiere llamarse
misma. ley á unos cuantos artículos incoherentes y des
Luchando en ellas todavía la rezaga del pasa cosidos, que choquen entre si, y con la lógica, y
do con la vanguardia del porvenir, no tiene la con la tilosofia, y con el corazón humano; que
robustez indispensable para reformas tan radi halaguen á un arma y perjudiquen á otras; que
cales, tan vigorosas, tan varoniles. Para ensa enconen rivalidades y despierten pretensiones,
yarlas solamente, seria preciso ántes desbrozar y aviven derechos adormecidos, entonces ocioso
mucho y acometer con brio un plan meditado es hablar más. Si para ser buena una ley basta
de «reconstrucción militar» que. principiase por que pase por el claro tamiz de los Cuerpos co
la Instrucción (V. e. v.) por la ordenanza, que legisladores, todos los años podemos tener una
comprendiese desde el ministro de la guerra nueva. En la fluctuación que bajo los pies sen-
hasta el cabo de escuadra. Las sacudidas y I timos de casi todas las bases sociales, no nos
rozamientos que alguna vez se sienten en la queda más recurso que agarrarnos en todo y
máquina militar provienen de que al variar im para todo al «criterio parlamentario»; escritos
prudentemente una rueda, no se ha calculado graves pueden citarse en que se pide á las Cór-
de antemano la perturbación que en el juego tes, como medida de salvación, una «ley in-
de las otras puede introducir. I variable de vestuario»; á las Córles se lle
Convencidos de esto los hombres aficionados van anualmente, implícitas en la ley de pre
al eclecticismo y conciliación, no rechazan pero supuestos, gravísimas cuestiones de organi
limitan el principio del concurso abierto, y le zación ó disciplina , que pierden con ser tan
hacen entrar en composición con los otros dos 1 manoseadas por vía de oposición ó de incidente;
de la antigüedad y de la elección. Asi quedan al ! y siguiendo ese camino legal, y al parecer tan
parecer abiertas todas las puertas y cerrados llano, de «llevar todo á las Córtes» tanto podrá
todos los portillos; consagrados todos los dere gastarse este poderoso resorte de gobierno, que
chos, satisfechas todas las condiciones. El oficial su fuerza, visiblemente debilitada, llegará á ce
modesto, acaso también el roncero y remolón, der á la violencia con que muchos la combaten,
llegarán lentamente por su cómodo camino de ó al esfuerzo insidioso y reiterado con que mu
la antigüedad, «sin defectos» ó con ellos; el que chos más la retuercen y destemplan.
ande algo más despierto y vividor llegará cule Un ejemplo práctico. El cáncer, incurable al
breando por entre los zarzales de la elección parecer, del ejército español era el reemplazo en
artificiosa ó sea favoritismo disfrazado, con lis
los jefes y la embarazosa abundancia de gene
tas de elegibles y tercios de escala ; por último rales: la vigorosa voluntad de los ministros de
el campeón esforzado, que preüera las nobles
la guerra desde I8'51 á 1867 ha bastado para
emociones de la arena publica y del concurso
atacar de raiz el mal y mostrar visibles los pro
estrepitoso, llegue también de un salto en cier
gresos de la curación.
tos casos, con lo que se logrará irritar de un
modo saludable para el organismo militar el Lo deplorable en la milicia, como en todo, es
estímulo embotado. la reciproca desconfianza, el desalíenlo que nos
En esto hay un inconveniente capital, que el ha invadido y, por singular contradicción, la
deseo mismo del bien arraiga inadvertidamente impaciencia febril con que arrancamos la flor
en todo proyecto de ley de ascensos. Se parte de pretendiendo que ya sea el fruto. El hecho ma
un imposible ó de un absurdo; se supone que terial de ir en pocas horas de Madrid á París ha
«todos llegan» se quiere que «todos lleguen»; y producido en las ideas tal trastorno, que damos
cabalmente el primer artículo sólo debía conte por suprimidos teóricamente centenares de le
ner, á manera de frontispicio, el desconsolador guas, y anuladas las antiguas y todavía «vigen
apotegma umulti sunt l ocati. pauci vero electh, tes» relaciones entre el espacio y el tiempo.
ó en romance: os advierto que de 100 llegará Dejad diez años quieto en su poltrona á un mi
uno solo escasamente; los 99 restantes se irán nistro de la ci erra, (aunque sea comoZambrano
quedando en los varios recuestos del camino. con tal que lenga intención recta y espíritu im
Véase, pues, como están en su lugar la pre parcial; no le acoséis durante seis horas diarias
gunta, algo audaz, y la respuesta, algo escépti- en las Córtes y durante las veinte y cuatro en
ASGE — 103 — ASCE
los periódicos, que él os arreglará los ascensos y que la milicia española está visiblemente ne
M arreglará el ejército. cesitada.
Porque, repetimos, estas dos ideas son corre Si se nos permitiera el don de profecía, aña-
lativas, solidarias. Las tres leyes de rkemplazos diriamos que el primer escollo de la futura ley,
ascensos y retiros tienen tan intima conexión, entre los varios que van indicados, estará en el
romo el nacimiento, el trascurso de la vida y la primer articulo cabalmente, en la enumeración
muerte en el cuerpo humano: más bien que espantosa de los grados que hoy se consideran
leyes distintas, son en verdad títulos coordena necesarios, no sólo en el ejército español sino
dos de una sola y misma ley, es decir, de la fu en todos los ejércitos modernos. ¡Quién no des
tura ordenanza militar. fallece y desespera, poniendo el pié en el primer
Sentado esto, y pues que no somos diputados peldaño, al alzar la vista por aquella escala! —
ni senadores, nos guardaremos bien de añadir verdadera escala de Jacob que se pierde en el
ud proyecto más á los varios que andan flotan cielo.—Y al fin por aquella escala subían ánge
do 1867) asi como desde luego aconsejaremos les, mientras que por esta otra han de subir
que se acate al que tenga la fortuna de consoli hombres, con toda su humana flaqueza; pobres
darse: ¡jorque, si «bueno» es imposible que sea hombres muchos de ellos, hombres pobres casi
pur lo arriba dicho , tanto puede acercarse que todos.
no sea dable hacer otro mejor. Decididamente en esa dichosa escala, primera
inevitable página de la ley, si no sobran cuatro
Recelamos, sin embargo, que, sea como escalones por lo menos tres bien se podían supri
fuere, nunca satisfará á todos; pues recordamos
mir, sin otro menoscabo ni detrimento que el de
la mala y general impresión que produjo el que
la rutina. No hablemos del difunto Segundo Co
ya anduvo en discusión por los años de 1863, y mandante ¡V. e. v.Jque ha estado embrollando la
que, al quedar en suspenso por el juego de la milicia española por espacio de siglo y medio;
política, inspiró el siguiente párrafo á un perió pero ¿tan arduo es el mando de una escuadra
dico militar, notable por el acierto y la mesura que necesite tres especies de jefes"? ¿Tan intrin
de sus apreciaciones:... «nos felicitaremos de
cado el de una compañía que necesite siete? ¿tan
que el referido proyecto quede anulado, porque' extensa es la autoridad del cabo quesea pruden
comprendemos que ni remedia las necesidades te fraccionarla y enfrenar su ambición con dos
del momento, ni satisface á las exigencias de galones de algodón, mientras codicia los tres?—\
una buena organización, ni corresponde á su por arriba ¿se necesitan efectivamente cuatro
trascendental importancia. Las leyes de ascen clases de generales?
sos son las tablas de derecho de todos los mili Al indicar sólo este orden de ideas, el lector
tares; por lo tanto exigen condiciones de opor- comprenderá que hay vicios radicales de orga
lunidad, de justicia y de equidad, condiciones
nización que convendría extirpar antes de todo.
que talla en nuestro sentir al proyecto do ley La multiplicidad de escalones gerárquicos co
'•uva discusión ha sido suspendida. No pretende
mún á toda Europa, y exagerada ó doblada en
remos, al exponer nuestras ideas acertar con la España con los grados honorarios, se ha tenido
formula, que sirva para resolver cuestiones tan por el coto de las ambiciones, por el colino de la
complejas como las que se relacionan con una habilidad, algo burlesca, del Estado, que entre
buena y equitativa ley de ascensos; pero si nos tiene la «importunidad» de sus servidores, hn
(«forzaremos en patentizar que el mencionado el inmenso expediente sobre ley de ascensos,
proyecto de ley, no está basado en verdaderos y recordamos haber leido hace uños el informe de
lundamentales principios.» Asamblea. T. X, fe un general afamado, que sostenía la continua
brero 1863., ción de los grados honorarios, entre otras razo
Pero, en ÜD, algo hay que hacer; pues, si no nes, por que tal recompensa «salia de la tesore
no nos equivocamos, lo existente, lo legal en ría del viento»... Mas, para eludir responsabili
esta delicada materia de ascensos se reduce, en dad, tomaremos las palabras de un escritor fran
I86i, al real decreto de reorganización general cés, grande amigo nuestro, no sabemos si por lo
de.(I de mayo de 1828 en pleno «absolutismo» filosófico ó por lo impopular de sus pensa
y á la instrucción de 26 de abril de 1836 en ple mientos.
na «guerra civil». Por una parte parece como «Nunca—dice—se ha lijado bien la atención
que urge la ley de ascensos; y por otra es de te en que una larga escala de grados necesarios
mer que nazca muerta, si se anticipa sola á la entraña forzosamente el reinado de una intriga
reconstrucción moral que antes dijimos, y de siempre en acecho, siempre activa, en donde
ASGE — 104 — ASGE
Justamente debía ser desconocida: en un cam mandó como general en jefe sin que los maris
pamento, en un ejército». cales de Francia reclamasen).
«Con esta multiplicidad de grados y de exi «Esto, que parece tan razonable, es imposible
gencias, un hombre nunca puede permanecer ¡lo dejaremos en francés; avec l'ordre de lableau,
mucho tiempo en un puesto que ocupa con pro avec toules ees inventions embarrassanles el tra-
vecho: es menester, ó castigarle para conser cassiéres, si útiles aux pelits hommes, si chérex
varle, ó menoscabar y perjudicar al servicio aux pelits esprits, sipropres á paralyser les vraix
para recompensarle». tálente, la rentable vertun .
«Si un hombre de verdadero mérito, por una «En las tinieblas de la edad media , es donde
causa cualquiera, quiza por haber olvidado su hay que buscar el origen de los males y abusos
interés en pió de su deber, yerra un solo esca que complican todavía, no solo la economía so
lón, una primera injusticia será consagrada por cial, sino el arle y basta el oficio de la guerra».
otro; para siempre queda postergado; pues la (■Cuando la fuerza militar dejó de ser atributo
intriga que haya dado un paso á tiempo do per individual \ exclusivo de algunos hombres ais
derá la ventaja sacada». lados, fue menester administrar los hombres
«Este orden, mejor dicho, este desorden or reunidos para combatir, y sobre todo cuando
ganizado es funesto igualmente á la autoridad, estas reuniones ya se hicieron permanentes».
que se encuentra embarazada; al mérito, al cual «Pero ¿cómo los capitanes y jefes, sin saber
desalienta; al servicio, al cual hace extraviar. leer ni escribir, habían de administrar su com
Ha sido introducido en la administración por pañía ó batallón?
hombres débiles y de poco alcance, incapaces «Fué menester darles ayudantes entre las gen
de concebir y lijar bien las funciones esenciales tes letradas y estos auxiliares sacaron de la ne
y realmente diferentes en el servicio militar. cesidad grande importancia personal: el hombre
Para escapar ó responder á una importunidad que sabia batirse y el que sabia leer, escribir y
(obsesión) continua se han lijado á si mismos contar, fueron dos existencias á parte».
reglas minuciosas, que á cada paso se ven for «Eslo hubiera parecido imposible cuando Je
zados á violar, pero jamás en favor del mérito». nofonte y Cesar mandaban ejércitos y sus holk-
«El abuso de este incesante trabajo de ascen maucas, tuibcnos y cucstohes eran hombres letra
so, siempre estéril y tracassier, cuando no es dos como ellos, instruidos en cosas de mando y
positivamente nocivo, es uno de los grandes administración, lan aptos para obraren el cam
azores ó glagas de los ejércitos permanentes». po como pura deliberar en el gabinete, partiendo
del misino punió y llegando al mismo fin. Entre
los diegos, Epauiinondas, después de haber
«Es notable la flaqueza común á los principes mandado ejércitos, ejercía las funciones de la
y jetes muy celosos de su autoridad, de multi edilidad civil, sin murmurar ni extrañarse; en
plicar á su alrededor los favores y los grados». tre los Humanos, el cuestor venia á ser general,
«üi en la organización general de la sociedad y el personaje consular volvía, sin descenso ni
hay algo que por su naturaleza y destino deba desdoro, al puesto de tribuno ó cuestor».
tener más sencillez, y quedar en sus combina «Este orden, tan natural y cuerdo, se embro
ciones más perceplible á los ojos y á la inteli lló en las tinieblas en que lodos los elementos
gencia de lodos, y parecer más plausible á la entraron en el caos, y las luces y la fuerza ya
razón y á la inteligencia de cada uno, es justa no estuvieron en las mismas manos».
mente la organización Mii.i i Aii: pues nada hay En corroboración de estas ideas, dice también
que loque á tan crecido numero de individuos el emperador Napoleón 111 \Hisl. de Jules Cesar,
juntos, ni hay autoridad más pesada, más dura, t. 1, pág. ¿ii) hablando de los romanos de la re
ni más penosa de sufrir y ejercer, que la que pública:
está mal delinida y de la que uno difícilmente «No estaban clasificados como en nuestra mo
se da cuenta». derna sociedad en especialidades envidiosas y
«En las épocas de discordias civiles de dificul rivales: allí no se veia al hombre de guerra des
tades y embarazos, en que es menester reunir preciar al hombre civil, al jurisconsulto ó al
poderes y tálenlos de todo género , los jefes su orador separarse del hombre de acción, ó al sa
premos de los ejércitos son personajes lan polí cerdote aislarse de lodos. Para elevarse á las
ticos como militares.» (Aquí el autorfrancés cita dignidades ó merecer los sufragios de sus con
el ejemplo del duque de Guisa, que oficialmen ciudadanos, el patricio estaba sujeto desde la
te sólo fué Capitán de 4 00 hombres de armas, y primera juventud á pruebas las más diversas.

-m
ASGE - w - ASGE
Se exigía de él destreza corporal, elocuencia, tanes generales de cada arma, de infantería
aptitud para los ejercicios militares, conoci española é italiana, de caballos ligeros y coro
miento de las leyes civiles y religiosas, ta zas; se añadieron tenientes generales, y comisa
lento para mandar un ejército ó dirigir una rios GENERALES, y CUARTEL MAESTRE, y SARGENTO
flota, administrar unu ciudad o gobernar una GENERAL DE BATALLA , > MARISCALES DE CAMPO y DE
provincia: y la obligación de estos diversos LOGIS, y GOBERNADORES DE TERCIO, >' TENIENTES CORO
aprendizajes no sólo daba v uelo y espansion n NELE;.: unos honorarios, otros propietarios, otros
ludas las capacidades, sino que reunia á los ojos excedentes, otros graduados, otros reformados:
del pueblo sobre el magistrado revestido de todo confuso, revuelto, indefinido, formando esa
dignidades diferentes la consideración peculiar baraja en que, según el dicho vulgar, todos
á cada una de ellas. Durante mucho tiempo el son ases.
que lograba ser honrado con la confianza de sus En 1602, ^Clonard lo dice en su tíisl. org.¡ 14
conciudadanos, gozaba del prestigio triple que tercios juntaban la enorme cifra de load hom
dan las funciones de juez.de sacerdote, de guer bres!! Eu 4664 la única escuela militar dirigida
rero». por el Padre Aftlitto, jesuíta, matriculaba ocho
No añadiremos otras citas, porque toman alumnos. En 1009 en que ya «se hacia política»
aun más alto el diapasón y en rigor dicen mas en Madrid, el vencido en las Dunas ^I65í»¿ el
de lo que nosotros queríamos decir. D. Juan de Austria, bastardo de Felipe IV, daba
Dejando los romanos y la edad media, y to el ugolpe de estado», derrocaba de la privanza
mando ejemplos propios y castizos en los tiem al jesuíta alemán Nilhard, sembraba la conster
pos viriles de la milicia española, sería curioso nación en la Corte... con que"/—con 200 caba
averiguar qué lugar ocupaban en el escalafón el llos y 300 infantes estratégicamente amenazado
Señor Antonio Leiva y el Señor Hernando de res desde Torrejon de Ardozü! V compañías
Alareon. De su hoja de servicios consta que no sagradas formadas de coroneles y capitanes re
pasaron de capitanes , que ni siquiera usaron el formados se ocupaban en hacer «prisiones políti
Don. Y sin embargo en la compañía del primero cas» como la del desdichado favorito Valenzuela.
pasaba vuestra de soldado raso el emperador Mientras lauto no había vagaren los Consejos,
Carlos V; el segundo, tipo de la lealtad castella como entonces se llamaba á los Ministerios;
na, tema bajo su custodia personal dos prisione para «proyectos» de ordenanzas y de reorganiza
ros de clase no muy común: un Papa y un Rey. ción; para consultas de competencia; para infor
Más adelante ¿ Dávila , Mondragon , Valdés, mes de arbitristas; pura arreglos y desarreglosde
Romero, Verdugo, y tantos otros no se les ocur uniforme a la cuambehga; para ordenes y contra
rió pasar de maestres de campo ó coroneles; y sin órdenes sobre si la nación italiana había de ocu
embargo mandaban, y subyugaban, y asolaban par en formación «el cuerno izquierdo y retro-
provincias que hoy son reinos, Bélgica y Ho guardia fija»...
landa. Mientras la derrota, y á veces la ignominia,
Por aquel tiempo un tercio de doce y quince cubría las antiguas banderas con fúnebre cres
coupañías no necesitaba más que dos jefes: el pón; mientras eu la terrible carnicería—más
MAESTRE DE CAMPO V el SARGENTO MAYOR : Una COM que batalla—de Pleuras (I090j la celebre infan
PAÑIA, hasta de 300 plazas, tenia capitán y alfé- tería española se despedía de Europa con fiero
ui. un solo sargento, y los cabos de escuadra y reposado continente; España que ocupaba un
necesarios al respecto de 25 hombres cada una. año entero en fiestas para recibir á su segunda
Mediado ya el siglo XVII, cuando se desenca reina, comenzaba á incubarsesudamentc la duda
denaron contra España todos los vientos de la de «á qué extranjero se entregaría, en el caso de
adversidad, entonr.es empezaron á surgir -des que esta Señora no le diese un ley». Afortuna
inventions embarrotantes y trascassiéres» de que damente Luis XIV pudo sacarla de tan singular
nos habla Carrion Sisas; cuando para sujetar á perplejidad: y en 1 100, allanados los Pirineos,
Cataluña y Portugal 1610) necesitaba Castilla no necesitamos ya el improbo trabajo anterior
jefes y soldados flamencos, alemanes, napolita de traducir diccionario en mano, sino dejará la
nos entonces se nos entró el aluvión de gra Francia, «nuestra enemiga dedos siglos», el cui
dos, y mercedes, y honores, y denominaciones; dado de arreglarnos con ropa de desecho, con
con ellas las sinonimias, los duplicados, las los harapos que quedaban en los últimos años
competencias, los pleonasmos, los conllictos, los del gran reinado del gran rey.
escándalos. El coronel extranjero quería sobre El exordio prometía. Para organizar el país,
ponerse al maestre de campo español; hubo capi una guerra civil: para organizar la milicia, la
44
ASCE — 106 — ASCE
creación de los Guardias de Corps y de la Guar que destilen y aumenten ese arroyo emponzo
dia Real. 'V. Casa Real.) ñado que esteriliza el campo de la política es
Todo el siglo XVIII trascurrió sin que la cosa pañola, en cuyas márgenes desoladas solo arraiga
militar se apoyase á un tiempo sobre los Ires envidioso personalismo; acudamos enhorabuena
puntos sólidos que antes mencionamos, reempla lodos juntos al pronto remedio de la presente
zo, ascenso y retiro. Abranse los tomos de de dislocación, que no entraña por cierto graves ni
cretos, regístrense los archivos y sólo encontra mortales peligros, pero acudamos todos; y sin
remos cansancio y hastío en el fárrago inconexo pretender los militares reivindicar primacías
de disposiciones pueriles ó contradictorias. Mili que en rigor nunca han existido, sino en pluma
tarmente, el siglo XVIII tuvo un fin digno de su jes ó galonaduras, examinemos por turno esa
principio. famosa ley ile empleados anualmente prometida.
Evocamos amargos recuerdos para demostrar Asimílese con ella—sí es que cabe asimilación
que estos nuestros tiempos no son los peores —nuestra ley de ascensos: no seamos más, pero
que España ha contado; y también que es más tampoco seamos menos: no se pretenda á fuerza
profunda de lo que parece la raiz de ciertos de resucitar á Esparla, que los soldados nos
males. convirtamos en ilotas; ni por empeño de entro
Debe recordarse que en 1840—arranque de nizar el frac ó la blusa vaya al basurero nuestro
nuestra regeneración actual—el ejército español glorioso uniforme.
era un conjunto incoherente, inorganizable de Adrede hemos amontonado algunas de las di
hombres de la Independencia, de los disturbios ficultades, tanto esenciales como accesorias, que
civiles del ¿0 al 23, de la guerra encarnizada envuelve una ley de ascensos, no con ánimo de
del 33 al 10. En un país que después de un siglo infundir desaliento en los que estén llamados á
de atonía como el XVIII ocupa la mitad del XIX formarla. sino con el de aconsejar imparcialidad,
en continua agitación para constituirse, ni es mesura y circunspección. En ciertos problemas
largo el plazo de 20 ó 30 años que llevamos de difíciles, hay que contar con el tactor imprescin- •
paz, no muy sólida, ni es posible que dejen de dible llamado tiempo. El con guadaña inexora
sentirse vibraciones de pasados sacudimientos, ble va segando malas yerbas nacidas en épocas
ni es tan fácil á la mano más vigorosa extirpar de revueltas y de inevitable descuido: él tam
resabios, rencores, preocupaciones. bién, dando cordura y experiencia á la genera
Además en 1807 —fuerza es decirlo—el ejér ción que avanza, prepara mejor que nada el ca
cito español hasta en íntimos detalles de organi mino de radicales y necesarias reformas.
zación tiene que tropezar y luchar con la acción Cuando la nave del Estado capea un desecho
impaciente y cada vez más i n vaso ra del elemen temporal, es locura pretender que haya dentro
to civil, algo más hostil y absorvente de lo que de ella algo que no participe de sus cabeceos y
pudiera convenir á la buena ponderación, al balances. Todo lo que puede hacerse con lo más
equilibrio y armonía entre los diferentes servi precioso, es lo que los marinos con la aguja,
cios del Estado. Bajo esa hueca palabrota de mi darle aparatos de doble suspensión que hagan
litarismo, late la idea ¡nocente, imprevisora en menos sensibles las sacudidas.
unos, maligna quizá en otros, de dar por el pié Confiemos, pues, en que si llega á compren
á lo que en todas las naciones y en todos tiempos derse toda la gravedad del asunto, se logrará un
se lia mirado como base de verdadera prosperi doble resultado: atención y estudio por parle de
dad, la cual no puede existir sin fuerza, sin in los que hayan de legislar; y entre los que lian
dependencia, sin gloria.. Bajo el laudable pretexto de obedecer, templanza en la crítica y persua
de corlar abusos, que no son por cierto tan fre sión sincera de que se quiere acercar lodo lo po
cuentes y enormes como quiere suponerse, qui sible á la perfección.
zá se aspira á demoler la influencia justa, noble, A poco de escrito este artículo, apareció un
legitima que racionalmente debe tener lo militar decreto que, por su importancia ó singularidad,
en la gobernación del país. Los que más claman merece inserción íntegra.
contra algún grado de teniente dado «en testa Ministerio de la Guerra.—Exposición á S. M.
mento», se reservan el privilegio de saltar á —Señora: Hace tiempo que viene sintiéndose
pies juntos desde el elástico trampolín de la ga la necesidad de que los ascensos y recompen
cetilla periodística á una dirección general, sas en el ejercito se sujeten á principios lijos:
cuando no á una embajada. así lo estima el gobierno de V.M.;y siendo ur
No se tome la amargura de estas palabras por gente satisfacer esta necesidad en la forma hoy
rencor ó por despecho; no se las tuerza para posible, el ministro que suscribe considera que
ASGE — 107 — ASGE
se está en el caso de verificarlo por medio de un aquel sistema, es preferible el de antigüedad,
real deereto, sin perjuicio de darle oportuna que no lastima ni da lugar á comparaciones,
mente el carácter de ley. combinándolo con el de la postergación de los
El decreto que con tal objeto se presenta que por su mala conducta, poco celo é ineptitud
a V. M. no debe comprender detalles de organi no ofrecen garantías para el desempeño de los
zación sujetos á variaciones, según las exigencias empleos superiores, y cuya permanencia en el
de cada época y condiciones de la carrera, y ejército por tiempo ilimitado es perjudicial: ¡y
propios por lo tanto de las disposiciones regla se establece en su consecuencia la supresión de los
mentarias; ha de limitarse á consignar los prin referidos turnos de elección , concediéndose en lo
cipios invariables á que debe ajustarse la car sucesivo los ascensos en todas las clases d la ri
rera militar, y dentro de los cuales se formularán gurosa antigüedad sin defectos.
y aplicarán siempre los respectivos reglamentos. La necesidad de premiar debidamente el va
Uno de estos principios, acaso el más impor lor, la abnegación y los servicios prestados en
tante, es el que establece que no ha de conferir defensa de la patria hacen indispensable que el
se empleo alguno sin vacante que lo motive. La principio que antecede sufra una escepcion en
verdad en los presupuestos y la justa regulari tiempo deguerra ó en el caso de señalar los hechos
dad en los escalafones de las diferentes armas é de armas, si bien limitándola convenientemente
institutos del ejército reclaman esta prescrip y concillando su aplicaeion con las vacantes
ción. Solo es de admitir una escepcion : la rela producidas por igual causa, á fin de evitar la
tiva á los cadetes y alumnos que hayan conclui existencia de excedentes con perjuicio del pre
do con aprovechamiento sus estudios, y tiene supuesto.
por objeto no dejar defraudadas esperanzas le Las demás disposiciones que se han tenido
gítimamente concebidas, y cuya satisfacción por presentes para completar el pensamiento, ajus
otra parte no puede producir un gravámen de tadas todas á principios de justicia y equidad,
consideración, limitando oportunamente el in están conformes con una conveniente organi
greso en los establecimientos militares de ins zación, y los resultados de la esperiencia serán,
trucción al número de las vacantes probables, y sin duda, de eficaz efecto.
sin perjuicio de las que corresponden al turno Partiendo de las referidas bases y del intimo
de sargentos. convencimiento de las ventajas que su estable
La prohibición de grados superiores al empleo cimiento está llamado á producir en favor del
efectivo es otra base de buena organización ; re Estado y del ejército, el ministro que suscribe,
glamentariamente está ya establecida para tiem de acuerdo con el Consejo de Ministros, tiene la
po de paz, y se hace preciso que una disposi honra de someter á la aprobación de V. M. el
ción confirme para todos los casos la supresión adjunto proyecto de decreto.—Madrid 30 de ju
de concesiones que, originando notable pertur lio de 1866.—Señora.—A L. R. P. de V. M.—
bación en los escalafones de las armas, producen Ramón María Narvaez.
á la vez una perjudicial confusión en las consi Real decreto.—Conformándome con lo pro
deraciones que deben estar tan solo, reservadas puesto por mi ministro de la Guerra, de acuer
para los empleos que se ejercen. do con mi Consejo de Ministros,
Los turnos de elección para el ascenso, que en Vengo en decretar lo siguiente:
el día se conservan en algunas clases de las ar Articulo 1." El ingreso en las armas é insti
mas é institutos del ejército, no han respondido tutos del ejército sólo podrá verificarse por las
al objeto para que fueron establecidos. Por acer clases de soldado, cadete o alumno de las Aca
tadas que sean las bases para un sistema de elec demias militares, y por oposición en los cuerpos
ción, tiene que descansar en último resultado auxiliares cuyo ingreso exija tal condición.
en el criterio de los jefes encargados de la con- Art. 2." No se conferirá empleo alguno sin
ceptuacion de sus subordinados; y siendo estos vacante que lo motive. Se csceptúan de la an
distintos en cada cuerpo ó sección de un arma, terior disposición los alumnos y cadetes que al
por muy justificados que sean, y aunque se les terminar con aprovechamiento sus estudios no
suponga desprovistos de toda afección personal, tengan vacante en que ser colocados, los cuales
siempre existirá desigualdad en la apreciación ascenderán y serán destinados como supernu
de las circunstancias de los individuos, ocasio merarios, debiendo ocupar las primeras vacan
nando un mal inevitable. Por tales considera tes que ocurran en el turno de su clase.
ciones, y atendiendo á los graves perjuicios que Art. 3." Queda abolida para en adelante la
resultan de no poder lograr la perfección en concesión de grados superiores á los empleos.
ASCE — 108 — ASED
Art. í.° Queda prohibida la concesión de ciales que se hallan sirviendo en las carreras
honores, de empleos militares y de uso de uni civiles, conservarán el derecho de volver á sus
forme, cscept liándose aquellos que por sus años respectivos cuerpos por el término de dos años
de servicio en a carrera militar han adquirido desde que pasaron á la citada carrera, según
el derecho. está prevenido por reales órdenes vigentes.
Art. 5.° No se permitirá en lo sucesivo los Art. 13. Los jefes y oficiales que estén en
pases de unas armas é institutos á otros, fuera posesión de algún derecho, empleo superior,
de los reglamentarios para el real cuerpo de sueldo ó determinadas ventajas continuarán en
guardias alabarderos, estados mayores de pla el goce de. las que disfrutan; y si se hallan en
zas, guardia civil, carabineros y administra posesión de destino ó empleo, por cuyo desem
ción militar. peño se les confiera derechos á ascenso militar
Art. 6.° En todas las armas i institutos del u otra ventaja, optarán por una sola vez á las
ejército, desde subteniente ó alférez hasta coro que en este sentido les corresponda, sujetándo
nel inclusive y sus asimilados, se ascenderá por se después en todo á lo prescrito en este decre
rigorosa antigüedad sin defectos. to.—Dado en San Ildefonso á treinta de julio de
Art. 7.° Para ascender por antigüedad debe mil ochocientos sesenta y seis.—Está rubricado
rá estar declarado el interesado apto para el de la real mano.—El ministro de la Guerra, Ra
mismo, é ínterin los grados influyen sobre las món María Narvaez.
escalas, se exigirá dos años de efectividad en el Este célebre decreto necesitó, como es de
empleo inmediato inferior. Si al ocurrir la va rúbrica en España, una larga paráfrasis ó am
cante no hubiese quien reúna estas circunstan pliación de 36 articulos en circular de 31 de
cias, ascenderá el más antiguo sin defectos. agosto. Al fin se detuvo y encauzó el torrente
Art. 8.° Los que en tres años sucesivos fue con la supresión definitiva de los grados hono
sen postergados por no haber merecido ser de rarios y el robusto dique de la antigüedad sin
clarados aptos para el ascenso, serán propuestos defectos En 20 de setiembre de 1868 todo el
para el retiro ó licencia absoluta, según les cor ejército ha recibido un grado. Algunos elegidos
responda por sus años de servicio. han subido de un salto tres y cuatro escalones
Art. 9." En tiempo de guerra los generales gerárquicos.—Concluiremos preguntando otra
en jefe propondrán para el ascenso á los indivi vez ¿se puede hacer una buena lev de ascensos"?
duos que en el campo de batalla ó en hecho de ASECHANZA. No es voz técnica militar,
armas en que resultaren muertos y heridos
aunque parezca sinónima de lazo, emboscada o
hayan contraído un mérito especial y determina
ardid. Según Dice. Acad. significa, usada gene
do, cuyo servicio se hará constar con anteriori ralmente en plural, «engaño ó artificio para ha
dad á la propuesta en la orden general del ejér
cer algún daño á otro»; pero el uso la aplica á la
cito. Las acciones de valor distinguido y los
vida social, más que al arte militar. —Antigua
grandes servicios que dan derecho á obtener la
mente se dijo también «asecho» de donde salia
cruz de San Fernando, según la ley de 5 de di el verbo «asechar» armar asechanzas, y el adje
ciembre de 1860, al obtenerla podrán permu
tivo «asechoso», insidioso, cauteloso (V. y com
tarla por el empleo inmediato superior siempre
que los interesados opten por él en vez de la párese Añagaza).
ASEDIADO. Asediador. Asediar. (V. Asedioj.
cruz.
Art. 10. Las vacantes causadas por muerte ASEDIO. Su etimología razonable parece el
y las producidas por recompensas obtenidas por lalin obsidio-, pero no es fácil fijar con precisión
acción de guerra serán cubiertas por los ascen su significado, que varia entre bloqueo, cerco t
didos por igual causa, y á falla de estos por el sitio, ó quizá comprende los tres (V. y comp. Si
turno que corresponda de antigüedad ó reem tio). Dice. Acad. en su primera edic. da cerco
plazo. ó sitio; pero en la quinta da, terminante, bloqueo.
Art. I I. No se podrá conceder ninguna re Terreros dice: «el acampamento de un ejército
compensa ni permuta de gracias después de ó colocación de una armada al rededor de una
trascurridos tres meses de la acción ó hecho de plaza para rendirla». Hevia y Moretti, bloqueo.
armas en que se funde la petición. Dice, de \V. cerco, sitio y bloqueo.—Nosotros le
Art. 12. El pase á la carrera civil constitui dejaríamos la acepción exclusiva bloqueo, ya
rá en lo sucesivo una situación definitiva, y en que no quiera usarse acordonamieüto, como pre
ningún tiempo podrán volver al ejército los que paración ó preliminar de sitio formal y metódico;
sean baja en él noreste motivo. Los jefes y ofi traduciendo asi el invesHssement francés en vez de
ASEG 109 — ASIM
. (V. c. v.) Y vamos de acuerdo con con la autoridad de Vegecio que lo describe
algunos clásicos, como D. Bernardino de Mendo- como aparato naval; pero Aquino /Lexic. mil-)
ia (Teór. y práct. pág. 194) que dice: «En uno trae textos de Tácito, César y otros, para de
de tres sitios en que me he hallado, viniendo á mostrar que era dardo grande , cuadriello.—
la fin á ser asedio, y pasarse gran hambre» Llévese cuenta, si es posible, de los pareceres
Ó con Puga y Rojas en dos pasages «la qual en esto de máquinas antiguas.
plaza siendo y estando en la conformidad referi
da, conviene ceñirla y asediarla por bloqueo, ASESOR. (V. Justicia militar).
no permitiendo salga alguna gente de la plaza. ASESTADURA. La acción de asestar.
En el asedio se ha de acuartelar el ejercito á
una ó dos leguas de la Placa corriendo la Cam ASESTAR. Apuntar ó dirigir el tiro de ca
paña con la caballería».—Si el asediar no gusta, ñón, flecha ú otra arma cualquiera á parte de
dígase acordonar, pero en manera alguna em- terminada (Dice. Acad.)
lESTla. ASIENTO. Tratado ó ajuste de paces.—Con
ASEGURAR. Del bajo latin adsecurare. Dar trato ú obligación que se hace para proveer de
apoyo, ayuda, fuerza, protección. Se asegura la dipero, víveres ó géneros á algún ejército.—En
retirada, las comunicaciones, los flancos, la es plural. La parle interior de la boca del caba
palda, un puesto, un convoy, etc. llo, en que asienta y oprime el rocado.—Sitio,
lugar en que está ó estuvo fundado un pueblo,
ASENDEREADO. Se aplica el camino trilla edificio ó fortaleza. —Cordura, prudencia , ma
do, frecuentado. —También al que es perseguido durez.—Estado y orden que deben tener las co
por trochas y veredas. Desde que Cervantes lo sas.—Anotación ó apuntamiento de alguna cosa
aplicó é su héroe, tiene ya el adjetivo otro valor. por escrito.—Asiento de plaza, puede ser el acto
ASENDEREAR. Hacer ó abrir senda.—Per de «sentar plaza», alistarse como soldado; y
seguir á alguno haciéndole salir de los caminos también expresar en fortificación la idea com
y andar fugitivo por los senderos ÍDicc. Acad.) pleja respecto d? una plaza de guerra, de su pro
yecto, PLANO, CONSTRUCCION, LUGAR, FORMA, y hasta
ASENTADO. Participio de asentar.—Se dice su posición ó situación estratégica y táctica. Po
también del carácter grave, sereno, tranquilo, sitivamente es más propio que emplazamiento.
mesurado.
ASIGNACION. Además de su sentido gene
ASENTADOR. Antiguamente del real, el ral como acción de asignar, tiene el más concreto
que tenia á sn cuidado acuartelar ó alojar un y usado, de cantidad mensual que deja de su
ejercito. paga para su familia el militar en campaña ó ul
ASENTAMIENTO. Situación ó asiento- tramar.
Antiguamente alojamiento de ejército (V. y com ASIGNAR. Señalar, destinar.
párese EMPLAZAMIENTO,).
ASIGNATURA. En las escuelas ó academias,
ASENTAR. Del verbo latino tunden. Sentar, la materia que se explica y estudia en cada
establecer, situar, colocar, fijar, construir, pa CURSO. i
rar. Se asienta un campo, una fortificación, una
■ATEaiA. (V. y comp. Emplazamiento) Se asientan ASIMILACION. El hecho de dar á los cuer
paces; se asienta la disciplina; se asienta un sino pos ó institutos militares y auxiliares considera
se pone); se asienta un ejército, esto es, hace ción, carácter, gerarquías análogas ó iguales á
ílto, se detiene, se establece, se acantona, toma las del ejército activo. El capellán castrense, el
posición (V. y comp. Plantar). auditor, el medico, el comisario tienen en sus di
ferentes categorías asimilación en la escala gra
ASENTISTA. Contratista. El que hace asien dual de capitán ó jefe. Los reglamentos la deter
to ó contrata, generalmente de víveres ó traspor minan para prevenir antiguos conflictos de
tes, para un ejército. autoridad ó precedencia: y los cuerpos adminis
ASENOREAR. Anticuado: señorear, ense- trativo y sanitario han asimilado recientemente
florear. los uniformes y divisas.—En el arte militar el
verbo asimilarse expresa tomar del extranjero ó
ASER. Máquina de guerra de los antiguos del enemigo, con el tino de los antiguos romanos,
romanos. Era lo mismo que el cuervo de asas no la simple nomenclatura . sino las mejoras y
iV. e. v.) Esto dicen Hevia y Moretti, sin dud-i adelantos positivos y probados, en organización
ASIS — no — ASPE
táctica ó armamento, siempre que sean práctica- j nificado tan extenso en el catálogo, rico de vo
mente aplicables. ces, con que España califica sus frecuentes mo
vimientos de inquietud política. Parece como si
ASISTENCIAS. La cantidad diaria , variable hubiera cierta gradación en las ideas que repre
según los reglamentos, conque las familias acu sentan las palabras : agitación , barullo, desor
den a la manutención y necesidades de los ca den, algazara, gresca, bullanga, revuelta, tre
detes y alumnos de las academias. molina, barabúnda, zipizape, trifulca, jarana,
ASISTENTE. El soldado que sirve de criado. zalagarda, zaragata, conmoción, bullicio, albo
(V. ycomp Trabaste). roto, tumulto, motín , sublevación, rebelión,
sedición, alzamiento, pronunciamiento, revolu
ASITIAR. Antiguamente sitiar. ción. En rigor asonada es el prólogo, en general
ASOLAPADO. Adjetivo que algunos usan, no inocente, de todo movimiento popular , tenga el
sabemos con qué derecho, para signilicar uni alcance ó la intención que quiera. Y cabalmente
forme con solapa. por esa inocencia conque suele presentarse la
asonada, es la piedra de toque peligrosa para el
ASOLACION. Lo mismo que desolación, se
tacto y la previsión de la autoridad militar.
gún Dice. Acad. Destrucción, estrago, ruina,
Toda revolución verdadera (inclusas las que de
pérdida total.
capitan ó cambian reyes) empieza por una aso
ASOLAR. Destruir, arruinar, talar, allanar, nada, que exige precauciones militares y la pre
incendiar un país. sencia de la fuerza pública. El papel que esta
ASOLDADAR. Dar soldada ó tomar Á sueldo. representa no suele ser airoso: si adopta un
Hállase usado como recíproco. (Dice. Acad.) porte prudente y conciliador aumentan los gri
¡V. Soldado). tos, redoblan los denuestos, llueven las piedras
y suenan los tiros; si se retira no es decente; si
ASOLDAM1ENTO. Sueldo ó salario que se avanza y despeja la vía pública ocasiona des
da por servicio. gracias, que el pánico aumenta y que realmente
ASOLDAR. Tomará sueldo, asalariar. Dijose pueden no estar en proporción con la índole ó
más comunmente en lo antiguo cuando se toma magnitud de la asonada. Es pues en estos tiem
ba alguna gente para servir en la guerra. pos posición bastante embarazosa la de un jefe
(V. y distingase Soldar). militar ante los grupos voceadores de un pueblo
en tumulto. En el régimen absoluto la cuestión
ASOLEO. La operación de secar, de extender estaba resuelta: no había más de un camino;
la pólvora al sol, sobre mantas colocadas en zar pero en el dia hay tantos que toda legislación
zos ó cañizos que se sitúan encima de bancos ó parece imposible ; y aunque llegare el caso de
caballetes. El expesor de las capas en que se ex poner en consonancia la antigua Ordenanza de
tiende la pólvora suele ser de una pulgada: la 1768 con las nuevas formas políticas dé 1868
duración del asoleo varía según los meses en parece qne sería lo más cuerdo dejar en blanco
que se verifica, si bien por término medio es de este capítulo.
unas tres ó cuatro horas.
ASPAS DE SAN ANDRÉS. (V. Bandera ...
ASOMADA. La acción de manifestarse ó de
jarse ver por poco tiempo. —En topografía, pa ASPEREZA. Del latin aspentas. Desigualdad
raje desde el cual se empieza á ver algún sitio ó del terreno. —Por metáfora se dice también del
lugar. ( Dice. Acad.). carácter. «Bastante es por sí misma y odiosa la
obediencia: no le añada el Príncipe aspereza».
ASOMAR. Empezar á mostrarse alguna cosa. (Saavedra Fajardo. Emp. 39.)
Asoma el dia; asoma el enemigo.—Antiguamen
te, por metáfora, indicar, apuntar (Dice. Acad). ÁSPERO. Adjetivo latino, asper, que se apli
ca al terreno ó suelo escabroso que no es igual,
ASOMO. Indicio (V. e. v.) señal, sospecha, liso, llano, accesible. «Le forzaron á retirarse á
presunción. ciertas barrancas, lugares ásperos y fuertes de
ASONADA. Voz puramente civil que designa donde muchos de los suyos se despeñaron».
la reunión tumultuosa en las calles para turbar (Mariana. Hist. de Esp, lib. 3, cap. 6).—También
el órden público. La ley 16, tít. 26, part. 2." ya por metáfora se dice del genio ó carácter duro,
la emplea : « Assonarfa tanto quiere decir como seco, rigoroso, desapacible. (V. Accesible). El
ayuntamiento que facen las gentes unos con superlativo de áspero según la Academia es aspe
otros para facerse mal». En el dia no tiene sig rísimo y aspérrirao.
ASPI - u< - ATAB
ASPIP. Culebrina ó pieza de artillería an sija llena de mixto incendiario, que sería una
tigua. variedad del fuego griego. (V. Artillería.)
ASPILLERA. Abertura, ordinariamente rec ASTRÁGALO. Una de las molduras ó ador
tangular, larga y estrecha que se hace, precisa nos del cañón de artillería á corta distancia de
mente en muro ó pared, para disparar á cubierto la boca.—Es término de arquitectura que se usa
contra el enemigo, sacando por ella el cañón del en las columnas.
fusil. Se llama apaisada, cuando tiene su mayor
ASTUCIA. Por más que en la guerra sea
dimensión en sentido horizontal; ó invertida útil y necesaria, no es militar esta voz. La téc
cuando la parte ancha, que de ordinario está
nica es ardid. (V. Añagaza , Asechanza.)
bácia dentro, se pone hácia fuera, como las
cañoneras para artillería. La primera noticia ó ASTURCONES. Nombre que daban los ro
el origen histórico de ella—como agujeros en la manos á los caballos de Asturias y en general
pared—puede remontarse á las famosas fenes- de España. Se encuentra este apelativo en Sue-
trce de Arquimedes en Síracusa para colocar tonio, Séneca y Plínio ¡lib. 8, cap. 43J, que di
escorpiones. (No está en Dice. Acad. 1 ni 5, véa ce: «Minori forma apellatos asturcones giguunt.
se y comp. Almena).—Aspillerado. Se dice del ASUELO. Antiguamente desolación , asola
mi ro de la fortificación con aspilleras. —Aspi- ción.
llerar. Abrir aspillehas.
ASUMIR. Tomar en sí, traer á sí, avocar,
ASPIRANTE. Antiguamente un grado ó ca arrogarse facultades ó atribuciones la autoridad
tegoría entre los alumnos de una escuela, espe militar en estado anormal, excepcional, de guer
cialmente en la de Ingenieros, que correspondía ra, de sitio.—Véase de paso la grave falta que
al alférez alumno actual. se comete al decir reasumir, por resumir un dis
ASTA. El palo en que se fija el hierro agudo curso, un escrito. Reasumir es volver a asumir:
y cortante de las armas blancas llamadas por eso asumir otra vez.
enastadas ó de fuste: como lanza, pica, alabar ATABAL. Tamborcillo ó tamboril que se
da.—También el palo de la bandera.—Los ro suele tocar en algunas fiestas y funciones públi
manos tenían el asta pura, ó sin hierro, como cas.—Atabalear. Imflar los caballos con las ma
recompensa; el asta cruenta, ó pintada de encar nos el ruido que hacen los atabales.—Los dimi
nado, como señal de saqueo, y el asta ferial, que nutivos son atabalejo, atabalete, atabalillo.—
era la lanza ensangrentada que arrojaba el pa Atabalero. El que toca el atabal (Dice. Acad.1 Más
rata al campo enemigo, en declaración de guerra. bien serian timbales (V. o. v.) que tambob ; pues
ASTADO ó ASTATO. Lo mismo que hasta- un cronista del siglo XV, describiendo una fiesta
rio en la milicia ó legión romana. dice: «el Señor Condestable asomó por la calle
que viene de la Magdalena con tal contenencia:
ASTAVI LES. Esta voz se encuentra en la Primeramente venian cuatro pares de atabales
obra de Marcos de Isaba titulada Cuerpo enfermo y diez ó doce trompetas, etc. (Mcm. hist. esp. to
de la milicia española—pág. 105; no la trae
mo VIH, pág. 407).
Dice. Acad. Del contexto puede inferirse que Esta moda ó costumbre de los timbales, en
sean á modo de comandante de armas, comisa ciertos cuerpos de caballería, ha llegado casia
rio, autoridad militar y administrativa á un nuestros días, sin embargo de que ya en el si
tiempo en nuestros antiguos reinos de Italia.
glo XVI se consideró embarazosa. El arl. 80 de
ASTIL. Asta, palo, varilla de arma ligera y las ordenanzas de las Guardas viejas de Castilla,
arrojadiza, saeta ó dardo. —En general mango dadas en Madrid por Cárlos V á 5 abril 1525
de hacha, pala ó útil de zapador. dice: «Otrosí: porque yo he sido informado y lo
ASTILLERO. Lo mismo que lancera. El he visto por experiencia que los atabales que
aparato ó percha en que se colocan ordenada hay en cada Capitanía de hombbes d'armas de las
mente las armas enastadas, lanzas, picas, alabar dichas nuestras Guardas son supérfluos y no
das.—El parage donde se construyen ó compo provechosos, mandamos que de aquí adelante
nen barcos. no los haya, salvo solamente dos trompetas en
cada Capitanía y que el nuestro Veedor general
ASTIOCO. Nombre griego, astiochos, y latí- lo notifique así á las dichas Capitanías, y que
no, astiochus, de un proyectil incendiario' an desde el día de la dicha notificación en adelante
terior al uso de la pólvora. César, Appiano y el no haya los dichos atabales, ni se nombre, ni se
emperador León lo citan como bomba, como va libre sueldo alguno por ellos».
ATAG — m — ATAJ
ATACABIRA. Nombre que daban los anti Este verbo, tan militar hoy, es moderno en la
guos cristianos en la Reconquista ai grito de milicia. En el siglo XVII, su significado vulgar,
guerra Atlah-Acbar, gran Dios! con que los que aún se conserva, era atar, ajustar, abrochar
musulmanes empezaban el combate.—Esto dice una pieza del vestido, como las calzas, el coleto
el conocido orientalista Simonet en sus Leyendas ó jubón: de aquí la voz «calzas atacadas». Co-
árabes, pág. 1 08; pero el reciente Dice. mil. de varrubias lo trae en este sentido (1612). Luego
D'W. da: «.Atakebira; . Instrumento de percu empezó á significar meter y apretar el taco en
sión de cobre, semejante a nuestros timbales, las armas de fuego, y por extensión cerrar y,
que usaban los árabes españoles en la edad atrancar la cámara de la mina donde se coloca el
media». Ignorando nosotros el árabe, no pode cajón de pólvora.—Hoy sigue con estos signifi
mos decidir quien de los dos tiene razón, ó si cados y además acometer, arremeter, embestir,
los dos la tienen. CARGAR, SITIAR, BATIR, COMBATIR, CERCAR, INSULTAR.
Este verbo, que hoy es neutro, fué activo
ATACADERA. La barra con que se ataca el cuando se decia: atacar la escaramuza, por em
barreno do pólvora cu la piedra. pezarla, trabarla, empeñarla; y todavía dicen
ATACADO. No sólo es participio del verbo los italianos attacare it fuoco, por romper el fue
atacar, sino adjelivo metafórico que se aplica al go, attacare il petardo, aplicar el petardo; y los
encogido, irresoluto, mezquino, miserable. franceses attacher le mineur, aplicar el minador,
attacher les souliers, atacar los zapatos, attacher
ATACADOR. El que ataca. Dice. Acad.,—
á un corpa, agregar, destinar (á algunoj á un
Una de las piezas que constituyen lo que los ar
cuerpo.
tilleros llaman juego de armas. Cilindro de ma
dera de seis á ocho pulgadas, colocado al extre ATACOLA. Tira de cuero con hebillas ó cinta
mo de un asta y proporcionado al calibre de la fuerte para recoger y sujetar al maslo las cerdas
pieza, que sirve para atacar la pólvora y bala de la cola del caballo.
eu los cañones de artillería. Atacador con esco ATADO. El de carácter pusilánime , atacado.
billón. Lo mismo que el anterior, sólo que en 1
los antiguos cañones de3ü, ¿4 y ib, iba única ATAJADIZO. Tabique ó división de tablas
mente el atacador en el asta; y en la artillería ú otra cosa con que se ataja cualquier sitio ó
de batalla ó sea de a 12, 8 y 4, va eu el extremo terreno, reduciéndolo á menor espacio. Llámase
'opursio del asta el Escobillón. Atacador para también asi la menor porción de sitio ó terreno
mortero. Lo mismo que el de caSo.n: sirve para que queda atajado. (Dice. Acad;.
reunir la pólvora en la recamara y tiene el es
cobillón al otroextremo del asta. Atacador para ATAJADOR. (V. Atajar). Antiguamente ex
obús. No es uu zoquete macizo, sino una espe plorador, descubridor, practico. Según las Orde
cie de plato cóncavo de madera con un taladro nanzas de las (íuardas de Castilla de 1496 y
en el centro, unido á otro que tiene el asta como I525, el atajador a caballo tenia de ventaja 15
maravedises diarios y el de á pié 7.—En el real
un palmo más arriba por cuatro pilanllos de
despacho de capitán general de la Costa de Gra
madera, á fin de que figure el zoquete de los
nada expedido á Sancho Dávila en 29 octu
demás atacadores y no sea tan pesado; la parte
cóncava y taladro que tienen todos los atacado bre lo/9 se dice; «y para que podáis ver y re
querir por vuestra persona.... si la dicha costa
res para obús, sirve para recibir la espoleta de
está bien guardada y con buen recaudo de re-
la granada, si ii estropearla al acompañarla hasta
QU1KIDORES, ATAJADORES, ESCUCHAS Y ATALAYAS, que
la recamara. Los atacadores para obús de á 9
á nuestro servicio y á la buena guarda y segu
corlo y demás calibres inferiores son iguales á ridad de la dicha costa conviene»... Todavía se
los de cañón, si se esceptúa el taladro y rebajo mantiene esta voz, aunque rara. Describiendo
de la parte interior del zoquete, y llevan el es Madoz la Atalaya ó Torre de costa Bardun (Vi-
cobillón en la parte opuesta del asta. narozj dice: «Está encomendada á tres emplea
ATACADURA y atacamiento. Sustantivos dos de la clase de torreros, de los cuales el uno
anticuados que trae Dice. Acad. como sinónimos llamado atajador, tiene residencia tija con el
de ataque, acción de atacar. sueldo de oU reales mensuales y otros dos, lla
ATACAR. Del bajo latin altachiare, de don mados atalayos, 35 cada uno.
de vendrá el italiano attacare y el francés atla- ATAJAR. Ir por el atajo.—Salir al encuen
cher y atlaquer, antiguamente sinónimos, y que tro por algún atajo.—Acortar, dividir, reducir
todavía hoy conservan alguna acepción común. á menor espacio.—Cortar, impedir , detener el
ATAJ — 143 — ATAQ
tránsito, el acceso.—Antiguamente reconocer ó guardas para de noche. Cá lo que fazen las ata
explorar la tierra. (Dice. Acad). «Llaman atajar layas por vista esso han ellos de fazer por oydas»
la tierra en lengua de hombres del campo, ro- (Ley 10, tít. 26. Part. 2). «Loque agora llama
dealla al anochecer y venir de dia para ver por mos centinela, amigos de vocablos extrangeros.
los rastros qué gente de enemigos y por qué llamaban nuestros españoles en la noche escu
parte ha entrado ó salido. Esta diligencia hacen cha, en el dia atalaya: nombres liarlo más pro
torios los dias personas ciertas de á pié y de á pios para su oficio». (Mendoza. G. (le Gran. lib. 3.
caballo, puestos en postas, que cercan á la re núm. 7). De modo que esta voz arábiga talaya ó
donda la comarca y llámanlos atajadores: oficio taleya , que originariamente expresó asomada
de por si y apartado del de los soldados» (V. e. v.), lugar alio y propio para registrar una
(•Atajador llaman entre gente del campo hom gran extensión de terreno, también tuvo y con
bres de a pié y de a caballo, diputados á rodear serva el significado, no sólo general de acecho,
la tierra para ver si han entrado en ella enemi descubierta, observación, y el más concreto de
gos. ^Mendoza. G. de Gran. lib. 2, n. 24). torre y de centinela ó vigía , sino el de puesto
ATAJO. El camino ó senda que es más bre avanzado, de extrema vanguardia de un campo, de
ve: tales caminos salen de los anchos y carrete un ejército.—Los derivados atalaeko, atalaya
ros, cuando estos, por la ley de las pendientes, dor, atalayero, atalayo, talaya, talayero, etc.
tienen que formar grandes curvas, recodos ó responden al mismo significado. Hoy todavía,
Ilü-ZAGS. según el Dice. deMadoz en Bardun se llama ata
layo al empleado ó torrero.
ATALAERO. (V. Atalaya,.
ATALAYADOR, Atalayar, Atalayero - Véase
ATALAJE. Los arreos ó guarniciones del Atalaya .
(¿ASADO DE TIRO en la ARTILLERIA O TREN. Del liail-
ces altelaye.—Atalajar, poner los arreos, en ATALAYIELA. Diminutivo de atalaya.
ganchar el ganado. ATALEAR. Anticuado, atalayar.
ATALAYA. Torre ó castillejo establecido ATAAJBOR. Hasta el siglo XVIII se llamó así
sobre un punto eminente y en comunicación el tambor (V. e. v.)
con oíros, para trasmitir con rapidez, por medio ATAQUE. Como toda voz usual, deja esta
del humo ó ahumadas de dia y hogueras de no- casi de ser técnica por sus varias y no muy defi
clie, la noticia de la enlrada del enemigo por las nidas acepciones. La primera desde luego es la
tierras. Verdaderas torres telegráficas de la acción de atacar, acometer, arremeter, embestir,
edad inedia, constituían redes formales y siste cargar; pero si el ataque es á una plaza fuerte,
máticas, y formaban el primer elemento defensi se llama ataque también á la trinchera, al con
vo de lodos tiempos, la vigilancia, más necesa junto de trabajos poliorceticos dirigidos á lo
ria entonces que nunca por la índole especial de marla ó conquistarla. El ingeniero forma el plan
aquellas guerras ó mejor de aquella sucesión de y el plano de los ataques; lleva su diario del ata
rebatos, sorpresas y algaras.—l'or extensión que; decide si se ha de emprender uno ó dos ata
suele llamarse atalaya cualquier eminencia ó lu ques, es decir trabajos, contra uno ó dos frentes:
gar alto, desde donde se descubre mucho ter- aviva, apresura, acelera los ataques, los aproches
reno.—Atalayar, verbo expresivo que usa el (V. e. v.;, es decir, su marcha, su desarrollo.
Dice. Acad., es registrar desde una allura. ^V. y Hay ataque á viva fuerza, al descubierto i pero
disting. Acechar;.—Atalaya era también en la no brusco V. e. v.j; hay ataque metódico, formal
edad media el hombre, vigía ó centinela, que : pero no en las formas, como por ahí anda im
atisba, registra y avisa loque descubre.—«Ata preso) regular, industrial, paso Á paso. Dentro
layas son llamados aquellos mojíes que son de este ataque general lo puede haber parcial á
puestos para guardarlas huestes de dia, veyendo viva fuerza, como el coronamiento del camino cu
los enemigos de léjos si vinieren; de guisa que bierto, ó de la brecha.—Ataque y defensa se
puedan apercibir á los suyos que se guarden de llama en el arte de la guerra al ramo polémico ó
manera que non resciban daño: é estos han de poLioRCETico cultivado por los ingenieros; ataque
facer paladinamente; mas otros hi ha que han y defensa es la esgrima reglamentaria en caba
de atalayar en escuso, de manera que non pa llería.—Ataque es el toque, en todas las armas,
rezcan é por ende son llamados esclsanos. E esta para romper el fuego, ganar terreno, abalanzar
es manera de guerra que tiene muy grand pró. se al enemigo.—Ataquen! es la voz de mando para
E esso mismo dezimos de las escuchas que son apretar con la baqueta ó atacador la carga en la
IS
ATAR — 1 14 — ATOR
recamara de las armas de fuego.—En sentido más fortificación en figura de tenaza, esto es, for
general ó estratégico, ataque es una hostilidad, mando simplemente un ángulo entrante.
unu operación, un movimiento ofensivo, al que ATENAZAR. Trazar una linea df. tenazas,
pueden concurrir combinada y solidariamente es decir, ron ángulos alternativamente entrantes
los distintos cuerpos de un ejército: y entrando y salientes, muy obtusos en general. (V. y dis
ya en la esfera de la táctica, el ataque loma tíngase Llares, Redientes).
multitud de formas y objetos ((lie especifican
ATKNC.ION. Voz de mando y toque preven
muchos adjetivos como: imprevisto ó de sorpresa:
VERDADERO Ó FALSO; á FONDO Ó DE ESCARAMUZA; al tivo en TACTICA.
arma blanca ó de fuego; de golpe ó reiterado; ATENDALARSE. «Alendar. Acamparse.
extenso ó profundo; vivo, audaz ó lento, flojo; acampa* armando las tiendas de campaña». ¡Dic
de frente, de flanco, de revés ó retaguardia; cionario Terreros, Dice. Acad.) El Dice, de la
GENERAL ó PARCIAL; ENVOLVENTE, PARALELO, OBLICUO, Academia 5, da como anticuados estos dos verbos
EN ESCALONES, AJEDREZADO; de día Ó OOCtUmO; que expresan perfectamente campar, acampar
simulado ó franco, abierto; de líneas, de pues se armando y plantando las tiendas de campa
tos; campal, cuerpo Á cuerpo. Y todas estas innu- ña. Puesto que abarracarse no es desusado, bien
merablcs combinaciones producen batallas, com- ,' podría restablecerse el verbo atendalarse en vez
bates, acciones, choques, encuentros, escarasiizas, : de «campar con ó bajo tiendas». «Fueron á pe-
encamisadas, albazos, sorpresas, recoxocimien- quenas jornadas fasta que fueron en los puertos
tos, etc. Hasta en los verbos que rigen hay j (le Muradal, donde se atendaron fasta que sus
vaguedad. Sostener un ataque, tanto puede ser ¡ geMtes fuessen ajuntadas». (Prisc. de Viaxa. His-
resislirlo, rechazarlo, como apoyarlo, cubrirlo, loria de Sav. lib. i, cap. 2.'¡).
asegurarlo, favorecerlo. Se dice, mal dicho, dar ATINAR. Acertar, dar en el blanco, en sen
un ataque; y concertar, combinar, empezar, tido recto y figurado.
romper, empeñar, acelerar, suspender, encar
nizar, malograr, frustrar, coronar un ataque. ATIZAR la guerra. Fomentarla, avivarla,
mantenerla por medios indirectos una potencia
ATARAZANA. Del vascuence atarazana, se NEUTRAL.
gún Terreros. Del árabe Al-dar-al-zanáa , se
ATLAS. Por alusión mitológica al Atlas ó
gún otros. Del árabe Dar-Sanaa , según Gayan -
Atlantt, que en lo antiguo sostenía la esfera
gos, de donde también Dársena y Arsenal, que
terrestre sobre sus espaldas, se llamaron asi las
es lo mismo. El emir de Córdoba Alibil-Rahman,
colecciones encuadernadas de mapas. Hoy se ha
creador de la marina árabe de España , edificó
extendido á toda reunión de laminas ó figuras
la de Almería en 773. (Madoz, articulo Almería,
que, por su mayor tamaño, se encuadernan á
Pág 154). parte del tomo ó volumen á que pertenecen.
ATARECA. Lo mismo que adarga y darga A TODO COSTE. «El oficial que tuviere ór-
antiguamente. den absoluta de conservar su puesto Á todo cos
ATAUJIA. Obra que los moros hacen de te, lo hará» (orí. ¿I, tit. 17, trat. 2 de la Orde
plata, oro y otros metales embutidos unos en nanza,. Esto no necesita definición, ni comenta
otros y con esmaltes de varios colores. Sirve rio. Así, con este laconismo debería estar escrita
paraguarnición de estribos, frenos, alfanges, etc. toda la Ordenanza.
Opus vermiculatum V. Damasquino). [Dice, de la ATOLLADERO. Paraje pantanoso que difi
Academia).—Ataracea ó taracea es el embutido culta el tránsito á las caballerías y carruajes.
análogo hecho «en madera», como en las cajas ATONDAR. En el arte ó caballería de la bri
lujosas de armas de fuego. da (V. e. v ) dar de los piés al caballo. (Diccio
ATEMPA. «En las marinas de Asturias se nario Acad.)
llaman así los pastos en llanura, ó en lugares ATORAR. Introducir con fuerza en el cañón
bajos y descampados, por contraposición de las para inutilizarlo, una bala de mayor calibre, ó
breñas ó brañas que están en altura. Viene del del suyo mismo, envolviéndola en fieltro ú otra
latino tempae que significa lo mismo. También tela esponjosa.—Atorarse. Detenerse el proyec
las llaman tempa». (Dice. Acad. Esp. y Academu til dentro del cañón por obstáculos en el ánima ó
de la Historia; . falta de viento.
ATENAZADO. Se dice del frente ó línea de ATORMENTAR un muro (V. Tormentaria)
ATRA — H.i — ATRO
Batir en brecha, dañar, quebrantar. «Una recia ATRINCHERAMIENTO. En general toda
im>iA que atormenta y finalmente derriba los obra, defensa, fortificación pasajera ó de cam
irnos portierra». (B. de Mendoza;. No está en paña: más rigorosamente, la que exige cavar y
Dice. Acad. mover la fierra (V. y comp. Barricada).
ATRACADERO. Paraje donde sin peligro pue ATRINCHERAR. En general cubrir ó defen
den arrimarse á tierra las embarcaciones me der con trincheras (V. e. v.) con parapetos, con
nores. barricadas, con obstáculos, obras del momento,
ATRÁS. Voz imperativa con que el centinela pasajeras ó de campaña. Se usa como recípro
impide el paso. co.—Retrincherar es galicismo introducido por
los traductores legos, que ven retranchement y
ATRASADO. No es lo mismo que rezagado, ponen relrincheramiento. — De antiguo usaron
como afirman dos Diccionarios militares recien los clásicos este verbo. «En fin fué necesitado á
tes. Una tropa, un cuerpo se atrasa, un indivi recogerse dentro del lugar, atrincherarse y aun
duo se rezaga. Hay pagas, órdenes, operaciones derribar casas por parecer el sitio grande». (.Men
que se atrasan. Atrasado en la carrera es el in doza. G. de tiran., lib. 3, n. 21). «Pasamos la
dividuo postergado, que no ba ascendido como noche con cuidado haciendo centinelas y atrin
le corresponde ó cree correspondcrle. cherándonos de nuevo con los maderos»
ATRASO. Retardo.—Cantidad ó paga no per «Atrincherados y cercados de enemigos de loda la
cibida á su tiempo. Hoya de Málaga». ^Vic. Espinel. Escud. 234 y 80).
ATRAVESAR. Pasar de parte á parte con la ATROMPETADO. Lo mismo que abocinado;
espada, con un proyectil; pasar un monte, una el cañón de arma de fuego más ancho por la
cordillera, un bosque, pero no un rio.—Atra boca.
vesarse, interponerse.
ATRONERAR. Abrir troneras en un muro.
ATREGAR. Antiguamente amparar, prote Los que desdeñan antiguallas dicen aspillera».
ger. (Dice. Acad.)
ATRONCIIAB. Andar por trochas ó sendas.
ATREGUAR. Dar ó conceder treguas.— (Dice. Acad.
Atreguado. El que obra alocadamente. «Vinie
ron á rogar al rey que los perdonare y atregua ATROPAR. Atroparse. «Juntar la gente en
se». {Crós. general, fol. -tí . tropas d en cuadrillas sin orden ni formación».
(Dice. Acad.) La definición de este verbo anti
ATREVIMIENTO. (V. Audacia). cuado es inexacta. En cuanto se dice tropa, pre
ATRIBUCION. Usado generalmente en plu supone forzosamente orden y formación: son dos
ral. Los deberes y derechos, obligaciones y fun ideas hoy correlativas. Lo que aquí se demues
ciones respectivas de cada cargo ó empleo. La tra es el poder arbitrario y caprichoso de. la
base y el principio de toda buena organización y lengua, que de un sustantivo hace un verbo
composición consiste en el exacto deslinde , en la diametralmente opuesto.—Atroparse es amoti
variedad legal y manifiesta de atribuciones , se narse, perder orden, formación, disciplina.
gún la variedad de empleos. Estos serán supér-
ATROPELLAR. «Pasar precipitadamente por
fluos en cuanto haya igualdad de aquellas, mal
encima de alguna cosa». (Dice. Acad.) Es pues
servidos si hay excesiva acumulación ó mal
expresivo atropellar á un centinela, á un pues
repartimiento: en ambos casos surgen las dudas,
to, al enemigo, arrollarlo, desbaratarlo. Moral-
las competencias, las contestaciones, las intrusio
mente se atropellan , se pasa por encima de
nes, el disgusto, la indisciplina.
leyes, de fueros, de respetos, de inconvenientes,
ATRIBUTO. Lo misino* que emblema; las males á veces y desgraciadamente inevitables en
granadas, cornetas, castillos, bombas, cifras, et la guerra. Pero lo que se debe á loda cosía pros
cétera que sirven de distintivo á las diferentes cribir en la milicia es la tercera y algo frecuente
aimas, cuerpos ó institutos.—El laurel y la pal acepción de la Academia: «Ultrajar á alguno de
ma son atributos de la victoria. palabra, sin darle lugar de hablar ó exponer su
ATRICESES. «Los hierros donde entran las razón. Dícese comunmente de los superiores
aciones (V. e. v.) de los estribos». (Dicc. Acad.) respecto de los inferiores, y de los ministros,
ATRINCHERADO. Ordinariamente se dice respecto de los pretendientes.»—Atiiopellarse:
de un lugar, campo ó posición que se fortifica apresurarse demasiado en obras y palabras.
pasajeramente y del ejército que lo ocupa. ATROZ. Fiero, cruel, inhumano.
ATUM — H6 — AUST
ATUMULTUAR. Lo trae Dice. D' W. peí o. de las libertades que desde antiguamente trae
no Dice. Acad. 5 en sentido de mover tumultos, consigo la guerra y se le permiten. Ni tampoco
SUBLEVABSE, AMOTINARSE. han de dejar de hacer justicia, mas si ha de
hacer de manera que no pase los límites de la
AUDACIA. Son tantos los sinónimos de la
denuncia, pues el derecho de ella dice que
lengua castellana y militar, que es difícil fijar
aquel va contra la ley quien sigue el rigor de
bien el sentido. Audacia envuelve valor, de
ella. El Rey le paga un alguacil y un escribano
nuedo; pero (¡ene más de osadía, atrevimiento,
el cual puede hacer cualquier género de instru
temeridad, inconsideración. En la conversación
mentos, escrituras públicas y testamentos. El
casi se echa el adjetivo en mala parte; y sin
embargo en la guerra, una maniobra, una opera auditor general ha de ser muy buen letrado y
debe andar siempre donde va la persona del
ción audaz, atrevida puedo ser concebida y eje
general. Tiene un alguacil real y dos escribanos
cutada por un general de condición mansa y
mayores que los paga el Rey. Este oficio es de
continente reposado. En latin, de donde viene
mucha autoridad y en muchas cosas el preboste
la voz. hay audalia y audentia que no eran
es su inferior». (Bart. Scarion. Doctr. mil., folio
rigorosamente sinónimas y producen audax y
106.— 1598,.
audens. Todos repiten el audenles fortuna ju-
vat, de Virgilio; pero algunos dudan que tenga AUDITORIA. Empleo, cargo y tribunal del
el sentido de temerario que hoy envuelve el AUDITOR.
adjetivo audaz.
AUGURES. Personajes c sacerdotes romanos
AUDITOR. Del verbo latino audio, audire que en el dia nos parecen ridiculos, y que tam
oir, de donde viene audiencia; por consiguiente bién se lo parecían á Cicerón y á ellos mismos,
su acepción directa y primitiva es el que oye, cuando decía que no podían encontrarse dos en
oidor. El Dice. Acad. lo define: «Juez de letras la calle sin echarse á reír. Pero lo cierto es, que
que conoce de las causas del fuero militar en esta debilidad de creer en presagios, augurios y
primera instancia». El nombre y el cargo, pu adivinanzas, sin duda porto lucrativa, se man
ramente militar, vienen del siglo XVI, desde el tuvo en ejércitos como los de Grecia y Roma,
primer arranque del ejército permanente. Aun cuyo mando complicaban los augures con sus
que en el art. justicia militar se da más extensa cábalas, intrigas y supersticiones.
definición, conviene trascribir aquí los textos AUGUSTA!.. Nuevo grado que Augusto in
siguientes: «Para decidir y determinarlos casos trodujo en la milicia romana, que, según Bardin,
civiles y criminales, que se requieren en térmi era una modificación del antiguo Centurión y un
nos y decreto de ley, deben tenerlos Maestres nombre que la adulación inventó para designar
de campo asesores, como en España los Corregi una cíentela del César y de la familia Julia.
dores ó Gobernadores que no son letrados, y con
consulta de los tales asesores, que entre nos AULAQUIDA. Dice Don Bernardino de Men
otros se dicen auditores, se deben determinar doza (Teórica y Práctica, pág. 23, edic. de Ma
los casos que, como dicho es, requieren decreto drid 1595): oServirde aulaquida para emprender
de ley. Pero los auditores deben proceder de ¡será encender) el fuego de la guerra». Aulaquida
comisión de los maestres de campo y no de oficio, ó alguáquida es pajuela azufrada seg. Dice. Acad.
que los Maestres son Jueces de sus tercios y en El P. Alcalá lo hace venir del árabe alguáquida,
nombre de ellos se deben pronunciar las sen MECHA.
tencias, refiriendo en ellas que se dan con con AULICO. En general lo que pertenece á la
sulta de sus asesores, los cuales se han de sus Córte ó palacio del Rey. Ordinariamente se tra
cribir debajo de la suscripción de los Maestres duce así el Geheime Rath de los alemanes, y se
de Campo con autoridad de Notarios ó Escriba usa para designar el consejo de guerra ó cuerpo
nos públicos que los auditores deben tener». consultivo, que en ciertos países y ocasiones
Londoño. Discip. mil. fol. 16 vuelto. 1568). dirige las operaciones de una campaña.
«Los Auditores de tercio deben ser letrados y
más soldados que letrados, pues aunque han de AUSTERIDAD. Aunque tiene su principal
terminar las causas civiles que acontecen entre sentido religioso, también se toma metafórica
soldados, y las criminales cuando se les remiten mente por severidad, rigidez, entereza. No cree
es necesario que consideren que las leyes para mos que] sea cualidad rigorosamente militar,
las gentes de guerra no han de ser tan graves ni por más que la crean imprescindible algunos y
severas como las de los ciudadanos por respeto I conveniente muchos.
AUTO — 417 AUTO
AUTOMÁTICO. Sabido lo que es autómata, de autoridad, sumergido en el primer oleaje da
el adjetivo comprende un órden de ideas que trastorno, sobrenada al punto y no tarda en re
prevaleció hasta hace pocos años en la disciplina construirse la desbaratada máquina. Tan arrai
y en la táctica. La exageración con que siempre gada está en el ánimo del verdadero soldado la
se hacen las copias produjo, á últimos del siglo idea social de que hade haber siempre unos que
pasado, una recrudescencia prusiana de rigoris manden y otros que obedezcan. Por no citar he
mo, pueril mientras se limitaba á la inmovilidad chos contemporáneos, remontemos á los célebres
y á la rigidez en la fila, pero más trascendental y curiosos motines de Flandes que empañan algo
cuando se pretendía que el soldado fuese un la fulgente historia de aquellos tercios indómi
verdadero autómata, una máquina de hacer fuego tos. Su primer acto era la trasmisión de la au
pronto y mal. Funestos desengaños hicieron os toridad íntegra y arsoluta á un soldado que te
cilar las ideas hasta el polo opuesto, como ordi nia nombre propio, Electo, y el cual asumía no
nariamente sucede: sólo falta saber si por hu:r sólo el poder normal, sino facultades ilimitadas
del antiguo escollo prusiano, daremos hoyen el de y dictatoriales, á veces tiránicas. El instinto mi
perder aplomo y consistencia, pasando de muy litar advertía á aquellos hombres sin más pátria
íctoiiatas á muy autónomos. que su campamento, cercado de gente enemiga,
lo peligroso de anular la autoridad, principal y
AUTORIDAD. Del latín auctorilas. Puede poderoso resorte de fuerza; y se dieron repetidos
definirse en tres acepciones. Bajo el nombre ge casos de permanecer meses enteros en abierta
nérico de autoridad militar se comprenden los sedición, ocupando como en prenda fortalezas,
capitales generales de distrito, los GORERNADORES que ellos mismos guarnecían y cuidaban con
DE PROVINCIAS V PLAZAS, lOS COMANDANTES DE ARMAS todos los pormenores de la más estricta discipli
o de cantón. El dia en que resueltamente se tra na. Satisfechas sus quejas, casi siempre justas, ó
te de poner el Estado militar en armonía con las sobrevini ¡ndo circunstancias que les obligasen á
modernas formas de gobierno y con los buenos marchar contra el enemigo, los jefes y oficiales
principios de organización, tendrán que desapa desposeídos tomaban el mando legal sin tropie
recer estos cargos y esta nomenclatura, como ya zo ni desórden. En honor de aquellas inolvida
se ha propuesto en pleno Senado, por lo cual es bles tropas, debe recordarse que ni uno solo de
nútil entrar en explicaciones. sus frecuentes motines tuvo por origen, excusa
La autoridad, en su sentido abstracto y abso ni protesto rehusar batirse. ¡V. Alteración y
luto, tiene su asiento sólido , indiscutible en la Disciplina).
íilicia, y más especialmente en el ejército acti Cuando el móvil es este último, evidentemen
vo. En estos tiempos, en que todo el mundo te hay desconocimiento, negación de autoridad
está «autorizado» para escalar hasta el «origen y cuesta más trabajo restablecerla; pero en el
de toda autoridad», consuela al inilitarel ahorro período lamentable de nuestra guerra civil, por
deesa fatigosa y peligrosa ascensión, en la cual los años 36 y 37, tenemos vigorosos y elocuen
a semejanza de las hechas en globo aerostático tes ejemplos de cómo, hasta en los casos más
para saber «lo que hay en el cielo» sólo se ha desesperados y en un ejército casi disuelto, pue
encontrado por ahora la oscuridad y el vacio. El de reconstituirse la autoridad.—Respecto á lo
militar no tiene que perderse en laberintos filo que todos conocemos bajo el nombre de autori
sóficos para averiguar si la autoridad es natural dad ó autoridades civiles y locales, no puede
ó legal, absoluta ó limitada, de hecho ó de dere entrar en nuestro cuadro de definición, sino pa
cho, divina ó humana. Le basta saber que manda ra recordar que son dignas de acatamiento y
al que está debajo y oredece al que está encima, respeto para el buen militar; deplorando sin
en virtud de un solemne y religioso juramento, embargo que no se hagan más esfuerzos, ya que
y si esto huele á rancio en nuestros tiempos, en no para lograr beneficiosa armonía, para tem
virtud de un contrato inalterable, llamado or plar al menos ese desvío y receloso alejamiento,
denanza, que es su constitución y su código. Y que no parece sino que se toma por fundamen
como al entraren la órden, casi religiosa, de la to y base funcional. Se comprende que en el si
milicia, se le leen sus estatutos, de los cuales el glo XVIII pudiese andar encarnizada la pelea en
más importante es el sobreentendido de no dis tre militares y golillas, como entónces se decia;
cutirlos, está demás todo conato metafísico y to pero corrida la mitad del XIX es un verdadero
da tentativa de fuerza. Hay más. Hasta en los anacronismo irritar antipatías. Consignemos ,
momentos azarosos de indisciplina y sedición que por que está á la vista, que si entónces hubo al
la historia registra en los ejércitos, el principio gún motivo de queja contra la acción invasora
AUXI - i<8 - AVAN
del ramo militar, tanto desagravio quiere ya on principe extranjero, en virtud de tratados ó
estos tiempos el civil, que rebasa la linea de lo simpatías políticas, para que combata á las ór
justo y de lo provechoso á la gobernación del denes del general de un ejército. Por extensión
Estado. Sin aconsejar vanos alardes de arrogan la antigua Roma (V. Legión, Ala) daba el nombre
cia, querríamos en la milicia ménos desden ó ne de auxiliares á las tropas, catervas ó turbas ex
gligencia en defender sus justos derechos. —To tranjeras más ó ménos disciplinadas, y general
cando de pasada la tercera acepción de la pala mente de caballería, que, en su admirable ma
bra autoridad, usada en la región «abstracta» de nera de constituir la guerra, cubrian los flancos
la CIENCIA, Ó DEL TECNICISMO, Ó del ARTE, OS decir, y despejaban la vanguardia del pequeño núcleo
en su parle inmaterial ó de pura apreciación, no táctico y orgánico constituido por la legión.
debemos repetir las ideas que se apuntan en los (V. e. v.) Los españoles figurarnos entóneos como
artículos Doctrina, Periodismo y otros. Creemos excelentes auxiliares, simultáneamente en los
que todo lo que debe tener de estricto, de inmó dos campos opuestos do Roma y de Cartago. En
vil, de inviolable, de sagrado cuanto se refiere á la Reconquista, los moros han sido muchas ve
la disciplina y á la subordinación, fundamentos ces auxiliares de cristianos y no pocas los cris
de la autoridad, otro tanto puede ser lato y lici tianos «m xiliares á sueldo de los moros». An
to el derecho de pensar y de escribir sobre los dando el tiempo, los Albas y Farnesios tuvieron
variados ramos del arte militar. Guardadas cier á sus órdenes numerosos cuerpos de valones, ir
tas conveniencias (como decimos en francés) que landeses, alemanes, italianos y suizos, llamados
no pueden formularse en otras levos, que en las entonces desdeñosamente naciones, que decupla
llamadas «de buena educación» no se ve peli ban á veces el contingente español, quedando á
gro, ni remolo, en discutir hasta con encarniza este sin embargo, como á la legión romana, el
miento sobre muchos «principios» que distan al honor de formar el nervio del ejército con su
go de ser «axiomas» en organización ó en táctica. celebre infantería. Las tropas francesas, inglesas
El coronel que haya escrito memorias sobre la y portuguesas auxiliares en la última guerra ci
conveniencia de que un regimiento tenga cuatro vil del 33 al 40, poco auxilio prestaron por su
batallones, á la hora del ejercicio sacará al cam número: eran simplemente la expresión gráfica
po los dos que hoy le da el Gobierno. El Oficial de la «simpatía extranjera» que se concedía á
que haya formado en el antiguo batallón «mo los carlistas, quizá más expresiva, pero oculta.
delo» de Rivero y en el moderno de Concha, y —Auxilio de marcha. El conjunto de raciones,
que haya tomado parte en calorosas discusiones, bagajes ú otros efectos que necesita una tropa en
positivamente será un gran táctico: y por eso marcua de viaje, y que con este nombre anota
tendrá mayor respeto y reverencia á los gene en el pasaporte el comisario de guerra para que
rales estudiosos. La antigua razón «El maestro tonga fé en los pueblos de tránsito.
lo ha dicho» no ha de venir en su derrota á co AVADARSE. «Menguar los ríos y arroyos
bijarse al arte militar, que por lo ménos es un tanto que se puedan vadear». (Dice. Acad. y Ter
arte como otro cualquiera. Desde César á Napo reros).
león «los maestros han dicho» ó les han hecho
decir bastantes inexactitudes y hasta ciertos de AVAHADO. «Se aplicaba antiguamente al
satinos, cuya refutación no implica la menor sitio ó paraje falto de ventilación y que por esto
falta de respeto. Se puede proclamar en princi abunda en vapores». (Dice. Acad. 5).
pio la «rebelión científica» como en este Dic AVALANZARSE. El Dice. Acad. 1.' y 5."
cionario, sin que en sus numerosas páginas se edición escribe este verbo con v y con b.
encuentre una frase que involuntaria, ni remo
tamente, pueda menoscabar la autoridad. AVAMRRAZO. Pieza del arnés ó armadura
antigua que servia para cubrir y defender el
AUXILIAR. Verbo. Dar auxilio, proteger, brazo desde el codo hasta la mano.
amparar, seg. Dice. Acui. Usado con propiedad, AVAMPIÉS. La parte de la POLAINA Ó BOTIN
no debe servir en la parle material ó técnica de que cubre el empeine del pié. Martínez del Ro
la guerra sino en la política y diplomática. Una mero (Cal. de la R. Am.) lo hace sinónimo de
nación auxilia á otra (con armas, hombres, di escarpe ó zapato de hierro en la antigua arma
nero, diplomacia): un ejército socorre una plaza dura.
sitiada, ayuda, apoya las operaciones de otro, re
fuerza sus filas mermadas.—Auxiliar. Adjetivo AVANCE. La acción de adelantar, ganar ter
latino que se aplica á la tropa enviada por un reno, acometer, atacar.—El francés Ménage quie
AVAN - H9 - AVEN
re que provenga de ab-ante que produjo en AVENIDA. En geografía física, lo mismo
latin bárbaro abantiare. Lo usual que es hoyen que riada, crecida: la corriente impetuosa de un
la conversación la frase francesa «dar un avan rio ó arroyo.—En fortificación y táctica, suena
ce» en sentido galanteador ó libertino le ha qui para algunos como galicismo avenidas de una
tado casi el militar primitivo. posición, plaza, puente, etc., pero tiene la auto
ridad de la Academia que en su Dice. 1 .* edición
AVANCTERDA. (V. Ballesta;. «Al balleste
dice: «Avenidas. Los caminos que van y se diri
ro que tenia ballesta con dos cuerdas y una avas-
gen á alguna parte. Usase más regularmente de
cuerda, con sesenta saetas, media ración etc.
esta voz en lo militar y en la caza, para dar á
(Clonard. Histor. org. T. I.) «A todos los que
entender le* caminos que van á dar en las pla
ovieren cuantía de 600 maravedises, ó dende
zas y ejércitos ó por donde suele venir la caza».
arriba fasta en cuantía de ¿.000 maravedises,
—«Cerráronse las avenidas con algunas trin
que tenga cada uno ballesta de nuez et de estri
cheras de fagina y tierra que diesen recinto á la
bera, con cuerda ó con ayan-cuerda (sic) et cinto
ciudad». (Solís. Hitt. de nuev. Esp. lib. 5,
e un carcage con tres docenas de viratones...'..»
ibid. pág. 372. Ordenanza de arm. de don capítulo 3.
Juan II, 1396).
AVENTAJADO. El nombre genérico de ven
A VANGUARDIA. Antiguamente vanguar tajas se aplicaba en los siglos XVI y XVII á todo
dia «é allí ordenaron sus gentes en esta ma sobresueldo, 6 aumento reglamentario de sueldo
nera: el Señor Condestable tomó la «vanguardia en individuos de la misma clase como coseletes,
con fasta setecientos rocines y el Señor Maestre arcabuceros, mosqueteros. Pero además por Or
levó la retaguardia con ochocientos rocines; é de denanzas de 1632 y otras, se ve que también
la otra gente ordenaron ciertas batallas». Memo dentro de ese mismo círculo habia soldados con
ria hist.etp. T. VIH, pág. 96,. «El africano cargó más sueldo por tiempo de servicio ó méritos de
tan furioso, que rompiendo la «vanguardia, caló guerra: y asi en dicha ordenanza lijando el pié y
basta el batallón donde iba el Príncipe». ¡Col sueldo de una compañía se lee: «Por la paga
menares. Hisl. de Segov. cap 13). sencilla de 239 plazas á 3 escudos.—Por la
AVANTREN. La parte ó juego delantero do ventaja de 90 coseletes, 90 escudos.—Por la de
los carruajes de artillería, especialmente de las 60 mosqueteros á 3 escudos, 180.—Por la de 89
cureñas. En francés avant-train. arcabuceros á escudo, 89.—Por los 30 escudos
de las ventajas ordinarias, 30.—Por las ventajas
AVANZADA. Pequeña tropa apartada acier de cuatro soldados particulares que hubiesen
ta distancia del cuerpo principal, para observar servido 1 2 años efectivos, aunque fuesen inter
de cerca al enemigo y precaver sorpresas.—En polados ú 8 continuos, á 6 escudos, 24». Esta
las plazas de guerra la guardia, y también el Ordenanza de 8 junio 1632, define claramente
cuerpo de guardia, del primer rastrillo, que se las ventajas en su articulo 31 : «Si algún soldado
comunica con la guardia principal de la puerta. particular ú oficial hubiere hecho algún servi
AVANZADILLA. La avanzada de la avanza cio muy señalado en la guerra, como ser el pri
da; pequeño puesto que se adelanta más y sirve mero ó segundo que entrase en tierra ó navio
de comunicación y apoyo á las últimas centine de calidad de enemigo, ó ganase bandera suya,
las o escuchas. (V. ycomp. Patrulla,). ó la plantase encima de la muralla peleando
cuerpo á cuerpo con el enemigo, ó ganase ó de
AV ANZADO. Adjetivo que se aplica al centi fendiese algún puesto de mucha importancia, o
nela, al puesto y, en general, á todo lo concer fuese causa de alguna victoria señalada, ó se
niente al servicio reglamentario de seguridad y señalase en reconocer batería ó algún puesto de
de precaución en un ejército de operaciones. infantería á satisfacción de su Capitán general,
AVANZAR. Quizá del latín ab-ante que pro tengo por bieu que el tal Capitán general, en
dujese el verbo bárbaro abantiare. Adelantar cuya presencia se hicieren semejantes servicios,
hacia el enemigo, ganar terreno, acometer, ata provea las ventajas que le pareciere según la
car, embestir.—Es notable que Covarrubias calidad del servicio; con que la mayorde estas no
(1612) no traiga este verbo en su sentido mili exceda de diez escudos, respecto que se dan más
tar; pues dice: «Avancar y ayanco son dicciones por honra que por utilidad, las cuales sean per
toscanas introducidas en España por los merca petuas y las puedan gozar con cualquiera otro
deres y tratantes en sus cuentas. Avancar vale sueldo ú oficio, y aunque haya reformación no se
sobrar de la cuenta y ayanco la sobra ó alcance». comprendan en ella (V. y comp. Entretenido).
AVEN — 120 — AYUD
AVENTAR. Aventarse. «Aventar al enemi AyUdanteDEBATALLON, DE CAMPO, DE estado mayor,
go», es arrojarlo, expulsarlo, hacerlo desapare DE ÓRDENES, DE PLAZA, DE PROFESOR, DRAGON, GENE
cer del frente ó posición que ocupe, no por RAL, mavor, médico.—Ayudante de batallón. Al
combate ó medios tácticos, sino más bien por refundirse ó reunirse, á principios del siglo XVI,
ardides, combinaciones ó maniobras estratégicas | las antiguas compañas y capitanías en las nuevas
que le fuerzen indirectamente á desalojar.— 1 unidades orgán icas y tácticas llamadas coronelías,
«Aventar una mina, un hornillo» es inutilizarla J tercios, y regimientos, el maestre de campo ó co
por cualquier medio antes de que la pueda usar ronel tuvo necesidad de un segundo jefe ó del
el enemigo; y aventarse, no es precisamente detalle, á cuyo cargo estuviese el gobierno y me
que le entre aire ó viento, sino que no tenga, cánica del tercio , con el nombre de sargento
por cualquier motivo, el efecto calculado. mayor ¡V. e. v.) Y tantas funciones cargaron so
AVENTURERO. Antiguamente tenia esta bre este segundo jefe, que á su vez tuvo que
voz acepción muy lata por las condiciones de la tomar otro oficial que le «ayudase»: donde se
milicia, de la cierra, y de la sociedad misma: ve con loda verosimilitud el origen del nombre.
siempre indicaba oficial ó soldado de fortuna Para comprobarlo tomaremos el texto de uno de
que no sentaba plaza, que no abrazaba ó profe los varios tratados, que á falta de reales orde
saba la carrera, sino que asistía, ordinariamente nanzas, todavía no promulgadas, explicaban con
ó su costa, á una guerra. Hoy, que ya no se más ó menos claridad las funciones de los dife
corren aventuras, lo masque puede indicar esta rentes kmpleos. «Todo genero de hombre no
palabra es algún oficial ó paisano que durante pertenece ser sargento mayor, porque debe ser
una campaña esté sin destino reglamentario, hombre recio que pueda tolerar los trabajos de
afecto á un cuerpo ó cuartel general i V. y com dia y de noche á pie y á caballo»... —«Su oficio
párese Mercenario, Voluntario, Reformado, En es entender en todas las cosas pertenecientes á
tretenido). la milicia y su cargo es tan grave y honroso, que
todo lo que el manda se presume que es de or
AVITUALLAR. Proveer de vituallas. Es den y mandato del General 0 de su Maese de
más militar y más técnico que abastecer, apro Campo; y asi todos los capitanes, oficiales y sol
visionar, introducir víveres. «Envió después el dados deben obedecerle, como si fuese la misma
Duque algún dinero para avituallar aquellas persona del General 0 del Maese de Campo».—
plazas» «Ganada Corbeil y avituallada París A él le loca recibir las órdenes del General y del
para muchos meses».... (Coloma Guer. de Flan- Maese de Campo y darlas á los capitanes y ofi
des, T. I, lib. 3). ciales de su tercio y asimismo mandar echar
Á VIVA FUERZA. Modo adverbial de ex los bandos de todas cosas. Debe hallarse al dar
presar que en un ataoue se prescinde de toda de las muestras, para ver cuántos soldados se
idea de conservación propia, marchando direc hacen buenos á cada compañía y cuántos cose
tamente á trabar el combate cuerpo á cuerpo. letes , picas secas, mosqueteros y arcabuceros
hay en cada una para que con más facilidad
AVIVAR. Excitar, encender, acalorar, nu pueda hacer el escuadrono —«V por que el
trir el fuego, la escaramuza, el combate. oficio trae consigo mucho Irabajo ha de tener un
AX.XORTHA. Voz árabe que significa la ayudante que dependa de el, como el del General
guardia de policía y seguridad, que para man y Maese de Campo, en cuyo nombre se ha de
tener el orden habia en las ciudades principales entender que dan las ordenes; y por eso asi el
de España. El jefe de esla tropa de slavos se lla sargento mayor, como su ayudante han de ser
maba en Córdoba Saheb-Axxorlha ó Saheh- obedecidos como si el mismo General ó Maese de
Almedina, señor de la ciudad. Este nombre se Campo las diesen; el cual ayudante ha de ser
conservó en muchos pueblos después de la res experimentado, platico, que entienda también
tauración de los cristianos, como se ve en algu el arte de la milicia como el mismo, y que el
nos fueros, en queá tal prefecto de policía se le haga el oficio y no el oficio él, y que se haga
llama zavalmedina, zalmedina. (Simonet. Leyen respetar como el mismo sargento mayor. Por es
das drab. pág il). tas razones según la opinión de algunos autores
y de personas pláticas del arte militar, debe ser
AYERMADO. Arruinado, inculto, desierto. elegido por ayudante el alférez más plálico del
(Dice. Terreros). tercio, y se habia de proveer de capitán en las
AYUDANTE. Definiremos separadamente es primeras vacantes que se ofreciesen , que cou
ta voz en cada una de las acepciones siguientes: esta ocasión los demás alféreces procurarán de
AYTJD 121 AYUD
ser muy pláticos en dicho oficio, viendo que de al que está embebido en fila cierto desahogo
alpérez los sacan atudantks, y de ayudantes, ca contra el que caracolea fuera de ella; pero debe
pitanes. Estos oficios de sargento mayor y ayu refrenarse cuando llega, como en el caso pre
dante, según el opinión de muchos y mia, no se sente, hasta pervertir ideas ó establecer prácti
han de dar por favor, porque no pertenecen á cas abusivas. ¿Es concebible siquiera un general
todo género de hombres, mas débese dar por va al frente de una división á solas con su caballo?
lor de persona, satisfacción de servicios y pláti Pues no hay que detenerse en demostrar que
ca del arte militar; por examen público, porque el oficio de ayudante es indispensable, y esta
con razón de más de la plática de la cosas mili condición acusa desde luego cierta importancia.
tares que se ofrecen cada dia , deben saber qué Desde el primer hombre que haya mandado
cosa es escuadrón (V. e. v.) y más saber las for una agrupación extensa, se habrá reconocido
mas, etc.» (Scarios Pavía. Doct mil. 1598). Des esa necesidad. Se dirá que las invectivas son
de la REORGANIZACION del siglo XVIII, el AYUDANTE contra el modo de satisfacerla; y podría respon
de batallón es el oficial de plana mayor , de derse, que cabalmente esa manifiesta impopula
pendiente directamente del jefe, que tiene por ridad es la que imposibilita que tan importante
cargo principal recibir y trasmitir ordenes, servicio se cubra como debiera. Nadie creerá
cuidar del servicio ordinario de armas y cuar que un general tenga el capricho de escoger
tel, y entender en las sumarias y procesos. Has para su constante compañía en vez de oficiales
ta 1830 se llamó ayudante mayor al segundo hechos y dispuestos, jóvenes ligeros é inexper
jefe ó del detall y contabilidad, que era un tos recien salidos del Colegio. Lo que realmente
Capitán elegido por aptitud y con mayor sueldo. sucede es que los oficiales de alguna edad, gra
En 1835 se creó en su lugar la clase de Secundo duación y mérito, no quieren comprometer su
Comandante que hasta 1865 ha conservado la «respetabilidad», digámoslo así, ante la mur
infantería sola. Si efectivamente esla desdichada muración de cuerpo de guardia. Los reglamen
clase se creó con el objeto de entorpecer y dis tos suelen sancionar preocupaciones, y aqui
gustar, no puede negarse que se consiguió por tenemos ya establecido de hecho, y casi de de
completo. Treinta años ha estado la infantería recho, que un oficial veterano y encanecido «no
manifestando su repulsión contra este escalón | esté bien» con cordones. V todo por qué? Por
supérfluo, en el que desde 1813 han tropezado que el cargo lleva inevitablemente en si ciertos
á millares y truncado su carrera jóvenes y ex actos-como diremos? de domesticidad, que á to
celentes Capitanes, cayendo en la oscura sima do el mundo prescríbela cortesía. Nadie se reba
del reemplazo. El célebre galón de músico en la ja en buena sociedad por anticiparse á abrir una
bocamanga desapareció al poco tiempo á impul puerta y dejar pasar con reverencia á un supe
so de la rechifla; pero largos años ha seguido la rior en gerarquía ó simplemente en años; nadie
paciente infantería viendo á la caballería y á los se humilla por recoger un objeto que se le cai
facultativos obtener dos ascensos por el mismo ga de la mano, ó por apartarse discretamente
hecho que ella obtenía uno. Si alguna prueba cuando entable con otro un diálogo (|ue no deba
ha dado esta arma de recomendable sumisión ser oido; y sin embargo en pequenecesanálogasse
no cabe duda que ha sido en su larga y respe funda, si bien se mira, ese peligro que amenaza
tuosa cruzada contra el inútil y desorganizador la «dignidad personal» del ayudante de campo.
empleo de Segundo Comandante. (V. e. v.)—Ayu Desengañémonos: el que la sabe tener la sabo
dante de campo. El oficial suelto con destino á conservar con cordones y sin ellos: y el sumiso
la inmediación de un general y cuyas funciones hasta la bajeza, el chismoso, el soplón, el que
son, ó deben ser, trasmitir órdenes. Su distin por malas arles salta por la escala en vez de su
tivo, en casi todos los ejércitos de Europa, es bir, lo mismo puede estar en fila que en comitiva.
hoy la gruesa cordonadura de oro ó plata pen Atacamos tan resueltamente esta al parecer fu
diente del hombro (V. Agujetas); y su uniforme tilidad, por creerla origen de un vicio de orga
en España ha tenido más cambios aún que el de nización. Nadie creerá fútil la interpretación de
la caballería. En los siglos XVI y XVII tenían el una orden que en momentos dados puede com
nombre de Entretenidos y Gentiles hombres. prometer una tropa; y creemos más, el ayudante
(V. e. v.)—Una costumbre, ó más bien una preo de campo debe llevar «personalmente» algo de la
cupación que no por estar arraigada es respeta autoridad, de la representación gerárquica de
ble, hace mirar este importante empleo con in quien le envía ; debe ser apto á comprender un
justo desvio y á veces con cierto rencor epigra pensamiento desenvuelto á medias por su jefe;
mático. Hay alguna razón de equidad en tolerar debe saber traducir un lenguaje rápido, apasio
16
AYUD — 122 — AZAD
nado, dislraido; debe leer en su mirada; debe respetando las repetidas y vigentes sobre este
estudiar lo que le rodea más aún, en ciertos asunto, se puede sostener á nesgo de singulari
rasos extremos, debe acomodar, modificar, re zarse, que léjos de tender á restringir y casi
vocar, si es preciso, una orden terminante, imi anular los ayudantes de campo, convendría al
tando al célebre Torstenson con Gustavo Adolfo. servicio ensanchar y legitimar su número, sus
No es posible hacer esto sin edad , sin asiento, funciones; elevar sus grados; dar, en fin, más
sin experiencia, sin saber, sin tino, sin «adhesión decoro y autoridad á su importante servicio.—
personal» ó amistosa con el jefe. Y al lado de es Ayudante de Estado Mayor. En la primera orga
tas elevadas y difíciles funciones ¿qué importa nización del cuerpo en 1810, se llamaron Ayu
que se atienda ;'i alguna interioridad ó se cuide dantes generales á los brigadieres y coroneles,
de algún pormenor doméstico? Se objeta que Ayudantes primeros á los Tenientes Coroneles, y
para el importante servicio militar arriba apun segundos á los Capitanes. El cuerpo fué disuelto
tado se creó el cuerpo de E. M. y que de él en 27 junio 1814 y al reorganizarse definitiva
debían salir, como en Francia , los ayudantes mente en 1." enero 1838, no conservó las deno
personales. Es muy cómodo reglamentar en abs minaciones antiguas. (V. Adicto).—Ayudante de
tracto, sin descender á las necesidades y á las órdenes. Algunos opinan que hay, ó debe haber
dificultades prácticas de la vida. Desde luego diferencia entre Ayudante de campo y Ayudante
aquel servicio ha de repugnar más al oficial fa de órdenes: por nuestra parte ignoramos si hay
cultativo, por creerse más independiente; y algo legalmente estatuido sobre la materia. En
sobre todo debe tenerse en cuenta que en el 1807 no sabemos que baya más Ayudantes dk
mando, cuya responsabilidad crece con la eleva ordenes que los oficiales de la clase de jefe que
ción, no deben invocarse reglamentos para im forman el cuarto militar de S. M. el Rey, por
poner al general personas que no sean de su distinción de los Generales que llevan el nom
confianza y elección. Este será siempre un tro bre de ayudantes de campo. En todo caso será
piezo en las clases superiores del cuerpo de E. M., una de tantas imitaciones francesas; pues sabi
y reciprocamente este cuerpo impide que tomen do es que ellos tienen aide de camp y of/icier
los ayudantes de campo el prestigio y la impor d'ordonnance de l'Empereur.—Ayudante de plaza.
tancia que deben tener y que redundaría en Empleo gerárquico en el cuerpo de Estado Mayor
pró del servicio. Fuera de la trasmisión de ór de plazas. Los hay 1 2.08 y 3. 01 correspon
denes, hay en la vida intima del general, dientes á las clases de Capitán, Teniente y Al
aún en el misino campamento, ciertos actos re férez. — Ayudante de profesor. En unas es
servados y casi misteriosos, cartas confiden cuelas se llama asi, y en otras sur-prokesor, al
ciales, avisos secretos, que no es conveniente oficial destinado á suplir al profesor en ausen
que traspiren al E. M. reglamentario. Sabido es, cias ó enfermedades.—Ayudante dragón. Lo cita
que Napoleón I, al aumentar desmesurada el art. 9, tit. l'J, trat. 2 de la Ordenanza (1768),
mente sus fuerzas en 4812, tuvo que divi como denominación anterior; pero que el uso
dir su inmenso E. M., en grande y pequeño, ha conservado hasta muy entrado el siglo, para
componiendo este último un corto número de significar el que interina ó suple al propietario.
oficiales de su confianza, que no se apartaban (V. Dragonear).—Ayudante general. (V. Ayu
de su lado. (V Tiiiers. Hist. du Cons. et de dante de E. M.)—Ayudante mayor. (V. Ayudante
í'Emp.) Es tiránico rodear á un general de un de batallón;.—Ayudante medico. Empleo gerár
círculo inmediato á su persona trazado por la quico en el cuerpo de Sanidad militar.
ley, sin permitirle dentro otro más peqneño de
sus amigos, de sus allegados, de sus «hechuras» AYUDAS. En equitación, los medios de que
sí, en donde respire con espansion y confianza. se vale el jinete, con movimientos de manos y
Esto que no puede, ni debe formularse en re- piernas, para hacer marchar, guiar ó gobernar el
glamentos, lo dicta la razón y lo aconseja el caballo. Ayudas. finas son estos movimientos ca
buen servicio; pues haciendo respetables y ho si invisibles, con gracia y desembarazo, y acor
noríficas las funciones del ayudante decampo, no des cuando lo están reciprocamente los do las
se doblarían cargos ni se recargarían las planas manos y piernas.
mayores con esos destinos indefinidos y ocasio
nados al abuso, que se esconden bajo la rúbrica AZADONEROS. Instituto de ingenieros, uni
do COMISION ACTIVA y Á LAS INMEDIATAS ÓRDENES. Por do á la artillería en sus primeros tiempos, para
e\ laudable empeño de «cortar abusos» se suele los trabajos de trinchera y de gastador en gene
dar en el escollo de las «reglas generales;» y ral. Aunque disuelto ó creado según la necesi
AZAG — 423 — AZUD
dad, todavía en 1B9I el Capitán general de ar co sueldos et de fierro veinte sueldos». Esto dice
tillería Don Juan de Acuña y Vela formó para Clonara. «El caballero que no fuese en apellido
el ejército de Aragón un cuerpo especial de peche cinco menéales... el peón que non fuese
1 .500 azadoneros. (V. y comp. Peonero, Pionier, en apellido peche dos menéales y medio; si fues
Gastador;. «Con estos salieron hasta 200 gasta et non levare lanza ó azcona, otrosí peche dos
dores, azadoneros, que dió el Duque de Milán»... menéales y medio». (Fuero de Molina. 1153).
Sasdoval Hist. de Carlos V., lih. 12). Dice. Terreros dice: «ascona lanza es voz que
usa Jan Ruiz poeta del siglo XIV». Covarrcbias
AZAGAYA. Variedad del venarlo, dardo ó (Tesoro de la leng. cast.) en este artículo dice:
ruó morisco «aquel moro Alicazar lanzó una
«largúela de que usan los montañeses; arma
azagaya et dióle por los pechos, et pasóle un arrojadiza como dardo ó azagaya, y podría ser
lorigon el un gambaj que traia et salióle el fierro
que de aquí se hubiese dicho azcona, la e muda
á las espaldas». [Crón. de Alf. XI. cap. 203J.
en q ténue en media (sic;; pero quieren que sea
Tebreros dice que es voz puramente vascongada griego corrompido del nombre acontion, aeutum
y que en castellano se llama azcona, voz tam telum, hasta. Antonio Nebrixa, dice así: Azcona,
bién vascongada seg. Larramendi. Trascribire
tiro conocido, aconcia, ó do acontia, on, ó, «ser-
mos textual el art. de Covarrurias: «Lanza pe
pens jaculus et cometa! genus jaculo similis».
queña de que usan los montañeses. El P. Gua-
Para que haya de todo, otros quieren que venga
dii dice que aaca arábigo vale tanca y de allí se
de gascona, por ser arma que usaban en Gascu
dijo afagaya, lanca pequeña. Diego de Urrea le
ña. Con tantos pareceres nos quedamos sin sa
da su terminación arábiga zegayetwn, del verbo
ber lo que es azcona.
'zyaye arrojar, y así vale tanto como lanza arro
jadiza; de manera que juntado todo, podemos AZEIPHA ó ACETFA. Del árabe At-saiffah
decir que acagaya es lanca pequeña arrojadiza. ejército ó reunión armada. Lafuente (Historia
—Antonio Nebrixa: azagaya morisca, telum pu ' de España, T. III, pág. 43o) rectifica un extraño
nición. Positivamente la amata y arzegaya, que error repetido en muchas de nuestras historias,
arriba quedan mencionadas, son corrupción de en que esta palabra se toma por el nombre de
esla misma azagaya. un general árabe. El texto de Sampiro en que
AZALA del miedo. Dice Lafuente [Historia de se funda la equivocación dice: Deinde post dúos
Etpaña, T. IV, pág. 51 0;: «La oración que reza ilienses azeipham ad ripam Turmiire disposuit».
ban los árabes en trances apurados, abreviando Esto es «que dos meses más larde ó después,
la postración y ceremonias y asistiendo á la Ramiro II de León envió su Ejército hácia el
mezquita con armas». (Conde, cap. 29). Tormes». Dozy [Itech. sur l' hist. d' Espagne au
moyen age. T. I, pág. 168) también dice que
AZARIA. (V. Acería). ningún rey moro se llamó Zefa, y que la voz
árabe Aceipha significa «expedición militar du
AZCONA: «Por el libro de los Fueros de Cas rante el eslío» y también el ejército que hace la
tilla dados por Alonso Vil, podemos adivinar EXPEDICION.
con bastante seguridad que una de las armas co
munes de este tiempo, era la azcona, semejante AZUD. La presa que se hace en los rios para
al dardo, porque en el titulo 37 dice: «Este es sacar el agua por acequias ó zanjas. Voz arábiga
fuero que orne que se apreciare al alcalle de la usada en Murcia y otras partes. (Dice. Acad. Es
pértiga de aguiada, ó del basta de la lanza, ó del pañola y Acad. Hist).—Azuda. Máquina ó rueda
hastel del azcona, ó del dardo é non del fierro ó hidráulica con que se saca agua de los rios cau
de otro cualquier fuste de cada golpe peche cin dalosos para regar los campos. (Dice. Acad. 5).
BABERA. Pieza de la antigua armadura, que No es fácil formarse clara idea de los movi
unida al telmo, celada, ó almete, resguardaba mientos vertiginosos, que de ningún modo pue
la barba y quijadas, y cubria la boca. Debajo de den ser considerados como operaciones militares,
ella habia un apéndice, formado generalmente de aquellas muchedumbres nómadas. A Iosgodos
de varias láminas, que constituían la gola.—La que al fin quedaron dominadores, tan pronto se
babera se llamaba también barbera, baberol, les ve á sueldo de Roma, ó aliados de su empe
barberol, barbete, barbique, barbote y guarda- rador Honorio, batir á los vándalos, alanos y
papo. suevos en 41 4-420, como volver por intérvalos
sus armas desleales contra el mismo emperador,
BACARi. Adjetivo que se aplicaba ala adar que celebra sus triunfos como fiestas nacionales
ca, por eslar cubierta con piel ó cuero de vaca. y regala troios de territorio, ya ocupado por sus
Es extraño que el Dic. Acad., que en su 1 .* edi extrafios amigos. Por otra parte, el general roma
ción no trae esta voz en la letra B, la inserte en no Aecio, de origen escita, no manda legiones
ella en la 5.* a pesar de su visible etimología. romanas, sino enjambres inorganizables, indisci
plinados de hunnos y alanos, que sembraban, á
BACAUDASó BAGAUDAS. Los Diccionarios competencia con los del opuesto bando, el es
militares citan y definen mal esta voz, de inte panto y la desolación. Y por último, un tercer
rés, más bien histórico, que militar. Moretti elemento, más indefinible y más perturbador
por ejemplo, dice: «Gentes indómitas y allegadi que los otros, viene á terciar en la contienda, con
zas, á quienes se les daba ó tomaban el nombre el nombre de Bagaddas. Sóidas trae el origen de
de la provincia ó lugar donde se juntaban, como la voz de vagan y gau, bosque en galo, y Do-
las de Tarragona, acaulitanas etc.» Desde luego cange del alemán bagat, muchedumbre. Ni por
en esta, que quiere ser definición, falta la fecha. la etimología, pues, ni por los hechos puede es
La existencia de los bagaudas se relaciona estre clarecerse bien el origen, el objeto, la conducta
chamente con el oscuro é interesante periodo de los guerrilleros sueltos, que de ciudadanos
histórico, que se denomina invasión de los bár romanos se convierten ó transforman en bárba
baros, á principios del siglo V de nuestra era. ros ; y unas veces en sus filas, otras indepen-
BAGA — 126 — BADI
dientes (442-463) no son de los que menos con BACINETA. Asi llama el P. Terreros ¡> la
tribuyen, Con SUS COMERIAS y DEPREDACIONES, cazoleta de las antiguas armas de fuego, sin du
al completo desquiciamiento social, invocando da por traducción de bassinet, que es su nombre
el odio á Roma agonizante. en francés.
Salviamo, testigo ocular, en su lihro De Go- |
bernatione Dei, lili. 5 dice textualmente: «Estos BACINETE. Dice. Acad. 1 da: «La armadura
Bagaudas, somos nosotros romanos los que los ha de la cabeza, á modo de borgoñota ó yelmo, que
cemos; son las exacciones y las crueldades de ! usaban los soldados corazas. Es tomado del fran-
nuestros jefes y gobernadores, las que les obli ! cés bassinet ó del latin bárbaro bacinetum». A
gan á hacerse bárbaros, á pesar de su odio a los su vez los franceses, dicen que lo han lomado
bárbaros Y decimos que es crimen su re del español bacinete. Lo verosímil es, que tanto
belión lejitima! y les llamamos rebeldes, pros ambas lenguas, como la italiana bacinettn, lo
critos (perditos) nosotros, que les hemos hecho hayan tomado de su madre la latina. Aducire
rebelarse! a mos otros textos: «El bacinete, baúl ó almete,
Historiadores hay, como Rosseeuw ^T. I': que cubría la cabera, y se diferenciaba del yelmo en
ven, aunque confusamente, en los Bagaudas que su ügura era menos prominente y más re
nada menos que el germen del futuro municipio, donda. La VIDERA y celada defendían el rostro
de la behetría de la edad media: es decir, una del guerrero contra el golpe de las armas de su
especie de islotes sueltos ó núcleos de federación adversario; la babera, gorguera, gorjal y guarda-
social, bajo el patronato de los godos vencedores. papo, era una lámina de acero que se adaptaba
Podrá ser. Pero al que desentrañe la histo á la forma de la garganta».—«Pieza de armadura
ria militar de España, desde los bandidos de Vi- antigua, que cubría la cabeza y consistía en un
riato hasta los matines y trabucaires de Cabrera casco ligero, sin visera ni gola, que usaron va
en 1849, aliados con republicanos y socialistas, rias tropas especialmente los soldados ñamados
fácil le será ver en los bagaudas los frutos do una corazas. En la Crónica de Don Alonso xi se dice:
misma semilla, vivaz y aclimatada en el suelo «y el rey les había dado en Sevilla escudos, é
español, que brota al primer soplo abrasador bacinetes, é lanzas, é ballestas)). Llamóse tam
del huracán desatado por la revolución ó la bién sombrero de hierbo y almete. [Catálogo de ta
guerra. En tiempos normales, la planta prevale real armería por Don Antonio Martínez del Ro
ce más ó menos bajo la humilde forma bando mero. Madrid. 1849).
lera, tan cantada en las coplas populares, según BACULA. Según Bardin [Dict.de 1' armée de
lo permiten las pisadas de las tropas de policía; Ierre) esta voz, que tiene el mismo origen que
pero así que estas abandonan los campos, con báscula, indicaba en la edad media ingenio po-
centrándose al cañonazo de guerra, las bandas liorcético ó maquina de sitio; que Ducange afir
espigan de pronto con volúmen de guerrillas, ma ser la misma usada por los griegos, con el
que suben á partidas, y hasta se moldean en nombre de prairula y por los romanos con el de
verdaderos batallones. En todo el largo trascur elide ó elida. La báscula podría ser como la me-
so de la Reconquista; en las intentonas posterio tella para rechazar escaladas ó asaltos; y Justo
res de moriscos indóciles; en la guerra de Suce Lipsiola pinla como cajón relleno de piedras que
sión; en la de la Independencia; en la última civil; se vaciaba sobre el enemigo. De modo que aquí
llámense almogávares, fronteros, facciosos, siem hay algo de. Algarrada, Fonerol, Fundíbalo, Li
pre surgirán bagaudas, es decir, desheredados; bra, Lida ó Clida, Toleno etc. etc.
en quienes el primer tiro despierta súbitamente
un instinto adormecido y rencoroso, una protes BADANA. Piel de carnero sin el último pro
ta latente contra la mendicidad ó el trabajo, que cedimiento de adobe, de bastante uso militar,
les hace empuñar furiosamente la primer arma especialmente en artillería, para forrar almoha
que roban, sin la menor conciencia del grito dones, tapa-fogones etc.—Badanado. Lo aforra
que dan, ni de la idea que invocan. Hubiera si do ó cubierto con badana. (Dice. Acad.)
do curioso preguntaren 1833 a los nueve carlis
tas, que, escondidos en el barranco de Vallibo- BADEN. La zanja ó arroyada que dejan he
na, fueron germen do la facción del Maestrazgo, cha las corrientes de las aguas llovedizas. —La
«qué problema social» iban á plantear y resol parte empedrada de los caminos, cuando por en
ver; y sin embargo, crecidos y organizados, en cima de ellos pasan las aguas de ramblas ó tor
siete, años algún trabajo costó empujarlos por rentes, reunidas por las lluvias.
Berga á Francia. BADINA. En Aragón, la balsa ó charca de
BAGA — -121 — BAJA
agua detenida, que suele formarse en los cami- voz castellana antigua. «Perdiéronse bagaje, ha
íos. Dice. Acad. 5). gajeros y la -vitualla, sin escapar más de dos
personas». (Mendoza. Guerr. deGr. lib. 2,n.°27).
BAfiAJI". La etimología de esta voz militar
y técnica es, como la de otras muchas, incierta. BAQUIANOS. Soldados viejos, curtidos, ex
Uno*, por ser lo más corto, la traen del francés perimentados, diestros en todo, y más especial
bagage; pero los franceses (Dttcangc) á su vez mente en conocer la tierra.—No está en Diccio
la traen del latín bárbaro baga, luego bague, nario de la Academia. Es voz que usa Vargas
efectos ó equipaje propio del soldado. Otros de Machuca, Milic. ind. fol. 70. ¿Vendrá de baque
rogar, porque la gente que cuida del bagaje an teados, hechos á lances y trabajos?
da vagando y desordenada; y los que saben lo
antigua que esta voz es en castellano, van á bus- BAGU1LLA. En todo correaje, singularmen
tur al árabe bagal que, dicen, significa acémila. te en el de la montura, el anillo chalo, formado
Nosotros, al ver en el Dice. Acad. y en el de por una correa cosida cerca de la hebilla, por
íerreros, que cabalmente el articulo anterior á donde pasa el extremo ó látigo para mayor su
■agaje dice: «Baga. La cuerda ó soga con que se jeción.
aUn y aseguran las cargas, que llevan los ma BAHIA. Entrada del mar en la costa, y de
che* u otras caballerías» nos damos por satisfe grande extensión, que resguarda los buques de
chos, y suspendemos las investigaciones. —Ba la marejada, más que del viento. (Diccionario de
gaje, en general, es el equipaje, la impedimenta la Academia Española y Acad. Hist.) Hay bahías
ile un ejército: todo carruaje ó animal que «no que pueden ser verdaderos golfos: la de Manila
entra en combate ó formación táctica»; todo lo por ejemplo, es tan extensa, que desde el centro
que un ejército lleva consigo para manutención no se divisa la costa. (V. y disting. Abra, Ense
y comodidad.—Más particular, el servicio de car nada etc.)—Al traducir del francés, conviene
pas ó caballerías que prestan los pueblos á una distinguir también rade, anse, havre, mouillage.
tropa en marcha.—Todavía más concreto, la mis
ma caballeria destinada á este servicio. En tal BAINBERGA. Nombre antiguo, sajón, gene
sentido, se dice bagaje mayor ó menor. El servicio ralizado en las lenguas latinas, del ocreas roma
de iagajes, realmente vejatorio para los pueblos, no, del botín de hierro ó parte de la armadura
merece de la Administración militar atención que defiende la tibia ó parte inferior de la pier
preferente. Mucho lo han de modificar los fer na. La voz es compuesta de bein y bergen. «Bain-
ro-carriles: pero la verdadera reforma estriba bergas bonas pro VI sol sunto Iribuat». (Lex
eu la creación de un cuerpo de trasportes exclu Ripuar. cap. 3G).
sivamente militares. Esa eterna repetición de
que el legionario romano llevaba" tantas y tantas BAJA. En general, la falta de un individuo.
arrobas á cuestas, está destinada á atravesar los —La nota, por la cual consta, ó se hace cons
siglos sin refutación, aunque se sepa que la le tar.—La papeleta, por la cual el soldado es ad
gión (V. e. v.) casi siempre llevaba tropas auxi mitido en el hospital militar.—Bajas, en plural,
liares, extrangeras, y velites y esclavos, sobre sinónimo de perdidas, por todos conceptos, en
cuyos hombros buen cuidado tendría de echar un ejército de operaciones: si se refiere sólo á
el soldado romano «el exceso de peso» que so le una acción de guerra, son los muertos, heridos,
atribuye. Sobre todo, el equipaje do un ejército prisioneros ó extraviados.—Hacer, ó tener rajas,
moderno, no lo forman sólo las maletas de los ofi es causar ó sufrir perdidas.—Dar de baja. Ano
ciales; es el conjunto de municiones y pertrechos tar la falta de alguno por muerte, deserción,
indispensables á la artillería, ingenieros y admi- cumplido u otras causas, en la listas de revista.
iustrachin, para batallas, sitios, atrincheramien
tos y puentes.—La frase adverbial con armas y BAJADA al foso, al camino cubierto. Es en
■agajes, refiriéndose á capitulación, denota que el ataque de las plazas, la peligrosa operación,
el ejercito salva todo su personal y material; y que el nombre indica, de ocupar ambas parles
si se refiere á una tropa que se pasa al enemigo del frente atacado, por el procedimiento metó
ó cae en su poder, es que se pierde por com dico que usan los ingenieros. Esta prosecución
pleto. de los trabajos, á partir de la tercera paralela,
para atravesar el camino cubierto, y luego rom
BAdAJ fcUO. El paisano que cuida del bagaje. per la contraescarpa y bajar al foso, varía según
(V. > disting. Acemilero, Brigadero). Es también las circunstancias: unas veces se hace al descaí»
BAJA — 128 — BALA
bierto; otras subterránea; y otras, blindada, cs ó casi elíptico; ó si se quiere, es un cono imper
decir, cubriéndose con maderos, faginas, ó lo fecto, con curvatura hacia el vértice, ó un semi-
que haya á mano, de los fuegos cercanos de la elipsoide muy puntiagudo, por lo cual toma sus
plaza.—Los traductores del francés, al leer des diferentes nombres.—cortada. V. agujereada.—
éente au fosse', creen más técnico decir descenso de acero. Actualmente se construyen de este
al foso, pero los ingenieros dicen bajada. metal para obtener grandes penetraciones.—de
aviso. Lo mismo que mensajera.—de cadena. Lo
BAJAMUELLES. Que también se llama ar mismo que encadenada y enramada.—de cañón.
mador, desarmador, subidor de muelles, arma La que dispara esta pieza de artillería.—de cuña.
dor de llaves. Instrumento, cuyo nombre indica Semejante exleriormenle á la ojival y empleada
el uso, para el entretenimiento y limpieza de las en las armas rayadas en 1867. Por dentro tiene
armas de fuego portátiles. un hueco en forma de cono truncado, en cuya
base mayor que se halla en la parte cilindrica
BAJÍO. Lo mismo que bajo y banco. (V. c. v). de la bala, se ajusta un casquillo de hierro bati
do, el cual, oprimido por la fuerza de la pólvora
BAJO. Conjunto de rocas que suben del fon al inflamarse, entra forzado en dicho hueco y
do del mar: generalmente las cubre poca agua, aumenta el diámetro esterior de la bala, obli
ó están á flor de ella, con gran peligro de los gándola á salir forzada, aunque entró holgada.
barcos. Cuando algunas sobresalen de la super —de dos cabezas. Lo mismo que ángeles (V. e. v).
ficie, se dice que velan. (V. Arrecifes). —de espansion. Laque, por cualquier medio, de
casquillos, aletas, tetones, se ensancha para en
BALA. Covarrubias da la etimología proba trar por las hélices ó rayas del ánima. —de estre
ble, del verbo griego bailo, arrojar, lanzar. Has lla. La que tenia esta figura. —de flecha. En
ta hace poco tiempo, la definición de esta voz rigor toda bala, que deja la forma esférica y
era precisa, diciendo: «proyectil de metal, que marcha por las rayas de un cañón, toma el ca
tiene dos condiciones esenciales, ser sólido ó rácter de flecha. Sin embargo, se da moderna
macizo y de figura esférica». En 1867 la bala no mente esta denominación á ciertos proyectiles
conserva ninguno de sus antiguos caracteres; y largos y cilindricos, como los de los americanos
en este periodo de invenciones, mejoras y prue Stafford y Babes, destinados especialmente á
bas, no es posible fijar el significado, cuando obtener grandes penetraciones en blindajes y co
también lo tienen indeciso el antiytio cañón, el razas de buques.—de fusil. La que esta arma
obús y el mortero, por las continuas modificacio arroja.—de hierro. Generalmente las de arti
nes en forma, tamaño y disposición de las nue llería, por oposición á las de fusil, que son de
vas piezas. En la última parte del articulo arti plomo.—DE ILUMINACION. ARTIFICIO de ARTILLERÍA,
llería se dan breves noticias, y á continuación que se dispara con cañones y obuses, arrojándose
algunos principales epítetos y adjetivos de la también á veces con la mano. Se reduce á una
bala.— bala agujereada. Antiguamente lo mis bola do mixto, cubierta con lienzo fuerte bien
mo que mordida; la que, por mala intención cosido, y reforzada con un entorchado de alam
del tirador para que hiciese más daño, perdía la bre, si se ha de tirar con piezas de artillería. Su
forma esférica, mordiéndola efectivamente ó objeto en las plazas cs alumbrar de noche los
agujereándola con un clavo. —aplastada. La que trabajos del sitiador. También suele llamarse
cae después de chocar con un cuerpo duro, en incendiaria, cuando se destina á producir incen
el cual no penetra.—batida. Lo mismo que pren dio. (V. granada).—de metralla. La de hierro,
sada- ó también hecha á martillo en frío, por colado ó batido, destinada á los botes de metra
oposición á la moldeada ó fundida en turquesa. lla, y cuyo peso reglamentario varia según los
—caliente. La que lleva toda su fuerza inicial, caliores de las piezas.—de molde. Lo mismo que
—cansada. Al contrario de la caliente, la fría; BATIDA Ó PRENSADA.—DE PALANQUETA. PROYECTIL an
la que, por larga distancia, ha perdido casi toda tiguo y desusado, compuesto de dos balas uni
la fuerza con que sale de la boca del cañón.—ci- das por una barra de hierro, de aplicación más
lindrico-cónica, ó cilindro-cónica, ó cilindro-oji general en la marina para destruir velámen y
val, ó cónica, ú ojival, ó elipsoidal. La que se cordaje (V. ángeles).—de piedra. Es constante
emplea en carabinas rayadas de macho en la re que los primeros proyectiles arrojados por las
cámara. Se compone de una parte cilindrica, y lomrardas (V. e. v.), es decir, por las primeras
de otra, cuya superficie se determina por la re piezas de artillería, fueron de piedra, que los
volución al rededor de su eje de un arco ojival, canteros picaban ordinariamente en la misma
BALA — 129 — BALA
batería, para evitar gastos de trasporte. En Baza nante. Llevan este nombre genérico las que, al
y otros lugares se conservan todavía. Natural chocar con un cuerpo duro, estallan producien
mente, lo primero que se ocurrió lanzar con la do estrago.—fundida. La que se hace en molde
artillería, recien inventada, fué lo mismo que ó turquesa con metal liquido, por oposición á la
tiraban las maquinas, grandes dardos ó cuadriellos prensada en frió.—holgada. La que entra por sí
y enormes piedras. Moritz-Meyf.r asegura que sola basta la recámara, por oposición 4 la que
ya en I Í00 se construyeron líalas de metal; pe antiguamente Se decia forzada.—hueca. Hoy es
ro es evidente que anticipa el hecho. Guicciar- te adjetivo no define. Cuando la voz bala daba
disi (til», i." pág. 73.) atribuye muy posterior idea de una esfera siempre sólida, decir bala
mente este adelanto a los franceses y Darc cree hueca, á distinción de bomba ó granada, era sig
que hacia (494 era muy reciente. Según el nificar bala de aviso ó mensajera, proyectil «que
Journal des Sciences militaires (núm. 3 i. pág. 55) se había ahuecado» para contener un papel con
puede fijarse la fecha, en Francia, hacia 1 170. aviso ó parte.—incendiaria. Artificio ó mixto de
En la Conquista de Granada ;li82—1 492) positi- artillería preparado exclusivamente para incen
vamente no hubo más que bolaños ó balas de diar.—maciza. En rigor lo mismo que esférica,
piedra. V en I 478 los Borgoñone.s, y los France para distinguir la antigua de la moderna.—men
ses mismos, si hemos de creer á Barante, las sajera. Lo mismo que hueca ó de aviso. La des
usaban todavía.—de plomo. Generalmente son de tinada en las plazas sitiadas á encerrar partes ó
este metal las de armas portátiles ó manuales.— avisos. Usadas ya en el siglo XVI, llevan una
de rebote. La que se dispara con cierta inclina mecha para indicar el punto donde caen y poder
ción y carga, para que efectivamente dé botes en rser ecogidas.—moldeada. De molde: que lo mis
la tierra y en la superficie del agua.—en boca. mo puede ser prensada en frió, que fundida.—
Durante la laboriosa operación de la carca en MORDIDA. (V. AGUJEREADA, CORTADA). MUERTA. Lo
los antiguos arcabuces y mosquetes, el soldado mismo que cansada, fría.—naranjera. La de fu
guardaba en la boca la bala, hasta el momento sil ó trabuco de mayor calibre que el ordinario.
de introducirla en el cañón. Mucho después de . OBLONGA. La ELIPSOIDAL, la CILINDRO-CONICA.
inventado el cartucho y de sustituida la .mecha perdida. Es algo extraño este adjetivo. Para el
por el pedernal, quedó este modismo técnico pa que la recibe en el cuerpo, no parece que pue
ra expresar en las capitulaciones, que se salía de da estar «perdida» una bala; ni tampoco el que
la plaza, ó puesto rendido, con los honores de la la tiró debe usar ese adjetivo, como en son de
guerra: lo que hoy decimos con armas y bagajes, queja. Sin embargo, no «perdiéndose» la bala,
ó más bien, tambor batiente y banderas desple ni mucho menos, es común la expresión: «fué
gadas.—encadenada. Se distingue de la de palan una bala perdida», al hablar de un herido; para
queta en que es una cadena, y no una barra, la indicar que estaba casi fuera de alcance, que el
que une las dos balas gemelas.—enramada. Mas fuego era flojo ó despreciable, en fin, que fué
antigua que la de palanqueta, es análoga; y sólo una tontería, una inoportunidad, de la bala en ir
se distingue en que son medias balas y no ente á herirle, ó del herido en ir á ponerse en la tra
ras las que une la barra, ó cadena. —ensalerada. yectoria de la bala. De todos modos el adjetivo
La que está sujeta á la pieza de madera llamada tiene algo de burlón. —prensada. La de plomo>
salero.—esférica. La antigua y perfectamente hecha en frío, por oposición á la fundida.—rasa.
redonda, por oposición á las modernas de otras Modismo antiguo para significar que la artille
figuras. —explosiva. En general lodo proyectil ría disparaba sólo con bala, y no con metalla ó
de los llamados huecos. Más particular, en 1867, granada.—roja. La de cañón, enrojecida al fuego
la bala de fusil rellena de alguna sustancia ex de fragua ó de hornillo especial. César habla,
plosible ó venenosa y corrosiva para hacer mor de bolas de arcilla enrojecida que los Galos tira
tal la más leve herida. —extraviada. Lo mismo ban con hondas; y si se quiere mayor antigüe
que perdida.—forjada. La de artillería, que no dad, Tiro se defendió contra Alejandro, lanzan
sebaccen molde ó fundida. —forzada. Hasta hace do sobre sus trabajos de sitio hierro candente.
poco tiempo la que, como en los rifles ingleses, Moritz-Meyer asegura muy formal que en Alge-
entraba en el cañón á fuerza de golpes con grue ciras ¡1342) V. artillería) los árabes tiraban con
sa baqueta. Hoy, con menos exactitud, es la que, bala roja: bastante parece con que las tirasen
entrando holgada, se la fuerza á seguir las rayas «sin enrojecer». Según Decker también hubo
del ánima.—fría. La que viniendo de gran dis bala roja en el sitio de Sacan [Silesia) de 1472.
tancia, y con gran perdida de mi fuerza inicial, ¡ En esto de fechas y de invenciones hay que an
no causa herida, sino ligera contusión.—fulmi- \ dar con pulso. Por ejemplo dice MEZERAYque en
17
BALA — 130 — BALE
el sitio de Meziéres(1¡»21) «Ce n' etaient que can- genieros, por analogía, al cálculo matemático de
nonades, que boulets enflamme's» perú ¿eran ba los desmontes y terraplenes, ó de la excavación y
las hojas, ó grasadas, ó qué? Lo más admitido del relleno de las tierras que se mueven al cons
es dejar el honor de la invención á los polacos truir una obra de fortificación.
en el sitio de Dantzik ; 1 o77 ) ó en Polotsk (1580).
Feuquiéres se lo atribuye á los prusianos, que BALANCEAR. Se dice algunas veces, y con
incendiaron á Stralsund con bala roja en 1678. bastante propiedad, en táctica, por contrapesar,
Bardin dice que Luis XIV tiró en 1694 12.000 equilibrar las fuerzas.—Moral y metafórica
contra Bruselas. Se ha discutido largamente so mente, en un jefe, es tantear, vacilar demasia
bre lo moral de la bala roja, por los que discu do, apareciendo confuso, irresoluto.
ten sobre el derecho de gentes y derecho de la BALANCIN. En los antiguos carruajes de
guerra; pero este no es lugar de continuar tales artillería, ó del tren, el trozo de madera unido
discusiones. Mucho se ha discutido también so por su parle central á la vara de guardia y á la
bre si era «legal» tirar con bala mordida, aguje bolea, en cuyos estrenuos se aseguraban los ti
reada, ó que no tuviese forma esférica perfecta;
rantes de las caballerías de arrastre.
y hoy nadie se ocupa sino en buscar el medio
de hacer «más daño desde más lejos». Las balas BALAZO. Golpe y herida de bala.
explosivas, sin embargo, quedarán excluidas por
iniciativa de Rusia. —sorda. Hemos leido, sin BALCONCILLO. La barandilla de hierro que
duda traducido del francés, (que efectivamente por ambos lados guarnece el arca de municiones
usa este adjetivo) que era sorda la bala arrojada en la artillería montada.
con débil carga, para tirar de rebote. Más que
la bala, quien debe ser sorda, ó al menos pare- BALDES. Lo mismo que badana.
cerlo, es la tropa que la recibe.—suelta. Puede
BALDÍOS. Aquellas tierras comunales ó con
significar lo que bala perdida; ó también bala
cejiles de un pueblo, que no se labran ni se ade
que no está ensalerada ó sujeta al cartucho, al
hesan. (Dice. Acad. Hist.j También lo trae como
SAQUETE. adjetivo Dice. Acad. 5.
HALAGUES. Soldados que formaban un BALEARES. Se pretende que este nombre
cuerpo de las tropas de Alejandro Magno (Dic de las islas de Mallorca, Menorca, Ibiza, viene
cionario Terreros,). del griego bailo, arrojar, tirar piedras ó dardos:
BALADRON. Fanfarrón, hablador. Del latin habilidad reconocida en los antiguos habitantes
balatro, que significa lo mismo. por todos los historiadores, que encomian la ap
titud de los mallorquines para soldados ligeros,
BALADRONADA ó FANFARRONADA. Exa armados entonces de honda. Se dice también
geración en el gesto, palabra ó escrito de la se que esta destreza en el tiro la adquirían desde
guridad en la fuerza propia para acometer una niños, poniéndoles sus madres la comida por
empresa. No siempre la fanfarronada cubre blanco, y negándosela miéntras no acertaban á
miedo só capa de osadía; y si realmente es de dar con la piedra.—En rigor el sustantivo Balea
fecto, la profesión militares de suyo ocasionada según Aquino [Lex. mil.) y otros era, en la ínfi
á él como más propensa á la exaltación de la có ma latinidad; genérico y sinónimo de ballesta,
lera. Lo grave y reposado del carácter español, balestrum y asi baleario era en general sagitario,
en el hecho de no admitir sino en broma las ba flechero, ballestero, como se ve en estos pasa-
ladronadas de algunas provincias meridionales jes del Tudense [Era 1058j: «A quodam insigne
demuestra su afición á lo serio y, en la guerra baleario inter scapulas sagitta idus esl Mili
singularmente, no gusta de que le oculten con tes et balearios ad civilalem cursu tendere proe-
artificios el peligro, ni le ponderen excesiva cepitm.
mente su valor.
BALERÍA. BALERÍO. Dice. Acad. S da la
BALANCE DE CAJA. La operación de con primera voz; pero es más usual la segunda, pa
tabilidad, por medio de la cual se averigua su ra significar el acopio ó montón, en los parques
estado, sumando separadamente la entrada y la de artillería, de balas de canon y en general, de
salida ó el debe y haber, y viendo el saldo ó di proyectiles sueltos, ó preparados en gran núme
ferencia.—Balance de las tierras llaman los in ro.—La primera pelotería era de piedra labra
BALI — 131 — BALI
da; luego de plomo, y como se aplastaban, les «Era un género de maquina para arrojar con vio
pusieron alma de hierro; luego de bronce y hier lencia dardos y piedras; la cual doblaban (sic)
ro fundido y batido, que se dejaron por caras. por medio de nervios, de aquí la palabra fundi
Hubo en el siglo XVII fábricas en Molina de Ara bulo, cuasi fundes».
gón y Liergares: habia balas rasas, de cadena, Con estas tres citas solamente, se convencerá
de diamante, de navaja y de cabeza de perro. el lector de la confusión y embrollo que reina
(Enciclop. Mellado.—Art.) En Egui, 1535, se en este ramo de erudición militar; y que en va
constituyó la primera fábrica de pelotería. Lue no se pretenderá esclarecer remontándose á los
go se trasladó á Orbaiceta, fábrica de municiones, autores originales, ó á los del renacimiento,
fundada en 1 784; arruinada por franceses, y más que, como Justo Lipsio y otros, dan audazmen
tarde por carlistas, pasó á Trübia, la cual se fun te por «soluciones» sus meras «conjeturas»,
dó en 1794 y se restauró en 1844. ilustradas con dibujos más ó ménos verosímiles,
pero de «su propia invención». Sin entrometer
BALIN. Aunque parezca diminutivo de bala nos en pormenores de forma ó de ejecución res
ó proyectil, su significado técnico en artillería pecto á la máquina, tampoco se puede fijar deci
es la esfera de bronce que, en los toneles girato sivamente la clase especial de proyectiles que
rios, pulveriza los ingredientes de la pólvora ó arrojaba.
de los artificios. Según Matern y otros, la balista lanzaba
«piedras exclusivamente»; ya en una sola masa
BALISARDA. Nombre de la espada de Rei de ocho y doce quintales, ya en cestos á guisa
naldos de Montalvan, que alguna vez suele de la moderna metralla. En los sitios, no sólo
usarse como Tizona y otros. « saca tan bien servían para herir, romper y trastornar, sino
armada y aderezada su persona que la espada para introducir en la plaza barriles con mixtos
Durindana de Roldan, ni aun la Balisarda, que incendiarios, con inmundicias y basta con cadá
cortaba las armas encantadas, no pasaría las su veres, para apestar ó inficionar el aire.
yas». Ecc. de Salazar. Cart. 27). Maizeroy también, en algunos pasajes, se in
clina á esta opinión: «La balista, llamada tam
BALISTA. Las razones que damos en el ex bién monancona por no tener más que un brazo,
tenso articulo Máquinas antiguas, nos permiten y que Ammiano Marcelino designa con el nombre
aligerar este, reforzando aquellas con algunos de Onagro, tiraba piedras ó pellas de hierro
textos, pero sin entrar en larga y erudita dis «Por lithóbolas, petróbolas ó balistas, se entendía
cusión.—La voz, puramente griega, ballista tie las maquinas para tirar piedras; cuando no tenían
ne su etimología directa del verbo bailo, ballein, más que un brazo; eran lithóbolas, monanconas,
disparar, tirar, lanzar, arrojar. Asi, de acuerdo esto es, onagros » «En tiempo del emperador
con esta etimología, balista, lo mismo que cata León, la voz Balista sólo designaba ya la máqui
pulta, es voz genérica de las antiguas máquinas na monancona, esto es, el onagro».
be tiro. Carrion Nisas, uno de los autores mo Parece, pues, resumiendo en cuanto cabe
dernos que tratan con crítica más juiciosa la tan contradictorias opiniones, que la balista pu
antigüedad clásica militar, dice textualmente: do en su origen estar «exclusivamente» desti
«La balista grande, que se llamaba también ca nada á tirar piedras; luego se extendió á tirar
tapulta y onagro, arrojaba protectilfs de toda flechas, y en los tiempos de Vegecio, ya la voz
especie por trayectoria parabólica: sirvió prime balista era «especial» para estas últimas, asi co
ramente en los sitios y en la decadencia militar mo la de onagro se aplicaba á la máquina monan
fué cuando empezaron á arrastrarla consigo las cona, exclusivamente lithóbola, pedrera ó pe-
legiones.—La balista pequeña ó manubalista TRARIA.
¡Y. e. v.; llamada escorpión, y también balles
tón, bailesta grande, (grande arbaléte) principió, BALISTICA. Del griego balista, de bailo,
antes que la pesada máquina de sitio, á ser ar tirar, lanzar. Importante ramo de la ciencia del
rastrada en el tren legionario. La Barre Duparcq artillero, que comprende el estudio especial y
otro moderno comentador dice: «Nombre gené matemático del tiro. Por las leyes del movi
rico de la máquina de dos brazos, por oposición miento de los cuerpos lanzados en el espacio, se
á la monancona ó de uno. La balista tiraba pie traducen en fórmulas las trayectorias, cargas,
dras, flechas y en especial faláricas». Clonard ángulos, direcciones y alcances. De aquellas,
en su obra más reciente, Memoria sobre el traje, para el uso diario, se forman tablas, que vienen
citando las Etimologías de San Isidoro, dice: perfeccionándose progresivamente desde el si
BALS — 132 — BALU
glo XVI. Casi todos los matemáticos de nota se siglos XV y XVI. En el sitio de Zamora el año
han ocupado en interesantes problemas de ba 1575 los ingenieros trazaron una paralela con
lística, desde Galileo y Newton hasta Sánchez once reductos baluartes (sic) provistos de tro
Cerquero y Odriozola, que son, ó eran los tex pas y artillería. (Polcar. Crónica de los Reyes
tos vigentes para la artillería de mar y de tier Católicos, cap. 9 IJ. En el de Loja se construye-'
ra. Excusado es decir que los griegos y romanos ron obras de esta clase en una altura que se to
tendrían también sus reglas y fórmulas de balí;.- mó con este objeto y se colocaron en ella cuatro
ncA,para la construcción yuso se sus máqtjuias: piezas para atacar á los habitantes. (Alonso de
pero aunque se descubrieran, no tendría para Palencia. Décadas de la guerra de Granada. M. S.
nosotros más interés que el de la curiosidad. de la Biblioteca Real. Cód. núm. '¿i). Pero con
el tiempo llegó á hacer parte de las combinacio
BALSA. Depósito artificial en que se reco nes de la defensa, como sucedió constanlemente
gen las aguas llovedizas, para abrevaderos de los á todos los progresos del arle en la expugnación
ganados, y aún para uso de los habitantes, como de los puntos fortificados. Con mucha anteriori
en algunos parajes de Aragón. Se llaman tam dad al tiempo de que data la construcción de la
bién lavajos.—La reunión de troncos y tablas obra llamada baluarte en los sistemas acl nales
en los puentes militares, de cuerpos flotantes. de defensa, suena este nombre en las fortifica
sean los que fueren, sobre el cual se pasan ó se ciones de nuestras antiguas plazas de guerra. En
siguen los ríos. (V. Almadia;. 1496, se mandó construir un baluarte en la Co-
ruña, como lo prueban las provisiones que se
BALSADERA. «El paraje en que se usan bal expidieron al efecto, y que aún existen en el ar
sas para atravesar los rios». ¡Dice. Acad.) (Dic chivo de Simancas. Reconquistada en 1524 la
cionario Acad. Hist). La primera de estas dos plaza de Fuenterrabia por el Condestable de
autoridades da además el verbo balsear, pasar
Castilla don Iñigo de Velasco, mandó el Empe
en balsas los rios. rador Carlos V fortificarla con grande esmero y
BALTEO. Del latin balteus, cíngulo, cinto, cuidado, reparando sus lienzos, levantando dos
tahalí, cinturon. (V. e. v.) Aquino (Lux. mil.) baluartes, que fueron lo» de la Reina y Leiva, y
confiesa ingenuamente, á pesar de numerosas el cubo de la Magdalena, haciéndole perspectiva
citas de Varron, Virgilio y Marcial, que no sabe muy hermosa al palacio del gobernador, y mu
describirlo, ni en qué se asemejaba ó diferen rallas á la villa, muy alias, de piedra de sillería,
ciaba del cíngulo. El diminutivo es balteolus, de catorce piés de grueso, fuertes y eminentes,
baltéolo.—Los franceses derivan de balteum su como el corazón del príncipe que las mandó edi
bawlrier, nombre para ellos genérico de talabar ficar. En Barcelona se levantó también en (626
te, tahalí, cinto de espada. -Moretti, sin citar au el baluarte denominado de la Marina, cuya pri
toridad, dice que baleario, en la milicia romana, mera piedra fue colocada por el Virey don Fe
era el empleado á quien se confiaban las bande derico de Portugal, obispo de Sigüenza. El pri
ras, depositadas en el arsenal ó parque, y tenia mitivo baluarte no tendría probablemente la
el encargo de cuidarlas, componerlas, limpiarlas misma [orina que el actual. La ciencia, en su
y adornarlas. progresivo desarrollo, ha debido someterle á una
serie de modificaciones, más ó ménos entendi
BALUARTE. Dice Clonard textualmente en das y acertadas, á las cuales sucederán otras
su Hist. ory. T. I. pág. 101: «La idea y uso de muy probablemente, porque el tiempo Irae con
los baluartes cuéntase con razón en el número sigo todos los dias nuevas exigencias y el hom
de los adelantos que debe á los españoles el arte bre procura siempre satisfacerlas. Pero es lo
de la fortificación. No ha faltado quien se lo cierto que los españoles han sido los primeros en
disputara, haciendo derivar este nombre del introducir en Europa esta clase de obras, y que
celta, del alemán ó del italiano; pero cuanto han de ellos ha recibido el principal impulso el arte
dicho los autores extranjeros sobre esta cuestión de la fortificación, como los demás ramos del
se reduce á meras conjeturas más ó menos há vasto departamento de la guerra. Y en esto nada
bilmente presentadas. La palabra baluarte trae i hay de extraño: los españoles desde tiempo in
su origen del término árabe Balio- Ward que memorial han estado siempre en lucha en algu-
significa prueba ó experimento del acceso, I na parte del Orbe Las obras más notables han
aproximación. Fué esta obra uno de los medios sido construidas por ellos ó se han improvisado
inventados para el ataque de las plazas. Figura bajo sus fuegos, para resistirá sus heroicos es
en muchas obras de ataque, levantadas en los fuerzos; de suerte que la ciencia ha operado por
BALU — 133 — BALU
ellos ó para ellos sus principales evoluciones, y antigua crónica, dice que Nuvs sitiada en 1474
que por esto mismo, como causas ó como auto por Carlos el Temerario, estaba reforzada con
res de sus adelantos, tienen muy justos títulos á fuertes braiesses (bragas ó falsabragas) y que ca
la gloria que lia adquirido la fortificación en da una de sus puertas tenia al frente su boule
Europa, y que algunos consideran injustamente vart, á manera de nbaslillon grand, fort el de-
como propiedad exclusiva de otras naciones». fendablc». —El erudito Maizeroy también deja
A pesar de lo- respetable y patriótico de la la cuestión en pié. —Unos atribuyen la invención
autoridad que acabamos de citar, no estará de á Ziska, el famoso jefe de los Hussitas; otros, co
más conocer otras opiniones. Desde luego, toda mo Brantóme, Langey, Montluc, á Antonio Co-
materia de etimologías es de suyo conjetural, y, lonna, muerto en el sitio del castillo de Milán;
como cuestión de orígenes, ocasionada á pare otros, como Folárd, al bajá Acmetii, que en I Í80
ceres. Bescherelle, siguiendo á Ducange, quiero tomó á Otranto; la generalidad, en fin, cede el
que baluarte venga de las dos palabras célticas honor á los ingenieros italianos, que á su vez la
burg, burgo, pueblo, y ward, guardia. La palabra tomaron de los venecianos. Madoz (Dice. Ar
alemana volliverke, las francesas boluvert, bou- ticulo Alicante), citando á Cortes sobre la etimo
lerert, boulevart ¿no pueden ser también pro logía y reducción de dicha ciudad, dice que «el
ductoras de baluardo en italiano, baluarte en Tusal de Manises seria algún úpido de Lucen tum
espaíiol? Lafuente [Hist. de Esp. T. II. pág. 299) (Alicante latina! algún castillo montano y
dice: «Proclamado Walia [Wal, baluarte) rey de encuentra alguna conjetura en el nombre baluar-
losgodos» Y ¿porqué no puede venir de las tet que allí se ha conservado».
dos palabras latinas vallum, ars, muralla, arto"? En el informe del brigadier Aparici, sobre
Vallum en latín tiene una significación «genéri sus investigaciones en el archivo de Simancas,
ca» de obstáculo defensivo, muro, ATRINCHERA hay una propuesta del Comendador maestre Ra
MIENTO, PALIZADA, FORTIFICACION. (V. CIRCUNVALA miro, de las obras que en 1 190 necesitaba para
CION). Vallatus, en la baja latinidad, ora lugar estar bien guardada la fortaleza de Salobreña,
fortificado, circuido con vallum, del verbo va en cuyo documento se lee: «Otrosí, será menes
llo, (T-v, are.—Dice Aguiso (Lexic. mil): « Vaharlo ter á la puerta falsa que sale al campo, cincuen
(sicj Italis Baluardo. Salan-ova Justit. Aragón ta pasos de pretil y almenas, un baluarte pe
in observant. de Infantion. aAd reparationem queño en lo más bajo, porque no vean salir á los
portarum villa valatuum, sive valvartium eí mu- de la fortaleza, fasta que sean seguros de poder
rorum lenenturo.—Ménage la tiene por voz ger arremeter en el campo».
mánica.—Turnero la trae de bolus, en latín gleba, El Resumen histórico del arma de Ingenieros
tierra con césped ó grama. —Koquefort del bajo también ilustra este asunto de los baluartes, in
latín boletus. cluyendo planos del castillo de Niebla, y de los
Las pruebas de «prioridad» no van mucho recintos antiguos de Toledo y de Guadalajara,
más acordes. Mayeh.n, con otros muchos, atribu en que se ven trazas y disposiciones, que hoy
ye al italiano San-Michele \osprimeros baluartes decimos abaluartadas y que remontan al siglo XII.
con que rodeó á Verona de 1523 á 1529, y des Los italianos llaman piccoli bastioni á las an
pués á l'ÁDi'A. En apoyo trae Viollet {Arch. mil. tiguas torres, «construidas ó habilitadas para
pág. 1 96) el facsímile de un bajo relieve en már recibir artillería», y gran baluardi á los «ver
mol blanco, que adorna el sarcófago de Maximi daderos baluartes» desde 1450. Entre estos, tie
liano en Innspruck, en que se ve un baluarte nen por el más antiguo el que hizo fabricar en
con su caballero, de los que forman el recinto Tuiuv- el duque de Saboya Ludovico en 1 101 , que
de Verona; y el mismo autor [ibid. pág. 180) lla á principios de este siglo se llamaba 11 Garitone
ma boulecards á Ihs viejas barbacanas, que se de' Fiori, y está en frente del Palacio Real. Asi
colocaban ante las puertas, cuando se ensancha I lo afirman Galean! Napione (Mem. de laAcad. de
ron y agrandaron «para recibir artillería». Tam \ Turin T. XXVIII, pág. 69). Cuiesa {Cor.riali de
bién cita á Maquiavelo \Arl. de lag. lib. VII), SarojaT. I. pág. 133). D' Antoni (Introduzione
para sostener que era costumbre defender las , alia fortificazione, pág. 22) Marini [Saggio slóri-
puertas con boulevards ó bastions circulares. ro ed algebraico su i bastioni, pág. 11).
Cuéntese que el bastión de los franceses, que es Por lo demás, no sólo en el códice que alega
la verdadera equivalencia de nuestro baluarte, Marini de 1385, sino en el célebre tratado De
tiene su etimología irrecusable de bastillon, di Regimine Principum, escrito en 1285, se habla de
minutivo de bastille. Napoleón [Prec. hist. de propugnáculo y de bastioni (V. e. v.) sin que pue-
l'infl. des arm. á feu, pág. 103), citando una I da lijarse «con certeza» que fuesen baluartes de
BALU — 134 — BALL
traza moderna y pentagonal, ó torres cuadradas, en los primeros tiempos, idea de novedad, ni
más grandes y sólidas, colocadas en los ángulos disposición de líneas en la traza horizontal, sino
más salientes del nECiNTO, á diferencia de los de mayor espacio y tamaño, de amplitud, de
pequeños cubos ó torreones, en las que pudié anchura. El cañón sitiador, que echa por tierra
ramos llamar cortinas, esto es, grandes extensio las altas escarpas antiguas, obliga á las nuevas
nes en linea recta. á achatarse y encubrirse; el cañón defensor, con
Los mismos críticos italianos desechan el su mayor alcance, obliga á las torres á dejar
aserto de Paulo Giovio (Coment. dellecosede' Tur- más intérvalo entre sí, á hacerse más espaciosas
chi) de que el baluarte se inventó por los turcos por dentro, y muestra más urgente y perento
en Otranlo en 1480; y también el de Rosmint ria la necesidad de evitar espacios muertos. En
(Storia di Milano, T. IV, pág. 256) de que un la naturaleza, tanto en el órden moral como en
bohemio hubiese fortificado con baluartes en el físico, así que se presenta una derogación ó
1 499 á Novara y Vigevano. falta de equilibrio, en cuanto una necesidad se
Maffei (Verona illustrata , parte 3." cap. 5) deja real y umversalmente sentir, no hay que
es el queatibuye la invención del baluarte al in tener cuidado, ella quedará satisfecha, y mu
geniero veronés San Micheli; pero D' Antoni chas veces por el medio ménos presumible, por
quiere que el Garitonide d'fiori sea más antiguo. el individuo al parecer ménos «llamado». Pare
Paradisi (Elogio de Montecúccoli) niega que ce frivolidad en los eruditos esa tenacidad en
Ziska, jefe de los hussitas, ni los turcos hayan considerar el baluarte aislado como tan digno
inventado el baluarte. de sus vigilias: lo que ciertamente las merece es
Galeani Napionk (Nolizzia de' scritori d' arte la feliz combinación de esas cinco limas, que
mil.) sospecha que serian ingenieros italianos. constituyen el frente, el sistema abaluartado, y
Y es posible, constando que Mahomed II recibía que consumaron una verdadera revolución en
el libro de Valturio, que le regaló Segismundo la ciencia del ingeniero. Concluyamos: si se nos
Malatesta. preguntase ¿Quién ha inventado el baluarte? res
Si en estas investigaciones históricas se bus ponderíamos sencillamente: el cañón.
ca guía seguro, lo mejor es dejarse llevar por la
sana razón ¿Y qué razón de ser tenia el baluarte, BALZA. El pendón ó bandera de la órden de
ántes del uso de la artillería, y del completo los Templarios. (Zurita. An. T. I.lib. 4, cap. 417)
trastorno que esta introdujo en el ataque y de
fensa"? Ninguna. Rigorosamente ¿qué es el 6o- BALLESTA. Del griego y del latin balista, de
luarte'l Una torre cuadrada, cuya cara exterior bailo, ballein, arrojar, lanzar. Arma manual de
se tronza hácia adelante, se sustituye por un tiro en la edad media, con propagación cierta en
ángulo. Como todas las grandes invenciones, és Europa después de las Cruzadas (donde se to
ta lleva el sello de la sencillez; y asombra por maría de la milicia bizantina) que vino á ser el
cierto que los tracistas de tantos siglos, teniendo arco primitivo perfeccionado, y cuya aparición
á la vista los tajamares de los puentes y otras fi ó resurrección, precursora de la de las armas de
guras semejantes, no hubiesen dado con el se fuego, revela de suyo perfección en las artes
creto de anular el espacio muerto, como dicen los mecánicas, y anuncia modificaciones, en la for
ingenieros, ó indefenso, que en su frente pre tificación, espaciando las torres; en la táctica,
sentaban las torres de recinto, especialmente las | por la importancia que comienza á dar á la in
cuadradas. Pero al ver una torre pentagonal, fantería, hasta entonces poco apreciada. Sin
construida asi en los siglos medios por conve embargo, como todo adelanto, la ballesta tardó
niencia ó por capricho ¿hemos de dar por en en abrirse paso; fuese por la repugnancia que
contrado, como algunos pretenden, el baluarte escitaba entre los caballeros, que adivinaban en
originall ella el arcabuz, ó por la rutina popular; pues
En materias históricas conviene huir de la consta que los mismos ingleses, tan hábiles ba
exagerada sutileza ó del afán de buscar lo remo llesteros, en el siglo XII y como Don Juan I de
to del origen. La verdadera historia del vapor Castilla lo probó en Aui barrota (1385) tarda
v. g. arrancará de James Watt, y no del primer ron largos años en desprenderse del long bow,
puchero que contuvo agua hirviendo. arco antiguo, para tomar el cross bow, la balles
El baluarte lo trae consigo la artillería, al ta. Enrique VII llegó á proscribirla por prag
aplicarse á la defensa, que no puede jugar, ni mática; y en cambio Isabel todavía tuvo armada
servirse con desahogo en las antiguas torres: por con ella alguna tropa de su ejército. La descrip
eso vollwerke, bastillon, bastión no envuelven ción de esta arma notable y complicada, que aqui
BAL.L — 135 — BAL.L
seria difusa é insuficiente sin figuras, puede ver BALLESTEAR. Tirar con ballesta. Antiguo
se en el Arte de Ballestería de Alonso Martínez verbo de montería, como se ve en Martínez de
de Espinar. El palo, según él, de la ballesta tie Espinar. Arte de ball. lib. 2. cap. 14. oLa cual
ne dos nombres sinónimos cureña ó tablero; los habiéndola de ballestear con los caballos, se ha
hierros que lo guarnecen por donde está la nuez de buscar rabo á viento». De aquí translaticia-
y la cabeza, se llaman quijeras. La llave es el mente, dice Dice. Acad. 1, vino á significar tam
hierro largo que desarma la ballesta, y está por bién, acechar, atísbar, avizorar, mirar con aten
debajo del tablero; y todo lo que de ella arrima ción.
6 la quuera se llama celada. El tarlero tiene un BALLESTERA. Tronera, saetera, aspillera,
hueso llamado nuez, en que se arma la cuerda. agujero hecho en un muro para disparar «á cu
Caja es donde rueda esta nuez, y más arriba de bierto» la ballesta. Ballislraria se decía en el
ella, otro hueso largo es la canal. De la nuez ínfimo latín del siglo XIII y balestriera dicen
abajo, el tablero se llama rabera. Estribo es el los italianos.
hierro que la ballesta tiene en la cabeza á modo
BALLESTERIA. El arte de usar la balles
de sortija. ta, generalmente en la caza, por lo que venia á
La ballesta se armaba con cuatro aparatos
diversos: gancho, cranequin, armatoste y gafa. ser sinónimo de montería según lo define Martí
La verga, es decir, el arco de acero necesitaba nez de Espinar (lib. 1. cap. 4¡: «Ballestería y
un temple exquisito, y Espinar nombra los artí montería son un acto en que el hombre, con
fices españoles que los labraban con perfección. maña y violencia, reduce á su dominio los más
La célebre fábrica Mondragon daba estos aceros, silvestres y fieros animales, valiéndose para esto
que surtian á las fábricas de espadas de Toledo. de diferentes engaños é instrumentos, como son
Las llaves y tableros admitían, con prolija cons BALLESTA, ARCARUZ, LANZA, VENABLOS, lebreles, etc.
trucción, grabados y damasquinados preciosos. También, como ahora decimos fusilería, expre
Los proyectiles de la ballesta eran bodoques, saba conjunto de soldados armados con ballestas.
pasadores, viras, virotes, viratones, que se com BALLESTERO. En general el que usaba de
prenden bajo el nombre genérico de lances ballesta en la guerra.—El artífice que las cons
(V. e. v.) truía.—Alto empleo palatino ó de Casa Real,
Esta arma alternaba todavía en la guerra con llamado también montero mayor: el que armaba
el arcabuz en el último tercio del siglo XVI. la ballesta ó cargaba luego el arcabuz al rey en
«Eran todos cuasi tres mil hombres, los más dc- las cacerías.—Antiguamente, ballesteros de cor
llos armados de arcabuces y ballestas» (Mendoza te eran maceros, porteros , oficiales de la corte,
G. de Gran. lib. I. n. 16). especie de ayudantes ó de guardias. Todos cono
Fuera de esta significación vulgar y princi cemos los célebres ballesteros de maza del Rey
pal, como arma portátil y manual, naturalmen Don Pedro de Castilla y su expedita manera de
te debió tener en la edad media el significado de hacer justicia. Como dice su misma crónica «Y
máquina de proyección y de sitio, traduciendo la mandó á los ballesteros de maza de su guardia
voz original greco-latina ballista (V. e. v.j que le acabasen» .
como hemos dicho se confunde con catapulta. Los extranjeros, unánimes, nos conceden á
Pero al propagarse la ballesta de mano, ya se ve los españoles suma destreza en la ballesta; y el
en las Crónicas distinguir la antigua maquina con libro (citado en el artículo Ballestaj de Martínez
el nombre aumentativo de ballestón ó ballesta de Espinar es quizá entre ellos más conocido que
de torno. Joinville, antiguo autor francés, que entre nosotros, á juzgar por las continuas citas
usa la voz engin, ingenio, como genérica, distin que de él hacen. A nosotros atribuyen los fran
gue también por arbolete á lour la verdadera ceses la destreza notable en sus provincias de
balista ó catapulta. Armar, montar, encabalgar Cambresis, Artois y Flandes.
la ballesta, era disponerla para el tiro.—La fra El ballestero, en general, como todo soldado
se adverbial y metafórica á tiro de ballesta, sus con arma arrojadiza, hondero, balear, volite,
tituida luego con a tiro de arcabuz, sirve ordi sagitario, formaba en tropas lijeras á pié. El ba
nariamente en la conversación para expresar «á llestero Á caballo, que también los hubo, era
bastante distancia,» pero no tiene uso técnic0 satélite, escudero del hombre de armas, pero nun
militar. ca le igualaba en gerarquía. En los sinos de pla
za el ballestero sitiador se cubria con empavesa
BALLESTADA ó BALLESTAZO. El tiro de das ó zarzos (V. e. v). que bastaban por en
ballesta y la herida que causa. tóneos.
BALL — 436 — BAND
BALLESTILLA. Más que disminutivo de ba quemarse, debajo de la cual se llevaba el ariete
llesta significa un antiguo instrumento matemá- ó una viga gruesa con que se balian en lo anti
tico, usado especialmente por los marinos, ú otro guo las murallas». El Cura di: los Palacios con
quirúrgico usado por los albeitares para sangrar. firma este significado en su Historia délos Reyes
Católicos, cap. 72: «E pusieron las estancias den
BALLESTON. Ballesta ó balista grande.— tro, al pié de la alcazaba é comenzaron de ho
Máquina poliorcética.—«Otras, á modo de ba radarlas debaxo de bancos pinjados». Es, pues,
llestones , llamadas catapultas , con diversos semejante á bastida, vinea, plúteo, uelépolis, en
muelles, gatillos y disparadores, estaban dis general mantelete, aparato cubridor.—Reciente
puestas para arrojar saetas y piedras «(Saav. Fa mente un periódico ha insistido en la creación
jardo. Oír. gót. T. I. año 672,). Lo mismo que de un banco militar, es decir, de un estableci
BALLESTA DE TORNO. miento de crédito, como los de este nombre, con
destino exclusivo al ejército.—Banco, ó más
BAÑAR. Señor de vasallos, con autoridad de bien banquillo del acusado es, en sentido recto
poderlos alistar debajo de su propia bandera. Es y metafórico, el taburete ó asiento sin respaldo,
voz anticuada de Aragón y tomada del alemán en que se sienta el acusado ante el consejo de
bann. que significa jurisdicción, dominio. «Co ci erra.—En geografía física, banco es el montón
menzáronse á dar grandes socorrosá la gente de de arena que las corrientes aglomeran en la mar.
guerra que liabia de pasar á Castilla contra el Generalmente se forman en la desembocadura de
rey Don Uenrique, y dábanse á cada uno de los los ríos.—Banco de piedra es la vela de una can
que llamaban bañares doscientos florines, y á tera que contiene una especie seguida de piedra:
cada caballero ciento» (Zurita An. T. 11. lib. 9. y banco de tierra la ostensión horizontal, la veta,
cap. 66;. capa, estrato de tierra de una particular calidad
lista voz prueba la organización feudal, mu y distinta de la contigua.
cho más completa en Aragón que en Castilla.
liamiar entre los cambro-británicos, bannerel BANDA. Voz de diversos significados. La cin
cutre los franceses, siempre significó rico-hombre ta ó listón que boy sirve do distintivo á los ca
de pendón y caldera, derivado de ban ó bann, balleros grandes cruces, procedente de laqueen
de que se hizo en la baja latinidad bandum, en 1330 dió Alfonso XI de Castilla á los de la orden
su acepción de bandera y bandería. Hoy mis llamada de la Banda, y también de la que en los
mo se llama todavía Ban de Croacia al goberna siglos XVI y XVII señalaba los cuerpos y gerar-
dor austríaco de dicha provincia. Las palabras quías militares á falta de los modernos uniformes
ban y arriérc-ban muy usadas en las lenguas la- y divisas.—Desde el siglo XIV banda fué también
linas, ooino expresión de doble y triple reserva sinónimo de bando, bandería; así como de tropa,
orgánica, provienen de la misma raiz teutónica. ó de cuerpo de tropas, ó de ejército.* En este
sentido son conocidas en la historia las bandas
BANCAL. El pedazo rectangular de tierra negras italianas, y más para nosotros las bandas
dispuesto para plantar legumbres ó árboles fru blanc as que trajo Duguesclin en favor de Don En.
tales. Y también en las huertas, los que forman rique contra el rey Don Pedro de Castilla deno
gradas ó escalones á diferente nivel. minado el Cruel ¡V. Compañía'.—Hoy banda sig
nifica gavilla facciosa, partida de guerrilleros.
BANCO. Voz genérica que viene del árabe —Técnicamente es el conjunto de tambores y mú
banq según el P. Guadia, ó del godo banch según sicos de un cuerpo. —Algunas veces significa la
Alderete y Covarrubias.—Primitivo nombre de do; cuando se dice «de la banda de acá del rio,»
la cureña (V. e. v.) en general del afuste ó mon ó atravesar «de banda á banda».
taje de las piezas, en los primeros tiempos de la
artillería. Hoy esta tiene en sus maestranzas y BANDEAR. Verbo anticuado que se formó
talleres varios banco.; cuya descripción no es de do banda en sentido de bando, parcialidad. Unas
este lugar, como: banco de devanar, de enroscar veces significaba auxiliar, ayudar, como se ve en
de cargar espoletas, lanzafuegos y proyectiles el Cura de los Palacios [Hist. de R. Cat. cap. 24;.*
huecos, de cncordillar cohetes.—Banco pinjado «Cerca de este tiempo, reinando en Francia el
era en la edad media máquina de sino de las lla rey Luis, tenia amistad con el rey Don Alonso é
madas tectorias ó cubridoras, ó de apiiociie. Dice. por le bandear, envió gran gente de franceses
Acad. la define asi: «Máquina militar hecha de sobre Fuenterrabia». Otras veces significaba ca
maderos bien trabajados, con cubierta difícil de pitanear, acaudillar; y otras también atravesar
BAND — 437 — BAND
el cuerpo de parte a parte:» á fulano le bandea cribamos textual lo que dice Clonard, grande
ron de una estocada» (Dice. Acad. 1).—Bandear mente aficionado á estas cosas menudas: «En
se es saberse gobernar é ingeniar para mante todo tiempo los que mandaban fuerza armada, te
nerse. ¡Dice. Acad. 5). nían algún distintivo que lo diese á conocer en
tre la gente que acaudillaban. Unos llevaban en
BANDERA. Según Alderete {Orig. de la la armadura, y otros en los yelmos ó capellinas
kng. east. lib. 3. cap. 1 4) esta voz viene de las con que cubrían su cabeza. Pero el más notable
dos palabras góticas Ain, Baner. Evidentemente y más usado de todos estos distintivos, era el
es común á muchas voces esla raiz ban ó bann, pendón. Las señas conocidas con este nombre
como se ve en los artículos próximos a este en eran varias, á saber: la bandera real, bandera,
el orden alfabético. Ya en los bajos tiempos GUION, ESTANDARTE, PENDON, PALON, GRÍMPOLA y CON
de los emperadores Mauricio (582; y León el Fi FALON. El guión era el distintivo peculiar de los
lósofo (889) la randera romasa, llamada signurn, Reyes, quienes llevaban además el estandarte y
fué sustituida por el bandum, el signífero por el la bandera real: pero esta no se desplegaba sino
bandóforo, y la misma voz radical banda quizá á la vista del enemigo cuando se trataba de com
empezó á significar unidad ó agrupación táctica batir».
y ORGÁNICA. «La bandera solían llevarla los duques y de
Desechada por sistema de este libro toda eru más titulos, diferenciábase de la Real por sus
dición fútil, ó cuya utilidad sea contestable, no dimensiones, siendo esta última mucho más
entraremos en pormenores de origen, forma y grande. En las familias que tenían derecho á lle
colores de banderas. Tienen algún punto de con var la bandera, el primogénito se distinguía de
tacto con las puerilidades de la heráldica ó bla sus hermanos con armas que leerán peculiares,
són, que ocupan, sin saber porqué, lugar forzo y estos tenían, por divisa la bandera con cola».
so y principal en los diccionarios militares. En «El pendón era la enseña de las órdenes mili
muchas partes los encontrará esparcidos el cu tares; se le daba comunmente la denominación
rioso, y singularmente en un articulo titulado de posadero, porque en las huestes lo llevaban
«Origen déla bandera tricolor francesa» que pu los que iban á tomar las posadas, y con él se de
blicó la Rerista Militar del 9 de octubre de 1 856, signaba el paraje en que debia alojarse cada
tomado del libro que con el titulo «Soldat» es compaña. Concedíase también esta insignia á los
cribía á la sazón el francés Ambert. que llevaban á la guerra cierto numero de com
Es de rúbrica invocar el testimonio de Dio- batientes, y eran llamados ricos-homes de pendón
doro de Sicilia para remontarse con los egipcios y caldera, dando á entender el primero que te
al origen de las banderas. Indudablemente la pri nían facultades para levantar gente y la segunda
mera bandera debió nacer con el primer pueblo, que la mantenían á sus expensas, sin gravámen
con la primera tribu que hizo la guerra. Tan del Rey y del país: grímpola no tenia otro objeto
instintivo , tan obvio, tan indispensable es un que el distinguir los sepulcros de los caballeros».
signo elevado y visible para cualquier tropa, por Con el renacimiento no cesó la multiplicidad
rudimental que sea su disciplina, que los roma ó la manía de las banderas. En el siglo XVI con
nos, en sus primeros tiempos, ponían manojos tinuaron el pendón real y el guión del rey y el
de heno ó paja en la punta de una pica. Más ade del capitán general ó comandante en jefe: siguie
lante, como puede verse en el art. Legión, esta ron las banderas de cada tercio, banda ó unidad
sencillez se fué complicando. orgánica; las decada puEBLoy coNCEjo;lasde cada
En la invasión de los bárbaros, y á pesar del compañía ó cada capitán reclutador ó alislador.
origen visiblemente teutónico de la voz bandera, Así hoy nos sorprende la abundancia de bande
no consta el uso. Moraj.es \lib. 12. cap. 31 J di ras en los cuadros y estampas que representan
ce: < de Alférez (V. e. v.) ni oficio que le acciones de guerra de aquellos tiempos.
parezca, ni de ningún género de bandera que Todavía en el siglo XVII no se corrígió esta
los godos acá tuviesen, no se halla mención; costumbre, y bandera continuó siendo perfecto
aunque yo creo cierto que no dejaban de tener sinónimo de compañía, porque efectivamente ca
las, por ser cosa tan natural en la guerra » da una llevaba la suya. Tan arraigada estaba,
Esta creencia, en efecto, no puede ser más lógi que la organización y reforma de principios del
ca y razonable. siglo XVIII dejó primero tres y luego dos bande
Pero si entre los godos hay carencia de noti ras á cada batallón. El reglamento de 28 de fe
cias acerca de sus banderas, sobran por cierto brero de 1707 dice: «Y es mi voluntad que cada
en el siguiente período de la edad media. Tras cuerpo traiga la bandera coronela blanca con la
18
BAND - 138 — BAND
cruz de Borgoña, según estilo de mis tropas á aristocrático y nobiliario, tenido por resurrec
(|ue lie mandado añadir dos castillos y dos leo ción ó recuerdo del viejo pendón de Castilla.
nes, repartidos en los cuatro blancos; y cuatro Para el buen militar, para el soldado de vo
coronas que cierren las puntas de las aspas: y cación y no de oficio, para el que tome la noble
las otras banderas serán de tafetán de los colores profesión como una profesión verdaderamente
principales que tuvieron las armas de la pro religiosa, cuyo primer articulo de fe, cuyo voto
vincia ó ciudad del nombre que yo señalo al re esencial es la lealtad y el honor, la bandera es
gimiento, en el cual siempre que tenga más de un símbolo sagrado, un objeto de ferviente cul
un batallón, las banderas de los demás batallo to, cuya representación «material y exterior»
nes que tuvieren será en esta forma, pues no importa poco que tenga un palmo inás ó menos
debe haber más que una coronela, que deberá do asta y tal ó cual color de tafetán. No registra
estar siempre en el primer batallón, que es don la historia adoración más profunda, más disci
de ha de estar siempre esta compañía». plinaria, más militar á las banderas, que la de
La Ordenanza lart. 8. lit. 1. trat. \ ") tam los romanos primitivos á las suyas, cuando eran,
bién previene: «Cada batallón tendrá dos bande como se ha dicho, un simple haz de heno atado
ras cuyas corbatas han de ser encarnadas, etc. I á la punta de un palo. Casos se citan de sal-
Por fin las redujo á una el reglamento de 26 de j var los jefes su vida del furor de una tropa
agosto de 1802. j sublevada, solo por abrazarse al signo consa
Y sólo por mostrar lo que tarda en hacer su grado.
camino cualquier reforma, por conveniente y I En la reorganización del año 1822 se quiso
justificada que parezca, debe recordarse que á suprimir, por incómodo, el ancho trapo ó tafe
mediados del siglo XVII habia propuesto ya el tán de las banderas, sustituyendo un pequeño
barón de Aucuv la supresión de todas las bande I león dorado al extremo de un asta, idea que hoy
ras de capitán ó compañía, dejundo sola en el ter también aplauden muchos por sencilla.
cio la de su primer jefe ó maestre de campo. Naturalmente el símbolo—sea el que fuere—
Clonard anda inexacto al afirmar que el aspa j de ¡deas tan elevadas, tan varoniles, como so
de San Andrés se puso en las banderas, por ha compendian en la bandera, es y ha sido, en to
berse tomado á Córdoba de los moros en el dia dos los tiempos y en todos los ejércitos merece-
de aquel Santo. , dor de fórmulas respetuosas y ceremonias so
Lechuga, en su Maestro de campo general, lemnes. Respecto á la bendición, la Ordenanza
hablando del cai go de mariscal dice, pdg 83: iv j prescribe en su til. 10. trat. 3.°; y en cuanto á
as! parece que este nombre ha venido á España conservar en sagrado las banderas cogidas al
después que la casa de Borgoña se juntó á ella, I enemigo, ya en el siglo XV nosdico el Bachiller
de la manera que vino el de los oficios domésti j de Cibdad Real en su Carta 51 : « se den á
cos de la Casa Real; y es de creer que quien los i nuestro Redentor las gracias é al Apóstol San
introdujo en la casa lo haría también en la mili tiago, é se metan en la Capilla los pendones que
cía, como hizo otra cosa «más dilicultosa,» asi allá van: la narración de la batalla la mando en
como poner en las banderas las cruces rojas de esta epístola á Vmd »
San Andrés patrón de Borgoña, que usamos des Nuestro glorioso depósito en Atocha fué so
de entónces en ellas, habiendo quitado las anti lemnemente instituido ó confirmado en 13 de
guas y tan diferentes que traía España». octubre de 1 8 43 ; y también por aquel año se
En el siglo pasado, que, visto desde el pre agitó eruditamente la cuestión de colores para
sente, nos parece ocupado y atareado de sobra banderas y escarapelas, quedando los que hoy
en vanas distinciones y precedencias, la bande tienen aquellas, pero venciendo á poco tiempo
ra coronela, así como la compañía coronela el rojo exclusivamente en estas últimas.
(V. c. v.) gozaba grandes preeminencias, y por Por lo conocidos, no necesitan definición va
eso vemos á la Ordenanza estatuir: .(Para la mu rios calificativos de bandera, como: coronela, de
da de mi guardia (la del Rey) marcharán las recluta ó enganche, blanca, de paz, de parla
cuatro compañías con una bandera sencilla » mento, negra, roja, nacional, sencilla ni por
Nombre que tenían las que no eran coronelas. la misma razón los verbos siguientes: agitar—
En nuestros tiempos, á pesar de su tenden alzar— arbolar — arriar— arrollar—batir—ben
cia opuesta y quizá sobrado positivista y nive decir—cambiar— clavar— condecorar—coronar
ladora, se ha visto sostener tenazmente lo del —custodiar—depositar—despedir— desplegar—
color morado en la bandera coronela, como sig enarbolar—enlutar— entregar—flamear— ganar
no de preferencia ó privilegio, cu cierto modo —guardar — izar—j urar—ondear— orlar—per
BAND — 139 — BAND
der—plegar—rasgar—recibir—rendir—seguir— de la que pende un tirante, cuyo extremo for
tomar—tremolar.—El toque de bandera, más co" ma una lazada para enganchar las gualderas, la
munmente llamado tropa, es el especial de honor cual se usaba para moverla artillería de batalla.
en las bandas, para recibir y despedir aquella. (Tamarit). -Pequeña tira do seda ó lana, y de color
varío, sujeta al estremo de la pica y lanza. —En
BANDERAS. En plural, suele decirse por el topografía y castrametación cualquier jalón ó pa
cuarto de ellas ó cuerpo de guardia de prevención lo, con pequeño trapo de colores vivos para se
cuando sirve de lugar de arresto al oficial. «Cuan ñal.—Desde muy antiguo sirvió la banderola de
do el capitán hubiere reprendido ó arrestado en 'nsignía ó distintivo ó los cuerpos de caballería,
su casa algún subalterno, y este se atreviese á especialmente ligera. «Amanecieron una maña
pedirle satisfacción, el capitán, sin entrar en con na en las trincheras de los franceses muchas
testación alguna, le pondrá preso en banderas...» banderolas de caballos ligeros » «Y aunque
art. 7. til. 10. trat. 2.) dió pena el ver las banderolas, nadie imaginó
BANDERADO. En vez de abanderado, lo usa más sino que debían de ser de algunos corredo
Sa5D<j-.al [Historia de Cárlos V. lib. 12. pág. 28) res del campo.» (Coloma. G. de Fland. lib. 10.
«Porque dia de batalla campal las banderas van pág. 465).
en el medio del escuadrón y llévanlas los ban BANDIDO ó BANDOLERO. Denominacio
derados.» Como el historiador era obispo, no nes antiguas, que ya no suenan en el código pe
estaría quizá muy al corriente del tecnicismo- nal, y que se daban al salteador de caminos, al
Dice. Acad. 5 trae esta voz como anticuada. Van- criminal escapado ó ausente, quizá por banderías
derado escribe Londoño, como se ve en el articu ó enemistades, contra quien la justicia pregona
lo Abanderado. bando. Esta plaga social, á la que todos los países
BANDERETA. Este diminutivo de bandera han estado sujetos, desaparece con los progresos
lo trae Covarrubias y también el obispo arriba de la civilización y del órden, y sobre todo con
citado. aDelante del virrey iban seis trompetas, TROPAS DE POLICÍA, ÜEHMANDADES, MIÑONES, GUARDIA
vestidos de colorado y amarillo, con banderelas civil. La relajación de la disciplina puede con
de tafetán colorado». Dice. Acad. I, corrigiendo, vertir un ejército regular en una cuadrilla de
añade «comunmente se dice banderilla». A con bandidos; y tal es el poder de aquel marívilloso
tinuación trac el significado hoy exclusivamente resorte, que la cuadrilla algunas veces puede
taurómaco de esta voz. (V. y disting. Banderín, con él convertirse en ejército. Del bajolatin ban,
Baxderola.) nitus desterrado por bando, ó de osla misma voz
según Covarrubias, ó del verbo anticuado bandir
BANDERIA. Alboroto, rebelión, pronuncia que trae Dice. Acad. 5.
miento Dice. Acad. 1). En la baja latinidad esta
BANDO. Unos lo derivan del alemán bann-
voz significaba bandera, en sus dos sentidos do
otros del vándalo baner, otros del bajo latín ban-
enseña y tropa. «Multa bandería et captivos tár
rfum; pero visiblemente las dos últimas proceden
taros Regi transmissit.n También se decía bati
de la primera raíz teutónica ó del bannire, im-
dora, con terminación longobaida.
bannare latino, del bandín y sbandire italiano,
BANDERIN. Diminutivo de bandera; pero el del bandir castellano, del bañar (V. e. v.) ara
uso ha hecho técnica esta voz de la infantería, gonés, del banneret francés, como banda, bande
para los guías que lo llevan en el cañón del fusil, ra, bandido, abandonar, etc. Desde tiempos an
dejando banderola exclusivamente para las lan tiguos en Castilla siempre ha designado sin dis
ías déla caballería.—Banderín se llama también tinción tropa allegadiza, tumultuaria, ó más
la sucursal de un deporto de recluta ó enganches bien grupo, parcialidad, facción.—En el dia,
para Ultramar. conserva este sentido en política: y así decimos
bando carlista ó liberal; pero no tiene acepción
BANDERIZADO. Abanderizado (V. e. v.) Es técnica, militar, aunque sea raíz de los verbos
voz que también Sandoval usa, reñido siempre puramente militares, abandonar y desbandarse.
con la a inicial. Dice. Acad. 5. no sólo lo trae —En la edad medía bando era sinónimo de ape
como participio de randerizar ó abanderizar, si llido.—Hoy sólo se llama bando al que una au
no el adverbio anticuado banderizamente, con toridad militar local publica, cuando asume las
bando ó parcialidad. facultades políticas: ó á la órden del general de
BANDEROLA. En artillería es una banda ejército que versa sobre puntos de disciplina,—
de cuero, unida por sus extremos á una anillai Bando es también el toque de caja con que se
BAND — 140 — BAQU
llama la atención al publicarlo: tradición que BANQUILLO. Pequeño asiento sin respaldo,
viene del siglo XVI, en que los bandos eran fre taburete, en que, por Ordenanza, se sienta el
cuentes, y lOS ATAMBORES COI1 IOS BARRACBELES, IOS acusado q ue comparece ante un consejo de guerra.
encargados de publicarlos á voz de pregón.
BAÑARSE en sangre. Hipérbole para enca
BANDOFORO. De ban, bando, bandera. El recer lo sangriento y porfiado de una acción de
abanderado godo, según ciertos autores; pero más guerra. «Duró la escaramuza hasta que, cargan
bien es voz genérica de la baja latinidad como do á cosa de las cuatro de la tarde el propio Bey
se ve en Procopio [Hist. Vandal, lib. 41.): «flu- con la mayor parte de su campo, se acabaron de
cis signwn ferré solitus, quoil munus obeuntes encerrar los nuestros 'en Amiens; bañados de
Romani bandóforos vocant.» Lo mismo que sig sangre enemiga». (V. Cebarse, Ensangrentarse).
nífero, VEXILARIO.
BAQUETA. Del francés baguette. que á su
BANDOLERA. En general la tira ó banda, vez provendrá del lalin baceulus. La varilla de
ordinariamente de cuero, que, colgando de un acero anexa al arma de fuego, que lleva á su
hombro y cruzando el cuerpo, tiene sus exire exlremo un botón ó cilindro pequeño llamado
mos reunidos en la cintura por el lado opueslo, atacador, porque con él se ataca, ó se aprieta, ó
para sostener un arma de fuego colgada.—Téc se reúne la carga. En el olro extremo tiene va
nicamente solo se llama asi la correa que con rios pasos de rosca en forma de tornillo, donde
este objeto lleva el soldado df. caballería. —Dis se aseguran los útiles destinados á descargar ó
tintivo de los famosos Guardias de Corps. limpiar el cañón. Antiguamente era la baqueta
de madera, y esa mejora tan óbvia de hacerlas
BANDOLERO. (V. Bandido). de hierro no se ocurrió, ó no se propagó al mé-
BANDOSIDAD. Esta voz desconocida se lee nos, hasta mediado el siglo XVIII, hacia 1741,
como sinónima de bandería en la Crónica de coincidiendo en las reformas tácticas de Federi
Don Juan II laño 26, cap. 85): «Y que nunca die co II de Prusia, contribuyendo á hacer más vito
ra lugar á bandosidades, ni confederaciones». el fuego y más útil el órden extenso. Desde la
Quizá provenga del lalin bárbaro bandositas^ aparición victoriosa del fusil de aguja, en 1806,
usado en Cataluña como se ve en las Const. de y en el mismo país de Federico, aquella feliz me
Pedro de Aragón, 1359: «Y'terum ordinamus Fre jora va cayendo en desuso. —Baqueta se llama el
íalos, Eclesiásticos, Barones et inter qvos guer toque especial de la banda para este castigo.—
ra, bandositas aut contentio occasione, etc.» Baquetas, en plural, con los verbos dar, correr,
pasar, era sufrir por casligo los golpes de una
BANQUETA. En general todo aparato desti tropa más ó ménos numerosa, que, formada en
nado á sostener al soldado que tira detrás de una dos filas dándose frente, azotaba con el portafu
«asa cubridom. En murallas ó parapetos de tier sil ó la grupera al condenado, que corría por en
ra, como que la cresta ó línea de fuego debe te medio con la espalda desnuda. Esto se llamaba
ner la necesaria altura, mayor en todo caso que carrer\ de baquetas. Se suprimió en 13 de mayo
la del hombre, para cubrir de la vista de la de 1821.—También, en plural, son técnicamen
campaña el espacio interior, la banqueta es la te BAQUETAS IOS (IOS palillos COH qilC el TAMBOR lOCa
tierra arrimada con ciertas condiciones de per la caja.—«Mandar ó tratar á la baqueta» es, por
fil, que dan lo que se llama altura de apoyo: de desgracia, algo frecuente en la milicia.
modo que sobre ella pueden hacer fuego dos fi
las de soldados, recomendándose, lo que nunca BAQUETEADO. Según Dice. Acad. 5 es «el
se cumple, que la primera tire y la segunda car que está acostumbrado á negocios y á trabajos».
gue. La banqueta se une al suelo, es decir, al Tomado asi, como sinónimo de curtido, no es
TERRAPLEN Ó ADARTE, por IlH'diO de Una RAMPA Ó mal adjetivo para el militar; pero el mismo Dic
declivio suave, para facilitar la subida y la cir cionario da al verbo baquetear la acepción me
culación. tafórica de incomodar demasiado, por lo que su
participio baqueteado, más bien suele significar
BANQUETEAR. Quizá en «1 siglo XVI co
molido, asendereado, aburrido. No conviene,
mer los ranchos con cierta ostentación ó cere
pues, en este sentido baquetear á nadie.
monia, según se deduce de este texto de B. de
Mendoza ÍCom. lib. 4. cap. 7. pág. 54). «Los ene BAQUETERO. Los anillos y chapa de latón
migos caminaron á Almal tres leguas de Ton- sujetos al portacaja, donde el tambor coloca las
gre, donde banquetearon á la cabeza de su baquetas cuando no las usa.—En la caja del fu
campo». sil, el hueco donde se acomoda la baqueta.
BAQU — ut — BARB
BAQUETON. Vara de hierro con hendidura con precisión. Su etimología quiere Bescherellf.
longitudinal al extremo, para asegurar el trapo que sea del celta bar delante y bách cierre , ba-
que limpia el caños.—La baqueta de peso de cha, cerrar, encerrar; pero el mismo autor, así
cuatro libras con que se cargan en las fábricas como Moretti, le da dos significados: el de sae
los fusiles para las pruebas. tera ó tronera (meurtriére) y el de pieza ú obra
de fortificación avanzada, aislada, para cubrir
BARAJA. Voz expresiva que, en el desorden puertas do plaza, cabezas de puente. En esta últi
militar de la edad media, significaba pelea ó más ma acepción la toma Viollet, que en su elegan
bien riña, contienda, reyerta. Es verosímil su te obra de arquitectura militar de la edad media,
etimología del bajo latin baralia; pues en el Fue- trae por tipo la célebrede Carcasona, demolida en
■o de Yillavicencio se lee: «Quí in baralia cwn 1821 . El Dice. Acad. confunde barbacana con fal
suo ricino sakaveril lanzam, pariat suo concilio sabraga; y Maizeroy, como se nota en el art. An
etntum solidi». Pero Covarribias se remonta al temural, no está en lo cierto al afirmar que era
hebreo harah, que significa huir, y Lope de Ve- el promurale y antemurale do los romanos que
lasco al árabe tarasa, confusión. «Alcaldes é él llama contramuro. Hasta en los tratados téc
voceros que á baraja sobrevinieren et vieren fc- nicos del arte reina ía misma incertidumbre
rir ó mesar » Fuero de Cáceres). «Entonces respecto á barbacana, como se ve en este pasaje:
el rey Don Fernando por non haber baraja con «Delante la cortina construye una Falsabraga
su padre, descercóle». [Crón. gral. part. i. folio capaz de 16 piezas, para defender el foso y a
369;. prueba de cañón y por esta razón la llama el
BARAJAR. En equitación es voz técnica: ti autor barbacanon». (Esc. de Palas 30).
rar alternativamente de una y otra rienda. —Ba- BARBADA. En el bocado del caballo, la ca
iajarse, en táctica, es embrollarse, confundirse, denilla que va de una cama á otra, abrazando y
desordenarse las tropas en una maniobra.—En la sujetando el barboquejo.
formación del romance castellano el verbo ba-
iaill vr V. baraja) era reñir, altercar, contender, BARBEAR. El sentido recto y vulgar de este
alborotar, disputar. También en portugués se verbo es llegar con la barba á alguna parte; pe
dijo baralhar, baraliar. Hoy conserva su signifi ro en el metafórico se toma por acercarse y ar
cación en el provenzal, limosin ó catalán.—B.\- rimarse mucho; «y así de la flota ó armada que
iajar, seg. Dice. Acad. 5, era antiguamente tam se acerca á tierra junto á alguna ciudad ó pro
bién atrepellar, llevarse de calle alguna cosa. vincia so dice que está barbeando sobre ella; y
cuando alguna tropa de caballería se arrima
BARALION. Nombre latino que Lucas de mucho á una plaza, siguiendo al enemigo, que
Tut [cera 1065) da á las abarcas, cuya invención llegó á barbear con la empalizada ó con la es
se concede en Europa á los españoles, sin que trada encubierta (camino cubierto)» (Diccionario
tampoco sepamos porqué se atribuye á este cal de la Academia I ).
zado carácter militar. El texto dice: «Fecit sibi
et mii militibus de coriis crudis et ligneis vimi- BARBECHERA ó barbecho. La tierra labra
nibus ruslicorum more calcemnenta quee vulgo da y preparada para sembrar en el año siguien
»wrcas et baraliones vocant». Y sin embargo te.—En plural los barbechos significan también
¡quién lo dijera! en un librito francés que tene los pastos que producen.
mos á la vista, cuya edición 2i imprimió Lene- BARBEROL. Lo mismo que baberol, babera,
vec en 1863, y que se titula .«Máximes, conseils etc. (V. e. v.¡
(t instructions de l' arl de la guerre» se ve (pá
BARBERO. No debe entenderse sólo el sol
gina II, nota) recomendada la abarca ó baralion
dado que afeita en una compañía, sino ti cargo de
porque la usaron los panduros. Lo mismo en el
un real que con este nombre se hace al soldado
sigloXqueenelXIX,lo que abarca quiere decir,
en la distribución mensual. De ese real sólo per
es que no hay á mano zapatos, ni zapateros.
cibe medio el que hace la barba; el otro medio
BARATO. La frase vulgar «meter á barato» va al fondo de entretenimiento.
ha significado también correr, robar, asolar un BARBETA. En fortificación el trozo de pa
pais. «Los más por verse consumidos y gastados rapeto, ordinariamente en los salientes, desti
con guerras tan largas deseaban meter la tierra nado á que tire la artillería á descubierto, sin
á barato». (Mariana. Hist. de Esp. lib. 3. cap. 3).
cañoneras ni merlones: y convirtiéndose por lo
BARBACANA. Esta voz, como otras muchas | tanto, en el perfil, la altura de apoto en altura
de la fortificación antigua, no puede definirse de rodillera; porque la cresta del parapeto He
BARB — \ 42 — BABR
ga efectivamente á las rodillas de los sirvientes cados con lorigas completas.—Banda, en las pa
de la pieza. De aquí el adverbio á barbeta, para redes de cerca, es lo que suple á la alrardila:
expresar los artilleros que tiran al descubierto. los sarmientos ó espinos que, asegurados con
La voz es francesa, barbette. barro, las coronan para su conservación.
BARBETE. En fortificación, lo mismo que BARDADO. Se dice del antiguo caballo de
falsabraga, seg. Dice. Terreros que cita á Cam- guerra nunca del hombre) lorigado, armado,
pomanes (Notic. de Portugal); pero los ingenieros encubertado, cubierto con arma defensiva.
no usan esta voz actualmente.
BARDAL. En general cerca, seto, vallado
BARBICACIIO. Voz que trae Covarrubias en hecho de tierra ó tapial y cubierto con barda.
su Tesoro, Dice. Acad. 1 y 5 y Terreros como si
nónimo de barboquejo. BARDAR. Cubrir y aparejar al caballo con
barda.—Poner bardas á los vallados ó tapias de
BARBOLA. Lo mismo que martio-barbuhis los corrales ó cercas
en latin. Hacha ó maza de amas de la antigua
caballería. BARDARIOTAS. Especie de genizaros ó
guardias de corps ó tropas de policía en la mili
BARBOQUEJO. En la antigua armadura la cia bizantina, sobre cuya institución y servicio
pieza destinada á sujetar por debajo de la barba no hay datos fidedignos.
el capacete ó morrión de hierro: hoy es la correa
charolada que hace igual oficio con el sombrero BARGAS. Los franceses llaman berges, quizá
ó chacó.—En el caballo, la parte inferior de la tomado del alemán berg, montaña, á las laderas
quijada, donde juega y oprime la barbada. faldas ó pendientes, algo escarpadas, de un va
lle ó barranco, por cuyo fondo pasa una cor
BARBOTE. En la antigua armadura lo mismo riente de agua. De aqui el creer algunos puris
que babf.ra, baberol, etc. (V. e. v.) tas que bargas es galicismo. El Dice. Acad. en su
BARBOTEAR. Antiguamente lo mismo que I .* edic. no trae esta voz; pero sí en la 5.*, don
barrear, barrotear, atrancar, fortificar. «E los de da: «La parte más pendiente de una cuesta».
moros habían barboteado la fortaleza de Cala- Tanto por esta autoridad, como por la del Dic
,1rava». [Descrip. de la bat. de. las Navas por cionario de la Acad. Hist. que es respetable en
D. Rodrigo), «Y luego como la dicha grita sonó, locuciones de topografía y geografía, bien pue
el alcayde y fasta doze ó Ireze hombres que con de usarse barga como cuesta ó escarpe, refirién
digo tenia, en las torres que están eneorporadas dose á la de un valle encajonado.
en la iglesia del dicho castillo, que fasta enton BARON. Del latin bam, barus, del germáni
ces no habian sentido cosa ninguna, desperta co bar, hombre. En la invasión de los bárbaros
ron y comenzaron de fazer almenaras y barbo todavía no indicaba nobleza, más que mera
tearon las torres de la dicha fortaleza con mente sexo, como lo prueban los godos en Es
almadraques y colchones y con otra ropa que paña. Hácía el siglo VI, pero más especialmente
dentro tenían, y como fué de dia el combate, se desde el XI, alto barón era sinónimo de grande,
comenzó por todas partes muy bravamente. de rico-home, titulo á veces preferente al de
(Crónica del Condestable Miguel Lucas, en Me conde ó duque. De todos modos esta voz septen
morial hist. esp. T. VIII. pág. 430). trional y feudal no ha tenido mucho arraigo en
BARBA. Nombre, según algunos, de la baja Castilla, que más expresivamente usó Rico-no-
latinidad; según Gebf.lin, del árabe el-barde; se me.—«Varón (sic) equivale á señor de villa ó lu
gún RoQUEFom del árabe bargda, que se dió á la gar cercado, con jurisdicción de mero y mixto
antigua armadura defensiva del caballo, com imperio». [V, Fernant Mexia, veinticuatro de
puesta de testera, teitral ó testuz, capizana, pe- .laen, en su Nobiliario vero, fol. Sevilla. 1192
tral ó pechera, cuello ó collera, flanqueras y lib. 1 cap. 33—[Mem. hist. esp. T. VIH. pág. G
Nota de Gatancos).
grupera. Esta idea de armar ó encubertar los ca
ballos es de remota antigüedad pues Homero, en BARRA. Esta voz de la baja latinidad, que
los versos 156 y 1 57 del lib. 20 de la [liada, di significaba viga ó palo atravesado, produjo los
ce que «la llanura resplandecía con el brillo del verbos harrear y embarrar, los sustantivos bar
bronce que cubría los hombres y los caballos». reda, barrera y quizá barricada; pues de ahí de
(V. Catafracta, Loriga). En la fig. 3. lám. 3 de rivan los franceses su barricade, los italianos su
la Archmologia gratca de Juan Fotter, se ven to barricata y sus verbos abbarrare, sbarrare equi
dos los caballos que arrastraban los carros fal valentes á embarrar y desbarrar en castellano.—
BARR — 143 — BARR
Los minadores tienen, entre sus útiles especiales, justicia y castigo de los delictos, que haya dos
(amias de mina, de diversas formas y dimensio barracheles, como agora los hay, mandamos que
nes.—En los carruajes de artillería, barra he se cumpla lo que él en esto mandare, con tanto
criRDA es lo mismo que balancín mayor.—En la que no haya de tener ninguno de ellos mas
casaca de uniforme, las barras son las vueltas ó de ocho caballos al precio que agora se les
tívos laterales de los faldones.—El tiro de bar paga; pues por experiencia lo habernos visto
ia se recomienda como excelente ejercicio de que aun que se les paga más caballos y gente,
smnastica militar. —Es importante en topogra no los tienen, y sirven con más de los que de
fía la voz barra. Como la embocadura de un rio suso mandamos que tengan [Ordenanza de 1536
es generalmente perpendicular á la costa, sus para el Ejercito de Italia.— Vallecillo T. XI).
aguas tienen que luchar con las del mar, que «Conservándose en la plana mayor (1640] el fur
las repelen á su lecho: de aquí unas veces for riel mayor, preboste y el barrichel ó capitán de
marse barbas de arena, como en el Senegal y el campaña. (Clonard. T. IV. pág. 416. Hist. org.'
Silo; otras veces barras de aci a, como en el Ga- «Es tan necesario en un tercio un barrachel de
rona, el Sena, las Amazonas; mientras que cier campaña, como es el temor en la gente, que si
tos rios, como el Danubio, entran con tal fuerza no le hubiese habría desórdenes; porque en co
en el mar, que por largo espacio se distinguen metiendo algún desorden, la campaña es ancha
las dos aguas pluviales y marinas. Hay también y confian los soldados en que quien pasa un
iarbas, que D' Omalius llama diluvianas, y que punto pasa mil. Por eso conviene que el barra
son lenguas de tierra largas y estrechas á lo lar chel sea diligente para perseguir los fugitivos y
go de ciertas costas, sobre todo en las cercanías los que van sin orden á correr y hacer daño
de las lagunas ó grandes corrientes, formando prenderlos, para que sean castigados rigorosa
islas y penínsulas dispuestas sobre una línea or mente. Tócale tener cuenta con los bagajes de
dinariamente curva que tiende á unirse a la su tercio, haciéndolos salir, caminar, cargar y
costa por sus dos extremos. descargar
BARRACA. Su primitivo significado es cho «Así como un tercio tiene cuatro oficios y
za, cabana, construida en campamento con rama instrumentos para su servicio que son: Audi
je; pero modernamente también se hace de ta- tor, Barrachel de campaña, Furriel y Atambor
blasy aun de adobes. Viene seg. Dice. Acad. I del mayor, asimismo los tiene un ejército y se lla
árabe borracha, ser humilde. Según Ducange es man Auditor General, Preboste, Furriel general
originaria del griego. Palafox (Sitió de Fuenterra- y Alambor general; á los cuales todos los demás
bia.l. VI. fol. 57) la usa ya en sentido militar: de este género de oficiales de tercios son á ellos
•Sola una bala que entró en una barraca mató a inferiores.» (Bart. Scarion. Doctr. mil. fól. 104).
un irlandés y estropeó cuatro». BARRAGAN. BARRAGAN1A. Según Dic
BARRACON. Aumentativo de barraca; pero cionario Acad. 1 y 5, barragan antiguamente no
el uso le ha hecho perder su significado exclu sólo significaba compañero y mozo soltero, sino
sivo de campamento, y se aplica, en tiempo de también esforzado, valiente. De aquí barragania,
paz, también al tinglado, á la construcción lige hecho heroico como se ve en la Crón. gral. (par
ra y provisional que se hace en los patios de te 3. fól. 18.) «Ficíeron muchas batallas é tan
cuarteles, almacenes ó anexa á un edificio mi buenas barraganías é todas las vencieron».
litar. Según Covarrubias, que cita al P. Guadix, se
compone de barr, que vale fuera y ganrico; co
BARRACHEL ó BARRICHEL. Oficio jurí- mo si dijera, el mozo valiente que va á la guer
MOO-hutai en el siglo XVI, cuyo nombre ita ra, y anda en campaña, y vuelve rico de las pre
liano ('seg. Dice. Acad. \) significaba capitán de sas y despojos.
»lgu\ciles, alguacil mayor del campo ó ejército.
V. Capitán de campaña y Preboste,).—«Item: es BARRANCA. La quiebra profunda que hacen
nuestra voluntad y merced que haya en el di en la tierra las corrientes y avenidas de las
cho nuestro ejército, desde hoyen adelante, uno aguas. (Dice. Acad. Hist. y Dice. Acad. Esp.)
«le los dosiarracheles de campaña que el dicho BARRANCAL. Terreno lleno de barrancos.—■
nuestro Capitán General nombrare do los dos Lo mismo que barranca. (Dicc. Acad. 5.)
lúe al presente hay en él, con el salario y gente BARRANCO. La quiebra ménos profunda que
que al presente tiene. Pero si al dicho nuestro la barranca, producida igualmente y por lo co
Capitán General paresciese que ansí conviene á mún de las avenidas de las aguas. (Dice. Acad.
nuestro servicio, á la ejecución de la nuestra Hist.)
BARR — 144 — BARR
BARRANCOSO. Lo que tiene muchos bar neralmente de enfilada y certero, limpia de ene
rancos. (Dice. Acad. 5.) migos algún paraje; y la otra, con sus cargas,
que los lleva por delante y del todo los ahu
BARRANQUERA. Lo mismo que barranca
(Dice. Acad. 5.) Covarrcbias, citando al P. Gua- yenta.
dix, dice que estas voces vienen del árabe berr ó BARRERA. En fortificación antigua, barri
barr, que vale desierto, tierra desigual, honda, cada, estacada, atrincheramiento súbito. —Hoy
húmeda. es nombre afrancesado, genérico de puerta ó
BARRAQUILLA. Diminutivo de barraca. rastrillo (V. e. v.) «Ordenamos y mandamos que
«Queriendo sentarse á comer en una barraqui- quando se oviere de hacer algún repartimiento
lia que tenia Don Luis á la entrada de las trin para reparos de adarves, muros, barreras ó ca
cheras, llegó una bala de cañón que le arrebató vas de algunas ciudades, villaselc, [Recop. K6.7.
la cabeza de los hombros». (Coloma. G. de Flán- \ lit. 6. ley 3.) La ordenanza vigente de 1768 casi
des. lib. 9. pág. 405.) siempre dice barrera: «En caso de arma practi
carán los oficiales de guardia de plaza y puestos
BARREADO. Atrincherado. (V. barrear.) la precaución de cerrar las barreras y levantar
!
BARREAR. Cerrar, atrancar, barricar, for- los puentes » iart. 37. til. 5. trat. 6.) Pero
tilicar con maderos, fasinas, barreras «Y cer- en el art. 1 del título siguiente dice: «abriendo
rando y fortificando las puertas, en la una de I la barrera ó rastrillo para cada carruaje y acé
ellas, que dejaron abierta y barreada, pusieron mila.» Lo castizo y lécnico es rastrillo.
dos (aleóneles con dos pipotes de pólvora para su BARRETA ó BARRETE. Variedad de mor
defensa». (Mejia. Com. pág. 404.) «Alborotóse el rión ó yelmo en la edad media (Clonard. Disc. so
pueblo, tomaron las armas, mataron al alguacil bre el truje pág. 206). —Barrete es lo mismo, se-
y barrearon las calles que bajan á la ciudad». gun Dice. Acd.
Mendoza. G. de Gran. lib. 1. n. 2.) Harrearse.
Antiguamente y por extensión atrincherarse. BARRIADA. Lo mismo que barrio. Tómase
Barrear significaba también en lo antiguo resba á veces por alguna parte.de él. (Dice. Acad. 5.)
lar la lanza por encima de la armadura del ca ■BARRIAL. Antiguamente, como sustantivo,
ballero. «Para las dos últimas lanzas, entró Don lo mismo que barrizal, y como adjetivo se apli
Rodrigo, el cual barreóla primera por encima caba á la tierra gredosa, arcillosa. (Dice. Acd. 8.)
del bracil izquierdo del moro, quedando herido
de él en el guardabrazo izquierdo. » (Mat. Alemán. ! BARRICADA. «Copia ó conjunto de barricas
Guzm. de Alf. pág. 74.) para formar cubierto á modo de parapeto» (Dice.
Acad. o.; Esta autoridad limpia la voz del gali
BARREDA. Antiguamente lo mismo que bar cismo, que algunos le achacan, inclusa la pri
rera. (Dice. Acad. 5.) mera edición de dicho Diccionario que dice ter
BAR REFOSOS. Nombre expresivo, pero no minante: «Es voz francesa.» Pero si barrica es
técnico, en fortificación, que alguna vez se dió castellana, parece evidente que se usaria desde
al flanco del baluarte, y por extensión á la capo que se viese que era un cestón más sólido y ya
nera ú otra obra que efectivamente «barre el hecho. Palafox, Mendoza y otros la usan conjun
foso» con sus fuegos.—Moretti dice que es un tamente con cestón.—Por extensión, y en la ac
antiguo cañón de bronce recamarado de á vein tualidad, barricada es todo obstáculo ó defensa
te y cuatro. Hevia lo repite en este solo senti que corta una calle de una ciudad en conmoción.
do.—El marqués de Santa Cruz dice giiardafosos. Evidentemente, desde que ha habido ciudades,
BARRENAR. Hacer, dar barrenos.— Tam y ciudadanos que se hayan querido defender ó
bién transgredir, conculcar una ley, la Orde amotinar en ellas, se habrá ocurrido este senci
nanza. llo medio; pero en el dia, más que de fortifica
ción tiene esta palabra un significado político,
BARRENO. Voz técnica de minador. Taladros tomado positivamente del francés. París es en
en la peña, que se rellena de pólvora para ha este ramo la gran maestra, desde sus guerras ci
cerla sallar. (V. y comp. Hornillo, Fogata.) El viles del siglo XVI; más tarde Madrid, Barcelona
barreno se hace con barrena.—También por me y otras ciudades de España han acreditado su
táfora es vanidad, presunción, altanería (V. e. v.) aptitud para esta deplorable «especialidad». Co
BARRER. Verbo militar y expresivo, que mo desgraciadamente al ejército incumbe ha
usan en táctica la artillería y la caballería, pa bérselas con las barricadas, no estaría demás que
ra significar, la primera que con su fuego, ge de antemano tuviese alguna idea ó prevención
-

BARR — 145 — BASG


táctica, siquiera no fuese más que para desar rojarlos sobre las obras del enemigo para incen
raigar esa preocupación, de que en tales com diarlas. (Taiiarit).
bates hay como algo de mengua en cubrirse y
en apelar al sistema de similia similibus, que en BARRIO. Covarrubias quiere que venga del
la guerra tiene quizá más verdad que en la ho árabe barr, campo, afueras. Una de las partes en
meopatía. Los guerreros antiguos no tenían á que se dividen los pueblos grandes, y también
menos cubrirse de hierro, ni nadie se atreverá k) mismo que arrabal.
á rebajar la gloria de Vacias, por haber regula BARRIZAL. El paraje ó terreno lleno de bar
rizado y hecho menos mortífero el ataque de una ro ó lodo.
plaza fuerte. Recordemos que en la guerra lo
primero es conservarse, lo segundo ofender. BARRUNTE. Espía, confidente en la edad
medía. «Barruntes son llamados aquellos ornes
BARRICAR. Levantar barricadas. que andan con los enemigos é saben su fecho de
ellos, porque aperciben á aquellos que los envian
BARRIGUERA. Correa de los atalajes de ar que se puedan guardar.» [Ley 44. tit. 26. Parti
tillería que, como su nombre indica, pasa por da 2.*) Dicha ley distingue entre barrunte y len
debajo de la barriga de la caballería. gua: «E otros hay que van á tomar lengua. E
BARRIL. Vaso de madera de diferentes ta esto es quando los ornes quieren yr en hueste ó
maños, de figura próximamente cilindrica, en en cavalgada é non saben fecho de los enemigos
cuya mitad se ensancha más que á los extremos, ciertamente, é embian algunos ornes que tomen
para que los aros con que se sujetan sus piezas orne ó mujer, el primero que fallaren, porque
formen una unión más perfecta y se adapten puedan aver sabidoria dcllos. E como que tam
mejor. El barril consta do duelas, aros, tapa y bién los barruntes que diximos, como estos, es
fondo. Los hay de empaque, herrados, para agua su officio de dar sabidoria de los enemigos á los
y para aceite.—Barril herrado. El que tiene los suyos, con todo eso hay departimiento entre
aros de hierro y sirve para conteder agua ú otros ellos. Ca los barruntes la han á dar por si; é los
líquidos.—Barril para redondear balas. Es de otros por aquellos que prcndierenu .
madera, atravesado de un extremo á otro por El legislador no los olvida en la repartición
un eje en un manubrio, y colocado sobre dos del botín, sobre la cual da reglas minuciosas y
pies para que gire como una rueda, á fin de re equitativas todo el til. 26 de la notable Parti
dondear las balas de plomo que se meten en él da 2.* «Ca derecho es—dice—que assi como
—Barril para limpiar municiones. Es de hierro quando esto non ficiessen lealmente, deven res-
colado, casi igual á los que se usan para redon cebir muerte por ello: otrosí es muy guisado que
dear las balas de fusil, y sirve para limpiar las ayan buen gualardon, quando bien lo fiziessen».
balas de hierro de todos calibres por medio del BARRUNTO. Sospecha, -ndicio (V. e. v.) la
movimiento giratorio; úsase también para tritu acción y efecto de barruntar.
rar el carbón para los moldes.—Barril de empa
que para pólvora. El destinado á contener gene BARUCA. Voz anticuada, que seg. Dicciona
ralmente un quintal de pólvora metida á granel rio Acad. y Terreros parece significaba ardid,
dentro de un saco de lienzo tupido; debe ser só doblez, astucia.
lido para evitar el derrame.—Barril de pólvora.
Llámase á cualquiera barril lleno de ella, refor BARUD. Voz árabe, que entre los Persas sig
zado con aros de hierro, al cual se ponen dos es nificaba nitro ó salitre; y que, según Clonard,
poletas, una en el fondo y otra en la tapa, y sirve fué el verdadero y primitivo nombre de la pól
para arrojarlo á la brecha.—Barril doble ó sobre vora en vez del de nafta. (V. Artillería).
barril. Díccse cuando el barril de pólvora se me BASAR. BASARSE. Verbos que no están en
te dentro de otro, á fin de precaverla de la hu el Dice Acad. 1 yo; pero que el uso ha introdu
medad y evitar cualquier derrame.—Barril ful cido en el lenguaje militar, singularmente en el
minante. Es lo mismo que el incendiario, ron ESTRATÉGICO. (V. BASE.)
algunas granadas dentro.—Barril incendiario.
El común embreado y cargado con mixtos, ó re BASCULA. Voz francesa, bascule, y adopta
lleno de virutas cocidas con el de las camisas da en mecánica industrial para designar, en
embreadas: en cada fondo una espoleta y en las general, toda barra que oscila sobre un eje ho
duelas muchos agujeros para que arda bien; úsa rizontal. De aquí ha tomado el nombre el anti
se comunmente para defender las brechas ó ar quísimo puente levadizo de las fortalezas, cuyo
19
BASE — 146 — BASE
tablero se levanta por el esfuerzo aplicado á los expresamente: «Una base apoyada en un rio
extremos de dos enormes vigas ó palancas, lla ancho y caudaloso, cuyas orillas se ocupasen con
madas técnicamente flechas. Los progresos de buenas fortalezas situadas á caballo sobre él,
la mecánica han proscrito el «gótico puente de seria sin contradicción la más favorable que se
flechas ó báscula» como le llama el coronel, hoy pudiera desear. Cuanto más ancha sea la base,
general, de Ingenieros Gautier, en un resumen de tanto más difícil es de cubrir, pero también di
puentes levadizos que hace años arregló para la ficultará más que el ejército sea cortado».
Academia del cuerpo, y donde pueden verse los «Toda base, para ser perfecta, debe ofrecer
ingeniosos mecanismos que han sustituido á la dos ó tres plazas de suficiente capacidad, para
bárbara y fatigosa maniobra de las flechas, que establecer en ellas almacenes, depósitos, etc., y
además, estando altas, eran dos jalones indica tener á lo menos una cabeza de puente atrinche
dores para el ingeniero y el artillero enemigos. rada sobre cada uno de los ríos no vadeablcs que
haya.»
BASE. Del latin basis. Tiene dos distintos sig Por los demás los autores concuerdan en las
nificados, según se use en estrategia ó en tácti condiciones, no muy fáciles, que ha de reunir
ca. En esta última, base de alineación se entien una base; su extensión no ha de ser absoluta,
de la compañía, el batallón, la fracción cual sino proporcional á las líneas de operaciones:
quiera en la nueva linea ó alineación determi conviene que su figura sea concava, entrante,
nada por un despliegue, cambio de frente ó de martillo [como prefiere Joarai) y no precisa
maniobra análoga. Así se dice: batallón de base, mente paralela, sino hasta perpendicular á la
batallon-base. La directriz, esto es, la linea de enemiga; flancos apoyados; holgura de concen
dirección de la marcha es generalmente perpen tración; obstáculos para el enemigo y que no
dicular á la base.—En estrategia, base de opera embaracen los propios movimientos; facilidad de
ciones es el punto, la línea, la frontera, la co cambio: todo esto debe reunir una buena base
marca, donde se concentra un ejército de opera de operaciones. Basta enumerarlos para com
ciones al abrir una campaña, donde establece el prender que constituye lo que genéricamente
núcleo de todos los servicios y de donde ha de se llama posición militar, con los caracteres que
sacar sus recursos y refuerzos. le prestan su extensión, su permanencia, su im
Escogida unas veces, impuesta las más, al portancia.—Los estrategistas disertan larga
general en jefe por razones de estado, la prepa mente sobre establecer, ensanchar, renovar,
ración militar de una base de operaciones entra cambiar, escalonar bases; operaciones todas, en
con toda su amplitud en el arte del ingeniero, efecto, de suma importancia y gran riesgo.—
consultando todas las necesidades estratégicas, Base en topografía y geodesia es la línea que se
tácticas y administrativas de las operaciones que mide materialmente sobre el suelo, y sirve efec
ha de emprender el ejército. tivamente do base ix la triangulación de parlida;
Es evidente que una base para la ofensiva no para resolver los triángulos, para obtener el va
requiere las mismas condiciones que otra para lor lineal de sus lados.—Cambio de base de ope
la defensiva; pero la mejor será la que reúna raciones, ó lo que á veces suele ser lo mismo,
todas, pues una expedición ofensiva y desafortu cambio de frente estratégico es la operación
nada debe contar con su base, como refugio análoga, pero en mayores proporciones, al cam
y linea de defensa. bio de frente táctico de una línea de batalla.
En la defensiva no basta con una buena base Todo movimiento de flanco, envolvente lleva en
en primera linea: conviene otra en segunda aun sí algo de incertidumbre y de sorpresa para el
más sólidamente preparada. De aquí viene que enemigo; y cuando la masa entera de un ejérci
en ambos casos un ejército puede tener muchas to abandona su base por otra nueva, natural
rases sucesivas ó intermedias y escalonadas, ya mente ha de infundir en el enemigo que obser
avance ó retroceda: y estas por su índole toman va sin conocer el fin, un sentimiento de inquie
en estrategia el nombre de eventuales. tud sobre aquel de sus flancos amagado por el
Si bien en la elección y determinación de cambio de base ó de frente. Mas, como todo en
una base entran primero consideraciones de es la guerra tiene su contrapeso, esta operación
trategia y de política, es indudable que la pre dificil y brillante ha de constituirse con pru
paración material envuelve uno de los más altos dencia suma y ejecutarse con matemático rigor,
problemas de fortificación, combinada con la si ha de eludir los peligros con que puede tras
ADMINISTRACION MILITAR, tornarla un enemigo diestro y vigilante. (Guia
jomini (Comp. T. I. cap. 3.° art. 18.) dice del Ofic. en camp.)
BASI — 447 — BAST
BASILISCO. Antigua pieza de artillería de Bastida (seg. Dice. Acad. 1 y 5) «Máquina ó
crecido calibre. (Dice. Acad. 5). castillo de madera mis alta que la muralla, que
se arrimaba con ruedas, y desalojando á los ene
BASTAGARIO. Nombre latino, bastagarius, migos del adarve se echaba un puente levadizo
del Wagüemestre, del jefe de la escolta de los etc.» (V. Torre). Pero en carta del Emperador
ugajes imperiales en la milicia bizantina. Federico II se lee: «Interdicimus ne castellum
BASTARDO. En la confusión, hoy incom novum bastiam, sive munitionem aliquam faceré
prensible, de calibres y nombres de la antigua prcesumat». En un privilegio de 1204: uLicentiam
artillería, además habia este adjetivo para dis damus, ut in locis idoneis, quos ekgeritis infra
tinguir ciertas especies ó sub- especies ó varieda terminum prcedicti pignoris possitis novas basti
des de CULEBRINAS, FALCONETFS, SACRES, etc. LÁZA- das, sive munitiones cedificare.» En Juan Villan1
10 de la Isla (Breve trat. de art. 1595. fol. 4 04) lib. 8: aLi milanesi fecero una térra in Lombar-
lo explica: «Vna pieca que tira de ocho libras dia, quasi por una bastita ó battifolle incontro
hasta doze de bala, y tuviere de veynte y seys alia citta de Pavía».
hasta veynte y siete diámetros de largo, se lla El sentido-de los tres textos es visible, de for
ma media culebrina bastarda; porque tiene mu tificación PERMANENTE, de OBRA EXTERIOR, Como hoy
nición de media culebrina y no tiene largura de diriamos; de propugnáculo, como se decia en el
culebrina». Considérese la inmensa complica latin del siglo XIII; pero, tantoporlas citas ante
ción de semejante sistema con las múltiples riores como por las siguientes, es indudable que
combinaciones de longitud, carga y diámetro. Y en Castilla y Aragón la bastida fué máquin ade sitio.
no bastaba con cañones reforzados, y medios, y «Máquina militar de tan estraña grandeza y
cuartos de cañón; véase este otro párrafo (fol. de tanta pesadumbre, que parecía igualar con
104. vio.): aVna pie$a que tira de treynta hasta una torre muy grande: movíase con bastante fa
quarenta libras de bala ó mucho más y tuviere cilidad y ligereza, y ponía tanto horror y espan
de veynte y cinco hasta veynte y seys diámetros to, como si no hubieran de hallar ninguna resis
de largo, se llama cañón encolumbrinado» (sic). tencia las compañías de ballesteros que iban en
ella». (Zurita, part. 3. fol. 96. col. 3.)
BASTE. Del griego bastos, del celta bast, del Todavía Pulgar, describiendo el sitio de Má
bajo latín bastum; todas esas etimologías puede laga (1487) por los Reyes Católicos, dice: «Fizie-
tener el aparejo ó albardon de los mulos para ron fazer ansimesmo bastidas de diversas formas
conducir la artillería de montaña. Con el nom é de singular artificio compuestas, en cada una
bre de basto lo usa Mariana (Hist. de Esp. lib. 2. de las cuales podían ir seguramente cien hom
cap. 18): «Hizo, pues, poner los bastos y el baga
bres.»
je como por valladar ó trinchea». En Albarracin (1284), en Antequera (1410)
BASTECER. Por abastecer. «Siendo auisado de en otros varios sitios se mencionan las bastidas
lo que la Duquesa auia mandado por un caualle- COmO HELÉPOLIS, COmO TORRES DE ASALTO Ó DE APRO-
ro amigo suyo, no quiso entrar en Plasencia, mas che, resucitadas. En esto conviene Várela y Li-
antes volvió á su castillo de Beluis y á la más mia en su excelente Resumen hist. del arma de
priesa que pudo, lo basteció de toda la vitualla ing. pág. 29 y 38.
que para largo trecho era menester.» (Maldo- Bastilla no es voz castellana: lo más será uno
*ado. Hechos de D. Alonso de Monrroy .pág. 68) de tantos galicismos que inserta Moretti en su
—De aquí bastecido, bastecimiento, bastimento. Dice, y que copian ingénuamente Hevia y D' W.
R. La etimología de bastille, según Bescherelle,
BASTECIMIENTO. Bastimento. Acto de es el celta bast, fuerte, castillo. Sabiendo todos
abastecer ó bastecer. hoy la historia de Francia mejor que la de Es
BASTIDA. Covarrubias dice que se llama así paña, la célebre bastillado París nos es muy co
de madera «basta,» sin pulir. Otros, de bastir, nocida; y aun hemos visto impreso en español
en francés fabricar. Repárese que bastir lo trae el verbo embastillar, traduciendo embastiller,
Dice. Acad, 5 (pero no 1 .*) por «hacer, disponer muy gráfico y pintoresco para los franceses,
alguna cosa».—Bastía, bastita, bastida, bastilla, cuando quieren decir fortificar, en el sentido
bastilia, baslile, baslillon, bastión, bastimento político de sujetar una población turbulenta co
pueden venir del latin bastum, bastus, de donde mo la de París ó Lyon. Por lo demás el Dic
viene baste, palo de aparejo ó albarda, báculo, cionario Acad. 1 y 5 naturalmente sólo trae
bastón, ó de batillus, balillum, pala, útil de za bastilla en su actual sentido castellano de sas
pador. trería, como «doblez de tela».
BAST — 148 — BAST
BASTIMENTO. Víveres, vituallas. «De he- , se planten dos pasamuros, dos falconetes y me
cho Novesia se fortificó valientemente, metien dia docena de versos y esmeriles fortifican
do en ella gente de guerra y bastimentos por do esta artillería con I'jso y trinchera »
temor del asedio.), (Fam. Stbada. Guerr. de Flan- (Eüg. de Salazar. Cartas, pág. 20—150).
des, dec. 2. lib. 8).—En tiempos antiguos signifi Es, pues, evidente que bastión ó bestión, co
có nave do guerra y también quizá bastitta, bas mo dicen Covarrubias y Terreros, nada tenían
tida (V. e. v.) «VI mittam in bastihextch ipsiu/s que ver en su origen con el moderno baluarte,
mansionis centum soldatosn. (Tabdl. Brivat.) es decir, con la obra de forma dada y sujeta á
reglas ó combinaciones que hoy constituye el
BASTION. Usado como sinónimo de baldarte sistema abaluartado.—Y tanto es así, que en el
es en el dia galicismo. El roce con extranjeros en Lexicón militaris de Carlos Aquino se encuen
los siglos XVI y XVII, y sobre lodo el gran nú tra Bastión como máquina bélica, expugnatobia,
mero de ingenieros italianos al servicio de Espa parecida al gato y apoyada en esta cita:
ña, pudo influir en que esta voz se propagase
Intanlo il bastión frullava, e'lgalto
como técnica; pero evidentemente su sentido no
E sputa qualche pillóla d bachicca
era fijo, como se ve por el siguiente texto, en
que indica un trabajo de sitio en 1535: «Cada Grassi Dice, lía/.) en la voz Bastione, la de
dia se trababan escaramuzas bien reñidas con riva de bastite, bastida (V. e. v.) En resumen:
los cosarios que salían de la Goleta. Vn dia salió hoy debe decirse baluarte y no bastión.
Saleco con buena parte de su gente y dió en un BASTIONADO. Debiendo decirse baluarte
bastión' donde tenia su estancia el Conde Sarno y no bastión, es evidente que tampoco se debe
con sus italianos» (Illescas. Túnez, pág. 454.) decir bastionado, ni abastionado, sino abaluarta
Dice. Acad. 1 .' edic dice: «Lo mismo que ba do. (V. Baluarte y Bastión).
luarte, voz introducida del francés en cuyo idio BASTON. Esta voz parece de origen francés;
ma bestión (sic) es lo mesmo que baluarte». Y pues aunque hoy se escriba en ese idioma báton
Dice. Terreros da: «Especie de baluarte avanza y su verdadero nombre sea canne, no hace mu
do sobre los ángulos salientes de una plaza. An cho tiempo se escribía bastón como en castellano.
tiguamente sedecia Bestión». Y en efecto bestión Según Bardin, puede venir del bajo latin baslum;
que se lee en varios autores del siglo XVI, siem según Roqlefort de bastonus; según Ménage, del
pre indica, no la forma, traza ó planta de ba griego bastón. De lodos modos, el primero de es-
luarte (V. e. v.) sino obr\, como hoy diríamos, 'os autores afirma, con autoridades, que en
AVANZADA, AISLADA Ó DESTACADA, qílizá REDUCTO. Por Francia hasta muy entrado el siglo XVI la voz
ejemplo, dice Diego deSalazar: «También quie bastón comprendía, como genérica, toda arma
ro acordar una cosa á quien defienda una ciu blanca, manual ó portátil como espada ó daga,
dad, y es que jamás haga bestiones fuera, apar todo instrumento para herir ó pegar.—De bastón
tados del muro» «Cuando Genova se rebeló al han hecho los franceses el sustantivo bastonnade
rey Luis de Francia, hizo algunos bestiones en castigo ó suplicio de palos, paliza, que los Ira-
ciertos pasos y cerros que tiene á la redonda, ductores de manga ancha llaman bastonada, sin
los cuales se perdieron presto, y perdidos, hicie duda para enriquecer nuestra pobre lengua.—
ron perder la ciudad» [De re militari. lib. 7. Bastón envuelve un sentido metafórico de gobier
fol. 112—1536.) Y dice también Amrrosio tiv. Mo no, mando, autoridid; por eso, cruzado con la
rales (Antig. de Esp. fol. 59): «Tiene por esta espada, es emblemático y distintivo en el unifor
parte una montañucla poco apartada de lo de me de General. Antiguamente el bastón de mando
más, que hace gran seguridad, quedando como era corlo como un cetro, y asi lo conservan hoy
bestión con traveses á todas partes».—Citemos los mariscales de Francia. Sobre esto ilustra el
otros clásicos «caminaron en órden (los in texto siguiente: «Hácia 1706 se admitió el bas
fantes) tomando un camino estrecho entre los tón como distintivo en el arma de infantería.—
jardines cercados de setos, hasta arrimarse á Habiendo hecho reflexión (dice el rey en la so
Dalem, donde se fortificaron en un rebellín y berana disposición dictada con este motivo) so
foso de la propia tierra, haciendo reparos y bes bre el buen método de la distinción de los Ofi
tiones con sus mismos carros á la entrada de los ciales por sus insignias, y de las ventajas que
caminos». (B. de Mendoza. Coment. 1592. fol. i2 de ello se pueden seguir á mi servicio, siendo
vto). «Si pareciese á vuestras mercedes que en asimismo este el estilo de mis tropas, he resuel
aquel repecho, que esta á caballero del cúbelo to señalar á cada empleo las que aquí se ponen,
viejo de la fortaleza, se haga un bestión, donde pareciéndome las más proporcionadas para la
BAST — 149 — BATA
distinción, comodidad y conocimiento de los como núcleo, nervio, masa principal, como cen
Oficiales; mandando al director general de la tro ó grueso del ejército; por oposición á tropas
infantería, inspectores, coroneles, tenientes co sueltas ó ligeras ó auxiliares; por distinción de
roneles y sargentos mayores, vigilen en que nin alas ó cuernos; por separación de vanguardia y
guno la pueda por caso alguno mudar». retaguardia. Otro, que hoy le queda como téc
aAl coronel, un bastón con puño de oro ó nico de combate, lucha ó pelea material entre dos
dorado; al teniente coronel, con pomo de pla ejércitos.
ta blanca; al sargento mayor con casquete de El primero, de centro ó grueso de ejército
plata blanca, que guarnecerá un dedo del bas formado tácticamente, envuelve ideas de gran
tón, liso por arriba; al capitán, el mismo que el conexión, de órden compaoto ó cerrado: asi,
sargento mayor; al ayudante, con pomo de mar para Ayora en los primeros años del siglo XVI,
fil; al teniente el mismo que el ayudante; al ca batalla os sinónimo de columna, voz moderna,
pellán el mismo que á los dos antecedentes; al cuya introducción en Castilla se le puede atri
furriel mayor, con pomo de madera, al subte buir con gran verosimilitud. Textos en compro
niente con casquillo de madera ó de cachumbo, bación de este antiguo significado de centro de
que tenga al fin un arillo de plata blanca; al ejército, á distinción de vanguardia y retaguar
sargento un bastón de madera que pliegue, sin dia se encuentran al abrir cualquier clásico ó
pomo de casquillo alguno; al tambor mayor un documento anterior al siglo XVIII. Por ejemplo:
bastón de madera .sin pomo ni casquillo.» (Clo- «Mandó repartir la vanguardia, retaguardia y
sard. T. IV. Hist. org. ) Por la Ordenanza ge batalla por tercios añadiendo que la batalla
neral de 1768 el uso del bastón quedó limitado fuese tan pegada con la vanguardia y la reta
a los jefes y ayudantes vivos y efectivos, con ex guardia con la batalla, que donde la una levan
clusión de los reformados y graduados. tase los pies los pusiese la otra». (Mendoza. G. de
Con la introducción de las estrellas de divisa, Gran. lib. 3. n. 13.) «Todo un campo es divi
para denotar la efectividad, todo el mundo que dido en tres cuerpos, á saber: Avanguardia, Ba
dó sin bastón, menos los ayudantes; y en 1867 talla, y Retroguardia; en cada vno de los quales
volvieron las cosas a su antiguo ser de 1767.— son comprendidas diferentes tropas armadas di
El bastón ó porra de tamsor mayor es reminis versamente.» (Jorge Basta 11 gov. delta cav.
cencia de los tiempos en que los coroneles po leg. pág. 126.) «Pues con ser tan poca la can
nían su propia librea á los tambores de su re tidad y número de gente que el duque (de Alba)
gimiento y rivalizaban en lujo en este ramo. traia, fué necesario dividirla, en tres partes,
vanguardia, batalla y retaguardia; dando orden
BASTOS. Los dos rehenchidos que en la par
que donde la vanguardia se levantase, viniese á
te inferior de las sillas de montar la hacen más
alojar la batalla y por el consiguiente , donde la
cómoda al caballo. El espacio hueco que entre
batalla desalojase, viniese á alojar la retaguar
ellos queda se llama canal de los bastos (V. y
dia». ( B. de Mendoza. Comenl. de Fldndes. fólio
distíng. Baste).
29 vto. 1592J.
BATALLA. El origen de esta voz se fija or Con más generalidad, cuerpo de tropas, trozo i
dinariamente en el bajo latin batualia, que sig unidad táctica, independiénte y compacta, como
nificó lucha individual, pugilato, ejercicio gim el moderno batallón. «Cada uno de estos Capi
nástico ó atlctico, del verbo batuor, batiere, tanes, determinados ya en dar batalla, ordenó
golpear, percutere; y así batuator designaba más sus batallas y escuadrones como convenia »
bien gladiador que soldado. Los romanos, para (Mexia. Vida de César, cap. 2.) «Trabó una grue
significar batalla en nuestro sentido actual, sa escaramuza con la arcabucería del Duque,
usaban las palabras prcelium, pugna. «Pugna haciendo espaldas con quasi seis mil hombres
pars est belli, sicut prmlium pars est pugna.» en quatro batallas». (Mendoza. G. de Gran. lib. 4
Por lo tanto es moderna, relativamente, esa voz número 1).
original batualia, de que los italianos han hecho Era por lo tanto frecuente decir, como en el
su battaglia y los franceses su bataille. En las anterior pasaje de Mexia, «para dar batalla or
tres lenguas de origen latino, y singularmente denar sus batallas;» ó bien «llevar batallas á la
en el romance castellano desde su formación, la batalla;» ó también «vencer (ganar,) la batalla
palabra batalla ha venido expresando conjunta con cuatro batallas.» Y puesto que batalla era
mente, hasta últimos del siglo XVII, dos ideas y en el siglo XVII, exclusivamente el centro del
dos hechos distintos. Uno, de agregación , cons ejército, al empeñarse este en acción es eviden
titución, composición, organización, formación, te que «la batalla entraba en batalla».
BATA - i5o - BATA
Esta doble significación, repetimos, era co dio: la cuestión es tecnológica, so pena de dejar
mún al francés é italiano.—Hoy mismo llama sinónimos estos vocablos: Acción, Batalla, Bre
mos batalla en la silla de montar á la distancia ga, Combate, Choque, Empeño, Empuje, Encuentro,
entre los arzones, y en los cabruajes de artillería Escaramuza, Espolonada, Facienda, Jornada, Lid,
á la distancia entre las ruedas. Lidia, Lucha, Pelea, Pugna, Refriega, Rencuen
Dejando consignado este recuerdo, entremos tro, etc. Cada uno de ellos tiene en su lugar alfa
en la definición de batalla con el segundo sen bético algún matiz, alguna ilustración, á la cual
tido que hoy conserva. Y siguiendo la costumbre remitimos; porque seria fastidiosa repetición y
establecida, cuando no sabemos ó no queremos procedimiento irregular, para decir loquees 6a-
definir, de apelar á citas y autoridades, traere talla, ir enumerando «todo lo que no es bata
mos la primera respetuosamente de las Siete lla,» aunque en el fondo parezca que sí.
Partidas del Rey Sabio, que dice así: Sin duda Bardin, cuya diligencia admiramos
«E batalla pusieron nome do hai Reyes de sin poder imitarla, habrá tropezado en el mismo
amas las partes, é tienden estandartes y señas; obstáculo, cuando sólo cita un par de definicio
do paran (forman) sus haces con delantera, é nes para decir que ninguna le satisface. En efec
con costaneras, é con zaga. Mas señaladamente to la de Brantome, que es, según él, la primera
pusieron este nome, porque los Emperadores é tentativa conocida de definición, dice: «allí,
los Reyes, cuando se habían de ayuntar unos donde juega artillería; donde los generales en jefe
con otros para lidiar, solian facer tañer trom ó soberanos están armados y en persona; allí,
petas é batir atabales, lo que non era dado á donde el combate es tan recio que una de las
otros homes». (Ley 27. tit. 23. part. 2). vanguardias (primera línea) es deshecha y der
La antigüedad del texto no puede ser mayor. rotada, esto puede llamarse batalla.* Feuquiéres
Pongámosle ahora por contrapeso la definición no esclarece mucho más: para él batalla es un
del libro español y militar más moderno, que choque realizado; ó realizable al ménos, entre
conocemos en 1867: dos ejércitos desplegados; y niega á la sangrienta
«Batalla es el combate en campo abierto de jornada de Senef (1674) el nombre de batalla,
dos ejércitos, en el que toma una parte más ó porque no todas las tropas so empeñaron; no re
menos activa todo el grueso de cada uno, ó por conociendo batalla sino cuando los ejércitos
lo menos de uno de los dos, prescindiendo de los despliegan y chocan en todo su frente. Descon
destacamentos, guarniciones y otras fuerzas que tento Bardin añade: «Es menester ménos va
precisamente han de estar segregadas de la masa guedad: mirar la presencia del jefe, y la impor
principal. Es un error creer que para que un tancia del acto y de su efecto como implícitas
combate pueda llamarse batalla, ha de ser deci en la idea de batalla, definiéndola así: Grande
sivo y sangriento, y han de jugar las tres ar acción de guerra ordenada con preparación;
mas; hay batallas que nada deciden, y hay ejér combate de ejército dirigido en el todo, ó en su
citos que carecen por completo de una de las mayor parte, por el general en jefe; habiendo
tres; y no por eso la lucha general de las dos obrado ó jugado todas ó casi todas las armas,
masas beligerantes, cualquiera que sea su com habiendo dado ó recibido choque la mayor parte
posición y su fuerza, deja de ser una verdadera de los cuerpos y habiendo logrado una de las
batalla.» ( Villamartin. Noc. del art. milit. pá dos partes ventaja sobre la otra».
gina 372). Por nuestra parte no nos damos tampoco por
«Acción entre dos ejércitos, ó entre la mayor satisfechos con la corrección del docto general
parte de las fuerzas de ellos. Para que esta ac francés.
ción merezca el nombre de batalla, basta que Acudamos en última instancia á los tres Dic
la mayor parte de la tropa combatiente haya cionarios militares españoles que inmediatamen
tomado parte ya en los choques, ya en las ma te nos preceden. DiceMoRETTi: «La lid, comba
niobras)). (Encicl. de Mellado). te ó pelea entre dos ejércitos, ó la mayor parte
Bien comprende el lector que entre Don de ellos, que se atacan, con el fin de derrotarse
Alonso el Sabio y Villamartin hay holgura y es (repare el lector que aquí ya por lo pronto se da
pacio para interpolar definiciones á centenares; una distinción positiva: en la batalla los ejérci
pero no por tan fatigosa operación quedaríamos tos se atacan con el fin de derrotarse: lo cual su
más medrados. No parece sino que en las len pone que no hay ese mismo fin en otras lides,
guas, las voces más comprensibles y más usua combates ó peleas,) No debe confundirse una
les protestan, por esta doble calidad, contra el batalla con una acción: pues la batalla se ve
yugo de la definición. Pero aquí no hay reme rifica, como se ha dicho, entre dos ejércitos ó
BATA — 151 — BATA
la mayor parte de ellos; y la acción puede tener queñas fracciones se llama encuentro; y si se ve
lugar entre dos cuerpos pequeños de tropas. La rifica entre tropas ligeras, sin que ninguno de
batalla obliga necesariamente á uno de los dos los dos partidos se comprometa mucho, sino que
generales á cambiar las bases (sic) de operación más bien intenten ambos tantearse las fuerzas
etc. ; pero si las bases de operación de ambos y procuren uno ú otro cortarse ó envolverse,
ejércitos permanecen en el mismo estado de se se llama escaramuza, según el uso común, cual
guridad, ó si solo la acción se verifica sin que quiera que sean las armas, esto es infantería ó
concurra todo el ejercito etc. entonces toma el caballería; pero según la Academia, han de ser
nombre de acción, encuentro etc. (Interrumpi precisamente de caballería, sin duda respetando
remos de nuevo para advertir que las tres ect. el origen de la palabra»
son de Moretti, y que este autor escribía hacia Es regla de los algebristas, cuando intentan
1828, en que ya la Estrategia (V. e. v.) había la resolución de un problema, suponerlo resuel
hecho algunos próselitos y algunos estragos en to para plantearlo. Suppono rem tamquam jam
España). La batalla se da ó se recibe; se evita ó faetam, decía en latín nuestro olvidado Vallcjo.
se admite, se disputa ó se sostiene; se vence ó Sigamos el ejemplo, dando por resuelto que sa
se pierde. A la batalla vencida, continúa Moretti bemos lo que es batalla y hablando como si lo
se le da el nombre de victoria. A la bata supiéramos.
lla perdida se le llama derrota.»— Hevia, que Desde luego, y contra la opinión de un autor
en 1858 ha tenido la humorada de reimpri arriba citado, no es de recomendar la lectura de
mir á Moretti, copia el articulo anterior sin la descripción de las batallas en las historias mi
mudar una tildo; sin omitir «que se atacan, litares. En general, cuando no á la adulación ó
con el fin de derrolarse» ni «las bases de opera á la envidia, la veracidad y la claridad se sacri
ción.» J. D'W.M. (1863) define asi la batalla: «Lu fican al estilo, al efecto literario. No hablemos
cha, combate, función de guerra entre dos ejér de los partes ó boletines de las gacetas, ni de las
citos enemigos y en que por uno y otro lado to batallas «decisivas» en que se canta el Te-Deum
man parte todas las armas, esto es, la infante por ambas partes.—Sea licito extractar en apoyo
ría, la caballería y la artillería. Nuestra pluma los siguientes párrafos de una obra muy re
es débil para relatar una escena tan grandiosa á ciente.
la par que terrible. A aquellos de nuestros lecto «La batalla de Marengo parece que debia ser
res que no se hayan encontrado en alguna fun un tipo clásico de batallas campales; sin embar
ción de guerra, les recomendamos la lectura de go los franceses dicen que de ella se hicieron
los historiadores militares: sobre todos á Le tres relaciones oficiales tan inexactas, tan con
Presle, que en su libro Curso del arte mi tradictorias, que ni el mismo Bonaparte pudo
litar!. II. cap. 10. hace una descripción tan decidir cual era la mejor. Esa batalla campal,
exacta y pinta con tan vivos colores algunos decisiva, gloriosa tampoco puede servir de tipo,
de los episodios mas interesantes de las batallas de modelo, de objeto de estudio».
que arrebatan la atención, y mucho tiempo des «Oigamos sobre ello lo que dice uno de los
pués de concluido de leer el capítulo queda el mas aventajados discípulos del primer empera
espíritu preocupado y la imaginación absorta y dor, francés».
meditabunda». «El enemigo ataca, la batalla de Marengo
Esto es todo lo que sabemos por los dicciona tiene lugar; disputada con tenacidad parece per
rios en punto á definir técnicamente la voz bata dida á las cinco de la tarde, cuando llega al cam
lla. Y en rigor ¿á qué se necesita más? po la división destacada sobre Novi. El general
Podríamos ahora emprenderla con las pala Dessaix que la mandaba la detuvo cuerdamente
bras Acción, Combate, como prometemos en los al oir el cañón de batalla; para esperar órdenes
artículos respectivos; pero nos encontramos he vuelve atrás y aun llega á tiempo para servir de
cha, y la adoptamos, esta definición de un ele reserva; y la batalla es ganada; aunque solo
gante escritor arriba citado. 27.000 hombres hayan podido combatir, y
«Acción es genuinamente el combate entre 22.000 se hayan visto forzados á soportar ellos
dos fracciones de alguna importancia, despren solos todo el peso de la batalla. Asi nuestras
dida cada una de su respectivo ejército con un fuerzas empeñadas no ascendieron en esta oca
fin dado; pero por extensión y particularmen sión más que á las dos terceras partes de las del
te en España, se da este nombre á todo combate enemigo y en poco estuvo que no fuese más que
militar, aun á las mismas batallas». la mitad. Hermosa victoria sin duda, cuyos re
«Cuando la acción es casual entre dos pe sultados fueron inmensos; pero seria peligroso
BATA — 152 — BATA
lomar por modelo las combinaciones estratégi dad por los grandes hombres que han tenido
cas que la produjeron: la batalla debió haberse ocasión de pasar por esos momentos supremos
perdido, en razón de la superioridad de las fuer que preceden al choque material y decisivo de
zas y de los medios que tenia el enemigo contra dos grandes ejércitos».
nosotros. Si hay victorias posibles bajo estas «Sabido es el precepto de César de fiar más en
condiciones, preciso es no contar demasiado con la maña que en la fuerza, en la habilidad que
ellas etc. (Marmont. Esp. des inst. mil. pági en la espada. «Consilio pbtius quam gladio su
na 149). peraren. El mismo Napoleón I, el rayo de las
Y añade el mismo autor (ibid. pág. \'0\ batallas, inculca en todas ocasiones esa máxima
«Tratar en detalle de las disposiciones que exige saludable, que no siempre respetó».
la dirección de una batalla cs cosa imposible». «Entre estos dos nombres inmortales, que se
En efecto, si el arte de la guerra en su conjunto alzan como dos hitos seculares en el campo de
es tan indócil á las reglas; si, como dice el mis la historia, bien puede intercalarse otro más
mo Jomini que pretende dictarlas, es «un drama grato á nuestros oidos españoles, el de Gonzalo
apasionado» juzgúese qué reglas podrán caber de Córdova, verdadero restaurador del arte mi
en el desenlace, ordinariamente fortuito, de este litar».
drama «Para los que han estudiado las memorables
«Positivamente el estudio de las batallas es campañas del Gran Capitán, ocioso es encarecer
critas, y mucho más pintadas con la imaginación la sagacidad penetrante, el tino maravilloso, la
como la recomendada más arriba de Jacquinot tenaz perseverancia con que, luchando á brazo
de Presle es mal camino de enseñanza ó apren partido con la fortuna, supo preparar sus vic
dizaje: no habrá dos quizá, aunque reñidas so torias de Cerinola y del Garellano. Alli se ve la
bre el mismo terreno, que hayan reunido, no batalla, como quiere Bardin, «ordenada con pre
iguales, ni aun análogas condiciones respecto á paración;» aquella es la verdadera batalla es
las tropas, á las armas, á los generales. Los dalos tratégica, según decimos hoy, la batalla calcu
casi siempre son vagos, falsos, erróneos, y mal lada, prevista, forzosa; no el cuoque brutal y
se puede sobre ellos fundar sistemas, ni esta ciego de dos masas errantes; no su encuentro
blecer principios. Más bien que en la conducta inesperado y fortuito, sino el desenlace lógico,
de una acción de guerra, se debe seguir cuida inevitable de una situación militar creada y sos
dosamente en la historia á los grandes capitanes tenida por esfuerzos, desusados hoy, de ardido
«antes y después de la refriega,» en el curso en so cálculo, de inflexible disciplina, de marcial y
tero de una campaña, en la preparación y en el varonil entereza.»—Aquí el autor trascribe tex
aprovechamiento de la batalla». tos notables de nuestros clasicos militares y des
«Por regla general la historia nos muestra á pués de explicar los órdenes paralelo y oblícuo
los hombres prudentes que han dirigido ejérci (V. e. v.) concluye así:
tos, comenzando ]>or tantear y foguear, así el «Sobre el órden de batalla ó de combate los li
suyo como el contrario, con breves escaramuzas, bros no pueden ni deben decir más que vagas
con pequeños combates antes de venir á batalla generalidades que no adelantarán mucho á las
campal, y echar á un golpe de dados su propia que atrás quedan citadas de Salazar, Londoño y
reputación, y, lo que es más caro para una con Santa Cruz».
ciencia recta, la gloria y la existencia de su EJÉn- «Por ejemplo: que la batalla sea estratégica,
ciro, y quizá de su patria». esto es, prevista , preparada con un objeto im
«Es evidente que en pequeñas acciones par portante y decisivo; que sea producto de medi
ciales, en combates de puestos, en tiroteos pa tadas combinaciones; que esté sometida á un plan
sajeros, con masas dóciles y manejables, la in anterior y estudiado, pero tan flexible, que en
fluencia del «azar» ha de ser tanto menos sen él puedan caber las modificaciones adventicias
sible cuanto más lo sea el talento previsor, la que los sucesos impongan; que se tenga muy en
pericia táctica, la mano experla y vigorosa del cuenta el terreno para adaptar á él la formación
GENERAL EN JEFE». y las maniobras; que el orden en conjunto pre
«Este cuerdo principio de tanteo y de recono sente la debida trabazón, sin grandes claros ó
cimiento; esla regla prudente de dilatar, de es intersticios, y que sin embargo ofrezca al ene
quivar, de aplazar, esas grandes y temerosas migo algo de hueco, si pudiera decirse de es
batallas, hasla reunir en pró todas las garantías ponjoso, para alucinar y desorientar; que haya
y condiciones humanamente posibles de éxito y defensa y apoyo recíproco; que los flancos sobre
victoria, están recomendadas desde la antigüe todo y la retaguardia estén seguros; que las ar
BATA — 153 — BATA
mas jueguen, se auxilien y combinen sin emba do toma adjetivos como: aprovechada, campal,
razarse, sin mezclarse, sin entorpecerse en su casual, clásica, de encuentro, decisiva, de re
iccion; que el orden se preste con elasticidad á vés, doble, defensiva, directa, estratégica, espe
todo género de movimientos, sin que la derrota, rada, imprevista, indecisa, inútil, mural, naval,
ni el desorden en un punto pueda cundir y tras ofensiva, oblicua, paralela, reñida, vallar.
tornar el resto; que el relevo ó como decían an BATALLADOR. Por una de esas singulari
tes el paso de las líneas so verifique sin confu dades que hacemos resaltar en el art. Militar y
sión; que el fuego de las reservas se dilate, otros, este epíteto es más bien civil que militar,
conteniendo todas las impaciencias hasta el mo y se aplica al hombre irascible y reñidor, no al
mento supremo; que la impedimenta, parques, general que da ó gana batallas. En el largo ca
material, tren, equipajes, ni corran peligro, ni tálogo de nuestros reyes, sólo uno lleva este ca
en caso de retirada embrollen el movimiento ya lificativo guerrero.
de suyo angustioso y ocasionado; que el ímpetu
mismo del ataque se refrene contando con que BATALLAR. Por lo dicho en el artículo an
la persecución ha de ser inmediata, implaca terior este verbo no es técnico, ni aún militar.
ble etc. etc.» Se usan los circunloquios y verbos apuntados al
«Por lo demás, todas esas otras reglas para fin del arlículo Batalla.
las grandes batallas de que la caballería se pon BATALLAS. Apodo familiar del calavera y
ga á los flancos, la artillería aqui y acullá, ex camorrista.
cusado es decir que, si no se estudian y aplican
con discernimiento, podrán atar y amanerar á BATALLISTA. Apodo con que algún escritor
un jefe, que rara vez ha de ver en el terreno con científico designa á los que, desdeñando la guer
diciones idénticas ni parecidas á las de la lámina ra metódica ó sistemática y los recursos del sa
del libro». ber, solo la hacen estribar en las combinaciones
tLa batalla es sin duda el acto más impor azarosas de la táctica y en los impulsos mo
tante y esencial de la guerra, como que á él mentáneos del choque (V. Fortificación).
convergen todas las operaciones; mas, por las BATALLON. Nombre genérico con que la
razones apuntadas, no es fecundo ni provechoso táctica moderna de todas las naciones designa
el estudio «aislado y exclusivo» de las batallas, una tropa, una agrupación elemental de infante
ti que quiera satisfacer curiosidad, ó dedicarse ría cuyos miembros están contiguos en forma
á recuentos, comparaciones y estadísticas, no ción. El batallón en España no es sólo unidad
muy útiles tampoco, tiene diferentes catálogos táctica, sino constitutiva, orgánica, administra
y diccionarios exclusivos entre los que descuella tiva. Por batallones se cuenta, por batallones se
el Atlas de Kausler, traducido al castellano con marcha, se maniobra, se combate. (V. y compá
notables adiciones.» (Guia del Ofic. en camp. pá rese Regimiento].
gina 1 91-209). Discurramos brevemente sobre el origen de
La batalla más antigua de que se tiene rela la palabra y de la cosa. Siendo originales del
ción circunstanciada es la de Thimbrea(310 an primitivo romance castellano las voces batalla y
tes de Cristo) descrita por Jenofonte. La más escuadra, como expresiones de agregación ó de
gigantesca desde la invención de la pólvora, di unidad táctica, los dos aumentativos batallón y
cen los franceses que es la de Moskowa (7 se escuadrón derivan efectivamente de ellas: pero
tiembre I8I2). En ella jugaron 250.000 hom la primera, si bien se ve impresa y usada á prin
bres, 1.200 cañones, y se suponen 80.000 Lajas. cipios del siglo XVI, por ejemplo en el Tratado
La reciente de Sadowa ó Koeniggraetz (1866), de Re militan ( 1 536) de Diego de Salazar (donde
quizá le dispute la precedencia. también se ve ya coronel del batallón^ desapa
A Cesar se le atribuyen 50 batallas, á Fede- rece de pronto, y en el trascurso de los dos siglos
«ico 16, á Napoleón 60. nunca vuelve á verse, reemplazándola siempre
Con el sustantivo batalla se usan los verbos: como técnica y táctica la voz escuadrón [V. y
aceptar, aplazar, brindar, dar, decidir, dilatar, compárese) para designar el verdadero batallón,
ejecutar, empeñar, entrar, evitar, formar, ga el cuerpo ó masa de infantería unido é indepen
nar, lidiar, ofrecer, perder, presentar, recibir, diente. Muy á los últimos del siglo XVII los
refrescar, rehusar, reñir, restablecer, sostener, autores de táctica (voz todavía no usada) titulan
vencer. sus obras: «Arte de escuadronar» ó «De las di
No necesita definición, y en todo caso se en ferentes formas de escuadrones». Sucedió, pues,
contrará en su lugar alfabético, la batalla, cuan con batallón lo que con las voces técnicas co
20
BATA — 151 — BATA
U'mna, colunela, coroxel y oirás varias que, escuadra, no como*los ordenan agora, sino cabos
traídas de Italia como estas, (|uizá por Ayora, á de diez hombres y no de más como agora les
fines del siglo XV, desaparecen para volver á en dan. Ordenaría después un general de todo el
trar por los Pirineos, con lodo el aparato de la batallón y llamarle ya (llamaría) coronel del ba
novedad, en la comitiva francesa de Felipe V, al tallón. Ordenaría que cada capitán tuviese un
nacer el siglo XVIII. alférez con su bandera, y dos alambores, y un
De la grande obra de Clonard no es fácil sa pífano, etc. (Diego de Salazar. De re militari.
car en limpio cuando hubo batallón en España, libro 2. 1536).
es decir, la fecha precisa de su institución orgá- Leemos en Vargas Machuca (Milic. ind. fó-
mga. Sin embargo en el Tomo V. pág. 1 26, dice: lio 160 vto. 1595;: «Que se han de hacer tres
«En 14 de diciembre de 1705 dispuso S. M. que quadrillas de Campo; la una para vanguardia y
las doce compañías de cada regimiento constitu la otra para batallón». Aquí la voz está en sen
yesen provisionalmente un solo batallón, para tido de batalla (V. e. v.) como centro ó grueso
poder hacer mejor el servicio con las tropas fran de ejército.
cesas auxiliares)). Así es que aun cuando Antes, Alava y Viamont (El perfec. cap. fol. 28—
de esta fecha hable repetidamente de batallones, 1590) explicando un plan ó proyecto suyo de
debe entenderse de formación provisional ó pa ejército de reserva llama batallón al «Cuerpo
sajera sin duda, no de organización radical, per compuesto de 8.000 soldados, repartidos en 32
manente ó sistemática. compañías de á 250 hombres, mandadas por
En efecto la voz batallón anduvo, por decir capitán, alférez, un sargento, un furrier y diez
lo asi, flotante, sin consolidación oficial ó técni conservadores de disciplina para tener á su car
ca durante largo tiempo. Lo comprobaremos, go la de cada una de las diez escuadrillas de á 25
como siempre, con textos, principiando por el hombres».
mencionado de Salazar, que dice : Este sentido de batallón como milicias ó re
«Habéis de saber que cada nación en el or serva, á distinción del escuadrón como unidad
denar su gente para la guerra, ha hecho en el táctica de infantería activa, se encuentra por
ejercicio ó milicia un miembro principal, el entónces en varios libros y documentos.
cual, si le han diferenciado con el nombre, han Hablando Cabrera de uno de tantos ensayos
variado poco en el número dg los hombres; por y tentativas que desde Cisneros se han hecho
que todos lo han compuesto desde seis á ocho infructuosamente en España para tener gratis
mil hombres y A este miembro los Romanos lla reserva ó milicias provinciales, dice así (Relacio
maron legión, y los Griegos falange, y los fran nes, pág. 320.— 1609): «Hasta ahora no se ha le
ceses caterva; y este mismo los Suizos, que de vantado el batallón ó nueva milicia que S. M. ha
la antigua milicia retienen alguna sombra, le mandado hacer, quintando los lugares, porque
llaman conforme á los italianos batallón, y nues lo toman todos muy á mal, por no haberse usa
tros españoles le nombran escuadrón. Verdad es do en estos reinos cosa semejante; y el Rey pa
que después cada uno le ha dividido á su pro sado Felipe II) lo intentó dos veces, y lo dejó
pósito en diversas escuadras, paréeeme pues por la dificultad que halló en ello; podrá ser que
conforme A nuestro hablar fundarme sobre este ahora lo sepan encaminar mejor». Consta que
nombre y después, según las antiguas y moder no supo encaminarse después, ni con las mili
nas órdenes, ordenarlo lo mejor que sea posible.» cias creadas al fin por Felipe V, ni con la reserva
«Y porque los Romanos dividían sus legiones, del ministro logueras, ni con la de nuestros
que eran compuestas de hasta 0.000 hombres, días. La razón es muy sencilla: mal puede en
en diez cohortes, yo quiero dividir este nuestro caminarse nada por donde no hay camino.
escuadrón en doce compañías ó batallas y com Volviendo al batallón, es verosímil que te
ponerlo de 6.000 hombres de á pie y daremos á niendo á principios del siglo XVII el sentido que
cada compañía 500 hombres de los cuales 500, acabamos de ver, luego á los últimos, cuando
los doscientos de ellos tendrán picas y los otros nos empezó la comezón de ser franceses, to
cien serán arcabuceros, y los otros doscientos, mase ya el actual, recibiéndola sanción oficial
con que se cumple el número de 500 les daria, por los años que cita Clonard. A la sazón lo que
rodelas y dardos con las otras armas que ya he importaba era borrar todo lo austríaco, para es
dicho daria á cada compañía un capitán y cribirlo en francés: y el primer paso «reorgani
cinco centuriones, á los cuales llamaría cabos zador» fué dejar al Tercio como estaba, pero
de batalla; y el uno daria por cabo de los arca llamándolo Regimiento (V. e. v.) Esta puerilidad
buceros. Ordenaría demás de eslo los cabos de condujo como sucede muchas veces á extravíos
BATA — 155 — BATA
de organización. Según Clonard ÍHist. org. T. V. to mismo. Turena formaba un batallón juntan
pág. -1 30;) «Desde principios de 1706, comenza do dos regimientos, y otros batallones eran la ter
ron á organizarse los segundos batallones » Y cera ó cuarta parte de un regimiento. Según Bar-
más adelante (toid-pág. 271 ¡: «En 1751 para din, el batallón en su sentido actual, como uni
aumentar el ejército proponía Ensenada la or dad táctica ó elemento de brigada, no se conocía
ganización de los terceros batallones en los regi en Francia, como ya hemos dicho que tampoco
mientos más antiguos, para evitar nuevas planas en España hácia mediados del siglo XVII. Gay de
mayores » Y en fin (pág. 310.) Del 22 de oc Vernon que da la institución en 1635 se equivo
tubre 1786 data la creación de los terceros bata ca en 30 años y ha hecho equivocarse á Carrion
llones en los regimientos». Nisas. La idea del batallón estaba evidente en
Lo positivo es que en todo el siglo XVIII y el tercio español, en el regimiento walon y tu
mitad del XIX no ha sido fácil entenderse con desco: la palabra, como se ve en los textos arri
esos tres elementos orgánicos llamados, bata ba citados, también era usual en ambos países,
llón, regimiento y brigada. Un dia el batallón pero la institución del verdadero batallón fran
tiene 12 y 15 compañías; otro 6, otro 4; si ayer cés, como unidad constitutiva, no va más allá
tuvo 1.200, 1.500 plazas, hoy tiene 250 y 200. de 1688, ó si se quiere de 1671. A la sazón
Por mucho tiempo el regimiento sólo tiene un las picas todavía entraban por una cuarta ó
batallón (es decir que una cosa tenia dos nom quinta parte; el número de compañías oscila
bres) luego tiene dos, tres, cuatro; Napoleón I ba entre 12 y 17; la fuerza entre 500 y 800 pla
tuvo regimientos de nueve batallones, los Pupi zas. Ese alto número de 17 compañías siguió con
los de la Guardia. la misma fuerza media de 600 plazas hasta 1 0
Siglo y medio dura este desconcierto y cuan diciembre 1762 en que se redujeron á 9 inclusa
do al fin en 1864 se rompe en España con la ru la de granaderos; que en 25 marzo 1776 se re
tina, se rompe á medias: se deja por un lado al dujeron á 5; que en 17 marzo 1788 se redujeron
batallón como unidad suelta, independiente; se á 4; y siempre con las mismas 600 plazas. Cita
le reconoce existencia propia como al sintagma, mos esto para que se vea la oportunidad de
á la cohorte, al tercio español; y por otro lado nuestros militares del siglo XVIII en tomar á
se atrailla cada par de batallones, sin más objeto Francia por dechado.
al parecer que llamar á la pareja, cuando es del Respecto al número de batallones que han
ejército activo, regimiento, y cuando del pasivo ó formado el regimiento es curiosa la instabilidad,
iesebva, media brigada. ¿Qué tendrá de sagrado no en Francia y en España, sino en toda Europa.
esa palabra regimiento (V. e. v.) que hasta ahora Y no por reformas sucesivas y alternadas, sino
nadie se atreve ni se atrevió con ella más que el como una especie de empeño universal y de
general Calonge, en nuestros dias y la Revolu alarde de anarquía en mantener simultánea
ción francesa en su primer furor? Han muerto mente regimientos de un solo batallón al lado de
«definitivamente» en España los granaderos y sus otros con dos, con tres, con cuatro, con cinco
gorras de pelo; su dia les llegará á los cazadores y (uno de depósito, otro de marcha etc.) en fin con
sus cabos verdes: sólo esa afortunada voz Regi nueve, como dejamos dicho.
miento, aunque algo apolillada, logra sobrenadar Pero claro es que mientras la organización
en todas nuestras frecuentes reorganizaciones. militar no gire sobre polos más fijos que hasta
Justo es confesar sin embargo que á pesar ahora, la vacilación y los tropezones han de ser
de la ciega sumisión con que en otros tiempos inevitables. So quiere encoger y estirar un ejér
se han seguido las veleidades y desvarios de la cito como si fuera de goma elástica. Tan pronto
organización francesa, nunca logró España igua por una idea diplomática (sinónimo para mu
lar al modelo. Hoy, que vamos recobrando ini chos de vacia) se quiere que en las Guias ó Al
ciativa, miramos ya con cierta extrañeza á ese manaques figure mucha fuerza; tan pronto se
país, voluble y rutinario á la par, estancarse co echa una gruesa quinta y faltan cuadros, se li
mo sino hubiera corrido un siglo desde Guibert, cencia la quinta, sobran oficiales; se funden y
y conservar en 1 867 dragons y carabiniers, y amalgaman dos ejércitos como en Vergara, y se
grtnadiers y chasseurs, y voltigeurs y tirailleur$m quiere «dar de comer» á todo el mundo. Lógi
Desde Francisco I, más cerca, desde Luis camente los presupuestos crecen, y losdiputados
XIV, es atractiva y curiosa la historia militar se amoscan, y se corta por lo sano pidiendo sim
de Francia bajo el punto de vista concreto de plemente la supresión del ejército. En este caso,
organización. Allí el ratallon tan pronto ha sido poco más ó ménos, estamos en 1867.
parte integrante de regimiento como el regimien La cuestión sobre el número de compañías en
BATA - 156 — BATI
que deba dividirse un batallón no es tan impor lo que convenia para fortificarse en su aloja
tante bajo el punto de v ista administrativo, como miento y para poner su artillería á propósito de
bajo el táctico. Las opiniones varían hoy entre dar balería otro día á la villa, como lo hizo».
cuatro, seis, y ocho. El coronel Otero propone (Pero Mejía. Com. pág. 101).—«Determinó dar
batallones-regimientos de 9 (Asamblea-\S6íi): una batería fuerte á la Goleta» «duró la ba
el segundo número, vigente (1867) en España, tería dende la mañana hasta pasado medio dia».
es por lo tanto un promedio aceptable. (Illescas. Túnez).—«Para impedir el socorro de
Sobre la fuerza numérica es más difícil po Argel, encomendó la batería al marqués de Fá-
nerse de acuerdo. Unos quieren quinientas bara, que puso diligencia en asentarla». (Men
plazas y otros mil: tomando el promedio, que doza. G. de Gran. lib. i. n.° i). —«Dispuso lue
dan 750 para los que huyen de los extremos, y go diversas baterías el Toledo, y abrió varias
buscan proporción con la vista y la voz del jefe, trincheras». (B. Baren. Guerr. de Fland. pági
la acción inmediata y eficaz de la oficialidad, la na 97).—«Algo antes de esto habia escrito Ver
movilidad, el frente, la facilidad de campar, alo dugo al conde Federico que acometiese el casti
jar, administrar. llo de Saesfelt y la villeta de Oelmersum
Do todos modos, el batallón moderno—singu Saesfelt se rindió luego y Oelmersum aguardó
larmente en la nueva táctica española—es un batería, por haber dentro dos compañías de
perfecto y precioso instrumento de guerra, fuer buena gente». Coloma. G. de Fl. lib. 6)
te, sólido, flexible, elástico, manejable, divisi
La voz batería admite gran número de adje
ble, que, á la voz de un buen jefe, puede reali tivos, calificativos y epítetos, de los cuales mu
zar los pensamientos más audaces, las combina chos tienen definición en su lugar alfabético. Se
ciones más complicadas, que surjan en la citan á continuación los principales en forma de
imaginación de un general maniobrero. índice:—á barbeta—á caballo—afecta á—á lomo
De los adjetivos ó epítetos que toma el sus —alta—ambulante— á pié—atalajada— á toda
tantivo batallón son los más usuales los siguien carga—baja—blindada—casamatada—combina
tes: auxiliar—débase—de cabeza—de campaña— da—compañera—conjugada—cruzada—cubier
de cazadores—de cola—de dirección—de depósito ta —de alarma—de bala roja—de batalla—de
—de disciplina—de granaderos—de guerra—de brecha—de campaña—de. cañoneras—de caño
guias—de línea—de marcha—de preferencia— nes—de carril estrecho—de cestones—de cohe
destacado— en cuadro —fijo— franco— ligero- tes;—de costa—de desmonte—de elevación—de
maniobrero—modelo — provisional — sagrado — enfilada—de flanco—de frente—de fuegos cur
suelto. vos—de merlones—de montaña—de morteros—
BATALLOSO. Antiguamente porfiado, reñi de obuses—de pedreros—de plaza—de posición
do, disputado. «Le narraré las proezas de nues —de rebote— de reserva —de revés—de rodaje
tras huestes, cá son tanto sanguinas é batallosas —de sacos—de salchichones—de saliente—de
como las de la Vega de Granada». (Bacuiller salva—de sitio—de tierra—de trinchera—direc
de Cibdad Real Epist. 52). ta — enmascarada — enterrada — fija — fijante—
BATKMURO. Pieza de la primitiva artille flotante—horizontal—incendiaría—ligera—mon
ría que, colocada y sujeta en un carretón ó fus tada—móvil—oblicua—oculta—pasajera— per
ta tiraba, sólo horizontalmente, en brecha con manente—rasante—rodada — tapada—volante.—
pellas de niERRO. (Clonard. Hist. org. T. I, pá Con la voz batería también se emplean los si
gina 49). guiente verbos, que se definen en el lugar alfa
bético correspondiente: — acallar— aguantar—
BATERIA. Sustantivo, derivado del verbo
apagar— armar— asentar— atalajar— blindar—
batir, que tiene varias acepciones. En general,
callar—construir—crear—cubrir—dar —desar
de reunión de bocas de fuego y de artilleros que
mar—desenfilar— desmontar— destruir— dotar
las sirven: más particular de unidad táctica y
—enfilar—erigir—establecer— ganar—levantar
orgánica en el arma de artillería.—En fortifi
— montar— perder— plantar— protejer— servir
cación, la obra ú obras destinadas especialmente
—trazar.
á ser guarnecidas por un número, ordinaria
mente considerable, de piezas de artillería reu BATICOLA. Lo mismo que grupera, como
nidas y á cubierto. —Antiguamente batería ex hoy dice el reglamento táctico de caballería. La
presaba el acto y la acción de batir y combatir; correa que sujeta la silla de montar, pasando el
usándose la frase dar batería, como se ve en los morcillo ó parte redondeada por debajo del mas-
textos siguientes: «Juan de Padilla entendió en lo de la cola del caballo.
BATI — 157 — BAYO
BATIDA. Antiguamente voz de montería, que frase puramente italiana, era técnica y usual en
hoy se aplica á desalojar de un bosque, ó lugar nuestra milicia del siglo XVI 'V. Estradiote).
escabroso y cubierto, partidas ó individuos suel —Batir tiendas, recogerlas, desarmarlas para le
tos ó restos dispersos del enemigo. vantar el campo. «Al primer toque (generala) se
BATIDERO. El terreno desigual que, por batirán tiendas » (Ord. gral. art. 3. til. 16
los hoyos, piedras ó rodadas, hace molesto y di trat. 8.) Dice. Acad. 5. da batir banderas en dos
fícil el movimiento de los carruajes. (Dicciona- sentidos: en el de honor y reverencia, inclinán
uo de la Academia 5). dolas; ,y en el de rendirlas á entregarlas al ven
cedor.
BATIDOR. En general explorador, descubri BAUL. Martínez del Bomero en su Glosario
do»; el que en la guerra hace batida, bate, explo del Catálogo de la Real Armería dice: «Hemos
ra, reconoce, registra, limpia el terreno.—Más dado la denominación de baúl, á falta de otra
particular, los soldados escogidos de caballería, más propia ó verdadera, á ciertos yelmos de tor
que, como los gastadores en infantería, prece neo de fines del siglo XIVv principios del XV...
den hoy ceremoniosamente al escuadrón.—Más Si supiésemos en adelante ó se nos comunicase
aún, los dos ó cuatro jinetes que preceden a las el nombre que se daba á esta clase de yelmo,
personas reales y a los generales en actos haríamos al punto la sustitución».
solemnes.
BAUSAN. La figura de un hombre embuti
BATIENTE. En artillería el madero grueso da de paja y vestida de armas, que en lo anti
que se coloca en la explanada de una pieza en guo solían poner detrás de las almenas, para dar
iateiU, al pié del talcd interior del parapeto, á entender que había bastantes defensores (Dic
para que las ruedas, batiendo ó tropezando en cionario Acad. 1 y 5).
él, no destruyan el revestimiento. —«Tambor BAUTISMO. En lenguaje figurado se llama
batiente y banderas desplegadas» es la frase bautismo de sangre ó de fuego á la primera ac
usual, no sólo para indicar capitulación honrosa, ción de guerra en que se halla un individuo.
sino entrada de tropas, Á mano armada unas ve
BAYONETA. Daremos un extracto literal
ces, otras con aparato y solemnidad triunfal.
de Clonard (Hist. org. T. 5. pág. 24 nota,) que es
BATIR. La etimología de este verbo la traen traducción del art. Báionnette inserto en el Dic-
unos del latin battuere ( V. Batalla), otros del lionnaire de V arméede Ierre de Bardin.
bajo latin batiere, que se encuentra en las Capi «Unos atribuyen la invención do esta arma
tulares de Carlo-Magno y otros en fin se re á los franceses, y otros á los holandeses; sin de
montan al celta, de donde lo tomó el latin. Sea cidirnos por unos ni por otros, expondremos
como quiera, el verbo es de uso muy moderno sencillamente lo que dicen la mayor parte de los
en sus siete acepciones: de pelear y combatir autores que se han ocupado de esta cuestión.»
(V. e. v.j; de arruinar ó demoler; de derrotar y «Según Daniel, el regimiento de fusileros del
desbaratar; de explorar, registrar, reconocer, rey de Francia, fué el primero que usó la bayo
flanquear; de tocar marcha ó llamada; de reco- neta en 1670, y por la ordenanza de 1676, esta
er tiendas; de rendir banderas. arma se generalizó en los demás cuerpos; pues
Terreros dice: «Batir: Término de guerra dicho reglamento la prescribe á los dragones
Hueramente introducido, deshacer al enemigo, como un elemento de ataque y defensa que de
desbaratarle.» En el dia se bate una tropa con be serles de grande utilidad. En 1678 los grana
otra; y como verbo activo, se puede batir al deros estaban todos armados de fusil con bayo
enemigo,—un muro en brecha—un bosque, ter neta, y dice Puysegur que durante la guerra de
reno ó camino—marcha ó llamada 'como ho 1688, Luis XIV presenció un ensayo de bayone
nor) pues los demás toques no se baten, se tocan tas con cubo, que no tuvo buen éxito por la fal
!V.el til. I. trat. 3. de la Ordenanza.) ta de uniformidad de los mosquetes; pero si so
Baralt exagera sin duda cuando dice en su ha de dar crédito á las juiciosas observaciones
Dice, de galicismos: «Batirse. Por contender, re del sábio Meyer el cubo es invención del gene
ñir, pelear es un enorme, y al par que enorme, ral inglés Mackcai en 1689: hasta entóneos la
supérfluo y vicioso galicismo. Entre nosotros se bayoneta fué una especie de daga con un mango
bateen ruina una fortaleza; se baten los muros de hierro, que se clavaba en el fusil, siendo por
etc. sólo las personas, por privilegio especial, consiguiente preciso envainarla para poder ha
no se baten: estas riñen, pelean contienden etc.» cer fuego: más tarde se creó el anillo que la
V. Combatir).—Batir la estrada, la campaña, aseguras.
BAYO — 158 — BELO
«El nombre de esta arma proviene, según | Según Decker (Tact. de las tresarm. 1.* 48.)
dicen algunos autores, de Bayona, donde supo I La bayoneta apareció por primera vez en Holan
nen se ha fabricado por primera vez. Según va da en 1 647, quitándose del fusil para hacerfue-
rios historiadores vascongados, hay en los Piri go. Un ensayo sin resultado se hizo en Francia
neos una posición llamada Bayoneta, que fué en 1681. Cárlos XII la mejoró. En 1 732 en Pru-
célebre por un combate que en ella tuvo lugar sia la tuvo la primera fila solamente, y las tres
entre españoles y franceses, y en que los vas i en la batalla de Molwitz (1740).
congados, habiéndoseles acabado las-municiones Respecto á etimología, todavía podemos ser
ataron sus navajas en la punta de sus fusiles y vir al lector con otro texto. Hojeando la obra ti-
lograron triunfar de sus contrarios, arrojándose | tulada L'esprit dans l'hisloire del «espiritual»
sobre ellos con el denuedo que distingue á esto i francés Edouard Fournier, en la pág. 378 nos
heroico é industrioso pueblo: de aquí habría de I encontramos con este párrafo: «A propósito de
rivado el nombre de que se trata en el concepto la bayoneta, de la cual decía el P. Daniel utili
de estos escritores». ce franeaise, líb. VI. chap. Vj que no sabia cuan
«Lo que hay de cierto y de positivo, es que do ni donde fué inventada, permítaseme recor
antes de la fabricación de esta arma en Bayona, dar, de paso, que su nombre no viene, como por
que según Gassendi data del año 1 671 , ya Puyse- ahí se dice, del de la ciudad de Bayona, sino del
gur daba á sus partidarios en Flándes una hoja diminutivo español bayneta, pequeña vaina
de un pié de largo, que se fijaba en la punta del (pelite gaine)». Positivamente c'est drólel
mosquete: por tanto, la invención de la bayoneta La frase reglamentaria, según la táctica, es
no puede referirse á Bayona ni pertenece á la armar y envainar la bayoneta; pero el art. 1. ti
fecha que acabamos de citar». tulo 1 . Trat. 3 de la Ordenanza dice: «Todo ho
«En el mismo siglo XVII llevaban también nor se hará con las armas (cuando ocurraJ en
bayonetas los dragones de la milicia austríaca». el estado en que se hallen de bayoneta puesta ó
«Si damos crédito á lo que dice el diario de quitada (V. Calar).—A la bayoneta es un modo
las ciencias, en el tomo XXIX, página 337, la adverbial de táctica para decir que, cesando ó
palabra bayoneta significaba una especie de da suspendiendo el fuego, se ataca, se arremete, se
ga en el año de 1578, y según el Diario del ejér marcha resueltamente contra el enemigo, para
cito IT. III. pág. 150), las tropas holandesas co desalojarlo de una posición, para combatir al
nocieron en Madagascar el uso de las dagas ajus arma blanca. Bayonetas, en plural, quiere decir
tadas al fusil». soldados de infantería al contar, por oposición
«Por lo que llevamos expuesto, se ve muy á sables ó jinetes.
claramente que hay tantas opiniones sobre el BAYONETAZO. El golpe y la herida de ba
origen del arma en cuestión, como autores que yoneta.
se han ocupado en investigarlo; en lo que todos
convienen, y en lo que no cabe la menor duda, es BEBRA. Nombre, cuya etimología se ignora,
que ha ejercido una influencia inmensa en el que dieron los bárbaros, al formar parte de la
arte militar. Por ella cesó la caballería de ser el milicia romana, al antiguo chuzo ó pilo. Es voz
terror de los infantes: el fuego de las líneas de usada por Vegecio (lib. 1. cap. 20): «Barbari
batalla no fué ya considerado como el único me autem scutali pedites his praxipue uluntur, quas
dio de combate, y la infantería llegó á constituir bebras vocant, el binas etiam ac ternas in prce-
la principal base de los ejércitos». lüsportantn.
A estos datos de Clonard ó de Bardin añadi BELICO, BELICOSO, BELÍGERO. Del la
remos los siguientes. tín bellum, guerra. Guerrero, perteneciente á
En el real decreto de 26 de abril de 1 685 crean cosa de guerra. Fuerte, apto, ejercitado en la
do las primeras compañías de granaderos en Espa guerra. El tercer adjetivo solo se usa en poesía.
ña se lee « formen cuatro compañiasde á cin (V. Espíritu).
cuenta hombres cada una soldados y reformados
con sus oficiales; escogiéndose los que fuesen BELIGERANTE. De las voces latinas bellum
más á propósito para este manejo, y armándo gerere hacer guerra. Cada una de las dos nacio
las con fusiles y bayonetas que se puedan fijar en nes ó ejércitos que están en guerra abierta. Se
ellos, de manera que después de haber disparado dice también las partes beligerantes.
les sirvan como chuzos ó medias picas » Es BELONA. Diosa de la antigua mitología, que
pues evidente que en 1685 el cubo y el recodo unos hacen esposa y otros hermana de Marte,
no eran conocidos, en España por lo menos. dios de la guerra. Hay quien dice Duellona, de
BEND — 459 — BIBL
duellum que, según Isidoro, Vossio y otros, era llama berrocal el sitio en que se hallan. De aquí
en latin sinónimo de bellum, guerra. vino el nombre de berroqueña que se da á la pie
BENDECIR. BENDICION. En lodos tiem dra de que están formados los antepuertos y
pos y paises se han consagado á la divinidad con sierras de Guadarrama». —Es el granito de los
pomposa ceremonia las armas, las banderas, los geólogos modernos.
despojos militares, y, en el orden civil, los cam BERVETE. Antiguamente apuntación bre
pos, las cosechas, los monumentos, los caminos, ve de alguna cosa (Dice. Acad. 5.) Quizá de aquí
como en nuestros dias las locomotoras de ferro venga brevete, sin necesidad de acudir al fran
carril. La Ordenanza prescribe el ritual católico cés brevet.
de esta solemne ceremonia respecto á las bande
BETA. Nombre técnico que toma la cuerda
ras nuevas de un cuerpo. gruesa ó maroma de la cabria y cabrestante en
BENEFICIAR. Se dice hoy de las raciones, las maniobras de fuerza de artillería.
cuando se toman en dinero; ó de una letra ó li
branza , cuyo pago se anticipa mediante des BIARCA El oficial que en la milicia romana
cuidaba especialmente de los víveres y de los
cuento. —Antiguamente el significado de este
verbo era más extenso en sentido orgánico. (Véa sueldos bajo la dependencia del prefecto de los
reales. El origen es griego.
se Capitán).
BENEFICIARIO. Cargo ú oficio en la milicia BIBLIA. Lo mismo que bibliopetraria (V. e. v.)
romana que Don Sancho de Londoño define BIBLIOGRAFÍA. De las dos voces griegas
[Discip. mil. fol. 13): «Beneficiarios, los que biblion, libro, graphos, describo. En el dia cons
eran promovidos y aventajados por beneficio de tituye un ramo importante, y el inmenso nú
los tribunosn. Es la traducción de Vegecio: «Be- mero de libros que van apareciendo lo hace in
neficiarü, quod promoventur beneficio tribuno- dispensable para abreviar y facilitar las consul
ruma. Especie de aventajados, distinguidos, sol tas y el estudio. La célebre Biblioteca (sinónimo
dados con premio, alta-paga.—Dice. deD? W. cor de Bibliografía) de Don Nicotás Antonio, verda
rige oportunamente á Moretti, que toma al dero monumento de erudición, hace honor á
beneficiario por asistente ó criado, de lo cual España. En el dia sería imposible una bibliogra
estaba muy lejos. fía general, y cada ramo del saber va teniendo
BENEMÉRITO. Adjetivo, compuesto de dos la suya especial. El arte militar español no
voces latinas, que significa en general «el que cuenta más que con el ensayo de Huerta en 1760
merece bien». Benemérito de la patria, y con la y el apunte más moderno de Diana en 1 851 . La9
añadidura «en grado heróico y eminente» es una noticias de Ríos, Lucuce, Salas y otros son in
exajeracion hiperbólica que pierde su valor por completas. Quizá el que esto escribe, utilizan
lo prodigada.—Dice. Acad. 5 da como anticuado do todo, y no escaseando el ímprobo trabajo de
el sustantivo benemerencia, mérito, ó servicio. recorrer catálogos, índices y bibliotecas, logre
dar una nueva bibliografía militar, completa en
¡V. Mérito).
cuanto puede serlo una obra de esta especie.
BERMA. Espacio ó escalón que suele dejarse
en la unión del talud exterior del parapeto de BIBLIÓGRAFO. El que forma listas ó ca
tierra con la escarpa, para impedir que las tier tálogos razonados de libros.
ras de aquel rueden al voso. (V. y comp. Cor- BIBLIOMANO. El que padece la mania de
dos, Tarleta). La voz, indudablemente teutónica recoger, coleccionar ó más bien estancar libros
ó sajona, brim, brem, la hemos tomado modifica raros; no para leerlos, sino para ostentarlos en
da ya por los franceses, que dicen berme. La trae sus estantes y privarlos de circulación provecho
Dice. Acad. 5. sa. De alguno cuentan que, sabiendo con cer
BERROCAL. «Sitio de piedras berroqueñas teza que de una obra rarísima no existían mas
como Trujillo». No está en Dice. Acad. 5; pero de dos ejemplares, que tenia en su poder, que
si en Dice. Acad. Hist.—Terreno granítico. (Véa mó uno para dar más valor al otro.
se Berrueco). BIBLIOPETRARIA. Lo mismo que balista
BERRUECO. Dice. Acad. 5 da simplemen según Moretti y Hevia. Con este nombre ó sólo
te roca, peñasco; pero Dice. Acad. Hist. entra con el de biblia cita C. Aquino ILexic. mil.) una
en más pormenores: «El peñasco que en for máquina antigua litóbola, ó petraria, ó jaculato
ma de berruga (sic) sobresale en los montes, y ria. A pesar de lo que dicen Justo Lipsio, Dt-
por el número de estos peñascos puntiagudos se cange y demás comentadores ó «sospechadores»
BIBL — 460 — BIMB
ni se sabe como era, ni de donde pudo venirle gi á los romanos cuando los asaltaron». (Clonard.
su extraño nombre. Acojino sospecha á su vez Mem. de la A. de la Hist.)
modestamente si vendrá do Biblo, ciudad de Fe BIFA. Antigua máquina litóbola y jaculatoria
nicia, donde acaso se inventó. que cita, pero no describe con puntualidad
BIBLIOTECA. Lo mismo que librería; co Aegidio Romano en su Regimine Principum, capi
lección ó reunión «numerosa» de libros, desti tulo 18. El erudito conde piamontés Galeani
nada generalmente al público.—También es Napione que ha comentado extensamente la obra
sinónimo de bibliografía. No caeremos en la ten de Egidio (Mem. de la Acad. de Turin T. XXVIII.
tación de unir nuestra voz á las muchas y au página 39) cree que en vez de bifa debería leer
torizadas que claman por la creación y fomento se bisela atribuyéndolo á error de copia; pero
de bibliotecas militares, como único medio de tampoco entra en pormenores sobre la máquina ó
alimentar y propagarla instrucción. El viento engeño que tiraba, como el trabuco (V. e. v.),
no sopla por este lado en ciertas regiones (1867.) enormes piedras.
BICOCA. «Fortificación pequeña y de poca BIFRONTE. Adjetivo latino que se aplica á
defensa» (Dice. Acad.) «Pequeña plaza de guerra lo que tiene dos frentes. Aunque se use en poe
mal formada, que solo puede hacer una débil sía, no vemos inconveniente en que también lo
defensa». (Moretti. Hevía). Le. Diclionn. de la admita la táctica.
Conv. lo deriva del latín vicus; otros del árabe BIFURCARSE. Es hoy común este verbo en
habacon, cosa de poco valor. Covarrubias dice: topografía, para significar que un camino ó una
«es un modo de garita hecha de tablas, como cordillera se parte y divide en dos. Punto de bi
torrecilla, en que está el soldado que hace la furcación es aquel en que esto sucede. Dicciona
centinela; dijose del nombre griego 6ieos, do- rio Acad. 5. dice: Bisurcado (quizá sea errata) lo
limn, que se puede romancear, cubeta; y el apo que tiene figura de horquilla: y no trae el verbo.
sento, cuando es muy estrecho que no se puede BIGA. Antiguo carro de guerra de dos caba
uno espaciar en el, decimos ser una bicoca». llos: así como el de cuatro de frente se llamaba
L Encyclop. des Gens du monde lo trac del nom cuadriga.
bre de la batalla célebre del Milanesado. Bardin
dice que se introdujo en Francia á consecuencia BIGORNIA. Dice Covarrubias {Tesoro de la
de la batalla perdida por Lautrec en 1522, man lena, cast.) «A los valientes suelen llamarlos de
dando á los españoles Pescara y Próspero Colona. la bigornia ó bigornia los soldados que en el es
Varios alemanes contuvieron el avance de los cuadrón van en la bicornia, conviene á saber, en
franceses, apostados aquellos en un castillejo los dos cuernos en que se divide». Dejamos toda
(gentithommiére) , llamado por los del país bico la responsabilidad al texto.
ca, nombre que tomó la jornada. Salazar (Ori BIGOTES. En la hoja de espada antigua, lla
gen de las dign. pág. 292) también lo usa en man así los armeros á las porciones que median
este sentido: «Será buena para la provincia don desde el arranque de la espiga hasta donde em
de tienen titulos de condes de cualquier castille piezan los FILOS.
jo ó bicoca hombres de menos suerte que la que BIL1AT1CO. No hemos visto esta voz latina,
se requiere». Se ve, pues, que esta voz, tacha bilidticum, sino en Moretti y sus copistas. Dice
da de galicismo por algunos, no puede ser más textual: «Los romanos daban este nombre á la
castiza y autorizada. En todo caso es italiana. paga que recibían los biliagos ó centinelas. Se
BICORNE. «Lo que tiene dos puntas ó cuer debe creer que seria una gratificación que de
nos». (Dice. Acad.) Luego el sombrero antes tri vengaban los soldados cuando hacian algún ser
corne ó tricornio debe llamarse bicornio ^1867) vicio expuesto ó fatigoso, como escucha, guerri
para la debida propiedad. (V. Cuerno) lla, centinela avanzada». Por nuestra parte nos
abstenemos de creer.
BIDENTE. Dice. Acad. sólo da: «Especie de
azadón que tiene dos dientes»; pero le presta BÍLICE. En latín bilix. Armadura que usaron
carácter do arma el texto siguiente: «Los primi los romanos en lugar de la loriga (V. e. v.) Con
tivos españoles para defenderse de los asaltos, sistía en un jubón con medías mangas anchas y
tenían el bidente, reducido á un palo largo con sin cuello, hecho de un tejido de cordeles de lino
una cuchilla en forma de media luna que San- de dos hilos y endurecido con vino al modo de
Isidoro le da el nombre de Irudes: el tridente el nuestros fieltros. (Dice. Moretti).
horca y el lobo con los que rechazaron en Onin- BIMBRAR. Verbo que alguna vez suele en
BIRR — 161 — BLAN
contrarse por vibrar (V. e. v.), por ejemplo, en BITOQUE. Puede ser como dicen Moretti y
ErcEsio de Salazar [Cartas, pág. 31): «Si la lan Hf.via, tapón, tapaboca, del arma de fuego. Dic
za del moro viene por detrás, bimbrando el hier cionario de la Academia 5 da esta voz andaluza
ro como lengua de culebra » Y añade el como «palo redondo con que se cierra el aguge-
Glosario: cimbrar, doblarse como el bimbre, del ro ó piqueta de los toneles».
latín vimem, que es lo que corruptamente lla BIZARREAR. Fuera de su acepción ordi
mamos hoy dia mimbre. naria y conocida, de «ostentar bizarría ú obrar
BIRRETINA. Asi se llamaba á principios del con ella» Dice. Acad.) también suele usarse este
siglo XVIII la corra de pelo que ha sido y sigue verbo cuando se describen operaciones de guer
siendo en Europa, la prenda distintiva de los ra, para indicar las pintas, las correrías, los mo
granaderos. Al introducirse en España este ins vimientos audaces que por país enemigo y ame
tituto llevaba sombrero. (Clonard. Hist. org. To drentado hace un ejército victorioso para acabar
mo V. pág. 137). de subyugarlo. En este sentido lo usa el P. Es
BISACUTA. Nombre puramente latino, bis, trada (Guer. de Fldndcs. dec. 2. lib. 1). ponde
dos veces, acuta, aguda, de un arma antigua: ó rando la habilidad estratégica de Farnesjo: «Ya
quizá genérico de la espada, del arma de dos lo tenia premeditado Alejandro, el cual, asi co
filos. mo después de muerto el Austríaco, intentando
la reconciliación de los walones por medio de
BISARMA. Especie de alabarda corta, que las armas y bizarreando con esta mira por Bra
por un lado tenia la cuchilla en forma de media bante con sus tropas vencedoras, los atrajo al
luna y por el otro una punta recta. Se usaba to tratado de la unión, agora también tomó con
davía á últimos del siglo XV. Dice. acad. lo tiene todo empeño la empresa de Mastrique »
por genérico, pues dice «la alabarda, llamada
asi acaso por tener dos modos de herir, punzan BIZARRIA. Uno de tantos sinónimos de
do y cortando. Es voz de poco uso». valor, aliento, esfuerzo, bravura; pero que lleva
en si algo de lozanía, gallardía, lucimiento, ga
BISOÑADA. «Dicho ó hecho de quien no la, esplendor, generosidad. La etimología, según
tiene conocimientoóexperiencia». (Dice. Acad. 5). Covarri'bias, es del árabe biziará; según otros
BISOÑERIA. Palabra desusada, pero expre. del vascuence ó del italiano.
siva, para designar la aglomeración de gente
BIZARRO. No sólo expresa valiente , sino
nsoña. Tiene la autoridad del Dice Acad. y del generoso, lozano, lucido, galán, espléndido.
Duque de Alba, que, al entrar en Portugal en 28
junio 1580, decia á Felipe II: «Llevo tan gran BIZCOCHO. El acopio de galleta. La galle
impedimento con estos carros y tan gran biso ta misma. Esta voz, en francés biscuit, en ita
ñería, tanto en el ejército como en los particu liano biscolto, puede provenir del latin bis-
lares, que prometo á V..M. que desde que nací coclum, dos veces cocido, muy cocido. La pro
no me he visto en tan grande aprieto, y que si visión de galleta, según los eruditos, viene de la
tuviera enemigos en el camino etc.» Tam milicia romana en tiempo de los Antoninos.
bién en el parte que el marqués de Aytona dio BLANCO. Del godo blanch, según Covarrc-
al Conde- Duque de Olivares de la batalla de Las bias. Señal ó aparato, pintado en todos tiempos
Horcas, junto áLérida, en 7 octubre 1 64-2 se lee: de blanco, que se fija á una distancia determi
oEI dia no ha sido malo, porque si no se ha con nada, para ejercitarse en el tiro aprender la
seguido del todo el fin, ha servido al menos pa puntería, conocer y calcular las distancias y afir
ra experimentar la bisoñería de nuestra gente mar el brazo en las armas portátiles. Regular,
para en adelante,- pero ha sido bueno, pues el mente suele ser una tabla redonda con circuios
enemigo perdió su artillería, etc. (Item. hist. es negros, ó bien de lienzo con un marco de ma
pañol. T. XIX. pág. 354). dera.—El blanco de cañón es un bastidor de lien
BISOÑO. El indivídi'o ó tropa novel, no adies zo con varios círculos pintados, teniendo un
trado, no agierridoó ejercitado. Dice. Acad. 1.* diámetro de 90 pulgadas el mayor: en el centro
edic. afirma que es voz tomada del italiano ho está pintado de negro uno de 30 pulgadas do diá
bisogno, primera palabra que aprendían en Ita metro; al rededor de este una zona blanca de
lia los reclutas españoles para pedir lo necesa 15, y al rededor otra zona también de 15 pulga
rio. Covarri bias da también este origen en su das. El blanco de mortero consiste en una ban
Tesoro (1612) añadiendo que es nombre «casual dera sobre un asta, elevada en el centro de tres
y moderno». En el dia es oficial y técnico. circunferencias concéntricas trazadas en el sue
21
BLAN — 162 — BLOC
lo por otras varias banderolas pequeñas ó es- nicismo especral de ingenieros, la blinda usada
tacasjilancas.— Punto en blanco. Locución téc en trabajos de sitio es un simple bastidor com
nica en balística, es decir, en el luto actual de puesto de dos montantes y dos travesanos. Esta
au.ua de fuego, para expresar aquel donde se voz, sino viene del bajo latín blida, plúteo, má
cortan ó encuentran, lejos de la boca del cañón, quina, galería de siTro, vendrá del adjetivo ale
las dos líneas llamadas de mira y trayectoria. mán blinde, ciego, oscuro, porque asi queda
efectivamente el reducto ó lugar blindado, l'or
BLANDEAR. Del latín blandior, blandiré, lo demás, la palabra entró ya desde el siglo XVI
del adjetivo blandus, blando. Aflojar, ceder, en el tecnicismo castellano. Describiendo Alonso
ciar, cejar una tropa en combate. Dice. Acad. y Carnero el célebre sitio de Ostende por Ambro-
Covarrurias también lo hacen sinónimo de blan sro Spinola (1601-1604) dice: «Y para este efec
dir. «Y el que lo intentare primero ha de pasar to (el de cubrirse) usaban otros ingenios que los
por la punta de esta lanza, y en esto la blandeó llaman blindes y candeleros. Los blindes se ha
tan fuerte y tan diestramente que puso pavor en cían hincando primero en el arena, en baja mar,
todos los que no le conocían». (Cervantes. Qui unos palos muy largos, y atravesaban otros, y
jote). ponían muchas faginas hechas de varas gruesas
BLANDIR. Mover, vibrar, cimbter con bra y largas de quince piés, y atadas juntas muy
zo fuerte y movimiento trémulo la lanza ó espa bien, eran bastantes á resistir mosqueteros. Los
da. Los franceses dicen brandir, los italianos candeleros se bacian de dos piezas largas de
brandire; quizá los tres vengan del germano quince piés, enclavadas unas con otras, y un
brand, hacha de armas, arma de corte. través dos palmos el uno del olro y abajo un pié
para que estuviesen derechos. Y de esta manera
BLANQUILLO. En los tiemposen que ha se llevaban á la parte donde se habian de poner
bía guardia real y otros cuerpos más ó menos y henchidos de salchichas eran á prueba de
privilegiados, era el mote familiar del desdicha mosquete Y así hallaron esta forma de blin
do que pertenecía al arma de infantería. Pro- das y candeleros, que se fabricaban sobre unos
vinode llevar esta entonces uniforme blanco. — leños atravesados y poniendo debajo unos tone
«Habiendo mandado vestir y armar uniforme les, se llevaban á donde se quería con una cuer
mente mi Infantería, que quiero esté toda vesti da que salia de un áncora que en baja mar se
da de blanco, variando los colores en las mues plantaba en la arena. Y por otro cabo tiraban
tras » [Ilegl. de'Mdbre. 1706). hasta llegar con estos ingenios á la parte donde
BLASON'. Contra la costumbre de los dic habian de asentarse, y quitando los toneles,
cionarios, en este se suprime lodo lo relativo quedaba la obra tija, y en bajando la marea se
á esta llamada ciencia, no sólo por razón de trabajaba detrás de estos reparos». (Guerra de
brevedad, sino por no haber comprendido el au Flándes. lib. 15 cap. 10).
tor que pueda interesar hoy en lo más míni BLINDAJE. Voz genérica de FORnrrcAcroN.
mo al arte, á la literatura, ni á la historia real
Todo techo, cobertizo ó defensa, compóngase de
mente militares. lo que quiera, para cubrirse de los fuegos verti
BLASONAR. Dice Covarrurias (Tesoro di cales ó curvos. Para los directos y de enfilada
ta leng. casi.) «Recitar las hazañas, propias ó sirven los parapetos y los traveses. —En estos úl
de sus antepasados, de dó nació el proverbio timos años la marina adopta esta voz; pero bien
«blasonar del arnés» hablar á la fanfarronesca y se ve que es más propia la de coraza aplicada al
contando en tiempo de paz las valentías que costado de los barcos cubierto de hierro. (Véa
uno ha hecho en la guerra, sin que haya más se Blinda).
certidumbre que decirlo él». Covarrurias es BLINDAR. Cubrir «por arriba» ponerá prue
cribía en I6i2; pero no hay que retocarle es ba de bomba, como ántes se decía.
ta definición en 1 867 .
BLOCKHAUS. Voz novísima, tomada del
BLEMOMETRO. Nombre griego de un ins alemán [block, madera, haus casa'; por los fran
trumento que cita Bardin, corno de invención ceses, y muy usada por ellos en los principios
moderna y francesa, para apreciar ó medir de su guerra de Argel. Se reduce á una caseta,
la fuerza ó elasticidad de los muelles de fusil. barracón ó reducto de madera á prueba de fusil,
BL I N DA. En general el madero de gruesa es que se lleva desarmado y se asienta ó arma don
cuadría, que, con faginas, zarzos, tierra, estiér de conviene. Esta invención, útil en Africa, to
col, constituye el blindaje ó cobertizo. En el tec mó, por ser francesa, cierto carácter estupendo
BLOQ — 163 — BOGA
como lo prueba su nombre exótico; pero en Es quilla. —bocas de fuego es la designación gené
paña no debe maravillar por lo nwca al que rica de piezas de artillería, pero no de armas pe
haya leido el siguiente pasaje, impreso en 1599: queñas ó manuales.—También los ríos tienen
«Al Rey nuestro Señor le presenté el año mil y bocas, como el Danubio, al desaguar ó desembo
quinientos y ochenta y cuatro, viniendo de Se car por varios puntos ó brazos.—Bocas inútiles
villa en la embajada de Inglaterra, una forma es la locución gráfica, ó más bien cruel, con
de ingenios de madera y ciertos tornillos, con que se designa la masa de ciudadanos ó vecinos
los cuales se podia armar en muy breve espacio inermes de una plaza sitiada, que el gobernador
un caballero (V. 6. v ) de altura de treinta pies expulsa para conservar los víveres y prolongar
geométricos y más. y ancho de sesenta en cua su defensa. Muchos casos cita la historia de ha
drado; donde podia cstargolpe, (tropa, fuerza) de berse encontrado entre nos fuegos esas pobres
mosquetería con que defender el alojamiento bocas inútiles, al salir de la plaza, como una es
campo) poniendo cuatro caballeros (reductos, pecie de regalo que el sitiador nunca admi
torres) deslos á las esquinas del; los cuales ven te gustoso, y creemos que algo de eso hubo
drían á hacer como traveses, para guardar la en el último sitio de Morella en 1 8 iO. «Para
entrada del y plataformas para la campaña, sien que dentro de una plaza que piensas rendir por
do la fábrica dellos de maderos pequeños, que bloqueo se.hallen muchas bocas inútiles, no des
se pueden llevar en cualquier bestia, y no de el menor indicio de intentar contra ella y tómala
mucho volumen y embarazo al armarse y des de golpe los puestos un dia que por fiestas,
armarse, que es lo que hace ser las maquinas y ferias ,ó por otro motivo acostumbre concurrir
ingenios más provechosos. ...etc.» (Bern. Mendo allí gran cantidad de forasteros.» (Santa Cruz.
za. Teórica y Práctica, pág. 86). Reflex. mil. lib. 13. cap. 10). Ya en el siglo XVI
era técnica esta locución. «Debe proveer que en
BLOQUEAR. BLOQUEO. Del francés blocus;
su ejército las bocas supérfluas é inútiles sean
ó del alemán blocke.n, agarrotar; ó del latín buc-
las menos que pudiere » (Bart. Scarion. Doctr.
culare barrear, cerrar; ó del celta blocut, barri
mil. fól. 15).
cada. En general, toda operacios que tienda á
cercar, aislar, envolver, encerrar, acorralar al BOCACALLE. Entrada ó embocadura de
enemigo, liando su rendición, ó su exterminio, una calle, espacio entre las esquinas de las ca
más que al combate, al tiempo, á la perseveran sas que la terminan. En los tiempos que corren
cia y á la superioridad numérica. Como prueba (V. Asonada, Barricada) esta voz importa al mi
de la extensión que puede tener esta palabra, litar.
basta citar el célebre y absurdo bloqueo conti BOCACAZ. «Abertura que se deja en la presa
nental del primer Napoleón, que pretendía cer de un rio, para que por ella salga cierta porción
rar todos los puertos de todos los mares á las de agua destinada al riego». (Dice. Acad. 5!.
escuadras inglesas. En la guerra marítima, el blo
BOCADO. Elemento principal de la brida
queo, es decir, «el acto de cortar toda comuni
con que se sujeta y dirige al caballo. Pieza de
cación con un puerto ó con cierta extensión de
hierro que se compone de tres partes; emboca
litoral» es empresa á veces imposible, siempre dura, camas y cadenilla de barbada. En vez de
difícil y que entraña graves cuestiones de dere
enumerar las varias clases debocados copiare
cho internacional. Una de las que en el día es mos las palabras de un moderno escritor mili-
tán resueltas, y evita grandes abusos y vejacio
rar: «Van siendo innumerables los proyectos de
nes, es que el bloqueo ha de ser efectivo para bocado emitidos. La equitación ganará induda
ser respetado.—En la guerra terrestre, el blo blemente mucho con los deseos laudables de sus
queo puede serlo siempre; y sí bien estratégi inventores, pero el arma de caballería no ha
camente, como con las lineas del general Córdova
tocado los resultados. No podia tocarlos. Por
en la guerra civil, se puede bloquear á un ejér
que los inconvenientes deben apreciarse á la
cito entero, la palabra, en táctica, no tiene tan
par que las ventajas. El mejor bocado sería aquel
extenso significado, y se concreta á la operación
que mandase á toda clase de caballos. Y esto es
preliminar, indispensable de todo sitio de plaza
muy difícil. La mejor solución es la que el arma
importante y metódico. (V. y comp. Asedio).
tiene adoptada en este punto. Los bocados son
BOCA. Del latín bucea, de donde derivan de una misma forma. Varía poco la diferencia
abocar, embocar, desembocar, etc.—Una mina, de magnitud. En el mando de los caballos e
un pozo, un puerto tienen boca. También la tie bocado es poco, la mano el todo. Que los reclu
nen el canon y el fusil. Las bombas tienen bo tas sean bien enseñados; que los veteranos mon
BOGA — 164 — BOLA
ten con mucha frecuencia, sino diariamente, y ré». (Htm, hist. esp. T. I. pág. 255'. Martínez
los bocados actuales llenarán los deseos de to del Romero (Glos. del Cal. de. la R.Arm.) da es
dos. (J.Guzman. Estud. sobre caí). pág. 39. 1866). te verbo bohohdar como sinónimo de lanzar á
BOCAL. «En Aragón lo mismo que presa, tablado, esto es, arrojar lanzas, dardos, rohohdos
fábrica de manipostería ó muro para atajar el á un tablado, castillejo ó armazón de madera
agua de algún rio». (Dice. Acad. 5). hasta derribarlo. Lo ilustra con el siguiente tex
to de Morales (Crin. gral. T. III. lib. 16. pági
BOCAMANGA. Por excepción daremos en na 261). «Entre las otras fiestas que en estas bo
trada á esta parle del vestuario. La boca-manga das hubo, fué una muy usada en aquellos tiem
ó vuelta de la manga es en España hace más de pos y la llamaban lanzar á tablado. Y por lo que
un siglo el lugar de las divisas de los jefes; pero mejor se puede entender las veces que se hace
llevando hoy (1867) también galones, en otra mención de esta fiesta sin declararla, es que se
forma y en la parte superior, todos los oficiales, hacia un tablado, como castillejo ó asi, puesto
al decir, como ántes, galones en la manga no de en alio en la juntura de las tablas fácil: asi,
fine al jefe, es menester decir galones en la bo quien con buena fuerza y maña alcanzase á en
ca-manga. él dar algún gran golpe, lo derribaría. Tiraban,
BOCAMINA. No necesita definición. pues, los caballeros á este tablado con sus varas
BOC1N. «La pieza redonda de estera con que que llamaban bohordos, etc.»
se cubren los cubos de las ruedas para resguar BOHORDO. El Dice, de Acad. le da dos acep
darlos del polvo ó del lodo». (Dice. Acad. 5). ciones: «Lanza corta, arrojadiza, deque se usa
BOCINA. Del latin buccina. La corneta pri ba en las fiestas y juegos de caballería.—En los
mitiva, que de cuerno ó caracol pasó á ser de juegos de cañas y ejercicios de lagineta era una
metal, y más perfecta y sonora. Vegecio distin varita ó caña de seis palmos y de cañutos muy
gue (lib. 3. cap. o) la buccina ó corneta de la pesados derecha y limpia: el primer cañuto de
tuba ó trompeta: Tuba, quee directa est appe.lla- lantero se llenaba de arena ó de yeso cuajado,
tur: buccina, qwe in semetipsam ceneo circulo fle- para que no se torciese y estubiese más pesada
clitur».—«Tubicines, los trompetas; cornicines para poderse arrojar». V. Bohordar). La etimo
los cometeros (sic); bucinatores los que tañían logía es del bajo latin bohotdium, bohordicum,
las bucinas». (Londoño. Discip. mil. fol. 13). de donde el antiguo francés hizo be'hourd y el
BODOCADA. BODOCAZO. El tiro y golpe de italiano bof/ordo.
bodoque con la ballesta. BOINA. La gorra circular, chata, de punto,
BODOQUE. Bola de barro, hecha en molde ó usada por los vascongados, y que en la guerra
turquesa y endurecida al aire, del tamaño de civil del 33 al iO constituyó, con gran borla en
una ciruela de cascabelillo, ó bala de mosquete, el centro, el distintivo carlista como prenda de
que se disparaba como proyectil con la ballesta. su uniforme.—También la usaron algunas tropas
Covarrubias, en el arl. Bodoque, dice: «quasi francas ¡sabelinas, que se llamaron chapelgorris
baloque, del verbo griego bailo, tirar»; pero mas y CHAPELCHURIS.
obvio es traerlo del árabe bonduq que el mismo BOLA. Antiguamente betún, muy conocido
cita en el art. Albóndiga, y que, según Juan Pé y aborrecido del soldado, para hacer brillar
rez de Velasco, significa cosa redonda. ¡1830) la tapa de la enorme cartuchera. Como
BODOQUERA. El molde ó turquesa donde prueba de lo molesto de ciertas mecánicas, cite
se hacían los bodoques. mos un cuento que corro impreso. Un Capitán
BOFORDAR. BOFORDO. Lo mismo que general de ejército, conocido por su bravura y
bohordar bohordo (V. e. v.j su tesón, yendo al frente del regimiento de la
Princesa, que mandaba como Coronel en la
BOHORDAR. Antiguamente bokordar, tirar guerra civil, cayó muerto al parecer, de un ba
bohordos. En la carta de D. Alfonso X, de 6 de
lazo en la cabeza. La oración fúnebre de su tro
marzo de 1269, exhortando á la paz al concejo
pa fué clamar con júbilo «Ya no hay bola»; pe
de Escalona se lee: «Et tengo por bien, que pol
ro el incorregible coronel recogió todas sus
las fiestas grandes, ó quando acaescieren bodas,
fuerzas para contestar con voz de trueno: «Bola
ó otras cosas poi« que vos devades alegrar, que
y más bola».
bofordedes, é alanzedes, c que usedes de vues
tras armas, cá esto es cosa que se vos tornará en BOLADA. Lo mismo que caña ó tercer cuer
pro, é que me placerá mucho, é que vos gradi- po del canon.
BOLA — 165 — BOMB
BOLANDEBAS. Lo mismo que arandelas de Bolsa de milicias. Caja general de los tercios pbo-
las ruedas. vinciales instituidos por Felipe IV.—Bolsa de
municiones. La que llevan los artilleros para el
BOLAÑO. Pella, bala (V. e. v.) de piedra,
servicio de las piezas.
primitivo proyectil de la artillería.
BOLATIN. Describiendo Mendoza en su Guer BOMBA. En el estado de progreso y de pro
ra de Granada (pág. 144) el motín de Adra, dice blema que hoy (1867) tiene la artillería, la bom
asi: «Xo dejaban los soldados insubordinados de ba, como se dijo de la bala, ha perdido su signi
poner bolatines (llaman ellos bolatines las cédu ficación. Antiguamente ya se sabia que era el
las que denoche esparcen con las quejas contra proyectil hueco, de máxima dimensión ó calibre,
sus cabezas, cuando andan en celo para amoti disparado con mortero y precisamente por ele
narse, en que declaran su ánimo y mueven los vación. Ninguna de esas condiciones define hoy
no determinados con quejas y causas de sus ca ni distingue. Daremos, pues, ligera noticia his
bezas; » tórica.
Maizeroy y Bardin citan la obra de Valturio
BOLEA. El palo que por medio de una argo (libro 10. pág. 267), en que se encuentra dibuja
lla se unía antiguamente al extremo de la lanza da la figura de un cañón parecido al obús, desti
de los carruajes de artillería para sujetar en él nado á lanzar un globo ó esfera de bronce lleno
los tirantes de las caballerías de cuartas Lo mis de pólvora. Lleva por título: «muchina quá pilw
mo que BARRA DE GUAMA, BALANCIN" MAYOR. amece tormentarié pulverü plenai cut)i fungí ari-
BOLETA. La cédula ó papeleta, firmada por di (omití urentis emittunturn. En estas materias
el alcalde, en que se designa á cada vecino de los hechos, se comprende bien, que son prefe
un pueblo el número de soldados que ha de alo ribles á dibujos y viñetas (V. Artillería). Si á
jar en su casa con las condiciones de ordenanza. esta se diese fé, puesto que la primera edicíoá
Esta voz la usa Don Sancho de Londoño en 1568 del libro de Valturio es la de 1472 en Basilea,
(V. Furriel).—Alojarse á discreción es suprimir ya tendríamos el origen. Pero esc mismo Valtu
esta intervención ó formalidad municipal. rio, bueno es saber que atribuye la invención á
BOLETERO. El individuo ó dependiente del un Segismundo Malatesta, señor feudal de R¡-
ayuntamiento encargado de hacer y repartir las mini, que murió en 1457. La cosa va retroce
boletas de alojamiento; y también el cabo ó sol diendo demasiado; y la idea, si lo es, tardó en
dado que las recoge. bajar, como hoy se dice, al terreno de la prác
tica.
BOLETIN. Antiguamente, según Covarru-
Ríos IDisc. de art. pág. 25 y 421 sostiene que
bias y Dice. Acad. 5, sinónimo de boleta.—Desde
las bombas se arrojaron por primera vez en Wa-
principios de este siglo, en que Napoleón 1 puso
tendonck plaza del ducado do Gueldres (Flándes)
en moda el bullelin ampuloso y casi estereotí
sitiada por españoles al mando de Mansfelt y
pico, significa orden del día, proclama, parte ó
Alejandro Farnesio en 1 588; suceso que en Fran
relación de batalla. La voz francesa bullelin está
cia no tuvo lugar hasta 1631 en el sitio de La-
tomada del italiano bulletino, billete; yásu vez
Motiie, para lo cual Luis XIII tomó á sueldo al
esta del lalin bulla, bulla (V. Alocución).
ingeniero inglés Maltuus La primera noticia
BOLONES. En el afuste (V. e. v.) de morte que es la más acreditada, la tomó Ríos de Fa-
ro las cuatro partes salientes, donde los artille miano Strada, que atribuye la invención á un
ros embarran los espeoues para mover la PIEZA. habitante de Venló cuyo nombre calla.
BOLSA. Citemoslasmilitares.—Bolsa deaseo. Ya se deja entender que en esto de fechas é
La prenda de equipo que contiene peines, tijeras, invenciones no puede haber unanimidad. Asi
agujas, hilo, etc.—Bolsa degranadero. Ladecue Maizeroy da la primera romba en el sitio de Me-
ro en que llevaba 1 as granadas al principio del ziéiies (1521) Cotty, en el de Rodas (1522); La
siglo XVIII. El real decreto de 1685, que los martilliérb en (1558). Andreossy ya baja al sitio
instituyó, dice saquillo de granadas.—Bolsa de de Ostende de 1602, en el cual un ingeniero
herradura. En la silla de montar, lacompafiera francés por de contado) Renaud- Ville inventó
de la funda ó cañonera donde se llevan las her y propuso el ensayo al archiduque Leopoldo.
raduras de repuesto.—Bolsa del pelo. A princi Positivamente las bombas cayeron con abundan
pios del siglo XVIII, se ordenó que el soldado cia y precisión en el sitio de Candía (1648). En
recogiese en una bolsa de cuero el pelo largo, Amberes (1832) Paixhans, el de los cañones bom
que hasta entónces habia llevado en crencha.— beros, tiró bombas de 500 kilógramos. Mucha
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ántes las bombas llamadas Comminges pesaban de España. De lo contrario, los ataques hubie
500 libras. En 1867 todo eso ya no llama la aten ran sido incesantes, y entonces el terror, las
ción. pérdidas y daños causados al comercio y á los
BOMBARDA. Voz importante por lo que se neutrales, hubieran influido en el enemigo y
relaciona con el origen y la historia de la arti cediendo á su importancia la paz seria el resul
llería (V. e. v.) En el art. Lombarda se hacen tado definitivo; pero demasiado habrá consegui
algunas reflexiones. do la escuadra, con introducir el desaliento en
los peruanos, hacerles conocer la energía, poder
BOMBARDEAR. Tirar bombas: más bien, y valor de los godos (como nos titulan ellos), y
ejecutar un bombardeo (V. e. \.) Bombear no es comprender que España obtendrá una honrosa
verbo técnico, ni usado por los artilleros. paz, porque tiene medios para ello. Si aquella
BOMBARDEO. Rigorosamente, es el acto de escuadra sucumbe gloriosamente, olra y otra
tirar bombas en cualquiera circunstancia; pero irán allí, hasta conseguir el triunfo. No creemos
el uso da hoy á esta palabra el significado espe que esto :>ucederá. A estas horas las Chinchas
cial de un fuego violento, sostenido por un gran serán españolas, y el Perú, falto de crédito y de
número de piezas, en el cual los proyectiles dinero, humillado, cederá y pedirá la paz.—Bue
huecos, bombas, granadas ó cohetes, vayan di no será demostrar, con los anales de la historia,
rigidos, más que contra los muros ó defensas de lo que suponen los ataques de buques contra
una plaza, contra la población interior. Los mi fuertes de tierra, para corroborar el verdadero
litares dados al sentimentalismo declaman con mérito de lo llevado á cabo por nuestros valien
tra la barbarie del bombardeo: otros más des tes marinos. —Los resultados de bombardeos se
preocupados lo recomiendan por lo expedito. obtienen cuando les siguen desembarcos y com
Darcon lo reprueba: Vadviliers lo ensalza, y en binaciones con fuerzas terrestres, y sólo así tie
general todos exageran los estragos. El célebre nen importancia real para la guerra. —No todos
bombardeo de Barcelona por el general Espar son militares, ni están en la obligación do en
tero en 1842 le enagenó, por la exageración de tender de cosas de guerra, y con profundo do
las oposiciones, gran parte de la opinión. Decia lor se ve que en esla nación, marítima porexce-
un periódico que «el Regente traia la tez tostada lencia, son muy contados los que se ocupan de
por el humo y las llamas de aquella industriosa la marina, y si lo hacen es en detrimento de ella.
ciudad» y al buscar las ruinas, solo encontró la —Conviene hacer patente, y repetir una y mil
comisión investigadora las de una casa, ya de veces que cuatro cañones bien servidos y bien si
nunciada, que se aprovechó de la ocasión para tuados en fuerte de tierra, superan á 30 ó 40 de
venirse abajo. Se cila este caso, para advertir un buque de madera. Todas las ventajas están
que un general debe mirarse mucho, en estos por los que disparan en tierra firme detrás de
tiempos, ántes de disponer un bombardeo, si quie sólidas murallas. Los autores más célebres y la
re conservar popularidad. historia asi lo patentizan. —Veamos y hagamos
Si el bombardeo por tierra tiene general una ligera reseña de los principales ataques de
mente poco efecto material, puede conjeturarse buques contra plazas, y en todo caso podrá
el que tendrá «de ordinario» el hombardeo marí apreciarse lo llevado á cabo por la escuadra del
timo, mucho más incierto en el tiro, mucho más Pacifico. —En 1702, una escuadra francesa atacó »
peligroso para los barcos. La historia lo prueba á Cagliari, que tenia débiles fortificaciones. Los
y tomaremos algunos dalos de un artículo escri franceses después de tres días de bombardeo,
to en pró de nuestros bravos marinos ante el fueron completamente derrotados. —En 1794 dos
Callao: «Los ataques de buques con Ira fuertes buques ingleses de 74 y 32 cañones atacaron á
de tierra son muy peligrosos, y todas las venta- Martello donde habia un cañón en barbeta y 30
jas están á favor de las baterías terrestres. Di hombres. Después de dos dias y medio de caño
chos ataques son más decisivos cuando son con neo los buques se marcharon con averías y pér
tinuos, y cuando causan voladuras é incendios; didas, el fuerte sufrió poco.—En I7;l7 Nelson
además es indispensable que el número de ca atacó á Sania Cruz de Tenerife con ocho buques
ñones de los buques sea diez veces mayor, y á con 400 cañones, y nada obtuvo, perdiendo un
lo menos de igual calibre que los de tierra. buque, que una sola bala le echó á pique con
Nuestra escuadra luchó con todas las desventa 100 hombres. —En 1728 una flotilla francesa de
jas posibles. Sin puerto alguno de refugio, sin 32 embarcaciones con 1 02 cañones y 7,000 hom
repuesto de municiones, sin medios de reparar bres de desembarco atacaron en la isla de Alar-
graves averias, sin hospitales y á 3.000 leguas con un reducto inglés de 8 cañones; sin embar-
BOMB — 167 — BOMB
(». fueron echadas á pique siete embarcaciones, después de graves averías y perdidas crecidas
retirándose los franceses.—En 1801 los france se retiraron sin conseguir nada. En Kimburn, se
ses atacaron en Porto-Tcrreíro, y después de debió su rendición á su especial estado en una
cinco meses de sitio nada consiguieron.—Los baja península, batida de revés, enfilada y de
ingleses en julio de dicho año atacaron á Alge- frente, y al uso por primera vez de las baterías
ciras con 502 cañones, teniendo la plaza solo 17, flotantes acorazadas. La toma del fuerte ruso de
y tuvieron que retirarse con gran pérdida.— Bomarsund en el Báltico por franceses é ingle
En 1803 alcanzó igual resultado la batería Dia ses, se debió á una batería establecida en tierra
mante-Roca: en 1806 el fuerte de la Trinidad: por los franceses. Es indudable que las escua
en 1813 Leghorn; en 1814 el fuerte Federico, dras solas nada hubieran conseguido. El ataque
que con sólo un obús batió un navio francés y bombardeo de la marina francesa en los puer
de 80. En Quiberon, Holanda, Boulogne, el Es tos de Marruecos, fué contra malas y peor ser
calda, Constantinopla, Buenos-Aires, etc., acon vidas fortificaciones. Sin embargo, los buques
teció lo mismo. sufrieron mucho, y en Tánger el último cañona
(Veamos ahora los bombardeos que aparecen zo lo disparó la alcazaba. La horrorosa guerra
como ventajosos para los buques, y se compren de los Estados-Unidos, con medios poderosos en
deré que únicamente causas fortuitas dieron los dos bandos y con nuevas invenciones, nos
aquellos resultados. En Copenhague en 1803, los fortalece en lo que vamos diciendo. Recuérdese
ingleses tenían 52 buques de línea, 18 eran na lo acontecido en el largo y tremendo sitio de
vios. Esta formidable escuadra no se atrevió á Charleston. En China poco tuvieron que esfor
pasar el Belt por la costa danesa y si el Sund zarse los aliados é ingleses para vencer aquel
por la sueca neutral. Los daneses sólo tenían atrasado pueblo en el arte moderno de guerrear.
100 piezas en batería, y los ingleses 1.700. En el Queda que hablar de los últimos hechos de va
ataque de Copenhague los ingleses experimenta rias marinas en el Japón. Allí, á pesar del ene
ron pérdidas inmensas, y las baterías de tierra migo que se les oponía, la marina británica ha
danesas permanecieron útiles á la par que las experimentado pérdidas sensibles en marinos, y
flotantes fueron destruidas, siendo inconquis daños en sus buques».
tables. Tal era el estado de la flota inglesa que «Todo lo anterior hace ver que en todos tiem
accedió y pidió un armisticio, pues de lo con pos los ataques de buques contra plazas terres
trario hubiera quedado destruida. El paso de tres tienen desventajas conocidas, y están ex
los Dardanelos por los ingleses, bajo el almiran puestos á descalabros positivos. Hoy dia con los
te Duclforth, nada dice en favor de los buques. buques acorazados tal vez no sea lo mismo. La
Aquellos fuertes estaban desartillados, era un experiencia lo dirá; pero también las baterías se
dia consagrado por los Turcos á Gesta, y fué una blindan y el poder de la artillería es más po
sorpresa. En Argel, 1816, lucharon los marinos len te».
ingleses con la inexperiencia de los argelinos y
BOMBARDERO. Antiguamente el artillero
su mala artillería. El fuego de los ingleses era
destinado al servicio especial del mortero. Ríos
de 1.000 cañones que arrojaron 50.000 balas y
[Disc. de Art. pág. 42) afirma que Luis XIV ins
973 bombas con cohetes. Sin embargo, lord Ex-
tituyó la primera compañía especial de bombarde
mouth se retiró con perdidas crecidas. Los dé
ros hácia 1671 .
biles mejicanos en 1838 fueron atacados en San
Juan de Llúa por una escuadra francesa. El BOMBERO. Adjetivo que aplicó Paixhans en
triunfo de estos se debió á la voladura de un al 1824 á los primeros cañones de gran calibre que
macén de pólvora, y su superioridad en todos arrojaron bombas. Como sustantivo, el soldado
conceptos. En San Juan de Acre, atacada por una del cuerpo de policía destinado á apagar incen
poderosa escuadra de 646 cañones, sucedió lo dios (Disting. de Bombardero).
propio. Débiles muros de tierra, pocos y mal
BOMBETA. La esfera ó globo macizo de
servidos cañones, y no obstante los ingleses se
bronce que los artilleros disparan con el morte
dieron comprometidos, y á no ser por la explo
rete, para probar, según reglamento y compa
sión del mayor almacén de pólvora, los resulta
rativamente, la fuerza de las pólvoras.
dos hubieran sido fatales para el almirante
inglés. En las más recientes guerras hemos vis BOMBO. Tambor grande que forma parte de
to lo propio: en Sebastopol dos flotas imponen la banda de música. Hace años que el antiquísimo
tes de ingleses y franceses, en combinación con tambor, y su exageración el bombo, van per
taquesa por tierra, bombardearon la plaza, y diendo, como ahora decimos, simpatías. El fu
bonp: — 168 — BOTA
ror en 1867 es la corbeta y la charanga. La ra Nisas los da por nombre genérico de arma enas
zón de esta veleidad, porque siempre es menes tada muy larga.
ter dar alguna, se reduce al mucho volumen ó BORG. Voz árabe usada en España, lo mis
balumba; y quien vea esos monstruosos instru mo que torre metida en un castillo. (V. Ma-
mentos de metal nuevamente introducidos en tans. Orig. i ¡Dice, de Terreros). (V. Burgo).
las charangas, ó verdaderas músicas de los bata
llones de cazadores, no podrá menos de reírse BORGOÑONA ó BORGOÑOTA. Pieza de la
de lo que inventa la moda ó la manía. antigua armadura que cubría la cabeza. Martí
nez del Romero (Cal. de la Ji. Arm.) se adhiere
BONETE. Obra de fortificación, cuya traza á la opinión de Allou, en sus Estudios sobre los
es una doble tenaza, que tomaría su nombre del cascos de la edad media, de que era un casco li
bonete de los clérigos, como también por seme gero, diferente tle la celada ó velmo, y que se
janza el de cola de golondrina. No debe darse asemejaba á los griegos y romanos dejando el
grande importancia á esta nomenclatura de los rostro descubierto. Dice. Acad. 5 da también
antiguos tracistas, por lo inútil que es en la mo «casco sin visera». Lo que, según dicho autor,
derna FORTIFICACION. caracterizaba á la borgoñota eran dos placas cir
BOQUERON. «Abertura grande en la tierra culares, cuadradas ó prolongadas, movibles por
que cuando es muy profunda se llama sima». medio de charnelas ó goznes, y que por su po
(Dic. Acad. Hist.) sición se llamaban yugulares, orejeras ó carrille
ras. El doctor Meyrick sin embargo trae en su
BOQUETE. «Entrada angosta de algún lugar obra borgoñolas con visera. La etimología pare
ó montaña». (Dice. Acad. Hist.) ce evidente de Borgoña, país en que *e usaría
BOQUILLA. Lo mismo que trompetilla en primeramente.
la tercera abrazadera del fusil.—Lo mismo que BORNE. «Extremo de la- lanza con que se
collarín en la bomba de mortero: la parte por justaba». (Dice. Acad. 5).
donde se introduce la pólvora y en donde se
asegura la espoleta.—En la vaina de las armas BORRENES. Las dos piezas, que con el
blancas la chapa de metal que guarnece la boca nombre de delantero y trasero, forman, con los
6 entrada. fustes, el casco ó armazón de la silla de montar.
BOBDADO. Fuera de su significación gene BOSCAJE. «El conjunto de árboles y plantas
ral en el uniforme, algunos quieren que séllame espesas». (Dice. Acad. 5).
asi al entorchado de plata, divisa del brigadier, BOSQUE. Del germano busche, del griego
por diferencia del de oro, del mariscal de cam bosco; según Covarrubias, del baje latin boschum,
po. Es evidente que los que tal quieren perte boscaggium. «Terreno poblado de árboles silves
necen á esta última clase. tres y maleza». (Dice. Acad. Hist. y Dice. Acad.)
BORDAR. Verbo familiar con que los tácti BOSQUEC1LLO y BOSQUETE. «El bosque
cos elogian, diciendo: «esa tropa borda las ma artificial y de recreo en los jardines ó quintas
niobras». con árboles de sombra». (V. Rejardin y Ponjal
BORDE. Extremo, margen, orilla. En forti ('Dice. Acad. Hist.J
ficación se llama borde del foso á la intersec BOTAFUEGO, El palo en que por un lado
ción de la contraescarpa con el terreno. La voz se coloca la HECHA para dar fuego á la pieza de
tiene etimología franco-teutónica word, según artillería, y por el otro lleva un regatón de hier
Gébelin. Parecen derivados naturales abordar, ro para hincarlo en tierra.
bordar, bordado. (V. Arcén).
BOTAFUERTE. Entre las diferentes clases
BORDON. BORDONASA. Viene del griego, de botas altas ó de montar, la que antiguamen
ó según Ducange, del bajo latin burdo, y signi te usaba la caballería de línea ó pesada y hoy la
fica gruesa lanza de los antiguos caballeros. Guardia Civil, que es de suela ó cuero muy fuer
Bordonasa es lanza grande y hueca mayor que
te sin flexibilidad.
el rordon. Las hacian también muy adornadas
para ostentación en funciones de aparato. En la BOTALANZAFUEGO. El instrumento de
Real Armería hay dos preciosas, empuñadas hierro ó latón que tiene en su cabeza un cilin
por reyes de armas, que describe en su catalogo dro hueco y hendido donde entra el lanzafuego
Martínez del Romero. En francés, bourdon y y se asegura con una anilla corrediza que lo
bourdonasse tienen igual significado; y Carrion í aprieta.
BOTA — 169 — BRAG
BOTARSE. En equitación, sustraerse el ca buto que se pagaba en tiempo de guerra». La
ballo á la acción del bocado, intentando por me misma explicación da también á la palabra bo
dio de saltos y movimientos desconcertados tillería. Por nuestra parte nada podemos aña
echar a tierra al jinete. dir, pues nunca hemos topado con tales vocablos.
BOTASILLA. Toque de caballería, que antes BOTIN. Prenda de vestuario que cubre par
se decía bótasela, voz evidentemente italiana¡ te del pié, y parte ó el todo de la panlorrilla.
bulla-sella. uHan algunos usado en lugar sospe En este último caso también se dice polaina.—
choso hacer tocar á bótasela, ó ensillar, á media Presa, despojo resultante de la victoria, del asal
noche, con tin de bacer estar la gente alerta; to, ó de las talas, devastaciones, saqueos y con
medio que podría tener algún buen efecto por tribuciones de guerra. Covarrubias da ú esta voz
una ó dos veces, fingiendo viene el enemigo ó origen italiano, botlino. También puedo tenerlo
publicando ha de ser la partida á tal hora; em francés, butin.
pero, haciendo uso de tal medio, antes acarrea Cuando se lee que en las milicias antiguas la
rá daño que provecho, poique habituándose el «repartición legal del botin» estaba sujeta á le
soldado á esta costumbre baria después poca yes ó reglamentos, y formaba parle integrante y
cuenta del bótasela. Y cuando asi mismo se lo muy principal de la disciplina, como por ejem
case arma, cuidando era bótasela ordinaria, ó no plo entre los romanos á quienes el cuestor repar
se movería ó si lo hiciese seria lentamente» tía la pecunia manubialis; cuando en las Siete
i'Joüge Basta. Gob. de la cab. lig. Traduc. de Partidas, nuestro código militar, sino más anti
Pardo Rivadenf.tra. 1624. pág. 94;. «Al toque de guo, más auténtico y ordenado, vemos los lar
la generala dará pienso y limpiará el caballo gos capítulos dedicados también á la repartición
disponiéndose para la marcha: al de botasilla el equitativa del botín con funcionario especial,
soldado de caballería, y al de asamblea el de dra como cuadrillero (V. e. v. y Erecha etc.) al
gones, pondrán la silla y grupa aprontándose pa punto se exclama: eso es del tiempo de la bar
ra montar sin salir del cuartel ó alojamiento, ni barie; eso lo rechaza nuestra moderna civiliza
quitar el caballo del pesebre » (Ord, general ción; hoy el soldado no ha de batirse sino por el
articulo 14. til. 3. trat. 2). honor, por la gloria Confesamos que la doc
BOTAVANTE. «Especie de chuzo que se usa trina es excelente; sólo falta saber si la profesa
en los abordajes». (Dice. Acad. 5). el soldado. En la práctica es evidente que todos
los ejércitos modernos protestan por más que se
BOTE. «El golpe que se da con ciertasarmas les inculca ; y ciertamente no se alcanza qué
enastadas, como lanza, pica... .» ¡Dice. Acad. 5). medios coercitivos podrían emplearse para im
Bote de metralla, tubo ó cilindro de hoja de la pedir el saqueo en una plaza tomada por asalto,
ta, de chapa de hierro, ó de cartón sino hay en un convoy copado a la fuerza. En Marina se
otra cosa, cargado de balas pequeñas de hierro, habla, se discute, se legisla sin rebozo sobre
cuyas dimensiones varían según el calibre de la corsos y presas: en tierra, salva la diferencia
pieza. Se disparan con cañón y obús. En los de que pueda haber ¿no se podría, dejando el'ru-
pequeño calibre el fondo lo forma el salero á bory sin mezclar la gloria, regularizar algo es
que se adapta el cartucho, y en los de mayor la to del botín?
lapa y fondo suele ser de plancha de hierro. E|
calibre de los botes por punto general debe ser BOTINAR. No hemos visto este verbo más
igual, cuando más, al de la bala ó granada de su que en las fíe/lexiones militares del marques de
calibre, y su altura puede ser hasta de dos»ca- Santa Cruz. «Sea de noche ó dedia, si vieres que
libres en los cañones, pero menor en los obuses. á pesar de tus providencias muchos soldados
El número de balas que puede entrar en cada quedan á botina*, en el campo, oíros se adelan
tan con desmoderada ambición de alcanzar á los
bote varia según la clase de metralla de que
enemigos » [lib. 13. cap. 2).
puede disponerse (V. Prontuario de Salas, pá
gina 135). Los botes de metralla después de lle BOTO. Lo romo de punta, lo contrario de
nos de balas por tongadas, se atracan bien con agudo y afilado: do donde ha venido el verbo
serrín, á fin de que no traqueteen y rompan ó embotar, perder ó gustar los filos. «El saber no
desfiguren el bote.—Botesó saltos da la bala dis embota la lanza» proverbio que cita Covarbubias
parada a rebote; y también el caballo, especial y que no ha envejecido aunque sea de 1612.
mente el peligroso de carnero, bajando la cabe- BOZON, BEZON ó BELZON. Lo mismo que
la y levantando el cuarto trasero. ariete (Dice. Acad. 5.a pero no 1 edic. V. Buzón).
BOTECARIO. Dice. Acad. 5 da: «Cierto tri BRACALLE. Covarrubias (Tí*, de laleng. cas
ii
BRAG — 170 — BRAG
ttllana) dice que es brazal ó brazalete; pero Si tomamos por arbitro a Clonard, las brafo
Martínez del Romero íCat. de la R. Arrn.) le cor neras son resueltamente piezas de antigua arma
rige, diciendo que bracalle es el escudo, apo dura para cubrir las piernas. Asi lo afirma en
yándose en la autoridad de Moretti y en el ar su Hist. org. T. 1. pág. 121, citando versos ad
ticulo 8.° de las ordenanzas que los Reyes Ca hoc del Poema del Cid.—Esta cita la repite en
tólicos dieron á las Guardas viejas de Castilla. Mem. de trajes, donde dice: «Pasemos á las
«Han de ir ó vayan juntos armados con su cora calcías, las cuales tomaron después el nombre
za, bracalle y lanza acompañando su bandera». de brafoneras. La palabra calcía viene del latín
cáliga, armadura de la pierna que usaban los
BRACAMARTE. Del francés braqnemart ó
romanos desde el pié á la pontorrilla. y que si
jacquemart. Espadón de torneo, con punta roma,
guió usándose en la edad media: se construían
hoja de dos filos recta y ancha. (Martínez del
desortijas menudas de acero sobre unas botas
Romero. Cat. de la R. Arm.) de cuero, que se llamaban trebuqueras y an
BRACAS. Especie de pantalones largos y an tiguamente (ubrucos, como se indicó en la se
chos, propios de los germanos, galos y sármatas, gunda época, enlazadas entre sí como las mallas,
cuyo uso introdujeron los godos en España con con las cuales forraban lodo el pié hasta la cor
las abarcas (V. Ocreas). Tal dice Clonard en su va: ignoramos el origen de la voz brafoneras; y
Historia orgánica T. I. pág. 270). aun cuando la derivan algunos de brahon, no
BRACEAR. Mover los brazos al andar. Este guarda analogía, pues este se lomó del griego
movimiento, natural y airoso, estuvo proscrito brarkiront]w significa brazo.—El poema del Cid
no hace mucho tiempo á la tropa, cuando el de las explica tan claramente, que no deja duda al
do pequeño iba pegado á la costura del pan guna acerca de su uso».
talón. Como señal de emancipación se reco 1.a Crónica general fólio 3(>1 1 contando el traje
mendó luego al soldado que bracease desmesu que pusieron al Cid después de su muerte en
radamente: y forzoso era hacerlo así en 18 10 con Valencia, explica «que tenia calzadas unas cal
aquel famoso paso de Luchana ó triplicado. Hoy zas, entremezeradas de branco é de prieto é ar-
estarnos en el justo medio. rodesuelas menudo, que no ha home en el mun
do que non coidase que eran brafoneras, si non
BRACERAL ó BRACIL. En la antigua ar cuando posiese la mano en ellas».
madura lo mismo que brazal.
BRAGA. Dice Moretti: «Cuerda para em
BRAFONERAS. Covarrubias, el Dice, de la bragar los afustes (sicj de los cañones á fin de que
Academia 5.* edic, Moretti que le copia y Hevia al disparar contengan el reculo». Dice. deD' W.R
que copia á Moretti, dicen que brafonera es la sustituye decentemente «retroceso».—Si ambos
parte de la antigua armadora que cubria el bra autores hubieran abierto el reglamento táctico
zo. Pero Martínez del Romero, en su Glosario de artillería (T. 1. pág. 112). verían que dice:
al Catálogo de la Real Armería, apoyado en el «El objeto primordial de las bragas es reempla
Dice, de la Acad. 1.a edic. y en el de Terreros,
zar á las asas en las piezas de artillería. Las
sostiene que las brafoneras eran armas defensi bragas pueden ser de cuerdas ó cadenas etc.—
vas de hierro labradas á manera de escamas ó Los zapadores llaman también braga á la cuerda
dobleces uno sobre otro, las cuales se calzaban gruesa couque aprietan ó dan garrote á las fa
y con ellas se cubrían los muslos hasta las rodi ginas (V. e. v.)—(V. Falsabraga, Liza). Los fran
llas. «Ellos como eran usados siempre de andar ceses llaman braie á la verdadera falsabraga.—
armados no querían dejar las armas é traíanlas El adjetivo bragado, con aplicación á un jefe,
todas, sinon las brafoneras, que descalzaban suele tomarse familiarmente como sinónimo de
para andar mas aina». austero, duro, severo; pero se comete impropie
El texto literal de Covarrubias es: «Brafone- dad, según el Dice. Acad. o, que da textual:
ras, término antiguo, las fajas que ceñían los «Se dice ( metafóricamente) de la persona de da
brazos ó los brahones.—Brauon, quasi bracon: ñada intención, con alusión á las muías braga
son ciertas roscas ó dobles plegados que caen das que por lo común son falsas».
encima de los hombros sobre el nacimiento de
los brazos, que se suelen poner en las mangas BRAGUETA. Dice Martínez del Romero en su
de los sayos; y asi á brachio se dijeron brachio- Glos. al Cal. de la R. Arm. «Pieza importante
nes y corruptamente brahones, brafones. —Dic de la antigua armadura que cubria y defendía
cionario J. D' VV. M., para quedar bien con lo las parles naturales del hombre de armas ó del
dos, da las dos versiones. caballero. De esta pieza hay varias en la Arme
BRAN — 171 — BREG
ria y aun de mucho mérito artístico. Otro nom BRAVURA. Ardimiento, brio, valor.
bre se le da vulgarmente que omitimos por de BRAX1COLON. Seg. Dice, de J. D' W. M. hon
coro». da de que se servían los antiguos baleares para
BRANCALES. En los carruajes de artillería arrojar piedras. Podrá ser; pero es manía esta
los dos maderos paralelos que insisten sohre el de que sólo los baleares tiraban piedras.
ut y soportan la carga. Varían según la forma
ó destino del carro. Puede provenir esta voz del BRAZAL. Parte de la armadura, destinada á
francés brancard que significa lo mismo, y tam cubrir los brazos. Se entiende no con mallas, si
bién camilla para herido. no con placas.—Según Martínez del Romero, se
componía de tres piezas: una que cubría la par
BRANDEBURGO. Nombre alemán que en el te superior del brazo, otra el codo y otra el an
siglo XVII se adoptó en Europa para cierta clase tebrazo. Para el hombro había una pieza llama
ó moda de adorno en el traje militar. En 1815 da guardabrazo ú hombrera.—En la adarga, se
la guardia real francesa llamó oficialmente bran- llamaba brazal cada una de las asas de cuero
dehurgos los grandes alamarones de oro ó plata que forman la embrazadura (V. e. v.)—Londoño
que cubrían el peto de la casaca. Habiéndose (Disciplina mil. fol. 11. vto. 1S68) al hablar de
calcado en España el uniforme francés sin va los coseletes (í. e. v.) establece diferencia entre
riar un botón, también tuvimos, quizá sin sa brazal y guardabrazo: «y porque los brazales se
berlo, brandeburgos hasta 1841. parados de los guardabrazos son difíciles de ar
BRAÑA. «Terreno de pasto alto y raso, que mar en una priesa, y cansan mucho, porque
se conoce en Asturias, y es una especie de de- puestos en agujetas penden de los hombros, de
besa que se arrienda privativamente para los ben los soldados traerlos unidos con los guarda
pueblos ó dueños». (Dice Acad. Hist.) Pero Dic brazos: que, además de que cada uno se puede
cionario Acad. 5 extiende el significado «al pas armar los suyos en cualquiera priesa, pesan y
to de verano, que por lo común está en la falda cansan ménos, porque pendiendo de las dos he
de algún montecillo, donde hay agua y prado; y billas que hay en la gola el uno sostiene al otro
en general, á cualquier prado para pasto, donde etc.»—Brazal se llama también en topogra
hay agua y humedad, aunque no haya monte». fía al cauce ó sangría que se saca de un rio cau
BRAVATA. Baladronada ¡V. e. v.) fanfar daloso ó acequia para regar las huertas y sem
ria. Amenaza con arrogancia para intimidar á brados. (Dice. Acad. 5).
otro. BRAZO. Del latín brachium. Brazo militar
BRAVEAR. Echar fieros ó bravatas, jactarse era en las antiguas Górtes el órden ecuestre, el
de valentón y guapo. «Y otros, quizá menos va estado y congregación de los caballeros.—Hoy
lientes, que en viendo resuelta la retirada bra el brazo militar, es decir, el ejército es el desti
veaban, no habian encarecido menos los daños nado á enderezar entuertos ante los cuales es
de no hacerla; artificio con que muchos en la impotente el brazo civil y judicial. Asi como los
guerra mejoran injustamente su opinión». (Colo tribunanes eclesiásticos invocan el brazo seglar
ba. Guer. de Flándes. lib. 6¡. Sigue sucediendo en ciertos conflictos, asi este tiene que invocar el
lo mismo. brazo militar en otros mayores que surgen en la
BRAVEZA. Antiguamente lo mismo que sociedad moderna. Pasado el apuro no siempre
bravura y braveria. recibe el brazo militar, en pago de los rasguños
que haya sufrido, grandes pruebas de gratitud.
BRAVO. Valiente, animoso, esforzado. Difí —A brazo partido, es expresión adverbial que,
cil es precisar bien este adjetivo, pero sin duda corporalmente, significa batirse, reñir, pelear
implica algo de fiero, áspero, terrible, feroz. cuerpo á cuerpo; y en el órden moral, lucha
Covarrcbias dice que viene del griego bravium, también tenaz, vigorosa á toda trance.—En to
victoria, vel certaminis praemium. En los siglos pografía y geografía, generalmente por brazo de
XVI y XVII sabido es que bravoen Italia y brave rio ó de montaña suele entenderse la ramificación;
eo Francia significaba asesino de oficio, ó bribón pero donde se usa con más propiedad es en
pagado para alguna fechoría, acepción que aún brazo de mar, canal ancho y largo que entra
suele usarse. Bravonel antiguamente equivalía tierra adentro, y en el cual se siente la marea.
a fanfarrón.—También es bravo el terreno áspe
ro, inculto, fragoso, por contraposición á manso, BRECANTE. Pieza de artillería antigua que
el cultivado con labor continua. (Dice, de la pesaba 43 quintales, disparaba bala de 24 libras
Academia Hist.) (V. Peña-erava). y tenia 1 9 calibres de longitud.
BREG — 172 — BRIG
BRECTIA. Del celta brix, ó del alemán bre tido.—Bregar, que en su vulgar acepción, es
chen, romper. lista voz entró en la lengua militar luchar con los riesgos y dificultades para supe
á fines del siglo XVI, pues en el XVII la usan Sa- rarlas, también significa materialmente luchar-
avedra Fajardo, Palafox, Basilio Baren, etc., contender, reñir forcejeando unos con otros.—
(V. Aportillar). La abertura, rotura ó portillo Bregar el arco era, seg. Covarrubias, antigua
que hace el sitiador en un recinto fortificado por mente lo mismo que flecharlo, tenderlo, armar
medio de la artillería ó de la mina. Toda brecha, lo repetidamente; y de aquí el proverbio que ci
después de abierta, necesita hacerse practica ta del Comendador Griego: «Arco que mucho
ble y llana para el asalto con la misma artille brega, ó él ó la cuerda». —Embregarse, meterse
ría. Si el defensor sostiene la brecha desde un en brega.
ATRINCHERAMIENTO INTERIOR, el sitiador SE ALOJA Ó BRES'A. «Tierra alta, áspera y quebrada
se establece en la brecha, es decir, utiliza sus entre peñas, poblada de maleza ó matorrales».
escombros para cubrirse y atrincherarse á su (Dice. Acad. Hist.) V. y disling. BraSa).
vez, y emprender desde allí el ataque metódico BREÑAL ó BREÑAR: «Parage ó sitio de
ó formal contra la nueva defensa. Por muy apa breñas». (Dice. Acad. Esp. y Acad. Hist.)
gados que estén los fuegos y por muy quebran
tado que esté el ánimo del sitiado, se compren BREÑOSO. «Terreno peñascoso, intrinca
de que en la generalidad de los casos puede ha do, cerrado de maleza». (Dice. Acad. Hist).
cer difícil y sangriento el asalto; pero esto de BRETE. Es el nombre antiguo del cepo, con
ningún modo prescribe que deba medirse el que se castigaba al soldado, sujetándole por los
valor de una defensa, sólo por el número de pies ó por el cuello. De aquí que, por metáfora,
asaltos rechazados. Imponer condiciones teóri brete sea estrechez, aprieto, apuro; y estar, po
cas en asunto tan complejo como la guerra es ner, meter á alguno en un brete, es hoy estar
inútil y perjudicial, lina defensa de plaza debe apurado, estrechar ó ceñir á otro.—En táctica lo
apreciarse en conjunto, y haciendo entrar en el mismo que acorralar (V. e. v.¡
cómputo las circunstancias de localidad, de es BREVETE. «Diminutivo de breve. Lo misino
trategia, de política. Es antigua costumbre mi que membrete, que es como más comunmente se
litar que por la brecha, y no por la puerta, sal dice». (Dice. Acad. 5. no lo trae V. Bervete). En
ga la guarnición que capitula.—Este sustantivo francés brevet, título, real despacho. Se diferen
no produce verbo, y así hay que decir abrir ciaba de las lellres patentes, en que estas lleva
brecha, batir en brecha. Tampoco se dice asaltar, ban un grau sello de lacre ó en seco, y aquel no.
sino montar la brecha: lo que se asalta es la Los franceses tienen el verbo breveter y el adje
PLAZA. tivo officier brevete. En los primeros años del
BREDICU. «Consistía el correaje á princi siglo XVIII, en que nos volvimos franceses,
pios del siglo XVIU en un cinturón de piel de hasta en documentos so encuentra brevete por
buey curtida llamado Bredicú» ¡Clonard. cédula ó despacho.
T. S. pág. 137). No está en Dice. Acad. ni lo BRICO. Voz que usa Eguiluz (pág. 33): «S¡
hemos visto en otra parle: quizá sea errata de J hay algún reparo, lírico ó foso». (No está en Dic
bridecú. (V. e. v. y también Tahalí, Viricú, Ta cionario Acad. 5). Según Dice. Terreros es ban
labarte'. co ó escollo en el mar.
BREGA. Dice. Acad. S." edic da solamente BR1COLA ó BRÍGOLA. «La brigola ó bri-
reyerta, riña ó pendencia: pero la 1.* edic. aña cola, consistía en dos vigas puestas en forma de
de «algunas veces significa lance'arriesgado, pe balanza y ajustadas de suerte, que obligando á
ligro, batalla y contienda difícil y peligrosa», j bajar el extremo superior con el gran peso que
(V. y comp. Briga, Refriega';. La etimología es, | en él ponían, desataban los funículos ó cuerdas,
según Covarrubias, de briga que en lo antiguo y el otro extremo impulsado por la fuerza de
era junta ó ayuntamiento de gente popular y reacción, arrojaba las piedras á larga distan
común; y según otros del italiano briga que cor cia. Por el gran ruido que hacia el proyectil al
responde á enojo y pendencia. Sea como quiera, chocar con la masa atmosférica, se dió á la má
esta voz, que traduce exactamente la francesa quina esta denominación tomada del griego
metée, podría adoptarse en táctica para aquellos brixoo, rugir». (V. y comp. Algarrada'1. «Otro
trances, no muy frecuentes en las batallas mo ingenio descubrimos con el nombre de brigola
dernas, en que hay mezcla, confusión, verdade en la Crónica del rey D. Pedro IV de Aragón,
ra riña ó combate cuerpo á cuerpo, á brazo par- I donde se dice: «E los de la vila tiraban á la tor
BRID — 173 — BRIG
re emperduda ab un giny grant é ab una brigo una hay un pequeño resalte llamado muñón. Pa
la Anales de Aragón, lib. 3) y Zurita «que Pedro ra colocar la brida en la platina, es preciso ha
de Molina fué sobre el castillo de Castro ber puesto la nuez de antemano, haciendo en
y lo combatió con una brigola que babia en seguida que á un mismo tiempo entren el mu-
Ainsa» (/í6. I.° cap. 222;. Esta misma cita trae ñon de la nuez en el taladro correspondiente del
Diccionario Acad. 'Clonard. Hist. orgán. y Dis cuerpo de la brida y el del pié de esta en el que
curso sobre el trage). con tal objeto tiene la platina. La brida estará
Pero según'Aqiino (Lea?, mil.) la brícola venia bien puesta, siempre que el oklo de su pié quede
á ser lo mismo que la balista y el trabuco. Se entre la nuez y el realce de la platina, y el ta-
apoya en citas de Egidio Columna (De fíeg. Princ. adro del cuerpo donde no ha encajado el muñón
capitulo 18): vSunt trabuchi machino; lithobolm encima del que aquella tiene para enroscar el
vocate etc». Entre los varios nombres del trabu ornillo de la brida, entónces se presenta el fia
co, en la baja latinidad, tenia el de tribuculus dor en el sitio que debe ocupar y se pone el tor
del cual bricola puede ser corrupción. También nillo de esta pieza. (Viérgol).
podía ser igual al mangano ó manganell por este
BRIDECÚ. «Voz modernamente (1726) in
otro texto: «Accampossi el capitana con qualro
troducida del francés, en cuyo idioma es lo mis
milla caralli e tre milla fanti, e molte bumbar-
mo que hoy se llama cinluron, y sirve para lle
de e briccole, cioé manganin.
var ceñido el espadín» (Dice. Acad. 1 y Terreros-.
Los franceses é italianos tienen también la Suprimido en la 5.1 edición sin duda por consi
voz bricole, brícola, que, para unos es trabuco, derarlo, como lo es, innecesario galicismo. (Véa~
para otros mangana y para otros, en fin, no sólo le Bredicú).
antigua maqiina de sitio, sino meza de artillería.
Y para continuar que los etimologistas sacan BRIDON. Voz técnica de montura en caballe
partido de lodo, Ganeau dice que la bricole fran ría. Variedad de brida, que sujeta al caballo
cesa viene del verbo español brincar. obrando sobre las comisuras, y que reciente
mente se ha suprimido uniendo las falsas rien
BRIDA. Voz común á muchas lenguas, y das á dos anillas puestas en el bocado. —Antigua
abundante en etimologías: del celta brid, del mente el jinete «que montaba Á la brida».—El
franco-teutón bryd, del sajón bridel, del griego caballo ensillado y enfrenado Á la brida. De
bryter, del bajo latin brida. Actualmente, en aquí el significar hoy caballo de batalla.—Brido-
caballería y artillería, no tiene más significado na se llamaba también en la edad media la si
en la montura, que el usual de aparato de cor lla de armas, herrada y más sólida, en la que
reas y bierros para sujetar y mandar la cabeza montaba el hombre armado.
del caballo. Sus partes componentes se llaman BRIGADA. En el art. Etimología de la Enci
TESTERA. FRONTALERA, MUSEROLA, AHOGADERO, 01IJE- clopedia de Mellado 'T. XVII. col. 579) hay una
RA«, PORTA-MOZOS, BOCADO, BARBADA V RIENDAS. PcrO pequeña lista de vocablos del idioma que ha
antiguamente constituía un arte ó manera de blaban los españoles ántes de la dominación ro
eqiitacion especial por oposición á jineta. «Ca mana. Entre ellos está Briga y dice: «que sig
ballería de la brida» significaba esencialmente,
nifica ciudad ó reunión de hombres. De aquí la
y fuera de otros pormenores de la silla y arreos, palabra Brigada». El origen no puede ser más
«andar á caballo con estribos largos y las pier remoto: lástima es que no venga más autoriza
nas tendidas». —Brida es una pieza de la llave en do; porque tenemos que saltar ápiés juntos, sin
las armas portátiles, que también se llamó cabes volver á oir la voz brigada, desde este origen
trillo, reparo, poütesuela de la NUEZ. Tiene por recóndito, que por fortuna hemos hallado, has
objeto sostener el árbol de la nuez y el tornillo ta tiempos muy modernos, como vamos á ver.
del fiador; es de una sola pieza de acero forma Apuremos, sin embargo, la filiación de esa
da por la planchuela (cuerpo de la brida), y el voz briga que, según Despagnac y otros, es del
pié que sostiene y eleva á aquella sobre la pla celta bridg. En el art. BrigaDicc. Acad. 5.a edi
tina cubriendo la nuez. El cuerpo de la brida ción sólo dice: «Lo mismo que población '; pero
tiene dos taladros que sirven respectivamente en la I .' edición se extiende más: «Vocablo an
para dar paso al muñón de la nuez, y al tornillo tiquísimo que hoy no tiene uso. Significa pue
del fiador: el pié, que por uno de sus costados blo, ó población de gentes, congregada en forma
termina en forma de uña, tiene otro taladro por de villa ó ciudad, de que se conserva vestigio y
el cual pasa el tornillo de la brida. En la cara memorias en España, en el nombre que algunas
inferior del pié correspondiente al grueso de la villas y ciudades tuvieron antiguamente, como
BRIG — 174 — BRIG
Arcobriga, Mirobriga, Juliobríga, etc.»—«Y ver se descomponía en brigades, es decir, en escua
daderamente muchos antiguos latinos y griegos, dras de 25 jinetes, Luis XIII en 1635, según
juntos con Estrabon, á lo claro confiesan que Daniel, prohibía á los mariscales de Brezé y de
los españoles decian brigas á las ciudades y Chatillon «partir el ejército» en dos brigades,
poblaciones principales». (Florian de Ocasipo. en dos cuerpos, para crearse cada uno mando
libro 4. cap. 7). «Confirman eslo los nombres independiente. Esto lo confirma L' Enciclope-
briga, que es pueblo». (Mariana. Hist. deEspaña. die métuod. en su art. Brigade. (T. I. pág. 348)-
libro 1 . cap. 5). Delafontaine, que escribía hácia 1675, da a la
Briga, según Aquino (Lar. mil.) es entre los brigada más bien sentido de línea táctica, don
escritores de la Ínfima latinidad, lo mismo que de dice: «L' armeé est divisée quelquefois en
rixa, pelea, riña; y asi dice Juan Villani, Hb 11: deux brigades, savoir: avanl-garde et bataille;
itEbbe briga e grande guerra con suoi fratellh . quelquefois en trois brigades, savoir: avanl-gar
lis evidente que en castellano ruega (V. e. v.) co de, bataille et a'rriére-gardc. Choque brigade est
mo lo cree Covarrubias, vino también de briga. compasee d'artillerie , cavalerie , infanlerie» .
El Dice, de Bardin, dando la etimología de la Pero el mismo autor en otro pasaje ya da dife
voz francesa brigade, dice textualmente: «pro rente sentido: «Quelquefois on separe les batai-
viene, según atestigua Gébelin, del italiano bri lles (batallas (V. e. v.) en sentido de línea) en
ga, ó del castellano brega, disputa, combate; ó deux brigades» «A présenton donne a chaqué
del antiguo vocablo español briga, que significó brigade un autre officier ajipelé maréchal de ba
asamblea». taille».
Ya que un francés también lo autoriza, de En caballería especialmente, y durante él
jemos a nuestros padres los celtíberos el honor reinado de Luis XIV, brigada, genéricamente,
(del cual estarían por cierto bien ágenos) de ha era fracción ó subdivisión de compañía, es decir,
ber producido la moderna voz brigada. escuadra mandada por un brigadier ó caporal,
Lo cierto y positivo esque hasta el sigloXVIII denominación que ha seguido hasta hoy; y bri
no hemos comenzado á disfrutar del vocablo los gada fué la agregación máxima de escuadrones,
descendientes de los celtíberos; y eso lo debe puesto que todavía no existia la palabra, ni la
mos á los franceses, que nos lo trajeron con su idea de división.
lengua y otras cosas, cuando nos trajeron por Los que todo lo atribuyen á Gustavo Adolfo
rey é Felipe Y. no se olvidan de achacarle la invención de la
La razón, la da juiciosamente el mismo Bar- brigada en su actual acepción; pero como tam
din en el articulo citado, donde dice: «Hay en la bién por otra parte se le hace inventor del mo
marcha de las lenguas militares de los diversos derno regimiento, el punto es dudoso y no fácil,
países una circunstancia digna de notarse, y es ni tampoco urgente de esclarecer. (V. Táctica).
que muchas veces después de haber prestado Los admiradores de Turena, desentendiéndo
la taiz, loman á préstamo el derivado; así los se del gran soldado y rey sueco, repiten unáni
Españoles han vuelto á tomar del francés su víc mes que «inventó la brigada»; entre ellos Car-
ja voz brigada; y asimismo las lenguas inglesa, rion-Nisas, cuya admiración parece algo siste
alemana y flamenca se han dejado imponer por mática y no muy espontánea, pretende demostrar
nosotros los franceses los vocablos berme, vivac, lo en su Hht. de l' art. mil. T. 2. pág. 142. Lo
blinde, breche, halle que tenían su raíz en esos primero que omite es fijar la lecha: dato muy
iditmas. Estas revoluciones dependen de los ca necesario en una carrera tan larga y escabrosa
prichos de la moda; porque la moda reina en lo como la do Turena, que ni en su principio ni
militar con tanto imperio como en otras partes». en su fin ofreció momentos favorables para una
Estamos de acuerdo. Y puesto que la brigada buena y armónica organización. Y si también
nos la trajeron hecha los franceses, tomaremos «inventó el brigadier» poco tienen que agrade
>lel mismo autor, y de otros, ligeros apuntes cer al ilustre francés las miríadas de brigadie
históricos. res que, en Francia hasta la Revolución, y en
En el siglo XVII la brigada tuvo varias acep España hasla el presente (1867) no han logrado
ciones: ántes de consolidarse en la actual, siem- atinar todavía con lo que son, ni lo que deben
|.ie significó agregación táctica; pero entre li ser.
mites tan variables, que podía comprender desde A pesar de que Montecuccoli llame brigada
ríos ó tres hombres hasta la que hoy entendemos á un «gran miembro de ejército»; creemos con
por cuerpo de ejército. Mientras la gendarmerie, Bardin que hasta Puységur, muy entrado ya el
!' caballería de línea de Enrique IV hácia 1600, sigloXVIII, la voz, enFrancia, no tomó su acep
BRIG — 175 — BRIG
cion táctica, concreta y determinada. Por en este asunto se ha escrito: sólo consignaremos
tonces allí la brigada de infantería ó caballería desde luego nuestra perfecta adhesión á la opi
significaba, en táctica, conjunto de seis ú ocho nión común, de que sobra una entre las cuatro
batallones ó escuadrones de una sola arma. En clases ó gerarquíasde oficial general. Tan ami
España lo mismo, al publicarse en 1768 la Orde gada está la convicción en el ánimo de todos,
nanza vigente. «Una brigada de infantería se ha tan visible y manifiesta la urgencia de esta in
de componer de cuatro ó seis batallones y las de dispensable reforma, que ya estaría hecha po
caballería ó dragones del número de escuadro, sitivamente, si se encontrara un medio, un ses
nes que el capitán general considere convenien go compatible con nuestros anuales embarazos
te: cada una en su clase ha de mandarla un bri de presupuesto y con lo numeroso de nuestro
gadier que ha de nombrarse, gozando el sobre Estado Mayor General, no tan exajerado como
sueldo de dos mil reales de vellón en cada mes; algunos ponderan, pero en verdad excesivo, por
y si no hubiere brigadier, será jefe de la briga causas que pudieran decirse inevitables y de
da, con el mismo haber de aumento, el corone' todos conocidas, imputables á todos, por más
más antiguo de los cuerpos que la forman». (Ar que todos las deploren. La carrera ó estado mili
ticulo I. Tit. 41. Irat. 7). tar tiene en estos tiempos el triste privilegio de
Todavía con posterioridad se ve á la brigada ser el único blanco de todas las iras económicos,
expresar otras ideas de orden diverso. La Enci tanto en la prensa como en el parlamento; el
clopedia Metódica, lamentándose, cita nada me golpe de gracia es abrir y mostrar la Guia de
nos que veinte acepciones francesas de la voz Forasteros con cierto ademan dramático y pa
brigada. Brigadas tuvimos en España de 50 caba. voroso; pero, si ántes de comparar quebrados
líos, la cuarta parte de una compañía de Guardias se reducen á un común denominador, bueno
de Corps; y Brigada de Carabineros Reales, com fuera insertar en la Guia los estados-mayores
puesta de seis escuadrones. En el dia mismo con. del orden civil, con expresión de cesantías y ju
serva bastantes, como: brigada de acémilas,—de bilaciones. Si para cada Dirección militar h:iy
artillería,— de colegio de cadetes,—de oficiales fa algunos Generales en disposición de servirla;
cultativos,—de presidiarios,—de trabajadores,— alguna y algunas docenas hay de postulantes ó
sanitaria,— topográfica, etc. También nos queda en «disponibilidad» para cada Dirección civil.
sargento brigada, brigadero, brigadier. Mas hoy Sea como quiera, no viéndose posible ni cer
por fin la brigada tiene su acepción capital, con cano el remedio, ocioso es insistir sobre la gra
creta y definida, como agregación táctica, como vedad del mal; mas, para completar nuestro
elemento divisionario, como reunión en genera' pensamiento, conviene advertir que, en el caso
de dos regimientos de á dos ó tres batallones: y improbable de una refundición, no sabemos por
en algunos estados de Europa, como verdadero nuestra parte cual denominación debería sub
«elemento independiente» de un cuerpo de ejér sistir con más razones de lógica y derecho: sí la
cito compuesta de dos y de las tres armas. Fede de brigadier ó la de mariscal de campo.
rico II de Prusia fué quien real y prácticamente En libros, como este, puramente filológicos
la instituyó, organizó y reglamentó; las guerras no es de extrañar que se tengan por aceptables
de la Revolución francesa la sancionaron; y en y buenos, argumentos de origen ó etimología, y
todos los países, como recientemente lo ha he bajo esta idea desenvolveremos brevemente los
cho España, se han reemplazado las vetustas é antecedentes históricos del brigadier.
inconcebibles evoluciones de línea por la tácti Desde luego al remontarse á lo pasado, aun
ca de brigada, más susceptible de combinación, que no sea muy remoto, es prudente renunciar h
soltura y movilidad. ese vicio general de mirarlo siempre por nues
tro prisma actual, de discutirlo y juzgarlo con
BRIGADERO. El paisano que sirve contra
tado en las brigadas de acémilas. nuestro criterio moderno. Acostumbrados á ver
enlazar directamente nuestras Córtes de hoy
BRIGADIER. Basta ver en el art. Brigada la con los Concilios góticos de Toledo, nuestra or
variable acepción que en su origen tuvo esta voz ganización militar actual con la del siglo XVI;
productora de brigadier, para comprender que queremos que dos hechos históricos, singular
este grado ó empleo en España, hoy definitiva mente si son cercanos, estén por fuerza ligados
mente gerárquico, no se ajuste, ni acomode hol con una cadena de visibles eslabones, sin repa
gadamente á la organización dominante en las rar que algunos de estos en rigor no existen;
potencias militares de Europa. No repetiremos, ya porque los rompió de golpe un sacudimiento
ni resumiremos siquiera, lo mucho que sobre de los que llamamos revoluciones, ya porque
BRIG 176 — BRIG
sin violencia los fue corroyendo esa otra fuerza í instauró, como con Napoleón I, en la tienda de
latente y quiza más poderosa que llamamos un general, sino en el palacio de un rey; la
tiempo. milicia no seguía el carro triunfal, como las le
Está demostrado que la Brigada (V. e. v.) con giones de Cesar; se quedaba modestamente en el
más ó menos vaguedad de definición, se insti atrio aguardando la salida pomposa del empera
tuyo en Francia en los tiempos de Turena. Los dor bizantino. Los que mandaban ese ejército,
autores no determinan la fecha precisa de este salvas gloriosas excepciones, no habían salido
acontecimiento militar; pero están contestes en de sus filas, ni las revistaban siquiera con fre
el año de 1007 para la creación ó primer nom cuencia, interés ni cariño; en la histórica antecá
bramiento, primer brevet, del brigadier de caba mara Je Í Oe'il de liceuf se conseguían más pron
llería y la de 1068 para el de infantería. Así lo to his brevets y patenten, que en los cuarteles ó
dice L'Encyclopédie SIéthodique. en los campos de batalla. Un foso profundo em
Detengámonos un momento en la organiza pezó á cavarse entre el sargento y el oficial;
ción francesa, entiéndase bien, de aquellos tiem otro, quizá más hondo, entre el sargento mavor
pos fastuosos que si todavía recrean con su re y el coronel: entre el noblejon pobre ó modesto,
cuerdo á los franceses (porque todo francés lle que gubia lentamente y nunca llegaba, y el no
va en si un germen de grandeza, con su ardien ble, más noble, ó más rico, ó más listo, que
te patriotismo y su inextinguible sed de gloria quizá en la niñez mandaba un regimiento.
no es ménos cierto que incubaron la decadencia, De aquí, de esa influencia cortesana ó pala
los hórridos desastres militares de la ci erra de ciega, cenlralizadora, absorbente, la necesidad
Sucesión. No cabe duda que de las grandezas— ineludible de crear ó inventar cada día nuevas
que miradas de aquende el Pirineo no parecen gerarquias, escalones y hasta distintivos pueri-
tan grandes—de su gran ¡ley arrancan las pe I les; de aquí la indeterminación de las funciones
queneces de todo el siglo XVIII: las cuales á tal respectivas; la frecuencia de choques y roza
extremo llegaron, que la Francia de 1793, con mientos; la excedencia monstruosa de los cargos;
mano vigorosa, y quizá bárbara, procedió á la las cuestiones y quisquillas de precedencia; la
amputación de su pasado, como quien resuelta injusticia y el descontento; la imposibilidad, en
mente se desembaraza de un miembro cance fin, de la disciplina y del verdadero mando mi
roso. litar.
Nunca tuvo esa nación, (más trabajada que El gran Turena, cuya figura encuadra en el
la nuestra por el feudalismo de la edad media, magnifico reinado con modesta sencillez, unía
la organización acertada y memorable de nues el temple del soldado á la austeridad del filósofo.
tros terribles tercios del siglo XVI; casi siempre Segundón, y pobre por lo tanto, aprendió desde
encomendó al suizo mercenario el oficio de la niño, y á expensas por cierto de nuestra gloria,
infantería, que España supo restaurar ó más el arte en que, desgraciadamente á veces para
bien crear y encarecer sobre el legionario roma España, sobresalieron los Nassavs. Aunque ma
no; pero en todos tiempos los hijos de los Fran riscal á pocos años, prefirió el campamento á la
cos tuvieron un cuerpo de aristocracia realmente antesala; y en la lucha tenaz con los favoritos y
noble y magnifica, discola y turbulenta por su cortesanos, que no le perdonaban aquella rara
origen, por su índole, pero brava y tan esplén alianza de la integridad y la rectitud con el ta
dida, tan derrochadora de su oro como de su lento y el valor, supo acrecentar su fama, sin
sangre. Las enmarañadas guerras civiles con perder el favor real: circunstancia que no es la
puntas de religiosas, á que Enrique IVdió algún que ménos engrandece el carácter de Luis XIV.
corte y Luis XIV solución definitiva, trajeron lo —Napoleón cree que Ti rena ha sido quizá el
que inexactamente llamaremos milicia ó ejercito único gran General que no «ha nacido», sino que
francés al nuevo cauce por donde fueron sucesi se «ha formado» por el estudio y la práctica.
vamente entrando todas las instituciones mili Ahora bien, en tales condiciones concíbase á
tares de Europa. El absolutismo absoluto—si Turena al frente de uno de aquellos ejércitos
se nos permitiera el pleonasmo para distinguir mal constituidos y compuestos; cuya clase de
lo del que malamente se achaca á Felipe II—so tropa, en su mayoría extranjera, era la escoria
entronizó con el rey francés que dijo iV Etat ó la basura de la sociedad; cuya oficialidad ser-
C4 est moi»; y 6 su corona, como á un centro \ ia rencorosa por mezquino sueldo, sin gloría,
planetario, vinieron á concurrir todas las fuer sin estimulo, sin ascenso, sin retiro; y desde co
zas, á referirse todas las órbitas: en su persona ronel arriba, una nube de grandes señores, osten
con efecto se refundió el Estado. Pero este no se tando su ineptitud, como siempre acompañada
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de ia insolencia y de la indisciplina. Recuérdese gento de caballería. «Cada regimiento de caba
que entonces habia Colonel, Meslre-de-camp com- llería y dragones se compondrá y cada com
mandant, Mestre-de-camp en second , Lieutenant- pañía de un Capitán, un Teniente, un Corneta,
colonel. Major, en la clase de jefes, y centenares un Mariscal de Logis, dos Brigadieres » (Or
de Lieutenants-géiiéraux, de Maréehaux de camp, denanza DE 28 DE SETIEMBRE 1704).
de Marévhawc de logis, de Maréchaitx de batai- Ese grado, si tal puede llamarse, no confe
lle. etc. Y que turnaban por días estos Tenien ria en su origen por si solo derechos, ni deberes,
tes generales; y turnaban también estos Maris ni cargo, ni funciones, ni mando, ni autoridad:
cales de campo; y sin embargo, llegada la hora conferia un titulo previsor, una aptitud, una
del combate, en aquel numeroso cuartel general, preparación; el despacho ó brevet de brigadier
sin un verdadero oficial de e. m., todos inter lo mismo podia recibirlo el mestre de camp ó co
venían y nadie lograba durante veinte y cuatro ronel, que el teniente coronel, que el sargento
horas formar las tropas en batalla. Una vez for mayor, que el capitán veterano á veces; para
madas, cada linea, cada trozo de línea quedaba que ese titulo ó despacho de brigadier se «con
bajo el mando independiente de un general des solidase», valiese, imprimiese gerarquía ó auto
conocido á las tropas, y desconociendo él á su ridad, tenia que venir detrás otro título de con
vez los rudimentos de la táctica. firmación que so llamó letras de servicio, lettres
Sabido esto, no extraña que Turena, con la de service, órden ya expresa de que el brigadier
intuición del talento y de la disciplina, buscase titi lar ti honorario mandase brigada, ejerciese
la unidad y la cohesión posibles en tamaño des funciones, siempre indefinidas y eventuales,
concierto, instituyendo la brigada. Pero ¿qué pero superiores á las del coronel, igualesó infe
migada podia ser? Miéntras una constaba de riores á las del general.
cuatro regimientos ¡i 200 plazas, otro regimiento Pues bien: el brigadier, este engendro mons_
por si solo tenia 2.000 hombres. truoso á nuestros ojos modernos, fué por aque
Y sobre todo ¿quien la habia de mandar? ¿Los llos tiempos y bajo la mano diestra de Tiírena
generales? Ya hemos recordado lo que eran en una invención feliz, un elemento organizador y
sufran mayoría. ¿Los coroneles? Este habia si recomendable, un medio expedito, cómodo, y
do brevete en el vientre de su madre expresión adaptado á las circunstancias para movilizar
de la época); aquel tenia su regimiento como aquellos ejércitos macizos, apelotonados y de
una mera empresa industrial, atento solo á su una pieza; para intentar un comienzo de clasi
explotación y beneficio; el otro era colonel á la ficación y de dislocación; para desestancar la
suite, es decir, sin mando, sin funciones. ¿A táctica; para que la corriente del mando bajase
quien, pues, habia de confiarse el mando táctico encauzada, sin esparcirse ni empantanarse por
y ipermanente» de un cuerpo de tropas, cone el laberinto de aquellos cargos, entre los cuales
xo y organizado para entrar en verdadera combi áun era más singular que el mismo brigadier,
nación de guerra? Al jefe de carrera y de expe el de general de día en todo: en marcha, en
riencia; al oficial practico, modesto, subordina campo, en combates, en trinchera.
do, comedido; al que dependiese directa y El general en jefe, que no podia disponer á
militarmente del general en jefe. Esta clase de su arbitrio de los regimientos, ni áun de las
hombres sólo podia encontrarse de coronel aba compañías, porque eran propiedad de sus res
jo: y como la preocupación, la intriga, la des pectivos coroneles y capitanes, logró, con el
organización sistemática impedían darles ascen pretexto de la brigada, agrupar sus tropas con
so, hubo que apelar al extraño subterfugio de más libertad, romper y trastornar el órden de
«dárselo y no dárselo»; de entregarles una jefa ratalla legal y consagrado; eludir pretensiones
tura temporal á condición de perderla; de te de derecua y vanguardia; evitar competencias;
nerlos en fin «á disposición» sin que el erario contar en fin con subordinados y agentes suyos
sufriese, y, lo que es más, sin que los generales á la cabeza de los trozos tácticos, ya que no or
aristócratas se resintieran. gánicos y administrativos de su propio ejército.
(Manteado asi tan original problema, la solu Todas estas indisputables ventajas y ade
ción no podia ménos de ser peregrina, y produ lantos relativos conseguía tirena con la brigada
jo el tiriyatlier den armées du fíoi. El nuevo gra y el BRIGADIER DE LOS EJERCITOS DE S. M.
do, de suyo anfibio, principiaba por tomar un Contenido entre límites razonables de con
nombre anfibológico; porque brigadier era en veniencia y oportunidad, el rhigadier r/e Turena,
el mismo ejército (corno luego lo fué en el es hay que confesarlo, desataba un nudo orgánico
pañol, una especie de cabo de escuadra ó sar en los últimos ejércitos de Luis XIV, monstruo
23
BRIG — 178 — BRIG
sos y¡i por su número y desconcierto; pero ex formaron, y creándose el empleo de brigadier,
cusado es poner diques al desborde ruando vie para los jefes que debían mandarlas, para lo
ne de arriba. Con el nuevo brigadier sucedió lo cual se expidió á cada uno un brevete ó despa
que poco antes habia sucedido con el Teniente cho por seis meses, en que 'se les daba una cate
general; con los Mariscales de Francia, y de Lo- goría superior á todos los maestres de campo
gis, y de Batalla; con el Cuartel-Maestre, con el que no fuesen brigadieres, aun cuando tuvieran
Mayor General, con el Sargento General de Ha- mayor antigüedad». Pudo muy bien esto ser co
talla. Como el brevet ó despacho del brigadier pia de Turena, que ya en 1659 creó brigadas de
puramente honorario ni costaba al tesoro, ni caballería con jefes «permanentes durante la
mortificaba á nadie, ni en rigor era nada, se pro campaña»; pero la creación, ó sanción oficial
digó sin medida; andando el tiempo, el favor con real despacho, no pasa, como dijimos.de
palaciego, única divinidad, abrió las cataratas de 1667 para la caballería, y de 30 mayo 1668 pa
las letras de servicio, y, con el diluvio de gene ra la infantería.
rales, otro diluvio de brigadieres concluyó de Esta noticia de todos modos, más que la ins-
inundar la milicia francesa: á la manera que el lilucíon oficial y orgánica del brigadier en Espa
enjambre de Gentiles-hombres y Entretenidos ña (que no pasa de la Ordenanza de 10 de abril
(V. e. v.) se tragaba los restos de la vieja y aus 1702, art. 13o] anticipa y revela una de tantas
tera milicia española. Concluida la ci erra de veleidades reorganizadoras como entonces aco
sucesión, Francia abrumada por los desastres, metían al gobierno desorientado.
encenagada en la miseria, pasó casi todo el siglo La nación que durante siglo y medio impu
XVIII sin resolución varonil para regenerarse, so, no sólo á Francia sino al mundo, sus leyes,
sin ose aliento, que nunca le falla, para mante sus costumbres, su lengua militar, trocó súbita
ner su gloria militar. Alguna tentativa empírica mente su papel, y, á manera de reina destrona
no mejoro su milicia: respecto á brigadieres, si da, hizo rápida almoneda de todas sus joyas, ce
en 1763 contaba 37 i, en 1784 tenia Si5. diendo lo primero su originalidad y su iniciativa.
Y á la verdad que no habia causa determi No parece sino que ante los tristes muros de
nante de tal abundancia de brigadieres, ni aun liocroi ¡1043; la milicia y hasta el viejo espíritu
de la conservación de tal grado: por entonces \ castellano sintió entrar por el pecho el frió déla
las reformas y adelantos de Federico de Prpsia muerte con el acero fulminante del francés. En
eran comprendidos en Europa, si no en su fondo aquel desalíenlo universal á nadie quedó brío
filosófico, por lo menos en su parte aparatosa y siquiera para volver la vista atrás, y leer los
pudiera decirse escenográfica 'V. Táctica). La nombres luminosos de Cerinola ó Pavía; de
organización divisionaria estaba ya aceptada en Mühlberg ó Gemmingen; de Nordlinga, y del
los reglamentos y hasta en el campo de manió- j mismo Fuenterrabia tan cercano. El pavor nos
bras de Vaussieux: era pues inminente el ad sobrecogió: una mezcla de curiosidad y de in
venimiento del jefe ó general de brigada. La fantil admiración nos empujaba hacia nuestra
guillotina revolucionaria, que no respetó al ma eterna enemiga; y en 1700, al descender ella de
riscal ni al coronel, concluyó para siempre su apogeo, le pedíamos, casi prosternados, que
con el brigadier vetusto é indefinible de los entrase abiertamente á «regenerarnos» puesto
tiempos de Turena. que «ya no habia Pirineos». Francamente, nada
Habiendo acompañado desde la cuna basta bueno nos trajo para la cosa militar: entre los
el sepulcro al brigadier francés, poco queda que celebres Guardias de Corps y la Guardia Real y
decir del brigadier español. los Dragones vinieron también los mariscales de
Es evidente que este grado entró con Feli logis ó de batalla y los brigadieres: unos y otros
pe V ó con las tropas francesas que vinieron á semi-gencrales y semí-sargentos, como se ha
apuntalar su trono. En aquella guerra de sece visto en el texto arriba citado de la Ordenanza
sión lo adoptaron también Inglaterra, Portugal y de 1704. España tuvo su copia de Versailles en
Austria. Sin embargo Clonard adelanta algo la San Ildefonso, y su copia también déla Mainte-
fecha en este párrafo, que copiamos textual, de non en la princesa de los Ursinos.
su Hisl. org. T. IV. pág. 468: «Por primera vez Nada nos faltaba, pues, en aquel desdichado
se dividió en este tiempo (á mediados del siglo tiempo más que un poco de dinero yr algo más
XVII) nuestra caballería por brigadas, en el de patriotismo. Aceptamos el brigadier, no el de
ejército de los Países-Bajos, á propuesta del Turena. sino el degenerado é indefinible de los
maestre de campo general, gobernador general, últimos y desastrosos tiempos de Luis XIV. No
conde de Monterey, siendo nueve las que se nos acusemos sin necesidad de embrolladores,
BRIG — 179 BRIG
los españoles, en materia de organización. Si aclaraciones y deslindes realmente deliciosos,
tanto ha dado que hacer el brigadier en 1 65 años, que no trascribimos por no alargar, pero quo
es que ya traia consigo de Francia el pecado pueden leerse en el libro 1. T. XII y XV.
original. Por ejemplo: allí en 10 de marzo de Cuarenta años después seguia el embrollo,
1673 se decretaba que el brigadier con letras como puede verse en los siguientes artículos que
de servicio mandase á todos los coroneles y maes lomamos del Real Decreto de 16 marzo 1765
tres de campo (que no querían por supuesto de sobre sucesión de mando, quo está incluido lite
jarse mandar) y—esto es curioso—en plaza ceb ralmente en el tít. 31. trat. 2 de la Ordenanza
rada el brigadier de infantería mandaba ul de que hoy rige, publicada en 1768.
caballería; pero en campo abierto, al revés, el de Art. 2." El coronel con ejercicio de un regi
caballería mandaba al de infantería. Sabida es miento no podrá ser mandado dentro de él por
la manía deplorable de los dragones, y el empe brigadier alguno que tenga su destino en el mis
ño de hacer un arma distinta de lo que en rigor mo cuerpo, pues como á jefe principal le conce
no era fusión, sino caricatura de las otras dos- do esta preferencia y distinción tanto en lo mi
Pues bien, en 30 de julio de 1695, creó Francia litar, cuanto en lo económico. (Art. 2. Tít. 31.
para el «arma» de Dragones su competente bri tratado 2 de la Ordenanza).
gadier. Los había por tanto de tres armas distin Art. 3." En ausencia ó vacante del coronel
tas, con sendas prerogativas y honores análogos propietario, si hubiese en el regimiento algún
al arriba mencionado. Pero este asendereado brigadier, tomará éste (por consideración á su
cargo, si era rechazado por abajo, no era menos carácter) el mando entero del cuerpo; y si suce
repelido por arriba: los generales se obstinaban diere que haya dos de este grado preferirá el
en no reconocerlos por compañeros en 1866 ya más antiguo en el, sin que sea circunstancia
se ha visto en España lo del fajin azul cobalto para alterar la preferencia el tener empleo ó só-
y por sistema les cercenaban atribuciones y re la agregación. (Art. 3. ibid.)
gabas. Si pedían ayudantes de campo (cuando Art. 7." El brigadier que tomare el mando
empezó á haberlos; se les negaban, porque no en ausencia ó vacante del coronel con ejercicio,
eran oficiales generales; pero se les daba un los reformados y graduados que optaran á él en
mayor de brigada para el detalle. El coronel, falta del teniente coronel y sargento mayor, y
«propietario» de su regimiento, donde tenia su el capitán en quien recayere en defecto de to
compañía coronela; el capitán, «propietario» dos, no podrán alterar las de mecánica ó inte
de su compañía, miraban con desdeñosa altivez rior gobierno, que estén establecidas en el regi
al jefe postizo que no era «propietario» de nada, miento, y cuando alguna ocurrencia persuadiese
sino de un sueldo mezquino sin el menor adita á hacer novedad, precederá junta de capitanes.
mento, ni obvención; y como á la sazón el de Y asi en esta clase como en todas las demás que
recho al mando se ejercía, no por antigüedad por ordenanza, instrucciones ó práctica deben
personal, sino por antigüedad ó preeminencia celebrarse en los cuerpos para recluta, remon
del cuerpo, solia acontecer que un coronel ve ta, vestuario, armamento, manejo de caudales
terano, y brigadier por añadidura, venia a ser y demás puntos de gobierno, tendrán interven
mandado por otro coronel que soltaba los anda ción y presidirán el brigadier, como si fuese el
dores para mandar otro regimiento más antiguo. coronel, y el reformado, graduado ó capitán,
Cálculese la brega y zalagarda que andaría en cuando tenga el mando, como si fuese uno de
tre aquellos sargentos mayores, tenientes coro los jefes propietarios, dando cuenta al inspector
neles, brevetes de brigadieres con ó sin letras de general del mismo modo que ellos lo ejecutan.
servicio, que hoy mandaban á su propio coronel, Art. 1 1 . Los brigadieres, los coroneles, te
se codeaban con su mismo general; mañana vol nientes coroneles y sargentos mayores reforma
vían a su batallón, y al otro día estaban en la dos, no tendrán compañía y estarán en los pri
calle. Y luego volvían pegadizos al regimiento, meros batallones ó escuadrones, y en los mis
como agregados, reformados ó graduados; y te mos tendrán igualmente su destino los coroneles
nían que habérselas con otros brigadieres «de graduados que no tuviesen compañía.
otra especie» como los exentos (ayudantes) de Art. 13. El orden establecido para el mando
Guardias de Corps, y los ayudantes (de batallón) de los regimientos, no ha de alterar el regular
y los cuatro capitanes más antiguos de los Cara de las escalas del servicio de ejército, pues en
bineros reales, de las Guardias Españolas y W'a- estas se han de colocar por sus respectivas an
lonas. tigüedades, los brigadieres, sin distinción de
La Ordenanza de 4728 trae sobre este punto agregados, los coroneles vivos, los coroneles re
BRIG — 180 — BRIG
formados, los coroneles graduados, tengan ó no encima de los dos galones ó uno que tuvieren
compañía, y por el mismo órden los tenientes por el empleo de teniente coronel ó sargento
coroneles vivos, reformados y graduados, con mayor en su uniforme; > si hubiese algún capi
compaTñia ó sin ella. tán graduado de brigadier llevará sólo en la
Art. 17. Los brigadieres, los coroneles, te manga este bordado».
nientes coroneles y sargentos mayores reforma Por lin, después do la (¿cerra de la indepen
dos, y los coroneles y tenientes coroneles gra dencia el brigadier vino á quedar como término
duados, que tuvieren agregación á lo« regimien medio entre coronel y mariscal de campo, sin
tos, harán únicamente el servicio del ejército, y más subidas ni bajadas. La mayoría de los co
cuando éste les loque, les comunicará la orden roneles de regimiento conservaban el mando con
el ayudante de semana, pero la diaria en el el bordado (V. e. v.) ó entorchado de plata; y
cuerpo (cuando no lo estén mandando según el suprimida al fin esa postrera irregularidad por
método establecido'!, bastará que se la lleve un real decreto de 21 junio I8Í7, que anuló el de
abanderado ó porta-estandarte, y en su defecto 9 de octubre 1 8 18 , que volvió á restablecer la
el cadete gue haga sus funciones. real órden de 21 mayo 1863, parece que el bri
Art. 18. Los brigadieres, coroneles y tenien gadier entra ya en su asiento de jefe ó coman
tes coroneles graduados, que tengan compañía dante de la moderna brigada. Hasta hace poco
harán por la escala del ejército el servicio de su tiempo había también en la situación de cuartel
grado, y por la del regimiento el de su empleo, añejas desigualdades: unos con 12, otros con 15,
prefiriendo siempre el de este si sucediere locarle con 18, con 20 con 30.000 reales. La real órden
los dos servicios d un tiempo. Para el del grado de 26 de febrero 1862 fijó el de 13.000 por mí-
les llevará la órden el ayudante de semana, y la nimun; y se habia dado el caso peregrino de re
diaria, que sólo les corresponde saberla como ca husar con tal tenacidad un coronel el ascenso á
pitanes, se la comunicarán sus sargentos como i brigadier, que recibió castigo por desobediente.
los demás de su clase. (Art. 18. Tit. 31. trat, 2¡. La determinación reciente del retiro ó la
Basta para muestra de cómo se entendía ha exención del servicio, si bien grava al tesoro,
ce un siglo lo que hoy decimos organización y alivia y desembaraza un poco las páginas de la
GERARQUÍA. (liiiA, que si aterran al contribuyente, más deben
Que el grado ó cargo, ó lo que fuere, de bri descorazonar á los coroneles y á los que vienen
gadier, al ser introducido—mejor dicho, tradu detrás.
cido del francés—no imprimía carácter de ofi Por todo lo expuesto en esta larga y lamen
cial general es cosa resuelta y averiguada. table historia del brigadier, y recogiendo la idea
La Ordenanza general de 1702 dice textual al principio emitida de una refundición proba
en su articulo 138: «De Brigadier se ascenderá ble y preparada ya en la opinión, de las dos úl
á Mariscal de Campo, que es el primer grado de timas clases de oficiales generales, no es ino
Oficial general, y el que manda indiferentemen portuno pensar en cual de las dos denominacio
te la Caballería, la Infantería y los Dragones » nes habría de sobrevivir: si la de brigadier ó la
No cita artillería porque á la sazón no estaba de mariscal de campo. (V. e. v.)
considerada todavía como arma táctica. Ya hemos anticipado por nuestra cuenta qu°
Si quedase duda de la perturbación inevita estamos por la primera. Nada más breve, pro
ble que debia producir un grado puramente pio y natural que llamar brigadier al que man
honorario que hasta los capitanes podían tener, de una brigada; mayormente en España, donde
basta recordar la real orden de 1 1 marzo 1709 no hay equivocación con el sargento de caballe
que fija las divisas: «El Rey ha resuelto que los ría como en Francia. Mariscales, si que hay dos:
coroneles propietarios de infantería, caballería el oficial general y el veterinario. Pero no insis
ó dragones que sean brigadieres lleven en la tiremos en que prevalezca esta opinión, porque
vuelta del uniforme de su cuerpo y encima de al brigadier actual lo que parece importarle an
los tres galones (que son distintivo de coronel te todo es llamarse General: á nuestro juicio, lo
vivo con el uso del bastón! el bordado de plata que en primer término debiera convenirle era
respectivo á la clase de brigadier, aunque los quitarse de encima una de las tres clases inte
de su cuerpo sean de oro; y que siguiéndose la resadas en que nunca lo sea. Cuestión de gus
misma regla, los tenientes coroneles ó sargentos tos. Por ejemplo: el brigadier Don Manuel Fe-
mayores que pueda haber con ejercicio en estas breu de la Torre en un articulo (25 febrero 1866)
clases y graduados de brigadieres se distingan contra el fajín azul cobalto (teñido por fin de
con el bordado de plata en la vuelta colocado rojo en junio de 1867], concluye pidiendo nue
BRIG - 181 — BRIO
cus denominaciones y dice: «nosotros daríamos da sustituye completamente á la división. En
á los brigadieres las más propia y adecuada de organización y composición conviene, como en
generales de brigada, sustituiríamos la de ma otras muchas cosas, no atarse las manos creán
ríscales de campo por anticuada y hoy sin sig dose voluntariamente estorbos para luego sal
nificación inteligible con la de generales de divi tarlos ó allanarlos; y acaso no esté fuera de la
sión; á los tenientes generales, que no se sabe conveniencia, á la que siempre debe sacrificar
por que se llaman asi, ni lo que propiamente se el rigorismo de los principios, que la brigada
significa la Tenencia, les llamaríamos generales en España tome, en casos dados, no el volumen
de ejército; y dariamos por último á los capita ó la fuerza, pero si la forma, la aptitud táctica
nes generales el título de mariscales, que llevan de una pequeña división, con dos armas muchas
en todos los ejércitos de Europa, los que lle veces, con las tres algunas. ¿Quién en vista de
gan á la última y más elevada dignidad de la nuestro suelo y de nuestra población, de nues
gerarquia militar. tro sér político tan vario, puede asegurar que no
Un distinguido oficial de E. M. ha propuesto convendrá en algún caso agregar á cuatro bata
hace poco, en el mismo periódico militar La llones un escuadrón ligero y algunas piezas pa
Asamblea, que el mariscal de campo se llame sub ra que forme brigada independiente ó destacada.
teniente yenera! así como el comandante, subte Se ve, pues, que á la futura clase de brigadier ó
niente coronel; por nuestra parte admiramos, general de brigada hay que realzarla más bien
pero no aceptamos la idea. Si, como opina la que deprimirla; aproxi marla más bien al tenien
generalidad, el nuevo empleo refundido hubiese te general que al coronel: con eso, este otro gra
de llamarse general de brigada, parece inevita do, en el dia demasiado restringido, se ensan
ble llamar al superior, como en Francia, gene chará, ocupando con holgura el largo espacio
ral de división. En el articulo correspondiente á entre el jefe de batallón y el general de brigada
esta última palabra pretendemos demostrar que ó brigadier.
en España no es absolutamente necesaria la or-
ca5Ixactob por grandes cuerpos de ejército; pa BRIGANDAJE . Babalt* (Dice, de galic), y
cuantos respetan el castellano rechazan este ga
rece suficiente la descomposición divisionaria,
licismo supérfluo: ya se quiera decir saltea
formando en su caso por agregación verdaderos
eiébcitos como en las guerras de la Independencia miento, robo en cuadrilla, ya se quiera extender
y Civil. Si esto puede ser así, dicho se está que á concusión, pillaje, rapiña, exacción, depre
bastan tres clases de generales: la más alta, con dación, ó á guerra irregular, de facciones, par
su antiguo y respetable nombre, correspondien tidas, gavillas.—Brigante, del francés brigand,
te al mariscal europeo, al jefe supremo de un es una verdadera superfluidad en la tierra que
ejercito que nunca en él debe admitir igual ni ellos dicen ser clásica (sin duda por haberlo
superior; la segunda, que no deja de ser expre probado en la guerra de la independencia) y en
siva, teniente, verdadero lugarteniente de gene- la que desgraciadamente nos sobran salteador,
ial, la cual comprende al General, como debe malhechor, bandido, bandolero, en un sentido:
ser en toda su generalidad , ministro, director, y en otro faccioso, rebelde, latro-faccioso, ja
senador, jefe de una división ó de dos y áun tres mancio, matiné, trabucaire, etc.
pasajeramente agrupadas en la guerra; y por BRIGANTINA. «Coraza formada de láminas
ultimo el brigadier, que es como más breve y pequeñas, y en forma do loriga, sobreponién
lógicamente puede llamarse al comandante de una dose unas á otras, á modo de escamas y clavadas
hígada, oficial general de hecho y de derecho, á una tela fuerte por medio de roblones. Este
«general de oro y no de plata» como dice un ar traje de guerra que también se llamaba jaco lo-
ticulista anónimo, con su faja encarnada y sus rigado, tenia en un principio las chapas ó lámi
rmcioNF.s de mariscal de campo. Nos mueve á nas por de fuera». Martínez del Romero. Cal. de
separarnos algo de las ideas dominantes la con la R. Arm). No está en Dice. Acad., yes dudoso
sideración de que rara vez son exactamente que esta voz sea española. Los franceses tienen
aplicables á nuestro pais y á nuestra milicia las brigandine óbrigantine, derivación evidente de
formas generalmente usadas en el resto de Eu brigand
ropa. El principio absoluto de que la brigada sea
una agregación, puramente táctica, de tropas ó BRINDAR. Parece como algo más que «pre
unidades de un arma sola, quizá en España no sentar ú ofrecer la batalla».
siempre tenga aplicación rigorosa, como ya no RRIO. Pujanza, espíritu, valor, resolución,
la tiene en Austria ni en Prusia, donde la briga ánimo, esfuerzo; y también desembarazo, gar-i
BRIS — 182 — BUCE
bo, despejo, donaire. Covarrubias da etimología eran de bronce todavía. —Hoy en alto lenguaje ó
griega. poesía, bronce es, unas veces trompeta, clarín
sonoro; otras artillería, que truena, ruge, re
BRISURA. Dice Moretti, y repiten literal
lampaguea, etc. También hay (para los poetas)
mente los diccionarios militares de Hevia (1857)
muros de bronce, pechos de bronce.
y J. D: W. M. (4863;: «Parte tomada sobre el
prolongamiento de la linea de defensa, para BROXCHA. Arma blanca ofensiva. Estoque
unir, en el bastión de orejones, la cortina al pesado y fuerte, termino medio entre la espada
flanco cóncavo». Esto es francés puro. Los in y el puñal. Desconocido en España hasta el siglo
genieros españoles no dicen prolongamiento, XIII, y que se usaba en el XIV, según la Cró
sino prolongación como manda el Dice, de la nica del Rey Don Pedro, cap. 3 y 6. fCLONARD).—
Acad.; ni bastión (V. e. v.); ni flanco cóncavo, Puñal, daga. (Dice. Acad.)
sino curvo; ni en fin brisura por tronzadura en BROQUEL. Covarrubias dice que /¡ene de
unos casos, como el presente, y en otros, cor broca, por su forma orbicular. Dice. Acad. quie
tadura, rotura. Realmente no hay motivo, por re que venga del francés bouclier. Variedad de
que los franceses digan briscr á lo que nosotros escudo ó rodela (V. e. v.) muy usada por los es
romper, para que vayamos á cargar con su bri- pañoles del siglo XVI, y que tomó forma en las
sure como si no nos sobraran galicismos. En la primeras guerras de Italia y Flandes. Tan usual
desgraciada traducción que hizo Vallejo de la debió ser en la vida civil, que el Dice. Acad. trac
obra de Gay de Vernon, para el antiguo Colegio broquelero en sentido de guapo, valentón, ami
general militar, hay también análogas enormi go de riñas y pendencias. En la quinta edición
dades como, línea de tenazas en brisura hacia lo define asi: «Escudo pequeño, hecho de made
la campaña; embrasura por cañonera, etc. ra y cubierto de ante, encerado ó baldés, con su
BROCA. «La bola ó clavo de hierro que lle guarnición de hierro al canto: en medio tiene
vaban los escudos enel centro». (Clonara. Ilist. una cazoleta de hierro hueca, para que la mano
ory. T. [. pág. 422;. «La broca era la parte sa pueda empuñar el asa ó manija que tiene por la
liente de escudo que, en forma de embudo, parle de adentro».
partía del centro, y do ahí se llamaron á esta BRUÑIA ó BRL'NEA ó BROMA. Variedad
clase de paveses, broqueles». ! id. Mem. de la A. de la loriga. (V. e. v.) Nombre de una usada en
de la 11. pág. 132,. El Diccionario de la Acade lOül según el testamento de Don Ramiro de Ara
mia no da este significado . —Covahrubias dice: gón. (Hist. de S. Juan.de la Peña. Lib. 2. capí
«Broca, lo mismo que brocha, nombre francés, tulo 38. cit. porCLONARD. T. I. pág. 446). La voz
vale el botón redondo que entra enel ojete ó es latino-bárbara; y Aquino (Lew. mil.) la hace
hebilla, boucle; brocado, la labor de las telas ri derivar del italiano bruno, pardo oscuro. Los
cas de oro por las brochas ó clavos que tiene». franceses dicen brunie ó bruyne.
—En los talleres de artillería, broca es nombre BRI SCO. Este adjetivo ha invadido recien
genérico de una barrena para empezar á abrir temente la lengua militar, en amistosa é insepa
los taladros en metal. rable compañía del sustantivo ataque: y convie
BROCAL. En las piezas de artillería, el ex ne saber con que derecho. Según el Dice. Acad. 5
tremo opuesto á la culata en el tercer cuerpo o brusco, vulgarmente, es áspero, desapacible, el
caña, donde se halla el plano de la boca ó espejo. que está con semblante enojado. En francés,
El brocal consta de collarino cilindrico y varias brusque vale también bravio, atropellado, pre
molduras como, tulipa, cuarto bocel, filete y cipitado en el obrar: de aquí muy propiamente
ESCOCIA . su continua y exacta aplicación al ataque, á la
BRONCE. El cobre mezclado con el estaño. sorpresa; y hasta el verbo brusquer es natural,
El de las piezas de artillería tiene once partes como lo usan en brwtquer l'affaire, que espera
del segundo metal para 100 del primero. En mos confiadamente ver traducido «bruscar el
1867 no pareciendo bastante dura esla aleación negocio». Dígase para qué necesitamos «poner
se ensaya el acero.—Es singular que el bronce el semblante enojado y desapacible» los que te
haya precedido al hierro, como está hoy con nemos abalanzarse, acometer, arremeter, cer
evidencia demostrado por los arqueólogos y geó rar, apresurar, atrepellar, llevar de calle, des
logos, que designan por edad de bronce la que baratar etc. y algara, rebato, etc.
medió entre la de piedra y la de hierro. En el BUCÉFALO. Como siempre interesa á la mi
sino de troya ¡1 184 a. C.".') las armas y armaduras licia lo que loca á Alejandro Magno, no es in-
— 183 — BURG
BUCE
oportuno mencionar aquí el nombre histórico gas e se colgaron por una buhera del castillo de
de SU CABALLO DE BATALLA. Fuentidueña».
BUCELARIOS. De burea, boca, bueeella bo BUHERA. (V. Buharda).
cado. Uno ile tantos cuerpos privilegiados ó de BUIDO. Según Martínez del Romero, en su
casa-real de la milicia bizantina, y quizá de la Glo.i. del Cal. de la R. Armería: «Dicese del pu
goda, que solia imitarla. ñal de tres filos y de los de cuatro».—«Bum
Acicalar, hacer puntiaguda y fuerte un arma
BUFA. En la antigua armadura caballeresca un puñal». Dice. Acad. 5 y 1) «traspásenme
«pieza de refuerzo con un ala que se colocaba
el cuerpo con puntas de dagas buidas» (Cervan.
en la parte anterior del guardabrazo izquierdo,
asegurándose con uno 6 más tornillos. Usábase tes. Quijote. P. 2. cap. 69) «Sino un puñal buido
más agudo que una lesna.» [ibid. cap. 23). Co-
generalmente en los torneos y pasos de armas». varrubias da origen toscano á esta voz.
(Martínez del Romero. Cal. de la R. Arm.
BURGO. En el articulo Burgos del Dice. Ma-
BUFADOR. Es una manifestación volcánica doz ;T. IV. pág. 595), discurriendo sobre la eti
en la tierra, reducida á la salida de columnas de
mología se lee: «La voz Burgo, aunque aten
humo cargado de gran cantidad de ácido bórico.
diendo á su origen germánico, deba entenderse
BUíiE La pieza de bronce, de figura eónico- equivalente de Populus, según lo encontraron
truncada, que guarnece interiormente el cubo los latinos, usándola como su sinónima, y aun
de la rueda en los carruajes de artillería, para hoy vemos llamarse Burgo-maestre el primer
disminuir el rozamiento con las mangas de los magistrado de algunas ciudades de Alemania y
EJES. de los Paises-Bajos; los franceses dicen lo mis
BUHARDA ó BUBARDA. De la lectura se mo bourg que rillage; y nosotros nombramos al
deduce que antiguamente era el balcón, ó corre pueblo vulgo (que es lo mismo que Burgo, como
dor, ó andamio rolado con que se coronaran los en el lenguaje de esle, balcón y barcón, plata
muros antes de la invención ó introducción de y prata, etc.); se ha ceñido en nuestra nomen
los matacanes para resguardar á los tiradores.— clatura geográfica, á indicar el lugarcillo, case
ViOLLET-LB-Drc los llama hourd y brétéche, y se río, aldea ó arrabal. Algunos sin embargo han
extiende largamente en su descripción. La eti creido valer lo mismo que torre ó castillo por
mología parece visible en la primera voz france verla aplicada á estos, como en Vegecio [¡ib. 4
sa de nuestra buharda, buhardilla corruptamen capitulo 10 y la han derivado del griego Pyrgos:
te guardilla; pero ¿se podrá decir que un muro pero sabido es que fortificados de ordinario los
está «abubardado» cuando está hourdé, corona pueblos en lo antiguo se decían con frecuencia
do de buhardas ó voladizos?—Claro está que, á la Castra, y como en tal concepto todos los Castra,
aparición de la artillería, buhardas y matacanes no eran propiamente castillos, sino que había
quedaron de sobra; pero es singular que enton muchos pueblos asi llamados, porque los tenían
ces, cabalmente, nacieran los elegantes almena ó estaban murados ellos mismos, tampoco los
jes de piedra con los calados matacanes que hoy fíurgus eran Castra, y auuque se usase de aquel
nos embelesan. Viollet (pág. 21 6j dice que en nombre, en lugar de este, hubo de ser en los
N'uremberg, fortificado por Alberto Dinero, to casos que el de Castrum equivaliera al de Po-
davía rige una disposición singular A saber: pulus. La voz Burgo, no obstante esta opinión
uhourds en bois hourdés en briques el mortier» que la trae del griego; de la de otros que la traen
sobre el parapeto «ya grueso y apto para admitir castizamente latina; y de la de Nicolás Antonio,
artillería»—El dispositif que pinta dicho autor en su Biblioth. anl., que dijo haber introduci
en la fig. 72, no importa sólo por la parte bu do los moros en España las voces Burgos y Mas-
bardesca ó hurdesca, sino que verdaderamente burgos, se extendió por distintas naciones euro
da el origen de una batería blindada moderna, peas, de los germanos en sus guerras con Roma,
pudiendo aprovechar los hourds para tiradores cuyos jurisconsultos vinieron á usarla en sus
donde se tema poca artillería. Es un tejado á códigos Theodosiano y de Justiniano, lib. 7 ti
dos aguas, cuyo piso puede sostenerse en la cres tulo l i. De Burgarri'is donde nombra las Espa-
ta del parapeto con tornapu ntas sobre el cordón, ñasj lib. 12. til. 19. ley 2 (donde expresa los
para dejar libres las cañoneras.—Dice. Acad. en Burgos); y sin embargo que fué adoptada ge
su 1.* y 6.* EDic. no trae en este sentido la voz neralmente por los latinos como sinónima de
buharda, pero sí bdhbra. Lo mismo que tronera populas según hemos dicho, Paulo Orosio (li
ó agujero. Es voz anticuada. «Se ataron con so bro 7. cap. 32), hablando de los burgundio-
BURG — 184 — BURN
nes de Alemania, la trae de estos; «Quia dixere externa; nationes, quw ltaliam oceupave-
crebra per limitem habitacula constituía, Bur runt, loca munita stationibus hilitaruus et cas-
gos, vulgo vocant»: según lo que debiera tris idónea». Los godos introdujeron en España
concretarse este nombre á las casas repar y en Italia esle nombre y en Alemania donde
tidas con frecuencia en los confines ó limites; y hay muchos lugares que acaban en burg como
San Isidoiio copió lo mismo sobre la palabra Bur- Vicsenburg, Scberburg, Sallzburg y otros. Algu
gundiones (lib. 9, cap. 2 y 4). SiooNio.en el Cár- nos empiezan con este nombre, como la misma
men 22, titulado Burgus pontü, expresa signi provincia dicha Burgundia por cuanto á los
ficar el nombre Burgo, casas junio al rio: «Di- principios vivían en estos burgos divididos y
cerís sic (Burge) namque domus de Ilumine sur- i burdigalium vulgarmente dicho Bordeaux ó
gunti» ¡verso 27). Así interpretándola cada uno Burdeos ciudad principal de Francia». Covar-
atentamente solo á su aplicación, quiso encon rubias. Tes. de la Img. cast.)
trar explicadas en el nombre Bí neos algunas de Se han acumulado los textos anteriores, pa
las circunstancias particulares del objeto que se ra aprovechar esta ocasión de manifestar lo que
lo presentaba; dando de este modo á su signifi son «las etimologías y los etimologístas».
cado precisión que no tuvo; y la variedad de Por lo demás Dice. Acad. 5, que da esta voz
conceptos que lian llegado á reunirse de esta como anticuada, dice: «Lo mismo que aldea ó
suerte, viene á probar que lejos de ser exacto el población muy pequeña dependiente de otra
rigorismo de algunos, el nombre de Burgos, principal; y de aquí tomó nombre el Burgo de
comprendiéndolos todos, tuvo cuanta extensión Osina». En hablistas tan correctos como el P. Ba
hemos expresado, entrando á ocuparnos de él; silio Varen de Soto se encuentra esta voz por
aunque más tarde viniera á aplicarse sólo á los sinónima de arrabal. «Deslc improviso assonibro
lugarcillos, arrabales, ó aldeas, ó casas rurales, desordenados los infantes que estaban á la guar
lo que hubo de ser la actual ciudad de Burgos da de los reparos del burgo, comentaron á tra
en tiempo de los romanos, caso que existiera, tar de recogerse á la ciudad, y el pueblo lleno
para que no nos la recuerde escritor ni monu de terror y confusión gritaba ya que se cerrasen
mento alguno de aquella época, y asi es corno las puertas y se desamparassen los burgos »
nos la presenta la noticia mas antigua que se [Guerr. civ. de Francia lib. 3. pág. 60).
tiene de ella».—En otra parle del mismo Dic También en Don Carlos Coloma, describien
cionario, arl. Teruel (pág. 745) dice que Burgo do á Corbeil: «Al pié de esta eminencia hay un
viene de la raíz céltica Ur de donde también burgo de cantidad de casas, y desde él se pasa
nace el Urbs latino, y el Bourg francés.—Si.no- á la villa por un puente, en cuya extremidad,
net dice que Borg, en árabe, es toiiiie, castillo de la parte del burgo, hay un castillo no muy
ó fortaleza, y que el caslillo en que murió Al- fuerte, de queso apoderó brevemente el Duque
manzor (fi agosto I002J, se llamaba Borg-Alco- después de alojado en el burgo, que también se
raxi, castillo del Coraisita sobrenombre de Al- ganó con brevedad». Guerr.de Flándes. lib. 2.)
manzor) boy Bordccorex, áocho leguas de Soria
BURGUÉS ó BL'RGÉS. Esle sustantivo (ga
y tres de Almazan. licismo hoy, de bourgeois) se encuentra en los
Dozv [Hist. des mtisulm. d'Esp. T. II. pági
na 253; no llama borg sino bortlj á los castillos clásicos del siglo XVI en sentido de paisano, ha
bitante de una ciudad «en habiéndose reti
señoriales de la aristocracia árabe. Pero el mis
rado los españoles la vuelta de Guiñes entró él
mo Dozv (Le Cid, d'aprés de nouv. docum. pági
na 163, notaj, describiendo el asedio de Valen en Ardres con el regimiento de franceses de
monsieur de Monlluc, soldado, aunque mozo,
cia en 1093, dice que «no había más que cuatro
de conocido valor. Con este socorro llegó á ha
grandes puertas (bdb); las pequeñas, como lado
ber en aquella villa [lasados dedos mil hombres
Alcántara, llevaban el nombre de bordjn.
El P. Goadix dice que «burgo en arábigo vale de pelea sin los burgueses » (Coloma. G. de
casa pajiza: pudiéronlo tomar los árabes que Flandés. lib. 8;.
vinieron en España de los godos que echaron de También Dice. Acad. 5 da BURGÉS, anticuado,
ella. Vegecio (De Be militari) dice que burgo es como «lo perteneciente á burgo, á aldea y el
castillo pequeño, y caslcllum lo mismo que al- nacido en ella».
dcgüelas. Y así dicen ser nombre griego, quasi Bl'RM'Z. Segun Malo de Molina en su Bo-
purgas, de purgós, lurris, mudando la tenue en ilrigo el Campeador pág. 89, nota;, los árabes
media p. b. Andreas Baccio, médico romano, en que primeramente invadieron la España no usa
su lib. 6. De Matura vinorwn dice así: «Burguh ban turbantes ni burnuces, ó albornoces, sino los
BURO — i85 — BUZO
jaiques y toquillas que hoy llevan los argelinos las municiones de la artillería: su tapadera tiene
y marroquíes A la invasión de los almorávides, la forma circular con dos tablas en su longi
en el siglo XI, que se distinguían por los bur- tud, que sirven de estribo á los artilleros cuan
nuces blancos y los turbantes, fué cuando ya se do suben al mismo; pertenecía este carruaje á
generalizaron y usaron indistintamente en toda los antiguos cañones de á 8 y á los obuses y se
la España árabe. acomodaban en ellos hasta 66 tiros.—Burro de
BUROCRACIA. Los que no saben francés dos ruedas. Especie.de carrito pequeño y muy
ni español usan esta palabra con énfasis, por la reforzado, que sirve para el trasporte de las pie"
razón sencilla de no entender lo que dicen; pero zas de una ratería á otra.
también los que saben ambas lenguas han dado BUZANO. «Se halla usado en lo antiguo por
en usarla con cierto dejo burlón ó epigramático, cierta especie de pieza de artillería como cule
cuando pretenden zaherir la empleomanía, o los brina ó cosa semejante» Dice. Acad. 1 y 5.) «Los
trámites papelistas, oficinescos, cancillerescos, moros reparaban los muros lo que podían, y
expedientiles, ó como quieran llamarse, en que siempre tiraban con los rebadoquines y búzanos
se atascan y eternizan los negocios públicos. y otros tiros de pólvora de que estaban proveí
Burocralie, en efecto, viene en francés de bureau dos.» (Pulgar. Cron. de Rey. Cal. part. 3. capí
bufete y escritorio ú oficina. El mencionar aquí tulo 31). « et los moros tiraban tantos true
esta voz, aplicada con frecuencia por el oficial nos é bú/.anos que la gente recelaba de llegar al
de fila contra el ministerio, las direcciones, la combate» (ibid. Sitios de ¡llora y Málaga),
ADMINISTRACION J' Otras OFICINAS MILITARES, es DOT
BUZON*. «El buzón, bezon ó belzon, era una
advertir el peligro que se corre celebrando los
especie de ariete, que traia su denominación de
chistes del exclusivismo intolerante. Los burró- la voz italiana balzare, paitar, brincar y botar.
cratas, los c tintas picados, llaman en des
Lo indica un pasaje de las leves de partida con
quite á los otros pinos, pipiólos, pisa-hormigas
estas palabras; «por feridas de buzones con que
etc., y lo menos que prueba este tiroteo de derribasen los muros»; y lo confirma Ducange,
groserías, es el desconocimiento absoluto del quien refiriéndose á los anales de Genova, dice:
mecanismo del servicio, por el cual se ha de mi que en 1 194, en el castillo de Oberto, apareja
rar con preferencia. Tan enlazados están los ra
ron un madero llamado buhon, con cuyo impul
mos diversos en la milicia, que es imposible ais
so agujerearen la torre nueva de Balbonosi, que
larlos; ni ménos darles esa existencia propia,
se hallaba en el camino de Santa Siria, destru
que á veces se pretende por una vana y pueril
yendo la mayor parle y echándola por tierra».
satisfacción de amor propio. (V Espíritu de cuer
¿No podría sin gran desvio traerse de bosso, bos-
po, Administración).
son ? Asi se escribe en l'llistoire de la Croisade
BURSTE. Del alemán ivurst. Moretti lo define contre les Albigeois (Docum. inéd. suri' hist. de
como especie de carro capuchino ó cubierto, France, premien serie, cit. por Viollet-le-Duc.
aunque más ligero, que servia para trasportar Architect. mil. pág. 40. j

Si
CABALGADA ó CAVALGAÜA. Pequeño des valgadores de eavalloet de pie » y sigue: «Et
tacamento de CABALLF.RÍA , COn INFANTERÍA, que si oviere clérigo de corona aya eavalleria, es
salía en la edad media, á una expedición, al decir, paric en el bolín, como el gincte».
gara, REBATO Ó GOLPE DE MANO. EXPEDICION MILI La cavalgada presuponía siempre botín como
TAR, genéricamente, en la edad media. «Los an prenda de victoria; y asi el título 7 explica de
tiguos llamaron á algunas deltas (guerrerias) talladamente la cuota proporcional que á cada
cabalgadas, así como cuando se parten algunas individuo correspondía, y crea para repartirla
compañas, sin hueste, para ir apresuradamente un empleo especial que llama quadrellero.
¿correr alguntlogaró facer daño á sus enemi (V. Cuadrillero).
gos, ó cuando se apartan de la hueste, después «Sin las que deximos en la leí ante desta, (dice
que es movida por eso mesmo Et el nombre la ley de Partida mencionada^ hay otras de mu
de cavalgada pusieron porque han de cavalgar chas maneras con que los bornes pueden facer
apriesa, et non deben llevar en ella cosas que mal á sus enemigos; é por que de los nombres
les embargue para ir aina ¿ facer su fecho». que han, sean sabidores, querérnoslo aquí decir
(Ley 27. tit. 22. part. i). El sentido de esta pa en este libro, segund que los antiguos mostra
labra debía ser lato y abrazar todo destacamen ron que llamaron á algunas dellas cavalgadas...».
to, incursión, correría. El titulo 5 del Fuero dice: «E estas cavalgadas son en dos maneras. Las
oManda ell Emperador que sean jueces Iosada- unas se facen consejeramente, é las otras encu
liles (adalides) de todas las cavalgadas, que fl bierto. E aquellas son consejeras, do va tan gran
zieren et farán por mar é por tierra». Y el 32: poder de gente, pues se atreven a armar tienda ó
«que todas las cavalgadas, que se flzieren por hacer fuegos...... «La otra que se face encubier
tierra, en naves, ó en galeras, ó en otros baxie- tamente es, cuando son los que van en las ca
llos cualesquier, que sean judgados bien asi co balgadas poca gente, ó han tal fecho de facer
mo aquellas que se flzieren por tierra». Tam que no quieren ser descubiertos......
poco prescribía que el cuerpo destacado fuese El Fuero sobre el fecho de las cavalgadas es
exclusivamente de caballería; pues el título 7 un curioso códice en folio, escrito en pergamino
empieza: «manda ell Emperador á todos los ca- 4 dos columnas, y de letra al parecer del siglo
GABA — 188 — CABA
XV, quo el P. Fray Jaime Villanüeva encontró en los quadrelleros fagan escribir et guardar moros
Perpiñan, registrando su biblioteca pública en et bestias ganados et armas». El tit. 85 «Commo
1807. Es una colección fabulosa de leves milita el dia de la partición, deven traer a partición
res atribuida á Garlo Maguo; pero muestra evi todo quanto y oviere, asi ovejas, vacas, commo
dente la posterioridad de su fecha por la men otras cosas. Y cualquier que dos veces se fará
ción que hace del fiero de Alcaraz en los capí escribir (inscribir en la lista de repartición) et
tulos 87 y 93. Aunque la colección sea efectiva que sea aturmentado, et esquilado en cruces, et
mente fabulosa en su conjunto, no lo son sus tájenle las orejas, et pierda su suerte». aEl
leyes, 'tomadas en su mayor parte literalmente quadrellero que furto ó enganno fiziere pechel,
de fueros municipales conocidos, especialmente así como ladrón; si provado] fuere, sea prego
de ese misino de Alcaraz. Sin duda el autor, nado que jamás non tenga oficio de concejo (Ti
para dar autoridad mayor á su compilación, su tulo 97)». El 18 «De las feridas, que fueren fe
puso que el Emperador Carlo Magno la dio á los chasen las cavalgadas, commo sean erecuadas»
reyes cristianos, los cuales juraron su observan (indemnizadas), es una curiosa tarifa que no de
cia. La Academia de la Historia, comprendiendo be admirarnos en aquellos tiempos, cuando hoy
en su ilustración que esto códice, á pesar de su mismo la tiene el ejército inglés. El 34 «que si
reconocida falsedad, es un monumento curioso algún cavalgador tomare moro Rey, ó lijo de
para el conocimiento de la historia de la milicia Rey, ó cualquier otro capdal (principal), que
española en la edad media, lo insertó con lumino valga do mili mrs. de oro arriba, que se lo pue
sas notas y glosario en su Memorial Histórico da tomar el Rey, pagando todo su derecho á los
Español, T. II. pág. 439. cavalgadores que tomados lo aurán».
Efectivamente en él, a vuelta de algunas En un código destinado á regularizar el pilla
contradicciones y repeticiones, se percibe el es je no están demás las repeticiones, para que sea
píritu de órden y de legalidad que debe presidir siempre en cuerpo, y para protejer, en lo posi
á toda expedición militar, áun en los rudos tiem ble, á los hombres sueltos é inofensivos, y á los
pos de aquella cavalgadas. Los primeros títulos «acollarados ó mcrcadores». En el título 54 se
designan atribuciones de jefes, como adaliles y previene el caso «que todos aquellos que com
almucatenes; asignan las partes proporcionales praren moro ó mora, ó cavallo, óolra cosa cual
de botín; recomiendan la equidad en el reparto; quier, que sea viva; et se por aventura, antes
niegan parte en este á los cavalgadores que no de los nueve dias fuere muerto ó muerta aque
entren en cuerpo—lodos en uno—á villa ó ciu- lla cosa viva, et non lo será por culpa del com
dat etc. El título 15 «De los cavalgadores que prador, que muera á la cavalgada».
dexaran sus companyeros en tierra de enemigos Los que quedaban en el pueblo, guardándo
como sean dados por traidores» y pierdan su lo, no eran desatendidos; pues el titulo 58 pre
parte en los despojos, tiende á proscribir ese es viene «que todos aquellos que, por mandamien
píritu personal y egoísta, tan disolvente y este to del concejo, fincaran dejaran) de yr en la
rilizador en los ejércitos. En el 19 se castiga con cavalgada ayan sendas cavallerías de la hueste»
muerte de traición «á aquellos que farán false la parte proporcional de botin).
dad á sus companyeros». El 17 pretende regu El título 60 previene «que el senyior de casa
larizar el pillaje, único lin y objeto de la cabal vaya en la cavalgada, y no ningún otro por él.
gada, prohibiendo «despollar ornes, ni robar, ni Mas si, por aventura, el senyor de casa fuese
toller ningunas (cosas) de lacavalgada, ante que viejo, envíe en su lugar fijo, ó sobrino valiente
el campo sea desbaratado, dando en el alcanco de su casa, que non sea collaco (jornalero, colo
contra los enemigos». Y en el 20, el que robase no) cá los collacos non pueden cscusar sus se-
de un maravedí de oro arriba «pierda su parte nyores de ida de hueste». Asi como en el 62
et sea trasquilado en cruces». En el 38, que per «que mugeres nin nínyos non vayan en caval
mite quedarse con el caballo y las mejores joyas gada, nin prendan parte». El 89 «que cualquier
del caballero derribado, es con condición previa talaya (centinela, descubridor) que bozes diere
de mostrarlas en el plazo de nueve dias al qua- en la hueste, sea desorteado (se quede sin parte
drelleroVS repartidor. En el 48 prescribe al adalid en el botini y peche diez mrs.»
que persiga sin tregua y prenda donde encuen Los extractos literales que anteceden contri
tre al «que furtare algunas cosas de la cavalga- buirán á fijar las ideas sobre una época desfigu
da.» Y el 72 «Commo fagan escrivir toda la cuen rada por novelistas y poetas, y no muy bien re
ta de la ganancia de la cavalgada; et commo los tratada en la historia. No era siempre aquello
quadrilleros la deben facer guardar». «Otrossí, como algunos pretenden, justas t torkeos, y
GABA — 489 GABA
galanterías. En el hombre es ingénito el senti mental del jinete; la del soldado en carro de
miento de adquisición y de medro; y cuanto más dos, tres ó cuatro caballos (V. Biga, Cuadri
se aproxima al estado primitivo, menos entiende ga); y, si se acepta por extensión, la del mon
de glorias y honores convencionales. No es me tado en camello ó dromedario, y la de va
nester ensalzar ó deprimir sistemática y exage rios hombres en las torres á lomo de los ele
radamente lo antiguo; lo que conviene es estu fantes. De la simultaneidad de las dos primeras
diarlo; y asi como para no perdernos en el el testimonio es irrelragrable, cuando el his
laberinto de un jardin, volvemos á la entrada, toriador sagrado, al referir el paso del Mar
también es provechoso, cuando una idea se com Rojo por el ejército egipcio, dice: currus ejus et
plica ó se dispersa, remontarse al origen y se equitis per médium maris, etc. Fué, pues, el
guirla, descendiendo, por las épocas históricas Egipto cuna de la caballería regular de guerra,
que atraviesa. Ese empeño artificioso de la so sin que sea necesario hundirse en cronologías,
ciedad moderna, en general, de aturdir losoidos algo difíciles, como las de Osimandías ó Sesos-
del militar con las voces de gloria, honor, laurel, tris. El rico y poderoso imperio asirio natural
mientras echa otro nudo á la bolsa y escatima un mente habia de adoptar, bajo todas sus formas,
escudo, no hubiera tenido gran aceptación en la esta arma terrible y costosa; y, refundidos en
caballeresca edad media. Entonces se compren la Persia aquellos grandes pueblos, la caballería
día, como ahora, que era honorífico y glorioso llegó á un número y poder, que asombrados
engrandecer la patria y limpiarla de moros; atestiguan los historiadores. En los confusos re
pero también se comprendía , que para lograrlo cuerdos de aquellos tiempos, pormásque la in
no estaba demás pasarlo bien. Y aquí, como en ducción haga sospechar algún orden táctico en
otros artículos, en que de pasada tocamos esta tales muchedumbres, no hay datos suficientes
vidriosa cuestión, dejamos solo al lector para para reconstruirlo de un modo verídico y preci
que continúe los comentarios. so. Se dice, por decir algo, que los persas com
CABALGADOR. El que iba en cabalgada, ya batían en inmensos cuadros, y los escitas en
fuese á caballo óá pié. triangulo ó cúneo. Pero, si tanto distan del acuer
do las explicaciones sobre detalles de las tácti
CABALGAR. Antiguamente subir ó montar, cas FALANGISTA y LEGIONARIA muchos Siglos deS-
andar ó pasear á caballo. El Dice. Acad. o. edi
pues, poca fó deben merecer las conjeturas, por
ción da además una significación anticuada á este
sagaces que parezcan. Los escitas llevaron á
verbo, convertido en sustantivo masculino, de
Grecia la caballería, y éste pueblo de imagina
«conjunto de los arreos y arneses para andar á
ción galana resumió en la ingeniosa fábula de
caballo».—Cabalgar ó encalbagar la artillería los Centauros, mónstruos mitad caballo y mitad
era en sus primeros tiempos, montarla , poner
hombre, la perfección de la caballería, la iden
las piezas sobre las cureñas.
tificación absoluta del jinete con el caballo por
CABALHL'ESTE . Nombre antiguo de una medio del arte de la equitación. Los habitantes
silla de caballo que tenia un arco de madera de las llanuras de Tesalia bien pronto adquirie
delante y otro detrás, que cciiian al que iba ron gran nombradla para carallería regular; y
montado hasta más arriba de la cintura, para los fabulosos combates de centauros y lapitbas
que fuese más seguro. Dice. Acad. 1 dice cabal los ha conservado el mármol griego. En el sitio
huste. de Troya, es constante que no existia caballería,
CABALLAR. Lo que pertenece á los caba en el sentido de arma que aquí le damos. En la
llos. Solo se aplica á la cria ó fomento de la raza. Diada no se menciona: y es verosímil que, si
CABALLERA. Perspectiva (V. Caballero). bien llevasen en sus pequeños barcos algunos
caballos para arrastrar los carros, suprimirían
CABALLERESCO. Se llama así en el diaal úl la caballería en cuerpo, tanto por las dificulta
timo periodo de la edad media, en que domina
des de trasporte, como por su escasa utilidad en
ron las ideas de caballería, no sólo como «pro
un sitio de plaza. Posteriormente, más de un si
fesión» sino como «ejercicio ecuestre». El honor,
glo después, la propagación de la raza caballar
la lealtad y la galantería, que formaban la ba
hizo renunciar al uso de los carros, sustituyén
se, deben encontrar hoy refugio y hospedaje en
dolos con verdaderos cuerpos de hombres mon
la carrera militar, como legitima heredera.
tados. La mejor caballería griega, la que em
CABALLERIA. Desde los liempos históri plearon en su célebre falange, como unidad tác
cos más remotos, la caballería figura como tica integrante, los reyes de Maccdonia, se
mi en los ejércitos bajo tres formas: la ele reclutaba con preferencia en la Tracia, la Elolia
CABA — 190 — CABA
y la Tesalia. Los tracios imitaron el cúneo de los fantes y su excelente caballería organizada, les
escitas; pero, en general, losatenienses yespar- hizo ver la conveniencia y la necesidad de este
tanos no debieron su fama táctica al ordena elemento táctico, que se apresuraron á adoptar
miento y empleo del arma de caballería, espe con la extrema facilidad de que se vanagloriaba
cialmente los segundos, que la desdeñaban por aquel gran pueblo para tomar y aceptar del ene
sistema. A Epaminondas, en Leuctra (377 a. C.¡, migo las innovaciones útiles. En los tiempos
atribuyen los historiadores la formación del pri cercanos á Rómulo, el caballo no se destinaba
mer cuerpo regular y táctico, compuesto de más que á «trasportar con celeridad» y sin fati
500 caballos tebanos. En los tiempos de Fiupoy ga al infante hasta el lugar del combate, dónde
Alejandro de Macedonia, en el apogeo del órden peleaba Á pié. De aquí el nombre de céleres: y
falangista (350-330 a. C), la caballería griega el embarazo de tal bagaje aumentaría natural
tomó ya propiamente condiciones tácticas, or mente la repugnancia, en todos tiempos mani
gánicas y disciplinarias, probadas en el hecho de fiesta de aquellas tropas hacia el combate Á ca
vencer, con notable desproporción numérica, á ballo. En el auge de la táctica legionaria, la ca
la innumerable caballería de los persas, ágil, ballería, organizada con los ciudadanos más
valiente y aguerrida. Para tamaño resultado, ilustres y más ricos escogidos en cada legión,
forzoso es que estuviesen resueltas previamente nunca pasaba de la proporción de 1 á 10: for
cuestiones de movilidad y precisión, que siempre mando pequeños pelotones ó turmas de 32 jine
van enlazadas, por más que se rechacen entre tes, interpolados con la infantería en órden de
sí, en el manejo de esta arma brillante y peligro batalla, y pasando á vanguardia, á i de fondo ó
sa. Alejandro, que le debió su triunfo en Arbe- de frente, por los intérvalos de los manípulos.
las (331 a. C.) donde contó ya 7.000 caballos pa Pero al mismo tiempo era indeterminada, y á
ra 40.000 infantes, la dividió en sus clases ó es veces excesiva, la otra caballería llamada auxi
pecies, que pudiéramos llamar iniciales ó liar, aliada ó alar, por constituirla desertores ó
instintivas, de pesada y ligera: sin que pueda partidarios del pais mismo en que se hacia la
fijarse bien la diferencia de equipo, montura y guerra, ó de otro sometido; y también por ocu-
armamento. En aquellas masas compactas, en ¡ jiar y proteger las alas, formando cuerpos inde-
aquellos ejércitos que hoy nos parecen de una | pendientes, ligeros é irregulares, más bien des
pieza, el instinto, repetimos, debía señalar la tinados á flanquear que á combatir.
necesidad, tanto en las tropas de á pié como de A partir de Mario, el ókdf.n ecuestre, equitrs,
á caballo, de pequeños grupos sueltos de hom de equus, caballo, constituyó una distinción ci
bres más ágiles, que cubriesen y flanqueasen la vil, y dejo de confundirse con la verdadera ca
maciza falange. (V. e. v.) Los argiráspides ó ar- ballería legionaria ó militar. César en Farsalía
gíráspitas, llamados así por su escudo de plata, ( ¿8 a. C. ) reunió las pequeñas turmas, forman
constituían ese pequeño escuadrón de tropa de do un cuerpo compacto é independiente de 1000
preferencia, de guardia real, que vela directa caballos. Otros atribuyen á su rival Pompeyo la
mente por la seguridad personal del jefe supre prioridad de este adelanto táctico. Augusto , al
mo, y que en el trance más critico se lanza co dar cuarteles permanentes á las legiones, les
mo última reserva Sobre los catafractas, ó ca- I agregó un cuerpo de caballería.
tafraclarios, ó clibanarios, ó como quieran lla En resúmen (dejando pormenores para los
marse los jinetes cubiertos con pesadas armas de artículos Falange y Legión) lo que debe no
fensivas y los acrobalistas ó ligeros, hay tantas tarse es la diferencia radical entre la caballe
opiniones como hay comentadores de los clásicos ría antigua y moderna , considerada como arma
antiguos. Lo averiguado es que existia esa im táctica. En primer lugar ( y no se extrañe este
portante y filosófica diferencia; y que en los ca detalle en un arma en que son fundamentales
tafractas se ve manifiesto el arranque de la ca los pormenores de montura) la caballería griega
ballería cubierta de hierro de la edad media, del y romana «no conoció» la silla ni los estribos.
cual no se desnudó hasta muy entrado el si Aquella, según los autores, no se inventó hasta
glo XVII. los tiempos de Constantino: y los estribos, cuya
En los tres siglos primeros do Roma, mién- invención parece que debió surgir en el primer
tras la futura dominadora del mundo no logró hombre que montó á caballo, es probado que
salvar su estrecha frontera, el caballo, para lo no se usaron hasta la invasión de los bárbaros.
pobres hijos de Rómulo, debió ser objeto de lujo Respecto á herraduras, tampoco debió usarlas
y de admiración. Pirro, el rey de Epiro (280- la caballería griega, cuando Jenofonte nada dice
260 a. C), en su invasión de Italia, con sus ele de ellas en su Hippica.
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En segundo lugar, el corto alcance de las bre cuyo número crecido todos los datos con-
antiguas armas arrojadizas, de las cuales fácil cuerdan.
mente se cubria el jinete con su pequeño escudo, Todavía podríamos ir más allá no encontran
permitía situar la caballería muy próxima á la do censurable, bajo el punto de vista romano,
üsea de combate, y arrojarse por consiguiente aquella organización, que se llama viciosa hoy,
sobre el enemigo fugitivo ó rehacerse tras de sólo porque no se arregla á nuestro actual mo
su propia infantería con la rapidez del relám do de ser ó de pensar. Y en efecto aquella espesa
pago. Hoy, por el contrario, la caballería tiene nube de infantería y caballería ligera, irregular,
que permanecer es batalla fuera del largo al mercenaria, que, bajo el nombre de vélites, ba
cance del caños y del fusil; y por veloz que sea leares ó númidas, envolvía , como una corteza
en sus maniobras, los que no la esperen pueden protectora, el duro y precioso núcleo de la pe
peñerante ella algún espacio en la dispersión; queña legión romana era, por decirlo así, la
y los que la aguarden con sangre fría la pueden carne de cañón de aquellos tiempos; la materia
desordenar, euel trayecto, relativamente largo, basta, despreciable, barata, que en todas partes
que forzosamente ha de recorrer. se encuentra á punto, sin gran necesidad de
En esa caballería auxiliar ó irregular , que previa y larga instrucción, de continuo y solíci
formaba, como se ba dicho ,las alas del ejército to cuidado, ni de reconocimiento de derechos;
iomaxo en su orden inicial de batalla y desem puesto que ella tampoco reconoce por su parta
peñaba, en general, el servicio avanzado , á la grandes y legítimos deberes.
manera de la caballería irregular en los moder Muchos siglos después, al renacer la civiliza
nos ejércitos de Rusia ó Austria, figura princi ción desenterrando los saludables principios ro
palmente, por su excelencia y por sus defeccio manos, se vuelve á ver entro nosotros el núcleo
nes, el jinete númida, beréber ó mauritano, que legionario, bajo el nombre inmortal de tercio, pro
parece haberse perpetuado á través do los si tegido y envuelto, como el tabernáculo, por otra
glos, sin modificar ni degenerar su tipo histórico densa y móvil muralla de tropas más ó menos
y salvaje. La imaginación de los historiadores, ligeras ó irregulares, siempre mercenarias y no
para embellecerlo más, lo simplifica hasta el muy disciplinadas ni consistentes; compuesta
punto de suprimirle no sólo la silla y los estri- de flamencos, italianos, irlandeses, alemanes
ios, sino la brida para guiar y refrenar su rápi que el orgulloso legionario español comprendía
do corcel. Un juicioso escritor, que no quiere desdeñosamente bajo el nombre genérico de na
pasar por crédulo, sostiene gue ese cuento de ciones, y que, con los nombres no muy distin
do usar brida, lo que significa buenamente es tos de RE1TRES, ESTRADIOTES, IIERHERUELOS, CARABI-
que ano se sabe una palabra» de la famosa ca nos, ahorraban á la infantería española, veterana
ballería númida en sus detalles de táctica y mon- y consistente, gran parte de las fatigas é inco
rc«A. Lo mismo podría decirse sin rubor del modidades del campamento; de los trabajos de
contingente español, que alternativa y simultá sitio; de los flanqueos de marcha; dejándole por
neamente figuró en los opuestos campos y largas noble compensación, como al vigoroso triario
guerras de Roma con Cartago: ya sobre el suelo, romano, el momento supremo del peligro en el
entonces ignorado, de la península ibérica, ya combate, ese momento rápido y fugaz, pero so
•obre el conocido y civilizado de la otra penín lemne y decisivo, en que muchas veces se ha
sula italiana. Debe tenerse en cuenta que, para jugado de un solo envite el honor y la vida de
el atildado romano del tiempo de las guerras un pueblo.
Kjicas, el escita, el númida, el galo, el germano, La confrontación de estas dos épocas tan dis
o el español era, genéricamente el bárbaro, mi tantes entre sí, y tan notables en la historia
rado desde la altura de la civilización: como mi general, hace surgir una idea que en modo al
raban Cortés ó Pizarra á sus auxiliares tlascalte- guno puede resistir el choque con las que hoy
cas ó peruanos, á pesar de la perfección relativa dominan; pero que en parte debilita la fuerza
de su organismo social. axiomática con que se presenta el aforismo do
Sea como quiera, lo que la historia trae en «gastar y despilfarrar la infantería, economi
apoyo del raciocinio es lo necesario, lo impres zando avaramente la caballería».
cindible antes y ahora del arma de caballería; Para quien estudia la historia imparcialmen-
pues si bien no está admitida integralmente en te sin intento de amoldarla á sistemas ú opinio
la táctica legionaria, tan justamente célebre por nes preconcebidas, puede ser lícita la negación
su ingenioso mecanismo, la suplían con exceso de que estuviesen mal constituidos los ejércitos
los citados cuerpos auxiliares ó irregulares, so romanos y los españoles del siglo XVI; y aun
GABA — 192 — GABA
más lícita la sospecha de que las actuales rece rápidamente y retrocedieron á las orillas del
tas de organización, parecidas á las de botica, en mar Negro. De sus restos se formó la Bulgaria
que la dósis de caballería de un ejército se fija y, lo que es más sorprendente, de residuos tam
de 1 á 6 ó de 1 á 10 con la infantería, nada tie bién de aquella raza mongólica, amarilla, que
nen de artículos de fé. Podrá, en todo caso, po en Europa se llegó á dudar, cuando apareció, si
nerse coto y justa proporción á la artillería real era humana, por su tosca y horrible catadura,
mente embarazosa y cara; pero respecto á caba viene la raza húngara ó madgiar, establecida en
llería, no hay yerro alguno en sostener que, las riberas del Thciss desde el año 900. Este sin
buena ó mala, cuanta más, mejor. gular origen de uno de los pueblos más bellos
Siguiendo su historia, la irrupción de los corporalmente, y cuya elegancia y militar sol
bárbaros en el siglo V viene en cierto modo á tura es el dechado y la envidia de la caballería
confirmar el aserto. Evidentemente la catástro austríaca y de toda la raza eslava, con la que
fe de Roma venia preparándose muy de antema contrasta por su ardiente sangre y su negra ca
no por la división del imperio, por la gangrena bellera, nos prueba que si el hombre encuentra
social, por la propagación del cristianismo; pe para todo grandes dificultades, la naturaleza no
ro, dejando á estas concausas su parte, se le tie las encuentra jamás para sus más sorprendentes
ne que dar, y muy principal, á los terribles r.s- trasformaciones.
cüadhones de la caballería bárbara. Por las esca Nos hemos detenido en este incidente, por
sas descripciones que nos han llegado, aquello parecemos curiosa esta antigua y extraña filia
debió pasar como un huracán sobre el suelo de ción de la caballería húngara, que aparece lue
la Europa atribulada. En los feroces hunos ó go en las campañas de Cárlos V en Alemania
hunnos de A tila la fantasía renueva el griego 1517), saludando por primera vez á la infante
mito de los centauros; pues realmente lo eran ría española del duque de Alba con la franqueza
aquellos incansables jinetes, que comían, dor de antiguos camaradas; y mostrando por aque
mían y asistían á consejo siempre sobre su in llas tropas una predilección, un cariño de com
separable compañero. Las modernas investiga patriotas, que las historias consignan por lo
ciones de los eruditos han puesto en claro que imprevisto y singular. En los Comentarios de
en los enjambres de bárbaros, si bien por tor Avila y ZúSiga, pág. 438, se lee: «Demás de es
tuosas emigraciones vinieron del norte, el origen to trajo el Rey (el hermano del Emperador) no
primitivo era asiático; y en su tempestuosa in vecientos caballos húngaros, que. á mi juicio,
vasión venían impelidos por los hunnos, que son los mejores caballos ligeros del mundo
empezaron á removerse en el año 370 desde el Muestran grande amistad á los españoles; por
fondo de la Tartaria, tardando un siglo en re que, como ellos dicen, los unos y los otros vie
montar el surco del Danubio, camino de todas nen de los scitas > Y nosotros comprendemos
las invasiones bárbaras. Los hunnos, horribles esa simpatía, ese instinto de aproximación en
hijos de la raza mongólica ó tártara, entraban tre dos soldados tan lejanos y desconocidos. Si
en el grupo genérico designado por los antiguos se nos permitiese un arranque de inmodestia,
con el nombre de Escitas, que se aplicaba, más afirmaríamos que, entre los tipos clásicos de los
que á una raza ó nación, á un modo de vivir ejércitos de Europa, dos son los que sobresalen
especial determinado por el pastoreo, y forzoso sin rival: el cazador español y el húsar húngaro.
en los inmensos pastizales ó llanuras yerbosas El que una vez ha visto al jinete madgiar, no
de la Tartaria. En ellas la población no puede puede olvidar aquel tipo consumado de la ca
fijarse, porque el pasto se agota: y para la vida ballería ligera: y produce involuntaria sonrisa
errante, el caballo se monta, el buey se unce al esa ilusión general de que se crean húsares con
carro; y la horda, recogiendo sus tiendas, escoge colgar del hombro del soldado una chaqueta con
en la vacia llanura otro campamento de corta vistosos alamares que se llame pelliza. En los
duración. varios institutos de la caballería hay algo más
El ímpetu bravio de los hunnos sufrió el difícil y esencial que el uniforme; y tampoco se
primer choque y quebranto en la celebre bata tendrán lanceros polacos, por más que se les
lla de los campos Cataláunícos (¿51), iniciando recorte los faldones de la casaquilla y se les pon
á consecuencia su movimiento de retroceso ásu ga en la cabeza lo que se llame schaskas ó
focus del Danubio. Una segunda tentativa por czapskas.
entre los Alpes y los Apeninos, que llega hasta Sentemos una vulgaridad que no lo es.
Milán y Turin, no fué más afortunada. Con Afi Para tener caballería de guerra, lo primero es
la, asesinado en 453 por una italiana, declinaron menester caballos, muchos caballos en el país;
CABA - 193 - CABA
y lo segundo, jinetes que sepan montarlos, es De todos modos una y otra inmigración no
decir, no sólo tenerse sobre ellos en el picadero, pudieron verificarse sino por grandes masas de
sino conocerlos, cuidarlos, vivir, si se nos per caballería, que hoy llamamos irregular por la
mite la frase, en amistosa y continua sociedad mayor exactitud de nuestro lenguaje; pero que
con ellos. Esto en manera alguna prescribe ni indudablemente debia moverse y regirse por le
presupone que el Estado se meta a industrial; yes orgánicas y tácticas expresión de la «regula
ni que en el ramo de Guerra se vincule el fo ridad» en aquellos tiempos.
mento de la cria caballar; ni mucho menos qua Para entrar en formales pormenores sobre la
el oficial de caballería (Y. Facultativo) se con caballería y sobre cuanto concierne á los árabes
vierta en zoologista, hipólogo, ni hipómano. Un dominadores de España, tropieza el investigador
jockey, que cuide caballos de carrera, podrá ser con dos grandes y opuestos escollos: las cróni
doctoren uipiatrica, pero no soldado de caballería. cas cristianas, secas, oscuras en los primeros
Volviendo á los bárbaros, recordaremos muy tiempos, tienen que participar de la cultura
de pasada los visigodos, cuya dominación susti grosera y del odio religioso; al paso que los li
tuyó en España á la romana. Los escasos deta bros árabes, á pesar de la civilización brillante
lles de organización y táctica de caballería están que refundía en un sólo cáuce las antiguas fuen
recogidos por Clonard en su grande obra: en tes griegas y orientales, son de escaso valor his
ella se ve la predilección por el sistema decimal tórico por cubrir con el follaje, sobrado pompo
en tufas, centurias y decurias; y el empeño de so, de la imaginación la escasa ó nula profundi
imitar á los vencidos romanos en los accidentes dad del pensamiento. De aquí las grandes difi
de su pretérita civilización. (V. Táctica). De to cultades de los eruditos para conciliar, para
dos modos, el breve dominio de aquella raza condensar, para formular, con la precisión casi
bárbara, cuya dureza fundió el sol de España geométrica que hoy requiere la historia, ese lar
con increíble rapidez, no merecen aquí especial go é interesante periodo llamado de la Reconquis
detención. Si bien en la historia general esle pe ta, origen inmediato de la actual nacionalidad
ríodo es de sumo interés, lo pierde en este rápi española.
do resumen de la caballería, como arma, ante la En los ocho siglos de esa reconquista, que
nueva aparición en 711 de la antigua caballería ocupan justos para nuestro país lo que la histo
huida ó mauritana, que, con el nombre genéri- ! ria llama edad media, la caballería no fué sólo el
cu de árabes, concluyó en una sola batalla con arma dominante, sino la única y exclusiva en
el decaído imperio gótico, derramándose como los ejércitos. Es costumbre literaria ligar su de
conquistadora por todo el ámbito de la penín cadencia y el consiguiente renacimiento de la
sula. infantería con la aurora de la «civilización mo
Sometida al impulso misterioso y sobrehu derna»; pero el que atienda sólo á desentrañar
mano que siglos ántes arrojó á los bárbaros so los hechos, bien puede afirmar contra los litera
bre la Europa civilizada, la raza árabe, lomando tos, que el verdadero lazo de aquellos tres gran
súbita expansión, vino corriéndose á lo largo de des jalones históricos y civilizadores, os sim
la costa de Africa hasta tocar las columnas de plemente la invención ó, mejor dicho, la propa
Hercules. Radicales diferencias distinguían á gación general de la pólvora. (V. Artillería).
entrambos pueblos: los godos obedecían inertes, Y tanto es así, tal es el imperio de la ru
ignorantes, á la dura ley de moverse para vivir: tina y del apego del hombre á lo existente que
llegados al límite, sin seguir hasta el Africa co la primera é inmediata consecuencia de la pól
mo los Alanos, hacen alto; se instalan; y al po vora, no fué, como á primera vista parece lógico,
co tiempo quedan absorbidos por la población modificar ó reformar la caballería su antigua
indígena romanizada. Al contrario los árabes manera de ser, sino, á la inversa, obstinarse
traen consigo una religión nueva; ciencias, ar tercamente en exagerar su resistencia y cerrar
les, instituciones, leyes, cuanto constituye una los ojos del cuerpo y del alma ante los fogonazos
civilización; y se da por espacio de siglos el ex de las nuevas armas, que brillaban fugaces y
traño espectáculo de una raza conquistadora dispersos como antorchas de una nueva civili
que, en las tres cuartas partes de España, se zación.
sobrepone á la vencida sin confundirse con ella, Es un hecho probado, y que no se logra vul
y sólo en el reino de Granada, por su larga ocu garizar sin duda por lo peregrino, que las ver
pación 1H-li'J2), es donde realmente puede daderas armaduras caballerescas ó de punta en
decirse que se implantó la raza africana, extir blanco, las más ajustadas y completas, las más
pando ó modificando la española. fuertes y primorosas, que, como verdaderas
25
GABA — 49i _ GABA
obras de arte, se ostentan en los museos, son to nos habíamos detenido, así como la numida su
das, sin excepción, posteriores al uso ya bastan progenitora, ó la goda, ó la escita, no merecen
te extendido de las armas de fuego. Eslá averi rigorosamente el nombre de arma ó «parte inte
guado que ninguna armadura (V. c. v.) de las grante de un ejército» puesto que formaban casi
que se conservan, sube más allá del siglo XIV. el todo. Andando el tiempo, y una vez asenta
El raciocinio dicta que el primer jinete, que dos los árabes en el vario territorio de España,
vió traspasada por una bala de espingarda ó cu es evidente que la quietud y la necesidad de cu
lebrina su ántes impenetrable i.oiuga ó cota de brir comarcas fragosas crearía tropas de infan
mallas, debió desde aquel momento arrojarla y tería; asi como es presumible que en las pobres
buscar su defensa en nuevos medios; pues no montañas de Asturias, no sobrarían los caballos
fué así: lo que lo ocurrió al hombre d'armas á las atrevidas bandas de Alfonso el Católico-
fué despreciar más al «cobarde» peón, que, Al bajar ya los cristianos á la cuenca del Duero,
como dijo luego Bayardo asi «volcaba á un su caballería debió aumentar, por inevitable
caballero» (V. Arcabuz) y sustituir las mallas, compensación y equilibrio con el enemigo; pero
que tan mal guardaban el orgulloso pedio, con estudiando militarmente la Reconquista, es fácil
gruesas láminas ó placas de templado acero á persuadirse de que no estaba en la- índole de la
prueba de pelota: nombre que explica la imper guerra cristiana el rápido fomento de su caba
fecta esfericidad y el poco acierto de las pri llería, como elemento de combate campal. Aque
meras balas de espingarda. Aún más: la infante lla guerra singular, imposible de ajustar hoy á
ría suiza, y luego la española que la eclipsó con las técnicas clasificaciones de nuestra moderna
sus memorables arcabuces, cubrieron de acero estrategia, se componía de grandes y alterna
la parte superior del cuerpo, inclusos los bra dos periodos de actividad incansable y de inac
zos; y el infante, piquero ó falangista, se llamó ción completa. Una serie, una reiteración de in
coselete, casi hasta principios del siglo XVIII. cursiones, talas y correrías, de algaras, sitios y
La crisis, pues, de la caballería eslá en el sorpresas conmovían una extensión territorial
uso de las armas de fuego: y larga fué por cierto. mayor ó menor: luego negociaciones , rotas y
Sin remontar al año <IH8 en que algunos les anudadas al compás de la veleidad muslímica,
dan nacimiento, sino desde 1 3 iO en que casi tratos también con la raza mozárabe subyuga
todos los fijan, se ve que, en rigor, hasta 1703 da, iban desmoronando aquel imperfecto edifi
no se persuadieron los ánimos; puesto que en cio social; por último, la toma, por violencia ó
este año desaparecieron definitivamente las picas artificio de la capital ó núcleo defensivo deter
por consejo de Vauban. Todavía á últimos del minaba la posesión definitiva de una comarca.
siglo pasado, militares franceses de gran talento Así cayeron, con grande intervalo, en poder de
proponían seriamente restablecerlas picas; pero, los cristianos los grandes reinos de Toledo, Se
dejando aparte esta rareza, lo positivo es que la villa y Granada. Una guerra así constituida, en
civilizada Europa ha lardado tres siglos y medio que á duras penas y sólo ante el peligro común
en convencerse de la excelencia indisputable de de las grandes invasiones africanas lograban
las armas de fuego. (V. Fusil, Pica). concertarse momentáneamente los esfuerzos,
Este curioso dalo demuestra lo difícil que es no requería grandes ejércitos, ni mucho ménos
encarrilar á la humanidad por nuevas vías, y lo grandes masas de caballería. En los artículos Ca-
inexacto de la historia, cuando pretende acusar valgada, Caballero, Táctica nos hemos exten
contornos netos y perímetros geométricos, como dido algo para hacer perceptible el carácter de
si para la naturaleza hubiese división conven la Reconquista «en sus tiempos medios». Es
cional de capítulos y párrafos. constante y sistemático el plan de evitar cho
La «acción» de la caballería depende tanto ques y batallas, buscando la perseverancia cris
del armamento y de la calidad de la infantería, tiana el triunfo infalible sobre la inconsistencia
que hoy mismo, á consecuencia de las notables mora, no por la «exterminación campal» del
y tremendas mejoras de las armas de fuego, los ejército activo, sino por la ocupación progresiva y
militares pensadores comprenden desde luego acertada de fortalezas y posiciones, que deter
que la caballería no puede ya obrar con arreglo minaba estratégica y políticamente, sin gran
á las leyes tácticas de principios del siglo: y se esfuerzo táctico, la caida de los varios Estados
ven embarazados y perplejos al prescribir, ó me musulmanes, rivales siempre y hostiles entre sí.
jor al adivinar las modificaciones que podrán En tales condiciones, ni pudo arraigarse el
convenir. régimen feudal como en el resto de Europa, ni
Por lo demás, la caballería árabe, en que definirse radicalmente la supremacía del jinete
GABA — 495 GABA
sobre el peón. Los célebres fronteros y almogá turbulencia de los magnates, echando la semilla
vares, cuyo rudo tipo ha llegado hasta nosotros que no habia de germinar hasta el reinado de
intacto en las tropas de policía de varias pro los Reyes Católicos. En ese primer cuerpo con
vincias, asomaron como una protesta viva, con organización sólida y permanente; con trabazón
tra aquella incompleta y viciosa organización; táctica; con movilidad incomparable; con sueldo
y mientras llegaba la pólvora redentora, ellos, fijo, es en el que algunos ven, ántcs que en el
con sus flechas y javalikas, anticipaban el «ad de las Guardas Viejas de Castilla, creado en
venimiento» de la INFANTERÍA. 1 493, el arranque moderno de la verdadera tro
La intervención del elemento concejil, ó es pa, del verdadero ejército. Los monarcas poste
tado llano, también produjo aumento de peona riores al último Alfonso pagaron bien caro el no
je, como compañero y no como siervo de los haber imitado á su glorioso y varonil predecesor.
escuderos de las ciudades, que constituían una Se contentaron con tener sus continuos, su mes
especie de caballería franca, más pobre, pero nada, inferior á veces á las de lospróceres, y no
no menos temible que la de los poderosos ricos- comprendieron que á la altura de aquella socie
BíJÜBRES. dad necesitaban ejército. Los escándalos de En
Resumiendo, puede decirse que, durante la rique IV ya no pudieron ir más allá y el exceso
reconquista, la caballería árabe (con las inevi del mal trajo, como siempre, el eficaz remedio.
tables modificaciones que el tiempo imprime) En aquellos lastimosos tiempos la caballe
conservó su carácter mí mida ó escita, es decir, ría, que podríamos llamar caballeresca ó indivi
ligero, irregular y exclusivo: al paso que la dual, subió al apogeo. La de las órdenes mili
cristiana, progresivamente fomentada por el en tares, por su índole y por el servicio ordinario
sanche de territorio y de riqueza y algo clasifi de frontera, conservaba alguna organización, al
cada por la gerarquia feudal, tenia que moderar gún espíritu realmente militar: por lo demás el
su instinto avasallador en presencia de la vigo hombre de armas aislado, embutido en una casca
rosa infantería concejil, representante de una ra de acero, rodeado do seis ú ocho peones, pa
democracia indómita. Omitimos totalmente jes ó ballesteros, cuyos diferentes servicios ne
los recuerdos y descripciones de la caba cesitaba, aparecía en el campo de batalla inerte
llería como orden ó distinción caballeresca, que, y pesado como un yunque, sin oir y hasta «sin
en sentir de los novelistas, derramaba tan poé ver», representación exacta de una sociedad en
tico fulgor sobre las «bárbaras tinieblas» de la durecida y estancada, que también, atónita ó
edad media. En el art. Caballero, Ordenes y otros medrosa, cerraba los ojos y los oidos para no
apuntamos someras indicaciones que pugnarán, poner remedio á sus propios desaciertos.
sin vencer, con las opínionesó preocupaciones ge Las dos «batallas» de Olmedo (1445 y 1466)
neralmente admitidas. No es efecto de incredu en aquellas turbulencias, que ni el carácter
lidad sistemática ni de pedante escepticismo, bravio tomaban de verdaderas guerras civiles,
sino de convicción por el estudio, el desvío que dan idea de la que se tenia entónces sobre caba
nos merecen aquellas insulsas «ceremonias», llería, sobre ejército y sobre organización social.
pues nunca pasaron de eso, de calzar la espuela Juan II derramaba sus continos, es decir, li
y recibir el espaldarazo: sobre todo, fieles al cenciaba los escasos caballos de su guardia á la
plan de despojar á la milicia de inútiles oropeles, intimación de los nobles facciosos; y, hasta pa
negamos que tengan el menor punto de contac ra coronar el desbarahuste, parece que el len
to los «romances caballerescos» con lo que de guaje se plegaba, pues en las crónicas y escri
be entenderse por arte militar. tos de aquel tiempo se llamaba rocín (V. o. v.)
Nos privamos así, con voluntad algo estóíca, al jinete y al caballo de guerra.
de los medios más seguros y usuales de cautivar Los resabios moriscos, y acaso el buen sen
al lector; pero si apartamos su atención de agra tido, hicieron sin embargo que en España pre
dables fruslerías, es para que la fije más en los valeciese casi, ó fuese por lo menos popular, otra
hechos que la merecen, por constituir verda «especie» de caballería llamada Á la jineta, con
deros eslabones de la gran cadena de los tiempos. trapeso de la caballeresca encapacetadaó bardada,
Más que el manoseado ceremonial de armar individual también, porque excusado era bus
se caballero el rey Alfonso XI do Castilla, lla car en aquellos tiempos conjunto ni concierto,
mará la atención del militar su tino de monarca pero que tenia la ventaja de la agilidad, de la co
y de soldado, al organizar, para su guardia per modidad, de la baratura. En rigor no concluyó
sonal, el lucido cuerpo de caballería permanente en 1492 con el último escuadrón granadino que
y asalariada, con que puso á raya la secular escoltó á su último rey; pues el Gran Capitán
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sobre quien hacinó todas sus dotes el genio de jero de estos relámpagos de entusiasmo y pa
la guerra, diestro, como en todo, en la gallarda triotismo: la historia interior y exterior de Es
equitación Á la jineta, así montaba en algunas paña en 1610, al estallar las sublevaciones de
de su célebres batallas de Italia, con asombro Cataluña y Portugal, encierra tristes pero salu
de la gendarmerie francesa, que le miraba por dables lecciones.
los pequeños agujeros de su celada caracolear Desde aquel año funesto no parece sino que
airoso é invulnerable. la cólera celeste so desencadenó contra España.
La venida á España de los borgoñones y (hi Los 12 años de guerra en Cataluña los 26 (!!'; pa
meneos que escoltaban á Felipe el Hermoso, ra la frustrada recuperación de Portugal abun
produjo una recrudescencia con sus magnífi dan en tales incidentes y, por dura que sea la
cas armaduras, análoga á la que, siglo y medio palabra, en tales miserias, que el ánimo contris
ántes, habian producido las bandas inglesas y tado llega á dudar si en España habia españoles.
francesas, que respectivamente auxiliaron en Allí se ven organizaciones inverosímiles, planes
su triste contienda á D. Pedro el Cruel y su her quiméricos, campañas absurdas: aquello, desde
mano D. Enrique. el monarca hasla el soldado, es un laberinto de
Pero al concluir el siglo XV la historia de indecisión, «le empirismo, de ignorancia, de ato
España comienza á ser la historia de Europa: y londramiento. En abril de 1612, Felipe IV que
la mirada, apartándose de la península pacifica habia logrado contener por espacio de dos años
durante dos siglos, se aleja á extrañas tierras, su belicosa impaciencia) todavía no podia mar
atraída por el resplandor de gloria que despiden char á Zaragoza, porque necesitaba su sola per
las armas españolas. sona 1.300,000 ducados para un viaje de cuatro
Preciso es confesar que en los dos siglos XVI meses. Con razón el italiano Torrecusa opina
y XVII el nombro de la caballería española no ba que S. M. «se dejase de campear», y con
suena, ni con mucho, tan alto como el déla cé aquel dinero se levantase un cuerpo expedicio
lebre infantería. Esta, en varios encuentros, la nario de 10,000 infantes y 3,000 caballos. Pero
acusó de «inoportuna» por lo impaciente ó lo ¿dónde hacer gente? Si D. Enrique de (inzuían,
tardía; pero, si es innegable que la caballería no bastardo del favorito Olivares, capitán de la fas
rayó tan alto, lo primero que imparcialmentc tuosa coronelía del principe de Asturias, no lo
se ocurre es que en rigor nunca estuvo repre gró alistar más que 12 hombres.... si, á fin de
sentada »en número suficiente» para constituir junio, al conseguir la reina hacer salir de Ma
arsia. El dicho vulgar «poner una pica en Piéri drid algunas compañías, en quince dias deser
des» demuestra las dificultades con que trope taban 300 hombres !
zaba la inperfecta administración española, para No es, pues, de estrañar que viniesen, en
alimentar y entretener sus ejércitos en el ex deslucidas y desordenadas tropas, valones y na
tranjero: y si tamaños embarazos producía el politanos que con razón exigían, en vez de ba
envío de simple infantería, puede calcularse la tirse, las pagas que España les debia y prometía
imposibilidad de trasportaren los buques de en- por que le sujetase dos de sus provincias re
tónces tropas bien organizadas de caballería. beldes.
Era más obvio ó más económico, aunque no En Flándes los dos desastres de Mocroi ÍI643Í
fuese acertado ni político, servirse de la caballo y Leus (I6Í8J empezaron á eclipsar la estrella
ría alemana, flamenca ó italiana, que. con ex de nuestra infantería, abandonada malamente
cepción de cortos destacamentos españoles, cons por una caballería auxiliar y extranjera que no
tituían esta arma, asi como la de artillería é in quiso medirse con la francesa, guiada cabalmen
genieros, en los ejércitos de Carlos V y Felipe II. te por uno de los generales más impetuosos que
Por está época, en la península, las Guardas descuella en la historia.
Viejas, los Cuantiosos de Andalucía y alguno que (Miando los males vienen sobre pechos débi
otro cuerpo, levantado, nada mis que sobre el les y frentes amedrentadas, siempre se acude á
papel, en las repetidas y siempre frustradas ten remedios de curandero, buscando la causa más
tativas de formar ejercito pehm vnente, no mere bien en los accidentes que en el fondo. Ante los
cen especial mención. La terquedad do aquellos desastres que llovían, brotaban consejos de ar
gobiernos de querer soldados sin pagarlos pro bitristas y teóricos. El arma de caballería, espe
ducía con intermitencia llamaradas belicosas, cialmente, era el anima rili de los experimentos.
que se reducían á escitar el patriotismo de la En 1656, como medida salvadora, se la dividía
nobleza y del clero (!!) para que levantase á su en trozos; pero en la primera mitad del siglo no
costa compañías. No hay que recordar lo pasa sólo habia estado organizada ya en trozos, sino
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en unidades de todo género: tercios, regimientos, la manera seguiente: Seis compañías de cada
hígadas, compañías. Se ve, pues, que la instabi cient hombros darmas y cient caballos ligeros y
lidad orgánica de esta arma es un mal crónico y ocho compañías de cincuenta hombresdarmas y
bastante antiguo, del que por desgracia no lleva cinco caballos ligeros en cada compañía. Hase
camino de curarse. de entender que en cada una de las dichas com
Despidiéndose con triste mirada de esos dos pañías ha de haber un capitán, y un teniente,
siglos XVI y XVII, en que España fué casi Arbi y un alférez; y un capitán de caballos ligeros,
tra de Europa, se puede repetir que la caballe los cuales dichos teniente y alférez y capitán de
ría, propiamente española, no pudo, por las caballos ligeros han de estar debajo de la obe
obvias razones que dejamos apuntadas, compar diencia del dicho capitán de hombres darmas.
tir la gloria de los memorables tercios de infan Los caballos ligeros se han de armar á la ligera,
tería. Su historia peculiar se dispersa en los va á la estradíota ó á la bastarda con langas cstra-
rios cuerpos aliados ó auxiliares, de al batieses, diotas, es á saber en cada compañía de cient
borgoñones. alemanes, flamencos ó italianos; y hombres darmas sesenta caballos ligeros á la
respecto al interior de la península, tanto por el estradíota, y treinta á la (jineta (nótese la dife
organismo político de aquellos tiempos, que re rencia entre ambos modos; y diez que sean ba
chazaba las tropas permanentes, como por la po llesteros, y en cada compañía de los cincuenta
breza y despoblación que iban minando las en hombres darmas treinta lancas ligeras; quince
trañas del coloso español, era imposible la crea ginetes y cinco ballesteros. De manera que su
ción y difícil el entretenimiento de otro cuerpo magestat terná mil hombres darmas á dos ca
de caballería que el destinado, más que á la ballos y seiscientos estradiotes: trescientos gine
guarda, al esplendor del trono. tes y cient ballesteros. De los cuales los mil ca
Englobando, pues, aquella multitud de ins ballos estarían holgados deque so podrían apro
titutos, apenas definidos, que durante los dos vechar los hombres darmas en tiempo de nece
siglos constituyeron el arma, lo que se ve distin sidad. Asi que serian por todos tres mil caballos,
to y siempre claro, es la división en dos clases: de los cuales los dos mil serían para pelear y
pesada, ó de ordenanza, ó grave como la llama pagarse, en esta manera etc. etc.»
el célebre Jorje Basta, ó de linea y ligera, que Hasta en obras puramente literarias se con
á veces se confundía con la irregular. La prime firma la distinción. «Dos mil y quinientos de á
ra tenia en toda Europa el nombre genérico de caballo eran hombres de armas y el resto caba
hombres de armas (V. e. v.) que comprciidia ex líos ligeros y ginetes». (Mexja. Comunid. pági
clusivamente el cuerpo de batalla, de centro, de na 405).
reserva, formado por hombres y caballos encu También se desprende de la lectura crítica y
bertados, Ó ENCAPACETADOS, Ó BARDADOS, que SO desapasionada de todos los documentos, la ten
procuraba hacer invulnerables y aptos para el dencia manifiesta de la caballería española á cla
choque y el combate singular con espada, lanza, sificarse como ligera, á continuar, en organiza
«artillo, hacha con arma blanca en general. ción y táctica, las tradiciones de la jineta. Rom
La segunda clase, si bien se designaba á su vez per con ellas hoy quizá no sea acertado; y en
con el nombre genérico de caballo ligeho, com este como en otros ramos, léjos de copiar ser
prendía gran número de institutos bajo las de vilmente á otras potencias militares, convendría
nominaciones de Estradiotes, Capeletes, Ginetes resignarse á las condiciones ineludibles que la
Atomos, Abcabuceros y Escopeteros a caballo, naturaleza impone, renunciando á ostentar cier
Herreruelos, Carabinas, Pistoletes, etc. , cuyos tos institutos que en realidad se tienen por «pre
detalles de armamento, montura y vestuario pue ferentes» sólo por ser más «vistosos».
den verse en sus respectivos artículos. Es inexplicable la mezcla de timidez y au
Desde el albor del renacimiento esta distin dacia, de rutina é innovación que singulariza en
ción de dos clases de caballería era un hecho esta época nuestro carácter nacional. Un ejérci
táctico y orgánico como se ve por el siguiente to que en los veinte años últimos ha modificado
extracto de un informe presentado a la Reina radicalmente su organismo; que ha extirpado
Católica ú [iropósito de reformar las Guardas corruptelas, manías y antiguallas; que se rie de
Viejas: «Primeramente que de los mil y seiscien las gorras de pelo y de las sardinetas de pre
tos hombres darmas que cuestan 1 28,000 duca ferencia; que abomina los tambores y los fueros
dos en cada un año, y mil (jinetes que cuestan privativos; que se amolda como la cera á las más
tK.OOO ducados por año, se haga un número de imprevistas trasformaciones; que logra en fin
mil hombres darmas y mil caballos ligeros en Humar la atención de Europa de un modo des
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acostumbrado por lo respetuoso, se detiene sin antiguos, que á toda costa debian ir paulatina
embargo, como con cierta superstición, ante fú mente desapareciendo. Si por que la infantería
tiles detalles, que embarazan más que perjudi consume mucho paño y mucha suela, ella habia
can, y que dejan la grande obra inarmónica, in de levantar fábricas de paños y curtidos, dirigi
completa. das por coroneles y servidas por soldados del
La caballería española, que inició con sorpre arma, bien se ve que se arruinaría la industria
sa una reforma táctica forzosamente admirada particular á la cual, por los modernos princi
por todos los países, se enreda en soluciones pios de la ciencia, es sabido que le perjudica la
muy secundarias de agrupación, de uniformes, «protección», tal como en tiempo de Cárlos III
de nomenclatura, que al espíritu poco penetran se entendía, al crear las fábricas de paños de
te aparecen como síntomas de una desorganiza Guadalajara ó Brihuega. Hacemos valer estas ra
ción irremediable. Pero no debe confundirse lo zones, para que aparezca algo fundada nuestra
esencial con lo accidental. Esa continua apari opinión personal, contraria á laque en el dia pre
ción y desaparición de dragones, granaderos, valece, de que el arma dk caballería entienda di
CORACEROS, CARABINEROS, LANCEROS, HÚSARES y CA rectamente en el ramo de la administración ge
ZADORES producto del continuo cambio de direc neral que comprende la cria caballar. Parece oca
tores del arma, y quizá de su exajerada «inicia sionado á cierta dispersión de ideas, que nunca
tiva», todo lo peor que puede producir es algún mas que ahora deben concentrarse, ese empeño
movimiento de metálico en beneficio de los sas creciente de que el arma de caballería, á la cual
tres. En el ramo de remontas, esencial y costoso, nadie negará como indispensables ciertos cono
complejo y ligado con la administración general cimientos de veterinaria, rebase el justo límite,
del país, es en el que los oficiales inteligentes saltando á la zoología y á la agronomía ó á la
del arma deben fijar su estudiosa atención. In botánica. En todas las páginas de este libro se
justo seria negar ó desconocer el afán de mejora obedece al criterio constante de la unidad y de
y el deseo del acierto que promueve las varias fecunda centralización del servicio militar; y no
y contradictorias tentativas de estos últimos seria lógico, al censurar con la caballería algu
tiempos; pero, en nuestra humilde opinión, esta na tendencia excéntrica de los cuerpos faculta
cuestión gravísima se entabla hoy por un cami tivos, aplaudir en esa misma caballería, tan acu
no lateral y trazándole un circulo especial y chilladora, tan anti-cientítica, tan desdeñosa pa
reducido, del que no hadesalii lógicamente una ra ellos, pretensiones facultativas (V. e. v.) vts-
solución entera, general y fecunda. peciales, mucho menos razonables y justificadas.
Si nadie pone en duda que la mejora y fo Si se critica que un ingeniero militar construya
mento do la raza caballar tiene sumo interés un ferro-carril, pues para eso, se dice, están los
para el ejército permanente, no es unánime la ingenieros de caminos, no será plausible que
opinión sobre la conveniencia de que el Minis un oficial do caballería entienda como perito y
terio de LAGUERRA'se encargue exclusivamente de facultativo en pastos y forrajes, habiendo inge
este vasto ramo de la administración pública, nieros agrónomos y de montes.
que exige especiales conocimientos y complica Por lo demás, y como prueba de esa instabi
das atenciones, no todos conexos ni compatibles lidad, de esa inquietud orgániga, que de tan an
con la profesión militar. Que el ejército consu tiguo aqueja á la caballería, basta la incompleta
ma más caballos que la agricultura general, y mención cronólogica de algunas reformas en lo
que sea por consiguiente el más interesado, lo que va de siglo.
que prueba es la falta de equilibrio y armo Ya en 1801 empieza una variación de unifor
nía que desgraciadamente se revela en éste, co me. En 3 enero 1803 es más grave la alteración
mo en otros ramos de la organización do nues orgánica: se suprimen los dragones (V. e. v).
tro país. Asi como es impropio que el artillero, quedando los regimientos con cinco escuadro
convertido en minero, vaya á buscar á las en nes de á dos compañías. Pero en 30 enero 1805
trañas de la tierra el metal ó el combustible que se restablecen los dragones «con general aplau
necesita, no parece cuerdo que la caballería se so» dice un historiador militar. En el trascurso
tenga que buscar y producir su «materia pri de la guerra de la Independencia (1808-18 1 4).
mera» en vez de proporcionársela directamente ya puede presumirse hasta donde llegaría el
en el mercado. Este embrollo, inevitable en furor reformista. En 1." octubre 1808, en 30
nuestras actuales condiciones de producción y enero, 23 abril, 15 julio 1809 se crean, se disuel
comercio, origina dislocaciones en los servicios ven, se restablecen cuerpos; se quitan y ponen
y conduce á erigir en sistema invariable errores compañías y escuadrones Los repetidos de
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sastres, atribuidos al mal manejo de las tropas, En 21 setiembre 1847 ya no gustan los co
obligan también á pensar en reformas de tácti raceros: no se necesitan más que lanceros; pero
ca y Don Francisco Ramonet «traduce» la ingle se dejan dos escuadrones de cazadores para Ma
sa, precursora de la de 1815. En 6 abril 1811 se llorca y Galicia y otros dos de remonta. En este
vuelve á acometer con brío otra reorganización año la táctica ( V. e. v. ) llamada todavía de
general: se suprimen «algunos» no todos los Concha, sustituye definitivamente á la vetusta
dragones, y queda caballería de línea, cazadores, de 1815; se crean dkfósitos de instrucción
búsares. En 1 diciembre 1814 otra reorgani (V. c. v. ): se foméntala remonta.
zación «provisional». Por fin en 1 ,° junio 1815 En 22 mayo 1848 ya tenemos dos escuadro
organización general «definitiva» con nueva tác nes especiales para Africa. En 1.° febrero 1849
tica, que sigue, más ó menos «vigente», hasta se aumentan cazadores; reaparecen los corace
1 847. Por entónces parece que quedaron 2 re ros con nombro de carabineros (traducción del
gimientos de coraceros, 15 de línea, 4 de caza francés); y se crea el establecimiento central de
dores y 4 de iiúsares. En l.° junio 1818 reduc Alcalá (V. Instrucción) que sufre reforma y va
ción. En 1820 es inútil advertir que la caballe riación de nombre, escuela general, en 9 di
ría habia de participar también del movimiento ciembre 1851. En dicho establecimiento habia
político de aquel año célebre. Más reformas y nada ménos que 10 escuadrones.
cambios de nombre en C agosto 1821 . Supresión En 1854 pasemos de largo. En 1855, por
de los Carabineros Reales (V. Casa Real) en 23 la razón «orgánica» de sublevarse el regimiento
mayo 1822. Más reformas en 1 3 junio 1822. Y de bailen en Zaragoza, no queda un cazador, sal
en 1823, al volver lo de arriba abajo, era indis vo los de Mallorca y Galicia. En cambio resuci
pensable quitar los «negros» para poner los tan los húsares de la Princesa Y' dudando
sblancos». Esta reorganización fué lenta y labo que haya lector con paciencia para seguir, re
riosa. En 15 noviembre 1823 son las grandes sumiremos, diciendo que la duda entre los cal
extinciones ; pero siguen al menudeo en abril y culadores reside en si las reformas, de uniforme
en agosto 1824. Ya no vuelven á sonar más generalmente, tienen por período un año ó un
los dragones. En cambio, en 1 825 aparecen unos semestre. Hay quien sostiene, por chanza sin
Celadores Reales como embrión de tropas de duda, que en un solo año varió cuatro veces de
policía. Nuevas reducciones en el mismo año, uniforme. —No es por este camino ciertamente
y en 31 majro 1828, la reorganización general; por donde se ha de llegar á tener la caballería
dejando 4 regimientos de guardia real, 5 de que España necesita.
línea y 7 ligeros.—Es de recomendar á los mi Y la necesidad es manifiesta, evidente. Para
litares este año de 1828. 200.000 hombres que España tiene «forzosa
En 18 febrero 1831 se crea el Escuadrón Li mente» que poner en pié de guerra, es absurdo
gero de Madrid ¿para qué seria esta crea contentarse con 6 ó 7.000 caballos. Desdo Jeno
ción"? En 6 marzo 1833 los Húsares de la Prin fonte, que lo enunció veinte y dos siglos ha,
cesa. Durante la guerra civil (1833-1840) cam se tiene por axioma: que un ejército sin caba
bios continuos de uniforme, condecorados á llería nada gana en la victoria y todo lo pierde
veces con nombre de reformas. Fanatismo por en la derrota.
la lanza ( V. e. v. ). El máximo de fuerza por
aquellos tiempos no excedería de 1 1 ,000 caballos. CABALLERIZA. (V. Cuadra).
En 20 mayo 1841 aparece un cuaderno de CABALLERO. El título de caballero, tanto
reforma táctica que no tuvo ejecución; pero en en su origen como ya muy entrada la edad media
cambio la reorganización de dicho año es radi en España, no era dignidad, ni expresaba otra
cal: se suprimen los institutos ó especies, y los gerarquía social, que la de tener armas y caballo
14 regimientos del arma quedan iguales. Sin y por consiguiente hacienda ó renta para man
embargo en 26 julio 1841 aparece una caballe tenerlo. Se comprende fácilmente que, cuando
ría ya mixta con tiradores; en 10 agosto 1843 el núcleo moderno de la nacionalidad española,
asoma un regimiento de cazadres; en el mismo en el siglo VIII, tenia su corte y su campamen
año empieza el escuadrón compañía; y cu 18 mayo to en Pravia, no era sazón muy adecuada para
1844 toda la «igualdad» vapor tierra, reapare sutilezas nobiliarias. Entre aquellos rudos mon
ciendo con aire triunfal un regimiento de cora tañeses, el que, con más valor ó fortuna, reco
ceros (para muestra ó prospecto,] I I de lanceros gía mas botín en correrías y cabalgadas (V. e. v.)
y 6 de cazadores, siempre por supuesto con contra los árabes, aquel era «de hecho» el noble,
nuevo uniforme. el aristócrata, el fijo-de-algo, el caballero, el
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Rico-nosiE. Al trasladarsa la capitalidad á Oviedo ffranquezas que han los cavalleros ffijos dalgo
y luego á León, no es verosímil que crecieran que moran en la noble cibdat de Toledo, ffueras
mucho las riquezas. Andando el tiempo, es evi ende tanto, que queremos que sean nuesttros
dente que la hacienda heredada debía constituir vassallos quitamientre. E otrosí, damos á todos
un relieve social, ligado con el recuerdo de los los ottros cavalleros, e á todos los otros morado
hechos militares que originariamente la adqui res de la villa de Arcos sobre dicha, todas las
rieron. V hasta en el centro de la edad media, en franquezas que han los cavalleros cibdadanos
el reinado de Alfonso el Sabio, que es su perio moradores en la noble cibdat de Sevilla. E á to
do más característico, el titulo y la dignidad de do el otro pueblo dárnosles, ottrossi, essas mis
CABAi.LF.no no podía separarse aún de la idea ge mas ffranquezas que han el pueblo déla cibdad
neradora, esto es, de las armas y el caballo para de Sevilla».
COMBATIR. También había caballeros vasallos de otros,
En el Privilegio de dicho Alfonso X, de i como se vé en la carta del mencionado rey (6
agosto 1237, concediendo á los moradores del marzo I ¿Oílj exhortando á la paz ol concejo de
alcázar de Requema el fi ero de Cuenca se lee: Escalona. «Et los cavallcros que son vasallos de
«Et otrosí les damos á poblarlas nuestras casas los iucos-omes, tengo por bien que non hayan
de la villa, que son del nuestro almacén, et las parte en esto, ni en la fonsadeka, ni hayan por-
heredades que pertenecen á nos; por esta razón liellos en la villa, nin escusados ningunos, nin
misma también lo que nos hy habernos agora, ninguna franqueza de las que vos yo di por mios
como lo que habremos daqui adelante, que sea privilegios, mientre sus vasallos fueren».
partido entrellos por caballerías et por peonías... En el privilegio de 3 de junio 1273, exi
et tenemos por bien y mandamos que pueblen miendo del servicio de moneda á los de Sevilla,
hy treinta cavallcros cibdadanos, et peones cuan que tuvieren caballos y armas, dice: «Por grant
tos h y copiere , etc.» sabor que avenios de facer bien, ó mercet, é
En varios fueros y privilegios contemporá onrra á los cavalleros, é á los cibdadanos, é á
neos se usa siempre una fórmula análoga á la los ornes buenos de la noble cibdat de Sevilla, e
siguiente, tomada del Privilegio de dicho Rey, por los muchos servicios ó muy grandes que de
de 5 marzo 1 264 , concediendo el fuero real á dos recibimos, é por que ellos nos puedan me
los vecinos de Escalona: « que los cavaderas, jor servir, quitamos de moneda á lodos los ca
que tuvieren las mayores casas pobladas en la valleros tijosdalgo, é á las dueñas, é á los escude
dicha villa de Escalona, con mugeres et con fi ros, é á las doncellas, é á todos los cibdadanos que
jos, el los que non ovieren mugeres, con la com estuvieren ¡juisados de. cavallos é de armas que
pañía que ovieren, desde ocho días antes de Na ahora son c serán de aquí adelanteetc. etc.» [Me
vidad fasta el dia de Sant Juan Bautista, el to- moria hist. esp. T. 1. pág. 293,. Lo mismo se
vieren cavallo et armas, et el cavallo que vala desprende de otros Fueros del mismo siglo, por
de treinta maravedís arriba, et escudo, et lanza ejemplo el de Córdoba (1241 j, el de Carmona
et LORIGA, et BRAFONERAS, et PERPUNTE, et CAP1ELLO, ;l2.'i2) que dicen:
et espada, que non peche por los otros hereda «Mando que ningún caballero de los de Cór
mientos que ovieren en las cibdades, et en las doba non faga asi da nin fonsado, fuera una vez
villas, et en los otros logares de nuestros regnos, en el auno, é el que fincare de aquel fonsado,
et que escusen sus paniaguados Otrosí man sin verdadera escusacion, que non pudo ir, dé
damos, que el cavallero, que fuere en la hueste, al rey diez sueldos ». «Si alguno de Iospf.osf;s
que haya dos escusados, et si llevare tienda re quisiere ser caballero ;/ pudiere enriquecer, éli
donda, que haya tres; et el que toviere todavía tro en los fueros y costumbres de los caballeros:
loriga de cavallo suya et la levare, haya cinco sobre todo esto sus fijos é los herederos dedos
escusados (es decir, pajes, criados, asistentes que ayan sus heredades firmes establecidas para
no pagaban pecho»). (Mein. hist. esp. T. I. pá siempre, é vendan e compren uno del otro, é
gina 178).—Donde so ve la gradación de las fran den á quien se quisieren, é cada uno faga su vo
quezas, por el aumento de armas en el caballo, luntad en su heredat...... «Mando é otorgo que
y hasta de comodidad en el campamento. lodo caballero de Córdoba pueda recibir soldada
Sobre las varias clases de caballeros ilustra de sennor salvo el servicio, é el derecho del rey».
este otro texto: « por grand savor que have- V tan cierto es que en la edad media el mérito
mos de poblar bien nuestra villa de Arcos, que y el valor solo se medía por las armas , que ca-
es la tierra de Sidonia, damos é otorgamos á los valgada, cavalgar, CAVALGador no expresaban ex
cavaderas de linage, que y. poblaren, aquellas clusivamente el acto material de andar á caba
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lo fpues había cavalgadas por mar); cavalgar rey creó en 1 334 es la primera de su clase que se
era hacer un destacamento, una incursión, una menciona. Los diccionarios en general cuidan de
punta; y cavalgador era también el peón que for citar con escrupulosidad las varias ordenes, crea
maba parte del destacamento. das en el trascurso de los tiempos por voluntad
Caballería expresaba la parte de botín que de los monarcas, algunas de las4cuales ni usadas
correspondía al cavalgador a caballo; y el Fuero fueron por los cortesanos del mismo fundador,
sobre el fecho de las cavalgadas que en su tí con cuyo cadáver vinieron á enterrarse en el ol
tulo V legisla sobre esto dice: «Et el cavallero vido.—
aya bolin) según las que trociere. Et el quadre- El antiguo caballero, en varios actos no mi
llero aya cavatleria. Et el ballestero de monte litares, tomaba calilicativos que no son de gran
aya cavalleria. Et el ballestero, que non fuere interés en nuestras costumbres actuales; por
de monte, aya tres cuartos de cavalleria. Et se ejemplo: caballero novel, bachiller, do premio,
oviere clérigo de corona aya cavalleria. Et se fijo MESNADERO. LJOOS Caballeros DE CUANTIA Ó CUilUtio-
de cavallero se y acertare en la cavalgada, andan sos, es decir jinetes mantenidos por propietarios
do de pié, aya cavalleria. El se oviere en la caval de Andalucía, vigilaban en el siglo XVII, ó cui
gada, físico alguno, aya cavalleria. Et el peón su daban todavía de la defensa en aquella costa.
peonía. El tit. ¿apreviene «que aliado fueren de Según Clonard, llamábanse caballeros de cuan
30 cabalgadores arriba, que de los bienes que tía de Andalucía y Murcia, los que poseían un
Dios les diere a ganar, queden una cavalleria á capital que excediese do cuatro mil ducados.
Dios et á Sancta Alaria, et á los Sánelos». Hasta Estos caballeros estaban obligados á servir con
el escribano del concejo ó pueblo, de donde sa su persona, caballo y armas en acciones de guer
lió la cabalgada, tema en la repartición del bo ra. Ascendía su fuerza de cinco á seis mil hom
tín una cavalleria, según el tít. 39. El tit. 38 se bres; pero decayó considerablemente por los tra
encabeza: «Daquellos que por mandamiento de¡ bajos y fatigas que debieron arrostrar en el le
concejo linearan (dejaran; de yr en cavalgada vantamiento de los moriscos, en que hubo mu
eoiumo deven aver sendas cavallerias» . En el cha perdida de hombres y caballos. Por este
titulo 41 se manda «que lodo cavallero, que non motivo se suspendió por algún tiempo el pasar
llevare escudo, et lanca, et espada non reciba más les alarde, l'ero al liualizar el tafio 1371, se
de media ración, Otrossi el peón que non levara mando á los corregidores y justicias que se
lasca, et dardo, et poKgutRA, non prenda nada». upu/cibieson y preparasen para el alarde que
A la vuelta de los cruzados lúe cuando por debía verificarse en marzo del año siguiente, y
toda Europa se extendió la caballería como or tratóse entonces de mejorar y fomentar esta
den nobiliario, con distinciones, códigos y hasta tuerza nombrando desde luego los capitanes, co
costumbres propias. A imitación de los Templa misarios y GENERALES.
rios, en todos los países se amalgamó la idea Citemos por ultimo los caballeros andantes,
religiosa con la caballeresca, produciendo Orde que cayeron maltrechos bajo la terrible pluma
nes de caballería, que en España, por su insti del soldado de Lepante.—
tuto primordial de guerrear contra los moros, se Ell FORTIFICACION, CU TÁCTICA y Cn .TOPOGRAFÍA,
llaman las cuatro órdenes militares (V. e. v. ). esta palabra ha tenido, hasta el siglo XVUl, una
La más antigua, la do Calatraya, tuvo su origen sigmlicacion hoy, mas que desusada, descono
á mediados del siglo XII, cuando Raimundo de cida: envolvía expresivamente lo que ahora
Filero tomo la misión gloriosa de sostener aque comprendemos con la palabra dominación, es
lla fortaleza y territorio fronterizo, difícil do decir, la condición material de sobresalir ó des
conservar contra el Ímpetu agareno. A poco em collar. El adverbio a-caballero, esto es, «domi
pezaron á perder las ordenes militares su carác nando», «desde alto» era usual en los buenos
ter religioso, y más posteriormente el militar, escritores «y porque los enemigos fuesen
quedándoles pingües maestrazgos y encomiendas más apretados, determinó que se reconociese
que han llegado casi basta nuestros dias. una montártela que estaba <¿ caballero dcllos, de
Kespeclo á las ordenes caballerescas de pura la cual se podía batir su campo muy fácilmen
CONDECORACION, CU IOS UllSIllOS UciUpOS de Ul CA te». (Avila y Zúñiga. Com. pág. 4á9j «üüe-
BALLERÍA tenían periodos de intermitencia, según bro, lugar de Almería, que está á la parte de le
la moda reinante. Al decir la historia que Alfon vante desta sierra, que, como dijimos está á ca
so XI en '1331 se armo caballero antes de coro, bañero sobre el peñón», fMarmol. Rebelión. US),
narse, advierte que resucitaba una costumbre ya Se ve, pues, que eran propias y expresi
olvidada; y la Orden de la Wanda, que el mismo vas esas voces técnicas, que se conservan eu
26
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FORTIFICACION, COII10 CABALLERO DF. BALUARTE, de claro y pintoresco, es que todavía hoy se usa en
trinchera, de ataque: todas el las designaban lina planos de ciudades y aún en mapas que se quie
elevación, una dominación artificial, para tirar ren hacer comprensibles al vulgo.
a-caballero, de alto á bajo, con Uro fijante. «El CABALLEROSO. Se dice del carácter noble
capitán levantó luego un caballero alto, para su y generoso.
jetar á los trabajadores y poderlos descubrir en
la obra que hacían». (Mármol. fíeb. lib. y cap. 13) CABALLETE. Sencillo aparato, compuesto
«De esta parte resolvieron los flamencos apretar de una cumbrera sostenida por cuatro montantes
el cerco, y le comenzaron con dos caballeros de sujetos por tornapuntas y riostras. Su fácil y
grande altura, sobre los cuales enderezaron al pronta construcción lo hace muy usual en los
gunas piezas gruesas de artillería». ¡Has. Baren. puentes militares.
Guerra de Flárul. pág. 173) . «Que lo primero que CABALLO. Aunque los latinos usaban con
se había de hacer era añadir y poner dos caba preferencia la voz equus, de donde viene equi
lleros al castillo». (Est. Gonz. pág. 3i7). El ca tación, ecuestre; también conocían la voz caba-
ballero de baluarte era generalmente otro ba llus, procedente del griego, pues en Horacio,
luarte, más pequeño y semejante, con sus líneas [Serm. I. Sát. 6) se lee:
paralelas á las del baluarte al que servia de re «.Me Saturejano vectari rura caballo».
ducto interior para la última defensa. El caba La voz caballus, sin embargo, no prevaleció
llero de trinchera en los siglos XVI y XVII, te hasta la load media y San Isidoro equivocada
nia por objeto ver, dominar, barrer, batir de mente busca su etimología en que «cava» la tier
alto á bajo los adarves ó terraplenes del recinto, ra con los cascos: «Caballus á cavando dictas
que generalmente no tenia delante camino cu propterea, quod gradim uityulá impressd lerram
bierto, ni aun foso muchas veces. En nuestros cé carel» .
lebres sitios de Elándes, como Amberes, Oslen- Alguna vez so dijo también cabo por caballo;
de, Breda, etc., endeude rayó más alto la apli- pero en el lalin bárbaro de los tiempos medios
tud polémica que siempre nos ha distinguido, cabullas fué raíz de caballarius, caballero, ca-
los movimientos de tierra para diques y caballeros ballicare, cabalcar, cabaüicata, cabalgada, etc.
tomaban increíble desarrollo y cuantioso gasto; No leñemos competencia ni espacio para dar
pues á veces, no pudiendo excavar, había que á este importante articulo la extensión que me
conseguir la elevación con faginas traídas de le rece, ni tampoco lo llenaremos, como es de ri
jos. El caballero de trinchera hoy no puede te tual en los Diccionarios militares, con los nom
ner más aplicación, que contra el camino cubier bres de las diferentes partes de este noble e in
to; y se reduce á un pequeño trozo de la misma dispensable animal. Sólo advertiremos de pasa
TRINCHERA, Ulás eleVddo pOI' Uicdío de CESTONADAS, da, como verosímil y admitido, que este útil
en que se apostan tiradores, los cuales suben compañero del hombre, probablemente se ha
por escalones interiores hechos con (aginas. brá derramado con el sobre la tierra desde la
En general, el caballero de trinchera, de meseta ceulral del Asia, quedando luego en
aproche, (V. e. v.J de acceso, de asalto, de ataque, grandes manadas salvajes: como ya, mas cerca
es lo mismo que la terhraza, cIagger, (V. e. v.; el de nosotros, se ha visto en ciertas regiones de
montón de tierra ó de otros materiales, destina- America, donde este cuadrúpedo era desconoci
nado en la antigüedad á plantar maquinas, y pos do, en la fecha relativamente moderna del
teriormente artillería de sino, que tirase rt-ca- descubrimiento. Dejamos dicho en el articu-
batlero sobre el defensor de una muralla.—l'or Caballehia que todo cuanto de esta arma prin
ultimo, y para demostrar la extensión de signi cipal se líale es ocioso, mientras la cria ca
ficado que ha tenido la palabra caballero, recor- ballar no prospere: y contra los pesimistas
daremosel párrafo del Quijote (part. 2." cap. 4o, que duden de la posibilidad, les citaremos
en que se lee: « replicóme que mirase .si ha un curto articulo, notable por su erudición
bría parados: adivínele el pensamiento, y dijele y suscrito por un jefe de caballería, que in
que si: y el, caballero en Mi dañada y prunela sertó la Asamblea del Ejército en I8ÜI y que
intención, fue añadiendo caperuzas». ..etc. Aquí concluye así: «Con el cielo de España y su sue
el sentido es aferrado, montado, empellado. lo, elementos tan poderosos para esta granjeria,
Perspectiva caballera se llamo también has como igualmente con los adelantos que se van
ta muy entrado el siglo XVIil el diri jo militar ó notando de algunos años á esta parte se debe le-
a vista de pajaro, es decir, «lomado desde alto»: ner confianza que antes de mucho volverá el
y la prueba de que, á pesar de sus defectos-, era caballo español u ocupar el lugar que le corres
GABA — 203 — CABE
ponde entre toáoslos demás de Europa». Y este nientos caballos...» (Sandoval. Hist. de Cárl. V.
lugares envidiable por cierto en la historia, se libro la. pág. 23).
gún las numerosas citas que amontona el erudi Caballo de frisa, ó de Frísia (seg. Diccio
to jefe de caballería sobre el equu.siberus, cono nario de la Academia 1 ) es en fortificación
cido ántes de los fenicios, que surtía las caba una tala (V. e. v.) artificial y perfeccionada.
llerizas de Salomón, que fué celebrado por los Consiste en un madero de regular escuadría,
romanos, y que hasta 1770 ha sido el tipo rege cilindrico ú ochavado, atravesado por largas
nerador de su especie en lodos los países. El au püas de hierro ó estacas aguzadas. El uso prin
tor recuerda que en 128o Eduardo II de Ingla cipal es para cerrar la gola de una obra, ó al
terra compró 30 caballos de guerra españoles a gún paso que importe, aunque también se han
subido precio; que Mecklemburgo, Holstein y la recomendado y usado en campo raso, como de
misma Prusia mejoraron sus razas con semen fensa contra caballería.
tales españoles; que en Hungría existían, en CABALLON. Reborde que divide éntre sí las
1802, 15 caballos españoles, cuyos nombres y piezas ó tierras de labor.—El lomo de tierra ara
procedencia indica; que Guillermo el Conquis da que queda entre surco y surco. (Dice. Acad. 5) .
tador, en la célebre batalla de Hastings, Ricardo
Corazón de León en Chipre, montaban caballo CABANA. CABAÑAL. CovarrubiasIo trae de
español, etc. Puesto que nobleza obliga desea toseano capanna, choza de pastores, casa pajiza.
Aunque en rigor es sinónimo de barraca, este
mos que tengan pronto y cumplido efecto los
es el nombre técnico en la milicia.
votos y esperanzas del autor.
Según queda advertido en el prólogo, no se CABDAL. Adjetivo antiguo , capital, princi
acomodan a la índole de esta obra los pormeno pal.—Handera cabdal, la que no tenia Farpas.—
res de equitación y albeitería que, mas ó menos Río cabdal ó caudaloso.
extensos suelen incluir los diccionarios en este CABDIELLOy CABDILLO. Así se decía cau
articulo; por consiguiente omitiremos definicio dillo en el siglo XIII.
nes recordando sólo, como de costumbre, algunos CABD1LLAM1ENTO. Acaudillamiento.
adjetivos y calificativos del caballo, por ejem
plo: adiestrado, ágil, airoso, apagado, ardoroso, CABD1LLAR. Acaudillar. Se usa en las siete
arruinado, asustadizo, boquirrasgado, boquico- Partidas y en el Doctbinal de Caballeros. «Onde
nejuno, botado, brioso, cambiado, cerrado, co los caudillos que en todas estas maneras de ca-
barde, colérico, cosquilloso, de batalla, de ca valgadas (V. e. v.) no supiesen bien cabdillará
losque con ellas fuesen» (Ley 28. til. 23. Parí. 2.a)
za, de carrera, de escuela, de guerra, de refres
co, de silla, de tiro, desbocado, disparado, dó CABECEAR. Alguna vez se dice en táctica
cil, domado, duro de boca, de trote, educado, de la colcmna que serpentea, que ondula, por
empinado, ensillado, entablado, espantadizo, descuido de los guías, cuando deben marchar
estevado, falso, fino, fiero, flexible, flojo, fogo en linea recta.—También es uno de los vicios
so, fogueado, formado, fuerte, indómito, inquie del CABALLO.
to, intencionado, irascible, joven, libre, ligero, CABECILLA. El que en guerra civil capita
obediente, pacifico, pando, perezoso, pesado, nea, manda ó levanta una pequeña partida de
quemado, que despapa, encapota, piafa, pico gente suelta y allegadiza.
tea, se quema, se defiende, reacio, recogido,
rencoroso, repropio, resabiado, revuelto, salta CABERIAS. Yangcas y Miranda, en su Dic
dor, suelto, tímido, topino, trolon, valiente, cionario de antiy. de Navarra (T. II. pág. 20)
viejo, vigoroso, etc. dice: «Las cuberías eran lo mismo que caballos
Caballo ligeho antiguamente ha sido el nom en la acepción de milicia: también se llamaban
bre genérico de la caballelia ligera, cuando, caberias las rentas que los ricos hombres y ca
por oposición se llamaba caballo-coraza ó sim balleros recibían del rey, bajo la obligación de
plemente coraza á la caballería de línea ó pesada. servirle en la guerra con cierto número de ca
Respecto á contar por caballos los soldados ballos. —Por, los años I27ü á la voz de caberias
montados, la costumbre es antigua: «A Don Diego se sustituyó al parecer la de milites y luego la
de Qucsada puso con una compañía de infan de mesnadekos, á pesar de que alguna, aunque
tería y otra de caballos en guarda de la puente rara vez, se uso promiscuamente de las tres».
de Tablate». [Mendoza, (¡.de Gran. lib. 1 . núm i 2). CABESTRILLO. Chapa de hierro ó abraza
«Por servir al Emperador, había ya levantado dera que antiguamente pasaba por encima de la
con su dinero los doce mil infantes y qui llanta de la rieda, en los carruajes de artille
CABE — 204 — CABO
ría, y servia para sujclar esta con la pina.—Ca (jerárquico de la milicia, y, por excepción, la
bestrillo de nuez con su lomillo. Conócese más segunda autoridad de un distrito militar ó capi
bien por el de brida ó sobre nuez: en la llave del tanía general. La diferencia sólo estriba en que
fósil, cubre á esta y además del tornillo que la el calificativo asegundo» esté antepuesto ó pos
sujeta, coge el del palillo. —La banda, cinta ó puesto.—El empleo de segundo cabo se institu
aparato quirúrgico que pende del cuello, ó del yó por real orden de 26 junio 1 800. Más anti
hombro, para sostener el brazo ó la mano herida. guo es el de cabo segundo, ó en general, cabo
CABEZA. Del latin cajiut. Tiene varias acep de escuadra, pues se menciona en las primeras
ciones quo no necesitan definición. Cabeza de organizaciones del renacimiento, y tenia, como
ariete— de cabria — de campo —de cohete—de todas las gerarquías niénos numerosas en aque
columna —de facción —de gota de sebo (un cla lla época, mayor consideración . El roce con los
vo de esta forma en montajes de artillería,! —de auxiliares extranjeros hacia que alguna vez se
uilera—de motín—de proceso —de pi-krco (V. Cu viese en documentos españoles la voz francesa
ña).—de puente (toda obra de fortificación que caporal, caboral asi corno la de anspesada ó lans-
lo cubraj —de zapa. —Cabezas, se llama en los an pesade (V. e. v.) y así se lee en Puga y Rojas:
tiguos ejercicios cabai.lerf.scos poner algunas de «deben ponerse en marcha las centinelas debaxo
cartón en el suelo ó en un palo, y corriendo á de la dirección del Caporal ó Lanspcsade que
caballo enristrarlas ó herirlas con espada, lanza estuviere de función á quien han de seguir to
y PISTOLA. das las centinelas». De este texto, y de otros que
pudieran citarse si el asunto fuera más impor
CABEZADA. VToz genérica en montura para tante, no se deduce que el lanspesade tuviese^
designar el aparato de correas en la cabeza dei como algunos dicen, la inferioridad gerárquiea
caballo. Cabezada de brida es el aparato entero respecto al cabo, análoga á la que hoy tiene el
para sostener el bocado. Cabezada de pesebre, como segundo respecto al primero. Es realmente sin
su nombre lo indica, el destinado á sujetar en gular la marcha tortuosa de las lenguas. Noso
la cuadra el animal. tros tomamos por moda la voz caporal y ántes
CABEZAL. En los avantrenes de Gribeauval, los franceses nos habían tomado el cap d' es-
la pieza, ensamblada en las tijeras, que lleva en couade ó escuadre. Dubellay usa esta voz, que
su centro el perno pinzote. Esta voz es genéri siguió en Francia todo el siglo XVI. Eslas pe
ca para los carruajes y máquinas de artillería. queneces revelan, sin embargo, algo más que
CABEZO. El cerro alto ó cumbre de una capricho: mientras fuimos fuertes, toda Europa
montaña. (Dice. Acad. 5) La cima de los monteci- copiaba hasta nuestros defectos; en cuanto de
Uos que se elevan en las sierras y montañas jamos de serlo, comenzó la manía de copiar los
formando su cordillera. (Dice. Acad. Hist. ) de los otros. La preparación, instrucción ó educa
ción de esta modesta, pero importante clase ha
CABEZON. Voz de montura. Cabezada senci sido objeto, en varias épocas, de proyectos de
lla, destinada á sujetar el caballo por la acción escuelas que no se han realizado. Nuestro sis
de una media caña ó serreta de hierro sobre la tema español de legislar y organizar en detalle,
ternilla de la nariz.—«Hace ya bastante tiempo en vez de abrazar el conjunto, hace ineficaz, ó
que la caballería del ejército relegó al olvido el inoportuno, ó impracticable ese cúmulo de dis
uso del cabezón. Nada más razonable. La ser posiciones aisladas é intermitentes, con que se
reta molesta al caballo aun más que el bocado; acude al remedio inmediato de algún conflicto
dificulta la respiración; pone en manos del sol incidental. L'n reglamento de Instrucción mili
dado un castigo cruel que economiza poco; los tar (V. c. y.) general, integro, debia principiar
resabios son inmediatos y frecuentes. Algunos por la del cabo de escuadra. Como recuerdo ci
le aceptan para la enseñanza del recluta en las temos las situaciones del cabo que no necesitan
primeras lecciones: los que tal piensan habrán definición: Cabo cartero —de gastadores —de
instruido muchos quintos; pero dudo que su piiF.stvs —de rancuo —de ronda ó rondín —de
opinión esté fundada en la experiencia de algu TAMBORES FURRIEL PRACTICANTE, etc.
nos ensayos». (J. Guzman. Estud. solire cab. pá Por lo demás el texto siguiente de Clo-
gina 40). El autor opta por enseñar desde el nard (T. IV. pág. 402) demuestra que antigua
primer día con la brida. mente la voz cabo no tenia acepción fija, aunque
CABO. Desde muy antiguo esta voz, quizá en general expresara mando ¿jefatura suprema.
latina, capul, significaba jefe, cabeza, caudillo, «Reservóse S. M. determinar el número de ter-
capitán: actualmente designa el último escalón | cios que había de quedar de tropas extranjeras
CABO — 205 — CADE
que servían al sueldo del rey, y dispuso que la I historia de la gran batalla de las Navas refiere
infantería española de los estados de la Italia, en que los moros habían barboteado la fortaleza de
caso de guerra, fuese constantemente mandada Calatrava, y que tenían dentro cabritas para al
por sus maestros de campo y los demás oficiales canzar á los sitiadores: lo que supone que esta
mayores, sin permitir que se quedasen en sus maquina del siglo XIII no servia para disparar y
respectivos cuarteles, á no ser que circunstan sí para impedir los asaltos, al modo que Archí-
cias extraordinarias lo exigiesen, en cuyo caso el medes lo hizo en el de Siracusa, contra la escua
capitán más antiguo con titulo de cabo, pero sin dra romana de Marco Marcelo para destruir las
mayor sueldo ni patente, mandaría los destaca sambucas; (Polibio. lib. 8 cap. 3) pero es induda
mentos; y si el deslino de estos era para Flán- ble que en los de Lerma, Leoovcn y Priego, en
des, debían repartirse las compañías en los tres tiempo de Alfonso XI (Cap. 146, 26 y 261 de su
tercios españoles de aquel ejército». (V. y com Crónica) las cabritas eran ingenios arrojadizos,
párese Aventajado, Caporal, Cuadrillero, Lans- COmO lOS TRABUCOS, ALGARRADAS, la GOSSA Ó GÜCIA».
pesade.)—En geografía y topografía, cabo, es la —Esta ¡ncerliclumbre del erudito investigador
salida notable que un continente en su perí prueba la imposibilidad de satisfactoria defini
metro hace dentro del mar. Lo contrario de gol ción on cuanto respecta á máquinas ó engeños de
fo y seno. Cuando esta salida, como en general la antigua tormentaria. (V. Máquinas).
sucede, tiene formas elevadas y montañosas, se CACERINA. Antiguamente sinónimo de car
llama también promontorio. Cuando el cabo es tuchera en el cinto, esto es, canana.—En los úl
pequeño y tiene poco relieve, poca salida ó po timos tiempos designaba exclusivamente la ea-
ra importancia en la navegación, se llama punta. jíta de hoja de lata del artillero para guardar
—Cabos, en plural, se llamaba antiguamente á los estopines. Hoy sirve para los cebos de fricción
los capitanes de una tropa.—Hoy se llaman así y es de cuero colocada en el cinturon del ma ■
la cola y la crin del caballo.—También los vivos, chete.
golpes y barras de paño de otro color que el CACHORRILLO. Pistola pequeña de bol
principal del uniforme. sillo.
CABORAL. Sinónimo de cabo, en algún autor CACHUCHO. (V Cartucho).
del siglo XVII. CADALSO. Fuera de su actual significado,
CABRESTANTE. Máquina de las llamadas Diccionario Acad. 5. da otros dos anticuados:
simples en mecánica, usada en maniobras de fuer- «cobertizo ó barraca de tablas, y fortificación ó
ia de artillería ó ingenieros. Consiste en un mo raluarte hecho de madera». El último no cree
linete de madera, cilindrico ó cónico, puesto mos que haya sido técnico, sino vulgar en todo
verticalmente en un fuerte armazón también de caso. Se ha escrito cadafalso y cadahalso.
madera, en la que se mueve por medio de pa CADENA. Del latin catena. Aunque algunos
lancas dispuestas en cruz en la parte superior.— puristas no admitan cadena de montañas, por que
El torno se diferencia en tener el molinete ho los franceses dicen chaíne de monlagnes, el uso
rizontal. autoriza esta voz, como sinónima de cordillera,
CABRIA. Máquina destinada á levantar gran que indudablemente es más castiza (V. Monta
des pesos, y que usa la artillería para montar y ña). Algo de galicismo puede encontrarse tam
DESMONTAR las PIEZAS. bién en cadena de puestos ó de centinelas; y para
CABRIETA. Especie de escaleta, más senci quitar escrúpulos, lo mejor es decir cordón.
lla y manual, que usan los artilleros en los CADENCIA. Voz puramente latina cadentia,
parques, y en general los carreteros, para sus caída, del verbo cadere. Algunas veces se dice
pender una rueda de carruaje cuando hay que en lugar de compás del paso. La cadencia, que se
mudarla ó ensebarla. presume, sin datos fijos, en la milicia griega, se
CABRITA. «Máquina de guerra espantosa introdujo á mediados del siglo XVIII y se exten
usada por los años en el sitio de Balaguer. dió con las modas y las exajeraciones prusianas
Lanzaba piedras del peso de ocho quintales y como elemento táctico que envolvía alineación,
hacia tanto estrago, que á donde daba lo hundía encajonamiento, tacto de codos, igualdad de lon
hasta el primer suelo, rompiendo vigas tan grue gitud en el paso. La cadencia se adquiere con el
sas como dos grandes pinos». Zurita, parle 3.* oído Á la caja ó corneta, ó con las voces «uno,
fólio 94. col. 4 y fól. 9o). Pero dice Clonard: dos» del instructor de reclutas.
{Discurso hist. sobre el traje, pág. II í): «La CADENETA. Pieza de la llave del fusil, que
CADE — 206 — CADE
le da nombre para distinguirla y que sirve pa yor grado». La ordenanza de 1728 les dió san
ra trasmitir á la nuez la fuerza elástica del mue ción legal y completa. —En Francia, durante el
lle real, uniendo ambas piezas. Las dos oreji- siglo pasado, corrió el cadete varias vicisitudes.
llas de la nuez forman el puente, donde se ase Los cordones (Faiguillete; se le dieron en 1788,
gura la cadeneta. Esta pioza tiene figura de S y pero la Revolución concluyó con él.
termina por muñones en sus dos extremos. Nuestra Ordenanza vigente, de 1768, dedica
CADENILLA de barbada. Pieza del bocado, al cadete el tit. 18 del trat. 2. En el art. 5. es
que contraresta la acción de la cama, y, com tablece dos por compañía, y el 1." dice textual:
primiendo el barboquejo del caballo, pone su «El que se recibiere por Cadete ha de ser hijo
quijada entre esta presión y la que la emboca dalgo notorio conforme á leyes de mis reinos,
dura ejerce sobre los asientos. La cadenilla ter leniendo asistencia proporcionada (que nunca
mina por dos alacranes ó pequeños sanchos: el baje de cuatro reales de vellón diarios) para
de la izquierda abierto y el de la derecha cer mantenerse decentemente; y de los que fueren
rado. hijos de oficiales en quienes no concurra esta
precisa circunstancia, sólo han de ser admitidos
CADETADA. Voz familiar para expresar im aquellos cuyos padres sean ó hayan sido capi
prudencia ó calaverada propia de la primera tanes».
juventud. Todo esto guarda perfecta consonancia con la
CADETE. Voz puramente francesa, cadet, que milicia y con la sociedad de aquel tiempo; pero
originariamente se escribió capdet y que, según abolidas, nada menos que en 17 agosto 1811 ,. las
Ducange y Mésage, deriva del bajo latín capite- pruebas de nobleza; trastornado virtual y mate
twn, cabecilla, jefe en segundo, y más tarde rialmente nuestro régimen social, parecía lógico
«segundón» de familia noble, paje de lanza, vo que el cadete desapareciese, al ménos con su
luntario, aventurero sin sueldo. En el fondo no nombre francés. Siguió sin embargo y con sus
es más que el nombre francés del doncel anti dos antiguas «variedades»: de colegio y de regi
guo (V. Alcaide de los donceles) del alumno mo miento.
derno y en general del niño, que, al entrar en la La real órden de 12 agosto 1827 ya limitaba
pubertad, se dedica á la carrera de las armas. cuerdamente los últimos á uno por compañía;
\a que la voz es «francesa» recordaremos que pero la guerra civil dió nueva expansión á la
Louvois, ministro famoso de Luis XIV, creó en «espacie», y todavía creó una, que pudiera lla
1682, seis compañías de cadetes, con sus cor marse «sub-especie» en los distinguidos (V. e. v.)
respondientes oficiales y profesores. Suprimidas semi-cadetes algo más plebeyos; porque el cade
en 1692, más que por economía por su indocili te siempre ha llevado antepuesta la palabra ca
dad y reclamaciones de los coroneles, volvieron á ballero. En el discurso inaugural que pronunció
brotar en 1726, para volver á morir en 1 73.3. el coronel Amat, al abrir, en 1.° enero 1843, el
Pocas cosas han dado tanto quehacer y legislaren Colegio general de todas armas, se lee: «El obje
Francia y España como los cadetes. Unas veces to del establecimiento queda bien anunciado
se les enciera en colegios, con régimen más bien por el título; y la denominación de sus alumnos,
claustral que militar; pero no pudiendo hacer que sólo se suprime en los regimientos, debe
carrera de ellos, se les dispersa y hasta se les continuar siendo la de caballeros cadetes: caba
suprime. El cadete sin embargo, como planta lleros, porque el buen sentido de las gentes re
vivaz, cuanto más se guadaña, más vigoroso re fiere esta palabra castellana, más bien que á
toña. Algo hay en ello, y ese «algo» no es otra la risible vanidad por respetables pergaminos de
cosa que el interés de algunas familias, no muy descendientes sin virtudes, méritos ni ciencias,
fácil de conciliar con los intereses, mucho mis al pundonor acrisolado que, con aquellos antece
respetables, del ejercito y del estado. dentes y sin ellos, debe ser la constante guia
Al volvernos franceses en 1700, nos faltó ele. . etc.»—Cuando se tiene que apelar á es
tiempo para adoptar el cadet cuino adoptamos tas atenuaciones ó interpretaciones, visiblemen
el guardia de corpa (escrito asi). Ya asomó el te la cosa esta fuera de su lugar. Por lo demás,
tipo en 1 7 0 i ; se regularizó en 1714, y se insti y desc ontando la caballería y la nobleza, el sen
tuyó formalmente la clase, por real órden de 12 tido común advierte que con niños casi mozos y
mayo 1722, apara los caballeros notorios, los mozos casi niños, es imposible, militarmente ha
cruzados, hijos ó hermanos de estos, los títulos, blando, toda idea de órden y aún ménos de dis
sus hijos ó hermanos, los de los hidalgos reco ciplina.
nocidos y los hijos de capitán y oficiales de ma En el reglamento del Colegio de infantería
GADtT — 207 — CAJA
de 16 de enero 1835 so lee: « Art. 127. Los figura parecida á la de aquella. Cuatro partes se
cadetes se consideran una parto del estado mi distinguen en la caja, á saber: la culata, la gar
litar, desde que, admitidos en el colegio firman ganta, el cuerpo y la caña. De ellas, la más re
su filiación; y sin embargo ni su edad, ni su pro sistente es la culata, que forma uno de los ex
cedencia, ni la condición voluntaria con que se tremos de la caja y se refuerza con la cantone
ligan y aún el mismo carácter escolar del esta ra. La culata va estrechando desde el sitio de la
blecimiento permite que ¡nteda declarárseles com cantonera á la garganta, es menos gruesa que
prendidos en ta legislación penal del ejército, ancha, y sirve para apoyar el arma en el hom
instituida con aplicación directa a los indivi bro del soldado cuando apunta. La garganta si
duos de aquel estado puesto en ejercicio. En gue inmediatamente á la culata, su forma re
los art. 128 al 132 sigue una larga escala de dondeada y proporcionado grueso permiten que
castigos, dividida en cuatro grados, ineficaz co el arma pueda abarcarse y sujetarse agarrándo
mo todo lo que es ilógico y falso. la por esta parte. A continuación de la cvrganta
Todavía en 1864 y 1865 se anduvo por el está el cuerpo de la caja: en su parte superior
torcido camino de «regenerar al cadete». La real hay un rebajo para que encaje la rabera; otro
órden suspensiva, de 31 agosto 1866, revela que en el inferior destinado á recibir la plancha del
en la esfera del gobierno fermentaba un pensa guardamonte, su puente y el cepote; al costado
miento más profundo y formal. Por fin la de derecho el estuche ó asiento-de ta llave; y en el
1 867 «extirpó el cadete», aunque muchos con izquierdo el del portavis. El cuerpo de la caja
fian que la «especie» volverá á brotar.—Cuando está atravesado de alto á bajo por un taladro
existían los famosos guardias de corps (sic, sus oblicuo, cuyo objeto es dar paso al tornillo de
cadetes, que ejercían funciones de cabo de es rabera, y de izquierda á derecha, por otros dos
cuadra, eran, para que todo estuviese en carác para los tornillos pasadores. La parte que resta
ter, CAPITANES DE CABALLERIA (V. (iUARDIA, INSTRUC de la caja es la que se llama caña, sin duda por
CION" MILITAR). su figura. La caña cambia repentinamente de
CADLCEADOR. Antiguamente el rey de ar grueso dos veces, de donden resultan en ella
mas, heraldo, internuncio, que publicaba la paz igual número de vivos ó escalones y tres distin
y llevaba en la mano una vara llamada caduceo. tos espesores, de mayor á menor, á partir des-
«Al modo <jue los romanos distinguían con dife deel cuerpo. En la parte superior tiene un rebajo
rentes símbolos á sus feciales y caduceadores». cilindrico y longitudinal, á propósito, por su figu
Solís. Hist. de iV. Esp. lib. 2. cap. I6j. «Asdru- ra y dimensiones, para contener el cañón; en el
bal, ne inaretores esset, caduceatorem missit». inferior hay otro rebajo llamado baquetero, de
(Tito Livio. Bell. pun. 6J. la misma forma que el anterior, aunque más
estrecho, en el cual entra la baqueta. Al costado
CADUCEO. L'na vara lisa y redonda, rodeada derecho de la caña se distinguen tres pequeños
de dos culebras, que llevaban los embajadores estuches, destinados á contener los muelles de
de los griegos, como insignia de paz, y también las abrazaderas; estos se colocan de la manera
piulan con ella al dios Mercurio. «La negocia siguiente: el primero próximo al extremo más
ción, significada por el caduceo, no puede suce delgado de la caña, hacia cuya parte ha de que
der bien, sino la acompaña la amenaza de la dar el diente; el segundo sobre el primer esca
hasta». (Saavedka Fajardo. Empr. 98;. lón, cerca de él. y con la uña hácia la culata;
CAJA. De la voz greco-latina capsa. En la el tercero en igual disposición respecto al se
antigua ballesta, era, según Martínez del Home gundo escalón: estos tres muelles quedan ase
ro, la parte cóncava del tablero, donde entraba gurados por medio de los pasadores que se en
la nuez.—En artillería es verosímil que fuese clavan en la madera de la caja. Al extremo del
la voz castellana anterior á cureña. Lechuga rebajo destinado á recibir el cañón y próximo
[pág. I83j dice expresamente: ,01a en que se po al cuerpo, hay otro estuche para el muelle del
ne la pieza de artillería». Actualmente en los raquetero, en donde se aseguia con un pasador.
carruajes, la caja comprende los brancales, con Se llama puerta de la caja á la parte mas del
tra-limones , CABEZALES y VARALES. La CAJA DEL gada de la caña.
eje es la pieza de álamo negro en que va embu Caja de regimiento, y cajas, en plural, de
tido.—Caja se llama también el montaje de las un ejercito son, más bien que las arcas donde
armas portátiles de FUEGO. Se forma de una sola se guardan los fondos, estos mismos fondos, en
pieza de madera que en el estado de desbaste, general.—Caja de quintos se llama al lugar en
recibe el nombro de escalabohne, y tiene ya una que se reúnen al venir de sus respectivos doini
GAJE CALA
cil¡09.—Caja de guerra es el nombre oficial y ne un cilindro de pergamino, con agujeros se
técnico del instrumento llamado tambor por mejantes á los de la criba, para toda clase de
translación. Tambor (V. e. v.) es el soldado que pólvoras; pero separados de modo que dando
toca la caja.—Cajeta suele llamarse á la caja en este vuelta por medio de una cigüeña, después
que se guardan los marrones. —En las carrete de estar lleno de pólvora, cae en cajones separa
ras, se llama caja el hueco en que se echa y dos la del sello negro, encarnado, azul y verde.—
apisona la grava ó piedra machacada que cons Cajón para reconocer las cajas de fusil. Molde
tituye el FIRME. de madera en que se mete el fusil, después de
armado, para ver si tiene algún delecto en la
CAJERO. El oficial encargado de la caja.— construcción de sus piezas, tal como en las abra
También en topografía se llama asi la caja o zaderas, curvatura, etc., y observar si están en
cajón que se forma en las acequias ó cauces, á un lodo arregladas al modelo.—Cajón de chapa
la parte de arriba y á la de abajo, en las már de hierro para empavonar. Su ligura es la de una
genes del desaguador principal inmediato, á la teja aunque mayor: usase en la lúbrica de ar
FRESA ;DlCC. ACAJ). 5). mas blancas, para calentar la cal que se emplea
CAJON. Mencionaremos algunos que usa, ó para empavonar.
usaba recientemente, la artillería. Cajones de CALA. Dice Covarrubias en su Tesoro: Cala
municiones. Los que van en el carro de este nom signiüca alguna vez villa, castillo ó fortaleza,
bre: iguales para todos los calibres. Se hallan di y entonces es nombre arábigo de raiz hebrea,
vididos por una separación trasversal, colo cata, prohíbete, porque prohibe á los enemigos
cada en el centro, de modo que forman dos me entrar dentro; como se dijo en latín arx, aü ar-
dios cajoues: los cuales se subdividen en cajas cendo, porque los arriedla. Compórtese con otro
y casillas según los calibres á que se destinan. nombre como Calahorra, Calatrava, Calalayud:
—Cajón de empaque. Llámase en general á toda pierde algunas veces la silaba como cabana,
caja grande para conducir, armas ó efectos de alcagana, que vuelve la / eu p: en otras diccio
artillería. Cada cajón de fusiles lleva ocho ó diez nes toma el articulo, coihoalcala».—En geogra
colocados en dos tandas y encajados en los puen fía, cala es golfo muy pequeño, seno estrecho,
tes de modo que no se toquen. La primera tan cu que se introduce el mar, capaz solo de em
da se pone con las llaves hacia arriba, todas barcaciones pequeñas (Dice. Acad. o¡.
hácia una testera, y en la segunda van las lla CALACUERDA. Cuando todavía no era co
ves para abajo y hácia la testera opuesta. Las nocida laLLA\EDE cuisi'A, CALAR la cuerda era
bayonetas se ponen con los cubos hácia el me la liase técnica para aplicar la mecha al mosque
dio del canon, en otros puentes que al efecto se te ó arcabuz. De aquí el toque de ataque, que
añaden. El cajón con los fusiles, las bayonetas aun conserva el uombre.
y vainas clavado y precintado suele pesar \ ¿5
libras, y dos cajones hacen una carga de caba CALAR. Este verbo, que hoy militarmente
llería mayor.—El cajón de empaque para pólvo sólo se aplica á la bayoneta, en movimiento re
ra tiene poco más de una vara de largo y más glamentario del manejo de arma; y, por recuerdo,
de una tercia de ancho y alto; sus testeras, lados á la visera del yelmo de los antiguos caballeros,
y fondos unidas entre si, por ensambladuras he y á la pica y mecua de la infantería, tuvo, en
chas á cola de milano, y la división de la libra sentido recto y figurado, acepción de penetrar,
de sus cuatro tablas laterales, paralela á los bor atravesar, reconocer. «Proveyó de armas y vi
des de la tapa y fondo á fin de que la presión tuallas, envió espías por todas partes á calar el
que pueda hacer la pólvora no separe una labia motivo de los enemigos». ^Mendoza. G. de Gra
de otra. La tapa del cajón eslá puesta á corre nada, lib. I. num. lá). «Pensará que yo no calo
dera, y se sujeta al grueso de la testera, por don ni adiv ino adonde le encaminan estos encanta
de entra para cubrirla con dos clavijas encola mientos)). [Quijote, part. 1. cap. 27). uLIegaron
das que la atraviesan, las que se extraen con una todos á un tiempo á Uojen donde habían estado
barrena cuando quiere abrirse el cajón sin inu los moros, y no los hallando, fueron calando la
tilizarlo, y en ambas testeras tiene las asas de tierra hasta llegar á vista de la r'ucngirola».
cuerda como los demás cajones; su peso es de Marmol, ¡{ib. lib. 10. cap. ij. «El africano cargó
28 libras. La pólvora se coloca en un saco de tan furioso, que, rompiéndola vanguardia, caló
lienzo fuerte, y este se niele luego en el cajón hasta el batallón donde iba el Principe». (Colme
que es de cabida de un quintal. —Cajón para nares. Uist. de Scy. cap. 13. part. bj. «V calán
clasificar la pólvora. Es de madera que contie dose por la rotura del muro, so introdujo con
CALC — 209 — GALO
su gente en la ciudad». (Diego Gracias. Mor. de artilleros para comprobrar las dimensiones de
Plut. 139). jY arrebatando la espada del herido varios objetos, especialmente de las armas. El
bandolero, la caló en las entrañas del otro». calibrador de piezas se llama también estrella y
J. Pellicer. Arg. parí. 2. pág. 21). «Llegando á CRUCETA. (V. BlTOLA).
proveer de remedio, se hizo con lanta confusión, CALIBRAR. Medir, comprobar, reconocer el
que tres veces salió de la plaza de armas y otras calibre de un arma ó proyectil.
tantas volvió á ella Camilo Capizuca con su es
cuadrón volante: yescierlo, que si calara una de CALIBRE. Del árabe calib, molde, segun
ella con resolución, no se retirara un francés Koquefoht; ó del italiano qualibra, que á su vez
ion la v'ula. o —«Y topándose en el camino con segun Ganeau y Ménage, deriva del latín cequili-
cien infantes del tercio do Don Alonso de idia- brium. Esta voz, que en francés se escribió qua-
qaez, que habían bajado con orden de entrete libre, hoy se escribe como en castellano. En ge
ner al enemigo mientras acababa de calar el es neral, el diámetro, la dimensión del ánima, ó del
cuadrón volante » (Coloma. G. de Ftándes. li interior del cañón de un arma de fuego tomada
bro 5).—Calar, como adjetivo, se aplica, segun en la boca. Antiguamente la longitud de una
Diccionario. Acad. 5, á la tierra que tiene mu pieza se media por calibres.
cha piedra á propósito para hacer cal. CALIDAD. «El buen uso—dice Vallecillo—
CALCÁSPIÜF. ó Ciialcaspista. Sinónimo de y no la etimología es el que debe decidir sobre
peltasta. Soldado, en la antigua milicia griega, la acepción de las voces. Aunque calidad no ha
que llevaba escudo de «acero» y venia á ser in- ya sido al principio, más que una variación de
lermedio entre el pesado y el ligero, entre el op- la voz cualidad, sin embargo me parece que hoy
lite y el psilite. según afirma La Barre Diparcq. día tiene un sentido muy diferente. Cualidad es
—La voz es compuesta de kalkos, cobre y asph, una de aquellas modificaciones por las cuales
escudo, V designaba especialmente ciertos solda percibimos los cuerpos, como la extensión, el
dos de la guardia macedónica, que, segun Carrion calor, etc. Calidad es una clase de cosas que
Xisas, se llamaba acema. Liskennf. dice también convienen en ciertas cualidades.—Se habla de
que el escudo era de acero, y Bvrdin le corrige, varias calidades de trigo, y de las bellas cuali
diciendo que los griegos «no conocieron este me dades, que distinguen á un sujeto.—El género
tale: pues el que usaban era kalkos ó silleros, de peor calidad suele tener la cualidad aprecia-
come ó bronce. Naturalmente eso depende de la ble de ser barato.—Por esto, calificar no es res
época á que cada uno se refiera. La precedencia ponder á la pregunta cuál, ó señalar un indivi
del bronce está reconocida por los arqueólogos. duo, sino únicamente determinar á que clase
CALCE. El cerco de llantas de hierro que se corresponde; y se califica completamente un su
cla\a al rededor de las ruedas de los carros, pa jeto llamándolo bueno ó malo, sin que realmente
ra que no se gasten las pixvs. (Dice. Acad.) se nombre ninguna de sus cualidades. Por esto
se llama también sujeto de calidad, y no de cua
CALCIAS. De enliga, calzado romano. Lo mis lidad, al que está comprendido en cierta clase
mo que brafonkras. segun Clonard. privilegiada». [Coment. á las Ord. pág4 105).
CALENTAR. Se usa alguna vez por alentar, CALIENTE. Se dice de la sangre, y metafó
animar, avivar. Los clásicos militares usan el ad
ricamente de una tropa, de una acción ó comrate.
jetivo caliente con suma propiedad. «Comenzó á
(V. Calentar).
inquietar nuestro campo y á incitarle á la esca
ramuza, que se trabó bien caliente, con muer CALIFA. Escribimos asi la palabra árabe ha
tes y heridas de ambas parles». (Coloma. G. de llfa (¡jalifa, que significa vicario ó lugartenien
Flándes. lib. 6). te. Mahoma y sus descendientes se titulaban así,
por creerse vicarios de Dios en la tierra. Los
CALERA. Cantera de piedra calizv de que se
emires de Córdoba pudieron titularse califas al
hace cal.—Kl horno en que se quema.
hacerse independientes del de Damasco.
CALETA. Diminutivo de cali. Especie de
hendidura en la costa. También se llama así el CALIGA. Calzado militar, ó armadura de la
recinto corto y estrecho, que unas veces se hace parle inferior de la pierna usada por los romanos.
natural y otras artificialmente, para facilitar los De él tomó su sobrenombre de Caligula el cono
embarcos y desembarcos. Equivale á cargadero cido emperador.
en los rios. (Dice. Acad. Hist.) CALIZ. La parte superior de la espoleta.
CALIBRADOR, instrumento que usan los CALOR. Muchas veces se entiende porardi
27
CAT.V — 210 — CAMA
miento, ánimo, esfuerzo. Algunas también por verbo técnico, y ordinariamente sólo se dice del
combate ó lucha obstinada: «calor de la escara fuego de artillería. (V. y disting. Acallar).
muza, de la refriegan.—Dar calor se lee en CALLE. En el campamento, el espacio entre
el Dice. Acad. y en los clásicos, por «fomentar, dos filas de tiendas ó barracas.—Abrir calle,
avivar, ayudar á otro para hacer alguna cosa; hacer calle, es, material y moralmente, salir con
por hacer espaldas ó reserva, dar auxilio, apo ímpetu vigoroso de una situación apurada.—
yo, ánimo á una tropa es combate».—«Otra ven Llevarse de calle, atrepellar, arrollar.
taja de estar pronto á salir á campaña ántes que
los enemigos, es que al calor de tu ejército se CAMAL. Martínez del Romero, en su Glos. al
adelantará á su país un destacamento....» (San Cal. de la R. Armería, cree que esta palabra in
ta Cruz. Reflex. mil. lib. 9. cap. 4'i). dicaba un capuchón de malla, que se ponia de
CALVA. La parte superior del yelmo, almíte bajo del bacinete, ó una parte de la armadura
ó celada, que también se llama cima. Varios yel que defendía el cuello, hecha de malla más fina
mos existentes en la Real Armería tienen, según y más doble. Si la malla estaba unida al baci
Martínez del Homero, una pieza de refuerzo que nete se decía entonces bacinete con camal.— La
se coloca sobre la cresta, y que se denomina so etimología, sin necesidad de que venga del latín
bre-calva en los antiguos inventarios.—Según camallus, como quiere Roqukfort, es probable
Diccionario Acad. o y Acad. IIist., en los pinares del francés cap-de-mailles corrompido en ca
se llama calva el espacio de tierra que carece de mal/, capucha de mallas, que también los italia
nos dijeron camagüo, los catalanes cap-mall.
árboles.
CALVERO. Mancha de tierra totalmente es CAMARA. Las voces greco-latinas /camera,
téril entre otras que no lo son. (Dice. Acad. S). /cámara indicaban genéricamente bóveda, espa
CALZADA. «El camino empedrado que se le cio hueco, cubierto. De aquí llamarse cámara de
vanta y reviste de (irme para asegurar el tránsito la mina, por distinción de galería ó ramal, el
en todos tiempos». (Dice. Acad. Hist.) Covarru- espacio en que se coloca el cajón de la pólvora,
el antiguo y verdadero hornillo (V. e. v.) En el
bias en su Tesoro da: «camino empedrado y le
cañón de artillería la cámara es, por analogía,
vantado en alto, para poder caminar por los lu
el extremo del anima donde se pone y ataca la
gares pantanosos. Algunos piensan haberse di
CARGA. (V. CAMARADA, ReCAMaRADA;.
cho calzada quasi calle alzada. Otros la deducen
á calcando porque esta muy hollada de los pa CAMARADA. Como voz técnica de la antigua
sajeros. Y finalmente porque aquel camino se artillería, no tiene significado muy preciso.
calza con piedras». — Parece, pues, que calzada, Dice, por ejemplo, Don Bkrnardino de Mendoza:
sinónimo ántes de carretera, y en general ca «me he hallado en sitio donde se tiraron, en fin
mino empedrado, es lo que hoy decimos carre de agosto que no son los dias muy grandes,
tera en terraplén. Quizá venga del lalin cál ochenta y una camarades en un dia, siendo ba"
cenla. tena de treinta y seis piezas». Aquí parece ser
CALZADO. En general todo lo que pertenece el sentido disparo, salva quizá. Pero en otros
á cubrir, defender y adornar el pié y la parte clásicos se lee: «Pasó la Mosa (Earnesio; y se pu
inferior de la pierna. Un libro francés muy mo so de propósito sobre esta plaza, y abriendo
derno, y muy leido, puesto que está en la edi trincheras, plantó una batería de 12 piezas á un
ción 24, dice textualmente: «Les ilew grand" torreón que flanqueaba toda la cortina de la mu
problémes de la guerre son peut-étre de trouver ralla hasta la pueita. Este se batiócon furia, y por
un harnachement qui ne blesse pos les ehevaux, la parte de tierra se había plantado otra camarada
et des chaussures qui ne blesstnt pas les pieds.n de otras doce piezas, que ambas á dos hicieron
(Véase Abarca). gran batería». (Carnero. Guer. de Fldndes. li
CALZAR. Antiguamente «calzar la espuela» bro 8. cap. 3). «A los 24 de junio (1397) dia de
era ceremonial caballeresco.—De un arma de San Juan, comenzó el enemigo á batir en ruina
fuego se dice que calza bala de tal peso para la ciudad (Amicns) con una camarada de doce
piezas, que no mataron persona alguna, aunque
desigar el calibre. todo el dia y otros muchos después balian las
CALZO. En el arcabuz, el muelle sobre el cual casas y partes eminentes á toda furia». (Colo
se asegura la patilla de la llave, cuando se la ma. G. de Fldndes. lib. 10) «más era tal la
pone en el punto. (Dice. Acad. 6). continua batería que desde el alba á las oracio
CALLAR. Suspender ó cesar el fuego. No es nes, hacían cuarenta y cinco piezas], plantadas
GAMA — 211 - GAMI
en diferentes camaradas que todo lo desmenu sobre los asientos del caballo, y á cuyo extremo
zaban sin remedio», [w-ibid) . Se ve, pues, lo inferior se aseguran las riendas por la anilla del
incierto de las voces batería y caharada Diccio tentemozo. Las camas son rectas, ardientes ó ven
nario Acad. 5 da: «Caharada, lo mismo que ba cidas, según sea el bocado regular, duro ó suave.
terías.—La voz caharada, en su sentido actual, CAMASTRO. El tablado en que descansa la
puede venir de dormir en la misma cámara ó tropa en el cuerpo de guardia.
alcoba, ó, como algún etimologista quiere, del
griego-bizantino, cantarada, tienda. (V. Contu CAMBIO. La lengua militar dista mucho de
bernio). En el siglo pasado sabido es que los sol estar formada: así no es fácil decidir si hay per
dados dormían, en tiempo de paz, primero tres fecta sinonimia entre los verbos cambiar y variar
y luego dos en una misma cama. Sin dar en tal El uso, sin embargo, parece asignar á la táctica
exceso, siempre se ha recomendado á la tropa ELEMENTAL la VARIACION (V. e. V.) V á la SUPERIOR
arrancharse en pequeños grupos. «Los cabos de y general, óá la estrategia, el cambio. No se di
escuadra son cabeza de cada 25 soldados que ce variar, sino cambiar de frente, de base de ope
forman una escuadra, hanlos de alojar reparti raciones (V. c. v.) de sistema de guerra; pero la
dos en camaradas y tenerlos en conformidad, regla no es absoluta: un batallón varía de direc
etc (Lontono. Discipl. mil. fól. 8. 1568). Lo ción, cuando está en marcha ó en columna, y
mismo recordaba, y con iguales palabras, el cambia de frente, cuando está desplegado en ba
barón de Aocht hácia 1640. talla. Un recluta cambia el paso.—Por otra par
te, no es técnico decir cambio, sino cange, de
La ordenanza de 8 junio 1632 prescribe ter prisioneros: y se cambia ó se varia, indistinta
minantemente que los soldados vivan en cama-
mente, de uniforme, de jefes, de cuartel, de
radas. Así dice el articulo 41 : «De haberse re cantón.—Cambiar balas de cañón es frase para
laxado en mis Exércitos la buena y loable
indicar que se hace fuego, sólo por hacerlo, sin
costumbre que solía haber de que los soldados
empeño ni calor.
viviesen en Camaradas, se han seguido general
mente inconvenientes de gran consideración y CAMELO. «Cañón de artillería corlo y que ha
que necesitan de remedio, en particular en los ce poco efecto para batir murallas». (Dice, de la
Paises-Bajos, donde el exceso de las comidas es Academia 1). Terreros dice:» Camelete, tiro ó pieza
mucho y por este respecto se multiplica el ba mayor de artillería». Y el mismo Dice. Acad. en
gaje en los exércitos.... y para que estos incon su 5.* edic. Camelete. Pieza de artillería grande
venientes se excusen y las cosas se reduzcan a para batir murallas». Más abajo: Camello, pieza
la parsimonia que pide la soldadesca viviendo de artillería, gruesa, debatir, de 16 libras de
en Camaradas, que son las que han conservado bala, pero corta y de poco efecto. Usóse en lo
i la nación española, porque un soldado solo no antiguo y era mayor que la espera». Moretti y
puede con su sueldo entretener el gasto forzo- Hevia, copiando esto, no nos sacan de la duda.
zo, como juntándose algunos lo pueden hacer, CAMILLA. Utensilio y aparato de sanidad mi
ni tiene quien le cure y retire si está malo ó he litar para la conducción de enfermos y heridos.
rido. Y porque el modo de vida contrario es
entre soldados desapacible y sospechoso Ordeno CAMILLERO. El soldado que lleva la ca
y encargo, etc.—Caharada de peine. En el siglo milla.
pasado y hasta 1806, la tropa llevaba pelo CAMINAR. Llaman asi los ingenieros al ade
•largo y en bucles» que se formaban con cañu lantar «metódicamente» los trabajos de sitio
tos de hoja de lata, manteniéndolos con sebo y contra el frente atacado de una plaza. Por eso
polvoreándolos con harina. Recuérdese «las
dicen caminar á la zapa, y en general, caminar
caídas del pelo cortas y con un solo bucle á ca con las trincheras. Es frase que viene del si
da lado....» [art. 14. tit. 1. trat, 2) y también....
glo XVI y se encuentra en los clásicos. «Ha
adespues de relevadas las centinelas por otras biendo quemado el burgo, se retiró al fuerte
ya peinadas». ..[art. 47. tit. 2. trat. 2. Ord. «ral.)
hácia donde el enemigo caminó con sus trin
Tan complicado y peligroso «tocador» exigía for cheras » (Coloma. G. de Flándes lib. 5)
zosamente que cada soldado tuviese otro com «aunque tan prevenido de artillería y municio
pañero para hacerse reciprocamente el peinado. nes, su principal intento fue tomarla por la za
CAMAS. Del arábigo camam, rienda según pa, y con ella caminó derecho á un rebellín aún
Clonard (T. I. pág. 426). Las dos piezas latera no acabado de hacer», (id. lib. 6).
les del bocado unidas por la embocadura que obra CAMINO. Ducange deriva esta voz del griego
GAMI — 212 — GAMP
camine.—Militarmente es genérica, sinónima de el opuesto un lanzafuego; úsase para incendiar,
comunicaciones, que comprende los caminos, car aplicándola á mano r.l objeto.
retero ó carril, de herradura, de hierro, de rué" CAMISOL ó CAMISOTE. Lo mismo .pie lo
das, de servidumbre, de sirga, de travesía, em riga ó lorigon, según Clon-ard [Hist. org. T. I . pá
pedrado, engravado, real, rural, trillado, veci gina 4<5).—Antigua cota de mallas en forma de
nal, etc.—Más particularmente se distinguen camisa cuyas mangas llegaban hasta la mano
como técnicos en fortificación, el camino de hon (Martínez del Romero;.
das y el camino cubierto. El primero, muy usa
CAMONES. Las dos piezas curvas de madera
do en los siglos XVI y XVII, era un pasadizo ó
que forman la armazón del baste, de la artillería
corredor estrecho que circuía la muralla, insis
de montaña.
tiendo sobre el cordón, con un pequeño parapeto,
ó mas bien, pretil de piedra. Más que elemento CAMPAL. Este adjetivo sólo se aplica ho\
de defensa, podia considerarse como de seguri técnicamente al sustantivo batalla, para sig
dad ó vigilancia, por el imperfecto flanqueo que nificar que ha sido «solemne y decisiva». An
ofrecía el trazado, singularmente en fortificacio tiguamente indicaba lid, combate á campo ra
nes anteriores al uso de la pólvora, habilitadas so; y también guerra, como hoy diríamos, de m a
luego adosando los terraplenes. Püoa y Hojas niobras, por oposición á la de sitios.
todavía lo menciona y recomienda:....», y sobre CAMPAMENTO. (V. Campo;.
él (el cordón) un Parapelillo de quatro pies dc
ancho, y alto, y se deja un camino de seis pies de CAMPANA. En la edad media podia conside
rarse como instrumento militar, casi tanto como
ancho que se llama camino de Rondas; y este
religioso. «A son de campana» se reunía la mes
se hace cuando no se fabrica falsa-braga, etc.—
nada, el concejo para marchar en hueste, fonsa-
Más juego tiene en la moderna fortificación el ca.
do, azaria, etc. para la algara y cabalgada. Lo
mino cubierto, conocido al principio con el nombre campana del castillo, que todo lugar tenia sobre
también de corredor , y luego con los de espal- el cerro dominante, era la corneta de órdenes,
to, explanada, estrada encubierta, strada coperla la terrible voz de mando del señor feudal. Sin
do los italianos. Mayern atribuye la invención duda dc este papel interesante \ militar de la
del camino cubierto á la facilidad con que los tur" campana trascendió al renacimiento, y hasta al
eos bajaron al foso en el sitio de Viena, en 1 o 29 ; siglo XVII una usanza ó privilegio, no muy cris
Maizehoy, sin concretar, ó quizá sin distinguir tiano, de apropiarse el maestre ó jefe superior
dice:» et /' on fit rcrjncr au/nur de la piar? de la artillería las campanas de las iglesias en
un corridor que depuis a pris le. nom de chemin las plazas tomadas por asalto ó capitulación. La
couvert.. .». Lo verosímil, y casi lo evidente es población ordinariamente las rescataba á subido
que el camino cubierto fue aplicado por ingenie precio, y vino á quedar por lo tanto en contri
ros holandeses y españoles nal mismo tiempo» á bución de guerra. Gassendi añade que, lomado el
las plazas de Flándes en nuestras guerras de gusto á las campanas, se llegó á extender el pri
1 867 á 1609. Esto, como las obras exteriores. vilegio á todos los objetos de metal, que, unas
y varias mejoras de traza ycossiRuccioN las trajo veces rescatados, otras en especie pertenecían,
consigo la índole misma de aquellas guerras de por DERECHO DE GUERRA, á la ARTILLERÍA. En alglUI
sitios y la naturaleza del terreno bajo y aguano [ caso, de este fondo se dieron pensiones á viudas
so. (V. y disting. Glasis, Explanada], de artilleros. La Ordenanza francesa de 10 se
CAMISA. Se llamaba asi antiguamente en tiembre 1 69 i sanciona este derecho; y Bonapar-
fortificación á lo que hoy revestimiento. Viene te, según el mismo Gassendi, lo resucitó en el
del bajo latin camisia ó camisium, de donde tam sitio de Dantzig (1807); pues el valor de las
bién se dijo camisium ferreum, camisa, cota, campanas se repartió, como presa de corsario,
CAMISOTE DE MALLA.—CAMISA EMBREADA. Consiste entre la artillería vencedora. Otro decreto de
en un marco de pino, forrado por ambos lados 22 setiembre 181 Odió á los ingenieros parte alí
de lienzo basto, empapado en una composición cuota en este singular botín.
de diez y ocho partes de brea, nueve de resina, CAMPANA. Su primero y vulgar significado
cuatro de sebo, una de aceite de linaza y otra dc es campo, campiña, extensión de terreno llano,
aceite de trementina. Su figura generalmente es igual, despoblado. En este sentido lo usa la Or
rectangular, de unos tres pies de largo y uno y denanza, cuando manda que la centinela salude
medio de ancho; en uno de los lados mayores con la vista á la campaña; y en el mismo se di
debe tener un ganoho para poderla colgar y en ce, CORRER, BATIR, REGISTRAR, RECONOCER I» Caill
GAMP — 213 — GAMP
peña.—Oirás veces es sinónima de guerra: CAMPEADOR. El sobrenombre glorioso «le.
urik la campaña, salirá—entrar en—cerrar la— Cid merece alguna explicación. Lafdente (His
estar en campaña. En guerra viva, sin embargo, toria de Esp. T. IV. pág. 386) dice: «equivalente
campaña envuelve operación activa, por oposi á retador, peleador: de la palabra teutónica
ción á guarnición. Antiguamente, cuando se to chámp, duelo y pelea; algunos le hacen sinóni
maban cuarteles de invierno y la guerra se ha mo de campeón. Los latinos solían llamarle (al
cia con intervalos, campaña significaba un año de
Cid) eampidoctus». Efectivamente en sus innu
uierra; pero en el dia no se sabe lo <[ue quieremerables crónicas y romances se encuentra, no
decirla frase: un oficial «cuenta tantas campa sólo eampidoctus, sino campidoctor, campddatok,
ñas». Difícil es concretar párrafos como el si cambeyator, cambitor, campeator, campeadur.
guiente, por ejemplo: «La energía del alma y la Ks sabido que el jesuíta Masdeu, con cierto
fortaleza física tienen igualmente que hallarse escepticismo volteriano, de moda en 1805, negó
hermanadas en alto grado. Admira, en verdad, la existencia misma del Cid; lo cual le ha valido
el considerar estas cualidades que tanto han discensuras y varapalos más horrendos que los que
tinguido á los capitanes célebres, pareciendo faél dió en vago al P. Risco. El jesuíta cayó en el
buloso el número de sus campañas importantes. mismo error de Lafuente, de hacer sinónimos
Alejandro sostuvo 8 en el Asia é Indias; Aníbal campeador y campeón. Dozv [Le Cid d'aprés de
hizo una en España, 15 en Italia y una en Afri nouceaux documents, pág. 61), tomando la de
manda del Cid, y corrigiendo á Masdeu y al ale
ca; Julio César contó 8 contra los galos, y 5 opo
niéndose á Pompeyo, habiendo mandado 90 ba mán Huber (Geschichle des Cid. pág. 96; dice so
tallas; Carlomagno concluyó cantas que seria bre el dictado del héroe castellano lo siguiente:
prolijo designarlas, ascendiendo, según algunos «Desde luego campeador nada tiene que ver con
la palabra latina campus: deriva por el contra
historiadores, á 93 expediciones, las que duran-,
rio del vocablo teutónico champh que correspon
te su reinado ejecutaron sus tropas, dirigidas las
más veces por él, contra casi todos los pueblosde á los latinos duellum, pugna (V. e. v.) el ver
<|ue habitaban la Europa; Gonzalo de Córdoba bo amfjan responde al latino pratliari, asi co
enumeró 8 en Italia, después de haber batallado mo el sustantivo kamfo ó kamfjo á otros varios
desde niño en nuestra Península contra los in como gladiator, athleta, tiro, púgil ,pugillator,
fieles; el duque de Alba mandó una en Alema agonista, venator, miles. Estos términos se en
nia, 2 en Italia, 2 en los Países Bajos y una encuentran ya en los más antiguos monumentos de
Portugal, habiendo antes lidiado á las órdenes la lengua alemana. Campa, en anglo-sajon, era
de Carlos V y Felipe II; Gustavo Adolfo llevó á equivalente al alemán kamfo, y su verbo kamf-
cabo, desde la edad de 16 años que ciñó la co fan. En el alemán de la edad .media, kampf tenia
rona, una contra los dinamarqueses, una en Ru el sentido de duelo por oposición á landslritt. La
sia, 8 en Polonia, y 3 en Alemania, leniendoade- raiz y sus derivados se conservan en todas las
más que sofocar varias veces las rebeliones de lenguas germánicas, excepto el inglés. En irlan
sus pueblos; Turena soportó 9 en Francia, y dés keppa y kempa; en sueco, danés y holandés
otras tantas en Alemania; el gran Conde dirigió kamp; en alemán kampf, etc. En el latin de la
í en Francia, 3 en Alemania, 3 en los Países Ba edad media so encuentran los sustantivos cam-
jos, 2 en Holanda y una en Cataluña; el prínci phio, camphius, campio, y los verbos campare,
pe Eugenio terminó 2 contra los turcos; 5 en campire, y probablemente campeare, de donde
Italia y 6 en el Rhin ó en Flándes; Federico II se deriva campeador. Esta raiz teutónica ha pa
de Prusia sustentó II en Silesia, Bohemia y en sado á las lenguas romanas; en francés, cltam-
las márgenes del Elba; Napoleón I mantuvo 2 en pion; en provenzal, champion, campion, cham-
Italia, una en Egipto, una en Siria, 5 en Alema pien; en italiano campione; en catalán campion;
nia, una en Polonia, una en Rusia, una en Es en portugués, campeao, campiao; en castellano,
paña, y 2 en Francia, entre todas las que llegó CAMPEON».
á librar hasta 60 batallas». [Osorio. La profe «Generalmente se cree que campeadoh es si
sión militar. nónimo de campeón, y es un error. El campeón
iba de un lugar á otro ali/uilando sus servicios
CAMPAR. Lo mismo que acampar; sentar el en los combates judiciales. Peleaba Á pié, nunca á
CAMPO, los REALES. ca'/allü, y sus armas eran un palo y uu escudo.
CAMPEADA. Antiguamente, expedición, cor- Este oficio era infame y la ley lo ponia en la
«ería, salida súbita al campo en son de algara ó misma linea que los ladrones y las prostitutas.
CABALGADA. (V. O. V.) Si, pues, campeador fuese equivalente á campeón,
GAMP - 21 4 — GAMP
razón tendría Masdeu, sin sospecharlo, al decir enseñaba á los reclutas romanos, llamados tyro-
que campeador era un mote injurioso para el Cid; nes, el ejercicio, en el campo de Marte (Rich. ci
pero la verdadera acepción de campeador expresa ta á Vegecio Mil. III. 6 y 8; á Ammiano 15-3,
una costumbre tomada por los espartóles á los 10). Pero el mismo Vegecio (/»6. 1. cap. 13) ha
árabes, por la cual ciertos caballeros (preux) sa bla de doctores armorum, de armi-doctores y en
lían de las filas al afrontarse dos ejércitos, para el lib. 2. cap. 7 de campígenos, antesígnanos
retar al enemigo ó desafiar á alguno en combate (V. e, v.) por lo cual no es fácil entenderse. Aqui-
singular. Salir asi de la fila, en ademan de reto no (Lex. mil.) coincide con Ricii en que serian
ó desafio, decian Ips árabes barata, y el que lo sargentos ó veteranos instructores; y también
hacia se llamaba mobariz, que Pedro dk Alcalá Bardin los tiene por maestros de ejercicio, de
traduce exactamente desafiador». táctica, de esgrima, de gimnástica.
Después de una larga cita arábiga, que su CAMP1GTXO. Quizá lo mismo que campiduc-
primimos por abreviar, el autor concluye que tor (V, e. v.)
campeador equivale exactamente al árabe barras
ó albarraz, que en el siglo XI era, como quien CAMPIÑA. Espacio grande de tierra llana,
dice, un cargo ó por lo menos una comisión, esta labrantía (Dice. Acad. 8). Extensión considera
de RETAR Á SINGULAR COMBATE. ble de tierra llana, que se cultiva por diferen
Malo de Molina (Rodrigo el Campeador, pá tes pueblos (Dice. Acad. Hist). A veces, mili
gina 11-15) no sólo acepta, sino copia textual tarmente, es, como se ha dicho, sinónimo de
mente la explicación de Dozy. Sólo modifica la campaña ; pero siempre envuelve sentido de
ortografía de barraz creyendo más apropiada tierra llana y cultivada.
barratsa á la pronunciación árabe. CAMPO. Esta voz, aunque puramente latina
campm, y usada alguna vez por Tácito y Virgi
CAilPEAR. Salir con ejército á campaña.
Guerrear en campo raso.—Correr, reconocer el lio, no se hizo militar y frecuente hasta los tiem
pos de Vegecio y de la baja latinidad. Covarru-
campo ó campaña. «Rendida pues Coeborden,
rias da la etimología caldea campon, que vale
después de haber campeado cerca de un mes
ambos ejércitos sin suceso considerable...... (Co campas, y Gebelin quiere que sea de origen cel
loma. G. de Flánd. lib. 5.1 «Campeóse cerca de ta. La voz no puede ser más genérica. Hay cam
dos meses con ligeras corredurías y escaramu po ARANDONADO ABARRACADO ABIERTO- ATENDALADO
zas», (id. lib. 9). ATRINCHERADO CERRADO CONSULAR DE ASAM
BLEA—DE BATALLA—DE EJERCICIO— DEFENSIVO—DEL
CAMPEON. En la edad media, el hombre de HONOR—DE INSTRUCCION—DE MANIOBRAS—DE MARTE
probada fuerza y destreza que se ofrecía á en Ó MARCIO DE OBSERVACION—ESTABLE —FIJO—FOR
trar en singular batalla por la justicia de una TIFICADO—NEUTRAL OFENSIVO — PASAJERO— PKK1H0-
causa. Entre las razas germánicas, en que el due LÓGICO PERMANENTE RASO— ROMANO TÁCTICO
lo era una institución,este llegó á ser un ofi volante—.Y también hay campo de tiro, de
cio; por consiguiente la voz, aunque sonora, LA CAÑONERA, del ANTEOJO.
pierde mucho del retintín poético que la suele Desde luego campo, según Dice. Acad. es «la
acompañar (V. y comp. Campeador). Teniendo, sin llanura de tierra ancha y dilatada que está fue
embargo, esto y lo arriba dicho por lo más cier ra de población». Técnicamente es el lugar des
to, debemos advertir que Dice. Acad. 5 da por poblado en que se establece momcntáneanienlc
campeón: «El héroe famoso en armas ó que so un ejército ó tropa cualquiera. Mas, para nues
bresale en las acciones más señaladas de la guer tros clásicos, campo no sólo era el real ó reales,
ra; el que en los duelos ó desafios antiguos ha es decir, el terreno, sino el ejército mismo. Por
cia campo y entraba en batalla».—Moretti, He- ejemplo:» pudo hacer campo para aquella
ua y los demás copian esto último literal, sin jornada, de tres mil infantes y quinientos hom
meterse en más averiguaciones. bres de armas, y algunos caballos ligeros y ji
netes, toda muy buena gente». (Pero Mexía.—
CAMPIRCIRSION. Ejercicio militar romano
que cita Vegecio (lib. 3. cap. 4.): nCampieursio- Com. pág.103). «Todo este campo junto era bas
tante para combatir otro cualquiera Su Ma-
nem, ut ipsi appellant inspectionemque am\o-
gestad, con la resla del campo, partió para
rum asstdue facianl». Süetonio y Tácito también
citan otro ejercicio, ó quizá el mismo, llamado Lanzut Según la disposición del camino, el
cual no daba lugar sino á que el campo camina
decursion. se muy en hilera...... (Avila y Zúñiga. Coment).
CAMPIDUCTOR. Sargento instructor que Algo queda de llamar campo al ejército, cuando
GAMP - 215 - CANA
hoy decimos: «ese oficial procede del campo tégico y táctico. El segundo, el que se extiende
carlista, ó el otro se pasó al campo enemigo». al rededor de la posición del cuerpo ó ejército
Suelen confundirse las dos voces campo y campa que va á combatir, y comprende todos los mo
mento; pero mirándolo bien, no deben ser sinó vimientos próximamente relativos al combatr.
nimas. Campo tiene algo de más genérico que El estratégico abraza el país, en el teatro mis
campamento: abraza el establecimiento de las tro mo de la guerra, en que los ejércitos se mueven
pas en barracas, bajo tiendas, y al raso, al vi para obtener el fin de la campaña. Por ejemplo:
vac. Campamento parece indicar más bien los dos para una plaza fuerte es campo de batalla, el de
primeros modos. Sutilizando algo, tal vez campa- asiento de sus fortificaciones y trabajos de ata
memo envuelve cierta condición pasajera de que; campo táctico, el unterior extendido á un
transito, cierta referencia á detalles do ordena radio de 2000 ó 3000 varas, en que se verifi
ción, de acomodamiento de las tropas en lincas quen las maniobras y movimientos exclusivos
egun lo que antiguamente se llamaba castrame del sitio; campo estratégico: la Tegion que se
tación; la colocación «sistemática» de las tien ñorea ó domina el círculo de actividad, de in
das, de las guardias, de las cocinas. Es decir, fluencia, etc. (Spect. mil. T. II. pág. 632;.
en un campo, tal como boy se entiende, en una
Mencionaremos por último algunos de los
posición ocupada por un ejército, puede haber modismos más usuales.—Campo á campo. Lo mis
varios campamentos de diferentes cuerpos ó tro
mo que de ejército á ejército, de poder á poder.
pas, llamando asi al espacio «circunscrito» que
Dejar el campo. Retirarse vencido del combate.—
cada uno cubre con sus tiendas, barracas ó vi-
uts. Marmont [Esp. de las ¡nst. mil. pág. 159, Entrar ex campo Lo mismo que en lid ó com
dice lerminantemente: «Los campamentos son bate singular, cuerpo á cuerpo. —Hacer campo.
para reposar las tropas, ó para satisfacer sus ne Desembarazar, despejar. Y también pelear cuer
cesidades, de ningún modo para combatir». En po á cuerpo.—Hombre de campo. No sólo el que
efecto, nunca se dice campamento, sino campo está acostumbrado á labrar la tierra, sino en la
atrincherado ó permanente. guerra, el ligero y fuerte que conoce el terreno(
Los de esta especie remontan á la más lejana los pasos y veredas. «Envió á Don Alonso de
antigüedad. Homero describe el campo de los grie Cárdenas, con pocos arcabuceros que pudo re
gos ante los muros de Troya; pero los romanos, coger, hombre suelto y de campo». ^Mendo
sabido es que no camparon «con arte ó reglas» za. G. de Gran. lib. 2. n. 5).—Partir el campo ó
hasta que vencido por ellos Pirro, en Benevento el sol. Antiguamente la disposición que daban
¿74 antes de Cristo) les dió el modelo, que lue los padrinos á losque reñían en combate singular
go sobrepujaron. La decadencia, con Valentinia- para que lo hiciesen sin ventaja.—Quedar el
no I, hizo olvidar el campo romano ó castro, base campo por uno. En general vencer, ocupar ven
y fundamento de su táctica vencedora. En tiem ciendo el lugar del enemigo.—Quedar en el cam
pos de los emperadores Mauricio (590) y León po. Ser muerto ó vencido en desafío.
vy00, se rodeaban con carros, volviendo á la ma
nera instintiva y rudimental de toda tribu nó CAN. Lo mismo que gatillo ó perrillo en la
llave.—Pieza pequeña de la antigua artillería
mada y salvaje. Al renacimiento, los campos
de bronce. —Can ó canecillo, cada una de las
atrincherados recobran la importancia del cas
ménsulas que constituyen los matacanes en los
tro romano. En las guerras de Flándes se usó, y
Viejos RECINTOS TORREADOS.
hasta se abusó de ellos, tanto por parte de Oran-
ge como por la nuestra. Asombran todavía los CANAL. Fuera de su significación geográfi
de Rheinberg y Bonn. También Gustavo Adolfo ca, sinónima de estrecho ó paso, como Canal de
los empleó; y puede decirse que llegaron hasta la Mancha, Paso de Calais, tiene la más vulgar
Federico II en Buuzelwitz y en Pirna. El nuevo de foso ó zanja, abierta por la mano del hombre,
modo de hacer la guerra, iniciado por la Revo para derivar las aguas de los rios con objeto de
lución francesa, ya no se acomoda á las antiguas riego ó de navegación. Además en toda la exten
lentitudes y embarazos; pero, sin caer en el abu sión de las cordilleras pirenáica y cantábrica,
so, no debe proscribirse el uso «en absoluto». es el nombre local de ciertos valles longitudina
[V. Fortificación). les muy encajonados, como la Canal de Verdun,
Campo de batalla es el lugar circunscrito en la Canal de Trea, de Liordes.—En la ballesta se
que combaten dos ejércitos. Como muestra de la llamaba canal el hueso largo en la cara del ta
manía de clasificar, diremos que algunos creen blero más arriba de la nuez.—Canal de la sal
que el campo de batalla podría llamarse estra chicha llama el minador al conducto de madera
GANA — 216 — CANG
que la resguarda.—En la silla de montar, canal cileros, mandamos, que el dicho nuestro capitán
üo los bastos es el hueco que los separa. general los haya de nombrar y nombre en nues
CANALIZAR. Hacer navegable un rio por tra ausencia, con intervención y parecer de los
medio de obras de arte. dichos nuestro veedor y contador: quesean per
sonas de fidelidad y habilidad, los cuales direc
CANALIZO. La corriente estrecha de las ta ni indirecta no han de tener que hacer con
aguas entro islas ó tierras muy cercanas, que los capitanes do la dicha infantería, ni han de
vienen á ser lo mismo que caño. ser sus allegados ni apaniaguados. Y mandamos,
CANANA. Cinto ancho, ajustado á la cintu que los dichos cancileres, sean mandados do
ra por una grande hebilla, y por dolante guar unas compañías en otras de tres en tres meses,
necido de varios canutos de hoja do lata, para sí á los dichos nuestro capitán general, veedor y
contener CARTrcnos colocados verticalmcnte uno contador pareciese ser asi cumplidero á nuestro
junto á otro, y forrados por el exterior de servicio y ningún capitán ha de recibir ni des
cuero, cubriéndolos todos una tapa de lo mis pedir soldado ninguno, sin que primero tomo
mo, que se sujeta por debajo con una prosilla y la razón y lo asiente en su libro el dicho nues
botón do correa; á los costados suelo tener unas tro canciler para que tenga particular cuenta
bolsitas.—En el siglo XVIII se llevaba en la cin del servicio de cada uno; con apercibimiento
tura el repuesto de cartuchos, llamándose cace que no será librado ni pagado el soldado qne no
rina ó cartucho á la misma cartuchera, verdade i fuere asentado en el libro del dicho nuestro can
ra canana. Subsistió hasta 1775, año en que 0' ciler, el dicho nuestro contador del sueldo: el
Heylli, inspector general de infantería, adoptó cual dicho canciler ha de residir donde estu
el correaje de cruz.—Quizá la voz canana tenga viere y residiere la compañía donde tuviere
algo que ver con canapsa corrupción del alemán el dicho cargo, para que mejor la conozca: ha
schnapp-.tack, h'nabsaek, saco, morral esclusivo de tener libro de los nombres propios de la gen
do infantería. te, y de donde son naturales, y cuyos hijos y
CANCELAR. Anular, borrar, quitar autori sus edades, y en tal libro tenga las señas de los
dad, recoger una cédula ó real despacho. soldados para que ninguno pase su plaza ni
CÁNCER. Variedad del ariete, según Carlos nombre de otros. Y mandamos que cada uno
Aquino (Leocic. mil.) llamado c.vncrijo. porque ile los dichos cancileres tengan do salario ocho
recula, como esto animal, para golpear con más escudos al mes, los cuatro que le han de ser li
fuerza. «I'ost hor cancrum ad civilatem perduxe- brados y [ingados en el número de la gente de
runt. Fuit cáncer instrumentum magnum fortt la capitanía donde sirvieren; y los oíros cuatro
pariter ft ponderosum, etc.» (Chronic. Colmá escudos que le han de ser librados asimismo de
rteme;. Uardin lo da por arma cataralIstica de la ventaja en la nomina de la tal compañía: los
edad mbdia, muy semejante a la carcamusa. y al cuales le han do sor librados y pagados cuando
ralhis. se lo librare y pagare la otra gente do la dicha
nuestra infantería y del dinero déla paga dolía.
CANCILLER. Del latín cnncrl/nrius. La or Pero si al dicho nuestro capitán general parecie
denanza dada en 15 de noviembre do 1536 por se que por el presente se escuse esto de los can
Carlos V para el régimen y organización do su cileres, asi por introducir cosa no usada en la
Ejercito de Italia dice así: «Y por evitar los frau dicha infantería por deliberar otros inconve
des y robos que puedo haber en la dicha nues nientes que se podrían suceder (loque seriamos
tra infantería, y quitar toda sospecha dolía, ha deservidos, mandamos que se suspenda al pro
bernos acordado y mandamos: que en cada com veimiento dosto hasta que al dicho marqués pa-
pañía de la dicha nuestra infantería haya un rescíerc».
canciler puesto de nuestra mano, como hay con
tadores en las compañías de gente do cab illo, CANCHAL. Lo mismo que peñascal, ó sitio
para que conozca á los soldados, y tengan libro poblado do cantos ó piedras, fijas ó sueltas. Es
y cuenta del rescibimiento y despedimiento y voz reconocida en la montería, y muy usada en
ausencia dellos; y haya de dar y dé en cada pa Extremadura, donde el canto se llama cancho.
ga y muestra á los dichos nuestros veedor y con En Galicia se llama chantal al terreno cercado
tador, relación cierta de la gente que hay y se ha de losas, y á estas chantos (Dice. Acad. Hist.). —
de pagar en la compañía donde fuere canciler, Diccionario Acad. 5 también da peñascal ó sitio
para que. no se pague á ninguno, sino lo que ver poblado do canchos ó piedras, y advierte que es
daderamente hade haber; los cuales dichos can- término provincial de Extremadura.
GAND — 217 — GANT
CANDELERO. Instrumento fuera de uso pa pero no descrita, por Clonard refiriéndose á
ra redondear balas; consistía en dos medios ta Saez [Moned. de Enrique IV. pág. 528j. V. Caña-
ses de hierro cóncavos, á manera de turquesa- vetej. Según Dice. Terreros, que escribe cañi
donde entraba la bala de canon calentada en la vete, es voz que usó por cuchillo el Marqués de
fragua, y se la ponía á la acción del martinete] Villena en su Arte de trinchar, manuscrito en
recorriéndola en lodas direcciones con unas te 4423 y que se imprimió en 1766.
nazas: actualmente no se practica esta operación CANSADO. Se dice de lo que va perdiendo
y si sólo, después de tundida, pasa á la limpia fuerza ó celeridad en el movimiento, como la
que consiste en picarle con un martillo las re bala, la tropa.—Cansar, incomodar, aburrir al
babas del cordón y limarla. —Candelero para cu enemigo es á veces más eficaz y recomendable
brirse. Se compone de una solera y dos montak- que BATIRLO.
tes, entre los que se ponen faginas ó sacos, y CANTAR. Aunque parezca extraño, tiene es
sirve para resguardarse del fuego enemigo en la te verbo dos acepciones militares. Cuando fué
construcción de baterías de sitio. (V. Blindaí. moda que en el manejo de arma sonase mucho el
CANDIDATO. Voz puramente latina, candi- fusil, se llegó a la exageración punible de limar
ríatus, que, en la antigua Huma, por la toga blan el extremo de la caja, para que quedase Hoja la
ca, candida, que vestían, fué genérico de lodo tercera abrazadera y cantase mejor. «Se prohibe
postulante ó pretendiente á cargo público. En la que el soldado raspe la caja por las abrazaderas,
milicia también habla Vegecio de candidatos him para que el fusil cante, al echar armas al hombro
plares y duplares, coa sencilla y doble ración ó ó hacer cualquier otro movimiento; asi como li
sueldo: soldados de preferencia, ó distinguidos, mar el cañón, cu donde entra la bayoneta, con
ó privilegiados que formaban á la cabeza de la el misino objeto». [Circ. de 6 feb. 1851;. Hoy ape
legión y optaban al primer grado vacante. Gor nas se concibe esto de cantar el fusil. —Tam
diano creó cohortes enteras de candidatos.—En bién se dice cantar los tiempos (V. e. v.) mar
nuestra lengua militar de boy no tiene esta voz carlos en voz alta el recluta en las primeras lec
acepción «oficial»: sólo expresa aspirante, pre ciones del manejo de arma. —La frase vulgar can
tendiente a la entrada, ó al examen en una aca tar victoria, parece como que implica cierta
demia especial. anticipación en darla por obtenida, ántesde que
CANELONES. En la charretera los hilos ó lo este táctica ó efectivamente.
llecos que colgaban en la pala. CANTARO. Urna, caja, vasija en que se de
CAN EVAS. (V. Cañamazo). positan los nombres de los mozos sorteables para
el servicio de las armas.—Entrar en quinta es te
CANGE. Cambio, trueque de prisioneros en ner la edad determinada por la ley. Entrar en
tre dos ejércitos beligerantes ó tropas enemigas. cántaro es entrar en suerte.
También se dice de poderes y ratificaciones, en CANTERA. Lugar de donde se saca piedra
armisticios, treguas, convenios ó materias diplo de construcción.
máticas. —Cangear verificar el cange.
CANTIL. Los corles escarpados en las costas,
CANGREJO. Pieza de la antigua armadura
que los franceses llaman falaises, son para nues
formada de láminas dispuestas de tal modo, que
tros marinos, cantiles. También se pueden lla
resguardan varias parles del cuerpo, en especial
mar ESCARPES Ó TAJOS.
ia sangría del brazo cerrando el brazal; y apli
cadas en las corvas forman unas musleras cerra CANTIMPLORA. Botella, barrilete, vasija
das, sin impedir en manera alguna el movimien de forma varia, que el soldado lleva colgada, con
to de las articulaciones. Eslas piezas cerradas se la bebida para la marcha. Hoy se usa la bota.
ven muy pocas veces en armaduras anteriores al CANTINA. Covarrubias dice que es voz ita
siglo XVI. Mart. del Homero. Glos. al catálogo liana. En su origen, y aun en el dia significa
de la fí. Armería). vulgarmente cofrecillo ó cajón que contiene bo
CANILLERA, que también se dijo, Cañillera' tellas y copas de licor. En cuartel ó campamento
Cañileta, Cañilleta. Pieza de la antigua armadura la pequeña tienda de vino y de víveres para el
destinada á completar el quijote, cubriendo la consumo extraordinario ó lujoso del soldado.
tibia ó canilla, esto es, la pierna por delante de CANTINERA. La dueña ó la que cuida de la
la rodilla al tobillo. Chapa de hierro sujeta con cantina. En general, toda muger que sigue a la
correas, ó bien dos, abriéndose con goznes. tropa con oficio ó pretexto de vender bebidas ó
CAÑIVETE. Anua ofensiva antigua, citada, comestibles.
28
GANT — 218 — GAÑO
CANTIZAL. Terreno que abunda de cantos. CANTORRAL. Lo mismo que cantizal.
(Dice. Acad. I). También se dice cantorral. j CANUTILLOS. En el antiguo fusil inglés,
CANTO, CÁNTICO. (V. Pías). En todas las I que no tenia abrazaderas, los tres pequeños tu
milicias, singularmente en las antiguas, el himno bos de latón sujetos con pasadores á la caja y
de combate era un elemento táctico. Ciro lo en que sostenían la baqueta en el baquetf.ro.
tona en Tiumbrea; á Tihteo y á su lira se atribuye CAÑA. Nombre técnico de una de las partes
gran parte en la victoria de Marathón. Natural de la pieza de artillería y de la caja de fusil.—
mente, la voz modulada debió preceder á los Cañas, antigua fiesta, juegoó ejercicio caballeres
* instrumentos músicos. Los celtíberos, los galos* co, en que dos cuadrillas escaramuzaban, cor
los germanos cubrían con sus cánticos feroces rían y caracoleaban gallardamente, arrojándose
los sonidos de la corneta romana. Los rardos y cañas de las que se resguardaban con la adarga.
trovadores de la edad media inflamaban el espíri —«Las cañas se vuelven lanzas»: que se pasa
tu belicoso. Las modernas músicas de los cuerpos de burlas á veras.
sustituyen la antigua canción coral, que sólo se CANADA. «El valle ó garganta abierto en
conserva en algunas milicias del norte. La revo medio de dos alturas, que es como canal para
lución francesa adoptó la marsellesa, que el im entrar o salir por aquellas angosturas, y dar pa
perio sustituyó con otros aires más melosos, re so á las aguas, ó á las gentes y ganados; y ade
sucitados boy. En España, que sepamos, no ha más suele por su frescura producir pasto para
sido cultivado el canto de guerra. Riego, al su los ganados. —El espacio de 90 varas señalado
blevarse en 1 820, adoptó el himno (V. e. v. que por las leyes para el tránsito de los ganados tras
conserva su nombre; y que no debo llamarse humantes». (Dice. Acad. Hist. y Acad. Esp.)
«nacional» puesto que sólo se toca cuando man CAÑAMAZO. El ingeniero Manzanares, al
da un partido, y suena mal por consiguiente en traducir los Reconocimientos de Allent, muy en
los oidos de los demás. La lelra se atribuye á boga en la primera mitad de este siglo dejó en
San Miguel, que, por sublevarse 3í años después francés, por no encontrar equivalente, la pala
fué capitán general y duque. En 1855 se quería bra técnica y expresiva cañeras, para significar
proponer como cántico ó canción nacional una el primer borrador, el boceto, el apunte, la ar
cantiga de Alonso el Sabio, puesta en música mazón, el esqueleto, ó como quiera llamarse, de
por Eslaba.—Canto, significando piedra ó peña, un mapa, de un plano, de un croquis topográfico.
es sin duda voz más propia que el galicismo Pero si el canecas francés se tomó, con grande
bloque, para designar una piedra suelta, sea el oportunidad, de la tela clara en que bordan las
que quiera su tamaño.—Canto rodado el que las mujeres, y esa misma en español se llama caña
aguas van arrastrando en su corriente. mazo ¿qué desdoro habría en llamarla asi? ¡Cuán
CANTON. RoqueforT quiere que venga del tas voces exóticas y bárbaras nos embrollan, só
griego kanthos ángulo, esquina. Ese es efectiva lo porque un traductor no se toma la molcsiia
mente el significado vulgar en castellano (V. y de hojear el diccionario y reflexionar un poco!
compárese Acantonamiento, Alojamiento, Campa CAÑAVERAL. Lugar poblado de cañas ó ca
miento,. Probablemente el uso militar de la voz ñaveras.
habrá venido de Italia, quizá de Suiza, donde los
pequeños estados que forman la Confederación CAÑAVETE ó CAÑIVETE. «El cuchillo pe
se llaman de antiguo Cantones. De lodos modos queño que se pone junto al puñal en vaina pe
el cantón militar es el grupo de casas, la parte de gada á la suya, para que esté á mano y se pue
población asignada á un cuerpo táctico de tro da cortar con el lo que se ofrezca». (Dice. Acad.)
pas en operaciones para alojamiento ó descanso. CAÑIZAL ó CAÑIZAR. Lo mismo que caña
Por extensión, y por no usar sin duda la voz veral.
cuartel, también de doble sentido, Madrid y CAÑON. La extensión, quizá sobrada, que
otros pueblos en tiempo de paz, aunque no de hemos dado al articulo artillería nos releva de
quietud, han estado divididos en cantones, con entrar aquí en etimología», definiciones, ni ex
sendos comandantes de cantón, especie ó variedad cursiones históricas . Sólo apuntaremos, por
del comandante de armas. completar la nomenclatura, algunos pormeno
CANTONERA. En el fusil, tercerola etc. la res. Los calibres, según el sistema vigente hasta
placa de latón ó hierro que, ajustada con dos hace poco, eran los de á 21, 16, 12, 8 y 4. Los
tornillos, cubre y resguarda la parle inferior de calibres irregulares, ó menos en uso, son 30, 38,
la culata. 2 y 1. El antiguo cañón «reglamentario» se divi
GAÑO - 219 - GAÑO
de respecto á su longitud, en primero, segundo ga; las paredes del cañón están formadas por el
y tercer cuerpo; los dos primeros se llaman re metal de que este se construye y van disminu
fuerzos, y el tercero caSa: al efecto se subdivi- yendo de grueso ó espesor desde el fondo á la
de la pieza, sea del calibre que quiera, en siete boca. Las superficies que limitan el ánima se
partes iguale* desde la fajuela alta de la culata llaman paredes interiores, y se califican en su
basta el brocal; los dos primeros sétimos desde perior, inferior de la derecha y de la izquierda >
la fajnela indicada forman el primer cuerpo ó re con relación á la posición que el arma tiene eu
fuerzo: otro sétimo, más un medio del calibre el momento de apuntar: eje del ánima ó del ca
de la pieza, forma el segundo cuerpo, y los cua ñón, es la linea imaginaria que pasa por los
tro sétimos, menos medio calibre, restantes for centros del fondo y de la boca. El diámetro del
man el tercer cuerpo ó caña. ánima, llamado calibre, se mide con relación al
El casos también se divide, respecto del áni- peso de la mayor bala esférica que puede en
ma, en cilindrico, recamarado, cónico, etc. trar cómodamente en el interior del cañón, pero
Las partes principales del antiguo canon son: sin exsesiva holgura: nuestro fusil de modelo,
—Alúa ó asuia—Asas—Boca —Bocel—Botón— el de 1846, es del calibre de quince, á causa
Cuello—Culata—Fogón—Grano (oido) —Muño de que, quince balas de las dimensiones que en
nes—1.° y 2.° refuerzo—Tiro. Las molduras que el se emplean, pesan una libra con muy corta
suelen adornar al casos son:—Astragalo —Bo diferencia También suele tomarse como medi
cel—Caña—Cimacio—Cordón—Cuello del botón da del calibre la lineá del diámetro del ánima;
—Kscocia—Faja—Filete—Friso—Gola de la bo hajo tal punto de vista, el del fulsil es 10 líneas,
ca de la culata—Listón superior—Idem inferior. 0,019 inétros. Exteriormente termina el cañón
—Papo de paloma—Talón—Toro. por su parte más gruesa en cinco ochavas, que
Como muestra, mencionaremos varios de los sirven: la del centro para determinar la línea de
nombres que han llevado las piezas, singular puntería; las dos de los extremos para el asiento
mente en los primeros tiempos de la artillería. en la caja y sujeción del cañón, cuando hay ne
Alcon ó falcon. Alcosete. Aspid. Barrefosos. cesidad de separar el tornillo de la recámara, y
Basilisco. Bastardo. Batemuho. Berraco. Bom las dos intermedias para suavizar la unión de
barda. Búfano. Caballote. Camello. Camulete. las tres restantes, evitando que profundicen de
Can. Cerbatana. Compago. Crepante. Cuarto de masiado. En el costado derecho del exterior del
casos. Cuarto de culebrina. Cuarto de pedrero, cañón, por el lado de la recámara, hay un real
Culebrina. Chirlos. Despacha caminos. Desper ce denominada bombeta, que tiene un taladro ú
tador. Diablo. Diamante. Dragón. Dragos volan oído en forma de arco el cual penetra en el ánima,
te. Esmeril. Espera. Firgador. Galopero. Gemelo. atravesando la pared del cañón, y sirve para dar
Gerifalte. Lombarda. Medio cañón. Media cule paso al fuego del cebo, que incendia la carga. La
brina. Medio pedrero. Medio ribadequin. Miñón. bombeta tiene en su cara superior una tuerca en
Mosqueador. Moyana. Octavo de cañón. Idem de que se atornilla la chimenea. Finalmente, en la
culebrina Pasador. Parasuso. Pasamuro. Pasa parte inferior del cañón y próximo á la boca se
volante. Pedrero. Pelicano. Perondo. Pimentel. distingue un resolte llamado punto de la bato-
QUEBRANTAMURO. RaBISETE. RaBADEQUIN. REBUFO, seta, en que se asegura esta.
Refador. Sacre. Sacrete. Samre. Serpentín. Si- CAÑONAZO. El tiro ó disparo del cañón, y
flante. Sirena. Tercio de cañón. Tentador. Ter el estrago ó daño que causa.
rible. Trabucante . Verso . Versóte . Visitante.
El canon de fusil según lo describe la recien CAÑONEAR. Dice. Acad. 5 da también aca
te obra de Viergol, es un tubo de hierro for ñonear. Disparar cañones, contra fortificaciones
jado cuyo hueco interior, llamado ánima, tiene ó tropas (V. y disling. Bombardear).
el mismo diámetro en toda su extensión, mien CAÑONEO. Fuego vivo de artillería.
tras que exteriormente dicho tubo es mas grue CAÑONERA. La tronera, esto es, la abertu
so en uno de sus extremos que en el otro. Por ra ó hueco del parapeto, por donde asoma la
el más delgado está abierto y la abertura recibe boca del cañón. Los franceses la llaman embra-
el nombre de boca; por el más grueso que se sure y no faltan traductores que dicen embrasu
llama fondo, se cierra con una pieza, á la que ra, sin duda por más nuevo y bonito, que tro
se da el nombre de tornillo de la recámara, la nera (V. Trueno). —También se llama cañonera
cual se enrosca en la tuerca que con este objeto la tienda de campaña de forma más sencilla. —
hay hecha en el interior del cañón. Se llama Los oficiales de caballería, que abominan la
recamaba á la parte del ánima que ocupa la car voz «pistoleras» por «paisana», llaman cañone
CAPA — 220 — CAPA
ras á las fundas, á las bolsas de cuero unidas á rión eran exclusivos, al parecer, de tropas a
la silla para acomodar las pistolas. caballo que manejaban armas de fuego: arca
buceros, ARGÜLETES. CA RABINOS, PISTOLETES RAT-
CAPA. En geología lo mismo que estrato, tres, etc.
estoes, masa mineral, cuyos planos «superior é
inferior, si es horizontal, y laterales, si es verti CAPACIDAD. La Ordenanza, en su art. 3.
cal, conservan siempre cierto paralelismo. Aun tit. 2. trat. 3, dice: «Para ascender á Cabo
que no es geométrica la disposición y asociación deberá precisamente preceder el exámen de su
de las capas ó estratos, en general se llama hila aptitud que hará el Sargento Mayor » Valle-
da al conjunto de capas que, con iguales caracte cillo aplica á este articulo el siguiente comenta
res y accidentes, ocupa cierta extensión; la super rio: «Creo que en vez de aptitud y capicidad de
posición análoga de varias hiladas se llama piso; bió haber dicho el articulo idoneidad, especial
la reunión de pisos forma grupos y el conjunto mente en el primer caso, según la distinción si
de estos constituye un terreno geológico. —En nónima de cada una de estas tres voces que es
caballería, capa es el pelo, ó mejor, el color del como sigue. Es apto el que tiene disposición físi
pelo del caballo. —La capa lia sido mucho tiem ca para ejercitarse en algún oficio: idóneo el que
po prenda de oficial y de uniforme, que en 18157 posee los conocimientos necesarios para el buen
sólo usan los alabarderos, y la guardia civil sin desempeño del mismo; y capaz el que tiene la
esclavina por lo que se llama capota. No alcan facultad de aplicar simultánea y utilmente di
zamos lo que puede tener de «anli-milítar» esa chos íonociinientos. Aplicando eslos significados
prenda, tan aborrecida casi como el paraguas. á la milicia, resulta que no se puede pertenecer
Los ordenancistas dicen que con la capa no se á ella sin aptitud, ó sea sin salud, agilidad ni ro
puede «tirar de la espada», como si un oficial bustez; que para ascender, aunque sólo sea á ca
tuviese que estar dia y noche esgrimiéndola á bo de escuadra, se requiere idoneidad, que es
modo de maestro de armas; y además en 1 8*57 la el conocimiento de la? obligaciones correspon
espada se puede «dejar en casan. En cambio es dientes á los empleos, y que para mandares in
mas ruso envolverse en un levitón hasta los ta dispensable la capacidad, inteligencia, sin la que
lones, con la apariencia de un «paisano» que se no podría un Coronel dirigir, enseñar y sostener
levanta de la cama y se echa á la calle distraído simultáneamente la disciplina, la subordinación,
sin haberse quitado la hata. el servicio mecánico, el económico y el de ar
CAPACETE. Alloü, en sus Estudios sobre mas de su regimiento, en paz y en guerra,
los cascos He la alad media, y Baudin en su que es todo unido, lo que constituye el mando
Dict. de /' armée de terre, afirman que cabasset único que se le confia. Así que, cuando se apli
viene del español cabeza: mientras otros creen can á los militares estos calificativos, se dice de
que capacete viene de aquellas voces francesas. ellos que son apto* por sus disposiciones físicas,
Sea como quiera, el capacete no tenia cresta ni idóneos por sus conocimientos, y capaces por su
visera y dehia ser mas ligero que la cf.mda, por facultad de utilizarlos en su totalidad, y es pol
que Alava y Viamoxt dice [pág . 30) textual: «Los lo tanto natural que se conserve en el servicio á
arcabuceros á caballo en lugar de celada traerán los primeros, que se ascienda á los segundos, y
un capacete para que tiren mejor y mas cierto, que se prefiera á los ú'timos. De esto se dedu
y tengan la cabeza más libre y desocupada» ce que la continuación en el servicio militar, es
Asegurábase, dice Martínez del Romero, con lo señal cierta de aptitud, mas no de idoneidad, ni
que llamamos barroqcejo y se parecía á un mor de capacidad; por cuanto si aquella cualidad fí
rión excepto en tener ordinariamente una forma sica es indispensable á lodo militar para el ejer
más esférica , alas anchas y caidas, cuando el cicio de la profesión en su clase respectiva, no
morrión era generalmente de forma cónica, co sucede lo propio con las otras dos intelectuales,
mo los de la segunda mitad del siglo XIII y las que solo obligan á un determinado número, que
alas alzadas y abarquilladas. La mejor fábrica son los graduados. Separando dicha cualidad fí
de España era la de Calatayud, según el verso sica de las dos intelectuales y comparando estas
de Moratin en sus Nares de Cortes destruidas: entre sí, resulta en último análisis, que la capa
«De oro en bilbilitanos capacetes» cidad no es otra cosa que la aplicación útil de la
Y la cita de Don Antonio Agi'stin ¡Didl. de idoneidad, y que siendo por tal razón aquella
med. pág. 93): «De los casquetes ó capacetes de preferible á esta, se fia el mando de los ejerci
Calatayud y de algunas otras armas de acero cios, no al más idóneo, para levantarlos organi
viejas». En resumen, capacete, bacinete ó mor zados é instruirlos, sino al más capaz inleligcn
CAPA — 221 — CAPI
te' para operar con ellos al frente de! enemigo «enriqueciendo la lengua.» Bardin en su Dice.
que es el fin de la milicia. Y no por otra razón dice textual: «Le mot Caparacon est une cor-
se observa tan constante y cuidadosamente á los ruption d¡ un aur¡m"nlatif espagnol dont cape
oficiales para expresar en sus conceptuáronos, etait la souche». Sea como quiera, el caparazón ha
no el talento de cata uno, que puede ser mu constituido por largo tiempo parle integrante y
cho, pero circunscrito a determinadas materias, vistosa de la montura militar. Sobre el dice un
sino su capacidad, que es la que se hace cons autor moderno: «Los caparazones de piel y de
tar en las hojas de servicios, como la reguladora paño han sido relegados al olvido justisimamen-
de los ascensos á que pueden optar y de los car te. En su lugar se usan dos piezas que le imitan
gos que se les pueden conferir. Resulta, pues, bastante, el curre-capa y la mantilla: aceptables
de todo lo dicho, que la aptitud hasta á las cla en tiempo de paz, no tienen condiciones para la
ses inferiores del ejército, que la idoneidad es guerra y su colocación hace perder bastante
nula sin la aptitud, y que la capacidad no sólo tiempo. En su lugar podría adoptarse una manti
es nula también sin la aptitud, sino de poco lla de paño de mayor tamaño aunque de igual
provecho sin la idoneidad. El uso, señor absolu forma que la usada por los Oficiales fuera de los
to en esta materia, ha hecho que se llame capa actos de servicio. Puesta debajo de la silla pre
cidad, melafisicamente hablando, no ya al ám serva la lela del sudor del caballo y asegura la
bito que una cosa tiene y puede contener en si duración de aquella con no poca economía usan
otras, sino al talento ó disposición para compren do el cubre-capa como en la actualidad». (J.
der bien muchas cosas a la vez». Uuzman. Estud. sobre eab. 1 866. pág 38.)
Con más brevedad y, á nuestro juicio, con CAPDAL. Lo mismo que cardal, principal.
mayor autoridad y exactitud dice ,1. J. de Mora Viene de la voz latina capitalis. Asi el moro cap-
en sus Sinónimos fpag. 27): «La aptitud no su dal es el moro principal como alcayad ó alcaide.
pone más que disposición; la capacidad supone (Glos. del F. de las Cávalo).
facilidad de acción; la idoneidad incluye la idea
de facultades adquiridas Un joven tiene aptitud C. VPDILLAU. Antiguamente acaudillar.
para las matemáticas, y en poco tiempo adquie. CAPELETE. Nombre que tuvieron en el si
re bastante capacidad pira resolver problemas glo XVI los alhaneses ó estradiotes, por llamar
difíciles. La idoneidad p ira la magistratura re se así el sombrero alto que usaban. «Llegó al cam
quiere saber y experiencia. En un recluta pue po imperial uua compañía de caballos albaneses,
de haber aptitud para aprender el ejercicio; un que llamaban capeletes por unos sombreros al
teniente se halla con bastante capacidad para tos que traían. (Puente. Epit. de Cárhs V. lib.
mandar una compañía: pero no en todos los je 22. parr. 3).
fes de cuerpo hay la idoneidad que se requiere CAPELL. CAPELLINA. CAPIELLO. Varie
para mandar una división». dades de cascos o yelmos en la edad media, «üo-
CAPAGORJA. No eslá en Dice. Acad. I v 5. nali tal colp de la maza sobre la capel! de ferré,
La hemos visto en Clonaiid (llisl. org. T. II) quel cervell 1¡ fue exír per les oreilles é caygué
donde dice: «Las armas eran (en 1500) lanza, mort en térra». Montaner. cap. 44). Capellina
gineta, capa-gorja y espada con tablachina». No se cita en la Crónica de España y en la de Alfon_
so XI. Según Clonard, era de figura do medio li.
la describe. mon rodeado de una visera de filo cortante. No
CAPARAZON. Voz quizá compuesta de capa se confunda por lo parecido, capellar que era un
y arzón. Desde antiguo es la cubierta de piel ó «manto morisco» para el juego de casas. Martí
paño que se pone sobre la silla de montar. «Y nez del Romero hace observar la confusión de los
asimismo que para las guarniciones y sillas, ca autores al denominar las piezas de la antigua
parazones y mochilas y jaeces de los caballos armadura, y lo difícil que es puntualizar la defi
se puede echar hilo de oro ú plata» (Hecop. lib. nición.—Capiello
7. tit. 12, ley 1.) Covaiuu'bias, en el art. Capa, «El que él guipaba una sola vegada
dice: «Caparazón, la cubierta de la silla del ca Nin valdrie capiello, nin almófar nada.
ballo; y cuando tiene los arzones descubiertos se [Poema de A lejandro).
llama mochila, quasi motila, porque está muti
CAPITAL. Se llama así en fortificación la lí
lada y colgada de los arzones». De todos modos nea «imaginaria» que divide en dos partes igua
Caparazón será una de tantas voces españolas
les el ángulo saliente de una obra cualquiera.
que nos tomaron los franceses, y luego les he
mos tomado nosotros para darnos más barniz CAPITAN. Podríamos desenredarnos fácil
CAPI - 222 - CAPI
mente de la etimología de esta voz, tomándola tancia, del fausto que tuvo este empleo, tan mo
del latín capul, capitis, cabeza, que parece la desto en la actualidad.
más obvia; pero debemos hacer ver que la opi Desde la creación de las Guardas viejas de Cas
nión no es unánime, mostrando al paso quizá tilla, (Ordenanza de 1496) en tiempo de los Reyes
todo lo que puede extraviarse. En la Enciclope Católicos, la capitanía, la compañía, principió á
dia de Mellado (T. XVIII. art. Etimología) se afir ser en el arte militar unidad técnica, orgánica,
ma que la voz kapiten es pura y originariamen táctica, administrativa. La expedita organización
te goda: el articulo sin embargo, en que esto se de aquellos tiempos, continuada hasta muy en
dice, es tan descosido que no infunde comple trado el siglo XVIII, se reducía, cuando estalla
ta confianza. En los Anuales Francorum se lee: ba una guerra, á «hacer gente», es decir, levan
Prevalirerunt Franci, eteum vicloriceDeo volente, tar, alistar tropas, expidiendo conductas ó con
reversi sunt et capitaneos eorum representabant tratas eficiales y reglamentarias á ciertos indi-
Domino Regi Carolo». En la edición de Lambido \idiios, fuesen ó no militares de oficio i'i de vo"
ya son capitanios: et tulit inde ¡líos capitanios. cacion, para enganchar hombres y formar una
El Dice, de Bardin dice, buscando etimología: compañía. El empresario, ó contratista era por
Audoin, bajo la fe do un oscuro historiador, pre ende capitán y recibía, con arreglo á las estipu
tende que capitán deriva del gascón captal; lo laciones, bien cantidad alzada, de cuya distri
cual es un error: esta voz capitán es puramente bución era el árbitro, ó más bien los sueldos in
italiana y tomada del bajo latin capitaneus, que dividuales por nómina. Naturalmente el Capítan,
se encuentra en nuestros antiguos anales, y que como dueño y realmente «propietario» de su
en Alemania significaba «vasallo del imperio» y compañía, nombraba los empleos, inferiores de
era sinónima de valvasor major. De capitaneo teniente, si lo necesitaba; de alférez, para llevar
creen algunos que es contracción la voz italiana en actos solemnes ó de formación la bandera; de
callana, señor feudal, reyezuelo; pero como en sargento para la contabilidad, y de cabos de es
etimologías loque se busca es lo raro, Francisco cuadra, que generalmente era uno por cada 20
Rede sostiene que caltano en Italia «proviene ó 25 plazas.
direclamenta de castellano» (V. e. v.) en Espa En los primeros tiempos lo que se llama re
ña, eStO eS, ALCAIDE Ó GOBENADOK DE CASTILLO. C¡- glamento no tenia, ni podia tener, el actual ca
tamos este vocablo italiano, porque en el Regi rácter dispositivo, sino más bien el de eontrato,
miento de Principes, libro militar en cuanto po que, como puede suponerse, el rey violaba no
día serlo en la edad media, la palabra caltano se pagando, y el capitán no cumpliendo. El tipo
hace derivar de la griega catapan, prócer, jefe de acabado de esta singular industria floreció en
palacio, primer ministro. De modo que ya tene italia con los célebres condottieri (V. e. v.) y
mos capitaneus de catapanus y capitanus que sus más célebres batallas, en que á veces srlo
los emperadores bizantinos pusieron en Nápoles hubo de baja un caballo estropeado. Dos siglos
por gobernadores; y de aquí la provincia de después, todavía refiere la historia que un capi
aquel reino llamada primero Catipanala y tra tán de corazas se negó á cargar al galope «por
bucada después en Capitanata, y en los demás no estropear el ganado».
países latinos de catipani y catapani todos so Al agruparse posteriormente las compañías en
corrompieron en capitanei, capitanes. También la nueva unidad táctica llamada tercio, coronp.-
Mariana [Hist. de Esp. lib. 27) trae la derivación lia ó regimiento, los capitanes perdieron en au
del nombre griego catapan. toridad ó importancia; pero no en provecho y,
Basta para etimología con este alarde de eru como ahora decimos, en autonomía. Siguieron
dición; y entrando en el asunto, diremos que siendo legitimos «propietarios y administrado
capitán, desde muy antiguo y en general, ha sig res» de sus compañías. La ojeriza tradicional á
nificado, cabeza, caudillo, jefe de una tropa: á los veedores y contadores del sueldo, las repe
Gonzalo de Córdoba se le llama por antonomasia tidas providencias contra las plazas supuestas ó
el Gran Capitán. Desde el siglo XIII apareció, y muertas, los santelmos, los tornilleros (V. e. v.)
en el XVI se hizo ya técnica y oficial, esta voz^ los soldados de clavo revelan punibles abusos,
en el sentido que hoy conserva, de jefe ó coman ejercidos á la sombra de legitimos derechos.
dante de una compañía, como unidad militar es La imperfecta administración de aquellos tiem
pecial, sea cualquiera su fuerza. pos buscaba en el empirismo y en fútiles subter
Recordando los principios de organización fugios remedio vano á sus constantes ahogos: y
que regían en la época del renacimiento, no es ella misma ocasionaba los desconciertos, abrien
difícil darse cuenta del carácter, de la impor do por su mano la puerta á la concusión. Por
CAPI — 223 — CAPI
regla general jamás se lograba lo que ahora lla aquel revuelto caos, en que ninguna línea per
mamos «nivelar el presupuesto»: el gasto se ha ceptible, más que la trazada por la conciencia,
cia ántes de tener los fondos, y luego se acudia separaba lo justo de lo injusto.
al pueril expediente de los meses de 40 dios, es Debia ser en efecto lucrativo el empleo de ca
decir, á ir retardando diez dias en cada mes, ó pitán, porque además de los Sargentos mayores
dar un tercio de paga cada 15 dias. Estas enga (V. e. v.) que pretendieron descender, se lee
ñifas se promulgaban con la solemnidad de de en la Ordenanza de Carlos V de 1536 (noviem-
cretos y hasta Ordenanzas de S. M., como en la bre 15; para su ejército de Italia: «Y toda la
de 1632, otra gente de la dicha nuestra infantería espa
Análogo sistema se seguía en la asignación ñola e italiana del dicho nuestro ejercito, ha de
de los sueldos. El capitán, el mabstre decampo, el ser pagada á los precios y de la manera que se
general los tenían divididos siempre en dos par contiene en dicha nuestra instrucción que man"
tes: una fija y realmente mezquina, otra even damos dar en la ciudad de Nápoles, salvo algu
tual, indeterminada, arbitraria, representada no de los capitanes de la infantería italiana que
por plazas supuestas, alabarderos de escolla han de ser pagados á razón de 50 escudos al
gentiles-hombres, entretenidos, etc. Parece lo mes, ó menos, como el dicho marqués nuestro
más breve y lo más claro, puesto que todo sale Capitán General lo ordenare y declarare, por ser
de un arca, sumar entrambas partidas y asig caballeros y personas de calidad, y algunos de
nar pública y legalmente su total al empleo; ellos han sido coroneles, y por nos servir han
pero en todos tiempos los hacendistas han soli querido aceptar de ser nuestros capitane$ de la
do ser rutinarios y meticulosos, y mostrar un dicha infantería, y por la dicha razón han de
rubor inconcebible para escribir «cuatro» en vez haber al susodicho precio como el dicho Mar
de «dos más dos». Estos embrollos, que tienen qués lo ordenare y mandare, habiendo conside
cierto aire de voluntarios, pues la ignorancia ración á la calidad y méritos de cada uno de
nunca es tan persistente, han llegado hasta ellos».—Dos siglos y medio después todavía se
nuestros dias; y al corregirlos, no sabemos si persiste en el desmoralizador empeño de inte
nuestros nietos se reirán á su vez de lo «diáfa resar «pecuniariamente» al capitán. «Se señaló
no» de nuestros actuales presupuestos. á cada capitán de granaderos la gratificación de
Aquel singular sistema de permitir por un diez plazas, teniendo su compañía al pió de 50,
lado y condenar por otro el vicioso é inmoral comenzando á contar una plaza de gratificación
arbitrio de las plazas supuestas, data de anti por cada granadero que tuviere desde el núme
guo. Según el reglamento de 1503, los capitanes ro de 41 inclusive, hasta 50. Al de fusileros se
de infantería no debían disfrutar sobre su sueldo le dió la de 5 plazas, teniendo su compañía
más que el equivalente de una plaza sencilla, completa de 40 soldados, empezando á contar
que se llamaba peonía baldada. (V. e. v.) Pero cada plaza por los que tenia desde el número 36
era de todo punto ocioso querer reprimir abu inclusive hasta 40». (Clonard. Hist. org.)
sos procedentes de principios radicalmente in A medida que nuestra decadencia se preci
morales y erróneos. No sólo en España, también pitaba, todos los abusos habían de tomar enor
en Francia, en toda Europa, el cáncer de lama- mes proporciones. A partir de 1640, en las do9
la administración corroía los ejércitos. Los fran guerras de represión y recuperación de Cataluña
ceses, buscando excusas para disminuir su de y Portugal surgieron escándalos sin cuento. De
sastre de Pavía en 1525, dicen, quizá con ver jemos que cuente algunos Sala y Abarca [Des
dad, que Francisco 1 creyó tener en fila doble pués de Dios la primera obligación- 1 68 1 . páginas
gente de la efectiva, engañado por las listas ó 73, 99, 175): «En la guerra de Cataluña, siendo
nóminas que le presentaba su favorito Bonnivet. Gobernador de las armas el Marqués Sierra se
Tal era el desórden, que con dificultad podía el dió al ejército en diez y ocho meses sólo doi
fisco, y aún el mismo general en jefe, saber cuartas partes de paga, y los capitanes vivían
con certeza el efectivo de sus tropas. De ah¡ con el precio del pan de algunas plazas si-puestas
aquellos terribles decretos, aquellos inquisito que los superiores toleraban. Al disponerse pa
riales preparativos para pasar muestra, revista, ra el socorro de Gerona, el General, queriendo
ó repartir una paga mermada; de ahí los céle saber con certeza la fuerza efectiva, prometió
bres motines de Flándes, nacidos, como el de no castigar ni quitar plaza alguna, y las hizo
1574, de deberse á las tropas 37 pagas. Virtud poner como enfermos» «En Cataluña las pa
más que humana necesitaban aquellos cabos y gas corren tanto que rara vez se alcanza una
capitanes, para no utilizar más de lo necesario entera: que en mucho tiempo que yo estuve en.
CAPI — 224 — CAPI
( 1 ejercito no vi sino cuartas y en una ocasión [ como llegó les sacó 30 reales de á ocho, ofre
bajó de esto, socorriendo en Vich con un real I ciendo hacerse el gasto y luego so hizo dar de
de á ocho en mano tanto al soldado, como al comer espléndidamente. Con 1). Rodrigo Niño se
MAESTRO DE CAMPO» concertaron en dar de ocho fuera do su comida
«Debo representar lo que me sucedió en y en dos ó tros noches que estuvo cobró adelan
Cataluña donde se suelen tolerar algunas pla tadas 18. A Don Alvaro Quiñones ledan cada día
zas muertas a los Capitanes para que puedan un cántaro de vino, cuatro aves, cinco libras de
vivir por la tardanza de las pagas, y es que ha carnero y el pan necesario y en Briege No
biendo entrado en la plaza de Balaguer cuando se representan otros infinitos agravios cohechos
L)on Juan de Salamanqués la sorprendió, y ha opresiones, insolencias, estupros, homicidios
biendo llegado un pagamento para aquel presi porque ya con los referidos falta el aliento para
dio, fué la primera muestra que tuve hallándome contarlos, etc.» (Esta representación es de se
capitán. Era mozo de 20 años, y aunque ha- tiembre ú octubre 1 643).
bia servido en Italia, no había conocido los arbi Por el mismo año en una carta impresa en
trios que los capitanes suelen usar en las mues el mismo Mein. hist. esp. T. XVII. pág. 190 se
tras: y los que eran más antiguos que yo me lee: «La Reina nuestra señora, según se dice, avi
consultaron pusiera las ventajas en las plazas só á S. M., que le echaban grande número do
muertas, que asi se aumentaba el útil y el modo soldados de claro sin haber tal gente en el ejér
de poder aguardar otro pagamento, que la mi cito y otras cosas particulares. Con este aviso
seria era mucha y de esta suerte no podía decir S. M. mandó al Conde de Montalvo, que es el
se que no se provehian en los más beneméritos; proveedor general, y á Don francisco de Contre-
pues si los vivos merecían con el sudor, estos ras, secretario de guerra y sustituto del de
otros merecían dando la vida en servicio de Su Estado, fuesen al ejército y hiciesen exacta ave
Magestad». riguación de lo que la reina nuestra señora ha
Consecuencia lógica habían de ser las veja bía avisado. Hiciéronlo y se dió muestra general
ciones y desafueros; y como no queremos en es y hallaron había en las copias 3.000 soldados
tos penosos, pero saludables recuerdos soltar la menos do lo que por ellas constaba, y la diligen
rienda á la imaginación, citaremos otro texto cia, por exacta que fuese, no lo seria tanto que
auténtico. En una representación que elevó no pasasen plaza de soldados muchos criados de
á S. M. la Villa de Cabás y otros pueblos del aba- los cabo, y otros que de ordinario andan en los
desado de Montearagon (Aragón; y que se inser ejércitos sin serlo. Mire V. R. como se maneja
ta en el JUem. hist. esp. T. XVII. pág. 361 , se lee: la hacienda de S. M. y que felicidad hay onlre los
«Crece más esta desdicha con los alojamientos que la distribuyen». vCarta de 18 agosto de 1643) .
de los cabos y capitanes, haciéndose contribuir A las ideas que despertarán estos textos no
con excesivas sumas de dinero y porque S. M. se sabemos cómo se podrán asociar otras, que sin
informe mejor de esta verdad se referirán algu embargo se hermanaban en aquella monstruosa
nos. La villa de Cabás ha gastado este año en organización. Abramos la Ordenanza de S. M. de
tener la mesa puesta al capitán de caballos Don 1632, que rigió en todo el siglo, y que puede
Juan de Rojas 1 0.tiOO reales, y sin esto se hizo mirarse como el espojo de aquella milicia. En el
dar 50 piezas de á 8, cuando hubo de pasar mues articulo I.", que trata del Maestro de Campo, en
tra y 500 bagajes que, sólo para hacerles extor el 17 que trata del Capitán, so sienta y repite un
siones, envió á diferentes partes, dejándoles en principio desorganizador, dando irritantes pre
lugar de agradecimiento intimado do que vol ferencias á la sangre ilustre: «Y necesariamente,
vería por allí con otra gente para asolarlos. dice, se hayan de elegir los dichos Maestros de
Don Juan de Pavasan, capitán de corazas, á Campo de Capitanes de Infantería española, que
la ida y vuelta de Lapiñan y una compañía del hayan servido por lo menos ocho años de Capi
Marqués de Morlara también se descompasaron. tanes de Infantería ó de Caballos, y á las perso
El Comisario general Andrés de Haro, que hoy nas ilustres baste haber servido en la guerra
está alojado con la suya, se hace dar para su ocho años efectivos y sor ó haber sido Capitanea
plato .16 reales al dia y sus soldados comen y de Infantería ó Caballos para ocupar el puesto
beben con el mismo exceso y en lo ultimo aca de Maestro de Campo, si juntamente concurren
ba el desorden con acuchillar, herir y ultrajar á ellos partes relevantes de valor y capacidad.
á los patronos. En el lugar de Liosa el capitán Declarando, como declaro, que sangre ilustre,
los compuso en ¿0 reales y en los lugares de asi en este caso como en todos los demás en que
Arvesfo y Pienzona Don l'edro de Mendoza asi se hiciere de ella mención en oslas ordenanzas,
CAPI — 225 — CAPI
se ha de entender, en los Españoles, aquellos cu tria, tan imprevisor ó confiado. Inútil es recor
yo padre ó abuelo por línea de varón fueran hi dar lo que siguió: Wallenstein soñó quizá con la
jo ó nieto de casas de grandes ó títulos ó de corona imperial, y su propietario tuvo que va
aquellas casas que juran al principe y pagan lerse del puñal del asesino para desembárazarse
lanzas, y cuanto á las otras naciones etc. de aquel extraño general en jefe.
etc. «Articulo 17. Que en la elección de los A principios del siglo XVII, el célebre Jorje
Capitanes que se proveyeren se tensa mucha Basta, en su libro del Gobierno de la Caballería
atención y consideración á que por ningún res ligera (cap. 3. pág. 20; se lamenta del descrédi
pecto se provea á alguno en quien no concurra to en que iba cayendo el empleo de capitán «por
el haber sido seis años efectivos soldado debajo que de pocos años á esta parte la milicia de ca
de bandera, y tres alférez o diez años efectivos ballería ha subido en tal reputación que una so
soldado, aunque con licencia se hayan inter la compañía de cien caballos no sólo es estimada
rumpido, como el tiempo de la licencia y ausen de grandes caballeros y principes por honrado
cia no se incluya en ellos, y si hubiere algún ca- cargo, sino también muy pretendida de ellos.
Ijallero de. sangre ilustre en quien concurran L)e donde nació que compañías consultadas por
virtud, ánimo y prudencia, «e podrá admitir á el Generalísimo, como hemos visto en las que
la elección de capitanes con tanto que haya ser residen en Flándes, han sido procuradas y des
vido en la guerra seis años electivos, ó por lo pachadas en la Corte de España Semejante
menos cinco entonces ¿á qué los seis?; y la introducción de dar las compañías á Grandes
dispensa que se hace con las personas ilustres st. causó dos gravísimos daños en la caballería: el
funda en que con razón se debe presuponer en primero por haber sucedido el gobierno el man
ellos mayor capacidad, y más anticipadas noti do de ellas; en mancebos poco experimentados;
cias, é indubitable valor. Y por estos respetos es el segundo es haberse perdido muchos buenos
bien no dilatar tanto como en los demás el de soldados, los cuales juzgando ser cosa razonable
signio que se debe hacer de ellos para los pues que vacando las compañías se proveyesen en Te
tos mayores, teniendo también particular con nientes, como segundas personas del gobierno de
sideración con el que hubiese servido y asistido ellas y por la mayor parte de más larga expe
largo tiempo en un tercio y una campaña.» «Ar riencia, y viéndose privados de la esperanza de
tículo 29. Ordeno y mando que á los capitanes aspirar á tales puestos desamparan el servicio».
se les deje en libertad para proveer sus banderas El citado Sala y Abarca, todavía en 1681
y ginetas las plazas de alférez y sargento; con página S7, explica minuciosamente todo lo que
forme a estas Ordenanzas, en quien bien visto este sistema de contrata, tan llano y benelicioso
les fuere etc.» a primera \ ista, encerraba de ruinoso parala
Mal se compadece tanta sangre iluilre con hacienda y para la disciplina del ejército: u20
los desafueros que quedan mencionados, y rara compañías, dice, levantadas á costa de particu
vez podría el mildado ue fortuna ascender gra lares llegarán al número de 2000 hombres, cu
dualmente á este empleo, al cual optaban con yas primeras planas de socorros y gratis impor
preferencia los nobles, los entretenidos, los pro tan cada año 36.710 ducados Estos capitanes
tegidos, familiares y hasta criados domésticos, gastarán en las levas, el que más 3.000 ducados
de los generales V . Sl'plimiento) y por último que si hubieran de ponerlos en renta no podían
una raza de «industriales» que levantaban com frutar ,sic más que 150 ducados al año: y así
pañías á su costa. No parece sino que en aquellos hacían muy bien su cuenta, pues de hefuhmados
tiempos se habían pervertido en todas partes las aunque no les socorran con más de la media pa
buenas ideas de organización listo, que aquí de ga, sacan su justo rédito: les queda siempre el
ploramos, es bagatela, comparado con el sabido crédito para pedir por cuenta del sueldo vencido
episodio de la guerra de treinta años, en que ll'n- y lo honorífico del titulo de Capitán, haciéndose
Uenstein, tan celebre por su ambición como por por esta causa á si y á sus descendientes hidalgos
su infortunio, levantó a su costa, no compañías, de privilegio, aunque su naturaleza luese villa
ni regimientos, sino un ejército de 50.000 hom na. Y la estimación de la Infantería española co
bres, todo de una pieza, cuyos generales y coro- menzó á decaer cuando las levas se hicieron por
seles eran de su exclusivo nombramiento, y cu partido etc.
yo entretenimiento general corría á su cargo por Como en varios artículos hacemos resaltar la
modio de horribles depredaciones Si la historia decadencia de la milicia francesa en el siglo XVIII
no lo afirmara, difícil es concebir subdito tan para demostrar con pruebas lo inoportuno de
audaz, ni emperador, como Fernando de Aus muchas copias y traducciones, no estará demás
28
CAPI — 226 — CAPI
añadir este pasage del Dice, de Bardin: <En la peto á ese principio inmutable, de que la com
primera mitad del siglo XVIII un Teniente se pañía es base y raiz de toda organización, desde
hacia Capitán agenciándose lo que entonces se el sintagma griego y el manípulo romano; debe
llamaba acominodement, es decir, que con per mencionarse otra aberración que casi ha llega
miso del Coronel decidía á un capitán viejo á re do á nuestros dias con el nombre de compañía
tirarse por una prima de cinco á seis mil fran coronela (V. e. v.) porser propiedad del coronel,
cos; le heredaba, y ya una vez jefe de compañía del jefe superior de todo un regimiento. Sus ra
tenia medios de resarcirse, pudiendo revenderla zones tendrían aquellos otros Coroneles y Sar
compañía que había comprado: este reembolso gentos mayores que en 1 536, querían descender
y la cruz de San Luis eran poco más ó menos las á capitanes de infantería.
ventajas que el servicio militar le prometía; por llespecto al uniforme, cuando no lo había, su
que entónces el acceso á los altos grados estaba divisa era la banda encarnada; luego en el siglo
cerrado al que no tenia ilustre nacimiento ó po XV1I1 los alamares en los hombros, convertidos
derosa protección; la pensión de retiro no estaba después en charreteras (V. e. v.) fabulosas en
en uso todavía». Agregúese, para comprender lo 1810 y cercenadas en 1815, para desaparecer y
desconcertado de aquella organización, que la ser reemplazadas por los tres galones angulares
Encicopledia Metódica (1785) cita sesenta y dos que cobijan tres estrellas.
especies de capitanes en el ejército francés. Por lo demás es inútil entraren definiciones
Nos hemos extendido, quizá demasiado, en de los diferentes cargos ó situaciones de un ca
estos incidentes de historia orgánica, no sólo poi pitán. Los principales son: Capitán a guerra—
que damos al cargo de capitán toda la impor agregado—Cajero—de alabarderos—de armas—
tancia que tiene, sino para demoslrar los ade de campaña de espias de carros de cuartel
lantos innegables que en este siglo nuestro ha de guardia de guias de llaves de reten
hecho la milicia. Preferible parece este teína al de ronda de vestuario. depositario efectivo
de enredarse en un dédalo de futilidades y «pre instructor primero reformado — segundo
cedencias» que para algunos toman el carácter supernumerario—vivo.
de orgánicas. Miéntras un autor afirma que los Capitán de campaña. Según Don Bernardino de
capitanes de caballos ligeros se consideraban in Mendoza ;Y. Cuartel-maestre era una especie
feriores á los capitanes de hombres de armas, se de preboste subalterno. Igual Mgnificacion se
lee por otra parte en Clonard (T. II pág. 269) deduce de los textos siguientes. «Mandará (el
que los Capitanes generales no podían dar man maestro de campo general) al barrachel ó pre
do de peones á los capitanes particulares de ca boste general, y á todos los barrachelks ó capi
ballería, ni á caballero ó escudero alguno, como tanes de campaña etc.» ^Lechuga, pág. 45. , ¡V. Bar
no fuese alcaide de alguna fortaleza, siendo di rachel, Preboste general,. «Capitanes de campaña
cho mando peculiar de los capitanes de peones. y otros ministros de justicia son obligados á pa
Más larde el capitán de dragones es inénos que el recer á lómenos una vez al dia dolante del maes
CAPITAN DE CORAZAS, V el CAPITAN DE GRANAOFROS TflÓS tro de campo general á recibir órdenes ó á darle
que el de fusileros: y para decidir tamañas com cuenta sí hay algo de consecuencia eom-
petencias funcionan gravemente los Consejos, quebrantamientos de órdenes, bandos, salva
llueven los alegatos y las reales órdenes. Esto guardias, alteraciones, etc.» Ibid. pág. 50. | Mar
ya pasa de pueril á ridiculo. cos de Isaba, que en su Cuerpo enfermo de. la mi
En cuanto al pié y fuehza de las compañías, licia española (4594! revela con crudeza los abu
ha variado desde los 500 hombres que tenían sos y descubre asquerosas llagas, la emprende
las capitanías ó batallas del Gran Capitán, como rudamente contra el capitán de campaña, cuyo
mitad de los 1000 que componían la coronelía, cargo en efecto debia ser ocaMonado. «Dónde se
batallón ó escuadrón, hasta ó'O, 40, 30 en los si lia visto, oido ni leido que un capitán de cam
glos XVII y XVIII, y en los pequeños batallones paña de los de agora, que paga Su Magestad, no
carlistas en la guerra ci\il de 1833 al 40. se ocupe, ni trabaje, ni emplee en otra cosa sino
Igual variedad en el número de compañías que con la gcnlc que se le paga vaya á correr la
componentes del tercio, y luego del batallón en campaña, asi amigos como enemigos, y traiga
el siglo XVIII. De 45, 13 y 12, se vino á 9, 8 y veinte y cinco ó treinta vacas, y otros cincuenta
6, que son las actuales ( 1 867; en armonía con carneros, los carros de heno y paja y que de y
la nueva táctica. Algunos autores (Osorio, Villa- ponga salvaguardias en los casares para que ca
Martín) prefiíeren la reducción á i. da dia contribuyan con el vino, cebada, gallinas,
fuese el lucro, fuese el honor, fuese el res tanto dinero para el Maese de Campo y después
CAPI — 227 — CAPI
en el cuartel de su tercio, metiendo tasa en el pan, tólicos en 29 noviembre 1494 á favor de Gonza
vino, carne y todo género de bastimentos con lo de Córdova para su expedición á Italia Va-
un pecho grandísimo que se venda para que el llecillo. [Legisl. mil. T. 6. pág. 271) dice: «Por
mísero y pobre soldado lo vaya á comprar» etc. quanto por algunas cosas complideras á servi
Más adelante ifól. 123 vto.) sigue: «El Capitán de cio de Dios é nuestro, é bien de nuestros reynos,
campaña haga su oficio, corra y asegure los ca é de nuestros subditos é naturales, Nos embia-
minos y no sirva de almotacén, ni componedor mos á voz Gonzalo Fernandez de Córdova, nues
de las villas, y en lugar de las vacas y carneros tro Capitán General al nuestro reyno de Sccilia ó
leña y heno, cebada, gallinas, gamos, vino y sal otras partes de Italia, é mandamos que vayan
vaguardias que da por el Maese de Campo, trai con vos las capitanías de Don Alvaro de Luna é de
ga los fugitivos, ladrones, robadores de caminos Don Luis Acuña ó vuestra, é de otras algu
y los que hacen ausencia de sus banderas y en nas capitanías de nuestras guardas, etc.
esto se ocupe. Y asi los soldados tendrán temor Capitanía general. El cargo, y el territorio en
en no salir sin licencia de sus alojamientos, y que manda un capitán general de distrito. Cuan
las villas y lugares se verán seguros, quietos y do no se habían hecho ciertos deslindes, que
pacíficos en sus labores y trabajosde los campos, hoy nos parecen óbvios, en la administración
y venido el tiempo cogerán sus frutos y provee DEL ESTADO, lOS CAPITANES GENERALES y VIRETES asu
rán el Ejército y estará todo abundante y el Mae mían casi la autoridad superior en todos los ra
se de Campo no tendrá mano á esas poquedades mos. El decreto de 1." enero 1762 y 8 febrero
en que mira y se emplea». Deplorando Bartolo 1800, continuaron organizando las oficinas ó se
mé Scarion, en su Doctrina militar (1598) fól. 73, cretarías; en 1816 se restringieron las facultades
la decadencia del cargo de capitán dice: «Otro in civiles, y en 1831 ya quedaron las capitanías ge
conveniente también hay y es que los capitanes nerales puramente militares. En 1833, hubo sec
ellos mismos se tienen en poco para no decir que ciones de plana mayor; y en 2 marzo 1842, por
se deshonran; pues algunos de ellos, poco consi la reorganización del cuerpo ya permanente de
derados, llaman al barrachel capitán de campa E. M. , este se encargó de las oficinas, creándose
ña: sabiendo que el oficio de barrachel es oficio en 16 febrero 1844, secciones archivos. Nuevas
bajo y de ninguna honra, pues no maneja sino reorganizaciones en 8 setiembre 1841 , en 3 se
grillos, sogas para atar, ahorcar, dar tratos, lle tiembre 1844, en 18 diciembre 1847, en 1 .° agos
var á galeras, azotai y otras semejantes cosas to 1848 modificaron nombres ó detalles. En 3
que no conviene hacerlas á ningún soldado hon noviembre 1859 se dividióla península en cinco
rado». Jorje Basta (Gob. de la cab. ligera. Ca grandes distritos militares, mandados por un
pitulo 4. pág. 30. 1612) dice: «Capitán decampa- general en jefe, y suprimidos éstos en 1865, si
ña en estos Países Bajos es lo mesmo que llaman guen las primitivas catorce capitanías generales
en Italia barrachel ó en Alemana preboste: ofi y las Comandancias del Campo de Gibraltar y
cio de tanta importancia, cuanto importa la jus Ceuta.—En cada provincia hay un Gobernador
ticia en un ejército, jpara abundar los víveres, militar, llamado ántes comandante general, de
tener buen número de guias, paisanos, el campo pendiente del CAPITAN general.
purgado de vagabundos, limpia la ca mpaña de
ladrones y salteadores para la seguridad y con CAPITULACION Antiguamente se llamaba
ducta de los vivanderos ó vendedores, el estar con así la «contrata» que hacían con el gobierno los
regimientos suizos (V. e. v.). Ordinariamente no
el ojo alerta para que sean observadas las órde
nes y bandos; pues poco ó ninguna cosa aprove tiene esta voz más acepción que en el caso de
cesar en la defensa una tropa que guarnece una
charía el hacerlos publicar, sino hubiese quien
plaza ó puesto fortificado. Las condiciones ó ca
los hiciese guardar Siendo como es 'el oficio
muy odioso, conviene ser muy discreto etc.» pítulos conque se rinde constituyen la capitu
lación, que es negociada por parlamentarios. Na
Caimtas ceneral. fV. General).
poleón I estatuye que no puede haber capitula
CAPITANÍA. Voz genérica con que hasta úl ción en campo raso; pero España, por fortuna,
timos del siglo XV y principios del XVI se de puede presentar laque lleva el nombre inmor
signó lo que ántes por la \oz compaña ó compañía: tal de Bailen. Lo mucho que sobre este espino
la reunión de soldados bajo el mando directo de so asunto se ha escrito es ocioso y algunas ve
un jefe independiente, la fracción táctica de ces absurdo. Sentar, por regla invariable, que
fuerza variable que hoy diriamos regimiento ó todo gobernador se ha de enterrar literalmente
batallo». En el título extendido por los Reyes Ca en los escombros de sus muros, como en Nu
CAPI — 228 — CAPO
mancia, es una ferocidad que ninguna falta ha CAPI7.ANA. Pieza de la barda ó armadura del
ce á las que desgraciadamente envuelve la guer caballo compuesta de varias launas ó láminas
ra. En esta, como en otras cosas, lo «absoluto» que se van sobreponiendo una á otra, y sirven
no es lo verdadero ni lo factible, y lo que con para cubrir y defender la parle superior del
exagerar se logra es extraviar la opinión. Capi cuello del caballo. Martínez del Romero [Glos.
tulaciones hay oportunas y muy honrosas: y del Cat. ¡le la R. Arm.) dice qne en ningún
muchas veces ni al ejército ni al estado con autor ha encontrado esta voz, pero que la adop-
vienen las defensas saguntinas que le privan de la por indicación del Conde de Clonard.
una guarnición brava ó le arruinan una ciudad CAPONA. La hombhera ó charretera sin fleco
floreciente. Lo que siempre importa es «dejar que empezó á usarse hácia 1812 por los subal
bien puesto el honor de las armas» y al abrirse ternos, imitando á los franceses, sin duda para
la trinchera ante una plaza, de sobra es cono hacer algún contrapeso al hombro guarnecido,
cido el espíritu de la guarnición y de su goberna puesto que la simetría perfecta no podía conse
dor, para que pueda dudarse si la rendición es guirse. En 1827 ya la adoptaron los cadete^, y
por flojedad, por traición ó por conveniencia más adelante los del golegio de Segovia llevaban
militar yá veces política. Es pues, injusto, atri en el hombro derecho una capona de oro y en el
buir á la voz capitulación ese sentido dudoso izquierdo otra de paño. Por On en la guerra ci
que tiene entre el vulgo, y es arriesgado por vil los jefes no quisieron ser menos, y sin que
otra parte penetrar en el laberinto casuístico de nadie lo mandase, todo el mundo se cubrió los
los asaltos que hayan de sufrirse ó de la «mag hombros con esta surpefluidad. En 1867 sólo
nitud de la brecha» que cubra la responsabilidad conservan caponas los oficiales de coraceros.
y el honor. Nada sobre este punto puede, ni I CAPONERA. Obra de fortificación que pri
debe formularse en la opinión, ni mucho menos mitivamente consistió en una simple estacada
en la ordenanza. Defensas y rendiciones gloriosas con aspilleras ó truneras para defender el foso.
ha habido con el muro intacto; al paso que gran Tomó ese nombre por su semejanza con la jaula
des brechas, accesibles á escuadrones en bata para encerrar y cebar capones, como lo prueban
lla, no han logrado disipar dudas en la opinión los textos siguientes. «... de las cuales (casama
pública, á pesar del fallo absolutorio del consejo tas en la contraescarpa) no usan los franceses,
de guerra. La ordenanza inculca, como debe, la j quienes, en lugar de éstas, hacen unas galerías
resolución y la entereza; pero cuando impone que atraviesan el foso correspondientes á la mi
su terrible precepto lo hace en la forma severa tad de las cortinas; á las qualcs llaman Capone
del art. 24. til. 17. trat. i.— «El oficial que ras por ser su hechura en forma de jaula». (Po-
tuviese orden de conservar su puesto á lodo cos ga y Rojas;. «Haciéndose ellos fuertes en cier
te, lo hará*. Esta es la ley. tas casamatas bajas en forma de galerías, ó como
No sabemos si está vigente ó derogada la desde entóneos las comenzaron á llamar) capo
orden que dio la regencia en 13 abril 1811 para ñeras». Coloma. G. de Flándes. lib. 8¡.
que en caso de unanimidad por capitulación en «Tarde cuanto pudiere
consejo de jefes «se junte después la clase de En reducirse al foso:
capitanes y sucesivamente la de tenientes y sub Defiéndale, si es seco,
tenientes, de forma que si un solo oficial opina Con cassamatas, cofres, caponeras».
se por continuar la defensa, tome éste 'aunque (Rebolledo. Silva militar, dist. 6. n. (i.).
sea el último de la guarniciónJ por el mismo he Zastrow en su Historia de la fortificación per
cho el mando con la propia autoridad que el go manen te, (T . 1. pág. 63 ) dice que no es cono
bernador ó comandante ». cido el inventor de las caponeras , que se propu
CAPÍTULO. Es muy frecuente oir «capítulos sieron en Italia hácia I 196 y que lo averiguado
de la Ordenanza» lo cual es inexacto: en 18(17 la es que en 1506 construyó caponeras el ingenie
Ordenanza vigente, como es sabido, no tiene ca ro italiano Pallavícini. En la moderna fortifica
pítulos, sino tratados, títulos y artículos. Sin I ción, singularmente en la escuela alemana las
embargo, la Ordenanza misma cae, por descui caponeras suelen ser obras grandiosas y perma
do, en esta incorrección, diciendo en el articulo nentes, que no se avienen por cierto con su mo
22, tit. 16, trat. 2: «El más grave cargo que se desta y primitiva denominación.
podrá hacer al coronel será el no dar (en la par- 1 CAPORAL. Vocablo de la baja latinidad que
te que le toca) puntual y literal cumplimiento á I sustituyó al decano, al decurión y se introdujo en
todos los capítulos de mis Ordenanzas ». el francés é italiano. Cabo de escuadra (V. e. v.
CAPS - 229 - GARA
—A primera vista parece que esta voz francesa to, comprimido este contra la chimenea se infla
debió introducirse con otras al advenimiento de ma y comunica el fuego á la pólvora.
la dinastía borbónica. La Ordenanza de 1701 di
ce: «Cualquiera soldado de infantería, caballería CAPTURAR. Es verbo forense, no militar. Lo
ó dragones que maltratase de obra al brigadier usarán la guardia civil ó las tropas de policía en
ó caporal de su compañía sera castigado de sentido de prender ó aprisionar delincuentes;
muerte». Pero la ley .'¡0. titulo 10. libro 2 de la pero no se dice, como en alguna parte hemos
Recopilación de Indias dice: «En cada uno haya leido, capturar, sino hacer, coger, prisioneros en
un terrero donde de ordinario se ejerciten en tirar acción de guerra.
los artilleros y soldados, dando premio á los que GAPUCHIXO. Variedad de carro ó carruaje
se aventajasen para que se hagan diestros y nom de trasporte en artillería.
bren el más hábil por caporal». Sandoval 'Histo
ria deCárlos V. lib. 9. párr. IOj: «Dispararon un CARA. En la antigua armadura llámase cara
tiro y con el mataron á un caporal de Don Her del almete todo lo que forma la visera ó las pie
nando». zas de que consta como la vista, el nasal, la ven-
Por mucho tiempo el ejército francés usó la tall. (Martz. del Romero. Glos. del Cat. de la
expresión e*pañola cap d' esquadre, ántes de R. Am).—En el baluarte, las caras son las dos
adoptar la vigente caporal en infantería, y co rectas que forman el ángulo saliente, ó flan
mo muestra de lo que son las lenguas y las eti queado. —Antiguamente en táctica c*ba y rostro
mologías, citaremos la de Bardin (Dict. art. Ca significaban lo que hoy frente, «zi medio dia se
poral, pág. 1068,: Le mol Caporal est derive, hallaron de cara ambos ejércitos, no habiendo
peut-élre. des mots espagnols fort anciens cabo- entre ellos algún impedimento fuera de una pe
ral, cabo, cabeza, plusieurs auteurs supposenl queña y libre llanura». Bas. Bares. G. de Flan-
au contraire qu' il vientde la langue italienne». des, lib. 3. pág. 62). «El que sin haber peleado ni
Efectivamente de ella viene; no hay más que visto la cara al enemigo libra sus esperanzas en
recordar el conocido verso: et favor». (Fernz. Navarrete. Conserv. de monar
«Un quídam caporal italiano». quías disc. 27;. —Hacer cara, hacer, dar frente;
La voz ha sido técnica y oficial á tem volver cara, volver grupas, volver la espalda;
poradas.. En el nombra -Miento del Duque de pero volver cara al enemigo es rehacerse, resta
Alba para Capitán general del ejercito de Flán- blecer el combate, pelear de nuevo. —Cara, co
des en 1507 se lee: «Y mandamos yá los mo adjétivo, se aplica á la victoria alcanzada á
Tenientes, Alféreces, Sargentos mayores y me mucha costa, con grandes esfuerzos pérdidas ó
nores, Capqrales», etc. Y las Ordenanzas de 1702 BAJAS.
dicen en su articulo 60:«Eneste número de sol CARARAGA. Nombre latino de una máquina
dados (de infantería) habrá seis Aventajados, tormentaria ó EXPUGNATOiiiA, que cita, pero no
bien entendido, tres Caporales y tres Lanspe- describe Sanuto flib. 3. part. 12.): «Feett erigí
sades ». phires carabagas projicientes magnos lapides...».
CAPOTE. Prenda de vestuario cuya defini Variedad de balista ó catapulta.
ción es inútil, pues la forma, paño ó color puede
variar mientras aquella se escribe. CARABINA. Voz, italiana al parecer, que
Cárlos Aquino [Lew. mil.) deriva del latin cara-
CAPSA DE PUENTE. Máquina antigua bus, que á su vez viene del griego, y que signi
(V. Gata). ficaba cárabo, pequeño barco hecho de mimbres
CAPSULA. Palabra enteramente latina que y cuero de donde viene también carabela. Fran
quiere decir caja pequeña. Hoy como técnica en camente, no sabemos cómo hayan podido enla
vez de la vulgar pistón. Las cápsulas fulminantes zarse ambas voces. (V. Carabino). En el dia es
para armas de percusión consisten en un peque arma portátil ó manual de fuego, con las mismas
ño cono truncado formado de una lámina de piezas que el fusil, aunque de menores dimen
cobre sumamente delgado, en cuyo fondo hay siones. Algunos pretenden que este nombre sir
un poco de fulminato de mercurio cubierto por ve exclusivamente para designar las nuevas ar
una gota de barniz, formado de alcohol y goma mas rayadas, pero no lo sancionan los reglamen
laca, para que lo defienda de la acción de la at tos ni la opinión general. Sigue, pues, la inde
mósfera; esta especie de sombrerete se coloca terminación de tener dos nombres la misma cosa.
en la chimenea del fusil, y como al caer el gatillo Y como en el articulo Artillería y singular mente
percute por la parle posterior en que está el mix en el articulo Fusil se ha procurado resumir lo
GARA — 230 — GARA
más importante «histórico y técnico,» allí puede toridad en la materia, dice en su Gobierno de la
acudir el lector. caballería ligera fpág. 49) « y para concluir
CARABINAZO. Puede ser el golpe y herida brevemente esta materia, el arcabucero ó cara-
con la bala disparada por la carabina; el golpe bin,inventado en el Piamonte para asaltar y des
contundentb con esta arma; el estruendo ó deto alojar de los villajes y sus contornos las compa
nación al disparar. ñías de caballos enemigos. Aunque es así que
buena parte de sus facciones son conseguidas á
CARABINERO. Originariamente el soldado pié, como es defender algunos pasos, muchas
armado de carabina. En 1768 la caballería te otras consisten en la presteza y velocidad, se
nia cuatro en cada una de las tres compañías de gún se experimenta en el socorro de las plazas,
cada escuadrón, que eran soldados de preferen en las corredurías, dar alcance al que huye y
cia. En este siglo, por rutinas de organización, otras semejantes. Será pues armado este tal con
los regimientos de infantería ligera, cuya dife espada corta, el arcabuz por lo menos de tres
rencia con los de línea, se reducía á los vivos piés de largo que tira una onza de bala, y en
amarilloso blancos, queriendo también tenersus plaza (en vez; de fiasco, tenga ligado un estucho
compañías de preferencia, en vez de granaderos ó funda de cuero sobre el muslo derecho, con
y cazadores, se llamaban carabineros y tirado doce cargas y la bala á la punta de la carga, se
res, usando por supuesto idéntico fusil. En gún usan los ferreruelos; y otro estucho con
1849 los coraceros se llamaron carabineros, sin seis cargas atacado al aforro del arzón y la llave
usar carabina; para copiar sin duda á los fran servirá de flasquillo para el polvorín, de la cual
ceses que llamaban así á dos regimientos de co
suerte estará más hábil para poner el pié en
raceros, que tampoco llevaban carabina, pero tierra, pasar bosques sin embarazarse en los
si la coraza y el casco «amarillos», lo cual siem cordones, y más diestro en cargar el arcabuz y
pre es «distinción», que es lo deseado. Una bri rodear con presteza al cuerpo de las lanzas ó
gada de carabineros reales, creada por Felipe V de otras armas que le sustenten y defiendan.
en 1730 y disuelta en 7 julio 1822, fué brillante Débese prohibir no venir jamás al golpe de es
cuerpo de casa real. En el dia, que todos usan pada, como cuerpo desarmado, escepto cuando
realmente carabina, no quedan más carabineros no puedo de otra manera defenderse ó bien si
que los <lel Reino, cuerpo destinado á la perse guiendo al enemigo. Algunos los quieren con
cución del contrabando, creado en 9 marzo 1829 peto á prueba y morrión con quo pueda aguardar
con el nombre de carabineros de costas t fron un encuentro de lanza ó tiro de pistola. Empero
teras, que se cambió en 25 noviembre 1834 por me parece que no sólo confunden el oficio, más
el de carabineros de hacienda, y luego ha tenido ánles lo corrompen mientras andan procurando
varias reorganizaciones, singularmente en 31 tantos servicios de un solo sugeto: sin mirar lo
enero 1854 y 26 setiembre 1865. privan de su propia destreza, calidad propia pa
CARABINO. Una de tantas «variedades», ó ra cargar presto, apearse, subir á caballo y dar
por mejor decir, de tantos «nombres» que ha vueltas á una parte y áolra».
tenido la especie ó instituto de caballería llama «En cuanto al caballo, algunos son de opi
da ligera (V. y comp. Arcabucero, Argulete, Cape- nión que no sea de precio, porque temeroso de
lete, Cazador, Dragón , Escopetero, Estradiote, perderlo no será tan pronto en apearse: razón
Herrkri elo, Reitre, etc.) Todos ellos, nombres verdaderamente frivola, pues supone se admiten
en general que fué tomando el jinete con arma personasen el servicio que miran más á su in
de fuego, por oposición al que las llevaba blan terés que á la honra. No ignorando nadie que
cas solamente.—Montgomery dice, no sabemos quien debe servir de explorador y tomar lengua
por qué, que los españoles «inventaron» los ca- hará mejor servicio y con mayor ánimo hallán
rauinos; pero más peregrino es Terreros afir dose bien á caballo Conjeturo de todas estas
mando en su Diccionario que carabinero viene cosas que la principal calidad de un arcabucero
de cara en castellano y binus en latín, á causa de á caballo ha de ser el ser mancebo robusto)
de los dos modos que usaban en la pelea, ya consistiendo su modo de proceder en gran des
acometiendo, ya retirándose. Esta sandez ha te treza. Por lo cual los Walones y Borgoñones son
nido el honor de ser aceptada por dos franceses en tal genero de armas más á propósito que el
eruditos, Gata y Ganeau. Bardin dice que viene Español ó Italiano; porque de estos últimos ha
del árabe karab, que significó entre los moros ciendo profesión su nobleza de servir en la In
españoles combate ó arma.—El carabino fué el fantería si algunos siguen la caballería, es des
dragón primitivo. Jorje Basta , que debe ser au pués de verse cansados de andar á pié y de no
GARA — 231 — GARA
haber podido hacer algún progreso en la Infan mostraron tan intrépidos á recibir el assalto de
tería, etc.» los enemigos que el Príncipe y el Almirante,
Para disipar toda duda sobre la identidad ó los cuales, con un escuadrón de 600 cavallos,
semejanza que queda enunciada, añadamos este se avian acercado á la retaguardia, caracoleando
otro texto: «Para lo qual juntándose con el con y girando por la campaña, no osaron envestir
de de Agamont, que conducía de Flándes mil y al batallón, que con estrechísima ordenanca, vi
quinientas lanzas y quatrocientoscarabinos (son brando ferozmente las astas, mostrara temer
estos carabineros á caballo; y habiéndose unido poco la furia de sus cavallos Dispararon los
ron él dos dias después el coronel San Polo, que Ugonotes algunos arcabuzazos, mostrando travar
truxo de Lorena mil y doscientos cavados y dos la batalla; pero uiendo la resolución de los es
mil infantes tudescos, marchó sin dilaciones á guazaros bolvieron á retirarse y á hazer caraco
levantar el cerco de la ciudad de Dreux y venir les por la campaña». (Davila. G. civ.de Francia.
á la experiencia de la batalla.—Estaba la cava- libro 4). «Esta fué la mayor arremetida que se
lleria flamenca bien proveyda de cavallos y hizo, que las demás todas fueron amenazas va
pomposamente adornada de sedas y oro; pero nas y caracoles sin provecho». (Coloma. G. de
en comparación de la nobleza francesa era me Flándes. lib. 7). « marchaban las demás tro
nos estimada: al contrario los carabinos, arma pas en escuadronemos cerrados, haciendo cara
dos de peto y de morrión, en caballos de media coles y parándose de rato en rato, como desa
na altura, prontos y experimentados, no sólote- fiando al enemigo » (id. ibid.) «Y es mucho de
nian reputación con los suyos, sino, lo que im ver cuando alguno de estos sargentos, capitanes ó
porta más, causavan temor á los enemigos». maestres de campo guia un caracol cerrado, y
Davila. Traducción de Vahen. Guerras civiles de al tiempo de deshacerle, verle que no atina más
Francia, libro 11). á salir dél que si se hallase en el centro del la
CARABONELA. Se lee en el Diccionario de berinto de Creta, ó en el buche de la ballena
D' W. R.: ^Guarnición ó adorno del yelmo, que que tragó al profeta Jonás». (Eug. de Salazar.
se supone estaba compuesto de carbunclos in Cartas, pág. 16).
crustados en el, pues no encontramos la expli CARACTER. Del griego y latín c/wracípr. En
cación exacta en ninguna de las muchas obras la parle espiritual del hombre viene á ser lo que
que hemos consultado». Para nosotros esta es ta la fisonomía en la corporal: el sello, el fondo, la
primera y única noticia de tal voz. distinción moral del individuo. Los numerosos
CARACOL. CARACOLEAR. Palabras espa adjetivos que califican este sustantivo, muestran
ñolas procedentes, según Uaneau, del árabe ca- la infinita variedad de caracteres, ó genios, ó
rac, dar vueltas á la redonda; según Roquf.fort inclinaciones, ó «maneras de ser» del hombre.
de carcasa; según Covarrubias, que cita á Giudix Aquí sólo mencionamos el carácter como una
y Tamarit, del árabe garacol. El Diccionario de recomendable cualidad militar, que comprende
la Academia da el sentido exclusivo de ejercicio un conjunto, algo indefinido, de otras cualida
de picadero: «Las vueltas y tornos que se hacen des como: nobleza, energía, entereza, constancia,
con los caballos, corriendo ó despacio según fortaleza, severidad, austeridad, etc. Si algo hay
conviene. Hacer caracoles: dar vueltas á una inconcebible es un militar sin carácter, es decir,
parte y á otra torciendo el camino». Antigua sin ('personalidad propia», sin conciencia ínti
mente era una evolución táctica de la caballería ma de las diferentes situaciones en que le colo
ligera, que consistía en desfilar por un flanco, can sus vicisitudes. En general puede afirmarse
describiendo un circulo ó parte de él. El uso de que la insubordinación y la indisciplina, estas dos
las wíua- db fuego á caballo, tan común y exa terribles enfermedades morales de un ejército,
gerado ántes del siglo XVIII, requería este mo proceden «en su origen» de la falta de carácter
vimiento para despejar sucesivamente el frente en los principales jefes. Los que no profundizan
de las filas, que eran más de dos, al avanzar suelen aventurar exageraciones que tienden á
para hacer fuego. Esta evolución, que por su ín confundir el militar con el jesuíta, porque aquel
dole no admitía gran regularidad, degeneraba hace voló, aunque no religioso, de obediencia:
en escaramuza, más ó ménos desordenada é indi si asi fuese, bastaría sustituir la campana con
vidual, que expresa bien nuestro verbo actual un tambor. Algo, pues debe haber en la obe
caracolear, y que ya en el siglo XVII admitía diencia militar, que exige, por contrapeso, esa
ese significado. «Detuvieron los esguizuros la or gran cualidad que se llama carácter de mando,
denanza ¡columna; é inclinadas las picas, se sin la cual en momentos críticos son vanas las
GARA — 232 — GARG
LF.vEs penales con toda su dureza. Y decimos ca neral de Provincia, y de General en jefe de
rácter de mando, porque en un ejército, si bien Ejército el otro, se dirá que á la representación
todos obedeces, muchos también mandan desde el igual que les da su grado común, reúnen res
cabo al general. Hasta para obedecer se necesita pectivamente el carácter propio del cargo que
carácter, aunque parezca que no. Obsérvese en desempeñan, o sea en el caso supuesto el de Ca
lo más automático, en un batallón haciendo e' pitán General de Provincia el uno y el de Gene
ejercicio: si el comandante es vigoroso y entona ral en jefe de tal Ejército el otro». i Vallecillo.
bien la voz, parece que la tropa responde á sus Com. d las Ord. pág. 102).
vibraciones con brío, soltura y marcialidad: pero CARASOL. Voz provincial de Navarra y Ara
es porque esa tropa tiene a su vez carácter al gón que significa solana ó terreno expuesto al
obedecer, es decir, predisposición a recibir la Sur ó mediodía. No está en Dice. Acad.
trasmisión de la voz de mando, capacidad para CARCAJADA. La dotación de un carcax
comprender que allí se pide atención, uniformi «ó bien ballesta de acero de tres libras con una
dad, voluntad combinada. El mismo jefe, por carcajada de pasa lores y casquete», etc. {Siglo
muchos gritos que dé ante otro batallón flojo, XV. Reyes Católic.) (V. Aljaba, GoldreJ.
desidioso, indiferente, no lucirá mucho. Ahora CARCAMl SA. Nombre que en la baja lati
bien: si el soldado es el mismo en ambos bata nidad dan algunos escritores á una maquina po-
llones, es evidente que los defectos del segundo liorcética semejante al ariete. (C. Aquino Lexic.
los ha dejado nacer ó crecer el jefe: y quizá so militaris). El monge Abon dice: «.Arieles carca-
lamente por flojedad de carácter, por falta depre- mussas vulgo nomínalas», en su relación del
severancía, ó de insistencia; por alternaliims de
sitio de París en 886.
conducta; por indulgencia inoportuna que llegan
un dia á hacerle perder, no la autoridad ni el res CARCASA. Quizá venga de carcax, en su
peto en el fondo, sino eso otro que solemos llamar acepción genérica de funda, estuche. Artificio
hoy respetabilidad. De ahi que al querer reco incendiario, de figura oblonga ó esférica, com
brarla por intervalos, y con esfuerzos intermi puesto de dos ó tres granadas, y una masa de
tentes haya sacudidas ó tropezones, y use casti estopa embebida en aceite, pez, trementina y
gos que no necesitaría con firmeza de carácter. otras materias combustibles; todo lo cual se en
El carácter es propiedad tan nativa, tan indivi vuelve en una tela embreada y se pone en una
dual, que no lo pueden imprimir y prestar ni la especie de linterna, guarnecida por lodos sus
condición aristocrática, ni el saber, ni la Orde estremos de unas fajas de hierro, con sus abra
nanza, ni las divisas. Es preciso tenerlo y mani zaderas que la sostienen de arriba abajo. Las
festarlo en el continuo roce con los hombres, y abrazaderas son también reforzadas pordos cír
puestoque no hay reglas para «adquirirlo» bas" culos de hierro que las cercan: á una de las fa
ta con esta larga definición.—En otro sentido, jas de hierro se adapta un anillo á fin de poder
carácter militar es pura distinción del carácter la levantar con facilidad: en la otra faja hay un
ó estado civil; y también se dice carácter de in agujero que sirve de fogón. Se tiran como las
fantería el grado superior al del cuerpo, en los bombas á los parajes que se intenta q uemar y
facultativos. Un escritor, no muy amigo de se carga en obús y en mortero según su diáme
ellos, dice lo siguiente: «El carácter, según el tro. Las carcasas más comunmente usadas son
uso que las Ordenanzas hacen de esta voz, es la las que tienen su armazón de hierro balido: el
representación gerárquica que dan, no sólo los fondo es un pialo cóncavo de diez pulgadas de
grados de ejercicio, sino los grados á ellos su diámetro, sobre el cual forman una especie de
periores, en cuya virtud un oficial de grado elipsoide dos ó tres barretas que, cruzándose
efectivo de Teniente Coronel, tiene el carácter del igualmente, se terminan y enlazan en el borde
Teniente Coronel; pero si además del grado de del plato: su peso ordinario es de 18 á ií libras;
ejercicio goza el de Coronel, se dirá entonces aunque también las hay de 50 basta 230. La in.
que tiene, no el carácter del grado que ejerce, vención de la carcasa es más moderna que la
sino el del grado superior de que está revestido; de la bomba, y en el dia sólo se usan las esféri
en cuyo igual caso se encuentran los Oficiales cas, generalmente para iluminación.
de todas graduaciones que desempeñan cargos, CARCAVA. Antiguamente foso y_ trinchera.
quienes sobre el carácter de sus respectivos gra «E luego que assossegada fuere ta hueste deben
dos, tienen el correspondiente á aquellos, como facer entre si é los de dentro cárcava en derre
por ejemplo. De dos Tenientes generales, de los dor, porque los de la villa non les puedan dar
que desempeñe el uno el cargo de Capitán Ge rebato». [Partida 2.a tit. 23. ley 23). Diccionario
GARG — 233 — GARG
de la Academia 5 da: «la zanja ó foso hecho para blanca, que á la sazón era la espada. También la
defensa». Diccionario de la Academia de la His carga de la caballería, como hoy se entiende, es
toria escribe Carcasa y dice: «Barranco que van relativamente moderna, pues no va mucho más
formando en la tierra las avenidas impetuosas allá de Federico II de Prusia. Antes de él la caba
de los torrentes». llería CERRABA, SÍ, COI) ESPADA Ó LANZA; pero MUIS
general era en la táctica del siglo XVII caraco
CARCAVEAR. Atrincherar el campo, rodear
lear (V. e. v.) hacer fuego avanzando y retroce
lo de foso. «Carcavear debe el cabdillo la hues
diendo en seguida. La velocidad, el impulso, el
te en derredor, cuando supiere que allí han de
choque de la masa no se tenían en mucho. Hoy las
facer morada luenga en algund lugar». (Part-
locuciones carga á fondo, de petral, expresan la
2.* tit 23. ley 21).
idea de refriega, pelea. Tanto en infantería como
CARCAVON. Sima muy honda, y por exten en caballería, paso de carga indica, materialmen
sión los grandes barrancos que hacen las aveni te, celeridad, moralmente brío, ardor. Con el sus
das en la tierra movediza. Dice. Acad. Hist. es tantivo carga, en sentido de ataque, se usan los
cribe CARCABON. verbos—amagar—consumar— dar—.ejecutar —
rastrar—intentar—¡r—llevar—proteger — pre
CARCAX ó CARCAGE. Del griego char-
parar—recibir — rechazar—repeler— sostener—
chesium segun Covarrcbias, y del griego tarca-
volver. Y no puede, sin embargo, decirse tropa
sion segun Clonard (T. I. pág. 402) y del bajo
¡ cargadora ó cargante (V. Atacar.) Hay en carga
latin carcasium, segun Bardin. La caja, estuche
\ algo de muchedumbre, de superioridad mani
ó funda en que se llevaban las saetas ó flecha8
que se disparaban con el arco. En latin pharetra fiesta, abrumadora (V. Arremeter). Asi se dice
(V. Faketka ¡.—En el antiguo reglamento de ca cargar gente, por acumular, aglomerar. —Tam
ballería se llama carcax, á diferencia de porta- bién carga fué sinónimo de disparo, de lo que hoy
decimos descarga. El Dice. Acad. 5. da: carga
mosqueton, la pieza de cuero unida á la silla de
cerrada «la descarga general que hace una tro
montar, en que entra la culata en vez de la bo
pa». Y el clásico Coloma [Guer. de Flánd. lib. 2J
ca de la carabina.
«Plantada la artillería y ciego el foso, se les avi
CARGA. CARGAR. Covarrubias lo trae del só si querían rendirse ántes de dar la primera
italiano carica; Bardin del celta carg; Boquefort carga tde hacer fuego)». Pero el mismo Coloma
del latín cargia. La cantidad, pequeña ó grande, (Ibid. lib. 6.) le da la actual acepción: «De tal
de pólvora, con ó sin proyectiles, que se echa y manera cargaron al enemigo que, obligándole á
ataca en el cañón de un arma de fuego, ó se po volver del todo las espaldas, degollaron sesenta
ne en la cámara de una mina.—Carga es también y prendieron treinta y cuatro». Y Mendoza [Guer
la acción de «poner la carga», de introducirla y ra de Gran. lib. 2. núm. i.) también dice: «Por
acomodarla en el arma de fuego. Antes se com ser los enemigos muchos y la gente poca, ni se
plicaba inútilmente la instrucción dkl recluta atrevía á scguillos por que no le cargasen».
con la carga apresurada (que ninguna «prisa,, Existe alguna diferencia, aunque sutil, entre
mostraba por cierto) la carga Á discreción: hoy cargar y cerrar, como se ve en este párrafo de
basta con la carga elemental. Se caiiga también, Coloma, describiendo el desastre del conde de
como queda dicho, un hornillo, un petardo. — Varas (1597;: «Mas no se les dió este lugar; por
Hay carga de acémila, de cartuchos para indicar que rotas nuestras tres compañías de caballos,
aproximadamente el volumen y peso.—También sin que les valiese á Nicolo Basta y Juan de Guz-
es carga el tributo, imposición, pecho, grava man el cerrar tan determinadamente con toda la
men; y segun el Dice. Acad. metafóricamente «la caballería enemiga, que casi le hicieron volver
obligación que se contrae por razón del estado, las espaldas, cargaron al fin los enemigos sobre
empleo ú oficio». El militar, por consiguiente, ella y atrepellaron tan bien á los waloncs, que
menos que nadie, debe «echarse con la carga, ni al momento, arrojadas las armas, se rindieron al
soltar la carga».—En otro sentido, carga es lo enemigo». (G. de Flándes. lib. 9).
mismo que ataque, acometida, arremetida, embes Cuando no nos habíamos sometido los espa
tida. Cargan la infantería y la caballería: aquella ñoles á esas estrecheces de lenguaje inevitables
hoy carga, ataca, embiste Á la bayoneta. Segun en francés, tenia el verbo cargar expresivas apli
dicen, la primera carga a la bayoneta se dió en caciones fuera de la milicia. Por ejemplo, en este
la batalla de Spira en 1703. Evidentemente, pasaje del Quijote (part. 2. cap. 83): «Ande, se
mientras «no hubo» bayoneta, nial se podía car ñor Gobernador, dijo otro, que másel miedo que
gar con ella: se cargara, ó se cerraba al arma las tablas le impiden el paso: acabe y menéese
30
GARG _ 234 _ GARR
que es tarde, y los enemigos crecen, y las voces CARGUEN. Voz ejecutiva de la carga regla
se aumentan, y el peligro carga...... « Aquí mentaria de ARMA DE FUEGO.
de los nuestros que por esta parte cargan más los CARNE DE CAÑON. Metáfora brutal con
enemigos». O en este otro: «Estaba el tiempo ya que se designa á la tropa que algún jefe incon
tan adelante y comenzaban las aguas á cargar de siderado expone al peligro inútilmente.—Tam
suerle, que fué fuerza tratar de sacar la gente de bién, hacer carne, tomado de las fieras, es hacer
aquel puesto, pues si lo dilatare, fuera imposi destrozo, carnicería, riza. — «Poner toda la car
ble retirar el bagaje». (Coloma, fí. de Fldnd, I. 6). ne en el asador» es, según Dice. Acad. «arries
CARGADOR. La artillería y los ingenieros gar de una vez cuanto se tiene, sin reservar
usan con este nombre varios aparatos, entre ellos nada». El buen táctico debe mirarse mucho en
el cargador de cartuchos de armas portátiles, que esto.
se reduce á un cajón preparado para rellenar las CAR ÑERO. El ariete fV. e. v.) en castellano.
vainas de los cartuchos, y el cargador de contra
CARNICERIA. Ponderación de derrota, des
pozo lOS MINADORES. trozo, matanza en una acción de guerra. «No
CARGAR. (V. Carga.) faltaba durante este tiempo quien murmurase
CARGAREME. Recibo, resguardo. de la empresa (el célebre sitio de Cambray) lla
CARGO. No es sinónimo de empleo en la mili mándola imposible, temeraria y carnicería de
cia, pues esta última voz designa gerarqüía y soldados: que este peligro tienen las resolucio
efectividad en un grado. Un capitán, cuyo CAUCO nes gallardas emprendidas contra el parecer de
habitual es mandaruna compañía, puede, en su los más...... (Coloma. G. de Flándes. lib. 8.).
empleo, prestarotro servicio, desempeñarotrocAR- CARPETA NO. Lo perteneciente al antiguo
go.—En contabilidad se usa en la acepción vul reino, y actual provincia, de Toledo, llamada
gar.—Vallecillo, on sus Com. á las Ord. T. I. no Carpetania. —La cordillera central de Guadar
sabemos si esclarece ú oscurece con este párra rama es llamada por unos carpetana, por otros
fo que se copia textual: «Militarmente hablando CARPKTO-VETÓNICA.
se abona en el haber, ó ha de haber de los ajus
tes de cuentas las cantidades que los individuos CARPIR. Dice. Acad. o, lo da como anticua
devengan, y se carga en el debe de los mismos do, reñir, pelear.
cuanto aquellos reciben en metálico ó efectos. CARRACA. Se llamaba antiguamente asi el
Comparando luego el debe con el haber, ó sea sitio donde se construían y pertrechaban los ba
los abonos con los cargos, resulta, después de jeles. Todavía conserva este, nombre el Arsenal
deducir la diferencia, si el individuo sujeto del de Cádiz ¡Dice. Acad. Hist;.
ajuste, alcanza ó debe, ó lo que es igual; si el CARRACO. Nombre del campamento de los
abono es mayor que el cargo, se dice que alcan godos, formando con carros (V. e. v.) como el
za, y si por el contrario, es este mayor que aquel de todos los ejércitos bárbaros. Del bajo latín
que debe. Enterado después el interesado, del carriagium, del que los italianos tienen car-
ajuste, se da ó no por satisfecho de él, según le riaggio. Sin embargo, estos carros en España
encuentra ó no arreglado; siendo esta la razón de ¿por que caminos transitarían?
que al leerse por quien corrresponde la distri
bución mensual en las compañías, contesten los CARRERA. El primer significado en el anti
individuos que nada tienen que objetar, satisfe. guo romance castellano fué camino carretero, ó
cho. Por manera, que abono quiere decir dere por donde transitan carros. De carro se dijo
cho reconocido para pagar; cargo significa pago corruptamente, en la baja latinidad, carrerium
verificado; alcance, abono no pagado; débito, carena. En el Poema del Cid se lee [vers. 1284):
pago no abonado ó superior al abono, y satisfac «Ciento ommes le dio Myo Cid á Albar Fanez
ción, aprobación del ajuste ó conformidad con él. por servirle en la carrera». Y en el Libro de
Es frecuente, pues, que un individuo esté satis Alexandre. también se lee:
fecho de su ajuste aunque no haya cobrado, y «Teniendo su carrera que avien compecada
por el contrario, que no lo esté otro que haya ¡ Tronaron los Acephalos, vente doscabezada»
recibido el importe de su alcance.—Hacerse car Hoy, metafóricamente, carrera es el curso
go de un regimiento, de una plaza, es entrar en y duración de la vida y de la profesión de las
funciones de coronel ó gobernador.—Cargo, con- armas. Carrera brillante; hacer carrera; mili"
esion con cargos: la culpa ó delilo que resulta tar de carrera; atrasado en la carrera.—Ejer
unVra el acusado en un proceso. cicio gimnástico, paso acelerado hasta el extremo.
GARR — 235 — GARR
•A carrera abierta ó tendida».—Formación de ho vención á Erichton rey de Atenas , contempo
nor en dos filas, dándose frente. «Cubrir, for ráneo de Hércules, que por este y otros descu
mar la carrera». —Estar de carrera, escoltar el brimientos mereció ser deificado. Virgilio con
coche del Rey la caballería de guardia en pala sagra esta tradición:
cio.—Carrera de raquetas (V. e. v.). «Pritnus Erichtonues currus et quatuor aussus».
CARRETERA. Actualmente es el camino an «íungere equos rapideique. rotis insistere victorn.
cho y espacioso construido con arreglo á la cien Es cosa averiguada que los griegos montaron
cia. Las hay de tres órdenes, según las dimen en carros, hasta que los scitas ó tártaros les en
siones. Se distingue del camino carretero, en que señaron á ponerse á horcajadas (V. Caballería).
este, por el contrario, nada debe á la ciencia, ni En la táctica romana, y en las raras ocasiones en
i los ingenieros, sinoá los carros que alternati que los legionarios tuvieron que habérselas con
vamente alo forman y lo destruyen» según las carros de combate ó falcados, no usaron más
estaciones. expediente que el sencillísimo de abrirse y de
jarlos pasar en su violenta carrera, como se
CARRETON. Ayora en sus Cartas usa esta cuenta del ejército de Lúculo al frente del de
voz como afuste, cureña ó montaje. En este sen Tigrones. Y con tanta serenidad se hacia esta
tido lada, como anticuada, Dice. Acad. 5.—Tam maniobra, que los romanos, ni más ni ménos que
bién Sandoval [Hist. de Cárlos V. lib. I. párra en los juegos del circo, gritaban alegremente
fo 40.): «Era lástima ver tirará unos los carreto «que suelten otro». Evidentemente, desde que
nes de la artillería, á otros cargados de barriles la guerra se hizo arte, y desde que el terreno
de pólvora, otros con las pelotas á cuestas y entró por algo, estos carros fueron inútiles ó ri
otros allanando el camino». (V. Caja, Carriño). dículos. Sin embargo, hoy que disponemos del
CARRIL. ->La señal honda que dejan en el vapor, no debemos reírnos de una propuesta que
suelo las ruedas de un carro. Lo mismo que años há hizo un inglés de resucitar en algún ca
carrilada.—También en algunas provincias el so el carro de guerra. —Por lo demás el carra
camino no muy ancho ni cómodo, en que ape co (V. e. v.) el atrincheramiento con carros, es
nas cabe un carro». (Dice. Acad. 5). —Artille instintivo y por lo tanto antiquísimo en las hor
ría de carril estrecho se llamó en la última das nómadas. Los galos lo usaron contra César, y
guerra civil, á la que se le disminuyó la batalla hoy lo usan los pueblos del Asia, como nosotros
ó distancia entre las ruedas para poder transitar también en la defensa de un convoy.—La ar
por carril ó camino estrecho de países fragosos tillería tiene, ó tenía, carros de varias formas
y quebrados.—En el dia la voz compuesta fer y usos. Carro capuchino ó cubierto. Carro fuer
ro-carril deja anticuadas las anteriores acep te y angosto con dos ruedas: su arcon ¡sostenido
ciones. sobre sopandas, asegurado con cadenas á los án
CARRILLERAS. En el casco y morrión las cor gulos y con el competente herrage, tiene varias
reas cubiertas de pequeñas chapas ó escamas de divisiones para la colocación de ,los cartuchos
metal que lo sujetan por debajo de la barba. lanzafuegos y estopines, y su cubierta es trian
Barboquejo (V. e. v.) indica la correa sencilla ó gular en forma de cubichete. Los habia anti
sin cubrir.—En la cabezada de la brida las dos guos con varas y modernos con lanza y balanci
correas laterales que sostienen el bocado llama nes.—Carro balero. Carro fuerte de cuatro rue
das también montantes ó tentemozos. das en forma de cajón: se usaba antiguamente pa
ra trasportar municiones; posteriormente le ha
CARRIÑO. Voz que usa Lechuga {Utro. de sustituido la galera.—Carro catalán. La primi
campo gral. pág. 183) como sinónima y ante tiva y sencilla armazón de tablas ó maderas en
rior á avantrén, que principió á usarse en Flán- forma de andasó decajon rectangular puesto so
des. «La caxa (V. Cureña) que es en la que se bre un eje con dos ruedas.—Carro db municio
pone la pieca de artillería, si es de canon tiene nes. El que acompaña á cada pieza en las bate
de largo Ib piés estando para hacer efecto óen- rías de ^batalla. —Carro fuerte. Carro grande
cima de muralla y porque esta no se puede con con cuatro ruedas y lanza guarnecido con su
la pieca, ni sin ella lleuar sino es poniendo de competente herrage algo recargado que sirve pa
lante dos ruedas con su timón que llaman car- ra conducir la artillería de grueso calibre á gran
riño y aquí Avantrem ». des distancias,—Carromato. El de dos ruedas y
CARRO. Del lalin carrum ó carrus corrupción varas cuyo asiento suele ser de cuerdas y es ar
de currus. —Los carros de combate remontan á rastrado por una ó más caballerías en reata.—
la más alta antigüedad, pues se atribuye su in En la milicia romana el carro triunfal era el que
GARR — 236 — GART
conducía al general vencedor (V. Triunfo). —Los que se lleva en la cartera. La ley 10. título 8."
iNGEMEiiosdistinguen carro de puente, en el que va de la Recopilación prohibe ya el envió de car
un elemento ó aparejos para echarlo, de carro- teles. —En la Ordenanza militar de 1702 se da á
puente, aparato, más ó menos complicado, que la voz cartel el significado de condiciones es
es puente y carro á la vez: puente con ruedas critas para el cange de prisioneros.
para fosos ó arroyos. CARTERA. Cierto adorno con vivos en los
CARUOBALISTA. Balista montada sobre- faldones y mangas de la casaca. Subsiste la fa
ruedas, por oposición á hanobausta. mosa cartera valona con numerosos botones en
las de ingenieros y artilleros (1867).
CARROÑADA. Nombre de un antiguo ca
ñón de hierro colado, corto y de varios calibres, CARTERO. El caro que reparte las cartas.
usado por la marina; que tomó este nombre, CARTILLA. Nombre genérico de todo libro
según dicen, por haber sido fundido primera pequeño, en que llana y concisamente se ex
mente en Garrón, pueblo de Escocia. plica al soldado algo de su obligación. De sar
gento arriba toma el nombre de manual. Así co
CARRUAJE. Ha significado militarmente el mo la instrucción primaria da la medida de la
conjunto do carros y bagajes. Del bajo latin car-
civilización de un pueblo, asi el número de car
rogo, carraginis, de donde sale el carriaggio de
tillas y manuales revela el estado de la instruc
los italianos y las voces latino-bárbaras carreda,
ción do un ejército.
carréela, carroccium, canino, carretum, carre-
gium, carragium. «Siguió á la vanguardia todo CARTUCHERA, La caja de varias formas y
el carruaje, tras él quinientos alemanes con el materias, pero generalmente de hoja de lata,
coronel Curcio y luego consecutivamente toda forrada de badana y con lapa desuela, destina
la artillería...». (Coloma. G. de FIdndes. Hb. 71. da á llevar el soldado sus cartuchos.—Valleci-
llo [Com. á tos Ord. ) afirma que hasta las Or
CARTA. Galicismo intolerable, inútil, tenien denanzas de 1728 no se fijó definitivamente el
do la voz mapa. Los oficiales que levantan el de sentido de las dos voces cartuchera y cartucho,
España, al sustituir en 1853 á la Comisión de usadas hasta entónces sin distinción. Pero falta
la Carta geológica, que radicaba en el ministe saber con fijeza si se distinguía la cartuchera
rio de Fomento, tuvieron el buen gusto de lla «pendiente del hombro» de la CANANA «sujeta á la
marse: «Comisión encargada de formar el Mapa cintura», que problemenle seria la llamada
de España». A pesar de esta sanción oficial, con cartucho. (V. Cacerina).
tinúa diciéndose carta, por ser más francés, y
cartografía, y cartógrafo. (V. Topografía;.—Car CARTUCHO Parece que debe provenir del
ta blanca. Facultades extraordinarias que se dan italiano carloceio, cucurucho de papel; pero en
á un general ó jefe. el Ordenamiento de Sevilla , articulo Correeros,
se lee: «Lo tercero una aljaba de tabla con sus
CARTABON. Instrumento algo primitivo y cachuchos é mantillos, é bolsa, según pertenecen
tosco que se usa en topografía, ó más bien en para ser perfecta » y en el siglo XVI se lla
agrimensura, por lo que también se llama es maba cachucho al cartucho, como lo afirma Don
cuadra de agrimensor. De modo que la antigua Bernardino de Mendoza [Teór. y práct. pág. 150):
frase echar el cartabón, con que todavía se za «los artilleros hacen cachuchos ó sacos para
hiere á los generales y oficiales facultativos, no cargar más fácilmente y apresurar las rucia
envuelve por cierto gran aparato ni pretensio das». Lázaro de la Isla {Breve trat. de art. 1595
nes. En suma «echar el cartabón» es, según fól. 43 vto.^ dice: «Para las piezas que ti
Dice. Acad., «lomar uno sus medidas para lo ran de una libra hasla ocho se han de cortar los
grar alguna cosa». Pero lo mejor para muchos cariuchos de manera que, cosidos de una y otra
militares es lograr la cosa «sin tomar medidas». parle, queden justos de cuatro bocas de largo:
Y efectivamente que es lo mejor. y á las que tiran de doce libras arriba se cor
CARTEL. En la milicia española del siglo tan de tres bocas de largo y los buenos son de
XVI, poner carteles según Eguiluz {fol. 8. vto.) pergamino de libros viejos». Esto del pergamino
era lo mismo que poner pasquines, ó publicar es innovación del autor en vez de la colonia ú otra
libelos infamatorios (V. Bolatin). Dice. Acad. 1 lela por entónces usada. Siendo, pues, evidente
trae esta acepción; la 5.a edición la suprime, el uso del cartucho en la artillería, asombra que
pero da el verbo anticuado «cartelear, polol continúasela infantería llevando sartas de car
eárteles infamatorios».—Cahtel de desafío ha ve gas, esloes, pequeños cañutos de hoja de lata ó
nido á parar hoy en la simple tarjeta de visita madera sueltos y colgando del cinturon ó ban
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dolerá, con la cantidad de pólvora para estará la preferencia; el sostener una posición,
un disparo. Metrik y otros dicen que hasta el cubrir un movimiento, el preparar un ataque
1640 no se sustituyeron las sartas por el decisivo, ó proteger en guerrillas y tiradores
frasco y el polvorín: aquel para la carga y este una retirada, lo será en otras; asi como los traba
para el cero. En 1 690 se adoptó el cartucho de jos de trinchera, de mina y de puentes, el servir
papel, pero sólo para cargar y hasta 1744 no se baterías de brecha ó do batalla, el cargar la ca
inventó el romperlo para cebar, vertiendo pól ballería á las lineas ó los cuadros; los reconoci
vora en la cazoleta.—El siguiente texto es del mientos, las descubiertas y las exploraciones; y
siglo XYI:«.... llevaran sus chupas (sic) ó bol por último otros muchos, aun sin ser precisamen
sas, y unas mochilas que llaman los indios en te de armas, deberán con justicia calificarse
que llevar la munición, con sus tiracuellos ó de preferencia en ocasiones, tales como los de sa
lahelies porque no pueden usar de las faltrique nidad, los de obreros, de administración y los
ras, respecto de los sayos en los cuales algunos de trasporte. De modo que así corresponderá un
usan unos bolsicos cosidos por defuera para la día aquella calificación á la infantería, como
munición, pero mejores son estas mochilas. Ya otro á la caballería, á los ingenieros, artilleros ú
saben que han de llevar sus cargas hechas en otros institutos del ejército; y lo mismo, en ca
cañutos, porque el frasco no es do considera da cual de las armas habrá cuerpos ó fracciones
ción». (Vargas Machuca, ¡filie, ind. pág. 47). que desempeñen esos servicios preferentes, al
El cirtccho en el dia tiene continuas variacio paso que á los demás les toque otro papel de
nes en su forma y materia. Antes so distinguía menor influencia. De lo cual se sigue que es
el embalado y sin bala.—Quemar cartuchos sig un error apellidar de preferencia á un cuerpo ó
nifica hacer fuego más ruidoso que eficaz. — instituto militar, porque su objeto principal en
Qceiar el último cartucho, suele indicar defen campaña sea el atender á un servicio determi
sa tenaz, desesperada. nado, y que el dar al personal que lo constituya
solo por dicha causa distinciones y ventajas per-
CASA REAL. Del francés maison du roi. Se muucntes no es equitativo ni justificable.
comprende hoy bajo esto nombre, en algunas Respecto á excepciones, preeminencias ó
monarquías, todas las tropas de preferencia ó prcrogativas, esto es, preferencias no dudamos
privilegiadas cuyo serucio principal es, más en sostener la proposición, sin abstracción algu
que la guarda de la persona del monarca, con na, formulándola para más claridad del modo
tribuir al lustre y esplendor del trono. Los ex siguiente: La preferencia do los servicios en el
travíos deplorables de organización militar á que ejército es dictada por las circunstancias y de
ha dado lugar la adulación, ó si se quiere, el consiguiente ninguna de las armas, institutos ni
culto demasiado ferviente a la institución mo cuerpo de tropas debe considerarse preferente
nárquica, se han pretendido cubrir posterior ni por las condiciones que se exijan y busquen
mente con el velo de la conveniencia militar, en el personal, ni por las distinciones exteriores
desnaturalizando las cosas, y suponiendo que que tengan unos de otros, ni por las de su pe
esos monstruosos cuerpos de guardia real sirven culiar instrucción para determinados fines, ni
al mismo tiempo de excelente apoyo, de indis por las diferencias en haberes y raciones que
pensable reserva á esa otra multitud deshereda disfruten, sean permanentes ó accidentales».
da que se llama ejército ó tropas de línea. Esta fórmula absoluta, adoptada hoy por el
Fijemos ante todo el significado de la voz ejército español, hace inútil toda discusión re
heferekcia (V. Compañía), valiéndonos para ello trospectiva sobre los cuerpos llamados de pre"
de las mismas palabras de un General, tan cono ferencia ó de casa real. Ocioso es además en
cido por su erudición como por la independencia trar en profundas investigaciones históricas. La
de sus juicios (C. X. de Sandoval. Asamblea razón dicta que todo caudillo, ó todo rey mili
1863. T. IV. pág. 272): «No hay ningún objeto tar, debe por instinto rodearse de una guardia,
ni servicio militar que en abstracto se pueda de una escolta, de una pequeña tropa de toda
llamar de preferencia: quiero decir, que se an confianza que vele directamente por su persona,
teponga á todos excepcional y privilegiado. en su palacio, en su tienda, en el campo de bata
Cualquiera lo será en ciertos y determinados lla. Lógicamente no ha de escoger para este
casos. Las circunstancias, las ocasiones y even servicio los peores soldados de su hueste; ni los
tualidades indican los más importantes y do ha de maltratar ó desalentar con postergacio
mayor exigencia. Unas veces será el asalto de nes; ni los ha de vestir peor; ni ha de rebajar,
la brecha y el defenderla, y en aquel servicio en fin, el relieve que precisamente los da la cer.
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cania á lo más alto. Así es que desde los Farao eran oficiales; los cadetes, capitanes; los exentos
nes egipcios hasta el último capitán de bandole y ayudantes, tenientes coroneles; los tenientes,
ros, el principio se aplica, en mayor ó menor es generales; y los capitanes, grandes de España y
cala, porque está fundado en la razón y sobre capitanes generales de ejército, creemos que es
todo en la necesidad. Llámense argiráspites en tá dicho todo. Pero tamaña monstruosidad org-á
Grecia, pretorianos en Roma, spatharios entre nica podia haberse atenuado, reduciendo su
los bizantinos y los godos, costinos, escuderos, proporciones á una corta tropa de 50, de 100
archeros, guardas, pajes, dosceles, en Castilla.... plazas; nada de eso: hubo hasta cuatro y seis
desde que una muchedumbre se agrupa como unidades llamadas compañías ó brigadas; las hu
ejército, ó como estado, el caudillo ó el rey crea bo exclusivas de italianos, flamencos y españo
rá su guardia, su escolta, su tropa de confianza y les, y por si no bastaban, en 1793 se aumentó
preferencia. otra de americanos de noble estirpe, de modo
Los autores españoles lijan, copiándose, los que, á fines del siglo XVIII, la fuerza de los
primeros años del siglo XVI como arranque de guardias de corps quizá pasaba de 1 .000 ca
esta institución en España; pero ellos mismos se ballos.
■"edifican mencionando cuerpos de tropas ante Dígase de buena fé si no pugna hasta con el
riores, y más ó ménos permanentes y numerosos sentido común esc cuerpo inútil de costosa ca
que, con el expresivo nombre de continos ó con ballería, espléndidamente alojado en Madrid,
tinuos, guardaban y escoltaban á los reyes desde en el suntuoso cuartel que conserva su nombre,
Alfonso XI y á los altos próceros, como por miéntras el asendereado ejercito español, des
ejemplo los costinos de don alvaro de luna, que atendido, desmandado, cejaba en las vertientes
siguieron nada ménos que hasta 1618. del Pirineo ante unos grupos, que ni tropas
Por el loable empeño de remontarse á los eran todavía, de revolucionarios franceses, sin
orígenes, se introducen inútiles confusiones. Tan otros elementos de organización, de disciplina,
inexacto es arraigar el ejército permanente—como de victoria, que la exaltación frenética del amor
ahora lo entendemos y debe entenderse— en los á la patria.
SO peones ó alabarderos que instruyó, ála usan A la par de los guardias de corps, cuyos he
za suiza, Gonzalo de Avora al volver de Italia; chos de guerra no son sabidos, pero cuyos fue
como derivar las tropas de casa real de los mon ros, preeminencias, privilegios y ceremonias llenan
teros de espinosa instituidos en el siglo X por el volúmenes, nació la guardia real moderna, en
famoso conde Sancho de Castilla. Las guardas su verdadera acepción, para realizar el falso prin
VIEJAS DE CASTILLA, IOS ARCHEROS DE BORGOÑA Ó de cipio orgánico arriba enunciado, y servir como
la cuchilla, las guardias, amarilla ó española, de lazo entre el lujoso guardia de corps y el hu
TUDESCA Ó ALEMANA, la LANCILLA, la CHAMBERGA, etc. milde blanquillo, como se llamaba al soldado de
(V. todos estos artículos) han constituido, du- ¡ línea por su blanco uniforme. Al fin estas guar
rante los dos siglos de la dinastía austríaca, la dias españolas y walosas, á pesar de sus grados
guardia real, es decir, personal del rey, cuya superiores , de sus fueros privativos, de sus ir
historia y vicisitudes, más bien pertenecen á la ritantes privilegios, eran verdaderas tropas, ex
pompa y ceremonial palatino, que á la historia celentes soldados, que sabían hacer la guerra y
del arte militar como tropas. Su número nunca que la hacían con gusto. En Italia, en Argel, en
llegó á 500 hombres; y, pasando por alto esos de todas partes la guardia, como por abreviar se
leitables pormenores de las calzas acuchilladas llamaba, trató de justificar con los merecimien
de terciopelo escaqueado, del color del coleto, y tos de su valor, de su saber, de sus virtudes mi
de la forma de la alabarda, vengamos al princi litares, los defectos de una organización ruinosa,
pio del siglo XV11I, en que Felipe V el Animoso que entóneos no podian verse, como ahora, en
nos trajo, entre otras calamidades, las verdade toda su deformidad.
ras tropas de casa real. Destinada España entón- Con varias reorganizaciones, no muy radica
ces á copiar en miniatura, ómejoren caricatura, les, la guardia de infantería atravesó con glo
las bizarrías del gran Luis XIV, que será todo lo ria las dos guerras de la Independencia y Civil
grande que quiera Voltaire, pero que acabó en dinástica, viniendo á extinguirse en 1841, no
punta como las pirámides, se dió prisa Felipe V por resultas de meditada reforma, sino por el
á crear en 22 febrero 1706 el célebre cuerpo de impulso fortuito de las vicisitudes políticas.
Guardias de Corps vsic) que, por un resto de ru La caballería que en el siglo XVIII comple
bor, se llamó luego, en 1 8 1 i, de la Real Persona, taba el instituto de la guardia, tuvo los nombres
en castellano. Con decir que los soldados rasos de granaderos a caballo y de carabineros reales
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creados estos en 7 marzo 1732, y declarados lue co; y él mismo, al ver tan rápidamente merma
go de casa real en 1742, con sendas ordenanzas dos aquellos batallones en flor, escribía con
y privilegios. amargura en 1813: ola guardia jóven se funde
Hasta ahora todo es lógico: un cuerpo de tro como la nieve».—Todo esto, sin embargo, tiene
pas con sus tres armas tácticas, y armónico, se algo de grandeza por su misma enormidad. No
gún las ideas que entónces predominaban y con es el cobarde emperador bizantino, aumenlando
tinúan predominando en casi toda Europa, in pórticos á su palacio y nombres á los enervados
clusa la Francia semi-republicana y cesarista palaciegos que los guardan: es el vigoroso é in
f1867,); pero era tan desmesurada la acción ab cansable capitán, á quien deslumhra la gloria,
sorbente del poder monárquico, que todos los no dejándole ver el precipicio á que se acerca.
elementos sociales eran hácia él involuntaria Saltemos ahora por encima del periodo cons
mente atraídos, y toda agrupación se creia des titucional del 20 al 23, en España, en el que el
airada, sino anteponía á su nombre el codiciado ejército hizo y deshizo más de lo que hubiera
adjetivo real. La facilidad con que podia satisfa convenido; y dejando la colisión del 7 julio 1822,
cerse este apetito, en tiempos, que todavía nos en que la fortuna no coronó el valor de la guar
han alcanzado, del Real juego de billar y Reales dia, entremos en pleno y vengativo absolutismo,
archicofradias, parece que debían mitigarlo; pe tan favorecedor, según algunos, de las regalías
ro lejos de eso los tres cuerpos de la Armada, de militares. El que quiera instruirse do cómo una
Artillería, de Ingenieros, tan nobles de suyo y gran nación puede encogerse y arrugarse á la
tan distinguidos, no descansaron hasta verse de manera de un pergamino, no tiene más que
clarados cuerpos de casa real; y no porque tu echar la vista sobre los conatos de organización,
viesen fracciones proporcionales que los repre ó mejor de desorganización, de 1824 y sobre el
sentasen en la guardia, sino enteros, de una pie ponderado arreglo de 1828. Allí se esparce el
za. A ideas huecas, palabras vacias. Los tres ci ánimo con aquellos diez y nueve regimientos de
tados cuerpos, fuera de la felicidad de llamarse blanquillos; con aquellos cortes de cuentas; con
reales, no obtenían más ventaja material, que aquellos pingües retiros; con aquellas milicias
sepamos, sino usaren el somrrero galón «llor-de- provinciales tan baratas; con aquel presupuesto
lisado» miéntras el desventurado pipiólo solo po de 300 millones; pero en cambio el monarca, que
dia usarlo «de panecillo». en su plácida prisión de Valencey, hizo rechifla
El primer imperio en Francia estuvo desti ante sus carceleros de su pobre soldado español,
nado á repetir con aumento los grandes excesos cuando era vencido, revistaba 600 guardias de
del gran reinado de Luis XIV. Buonaparte en Ita corps, tradicionalmente pacíficos, y corpulentos
lia se contenta con un modesto, pero excelente batallones y escuadrones de la guardia, para cu
escuadrón de guías, mandado por el afortunado yos uniformes se habían pedido los figurines á
comandante que habia de ser luego príncipe de París. Profanación hubiera sido corregir la des
Neufchátel y de Wagram: Bonaparte, primer dichada creación de Cárlos X. Ni un alamaron
cónsul, ya revista, con asombro de los curiosos* cambió de sitio, y de plata los llevaba el soldado
batallones de guardia consular en el palio de las raso en la variada y escasa caballería. La guar
Tullerias: Napoleón, emperador, empieza á en nición perpétua y descansada en Madrid y en
sanchar los cuadros de su guardia imperial: allí Barcelona; el grado superior; el mayorsueldo; la
entran polacos y mamelucos; se agotan las de rapidez de ascenso; el fuero privativo, todo se
nominaciones y los uniformes; granaderos, ca amontonaba sobre aquel afortunado instituto,
zadores, huíanos, húsares, volites, pupilos, todo en el cual, es verdad, sólo podían entrar los que
figura en aquella inmensa baraja, en la que to tenían favor palaciego, y aún para eso tenían
das las cartas son ases, la fuerza crece con ver préviamente que hacer pruebas de nobleza.
tiginosa rapidez: 60, 80, hasta 100.000 hombres También hubo fútiles clasificaciones como en
si es que el mismo Napoleón sabia realmente los el Bajo Imperio. Los ingenieros y artilleros, con
que tenia en 1814. La singularidad se trocó en tentos con sus «honores» de casa real seguían
universalidad; la distinción en vulgaridad; la es algo desairados en la suya; pero la guardia real
casez en muchedumbre: hubo guardia vieja y se llamó exterior é interior; la una guardaba la
guardia jóven y guardia niña (los pupilos de cator. puerta de la calle; de la otra, los alabarderos la
ce años). En aquella terrible y sangrienta ecua escalera, los guardias de corps el piso principal.
ción, el deslumhrado algebrista quería eliminar «En el plano superior de mi palacio hará el ser
locamente ese factor principal llamado tiempo. vicio la guardia de mi Persona; en las escaleras
Para coger más pronto la fruta se cortaba el tron y corredores mi guardia de Alabarderos, y en el
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plano inferior mi guardia real exterior. (Regí, de la fuerza púrlica le están hoy encomendados de
-¿ti marzo 183». tít. 8. art. 4.°) beres muy graves, y antes desconocidos, á los
Por afortuna» la guerra civil vino a desper que debe darse el justo contrapeso con ciertos
tar á España del letargo en que empezaba á su derechos fundados en el eterno principio de la
mirse. Los guardias de corps murieron como ha equidad.
bían vivido. Un escuadrón que quiso campear No hay más que recorrer en la Guía de 1867
llegó por junto á Burgos casi disuelto. La guardia el estado mayor general, para echar de ver que
real, en cambio, tomó pronta y enérgicamente la mayoría de los capitanes y tenientes genera
su partido. Ella misma comprendió que el mejor les eran tenientes de la guardia real al estallar la
modo de guardar las puertas de palacio era ba guerra civil: miéntras que la mayoría de los al
tirse en los campos de Navarra. Aquella sober féreces del mismo cuerpo, en la misma época,
bia tropa, aquella joven y frivola oficialidad mi escasamente han llegado á coroneles. Para en
dió los acontecimientos, que apénas se dibuja contrar la causa de esta desproporción en dos
ban en el horizonte, con acertada y sorprendente grados tan inmediatos, como el de alférez y te
madurez. Rompió de golpe con añejos escrúpulos niente, basta recordar aquellos saltos en que ser
absolutistas y nobiliarios, y demostró esa noble via de trampolín una tenencia de la guardia, á
za de alma, que se prueba con hechos y no con veces con tres galones en la bocamanga, para
pergaminos. Algunos, muy pocos, masque cré caer en el mando de un regimiento provincial; y
dulos ó fanáticos, resentidos y vejados, fueron á de allí en otro de línea, donde se seguía con el
formar el duro nervio de los primeros batallones entorchado de plata, miéntras se alcanzaba el de
de /.umalacárregui; pero al estallar una guerra oro. Atendido nuestro carácter nacional, no po
civil no puede rigorosamente llamarse desertor demos afirmar que no se repetirán análogos des
á nadie, miéntraslos campos no se forman y des conciertos; pero si puede profetizarse que no se
lindan. En uno y otro bando los cuerpos de la rá por el mismo camino.
guardia real, olvidados de sus fueros, interpola Los artículos semi-traducidos del francés, con
dos con el ejército, tomaron el empeño, verda que se destruye algo más que el paladar litera-
deramente hidalgo, de sobresalir en constancia río del ejército español, no sólo están con este en
y en valor. Y por cierto que eran más bellos, mi abierta contradicción, respecto á doctrina, sino
litarmente hablando, aquellos terribles batallo
que enumeran con cierta fruición las guardias
nes con su destrozado capote y la humilde al reales de casi todos los Estados de Europa. El
pargata, que con las gorras de pelo y ia casaca ejemplo inmediato de Napoleón III, resucitando
que los agarrotaba en las revistas del Prado. Al
el vietur de la vieille, con su misma gorra de pe"
gún acto de indisciplina, que pudiera llamarse
lo y la cruz de las correas, parece concluyente;
política, inevitable casi en cuerpos de tan exu
pero el hombre pensador deja esa pálida tradi
berante vitalidad, veló un poco la gloria militar;
ción de cesarismo en un país republicano, y bus
y la última y desafortunada tentativa de octubre
de. 184! precipitó la caida de uninstitulo, insos ca en vano en Austria, donde más arraigada se
tenible ya en la nueva organización; pero que fe conserva la ¡dea aristocrática, el menor vestigio
cundó, al morir, las filas del ejército, disemi de guardia real como instituto orgánico y privi
nando en ellos su brava > ardiente oficialidad. legiado. Austria comprende todos los vicios, to
Concediendo imparcialmcnte á estos cuerpos dos los peligros de agrupar su orgullosa nobleza
df, preferencia el alto lugar histórico que les cor en cuerpos monstruosos, y prefiere, con razón,
responde, creemos que su restauración seria un esparcirla por todos los de su ejército, para con
anacronismo político y un absurdo militar. Para servar el espíritu fecundo y vivificador de fra-
decoro interior de palacio basta en 1807 la corta ternidad y compañerismo, tan notable y tan i'iti'
y excelente guardia de Alabarderos, compuesta en su heterogénea composición. Como este no es
como siempre de sargentos beneméritos: tampo lugar de polémica, bastará advertir que sabemos
co estaría demás una pequeña tropa de caballe de memoria todas las razones contrarias á las
ría, bajo el mismo pié que la extinguida en I8.'>4; nuestros, y, sin pretender sostenerlas, conclui
pero resticitar cuerpos desproporcionados y nu remos preguntando: dado que todos los princi
merosos con antiguas corruptelas y radicales pios de organización, de composición, de táctica,
vicios de organización, seria ocasionar á sabien de filosofía militar concordasen en prescribir el
das graves y peligrosas perturbaciones, liemos restablecimiento de la guardia real ¿.seria esto
llegado á un tiempo en que ya no es admisible «posible» en la España de 1867?—No. Pues está
aquella expedita fórmula «ordeno y mando» y á demás toda discusión.
GASA - 2*4 — GASA
CASA.CA. Esta prenda «se fue» como hoy char tanto las casacas, es buena la moda de las
decimos. Este articulo, por consiguiente, debe tropas alemanas y piamontesas, que, con un
ser oración fúnebre, y para recordar, como es botón y una presilla en cada punta de falda tra
costumbre, el abolengo, nos valdremos de textos sera y delantera, prenden las casacas á los la
autorizados. dos». Aquí está ya visible el origen de la verda
oCon esta comisión salió de Mons (en 1572) dera y moderna casaca, queá mediados del si
monsieur de Genlis con pocos caballos: y para glo XVIII se llamó de tontillo. Pero no conclui
caminar con más seguridad por las fronteras él remos sin citar al conde de Cloxard, grande au
y los demás que con él iban, se vistieron con toridad indumentaria, que dice así: «En este
casacas y toneletes de hombres de armas de la tiempo (en 1668) llevaba el soldado, en lugar
compañía del duque de Arschot, que buscaron del capotillo de dos haldas, la casaca francesa
en el lugar, lo cual les fué de harto servicio, pa denominada justa-cor, (corrupción dejuste-au-
ra que no les prendiesen en algunas aldeas por corps), cuyas mangas anchas se doblaban por su
donde pasaron, creyendo ser hombres de armas extremo hasta el codo, así como ambos delante
de aquella compañía». B. de Mendoza. Coment. ros, resultando de este modo una especie de so
lib. 6. folio 133). «Agregóse también á la van lapa que bajaba desde el cuello hasta el extremo
guardia (1592; el marqués del Vasto con sus de la parte inferior. El justa-cor tenia en sus
gentiles hombres, en número de veinte, muy dos costados bolsillos con tres ojales y botones;
bien armados, y él extremadamente lucido con la corbata de lienzo morlés había reemplazado
armas cuajadas de estrellas de oro, casaca y pa la golilla, continuando los gregüescos, calcetas
ramentos bordados sobre terciopelo azul. (Coló y zapatos enlazados como en el reinado ante
ha. Guerr. de Flándes. lib. 5:. Se ve puesá la ca. rior. En lugar del talabarte se adoptó el tahalí
saca hermanada con la armadura del siglo XVI. para la espada. Llevábase el pelo más largo que
Oigamos á Covahrubias (Tesoro de la íeng. en tiempo de Felipe IV y con crenchas, es de
cast. 16-12;: «Un género de ropilla abierta por cir, con una raya que lo partía en dos mitades,
los lados; y dice Tomás Garzón en el discurso que caian por ambos lados sobre los hombros y
que hace de los sastres en su Plaza universal, espaldas. Este peinado tomó después el nombre
que la casaca ó casiava es vestido particular de de nazareno. Las casacas de los tambores y pí
los griegos, y que asi ellos le dieron el nombre. fanos se guarnecían con la franja de la Casa Real
Debió ser al principio de dos cueros, uno que de Austria, escaqueada de encarnado y blanco,
que colgaba delante y otro atrás, y púdose decir añadiéndose las mangas perdidas á la raíz de
de cassima peílis corium. Otros dicen haber to los hombros». [Hist. org. T. V. pág. 7). De la ca
mado nombre de un lugar de Córcega, dicho Ca saca no quedará por recuerdo más que la frase
saca, que usan el dicho vestido, y de cuero por mal sonante «volver casaca», que también los
que los más de aquella isla se vestían de cuerns franceses conservan, tourner casaque.
de animales. También puede ser hebreo del ver
CASAL ó Casar. La segunda voz es más pro
bo casah, legere, operire, por ser cobertura del pia. Lugar pequeño de pocas casas ó vecinos.
cuerpo, ó sea casaca, quasi casula, diminutivo (Dice. Acad. Hist.) (V Casería,.
de casa, cobertura; las vestiduras cortas que
traían los ministros de justicia que comunmen CASAMATA. Voz italiana, que puede deri
te llaman sayones, en particular los que marti var del bajo latín casa-armata, pues cassarum,
rizaban á los Santos les decían por este término cassaro, casar suenan como obras exteriores, co
curlus sactis, y corruptamente se pudieron de mo apéndices del principal recinto, en la forti
cir casacas, por andar vestidos de la tela basta, ficación de la edad media. Covarrcbias, sin em
sayal, se llamaron sayones y sacó la dicha ves bargo, dice que se llamó mata por .ser baja, y
tidura corta. Estos sayones hacían la guardia al Bardin asegura que la voz es «original española».
tribuno militar ó al capitán, y ejecutaban la' Pcga y Rojas siempre escribe casas-matas; Dice
muertes de los condenados pasándolos á cu de la Academia 5 define esta voz perfectamente:
chillo». «Bóveda que se hace en alguna parte de la mu
Recomendando el marqués de Santa Cruz ralla para poner una batería baja, para defen
[fíeflex. mil. lib. 3. cap. 27), la excelente prácti. der el foso». No debe, pues, confundirse batería
ca de que la infantería se adiestre en montar CASAMATADA COn BATERIA BLINDADA. El DICCIONARIO
á la grupa de la caballería, dice: «Para semejan militar y español más moderno, el de J. D' VV.
te diligencia, como también para marchar i pié M. (1863) dice con la mayor seriedad: «En las
con más desembarazo y para no salpicar ó man fortificaciones modernas no es usual ,su,,CQns
31
GASA — 242 — GASQ
tracción...... Donde se prueba que un dicciona culos de este Diccionario en que se habla de
rio puede decir desaliños por no conocer á Mon- Almete, Armerola, Bacinete, Borgoñota, Barre
talembert y copiar servilmente a Moretti, que ta, Birrf.te, Capacete, Capel, Capellina, Capiello,
escribía en 1828 y no era, ni es grande autori Casquete, Celada, Morrión, Yelmo, etc.—Casco
dad.—Según Zaítrow [Hist. de la fort. pág. 62 es también parte del caballo (V. e. v.). —Casco
nota) «Es dudoso que Alberto Duhero, el famoso de bomba ó granada, uno de los fragmentos en
pintor é ingeniero, haya inventado realmente las que se parte al reventar.—Casco de la silla de
casamatas; pues su obra apareció en 1527 y un montar, el conjunto de piezas de madera y hier
año antes Micheli construía en Italia baluartes ro que componen su armazón.—(Lasco de unu
REDONDOS COn CASAMATAS». MANDAR [Arch. mil. pág. ciudad es su caserío agrupado, y generalmente
534) sostiene la prioridad de Durero. ceñido por el muro de ronda ó recinto, con ex
CASAMURO. En la fortificación antigua la clusión de ARRABALES.
muralla ordinaria y sin terraplén (Dice. Acad. 5) CASERIA. «Casa situada en el campo con des
« so ha de considerar si las villas y ciu tino á la labranza, propia ó arrendada, á dife
dades están cercadas con mayor defensa que las rencia del cortijo, en que la casa y las tierras
murallas ordinarias, que llaman casamuro son siempre del mismo dueño. También signifi
las entradas que hay cuando las murallas ca la casa que habitan los que cuidan de la la
son casamuro sin terraplén». (B. de Mendoza. branza ó cultivo». ¡Dice. Acad. Hist.)
Teór. y prácl. 138J «las murallas de la CASERIO «Lo mismo que casería; pero más
villa (Zutphen) son a lo antiguo casamuro con comunmente el conjunto de casas de una pobla
torreones Se trató de poner la balería a ción». (Ok. Acad. 5. ).
la villa (Harlem, 1573) la cual es grande, cerca
da con murallas á lo antiguo, torreones redon CASERNA. Esta voz posee, como otras varias,
dos, casamuro sin terrapleno, teniendo por la la singularidad de ser tenida en Francia por «es
puerta de Santa Cruz un rebellín delante». pañola», y en España por «francesa». El Diccio
{Coment. lib. 8. fol. 175 vto.) nario de Bahdin dice: aCaserne deriva del espa
ñol caserna, casa grande y fuerte; significaba en
CASAQUILLA. Casaca de faldones muy cor esta lengua edificio abovedado, formando parle
tos. de una fortificación». Asi, en efecto, lo define
CASCABEL. El remate posterior de las piezas el Diccionario de la Academia 5. Pero Ménage lo
de artillería de batalla. deriva del bajo lalin casaría, casarna; y Grassi-
del italiano caserma, contracción de casa d'ar,
CASCADA. «Despeñadero de agua natural ó me. Sin profundizar más respecto al origen, y
artificial». Así lo da el Dice. Acad. o. Pero con ateniéndonos al estado «actual» de la palabra,
viene distinguir. Cuando el rio es grande, con podemos mirarla como un galicismo que nunca
lecho de tajos y repentinos desniveles, estrecha ha entrado en el buen lenguaje técnico y oficial.
do además en ciertos pasos, forma catarata, es Algunos traductores y algunos autores preten
decir, varias cascadas, saltos ó caídas «consecu den establecer diferencia entre caserna y cuar
tivas». Cascada es, por consiguiente, una cata tel, dando el primer nombre á las casamatas de
rata más modesta en ríos de segundo órden. las fortalezas, que suele habitar la tropa, ó á
Cuando no hay escarpe ó gran caída y salto, si los modernos edificios «susceptibles de defensa»;
no pendiente rápida, estrechada por rocas basta pero la distinción es ociosa, y no está autori
con llamarla rápido. Se ve, pues, que hay «va zada por el tribunal competente, que es el cuer
riedades» de cascada. po de ingenieros, el cual usa la expresión cuar
CASCAJAL 6 cascajar. Terreno cubierto de tel defensivo. Por consiguiente hoy la voz caser
cascajo. na no es técnica, ni militar, ni española.
CASCAJO. Conjunto de piedras menudas en CASQUETE. Armadura de cabeza exigida en
los rios y otras partes. ÍV. y comp. Grava). el famoso decreto de armamento general expedi
CASCATREGUAS. El que quebranta las tre do por los Revés Católicos á fines del siglo XV.
guas. Voz anticuada, según Dice. Acad. 5. Se escribió caxquete.
CASCO. Voz genérica con que en el día se de CASQUIJO. Lo mismo que cascajo, según el
signa la parte de la antigua armadura que cubría Diccionario de la Academia.
la cabeza; pero que, por su misma generalidad, CASQUILLO. Se llamó asi el cuento ó rega
nada define, pues basta ver los diferentes artí tón de la lanza, y en las saetas el hierro de la
CAST — 143 - GAST
punta, cuando era agudo y redondo sin aletas. , tomar ni (ornen derechos ni castillerías, ni des-
«Para que la saeta vuele y vaya derecha le ponen ¡ afueros de los que pasaren cerca de sus casti-
plumas, ypara que hiera lleva un casquillo de líos ó fortalezas con sus ganados». {Orden, de
acero». (P. Juan de Torre. Filos, lib. 8. cap. VIII)- [ Casi. lib. 4. tít, VII).
En el dia, casqüillo es voz genérica de toda pieza
de metal que refuerza otra de madera, como en e1 CASTILLO. Los rohanos en vez de hacer cas-
fusil de modelo inglés, en la lanza de los carrua trellum el diminutivo de castrum, hicieron cas-
jes de artillería, donde se aseguran los anillos tellum suprimiendo la r, como de monstrum
de los cejaderos, etc. 1 monstellum. Pero el castellum nunca fué para
ellos más que pequeño castro, es decir, fuerte,
CASTELLANO. Nombre que tienen todavía fortín. En la edad media feudal, como no ha-
en Filipinas los gobernadores ó comandantes ; bia ejércitos organizados, no habia castros tam-
de las ciudadclas ó fuerzas de Manila y Cavite. poco; y el castel, castelo, castiello, castillo,
Alcaide o gobernador de punto fuerte. «Los cas- tomo por mucho tiempo grande importancia mi-
tellanos y alcaides de las fortalezas hagan el pleito litar. En España, raro es el pueblo que no ha
homenage ante un caballero hijodalgo» [Recofi. de i tenido un castillo, ó alguno de sus diminutivos
Indias, lib. 3. tít. 8). «Por haber hecho el rey á castillejo, castillete, castilluelo; y si bien casi
Cristóbal de Mondragon castellano de Ambcrcs» I todos estaban asentados en lugar elevado y
(Coloha. G.de Flándes. lib. I). También sedijomás domínante, castillo montano expresaba fijamente
antiguamente castillero. «Entretanto el rey por esta circunstancia: como castillo roquero la de
los castilleros qne tenian los castillos. [Crón. de coronar un peñón casi tajado, y por lo tanto
Don Sancho el Bravo). La voz castellano es roma" inaccesible ó inexpugnable.
na. De castello hacían castellani, como de op-
pido, oppidani. «Decem milita popularium cum CASTRAMETACION. Del latin castrum, cas
castellanis agrestibus in artnis habuitu, se lee tra, campamento, campo y metor ó melation. Cas-
en Tito Livio (Bell, maced. lib. 4J; pero hasta trametari es verbo que usa Tito Livio, y de
la edad media y la baja latinidad no lomó su sig Castrametatione titula su libro Higinio Gromá-
nificado «técnico» de alcaide ó gobernador.— tico. Ciencia que en lo antiguo tenia un inte
También la lengua francesa tenía esta voz coste- rés, que hoy ha perdido, por el modo de hacer
Ion, cale Ion, chálelain, en el siglo XVI. Brantome la guerra; refundiéndose en la parte de la tác
la usa. tica que comprende las marchas, ó, si se acepta
la opinión de Jomini [Comp. T. I. pag. 144) lo
CASTELLAR. «El sitio ó parageen que hubo que él llama Logística. Desde el abultado vo
antiguamente castillo, y con el tiempo ó por otros lumen que sobre el arte de campar publicó en
accidentes dejó de ser fortificado. De aquí toman 1800 Don Vícente Ferraz, no sabemos que haya
denominación algunos pueblos. También se di aparecido cosa nueva. Y realmente no hace fal
ce Castelar». (Dice. Acad. HlST.) ta. Los célebres campos judíos, griegos y roma
CASTIGO. «Castigo es ligero amonestamiento nos, de que se ocupa preferentemente aquel li
de palabra, ó de ferida, ó de palo, que fazo el bro no tienen importancia de «actualidad», sino
cabdillo contra algunos quando le fuessen desman de «erudición»: como la encontrará el que la
dados, como fuessen sabidores de las cosas que se busque «original» en las copiosas descripciones
han de guardar en la guerra. Escarmieiitocs pe y reglas de Políbio , Vegecio y Justo Lipsio. La
na que manda dar el cabdillo contra los que disposición del frente de banderas y de las tien
errasen, como en manera de justicia». (Ley 1. das es atención muy secundaria, que deben
til. 28. Part. %.). Bien clara se ve en este anti prescribir los reglamentos de actualidad; pues
guo y respetable texto la diferencia entre castigo distan bastante las voluminosas cañoneras y
y pena: aquel es arbitrario en el superior de cual marquesinas de la reducida tienda-abrigo usada
quier grado, ésta es resultado de la administra en Africa. Por regla general, una tropa campa
ción de justicia. ó vivaquea en su orden natural de batalla ó de
combate; y no son rigorosamente necesarios
CASTILLAJE. Lo mismo que castillería.
aquellos preliminares ni trazados, ni el aparato
CAST1LLERIA. Contribución, en la edad me de JALONES, PIQUETES, BANDEROLAS y CUERDAS DE
dia, para reparar los castillos y puntos fuertes, perpendiculares de otros tiempos. Cuando el cam
ó en general cierto tributo en el territorio ó ju pamento pasa á ser verdadero campo, estoes, deja
risdicción de un castillo. «Los alcaides de los de ser un accidente de marcha, para convertirse
nuestros castillos é fortalezas no sean osados de en operación de guerra; cntónces entra en el do-
GAST — 244 — GATA
minio de la estrategia, de la táctica, de la for tierra sacada de él un parapeto ó trinchera:
tificación, y no hay para ((lie crear nuevas pa en el centro hay vestigios de un foso ó cisterna,
labras. Reducida asi la castrametación á meros y en el parapeto señal de haber tenido una sola
detalles de logística, que cuidan los oficiales de entrada. En el dia está cubierto de madroños y
K. M., no creemos que merezca la extensión otros arbustos; y al arrancarlos suele encontrar
conque antiguamente se la trataba. Es curioso, se alguna moneda romana, espuelas, etc. El cu
pero nada mas, saber por Homero cómo Agame rioso que viaje desde Aslorga á Santiago puede
nón y Ulises establecieron sus campamentos, ó observar la serie no interrumpida de estas forti
dónde colocaba Moisés el tabernáculo, ó hacia ficaciones, con que se tenia á raya el país con
qué lado ponían los romanos la puerta pretoria pocos destacamentos, que fácilmente se auxilia
ó la decumana: en el día, las posiciones, extensas ban y entendían por señales: en todas parles
generalmente, que se llaman campos, exigen lo conservan el nombre de Castro, siendo los más
primero, ser croquiseadas por los procedimien notables en este partido el descrito, el de Cas-
tos de la topografía, y estudiadas bajo el punto tropódame, y el de Tinolledo». Apartándose algo
de vista que la conveniencia, la estrategia ó de esta exacta interpretación, más adelante el
la táctica impongan «en cada caso particular- mismo Diccionario, en su art. Castros, añade:
En los artículos Campo y Castro se explanan al «con este nombre se designan en Galicia muchas
gunas ideas generales. alturas cónicas, rodeadas de muralla de tierra
poco elevada y de bastante espesor. Son de an
CASTRENSE. Adjetivo, puramnente lalino, tigüedad muy remota, y creen algunos que fue
que en general puede aplicarse á todo lo que
ron lugar de oración enlre los druidas celtas; y
pertenece a campamento, campo, guerra; pero que
otros aseguran que eran puntos fortificados del
en el dia está restringuido al clero militar ó vi
tiempo del feudalismo, en los cuales se abriga
cariato y en determinados casos á la justicia y
ban y reunían los habitantes para su común de
JURISDICCION.
fensa; y esto parece lo más probable atendiendo
CASTRO. Esta voz es corrupción evidente del á que en algunos se bailan diferentes órdenes
castrum, del campo atrincherado romano. Todavía de muro de tierra, dispuestos tal vez en lorma
hoy es nombre genérico de algunos cerros ó te de fortificación. Los naturales del país los con
sos (V e. v.) en los antiguos reinos de Asturias, ceptúan castillos de moros y en ellos fingen sus
Galicia y León, y en provincias como Salamanca. consejas y encantamientos».
Generalmente acompaña alguna terminación á Evidentemente estas fortificaciones que boy
la voz latina castro, por ejemplo: Castrobol, decimos pasajeras, yquesin embargo llevan más
Castro Cóntrigo, Castro de Rey, Castro del Rio, de veinte siglos, habrán tenido uso y aplicación
Castro Gonzalo, Caslrogcríz, Castromocbo, Cas varias veces en el trascurso de los tiempos. El
tro Ñuño, etc. Por otra parte, es verosímil que militar pensador, si quiere fijar un poco su aten
Castrejon, Castril. Castrillon, nombres también ción, verá en estos castros el argumento más
muy comunes, sean diminutivos ó corrupciones convincente en pró de la conveniencia, de la
de castro (V. Castillo;. El estudio histórico ó utilidad, de la necesidad indispensable, hoy co
casi arqueológico de estos numerosos castros mo hace dos mil años, de la fortificación de
ilustraría mucho nuestra historia antigua. Están campaña.
en ciertas comarcas combinados, ó como algu
CASl'S BKLLI. Los diplomáticos, muy aficio
nos dicen, conjugados, ofreciendo sistema estra
nados al tecnicismo latino, usan esta expresión,
tégico, muy practicado por las legiones romanas, que literalmente dice caso de guerra, para desig
destinadas siempre á mantener los países sub
nar el punto de las negociaciones en que aque
yugados, más bien por la superioridad moral, lla sepresenta amenazante y hay que acudir
que por la fuerza numérica. Asi, en la región de al niazo militar. Este, al oir casus bclli, sino des
Galicia, en que todavía se conservan vestigios envaina siempre la espada, la saca por lo menos
de sus trabajos de minería, están visibles tam preventivamente, para cerciorarse de su temple
bién los de sus castros ó campamentos que, como y de su estado. Tampoco está demás esa precau
es sabido, nunca dejaban de fortificarse con ción en el casus feileris, caso de alianza, que
más ó menos perfección. En el Dice, geogr. de. muchas veces entraña graves obligaciones y
Madoz, art. Castro, se lee: «Se llama asi una coli compromisos militares, como aquellos que sobre
na, á media legua de Ponferrada, de bastante al vinieron en tiempos de Cárlos III y Cárlos IV.
tura, cuya cúspide se ha allanadoartificialmentc,
rodeándola de un foso, y construyendo con la CATABAL1STICA. Antiguamente lo mismo
CATA -S45- GATA
que balística y poliorcética: lo concerniente á es decir, la primera pieza de la moderna artille
máquinas de proyección ó tiro ántes de la inven ría, sólo fuera usada como máquina de sitio, co
ción de la pólvora. mo arma neurobalistíca, inmóvil ó fija en el ager
CATAFRACTA. CATAFRACTARIO. Voz ó batería. Perfeccionada la mecánica sucesiva
griega kataphraclos, y genérica, que significaba mente en los tiempos de Filipo, de Alejandro)
cubierto, armado de la cabeza á los piés, en las de Demetrio, de Arquímedes, la catapulta, en ge
antiguas milicias griegas y asiáticas. Los roma neral, las máquinas de proyección se hicieron lo
nos luego adoptaron el nombre de catafrarla- comóviles, á la manera que la tosca lombarda,
rius, sinónimo de clibanarius, griego también, convertida en cañón, rodó al poco tiempo sobre
para designar, en general, al jinete armado, equi los campos de batalla. Alejandro ya se sirvió de
cataphracti, es decir, envolviendo la idea de catapultas y balistas, para favorecer el paso de
armadura completa en hombre y caballo. «Tigra- los ríos, es decir, cañoneaba y despejaba la orilla
De rey de Armenia tenia centra el exércilo roma opuesta. Escipion en Cartago, Sila en Aténas, Cé
no, del qual era Capitán Lúculo, G. L. mil de á sar en Marsella usaron grandes parques de máqui
cauallo, entre los quales auia muchos armados nas que los historiadores enumeran. En la deca
como los hombres darnias de agora y Uamauan dencia de la milicia romana, es «obligatorio» en
los Catafrates.,... y quien cscriue de aquella ba todos los autores deplorar, como causa ó como
talla desprecia mucho aquellos Catafrates, mos efecto, el número considerable de máquinas que
trándolos inútiles». (Diego de Salazar. De remi- arrastraban consigo las legiones «enervadas».
litari. lib. 2. 1536). La materia de las escamas Todo esto es corriente.
de las armaduras variaba. Ordinariamente eran Pero al entrar en pormenores sobre «la for
pequeñas planchas de hierro; pero también las ma, disposición, objeto y uso de la catapulta» es
había de cuero preparado y aun de madera muy donde comienza el embrollo. Para unos el nom
dura. Lo notable era cómo se plegaba al cuerpo. bre es genérico, para otros especial. Los primeros
En el triunfo de Lúculo se presentaron sesenta sostienen que tiraba todo género de proyectiles,
jinetes cubiertos de hierro, que sin duda fueron pu dras, dardos, artificios incendiarios; y que pa
los primeros que se vieron en Roma. También se ra designar esa universalidad tomaba el nombre
llamaron clibanarios y, cuatro siglos después de de polybola; cuando sólo arrojaba piedras los de
Lúculo, Ammiano Marcelino llama así á los cata- petrobola, lithobola, petraria, cuando dardos, fa-
fractas persas.—Indudablemente se ve aquí el láricas, cuadriellos, los de oxybola, doribola, pa-
tipo y arranque de la caballería encapacetada y linthona; cuando no tenia más que un árbol ó
bardada en la edad media, pero no debe olvidarse brazo, monaneona etc. Otros prentenden estable
lo que se advierte en el artículo Armadura ¡V. Cli- cer distinción entre balista y catapulta, fundán
bano, Pancera, Cota;. dose en la diferencia de nombre; como si al des
cribir la artillería del siglo XVI, los centenares
CATALOGO. Esta voz , puramente griega de nombres, á cual más extraño, de las piezas
¡catálogos del verbo katalogein, contar, era, se (V. Artillería, Cañón) dejasen de representar
gún Robinson, técnica de la milicia antigua dé todos el simple tubo de bronce ó hierro llamado
aquel país, donde tenia su actual significado de cañón, de mayor ó menor diámetro, grueso y
lista Estar en el catálogo era servir en el ejér longitud. En el hecho de constituir las máquinas
cito, estar alistado. la antigua artillería, y de haber, como es histó
CATAPULTA. Voz latina, catapulta, deriva rico, tropas 'especiales destinadas á su servicio,
da del griego katapeltes. Una ¡de las principales racionalmente habría clasificación en géneros y
máquinas antiguas (V. e. v.) de proyección ó tiro especies, en calibres, como ahora decimos; pero
que más ha ejercitado la paciencia de los erudi al profundizar «n este punto todo tiene que ser
tos de todos tiempos, incluso el nuestro; logran conjetural, por la sencilla razón de no haber lle
do que la cuestión, de suyo estéril y ociosa hoy gado hasta nosotros ninguna máquina, ni siquie
disponiendo de la pólvora, léjos de esclarecerse, ra la representación dibujada, ni aun la descrip
se haya hecho insoluble y hasta enojosa. ción clara por escrito. Con los tres capítulos que
La invención de la catapulta se pierde en la Vitruvío emplea en describir la catapulta se
oscuridad de los tiempos, y, constituyendo la ar queda uno tan á oscuras como con los de Vege-
tillería de las antiguas milicias, ha seguido racio cio. Las inducciones y láminas de Stewechio y
nalmente las oscilaciones históricas de todos los Justo Lipsio, de Welly, de Folard, de Maurert,
ramos del arte militar. Es verosímil que en su de Guischardt, son puras invenciones. Es vana la
origen la catapulta, como más tarde la lombarda, repetida distinción de que la catapulta tiraba
GATA — 246 — CATE
dardos y la balista piedras ó á la inversa. Textos concuerdan y muchas son contradictorias: los
hay que pueden apoyar las dos opuestas asercio unos quieren que sea, como está probado que lo
nes: «Ne saxa ex catapulte latericium discute- fué, arma de tiro curvo, y otros de tiro directo,
rentt. (César. Bell. civ. lib. 2). «Catapulto! tur- y otros de los dos al mismo tiempo: muchos en
ribus imposita et qua? spicula mitterent, et quw fin confunden balista con catapulta: asi Carrion
saxa». (Appiano. ¡héticas.) Nisas cree que balista grande y catapulta eran
Guischardt sostiene que los matemáticos una misma cosa: la cuestión es insoluble».—
griegos llamaban balistas á las máquinas de Tino Dejémosla asi.
CURVO Ó PARABÓLICO, y CATAPULTAS a las de DIRECTO CATAR. Antiguamente examinar, ver, regis
ó recto. Maizeroy le contradice: unas veces con trar, advertir, buscar, mirar, guardar, cuidar,
tiene, otras no. Este erudito escritor dice en un curar. «En la celada (emboscada) deben ser ca
pasaje: «Catapulta es nombre genérico de todas tadas tres cosas» (Ley 30. til. 23. parí. II.)
las primitivas maquinas que disparaban con ma «De como andando en hueste (saliendo á cam
yor fuerza que el arco manual » Y en otros- paña ó expedición) deben tincar (quedar) gentes
"En suma, la voz catapulta, aunque genérica, ordenadas que caten (cuiden) la villa dia y no
designó andando el tiempo, y especialmente en- che». (Fuero de las Cavalg. tít. 38).—En otro
Ire los latinos, la máquina exclusiva para tirar sentido: «Apeóse Don Quijote para catarle las fo
flechas....» En otro: atormenta y catapulta! to ndas». (Parte 2. cap. 28/.
madas en sentidogipneneo, designan siempre,má
quina balística, en general, onagros....» En otros- CATARATA. Voz griega que pasó al latin.
«catapulta, en sentido particular, era lo mismo En geografía, algo más que salto y cascada (V.
que escorpión ú oiibolo». Tara dejará todos con e. v.) Cascada grande. Ordinariamente sólo se
tentos Maizeroy no encuentra «inconveniente» dice del Nilo y del Niágara.—En fortificación
en tirar balas de hierro con la misma catapulta permanente lo mismo que peine ó sarracinesca.
destinada á dardos, cambiando la canal y po CATEAR. Antiguamente buscar, descubrir.
niendo una faja ancha como una cincha en vez CATEGORIA. Esta voz griega ha pasado del
de la cuerda redonda. tecnicismo de la lógica al lenguaje usual, para
Al resucitar las olvidadas máquinas poliorcé- significar estado, carácter, funciones; y en la
ticas en la edad media, la cuestión se complica milicia grado, representación.
de nuevo, por los nuevos y más localizados nom
bres que reciben. El simple ariete (V. o. v.) la CATERVA. Dice. Acad. 1 dice: «Puede ser
viga demoledora, tomó varios que pueden verse voz que tomaron los latinos de los galos; pues
en su artículo: calcúlese los que tomada la ca entre ellos llamaban catervas á las legiones ó
tapulta, más complicada, por ejemplo: tormen cuerpos que teman en sus ejércitos, que consta
to itormentum) , biblia, brícola, libra, clidaóli- ban de 6.000 hombres». También lo dice Ci.o-
da, lithobola, garrote, trabuco, príapo, onagro, nard, pero no recordamos el pasaje. Terreros da
pedrera, petraria, doribolo, engeño, escorpion, en este sentido caterva, y catervarios á los gla
fonevol, fund1bvlo, gossa, gucia, mangana, mo- diadores que combatían en tropas. Caterva para
nangona, muschetta, petróbolo, sermal1a, tripan- los romanos, tácticos y legionarios, era voz «ge
nérica» para expresar turba, escuadrón, unidad
TO, TRUENO, etC.
La manía de resucitar las catapultas ha cun confusa, no sólo de los galos, sino de los celtíbe
dido á hombres de este siglo como el alemán ros, de los númidas, en una palabra, de los bdr-
Ciriacy, el francés Carnot, hasta el punto de baros: pues, sabido es, que en esta denomina
haberse hecho ensayos y experiencias. ......Veffet ción comprendían lo que no era romano, ó por
en a été miserable>» dice Carrion Nisas, y puede lo menos latino. Vegecio (lib. 2. cap. 2) dice:
presumirlo el lector. Nos parece haber leido que «Galli atque. celtiberi, pturesque barbarices na
el mismo Napoleón III ha pagado recientemen ílones cateuvis utebantur in prwlio». Y Salustio,
en Yugurla, dice: «catervas Numidarum». Y
te tributo á esta veleidad arqueológica. Seria sin
Tácito, más genérico: «Barbari catehvis decur-
duda por el ritual de familia, imitando á su tio.
El Diccionario de Bardin, que no sólo ilustra, reníes». Tan usual era esta voz, que produjo
sino que «espanta» con su erudición, concluye hasta su correspondiente adverbio, catervatim,
el articulo catapulta, donde cita numerosos au esto es por catervas, en tropel, desordenada
tores, con este párrafo: «Que no se pretenda mente, vjam primi conseruerant manus cum
hallar en todos estos escritores una descripción alü catervatim currerent». (Tito Livio).
precisa de lo que era catapulta: pocas opiniones CATEYA. Nombre latino, cateja , de un pi
GAUG - **7 - CAVA
ui. carzo, iw alisa, según San Isidoro, usada por Gossa).—Difícil es averiguar la verdad á través
los antiguos germanos. Parece, pues, inexacto de las correcciones y corrupciones que ha sufri
le siguiente texto de V. G. IComp. de hist. mili do Vegecio, ó le han hecho sufrir sus anotadores
tarap. T. I. pág. 37J: «También usaron los go ó «ilustradores». Stewechio dice que esta «cor
dos el arco, y entre las diferentes especies de rompido» este pasaje; y Justo Lipsio, que no
FLtciusque emplearon, fué bastante nombrada quiere cadsias, sustituye gatos, caítos.—Aom-
la cateya teutónica, que era un dardo pesado no (Ijtxic. mil.) cita textos de Valerio Máximo y
que heria con mucha fuerza». Morbtti y sus co otros en que causia es yelmo, visera, casco y pu
pistas dicen cateca, no sabemos por qué. do muy bien ser. (V. y comp. Loriga).
CAUCE. «Conducto descubierto ó cequia, CAUTELA. En el siglo XV sinónimo de ar
por donde corren las aguas para riegos ú otros did, estratagema «....pues viéndose apretado por
usos». (Dice. Acad. Esp. yAcAD. Hist.) ¿Y no pue lahambre, ydesusguerrerosmuy menoscabado,
de decirse cauce de un rio, aunque esos dos dic- y que no tenia remedio de mantenimientos, ni
aouiKM no lo autoricen? Caucera, Cacera, Caz, el Rey le socorria, acordó de usar una cautela
son sinónimos. con sus enemigos, ántes que la hambre, vence
CAUCION. Del latin cautio. Voz técnica en dora de todas las cosas le matasse».—También
diplomacia para expresar la prenda, general lo da el P. Terreros en este sentido de estrata
mente personas en rehenes ó plazas fuertes, que gema: y los derivados cautelado, cauteloso, cau
garantizan recíprocamente la leal ejecución y telar, recelar alguna cosa, precaverla; cautelar
cumplimiento de un armisticio, de un convenio, se, precaverse. Don Carlos Coloma censura en
de un tratado. estos términos la excesiva cautela ,en sentido
de recelo y precaución) de Farnesio en el céle
CAUDAL. Como sustantivo, expresa copia, bre encuentro de Húmala (1592): «Tuvo aviso el
abundancia. Como adjetivo, era antiguamente duque de Parma de que se retiraba el enemigo,
sinónimo de principal. Lo mismo que caudaloso, y con todo eso no se resolvió en dar licencia de
en los ríos.—Caudales en un regimiento, en un arremeter á su caballería: tanto pudo la apren
ejercito, lo mismo que caja, cajas, fondos. sión de aquel aviso primero, ó la prudencia de
CAUDILLO. «El que guia, manda y rige la querer cautelarlo todo, que tal vez malogró muy
gente de guerra, siendo su cabeza, y que como buenos sucesos: como al revés suelen las resolu
á tal todos obedecen». (Dice. Acad. 1). Del latin ciones aventuradas granjear muchos buenos: sa
capul, cabeza, de donde luego cabdiello, cabdi- ber tomar el punto del acierto entre estos dos
110. Covakrubias añade: «caudillo, quasi cavens- extremos mejorpuede desearseque pretenderse».
allium. porque ha de cuidar de toda su gente». (Guerr. de Fldnd. líb. 5).—Cautelar, según
CAUSA. Voz en teramente latina. Razón, mo Dice. Acad., es prevenir, precaver.
tivo, interés de una guerra. «Advertido del pro CAVA. Voz que Covarrubias hace arábiga de
ceder «leí principe de Bearne, y de la poca espe origen hebreo; pero en latin hay el verbo cava
ranza «iue se podia tener de su reducción, de re. Asi como Carcaba, significó antiguamente el
termino ayudar la causa católica, no sólo con foso, ya de fortaleza, ya simple excavación, zan
palabras, sino con obras. Coloma. G. de Ftándes. ja ó trinchera. Diego de Salazar, hablando de
libro i;. También decimos: defendió la causa de atrincherar un campo á la romana, dice: «Luego
Don Carlos perdió su causa.—Lo mismo que vos una cava mostráis querer hacer é la redonda
raocisso criminal. Encausar, formar causa, abrir de vuestro ejército, y si ansí fuese, paréceme ya
proceso.—Causar, bajas, guerras, estragos, va intolerable fatiga que en cada asiento de campo
cantes. hubieren de hacer cava». (Dere militari. lib. 6.
CAL'SARIO. En la milicia romana, según 1536). «César fué luego tras ellos y hallándolos
Aqciso, Ulpiaso, Tito Livio y otros, era el sol puestos en lugares ásperos y de mucha angostu
dado herido, valetudinario, inutilizado que go ra, cercólos de una cava». {Comen, grec.) «Ha
zaba premio ó haber de invalido. bíanse edificado nueve torres para resistir á los
combates y arremetidas, y habíase cercado la
CAUSIA. Uno de tantos nombres que tuvo ciudad con cavas y palizadas». (Sal. de Mend.
laHAoristANTiGUA llamada gata. Según Blesson, Crón. del Card. lib \. cap. 66) . «El foso, á que
tomaron este nombre latino, al reaparecer en la otros llaman cava, se divide en seco y con agua».
fOAD hedía, las antiguas vinea, que los romanos (Puga y Rojas, lib. 3. cap. I).—En trabajos de
usaron en los sitios de plazas. (V. Capsa, Gata, tierra, algún ingeniero llama castizamente cava
GAZA
al total de tierras del desmonte ó de la excava eran ligeros, respecto al homrre de armas. Ar
ción, con destino á un terraplén ó relleno. cabuceros a caballo, argoulets, herreruelos, es-
CAVADOR. Antiguamente el zapador ó aza- tradiotes, CARABiNos etc. son otras tantas deno
minaciones de una misma cosa; como también
donero. (V. e. v.) lO SOn ATAJADORES, EXPLORADORES, DESCUBRIDORES,
CAVERNA. Cueva profunda ó concavidad CABALGADORES, CORREDORES, ESCARAMUZADORES, TI
debajo de tierra ó abierta en alguna peña. (Dice. RADORES, HÚSARES, FLANQUEADORES, FRANCOS, FUSILE
Acad. Esp. y Acad. Hist.) ROS, batidores, etc. Hay, pues, en todos tiempos
CAVERO. En la alianza ó convenio que Jai una tropa ligera, por oposición á tropa pesada, de
me I de Aragón celebró en 23 octubre 1255, con ORDENANZA, DE BATALLA, DE LINEA; Ulia tropa mó
Remiro Rodríguez contra Alonso el Sario, se lee: vil, inquieta, incoercible, autonómica, por an
a . . . .eonveni mos é prometemos á buena fé senes tot tagonismo á otra pausada, sólida, ordenada, ce
engayno á vos D. Bemir Rodríguez que vos tin remoniosa, automática. Desde muy antiguo el
gamos quitos vint caveros, en los cuales deve- hecho concueida con el raciocinio.—Pero en
des haber quince con cavallos armados et loscin- España, con su táctica reciente, con el arma
go con cavallos et armas; et debedes haber entre mento perfeccionado ¿hay razón para respetar
todos L X X X bestias, et entre escuderos et otros el principio, sólo porque sea antiguo? La contes
homes, devedes seer entre todos cicnt homes; tación no es de este lugar. —Desde luego la de
et daremes cascum an por vestir á cada uno de nominación de cazador, si bien tiene aceptación
los caveros C. C. sol et á vuestra persona C. sol, extensa, no es unánime. Citemos textos recien
mas que á los otros caveros E prometemos tes. «El titulo de Cazadores, tan admitido en el
vos encara de enmendar á los caveros si cavallos ejército, quisiéramos que desapareciese, asi pa
ni otras bestias perdían en facenda ó por correr ra las compañías, como para los batallones y pa
dalgara ó por sobrecarga E yo Don Remir Ro. ra los regimientos que en la caballería lo llevan,
driguez promito á vos dyto scyno rey que vos pues ó es un nombre que nada significa, asi
tendré los ditos XX caveros asi como dito es milación puramente ficticia, ó so pretende
de suio; et sin menguava ninguno que no me analogía con la caza, en lo que á mi jui
dedes ración por aquel ó aquellos que men cio se rebaja la profesión militar; para que
guarían, etc. (W. Cabería). [Memorial hist. esp. alguna exactitud hubiera, seria preciso aplicar
T. I.pag. 75). lo á cuerpos dedicados á hacer la guerra de sal
CAYO. «Islote ó peñasco en el mar, por lo vajes, la persecución y exterminio de hombres
común infructífero y de corta extensión. Abun por los medios y las asechanzas que se emplean
dan en las cercanías de la isla de Cuba». ¡Dice. contra las fieras». (C. X. Sandoval. Asamblea
Acad. Esp. y Acad Hist.) 18(53. Artículo contra las compañías de prefe
CAZ. «Lo mismo que cauce ó cequia. Canal rencia.) «La denominación de cazadores se pres
construido junto á los ríos para tomar ó derivar ta á reflexiones poco humanitarias. Por más que
de ellos el agua y llevarla á donde conviene». ontre el ejercicio de la caza y el de. la guerra hay
(Dice. Acad. Esp. y Acad. Hist). algunos puntos de contacto, es preciso convenir
CAZADOR. Desdo los tiempos más antiguos en que son cosas muy diferentes. Ya que tantas
y rudimentarios de la milicia, se ve aparecer en denominaciones se han dado á las cosas ¿porqué
torno á la masa principal ó núcleo de un ejerci nuestros cazadores no se llamaron alguna vez
to, una nube ó enjambre de otra especie de sol guerrilleros? Denominación más propia, nacio
dados, (V. Caballería) con diferentes nombres, nal é histórica que la de cazadores. (J. Cuzmas.
pero con idéntico objeto. Los peltastas griegos Est. sobre cab. pág. 9).
son primeramente ligeros; pero más consolida Esto, en cuanto al nombre. Respecto á orga
dos si so pudiera. decir, más cubiertos, más uni nización y táctica por compañías y batallones,
dos luego, entran ya en el cuerpo de la falange, también hay paracere* diversos y encontrados,
y quedan como ligeros los acrobalistas, los j Citemos en prueba uno, también moderno y res
psilites, los noNDEBOs. —Los romanos, bajo el petable. «El empleo exclusivo de la compañía
nombre genérico de ferentarios [ferentariij vé- de cazadores, para dotar de tiradores la línea
lites, auxiliares, baleares, cubren y protegen la de batalla, ofrece grandes desventajas. En efec
legión. En la edad media, aroueros, almogáva to, para cubrir el batallón y conservar su reser
res hacen el servicio avanzado y todo el que es va, la compañía está obligada cada vez á entrar
lincouipatible con la caballería (V. o. v.) pesada toda entera en acción. Colocada además, como
y encapacetada. Aún en esta urina ios jinetes lo está, en un ala, los hombreado la extrema de-
GAZA — 249 — GAZA
recha á cada entrada y salida tienen que andar Sin profundizar más estas graves cuestione
lateralmente, y á la carrera, una distancia de de organización y táctica, que salen, ó no en
250 pasos, cuando el batallón sea completo. Por cajan holgadamente, en el modesto cuadro de
vigor que se le suponga, una compañía de caza esta obra, apuremos el origen y sigamos, como
dores sucumbirá pronto a tal fatiga. Y no paran de costumbre, la marcha histórica del moderno
aquí los inconvenientes del sistema. Pertene cazador, en su lato sentido de soldado de infan
ciendo la compañía al frente de batalla, siendo tería ligera.
de él parte integrante, cuando está en acción, el Clonard [Hist. org. T. V. pág. 145), afirma
frente se disminuye, el intervalo de los batallo que Felipe V (hácia 1701) resolvió la formación
nes, de suyo grande, se aumenta todavía con to de un tercio de infantería ligera, cuyo mando
do el intervalo de la compañía; y tal estado de fué confiado al maestre de campo Don Blas de
cosas podría debilitar singularmente la fuerza de Trinchería, y la de otro, para el servicio de la
la linea si, como frecuentemente sucede, los ti artillería con la denominación de fusileros rea
radores son rechazados Jejos; resultaría, pues, les, poniendo á su frente al marqués de Villar-
que las relaciones tácticas elementales serian rocha. Pero el diligente historiador no añade si
turbadas y las evoluciones se harían difíciles, la resolución «tuvo efecto» y se llevó «á la prác
sino imposibles. La antigua escuela francesa ó tica». Es lícita la duda para el que haya desen
perpendicular, ]que inventó y formuló en regla trañado un poco los principios orgánicos y tác
mentóla guerra de tiradores, supo desde luego ticos que en aquella época regían, y más áun
evitar estos escollos. Más arriba hemos visto que para el que recuerde y lamente que á la sazón
no tomaba sus tiradores del frente mismo de ba España no tenia ojos ni criterio más que para
talla, sino que los colocaba detrás de las alas, copiar á roso y bclloso lo bueno y lo malo de la
disposición aprobada por Napoleón, Bugeaud y patria de su nuevo rey. Ahora bien: consta por
Dufour. Consideraba en efecto como injustifica- testimonio y autoridad «francesa» que la voz ca
blc que siguiesen participando de los fuegos y zador, chasseur, no sonó oficialmente en Francia
peligros de la línea, los mismos soldados que hasta el decreto de I .° noviembre 1743 creando,ó
acababan de batirse en orden disperso. Si se REORGANIZANDO la LEGIONMiXTRANGERAdeFlSCIIER. LOS
quisiera plegar nuestra organización á los pre verdaderos chasseurs de regimiento no nacieron
ceptos de aquella escuela, bastaría adoptar como en Francia hasta la guerra de 1756, en que los
fundamental el órden en dos filas y considerar copió de Prusia. Los coroneles, por sí, pusieron
las dos compañías de preferencia, como cuerpo dos ó tros tiradores hábiles en cada compañía.
de flanqueadores, destinados á proporcionar ti El mariscal de Broglie los reunió luego. Disuel
radores de combate. Quizá fuese preferible, y tas aquellas compañías en 1762, volvieron á res
más conforme á las reglas, organizar uniforme tablecerse en 4 77 1 , ya con distintivo y charrete
mente todas las compañías del batallón y con ras verdes. En 1784 fué cuando los regimientos
sagrar dos alternativamente á este servicio de tuvieron su respectiva compañía. No es, pues, ló
flanqueadores. Las ventajas son manifiestas. gico ni razonable que en aquellos desdichados
Cuando el batallón marcha y combate en linea, tiempos se «atreviese» nadie á introducir en Es
las compañías de flanqueadores dan los tirado paña cosa que no se hubiera inventado ó dese
res de batalla; cuando una linea de batallones chado en Francia (V. Táctica). La cita anterior
carga al enemigo en columna, guarnecen los in será, todo lo más, una veleidad de Felipe V. el
tervalos; cuando el batallón carga en linea des Animoso, á quien Clonard, y otros muchos re
plegada, ó cuando es atacado, hacen el papel de verencian como reformador de la milicia espa
reservas; el mismo pueden hacer cuando el ba ñola. En vida de aquel monarca, es indudable
tallón defiende una posición ó localidad, ó cuan que sería tan provechosa esta lisonja como peli
do se dispersa todo entero en tiradores. En este groso el combatirla; pero siglo y medio después
fcso los tiradores se toman en la línea de bata- no se acierta porqué se ha de continuar en erro
>" las compañías de flanqueadores les sirven res ó exageraciones que á nada conducen.
de sostén permanente. Ultimamente en terrenos La prueba de que estos cazadores de 1701 pe
cortados, semejante disposición permite supri- caban de «prematuros», la ofrece el mismo Clo
m'r 'a segunda línea. —Es evidente que esta nard en la misma obra y en el mismo tomo,
formación de la antigua escuela francesa es per página '281, donde dice: «Los fusileros de mon
fectamente racional, y ofrece al táctico recursos taña creados en 1735 y reformados en 1748 eran
1"* no proporciona nuestro sistema actual». verdaderos cazadores: pero en su organización
"m»rd. Consid. sur la tacl. pág. 65-67). eran cuerpos francos. En 1762 fué cuando, con
32
GAZA — 250 — CEBA
el nombre de Voluntarios de Aragón y Cataluña, catalanes fueron declarados permanentes en 1763,
se formaron dos regimientos ligeros de pié fijo con el nombre de 1." y 2.° regimiento de infan
verdadero origen de esta especie de infantería. tería ligera de Cataluña. Aquí está el origen. Y
Constaban de dos batallones de a seis compa si sobre él llamamos la atención, es por mostrar
ñías. En 1763 (marzo 10) mereció la consagra lo que tarda una idea en «hacer su camino»
ción de decreto orgánico el anterior de creación tanto en I'rusia, como en España. De Francia,
de 1762 (febrero 19) por lo «bien que habia pro no digamos. El célebre Guibert encabeza, algu
bado».—La índole de estos cuerpos era venta nos años después, un capítulo de su Essai ge
josa: habían de reclutarse en Aragón y Catalu neral de taclique con este epígrafe: «De cómo
ña haciendo en las fronteras el servicio disloca se puede pasar sin tropas ligeras». (V. Táctica).
do de vigilancia militar, y hasta de persecución Dado ya el primer paso en firme, en 1792 se
de desertores y contrabandistas. Dependían de crearon en España dos batallones más; en 1793
la Dirección general de Infantería». Y añade en tres, y por fin, en la reorganización general de
la página 274: «La infantería ligera, hacia 1750, 1802, la infantería quedó con doce batallones
tenia, en vez de casaca, chupa con mangas, cal ligeros permanentes además de los ocho tirado
zón ancho con calcetas y alpargata , pañuelo al res embebidos en cada compañía de línea. El
cuello y gambeto pendiente del hombro izquier reglamento de 23 enero 1 809 ya da á cada bata-
do. Sus armas eran escopeta y bayoneta, y lle LLon una compañía de granaderos, otra de caza
vaba el soldado una bocina de metal para enten dores y seis del centro, llamados fusileros, en
derse con los compañeros y jefes». otro sentido que los de montaña, arriba men
Decker da en 1740 la primera y formal crea cionados. El reglamento de 8 mayo 1812 les dió
ción de cazadores por Federico II, que reunió los sable; y una real órden de 17 abril 1819 los asi
guarda-bosques, excelentes tiradores, de cuyo miló del todo á granaderos. En la reorganización
cuerno ó bocina de caza viene también la actual de 1828 quedaron seis regimientos de infantería
corneta, como instrumento y como emblema dis ligera de á dos batallones. —Los veinte sueltos,
tintivo. Mácia el fin de su Minado organizó ya que existen en 1867, tampoco deben «entron
batallones que subsistieron durante la paz: has carse» con estos últimos regimientos ligeros.
ta entónces, se disolvían concluida la guerra. Sabido es que fueron organizados «sobre ba
Luego Federico Guillermo II, formó batallones ses muy diferentes» por el general Don Manuel
de fusileros que subsistieron hasta 1806.—Atri de la Concha en la expedición á Portugal de 1847.
buye con verosimilitud el autor prusiano la pro CAZAR. Expresa la idea de una precisión mor
pagación á la guerra de la independencia ameri tífera en la puntería, verificada por tropas es
cana, con sus riflemen sueltos (1777). Y' es po cogidas, á cubierto é inabordables. «Nos caza
sible que no se trasmitiese á la Europa por estar ban», tiraban sobre nosotros á salvo, con la fir
entónces muy lejos aquellas tierras. meza de puntería que da la ausencia de peligro.
En materias históricas nunca está desobrael —También en tropas ó bandas dispersas, que
detenimiento y la crítica. Se puede empezar, buscan la última salvación por bosques y terre
como se ha visto, la filiación del cazador con el nos quebrados, el verbo cazar marca el último
i'Silite griego y el vélite romano; pero ese for acto de la persecución individual ó por peque
zado encadenamiento perturba cabalmente la ños grupos. —Mejor es aún Desanidar.
sucesión de los hechos. El cazador moderno, tal
como hoy se entiende, no va más allá del último CAZOLETA. Pieza de la antigua llave del
tercio del siglo pasado . Cuando se dice, y es fusil , donde se echaba un poco de pólvora , ó
exacto, que el duque de Montemar levantó dos cebo que se inflamaba con las chispas del peder
batallones de cazadores , debe entenderse de nal, sujeto en el pie de gato, al dar golpe en el
francos. Y tanto fué asi que los levantó d su cos rastrillo. El oído comunicaba la carga del cañón
ta, en Cataluña, Don Antonio Xipell. Pero bien con el cebo de la cazoleta, que primitivamente
se ve que no entrarían en la organización de se llamó cazoleja.—En la espada, era la empuña
aquel tiempo, cuando fueron disueltos en 1748 dura, que formaba una verdadera cazuela de
contra el parecer del marqués de la mina. Para hierro, para cubrir la mano.
la guerra de 1762 volvió á «levantará su costa» CEBADEROS. Nombre con que la versión
un batallón de 1 200 catalanes Don Miguel Boix castellana del Fuero-Juzgo designa los Dispensa-
comandante que fué de uno de los anteriores. tores y Eroga/ores latinos, esto es, los encarga
También levantó olro, en 26 junio del mismo dos Ó ASENTISTAS de VÍVERES de los EJÉRCITOS GODOS,
año, Don José Veciana. Estos cuerpos francos que se obligaban á satisfacer los pedidos bajo
CEBA - 25i - CEJA
pena de pagar el cuadruplo por cada dia de re ta ó fogón de las armas de fuego.—Cebo de (no
tardo. No es impropio tal nombre, si se consi á) fricción, es el que se usa actualmente (1867)
dera que la caballería predominaba entonces: y para la artillería, y consiste en un pequeño tu
muy posteriormente, en crónicas de últimos de1 bo de cobre, y de dimensiones que varían según
siglo XV, en que ya iba figurando la infantería, el calibre de las piezas para que se destinan,
y hasta los espingarderos, se usa constantemente cargado con pólvora humedecida con alcohol ó
la frase dar cebada para expresar el alto, la sus aguardiente Tuerte. A uno de los extremos del
pensión de la marcha, con objeto de comer los tubo se adapta una plantilla de cobre que recibe
RANCHOS. el mixto fulminante, con hendiduras trasversa
CEBADOR. El frasco pequeño con muele les para aumentar el rozamiento y un orificio
para verter la pequeña cantidad de pólvora en que comunica con el del tubo: sobre esta plan
la cazoleta. Los arcabuceros y mosqueteros de los cha se coloca además el frictor que se reduce á
siglos XVI y XVII lo llevaban, y se conservó has" una cajita de latón, doblada sobre sí misma, pa
ta mediados casi del XVIII. Era de «madera del ra dejar al extremo un anillo donde se fija el ti-
aire», esto es, cuerno, según Clonard. [Hist. or ra-frictor; esta fajita tiene unos agujeros abier
gánica. T. V. pág. 137). tos á punzón que producen puntos salientes de
metal, los cuales frotan con las hendiduras tras
CEBAR. Movimiento reglamentario en el ma versales de la plantilla, y en los que también se
nejo de las armas de fuego, que ántes consistía
pone mixto fulminante, que se compone de clo
en verter una corta porción de pólvora en la ca
rato de potasa y sulfuro de antimonio mezclado
zoleta, y ahora (1 867) en colocar la cápsula en
en razón de SI á 49, con algo de polvorín y di-
la chimenea. En las piezas de artillería, al anti
suelto con aguardiente para poderlo dará pincel:
guo chifle y estopín ha sustituido el cebo (V. e-
terminada la construcción del cebo, que tiene
v.) fulminante. —También el verbo cebar tiene
la forma de un pequeño martillo, se rodea y cu
la significación de prender, agarrar, penetrar, bre con hilo de lana toda la parte superior ó ca
como cuando se dice que un tornillo ceba, ó la
beza, y se sumerge en un baño de lacre ordina
llave del arma de fuego en el fiador; ó como en
rio disuelto en espíritu de vino, y el otro extre
este pasaje de Coloma (G. de Flánd. lib. 7.): «El
mo del tubo se toca en un baño de cera derreti
encuentro le cogió por las espaldas y le salió á
da á fin de preservar la carga y el fulminato do
los pechos: tal es la furia de un caballo y la de
la acción atmosférica y evitar otros accidentes.
una lanza, si ceba».—Cebarse en el enemigo es
causarle muchas bajas, no dar cuartel. —Cebar CEBRATANA. Lo mismo que cerbatana.
se en los prisioneros ó en paisanaje indefenso no CEDER. Cejar, retroceder, retirarse, some
es digno del buen soldado. Tampoco lo es cebar terse, rendirse.
se en el saqueo «hay otros que, cebados en CÉDULA. (V. Despacho).
el saqueo, no atienden á la llamada que les to CEGAR. Macizar, terraplenar fosos, trinche
can los instrumentos de guerra, aunque sus ca- ras, brechas.
maradas sean embestidos por tropa? de enemigos «Unos con ramas, tierra y con maderos
que sobre la función suelen llegar» {Santa Cruz. «Ciegan el hondo foso presurosos
Reflex. mil. lib. 13. cap. i).—En sentido tácti (Ercilla. Arauc. Cant. 19, oct. 20).
co, cebar tiene el de atraer, engañar al enemigo, «Los españoles que habían aquella misma
como dice Avila y Zúñiga (Coment.): «Procurar noche desembocado al foso de la villa (Grol-
abajallos (hacerles bajar) cebándolos con esca 1606) empezaron á cegarle, procurando henchir
ramuzas». La escaramuza ó refriega también se le con faginas, salchichones y otras cosas» (Alon
ceba, es decir, se engruesa, calienta ó aviva. so Carnero. Guerr. de Flánd. lib. 16. cap. 2).
CEBETERA. Arquita [ó caja pequeña que se También se dice: cegar cañoneras, aspilleras,
lleva en la cureña de batalla para conducir los casamatas, cuando se destruyen con la artillería
cebos.—Especie de cajita ó bolsa de suela, cha enemiga y quedan inservibles.
rolada de negro, que se lleva suspendida en el CEJA. Dice. Acad. 5. da: «La parte superior
cinturon para encerrar las ¡cápsulas necesarias ó cumbre del monte ó sierra». Pero, diciendo
al servicio del fusil: se cierra por medio de una ántes que es «la parte que sobresale un poco en
correa y botón de cuero: las de metal se lleva ciertas cosas como encuademaciones, vestidos,
ron en el pecho suspendidas del porla-cartu- etc., parece que ceja debe ser, y es en topogra
chera. fía, pequeño pliegue, ondulación, arruga, resal
CEBO. La pólvora que se ponia en la cazole ió del terreno.
CEJA — 252 — CENT
CEJADERO. Correon del atalaje de las ca combate. El nombre de equites [equus, caballo)
ballerías de tronco en artillería, destinado & que luego recibieron, indica el adelanto de com
hacer cejar el carruaje. batir habitualmente montados.
CEJAR. Ciar, retroceder, perder terreno, CELEUSTICA. Voz griega derivada de kel-
marchar en retirada. eusma, que significa orden comunicada por me
dio de una señal ó instrumento, y que Bardis
CEJAS. En la espada, dos hierrecillos que quiere introducir para expresar lo que entende
abrazan el recazo y los gavilanes y son de la fi mos en táctica por toques de caja , corneta ó mú
gura de una uña con su especie de molde en me sica. No sabemos que esta novedad haya tenido
dio. (Dice. Terreros). aceptación.
CELAPA. Del latín celare, encubrir. Varie CEMENTAR. Mámase á la operación que
dad del antiguo casco ó armadura de la cabeza. practican los armeros con todas las piezas de la
La veneciana ó estradiota es la que trajeron los llave del fusil y demás armas de fuego, para
hombres de armas que vinieron á España con Fe que adquieran la dureza necesaria, y consiste
lipe el Hermoso.—Celada de encaje os la que no en meterlas en una caja de hierro, cubriéndolas
tiene gola, y encaja en la gorja ó gorjal, es decir, con una masa compuesta de asta quemada y mo
en la pieza asi llamada que forma parle de la lida, orines y sal común. Después de una media
coraza ó coselete. En italiano célala, en francés hora de fuego, separan la mezcla, echan las pie
salade. —Antiguamente se dijo tropa de celadas, zas en agua, las secan al fuego y las bañan con
tomando la parte por el todo, como de lanzas ó aceite.
corazas. «Y en su lugar se mandó venir otra
compañía de flamencos de cien celadas, que ha CENADOR. Espacio redondo ú ochavado que
bía levantado monsieur de Vilecourtu. (Coi.oma. suele haber en los jardines, cercado y cubierto
G. de Fland. lib. 7;.—Celada era también parte de parras ú hojarasca. También se llama kiosco.
de la llave de la ballesta, que se arrimaba á la CENAGAL. Sitio ó lugar lleno de cieno.
qi ijera.—El sentido militar, que aún conserva CENAGOSO. Lo que está lleno de cieno.
esta voz, es el de emboscada. En la crónica de Al CENTARCA. Lo mismo que hecatontarca
fonso Vil, que debió escribirse Ifltcia 4 1 47, se ¡V. e. v.) centurión, comandante de cien hom
lee: aUiserunt insidias, qum riostra língua (es bres en la milicia griega. El primero de los cen-
decir, en romance) dicit celata, super excelsam tarcas se llamó ilarca.
turremqiUB, noslra lingua, dicitnr alcázar.» Una CENTAURO. Mónstruo, fingido por los anti
celada se arma, se pone; ó bien se da, se cae en guos griegos, mitad hombre y mitad caballo (V.
ella. En el siglo XVI lo usa también Diego de Sa- Caballería). En griego /centauros.
lazar: «Deben sobre todas las cosas los capita
nes, cuando caminan, guardarse de las celadas: CENTENARIO. La voz centurión se sustitu
en las cuales podéis entrar en dos maneras de yó por la de centenario en los tiempos de Vege-
celadas y engaños, ó metiéndoos vos mismo en cio, según él mismo dice (lib. 2. cap. 8): «Erant
el caminar, ó por industria de los contrarios lle etiam centuriones qui siyigulas centurias cura-
varos á meter en ella. Para excusar el primer bant, qui nunc centenarii nominantur».
caso es menester enviar delante descubridores...» CENTINELA. Esta voz, cuya etimología se
[De remilitari. lib. 5. 1 536) . ignora, debió entrar en el tecnicismo militar de
CELADOR de fortificación. Empleado subal Castilla á últimos del siglo XV ó principios del
terno del cuerpo de ingenieros. XVI. Mendoza [Guerra de Granada, pág. 96) dice
severamente: « lo que ahora llamamos cen
CELEMBOLON. Voz griega, compuesta de tinela, amigos de vocablos extranjeros, llamaban
dos, según Dillon, cuilos, hueco y embole, ceña. nuestros españoles, en el dia atalaya, en la no
El orden triangular, ó escítico, ó angular (V. Cú che escucha: nombres harto más proprios para su
neo, Embolon). oficio».—Tanto en la milicia romana como en la
CÉLERES. Nombre latino que tenían los 300 bizantina el nombre que correspondía á centine
primeros soldados Á caballo instituidos por Ró- la era speculator, de specula, garita, puesto es
mulo, y que expresa claramente la diferencia que tablecido en lugar alto para registrar la campa
existe entre aquella imperfecta institución y la ña. En las partidas nunca aparece esta voz:
caballería, como arma y cuerpo táctico. Aque «Otrosi las velas é sobrevelas, á que llaman
llos jinetes montaban, no para combatir, sino pa montarazes, é las rondas que andan de fuera al
ra trasladarse con más «celeridad» al lugar de pié del castillo, é las atalayas que ponen de dia
CENT — 2S3 — CENT
é las ESCUCHAS de noche, todos estos ha menester unas y las otras (si la necesidad los constriñe) se
que guarde el alcaide, quanto más pudiere, que pueden recoger al cuerpo de guardia». (Valdés.
sean leales, faziéndoles bien é no les menguan Discip. mil. edic. de Madrid. 1591). «Pénense
do aquello que les debe dar é ha los de cambiar otras centinelas sencillas sin nombre (V. e. v.)
á menudo de manera que non estén todavía en otros treinta pasos delante de las dobles, que al
un lugar. E el que fallare que non faze bien gunos llaman perdidas: no deben llevar el pro
aquello que debe, en el lugar do lo pusiere de pio nombre que tiene nuestro campo, sino dife
be fazer justicia del, assi como de orne que le rente contraseña, para que cuando tornaren sean
quiere facer traición. Pero los antiguos usaron á por el conocidas; que si llevaren el nombre pro
despeñar á los que fallaban durmiendo en la sa pio y fueren cogidas del enemigo pueden ser
zón que deben velar, después que tres vegadas apremiadas que le digan. Estas centinelas sen
los oviessen despertado castigándoles que lo non cillas, con su contraseña llevan órden que vien
fiziessen. (Ley 9. tit. 18. part. 2.) E non avrán do gente se retiren á la posta y dando aviso de
menester otra guarda, si non talayas de día é lo que vieren y averiguado todas tres que viene
escuchas de noche; é podrán más seguramente cantidad de infantería ó caballería tocarán al ar
dormir, é folgar, c sofrir mejor el trabajo que ma, etc.» (Bart. Scarion. Doctr. mil. fól. 53).
ovieren» (Ley 23. tit. 23. part. 2).
Por consiguiente, ántesque centinela se dijo CENTON. CENTONAR 10. Del latín cento
en Castilla atalaya, escucha, posta, vela, sobre tomado del griego. Los soldados romanos se ser
vela, velador etc. (V. e. v.) Respecto á etimo vían de centones, esto es, paños viejos recosidos
logía, oigamos loque dice Covahbdmas (1612). y acolchados con telas diversas, para resguar
«El atalaya ó [escucha que está mirando todo lo darse de las flechas enemigas. También llama
que va y viene que pueda ser de consideración, ban centones á las grandes mantas ó fundas, he
para la seguridad de la tuerza (V. e. v.) ó lugar chas á veces de pieles, para cubrir las máquinas
donde está puesta para este efecto. Díjose centi de sitio y otros pertrechos. El oficial encargado
nela ascintilando porque ha de estar con los exclusivamente, en la legión, de los centones se
ojos abiertos y vivos como centellas. Otros dicen llamaba centonario. Es voz que so encuentra en
que está corrompido el vocablo de sentinela, César y Vegecio.
asenliendo, por la viveza que ha de tener en to CENTRAL. ¡V. ycomp. Centro, Concéntrico).
dos los sentidos especialmente en la vista y en el
oido; y así el italiano le llama sentinela, aunque CENTRO. Del latín centrumó del griego ken-
la s y la e se conmutan y truecan una por otra y tron. En rigor geométrico, centro sólo lo tienen
no es eficaz el argumento, ele.» el círculo, la esfera, en general la figura ó cuer
No necesitan explicación ciertos adjetivos de po regular. Un reducto, un cuadro tienen centro
CENTINELA, COniO AVANZADA, DOBLE, SENCILLA, SUEL efectivamente: una línea de batalla tiene punto
TA. Respecto á lo que se llama centinela perdida, medio; pero de antiguo el uso ha borrado esta
ilustran estos dos textos del siglo XVI: «Centi distinción, y en táctica so entiende por centro,
nela perdida llaman impropiamente algunos á los en toda su latitud, no sólo la tropa que ocupa
que se ponen á treinta pasos más ácia (sicj el materialmente el espacio medio do una línea
enemigo, del primer cordón, de los que se des continua de batalla ó de columna, sino el cuerpo
tacan de los cuerpos de guardia; pero con pro ó cuerpos que constituyen el grueso del ejército,
piedad no seda este nombre sino á la que se co por oposición á los extremos, á las alas ó cuer
loca á pié, ó á caballo cerca del campo del ene nos, á la vanguardia ó retaguardia. lTn batallón
migo, para que dé aviso si saliere alguna gente, se alinea sobre el centro, toma alineación cen
ó si se levanta el campo en secreto. Pónesc siem tral. Un ejército hace un cambio de frente cen
pre tan cerca de los enemigos, que siendo vista tral. El centro (grueso) de un ejército llega, pe
de ellos, se puede retirar con dificultad; por lo netra hasta el centro (el riñon,) del país enemigo,
que no se usa de esta centinela sino quando hay rompiendo por el centro (punto medio) la línea
necesidad de semejantes avisos». «.. ..y las cen contraria. Más exacto que línea de operaciones
tinelas que se ponen sencillas delante de las do concéntricas (V. e. v.) es decir línea central, ra
bles, yo no secón cuál razón las llaman (los ofi dial, esto es, que va al centro, que concurre ó
ciales poco pláticos perdidas: pues estando á no converge á un centro.—En el uniforme se suele
más de treinta pasos de las primeras, [ofrecién llamar centro al pantalón y botin. Centro blan
doseles causa porque lo deben hacer cómoda co, cuando ambas prendas eran de lienzo de es
mente, se pueden retirar con las dobles y las te color. —Compañías del centro eran las anti
CENT — 25 i — CEÑI
guas.de fusileros, porque formaban entre las de Puede servir de guía para no caer en erro
GRANADEROS y CAZADORES. res y contradicciones, el recuerdo de que la mi
CENTURIA. «La primitiva organización del licia romana tiene tres periodos históricos: el
pueblo romano, en tiempo de RÓMULO.era en tres que comprende desde la fundación hasta Mario,
tribus, dividida cada una de diez curias, manda el de los emperadores, y el llamado bizantino.
das respectivamente por un clrion. Más tarde, Todavía, dentro de cada uno de ellos, multitud
Servio tulio modificó esta organización puramen de reformas administrativas, orgánicas y tácti
te militar, instituyendo las centurias, con el do cas impiden caracterizar satisfactoriamente los
ble objeto de hacer el sufragio casi universal, y grados y funciones. Por ejemplo, en el periodo
crear un ejército más nacional, puesto que en segundo hubo centuriones de primera y segunda
traban los plebeyos». (Napoleón III. Iíist. de Cé clase llamados prior y posterior, y además primi
sar. T. I. pág. 9). Fuera de esle sentido político, pilo ó centurión en jefe. Miéntras los cinco pri
la centuria en la milicia romana, como la uecaton- meros centuriones de cada cohorte se llamaban
tarqüia en la griega tuvo el genérico de compañía, ordinarios, ordinarii, otros, que serian sub-cen-
de agregación orgánica, compuesta de cíen hom turiones, tomaban varios nombres como augus-
bres «por término medio» y que se dividía en lales, fluviales, etc. En el Bajo Imperio ya empie
decurias. El jefe ó comandante era centurión. za la mezcla «oriental» de centenarios, centar-
Es difícil hoy concretar con precisión y exacti cas, hecatontarcas, taxiarcas. El grado, siempre
tud esta definición absoluta de la centuria ro importante, de centurión corrió, como su simi
mana, en el óbden legionario, que sufrió en el lar moderno el de capitán (V. e. v). las vicisi
trascurso de los tiempos radicales modificacio tudes de todo tiempo de decadencia y corrup
nes. Se suele confundir la centuria del manípu ción. Ya Vegecio atestigua qu« en su nombra
miento la intriga y el favor anulaban al valor,
lo, con la centuria de la cohorte. Por ejemplo: en
á la antigüedad, al verdadero mérito.
tiempo de la República, el manípulo tenia dos
centurias; pero al dividirse posteriormente la CEÑIDOR. Lo mismo que cinturon. Ceñidora
legión por cohortes, estas tuvieron cinco y seis se suele llamar la correa que ántes sujetaba las
centurias y la cohorte miliar tuvo hasta diez y fornituras y hoy sostiene la cartucuera y
doce. En la legión consular, la primera centuria bayoneta.
se llamaba primipilar.
CEÑIR. Del latin cingo, cingere. Verbo con
CENTURION. No es fácil darse cuenta dees varias acepciones. Antiguamente se decía «ceñir
te grado militar romano, por las contradiccio la batalla del contrario» por envolver, rebasar la
nes de los autores antiguos y de sus comentado línea de batalla, á causa de la mayor extensión
res, cada dia más numerosos. Al tratar de las del frente. Es frase que usa Don Bernardino de
antiguas milicias, nunca debe olvidarse que atra Mendoza en su Teórica y Práctica de la guerra.
vesaron largos espacios cronológicos , sufriendo Ceñir al enemigo, en general, es cercarle, apre
las modificaciones inevitables que el tiempo im tarle; como ceñir una plaza, acordonarla, sitiar
prime á todo. ¿,Es, por ejemplo, el capitán del si la.—Ceñirla espada, entrar en la carrera mili-
glo XVI y XVII lo mismo que el del XIX, á pe litar. Ceñir la faja, ascender á General.—Toda
sar de la igualdad en el nombre y de la perfecta vía tiene el verbo ceñir otrajímportante acepción,
DESTiDADon el cargo?—En general centurión era que es lado mermar, cercenar, entrometerse el
el comandante de una tropa de 100 hombres. Más superior en las funciones propias y peculiares
particular, el oficial de la legión romana que del inferior. El sargenteo, el mandonismo, el impa
mandaba la compañía, ó trozo llamado centuria. ciente afán de mezclarse en todo, ó bien la pe
Habia dos clases: el de primera, formaba á la dantería y la vanidosa persuasión de que «na
derecha de su tropa y el de segunda llamado op- die sabe hacer las cosas», inducen á muchos
tion, á la izquierda. Esle era elegido siempre jefes á perturbar el servicio y la gerarquía des
por aquel, que también se llamaba primipilo cendente, no dejando tranquilos ni á los ranche
(V. e. v). El primer centurión de la legión la ros. Esta manía, este defecto se suele llamar
mandaba en ausencia del tribuno, cónsul ó pre equivocadamente celo, actividad, y suele «apro
tor. La organización romana (V. Legión) era no vechar» . Pero la Ordenanza está terminante
table por el escaso número de oficiales. De cen cuando dice al jefe más humilde, al sargento:
turión á tribuno no habia, ó no se sabe que hu «No interrumpirá, ni ceñirá á los cabos en el
biera, grado intermedio, asi como tampoco de ejercicio de sus funciones...... (art. 16. lib. 4.
tribuno á CÓNSUL, tratado 2 ).
CEPO — 255 — GERR
CEPO. Antiguamente un ¡ntrumento de ma se pone al rededor de cualquiera sitio , heredad
dera conque se afianzaba la pieza de artillería á ó casa para su resguardo ó división .
su carretón, CUREÑA ó moxtaje.—Aparato pura CERCADO. «El huerto, prado ú olro sitio
mantener al soldado en sujeción y castigo. rodeado de cerca de cualquiera clase para su
CEPOTE. Pieza del fusil que es de hierro y resguardo.—Algunas veces se toma por la mis
consta de la cabeza, aballada y más estrecha por ma cerca.—También se dice cercado» . Dice.
una de sus bases que por la otra, y de la espiga Acad. 5).
que nace en la base, y tiene un oído. En la base CERCADOR. Antiguamente sitiador. «Ha
mayor está la anilla del portafusil; asegurada cían animosos y resueltos á los cercados, como
con un pasador remachado por ambos lados. El obstinados y temerarios á los cercadores» (Saa-
cepote concluye de afirmar el arco del guarda vedra Fajardo. Cor.got.) «Salidas de los de den
monte en la plancha del mismo, para lo cual se tro contra los cercadores á falta do artillería, pi
le hace entrar por el cuadrado de esta y el ta cados los muros, al fin hambreados». Mendoza.
ladro del pié do aquel y después se corre un Guerr. de Granada).
pasador por el oído. CERCANÍA. Proximidad, inmediación. En
plural es la faja extoriormente inmediata á los
CEQUIA. Voz tomada del árabe, sinónima de
canal, caz, acequia (Dice. Acad. Hist'.JDicc. Acad. alrededores de una población.
Esp. S. lo da como anticuado. CERCAR. Sitiar, asediar, acordonar, ceñir,
circunvalar, bloquear, combatir, expugnar. To
CERARCA. Del griego cherasó leeros, división. dos estos significados tenia el verbo en la edad
Algunos quieren que cerarca, ceratarca, ó che- media. Por brevedad se omiten textos que lo
ratarca fuese, en las milicias de oriente, jefe ó comprueben.
comandante de una división de treinta y dos CERCO. Antiguamente sitio, asedio (V. cer
elefantes; pero Robinson da el mismo nombre al- car). Poner cerco, poner sitio. «Empero como
comandante de una difalangia ó de un epitagma. sabio y valiente capitán haga toda la diligencia
CERBATANA. Variedad do culebrina en la posible de ganar la tierra (asi se llamaba gené
antigua ó primitiva artillería. Algunas veces se ricamente el punto fuerte en el siglo XVI) por el
encuentra escrito cebratana. cerco y no por fuerza, aunque le vaya más tiem
po y gasto; porque tomándola por cerco y por
CERCA. Maniobra ó formación táctica que acuerdo gana la tierra llana y sana; y tomándo
Clonard explica asi: «La cerca ó corral era un la por fuerza tomará los muros desnudos...»
cuadro cuyo lado se formaba de tres líneas de infan (Bart. Scarion. Doclr. mil. folio 3i vio.)
tes atados unos á otros por los muslos, con las CERDEAR. Flojear, desistir. Resistirse á ha
lanzas clavadas en tierra, inclinando las punías cer algo, y andar buscando excusas para no ha
hacia el enemigo. Tenía por objeto la seguridad de cerlo.
las personas reales. «E esto facían, dice Alfonsoel
Sabio, por tener honrado su señor, que losenc- CERRADO. Adjetivo que se aplica al órden
migos non pudiesen llegar á él, ninle fazer mal táctico en columna, en masa; á la descarga uní
é que si los suyos venciesen, que sol non seme sona, simultánea; en topografía, al bosque ó
jasen, que él se moviera de un logar, nin mos monte espeso; en albeitería, ó uipiátiuca, al ca
trara que lo tenia en nada, ó que si fuesen ven ballo do más do siete años.
cidos que fallasen cobro, é o fuerzo allí do el es- CERRAR. Fuera de su sentido recto, como
toviese, porque, podíesen ellos después vencer». cerrar la cazoleta, la columna, la escala, filas, el
(V. Táctica).—También cer :a debió ser lo mis paso, los pasos, la retaguardia, etc. tiene el
mo que cerco, sitio ó bloqueo, pues dice Villai- metafórico, hoy algo desusado, de abordar, ar
zax en su Crónica de Alfonso X¡: «El rey, estan remeter, cargar (V. e. v.) al enemigo. De aquí
do en aquella cerca de sobre Escalona, viniéron el antiguo grito do guerra, Cierra España! reco
le allí mensajeros que le enviaba el rey de Por mendado y resucitado con mucha oportunidad
tugal». Las Siete Partidas dicen indistintamente en la táctica vigente. Bien se ve que cerrar al
cerca y cerco: «Ca cerca non quiere al decir si enemigo, ceñirlo, encerrarlo, acorralarlo, es
non cosa que ciñe todo en derredor. E la que muy diferente de cerrar con el enemigo.
non es assi fecha, non la llaman, sinon alberga CERREJON. Cerro pequeño.
da». [Ley í'i. til. 23. Vari. 2 ). —En el lenguaje CERRIL. Adjetivo que se aplica al terreno
vulgar cerca, es el vallado, tapia ó muro que áspero y escabroso.
GERR — 256 — GEST
CERRILLO. Cerrito. Diminutivo de cerro. francesas del campo de Satort preparando el
CERRO. «Altura de tierra comunmente pe dos de diciembre.
ñascosa y áspera». Así lo define Dice, de la Aca CESARISMO. Variedad de la dictadura.
demia 5. Pero, Cerbo de los Angeles se llama, Autocracia, absolutismo, despotismo, más ó
por ejemplo, á un montecillo cercano ¿Madrid, menos ilustrado ó tiránico, que tiene dos con
de unos cuantos metros de altura, y Cerro de diciones esenciales: prescindir del antiguo «de
Mulhacen á la mayor eminencia de ¡Sierra Ne recho divino» y de toda legitimidad, y fundarse
vada que tiene 3554 de altitud. casi exclusivamente en la fuerza armada de un
CERTENIA. «La certenia (mencionada en país. Francia que es el pueblo destinado á ensa
una escritura que Don García Sanz otorgó en yos de toda clase de gobierno, está hoy (1867)
11 01 á favor del monasterio de San .luán de la haciendo pruebas de cesarismo, que, al parecer,
Peña) debe serla al-sadria, que en árabe es la van saliendo mal.
coraza, ó la-zardia, que, en el propio idioma, CESE. Certificación ó documento, quedan las
significa loriga». (Clonard. Mem. sobre el traje, pá oficinas, de haber dejado de cobrar en un pun
gina 98). Lo mismo viene á decir este autor en to, y que habilita para verificarlo en el nuevo á
su Historia orgánica, T. I. pág. 416. que el oficial va destinado.
CERTERÍA. Tino, acierto, destreza en tirar. CÉSPED ó céspede. Del latin cmspes. Pedazo
(Dice. Acad. I y 5). No se puededecir «certeza». de tierra vestido de yerba menuda, y entreteji
CERTERO. Se dice del tiro, y del soldado do de raices, cortado con pala ó azadón. Sirve
que lo dispara con tino y puntería. (V. Puntero). para revestimiento en fortificación (V. Tepe).—
CERVELERIO. «La horquilla ó bota-fuego Cespedera. Prado de donde se sacan céspedes.
en que se colocaba la mecha en los primeros CESTON. Cesta grande, como el nombre lo
tiempos de la artillería». Eslo dice Clonard en dice, ó mejor, cilindro sin base ó fondo, tejí lo
su Historia orgánica. Pero según Aquino [Lexic. con ramaje, de dimensiones varias, y que, re
mil.) la voz latina cervellerium, de la que los lleno de tierra, sirve en fortificación y trarajos
italianos hicieron cervelliera, significaba casco, de sitio para cubrirse con rapidez, y también
capellina de hierro ó más bien la parte superior para revestimiento. En el artículo Gavión, que
de la armadura de la cabeza. es el nombre del cestón en francés, se hacen las
CÉSAR. El nombre del célebre dictador ro consideraciones oportunas sobre este inútil gali
mano, tan conocido y admirado en todas las mi cismo.—El uso del cestón remonta á la an
licias de Europa, ha dado origen á algunas pa tigüedad. Poliano en sus Exlratagemas lib. 3.
labras que conviene definir á continuación. ya dice. «Timothcus oppugnabal coronam alque
hi quidem altas moles contra erexeranl corbum
CESAREO. Adjetivo no militar, más bien quos arena repleverant». Zurita (Anales, lib. 3,
político y sinónimo de grande, augusto, impe cap. 21) describiendo el sitio de Cullera ¡1235)
rial. La majestad del emperador Carlos V era dice: «Pasaron á otro lugar que llamaban la Tor
Sacra-Real-Catól ica-C.esá rea. re de los Museros, y defendíanla contra los tiros
CESARIANO. No es sinónimo de pretoriano. de los trabucos con ciertas defensas que eran
El adjetivo cesarías* conviene á la tropa que unas paneras á manera de cestones legidos de
se consagra, que se entrega, que se pone á de palma y esparto y henchíanlas de tierra; pero
voción de un jefe, para encumbrarlo al primer pegaron en ellas fuego, lanzándolo con saetas, con
puesto del Estado: pretoriano envuelve, «en estopa y con pez ardiendo». —Terreros en su
nuestro lenguaje moderno», la idea de un inte Diccionario da, como debe ser, cestón en cas
rés sórdido, más que de afecto personal. En el tellano y GABioN en francés. —Respecto álo «cas
sentido que hoy se atribuye á entrambos epíte tizo y técnico» de la voz cestón, convencen los
tos, el buen soldado debe rechazar los dos; pero textos siguientes, anlcriores al siglo XVIII, en
el cesabiano, que de buena fe cree á su general el que todo se afrancesó lastimosamente: «In
apto para regular los destinos de su patria tras tentó el enemigo también pasar el foso con es
tornados por cualquier causa, nunca merecerá palda formada de barricas y cestones». (Palafox.
el vilipendio del pretoriano, que venda su espa Sitio de Fuenterrabia. T. VI. fol. 45). «Comen
da, como en la antigua Roma, «al mejor postor». zaban los franceses á bajar cubiertos de cesto
Las tropas austríacas de Wai.lenstf.in en el siglo nes y barricadas». (Coloma. G. de Flándes. li
XVII, el entrar en conjura para destronará su bro 10. pág. 458). «Tendrían lugar de arrimar
emperador, eran tan cesarianas, como las tropas la artillería y hacer trinchera, poniendo delante
GEST — 287 — GILI
de ella cestones de tierra. (Sandoyal. Hist. de bre, con que se echa el agua para refrescar las
Carlos V. lib. 1 párr. 51). «Hecho esto, podrá PICADAS.
plantar el artillería en lugar más apto y á pro- CIAR. Ceder, cejar, andar dando pasos hácía
prósito con sus cestones». (Bart. Scarion. Doct. atrás sin volver la espalda. «Luego porque fue
mil. fól. 39). «También se caminaba con las ra de su esperanza no eran vencidos, hirieron
trincheras Jen Oudewater, 1575) que como se en ellos con tal denuedo, que los hicieron ciar
acabaron, pidió Monsieurde Hierges á la infan y los arredraron de la ciudad». (Mariana. Hist.
tería española hiciese cada bandera feompañia) de Esp. lib. 2. cap. 3).
dos cestones, que ellos ejecutaron con mucha
presteza, trayendo con los cestones en carros CIBICA. Así escribe esta palabra el Dice, de
cantidad de faginas » ÍB. de Mendoza. Co laAcad. 5. Barra de hierro forjado embutida por
mentarios, lib. 13. fól. 273. vto.) la parte superior de la manga del eje de los car
ruajes.
CESTONADA. Defensa ó reparo hecho con C1BICON. Barra de hierro forjado más grue
cestones. «Viéndose comenzar á herir por las sa que la anterior, embutida por la parte infe
espaldas, ganada una cestonada los nuestros, rior de la manga del eje, adelantándose hasta el
por la cual comenzaron á correr la muralla ape centro de la cuadra elevada en esta parte, con
llidando victoria y Santiago, cesó del todo la re dos clavos y en la manga se sujeta el cibicon y
sistencia». (Coloma. Guer. de Flánd. lib. 8). cibica con dos cercos de hierro sin embutir, uno
CESTRA, cestrus ó cestrophendona. Nombro en el extremo del pezón, y otro en el centro de la
greco-latino de una flecha ó pequeño dardo que manga.
según dicen se lanzaba con una honda grande CICATRIZ. La señal indeleble que deja una
llamada sphendone. Los romanos sufrieron una herida. Generalmente se usa en sentido metafó
granizada de estos proyectiles batiéndose con las rico, y es para el soldado la más noble condeco
tropas de Persia: pero no es fácil darse cuenta de ración.—Por extensión, un país «cicatriza sus
estos proyectiles, ni de tal honda. heridas» cuando, terminada una guerra, va la
paz borrando recuerdos materiales ó morales.
CETRA. Nombre que da Guischardt (Mémoires
crit. et hist. T. I.) al peqi.eño escudo, pareci- CICLODIATOMIA. Palabra compuesta nada
doal PELTAgriego, hecho exclusivamente con ner menos que de cuatro griegas: kuklos, círculo,
vios y guarnecido de cuero, que usaron los es tomé, incisión, ternnO, yo corto, dia, al través.
pañoles en tiempos ante-históricos. Que habia Algún autor ademan, como Herbestein, da este
efectivamente alguna «singularidad» lo prueba escabroso nombre á una parte de la balística, es
Tito Limo (lib. 21. cap. 21; cuando, al hablar de decir, de la ciencia que trata del movimiento y
las tropas españolas, tanto al irá Cartago como dirección de los proyectiles.
al pasar á Italia, dice que iban cefrados, y hasta CID. (V. Campeador.)
usa- este adjetivo sustantivado como denomina CIENCIA. (V. Guerra.)
ción: «.Xocle cetratos. quos peítastos rocant, in
insidiis abdideral». César también asegura que CIERRA ESPAÑA. (V. Cerrar.)
Afranio y Pelreyo llevaban cohortes de infan CIFRA. Del árabe sifr ó del bajo latín cy-
tería española celraila, es decir, con escudo es phra. La combinación de signos empleada para
pecial. Servio Honorato explica que la cetra es escribir partes ó despachos interesantes y reser
escudo hecho de piezas de cuero sin madera al vados, que no sean inteligibles sino á quien po
guna, y usado por españoles. San Isidoro, que sea la clave. En la guerra es indispensable su
escribía sus Orígenes, pasada ya la domina uso para evitar que el enemigo lea el papel im
ción romana, todavía cita la cetra como hecha portante que caiga en su poder.—Se emplea
de solo cuero, sin madera: «Cetra, scutum lo- también como sinónimo de número ó de fuerza
reum, sine lignoquoutunturAfrietMauri». Des de un ejército.
de entonces la cetra ya tomó el nombre árabe CILICIO. Enlatin cilicium. El Diccionario de
de adarga. Así lo cree Ambrosio de Morales. Terreros dice que se llamó así, y también man
[Crónica, lib. 8. cap. 23.' al decir: «Cetra era ta, una especie de jubón acolchado de pelos de
vocablo antiguo español, así que significaban cabra, crines, borra y yerbas marinas picadas,
el escudo de cuero, como ahora es el adarga».— para quebrar la fuerza á los tiros de ballesta.
En el dia los artilleros llaman cetra, en las fá Se;iun Vahron el nombre le viene de haber sido
bricas do pólvora, á un vaso, generalmente de co inventado en Cilicia. Según Vegecio y Ammiano
33
CIMA — 258 — C1RG
también servia el cilicio paca acolchar exterior- muralla) de lacinia abajo». «....Ningún portillo
mente los muros, para acorazarlos, eoroo hoy (brecha) hay fecho debajo de la cinta, de mane
decimos, contra el ariete; y el sitiador por su ra que el cuerpo del adarve está entero».
parte con esa tela gruesa cubría sus galerIas, CINTADERO. Dice, déla Acad. dice que es
viseas ó plúteos y también sus máquinas, en cuyo «La parte del tablero donde se asegura la entra
caso viene á ser sinónimo de cesto» (V. e v.) da de la ballesta»; pero Martínez del Romero
César, en Marsella, habla de esteras ó gruesas (Glos. del Cal. de la R. Arm.) rectifica: «Creemos
telas tejidas con cables á que llama storia, de que no es asi; pues la cuerda de la ballesta ya
donde quizá provenga la voz moderna store cargada, en donde se asegura es en una muesca
CIMA. Lo más alto de los montes, cerros ó ó escotadura que tiene la pieza llamada nuez».
collados. (Dice. Acad. 5.) CINTARAZO. Golpe que se lira de plano con
CIMBRAR. Mover una vara larga ú otra co la espada. (Dice. Acad.)
sa flexible, asiéndola por un extremo y vibrán CINTAREAR. «Dar de cintarazos. Es voz in
dola. (Dice. Acad. 5) Se dice también cimbrear. ventada y jocosa», añade Dice. Acad. 1.
CIMBRO. Voz provincial de Galicia: lo mis CINTILLO. En el morrión ó capacete, el
mo que cumbbe. (Dice. Acad. Hist.) adorno de metal precioso. En el sombrero, el
cordoncillo labrado para ceñir la copa.
CIMERA. La empresa ó divisa que los anti CINTO de la espada, ó entrono, cíngulo, cin-
guos caballeros llevaban en la cima del yelmo. turon: del verbo latino tingo, ceñir. Correa ce
En la indumentaria y en el blasón tiene la cime ñida á la cintura por medio de hebillas, y de la
ra mayor interés que en el arte militar. Y ade cual pende la espada de varios modos. El cintu-
más la materia seria larga, si habia de compren ron ha tenido en España diferentes nombres co
der desde Júpiter Ammon, que ya llevaba por mo Balteo, Albenda, Renga, Regna, Rene, Rena-
cimera «una cabeza de carnero con sus natura le, etc. (V. e. v. y disting. Tahalí, Talabarte.)
les apéndices» hasta el moderno coracero ó sol
dado de caballería. Algunos también la llaman CIPAYO. Nombre genérico de las tropas in
cresta, crestón; y otros la confunden con airón dígenas de Inglaterra en la India. La voz es
PENACHO, FLAMA, LAMURBQUIN, PLUMERO.—HaRO, en persa, india ó inglesa: sepai, sepoy, sepohi,sphi.
su Nobiliario, llama á la cimera quimera, por Los turcos y los franceses en Argel tienen spahü.
que algunas veces se compone de un animal qui CIRCITOR. En la milicia romana el que ha
mérico, como un perro con siete cabezas, un ti cia el servicio de rondín.
gre vomitando fuego y otras semejantes. CIRCULAR. Como adjetivo, lo que tiene ri
CIMERO. «Adjetivo para expresar lo que es gurosa, ó aproximadamente, la figura de círcu
tá en la parle superior y finaliza ó remata por lo lo. Sustantivado, ó como abreviación de orden
alto alguna cosa elevada». (Dice. Acad. Sj. circular, la general que se dirige «con el mis
mo contexto» á diversos centros, dependencias y
CIMITARRA. Arma blanca, corta, ancha,
personas. Como verbo, se dice de las cosas que
corva, muy afilada y terminada en punta. Esta pasan por muchas manos, y también de las per
voz genérica es de origen persa, usada luego en sonas que se mueven libremente en un espa
tre los griegos y los turcos, y por extensión se
cio dado.
llama hoy asi al arma blanca de las milicias orien
tales y musulmanas, como se dice espada entre CIRCUNSPECCION. «Advertencia, cordu
las cristianas y occidentales. ra, prudencia, para observar las circunstancias
de tiempo, lugar y personas, para proporcionar
CINCHA. La importante pieza de la silla de lo que se ha de decir y obrar.—Vale también
montar que la sujeta, rodeando el vientre del seriedad, gravedad, autoridad». ¡Dice. Acad.)
caballo. Ordinariamente tiene en sus extremos La voz es latina, circunspectio, mirada, exámen
tres pequeñas correas, llamadas hijuelas. alrededor.
CINCHUELO. Efecto de equipo en caballería. CIRCUNVALACION. Vocablo puwmente la
La pequeña cincha con se sujeta la manta al ca tino, circumvallatio, de cireum, alrededor, en
ballo. torno, y vallum, que, según los casos, significa
CINTA. Antiguamente lo mismo que cinto, ATRINCHERAMIENTO, MURALLA, FORTIFICACION £11 ge
cintura, correa.—En fortificación era loque de neral. La linea, continua ó discontinua, de
cimos cordón y tableta. Así se lee en las Cartas ATRINCHERAMIENTOS, FUERTES, OBSTACULOS, Ú OBRAS
dp Atora; «Tirar á la casa (es decir al recinto ó cualesquiera de fortificación, con que el sitiador
GIRG — 259 — GIUD
de una plaza se cubre y defiende «contra el dencia moderna á menospreciar el arte del in
ejército que venga á socorrerla. Suele confun geniero, sino por inútil, por costoso y fatigoso,
dirse CIRCUNVALACION' y CONTRAVALAC10N ; pero esta quizá provenga de cierta relajación ó enervación
última es exclusivamente contra la guarnición que se observa en todos los ejércitos del dia.
numerosa y esforzada de una plaza, que se ha CISTERNA. Voz puramente latina, sinóni
ce temible por sus vigorosas salidas. En algunos ma de algibe, que es arábiga. Depósito de agua
sitios se ha visto al sitiador estar realmente si llovediza en alguna fortaleza ó cuartel. La eti
tiado, á su vez, entre sus dos líneas de circun- mología es cis, debajo, terrena, teira, tierra.
valaciol y contravalacion , y acometido á un Quod cis terram est, dice Festo.
tiempo por el ejército de socorro y la guarnición
CITARA. Formación táctica en la edad media.
de la plaza, correr la triste suerte de Francisco
Clonard [Historia org.) dice: «En los flancos se
I en Pavía. —Circunvalar, en su recta acepción,
colocaban dos cuerpos envolventes, denomina
es rodear, cercar, ceñir, todo alrededor, y de
dos, cítaras. «Etalas ó cítaras (dice la Ley de
aquí la frecuente equivocación que hemos cita
Partida) , posieron porque si acaesciese que las
do. El sitiador, efectivamente, lo primero que
haces se alongassen mucho unas de otras, que
hace es circunvalar con sus tropas, cercar, ase
non pudiessen los_enemigos de traview entrar en
diar, rloquear !a plaza, para aislarla y cortar sus
ellos. E otrosí, porque cuando las haces se ayun-
comunicaciones; pero los trabajos de ataque sola
tassen, pudiessen venir más aína los de las alas
mente los dirige contra uno, ó lo más contra dos
de ellos á ellos, por ferir los enemigos de travie
frentes ó puntos. Si no dispone de ejército de so ó tomarlos las espaldas. Había además otro*
observación ó de apoyo, que salga al encuentro pelotones llamados tropeles que fueron fechosó
del de socorro; si no puede medirse con este en
puestos para facer derramar las huestes; et otro
campo raso; se atrinchera, cubre sus campamentos
sí, para rescibir los que viniessen derramados,
y sus comenzados trabajos de ataque: y como
tomándolos las espaldas de manera que los des
ha de impedir también la entrada de socorros
baratasen». Aunque la cítara y el tropel pare
en la plaza, la circunvala ó rodea en todo su
cen á primera vista una misma]cosa, había algu
circuito; pero esta circunvalación material y po-
na diferencia, sino en el servicio á que estaban
liorcética tiene el frente á la campaña, al exte
destinados, al ménos en el modo de hacerle.
rior, mientras que la contravalacion lo da á la
Ambos eran cuerpos volantes encargados de cu
plaza sitiada. La circunvalación es antiquísima.
brir las maniobras del ejército, del mismo modo
Tucídides la menciona y describe en el sitio de que lo pactican las compañías de cazadores en
Platea. César en el de Alesia. La más célebre en
el día. Pero la cítara combatía en correcta forma
nuestra historia es la de Escipion ante Numancia.
ción, y los individuos que constituían el tropel,
En los siglos XVI y XVII las hubo también nota
obraban independientes unos de otros, abando
bles en Flándes. Las mejoras y adelantos que
nados á las inspiraciones de su propio corazón.
Vauban introdujo en el arte de sitiar hicieron
De lo que acabamos de decir de la táctica de la
caer en algún descrédito la circunvalación; y á
edad .media, se deduce naturalmente que en su
consecuencia de la facilidad con que fueron lo
esencia no ha sufrido variación este ramo del
madas las famosas línear de auras (1054) de
arte de la guerra. Las principales bases de la
Valenciennes (1050; de Turin (1706) la opinión
táctica moderna son el orden extendido ó de bata
militar, siempre oscilante, proscribió de todo
lla y el de columna; y el primero es una imita
punto la circunvalación. Se cayó en el error
ción de la haz, asi como el segundo e,s una re
opuesto (V. Fortificación:) de «ofender sin de
producción de las masas de aquel tiempo». —De
fenderse», de atacar sin conservarse; pero los
mismos liatallislas, tan amigos de escaladas y jamos al autor la responsabilidad de esta apre
cargas á la bayoneta, podían reflexionar que su ciación, ó de esta asimilación algo violenta.
maestro Napoleón I [Sfem. de Montholon, T. V) CIUDAD. En su origen significaba pueblo
tan pródigo de sangre, tan adorador del éxito, principal de una provincia ó territorio. Hoy só
tan ciego por la fuerza, no censura en varios pa lo puede tomarse como titulo honorífico. Madrid
sajes el empleo «oportuno» de la circunvalación: no es más que villa.—Ciudad murada, en len
aplaude la de Mantua en 1797; y aprueba, en guaje técnico, es laque tiene un recinto que la
circunstancias relativas, el sistema de Farnesio, cierra, antiguo ó moderno, fuerte ó débil, pero
Spínola, Orange, Conde y Turena. La luz de la de ningún modo militar en la actualidad. El ad
verdad siempre se abre paso por entre las nubes jetivo mirada no es técnico, sino vulgar, en cuan
de la ignorancia ó de la preocupación: y la ten to indica, no muralla de fortificaciok, sino tiro
GIUD — 260 — GIVI
pie muro de cierre. Debe pues, distinguirse plaza sandez. Lo que prescribe el nombre de ciudadela
de guerra, de cicdad murada. Las que conservan es que su construcción, más sólida y esmerada,
antiguos recintos se habilitan, se fortifican du pertenezca á lo que se llama fortificación regular
rante la guerra, y constituyen entonces fortale ó permanente, es decir, que éntre en el sistema
zas del momento, puntos fuertes, mas importan general defensivo de un estado, preparado en la
tes ¿ veces que las plazas, pero que no deben paz. Los innumerables pueblosque «provisional
tomar este nombre. mente» se fortificaron en la guerra civil, todos
tenian su recinto, ó tapia, ó parapeto, que nunca
CIUDADANO. Citamos esta voz, porque en
el desconcierto á que nos han traído las pasio era muralla; y su fuerte, que no se llamaba ciu
dadela, en la iglesia ó en el mejor edificio. Mu
nes políticas, se ha trastornado su signiticacion,
chas ciudadelas, como la de Barcelona, no han
haciéndola casi antitética de soldado. El ejército
sido construidas precisamente por conveniencia
español, en la segunda mitad del siglo XIX, ni
comete anacronismos, ni tiende, por más que militar, sino política, para dominar y sujetar una
población indócil, y turbulenta.
diariamente se le provoque y se le irrite, a se-
gregarse de la masa común, llámese como se ' CIVICO. Adjetivo perteneciente á ciudad.
quiera, Estado, pueblo, nación. Los que se em Guardia cívica, milicia urbana, es la compuesta
peñan en llamar la milicia nacional, milicia ciu de ciudadanos para el orden y policía interior, ó
dadana, ó los que, yendo mas allá, quieren re la que ellos pagan con este objeto.—También
sucitar quizá el citoyen francés de 1793, son los se ha inventado recientemente una nueva espe
que ciegamente se obstinan en separar al ciuda cie de valor, llamado cívico, para uso exclusivo
dano del soldado. El estado militar, ensordecí- del «estado civil», no satisfecho con la usurpa
do ya con tantas invectivas y provocaciones, le ción de uniformes y otras menudencias. (V. Valor i
jos de contestar como pudiera, lleva su abne CIVIL. Este adjetivo tuvo sentido de ur
gación hasta el silencio, y se limita á pedir que bano, cortés, político; pero en el día quiere
se le deje tranquilo cumplir sus altos deberes, decir todo lo que no es militar: Esta oposición,
siquiera se crean iguales á los de los otros em este antagonismo incomprensible entre dos es
pleados ó servidores de la patria. A la verdad, tados, que no pueden, ni deben tener más que
en estas reyertas, tan inútiles como ocasionadas, j un interés común y solidario, el interés del Es-
se viene á la memoria la altiva respuesta del
| tado, se mantendría quizá en el siglo pasado por
magnate al palurdo convidado, que se andaba en arrogancia del estado militar; pero en el din
pesadas excusas y repulgos para aceptar el pues quien la alimenta y encrudece es el estado civ:l
to preferente «que allí donde yo me siente es por su ceguedad en avasallar y deprimir al mi
tará la cabecerai). litar, cercenándole de continuo autoridad, pres
CIUDADELA. Nombre italiano, de cittd,citta- tigio, consideración. Algún día, extinguido por
della, que, hácia el siglo XV, principió á tomar desgracia el espíritu militar (V. e. v.) se llorará
un elemento de la fortificación permanente, tan la imprevisión de sobreponerle ó sustituirle ese
antiguo como la primera de estas que se trazó. decantado espíritu civil. Yá tanto llega estaque
Toda idea de defensa envuelve otra de «esperan pudiéramos llamar manía, que diariamente ve
za», por más que la resolución sea vigorosa y mos en los periódicos pedir como panacea de
numantina: si no se espera socorro, se espera la , los males inherentes á nuestro régimen político
victoria, por lo ménos del cansancio, del aniqui i (I8671 un «ministerio civil» á la inglesa. Este
lamiento del sitiador. Es, pues, un principio in adjetivo, también incomprensible, aplicado á
nato mantener la esperanza, confortar el ánimo, un ministerio, prueba, más que nada, la obsti
sostener el esfuerzo, cuando principia á decaer, nación en alejar al elemento militar de toda in
con la seguridad de que hay detrás otro refugio fluencia, de todo acceso á la gerencia de los ne
que quizá detenga al asaltante y «restablezca el gocios públicos, á la que tiene tanto derecho,
equilibrio perdido». La Ilion de Trova, las Acró por lo ménos, como el que se lo niega. Tal con
polis, el Capitolio en la antigüedad; el alcázar, ducta, que en buena política, en la elevada y
la ALCAZABA, el CASTILLO, el MACHO, la TORRE DEL HO extensa acepción de la voz, toca en esteriliza-
MENAJE en la edad media, responden todos á la j dora y absurda; aunque hiere con su ingratitud,
misma idea. Por lo demás, la moderna ciudadela no logrará desviar al ejército español de la sen
ha modificado y ensanchado su form*, como la da del honor, ni atenuar el noble sentimiento
plaza de que depende. Eso de que toda ciudadela de abnegación que en estos revueltos tiempos
es pentagonal, como en algún libro se lee, es una le distingue y enaltece.
GLAM - 26i - GLEM
CLAMIDE ó clamís. Nombre greco-latino de l CLAVA. Palo, porra, maza que crece y en
una capa corta ó esclavina, que en tiempo de gruesa desde la empuñadura y remata en una
guerra se usaba sobre la túnica, sostenida con un cabeza con puntas ó clavos. Desdo muy antiguo
broche en el hombro derecho. La clámide se lla esta arma se le ha dejado á Hércules exclusiva
mó también entre los romanos lucerna y paluda- mente.
mento. Los eruditos no están de acuerdo. Algu CLAVAR. Inutilizar «prontamente» una pie
nos quieren que sea lo mismo que sajum, sato. za de artillería, introduciendo agolpe un clavo
En general, dejar la toga por la clámide, era, por el fogón. Por una metáfora demasiado atre
como hoy decimos, vestirse de militar. vida, Vauvilliers, autor francés de fortificación
CLARIN. En la baja latinidad cita Aquino llama «clavar una fortaleza», evacuarla sin de
(Lexic.mil.) clario, clarionis, de donde los fran fensa, dejándola desmantelada ó inservible para
ceses habrán tomado su clairon, los italianos su el enemigo. Antiguamente se decia enclavar:
clarione y nosotros clarín, por lo agudo del so « habian los católicos sido señores do las
nido. Corresponde al lituo (V. o. v.¡ de los roma trincheras más de cuatro horas, y, como tales,
nos. En el dia clarín es el intrumenlo que toca allanado mas de cuatrocientas brazas de ellas,
el trompeta de caballería. enclavando cinco piezas de artillería, echando á
rodar el monte abajo tres » (Coloma G. de
CLARINETE. Instrumento bélico que, como FIdnd. lib. 5).
el pífano ó pífaho, acompañaba á la caja anti
guamente. «Para clarinetes y tambores podrán CLAVARIO. ÍV. Clavo).
reclutarse muchachos que no bajen de la edad CLAVE. En latín clavis, llave. La única acep
de 10 años. (Ordenanza de 1768. orí. 12. tit. i.) ción militar de esta voz podrá ser, en todo caso
CLARO. La distancia ó espacio hueco entre clave de un escrito en cifra, es decir, combina
soldados formados en fila. No debe confundirse ción convenida para descifrar un pliego; pero de
con intervalo, que es el gran espacio vacio que ningún modo debe confundirse con llave (V. e.
separa los costados de dos unidades tácticas en v.) que es voz técnica, estratégica y táctica.
linea de batalla. Un hombre, un guía que sale CLAVELLINA. Especie de tapón de estopa
de la fila deja un claro.—Abrir claros, se dice torcida en forma de clavo, con cabeza ancha y
cuando el fuego enemigo merma las filas, cau extendida de lo mismo, untada la espiga con se
sando muchas bajas.—Pasar de claro, es pene bo, que se usaba para cubrir el oído del cañón,
trar sin tropiezo. «Teniendo la muralla delgada y resguardar la carga contra todo accidente; y
no hacían las balas ruina, sino agujeros, pasan al efecto se ponia sobre ella una plancha de plo
do de claro». (Mendoza. G. de Gran. lib. 3. n. 2,. mo: está actualmente fuera de uso
CLASE. Del lalin classits. Orden, rango, ge- CLAVICULA. Voz puramente latina, dimi
rarquía. Hoy, clases, en plural, solo expresa las nutivo de clavis llave, que designaba, según Hi-
de sargentos y cabos de escuadra. ginio, el pequeño atrincheramiento que cubría
las puertas de un campo romano ó castro. La bar
CLASICO. «Selecto, de notoria calidad y es
bacana, la flecha ó luneta, la pequeña cabeza de
timación, digno de todo aprecio». (Dice. Acad. 1).
puente son hoy recuerdos de la clavicula.
En la milicia romana, según Aquino [Lexic. mil.)
classicum, sustantivo, era toque de ataque ó lla CLAVO. Muy antiguo debe ser el uso de los
mada para empezar la batalla, y entre varios clavos en las suelas del calzado militar, puesto
textos da el de San Isidoro: «.Classica sunt cor- que los romanos tenían un fondo ó masita llamado
nua quee convocandi causa erant [acia el d ca clavarium y tesoreros especiales clavarii, no só
lando classica dicebanlum . Aquí se toma el ins lo para los clavos del calzado, sino para una re
trumento cuerno ó bocina por el toque. Calar era compensa militar que tenia el mismo nombre.—
convocar, llamar: y de aquí otros quieren que En el siglo XVII se llamaron soldados de clavo
sea calassica, y corrompido, classica. los desertores, tornilleros, merodeadores, san-
telmos como se desprende de un texto incluido
CLAUSURA. En la imposibilidad de decir en el articulo Capitán.
cierre, cerramiento ó cerradura, hay que usar
este sustantivo, puramente latino, del verbo CLEMENCIA. «Virtud que modera el rigor
claudere, clausum, cerrar, cerrado, cuando se do la justicia» según ¡Dice. Acad. o.), y que se
habla de una campaña, de unas negociaciones, do cita aquí por recomendable en los altos puestos
un tratado que se cierra, termina ó concluye, militares.
GLIB — 262 — GOFR
CLIBANARIO. CLÍBA.NO. Lo mismo que COALICION. Alianza, confederación de más
Catafracta (V. e. v.). Clíbano, según los erudi de dos naciones, llevada al terreno práctico de la
tos, es voz persa, adoptada por los griegos y lue guerra, juntando sus ejércitos y armadas con un
go por los latinos. Ammiano Marcelino (\\b. 16) fin ofensivo. Esta voz, de que hoy se ha apode
pondera la flexibilidad de esta armadura que se rado la política parlamentaria, quedó consagra
ajustaba como un vestido. da militarmente por el esfuerzo convergente de
CLIDA. (V.Lida). la Europa contra la revolución francesa, y espe
cialmente sobre París, para aplastar de un golpe
CLIENTE. Voz del bajo latin que en la edad la soberbia del primer Napoleón. La distinción
medu tuvo sentido militar de vasallo, armígero, que algunos quieren establecer entre alianza y
ARQUERO, ESCUDERO, SATÉLITE, SIRVIENTE del hombre coalición peca de sutil: en ambas es idéntico el
á caballo, del uombrde armas. objeto; envuelve sin embargo la coalición algo
CLIMA. Técnicamente es el temperamento de superioridad que abruma, de poca generosi
de una región terrestre comprendida entre dos dad en juntarse «muchos contra uno».
lineas isotermas contiguas, en un mismo hemis
COBRE. Metal «conocido y usado antes que
ferio, determinado directamente por el calor de
el hierro», cuya descripción técnica no es de es
los rayos solares y el central de la tierra, y mo
dificado por varias circunstancias. Se pueden te lugar (V. Bronce).
admitir cinco climas: tórrido, cálido, templado, CODAL. Pieza de la antigua armadura que
frió y glacial: correspondiendo á cada uno las ca cubría el codo.
lificaciones de constante, variable y extremado.
CÓDIGO. (V. Ordenanza).
CL1PE0. De clypeus. Especie ó variedad del
escudo (V. e. v.) Según ciertos eruditos el clúpeo, CODILLO. En la bayoneta la parte curva que
clípeo ó disco no era arma defensiva de combate une la hoja con el cubo. Según Dice. Acad. 5, se
sino escudo votivo ó consagrado á los Dioses en el llamaba asi al estribo en la silla de montar.
templo, en conmemoración de hechos de guerra. COFIA ó ESCOFIA. Del latin bárbaro cuf-
El año 209 de Roma Apio Claudio Sabino colgó fia. Ligero birrete, con aros de hierro, almoha
varios escudos que representaban sus proezas en dillado, ó cn general, gorro de lienzo fuerte en
las paredes del templo de Belona; y esta costum tretelado y acolchado, para poner encima el al
bre, que linsojeaba la vanidad patricia, se pro mófar ó yelmo sin que lastimase. Martínez del
pagó en lo sucesivo. El académico de la Historia Romero añade que con igual objeto alguna vez
Don Antonio Delgado, en su Memoria del firan se forraba el yelmo de esponjas, como uno que
disco de Teodosio, dice: «que debe distinguirse hay en la Real Armería de Don Jaime el Conquis
el escudo en general del clípeo, porque éste siem tador.—Los franceses tienen el sustantivo coif-
pre era redondo y el escudo oblongo ó de varia fure y el verbo coiffer, que evidentemente nos
forma». El clípeo, pues, era una gran pieza cir hacen falta en castellano, para expresar de un
cular de metal precioso, que, en el rajo imperio, modo genérico la prenda de uniforme que cubre
llevaba esculpida la iinágcn del principe, sir la cabeza.
viendo de enseña, como en tiempo de Constan;
tino (V. Imaginífero). Pero como bien se ve, clí COFRE. (V. Encofrado). Miéntras unos dan
peo puede ser nombre «genérico» también de 'a etimología alemana kofer, otros, como Ducan-
todo escudo pequeño, convexo, de forma lenticu ge y Mosteil dan la latina, cofferum, coffrus.
lar, cuyas variedades fueron la pahma, la pelta yAlguna vez se llamó así el cajón ó arcos de muni
posteriormente el broquel, la rodela. ciones y también en fortificación una pequeO8
caponera á través del foso. «Por respeto de que
CLISIS. Según los tácticos helenistas, era en aquella parle estaba el contrafoso de altura
CUARTO de CON VERSION Cn la FALANGE GRIEGA. Se eS-
de más de dos picas, se comenzaron á labrar
cribia klisis y se encuentra en las tácticas de cuatro surtidas, y se acabaron las tres; por una
Eliano y Arriano. Ha dado que hacer á los eru de las cuales acometieron una noche los españo
ditos como Dillon, Maizeroy, Bouchaud, Guis- les el foso y dos cofres ó caponeras, desde don
chardt, etc. de hacian los enemigos mucho daño; ganáron
CLUNACULA. Variedad de espada ó machete las con muerte de muchos dellos y por ser de
antiguo, que cita Aulo-Gelio (lib. 10 cap. 25). madera las pegaron fuego», ^oloma. G.dcFlán-
«Veruta, enses,sicw, machera?, spathee, lingulce, des. lib. 8;. Hoy los ingenieros, en trabajos de mi
puy iones, clunaculae». nas, llaman cofre á la galería excavada, y más
GOHE - 263 - GOHO
bien á la pequeña cimbra ó armazón de madera gf.cio, busca diferencia entre DENTURuy manípulo,
para contener las tierras. y no la hay evidentemente. Vegecio, interpretán
COHESION. En física se llama asi la pro dolo bien, entiende por cohorte toda tropa or
piedad constituyente y actractiva de las molé gánica «primordial» como el sintagma griego, co
culas del cuerpo. Metafóricamente suele usarla mo el batallón moderno. Las reformas radicales
el militar, para ponderar la buena y homogénea que Mario introdujo en la legión, dieron naci
composición de una tropa. miento á la verdadera conoRTE, que vino á ser
por fin la subdivisión única, la verdadera uni
COHETE. El cohete de guerra está destina dad táctica y orgánica de la nueva legión. En
do a dar que hablar en los libros, pero no mu tiempo de César habia ya llegado á ser lo que
cho que hacer en la guerra. Desde Lms Collado nuestros modernos batallones: pues, hablando
(1586) que ya lo recomienda como artificio de de sus movimientos preparatorios delante de
iluminación en las plazas sitiadas, y como pro Munda dice: «Teníamos tantas cohortes» sin
yectil contra caballería, han tenido largas in mencionar el nombro de legión. Esta ya no era
termitencias de favor y descrédito. El inglés Con- una combinación, un lazo necesario entre los ma
greve en 1804 los restauró; y en el norte de Eu nípulos: la cohorte tenia existencia propia, fuer
ropa se estudia con tudesca perseverancia su za bastante para no necesitar reunirse á otros
mejora. Austria tiene organizadas compañías de elementos semejantes á ella. La cohorte, pues,
coheteros, y nosotros hemos podido ver el efecto anuló «de hecho» el manípulo y la legión.
de los cohetes contra el caserío de Viena en el Al desmembrarse la cohorte y quedar suel
bombardeo que sufrió en 18i8. Al parecer debia ta, á modo de nuestro actual batallón, varió ra
ser arma formidable, sustituir con gran ventaja, dicalmente SU COMPOSICION, SU ORDEN, SU TÁCTICA,
en guerra de montaña á la artillería de este sus enseñas. Ya no formaron, como ántes, tres
nombre; y sin embargo tanto en nuestra guerra diferentes líneas los hastakios, príncipes y tria-
civil del 33 al 40, en que se probaron sin éxito rios, ni los vélites , centuria ó manípulo especial.
y hasta con cierta rechifla de los carlistas, como Las cohortes de Cesarse dividían en tres cen
en la última guerra de Italia, en que tampoco turias, que, por el hábito y tradición, siguieron
hicieron gran impresión á los franceses, los re llamándose manípulos; de aquí las equivocacio
sultados no autorizan hoy para dar entrada á es nes, por no recordar que el manípulo, desde
ta arma, como parte muy interesante de la mo Mario, dejó de ser agregación táctica. De César
derna ARTILLERÍA. á Vegecio las cohortes tienen cinco y seis centu
COHORTE. Garrion Nisas [Histoire milit. T. I. rias; ordinariamente reciben modificaciones en
pág. 184) conjetura que esta voz latina viene de los vexilas, draconarios y signíferos; llevan es
cohortari, exortar, arengar á la vez, juntos, á cudos pintados de color diverso; carros y bagajes
un cierto número de hombres. Es ingenioso. Co para las flechas y dardos, catapultas y balistas
mo los Romanos eran tan parlamentarios, y lo móviles como dotación. Nuevas reformas, en
primero que se establecía en el campo era la tiempo de Adriano, introducen la cohorte miliar;
tribuna de ¡as arengas, parece que circunscri por último en el imperio de Oriente son sustitui
bieron este primer mando al número de hombres das por las bandas ó taguas de la milicia bizantina-
que podían oir la voz del «orador». La institución de la cohorte miliar, ó de pre
Justo Lipsio (De militia romana) lo hace de ferencia, hace que la otras nueve tomen el nom
rivar del griego, y lo mismo Aquino (Lexic. mil). bre de quingentarias (de óOO plazas) denomina
Dándole otros origen más antiguo y orienta^ ción que corresponde 4 compañías del centro.
pretenden que introdujo en la lengua teutónica Además, siempre hubo distinción entre la cohor
y romana derivados, como horda ¡horde, hourt, te legionaria, ó puramente romana, y las cohor
behourd). Sea como quiera, la cohorte fué uni tes alares (V. e. v.) es decir auxiliares (ala-
dad táctica y orgánica de la legión, y en gene rice socim).
ral, del ejército romano, sumamente «variables La cohorte vino á ser unidad constitutiva y
con los tiempos, en su composición, en su pié de táctica el año 647 de Roma )107 a. C.) y su crea
fuerza, en el número de manípulos y subdivisio ción se enlaza á la memorable reforma que su
nes. Esta palabra es la desesperación de los co frió la constitución de la milicia romana. Los ma
mentadores y eruditos. Era manípulo, cuando los nípulos, unidades tácticas hasta entónces, se fun
manípulos estaban separados: fué «reunión de dieron ó incorporaron tresá tres constituyendo
varios manípulos», cuando estos se juntaron en la cohorte, lista modificación explica porqué las
formación compacta. Turpin, comentador de Ve- descripciones de batallas en Tito Livio son tan
GOHO - 264 - GOLA
oscuras para los traductores y comentadores, La cohorte puede decirse que resucitó con
que se empeñan en dar á la cohorte la acepción de Gonzalo de Córdoba y siguió hasta Turena (Véase
los tiempos de Vegecio. Turpin, su ya menciona Escuadrón, Táctica).—Todavía en el siglo XVIII,
do traductor, dice que la cohorte existió des Folard la imita en su columna. —Había además
de el origen de la república; pero debió adver en Roma, fuera de la leüion ó del ejército, otras
tir que esta cohorte primitiva era un mero tro cohortes, por ejemplo: equitala ó ecuestre,—pe-
zo tomada en la profundidad de la legión, y for ilitata,—toyata, es decir, vestida de paisano,
mada de tres manípulos; que cntónces las diez como de policía, —urbana, como milicia seden
cohortes no eran capaces de combatir sueltas ó taria en plazas, —vigilum, como guardia muni
aisladas, como más tarde sucedió, cuando cada cipal ó bomberos,—excubitoria para vigilar las
una se convirtió en unidad, no solo táctica, sino fuerzas, etc. etc. Las más notables son las dos
ADMINISTRATIVA y ORGÁNICA. siguientes: Cohorte miliar. Tropa escogida, pri
En la relación de las guerras púnicas no hay vilegiada ó de preferencia, en la «decadencia»
cohortes sino manípulos: se combatía, como dice de la milicia romana. Según Carrion Nisas que
Tito Livio, manipulatim; puede afirmarse, pues, desaprueba estas sacas [aC'est le reméde bannal
con Furétiére, que no encontrándose la palabra des mauvaises compositionso) se estableció por
en Tito Livio, la legión estuvo seis siglos «sin primera vez el sistema en el reinado de Adriano
desmembrarse en cohortes», al menos para (1 17 a. C.) Ningún historiador establece la colo
COMBATIR. cación, ni empleo de este nuevo cuerpo táctico,
Muchos errores, inexactitudes y embrollos que, sólo de infantería, tenia 1.200 plazas, y
provienen, no sólo de la poca atención ó critica cuya creación parece nacida de la guerra con los
de traductores y comentadores, sino también de Partos, ante cuya formidable caballería se hu
que los mismos clásicos l\tinos, obedeciendo millaban las orgullosas águilas. El distinguido
másá las leyes del estilo y de la composición li historiador francés se despacha á su gusto en
teraria, que á las del rigoroso tecnicismo militar, conjeturas «filosóficas», (aunque con la modestia
usan arbitraria ó indiferentemente voces que de aceptar las de otro, si son mejores , y hace
de ningún modo son sinónimas, ni sincrónicas ó reparar que, cabalmente al establecerla cohorte
contemporáneas. Cuántas veces, hoy mismo, por miliar, el dios Término retrocedió por vez pri
hacer jugosa ó bella la dicción, solemos usar mera. —Cohorte prf.toriana. Se debe tomarcomo
vocablos como hueste, tercio, arcabuz. No debe voz genérica para expresar cuerpo de preferencia,
extrañar, pues, que Rouax, por ejemplo, con de escolta del general ó pretor, que también era
funda cohorte con manipulo, cuando el mismo nombre genérico de jefe supremo en la milicia
Polidio usa la voz cohorte para expresar una di romana. ¡V. Casa Real;. Testo atribuye la crea
visión de la falange griega que, como es sabido, ción á Escipion Africano: «Pretoria cohors, quod
no se llamó tal. En el estilo histórico es frecuen á prostore non discederet». Tropa fuera de lincai
te usar por genéricas cohorte y legión, como con más sueldo y preeminencias. Tito Livio la
nosotros decimos á veces bayonetas, batallones atribuye á Postumio el dictador. Está, no solo en
para expresar «en globo» TROpes, que pueden la razón, sino en el instinto de todo caudillo ro
ser de las tres armas. dear su persona de tropa escogida y preioriana.
Las cohortes—constantemente diez por le En los tiempos republicanos bastaba con una
gión—tuvieron fuerza variable entre 100 y 600 cohorte, cuya fuerza por lo demás se ignora.
plazas y división, variable también, en manípulos Augusto ya tuvo nueve. Alejandro Severo diez y
ó centurias, que fueron tres, cinco y seis. Ordi ocho: sus sucesores aún más, con fuerza efectiva
nariamente su fuerza era igual hasta la creación de 50.000 hombres; hasta que los excesos mis
de la cohorte miliar . mos, que tan celebres se han hecho, de aque
La formación habitual era en diez filas de 40 llas tropas mimadas exigieron su reforma ó su
6 60 niLERAS. César en Farsalia, quizá por excep presión, como más tarde los strelitz, los ceníza-
ción, redujo á cinco las filas. Por acuerdo co ros, los mamelucos. (V. Pretoriano).
mún, hasta después de Tarajno no se fija la re
ducción del fondo. Vegecio involucra este, como COJINETE. Lo mismo que entretoesa 6 al
mohadilla en el afuste de mortero.
otros muchos detalles, y no concreta la disposi
ción preferente en su tiempo. En los últimos, el COLA. Voz usada por extremo posterior, y
manejo de los onagros y balistas debió modificar como oposición á cabeza, cuando se halla de co
el órdex de batalla; pero justamente en ellos es lumnas, trincheras, explanadas, cohetes, etc. En
más difícil darse cuenta, los clásicos suele verse la frase ir á la cola, por
GOLA - a¡s - COLO
lo que hoy decimos seguir la pista, el alcance; y I COLGAR las armas. Movimiento reglamen
nACERCOLA, por ir dejando rezagados. «Sertorio, I tario
I actual del manejo del arma en infantería,
con alguna gente que juntó, les iba a la cola, y i
que ha sustituido ni antiguo y embarazoso de
les picaba de suerte que los soldados españoles armas a la espalda: y se reduce á llevar el fusil
no mostraban menos valor que los romanos». «colgado)- efectivamente del hombro por la cin
(Mariana. Hist. de Esp.Wb. 3. cap. 13). «Comen ta ó correa llamada portafusil. Se distingue de
zó á caminar á prisa con la vanguardia: pero «suspender» en «pie este movimiento es levan
los últimos que sin impedimento suelen de su tar un poco la crLATA del suelo é inclinar la roca
yo detenerse y hacer cola abrieron mucho del cañón hácia adelante estando descansando.—
espacio entre si y la escolta hizo lo mismo». En sentido figurado colgar las armas, la espada,
(Mendoza. G. de Granad, lib. i. n. 1). — Cola es dejar el servicio militar, no ocuparse activa
de golondrina, en fortificación, indica expresi mente en asuntos nr. gcerra. La frase procede
vamente la traza en ángulo entrante ó atenazada. del neto material de desceñirse la espada y des
COLADA. Se suele llamar á la espada, en nudarse de la armadura antigua, cuyas piezas se
recuerdo de una de las famosas del Cid Campea colgaban ordenadamente en vistosa panoplia.
dor. La otra se llamó Tizona. COLIGADO. Aliado, confederado. No puede
decirse coaligado.
COLBAC. Esta voz, turca, válaca ó húngara,
se escribe también kolbachó kalpack. En Espa COLIGARSE. Del latin colligare. Juntarse,
ña se tomó, como el chacó y chascás, del ejér unirse, aliarse, confederarse, ordinariamente
cito francés, y este lo adoptó, después de la ex más en ofensiva, que en defensiva. Antiguamen
pedición á Ejipto, para los cazadores á caba te por coalición (V. e. v.). se decia coligación,
llo de la gdardia consolar, creada por Bonaparte. colligatio en latin corrompido, y coligamf.nto que
Es una gorra de pelo, ó de piel con ol pelo ha hoy no se usan. — Coaligarse, por coligarse
cia fuera, y de figura de cono truncado. El col- I dicen hoy bárbaramente algunos, traduciendo
bak de tamror mayor hasolido lener dimensio el francés se coaliscr. «Es pecado grave» añade
nes formidables. sentenciosamente Baralt en su Diccionario de
galicismos.
COLECTICIO. Se dice de tropa ó ejército
bisoño, allegadizo, indisciplinado. «Fué fácil á la COLINA. Loma de tierra, ligera elevación del
reina juntar ejército aunque colecticio, y no bas terreno que no llega á formar montaña. Las co
tante para poner en él mucha esperanza». [Ba- linas difieren de las montañas, no sólo por su
via. Uist. pontif.T.lU ). «De aquí, sin detenerse, origen, disposición y forma. Generalmente se
saliendo á encontrar aquella turba, antes colec componen de montones ó anchos conos, por lo
ticia que disciplinada, y sobreviniendo de repen regular muy extensos y de longitud y anchura
te, le desbarataron sin dificultad». ÍBas. Baren. casi iguales; su eje ó linea general no se distin
G. de Flánd. pág. 43). Adjetivo puramente la gue, ni tienen fijeza ó constancia en su dirección.
tino collectitius. «Signa tyrone (V e. v.)et collec- COLISION. «Rozadura ó herida hecha de lu_
titio exercitu cum robttstissimis legionibus con- dir y rozarse una cosa con olra». (Dice. Acad.)
tulit». (Cicerón. Esp. 7). En tiempos de inquietud popular, expresa bien
COLEGIO . Del latin collegium (V. Instruc esas escaramuzas fortuitas entre los alborolado-
ción militar). res y las tropas de policía, á que ordinariamente
pone término la presencia de una reserva del
COLETO. Vestidura, con mangas ó sin ellas, ejército. La palabra no es militar ni técnica.
de ante, búfalo ú otro cuero. Todavía lo conser
van los maragatos y algunos castellanos viejos. COLOCAR. Del latín collocare. Verbo que só
Era prenda común de vestir y no exclusiva, lo tiene uso militar hablando de centinelas ú
como algunos creen, del militar. La Pragmática OFICIALES.
de 1680 dice: «De hacer un coleto de ante con COLONIA militar. Nombre puramente latino
so'.apa, veinte y qualro reales». Y Navarrf.te. y genérico de las tropas permanentes que un es
(Conserv. de mon. disc. 33): «Haciendo concep tado mantiene en frontera contra otro, enemi
to de que los que gastaban en vanidades sus go ó menos civilizado. Los célebres c\mpos ó
haciendas no las tendrían para los aprestos de castros romanos que contenían el Ímpetu de los
la guerra, en que importan más coseletes que rárüaros en la circunferencia del imperio; nues
coletos, y más morriones fuertes que plumas tros FRONTF.ROS y ALMOGAVARES en la RECONQUISTA
gallardas». son ejemplos de colonia militar. En el dia la ci-
34
GOLU - ««« - COL.U
vilizacion casi uniformo de Europa los hace inú to á un edificio. Al jefe de una colunela se le dio
tiles y sólo Austria y Rusia, en sus confines con el nombre decolonello, el cual, andando el tiem-
Turquía y el Cáucaso, conservan rkgimiestos co,ha llegado á trasformarse en coronel, denomi
fronterizos, es decir, campos que se parecen á po nación con que hoy se distingue al que manda un
blaciones ó poblaciones que se parecen á cam regimiento. Las colunelas,en el tiempo á que nos
referimos, no eran cuerpos estables; formabánse
pos MILITARES.
al principiar una campaña, como hoy dia se for
COLUMNA. En su acepción más general es man las brigadas, y al terminarlas operaciones,
la formación- ó disposición de una tropa, pequeña volvían á quedar independientes unas de otras
ó grande, cuyos elementos están colocados para las compañías que entraban en su organización.
lelamente entre sí y «sobre un mismo eje ó linea Por eso Maquiavelo, al hablar en su Arte de la
directriz». La columna se forma con una compa guerra de los jefes que debían mandarla, dice
ñía por cuartas «i pelotones, ó con un ratallon que «podía darse orden de elegir cabos de colu-
por compañías, ó con un ejército por batallones. nelas como mejor paresciera , debiendo estos
En todos casos se llama careza á la primera sub cabos servir todo el tiempo que durase la fac
división y cola á la última.—Bien se ve que, ción para que fuesen propuestos». Variaba tam
abrazando la voz columna desde la compañía has bién el numero de las compañías que consti
ta el ejército, desde la estrategia hasta la tácti tuían los colunelas; esta determinación era hija
ca elemental, ha de ser todo «relativo» á su mag de las circunstancias. Pero su fuerza no pasaba
nitud numérica.— La voz columna, tácticamente, de mil quinientas plazas, ni bajaba de ocho
es la opuesta de batalla ó de línea. La columna cientas, siendo por lo regular de unos mil hom
envuelve la idea de profundidad, de extensión bres como las cohortes y las thiufas de los godos.
perpendicular á la dirección de su frente. Línea El jefe que reasumia el mando de las colune
es siempre tomado por la extensión do este mis las, llevaba el nombre de coronel general. Con
mo frente, ó de sus paralelas. —También se sue esta organización vio Gonzalo de Ayora realiza
le llamar columna, con el calificativo de móvil das en gran parte sus ideas. Sin duda alguna el
ó volante, al destacamento, á la reunión de tropas móvil principal de esta reforma la constituyen
más ó menos numerosa y compuesta de dos ó la ilustración ó incansable actividad del hidalgo
tres armas, destinada con independencia del cordobés, secundadas por algunas otras notabi
grueso de una división ó ejército á un fin táctico lidades; sin embargo luvo también alguna parte,
y secundario de cualquier genero. —Según su al menos en su consolidación, la presencia de las
objeto la columna toma diferentes nombres: tropas alemanas que en 1506 vinieron á la Pe
abierla—cerrada, ó en masa ó con distancias— nínsula. La muerte de la Reina Isabel, trasla
de asalto—de ataque—de camino ó de viaje—de dando su corona en las sienes de su hija doña
combate—de honor ó de parada—de maniobra Juana, esposa do Felipe el Hermoso, hizo que
—de operaciones. estos principes se embarcaran en Middelburgo,
COLUNF.LA. Trascribiremos íntegro el texto á principios de enero de 1306, á bordo de una
de Clonard en su Historia orgánica: «La capi escuadra de ochenta velas, con un cuerpo de
tanía era la unidad táctica admitida en el tiem .3000 lasquenets alemanes «que traia en órden
po de Ayora (1496—1503) y esta unidad, de de guerra, con libreas amarillas; y para guar
masiado débil para obrar aisladamante, reque dia de su persona, ciento y cincuenta archeros
ría alguna combinación que produjera un con á caballo con sayos de raso blanco, bordada en
junto de eleme. los íntimamente relacionados espalda, y pecho su divisa de bastones y eslabón,
entre sí, y susceptibles de mayor ímpetu y re llevaban en las manos arcos y (lechas que pare
sistencia. De aquí la creación de unos cuerpos cían maravillosamente, y como cosa tan nueva,
llamados Colímelas, que constabande variascom- fueron mirados de los nuestros» IRobles. Vida
pañías por el estilo de los batallones en la actua del cardenal Cimeros, T. IV. pág. 126).
lidad. Muchas son las opiniones que se han for «En 1505, con arreglo á los principios de or
mulado acerca de la palabra colunela. Pero, res ganización do que hemos hecho mérito, dividié-
petando todas ellas, nos inclinamos á creer que fonse las tropas en colunelas , y para su mando
es hija de la voz italiana colonna, que significa ueron nombrados con el título de cabos de có
columna de arquitectura, y que fué adoptada lmelas los individuos, que á continuación se ex
en la milicia como la expresión de una masa presan: Marqués de Pescara, Marques del Vasto,
compacta y formada con ciertas condiciones, por etc. Coronel general Don N. Zamudio. Las colu
ser ésta en un ejército lo que aquella con respec nelas tomaron luego el nombre de coronelías y
GOLL — 367 — GOMA
sus jefes el de coroneles. No se sabe a punto fi gráfica; pero Covarrubias, que trae collado del
jo cuando tuvo lugar esta variación; pero hubo latín collis, dice que es «tierra levantada, pero
de verificarse muy poco tiempo despucs de la que no llega á serlo tanto que la llamemos mon
creación de dichos cuerpos, pues ésta se remon je» y Diccionario de la Academia Española 5.a edi
ta, como hemos dicho, al año 1505, y en los do ción. «Altura de tierra que no llega á ser mon
cumentos oficiales de 1508 ya figura la palabra te». Collis en latín (V. Colina).
coronel, aplicada á los cabos de colunelas. En COLLARIN. En las descripciones de unifor
Real cédula, fecha en Burgos á 1.° de marzo de mes que trae la Guia de forasteros, unas veces
1508, se mandó al coronel Villalba que no se se llama así al cuello de la casaca ó levita,
aposentara en Plasencia la gente de su coronelía, otras se llama cuello.—En las bombas de morte
haciéndose extensiva esta denominación, que en ro, la parte saliente que sirve para conducirlas
un principio fué peculiar del que tenia el man y asegurar la espoleta. —Collarino, en el cañón
do de todas ellas, a los Jefes que estaban á su es la parte cilindrica del brocal.
frente». (V. Coronel).
COLLERA. El rollo de paja ú otra materia
COLLACION. «Es voz muy usada en instru cubierto de piel, que forma parte del atalaje del
mentos antiguos, y vale lo mismo que feligresía ganado de arrastre en artillería.
ó parroquia. Las ciudades y villas grandes en
sus ordenanzas suelen estar divididas por co COLLERON. Aunque parece aumentativo, es
llaciones, y cada collación al cargo de un jura al revés collera menos tosca y más pulida.—Su
do. Viene del latín collatio. En Sevilla y otras cede casi lo que con lanzon y mosqueton (V.e. v.)
partes se distinguen todavía con este nombre las COMANDANCIA. El empleo y cargo de co
parroquias». (Dice. Acad. Esp. yAcAD. Hist.). En mandante. La oficina suya, y el local que ocupa.
1463 se hizo eu Jaén un ensayo para dar una —La provicia, circunscripción ó cuartel á cargo
nueva organización al ejército feudal, principal de un comandante de armas, cantón, etc.
mente á la infantería, compuesta de espingarde-
COMANDANTE. El Dice. Acad. 1 ." edic. To
ros, ballesteros ó lanceros con escudo, que se di
mo II. 1729, define e' Comandante tCapitan más
vidieron en collaciones al mando de jurados, y
éstas en decenas ó decurias con sus decenarios. antiguo de un regimiento, así de infantería como
de caballería, el cual le manda en ausencia del
En esta forma pasaron alarde el 8 de mayo y
Coronel: y nuevamente se le da este nombre al
■mandó dar (el Condestable D. Miguel Lucas)
general ú oficial que manda por patente parti
una líbreade su cámara de capuces pequeños de
cular del rey algún ejército, provincia, plaza ó
muy fino paño azul y amarillo á meitades con
destacamento».—La ordenanza del ejército de
flocaduras de aquella manera... y luego enca
Flándes en 1702 dice: «Ordenamos á los Coman
balgó en una jacauea e fizo apartar toda la otra
gente de los ballesteros, é cada collación por si dantas y á los Sargentos mayores de los cuerpos
de poner todo cuidado, sopeña á los unos y á
fizo su alarde, do fallaron aquel dia 1500 ba
los otros de perder sus pagamentos». Y en el
llesteros de nómina muy bien aderesados con
reglamento para la infantería y caballería de
buenas ballestas é aljabas con su almacén». Du
1703: «Tomarán los generales dia á la vez y obe"
rante la asamblea empleóse esta tropa todos los
decerán á la persona que hubiere nombrado en
domingos en los ejercicios militares y «para los
jefe y dado la patente de Comandante principal».
que sobresalían mandaba poner de su cámara
En aquellos desdichados tiempos, en que Espa-
ciertas joyas, conviene á saber, camisas moris
¡ ña se quiso convertir en un completo galicismo,
cas e tocas turcas, e gentiles almaizares é capi
no extraña la patente y ol pagamento y el co
rotes moriscos de muy linos paños, bien fechos
mandante. Pero añade el mismo Dice. Acad. «Co
é borceguíes é marloquies». (Clonard. Hist. orí).
mandar: lo mismo que mandar, y particular
T. I. pág. 371). La Crónica citada por el autor
como manuscrita ha sido posteriormente im mente se entiende por mandar un ejército, pla
za, destacamento ú otra tropa. Es voz nuevamente
presa en el Memorial Histórico Español.
introducida y tomada del italiano».—«Comando:
COLLADO. «Sitio que forma una depresión lo mismo que comandamiento, es voz italiana y
ó especie de garganta en la montaña por donde nuevamente introducida». Realmente no acerta
se facilita la subida ó bajada. En Cataluña se mos por qué fué la Academia á buscar el origen
llama Coll. (V. Hoz,». Esta definición da el Dic á Italia, teniéndolo más cerca, en Francia, don
cionario de la Academia de la Historia, tenido de se dice commandant, commander y commande-
por autoridad en materia de nomenclatura topo ment. De todos modos queda averiguado que en la
GOMA - 2«s - GOMA
irrupción deplorable de galicismos, naturalmente fuesen tales Tenientes Coroneles, porque los re
ocasionada por el advenimiento de Felipe V, en feridos Capitanes de batallón serán naturalmente
traron comandante, comandar y comando; y que y no por accidente Tenientes Coroneles: cuyo ca
si el pobre lenguaje militar español logró sacu rácter conservaban á perpetuidad, pues que, aún
dir pronto las dos últimas voces, no tuvo tal reformados, habían de mandar art. 2.° de las Or
fortuna ó decisión con la primera: causa de gran denanzas de 1716) después de los Tenientes Co
des tropiezos orgánicos, análogos a los señalados roneles en esta situación y ántes que los grados
en el artic ulo Brigadier, regalo también de los Como era natural, pretendían estos Capitanes
franceses. que se les expidiera patentes de tales Tenientes-
En efecto, Bardin, en stj Diccionario fart. Ca- Comandantes- Coroneles, pues que de hecho y
pitaine, pág. 967) nos da auténtica la filiación de derecho lo eran; y discutido el asunto en la
del comrnandant francés en este párrafo: «En la Junta nombrada para examinar el proyecto de
guerra de 1672 hnbia capitanes-comandantes en las primeras Ordenanzas tituladas generales, que
los regimientos de más de dos batallones: el pri son las expedidas en 1728, hubo la diversidad
mero y el segundo estaban mandados por el ha de pareceres expresados en el informe dado por
to» y el teniente coronel; losotros los mandaban la misma en II de Noviembre de 172i, cuyos
los Capitanes más antiguos, <|ue por esta razón párrafos referentes á este particular dicen como
tomaban la denominación de comandantes. La sigue: «El Marqués de Lede Presidente de la
ordenanza ó decreto de I .° diciembre 1767 crea Junta'' Don Domingo Recco, el Duque de Osuna,
ba capitanes-comandantes de batallón. —Según el el Principe de Maserano, el Conde de Charny..
mismo Bardin (art. Che]) c\che¡'tic hataillon, co el Conde de Marsíllac. Don Pedro de Castro y
mo ahora se llama en Francia al comandante, es Don Luis D'Orméc son de dictámen que á los
to es, el jefe inmediato y natural de una agre Comandantes de segundos batallones, no se les
gación de compañías, con puesto gerárquico y despache patentes con el grado de Tenientes Co
empleo lijo, no se conoció basta 1762 en que roneles; pues aunque ejercen como tales en vir
D.utiiville propuso su creación. Esdedr.quc en tud de la Ordenanza, no gozan antigüedad de
Francia este grado anduvo casi un siglo «flotan este carácter hasta que son efectivamente Te
te», sin definirse ni consolidarse. Ni la ordenan nientes Coroneles*. Concluidos que fueron los
za francesa de 1.° enero 1766, ni la de l.° marzo trabajos de esta junta, pasaron todos á informe
1768 mencionan todavía la voz chefde hataillon de los Condes de Monlemar y de Símela, de los
en su acepción actual. Hasta 1702 no aparece que el primero. Inspector general de caballería
esta palabra oficialmente como técnica y defini á la sazón, dijo en (."deJulio de 1726: «Mi dic
da. Durante más de un siglo el batallón (V. e.\.) támen sobre este artículo se reduce á que los
tampoco muy concreto ni definido, fué manda Comandantes de segundos batallones, una vez
do por el colonel en sccond ó por el lieutenanl- que sean reformados, obedezcan á los Tenientes
colonel (en premier ó en sccond) ó por el nmjor, ó Coroneles reformados, y que con los graduados,
por el CAPITAN MAS ANTIGUO. se manden según la antigüedad de sus títulos,
Después de la autoridad francesa, nada más pues yo encuentro que el Comandante de un se
justo y oportuno que citar otra española para gundo batallón lo gradúa S. M. de Teniente Co
mayor afirmación. Vallecillo [Coment. á las ronel, luego que le encarga el expresado ma
Ord. T. I. pág. :¡6) dice textual: «La expresión nejo». El segundo. Director general de Infante
Comandante de batallón, usada genéricamente, ría, en 10 de setiembre siguiente dijo: «En este
como quien dice, el que manda ó comanda el punto, que mira el grado que deben tener los
batallón, sea quienquiera, no se refiere al ofi Comandantes de segundos batallones para arre
cial de Plana Mayor que actualmente conocemos glar su mando, es mi dictámen que á estos Co
con este nombre; sino al Capitán de compañía, á mandantes de segundos batallones, que natural
quien se conferia el mando del segundo ó terce mente son considerados por la Ordenanza Te
ro batallón, siéndola razón de esto la siguiente. nientes Coroneles, se les despache por el Rey
Las Ordenanzas de 1702, establecieron (art. 47) patente de grado de tales Tenientes Coroneles, á
que en los regimientos completos de dos ó más fin que con ella, y según su antigüedad, alter
batallones mandase el segundo el primer Capitán, nen en el servicio y mando con los otros Tenien
ó sea el más antiguo y el tercero de aquellos el tes Coroneles gaduados y siempre obedezcan y
segundo de estos, y que tuvieran estos Capitanes sean pospuestos á los Tenientes Coroneles en pi-
(art. 52 el mismo lugar y preeminencia, que y á los reformados, por haber sido vivos; pues
los Tenientes Coroneles, como si efectivamente no hallo justo que sirvan sin patente y sin dere
GOMA - 269 - GOMA
cho de antigüedad los que son reputados natu [ quisiera que en el caso de baber más batallo-
ralmente por Tenientes Coroneles y logran la | nes en un mismo cuerpo, tuviesen todos sus
confianza de mandar, separadamente las más Comandantes la misma graduación, alternando
veces, un batallón entero, con lo cual también entre si por la antigüedad de Comandantes de
se añadirá, sin aumenlo desueldo, un ascenso Batallón».
mas para los Sargentos Mayores que sean mere «Este luminoso rayo de luz, que, disipando
cedores y capaces». todas lasdudas, mostró á la Junta el camino del
iEl resultado de esta controversia, contrario acierto, hubiera producido, según era de espe
al que era de esperar, fué el que aparece de los rar, la inmediata creación de los grados de Co
siguientes artículos de las Ordenanzas de 1728. mandantes de Batallón y Escuadrón, á no haber
BH.'tít. 2, lib. I." dice: «La Plana mayor del mediado las terminantes reales órdenes comu
primer batallón de cada regimiento se compon nicadas á aquellas, que se trasladan en los Co
drá de un Coronel, Teniente Coronel, Sargento mentarios al arl. 2 til. 3. de este tratado, para
Mayor, Ayudante, Capellán, Cirujano y Tambor la continuación de los Capitanes-Comandantes
Mayor». El 2." siguiente: «el segundo batallón con mando sobre el Sargento Mayor, con todo
hade tener el propio número de trece compa de estar ya este declarado jefe natural y de as
ñias, inclusa la de granaderos y del Comandaste, censo; razón por la cual quedó este particular
S el de Oficiales y Soldados que el primero». El en el mismo estado, poco más ó ménos, que an
t9, til 5 del mismo libro: «Ordenamos que los teriormente , y en el que continuó hasta que
Curases que mandaren batallones, tengan el por el Reglamento de 21 de junio de 1791, se
mismo lugar y preeminencias que los Tenientes creó al fin para los terceros batallones, con el
l'oioseles tienen en sus regimientos; y lo mis empleo de Capitán-Comandante, un grado de
mo con las demás tropas que estuviesen con escala intermedio entre el capitán y teniente
ellos en las propias guarniciones: bien entendi coronel, que es el que, generalizado y perfec
do, que si se hallaren en una misma guarnición, cionado por el de 2G de agosto de 1802, actual
ó en campaña Tenientes Coroneles en pié, re mente conservamos; si bien con la complica
formados ó graduados, lian de mandar sin difi ción é impropiedad del nombre, por ser siem
cultad á los Comandantes de batallones, los cua pre necesario agregar á la voz Comandante la de
les gozarán, sin embargt de esto, del referido batallón para que no se crea que se habla del
lugarde Tenientes Coroneles en sus propios cuer primer jefe del regimiento, plaza, cantón, etc. y
pos, y fuera de ellos lian de mandar á todos los por separarse esta denominación del sistema
oliciales de los otros que no sean Tenientes Coro conslantemente seguido en las ordenanzas, de
neles». El 13, tit. b' del mismo libro: «Respecto usar la voz comandante para designar al Oficial,
que los Comandantes de los segundos batallones, general ó particular, con mando interino». Hasta
son considerados Tenientes Coroneles naturales aqui Vallecillo.
y tapor accidente, y que no obstante, obedecen La palabra comandante es hoy tan genérica
a los Tenientes Coroneles: Ordenamos que cuan que comprende á todo el que manda, desde el
do se hallen reformados obedezcan también á to cabo segundo, comandante de un puesto de cua
llo Teniente Coronel reformado ó graduado». tro hombres, hasta el general que manda una
«Como el de Capitán-Comandante de segundo Divisior; ó un cuerpo de ejército, ó un ejército
halallon. erj un empleo anómalo, imposible de entero, pues también puede decirse, aunque no
combinar, según acabamos de ver, con el in es usual, comandante en jefe. Citemos, como
mediato superior, ya fuese en concepto de vivo prueba de generalidad, las varias y principales
" ya en el de graduado ó reformado, se vió de especies de comandante, que no necesitan definí
tenida la Junta rodadora de las Ordenanzas de cion ni artículo aparte. Hay comandante acci
1768 por las mismas dificultades que las ante dental—de armas—de artillería (en plaza),—de
riores, sin acertar á proponer un medio eficaz y BATALLON—de CANTON—de ESCUADRON—do FORTA
propioque las venciera, basta que el Marqués de LEZA Ó FUERTE de GUARDIA (le INGENIEROS de
u Mina, fijando la cuestión en su citado infor PARTIDA (le PUESTO de PROVINCIA EN JEFE—EXEN
me del año de I7.'¡2, propuso la creación del TO (de ingenieros)—fiscal—general de alabarde
!)rarfo de Comandante de Batallón en estos tér ros—mayor en caballería)—primero—segundo, etc.
minos: «Los Comandantes de segundos Batallo Pero, al mismo tiempo que es genérica esta
nes se consideran Tenientes Coroneles que man voz, particulariza una gerarquia militar, y hasta
dan los cuerpos como terceras personas, según hace poco cada batallón tenia dos jefes natura
primer tomo de las nuevas Ordenanzas; y yo les, propios, llamados comandantes y entre sí
GOMA - 270 - GOMA
primero y segundo para distinguirse. El coman mayores; pero todavía en 25 setiembre 1844 hu
dante de batallón tiene en España un origen bo que aclarar y distinguir llamándolos Mayo
francés, y relativamente moderno, como queda res, para volver á llamarlos Segundos Comandan
demostrado. Al entrar sin embargo en funciones, tes en 4 marzo 1842. Como muestra del desór-
no debía ser su puesto muy definido, por lo que den orcánico, citaremos un párrafo de esa real
se deduce de este texto de Clonard en cuya orden de 2 agosto 1835: «Este inconveniente (el
obra no se rastrea origen alguno: solo en el T. V de las divisas) que, limitando el materialismo de
pág. 224, citando el Real Decreto de 1765 sobre los signos exteriores de las graduaciones, pro
sucesión de mando se lee en el articulo 5: «En los duciría una confusión en las clases perjudicial
Regimientos fijos de Céuta y Oran, y en los de solamente al servicio, se ha extendido á la car
Suizos, que por no estar uniformes con los de rera de los individuos; puesto que un capitán á
más de mi infantería se conserva el empleo da quien se concede el grado de teniente coronel
Comandante del 2.° batallón, seguirá este al Te toma antigüedad desde luego en la clase de se
niente Coronel en el orden de mando y precede gundo comandante, de primer comandante y de
rá al Sargento mayor (obsérvese que éste á teniente coronel mayor, ó lo que es más claro,
la sazón fué declarado tercer jefe) que en estos hace la carrera en cuatro clases, inclusa la su
cuerpos se reputará por cuarto jefe, teniendo el ya. S. M. que no podia dejar de tomar en su so
Comandante del 2." batallón la misma preferen berana consideración un desarreglo de esta es
cia sobre los Sargentos mayores de otros regi pecie «La Real Instrucción de 26 abril 1836
mientos en concurrencia con ellos». y la de recompensas de 14 julio 1837 siguieron
En el trascurso del siglo XVIII es difícil, en la eterna tarea de tejer y destejer.
tanto en España como en Francia, entóneos su Por un principio antí-filosólico y anti-orgá-
modelo, seguir la huella del comandante de ba nlco, que reina en la milicia moderna de casi to
tallón. Los había por temporadas: cuando, en dos los países, se creyó que intercalando y mul
4793, el duque de Osuna, coronel del hegimiento tiplicando los grados se embolaba la ambición
de guardias españolas, propuso y consiguió la por dificultar el ascenso (V. o. v.) En 19 mayo
creación de comandantes de batallón en aquel 1845 todas las armas é institutos del ejército re
cuerpo, no los había en los demás del ejército, cibieron la merced de tener segundos comandan
y es sin duda la razón porqué se solicitó el pri tes, como grado y escalón geráuquico, sin más
vilegio. Pero estos comandantes de batallón en la objeto orgánico, aparente al menos, que persua
guardia real (V. e. v.) eran nada menos que dir al capitán de que había de tardar algo en
brigadieres, y salieron de la clase antigua de sar ascender á primer comandante y mucho á te
gentos mayores, que también disfrutaban de niente coronel. Se logró efectivamente, y con
aquella superior graduación de ejercito. tal exceso que la infantería tuvo algunos cente
Diferentes reales órdenes vinieron luego á I nares de segundos comandantes excedentes ó de
esclarecer, ó embrollar este asunto; pero sin du reemplazo. Esta infeliz reforma orgánica quiso
da no era popular este grado; pues, muy entra llevarse lógicamente á las divisas, y el asende
do este siglo, hasta el reglamento de 1.° junio reado segundo comandante llevó en la boca-man
1815, los regimientos seguían «á la antigua espa ga en reminiscencia del antiguo sargento mayor
ñola», COn SU CORONEL, TENIENTE CORONEL y SAR (V. e. v.j un solo galón mosquetero, que bur
GENTO mayor (V. y comp. e. y.) Para mayor com lescamente se llamó de músico, porque á la sa"
plicación, se ocurrió luego crear otra especie de zon lo llevaban estos y hubo, por ende, que des
comandantes, eligiendo entre los capitanes «más poseerlos de real orden. Y aquí conviene obser
dispuestos» uno á quien se dió el nombre de var las singularidades de nuestro humano ra
ayudante mayor o primero, con más sueldo y el ciocinio. Se habia sufrido en silencio, y resig-
encargo de la oficina del detall ó contabilidad. nadamente al parecer, todo el manoseo orgánico
Este nueve semi-jefe, con el cual ya se conta que llevaba más de veinte años y más de ciento
ban cinco, ó cuatro y medio si se quiere, por como hemos visto, de duración; pero el desaira
cada batallón, se fué convirtiendo progresiva do galón de músico levantó un grito tan general
mente en jefe entero. La real orden de 8 no y espontáneo de reprobación, produjo tal dis
viembre 1830 les dió categoría de tal, con nom gusto y desaliento, que el poco tiempo tuvo que
bre de segundos comandantes, pero no divisas, ni desaparecer: y aunque siguió vigente el fondo
funciones deslindadas. En 2 agosto 183o ya se de la cosa, estoes, el tropiezo gerákquicu llama
les dió junto con el titulo oficial de segundos co do segunda comandancia, la irritación se calmó.
mandantes, asimilados á los auliguos sargentos Los cuerpos facultativos, y lo que es más sin
GOMA — 571 — COMA
guiar, el arma de caballería lograron, (ésta en aquel año á un tiempo casi todos los capitanf.s;
22 abril 1849) despojarse al fin de Segundos Co pues, una de dos: ó cortar por lo sano, «dando
mandantes; pero la pobre infantería no tuvo tan compañía al comandante», como recientemente
buena suerte, y siguió con ellos hasta 1864: dán se ha heQho con los tenientes coroneles reba
dose con frecuencia el caso de recibir «por el jándolos á comandantes de ratallon, ó haber bus
mismo hecho» el capitán de infanteria un ascen cado, con expedientes de conciliación y resarci
so y el de caballería ilos. El gobierno, aterrado miento, un modo equitativo de «deshacerlo
por la magnitud de esta injusticia, acudió al hecho». Los resultados contra producentes que
Consejo de Estado en 19 enero 1833, para que está dando en 1867 el ardor con que se ataca ese
le iluminase en el remedio; al Tribunal Supre problema insoluble llamado movimiento de las
mo, en 1854; al Director de Infantería, en 1856; escalas, demuestran que los paliativos son in
& la Junta Consultiva, en octubre 1863. Por suficientes contra un mal crónico, radical.
más que recientemente se haya corregido, los También es desdicha del empleo de coman
que la sufrieron pacientes no pueden ser huma, dante no encajar holgadamente en la organiza
ñámente resarcidos. Todavía, ántes de morirlos ción de caballería. En el libro más moderno
segundos comandantes, se inventaron otros terce ("1866) que tenemos á la vista se lee: «Las fun
ros llamados fiscales, para dar ocupación á ciones de mayor las desempeña uno de los tres
aquella numerosa y desgraciada clase, extin comandantes. Nada diremos de aquel empleo
guiendo el reemplazo ó excedencia. Por consi necesario actualmente. Pero las funciones de los
guiente podía suceder que un batallón de 500 otros dos, bajo el punto de vista de organiza
plazas mermado en operaciones, como es fácil, á ción, son de tan poco interés, que podrían supri
200 ó 150 tuv ¡ese cinco jefes, si con él iban el co mirse sin perjudicar en lo mis mínimo la bue
ronel y el teniente coronel del regimiento. na organización de un cuerpo. Se dice hoy ofi
Insistimos adrede en desleír y desmenuzar cialmente ayudante de regimiento, y en su ori
estos pormenores, aunque sean añejos, para gen es bien sabido que eran ayudantes del ma
evitar reincidencias en iguales extravíos; y por yor, cuyas funciones representaban muchas
que no son minuciosidades de vestuario que veces como sucede hasta cierto punto en la ac
pueden interesar á los sastres, sino cuestiones tualidad. El coronel debe mandar el regimiento
realmente esenciales y orgánicas, que entrañan y el teniente coronel administrarle, quedando
alto interés moral y graves embarazos en la re los tres (en la actualidad cuatro) comandantes
gión del gobierno. de ayudantes mayores, para repartirse las fun
Desde luego obedecer á la rutina y no á la ciones que hoy desempeñan estos empleos su
razón, al derecho y á la lógica, produce inaudi puesto que los ayudantes de regimiento desapa
tas terquedades. Si, como hemos demostrado, recerían. El jefe de servicio interior lo sería en
desde hace siglo y medio el empleo de comandan tóneos un ayudante mayor, evitando así el in
te ha andado flotando, sin poder encontrar conveniente que puede tener hoy desempeñado
hueco ni caja, algo llevaría en sí la cosa de in por un capitán, que muchas veces ha de vaci
útil, indefinida ó extemporánea, para no llegar lar al tomar alguna providencia en otro escua
en tantos años á tomar asiento y acomodo; pero drón que no sea el suyo, por temor de herir la
desgraciadamente en la milicia suele confundir susceptibilidad del capitán que lo mande. Supe
se el carácter con la dureza y la tenacidad, y el rior empleo el ayudante mayor á los capitanes,
primer pensamiento, al surgir un embarazo es y no mediando entre el y los subalternos de se
pensar en hacerlo mayor y más permanente. No mana ninguna rueda inútil, ganaría mucho el
es debilidad escuchar los consejos de la ciencia servicio interior». (J. Guzman. Estud, sohre
y de la experiencia. En 1863 no hay por fin se cal>. pág. 43.)
gundos codandantes en infantería; pues sí la inu Parece, al profundizar ciertas cuestiones de
tilidad se reconoció desde 1835 ¿á qué treinta organización, que tienen como una especie de
años de espera y de disgusto? De ahí proceden pecado original. Basta para convencerse leer el
esa9 sacudidas, esos tirones pues no merecen articulo 2, tit. 3. trat. 1. de la Ordenanza de
otro nombre, que sufre y tendrá que sufrir el 1768, todavía vigente en 1868, que dice asi:
escalafón del arma principal del ejército. El mal «Los dos primeros escuadrones ;el regimiento
todos sabemos que se agravó con el grado gene tiene cuatro) los mandarán el coronel y tenien
ral del pronunciamiento de 1843: el salto de te coronel y los otros dos sus respectivos coman
capitas á jefe, difícil en todos los ejércitos por dantes, que tendrán compañía, y en cada regi
una sencilla razón de aritmética, lo dieron en miento han de ser reputados los comandante*
GOMA - 272 - COMA
de tercero y cuarto escuadrón como tenientes los dos primeros al Coronel y Teniente Coronel.
cororeles efectivos para mandar á todo Tenien Pero habiendo sido suprimido dicho empleo por
te Coronel reformado y graduado y a todo Sar el reglamento de 30 deenero de 1803, y resta
gento Mayor, considerándose terceros jefes del blecidos los Capitanes y Comandantes de escua
cuerpo en que sirvieren, y sin necesidad de nue drón, no fueron estos declarados jefes de plana
vo despacho, pasará el Comandante del cuarto mayor como ya lo eran en Infantería y lo habían
escuadrón á serlo del tercero; pero ambos Co sido en Dragones, hasta el Real Decreto de 23 de
mandantes harán el servicio de Capitanes, ¿ enero de 1809, expresión del pie y fuerza deque
excepción de aquellos casos en que, separados habían de constar los regimientos de nueva
de sus cuerpos, salieren cada uno con su es creación y con aplicación á todos los del ejército
cuadrón, pues como jefes naturales deberán por los reglamentos de los años de 181 i. 1815 y
mandar el lodo y ñola /'arte». 1818».
Esto es realmente incomprensible. A tan pe «La misma contrariedad que la ya referida
regrino articulo, Vallecillo (en sus Conient. en el párrafo tres de los Comentarios, al articu
hist. y erud. pág. 74,1 le aplica el siguiente: a La lo antes citado, pág. 50, esperimentó la Junta
Junta de 1768, que repugnaba la continuación respecto á los sargentos mayores de caballería,
de los capitanes Comandantes de batallón y es pues que tuvo igualmente que confirmarles el
cuadrón con el carácter sobrepuesto de Tenien carácter de jefe que el Reglamento de 2 i de ma
tes Coroneles efectivos, y mando sobre los Sar yo de 1763 les había declarado, subordinando
gentos Mayores declarados ya jefes, y de supe sus opiniones en este particular al cumplimien
rior gerarquia que los Capitanes, hubo de resig to de la real orden que recibió concebida en los
narse á no hacer variación alguna en esta par términos que siguen: «Excmo Sr.—El Rey ha
te, en obedecimiento á la real orden que recibió resuelto que los Sargentos Mayores de Caballe
y dice como sigue»: Excmo. Señor. El Rey ha ría y Dragones se consideren cuartos jefes para
resuello que en cada uno de los últimos escua el mando, sobre los demás Capitanes, después
drones de Caballería y Dragones se establezca de los Comandantes de escuadrón que se crea
un Capitán con el sueldo de 1 .100 reales el mes, ron en virtud de la real determinación de 25 de
y que se consideren terceros jefes de los regi mayo de esle año, que comunique á V. E., á
mientos con el grado de Tenientes Coroneles quien lo aviso de orden de S. M. para su inteligen
efectivos, para mandar á lodo Teniente Coronel cia y de la Junta de Ordenanzas. —Dios guarda
reformado ó graduado, y á todo Sargento mayor. á V. E. muchos años. San Ildefonso á 22 de
Estos Comandantes deberán mandar por la an agosto de 1768—Juan Gregorio Muniain. —Señor
tigüedad de sus patentes, y sin nuevo despacho Conde de Aranda». La Junta manifestó su con
pasará (en caso de vacante) el del cuarto á ser formidad diciendo: «Excmo. Sr. —Muy Sr. mió:
lo del tercero. Lo comunico á V. E. para su co Por aviso deV. E. de 22 de Agosto próximo pa
nocimiento y el de la Junta de Ordenanzas. — sado queda enterada la Junta de haber resuelto
Dios guarde á V. E. muchos. —Aranjucz 25 de el Rey que los Sargentos Mayores de los regi
mayo de 1768. —Juan Gregorio Muniain.—Se- mientos de Caballería y Dragones.se consideren
ñorCondc de Aranda». Por otra de 10 de julio cuartos jefes para el mando sobre los demás Ca
siguiente previno S. M. á la Junta que estos Co pitanes, después de los Comandantes de escua
mandantes, sin embargo del carácter de Tenien drón que se crearon últimamente en virtud de
tes Coroneles efectivos debían hacer el servicio la Real determinación de 25 de Mayo de este
de Capitanes,^ excepción de aquellos casos en año, que V. E. me comunicó.— Dios guarde á
que separados de los cuerpos saliese cada uno V. E. muchos años. Madrid 1.°de Setiembre de
con su respectivo escuadrón. Cuya real orden 1768.—Pero la Junta, creyendo equivocadamen
y la que la antecede complementarias de las ex te que las cuatro personas, que habia delante del
presadas en el párrafo i." de los Comentarios al Sargento Mayor representaban otras tantas gerar-
art. 7, del tit. 1.° de este tratado, referentes orías distintasen cuya virtud debería sor conside
pág. 56. á los Capitanes-comandantes de batallón, rado esle como quinto jefe, lo hizo así presente al
permanecieron vigentes, hasta que por la Real Rey en i del mismo mes; sin considerar que los
Cédula de il de octuhre de 1768 y Reglamento dos Capitanes-Comandantes perlenecian á un solo
de 4 de marzo de 1787, fué creado el empleo de grado ó categoría; y preocupado también el go
Comandante del tercer escuadrón, al ser reforma bierno con la idea de que el número de perso
dos los cuatros escuadrones de lodos los regi nas constituía el de gerarquías ó clases, contes
mientos de Caballería, confiándose el mando de tó ron la real orden del tenor siguiente: «Exce
GOMA — 273 GOMB
lentísimo Sr.—Sin embargo del aviso que co ma etimología que marca (V. e. v.) frontera.
munique a V. E. de orden del Rey, con fecha En el bajo latin commarehia era lindero, faja,
22 del pasado, para que los Sargentos Mayores zona que separaba dos territorios ó tierras con
de Caballería y Dragones se considerasen cuartos tiguas. En este sentido trae el mismo Dice.
jefes para el mando sobre los demás Capitanes Acad. S el verbo comarcar.
después de los Comandantes de escuadrón, lia
resuelto abora S\ M. en vista de la duda que ha COMBATE. Sin exponerse á inútiles repeti
ocurrido á V. E., y expone en su papel de 4 del ciones, no es fácil definir ni hacer dos artículos
"distintos» para combate y batalla; por lo que
corriente, que á los expresados Sargentos Mayo
res se les llame quintos jefes, respecto á que en (como en la palabra Acción) remitimos al lector
al articulo Batalla. Si abrimos el Dice. Acad. 5,
la sucesión del mando les corresponde este lu
combate es «pelea ó batalla entre hombres y ani
gar, por precederles los cuatro de sus respecti
vos cuerpos, desde el Coronel hasta el Coman males» y si fuéramos á trascribir todas las suti
lezas que se leen en los autores, para verde dis
dante del cuarto escuadrón inclusive. Y lo par
tinguir combate de acción y batalla, nos alarga
ticipo á V. E. para su inteligencia y de la Junta
ríamos demasiado. Bardin, por ejemplo, propo
de Ordenanzas. —Dios guarde á V. E. muchos
ne llamarlo estrateumático, con lo cual nada se
años. San Ildefonso 9 de Setiembre de ITtiH.—
define, y así lo debió creer él mismo, cuando
Juan Muniain.—Señor Conde de Aramia».
presume que ese adjetivo griego no ha de gustar
Después de provocada, expedida y recibida esta
y «con perdón del lector, desea que encuentre
real orden, reconoció la Jota el error que con
otro más adecuado». Feuquiéres pretende que
tenia; en cuya virtud acordó, en el curso de sus
en una batalla «se puede perder la artillería y
últimas sesiones, corregirlo en el proyecto, co
en un combate no». Di pain lo llama «conflicto en
mo así lo veriticó y fué aprobado, declarando
que toma parle solamente un pequeño trozo del
según se lee en el articulo que nos ocupa, terce
ros jefes de igual gerarquía á los Comandantes, y ejército de operaciones». Hay quien sostiene que
el combate se da en orden paralelo y la batalla
cuarto al Sargento Mayor». en oblicco (!!).
Si el lector, á quien no es justo fatigar más
l'uesto que la palabra existe, y se usa, y es
aquí, tiene ánimo para emprenderla con los ar
muy militar, y muy técnica, no hay más reme
tículos Brigadier, Grado, Organización, Reforma dio que admitirla, pero dejándola sin definir. Un
do, Sargento Mayor, Vivo podrá formarse combate se convierte en batalla: una batalla es
idea cabal de añejos desaciertos y preocupacio ordinariamente un conjunto de combates: una
nes, difíciles hoy mismo de corregir ó desar división entra y despliega en el campo de bata
raigar. lla, sin entrar por eso en combate, sin trabar,
COMANDO. Como queda dicho en el art. Co sin empeñar combate ó pelea: en la guerra de
mandante, esta desdichada voz, italiana ó fran montaña las batallas son una sucesión de com
cesa, se nos vino envuelta en el aluvión de ga bates.... Hay, pues, en estas locuciones algo que
licismos que acompañó á Felipe V. I'or fortuna hace al combate inferior á la batalla, en impor
se sostuvo poco tiempo, y lástima da por cierto tancia, en solemnidad, en resultados: algo de
verla usada por el primer escritor militar del monos previsto ó de más casual y frecuente. Es
siglo XVIII. «Pudieran los libros solos adquirirte todo lo <iue podemos decir aqui. (V. Combatir).
suficiente gloria, si no tuvieses á tu cargo el co —Combate singular es el de dos individuos aisla
mando, pues ellos bastarían para hacerle sa dos; > combate cuerpo a cuerpo, el de dos tropas
bio No por loque hasta aquí dicho, quiera que se acercan y mezclan peleando al arma
que el amor á los libros robe las horas á nego blanca.
cios importantes de tu comando...». (Sta. Cruz. COMBATIENTE. Como participio del verbo
Reflex. lib. 1. cap. 13). combatir, rara vez so aplica á una tropa ó ejérci
COMARCA. «El país contiguo y cercano á to: es más general en sustantivo para designar
una tierra ó lugar que está en contorno de ella.» al soldado en las filas. Un ejército cuenta tan
Es voz compuesta de la preposición con y del tos mil hombres, tañías mil bayonetas, tantos
nombre marca que significa confín (Dice. Acad. mil combatientes.
I.1) El mismo Diccionario en la 5.'1 edición da: CO.M RATI ULE. No está en uso: hay que de
«territorio que comprende un pueblo con todos cir expugnarle.—Tampoco puede decirse comba
susalrededores». Comarcano: circunvecino, cer tí dob.
cano, colindante.—Comarca debe tener la mis COMBATIR. Covahrubias forma este verbo
3".
GOME - S7i - COMI
de las dos palabras latinas con, que vale contra, varias y complejas funciones mucho ántes en el
6 simul, á un tiempo y el verbo batuor, baiuis, ejército español. Se lee, por ejemplo, en la Or
batir, herir, maltratar. Pelear, contender, lidiar, denanza de Cárlos V. de 1536. «Item: manda
batallar una tropa, ó ejército, ó individuo con mos que con los dichos caballos haya un Comi
otro. En su primitiva acepción significaba más sario, como hasta agora lo ha habido, para sus
bien batir, expugnar una fortaleza como se ve aposentos y alojamiento, y para las vituallas y
en este texto: «Esto puede ser en dos maneras. otras cosas necesarias para ellas, y que hayan y
La una quando son armas iguales é puña cada tengan de salario con el dicho cargo á razón de
una de vencer la otra: ó cuando la una es flaca quince escudos al mes, ócomo hasta agora ha sido
ó puña en defenderse de la más fuerte. E por pagado en el tiempo que los dichos caballos li
combatir, según los antiguos mostraron, tanto geros cstubieron debajo de la Capitanía de Don
quiere decir como combatimiento que facen Hernando de Gonzaga, Capitán general dellos».
amas las partes, la una contra la otra: ende en Según Clonard (Hist. org. T. IV. pág. 461) el
las tierras do se fabla lenguaje de latín, dicen Comisario general de caballería, cargo realmen
combatir á todo fecho de armas tanbien cuando te gkrárqüico militar, análogo al coronel, aunque
lidian en campo, como cuando combaten villa ó con ciertas atribuciones fiscales y administrati
castillo ó lidian uno con otro» «Más anti vas, fué creado por real cédula de 13 noviem
guamente los de España este nombre mudaron bre 1603 y el mismo cila (T. IV. pág. 415) hácia
en muchas maneras, segund los fechos de ar 1640 el nombramiento de Comisario general de
mas eran, é segund los hombres que los fazian. infantería, con 300 escudos mensuales, en el
E por ende el combatir, que diximos tuvieron Barón de Aixbt (Don Cárlos Bonieres), autor de
que conviene para decirlo, non sobre otra cosa, una obra titulada Arte militar (T. 1. tol. Zaragoza,
sinon cuando combaten alguna fortaleza que 1614) y de un Epitome floreado de César, impre
quieren tomar» «Et el combatir es dicho so en Varsovia, cuando estuvo de embajador en
cuando los embarra de manera que por ninguna Polonia. Este militar, que figuró mucho en aque
parte non osan salir de guisa que los han de en llos desdichados tiempos como innovador y ar
trar después por la fuerza». {Ley. 27. TU. 23. bitrista, no debió ser muy atendido por lo que
Part. 2.) puede colegirse de un «Memorial» suyo á Feli
COMENTARIO. Palabra latina (cuyas raices pe IV «representando su poca fortuna» que exis
pueden ser cum, mens) que significa una opera te en la Biblioteca Nacional [M S. H. 77. pági
ción intelectual de crítica ó estudio sobre un he na 188 . En aquella época de desbarahuste, no
cho consumado, sobre un libro terminado. Or hay que dar gran crédito á las reales cédulas
dinariamente toma la forma de glosa, adición, porque muy pocas llegaban á cumplimiento. To
davía en el reglamento de 12 agosto 1697 suena
esclarecimiento; pero usado en plural más bien
expresa obra literaria breve ó compendiosa. Di un Comisario general como jefe superior de un
trozo de caballería, esto es, de un cuerpo de
ciendo militarmente comentarios, siempre son,
por antonomasia, los de César; aunque haya otros ocho compañías de 50 caballos cada una.
La mejor ilustración á cerca del Comisario
muchos libros militares con este título, como
v. g. los del marqoés de San Felipe en la guerra general de la caballería es la que da el célebre
de Sucesión.—En el sentido familiar y maligno, Jojge Basta en su Gobierno de la caballería li
inútil es decir que el buen soldado, al recibir gera traduc. de Pardo Rivadenetra, cap. 2. pág.
una órden, la obedece «sin hacer comentarios.» 12) que dice asi: «El cargo de Comisario gene
ral es uno de los gallardos que se halla en un
COMENTARISTA. En la milicia romana era ejército, por el manejo que tiene en un tan no
carcelero, según algunos; factor de víveres, se table miembro: y si bien el General ó su Lugar
gún otros. Bardin supone que era una especie teniente le dan muchas órdenes todavia, tocando
de cuartel-maestre. Nosotros nada suponemos. á él la ejecución y mando sobre los Capilanes
COMISARIO. Actualmente empleado gerár- de las compañías particulares y así mismo es
quico, asimilado á la categoría militar de jefe, dar cuenta de los sucesos, con razón cuando se
en el «uerpo administrativo. En este sentido con habla del cabo de la caballería se entiende el
creto, la voz es moderna; pues proviene de la Comisario general de ella. Este oficio, por no ser
francesa que significa lo mismo, introducida por muy antiguo (Basta escribía en 1612; pocos años
las reformas de la dinastía borbónica á su adve ha era conocido de pocos su autoridad, preten
nimiento en 1701. Tero en sentido más lato, y diendo algunos baga consonancia con el oficio
no muy definido, el comisario ha existido con de Sargento mator; si bien realmente la tercera
COMI - m - COMI
persona de la caballería frisa con el de Maestre gar Antonio de Olivera (quinto Comisario), elcua]
de Campo, y el no habérsele dado tal nombre después de muchos contrastes, la redujo á su
puede haber acontecido por el respeto debido primera autoridad, alcanzando del duque de
al Teniente general, no siendo decente dar títu Parma, en lugar de las lanzas que tenia el Ro
lo mayor á cargo menor. O bien extraído su ori mano, una compañía de arcabuceros. A Olivera
gen y principio de 40 años ha, cuando Don Fer sucedí yo con la misma compañía, intentando
rante Gonzaga era capitán general del estado de los Capitanes al principio no obedecerme, más
Milán, en el cual hay un oficio á cuyo cargo es el Duque resolvió y declaro que el Comisario ge
alojar las compañías por el estado dando las co neral fuese la tercera persona de la caballería, y
misiones por escrito asi á los capitanes como á que, en ausencia del general y su Teniente, go
los pueblos, por lo cual se le atribuye el nombre bernase y mandase el Comisario general. Y des
de Comisario general del Estado. El Gonzaga pués de dieha declaración por espacio de trece
creyendo (queriendo?) mucho á un Juan Bau años sin alguna repugnancia ejercité el cargo con
tista Crecciano, llamado el Romano, al cual ha toda su autoridad, tanto en las guerras de los
bía dado el gobierno de la caballería, entre otras Países Bajos, cuanto en el reino de Francia. Y
autoridades jamás usadas en algún reino ó pro en los últimos cuatro años, no habiendo Gene
vincia de la Magestad Católica, le concedió esta ral ni Lugarteniente General de la caballería, y
de alojar y desalojar las compañías, que fué principalmente en la segunda entrada que hizo
causa quedase con el titulo de Comisario general el Duque de Parma, suspendí compañías á Ca
de la caballería aunque tal oficio, en tiempo de pitanes, hice prender oficiales y administrar
paz tornase al Comisario del estado. Sucediendo, justicia en los soldados de la propia manera que
en el año 1603, por General el Marqués de Pes pudiera ejecutar el General». Hasta aqir 'groe
cara, con muy pocos años de edad, arrimándose basta. Describiendo el P. Famiano Strada en
mucho á los consejos de este respecto de su lar sus conocidas Guerras de Flándes (década. I lib '
ga esperiencia amándole (en especial por carecer 6) la organización del famoso ejército que el du
de lugarteniente general) le ayuntó sin mudarle que de Alba llevó á Flándes en 1567 dice: «A es
el título de Comisario general asaz autoridad, tos principales jefes de guerra se añadió un co
según he visto y leído en una instrucción que se misario GENERAL DE LA CABALLERÍA, Oficio nUeVO en
le dió para que mandase á los Capitanes, tener la milicia, poco ántes introducido por Fernando
relación de la gente de cada compañía, de asen Gonzaga, general de las armas y gobernador de
tar ó despedir alguno; si hien los Veedores y Lombardía por Cárlos V; y pasando la primera
Contadores españoles no lo hayan querido sufrir. vez en esta ocasión á Flándes con el duque de
Tenía demás de esto mano para inquirir y des
Alba se entregó por su mano á Antonio Olivera
terrar de las compañías al soldado que carecía
descendiente de aquel Martin Olivera á quien el
de caballo y armas convenientes y otros requi
rey Don Pedro de Castilla llamó de Francia con
sitos, y en la elección y repartimiento de los
algunos capitanes para echar de España á los
cuarteles le era concedida toda autoridad. A es
te Romano sucedió su sobrino Octaviano Croc- moros. Era Antonio muy igual á este nuevo car
go por haber manejado las armas mucho tiem
cíano (segundo Comisario general) el cual no tuvo
la compañía de su tío ni su entera autoridad. Fué po en Italia y Africa, y hacia oficio de maestre
á Flándes con el duque de Alba, y al cabo de de campo en Lombardía al tiempo que sacó el
cuatro años volvió á Italia con el mismo cargo primero de Italia el nombre y ejercicio de Comi
en el cual murió. Después fué elegido en Flán sario general de la caballería.
des Don Mariano de Gara español (tercer Comi En la obra de Clonard el comisario de guer
sario) quien se dejó usurpar muy mucho de la ra, en su acepción actual, no aparece hasta el
autoridad primera. A este sucedió Medina ¡cuarto reglamento de 1 8 diciembre 1 701 (T. V. pág. 1 1 6)
Comisario) el cual, habiendo hallado como Don en que ya empezó á demolerse el órden de co
Bernardino de Mendoza y Juan Bautista de' sas austríaco. Y sin embargo en aquellas irre
Monte, Capitanes de sendas compañías, habían flexivas reformas todavía se ve en 29 enero 1 703
repartido entre ellos la caballería, mandando el á Don Francisco Fernandez de Córdova nombra
uno á la Nación española y el otro á la italiana, do comisario general de la infantería. De modo
sin considerar la autoridad de su oficio, se deja que teníamos dos «especies» heterogéneas de co
gobernar de ellos á do el dicho cargo perdió mu misarios, sin haberse extinguido los antiguos vee
cho de su reputación. Muerto Medina, en una dores y contadores del sueldo, Esto prueba la
encamisada sobre Mastrique, sucedió en su lu inconsiderada mania de afrancesar todo, atizada
COMI — !76 — COMI
entóneos por el rencor político que estalló en Por fin en 1715 cesó la ambigüedad en Es
guerra civil y dinástica. paña, extinguiéndose los Comisarios generales dk
Andando el tiempo se fué desembrollando el infantería y caralleria; y en 1718 la ordenanza
caos por el medio más expedito, que era tradu de intendentes no desembrollaría mucho, cuan
cirlo todo «literalmente» del francés, sin bus do otras ordenanzas, que ya pueden llamarse asi.
car la menor equivalencia ni asimilación. Asi en de 1748 y 1749 vinieron á corregir anteriores
170o el comisario francés sustituye radicalmente desórdenes. Vigentes muchos años, aunque en
al antiguo veedor austríaco y desde entóneos, grosadas cada dia con nuevas adiciones, nada
mejor que revisar la indigesta organización pseu- sólido podían establecer, mientras en la alta es
do-española, es, y ahorra tiempo, subir á la fera de la administración pública no se estable
francesa, puesto que era la fuente y la inspira ciese el primero y fundamental principio de to
ción. En aquella más compacta, el verdadero da contabilidad, que es el órden, producto siem
comisario, con las varias vicisitudes y modifica pre de la clasificación y de la separación. Hasta
ciones de los tiempos, viene desde 28 enero 1356 1827 no fué reconocida esta verdad económica
nada menos, en que el rey Juan creó doce, ejer y entonces se dió el primer paso en firme, agre
ciendo las FUNCIONES ADMINISTRATIVAS, FISCALES y gando al departamento de la guerra la llamad;)
revisoras de su empleo actual. Enaltecido unas hacienda militar. Nuevos reclamemos y reformas
veces, deprimido otras, reformado algunas, su en 17 julio 1837, 20 febrero 1840, 7 mayo y 26
primido también, como en 1691, por Luis XIV, julio 1841 fueron perfeccionando el cuerpo ad
el cargo ha atravesado en Francia con su nom ministrativo hasta su actual y definitiva consti
bre invariable el largo periodo de cinco siglos. tución militar. El comisario en ella ocupa, co
Hacia 1798 contaba Francia más de 600 comisa mo hemos dicho, puesto gerárquico y definido
rios de guerra. No se crea tampoco que. este país con funciones determinadas. Citemos, por ex
nos aventajaba en «definiciones». En 1651 tenia cepción, una que puede llamarse «notarial»: la
su comisario general de caballería, especie de de legalizar documentos con su firma. Respecto
tercer jefe superior, de ayudante del coronel ge- | á los comisarios ordenadores, traducidos también
neral del arma. En 1679 ejercía este cargo Vi- del francés, y otros pormenores de organización
llars, el que luego fué célebre mariscal. Era, no entran en nuestro cuadro de generalidad,
como en España, general y al mismo tiempo bosquejado ya en el art. Administración.
inspector ó intendente, y tenia, como de cosí tim
bre en aquellos tiempos, un regimiento del cual COMISION'. En general todo encargo militar,
era propietario. Se ve pues que con copiar, ó especial, que se da á un individuo fuera de sus
mejor dicho, trasportar lo francés no se ganaba funciones habituales ó reglamentarias. La reu
gran cosa. Todavía en 1706 suena en Francia nión de varios oficiales con el mismo objeto se
(en el sitio de Turin) un comisario ayudante del llama también comisión.—Comisión activa es en
GENERAL EN JEFE, O Un AYUDANTE COMISARIO á la el dia nombre genérico para designar en presu
vez, es decir, que todavía ni allí ni aquí se ha puesto á los jefes ú oficiales sueltos, que á las
bía dado con la sencilla solución del problema: ordenes de generales ó en encargos fi era de fila,
separar el mando y la administración. De lo que cobran mayor haber que en la situación pasiva
se creía sencillo, de mantenerlos reunidos en la de excedencia ó reemplazo.—La comisión al ex
misma mano, es de donde realmente provenían tranjero indica siempre viaje científico de órden
aquellos abusos, aquellas concusiones que boy- del gobierno.—Comisión militar, con los adjetivos
nos parecen, y con razón, monstruosas; pero ejecutiva y permanente, es, más bien que conse
que volverían á nacer, quizá mayores, en cuan jo dk guerra según ordenanza, un tribunal polí
to se volviesen á unir. I'or eso es absurdo y fal tico creado en los tiempos de nuestras primeras
so el empeño de los militares en achacar á los discordias, y que es de desear no resucite en
administradores culpas ó excesos que deben re j las futuras. I'na reunión de oficiales extraños,
partirse con equidad, y á veces atribuirse por como es natural, » la jurisprudencia civil, acos
entero á tos gknkrai.es y jefes. Intencionalmenle tumbrados á los breves trámites del enjuicia
hemos introducido en el articulo Capitán algu miento puramente militar y á las severas leyes
nos textos auténticos, para probar nuestra frin penales, no ofrece en verdad á un no político.
y sistemática imparcialidad. El hombre ha sido que quizá á las pocas horas puede convertirse
y será siempre el mismo: y lo que le hace va en «mártir» ó trasformarsc en «héroe», grandes
riar, ó le modifica, es la posición en que se le garantías de imparcialidad, ni acierto, en mo
coloca. mentos cabalmente en que la exaltación fogosa
COMI — 277 - GOMP
de las pasiones no da sobrada holgura a la refle dia los cristianos llegaron las escalas, e las man
xión ni tiempo material al procedimiento. En la tas é otros pertrechos para subir á la torre, es
década, llamada ominosa del 23 al 33, la res tando la gente en la furia del combate, los arti
tauración absolutista abusó para sus venganzas lleros pusieron fuego al cortago que estaba ar
de las comisiones militares: y el nombro solo dos- mado debajo del suelo de la torre, é con el tiro
de entonces infunde justa repugnancia. Hace que fizo derribó gran parte del suelo do estaban
muchos años que, por fortuna, se ha olvidado; los muros que la defendían; cayeron cuatro de
y la noble actitud de los militares, cuando en ellos. Cuando los otros vieron que no podían an
18Gí se introdujeron los consejos de guerra en dar libremente sobre el suelo para defender la
la ley de imprenta, prueba que si algún exceso torre, luego la desampararon. Sin embargo, un
de severidad hubo que lamentar algun dia, más critico moderno, hábil y lleno de erudición ("Don
que de las terribles comisiones militares, provino Ramón de Salas, en su Memorial histórico de la
de los hombres civiles que las atizaban y habían Artillería Española) no concibe que los antiguos
piej uzgado los hechos con odios que nunca se pudiesen utilizar una pieza cuya ánima forma
albergan en el corazón de un soldado. ba un ángulo recto. Mas explicado el mecanismo
del compago, descrito el modo de usarlo, y coi-
COMITIVA. Acompañamiento, séquito, cor
roborada esta descripción por la voz de la his
tejo.
toria contemporánea, no creo haya lugar ha du
COMPAGO ó CORTAGO. Dejamos integra das sobre su uso y utilidad. La historia es un
al Conde de Clonard la responsabilidad de este gran panorama en cuyo último termino sólo se
artículo, trascribiendo literalmente de su Histo percibe la figura más imponente: las demás que
ria orgánica, T. VII. pág. 48. «El compago ó cor- favorecen, dificultan, ó precipitan sus movimien
taco tenia la figura de ángulo recto y su recá tos, se ocultan y so desvanecen casi de todo pun
mara debía estar en el vértice de la pieza, según to; para conocer la existencia do las cosas es
conviene Diego Ufano, diligente investigador de preciso ir avanzando siempre hasta tocar el li
aquellos tiempos. Aunque no se tengan lus da mite del cuadro. Regularmente al considerar
los más luminosos é irrecusables sobre el modo una obra gigantesca ó una empresa audaz, se ol
de emplear el corlago, puede creerse que esta vidan los medios de ejecución y arrancando de
pieza se colocaba «perpendicularmente» al ci este falso punto de partida incurren en deplo
miento del muro, construyendo ánlcs y con este rables paralogismos aun ingenios muy distin
objeto á la zapa (sic una galería y haciendo es guidos».
te cañón las veces del hornillo. El artillero in Todo esto será muy bueno: pero en materias
flamaba desde la boca-mina una larga salchicha de artillería (V. e. v.) y sobre lodo en punto á
adherida al lado horizontal del ángulo que for critica histórica, el lector atenderá á Don Ramón
maba la «manga» de la pieza. Entonces ocurría de Salas con preferencia al Conde de Clonard.
la esplosion y el aire comprimido por el proyec COMPAÑA. Primitivo nombre de la actual
til, pugnando por buscar una salida, sacudía ¡ compañía. (V. e. v.)
violentamente el seno de la tierra y derribaba
el cimiento del muro. Un cronista, muy apre- COMPAÑERISMO. V. Espíritu deccerpo.
ciable por su exactitud y cuyo testimonio he ci COMPAÑIA. Primera unidad ó agregación
tado diferentes veces (Pulgar. Crónica de los Re constitutiva, orgánica, administrativa y TACTICA
yes Católicos, cap. 91), dice refiriéndose al uso en todos los ejércitos regulares. En España, co
que los antiguos hacían de esta clase de artille mo en todas partes, este vocablo militar penetra
ría «que Francisco Ramírez hizo una mina que eu la oscuridad de la edad media; y se lee com-
llegaba hasta el cimiento de la torre, e allí puso panna en el Tratado de Nobleza y Lealtad escri
un cortago la boca arriba é armáronlo para que to para San Fernando; compaña en las Siete Par.
tirase al suelo de la torro, sobre la cual estaban tidas de su hijo Don Alonso el Sabio, para designar
los moros que la defendían. E por la parlo do conjunto, agregación ó grupo elemental de com"
afuera faciendo baluartes do paso en paso para pañeros, en la hueste allegadiza y temporera dC
que su gente so defendiese, ganó tierra fasta lie aquellos tiempos. La costumbre universal de
gar bien cerca de la torre. Los moros que esta llevar cada compañía su bandera, hizo que, to
ban encima defendíanse é ferian algunos cris mando la parte por el todo, el signo por la cosa>
tianos; é de esta manera duró aquel combate \ bandera fuese, en el renacimiento y en todo el si
cuatro dias, que todas horas tiraban de la una I glo XVI, sinónimo de compañía. Por la misma ra
parte á la otra tiros de pólvora ó de saetas. Un ! zón y en la misma época, el titulo antiguo do
GOMP - 278 - GOMP
capitán (V. e. v.) que tomó el jefe, hizo la capi los llaman maltrapillos ó picaros, otra ordinarios
tanía sinónimo de compañía y de bandera. La y la otra particulares. Los maltrapillos ó picaros
fuerza de una compañía lia variado desde 80 hom son los que no tienen cuenta de su persona ni
bres hasta 500 ó más: su promedio general es honra, y ménos de sus armas; y éstos son los
hoy de unos 100. La taxiarquía griega, la centu que en sus tierras son ruines y malos, y sirven
ria romana, copiada luego por los godos, corres en las compañías más por bulto y número que
pondía á la moderna compañía. por otra cosa; y, cuando acontece alguna des-
Durante el régimen feudal, la compañía, la órden, para ahorcar un bellaco y no un soldado
mesnada, el contingente de cada rico-bombre, de honrado. Los otros que se dice ordinarios son
cada pueblo ó concejo, debía ser tan vario como los más que hay en la compañía; y aunque son
la riqueza, el poder ó el espíritu belicoso del que hombres honrados y sirven bien en lo que le
la formaba. A principios del siglo XVI, las pri toca en servicio de su compañía, no pretenden
meras tropas d sueldo del rey ó del estado, toma subir á más que ser soldado siempre para ganar
ron la forma de compañías, como unidad exclusi su sueldo; porque el natural no los inclina ámás
va táctica y orgánica. Los otros nombres como por valientes y honrados que sean ó por ser
COLUNELA (V. e. V.), Ó LEGION, que USÓ.FrANCISCO I hombres rudos y de poca habilidad, y los otros
de Francia, eran puramente «colectivos», como que se llaman particulares son hombres nobles
ahora el de regimiento: la prueba es que cada le de buen pensamiento y hábiles. Estos son de la
gión francesa tenia seis compañías de á 1000 escuadra del Capitán, y los más son coseletes
plazas. A pesar de la formación de tercios y regi aventajados en el sueldo, honran la compañía y
mientos, y del aumento de éstos á dos y tres ba suelen señalarse en las batallas y ocasiones que
tallones; á pesar de la extinción de la compañía se ofrecen, para subir, mediante el valor de sus
coronela, y de no ser ya cada una propiedad de personas, á ser oficiales, que los apocados se
su respectivo capitán, es notable que no dejasen contentan con el poco». (Bartol. Scarion de Pavía
de designarse oficialmente por el nombre deaquel Doctr. mil. fol. 70). 1598.
y tomar su antigüedad hasta la Ordenanza general Pié de una compañía española de picas según
de 1768, hoy vigente, que en su art. 11 tít. 1 real decreto de 30 abril de 1633, anexo á las Or
trat. 1 dice: «Las compañías de cada batallón denanzas de 28 Junio 1632.
conservarán fijo el lugar que tenga cada una Por sueldo de Capitán y Paje (al mes) 44 es
desde el dia déla publicación de esta Ordenanza cudos. —Alférez y Abanderado 18. —Sargento, 8-
cesando la práctica de interpolarlas poraníi^tje- —Furriel y Barbero 6.—Dos Alambores y Pífa
dad de capitanes » Esto prueba lo difícil que no 18. —Capellán 12.—Por las ventajas de diez
es en organización, como en todo, desarraigarla Cabos de escuadra 30.—Por la Paga sencilla de
rutina. Cuando la antigüedad, ú órden de prece 239 plazas á tres escudos 717.—Por la ventaja
dencia y formación, de las compañías, dependía de de 90 coseletes 90.—Por la ventaja de 60 mos
la antigüedad de su capitán, variando la compa quetes á tres escudos 180.—Por la de 89 arca
ñía de puesto con él, los papeles no podían estar buceros 89.—ror los 30 escudos de las ventajas
más trocados: en lugar de honrarse el capitán ordinarias 30.—Por las ventajas de cuatro solda
con su compañía, esta era la honrada con su ca dos particulares que hayan servido 12 años efec
pitán. tivos aunque sean inlerpoladamente ú ocho con
La compañía en el siglo XVI (1 568) tenia se tinuos á seis escudos cada uno 24.—Por las de
gún Londoño (Discip. mil. fol. 6 y 7) nueve pla cuatro soldados á cuatro escudos 16.—Por las de
zas de primera plana, á saber: Capitán, Alférez, dos Alféreces reformados á ocho escudos 16.—
Sargento, Cabos, (á 25 hombres) Furriel, Tam Por la de dos Sargentos reformados á seis 12.—
bores y Pífanos, Capellán, Abanderado, (V. e. v.) Total 1 31 0 escudos.
Barbero. La fuerza se repartía en dos tercios pi «Conforme á este pié de lista manda S. M. s
cas (coseletes^ y picas desarmadas ó secas, un socorra á esta gente con dos tercios de paga ca
tercio arcabuces. Quería Londoño que de 300, los da mes, de manera que se podrá dar un tercio
150 fueran coseletes cumplidos; 40 piqueros con cada 15 dios; y á la que actualmente saliere á
sola CELADA. campaña de tierra ó mar se le dará una paga en
Por curioso trascribimos el texto siguiente: tera. Y el otro tercio se reserva por la paga de
«Las compañías de soldados al tiempo de agora hospital, pólvora, cuerda, vestidos de munición
no han número cierto, quien más y quien mé- y armas cuando se haga el remate De es
nos: las cuales, grandes ó pequeñas que sean, te dinero no se ha de pagar Entretenido ni otra
tienen todas de tres «maneras» de soldados. Una cosa alguna de esta consignación aunque so
GOMP - 279 - GOMP
bre, etc Las compañías de Españoles fue dos sus respectivos comandantes, que tendrán
ra de España y lá de Italianos fuera de Italia han compañía». El art. 3: «La plana mayor se com
de ser de á 200 hombres. Lo mismo la de Bor- pondrá del coronel teniente coronel con compa
goñones é Irlandeses Y se advierte que ñía » (V. Coronel).
siempre que á la Infantería se le hubiere de dar Compañía de preferencia. Nombre moderno y
pan de munición en cualquiera parte, que el so colectivo de las dos compañías de granaderos y
corro se reduzca á media paga y el pan de mu cazadores de un batallón de línea, é de los de
nición En febrero 1634 mandó S. M. que carabineros y tiradores que eran las análogas en
á los soldados á quien no llegasen los dos tercios un batallón de la antigua infantería ligera,
de paga á un real de socorro al dia, en confor íántes de 1841) que sólo se diferenciaba de la
midad del nuevo pié de lista de 1633, se les otra en llevar el collarín amarillo en vez de
eumplaá un real» (Sala y Abarca, pág.278. 1681.) blanco. Estos cuatro nombres para una misma
Puesto que no necesitan definición, ó la tie cosa revelan lo que suele entenderse general
nen en sus respectivos artículos, solo citaremos mente por organización militar.
las diferentes especies de compañías, por ejem A los ojos de oficiales expertos las compañías
plo: de bomberos—de carabineros—de cazado de preferencia eran ya en nuestros tiempos un
res—del centro—de depósito—de fusileros—de verdadero anacronismo. La prensa militar ha
granaderos—de guias— de inválidos—de mina discutido lucidamente este punto y el periódico
dores—de miñones y miqueletes—de obreros— La Asamblea, en 1863, pedia resueltamente la
de sanidad—de veteranos—franca—incendiaria supresión en un articulo del general Ximenez
ó infernal— provisional—sagrada—suelta—vo Sandoval que decía entre otras cosas: «La elec
lante. Nos detendremos en las siguientes. ción y la preferencia aparecen confundidas en
Compañía coronela. En la extraña, y para nos las compañías de granaderos y cazadores de
otros casi incomprensible organización de los nuestra infantería, puesto que se componen de
tres siglos últimos, el coronel tenia una compa hombres elegidos que gozan de ciertas preferen
ñía de que era propietario, por lo que se llama cias; pero sobre esta preferencia individual se
ba coronela. Es de presumir que no seria la los considera con la colectiva ó de institución
más desatendida y, principiando por el número por la especialidad de sus servicios. Más exac
de órden, en todo era la primera. El teniente co titud hubiera si, asi como en tantas cosas de
ronel á su vez tenia otra compañía que era la se milicia, se ha solido copiar servilmente de Fran
cunda y se llamaba teniente coronela. Y aquí cia desde principio del siglo pasado se hubiese
salta un pormenor que ilustra aquel embrollo. adoptado también la denominación d'élile, esto
Por un principio de equidad el tercer jefe, el es, de elección ó escogidas. Puede que se juzgue
sargento MAYOR parece que debía haber tenido trivial esta observación y sólo como insignifi
también propiedad de compañía; peroesle humil cante cuestión de nombres: pero yo creo que
de jefe procedía de clases inferiores, miéntras debe buscarse la propiedad siempre que sea
que el coronel ordinariamente no pasaba por posible, y que muchas de éstas trivialidades tie
ellas y por eso disfrutó del provecho cuando lo nen más importancia y trascendencia de lo que
hubo y del lustre después. Ni aun creados los á primera vista se concibe».
segundos batallones cesó esta anomalía: lejos de Compañía disciplinaria ó de disciplina. La que
eso, el primer batallón se llamó coronel y hasta se ha formado en algunos casos con soldados vi
su bandera se llamó coronela, voz que hoy nada ciosos, incorregibles, maulones, con duro régi
significa. Por fin en la reforma de 1 enero 1761 men, y al mando de oficíales severos.
quedaron suprimidas las dos compañías coronela Compañía sencilla. En el siglo pasado se lla
y teniente coronela; pero quedó la compañía de maban así, por oposición á la de granaderos, las
granaderos y en 8 mayo 1812 se aumentó la de que luego se han dicho de fusileros ó del cen
cazadores, quedando entre ellas las seis de fusi tro. «Por las sencillas de cada batallón ha de
leros llamadas por eso del centro. Los artículos ser mantenida cada compañía de granaderos...»
5 y 6 tít. 1 trat. 1 de las ordenanzas vigentes (Ord. de 1768. art. 1.° tít. 2. trat. 1),
(1768) mandan, ó repiten entre paréntesis, que Con el título de grandes compañías ó grandes
no tengan compañía el coronel niel teniente co bandas (V. e. v.) se conocen en la historia ds
ronel de infantería, pero en la caballería se ' Francia del siglo XIV unos célebres cuerpos de
mantuvo esta práctica. En el tít. 3 trat. 1 e' aventureros ó bandidos (brigamls) que nacieron
art. 2 dice: «Los dos primeros escuadrones los en el desconcierto social de aquellos tiempos, y
mandarán el coronel y teniente coronel y los otros que se citan aquí por la parte activa que toma
GOMP — 280 — COMP
ron ea las guerras del rey de Castilla Don Pedro COMPETENCIA. Del bajo latin rompetcntia.
il Cruel contra el bastardo Don Enrique. Fran En lenguaje forense la aptitud, la facultad de un
cia no sabia como deshacerse de aquellas tropas, tribunal para juzgar ciertos delitos. —En gene
quo en medio del desorden general descollaban ral pertenencia, incumbencia. — Inteligencia,
por su indisciplina y sus horrendos atentados. aptitud personal.—Disputa ó contienda entre
En vano de acuerdo con Carlos VI de Alemania individuos ó cuerpos sobre mando, precedencia,
se pretendió darles salida por aquel país, para JURISDICCION. Los CUERPOS DE PREFERENCIA, IOS GRA
embarcarlas en cruzada contra musulmanes; en DOS sin definir, los privilegios abusivos son la
vano el papa Urbano V, residente entonces en fuente de interminables competencias. En ellas
Aviñon, lanzó anatema contra ellas en I36i: la puede decirse que se pasó, militarmente hablan
coyuntura de necesitar auxilio el Bastardo de do, lodo el siglo XVIII y parle del XVII (V. As
Trastamara fué la que se aprovechó para lanzar censo, Casa Real, Fiero. Sargento general de ba
sobre España aquel enjambre de forajidos que talla.)
en número según algunos de 30.000, y á lasór- COMPLETO. Se dice de un cuerpo, de una
denes de Duguesclin, entró por el Rosellon en 1 unidad táctica que cuenta presentes es filas to
enero 1366, habiendo al paso intimidado al I'a- dos los hombres que el reglamento asigne como
pa, que, no sólo trocó en bendición el anatema, efectivo.—También se dice de una, victoria, que
sino que tuvo que soltar á guisa de indemniza es completa cuando los resultados son induda
ción 200.000 libras de oro. Eos demás pormeno bles, visibles.—Todo militar debe procurar ser
res son conocidos. Los restos de las grandes com
completo. (V. Oficial.)
pañías que no v inieron a Castilla se derramaron
por Italia donde se engrosaron, y formaron el COMPOSICION. «Hablando de un ejército, a
núcleo de los célebres condottieri (V. e. v.) que primera vista pudiera tomarse por sinónimo de
en el siglo XV desolaron el país. Es notable, por organización; pero expresa mejor cierta «especie»
la inversa, que en España no encontrasen un de organización pu ramculc de guerra v iva ó ac
recluta; y que al poco tiempo de licenciadas y tiva, y exclusivamente peculiar de un ejército
remuneradas con la habilidad ó las mercedes de operaciones á punto de abrir una campaña. Or
«enriqueñas» no quedase el menor rastro de se ganización envuelve idea muy vasta y general,
mejante langosta. puesto que se aplica á la milicia, al estado mili
tar de un pais «en todo tiempo»: composición en
COMPAS. (Paso á). Tücídides, en su narración tra en más detalles y desciende á la calidad ó es
de la primera batalla de Mantinea. dice: «Había pecie do las TROPAS. Un EJÉRCITO PERMANENTE SC
(lautas interpoladas en los batallones, no para organiza; un ejército de operaciones, una briga
cantar el himno del combate, ni hacer un vano da, un destacamento se compone. Por ejemplo, el
ruido, sino para marchar con paso igual y has arte prescribe, ó prescribía, que en un ejército
ta cadencioso, por no romper las (¡las como de las tropas ligeras sean la sexta parte de las de
ordinario sucede en los grandes ejércitos». El línea; la artillería al respecto de tres piezas por
Mariscal de Sajonia que, por confesión propia, mil hombres: este es un «precepto general» de.
buscó mucho tiempo y creyó haber adivinado organización, que puede ser modificado por ra
por conjetura lo que llamaba tacto de los anti zones de composición, que unas veces dieta el
guos, lo hubiera encontrado aquí claramente ex terri no, otras la especie de guerra y de enemigo,
plicado. Natural es deducir que los Romanos que otras la calidad misma de las tropas. Si éstas son
tenían flautistas al pié de la tribuna, para mo ágiles de suyo, y apenas puede establecerse en
derar y dar cadencia y compás á la entonación tre ellas diferencia, no es cosa de tomarla en
de los oradores particularidad que especialmen cuenta por imitar al Austria, donde es manifies
te se cuenla de uno de los Gracos), no desdeña ta y visible la que hay entre un pesado regi
rían los buenos efectos de la música militar, aun miento de croatas fronterizos (Grantz Rtghnent.)
que en rigor no fuesen tan necesarios por la dis y un batallón de cazadores tiroleses, ágiles, cer
tancia entre los combatientes. (C. Nisas. Rist. teros, hábiles en tirar á las gamuzas de los Al
mil. T. [. pág. 93). Si los antiguos, y particu pes desde su infancia. La proporción de la arti
larmente los Griegos, conocían el paso en caden llería influye mucho en la composición de un
cia, no podían ignorar el tacto, el encajonamien ejército de operaciones. Napoleón la fué aumen
to, pues uno lleva al otro y uno sin otro es casi tando á medida, dicen, que iba perdiendo con
inútil. (V. Táctica). fianza en el vigor de las otras nos armas. De aquí
COMPASAR . Lo mismo que acompasar. se ha querido deducir regla general, y positiva
GOMP — 281 — GONG
mente errónea: «a infantería floja, mucha arti COMPOSTURA de batalla. Don Bernardino
llería». La máxima de Napoleón, que anda im de Mendoza llama asi al orden, á la disposición
presa, es cabalmente la inversa: «Cuanto mejor Táctica en que viene formado el ejército en
es la infantería, más se la debe economizar y marcha para presentarla ó darla. También en
apoyarla con buenas baterías» [Mar. de Nap. el Bachiller de Cuidad Real se lee: «En el otro
página 61). Todo el que haya estudiado la guer- cuerno de la compostura de la gente».—En otro
ra de 30 años, sabe que la inmejorable infante sentido, en el de modestia, mesura y circuns
ría sueca de Gustavo Adolfo debió sus triunfos pección, la compostura sienta bien al militar.
en aquellos tiempos á la numerosa y buena ar
tillería. Nuestra infantería de Flándes sabia ba COMPROMETER (una tropa). Barai.t lo tie
tirse bien con mucha y con poca artillería entre ne por «galicismo á medias». Arriesgar, expo
sus filas. Antes ya en la oélebre campaña de ner, poner en contingencia, en aventura.
Alemania en 15i7, y sobre todo en la batalla de COMUNICACIONES: Voz casi indefinible
Muhlberg, la infantería española conservaba to por su extenso significado. En estrategia y tác
dos sus caracteres ingénitos de movilidad y au tica se comprenden bajo esta palabra genérica to
dacia enredada en un tren de artitlería sin do camino, toda línea por donde marchan y se
ejemplo hasta entónces, ni mucho después. Es mueven tbopas, ó se comunican entre si ó con
evidente, que si bien respecto á organización ge SUS RASES DE OPERACIONES, DEPÓSITOS, ALMACENES.
neral se puede acatar y seguir en algo á los Napoleón I aficionado á lo sentencioso, dijo: «El
«maestros extranjeros», en detalles de composi secreto de la guerra está en el secreto de las co
ción, loque debemos consultar con preferencia municaciones». Cortar las comunicaciones del
son las singulares
^ condiciones de..V, nuestras
uumuaa tro mu- | enemigo
--o- es
— una -.ünm.ivn
operación brillante de guerra
wiiiiciiim; ue guerra.
pas y la dificultad de satisfacer algunas otras. De ¡ Por eso recomienda el arte que las comitnicacio
poco sirve que en Hungría á—30.000 infantes cor- N'ES Rean
■"'«u*oowi- — fuciles,j cortas,
- ,"^r,«m.->. \Y illisen d i ser-
respondan 10.000 caballos, si en España no los 48 larga y atinadamente sobre este importante
uodenios reunir;
podemos reunir- ni (inorln
quede ñci..^ in ní\n los
éstos 10.000, i — 8.000
o m\n asunto.—En
»«unfn f?n fortificación,
~. —- . en una plaza fuerte,
sean de caballería gruesa ó de linea, si en nues comunicaciones son las puertas, poternas, rampas,
tro país es casi imposible ó muy costosa. Fuera escaleras, caponeras, puentes, galerías. En los
de esto, si la guerra es de montaña, por ejemplo, trabajos de aproche, las paralelas, los ramales.—
el 1 16 el 1 110 de caballería bajará á 1 |20 por esa Comunicación se llama también al oficio, al pa
razón sola. Queda, pues, demostrado que dentro pel oficial.
de la organización de un ejército, de una tropa
CONGA. Lo m>smo que cuenca ú hoya. Úsase
cualquiera, caben ciertas ideas y preceptos de en Cataluña para señalar un territorio puesto en
verdadera composición». [Guia del Ofic. en camp.) bajo, y rodeado de otros más elevados, que for
También se llama composición en la guerra al man un distrito con porción de lugares, como
pacto ó convenio, por el cual el paisanaje de un la conca de Tremp, la de Odena. (V.Cuenca,
pueblo abierto, ó de una comarca, evita el paso, Hoya y Nava.) (Dice. Acad. Hist.)
|a permanencia ó la ocupación de un cuerpo de
tropas, haciendo prestación de víveres, efectos ó CONCEJIL. Antiguo miliciano, tropa ó gente
metálico. «Y llegando á Lovayna (el príncipe de enviada á la guerra por un concejo. Por exten
Orange) hizo instancias para que le recibiese. sión, tropa allegadiza, colecticia, tumultuaria.
Mas encontrando mayor dureza en los ciudada «Hombres levantados sin pagas, sin el son de la
nos de lo que pensaba, y temiendo consumir caja, concejiles, que tienen el robo por sueldo y
mucho tiempo si se determinaba á entrarla por la codicia por superior». ¡Mendoza. G. de. Gra
fuerza, resolvió aceptar cierta suma de dineros nada 108).
en la cual se contentó la ciudad de componer CONCEJO. En Asturias y otras provincias
se». (Bentivoglio. G. de Flándes. part. I." lib. 6) se entiende hoy el distrito jurisdiccional com
Todavía se encuentra en los clásicos composición prensivo de varias parroquias ó feligresías de
en sentido estricto de capitulación (V. e. v.) «... pendientes de los jueces ordinarios que residen
llegado el duque á Neufchátel con todo su campo en la (lindad ó villa cabeza del Concejo. Lláma
á los 22 de Hebrero, y plantada al dia siguiente se así, por residir también en la capital el
la artillería por el tercio de Don Luis de Velasco, Ayuntamiento, de donde les viene la denomi
á ménos de cien cañonazos tirados comenzaron nación de concejo. En Galicia y Portugal se co
á parlamentar los de dentro y fuera admitidos á nocen jurisdicciones con igual denominación y
composición». (Coloma. G. de Flándes lib. 5.) forma de gobierno. (Dice. Acad. Hist.) En gene
36
CONG — 282 — GOND
ral ayuntamiento ó junta de la justicia y regido También es exacto llamar concéntricas á las
res de un pueblo (Dice. Acad. 5.) Se encontra paralelas ó trincheras que se abren para el si
rán ampliaciones sobre esta voz en varios ar tio de una plaza; pero es inadmisible llamar con
tículos como Feudalismo, Fuero, Táctica. céntricas—como hacen algunos eslrategistas, in
cluso Jomini—á las líneas de operaciones que en
CONCENTRACION. Movimiento estratégico abstracto siempre son rectas. Una linea recta no
para reunir las columnas de un ejercito de ope puede ser concéntrica: será comeraente, como lo
raciones, que deben marchar separadas y abra son los radios que concurren en el centro de un
zando el mayor frente estratégico posible, no circulo: y aquí está el error de llamar concéntri
sólo para tener víveres y holgura, sino para des co á lo que «tiende ó concurre al centro». El
orientar al enemigo sobre el verdadero objetivo, frente estratégico es en efecto, y la ciencia re
es decir, sobre el punto de ataque elegido. Bien comienda que lo sea, curro con la concavidad
se comprende que una concentración hábil abra hácia el enemigo. > las líneas de operaciones.
za la resolución de grandes problemas de guerra, verdaderos radios, convergen, concurren en el
y requiere una inteligencia, un lino especial en centro en que aquel está hipotéticamente colo
lo que se llama logística y en la ciencia de las cado. Se dirá, pues, con geométrica exactitud,
marchas. Con razón dice .Iomini íComp. T. I. ca que un movimiento concéntrico se lleva á cabe
pítulo III.) que «esta alternativa de los movi por medio de líneas de operaciones convergentes,
mientos espaciosos y de los concéntricos es el
verdadero distintivo de un gran capitán». CONCEPTO. «El juicio que se forma de al
En táctica no debe usarse la palabra concen guna cosa» (Dice. Acad. 5). «La única certifica
tración. La táctica (V. e. v.) rigorosamente no ción que apreciarán los oficiales es la pública
juega hasta que la concentración está hecha y el notoriedad, como el buen concepto de sus jefes,
combate preparado. Es evidente que hay cierta generales ó inmediatos » art. 10. tit. 17 tra
analogía entre lo que pasa «en grande» en el tado 2. de la Ord.)
teatro de la guerra y «en pequeño» en el campo CONCEPTUACION. El resultado de concep
de batalla; pero en éste la concentración es el tuar. El conjunto de las varias notas de concepto.
pliegue y repliegue, la formación en columna, el
pase del órden extenso ó delgado al profundo. Un CONCEPTUADO. Se dice del buen oficial.
batallón pliega, repliega ó despliega sus compa CONCEPTUAR. Poner notas de concepto. El
ñías; pero no las esparce, ni concentra. En otro coronel conceptúa por sí á los jefes, capitanes,
sentido también se dice concentración del po subalternos y sargentos primeros de su regi
der, de la autoridad, de los pensamientos: cosas miento; el jefe de un batallón á los sargentos
convenientes, provechosas, recomendables en la segundos y cabos con la conformidad del co
ILMICIA. ronel.
CONCÉNTRICO. Adjetivo, tomado de la geo CONCHA. La parte interior de un puerto de
metría y muy usado en el arte de la guerra, sin mar, que regularmente imita la forma de herra
gularmente en estrategia; pero que no siempre dura (Dice. Acvd. Hist.)
se emplea con entera propiedad. Concéntricos
son, en geometría, los círculos ó figuras poligo CONDE. Del lalin comes, que quiere decir
nales que tienen «un mismo centro»: cuando compañero con desigualdad, á diferencia de so-
un compás, manteniendo lija una punta, se va cius y sodalis que son compañeros iguales.
abriendo ó cerrando, describe círculos concéntri San Isodoro y Santo Tomás refieren la insti
cos. De aqui toman este nombre los movimien tución de los Condes al tiempo que comenzaron
tos f.stratégicos, que efectivamente se verifican los cónsules entre los romanos, después de los
sobrearcos imaginarios de circuios, que van dis reyes. Los emperadores luego también los tu
minuyendo progresivamente en radio, supuesto vieron; y los reyes godos de España, émulos de
centro el lugar que ocupa el enemigo. En este los emperadores latinos y gri?gos, tuvieron á su
concepto está bien llamada concéntrica la céle servicio muchos caballeros á quien llamaron
bre invasión de la Francia por los aliados en condes, como se ve en los concilios de Toledo y
184 l. Picadas sobre el mapa las posiciones y eta | en el Fuero-Juzgo, donde también parece haber
pas sucesivas se ven materialmente arcos de sido gobernadores de algunos distritos.
circulo, con radio cada vez menor y por consi Entre los conos era más estimado el título de
guiente con disminución de interralo entre los conde que el de duque, lo cual se prueba en los
CUERPOS INVASORES. Concilios de Toledo, en que se suscriben muchos
GOND - m - GOND
que con ser condes eran düqües, y anteponen Juez ó Auditor; más importante en el gobierno
aquel título á este. interior en el mecanismo íntimo, quizá como un
En la reconquista, los cristianos que se que Jefe de E. M. G. del dia.
daron con los moros, que fueron llamados muzá Según Rosseeuw (T. I. pág. 346) después de
rabes, tuvieron sus condes que los gobernaban. los duques venían los condes ó gobernadores de
De éstos fueron Servando, juez de los muzára una ciudad, que en círculo más estrecho, y ba
bes de Córdova, como lo advierte Ambrosio de jo la autoridad del duque ejercían los mismos
Morales en los escolios á San Eulogio mártir, poderes. El conde de Toledo tenia rango supe
electo Arzobispo de Toledo y que lo era por el rior á los otros y entraba en los concilios. Du
año de 860. ques y condes tenían lugartenientes, vicarii, que
Los reyes de Asturias y León, á ejemplo de les ayudaban y reemplazaban. En Labbé [Conci
los godos sus antecesores, también se rodearon lla XV. 340) hay una larga disertación de Loaisa
de magnates con título de condes. sobre todas estas dignidades.
Siguieron, con más ó ménos abundancia,
hasta el reinado de San Fernando, en que se su CONDECORACION. Distintivo honorífico,
primieron por su altanera indocilidad. Hasta CBUZ, PLACA, MEDALLA, ESCUDO Concedido por AC
entonces fué oficio personal, y vitalicio ó tempo CION de guerra ó en general por méritos y servi
ral. Alfonso XI en 1328 restableció esta digni cios. Mencionaremos, además de las órdenes mi
dad en su gran favorito D. Alonso Nuñez Osorio, litares, las concedidas en lo que va de siglo con
creándole conde de Trastamara, Lemos y Sarriá, sus respectivas fechas.
y desde entónces empezaron á ser perpetuos con 1030 Santiago.—1099 Malta.—1158 Calatra-
tierras y jurisdicción que se llamaron condados. va—1 1 4C Alcántara.— 1 31 7 Montesa.— 1 429 Toi
Ambrosio de Morales (Crón. de Esp. lib. 12. són de oro.—19 setiembre 1771 Cárlos III.
cap. 31) dice: «que las ciudades principales te —31 agosto 1811 San Fernando (Reforma ley
nían un conde, ó duque, ó marqués, ó vicario por 18 mayo 1862).—28 noviembre 1814 San Her
juez y cabeza del gobierno, los cuales se entien menegildo (Pensiones en 30 abril 1852). —
den que eran diferentes de otros duques, con 24 marzo 1815 Isabel la Católica. — 3 agosto
des ó marqueses que había en la casa real. 1865 Mérito militar. — 11 agosto 1808 Bai
Pedro Pantino en su obra De officii gothorum len, 49 julio 1808.—23 marzo 1809 Norte (La
cita: Conde de las estancias—del erario—del Romana).— 14 setiembre 1810, Gerona 1809.—
patrimonio—de la ciudad de Toledo—de los no 8 diciembre 1810, Talavera 28 julio 1809.—23
tarios — de los espatharios— cubiculario—del agosto 1814 Valencey.—30 agosto 1814 Zaragoza
establo—de las lorigas. 1808—24 octubre 1814 San Marcial, 31 agosto
Pero si por una parte el comes-stabuli, ó ca 1813. —6 noviembre 1814 Prisioneros. — 5 di
ballerizo mayor, era el que mandaba las armas, ciembre 1814 Escorial (lo de GodoyJ.—6 di
pues según Pantino: «Alii veró dicunt comitem ciembre 1814 Ciudad Rodrigo.—28 diciembre
sacri stabuli dici, qui curam palatii habebat et 1814 Ejército de reserva de Andalucía, campa
scholarum armorum et domus regim, cum admi- ña de 1813.—30 enero 1815 Tolosa, 10 abril
nislratione et sitie administratione provintiarum 1814.—13 febrero 1815 Chiclana, 5 marzo 1811
ut constat libro primo de comitibus»; también —1.° mar/o 1815 Alhucra, 16 marzo 1811.
tenían conde del ejército, capitán general, tri — 17 marzo 1815 Sevilla, 27 agosto 1812.—
buno, como lo demuestra una ley del fuero de 31 mayo 1815 primer ejército. —31 mayo18l5
los godos que dice: «E por ende establecemos segundo ejército. — 31 mayo 1815, tercer
que todo orne que sea duc, ó conde, ó rico-ome, ejercito.—2 abril 1815 Vitoria, 21 junio 1813.
ó godo, ó romano, ó orne libre, ó franqueado, ó —10 abril 1815 San Lorenzo del Puntal (Blo
siervo, cualquier que sea, que debe ir en oste queo Cádiz).— 10 abril 1815 Astorga, 1810-
lleve la mitad dé los servos consigo do 20 años 27 abril 1815 Valls, 25 febrero 1809.—1 .' mayo
hasta 50, é non los lleve sin armas; más bien 1815 0rdal, 13 setiembre 1813.—10 junio 1815
armados delante del principe ó el conde de las Taraneon,28 diciembre 1808.— 14 mayo 1815
lorigas». Tarragona (defensa).— 14 mayo 1815 Alcañiz,
En resumen, conde ha sido dignidad gehar- 23 mayo 1809.— 19 mayo 1815, sétimo ejército.
quica y militar del pueblo godo, no muy clara —3 junio 1815 Puente de Alcolea, 7 junio 1808
mente deslindada de la de duque; pero que se — 4 junio 1815 Tarifa (defensa), diciembre 1811
puede presumir inferior ó bien de otro carácter —4 junio 1815 Prisioneros civiles. — í junio
más civil y judicial en el mando, á la manera de 1815 Pamplona y Bayona (bloqueos). 1813 y 14.
COND — 28i — COND
—i junio 1815 Asturias (ejército) 1808¡. — mar é dar mayor'merecimiento á vuestro esta
5 junio Ix 15 Alburquerque (retirada) 1810. —23 do, á su Señoría ¡al rey) plaze de voz constituir,
julio 1811 Lerin (defensa) 2o octubre 1808.— imponer, establecer y nombrar para en toda
20 junio 1815, Utiel 2o agosto 1812.—22 junio vuestra vida por su condestable, presidente,
18l'i Fuga de Portugal (un regimiento) 1808. — ductor é governador de todas sus huestes, c
2 julio 1815 Tamames, 18 octubre 1809. --2 ju exércitos y lexiones, é reales de Castilla, é vos
lio 181 5 Medina del (lampo, 2.1 noviembre 1809. da todo su poder bastante é cumplido, para que
27 octubre 1815 Dos de Mayo, 2 mayo 1808.— de aquí adelante presidiendo podades rexir, go-
18 abril 1816 Mengibar, 16 julio 1808.—30 mayo vernar é disponer, é ordenar, todas sus huestes
I8l(i Bubierca, Aranjuez, Almonacid.29 noviem 6 exércitos y lexiones por do quier que vayan ó
bre 1808, 5 agosto 1809, 11 agosto 1809.—27 estén asi en estos rcynos como fuera de ellos, y
junio 1816 Castalia, 13 abril 1813.—23 octubre para que por vos mismo y por vuestro lugar
1816 Lucena, 25 setiembre 1810.— 13 marzo teniente podades exercilar, usar y administrar
1817 Villafrancadel Vierzo, 19 marzo 1809.—25 la jurisdicción civil y criminal, alta y baxa, me
marzo 1817 Castelló de Ampuria, 2 enero 1809. ro y mixto imperio en todas las dichas huestes
25 marzo 1817 Zaragoza los dos sitios) 1808. — é exércitos y lexiones, é reales do quiera que
29 mama ISI7 Mora y Consuegra, 18 febrero 1809 estuvieren, é por doquiera que fueren, oyendo,
1." mayo 1817 Arroyo-Molinos, 28 octubre 1811 librando y definiendo por vos y por vuestro lu"
— 10 junio 1817 Madrid 1 al 3 diciembre 1808 gar-thenicnte todas las questiones y devates,
—2 julio 1817 Abisbal, San Foliú y Palamós 13 causas y pleitos, asi civiles como criminales,
setiembre 1 8 1 0. — I." ocuibre 1817 Fuga de los que se recrecieren, como quier y en cualquier
Zapadores, mayo 1808.— II abril 1821 Ventosi- manera y entre cualesquier personas de cual
11a, 5 abril 1821.—2 mayo 1821 Rosas, 7 y quier ley, estado, condizion, prebeminencia ó
23 noviembre 1808.-27 diciembre 1822, Sie dignidad que sean. En señal de lo qual vos da y
te de julio, 7 de julio 1822. —9 agosto 1821 entrega este bastón con el qual es su merced y
Fidelidad militar — 19 junio 1832 Maria Isa voluntad que rijades y administrados las dichas
bel Luisa. —3 octubre 1831, Vergara (defensa sus huestes, ejércitos y lexiones, como dicho es.
de mujeres,) 5 setiembre 183 i.—6 julio 1835BÍ1- y usedes y exercitedes la dicha su justicia, y
bao (sitio 1 .") junio 1835. —23 setiembre 1835 por la tradición y entregamiento del, vos da y
Mcndigorria, 16 julio 1835. — 3 enero 1837 Bil entrega la posesión de ella é manda a los Infan
bao (3. »» sitio,) 21 diciembre 1836.—1i febrero tes, Duques, Condes, Marqueses, Maestres, Ri
cos-hombres, Priores, Comendadores y Subeo-
1837 Cantavieja, 31 octubre 1836.—28 febrero mendadores, Alcaydes de los castillos y casas
1837 Lodosa, 17 agosto 1837.—13 junio 1837.
fuertes y llanas, y á cualesquier sus capitanes
Irun. —Chiva 15 julio 1837.—20 febrero 1838
y caudillos así generales como especiales, que
Vargas (Santander) 3 noviembre 1833. — 16 abril
agora son y serán de aquí adelante, y al su alfé
1838 Zaragoza, 5 marzo 1838.— 20 julio 1838 Po-
rez mayor del su pendón real y á los otros alfé-
ñacerrada, 20junio 1838. -20 agosto 1838 Solsona
rezes de sus divisas c insignias; y á los sus ma
23 julio 1838.20 marzo 1 838 Baeza,Ubeda y Cas- riscales que de aquí adelante vos hayan, é ten"
tril, 5 y 27 febrero 1838—1 1 junio 1840, Pera- gan, é acaten por su Condestable dando voz, c
camps2í y 28 abril 1810-8 julio 1810 Morella, 30 consintiendo vos siempre llevar la avanguardia
mayo 1810—30 noviembre 1810. —1830 Chiva de las dichas sus huestes, y batallas, é exércitos
milicia nacional, 3 abril 1836.—5 mayo 1811 y lexiones, á la entrada y á la reguarda y á la
Cheste, 2 diciembre 1839.—5 mayo 1841 In- salida y usen con voz en el dicho ofizio y con
iesta, 6 diciembre 1838. — 25 abril 1842, Se- vuestros alcaldes, alguaciles y lugarthenientes é
govía 4 agosto 1837. — 1 4 setiembre 1812 San otros oficiales cualesquier; é pongan é quiten
tuario del Horl, 23 enero 1836.—18 octubre por vuestra ordenanza é mandado los sitios y
1842 Caspueñas y Brihuega. 25 enero 1823. Me reales do quier que lo mandaredes y dijere-
dallas de Italia (bayocco) y de Africa. des E manda a los sus contadores mayores
CONDESTABLE. Al conferir Enrique IV de y á las otras personas cualesquier á quien per-
Castilla la investidura de Condestable a su favo- leneze de lo fazer, que de hoy en adelante para
rilo Miguel Lucas de Iraxzo, pone su cronista toda vuestra vida vos respondan c acudan con
anónimo en boca de Don Alonso de Velasen un todos los (lias de sueldo; asi para las cien lanzas
discurso en que se lee:«.... \ por esto, como que en su guarda habedes de traer continua-
ilustrar vuestra así muí noble persona, é subli- ! mente como con los otros que avedes de haber
GOND — -isa — GOND
de toda la otra gente de armas y de á cavallo é más bien repugnantes que jocosos, sobre aque
de pié con todas las quitaciones é pensiones, ra llas bandas, amigas yconsociasen el fondo, ene
ciones, derechos é salarios é obenciones, etc. migas en la forma, que, después de lentos y
etc. (Mem. hist. esp. T. VIII. pág. II y I2J. combinados movimientos estratégicos, venían
Según Sa lazar de Mendoza y otros, condesta por fin á mortal batalla, como en Zagonara
ble viene de comes stalnlis, en lalin conde-esta (1 123) donde se contaron tres muertos por
ble; pero según Lafuente (Tom. II. pág. 395) de que se ahogaron en el lodo; ó como en AiwHlAM,
comes-stabuli conde ó jefe de las caballerizas, tan sangrienta, que hubo una baja. ..la de un
caballerizo mayor (V. Mariscal). Sus funciones, jinete que se cayó del caballo. En Castracano la
dice Clonard, equivalían á las que hoy ejerce refriega duró de «sol á sol;» hubo grandes peri
el MINISTRO DE LA GUERRA. pecias; «un ala fué deshecha» y sin embargo no
El primer condestable de Castilla fué Don resultó ni un solo herido. En otro horrible en
Alonso de Aragón creado por Juan I en el Real de cuentro íl 186) de tropas napolitanas y pontifi
lante de Ciudad Rodrigo á 6 julio 1382 Salazar cales, tampoco en muchas horas de brega se
pág. 320) y perdió la dignidad en 1391 que pasó contó una baja siquiera. Como exigua minoría,
á Don Pedro Enríquez, conde de Traslaniara. El sin embargo, debe consignarse que hubo algu
tercer condestable fué Don Ruy López Dávalos, nos condottieri, verdaderos soldados y aun ex
llamado el bueno; el cuarto Don Alvaro de Luna, celentes capitanes, como Sfohza, que se alzo con
y el quinto(en I lo8) Don Miguel Lucas de Iran- el Eslado de Milán, Braccio Montano y otros.
zo. Desde aquí entra en la familia de Vclasco. CONDUCIR. Guiar, dirigir, mandar, gober
«Este alto oficio se subrogo en lugar del que tu nar, acompañar escollando.
vo el Alférez mayor del rey, con las calidades
que citan las leyes de Partida, y es distinto del CONDUCTA. Tiene varías acepciones: la de
que tuvo el Alférez del Pendón real,» etc. (Sv- trasporte ó conducción, especialmente de mone
lazar. pág. 327). En Aragón el rey Don Pedro IV, da;—la de gobierno, guía, dirección ó mando,
el Ceremonioso, creó en mayo 13(i9 el oficio de por ejemplo: «Las armas de Castilla debajo de
Condestable. La curiosa ordenanza, que es un la conducta del infante Don Fernando, y por
pequeño tratado militar de la época, puede ver mandado de su Padre, se movieron contra Na
se en la Legislación militar do Vallecillo. T. varra». (Mariana Hist. de Esp. lib. 13 cap. 22);
V. pág. 113. —In de capitulación, contrato, compromiso:
«Aprovechó á Fernando no poco la mudanza de
CONOESTABUA. La dignidad de con Próspero y de Fabricio Colonna, que, sin cumplir
destable. el término de su conducta con el rey de Fran
CONDOTTIERI. Se cita esta voz aunque no cia, vista la recuperación de Nápoles se pasaron
española, por lo admitida que está como deni á su sueldo». (Betissana. Guichard. lib. 2. pá
grativa en todas las milicias de Europa. Por con- gina 84):—la gente bisoña, nuevamente recluta-
dotliero. en plural condotlieri, se entiende, en da que llevan los oficiales á sus respectivos
general, el jefe de una randa mercenaria, de cuerpos:—y la antigua provisión que el rey ó el
aquellas que al declinar la edad media asolaban consejo de la guerra expedía para que un capi
la Italia fraccionada en numerosos estados. Es tán «levantase gente». Clonard (T. III.) al in
tos aventureros, comandantes de partidas fran sertarla fórmula dice: «Para el reclutamiento,
cas, ó mejor dicho, empresarios, contratistas, Carlos V no se apartó en general de las reglas
destajistas de guerra han conseguido celebridad establecidas por el cardenal Cisneros. Cuando
histórica por su cobardía, por su rapacidad, por trataba de levantar alguna gente, ó se le pedia
sus repetidas y escandalosas defecciones, y más autorización para organizar alguna fuerza, por
que todo, por el refinamiento con que sabian es alguna persona que mereciera su confianza, al
trujar la bolsa de los infelices pueblos ó princi que debia realizar esle pensamiento otorgábale
pes que los tomaban á sueldo, y por el arte, una conducta concebida en estos términos: Don
realmente dramático, con que sabian figurar Carlos, por la divina clemencia, emperador sem-
levas, marchas, encuentros y batallas campales. per augusto, rey de Alemania, doña Juana su
El célebre tratado sobre el Arte de la Guerra de madre y el mismo D. Cárlos, por la misma gra
Maquiavf.i.0. que debe considerarse como la pri cia, reyes de Castilla, de León, etc., á vos los
mera obra del Renacimiento, eslá inspirado por consejos, justicias regidores; caballeros, escu
los horribles desafueros y cómicas fechorías de deros, oficiales y ornes buenos de todas las cib-
los tales condottieri. Por él sabemos detalles' dades, villas y lugares dostos nuestros reinos y
GOND - 286 - GONF
señoríos, salud y gracia: sepades que para al to, víveres, vituallas, según Aldrete y este texto
gunas cosas cumplideras á servicio de Dios nues de la Partida 2.*. «Apercibido en todo grado é
tro Señor y nuestro, y bien destos nuestros rei muchas maneras debe estar el pueblo quando
nos y estados, habernos acordado de mandar ha quisiere guerrear con sus enemigos, non tan so
cer en ellos cierta gente de infantería, y para lamente de onics, é do cauallos, é de armas,
recibirá nuestro sueldo hasta cuatrocientos sol ó de conducho; más aun de engeños é de fer-
dados, habernos dado comisión, como por la pre ramicntas >,.— También se encuentra esta
sente ludamos, á nuestro capitán, por endevoz en el Especulo: «Dezimos que si la villa,
nos vos mandamos que cada uno de vos deis ó castiello ó fortaleza fuere cercada que los vasa
y hagáis dar al dicho capitán lodo el favor y llos del rey é sus naturales dcuen acorrer é de
ayuda que hubiere menester para hacer la di fenderlo, metiéndose dentro con armas é con
cha gente, á la cual por la presente prometemos conducho, cada uno lo meior que pudiere é
y aseguramos que siendo recibida por él á nues sinon deven guerrear á los enemigos é fazer-
tro sueldo por ante escribano, les mandaremos les quanto mal podieren » (TU, 7. Ley 5). La
pagar y les será pagado el sueldo que hubieren etimología, según Terreros, es del vascuence
de hacer del tiempo que residieren en nuestro conduchoa, potaje de liabas y castañas.—Yan-
servicio segund y como lo asentare el dicho ca guas. Dice, deant. de Nav.) da conducho por co
mida en general. Los caballeros é infanzones
pitán, al qual y á la dicha gente que asi ficiere
haréis aposentar cada uno de vos en vuestros debian asistir al rey en la guerra con conducho
lugaresé jurisdiciones, sin les llevar por el dide tres dias; pasado este término el rey debía
cho aposento dineros ni olra cosa alguna; y no darles conducho para sí, para sus hombres y para
os revolváis ni consintáis revolver ruidos ni todo el ganado (Fu-ero gral. lib. i. tit. i. cap. i).
Otras veces á la palabra conducho se sustituía la
quisliones algunas con ellos, antes les hagáis to
llo buen tratamiento, como á gente que va y ha de pan. El rey Don Sancho Ramírez de Navarra
de residir en nuestro servicio; haciéndoles dar decía á los vecinos de Arguedas «é mando á
vos que no vayades en hueste sino con pan de
por sus dineros los bastimentos y bestias de guía
y otras cosas que hobieren menester á precios tres dias». (V. Arguena, Talega).
justos y razonables, sin que los encarescer mas CONFEDERACION. De las dos palabras la
de como entre vosotros valieren, é no fagades entinas cuni y fwdus, faderis. Alianza, liga, unión
deal: dada en Ualladolid, á.... "lias de de
entre personas, estados ó ejércitos. (V. Coa
quinientos é treinta y siete años. —Yo el lley.
lición].
CONDUCTO. Tiene esta palabra gran valor CONFERENCIA. Alguna vez se llama asi la
en su acepción disciplinaria. La ordenanza la san
academia, la reunión periódica de la oficialidad
ciona desde el soldado baso: «Todas las órdenes de un cuerpo para instruirse en el arte de la
que el centinela reciba han de dársele por el guerra.—Antiguamente tenia esta voz, algún
conduelo de su cabo....» [Art. 45. tit. I. Irat. 2)
viso de complot, como se ve en este pasage de
«Todo soldado, sea en paz ó en guerra, hará por Guicciardino: «Trascendiendo estos discursos y
el conducto del cabo de su respectiva escuadra recelos á los Cabos (capitanesj se puso 'en confe
las solicitudes que tuviere...... tart. 48). En ge
rencia el modo de responder al trompeta».—Por
neral las órdenes bajan y las reclamaciones su conferencia entre generales empiezan ordinaria
ben por el conducto regular, frase que por si mente los tratos de armisticio ó paz. —Conferen
sola indica que, ni hacia arriba ni hácia abajo cias se lian llamado recientemente en Francia,
conviene saltar con irregularidad los escalones los mismos cuadernos ó folletos impresos que
gerárquicos. Este conducto regular lo establecióservían de tema á las academias.
oficialmente, entre otras, una real órden de 22
agosto 1(395 y lo regularizó definitivamente otra CONFIANZA. Entre los modernos escritores
de 22 julio 1726. (V. Ceñir, Sargenteo). militares pocos tratan con la lucidez que Mar-
iiont ciertas profundas cuestiones del orden mo
CONDUCTOR. El soldado de artillería ó del ral. Trascribiremos sus propias palabras: «Un
tren que guia el ganado de la pieza ó carro.— ejercito se compone de personal y material: en
Conductor general de equipajes (V. Vaguemestre). tre estos dos elementos hay proporciones natu
CONDUCHO. En la edad media fué primiti rales y determinadas, que varían sin embargo
vamente la comida que los señores tenian dere según las circunstancias y el objeto. Sus pro
cho de pedir á sus vasallos cuando iban de porciones no dependen del capricho, sino sola
viaje. Luego significó, en general, mantenimien mente de la naturaleza de las cosas. Un tercer
GONF - 287 - GONS
elemento entra en el valor del ejército y es el combate, pelea, batalla. Aunque así lo dan Ter
elemento moral. Con frecuencia es superior en reros y Diccionario de la Academia I añade esta,
importancia á todos los demás, mando éstos sin como es verdad, que es en lo «moral» como or
embargo tienen un poder efectivo de algún va dinariamente se toma. En la 3.a edición se lee:
lor; pues es preciso que el cuerpo exista para «lo más recio de un combate, lucha ó pelea».
que el espíritu pueda animarlo. Asi, pasados CONFLUENCIA. Concurrencia ó junta de
ciertos limites la fuerza real de un ejército no dos rios. Dice. Acad. 5).
crece en razón del número de los soldados y de
los medios materiales, sino en razón del espíritu CONFLUIR. Unirse ó juntarse dos ó más rios
que le anima. Desarrollar el espíritu del ejerci en un mismo paraje. Dice. Acad. 5).
to, aumentar su confianza, hablar á su imagi CONMILITON. Voz puramente latina, usada
nación, exaltar el alma del soldado lal debe ser con pedantería por compañero ó camarada en es
el objeto constante de los cuidados y de los es critos no militares. (V. Milite).
fuerzos del generai Esta base fundamental CONORTAR. Quieren algunos que la voz la
que llamamos confianza no es posible sino en tina cohorte venga de cohortar, exhortar, aren
tropas veteranas y ya probadas, pero no en las gar. Por mera coincidencia haremos obser
tropas nuevas que no se conocen. De aqui se var que este verbo conortar, en ese mismo sen
deriva lo absurdo del sistema de una guardia tido, se encuentra en las Siete Partidas de Don
nacional, destinada á reemplazar á las tropas de Alfonso el Sabio, primero y auténtico documen
línea. Las guardias nacionales, aun suponién to de nuestro romance. La ley 22, tit. 23, par
dolas compuestas de todo lo que haya de más tida 2." dice textual: «E quando los enemigos
bravo sobre la tierra, no valdrán jamás nada, vieren, débelos el cabdillo conortar é esforzar
al menos en su principio; pues no pudiendo ser en dos guisas. La primera de palabra, diziendo
apreciados por los demás el valor y la capacidad que non son los enemigos tantos como parescen,
de cada uno, sino después do la esperiencia, re ni tan buenos como ellos, é otras razones seme
sultará que las primeras tentativas serán hechas jantes de estas con que les de conorte é esfuer
sin el socorro de la confianza y atraerán proba zo. La segunda de echo conorlándolos é ponien
blemente grandes é irreparables desgracias». do é mandando á cada uno como esté apercebi-
(Esp. des inst. mil. pág. 210). «Tres cosas son do é mostrándoles lo que deseen fazer si á ellos
necesarias para dar valor á las tropas: amor al vinieren».
orden, costumbre de obediencia, confianza en sí
mismo y en los demás». Con estas condiciones CONQUERIR. Anticuado, conquistar. «Otro
un ejército puede tomar, desde que abre la cam si decimos que los caballeros que han de defen
paña, otras dos muy esenciales iniciativa y su der la tierra é conquerida de los enemigos do la
perioridad. fé por armas deben ser escusados por non en
tender las leyes». (Partida 1." tit. I. ley 21) (V.
CONFIDENCIA. Del latín cumfidere, fiarse. Conqueridor, conquistador).—«Las huestes é las
Esta voz, sinónimo de confianza, tiene el signi guerras se fazen por estas dos cosas: ó para de
ficado militar de aviso, parte, comunicación ver fender lo suyo de los enemigos, ó para conque
bal ó escrita, pero siempre «sigilosa», que un rir lo que ellos tienen» (Espéculo, tit. 5. ley 1.)
jefe en operaciones recibe de sus kspías sobro la
situación y movimientos del enemigo. CONQUISTA. Ganancia ó adquisición por la
fuerza de las armas de una plaza, territorio,
CONFIDENTE. Nombre oficial y decoroso provincia ó estado.
del espía (V. e. v.)
CONQUISTADOR. Antiguamente conqueri
CONFIGURACION del terreno. Del latin dor, el que conquista.
configuratio. Es la traducción exacta de lo que
los franceses llaman figurédu terrain. (V. Topo CONQUISTAR. Sujetar, dominar, ganar, ad
grafía, Dirtjjo). quirir con las armas una plaza ó territorio.
CONFIN. La linea, imaginaria ó real, en CONSCRIPCION. Del latin conscribere, es
que se tocan dos ó más reinos, provincias o ju cribir con; porque en las listas de los actuarios
risdicciones. Lo misino que término, raya. romanos se escribían juntos los nombres de los
reclutas, scribere militem. Teniendo en castella
CONFINANTE. Vecino, contiguo, colindan no las palabras quinta, leva, recluta, reemplazo,
te, fronterizo. no hay gran necesidad de esta otra. La conscrip-
CONFLICTO. Del latín con/lietus. Lucha, iion francesa viene de la ley votada en 19 fruc
CONS — 288 — CONS
lidor año VI, que corresponde a 5 de setiembre CONSIGNADO. Galicismo supérfluo de los
de 1798. muchos que acogen Moretti y los que le copian.
Porque los franceses llamen consigné al arresta
CONSCUITO. Como los franceses llaman do, no es una razón para que en castellano se
conscri/ttion á la quinta, y conscrit al quinto ó consigne otra cosa que el dinero.
recluta, no falta traductor que introduce esta
voz, sin duda por no encontrar «equivalente» CONSIGNARSE. Este verbo, desusado hoy
en castellano. y que suena á galicismo, quizá no lo fuese hace
un siglo (1768) al publicarse la Ordenanza, pues
CONSEJO. Del latin consilium. Consejo de la dice: «Si en la guardia hubiese dos cabos el
guerra se llamaba en los siglos XVI y XVII loque
uno.... debiendo ambos, luego que hayan con
se dice ministerio (V. e. v.) desde principios del cluido sus funciones avisar de haber mudado
XVIII.—Consejo de guehra tiene dos acepciones: las centinelas y consignádose del puesto». (Ar
la de tribunal, ordinario ó extraordinario, para
ticulo 33. tit. 2. trat. 2).
juzgar á un delincuente; y la de junta para re
solver en campaña sobre un negocio arduo. La CONSISTENCIA. Del verbo latino consiste-
Ordenanza iart. 56. tit. 17. Irat. 2], prohibe ex re. Cualidad colectiva de una tropa. Así como
presamente tales consejos, y Johini [Comp. T. I. en el sentido físico «adquirir consistencia» es
pág. 124) dice con razón: «¿Qué habría resuel pasar del est<ido Huido al sólido, tomar cohe
lo un consejo de guerra en que Napoleón hu sión, dureza, firmeza: asi en el moral, y más
biese propuesto, como vocal, el movimiento de aun en el militar, esta expresiva palabra com
Areola, el plan de Uivoli, e! paso del San Ber prende un gran número de cualidades, como
nardo, el movimiento de Ulma, el de (Jora y Je- SOLIDEZ, APLOMO, CONSTANCIA, ESTABILIDAD, FORTALE
na1? Los tímidos calificarían estas operaciones ZA, firmeza, vigor, resistencia. Es más que soli
como producto de la locura; otros encontrarían dez: las tropas inglesas son sólidas, impertur
para su ejecución mil dificultades y lodos con bables en el fuego y no suelen ser consistentes
cluirían por desecharlas. Por el contrario si el en toda la duración de una guerra; digalo sinó
consejo las adoptase y otro que Napoleón las su memorable y desastrosa retirada hácia la
hubiese de ejecutar.... ¿No es probable que se Coruña en 1808. Los últimos ejércitos de Na
desgraciarían? Así pues, en mi juicio, es mal poleón I se batían mejor quizá que los primeros
recurso el de los consejos de guerra; pues sólo y se destruían sin embargo por falta de consis-
pueden ser ventajosos en el caso de que opinen tencía. Esla cualidad principal y soberana, rara
como el general en jefe, porque entonces puede vez ha faltado en un ejército español. Ella sirve
tener este más confianza en su propia resolu de base á la verdadera disciplina. A una tropa
ción, y de cada uno de sus subordinados, pene consistente ni el triunfo la embriaga, ni los re
trado de su misma ¡dea, hará todo lo posible veses la abaten, ni las fatigas la merman, ni la
por asegurar su ejecución. lista es la única uti escasez la desmoraliza; hay en ella tal cohesión,
lidad que puede producir un consejo de guerra; tal conexión, tal dureza, que el caudillo puede
y aun en esle caso debe limitarse á ser pura manejarla como sí fuera de una pieza sin temor
mente consultivo; pero si en lugar de esta per á rotura ni dislocación. Lo opuesto á consisten
fecta armonía ocurren divergencias, entonces cia es la fragilidad; y como el artífice que tra
no puede menos de producir malos resultados. baja con materia de esta especie, el general que
Un consejo de guerra hace dudosa la capacidad, manda tropas frágiles, espuesto á que se le
destruye la confianza, y en cambio da opinio queden entre las manos, tiene que despuntar y
nes muy numerosas para seguirlas todas, y dic embotar su energía en la blandura de las conce
tadas por la envidia, el miedo y todos se pican siones, de las delicadezas, de los términos medios:
porque no se haya seguido la suya». cosas todas opuestas á las que en la guerra ase
CONSIGNA. Voz francesa consigne. La ór- guran la victoria premiando el riesgo y enca
den ó instrucción, encargo especial y local que denando la fortuna. A un cuerpo táctico se le da á
veces consistencia por la introducción material,
recibe un centinela fuera de las obligaciones ge
nerales, que, como tal, prescribe al soldado la digámoslo así, de tropas duras. Una reserva es
tratégica compuesta de reclutas, de convalecien
ordenanza.
tes, de dispersos, de cuerpos francos ó moviliza
CONSIGNACION. Señalamiento, asigna dos, de cuanto hay más inconsistente, puededejar
ción de fondos á un cuerpo, general ó mensual. de serlo poniendo por núcleo una brigada, una
(V. y disting. Asignación!. división del ejército activo, que traiga en si la
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consistencia y el prestigio moral que le hayan la complicada máquina militar (V. y disting. Com
podido dar operaciones ventajosas anteriores.» posición, Organización, Formación). (V. EjércitoJ.
[Guia del Ofic. en camp.) (V. GuerraJ.
CONSTANCIA. Virtud del hombre en ge CÓNSUL. (V. Legión).
neral y más recomendable en el militar. La cons CONSUMIR. Se lee en la Ordenanza de
tancia no es sólo la fortaleza, la estabilidad del Carlos V de 1536 para el Ejército de Italia:
ánimo, la resignación, la sangre fria ó el valor, «Item: como quiera que por las dichas instruc
es el conjunto de todas estas y otras cualidades. ciones de quede suso se hace mención, habernos
Cada una de ellas puede ser independiente: y el mandado qué las compañías de la dicha nuestra
valor mismo tiene intermitencias y ocasiones. infantería española fuesen de cada trescientos
La constancia las emplea alternativamente y así soldados, que á este respecto se deminuyesen y
tiene que requerir el valor cuando el peligro se consumiesen los Capitanes que habia en la di
acerca, como la resicnacion cuando, léjos de cha infantería española, y provisión dellos, no ba
aquel, sólo tiene que habérselas con la fatiga y habido lugar de se hacer, y habiendo conside
el sufrimiento oscuro, desconocido á veces. La ración á lo que nos han servido los Capitanes de
cruz de San Hermenegildo, creada en 28 noviem la dicha infantería, es nuestra merced y volun
bre 4814 para premiar la constancia militar, en tad que los Capitanes de la dicha infantería, que
vuelve una idea altamente moral y lilosófica, agora quedan en el dicho nuestro ejército como
presuponiendo un buen oficial que no se ha en Niza tengan sus compañías que agora tienen,
cansado durante veinticinco años de las ás y nos sirvan con ellas como hasta agora lo han
peras vicisitudes que debe haber superado. hecho y que cada y cuando que vacare algún ca
[Y. y disting. Perseverancia). pitán, por muerte ó por despedimiento suyo;
CONSTITUCION militar. Nos vemos asaz que los soldados de su compañía se consuman y
perplejos para dar esta definición por lo vasta y repartan entre las oirás compañías de la dicha
complicada. La constitución de una milicia, de nuestra infantería española, según y de la ma
un estado militar es su esencia, su «manera de nera que al dicho nuestro Capitán General bien
ser» si se nos permite la frase para salir del pa visto le será, hasta el numero y compañías de
so. Es algo más en rigor que la constitución po los Capitanes que quedaren de la dicha infante-
lítica de una nación; pues si bien en esta ha de : ría. sean y queden de cada trescientos soldados
apoyarse, por ser la fórmula escrita de su vo españoles con los oficiales della y hasta que las
luntad poderosa, la constitución militar abraza dichas compañías sean de cada trescientos in
extremos que en aquella son ociosos ó innecesa fantes no se pueda hacer provisión y nombra
rios; puesto que la sociedad recibe su movi miento de Capitán en lugar de muerto ó despe
miento de una mano sobrehumana y cumple dido. Pero quedando las dichas compañías á
sus destinos á través de lodos los esfuerzos de cada trescientos soldados donde en adelante el
sus individuos. La constitución militar es exclu dicho nuestro Capitán General pueda nombrar y
siva para una parte integrante de un pueblo, criar en lugar del Capitán muerto, ó ido ó des
que tiene que desprenderse del resto en cierto pedido, otra persona cual á él bien visto le será
modo, y recibido el impulso inicial, seguir luego que sen hábil y suficiente para tener el dicho
girando, como el satélite de un astro, en órbita cargo y ser nuestro Capitán de la dicha infante
independiente, aunque armónica y coordenada. ría, que sea español y no de otra nación, ha-
Una buena constitución militar tiene que com I hiendo consideración y respeto á las personas
prender lo primero la organización por complelo | más importantes á nuestro servicio, y á la cali
de toda la milicia, de la cual sale, como de la dad de sus personas, méritos y servicios». -Otra
planta el fruto, lo que se llama ejército activo; acepción militar del verbo consumir se ve en este
las tres leyes fundamentales de reemplazos, as otro texlo: «Supongo que no ataques plaza tan
censos y retiros determinan los tres estados, el superior á tus fuerzas y pertrechos, que estando
nacimiento, la vida y el término del individuo los enemigos seguros do no perderla, se dejen
militar. Cuadrando con ellas, un gran número consumir sobre ella el ejército y no vengan por
de reglamentos y órdenes, dictadas ordinaria eso á batalla». ¡Santa Chuz, fíefiex. mil. lib. 9
mente por el podeb ejecutivo, vienen á regular cap. 8), (V. y comp. Agotar;.
la ADMINISTRACION, LA MANUTENCION, lil COMPOSICION, CONTABILIDAD, «aso de toda administra
el ENTRETENIMIENTO, el ARMAMENTO, la LEGISLACION' , el ción y por consiguiente importante ramo de la
sistema defensivo lodos los resortes en fin de militar. En el dia la llevan á inedias los hombres
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GONT — 290 — GONT
exclusivamente «de espada» y los «de pluma»: esencialmente en la dirección de las tierras: en
el sargento primero, el capitán, el comandante el nuevo se extienden exactamente de polo á po
son la base de la escala que concluye en el in- jo mientras que en el antiguo es mucho más pa
tf.ndente. Hay aquí algo que pugna con las ideas ralela al ecuador, especialmente si no se consi
que hoy dominan y á las que se atribuye nuestros dera más que la Europa y el Asia. Aun mayor
modernos adelantos á causa de la «división del diferencia ofrecen respecto á los perímetros que
trabajo» y de la «división en especialidades». el mar les describe, á pesar de la analogía apa
Aunque enemigos de la exajeracion, creemos rente de los Isthmos de Suez y Panamá que res
que al adoptar un conjunto de ideas engranadas pectivamente los dividen en desiguales partes.
que forman «sistema», debdn adoptarse todas El mundo antiguo, menos Africa, abre todo su
sus ramificaciones y consecuencias; y es sazón contorno en equilibrio á las irrupciones del mar,
oportuna de que los hombres competentes bus es decir, éste le muerde ó festonea en golfos,
casen medio de aligerar de guarismos á los hom bahías etc. mientras el nuevo por el lado Oeste
bres que cultivan el arte militar, sino antipáti solo tiene un golfo considerable, el de Califor
co, poco amigo de ellos. Por ejemplo, á la ma nia, que no equivale á los del lado opuesto. —
nera que el batallón tiene en su plana mayor También la voz continente espresa aire, porte,
capellán y médico ;,no podría incluir un oficial apostura de un individuo ó tropa. «Y embra
de administración, con carácter de secretario del zando su adarga asió de su lanza, y con gentil
comandante ó segundo jefe? Este nuevo lazo no continente se empezó á pasear dolante de la pi
podia menos de ser beneficioso al servicio. (V. la». [Quijote T. I. cap. 3).
Itpn.mil. 15noviembre 1850. Proyecto de Molina). CONTINGENCIA. «Lance, ocasión, caso que
CONTADOR. (V. Administración, Veedor). puede ser y no ser». (Dice. Acad. 1). «Acaeci
CONTENTA. La certificación que da el al miento ó cosa que puede suceder». ¡Dice. Acad.
calde ó autoridad municipal del lugar por don 5.) Y con razón dice Solís (Hist. de Nuev. Esp.
de transita ó en que reside una tropa, de su lib. 2. cap. 9). «Prudente capitán el que sabe ca
conducta ó comportamiento. Recíprocamente la que minar en alcance de las contingencias y madru
el jefe da al pueblo de su buena asistencia. (Dice. gar con el discurso, para quitar la fuerza ó la
MancheSo). El reglamento de 1 de octubre 1 845 novedad á los sucesos».—Antiguamente se decía
dice en su artículo 43: «Para hacer constar que también contingente como sustantivo y adjetivo.
nada ha descuidado ni omitido por su parte, á El verbo latino conlitigere significa sobrevenir,
fin de conservar en su tropa la policía, instruc suceder una cosa.
ción y disciplina, no sólo ha de presentar á su CONTINGENTE. «La parte que cada uno
regresoal regimiento las contentas de los pueblos, paga ó pone cuando son muchos los que contri
donde haya permanecido más de tres días ». buyen para un mismo fin». (Dice. Acad. 5). En
CONTERA. De cuento, contó. El hierro que la primera edición añade: «en castellano se dice
remata y resguarda la parte inferior de la vaina cuota. En este sentido es voz nuevamente intro
de la espada ó bayoneta.—Antiguamente el cas ducida del francés sin necesidad». Autorizada
cabel de la pieza de artillería. —Hoy el extremo asi puede usarse la palabra en sentido de tropa
del mástil de la cureña donde está el arbollón de ó agregación que concurre á formar un todo, un
enganche. ejército. En los tiempos feudales, la hueste alle
CONTINENTE. La masa de tierras más o gadiza y temporera se formaba de muchos con
menos prominentes sobre la superficie del mar, tingentes: hoy mismo el ejército federal de Ale
que se eleva en gran extensión, sin ser inter mania se compone de los contingentfs de los di
rumpida por éste. En oposición á isla se dice versos estados, el de Suiza del de sus diferentes
también tierra-firme. De los dos continentes, se cantones; pero no se usa oficialmente para ex
llama antiguo el habitado por las naciones más presar el número de quintos con que cada pro
antiguamente civilizadas y comprende tres par vincia contribuye al reemplazo del ejército. En
tes de la tierra, Europa, Asia y Africa. El nue este sentido la voz técnica es cupo, que no está
vo está todo él ocupado por la América. Algunos en el Diccionario de la Academia, pero que evi
geógrafos introducen ya un tercer continente dentemente es la que tiene la sanción primera y
formado por la Australia y Nueva Holanda. Los más respetable que es el uso.
dos continentes ofrecen un rasgo do semejanza CONTINO. Es decir, Continuo: nomore ge
en la dirección de sus penínsulas, que casi todas nérico de las tropas que, al concluir la edad
estén vueltas hácia el Sur; pero se diferencia media, podian llamarse continuas, perpetuas ó
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permanentes para guardar la persona del rey. delina la lev. Se comprende en abstracto bajo
Don Alvaro de Luna, el célebre y desgraciado esla voz las mercancías, efectos, víveres, armas,
favorito de Don Juan II de Castilla, llegó á or pertrechos que se destinan á un ejército de ope
ganizar un cuerpo de I .000 caballos, que se lla raciones extranjero y en hostilidades con otro.
maron costinos de su mismo nombre; pero las Hasta ahora lo que se sabe sobre esto punto es
Córtes de Tordesillas en 1421 los hicieron der qu« la solución «para cada caso concreto» de
ramar (V e. v.¡ ó disolver. El cuerpo, quizá más pende de convenio, sin la menor referencia á los
reducido, siguió en pié, sin embargo, puesto principios intrínsecos de derecho natural, ni de
que en 1618 se extingue una capitanía de caba justicia. En I8(>i la república de Chile tuvo la
llos, que á la sazón se llamaba de continos de audacia, de negar carbón á los buques españoles
Don Antonio, y que venia do la creación de Don que navegaban hacia el Perú, bajo el singular
Alvaro de Luna. De todos modos estos costinos pretexto que era contrabando de guerra. De to
nunca llegaron á constituir fuerza respetable) dos modos como esto importa más á la marina,
que pueda mirarse como gérmen ó embrión del no entraremos en explicaciones.
verdadero ejército permanente. Más bien debe CONTRA RATERIA. I'or regla general, la
mirarse como pequeña tropa de guardia ó casa artillería en campo raso no debe tirar contra la
real, y tanto, que por ser sólo ciento, ordinaria enemiga: pero en los sitios de plaza, que, según
mente se llamaban Cien Continos, como en Fran la expresión de Napoleón I «son combates de ar
cia se llamaron Cien Scizos y Cien-Guardias tillería», la sitiadora lucha «á brazo partido» con
[Cent-Garúes] aunque pasaran de ciento. la sitiada, y aunque en rigor todas las baterías
CONTO. El que lea inocentemente áCLONARD de ataque son de hecho contrabaterías, se reser
creerá que el coxto es un arrha «peculiar y ex va este nombre para aquellas que, descubrien
clusiva de los godos». Asi parece en su Historia do ya en el tercer periodo del sitio, las escarpas
orgánica, ó en esto otro texto, por ejemplo: «Los del recinto liran á contrarostar y desmontar la ar
godo;, también trajeron los contos con los cuales tillería sitiada, por oposición á las baterías de bre
hicieron terrible mortandad en las legiones del cha, que, desentendiéndose de ella, tienen por
emperador Valentc y en la batalla de Vougle en exclusivo objeto destruir ó aportillar los reves
que murió Alarico». Cuenta San Gregorio Tu ró timientos.
ñense que los godos hirieron á Clodoveocon los CONTRACANAL. «Canal que sé saca de
contos: su forma era de una pértiga de bastante otro principal para desagüe ú otros fines». (Dic
longitud sin moharra, pero con una punta muy cionario de la Academia).
aguzada. (San Isidoro. Eiim. lib. 18, cap. 7).
(Clonard. Mem. déla A. de la H.) El contó, con CONTRACOSTA. «La costa de una isla ó pe
tos en griego, contus en latin, era una larga lan nínsula opuesta á la que se encuentra primero
za á manera de sarisa, pero más ligera, adop por los que navegan á ellas por los rumbos
tada por los griegos y por una parte de la caba- acostumbrados. Usase mis comunmente de es
lleria romana. De lodos modos el aguzar un palo ta voz, hablando de las tierras del mar de la In
largo y herir con él es, con toda verosimilitud, dia y de las Filipinas». (D'cc. Acad. 5).
invención anterior á griegos, romanos y godos. CONTRA CUERDA. «Llevarán los arcabuce
CONTORNO. Cercanías, alrededores. —El ros cuerda y conlracucrda». Así dice Vargas
terreno de que está rodeado cualquier lugar, si Machuca en su Milicia indiana (pág. 47). No ex
tio ó población. (Dice Acad. 5). En contorno. Lo plicándolo él, ni los diccionarios, parece presu
mismo que%l rededor. mible que sea cuerda de respeto ó repuesto.
CONTRAAPROCIIES. Lo mismo que contra CONTRADICTORIO. Asi llaman los juris
ataques. (V. Aproche). consultos al juicio con audiencia de las partes
interesadas, y al que tiene por objeto averiguar,
CONTRAATAQUES. Las obras que el sitia depurar y apreciar el mérito de un hecho sobre
do hace, por lo regular de noche y sigilosamen el que ha de recaer una recompensa. La alta prez
te, para retardar el avance ó progreso de los que conserva en el ejército la cruz laureada de
trabajos del sitiador.—También se dice contra- San Fernando proviene de que no puede obte
aproches (V. Aproche'; sin temor de galicismo. nerse sin juicio contradictorio. Este ejemplo ha
CONTRABANDO de guerra. Capítulo largo inducido á algunos á pensar si podría extenderse
y muy controvertido del derecho internacional. á otras recompensas, como el ascenso, haciendo
que mal podemos definir aquí miéutras no lo intervenir alguna vez, sin menoscabo de la dis
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ciplina ni del principio de autoridad, una especie tida doble. Kn Castilla el contralor, alto empica
de sanción del inferior, ó de sufragio universal, do de Palacio, lo introdujo la casa de Borgoña
si asi pudiera decirse, <[ue indudablemente en sustitución del antiguo veedor. Covarrubias
enaltecería y duplicaría la recompensa, resuci cita <i Casaneum [Catal. (jlor. mundi. part. 6. fo
tando en cierto modo la ovación y el triunfo de lio 157): tDieti sunt contralores, quasi contra-
la antigua Roma. Algo de esto ha\ en nuestra ac rolulatores antigraphi, hoc est quoc acia prte-
tual mención en la orden del día, y en el desfile dictorum antigraphant, id est, contra scribunto.
de una tropa laureada ante el resto del ejercito, En Navarra, según Yanguas (Dice, deantiy. pá
que le tributa honores y aclamaciones: pero la gina 251) el contralor, que también se deein
cuestión es complexa y no se puede pasar del conlrarrolor y contrarroldes, era bácia 1350 ofi
enunciado. (V. Ascenso.) cio de la casa real.
CONTRADIQUE. El segundo dique para de CONTRALURÍA. El cargo de contralor.
tener las aguas o impedir las inundaciones. (Dice. CONTRAMALLA. Malla doble ó segunda.
Acad. 5 y Acad. ÍIist. :
CONTRAMANDAR. . Mandar lo contrario y
CONTRAEMBOSCADA. Emboscada contra opuesto á lo queántes se habia mandado». (Dice.
otra. Acad. y Terreros,.
CONTRAESCARPA. De los dos taludes, ó
CONTRAMANIOBRA. La maniobra que se
pendientes, ó caras qué forman el roso, la que opone á la que está haciendo el enemigo.
está del lado exterior ó de la campaña.
CONTRAFOSO. Asi llaman algunos autores, CONTRAMARCHA. En general toda opera
con visible impropiedad, al antefoso. Terreros ción, movimiento ó maniobra en que un cuerpo de
le llama reí dsete i V. e. v.j. tropas en marcha toma una dirección contraria
á la que llevaba, es decir, vuelve el frente ha
CONTRAFUERTE. Estribo ó machón que cia donde tenia la espalda. Se comprende fácil
se hace para sostener ó fortalecer un muro.—
mente la diferencia entre contramarcha y retira
Análogamente, en topografía, el estribo ó ramal, da: ésta es impuesta por los sucesos y la otra sue
corto y generalmente abrupto, que se despren le ser voluntaria. La contramarcha en estrategia
de de una cordillera en dirección casi perpen puede envolver un retroceso momentáneo y es-
dicular. •
tratagémiCO, un ardid frecuente para desorien
CONTRAGUARDIA. Obra de fortificación tar al anemigo y obligarle á cambiar sus dispo
permanente, llamada también por algunos cubre- siciones, desguarneciendo el punto llave ó deci
caras, porque efectivamente cubre ó tapa las sivo. En táctica elemental este punto de las
caras dei. baluarte, que son las rectas que for contramarchas era espinoso cuando se respetaba
man SU ANGULO SALIENTE Ó FLANQUEADO. «LaSCon- la inversión. El temorde que la cola fuese cabe
Iraguardias se levantan delante de los baluartes za, ó la izquierda, derecha preocupaba de tal
para cubrir sus frentes, que no puedan ser ba modo, ipic, consultando los antiguos reglamen
tidas, y que sirvan de antemural para que no tos se admira el ingenio malgastado en vencer las
ataquen ísic! tan fácilmente el minador al pié de dificultades. Entre los cinco 6 seis modos que se
sus frentes». Esc. de Palas, pág. I3G). Conocían de contramarcha, aquel en que las divi
CONTRAGUERRILLA. Como ello dice, siones de la columna se enroscaban de dos en dos,
GUERRILLA Ó PARTIDA FRANCA que SC Opone á otra, como culebras, era muy celebrado por lo vistoso.
cuando se guerrea por el método que pudiera y en efecto tenia mucho de coreográfico. El re
llamarse «homeopático», esto es, simitia simi- glamento vigente ha hecho severa justicia de ta
libus. les preocupaciones.
CONTRALIMON. Pieza de madera en los CONTRAMINA. La mina que se hace en
carros catalanes y galeras de artillería, sobre la oposición áotra. Si la plaza sitiada tiene sistema
cual se elevan los varales que lateralmente con subterráneo PERMANENTE, quien contramina es el
tienen la carga. También se llama contrabancal, sitiador: á la inversa, si este es el primero que
contrabazo, contravara. ataca .por medio de la mina.
CONTRALOR. Antiguo jefe ó encargado de CONTRAMUÑONES. Piezas que algunas
un hospital militar. Traducción del francés con- veces refuerzan en artillería la unión de los
tróleur. según algunos ó de contra-róle, porque muñones al segundo cuerpo ó trozo del cañón.
en el role ó libro de cuentas se llevaba una es CONTRAMURALLA ¿CONTRAMURO. Es
pecie de comprobación análoga á la actual par lo que antiguamente se llamaba barbacana y iiiu-

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dernameQte falsabraga. (Dice. Terreros.) (Dice. atrevida. «Cuando se teme que los sitiados, por
Acad. 1 y 5). ser muchos, inquieten á los sitiadores con sali
CONTRAORDEN. La orden que anula, sus das, so hará otra linca contra la plaza que lla
pende ó modifica la que estaba dada. man de contravalacion». Fernandez deMedrano.
liudim. lib. 8.°pág. 197J.—Contravala*. Es ver
CONTRAPOZO. Hornillo ó fogata que el mi
bo que usa también Medrano.
nador establece contra la galería del enemigo.
CONTRAPUGNAR. Lidiar, pelear, combatir CONTRAVENCION. Trasgresion, quebran
una cosa con otra. Es voz anticuada según Dice. tamiento de lo mandado.
Acad. 5. CONTRIBUCION. Del latin tribuere. Bajo el
CONTRAREPARO. El reparo ó segunda nombre de contribución de guerra se comprende
defensa que se añade ó se construye detrás de toda exacción ó requisición do un jefe militar so
la primera. «Ni otra cosa significa contradique bre el país enemigo. No es fácil establecer el li
(en Elándes) que un contrareparo, por llamarse mite para que la contribución no pase á dEpre-
asi el cual se alza contra otro reparo». (Baren. dacion. (V. e. v.) porque siempre usará el primer
G. de Flándes). nombre quien la imponga y el segundo quien la
pague. Esta materia es tan elástica como todo
CONTRARESTAR. Verbo tomado del jue lo que entra bajo lo que se llama derecho de la
go de pelota, según Dice. Acad., «volver la pe guerra, y no puede subordinarse más que á cier
lota del saque». Hacer frente, detener, resistir,
tos preceptos admitidos de política y moral.—
contrariar (V. e. v.).
Por otra parte el conocido precepto militar de
CONTRARIAR. En el orden de ideas que se ALIMENTAR LA GUERRA CON LA GUERRA, bien SC ve que
expresa con toda extensión por la voz estrategia, no puede tener ejecución sin esta clase de con
y en el más concreto qne se ciño al ardid ó estra tribuciones.—La contribución de sangre esexpre-
tagema, este verbo contrariar abraza bien y me sion algo cruda, inventada, según dicen los
jor que cohtrarestar (que siempre lleva implí franceses, por el general Foy, que usan con pre
cita la idea de fuerza material) esa multilud de ferencia los economistas y filósofos, como en son
medios indirectos que un hábil general improvi de horror y protesta contra la quinta y los ejérs
sa para turbar, molestar, desorientar, fastidiar, C1TOS PERMANENTES.
aburrir, si asi puede decirse, á su enemigo. La
movilidad continua y al parecer atolondrada; la CONTÜBERNALES. Palabra latina que ex
repetición incansable de insultos, algaras y re presaba entre los soldados romanos lo que
batos; la burla de bacerse incorpóreo, de no ahora camahadas, compañeros de tienda, de ran
presentar bulto ni asidero, concluyen á la lar cho. Napoleón III en su Historia de César le da
ga, en la defensiva, por cansar y moler al agre un sentido más concreto. Describiendo la prime
sor y preparar alguna coyuntura para un golpe ra juventud del héroe (lib. 2. cap. 1) dice. «Poco
formal y favorable de ofensiva. tiempo después tomó parto en las hostilidades
que continuaban contra Mitridates. Los jóvenes
CONTRARIO. Enemigo. de familias ilustres que querían hacer su apren
CONTRARONDA. Segunda ronda hecha dizaje militar, seguían á un general al ejército.
por sargentos. Admitidos en su trato intimo, bajo el nombro
CONTRASALIDA. La defensa contra la sali de contubernales, estaban afectos (attachés) á
da del sitiado. —La acción, y la tropa que la su persona etc.».
ejecuta. CONTUBERNIO. La tienda ó barraca en que
CONTRASALVA. Respuesta á la salva de so alojaba una decuria ó escuadra de diez sol
artillería. dados romanos. (V. Vexilla).— «Decem milites
sub uno papilione deijentes, dicebantur contu-
CONTRASEÑA. La palabra que con el santo bernium, quibus prceerat decanus,qiá capul eral
y seña sirvo para seguridad y reconocimiento.—
contuberniu. (Vegecio, lib. 2, cap. 13). Es voz
Todo puesto avanzado adopta conthaseña, gene que usa también César [De bell. civ. lib. 3V.
ralmente muda, como tocar cierta parte del ara
mamento, del cuerpo, del uniforme. CONTUNDENTE. Adjetivo latino contun-
CONTRAVALACION. (V. y comp. Circun dens, que se aplica al arma, al golpe que sólo
valación). La línea, continua ó no, que el sitia produce contusión (V. o. v.)
dor levanta contra la plaza, cuando la guarnición CONTUSION. En general herida muy levo.
es temible en sus salidas por lo numerosa ó Propiamente, es la lesión por golpe ó choque
GONV — 294 — GONV
que magulla ó desgarra, sin determinar solución tares, lib. 3. cap. 27: «Veo siempre a nuestras
de continuidad en la piel. Cuando esta se pro tropas muy despacio en batalla y en conversión,
duce, suele llamarse herida contusa. La voz es y creo sería útil acostumbrarlas también a un
puramente latina contusio.—Contuso, herido le paso acelerado; pues muchas veces conviene
vemente. adelantarse á ocupar un terreno ventajoso que
CONVENIDO. Nombre que se dio á los vengan á tomar los enemigos; y, si yo me atre
carlistas que entraron ó se adhirieron al Conve viese á impugnar la opinión común, diria que
nio de Vergara. los cuartos de conversión sirven pocas veces, sino
CONVENIO. En todos los libros traducidos se forman apriesa: la razón es que aquel movi
del francés se lee, por ejemplo, Convención de miento se ejecuta para librarse una tropa de
Cintra, mientras que ningún español dice con ser flanqueada, ó para tomar el flanco de los
vención, sino Convenio de Vergara. Es, pues, la contrarios, y si éstos marchan con el mismo in
primera palabra un galicismo innecesario. Con tento ¿quién puede dudar que logrará su fin el
vención, en todo caso, será el nombre propio del que primero concluya la evolución»?—Guibert
cuerpo deliberante y ejecutivo que en la Revo también censuró con energía las célebres con
lución francesa sustituyó a la Asamblea y entro versiones de un batallón entero formado en ba
nizó el Terror. Convenio se distingue de capitu talla y girando rígido «como el minutero de un
lación en que abraza á un ejército entero, con reló». (V. Táctica). Federico II con sus desplie
cluye una guerra y no envuelve, como el citado gues dió el golpe de gracia á esta ridiculez.
de Vergara, la idea de rendición, que la capitu CONVOY. Nombre francés, originario del
lación modifica en la toma de una plaza ó con italiano ó latin, genérico y técnico de una opera
quista de un territorio defendido por un cuerpo ción de guerra. La conducción de municiones de
de tropas. boca y guerra, de caudales, de vestuario, de
CONVERGENTE. (V. y disling. Concéntrico) pertrechos, de heridos ó prisioneros, no constitu
CONVERSAR. Ejecutar conversión (V. e. v.) ye realmente convoy, sino trasporte simplemen-
CONVERSION. En la antigua táctica ele i te, cuando se verifica fuera de la zona estratégica
mental había las dos expresiones, y voces tam de operaciones, es decir, fuera del circulo de ac-
bién de mando, conversión y variación, para ex ¡ cion del enemigo. En tiempo de paz no hay
presar una misma idea y dos movimientos dife | convoyes, sino trasportes, conducta, que, por
rentes. Cuando una tropa en columna varía de seguridad de policía, escolta la guardia civil ó
dirección, las divisiones que la componen van una partida de tropa. Es evidente que un tras-
tomando el nuevo frente á medida quo su guía porle de pólvora en cantidad crecida exige cier
particular llega al punto de cambio. Antigua- tas precauciones; pero la palabra convoy pres
monte se hacia una distinción sutil y embara cribe reglas tácticas de defensa y conducción;
zosa, si el cambio dk dirección era hacia el costa reglas logísticas de itinerario y marcha; reglas
do opuesto al del guía. En este caso las divisiones estratégicas de conveniencia y oportunidad: por
de la columna conversaban, es decir, tomaban la eso hemos definido el convoy operación de guer
nueva dirección girando «como una tabla» sin ra y podemos añadir que de las más delicadas y
perder los hombres el tacto de codos, y teniendo peligrosas. Todo socorro de plaza sitiada ó blo-
que acortar cada uno su paso en proporción á | queada presupone convoy, y presupone también
su dislancia del costado saliente. En los desfiles combate. El avituallar la plaza de Solsona du
vistosos de parada, las conversiones como una ta rante la guerra civil, constituía una expedición
bla eran el «non plus ultra.» La táctica vigente sangrienta y embarazosa, que por lo repetida
las ha suprimido, dejando la variación, esto es, llegó á tomar el nombre expresivo de solsonada.
el movimiento desencajonado que la antigua La batalla de Peracamps cerró gloriosamente la
prescribía cuando se variaba por el costado del serie. Como alli, en muchos casos toma parte en
guía, y en el cual cada soldado marcha oblicua un convoy un ejército de operaciones; pero las
mente, y por el camino más corto, á ocupar el tropas exclusivamente destinadas al órden, ar
puesto que le corresponde en la nueva alinea reglo y defensa material de la columna de carros
ción. —Lo lento y ceremonioso de la antigua tác ó acémilas, es la que toma el nombre de escolta.
tica no dejuba de ser censurado por espíritus Los libros suelen dar reglas para los convo
enemigos de rutina en el mismo siglo pasado. yes, que, como sucede ordinariamente con mu
Así vemos al marqués de Santa Cruz expresarse chas del arte de la guerra, no tienen grande apli
de esta manera resuelta en sus Reflexiones mili cación. La Ordenanza vigente tanibein apunta
GONV - 295 - CORA
algunas, más bien de policía ó precaución que de la pesca, en el cual es técnica y antigua la
de táctica, pero se comprende <(iic éstas últimas voz copo. Asi se llama en algunas provincias á
no están en su lugar. Y en el mismo texlo lo la división ó receptáculo interior de una alma
confiesa al principiar así: «Los varios casos que draba en que quedan encerrados los atunes, y
pueden ocurrir imposibilitan el dar para cada en general al saco ó bolsa de la red de pescar.
uno reglas particulares: es preciso fiar las pro
videncias á la inteligencia del oficial encargado CORACERO. Parece que en general debería
de su escolta...... [Art. 27. tit. 17 trat. %). Los ser el soldado armado de coraza; pero en los
CONVOYES, lOS FORRAJES, los RECONOCIMIENTOS y tiempos en que lodos la llevaban no podio ser
otros ramos técnicos y variables del arte de la nombre distintivo, como hoy lo es tomado en.
gcerra no pueden ser englobados en un código: plural, de un instituto de caballería. Debe re
deberían constituir títulos ó capítulos de un cordarse que la armadura (V. e. v.) caballeresca
reglamento que se llamase servicio de, campaña, ó de placas es relativamente moderna, pues no
susceptible de alteración cuando una causa de pasa del siglo XIV y que cuando en el XVI prin
terminante lo indícase. Refiriéndose á los convo cipió á aligerarse, fué principiando por las pier
yes, hoy no sólo han de ser los antiguos vehícu nas. Todavía en el siglo XV1Í conservaban co
los, sino también los ferro-carkiies, los que han raza casi todos los cuerpos de caballería, incluso
de tenerse en cuenta: y no estada demás ir pre lOS LIGEROS, COmO lOS ARCABUCEROS Á CABALLO y
viniendo lo que on ellos haya de hacerse. carabinos, que necesitaban hacer un gran escote
en el lado derecho para apoyar el arma en el
CONVOYAR. Este verbo parece más propio hombro. Por este tiempo la verdadera carallería
y técnico de la armada que del ejército. Escol pesada, gruesa ó de línea no se llamaba corace
tar, custodiar un convoy. ro*, sino caballos-corazas ó simplemente cora
COPIA. Palabra puramente latina, que se zas. De modo que la voz coracero casi es del si
toma por número, abundancia. «Pues el clave glo XVIII. (V. y comp. Coselete).
ro, teniendo esta coppia de gente junta Tué so En buena organización, y atendiendo más al
bre la villa de Calamea» (Maldonado. I Í68\ fondo que á la forma, bien se ve que el coracero,
«Al fin alcanzó licencia Monsieur de Montiñí de no precisamente por la coraza, sino por la talla
atacar la escaramuza por diferentes lados, y el del hombre, por la alzada del caballo, por el peso,
esquadron español hizo alto, disparando tanta volumen y fortaleza de entrambos, es por lo
copia de arcabuzazos, que los cavallos ligeros que realmente constituye en Europa caballería
necesitaron de tomar vuelta caracoleando». (D.\- de línea ó pesada ó de reserva, como oposición á
vila. Guer. civ. de Franc. lib. 15). El Dice, de la ligera. Concedido esto, no hay que decir que
Academia 5.a edic. define la palabra Ejército:
nunca habrá sido muy fácil reclutar en España
«Gran copia de gente do guerra, etc.» De copia coraceros en tan gran número como otras po
viene el adjetivo copioso, numeroso, abundante. tencias militares los tienen. Los hubo y los hay
«Por obviar pues tan graves peligros que de excelentes, pero tan pocos siempre, que casi
tantos lados amenazaban, atendió el duque de
pudiera decirse que se lucen á manera de «pros
Alba á hacer con toda celeridad copiosas levas pecto». En el siglo pasado varias veces se crea
de gente de á cavallo y de á pie.» (Bentivoglio.
ron y se extinguieron. En 181o creemos que
Guer. de. Fldnd. parle !, lib. 6.)
quedaron dos regimientos: en 1821 uno de la
COPLON. Martínez del Homero dice que, se guardia real; en la guerra civil hubo además
gún los inventarios antiguos de la Real Armerí a, alguno con coraza de cuero. En 18Ü se volvie
es sinónimo de caparazón. ron á denominar de coraceros los dos primeros
COPO. COPAR. Voz familiar usada para ex regimientos del arma; luego se llamaron carabi
presar en pequeño una celada, sorpresa ó mo neros sin duda por imitar á los franceses que
vimiento estratégico, que tiene por resultado llaman así á los coraceros preferentes, y por fin
apoderarse «sin combate» do un cuerpo de tro en 1865 subsisten dos regimientos como límite
pas entero, ó de un convoy «sin dejar escapar que, según parece, no se puede rebasar. Por lo
nada». Como el vicio del juego es casi inevitable demás la opinión general sobre este instituto se
en las costumbres de campaña, algunos creen resume en este párrafo de Guzman en sus Es
que esta conocida voz de tapete ha pasado á la tudios, publicados en 1866: «Las armaduras, tal
guerra; pero entrambas quizá tengan origen es nuestra opinión , creemos eran perjudi
más probable en la caza, donde según Dice. Ter ciales ánles de las armas de fuego como se deja
reros copo es lazo, red, arañuelo; ó en el arte ver en los párrafos anteriores. Después del uso
CORA — 296 — CORA
de oslas, qué idea tendremos de las corazas nos pañado ó procedente de ira, de cólera. «Los
parece inútil manifestarla. El instituto de cora unos y los otros valientes y muy diestros y apa
ceros nunca ha tenido razón de ser, y hoy me rejados con un riguroso coraje á perder de muy
nos». Sin duda por eso en 1867 se ha quitado buena gana la vida en defensa de su tierra».
la coraza á un regimiento, dándole carabina. ¡Y ("Ambr. Morales. T. I. pág. 1 22) Corajoso y co
porqué no al otro? (V. Caballería). rajudo, que trae la Academia, no se usan.
CORACILLA. Pequeña cota de malla que CORAZA. No necesita definición por lo cono
usaban en los torneos y demás juegos caballe cida (V. Armadura, Coselete, Loriga, etc.) Ob
rescos ó Tiestas públicas; solía estar cubierta de servaremos solamente que no siempre ha signi
escamas de acero pulido y á veces de plata es ficado lo que hoy. Dice. Acad. dice que viene
maltada.—Dice. Acad. lo da solamente como di de correaza, porque antiguamente se hacían de
minutivo de coraza. correas fuertes anudándolas unas con otras. Co-
CORACINA. Pieza de la armadura antigua ó varrdbias da coraza, quasi corácea, porque an
especie de coraza pequeña que sólo cubria el co tiguamente se hacian de correas.' Rvrdin del ba
razón del soldado romano. Se le ha dado también jo latin coracium. Montaner (Crán. de los Itcyes
el nombre de guarda-corazón (Mart. del Romero deArag. cap. 44; refiriendo los preparativos de
(i/os. del Cat. de la /(. Armería. ) Pero Dice. Acad. Pedro III para su expedición á Sicilia en 1 281
da: «lo mismo que coraza. Dijose asi por estar dice: «pues en les ciutats que son dintre térra
hecha de cuero». feyen ballestes, é cairells, é crochs, Dances,
CORAJE. Del latin bárbaro coragium, que á darls, cuyraces,capells de ferré, gamberes, etc.»
su vez se deriva de cor, cordis, corazón y ago, V dice Clonard: «Desde luego las cuiraces son
agere, hacer, obrar, cordis actio, como dice Co- las lorigas construidas «de correas trenzadas»
varriibias. lis por consiguiente acción, esfuerzo de cuero crudo y unidas á modo de estera, to
del corazón. Para los franceses courage es va mando este nombre de cuyro, en lemosin cuero-
lor, esfuerzo, impavidez, etc.; pero no puede Ios franceses la llamaron cuirace de cuir, y los
sustituirse en todos casos con el coraje á la ma castellanos coraza de torio, corambre.
nera de ciertos traductores. Aunque Dice. Acad. Las corazas debieron servir para armarse li
de por primera acepción, «valor, esfuerzo de geramente á la jineta, por cuanto la crónica de
animo», la más usada es la segunda «cólera, ir Don Alvaro de Luna refiere que Don Gonzalo
ritación de espíritu» y aunque corajoso, como Chacón vino á escaramucear «armado de unas
el courageux trances, valga animoso, esforzado, corazas é una armadura en la cabeza ó cabalga
valeroso; y corajudo, poseído de ¡ra, cólera y do en un caballo á la gineta é tomo la espada
enojo, apenas son usados ambos adjetivos. En é una lanza é una adarga.»
este Diccionario pueden verse los innumera Por otra parte la coraza no siempre debió
bles, que casi son sinónimos, para ia ¡dea de significar arma defensiva ó coselete, puesto que
valor (V. e. v.) en el inventario de Don Alvaro de ZúSiga que
Cuando Cervantes dice en el Quijote: «E' también cita Clonard aparecen «unas corazas
vizcaíno que asi le vió venir contra él, bien guarnidas de terciopelo azul con sus tegillos é fe-
entendió por su denuedo, su coraje». Cleiikncin billase cabos dorados: unascorazas fuertes, blan
comenta asi: «Aquí eslá bien marcada la dife cas con sualpartaz; cuatro alpartaces de corazas
rencia entre las palabras denuedo y coraje, es la e dos pares de mangas de coraza». En otro
resolución reunida á la ira: el denuedo es del inventario fecTio en 26 febrero 1487, que igual
cuerpo, el coraje, del ánimo». Coraje tampoco es mente cita Clonard, se hallan «unas corazas
valor, poique este es «tranquilo». De todo lo guarnidas de terciopelo azul con sus musequies
cual deduce juiciosamente Baralt {Dice, de ó sangraderas de malla».
galic.) que el uso de coraje significa propiamen También las sillas de montar tenían coraza,
te cólera, y por extensión alguna vez la irri pues en los Ejercicios de la (¡¡neta (1643) de Don
tación de ánimo ó la fervescencia de corazón; Gregorio df Tapia y Salcedo, se lee: «Sobre el
que nos arroja á las acciones temerarias y á los casco de la silla se pone la coraza, que es de ba
peligros, sin previsión ni recaudo, ántes con la dana carmesí plateada ó dorada en labores, so
mira de salislaccr una pasión exarcebada, que bre la cual asientan los jaeces ó aderezos negros
con el noble tin de cumplir un deber ó de con ó de color».
sumar un sacrificio meritorio». (V. Encorajar)- Coraza se llamó antiguamente al soldado de
Diremos en resumen que coraje es valor acom caballería que la llevaba; pues el de infantería
CORA - 297 - GORD
era coselete ¡V. e. v.) «También se envió dine corbata es la cinta ó listón de honor que se ata
ro á Francia á los gobernadores de provincia junto á la mouarra. Hasta el siglo XVIII no se
para que se levantasen nueve tropas de cora conoció en la milicia española el uso de las cor
zas...». (Coloma. G. de Flánd. lib. 4). Es de no batas, introducido por los franceses. La mencio
tar que en el T. I de la Hist. org. de Cloxard nada Ordenanza de 1716 dice: «En lo alto de
y en su minuciosa descripción de armas en siglos las banderas se pondrán dos divisas iguales de
romanos y medios no aparece, ni incidentalmen- tafetán del tamaño regular, una blanca y otra
te, esta voz coraza hasta la pág. 432 que dice: roja, por la uniformidad de estas colores que
«De diferente materia y muy parecida en su Yo he mandado traer á mis tropas por su unión
forma al coleto, era la coraza que se introdujo á con los auxiliares del rey mi abuelo». Este ex
fines del siglo XIV. Hacíase de piel de vaca que cesivo «afrancesamiento» pareció de mal gusto
se ceñia al cuerpo por encima del alpartaz, y en los tiempos mismos del rey que celebró el
solía adornarse con clavetes esmaltados ó bor «Pacto de Familia» y la Ordenanza de 1768 dice:
dados con hilo de oro ó plata y puestos al rede «Cada batallón tendrá dos banderas cuyas cor
dor. El forro de la coraza era de seda, y de esto batas han de ser encarnadas...... (Art. 10 títu
provino el dar el mismo nombre á la silla del lo I. trat. 1.)
caballo, que se forraba igualmente con seda. CORBATIN. (V. Corbata).
Asi lo manifiesta Salazar en la Historia de la Ca
sa de Lara, T. IV, pág. 41 3, donde inserta el CORCEL. «Caballo ligero y de gran cuerpo
testamento de Don Pedro II, conde de Paredes, de que se servían en los torneos y batallas».
en el año de 1481, en que se halla esta cláusu (Dice. Acad) (V. Corser).
la que concierne á nuestro propósito: «y demás CORCESCA. «Arma algo semejante á la ala
mando á dicho mi fijo las armas y jaez si barda, que parece se diferenciaba de esta en
guientes: unas corazas ricas de carmesí, la cla que su hierro remataba en sola una punta co
vazón esmaltada y de filo y grana; é una silla mo las lanzas». (Dice. Acad.). Eguiluz, que ha
labrada de filo de oro é plata con dos corazas y bla mucho de la corcesca, la define «gineta ó
dos coxinetesy retove y sobrebastos, todo labra lanza mayor que la gineta , ó sea gineton de
do de la dicha obra: la una coraza y un coxi- hierro, algo grande, el hasta de coscoja ó fresno
nete de la labor del halereme, y todo lo otro de muy bien labrada y más larga que la de la ala
hojas de higuera y los fierros de los arriaces y barda amenazaban al del lanzon, que era yo
tirabragueros esmaltados, y mando á Tomás que traia de ordinario una corcesca de hier
unas corazas de seda negra...... ro grande conmigo». La voz parece italiana.
CORAZON. Metafóricamente, ánimo, valor, CORDAJE ó CORDELERÍA. Voz genérica y
espíritu. colectiva que comprende todas las cuerdas y
CORAZONADA. Impulso con que alguno se cables de que usa la artillería, como son: Beta.
mueve á ejecutar alguna cosa arriesgada y di —Braga.—Ccjadores.—Cordel de azote.—Cuer
fícil. (Dice. Acad. da de estopa (para artificios)—Cuerda de tra
zar.—Cuerda mecha. —Cuerda de amarrar.—
CORBATA. Voz italiana que según Carlos Marometa.—Prolonga de á 12, 8 y 4.—Sirga. —
Aquino (Lexic mil.) proviene de dos palabras ¡lí Tirantes.—Cuerda de esparto.—Entronque ó es
ricas oko, al rededor y urat, cuello. A principios trinque (que es lo mismo que maroma, pero de
del siglo XVIII se llamaba asi la prenda de ves csparloj. — Garroteras . — Hilo acarreto. —Hilo
tiario y adorno que rodeaba el cuello colgando bramante.—Maroma.—Idem para maniobrar á
hasta el pecho. Dice la Ordenanza de 1704: «Y brazo con guarda-cabos. — Trailla de espar
para mayor alivio de los Capitanes y asistencia to, etc. —Los ingeniero?, tomándolo de los mari
de los soldados, se darán de mi cuenta á cada nos, llaman cabullería lo referente á cabos y
sargento, cabo de escuadra, soldados y tambo cuerdas en el servicio y manejo de pcentes mi
res, dos pares de zapatos al año, un par de me litares.
dias, un sombrero, una camisa y dos corbatas».
CORDAL. Asi llaman en Asturias á las ra
Y dice la Ordenanza de 1716: También seles
mificaciones ó estribos de sus montañas prin
hará traer (á los soldados; las corbatas bien
cipales.
ajustadas, metidas debajo de la chupa, ó retor
cidas y metidas en un ojal de la casaca». Poco CORDEL. (V. y comp. Cañada).
después ya se llamaba corbatín al que sólo daba CORDILLERA. «Montañas continuadas por
una vuelta y no tenia puntas.—En las banderas, larga distancia». (Dice AcAD.j (V. Montaña).
38
CORD - 298- CORO
CORDON. Esta voz lécnica expresa en arte de
i 19 octubre 181 1 se dieron dos cornetas á las
militar la idea de conjunto, serie ó continuación compañías
i de cazadores, y quedó, con exclusión
de hombres ó de puestos, que se apoyan y comu- idel tambor, este instrumento para tropas ligeras.
nican entre sí, interceptando, cenando, inipi- i Cuerno).
(V.
diendo la comunicación ó paso, cubriendo y vi CORNISA. Por alusión á la de arquitectura,
gilando una posición ó tropa. Es más propio y ,el camino á media ladera en las montañas de gran
castizo decir cordón, que cadena como los fran pendiente, que casi sobresale como voladizo.
ceses. La Ordenanza (art. 49. til. 1. trat. 2.) dice: COROGRAFIA. Descripción de una provin
«Las centinelas de un recinto ó cordón que pu cia ó región. (V. Topografía). Del griego chóros
dieren comunicarse..». Cordón avanzado es, por
región, comarca, graphos, describo.
ende, la línea entera de avanzadas, avanzadillas y
centinelas. Cordón llama propiamente Püga y CORONA. Nombre que daban los Romanos al
Hojas á lo que hoy algunos malos traductores ataque a viva fuerza y de rerato, muy usado en
embestidora (V. e. v.).« para que se aumente tre ellos, contra puestos fortificados. Los comen
el número de comedores (bocas inútiles V. e. v.) tadores eruditos de los autores clásicos, sedu
conviene que el sitiador deje en el cordón algún cidos por el significado «literal», han supuesto
portillo descubierto». De alii viene el expresivo que el sitiador cenia la plaza con dobles y tri
verbo acordonar.—En sentido de moldura cir ples líneas continuas y concéntricas, que cami
cular ó bocel, tienen cordón la pieza de artille naban estrechándose; pero la índole de la tácti
ría y la antigua muralla de plaza, que luego lo ca romana, y la traducción bien entendida de
convirtió en tableta. —Los cordones han sido ciertos pasajes, confirman que el ataque en coro
distintivo del cadete y siguen siendo del ayudan na era entonces, como es ahora, el que llama
te de CAMro.—El cordón del sable es la dra mos envolvente, dirigido sobre los dos ó tres
gona {V. e. v.) puntos que se consideran más débiles ó des
guarnecidos, y precedido de lineas extensas dk
CORNETA. Bandera ó estandarte de dos far TIRADORES. La CORONA, pilCS, Cl'a Una CONTRAVALA-
pas o puntasen la edad media, y que luego usa cion (V. e. v.) viva y móvil, si así puede decirse,
ron los dragones, llamándose también asi el ofi esto es, formada sólo con cuerpos compactos de
cial que la llevaba. La Ordenanza de 1 iOi dice: tropas, que marchaban Á la escalada cubiertos
«Cada regimiento de caballería y dragones se por espesas guerrillas. Esta parece, en buena
compondrá de doce compañías, y cada compa critica, la mejor explicación del coronam faceré
ñía do un capitán, un teniente, un corneta, un ó corona cingere. —Corona llaman los ingenie
mariscal de logis, dos brigadieres, tres carabi ros á la obra avanzada ó destacada, y general
neros, veinte y cinco soldados y un trompeta»— mente abierta por la gola, cuya traza la cons
V por extensión también significó la compañía ó tituyen dos frentes abaluartados formando án
tropa. «...es muy buena manera de mezclarlos, gulo, es decir, un baluarte en el centro y dos
poner al costado izquierdo de las lanzas una cor medios baluartes á los lados para flanquear el
neta de herreruelos que viene á servir como de saliente de aquel.— En fin corona, en su senti
mangas». (B. de Mendoza. Teór T. y prác. 1595). do vulgar de ornamento honorífico que ciñe las
«Llegaron al ejercito real diez cornetas de caba sienes, tiene el recuerdo militar de los romanos
llos alemanes conducidas del Conde Ringrave». que recompensaban con aquella los grandes he
[Bas. Baken. li.de F¡andes, lib. 3). o en el Ín chos de guerra. Entre las coronas romanas las
ter toda nuestra caballería fué puesta en un ca más notables son las siguientes: — Orsidio-
mino guarnecido á los lados de fosos y de hayas nal, en los primeros tiempos de yerba y luego
¡setosj por el cual se adelantaron cuatro corne de materia más preciosa, destinada á rceom-
tas ó compañías de raylres dando una car ¡ pensar el mérito de socorrer y descercar una
ga á nuestros corredores ». (Pardo Riva- | viudad sitiada, ó desempeñar un ejército en-
deneyra. Gob. de la cab. lil] . IG2Í. Pág. 134). I ruelto y comprometido. —Cívica, de encina, pa
« Tomó á su cargo levantar cinco cornetas ra el que salvaba la vida de un ciudadano ro
de reitres el coronel Eslegre , soldado vie mano ó de un aliado.—Mural, de simples hojas
jo, y otro barón vasallo del duque de Bavie en un principio y más tarde de oro con alme-
ra otras cinco, que por lodo habían de ser dosi ñas, al que primero plantaba una bandera ro
mil caballos». (Coloma. G. de Flándes lib. 4). mana en la brecha de una plaza sitiada.—Va-
—En el dia el conocido instrumento militar ói llar, do oro figurando una palizada, al que sal-
bélico, y el soldado que lo toca. Por real órdoni taba el primero sobre el atrincheramiento del
r

CORO — i'J9 — CORO


campo enemigo.—Triunfal, de laurel, que ex como se dice. Los argumentos del erudito gene
clusivamente usaba el que merecía los honores ral no abonan por cierto gran conocimiento de
del triunfo. —Oval, de mirto, al que se le de nuestra lengua, como lo prueba este párrafo li
cretaba la ovación ó triunfo pequeño. teralmente traducido; «En los cuerpos alemanes
CORONAMIENTO. (V. Coronar). y gascones al servicio de Francia, los soldados
pronunciaban coronel ¡r en vez de 1) palabra
CORONAR. Verbo técnico de complejo signi puramente española, análoga A coronelía (sic),
ficado en táctica y fortificación. Una altura, una que significaba cimera ó remate superior de un
posición se coronan, ocupándolas tácticamente escudo de armas: coronello era la cimera, el
con tropas quo se disponen a la defensa ó al vértice ó cumbre de una tropa, y en español an
cómbale: y se coronan también con redientes, tiguo se tomaba hasta como sinónimo de regi
con redl'ctos, con obras de campaña en general miento la expresión coronelía dejada en España
—Un castillo se dice que corona una eminen por los latinos, en cuja lengua corona significa
cia, cuando la ocupa y defiende. A su vez, ese ba asamblea, tropel de gente. Un general romano
castillo está coronado de almenas, ó de otro mo hablaba en el foro corona stante, es decir, en
do, el almenaje le sirve de coronamiento, que así presencia del pueblo congregado. Así un coro
se llama, por metáfora en arquitectura, todo nel, un couronnel era el jefe de una coronellc es
adorno que se pone en «la parte superior de un to es de una tropa». Basta para muestra. Y es de
edificio», sirviéndole como de corona. Por ex observar en Bardin la frecuencia con que atri
tensión, los ingeniaros dicen coronar las trin buye al castellano etimologías quo no lo perte
cheras con faginas, al acto de poner estas sobre necen, y quo en otros artículos también, como
los cestones, porque efectivamente sirven de en este, rechazamos. Aunque el mismo autor
coronamiento y remate. Con alguna inexactitud, nos da las armas, pues en su propio Dice. art.
dicen también coronar un muro de aspilleras, y Cimier, dice textual: «Esta voz (cimera) en espa
coronar de fuegos, (es decir de soldados y caño ñol coronelía (sic) habría tenido analogía, según
nes' una línea, una obra cualquiera de fortifi opiniones poco fundadas, con la denominación
cación.—En su ataque y defensa todavía tiene el dada á los coroneles [coronello] españoles». Evi
verbo coronar un sentido concreto de ganar ó dentemente, como puede verse en el art. Colii-
tomar una obha definitivamente, estableciéndose mela, la inducción de Clonard es aceptable. A
en ella con nuevos medios, ó acomodando con principios del siglo XVI, de Italia tomamos les
tra el defensor, que la abandona, los mismos de españoles varios vocablos militares, y tanto en
que disponía. Asi cuando se dice coronar el cami las obras de Gonzalo de Ayora como en la de Die
no cubierto, coronar la brecha, implica, no sólo go de Salazar titulada de Re militari, y escri
que el sitiador lo ha tomado, sido que se esta ta ó inspirada por algún discípulo del Gran Ca
blece y se atrinchera allí con rápidas cestonadas, pitán, es donde se lee por primera vez en caste
con sacos terreros, con cualquier masa cubrido- llano la palabra coronel. En la de Salazar
ha, que al punto se une y enlaza con los traba especialmente se dice ya: «coronel del batallón»,
jos de aproche que quedan á retaguardia. Cuan Y por las singulares evoluciones que hace el
do una mina estalla ó vuela, el sitiador procura lenguaje, tanto en lo vulgar como en lo técnico,
coronar el embudo, establecerse sólidamente en ninguna de ambas voces fue realmente oficial
el borde de la hoya ó excavación producida. Se en la milicia española durante los dos siglos XVI
comprende, pues, que una obra se puede coro y XVII. La voz técnica siempre fué maestro,
nar aviva fuerza, de rebato, de escalada (V.e. v.) maestre ó maese de campo, para designar el jefe
ó bien metódicamente, á palmos, por el proce superior ó comandante de un tercio ó regimiento
dimiento que los ingenieros llaman Á la zapa compuesto de un número variable de compañías.
^V. e. v.) unas veces volante, otras llena.—Por En todas las guerras de Flándes f'1 507—1609)
ultimo ya se sabe que en la guerra, como en to no suenan como coroneles españoles más que los
do, para «coronarse de gloria» es preciso que el celebres Francisco Verdugo y Cristóbal de Mon-
éxito «corone la empresa». dragon, y esto por una razón muy sencilla: por
CORONEL. Es incierta la etimología de esta que mandaron tropas ó regimientos walones, es
voz. El Diccionario francés de Uardin, que la dis decir, belgas y alemanes mezclados, al servicio
cute largamente en su articulo Colonel, desecha de España. Por lo demás todo el que por aque
el origen italiano y resuelve definitivamente por llos tiempos y los posteriores mandaba un tercio
el español, hasta el punto de pretender que en DE INFANTERIA ESPAÑOLA y alltl ITALIANA llevaba íll-
francés debe decirse coronel en vez de colonel. variablemente el nombre de maestre dk camp*.
CORO — 300 — CORO
(V. e. v.). Simultáneamente se ve en los histo pretende obligar á los grandes, á los títulos, A
riadores técnicos, como Mendoza y Coloma, apli los obispos á que levanten coronelías, esto es,
cado siempre el nombre de coronel al jefe de un cuerpos Á su costa, dando ejemplo el Principe de
cuerpo ó regimiento extranjero, de los que en Asturias; pero la aristocracia está bien avenida
aquellos tiempos acompañaban siempre á nues con su vida ociosa y regalona, y sufre por no
tros tercios. Debe recordarse, por consuelo si cambiarla reprimendas, destierros y prisiones,
quiera, que cerca de siglo y medio, España y dejando á los walones y lo que es más á los na
singularmente su milicia impusieron á la Europa politanos la triste nombradla que les valió su
central su lenguaje, sus costumbres y hasta sus perseverancia en la fuga, en la indisciplina.
modas; y el altivo español que llamaba desdeño Con la presencia de estas tropas extranjeras,
samente naciones (V. e. v.) á las tropas auxilia singularmente las últimas, y la i ntrusion de sus
res extranjeras, les dejaba las denominaciones jefes en las esferas del gobierno, forzoso era que
regimiento y coronel, guardando para si tercio y se bastardeasen las costumbres y las palabras.
maestre de campo, como guardaba la derecha, la Así vemos en la triste minoridad de Carlos II, no
vanguardia y la precedencia de todo genero. En ya una coronelía, sino un verdadero regimiento
el mismo territorio de la península, cuando se de guardia real conocido vulgarmente por la
formaba ejército de operaciones, se observaba Chamberga ¡V. e. v.) con residencia fija en Ma
esta simultaneidad. Así vemos en el bando ú or drid, y por desgracia con intervención también
denanza dada por Felipe II, en 15 junio 1580, en las turbaciones políticas «á la moderna», que
para el ejército de invasión de Portugal, que los concluyeron de postrar al país. Ese regimiento
artículos del i al II empiezan: Ordenamos á los tuvo varios coroneles «en castellano», y debe
Coroneles, Maestres de Campo, Capitanes, Alfé citarse el que lo era en 1670, el cardenal Aragón
reces, Sargentos, etc., etc. Generalmente (y ob que logró restablecer algo su crónica indisciplina.
sérvese otra anomalía) las tropas extranjeras en Puede formarse idea de la organización de este
tonces á nuestro servicio eran alemanas, y en cuerpo, llamado ya «por novedad» regimiento,
ellas donde era técnica, según decimos, la voz con sólo decir que para 1399 soldados tenia
coronel ha desaparecido en el dia hasta casi 128 oficiales de plana mayor y 378 reformados. A
ignorarse. Hoy en Alemania no se dice sino consecuencia del golpe de estado de enero de
Oberst ú Obrist al jefe de un regimiento. Los 1677, el regimiento de la Chamberga fue refor
franceses tuvieron su colonel, también traído de mado y «convertido en tercio» dice la historia,
Italia, desde la organización de Francisco I; pero y luego desterrado á Italia. Se ve, pues, que el
cediendo, como hemos dicho á la imitación es nombre de regimiento se le dió buenamente por
pañola, adoptaron el meslre decamp, tan inde esa distinción pueril, que se reduce á llamar una
finido como todo lo suyo, desde 1544 nada me cosa con nombre distinto del que tienen sus
nos que hasta 1661. Y para colmo de singulari iguales. Por fin al advenimiento de Felipe V,
dad, no sólo lo restablecieron de 1721 á 1730, cuyo propósito y cuya política eran natural
cuando nosotros dejamos ya el maestro de campo mente borrar lodo lo austríaco para sustituirlo
en 1704, sino que lo volvieron á restablecer ofi con lo francés, se llevó á cabo lo que algunos lla
cialmente de 1780 á 1788. Sabido es que la Re man reorganización del ejército y desapareció el
volución dió al traste con el mestre de camp y tercio con su maestre de campo, para hacer lugar
con el colonel, sustituyendo el jefe de media bri al regimiento con su coronel.
gada, hasta que Napoleón en 1808 lo restableció. CORONELA. (V. Bandera t Compañía.)
—Desde 1640, todo el que estudie nuestra his
toria observará en el mecanismo militar un afán CORONELIA. Lo mismo que cuerpo ó regi
de reforma y novedad, una inania de reglamen miento extranjero al servicio de España en los
tación,, una especie que puede llamarse de in siglos XVI y XVII (V. Coronel.). «Estas cuatro
quietud, como la del enfermo que continuamen coronelías se hicieron según costumbre dos re
te cambia de postura. Desde entónces, á la par de gimientos Jorge de Renspurg que ya habia
los acontecimientos, se ve embrollarse las «pa hecho su coronelía cerca de las tierras de Ulma»
labras» y «las ideas». Para las desastrosas guer (Avila y Zúñiga. Comenl. pág. 412). «Por lo cual
ras de Cataluña y Portugal cada dia se levantan se dió orden se hiciesen dos coronelías de ale
nuevos cuerpos de tropas, en el papel por su manes bajos (es decir belgas), que fueron la ma
puesto, y ya no se llaman compañías ni tercios, yor parle de ellos de gente de los mismos Esta
sino coronelías. Los que las mandan no se lla dos (de Flándcs)». —Y en el mismo párrafo usa
man coroneles, ni son en rigor tales jefes. Se la voz regimiento: «También se proveyó se le.
GORR - 30i - GORS
yantasen otros dos regimientos de alemanes al numero de gente delante del ejército para des
tos, nombrando por coroneles de ellos» «Jun cubrir al enemigo de lejos y que den aviso para
tamente se proveyó se levantasen tres coronelías que no seamos asaltados ó acometidos de impro
de infantería walona de seis banderas (compa viso Si el capitán de los tales corredores tu
ñías) cada una de 200 infantes». (B. de Mendo viese la destreza para reconocer la situación de
za. Coment. fól. U). un puesto, juzgar cualquiera distancia y discer
nir el número de una tropa haria cada dia ma
CORREA. Del bajo latin corrigia: en bueu
yores servicios á su superior).1.
latin lorum, lori, (V. Loriga). No vale la pena
de describir las diversas correas como capotera, CORREDURA. En la edad media lo mismo
itacapa, ceñidora, maestra, cte, etc.—En el len que algara, correría. «E la corredura es cuando
guaje familiar de la tropa se llama así la larga algunos ornes salen de algund lugar é toman ta
extensión de camino que en países llanos, como legas (víveres) para correr la tierra de los ene
la Mancha, se descubre trazado en línea recta, migos. Tórnanse al alvergada donde salieron...»
haciendo más impaciente y fatigosa la marcha. «E por eso es llamada corredura porque los van
en ella han de ir ayna e venirse quanto más ay-
CORREAJE. En general el conjunto de cor na ellos teñirse podieren». [Partida 2.a tít. 23
reasen el equipo y montura del soldado; más par ley 29). También se dijo correduría.—«Algaras
ticular en el de infantería, el que se llamó de ó correduras son otras maneras de guerrear que
cruz, porque se cruzabau efectivamente sobre fallaron los antiguos que eran muy provechosas
el pecho las dos bandoleras que sostenían res para fazer daño á los enemigos. Ca el algara es
pectivamente la CARTUCHERA V el SABLE. para correr la tierra é robar lo que hi fallaren...»
CORRECCION. «Cuando un subdito no se «Algara es dicha quando los de la hueste ó los
rige bien lo co-rige su jefe, y esta comunidad de la cavalgada envían algunas compañas á cor
de acción, llamada corrección, que siempre va rer a los enemigos. E por ende estos que asi van
acompañada de alguna amonestación del jefe y de son llamados algareros ó corredores». [Espéculo
algún sufrimiento del subdito, lleva el exclusivo tít. o, ley 7).
objeto de que produzca la enmienda de este, lo CORRER. Tuvo en lo antiguo sentido de es
que unas veces se consigue y otras no. De con caramuzar. «Pidieron á Don Pedro 400 lanzas
siguiente, la enmienda es el resultado que ofre para empezar a correr». (Atora. Carlas). Tam
ce el subdito, mejorando su comportamiento, y bién el de saltear, perseguir, acosar.—Correr a
la corrección, la causa productora de ella, pues las armas (alistarse, tomarlas) —cañas—con el
ta en ejercicio por el jefe . Pero como la causa no Rey (escoltar)—el campo—el albur—el turno—
siempre es eficaz, tampoco es siempre seguro el el pais—la escala—la linea—la palabra—la sor
efecto. En el caso de no serlo se pasa de la cor tija—la suerte—la tierra—la voz—las pagas—
rección, por lo común privada, al público casti parejas—peligro, etc.
go, el cual, supliendo la falta de enmienda, pro CORRERIA. Incursión pequeña, punta ó des
duce respecto al subdito su necesario ó indefi tacamento. «Tenia lo pasado más por correrías,
nible resultado, la expiación». (Vallecillo. escaramuzas y progresos de gente desarmada
Com. á las Ord. T. I. pág. 374). que por guerra cumplida». (Mendoza. G. de
CORREDOR. Medrano llama asi al camino Gran. lib. I . núm. 45).
cubierto de una plaza. «La estrada encubierta CORRIENTE. (V. Río).
se llama también camino cubierto ó corredor».
CORSER ó COSSER. En la edad media el cor
[Rudimentos, lib. 8. pág. I55J. cel, el caballo de batalla, es decir, el más fuer
CORREDORES. Cazadores, batidores, guer te, bello y vigoroso de los dos, ó más, que de
rillas extendidas, forreajeadores, flanqueadores, bía llevar por la ley el hombre d'armas, el caba
etc., en lo antiguo. «El Duque de Alba recogió llero , el soldado de caballería encapacetado,
sus corredores y mandó mover su peonaje muy armado de punta en blanco. La ley 40. tít. 3.
despacio á la ordenanza» «Si la otra batalla lib. i. de las Ordenanzas Reales de Castilla
de corredores no estuviera tan cansada» (Ayo- «Que los vasallos fagan alarde cada año» dice
ha. Cartas). Alargar los corredores. Extender textual: «que cada uno de los dichos vasallos
las guerrillas ¡B. de MendozaJ. Pardo Rivadeney- traya sus armas vestidos complidas de la guisa
«* en su traducción de Jorje Basta (1624) titula ó de la gineta según que está obligado á nos ser
el cap. 7." «De los corredores. Hay una costum vir. Conviene saber: un caballo ó cosser bueno
bre asi antigua como necesaria de enviar algún y una muía ó haca, y trayendo sus armas com
GORS - 302 - COSE
plidas, puesto que no traya en alarde más de un gos de Meaux yMonsicur de Roña con la corte,
caballo ó cosser bueno, que le sea recebido el nueve cañones y el tren de artillería dentro ele
alarde. Y eslo en tiempo que nos no tuviéremos la ciudad....» ^Coloma. G.de Flánd. lib. o). De
guerra. Pero que en tiempo de guerra sea teni todo> modos la voz corte, en su vulgar acepción,
do de (raer muía ó haca». Todavía en el si viene, según los etimologistas, de la cohorte ro
glo XVI dice Eguiluz [pág. (¡8) definiendo clcos- mana Asi lo afirma la ley 27. til. 9. Partida 2:
ser: «El principal de los dos caballos muy po «Corte es llamado el lugar do es el Rey e sus
deroso y gallardo que debe tener el hombre de vassallos é sus oficiales con el que le han coti
armas. El otro se llama dobladura». dianamente de consejar e de servir E tomó
CORSERA. Yanguas [Dice, de antig.de Na este nome de una palabra de latín que dicen
varra) lo da como tela, palenque, terreno seña Cohors, en que muestra tanto como ayuntamien
lado para desafio ó combate singular, El Fuero to de compañas »—Por lo demás, corte es
general en efecto dice: «De conibatlmiento de también el filo de las armas, y el lugar donde
fidalgos el en que manera se salva el reptado.— los sastres cortaban por contrata las prendas de
Si Bdalgo alguno hoviere á combatir sobre rep- vestuario. — El coute de cuentas ya no está admi
tamiento de su cuerpo et el cabadlo isiere salie tido en buen gobierno.
re, saltare) fuera de las corseras, débenlo des CORTEJO. De las dos voces latinas corpas.
cender del cabadlo et ponerlo de pie en el cam cuerpo, tei/ere, cubrir, defender. Sinónimo de co
po; et si pusiese el cabadlo fuera de las corseras mitiva, séquito. Cualquiera de eslas tres pala
pie o mano, débenle cortar é tornar al campo» bras es más propia para expresar el acompaña
(Ley 5. tit. 3. cap. 2). miento ceremonioso de un general, que la de
CORTADURA. Rigorosamente, zanja, foso, «brillante y lucido Estado Mayor» frase consa
obstáculo defensivo en un camino ó desemboca grada iior los gacetilleros. Nada tienen que ver
dura, para cortar ó impedir el paso, ó contener con el E. M., los ayudantes, los ordenanzas, la
el acceso, el ataque. Por extensión todo atrin escolta, etc. «Ningún cortejo másvisloso que el
cheramiento ú obra pasajera, y á veces perma de los escuadrones, los cuales son más gratos á
nente, con aquel objeto. la vista cuando eslán más vestidos del horror de
Marte». {Saavedra Fajardo. Empr. 81).
CORTAO ó CORTAGO. (V. Compago) Moret-
ti lo da no sólo como «variedad del ariete», si CORTINA. La parte recta y extensa de mura
no también como catapulta. Una prueba más lla entro baluarte y baluarte. Por analogía, en
de lo indeciso é indclinible de la materia. (V. Ma otros sistemas de fortificación que no son aba
quinas'. luartados, la extensión recta que separa las
obras más importantes y de las cuales recibe
CORTAR el paso, los pasos—el agua—la car aquella protección y flanqueo.—En táctica di
rera—la retaguardia—la retirada—las comuni cen algunos cortina de tiradores, traduciendo el
caciones—las distribuciones—los víveres —un rideau de los franceses.
camino—una tropa—etc. CORVO. En vez de curvo, del latin curvtis,
CORTAR 1 EN DAS. Se llamó asi á la antigua se dice del arma blanca que no es recta.
cruceta de la lanza. COSA militar. Traducción literal del latín
CORTE. Lechuga [¡«i;]. 38, usa esta voz en res militaris, asi como se dice cosa pública de
sentido militar de reunión de ministros de jus res pública, república, de donde también repu-
ticia, tribunal ó Auditoria de Guerra que acom blico, al hombre de Estado. Dice Don Sancho de
pañaba antiguamente al Maestre de Campo Ge Londoño en su Disciplina militar fól. 31 vto.):
neral. Quizó en el siglo XVI comprendía todo lo «Gran contienda hubo entre los antiguos sobre
que hoy entendemos por cuartel general. Ex si la cosa mi'itar procedía más de las fuerzas del
plicando Bartolomé Scarion [Doctr. mil. fól. 107 cuerpo ó de la virtud del ánimo». Pruébese á
vto.j las funciones del furriel general del ejer poDer este periodo en más elegante forma con
cito dice: «Tócale alojar la persona del General nuestra actual palabrería.
y su corle: recibir los cuarteles que le fueren COSELETE. Armadura del cuerpo que se
señalados por el maese de campo general y re compone de gola, peto, espaldar, escarcela,
partirlos á los demás furrieles, ctc.-i «Retiró el brazaletes y celada. (Dicc. Acad. 5). Martínez
campo, y llegado á Meaux, se repartió por sus del Romero filos, del cal. de la II. Arm.) añade:
alojamientos casi á la fin de octubre, la infan «Esto es inexacto. Coselete sale de la palabra
tería y la caballería española se alojó en los bur koseletááe la ínfima grecidad, definiéndola Du
r

COSE — 303 — COSE


caire: «Thoramlus eorpori adstrictus» . Ercilla dos fueron vencidos de los godos y do otras na
en su Araucana (Canto 1.", oct. 21) dice: ciones que usaban armas arrojadizas. Las de
«Tienen fuertes y dobles coseletes nuestro tiempo son más violentas y alcanzan
«Arma común á todos los soldados. de más lejos; pero los coseletes libran á los que
«En este pasaje se habla solamente de la co los traen de muchas heridas, que si no lo trajesen
raza, pues debp saberse que los coseletes se ha matarían luego ó heririan mortalmente.» (LoN-
cían también de cueros dobles ó duplicados. Kn doño. üiscip. mil. fól. I I. 1568). La sinonimia de
tiempo en que la armadura era un traje de guer piquero y coselete se prueba con todo los auto
ra complicado y en que cada una de sus partes res de aquel tiempo que usan indistintamente
tenia un nombre, de los cuales ignoramos al ambas voces, como Eguiluz (fól. 21 vto.) cuando
gunos, se llamaba coselete la parte principal o explica el modo de «hacer centinela» el piquero,
la coraza, el Thoraculus eorpori adstrictus, la ALARARDERO y ARCABUCERO.
cual cubría el pecho y la espalda. Constituía, Es natural, sin embargo, que por economía
como dice un escritor, la verdadera arma de ó por mayor desembarazo, fuese decayendo el
fensiva de la caballería ó gente de armas. Inven uso de las escarcelas y defensa de los Bn vzos,
tada la pólvora é inutilizada esa pesada armazón quedando el peto y espaldar de la moderna co
de hierro de la edad media, quedó únicamente raza, el corsaletto italiano, el corcelet francés,
el coselete, es decir, la coraza, sin esos acceso que según CarrionNisas, «c' est notre cuirasse d'
rios de gola, peto, espaldar, escarcela, etc. que aujourduin. Y tanto es asi, que hasta esta mis
incluye la Academia». ma coraza, es decir, el coselete reducido á su
Respetando la autoridad de Martínez del Ro mayor sencillez no era prenda obligatoria, y de
mero, creemos por nuestra parte que no anda ahí vino para designar al peón que no la lleva-
tan inexacta la Academia en su definición. Debe ha, el nombre muy conocido de Pica seca (V. e.
en primer lugar advertirse que «militarmente» v.) esto es, piquero sin más arma defensiva que
coselete, más bien que el arma defensiva, signi el morrión. Así como en la última guerra de Afri
ficaba el peón, el piquero, el soldado de infante ca hemos visto coraceros «que no llevaban co
ría, cuando ésta, en el siglo XVI, principió á figu raza», veces habría también en que siguiesen
rar como arma táctica. Así se lee en el Abeceda llamándose coseletes los piqueros sin armadura
rio militar de Biuto df. Lemos. (4.° Lisboa. 1631) en el cuerpo.
«Coselete: los piqueros han de llevar un cosele Bernardino de Escalante, en las obligaciones
te bien cumplido de todas las piezas, escarcelas, del sargento, dice: « hacer lista de todos los
brazaletes, manoplas, peto, espaldar, morrión, soldados de su compañía con especificación de
la espada no muy cumplida sino do marca de cuántos coseletes hay y picas secas, qué número
Castilla, etc. «Por consiguiente en 1631, es decir, de arcabuceros con morriones y sin ellos y
más de un siglo después de propagado el arca cuantas alabardas».
buz, tan temible ya en la batalla de Pavía (1525), Permitido es suponer que la pica seca debía
se ve que el coselete bien cumplido se componía ser algo desairada, como todo lo que es incom
de las piezas que indica la Academia, y que to pleto; y lo comprueba el romance de Salvado'-
mando el coselete por soldado, por piquero, to Jacinto Polo de Medina á un licenciado muy
davía entraba como arma defensiva el morrión. flaco, cuando le dice:
También se deduce de Clonard [ffist. org. T. «Licenciado, pica seca,
II), que introduce esta arma sin definirla hácia «hueso que sirves de vayna
1500, que el coselete sencillo era el conjunto de «á un estoque, alma buida,
peto, espaldar, faldón y capacete. Citaremos por «con intención de almarada, etc.
ultimo la autoridad de Londoño. «Para seguridad Por lo demás es difícil precisar bien estas
<le los que lian de estar firmes con las picas en noticias, disponiendo sólo de datos contradicto
los escuadrones, se introdujeron las armas de rios. Por ejemplo Bernardino de Escalante, ya
fensivas, que en nuestro tiempo se dicen cose citado, dice que el alférez ha de andar siempre
letes: de ellos pues, debería ser la mitad de to bien armado de coselete y celada, espada y da
da la compañía, que siendo ella de trescientos ga.... y de alabarda cuando deja la bandera».
soldados, los coseletes fuesen ciento y cincuen [Oblig. del Alférez). Y en las del Capitán» si
ta cumplidos, es á saber: petos, espaldares su compañía fuese de arcabuceros ha de usar
escarcelas, brazales, guarda-brazos, manoplas, (el capitán' el arcabuz, y si piqueros, su pica y
celadas, sin permitirles dejar pieza alguna, que coselete ». Y en otra parte: «En el servicio de
por haberlo permitido los romanos á sus solda guarnición se reprende el vicio «de quitarse
COSE - 304 - GOTA
presto los soldados sus coseletes». Pues bien: tos escarpados y casi á pico los que forman la
Bkrnardino de Mendoza en sus Comentarios (fól. separación de la tierra y del agua, se llaman can
55) cuenta de un soldado que se disculpaba de tiles. Los marinos llaman costa aplacerada á la
su inobediencia á un sargento, pretestando «no playa, y acantilada á la segunda. Costa brava es
haberle conocido por tal, siendo así que era cla en general la que en larga extensión es peñas
ra muestra verle con alabarda y sin coselete.... cosa, sin playa alguna, y en cuyas inmediacio
para juzgar dello el ser oficial» (el sargento en nes no se coge fondo. Las aberturas, entradas,
tonces tenia ese carácter). Y en fin el mismo Es salidas ó festones que el mar forma en las cos
calante, hablando del Sargento dice: «que por tas se llaman, según su tamaño relativo ú otras
la inquietud que le es forzoso excuse armas pe condiciones marineras, golfos, bahías, exsena
sadas, usando de coracina, ó camisa de malla, 6 das, PUERTOS, RADAS, CABOS, PROMONTORIOS, PUNTAS,
cuera de ante y el morrión leve. Solían estos CALAS, CALETAS, ANCONES.
oficiales tener gineta; pero ya los más prácticos COSTADO. Así como en el individuo es cual
las han dejado y usan de alabardas, las cuales quiera de los lados del cuerpo en que oslan las
llevan detrás de sí en los alojamientos para ser costillas, en una tropa formada es el último ó los
conocidos y respetados». últimos hombres por ambos lados. Ala, y anti
En Lechuga [Disc. del maestre de campo guamente cuerno, extienden más el número de
gral. pág. 127 y 140) se ve también que había hombres de cada costado. Asi en un batallón en
coseletes grabados y coseletes blancos y picas batalla los guías generales van á los costados;
secas, es decir, que entre los mismos piqueros, pero las alas las forman la primera y la última
unos llevaban coseletes y otros no. No explica compañía. Lin ejército ya no tiene costados, sino
este autor la diferencia entre los blancos y los alas, que pueden ser divisiones y aun cuerpos
GRABADOS. de ejército. (V. y disting. Flanco).
Tampoco se puede fijar si era la pica o la ala COSTANERO. «Lo que pertenece á la costa
barda el arma ofensiva del peón ó coselete. Men y asi se dice: pueblo costanero, embarcación
doza (Coment. fól. 55) dice: «las alabardas que
costanera». (Dice. Acad.;—«El lado ó costado de
hay en la milicia española con los coseletes de
algun terreno pendiente». (Dice. Acad. Hist.)—
las compañías de arcabuceros, no trayéndola otra «Lo que está en cuesta». (Dice. Acad. 5). Usase
persona que los sargentos sin armas». El texto, como sustantivo en la terminación femenina.
como se ve, es bastante oscuro.
Nos hemos extendido más de lo necesario COSTANILLA. Diminutivo de cuesta. Se
para mostrar lo fatigoso y lo estéril de esta clase aplica en las poblaciones á ciertas calles pen
de investigaciones, y la critica sagaz que debe dientes sin que sean precisamente las que tie
presidir. Por nuestra parte preferimos en mu nen mayor inclinación.
chas ocasiones dejarla cuestión intacta ó incier COSTILLAS. Las dos astillas de madera que
ta, á resolverla echando el montante con auto se ponen en las vainas de cuero de las armas
ridad. Dentro de tres siglos, quien vea las mo blancas para que no se doblen cuando está fuera
nedas, los retratos de Carlos IV, podrá decir que la hoja.
el coselete cumplido se usaba entrado ya el
COSTOSO ó CARO. Se dice de un empeño,
siglo XIX. combate ó victoria, en que se han sufrido perdi
COSER á puñaladas, á bayonetazos. Expre das ó bajas desproporcionadas.
sión metafórica y ponderativa para indicar lo
numeroso y violento de los golpes. COTA. Importa la distinción entre cota de
COSMOGONÍA. Delasdos voces griegas cos malla y cola de armas, que suelen confundirse.
mos universo, y gonos origen. La ciencia que La primera es un arma defensiva: y la segunda
trata de la formación del universo. un vestido que se ponia sobre aquella, y en ge
neral sobre la antigua armadura de hierro. La
COSMOGRAFÍA. Del griego cosmos y gra- cota de malla ó DEMALi.Asera, en toda su latitud,
phos. Descripción del mundo. (V. Topografía). la Loriga (V. c. v.) el Camisol, Camisote, etc., por
COSMOLOGÍA. De cosmos y logos. Ciencia lo cual no entraremos en detalles. A principios
de las leyes naturales por las cuales se gobierna del siglo XVI la malla se abandonó por las arma
el mundo físico. duras completas de láminas enteras de hierro
COSTA. La extensión de tierra situada á la balido.
orilla del mar. Cuando la costa se termina en La cota de armas, esto es, la vestidura que
pendiente suave se llama plata; cuando son al cubría l\s armas, ha sufrido desde los germanos,
r

GOTA — 305 — GREP


galos, y francos todos los caprichos do la moda. cutea, de la palabra latina cutis, cuero. Las pri
Unas veces capa con broche, otras camisa, otras meras armas defensivas con que armaron los
túnica, otras en fin dalmática, ha variado fre hombres el cuerpo fueron de pieles de animales
cuentemente. En los últimos tiempos la cota como leones, osos, bueyes, búfalos y sobre sus
blasonada, en forma de dalmática, constituyó el cabezas encajaban las de estas fieras para pare
distintivo de los reyes de armas y continúa hoy cer ellos más fieros: después para que fuesen
siendo la de los maceros del Congreso, Ayunta más fuertes y ajustasen al cuerpo, hicieron del
mientos, etc. Para mayor ilustración siguen va cuero correas y añudando unas con otras halla
rios párrafos textuales de Clonard, tanto de su ron el segundo género de cotas (V. Coraza) y és
flist. org. como del Disc. sobre el traje esp. tas se llamaron loricas ó loris por estar tejidas
«La cota de malla estaba también construida de correas. Las más finas son las que antigua
con engastes de acero y puede creerse ó que re mente se labraban en Argel y por eso se llama
emplazó al alpartaz, ó que protegía éste, pues ban jacerinas.— En los planos topográficos se
cubria las mismas parles del cuerpo del caba llama cota IV. Dibljo, Topografía) la cifra ógua-
llero. Su uso se hizo general en las guerras di rismo que indica la altura de un punto sobre el
násticas de Don Pedro y Don Enrique, según se plano de nivel y en general sobre el nivel del
ve de datos fidedignos de aquel tiempo (Crón. mar. Cuando tiene este dato de relieve, el plano
abrev. del Rey D. Pedro, del año 1366. cap. i) se dice acotado. ¡V. y disting. e. v.).
y Don Juan l al prescribir \ los caballeros la cOTO. El hito ó mojón que señala la división
conservación de sus armas, previno que éstas de términos ó heredades.—El terreno acotado.
fueran de cota». [Crón. D. Juan I. cap. I i, página La jurisdicción de señorío que pertenece á al
133, año de 1383). gún particular en un coto ó teritorio, poblado.
«Las cotas de malla se llamaban también Con esta denominación se conocen algunas ju
jacerinas [Historia de Murcia, discurso 2, capi risdicciones en Astúrias, Galicia y Portugal.—
tulo 13, pág. 177, Cortes de Valladolid) cuando También se llama coto el terreno privativo de
su temple y estructura era muy esmerado. Die dominio en particular en virtud de uso ó privi
go de Torres en la historia de los Jerifes, cap. 49, legio especial. Viene de la voz cantum de la ba
consigna las siguientes palabras: «Estaba el ti ja latinidad.—Coto carnicero es el terreno ó dehe
rano asentado debajo del pabellón y tenia una sa destinada al pasto de los ganados para el sur
cota de malla jacerina debajo de una marlota»: timiento de la carnicería de un pueblo. (Diccio
un historiador ingenioso sostiene que esta de nario Acad. HlST.j.
nominación de jacerinas está derivada de Argel, COZ. Lo mismo que culata, segun Dice. Acad.
por ser en esta ciudad donde se construían las En el dia sólo se llama asi la de la pistola.
mejores y más apreciadas. Por último también
se daba á la cola de malla el nombre de go- CKAXEQLTN. Derivado del alemán h'ranich.
min.... Inútil para la defensa, destinada sólo á Aparato semejante en pequeño al cric usado en
satisfacer la vanidad del guerrero, la cola de los talleres para levantar grandes pesos. Los ba
armas estaba primorosamente adornada con los llesteros lo llevaban en la cintura para armar,
signos heráldicos, y enriquecida con oro y plata 1 tender ó bregar el arco acerado de su ballesta.
y aun pedrería. Su forma era idéntica á la de CRANEQUINERO. Dice Moretti que era
una dalmática diagonal». «soldado borgoñon que servia á pié y á caballo-
«Bajo el nombre genérico de cota conocemos su arma era una ballesta ligera que empezó por
en el siglo XIV además de la sobre-señal ó so- ser de madera fuerte, luego de cuerno y final
bre-vesta el jaque ójaqueta, jornea, falso-peto, mente de hierro».
gálato, y camisa. El uso de la cota de armas con CUATES. Nombre latino del zahzo (Y. e. v.)
las variantes de jaque-peto, jaco, jaqueta y ja Por extensión mantelete, apáralo cubridor he
quetón se introdujo á principios del reinado de cho de ramaje: variedad de la vínea, del plúteo.
Don Juan II de Castilla. Su hechura era una ca CUEACION. Levantamiento, formación, or
misa corta y no muy ancha, con mangas cortas,
ganización de un cuerpo ó tropa.
que se ponía sobre la armadura, su etimología
parece del árabe schaka que significa cubrirse CUECIDA. Lo mismo que avenida. El au-
de armas y de ahi el de schakika». mentó de agua que toman los rios y arroyos
Dice Covarrubias en su Tesoro: «Cota, una por copiosas lluvias ó por el derretimiento de
cierta armadura del cuerpo que resiste á los las nieves.
golpes y punta de la espada. Dijose cota, guasi CUEPANTE. Del latin crepare, reventar.
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GRES — 306 — GRIT
Nombre de una de las infinita* piezas ó varieda media imitahan simples cordones: pero en los
des de bocas de fuego de la antigua artillería. yelmos deprecio tenia figuras caprichosas ó fan
Tenia 10 pies de longitud y calzaba bala de a 24. tásticas de dragón, de chimera (quimera) y en
tonces se llamaba cimera. Crestón es el aumenta
CRESPO. Del latín crispw. Adjetivo extraño, tivo, como se lee en Ercilla [A raucana. Cant. 31].
pero expresivo y pintoresco, que usa Don Ber- «Y un dragón escamoso relevado
nardino de Mendoza [Coinent. fol. 81. vto.) al des
«sobre el alto crestón de la celada.
cribir la masa de toda la infantería española del
duque de Alba en los Países Bajos, en las céle CRESTADO. Se decia del antiguo yelmo ó ce
bres y hábiles maniobras contra el príncipe de lada con cresta (V. e. Y.)
Orange, en octubre de 1368. «Este escuadrón CRESTERÍA. En la antigua fortificación lo
estaba el más florido y crespo por los muchos mismo que almenaje (i coronamiento ¡V. e. v.j El
coseletes (V. e. v.) que jamás creo yo, se ha conjunto de obrasde defensa superiores (V. Bu
visto de la misma nación en ninguna parte, y harda ).
con tan buena orden formado que aún con la CRESTON'. Aumentativo de cresta (V. e. v.)
vista no se bailaba en él lugar para entrarle ó en el yelmo.
acometerle». CRIC ó GATO. Máquina muy sencilla y co
CRESPON. Se cita esta tela por el uso mili nocida para levantar pesos con facilidad, que
tar que tiene en los lutos y ceremonias fúne usa la artillería, especia Imentc para suspen
bres. El crespón negro cubre las randeras, y- der los ejes do los carruajes y sacar las ruedas
unas veces la oficialidad ha llevado randa, otras VV. Cabrieta, Escaleta:.—Cric ó cris es también
lazo atado al brazo en el lulo por el monarca. nombre oriental de un arma de forma varia, y
CRESTA. Del latín crista. En general se sue de la especie del puñal ó kandjiar . Ordinaria
le llamar asi la cima ó cumbre de las montañas mente tiene dientes ú ondas y está enherbolada
elevadas, formada de peñascos puntiagudos que y emponzoñada.
pueden imitar efectivamente la figura de una CRIN Ó CRINES. Las cerdas del caballo.
cresta. En Asturias éstas crestas se llaman mu CHISASPIDES. Alejandro de Mackdoma,
rías. (Dice. Acad.5.) (Dicc.Acad. Hist.).— En for después de sus victorias sobre los persas, formó
tificación, cresta DEL PARAPETO CS la LÍNEA DE FUE un cuerpo de preferencia, cuyos soldados lleva
GO, la magistral, la determinada por la inter ban el escudo de oro ó dorado, y á los que llamó
sección del TALUD INTERIOR COI) el DECLIVIO SUPE CRiSAspiDF.s, como á los que lo llevaban de plata
RIOR o plano de fuego, aquella en que el soldado argiraspides. En la milicia romana se imitaron
se apoya para hacerlo.— En topografía militar y luego estas denominaciones, especialmente por
en táctica se llama cresta la linea marcada que Alejandro Severo. La palabra se compone de las
generalmente ofrecen las colinas y alturas en la dos griegas chruxos, oro y aspis, escudo.
unión de su cumbre, cima o meseta con su falda
ó pendiente. En el ataque y defensa esa linea es CRITICA. Esla voz tiene su acepción más
de importancia y decisiva, poique en salvándo usual referente á obras de literatura y arles
la el que ataca puede considerarse dueño de la pero el Dice, de la Acad. da también: «El arte ó
posición. La más conveniente colocación de las facultad de juzgar rectamente». —«Juicio que se
tropas que defienden una altura es detrás y bas hace de las cosas fundado en las reglas del arte
y del buen gusto». La 1.a edic. daba con más
tante cerca de la cresta militar. El defensor des
cubre la cabeza mientras enrasa con sus fuegos generalidad: «La facultad de hacer juicio y exá-
la pendiente y está en disposición de replegarse mcii riguroso de escritos, obras y sugetos». En
ó de bajar persiguiendo al que vacile al subir. ambos sentidos la crítica puede y debe ejercer
Las tropas inglesas, tan aptas por su sangre fría se con provecho personal del individuo y gene
para este genero de combate, castigaron cruel ral de la profesión militar. En ella, quizá más
mente el ímpetu trances en varias jornadas es que en otra alguna, conviene «juzgar rectamen
pecialmente en Talavera y ramplona. —En los te» porque en ella los desaciertos se pagan muy
antiguos yelmos y celadas era la doble lámina de caros; en ella el juicio ha de fundarse en las «re"
hierro más ó ménos alta que atravesaba la cima glas del arte» so pena de incurrir en inmensa
ó parte superior. Alta por el medio y disminu responsabilidad. La crítica, en esta buena acep
yendo hácia delante y hacia atrás, servia, tanto ción, no está reñida con el dogma de la subordi
para debilitar el golpe, como para guiar la visera nación y de la obediencia pasiva. La crítica, sino
cuando esta se alzaba. Algunas crestas en la edad supone siempre sarer, prescribe á lo ménos es
GRIT - 307 - CRON
tudio, meditación, deseo de profundizar. En la importancia capital que una batalla tenga lugar
profesión militar, donde lodo ha do ser práctico, en un dia ó en otro, sino porque, eslabonán
grave, sesudo, no caben Zoilos ni Aristarcos, ni dose los hechos, puede cambiar una serie de és
gusto, ni escuelas, ni rivalidades, ni sectas, ni tos por la dislocación de uno solo. Si se pusiese,
preocupaciones. En poesía puede haber Góngo- por ejemplo, la batalla de Bailen ántes del Dos
ras y en arquitectura Cburrigueras: en la guerr- de Mayo, esta última fecha perdería todo su es
ra no puede haber mas que Alejandro ó Dario, plendor histórico, y ol alzamiento memorable
Napoleón ó Mack. Lo verdadero, lo bello en la de España toda su temeraria iniciativa. Los cro
milicia nunca es transitorio, ni convencional. Po nologistas no concuerdan en la fecha de la bata
dran variar los medios, pero el tipo de la gloria lla de Covadonga; y aunque ya se va precisando
militar es eterno, inmutable. Pasarán de moda la de la invasión árabe, reina todavía impenetra
la trajedia clásica ó la pintura mitológica; pero ble oscuridad sobre aquel tan critico periodo de
cada dia parece que se refrescan los laureles de nuestra vida nacional.
Pavía y San Quintin. Examinar como se alcan La asimilación frecuente de las grandes épo
zaron; distinguir los tiempos,- encaminar bien el cas y períodos militares á la cronología civil es
estudio; fundar el juicio eirlas reulas del arte; un fácil alarde de erudición que embrolla la
ponerse en aptitud de renovarlos es á lo que de historia del arte militar. El gran jalón cronoló
be reducirse la crítica militar. Este pobre libro gico, el nacimiento de Jesucristo, por ejemplo,
que en su humilde esfera pretendo ser crítico, ningún eslabón militar constituye por sí. El ar
no sale del modesto círculo de las palabras, y te no tiene, en rigor, más que dos grandes eras,
tiene la seguridad en su inmenso volumen de no muy desiguales en extensión: la antigua que
encerrar un solo desliz voluntario, ni la más comprende todo el tiempo en que no se usó la
remota alusión personal. pólvora, y la moderna, que solamente abraza los
CRITOGRAFÍA. Nombre derivado de dos tres últimos siglos y el nuestro. En la antigua,
raices griegas que quiere decir escribir de una la división en épocas y períodos siempre ha de
manera secreta, esto es, en cifra (V. e. v.) pecar por arbitraria y convencional. Verdade
.CRONICA. En rigor es la historia ó narra ramente no se alcanza la distinción en materia
ción seca y descarnada, según el orden sucesivo de guerra, que se ve en algunos libros, entre el
de los tiempos (chronos en griego); pero en el primer periodo de la primera época de la pri
dia tiene más extenso significado, abrazando la mera era, que comprende desde la creación del
historia detallada de un país, de una época, de mundo hasta Moisés, y el primer periodo de la
un hombre, escrita por testigo ocular ó contem primera época do la segunda era (llamando asi
poráneo. Todos los cuerpos deberían tener su á la cristiana) que abraza desde üuadalete has
cronista que remitiese al Ministerio de la Guer ta la fundación del reino de León. Esto es un
ra una relación histórica, anual, muy sumaria, mero lujo de clasificación que embrolla en vez
de la cual podría extractarse un breve resumen de aclarar; y el empeño de hacer los períodos
de conjunto, quedando los originales en el ar «iguales y equilibrados» con sendos «corchetes
chivo á disposición del que quisiera consultar de imprenta» induce á creerlo de igual «peso»
los. (Y. Hist. militar). histórico y á prestarles también equilibrada aten
CRONOLOGIA. De dos palabras griegas chro ción. Es evidente que para la parte moral y fi
nos, logos que significan conocimiento del tiempo losófica de la guerra, conviene mucho el estu
les decir, de sus principales épocas y periodos, y dio de la edad antigua; mas para la parte técnica
también el resultado de este estudio expuesto en del arte, lo que importa es la edad moderna, y
sistema. La cronología es la lumbrera de la his dentro de esta ciertos períodos notables, como el
toria, y aunque no la ilustre en su objeto filosó siglo y medio de nuestras guerras en Flándes y
fico, hace claro y fácil el encadenamiento de los en Italia; la guerra de la Independencia, que con
hechos. La incorrección de las fechas da lugar á seis años marca una gran transformación mili
graves disputas y errores históricos, y aun tar, y la guerra civil que, con otros siete, la com
cuando la fecha sea correcta, hay que acudir al pleta y consolida. Los militares no tenemos gran
computo moderno, que en el dia han facilitado criterio histórico, y lo prueban libros muy re
notablemente las investigaciones de los eruditos. cientes que se ahogan y extravian en detalles,
Las fechas de las batallas, de los tratados y en sin mencionar hechos culminantes, productores
general de los nudos histórico-militares deben de grandes series. La historia militar de España
sentarse con nimia proligidad: no porque sea de está por hacer: y para ella, después de trazado
CRUG - «o» - GUAD
un buen plan, el primer andamio ha de ser una CRUZAR. Poner ceremoniosamente una con
exacta ydepurada cronología. decoración, remedando el añejo ritual.—Atrave
sar un camino, un campo.—Acumular fuegos
CRUCETA. Instrumento que usan los arti- \ sobre un punto.—Como los franceses dicen
lleros para examinar si el anima de los CANONES croiser ta bainnnette, por calarla, no fallan Ira.
es cilindrica. Se compone de dos estrellas ó cir ductores que á esto último llamen cruzarla-
cuios sostenidos por cuatro radios en cuyo cen En todo caso, la bayoneta y la espada se chuzan
tro tienen un agujero pira adaptarles á rosca un cuando «tocan materialmente» á las del ene
asta; uno de dichos circuios es del diámetro
migo.
justo de la pieza que se mide, y el otro de tres ¡
puntos menos; si este, que está situado al extre CUADRA. En el siglo XVII esta voz signifi
mo, entra libremente hasta el fondo del anima, caba habitación cuadrada y espaciosa, lo que
y el otro no pasa de la boca, se considera la pieza hoy decimos «cuarto» de una casa ó vivienda.
bien calibrada.—También se llama así la pieza Por eso no debe extrañar que la Ordenanza vi
de bronce que se acomoda al estrecho de la ma- gente de 1768, mientras llama caballeriza á lo
zarota, cuando se ha de cortar, y tiene cuatro que hoy se dice cuadra, como habitación del
pies derechas en sus ángulos paia sujetarlo con caballo, llame constantemente cuadra á la saín
curtas y un agujero en el centro, donde entrad ó dormitorio de la tropa. «En cada cuadra del
espigón firme en un cabezal.—También es cru cuartel habrá nombrado un cuartelero, y si en
ceta la cinta recortada de hoja de lata, que, sol una misma hubiere más de una compañía cada
dada en forma de cruz, sirve para exsalerar ba una tendrá el suyo..» {Art. 20. tit. I. tratado V
las y granadas. —La moharra de la lanza de ca «Vigilará sobre que los soldados de guardia de
ballería llevó en algún tiempo una cuchilla caballeriza distribuyan la paja con equidad á los
atravesada llamada cruceta, y también corta- caballos. Art. 9. tit, 8).
riendas, que luego se suprimió por no cortar CUADRANTE. En geometría la cuarta par
nada en la práctica. te del círculo.—El reló de sol.
CRUDEZA. (Rigor ó aspereza. —Valentía y CUADRARSE. Tomar individualmente la
guapeza afectada». (Dice. Acad. o). posición que se enseña al recluta en la fila sc-
CRUENTO. En latin cruentos. Sinónimo, al gun el reglamento táctico.—En sentido familiar
go enfático, de sangriento. Cruel, crudo, en y metafórico, negarse, oponerse, discutir el in
crudecer, encruelecer, etc.. vienen scg. Moni.au ferior con el superior: y también, á la inversa,
del latin crúor, voz que con igual forma se usó tomar este respecto de aquel en conversación
antiguamente en castellano con la significación ordinaria aire y tono de superioridad y altivez.
de sangre derramada. El sanguis latino es la CUADRETE. Especie de estandarte, según
sangre que mantiene la vida, la sangre que cir Egiiili'z.
cula: crttor es la sangre cuajada, la que se der CUADRIELLO ó CUADRILLO. Del latin,
rama, la que sale de una herida. quadrellus, quarellus, quadrilus. Dardo grande,
CRUZ. En general condecoración, aunque no proyectil antiguo, que tomó este nombre de su
tenga precisamente esa forma.—Cruz de la es sección cuadrangular, en vez de ser un tronco
pada es el pi ño, de cualquier hechura.—Cruz de redondo ó rollizo.— «Tales ballestas tenían estos
las correas la que formaban sobre el pecho las moros los de Sevilla contra San Fernando] que
antiguas fornituras (V. Correaje'. á muy grande trecho facien grand golpe, ó mu
chos golpes ovinios visto de los cuadriellos, que.
CRUZADA. Una de las trece ó catorce expe los moros tiraban, que pasaban el caballero ar
diciones que los cristianos de la edad media hi mado, é salien del é ívanse perder, é escondían
cieron contra los infieles para recuperar la Tier se todos so tierra, tan recios vienen». (Crón.
ra Santa. Por extensión ó metáfora, la coalición, gen. de Esp. fól. 416 vto.)
la acumulación exhorbitantc de hombres ó ejér
citos. CUADRIGA. Tiro de cuatro caballos de fren
CRUZADO. Como sustantivo, PR el caballero te, usado en los carros (Y. e. v.) de la antigüe
ó soldado que se alistaba en las cruzadas, que dad (V. Biga).
tomaba por distintivo la cruz. Hoy es el que lle CUADRILONGO. Voz técnica de CABALLERIA.
va cruz, sin irá cruzada alguna.—Como adjeti Alguna vez sinónimo de picadero. En general
vo, se dice del fuego que se hace simultáneo, el rectángulo ó espacio rectangular, como se lla
en direcciones convergentes. ma en geometría, destinado á la instrucción
CUAD — 300 — CUAD
ecuestre de los reclutas. (V. y eomp. Rectán que no figuran en el cuadro particular de cada
gulo). compañía, entonces se dice plana mayor: sin que
CUADRILLA. Sección ó subdivisión táctica por oposición so llame, como antiguamente pla
y orgánica que á fines del siglo XV se hacia de na menor, al cuadro de la compañía. Al reunirse
la batalla, es decir, de un batallón ó cuerpo. dos batallones en regimiento sigue la denomina
Venia á ser como una escuadra, y el cuadrillero ción de Plana mayor: pero desde que se reúnen
el cabo.—Esta misma subdivisión adoptó en su dos regimientos en brigada, el cuadro, ó reunión
primera organización permanente la Santa Her de jefes y oficiales sueltos sin puesto en los ba
mandad.—«Otrossi: que cada uno de los dichos tallones ó regimientos toma el nombre de Esta
cuadrilleros, ó cabos de escuadra, ronden sobre do mavor, que, no por ser moderno, parece el
las velas (centinelas) todos los cuartos que les más adecuado. Dejando á la voz genérica cuadro
cupiere velar....» Oril. de Hernán Cortés 1520). toda su extensión, es positivo que la buena or
ganización, constitución y composición de un ejér
CUADRILLERO. En la edad media era el cito depende la de sus cuadros; sin que deba
repartidor del botín hecho en una incursión ó darse á este principio una latitud absoluta, que
cavalcada (V. c. v.) «Manda el Emperador a to conduzca al error de «suprimir el soldado raso»
dos los cavalgadores de á cavallo et de pié, que en tiempo de paz. El principio es recíproco: los
en las cavalgadas que fizieren, que fagan qua- buenos cuadros contituyen buenas tropas; pero
drelleros et que los fagan jurar por los sánelos á su vez las buenas tropas alimentan los buenos
quatro evangelios que ellos que partirán bien et cuadros; sin buenos soldados mal se podrán ha
lealment las cavalgadas, et que den á cada uno cer buenos cabos de escuadra, y desde esta pri
su parte tan bien al menor como al mayor, etc.» mera y humilde graduación debe atenderse á la
Fuero sobre el fecho de las Cavalgadas. tit. 7). bondad del cuadro. Esta voz toma acepciones
«Otros oficiales hi ha que llaman quadrilleros, más concretas, que no necesitan explicación,
et estos han de ser tomados faciendo quatro par con varios adjetivos como: cuadro activo—de
tes de la hueste ó cavalgada, et escogiendo de ascenso,—de elección,—de reemplazo,—de re
cada quarto un home bueno que sea tal que serva,—efectivo,—eventual,—facultativo,—fijo,
sepa temerá Dios, et haber en sí vergüenza.... pasivo,—práctico,—veterano. Y también tiene
—Et por esto son llamados quadrilleros, porque sus verbos: agregar al cuadro, aumentar el—
cada uno dellos han de saber las Derechas que borrar del—embeberen él—ensanchar el, etc. La
cayeron en los de su quadrilla». {Ley. 12. tit. frase quedar ó dejar encuadro indica supresión
27. Partida 11). (V. Cuadrilla). de un gran número de individuos en la agrupa
CUADRIVIO. En latin quadrivium. El pa- ción orgánica, ya por reforma administrativa 6,
rage ó encrucijada donde concurren cuatro sen lo que es más admitido, por efecto de la guer
das ó caminos (Dice. Acad. I y 5).—Dice. Terre ra .—Cuadro táctico es el quadratum agmen de
ros da cuadrivio ó cuadrivial. los antiguos, el orden fundamental y eterno, la
disposición defensiva de una tropa de infantería
CUADRIYUGO. Lo mismo que cuadriga. acosada en llanura por caballería. Sea esta de
CUADRO. Del latin quadrum, quadratum. Escitas, Parthos, Arabes ó Mamelucos, el instin
Tiene tros acepciones: una orcánica, otra tácti to de toda infantrría es abandonar lo más pron
ca, y otra, que no sabemos si llamar fúnebre, to posible el orden extenso por el profundo, y
porque es la disposición cuadrilátera que toman hacer este mismo más cerrado, más sólido, más
las tropas ó los piquetes de los cuerpos para denso, más compacto, proporcionándose frente,
presenciar la ejecución de una sentencia de es decir, acción ó fuego por todos lados. La cir
muerte. —Cuadro orgánico, agregativo, adminis cunstancia de ser cuatro los frentes de esta dis
trativo, constitutivo, es en general la reunión posición, en todos los reglamentos le ha dado el
de todos los hombres que en la milicia tienen nombre de cuadro. La táctica moderna ha bus
MANDO Ó GERARQI ÍA, desde el CABO al GFNIRAL, CS cado la perfección por el verdadero camino de
decir, todo el ejército descontando el soldado ra la simplicidad y de la rapidez: el cuadro actual
so. Mas, por singularidades del lenguaje, si bien reglamentario no admite ya mejora. Este órden
puede decirse cuadro de una compañía la reunión de formación, hoy accidental, fué antiguamen
de sus oficiales, sargentos y cabos, y de un ba te habitual. Sintagma, tortuga, plinthion, entre
tallón la de sus jefes con los cuadros de todas los griegos; muro, cerca, corral en nuestra edad
sus compañías constitutivas: cuando se quiere es media, vino á constituir en los siglos XVI y XVII
pecificar las clases del cuadro de este batallón el «escuadrón», al que los tácticos geómetras so-
CUAN — 3io — GUAR
metieron á múltiples torturas y sutilezas, como marcha de viaje, bien se ve que bastaba con el
puede verse en la historia de la táctica. La in simple sistema de alojamiento, no muy agrada
fantería española de Flándes, tan célebre por su ble, según las noticias contemporáneas, á los
consistencia contra caballería impetuosa, ha pueblos de tránsito más favorecidos. La necesi
dejado en la historia tres nombres tristes en dad, pues, del cuartel moderno no se hizo sentir
el siglo XVII, Rocroi, Lcnsy Fleurus. Entonces en rigor hasta después de la guerra de ¡sucesión,
como ahora, si la artillería acompaña ¡i la ca en que la España militar se replegó en si misma,
ballería, la infantería será literalmente hecha teniendo que albergar sus propias tropas, ya
pedazos. más crecidas en número por las ideas políticas
ó de gobierno que empezaron á dominar. La mis
CUANTIA, CUANTIOSO. [V. Caballero.) ma Francia, de quien las tomamos y que nos
CUARTA. En la táctica antigua la cuarta llevaba en ellas medio siglo de antelación, no
parte de la compañía, la mitad de la mitad. Hoy había provisto á las necesidades de la moderna
se ha convertido en escuadra. guarnición y acuartelamiento. Cuajadas de for
CUARTAGO. Rocin de mediano cuerpo. talezas sus fronteras, en ellas encontraban aco
modo los pequeños ejércitos de Enrique IV ó Luis
CUARTEL. Debe ser antigua la idea dr divi XIII, reformados es decir, muy reducidos siem
dir toda población en cuatro porciones, barrios pre á la terminación de una guerra. El segundo
ó distritos, correspondientes á los cuatro pintos monarca citado erigió sólo en París veinte con
cardinales del horizonte; y antigua, por consi ventos de frailes y cuarenta y nueve de monjas,
guiente, la voz cuartel, cuarto, cuarta parte, en sin que se le ocurriese la conveniencia ó nece
el sentido civil, que hoy conserva, de distrito ó sidad de un cuartel. Lo mencionamos para con
demarcación urbana. suelo y demostración de que no Íbamos entonces
Entre las varias acepciones militares, la pre solos por aquel camino, que hoy nos parece tan
ferente hoy de edificio destinado especialmente extraviado. Al aumentar Luis XIV su fausto, sus
á vivienda de las tropas en guarnición, quizá es guerras, sus ejércitos, sus tropas de Casa Real,
la más moderna, puesto que no va más allá del «permanentes en la corte», se empezó á pensar
siglo pasado. Entre el numero fabuloso de con en acuartelamiento sistemático; pero consta que
ventos construidos en el siglo XVII nadie se acor mientras los caballos, los perros y los halcones
dó de construir un cuartel, tal como ahora lo tenían en Versalles habitación régia, las Guar
entendemos: y como por una fatal expiación en dias Francesas no tenían donde cobijarse en los
el siglo XIX muchos conventos han venido á arrabales de Pars 'R. Decr. de 3 diebre. 1691)
ser cuarteles. Esto, que hoy llamamos olvido, y en cuanto á las tropas de línea se acomodaban
no lo era, sino condición lógica y social de aque como podían en las fortalezas, campando, sino
llos tiempos. Baste recordar que por entonces cabían, en barracas á lo largo de los adarves ó
era todavía imperfecta, por lo innecesaria, la de los fosos. Hácia 1716 la necesidad apremiaba;
idea del ejército permanente actual: la tropa se y algunas disposiciones para alquilar «casas par
destinaba á la guerra exclusivamente, y no se ticulares» son el modesto arranque de ese acuar
comprendía la idea de la moderna guarnición telamiento, cómodo, sano, espléndido, lujoso ya
en población abierta. Por eso los primeros con que nos admiran nuestros vecinos y que
edificios destinados á vivienda, ó habitación mi hoy acusa, más bien que indigencia absoluta en
litar fueron dependientes ó formaron parte inte España, el empleo desacertado de nuestros es
grante de la fortificación. casos recursos. En ambos paises durante el si
Durante dos siglos la vida militar de España glo XV 11 1 la mayor parte de los cuarteles fue
estuvo esparcida por todo el orbe, singularmen ron levantados á expensas de los pueblos, tanto
te en sus estados de Flándes y de Italia, tan ale para librarse del incómodo alojamiento, como
jados de la metrópoli. Esta, pues, desempeña para atraer consumo y riqueza. El atraso en este
ba el papel de officina gentium, que los viejos ramo era á la sazón general. Prusia, tan militar,
autores atribuyen al Norte en la invasión de los no habia avanzado mucho con Federico; y los
bárbaros. Se limitaba «á producir hombres» y cuarteles austríacos, más bien que á María Te
no con abundancia, do los cuales unos se iban á resa, se deben á José II, como en España á Car
los conventos, y otros, al oir el tambor de en los III. Estos edificios, sin obedecer á regla ni
ganche que un capitán ó alférez iba haciendo plan, no merecen nombre de cuarteles, pero
sonar, lomaban el camino del puerto de embar justo es confesar que los hubo entre ellos vistos
que más próximo. Para esta primera y ultima y aun notables. Hoy, con el tino que en ciertas
GUAR — 341 — GUAR
cosas nos caracteriza, los hemos dejado arruinar rante sus rigores la campaña, ó por lo ménos to
y sobre las ruinas nos lamentamos, queriendo da operación activa. En aquellos buenos tiempos
sin duda volver á pegarlas con yeso, siempre no gustaban los extremos y también se tomaban
oque no cueste dinero». Porque realmente cuarteles de verano. «En pa ís muy ard iente sue"
es jocoso, sino fuera lamentable, esto que pasa Ion retirarse las tropas á cuarteles de refresco
en España, de aceptar un principio y rebelarse por los meses de julio y agosto». (Santa Cruz.
contra sus más lógicas consecuencias. Se acepta, Hcflex. mil. lib. 17 cap. 'ó).
se resuelve la creación de un servicio, y anual En los tiempos ep que, como se ha visto, so
mente se protesta con ademan compungido con llamaba cuarteles á los campos, cantones, y tro
tra la dilapidación y la concursion, sin que en zos de un ejército, convenia perfectamente el
en el fondo haya ni sombra de tales delitos, si adjetivo general al que ocupaba el general en
no el gasto irremediable y por lo regular cre jefe, con su plana mavor y las tropas especiales
ciente de instauración, creación y entreteni de su escolta. Por eso dice bien la Ordenanza en
miento. Se creyó necesario un nuevo cuartel en su art. 15, til. 4, trat. 7: «Para la seguridad y
Madrid y no hay dia que la prensa de oposición quietud del cuartel general mantendrá en él es
no llore los millones «tirados» y el progreso del te cuerpo (la escolta! una guardia principal,
militarismo. (V. Molicie;. En este país lodo lo compuesta de la fuerza que en la órden general
queremos gratis, y con la condición de no dar se señalare, para observar lasque se dieren con
siquiera las gracias. Si queremos volver á los ducentes al buen gobierno del cuartel». De modo
tiempos en que el Conde de Aranda levantaba que cuartel general era «el lugar ocupado» por
«de su bolsillo» por decoro de su regimiento, el la plana mavor general, seg. el art. 1 . til. 2. tra
cuartel que llevó su nombre, y en cuyo lugar tado 7. Luego se han ido confundiendo estas dos
se ha construido el Tribunal de Cuentas, fácil ideas tan distintas, como que la una es de cosa
es, dando á cualquier coronel, aunque no sea y la otra de personas, y casi son sinónimos
conde, las rentas propias y el cúmulo increíble cuartel general, estado mayor general y PLANA
de sueldos, gajes y emolumentos que ancha mayor general. La i ni propiedad es evidente. Ad
mente disfrutó el de Aranda. mitido cuartel general, natural es llamar cuar
Desde 1844, en que empezamos por decirlo tel real al que sigue á la persona del monarca,
asi á respirar, hábiles ingenieros han hecho in cuando este entra en campaña á la cabeza de su
teresantes estudios sobre acuartelamiento: un ejército.—Todavía tuvo esta palabra otra acep
álbum ó atlas completo se litografió y circuló. ción, singular por cierto. En el bando que Feli
Pero ¿de qué sirve'' Los ingenieros, cuando los pe 11 dió al ejército de invasión de Portugal, en
acusan, podían responder como aquel goberna 15 junio I-Í80, decia el art. 13: «<Jue todas las
dor de plaza que, reprendido por no haber he mujeres que estuvieren y residieren en este
cho una salva, daba numerosos descargos: el ejército y no fueren casadas ni hicieren vida
primero, que no tenia pólvora. El acuartelamien con sus maridos, vayan y residan en los cuarte
to no es sólo cuestión de deber nacional, de hi les públicos que se les señalaren, sin que salgan
giene, de justa comodidad, de arquitectura, es de ellos, so pena de doscientos azotes á la que
cuestión hasta de disciplina. Va que siempre te contraviniere y sea desbalijaday desterrada del
nemos en la boca á la «civil Inglaterra», bien ejercito».—La situación en cuartel ó de cuartel
podíamos imitarla en el lujo con que traía y alo de los generales y brigadieres quizá provenga de
ja á sus soldados desde los tiempos de Pitt. no oslar en campaña ó en operaciones, y por con
Mucho ántes de que cuartel tuviese la sig siguiente con mando y sueldo á el correspon
nificación principal que acabamos de exponer, diente. —La frase dar cuartel, para expresar que
era voz técnica en la milicia, en sentido de es se respeta la vida de los prisioneros, no tiene co
tancia (V. e. v.) de cuerpo táctico establecido nexión visible con el sustantivo.
en posición, de trozo divisionario de un ejército. .
«El principe do Parma, después de haberse ren CUARTELERO. El soldado que cuida del
dido Grave, paso con su ejército á sitiar á Ven- dormitorio ó cuadra de la compañía. «En cada
loo. Y habiendo repartido los cuarteles con gran cuadra del cuartel habrá un cuartelero.... (Ord.
diligencia, cerró todos los pasos por donde pu gral. art. 20, tít. 1, trat. 2).
diese entrar socorro á los cercados». ¡Carnero. CUARTELILLO. Diminutivo, ó mejor dicho,
Gwrr. de Fldnd. lib. 8 cap. 4). despreciativo de cuartel. No es precisamente
En el mismo sentido se usaba la frase tomar cuartel pequeño, sino cuartel malo, destartala
cuarteles de invierto, es decir, suspender du do, ruinoso.
GUAR — 34 2 — GUBR
CUARTEL-MAESTRE. Cargo que en su ori está á caballero del cúbelo viejo de la fortaleza,
gen completaba el de Maesthk de Campo General se haga un bestión donde se planten dos pa-
-y cuyas principales atribuciones se explican en samuros ».
el texto siguiente: «Cuartel-Maestre quiere de CUBETA. El cubo que cuelga de la testera
cir el Maestro que ha de repartir los cuarteles de la cureña donde se lleva el agua para el ser
(que conviene sea muy diestro en el hacerlo,) vicio de la ARTILLERÍA DE BATALLA.
Capitán de guias y espías, y asi mismo oíros que
se llaman Chiefz de Guetz que significa cabezas CUBICHETE. La pequeña armazón de ma
ó cabos de las guardias y centinelas del campo, dera, en forma de tejadillo, con que se resguar
los cuales sirven de visitarlas de dia y noche y da el fogón y el cebo de la pieza en las baterías
lodo el circulo del alojamiento, para relerir el de plaza ó de costa.
estado de ellas al Maestre de Campo general, por
CUBIERTO. (V. Cubrir, Camino).
no ser posible tomar tan grande trabajo al Cuar
tel Maestre, á quien le toca de oficio tener este CUBO. Cubus en latín, cybos en griego. Nom
cuidado y el hacer relación dello al Maestre Ge bre que actualmente se da en Castilla á los an
neral (sic) como al gran Prevoste ó Capitán de tiguos torreones de las murallas, cuando están
campaña referirle lo que pasa en la plaza de adosados á los muros y son redondos. —El cubo
vituallas y vivanderos». (B. de Mendoza Teár. y de la bayoneta es la parte cilindrica que enchu
prdet. de la yuer. pág. 6.1, donde trata lo refe fa en el cañón del fusil. —En las ruedas de car
rente á campamentos de un modo notable. Edi ruajes de artillería, la pieza central en que en
ción de 1593). Andando el tiempo las AlBlil'Clo- cajan los rayos con agujero para dar paso al eje.
nes y funciones se fueron enredando y confun
diendo hasta llegar á la confusión y desorden de CUBRE-CAPA. Pieza de la montura en caba
fines del siglo XVII (V. Sargento general de Ba llería (V. Caparazoni.
talla, Mariscal). Por fin en 1708, al promulgar, CUBR E-CAR AS. Lo mismo que contra-guar
se la Ordenanza vigente, el Cuartel-Maestre era dia (V. e. v.) en fortificación. En el sistema de
realmente Jefe de E. M. G., como hoy decimos. Carnot, y en otros muy modernos, el cubre-caras
«Luego que el Capitán general del ejercito esté es, tomado con generalidad, toda la masa de
nombrado, se le presentará el cuartel maestre tierra que se pone delante y «separada» de un
general que Yo hubiere elegido; y tomando sus muro para resguardarlo de la artillería.
órdenes, se dirigirá con anticipación á la provin
CUBRE- NUCA. Pieza posterior del casco ó
cia de asamblea para establecer el acantona
yelmo antiguo, generalmente formado de placas
miento ó campos de las tropas del ejercito de
I sobrepuestas ó solapadas.
campaña....» [art. 8. tit. I. trat. 7 de la Ohd.).
«La plana mayor del ejército se compondrá de CUBRIR. Tiene varios sentidos. El de repo
las clases siguientes: Capitán general, Cuartel ner, sustituir, reemplazar ó llenar como: cubrir
maestre general....» [arl. \. til. ¿,. Las funcio vacantes, bajas, el cupo de cada pueblo en las
nes del cuartel- maestre están concretas en el quintas. —En táctica elemental, cubrir un hom
tit. 5, trat. 6, y desleídas además en otros bre á otro es colocarse detrás, poniendo su eje
varios. de simetría sobre la misma perpendicular á la
LÍNEA DEL FRENTE. CUBRIR LLAVES era, di el ailtí-
CUARTO. Linas veces tiene significado de guo manejo del ARMA, resguardar de la lluvia la
habitación, como cuarto de banderas ó de pre del fusil, poniéndola bajo el brazo.—En táctica
vención* (V. c. v.) cuarto de arresto, de correc general tiene las varias acepciones de defender,
ción; otras, de tropa, como cuarto vigilante, de asegurar, proteger, fortalecer, sea por medio de
descanso; otras, de tiempo, como cuarto de ron tropas, ó de obstáculos naturales ó artificiales,
das; otras, de movimiento táctico, el antiguo una posición, una plaza, un cuerpo, un país, una
cuarto de conversión, es decir, cuadrante, cuar frontera, los flancos, la retaguardia. De níiiguii
ta parte de circulo; otras, de artillería y cali modo debe confundirse con encubrir, que es
bre, cuarto de cañón, de culebrina; otras, en fin,
ocultar, tapar, disimular un movimiento.—Cu
de servicio ó servidumbre palatina, cuarto mili brir el campo de muertos es una hipérbole que
tar DEL REY. indica sufrir grandes perdidas de gente.—En
CUBELO. Diminutivo de cubo que usa Euge guarnición Cubrir el servicio, los puestos, es des
nio de Salazar {Cartas, pág. 20). «Si pareciere á tinar á ellos la tropa necesaria, cubrir la carrera,
vuestras mercedes que en aquel repecho, que ocupar el Irayecto que recorre un acto solemne
GUBR — 313 — GUEN
una persona real ó corporación, formando en ba fre lo mismo que la anterior, sólo que tiene el
talla y dejando el paso entre las dos filas.—En mango un poco curvo y más corto. —Otra cu
cuanto á cubrir el expediente, es muy conocido chara para sacar el azufre del crisol es de la
su significado en la milicia y en la sociedad. misma forma que las dos anteriores, su mango
CUBRIRSE. Personalmente, es guarecerse sólo tiene de largo un palmo, y sirve para ras
con un escudo ó rodela, con el mantelete, con car los lebrillos donde se echa el azufre para
la amadora. Algunos clásicos han usado la pre enfriarlo. —Cuchara de hierro para moldear. Es
posición ode» ahora inadmisible. De aquí habrá una varilla de hierro con una especie de cucha
venido el sentido figurado en que hoy decimos ra grande en un extremo, y en el otro como una
cubrirse con parapetos, con trincheras, con un espátula: se usa en las fundiciones para sentar y
rio.—Cubrirse con las órdenes del jefe es dejarle nivelar las arenas en las cajas de moldear, y pa
toda la responsabilidad en hechos dudosos.— ra corregir lo que se haya desbaratado al sacar
CmiRse, como voz de mando, previene que todos el modelo.
los hombres de una hílera entren exactamente, CUCHILLA. Esta voz no es militar. Se
y con la distancia prevenida de pecho á espal menciona como sinónima de archa, por lo que
da, sobre la perpendicular á la línea del frente se llamó archeros ó guardias de la cuchilla á los
6 de los hombros del primero.—Cubrirse de glo- predecesores, en el siglo XVII, de los alabarderos.
tu, adquirirla en grado heroico.
CUCHILLADA. Genéricamente el golpe y
CUCHARA. Instrumento que tiene varias herida causada con el pilo de cualquier arma
aplicaciones en artillería. —Plancha de cobre ó cortante.
hierro abarquillada con su mango largo de ma
dera. Sirve para introducirla carga de pólvora en CUCHILLO. En la milicia no tiene más apli
los cañones, cuando no se cargan con cartucho, cación esta voz, que en la frase pasar á cuchi
y las hay de varios tamaños y dimensiones para llo, dar muerte á una muchedumbre, si no de
mortero, pedrero y obús.—Cortar la cuchara. sarmada, por lo ménos acorralada, vencida, fa
lV. Artillería) —Cuchara con rascador. Lo mis tigada. En la toma por asalto de una plaza es
mo que la anterior, sólo que en el lado opuesto donde tiene usual y recta aplicación esta frase
del mango á esta tiene una especie de plancha terrible. Se ve, pues, que hay manifiesta distin
de figura algo curva, y punta redonda, que sir ción entre pasar acuchillo y acuchillar (V. e. v.)
ve para rascar y limpiar anteriormente el cañón. Este xiltimo verbo requiere combate y resistencia
Sólo el mortero y obús tienen cuchara y rasca en campo raso, supone caballería vencedora y
dor unidos; los cañones tienen cada una de estas excluye hasta cierto punto la idea de crueldad
piezas con asta separada.—La cuchara de dcsa- que va implícita en pasar á cuchillo.
suar.de hierro ó de cobre, cóncava, con el mango CUELLO. En el uniforme, la parte que algu
del mismo metal, como de una vara de largo nos llaman collarín.—En la bayoneta la curva
que sirve para sacar el agua que puede haber que une la hoja al cubo, que otros dicen recodo.
caido dentro de los morteros.—Las cucharas con —En la pieza de artillería cuello del cascabel
espátula pequeña de madera ó bronce para uso es la moldura que le une á la lámpara y culata.
del laboratorio de mixtos, cuyo mango forma CUENCA. (V. Rio).
una espátula. Cuchara para construir la tobera.
Especie de lanza de hierro batido con la punta CUENTA Y RAZON. Nombre que tuvo el
algo doblada: sirve en la fundición de municio antiguo cuerpo encargado de la administración
nes para arreglar la tobera cuando por la fuerza especial de artillería.
del viento y el calor se funde en la arcilla y hay CUENTO. En la lanza, el regatón ó extremo
que añadirle para que el aire vaya lo más reu opuestoal hierro ó moharra. (V. Corto). En la for
nido que sea posible y tenga más fuerza. La cu tificación antigua, poner en cuestos, es decir,
chara de vaciar es un cazo de hierro con mango
en puntales, era minar. Como no se conocía la
de lo mismo formando codillo y sirve para ver
pólvora, se socavaba el muro, se le apuntalaba y
ter en los moldes el caldo de las fundiciones. La poniendo fuego á los cuentos ó puntales, se lo
cuchara para la fundición de azufre es de hier graba desplomarlo. Villaizan en su Crón. de Al
ro con figura de una paleta y mango del mismo fonso XI, pág. 260 lo explica bien claro: «Y que
metal que tiene sobre tres palmos de largo, úsase fuessen sola tierra hasta que Uegassen al lugar
para remover el azufre al fundirlo.—Cuchara do pudiessen aquella torre poner sobre cuentos
para descargar el horno. En la fundición de azu y cayesse... Aquellos llegaron só la torre y pus
Í0
GTJER - 314 - CUER
sieronla toda sobre cuentos: y ol Rey tenia or co por la variedad de naciones, esto de los cuer
denado que pussiesen á la madera fuego sobre nos producía largos y hasta sangrientos alterca
que estaba la torre». J Nebbija [Cron. part. i. dos. Es la eterna cuestión de tomar la derecha
cap. 77): «Visto que con todas sus fuerzas no (V. e. v.) que fundada en un noble y legítimo
podian lanzar los cristianos, pusieron fuego a orgullo en el combate, toma, en la parada, las
los cuentos de la madera y cayó una parte de la ridiculas proporciones de vanidad pueril. La de
murallas. recha, en efecto, era antiguamente la vanguar
CUERA. Lo mismo que coleto. Chaqueta de dia, es decir, el lugar brillante del honor y del
ante que se ponia sobro el jubón, y que en el si peligro. Así Don Carlos Coloma, describiendo la
glo XVII constituía casi un distintivo como uni batalla de Húmala (1592) dice: «La vanguardia
forme militar. Dice Covarrurias (Tesoro de la len y por consiguiente el cuerno derecho, tocó aquel
gua cast.): «de las pieles de los búfalos se bacen dia á la caballería española). Guerr. df. Fldndes-
coletos tan fuertes que la punta de la espada libro 5.)
ó lanza no los pasa y Uámanse cueras de an También los cornetas ó trompetas de los ro
te, porque arman con ellas el pecbo y la delan manos se llamaban cornu ó cornicines, según su
tera del cuerpo». dimensión ó forma más ó ménos retorcida .
«Recia cuera al soldado reforzaba Es indisputable que la corneta primitiva fiíe
«O el perpunte que usaba el asturiano. un cuerno.
(Bar. de Bigüezal. Cerco de Zamora). También dicen, bajo la fé de Tito Livio, que
« ¿Quién puede el cuebno fué condecoración que daban los empe
«Sobre la cuera y la enmallada cota radores romanos á los soldados que se distin
«Vestir ya el duro y centellante peto? guían en acción de guerra. El corniculum, cuer-
(Jovellaxos. Sátiras). necillo, era de plata y pendía de una pulsera del
« excuse (el sargento) armas pesadas usando mismo metal. «Equites omnes ob insignemmultis
de coracina, ó camisa de malla, ó cuera de anto locis operara, corniculis armillisque argentéis
y el morrión leve». (B. Escalante. Oblig. del sarg.^ donat». (líb. 10). ¡V. Armella).
CUERDA. (V. Mecha, Arcabuz, Arco, Calar Otros aseguran que cornu era el costado del
Trato). Cuerda de prisioneros es más propio que ejército entero, y su diminutivo el de una co
conducta, columna ó convoy. horte ó fracción. En los tiempos de decadencia
de Vegecio, en que las denominaciones eran
CUERNO. Voz latina, cornu, que ha venido múltiples, había cornicularios: tQui sub uno
significando ala ó costado en táctica desde los corniculo militabant cenlurio et sui milites am
tiempos de la milicia romana. Todavía la usan bo cornicularii dí'ccoaníur».
los aficionados á arcaísmos y en las Ordenanzas
de 8 junio 1632, época de mayor galanura de la CUERPO. Del latín corpus. Esta voz es una
lengua, era expresión oficial, como se ve en el de las muchas que demuestran la imperfección
art. 77: «Si hubiere tiempo para disponer el del lenguaje militar. Cverpo se llama la unidad
ejército en batalla, el cuerno derecho tocaá los orgánica, como un regimiento ó un simple ba
españoles Cuando se formare un batallón de tallón de cazadores. No hay duda que este es
diferentes naciones, les darán el costado derecho cuerpo de ó del ejército: y sin embargo en los
á los españoles, sin que se muden alternativa numerosos ejércitos modernos, cuerpo de ejérci
mente del uno al otro costado, como las demás to hay y hubo que tal vez pasa de 100.000
naciones lo acostumbran entre si; pues el costa hombres. La artillería, al mismo tiempo que
do derecho marcha siempre el primero cuando arma, es cuerpo especial, facultativo, privilegia
el escuadrón se reduce á trozos, sino es en los do. Unas veces cuerpo tiene todas las acepcio
casos referidos de quedar el enemigo á las es nes de tropa (V. e. v.),y admite por lo tanto ad
paldas, porque en ellos el cuerno izquierdo debe jetivos de aquella, como veterano, maniobrero,
retirarse el primero». En Real orden de 6 febre fresco, intacto; otras veces se dice, cometiendo
ro 1663, dirigida por Felipe IV á Don Juan de pleonasmo, cuerpo de tropas. También alguna
Austria, sobre precedencias de napolitanos, dispo vez se dice cuerpo de oficiales en vez de oficia
ne: «que tenga su nación por puesto fijo en mis lidad. Cuerpo de la levita lo que no son mangas
ejércitos el cuerno izquierdo y relroguardia fi ni faldones. De aquí tal vez vendría en táctica
ja, aunque el enemigo quede á ella». En la tác la antigua voz manga (V. e. v.j.—La frase adver
tica de aquellos tiempos, en que los ejércitos bial por cuerpos significa proceder por unidades,
ran de una pieza y al mismo tiempo un mosái- de una manera parcial, dislocada, sucesiva. En
GUER — 315 — GUER
cuerpo indica la inversa: en masa, en conjunto, aquí regimientos, sino cuerpos de ejército, á su
como deliberar, cumplimentar, representar en vez compuestos nada ménos que de tres ó cua
cderpii.—No llevar puesta la capa, el capote de tro divisiones con su correspondienle caballe
caballería, el abrigo, en general es ir en ccerpo. ría y artillería. Esto en cuanto al lenguaje. En
—Otro adverbio, cuerpo á cuerpo, puede signi el fondo de la cosa pueden sobrevenir dificulta
ficar batirse en detall, aisladamente una uni des de otro género. El general en jefe natural
dad, un cuerpo con otro; y también reñir, pe mente dirige sus órdenes ó los comandantes de
lear hoaibke Á hombre ó como los atletas sin ar cuerpo de ejército; pero en un dia de batalla,
mas.—A cuerpo descubierto ó al descubierto por llenar esta formalidad ¿ha de enviar el ge
(V. e. v.^ es no buscar objeto que cubra, tape, neral en jefe á dos ó tres leguas sus ayudantes
ó defienda.—Por último se dice que un incen en busca del comandante, teniendo á su inme
dio, una escaramuza, una insurrección toma diación, y á su vista, una ó varias divisiones á
cuerpo cuando cunde ó crece. A continuación las cuales pueda dar órdenes casi con la voz? La
se citan los principales adjetivos que suelen conveniencia inmediata del servicio dicta en es
acompañar á la voz cuerpo, definiéndose por se te caso que no se aguarde, y entónces el coman
parado los pocos que la necesitan, ó no la tie dante de cuerpo de ejército se encuentra en la
nen, en su lugar alfabético;—á caballo—admi desairada posición de un coronel, cuando el jefe
nistrativo—agregativo—á pié—á sueldo —auxi de brigada le mueve sus batallones; y aun peor,
liar—avanzado—beligerante — campado—cons porque el coronel, al fin oye la voz de mando y
titutivo—-colonial—de batalla—de bloqueo—de coopera á la ejecución, miéntras el comandante
campaña—de cañón (los tres que tiene]—de casa de cuerpo puede no ver, ni oir, ni adivinar si
real—de disciplina—de distinción—de doctrina- quiera lo que se está haciendo con sus propias
de ejército—de guardia—de guarnición—de la divisiones. Se ve, pues, que no hay en esto de
cureña—del centro—de linea—de nueva crea los cuerpos de ejército toda la claridad, exactitud
ción—de observación—de plaza—de policía— y probada conveniencia que en la milicia es in
de preferencia—de refresco—de reserva —de dispensable. Al mismo Napoleón I le dieron á
tropas—destacado—di suelto—en tero — especial lo último bastante que hacer, á pesar de que
—espedicionario—extranjero—facultativo— fijo nadie probablemente le igualará en esto do ma
—flotante—formado — franco — fresco— intacto nejar tropas «en grande,» y de que sus lugar
—irregular—jurídico - militar —ligero—manio tenientes estaban hechos á su escuela y, como
brero—mercenario—mermado—móvil—muerto vulgarmente se dice, criados á sus pechos. Cal
—organizado— político- militar — preferente— cúlese lo que podrá suceder sin la reunión de
privilegiado— provisional— reformado —regular estas dos circunstancias. De todos modos no pa
—=Suelto—táctico—veterano—viejo —volante. rece conveniente por la rutina de imitar lo que
Cuerpo de ejército (V. División, Ejército). En es quizá inimitable, fraccionar un ejército que
las guerras llamadas de la Revolución, ó de la no pase de 70 ú 80.000 hombres en cuerpos de
República francesa, se adoptó primeramente 1» ejército. A estas medidas orgánicas no sólo ha
organización divisionaria; pero creciendo desme de presidir el arte, en su acepción puramente
suradamente aquellos ejércitos, fué preciso reu técnica, sino elevadas miras políticas, con rela
nir varias divisiones bajo una sola mano, for ción á la extensión del territorio, á sus recursos,
mando un todo que se llamó cuerpo de ejército, á las miras de engrandecimiento y de ofensiva,
y que con más propiedad hubiera podido lla ó á los prudentes cálculos de recogimiento y de
marse ejército. fensiva. El principio divisionario, fraccionado y
Aquella denominación en rigor siempre ha suelto, si bien daña al vigor y á la unidad, per
existido: significando otra cosa, mucho más mite más amplitud al mando; más independen
exacta, esto es, el trozo ó parte principal, cen cia y más honroso estimulo á los generales jó
tral de un ejército, lo que también se ha dicho, venes para acreditar sus alias dotes militares.
y se dice, grueso del ejército, cuerpo de bata (Guia del O/íc en camp. )—Cuerpo de guardia.
lla, por oposición á su vanguardia ó retaguardia, Primitivamente fué el grueso de la guardia, la
á sus destacamentos y partidas sueltas. Con los tropa reunida que queda después de sacar cen
cuerpos de ejército se ocasionan embrollos de lo tinelas, vigilantes, avanzadillas, ordenanzas y
cución v. g.: Tal cuerpo se componía de cuatro patrullas. Hoy le queda la acepción de puesto,
cuerpos de infantería, de una reserva de caba y más usual de habitación pequeña que ocupa
llería, de dos divisiones sueltas, etc. Los cuer 'a tropa de guardia.—Cuerpo de plaza. En fohti-
pos de infantería bien se comprende que no son ficacion se llama asi al recinto continuo, por
CUER — 316 — CULE
oposición á las obras esteriores, avanzadas y CUETA. Dice. Acad. 5 da esta voz anticuada
DESTACADAS. pomconflicto ó choque do dos ejércitos ó partidas.
CUERVO. Del latin corvus. Enorme garfio CUETO. Hora de cueto en la edad media era
ilc hierro asegurado en la punta de un gran el momento de aprontarse para la salida, esto
mástil, que, suspendido en una fuerte armazón, es, para la azaria, cabalgada, hueste, fonsado, etc.
servia para combatir el muro, agarrando y tras
tornando los sillares del coronamiento. Variedad CUJA. CUJOTE (ó Cuxa, Cuxote). Dice Egui-
del ariete, con cabeza puntiaguda en vez de ser luz: «puesta la lanza en su cuxa que es encima
chata ó de carnero.—Según otros el ci ervo ó ar del muslo derecho» y en el mismo fólio: «si los
peo era empleado por los defensores, á manera muslos han de ser armados y como se llaman
de una enorme caña de pescar, para agarrar cuxotcs aquellos con que se arman». (V. Quijote
hombres u objetos [Encicluji. de Mellado). La ina Según Martínez del Romero [Glos. dclCal. de la
nia de sutilizar en esta pueril tarea hace come R. Armería) y seg. Dice. Acad. 5: Bolsa de cuero
ter visibles desatinos. (V. Máquinas). Compren que se fijaba en la silla de guerra ó bridona para
dida la fácil maniobra del ariete [V. e. v.) no es meter en ella el cuento de la lanza. También so
difícil presumir las que se ocurrirían para anu ponia cuja cu el estribo derecho y era más na
lar su electo: lo primero, descolgar un cuerpo tural, como se ve en la armadura ecuestre do
blando que se interpusiese y embotase el golpej Cárlos V. señalada con el número 2110. Poniasc
lo segundo, echar desde el muro un lazo para igualmente cuja en el lado derecho c inferior
sujetarlo.—Por lo demás esto del cuervo, arpeo, del peto para meter el puño de la espada ce
garfio, grúa ó pescante «para enganchar algún tro ó maza.
individuo», que forzosamente estaría distraído, CULATA. En el fusil, la parto inferior de la
parece una broma demasiado inocente para los caja desde la garganta hasta la cantonera. Se lla
rudos tiempos de la edad media. Más racional ma punta el extremo que mira hacia la parte de
mente, el corvus lo dan los autores latinos Cur- la baqueta ó guardamonte, y talón el opuesto.
cio, Polirio, cíe. como máquina ó ingenio naval En la pieza de artillería toda la parte posterior,
y de arordaje. que comprende desde la base del primer cuerpo,
CUESTA. La pendiente que forma un terreno la recámara, el cascabel, el filete y lámpara. —
elevado. También se toma por el camino donde Antiguamente la tropa saliente de servicio po
se sube ó baja en el dicho terreno. nia culatas arriha. La ordenanza (1768) manda
al sargento que ponga la moharra de su alabarda
CUESTOR. Nombre puramente latino, y que
abajo « cuando se retira de guardia ú otra
significa investigador, de un funcionario de la
facción en que la tropa ponga sus armas culata
milicia romana, cuyas atribnciones variaron con
arriba» {art. 33. ít'í. 4. trat. 2).
los tiempos. Hácia el año 307 de Roma el ci es-
tor, de administrador civil ó personage político, CULATAZO. Golpe dado con la culata.—Re
vinoáserun intendente general, que no sólo troceso del arma al tirar.
cercenó y balanceó la autoridad ilimitada del CULEBRA. Nombre familiar de una broma
general en jefe , sino que la usurpó y la ejerció estrepitosa y pesada, mejor de un desórden tu
á veces. También parece que la denominación multuoso entre oficiales reunidos, que alguna
de cuestor se dió á otros cargos relacionados con | vez llegó á ser escandaloso, mereciendo ser cor
la Hacienda y el Tesoro. De todos modos el ofi regido con castigos individuales y reprimendas
cio de cuestor puramente militar, que partici en la órden del dia.
paba de intendente, de ministro de la guerra, de
Jefe de e. m. g. ó de cuartel-maestre, de pre- CULEBREAR. En táctica, lo mismo que ser
roste y sobro lodo de pretor (V. e. v.) era tem pentear, ondular hacer eses ó inflexiones, por no
poral, mientras el ejército estaba en operacbnes marchar bien los guías.
ó en guerra viva. Con tal cúmulo de atribucio CULEBRINA. Variante de las primeras ar
nes imperfectas y mezcladas, que hoy no es po mas manuales de fuego. Consistía en un cañón
sible lijar ni deslindar por falta de datos, bien más corto que el del fusil, sujeto con abrazade
se ve que no es exacta la asimilación usual con ras á una caja que terminaba en punta. Se dis
el intendente moderno ni con otros empleos paraba con bota-fuego ó mecha suelta, apoyada
«actuales». el arma en una horquilla, que servia al mismo
CUESTURA. El cargo y oficio de cuestor y el tiempo de baqueta ó atacador. Hácia mediados
tiempo de su duración. del siglo XV se usaba esta arma en España; pues
GULE — 317 — CUNE
la Crónica de Don Alvahu de Luna, en la prisión CUMBRE. La cima ó parte superior e los
de dicho Condestable, dice: «Gallego (AlfonsoJ montes. Del latin culmen ó cacumen.
fizo un tiro con una culebrina con que mató CUMBRERA. En la tienda de campaña el lis
luogo un honie de armas después ellos así tón que por la parte superior enlaza y asegura
retraídos hobieron tiempo é logar para se armar los PILARES.
de sus armas ó los ballesteros é culebrineros pa CÚMPLASE. Fórmula con que el capitán ge
ra aderezar sus ballestas é culebrinas». neral da en el real despacho la posesión de un
También se llama culebrina á una pieza de empleo militar, según previene la Ordenanza en
artillería antigua que hace tiempo no está en el art. 1 del til. 25 trat. 2 que dice: «A ningún
uso. Era larga, de pequeño calibre y arrojaba oficial ha de darse posesión del empleo a que
las balas á gran distancia; su longitud ordinaria fuere promovido sino en virtud de despacho que
era de 16 pies, y su calibre desde 12 hasta 25 presente firmado de mi Real mano y refrendado
libras. Las habia de cuatro especies, culebrina, por mi Secretario del despacho de la guerra; y
cuarto de culebrina ó sacre, y octavo de cule respecto de que el cúmplase del capitán general
brina ó falconete. Cuando una culebrina tenia del ejército en que tenga el oficial promovido su
de largo treinta ó treinta y dos diámetros de su destino á la órden que le habilita al ejércicio no
boca se llamaba legítima y pesaba 81 quintales y habrá necesidad de tomarla nuevamente para
medio; y si no alcanzaba bastarda; la media cu darle la posesión».
lebrina pesaba 46 quintales, el cuarto de cule
brina 26 1 12 y el octavo ó falconete. CUMPLIDO. Adjetivo (que también se usa
En materia de culebrinas, áspides, basiliscos, como sustantivo) aplicado al soldado que ha
>erpiestes, tjragones etc. sino se especifica el ca terminado el tiempo de su empeño y que áun no
libre, no se dice nada. Reina una confusión de ha recibido la licencia absoluta: «A ningún sol
(¡eneros y especies mucho mayor que en la histo dado cumplido se dilatará su licencia, pero »
ria natural. Aquí mismo llamamos culebrina á [Art. 61. lit.\ trat. 2 de la Ord.)
la que sólo tenia dos pies de largo, exactamente CUMPLIMENTAR. El acto ceremonioso de
como á la famosa Dulle Griete que, según algu presentarse colectivamente á un jefe ó autori
nos, medía 50.—Culebrina llaman también los dad, tanto por su nombramiento, como por ser
artilleros el cvRTUcuo de cartón, delgado, refor dia señalado en los reglamentos. «En los días
zado con papel encolado, relleno de una mezcla de besamanos ó gala concurrirá (el coronel) con
de azufre, salitre, carbón y polvorín; se atan sus todos los oficiales de su regimiento á cumpli
extremos y se coloca en uno de ellos una hebra mentar al capitán general ó jefe de la guarni
de estopín. Sirve para rellenar las cabezas de los ción » (Art. 20 tit. 16 trat. 2 de la Ord.)—Po
cohetes colocándolos con el cebo hácia abajo. ner en ejecución la orden superior:
CULEBRINERO. En el siglo XV el soldado A CUNEO ó CUÑA. Formación táctica conoci
pié armado de culebrina (V. e. v.) da y practicada desde la más remota antigüedad
CULERA. Pieza de la antigua armadura que especialmente por ejércitos audaces. Se reducía
resguardaba las asentaderas. Esta pieza se ha á formar un triángulo, próximamente equilá
confundido muchas veces con el guardarrenes, tero, en cuyo vértice y lados adyacentes avan
siendo muy diferente en su forma. En la Real zaban los hombres de más empuje.—Este ata
Armería hay varias culeras muy elegantes,. (Mar que, llamado también embolon en griego, ros
tínez del Romero). tro, cabeza de puerco, puerco-espin. etc., es de
una forma tan óbvia y natural, que se ha usado
CULMINANTE. Del latin culminans. Eleva desde los antiguos escitas hasta la ruidosa bata
do, eminente. lla de Isly por el mariscal francés Bugeaud. Y
verdaderamente que no hay que devanarse los
CULON. Mote familiar del inválido.
sesos en buscarle origen, razones, ni nombre, ni
CULOTE. Voz puramente francesa, culotte. cálculos. Todo grupo numeroso de hombres, á
En artillería, el refuerzo de las granadas y de pie ó á caballo, que corran individualmente há
las bombas de mortero en su parte inferior. —El cia un objeto determinado, forman al poco tiem
fondo de los botes de metralla.—El casquillo, po un triángulo; pues necesariamente hay uno
caña ó dedal de hierro batido que se introducía que corre más que los otros, otros pocos le si
en la parte hueca de las balas de arma rayada guen de cerca, y la mayoría se va quedando
antes de adoptarse la bala de vastago. atrás y ensanchando las filas últimas. Cuando
CUNE — 318 — GURS
se lleva algún tiempo de carrera toma de suyo cavernas sub terris fodiunt, ibique conduntun.
cierto «arreglo y precisión» este orden espontá
CUPO. El numero de quintos que anualmen
neo, como lo demuestra una trailla de perros de te corresponde á un pueblo ó provincia para el
caza, ó la infantería turca que, como el personaje reemplazo del ejército [V. y disling. Contin
cómico, «hacia prosa sin darse cuenta de ello». gente).
La oportunidad de su empleo, como del de otra
maniobra ú órden táctico, depende de la ocasión CUREÑA. Esta voz, exclusiva hoy de arti
y del acierto en la comparación de las fuerzas llería, para designar en general el aparato ó
propias con las enemigas, tanto en número como montaje del cañón (el del mortero es afusteJ vino
en calidad. A la cuña se opone, como formación significando hasta últimos del siglo XVI, como
envolvente y obligada, la tenaza, esto es el án voz genérica, la caja de toda arma de fuego «pe
gulo abierto con el vértice hácia adentro, para queña ó grande». Asi vemos en Don Sancho de
esquivar el choque del saliente de la cuña, y Londoño (Discip. mil. 1568. fól. 12 vto.) hablan
tomar por la espalda la base ó centro de esta, do del arcabuz: «La caxa ó curueña deve ser de
donde naturalmente se agrupa la gonte más flo recha como la traben los Italianos ó Alemanes,
ja.—Cuña de puntería. Pieza de madera en for no tan coruadacomo la vsan los Españoles; por
ma de prisma triangular, do varios tamaños, que que siendo derecha asientan mejor en el pecho,
se halla pendiente de la cureña por una cadeni- hállase más presto el punto sin baxar la cabera,
ta, y sirve para levantar la culata del cañón ni torcer el ojo, buscándole, cosa de mucha im
hasta ponerle en puntería: se usan generalmen portancia á la buena puntería». Cristóbal Le
te en las piezas de montaña, pues en las de bata chuga (Miro, de campo gral. 1603. pág. 182)
lla se ha sustituido con el husillo ó rosca de siempre llama caxa á la cureña de la pieza: «Vn
puntería.—Cuñon. La cuña grande usada en las carromato que es en el que se lleva la pieea de
antiguas cureñas para evitar gran número de las artillería quandose camina y no va en su caxa,
ordinarias en ángulos de mucha depresión. tiene de ancho en los exes siete piés La caxa
que es en la que se pone la pieca de artillería,
CUNETA. Voz francesa, cunette, derivada
si es de cañón, tiene de largo 16 piés La ca
quizá del latín cuna, do donde también pueden
xa para un medio cañón tiene un pie menos de
provenircunícu/um, canal, galería, subterráneo,
largo que la del cañón etc. En 1594 el capitán
y cunicularius, minador. En fortificación es el
Carrera, teniente de capitán general de la arti
pequeño canal ó zanja abierta en el medio de
llería de Pamplona, propuso una modificación
un foso seco para recoger las aguas. Do aquí so económica en las cureñas de la artillería de pla
ha extendido á las carreteras, y en general á to za. Esta proposición fué aprobada y las ruedas
da pequeña zanja ó canal destinado al mismo de las cureñas se hicieron enterizas, es decir,
objeto. sin rayos, las cuales duraban más que las otras
CUNICULARlOSóCUNICULATORES. Za y fueron hechas y bien embreadas después.
padores y minadores romanos según Vegecio y Las cureñas de hierro estuvieron en uso en el
Amuia.no; los que construían minas (cuniculus) siglo XVI, y se construyeron en Búrgosen tiem
para introducirse en una plaza fuerte. «Quisub po de Carci-Carreño, cuando era teniente de
terrd cuniculos ágil velfodit». (Carlos Aquino. capitán general de artillería en 1555, al cual se
Lexic. milit.) dieron 200 ducados de merced por su nuevo
CUNÍCULO. Cuniculus en latín. Mina de invento ó ingenio de hierro para encabalgar arti-
guerra antigua; en general todo paso subterrá llebía en cureñas y ruedas» (id. ibid.) Las cure
neo abierto por soldados en trabajos de fortifi ñas tienen diversas formas según son de batalla,
cación y ataque. Plinio (lib. 8. cap. 55) hace el de carril estrecho, de plaza, de costa, de sitio,
honor á las islas Baleares de gran abundancia de etc. También se llama cureña en la tercerola de
conejos; y de los trabajos subterráneos de este caballería el pequeño aparato giratorio que tie
animal, vino, según dicen, á la milicia romana ne cerca de la boca del cañón, y asegura la ba
esta voz técnica de poliorcética. Ello es que en queta impidiendo que se caiga.
todos los clásicos se encuentra: « Urbem cuniculo CURSO. Del latin curstts. En topografía, la
ccepitrt (Q. Curcio. lib. 5). «Aggerem cuniculis corriente, la dirección do un Rio. —Los trámites
substrahebant ». (César. Comenl. lib. 7.). En de un expediente.—El tiempo, generalmente un
fin Vegecio (lib. i. cap. 24) da la razón: vAliud año, destinado en las academias á una asignatu
genus oppugnationis et subterraneum atque se- ra.—La colección de obras ó tratados para el
crelum, quod cuniculum vocanl á leporibus, qui estudio.
GURS - 349 - GUST
CURSORES. En la táctica del emperador CURTIR. Trabajar, instruir, mortificar en
León batidores, corredores, exploradores, esca- señando.
ramuzadores. CÚSPIDE. Del latín cuspis, cwtpidis. Cum
CURTIDO. Experimentado, acostumbrado, bre, cima puntiaguda.
hábil. Aplicado este adjetivo á la tropa es ex CUSTODIA. Voz puramente latina, que no
presivo, por reunir los dos significados de aguer- es técnica en la milicia, pero que en algún caso
rida ó familiarizada con el peligro, y de endure expresa algo más que guardia con respecto a
cida á la fatiga. «La infantería pagada por el rey personas y cosas. Por ejemplo: custodia de cau
podia llegar a número de catorce mil hombres, dales, papeles, prisioneros. El orí. i, til. 1 . tra
y la caballería, inclusas las compañías que es tado 3 de la Ordenanza, que trata de honores,
taban ya en Francia, pasaba de tres mil caba dice: «Los dos soldados de custodia, á quienes
llos: gente toda curtida en la guerra y digna de toque la entrada ó salida de casa del enfermo ó
una empresa tan importante». (Coloma. Guer. regreso al templo rendirán (al Santísimo) sus
de Flánd. lib. 2). armas »

CHARRAC. Voz francesa, tomada del húnga Dice. Acad. 1 y 5 da: «alfange corto y ancho que
ro, para designar una variedad del caparazón suele ser corvo por la punta».
(V. e.v.) que suelo ser de paño con franjas. CHAFLAN. Esta voz en fortificación tiene
CHACÓ. Nombre genérico de una prenda de igual significado que en arquitectura: el plano
uniforme para cubrir la cabeza. También se lla que suslituye a una esquina, la línea recta que
mó morrión y, en 1856, ros La voz shako ó czako sustituye 6 un ángulo saliente. El chaflán es
es húngara. Los franceses, á últimos del siglo necesario en la barbeta '(V. e. v.) y conveniente
pasado, la adoptaron y se generalizó en los ejér para tener fuegos en la dirección do la capital.
citos del primer Napoleón. En España se intro —Chaflanar ó achaflanar es hacer chaflán.
dujo en la guerra de la Independencia. CHALCÁSP1DE. ó Chascalpista. (V. Cal-
CHAFAROTE. Martínez del Romero en el cáspide).
Cat. de la R. Armería, pág. 66., dice m." 4529 CHALON. Se lee en el Dice, de Tamarit: «es
Alfanje ó escarana, ó sea una especie de chafa pecie de mecha que usan los minadores, que
rote procedente de la testamentaría de Don Juan llaman comprobante, porque sirve para conocer
de Austria». En el glosario no da definición. á punto fijo el momento en que debe saltar la
GHAM — 320 — GHAR
mina, ó si la mecha se apaga». Esto, por más que paraje hondo. —Como diminutivos hay char-
lo afirmen también los Dice, de MorettivHevia, quillo, charquinal.
es inexacto. Los ingenieros no dicen chalón, ni
comprobante, sino testigo (V. e. v. ) CHARPA. «Especie de cinto ó banda con pis
tolas ó para pistolas». {Dice. Terreros). «Especie
CHAMBERGA. Casaca ancha que pasaba de de tahalí, en cuyo extremo hay un pedazo de
las rodillas, y cuyo forro volvia sobre la tela de vaqueta ó ante donde se enganchan varias ar
que era dicha casaca cuatro ó seis dedos for mas de fuego». (Dice. Acad. 5).
mando franja, mangas cortas con enorme vuel
ta. Moda que introdujo el mariscal de Schom- CHARRETERA. Antigua divisa de Ioscapita-
berg cuando vino de Francia a la guerra de Por nes y subalternos. Su etimología, si quiere en
tugal.—La Pragmática de Tasas de 1680 dice: troncarse con la jarreliére, órden caballeresca
«De hechura de un justacor ha de llevar el inglesa, nos llevaría demasiado léjos. La char
maestro nueve reales, y lo mismo de cada cham retera de divisa nació en Francia con el regla
berga». De aquí el nombre del regimiento que mento de 25 abril 1765, y con el nombre, que
formó la regente Doña Mariana de Austria, pri hoy conserva allí, de épaulette, hombrera. Espa
mero y desgraciado ensayo de guardia real mo ña, como era costumbre, la adoptó en el acto.
derna, que al poco tiempo quedó reducido á Primero fué una modesta cinta, que tomó fleco
tercio ordinario sin ninguna exención, y por y se convirtió en alamar. «Los capitanes se dis
último fue reformado en Cataluña.—Chambergo. tinguirán con dos alamares de oro ó plata, se
El oficial ó soldado del regimiento de la chamber gún el botón del regimiento, poniendo uno en
ga.—El sombrero redondo y sin picos. cada hombro». (Ord, gral. de 1768. art. 6. tit. 7.
trat. 3). El nombre de charretera suena ya en
CHAPA. Floja, lámina ó placa de metal, que
generalmente lleva calado el número del regi 1785. A principios de este siglo se hizo ya más
tiesa por medio de forros y cartones; estos se
miento y adorna el morrión ó cinturon.—Atora,
á principios del siglo XVI, llama á la contraes reforzaron con chapas de hoja de lata, y la char
retera fué aumentando en tamaño, peso y du
carpa, CHAPA DE LA CAVA (V. 6. \.)
reza hasta llegar á su apogeo y plenitud hácia
CHAPARRAL. El lugar poblado de chapar 1838. Se componía de tres partes con sendos
ros, de matas de encina de poca altura. nombres técnicos: la pala, el puente y el canelón
CHAPELCHURI. CHAPELGORRI. Nom ó fleco: la ausencia de este último convertía la
bres vascongados que tuvieron dos cuerpos en la charretera en capona. Una y otra iban sujetas al
guerra civil de siete años, por el color blanco ó hombro por fuertes ganchos y presillas. Ademas
encarnado de las boinas. del metal, plata ú oro según los cabos del uni
forme, las charreteras tenían muchas variantes:
CHARANGA. La música especial deloscuER-
de hilillo, para la infantería; de canelón, para la
pos ligeros, singularmente de los batallones de
guardia real; de escamas en la pala, para caba
cazadores, que no admito bombo, chinescos, ni
llería; de seda para los sargentos; de estambre
platillos por «embarazosos»; pero tolera instru
mentos mucho más voluminosos é incómodos. para la tropa. Sobre la pala iban bordados los
emblemas, castillos, granadas, cornetas, etc. An
Es una «distinción» como otra cualquiera.
tes de (844, en que á los sargentos se dieron
CHARCA. CHARCO. El Dice. Acad. Hist. de galones diagonales como los caros, también lle
fine y distingue así: Charca. Depósito de aguas vaban charreteras que algunos llamaban, no sa
hecho en las quebradas de los montes, por me bemos por qué, quietas (X. e. v. ) Sin duda por
dio de un paredón que contiene las aguasen el error de copia, nos encontramos con que en Es
congosto ó estrechura que termina la charca ó paña los subtenientes ó alféreces llevábanla char
depósito. Son muy usuales estas charcas en Ex retera á la izquierda, miéntras que en Francia
tremadura: criándose en ellas gran abundancia la llevaban y llevan á la derecha. Esla dispari
de carpas, tencas y pardillas. (V. Albuera).— dad, insólita en aquellos tiempos de «traducción
Charco. El agua llovediza detenida y sin cor literal del francés», dió márgen á graves discu
riente en los hoyos formados en la tierra por ca siones. Los franceses sostienen que el lado iz
sualidad, ó por industria. Cuando se forman por quierdo es el más noble, porque en él cuelga la
arte se llama balsa.—Y el Dice. Adad. S da: espada: los españoles, con mejores razones, di
«CnARCA. Especio de estanque que se hace para cen que en el lado izquierdo la espada va en la
recoger agua. Comunmente sirve para que se vaina y cuando se desnuda, en la mano derecha.
haga hielo.—Charco. El agua detenida en algún Esto puede hacer presumir lo que sobre char-
CHAS — 321 — CHUZ
heteras se habrá reglamentado. Desde las orde CHOCAR. «Encontrarse con violencia una
nanzas de 1768, en que nacen los alamares como cosa con otra. Por metáfora, pelear, combatir».
divisa oficial; desde 1785, en que truecan su (Dice. Acad. 5).
nombre por el de charreteras, siguen copiosas
CHOCOLATERA. El Dice. df.J. D'W. M. di
reales órdenes, hasta 1 844 en que se redujo á ce que se dió por chiste este nombre á unos pe
la mitad su excesivo volumen. Hácia 1840 era queños fuertes al principio de la guerra civil.
ile rigor llevar algo en los hombros; y también
No es verdad. El mote se puso y se conserva á
los generales usaron, como los franceses, dis los pequeños obuses a lomo ó de montaña.
formes charreteras de canelón grueso y retorci
do. Suprimidas al poco tiempo, en 1864 todos CHOPO. Nombre familiar que se daba al
los hombros, menos los de coraceros, han que antiguo y enorme fusil ingles.
dado iguales; el uniforme mas cómodo y los sur- CHOQUE. Dice. Acad. 5 da: «Reencuentro,
alternos agradecidos. combate ó pelea, que, por el poco número de
CHASCAS. Nombre polaco, srzaspska, de tropas ó corta duración no se puede llamar ba
una prenda de uniforme para cubrir la cabeza, tallad. El francés Dupain quiere que sea: «Re-
que se ha convenido en hacer exclusiva ó dis encuentro y acción de guerra empeñada contra
tintiva de lanceros. Asi lo indica al niénos el la voluntad de una de las dos partes contendien
hecho de habérseles dado ros por corto tiempo, tes». Esto es inexacto. Pero de todos modos cho
sustituido al punto por el chascás. Sabido es que, además de acción pequeña, ó breve, ó de
que los polacos son diestros lanceros; pero ¿con poca trascendencia, como dice la Academia, ex
sistirá en el chascás? presa una idea opuesta al fuego, que implica
arremetida al arma blanca. Se dice que la acción
CHATON. Clavo, botón ú otro adorno de fi de la caballería es por choque; y hasta se em
gura plana, dorado, blanco ó negro, que se usa plean términos técnicos de mecánica, cuando
ba para enlazar las piezas de la armadura entre «se multiplica la masa por la velocidad». —Tam
sí y darles más resistencia. De aquí el verbo bién se dice por metáfora chocar, tener un cho
chatonar y el adjetivo ciiatonado, que luego se que, un disgusto con un jefe.
ha dicho tachonado. CHORRERA. «Paraje por donde cae alguna
CHIFLE. Tubo de hoja de lata que contiene corta porción de agua úotra cosa liquida.—Llá
la pólvora para cebar: se usa en el servicio de mase asi también la señal que deja el agua por
plaza; los hay de madera y hasta (V. y comp. donde ha corrido». (Dice. Aoad. o). Chorrera de
Cebador, Polvorín). un rio llaman algunos á los filetes de agua,á los
rápidos (V. Cascada). «Viene de chorro, el golpe
CHIMARCHIA. Unos escribpn así esta voz de agua ó de otro liquido que sale con fuerza
griega y otros kiliarquia y quiliarqulv. Es com por alguna parte estrecha». ^Dicc. Acad, 5).
puesta de dos, chillos, mil y archos, jefe. Cuer
po de la antigua falange, ó milicia griega, com CHUPA. Chaleco largo, antigua prenda de
puesto de dos pentacosiarquias, cuyo total subía uniforme. «En cualquiera tiempo en que se le
á mil hombres. siente su plaza recibirá la casaca, chupa, calzo
nes, etc. (Ordenanza vigente, art. 2. til. 1, tra
CHIMENEA. Pieza del fusil de percusión, tado Í.J
que es de acero fundido y consta de tres partes:
el tornillo, llamado macho, que se enrosca en la CHURRILLERO c Churritlero. Antigua
bombeta; la parte cónica opuesta al macho, que mente desertor, scg. Dice. Terreros; hablador
recibe el nombre de cono ó pistón, y sirve para seg. Dice. Acad. 5.
colocar la cápsula; y el sólido intermedio entre CHUZO. Covarrurias dice: «chuzón, cierta
estos dos, de figura á propósito para que agarre arma enastada con el hierro largo. Díjose chuzón,
en él la llave con que se destornilla la chime quasi zuizon, de los zuizos {sic; gente belicosa
nea, y que se distingue con el nombre de cua de Alemaña, de donde se truxo esta arma; por
drado. Los tres cuerpos que constituyen la chi que usan ellos della y de alli se dijo zuiza (sui
menea están horadados con un solo (aladro, lla za) la fiesta que se suele hacer de soldados con
mado oído, el cual es más estrecho por el centro armas enastadas que llamamos chuzones. El
que en los extremos, á fin de que una vez car P. Guadix dice que es nombre arábigo, y que
gada el arma no se derrame la pólvora por este viene del verbo chuz, que vale pasar ó atrave
lado. sar de una parle á otra».
41
DABBABA. Cierta máquina de guerra entre | dades de flexibilidad y dureza. Martinfz del Ro
los árabes, á cuyo abrigo los sitiadores socava mero [Glos. del Cat. de la R. Arm.) hace dife
ban los muros. (Simoset. Leyend. árab. pág. 6i. rencia entre damasquino y damasquinado: expre
nota). sando esto último labor finísima hecha en las
DADO. Pedacito prismático de hierro que so- hojas con hilos capilares ó muy sutiles de oro
lia mezclarse con la metralla.—Lo mismo que que se incrustan con suma delicadeza. «La prác
chapa de solera en la cureña de batalla.—Cilin tica, dice, de esta clase de adorno de oro es co
dro pequeño de hierro que antiguamente seco- nocida generalmente entre los artífices, tanto
locaba en el fusil en el sitio de la carga. Tal di. extranjeros como nacionales, con el nombre de
ce Tamarit.—Macizo de tierra que se deja en el damasquinado; y nosotros le adoptamos por no
centro de la zapa llena doble, y que coronado de haber uno equivalente en nuestro idioma».
cestones sirve de través de desenfilada. (V. y comp. Nielado). El adjetivo proviene de
DAGA. Unos pretenden que esta voz provie Damasco, en Siria, célebre por sus ¡fábricas de
ne del hebreo; Alderete, del godo dage; Du Can- ARMAS BLANCAS.
ge, del sajón dager, nica, pugio; en la baja lati DAR. Alarma—albazo—alborada—alcance—
nidad se decia dagger, daggerius, daggardium, (los) alcances—alerta—algarada — aliento—(de)
dagga. Arma blanca, corta, con dos tilos ó con alta—ánimo—á partido— á reconocer—arma—
uno, y también triangular, cuadrada, acanalada. armas—asalto—auxilio—aviso—(de) baja—ban
Su guarnición, menor que la de la espada, cubre dera — baquetas — barreno—batalla— batería—
la mano y sus grandes gavilanes sirven para los (en el) blanco—brega—brio—calor—cara—ca
quites. No debo confundirse la daga con el esto rácter — caza — cima —cintarazos — comisión—
que, que es mucho más largo y delgado. En la contingente — (la) contraseña •— cuartel — (el)
antigua esgrima, pelear ó reñir con armas dobles j cuartel—cuarteles de invierno—cuenta—cuer-
era batirse con espada y daga á un tiempo. 1 po— cupo— curso — descanso— destacamento—
DAMASQUINO. Se dice del acero de arma j dirección—ejemplar—ejemplo—embestida—(en
blanca con ciertas labores y excelentes propie- I la) emboscada — (sobre el) enemigo — escolta —
DARD — 323 — DEGI
(las) espaldas—espíritu—estallido—estampido— Alterac. de Aragón. T. III. pág. 168). Todos co
(el) flanco— forraje— frente— fuego— fuegos — nocen el famoso verso de Virgilio
fueros—fuerza—garrote— gatillazo—giro—glo aParcere subjectis et debelare superbos»
ria—golpe—gracias—¡el) grito—guardia—guer DEBIL. Se dice del jefe que no tiene carác
ra—hora—humazo—jaque—largas— (una) lec ter; del ataque ó defensa que no es vigoroso.
ción—libertad—licencia—lumbres—mandobles
—(la) mano—mate—muerte—muestra—mues DEBILITAR al enemigo. Acometerle por di
tras—(el) uombre—<Jrden—(la) órden—órdenes versas partes para que acuda, y se divida, y se
— parte — pasaporte — pase — paso — (la) paz— enflaquezca en el punto que convenga.
permiso—pienso—pluses—posesión— quien-vi- DECADENCIA. Las milicias de los diferen
ve—raciones— rastrillazo — rebato — rehenes— tes tiempos y países, asi como los imperios ó es
repelón— represalias— rienda — salvaguardia— tados por ellas sostenidos, han tenido un princi
salvoconducto—santiago—^el) santo— seguro- pio de declinación, de ruina, precursor de su
sentencia—'la) seña—señal—servicio—sobreal- extinción. El espacio, á veces muy largo, entre
cances—temple— tratamiento— traza— treguas el apogeo y la ruina, como en la milicia romana,
—tributo—ventaja—jas) ventajas— vista —(la) se llama decadencia. Esta voz se aplica á la mili
voz—Dar v tomar. En equitación, el movimien cia, esto es, al conjunto del estado militar: no á
to alternativo por el cual se da libertad y se la tropa, que puede sentir pasajero decaimiento
contiene sucesivamente al caballo. ó descaecimiento.—Declinar, declinación parece
DARDO. Nombre genérico de toda arma ar más propio y usado respecto del gran poder de
rojadiza con el impulso del brazo. Covarrubias un príncipe ó de un estado, que mengua en ta
quiere que venga nada menos que de Dárdano lento, en fortuna, en valor, en grandeza.
rey de Troya; Carlos Aquino y Gebelin del cam- DECAMPAR. Levantar el campo, el campa
bro-británico ó celta daz, encina. Ménage del mento. Algunos hay que tachan este verbo de ga
bajo latin dardus. Sea como quiera, de la raiz, licismo. Efectivamente en francés se dice de-
positivamente germánica, hicieron los latinos lo camper. Pero lo autorizan el Dice, de Terreros,
que ántes llamaron telum, dardus. Los hubo in el Dice. Acad. 5 y sobre todo ¿hemos de ser tan
cendiarios ó de fuego, empeñalados, enherbolados escrupulosos que no lo admitamos, no teniendo
(V. e. v.) (V. Aclide, Esparo, Pilo). más que el circunloquio levantar el campo? Di
ciéndose acampar ¿porqué no decampar? Descam
DAAGA. Lo mismo que adarga. (V. e. v.)
par dice incorrectamente, ó quizá por errata, el
DÁRSENA. «El fondo ó la parte más res marqués de Santa Cruz [Refleco, mil. lib. 3 cap.
guardada de un puerto. También se llama así el 27). «Conviene mandarles muchas veces campar
paraje resguardado y artificialmente dispuesto y descampar con prontitud y silencio y mar
para conservar los navios desarmados en toda char con el mismo y enórden » «Tampoco su
seguridad ó para carenarlos á flote». (Dice. Acad. frirás que al descampar se meta fuego al campo».
Hist.) (Dice. Acad. esp.). DECANATO. Decanía, Descanía. El cargo
DATA. La distribución ordinaria de raciones y oficio de decano.
de pan y pienso. «Uno de los cuatro cabos de ca DECANO. En la antigüedad decurión, jefe ó
da compañía (alternando entre sí) acompañará comandante de una tropa de diez hombres.—
en el dia de data á los soldados nombrados para Hoy es nombre genérico, civil, del individuo
llevar el pan y cebada al cuartel » (Ord. gral. más antiguo en toda corporación.
art. 30. tít. 3. trat. 2).
DECENARIO. Lo mismo que decano, decu
DEBELACION. (V. Debelar). rión (V. e. v.)
DEBELAR. Vencer completamente, de un DECENTAR. Empezar una cosa, como vino,
golpe; destruir, aniquilar, conquistar, ocupar, pan. Traduce exactamente el entamer de los
reducir con ruina y desolación. La Academia franceses.
advierte que el uso castellano de este verbo, DECERCAR.(V. Descercar).
puramente latino, es más propio respecto á DECIDIDO. Uno de tantos adjetivos que hoy
hombres que á plazas. «En la guerra do sucesión se aglomeran al resuelto, bravo, bizarro, etc.
Aragón se declaró por el partido contrario á la
casa de Borbon, y Felipe V, después de haberle DECISIVO. En estratigia se aplica al punto
debelado y vencido, le quitó los fueros..." (Pidal importante, llave, cuya ocupación presupone,
DECL — 324 — DEFE
decide, prescribe ó da la ventaja ó la victoria. elevó á 20 y 30 plazas.—Los godos, en su em
En táctica, también puede haber punto, pero peño de imitar ó resucitar lo romano, conserva
más generalmente se llama decisivo al golpe, ron la DECANÍA, DESCAN1A, DECENIO, DECURIA, COmo
COMBATE, ACCION, BATALLA. primera unidad orgánica; dejando también el de
DECLARACION de cierra. En todos tiem centuria y llamando en su propia lengua tiufa
pos se ha dado gran solemnidad á osle acto. Los al millar o conjunto de diez centurias. La voz,
romanos enviaban sus feciales (V. e. v.j que ar puramente latina, decuria, deriva de la griega
rojaban un dardo ensangrentado sobre el terri deka, diez.
torio enemigo. En la barbarie de la edad media, DEDIL. Almohadilla en que se introducen
el heraldo ó caduceador (V. e. v.) presentá ndose dos dedos de la mano izquierda para tapar el
ante el monarca ó jefe enemigo, hacia una cor fogón de la pieza de artillería en el acto de
ta exposición de los motivos ú ofensas y con la CARGA.
cluía arrojando el guante. Modernamente los
gobiernos cortan relaciones, retirando sus agen DEFECCION. En latín defectio. Conjura
tes diplomáticos y publican largos manifiestos! ción, sublevación, sedición dirigida á vender la
en los cuales no es la sinceridad la prenda que causa por que se combate, ya arrojando las ar
mas ó pasándose con ellas al enemigo. «Solici-
más sobresale. —Declaración judicial es la que
latis ad defectionem animis voluntarios traxere» .
se presta en una sumaria ó proceso.
¡Tito Livio. lib. I.) En castellano no podemos
DECLINACION. «Caida, descenso ó declive decir defector, como los latinos.
de alguna cosa». (Dice. Acad. 5). En el tiro de
armas de fuego, el desvio horizontal de la tra DEFECTO de la coraza. La sisa ó escotadura
yectoria. cortada en el peto y espaldar de la coraza, para
dejar juego y holgura á los brazos. En los anti
DECLIVE. Del latín dectioium. Lo mismo guos caballeros este defecto ó falso se buscaba
que declivio. como único punto vulnerable; y hoy, metafóri
DECLIVIDAD. «Situación de terreno, mon camente, decimos en estrategia ó táctica que
te ú otra cosa que está en cuesta ó declivio, de se le busca al enemigo el falso ó defecto de la
donde se origina. Es voz nuevameute introdu coraza, para ponderar que se precave y no des
cida». íDicc. Acad. S¡. cubre punto descuidado ó vulnerable.

DECLIVIO. «El pendiente, la cuesta ó incli DEFENDEDERO. Dice. Acad. 5, trae este
nación de algún terreno» (Dice. Acad. 5).— En adjetivo como anticuado, y más abajo, sin anti
fortificación debe distinguirse declivio de talud cuar, defensable y defensible, para expresar lo
(V. e. v. jEste se mide con respecto al plano ver que se puede defender, loque es susceptible de
tical, y aquel al horizontal; por eso se dice de defensa.
clivio SUPERIOR al PLANO DE FUEGOS, muy poCO DEFENDER. Del latin defenderé. Proteger,
inclinado, y declivio de la banqueta á su peque preservar, librar de daño ó peligro, mantener,
ña rampa de subida. Es evidente que una incli conservar, asegurar.—Amparar, librar, prote
nación de i¡j grados lo mismo puede llamarse ger.—Abogar, alegar en favor de alguno.—Hoy
talud que declivio. Las dos caras del foso no suena á galicismo esle verbo usado, como anti
son lo uno, ni lo otro: sino escarpa y contraes guamente, en sentido de vedar, prohibir.—De
carpa; y el verdadero declivio que desde esta se fenderse es resistir, sostenerse, rechazar al ene
pierde en la campaña so llama glásis. migo. —El caballo se defiende cuando desobede
DECURIA. DECURION. Desde la más re ce al JINETE.
mota antigüedad se observa en los ejércitos una DEFENDIBLE. Los Dice. mil. de Hevia y
tendencia invariable á la organización decimal. 1 J. D' W. M. traen este adjetivo que no está en
Consta históricamente de los egipcios, y luego Dice. Acad. 5. (V. Defensable).
la sancionaron los romanos con las decurias y
centurias de su célebre legión El decano ó de DEFENDIDO. Adjetivo y participio de de
curión romano mandaría en su origen diez hom fender. Se usa sustantivado eu sentido forense ó
bres; pero luego, aunque el nombre subsistiese judicial. Antiguamente, seg. Dice. Acad. 5., se
como primer jefe de la unidad inferior, escua- ¡ decía también defendi do.
dra ó contubernio, no era preciso que esla tíme DEFENDIENTE. Voz anticuada. Defensor,
se precisamente aquel uumero lijo, pues se el que deliende.
DEFE — 325 — DELA
DEFENSA. En general la acción de defender da de un bosque, cuando, acometida por nues
y de defenderse. En el art. Guerra defensiva, tra caballería, quedó degollada toda tras bien
como lugar más propio, se apuntan algunas ideas poca resistencia». ,Coloma. G. de Fldndes, lib. 5
generales sobre esta importante voz.—defensas, y 7). Se ve pues el origen del toque y del adver-
en plural, se suelen llamar á las obras de forti vio actual a degüello.
ficación. Ayora en sus Cartas, a principios del DEGOLLINA. Voz familiar y baja. Carnice
siglo XVI, decia: aMuchas defensas bajadas (ba ría, matanza, pérdida grande y desproporcio
jas) se han cegado por lo que el artillería ha ti nada .
rado». Estas defensas son aquí las casamatas. DEGRADACION. DEGRADAR. La desti
Bajo el nombre, también genérico de defensas tución judicial, pdblica, solemne, y ceremonio
accesorias comprenden los ingenieros, en la for sa de un empleo militar. Generalmente sólo pre
tificación de campaña, una multitud de medios, cede á graves penas como la muerte ó presidio.
más ó menos eficaces, para dificultar el acceso —Degradarse, seg. Dice. Acad. 5, es «humillar
y detener el enemigo, como abrojos, estacadas, se ó abatirse á lo que no corresponde»,
frisas, pozos de lobo, talas, viñas, etc.—El caba
llo tiene sus defensas, que emplea en desobede DEGÜELLO. El toque de caballería para con
cer al jinete y deshacerse de él, si puede.—De sumar la CARGA.
fensa es también el escrito que lee ante el conse DEHESA. Por lo que pueda interesar á la
jo DE GUERRA el OFICIAL DEFENSOR Ó abogado. caballeria, daremos integra la definición del
DEFEN'SABLE. El Marqués de Santa cruz en Dice. Acad. Hist. «La tierra acotada de priva
sus Reflex mil usa siempre este adjetivo en vez tivo dominio de algún pueblo ó parlicular. Por
de defendible. «Que las armas de los paisanos lo común tiene pastos y se entiende la voz de
estén juntas en un cuerpo de guardia, que se hesa, en la más general acepción, de los pastos
formará en el puesto más defensable de cada lu- acotados con dominio particular. So deriva del
gar,como escastillo, casa-fuerteó iglesia», (lib.5. latín deffensa. Las dehesas del dominio de los
cap. 55). Dice. Acad. 5 da este adjetivo sin an pueblos se llaman dehesas de propios. Si se for
ticuar (V. Defendedero). DEíENSADono está en uso. man de terrenos baldíos, por vía de arbitrio para
DEFENSAR. Dice. Acad 5, lo da como anti ocurrir á alguna necesidad del común, se lla
man dehesas arbitradas. Si se destinan al pasto
cuado. Defender.
del ganado de la labranza, y del cerril, se deno
DEFENS1BLE. Anticuado. Lo mismo que minan dehesas boyales. En las provincias de
defensable. Lo que se puede defender. marca ó frontera como Extremadura y Andalu
DEFENSION. Dice. Acad. 5, lo da como an cía, en que está prohibido echar en contrario
ticuado. Defensa. Se lee sin embargo en buenos las yeguas, se distinguen las dehesas destinadas
hablistas, por ejemplo en Avila Zuñiga (Coment. á la cria de caballos con los dictados de dehesas
426): «era bastante gente para defensión de de yeguas; ó dehesas de potros, que se separan
aquella ciudad». á ciertos tiempos de las madres. La misma dis
DEFENSIVA. Algunas de las elevadas consi tinción bay en las dehesas cuya yerba se aplica
deraciones á que da lugar esta voz técnica, se al ganado de la carnicería, y se llama dehesa
ban incluido, como lugar másá propósito, en el carnicera, ó coto carnicero. Entre las dehesas
art. guerra defensiva. hay otra diferencia general: unas son de pasto y
labor, porque alternativamente se destinan á
DEFENSIVO. Como adjetivo, ya se sabe que
ambos usos, y este era más común en lo anti
comprenden lodo lo que sirve para defender,
guo, porque la yerba se afina y mejora con la
reparar, resistü, cubrir, resguardar; pero Dice.
labor; y otras son de puro paslo, porque su ter
Acad. 5 lo da también como sustantivo en senti
reno no se consideró apto para la labranza, co
do de defensa, reparo, preservativo, resguardo.
mo sucede en las dehesas de poco suelo. En Ga
DEFENSOR. El que defiende. licia se contrae esta voz al terreno arbolado y
DEGOLLAR. En los siglos XVI y XVII este cercado; y es lo que en Extremadura y Portu
verbo se usaba siempre, como técnico, en vez gal llaman tapada».
del moderno acuchillar (V. e. v.) « y dando
DEJADEZ. Pereza, negligencia, abandono
de improviso en las trincheras, habian dego
llado al pié de ochocientos enemigos de todas de sí mismo ó de sus propias cosas. Grave de
naciones, en especial ingleses».—«La infantería fecto en el militar.
enemiga entretanto iba procurando ganarla fal DELANTERA, En la milicia antigua no sólo
DELG — 326 — DEND
significaba vanguardia y descubierta sino tam El genio de Aníbal se revela permaneciendo
bién FRONTERA ¡DlCC. ACAD. 5). diez y seis años en Italia, aislado, cercado, sin
noticias siquiera de Africa, su patria, su base de
DELGADO. Algunos puristas se rebelan con
operaci jn'es. El duro y tenaz guerrero, que sólo
tra este adjetivo (traducción del francés minee)
cedia la delantera á Alejandro y á Pirro, no es
aplicado al orden táctico extenso ó abierto, por presumible, ni verosímil que se enervase en
oposición al denso, profundo ó cerrado; pero tie
Cápua por deliciosas que fueran sus delicias. A
ne sanción oficial en el reglamento vigente y con pesar de esta larga y conveniente rectificación,
ella basta. En losarts. Batalla y Táctica se en la fraso continuará en pié, y de todo militar que
contrará cuanto conviene á esta voz.
por inactividad, mala fortuna ú otras causas,
DELICIAS de Cápua. Hay ciertas vulgarida interrumpa una carrera victoriosa, siempre
des en la historia que tienen singular privilegio se dirá «que se duerme en las Delicias de
de repetición. Esto de las delicias de Cápua, es Cápuao.
decir, que Aníbal se quedó allí como encantado DELTA. Se llama así, en geografía física y
y no tomó á Roma porque no quiso, se repite topografía, al terreno particular que se deposi
con Felipe II, que tampoco era aficionado á de ta en las embocaduras de los grandes ríos, espe
licias, cuando le increpan airados los historia cialmente en los de largo curso y poco desnivel.
dores porque no se fué de rondón á París en Esto nombre, genérico en la ciencia, proviene
cuanto tuvo ganada la decisiva victoria de San de la semejanza con la letra griega así llamada,
Quintín. El dicho atribuido á su padre en Yus- que tiene la forma triangular característica de
tc, «¿Y no está ya en París el rey mi hijo?» que osle terreno. Si no fuese un mal aumentar sin
se cita como acusación, lo tenemos por apócrifo;
necesidad la sinonimia en la nomenclatura cien
y si tanto no se nos permite, por simple expre tífica, en España debería adoptarse como más
sión jaculatoria de deseo. Pues qué, ¿no conocía
propia la palabra arábiga alfaque.—La forma
Carlos V por tristes experiencias suyas, todos
ción de deltas ó alfaques es producida por la
los elementos de vitalidad y de resistencia que
acumulación de los materiales que los ríos
se agolpan al corazón de una nacionalidad tan transportan y el mar repele, y que so van depo
secular, tan varonil como la Francia, cuando sitando por capas sucesivas en figura ó forma
en él siente ya la fría punta de la espada ene de ánculo saliente, con dirección contraría á la
miga? ¿No recordaba el invicto Emperador sus del rio y en glasis ó declive por el lado opues
propios desengaños y desastres, en sus dos te to. El resultado es que el rio muchas veces se
naces invasiones por Marsella, por Metz ? ve forzado á variar de curso y á partirse en di
Vauvilliers afirma, con razón, que Aníbal ferentes brazos ó bocas.—Los deltas son mari
no se perdió por las pretendidas delicias de Cá nos, cuando se forman al desembocar un rio en el
pua, en cuya ciudad jamás hizo entrar su ejér mar; pero si desemboca en un lago toman la ca
cito. Lejos de eso, lo tuvo constantemente lificación de lacustres. —Los deltas ó alfaques
campado sobre las alturas de Tifates, frente al más notables son los de los rios Nílo, Ganges,
campo ó castro romano de Suessula, en las al Mississípi, Rhín, Escalda, Pó, Adige y en Espa
turas de Terracina, cubierto aquel por las lagu
ña el del Ebro.
nas pontinas.
La razón de no marchar Aníbal sobre Roma DEMOLER. Del verbo latino demoleré, pro
después de la victoria de Carinas (538 de Roma, cedente del sustantivo moles, masa, mole. Des
216 a. C.) la encuentra Napoleón III (Hist.dc Cé hacer, arruinar, arrasar, echar por tierra casti
sar, lib. 1 . cap. 4) en que el nervio de su ejer llos, MURALLAS, FORTIFICACIONES.
cito era la caballería sumida, inútil para un sitio, DEMOLICION. Sustantivo latino. Acción y
en la inferioridad de sus medios y recursos po- efecto de demoler.
liorcéticos. Por eso, después de la victoria del
Trebia (536) no pudo hacerse dueño de Plasen- DEMOSTRACION. Lo que se llama fihta
cia; después de la de Trasimeno (537) también en esgrima, ataque falso en táctica, y en gene
se estrelló ante Espoleto; tres veces avanzó con ral, amago, ardid, estratagema, movimiento simu
tra Ñapóles, sin atreverse á sitiarla, y más tar lado por una parte para caer sobre otra, eso
de tuvo que levantar los sitios de Ñola, Cumas y quieren los modernos estratégicos que séllame
Casilino. La cíudadela de Tahesio se defendió demostración, respecto á un gran ejercito.
cinco años, sin poder tomarla. (¿Cómo, pues, DENDROFORO. En los últimos tiempos de
atacar á Roma bien guarnecida? la milicia romana, obrero, maquinista, qe,ntonakio
DENO — 327 — DERE
(V. e. y.). El código de Teodosio los cita y esta dósito de trinchera, es decir, de los útiles y ma
tuye « ut in quibuscumque nppidis dendro- teriales que su construcción requiere; depósito
phori fuerint centonariorum alque fabrorum cor- de municiones, de víveres, etc. La reunión de
poribusadnetantur». La etimología es griega. personas, con ciertas condiciones en lugar dado,
DENODADO. Intrépido, resuelto, atrevido. constituye también depósito; y los hay de prisio
El Dice. Acad. 5 da como anticuado el verbo de- neros, de OFICIALES DE REEMPLAZO, de TRANSEUNTES,
de inútiles, de quintos. Algunas plazas ó puntos
nodarse «atreverse, esforzarse, mostrarse feroz
fuertes, donde se almacenan y resguardan ele
y osado» . mentos de guerra de todo género, y en respetable
DENSO. Uno de los calificativos del orden cantidad, reciben el nombre de plazas de depó
táctico que también se llama cerrado, profundo sito.—Siendo en 1867 el Depósito de la Guerra
(V. Batalla, Táctica, Orden.) una importante dependencia del cuerpo de Es
DENTELLADO. «Lo que tiene dientes ó se tado Mayor, en su artículo podrán verse algunos
asemeja á ellos». (Dice. Acad. 5). Adjetivo que datos que le conciernen. —Aplicado á las aguas,
podriaaplicar.se en fortificación á la traza ó sis es el lugar donde se recogen para distribuirlas
tema atenazado, á la línea de llares ó dientes de á varias partes.—También designa, en geología y
SIERRA. en agronomía, los materiales acarreados por las
crecidas, siendo á voces sinónimo de aluvión y
DENUDACION. Los geólogos, de acuerdo sedimento (V. e. v.).
con el diccionario de la lengua, significan con
esta palabra los efectos destructores de las aguas DEPREDACION. Voz latina. Pillaje, robo,
corrientes, que alteran y descomponen las ro saqueo, merodeo, vandalismo, estrago.
cas, robándoles sucesivamente materiales que DEPRESION. En sentido moral, único en
van k depositarse en otros puntos. Esta acción que lo inserta Dice. Acad. 5. vale abatimiento.
ha sido á veces tan violenta, que ha producido Del latín depressio.—Hablando de terreno, es una
grandes valles, llamados por eso de denuda parte de él baja, honda, hundida, cóncava con
ción, y fáciles de distinguir, no sólo por la con respecto á las que le rodean. Lo opuesto y con
cordancia de las capas ó estratos en sus paredes trario á elevación.—En el tiro tiene análogo signi
ó laderas, sino por el nivel de las eminencias que ficado; tirar por depresión, tirar bajo, por debajo
ios forman y cierran. de la horizontal (V. y disting. Sumersión).
DENUEDO. Ardimiento, brío, esfuerzo, va DEPUGNACION. Voz latina, que usa Vege-
lor, intrepidez. gio en sentido de batalla, ó más bien, de Orden
táctico. «Depugnationum septem sunt genera. ..n
DEPARTAMENTO. En la marina es el dis (lib. 3. cap. 20). Tito Livio usa también el ver
trito de la costa á que se extiende el mando de bo depugnar, combatir, pelear (V. y comp. Ex
los jefes superiores, que residen en los tres ar pugnar, Propugnar).
senales del Ferrol, Cádiz y Cartagena, para los
asuntos de la marina y formación de las matrí DERECERA. «El camino que va recto ó de
culas. La artillería del ejército también llama recho á algún sitioó lugar». (Dice. Acad. 5)
departamentos k sus principales circunscrip DERECHA. Consultando la historia se ve
ciones. que en todas las tácticas y órdenes de formación,
DEPOSICION de empleo. Por el contexto de este puesto, desde los tiempos más remotos, ha
la Ordenanza es lo mismo que privación, destitu sido siempre el de honor, preferencia y peligro.
ción ó pérdida del empleo; pero no implica siem En la falange griega la derecha se llamaba cabe
pre exclusión, separación (V. e. v.) ni despedida za y la izquierda, cola: lo que indica desdo lue
delservicio (V. el orí. 35. tit. 10. trat. 8.) (V. y go que el orden de marcha era habitualmente
disting. Degradación). por el flanco derecho. En general, entre los an
tiguos el puesto de honor, el del general en je
DEPOSITARIO. Nombre que suele darse al fe, no era en el centro, sino á la derecha. Y este
capitán cajero de un regimiento, y en general á uso pasó de la falange á la legión. Vegecio dice
aquel en cuyo poder se depositan fondos ó cau explícitamente (lib. 3. cap. 17); «El general en
dales. jefe se coloca entre la caballería y la infantería
DEPOSITO. Conforme á su vulgar significa del ala derecha; el comandante en segundo, en
do do acumulación, aglomeración ó reunión, y el centro, y el tercero, á la izquierda». Entre los
también del lugar ó local en que se hace, esla griegos se concibe más bien esta costumbre por
voz tiene uso técnico en la milicia. Así hay de- lo corto de sus frentes de batalla.
DERE — 328 — DERE
Pero en esta, como en otras prácticas, es por el derecho «inicial n , el más antiguo, el más
demás buscar origen razonado, cuando lo tienen natural, el más respetado es el derecho de la
conjetural y satisfactorio. Desde luego el uso ge fuerza, también habrá que convenir en que el
neral de esgrimir ó manejar el arma ofensiva con arte de la guerra, reducido en su esencia á dar
la mano derecha, y de cubrirse con la izqu'erda, á la fuerza toda la energía de que es suceptible
que llevaba el escudo, obligó á que el orden, co y la dirección más adecuada, para que obre con
mo decimos en el dia, paralelo, se convirtiese mayor efecto; si bien entroniza aquel terrible y
espontáneamente en oblícuo. La tendencia ins bárbaro derecho, puede también, como la lanza
tintiva en el soldado, de abrigarse en parte con de Aquiles, curar las heridas que abre, sirvien
el escudo de su compañero de la derecha, haria do de escudo protector al débil, que es víctima
como en el cúneo que, al mezclarse dos tropas, de la superioridad brutal. Los griegos de Mara
abordase ántes la derecha y áun á veces ella so thón y de Platea hace muchos siglos que demos
la, según las vicisitudes de la lucha. (V. Táctica, traron esta verdad consoladora, confirmada
Orden oblícuo, Cuerno). Nos guardaremos de luego con numerosos ejemplos; pero forzoso es
mentar siquiera los innumerables alegatos, con confesar también, por la inversa, que si ese de
sultas, cédulas, decretos á que ha dado lugar recho de la fuerza está mantenido por el arte
esta pueril y eterna cuestión de derecha, es de militar, el misero pueblo vencido tendrá que
cir, de vana precedencia, de hueco privilegio, prosternarse ante Alejandro, César ó Napoleón
de ridicula primogenitura. Afortunadamente las y óir de los altivos labios del conquistador el frió
ideas hoy van por otro camino; y la táctica vi / Yo? victis! en que los romanos compendiaban to
gente en 1867 ha dado el golpe de gracia á ran da fórmula de derecho.
cias preocupaciones, que se guarecían bajo el El derecho de la guerra es, pues, sinónimo
respetable nombre de tradiciones. La tradición del derecho de guerra (sin el articulo la), pues
(V. e. v.) no consiste en formar aquí ó acullá en to quo la guerra es simplemente el uso de la
ilias de parada, sino en ser el más valiente, el fuerza. Ocioso es advertir que la idea envuelta
más honrado, el más instruido, el más dispues en ambos derechos es gemela, sino la misma,
to, el más leal. que encierra la locución usual derecho de con
En el excelente Diálogo militar de Francisco quista. Con los albores de la primera civilización
de Valdes, escrito hácia 1568, y en que se ex se descubrieron las horribles llagas que en el
pone la táctica de aquel tiempo, pregunta Var cuerpo social dejaba abiertas la consagración
eas (fól. 47): «¿Qué es la causa porque decis que absoluta de ese inhumano derecho de la guerra,
vaya primero la manga y guarnición de la mano que viene ¡i ser en rigor el derecho de gentes,
derecha que la siniestra, hay por ventura algún es decir, la colección de estipulaciones, tácitas
misterio en ello? Y responde Londoño: «No sé ó expresas, sancionadas hoy por la civilización,
otro, sino que en todas nuestras acciones debe que quitan á la guerra su ferocidad primitiva y
mos llegarnos á la perfección en cuanto pudié esencial.
remos; y como la mano derecha sea la más no Mas, por desgracia, al decir derecho de gen
ble y perfeta, do allí es bien se comience á ha- tes, preciso es confesar que en rigor nada se di
cor el escuadrón y de allí mismo se dé principio ce. Después de apurar volúmenes vendremos á
á deshacer». parar en que el tal derecho no tiene otra san
ción que la suerte veleidosa ó injusta de las ar
DERECHO. Del verbo latino dirigere, direc- mas; que no es el mismo en todas épocas y en
tum. Palabra indefinible, abstracta, que sólo se todas partes; y que, así como la antigua Roma
logra concretar á fuerza de adjetivos, por ejem llamaba bárbaro á todo lo que no era romano,
plo: Derecho administrativo,—económico,—ci hoy nos contentamos con llamar asi todo lo que
vil,—común, consuetudinario,—criminal,—di no entra en nuestra encomiada civilización, sin
vino ,— eclesiástico ,— humano ,— mercantil ,— cuidarnos de averiguar las veces que nos con
municipal ,— natural , —penal,—politico,— po tradecimos.
sitivo ,—privado ,—público,—real,—romano,— Más concreto, más positivo, más formulado
—social, etc. Huera de todos estos, los tres que puede ser el derecho internacional, el que liga
más de cerca interesan al militar, y procurare á dos ó más estados entre si, apoyado en sus re
mos distinguir, son: el derecho de guerra, el cíprocos intereses y necesidades; pero aún así,
derecho de la guerra y el derecho militar que no á pesar de la forma escrita y duradera que pre
son sinónimos aunque lo parezcan. tenden imprimirle los diplomáticos, siempre
Conviniendo, por doloroso que sea, en que asoma por entre los protocolos como en. Dina
DERE • - 329 - DERE
marca (1865) en Sadowa (1866) la garra amena celente criterio. Otro jesuíta español, Francisco
zadora del antiguo derecho de la fuerza. Suarez, en su obra De kgibus ac Deo legislatore,
Parece, pues, que hay alguna distinción entre deslindó más el asunto con alardes de sutileza.
derecho de guerra, derecuo de conquista, dere De los teólogos y canonistas, la cuestión pa
cho DE LA GUERRA, DERECHO DE GENTES y DERECHO IN so á los jurisconsultos y el célebre Baltasar de
TERNACIONAL. El uso, sin embargo, hace sinóni Ayala que ejercía un cargo militaren los Países
mos los tres últimos; y bajo el nombre genérico Bajos en su conocida obra De jure et officii be
de derecho de gentes ó internacional se com lli examinó con mejor sistema cuanto con
prenden todas las arduas cuestiones que tien cierne á las leves de la guerra, á los deberes y
den á regularizar, por convenio mutuo, el trato derechos de las contendientes. Impregnado del
y el bien-estar reciproco de las naciones mo antiguo derecho romano, á él se ciñe demasia
dernas. do; pero avanza ya á condenar hostilidades que
Inútil es buscar en las antiguas raíz, ni orí- sólo se funden en diferencias de religión.
gen de tal derecho. Cuando Aristóteles. {Políti Alberico Gentilis, catedrático de Oxford, dió
ca, lib. 1. cap. 4.) asienta: «que los bárbaros es- otro paso en su obra De Legalionibus, 1583, y en
tan destinados por la naturaleza á ser esclavos su tratado De jure belli, 1589, primero que se
de los griegos, y se puede emplear en justicia reputa por completo y que los italianos miran
toda clase de medios para reducirlos á la escla como la fuente de todos los posteriores.
vitud» no es presumible la menor noción de Entre estos descuella con celebridad Hu
equidad, de razón, ni de derecho. go Grocio (holandés nacido en 1583^ que en sus
Algún indicio de modificación apareció en libros De jure belli et pacis (París 1625) y Mare
Roma con el colegio de los Feciales (V. e. v.J; liberum (1635) expuso luminosamente el asun
pero conocida es la suerte de los pueblos con to y lo trató como filósofo y moralista. Busca er
quistados, para detenerse á investigar si pasaron la sociabilidad el fundamento del derecho de gen
á la practica algunas de las humanitarias teorías tes, y aunque el principio no sea inconcuso,
que proclamaron Cicerón y otros juriscon como debe serlo para constituir base de una
sultos. ciencia, aunque Grocio no haga distinción pre
En la edad media, á pesar de la propagación cisa entre los tres derechos de gentes, natural y
del cristianismo, el derecho de gentes no ade político, su libro respira ideas de tal humani
lantó un paso. En España, sin embargo, algún dad y mansedumbre, que el éxito vino á sancio
destello se percibe por entre las tinieblas de narlas, y la ciencia del derecho quedó al parecer
aquel tiempo, tanto en la conquista por los ára delinilivamente formulada.
bes, como en la reconquista (V. Alfaqueque) es La Europa entonces ya estaba en disposición
pecialmente en la de los antiguos reinos de To de recibir esta buena semilla. La paz de West-
ledo, Sevilla y Granada. Pero todavía en esta falia (1618) se tiene por el primer tratado que
última la crónica nos dice que en la toma de toma por base el principio del equilibrio; la di
Málaga, la población quedó esclava; y en el re plomacia se extiende, y el camino se abre á rá
parto de sus míseros habitantes se ve que al pidas y fecundas mejoras.
Papa se destinó cierto número de esclavos, no No nos es licito seguirlas, y nos contentare
tables por su gallardía. mos con apuntar que Samuel Puffendorf (nacido
Los juristas, tan aficionados á la guerra de en 1 632, doce años ántes de la muerte de Gro
pluma como enemigos de la de espada, fue cio) continuó, sin gran adelanto, estudios que
ron, desde Alfonso el Sabio, los que principia Juan Selden (1650) y Samuel Rachel (1676) en su
ron, con más éxito que ántes los clérigos, á sua tiempo, y luego Leibnitz y Spinosa ampliaron y
vizar y amansar un tanto la índole feroz y bata desenvolvieron.
lladora de la edad media. En el siglo XVI, al re En el siglo XVII I otro holandés, Rvnkershock
sucitar la literatura latina, se empezó á escribir (nacido en 1673) en sus obras de 1702, 1721 y
sobre derecho de gentes. La prioridad, según los 1737 (esta última titulada Quwstiones juris pu-
eruditos, corresponde al fraile dominicano Fran blici) desenvuelve con acierto varias cuestiones
cisco Victoria, que en una obra publicada en de derecho público.
1557 y reimpresa luego con el titulo de Relec- Barbeirac (traductor y anotador de Grocio y
" tiones Theologicm, consagró la sexta disertación Puffendorf) Heinecio, Wolfio, Wattel (1714—■
al Jure belli. Los incidentes teológicos, con que 1767) Moser, Martens, Benthani, Rousseau, Kant
complica una cuestión de suyo compleja, no im y otros trataron en el siglo XVIII de esclarecer
piden que brille la luz de sana moral y de ex esta nebulosa materia.
42
DERE — 330 — DERE
Pero, no bien el espíritu humano rompe al co Gcntili, á Grocío, etc. El autor condensa en
guna de las vallas que lo aprisionan, seguro es pocas palabras extensas teorías, sentando oque
que ha de extraviarse por caminos desconocidos no se debe hacer más daño que el estricto para
y peligrosos. A fuerza de pensar en «modificar y conseguir la victoria». La aplicación de esle hu
regularizar la guerra» el célebre abate Saint- manitario principio ofrecerá siempre grandes
Piehre, á mediados del siglo anterior, cortó el dificultades de interpretación en la práctica. El
nudo gordiano pensando en suprimirla con el autor mismo da un ejemplo en el párrafo en que
Proyecto de paz perpetua que el cardenal Dubois enumerando las condiciones y los casos genera
calificó de «Sueños de un hombre de bien». Ex les del derecho, como respetar heridos, muje
cusado es decir que el sueño tendría acogida en res, etc. dice: «una infracción del derecho de gen
el soñador Rousseau; pero lo extraño es que en tes no autoriza otra, pero si una enérgica repre
este nuestro siglo de las luces, un Congreso de la salia: al trásfuga, al espía, al partidario, á todo
Paz (cuya primera sesión se celebró en los Es el que hace la guerra sin que sea el deber de su
tados-Unidos en 181 2 las continúe con forma profesión, se le puede dar muerte: éste sera el
lidad todos lósanos y con gran fruición do los pe único medio de hacer contener en sus hogares
riodistas y «pensadoresn. á ios ciudadanos turbulentos. Sin embargo,
Por lo demás, el catálogo de autores sobre cuando tal es el número de partidarios que de
Derecho de gestes, en lo que va del siglo XIX. muestran la exasperación de la opinión pública,
sería interminable. Recordaremos sólo que la debe considerárseles como ejército regular y
nación que abrió la vía, después del histórico darles cuartel, si ellos no se hacen indignos de
letargo que pasó en este ramo como en todos, esta consideración».
también ha despertado contribuyendo al movi Hemos trascrito textualmente el párrafo, sólo
miento europeo con obras como los Elemento!) por mostraren qué embrollos casuísticos puede
de derecho internacional de Dos José María Pando enredarse esta materia ¿Quién mide «la exaspe
(•1843) los de Don Antonio Riquelme ''1849; U Colec ración de la opinión pública»"?
ción de Tratados, etc. de Don Alejandro del Cas El coronel francés de ingenieros Vauviliers
tillo ( 1 843,i y el Tratado de las relaciones inter no encuentra «técnicamente» medio más expe
nacionales de España de Don Facundo (.¡oñi ("1848).. dito de tomar las plazas que el romrardeo; y asi
Ahora bien: desconocer que las leyes de la lo asienta en descarnada frase iBombardez tnu-
guerra se han suavizado visiblemente, y que es jows\n. El general Sánchez Osorio recomienda
meritorio y humanitario todo esfuerzo en este sus raterías de tiradores, que algunos tienen
sentido, sería negar gratuitamente un hecho no por contrarias al derecho de la guerra. Pues
ble y que ensalza la dignidad humana; pero bien, si se pregunta á los dos autores, ellos con
miéntras los juristas, moralistas y filósofos bus vencerán de que ambos medios, crueles y hor
can los medios de evitar ó alojar las guerras, el ribles en sí, abrevian y por consiguiente son
militar, el que está encargado de hacerlas, si «prácticamente humanitarios». Mauvili.on dijo,
bien debe conocer los adelantos y sancionar con en el siglo pasado, que el único modo de que no
su conducta los principios de humanidad, quizá hubiese más guerras era «inventar el medio de
siga mejor camino estudiando su arte homicida, exterminar de un solo golpe un ejército entero
y toque más pronto el fin que se propone el ó arruinar, asolar una provincia».
Congreso de la Paz, sabiendo hacer la guerra ¿Los proyectiles actuales son «admisibles»
rápida, tremenda, decisiva. en buen derecho decentes? ¿Se puede incendiar
Natural es por lo tanto que en los i.irros mi pueblos en retirada, para contener al enemigo?
litares puramente dogmáticos, este espinoso ¿Se puede degollar prisioneros ó dejarlos morir
asunto del derecho de gentes, sino se omite, se de hambre por no tener con que mantenerlos?
trate al menos muy de pasada: hay en efecto al ¿Se puede matar á los heridos propios ó enemi
go que pugna y hace difícil la conciliación, y el gos para acararlos? ¿Se puede hacer talas y de
ejemplo es patente en la obra didáctica más re vastaciones sistemáticas para reducir al enemi
ciente que conocemos. go? ¿Qué es contrirucion de guerra? ¿Qué son re
El comandante Villamartin, al tratar rápida presalias?....—Ante tan graves cuestionesel em
mente esta materia en sus excelentes Nociones barazóos permitido. En él dejaremosal lector; pe
del Arte militar, se declara incompetente, por pu ro recomendándole que á la lectura de Saint-iher-
ra modestia sin duda, puesto que cita al padre rf. ó Rousseau prefiera la de Vauviliers ú Osorio.
dominico español Francisco Victoria, al jesuíta El derecho militar lo constituyen las máxi
Francisco Suarez, á Raltasar de Ayala.á Alber- mas, los principios, las reglas . las leyes, hasta
DERE — 331 — DERR
las tradiciones y los usos que sirven de funda la ración cuando el ejército español se bate. Sin
mento y pauta á lo que se llama legislación mi ascender á las Guerras de Flándes ¡V. Altera
litar ó legislación de la gente de guerra, de la ción, Disciplina) la última civil está reciente y el
milicia, del estado militar. Se ve pues la gran ejemplo vivo en los dos bandos. El soldado in
diferencia entre este derecho y el derecho de glés, que es muy buen soldado, digan loque quie
GUERRA y DE LA GUERRA. ran, no se bate á gusto si no tiene aguardiente;
Inútil es demostrar que esta es en todos los se le respeta el capricho y nunca le falta; en
países exclusiva, especial; pero conviene adver cambio, él suele excederse y se le desgarra á
tir que en ninguna potencia militar de Europa azotes lo cual es perfectamente ajustado á dere
existe todavía algo que se aproxime a código, ni cho. Pero donde no hay tales sibaritismos de
á derecho militar constituido. Esta falla, al pa aguardiente, ni beefteak, seria tiránico resucitar
recer inexplicable, revela todo lo arduo y tras las baquetas; y pretender, como derecho, que el
cendente de la cuestión y aqui por lo tanto no español se bata siele años consecutivos sin ver
nos es permitido ni aun desflorarla. Solo nos toca media paga junta, ni uniforme nuevo, ni otro
recordar la necesidad de que la Ordenanza vi manjar que la ración mermada, esyaun.i exa
gente, promulgada en '22 octubre 1768 y el cú geración de optimismo que no debe repetirse.
mulo de adiciones, supresiones y explicaciones Si de la parte material, de poco interés en
que en tan largo intervalo ha tenido, se sometan efecto para el militar español, se asciende á la
á una detenida revisión y aparezcan, sin graves moral, esa idea absoluta y egoísta del derecho
alteraciones en el fondo, con forma más adecua siempre arriba y del deber abajo, los dos inde
da á nuestros tiempos, que en rigor distan de finidos, ilimitados, relaja la disciplina (V. e. v.)
aquellos moralmente, algo más que un siglo. que es la perfecta compensación entre ambos;
(V. Ordenanza, Justicia). — destempla todos los resortes, y á veces produce
Derechos, en plural, y por oposición á dsbe- esas manifestaciones de tibieza y disgusto, que
res, se llaman los que el militar tiene implícitos se toman equivocadamente por sintonías de
ó explícitos respecto al Estado en materias de enervación, y pueden, á la inversa, señalar ex
justicia, de ascensos, de retiros. La consigna ceso de vitalidad que se ahoga, de energía que
ción de éstos derechos que, si en la balanza de se comprime, de actividad que no encuentra ex
la equidad han de contrapesar á los deberes, pansión.
forzosamente han de ser grandes, siempre será DERIVACION. La significación del verbo
el escollo del legislador. Lo que más ama el hom derivar; «traer su origen de alguna cosa, enca
bre es su vida y su libertad con ella: de una y minar, conducir algo de una parte á otra» hace
otra casi se desprende el militar en el primer éstas palabras usuales en topografía, refiriéndo
articulo, digámoslo así, del contrato solemneque se á ríos y montañas. Asi como puede decirse
celebra con su patria y que santifica con el ju derivar un canal, hacer una derivación do un
ramento Á la bandera. rio, también se entiende por derivación de una
Racionalmente, grandes y respetables pare montaña ó cordillera, el estribo contrafuerte ó
ce que debían ser los derechos, que en justa com ramificación.—En balística, ó tiro de las armas
pensación al articulo segundo del contrato debía de fuego, derivación es una desviación (V. e. v.)
consignar y estatuir. Sin embargo ni los derechos, especial, constante y peculiar de las armas ra
ni el articulo existen. Es más: el soldado español yadas, en cuyo tiro la bala se desvia ó deriva á
ni los necesita ni los pide. Por una de sus gran la derecha del plano vertical, si el ánima está
des y nobles aaomalías, cuanto más le exigen y rayada de izquierda á derecha y á la izquierda,
menos le dan, más se callaymejor se bate. Pero si al contrario.
bien se comprende que en esta abnegación in
génita, manantial de heroismo y de virtudes, no DEROXCHAR. Combatir, pelear. Dice. Acad.
se ha de fundar un contra-derecho; en esta vo 5. da como anticuado este verbo. Quizá deba es
luntaria y magnánima renuncia de su derecho cribirse deruonchar.
inalienable, no es noble, no es digno, no es justo DERRAMAR. Este verbo tuvo en la edad me
apoyar usurpaciones, sancionar prácticas abu dia significado TÉCNICO de REFORMAR, DESPEDIR, LI
sivas, invocar añejas corruptelas ó errores, ni CENCIAR tropas. «E las mil lanzas, que el Rey
mucho ménos establecer sobre ellos otros nue j manda andar con la corte, las zahiere el conde
vos con el nombre irritante de derechos. i de Benavcnte, é el Adelantado, ó Diego Gómez
Consultando la historia, se ve la singular I de Sandoval; é han hecho que los procuradores
coincidencia de faltar siempre la paga y á veces j piden al Rey que las derrame. Yo creo saber que
DERR 332 DESA
el Rey despedirá seiscientas lanzas; mas Don Al Dice, de Moretti, contra su costumbre, en vez de
varo de Luna no se halla bien guardado con sólo trascribir esto llanamente, se entra en sutilezas
cuatrocientas lanzas» vBach. de Cibdadheal. Epís y distinciones, que por nuestra parte no acep
tola, V.) También tuvo sentido de merodear, sa tamos.
lirse de las filas. «Ninguno non sea osado de der DERRUBIAR. «Robar insensiblemente el
ramar, nin de ir á los enemigos, si non quando se rio, arroyo ó cualquiera humedad la tierra de
lo mandar en aquella guisa que mayor daño les las riberas que sirven de madre ó la de alguna
podrá facer» (Doctr. de Caball. pág. 31 .) Des tapia. (Dice. Acad. S).
mandarse, desordenarse en la fuga. «Volvieron DERRUBIO. «El robo que hacen las aguas
sin detenimiento las espaldas y derramáronse de los rios y arroyos en las tierras inmediatas, y
todos sin concierto para huir» (Ambr. Morales. la tierra que se cae ó desmorona por esta causa» .
ib. G. cap. 23). «Y mandando poner fuego al (Dice. Acad. 5).
lugar por diferentes parles, acometió al mismo DERRUMRADERO. «El sitio escarpado y en
tiempo que tomó cuerpo la llama con tanta reso que los caminantes con facilidad pueden perder
lución, que, sin dejarles lugar para que pudiesen
el rumbo ó tino y precipitarse». (Dice. Acad.
discurrir en su flaqueza, los rompió y desalojó
enteramente obligándolos á que volviesen las Hist.j
espaldas y se derramasen á los bosques». (Solis. DESABASTECER. Retirar ó recoger los ví
Conq. de Méjico, lib. 2. cap. 18). veres de un punto fuerte. «Es particularmen
te necesario desabastecer las plazas que rodea
DERRAME. «La subdivisión de una cañada das de estrechas avenidas imposibilitan el so
ó valle en salidas más angostas ó vertientes de corro». (Santa Cruz. Re/lex. mil. lib. 17. cap. 10)
las montañas» (Dice. Acad. Hist.). El declive de Dice. Acad. 5 da: «Desproveer, dejar de surtir á
la tierra por donde corre ó puede correr el agua alguna persona ó pueblo de los bastimentos ne
(Dice. Acad. Esp.)—En las cañoneras, aspilleras cesarios, ó impedir que lleguen donde los espe
ú troneras, el plano inferior: los laterales se lla ran ó necesitan.»
man caras. DESABRIGARSE. (V. y comp. Abrigo). Ver
DERRANCAR. «Acometer, pelear repenti bo usado con frecuencia y oportunidad por los
namente con ímpetu y arranque». Dice. Acad. 5, clásicos en sentido táctico. A principios del si
que lo da como anticuado. glo XVI, Gonzalo de Avora decia en sus conoci
DERRANCHAR. Dice. Acad. 5 da: «Derran das Cartas: «Sus peones no se desabrigaron de la
char. Lo mismo que desmandarse ó huir del sierra», es decir, no perdieron el abrigo, el am
rancho. Derranchado. Lo mismo que desorde paro; no dejaron su posición (V. e. v.). Vargas
nado, descompuesto. Derranchadanicnte». Más Machuca (Milic. Ind. pág. 97. 1599) también dice:
adelante: «Desrancharse. Desalojar, dejar el «Aviso á los soldados que no se desabriguen uno
rancho». Queda, pues, dudosa la ortografía. de otro», esto es, que estén juntos, en parejas,
Mendoza en Guer. de Gran., describiendo el mo como en la moderna guerrilla. Los dos textos
tín de Adra (pág. II I) dice: «Mas la hambre, y siguientes dan también autoridad á este verbo
poca ganancia, y el trabajo de la guerra, y la pintoresco. «La furia francesa con que embistie
costumbre de servir á su voluntad y no á la de ron fué tal que la ruciada (V. e. v.) de la arca
quien los manda, pudo con los soldados tanto, bucería española, con que fueron recibidos, no
que sin respeto de que hubiesen sido bien tra fué parte para que que dejasen de hacer perder
tados de palabra y ayudados de obra, con dine tierra á los españoles. Y con esto los franceses
ro, con vitualla, quitando lo uno y lo otro á la se fueron alargando por el llano, desabrigándose
gente de su casa, y á veces á su persona, se del aldea y de los jardines». (Carnero. G. de
desranchaban como habian hecho con el Mar Flánd. lib. 2. cap. 4. pág. 49). «Tuvo aviso el du
ques de los Velez». que de Parma estando alojado en Blangy, á los
8 de hebrero (1592), de que sabida por el prin
DERROCADERO. «El sitio peñascoso y es cipe de Bearnc la resolución de los coligados,
carpado, de donde hay peligro de caer y preci la habia tomado de salirles al encuentro con
pitarse». (Dice. Acad. Esp. y Dice. Acad. Hist.) cuatro mil caballos, deseoso de dar una mano á
DERROTA. Derrotar. Dice. Acad. 5 da sen la caballería católica, si la podía coger desabri
cillamente: «Derrota. Fuga desordenada de un gada de la infantería». (Coloma. G. de Flánd.
ejército vencido. Derrotar. Vencer y hacer huir lib. 5)—En equitación, desabrigar al caballo es
con desórden al ejército contrario». Pero el separare! jinete las piernas del vientre del ani-
DESA — 333 — DESA
mal, para aliviarle de la presión que con ellas DESAIRADO. «Lo que carece de gala, gar
ejercía. bo y donaire». (Dice. Acad. 5). Mal adjetivo pa
ra una tropa.
DESACUARTELAR. Verbo desusado, pero
que es variante expresiva de desalojar, cuando DESAIRE. La fortuna suele darlo con fre
el enemigo ocupa posiciones muy de antemano cuencia en la guerra, pero más depende de la
preparadas y fortificadas, que ántes se llamaban imprevisión ó ignorancia. Hablando Santa Cruz
cuarteles. Así el P. Famiano Strada [Guer. de de los sitios de plazas dice: «Es evidente el riesgo
Flánd. dec. 1 . lib. 1 .) describiendo ¡a batalla cé de padecer un desaire siempre que no tengan
lebre de Gemmingf.n (21 julio 1568) dice con exac individuales noticias del estado de la plaza, pri
titud: «Avanzando por aquí todo el ejército del mero do resolver la forma de embestirla» (Re
duque de Alba, no sólo desacuartelaron al re flex. mil. lib. 13. cap. I).
belde, sino que obligándole también á huir sin DESALIENTO. «Descaecimiento del ánimo,
órden por todos los campos y márgenes del rio falta de vigor ó esfuerzo». (Dice. Acad. 5).
Ems, le derrotaron con continua matanza de DESALINEARSE. Descomponer, perder la
seis horas». ALINEACION. (V. C. V.).
DESAFÍO. (V. Duelo). DESALISTAR. Aunque no con frecuencia,
DESAFORADO. Participio de desaforar suele encontrarse este verbo en sentido de des
(V. e. v.)«Se aplica también al que obra sin ley pedir, licenciar tropas...... y so contaron en el
ni fuero, atropellando por todo». (Dice. Acad. 5). ejército 25.000 de á pié; de á caballo, poco más
de 8.000 fueron de los que en otras parles tenian
DESAFORAR. «Quebrantar los fueros y pri Mondragon y Monte. De este número desalistó
vilegios quecorrespondenáalguno.—Privar á al alguna parte, en especial de la caballería, la
guno del fuero (V. e. v.) ó exención que goza, cual por enlónces era de ménos útil y más cos
por haber cometido algún delito de los señala ta». (Fam. Strada. Guer. de Flánd. dec. 2. lib.
dos para este caso». (Dice. Acad. 5.) 1). Dice. Acad. 5 no trae este verbo.
DESAFUERO. «Acción irregular ó violenta
cometida contra la ley, la costumbre ó la ra DESALMENADO. Se aplica al castillo ó
fortaleza á que faltan las almenas, y en gene
zón». (Dice. Acad. 5.) ral á lo que carece de remate ó coronamiento.
DESAGUADERO. «Conducto ó canal por
donde se da salida á las aguas superfiuas para que DESALOJAR. Verbo táctico, más bien acti
no causen daño». (Dice. Acad. 5.) vo que neutro, porque siempre ha de ser por
fuerza material como se ha de desalojar, estoes,
DESAGUADO. El terreno que natural ó ar echar al enemigo de un lugar, de una posición,
tificialmente pierde el agua que le sobra. de un alojamiento táctico ó poliorcético.—La Or
DESAGUADOR. «El canal que sirve en los denanza de 1728 (lib. 1. tit. 14. art. 4.) y la de
cajeros y presas de los rios y acequias para sol 1768 (trat. 7. tit. 16. art. 3.) dicen: «Quando
tar la corriente de las aguas que salen á regar las tropas desalojaren de un cuartel, el coman
los campos y heredades». (Dice. Acad. 5). dante tendrá cuidado de hacer apagar todos los
DESAGUAR. «Entrar los rios en el mar, des fuegos». Las Ordenanzas (V. e. v.) del siglo pa
embocar en él.—Extraer, echar el agua de al sado, singularmente las primeras, traducidas á
gún sitio ó lugar para que note inunde». (Dice. toda prisa del francés, no son autoridad muy
Acad. 5). respetable en materias de lenguaje técnico, y
DESAGUAZAR. «Sacar ó quitar el agua de por lo tanto sostenemos nuestra definición, acor
alguna parte». (Dice. Acad. S). de con Dice. Acad. creyendo que en el segundo
y pacifico sentido no se desaloja, se deja, se mu
DESAGÜE. «La acción y efecto de desaguar, da el alojamiento, se sale de él (V. Alojamiento).
de quitar las aguas». (Dice. Acad. 5). «.... pero en Roan, emprendida por el de Bear-
DESAGUERRIDO. Es adjetivo que se en nc á viva fuerza y alojadas ya su gente en el fo
cuentra en el Marqués de Santa Cruz. Reflex. so, no sólo del fuerte de Santa Catalina, pero de
mil. lib. 3. cap. 27. «Scipion Africano para que la misma ciudad no bastaba meter batimentos y
su ejército no se hiciese débil ó desaguerrido, municiones, ántes bien era necesario desalojar
después de tomar á Cartago de España, un dia al enemigo, y si lo rehusaba, darle la batalla».
mandó á sus legiones correr el espacio de cua (Coloma. G. de Flánd. lib. 5). En este sentido,
tro millas». No está en Dice. Acad. 5. que es el genuino, concuerdan todos: «La acción
DERE - 33i - DERE
de obligar a una tropa que defiende un punto á | «a, puede significar también, según Dice. J.
abandonarlo á viva fuerza ó por alguna estrata j D'W. H. hacer caer la bandera que ondea en la
gema». [Dice. Moretti). «Obligar auna tropa á muralla de una fortaleza.
que abandone su posición». {Dice. Hevia). Esta DESARMADOR. El útil ó instrumento que
definición es exacta y breve. : sirve para quitar y poner los tornillos del arma
DESALTERAR. «Quitar la alteración (V. e. de fuego.
v.) sosegar, apaciguar». (Dice. Acad. 5). DESARMAR. Este verbo tiene acepción de
DESAMOTINARSE. Trae este verbo el Dice. separar, desunir piezas de un conjunto: como
Acad. 1 y 5 y el de Terreros; y aunque no muy desarmar un fusil; antiguamente, desnudarse de
usado, expresa bien apartarse del motín princi la armadura. —Desarmar una plaza, es quitarle,
piado, reducirse á la obediencia, volver á la ra recogerle su artillería y pertrechos.—Desarmar
zón y á la disciplina. «Acudieron los italianos, á un hombre, es no sólo quitarle su arma, sino
desamotináronse los tudescos, y en un punto impedirle que haga uso de ella. —Desarmar un
maravillosamente mudó forma la milicia cató cuerpo, csmuchasvecesEXTiNGuiRLO, licenciarlo,
lica». (Babia. Hist. ponli/ic. T. IV. cap. 64). reformarlo.—Desarmar un país, no sólo es re
DESANGRARSE un país. Agotarse, empo coger las armas á los ciudadanos, sino destruir,
brecerse por reveses y desastres en la guerra. desorganizar, disolver sus tropas regulares, des
DESANIDAR. Este verbo dice algo más que mantelar sus plazas, anular sus recursos; asi di-
desalojar: envuelve batida, cacería, y también [ ce Ambr. Morales (lib. 7. cap. 8): «También hay
mayor tenacidad en los tiradores ó tropas lige historiadores que digan que demás de desarmar
ras que se anidan. «Envió el conde de Mansfelt y desfortalecer assí Marco Catón á tos españoles,
contra ellos algunas compañías procurando que les mandó mudar de sitio de sus pueblos». —Des
los desanidasen de allí». (Luis de Babia. Cont. armar al enemigo se dice, por metáfora de es
de la hist. pontif. T. IV. cap. 20). Dice. Acad. 5 grima, cuando estratégicamente se le priva de
da. «Sacar ó echar de algún sitio ó lugar á los acción y movimiento ofensivo.
que tienen costumbre de ocultarse ó guarecer DESARME. En 1867 cuando todas las nacio
se en él». nes se están armando hasta los dientes—y ellas
DESANIMAR. Desalentar, acobardar: vicio | se sabrán porqué—España, anticipándose á los
que algunos tienen y que la Ordenanza conde deseos de los filósofos, principia un verdadero
na. Este verbo es también reciproco. desarme.
DESAPERCIBIDO. «Desprevenido, despro DESARTILLAR. Recoger, retirar la artille
veído de lo necesario para alguna cosa». [Dice. ría de una plaza ó punto fuerte.
Acad.) (V. y comp. Apercibir). DESARZONAR. Acción ó defensa del caba
llo cuando logra sacar al jinete de la silla.
DESAPOSTAR. Terreros en su Diccionario
lo da como voz técnica, arrojar al enemigo del DESASTRE. Revés, derrota, suceso desgra
punto en que está apostado. Es supérfluo tomar ciado de las armas, con grandes y lamentables
este verbo del deposler francés, teniendo des consecuencias para el éxito de una campana, de
alojar. una GUERRA.
DESAPOSTÜRA. «Falta de garbo, disposi DESATACAR. Extraer la carga de un arma
ción ó gentileza». (Dice. Acad. 5) (V. Apostura). de fuego sin dispararla, valiéndose del desata
cador ó sacatrapos.
DESAPOYAR. Verbo que traen Dice. Acad.
5 y Terreros por quitar el apoyo. fV. e. v). DESBALLESTAR. Antiguamente desarmar
la ballesta.
DESAPRETAR. «Sacar á alguno del aprieto
en que se halla». Esto verbo, que da como anti DESBANDARSE. Verbo puramente militar
cuado el Dice. Acad. 5. es más expresivo que por su raiz bann, bando (V. e. v.) Dejar, desam
desempeñar ó libertar. Traduce perfectamente el parar los soldados, todos á un tiempo, la ban
degager francés. dera (V. e. v. y Abandonar).—En sentido pura
mente táctico, marchar ó combatir sin orden,
DESAPUNTAR. «Quitar ó perder la punte es decir, sin el orden reglamentario vigente en
ría que se tenia hecha, y asi se dice: el golpe ó tropas regulares.—El adverbio «á la desbanda
el aire me desapuntó la escopeta». (Dice. Aca da» implica á veces una derogación accidental
démico 'ó). del orden cerrado, como en este pasaje de Santa
DESARBOLAR. Este verbo, técnico de mari- Cruz: «En destacar sobre los fugitivos la tropa
DESB — 335 — DESG
más á propósito para pelear á la desbandada, DESCABALGAR. Lo mismo que desencabal
encuentro la ventaja deque así conservas en tu gar (V. e. v.).
grueso los cuerpos mejores para combatir en lí DESCABEZAR. En táctica elemental, para
nea». (Reflex. mil. lib. 13. cap. I). preparar una marcha de flanco, poner las pri
DESBARATAR. Derrotar al enemigo, des meras hileras en la nueva dirección á vanguar
concertándole, desordenándole. dia ó retaguardia.—En general, vencer ó salvar
DESBASTECIDO, a Lo que está sin bastimen un obstáculo, un puente, un desfiladero, te
tos». (Dice. Acad. 1.1 niendo la cabeza de la columna al otro lado.—
Metafóricamente, empezar á vencer las prime
DESBLOQUEAR. Verbo sin uso, y que de
bería tenerlo para evitare! circunloquio levan ras dificultades ó embarazos de una operación
tar el bloqueo, como se dice descercar, por ha de guerra.
cer ú obligar al enemigo á levantar el cerco, el DESCALABRO. Derrota no completa en cho
sitio. que ó rencuentro parcial. Al enemigo no se le
descalabra, se le hace «sufrir descalabro».
DESBOCADO. El caballo que se desboca
(V. e. v). y también la pieza de artillería ó ar DESCALZAR. En artillería quitar los cal
ma de fuego con boca más ancha que el resto zos de las ruedas.
del anima. DESCAMINAR. «Sacar ó apartar á alguno
del camino qu-s debe seguir, ó hacer de modo
DESBOCARSE. Se dice del caballo que, des
obedeciendo al jinete, toma carrera precipitada que le yerre». (Dice. Acad. 5.) Excelente cosa
en la guerra (V. y comp. Desorientar).
y peligrosa.
DESCAMINO. «Marcha que se hace fuera
DESBORDAR. Segun Dice. Acad. 1 y 5 es del camino conocido ó á campo travieso. Asilo
«salirse de los bordes, derramarse, esparcirse»; da Dice. Acad. 5.
parece pues un galicismo [deborder, en francés)
el sentido táctico que hoy se da generalmente DESCAMPADO. Como sustantivo, el Dice.
á este verbo, cuando se dice: desbordar un ala Acad. Hist. da: «El campo raso á cielo descu
del enemigo, por extenderse, excederla, reba bierto». Y como adjetivo, el Dice. Acad. 5: «Des
sarla, doblarla, envolverla, rodearla, tomarla de embarazado, descubierto, libre, limpio de tro
flanco ó de re\és. En el siglo pasado, y en los piezos, malezas y espesuras». El verbo anticua
tiempos de Federico II de Prusia, este verbo do descampar es, seg. Dice. Acad. 5. lo mismo
desbordar ó rebasar tenia una significación más que escampar, cesar de llover; por consiguiente
candida: era presentar paralelamente al ene no debe confundirse con decampar (V. e. v.) le
migo un frente más extenso. En el día tiene la vantar el campo.
significación compleja que se envuelve en el DESCAMA. No está en Dice. Acad. 1 y 5. Al
orden orlícuo (V. Batalla, Orden). parecer debe ser sinónimo de decanía ó decanado
DESBRAVADOR. El individuo de tropa que, (V. e. v.) pero Clonard en su Hist. org. lo trae
en las remontas, desbrava (V. e. v.); y también del árabe desean ó mescan, lugar determinado»
una especie ó variedad de bocado sin camas ni y dice que es nombre del punto de reunión,
barbada. CONCENTRACION Ó ASAMBLEA, en la EDAD MEDIA, de
las diversas mesnadas ó cuerpos colectivos que
DESBRAVAR. Amansar, domesticar, ma habían de constituirla hueste, al entrar en cam
nosear al potro, acostumbrarle gradualmente á paña ó mejor en tierra enemiga.
la montura y al peso del jinete.
DESCANSADERO. «El sitio ó lugar donde
DESBROCELI.ADO. En la artillería del si se descansa ó puede descansar». (Dice. Acad. 5).
glo XVI lo que ahora se dice abocinado. «Porque Con tal autoridad bien podía ser más frecuente
muchas veces acontece estar vna picea desbro- en la milicia el uso de esta voz.
collada de boca y tiene tan gastado el brocellar, DESCANSAR el arma. Movimiento regla
que ni el medio, ni el vivo se puede sacar ». mentario en infantería, que se reduce á mante
Lázaro de la Isla. Breve trat. de art. 1595 ner el fusil vertical y apoyado en el suelo con
rol. 21 vto.) la punta de la culata al lado de la del pié dere
DESBROZE. «La cantidad de broza ó rama cho, la baqueta al frente, el cañón tocando al
je que prodúcela monda de los árboles y la lim hombro y sujeto por la mano derecha.
pieza de las tierras ó acequias». (Dice. Acad. 5). DESCANSO. En marchas, operaciones ó ser
(V. y comp. Descuaje, Descepe). vicio tiene esta voz la acepción vulgar; pero en
DESG — 336 — DESG
táctica elemental es voz de mando, cuando se le caer la llave sobre el rastrillo de las armas de
añade es sc lugab ó á discreción, para permitir fuego para dispararlas».
al soldado que, sin bompeb la fila, abandone la DESCIFRAR. Declarar, traducir lo que está
posición militar por olra más cómoda, recobran escrito en cifra (V. e. v.) valiéndose de la clave,
do aquella á la voz de firmes. ó bien por conjetura.
DESCARGA. El disparo hecho á un tiempo DESCLAVAR. Arrancar el clavo con que se
por una tropa grande ó pequeña, por una unidad inutilizó una pieza de artillería (V. Clavar).
táctica ó también por sus divisiones. El adjetivo DESCOLGAR la espada y antiguamente las
cerrada no es técnico ó reglamentario: ni quita, armas defensivas. Se dice por apercibirse a la
ni pone, puesto que no hay descarga abierta: en guerra después de larga paz.
todo caso querrá expresar descarga mortífera, á
quema-ropa, cerrando (V. e. v.) con el enemi DESCOLIGADO. «El que se ha apartado de
go. En la antigua táctica era uno de los primo la liga ó confederación». (Dice. Acad. 5).
res conseguir que fuese unísona la descarga. DESCOMBRAR. Lo mismo que escombrar.
DESCARGADOR. Lo mismo que desatacador «Desembarazar algún paraje de cosas ó materia
ó sacatrapos. les que estorban.—Despejar, desembarazar algún
lugar ó alguna cosa». (Dice. Acad. 5). Por eso se
DESCARGAR. Del bajo latín discargare. Ha dice descombrar la brecha, cuando tiran las ba
cer disparo con arma de fuego, y más ordinaria terías de ataque para allanarla y hacerla accesi
mente sacarle del cañón con sacatrapos la pól
ble ó fácil ántes del asalto.
vora y el proyectil.—Dar un golpe.—A veces se
usa por desaguar, desembocar los ríos. DESCONCERTAR. Verbo activo y recipro
co. Perder, trastornar el órden y concierto en
DESCAUDALADAMENTE. Dice. Terrebos
planes ó maniobras.
da este adverbio, algo abundante de letras, por
confusa, desordenadamente (V. Acabdilladamen- DESCORAZONADO. Se dice del flojo, tibio,
teJ. También lo trae como anticuado (Dice. Acad. pusilánime.
¡i), asi como el participio descaudillado y el DESCORTEZAR. (V. Descostrar).
verbo neutro descaudillar: «no guardar órden DESCORTINAR. No hemos encontrado este
ni concierto por falta de caudillo; desordenarse, extraño verbo más que en las Guer. de los Esta
desconcertarse por esta causa». dos Bajos ó de Fldndes de Don Cárlos Coloma, y
DESCEBAR. Quitar el cebo á un abma de en este libro una sola vez, describiendo el sitio
fuego. de Cambray, donde dice: «Fuera destas veinte
DESCEÑIR. Sólo se dice de la espada; qui piezas designadas, se plantaron otras nueve con
tarla del cintubon ó quitarse también este. tra el orejón del baluarte Roberto y más de otras
DESCERCAR. Obligar al enemigo á levantar treinta para tirar á las defensas y á descorti
el cerco ó sitio de una fortaleza. «Estaba muy nar...... (lib. 8). Quizá esté tomado del italiano
ansiado por el cerco de la ciudad de Valencia, scortinare, batir, destruir la cortina de una
con este cuidado juntó todo su ejército para irla plaza fuerte y por extensión aportillar, abrir
á descercar». (Mariana.[Hist. deEsp. lib. 17. cap. BRECHA.
8). Como se ve, quien descerca no es el que si DESCOSTRAR. Hacer caer el revestimiento
tia, sino el que socorre: aquel levanta el cer de una muralla. En el sitio de Dreuoc, junio
co, cuando este descerca. Dice. Terreros y Acad. 1593, «estaba opuesta á las baterías del rey una
dan también levantar por si el cerco. Descerco: torre de forma antigua y do tan perfecta arqui
levantamiento del sitio por cualquier causa. Co- tectura, que los balazos que contra ella se dis
varrubias, con más exactitud técnica, da: «Quitar paraban la dañaban poco; por lo cual un inge
el cerco que está puesto sobre alguna fortaleza, niero inglés hizo cavar en el cimiento de ella
haciendo que le alcen los enemigos y desampa tres hornillos, que, si bien hicieron menor efec
ren el campo. A los tales descercadores corona to del que suelen las minas, derribó una parte
ban de grama y era una de las coronas más de la torre y la descostró de suerte, que la arti
honradas de la milicia». Este es el verdadero llería, al batirlo restante, hacia grandes progre
sentido MILITAB. sos».... (Dávila. Guerr. civil de Franc. traduce.
DESCERRAJAR. En el lenguaje vulgar se Varen, lib. 13. pág. 463).
toma por disparar un arma de fuego á quema ro DESCRESTAR. Verbo que hemos visto en el
pa, á tenazón; pero Dice. Acad. 5 sólo da «hacer Diccionario de Madoz en sentido de desalmenar.
DESG — 337 — DESE
Puede muy bien usarse para indicar el efecto de DESDOBLAR. Los franceses usan mucho en
la artillería sobre lo alto del parapeto, puesto táctica este verbo dedoubler, que efectivamente
que técnicamente so dice cresta. expresa bien un medio despliegue, como el que
DESCUAJAR. «Arrancar de raiz ó de cuajo se hace actualmente al formar las dos columnas
las plantas, matorrales ó malezas para poder gemelas ó apareadas de medio batallón.—Cuando
cultivar la tierra. Lo mismo que descepar». se decia doblar el fondo, en vez de marcha de á
(Dice. Acad. 5). Desccajo. La acción de descua cuatro, desdoblar, opuesto á doblar, expresaba
jar las tierras. mejor que disminuir, el reducirlo á dos.
DESCUBIERTA. En general el reconocimien DESEMBOCADURA. (V. Desembocar) Dice.
to, puramente visual, que hace una pequeña tro Acad. 5 da también desembocadero, pero no
pa, dependiente de otra mayor. Más particular, es usado.
el que la Ordenanza previene que se haga antes DESEMHOCAR. Verbo técnico en topografía,
de abrir,- á la diana, las puertas de una plaza- FORTIFICACION V TÁCTICA. DESEMBOCAR UN RIO en
También se llama descubierta á la tropa misma el mar es entrar, desaguar en él.—Desembocar
que hace este servicio. (V. y disting. Avanzada). EN ZAPA DOBLE, en ZAPA LLENA, en GALERÍA, en EL
DESCUBIERTO. Se aplica al terreno llano, foso, etc. es romper la trinchera que sirve de
raso, desembarazado.—Por eso marchar, atacar partida y avanzar cavando hácía la plaza. Este
al descubierto es, en general, lo mismo que Á verbo no es reciente galicismo (deboucher) pues
la bayoneta, avanzando directa y rápidamente, lo usa el clásico Coloma [G. de Flánd. lib. 6):
sin utilizar pliegues ó accidentes del terreno, y «Iba á este tiempo muy adelante el sitio y am
mucho ménos los procedimientos metódicos del bos Maeses de campo españoles habían ya co
ARTE DEL INGENIERO. menzado á desembocaren el foso».—En táctica
DESCUBRIDERO. «Lugar eminente, desde es frecuente desembocar en el campo de batalla,
donde se descubre mucho terreno ó campaña». como principiar el despliegue; desembocar de un
(Dice. Acad. b) Es voz más técnica, atalaya. desfiladero, salir de el, descabezar extendién
. DESCUBRIDOR. Batidor, explorador. «Man dose; desembocar de una posiciON, dejarla para
dó el conde caminasen seis descubridores á ca avanzar á la bayoneta sobre el enemigo descon
ballo á que procurasen ver el órden que tenían certado por el fuego.
los moros». (Salazar de Mendoza. Crón. lib. t. DESEMBOSCARSE. Salir del bosque y tam
cap. 5). Es voz que ya se encuentra en las Siete bién de la emboscada. Como verbo activo, suple
Partidas. La ley 18, ííí. 18, part. 2, que trata en ocasiones á desalojar, desanidar (V. e. v.).
»de como deuen fazer los cabdillos quando los Más breve seria desboscar, como en francés de-
enemigos dieren salto (atacasen de improviso) busquer, puesto que uno y otro derivan del ba
en la hueste» dando reglas, dice: «E para yr jo latín deboscare.
siempre apercebidos, deuen fazer dos cosas. La
primera que den caualleros que vayan delante á DESEMBRAZAR. Tirar, arrojar, despedir un
diestro ó á siniestro á que llaman descobridores; arma, un dardo con toda la fuerza del brazo.
porque si los enemigos vinieren, aperciban á la (Dice. Acad. 1 y 5).
hueste ó non resciban daño, etc.» (V. Corredor. DESEMBRIDAR. Quitar la brida al caballo.
Flanqueador). ¿Y porqué no desbridar? Ni uno ni otro están
DESCUBRIR. Atalayar, registrar, reconocer. en Dice. Acad. 5.
DESCUBRIRSE. La estrategia, que toma DESEMPAREJAR. Salir de la línea ú orde
muchas voces de la esgrima, usa esta en el mis namiento general, como en disposición escalo
mo sentido de ofrecer al enemigo punto vul nada. (V. y comp. Desencajonar).
nerable.
DESEMPEÑAR. Fuera de su acepción vul
DESCUENTO. Rebaja, reducción, detención gar, de cumplir con la obligación de su empleo,
de una parte del sueldo, por ejemplo, por invá ejercer sus funciones; tiene en táctica la de sal
lidos, monte-pío, música, agencias, deudas, etc. var á una tropa muy comprometida, sacarla del
DESCUIDO. Omisión, negligencia, olvido, in empeño o lance en que se ve apretada (V. Des
advertencia, falta de cuidado. apretar). Este verbo traduce perfectamente, co
DESCUMBRADO. Antiguamente so decia asi, mo se dijo, el degager de los franceses.—Cuan
según Dice. Acad. 5. lo que es llano y sin do el empeño es verdaderamente enredado ó en
cumbre. redoso, puede también decirse desenredar.
13
DESE 338 — DESF
DESEMPULGAR. En la ballesia, quitar la DESENMOHECER. Quitar el moho, lim
cuerda do las empulgueras. piar un arma.
DESENCABALGAR. Antiguamente desmon DESENREDAR. (V. Desempeñar).
tar la artillería en sus acepciones actuales. «Si DESENSILLAR. Quitar la silla al caballo.
bien antes de esto le hubiese entrado la artille DESENVAINAR. Sacar de la vaina un arma
ría con que poder batir la plataforma del rebe blanca. Movimiento reglamentario en el manejo
llín, desencabalgando las piezas que estaban en de arma de caballería. De infantería no se dice
él». (B. pe Mendoza. Coment. lib. 9. (41. 190. desenvainar, sino armar la bayoneta, cuando se
vto.) «También dicen que de Lérida, con la ar saca de la vaina para enchufarla en la boca del
tillería le habían desencabalgado algunas de sus cañón.—Por metáfora una nación desenvaina la
piezas al de Conde, y que Brito había hecho una espada, cuando se prepara formalmente á la
salida y degollado mas de 600 hombres.» Mem- guerra. De un general en jefe se dice más bien
hist. esp. T. XIX, pág. t). que monta Á caballo, cuando, publicado su nom
DESENCAJONAR. El reglamento vigente de bramiento, se pone al frente del ejército de
caballería define este verbo asi: «Es el principio operaciones.
de una conversión por las fracciones de un es DESERCION. Voz latina. Desertar, deserere.
cuadrón ó tropa cuando el ala saliente se apar Deserción es el acto y resultado de desertar.
ta del eje de la fracción ó tropa inmediata» (T. DESERTAR. Abandonar el militar sus ran
I. part. 1. art. 4). Aplicado al individuo, bien se
deras.
ve que también desencajona al ejecutar una va
riación- (V. e. v.) Desencajonar, en general, es DESERTOR. El que deserta.
perder ó dejar momentáneamente el individuo DESESPERADO. Desesperación, del latín
su puesto en fila, como los números pares al do desperatio es pérdida de esperanza; pero sin lle
blar el fondo ó marchar de á cuatro en infante gar á este extremo, suele llamarse desesperado
ría.—Probablemente el verbo es traducción del el ataque, y más bien la defensa tenaz, obstina
francés déboíter que da el sustantivo debofte- da, numanlina, saguntina.
ment, muy largo para nuestros oídos, desent.ajo- DESFILADA (á la). Antiguamente á la des
namiento. Más castizo sería desemparejar. hilada. El desfile con el mínimo frente, de á
DESENCAPOTAR. Obligar al caballo á que dos, de á uno.
levante la cabeza, cuando por costumbre la lle DESFILADERO. Voz técnica y puramente
va baja. militar, que ha pasado al lenguaje común, y que
DESENCASTILLAR. Desalojar al enemigo se aplica á todo paso estrecho por donde la tro
de un castillo; pero generalmente de una posi pa no puede ir formada, sino desfilando, esto es.
ción que defiende con tenacidad. disminuyendo notablemente el frente de las co
DESENCLAVAR. Lo mismo que desclavar lumnas. En sentido más extenso, táctico y topo
;V.e. v.) gráfico, es toda angostura, toda extensión de
DESENFILADA. En el arte de la fortifica terreno oprimida y dominada por dos obstáculos
ción la parte que entiende en acomodar al ter laterales. Por lo tanto es desfiladero, no sólo lo
reno tanto la traza como' el relieve de las obras, que por tal se entiende en topografía y geogra
de modo que no sean batidas con fuegos de en fía física, es decir, los pasos estrechos en las
filada. Para este estudio previo, y no muy fácil, montañas; sino también, por extensión, los puen
sirven los procedimienlos de la topografía (V. e. tes, los vados, las carreteras sobre pantanos,
v.) y los de la geometría descriptiva en su siste entre bosques ó entre caserío de población. Ex
ma llamado de acotaciones. cusado es decir que estos accidentes (V. e. v.)
del terreno juegan en táctica elementa! y supe
DESENFILADOR. El instrumento para de rior; y, sin la pretcnsión de dar reglas genera
senfilar, como uno que inventó el coronel de les convendría explicar, como en muchos libros
ingenieros Rodríguez Arroquía para las trinche extranjeros se hace, por medio de láminas algu
ras, y cuya descripción insertó en el Memorial nos de los principales ejemplos de paso que sir
del anua. viesen de norma y enseñanza.—En fortifica
DESENFILAR. Buscar, por medio de com ción, el desfiladero de través, como el nombre
binaciones con el trazado, el relieve, los trave- lo indica, es el estrecho paso que media entre
ses, el modo que una obra no sea enfilada. lOS TRAVESES del CAMINO CURIERTO V el TALUD
DESENFUNDAR. Quitar la funda. INTERIOR.
DESF — 339 — DESI
DESFILAR. En general, marchar de flanco. izquierda» á la cual el soldado sale de fila, ha
Más particular, reducir el frente en marcha para ciendo el saludo de ordenanza. Antiguamente
pasar un sitio estrecho. En parada ó revista pa se decia romper filas.—También significa á ve
sar, con mucho ó poco frente, por delante de la ces disolver, reformar, extinguir un cuerpo.—
persona ó cosa á quien se hace honor. Antigua Y derrotar, romper, desordenar, poner en fuga
mente se decia deshilar. «Mas duró poco esta al enemigo. Para ponderar se dice, en deshecha
duda pues cargando Vitri, Monde y Contreras y fuga. —Deshacerse un ejército, una tropa es di
algunas otras tropas de corazas francesas, fuera solverse «por si misma» reducirse, destruirse á
de sesenta lanzas españolas que se deshilaron causa de mala constitución ó gobierno, de las
con el teniente Luis Olivera, comenzó á ordenar fatigas y enfermedades. «La guardia joven se
el de Bearne su retirada » (Coloma. Guer. de derrite como la nieve» decia Napoleón en 1843
Flánd. lib. 5). al verla «deshacerse».—«El vizconde de Ture-
DESFILE. El acto de desfilar en general. El na y el príncipe de Conde aconsejaban á Luis XIV
reglamento táctico de caballería define asi esta que hiciese demoler la mayor parte de tantas
voz: «Desfile se entiende de toda ordenación en plazas que había tomado sobre los holandeses,
columna en que el fondo de esta excede más ó representando que de otra manera todo el ejér
menos del frente que correspondería & la misma cito se deshacía en guarniciones». (Santa Cruz.
tropa formada en batalla». (T. I. part. k art. 4). Re/lex. mil. lib. 9. cap. 17). «Todas estas trece
compañías por estar deshechas de la campaña
DESFOGONADO. Se dice del arma de fue
pasada, y no haber tenido tiempo de rehacerse,
go, especialmente pieza de artillería, que tiene no pasaban de quinientos caballos». (Coloma. G.
ancho ó inutilizado el fogón ú oído. de Flánd. lib. 9).
DESFOGONAR. Romper, ensanchar, inuti DESHILADA. Antiguamente desfilada (V.
lizar con la violencia ó el mucho uso, los fogo e. v.) «La noche de los 9 de mayo (1593) salien
nes ú oídos de todas las armas de fuego. «De que do de sus cuarteles toda la caballería española á
ha resultado hallarse muchas veces las piezas la deshilada, sin que se lo pudiesen estorbar Don
tan cargadas de estaño, que á pocos tiros se han Francisco (de Pardillo) y sus tenientes, oficiales
desfogonado». (Orden, de 4728. lib. 4. tit. 8. ar y gente particular de ella, aunque lo procuraron
ticulo 5). con notorio peligro de sus personas, se juntaron
DESFORTALECER. (V. desarmar, desman en número de trescientos cincuenta caballos con
telar.) cosa de quinientos infantes de todos tres tercios
DESGALGADERO. Lugar escabroso, pen españoles, los cuales, sin atreverse á mover se
diente y difícil al tránsito por estar cubierto de dición en sus cuarteles, salieron también á la
morrillos ó piedras movedizas á que se da el deshilada con voz de ir á buscar que comer....»
nombre de galgas.—En general el sitio áspero, (Coloma. G. de Flánd. lib. 6.) «...caminara mal
pendiente ó en cuesta. Desgalgar, según Dice. tanta gente junta siete leguas de noche por tierra
Acad. 5, arrojar desde lo alto algún cuerpo ro de enemigos donde se habia de marchar forzosa
dando. Desgalgarse, caer precipitado por un des mente en orden y sin perder el hilo....» (id. ib.
peñadero.—Dice. Terreros también lo da por lib. 10).
«huir á lugares escabrosos». DESHONOR. «Pérdida ó menoscabo de
DESGRANAR. Desmenuzar y tamizar la aquella estimación ó reputación en que se es
pólvora hasta que adquiere el grado do finura taba» (Dice. Acad. 5.) Deshonorar. Lo mismo
conveniente al uso que se le asigna.—Desgra que DEGRADAR.
narse, en las piezas de artillería, es lo mismo DESHONRA. «Descrédito, pérdida de la fa
que desfogosarse. ma ó estimación de alguno.—Perdida de la bue
DESGUARNECER. Sacar de un fuerte la na opinión y concepto que alguno tenia». (Dice.
gante destinada á su guarnición y defensa.—En Acad.)
la espada es también quitar la guarnición ó de DESIERTO. Inmensas llanuras en el centro
fensa de la mano. —Antiguamente quitar á gol de Asia y Africa, estériles, cubiertas de arena
pe de hacha ó maza algunas piezas de la armadu menuda y movediza que se agitan en olas como
ra del contrario. las del mar.—Otras extensiones de tierras bajas,
DESHACER. Refiriéndose á la formación, es incultas ó cubiertas de escasa vejelacion, se lla
el movimiento reglamentario de la táctica ele man estepas en Rusia, pampas en América, lan-
mental, que se manda con la voz «á derecha é das en Francia. Generalmente la extensión está
DESI — 310 DESO
en el órden con que quedan enunciadas. —En lor, desfallecer de ánimo, acobardarse (Dice.
España desierto significa paraje desamparado ó Acad. 5).
inhabitado. A veces se toma por lugar en que DESMEMHRAR. Separar de un ejército, ó
residió alguna comunidad religiosa ó solitario, de una tropa cualquiera, una parte integrante,
como el desierto de Bolarque. En general se á la cual se leda otro destino ó encargo. No siem
aplica á territorios ó regiones extendidas en que pre es sinónimo de destacar. (V. e. v.)
no hay población, forma de cultivo, ni más que DESMONTADO. El soldado de caballería
gentes vagantes.—Como adjetivo, se usa con que no tiene ó que pierde su caballo.—La pieza
lugar, paraje ó sitio desamparado, despoblado, de artillería fuera de su afuste ó montaje.—El
solo, yermo, inhabitado. monte descuajado, cortado, descepado.
DESINTERÉS. «Desprendimiento y desape DESMONTAR. Poner un arma de fuego en el
go de todo interés ó esperanza de utilidad». seguro.—Quitar, en paz ó guerra, los caballos á
(Dice. Acad. 5) Virtud militar tan recomenda una tropa de caballería. —Sacar la pieza de su
ble como la abnegación (V. e. v.) á medida que afuste.—Inutilizar con el tiro la artillería ene
se asciende en grado. miga, destrozando sus montajes.—Corlar, des
DESLARDAR. Gonzalo Ayora en sus Cartas cuajar un monte; y por extensión, allanar, sua
usa este verbo en sentido de batir, quebrantar, vizar asperezas del terreno.—La Ordenanza, pe
atormentar, destrabar una muralla con la arti ro no el uso, autoriza para decir desmontar una
llería. (V. Descostrar.) guardia: «Para la muda de mi guardia toman
DESLUMBRAR. Antiguamente lo que hoy do la (bandera) que este llevase para volver con
desorientar (V. e. v.) «Por la parte que estaba la misma al cuartel cuando desmonte la guardia
alojada la gente del Papa y de Camilo Capizuca relevada...... Realmente si una guardia se mon
se abrían también trincheras, más por deslum ta, también parece que puede desmontarse.
hrar al enemigo, que por pensar hacer efeto por DESMONTE. El acto y efecto de desmontar.
allí». (Coloma. G. de Flánd. lib. 5). «Todo por —Actualmente, excavación ó cava grande de fo
deslumhrar al enemigo tocándolo arma por mu so, cuyas tierras so destinan á levantar un ter
chas partes», (id. ibid. 8) Dice. Acad. 5 autoriza raplén ó relleno de muralla ó parapeto.
esta acepción metafórica: «Dejar a uno dudoso, DESMURAR. Antiguamente destruir, demo
incierto y confuso de suerte que no se conozca ler las murallas, las DEFENSAS.
el verdadero designio ó intento que se tiene».
Üsase también como reciproco. DESNUDA. Además déla espada, se dice de
la tropa con el vestuario en mal estado.
DESLASTRAR. Metafóricamente desacredi
tar, quitar ó menoscabar la estimación á alguna DESNUDAR. Sacar, desenvainar la espada.—
cosa . Privar, por ejemplo: «Persuadió al rey que
DESMALLAR. Verbo que trae Covaiirubias. enviase contra ellos á aquellas fronteras todo lo
Romper la malla de la armadura con la punta que restaba do armas y caballos, que era des
aguda y fuerte de la espada. Dice. Acad. 5 sólo nudar al reino de fuerzas para que no pudiera
da: «deshacer, cortar las mallas». resistir». [Mariana. Hist. de Esp. lib. 6. cap. 21).
DESMANDAR. Lo mismo que contramandar: DESOBEDIENCIA. Dice Vallecillo en sus
revocar una órden ó disposición. Com. d ías Ord.. pág. 181: «Toda la diferencia
de las palabras Inobediencia, Desobediencia, está
DESMANDARSE. Lo mismo que desbandarse en los prefijos de su composición, según voy á
y desordenarse. «Entróla de noche y mandó que manifestar. El prefijo in es privativo y el des
nadie se desmandase, ni saliese de orden hasta
peyorativo: y dicho se está con esto que el pri
que fuese venido el día». (Illescas. Hist. pontif. mero sólo supone falla y el segundo más ó peor
lib. 3. cap. 13).—También descomedirse, ade que falta. Esto sentado, diremos que inobedien
lantarse, propasarse. cia quiere decir no obediencia, y que desobe
DESMANEAR. «Quitar á los caballos las diencia supone algo peor que esla falta ó algo
maneas, maniotas ó trabas. (Dice. Acad. í>). más malo que esta simple negación de acción.
DESMANTELAR. Del italiano smanteliare- El inobediente se concreta privadamente á no
No es precisamente echar por tierra, volar, ar obedecer, y el desobediente se propasa á ejecu
rasar, demoler una fortaleza: es inutilizarla, de tar lo contrario de lo que la obediencia exige
jarla inservible para el enemigo, sí la ocupa. y la acción do este expresa la principal diferen
DESMAYAR. Metafóricamente perder el va cia que le distingue del otro, que no ejercita
DESO - 3ii - DESP
ninguna. Es, pues, mucho peoría desobediencia Bernardino de Mendoza y otros clásicos militares
que la inobediencia, por ser peor la acción con usan en este sentido el verbo desatinar, como
traria al mandato, que la falta dfrella para obe activo, según se ve en este párrafo de sus Co
decerlo.—Así lo reconocen las Ordenanzas, y mentarios de Flándes (edic. 1592, lib. 13, fól.
para no dejar duda alguna en materia de tanta 272): «Juntamente en estos dias se dividió el
trascendencia hablan siempre, salvo un solo ca campo (ejército) en tres partes: llevando la una
so que distinguen, de la inobediencia, de la que el conde de Mega y algunas piezas de artillería
previendo en las leyes penales catorce casos di la vuelta de Bommel; otra á VVoerden, y el res
ferentes, castigan nueve con pena capital. Y pa to á Schonowen con designio de desatinar al
ra guardar la proporción penal correspondiente enemigo, para que no pudiese entender la em
después de tan riguroso proceder, incluyen con presa que se habia de ejecutar que era sobre
su criterio habitual el delito de desobediencia Oudewater».—Don Carlos Coloma usa deslum
éntrelos de sedición, los más atroces de la mi hrar. (V. c. v.)
licia; y cuyas penas, siendo como lo son, entre
todas las establecidas las mas rigorosas, no al DESPACHO. «Es voz de múltiple significa
canzan á serlo tanto como la correspondiente á do. Lo mismo significa el total de los documen
aquel. La vez única que en dichas Ordenanzas tos, asuntos ó expedientes, que el Secretario
se lee la palabra desobediencia, precisamente lleva para despachar con el Rey, que el acto de .
bajo el epígrafe Sedición, es para imponer la pe despacharlos, que la pieza destinada al electo,
na de muerte del modo más ejecutivo y terrible que los mismos expedientes ya despachados. A
de que en legislación alguna hay ejemplo; pues todo se le llama despacho. «Voy se dice mostran
que la manda imponer, en el acto mismo sin do los expedientes, al despacho: esperaré en el
forma alguna de juicio y áun sin haber reo co despacho: á tal hora principiaré el despacho:
nocido, en los precisos y severos términos ex salgo ahora con el despacho». Y de aquí que
presados en el artículo 41 , ¡título X del tra tomándose por sinécdoque el resultado por el
tado 8.» acto, se llame despacho á todo negocio despa
chado, á las resoluciones llamadas de oficio, que
DESOLACION. Destrucción, ruina y pérdida
para la realización do algún efecto se expiden y
total de alguna cosa. (V. y comp. Depredación, á las que contienen nombramientos de oficios y
Devastación. cargos, aumento de sueldo, ú otras personales,
DESOLAR. Según Covarrubias es más que llamadas de partes. Y como. toda cédula, titulo,
asolar (V. e. v.) patente, diploma, nombramiento etc. no obtie
DESORDEN. Confusión, desconcierto pasa ne naturaleza de tal hasta ser aprobado, eva
jero. Antiguamente se usaba también como fe- cuado, resuelto, despachado por el Rey, de ahí
menind.—«Pero lo que era sólo indicio hizo la que se dijera, generalizando para mayor como
desorden de los soldados rebelión descubierta». didad, Real despacho ó simplemente despacho;
(Fr/ENMAYOK. Vida de San Pío V. pág. 97). Tam y de ahí que esta expresión usual pasará á ser
bién se ha dicho, y no mal, desordenanza, desor oficial desde el siglo XVII, sino ántes, y que se
denación, desordenamiento. adoptara la voz despacho cómo genérica de toda
clase de resoluciones, y de toda clase de docu
DESORDENAR. Romper, trasformar el or mentos que las contienen. Y en comprobación de
den táctico del enemigo.—Desordenarse, perder esto diré que en las Advertencias para Secretarios
y confundir el propio.
y Oficiales de Secretaria escrita por el célebre Don-
DESORGANIZAR. Hacer perder al contra Alonso Carnero, Secretario que fué de Cárlos II,
rio, ó perder uno mismo, la organización. En y que han servido, aunque nunca impresas, de
táctica, desbaratar, desconcertar, desmoralizar. pauta única para el gobierno délas antiguas Se
DESORIENTAR. Verbo vulgar en la conver cretarias, así del Despacho, como de los Conse
sación, pero que en la guerra expresa en rigor el jos, se lee: «Siendo el principal fin de este for
resultado que busca la habilidad estratégica y mulario el facilitar á los oficiales que hubiere en
aún la movilidad táctica. Desorientar es más que la Secretaría de la Guerra de estos países la dis
«engañar» en una operación ó caso concreto; es posición de los despachos que por ella se ejecu
atolondrar, deslumhrar, anular en conjunto al tan y siendo los más títulos ó patentes de
enemigo; quitarle toda iniciativa; mantenerle en puestos militares, etc.» Y en la 9.a advertencia
continua perplejidad, sin darle base, ni ofrecer bajo el epígrafe: «Despachos que deben empezar
le bulto, asidero para proyecto alguno.—Don con el dictado y la palabra, Por cuanto» conti
DESP — 342 — DESP
núa: «Empiezan también con el dictado y pa Acad., Covahrubias y Terreros traen también
labra «Por cuanto» todas las órdenes generales DESPEARSE, DESPEADURA, DESPEO.
que miran al gobierno político ó militar de un é
DESPEDIDA del servicio. La Ordenanza
Rey, como son bandos, edictos, placartes, refor (1768) no hace diferencia de esta locución y su
mas, reglamentos y otros de este género etc. De equivalente ó sinónima separación (V. c. v.) Pa
modo, que de estos antecedentes resulta incues rece que se ajusta al lenguaje actual usar la voz
tionable, mírese como se quiera, la legitimidad despedida ó exclusión, cuando esta rigorosa me
de las conclusiones que de estos se desprenden, dida ó castigo recae en el oficial que no cuenta
y son: 4.* Que la voz despacho, es, en el sentido derechos pasivos, ó que si los cuenta, se le arre
metafórico en que aqui al considerarnos, expre batan; aunque este extremo de «confiscación»
siva de toda clase de documentos de oficio y tenga legalidad discutible en opinión de juris
partes. 2." Que la voz cédula, en su acepción de consultos.
nombramiento escrito de empleo ó cargo, es
concretamente significativa de los que se expi DESPEJADO. Se dice del terreno, del fren
den á los Oficiales subalternos, los cuales no lle te.—Del hombre perspicaz, ingenioso, de juicio
van dictados ni sello. 3.a Que la voz título lo es claro.
de los que empezando por aquellos y estando DESPEJAR. En táctica, limpiar, barrer, des
autorizados por este se expiden á los Oficiales alojar, desembarazar el frente, los flancos de
desde Capitán en adelante, i." Que la distinción PARTIDAS Ó GUERRILLAS.
entre el despacho y el título, que queda expre DESPEJO. «Aún cuando esté sin armas (el
sada, es arbitraria y no umversalmente seguida; soldado) marchará con despejo, manteniendo
y .').* Que de los propios defectos adolece la idea derecho el cuerpo, la cabeza levantada, el pecho
de que el despacho exige el requisito del cúm afuera....» (Art. 18. tít. 4. de la Ordenanza).
plase y no el titulo. Ahora bien; si se pregunta Despejo aquí es aire, desembarazo, soltura.
se, para apurar estas noticias, desde cuando co
menzó á llamarse despacho á las cédulas y títu DESPEÑADERO. «Sitio elevado y peñasco
los, puesto que los impresos de una y otra clase so en que, por su demasiada pendiente, no se ha
de principios del pasado siglo ya contienen la lia senda donde poder fijar el pié sin peligro de
expresión de que se ha de tomar razón de este precipitarse». (Dice. Acad. Hist. y Acad. Esp. )
Ueal despacho, diré que cuando las prácticas DESPEPITADO. DESPEP1TADOR. En la
son arbitrarias y el uso vario, todo lo más que Teórica y Práctica de Don Bernardino de Mkndo-
se puede indagar es el principio de la variedad, za se lee (pág. 100): « mandará á la cavalle-
pero no cuando una de las diferencias llega á ria que estuviere más á mano cierre resoluta
convertirse en regla uniforme y general, máxi mente mezclándose con ellos: cosa que se ha de
me cuando en el dia aun no ha llegado, según encargar á Capitán de los que llaman Despepi
ya dicho queda, este caso, ni para los despachos tados etc.». El conde de Clonard en su Historia
y los títulos, ni para la formalidad del cúmpla orgánica T. IV. pág. 457) dice textual: «Em
se». (Vallecillo. Com. á las Ord. T. I. pág. pleábanse también [los arcabuceros á caballo)
568]. Corno en el siglo pasado hemos copiado de en el servicio de exploradores, al mando de ca
Francia más de lo que fuera necesario, bueno pitanes prácticos en el terreno, á quienes seda
es advertir que hacia 1783 se conocían en aquel ba el nombre de despepitadores». (V. Arcabuce
país brevets (real título ó despacho) de siete cla ro). Dice. Acad. 1 y 5 da el verbo despepitarse.
ses ó especies nada menos para los jefes, y de desbocarse, arrojarse sin consideración ni repa
nueve para los capitanes. En 1788 principió á ro hablando ú obrando descomedidamente, con
reformarse el abuso. temeridad y sin rienda. Despepitado, el así des
bocado y arrojado.—Covarrubias, (Tesoro de la
DESPAPAR. Defecto del caballo, que tam leng. casi.) que tiene la manía etimológica, di
bién se llama «pico al viento», cuando alza la
ce: «Despepitado, el determinado y colérico que
cabeza, tirando de la mano del jinete por deso no tiene pituita, que es fiema, quasi despitui-
bediencia. El vicio contrarío es encapotar. tado (sic). Otros dicen que está tomada la me
DESPEADO. El que se rezaga ó anda con táfora del melón sin pepitas, ó calabaza que se
dificultad por tener los piés maltratados á causa queda vana y sin meollo: y así el arrojado y des
de una marcha forzada ó fatigosa. El Dice. Hevia pepitado está sin juicio y sin seso, que son las
dice además aspeado, barbarismo que no hemos pepitas de la cabeza y queda hecho calabaza se
visto «escrito» en ninguna otra parte.—Dice. ca.—Despepitarse, arrojarse». Por extraña que
DESP — 343 — DEST
hoy nos parezca la voz, al capitán de caballería dido la mayor parte ó el todo de su población
ligera no le está mal ser despepitado, diga lo antigua. Alguna vez se toma por un terreno que
que quiera Govabbubias. nunca ha tenido población, ni la tiene actual
DESPERDIGAR. Del latin dispergere, ó mente». (Dice. Acad. Esp. y Acad. Hist.J—Des
quizá de los perdigones que se esparcen al ti poblamiento y Despoblación. (V. Despoblar).
rar. Mencionamos este verbo por lo expresivo, DESPOBLAR. En la guerra es talar, devas
aunque no sea técnico, para indicar el extremo tar, arrasar, asolar un país, y aún obligar á sus
de desparramar, esparcir, diseminar las tropas habitantes á que emigren y lo abandonen. Vie
is COMBATE. ne del latin depopulor, depopulare, que tam
DESPERFILARSE. En fortificación, perder bién daba el sustantivo depopulatio, despobla
las obras los contornos del perfil, hacerse romas ción.
las aristas principiará derruirse ó desmoronarse DESPOJAR. Militarmente tiene este verbo
en parte una obra por la acción del tiempo. (V. desde antiguo la acepción que le da este párrafo
y conip. Descrestar). de Don Sancho de Londoño (Discip. mil. fól iO.
DESPIQUE. DESQUITE. Voces que tradu vio.): «Otrosí, porque parándose los soldados á
cen la revanche francesa. Satisfacción, desagra despojar los caídos suelen dejar de seguir la
vio de una ofensa. victoria y revolviendo los enemigos haberla, se
debe mandar que ningún soldado, ni otra per
DESPLEGADO. Se dice de un cuerpo de sona se pare en despojar los caídos, ni desbali-
tropas que ha hecho despliegue (V. e. v.). jar el bagaje, mas siga hasta el fin de la victoria
DESPLEGAR. En táctica general de las tres so pena de la vida». En general y según Dice.
armas y particular de cada una, pasar del órden Acad. S despojar es «quitar y privar á alguno de
de marcha al de combate, del órden de columna al lo que goza y tiene, desposeerle con violencia
de batalla, del órden pbofundo, grueso, denso, ó de esto». En latin spoliare.
cerrado al extenso, delgado ó abierto.—También DESPOJO. En singular, es el acto violento
se (¡despliega la bandera,» moral y materialmen de desposeer ó privará otro de una eos*. En
te, aunque es mejor la frase de nuestros clási plural, del latin spolia,que también se corrom
cos «dar al aire la bandera».—Recuérdese el co pió en espueillos, espollos, es voz técnica mi
nocido verso litar, sinónima de botín, aunque ménos usada.
«que al aire desplegada va ligera» Despojos opimos, entre los romanos, eran la par
Se despliega energía, talento y otras varias do te mayor que la proporcional del botín ó la de
tes; recursos, masas, tiradores, etc. más precio, dada en premio de acción distingui
DESPLIEGUE. El acto y resultado de des da, ú ofrecida á los Dioses. Rómulo después de
plegar. Maniobra genérica, fundamental de la derrotar y matar á Acron ofrece á Júpiter los
táctica, que trasforma el órden de marcha en despojos del combate.
órden de batalla. Sus principales condiciones, DESPUNTAR. En un sentido, quitar la punta
más que en otra alguna, son la ojeada, la rapi á un arm; en otro sobresalir, descollar, distin
dez, la seguridad, el concierto. La falta de es guirse un individuo ó tropa.
pacio, la lentitud, la falta de protección, el des- DESRRANCHARSE. (V. Derranchar).
órden pueden producir la derrota ántesde prin
cipiar el combate, por poco que el enemigo los DESROBINAR. Tamarit dice desrrobinar y
aproveche. Si la vanguardia, que debe servir da: limpiar del orin un arma. Ni lo autoriza
como de telón, es arrollada, introducirá al re Dice. Acad. 5, ni lo hemos visto impreso en
troceder la perturbación en las masas, que por parte alguna.
lineas divergentes marchan á tomar posición. La DESROSTRAR. «Antiguamente herir en el
vanguardia, pues, es la «protagonista» en un rostro, afeándole y descomponiéndole». (Dice.
despliegue. El jefe que la mande tiene el deber Acad. 5).
moral de sostener el combate hasta que la manio DESTACADO. Adjetivo que se aplica, no só
bra general esté terminada, y á su vez el gene lo á una tropa, pequeña ó grande, desmembra
ral en /efe debe cuidar ante todo de imprimir da ó segregada de su grueso, con un fin estraté
suma rapidez, para que la vanguardia sufra el gico ó táctico; sino á la orra de fortificación,
menor tiempo posible su critica situación. Todo permanente ó de campaña, generalmente luneta
despliegue efectivamente es una crisis táctica. ó reducto, que no está «aislada» sino combina
DESPOBLADO. «Sitio yermo que ha" per da, conjugada con una línea defensiva, con un
DEST — 344 — DEST
órden ó sistema, del cual forma parte integrante destino á un regimiento ó se queda sin destino,
y armónica. esto es, supernumerario, excedente, de reem
DESTACAMENTO. Del francés détachement. plazo.—llespecto á la acepción pagana de desti"
Voz introducida en el sigloXVIll. En general to no, como suerte, hado, sino, fatum, los católi
da tropa, más ó menos numerosa, separada ó cos no podemos admitirla sino en el sentido de
providencia. Contra la opinión común sostienen
segregada de su núcleo orgánico ó táctico «con
también algunos teóricos, que si hay combina
un fin cualquiera del servicio». Un batallo* en
ción humana en que éntre por muy poco lo que
guarnición destaca una compañía; como en tác
se llama fortuna, son las combinaciones de la
tica una división destaca un batallón; como en
estrategia un cüerpo de ejército destaca, para guerra. (V. Fortuna).
una punta, para una diversión, para un movi DESTITUCION. Separación, exoneración de
miento envolvente, una brigada ó una división un cargo, que puede muy bien no ir acompaña
entera. Los destacamentos, estratégicos son pe da de destitución, privación ó pérdida del em
ligrosos antes de una batalla, en la que deben pleo militar. En la España moderna esta voz ha
tenerse bajo la mano todas las fuerzas: requie perdido su valor, por la frecuencia deplorable
ren en el ejército que los hace gran superiori con que cada semestre se renueva Casi todo el
dad numérica, para no verse debilitado, y hay que personal de la administración pública. Asi un
mantener constante comunicación con ellos, por general que desempeña una capitanía general,
medio de tropas y movimientos á fin de no «de el mando de una división, de un ejército, puede
jarlos en el aire,» en peligro de ser envueltos y ser destituido, separado, exonerado de aquel
cortados. Estas combinaciones, relacionadas con el cargo, sin serlo de su empleo gerárquico en la
orden oblicuo y con un sistema de agresión milicia.
audaz, bien se ve que son de suyo arriesgadas y DESTORNILLADOR. Instrumento de hier
falibles, en justa y natural compensación de sus ro ú otra materia, que termina en filo, á seme
probabilidades de victoria. janza de un escoplo pequeño, y sirve para sacar
DESTACAR Dice Vallecillo (Coment. á las é introducir tornillos, engranándolo en la mues
Ordenanzas, pég. 68): «Aunque destacar quiere ca que estos tienen en la cabeza.
decir en su sentido recto mandar a alguno fueia DESTRABAR. «Romper y deshacer las va
de la estacada, en este articulo (el 6, tit. 2. tra llas, ó trincheras». No hemos encontrado este
tado 1.) y otros muchos de las presentes Orde verbo más que en Dice. Acad. 5, que lo da como
nanzas vale por mudanza de localidad, de desti anticuado.
nos, etc.» Es ocasionado esto de regirse por el DESTRAL. Hacha ó segur pequeña. Del la
sonido ó sonsonete en materia de etimologías. tín dextra, mano derecha.
Estacadas habrá habido desde que hubo estacas;
pero la voz puramente francesa destacamento, DESTRERO. Dice. Acad. 5 da como anticua
détachement, de détacher, ni tiene relación con do este adjetivo; diestro, experto, ejercitado en
ellas, ni ha entrado, repetimos, en el tecnicismo las armas.
militar de España hasta el aluvión de galicismos DESTREZA. Cualidad que parece sinónima
con que empezó el siglo XVIII. Antes la idea se de habilidad (V. y comp. e. v.); pero que real
expresaba en castellano por campo volante, di mente es más corporal y más peculiar del que
versión, etc. obedece, que del que manda. Hasta la invención
DESTAPAR. Los franceses usan mucho el de la pólvora, es evidente que la destreza per
verbo demasquer (quitar lá máscara, descubrir) sonal era la primera cualidad del soldado; pero
hablando de movimientos y maniobras en táctica, no porque ahora sea inútil el rudo ejercicio de
de raterías en combates y sitios de plaza. ¿Por los atletas antiguos, ó de los esgrimidores y dies
qué no decir en castellano destapar? tros más modernos, hemos de dar en el extre
mo opuesto. La gimnástica militar, en vez de es
DESTEMPLAR. Quitar el temple á las armas tar sometida á esos accesos ó intermitencias que
blancas ó instrumentos músicos como tamror ó en España suele sufrir, debería reglamentarse
corneta —Destemplarse es perder el temple las con prudencia, para dar á la robustez ejercicio,
cosas; y descomponerse, alterarse, perder la soltura y agilidad, sin pretender que el soldado
moderación las personas. se convierta en acróbata.—En el siglo XVII,
DESTINO. Conocida es su diferencia de em tiempo el más floreciente de la esgrima, los li
pleo. Un teniente recibe el empleo do capitán ron bros numerosos que sobre este arte se publica
DEST - 345 - DEVA
ban siempre llevaban por título: «De la des tail no parece que ha sido muy necesaria; más el
treza». uso, dice, prevalece en los idiomas contra la ra
DESTRONCAR. Dice. Acad. 6 da un sentido zón. Detallar, voz también según el mismo,
metafórico á este verbo que puede ser militar y admitida sin necesidad, por especificar, particu
estratégico, y que completa la acepción de des larizar. Pero Dice. Acad. 5, nuestro tribunal de
orientar (V. e. v.) «Arruinar á alguno, destruir alzada, no sólo da detalle, sino que lo da anti
le, embarazarle sus negocios y pretensiones, cuado: «El pormenor ó relación, cuenta ó lista
privándole de los medios de conseguir su inten circunstanciada de alguna cosa».—Detalle en
to». Es cabalmente lo que recomiendan los gran vuelve la significación de menudencia, peque
des capitanes, lo que prescribe el arte de la nez, casi fruslería. Al decir «hombre de detalle»
GUERRA. se entiende hombre minucioso, modesto, mecá
nico, casi rutinario y amanerado; y como para
DESTROZAR. «Desbaratar los enemigos,
entrar en detalles, es forzoso conocerlos y ma
derrotarlos con mucha pérdida». (Dice. Acad. 5)
nejarlos, lo cual siempre ocupa y á veces enoja,
—Destrozo. No se refiere solamente á tropas,
se ha tomado por oposición el camino más bre
sino á cosas. ve y ancho de hacerse «hombre de talento ó de
DESTRUCCION. Del latín destructio, que genio», hablando en francés, con loque se que
viene del verbo struere, construir, con la partí da dispensado de «enredarse en detalles», más
cula de. Ruina, asolamiento, devastación. Anti claro, de estudiar, obrar, trabajar, producir y
guamente se dijo destrvicion. saber. La milicia, bien mirada, ¿qué és sino un
DESTRUIR. V. y comp. Anonadar, Aniqui conjunto de detalles? ¿qué son sino detalles, sus
lar, Arrasar, Asolar, Demoler, Derribar, Deso fórmulas, sus ritos, sus ceremonias? ¿Qué que
lar, Devastar, Exterminar, etc. da, si prescindimos de los detalles?
DESVALOR. «Antiguamente cobardía, mie DETENDAR. Si estuviese admitido el verbo
do, falta de valor ó estimación». (Dice. Acad. 5). atendah, (V. c. v.) por asentar, plantar ó armar
DESVENO. La parte curva que, para dejar tiendas, detendar seria recogerlas: tomado uno
libre la lengua del carallo, une los dos cañones y otro del latín. «Signo prefeclionis dato, taber-
de la embocadura del rocado. narulisi¡ue dutensis». (Cesar. Bell. civ. lib. 3).
DETERMINACION. «Acto de la voluntad
DESVENTAJA. Más bien que desproporción,
que resuelve la indiferencia.—Resolución, de
suele expresar mal resultado de algún comhate ó
cisión. —Osadía, audacia, bizarría, valor» (Dice.
choque parcial.
Acad. 5). —Determinado, resuelto, esforzado, va
DESVIACION. La dirección falsa de la rala leroso.
ó proyectil, separándose de la trayectoria nor DETERMINAR. Resolver lo que se ha de
mal ó calculada (V. y comp. Derivación). Más hacer en alguna cosa.—Sentenciar, definir.—
propio y breve es desvío. Señalar, fijar, por ejemplo, la línea de batalla.
DESVOLVEDOR de machos. Plancha gruesa DETONACION. En física el ruido que imita
de hierro con dos mangos, que tiene en el cen al trueno, producto de una conmoción súbita y
tro varios taladros cuadrados, en los que entra violenta, acompañada de luz. La chispa eléctri
la cabeza del macho, para abrir roscas, según ca, la pólvora, especialmente la fulminante, de
de la dimensión que sea: úsanla comunmente tonan. Detonación es voz genérica para toda ar
los herreros con este objeto. ma de fuego. Estampido se reserva sólo para pie
DETALLAR. «Tratar, referir alguna cosa pur za de artillería.
menor, por partes, circunstanciadamente». DEVASTACION. En esta palabra latina, vas-
(Dice. Acad. 5). tatio, que expresa tala, destrucción de todos los
DETALLE. Parece galicismo, détail, pero objetos materiales de un país, va implícito algo
Capmany, que así lo creyó echándola de puris de sistemático ú ordenado. Toda guekra lleva
ta, fué impugnado por Cienfuegos victoriosa consigo ruinas y estrago involuntario, si puede
mente, demostrándole el antiguo origen caste decirse asi; pero una guerra de devastación, á
llano de esta voz y las modificaciones que en su sangre y fuego (V. e. v.) indica una voluntad an
ortografía habia sufrido. El P. Terreros en su terior, un sistema cruel y preconcebido. En la
Diccionario la admite de mala gana; advierte que antigüedad la devastación era casi un principio
se puede usar «por menudo», «por menor», y táctico. La guerra del Peloponesoyotras en Gre
concluye con que la introducción de esta voz dé cia; las de los Romanos en Cartago, Corinto,
44
DEVA — 316 — DIAN
Kumancia; las Cruzadas; la generalidad de las cien ejecutado: peste que quitó la vida á los
de la edad media, inclusa la Conquista de Grana progresos de aquellas guerras, alcanzando su
da, tienen un carácter de devastación, quedes- mal ejemplo hasta á los soldados en devo
de el siglo XVI han ido perdiendo gradualmen ción ». «Verdugo recogió en las suyas, las
te. Todavía en el XVII, oscureció la gloria de pocas piezas que le quedaron, valiéndose de un
Turena la devastación del Palatinado, ordenada> poco de dinero que se le envió de Bruselas para
según los franceses, desde el gabinete del minis tener la gente en devoción». {Guerr. de Fldnd.
tro Louvois. En España la guerra de la Indepen lib. 6.).—Dice. Acad. 5. da, en sentido metafó
dencia ofrece ejemplos de devastación parcial y rico, inclinación, afición especial.
acaso disculpable de los enemigos; y también, DEZMAR. En Dice. Terreros, diezmar, sor
lo que es más doloroso, de los amigos. Galicia, tear, sacar do diez uno para la muerte. Dice.
Badajoz, San Sebastian atestiguan la brutal in Acad. 5 también da lo mismo que diezmar.
disciplina de las tropas inglesas, conocida ya, DIA. De acción,—de batalla,—de data, —de
por desgracia en España, desde el sigo XIV. (V. descanso,—de gala,—de marcha etc. (V. e. v.)
Gastador, Talador). Estar de día. El mando y servicio que durante
DEVASTAR. En latin vastare. Destruir, de veinte y cuatro horas ejercen por turno los ofi
solar un territorio. ciales generales y particulares, en guarnición y
DEVENGAR. Merecer, adquirir derecho por campaña, con sujeción á reglamento. En el siglo
razón de trabajo ó servicio.—devengo. El efecto pasado, cuando no se conocía ó se aplicaba la
de devengar. «La lista de revista, como base de distribución orgánica en divisiones y rrigadas,
donde parten todos los devengos de una compa los generales, sueltos y afectos á la plana mayor
del ejército, siempre en número excesivo, tur
ñía ». [Regí, de I." abril 1865). naban por dia para el mando absoluto de lo que
DEVINTO. Lo mismo que vencido. Adjetivo entonces se llamaban líneas, lo cual producía
anticuado, según Dice. Acad. 5. graves perturbaciones y actos frecuentes de in
DEVISA. Anticuado, divisa. disciplina. (V. Brigada, Brigadier, Táctica).
DEVISAR. «Antiguamente pactar, concer DIABLO. Herramienta de carretero usada
tar, convenir en general.—Señalar, declarar la por la artillería, que se reduce á dos cadenas
suerte ó género de armas para el combate, en de hierro unidas por sus extremos; en uno de
los duelos y desafios». (Dice. Acad ¡i). los cuales hay tornillos para graduar la presión
que se hace sufrir á las pinas, á fin de que estén
DEVOCION. Palabra latina, derivada del unidas al sentar sobre ellas las llantas de las
verbo latino devoveo, ofrecer con voto; acción ruedas.
por la cual los romanos se consagraban y sacrifi
caban por la patria. Dice. Acad. 5 trae como an- DIAMANTE. Dice. Terreros dice: «cierta
iicwáodevover, dedicar, ofrecer, entregar. El uso máquina bélica» y lo apoya en esla cita de la
ha hecho que cs,ta palabra sea hoy exclusiva Jerttsalen de Lope de Vega (pág. 118.):
mente religiosa, y, hasta dentro de esa misma Bien que faltaban tiros y cañones,
acepción limitada, devoción es, más bien que el Culebrinas, diamantes y pedreros,
ofrecimiento íntimo y consagración á Dios, el Con que después venció á la fuerza el arle
cumplimiento fervoroso y público de las prácti Y humo negro cubrió su estrella á Marte.
cas externas ó ceremonias ostentosas. Seria ex Dice. Acad. 'i da: «Género de pieza de arti
presiva la palabra devoción en la milicia, si pu llería».—Moretti y los que le copian: «Pieza
diera usarse; pero hay que suplirla imperfecta de artillería antigua; se ignora su forma y cali
mente con otras como abnegación, ó adhesión bre». Por nuestra parte no creemos que valga la
etc. que no expresan tan redondamente la no pena averiguar más.
ble idea de una «consagración» con voto casi DIANA. Toque reglamentario al romper el
religioso. Los franceses conservan la palabra dia, ó ántes, para que la tropa deje el sueño. La
dévouement, que, por la razón dicha, queda sin voz debe ser francesa y admitida en el siglo pa
perfecta traducción en castellano. Dice Terre sado, en las ordenanzas de 1728, porque ante
ros, además de la significación usual da «adhe riormente se llamó alborada. En el reglamento
sión á la voluntad absoluta de otro». Algunos francés de 25 julio 1665 se cita ya la diane. Pe
clásicos militares suelen usarla, como Don Car ro, como frecuentemente sucede en materia de
los Coloma: «pero estorbaron esto los motines etimologías, mientras nosotros tenemos por cier
que estaban todavía en pié y el de Sequem re to que diana viene de diane, Ganeau y Pomey
DIAN — 347 — DIBU
creen al contrario que el nombre francés viene mano ménos hábil puede trazar con regla, com
del español. Sabido es por lo demás, que Diana pás y plantilla.
era una diosa de la mitologia, muy aficionada á Se ve, pues, la gran diferencia que hay en
la caza y madrugadora por ende. La noche mili tre dibujo y expresión del relieve ó configuración
tar, si asi puede decirse, está comprendida en del terreno. Esta se consigue por medio de las
tre los dos TooüEsde retreta y diana. aToda cen reglas que da la topografía; y claro es que el si
tinela apostada en muralla ó paraje que pida tuar puntos, geométrica ó trigonométricamente,
precaución, desde la retreta hasta la diana dará en manera alguna puede llamarse dirujar, en la
el quien vive » (Art. 50. tit. \. trat. 2. de verdadera acepción de la palabra, que es por el
la Oro.) contrario, situar puntos sin auxilio alguno, y mo
delar sobre papel el cuerpo original, valiéndose
DIARIO. (V. Crónica, Cronología). del claro-oscuro y de las dos perspectivas lineal
DIBUJO. El dibujo gráfico, lineal ó geomé y aérea. Ninguna de estas perspectivas, ni con
trico (llamado asi para distinguirlo del natural venio entra en lo que hoy se entiende por dibujo
ó de imitación artística) es un medio general de topográfico; y las operaciones para expresar el
descripción, cuyos principios, reunidos en cuer relieve del terreno están tan lejanas del verda
po de doctrina por el célebre francés Gaspar dero dibujo natural, como lo están las necesarias
Alongé, forman la parte de las matemáticas cono para resolver con regla y compás un problema
cida con el nombre de geometría descriptiva. de corte de piedras, ó de cualquiera otra aplica
Cuando este dibujo gráfico tiene por objeto la ción de la geometría descriptiva.
representación, con la posible exactitud, de la Pero la imposibilidad de reducir exactamen
superficie terrestre—del terreno—toma el nom te á cuerpo geométrico la escabrosa y varia su
bre de dibujo topográfico, habiéndose llamado perficie del terreno, la conveniencia de abreviar
hasta hace poco dibujo militar, porque militares sin perder tiempo en una minuciosidad inútil,
eran los que casi exclusivamente lo usaban. la necesidad de que la topografía «hable» tam
Hay cierta confusión entre el dibujo y la ex bién á los ojos de golpe, como dibujo escultural,
presión del relieve, que podrá cesar, fijándose han obligado á que el dibujo sea en la topografía
bien en el objeto que cada palabra expresa, y irregular el todo, y en la regular gran parte de
en las distintas operaciones que para logarlo se la habilidad del topógrafo.
ejecutan. Cuando la topografía sólo abrazaba una El rigor de las teorías expuestas en los tra
escasa é inexacta planimetría, y se quería dar tados de topograpía tiene que templarse, según
alguna idea del relieve, preciso era apelar á la la extensión y la importancia del trabajo. El in
imitación artística, más ó ménos sujeta á reglas geniero militar, que sólo atiende á los pocos ki
geométricas de perspectiva: el topógrafo entónecs lómetros que su plaza ocupa, aprecia, digámos
tenia que ser verdadero dibujante, verdadero lo asi por milímetros, el relieve, miéntras el
pintor y muy poco geómetra. Pero vulgarizados oficial de Estado Mayor en grandes reconocimien
ya los procedimientos de la geometría descripti tos, ó el topógrafo catastral, al medir extensio
va, considerado el terreno como un cuerpo casi nes superficiales de provincias enteras, no tiene
geométrico, nada tiene ya que hacer el talento que detenerse tanto en altimetría, ni relieve.
ni el gusto del artista, sino la escrupulosidad y Es, pues, cuestión puramente de circunstan
el pulso del delineador. La cuestión un su ma cias la de que el dibujo éntre por más ó por mé
yor sencillez queda reducida al trazado de lineas nos en la belleza y perfección de un plano topo
rectas, porque las secciones horizontales y de- ' gráfico; y quede establecido que en todos casos
más curvas son verdaderos polígonos; y sólo su concurso se pide para suplir falta de datos
cuando es grande el número de lados, tomados ' ceométricos tomados directamente sobre el ter
precisamente en el terreno, se permite, en la reno. Sí el curso de un rio se ha fijado por esca
topografía de precisión, redondear algo sus án sos puntos, si de una montaña se tienen pocas
gulos por medio de una curva casi confundida referencias de secciones horizontales, y estas
con sus tangentes. Si abriendo algo la mano, y con grande equidistancia, naturalmente el topó
para evitar el efecto desagradable de esa poligo- grafo apela á su ojo y á su memoria, introduce
nacion constante, las curvas (sean secciones ho sinuosidades en las curvas, y busca por el claro
rizontales, sean márgenes de un río, etc.) se tra oscuro el efecto del relieve.
zan sin el auxilio de sus polígonos directores ó En la topografía irregular, volvemos á decir,
envolventes, no aumenta gran cosa la dificultad: este es el caso ordinario y constante y en la re
todo queda reducido á rectas y curvas, que la gular debe ser la excepción. Pero puesto que á
DIBU — 348 — DIBU
entrambas interesa añadiremos algunos detalles. les de golpe y sin consejo tipos de perfección,
Por lo arriba dicho el dibujo topográfico en á que nunca llegarán ni tienen verdaderamente
su geométrica sencillez se reduce á trazar con para que. El topógrafo, el oficial que no haya
lápiz y luego con tinta rectas y curvas, y á ex de ser delineador ó grabador de oficio, no nece
tender con el pincel transparentes aguadas con sita remedar con la gruesa punta de su pluma
colores sencillamente combinados. los prodigios de finura de un buril.
La lectura de este articulo supone el previo Lo que al topógrafo importa es darse cuenta
conocimiento de los primeros rudimentos de de los procedimientos, marchar progresivamen
geometría descriitiva y la pequeña práctica de te de lo simple á lo compuesto y esperar, con
sus ejercicios gráficos: con ellos sobra para la paciencia y repeticiones, á que la mano se ase
ejecución del dibujo que defina las formas del gure y subordine, buscando sobre todo la bre
terreno y los contornos de sus pormenores; y vedad en cuanto se adquiera una limpieza ad
son inútiles tanto la enumeración de los instru misible.
mentos como las reglas para usarlos. En Francia puede decirse que llevan ocupa
Sin embargo haremos una recomendación, do lo que va de siglo en discutir el mejor siste
sugerida por la práctica á los más hábiles topó ma de dirimo. En 1802 se reunió la primera
grafos. Conviene soltar la mano en los principios junta ó comisión; otras luego en 1826 y 28, y la
adiestrándose en trazar todo á pulso, sin acudir última, de que tengamos noticia, en I85i. To
á la regla y al compás más que como medio de das ellas dieron por único resultado un extenso
verificación. Esta práctica es provechosa sin du informe ó rapport, quedando cada corporación
da en lodo caso; pero, como sus resultados de en el uso ó abuso de su sistema. Esto, que tan
penden justamente de la disposición personal to nos escandaliza en España, es efectivamente
del individuo, no pueden nunca asegurarse co notable en el país vecino tan centralista y uni-
mo ciertos, y es cuestionable si conviene insistir formador. Ouizá demuestre que la cuestión es
mucho en estos ejercicios preliminares, que en insuluble, por la abundancia misma de solucio
resumen tienden á dar habilidad y pulso al que nes. En Francia ya no gira sobre la dirección de
naturalmente no los tiene. La mejor solución es la luz, ni sobre el claro-oscuro; el enunciado es
no perder mucho tiempo en probaturas. Si la más concreto: desechadas las curvas de nivel
mano desde el principio obedece, si el ojo mide por insuficientes, y consideradas como apoyo y
justo, seguir con empeño hasta lograr soltura; directrices de los trazos, todo el empeño está en
pero si entrambos se rebelan, ceder buenamen entenderse acerca del modo de dibujarlos para
te y ejercitarse con los instrumentos, pues que que expresen «matemáticamente» la tendiente.
para eso están, para igualar á todos. Lo mismo De aquí los diapasones para determinar y uni
puede decirse respecto á los ejercicios del natu formar el tamaño, el grueso y el intérvalo de
ral y de paisaje que son muy convenientes pero los trazos ó normales. El depósito de la guerra
de ningún modo indispensables en la moderna adoptó en un principio el del coronel Bonne; pe
topografía. ro reconocidos sus defectos al salir del suelo li
En cnanto al uso de los instrumentos, de las so y monótono del centro del país, ha sido sus ■
reglas y escuadras, de la pluma y tiralíneas, es tituido por otro más flexible c ingenioso, para
ocioso también formular reglas cada dibujante cuya formación han intervenido, además de mu
adopta las que su práctica le enseña; y tal plan chas fórmulas, pruebas y ensayos con micró-
tilla de curvas, ó tal procedimiento, que para metros y microscopios. En este último diapasón,
unos es embarazoso, viene en manos de otro á en vez de expresar la pendiente en grados, ha
abreviar la mitad del tiempo. Por ejemplo la parecido más práctico usar la relación de la al
manera ordinaria de trazar una curva, es pre tura á la base. Asi el denominador de la pen
sentando su concavidad hácia la mano, y hay diente no es otra cosa que la cotangente de la
quien la traza al contrario con mayor como inclinación angular, tomando la altura por
didad. unidad.
Lo que debe proscribirse en los primeros Pero la tinta, el tono, es decir la relación del
ejercicios es el sistema vulgar de copiar planos negro al blanco se escapa á través de las fórmu
grabados, y generalmente notables por su per las con que se la quiere encadenar, aunque se
fección. Este uso no tiene más fundamento ra cambie de escala, es evidente que las tintas lian
cional que la pereza de los maestros; y es ver de permanecer constantes para las mismas pen
daderamente lastimoso perder el tiempo en dientes; mas como el mecanismo estriba en va
amanerar y desanimar á los jóvenes ofreciéndo riar con la escala el intérvalo y el grueso de los
DIBU — 3i'J — DIGT
trazos, hay trasgresion de la ley: fuera de que pasón fuene aplicado exactamente en todo su
lo que en todo caso puede apreciarse no es el rigor, no se obtendría más que un plano sin
grueso absoluto del trazo sino la relación entre expresión en todas sus partes; por lo que debe
los espacios negros y blancos. tenerse por entendido, que el diapasón tiene
Por lo demás es curioso ver á hombres se principalmente por objeto asegurar la unifor
rios ocupar publicaciones, que también lo son, midad en los trabajos «sin excluir del todo la
con sutilezas y discusiones acerca de este asun parte artística» del dibujo, que debe contribuir
to, y establecer fórmulas como estas: poderosamente á darle expresión. El dibujante
3 Vd miüm. debe tomar el diapasón por tipo en todas las
Unta — i intervalo = 2 L n pendientes intermedias entre la más suave y la
8d m ^ más fuerte de la región en que trabaja, reser
3 V D + 3. m. u vándose la facultad de «suavizar» algo las me
grueso del trazo =
3 m -f 2 m D setas y acusar las laderas de los valles, especial
I mente cuando son estrechas y no pueden tapar
En lasque—- es la pendiente, d la dis
detalles ó letreros».
tancia en milímetros que separa dos curvas DICTADOR. Palabra latina, dictalor, deriva
consecutivas, y m, n dos «constantes» determi
da del verbo dico, cuyo supino es dictum, y que
nadas por la experiencia y compulsación de nu entre sus varias acepciones tenia la de juzgar,
merosos dibujos y grabados. Así se ha llegado á
mandar, imperar. La dictadura era dignidad,
saber que m y n varian en progresión aritméti
cargo, magistratura suprema, absoluta, irres
ca, cuando la escala disminuye en progresión
ponsable, que los romanos de la república con
geométrica. A esto ha llegado el Depósito de la
centraban en un solo individuo en las grandes
guerra francés; pero, confesado por el mismo,
crisis militares, políticas ó sociales.
al pasar de la escala de ! sería tal la fi- Aquel pueblo, tan celoso de su libertad, reco
100.000 noció que en ciertas ocasiones supremas era sa
nura y aproximación de los trazos, que en ca
ludable suspender el juego normal de las insti
so de poder ejecutarse materialmente, el efecto
tuciones, y entregarse por corto tiempo al ar
seria de una débil aqiutirta. bitrio exclusivo de una sola voluntad, fortaleci
Fuera de los dos ó tres diapasones de Bonne
da por la ley. Cuando el Senado se conceptua
que inserta en varios lomos el Memorial du De-
ba inhábil para regir, ponía las riendas del
pót de la guerre hay otros varios de Livet y
gobierno en manos de un dictador: la estatua
Goulier, capitanes de ingenieros, profesores de
de la ley se cubría con un velo y la república
la escuela de Metz, y otro, que se atribuye á
de una pieza quedaba á merced de un arbitro,
Noizet, en donde son variables la longitud el
con derecho de vida ó muerte sobre todos los
grueso y el intérvalo de los trazos. Se ve que
ciudadanos sin distinción (jus animadeertend1
sólo falta la variabilidad del espesor de la tinta
de china en la tacilla. in cujuscumque civis romani caput).
Para edificación del lector no será inopor En aquel pueblo, fundado por una gavilla
tuno concluir traduciendo textualmente un pár de foragidos, que sólo podía vivir, como vivió,
rafo de la obra citada, Memorial du Depút de la de la conquista, principiando su existencia so
guerre. Tom. IX. pág. 374 que dice así: «Todos cial por el rapto de las Sabinas, todo el funda
los ensayos emprendidos hasta el dia para ex mento de su derecho era la guerra, su primera
presar la rapidez de las pendientes en razón de y única forma, la milicia (V. Legión). En cuanto
la intensidad de las tintas, han venido á probar extendió su radio la ciudad-núcleo, señaló con
cuan difícil es, con un solo diapasón de trazos, trazo previsor los derechos de la doble entidad
conservar suficiente modelado ó relieve en el del ciudadano y del soldado Ijus urbis, jus mili-
papel á los países llanos y regiones medias, sin tice} dentro de los muros el primero, á mil pa
llegar al negro casi absoluto cuando se trata de sos de los muros el segundo.
altas montañas. En el moderno diapasón del La inevitable complicación que en sí Irao
Depósito de la Guerra se ha pretendido repartir todo engrandecimiento perturbó con el tiempo
convenientemente los tonos, desde las pendien el sencillo mecanismo del primitivo campamento,
tes más suaves hasta las más fuertes, que tienen á las órdenes de un general, rey hereditario de
por limite 45 grados, conservando á esta la in la primitiva república, luego con aristocracia y
dispensable transparencia para que sean legi democracia, con senado y cónsules electivos. So •
bles los letreros. Sin embargo, si semejante dia brevinieron oscilaciones, riesgos, tumultos, re
DIGT — 350 — DIGL
voluciones: y el pueblo conquistador y militar actual viene á ser el estado de guerra ó de sitio
por excelencia no podia desconocer que á la (durante la paz), la suspencion de ciertas garan
vista de las grandes dificultades, de los grandes tías constitucionales, la absorción del mando su
peligros, no hay discusión ni consejo posible de premo y absoluto por la autoridad militar.
muchos, y que la salvación suele venir del va
DICTAR. Solo se dice de órdenes, condicio
lor, de la energía, de la virtud de uno solo. El nes, paces.
romano, avaro de libertad, cerraba los ojos y se
echaba en brazos de un dictador. El senado ce DICTATORIAL ó DICTATORIO. Lo pertene
saba en sus funciones con la solemne y conocida ciente al dictador. Por extensión califica la exa
frase Videant cónsules la vida política, por geración del mando absoluto y «arbitrario» en el
decirlo asi, se suspendía, y el déspota elegido se órden civil.
presentaba al pueblo precedido de veinte y cua
DIDÁCTICO. Adjetivo procedente de un ver-
tro lictores, empuñando con su diestra el cetro vo griego que significa enseñar. Ordinariamente
de marfil, símbolo de su tremenda autoridad. se aplica á la enseñanza elemental ó primordial
Ordinariamente el cónsul que había elegido de un arte ó ciencia, y no se debe confundir con
al dictador era en cambio nombrado por este dogmático (V. e. v.) . Las cartillas, catecismos,
su lugar-teniente ó delegado, con el titulo de mo- manuales, prontuarios, todos los libros que lle
gtster equitum, UKKStHooz la caballería. Llevaba van el titulo de «elementos» suelen ser didácti
también sus lictores y vestía la toga pratexta, cos ó didascálicos, y en la abundancia de estos,
pero sin eximirse de la completa subordinación más que de los dogmáticos, puede fundarse el
al dictador. Esta condición, como puede presu cálculo sobre la instrucción y educación de un
mirse, no siempre se cumplía y la historia re ejército. Tómense los catálogos de las librerías
fiere gravísimas contiendas y altercados. militares francesas, y mejor alemanas, compá
Miéntras Roma pudo tener dictadores como
rense con los españoles y, si el principio es cier
Cincinato, que trocó su cetro por el arado sin ex
to, el lector deducirá la consecuencia.
pirar el plazo de su magistratura, la dictadura
constituyó parte integrante y beneficiosa de sus DIENTES de sierra. Con este nombre ó con el
célebres instituciones. Bastardeadas estas por de llares (V. e. v.) se distingue en fortificación
el trascurso del tiempo, por la excesiva sober el trazado de una línea algo extensa en la que se
bia, por la corrupción de costumbres, la dicta repiten alternativamente los ángulos entrantes
dura antigua, legal, legitima, casi siempre sal y salientes, imitando, trazados sobre el papel y
vadora se convirtió en usurpación ambiciosa y en pequeño, los de aquel útil de carpintería. Los
tiranía inexcusable. Las manos ensangrentadas franceses llaman á esto cfemaillére; y los traduc"
de Silay las gloriosas de César amasan el im teres, que no tienen tiempo para buscar los dos
perio, última y por intervalos brillante etapa equivalentes castellanos, repiten cremallera,
del memorable pueblo de Rómulo. muy satisfechos de haber enriquecido la lengua.
En la imitación pálida que los modernos ha
cemos de aquellas grandezas, el estado de sitio DIESTRO. En general hábil, experto, sagaz,
prevenido, avisado —El que sabe esgrima, es
viene á ser el remedo incompleto, ineficaz de la
decir, jugar la espada ó las armas.—El ronzal de
dictadura romana. Considerando que en el dia la
la CABEZADA.
guerra es puro accidente, miéntras que en Ro
ma no sólo era sistema, sino esencia, bien se al DIEZMAR. Castigar, cuando son muchos los
canza lo imposible de una perfecta asimilación; delincuentes, de cada diez uno. En general sor
mas á fuerza de repetir vulgaridades sobre «el tear entre muchos, para sufrir pena grave, ordi
imperio del sable» á fuerza de insistir sobre el nariamente de muerte. Este procedimiento
alejamiento de los hombres de guerra, se van tor cruel, ántes frecuente, sólo so aplica hoy en ca
ciendo las ideas en cuanto al sentido recto de la sos extremos y apurados, en que átoda costa hay
palabra dictadura, que hoy hasta suena mal: y que restablecer prontamente la disciplina.
quizá suceda que el dia del conflicto se busque
en vano una espada que quiera salir de la vaina, DIFALANÜARQUIA. En la antigua táctica
para reemplazar el cetro de marfil con que el griega, el cuerpo formado por la reunión ó com
binación de dos falanges simplesó elementales.
dictador romano amansaba las olas encrespadas
del proceloso mar de su república. D1GLADIAR. «Batallar, pelear con espada
DICTADURA. El cargo y dignidad del anti cuerpo á cuerpo». Dice. Acad. 5 lo da como an
guo dictador romano. En nuestro modo de vivir ticuado. Del latin gladius, espada
DIGN — 351 — DIPL,
DIGNIDAD. En las carreras civil y religiosa DILATADO. Algunos llaman así, en táctica,
suele darse este nombre distintivo á ciertos em al orden extenso, delgado. (V. Batalla, órden.)
pleos ó títulos de elevado carácter: en la milicia DILIGENCIA. «Aplicación, actividad y cui
no se reconoce «de hecho» como dignidad más dado en hacer alguna cosa». (Dice. Acad. 5). Ex
que el último escalón gerárquico de capitán gene celente cualidad militar—En procedimientos ju
ral de ejército; desde él abajo todos son empleos, diciales, el auto que hace constar un trámite ó
cargos.—Mencionaremos la dignidad en su acep paso de la causa.
ción moral, no como virtud, sino como prenda
indispensable de carácter en todo militar, sea D1LOCHIA ó DILOQUIA. La reunión de
la que fuere su graduación. Los que ven sólo por dos lochos ó hileras en la falange (V. e. v.)—Di-
fuera el mecanismo de un ejército no compren lochita. El comandante de una dilochia.
den como pueden concillarse la dignidad perso DIMACO. Según Moretti, soldado macedonio
nal, la elevación de ideas y de sentimientos con que combatía á pió y á caballo como el moder
el dogma inflexible de la disciplina, de la subor no DRAGON.
dinación, de la obediencia pasiva. Y cabalmente DIMINUCION. Dice. Acad. 5 escribe también
en la milicia es donde menos cabida puede tener disminución (V. e. v.)
el hombre abyecto y poco celoso de su dignidad
moral. Donde se rinde al honor, culto ferviente DIMOERIA. Mitad de una hilera de diez y
y nunca interrumpido, existe la abnegación y seis hombres. Reunión de dos enomotias (según
hasta el sacrificio de la voluntad; pero no es po Carrion Nisas, Jenofonte, Maizeroy) en la anti
sible la más mínima flaqueza, y en el momento gua milicia griega que se conservó hasta la bi
en que el ánimo decae y la dignidad personal no zantina.—Dimerita ó dimeriarca se llamaba el
brilla del todo inmaculada, un movimiento ins jefe, equivalente á cabo de escuadra.
tintivo de repulsión, ántes de que hable la ley DIPLOMA. Voz, derivada del griego, que
escrita, viene á indicar al pusilánime, al preva genéricamente designa todo documento firmado
ricador el partido que debe tomar. Tan sensible, por el rey; pero en la milicia sólo se aplica al que
tan delicado es, á pesar de su volumen, el orga concede uso de una cruz de distinción; llamán
nismo militar, que todo entero se resiente al me dose real cédula ó real despacho (V. e. v.) en el
nor golpe que sufra la más humilde de sus par día, y ántes patente (á la francesa), al nombra
tes, y de aquí la tendencia de la moderna disci miento real para un empleo gerárquico.—Diplo
plina á enaltecer la dignidad moral, no como la mática, que no se debe confundir con diplomacia,
antigua sólo en el que ciñe espada de caballero, es el arte de conocer, leer y distinguir diplomas,
sino en el que maneja el fusil y al entrar en fi y por extensión documentos ó manuscritos an
la adquiere sentimientos nobles y elevados, que tiguos.
ántes quizás le eran desconocidos. Protestemos, DIPLOMACIA. Como generalmente la espa
pues, contra esas doctrinas imprevisoras que da viene á cortar los nudos que suele enredar
sólo encuentran posible la dignidad del hombre la diplomacia, hay como una especie de antítesis
en un estado tan suelto de independencia, que entre esta y la milicia; pero la razón dicta que
casi se aproxima al salvaje. Desde el punto en debieran marchar siempre unidas y conformes.
que hay agregación y verdadera sociedad, tiene LOS TRATADOS DE PAZ, de ALIANZA, IOS aCtOS de AC
que reinar algún órden y disciplina, algún de CESION, la DECLARACION DE GUERRA, las TREGUAS, IOS
ber, alguna cesión de derecho, algún respeto á ARMISTICIOS, IOS CONVENIOS, las CAPITULACIONES, bien
los demás; y si en alguna agrupación social se ve que exigen la cooperación, la intervención
puede mantenerse, no sólo ilesa, sino engrande activa é inteligente del elemento militar. Un
cida la dignidad individual, sin duda es en aque parlamentario (V. 6. y.) es un personaje rigoro
lla en que al más bajo se le infunde virilidad samente diplomático. Por lo demás, la ciencia,
nueva, por el respeto constante que le muestra si lo es, de la diplomacia también ha sido culti
el que está más alto; en aquella que vive por la vada con éxito por hombres del estado militar,
excitación continua del heroísmo; en aquella que á quienes en general no se considera con flexi
todo lo hace común y solidario; en aquella fi bilidad, con travesura ó con instrucción sufi
nalmente, que al llegar al triste momento de ciente. Descontadas ciertas formalidades y ritos
cansancio ó de conflicto, sólo necesita para res algo pueriles, y las palabras latinas á que es
taurarse elevar la vista al símbolo sagrado de su aficionada la diplomacia, como ultimátum, casus
bandera, donde lee en letras indelebles la má belli, casus fcederis, modus vivendi, ad referen
gica palabra honor. dum, statuquo,utipossidetisetc., la ciencia que-
DIQTJ - 352 - DISG
(la reducida á esa otra vasta, profunda y difícil, cisión en las maniobras de las falanges grie
pero que no se aprende en universidad, y que gas. Más adelante la danza pírrica, como ejerci
se comprendía en la frase «tener mundo». Esto, cio militarla marcha al son de lasflautasy délas
que presupone tino, saber, experiencia y habi liras, que hacen suponer el paso á compás y en
lidad, se consigue con suma rapidez en el mando cajonado, resucitado á fines del último siglo, re
militad; y Napoleón 1 pronto pudo dar lecciones velan claramente hábitos normales y anticipados
á Metternicht y Tallcyrand, creando buenos di de orden y de disciplina.
plomáticos entre sus propios generales. La legión romana ha sido mirada en sus bue
nos tiempos como el tipo inmortal de la disci
DIQUE. «Reparo artificial hecho para con plina: allí la idea envuelve algo más que ciencia,
tener las aguas.—El seno que se construye en
disposion ú orden táctico; penetra en la moral
las dársenas para carenar los buques, los cua
militar; se roza con la parte penal. La legión de
les, entrando en él, quedan encerrados y flo
Marco Scauro campada al rededor de un man
tantes, hasta que agotada el agua por las bom
bas vienen á quedar en seco, apuntalados con zano cargado de fruta madura, que nadie osa
tocar; las atroces sentencias en sus propios hi
gruesos maderos». (Dice. Acad. 5). jos de Manlio Torcuato, y Postumio, y Junio
DIRECCION. DIRECTOR. Según Clonard Bruto; la legión de Campania, diezmada lenta
[Hist, org. T. V. pag. 125) por decreto de 46 de mente y á sangre fría sin sepultura ni lágrimas,
octubre 1704 el Comisario general (V. e. vj que por el saqueo no ordenado de la ciudad de Reg-
hasta entónces habla tenido a su cargo la orga gio; la otra más célebre, que pide arrodillada á
nización é inspección de cada una de las dos ar César igual castigo, porque los llama el caudi
mas generales, tomó el nombre (francés, como llo con voz desdeñosa quirites en vez de solda
á la sazón lo era todo) de Director general. Lue dos, son, entre la multitud de ejemplos que
go se cambió en Inspector general, que siguió ofrece Roma, pruebas evidentes de la tensión,
todo el siglo pasado y parte del presente; hasta á veces bárbara, que en los primeros tiempos
que por el articulo 2." del real decreto orgánico sedaba á los lazos de la disciplina. Entónces an
de 16 agosto I8Í7, se volvió á tomar el de Di te el ara de la pátria sólo se ve el brazo de la
rector general. En 1867, de los siete directores autoridad ilimitada caer vigoroso sobre la obe
de las armas, el de ingenieros conserva su pri diencia absoluta. Si hemos de creer á Polibio, la
mitivo nombre ingeniero general, y el de cara reincidencia en cualquier falta, por ligera que
bineros del reino, el de inspector general. Igno fuese, conducía á la muerte. Pero sin aten
ramos la razón. (V. Ministerio). der á la disparidad de aquellos tiempos con los
DISCIPLINA. Palabra puramente latina, nuestros, bueno es advertir que aquella decan
adoptada por lodos los ejércitos regulares. Para tada disciplina, que tan bien sabia crear, edu
esclarecer la definición, convendrá anticipar un car, conducir y enfrenar al duro legionario, dis
breve resumen histórico. En la antigüedad, se taba mucho de responder al sentimiento que en
gún opinión general de los eruditos que la estu nuestra época, y en todas, despierta la palabra
dian y comentan, la voz disciplina comprendía moral.
en toda su extensión cuanto cabe hoy en el Para el antiguo romano eran desconocidas la
arte militar y en el arte de la guerra. En Gre humanidad, la fraternidad, la clemencia; para
cia y Roma, la relación del estado civil con el él la civilización estaba en Roma; de allí partían
militar, á veces hasta el mismo gobierno supe sus rayos para iluminar más tarde las comarcas
rior del estado en general, la organización, la conquistadas; todo lo que no era romano era
composición, el reemplazo, el ascenso, Ir ins bárbaro; las pobres razas vencidas recibían,
trucción, la moral, el premio, el castigo, la estra entre la servidumbre, la mutilación y el saqueo,
tegia, la táctica, la logística, la castrametación, la lengua, las leyes, los dioses romanos, dii pa-
lodo cuanto directa ó indirectamente concierne trii como expresivamente los llamaban. El sin
á In milicia, en su más lata acepción, entraba en gular episodio de las guerras de Sertorio en Es
el Amplio significado de disciplina, que como ve paña, en que este romano «proscrito» logra que
remos, se ha sostenido hasta muy entrado el el pueblo mismo que le ampara olvide su na
siglo XVI. cionalidad y se haga romano, es la pintura más
Remontándose 6 Homero, en su inmortal fiel de aquel enérgico, y en nuestros tiempos
poema se ven ya citados el silencio y la inmo casi increíble, patriotismo. Con él se hermanaba
vilidad en la fila, señal de obediencia y de naturalmente el espíritu egoísta, lucrativo y
«espeto; la rapidez, la simultaneidad y la pre avasallador de sus guerras, y para saciar aquella
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sed de denominación, para dar cima á tan atre Apenas pusieron el pié, la historia nos relata los
vidas empresas, es indudable que la pequeña escandalosos altercados entre el viejo Muza y el
legión (V. e. v.) con su admirable mecanismo, insubordinado Taric. El odio eterno, inextin
requería una fuerza de resorte proporcional, pe guible entre arares y bereberes; el indómito in
ro inconcebible por inútil en los modernos pue dividualismo de ambas razas: su genial fraccio
blos civilizados por el cristianismo. Aquellos namiento; el inevitable roce cou los mozárabes;
hombres gigantescos en todo, lucieron al patrio la lejanía del poder central, todo contribuyó á
tismo base de su rígida disciplina, y la sostuvie esterilizar su incontestable valor y anular las
ron además con el castigo y el rigor por un la condiciones de severa disciplina, que imponía
do, con el honor y la recompensa lucrativa por el Islam.
el otro. Unidas en su mente las dos ideas, hoy En los tiempos semi-feudales de España,
separadas, de patria y Dios, el juramento militar eu aquel largo desquiciamiento precursor de la
no era vana formula de disciplina, siuo la consa unidad, en vano se buscará disciplina sino hay
gración absoluta á los dioses que velaban por la verdadera sociedad. La mesnada, la behetría, el
patria. rico-hombre y el rey se revuelven durante siglos
Con tal elevación de pensamiento, refundidos en continuo choque y desconcierto, uniéndose
asi en uno los dos poderosos móviles del corazón rara vez, desde el siglo XIII, contra el árabe, pa-
humano, inútiles eran los códigos y reglamentos; cilico dominador del territorio granadino. El
la distancia gekarquica se establecía por si mis Fuero sobre el fecho de las cavalyadas (V. e. v.)
ma; la insubordinación podia mirarse como im y la i.' de las Siete Partidas comprendían en
posible; el cumplimiento del deber se convertía materia de disciplina, cuanto por entonces se
en costumbre, y el jefe, arbitro, juez y pontífi ocurría al legislador.
ce, desembarazado y temido, podia con toda hol Los Reyes Católicos, al reorganizar la Espa
gura imprimir á su capricho el movimiento á la ña, imprimieron pasajeramente algún orden y
máquina legionaria, seguro del juego perfecto método en sus escuadrones de Toro, en su hete
de todos sus engranajes. rogénea hueste de Granada; pero ahí está la
Pero la disciplina se rebaja en cuanto decae pragmática de 18 de setiembre de 1495 atesti
la república: ya no resiste á los tiempos de Sila, guando la rápida decadencia, casi la extinción
de Augusto, de Tiberio; se multiplican leyes y súbita del espíritu militar en la Península. Y de
reglamentos, y en Constantino concluye Virtual- cimos en ella, porque justamente coincide la ex
mente la milicia romana. Algunos restos sobre pansión de nuestra gloria fuera, con las prime
nadan entre las oleadas de los hyhharos, como la ras tropas que en Italia guía la espada gloriosa y
dorada proa de la nave cutre las labias del nau disciplinaria del (irán Capitán.
fragio. Cuando estudiamos las lentitudes estratégi
En el largo paréntesis de la civilización, ó cas, las maravillas tácticas, las escaseces, las fa
en su sombría transformación de pagana en cris tigas, los peligros que incubaron las victorias de
tiana, que se llama edad inedia, la disciplina mi Cehinola y del GarellaiNO, claro se ve, á la par
litar no existe realmente, puesto que no exis del talento incomparable del caudillo, la estric
tía ejercito, tal como los romanos y nosotros lo ta disciplina de sus tropas.
entendemos. Desde entonces, y durante siglo y medio, ve
I'or lo que á España respecta, este período te remos en fíenle á los franceses embotar casi
nebroso, repartido entre los godos y los arares, siempre en su crónica indisciplina su célebre
no da, en punto á disciplina, la menor luz ó en furia, como suele llamarse á su impetuoso y
señanza. Los primeros, verdaderos barbaros, brillante valor.
derretidos lentamente al calor del sol meridio Los autores convienen en la «resureccion de
nal, se funden con el romano-hispano degene i la disciplina» al advenimiento do Carlos V: y Fe
rado, bajan la cerviz ante la teocracia, y si co derico 11 de I'rúsia ha consagrado esta opinión
pian inoceulenieote, no es al antiguo legionario, en su conocido poema donde dice que ella
sino al degradado bizantino. Sin fe, sin vigor, sin «sorlit de son louitau souslc granel Charles üuinl.»
patriotismo no puede existir la disciplina: y po ■ Algo debilita esta afirmación el saco de Ro
ca tendría el ejército godo al perder en G-iada- ma; pero es indisputable que bajo el férreo guan
lete de un solo golpe su Dios, su rey y su patria telete del moderno Cesar se apretó algo el lazo
entera. y de él tomó saludable ejemplo el terrible duque
L)e los árabes, ó mejor dicho de los africanos de Alba.
que inundaron la España, no hay que hablar. indudablemente comprendía la disciplina
4o
DISG - 354 - DISG
el jóven monarca que premiaba los servicios de tomo en i." Barcelona. 1567. Este mismo Gra
Antonio de Leiva, oscuro soldado en su origen, cias hdbia traducido á Plutarco (Alcalá 1533 y
tomando un arcabuz en el aclo de una revista 4548) & Jenofonte Salamanca 1552), á Thucydi-
y diciendo al comisario «apuntad que Carlos de des (Salamanca 156i).
Gante pasa muestra como soldado en la compa De manera que la voz disciplina resucita en
ñía de Antonio de Leiva». tre los eruditos del siglo XVI casi con la misma
En Túnez (153o) cuando el triunfante empe extensión que entre los persas y en la Cirope-
rador, alli simple soldado también, obedece gra dia de Jenofonte 400 años ántes de la era vul
ciosamente al marqués del Vasto, general en je gar; pero al pasar de la lengua de los sabios á la
fe, que le manda tomar su puesto en fila, Car de los militares, el significado se restringe y
los V. comprendía toda la delicadeza de la disci modifica; pierde el conjunto de ciencia y arte
plina. En Alemania (1546), cuando sentencia á de la guerra, y conserva algo de moral, de edu
muerte al valeroso Tamayo, que vencía fuera cación, de entretenimiento y conservación de un
del campo en singular combale á un hercúleo ejército. Más adelante ya va tomando esta parte
tudesco, Carlos V comprendía, como Manlio el nombre de Observancias militares, Consejos,
Torcuato, la disciplina en todo su rigor, quizá Avisos, Pláticas, Discursos, sin perderse del to
en toda su crueldad. do algo de su primitiva acepción, alternando
Al renacer por aquellos tiempos el arte mili con fíe militari y Arte militar.
tar, es inexplicable cómo hiriendo los oidos la Asi vemos á Diego de Salazar en 4536, titu
detonación del arcabuz y del cañón, rodado ya lar su conocida obra Tratado de re militari hecho
ligeramente al campo de batalla, los hombres de d manera de diálogo, etc. El Capitán Luis Gu
guerra, en vez de mirar hacia adelante y pene tiérrez de la Vega titula la suya en 1569, Nuevo
trar en el vasto y luminoso horizonte abierto tratado y compendio de re militari; el Alférez
por la pólvora, vuelven al contrario la vista ha Juan de Fines, en 1582, Libro intitulado arte mi
cia atrás y desentierran la milicia romana, impo litar, en el cual se declara que sea el oficio de
sible á la sazón, con las nuevas armas y los nue Sargento Mayor etc. Francisco de Valdés en 4 586,
vos PUEBLOS. Espejo y disciplina militar. El maestre de cam
En efecto, uno de los primeros libros moder po Sancho de Londoño, en 1568, Discurso sobre
nos en que se menciona la palabra disciplina es la forma de reducir la disciplina militar á me
el célebre anónimo titulado «De la disciplina jor y antiguo estado. Don Diego de Alava y Via-
militar». I lomo en fólío. Taris. 1535 y atribui mont. El perfecto capitán instruido en la disci
do á Dubellay-Langey. plina militar y nueva ciencia de la Artillería.
Este libro, divulgado en Europa, fue tradu Bernardino de Escalante, en 1583, ya titula Diá
cido á todas las lenguas y á la castellana en 1 567 logos del arte militar. Comorano, en 1591, Com
por Diego Gracias. La voga que por entonces pendio del arte, militar. Juan de Carrion Pardo
adquirió el estudio retrospectivo de los clásicos en 1595, Arte militar. Bartolomé Scarion y Pavía
griegos se comprueba con la portada de este in en 1598, Doctrina militar. Por último, el céle
teresante libro que copiamos literal: «De Re Mi bre Don Bernardino de Mendoza dió á su obra,
litan. Primero volumen. Onosandro Platónico, ya en 1577, el título completamente moderno
de las calidades y partes que ha de tener un Teórica y práctica de la guerra.
Excelente Capitán General y de su oficio y car Por esta curiosa confrontación se ve cuanto
go. Traducido de griego en castellano por el Se tardan las 'palabras en acomodarse á las nuevas
cretario Diego Gradan.—Segundo volumen, Cé ideas: la antigua disciplina, comprendiendo cien
sar renovado, que son las observaciones milita cia, arte, moral, va en todo el siglo XVI, y mu
res ardides y avisos de Guerra que usó César.— cho más en el XVII, perdiendo su generalidad,
Tercero, cuarto y quinto volumen disciplina para ceñirse á la acepción puramente penal que
militar y instrucción de los hechos y cosas do luego le queda.
guerra de Langcay. Donde se muestra la forma Y sin embargo en el tiempo actual, en que
y manera para hacer gente y soldados en un se llama vulgarmente disciplinas al instrumen
Reino; y como se deben ejercitar para servirse to para dar azotes á los niños, Napoleón I dice
de ellos en todo tiempo y lugar; y las cosas que que la disciplina de la caballería debe ser más
un Capitán general ha de saber para hacer bien perfecta que la de las otras armas; y todos de
'a guerra y vencer sus enemigos; y las leyes y cimos que los egipcios van introduciendo en
costumbres que ha de haber entre los soldados su ejército la disciplina europea. Compárense los
y todo lo que concierne al uso de la guerra». 1 tres sentidos y dígase si es fácil definir. En el
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último especialmente, que está en boca de to lanza de fueros, privilegios y precedencias! [Que
dos, no es sólo el \rte y la ciencia europea, loi enlace po lia caber entre el derecho siempre de
que copia la milicia egipcia, es su «modo dei una parte y el deber de otra! Sólo con principios
ser» entero; es hasta el trato suave y civilizadoi tan falsos y extraviados podían sobrevenir es
que reemplaza á la antigua y bárbara disciplina cándalos como los de nuestra guerra de Catalu
musulmana. ña (IGiO— 1652), ó como el bárbaro incendio
A pesar de estas irregularidades que convie ■ del Palatinado por el manso Turena.
ne consignar, la voz disciplina, por la pendiente Y sin embargo, por lo que ántes hemos ad
que dejamos marcada, llega en el último tercio vertido, en una ordenanza francesa de 28 abril
del siglo XVII, á perder todo lo noble de su acep 1653 todavía se confunden como sinónimos dis
ción, reduciéndose á la represión arbitraria, ciplina y arte de la guerra.
y á veces brutal, de ligeras faltas; y el tra Por un momento, durante la guerra de
to DE CDERDA, el PALO, laS BAQUETAS fueron treinta años ÍI6I8— 1648) la disciplina brilló con
agntes ineficaces destinados á mantener una esplendor en el pequeño ejército sueco mientras
apariencia de orden y de regularidad incom lo mandó su heroico rey Gustavo Adolfo, en
pleta en una milicia que había trasformado cuya tienda nunca brilló un vaso de plata, ni
su organismo. En el siglo XVIII ya no eran un simple bordado en su vestido. Iguales cau
las clases de tropa ciudadanos romanos, ni sas producen iguales efectos: la opulenta é in
aquellos «magníficos señores» como los llamaban disciplinada Alemania se vió con sorpresa sub
en sus proclamas Requesens y Don Juan de Aus yugada por aquellas tropas pobres, duras, dóci
tria. La serie verdaderamente disciplinaria se les, impávidas en el fuego, tranquilas en
había roto: el soldado, recogido en las últimas guarnición. Y para probar, si necesario fuese,
capas sociales, envuelto entre la basura de las
que las grandes virtudes y los altos pensamien
levas, y destinado por los golillas con vergon tos ni se amenguan, ni declinan por meros
zosa y epigramática sinonimia á «cumplir bajo accidentes, basta recordar que para mantener
la bandera la condena de presidio» se convirtió ejemplar moralidad, Gustavo, al proscribir de
en cosa, para la cual era innecesaria la parte no su campo las rameras, aceptó lo que hoy tene
ble y moral de la disciplina. Absorbida Europa
durante muchos años por el fastuoso reinado de mos por incompatible, y cada soldado sueco
llevaba en su compañía «su mujer, sus hijos y
Luis XIV, en ól y en Francia, más que en la
desgraciada España por él trastornada y envi parte de su ajuar». Por confesión unánime,
aquellas bravas tropas dieron el primer ejem
lecida, es donde hay que buscar el origen de la
subversión de los buenos y eternos principios mi plo, luego olvidado, de movilidad y agilidad tác
litares, de la «transformación» de la disciplina tica: y por confesión también de los mismos
como vocablo y como idea. franceses, sus restos embebidos luego en el ejér
A pesar del ciego y envidiable patriotismo cito francés no lograron infundirles con su
de los Franceses, no todos adoran de hinojos la ejemplo hábitos de regularidad, de moralidad,
figura histórica del Gran Rey. En muchos libros de disciplina. Mal había de avenirse con la aus-
militares, escritos después de 1789, se vitupera terídad sueca; con sus ideas radicalmente mo
con imparcialidad la monstruosa organización de rales y religiosas (aunque erróneas estas últi
aquellos ejércitos, que en vano se pretendía re mas) el fausto, la disipación, el descreimiento
gular con un diluvio de ordenanzas y reglamen devoto de la fútil aristocracia francesa.
tos. Y efectivamente, cualquiera algo versado Ordinariamente y con razón se afirma que
en historia, en cuanto tropieza con un aluvión la disciplina no se aviene con el ocio, la moli
de reglamentos, ya sabe que allí hay un cáncer cie, la corrupción y el lujo. Efectivamente se ha
difícil de estirpar. La reseña, por ligera que visto en todos tiempos al general que acomete
fuese, de aquellos tiempos de las dragonadas en una grande empresa , comenzar siempre por
Francia y de los autos de Fe mezclados en Es «vigorizar» sus tropas ahuyentando del campa
paña con el regimiento de la Chamrerga, disci mento los vicios, el fausto, las mujeres, como
plinado por un cardenal con bastón de coronel, obstáculos al restablecimiento de la disciplina.
nos llevaría muy lejos; basta resumirla en aquel Asi lo hicieron Escipion en N'umancia, Mételo
célebre artículo de una ordenanza francesa «que en Numidia, Mario contra los Cimbros ,. Sila
ninguno de mis guardias, cuando esté de fac- >contra Mitrídates, Paulo Emilio contra Perseo,
cion, maltrate á nadie sin motivo». ¡Qué disci- Asi, . más tarde y aunque por otras causas, Al
plina era posible en aquella indigesta mesco- I ba, ) Farnesio, Fuentes pudieron llevar por su glo
I

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rioso y áspero camino á los indóciles tercios de más convendrá á una persona privada y de po
Flandes. ca facultad, procurarse algún bien para la vejez.
Pero de un principio inconcuso y fecundo La utilidad ó cómodo honesto del soldado.pucdc
suelen deducirse consecuencias inexactas y es ser entendido en dos maneras: en lo ordinario,
tériles. De que la indisciplina brote entre la como el sueldo; y en lo extraordinario como el
corrupción ó la molicie (V. e. v.) se ha venido á premio, de manera que podrá gozar del sueldo
parar en que la disciplina debe forzosamente por utilidad y del premio por honra».
cambiar y trastornar la naturaleza humana. Pa Sigue el autor analizando con discreta eru
ra algunos el soldado, el militar en general, es dición la disciplina romana, que supo adunar
tá fuera de la circulación social, es una especie honra y provecho; enumera algunos vicios de
de ilota, de paria, de anacoreta, mejor aún de oroanizacion y ASCENSO; insiste sobre la imposi
autómata. Duro, insensible su «cuerpo» como el bilidad de disciplina «sin paga corriente» y con
mármol, tampoco su «espíritu» puede ser acce cluye así: «Hasta el tiempo del Duqi'k dk Alba
sible á las virtudes, á los goces, á los adelantos que paresció quería dar forma y regla á estos
de la civilización. desórdenes la cavalleria comentaba á disminuir,
No refutaremos con palabras modernas, que por i] no 11 to queriéndose servir della indiferen
podrían estar contaminadas de eso que llaman temente empleando la lijera en los oficios de la
filosofismo, esta errónea y peligrosa aserción: grave, y al contrario, la mayor parte de la no-
usa romos las de un escritor muy conocido y de , bleza no pudiendo sufrir tanta carga y I raya
los tiempos por donde marcha justamente esta , jo, ni conservar los caballos, se perdió y en
breve reseña histórica. | efecto se ha visto que por haber querido los
El célebre Jorje Hasta figura entre nuestros ¡ Generales de nuestros tiempos travajar deina-
clásícos, no sólo como gran general de caballe- siado al eorército, con muchas necesidades y
ria, sino como jefe con grandes dotes de mando, fuera de tiempo, ha sido gran parte para la ruy-
«Soldato di gran imlontd i di gran caminando» na de los soldados, como veemos gastarse un
dice Bentivoglio. Basta en su libro titulado (¡o- cavallo por demasiado travajaiie. Sigúese luego
bierno de la caballería ligera (1612) dedica el que el mucho travajo y poca comodidad en el
capitulo 6.° al exámen de las causas de su cor- i soldado corrompen la buena disciplina, y no al
rupcion, empezándolo asi: (Entre las quime- contrario como otros dicen». (Traduc. de, Pardo
ras que, a menudo Arman aquellos escritores I\ivadesevra. 1621, pág. 23.—41).
que cnmlemplan y confieren los tiempos anti- | Nada añadiremos á la explícita afirmación
guos con los modernos, alabando aquellos que , del jefe que durante cuarenta años mantuvo tan
no vieron jamás y blasfemando destos que no \ alta su reputación en l'lándes y en Hungría,
alcanzan á conoscer, los más extravagantes son De intento hemos omitido toda referencia á
aquellos que se hacen autores de la disciplina los célebres actos de indisciplina que en Flándes
militar, cuya sustancia, consistiendo en la ex- 1 velaron muchas veces el vivo fulgor de nues-
periencia, no es posible sea penetrada, á pre- tras glorias militares, y lo hacemos á sabiendas
dominio desde sus principios hasta sus funda- porque no los creemos del todo relacionados con
mentos por un inexperto. Algunos dicen que la ^ el asunto algo abstracto sobre que vamos dis
comodidad y descanso que se permiten al sol- ¡ curriendo. Atiéndase desde luego á que aquellas
dado, corrompen la buena disciplina, de donde alteraciones V. e. v.'l aquellos motines realmcn-
procedíó que grandes capitanes ayan corregido le escandalosos, están contados con visible exa-
exércitos corruptísimos quitando muchas co jeracion por escritores enemigos del poderío es
modidades á los soldados y doblándoles las fa pañol y mas aún de nuestra inflexible ortodo
tigas. Y hoy soy de paresccr que quitar los pro xia religiosa. Hoy mismo, después de tres siglos,
vechos y ayuntar muchos trabajos han sido el cuando se pretende dar á la historia imparciali
primer origen de la corrupción en la cavalleria dad ecléctica y filosófica mesura, asombra ver
de los Payses-Baxos. En la qual materia debe en los autores extranjeros y protestantes ¡qué
considerarse que el fin del soldado como de otro más! en autores españoles y católicos el cúmulo
cualquier hombre puede «er inclinado á la uti- de inexactitudes, de ripios y de lugares comunes
lidad ó al honor, ó á los dos juntos; pero es co- | con que envuelven, y sin embargo revelan, un
sa vana pensar que pueda ser sólo el honor, lamentable desconocimiento de los «hechos» y
pues veemos grandes caballeros, con color de de sus «causas».
aventureros, andar pescando cargos y poco des- La indisciplina de aquellos tercios inmorla-
pues mendigando mercedes. Según esto quanto i les sin que pretendamos atenuarla, ni diseul
r

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parla) no era intrínsecamente militar, no se ar Capitanes y Soldados de la infantería española
raigaba en su constitución, ni en su organismo: que salió de los Estados de Flándes. Magníficos
provenia de más alto, se embrollaba con lo que Señores, amados y amigos mios: El tiempo y la
ahora decimos política internacional y entonces manera de proceder de estas gentes han sacado
se llamaba razón de Estado. tan verdaderos vuestros pronósticos etc.»
¿Qué se pretende? ¿Que aquellas tropas bra quien esto sepa, no acuse de indisciplina á los
vas, altivas é indómitas, rebosando en vigor é valientes y magnánimos soldados que apagaron
iniciativa individual, permaneciesen con tran sus justos rencores en la victoria de Gemmin-
quilidad imbécil en el pais más rico de Europa, gen, que responden ahora al desprecio de Don
no meses, años enteros, espuestos á las sujes- Juan de Austria, volviendo presurosos para dar
tiones de enemigos ricos y corruptores, sin an le la victoria de Gembloux.
drajos con que cubrir sus carnes, sin pan que Aquellas tropas hacen prodigios, no sólo de
llevar á la boca, sin pólvora con que cargar sus valor, que éste es en ellas ingénito, sino de su
certeros arcabuces'? frimiento militar, de verdadera disciplina, cuan
No, no se culpe severamente la impacien do son mandadas por quien sabe mandarlas por
cia ó la indisciplina de aquellos incomparables Alba, por Avila, por Farnesio, por Fuentes, por
soldados; cúlpese más bien á los reyes, ó á sus Mansfelt, por Spinola; pero ¿qué habían de ha
consejeros por no saber constituir aquellas guer cer aquellos duros tercios, sino lastimar la ma
ras de represión, en que á la energía sucedía no poco encallecida de los archiduques Ernesto,
instantánea la debilidad, á la amenaza la súpli Alberto y Leopoldo? Muchos años después, aun
ca. Que ejército —y mucho más el español de que ya corroídos por largas treguas y por el
aquellos tiempos con su justa y soberbia altivez j completo abandono, los tercio* de flándes se
—resiste aquel continuo tejer y destejer; aquel alzan de nuevo con sólo tocarles el bastón guer
tira y afloja diplomático, que los arrincona co rero que empuña con mano juvenil y vigorosa
mo fieras en Zelandia entro los insultos y veja el Infante Cardenal. Si los veis luego batidos en
ciones de un populacho cobarde (que los abor brecha, demolidos más bien quo vencidos, en
rece por que no puede vencerlos); que en las Rocroi ó en Lens, no lo achaquéis á indiscipli
largas negociaciones de seis años tienen que na ¡qué más disciplina queréis que dejarse
presenciar impasibles todos los enormes desa hacer pedazos en su puesto por errores de tác
fueros, la asquerosa y verdadera indisciplina de tica y hasla preocupaciones de pundonor?
una plebe fanática y de una nobleza turbulenta; Sin querer hemos desflorado un asunto que
que en 1567, son llamados y se baten y vencen merece más ancho palenque de discusión, y pa
como siempre, para ser otra vez arrojados con ra el que tenemos gran copia de estudios, datos
befa y escarnio! Ninguna culpa tienen aquellos y razones; hubiera sido para muchos notable
soldados de las inauditas veleidades del gobier omisión esta de los célebres motines de Flándes,
no de su patria. Las liciones de César, expues tratándose de disciplina; y esperamos convencer
tas repetidamente á tan encontradas vicisitudes, en otra parte á los incrédulos de lo que al prin
se hubieron disucllo en gavillas de foragidos. cipio sentamos, esto es, que aquella indisciplina
No estaba la indisciplina en sus filas, sino en las no debe llamarse propiamente militar, en el sen
cabezas, en las altas regiones del gobierno, don tido que aquí le vamos dando y que es á nues
de también suele reinar, y más peligrosa, la tro juicio el que rigorosamente le conviene.
«inconstancia» productora de la indisciplina. V en efecto ¿qué tienen que ver los tercios de
Quien sepa que en 1576 el vencedor de Lepanto Flándes, que esperan pacientes á ganarla san
con sobra de imprevisión y quizá, según algunos, grienta batalla de Mough ó Mook, para amoti
hasta con falta de lealtad, sostiene á su vez la narse al dia siguiente pidiendo 37 pagas que
evacuación de los países-bajos; vuelve á despe alcanzan, con esas tropas flojas, inconsistenfes ó
dir, á arrojar, á escarnecer los soldados de Ro cobardes, que lo que realmente buscan es la
mero, de Dávila, de Mondragon y de Verdugo; ocasión de «no batir e<>? Ese principio funesto do
entrega las fortalezas y cuando al poco tiem que «el soldado debe tener más miedo á la es
po se ve sólo, encerrado en el castillo de Na- pada del oficial que á la bala enemiga» no nació
mur, amenazado por el puñal, llama otra vez seguramente en Flándes.
con gritos de angustia á sus viejos compañeros Quizá naciese para los franceses, como Íba
en aquella célebre carta que anda impresa (Va- mos diciendo, en los tiempos fastuosos del gran
llecillo. T. XIII. pág. íO'i) y que comienza: «A Luís XIV á los que corresponden en España los
los Magníficos Señores, amados y amigos míos los mermados y ridículos del desventurado Cárlos II,
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En los primeros años del siglo XVIII la in regir á su pueblo en ese momento de la vida en
separable compañía de los franceses, cuya de que los pueblos, asi como los individuos, sien
cadencia militar ellos mismos confiesan con ten en si mismos una fuerza interior de cre
franqueza, no era la más adecuada para reani cimiento que les hace entrar en la virilidad.
mar la prematura decrepitud española, ni para Quizá en las repetidas faltas de sus numerosos
infundir espítitu de vigorosa y varonil disciplina. enemigos se funde, más que en su propio talen
No son tipos históricos por cierto los marqueses to, la gloria legítima del fundador de Prusia!
de Leganks, de los Velez ó de Caracena en el siglo pero sea como quiera, no hay que olvidar que
XVII; peroal fin, como españoles y conocedores su bastón ae general era cetro de rey, circuns
de las costumbres del pais, en otras circunstan tancia que cada vez será más rara por la índole
cias ménos tristes de las que alcanzaron quizá de las modernas monarquías. La célebre pero
hubieran podido apretar con más gloria suyo inimitable disciplina de Federico se ajustaba á
los resortes de la disciplina. En la guerra de Su su tiempo y á su pueblo, con ella abrió á la
cesión el ejemplo de los regimientos desmanda Prusia el camino de gloria que un siglo después
dos de Vekwick y de Vendóme aflojó necesaria la vemos recorrer con audacia; pero absurdo se
mente el primer resorte que, como hemos di ria el ir á buscar modelo ni inspiración en las
cho, es la dignidad individual, el patriotismo, paradas de Postdam, que á los prusianos Dec
la fé en la verdad y en la grandeza de la causa ker y Rustow les inspiran alguna repulsión en
que se defiende. medio de sus patrióticas alabanzas.
Reducido entónces el soldado español al pa Napoleón I, ídolo militar de la generación
pel, que nunca tuvo, ni volverá á tener, de hu que nos precede, sabido es que abrió bastante
milde auxiliar del francés—repárese que el la mano en la disciplina, á condicionde que se lo
marqués de Santa Cruz en sus largas Reflexiones compensaran en valor. El mismo, en sus tiem
nunca dice ejército español sino de las dos coro pos de infortunio, pudo persuadirse de la fal
nas—mal podía comprender la verdadera disci sedad de este principio y en la guerra de la In
plina, en ese noble sentido que requiere una in dependencia nadie nos tiene que contar los des
dividualidad social y vigorosa, un sentimiento órdenes, las rapiñas, los estragos de sus indisci
instintivo de honor ó de decoro personal. plinados lugar-tenientes. Aquel hombre tan hi
A quien no hacen mella más que en la carne drópico de poder, que no podia comprender
el palo ó las baquetas ¿cuál podrían hacerle esas la menor delegación ni menoscabo al volver de
ligeras mortificaciones de amor propio, como la isla de Elba, tenia sobre el mando ideas ab
quitar un botin ó una correa, que en muchas surdas, á fuerza de ser radicales y absolutas,
ocasiones han vuelto heróica una tropa amila que su sobrino con mayor tacto ha podido opor
nada, ó disciplinada á la casi disuelta? tunamente modificar. La súbita paz de Villa-
Pero, en los tiempos á que nos vamos refi franca para cortar de un golpe las redes de chis
riendo, también pasaron los Pirineos con Feli mes y rivalidades en que sus atrevidos maris
pe V las desacertadas ideas de su abuelo. Entre cales le iban enredando, no es una de las me
ellas la más peregrina sin duda era la de que nores pruebasdel frió cálculo y flexible sagacidad
los mariscales, los generales, naciesen en las que le distinguen. Su tio, á la inversa, dejó cre
antecámaras y tocadores, más bien que en los cer la mala yerba, con terca ceguedad. Desde el
cuarteles y en los campamentos. Con ellos entró momento en que su mano vigorosa no podia re
el aluvión de guardias de corps, de guardia real, tener, por la distancia, los cabos de aquella re
con brigadieres por sargentos mayores; cada vuelta madeja, cada mariscal no tenia más plan
cuerpo, cada grupo con sendos fueros, privile estratégico que embarazar y deslucir á sus com
gios y exenciones. En tamaño desorden la disci pañeros; los generales subalternos, envidiosos del
plina era imposible: la verdadera disciplina rápido engrandecimiento de sus jefes, veían en
equitativa, niveladora, que sube y baja sin la ellos un obstáculo invencible para el suyo. Las
menor solución de continuidad por la larga ca aspiraciones públicas del mariscal Soult á una
dena que liga al soldado raso con su general en corona de rey en Portugal y Andalucía sólo po
jefe, aunque sea emperador ó rey. dían nacer racionalmente de inteligencias entre
V tampoco se podrá tomar por base lo que sus tropas, atentatorias, como las del célebre
en esta materia regia en los tiempos de Federi Wallenstein en el siglo XVII, á la disciplina en
co y Napoleón [. La situación del monarca pru su raíz. La peregrina idea de los reyes intrusos
siano era excepcional: al mismo tiempo que ge y postizos, sin mando sobre los ejércitos ni los
neral en jefe era hev, filósofo y poeta; y le locó pueblos, coronaba aquella anarquía en las regio
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nes del poder, convertidu en desastrosa indisci ble, aguantando y «llamando sobre sí» el fuego
plina al rodar por la escalonada pendiente de la de otra batería que se quiere desviar ó distraer .
gerarquia. Las Memorias del pobre Rey José son La disciplina unas veces «inflama» otras «apa
la Cándida lamentación de sus continuas amar ga». Si aquí proscribe con penas crueles, y has
guras. ta con la muerte, la menor réplica, el menor
Por el rápido resumen que antecede, se ve ademan de inobediencia ó desacato: allá pres
que la «nueva definición" que quiera darse de cribe enérgica reclamación contra los desmanes
la disciplina no podrá inspirarse mucho en las del superior, cuando menoscaban la honra ca
antiguas, ni menos copiarlas, aunque tengan el balleresca, la dignidad individual.
prestigio militar del nombre romano, prusiano La disciplina, si el símil se nos permite, es
ó francés. como la palanca, que, en teoría matemática, no
La importancia de la palabra es indudable puede comprenderse sin la idea implícita de un
porque lo es la de la cosa que representa. En punto de apoyo y de otras dos solidarias y con
todos los tiempos, en todos los pueblos, desde trapuestas que se llaman «potencia y resisten
Roma y Bizancio, en el momento en que la dis cía». El centinela que se duerme paga con la
ciplina se relajó, el ejército y la nación que lo vida su descuido; pero ese mismo centinela pue
nutre están heridos de muerte: al paso que por de en algún caso detener con su voz, y hasta con
más desdichas, por más derrotas, por más desas su bayoneta, á su propio general, á su propio
tres que ambos sufran, no hay que desesperar rey: ese centinela tiene tal majestad que no pue
de la salvación y de la victoria si la disciplina de ser ni áun «reprendido con palabras inju
queda en pié. No hay duda que merece medita riosas».
ción, y las largas consideraciones que le esta La disciplina, como y-a hemos visto, varía y
mos dedicando, este poder invisible, este virus oscila con las épocas históricas, con las tradi
impalpable, que asi crea y vigoriza ejércitos co ciones, con las evoluciones sociales y políticas
mo los enferma y mata con su ausencia. de los pueblos. Miéntrai la libre y parlamenta
Esta palabra, capital en la milicia, siempre ria Inglaterra escandaliza hoy á todas las mili
ha requerido larga y desleída definición: por cias europeas con sus brutales y vergonzosos
que, si bien se mira, envuelve ideas muy com azotes, la Prusia de Federíco se aproxima á Fran
plejas, al parecer contradictorias ó incompati cia en su lenidad penal. Austria, tan heterogé
bles, y sin embargo simultáneas y correlativas nea y aristocrática, suaviza también su rigor con
de deberes y derechos, de estímulo y desaliento, tropas en general rudas y algunas semi-bárba-
de ímpetu y represión, de elevación y humil ras. Rusia, en fin, va recogiendo ya su knout y
dad, de orgullo y modestia, de premio y castigo. sus siervos, y da latitud, entre nosotros incon
En la milicia romana, como ya hemos dicho, casi cebible, al periodismo militar.
siempre se pone de realce su bárbara penalidad, Ese ejército inglés que no comprende la pa
omitiendo sus espléndidas y magníficas recom labra «pronunciamiento» que por desgracia he
pensas. La disciplina prescribe puntualidad mi mos hecho europea, y que no sabemos si quiere
nuciosa, policía sistemática, hábitos uniformes, decir indisciplina política, ese mismo ejército tan
detalles mecánicos, repeticiones invariables; y pacífico en su tierra, ha dejado rastros aun visi
«simultáneamente» esta misma disciplina pro bles de su feroz indisciplina militar en Galicia,
mueve estímulos y esperanzas, incita á sobre Badajoz, San Sebastian. En este último punto la
salir, empuja fuera de la fila; inculca que nadie historia de la última guerra civil todavía revela
«debe contentarse con hacer lo preciso de su de rá enormes desafueros británicos.
ber» y recomienda también nal cumplir exacta La disciplina depende también de otras cau
mente con las obligaciones de su grado, el acre sas al parecer lejanas: de las tradiciones, de la
ditar mucho amor al servicio, honrada ambición organización, de la elección de generales, del
y constante deseo de ser empleado en las oca- carácter provincial (V. Espíritu belicoso) de
cíones de mayor riesgo y fatiga para dar á cono la latitud geográfica, hasta de la comodidad, de
cer su valor, talentos y constancia». (Art. 12 y la salubridad de las tropas
13 tit. 17. trat. 2 de la Ordenanza). Algunos pretenden hoy que la voz disciplina
La disciplina mueve hácia adelante al bata tonga dos distintos significados. Uno, como au
llón ó escuadrón que marcha con los ojos cer xiliar poderoso de la táctica, como un instinto
rados contra la batería que le ametralla; esa que obliga á doblar la voluntad ante la del jefe
misma disciplina obliga al mismo cuerpo á per y á transformar en hábitos reflexivos y calcula
manecer con los ojos abiertos inmóvil, impasi dos de veteranos, la impaciente timidez del re
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cuita. Otro, el respeto á las costumbres, propie parte de la disciplina la subordinación y la obh-
dades, y personasen el pais teatro de la guer diencia. Las Ordenanzas dicen en su portada que
ra. Esta segunda disciplina tan recomendada es son «para el régimen, disciplina y subordinación
cabalmente laque más se opone á la índole de de los ejércitos» en ellas efectivamente se en
la guerra y,casi pudiera añadirse, á la conser cuentra desleída la disciplina; pero en vano,
vación del espíritu marcial. Triste es confesar después de su lectura, so intentaría concretar
lo; pero losgrandes hechos de armas siempre han una «definición». Tomemos al acaso unos cuan
ido—y tendrán que ir—acompañados de enor tos artículos.
mes atentados contra esta disciplina. Pretender «Conservando en buen estado su arma para
que al hombre á quien se enseña y se obliga, y el total servicio de ella, debe el soldado tener
estimula á matar, se pare medroso ante delitos mucha confianza en su disciplina y por ella se
ó faltas relativamente veniales, es un sueño de guridad de la victoria (art. 24. tít. 4.°. trat-
filósofo que rara vez se cumple. 2. Obiig. del soldado).
Más que en el honor, la religión y la inteli «El (cabo) que teniendo tropa á su órden no
gencia, ha de buscarse garantías para esta es la haga observar una exacta disciplina será cas
pecie de disciplina en lo rígido de la subordina tigado severamente», (art. 25. lib. 2. trat. 2.
ción y en lo equitativo, pero duro, de la justi Oblig. del cabo,'. «Siempre que los soldados to
cia. La impunidad sobre todo la relaja. men las armas, cuidará el cabo de que cuantos
Pero en resumen ¿que es hoy la disciplina? movimientos ejecutaren del manejo de ella, sea
Ya no es el mando, ni la conducción de los ejérci con mucho aire y exactitud, y que en su mar
tos activos; ya no es la estrategia, ni la táctica, cha, formación y puntualidad, acrediten su bue
ni la castrametación; tampoco es sinónima de la na disciplina {art. 26. ibid. ibid).
antigua He militari, cosa militar; no es la admi «El capitán será á sus jefes el solo responsa
nistración de justicia. Esta última especialmen ble de la disciplina y lodo el gobierno de su
te está deslindada desde los tiempos de Alejan compañía ». (art. 2. tít. 10. trat. 2). «El ca
dro Farnesio (1587). La disciplina en rigor no pitán cuya compañía estuviere mal gobernado
puede confundirse con la justicia, que tiene pro ó disciplinada no tendrá ascenso alguno.. ..».
cedimientos judiciales, tribunales, sentencias y (art. o. ibidj.
leyes, código, sanción penal preexistente. Es ver «Aunque el cuerpo de su mando se halle di
dad que en nombre de la disciplina se impone á vidido por batallones, escuadrones ó destaca
veces el último castigo. Cuando Zumalacarreguí mentos ha de considerarse general la autoridad
diezma sus compañías, más por falta de tino que del coronel en el todo y por partes para la
de valor, en su abortada sorpresa de Eciiarri- disciplina, policía y mecánica ». (art. 4. tít.
Aranaz; cuando Van Halen fusila en el acto por 18. trat. 2).
el robo de una gallina, no ejecutaban sentencia ¿Será que la disciplina no es definible"? Por
judicial sino terrible escarmiento disciplinario. nuestra parte confesamos francamente que lo
Desde este extremo, hasta el oficial de semana creemos asi. Pero, ya que no nos arriesguemos
que castiga por el poco lustre del calzado, hay á dar aquí una definición nuestra, la sustituire
una serie de castigos y medidas gubernativas, mos, en ventaja del lector, con otras más au
que en nada se rozan con la acción judicial. Al torizadas que literalmente insertamos á conti
contrario, cuando la disciplina prescribe la se nuación.
paración del servicio de un oficial abandonado, « La observancia de la buena disciplina
incorregible, pide á las fórmulas de justicia la militar no se debe fundar en sólo temor, aunque
sanción de aquel acto, que ella por sí solano diga Salustio que el imperio fácilmente se re
puede, ó no debe ejecutar. Aquí se ve que la tiene y sustenta con aquellas arles con que se
justicia castiga delitos: la disciplina reprime ganó. Pues de muchos se sabe haber adquirido
faltas. reinos e imperios por tiranía, cuya principal
La moderna disciplina militar en nada pue parle es temor, y por quererlos sustentar con él
de asemejarse á la disciplina eclesiástica, ni me los perdieron y juntamente las vidas: que los
nos á la monástica ó claustral; por lo tanto no hombres aborrescen al que lemen, y el que de
necesita Cánones ni Constituciones apostólicas. todos os temido en ninguna parte puede estar
La disciplina no es la policía, como muchos seguro, especialmente si siempre le es forzado
creen, porque aquella la contenga como parle ponerse al terrero de los que le desaman, y tie
mínima de su conjunto, más moral que mate nen toda la oportunidad que pueden desear pa
rial: por igual razón tampoco es el lodo, sino ra librarse de su temor: en suma ninguna fuer
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za de imperio es tanta, que por vía de miedo ganancias de otros; y así poco á poco se ha ido
pueda durar; pues ¿qué será temiendo de la perdiendo la esperanza y no sólo no acuden á la
misma fuerza que consiste en la gente de guer profesión militar nuevos soldados, mas áun de
ra, con la cual convernia proceder diferente sean dejarla cuantos en su buen tiempo vinieron
mente que con todas las demás gentes, es á sa á ella. Entonces, faltando el maestre de campo,
ber, no dejando mal sin castigo, ni bien sin ga era subrogado en su lugar el capitán del tercio
lardón? Por castigar justamente no viene el su más benemérito; y faltando el capitán no se
perior á ser aborrecido, y por premiar con razón quitaba al alférez la compañía, etc., etc. (Don
venia á ser amado: la liberalidad es gran parte Sancho de Loxdoño. Discurso sobre la discip.
para serlo, pero el dar á quien quiera y como mil. edic. 1589. fól. 42).
quiera ántes pierde que gana benevolencia; por «Siendo la milicia tan notable como es, ha
que se ofende la justicia y la razón, y viene el de tener sus reglas y preceptos de donde sale el
servicio á ser duro cuando, no por él, sino por Arte militar; y como no se permite usar en pú
otros respetos y contemplaciones se da la honra blico del ejercicio de médico, ni letrado, nileó-
y el provecho. Si el capitán particular quiere logo, al que no ha estudiado en dichas faculta
ser amado de sus soldados, haga al más bene des y sea docto en ellas, tampoco será bien que
mérito de ellos alférez y así sargento y cabos mande y gobierne el que no fuere docto en la
de escuadra: cuando fallare el alférez dé la ban Disciplina militar. La cual disciplina sirve de
dera al sargento, y la gineta al más benemérito leal consejero, de luz eu medio de tinieblas, de
cabo de escuadra, y la escuadra á tal soldado guia en camino dudoso y dificultoso, principal
que de mano en mano merezca la gineta, la mente si estribase en los generales fundamentos
bandera y la compañía; dé las ventajas de arca de prudencia y fuese acompañada con las artes
buceros á los más hábiles diestros y experimen liberales». (Francisco de Vai.dés. Espejo y discip.
tados; y cuando, por bajar el número, se hu militar I59I. fól. 7 vio.)
biere de quitar alguna, sea al que postrero la «Débil fundamento es el temor, pues los que
dio, sino fuere tan conocida la mejoría de el al por el temor están sujetos, cuando llega una
otro, que con ella se excuse el agravio de qui ocasión que les proporcione la esperanza de la
tarla al más antiguo. Para las ventajas particu impunidad se sublevan contra los jefes, con tan
lares nombre los más dignos de ellas; á ninguno to mayor esfuerzo cuanto mayor coacción contra
quite sueldos ni emolumentos; sea afable con la su voluntad hayan sufrido por el temor solo,
autoridad necesaria á que no se le pierda res cual impetuosa Huye el agua contenida violen
peto Todo lo dicho del capitán particular, y tamente, cuando encuentra una salida: el mis
mucho más, se ha de entender del general, á mo temor además no carece de peligros; pues
quien importa más que todos amen y sigan con muchos cayeron en la desesperación por uu te
voluntad, sin la cual se aciertan á hacer pocas mor excesivo». (Aryum. de Santo Tomás cit. por
cosas. Para tener voluntad de trabajar, derra Santa Choz. Reflex. mil. lib. 1. cap. 16).
mar sangre y morir, grandísima esperanza de «La disciplina debe ser el resultado de una
honra y provecho se requiere, y no hay cosa perfecta uniformidad de reglas, porque la es
que más la quite que es dar á la negociación lo tabilidad, la exactitud, y casi pudiéramos decir
que se debe al servicio: acaece esto muchas ve la rutina, son las que solamente aseguran su
ces porque los que sirven no negocian, ó no tie mantenimiento; bajo su imperio las tropas no
nen medios para negociar, ó no saben usar de- temerán la paz ni la guerra, y en el seno de las
llos, ó no los quieren, confiando que los servi | guarniciones se acostumbrarán á los trabajos de
cios hablarán por ellos: engañándose mucho, una campaña».
porque los reyes y grandes señores no pueden «Para llegar á esta perfección es menester
ver como sirve cada uno, y lo que llega á su que la disciplina dependa enteramente de la ley
noticia suena como place á los que se lo refie militar; pero que esté ayudada por la ley civil:
ren: de aquí nasce que unos cojen el fruto de debe estar arraigada por el patriotismo; amol
los que otros trabajaron, y que algunos por ser darse al carácter de la nación, al espíritu de los
muy virtuosos dejan de ser muy conoscidos. tiempos, á la dirección de las leyes, á la marcha
Namsemper est formidolosa virtus». del gobierno; es esencial en fin que sea insepa
u Y la invidia procede asi que deshace lo bue rable de la exactitud en los suministros, de la
no y hace mejor lo no tal con loores que no se puntualidad en el sueldo. Y es menester que
eche de ver su engaño. Por lo cual vienen las I asi sea por la razón misma que hace insepara-
pérdidas de unos á ser más estimadas que las | bles los derechos y los deberes. Esta necesidad
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y osla importancia de un sueldo constantemen 1 de excepción hay una incompatibilidad perma-
te regular, son verdades en que Montecúcoli se | nente, invencible».
apoya con fuerza y frecuencia». El erudito general Bardin, en el largo arti-
«Podría distinguirse la disciplina en activa y l culo que en su Diccionario consagra á esta voz,
pasiva. I.a primera delie tomar su fuerza en una i y del cual se toman los anteriores párrafos, se
gerarquia hábilmente ordenada; debe ser tran | extiende en reflexiones que no podemos trascri
quila, serena, imparcial, pronta, (irme, nunca bir; pero, al concretarse á la disciplina de su
envilecedora; conviene que se muestre inclina propio ejército hace una franca confesión qup
da más bien á prevenir tropiezos, que ocupada debemos recoger. «Sea, dice, por falta de dispo
en reparar extravíos, absteniéndose de la arbi sición natural de parte de los franceses, sea por
trariedad, cuando se ve forzada á castigar. Esta falla de habilidad de parte de los jefes, la disci
disciplina, conliada á un poder ilustrado por la plina es un fruto que nunca ha llegado á madu
experiencia militar, participará de la autoridad rar completamente en nuestro suelo: podrá ex
y de la solicitud paternal, y no puede ya tomar plicarse ssla circunstancia, diciendo que asi en
las formas absolutas que convenían á pueblos un país sin leyes como en el que tiene leyes de
esencialmente guerreros, como lo fué en la anti sobra, no hay disciplina posible».
güedad el imperio romano, y en el último siglo Cita la ENCICLOPEDIA de 1785. que, al exami
algunos Estados despóticos». nar las relaciones entre la disciplina y el gene
«Hay por cierto alguna distancia entre este ral de un ejército, «mira aquella como un útil
cuadro y el dogma consagrado que Valerio Má y al otro como la mano que de él se sirve; y el
ximo repetía: «Aspero et ahscesso emtiyalionis éxito por lo tanto siempre depende de la bondad
genere mititaris Disciplina indigetn (lib. 2). «La del útil y de la destreza del obrero».
disciplina militar no se sostiene sino con casti Sin conformarse, sigue más adelante: «La
gos severos, implacables» disciplina ha venido á ser desde la institución
«Examinemos la disciplina pasiva. Esta es la del Consejo de la Guerra en 1788 el modo de re
fusión del interés individual en el interés na presión legal de las faltas interiores; obra en un
cional: la primera de todas las virtudes milita circulo determinado sobre el ejército ó sobre
res, que es el cumplimiento del juramento mi una cualquiera de sus porciones por la voluntad
litar y la consagración á las leyes del verdadero personal, aislada y local de sus jefes; es un con
honor. Esta obediencia no debería ser menor junto de medidas auxiliares de la policía y cu
del general de división al de brigada, que del ca yos efectos son como un suplemento de la justi
bo de escuadra á sus subordinados; debe ligar cia militar; los derechos que la disciplina ejerce
lo mismo al generalísimo que al soldado raso. sobre el culpable arrancan del punto en que ce.
Esto es una verdad rigorosa hasta con respecto san las atribuciones del juez».
al soberano que mande personalmente su ejér «Se pueden simplificar para uso del soldado
cito; puesto que él debe ser el primero en res- estas definiciones, traduciéndolas asi: sumisión
pelar, como lo hacia Federico II. las reglas que á las reglas, obediencia á las órdenes; y puede
impone á todos; asi Carlos V y Pedro el fírande añadirse para uso de los oficiales: persecución
han obedecido á los generales que ellos mismos de las infracciones de estas reglas y estas ór
se habían dudo». denes, siempre que estas infracciones no sean
«Con tal perfección, la disciplina, sin la cual más que faltas sin llegar á delitos ». «La fuer
no existe verdadera fuerza, suple á la insufi za vital de la disciplina no estriba en la natura
ciencia del número y da nueva solidez al valor: leza de los castigos: su relajación depende de la
puesto que en medio del peligro el valiente está impunidad de las faltas ó del retardo en la re
sin inquietud sobre la conducta que puedan ob presión, amenazar con el castigo y tolerar las
servar sus compañeros, menos entusiastas, ó infracciones es querer la indisciplina ».
ménos ardientes ó experimentados. La discipli «Según los autores del siglo pasado el gene
na pasiva, siempre útil, es indispensable en las ral de un ejercito activo es quien debe estable
guerras defensivas: es la vital garantía del ejer cer en él la disciplina; esta proposición es un
cito y ella sola es la que entónces salva al error que pugna con nuestro estado de civiliza
Estado». ción. Al ministro de la guerra es á quien toca
«Jamás la disciplina se introducirá por com crear la disciplina, que el general debe recibir
pleto en los ejércitos en que brillen cuerpos ya hecha, perfecta é inviolable en sus princi
privilegiados; porque ella no sabe marchar sino pios: de lo contrario resultaría la arbitrariedad,
con el nivel en la mano, y entre ella y las leyes la anarquía. Que el ministro, pues, reciba sólo
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la censura, si la ley contra la indisciplina quedai celando y fomentando esta se asegura el impe
en algunos puntos muda ú oscura ». rio de las demás».
«La disciplina en tiempo de paz y en el in <>La disciplina no se crea en un solo dia: es
terior del país deja mucho que desear: las rela efecto de las costumbres y de la educación mo
ciones por medio de las cuales el interés social ral del ejército; es el resultado de la acción len-
debe ligar el militar y el civil deberían estar• ta é inocente del mando justo, y esta educación
mejor arregladas. Para establecer esta armonía no se consigue tanto por los grandes castigos de
entre el militar y el paisano son insuficientes las los delitos notables, cuanto por la acertada apli
ordenanzas: debería hablar también la ley civil, cación de los correctivos á pequeñas faltas». (\\-
puesto que en este estado que podría llamarse llavartin. iVoc. del. a. m. pág. 45 1/ 46).
intereses compuestos, el ministro de la guerra no «La disciplina es el resultado de la subordi
puede decidir por si solo, es preciso que le ayu nación, de la instrucción y del cumplimiento de
de el magistrado. Citemos algún ejemplo de lo los deberes de los militares do un cuerpo no só
que se hace en otros países y que falta en nues lo hácia sus compatriotas, sino aún con respecto
tras instituciones». á los extranjeros».
«En la milicia holandesa la ley militar cas «El soldado necesita tener siempre la idea de
tigaba al soldado que vendía sus prendas: la ley- que el castigo ha de seguir á la falta que cometa
civil por su parte perseguía y castigaba al par irremisible é inmediatamente».
ticular que las compraba; asimismo perseguía «El militar no debe tener voluntad propia
al ciudadano que facilitase al soldado el disfraz desde que se alista en las banderas del ejército.
con que pudiera desertar. Desde que en Fran La obediencia pasiva lees tan necesaria, que so
cia se ha modificado la legislación por el esta lo en el caso de tener quo votar en un consejo
blecimiento del régimen constitucional, no se de guerra, ó en cualquiera otra junta debe con
han meditado, ni combinado por el gobierno los servar la voluntad de su conciencia». (Jacquinot.)
medios de establecer esta armonía. La ley mili- Como el asunto es de una profundidad ina
lar prohibe al soldado pedir prestado; pero la gotable, el lector verá con interés reproducido
ley civil no toma medidas para impedir que el textualmente, á pesar de su extensión, un ex
paisano preste. La policía militar prohibe á las celente artículo que hace muchos años publicó
clases de tropa estar en la taberna después de el Archivo militar con el titulo de Subordina
cierta hora; pero la disciplina civil no persigue ción.—Disciplina.
al tabernero que recibe al soldado después de la «Aunque hay muchos que confunden estas
retreta». (Bardin. Dict. de l'armée de Ierre). dos palabras, y no faltan otros que las usan co
«Es necesario que la disciplina, es decir, la mo sinónimas, son sin embargo muy diferentes
sumisión á las reglas y á la voluntad del jefe le en su esencia, relaciones y extensión, y por con
gal, sea abservada sin descanso; y que cada uno, siguiente en su significado».
en el grado de gerarquia en que está colocado, «La subordinación no es otra cosa que la obe
tenga siempre en su pensamiento que no man diencia pasiva que en asuntos del servicio deben
da á sus subordinados, sino a titulo de la obe todos los militares á cuantos les sean respecti
diencia que debe á sus superiores». (Marmont. vamente superiores. De esto fácilmente se de
Espr. des ¡nst. mil. pág. 1190). duce que el constitutivo, esencial y único de la
«El carácter de mando nos da la disciplina, subordinación es la obediencia; en tal manera,
virtud que en si sola cirunscribe todas las otras, que todo lo que no sea obediencia no pertenece
que es el complemento de todas ellas, y la ma á subordinación, l'or eso tiene un objeto marca
nifestación visible y constante en todos los actos do y limitado que si bien es de absoluta necesi
de la buena educación militar de las tropas. La dad [.ara la disciplina, como su primer elemen
disciplina es el respeto al ciudadano, á la pro to que es, de donde sin duda trae su origen la
piedad; es el aprecio de si mismo, el aseo, los confusión que se nota en el uso de éstas dos pa
buenos modales, la aversión a los vicios, la pun labras, no es con todo la disciplina misma. Esta
tualidad en el servicio, la exactitud en la obe abraza y comprende, además de la subordina
diencia, el escrupuloso respeto á las leyes y re ción, la instrucción teórica y práctica que deben
glamentos, la austera dignidad en la subordina tener todos los militares cada uno en su clase;
ción: sin ella el ejército es odiado en su mismo la exactitud y precisión con que, asi en guerra
País, con ella es amado hasta del enemigo; ella 'como en paz, se deben ejecutar todos los actos
wnserva en toda su fuerza las demás virtudes; 1de las obligaciones respectivas, en conformidad
a' relajarse se relajan todas por consiguiente; iá la instrucción que hayan recibido: la rigorosa
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y estricta sujeción á cuanto previenen las orde de corolarios, que muy bien pudieran llamarse
nanzas y reglamentos, aún en aquellas cosas que axiomas: expondremos algunos.
parezcan más insignificantes; el respeto y la «Sin subordinación no puede haber disciplina,
consideración con que habitualmente los inferio asi como sin esta no es posible que haya ejérci
res deben distinguir á los superiores, no solo to. Por consiguiente el primero y principal pre
fuera del servicio, sino hasta en los actos más cepto de la disciplina es obedecer».
familiares, valiéndonos de la expresión de la «Conseguida la obediencia, fácilmente se con
Ordenanza, y la deferencia y atención que á su sigue lo demás; solo se necesita entonces tiempo,
vez deben los superiores á los inferiores; la con perseverancia y dirección. Esta debe ser muy
formidad, RESIGNACION y ESPONTANEIDAD C0I1 que acertada, porque en vano será reunir gente, y
se debe sufrir, sobrellevar y ejecutar todo lo aun vestirla, distribuirla y clasificarla: no deja
que exija el deber militar, sean las que quieran rá de ser multitud; sólo la disciplina la conver
las exigencias y sus causas; el respeto religioso tirá en ejército y formará buenos soldados».
que todos deben profesar á la propiedad por in «La perseverancia no conoce limites de tiem
significante ó despreciable que parezca, ya sea po; perseverantes es preciso ser para enseñar la
en tiempo de paz ya en el de guerra; el modo disciplina, y más perseverantes aun para conser
atento y contenido en el trato particular de las varla. Porque, téngase presente, difícil es dis
gentes, así en país amigo como enemigo; la mo ciplinar á un cuerpo nuevo; pero mucho más
ralidad en todos los actos de la vida pública ó difícil es restablecerla en otro que la haya
privada, así por los principios generales de ella, perdido».
como por los particulares que recomiendan y «Además la conservación de la disciplina inte
exigen las reglas militares; la temperancia, la so resa quizá más al soldado, individualmente con
briedad y la moderación en el lujo, los excesos y siderado, por su comodidad particular, que al
los placeres, la observancia y sujeción al siste Estado mismo por mucho que gane con ella-
ma higiénico y morigerado que haya estableci Porque nunca está más comprometido y expues
do y se establezca en circunstancias dadas para to, nunca sufre tantas injusticias y parcialida
conservación de la salud del soldado y de su des, nunca hay más numerosos y terribles cas
dignidad; la fortaleza física y moral que deben tigos, nunca domina tanto la fuerza material,
tener 6 adquirir todos los militares par í sopor como cuando la disciplina se relaja o desaparece;
tar las penalidades y fatigas del servicio; para al contrario en un cuerpo en que está bien es
arrostrar los peligros que necesaria y freeuenti- tablecida y severamente observada, ninguno pa
simamente ofrece la profesión; para sufrir con dece injusta ó innecesariamente, ni á nadie se
ánimo fuerte los reveses y la inconstancia de la atrepella . Cuando toca trabajar, por lo mismo
fortuna, y para conservar la serenidad de espíri que forzosamente se trabaja, se hace mucho
tu y sangre fria en las infinitas situaciones com más llevadero; porque como cada uno tiene
prometidas por más de un estilo, apuradas y di marcadas sus obligaciones que no puede dejar
fíciles en que la combinación de los sucesos de desempeñar, ninguno sale recargado: por lo
suelen colocar á los militares. La adquisición, que es seguro y tranquilo el descanso. La cer
pues, la práctica y desempeño de todas éstas teza de que todos han de cumplir con sus debe
cualidades, deberes y obligaciones es lo que cons res quila la ansiedad y la zozobra del ánimo; y
tituye la disciplina militar; y mientras no se lle como entonces la justicia y la imparcialidad es
gan á poseer y cumplir por la fuerza del conven tán en todo su vigor, del mismo modo que á
cimiento y de la instrucción, y por el hábito nadie se lo excusan sus deberes, no se priva
que imprime la costumbre, no se puedo decir tampoco á ninguno de sus derechos. Además si
que una tropa está completa y perfectamente es terrible para el que delinque la seguridad de
disciplinada». que el castigo ha de seguir precisa ó inmediata
«Por consiguiente la definición de la discipli mente á la falta, es un bien inapreciable la mis
na se puede reducir á estas palabras. Es la com ma seguridad de que este no es posible no dan
pleta instrucción de todo lo que debe practicar do lugar á él; porque tales son los efectos de la
la tropa, y el puntual y riguroso cumplimiento exacta observancia de la disciplina. Pero la dis
de todas las obligaciones militares; ó de otro ciplina no reconoce tiempo ni circunstancias,
modo: el conjunto de todos los deberes y obli porque es tan precisa para la paz, como para la
gaciones militares y el exacto desempeño de guerra: asi como la indisciplina es tan terrible y
todos ellos». perjudicial en la guerra como en la paz. Un ejér
«De estas definiciones se deducen una porción cito que carece de disciplina, es tan funesto á su
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país, como poco temible á los enemigos; pues en DISPARADOR ó GATILLO. En el aparejo
este estado sólo ofrece dos cosas; en los pueblos de las armas portátiles de fuego, la pieza de la
ven las guarniciones el pillaje y el vandalismo, llave, protegida por el guardamonte, que hace
veo el campo la facilidad á los enemigos de al jugar al antiguo pié de gato ó el moderno percu
canzar victoria. Por csla razón es preferible un tor ó martillo, para que dé golpe sobre el ras
ejercito ignorante, pero obediente, á otro muy trillo ó la cápsula. El disparador, obrando so
instruido, pero indisciplinado. Porque la mayor bre el palillo, hace qae se comprima el muelle
ó meoor fuerza de un ejército consiste en su del fiador y que la nuez quede en libertad para
mayor ó menor disciplina». que el percutor caiga sobre la cápsula. Es de
«Y es tan exacto esto, que si un ejército está una sola pieza de hierro en que se distinguen:
bien disciplinado, no hay que temer que sea bi- la hoja, plancha de contorno en parte recto y
soño, porque al primer cañonazo estará aguer en parte curvo; y la cola, pequeño arco que re
rido. Podrá, sin embargo, ser sorprendido, pero cibe directamente la presión del dedo índice en
no derrotado; al paso que en otro si i disciplina el momento de disparar. La hoja está taladrada
la derrota será la consecuencia precisa de la en uno de sus ángulos.
sorpresa. Y por último, aunque un ejército dis DISPARAR. En general, arrojar, lanzar, des
ciplinado sea batido, no por eso será deshecho, pedir con violencia. En las armas de fuego, ha
ni lardará en tomar el desquite». cer jugar el muelle ó artificio que produzca la
DISCIPLINAR. Verbo realmente indefinible inflamación de la pólvora.—Dispararse es salir
como su raíz. Es algo más que instruir, enseñar el tiro espontáneamente; y también partir ó
ó educar, como dicen los Dice. Acad. Moretti, correr precipitadamente sin impulso visible.
Bitu, etc. Dispararse el caballo. (V. Desbocarse).
DISCIPLINARIO. En general lo que pertene DISPARO. Tiro.
ce ó corresponde á disciplina. Más particular, el
DISPERSAR. Romper, desconcertar, desba
empo ó paraje de dirección.
ratar al enemigo haciéndole huir en completo
DÍSCOLO. Covarrubias trae la etimología del desórden. Es verbo recíproco.
priego discolon. Travieso, indócil. Condición de
caiacter incompatible con la milicia. DISPERSION. El acto y efecto de dispersar ó
dispersarse .
DISCRIMEN. Voz anticuada que se suele
encontrar en algún clásico. «Riesgo, peligro ó DISPERSO. Algunos llaman asi al óiiden en
contingencia de él>. (Dice. Acad. 5.) tiradores, desunido, en guerrilla, y que el re
glamento vigente llama abierto, por lo cual es
DISEMINAR (V. Desperdigar.) te es el adjetivo técnico. —El soldado que aban
DISLOCACION. En Alemania es técnica y dona la fila para huir.—Dispersos. Oficiales y
usual esla voz para expresar la distribución de soldados, que por varias causas licitas, no es
un ejército en cantones [V. e. v.), la disposición tán en las filas de sus respectivos regimientos
de acartonamiento. En Francia también se ha durante una campaña, y forman cuadros eventua
adoptado esla palabra bastante propia y ex les ó agregaciones pasajeras á las órdenes de
presiva. los capitanes ó comandantes generales de pro
vincia. Su reunión suele llamarse deposito de
DISMINUCION de frente. Movimiento re
glamentario de la táctica elemental de todas las TRANSEUNTES Ó DISPERSOS.
armas, que casi exclusivamente se aplica á la DISPONIBILIDAD. Es incuestionable que
hucha en columna, cuando cada división ó trozo
este galicismo, disponibilité en francés, no se
de ella, reduce sucesivamente la extensión de su
aviene con lu índole del castellano, que rechaza
funte. Una tropa en batalla, al formar en co vocablos largos con terminación aguda; pero
lumna «reduce» su frente; pero en buen tecni admitido y aceptado como técnico en la milicia
cismo no se puede decir que lo «disminuye,» si
el adjetivo disponible, seria excesivo rigor pros
cribir el sustantivo en algunos casos, que por lo
no que se pliega.—Disminuir el fondo es reducir
las hileras de cuatro hombres á dos. dicho no serán muy frecuentes. Más castizo que
DISOLVER. Deshacer, extinguir (muchas estar en disponibilidad es indudablemente estar
VMM Sin licenciar) una unidad táctica ú orgá- en disposición. Pero no es lo mismo.
»Kí, brigada ó regimiento, y en general un DISPONIBLE. Como el adjetivo lo expresa,
«'ERPo cualquiera de tropas. es el número de hombres en filas de que se pue-
DISP — 366 — DIST
de disponer en el acto. De lo que se llama pié de dado, que es la que la determina. —Conviene
fuerza orgánico de una unidad, del batallón por distinguir de intervalo (V. e. v.) que es el espa
ejemplo, siempre hay diferencia al pié de revis cio libre contado de flanco á flanco, sean hom
ta, que constituye el efectivo; pero este se mer bres, ó tropas, ó masas las que constituyan la
ma por enfermos, destacados, etc. y queda una línea. [V. Altura, Profundidad, Fondo).
fuerza disponible, que á veces extraña por su
desproporción con el efectivo.—La situación de DISTINCION. Del latín dütinctio, derivado
cuartel en los oficiales generales indica tam de distinguere. En general la acción y efecto de
bién que están disponibles, como se dice en separar, de enaltecer; do establecer diferencia,
Francia. prerogativa, exención, honor, preferencia; de
señalar en el órden moral, como el distintivo lo
DISPOSICION. Antes de venir á las manos, hace en el material. Antiguamente las coronas,
esto es, del combate ó pelea material, hay ordi
las cstátuas, las armas de honor servían pode
nariamente una cierta preparación que dirigen
rosamente para premiar hechos de guerra ó
las reglas de la táctica, del terreno y sobre todo
acciones distinguidas; hoy sólo se usan las conde
de la oportunidad, llamada «disposición de las
coraciones y cruces, llamadas por eso de distin
tropas para el combate» es decir, movimientos y
ción. Asi un general, por ejemplo, lleva el dis
maniobras calculadas para entrar con mayor se
tintivo en el sombrero y demás partes del uni
guridad, facilidad y rapidez en el orden ver forme reglamentario; la divisa en la bocamanga
dadero de combate. —En general se llama, no
y en la faja; las distinciones en las bandas, cru
con mucha propiedad, disposición al órden ó for
ces y condecoraciones del pecho.
mación táctica de una tropa cualquiera. —Tener
disposición es tener salud, aptitud, gallardía, DISTINGUIDO. Adjetivo que se aplica mi
expediente, soltura.—Orden, mandato, determi litarmente á los sustantivos acción y soldado (V.
nación superior. Acción). Respecto al segundo, el adjetivo se hu
DISPOSITIVO. Se llama asi en las leves y sustantivado por el uso. I'ara definir esta pala
reglamentos la parte articulada que encierra el bra, hoy virtual y legalmente abolida (real ór
precepto, por oposición al preámbulo ó exposición den de 7 marzo I8Í2) conviene recordar la or
de las causas y razones que aconsejan ó promue ganización dcl.EJÉRCiTo en el siglo XV111, que pa
ven la medida. A pesar de que en la milicia no ra ser armónica con la del Estado, tenia que
conviene mucho la discusión, en ciertos regla participar de sus condiciones y defectos. La
mentos y órdenes concernientes á la parte téc clase de tropa cntónces no provenia exclusiva
nica, no se ve perjuicio en adoptar la moderna mente de quintas y enganches, sino que, en vir
costumbre del preámbulo que, sin debilitar la tud de un principio tenido por saludable, se
fuerza dispositiva, esclarece y fija la doctrina. destinaba al servicio militar la escoria de las cár
celes y presidios, y la basura que, con el nombre
DISPUTAR. Verbo que solo se usa militar de levas, recogía en los grandes centros de po
mente en el sentido de defender una posición, blación la escoba de la policía. Resultaban, pues,
un puesto con vigor y tenacidad contra un ene dos ideas contradictorias: por un lado se exigían
migo, que no sólo tiene probabilidades de con al oficial «pruebas de nobleza», por otro se fi
quistarlo, sino que las acredita poniendo el pié
liaban á sus órdenes vagos y malhechores. Un
victorioso y adelantándolo con ímpetu.—Dispu
tar Á palmos es una metáfora expresiva de obs abismo social separaba al oficial del soldado.
tinación.— Disputar la victoria implica que es Como medio necesario de enlácese ocurrió acli
ta ande indecisa, y expresa por lo tanto esfuer matar el cadete, (cadet, segundón en francés
zo costoso para ganarla y asegurarla. V. e. v.) en 172?, abriendo así una rendija á la
clase media; pero el cadete necesitaba asisten
DISTANCIA. Voz puramente lalina, distan- cias, y el noble sin ellas tenia que resignarse á
tia. El espacio que inedia entre la cola de un entrar de soldado raso. Con el duro y á veces
cuerpo ó tropa y la cabeza del que le sigue; o del depresivo trato que á la sazón sufría la tropa,
pecho, de la punta de los pies de un soldado en no podía amoldarse el hombre de alta cuna y
fila, á la espalda, á los talones del que leantecede; maneras distinguidas: se le distinguió, pues,
ó en fin de una división á otra cuando se mar con este nombre y con las exenciones de servicio
cha en coiumna, por lo cual se dice á media dis mecánico y de acuartelamiento. Es decir, que el
tancia á distancia entera. En general, el hueco ó distinguido era un cadite sin cordones y, lo más
vacio contado sobre la perpendicular á la línea esencial, sin asistencias. El art. 13. tit. 18*.
j>el frente, esto es, á la de los hombros del sol Iral. i de la Ord. dice: «Siempre que entre los
DIST — 367 — DIVE
soldados se hallen algunos que sean hijos-dalgo es frecuente, con distinción, ni con divisa. (V. e.
notorios, ó hijos de capitanes del mismo cuerpo, v.) Esta señala un grado, una gf.rarquía perso
ó de oficiales de superior grado que no hayan nal en el ejército activo, y aquel distingue ó di
podido ser incluidos en la clase de cadetes, per ferencia armas, cuerpos ó institutos. El primero
mito que, sin atender a que pasen por la escala y principal distintivo del estado militar es ó de
de cabos y sargentos, se me hagan presentes en bía ser el uniforme. Dentro de él, los emblemas,
las propuestas que se hicieren para las banderas plumas, alamares, sardinetas, son distintivos. Los
ó estandartes, etc....» Yelarí. 11 siguiente: «El cordones distinguen, mejor diferencian, al ayu
soldado que por circunstancias de nacimiento dante df. campo ó al cadete. Los granaderos y ca
merezca el nombre de distinguido, lo será con el zadores tenían ántes por distintivo el color en
Don y uso de espada, aunque no tenga asisten carnado ó verde. La pluma rizada en el sombre
cias». ro es distintivo de general: sus divisas son el
Todo esto era perfectamente lógico en el siglo entorchado y la faja. Los milicianos nacionales,
pasado y principios del presente; mas después por ejemplo, que como recompensa otorgada por
de la guerra de la Independescia y la revolución reales decretos de 12 setiembre 1 823 y 1.° junio
que entrañó; abolidas virtual y legalmente las 1837 podian usarla charretera de oficial, la lle
«pruebas de nobleza» y toda distinción social; vaban como distintivo, no como divisa.
pasado también "\ segundo período constitucio DISTRAER. Separar, segregar, desmembrar
nal y la ominosa década, no se comprende cómo fuerzas de un ejército ó cuerpo (V. ycomp. Des-
pudo sobrenadar el distinguido y tener colegios, memrrar, Destacar). Es impropio lo que dicen
como los tuvo, en Zaragoza, Zamora y Valencia Morktti y sus copistas, que distraer es lo mis
creados en 26 mayo 1835; y en la Coruña y Gra mo que divertir al enemigo. Lo divertido es ver
nada 12 enero I83X. (jue no fué improvisación, como se entiende por algunos la lengua y la
se prueba con haber durado esa «creación» pe ciencia. [V. Diversión.)
regrina hasta 1812; que para nada se tienen en
cuenta los antecedentes y el raciocinio lo de DISTRIBUCION. En la contabilidad de com
pañía, no es sólo el acto de distribuir, sino el
muestra el que todavía quizá suena esa voz. De
modo que en aquellos tiempos en que un paisa documento en que se acredita, por fin de mes,
la inversión délos fondos. «El primer sargento
no se hacia alférez; en que un capitán de nacio
nales movilizados ó de francos se convertía en hará las distribuciones de prest, pan y utensilios
de su compañía...... [Art. 22. tit. 4. trat. 2). I'or
capitán vivo y efectivo do ejército; habia además
lo demás, fuera de este sentido técnico, distri
cadetes del colegio de Segovia y de regimiento,
bución, en general, es de todo: de víveres, cal
alumnos de escuela especial y distinguidos, afec
zado, raciones, municiones, etc.
tos á cuerpo ó reunidos en Colegio. Algo queda
de aquel desórden que hoy, sin guerra civil, DISTRITO. Militarmente es el territorio que
podría corregirse: val evocar éstos recuerdos hoy comprende una capitanía general.
históricos nos guía el deseo de que se anticipen DIVERGENTE. Adjetivo que corresponde al
ciertas reformas orgánicas, sin caer en anacro sustantivo diversión. Los radíos de un círculo
nismos, ni en repeticiones de defectos reconoci son convergentes al centro, divergentes á la cir
dos como tales.—En el día, con mejor acierto, cunferencia. El frente estratégico de un gran
el SOLDADO DISTINGUIDO Ó DE DISTINCION, Cl'eadO por ejército, asi como el frente material de ratalla
real órden de 20 julio de 1816, lleva un galón en de una brigada, presuponen á vanguardia una
la parte superior de la manga, está exento de al linca perpendicular, directriz de la maniobra pa
gún servicio mecánico, como aguador y ran ra la brigada, de las operaciones para el ejército.
chero, y disfruta una pequeña ventaja sobre su Considerado este en abstracto como un punto,
PREST. todas las lineas que dj él partan en dirección al
enemigo formarán ángulos, más ó menos abier
DISTINGUIRSE. Ejecutar algo que sobre tos, con la central ó perpendicular, y serán di
salga, que aventaje á lo que hacen los demás. vergentes, como los radios de un semicírculo lo
Como el militar tiene la guerra por oficio, en son entre sí y con aquel que es perpendicular
ella es donde realmente ha de distinguirse. En
al diámetro. Toda diversión, por lo tanto, todo
la paz, por consiguiente, la única distinción es
movimiento estratagémico se verifica sobre una
prepararse mejor para la guerra, aprender \ sa
línea divergente ó como impropiamente se dice,
ber mejor el oficio.
excéntrica. (V. Concéntrico). El movimiento es
DISTINTIVO. No debe confundirse, como excéntrico: la linea divergente.
DIVE — 368 — DIVI
DIVERSION. El aclo de enviar un destaca- S. M. la confusión que se ha introducido en las
uento, de separar un cuerpo de tropas de la masa divisas y carreras de los tenientes coroneles......
común ó del grueso del ejército, con la inten Hasta aquí vemos autorizada la voz- divisa; pero
ción de que concurra simultánea ó combinada sigue: «pues usando tstos de las mismas insig
mente á un ataque. La diversión puede verificar nias que los segundos y primeros comandantes,
se, bien sobre el teatro entero de la guerra es etc.» Sin embargo esto deberá considerarse co
tratégicamente, ó con más frecuencia táctica mo descuido, puesto que en el resto de la ór
mente sobre la zona reducida de las «amorras, y den no vuelve á mencionarse la voz insignia y se
también sobre un campo limitado de Batalla, repite hasta seis veces la de divisa. En casi todos
cuando se resuelve un ataque doble ó falso. El los documentos oficiales esta última voz es la
uso táctico de las reservas, en que Napoleón 1 que exclusivamente se usa y se debe. usar.
tanto sobresalió, es en rigor un caso de diversión
«especial.» Pero la palabra siempre se aplica DIVISION. Esta voz técnica y muy moderna
fuera de él y como disposición puramente anor tiene algunas veces el significado táctico de par
te de una columna elemental de batallón ó escua
mal y producida, no por el sistema general mu
drón, otras, de distrito territorial; pero el más
chas veces, sino por la inspiración momentánea importante es el de unidad orgánica y principal
del caudillo, al formular ó modificar su plan de de un ejétcito activo en operaciones. Los autores
ataque. En buen lenguaje se dice hacer diver franceses, celosos siempre de sus glorias, nunca
sión, más bien que divertir al enemigo, por el olvidan advertir que á ellos se debe este moder
doble sentido de esta última frase; no por temor no adelanto; y efectivamente hácia 1766 ó 1770
de galicismo, pues los clásicos usan este verbo parece que brotó en Francia la primera idea de
en sentido de apartar, desviar. Se puede decir formar divisiones de tropas y de territorio. Hácia
sin recelo «divertir la atención, las fuerzas del 1788 (agosto 18) el Consejo de la guerra, en que
enemigo,» llamarlas á puntos lejanos, como descollaba Guibert, ya prescribía divisiones for
también se dice en esgrima «divertiré! golpe».— males de infantería y caballería; pero quien dió
Es voz que cita el P. Terreros en su sentido mi completa fórmula y ejecución al pensamiento
litar y que usa Coloma: «Mauricio, desconfiado fué la República con sus levantamientos en masa
de socorrer á Calés y deseando divertir algún y sus enormes ejércitos allegadizos, que, en
tanto las fuerzas españolas, arrojó ochocientos ódio á las instituciones demolidas, fué á inspi
caballos que corrieron átodo Brabante...». [G.de rarse en los clásicos recuerdos de Roma y quiso
Flándes. lib. 8.) También está en Dice. Acad. 5: resucitar, entre otras cosas, la legión (V. e. v.)
«La acción de llamar al enemigo á una ó más Por consiguiente la división republicana de 1793
partes para dividir sus fuerzas ó adquirir otra era un ejercito pequeño y completo, compuesto
ventaja» (V. y comp. Demostración). de las tres vrmas, en sus proporciones entonces
DIVISA. (V. y disting. Insignia. Distintivo). admitidas. La denominación aborrecida de regi
Esta voz proviene sin duda de la antigua, señal miento se trocó en media-brigada {demi-brigade);
caballeresca que se traía en la adarga ó escudo, y dos de ellas componían la brigada entera, y dos
que servia para distinguir al caballero encapace- de estas la división: de modo que el promedio
tado, que en el combate cubría el rostro con la venia á ser 12 batallones, 12 escuadrones y 22
visera dei. yelmo. Estatuimos que no debe con piezas, que sumaban un total nominal de 12000
fundirse divisa con insignia (V. e. v.) sin que el hombres.
Dice, de la Academia ni la Ordenanza, que debia Este pequeño ejército tenia su E. M. G. , su
ser juez en estas materias de tecnicismo, nos administración, parques, ingenieros, obreros, etc.
preste su autoridad, pues alguna vez las confun y la organización divisionaria, como toda refor
de. En una real órden de 2 agosto 1835 se lee: ma que llega á debido tiempo y sazón, se adap
«Teniendo por objeto las divisas militares el mar tó admirablemente á aquella furiosa expansión
car de una manera clara y notable las diversas de patriotismo y al imprevisto modo de guer
graduaciones de los individuos que ejercen au rear que con ella se introdujo. Sin embargo, ya
toridad en las tropas, á fin de que nunca pueda en 1796, comenzó á notarse el defecto de aquella
ponerse en duda por parte de éstas el mando que excesiva diseminación, y al reunir varias divi
á cada cual corresponde, y siendo por consi siones se tocaron los inconvenientes de no poder
guiente semejante punto de más trascendencia agrupar en masas compactas y poderosas, como
é importancia que la que aparece á primera vis- las del enemigo, la esparcida caballería y arti
la, no puede menos de llamar la atención de llería divisionaria. Realmente, como dice Mar-
DIVI — 369 — DIVI
mont, un ejército de 100.000 hombres repartido samente que renunciar á las grandes reservas
en diez ó doce divisiones es inmanejable. En exclusivas de esta arma, y que subordinar á
Marengo, por fin, el primer cónsul Bonaparte la infantería todo fundamento de organización.
separó definitivamente la infantería de la caba Por lo demás en esto hay mucho de cuestión
llería, y con ambas armas formó divisiones in de nombres. Así como los portugueses cuentan
dependientes; pero el aumento progresivo de los «cuatrocientos pedes de cavalho» todo se reduce
ejércitos imperiales, hasta 500.000 hombres, hi á llamar cuerpo de ejército ú la simple división;
zo necesaria la creación de otra unidad superior, división, á la brigada, y brigada, al regimiento;
llamada cuerpo de ejército, constituida por la pero como el nombre no hace la cosa, es algo
agrupación de dos a cinco divisiones de anuas expuesto al ridiculo que una brigada conste de
combinadas, con su gran reserva de caballería 1.000 hombres i batallones á 250 ; una división
sostenida por artillería á caballo, y con la reser de 2.500 ó 3.000 y un cuerpo de ejército no lle
va central y parques de artillería gruesa. Es gue á 9.000 hombres.
decir, un verdadero ejercito de 40 ú 70.000 El promedio hoy admitido para la fuerza de
hombres, que, á decir verdad, podía haber su una división oscila entre 8 y 10.000 hombres v
primido la primera palabra cuerpo y haberse se funda en razones aceptables de convenien
quedado con la sola ejército, puesto que «ver cia, de movilidad y de fácil manejo para el ge
dadero y completoo ejército era. Así se hizo en neral comandante. La especie de guerra, el espí
España en la guerra de la Independencia, deno ritu del país v otras consideraciones determina
minando, malamente al principio, á los diferen rán el numero de divisiones y su respectiva com
tes ejércitos por su colocación de derecha á iz posición; pero debe predominar la idea, que
quierda en el orden inicial de batalla, y corri vuelve á tomar favor, de que la división se
giéndolo á poco con la numeración correlativa aproxime á ser un ejérciti» en miniatura y se
que es lo más obvio. Napoleón, emperador, co pueda bastar á si misma. Al talento estratégico
menzó á ver todas las cosas a través de un cris y táctico del general en jefe es al que compele
tal de aumento y ya no le bastó jugar con enor manejarlas con tino y saber reunirías como uni
mes cuerpos de ejército, como si fueran simples dades, á la manera que el general divisionario y
divisiones de las antiguas, sino que, arrastrado por el de brigada manejan los batallones y escuadro
su talento generalizador, reunió las divisiones nes sueltos, unidades suyas.
exclusivas de caballería en cuerpos de ejército No entraremos en las consideraciones liga
también, dotándolas con suficiente artillería á das á este asunto, y tantas veces debatidas,
caballo. Con el nombre de reserva, aglomeró acerca de mantener en la paz la organización di
en una sola masa cuerpos monstruosos de caba visionaria en vez de las capitanías generales.
llería y artillería que obedecían á un solo jefe. Cuando á pesar de varios ensayos, tímidos, es
En la invasión de Rusia en que llegó á su colmo cierto, no se ha podido aclimatar esta costum
esta exageración, se vieron de relieve lodos sus bre prusiana y rusa, debe haber algo en el fon
defectos. Por remediar el fraccionamiento divi do de la cosa más difícil de remover que lo que
sionario, por tener en la mano la artillería—co dicen los artículos de las revistas y periódicos
mo una pistola, según la gráfica expresión de militares. Como á nosotros no nos incumbe re
Victor Hugo—se cayó en los cuerpos de 12.000 velar, aunque podamos presumirlo, el obstácu
caballos y en las baterías de 500 piezas. Disipa lo que en España se ofrece á la concentración de
do ya el humo de aquellas gigantescas batallas, tropas, por pasajera que sea, en campo de ins
los mismos franceses reconocen hoy que la or trucción ó de asamblea, nos limitaremos á reco
ganización napoleónica no es para repetida. mendar que, dentro de la distribución actual,
En España, pues, parece que basta una orga no se olvide buscar el camino de mayor facili
nización divisionaria bien entendida, sin necesi dad para pasar rápida y acertadamente del pié
dad de copiar ciá la letra» los cuerpos de ejérci de paz al pié de guerra. Con buenos cuerpos es
to. Sobre ello hay un reglamento de antigua peciales, como afortunadamente tenemos, y la
fecha 26 de setiembre de 1845, á raíz de la guer inteligente actividad del ministerio de la guerra
ra de la Independencia. No es verosímil que en no es tan difícil la operación, y se atenúan los
toda la península pueda tener lugar una batalla defectos que siempre encuentran los que aspi
como la de la Moscowa; y lo probable es que ran á la perfección absoluta.
nunca se reúnan en combate arriba de cuatro ó
cinco divisiones. Nuestra caballería por desgra DIVISIONARIO. Loque pertenece á divi
cia nunca será muy numerosa y tenemos forzo sión. Este adjetivo se aplica al general que la
47
DIVI — 370 — DOCT
manda, al Estado Mayor para distinguirlo del doctrina cultivan y atesoran, y, sin entrometer
Estado Mayor General, á la organización, etc. nos en que sea verdadera ó falsa, positivamente
Dice. Acad. ¡i no da divisionario, sino divisional. es inútil. Su arte militar, que puso en voga en
DIVISORIA. Es decir, línea divisoria de el siglo pasado el jesuíta francés, Amiot remonta
aguas. En geografía física y topografía ha teni á Hoang-Ty célebre guerrero que vivía por los
do, y todavía tiene para algunos importancia años 2637 ánles de Cristo: si esto es cierto, tam
esta LÍNi5A CARACTERÍSTICA DEL TERRENO, que, COmO bién lo es que en dicha fecha se han quedado
. su nombre lo dice, divide las aguas, constituyo estacionados los Chinos. No sería muy acertado
la arista, la cumbrera como en un tejado, por «beber doctrina» en el Celeste Imperio, para
cuyos lados ó pendientes corren los ríos y arro aprender á cubrirnos la cabeza con capacetes fl -
yos en dirección opuesta. Los pasmosos adelan gurando tigres y dragones que infundan terror
tos de la Geología han hecho caducar los anti al enemigo, ó saber la composición secreta de un
guos «sistemas convencionales» sobre el relieve mixto ponzoñoso que, remontado en cometas de
y ESTRUCTURA DE LA TIERRA, V las DIVISORIAS han papel, vaya á caer (cuando el viento lo permita)
perdido mucho interés. (V. Montaña). en el campo enemigo. Respecto á vapor y armas
de fuego, aunque los «bárbaros» como ellos lla
DOBLADO. Se dice del terreno áspero, des man á los ingleses se las han hecho probar, no
igual, fragoso, y de las armas prohibidas.—Tam hay medio de que se dignen ocuparse.
bién del hombre recio y fuerte de miembros, Pero, saltando á pies J ti i los desde los Chinos
aunque de mediana ó pequeña estatura. «Cuan á los Romanos por encima de Egipcios, Caldeos,
to el pais de Caux se va acercando más al rio Se ele. , no toda la doctrina de aquellos es de plácida
na, tanto se va doblando más la tierra y for y saludable digestión. En primer lugar nos llega
mando mayores montármelas, dejando entre adulterada por la plaga de excerptistas, traduc
unas y otras valles capaces de poder venir es tores y comentadores; en segundo no parece si
condida por ellos gran golpe de gente.» [Coloma. no que por tácito acuerdo todos se lijan en los
Guerra de Flámles. lib. 5.) detalles que menos importan. Sin ir muy lejos,
DOBLADURA. «Cualquiera de los dos caba á fines del pasado siglo resucitó en Francia la
llos que debía llevar cada hombre de armas en la afición á lo griego y romano, á propósito de ridi
guerra; y era el menos principal á falta ó can culas cuestiones de táctica (Y. o. v.) y sedióel
sancio del principal.» (Dice. Acad. 5.) «El prin jocoso expcetáeulo de que el mismo pasaje de un
cipal de los dos caballos que ha de ser muy po mismo texto sufriese interpretación contradicto
deroso y gallardo se llama corser, y el otro do ria, no sólo en dos obras de autores rivales, sino
bladura, que también ha de ser muy bueno, por en diferentes páginas de la «misma obra,» como
que á necesidad ha de hacer la facción que e' sucede en una, por lo demás apreciabilísima,
otro, que para esto es.»(EoiiLuz. 68). de Maizeroy.
DOBLAR. Un ala—las centinelas—el fondo Conviene, pues, al militar sobre todo no con
—el frente—las guardias—las marchas—el paso fundir doctrina con erudición. Esta se podría
—el suelo—etc. etc., comparar á una barrena que se complace en
ahondar un agujero, metiéndose cada vez más
DOBLE. A marchas dobles, á marchas forza
sin poder salir. En un ejército siempre convie
das.—El fornido y rehecho de miembros.— El
ne una docena de poetas; pero seria perjudicial
simulado y artificioso. propagar tales inclinaciones en la masa general
DOCIMAS1A. Parte de la ciencia especial del de una institución que ha de vivir más á prisa
artillero, que trata del ensayo de minerales y que otra alguna del Estado, y que, á vuelta de
de los productos de su tratamiento. alguna tendencia filosófica, la principal debe ser
DOCTRINA. Palabra enteramente latina, de hacia lo verdadero, lo positivo, lo práctico.
rivada de docere, enseñar.—Enseñanza que se En compensación de la afición desmedida
da para instrucción de alguno.—Lo mismo que con que la doctrina se complace en excavar las
ciencia ó sabiduría.—La opinión de alguno ó al ruinas romanas, pasa de largo por todo el perio
gunos autores en cualquiera materia. (Dice. do histórico llamado edad media, á pretexto de
Acad. 5). La doctrina tiene el inconveniente de que en él nada puede aprender el militar. No
que puede ser buena ó mala, saludable ó perni sabemos sí en el resto de Europa esta opinión
ciosa, y aun sin estas calidades todavía puede será razonable: por lo que hace á España, la cre
tener otra, la de inútil. Los Chinos son en el , emos simplemente aventurada. Las guerras pu
mundo desde tiempo inmemorial los que más ramente feudales ó privadas y las Cruzadas á
DOGT — 371 — DOGT
Tierra Santa evidentemente no producen doctri nuestra literatura militar antigua no está en
na; mas para un militar español el largo y dra disposición de dar en el acto doctrina con las
mático período de 711 á 1492, que comprende condiciones que nuestra generación exige, es
la reconquista del territorio pátrio sobre el ára decir, con precisión, rapidez y amenidad. Por
be invasor, es y debe ser objeto preferente de una parte sobran infolios, en que por la forma
un estudio crítico que, despojado de la aridez ó política de aquella sociedad oprimida, como en
de la difusión de los cronicones, alumbrará con tre una tenaza, por el cetro y el hisopo, sólo
viva luz el origen exclusivamente militar de puede deducirse que llamarse español era el col
nuestra nacionalidad y los eternos principios es mo de la beatitud; por otra parte miríadas de
tratégicos en que se funda la defensa y conser libros franceses, alemanes, belgas, italianos, no
vación de nuestro territorio. Sin dar gran im tienen otro tema que ponderar los horribles
portancia á que la loriga tuviese una pulgada atormentes» que Carlos V hizo pasaren Madrid
más ó menos, bien merece estudiarse y saberse á Francisco I (sin decir por supuesto dónde y
cómo Alfonso VI, Fernando III y Fernando V como fué cogido), las crueldades del duque de
conquistaban «metódicamente» los antiguos rei Alba y las concusiones de nuestros vireyes. Se
nos árabes de Toledo, Sevilla y Granada. Sin per ria, pues, menester oir á todos en juicio pacien
juicio de aprender de memoria los bellos roman te y contradictorio, para dar, como el veredicto
ces del Cid, tan gratos al oido castellano, no es de un gran jurado, sentencia desapasionada
tá demás profundizar con escalpelo anatómico cual conviene al tribunal de la posteridad. Este
en aquel tipo aventurero y soldadesco, que aso árido trabajo rebasa los límites de la laboriosi
ma en la historia dando un consejo táctico de dad española y el militar ha de tardar bastante,
grande oportunidad á su rey Sancho II; que to á nuestro juicio, en gozar la parte doctrinal.
mó el célebre juramento de Santa (jadea al su En el siglo XVIII y primeros años del XIX
cesor Alfonso VI, por si intervino en el asesinato lo que puede aprenderse es cómo un país puede
de su antecesor y hermano; y que, alejado de la morir lentamente de asfixia, cerrándose con su
corte por este y otros actos de varonil entereza, mano suicida todos los aparatos respiratorios; y
entretenía su ostracismo en conquistar por su cómo un ejército, depositario de tantas glorias,
cuenta el floreciente reino de Valencia. nesesita andadores en Italia, alianzas en Africa,
Indudablemente la edad media española, bien baterías flotantes de Darcon en Gibraltar, cas¡
exprimida, puede soltar jugo de agradable doc muletas en los Pirineos y ramos de naranjas en
trina. Clonaba en su obra inmensa ha despertado Portugal.
algo la idea, y el autor de este artículo, si Dios Afortunadamente en nuestro siglo las tres
le da tiempo y estímulo para pulir un bosquejo guerras de la Independencia, la Civil y la de
histórico, se promete demostrar que la edad me Africa, con sus varios caracteres, con su inte
dia, lejos de ser relegada al olvido, merece ser resante conducción, con su glorioso término,
puesta militarmente en relieve por pluma más nos indemnizan con sobras del silencio doctri
diestra que la suya. nal del siglo anterior. Las dos últimas no pue
A partir de la conquista de Granada en el den entrar todavía bajo el dominio de la histo
largo periodo de los siglos XVI y XVII, abierto ria; mas la primera, para ser en todo afortuna
por las campañas del Gran Capitán en Italia, da, será descrita al ejército y al país (18(57) por
mediado por las de Farnesio, Fuentes y Spinola una pluma ya conocida y maestra en el arte di
en Flandes, cerrado en la península por la Guer fícil de buscar con diligencia y exponer con ga
ra de Sucesión, excusado es decir que en él está lanura grandes hechos, de los que brota por sí
la fuente abundosa é intermitente de la doctri misma saludable doctrina.
na militar española. Y repetimosespaño/a no por Esta somera indicación de sus verdaderas
vano alarde de patriotismo, sino por fijar bien la fuentes para el militar español obedece al prin-'
idea de «singularidad» que ordinariamente pre cipio, que nos tiraniza, de llamar constante
side á casi todos nuestros hechos. Cabalmente mente la atención hácia lo propio sin menos
en muchas de estas páginas mostramos, quizá preciar lo extraño.—Mucho se relacionan con
con sobrada desenvoltura, tendencia contraria á este articulo otros varios, como Artillería, Es
ese mal llamado patriotismo, que canta victo trategia, Fortificación, Guerra, Instrucción,
rias y calla reveses: como que no creemos del Táctica.
todo en la fortuna, vemos en ellos doctrina más DOCTRINAL. Como adjetivo técnico se apli
saludable por lo amarga. ca á los ejercicios periódieps que por reglamento
Pero creemos también sinceramente que tienen las tropas para instruirse en la táctica
DOGT - 372 - DOGM
elemental. En este sentido restringido lo usa la profundizar su asignatura, no tiene tiempo de
Ordenanza. «Asistirá (el coronel1 á los ejercicios advertir que ambos sistemas y todos los de for
doctrinales de compañías » (Art. 16. tit. 16. tificación no pueden existir por si solos sino en
trat. 2). —Alguna vez se ha usado en sustantivo, combinación con el terreno que han de proteger,
por ejemplo en el famoso libro que lleva por tí con el país que los ha de costear, con el ejército
tulo Doctrinal de Caballeros de Don Alonso de que los ha de guarnecer, etc.
Cartagena, uno de los pocos que en el último Por otra parte, un profesor de táctica enamo
periodo de la edad media pueden llamarse mili rado de Guibert inculca en su auditorio ciertas
tares, aunque escrito por un obispo. ideas prusianas mandadas ya recoger; él no ve
más que maniobras y despliegues y órhenes
DOCTRINARIO. Asi como de la palabra or oblicuos; las tropas que maneja en la pizarra son
denanza se deriva el epíteto ordenancista, que el verdaderos íncubos, pues ni comen, ni duer
uso hace irónico; de la voz doctrina viene el ca men, ni aun terreno necesitan para andar; mu
lificativo doctrinario, no muy recomendable pa cho menos han de tropezar con fortificaciones,
ra cosas, ni personas, por implicar algo de ran aunque estén dispuestas geométricamente al
cio, vetusto, amanerado y estereotípico. Hay tresbolillo, como recomendaba Darcon, antago
gran diferencia entro doctrinario y docto, liste nista de (Juibert.
es el que reúne un vasto saber sin pedantería, Si dos oficiales, al salir respectivamente
sin escolasticismo, digerido y depurado con gran aprobados de cada cátedra, toman el expediente
meditación é imparcial criterio. El doctrinario de Fray Gerundio de «dejar los libros para me
se aferra á su doctrina y aunque esta haya en terse á predicadores,» el ejército, al oírlos lan
vejecido, él sigue sobre su tumba defendiéndo zarse recíprocamente el dicterio de anticuado \
la con ardor. De aquí el haber tomado este apo doctrinario, concluirá por aplicárselo á entram
do gran voga en política para significar lo esta bos con evidente justicia. Dice Jomini [Comp. T. \.
cionario, lo anticuado. La pretensión de los pág. 13): «Un hombre ignorante dotado de capa
doctrinarios franceses del siglo pasado de resu cidad natural puede hacer grandes cosas; el mis
citar la pica y la falange griega no podía llamar mo hombre dominado de falsas doctrinas, ad
se doctrina, á pesar del talento con que se des quiridas en las escuelas y llenas de sistemas pe
envolvía: aquello ya era más, era doctrinario. dantescos, no hará nada bueno sin olvidar loque
L'n profesor forzosamente ha de prendarse de aprendió».
aquello que explica en cátedra: un autor de No hay remedio: la doctrina es como el agua,
aquello que trata en su libro; los esfuerzos del si se la deja estancar se corrompe. Tiene, pues,
análisis, que detalla, siempre son á expensas de que seguir el movimiento que á todo anima en el
la síntesis que unifica y generaliza: de modo que mundo moral y material. La enseñanza acadé
es difícil adquirir vasta y fec unda doctrina en mica de la juventud, si no se la remueve y es
una sala cátedra ó en un solo libro. Al que es polea con frecuentes revisiones, predispone sin
tudia le queda luego reservada la tarea, no muy duda á la inmovilidad y al odoctrinarismo;» pe
fácil, de dar cohesión y enlace á lo que en di ro aunque se mejore cuanto se pueda, si el ofi
versas partes ha estudiado; de moldearlo á su cial «se contenta regularmente con hacerlo pre-
criterio personal; de extraer las consecuencias; císode su deber, sin que su propia voluntad ade
ile asimilárselo, en fin, y hacérselo verdadera lante cosa alguna....» [art. 12. tit. 17. trat. 2 :
propiedad. Seria impertinente encomendar á si cerrados ó vendidos los libras de la escuela,
otros estas delicadas operaciones. Los catedrá ya no vuelve á abrir otros; sí no ejercita su es
ticos y los autores hacen bastante con explicar pirito; si no busca novedades que lo estimulen;
lo mejor posible la parte que les incumbe, y es si no raciocina con independencia sobre lo que
en ellos excusable la antipatía á toda discusión le rodea, este oficial, llámese facultativo, lláme
y el convenio de obediencia pasiva con que ad se de fila, al cabo de pocos años se verá empu
miten al neófito. Ahí comienza á desenvolverse jado, sin darse cuenta de ello, por otra genera
el germen doctrinario. Por ejemplo, un profesor ción que avanza con mayor velocidad inicial:
de fortificación se prenda del sistema de Mon- que le arrolla sin respeto y que, al invocare! de
lalembert y odia por consiguiente el de Vauban: bido á su autoridad ó á sus canas, le llama con
difícil será que esta simpatía no transpire en su rechifla doctrinario.
explicación y que involuntariamente, al citar
las apologías de su sistema favorito, no calle las DOGMA. DOGMATICO. Voz derivada del
censuras. Además entregado exclusivamente á griego, exclusiva ántes del lenguaje religioso ó
DOGM - 373 - DOGM
filosófico, pero que ha pasado recientemente al ción, el constante ejercicio de la critica im
político y al militar. Dogma, rigorosamente, es la parcial, sensata y luminosa. El dogma del
proposición doctrinal asentada como principio honor, de la subordinación, igual es en las re
en una ciencia. Cuando, según la afirmación públicas y en las monarquías; pero la doctrina
diaria de los periodistas, cada partido político puede variar de una orilla á otra de un rio y ser,
tiene su dogma, bien lo puede tener la agrupa como decia Pascal, «verdad en la de acá, error
ción reconocida legal y oficialmente que se lla en la de allá.» La táctica francesa, por ejem
ma 111 licia. Y no es esta por cierto, la que con plo, difiere de la prusiana. En Alemania se lee,
menos propiedad y derecho puede usar esa voz y se escribe, y se sabe mucho: en otras nacio
religiosa. La milicia, si se nos permitiera el én nes el mérito es no saber nada, y en otras se va
fasis, es una verdadera religión: la religión del más allá castigando al que «pretenda saber.»
honor. Tiene, pues, dogma y doctrina; y en este En efecto, para cumplir con las obligaciones mi
libro de definiciones debemos distinguir uno de litares, como algunos las entienden, no se ne
otra. El dogma comprende aquella serie de cesita mucha doctrina, en rigor basta con el dog
proposiciones inconcusas, de principios fun ma, quizá con el dogmatismo; y sin duda porque
damentales, eternos, invariables, establecidos la discusión de doctrina no resbale hasta el dog
por la razón, por la tradición, por la ley. ma, es por lo que en las naciones á que nos he
Así como la religión católica, por ejemplo, mos referido se prohibe rigorosamente «pensar»
tiene dogmas de fe, es decir, verdades que Dios sea en lo que fuere.
ha revelado ó que la Iglesia ha estatuido, y que Pero realmente no hay el peligro que exa
han de creerse con la fé, así también la milicia geran los dogmáticos. El oficial dado á estudios tác
'guardada proporción; tiene ciertos artículos, ticos, que haya estudiado y comparado los regla
que pudiéramos llamar de fé sobre los cuales no mentos extranjeros, que sepa bien los proyectos
sólo es inútil, sino perniciosa la discusión, la du- de O'Donnell, de Rivero, de Nouvilas y de Con
ila, la tibieza. La gloria y el honor de las armas, cha saldrá del cuartel en fila como los demás y
el valor, la lealtad, la fortaleza, la arnegacion, no se pondrá á discutir en el campo de instruc
la disciplina, el patriotismo, la subordinación, etc. ción. Lo que hará seguramente , será prestar
son el dogma de la profesión militar. Dogma, que másatencion, repararquizá en los defectos de lo
desde la más remota antigüedad se conserva sa que se le mande, único medio conocido de evi
grado, inviolable, sobre el cual toda discusión, tarlos; pero de todos modos cumplirá mejor con
por elevada quo sea, puede cnvolveralgo de he ■■ su deber que aquel para quien no hay estimulo
regía. Es verdad que el dogma tiene que trasmi sino en concluir pronto.
tirse como doctrina por el medio usual de la en El ARTE DE LA GUERRA no CS la ORDENANZA, y
señanza; pero bien se comprende que una vez conviene que desaparezca toda confusión redac
aprendido el dogma, no hay para que volver so tando aquella, que con muy leves correcciones
bre el; por el contrario se ha de velaren las re puede hacerse casi estereotípica, de modo que
giones del sentimiento y de la ra/on, para que en nada participe ni se resienta de la «movili
permanezca siempre intacto y cada dia más ro dad» inevitable, útil, fecunda, que de suyo tie
bustecido por la fé: al paso que la doctrina nen los reglamentos doctrinales. Si se hace ar
(V. e. \.) sólo vive por el movimiento, por la tículo de ordenanza, es decir, de fé, que «el sol
duda: si la doctrina se deja estacionar, sucede lo dado lleve un solo bucle á cada lado» que «la pie
que en la Chinaóen la India. La doctrina nada dra lleve su zapatilla de baqueta» ó que «los
tiene que ver con el corazón, sino con la inteli granaderos se saquen con tal condición» cuando
gencia; y esta necesita pasto continuo, curiosi no haya bucles, ni zapatillas, ni granaderos ha
dad nunca saciada, estímulos de gloria ó nom brá que reformar la ordenanza y el que haya pro
bradla. La doctrina, puede ser nociva: el dogma movido la reforma aparecerá culpable de heregía.
siempre es sano. Aquella requiere algún esfuer El motivo que nos hace insistir sobre estas
zo intelectual: este siempre es tan claro, que cuestiones, en apariencia frivolas por cuanto só_
sólo exige pureza en el alma, grandeza en el lo versan sobre meras palabras, es que bajo la
sentimiento. Para aprender que se ha de morir aparente frivolidad se esconde la ignorancia yá
por la patria cuando esta lo exija, y que siem veces la mala fé de gentes que no miran de buen
pre se hade obedecer al superior, no se ne ojo la carrera militar, para propalar censuras
cesita más que la simple noción; para ad venenosas de contradicciones que no existen.
quirir doctrina, no hay más medio que el
estudio perseverante, la lectura, la compara DOGMATISMO. Es según Baralt [Dice, de
DOLO -374- DRAG
galicismos) predisposición de espíritu á creer y oficiales del Rey en tiempo de la dominación
afirmar; por oposición al escepticismo que es la goda, que llevaban á los generales ó jefes de las
inclinación del espíritu á contradecir y dudar. provincias la orden para poner al pueblo en ar
En su acepción ordinaria vale método filosófico, mas, fijando el diay lugar de la Wardiaó reunión
que consiste en empezar por creer y afirmar, del Ejército. Dominico es derivación latina de
para seguir deduciendo de lo creído ó afirmado dominus, señor.
consecuencias que al fin producen lo que se lla DONCEL. Del latin bárbaro domicelus, di
ma un sistema. El dogmatismo admite la certi minutivo de dominus ó domnus, señor, o según
dumbre absoluta. Covarribias de adolescens, joven (V. Alcaide de
DOLON. Clonard, tanto en su Historia orgá los donceles). Según Dice, de Terreros, más
nica, como en su Memoria sobre el Traje dice asi: bien que menino ó paje de servicio doméstico ó
Arma de los godos. San Isidoro {Etimologías, ca palatino, era paje de lanza desde l iá 25 años.—
pitulo 89) la describe como «estoque ó puñal Dice. Acad. 5. da: «El jóven noble que Aun no
envainado en un báculo de madera, y que por estaba armado caballero.—El hijo de padres no
ir asi oculto lomó el nombre do la palabra dolo». bles de poca edad.—Lo mismo que paje, y es
Pero Aquino (Lexicón militaris) y oíros, sin res pecialmente el del rey.—El que habiendo en su
peto al santo etimologisla, afirman que tlolus en niñez servido de paje á los reyes, pasaba á ser
latin viene de dolos en griego. vir en la milicia, en la que hacían un cuerpo
con ciertas prerogativas».
DOMA. El conjunto de ejercicios con que se
instruye ó educa al polro para convertirlo en DONDAINA. Máquina de guerra, á manera
CABALLO DE GUERRA (V. y dísting. DeSBRABAR). de una pequeña balista, que tiraba piedras re
Domar. Metafóricamente subyugar, sujetar, re dondas, guijarros, plomo, etc. 'Dice. Moretti,
primir. Hevia, J. D'W. M.)
DOMINA. Nombre latino de una máquina ó DOR1BOLO. Del griego dori, lanza ó pica y
enueño de la antigüedad. Carlos Aquino, que la bailo, ballein, arrojar. (V. Máquinas). Para Mai-
cita en su Lexic. mil., tiene la franqueza de zeroi es voz genérica que designa toda máquina
confesar que ignora como era y sólo inserta el destinada á lanzar grandes dardos. Para Moretti,
lexlo del Cronicón: vlngeniaque, blidas, dominas escorpión. Para otros, catapulta.
et mangonelli sunt, Imperatore mandantes . DORIFORO. En griego, lancero ó piquero en
DOMINACION. Dominado (V. Dominar.) general.
DOMINADOR. No liene acepción técnica, DORMAN. Asi lo escriben unos, otros dol-
sino la vulgar de ejercer dominio por las armas. man. La chaqueta con alamares y trencillas que
llevan los húsares, en remedo de los húngaros.
DOMINANTE. En fortificación y táctica es DORM1RSF. sobre los laureles. (V. Delicias
todo punió del terreno que descuella y sobresa
de Capia). No utilizar ventajas ó victorias.
le entre otros adyacentes con vista y acción so
bre ellos, según el alcance de las armas. Entre DOTACION. En ARTILLERÍA é INGENIEROS es
estos puntos dominantes el que más incomoda ó voz genérica que comprende provisión y abas
molesta por su elevación ó cercanía, toma el tecimiento técnico y calculado. Una pieza tiene
nombre de peligroso, constituye padrastro. La de dolacíon tantos tiros; una plaza fuerte, tan
desenfilada entiende en guarecerse de ellos. tas piezas, etc. Se usa el sustantivo dotación, pe
ro no el verbo dotar.
DOMINAR. Tener más elevación, ver y ba
tir de alto á bajo el interior de una obra de for DRACONARIO. Draconarius, de draco , dra-
tificación.—En algún autor clásico se encuentra conis, en latin. Lo mismo que dragonario.
con igual sentido sojuzgar, por ejemplo en Colo DRAGA. Util de trinchera que usa el zapa
ma: «Es Corbeil casi de forma triangular y está dor. Azadón con mango largo.
aislada en la manera dicha. Fuera fortísima pla
DRAGON. DRAGONES. Instituto del arma
za, si no la sojuzgaran dos montañuelas, de suer
de caballería que existió en España hasta el re
te que desde ellas se pueden batir en ruina to
glamento de I ." junio 1815, y continúa en otros
das las casas». (Guerr. de Flánd. lib. i.)
ejércitos, con la pretcnsión de hacer promiscua
DOMINICOS. Clonard (ffisí. org. T. I.) di mente servicio alternativo Á pié y Á caballo. El
ce textual: «Los Dominicos ó Fisealínos eran problema bien se ve que es importante bajo el
DRAG - 375 - DRAG
doble aspecto orgánico y táctico; pero la solu francés Brissac en 1580, ó el español duque de
ción nunca ha sido satisfactoria á pesar de rei Alba en 1570, ó el alemán Walhausen en 1616,
teradas tentativas. Parece imposible que sedes- ó el sueco Gustavo Adolfo en 1630, el inventor
conozca la Índole invariable de las dos armas, de los dragones; pero ántes conviene ponerse de
hasta el punto de querer formar una híbrida ó acuerdo sobre el «significado». ¿Son los drago
intermedia, que podrá acumular los defectos, nes infantería á caballo? pues la historia nos la
pero no las ventajas de las dos. Sorprende a pri muestra en los céleres de Rómulo, que usaban
mera vista que el genio, tan práctico, de Napo el caballo para «marchar con rapidez» y se
león l se haya detenido, según los autores, en apeaban para combatir en el cuipo de batalla;
esla puerilidad; poro la verdad histórica se re también los vemos en las tropas españolas auxi
duce á que intentó fomentar los dragones, cuan liares de Aníbal, haciendo rápidas marchas y
do en el campo di' Boulognc preparaba la inva maniobras Á la grupa. ¿Son los dragones caba
sión de Inglaterra. Nada, en efecto, más opor llería a pié1? En todas épocas en que un cuerpo
tuno y previsor que embarcar infantes dispues se desmonte (V. e. v.¡ pierda por cualquier cau
tos á transformarse en jinetes con los caballos sa SUS CABALLOS, SÍ tiene ARMAS DE PROYECCION, Se
que se encontrarían en la conquista. Y sin em le utilizará para combatir á pié: lo mismo al an
bargo, como si la lógica estuviese reñida con la tiguo vartiio con sus flechas, que al actual ca
milicia, de aquí se hace arrancar justamente la zador con su mosqueton. Se dirá que el dragón
decadencia y el descrédito de los dragones. Lo moderno es cabalmente el conjunto simultáneo
que hay de exacto en el fondo es que la caballe de ambos servicios: en ese caso, efectivamente,
ría ¡V. e. v.) como arma, tal cual hoy se entien la cuestión se complica y se pueden citar algu
de, sólo Federico II de l'rusia empezó á com nas fechas.
prenderla; y así puede asegurarse con cierta Para esto acudiremos á Ci.onard ¡Hist. org.
exactitud que en los tiempos anteriores, singu T. IV. pág. 176) que, después de varias citas, di
larmente en los de la propagación déla pólvora, ce: «El primer cuerpo conocido entre nosotros
los dragones eran excelentes. Indudablemente, con esta nueva denominación, fué el que, por
puesto que la mayor parle de los cuerpos de ca mandato de su soberano, formó Don Pedro de la
ballería en el fondo eran dragones. ¿Qué otro Puente, en Inspruck el año de 1635. Constaba
nombre puede darse á los rettres, á los arcabu este regimiento de ochocientas plazas. — En
ceros y mosqueteros á carallo, á los carabinos y 1638, que es uno de los períodos en que se hi
herreruelos"? Tan poderoso es el influjo de las cieron mayores esfuerzos para mejorar las bases
palabras que muchas cuestiones se ahogan en de la organización del ejército, se dispuso que
ellas durante siglos. Dad al jinete un arma de en Vitoria se formasen tres compañías de dra
fuego con largo alcance y se balírá de lejos á ti gones adoptándose exclusivamente esta denomi
ros; y cuando deje su caballo en la cuadra ó á nación, y confirióse el titulo de Gobernador ge
cargo de otro que se lo guarde, defenderá un neral del arma mixta á Don Pedro de Santa Ce
parapeto y una muralla; dejadle la lanza ó el cilia, quien marchó con dichas compañías á Ca
sable sólo, y forzosamente tendrá que cargar en taluña, donde prestó muchos y muy relevantes
campo raso á los aires violentos. Un escuadrón servicios. En el Milanés, á que fue destinado
de nuestros actuales cazadores ó de guardia civil el regimiento del coronel La Puente, se creó
es en rigor de dragones, en cuanto puede serlo otro de igual fuerza por el coronel Bataglia en el
para un lance dado, momentáneo y excepcional; año de 1610. Tan ventajosos eran los resultados
pero pensar que un cuerpo de verdadera caba que iban dando nuestros dragones, que á prin
llería haya de transformarse en dragones, como cipios de dicho año fué llamado Santa Cecilia á
ántes se quería, sólo por darle ese nombre y un Madrid, con objeto de aumentar los de la penín
fusil de infantería con bayoneta, tambores y sula hasta mil plazas y de formar con ellas un
pífanos, es desencajai las cosas y entretenerse tercio ó coronelía, y llevóse á cabo esta idea, ar
con visiones de organización. Ocioso es referir mando á los jinetes de arcabuz, pedreñal con
todo lo que se ha escrito y reglamentado sobre piquete y mazo en el arzón.—En nuestros ejér
esta cuestión, al parecer de sentido común. La citos de Jos Países Bajos no se conocieron los
obstinación de enredarse en los detalles, sin ve dragones hasta 1 673. En este tiempo el conde de
nir al fondo, ó, como hoy decimos, á la filosofía Monterey, gobernador de estos estados, hizo un
de las cosas, produce ese laberinto histórico en ensayo de esta institución, de órden de su sobe
que es por cierto enojoso penetrar. rano, formando una compañía de arcabuceros-
Los autores discuten gravemente si fué el dragones. El resultado de este ensayo no pudo
DRAG - 376 - DRAG
ser más lisonjero. La nueva compañía prestó tro del campo de la Liga con 6.000 caballos
grandes servicios en la campaña del propio franceses, añadiendo 2.000 soldados montados
año, distinguiéndose sobre todo en la acción en malos rocines, los cuales, según la ocasión
que tuvo lugar entre Brujas y Bruselas. Asi que pide, saltando de ellos pelean con mosquetes y
S. M. informado favorablemente por el conde de con nuevo vocablo se llaman, como en otra par
Monterey, ordenó inmedialamente la formación le dijimos, Dragones». Y Don Carlos Coloma
de un tercio de mil y cien plazas que se verifi (Guerr. de Flánd. lib. 5.): «Fué toda diligencia
có en Bruselas en marzo de 1674 bajo la direc perdida; porque el principe de Bearne ¡Enrique
ción del maestre de campo barón de Verloó. En IV) no era creíble que había de chocar con tan
1676 fué organizado otro en Bruselas por el gallardo ejército (el de la Liga) acompañado de
maestre decampo Don Nicolás Hartmand». sola caballería, aunque en número y en bondad
Clonard, sin embargo, encuentra también la mejor que había juntado hasta entonces; el
una perfecta «identidad» entre el dragos y el cual brevemente se halló demasiadamente empe
antiguo arcabucero Á caballo y dice que los cel ñado con su vanguardia, en que habia seiscien
tíberos eran verdaderos dragones. Y el inteli tos caballos y trescientos dragonfs que, como
gente historiador, si fuese más dado á exponer se ha dicho, son mosqueteros en rocines apare
con crítica los hechos, hubiera añadido que en jados á apearse en la ocasión y defender pronta
España se remedaba malamente lo que en Fran mente un paso haciendo oficio de infantes».
cia tuvo su razón de ser. Sabida es la inferiori El resultado de todo es que los dragones han
dad de Francia y la superioridad de España en existido como «nombre», pero no como «cosa»:
infantería durante todo el siglo XVI, sucedien asi como en nuestros tiempos hemos visto cora
do al revés con la caballería. Esta, compuesta ceros sin coraza, y regimientos llamados de in
en general de la fogosa aristocracia francesa, fantería ó de caballería ligera, solamente por e1
reunía sus ventajas y defectos geniales: ardien color de los vivos del uniforme.
te, incontrastable en el choque, pero suelta, in Cuando se lee que en Francia se creó en
disciplinada, allegadiza, incapaz de tesón y per 1688 un coronel general de dragones, se debe
severancia; inhábil para largas maniobras y mo observar que era Lauzun, personaje en favor,
vimientos; inútil para la guerra de sitios y que viéndose desairado con dos solos regimien
posiciones, entonces usada. Aquella orgullosa ca tos, usó de aquel para fomentar el instituto y
ballería conoció, á fuerza de escarmientos, que darse más importancia personal. Este incidente
le era necesario el abrigo y calor de la infantería que Laroche-Aymon cita (Ann. des arm. 1836)
con su terrible arma de fuego. Pero ¿cómo hacer revela que hasta en las cosas más sérias, como
seguir á esta arma, más pesada entonces que lo es cuanto se refiere á organización militar, pe
ahora, el rápido marchar de los caballos? La netra el espíritu de favoritismo, de imitación y
idea, sea de Brisac ó de quien fuere, es obvia. de moda. Quizá el ilustre autor español, que he
Montar á los arcabuceros y mosqueteros en ma mos citado, omitiese esta reflexión al sentar la
los caballejos y rocines de vil precio, que pu razón de que eran «tan ventajosos los resultados
diesen «abandonarse y perderse sin gran senti que iban dando nuestros dragones hácia 1640».
miento en el campo de batalla». Cuando Ale Justamente en aquellos tiempos infaustos se
jandro Farnesio en 1590 y 92 invadió la Fran entró por nuestra sesuda España la peste de los
cia para sostener los intereses de la Liga, ó me arbitristas y reformadores, de los proyectistas
jor dicho los de Felipe II, la necesidad táctica papeleros y superficiales, de los jesuítas ingenie
vino á ser más apremiante, teniendo que ha ros y cuartel-maestres; cuando la monarquía se
bérselas Enrique IV y su brava .nobleza con cuarteaba por todas partes, una raza de enanos
la terrible infantería de Flándes, certera en el creía reforzarla por tapar alguna grieta, y logra
fuego, rápida en la marcha, suelta y puntual en ba que no se oyesen los crujidos en medio de su
la maniobra, incansable y perita en atrincherar vocerío discordante; pero el peso obraba, y la
se. Por eso todos los historiadores civiles llaman mole que apenas sostuvieron los hombros de
en esta época la atención hácia esa nueva clase Cárlos V y Felipe II aplastó á sus enervados su
de caballería improvisada y mixta con el singu cesores. Nunca fué más activo el espíritu minu
lar nombre de dragones. En todos nuestros his cioso de reforma y de nomenclatura que en tiem
toriadores de Flándes se encuentran alusiones y po de ese Augústulo español que se llama Cár
datos precisos. Por ejemplo, en Famiano Estra los II. Entónces la falta de los buenos arcabuce
da (Traduce. Novar, déc. 3. lib. 3.) « y de ros á pie y á caballo de Pescara, de Alba, y de
terminó salir (Enrique IV) de presto al encuen Farnesio, se cubría con dar nombres de herré
DRAG - 377 - DRON
RUBLOS, de CARAIINOS, do DRAGONES á CUERPOS qUC los, el tejido, el color. En 1792 se reconoció que
generalmente no existían más que en el papel. era incómoda y que manchaba el calzón blanco,
En el siglo pasado los dragones, con sus ine por lo que se guardó la dragona de oro para gala
vitables fueros y privilegios, ocupaban su lugar quedando de hilo para diario; pero esta se en
en lista como la infantería italiana ó walona ó suciaba pronto y, como todo lo blanco fué pros
irlandesa (que se reclutaba en Castilla) , como crito, la dragona cayó; se levantó con el imperio,
otras muchas exterioridades ceremoniosas que pero definitivamente en 1812 quedó suprimida
entonces constituían lo que se llamaba el arte en el ejército francés. Creemos que no vale la
militar. pena seguir las «vicisitudes» que la dragona ha
Por lo demás la cuestión queda intacta para ya tenido en el ejército español.
ulteriores soluciones. Esto de tener al mismo DRAGONADA. Algunos llaman así al toque
precio soldados de Á pie y de á caballo seducirá de caja peculiar á los dragones, que otros dicen
á los espíritus Cándidos, que todavía bajo la voz dragona.—Aunque nada tenga que ver España
de milicia provincial ó nacional perseveran en (tan calumniada por su Inquisición) con las céle
tener buen ejército sin que cueste dinero. bres dragonadas de Luis XIV, recordaremos que
este roi soleil, como decian sus felices vasallos,
DRAGONA. No es fácil, ni tampoco intere
sante, fijar bien este significado. El P. Terreros envió unos regimientos de dragones, para que
¡1786) da tres en su Dice: «Dragona llaman los «convirtiesen á los protestantes» alojándose en
peluqueros á la trenza de pelo que cae hácia la sus casas y tratándolos como se puede presumir.
espalda.—La cinta ó cordón que se ponen en el Los mismos franceses, con su habitual donaire,
hombro algunos de los que traen librea, como llamaron á esta singular predicación la misión
parte de ella.—Cierto toque de tambor propio de bottée, por las enormes botas que á la sazón lle
los soldados dragones».— Felipe V, al prohibir, vaban los dragones (V. e. v.) sin duda para estar
en 4 enero 1728, los bordados del uniforme, deja más sueltos en el ejercicio Á pié.
una sola dragona de galón de plata. Pero tam DRAGONARIO ó DRACONARIO. En la
bién se llamaba así recientemente á ias charre milicia romana y bizantina, el abanderado ó signí
teras de estambre, usadas por los soldados de fero que llevaba un dragón por enseña. Este fa
compañías ó cuerpos de preferencia. La real ór- buloso animal ha sido excesivamente favorecido-
den de 20 setiembre 1844 suprimiendo las jine Vegecio lo toma por bandera: Papilionis tendunt,
tas de los sargentos empieza: «Desde que en el dracones et signo conslituunt» . (lib. 3. cap. 23).
arma de infantería se adopto el uso de charrete DRAGONCILLO. En la primitiva artillería
ras de estambre para las compañías de prefe habia dragones y dragoncillos: como áspides, ge
rencia » Pero en muchas circulares de la rifaltes, basiliscos, etc. (V. Cañón, artillería).
Dirección de infantería se llaman dragonas: por
ejemplo, en la de 16 setiembre 1 8 49: «No sien DRAGONEAR. Suele usarse este verbo fa
do bastantes dos pares de dragonas asignadas á miliar, procedente de Ayudante dragón (V. e. v.)
las dos casaquillas que el soldado necesita....)) para decir, que accidental ó interinamente se
Queda, pues, en pié la duda.—Dice. Acad. 5 da: ejercen funciones de empleo superior. Un capitán
«Señal, divisa comunmente de oro ó plata, que dragonea de comandante, le suple por ausencia.
asegurada al hombro cuelga sobre el brazo».—
DRONGARIO. Denominación que en la mili
La Enciclopedia de Mellado entra en conjeturas,
cia bizantina sustituyó al antiguo quiliarca óchi-
que remontan hasta el emperador Segismundo y
bajan hasta las célebres dragonadas (V. e. v.) de liarca griego. Mientras unos asimilan esta gerar-
quia al tribuno romano, ó á nuestro moderno
Luis XIV: el empeño es buscar algo relacionado
con dragón. Pero como la palabra y la cosa son coronel; otros quieren que el drungarius vigilia;
francesas, nadie mejor que Bardin puede dar ra tuviese por funciones establecer las centinelas
en el palacio imperial.
zón, y según él la dragona se reduce buenamen
te al cordón del puño de la espada que los oficiales DRONGO. Cuerpo táctico de caballería, se
que frecuentaban la córte de Versalles en traje gún algunos, en la milicia bizantina, compuesto
de paisano, adoptaron de hilo de oro, como dis por la agregación de cinco tagmas y que se ele
tintivo, para no confundirse con el estado civil, vaba á unos 2000 caballos. —Dice. Terreros lla
que llevaba un nudo de cinta. De la córte pasó ma drungo á un cuerpo de tropas romanas. Y efec
la moda al ejército, y el ministerio la sancionó. tivamente drungus se ve en los escritores tácti
Los reglamentos de 1767 y 1779 fijaron los hi cos hasta el emperador León que clasifica los
48
DROS — 378 — DUEL
grados: almperator, Merarchw, Drungarii, Comi- revela también un fondo de dignidad personal, ó
tis, Centuriones Decani, Quinlani, Quartani». como ahora diriamos, de autonomía, que vino
DROSARTÍA. En algunos historiadores de en las razas germánicas á constituir luego el
feudalismo. El uso del duelo como resorte judi
Flandes suele encontrarse esta voz, por ejemplo
en Coloma (lib. 1): «A estos disgustos y cuidados cial es hoy inconcebible á nuestros ojos civili
zados: y justo es advertir que entre nuestros
se le añadió al coronel Verdugo el agravio de
godos, así como el feudalismo no llegó á tomar la
dar el duque (de Parma) al barón de Chasé la
drosartia de Línguen, con patente de goberna forma gerivrquica y dura de los países del norte,
dor de la villa, castillo y país; todo contra la au asi tampoco el duelo se incarnó con tanta fre
toridad de su cargo». Este título, que proviene cuencia y barbarie. De todos modos, en lo im
del drost holandés, expresa autoridad sobre un perfecto de aquellas sociedades no es extraño
que, agotados los medios de averiguación, ape
distrito ó bailia, que administraba justicia en
lasen al juicio de Dios, á la intervención de la
nombre del señor territorial.
divinidad.
DUALISMO. En la enconada y estéril con Lo singular es que desde que algunos albo
tienda, que por muchos años han traído las ar res de civilización principiaron á iluminar el te
mas GENERALES C0I1 IOS CUERPOS FACULTATIVOS, CStB nebroso caos de la edad media, la legislación de
palabra latina (dualis, dual, de dos; quedó con todos los países se esfuerza en estírpar el duelo
sagrada para expresar la aptitud de los últimos sin poder conseguirlo jamás. Las Leyes de Par
a obtener empleos superiores. tida, el Ordenamiento de Alcalá, recomiendan la
paz y concordia á los Hjosdalgo y legalizan y re
DUELISTA. El que se precia de saber y ob
glamentan el duelo, fijando plazos y condiciones
servar las leyes del duelo (V. c. v.). —Más co
que lo eviten en lo posible. «Torno vos amistad
mún el camorrista, matón y perdona vidas.
[Ijeg 2. tit. 11 . part. 7 e desafio vos por tal des
DUELO. Del latín iluellum, de donde provie honra ó tnerlo ó daño que fícistes á mi, o á fu
ne be.llum, guerra. Los romanos contraían duis en lano mi pariente, porque he razón de lo acalo-
bis, duidens en bidens y el mismo Cicerón dice: ñar etc.» Aquí ya se ven personas interpuestas
mAntigui nomina contrahebant, quod essent ap- ó padrinos, plazo de nueve dias para la delibera
liora, ut duellum bellum». En general, batalla ó ción, condiciones en fin preliminares de desafio
combate singular entre dos, cuatro ó pocas más ó riepto que podían alejar ó eludir el duelo ó
personas. Es evidente que entre los primeros combate.
pobladores de la tierra la guerra tendría el ca El reto ó riepto, cuya etimología es del latín
rácter de duelo, y que desde muy antiguo nace repelo, según las Partidas, ó de rectum, derecho,
ría la idea entre los grupos ó tribus que hubie según Ducange, era un acto solemne de acusa
sen de chocar, de ventilar sus dificultades por ción «ante el rey é por corte é non ante rico-ho-
medio del combate singular entre dos delegados. me, nin merino, nin otro oficial del reino» -l^ey
La historia sagrada nos da el ejemplo en el com 2. tit. 3. part. 7) porque sólo el rey podía dar
bate de David con Goliat; las de Grecia y Roma por libre al retado de lu imputación que se le
en el de Héctor y Aquiles, el de Turno y Eneas, hacia de alevoso ó traidor, únicas causas que
el de los Horacios y Curiados: y la de nuestra podían ocasionar el reto. Aquellas leyes regula
España (TitoLivio. lib. 28. cap. 21) en el de los rizan menudamente todos losados y ceremonias
dos régulos Corbis y Orsua, que disputaron con del reto, que no siempre tenia por desenlace el
la espada el dominio de la ciudad de Ibe en las combate, á menos que el retado lo quisiere. «Ca
célebres exequias que celebró en Cartagena Es- el rey, nin su corte non ha de mandar lidiar por
cipion por Cneo y Publio su padre y tío. riepto, fueras ende si el reptado se pagase de li
En la invasión de los bárbaros, y en todo el dian). [Ley 4 y 8. tit. 3. part. 7).
nebuloso período de la edad media, el duelo va En muchas partes era costumbre consignar
rió de carácter y hasta de nombre, llamándose en manos del juez cierta cantidad que se llama
desafio, del latín bárbaro deffidamentum, de def- ba radios, es decir, fianza, del latin vas que se
ftdare, a fide def/icere, ó el de riepto ó reto. corrompió en gagios ó gajes, viniendo quizá á
Aquí ya el combate es puramente personal para significar aprovechamiento, obvención; porque
lavar una injuria, ó poner fin á un pleito, ó pro muchas veces quedaban en beneficio de los jue
bar judicialmente un suceso oculto, ó coger sim ces. El gaje de batalla era el guante, ú otra pren
plemente lauros de gloria y destreza. Participa da, que el retado recogía ó levantaba en señal de
de la bárbara rudeza de aquellos tiempos; pero aceptación del combate.
DUEL - 379 - DUQU
Puesto que el duelo, reto ó desafio era una en fin, el del famoso valido Don Beltran de
institución feudal, conveniente y hasta necesa la Cueva, en los bosques del Pardo en 1459, pa
ria en aquel régimen; no habiéndose arraigado ra celebrar la venida de un embajador del du
este en España con la fuerza que entre los pue que de Bretaña, cuya importancia puede gra
blos verdaderamente germánicos, no podia tener duarse por el hecho do haber perpetuado su me
la importancia, la amplitud, la solemnidad que moria el desdichado monarca, fundando «un
entre los francos y lombardos. Las crónicas re monasterio de San Gerónimo», llamado del paso,
gistran algún caso en que con prolija minucio que fué posteriormente trasladado al sitio que
sidad refieren el ceremonioso aparato, y en hoy ocupa en Madrid.
Sandoval y Uitarroz puede verse el celebrado en Lo singular es el empeño tenaz de los juris
Valladolid, ante Carlos V, á 29 diciembre 1522, consultos, de los canonistas, de los reyes en con
entre los dos caballeros aragoneses Don Pedro de denar una costumbre innata en la humanidad.
Torrellas y Don Gerónimo de Ansa. El hecho de Son innumerables las pramágticas que desde el
haber compuesto un libro sobre estas ceremo tiempo de nuestra reconstitución social, es de
nias el rey de Aragón Don Pedro IV, llamado cir, desde los Reyes Católicos (1480) se han ful
quizá por ello el Ceremonioso, prueba cuanto minado contra el duelo. La de 16 de enero de
más arraigado estaba en aquel reino, que en 1716, renovada por Fernando VI en 9 mayo 1757,
Castilla, el sistema feudal. vuelta á renovar en nuestra ordenanza vigente
Mirándolo bien, repetimos que estas solem de 1768, se creyó que cortaría de raiz el malí
nidades y ceremonias venían á despojar al duelo porque, recargando más las penas anteriores,
de su verdadera barbarie, que es el desenlace tuvo la peregrina idea de declarar infames no
sangriento. Asi se ve pelear tres dias á Ruy Paez sólo á los actores, sino ¿ los padrinos y á los que
de Viedma con Payo Rodríguez de Avila, ante llevasen el cartel de manera que «perdían el
Alonso VI en Jerez, sin conseguir ventaja, y de honor» los que cabalmente exageraban su guar
clarados por «buenos caballeros»; y respecto á da. A tales desvarios conduce la manía de legis
desafíos entre reyes, como el de Don Fernando el lar. Más recto, aunque en definitiva no más útil ^
Católico y el rey de Portugal en Toro; ó el de Cár- es mitigar ó suavizar algo el defecto que no pue
los V y Francisco I, inútil es recordar que no de corregirse, con evasivas ó términos medios,
pasaron de carteles, heraldos y baladronadas. como los trirunales de honor de Prusia, que den
En todos tiempos el apego á la vida ha debido siquiera tiempo á que la sangre se refresque con
ser mayor en aquellos que la pasan bien; y la largo palabreo y fórmulas parlamentarias.
invención de los campeones ó delegados que ve
mos usar á valientes, como el Cid contra los DUNAS. Médanos ó dunas son montecillos de
arena levantados en torbellino por los vientos y
condes de Carrion, ó como Pescara en 1521 con
depositados primero en la orilla del mar, desde
tra el conde de Potenza, prueba que se eludía,
donde van invadiendo las tierras bajas contiguas
cuando era posible, esa bárbara ley que libra
y esterilizándolas, si la mano del hombre no las
nada menos que el honor al éxito azaroso del
detiene con plantaciones oportunas. Es voz que
COMBATE.
ya usa y explica así Don Bernardino de Mendoza
En los tiempos realmente carallerkscos de
en sus Comentarios (1592. lib. 5. fól. 117 vto.)
Don Juan II de Castilla, con el exagerado culto á
las armas y al amor, el duelo tomó la forma ga con cuya autoridad lo inserta Dice. Acad. 1 .
lante y esplendorosa de las empresas, requestas DUQUE. Del latin dux ó ductor, de ducere,
ó pasos honrosos. Este era ya el exceso de la ar guiar, capitanear, acaudillar. En la milicia goda,
rogancia, ó de la confianza en su destreza y va empleo y dignidad gerárquica, puramente mili
lor, empleado generalmente en rendido obse tar, reconocida en general como superior á la de
quio de una dama. La crónica relata la famosa Conde (V. e. v. y Marqués).—Citemos algunos
mpíesa que en 1 445 trajo á Valladolid el bor- textos que ilustren, ya que no aclaren la mate
goñon micer Jaques de Lalain, cantada luego en ria. Savigni (T. 1. pág. 234) asigna el mismo
sonoras y numerosas Quintillas por Moratin; la rango al duque que al conde y no ve más que dos
que Juan de Merlo llevó á su vez á Alemania; nombres para una dignidad misma: el primero
el célebre paso honroso del puente de Orbigo, en paz y el segundo en guerra. Lembke prueba lo
sostenido por Suero de Quiñones en 1434; el de contrario con citas satisfactorias. Mariana afir
Ruiz Diaz de Mendoza en Valladolid, en 1440, ma, con su ordinaria ligereza, que el conde era
con diez y nueve caballos; el de Diego de | gobernador de una provincia, y el duque, sólo de
Yalera en Borgoña con el Señor de Charni, I una ciudad. El error puede provenir de encon
DUQU _ 38o - DURM
trarse alguna vez Duque de Mérida, Duque de (V. Pancirdi. Nota imp. orient. cap. 139) la
Clermont, etc. pero esto es que se tomaba la dignidad no se trasmitía, ni se lee que entre los
capital por la provincia ó distrito. godos se heredase como lo reconoció Ambrosio
Duque, según Rosseeuw (Hist. dl Esp. T. I. Morales (T. XII. 64) que dijo: «en la historia de
pág. 346) era gobernador de provincia. Y como ios godos, Duque de Mérida, Duque de Cartage
estas, seis en número. Esta dignidad no era he na, Duque de Cantabria, etc., quiere decir Capi
reditaria, ni aún vitalicia, sino revocable á gus tán general en aquella frontera ó provincia» y
to del rey y conferia simultáneamente los tres en otra parte (T. XII. 31): «verdaderamente un
poderes militar, civil y judicial, que nunca se duque de esos era como un visorey de ahora».
separaban en las antiguas razas germánicas. El Nada acredita que los duques tuviesen sobe
duque podía unir á su titulo el de conde, si ocu ranía, ni señorío siquiera, aunque si muchas
paba una dignidad en la córte [comes regís). prerogativas y facultades; y también es infun
La ley 16, tit. 9. part. 2. dice: «En algunas dado pretender que entre todos los duques de Es
tierras los llaman Duques; que quiere tanto de paña, sólo los de Cantabria fueron soberanos é
cir como Cabdillos, que aducen las huestes y independientes. Los duques de Cantabria fueron
estos nomes usaron en España hasta que se per simples jefes de provincia, sometidos como to
dió y la ganaron los moros». La ley 11. tit. 4. dos los demás al soberano; esta dignidad no era
part. 2. dice: «Son los Duques cabdillos y guia hereditaria y Pedro, ultimo duque, había sido
dores de las huestes, y por ser este oficio tan nombrado tal ántes de la ruina del imperio godo.
honrado, los Emperadores dieron á los que les La ley 16. tit. 9. Partida 2. dice harto cla
tenían tierras que llamaron Ducados». ramente que desde la invasión de los árabes no
«Nuestros godos, verdaderas Monas (sic) en hubo más que duques. Si Favila fué Duque de
todo de los Emperadores, también tuvieron Du Cantabria y Pelayo también ¿cómo al mismo
ques, como de Cantabria, Cartagena, Mérida, tiempo que este último vivía, era Duque de Can
Narbona, Lusitania». (Villamil). tabria, Pedro, padre de Alonso el Católico'? ¿có
Desde la invasión de los moros ya no hay mo no pasó á Favila la sucesión de aquel duca
duques, sino muy raros, y siempre en sentido de do? ¿Porqué el mismo Don Alonso, hijo del últi
caudillos, hasta Don Enrique II que hizo duque mo duque, no suena jamás con este título, ni
de Benavente, á uno de sus hijos, que por revol ántes, ni después de ser elejido rey? ¿Cómo Pe-
toso murió preso en el castillo de Almodovar, ex layo, si era Duque de Cantabria, no toma, ya
tinguiéndose en el dia su titulo. «Quizá, dice elegido Rey, su título de esta su región here
el mismo Salazar (Dignidad, seg. de Cast. pág. ditaria?
297) ántes que este Don Fadrique deba contarse DURACION de un sitio es naturalmente el
como Duque de Molina y de Soria al célebre Bel- tiempo que media desde que se abre la trinche
tran Duguesclin; pero como al año siguiente de ra hasta que se rinde la plaza; pero duración
1375 lo renunció en el rey por 240.000 doblas, probable llaman los ingenieros á la que ellos, por
parece el indicado el más antiguo». sus reglas, calculan ántes de emprender el ata
Añadiremos, á riesgo de ser prolijos, lo que que. Ordinariamente no sale fallido el cálculo;
dice Villamil, en Mem. Hist. Esp. T. II, pág. pero al frente de Zaragoza ó Gerona lo más cuer
421: «Muchos pretenden que los Duques godos do es no hacerlo.—Duración del vestuario ó ar
eran soberanos, y con más insistencia se sostie mamento no expresa el tiempo que tarda en inu
ne esta pretensión respecto de los que goberna tilizarse materialmente, sino el que determinan
ban la provincia llamada Cantabria. Es positivo lOS REGLAMENTOS.
que los godos en esto, como en otras muchas co
sas, imitaron á los romanos,- pero entre estos DUREZA. Aspereza, tenacidad, excesiva ri
mismos los duques no eran más que los capita gidez de carácter.
nes de las provincias. DURINDANA. Puesto que citamos la Tizona
Los duques godos tenían jurisdicción sobre sus
y la Colada del Cid, citemos por deber de corte
ciudades (según Ducange, art. Dux) las cuales sía, esta célebre espada de Rolando ó Roldan,
solían ser gobernadas por condes, que á la juris que abrió de un tajo en los Pirineos la pintores
dicción militar unian la facultad de juzgar, como ca brecua ó roquete que conserva su nombre.
consta por varias leyes del Fuero-Juzgo (ley 17 (V. Balisarda).
y la 26 tít. 1., lib. 2. y la 6. tit. 5 lib. i etc.)
y aunque entre los romanos los duques, á dife DURMIENTE. En general todo madero grue
rencia de otros magistrados, eran perpetuos so que sirve de apoyo, colocado horizontalmcn
DURO - 38i - DURO
te. Técnico en las explanadas de baterías, el que es el jefe áspero, desabrido, desapacible, terco,
se entierra un poco para recibir encima los ta cruel.—Duro de boca es el caballo pesado á la
blones. «ano, indócil al bocado.—Duro de trote, cuando
en este aire incomoda al jinete, haciéndole sal
DURO. Este adjetivo, aplicado metafórica tar sobre la silla.—familiarmente se llama «du
mente á tropas ó al hombre de guerra, es un elo ro de pelar» al enemigo vigilante, tenaz, inque
gio respecto á lo físico. Quiere decir recio, ro brantable.—Duros son, en general, todos los
busto, resistente a la fatiga.—Duro de carácter trances de la guerra.
ECONÓMICO. La palabra economía es griega económico interior gobierno....» (art. 6, tit. 16,
y compuesta de oikos, casa y nomos, regla, es trat. 'i) en el dia está sustituido por administra
decir, significaba en su origen orden ó arreglo tivo en unos ramos, por disciplinario en otros.
doméstico. Luego vino la voz administración, y No hay más que repasar el segundo artículo ci
economía quedó significando parsimonia, alior- tado para ver que el interior económico gobierno
ro, escasez, l'ero hoy economía, añadiéndole comprende entretenimiento, régimen, instruc
el adjetivo política, se ha elevado á la altura de ción, policía, regularidad, buen orden.
ciencia, y los economistas amenazan tragarse la ECUESTRE. Este adjetivo latino, aunque
administración, el gobierno, la política y el Es deriva de equus, caballo, no es técnico en caba
tado entero. Por una serie de inducciones, la es llería, ni en la milicia, como tampoco lo es su
cuela economista ha venido é ponerse casi en opuesto pedestre. Se dice en la conversación es
frente del estado militar ó milicia de todos los tatua, ejercicio, órden ecuestre; pero militar
países. En nombre de los principios y de las mente hay que decir a caballo, á pie. Una tro
soluciones economistas se pide la supresión de pa de caballería hace ejercicio de los dos modos:
los ejércitos permanentes, y, lo que es mucho la artillería tiene institutos de ambas clases-
más recomendable, la supresión de las guerras, Un soldado de caballería que pierde su caballo,
que en adelanto serán sustituidas por exposicio no por eso queda Á pié, sino desmontado. Esc
nes universales de industria. Una escuela ó frac soldado, a) bajarse de su caballo, no desmonta:
ción política avanzada esconde á veces su roja ECHA PIE Á TIERRA.
bandera bajo el amplio y pacifico pabellón eco
nomista. Todo esto contribuye a que el militar EDAD. Del latin tetes. La edad es uno de los
no deba dejar pasar sin examen algunos teore principales elementos en las graves cuestiones
mas economistas, por lo mismo que afectan cier de ORGANIZACION, REEMPLAZO, ASCENSO V RETIRO
ta candidez teórica y alejamiento ó desden, más (V. e. v.).—El retiro forzoso por edad en Fran
bien que oposición á lo militar. —Por lo demás cia data de INI5 en ley escrita.—Bardin quiere
bajo el punto de vista técnico, el adjetivo econó que se llame apómaca esta edad de aptitud al
mico que la Ordenanza usa, ya aplicado al servi retiro, porque entre los griegos significaba li
cio: «El económico servicio de subalternos...... brarse del servicio y volver á la vida civil.
(art. i\, tit. 6, trat. 2.) ya al gobierno: «En e1 EDECAN. En los Diccionarios militares je
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Moretti, de Hevia y en varios libros también mi mar y volver armar el fusil, con la lectura pe
litares, se ve impresa con toda formalidad esta riódica de algunos artículos de leyes penales pa
peregrina voz, como técnica y sinónima de ayu ra la tropa, constituyen el alimento habitual
dante de campo. No es galicismo: es simplemen ofrecido á la actividad moral c intelectual del
te francés, escrito como suena o se pronuncia; conjunto regimental. Nada digo de esas escuelas
aide-de-camp. Vale tanto como llamar al som instituidas para los sargentos y soldados verda
brero chapó, de chapean. Esto seria tolerable, y dera engañifa [trompe l'wil) en donde todo es
quizá plausible, en los tiempos de Felipe V, el casi artificial, escepto en leer y escribir para los
Animoso, cuando estaba de moda no ser espa que no saben. Estas escuelas sólo dan lugar á
ñol.—El Dice. Acad. S (4847) tuvo la debilidad exigencias y embarazos que disgustan del estu
de admitir esta voz; pero el P. Terreros (4786), dio á las clases de tropa y entibian el espíritu
sin sancionar tamaña aberración, ó quizá no pre militar. Los mencionados arriba como estudios
sumiéndola, trae inocentemente edecán, por militares teóricos, son útiles indudablemente,
oficial antiguo que mandaba diez hombres, del indispensables, si se quiere; pero de una espe
latin decanus, decurio, y da por equivalente cialidad estéril y que de ningún modo bastan pa
francés dúrainier ó dizamier. Es falso, pero si ra preparar los ejércitos á los grandes deberes, á
quiera es más respetuoso. los grandes esfuerzos que les esperan en la guer
ra. Yo quisiera que para alcanzar este último
EDUCACION. Voz puramente latina, educa- objeto, tan considerable, se abriese una alta en
tio. Ordinariamente se confunde la educación señanza á la oficialidad por los mismos genera
militar con la instrucción'; pero fácil es demos les que la mandan, en conferencias donde se
trar que esta última es solamente parte, aunque desarrollasen principios deducidos de la expe
muy principal, de aquella. La extensión, qui riencia de la guerra. Estos principios son en
zá desmesurada, que liemos dado al art. Ins corto número; sacados de la observación atenta
trucción (V. e. v.) nos releva de entrar aqui en de las impresiones y de las pasiones muchas ve
largas explicaciones, y sólo transcribiremos las ces irresistibles, que se apoderan de las masas
que oportunamente da un general francés, en la en medio de los sufrimientos de la guerra, en
obra que le ha hecho célebre. medio de sus tentaciones y sobre todo en la gran
«Toda mi teoría respecto al sistema de edu crisis del combate, tienen un carácter conmo
cación reposa sobre la experiencia y la convic vedor, eficacísimo para escitar el interés de un
ción que tengo, de que el espíritu de las masas auditorio militar. Allí aprenderían nuestros ofi
organizadas gerárquicamenle se forma por las ciales el papel decisivo que representa en la
lecciones y por los ejemplos de los hombres que guerra el estado moral de las tropas; cómo se
las conducen l'odria multiplicar los ejemplos adquiere ese estado moral; cómo se conserva,
que demostrarían la oportunidad para el ejérci estimula y desarrolla, y también cómo se pier
to francés de una educación mejor concebida, de. Sabrían que la disciplina, la obediencia á la
más varonil, más verdadera, sobre todo más ordenanza, el respecto á la propiedad y á las
completa que la que recibe. Tendría efectos más personas, á los usos costumbres del país, 6 la
considerables por el hecho mismo de ser nues religión, á los templos etc. principios que hacen
tros oficiales y soldados más inteligentes, más que los ejércitos tengan el respeto de si mis
impresionables; por estar más ligados entre sí mos, son los más importantes elementos de es
con hábitos de confraternidad militar, que no te equilibrio moral. Establecidos estos princi
son tan íntimos en otros ejércitos; en fin por for pios de dirección, podían seguir los principios
mar un todo que no es meramente un instru de ejecución, comprobando la estrecha ligazón
mento, como muchos creen, sino un todo que entre unos y otros Los oficiales, conver
tiene un espíritu, un alma. Este espíritu y esta tidos á estas doctrinas directivas de la acción
alma están abiertas á todas las doctrinas pro militar, las irían introduciendo por el contacto
fesionales de un orden elevado que se les qui y el roce cuotidiano en el espíritu del cuadro; y
siese imbuir. Pero no nos cuidamos en lo más del cuadro á su vez, se introduciría por los mis
mínimo de semejante enseñanza. Si un regi mos medios en el espíritu de la tropa; y poco á
miento está reunido por completo en alguna poco, por efecto de esta trasmisión cuyo éxito
parte, los reglamentos de servicio interior, de he podido comprobar más de una vez, la masa
servicio de campaña, de maniobras, de tiro, de entera quedaría penetrada. En este estado, tan
contabilidad para los oficiales; la teoría de em to la constitución moral como la instrucción
paque y entretenimiento de efectos, de desar práctica de un ejército á la proximidad de una
EDTJC - 38i - EDUG
guerra, nada dejarían que desear. Si al abrir las litar se satíLface con leer mucho, pero sin que
operaciones, los primeros choques eran felices, obre maduramente su criterio, se creerá muy
condición siempre del mayor interés, las tropas, instruido, mas no sera otra cosa que un frivolo
llenas de confianza en los jefes que asi las ha erudito y un mal aplicador de los buenos prin
bían preparado, llenas de confianza en st mis cipios. Además, debe acompañar á la teoría la
mas, conservarían una solidez notable en el res práctica; y para esto son precisos los campos de
to de la campaña. Asi se practicaría con prove grandes maniobras. Allí se preparan al ejercicio
cho del ejercito francés, cuyo efectivo no habia de la guerra las distintas clases de la milicia,
necesidad de exajerar, aquel aforismo lleno de instruyéndose del auxilio que mutuamente se
cordura y de verdad de Miguel Montaigne, que prestan las diferentes armas é institutos, y fa
dice: «no es precisamente el número de hom miliarizándose las tropas con los episodios, que
bres, sino el número de buenos hombres, el que pueden ser fingidos, de cuantos ofrece una cam
da ventajas en la guerra: lo que sobra sirve paña. En ellos reciben ciertas fuerzas la instruc
más bien de estorbo, que de socorro». (Trochu. ción que no obtienen de otro modo: son la es
L'armée franpaise en 4867). Tan importante y cuela del aprendizaje práctico donde se aplican
complejo es cuanto se refiere á educación é las máximas del arte y aun las de la ciencia, si
instrucción, que todavía nos será licito añadir bien no extensamente. En tales aplicaciones el
estos párrafos tomados al general Sánchez Osorio general despliega su genio, calcula planes, estu
en su reciente libro La Profesión Militar: dia los variados accidentes del terreno, y ad
«También ha de tenerse presente que hay quiere perjeia en su elevado rango; el jefe se
diferencia suma del genio al talento. Aquel ra acostumbra á manejar las musas y ú utilizar las
ras veces aparece, pero se presenta cual meteoro ventajas que la topografía le ofrece; el capitán y
deslumbrador que todo lo abarca y descubre; subalterno se habitúan á las fatigas de su pro
cuanto más difíciles son las situaciones y más fesión, se enteran del objeto de las maniobras y
rápidas han de ser las resoluciones, mayor luz se forman discurriendo; al jóven cadete se le
destella y superior ensanche adquiere su inteli crea el entusiasmo, viendo aplicados sus estu
gencia. Lo inverso le sucede al hombre de talen dios teóricos; la tropa se familiariza con los
to; este ha menester profundos y continuados combates, aunque sean ficticios; se vigoriza con
estudios, á los que ha de apelar siempre: si se las fatigas y el trabajo, se adiestra en su servicio
aparta de las reglas que le proporcionen estos, y alcanza la debida confianza en su arma: todos
es seguro que serán frecuentes los malos resul aprenden, no sólo en el circulo de sus atribu
tados que ha de producir. Necesitan, pues, ciones y acción, sino en los mandos superiores
aprenderse nociones más ó menos extensas de á los suyos respectivos; y á la vez, se infiltra y
las ciencias exactas para formar el espíritu ana fomenta el espíritu militar de arma y de cuer
lítico, crear el criterio y fortificar las facultades po, se engendra la fraternidad, nace la salísfa-
intelectuales; y después ha de estudiarse la cien cion de ánimo, y últimamente se suscitan cues
cia de la guerra por el método analítico prime tiones militares que estimulan al estudio».
ro, para luego apelar á la lectura constante de «Hay absoluta precisión de apelar á la teoría
la historia militar de las varias épocas y nacio primero y luego á la experiencia, no desprecian
nes, meditar sobre la vida de los grandes capi do la una ni la otra; el menosprecio de la pri
tanes y las descripciones de las campañas todas, mera, es pretender con punible orgullo el po
pero en particular, de Alejandro, de Annibal, de der obrar sin entender lo que se hace, y de dis
César, de Gonzalo de Córdoba, del Duque de Al cutir ignorando lo que se cree saber. Dice un
ba, de Gustavo Adolfo, de Turena, de Conde, del ilustrado escritor: «El capitán más rico en ex
príncipe Eugenio, de Federico y de Napoleón I, periencia militar no basta para reunir la larga
haciendo deducciones comparativas. Quien lee serie de combinaciones que puede ofrecer la
sin analizar, no aprende ni sabe: la mente y la guerra». Todos los más distinguidos capitanes
pluma deben acompañar á la vista. El que por están acordes en la imperiosa necesidad que hay
especiales dotes ó á fuerza de perseverancia ob del estudio de la ciencia de la guerra para la
tenga el espíritu observador de análisis y de cla creación y el desarrollo de las cualidades, que
sificación, por hábito compara, discute, analiza, son indispensables en el ejercicio de sus aplica
deduce y ejercita sus facultades intelectuales ciones. Jomininos asegura que «la estrategia es
con la conveniente aplicación, elevando sus sen la ciencia de hacer la guerra sobre el mapa:»
saciones al terreno de la experiencia, por la cual claro es que los planes con él prevenidos se mo-
sienta la teoría ó la razón de aquello. Si un mi difi can después en el terreno; pero es en la tíen
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da, sometiéndose siempre las fuerzas materia tronomía: hoy del lenguaje vulgar, para expre
les del combate á los cálculos científicos. En otro sar recuerdo histórico y cronológico de hechos
autor leemos que «la guerra es una ciencia que notables militares. La voz es puramente griega:
se puede conocer teóricamente con independen" ephemeris, diario.
cia de la práctica»: no obstante, indispensable EFIPAROT'IA. Subdivisión del epitagma.
y muy precisa es también la experiencia para
llegar á ser un buen general; pero asi como leer EGANEA. Los Dice. mil. de Moretti y He-
sin meditación no es estudiar, por igual razón Ia vía dan: «Arma arrojadiza á manera de un largo
práctica no es combatir muchos años, si falta la venablo ó dardo». El Dice, más reciente (1863)
reflexión y el análisis«¿(Jué vale vivir, si sólo se de J. D' W. M. dice egénka Por nuestra parte
vejeta"? ¿De que sirve el ver, sino se hace otra no conocemos tal palabra, ni podemos añadir
datos ó textos.
cosa que acumular hechos en la memoria? El
pensamiento, ó mejor dicho, la facultad de com- EGIDA. Siempre hemos visto escrito asi este
liinar las ideas es tan sólo lo que distingue al vocablo; pero es más conforme á las tendencias
hombre de la bestia de carga: una acémila que de la ortografía actual escribir mida (V. c. v.)
hubiera hecho diez campañas con el principe EJE. En táctica elemental y superior el eje
Eugenio, no habría por esto aprendido táctica... siempre es el hombre, el cuerpo ó el objeto que
Marchar cuando se ordena, detcner.se cuando se permanece hume, sirviendo de centro á un mo
rampa, comer cuando se manda, batirse cuan vimiento circular para cambiar de frente.—En
do se combate: esta es la guerra para la mayor estrategia eje, yiicio (que es el verdadero equi
parte de los oficiales que la hacen». ¡Federico II valente del trances pivoij es casi lo mismo que
de Prusia). base ó centro de operaciones: y puede ser, pro-
EDUCANDO. No sabemos porqué merecen porcional mente al tamaño de estas, una plaza,
exclusivamente en la milicia este nombre tan un obstáculo geográfico, una provincia entera ó
culto, los muchachos que aprenden para tambo región física del globo. Traducciones hay en que
res, cornetas y trompetas. Y sin embargo la voz al verbo trances ¡licoter se sustituye pivotear,
[¡ene sanción oficial. Despachando interinamen- con escándalo de cuantos respetan el castellano.
le el ministerio de la guerra el célebre inspec —Jomini no quiere que se confundan en estra
tor de caballería Don Valentín Ferraz, se dió á tegia los ejes de operaciones con los ejes de ma
si mismo una real orden con fecha 10 junio niobras: los primeros son verdaderas bases par-
1835, que empieza asi: «S. M. la Reina Gober cialf:s poruu tiempo determinado; y los ejes de
nadora, conforme con lo expuesto por el direc maniobras son cuehpos movibles de tropas, que
tor genera', de caballería en 8 del actual, se ha se dejan sobre un punto cuya ocupación es
servido resolver se establezca una escuela de esencial, mientras que el grueso del ejercito se
educandos en un punto próximo á esta pinza, dirige á grandes empresas. Concluida la manio
donde se reúnan todos los de los cuerpos de la bra, cesa el eje de existir; al puso que un fje de
expresada arma de caballería, A cargo para su operaciones es un punto geográfico y «material»
instrucción de un buen trompeta maestro, etc.» ventajoso, bajo la doble consideración estratégi
A la sazón faltaba lo principal, caballos y jine ca y táctica y que sirve de apoyo durante una
tes; pero hay cierta lógica en comenzar de esta campaña entera.
manera «rudimental» por educar thompetas. Efec EJECUCION. No sólo es el acto de hacer su
tivamente, andando el tiempo, ese humilde nú frir una pena personal como arcabucear ó fusi
cleo de educandos se convirtió en vasto estable
lar, sino el de castigar á un país ó comarca
cimiento general (V. Instrucción). talando, asolando, imponiendo contribuciones,
EFECTIVIDAD. La consolidación de unciu- requisiciones.
uo, si asi puede decirse.—El tiempo que se lle
va de ejercicio en un empleo. EJECUTAR. «Poner por obra alguna cosa.—
(Juitar la vida á un reo, ajusticiar.— Ir á los al
EFECTIVO. Como sustantivo, el número de
cances á alguno con priesa y muy de cerca».
hombres presentes en revista. (V. y distíng. Dis
(Dice. Acad. 5).—Ejecutar la victoria. Frase an
ponible).—Como adjetivo, se aplica al empleo de
tigua y gráfica que expresa enérgicamente el
un oficial (V. y comp. Graduado, Reformado,
acto de concluirla y «aprovecharla,» cargando
Vivo).—Al bloqueo eficaz, hermético, es decir,
sin respiro sobre el enemigo en desorden. «Co
que no deja pasar nada.
menzáronse á retirar hasta sus reparos y saltan,
EFEMERIDES. Antes término técnico de as do fuera golpe de arcabuceros y ballesteros,
49
EJEG — 38fi — EJER
apretaron nuestra gente, casi puesta en rota, ¡dea, generadora y fundamental, conserva entre
ejecutándola hasta lo llano». (Mendoza G. de Gra los latinos todo su alcance filosófico hasta los
nada)»....Ja manera de comenzar y proceder en tiempos de decadencia en que Vegecio repetía
la batalla, de recocer los suyos, si fueren rotos, lib. 2. cap. 2): i-Exercitus e re ipsa atque opera
y de ejecutar los enemigos rompidos sin peligro exercitü nomen accepit, ut ei numquam licere
que se rehagan y revuelvan». Londoño. Discip. oblivisci quod vocabatur».—A pesar de esta pro
mil. fol. 29;. También usan esta expresiva frase bada antigüedad, la palabra ejército puede cali
.Meló, Avila y Zuñiga y otros clásicos. ficarse de moderna, puesto que hasta el siglo
EJECUTIVO. En general lo pronlo y rápido, XVI no suena en castellano, ni en las otras len
lo que no admite dilación, trámite ni espera. Por guas hijas del latín. Antes de esa fecha se decia
eso sin duda se llamaron ejecutivas y permanen en España, según los tiempos y los casos, acería,
tes las comisiones militares en un tiempo infaus- fonsadera, ratalla, mesnada y con más generali
lo de nuestras discordias políticas. —Voz ejecu dad hueste, como también en francés host. A
tiva de mando, por oposición á preventiva, es principios del siglo citado. Gonzalo de Atora usa
la que señala el momento de hacer lo que esta ya la voz armada, sin duda por resabio italiano.
ultima ha prevenido. ármala; de donde los franceses tomaron su ar-
EJECUTORIA. 1.a sentencia de tribunal que mée, que hoy conservan, teniendo que añadirá*?
no admite apelación, ó pasa en autoridad de Ierre ó de mer, para distinguir lo naval de lo
terrestre. Los ingleses, si bien mantienen army
COSA JUZGADA.
para el ejército de tierra, llaman navy á la ma
EJERCER. Del latín exerrere. Practicar, des rina. Loselemanes, cada dia más invadidos por
empeñarlos actos y funciones propios de un em el galicismo que corrompe lodos los idiomas,
pleo.—Ejercitar, también del latín exercilare prefieren el francés armée á su viejo y castizo
aunque tiene igual significación, se aplica al ejer heer.
cicio «repetido» que hace uno mismo ó impone Con arreglo á la norma invariable de este
á los otros. libro, después de la etimología procede la defi
EJERCICIO. Vegecio usa la voz exercitium. nición: y aquí, como en otros varios artículos,
Tanto esta, como exercilus, vienen abexercendo. advertiremos desde luego que se tropieza con
En general, el acto de adiestrarse ó ejercitarse, dificultades. Definiciones sobran y bastante au
de ocuparse, de practicar «repetidamente»: pero torizadas, pero el lector decidirá si son exactas
en la milicia se circunscribe más bien á lo cor y admisibles. Dejando las de Polibio y Vegecio,
poral, á lo gimnástico, á lo que tiende á dar al asi como las de Grocio y Puffendorf, para llegar
individuo, singularmente de tropa, destreza, sol más pronto al siglo pasado, vemos que la primi
tura y agilidad. Asi, en caballería se tiene un tiva Enciclopedia francesa define Ejército: «Nú
día ejercicio de fuego, y otro ejercicio de grupa, mero considerable de tropas de infantería y ca
y otro de sable. El ejercicio doctrinal es para ballería unidas de consuno para operar contra
adiestrar unidades de fuerza, como la compañía el enemigo». Es por cierto bien singular el ol
y batallón, en la ejecución de los reglamentos vido de la artillería. Keralio, en la Enciclope
tácticos. Ejercicio de armas es para lograr per dia metódica, ya extiende más: «Cuerpo de tro
fección en su manejo: al paso que ejercicio de pas autorizado por un estado y enviado por él
las armas es la misma profesión militar. —Un para hacer la guerra». V sin embargo esta defi
oficial que lleva tantos años de antigüedad y nición no es genérica, es precisamente la del
tantos de efectividad en su empleo, puede sin ejército de operaciones. De este defecto partici
embargo no contar tiempo alguno de ejercicio. pa todavía la conocida de Llovd «El ejército es
En los PREsupi'F.STos.es el tiempo de un año seña la máquina destinada á operar los movimientos
lado por la ley, que actualmente (1867) empie militares: se compone, como las otras máquinas,
za en el mes de julio. Por eso se llama ejercicio de partes diferentes; de su buena composición
corriente, para distinguirlo del semestre que si y conveniente arreglo depende su perfección;
gue de ampliación, y que se tiene por ejerci su objeto común debe ser reunir, como propie
cio CKRRUIO. dades esenciales, la fuerza y la agilidad». Cite-
EJÉRCITO. Voz puramente latina, exercitus I mos una tercera enciclopedia, la Encicopledia
(por eso hasta muy entrado este siglo se escribió moderna de París, ya de nuestros tiempos, don
exército, y que proviene de ejercicio, de ejerci de el celebre general Lamarque da: «La univer
tar, ab exerrrndo. Varron dice textual: «Exerci salidad de fuerzas á sueldo de un Estado, y la
tus dicitur. quia exercendo fit melior». Y esta reunión de una parte de estas fuerzas con un
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destino especial». Aqui ya nos vamos aproxi General — Granadero — Guerra — Historia —
mando; pero manifiestamente rebasa los límites Infantería — Ingenieros — Instituciones — Ins
de la definición la de Rocquaxcourt (T. I. pági trucción — Legión — Milicia — Ministerio — Or
na 43): «La reunión de medios de toda especie denanza— Organización — Reemplazo — Regimien
que el arte pone en juego para atacar ó resistir». to — Reserva — Retiro — Sanidad — Sargento—
Más en lo justo está la de La Barre Ddparcq: Táctica. i
«Reunión considerable de fuerzas reconocidas y A pesar de que estos numerosos y extensos
asalariadas por un gobierno». Por ultimo cite artículos encierran cuantas ideas y datos hemos
mos, para no cansar, la del más moderno tra podido allegar, en ninguno mejor que en el pre
tadista español; «La reunión de hombres, ani sente tienen cabida algunas palabras sobre cier
males y máquinas, organizada con el fin de ta cuestión trascendental , que, si bien parece
hacer una guerra determinada ó cualquiera de virtualmente resuelta por la práctica y los he
las guerras en que se pueda ver envuelta una chos actuales, da todavía que pensar si resuci
nación. En el primer caso se llama ejército de tará en un porvenir no muy lejano. Aludimos á
operaciones de tal ó cual parte, según el país lOS EJÉRCITOS PEQUEÑOS.
donde va á guerrear; en el segundo se dice sen Hoy, que ya se ha borrado de la memoria el
cillamente ejército de España, de Francia, etc., «gran ejército» de Napoleón en Rusia, llamado
queriendo significar todas las fuerzas militares asi por el asombro que causaba su desmesurada
de tierra de esas naciones». (Villamartin. Noc. fuerza de 477,000 hombres, según Rocquan-
del arte mil. pág. 3). court; hoy que ya está acostumbrada la vista y
De manera que ejercito es «parte» y es «to y el oido á que no sea el millar, sino el millón
do» á la vez. El ejército español, por ejemplo, la cifra con que se cuentan los ejércitos; recien
en el siglo XVII tenia ejércitos en Flándes, en tes aún en 1867 las masas combatientes en Ita
Italia, en América, en Cataluña, en Portugal. El lia, América y Alemania, parecerá un anacro
ejército de la guerra de la Independencia se di nismo, inútil sino intempestivo, llamar la aten
vidía en cinco ejércitos. La portada de las Or- ción hácia las ventajas y excelencias antigua
denanz i.s vigentes, promulgadas en 1768, dice mente reconocidas y ensalzadas de los ejércitos
que son «de S. M. para el régimen, disciplina, pequeños. Quizá por su misma vejez vuelva á
subordinación y servicio de sus ejércitos». Este tener novedad esta especie de resurrección pre
plural en aquella fecha es algo enfático. En 1810 matura. Sea como fuere, siempre es meritorio
en que existían, por puro anacronismo, las mili anteponer el bien de la patria al interés de pro
cias PROVINCIALES y la GUARDIA REAL, Un OFICIAL de fesión, si es que la militar va ganando—como
estos cuerpos pasaba al ejército, con ascenso ó algunos creen—en el descomunal aumento de
descenso, es decir, á la infantería de línea ó ca fuerza que en el dia tienen los ejércitos. Siem
ballería DEL EJÉRCITO. LOS CUERPOS FRANCOS nunca pre será acertado que el oficial medite sobre
son ejército. ¿Lo es la milicia nacional movili este grave asunto. Hay efectivamente algo que
zada? deslumhra en tal grandeza, pero ¿no tocará ya
Por otra parte ¿Qué es estado militar, que es en los limites de la disformidad? ¿no traerá, en
milicia'? (V. y comp. e. V.) Se ve, pues, que no dia no muy lejano, esa enorme y visible des
exagerábamos anticipando que el definir no es proporción, la inevitable reacción que en la na
tan fácil como parece, y se demuestra una vez turaleza sigue á todo exceso? ¿Qué ganará en el
más que el lenguaje militar no peca por excesi fondo con tamañas sacudidas y oscilaciones la
va exactitud. verdadera, la noble profesión militar?Sí estamos
Dedicadas exclusivamente al ejército todas condenados á copiar presurosamente á Napoleón
las páginas de este diccionario, seria labor tan en 1812 y á Prusia en*1866 ¿no podrá llegar un
ingrata como estéril condensar en este articulo dia en que los pueblos vean que es posible licen
lo que anda esparcido por los innumerables de ciar de una plumada 1.200.000 hombres como
esta obra. Nos permitiremos sólo indicar como los Estados-Unidos en 1865? ¿Qué ventajas rea
más relacionados con el asunto en toda su «ge les, positivas traerá en ciertos países, como Es
neralidad» los siguientes: Administración—Arte paña, la reserva ó ¡andwehr con sus dos ó tres
Artillería—Ascenso—Batalla— Batallón— Bri órdenes?
gada— Brigadier— Caballería — Capitán — Casa- El militar y el ciudadano, repetímos, harán
Real—Cazador—Comandante—Coronel—Crono bien en reflexionar sobre estos gravísimos pun
logía —Derecho—Disciplina— División— Espíritu tos, y sólo para ayudarles en buscar solución,
—Estado Mayor—Estrategia—Falange—Fusil— se transcriben sobre ellos algunas opiniones au
EJER — 388 — EJER
torizadas y textuales. Vayan en cabeza, como to pequeño de buena gente y plática, que con
siempre, nuestros clásicos favoritos. buena orden pelea, al grande y desordenado.
«Exército, pues, se llama una multitud, con Los Romanos, á los cuales en todas las cosas de
gregada assi de gente a pié y á cauallo, assi en guerra todas las naciones del mundo los van
tretenida comu auxiliar y conduzida; déuese imitando, cuando se les ofrecía alguna guerra,
pero con gran consideración aduertir al formar enviaban un ejército de diez mil infantes y dos
del tal cxéicilo, que no sea mayor de quanto á mil caballos: y si la guerra era contra gente be
la perfection do la guerra que se huuiere de ha- licosa y era menester más caudal, doblaban y
zer bastare; porque en Xerxes, Dario, Mitrida- enviaban veinte mil infantes y seis mil caballos:
tes y oíros reyes que armaron innumerables y cuando era tan grande y poderoso el enemigo
pueblos, se tiene exemplo de que un exército y era necesidad hacer un esfuerzo grande, en
muy copioso se deprime y pariese» mas por su viaban entonces un ejercito de treinta mil in
propia multitud, que por la virtud y fuerza de fantes y ocho mil caballos, el cual número se
los enemigos. La gran multitud es subiecta en tenia por el mayor que podia ser: no porque les
el caminar por su pesadumbre; es muy lardia faltara gente para enviar ejército mayor, sino
en los esquadrones; muchas vezes se desbarata porque les parecía que treinta mil infantes y
á vna acometida de pocos, y en passos de rios, ocho mil caballos eran tan grande y poderosu
por la tardanca de los impedimentos, se suele para acabar cualquier empresa por dificultosa
porder; con gran difficultad se baila y conduzc que tuese; este número, siendo bien gobernado
vitualla para infinitos hombres, ni pasto para y de buena gente, se tiene el día de hoy que
muchos animales.... Por esso los antiguos, que baste para alcanzar cualquier victoria, como si
por la luenga experiencia habían deprendido fuera mucho mayor: el rey ó príncipe que hi
remedios á las dificultades, no querían tanto ciere la guerra con este numero pudiere servir
exórcitos muy copiosos, como diestros y bien se de la gente toda suya y no extrangera, le su
disciplinados etc.» Aqui sigue el autor ponde cederá mejor, gastara menos y dará á entender
rando las exelencias de los pequeños ejércitos al enemigo el gran poder que tiene, pues no tie
CONSULARES DE ROMA. LONDOÑO. DÍSCip. mil. fÓÜO ne necesidad del ayuda de otras naciones más
24. \ 568). que de sus vasallos, y también porque los ex
«El Emperador, Rey ó República que ha de traños no van á servir á un rey extraño sino
hacer la guerra, para ejecutarla en todas las por interés como está dicho». (Bartolomé Scarios
partes necesarias debe considerar la cantidad de de Pama. Doctrina militar, fól. I9;.
la gente que habrá menester para hacerla, asi de Tomemos ahora algunos párrafos de un es
á pié como de á caballo; la cual, para susten critor filósofo, muy de nuestro agrado y tan im
tarla bien, no debe ser mayor el ejército de popular en Francia como desconocido en Espa
cuanto á la perfección de la guerra que so baja ña. uEI más alto pie á que llegó la falange grie
de hacer bastare y pueda sustentar; porque un ga después de Alejandro fue de 28.672 hombres.
ejército muy copioso está sujeto á muchas cosas Apesar de la variación de las armas el número
y es dificultoso de sustentar. Ejercito es multi de 30.000 hombres de tropas sólidas, y según la
tud de gente de guerra armados en buena órden, época constituidas bajo el mismo pié, ha sido en
los cuales siendo bien gobernados sostienen las todos los tiempos, áun en los modernos, el que
monarquías y reinos de este mundo, lin ejérci han fijado los maestros del arte como la propor
to por ser demasiadamente grande, no por eso ción más razonable de un cuerpo de ejército.
alcanza las victorias por la mucha gente sin En todas las épocas, inclusa la de la Revolución
buena órden; mas antes más presto se desbara francesa, el arle ha brillado y se ha enaltecido
ta, y se manda á perder, porque padece más por ejércitos pequeños bien compuestos y por
que otro ejército moderado y puesto en buena 'a sabia amalgama de las armas, es decir, por
órden. Primeramente, si es demasiadamente todas las circunstancias que necesitan y des
grande, la mayor parte del tiempo le falta las arrollan la virtud individual del soldado: y ese
vituallas por el sustentamiento, y se enferma, mismo arte se ha degradado por la separación
que nunca falta entre multitud de gente mal demasiado absoluta de las armas, que todo lu
contagioso que lo desbarata; y asi mesmo en el reduce al choque ciego de enormes masas, y pol
pasar de un rio y en el marchar luego se des los ejércitos desmesurados relativamente á las
ordena, y en el pelear corre mayor peligro, por poblaciones de donde emanan, ejércitos que for
que si comienza á perderse no puede volver á zosamente tienen que admitir un crecido nu
rehacerse: y todas estas ventajas tiene un ejérci mero de nombres sin vocación ni aptitud. Al
E.TER — 389 — EJER
constante respeto de estos principios esa lo que se comprende, este sistema, condujo á conver
Roma y la Leí;ion debieron su superioridad y ¡ tirlas guerras en cruzadas. Ejemplo en 1812-
su ascendiente sobre la falange y la milicia grie La acción secundaría de los lugar-tenientes se
ga...... Decia Vegecio: «Un ejército formado y | convierte en principal; el jefe no tiene tiempo
disciplinado muy de antemano es más capaz de ni espacio para dirigir ni reparar errores. Las
defenderse y aun de adquirir ó conquistar, órdenes, pues, tienen que ser tan lacónicas co
que los ejércitos que sólo se apoyan y con mo las voces de mando en un ejercicio»
fian en el número. Siempre se han hecho «Indudablemente un ejercito desmesurarlo
las grandes conquistas por ejércitos medianos» pierde vigor, solidez y movilidad, sobre todo por
asi como los grandes imperios se han perdido la artillería, los barajes, la impedimenta ( V . e. v]
siempre por sus tropas innumerables...... Se No hay para él posición, ni campo atrincherado,
gún Maquiavelo, los romanos, que formaron al ni acantonamiento posible: ni administración, ni
principio su famosa legión sobre el modelo de la sanidad, ni víveres suficientes. Las comunicaciones
falange, la dividieron luego en cohortes y ma son peligrosas, las «equivocaciones» continuas y
nípulos, considerando que un ejército tiene tan. el dar «carta blanca» al general en jefe peligro
to más vigor cuanto más impulsos diversos en so, ocasionado. Si el Soberano es de poca ó me
cierra en si, cuantos más cuerposdiferentes con diana capacidad ¿no habrá manifiesta despro
tiene cada uno con vida propia, con impulso par porción entre ella y la longitud de sus líneas,
ticular Un ejército que, considerado rela como la que hay entre los recursos del Estado y
tivamente á un país, merece como censura el el ejército desmesurado que mantiene?»
nombre de grande, es aquel cuya organización El principio es inconcuso. Viene desde
agota ó esteriliza la población, la hacienda y los Thcctdides, y Jenofonte, y Vegecio hasta Gonza
demás recursos del Estado Considerado re lo ue Córdova, hasta Maquiavelo, hasta Román,
lativamente al teatro de la guerra, su cualidad hasta Turena, hasta Mauricio de Sajón ia, hasta
dé agrande» ó de «pequeño» depende déla natu el mismo Guibert á últimos del siglo pasado. V
raleza del pais del cual debe sacar sus re sin embargo hay como un vértigo, una liebre en
cursos». esto de acrecentar el número. En los primeros
«Esto sentado son incontestables las máxi años del siglo XVII Enrique IV podia restaurar
mas siguientes: Un ejercito menos numeroso es 'á expensas por cierto de España: la munarquia
más fácil de manejar y componer.—Mantiene y francesa con un ejército que apenas contaba
economiza los recursos del Estado y permite es 30.000 hombres: en los últimos del mismo siglo,
fuerzos más largos.—Su buena composición le el gran Luis XIV con sus grandes ejércitos, que
permite permanecer más fuerte al tin de una pasaban de 500,000, y á pesar de mandarlos
campaña, que si hubiese sido formado con mé- Luxemburgo, Villars, Vendóme, no pudo evi
nos elección y esmero.—Es mas fácil hacerle ¡ tar, ni reparar inmensos desastres, que dejaron
mover y subsistir.—La experiencia prueba ade postrada á la Francia durante el siglo XVIII.
más que el sistema de ejércitos pequeños permi Uno de los más ilustres tenientes de Napo
te y facilita el medio de tener varios á la vez y león, y de reconocida capacidad para el mando y
al alcance de socorrerse mutuamente; de asegu el gobierno, dice asi: «Afirmaré con este motivo
rarse reservas y recursos y esto es lo que man que no creo haya existido nunca un general bas
tiene en respeto al enemigo, impidiéndole sacar tante fuerte, en lo físico y en lo moral, para
partido del azar de una victoria. Asi lo hizo Ro- conducir bien un ejército, por ejemplo, de
ma en sus buenos tiempos. En el dia con las 200.000 hombres.... En los tiempos de Roma-
armas actuales, cuando las reservas tienen que como en los nuestros, muchos hombres ilustra
estará distancia, los ejércitos pequeños y com dos estaban convencidos que los grandes ejérci
binados son más necesarios, etc. (Carrion-Nisas tos permanentes sirven más bien para favorecer
Etsaid" uneHist. de l'art milit.) el exceso de la ambición y el despotismo inte
En el mismo sentido se expresa otro autor rior, en una palabra, para oprimirá los pueblos,
francés más moderno. «Las fuerzas humanas que para preservarlos de los ataques exterio
son limitadas y hasta el genio está circunscrito res..*..» (Afem. de Gouvion Saint-Cvr. Extr. du
por el espacio y el tiempo que paralizan su ac Spect.mil. T. XXXV. pág. 30).
ción vigorosa. Turena fijó en 'iO.000 hombres Cerraremos las citas con otra bien moderna
la fuerza que un hombre podia mandar, y Na de Vauvilliers, que Changarnieh repite :'sin men
poleón ha probado que con 2Í0.000 y 100 le ción) en su conocido folleto de 18<>7. «La gran
guas de espacio sucedía lo mismo. Pero, como superioridad numérica no es útil sino en cierta
EJER — 390 — EJER
proporción y entre ciertos límites. Hay algo de extranjero enteramente al servicio de otro pais.
muy notable en esto de las masas. Un ejército que generalmente lo paga y mantiene de grado
de 200.000 hombres tiene más probabilidades ó por fuerza. El ejército auxiliar, que ordina
de venlaja contra uno de iOO.000. que uno de riamente no es más que una parte pequeña de
100.000 contra otro de 200.000. Los embarazos, la milicia de un pais, sólo ofrece en general con
que van creciendo á medida que crecen los curso mercenario forzoso, y en cambio sólo sue
ejércitos, anulan una gran parte de la superio le recoger en la guerra, que no emprende con
ridad numérica». (Vauvilliers;. gran fé ni entusiasmo, en vez de lauivles ó pro
Changarnier expresa el mismo pensamiento vecho, fatigas, peligros y menosprecio. El ejér
con estas palabras: «No pretendamos que la ci cito inglés que mandó Wellinglon en la guerra
fra de nuestros soldados iguale á la de nuestros de la Independencia fué primero aliado y últi
adversarios posibles. Ni aún quedando agotados, mamente COMBINADO Con el ESPAÑOL y PORTOGDKS.
estaríamos seguros de conseguirlo. No nos apu La legión inglesa, que al mando de Lacy Ewans
remos por eso. Si es difícil á 3.000 hombres ba vino á combatir contra Don Carlos, era simple
tirse con ventaja contra 5.000 es mucho menos cuerpo auxiliar, indisciplinado, inútil, ruinoso
para 60.000 derrotar á 100.000. Cuanto más se insoportable.
elevan las proporciones, menos es de temer la Ejército beligerante. La parte del ejercito
inferioridad numérica. Esta puede muy bien permanente y activo que está en «i erra ó en ope
compensarse por la habilidad del general y la raciones de ella contra el de otra potencia. Con
mejor composición de las tropas. Pasado cierto lí junto, grande ó pequeño, de tropas bajo el man
mite no hay ejército bueno, no hay ejército al de un solo jefe, que ha tenido siempre nombre
cual se pueda asegurar la subsistencia ni dirigir técnico falangarca, estratego en Grecia; CONSUL.
bien los movimientos». (Ciiangarnier. Un mot diclator, imperator en Moma; duque, conde entre
sur le projet de rcoryanisation mtlitaire . pág. 21;. los godos: condestable, mariscal en la edad me
Entre los muchos adjetivos aplicables al sus- dia: cabo, general, generalísimo más tarde; hoy
tanli\o Ejército son los más notables los siguien GENERAL EN JEFE.
tes, de los cuales se da suscinta explicación:— Ejército coligado. (V. e. v. y comp. con alla-
activo — aguerrido — aliado — auxiliar — belige do, combinado, confederado).
rante—coligado—colonial—combinado— confe Ejercito colonial. Como su nombre lo dice,
derado— consular— continental—de bloqueo- es el destinado á guardar las colonias, y por con
de ejecución—de desembarco—de invasión—de siguiente á combatir en ellas. Generalmente es
línea—de observación—de operaciones—de re parte integrante del de la metrópoli, como los
serva— de socorro— expedicionario — federal — nuestros de las Antiltos, ó por lo menos los cua
feudal — irregular —libertador— mercenario — dros, como el de Filipinas.
nacional—neutral— peninsular— permanente— Ejercito combinado. El que opera de concier
real—regular—revolucionario— sedentario—si to con otro u otros, bajo la dirección de un solo
tiador. jefe y es mantenido por su propio pais.
Ejército activo. Una parte de la milicia ó es Ejercito confederado. Viene á tener alguna
tado militar de un país constituido, dispuesta á semejanza con el combinado; pero en primer lu
movilizarse, á entrar en campaña á la primera or gar difiere en no prescribir guerra, ni operacio
den. No puede tomarse más que por oposición á nes. Ordinariamente sólo se aplica al conjunto ó
local ó si-dentario; y no expresa lo mismo que agregación de contingentes de una confederación.
ejército de operaciones o en operaciones. Es, si, como la Suiza ó Alemania, y se dice más co
la preparación de este, el trámite intermedio por munmente EJÉRCITO FEDERAL.
el que la milicia de casi todas las naciones pasa Ejercito consular. (V. Legión).
del estado de paz al de guerra. Ejército continental. Sólo se dice por oposi
Ejército aguerrido. ,'V. Aguerrido). ción á insular, como el inglés, ó á colonial.
Ejército aliado. Difiere de combinado. El nú Ejército de bloqueo, de desembarco, de ejecu
mero de ejércitos aliados no se reúne ni refiere ción. El destinado á estas operaciones. La última
á un núcleo de incorporación; mientras que un es una ocupación prolongada con duro y forzoso
ejército combinado tiene cierto carácter de unidad, alojamiento, para hacer sentir al pais una ven
y ejerce una cooperación que no implica idea ganza poderosa.
absoluta de un socorro dado por extranjeros. Ejército de invasión. El destinado á operar
Ejército auxiliar. Difiere también bastante- fuera y lejos de su pais con objeto de sojuzgar y
de aliado ó combinado. Es más bien un ejército dominar otro extranjero, é independiente (V. y
E JER 391 — E JER
eornp. Guerra de invasión). Antiguamente los descercar una plaza, á librarla del ataque ene
ROMANOS y CARTAGINESES, IOS MACEDON10S lliegO, IOS migo, proyectado ó puesto en obra; á proveerla
BÁRBAROS, IOS ÁRABES más tarde, los FRANCESES V por lo menos de vituallas, municiones, tropas de
españoles en Italia, en Elándes etc. han mante refresco. Un ejército de socorro es el adversario
nido ejércitos de invasión. La civilización dicen natural de un ejército de observación; y muchas
<|ue los anula y pone «fuera de uso»; pero los veces no es más que un mero destacamento del
ejércitos franceses de la república y del imperio principal ejército. Otras, el ejército de socorro
distan bastante de los tiempos de Atila. En nues viene á sitiar al sitiador en sus líneas. (V. Cir
tros dias la invasión toma una máscara que se cunvalación).
llama intervención ó anexión, como para invadir, Ejército expedicionario. El que forma ó com
es decir, para conquistar la Saboya; o no la to pone una expedición (V. e. v.)
ma, como en Dinamarca, Italia, Bohemia. Ejército federal. La suma de contingentes de
Ejercito de línea. Nombre usado como técni una federación ó confederación, como la Alema
co y que sin embargo nada quiere decir, sino nia ó la Suiza. En este último país el adjetivo
por oposición á reserva ó landwehr, a milicia tiene sentido de permanente, aplicado á ciertas
nacional, á guardia re*l, á partidarios etc. Cuan tropas ó empleos militares para distinción de las
do se trata de definir es cuando se toca la in cantonales ó provinciales.
corrección extrema de la lengua militar. Línea Ejército feudal. Llamamos asi al ejército,
V. e. v.) en infantería ó caballería tampoco en verdaderamente federal, de la edad media: lo
si dice nada, sino por oposición á ligero. que entonces se decia fonsado, nuESTE, conjunto
Ejército de observación. A veces se llama así de mesnadas, tropas ó contingentes con diverso
un cuerpo, un gran destacamento del ejercito de origen, abadengo, realengo, concejil.
operaciones, que forma especie de reserva, de Ejército irregular. Por oposición á regular,
prevención para acontecimientos que se prepa ó de línea. En ciertos países, como Austria ó Ru
ran ó presumen. Más general y propiamente se sia, la reunión de tropas de comarcas determi
da este nombre al que apoya ó protege las ope nadas y algunas semi-salvajes, cosacos, croatas.
raciones y trabajos de un ejército sitiador con En general, los partidarios, cuerpos francos, so
tra el que viene de socorro, concurriendo a ve- matenes, PATULEAS, GUERRILLAS.
ees á la defensa de la circunvalación, ó constitu Ejercito libertador. En las guerras civiles es
yéndola él mismo, atrincherándose ó no. Esta de rúbrica que el partido uvencedor» dé á su
clase de ejércitos ó cuerpos destacados de él son ejército este agradable dictado. El bando venci
de uso reciente; pues hasta el siglo XVIII el ejér do naturalmente le llamará opresor. En 1820 era
cito t¡de una pieza» se empeñaba en un sitio, libertador el ejército de Riego; en 1823 el del
Vauban, que recomendó esta práctica, prefiere duque de Angulema escoltado por partidas es
las mejores tropas y encarga comunicación no in pañolas, poco ántes facciosas, «libertaba» á los
terrumpida entre el ejército de obsehvacion y el realistas de las «libertades» de los liberales.
de sitio. Ejército mercenario. (V. e. v.)
Ejército de operaciones. Toma número ó el Ejercito nacional. El que se compone exclu
nombre de la comarca, del rio sobre que opera. sivamente de soldados nacidos en el territorio
Para que sea propia esta denominación, es pre de la nación. Esta denominación, que hoy pare
ciso que haya campaña abierta, y por ella se dis ce redundante, no lo era hasta hace unos trein
tingue de otros ejércitos activos, pero que no ta años; y basta abrir la Ordenanza vigente en
estén movilizados ó atiendan á ejércitos neutra 1867 para ver que el pié y fuerza del ejército
les, no enemigos. (V. Brigada, División, Guerra, español se compone de irlandeses, italianos, va
Organización). lones y suizos. Es singular que la Suiza haya si
Ejército de reserva. Tiene dos sentidos: la do el primer país de Europa que ha tenido ejér
reserva (V. e. v.) política ú orgánica, permanen cito nacional, encomiado ya en los tiempos de
te, como landwehr, landslurm, milicia nacional, Maouiavelo (lotO) y el que se ha encargado de
provincial; y el ejército activo, beligerante, que •(abastecer» de tropas mercenarias á cuantos han
en tiempo de cierra se forma en el núcleo de la tenido»dinero para alquilarlas. Francia ha sido
defensa ó de la vitalidad, para que sirva de apo- la más pertinaz en el uso de los suizos y alema
vo á retaguardia. Un ejército de reserva difiere nes por contrata, y, fuera de varios desaguisa
de otro de observación en su destino más inde dos que por falta de paga hicieron aquellos, jus
terminado, menos presumible. to es confesar que mantuvieron su honor mili
Ejército de socorro. El destinado ¡\ salvar ó tar en la célebre jornada de la Revolución y en
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la no menos sangrienta de 1830, por la cual maño desórden, y para probarlo, su ejército
quedaron suprimidos. En España los últimos real daba paseos militares por delante de los cas
restos desaparecieron hácia 1835; y en la bata tillos feudales, y guay do aquel que no abriese
lla de Bailen se dió el caso, muchas veces re las puertas. Después de otro intervalo, Fernando
petido antes, de verse frente á frente suizos es el Católico ya no enviaba para arrasar un cas
pañoles y suizos franceses. En el día los vientos tillo insolente (como el de Montilla, donde na
lian cambiado respecto á tropas extranjeras, y ció el Gran Capitán) más que «un alcalde de cor
el citado art. 1 . de la Ordenanza es, como otros te con su vara». En el trascurso del siglo XVI,
varios, simple monumento histórico. el adjetivo real vino á significar, genéricamen
Ejército neutral. Una potencia neutral, aun te, preeminencia, perfección, fuerza intrínseca
que no obra ni interviene entre otras beligeran de una cosa, y así como se decia fuerte rkal
tes, puede poner su ejército en pié preventivo á la fortificación más perfecta ó inexpugnable,
y hasta en pié de guerra, para impedir la ocu ratería real á la batería demoledora ó de bre
pación de ciertos puntos convenidos, para ha cha en un sitio de plaza, así también se llamaba
cerse respetar con esto que ahora llamamos neu ejército real al que se levantaba, juntaba ú or
tralidad ARMADA.. ganizaba para cvmpear, para batirse en campo
Ejército peninsular. Por oposición á colonial. abierto, para dar cima á una grande empresa ú
Ejército permanente. En rigor hoy está de so operación determinada. Sin el conocimiento crí
bra este adjetivo. Desde principios del siglo XVI tico de la historia militar de aquel periodo, no
todos los ejércitos de Europa son más ó ménos es fácil darse cuenta de estas hoy inconcebibles
permanentes. Sin embargo con este epíteto, aun diferencias. Procuraremos, como siempre, fijar
que no muy propio, se quiere distinguir la ma el sentido con un texto. Alfonso Carnero (ííuerr
nera de ser peculiar de la milicia novísima, es de Flánd. lib. 12. cap. 15) explicando la pre
decir, desde la Revolución francesa que ¡men mura con que Enrique IV de Francia acudió á
tó la conscripción ¡V. e. v.) y el levantamiento en la recuperación de Amiens, tomada en 1597 por
masa con sus posteriores atenuaciones de quinta, la celebre sorpresa de Hernán Tf.llo, entra en
enganche, reservas y redención. Se cuentan por consideraciones sobre las que el francés hacía y
centenares, no los artículos y folletos, sino los prosigue:» que asi serían forzados los espa
libros macizos en contra de los ejércitos perma ñoles á rendir la ciudad ó que si el Archiduque
nentes. Los economistas y curanderos políticos quería con ejército real socorrerlos, sería con
hacen cálculos peregrinos que enternecen gran riesgo y no lo podría hacer sino con lar
los revolucionarios, por lo que en ello les vat gueza de tiempo porque sabia la falta que el Ar
truenan furibundos y los ejércitos permanen chiduque tenia de dineros y asi misino que
tes, imitando al filósofo á quien negaban el mo mucha parte de su gente estaba amotinada ó
vimiento, se contentan buenamente con echar á inútil».
andar. Declamar contra esta moderna «calami Ejército regular. Es innecesaria laexplicacion.
dad» es tan fructuoso y varonil, como pasar la Ejército revolucionario. Como nos hemos
vida en imprecaciones contra la enfermedad ó propuesto mencionar todo, no debemos omitir
la muerte. V en los que constituimos la «cala este dictado, algo alarmante y no muy ortodo
midad» es casi ridicula la defensa. Abstenga- xo, que lomaron en la revolución francesa va
monos, pues, de vulgaridades. (V. Artillería. rias gavillas de desalmados, desde l i setiembre
Táctica). 1793 hasta 25 marzo 1795, que se alistaron á
Ejercito real. En el dia no tiene sentido esta guisa de cohorte pretoriana ó guardia rkal de
expresión; pues, aun en el caso <!e guerra civil Terror. Tenían caballería y artillería: pero su
entre un monarca y su pueblo, el ejercito de material más imponente era una «guillotina con
aquel se llamaría realista. Pero en la edad me ruedas». El general francés que esto cuenta,
dia, en aquellos hermosos tiempos feudales en añade, por la suya propia que los famosos cuer
que tenia su ejército particular todo el quería pos de realistas creados por Fernando VII, aun
ó podía mantenerlo, se comprende que el adje que de opinión opuesta, podia n compararse á
tivo era indispensable y propio para distinguir los de su país.
la huf.ste ó mesnada propia del rey (muchas ve Ejército sedentario. Estas dos palabras bra
ces no la más numerosa ni pertrechada; de la man, como suele decirse, de verse juntas. Es lo
de los SEÑORES FEUDALES Ó RICOS IIOMRRES. ALFONSO cución tan impropia como caballería pesada. Y
XI, en Castilla, se empeñó en hacer entender sin embargo suele usarse para distinguir en un
á los altivos ricos-omes que no podia seguir ta ejercito, es decir, en el conjunto de una milicia
EJID — 393 — ELEC
aquella parte no activa ó más difícil de movili daban cada año á sus merinos seis cabalgadas
zar como reservas, milicias locales, provincia por los éjidos......
les, nacionales, ele. ELASTICIDAD. Esta conocida propiedad de
Ejército sitiador. El ejercito de operaciones, algunos cuerpos en física se usa translaticiamen-
ó el cuerpo ó trozo de él con destino «exclusivo» te en lo militar, refiriéndose al órden del comba
de apoderarse de una plaza ó punto fuerte. En te, á los cuadros.
todas estas denominaciones debe tenerse pre-
senteque las mencionamos como antiguas y des ELCHE. Lo mismo que soldado tornillero,
usadas hoy. En el modo, ya pretérito, de hacer según Dice. Terreros. Es voz arábiga. Dice.
la guerra se organizaba «exclusivamente» un Acad. 5 sólo da: «Apóstata ó renegado de la re
ejército para un sitio; reinaba el principio de ligión cristiana».
que debía componerse de las tropas peores ó ELECCION. En el art. Ascenso puede verse
menos aguerridas; se calculaba su fuerza de diez cuanto se refiere á esta importante palabra. Co
á uno respecto á la guarnición sitiada; se cam mo en esta obra no se discuten los reglamentos
paba encerrado entre dos líneas de circunvala vigentes, no podemos entrar en reflexiones so
ción y cóntravalacion, dando precisamente la es bre el célebre decreto de 30 de julio de 4866
palda á la plaza; se rompía el fuego «ceremonio que rige al redactar este artículo (1867). Se di
samente» al toque de diana; había servicio ce en el preámbulo: «Los turnos de elección pa
«especial» de thincueka, con su general y su ra el ascenso, que en el día se conservan en al
mayor alternativo. Vauran regularizo, modificó, gunas clases de las armas é institutos del ejér
abrevió, perfeccionó el arte polémica; corrigió la cito, no han respondido al objeto para que fue
proporción hasta siete, seis, cinco sitiadores con ron establecidos, etc.» Y el art. 6. determina
tra un sitiado; desarraigó antiguas fórmulas ó expresa y radicalmente: «En todas las armas é
rutinas, y desde entónces un sitio no «constitu institutos del ejército, desde subteniente ó al
ye» por sí una campaña, ni es otra cosa que una férez hasta coronel inclusive y sus asimilados,
operación de guerra como otra cualquiera. se ascenderá por rigorosa antigüedad sin defec
tos». Esta medida absoluta, dictada por las cir
EJIDA. Minerva, ó por otros nombres Palas,
Belona, diosa de la guerra en la mitología an cunstancias, tendrá forzosamente que ser tan
pasajera como ellas, puesto que pugna con
tigua, salió de la cabeza de Júpiter por medio de
las ideas de organización admitidas en to
un hachazo que sobre ella descargó Vulcano; y
salió vestida y armada, con casco en la cabeza, dos los ejércitos; con las nociones más vul
gares de equidad para el individuo y de conve
lanza en la diestra, y en la siniestra embrazado
el escudo que se llama éjida, por estar cubierto niencia para el Estado, y sobre todo con el espí
con la piel de la cabra Amaltea, que en griego ritu y la letra de las Ordenanzas vigentes, pro
tenia dicho nombre. Palas, para hacer más temi mulgadas hace un siglo justo. En aquel tiempo
ble su escudo, puso en el la cabeza de Medusa, en que nuestra organización social era tan diver
que tenia la virtud de petrificar al que la mira sa, léjos de entronizar el principio esterilizador
ba. Con tal éjida, Palas hizo invulnerable á Per- de la antigüedad se decia: « teniendo enten
seo, cubrió y defendió áUlises, Prometeo y otros. dido que para merecer ascenso son calidades
Por esto éjida, en el día, significa amparo, pro indispensables el invariable deseo de merecer
tección, defensa moral y material. Un buen ejér lo y un grande amor al oficio». (Oblig. del sold.
cito es la éjida del país. (V. Paladión, Ancile, art. -I lit. 1. trat. 2) «....ni su nacimiento ni la
Escudo). antigüedad deben lisonjear su confianza para el
ascenso, porque el que tuviere una ú otra de
EJIDO. «Campo á la salida del pueblo, que estas cualidades es más digno de olvido si se
no se labra y es común para la suelta de los ga descuida contentándose con ellas». (Art. 2. tit. 6
nados. Viene del latin exitus» (Dice. Acad. Hist.) trat. 2. Oblig. del Subteniente). «El buen des
—«El campo ó tierra que está á la salida del lu empeño del Capitán en todo lo expresado reco
gar, que no se planta ni se labra y es común mendará muy particularmente su mérito, y en
para todos los vecinos, y suele servir de era pa él debe fundar mucho más que en su antigüe
ra descargaren él las mieses y limpiarlas». (Dice. dad la esperanza de susascensos «(Oblig. del Cap.
Acad. 5 ).—Clonard, que escribe égido, da á la orí. 2, tit. 10. trat. 2). «El esmero en tener la
voz un sentido militar en la edad media, como de tropa y oficiales de su mando un digno modo de
salida á campaña, en <¡u Hist. org. (T. 1. pág. pensar y proceder; el formar buenos oficiales,
401.; donde dice: « los caballeros alistados y el mantener su cuerpo sobresaliente en la su
50
ELEG — 394 — EMBA
bordinacion y disciplina recomendará muy par lento, de alma, son grandes condiciones
ticularmente á mi gracia para su ascenso y con TARES.
cepto al Coronel». (Art. 23 y último de su obli ELICLES. Dardo antiguo que, según Moret-
gación, til. 16. irat. 2). ii, tenia codo y medio de largo, y dos según J.
ELECTO. En los motines ó alteraciones D' W. M.
(V. e. v.) de nuestros célebres tercios de Flándbs ELOCUENCIA militar (V. Alocución).
y de Italia, este participio irregular del verbo ELUDIR. Evitar un golpe con engaño y as
elegir (eleclus, elegido) se sustantivó para desig tucia.
nar al cabeza de motín, que solía asumir portiem- EMANSOR. En la milicia romana el soldado
po más ó menos largo facultades extraordina que no se presentaba puntualmente al expirar
rias y dictatoriales, manteniendo á veces las su licencia temporal, ó que cometía lo que hoy
tropas desmandadas, por singular contradicción, decimos conato de deserción.
en más rígida y severa disciplina (V. e. v.j Este
rasgo, aunque deplorable, es característico y EMBALSADERO. «Del verbo embalsar y del
digno de estudio en la antigua milicia española. sustantivo embalse. Lugar hondo y pantanoso
en que se detienen ó recogen las aguas llovedi
ELECTRIZAR. Exaltar, avivar, inflamar el zas ó los restos de inundaciones». (Dice. Acad. 5)
ánimo. Gran condición de mando en todo jefe.
EMBALLESTARSE. «Ponerse á punto de
ELEFANTE. Este cuadrúpedo ha formado DISPAKAR LA BALLESTA». (DlCC. AcAD. 5).
parte integrante de los ejércitos de la antigüedad,
y en el día lo usan como bagaje los ingleses en EMBARCO. No sabemos hasta qué punto se
la India. Considerado como arma táctica, no se rá exacta la siguiente distinción sinónima entre
sabe en cual clasificarlo, si en caballería, ó en embarco y embarque: «Embarco es la acción de
artillería: pues los eruditos dan rienda suelta embarcarse: embarque la de ser embarcado. Por
á su imaginación y les ponen ó suponen enor esto la primera sólo se aplica á los seres racio
mes castillos guarnecidos de flecheros. Hay una nales: la segunda puede convenir á las personas
Historia militar de los elefantes por Armandi, y en y á las cosas. Se dice el embarque de los heri
algunos autores se lee, que conocidos los elefan dos, y el embarco de las tropas; el embarque de
tes por los griegos, después de la batalla de Ar- los presos y el embarco de los pasajeros, distin
belas, recibieron organización táctica. El elefan guiendo siempre la acción del que so embarca
te, tomado por unidad, se llamó zoarquía; dos por si mismo, de la acción del que es embarca
zoarquías compusieron una tetrarquía; ocho de do por mano ó por mandato de otro. El embar
estas la división, llamada elkfantarquía, y cua que de un regimiento lo verificará el jefe del
tro de estas últimas, es decir 61 zoarquías, la puerto ó del departamento, su embarco lo veri
falange, al mando superior de un elefantarca. ficará ol mismo regimiento». (Jonamá. Sinóni
—A su vez los Romanos, cuando conocieron los mos). Dice. Acad. 5 da: «embarque lo mismo
elefantes de Pirro, los adoptaron, como siempre que embarco, la acción de embarcar y embar
hacían con toda mejora, y el jefe se llamó ma- carse».
gister elefantorum, según dicen. Más positivo pa EMBARRAR. En la edad media cercar, sitiar,
rece, que pasado el primer susto, se les ocurriere bloquear, encerrar levantando tierra para im
deshacerse do los elefantes enemigos por me pedir la entrada ó salida. Viene de barrera (V.
dio de dardos embreados ó incendiarios, falarica, e. v.). En general acorralar ¡V. e. v.) arrinco
maleoli, ardente torda. nar al enemigo. «Cá todas estas cosas son mucho
ELEMENTAL. Según la táctica vigente se menester para combatir los enemigos de que
llama asi á la carga del fusil en diez voces, que fueren embarrados.... Es dicho cuando los em
sustituyo á la antigua de once. barran de manera que por ninguna parte non
osan salir». (Doctr. de Cab. lib. I. tit. 7). «E el
ELEVACION. En topografía no es sinónimo
embarrar es dicho, cuando los embarran de ma
de altura ó eminencia. Elevación, en todo caso,
nera que á ninguna parte non osan salir é que
se aplica nal terreno que sube por pendiente ca
los han después á entrar por fuerza». (Ley 27,
si insensible». Dice. Acad. ti da: «La acción de tit. 23. Parí. 2).—En artillería embarrar es hoy
levantar en alto alguna cosa, sacándola de su introducir y apoyar los espeques para cualquier
asiento». —Tirar por elevación es dar á la pieza maniobra de fuerza ó para el manejo de las piezas.
el ángulo conveniente para lograrcl máximo al
cance.—En sentido figurado es elación, exal EMBARRE. El acto de embarrar el espeque
tación. Elevación de carácter, de ideas, de ta los artilleros en sus ejercicios.
EMBA - 395 - EMBO
EMBARRO. Se llamaba así en la edad media describiendo la acometida de los hugonotes á
al bloqueo, cerco ó sitio tan. apretado y rigoro los arrabales de París, dice muy bien: «El prín
so, que los defensores sólo podían optar entre la cipe, no atendiendo á esto, sino animado de la
rendición ó la muerte. (V. Barra, Barrear). felicidad del primer encuentro embistió feroz
EMBAT1RSE. «Antiguamente embestirse, mente el burgo (arrabal) por muchas partes y
acometerse». (Dice. Acad 5j. en el espacio de dos horas que duró la batal la. . . » .
(Guerr. civ. de Franc. lib. 3. pá^. 60). Induda
EMBEBER. Por metáfora algo violenta dicen blemente se embiste una plaza, como se embis
algunos que una tropa en el campo de batalla em te al enemigo en campo abierto; pero al embestir,
bebe, empapa, atrae, recoge el fuego, singular en tal sentido, no se lleva la idea de acordonar,
mente de artillería, es decir, lo sufre inmóvil, sino de tomar la plaza por escalada (V. e. v.) sin
sin contestar, para dar tiempo á que otros cuer guardar los trámites ó lentitudes del ataque re
pos dispongan ó realicen el ataque ó retirada.
gular, METÓDICO, POLIORCÉTICO. El MARQUÉS DE SAN
Por metáfora también, aunque más razonable, TA Cruz, que en sus Reflexiones militares suelo
embeber es incorporar (V. e. v.) y más usado cometer algunos galicismos, inevitables en su
encajar, embutir; pero debe distinguirse en tác tiempo, no cae en este. Por ejemplo: «Siguiendo
tica de encajonar (V. e. v.) Este último verbo la propia máxima de embestir á los enemigos por
exige movimiento, marcha. Por la antigua tác su flanco y dejar inútil su fuerte, bloquearás la
tica estaban embebidos en la primera fila los plaza...... (lib. 13. cap. IV.) Sobre todo la Orde
oficiales, que por la nueva forman delante en nanza está concluyente: «haciendo sus fuegos con
batalla. prontitud y buena dirección, y embistiendo in
EMBELECO. No sabemos de donde han sa trépidamente con el arma blanca al enemigo
cado los Diccionarios militares de Hevia (4 857) cuando su comandante se lo ordene». [Art. 24.
y J. D' W. M. (4863) que embeleco antiguamente tit. 4. tral. 2).
significó barricada, obstáculo ligero, defensa. En
nuestra copiosa lectura no hemos topado con tal EMBLEMA. Palabra griega que significa ex
vocablo en tal sentido. Sin ofender á nadie, cree presar ideas por medio de la representación de
mos con el Dice. Acad. que «embeleco,» en este objetos materiales. Comprende todo geroglífico,
caso como en todos, es «embuste, engaño». símrolo, empresa con lema ó sin él. La bomba de
los artilleros, la corneta de los cazadores, el
EMBESTIDA y EMBESTIDURA . Acome castillo de los ingenieros son emblemas ó atri
tida impetuosa. La acción de embestir (V.e. v.). butos. (V. y disting. Distintivo, Divisa, Símbolo).
EMBESTIDURA. Para comprender la cor EMBOCADERO. «La entrada de los canales
rección con que están traducidos algunos artícu y estrechos de mar. Llámase también emboca
los de la Enciclopedia de Mellado basta citar el dor». Esto da Dice. Acad. Hist., que en estos ar
principio del correspondiente á esta palabra: «La tículos de topografía hemos tomado por tribu
operación de la embestidura entra en el primer nal de alzada. «Portillo ó hueco hecho á manera
periodo de un ataque en las formas » ¡así de una boca ó canal angosta. Lo mismo que em
llama al sitio de una plaza, formal, regular ó bocador». (Dice. Acad. 5.)
metódico! Pero esta dichosa embestidura ha caí
do tan en gracia, que se ve impresa hasta en li EMBOCADURA. «La acción y efecto de em -
bros de texto, con dolor de todo ingeniero que bocar alguna cosa por una parte estrecha».
respete la lengua castellana. Dudamos desarrai (Dice. Acad. 5.). Por lo cual es más propio de
garla, á pesar del siguiente articulo Embestir. cir EMBOCADURA que DESEMBOCADURA de Un TÍO.
La parte del bocado que entra en la boca del ca
EMBESTIR. Los franceses usan el verbo in
ballo.
vestir y el sustantivo investissement para expre
sar el primer acto del sitio de una plaza, es EMBOCAR. Entrar por una parte estrecha.
to es, el ACORDONAMIENTO, CERCO, BLOQUEO, ASEDIO, «Fué este daño irreparable; pero ocasión de
que todas estas voces, aunque no sinónimas, mucho mayor, el no poder volver jamás la ar
traducen la francesa; pero los malos traductores mada católica á embocar el canal por causa de
prefieren embestidura cometiendo gran impro los vientos contrarios». (Coloma. G. de Flánd. li
piedad. Embestir lleva en sí la idea de ataque sú- bro 1).—Algunas veces en artillería tiene el
bito, no muy calculado y sobre todo brioso. El sentido de batir de frente á la enemiga, como
Dice. Acad, 5 dice terminante: «Embestir, aco en este párrafo de Alonso Carnero, describiendo
meter con ímpetu». El castizo P. Basilio Vaiie>-: el sitio de Ostende; «Pero el marqués Spínola les
EMBO - 396 - EMIN
hacia otras contrabaterías con que les emboca EMBOTADO Participio del verbo embotar.—
ba las piezas, y las hacia inútiles, y con fuegos Adjetivo afrancesado, botíé, para decir soldado
artificiales so arrojaban balas que les hacían de caballería con las botas de montar puestas,
mucho daño....» (Guerr. de Flánd. lib. 15. ca que se deslizó entre los muchos de las Ordenan
pítulo 44.) También dice Don Bernardino de Men zas expedidas á principios del siglo XVIII, y se
doza: «Tomando siempre la vuelta de suerte que mantiene en las de 1768: «Y los soldados estarán
ninguna pieza del enemigo los pueda embocar siempre vestidos y embotados en disposición de
ni batir por línea derecha». (V. y comp. Enfilar). montar á caballo sin retardo». (Art. 16. til. 4 0.
EMBOLON. Pocas palabras griegas habrán trat. 7).
ocupado tanto como esta a los tácticos eruditos. EMBOTAR. Engrosar los filos y puntas de
Buchard,Folard, Maizeroy, Bonnaselle, Praissac, las armas blancas.—Por extensión enervar, debi
cuantos comentadores y traductores hay de clá litar, entorpecer.
sicos antiguos disertan sobre esta palabra afortu EMBRAGAR. Sujetar el canon ú otra cosa
nada. Quién atribuye la invención á Dionisio de con braga (V. e. v.) con cuerdas.
Flalicarnaso, quién á Filipo de Macodonia. Unos EMBRASURA. Los traductores del francés
quieren que fuese el cuneas, el capu' porci, el que no saben castellano encuentran embrasure
triángulo; otros la simple columna rectangular y dicen muy frescos embrasura; otros lo copian,
estrecha y larga, agmen densum, coniractum, y al verlo impreso en «libros de texto» se ha lle
plosión. (Y. Táctica). Cada uno, para apoyar su gado á creer, no sólo que esta voz es española,
opinión, se apoya en Ammiano, Plutarco, Poli- sino que da cierto relieve «técnico» al que la pro
bio, Tucídides, Jenofonte. Resultado: que embo- nuncia, por ser algo extraña en efecto. Conste
lon en guiego es lo mismo que cúneo en latín y que los franceses son dueños de decir embrasu
r.tiÑA (V. e. v.) en castellano: disposición triangu re; pero los españoles tenemos suficiente con ca
lar de ataque.—Celemboi.on, la inversa: es de jonera y tronera sin necesidad de embrasura.
cir, la disposición cóncava, en tenaza. (V. e. v.).
EMBRAVECER. Excitar, conmover, irritar,
EMBORRADOR ó Ehborrajador. Herra enfurecer. Recíproco, hacerse bravo, cruel.
mienta de rastero, que usa la artillería para la
construcción de bastes ó albardones.—Emborrar, EMBRAZADURA. En la adarga se llamaba
henchir ó llenar de borra. asi á las dos asas ó brazales, á una manija y un
fiador que venia desde el hombro como un ta
EMBOSCADA. Significa trescosasen una: el halí. (Mart. del Romero. Glos. del Cal. de la R.
paraje conveniente en que una tropa se oculta, Arm.)—La acción y efecto de embrazar.
para esperar y acometer de improviso, sobre
seguro, con mucha ventaja y poco riesgo, á EMBRAZAR. Meter el brazo izquierdo por
otra superior que pase desapercibida ; la acción las asas del escudo, pavés, adarga, rodela, y cu
y efecto de emboscarse; por último, la tropa brirse con ellos para pelear. (V. y comp. Desem
misma que se embosca ó se oculta y espera. De brazar).
nuestra afición antigua y genial á la guerra de EMBREGARSE. Meterse en brega, riña,
emboscadas, deducen algunos que esta palabra es pelea.
de origen español y se Irasformó en emboscata EMBREÑARSE. Meterse entre breñas.
por los latinos (de boscus, bosque), imboscata pa
ra los italianos, embuscade, para los franceses. EMBRIDAR. Poner la brida al caballo. Más
Algo flaquea esta afirmación, si se considera que técnico, adiestrarle, acostumbrarle á dejarse
en buen latin el equivalente de emboscada es in mandar por el jinete.
sidia, palabra castiza que el Dice, de la Acad. EMBUDO. La excavación, cráter, hoya ó
da por sinónima de asechanza. Los libros cuen hueco de figura cónica, ó de embudo, que pro
tan y repiten célebres emboscadas, y hasta tienen duce en el terreno la voladura de un hornillo de
el candor de «dar reglas» para hacerlas, armar mina. Probablemente tomado del entonnoir fran
las ó tenderlas (V. y comp. Ardid, Asechanza, cés en el siglo pasado.
Celada, Estratagema, Insidia). EMERITOS. Emeriti en latin. Soldados ro
EMBOSCARSE. Ponerse en emboscada.—En manos licenciados, despedidos del servício cum
trarse por lo espeso de un bosque. plido el tiempo de su empeño: 20 años los legio
EMBOSQUECER. «Hacerse bosque, conver narios y 16 los pretorianos. (Rich).
tirse en bosque». (Dice. Acad. 5). EMINENCIA. En topografía, nombre gene-
EMIR - 397 - EMPE
rico de toda altura, ó elevación del terreno, Ordenanza, sin recitarla como loros, ni citarla á
desde la montaña á la colina. Comprende, pues, cada triquitraque.
ALTO, ALTOZANO, CABEZO, CUETO etc. etc. EMI EMPAREJAR. «Poner una cosa á nivel de
NENTE. Alto, elevado, que descuella ó sobresale otra.—Llegar alguno á ponerse al lado de otro
(V. y disting. Dominante). que iba adelantado en la calle ó camino» (Dice.
EMIR. Voz^irabe que insertamos aquí por lo Acad. 5). En táctica debia usarse más este ex
- mucho que juega en nuestra historia militar de presivo verbo, en la formación ó despliegue en
la edad media. Sus varios significados, que no batalla, en el juego de los escalones.
apuraremos, se refunden en principe, caudillo, EMPAVESADA. Antes del uso de la pólvora
jefe, comandante. Emires fueron los primeros el sitiador podia fácilmente cubrirse de los ti
príncipes que ocuparon el trono de Córdoba, ros y dardos de la plaza por medio de grandes
hasta que tomaron el nombre de Kalifas. Emir escudos llamados payeses, puestos en fila, de
almumenin ó kmir-al-mouslemin, principe, jefe donde se llamó empavesada, como hoy de cestón,
supremo de los fieles, de los creyentes, de los cestonada. Por extensión se llamaba también
musulmanes, se ve en nuestras crónicas cor así á los cueros, las telas, las esteras, los zarzos
rompido en MiRAMAMOLiN. (V. y disting. Cbeik). ó tejidos de ramaje y en general los obstáculos
EMISARIO. Voz puramente latina y militar, delgados, y entónces suficientes, para no ser
emtitarium. Entre los romanos tuvo doble senti visto ni herido. «Si acometían los gentiles una
do de batidor ó explorador, y de espía ó agente fortaleza era debajo de empavesadas y testu-
secreto.—En topografía, lo trae Dice. Acad. 5 des». (Saav. Faxardo. Emp, 2Gj.—Empavesado,
como desaguadero de algún estanque ó laguna. el hombre armado de pavés.—Empavesar, formar
EMPALIZADA ó PALIZADA. «Lo mismo empavesada de defensa.
que estacada, que es como más comunmente se EMPECER. Dañar, ofender, hacer mella en
dice». (Dice. Acad. o). Algunos ingenieros, sin alguna cosa (Dice. Terreros). Dañar, ofender,
embargo, no hacen sinónimas ambas voces. Em causar perjuicio. (Dice. Acad. 5).
palizada podría significar la fila de palos, de ár EMPEÑALADO. La flecha ó saeta con plu
boles rollizos que forme parle integrante del pa mas. Describiendo la Crón. gral. de Esp. (fól.
rapeto do tierra, sosteniéndolo á modo de reves 428) el sitio de Sevilla por San Fernando dice:
timiento ó de muro: mientras que estacada «de la Torre del Oro esso mismo con trabuques
podría ser la fila de estacas, más ó niénos pró que los aquejaban además, é con ballestas de
ximas, que forma por sí valla ú obstáculo inde torno, ó con fondas, é dardos empeñalados».
pendiente en el camino cubierto, en el foso, en (No lo trae Dice. Acad. 5 ni \). CLONARDtambien
la caponera, en la gola de una obra. Sea como lo toma en este sentido. En el Disc. sobre el tra
quiera, cuando las estacas no están verticales la je (pág 114) dice: «Para mayor abundamiento
estacada se convierte en frisa: y la obra, en vez se valian los antiguos de otros tiros rectos, co
de estar empalizada, está frisada. La parte de la mo ballestas de torno, llamadas escorpiones del
estacada que se abre y cierra, como puerta pa griego skorpio, y la catapulta, con las cuales
ra dar paso, se llama barrera, ó mejor rastrillo. despedían saetas envenenadas y dardos empe
EMPALME. Dice. Acad. S dice «empalma ñalados esto es emplumados» —Seg. Dice.
dura». Los ferrocarriles han puesto en uso esta Terreros, empennado se dice en el blasón del dar
voz de carpintería, para expresar el punto en do ó flecha que tiene sus alas ó plumas. Efecti
que se juntan dos líneas ó aquel de donde ar vamente la voz latina penna, pluma, pudo dar
ranca un ramal. —Empalmar es juntar por los ca origen al empennado, pero no parece tan obvio el
bos ó extremos dos maderos, sogas ú otra cosa. EMPEÑALADO.
EMPANTANARSE. Hacerse anegadizo un EMPEÑAR. Comenzar, entablar, empren
terreno.—Caer, dar en un pantano. —Atolon der, trabar una acción de guerra.— Emplear,
drarse, detenerse un jefe ó general en lo crítico lanzar, comprometer jiña tropa en combate.—
de una operación ó maniobra. Empeñar la palabra, el honor: obligarse al cum
EMPAPARSE. Metafóricamente, dice el plimiento.—Empeñarse: arrojarse con resolución
Dice. Acad. 5: «llenarse de algún afecto, idea ó á los peligros, vencer con brió las dificultades.
doctrina de modo que ocupe toda la voluntad ó EMPEÑO. En general obligación ó deuda
entendimiento». Mucho nos convendría á todos, que se contrae. Por ejemplo, empeño de masita,
desde el alférez al general, empaparnos en la empeño de honor.—Arresto, denuedo en acó
EMPE - 398 - EMUL
meter peligros. Constancia, persistencia, tesón, EMPRADIZARSE. «Hacerse prado algún
ahinco, tenacidad, eticada. terreno, echando yerbas propias para el pasto».
(Dice. Acad. 5).
EMPERADOR. (V. Imperator).
EMPRENDEDOR. «El que emprende y em
EMPINADA. La acción del caballo que se pieza con resolución acciones dificultosas».
levanta sobre las piernas, manteniéndose algún (Dice. Acad. 5). Buena cualidad 4el militar, sin
tiempo sobre ellas. La frase técnica es «irse á la gularmente en los altos grados.
empinada».
EMPRESA. Tiene el doble significado de plaw
EMPÍRICO. Antes se aplicaba este adjetivo proyecto, designio militar; y también el proce
griego solamente al médico ó cirujano que, dimiento, la ejecución para llevarlo á cabo. Dar
fundado en su experiencia y en las leyes de su cima á una empresa, coronar la empresa, indica
práctica, desdeñaba gobernarse por los libros. terminar con acierto y fortuna una operación ó
Hoy, en el lenguaje vulgar, se ha extendido á conjunto de operaciones. (V. ydisting. Interpre-
todo practicón obstinado en ignorar los princi sa) Dice. Acad. 5. da: «La acción árdua y difi
pios. Esto empirismo domina desgraciadamente cultosa que valerosamente se comienza». Dice.
en la milicia; y por mayor contraste, quien abo Terreros: «Resolución, hecho valeroso, difícil,
mina libros, estudio y ciencia tiene la arrogan expuesto; golpe, acción militar».—En los tiem
cia de «sabérselo todo», viniendo á lograr por pos caballerescos, empresa ó divisa era el símbo
consiguiente «ciencia infusa». La voz es pura lo, el signo exterior y enigmático pintado en el
mente griega, empeiricos de empeiria experien escudo, recamado en la sobrevesta por medio de
cia.—Empirismo es el sistema opuesto á dog emrlemas, figuras, letras, motes. «A buen seguro
matismo. ¡V. Dogma). que la hallaste ensartando perlas ó bordando
EMPLAZAMIENTO. Es común ver en li alguna empresa con oro de cañutillo para este su
bros traducidos del francés esta voz, por equi cautivo caballero». (Quijote, part. 1. capitulo
valente de emplacement, en emplazamiento de 31). Inútil es advertir que, después de esta, ya
una batería ó de una obra de fortificación. Em no hubo más empresas, ni embelecos.
plazamiento y emplazar son voces técnicas fo EMPUJE. Vulgarmente arremetida, acometi
renses: significan citar judicialmente en un pla da, embestida. (V. Brusco).—Hombre de empuje, el
zo. «Emplazamiento tanto quiere decir como que desea sobresalir y distinguirse, fiado en sus
llamamiento que fazen á alguno que venga ante bríos y talentos.
el juzgador á fazerderecho etc.». [PartidaZ. tit.
EMPULGADERAS ó Empulgueras. Los ex
7. ley 1). De ahí se extiende á «emplazar ante
tremos de la verija de la ballesta, en donde se
Dios» , como los Carvajales al rey de Castilla Don
aseguraba la cuerda, y que se llamarían así por
Fernando el Emplazado. La lengua castellana
caber en ellos el dedo pulgar. «T estando allí
tiene abundancia, quizá sobrada, de voces: (el Condestable Miguel Lucas, 1473) llegaron dos
asentar, establecer, plantar, construir, colocar,
ballesteros, personas bajas, y el uno le dió en la
erigir, levantar etc. sin necesidad de cometer
caueza con la empulgadera de la ballesta y le
el barbarismo, que no galicismo, de emplazar
echo los sesos de fuera, y el otro le acudió con el
baterías. —En la casuística legislación de la edad
mocho de su ballesta y assi dieron con él muer
hedía sobre alcaidías y tenencias ó gobiernos de
to en el suelo». (Crónica del Condest. en Mem.
castillos, estos se emplazaban, según intrincadas
hist. esp. T. VIII. 508).—Empulgar es armar la
reglas que para nosotros no tienen ya interés, y
ballesta en general. (V. Engafar).
que pueden verse en la Part. 2. tit. 18, ley 20,
que tiene por epígrafe: «En qué manera deben EMPUÑADURA. La guarnición ó puSo de la
los Alcaydes emplazar los castillos, quando los espada (V. e. v.)
señores son en culpa, non los queriendo tomar». EMPUÑAR. Asir y tomar por el puno un ar
Ley 21 : «Qué debe aun facer el Alcayde des ma blanca, un bastón de mando.
pués que ovicre emplazado el castillo». Ley 22: EMULACION. En latin cemulatio. Senti
«Cómo el Alcayde puede* emplazar el castillo, miento humano que, en la acepción puramente
non le queriendo dar el señor lo que ovíesse á militar, es la base de lo que llamamos espíritu
dar por la tenencia de él». de cuerpo. (V. e. v.) En aquel artículo hemos ex
EMPLEADO. EMPLEO. Para evitar repeti puesto con ruda franqueza el peligro que en
ciones, consúltese los art. Efectivo, Ejercicio, vuelve en nuestra raza, sobrado impresionable,
Grado, Reformado, Reemplazo, Propietario, Vivo. estimular demasiado la emulación y halagar con
ENAR - 399 - - ENGA
exceso el amor propio, tanto del individuo, como nal en la nueva alineación. Cuando los soldados
de la colectividad. Una justicia imparcial, aus en fila y con tacto de codos, giran á derecha ó
tera, reflexiva da siempre en nuestro ejército izquierda, quedando en hilera, la distancia de
más fruto que la distinción inmotivada en forma pecho á espalda es mucho menor que la longi
de FUEROS, EXENCIONES Ó PREEMINENCIAS. Esto en tud del paso ordinario de 28 pulgadas. Por con
otros países será estimulo de emulación; pero en siguiente al marchar en esta formación, el pié
España no suele haber bastante prudencia en el del soldado que va detrás tiene que sentarse y
que gana, ni bastante paciencia en el que levantarse con perfecta uniformidad con el pié
pierde. del de delante, y cruzarse algo las piernas
ENARBOLAR. Arbolar, levantar en alto opuestas de uno á otro, esto se llama también
BANDERA, ESTANDARTE. encajonar el pam), traducción literal del emboíter
ENARDECER. Excitar ó avivar alguna pa de los franceses. En la táctica antigua la marcha
de hileras era muy frecuente y fatigosa; por lo
sión del ánimo.
que la moderna la ha sustituido con la de Á cua
ENASTAR. Poner el mango ó asta á un arma tro, en que no hay que encajonar el paso. En la
como pica, lanza, alabarda, que por eso se llama pág. 35 y 37 de la instrucción del recluta de
enastada. infantería, se prescribe expresamente que nun
ENCABALGAMIENTO. Antiguamente mon ca se marche de A uno, es decir, en hilera, más
taje, carruaje, afuste, cureña. de un minuto, por la poca soltura del hombre,
ENCABALGAR. Antiguamente montar, en por lo difícil que es conservar la pequeña dis
las acepciones que hoy tiene este verbo. Enca tancia de pecho á espalda, sin que se abran cla
balgar, montar la artillería. Y también remon ros'y haya pisotones y pérdidas de compás. El
tar, proveer de caballos. «Estaba la caballería reglamento vigente de caballería, omitiendo esta
católica muy mal parada, tanto que de las tres acepción individual del verbo encajonar, lo defi
partes de los soldados habia las dos á pió; y de ne así: «Es cuando al concluir su conversión las
seando el duque de Parma resucitar esta parte fracciones de una tropa que forma en batalla,
tan importante del ejército, envió á comprar el costado saliente de cada una de ellas entra á
cantidad de caballos á Alemana y llegando há- alinearse con el eje de la inmediata». (T. I. por
cia la fin deste año á Miaux al pié de mil qui te. ', art. i).
nientos, se repartieron por todas las compañías, ENCALMARSE. Sofocarse el caballo por ex
que fué una manera de encabalgallas muy so cesivo trabajo, cuando hace calor ó está muy
corrida y á poca costa». (Coloma. G. de Flánd.) gordo.
ENCABESTRARSE. Enredarse el caballo, ENCAMACION. Según Dice. Acad. 5 lo mis
echando la mano sobre la cadena ó ronzal en la mo que encofrado (V. e. v.) revestimiento inte
caballeriza, lo cual suele producir encabestradu rior de mina.
ra ó lesión en las cuartillas.
ENCAMISADA. En general sorpresa, estra
ENCABRITARSE. Lo mismo que empinarse
tagema nocturna. (V. AlbazoJ. Antes de la in
el caballo, levantando las manos. vención del uniforme, las armas defensivas ha
ENCADENAR. Sujetar unos á otros los caba cían realmente uniformes á las tropas, que nece
llos en campamento ó vivac, enlazando los ronza sitaban bandas ó listones para distinguirse. No
les y asegurándolos en cuerdas tendidas con es siendo estos suficientes en los golpes de mano y
tacas hincadas en el suelo. Los antiguos drago ataques de noche, se apelaba á poner la camisa
nes, para combatir á pié, también encadenaban por encima. «Tornando á contar del ?erco quel
sus caballos, quedando un soldado á cada extre Rey tenia puesto á D. Juan Nuñez en Tordehu-
mo de la ñla. mos, sucedió que una noche trasnochó el Rey
ENCAJONADO. Se dice en topografía do un con algunos cavalleros é fueron á dar una enca
valle, de un camino, de un rio con orillas altas y misada á Torre de Lobaton, que era deD. Juan
escarpadas.—En su acepción táctica, V. Enca Nuñez y entraron la villa por fuera, mas no
jonar. el castillo». (Barrantes Maldonado. Ilustr. de la
ENCAJONAR. Es el acto de entrar un sol casa de Niebla. Mem. hist.esp. T. IX. pág. 232).
dado en hilera, es decir, entre la espalda del « y con esto, si vinieren, dejárnoslos saltar
que le antecede y el pecho del que le sigue. Al en tierra á hacer sus corredurías, echaremos
salir de esta formación, a) hacer fila ó batalla nuestras espías á caballo tras ellos, y en hacien
al frente, desencajona para entrar por la diago do alto, darles hemos Santiago al matin encami
ENGA — 400 — ENCA
sados (si nos pareciere), porque aunque nos ENCAÑONAR. La primera acción de aton
mezclemos con ellos nos conozcamos, y hare- tar: dirigir al objeto ó blanco, poner en su pla
moslos recoger á sus galeras, de manera que no vertical el cañón del arma de fuego.
nos dejen mucho despojo en las uñas y por lo ENCAPACETADO. Caballero de la edad me
menos les pillaremos el bagaje». (Eug. de Sala- dia, no sólo cubierto con yelmo ó capacete, sino
zar. Carlas, pág. 20). armado de punta en blanco. Es voz que se en
Algunos creen que la voz encamisada provie cuentra en la Crónica del condestable Migdkl Lr-
ne de sorprender al enemigo «en camisa», es cas, al describir puntualmente un alarde, que
decir, durmiendo, descuidado; pero no os así, mandó hacer en marzo de 1464 en Jaén: o y sa
como manifiesta este texto de Egmluz (pág. 71): lieron con él (Condestable,) todos los cavalleros
«Desnudarse la camisa el soldado que la tiene armados y encapacetados, la gente más hermo
vestida, y, sino tiene otra, se la viste encima de sa que por ventura de ninguna ciudad de toda
sus armas, y la correa ceñida por encima para España podria salir». (Mem. hist. esp. T. VIII).
ponerse la espada, asi el que sirve con coselete
como el arcabucero; y la celada cubierta de ENCAPOTAR. Defecto del caballo, contra
lienzo blanco con pañizuelos ó servilletas por rio á despapar; cuando acercando la boca al pe
que no se descubra ningún arma y entre ellos cho y apoyándose sobre el bocado, carga todo su
se conozcan para atacar de noche al enemigo». peso sobre la mano de la brida, obligando al ji
Cuando no había camisa , se acudia al papel nete á soportar el peso.—Segun Dice. Acad. 5.,
blanco, como en la batalla de Pavía, según este encapotar es también cubrir con el capote. —
otro texto de Sandoval [Hist. de Cárlus V. lib. Encapotarse. Poner el rostro ceñudo y con sobre
12 párr. 25): «Siendo ya juntos los esquadrones cejo.— Cubrirse el cielo de nubes negras y tem
imperiales encamisados ó empapelados, comen pestuosas.
zaron los tudescos poco á poco á caminar». ENCARAR. Lo que hoy decimos apostar.
ENCAMISARSE. Ponerse la camisa sobre el «Antes viendo que llovia sobre el un nublado
vestido, en general, prepararse á una acción ó de piedras, y que le amenazaban mil encaradas
sorpresa de noche. «Ordenó se encamisasen en ballestas y no menos cantidad de arcabuces. .c.
San Simphorien mil arcabuceros españoles». [Quijote parle 2. cap. 28).
(B. de Mendoza Cornent. pág. 156). ENCARCAJADO. Adjetivo antiguo que se
ENCAMPANADO. Lo que tiene figura de aplicaba al que llevaba carcax ó carcaje. (Dice.
campana; y por eso en artillería se llama así Acad. 5).
á la pieza cuya ánima se va estrechando hácia la ENCARGADO. En genoralcl inferior que ac
RECÁMARA. (V. ABOCINADO, ABOCARDADO). cidentalmente y por corto tiempo desempeña
un cargo superior. Más particular, el teniente
ENCANALAR ó Encanalizar, que es como
que manda compañía por breve ausencia del ca
más comunmente se dice. «Conducir el agua pitán (V. y disting. Accidental, Interino).
por canales, ó hacer que un rio ó arroyo entre
por algún canal. (Dice. Acad. 5). ENCARNAMIENTO. «El efecto de encar
nar ó criar carne la herida, cuando va mejoran
ENCANDILADO. Familiarmente erguido, do». (Dice. Acad. 5).—Encarnar. «Criar carne
levantado.—Se llamó así al primitivo sombrero la herida.—Meterse ó introducirse por la carne
de tres picos ó tricornio, por tenerlos efectiva la saeta, espada ú otra arma». (Dice. Acad. 5).
mente como los de un candil.
ENCARNIZARSE. Cebarse en el enemigo; no
ENCANTARAR. Poner, no precisamente en dar cuartel; causarle más bajas de las necesa
cántaro, sino en caja, urna, bolsa las cédulas ó rias para la victoria.
bolas para sacar nombres á la suerte como en
las quintas. También se dice del sugeto cuyo ENCARO. En general arma de fuego corta,
nombre se encantara. retaco, pistolete. Martínez del RoMERodice que
el pedreñal dió origen al mosqueton, al encaro, al
ENCAÑAR. Conducir agua por encañados y trabuco, etc. Dice. Terreros sólo da puntería.
conductos. —Poner cañas que formen vallado. Dice Acad. 5. «laaccionde encarar ó apuntar,)'
ENCAÑIZADA. Corral ó atajadizo, que se también la de mirar con algún género de aten
hace generalmente con cañas, en rios, lagunas ción y cuidado á otro». —Segun Hevia y otros,
ó mares, para conservar pescados, sin que pue el rebajo hecho en la culata del fusil para aco
dan escaparse . modar la mejilla derecha al apuntar.
ENGA — 401 — ENCU
ENCASTILLARSE. Rigorosamente, encer tablas y maderos con que se reviste el interior
rarse en un Castillo ó fortaleza con formal in de una mina, para evitar el desplome de las
tención de defensa .« después de haberse en tierras.
castillado en la ciudadela, ganándola gracia de ENCOGIMIENTO. Cortedad de ánimo. Gra
la guarnición walona ». (Coloma. G. de Flánd. ve defecto militar.
lib. 7). Por extensión, guarecerse, acogerse en ENCONTRON. En táctica el golpe que da
riscos, sierras ó posiciones fuertes por naturale un soldado á otro con el codo ó con el hombro,
za.—El participio encastillado, que hoy expre que produce los movimientos de serpenteo, fluc
sa moralmente altivoy soberbio, se usó también tuación, ondulación de una línea algo extensa,
por cubierto de castillos. «E sabia él que eran cuando marcha de frente, producidos también
muy fuertes en armas é la tierra muy encasti por la desigualdad del piso y del paso; por la
llada é trabajosa de conquerir». (Crón. gral.) falta de cuidado, y, á veces opuestamente, por
ENCEBADAR. Dar al caballo tanta cebada la excesiva preocupación del soldado, que se
que le haga daño, que le cause, bebiendo mu adelanta ó atrasa de pronto para recobrar la ali
cho, la enfermedad llamada encebadamiento. neación. Traduce exactamente el acoup francés.
ENCENAGADO. Terreno, agua, charco re ENCOPETADO. «El que presume demasia
vuelto y mezclado con cieno. Encenagarse, me do de si». (Dice. Acad. 5). Defecto tan común en
terse en el cieno. la milicia como en la sociedad.
ENCENDER. La guerra, —los ánimos,—la ENCORAJAR. «Dar valor, ánimo y coraje.
mecha. (V. Inflamar). —Encorajarse. Encenderse en coraje ó encole
ENCENTAR. (V. Decentar). Covarrubias da rizarse mucho». 'Dice. Acad. S). Lo usa Euge
«estrenar una cosa». Dice. Acad. 5, como anti nio de Salazar". «De los caballeros, muchos las
cuado, «cortar ó mutilar un miembro». entienden y se animan y encorajan con su so
nido». (Cartas, pág. 24).
ENCEPADOR. El obrero destinado exclusi ENCORAR. Cubrir cero cuero alguna cosa.
vamente á encepar, es decir, á echar la caja al
cañón del arcabuz ó arma de fuego. (Dicc. Acad. 5). ENCORAZADO. «Cubierto y vestido de co
raza». (Dice. Acad. 5).
ENCEPAR. «Meter á uno en el cepo. —Echar
CAJA á Un ARMA DE FUEGO». (DlCC. ÁCAD. 5). ENCRESPARSE. Así como se dice de las
pasiones del ánimo, cuando se agitan, alteran ó
ENCERADO. Lienzo impermeable, adereza enardecen, y de los movimientos del caballo,
do con cera ú otras sustancias para resguardar cuando se desmanda, y de las olas del mar le
del agua alguna cosa. La artillería tiene el en vantadas por el viento; bien puede decirse que
cerado de parque, pedazo de lienzo preparado, se «encrespa ó calienta» una escaramuza, refrie
forrado de otro común, y guarnecido con un ri ga ó acción de guerra, y también los mismos com
bete, generalmente de badana, cuya dimensión batientes.
es de unas cuatro varas en cuadro, y que sirve
en los parques para cubrir efectos, especial ENCRESTADO. «Ensoberbecido, levantado,
mente de campaña. Y el encerado de carga, lo altivo.» (Dice. Acad S). (V. Cresta).
mismo que el anterior, pero más pequeño, pues ENCRUCIJADA. «Travesía de dos caminos
sólo tiene dos varas en cuadro, y sirve para cu que se cruzan». ('Dice. Acad. Hist.) «El paraje
brir las cajas de municiones y otros efectos que se en donde dos calles ó cominos se cruzan. (Dice-
conducen en mulos. Acad. Esp.)
ENCKRCAR. ENCERCO. Antiguamente lo ENCRUDECER. Exasperar, irritar.
mismo que cercar y cerco. ENCRUELECER. «Instigar á uno á que
ENCERRAR. (V. y comp. Acorralar). Obli piense y obre con crueldad». (Dice. Acad. 5).
gar al enemigo á meterse, como último refugio, Bien se ve que no debe confundirse, como es
en un punto fuerte sin esperanza de socorro ó costumbre, con el verbo anterior.
salvación. ENCUBERTADO. Lo misino que bardado,
ENCESPEDAR. Revestir con céspedes. ARMADO, LOR1GADO el CABALLO DE GUERRA. DlCC.
Acad. 5 añade: «Dicese particularmente de los
ENCINAL ó Encinar. Monte poblado de en caballos, cuando se cubren de paño ó bayeta
cinas. negra en demostración de luto». Tal debería ser,
ENCOFRADO. El conjunto, la armazón de á juicio nuestro, su exclusivo significado. Pero
51
ENCU — 40á — ENER
la misma Academia dice más abajo: «Encuber Se usa también como adjetivo. Viene del latin
tarse, vestirse y armarse con alguna defensa que inimicus. Algunos gramáticos dudan si los roma
asegure el cuerpo de las heridas del enemigo». nos llamaban inimicus al enemigo privado ó par
Por consiguiente es genérico, no sólo para el ticular, y Aosíis al público, esto es, al enemigo
caballo, sino para el hombre. (V. Encapacetado). del Estado. Muchas veces se leen entrambos jun
ENCUBRIR. (V. y disting. Cubrir). Los tres tos: «Olio in número me esse apud vos vultis? Si
Dice. mil. de Moretti, Hevia y J. D' W. M. , co tamquam inimicum et hostem insertare propositum
piándose, dan un significado falso á este ver est, pergitet. (Tito Livio. De MI. rnaced. lib. 9. .
bo. Un general en jefe encobre, es decir, oculta, «Scribit etiam ad ipsum hoc familiariler, nec
guarda, reserva sus planes y proyectos; un guer flum plañe inimicos aut hostis» (Suctoxio, in 77-
rillero, una partida suelta encubre sus marchas ber).—El superlativo de enemigo es puramente
y movimientos; una guerrilla cubre «material latino, inimicísimo, como de amigo amicísimo.
mente)) á una masa, como una cordillera ó el vlnimicissimi mentís vitatque tranquilla». (Ci
mar cubren á un ejercito entero. Encubiertamen cerón. Tuscul.) Sin embargo, Dice. Acad. 5 da
te, según Dice. Acad. 5, es «á escondidas, con ENEMIGUÍSIMO.
secreto, recatadamente». Una columna de atadue ENEO. Adjetivo puramente latino, txneus, lo
arremete (en pleno dia y sin el menor misterio, que es de cobre ó bronce.
ni recato) no encubierta, sino cuhierta por una ENERGIA. De dosvocesgriegasínyer^on. Es
cortina, una linea, un cordón de tiradores. ta recomendable cualidad militar, física y moral,
ENCUENTRO. Para comprender el sentido merece definición en este segundo sentido. No es
de esta voz conviene ver el extenso art. Bata energIa moral en un jefe la terquedad, la sober
lla. Generalmente se dice que es acción de guer bia ó el mal modo. Esa energía cómica es la ca
ra pequeña, ó sin importancia ni resultado, cho ricatura de la energía verdadera; es quizá la
que, escaramuza; pero también hay batallas de máscara con que se encubre su falta. La energía
encuentro, en que dos ejércitos chocan inopina es ingénita, es algo más que la fuerza ordinaria
damente sin buscarse, sin ir ó salir «al encuen con que, más ó ménos, todos venimos dotados
tro» uno de otro.—Encuentros, en el caballo, se para luchar con las dificultades y contratiem
llaman las puntas de las espaldillas que en el pos de la vida; es la manifestación espontánea,
cuarto delantero se unen con el cuello. mesurada y vigorosa de un esfuerzo superior, de
ENCUMBRADO. Elevado, alto.—Encumbrar un temple poderoso, de una capacidad de acción
es no sólo levantar en alto, sino subir á la cum que irradia del centro de esa fuente desconoci
bre, pasarla, scg. Dice. Acad. 5. da del sentimiento, de la actividad, de la vida
ENCHA. Enmienda, indemnización del da en fin. Mucho conviene sin duda la salud, la
ño hecho en la guerra; de en-her, que vale re robustez, la energía corporal para el cómodo
hacer. (Dice. Covarrubias). «Enmienda ó salis- asiento y desarrollo de la energía moral; pero
facion del daño recibido en la guerra». ('Dice. muy común es que esta se aloje en individuos
débiles, valetudinarios y de ruin temperamento.
Acad. 5). (V. Erecha).
Cuerpos de tropas acosados, guarniciones de pla
ENCHARCADO. Terreno inundado, cubierto zas en los últimos apuros han redoblado su
de charcos. energía al compás del peligro y de la necesidad.
ENDURECER. Acostumbrar, habituar a Así como el espíritu encogido y apocado espar
una tropa al trabajo, á la inclemencia, á la fa ce la apatía y desaliento en derredor, el tempe
tiga, á la escasez, á los rigores y penalidades de ramento enérgico trasmite y comunica visible
la guerra. (V. y disling. Aguerrir). mente todo lo (pie le sobra de esfuerzo y de vi
ENEADOR. Trompeta romana igual á las mo gor. La energía predispone al entusiasmo; (V. e.
dernas y que tenia los mismos usos. No tiene v.) pero, más sólida y menos pasajera que este,
más autoridad que la dudosa de Moretti. (V. con ella hay que contar para acometer largas y
Eneo). difíciles empresas. (V. y comp. Carácter).
ENEJAR. Echar eje á una curen* ó carro. ENERVACION. Enervado. Verbo latino,
ENEM1DES. Botines de cuero ú otro metal enervare. Del sustantivo nvrvus, con la partícu
que usaron los griegos ajustados con corchetes. la negativa ex, falta de nervio (V. e. v.j Esta
(Dice. Moretti). voz de la medicina, que expresa debilidad cor
ENEMIGO. Ejército, país á quien se hace ó poral, se aplica metafóricamente al individuo y
con quien se tiene guerra abierta ó declarada. á las grandes colectividades, como pueblos y
ENFE - 403 - ENGO
ejércitos. Lo enervado supone fuerza, energía quisiere tomarenganchamiento....» (Art. ti. ti
anterior perdida; pues ejércitos y pueblos hay, tulo i. trat. 1).
como los chinos ó los indios y aun algún euro ENGANCHAR. En sentido recto, agarrar
peo, que no se les puede decir enervados, por con gancho. Verbo técnico de artillería que,
que ya lo estaban desde su primera existencia por extensión, indica prepararse á marchar, po
histórica. La molicie, el prolongado descanso, el niendo el ganado en disposición de arrastrar el
mal trato, la fatiga, el disgusto, la nostalgia, la carruaje.—En la milicia es antiguo el sentido
derrota, pueden enervar á un buen ejército tem metafórico de atraer á alguno á que siente pla
poralmente; pero si es español, con sólo que el za de soldado ofreciéndole dinero. (V. Enganche).
general quiera, cura prontamente la enferme
dad. La receta es sencilla: «llevarlo al enemigo». ENGANCHE. Dejemos hablar á un autor
contemporáneo. «Aunque sentar plaza, engan
ENFERVORIZAR ó Enfervorecer. Acalorar, charse y reengancharse expresan la idea del ac
avivar, infundir ánimo. (Dice. Acad. 5j. to voluntario de los individuos que se alistan
ENFEUDAR. Dar en feudo algún estado, para servir en el ejército, hay sin embargo la di
ciudad ó territorio. ferencia de que el que sienta plaza meramente,
ENFILADA. La acción de enpilar (V. e. v.) lo hace sin interés, y el que la sienta enganchán
ENFILAR. Este verbo sólo se aplica al fcego dose de soldado, de sargento ó de oficial, aspira
de artillería, cuando la TRAYECTORIA del proyec siempre á algún premio, gratificación ó ventaja,
til coincide con una fila enemiga y hace en de lo que resulta, que si bien todo el que se en
ella por consiguiente grande estrago. Por exten gancha sienta plaza, no todo el que sienta plaza
sión, sean filas, hileras, crestas de parapetos, se engancha; por ser siempre el enganchamiento,
trincheras, puentes ó lo que fuere, enfilar es según dicho queda, acto interesado, y el sentar
aprovechar el proyectil, matar con él en cada plaza simplemente, acto generoso. Dicho se está
tiro el mayor número de hombres posible. Cuan con esto que el reenganche es un segundo engan
do una tropa atraviesa un puente, por ejemplo, chamiento, y que el voluntario ó quinto, que, al
lo que la bala derriba, no son filas, sino hile cumplir su tiempo, se compromete por otro tiem
ras. Los ingenieros acuden á desenfilar, estoes, po en el servicio, no se reengancha, sino que se
á remediar la enfilada, ya por la traza ó dispo engancha entónces por vez primera, si acepta las
sición de las obras, cuando es posible, ya por condiciones y recibe la gratificación á estos ofre
medio de trayeses, espaldones, cestonadas ó can- cidas, y que ni se reengancha, ni se engancha,
DELEHOS. si nuevamente sienta plaza sin tales gratifica
ción y condiciones. Si, pues, el reenganche es
ENFLAQUECER. Usan los clásicos este ver una repetición del enganche, no puede llamarse
bo por debilitar, enervar, desmayar y también reenganchado, con perdón sea dicho del actual
sufrir mermas y bajas. «El ejército católico se lenguaje oficial, el individuo que nunca ha sido
hallaba enflaquecido de más de cuatro mil in enganchado». (Yallecii.lo. Coment. tit. 1. página
fantes y seiscientos caballos, por haberse vuelto 376). Esta gravísima cuestión de redención y en
muchos á sus casas y por enfermedades causa ganches, agitada en 1867 por varios generales
das del rigor del invierno que aquel año fué ex franceses, entre ellos Trochu, merece ámplia
cesivo», (Coloma. G. de Flánd. lib. 5). discusión y exámen. (V. Organización y Reem
ENFLECHADO. El arco tendido, armado, dis plazo).
puesto con la flecha para arrojarla.
ENGARGANTARSE el estribo. Accidente
ENGAFAR. Armar la ballesta por medio de que ocurre al jinete cuando mete demasiado el
la gafa, es decir, colocar la cuerda en el cintade- pié y pasa el talón.
ro, para que pueda disparar el lance que se pon
ga en la canal del tablero. Martínez del Romero ENGENIO. Engeño. EnjeSo V. (Ingenio).
iG/oí. del Cat. de la fi. Armería) al dar esta de ENGOLADA. Se decia de la celada con gola.
finición, rectifica la del Dice. Acad. que positi «Caballos ligeros no se usan en esta guerra, por
vamente es falsa. que se congojan debajo de una celada engolada
ENGANCHADOR. El que engancha. (Dice. ó borgoñona....» (Euc. de Salazar, Carlas).
Acad.) Gancho (V. e. v.) es más propio, breve y ENGORRA. «La vuelta ó gancho del hierro
expresivo. de algunas saetas que sirve para que no se cai
ENGANCHAMIENTO. La Ordenanza usa es gan ni puedan sacarse sin grande violencia y da
ta voz en vez de enganche. «Al recluta que no ño». (Dice. Acad. H¡.
ENGR - 404 - ENTE
ENGROSAR. Reforzar, acrecentar, aumen puesto este esquadron vernia á tener 12 capita
tar en número ó calidad. «No desguarnezcas una nes, y otros tantos alférez y 60 cabos de batalla,
plaza cuyo sitio sea posible, por engrosar las y 600 cabos de diez, 12 pifaros, 21 a tambores.
tropas ó pertrechos de otra, de la cual parezca 1000 picas, 1000 arcabuzeros, 2000 escudados ó
más verosímil el ataque ó el bloqueo». (Santa enrodelados». (Diego de Salazar. Dere mililari).
Cruz. Reflex. mil. lili. 7. cap. 10). También se ENSALERADO. Se dice de la bala, del pro
decia engrosar ó engruesar la escaramuza, avi yectil puesto en el salero.
varla enviando refuerzos paulatinos.
ENSANGRENTARSE. Lo mismo que ensa
EN GUARDIA. Modo adverbial, tomado de ñarse, encarnizarse. Algo más quizá, matar al
la esgrima, para expresar que se eslá preparado, enemigo después de rendido y á sangre fria.
vigilante, apercibido". ENSARTAR. Familiarmente, atravesar el
ENHASTILLAR. «Poner ó colocar las saetas cuerpo de parte á parte con espada ó lanza
en el carcax». (Dice. Acad. 5). ENSENADA. «Recodo de tierra en que en
ENHERBOLAR. «Inficionar, poner veneno tra el mar y, haciendo seno ó golfo pequeño,
en alguna cosa. Dicese más comunmente de los sirve de abrigo á las embarcaciones con menos
hierros de las lanzas ó saetas que se untan con seguridad que el puerto, que por lo común se
el zumo de yervas ponzoñosas». (Dice. Acad. 5). halla defendido de los vientos». (Dice. Acad. Ese.
ENHESTAR. «Lo mismo que arbolar y en y Acad. Hist.)—El verbo desusado ensenar sig
arbolar. Levantar en alto, poner derecha y le nifica esconder, poner en el seno alguna cosa.
vantada una bandera, una lanza. De aqui anti (Dice. Acad. 5).
guamente, levantar gente de guerra». (Dice. ENSENA. Corrupción de insignia (V. e. v.),
Acad. 5). á su vez procede del latin insigne, signo, bande
ENJAMBRE. Los franceses han puesto en ra. El Dice, de la Acad. 5 da esta voz como an
moda esta voz, para indicar guerrillon, guerri ticuada; sin embargo, en el estilo primoroso, la
lla desordenada, ataque sin guardar formación admite como sinónima de bandera nuestra lite
correcta, en que campea la iniciativa individual. ratura militar. En francés Enseigne. «Bien pu
Este tropel ó patulea, que está en sus hábitos de do ser que á aquellos soldados christianos los
combate, no merécela pena de ser imitado. Bu- llamassen de allí adelante fulminiferos y que
geaud, Trocho, los buenos generales lo condenan. aquella cohorte usasse del rayo por enseñar.
EN JEFE. Modo adverbial moderno para ex (Ant. Agustín. Diál.).
presar el mando supremo de un ejército de opera ENSEÑOREAR. Hacerse señor y dueño de
ciones. alguna provincia, estado, territorio y también
ENMANTAR. Cubrir con manta al caballo. de una simple posición estratégica ó táctica.
ENOMOTARCA. Comandante de una enomo- ENSILLADO. El caballo con lomo hundido
tía. Algunos autores dicen enomarca. ó concavo.
ENSILLAR. La locución técnica es «poner la
ENOMOTÍ A. Según Carrion Nisas (Huí. de
l'art mil. pág. H) la primera agrupación de silla al caballo». El toque cs rotasilla.
cuatro hombres, la primitiva unidad táctica de ENTABLADO. Se dice del caballo que, por
la FALANGE. (V. e. V.) enfermedad ó resabio, vuelve con dificultad á
ENRISCARSE. Lo mismo que encastillarse una ú otra mano.
(V. c. v.) Guarecerse entre riscos. «Parte se for ENTABLAR. Disponer, preparar, empren
tifican en los pueblos y castillos, parte se enris der la guerra, el combate, las negociaciones.
caron en las montañas». (Mariana. Hist. ileEsp. ENTARQUINAR. Abonar ó engrasar las tier
lib. 10. cap. 9).—Enriscado se dice tamhien del ras con tarquín.
terreno empinado, fragoso. ENTEREZA. Rectitud, equidad, fortaleza de
ENRISTRAR. Poner la lanza en el ristre. ánimo, constancia, perseverancia. El carácter
antiguamente. Hoy, imitar el movimiento, po muy entero toca en lo recio, inflexible, rigoroso,
niéndola bajo el brazo derecho. lenaz. —Una tropa en combate está entera, cuan
ENRISTRE. La acción y efecto de enristrar do sufre pocas bajas ó «no hace caso de ellas».
la LANZA. ENTERO. Adjetivo que se aplica, no solo al
ENRODELADO. Se lee algunas veces por carácter, á la tropa (V. Entereza) y al caballo,
rodelero, soldado armado con rodela. «Y com sino á un pais ó comarca que no ha sufrido aún
ENTE - 405 - ENTR
estragos de la guerra. «Había algunos días que dia, en mano.—También tiene sentido de vender,
se procuraba hacer un puente sobre el rio Sena hacer traición. Entregarse Á discreción, con con
en derecho de Caudebec, para tener paso á la diciones, PRISIONERO, etc.
baja Normandia y servirse de aquel país como
ENTREMANTA. Rollo de bayeta relleno de
fértilísimo y entero». (Coloma. Guerr. deFldnd.)
esparto que suele ponerse en los atalajes de
ENTERRADA. Se dice de la batería de sitio artillería para suavizar el rozamiento de la
en que la tierra de los merlones se excava del COLLERA.
INTERIOR.
ENTORCHADO. El bordado que sirve de di ENTREPANES. «Las tierras no sembradas
visa al oficial general. Viene del verbo latino entre otras sembradas». (Dice. Acad. 5).
terqueo, entorchar, retorcer. Carducuo llama ENTRETENER. En general mantener, con
entorchadas á las columnas salomónicas; y en-, servar.
torcuado se llama el cañón de escopeta hecho de
una tira estrecha y retorcida; también el mismo ENTRETENIDO. Esta voz, hoy sin uso, lo
hilo de oro ó plata que se retuerce para en tuvo muy extenso en los siglos XVI y XVII. En
torchado. sentido civil y administrativo valia meritorio,
supernumerario; pero en el militar tenia el sig
ENTRADA. (V. Entrar). nificado complejo que se deduce de los textos
ENTRAMPAR. Hacer que uno caiga en la siguientes:
trampa, en el engaño. «A esto se añadía el ha «Ha de tener el general sus entretenidos cer
ber cortado aquella noche el enemigo muchos ca de su persona, para acompañarle y hacer al
árboles y alravesádolos por el camino para en gunas diligencias y servicios que se ofrecen, los
trampar y detener la gente». (Coloba G. de cuales deben ser soldados viejos, honrados, ó
Fl. lib. 7).—Entramparse, empeñarse, contraer capitanes, alféreces y sargentos reformados, co
deudas es vicio que en estos tiempos (1867) se nocidos en las guerras, que no pueden servir
corrige con merecida dureza. en ella, nobles y de buen término; y no convie
ENTRANTE. En fortificación el ángulo que ne tal plaza darla á persona moza, porque
tiene su vértice al interior y su abertura al ex por su honra más le conviene servir con
terior de la obra. — La tropa que entra de su plaza viva, aunque tuviere ménos sueldo, que
servicio. de entretenido, y así los generales lo entienden
ENTRAR. Del latin introire, intrare. Es muy y deben mirar en esto. Los dichos entretenidos,
usado por los clásicos como verbo activo. «Pe todas las veces que el general sale con el guión
ro los de dentro hicieron tan buena resistencia son obligados á salir con él, armados con lan
que no fueron parte para entrallos» . (Mexia. za ó caballo y hacer guardia al guión, el cual
Com.) «Entróse Poqueira, lugar tan fuerte, que siempre ha de ir tras del general y cerca de
con poca resistencia se defendiera contra mu su persona, llevado por un paje á caballo y no
cho mayores fuerzas». (Mendoza. G. de Grana tiene lugar señalado en paz ni en guerra, sino
da). «Entróse luego la villa y fué saqueada aun ha de andar y estar á donde está el general;
que se procuró estorbar». (Coloma. G. de Flánd. y así le siguen como á insignia más suprema,
lib. 5). En general asaltar, invadir, correr, ta y los entretenidos por su órden tienen obli
lar.—En topografía, desaguar, desembocar los gación de hacer guardia en la antecámara
ríos.—Entrar á saco, á sangre y fuego, á servir, del general , donde, ha de estar el guión , por
á SUELDO, á VIVA fuerza, do FACCION, de guardia, dos cosas que les obliga: la una, porque aun
de servicio, de trinchera, en acción, en campaña, que el general, cuando está en campana ó en
en consejo, en combate, en fuego, en galería, en parte sospechosa, cada dia le hacen guardia una
línea, en operaciones, en tratos, en turno, espa compañía de infantería y otra de caballería, es
da en mano etc. tas guardias son para afuera y dentro la prime
ra posada á donde él estuviere; más los entrete
ENTRECEHCA. «El espacio que media en
nidos, como personas nobles, de experiencia,
tre una cerca y otra». (Dice. Acad. 5).
que saben y entienden los términos de la mili
ENTREGA. La acciou de entregar. cia y como se debe proceder en todo género de
ENTREGAR. «Poner en mano ó á disposi ocurrencias, en lo que cumple al servicio y
ción de otro alguna persona ó cosa». (Dice. Acad. honra del general, á ellos toca hacer la guardia
5). Entregar Á las llamas, al saqueo, bl cuartel, en el antecámara á su persona y al guión, que es
el mando, el puesto, la caja, la espada, la guar insignia suprema que guia aquellos que han ne
ENTR — 406 — ENTR
cesidad del capitán general». (Bart. Scarion. veer, ni proponerme mis Consejos para capitanes
Doctr. mil. fól. 50). de infantería española soldados Entretenidos,
«Los Gentiles hombres entretenidos cerca la sino Aventajados». Y glosando Sala (1681) dice
persona del Capitán general han de servir ar en la pág. 114 de su obra titulada Después de
mados con sus lanzas y caballos de guerra, y no Dios laprimera obligación: «....pasemos á inves
se han de apartar de cerca de su persona, y uo tigar la diferencia que hay del aventajado al
le han de desamparar jamás: que ultra de que entretenido.—El aventajado sirve debajo de ban
han de pelear en el lugar donde les ordenare el dera y la sigue á todas partes que va, asiste en
maestro de campo general, también le han de los cuerpos de guardia, hace sus rondas; de es
servir de llevar las órdenes que se ofreciesen». tos, siéndolo sin haber tenido puesto ó por ha
¡Euuiluz. fól. 61 . vto). ber sido reformados, echan mano los superiores
En la prolija y pintoresca descripción que para empeñosde mucha consideración y riesgo,
Don Carlos Coloma hace del célebre sitio de como reconocer minas y baterías, ocupar pues
Cambray, se ve también claro su servicio: «Que tos, mantenerlos, asistir en ataques, hallándose
monsiur de Ronna con otros cuatro mil infantes en todos los ejercicios de la milicia; con los
estuviese é la entrada de las trincheras, para cuales se hace dueño de su arte, entiende los
acudir donde el Conde (de Fuentes) ordenase y modos de las ofensas y los reparos para la de
el guión, entretenidos y la corte (cuartel gene fensa; su entendimiento todo le aplica á la es
ral) en la plaza de armas sin moverse sin expre peculación, eligiendo los medios proporciona
sa órden suya se mandaba expresamente á dos para conseguir el desempeño de su órden, y
todos los entretenidos no ocuparse en otra cosa de esta y de los advertimientos que le han dado
que estorbar desórdenes, especialmente en las hace juicio de lo que es la guerra etc. , lo que no
iglesias —Preveníase que no se recibiesen puede darse en los entretenidos, porque su asis
órdenes de nadie que las llevase de parte del tencia es en la corte cerca del Capitán General,
ronde á boca, sino era de algunos entretenidos donde aprenderán las relaciones que vienen de
que para asto se señalaron ». (Guerr. de lo que ejecutan los aventajados; su puesto en la
Ftánd. lib. 8.). batalla es el más seguro, pues en el se pone el
Llegó á ser excesivo el abuso en esta mate guión y ellos á su guardia, y el que más traba
ria de entretenidos. En la Ordenanza de 18 junio ja es alguno que señalan en distribuir órde
Iü32 dice el art. 15: «Y por ser de tan conocido nes, en cuyo ejercicio no puede aprender más
inconveniente y mala consecuencia que en un que la órden que le dan sin poder : terarla ni
ejército tenga más sueldo un Entretenido el día arbitrarla».
i¡ue entra á servir que el Maestro de Campo ENTRETENIMIENTO. En general manu
más antiguo, de más de lo mucho que obliga á tención, conservación. Antiguamente ayuda de
reparar en esto el estado de mi hacienda, he re costa, pensión, gratificación pecuniaria. (V. En
suelto daclarar los sueldos que han de tocar á tretenido . Hoj tiene la voz significado técnico
las personas de sangre ilustre de las dos nacio y oficial, según el texto siguiente que la sancio
nes forasteras, en los tres tercios de españoles na. «Los cuerpos de todas armas recibirán en
que queda dicho ha de haber en Flándes, lo I adelante para gastos de conservación, recompo
cual se ha de entender sólo por ahora , ó en Ita- I sición y otros de legitimo abono una sola grati
lia, habiendo guerra rota, en todos los cuales ficación que se denominará de entretenimiento,
tercios ha de haber ocho Entretenidos fijamen y será pagadera á los cuerpos sobre el pié de su
te, si hubiere gente de la calidad dicha, y si no completo y al mismo tiempo que el sueldo».
vacarán para mi hacienda. Estos entretenimien (R. decr. org. de 31 mayo 1828. art. 77).
tos han de ser los dos de 80 escudos cada uno, dos
de á 60, dos de á 40, y dos de á 30; los cuales ENTRETOESA. Lo mismo que cojinete ó al
he de proveer yo precisamente etc. y es mi vo- | mohadilla en el afuste del mortero.
I untad y ordeno y mando que, en llegando á ser | ENTRETOMAR. Verbo anticuado que, seg.
Maestros de Campo cualquier caballero que ten Dice. Acad. 5, significaba emprender, intentar,
ga sueldo de los de este género, le haya de entrecoger.
cesar». ENTRONERAR. En su sentido recto, meter
Importa señalar la diferencia del Entreteni una bola en la tronera jugando al billar. En el
do al Aventajado. El articulo 19 de la Ordenan figurado, bien puede decirse de la bala de cañón
za de 1632 dice literalmente: «pero es mi volun que penetra por la tronera ó cañonera de un
tad que no puedan mis Capitanes generales pro fuerte ó parapeto.
ENTU — 407 — EPAG
ENTUSIASMO. Voz usada en la Grecia an ENVOLVENTE. En estrategia y táctica, la
tigua y compuesta de tres: en, theou, asthma, combinación, operación, movimiento, maniobra
que dicen juntas, «soplo interior de Dios». El que tiende á dirigir y acumular sobre el punto ó
Dice, de la Acad. 5 dice que es «El vigor y vehe cuerpo elegido en la línea enemiga como más dé
mencia con que hablan ó escriben los que son bil, vulnerable ó conveniente, fuerzas superio
ú parecen inspirados. Dicese comunmente riel res con razonable probabilidad ó garantía de
furor ó arrebatamiento de la fantasía de los éxito. Esta es la verdadera definición en toda su
poetas». Desde 1817, fecha de aquella edición generalidad. Por consiguiente, viene á ser en
del Diccionario, la definición se ha hecho más rigor lo que también generalmente se llama ór-
extensa, y, al pasar la voz griega al lenguaje den oblicuo. (V. Batalla, Orden.).—Particulari
vulgar, envuelve sentido algo más sério que el zando más, y puesto que las alas son de suyo
de pitonisns, sibilas, vates ó artistas. El entu las mas débiles, sobre ellas de ordinario se diri
siasmo, individual ó colectivo, es la exaltación, la ge la operación ó movimiento envolvente. Un ALA
excitación del espíritu humano que sale de su se envuelve cuando se la rebasa, se la dobla, se
estado reflexivo y tranquilo, conmovido gene la circuye, atacándola simultánea y combina
ralmente por un impulso desconocido hacia lo damente DE FRENTE, DE FLANCO, DE REVÉS Ó por la
bueno, hacia lo bello. El levantamiento de Espa espalda. Un ala, una tropa, en general, queda
ña en 1808 no tuvo más móvil que el entusiasmo envuelta y arrollada, cuando ve cortada y per
nacional. Si alguna profesión necesita entusias dida estratégicamente su línea de comunicación
mo, es ciertamente la militar. Algo tiene siem ó de operaciones, tácticamente su línea de reti
pre de ciego el entusiamo; pero cabalmente por rada, su enlace ó conexión con las demás tropas
esa negativa condición es indispensable en la ó reservas. Acorralar (V. e. v.) es por consi
milicia. Si el militar lo desaloja para hacer en guiente la última expresión de envolver. Un mo
trar en su lugar la fria y matemática «re vimiento envolvente suele ser también conver
flexión», que conduce tal vez del estoicismo, al gente, concéntrico. (V. y comp. e. v.). Se ve,
excepticismo, el partido más cuerdo que puede pues, sin entrar en más explicaciones, que no
tomar es colgar la espada, variar de carrera: debe confundirse, como en algunos libros y dic
la militar no resiste estas pruebas. «El debe y cionarios, este verbo técnico y expresivo envol
el haber» nunca concuerdan: y lo mejor es cer ver con otros de muy distinto significado como
rar los ojos cuando la luz de la verdad los hiere cercar, acordonar, bloquear.—En resumen, y
mucho. Lo perfecto sería, si en esto se pudiera con toda abstracción, el arte de envolver es el
«recetar», que la dosis de entusiasmo militar, en arte de vencer y, por lo tanto, el arte de la
algunos excesiva por lo inocente, se templase GUERRA.
con otra de razón y otra, por corta que fuese, ENVUELTO. Se dice de un ejército, de una
de saber. La combinación es difícil, pero eviden tropa, de una posición; y también de un monar
temente es saludable. ca, de un Estado enredado en muchas guerras ó
ENVAINADO. Dice J. D' W. M. en su re conflictos á la vez.
ciente Dice, militar: «Mote que se daba antigua ENZARZADA. Moretti en su Dice. mil. da:
mente al cobarde que conservaba la espada en «Obra de fortificación pasagerá: consiste en un
la vaina en ocasiones en que debiera batirse con fuerte atrincheramiento que se coloca en un bos
ella». Mientras el autor no nos presente prueba, que, en las gargantas de un monte etc. para de
dudamos de su aserto. fender un paso importante; procurando que esté
ENVAINAR. Movimiento reglamentario en oculto á la vista del enemigo». Como ingeniero
la táctica elemental para poner en la vaina el sa que es el autor de esta obra, y muy dado á co
ble ó la bayoneta.—Metafóricamente, envainar nocer el tecnicismo de su arma, debe declarar en
la rspada es suspender ó concluir una guerra. conciencia que nunca ha leído ni oido semejante
En un célebre documento político-militar se de voz. Enzarzarse, seg. Dice. Acad., es metafórica
cía: «Nosotros hemos consagrado á la voluntad mente «meterse en negocios y cosas árduas de
nacional nuestras espadas y no las envainare dificultosa salida»; y el que realmente aparece
mos hasta que aquella esté cumplida....» aquí enzarzado es el buen Moretti.
ENVALENTONAR. «Infundir valentía». EPAGOGA. Evolución de la táctica griega
(Dice. Acad. 5). que consistía en romper la falange en columna
ENVASAR á uno. Pasarle con la espada, me por el frente de una diloquia, de una tetrar-
terla hasta el puño. (V. Ensartar;. quia etc. (Carrion-Nisas. Hist. de l'art mil.)
EPAR - ios - EQUI
EPARITAS. Nombre del cuerpo de prefe dos epijenagias de 2048. La epijenagia en dos
rencia que formaba el núcleo del ejército de Ar sirtrf.mas de 1024. La sirtrema en dos jena
cadia, en la antigua Grecia. gias de 512. La jenagia en dos psilagias de
ÉPICO. Lo perteneciente á la epopeya ó poe 266. La psilagia en dos hecatontarqcías de 128.
sía heroica. Se suele hacer lamentable abuso de La hecatontarquía en dos pentacontarquías de
este adjetivo. 64. La pentacontarquía en dos systases de 32.
EPIJENAGIA ó Epixenagia. Subdivisión del La systases en cuatro hileras, etc. Constituyendo
epitagma. Según otros, nombre colectivo con que el cpitagma un cuerpo completo, independiente,
en la táctica griega ó falangista se designaba el compuesto exclusivamente de tropas ligeras, se
conjunto de tropas ligeras que formaban detrás le pueden aplicar los mismos procedimientos de
del grueso de la masa ó verdadera falange. (Car- análisis, composición y descomposición que á la
rion-Nisas. Hist. mil. T. I. pág. 557).—Epije- verdadera falange, es decir, al núcleo ó grueso
nago. Comandante de una epuenagia. compuesto de oplItes ó soldados pesadamente
armados.
EPIPARQUIA ó Epifarquía. En la caballe También tenia este nombre la caballería
ría de la milicia griega, era una subdivisión de afecta á la falange, como el cuerpo do peltastas;
catafractas, una hiparquía doble. Tropa de 1024 pero el epitagma de caballería no pasaba de .4096
jinetes, que se dividiaen dos jenagias ó xenagias plazas montadas. Esto epitagma de caballería se
y estaba á las órdenes de un epiparca. dividía en dos telos de 2048 caballos cada uno;
EPISODIO. Palabra formada de dos griegas estos, en dos efiparquías de 1024; estas en dos
epi y eisodios (llegar por encima), que ha pasa tarextinarquías de 256, estas en dos epitarqdía,
do de la poesía á las artes y al lenguaje vulgar. de 128, y estas, en dos Islas ó escuadrones de
Episodio es una narración, incidente, digresión 64 caballos cada uno.—Epitagmarca ó f.pitama-
que se enlaza con la «acción principal» de una tarca es jefe ó comandante de epitagma.
epopeya ó de un drama, pero no tan fuertemen EPITAXIS. Según Praissac, Robinson, Bardin
te, que si se suprimiese, no pudiera marchar y otros, esta voz era genérica en la táctica grie
aquella desembarazada. En la guerra los episo ga, para expresar una tropa formada en segund*
dios, accidentes ó incidentes suelen ser algo mas línea, combinada, coordenada ó en sosten de
graves que los de la Ititula ó la Eneida, y, como otra en primera.
en algunos otros poemas, también llegan á veces EPOPEYA. Del griego epos, palabra, verso y
á ser más «bellos» que la «acción principal». poieó, hago, fabrico. Poema en que se describen
EPÍSTATA. Según Carrion-Nisas, era el sol hazañas guerreras, acciones heroicas, con levan
dado que ocupaba número impar en la antigua tado estilo. En el dia se ha convenido en que no
falange griega. Seguu Liskenne y Bardin, al con haya más epopeyas, ni tragedias, se entiendes
trario, los impares eran protostatas y los pares hasta que vuelva otra vez la moda.—Épico es el
epístatas. Según el Dice, de J. D' W. M., el sol adjetivo correspondiente.
dado que se colocaba en fila exterior, cubrien EQUIDAD. Igualdad, rectitud, buena inten
do el último hombre de la última hilera. Si ción, benignidad, imparcialidad, moderación y
registráramos más autores, habría más opinio pulso en la ejecución de las leyes, atendiendo,
nes. Basta para muestra. más que á la letra, á la intención del legislador.
EPISTROFA. Así se llamaba el cuarto de Cualidad «proporcionalmente» recomendable en
conversión en la táctica griega ó falangista, se la milicia á medida que se sube en grado.
gún La Barre Duparcq y la generalidad de los EQUILIBRIO europeo. Desde fines del siglo
autores. La voz es compuesta de epi, al rededor, XV esta frase, tan sonora como vacia, anda en
y strophe, conversión, según Bardin. La evolu boca de todos los hombres de Estado. En los si
ción inversa se llamaba antístrofa ó anástrofa. glos XVI y XVII se clamaba contra la ambición
Dos epistrofas ó conversiones consecutivas cons perturbadora de España y de la casa de Austria.
tituían, según Robinson, el peripasmo. La paz de Westfalia, que terminó en 1648 la
EPITAGMA. Seguimos en esta definición ú guerra llamada de Treinta Años, porque los du
Carrion-Nisas [Hisl del' art. mil. T. 1. pág. 72- ró, se consideró como la nueva aurora en las re
81). Tropa accesoria de la falange macedónica giones de la diplomacia. ¡Ilusión vana! LcisXlV
compuesta de peltastas ó armados á la ligera. desequilibró la Europa hasla 1715, á pesar de
La epitagma so dividía en dos xtyfas, esti- las paces de Nimcga y Ríswick. En el siglo XVIII
fas, de 4096 plazas, cada una. La estifa en tampoco se logra el codiciado equilibrio. Federi
EQUI — 409 — EREG
co II redondea sus estados; y la Revolución fran vez usan los pedantes por caballero ó jinete.
cesa, con Napoleón de continuador, hacen trizas Tiene, como equitación y ecuestre, la misma
la Europa. La Santa Alianza vuelve al equilibrio raíz, equus, caballo.
en 1815; y desde entonces Polonia, Italia, Dina
marca, etc. , están diciendo lo que puede ser el ERECHA ó ENCHA. Según el Glosario del
equilibrio europeo: un sueño de paz y armonía, Fuero de las Cavalgadas, de erecta, del verbo
universal, loable, pero imposible. ¿Qué equili erigere, alzar, levantar. La parte deducida ó al
brio cabe entre razas distintas, nacionalidades zada del botín hecho en la hueste ó cabalgada,
ficticias y pueblos que están en el periodo fer para indemnización de los que en ellas fueren
viente de su reconstitución social? Miéntras lle heridos ó lisiados, ó recibieren daño en los ca
ga ese feliz momento «mecánico» de equilibrio, ballos, armas, etc.
cada dia más lejano, lo más prudente es mante Tenemos á la vista dos ejemplares de las
ner vivo el espíritu militar del país, y el ejérci Siete Partidas. En el de la Imprenta real 1807
to en disposición de sostener, la independencia lo dice ebechas: en el de Vallccillo, Legisl. mil.
primero, y de utilizar después, si llega el caso, de Esp. T. I. 1853 dice enchas. De todos mo
alguna eventualidad exterior, producida por las dos el sentido es idéntico: enmienda, indem
futuras é inevitables oscilaciones. nización, remuneración por servicio militar, por
EQUIPAJE. Los franceses, y los malos tra trabajos de guerra, por hecho de armas. «Ere-
ductores, dicen equipaje de artillería, equipaje cha llaman en España las emiendas que los
de puentes; pero en España decimos tren. ornes han de rescebir por los danos que resci-
ciben en las guerras, é tomó este nome de una
EQUÍPO. Nombre genérico para designar el
conjunto de prendas ó efectos reglamentarios y palabra que dicen en latin erigere, que quiere
propios del soldado, que no se clasifican entre decir tanto como levantar la cosa que cayó; é
tos de armamento, vestuario ó montura. Prendas dcsto tomaron entendimiento los que andan en
de equipo son, por ejemplo, la mochila, el mor guerra para llamar erechas ¡ó enchas) á las
ral, la fiambrera. La voz procede del francés ó emiendas que dan á los ornes de lo que ganan
italiano: y según algunos del escandinavo skip, por los daños que rescibieron en los cuerpos ó
ó del inglés ship. en lo suyo. E destas erechas vienen muchos
bienes ca fazen á los ornes aver mayor sabor de
EQUITACION. Según el Dice. Acad. es sim cobdiciarlos fechos de guerra, non entendiendo
plemente «el arte de montar y manejar bien el que caerán en pobreza por los daños que en ella
caballo». Pero según el Tratado de Gutiérrez rescebieren: é otrosí de cometerlos de grado é
Hebras, publicado en 1863 (pág. 1): «La equi fazerlos mas eforcadamente. E tiran los pesares
tación es la ciencia que trata del conocimiento é las tristezas que son cosas que tienen grand
del caballo y de los preceptos á que debe suje daño á los coracones de los ornes que andan en
tarse su instrucción y la del jinete». Esta defini guerra» {Ley 1. tit. 2o. Part. 2).—Por curioso
ción bastante extensa, con que encabeza la obra, seguiremos transcribiendo el texto:
la ensancha más el autor cuatro páginas ántes, «E si fuese ferido de manera que non per-
pues dice en el prólogo: «La equitación comprende diesse miembro, si la férula fuesse en la cabeca
tres ramos distintos; el primero, la instrucción de guisa que se non podiesse encobrir con los
del hombre; el segundo, la del caballo, ó sean cabellos, queledicssen doze maravedís. E porla
las diferentes domas, según los distintos usos de otra ferida que non le sacassen huesso, cinco
que sea susceptible; y finalmente el tercero, la maravedís. E por la ferida de cuerpo que pas-
bipología ó sea el conocimiento exacto de todo sasse de u«a parte á otra, diez maravedís. E por
lo que tiene relación con el caballo en general y ferida de braco ó de pierna que passasse al otro
en particular, con sus medios de conservación, cabo, cinco maravedís. E por otra ferida que
alimentación, reproducción, etc.» A pesar de la non passasse, la meytad desto que diximos, de
competencia del autor, creemos independiente ferida que passa: por quebrantamiento de pier
la EQUITACION Ó ARTE DE MONTAR de la HIPIÁTKICA, na ó de braco, de que non fuesse lisiado para
bipología ó, como decíamos en romance, albei- toda vida, doze maravedís. Mas si acaesciesse
TERÍAy veterinaria. Se puede montar perfecta que alguno fuere ferido de guisa que fincase
mente á caballo, sin saber conservarlo, curarlo, lisiado asi como si perdiesse ojo, ó nariz, ó ma
ui conocerlo: y á la inversa, un buen mariscal no, ó pié, por cada uno destos debe haver cient
no necesita ser jinete. maravedís. E sí perdiesse el braco fasta el cob-
EQUITE. Voz puramente latina que alguna do ó pierna fasta la rodilla, ó dende arriba, ha
52
EREM _ 410 — ESGA
de haver cient é veynte maravedí!'. E quien fuga en G-emmingen pediaji lo prometido, erizán
perdiesse el pulgar de la mano deve haver cin- dose con ferocidad la sedición». (Fam. Strada.
quenta maravedís. E por el dedo segundo que Guerr. de Flánd. dec. 1. lib. 1).
es cabe el pulgar quarenta maravedís. E por el ERMADOR. Devastador (V. Ermar}.—Erma.-
tercero, treynta maravedís. E por el quarto dura ó Erm amiento. Destrucción, asolación.
veynle maravedís. E por el quinto diez niara- ERMAR. Destruir, asolar, dejar yerma algu
vedis. E por los quatro dedos, si acaesciere que
na ciudad ó tierra. (Dice. Acad. 5).
gclos corten en uno, ochenta maravedís, si el
pulgar le fincare. E si perdiesse de los dientes ERMITA. Edificio pequeño, á modo de ca
delanteros de los quatro de suso ó de los quatro pilla ú oratorio con su altar, dedicado á alguna
de yuso, por cada uno dellos deve haver qua imagen sagrada, donde suele haber un apartado
renta maravedís. E por otra ferida de que fues- ó cuarto para recogerse el que vive en él y le
se lisiado assi como quebrado, deve haver cient cuida. (Dice. Acad. 5).
maravedís». (Ley "i. lit. 25. Part. 2).—«Por ERMUNIA. «Especie de tierra que también
muerte decavallero 150 mrs., y si fuesse peón, se llama armúnia, conocida con este nombre en
la meytad, etc. {Ley 3. ibid). Castilla y Aragón: y es la que, á diferencia de
la tierra de barros, requiere lluvias más conti ■
EREMITORIO. «El paraje donde hay una ó
más ermitas». (Dice. Acah. 5). nuas. Esta calidad dió ocasión al refrán: lo que
la armunia desea, Campos no vea; porque la
ERIAL. «Adjetivo que se aplica á la tierra sin tierra barrosa do Campos con la abundancia
cultivar ni labrar. Úsase conaunmenle como sus continuada de lluvias produce ménos». (Dice.
tantivo masculino». (Dice. Acad. 5).—Eriazo. «Lo Acad. Hist.) No está en Dice. Acad. Esp.
mismo que erial». (Dice. Acad.)
ERMUNIO. «En lo antiguo cualquier caba
ERIMOMAQITA ó erymomachia. Voz griega llero que por su nobleza era libre de todo géne
compuesta de otras dos: eruma, muralla y macke ro de servicio ó tributo ordinario, y también
combate. Significa lo que hoy decimos ataque y cualquiera que gozaba de este privilegio diferen
defensa de plazas, es decir, los dos géneros de ciándose de los que pechaban». (Dice. Acad. 5).
guerra que en latin se llamaban oppugnatio ar
éis, y propugnatio arcis. Algunos, como Du- ESBLANDECER y esblandir. Antiguamente
reau, confunden esta voz con poliorcética; pe lo mismo que blandir.
ro generalmente es más restringido el significado ESCABROSIDAD. «Desigualdad, aspereza
de esta última en el sentido exclusivo de ataque. ocasionada de no estar llana alguna cosa, como
Asi poliorcética es sólo una parte de la krimo- sucede en los riscos y peñascos». (Dice. Acad. 5).
MAQUIA. ESCABROSO. Aspero, desigual, lleno de tro
EHIO. Adjetivo que da Dice. Acad. 5. lo mis piezos y embarazos. — Duro, de mala condición.
mo que erial. ESCALA. Voz puramente latina, scala. En
ERIZO. Del latin heriew, hrrix. Nombre que sentido orgánico y administrativo, escala ó esca
solía darse en los siglos XV y XVI á los batallo lafón es, desde el siglo pasado, la lista ó rela
nes cuadrados de la infantería suiza, fuertes de ción escrita de los individuos que forman cuer
tres á cuatro mil hombres y erizados efectiva po, arma ó instituto, por clases y generalmente
mente de picas largas de 18 pies. En el renaci por antigüedad. En los art. Ascenso, Elección y
miento de la infantería, como se ve, adoptó pri otros se trata cuanto concierne á esta voz.—Es
meramente la formación densa de la falange cala práctica. En el cuerpo de artillería se lla
griega, para copiar más tarde la legión (V. e. v.) mó asi, por oposición á escala facultativa, es
romana.—Erizo de fuego llaman hoy los artille decir, á la lista de oficiales salidos de la escuela
ros al barril fulminante, guarnecido con puntas especial, la masa de sargentos que podían ascen
de hierro, que el sitiado hace rodar sobre la co der hasta capitán solamente en el cuerpo. Por
lumna de asalto que monta la brecha.—Otros han real decreto de 11 noviembre 1866 quedó su
llamado erizo de ruedas al caballo de frisa mó primida esta escala práctica, y con ella una ano
vil ó ambulante, ó montado sobre ellas.—Se di malía ORGÁNICA.
ce erizar de cañones, dotar, artillar, coronar con Escala de un plano. La primera consideración
abundancia una obra de fortificación, una posi que ocurre, cuando se intenta levantar un pla
ción, una montaña, un obstáculo. —Citemos, por no topográfico, es determinar la escala, la rela
curiosa, esta otra acepción metafórica del verbo ción en que ha de estar la copia con el original;
erizar: «Por esto los soldados recogidos ya en la en otros términos, en cuantas centiáreas de pa
ESGA — 411 — ESGA
peí hemos de dibujar tantas hectáreas de terre dor de la escala. 2." Una dimensión natural es
no. Ahora bien, como el terreno y su imagen han igual al producto de su homologa gráfica por el
de ser geométricamente semejantes, y uniendo DENOMINADOR de LA ESCALA.
por rectas sus puntos interiores resultarán pe Mas como toda operación gráfica, por delica
queños polígonos también semejantes, cuyos la da que sea, encierra siempre un error que se
dos homólogos serán proporcionales; la cuestión escapa á nuestros sentidos; cuando se pasa de
queda reducida á determinar la relación que se las dimensiones gráficas á las naturales, estas se
quiere que exista entre la recta, imaginaria ó alterarán tanto más, cuanto mis grande sea el
real, que una dos puntos del terreno y su ho denominador M de la escala, de manera que «la
mologa en la imagen reducida. Por ejemplo: una escala — indicará la precisión y el límite de
linea de un kilómetro de largo en el terreno M
tendrá un centímetro, un milímetro en el plano. EXACTITUD de la DESCRIPCION GRÁFICA».
Si se admite que «la quinta parte de un mi
Esto se llama «adoptar la escala». Antes de límetro es el limite de extensión apreciable en el
la introducción legal del sistema métrico-deci-
papel» la cantidad Mm■ ■ sera el error que
mal, aste capitulo de escalas era forzosamente 5000
largo y espinoso. No contentos con que cada afecte á las dimensiones naturales; y reciproca-
provincia y cada lugarcillo tuviese su sistema de mente ese error •-„—- en la medición de estas
pesas y medidas, todavía se importaba del extran 5000
jero, para uso de los ingenieros y de los sabios, últimas dimensiones será inapreciable en el pla
otras medidas puramente científicas, como la no. Valuando, pues, dichas dimensiones natura-
toesa ó el pié de rey. Con tal abundancia era Mm
les á „._ - no resulta error «sensible» en un
bastante embarazosa la adopción de la escala, y 5000
sobre todo prolija la denominación. Al decir una I
plano á la escala de
legua por pulgada, era preciso añadir de donde
era la legua y de donde la pulgada; y buscar su Conviene tener esta consideración constan
respectivo tipo legal. Remediado algo el desór- temente en la memoria, porque de ella nace el
den á principios del siglo con la adopción de la conjunto y la armonía que se debe procurar es
vara y pié de Burgos, hoy con el nuevo sistema tablecer en las varias operaciones que requiere
métrico la cuestión de escala se reduce á muy el levantamiento de un plano, evitando despro
pocas palabras. porciones de precisión y refrenando tendencias
exageradas, á que involuntariamente se aficio
En general si n representa el numero de
unidades de longitud L comprendidas en una di nan los hombres científicos, apasionados por el
mensión d del plano, y iVel número de iguales cálculo. En topografía, singularmente en la mili
unidades comprendidas en la dimensión D ho- tar, debe proscribirse el lujo, por lo caro que
cuesta, y dejar las numerosas decimales para
móloga del terreno , la escala se expresará
donde puedan ser útiles. ¿Para que buscar centí
por -0-, ó ~j¡r~£ > ó "Jf cuya trasformacion en metros en el levantamiento de un plano al
— ó permite enunciar la escala —_t- ¿q q0q si eD e' W1L ya no se pueden apreciar
(í) * 50 metros?
por -.. ; siendo M mayor que la unidad, cuan- Todo dibujo topográfico en el dia debe adop
m tar una escala métrica y decimal, cuya expresión
do las dimensiones gráficas sean menores que las numérica tenga siempre por numerador la uni
naturales, que es el caso ordinario; por consi dad y por denominador precisamente uno de los
guiente toda escala será expresada por un solo factores del número 10, esto es, 1, 2, 5, ó bien
número fraccionario cuyo numerador sea la el producto de uno de estos factores por una po
unidad. tencia del número 10. El objeto de restringir
Bien se ve que por la relación •J_ J_ entre estos limites la adopción de escala, es no
D ~ M ' solo la uniformidad, sino la facilidad de medir
que da D — M\d y d = D puede calcular distancias sobre cualquier dibujo, sin picarlo con
una dimensión natural D por su homóloga grá el compás, sólo con el doble decímetro de mar
pica, y recíprocamente. Esto es, que pueden j fil, que está siempre en manos de todo ingenie
enunciarse los dos principios siguientes. 1.° Una ro ó dibujante. Estos límites son por lo demás
distancia ó dimensión gráfica es igual al co tan anchos, que en ellos cabe la representación
ciente de su homóloga natural por el denomina- de todos los objetos. (V. Topografía).
ESGA — 412 — ESCA
ESCALABORNE. El trozo do madera de no parecidas. De todos modos, si la escalada, ántes
gal cortado ya en primer desbaste para construir de la invención de la pólvora era casi la regla,
la caja del fusil, carabina ó pistola. hoy es la excepción. Y la prueba es que ya en
los tiempos en que Avila y Zúñiga escribía sus
ESCALADA. El ataque á viva fuerza de un Comentarios (1 547) el enérgico adverbio «á es
puesto fortificado y murado, trepando por las cala vista» tenia gran significación. «La cual
escarpas con ayuda de escalas ó de otros medios. (villa) comenzaron de batir, sin asestar la arti
Conviene distinguir bien la diferencia de signi llería y á escala vista tomaron el arrabal». Si la
ficado, por lo común confundido, entre escalada, previsión de los «almohadoncitos» maleaba en
asalto y sorpresa. Esta lleva consigo la idea de algo nuestra definición, este adverbio nos lo afir
contar, en todo ó en parte, con el enemigo de ma, puesto que «á escala vista» importa poco
sapercibido, confiado ó indefenso; por lo que que suene ó no.
generalmente se verifica de noche y con caute
la, mientras que la escalada es un vigoroso ata ESCALADOR. Antes do la invención de la
que de fuerza, á la luz del dia, cuyas solas con pólvora, y más especialmente en la edad media,
diciones son el número, el empuje y la tenacidad. en que, por caer todo en desuso, también caye
Una sorpresa frustrada puede concluir en esca ron las antiguas máquinas de sitio, era tan fre
lada, cuando hay despecho y valor: y muchas cuente la escalada, que habia hombres y cuer
plazas cita la historia lomadas por escalada para pos, con su denominación especial, destinados á
acabar con el aburrimiento y el cansancio de un este arriesgado servicio. Eran sin duda, como los
sitio en regla de muchos meses, que se arras granaderos del siglo XVIII, hombres y tropas de
traba lento y fatigoso. El asalto es la acción de reconocido valor y agilidad. «El Rey ha tenido
entrar por una brecha, cuya abertura presupone un peón (aviso, correo) de Rodrigo Manrique,
el uso do medios más ó ménos rápidos de batir: fijo del Adelantado, con carta que ha tomado de
miéntras que la escalada simple es el sistema de los moros la villa de Huesca (será Huesear) é de
ataque usado cuando se quieren evitar todos, ó la narración de los que con él eran en la esca
no so conoce ninguno de ellos. Por eso, aunque lada es copia esta: que eran adalides Gonzalo
no lo sepamos de cierto, podemos presumir con García ó Sancho de Quesada, é Roy Diaz el mo
gran verosimilitud, que en los primeros tiempos ro, que se habia tornado á nuestra santa ley, é
cabeza de los escaladores Juan Enriquez etc.».
de la humanidad, á este medio, que realmente
(Bach. de Cibdadreal. Carta 59). También nos ha
seduce por su «sencillez», estaría reducida toda conservado la historia el nombre de Ortega capi
la poliorcética. Cuando esta llegó á su apogeo,
tán de escaladores del marqués de Cádiz, por cu
con la invención de las máquinas, también es ya traza y valor se apoderó este de la fortaleza
presumible la perfección que recibirían las esca de Albama en 28 de febrero de 1 482, abriendo la
las de asalto, y que con gran detenimiento de
magnifica epopeya de la Conquista de Granada.
tallan los autores; pero, déselo el nombre grie
go ó romano, llámese sambuca ó lo que se quiera, ESCALAFON. Lo mismo que escala.
el aparato nunca habrá podido pasar de dos pa ESCALAMIENTO. No es es voz militar.
los largos, que pueden llamarse montantes, que ESCALAR. (V. Escalada.)
sostienen otros más cortos para apoyar los pies.
Como todos los malos generalmente tienen re ESCALERA. La pieza del carro que compo
medio, la invención de los matacanes anuló bas nen los limones, las teleras y el pértigo por pa
tante el uso de las escalas. Tamarit, en su Dic recer la forma á la escala ó escalera de mano.
cionario do Artillería, describo y cuenta la esca Esta última es una armazón de madera com
la como parte del material actual, lo que no de puesta de dos montantes gruesos con palos que
ja de ser previsor; y tanto este autor, como otros atraviesan de uno é otro algo más delgados.
anteriores, recomiendan expresamente que la ESCALETA herrada. Aparato de artillería
escala tenga precisamente unos «almohadonci- compuesto de un tablón grueso que se coloca
tos de fieltro», para que no haga ruido al arri horizontal, y sobre el tiene perpendicularmen-
marla á la muralla. Esta previsión ya pica en te elevados otros dos con distintos agujeros en
exquisita: y no sabemos si la tuvo en cuenta el medio que corresponden uuos á otros, por don
célebre oficial carlista Don Pablo Alió al escalar de entra un perno: la aplicación más común de
por sorpresa en la noche del 23 de diciembre de esta máquina es para dar vuelta á las ruedas de
1836 el inexpugnable castillo de Mordía; gallar las cureñas, y mudarlas, haciendo que descanse
da y afortunada empresa que no cuenta muchas el eje sobre la escaleta. La escaleta para dar se
ESGA — 443 — ESGA
bo es lo mismo que la anterior, si bien algo más dicados, luego que los batallones han tomado el
pequeña, y la usan los carreteros para dar sebo nuevo frente en que se desea colocarlos».
á los EJES. «En cuanto al ataque en escalones, tiene la
importante ventaja de no exponer más que una
ESCALON, ESCALONADO, ESCALONAR. parte de las tropas, por este medio puede can
(V. Escalones.) sarse al enemigo y conservar las fuerzas pro"
ESCALONES. Sobre el importante problema pías
de táctica que esta palabra enuncia y entraña, «Los escalones permiten formar con seguridad
nada hemos leido tan luminoso, tan exacto y tan sobre la linea que convenga. Si es sobre la de
completo como lo expuesto en el reglamento vi vanguardia, el fuego del batallón de cabeza pro
gente de brigada (pág. 323-225). Merecen copia tege el movimiento de los demás, y si sobre el
literal algunos párrafos , siquiera para estimu centro ó retaguardia, como cada uno tiene su
lar el deseo de leer y estudiar el conjunto en el frente despejado, presta su apoyo al movimien
original. to de los más avanzados. En el caso de presen
tarse el enemigo sobre un flanco, se puede pa
•Los escalones representan un despliegue sar á la batalla oblicua desde los escalones in
empezado y no concluido, en el que las tropas directos con más rapidez que desde ninguna
de diferentes armas, y aun las de una misma, otra formación; pues basta hacer variarde fren
se prestan protección reciproca, mediante la
te las cabezas de los batallones para establecer
cual, se puede adoptar la formación y linea que los después en la linea que se desea, y siempre
mejor convenga, en ménos tiempo que desde con fuerzas que protegen el despliegue. En el
la columna y con más fácil y segura ejecución». orden de escalones, si el primer escalón fuese
«Es un principio general ocultar de la me rechazado ó retrocede, no comunica el desorden
jor manera posible las tropas y sus movimien á los demás, porque todos conservan desemba
tos, y para esto los escalones tienen grandes razado el frente respectivo, pudiéndose siem
ventajas sobre las lineas, habiéndose ya enun pre retirar los escalones que atacan, cuando se
ciado los inconvenientes de las columnas pro conoce la imposibilidad de la ejecución del pro
fundas y los únicos casos en que se adoptan». yecto. La retirada en escalones desde la batalla
«La infantería debe disponerse en escalones supone siempra tiempo para formarlos: de otro
cuando se ve al enemigo, y su artillería puede modo se debe hacerla en línea al ménos duran
ofender; cuando se desea atacar un solo punto te los primeros momentos, y en el que sea po
y tener en expectación el resto de la línea ene sible se tomará el orden de escalones con los
miga; cuando, para embestir una posición que cuales se hará la retirada que convenga......
limita la acción á determinados puntos, intere «Se forman los escalones sobre la marcha:
sa no empeñar mucha fuerzas en el fuego; cuan para tomar una posición que el enemigo
do se quiere sacar al enemigo de una posición ocupe débilmente; 2.° cuando se ataque al ene
inexpugnable; cuando únicamente se pretende migo por sorpresa y convenga no darle tiempo
ejecutar falsos ataques; cuando se quiere pro para desplegar, cambiar de frente ó tomar dis
tegerá un cuerpo que se retira en mal estadocon posiciones ofensivas »
otro 'que lo debe reemplazar; cuando sorpren «Como no es buena la defensa que no pro
diendo al enemigo, se necesita empezar el ata porciona tomarla ofensiva, y como el mejor me
que desde la columna de viaje; cuando es pre dio de defender una posición es envolver á los
ciso ocupar un gran llano con el auxilio de la que pretenden apoderarse de ella, los escalones
caballería; cuando hay interés en prolongar un son ventajosos, por la prontitud y flexibilidad
combate; cuando siendo este defensivo, convie que tienen para obrar resueltamente sobre el
ne formar en batalla, no sólo con frente parale pronto que se quiera, luego que son conocidas
lo, sino oblicuo; cuando las circunstancias acon las intenciones del enemigo».
sejan hacer una retirada lenta, después de un «Los escalones son, por último, el ordena
ataque frustado; cuando se teme á la caballería: miento más conveniente que se puede tomar
es, en fin, la maniobra indicada para los ata para el avance, para la defensa y para la reti
ques oblicuos, y con la cual se alcanza el medio rada, sobre todo cuando no se conoce el terre
único de ejecutar sin riesgo los despliegues so no, fuerza y disposición del enemigo; pues ade
bre una línea de retaguardia, y con seguridad más de presentar facilidad para pasar de ellos
los cambios de frente á retaguardia, como que á la batalla, y á la línea de columnas, con fren
estos quedan reducidos á los despliegues ya in te paralelo, perpendicular ú oblicuo, á vanguar
ESGÁ — i 14 — ESGA
dia ó retaguardia, ó sobre cualquier flanco, se todo combate de guerrillas, á pié ó á caballo. Lo
acomoda bien á las exigencias del terreno y de que hoy decimos fuerte reconocimiento es una
las circunstancias». Algunas ideas que tienen in verdadera escaramuza. Debia tener más uso téc
tima conexión con este importante asunto, se nico esta palabra predilecta de nuestros clásicos.
desarrollan en los art. Batalla, Orden, Táctica. Ellos decían: Escaramuza trabada, caliente, fu
ESCAMAS. Del latín squamec. Las pequeñas riosa, ligera, seria, gruesa, y tenían locuciones
placas de metal, que las imitan, en las carrille gráficas: «cebar con escaramuzas; venir, salir,
ras del casco ó chacó, en las palas de las char saltar á la escaramuza». —«El Duque de Alba
reteras, etc. Desde lamas remota antigüedad se ordenó que se hiciese una escaramuza algo
ocurrió imitar las escamas del pescado para cons más gruesa que las ordinarias...» Avila yZúñiga
tituir una vestidura defensiva. Conchas, huesos, Coment. pág. 4). Nótese la diferencia entre ar
pequeñas láminas de madera ó metal solapadas ma y escaramuza: «Y por nuestra parte se les da -
y sujetas á un cuero, formaron la defensa délos ba á los alemanes tantas armas de noche y esca
primeros catafractas. (V. Loriga, Armadura). ramuzas de dia, que nunca tenían comida segu
ESCAMBROSA. El sitio ó paraje poblado de ra ni sueño reposado ». ¡ibid)« á las cuales
estambrónos ó cambrones. (escaramuzas) ya no salían con aquel vigor ni
con aquella verdura (sic) que solían...... (ibid).
ESCAMEL. «Instrumento de espaderos, don «También hay otra cosa que me parece que tie
de se tiende y sienta la espada para labrarla». nen bien entendida, que es venir á una escara
(í)icc. Acad. S.) muza, á la cual ordinariamente salen fuertes y
ESCAMPO. Fuga, huida, escape. (Dice. Acad. sábenla muy bien traer», 'ibid. pág. 423.) «Los
5. Dice. Terreros). dos primeros dias hubo escaramuzas á que no
ESCANTILLON. Nombre genérico de toda se permitió salir nuestra gente; sólo las hubo
plantilla ó patrón, construida generalmente de entre los franceses á quien es imposible quitar
chapa de hierro, usada en los talleres de herre el salir á escaramuzar». (Coloma G. de F. lib. 5).
ro y armero y en los de artillería ó ingenieros
ESCARAMUZADOR. Asi lo escribe Dice.
para someter las piezas á perfecta igualdad.
Acad., y no escaramuceador como algunos di
ESCAPULARIO. En el avantrén de artille cen. El soldado que escara muza. Para que se vea
ría la chapa de hierro que abraza el cabezal y el movimiento que dentro del siglo tiene el len
perno pinzote. guaje, Moretti, en su traducción de Sontag, pro
ESCAQUEADO ó Escacado. Loque está he ponía este nombre, y Busto, (Serv. avanz.. pági
cha ó pintado á cuadritos, como el tablero de na 1 46) dice: «Sin entrar en la cuestión grama
damas y ajedrez.—Escaques. Las casillas del ta tical acerca de la propiedad de esta voz, yo
blero de ajedrez. Del alemán schak, ajedrez. adopto la de descubridores; porque, sobre ha
ESCARABAJO. Hucquecillo,desigualdad;de- llarse admitida por la costumbre, es más signi
fecto de fundición en el ánima de la pieza de ar ficativa y está más en armonía con las ideas de
tillería. los soldados». Busto, aunque buen hablista y
ESCARAMUCHA. Clonard (Hist. org. T. I. pág militar docto, no tiene razón. Va mucha distan
67) dice que era el nombre de la llave del ar cia de ESCARAMUZAR á DESCUBRIR, BATIR Ó EXPLORAR.
cabuz pedreñal. Ignoramos en qué se funda. ESCARAPELA. El Dice. Acad. en sul.* edic.
ESCARAMUZA. Dice Covarrubias: «Tengo pa da esta voz como «muy moderna». Y es notable
ra mi ser vocablo arábigo, aunque el dia de hoy que en la ;>.* (\8\~I) dé por principal significado
le usan todas las naciones, y pudo ser griego de «riña ó quimera ruidosa entre mugercillas».—
scarthmas, agilitas, saltalio, molus, cursus. Al Como distintivo militar es muy moderno. En los
gunos dicen ser toscano de schermo».—Gébelin siglos XVI y XVII, si bien alguna vez se llevó,
lo trae del alemán scharmützel, tropa y combate. temporal ó accidentalmente, en los sombreros,
Otros, del italiano ncaramuccia; de allí probable nudos y lazo de cinta ó pequeñas i-amas, no pue
mente lo tomamos españoles y franceses.—La de decirse que esto fue^e la escarapela actual,
escaramuza es para aguerrir, tantear, contrariar, reglamentaria. El no estar generalizado el uni
ofuscar, sondar, incomodar, desorientar, reco forme obligaba á adoptar distintivos convencio
nocer, explorar, hacer prisioneros, entretener, nales. En la guerra de Sucesión principió á regu
dar tiempo á tomar posición, á desplegar, etc. larizarse el uso y á juntarse los colores, blanco y
Antiguamente la escaramuza era peculiar do la rojo en señal de fraternidad de franceses con es
caballería ligera; pero en el dia es genérico de pañoles. Pero los primeros no mantuvieron cous
ESGA — 415 — escl;
tante el color. En la guerra de 1756, por ejem ESCARPE. Es muy común confundirlo con
plo^ causa de su alianza con Austria, la lleva escarpa, tanto en fortificación, como en topo
ron blanca y verde, otras veces se varió según grafía. (Dice. Acad. no lo trae). En la antigua
el capricho de generales ó coroneles. Cerca ya armadura caballeresca escarpe era la pieza que
déla Revolución quedó sancionado el uso de la cubria el pié desde la garganta hasta los dedos.
escarapela blanca. En julio 1789 apareció la tri El extremo inferior del crebon resguardaba el
color actual que estuvo eclipsada por la blanca talón y los tobillos y en unión con el escarpe cer
desde 1815 á 1830. En España la escarapela ofi raba enteramente el pié. Esta voz, sinónima de
cial anduvo roja algún tiempo, desbancada por zapato de hierro, 'ó forrado, dice Martínez del
otra de dos colores hacia 1843. Ocioso es adver Homero que viene dol italiano scarpa y que la
tir que para muchos la escarapela es cucarda, adopta por hallarla muy repetida en antiguos
porque los franceses dicen cocarde. inventarios de la Armería Real.
ESCARCELA. «Pieza de la antigua armadura ESCAUPIL ó ESGUAYPIL. Sayo de armas
que cubre el muslo y se sujeta al volante del hecho de mantas do algodón y usado por los
peto ó pende de él por medio de correas con he mejicanos en tiempo de la conquista. «Los hay
billas. La escarcela de hierro tomó su nombre de dos haldas como capotillos vizcaínos con sus
de la bolsa larga, ordinariamente de cuero, que botones de palo á los lados ó ataderos; y sirven
caia igualmente de la cintura al muslo. En la para embotar ó quitar la fuerza á las flechas que
armadura ecuestre, ó para montar á caballo, las dan en ellos». Asi lo explica Vargas Machuca
escarcelas eran cn>¡ siempre desiguales: la de (Mil. ind. pág. lo, que escribe esguatpil; pero
recha era más corta que la izquierda.—Escárce Dice. Acad. I y 6, Terreros y Solís dicen ks-
los era la escarcela grande». (Martínez del caupil.
Romero). ESCIBAR. Antiguamente, según Dice. Acad.
ESCARCEOS. «Tornos y vueltas que suelen 5, lo mismo que descebar ó quitar el cebo.
dar los caballos cuando están lozanos y fogo ESC1R1TA. Nombre de un país que en un
sos». (Dice. Acad. 5). tiempo perteneció á Esparta y que designó lue
go, como genérico, la tropa de caballería lace-
ESCARCINA. «Espada corta y corva á mane
demónica, compuesta casi en totalidad de extran
ra deALPANGE.» (Dice. Acad. 1 y 5).—Escaiicinazo,
jeros; pues sabido es el desden exajerado que á
el golpe dado con ella.
dicha arma tuvieron los espartanos. Estos ksciri-
ESCARMENTAR al enemigo. Es usual este tas, soldados de preferencia y de reserva, que,
verbo para significar que se le ha derrotado, según la expresión textual de Carrion-Nisas (T.
batido y causado pérdidas que no puede repo 1, pág. 99) constituían «la más fuerte y casi la
ner, y por lo tanto no le dejan tentar de nuevo única caballería espartana» son otra cosa muy
la suerte del combate. distinta para Bartiielemv (cap. 50), para Maize-
ESCARPA. Ganeau lo trae del alemán scarff. rov (Táct. T. 1. pág. 48).
En general, y según Dice. Acad. 5 es: «el decli ESCLUSAS. Sabido es que son obras desti
vio áspero de cualquier terreno». Pero es voz nadas á detener las aguas y darles elevación en
técnica de ingenieros, que llaman así á la cara los canales. El primer empleo militar de las es
del foso correspondiente al lado del parapeto, y clusas para inundar un foso seco, por el cual
á la opuesta contraescarpa. De ningún modo de camina ya el enemigo, parece que tuvo lugar en
be.confundirse en fortificación esta voz «exclu el sitio do Aniiens por los franceses en 1397. «El
siva» con las otras más genériciis de talud y agua del Soma (Somme) retenida á propósito por
declivio (V. e. v.). el gobernador español, que se llamaba Hernan-
dello (sic) se precipitó con violencia y arrastró
ESCARPADO. Es adjetivo vulgar de terre todos los trabajos de los franceses». (Zastrow.
no, pero no técnico de fortificación. «Lo que //¿.sí. de la Forlif. T. I. pág. 150 nota). Citamos
tiene escarpa como un plano inclinado.» ,Dicc. este texto extranjero y lejano, tanto por lo sa
Acad. 5). tisfactorio, como por lo exacto. No hay que ad
ESCARPAR. «Cortar una montaña ó terreno vertir que ese Hernandello, como escribe el au
poniéndolo como un plano inclinado, como el tor alemán, es el célebre Hernán Tello Portocar-
que forma la muralla de una fortificación». rero, tipo acabado y glorioso del soldado español
(Dice. Acad. Si. Tampoco es verbo técnico de in en el inolvidable siglo XVI. Aconsejamos al
genieros. lector que lea en cualquiera historia, tanto la ce
ESGO — 416 — ESGO
lebre interpresa de las nueces, original entonces, ESCOLTAR. Dar escolta (V. e. v.) En gene
como el porfiado sitio en que sucumbió brava ral acompañar, resguardar, convoyar, custodiar
mente el heróico Tillo. «marchando» cosas ó personas.
ESCOBILLA. Manojito de cerdas cogido en ESCOLTETE. Parece nombre de gobernador
una abrazadera de latón cerrada por la parte ó comandante de armas en pueblo corto duran
superior, en la que hay una asita de alambre te nuestras guerras de Flándes. Describiendo
que encaja en otra en que finaliza una cadene Don Bernardino de Mendoza las operaciones so
ta ó correa estrecha: la llevaba el soldado pen bre La-Brielle en abril 1572, dice (Coment. li
diente de la fornitura para limpiar el oído y la bro 5. fól. 410 vto.): «Llegado Don Hernando de
cazoleta del fusil de chispa.—También se llama Toledo á Vlaerdingen, halló al conde de Bossu y
asi en las eundiciones de cañones á las barredu juntándose los dos con los capitanes que allí es
ras del laboratorio de afinos, y lo que sale por taban y el Escóltete del lugar, trataron que con
las chimeneas de las copelas y de los hornos.— venia hacerse, y el Escóltete como platico de la
Escobilla es además la escoba pequeña hecha de tierra etc.» También se lee en Natin Miriteo
crin que se usa en los molimos de pólvora, para [Alterac. de Flánd. lib. 3. pág. 63): «Apoderóse
recoger el material que escupen los morteros. también de Liera el conde de Egmont, y por de
ESCOBILLON. Escoba pequeña de palma cirle Guillelmo Van Brant señor de Bauen, es
que se usa en la fundición de cañones para lim cóltete de la villa, que es el oficio más preemi
piar la canal de la fosa.—Principalmente es el nente, que él estaba por el rey para guardarla...»
instrumento compuesto de un asta ó palo largo, ESCOLLERA. «La obra adelantada en el mar
con un cilindro en un extremo también de ma en forma de escollos á piedra perdida, para de
dera y de poco menor diámetro que el ánima del fender un muelle una muralla ó cualesquiera
cañón, con cerdas puestas al rededor y que por otros edifieios expuestos á embates de las olas;
semejanza se llama cepillo. Sirve para limpiar y ó para dar resguardo á alguna caleta, estrechan
atacar los cañones, pues en el extremo opuesto do su entrada. Viene de la voz escollo, por ser
del palo tiene otro cilindro grueso que es el ataun revestimiento á modo de las restingas».
cador. Los hay para mortero, pedrero y obús. (Dice. Acad. 5).
ESCOCIA. Moldura en forma de media- caña ESCOLLO. «Peñasco que está debajo del
que tiene ó tenia el cañón. agua en la mar, y no se descubre bien. Se dife
ESCODA. Util de minador. Pequeño martillo rencia del farellón, en que este vela sobre la su
con corte para picar piedra. perficie del agua». (Dice. Acad. Hist. y Dice.
Acad. Esp.). Metafóricamente estorbo, embara
ESCOLTA. Según Bardin, del italiano scorta, zo, tropiezo, riesgo y ocasión peligrosa.
que á su vez ha venido del latin cohors, cohor
te, según Ménage y Ganeau. Cabrera quiere que ESCOMBRAR. Scg. Dice. Acad. 5 lo mismo
venga de schóla de cuya voz salió escuella y lue que descombrar. Hablando de brecha (V. e. v.)
go escolta. La tropa, no muy numerosa de or allanarla, igualarla, dejarla practicable para el
dinario, destinada exclusivamente á la guarda ASALTO.
de una persona ó de un convqy, conducta, cuer ESCOPETA. La etimología, según Alderete
da de prisioneros. La bandera tiene en forma y Covarrubias scoppietta, italiano, del griego es-
ción su escolta puramente de honor. En su sen copos, de donde viene escoppiare, dar estallido.
tido actual la usaban ya Ambrosio Morales (lib. Según otros, del latin scopa como se llamaba el
8 cap. 28): «Con que tan fácilmente les estorba blanco con que se ejercitaban los honderos. Arma
ba las escoltas»; y Mendoza (G. de Gran.): «De- de fuego manual que á fines del siglo XV, ó prin
xando en la puente al capitán Valdivia con su cipios del XVI, sustituyó con ventaja á la espin
compañía, para seguridad de las escoltas que garda. Según los datos irrefragables que presen
iban de Granada por ser paso de importancia». ta el diligentísimo Clonard [Hist. org. T. I. pá
—«Comenzaba á padecer falta de vituallas: da gina 62), apoyado en informes de Zuloaga, está
ño irremediable por el número grande de caba arma, introducida por el Gran Capitán en Italia
llería que tenia el enemigo, con la cual corría y llevada en 1 509 á Orán por los escopeteros del
libremente las campañas, y hasta los muros de Cardenal Cisneros, se cargaba por la recámara,
La-Fera rompía las escoltas y prendía los vivan anticipando así un problema que se creía de
deros que venían al campo». {Coloma. Guerr. de nuestros tiempos, y que viene á resolverse en
Flándes. libro 7). 1867. (V. Fusil, Artillería).
ESGO — 417 — ESGR
ESCOPETERO. Tomamos de Clonard (HLst. en sus famosas feneslra; ó troneras de Siracusa.
org. T. III) la siguiente noticia: «En el ejército Para otros es ballesta de mano, manubalista.
expedicionario que se formó en Toledo para Terminantemente dice Vegecio (lib. 4. cap. 22):
marchar á la conquista de Orán, la caballería «Scorpiones dicebant (juas nunc manurallistas
fué considerada, con razón, como uno de los üoean¿».
elementos de más importancia para realizar el Oigamos al Dice. Acad. 5: «Máquina de guer
gran pensamiento concebido por el cardenal ra que usaron los antiguos hecha en figura de ba
Cisneros, y desde luego lijóse en ella con prefe llesta, con que se arrojaban las piedras y tiraban
rencia la atención de este ilustre español. Uno hacia atrás y al revés (sic). Diósele este nombre
de los proyectos que se concibieron para dar á por la forma de tenaza que tenia á manera de
los cuerpos montados todo el poder de que eran las manos del escorpión con que agarraba las
susceptibles, fué el de formar tina especie de ti piedras». Desafiamos al lector á que reconstru
radores á caballo armando á los ginetes con las ya la máquina. Pero ¡qué hablamos de máquina,
bocas de fuego llamadas escopetas; y después de si el escorpión era saeta! Texto al canto: «Escor
muchos cálculos y discusiones, este pensamien pión, scor/iio, era una saeta envenenada, des
to mereció la aprobación de la mayoría de los pedida con arco ó con máquina». (Clonard. Me
militares de más saber y experiencia, llegando moria sobre los trajes, pág. 22. cit. áS. Isidoro,
á realizarse en mayo de 1509. Su instrucción se EUmol. lib. 18. cap. 8,9, 10 y 11). Y efectiva
fomentó con todo esmero, y su equipo se com mente, evacuada la cita, dice el Santo: «Scorpio
binó también con estudio, teniéndose en cuenta esl sagitta venenóla, arcu vel tormentis eaceussa» .
lo que la práctica aconsejaba sobre este particu Para mayor ilustración y estupefacción del lec
lar». tor, debemos añadir que el mismo, mismísimo
«El escopetero vestía peto y espaldar con ar Clonard (ibid. pág. 114) dice: «Para mayor
madura de brazos, almófar, morrión, faldón, abundamiento se valian losanliguos de otros ti
musequíes, guarda de rodillas, canilleras, zapa ros rectos como ballestas de torno, llamadas es
to herrado y lúas de malla. Además de la esco corpiones, del griego skorpios, y las catapultas
peta llevaba espada de dos manos. Su caballo con las cuales despedían saetas envenenadas y
estaba sólida y elegantemente enjaezado con si dardos empeñalados, esto es, emplumados etc.»
lla corcera, criuera y testera, petrinal. baticola Esto es delicioso. Tampoco se sale de la duda en
y rosetón de grupa de hierro». Cesar, ni en HiRCio. — Vitruvio dice que los es
«El caballo de linea, ó de hombro de armas, corpiones lanzaban saetas y las balistas piedras;
continuó con el clibano completo de silla de bar pero Ammiano afirma precisamente la inversa, y
da, petrinal, falda y caparazón bordeado á cin- la exlensa descripción que del escorpión hace
• cel con las cruces de Borgoña. Sus armas ofen (/»6. t'i) comienza: «Scorpionis, quem apeUanl
sivas y defensivas no sufrieron grandes varia nunc onagrum, hujusmodi forma esl....» Basta,
ciones. Siguió con el lanzon y espada cubriendo no emborronemos mus papel.
su cuerpo con coselete completo compuesto de ESCOTADURA. La sisa ó corte de la coraza
peto, espaldar, faldón, cogotera, brazales, hom para que deje mover los brazos con holgura.
breras, guardas, cañones, manoplas, quijotes
canilleras y zapatos herrados». ESCRAAíA. Espada antigua corta y ancha, se
El escopetero de 1509, el cazador de 1867, el gún Ducangey Vossio. El Fuero Juzgo en su tex
tipo invariable del soldado de caballería ligera, to latino cita las scramas; y Lindembrogio, en su
tomó varios nombres de Carabino, Estradiota, Glosario, la interpreta por cuchillo pequeño, aña
Herreruelo etc. diendo que de ellas se deriva la palabra scrimer.
Morales (lib. 12 cap. 31) dice que equivale á la
ESCORPION. Máquina antigua (V. e. v.) de Azcona (V. Esgrima, Esgrimir). Pero en los Hechos
proyección ó tiro. Pretender claridad en este de los Francos por el monge fíoricon,en el reina
asunto escabroso, que largamente se trata en el do de Clodoveo, refiere que «los godos, desean
artículo citado y en otros muchos correspon do quebrantar la alianza y asesinar al rey, es
dientes, y querer siquiera darse cuenta aproxi condieron debajo de sus palios unos cuchillos
mada es perder lastimosamente la paciencia y muy grandes que llamaron scrajnsaxos» ("Clo
el tiempo. La demostración es manifiesta en la nard. Hist. org. y Mein, de la A. de la H.) De
presente palabra. Según Maizerov era una espe aquí el escramasaje y escramasajon, que candida
cie de pequeña catapulta (V. e. v.j y en efecto mente escriben y describen como arma romana
no debía ser muy grande sí Arquimedes la colocó Moretti y sus copiantes.
53
ESGR - 418 - ESGU
ESGROCON. Lo mismo que sobrevesta, se- j manera que se consiga el principal intento y fin
aun Dice. Acad. 5. que es hacerlos invencibles». Asi dice Francis
i co de Valdes en su Disc. mil. fot. 18 vto. edición
KSCKOFA. Máquina antigua demoledora. La |
cita (juillerhodeTtro: «Machinas adsufxfodien- de Madrid 1591.
dum murum hábiles el necessarias, quas vulgo «Primeramente conviene á saber que escua
drón es amparo y como muralla, á donde el
scropas appellanta. Pero nos quedamos con la
misma duda <|uc en casi lodas ellas: no sabe más flaco de un ejército se recoge debajo de las
picas, y dicese escuadrón porque estando todas
mos cómo era. las fuerzas en el á la orden reunidas, asi pelean
ESCUADRA. Voz que desde muy antiguo de los flacos como los fuertes; porque ayudanse el
signa en la infantería la fracción ó división de uno al otro y las cuatro suertes de escuadrones
la compañía. Por una complicación innecesaria son: escuadrón cuadrado, escuadrón prolonga
de la táctica del siglo XVIII, loque en el cuar do, escuadrón de gran frente y escuadrón cua
tel era escuadra, en el campo de ejercicio era dro de terreno. Estos cuatro son los que más se
cuarta. El reglamento vigente [1867] lia restitui usan y se tiene por mejor y más fuerte el cua
do á la escuadra su papel táctico: y asi hoy se drado, porque es igual de todas las parles y asi
dice propiamente que es la «cuarta parle» de ha de tener laníos soldados de frente como de
una compañía, la primera unidad ó agregación costado y de fondo; y para formar este escua
tácticv, administrativa. —Los gastadores de cada drón con facilidad debe el sargento mayor saber
batallón forman escuadra; pero los tambores for el resquadro (sic) que los aritméticos llaman
man randa.—En Cataluña se llaman escuadras numero mayor de cuatro». ^Bart. Scariox de
las excelentes trop\s de policía levantadas y sos Pavía. \Doc. mil. fól. 64).
tenidas por el antiguo Principado desde 29 abril Para completa ilustración del asunto trascri
1719y reformadas en ti abril 1817. Los soldados biremos íntegro y textual (aunque no estemos
se llaman mozos, y toda la fuerza esiá bajo el ' conformes con algunas apreciaciones) el artículo
mando superior de un corónelo brigadier—Para queá las palabras escuadrón y batallón dedica en
la etimología de la voz, V. el art. Escuadrón.—Co sus recientes Comen/arios á las Ordenanzas el
mo en olio sentido, escuadra es el conocido ins erudito Vallecillo. Dice así: «Como en el titulo
trumento para formar ángulos rectos, ó de no III de este tratado de las Ordenanzas se usa por
venta grados, de ahi la locución los pies en es primera vez la voz escuadrón, y debiera delinir-
cuadra, para la posición en fila. Cuando son iro | la allí, según el sistema adoptado en estosCoMEN-
pas las que forman ángulo recto, se dice siem tarios, la definiré por anticipado aquí, distin
pre martillo. (V. Cartabón). guiéndola para mayor brevedad y claridad de la
ESCUADRON. Aunque en el art. Táctica se voz batallón en los términos que siguen:
discurre con extensión acerca de esta voz, pa «Casi dos siglos antes que se adoptaran en
rece conveniente entrar aquí en más particula España los nombres y los principios de la actual
res de etimología y acepción. Evidentemente en organización militar, se designaba lo que hoy se
su origen fué escuadrón aumentativo de escuadra entiende por táctica con la denominación Arte
agrupación, conjunto, reunión de escuadras. Du- de Escuadronar, cuyo arte lo constituían las
cange y otros quieren que esta última voz venga reglas entonces establecidas para las formacio
del bajo lutin scarra; Oébelin del anglo-sajon nes en escuadrones y batallones de las tropas
skara, en alemán srhaar, que produjo el italiano que habían de marchar, campar ó combatir. Asi
schiera, banda ó tropa. Los franceses, antes de pues, estas dos voces de la organización actual,
decir escouade como hoy, dijeron escadre; y no se usaban mucho antes que las compañías de ca
es probable, como algunos afirman, ijue tomá ballería se reunieran y organizaran primero en
semos de ellos el vocablo, sino á la inversa. tehcios ó trozos, y en regimientos luego, com
Suprimiendo, por innecesaria, la definición puestos de escuadrones, y que los tercios y regi
del escuadrón actual,como unidad orgánica y mientos de infantería se dividieran en batallo
táctica en caballería, detengámonos en la anti nes; lo que quiere decir, que habiendo sido va
gua acepción técnica de los siglos XVI y XVII, rio en dos épocas distintas el significado de di
consultando textos autorizados. «Escuadrón es chas voces, no expresó en la primera de ellas
una congregación de soldados ordenadamente organización CONSTITUTIVA para existir, sino FOR
puesta, por la cual se pretende dar á cada uno MACION eventual para operar, y que en la se
tal lugar que, sin impedimento de otro, pueda gunda, que aún continua, do dan idea de es-
pelear y unir la fuerza de todos juntos, de tal la formación y sí, y muy distinta, de aquella
ESGU -419- ESGU
organización. Pero si no se confunden hoy como principal do combate, se experimentó la falta de
sinónimas, porque basta expresarlas para que otras voces significativas de la formación que se
se comprenda que batallón es un cuerpo de in pudiera dar á una parte ó división do la de ba
fantería constantemente organizado, y escuadrón talla, y á otras divisiones ó subdivisiones mas
otro de tropa de caballería con las mismas con reducidas; y para satisfacerla se introdujeron
diciones, no sucede lo mismo respecto al tiempo las de tropilla, expresiva de formación de po
que pertenecieron á la táctica, según voy á ma cos individuos y de batallón, que valia batalla
nifestar». pequeña ó batalla de tropillas.»
aLa voz escuadrón quieren algunos que sea «Así, pues, la voz batallón es diminutiva de
una corrupción de la latina quadrum, al paso que la de batalla, no de batalla-combate, sino de
pretenden otros, quizá con mayor acierto, que batalla-formación, y bastaba decir en su conse
proviene de la italiana scadra, por estar forma cuencia batallón para significar toda formación
do el cuadro, Jo mismo que el cuadrilátero, que menor que la de batalla ó escuadrón, según asi
eran las figuras más usadas para el combate, de lo confirma Covarrubias en la definición de di
ángulos rectos ó escuadras, de donde vino, y sea cha voz, que dice: Batallón. Un corto escuadrón
dicho de paso, la denominación de cabo de es de gente bien armada y apercibida y unida en
cuadra, ó sea el cabo ó jefe que se colocaba en tre si; y según resulta entre otros antecedentes
el vértice de cada escuadra, para mejor asegu de la Ordenanza 77 de las publicadas en 1632,
rar la fuerza y el orden de la formación. Pero ya que dice: «Cuando el ejército estuviere acuar
sea que nuestra voz venga de quadrum ó ya de telado en barracas, y sí fuere campeando ha
scadra, ello es que se entendía por escuadrón la ciendo alto las noches, en cuyo caso se dispone
formación en un solo cuerpo de lodo el ejército ó la gente enfrente do banderas, se dé el cuerno
tropa considerable, y que cuando se quería ex derecho siempre á los españoles, y lo mismo se
presar la formación de una parte de aquel ó de haga en los sitios que se pusieren á las plazas
esta, se usaba, según luego diré, la de batallón. del enemigo, en que también se dispone la gen
Por lo tanto, la voz escuadrón, usada siempre te en frente de banderas: porque raras veces y
como género, no expresaba el órden, el modo ni sólo á vista del enemigo, suele quedarse en es
la figura de la formación, sino el hecho aislado de cuadrón, y los batallones ocupan los lugares que
estar formado el ejército en un solo cuerpo co en frente de banderas hubieren de ocupar. Cuan
mo formación primitiva, ó en varios combinados do se formare un batallón de diferentes nacio
pero reunidos, como formación compuesta; pues nes, les darán el costado derecho á los españo
cuando se quería distinguir una formación de les, etc». Se ve, pues claramente, no obstante
otra se decía: escuadrón cuadrado de gente; es la poca uniformidad que las mismas Ordenan
cuadrón CUADRADO DE TERRENO; ESCUADRON DE DOBLE zas guardan en el modo de expresarse, que es
FRENTE QUE FONDO; TRIANGULADO; ESCUADRON EN CRUZ; cuadrón era el ejército formado en un cuerpo, y
escuadrón en trozos con sus plazas vacías, etc.» batallón una parte del mismo, unida ó separa
«En cuanto á batallón, hay que atenderá da también en formación».
'|uc siendo esta voz derivada do la de batalla, «Ahora bien; sin embargo de la diferencia
será conveniente definir primero esta para que expresada, que entonces distinguía las voces
mejor se pueda comprender el signiíicado de antedichas, se observa que la mayor parte de
aquella. Observaré, pues, en su consecuencia, los escuadronistas prescinden de la voz bata
'|ue batalla significaba no sólo choque ó con llón como si no fuera necesaria ó corriente
flicto, sino también el cuerpo de tropas ordenado para ellos, y que de los autores de otras ma
i porro de combatir, porque según los principios terias militares, son muy pocos los que la dis
HCTicos observados en aquel tiempo, todo ejér tinguen de escuadrón; y aunque esta obser
cito se dividía para operar al frente del enemi- vación confunde por el momento, se compren
SO, en VANGUARDIA, BATALLA y RETAGUARDIA; ZURITA de bien, á poco que se medite, que las batallas
que es notable por la propiedad y primor con de Zurita no eran otras que los escuadrones
'|ue emplea las voces que usa, aplica la de iu- de los tácticos, y que si batallón era dimi
tALU á cuerpos formados en disposición dé com nutivo de batalla, lo era también de escuadrón,
batir, con abstracción de si verificaba ó no el aunque de la clase de diminutivos que los gra
rambate. Empero como esta voz se aplicaba so máticos llaman impropios; porque así como se
to á la formación de tropas gruesas, como en daba el nombre de batalla ó escuadrón al todo
tonces se decía, ó de la parte más numerosa del del ejército reunido en una formación primitiva
uekcito, que era la que componía el cuerpo ó compuesta, así se daba el de ratallon á la
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formación de una parte del mismo, que valia vestigaciones, que las voces escuadrón, batallón
tanto como batalla pequeña, según la expresión las tomaron los franceses de nosotros, como no
de Zurita; como corto escuadrón, según la de lo niegan, y que nosotros tomamos de ellos más
Covarrubias y como trozo del ejército, según las adelante el significado diferente que ellos las
Ordenanzas preinsertas. Pero como estas dos vo dieron, y aun conservamos, siendo la razón de
ces, además de sinónimas, son, con relación a estola siguiente: Habiendo regimentado los fran
lo antiguo y á'lo moderno, también homónimas, ceses su infantería y caballería bajo el pié que
falla manifestar ahora la diferencia que hay en hasta hoy conservan, aplican la voz escuadrón
tre ESCUADRON DE ESCUADRON V BATALLON DE BATA á la primera división de los regimientos de ca
LLON, ó sea la diferencia que distingue estas vo ballería, y la de batallón á la de regimientos de
ces en la época presente que pertenecen á la infantería, cuya organización y denoni ¡naciones
organización, y la época pasada que pertenecie adoptamos nosotros posteriormente cuando en
ron a la táctica cuya distinción bomonimica se Ibiil regimentamos por primera vez nuestra
percibirá mejor que con definiciones directas, caballería, compuesta hasta entonces, según en
con la exposición de las razones que hubo para otros artículos queda dicho, de compañías suel
el cambio de significados que sufrieron, y son tas, y cuando en 1702 dividimos todos los ter
las siguientes». cios ó regimientos de infantería en batallones.
oLa falta de fijeza que se observa en el uso Por manera, que nosotros les dimos las voces
de estas y otras voces militares provino de la con un significado, y luego las recibimos de
rivalidad que, durante casi todo el siglo XVI, ellos con otro diferente».
existió entre españoles y franceses, quienes no «Resultado final. Si se aprecia por épocas el
queriendo igualarse en nada, llevaron su preo valor significativo, de las voces escuadrón, bata
cupación y odio hasta el lenguaje, queriendo te llón, las encontraremos homónimas, y si esta
ner cada nación y señaladamente la francesa, el apreciación se hace dentro de cada una de ellas,
suyo original y propio, con cuyo designio ter resultarán sinónimas en la primera y diferentes
giversaron constantemente el significado de to en la segunda y última, que es la actual, ha ho-
das las voces introducidas por nosotros y acep monimia consiste en que habiendo pertenecido
tadas luego por ellos, que no fueron pocas. Así ambas voces, primero á la táctica y á la organi
es, que en un documento militar de no escasa zación después, significaron respectivamente
importancia profesional é histórica, se lee, a formación para operar y organización para exis
propósito de estas voces, lo siguiente: «Sólo los tir; y la sinonimia, en quedando las dos idea de
franceses por particular contraposición, dieron formación, se distinguió la una de la otra en
determinadamente el titulo de bandas á la in expresar la voz batallón como diminutivo de ba
fantería, cuando nosotros le dábamos A la ca talla, y escuadrón la formación de un número
ballería: y cuando ellos y nosotros unimos en determinado de tropas, y la voz escuadrón la de
cuerpos las compañías sueltas q ue ellos llamaron todo el ejército en una formación primitiva ó
bandas y nosotros ratallas; á los que Carlos V compuesta».
intituló tercios, Francisco I llamó legiones, y KSCUAÜRO.VAR. En el siglo XVI 1 disponer,
consiguientemente han llamado batallones A lo ordenar, mover las tropas con arreglo á la tác
que nosotros escuadrones. Pero á pesar de estas tica de entonces que se llamaba Arte de escua
dos descabelladas pretensiones de originalidad y dronar. «La infantería española, escuadronada
exclusivismo, se copiaban unos á otros los auto en prevención del caso parte por la brecha y
res de ambas naciones, sin hacerlas correccio parte por escalas, se introdujo » (Guichaboi-
nes y aclaraciones necesarias respecto á las vo no). (\. Táctica, Escuadrón).
ces que con significación diferente usaban, re
ESCUADRONISTA. Cuando loque hoy de
sultó como no podía ménos, la discordancia que
cimos táctica (V. e. v.) se llamaba arte de es
se noti en los libros de aquel tiempo, y lo que
cuadronar , escuadronista , significaba táctico.
es más sensible aun, que con el trascurso de es
Todavía en 1751 empleaba la voz el marqués de
te, con el desuso de muchas voces, y con la di
la Mina: «También nuestros escuadronistas de
ferente aplicación de otras, sea, como lo es,
este siglo han usado la voz pelotones ».
punto menos que imposible concordarlos en la
actualidad, como se ve prácticamente respecto F.SCl'CHA. Nombre castizo, propio, expresi-
al valor significativo de las voces que son objeto ! vo, técnico del centinela avanzado de noche. Se
de este artículo. Sin embargo, puede decirse con | lee ya en el Fuero de las Cabalgadas (tit. 8¡:
toda seguridad, si bien después de prolijas in «Manda ell Emperador que las escuchas et las
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atalayas que sean bien pagadas é conoscidas de merosas especies, de las cuales muchas son si
los adaliles et de los almucatenes». Y con razón nónimas. Hay clipeo, parma, pelta, cetra, bra-
dice el clásico Mendoza (Guerra de Granada. 96 ) CALLE, ADARGA, RODELA, PAVÉS, BROQUEL, PAVESMTA,
« lo que ahora llamamos centinela, amigos TAMA, TARJON, TARJETA, TABLACHO, TABLACHINA, Se-
de vocablos extranjeros, llamaban nuestros es gun la materia, cuero, bronce, madera, hierro,
pañoles en la noche escucha, en el dia, atalaya.» etc.; según las épocas y paises; según la forma,
(V. Vela, Sobrevela). Por último Dice. Acad. 5. oblonga, de corazón, elíptica, rectangular, ocha
da: «La centinela que se adelanta de noche á vada, plana, convexa, acanalada; según las di
la inmediación de los puestos enemigos, para mensiones, desde O"1,50 de diámetro, hasta cu
observar de cerca sus movimientos». Ya que no brir enteramente al hombre. Dicen que en la
sea dable, ni necesario, restablecer el nombre de guerra de Trota el escudo no habia recibido aún
atalaya, este de escucha debe mantenerse en vi la mejora de las dos asas interiores, por las cua
gor. —Galerías de escucha llaman los ingenieros les se sujeta en el brazo izquierdo; entonces iba
y minadores á los pequeños «amales que, en for todavía pendiente del cuello por medio de una
ma radial, avanzan al exterior. correa y cubría el pecho, ó se echaba á la es
ESCUDADO, El hombre ó guerrero armado palda en marcha, ó sobre el brazo izquierdo en
de escudo. No debe confundirse con escudero. combate. Los Oarios enseñaron á los griegos, ó
(V. e. v.) «E otro dia que asentaron el real sa CLEOMENEsá los espartanos, la ventaja de las asas.
lieron de la villa muy recia gente de ornes de Por regla general, el escudo ha sido de ma
armase ballesteros é escudados á pelear». (Crón. dera ligera cubierta de piel dura ó de plancha de
de Don Pero Ñuño. cap. 10). Los latinos, de don metal, que alguna vez fué de plata, como en los
de viene la voz, tenían scutatus, scutarius, scu- argiraspites de Alejandro el Macedonio.
tator, scutifer, derivados de sculum. La idea de pintar ó esculpir sobre ellos em
presas, emblemas, divisas, también debió nacer
ESCUDAR. Resguardar, cubrir , proteger.
También es reciproco. al mismo tiempo. El escudo de Aquiles es inmor
tal y conocido desde Homero; el de Eneas desde
ESCUDERO. En general el que llevaba el es Virgilio. Los romanos en su escudo acanalado es
cudo, no para defenderse en la pelea, sino para cribían su nombre y el del cuerpo á que perte
descansar de su peso al combatiente afuera del necían.
campo de batalla». (V. y comp. Escudado). Más En la edad media el escudo principió á tomar
particularmente en la edad media, cuando empe su carácter heráldico, y se creó una ciencia lla
zó el periodo llamado caballeresco, el recluta, mada del blasón, que está excluida de este Dic
alumno, doncel, sirviente, paje que le seguía y cionario por las razones que se apuntan en e¡
cuidaba sus armas. Como damos poca importan prólogo. El escudo blanco, es decir, sin armas
cia al blasón heráldico y ceremonial de esa ca era el de los caballeros noveles. — El escudo, co
ballería caballeresca, pues no la tuvo ni militar mo arma defensiva, empezó á decaer á últimos
ni social, por más que se diga; omitimos porme del siglo XV en la caballería bardada.
nores sobre el «ascenso» de escudero á caballe Los griegos y romanos, pero singularmente
ro, que pueden verse en cualquier novela ó en los primeros, daban importancia capital á la
las Partidas de Don Alfonso el Sabio. —Recorda pérdida del escudo. Sabido es la recomendación
remos también que Atora llama escuderos á los de los espartanos al despedir á los hombres para
peones que en el ataque de una fortaleza soste la guerra: «ó con el escudo ó sobre el escudo»;
nían los grandes payeses (V. e. v.) y por contra por la costumbre de conducir sobre el suyo el
posición á lo caballeresco, no olvidaremos que cadáver del que nioria con gloria. Ordinaria
en la segunda parte del Ouijote se llaman escu mente á los centinelas del campo por la noche
deros los bandidos que componían las partidas les quitaban el escudo, para que sin esta defen
ó escuadras del célebre Roque Guioart. sa estuviesen más vigilantes.—En España el es
ESCUDO. Del latin sculum, derivado á su vez cudo fué antigua moneda de valor variable, y de
del griego scutos, que significaba piel. Se com ahi vino el escudo de ventaja (8 ó 10 reales) que
prende sin esfuerzo que esta arma defensiva de suena como premio á las clases de tropa. —Tam
be ser casi tan antigua como el hombre; y no se bién lo ha habido de pura condecoración, como
necesita comprobar lo que dice Herodotü, que el célebre Escudo de Fidelidad, que los libera
lo inventaron los egipcios, de los cuales pasó á les en la ominosa década (1823—33) ridiculiza
los griegos y judíos, entre los cuales lo cita Moi ban con el nombre de «huevo frito», por su ta
sés. Escudo, es voz tan genérica que tiene nu maño y color. —En las armas de fuego portátiles
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se llama escudo la planchuela de los tornillos, de, porque achatando el círculo generador de
es decir, la chapa en que apoyan su cabeza los la esfera por los extremos opuestos de un diáme
PASADORES DE LA LLAVE. tro, no se convierte precisamente en elípse. Es
ESCUELA. Del latín schola. Hasla 1867, en ta palabra acuitamiento lleva consigo una idea
que la voz academia deshancó a la escuela, cier de irregularidad, que se trasmite al esferoide y
tos cuerpos la tenían sin duda por más distingui que quizá convenga más á la figura «presumi
do y elegante, como que es más francés. Siem ble» déla tierra, que la precisión «geométrica»
pre nos ha «intrigado» (también nosotros chapur del elipsoide. Sin embargo en el lenguaje de la
reamos francés) qué querría decir Escuela de ciencia esta última es la adoptada.—Esferoidal.
aplicación en España, donde no hay Ecolti Poly- Lo que tiene ligura de esferoide.
lecnique, ó central, ó preparatoria. Simple furor ESFORZADO. Valiente , brioso , denoda
de traducir ad petlem litteree. Un castellano vie do, etc.
jo era capaz de creer que en tal escuela habia ESF'ORZAR. Infundir ánimo, aliento, vigor.
«aplicación», es decir, grande amor al estudio. ESFUERZO. Animo, valentía, denuedo, etc.
Puesto que en el art. Instrucción Iratamos lo Hacer un esfuerzo, el último esfuerzo: hacer to
más importante que la voz envuelve, solamente do lo posible.
citaremos, como de costumbre, algunos adjeti
vos y variedades. Escuela de aplicación, de cade ESGRIMA. La etimología de esta voz da que
tes, de equitación, de esgrima, de cabos y sargen hacer á los eruditos. No falta quien la traiga del
tos de tambores y trompetas, de compañía, de ba hebreo, como Bociiart. Ménage se contenta con
tallón, de brigada, del recluta, de gimnástica, el alemán schirmen ó srhermen, que produjo el
de natación, de zapa, de mina, especial, práctica, scherma italiano. Gasead y Ducange la traen del
latín: pero el uno de scrimia y el otro de scra-
PREPARA10R1A, TEÓRICA, etC.
ma (V. e. .v.). En general el arte de reñir, pe
ESCULCA. «Antiguamente lo mismo que es lear, combatir «individualmente» al arma blan
pía ó explorador. (Dice. Acad. oj Esculcar, es ca; y así se dice esgrima de espada, sable, ba
piar, inquirir. Pero, según Morettj, esculca era yoneta, lanza y palo. Al propagarse las armas de
soldado romano de infantería ligera. Efectiva fuego hubo una especie de recrudescencia en
mente Vegecio llama alguna vez exculcalores á la esgrima, y en el siglo XVII especialmente lle
las tropas ligeras. Ducange, en su Glosario, ha gó á su colmo, lomando hasta Ínfulas científi
ce venir la voz del verbo bárbaro culcare, acos cas, y geométricas, y literarias. Por mera cu
tarse, tenderse; porque las guardias nocturnas riosidad y comprobación puede el lector recor
daban escuchas fuera del campo. Por eso mismo rer los principales libros españoles de aquel
las llama Ammiano Marcelino proculcatores por tiempo.—En el dia hemos caído en el extremo
estar delante del campo, pío castris. opuesto: y si bien se compréndela inutilidad de
ESCULTA. Seg. Dice. Acad. o, también era la esgrima en el estado civil, debía fomentarse
antiguamente lo mismo que espía. su enseñanza en el militar, como parte integran
ESCL'RSIOX. Debe escribirse excursión. te de la gimnástica.
(V. e. v.j ESGRIMIR. Antiguamente jugar la espada
ESCUSA DO. (V. Excusado). negra, que así se llamaba la de ejercicio. Hoy
también es tirar de veras.
ESFENDONA. (V. Honda).
ESGUAZABLE. Vadeable. (V. Esguazo).
ESFERA. Cnerpo geométrico redondo, regu
lar, engendrado por la revolución del círculo al ESGUAZAR. Vadear. (Dice. Acad. Terreros).
rededor de un diámetro, y en el cual por consi ESGUAZO. Expresión usada por vado en el
guiente todas las rectas ó radios que van del siglo XVII. En la baja latinidad vadum se con
centro á la circunferencia son iguales. Esfera virtió en guaduin, guadare, de donde los italia
celeste es la bóveda aparente, que también se nos hizieron guazzare, sguazzare. El parte ofi
llama vulgarmente firmamento, én la cual apa cial que de la acción de Villanoveta, á 25 julio
recen como enclavados los asiros. La terrestre I0Í3, dió el marqués de Mortara á Don Felipe
es el globo terráqueo, la tierra, el planeta. Del de Silva empieza: «El Señor Santiago ha hecho
griego sphaira, del lati n sphera.—Esfericidad. La de las suyas, y el suceso ha sido partir ayer de
cualidad de ser esférico. Fraga con la caballería á las tres de la tarde y
ESFEROIDE. Esfera geométrica achatada venir á este esguazo del Segre, y llegar á él á
por los polos. En rigor no es sinónimo de elipsoi media hora de la noche; y el esguazo era malí
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simo y muy dificultoso y no obstante me resol- el indefenso, el que, por defecto de traza y
vi á pasarle, como lo ejecuté, aunque se ahogó el asiento, no ven ni balen los proyectiles del de
capitán de caballos Martin Simón y cuaíro sol fensor.
dados y el pasar los demás fué casi milagro.
Acabóse de esguazar á las diez de la noche ESPADA. El origen de esta voz es remoto y
Ahora estoy acabando de pasar el esguazo que oscuro. Algunos, con DiodorO Sículo, lo suponen
está peor; ya han pasado todos y no hemos per celia, galo, celtibero, spal/ia. Otros, con Ganeau
dido más que dos soldados que se acaban de y Ménage, griego, spathe, que luego los romanos
ahogar». [Mem. hist. esp. T. XVII. pág. 169). corrompieron en spathus, spatha.spata. Terre
También usa esta voz Don Antonio de Solís y si ros quiere que venga del vascuence. Dejando
multánea con vado Don Carlos Coloma, como se aparte esla intrincada cuestión de etimología, lo
ve en este párrafo: «Dañó mucho la poca fe ó | averiguado es, con la autoridad de Tito Livio y
falta de experiencia de los guias, tanto en la de PoLiBio, que los romanos lomaron de los es
elección del vado, cuanto en la relación del cur pañoles lo que hoy decimos machete, la espada
so de la marea, que tomaron el esguazo á tres corta, recta, de dos filos, con la cual descarga
horas de su creciente», [(iuerr. de Fldndes. libro ban terribles cuchilladas. Api levo y Tácito usan
1). Asimismo dice Pellicer [Avisos del I i julio en este sentido la voz spatha. También se en
1 643): «Mos de Lamota ha tomado por asalto la cuentra en Aulo-Gelio: « Veruta, ensis, fiew, ma-
villa y castillo de Estadilla, la más fuerte de r.hcerce, spatii.e, linguli , pugionis, clunaculm....»
Aragón cerca de Harbastro. Ks muy mala nueva, (libro. 10. cap. io). Pero debe recordarse que
porque lo uno está sobre el vio Cinca y tiene el los romanos tenían las palabras usuales ensis,
vado seguro contra Barbastro y hasta no tiene gladiuS para distinguir dos clases de espadas,
rio que esguazar sino el Gallego....» significando la última más bien arma larga, de
ESGUÍZARO. En el siglo XVI se llamaba asi punta. Vf:oecio, ya en la decadencia, llama spa-
al suizo. thas á los gladios majores y semispathas á los
minores.
ESMEREJON". Pequeña pieza de la primitiva No podemos entrar en larga enumeración de
artillería. los géneros, especies y variedades que ha teni
ESMERIL. Piedra ferruginosa de color co do y conserva un arma tan usual, ni de los nom
munmente pardo masó menos oscuro y tan dura, bres varios que en cada país toma, según su for
que raya lodos los cuerpos, á excepción del dia ma y dimensiones. Hoy mismo, que la voz sa
mante, por lo cual >e emplea en polvos para ta ble, aunque genérica, también implica cierta
llar las piedras preciosas, acoplar cristales y en curvatura en la hoja, cuando esta es poco pro
artillería especialmente para pulimentar el ace nunciada, usamos la voz mixta espada-sable.
ro y otros metales.—Pieza de artillería antigua, Dentro de ella caben otras como, alfange, cimi
algo mayor que el falconete, que pesaba 3 quin tarra, GUMÍA, KANDJ1AR, etc.
tales y 50 libras; su longitud era de 37 calibres La celebridad que en lo antiguo tuvieron las
y la bala que disparaba de 10 onzas; sin embar fábricas de Calatatüd (Bilbilis), de Bilbao y To
go el peso y dimensiones de esta pieza podían ledo fué reconocidamente superior á la de Da
variar, segun fuese reforzada ó extraordinaria. masco, Fez, Reims y Solingen. Hoy la arqueolo
«Pasóse toda la gente con que se hallaba el du gía tiene que ceder el paso á la geología, que
que detrás de las dunas á la parte del poniente, con tenaz investigación va penetrando de la su
á tiro de esmeril de la villa y toda la que llevó perficie á las entrañas de la tierra; y el descu
el de Renti á la parle de medio dia». (Coloma. brimiento de las armas y herramientas de peder
(Iuerr. de Flánd. lib. 1; nal usadas por el hombre primitivo, hace per
ESPACIO. Quieren algunos que, asi como der gran parte de su picante interés á las
distancia (V. e. v.) es el vacío entre las subdi disertaciones sobre forma, uso y fabricación
visiones de una tropa en columna, é intervalo muy modernas ya relativamente. Está demos
(V. e. V.) el que entrecorta ó separa las que es- trado que mucho ántes de descubrir el hierro,
tan en batalla, espacio quede como técnico para se usaba generalmente el bronce, aleación ordi
el hueco entre las filas, es decir, de pecho á es naria de cinco parte de cobre y una de estaño:
palda en toda clase de formación. Decida el lec de este metal, pues, eran las armas de los pri
tor. En FORTIFICACION, ESPACIO INTERIOR eS el que meros griegos y ROMANOS.
está comprendido por el perímetro, contorno, ó El historiador francés Carrion Nisas (T. I.
recinto de una obra cerrada.—Espacio muerto es pág. 174) se rebela contra la opinión vulgar de
ESPA - «4 - ESPA
que los romanos llevaban la espada «al lado de La espada negra ó de esgrima, es decir, sin
recho,» y para remediar el inconveniente les lustre ni corle y con botón á la punta, uo apare
cuelga dos, una á cada lado. Lo positivo es que ce hasta el siglo XVI. En este y el siguiente la
la kspada corta y gruesa con dos filos la tomaron espada toma desmesurada longitud, con ancha
de los españoles. Stevecchio ha copiado de los cazoleta y enormes gavilanes. La introducción
mármoles antiguos figuras de soldados romanos de la bayoneta, á principios del XVIII, va hacien
con la espada á la derecha. Horacio y Polibio lam do inútil la espada üe la tropa, y queda como
inen lo mencionan como arma propia del hasta- arma DE OFICIAL, excepto en cortos intérva los en
río; pero la caballería romana llevaba á la iz que llevó fusil.
quierda la espada larga (gladius), como se ve en Mañana que las carabinas con tres palmos de
la columna Trajuña. La poca longitud del mache cañón «no admitan» la bayoneta, y que, cargán
te celtíbero y el llevar el escudo en la mano iz dose por la recámara, sean de poco peso, de fá
quierda explican el uso de llevar aquel á la cil manejo para colgarlas instantáneamente al
derecha. hombro izquierdo ¿no resucitará la espada de ca
En la decadencia, al usarse ya la espada lar zoleta en el soldado raso, con toda la complicada
ga, Josepo advierte que llevaban otra más corta esgrima del siglo XVII?
como de un pié ó un palmo á la derecha: la lar Como armas célebres en la historia y conser
ga era indistintamente ensis, gladitis, spatha: la vadas hasta nuestros dias, sólo citaremos la Jo-
corta, semispatlia, puyio, t/tadiolus. Este uso si yeuse de Cario Magno; la Durindana de Roldan;
multáneo de la espada y del puñal llamado mise yen nuestra patria '.as de Pelayo, de Bernardo del
ricordia, ó el posterior de la dasA, ha bajado has- Carpió, de San Fernando, de Gonzalo de Córdoba
la últimos del siglo XVII. y las dos famosas del Cid, la Tizona y la Colada.
Los codos trajeron evidentemente su spathus Respecto á la fabricación de las espadas, tam
spatha;espata\ucgo, y por últimoESPADA. Lo prue poco tenemos espacio para largos pormenores,
ba el titulo y dignidad de Coinés spathariorum, aunque bien los merece la excelencia acreditada
conde de los espatarios, capitán de guardias ó, de nuestro pais. No sólo en los puntos ya citados,
como luego se dijo, de ahcheros, de alabarderos: sino en Zaragoza, Mondragon, Sevilla, San Cle
cargo palatino que desempeñó el mismo Pelayo mente, Cuellar, Valencia, Avila, Badajoz, Orgaz,
en tiempo cercano al de la invasión de los se fabricaron, en diferentes tiempos, armas ad
árabes. mirables por su temple y perfección. Entonces
La espada gótica, larga, ancha y recta dismi eran de acero puro, sacado generalmente de Mon
nuía desde la empuñadura y no tenia guardamano. dragon y de Peña de Lidala en Guipúzcoa: hoy
Componían el puño la parte redonda llamada po se añade alma de hierro dúctil, dejando el acero
mo, nombre latino, de manzana, y los gavilanes ó «exclusivo» para cuchillos de monteó moharras
cruceta, que tomaron luego el nombre arábigo de lanza, Desde hace años el acero cementado de
de arriaces, aunque amos en aquella lengua sig Pola de Lena, construido con hierro de Vizcaya,
nificase el puño entero. Asi se Ice en el poema sustituye al que ántes venia de Alemania. El
del Cid: alma de hierro, cuando se pone, queda entre dos
«Sacan las espadas é relumbra toda la cort; tejas ó placas de acero con variable relación de
«Las mauzanas e los arriazes todo de oro son peso. En el sable de oficial de infantería el alma
Desde la irrupción de los franceses en Cata pesa S onzas y las tejas 18. El machete de zapador
luña (1275) se conoció en España el estoque de lleva 4 onzas de alma y 40 de tejas.
bordo y broncho, arma que venia á ser más lar Primero se hace el alma de callos de herra
ga y ancha que el puñal y más corta que la espa dura, luego las tejas. Se cubre aquella con estas,
da vulgar. dejando libre la espiga , y en seguida se procede
Al terminar la edad media, los suizos lleva al tirado de la hoja, á igualar y soldar el hierro
ban dos espadas: una, enorme, llamada espadón, con el acero, dar el batido y echar las mesas.
cruzada á la espalda, sujeta por correas, y la otra Después de formar y destajar, se pasa á templas
en el tahalí ó cinturon. Por aquel tiempo (hacia y al REVENIDO.
fines del siglo XV) empezó el uso de la espada in Hechas estas operaciones, la hoja puede te
ofensiva, es decir, de corte ó de paz: hasta en ner vicios, que técnicamente se llaman: forta
tóneos siempre fué arma de guerra y de comba leza, HOJ AS, CANAS, VEJIGAS, QUEBRAZAS, PELOS, CRU
te. Los griegos y romanos nunca la llevaban si JIDOS, QUEDARSE DE UN LADO, DE LOS DOS, SALTARSE,,
no kn campaña: á la inversa de los barbaros, ger etc. Se conocen y corrigen con cinco pRUEBAsque
manos, galos, godos, que jamás se la desceñían. son: de la muletilla, ántes llamada de la rodilla
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por encorvarse el arma sobre ella. Del plomo, por en mano debia eslar siempre el ejército contra
que en una plancha fija en la pared es donde se sus enemigos descubiertos ó enmascarados.
apoya la punta para hacer semicírculo. De la S, Con el sustantivo espada se emplean los ver
que es hacerdos curvas en esta figura, apoyan bos: BLANDIR COLGAR—CEÑIR—DESENVAINAR—DES
do la mano izquierda en el primer tercio. Del NUDAR—DESCEÑIR—ENVAINAR—ESGRIMIR—
MANEJAR OFRECER PRESENTAR RENDIR ENTREGAR
ROM
casco, pues sobre él se da una cuchillada. De la
muletilla, otra vez para nuevo examen. Se con PER SACAR TIRAR.
cluye con ESMERILAR, LUSTRAR, ACICALAR, y po- ESPADACHIN. Más bien que del diestro en
ner la marca. esgrima, se dice del malón, pendenciero y per
Esta es la marcha del trabajo en la fábrica de donavidas. .
Toledo. Y conviene advertir de paso que esta ESPADADA. Segun Dice. Acad. 5, se llamó
fábrica como real ó nacional, es decir, comoES- asi antiguamente al golpe dado con espada. (V.
tablecimiento del Estado sólo cuenta un siglo de Cintarazo, Cuchillada, Estocada .
existencia. Antes lo que dio celebridad á Toledo
fué su gremio de armeros, que decayó, como lo ESPADANAL. Sitio húmedo en que se crian
do, á últimos del siglo \ V II y principios del con abundancia las espadañas.
XVIII. Entonces, tanto el ridiculo espadín de go ESPADERO. El artífice que hace, guarnece,
lilla, como las armas de munición para el ejército compone y vende espadas. La marca de fábrica
«venían del extranjero». Carlos III, hácia 1761, es requisito indispensable para los anticuarios
reuniendo los matriculados del gremio, fundó la ó arqueólogos. Todavía se busca hoy la célebre
real fábrica que en 1777 se encomendó al cuer del perrillo que adoptó el famoso armero de To
po de artillería. Concluido el edificio en 1783, ledo, Julián dll Rbt, moro converso. También
recibe desde 1842 continuo ensanche y mejora parece que labró en Zaragoza; y además del per
produciendo la fábrica espadas y armas que res rillo, usó por marca una media luna y un mun
ponden á la antigua nombradia. do con grillos.
En su respectivo lugar alfabético pueden ESPADILLA. No es, aunque parezca, dimi
verse los varios adjetivos, verbos y adverbios nutivo de espada. Lo son espadín y espadita.
que corresponden al sustantivo espada y que ESPADIN. Diminutivo de espada en general;
apuntaremos aquí en índice: Espada adamascada pero aplicado más particularmente al inofensi
—bota ó de torneo—blanca—calada—de ceremo vo y conocido «pincho» que todo el mundo lle
nia—DE
DE GOLILLA—DE
CORTE—DE HONOR—
CEÑIR—DE
DE CRUZ—DE
MONTAR—deGAVILANES
UNA Ó vaba en el siglo pasado.
ESPADITA. Diminutivo de espada.
dos manos—de uno ó dos filos—de taza ó cazole ESPADON. Aumentativo de espada.
ta DORADA NEGRA PAVONADA etc.
ESPALDA. Los ingenieros llaman ángulo de
Los tres elementos principales de la espada,
la espalda al que forman, en eltBALUARTE, la cara
en general, son puño, hoja y vaina. Entre ellos y el flanco. El deseo de cubrir la artillería de
se reparten los nombres siguientes: —Abrazade este último indujo á los tracistas á reforzar este
ras— Anillas — Bigotera — Botón — Boquilla —; ángulo y se llamó orejón, cuando el refuerzo era
Brocal—Cazoleta— Concha—Contera— Contra
curvo ó redondeado, y simplemente espalda cuan
corte—Corte ó filo—Costura—Cruz—Chapa— do se le dejaba angular ó achaflanado. — «Fabri
Dragona—Empuñadura—Espiga— Espigón—Gavi cando ante todas cosas una espalda capaz de
lanes — Guarda — Guarda-polvo — Guarnición — poder cubrir por el costado derecho no sólo
Lomo— Marca— M esas— Pola— Plano— Pomo — los quince cañones, pero también los nueve».
Punta—Recazo—Regatón. Coloma. G. de Flánd. lib. 8). De aquí probable
Espada, por oposición á pluma, significa la mente vino luego Espaldón (V. e. v.) como voz
profesión, carrera ó servicio militar. Hombre de genérica. PuoAy Rojas da á la espalda esta mis
espada. Excelente espada se dice, más bien que ma significación:..» «las Casas-Matas hacen san,
del diestro en la esgrima, del general inteligente gricnlo el assalto, mientras la Artillería del si
ó afortunado. Un país saca la espada, se prepara tiador nj asegura bien el passo; y aunque lo
á la guerra. «La espada de la Francia» no se común es levantar el enemigo la que llaman Es
cae déla boca de todo francés. Desgraciadamen palda, la qual deshazen con su Artillería también
te España no ha vuelto á encontrar su espada del los defensores».
siglo XVI. '(A tal partido le falta una espada», Los clásicos del siglo XVI usan en táctica la
decimos hoy en nuestra jerga política. Espada voz espaldas con preferencia á retroguardia y
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retaguardia. La expresiva frase hacer espaldas se encuentra á veces en sentido de defensa. iTen-
sigiiilicaba, no sólo cubrir la retaguardia ó guar toriis, el fossis, el spaldis taliter circundederuin
darla para evitar sorpresa; sino dar, en general, lucum quod nemo ingredi poterato. Rolan u
durante el combate calor, sosten, reserva, res Cronic. lib. 5. cap. 18,.
guardo, protección. Como en el siguiente pasa ESPARO. Dardo, usado por los antiguos vk-
je del P. Basilio Varen: «En esta ocasión fue no tones, de madera sola, pero muy dura y algo
table el valor de Felipe Strozzi, que salió con mil encorvados. Clonard. Mem. de la A . de la Hist.
y doscientos infantes á hacer espaldas á los ca pág. 9,. Sparus ó sparum es arma citada por Lu
ballos ligeros; porque desamparado de ellos y cilio, por Servio (ad Virgil. lib. H): «Sparus est
qmpefiado eu medio del ejército de los l gono- rustiewn telum in modum pedia recurvum» . El
tes...» Guerr. cir. de Francia, lib. 3. pág. 60,. verso de Virgilio, hablando de los Rútulos, es:
•La otra banda de gente caminó derecho á Gra «Agrestisque manus armat sparus».
nada á hacer espaldas á Tarax-.Aben-Tarax». Pero Cornelio Nepote afirma que Epajiinos-
(Mendoza, G. de (Irán. j «.... sacó en amanecien das murió atravesado de un esparo, y habla del
do el rey de Navarra un escuadrón de tres mil hierro que quedó en la herida. De modo que ni
infantes y holandeses, y, haciéndoles espaldas es muy seguro el ser de madera, ni se alcanzu
con toda su infantería y caballería, les mandó para qué fuese la curvatura.
que acometiesen el seto ó trincheron». Coloma. ESPECIAL. Por imitar á los franceses, algu
Guerr. de Fldnd. lib. o;. nos dan este adjetivo á los cuerpos facultativos
ESPALDAR. En la coraza o coselete, la pie v á sus respectivas academias. Cunde en el dia la
za ó plancha que cubre la espalda. Sobre-espal- j moda de las «especialidades» y de «especializar
dar ó espaldar volaste es la pieza que se coloca- I y especializarse», verbos ambos que, como el
ba sobre él y tenia la misma forma. lector presumirá, no tenían entrada en el Dice.
ESPALDARAZO. El golpe de plano con la ACAD. 5.a ED1C. 1817.
espada sobre la espalda que recibía el caballero ESPECIES. Palabra algo especiosa é indefi
novel de rodillas. nible que juega en la Ordenanza promulgada en
ESPALDARCETE. Pequeño espaldar que só 1768, vigente en 1868, y en sus leyes penales,
lo cubría la parte superior de la espalda. y que merece explicación que no podemos
ESPALDARON. Espaldar mayor que el or dar. En los artículos 33, 34 y 35 del til. 10. trat
8, se lee: «El soldado que promoviese especies
dinario. que puedan alterar la obediencia y disciplina
ESPALDON. En general, toda masa de tierra sufrirá la pena de baquetas —El cabo ó sar
ú otro material destinada á cubrir del fuego de gento que entendiere ú oyere á soldados de su
enfilada ó de revés. La diferencia entre parape compañía ó de cualesquiera otras, aunque sean
to y espaldón consiste en que aquel permite, ó de distintos cuerpos, especies contrarias ¿ la con
prescribe, que se haga fuego o defensa activa formidad con que deben recibir el pan, prest..».
detrás de el. «Si el cañón de la plaza alcanza á —«Los oficíales ,de cualquiera clase que sean
dichas baterías, ya se ve que por aquella parte que oyeren ó entendieren de soldados de sus
las cubrirás con espaldones». ^Santa Cruz. Re- compañías ó de otras, aunque de distinto cuer
flex. mil. lib. I . cap. 4). po, conversación ó especies que puedan originar
ESPADON. Antigua maquina ó aparato cii- trascendencias ó mal ejemplo á la subordinación
bridor de la especie de los plúteos ó vineas, es y disciplina » El art. II, tit. 17, trat. 2, es
decir, galería de aproche cubierta de ramaje y tá más terminante: «Cualquiera que estuviere
pieles frescas. Los menciona Agathias [Histor. mandando una porción de tropa no se quejará á
rom. lib. ,'i;: «Spalion autern est quoddam lextum su jefe inmediato de estar cansada, no poder re
ex viminibus ad forman tecti confectum etc.» sistir la celeridad del paso ni fatiga que se le
ESPALTO. Nombre técnico que dan en for da, con otras especies que distraigan de hacer
tificación á lo que hoy decimos glasis, varios un pleno uso de ella » Por fin el art. 1,
autores españole.- hasta el siglo XVIII. «Al Es- til. 17, trat. i. no deja duda«... pero prohi
palto se le dará una pendiente Insensible házia bo á todos y cada individuo de mis ejércitos el
la Campaña, de tal manera que á la fin quede el usar, permitir ni tolerar á sus inferiores las
terreno alio brazas 5 l|2». .Lf.ganes. Esc. de j murmuraciones de que se altera el orden de los
Palas, pág. \ i¡. La voz spalto es italiana y deri i ascensos, que es corto el sueldo, poco el prest o
vada del latín bárbaro spaltum ó spaldum, que I el pan, malo el vestuario, mucha la fatiga, in
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cómodos los cuarteles; ni otras especies, que con 1 ra mayor defensa; también solía hacerse en ,a*
grave daño de mi servicio indisponen los áni riberas de los rios. y delante de las puertas de
mos sin proporcionar á los que compadecen las plazas». Los ingenieros antiguos nunca usan,
ventaja alguna». y los modernos desconocen completamente es
ESPECULADOR. Voz puramente latina, ta voz.
specutator. El verho speculare significaba, en la ESPESO. Puede serlo un órden táctico, un
MILICIA ROMANA, ATALAYAR, REGISTRAR, RECONOCER, bosque. Se dice «en lo más espeso de la refrie
observar, espiar: por consiguiente speculator era ga».—«Sean con particularidad espesas las em
CENTINELA, VELA, ESCUCHA. boscadas en los caminos que guian desde su
ESPEJO USTORIO. Del latin uro, urens , campo á las plazas enemigas». (Santa Cruz.
quemar, por la reflexión de los rayos del sol ó de Reflex. mil. lib. 5. cap. 4).
un cuerpo en combustión. Dos hechos histó ESPESAR. Se dice de la guerrilla, por opo
ricos han dado celebridad á este medio de de sición á ACLARAR.
fensa. Arquímedes, que abrasó en Siracusa la ESPESOR. Grueso de metales en la pieza de
flota de Marcelo (según testimonios y citas de artillería; del parapeto, en fortificación.
autores, casi todos de la baja latinidad, reuni ESPESURA. Se dice que la tienen los sem
dos en un folleto por M. L. du Tens; y Proclo, brados, y más particularmente los montes, sel
ingeniero del emperador Anastasio, que quemó vas y arboledas.
en Constantinopla la de Vitaliano. Maizerot nie
ga la autenticidad de estos hechos, sin dudar de ESPETADO. Dice Covarrubias (Tesoro de la
que sus supuestos aplicadores conocían el efec leng. cas/. 1612!: «Espetar, atravesar alguna co
to de la reflexión. El primero desde luego, lo ca sa con otra aguda, como espetar la carne en el
asador: díjose de la palabra espada.—Espetado, lo
llan Tito-Livio, Plutarco y sobre todo Polibio,
cuya diligencia es reconocida, y que vivia cer que esta traspasado de alguna cosa aguda, como
cano al acontecimiento. Fuera de esto, hay pre el asador, y de allí se llamó espetera al vasar
sunciones de sentido común. Los barcos roma donde cuelgan los asadores, dichos groseramente
nos no quedaban al ancla; tendrían el balance espetos. —Espetado, por alusión, el que anda
natural que impide la acción fija del rayo refle muy derecho, que parece haber tragado algún
asador; á estos suelen llamar traga-virotes: de
jo; esta acción no es instantánea; el sol no había
de ser tan complaciente; los barcos tampoco ha ordinario son grandes necios, mal criados y mal
bían de venir bajo los tiros de la plaza á dejarse quistos». Es exacto en 1867.
quemar nno por uno en fin y basta, en vez ESPETERA. Se llamóasí el astillero (V, e. v.)
de quemar barcos ¿no era más fácil y provecho ó lancera, el armero en que las guardias coloca
so quemar los trabajos de aproche, víneas etc.'? ban las picas y alabardas. «Habiendo, pues, lle
Por lo demás, Buffon en 1747 hizo experimentos gado turbulentos al cuerpo de guardia, derriban
con un gran aparato ustorio, con 168 cristales de las espeteras las picas colgadas en ellas, para
azogados y movibles, y dice que quemó made que no estuviesen á mano si acaso algunos del
ra á 'a distancias de 200 pies. En los gabinetes tercio quisiesen haceroposicíon». ÍStrada. Guer
de física se repite diariamente el experimento ra de Flánd. dec. 3. lib. 3).—Hoy, en son de epi
en pequeño.—En artillería sirve el espejo pla grama y por alusión á las espeteras de cocina, se
no y natural para reconocer el ánima de las pie dice del pecho ó peto cubierto de condecoracio
zas.—Y también se llama espejo la parte de la nes prodigadas.
pieza que constituye el plano de la boca ó brocal. ESPETON. Nombre técnico que tiene en los
ESPEQUE. Palanca de álamo negro, encina talleres de artillería la barra de hierro con que
ó fresno, redonda por la punta que se maneja y los forjadores y fundidores desahogan la tobera
cuadrada por la otra que termina en cuña, lla de la fragua, arreglan el carbón, etc. Se llama
mada uña. generalmente herrada. Sirve para también tiza, atizador, hurgón, escurafuegos.
mover y manejar la pieza dk artillería y en ge ESPIA. Covarrubias lo trae del verbo griego
neral para maniobras de fuerza. spio, seguir; Gébf.lin del celta spi, vista; pero la
ESPERA. Nombre de una pieza de la primi voz es italiana, spia. El individuo que por oficio
tiva artillería, menor en calibre que el camello. y por lucro observa los movimientos y los sucesos
ESPEROME. Dice. Acad. 5. da textual: de un ejército ó tropa en campaña para dar cuen
«Especie de fortificación antigua que se hacía ta de ellos al enemigo. Su nombre oficial es con
en medio de las cortinas en ángulo saliente pa fidente. Por bajo y repugnante que el oficio sea,
ESPI- — 428 — ESPI
hay que admitirlo en un ejército y, lo que es más, misa é puso fuego á una espingarda é tiró por
premiarlo y fomentarlo mucho, del único modo encima de las cabezas de Don Alvaro ó de Iñigo
posihle, que es renumerarlo pródigamente. Por d' Estuñiga ó ferió á un escudero». —Alfon
oposición, lo ley dicta crueles penas contra el so de Palencia en sus Décadas (cap. 6. tit. 9.) al
espía contrario. Todo lo concerniente al espionaje referir el motin de Toledo contra los conversos en
julio de 1 467, habla de la espingarda como de
ó confidencia, os decir, dirigirlos, recibirlos, es
cucharlos, vigilarlos, comprobarlos forma una arma «recientemente descubierta». —Está averi
sección interesante del Estado Mayor, y bien se guado que el nombre espingarda, así como el
alcanza cuánto tino, secreto y sagacidad requie mosquete, trabuco, arcabuz y otros muchos no fué
re el trato con esos hombres abyectos y codicio puesto como «nuevo» al arma de fuego «recién
sos que especulan con el valor de sus palabras y inventada, » sino aplicado de otro ingenio o má
noticias. La mayor parte délos espivs suelen ser quina antigua de tiro. En documentos muy ante
dobles, y lejos de rechazarlos, la habilidad los riores al uso de la espingarda, como boca de fue
puede utilizar. Se ha llamado con razón á los es go, se lee: Confecerunt plusquam quindecim tra-
pías «los ojos del ejército» y en efecto, si son buchos: archilectant mullos spingardos in gyro
buenos y están bien manejados, economizan fa civitatis». (Hist Obsitl. Jadrensis. lib.l.cap. 38 .
tigosos ó peligrosos reconocimientos y pueden dar —Espingardada ó Espingardazo. Golpe y herida
segura base al cálculo y combinación de las ope de espingarda. —Espingardería. Conjunto y fuego
raciones. En las guerras civiles y nacionales sue de espingardas.—Espingardero. El hombre ar
le haber espias animados, no sólo por espíritu mado (le ESPINGARDA.
de codicia, sino por odio de partido; y las embos ESPINILLERA. Pieza de la antigua armadura
cadas, las interpresas más atrevidas de los guer que cubría y defendía las espinillas.
rilleros siempre se fundan en un perfecto y se
guro espionaje. Algunas veces los oficiales dr in ESPION. Suena á galicismo, pero el Dice.
genieros ó de Estado Mayor disfrazados correu Acad. 5. da: «lo mismo que espía». Lo será, pues.
los peligros de un espía, usando también sus ESPIONAJE. El servicio de espías, y cuantos
mismas tretas; pero este arriesgado y noble ser incidentes á ellos se refieren en el Estado Mayor
vicio se distingue del otro por una simple condi de un ejército. Pero téngase presente que espío?»
cion: el «dinero». (V. y comp. Agente). y espionar son para muchos detestables galicis
ESPICHE, yuizá del latín spiculum. Arma ó mos, por más que la primera voz tenga, como se
instrumento puntiagudo, como espada ó asador. ha dicho, la sanción del Dice. Acad. 5. en 1817.
Espichón es la herida que produce. Dice. Acad,). ESPIOTE. Lo mismo que espiche, según Dic
ESPIGA. Antiguamente la espoleta de las cionario Acad. S.
bombas (Dicc.AcAD.1 y ¡i). — Parle de la espada. ESPIRAR. Terminar el plazo de una tregua
Ó ARMISTICIO.
ESPINGARDA. Arma de fuego manual que
hácia mediados del siglo XV, sustituyó á la cu ESPÍRITU. Esta voz latina, spiritus, ha ve
lebrina ventajosamente, por la modificación de nido A complicar su definición, no muy fá
la culata, que permitía «apoyarse en el hombro cil, con la invasión que en estos tiempos ha he
al disparar». La voz espingarda es de etimología cho su compañera francesa esprit, con tamaña
dudosa: unos la hacen provenir del verbo latino fortuna, que hasta en la milicia significa hoy, tal
spingo, spingis; otros del alemán spring; otros como suena, esprit, una especie de airón o plu
del etrusco spingar. Esto daCLONARDen su Ilist. mero. El plumero pasará; y quisiéramos que con
org. T. I. pág. 61 y esto es lo exacto. Nunca fue ¿1 se fuera el «espíritu fuerte», esprit fort, y to
la espingarda verdadera pieza de artillería, por do lo «espiritual», spirituel, muy expresivo en
más que lo repitan todos los diccionarios milita su tierra, pero innecesario en la nuestra, donde
res, copiando al de la Academia Española.- La tenemos «hombres de espíritu» y «levantados
Crónica de Don Alvaro de Luna, en 1449, refi de espíritu», es decir, briosos, denodados; y
riendo el sitio de Toledo, dice: «no le pudieron «hombres de espíritu», de ingenio agudo y su
retraer del peligroso combale en que esta til, más hábiles en la sátira y epigrama, que en
ba, las piedras de las lombardas, non las de profundizar con acierto y perseverancia. Tam
los truenos, non las muchas saetas, non los bién hay «pobres de espíritu» que de ningún
muchos tiros de espingardas que en gran nú modo deben abrazar la profesión de las armas,
mero le lanzaban de la cibdadt». Y cuando su y «espíritus despreocupados, libres, incrédulos,
prisión, en 1453: «luego salió un hombre en ca filosóficos» que no convienen mucho más. Los
ESPI — 429 — ESPI
clásicos han usado la voz en numerosos sentidos, car en vano y retroceder ante el muro de hierro,
como Espinel: uLa monarquía de España tan ante la disciplina relativa de los francos con Car
llena y abundante de gallardos espíritus en ar los Martel; y luego, cejando siempre, volver,
mas y letras » Y sobre todos, Cervantes: atravesando la España, á su núcleo natural, don
«Siendo, pues, ansi que las armas requieren es de siguen viviendo en guerra eterna. En el espí
píritu, como las letras, veamos ahora cual de ritu bélico hay algo de primitivo, de salvaje, que
los dos espíritus, el del letrado ó el del guerrero, pugna con nuestra moderna sociedad y casi pu
trabaja más». También la Ordenanza general de diera añadirse con la verdadera disciplina, cuan
4 768 emplea en varios sentidos la voz espirito. do llega á ser de todo punto indómito.—Un
Por ejemplo, en el tit. 17. del trat. 2. «.... de ejemplo casero, sin que se eche en mala parte.
tomar en todos los accidentes y ocurrencias que De las antiguas regiones que vinieron juntándo
no le estén prevenidas, el partido correspon se á formarla España, ninguna acaso, como el
diente á su situación, caso y objeto, debiendo principado de Cataluña, presenta una historia
en los lances dudosos elegir el más digno de su más nutrida de guerras siempre sangrientas, y
espíritu y honor», (art. 19.). «El oficial cuyo hasta pudiera decirse rabiosas. La célebre de
propio honor y espíritu no le estimulan á obrar Sucesión, en que hubo que encadenar literal
siempre bien vale muy poco para mi servicio». mente á aquella provincia indomable, cierra el
{art. {%). «En cualquier oficial que mande á catálogo de sus furiosas y siempre «estériles»
otros, ó se halle solo, será prueba de corto espí sacudidas. El catalán enardecido se trueca de
ritu é inutilidad para el mando el decir que no repente en una fiera sedienta de sangre.... y sin
alcanzó á contener la tropa á su órden....» (ar embargo en el antiguo principado, en que no hay
ticulo 13). «La reputación de su espíritu y ho un hombre cobarde, ha sido y será siempre im
nor, la opinión de su conducta y el concepto de posible introducirla disciplina (V. ei v.) y con
su buena crianza han de ser los objetos á que ella el verdadero espíritu militar. Si no basta
debe mirar siempre (el subteniente)....» (Art. para probarlo la guerba de la Independencia, ahí
2. ííí. 6. trat. 2). «Desde que se le sienta su pla está más cerca la Civil de los Siete Años, donde
za ha de enterársele de que el valor, prontitud puede verse cómo se estrellaron los reiterados
en la obediencia y grande exactitud en el servi esfuerzos de los generales de Don Cárlos, para
cio, son objetos á que nunca ha de faltar y el constituir militarmente una guerra, en que, por
verdadero espíritu de la profesión». (Oblig. del desgracia, sobraba de valor y de fiereza lo que
sold. art. 5. tit. I. trat. 4). faltaba de organización, de táctica, y de disci
Por evitar el escollo de hacer ininteligible un plina.
articulo general, á continuación definimos por Ya que hemos tomado ejemplo en casa, jus
separado los espíritus que más relación tienen to es pasar á la vecina. En el libro tan co
con la milicia y con el espíritu de esta obra. nocido tíL armée franfaise en 4867» se lee el
Espirito bélico, belicoso, goerreko. En el de siguiente párrafo (pág. 20 de la 45 edic): «Doy
ber que nos imponemos de fijar lo mejor posi á esta frase—pueblo guerrero—una particular
ble el sentido de las palabras, no se extrañarán significación, que no estará de más explicar.
algunas distinciones que parecerán quizá sobra Somos (los franceses) efectivamente, más bien
do metafísicas. El espíritu bélico es parte inte un pueblo guerrero, que un pueblo militar, por
grante del espíritu militar, pero dista mucho de que nos falta esa calma de temperamento, esa
constituir el todo: este último tiene por base la constante preocupación de exactitud y de pun
disciplina, aquel el valor, ó más bien el ternpe- tualidad, esa rigidez de hábitos y de aptitud que
ramento "individual. El espíritu bélico lo dala tan admirablemente preparan los pueblos del
naturaleza: el espíritu militar es produelo de la Norte á la obediencia, á la resignación ante la
civilización, y puede crearse de una manera, regla, á la disciplina, á todas las exigencias ri
por decirlo así, artificial. En los enjambres de gorosas de la profesión de las armas. En Prusia.
bárbaros que asolaron el imperio romano domina en Rusia el soldado obedece inmediata y silen
ba el espíritu belicoso: en las legiones imperiales, ciosamente, sea el que fuere el estado de sus
aunque ya decaídas, reinaba espíritu militar. Si convicciones y de su alma, la órden que ha re
hombres ha habido destinados á conquistar el cibido. La menor observación, el murmullo aho
mundo, sin duda fueron los árabes, cuando fa gado seria intolerable enormidad á la que segui
natizados y unificados en lo posible por su Pro ría la represión El soldado francés, si una
feta, sojuzgaron el Asia, el Africa, la España. órden le incomoda, la ejecuta, sí; pero la dis
Sin embargo, se les ve en el primer ímpetu cho cusión está en el fondo de su alma, su mal hu
ESPI — 130 — ESPI
mor .se trasluce siempre por algún lado etc.» léjos de detenernos en este importante articulo,
Espíritu de las tropas. Para el que cree de al que desde luego damos el carácter de una re
buena fé que un ejército es una máquina, esta comendable virtud militar, vamos á resbalar
expresión espíríto de las tropas será vacía de deliberadamente, sin el conato siquiera de nar
sentido; pero componiéndose los ejércitos de rar sus excelencias para inculcar su observan
hombres, y siendo en estos lo principal el espíri cia. Como nuestro propósito es escribir para espa
tu, á él se ha de atender con preferencia. Desde ñoles, traduciendo lo ménos posible del francés,
luego esta expresión no puede referirse á la mi enunciaremos sin rubor nuestra convicción
licia (V. e. v.) sino á un ejército, ó parte de él, personal, sentando que en España, léjos de ten
on campaña abierta. En tiempo de paz el espíritu derse á fomentar el espíritu de cuerpo, seria qui
os simplemente la disciplina; pero en cuanto un zá conveniente restringido, debilitarlo. Esta
kjército se mueve en pié de guerra, y la fatiga y proposición, atrevida en la fórmula, pero que
el peligro empiezan á poner á prueba su consti en el fondo no puede ser más sensata, se funda,
tución, se desarrolla, por encima de la táctica, no en consideraciones pasajeras y transitorias,
de la ordenanza y de la misma disciplina, otro sino en la indeleble y duradera de nuestro «ca
elemento puramente moral y local, imposible rácter nacional» cuyo rasgo dominante es la al
de «reducir á fórmula», que se llama, é falta de tivez, el personalismo. Dejemos el estado mili
otra denominación, espíritu de las tropas. La tar, que predispone más que otro alguno al no
relación, desconocida para el hombre, que exis ble deseo de sobresalir, y miremos entre la mu
te entre el alma y el cuerpo viene á complicar chedumbre ocupada en las artes, en las letras,
esto del espíritu, ya de suyo bastante metafísi- en la industria, en el culto religioso, ese afán
co, y de aquí proviene la confusión entre espí de constituirse en grupos aislados y hostiles, en
ritu y estado de una tropa. Si no temiéramos gremios, academias, liceos, sociedades, cofra
resbalar en sutilezas, encontraríamos entre es días, con sendos uniformes y collares, reglamen
tado y espíritu la diferencia que hay entre «el tos y ordenanzas, privilegios y exenciones, igle
hecho y la idea». Por ejemplo: una tropa que sias y cementerios exclusivos. Si de la masa co
lleve muchos dias de marchas y combates, sin mún pasamos á los servidores remunerados del
ración, sin abrigo, sin descanso, estará induda Estado, nuevos grupos, y nuevas subdivisiones
blemente en mal estado y puede sin embargo independientes, y nuevas distinciones: primero
tener excelente espíritu. Al contrario, una tropa en ministerios, luego en cuerpos; dentro de
perfectamente atendida, no estropeada ni mer ellos en pandillas; en aquellos, en estas, en to
mada por el fuego ni la fatiga, se presentara en do, el personalismo. El ciudadano español no
un estado brillante, y sin embargo puede tener puede resignarse á ser la quince millonésima
mal espíritu, ya sea por inesperados reveses, por parte de un gran «todo». Es demasiado molecu
desconfianza en el jefe, por sugestiones del ene lar su papel; y en la imposibilidad de pasar su
migo, por poca fé en su causa. Dadle á la vida sobre un pedestal, como San Simeón Esti
primera descanso, raciones y zapatos, y ella os lita, cede á compartir con otros pocos, pero con
seguirá en cuanto se reponga de su abatimiento la cláusula reservada de absorberlos. Ponga ca
• material ó corporal»: por mucho que le deis da uno la mano en su pecho y atrévase á negar
á la otra, quizá cuanto más la miméis, se os es esta verdad: si se concede, no tenemos más que
currirá como el agua cuando se quiere apretar decir. Se repite—y es muy cierto—que el espí
entre los dedos.—Indudablemente las tropas ritu de cuerpo es un resorte poderoso de organi
tienen espíritu y en conocer ese espíritu, en sa zación, de estimulo, de disciplina; pero se calla
ber «usarlo», ó quizá en saber «crearlo» es en la propensión á exagerarlo característica, repe
lo que han sobresalido los grandes capitanes, timos, en España. Los que creemos desacertada
más acaso que en estrategia ó en táctica. Repe y peligrosa esa dirección que algunos quisieran
tidos ejemplos nos ofrece la historia de unas imprimir al ejército, divergente y áun opuesta
mismas thopas que, al pasar de las manos de un á la general de la sociedad, mal podemos reco
general á las de otro, han cambiado radical mendar, dentro del mismo ejército, agrupacio
mente de espíritu. Luego el espíritu de las tro nes soberbias, miembros desobedientes, feuda
pas, si bien depende mucho de su constitución lismos anacrónicos. La raíz, fácil de extirpar á
originaria, mucho depende también del general nuestro juicio, está en el período preparatorio
que las manda. de la Instrucción ó Educación militar. Mientras
Espíritu de cuerpo. Con nuestra habitual el templo de la milicia tenga ta.....s puertas in
franqueza , que acaso degenere en libertad , dependientes como altares y fachadas, imposi-
ESPI - 431 - ESPI
ble es pretender la unidad de culto, de dogma, el espíritu de los pueblos y de los ejércitos, ha
de doctrina. Esa vieja obstinación de rechazar cen temer que el Espíritu del sistema de guerra
para ciertos servicios al jóven algo hecho y bus moderno, de 1802, tendrá que ser revisado por
car alumnos turnos, casi en la cuna, que pue algún nuevo Bulow.
dan amoldarse como cera y no alcancen á sacar Espíritu militar. En dos sentidos se toma es
la cabeza por encima del recinto sagrado, podrá ta expresión: con relación al ejército, ó con re
sin duda mantener el espíritu de cuerpo; pero lación al país. En el primero inútil es la defini
conserva cierto misterio ejipcio no muy en ar ción: toda está compendiada en la palabra
monía con la educación abierta, seglar y uni Disciplina. ¿Qué ejército se concibe sin espíritu
versitaria de los tiempos modernos. Y para que militar? ¡Desgraciado el que ciña espada sin
las dos armas generales no se engrían, creyen energía para empuñarla, sin fé ardiente, incon
do en esto alusiones á cuerpos que ellas no res trastable en su noble profesión, sin ilusiones
petan, las incluiremos las primeras en el ana plácidas de gloria, sin ambición «honrada» sin
tema, por la duda de si reside en ellas ó en entusiasmo bélico, sin abnegación y desprendi
ellos el elemento egoísta y repulsivo que la miento, sin la aceptación serena y meditada dr
mentamos. lodos los lances, de todos los peligros, de todas
De todos modos la repulsión debe desapare las amarguras que entraña el solemne compro
cer, y ser reemplazada por el compañerismo, por miso de guardar y engrandecer la patria!
el amplio y verdadero espíritu militar, bajando Si en un ejército hay raros individuos sin
un poco las vallas respectivas del espíritu de vocación, sin espíritu mil tar, será excepción,
cuerpo. Muy loable es la satisfacción interior de deformidad; pero tiempos hay en que pueden
pertenecer á una familia de abolengo; pero la correr por el organismo entero de un ejército
sociedad moderna, y ántes que ella las Orde permanente algo que debilite y entibie, en cier
nanzas (de 1768 , posponen esa cualidad muy tas manifestaciones, ese espíritu militar que de
secundaria al mérito, no heredado sino adquiri suyo es fogoso, espléndido y comunicativo.
do, propio y personal. Respecto á la preferencia El espíritu militar, dicho se está, que ha de
que pueda dar el ir Á pié ó á carallo y cubrirse residir en el ejército—tanto valdría sinó supo
la cabeza con un casco ó con un chacó, todos ner al cuerpo sin alma—pero donde ha de estar
convenimos en que la discusión es puro pasa su germen es en el país, en el país que nutre al
tiempo. Esperemos, pues, que llegue el dia en ejército. ¡Qué espíritu puede desarrollarse, ni
que el espíritu de cuerpo se funde en ilustrar y qué planta crecer, si, en vez de cultivarla con
enaltecer con hechos cada uno el suyo, sin ne esmero, se le niega el aire y la luz poniéndole
gar á los otros su participación de gloria. el pié encima!
Espíritu de la guerra. Tiene dos acepciones Cuando se dice espíritu militar de un pueblo
usuales: una, de índole, clase, especie, como no se entiende espíritu belicoso ó guerrero, afi
puede verse en el art. Guerra y en sus largas ción á la riña, como el duelista, exasperación
definiciones de civil, nacional, ofensiva, etc. otra, momentánea y pasajera de cólera ó quizá de
puramente técnica, de radical diferencia en los miseria y mal humor. No: el verdadero espíritu
medios y reglas abstractas que constituyen el militah de un grande Estado constituido reviste
arte. Asi, cuando el célebre barón de Bulow ti por el contrario formas tranquilas, silenciosas,
tula su obra vGeist des neuen Kriegs-Systemsn y constantes; es fruto del razonamiento; conse
Tranchant-Laverne traduce nEsprit du systéme cuencia de su dignidad; condición de su vida.
de, guerre moderne» anuncian con exactitud una Al delegar en unos pocos el noble y penoso en
modificación, un trastorno de las antiguas bases cargo de velar por todos, el pueblo que compren
en que el arte descansaba. La guerra, que en da lo que es honor, comprende que el suyo lo
Europa conservaba en 1791 el espíritu técnico, pone en manos de aquellos delegados á quienes
el giro prusiano que tomó en 1762, varió de confia las armas para defenderlo. Esta confianza
pronto en 1792 con el esfuerzo supremo de la ha de ser absoluta, sin restricción. Y bajando á
revolución francesa: y perfeccionado su espí la parte material y grosera ¿no nos reiríamos
ritu por Napoleón 1 ha quedado estacionario en del labriego que convencido de la necesidad de
toda la mitad primera del siglo XIX. Johini, mantener un guarda en su viña, estuviese á to
continuador algo envidioso de Bulow, principia das horas ponderando su forzosa holganza, re
á dudar, en sus últimas ediciones, si la guerra gateándole el salario, echándole en cara lo que
venidera cambiará de espíritu; y en efecto las grava su renta y participándole sus proyectos
nuevas armas, los ferro-carriles y sobre todo de supresión?
ESPI - 432 - ESPI
Por consiguiente la expresión inequívoca del ción.—Así en breves, pero claras palabras, es
espíritu militar de un pueblo, es el respeto, la como entendemos el espíritu militar de los pue
consideración, el cariño a su ejército, á esa par blos modernos.
le de si mismo que constituye el estado militar. No entraremos en la debatida cuestión de cuál
Porque no basta votar de mala gana el capítulo sea «la forma de gobierno» más favorable al des
anual del presupuesto para guerra, como si fue arrollo del espíritu militar. República era Roma
se capítulo de calamidades públicas; no basta en el apogeo de susglorias militares; monarquía
una vez cada medio siglo arrojar flores desde los era Prusia en su engrandecimiento con Federi
balcones sobre las bayonetas que vuelven vic co II; no seria más militar Inglaterra porque tu
toriosas: es preciso algo más, que hable á la ra viese gobierno despótico, y Francia, con repú
zón y al sentimiento, que se vea, que se toque blica, con monarquía, con imperio, nunca deja
con frecuencia: es preciso el amor, el desvelo extinguir su envidiable espíritu militar, que tan
paternal del hombre hacia el hijo primogénito, extrañamente se aduna con su espíritu positi
en cuyo brazo vigoroso descansa la quietud, la vista, revoltoso, materialista y descreído.
honra, el engrandecimiento de la familia. Omitiremos también la creación del tiro na
El pais que asi no piense no tiene espíritu mi cional, el que toquen las músicas en los paseos y
litar: tendrá espíritu filosófico, mercantil, in otros remedios «anodinos» que los arbitristas
dustrial, devoto, artístico; podrá ser un gran país proponen como eficaces para despertar y avivar
(miéntras sus vecinos le dejen que lo sea,); será el espíritu militar de un pueblo. Este, lo repeti
rico y alquilará ejércitos como Cartago y co mos, estriba en la estabilidad, en el fomento, en
mo Venecia; será feliz, como los cuákeros, tran la continua mejora de las instituciones militares.
quilo como una tebaida, moral como un falans- Para convencerse de cuán diferentes pueden
terio; pero al sentarse en los consejos de las ser los puntos de vista sobre un mismo asunto,
naciones, no hará figura muy airosa con las remitimos ul lector al artículo Espíritu militar de
manos metidas en los bolsillos, miéntras los de la Enciclopedia de Mellado. (Tom. XVII. página
más las apoyan gallardamente sobre el pomo de 1 034). La fogosa imaginación de su malogrado
la espada. autor desborda á torrentes, como puede verse en
Tampoco es síntoma ó signo de espíritu mi las primeras líneas que textualmente copiamos:
litar, como algunos pretenden, el rápido arma «El espíritu es sustancia viviente, inmaterial ó
mento de una bulliciosa milicia nacional, como incorpórea como el ángel y el alma racional. He
instrumento político. En alguna parte de este li aquí la definición que dio el Diccionario de la
bro demostramos que es al contrario. Quizá lo lengua castellana y que no puede ser más ver
fuese, perdiendo su carácler apasionado y siem dadera ciertamente. El espíritu lo es todo: él es
pre transitorio, enlazada á las instituciones mili la parte que Dios nos dió de su inefable ser y
tares permanentes, como landwehr ó landsturm; esencia; él es el alma, el libre albedrio , la vo
pero aun asi, el ejemplo actual de los volunta luntad, la religión, la gracia, la justicia, el bien,
rios de Inglaterra no nos permite la afirmación el órden y en una palabra la libertad (sic). Ella
completa. lo abraza todo y es el espíritu bueno, madre y
Para mantener vivo en un pueblo su espíri fuente única del bien en la sociedad humana.
tu militar no hay necesidad de que todo ciuda Con ser esta palabra tan general y de extensión
dano Heve bigote y remede al soldado de profe indefinida se deduce que no puede al ser apli
sión; así como para Icner fé religiosa no se ne cada ser comprendida entre límites determina
cesita que todos vistan sotana. Basta en primer dos. Así es que aplicada á la milicia, usualmen-
lugar persuadirse ingenuamente de la necesidad te bajo la frase espíritu militar, representa no
—y se ahorran discusiones sobre la convenien sólo el conocimiento profundo de cuanto á las
cia—¡je un ejército permanente; en segundo lu armas concierne, sino también el conjunto eneí-
gar, mantenerlo con resolución varonil, sin la clopédico de todas las verdades morales y cien
duda continua y la zozobra de si convendrá «des tíficas de la época en que se vive. Por consi
hacer lo hecho». guiente el individuo del ejército que se crea po
Para lener ejército, tenerlo bueno. Si la pro seído del espíritu militar, debe conocer perfec
fesión militar se enaltece, á ella se agolpará la tamente la índole de todas las instituciones mi
juventud. Entre la muchedumbre se podrá ele litares; sus tácticas, ordenanzas y regímenes;
gir. El ascenso no corresponderá más que al me todo cuanto concierne á la estrategia, historia,
recimiento y al valor; y el ciudadano, viendo geografía, lenguas, derecho, administración y lo
justificada su confianza, redoblará su estima demás de la ciencia sublime de la guerra; nada
ESPI 433 — ESPI
en fin debe ignorar relativo al espíritu de la mi resallar la «distinción» de ideas. En la doctrina
licia y de los vastísimos conocimientos que com no sólo cabe, sino que es recomendable y nece
pletan el conjunto científico-artístico del arle sario, profundizar su espíritu, abrazarla de una
militar ». manera integral y filosófica: único medio de es
En este elevado rithmo sigue el autor expla tablecer comparación, de percibir el enlace, de
yando ideas algo inconexas y sobrado metafísi ejercer sana critica. Tan inmutable, tan intacto
cas, que respetamos, pero que no sustituímos como debe ser el espíritu de la Ordenanza, esto
sin embargo á !a escueta y descarnada que apun es, del dogma, otro tanto puede ser variable, ma
tada queda sobre el espíritu militar. noseado, por decirlo así, el espíritu de las insti
Espíritu de la ordenanza. Esla expresión an tuciones, es decir, el espíritu del arte, de la
da en boca de todo el mundo y, reflexíonándolo doctrina.
bien, si no impropia, es por lo menos inútil y Espíritu de los puerlos. Dato importante pa
pudiera añadirse perjudicial. Ninguna ley tiene ra la parte moral del arte de la guerra, que
espíritu, por más que Montesquieu haya escri constituye lo que hoy llamamos su política o fi
to el Espíritu de las leyes. La lev podrá ser ma losofía. El desconocimiento del espíritu quedo-
la ó buena, antigua ó moderna; pero miéntras mina, tanto en el puehlo propio, como en el ex
esté vigente hay que cumplirla entera, en su «es traño al cual se quiere hacer la guerra, ha con
píritu» y en su «letra». La ordenanza (V. e. v.) tribuido á esterilizar y anular esfuerzos dirigi
actual ha envejecido forzosamente con el tras dos según las reglas, haciendo fracasar empresas
curso de un siglo, en que se han verificado ra al parecer probables. El espíritu de los puerlos
dicales trasformaciones. Hace muchos años que siempre se entiende en el momento «concretos
en la esfera del gobierno se comprendió la ne de una guerra, y difiere del espIritu bélico y del
cesidad de adaptarla á nuestro tiempo, más bien espíritu militar, en que estos tienen de perma
en la «forma» que en la «esencia;» es evidente nente lo que aquel de transitorio. En prueba de
que la comisión que en ella entienda recibirá con esta notable y esencial diferencia, basta recor
aprecio las observaciones de todo militar pensa dar el distinto espíritu que animaba contra la
dor que aspire á ilustrarla; pero miéntras el Erancia al pueblo español de 1808 y al de 1823;
nuevo código no se promulgue por quien pue al pueblo francés de 1792 y al de 181 i; al pue
de hacerlo, no es razonable desvirtuar el vigen blo vascongado de 1833 y al de 4839, sin que
te bajo la pretensión «filosófica» de desentrañar este último singularmente haya modificado en
su espíritu. En la legislación civil acaso podrá lo más mínimo, respecto á su manera de ser, la
ser conveniente; en religión se ha dicho que «la condición inmutable que conserva desde los
letra mata y el espíritu vivífica;» pero en la mi tiempos ante- históricos. El exacto y profundo
licia, sean Ordenanzas, sean simples órdenes, no conocimiento del verdadero espíritu de los pue
hay para que entrometerse en el espíritu, sino blos es uno de las más importantes datos para el
cumplir llanamente su letra. planteo del difícil PRORLEMAque se llama consti
Espíritu de la profesión. Sobre este espíritu tución DE UNA GUERRA.
no hay más que copiar de la Ordenanza, sin la Espíritu de partido. No creemos que en 1867
menor glosa ni comentario, el art. o tit. 1 . trat. i haya necesidad de definirlo. Está imperando,
arriba citado que dice: «Desde que se le sienta por desgracia de España, en el largo trascurso
su plaza al recluta; ha de enterársele de que el de dos generaciones, desde 1812, y cada vez
valor, prontitud en la obediencia y grande exac crece y cunde más vivo, más irritable. El asun
titud en el servicio son objeto á que nunca ha de to es escabroso y la prudencia aconseja no en
faltar y el verdadero espíritu de la profesión» trar en él; pero no queremos hacer omisión, que
—Distíngase bien del Espíritu de cuerpo. pudiera parecer involuntaria, cuando tenemos
Espíritu de las instituciones militares. Cono interés bien demostrado {V. el art. Guerra civil
cido es de todos el excelente libro que con este y otros en combatir ¡deas dominantes acerca
título publicó el mariscal francés Marmont, y en de la conveniencia de un silencio sistemático
el que se encuentra hábilmente condensada gran sobre puntos difíciles. ¿A qué conduce que ca
cantidad de excelente doctrina. Respecto á esta, llen las letras de molde, si sobre ellos se mue
es decir, respecto al conjunto y detalles del arte ven todas las lenguas"?
militar y de la guerra debe volverse por pasiva En lésis general, en el dominio teórico del
cuanto se inculca en el anterior art. Espíritu de arte no se puede prescindirdesdeñosaroente del
la Ordenanza. La razón es obvia, si se leen los espíritu de partido cii las tropas y en los pueblos.
art. Dogma y Doctrina en que se procura hacer Es un elemento moral que forzosamente entra
55
ESPI — 434 — ESPO
en lo que se llama política ó filosofía de la o «er tar el proyectil al chocar con el blanco. Cáliz se
ra. El mismo raros de Jomini, que no puede ser llama la parte superior; tuétano el mixto, y be-
sospechoso, en su calidad de ayudante del Em calcar el acto de introducirla en la boquilla de
perador de todas las Rusias, lo tiene en mucha la bomba ó granada. La invención de la metralla
cuenta (Comp. cap. 2. art. Por lo que na esférica ó de SHRAPNELLy la precisión que á todo
turalmente se gastan las palabras de mucho uso, alcanza en el dia, ha estimulado la inventiva de
el espíritu de partido tiene hoy una acepción tan los artilleros para buscar espoletas metálicas de
mezquina, tan restringida, tan personal, que diferentes sistemas que ofreciesen mayor exac
casi se confunde con espíritu de cofradía ó de titud. En el Dice, ilust. de art. pueden verse las
pandilla. Este sí, que ni asomar debe en el ejér de los artilleros noruegos Helvig y Splingard. la
cito, aunque tome el respetable disfraz de espí del inglés Box tel. la del holandés Bruyn, la del
ritu de cuerpo; pero si se mira bien que verda belga Bormann etc.
deros partidos nunca puede haber mas que don, ESPOLIN. Variedad ó diminutivo de la es
no parece cuerdo ni prudente aspirar a un equi puela, que, en vez de sujetarse al pié con cor
librio imposible, manteniendo inmóvil al ejérci reas, se afirma en el tacón del calzado con tor
to en el fiel de la balanza y haciéndole cerrar nillos, cangrejo, espiga. La voz es muy mo
los ojos por fuerza ante el espectáculo diario de derna.
las «discordias políticas». Quizá conviniese más ESPOLON. En fortificación y topografía
que oyera todo: tanto lo que callan los ministe suele valer lo que estribo ó contrafuerte (V. e.
riales, como lo que dicen y vocean las oposiciones. I v.1—Dice. Acad. también llama así al tajamar
Oido de lejos y «desde muy alto», como siem de puente, al refuerzo angular y agua-arriba de
pre debo oir y ver el ejército, inaccesible á to las pilas que corta la corriente.—Asi como los
da sugestión parcial, formaría su juicio y se monstruosos cañones en 1867 vuelven á cargar
prepararía con esa calma, indicio seguro de la se por la recámara, como las primitivas lombar
razón y de la fuerza, para el dia terrible en que das del siglo XIV, asi la marina actual vuelve á
inevitablemente tenga que acudir á la salvación usar los espolones de las naves antiguas. Nihil
de la patria. Que el partido sea bueno, y no te novum....
máis que el ejército tenga espíritu de partido.
ESPOLONADA. En la edad media su sentido
Si se repitiese, por desgracia, otro octubre de
técnico y concreto era salida súbita y vigorosa
1833 ¿querríais ejército sin espíritu de partido?
del sitiado, combate con el sitiador al pie del
ESPINOLA. Nombre de una boca de fuego muro. El texto siguiente no puede ser más au
en la primitiva artillería. torizado: «Et espolonada llaman otra manera de
ESPLENDONA. Arma antigua que se supo lid, que es cuando los de la hueste tovieren cer
ne seria una espada, asi llamada a splendendo en cado algund lugar de los enemigos, é pasan por
latin. El texto de San Isidoro Kilos.) es: «Sica cerca de él, é los de dentro les acometen de
cluniculus, machera;, spi.f.ndon.k». Pero Carlos guisa que los de fuera por fuerza han de ader-
Aquino (Lexic. mil. no sabiendo explicarlo, to rancarcon ellos. E porque esto debe ser fecho de
ma un partido, frecuente en estos casos: lo da recio muy aína, por eso llaman espolonada».
por errata y sustituye sphendonw, voz griega (Ley 27. til. 23. Part. i). Por extensión también
que significa honda. Como no sabemos de otra significaba, en general, arremetida briosa, carga
autoridad que pueda arbitrar, lo dejamos asi. a fondo de una tropa de caballería. «Los cristia
ESPOLADA ó ESPOLAZO. Golpe dado con nos se vinieron para ellos tan denodadamente
la ESPUELA. que de los moros cayeron más de cuarenta de
ESPOLEAR. No es técnico en su sentido rec la primera espolonada». (Crón. de Donjuán ¡1.
to de picar con la espuela ó aplicarla. Metafóri capitulo 23).
camente avivar, incitar. ESPONTON. Voz francesa, procedente del
ESPOLETA. Tubo pequeño, tronco-cónico, italiano upontone. Pica, de unas dos varas, cuya
antiguamente de madera, lleno de artificio ó moharra era en forma de corazón. En 1704 se
mixto preparado para comunicar el fuego de la adoptó para Jefes y Oficiales. (Clonard. Hist.
carga á los proyectiles huecos que disparan las org. pág. 125j. «A esta señal los capitanes y ofi
piezas de artillería. En 1867 las espoletas se di ciales pondrán alto el esponton, levantándole
viden en dos clases: de tiempos para que la gra con la mano derecha por el regatón y lo arrima
nada reviente en un tiempo dado; y de percusión rán al hombro derecho». (Ordenanza de 1728.
tubo metálico que entra á rosca y hace reven tit. 15. art. 9). La ordenanza de 1716 dice: «Los
ESPO — 435 — ESTA
oficiales de granaderos traerán espontones y só preliminar. Los galeones de la America españo
lo llevarán fusil á función señalada». Pero bue la han sido para Inglaterra varias veces «espu-
no es saber que esa novedad del esponton era I ma> tan sabrosa como la que Sancho sacaba en
una antigualla española, que se nos entraba, co j las bodas de Camacho.
mo otras muchas, en brazos de la «civilización» ESPUNADOR. Antiguamente lo mismo que
francesa. Dice Bardin (Diction. de l' armée. art. I expügnador. (Dice. Acad. 5).
Capitaine. pág. 9821: «Depuis l' institution de f ESQUEBRAJADO. Se dice de la madera,
'nfanterie les capitaines avaient porté l'ksponton enlucido, barniz lleno de pequeñas grietas y
imité de la genette (gineta) des capitaines d'Es- hendiduras; por extensión del terreno llano,
pagnev. Cuando la veleidad francesa, nuestra surcado profundamente por las aguas llove
única norma en aquellos tiempos, sustituyó el dizas.
esponton con el fusil, excusado es decir que
también lo llevaron los oficiales españoles. —Es ESQUELETO. En topografía y dibujo debe
portonada. Saludo reglamentario y ceremonioso usarse como más propio y castizo que canevas
con el ESPORTON. ó cañamazo (V. e. v.)—En general armazón, car
casa.—Explanada de esqueleto, la que no tiene
ESPORON. Antiguamente lo mismo que es tablones , compuesta sólo del bastidor en que
puela. (Dice. Acad. 5). —Esporonada. Antigua corren las ruedas y la contera de la pieza.—Ba
mente lo mismo que espolonada. tallón en esqueleto se dice del que hace ejerci
ESPRINGALA. Según Mohetti, es una espe cio con los guías, figurando la tropa ausente con
cie de honda que usaron los antiguos. Ignora cuerdas; y también del que se queda en cuadro
mos en que lo funda. por grandes pérdidas en un combate.—En geolo
ESPRIT. Voz francesa, quizá tomada del in gía y geografía física indica la estructura, la
gles. Variedad de plumero ó penacho pequeño y osatura del globo que habitamos.
estrecho, que aparece ó desaparece según las ESQUIN. No sabemos sí esta voz es españo
modas. la. La trae Morktti como nombre «de espada
ESPUELA. En la edad media se ha escrito corta y ancha á modo de las antiguas romanas
ex-pola, sporas, sporones, como se ve en las Par que usaban los irlandeses». En este idioma se
tidas y en varios Ordenamientos. Según algunos, dice skean, que se pronuncia como queda escri
viene del griego peroné; según otros, del latin to arriba. Dice. Academia no incluye esta voz.
spouro y también de sphomila; en fin, según ESQUINA. Según Dice. Acad. o, antiguamen
otros, del alemán sporn, del inglés spurn. Las te se llamó así á «la piedra grande sin labrar
espüelas se ganan, se calzan, se arriman, se apli que se arrojaba á los enemigos desde los luga
can.—Metafóricamente, espuela es aviso, estí res altos».
mulo, iniciativa. Poner espuelas, excitar. Sentir
ESQUINELA. «Pieza de la antigua armadura
la espuela, el aviso, el apremio.
que defendía la caña de la pierna». (Dice. Acad).
ESPUMAR. Se usa familiarmente este ex
ESQUIRITE. Moretti, y los que le copian,
traño verbo en dos acepciones importantes.
escriben asi malamente escirita. (V. e. v.)
Por una parte expresa gráficamente la mania,
que ya pasó, de sacar, entresacar y volver á sa ESQUITAL. «Bastón de mando que usaban
car de la masa general de la infantería, grana los generales lacedemonios». (Dice. Moretti).
deros, cazadores, zapadores, jinetes, artilleros, ESQUIVAR. Evitar, rehusar el comrate, un
guardias reales, obreros, panaderos, enfermeros, ala. Declinar responsabilidad.
asistentes, escribientes efe. Este principio orgá ESSEDA. «Carro de guerra de los antiguos
nico, atentatorio á las leyes de composición de un romanos.» (Dice. J. D' W. M.) No tenemos otro
ejército, por más que en otros países rija, será texto.
en España un manantial perenne de quejas, ce
los, rivalidades y discordias. La opinión es uná ESTABLE. Lo constante, durable, firme,
nime en condenar la «espumadera». permanente. Este último adjetivo es técnico
Por otra parle (aunque fuera de nuestro aplicado á la fortificación que no es pasajera, de
asunto) no se puede dar á entender con frase CAMPAÑA, DEL MOMENTO. PUENTE ESTABLE distingue
más concisa y pintoresca el rancio sistema in al destinado á usos civiles, del que construyen
glés de «espumar» los mares, es decir, de apre lOS INGENIEROS MILITARES en la GUERRA.
sar y cazar todo buque mercante de la nación ESTABLECER. Por lo dicho en el art. Em
á quien se piensa declarar la guerra, por via de plazamiento es más propio y castizo que empla-
ESTA - 436 - ESTA
zar, establecer reales, baterías, cuarteles ferro-carriles, no tiene más que el sentido geo
Respecto á centinelas, mejor que establecer, es désico ó topográfico de observar ó medir ángulos
COLOCAR, APOSTAR, Situar. de una red trigonométrica. Se dice estar en es
ESTACADA. Voz de la intima latinidad, sli- tación, hacer estación.
cata, cuyo origen es evidentemente germánico; ESTACIONAR. No podemos citar autoridad
húngaro, según algunos; simplemente latino, | para el uso militar de este verbo, en sentido rio
de slipes, según otros. Reunión en fila, con ma establecer, situar tropas ó campos; pero la eti
yor Ó menor ¡Hiérvalo, de palos, postes, estacas, mología (V. Estación) lo permite en algún caso.
que en tiempos antiguos cerraban la liza, el ESTADA. «Mansión, detención, demora que
palenque: y de ubi las frases entrar, quedar en se hace en algún lugar óparage». 'Dice Acad. 5'.
LA ESTACADA. Hoy, DEFENSA ACCESORIA del CAMINO CU ESTADIA. Nombre italiano, stadia, do la ai ha
BIERTO en obras permanentes; de la cola u otras ó reglón graduado con que los topógrafos, leyen
partes, de las obras de campaña. Aunque no es do con anteojo competente, miden , ó mejor di
fácil distinguirla de palizada [V. e. v.j parece cho, valí an distancias sobre el terreno, sin ne
que estacada prescribe estaca de sección tras cesidad úp aplicarla cinta metálica ó cadena. Por
versal cuadrada, con listones y travesanos bien extensión se dice medir con estadía, de todo pro
acomodados, con situación siempre vertical y cedimiento que conduzca á este fin. Mas, para
aislada, con más tendencia á lo perfecto y per evitar ambigüedades la voz que debe usarse, co
manente. La estacada actual del camino cubieiito mo genérica y técnica, es telémetro V. e. v.¡
en las fortalezas tiene origen verosimil en el
celebre sitio de Amiens (1597), bravamente sos ESTADISTICA militar. Es un importante
tenido por el no menos célebre Hernán Tello ramo de la civil ó general concretado á la milicia.
Portocarrero, que ganó dicha plaza por sospre- Constituye uno de los modernos progresos de la
sa sin par en la historia. Don Carlos Coloma, administración pública, y llegará un dia en que
que en sus Guerras de /os Estados Bajos, lib. 10, sea, como debe ser, su base más sólida. En rigor
describe este sitio con su elegante proligidad, no el ejercito ha dado en esto como en otras mu
deja duda sobre la novedad de la estacada y de chas cosas, los primeros pasos. Su contabilidad,
la plaza de armas, que él llama redutillo (V. Re su administración especial es la primera que so
ducto; diciendo textual: «Hubo opiniones que ha regularizado: y esto nada tiene de extraño
era yerro plantar estas estacas, porque llegado puesto que en el ejercito es donde primero se ha
el enemigo al arcén del foso, podia servirse de establecida el primer elemento de todo: el orden.
ltas contra los nuestros y estorballes las salidas; Las listas, las nóminas, los documentos, quizá
con todo eso se plantaron, y la experiencia, excesivos en número, que requiere el servicio
que es el verdadero juez, mostró que fueron de militar, hacen más fácil que en el órden civil el
mucho servicio hasta que al último se perdió». logro de la estadística, con sus primeras condi
ciones que son: la fidelidad, ia exactitud, la ver
ESTACAR. Algunos ingenieros, por conexión, dad; pero hasta estos últimos tiempos no se le
usan este verbo en sentido de plantar, construir había dado el ensanche «científico» que en otros
estacadas. Pero conste que es sin autoridad de países tiene. Los documentos trienales que pu
Dice. Acad. el cual solamente da: «Fijaren tier blicó el Depósito de lv Guerra, muestran lo que
ra una estaca y atar á ella una bestia». El ver puede hacerse. Un negociado en cada dirección,
bo, en este caso, es técnico de carallería en cam que atendiese a este importante asunto, bastaría
pamento ó VIVAC. para el objeto; pero debe recordarse que si para
ESTACION. Esta voz puramente latina, ¡la algo se necesita método, claridad y uniformidad,
tió, tuvo en la milicia romana varios sentidos de es para la estadística. La clasificación sobre todo,
estancia 'V. e. v.l, puesto militar, cuerpo de guar la homogeneidad, el encasillamiento material
dia, cuartel en su acepción táctica: «Stationf.s influyen esencialmente. Las operaciones numé
crebras equitum disponere» (Césvr. De MI. rir. ricas, tan sencillas de suyo, pueden sino ser
'ib I). «Cognitum id per exploratores, qui sta- ocasionadas á graves errores; y sí ánles de ma
tiones hostium fuerant ingressi» ¡Quinto Cü»cio1. nejarlos guarismos, no se ha tenido suma escru
—En la baja latinidad los stationarii y limenar- pulosidad en lijar bien y claramente lo que «re
chce eran tropas con campo fijo, rastra stativa, en presentan,» los resultados pueden ser equivoca
la frontera —Por más que Dice. Acad. 6 lo dé dos, absurdos. Una vez perdida la fé del publico
metafóricamente como «partida de gente aposta en ellos, difícil es recobrarla. —Por estas consi
da» hoy estación, fuera de su acepción vulgar en deraciones, una estadística militar bien pensada y
ESTA - *37 - ESTA
bien hecha, que penetre, por decirlo asi , en to ción política ; razón de estado se llamaba anti
dos los rincones del estado militar, que busque guamente á lo que por lo común se hacia sin ra
comparaciones y promedios; que presente datos zón; golpe de estado^ variar súbitamente la for
seguros y revelaciones inesperadas, no puede ar ma de gobierno. Estado de un ejercito es su modo
raigar sino en el departamento central , en el de estar, y también la lista ó nómina en el papel
ministerio de la guekra. De allí, donde puede de los individuos ó elementos que lo componen.
abarcarse el conjunto, es de donde deberían des Estado de cuerpo, de fuerza, de armamento son
cender á las direcciones las instrucciones, esta también listas y cuadros, documentos escritos.—
dos y formularios, para que, llenos por los res Un Estado puede estar en estado de paz ó de
pectivos negociados, volviesen á subir unifor guerra, excepcional ó normal; en estado do pre
mes y en el ministerio fuese fácil y pronta la re vención, de alarma, de sitio, etc. —Definiremos
visión, reunión y publicación anual. —Todos los sólo el Estado Mayor, aunque dentro de estas pa
autores, y sobre todo el simple criterio, aconse labras todavía hay cuatro acepciones: el conjun
jan que no se limite la estadística, es decir, la to de oficiales generales; la reunión de oficiales
•investigación» al ejército propio, sino que se ex sueltos al rededor del general en jefe; el cuerpo
tienda al extranjero. Evidente y lógico es dedi facultativo, y el otro cuerpo, que no lo es aun
car la primera atención á «conocerá si mismo;» que con él ande, para el servicio de las plazas.
pero en la guerra es la segunda é inmediata «co Estado mayor general del ejército. Estas cin
nocer al enemigo» y en el negociado central debe co palabras hay que emplear para significar el
rían reunirse las estadísticas extranjeras, que conjunto de oficiales generales; y aun asi se
en todos los países se imprimen, para hacerlas confunde con el Estado Mayor General de un
entrar en estudio y comparación. Nada hay co ejército de operaciones. Como modelo de antefir
mo los números que delate con tanta imparcia ma concisa puede recordarse: «El General jefe
lidad, con tanta rectitud, pudiera decirse, con de Estado Mayor General del ejército de opera
tanta inocencia. Asi como en el orden físico un ciones del Norte». Nada más que 13 palabras
simple cuadro de mortalidad revela una epide- para un solo cargo; y luego nos reiremos de los
mia: en el orden moral, que también tiene sus tudescos porque tienen la humorada de juntar
«enfermedades» pasajeras, hay ciertos guaris las para obtener una sola con muchas letras,
mos de castigos, de reincidencias, que suelen por ejemplo: Generalquarliermñstersstah. Seria
anunciar, con anticipación suficiente pura pen de desear una locución más afortunada y más
sar en el remedio, la invasión de un vicio, de breve; pero nada adelantaríamos con volver la
una mala costumbre que deba extirparse. La vista atrás porque también es largo Cuartel-
estadística, en fin, es un poderoso auxiliar, de maestre y Maestre de Campo general y Sargento
gobierno, de régimen, de disciplina, de ORGA General de Batalla, etc. Si remontamos á la edad
NIZACION. media, allí se encontraría Adalid (V. e v.) pero
no es cosa de resucitarlo.
ESTADO. Del latín status, situación, manera Respecto al Estado mayor general, objeto de
de ser y estar. No es muy fácil definir esta voz. este articulo, como agrupación de las elevadas
Aunque genéricamente y por excelencia se toma clases de la milicia, no entraremos en conside
por el país ó territorio sujeto al dominio de al ración alguna (V. General); mucho ménos en la
gún principe soberano ó república, también se tan manoseada desde hace cuarenta años sobre
aplica en España, ó se aplicaba, á las tierras y el excesivo número de individuos. Ya el real
pueblos del servicio particular, llamándose Esta decreto de 31 de mayode 1828 fijaba 60 tenien
dos, en general, todos las posesiones, fincas, ter tes generales, 75 mariscales de campo y 95 bri
ritorios y señoríos que pertenecen á una casa gadieres, dejando exentos ó excedentes á los que
por diferentes títulos reunidos: como los estados sobraban. Excusado es decir que no se cumplió
del Duque de Osuna, del de Medinacelí, etc.— el tal decreto. La guerra civil que sobrevino \
Unas veces estado significa el conjunto de fun las alteraciones políticas impidieron la reduc
cionarios ó empleados en el gobierno y adminis ción del cuadro. Desde hace algunos años se si
tración de un país; y en rigor estos sirven al Es- gue en 1867 el método equitativo de amortizar
lado, es decir al país.—Un Estado es monárqui vacantes que producirá en corto plazo el resul
co, ó republicano ú oligárquico: dentro del Es tado apetecido.
tado hay otros «estados» como el eclesiástico, el Estado Mayor (Cuerpo de). Si tuviéramos
militar.—Las personas tienen estado político, es- la pretensión de hacer aquí un artículo eru
lado civil. —Cuestión de estado es una combina dito, nada más fácil. Condensaríamos lo que au
ESTA - «8 - ESTA
da esparcido por otros varios y, arrancando de otros, las ideas reinantes sobre el asunto en
los gwbgos, traeríamos al Estratego, al Taxiarca, 1768, manifiestas se ven en las Ordenanzas en
al Polbmakca; de los romanos tomaríamos al Ma- tónces promulgadas y en 1868 todavía vigentes.
gister equitum, al Magister militim (V. Maestro Sin embargo, como primer paso y arranque
y Legión] al Metator; en la edad media repeti histórico, si se quiere, puede citarse la planti
ríamos lo dicho en los artículos Conde y Duque lla aprobada en 2 diciembre 1796 para el ejér
de los godos, Emir y Adalid de moros y cristia cito de observación de Extremadura. Godoy acen
nos. Más adelante, desde el renacimiento, pue túa más, en 6 agosto 1801, para el ejército de
den ser lomados por jefes y subjefes de Estado Portugal, creando un cuadro especial de 19 ofi
Mayor el Maestre de campo general, el Cdartel ciales: 2 brigadieres, i coroneles, 7 tenientes
Maestre, el Sargento General de Batalla y por coroneles, i capitanes y 2 tenientes; por último,
verdaderos oficiales, los llamados Gentiles Hom en 9 junio 1810, el general Blake dió su origen
bres y Entretenidos (V. e. v.¡ histórico y nacimiento legal y oficial al moderno
Muchas serán las repeticiones inevitables de Estado Mayor.
que adolecerá este libro, para que voluntaria Aquel general, vivo ejemplo de cómo la tor-
mente incurramos en otra más. Sin gran esfuer tuna suele enemistarse con el saber, pretendió
zo puede comprenderse que desde los tiempos organizar un verdadero cuerpo, con permanen
más remotos, en cuanto haya existido un ejér cia, nombres y geharquía. Ayudantes generales,
cito ORGANIZADO, SU CAUDILLO Ó GENERAL EN JEFE se llamaban los brigadieres ó coroneles; primeros
indefectiblemente se habrá rodeado de un gru y segundos ayudantes los tenientes coroneles, y
po más ó menos numeroso de oficiales sueltos, capitanes: unas «Apuntaciones sobre el estableci
sin puesto en las filas, á sus inmediatas órde miento de un Estado Mayor» fueron el primer
nes como hoy decimos. Si á este grupo se le embrión de reglamento. La novedad, como to
quiere dar el nombre moderno de Plana Mayor das, distó mucho de lograr aceptación unánime,
ó Estado Mayor, no hay duda que para apurar según lo prueban varios impresos de aquel tiem
su origen con verdadera formalidad y erudición po; y los oficiales agraciados, por decirlo así,
hay que penetraren compañía, no de un histo con la nueva distinción no podían convencerse,
riador, sinó de un arqueólogo, por los nebulosos como siempre sucede, de que los demás no es
tiempos en que apénas se vislumbra la cuna de tuvieran convencidos.
la India ó del Egipto. Pero es un hecho probado Decía, por ejemplo, en 1811, el coronel Don
que hasta las Ordenanzas de 1702 no entró en el Francisco Javier Cabanes: «Nuestros Estados
tecnicismo castellano la locución francesa Esta Mayores hasta el 9 de junio de 1810 sólo lo fue
do Mayor, Etat-Major, y que en la misma Fran ron en el nombre. Una reunión casual de ofi
cia, nuestro dechado entónces, ni la palabra ni ciales, de mérito ó sin él, formaba el Estado
la idea tienen mucha mayor antigüedad. Pode Mayor de un ejército, que se mudaba mil veces
mos, pues, sin inconveniente alguno acercarnos en una campaña, y que aparecía en ella bajo
casi á los tiempos nuestros; dejando al que quie muchas y diferentes formas. Un general tuvo en
ra ilustrarse sobre los pasados la tarea de recor su Estado Mayor parte de la nobleza de una isla
rer los artículos correspondientes á los vocablos cuyos individuos ántes de la revolución no pen
arriba señalados, reuniéndolos ú ordenándolos saban en ser militares. Otro general echó mano
á su gusto, para formar asi el exordio histórico para su Estado Mayor de individuos de un cuer
á que por brevedad y sistema renunciamos. po de caballería de Casa Real, en el que, aun
Durante el siglo XVIII en Francia, y por con que nadie duda que haya pundonor y entusias
siguiente en España, no se descubre rastro de mo, se sabe que ni hay ni puede haber conoci
verdadero Estado Mayor, en el concepto, repe mientos. Hoy el Estado Mayor está constituido;
timos, que hoy tiene la voz. Por más que en el la mayoría de sus individuos tiene un mérito
siglo XVII hablen Thiebault y otros de marisca reconocido; y si seda á este cuerpo impulso, de
les DE LOJIS, MARISCALES DE BATALLA y áun de MA que siempre tiene necesidad toda institución
YORES generales, sabido es que ni Federico II de nueva, corresponderá muy en breve á lo que
Prusia, ni el mismo Napoleón tuvieron cuerpo de este se espera. Al ménos es, y será siempre,
de Estado Mayor facultativo, especial ó exclusi muy superior á lo que teníamos anteriormente,
vo. En las primeras guerras de la Revolución por más que digan algunos militares ineptos, vi
francesa es donde aparece la primera é indecisa ciosos, rutinarios, ignorantes y malévolos».
tendencia á «especializar», como hoy decimos, Por esta metralla de adjetivos, disparada tan
este importante servicio de campaña. Entre nos á quemaropa por un jefe, que en su calidad de
ESTA — 439 — ESTA
«sabio» debía ser comedido, el lector vendrá en bo que formar nuevo ejército, y de nuevo sur
conocimiento de las simpatías que entre el pi- gió la que podemos llamar «cuestión de Estado
piolaje (vaya otra palabra! despertó el flamante Mayor». Otro conato de reglamento que en aquel
Estado Mayor. Los ataques en efecto debían ser año se dió, lleva este título: «Instrucción pro
rudos, como de gente inepta, viciosa y malévo visional para el servicio del E. M. general y di
la. Entre los papeles que se conservan en el visionario en el ejército de los Pirineos orienta
Depósito Topográfico de Ingenieros, pertenecien les, fundada en lo que previene S. M. en sus
tes á Don Juan José Ordovás, uno de los funda reales Ordenanzas y arreglada al espíritu de la
dores del instituto (que por aquellos tiempos circular adicional á las mismas de 30 abril 1813,
casi tomaba proporciones de secta) se encuen formada de orden del Excmo. Señor Don Fran
tran folletos con estos títulos: «Contestación da cisco Javier Castaños, capitán general y general
da por los oficiales del Estado Mayor General, en jefe del espresado ejército». La cuestión sin
en nombre de todos los del cuerpo, al párrafo embargo estaba virtualmente resuelta, puesto
que trata del Estado Mayor de los Ejércitos, en que resuelto estaba dar al traste con todo
el papel titulado: «Verdades sin rebozo que á Y al llegar aquí se nos ocurre que en vez de
nadie ofenden y pueden ser de provecho si me extractar el articulo, excelente como todo lo su
recen ser oidas. Cádiz 181 1 ».—«Respuesta á los yo, que el brigadier Gómez Arteche publicó en
insultos que se hacen contra el Establecimiento la Asamblea de 1858, el lector ganará leyendo
de Estado Mayor en un papel sin firma 1811 . integro el relato de las vicisitudes ulteriores del
Los viciosos y malévolos, calada la visera cuerpo de Estado Mayor. Dice así: «Nos deten
del anónimo, no cejaban en su tarea demoledo dríamos con mucho gusto en el juicio de la or
ra, pero no se defendían con ménos brio Ordo- ganización del Estado Mayor de 1810; tal es la
vás y sus sectarios. En 1813 lanzaban ya re complacencia que no puede ménos de causar el
sueltamente el siguiente folleto: «Colección de ver la transición que en ella se descubre de un
papeles varios relativos al Estado Mayor de los estado, poco aventajado en general en la cons
Ejércitos que tiene por objeto manifestar:—1.° titución de la fuerza armada, al que revelan las
Lo que es el Estado Mayor.—2.° La utilidad del condiciones con que apreció el nuevo instituto;
Estado Mayor.—3." El establecimiento en nues pero la Índole de este escrito nos obliga á pasar
tros Ejércitos.—4." La legalidad incontestable adelante en nuestras observaciones, para exten
de dicho establecimiento.—5.° La admisión de dernos más en las que nos sugiera la última y
oficiales de Estado Mayor.—6.° Los esfuerzos actual constitución del cuerpo de Estado Mayor.
que el Estado Msryor de los Ejércitos hace para Disuelto el Estado Mayor al finar la guerra
proporcionarse completa organización.—Con de la Independencia, apareció de nuevo en 1815
una tabla analítica de atribuciones. (Imprenta en los ejércitos de observación de los Pirineos
del primer Ejército. 1813. I cuad. en al volver Napoleón de la isla de Elba; pero ya
Pero todo fué en vano. En la demolición ó de un modo accidental y pasajero, como que los
derrumbamiento universal de 181 4, el naciente y jefes y oficiales que lo componían no eran da
pendenciero Estado Mayor fué, á pesar dé sus dos de baja en sus respectivas armas. Con esto
brios, donde todo fué á parar. No parece sino está dicho que se había retrocedido de nuevo,
que España, cuando hace un esfuerzo en cual y que no se tenia en cuenta las poderosas razo
quier sentido, tiene impaciencia de acabarlo y nes que habian prevalecido al formarse el cuer-
singular apresuramiento en descansar: ya que po de Estado Mayor en 1810. Seguramente no
no se le antoje esforzarse en dirección opuesta. tendría el Estado mayor de 1815 los elemento»
Así, con tal tejer y destejer, se da el placer in del anterior para llenar un cometido tan vasto
fecundo de estar eternamente principiando. En y difícil; y eso sin contar con que en aquel
ese año de 1814, en que todo fué por tierra, lo no existia aun la autoridad necesaria, cuando
moral, lo político, lo militar, España, en vez de en un proyecto de organización, suscrito por Don
conservar y afirmar ante Europa la influencia Santiago Pascual y Rubio, se encuentra un pár
legítimamente adquirida por su heróico y re rafo en que, para inculcar la idea de que los
ciente sacrificio, disuelve su Estado Mayor, di oficiales de Estado Mayor deben depender de
suelve su ejército y en una palabra se disuelve una carrera especial que les dé consideración
á si misma. Tenia su Rey deseado (como nos di ante los demás del ejército, se queja de que en
ce, todavía en 1867, la inscripción de la puerta la guerra habia sido destruido en ocasiones el
de Toledo) y con él bastaba por entonces. fruto de los desvelos de sus compañeros de Es
Pero en 1815, con la vuelta de Napoleón, hu tado Mayor por falta de confianza, y que áun
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había resistencia de parte de algunos oficiales en instrucción de un Estado Mayor, y en pocos años
obedecer lo que les solían prevenir, por el poco nos igualaremos á los de aquellos: es indispen
respeto que imponían algunos que eran elegi sable que el favor y la intriga, tan puesta en
dos para los Estados Mayores, por su favor ó uso entre nosotros, no domine en la elección de
sus intrigas, sin que sirviera, á lo visto, la pre estos oficiales, y que solo el mérito y conoci
sencia en ellos, de otros muy caracterizados por mientos sean las bases para optar á estos desti
su saber, valor y patriotismo. nos, hasta que la escuela del cuerpo se halle en
Con lo dicho, y con decir que en la organi estado de proveer el suficiente numero de ofi
zación de los ejércitos de observación se habia ciales de donde exclusivamente deban salir».
olvidado la de los Estados Mayores de 1810, que Entre tanto la Francia daba el paso más
ni se cita siquiera para el servicio, refiriéndose acertado en la organización de los Estados Ma
tan sólo al encomendado á los cuartel-maestres yores: creaba el cuerpo de Estado Mayor y su
y mayores-generales en las Ordenanzas, se escuela especial. El mariscal Saint-Cyr, á quien
vendrá en conocimiento de que efectivamen el ejército francés debe entre muchas glorias al
te se habia hecho paso atrás en la formación de gunas buenas instituciones, conceptuó sábia-
los Estados Mayores. mente que las atribuciones y funciones del Es
Fué disuelto al concluirse los temores de tado Mayor no podían caber ni ser desempeña
que se turbara de nuevo la paz del mundo, y das por los oficiales que á la práctica de la
quedó el ejército otra vez en el antiguo estado, guerra no reuniesen una educación propia; y en
sin que el ejemplo de la Francia, regida ya por 1815, siendo ministro de la guerra, instituyó el
reyes de la antigua raza, que seguramente no cuerpo con todos los medios para hacerlo ütil \
deseaban la guerra, influyese en nosotros para darle prestigio. Hemos de ver más adelante su'
procurar á las tropas un elemento permanente organización detalladamente; por lo que, al con
de orden. signar en esta cronología un suceso de tanta im
Y no porque faltasen en nuestra patria mi portancia para la verdadera y útil constitución
litares entendidos que alzaran la voz para pro del Estado Mayor, nos limitamos á dar una
curarlo; pues en el expresado proyecto de Don muestra de admiración al hombre que, á pe
Santiago Pascual y Rubio, presentado al Gobier sar de haber peleado en contra de la indepen
no, después de hacer ver las excelencias de un dencia de nuestra patria, fué el primero en
cuerpo facultativo, su servicio, semejante en poner en planta los que, aun siendo conocida
mucha parte al que hoy desempeña en los ejér mente ventajosos, eran todavía proyectos, nada
citos y capitanías generales, y el modo de llevar más, en los demás países militares de Europa.
á cabo por entónces, y mientras diera su fruto Establecido de nuevo en el nuestro el régi
la escuela politécnica que proponía, la forma men constitucional, las Córtes extraordinarias
ción del permanente de Estado Mayor, dice «De decretaron en febrero de 1823 la formación de
este modo se logrará crear por ahora un cuerpo un cuerpo de Estado Mayor, compuesto de un
de Estado Mayor, que si no reúne todos los ele jefe de Estado Mayor General, que en el Minis
mentos necesarios para poder rivalizar con los terio- de la Guerra entendiese en todo lo relativo
establecidos en Inglaterra y Francia, á lo mé- á la parte activa de la guerra, teniendo á susór
nos no será mucha la distancia que los separa. Es denesel competente número de oficiales del ins
necesario no obcecarse, y confesar paladina tituto para ayudarle; de d\p y seis primeros
mente que la ventaja de aquellos sobre nosotros ayudantes generales, jefes de Estado Mayor de
en la ciencia de la guerra es superior, no por los distritos de la Península é Islas Baleares, en
que nosotros dejemos de estar dotados de tanto cargados de las secretarías de las comandancias
ó más genial que ellos para aprender, desen generales del distrito, que eran suprimidas, y
volver y aplicar sus principios, como lo hemos de los que cuatro se hallaban empleados en el
demostrado en otras épocas, sino es porque, ha Estado Mayor General, y en la Junta de inspec
blando con la franqueza propia de un militar, tores; de treinta segundos ayudantes generales,
no hemos tratado de cultivar con esmero todos y de sesenta capitanes adictos para las atencio
los ramos de que se compone. He sentado por nes del. servicio.
axioma en una Memoria militar que presente al Procedían estos jefes y oficiales de las armas
Gobierno que la verdadera fuerza de los ejérci todas del ejército, correspondiendo veinte y
tos es la ciencia y el órden; máxima cuya ver cuatro parles á la infantería. diez á la caballería,
dad no habrá nadie que ponga en duda. Dedi siete á la artillería y cuatro á los ingenieros: só
quémonos con igual cuidado á la formación é lo los adictos pertenecían exclusivamente á la
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infantería, caballería y zapadores que no fuesen cer faltaba mucho para que el ejército español
ingenieros. Y mientras se expedía un reglamen estuviese al nivel de otros.
to que abrazase las materias de que debían ser Aquel Estado Mayor siguió la suerte de los
examinados los oficiales que quisieran obtener anteriores, al proscribirse la mayor parte de los
ingreso en el Estado Mayor, podían destinarse á trabajos de las Córtes, ya fuera por ser obra su
él losjefes y oficiales de todas armas que fue ya, bien por haber cesado la guerra al dejar á
ran considerados con suficiente aptitud, procu Cádiz el rey Fernando VII. Porque desgraciada
rando que por lo menos estuviesen instruidos en mente en nuestro país se ha tenido por mucho
la táctica de su arma y general, aritmética, geo tiempo la idea de que el cuerpo de Estado Ma
metría, trigonometría rectilínea , fortificación yor no era necesario más que en campaña, lo
pasajera ó de campaña, castrametación y prin. que ha causado la tardanza en constituirlo como
cipios de dibujo militar. permanente y facultativo. Se le quería y se le
El Estado Mayor, en la división que formaba consideraba necesariamente instruido y prácti
parte del ministerio de la Guerra, estaba encar co, y al mismo tiempo se le formaba de partes
gado: de la inspección del cuerpo, de cuanto ha de diferentes miembros del cuerpo militar, que
ce algún tiempo constituía la llamada sección de no tenían muchas veces correspondencia alguna,
campaña, hoy negociado de capitanías generales, con lo que mal podia llenar misión tan delicada
si bien en escala más vasta, comprendiendo tam como la que se le cometía. Y' es que también !a or
bién parte de otros; la instrucción teórica y prác ganización general de la fuerza armada era mi
tica de las escuelas militares; el examen de los rada con alguna indiferencia, sin recordar los
proyectos sobre construcción y reparo de las lastimosos efectos que produjera tal descuido en
fortalezas; el depósito de la guerra y variosotros la guerra de la Independencia, y no atendiendo
asuntos. El Estado Mayor délos distritos desem á que sin él hubieran podido ser evitados, al
peñaba las secretarías con cuanto tuviese rela menos en una gran parte; y los que lo conocían,
ción con las atribuciones del Estado Mayor Ge que eran cspecialmenie los que habían combati
neral; la formación de itinerarios y demás Ira- do con las tropas inglesas, y estaban acostum
bajos topográficos, y las comisiones que los co brados á ver en sus victorias el fruto de una or
mandantes generales le confiasen. ganización propia y del órden y del rigor en to
dos los vínculos de la milicia, eran arrastrados
Fácilmente se observa que este reglamento,
en su voz por la de la mayoría, confiada en el
aun cuando llevaba al cuerpo por el mismo ca
sistema de fraccionamiento que se habia usa
mino de instabilidad que los anteriores, vistos
do en los demás puntos de la Península con ven
los procedimientos de su formación, extendía el
taja para nuestra libertad. Esta ventaja era una
campo de las funciones de sus individuos, co en parte positiva y real, porque las tropas
nociendo las Cortes sin duda que si habia de te ¡nvasoras que, avezadas á ver en una bata
ner el ejército buenos oficiales de Estado Mayor lla la conquista de un vasto territorio, no po
para campaña, era necesario se formasen , á lo dían dominar en España más que el que pisaban
ménos para alguna parte de su servicio, en los corriendo siempre en vano tras el fantasma de
puntos en que debe suponerse siempre la reu sus incansables enemigos, se fatigaban en una
nión de mayor número de tropas. Más adelante, dominación efímera, semejante á la de los car
al referirse la entrega de las secretarías de las tagineses y romanos encerrados en sus campos
capitanías generales al cuerpo de Estado mayor permanentes; pero aun así, tal sistema no podia
en 18-42, nos extenderemos en consideraciones producir la evacuación rápida del país, y causa
acerca del acierto que se tomó tal medida. ba la destrucción y aniquilamiento de la pobla
A pesar de tal ventaja y de traslucirse los ción. Una sorpresa era castigada, como en los
buenos deseos que presidian á la formación de la antiguos tiempos, con un saqueo ó un incendio
ley de 1823, pues se reconocía la necesidad de y el suplicio de unos cuantos inocentes que de
que los oficiales de Estado mayor tuvieran una fendían su patria, y sino hubiera sido porque
instrucción especial, y se prometía un reglamen con la guerra se pudieron al fin formar ejércitos
to con arreglo á cuyas prescripciones habia de regulares y aguerridos, como los que con tanta
sujetárseles á exámen. la misma irresolución en gloria vencieron en Vitoria y San Marcial, el país
no llevar adelante un pensamiento, que aunque se hubiera aniquilado en sus esfuerzos heróicos,
no fuese todo lo vasto que debia esperarse, aten no quedando para sus habitantes más que rui
didos los progresos de la ciencia militar, encer nas y miseria. Y no es que no considerase co
raba el adelantar algo por entonces, da á cono mo suprema ley la de la defensa y manteni
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miento de las leyes pálrias cualesquiera quesean Esta última resolución es la que da la mayor
los medios que deban emplearse para conseguir importancia á la ley de 9 de enero de 1838, y
tan noble objeto, sino que con más previsión y las Córtes manifestaron al acordarla que com
el sostenimiento de ejércitos permanentes bien prendían mejor que las de 1823 la necesidad de
organizados, se bubieran reunido los elementos un instituto, que iba ya en otras naciones to
necesarios para repeler al enemigo, y repitiendo mando una parte inteligente y activa en la ges
en la proteccior. de las plazas, cuya defensa ha si tión de los asuntos militares, asi prácticos como
do ejemplo perdurable de valor y patriotismo, científicos, procurando el mejoramiento del es
hazañas como la de Bailen, hacer desistir de su tado militar en su organización y servicio, como
empeño al injusto conquistador. en la preparación de los elementos facultativos
Formóse, en fin, de nuevo el cuerpo de Es necesarios á la misión especial suya. Y con efec
tado Mayor en 1836 para los ejercicios de cam to, en Francia como en Austria, Prusia y Rusia,
paña, siguiendo la suerte del régimen constitu aun con diferentes constituciones, como hemos
cional, bajo el que parecía adquirir vida, porque de hacer ver más adelante, estaban ya los Es
era necesario en las guerras, ya extranjeras, ya tados mayores encargados de los trabajos de to
civiles, con que siempre se acompañaba. pografía militar; de las operaciones trigonomé
El reglamento de organización está calcado tricas y geodésicas; de la descripción militar
sobre el de 1823, si bien con algunas modifica geográfica y estadística de las provineias y de
ciones esenciales, perjudiciales unas, como la los depósitos y archivos de documentos cientí
coexistencia de las secretarias y del Estado Ma ficos é históricos, además de los anejos al servi
yor en las capitanías generales, y beneficiosas cio especial interior del Estado Mayor.
otras, como la creación de la Inspección y Direc V ¿podían estos trabajos absolutamente in
ción general del cuerpo á cargo del jefe de Esta dispensables hoy para hacer la guerra, confec
do Mayor del ejército, con las mismas atribucio cionarse i'tilmente por oficiales pertenecientes
nes respecto al personal que las demás inspec á distintos institutos, de los que cada uno ha
ciones, la unión del depósito de la guerra, anejo bía de hacer aplicaciones especiales propias del
hasta entónces al ministerio y atribuciones pe en que servia"? ¿Podían dirigir á un objeto solo
culiares respecto al reemplazo de los ejércitos. general tantos elementos diseminados, proce
Por lo demás, el mismo número de ayudantes dentes de diversos lugares como los que acuden
generales y de adictos, las mismas procedencias á formar eso que se llama un ejército, y que no
y en iguales proporciones, é idéntico sistema de lo es mientras á impulso de una fuerza motriz
ascensos y de reemplazo de vacantes. superior y uniforme no se constituya en un so
El reglamento para el servicio especifica ya lo cuerpo que se mueva, y opere según la vo
con regularidad las funciones de los Estados Ma luntad de uno solo"? De ninguna manera: asi
yores de los ejércitos y sus relaciones con las tro que la constitución del Estado Mayor como cuer
pas, tendiendo á hacer del cuerpo el vinculo de po permanente es el primer paso dado para la
lodos loselcmentos que desde el primer momen más sólida de los ejércitos; es la base fundamen
to deben componer el ejército, el motor secun tal de su administración y operaciones, y si no
dario y la norma de sus movimientos, sobre to era nueva en 1838, pues que se hallaba funcio
do cuando se ejecutan al frente del enemigo; el nando así en otros países, también en el nues
agente especial del general en jefe para prepa tro se reconocían, aun ántes que en ellos, sus
rar las operaciones y para trasmitir rápidamen ventajas, y so planteaba en una ocasión propia.
te sus órdenes, sus instrucciones, su genio, por Dividióse el cuerpo en 1838 en dos grandes
decirlo así, en todas las circunstancias y sobre secciones: ia primera, llamada cuadro efectivo,
las fracciones más pequeñas del ejército más nu compuesta de cuatro brigadieres, ocho corone
meroso, y que reúne en sus manos lodos los hi les, diez y seis tenientes coroneles y treinta y
los de esta inmensa máquina. Aquel reglamento dos comandantes; la otra, cuadro eventual, de
era provisional, pero tan acertado en la parte re sesenta y cuatro capitanes adictos al cuerpo, y
ferente al servicio en campaña, que en el decre cuarenta subalternos auxiliares. Formaban par
tado por las Cortes en 1838, vigente hasta el año le del cuadro efectivo los jefes que servían an
próximo pasado, se conservó completamente teriormente en las llamadas Planas mayores que
hasta en la enumeración de sus artículos, aña reunían las circunstancias referidas, merecien
diéndose tan solo al final algunos para señalar do de los generales en jefe la nota de conocida
las funciones del cuerpo en tiempo de paz, por mente útiles, y los procedentes del ejército, de
haberse al fin creado permanente. la marina d,e guerra y de las milicias provincia
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les que propusiese el director general de Estado su valor y pericia en la guerra y que un dia
Mayor, según los informes que de ellos recibie puedan ponerse á la cabeza de la corporación
ra, y del eventual los capitanes, tenientes y al en que han seguido su carrera para desempeñar
féreces de los mismos cuerpos, también á pro los cargos más difíciles; pero en la práctica
puesta de aquella autoridad. ofrece la elección inconvenientes de índole muy
Esto en cuanto á la primera formación del perniciosa para el servicio del Estado y para los
cuerpo, porque los que entraran después de intereses de los individuos. ¿.Podrían efectiva
bían sujetarse á un examen que consistía: para mente establecerse tales restricciones en la ley
el ingreso como auxiliares, en el de las cuatro que evitasen una falsa interpretación ruando
reglas, teoría y cálculo de los quebrados y las mediase el favoritismo? ¿Podria fijarse de tal
reglas de tres, simple y compuesta; en el de al modo la clasificación del mérito, que no dejase
gunos ligerisimos conocimientos de geometría; dudas para el premio extraordinario, conven
en el de ordenanzas, táctica del armaá que hu ciendo á los perjudicados de la justicia del agra
biesen pertenecido los aspirantes, y dibujo li ciado"? Algunos han creído poderlo seguir, y la
neal y topográfico; para el de adictos se reque voz general y la conveniencia palpable de las
rían las progresiones y logaritmos, y mayor ex escalas han dejado en proyecto su pensamiento.
tensión en geometría , y además nociones de ¡Y cuántos males no se originarían! La descon
geometría práctica y de trigonometría rectilí fianza mutua en corporaciones reducidas, ar
nea, ideas generales sobre la fortificación pasa rancando de ellas el espíritu de hermandad que
jera, reconocimientos, castrametación, puentes, tanto favorece en la milicia al desempeño de los
táctica y el dibujo lineal, topográfico y de obras deberes más penosos; el desarrollo mayor de las
de fortificación con pluma y pincel. Los que ha ambiciones ya bastante levantadas por desgra
bían de componer el cuadro efectivo debían cia; la interpretación de servicios propios para
reunir á los conocimientos señalados para el llamar la atención de los electores; la dependen
examen de los adictos, el de álgebra elemental, cia de los oficiales del influjo de aquellos, y mil
las secciones cónicas, la traza y construcción de otros males que pondrían los cuerpos facultati
obras de campaña, ideas generales sobre las vos en completa conflagración. Y todo para con
permanentes, sobre puentes, minas, fogatas, seguir un fruto menor del que hoy proporcio
ataque y defensa de plazas y algunas nociones nan la tranquilidad que en ellos reina, y el es
de artillería, táctica general, principios de es píritu pundonoroso que indudablemente impele
trategia é idioma francés. más que ningún otro sentimiento al cumpli
Se puso á la cabeza del cuerpo un general miento del deber. En otros países, en que no se
con el titulo de director general, cuyas relacio asciende por rigorosa antigüedad, se envidia á
nes con el gobierno eran las mismas que tenían los españoles una ventaja tan notoria; y á ella
los de los otros cuerpos, y que ya practicaba el se atribuye generalmente el que algunos insti
jefe de Estado Mayor general creado en el re tutos se hayan siempre distinguido de los
glamento anterior. demás.
Establecióse también el ascenso por rigorosa En 1838 no se habia llegado auná reconocer
antigüedad para después de arreglada la escala; lo que, según hemos manifestado, consideraba
variación muy importante de los anteriores re Federico cerca de un siglo antes como necesa
glamentos, en que se disponía se proveyesen las rio; esto es, el establecimiento de una escuela
vacantes, dos partes por antigüedad y una por especial para el Estado Mayor. Pero no podía
elección. Los adictos y auxiliares corrían en una tardar en procurarse para España un elemento
y otros las escalas de los cuerpos de que proce indispensable para la organización del cuerpo,
dían, y en que aparecían como supernumera que redundaría con manifiesto provecho de la
rios, volviendo á ellos cuando obtenían as general del ejército, y que ya reclamaba la opi
censo, si no lo renunciaban. La escala rigo nión: así que, ya desde diciembre de aquel año
rosa para el ascenso era ya, y sigue siendo procuró la Dirección inculcar en el Gobierno la
una necesidad, especialmente en los cuerpos idea de la creación de una escuela especial, y
facultativos en que el personal suele ser re remitió al Ministerio de la Guerra un plan cir
ducido y ejemplar generalmente. Nada más se cunstanciado de enseñanza. Este fué posterior
ductor que el premio del verdadero mérito, y mente, en 1840, reformado, demostrando su ex
en su aplicación el que una parte de las vacan celencia al remitirse á la superioridad con una
tes se adjudique á oficiales que se distingan de nueva reclamación, que al fin fué escuchada,
los demás por su inteligencia y aplicación ó por expidiéndose el real decreto de 22 de Febrero
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de 1 8 42, en que se uniformaba la enseñanza pa rías bajo la dependencia del jefe de Estado Ma
ra las armas de infantería y caballería, asi corno yor. Posteriormente, á consecuencia del real
la preliminar ó preparatoria para los cuerpos decreto de 14 de febrero de 4 844, se hizo la
facultativos, en un establecimiento general áque división entre las atribuciones del cuerpo de Es
se dio el nombre de colegio general militar. Los tado Mayor y de los oficiales del archivo-secre
artículos 11, 12, 13, 14 y15 se refieren al plan taría, en el despacho de cada Capitanía general,
teamiento de la escuela especial de Eslaclo Ma bajo la dirección general del jefe de Estado Ma
yor; á la enseñanza, á la entrada por entonces yor y la inmediata, para los últimos, de un se
en ella de los adictos y auxiliares que debieran cretario-archivero, cuya plaza fué suprimida
continuar sus servicios en el cuerpo, y a la sa por otro real decreto de 19 de mayo del mismo
lida de los á tenientes, como en los otros insti año, en que al archivo-secretaria se le dió la
tutos especiales. denominación de Sección-archivo.
Estaba dado el primer paso, y el cuerpo de Ka primera resolución de 2 de mayo de 1812,
Estado Mayor constituido con enseñanza espe igual á la de la organización de 1823, origen de
cial dirigida á atender á las necesidades de su las posteriores y contradictorias arriba citadas,
servicio; y aun el sistema general, aun cuan no podia ser más acertada, porque las necesida
do necesitado de algunas variaciones importan des del servicio en campaña obligan al cuerpo
tes, ofrecía garantías de excelentes resultados, de Estado Mayor á tomar una parte y la más
como el tiempo ha venido á demostrar, y sobre esencial en las secretarias de las capitanías ge
todo, se había conseguido la ventaja inaprecia nerales. El oficial que, concluidas las prácticas
ble de que el instituto de Estado Mayor obtuvie en las armas de infantería y caballería, se de
se una constitución facultativa y sólida, que lo dicaba exclusivamente á funciones facultativas,
ponía para en adelante á cubierto de los vaive y, aun destinado en una capitanía general, no
nes que hasta entonces habia sufrido. Desde atendiese más que á trasmitir órdenes y á ocu
aquella época, pues, puede decirse que existe el parse de la dirección de formaciones y sus ma
cuerpo de Estado Mayor del ejército en España niobras en los ejercicios generales. ¡Cómo po
con las condiciones precisas para llenar cumpli dría desempeñar con desembarazo en el día de
damente su misión. ¿Quién se atreverá a arran una organización de ejércitos, y en el de ruptu
car del ejército su necesidad mayor, el elemen ra de hostilidades,1os perentorios, vastos y com
to de orden y de regularidad en sus funciones plicados trabajos de la Secretarla de campaña,
asi en paz como en guerra, la varita mágica con si ánles no tuviese una práctica constante del
que, según dice un poeta militar, se prepara la despacho en cuanto corresponde á organización,
lucha y se dirigen los combates? administración y disciplina de las tropas, ni po
Poco después, en 2 de marzo del mismo año seyese el conocimiento de las leyes y disposi
de I8 42, apareció un nuevo decreto orgánico ciones por que se rigen! Y no se diga que para
del personal del cuerpo. En su primer articulo atender á ello están la escuela especial y las
se mandaba que en adelante se compusiera su prácticas; porque ni en aquel establecimiento
personal de: un general, director, tres brigadie ni en las armas puede adquirirse el conocimien
res, nueve coroneles, quince comandantes, quin to de los infinitos detalles sobre tales objetos, ni
ce segundos comandantes, treinta capitanes y son estos de Índole que puedan dejarse pendien
treinta tenientes: las vacantes debían reempla tes de la memoria para ocasiones tan solemnes
zarse por escala de brigadier á teniente coronel como las en que es preciso ponerlas en ejecu
inclusive, y por los medios ordenados en la an ción, debiéndose hacer con la prontitud, aplomo
terior organización para los empleos'inferiorcs á y asiento que da la familiaridad con ellos, sol»
aquellos. Nada se decía de la escuela, que aun asequible en las capitanías generales, centros
no debia estar organizada, según el poco tiempo de acción militar durante la paz. Hoy dia, des
transcurrido desde el anterior decreto: pero la lindadas como están la parte correspondiente al
medida que habia de dar más fruto entre las cuerpo y la que tiene á su cargo la Sección-
dictadas en aquella disposición, era la supresión archivo se consigue el fin para que está institui
de las secretarias de las capitanías generales) do el Estado Mayor, no mezclándose sus oficia
cuyos trabajos se confiaban á los adictos de Es les en aquellos asuntos que no pueden tocarse
tado Mayor. en campaña.
Esta parte fué reformada por orden del Re En 184.) se dictaron algunas disposiciones
gente de 18 del mismo mes y año, por la que interesantes sobre ingreso de oficiales de otros
quedaron los antiguos empleados en las secreta- cuerpos, que debían sujetarse á exámen, ha
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cíéndolo los de los facultativos de las materias ce capitanes no era motivo suficiente para
que no correspondiesen exclusivamente á su introducir elementos extraños en el cuerpo ,
respectivo instituto. Se cuidó también de que los cuando ya la escuela daba el fruto que tanto se
ascensos y entradas en el cuerpo tuviesen algu habia deseado; cuanto más, que si efectivamen
na regularidad, cohonestando los derechos de los te se notaba falta de personal, no podía ser tan
oficiales existentes en él y de los aspirantes, urgente el momento en aquella época en que
proveyéndose en consecuencia, por antigüedad, con algún esfuerzo por parte del cuerpo no se
las vacantes de brigadier a segundo comandan pudiera suplir, especialmente en las dependen
te inclusive, y dándose un tercio de las de ca cias centrales y parte de los distritos. Posterior
pitanes á los tenientes más antiguos, y el resto mente se ha pretendido de nuevo demostrar la
á capitanes de otras armas, y el total de las de falta de oficiales de Estado Mayor, con motivo
tenientes á los del mismo empleo del ejército, de la creación de las secciones de Ultramar y de
previo el exámencuyo programa fué aprobado en los trabajos de la carta; pero en nuestro sentir
diciembre del mismo año de 1843. sería pernicioso todo aumento que no procedie
Siguió asi el cuerpo, en que habían entrado se de la escuela en la que puede admitirse el
varios oficiales de las armas especiales, y cuya número suficiente de alumnos para atender á
escuela habia dado una promoción de once te las necesidades crecientes del Estado Mayor, no
nientes, que inmediatamente habían pasado á rompiendo esa unidad de educación propia, y
prácticas, hasta el 31 de mayo de 1847, en que el espíritu ya creado en el cuerpo, que tantas
recibió una nueva organización. Según el real muestras va dando de los efectos que como en
decreto expedido en aquella fecha, debia com los otros produce.
ponerse el cuerpo de Estado Mayor de tres bri La creación de las secciones de Cuba y de
gadieres, nueve coroneles, doce tenientes coro Puerto-Rico datan de agosto de 1850, y la de
neles, veinte y cinco comandantes, sesenta Estado Mayor de Filipinas de noviembre de
capitanes y cuarenta tenientes. Suprimiéndose 1853. Por demás seria el demostrar la necesidad
los segundos comandantes muy cuerdamente, que en aquellos tres ejércitos se sentía del Es
pues en tésis general, no deben existir en un tado Mayor, pues que no hay razón ninguna pa
instituto empleos que no tengan objeto en las ra que si se ha experimentado en el de la Pe
funciones que lo caracterizan en aquellos cuer nínsula, y en su consecuencia se ha constituido
pos que por su organización especial necesitan el cuerpo, no se extendiesen los beneficios de
diferentes resortes que los hagan obrar en su tal institución á los de Ultramar, con organiza
órbita especial. De las treinta plazas de capitán ciones muy semejantes, y sobre todo, con igua
que se aumentaron, se daban quince al cuerpo, les necesidades militares.
ascendiendo los tenientes que llevaban dos años Pero aun constituido el cuerpo de Estado
de empleo y las otras quince á capitanes y te Mayor del ejército sobre bases tan sólidas, con
nientes de artillería, ingenieros y de la arma su escala cerrada, en la que ya se veian co
da, contando los tenientes de artillería y de mandantes educados en la escuela especial su
marina cuatro años de empleo y tres los de in ya, con el depósito de la guerra á su cargo, ba
genieros. Y finalmente se mandó que todas las ses ya indestructibles, no tenían un reglamento
plazas de tenientes se cubriesen con promocio para su servicio en tiempo de paz, y aun el de
nes de la escuela especial de Estado Mayor. guerra era incompleto, atendida la época en
Volvíase, pues, al antiguo sistema de intro que fué redactado, en la que el Estado Mayor
ducir en el cuerpo de Estado Mayor elementos no habia dejado ver sus ventajas prácticamente.
de diverso origen, que aun cuando fuese puro Era necesario ocurrir á esta necesidad que ca
y autorizado en el ejército por el merecido con da dia se hacia más urgente, para evitar malas
cepto de que siempre han gozado en él los ins inteligencias en que el cuerpo encontraba obs
titutos de artillería y de ingenieros, únicos que táculos á su ejercicio y en sus relaciones con los
al fin aprovecharon los beneficios del decreto de demás institutos del ejército; y efectivamente
1847, no por eso dejaba de producir un perjui en 1.° de mayo de 1858 se publicó el nuevo re
cio grave á los intereses do los individuos que, glamento.
ya porque perteneciesen al cuerpo, bien por es- Con pesar, aunque no aceptemos todas sus
lar de aspirantes en las escuelas, abrigaban profundas apreciaciones, dejamos aquí al erudi
fundadamente la esperanza de no ver inter to historiador, para cerrar este articulo, ya so
rumpida la escala que sólo entóneos quedó de brado extenso, con breves apuntes sobre el De
finitivamente cerrada. El aumento de sólo quin pósito de la Guerra.
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El nombre de esta importante dependencia | obra de esta índole, entrar en consideraciones
tomado del francés, Depótde la guerre, no suena sobre la organización del Depót de laguerre fran
en castellano hasta 1822. Existe sin embargo cés, ni mucho menos sobre la conveniencia pa
desde el nacimiento del cuerpo de Estado Mayor, ra el ejército español de «traducirlo al pió de la
en 1810, una Sección central, que bien puede letra». Grave cuestión es esta que tocamos muy
tomarse como núcleo, gérmen ■ origen. Al di de pasada en los artículos Instrucción, Ministerio
solverse todo, como arriba dijimos, en 1814, y algún otro, y para cuya exposición y esclarecí"
una comisión de jefes y oficiales sueltos, agrega miento reconocemos francamente que nos falta
da á la Secretaría de la Guerra, se encargó, co la debida imparcialidad. La razón es sencilla.
mo heredera del difunto Estado Mayor, de re Desde 1853, en que por deber oficial estudiamos
coger, ordenar yipublicar sus papeles. Natural detenidamente dicha cuestión, nuestro juicio
mente vino á la idea «historiar» lo primero que personal quedó irrevocablemente formado y for
podía darse á la historia, después de un siglo de mulado en sentido, si no opuesto, divergente al
humilde y lastimoso silencio para España y para ménos de las pretensiones é intereses exclusi
su ejército: la lucha titánica de la Independencia; vistas del Cuerpo de Estado Mayor. Los hechos
pero Cabanes y sus colaboradores olvidaron que posteriores, léjos de modificar, vienen cada dia
no era coyuntura para «historiar» aquella de corroborando aquel juicio; por consiguiente en
suspicacia y rencillas políticas, y que en gene 1867 seguimos convencidos de que, si bien eT
ral ninguna historia «verdadera» puede ó debe cuerpo de Estado Mayor, como todo lo que es
escribirse miéntras estén en el poder, y en esta jóven, brioso y varonil, se complace en alimen
vida, los actores principales. Tal es la flaqueza tar su afortunada ambición, concentrando avaro
de nuestra humana condición. La historia pues lo poco que resta de sávia y de lucimiento cien
de la guerra de la Independencia se queda hácia tífico en el ejército español; éste á su vez podrá
1818 cortada á cercen por el primer tomo, con tomar por caminos de atajo, como los del año 1 4
un cuadro cronológico y estado de las fuerzas ó 23 y, por temor de la apoplegía que le amena*
beligerantes. La comisión de jefes, enfermiza des za, cortarse llanamente la cabeza.
de entónces, revivió en 1822 con la restauración En un país donde todo se repite, bien puede
del Estado Mayor y de las ideas que reinaron en repetirse lo del último año citado. Y bueno es
1810; pero si nuevo cataclismo político de 1823 saber que desde 1824 á 1837 repárese bien, (tre
concluyó radicalmente con la Sección central, ó ce años) el Depósito, la acumulación de trabajos,
Comisión de jefes, ó en fin Depósito de la Guerra. datos y documentos técnicos, la principal oficina
Conviene recordar para el debido contraste militar, el'archivo por excelencia, el cerebro en
que esa misma Francia, que nos enviaba los fin del organismo militar, estuvo oculto, fugi
«cien mil hijos de San Luis» y saqueaba amis tivo, resguardado por un modesto capitán de ar
tosamente nuestros archivos y depósitos, conso tillería, cuyo nombre merece ser conocido, Don
lidaba y ensanchaba á la sazón su antiguo y jus Francisco Dolz del Castellar. Por fin en setiem
tamente célebre Depót de la Guerre. La prin bre de 1837, los restos que salvó del naufragio
cipal reorganización moderna de esta vasta ofi quedaron incorporados á la Secretaría de la Di
cina data en aquel país de la Ordonnance de 1." rección general de Estado Mayor, y, con bastante
de agosto de 1814, y mejor aún de la de 6 de lentitud por cierto, el nuevo cuerpo los fué tra
agosto de 1817, que le encomendó la ejecución bando laboriosamente y preparándolos á nue
de la Carte, como dicen ellos, ó del Mapa, como va vida.
debemos decir nosotros, de Francia. Una Junta El primer reglamento formal de 1846, apro
de hombres eminentes en varios ramos, creada bado en 21 enero 1847, se debe al general de
en 11 de junio anterior, sentó las primeras bases ingenieros Don José Cortines, director á la sazón.
de este útilísimo, indispensable servicio. Nuevos Por los años 47 y 48 se emprendieron orde
reglamentos en los años 1822 y 23 vinieron pre nadamente los itinerarios, de los cuales algu
parando la organización general del cuerpo de nos sueltos vieron la luz pública, y todos juntos
Estado Mayor francés de 18 diciembre 1826, y se han impreso diez años después. La empresa
el nombramiento del ilustre general Pélet, co de Cabanes, prematura en 1848, dejaba de ser
mo director del depósito, en 20 noviembre 1830; lo pasados treinta años. Ya no era sólo conve
los nuevos arreglos de 4 noviembre 1844 y 16 niente, era indispensable allegar, ordenar, pre
julio 1845, condujeron al definitivo de 1856, vi parar los datos para la Historia de la Guerra de
gente en el dia. la Independencia. Aquí también suspenderemos
No es ni puede ser nuestro ánimo, en una nuestro juicio, ó mejor dicho su expresión, acer
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ca del giro tortuoso que al asunto se ha dado. El algunos siguen creyendo, de todo punto innece
espíritu de cuerpo (V. e. v.) ha vuelto á luchar sario durante la paz.
contra la iniciativa individual, siempre fecunda ¡Qué paridad tienen estos antecedentes con
y modesta; pero no con fortuna por esta vez, los de España? Y si se cierra este camino de de
pues en el momento en que esto se escribe sale mostración, apelemos por último al sentimien
de la prensa el primer pliego de la primera his to. Después de catorce añosde trabajos en común
toria «militar y española» de la Guerra de la ¿puede el Estado Mayor en 1 867 declararse «pro-
Independencia, debida á una pluma ya muy co pietariondel Mapade España"? Y sinembargoen cor
nocida por su elegancia, inteligencia y patrio to plazo vendría á quedarlo de hecho, pues ni ne
tismo. cesitará ni encontrará colaboradores en los otros
En 1.° octubre 1853, el Depósito de la Guer dos cuerpos facultativos. Positivamente valdría
ra, recibiendo un considerable y positivo desar más volver á donde principió—que no princi
rollo con el Mapa de España, que antes radicaba pió mal—reconstituyendo el Mapa en comisión
en el Ministerio de Fomento, dejó de ser depen mixta, por partes iguales, bajo la inmediata de
dencia integrante y exclusiva del Cuerpo de Es pendencia del Ministerio déla Guerra. El cuerpo
tado Mayor, incorporándose á la Secretaría de de Estado Mayor bien podia ceder esa parte de
la Guerra. Esta medida fecunda, tomada cabal gloria sin menoscabo de la suya, hoy que su
mente por un Ministro y un Subsecretario que creciente y merecida reputación se asienta sobre
habían pertenecido al Cuerpo, causó en él duelo la base más sólida de sus distinguidos servicios
profundo; pero afortunadamente duró poco. En y sus relevantes virtudes militares. Concluire
l.° setiembre 4854 se deshizo lo hecho. El Depó mos con el cuadro actual de atribuciones, copia
sito volvió al Estado Mayor, aunque cercenado do de la Memoria del Depósito impresa en 4860.
del Mapa, que logró quedar en comisión mixta, «El cuerpo de Estado Mayor del Ejército tiene á
independiente. Por la ley que se llamó de «me su cargo los servicios siguientes: llevar la cor
dición del territorio,» de 1859, este servicio, ya respondencia oficial de las capitanías generales
bastante adelantado por los esfuerzos reunidos y de los ejércitos, cuerpos de ejército, divisio
de los tres cuerpos facultativos, entró en la Jun nes y brigadas; formar planos é itinerarios; reu
ta de Estadística, y en 1866 ha vuelto desde allí nir y examinar documentos históricos y topográ
otra vez al Depósito de la Guerra. ficos que tengan relación con operaciones milita
El argumento más poderoso en pro de esta res, redactando acerca de ellos las memorias que
última evolución, es que «así se hace en Fran sean convenientes; reconocer terrenos para mar
cia». Confesamos que desde 1701 hasta 1840 chas y combates; reunir y presentar al jefe supe
ese ha sido efectivamente el Magister dixit, la rior todas las noticias que necesite para la asis
última ratio de la milicia, de la administración, tencia de sus tropas ó para las operaciones que
de la vida española; pero no creíamos que, des hayan de verificaise; comunicarlas órdenes del
pués de treinta años de vida propia, fuesen artícu jefe ; dirigir las tropas y convoyes con arreglo á
los de fé las veleidades, los anacronismos, las ri sus instrucciones; hacer el trazado de los cam
diculeces orgánicas del ejército francés. Y sobre pamentos, estableciendo los puestos para su se
todo establézcanse con exactitud los términos guridad: y en resumen, hallándose los oficiales
de la comparación, para ver si tienen la debida de Estado Mayor dotados de una instrucción mi
homogeneidad. En Francia el núcleo del moder litar muy extensa y general, deben desempeñar
no Estado Mayoh lo formó el antiguo cuerpo de cuantas comisiones pueden conferirse á un ofi
Ingenieros Geógrafos, que, durante las campa cial, á no ser algunas que son peculiares de la
ñas de la Revolución y del Imperio, produjo no facultad del Ingeniero ó Artillero».
tables resultados en geografía y topografía. No en Consta el cuerpo (en 1867) de un Director
contrando Gouvion Saint Cyr admisible aquella general , tres Brigadieres, nueve Coroneles, do
organización mixta, científico-militar, vigorizó ce Tenientes Coroneles, veinte y cinco Coman
cuerdamente con sus gloriosos restos el nuevo dantes, sesenta Capitanes y cuarenta Tenientes
instituto, y fué por lo tanto lógico y oportuno (Reglamento aprobado por real órden de 1." de
encomendar exclusivamente el Mapa de Francia mayo de 18o8j.
al reciente Estado Mayor. Miéntras por una par Estado de Sitio. Don Serafín Olave en sus
te se aprovechaba la experiencia de los viejos excelentes «Estudios histórico-jurídico-milita-
geógrafos para adiestrar á los nuevos, por otra resn [Asamblea, T. XI.) buscando la filiación del
sedaba visible y laboriosa ocupación á un cuer hecho casi cuotidiano que esta situación en
po costoso y absorbente, que muchos creían, y vuelve, acude á las célebres Comisiones militares
ESTA - U8 - ESTA
ejecutivas y permanentes, creadas por real órden cio de trinchera etc., en siete artículos de "ór
<le 13 enero 1824, suprimidas por real cédula de denes generales para oficiales». ¡Ni una palabra
4 agosto 1825, resucitadas en 18 marzo 1831, más!»
vueltas á extinguir en 29 julio 1834, y continúa «Pero no hay que apurarse: si los partidarios
así: «Hasta ahora sin embargo ni una vez sola de los estados de sitio en España quieren sabt'r
hemos visto aparecer en las disposiciones ema la filiación de esta medida extraordinaria, yo les
nadas del Trono la palabra estado de sitio, ni voy á proporcionar la para ellos sin duda agra
existe en nuestra legislación militar, sino con dable lectura del documento que dio «carta de
modernísima Techa; siendo por demás curioso naturaleza» en nuestra patriaáesta importación
que, al dictarse ciertos randos para declararle, francesa. Hele aquí.—
se hayan encabezado con la frase «Usando de El autor inserta integro un Real Decreto de
las facultades que me concede la Ordenanza etc > llenero 1835 expedido por el ministro de lo
lo que es simplemente un falso testimonio que Interior ^Gobernación hoyi Don José María Mos-
á la Ordenanza se levanta, como me detendría a coso de Altamira, cuyo articulo I." dice: Que
probarlo hasta la evidencia, sino estuviera es para dar mayor fuerza y vigor á las operaciones
cribiendo á la carrera y si no me dirigiera á unos militares en las provincias sublevadas y evitar
lectores militares ilustrados que saben de me todo motivo ó pretexto de dilación ó entorpe
moria nuestro código, y nada habrán encontra cimiento, se declaren dichas provincias en esta
do en él referente á los estados de sitio; ni ¿có do de sitio quedando sujetas en clase de tales á
mo hallarlo? ¿No es el estado de sitio de que la autoridad militar con arreglo d lo que se ob
tratamos una suspensión más ó menos lata de serva en semejantes casasen todas tas naciones y
los derechos que la Constitución consigna? ¿Ha d lo que previenen las leyes y ordenanzas.
bía Constitución? es decir ¿era la España consti El incisivo autor añade por nota á lo subra
tucional cuando se promulgó la ordenanza? Pues yado: «¡Pues no es nada! ¡Échese V. á estudiar,
entonces ¿á qué traer á cuento nuestro respeta señora autoridad militar, U> que se observa en
ble código y hacerle absurda é inútilmente odio tales casos en todas las naciones!»—Y respecto á
so? ¿Tiene algo que ver el estado de una plaza leves y ordenanzas, pregunta con razón: «¿Cuá
sitiada con lo que conocemos por estado de si les? ¿las de todas las naciones? porque las de la
tio? Admitida esta hipótesis ¿qué funciones po nuestra no previenen absolutamente nada».
líticas, administrativas, ni judiciales, prescri «liemos querido—prosigue—copiar íntegra
ben las ordenanzas para el Gobernador ó'Coman- por su importancia histórica, ya que no por su
dante de una plaza sitiada?» mérito intrínseco, la «fé de bautismo» de nues
«No es fácil que conteste nadie á esta pre tros estados de sitio. Hubiera usado el Minis
gunta, en apariencia tan sencilla para los igno terio la locución estado de guerra y nada ten
rantes de nuestro derecho militar , que son dríamos que decir, como nada hemos dicho, en
muchos, muchísimos, más de los que pudieran gracia de la brevedad, de la real órden de 19
serlo sin grave responsabilidad por su posición febrero 1823 sobre que las tropas que se halla
y circunstancias». ren en distritos declarados en estado de guerra
«La Ordenanza no señala tales funciones. Y debían considerarse como pertenecientes á ejer
esto es lógico. En ciertos casos su designación cito de operaciones en campana, y que por lo tan
acarreada mil dificultades: el Gobernador «res to en los Generales en Jefe residía facultad pa
ponde de todo» y por consiguiente «lo manda ra promulgar los randos que fuesen necesarios:
todo» en una crisis suprema. Así es que sólo ni de la real orden de 24 de mayo 1823, decla
encontraremos respecto á una plaza sitiada, ó rando en estado de guerra el 8.° Distrito, y or
que pueda referirse á ella, el artículo 2." titulo ganizando loS EJÉRCITOS de RESERVA Cn EJÉRCITOS
7, tratado 8, mandando que se defienda hasta de operaciones; ni del decreto de las Cortes de
donde permitan las fuerzas en proporción á las 2 julio del mismo año 1823 sobre conceder fa
del enemigo; el artículo 14 de las funciones del cultades á los Generales en Jefe del ejército.
Sargento Mayor de una plaza sobre el relevo de Comandantes generales. Gobernadores de pla
las guardias, en donde se da al Gobernador la zas etc.; en los casos de declaración en Estado
facultad de variar la hora en caso de sitio ó pe de Guerra».
ligro; el artículo 56 de la obligación del cabo «A consecuencia de la real disposición de 13
mandando vendar los ojos al tambor ó trompe enero 1835, que dejamos integramente transcri
ta que llegue del lado del enemigo, y por últi ta, pocos meses después, en 19 noviembre del
mo varias reglas para el ejército sitiador, servi mismo, tuvo lugar el primer ensayo, la iuaugu
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ración mejor dicho, de los célebres Estados de con escudo en la mano izquierda y en la dere-
Sitio con la circunstancia de que ¡oh incom ! cha una correa con bolas pendientes ó unos sa-
prensibles arcanos de la Providencia! el bando quillos de arena, la cual, por medio de un eje,
que sirvió para plantear por vez primera una giraba al rededor, y castigaba, por decirlo así,
medida que tantas lágrimas habia de hacer der en el acto la falta de destreza, sacudiendo con
ramar y anatemas habia de arrancar más tarde las bolas en la espalda.
á los hombres de teorías liberales, lleva la firma ESTALA. Establo ó caballeriza. (Dice. Acad;.
do uno de sus principales adalides, el teniente
general Don Francisco Espoz y Mina, y además ESTALLAR. Romperse, hendirse, abrirse,
la del brigadier Don Laureano Sauz, como jefe reventar de golpe dando ruido. Estalla la guer-
de Estado Mayor.—Volviéronse las tornas. En , ra. la bomba ó proyectil hueco, la mina ú hor
otro tiempo habia sido perseguido de muerte nillo, la insurrección, el descontento.
por las comisiones militares ejecutivas y perma ESTALLIDO. El ruido que hace una cosa al
nentes hasta el que habia tenido contacto con un estallar (V. y dístíng. Estampido .
liberal etc.» —Sigue recordando el autor algunos ESTAMPA. Instrumento que usan los arti
preceptos realmente sanguinarios de aquel ban lleros para reconocer las dimensiones del esca
do draconiano, se conduele deque nada tengan rabajo en un cañón. Se compone dedos segmentos
que echarse en cara los partidos, asi en 1836 de cilindro, que se fijan en sus astas y se adap
como 1848 y concluye: «Estamos sobre tira ma tan á cola de milano. Para usarlo se cubre el
teria candente; sucesos tan cercanos no entran segmento mayor con pasta hecha de pez. cera y
todavía en nuestra jurisdicción: pero ¿cómo ha sebo, é introducido en el cañón hasta cubrir el
cer punto tratándose de estados de sitio, excep lugar del escarabajo, se oprime por el otro seg
cionales etc., y no mentar siquiera la célebre mento, que va entrando después á manera de
lev de 17 abril 1821 , últimamente explicada por cuña, obligando á dilatarse la pasta en lo terso
el Señor Calderón Collantes en su circular á los del anima, y á introducirse donde hay cavidad,
Fiscales de las Audiencias?» [ cuya profundidad y configuración se ve luego
«¿Qué tendrá esa dichosa lev, que después ! en el relieve de la pasta al sacar la estampa.
de tantos años de promulgación y de infinitas ESTAMPIDO. El ruido, sonido, detonación
veces publicada, todavía los señores Fiscales de que produce el disparo de un arma de fuego, y
las Audiencias parece que no la han entendido, singularmente de la pieza de artillería.
según de la reciente explicación se colige, pues
de lo contrario era punto menos que excusada'? ESTANCIA. Esta voz léeníca es posterior al
¿Será por torpeza de esos señores'? No es creí siglo XIII, pues en las Siete Partidas por estan
ble, ni menos presumible en quien tan respeta cia dice posada. «Cercando la hueste villa ó cas
ble cargo desempeña». tillo, sobre que quieran estar fasta que la to
«¿Será por oscuridad de la ley? Tampoco. En men, debe el señor mayor, ó el otro cabdiello
tal caso uno de tantos gobiernos como se han que fuere hi por él, fazer tomar las posadas en
sucedido, ó el actual lo hubiera tratado de mo derredor de aquel logar que quieren cercar, Si
dificar con el concurso de las Cortes ó por me tanta compaña tuvieren con que lo puedan bien
dio de un decreto, que á bien á bien tanto mon | fazer en su salvo: et si toda non la pudieren
ta modificar una ley de esta última manera, co I cercar, deben posar á compañas ante las puer
mo ponerla en vigor por el mismo método, se tas, por que les luolgan la entrada é la sali
gún se llevó á cabo con la que nos ocupa en da, c si non todos en uno. en el lugar do en
30 agosto 18.16, resucitando el poder ejecutivo tendieren que mayor daño podrían fazer ¿ los
los dos decretos de Córtes de 17 de abril de de dentro». (Ley 23. til. 23. Parí. 2). Posterior
1821 sancionados y publicados como leyes del mente y hasta los tiempos de Ayora, como pue
Estado en 25 y 26 del misino mes». de verse en sus «Cartas», estancia fué voz gené
rica de CAMPAMENTO, POSICION, pilllto de ALTO,
Hasta con lo trascrito para demostrar lo úni
estada, espera, concentración, atrincherado ó no.
co que nos proponíamos: la filiación ú origen
Más concreto, como demuestran los textos si
histórico de la tremenda locución Estado de
guientes, significaba los grupos ó cuerpos en que
sitio. se repartía la hueste sitiadora al cercar ó blo
ESTAFERMO. En los juegos ecuestres y ca quear una fortaleza. «En esto vinieron el Maes
ballerescos de la edad media, para ejercitarse tre y los dos hermanos Hernando de Monroy y
en el manejo de la lanza, la figura de un hombre el clavero Don Alonso con mucha gente, como
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ya es dicho, y cercaron el castillo de Monroy, se aplica este nombre, en el sentido topográfico,
y pusieron en él tres estancias: de la primera al depósito natural de agua encharcada, ya de
era capitán el Maestre, y do la segunda Hernan lluvia ó de manantiales, y equivale á lacttsa;
do de Monroy, y de la otra el clavero; y en es- pero con la primitiva denominación de estaño,
las estancias hizieron muchos reparos y en ca estany son más conocidos en Cataluña y Aragón
da una dellas auia ochocientos hombres de estos depósitos, por derivarse inmediatamente
pelea». (Maldonado. Hechos de Don Alonso de del latin stagnum. (Dice. Acad. Hist.)
Monroy) «....y no contentos con esto, salian fuera ESTANTÍO. Lo que no tiene curso ó cor-
de la ciudad ordinariamente á escaramuzar y rienle: lo que está parado, detenido, estancado.
darles salto en las estancias.), (id. ibid. }*.... y fué (Dice. Acad. 5).
así, que como los del Maestre tuviesen una estan ESTAÑU. Nombre anticuado de laguna ó es
cia muy grande, toda cercada de madera con tanque.—Uno de los primeros metales conocidos
muchos castillos y reparos de madera, un espin- que llevó el nombre de Júpiter y que entra en
gardero de los del clavero se pasó al Maestre». la composición del bronce.
[id. ibid. describiendo el cerco de Coria en 1 ibüj.
ESTAR. Acantonado,—á cubierto,—al ace
«Teniendo el Rey cercado el castillo de (¿amura y
cho,—al alcance,—alerta,—á la vela,—á la vis
puestas sus estancias muy fortalecidas, el Hoy de
ta,—á la defensiva,—al vivac,—apercibido,—á
Portugal, que estaba en Toro, sacó su gente y
prueba,—á tiro,—bloqueado,—comprometido,
vino por gerca de las estancias del Rey y pre
—con licencia,—cortado,—de centinela ,—<Je dia,
sentóle la batalla, pensando hacer descercar el
—de facción,—de guardia, —de guarnición,—
castillo, y envióle á desafiar con un faraute, y
el Rey se estuvo quedo, porque entendió que no de partida,—de patrulla,— de piquete,—de plan
tón,—de reemplazo,—de ronda,— de. semana,
tenia bastante gente para que, dejando á buen
—de servicio,—de trinchera,—en actividad,—
recaudo las estancias del cerco, pudiese salir á
en emboscada,—en comisión,—en tila,—en fue
le dar la batalla». (Medina. Vida del cardenal
go,—en guardia,—en guerra abierta,—en ja
Mendoza. Mein. hist. esp. T. VI. pág. ¿13,.—En
que,—sobre las armas,—sorprendido.—etc.
el dia estancia sólo tiene aplicación al tiempo de
permanencia del enfermo en hospital. ESTATURA. Voz latina, statura. Parece im
posible que en eslos tiempos, en que pasaron
ESTANDARTE. Quizá del latin extendere, de moda los granaderos y otras preocupaciones,
que se extiende, despliega. La voz de todos mo se conserve esta singular reminiscencia de me
dos pertenece a la intima latinidad, standardum, dir al hombre «militarmente» por lo que su oc
y es muy posible que sea germánica, como al cipucio diste verticalmente del suelo. En los
gunos pretenden, de la cual los franceses hicie tiempos aileticos, paganos y adoradores de la
ron etendart, los italianos standardo. En la forma, como los de la Grecia antigua, en los ru
solemne ceremonia de dar la investidura de ba dos y bárbaros de la edad media, se comprende
rón al condestable Miguel Lucas de Iranzo, el la importancia y excelencia de lo que hoy deci
rey Enrique IV de Castilla, en 1458, dice su mos «buen mozo»; mas no parece sino que la
anónimo cronista; oy entrando por la dicha sa naturaleza >e ha empeñado en demostrar que
la, tincó las rodillas en tierra c inclinó dicho en todo tiende á la compensación; pues desde
estandarte á la magostad del dicho Rey, y alle Alejandro Magno hasta Napoleón 1, con raras
gando cerca del dicho estrado, otra vez ansiinis- excepciones, los héroes casi siempre miden >u
mo tincó las rodillas, é inclino dicho estandarte grandeza en «razón inversa» de su estatura.
ante el dicho Señor Rey el que con su mano ESTEPA. Propiamente, seg. üicc. Acad. es
cortó las puntas de dicho estandarte, e dexole un arbusto; y estepar, por lo tanto, el paraje
en quadro lecho vandera, la cual por su mano poblado de ellos; pero la geografía física, culti
dió y entregó al dicho Miguel Lucas, su criado». vada hoy intensamente en las naciones del Nor
[Mein. hist. esp. T. VIH. pág. 7). (V. y comp. te, introduce la voz steppe como técnica para
Pendón, Guión, Bandera^. Esta insignia, común designar genéricamente nuestros páramos y pa
antiguamente á la infantería y caballería, es rameras, cuando tienen poca altitud ó relieve
desde hace dos siglos exclusiva de esta última sobre el mar, es decir, las vastas extensiones,
arma. como en Rusia, no solamente llanas, sino pla
ESTANQUE. Á diferencia del hecho á ma nas, lisas, con escasa vejetacion y ninguna po
no, como reservatorio de aguas para abastecer blación, ni accidente. El naturalista alemán
.uentes, criar pesca y olios usos de diversión, Wilkomm, que ha publicado recientemente una
ESTE — 451 — ESTO
notable descripción de España, llama steppes, el naturalista lib. XXXIII. cap. 43) esdesít/n'sy
en oposición á paramos, las regiones llanas y ex pondus porque en su origen se componia de un
tensas por desgracia, que abundan en España peso determinado de cobre, pero seg. Varron
con terreno salitroso, estéril, inhabitable. (De Ung. tal. lib. V) viene de stipis y penderé,
ESTERO. El estrecho de tierra á que se ex cobre y pagar. Los romanos tenían el verbo es
tienden las mareas, que entran en un rio. ó en tipendiar, tomar á sueldo. Sabido es, por Tito
un recodo de la costa del mar: viene del latin Livio ¡lib. IV. cap 59], que hasta después de la
cestuarium. (V. Marisma y Estuario). Dice. Acad. guerra contra los Volscos, esto es 347 años des
Hist.)—Laguna ó balsa que se forma con las pués de la fundación de Rom ■ no se dio sueldo
aguas del mar en las tierras inmediatas á él que regulará las legiones. La ley 17 tit. 33. Partida
están más bajas.—Aestuarium. ¡Dice. Acad.). 7, dice sobre estipendio: «Este tributo tal era
establecido antiguamente en algunas tierras pa
ESTIBADA. Terreno montuoso que después ra dar soldada á los caballeros que habían de
de descuajado y rozado se cava y siembra. (Dice. guerrear con los enemigos ó amparar la tierra».
Acad. Hist.) Dice. Acad. Esp. no lo trae.
ESTIPULACION. No debe confundirse con
ESlTFAó Stypha ó Styphos. Subdivisión del las voces técnicas, y al parecer sinónimas, ca
epitagma. ¡V. e. v.) en la táctica griega ó falan pitulación, CONVENIO, TRATADO. En la CAPITULACION
gista. (V. Falange). —Estifarca. Comandante de se comprenden varias estipulaciones ó artículos:
EST1FA. se estipula, se promete, se contrata.
ESTIGMA. Esta voz latina, stigma, que hoy ESTIVA Dice. Acad. 5 da: «Lo mismo que
sólo conserva una acepción vulgar y metáforica atacador». Si es verdad, no entra en el tecnicis
como marca de esclavo antiguo, era en la mili mo actual de la artillería. —Estivo, estival es lo
cia romana la señal indeleble que, á la manera concerniente al estío ó verano, de aquí castra
de los actuales presidiarios, se hacían en el bra astiva, los campamentos de las legiones romanas
zo lOS RECLUTAS Ó TIRONES. VeGECIO (lib. 2. Cap. muy pasajeros, aunque no fuesen precisamen
2.) habla de ella y en las Const. de Arcadio y te en verano.
Honorio se lee. aStiymata, hoc est, nota publica
fabricencium brachiis ad imitationem tironum ESTOCADA. El golpe de punta y también la
in/ligantur». herida con espada ó estoque. Estocada de puño,
seg. Dice. Acad. , es la que se tira sin mover el
ESTILO. Todos convienen en que esta voz cuerpo, sólo con el movimiento del brazo.
literaria proviene de la greco-latina Stylus, pun
zón con que los romanos escribían en tabletas de ESTOICISMO. De Atoa, que significa pórtr-
cera. Dejando aparte la acepción literaria ípor co, lugar de su reunión, tomó nombre la anti
que no creemos, con algunos, que haya estilo mi gua secta ó escuela de filósofos llamados estói-
litar ni civil) mencionamos la voz solamente cos. Aunque nunca sienta mal al militar un po
como limite inferior de la larga serie de armas co de estoicismo, nos guardaremos de entrar en
blancas, puñal, ó más bien punzón pequeño, honduras. Basta recordar que valor estoico es
que todavía admite el diminutivo estilete. lo mismo que tranquilo, frió, sereno, calcula
do. (V. y comp. Entusiasmo).
ESTIPENDIO. Antiguamente en castellano
sueldo, salario. Todavía la usa Londoño (Díte, ESTOL. Antiguamente, según Dice. Acad. ,
mil. 1568 fól. i): «Débeseles dar á los capitanes acompañamiento, séquito, comitiva.
estipendio suficiente á sustentarse honradamen ESTOPEROL. Especie de mecha formada de
te, porque no hayan de defraudar al rey en el filástica vieja y otras materias semejantes.
número de la gente, ni á ella en el sueldo ni ESTOPIN. Antiguamente paja gruesa de cen
emolumentos, ni á los provinciales y paysanos teno llena de mixto, compuesto de partes de pol
en cosa alguna». —«No puede haber paz sin ar vorín, de salitre, de azufre y de carbón; estos
mas, ni armas sin estipendios, ni estipendios j estopines, llamados de cebo, servían para cebar
sin tributos». (Navarrete. Conserv . de mon. las piezas de artillería , inflamándose con el
Disc. 18j. La voz es puramente latina, Stipen- lanza-fuego ó cuerda-mecha. Otros se componen
dium, y técnica de la milicia romana, por paga ó de un carrizo seco, cuyo grueso es proporcio
sueldo. En este sentido se lee en lodos los clási nado al diámetro del fogón de la pieza, dentro
cos y Polibio la explica detenidamente en el pár del cual se ponen tres ó cuatro hebras de algo-
rafo que empieza: Stipendium pedituaccipiunl in don poco torcido, impregnadas en una disolu
diemduos óbolos etc. La derivación (seg. Plinio ción de polvorín, aguardiente y goma, saliendo
ESTO - io2 — ESTR
un pedacilo de esta mecha por uno de los ex gun embarazo ó riesgo».—En casi todos los tra
tremos del carrizo, estando el otro cortado tados de fortificación se ve también estrada es-
oblicuamente y tapado con la misma pasta es cubierta por camino cubierto. «La estrada cu
pesa. El estopín incendiario ó de comunicación bierta es la más exterior parte de las principales,
se hace con cuatro ó cinco libras de algodón fino esenciales de la plaza» etc. (Pega y Rojas, pág.
remojadas por quince ó veinte horas en vinagre o.) «... con dos noches de trabajo se llegó á la
fuerte, hervidas después en agua saturada de estrada encubierta, y á la tercera se echó al ene
salitre y empapadas por ultimo por espacio de migo della, ganándole un rebellinejo que tenia
doce horas en aguardiente alcanforado: así pre para su defensa». Coloma. G. de Flánd. lib. 7).
paradas, se impregnan en una pasta de polvo
rín, aguardiente \ goma arábiga ó cola. Estos KSTRADIOTE. Dicho en el articulo anterior
estopines sirven para comunicar la combustión á cómo entró eu el tecnicismo militar la voz ita
toda clase de fuegos artificiales, á las antiguas liana strada, que significa camino, patente está
espoletas y á los mismos estopines de cero. —El la libación del estradiota ó estradiote. En el sí-
estopín á fricción (ó mejor dicho de), es un tubo ! S'° XVl singularmente designo, como genérico,
de metal, algo más grueso que la primitivar-pa- el soldado de caballería ligera, el corredor, ba
ja de centeno, lleno de mixto que se inflama con tidor, explorador, cottreur, en francés también.
solo tirar por medio de una correa de la plan- batteurd' estrade. Consideramos innecesario y
chita dentada que cubre la superficie superior ! enojoso entrar en sutilezas y distinciones sobre
y cuyo rozamiento produce la combustión, lo I el estradiote ¡ V. caballería; que antes, ó á la
mismo que sucede con el fósforo. V. Cebo . I vez, se llamó escopetero, v lueso arcabucero á
I caballo, y después hehreruelo,
' caballo ligero:
ESTOQUE. Del alemán síoc¿. En el dia nom posteriormente dragón, y en el dia húsar, caza
bre genérico de toda hoja, ancha é estrecha, dor. La necesidad, que entónces tenia la caba
que se envaina ú oculta en un bastón.—Anti llería gruesa, bardada, encapacetada del institu
guamente espada de ceremonia y solemnidad, to ligero era evidente y más apremiante. El
larga y estrecha, que se llevaba en público arma de fuego, como hoy mismo, constituia su
como símbolo de poder y autoridad, delante de verdadero distintivo. La sinonimia embarazosa
reyes ó altos dignatarios. no es achaque exclusivo de nuestra lengua, ex
ESTOQUEAR. En general es herir de punta cesivamente rica: la alemana, la francesa bien
con arma blanca y larga; pero el uso ha dado ac- pobre por cierto, tiene hoy chaxseur, tiralleur
tualmentc al verbo un sentido técnico de ta uro ] y voltigeur, que todo se reduce á cazador de
maquis, asi como se llama espada al «diestro» infanlena. Asi no debe extrañar, ni empeñarnos
que estoquea, es decir, mata los toros. en largas investigaciones, al leer por ejemplo
ESTRADA. Nuestra larga dominación en en Alava y Viamont: «El estradiote es soldado
Italia produjo antiguamente muchas voces de de á caballo, superior en calidad al arcabucero
aquel paisen la lengua militar. Estrada, por ca de á caballo é inferior al caballo ligero, que se
mino, era entónces muy frecuente; y asi leemos ria importante no pasase á su clase sin lia be i
en Pardo Rivadenf.yra traductor de Jorje Basta servido antes dos años en su inferior inmediato
(I6ii): «Acomodadas, como se ha dicho, las co de arcabucero de a caballo. Siendo para los es-
sas de los cuarteles, debe el Comisario general tradiotes necesarios los caballos españoles de
diputar aquellas que habrán de batir la estrada poco cuerpo. —La voz. asi como gineta, fué tam
ó camino, sin los cuales importa poco cualquier bién distintiva en equitación. Por eso da Dice
otra diligencia Empero volviendo á las ca- Acad. 5: «Estradiota, manera de andar á caba
valgadas ó corredorias, en razón á su distancia llo con estribos largos, tendidas las piernas, las
al batir la estrada ó caminos digo....» pág. S.'t. sillas con borrenes, donde encajan los muslos,
88'. Escritores tan castizos como Don Carlos y los frenos de los caballos con las camas lar
Coloma usan esta frase técnica: «De la caballe gas».—Por úllimo á los aficionados á pormeno
ría sólo fueron algunas compañías de arcabuce res de figurín les serviremos este texto de Clo-
ros á caballo para batir las estradas». (C. de nard {Hist.org. T. III.): «En 20 de julio de 1507
Flánd. lib. 7). Por último el mismo Dice. Acad. hizo parte de la caballería española un nuevo
5 consagra la voz estrada, pues da «lo mismo cuerpo conocido con el nombre de esl radióles.
que camino». Y «batir la estrada», reconocer, Fué este una compañía de caballos ligeros que
registrar la campaña, por si hay alguna gente al mando del capitán Don Francisco Valdes, vi
enemiga oculta ó encubierta, en los caminos al- no desde Italia acompañando al rey Fernando
ESTR - *S3 - ESTR
V.; estaba formado y organizado del mjsmo did) ó por lo menos una de las maneras de ha
modo que los cuerpos de esta ríase, que, al ser cerla y la mas recomendable. La siguiente defi
vicio de los venecianos, militaban en la Moréa nición de Cabrios Nisas [Hist. tle f art. mil. T. I.
y Albania. Sus armas defensivas eran un baci pág. 237 parece más exacta y concreta: «Estra
nete con que cubrían la cabeza, y el alpartáz, tagema es una especulación establecida ó fun
sobre el cual llevaban el ojaco que no era otra dada sobre el error en que se pretende hacer
cosa que el jaco ó jaquetón de que hemos ha caer al enemigo, por tal aviso que se le hace
blado en otra parte, y las ofensivas la lanza, es llegar, por tal disposición que se toma, por tal
pada, martillo de armas y tablachina». Y mas aspecto que se da á los objetos físicos, al terre
adelante añade: «La caballería ligera en 152.... no etc. Es un cálculo sobre lo que probable
se organizó en 17 compañías de estradiotes ó mente hará el enemigo á consecuencia de este
cuadretes de á cien plazas, también gobernados error en que se le hace caer, y sobre lo que uno
por un capitán, teniente, alférez y cinco cabos mismo debe hacer para aprovechar los movi
de escuadra; tenian además tres trompetas, un mientos que esta decepción le inspirarán.
contador, un herrador y maestro armero. Había Para concluir, la cuestión, como otras mu
en cada compañía una sección de escopeteros; chas, es de magnitud, de cantidad, no de cali
el resto de la fuerza iba armada de lanza con dad ó esencia. Estratagema es lo pequeño: estra
gócete y veleta, espada, puñal, martillo de ar tegia lo grande, pero en el mismo género. El
mas, coselete de ristre, celada con babera, me ardid, la estratagema del pobre guerrillero, del
dios quijotes, guarda-brazos ligeros y sayo de comandante de batallón, toma los vuelos en el
un color: los caballos llevaban media silla y fre- que manda 30, $0, 200.000 hombres, de MOVI
no-ginete. MIENTO, OPERACION, CONCEPCION ESTRATÉGICA: asi CO-
ESTRAGO. Del latin strages. Daño hecho en mo el «traidor» puñal, cuadruplicando su longi
guerra; matanza de gente; destrucción de la tud, se convierte en «noble» espada. Es decir,
campaña, del país ó del ejército (Dice. Acad. 5 que en el valor actual de las palabras, dentro
V. Devastación). de la altiva estrategia está la humilde estrata
ESTRAPADA. Antiguo castigo corporal, co gema; dentro de una guerra, de una campaña, de
mo BAQUETAS, TRATO DE CUERDA. (V, e. V.) una sola operación caben ardides ó estratagemas
con variables grados de importancia. Queda,
ESTRATAGEMA. La extensión que damos pues, en cuanto cabe deslindado el asunto.
al siguiente articulo Estrategia, nos dispensa Pero ¿puede señalarse hoy donde concluye
entrar aquí en largas consideraciones. Desde la astucia y empieza la villanía? ¿Se llamarán
luego, la etimología directa de esta voz griega estratagemas las del francés en 1808, tomando
la da como compuesta de otras dos stratos, ejér las ciudadelas de Barcelona y Pamplona? El
cito, y hegeomai. yo conduzco; de modo que en historiador antes citado dice ibid. pág. 235):
su origen visiblemente se confunde con estrate «La táctica admitía entre los antiguos el uso de
gia, pero en el dia se ha llegado á establecer la estratagema, entre los modernos no puede
técnica y manifiesta distinción. Oigamos prime existir más que en la estrategia». Y por qué?
ro, como de costumbre, al Dice. Acad. 5, que
da: «Ardid de guerra, engaño hecho con astucia Tan crecidos en número como escasos de
y destreza». Pero ¿.en qué escala—es de pregun importancia son los libros en que se han com
tar—se toma ese ardid y ese engaño? ¿En la del pilado estratagemas, desde Frontino y Polie.no
hasta el marques de La Roziére. Tan ridiculo es
sargento que guia una patrulla, ó en la de Na
poleón f en sus inmortales ardides como los de reducir á regla escrita el arte de «engañar», co
Marengo ó de Lima? Sigamos con el Dice. mil. mo el arte de «conmover», como el arte de
de Moretti: «Ardid de guerra para engañar al VENCER.
enemigo, que en general consiste en ocultar lo ESTRATAGÉMICO fsegun Lamarque) ó Es-
cierto y hacerle creer lo falso por verosímil». tratagemático (según Carrion Nisas). Adjetivo
Pasemos al Dice. mil. de J. D' W. M. (1863': nuevo para expresar los movimientos militares
uArdid de guerra para engañar al enemigo, que que se verifican en un circulo más extenso que
generalmente consiste en hacer movimientos lo que puede alcanzar la vista. Carrion Nisas
falsos para entretenerle y hacer esté incierto achaca esta palabra á Frontino, que titula Stra-
sobre el verdadero objeto de las operaciones». tragematicon los tres libros que se refieren á gran
Pero eso es estrategia; eso es también táctica: des movimientos, ántes, miéntras y después de la
es. en una palabra, el arte de la guerra (V. Ar batalla: y Strategicon al i.° libro consagrado á
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lo que pasa cerca del general y es resultado de escribió; bástanos verla ya queriendo definirse
su carácter é influencia personal. (V. Spect. en la Enciclopedia Metódica y nos contentamos
Mil. T. 1, U, IV, sobre Filologiam). con esta autorizada filiación. La voz griega, que
sin duda ignoraba los altos destinos que en la
ESTRATARITHMETRÍA. En la complica
ciencia le aguardaban, permaneció largos años
da táctica del siglo XVII, el ARTE de escuadronar, como otras, en misteriosa incubación al calor
de formar las tropas en una figura dada, de ha-
exclusivo de los 'eruditos. Averiguado está que
llar el número de soldados que en ella cabían.
en la inmediata guerra, á últimos del siglo XVIII,
Es \oz que trae el Dice. Terreros. (V. Táctica.) la desconocían los generales franceses de la re
ESTRATEGIA. Hasta el último tercio del si pública y del imperio: y hasta se duda si llegó
glo pasado el arte de la guerra se consideraba á pronunciarla el mismo Napoleón, el primero y
como un todo indivisible. A la sazón las victorias más terrible estrategista de los tiempos moder
de Federico II de Prusia, despertando á la Europa nos. Se verificaba, pues, lo que dicen sus com
militar de cierta apatía y entumecimiento, pro patriotas del personaje cómico de Moliere «que
movieron largos y ruidosos debates sobre todos hacia prosa sin darse cuenta de ello». Y no se
los ramos, singularmente sobre mejoras y per diga que tamaña ignorancia era excusable en
fección de la táctica, á las que exclusiva, pero mariscales «romancistas» como Ney, Massena ó
equivocadamente, se atribuían las pasmosas ven Murat; el mismo Gouvion Saint Cyr, que picó
tajas de aquel monarca filósofo y guerrero. La de letrado, no sólo deja de admitir la palabra
discusión, enredándose como siempre en la per Estrategia sino que la proscribe y la rechaza,
sonalidad, produjo, no como ahora folletos livia en letras de molde, cuando ya empezaba á to
nos y pasajeros, sino volúmenes macizos, de mar cuerpo. Pero entre los autores militares que
lectura para nosotros hoy casi imposible. Los es á principios del siglo tomaron la demanda de
píritus agudos y tenaces, desertando a veces del la desairada voz griega, el célebre Archiduque
palenque de la actualidad, penetraban por la Garlos, rival digno, aunque á veces desafortuna
nebulosa erudición délos tiempos griegos y ro do, del grau estrategista francés la acogió, la de
manos, buscando en ellos y volviendo cargados finió y la enalteció, poniéndola por rúbrica y
con armas y pertrechos científicos, á los que pri epígrafe de su notable tratado. Este libro justa
meramente era forzoso despojar de la capa mo mente clásico, divulgado al punto por el mundo
hosa con que los cubrió el trascurso de los siglos. militar, traducido en todas las lenguas (á la nues
De aquí un aluvión de glosas y comentarios al tra por RamonktJ estudiado, comentado y pla
antiguo tecnicismo griego y romano, cada vez giado también por multitud de escritores, dió
más difícil de esclarecer; de aquí la resurrección por fin á la Estrategia, como palabra, carta au
erudita de exóticos vocablos que bautizasen tentica de ciudadanía, y una consagración ofi
evoluciones y MANIOBRAS, á su vez exóticas y des cial que no habían logrado adquirirle todavía
conocidas; de aquí también, justo es decirlo Bulow y Jomini, de quienes luego hablaremos.
como de toda discusión, de todo choque, nuevos Excusado es añadir que en la docta Alema
puntos de vista para el arte, nuevos fulgores, nia, en ese pais en que tanto se estudia, se pien
que tal nombre merecen literariamente las pági sa y se sabe; donde toma asiento y raíz cuanto
nas brillantes de Guibert. La discusión como to se recomiende por abstruso, por abstracto, por
das las de su género, embrollándose además en nebuloso, por indefinible, allí la Estrategia, pa
las palabras y esparciéndose desleída en las ideas, labra y cosa, ha hecho más que fortuna, ha he
no dió por inmediato resultado grande adelanto cho estragos. No fué tan exagerada la aceptación
material y fecundo; pero así como el rio en tem por estas nuestras tierras latinas y meridionales;
pestuosa avenida suele dejar entre el limo de pero, á vuelta de ciertos repulgos de algún fran
las orillas elementos de fertilidad futura, aquella cés atrabiliario, también logró la Estrategia asen
agitación y sacudida del arte militar, que bien tar sólidamente su nombre y su trono.
la necesitaba, depositó indudablemente gérme Por manera que el arte de la guerra está
nes que hoy todavía se desarrollan y fructifican hoy hendido por la mitad y técnicamente parti
con más acomodado é inteligente cultivo. Sea do en dos: la Estrategia y la Táctica. Como es
como quiera, y viniendo á nuestro propósito, frecuente, la recienvenida, sin duda en desqui
por aquellos tiempos nació, resucitó ó se intro te del medio siglo que anduvo huérfana y por
dujo en la lengua militar de Europa la palabra diosera, apénas el Archiduque Carlos le soltó los
griega Estrategia. Ni sabemos, ni nos importa andadores, tan presurosa va haciendo su cami
quien fuese el que «primero» la pronunció y la no y tan ensoberbecida la vemos, que amenaza
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tragarse á su hermana mayor la Táctica, la que lo vano de nuestro empeño en buscar cuerpo
Guibet queria (V. la definición) imprudente donde sólo hay fantasía, y ciencia en una osten-.
mente entronizar como única síntesis de lodo losa armazón de palabras. Nos hicimos, pues,
el arte de la guerra, logrando así excitar las iras ateos en Estrategia; tomamos luego parte en la
de los escritores rivales, que en venganza enar- corta campaña que un periódico militar (LaCo-
bolaron la Estrategia como bandera, como credo rona) de escasa publicidad, como casi todos,
de una nueva comunión científica y protestante. abrió contra los estratégicos ( herederos de losde
En España y á raíz de la guerra de la lude- la guerra de la Independencia) y con intención
pendencia, la Estrategia tuvo ya fervorosos adíe y estilo volterianos, ya que no pudiéramos der
los. Una sociedad de trece oficiales, cuenta la ribar el ídolo, blasfemábamos alegremente en
tradición, que se propuso esplotar la nueva «pa artículo humorístico. — Ampliemos esta extraña
labra» como nueva «ciencia», consagrándola un confesión con otra que nos hará aparecer em
culto fanático y pedantesco, que pronto se hizo pedernidos y relapsos. En los añusque desde
notar entre aquella ruda generación militar, entónces van trascurridos, hemos procurado sa
verdaderamente titánica y más dada á los he ber «lo nuevo» por ver si nos reconciliábamos;
chos que á las palabras. Ello es—y no quisiéra pero desgraciadamente para nuestro concepto
mos ser eco de la malignidad—que los estraté militar, seguimos impenitentes, cada dia más
gicos, así llamados por'apodo, después de mo incrédulos en Estrategia; y por lo tanto incapa
nopolizar con grandes medros el oficio, todos han ces de dar «definición propia» de una palabra
muerto en olor de santidad con sendos pares de que, en nuestro pobre concepto, está de sobra y
entorchados. nada realmente significa.
De todos modos el hecho está consumado; Véase, pues, si con razón anunciamos que
la rebelión es inútil: el moderno arle de la guer nos hallábamos en grave embarazo. Pero como
ra se divide en «dos» y ya según algunos en no todos participarán de nuestra opinión, ni
«tres» contando aparte la Fortificación (V. e. v.j aplaudirán nuestra llaneza, ni permitirán dejar
que para Jomini no cabe ni en la Estrategia, ni en blanco en un Diccionario justamente el artí
en la Táctica. Y como la joven Estrategia, de su culo más principal entre los principales, he
yo altanera y pretenciosa, no se contenta asi mos tomado un sesgo conciliador y aceptable:
como se quiera con ocupar lugar, sino con ocu así como en ot ros artículos de menor importan
par el primero, fuerza es cedérselo contra nues cia se citan una ó dos autoridades, aquí las de
tra voluntad, y proclamar que es la voz técni jamos campear solas y las agrupamos en mucho
ca por excelencia del arte de la guerra y por más crecido número, citándolas por órden cro
tanto la más digna de figurar y sobresalir en un nológico desde la Enciclopedia Metódica hasla Vi-
Diccionario militar, que, como este, quiera des llahartin que es el último libro técnico español
puntar por ciertos caracteres de novedad fi de que tenemos noticia en 1867. Hemos omitido
losófica. adrede muchas definiciones alemanas, por evi
Señaladas, pues, como acostumbramos, las tar que el articulo fuese, no sólo interminable,
dos épocas históricas de origen y propagación de sino ilegible: baste Villisen como muestra. En
la Estrategia, lo que procede es definirla; pero las traducciones, aunque creemos saber el idio
tropezamos con cierto embarazo personal, quein- ma, hemos preferido hacerlas mal , dejándoles
génuamente confesaremos al lector, y es que.... sus giros y hasta sus palabras, por no modili.
no sabemos. Esta humilde confesión, si bien car ó alterar en lo más mínimo el sentido.
mortifica nuestro amor propio, abona por otra Esto sentado en descargo de nuestra concien
parte nuestra consecuencia. Allá en nuestra pri cia, aquí tiene el lector definiciones en que es
mera juventud dedicamos profunda atención á coger, largas, cortas, concisas, difusas, antiguas
la Estrategia, ilustrando todo lo posible los rudi y modernas.
mentos que aprendimos en la Academia. Algo
enconados ya con una «ciencia» que nos ofrecía «La ciencia del General, que los griegos lla
más vacio cuanto más creíamos profundizar, maron Estrategia, comprendía el arte de formar
empezamos á dudar de ella; pero modestos, los proyectos de guerra; de hacerlos encuadrar
aunque muy jóvenes, dudamos ántes de nos con los medios de que el estado dispone; de po
otros mismos. Conferencias con hábiles y aguerrí nerlos en uso con inteligencia y economía, para
dosgenerales, con célebres oficiales facultativos alcanzar el oxíto; de ejecutar los designios pro
cuya experiencia y compañía buscábamos siem yectados; de disponer las marchas, las campa
pre ansiosos y reverentes, nos persuadieron de ñas, etc. , y el nombre de esta ciencia estratégica,
ESTR — 4i>(; — ESTR
<le Stratego general, indica que abrazaba lodas blar (se refiere á las morales y filosóficas) se
las oirás dependientes y subordinadas en la compone de las cinco principales, que dijimos
guerra, En todos los historiadores, hasta en los al principio, á sabe-r: la estrategia, la táctica su
latinos, se ve esta palabra empleada para mar blime, la logística, la táctica de las armas y el
car el poderío ó el mando. Plinio por ejemplo, arte del ingeniero. Nos ocuparemos solamente
llama Estrategia (sic, stratégie) á los goberna de las tres primeras y principiaremos por fijar
dores principales de un pueblo. Hablando de la sus definiciones». (Aquí el autor ocupa cuatro
Tracia dice que estaba dividida en 80 gobier páginas en describir la marcha general de una
nos que llama así: aThracia in quincuaginta guerra y sigue):
slrategias divisan. Plauto emplea también este «Tal es la marcha de una guerra; tal sera
nombre para indicar la primacía, el mando, el también la que seguiremos para proceder al exa
general, el imperio; y hace una metáfora para men de las diversas combinaciones á que da
expresar el jefe de un festín, el destinado á ha márgen».
cer los honores y arreglar los placeres. aStrate- «Todas las que abrazan el conjunto del lea-
gwn te [ocio huic convivio». —La estrategia es tro de la guerra son pertenecientes á la estrate
también y principalmente la ciencia de los mo gia, que comprenderá: I." La definición de
vimientos de guerra de dos ejércitos fuera del este teatro y de las diversas combinaciones que
alcance del cañón». ofrezca. í." La determinación de los puntos
«La táctica no era. pues, más que una parte decisivos, que resulten de estas combinaciones
de la ciencia estratégica, y que servia para una y de la dirección más favorable que se haya de
de sus operaciones, es decir, para la del juego y dará las empresas. 3." La elección y el esta
movimiento de los cuerpos que componen los blecimiento de la base fija y de la zona de ope
ejércitos. Se ve que la táctica, en esta acepción, raciones. l.° La determinación del punto ob
es el arte de las evoluciones por cuerpos nume jetivo que ha de proponerse, sea ofensivo ó
rosos; así como las evoluciones son una táctica defensivo. 5.° Los frentes de operaciones,
en pequeño, puesto que mueven las partes de frentes estratégicos y línea de defensa. 6." La
un cuerpo como las parles de un ejército.—La elección de lineas de operaciones, que condu
invención de la táctica se atribuye á Palamedes cen de la base al punto objetivo, ó al frente es
etc.» (Encyclopédie méthodiqde. 1751). tratégico ocupado por el ejército. 7.° La de
las mejores lineas estratégicas que deben tomar
«Arte de formar los proyectos de guerra: de se para una operación determinada, y de las
hacerlos encuadrar con los medios del Estado; diferentes maniobras para alcanzar estas lineas
de ejecutar los proyectos, las marchas, los cam en sus diversas combinaciones. 8." Las bases
pamentos. El nombre de esta ciencia, derivado de operaciones eventuales y las reservas estra
de Stratego, indica que abrazaba el arte de la tégicas. 9.° Las marchas del ejercito, consi
guerra». (Jabro. 1777). deradas como maniobras. 10.° La situación
de los almacenes, respecto á sus relaciones con
«El arte de la guerra tiene dos ramas: la es la marcha de los ejércitos. 11.° Las fortale
trategia y la táctica.—La primera es la ciencia zas, consideradas como medios estratégicos, co
del movimiento de dos ejércitos fuera del circu mo refugios de un ejército ó como obstáculos
lo visual. Comprende lodas las operaciones de para su marcha; y los sitios que se hayan de
la guerra; es la parte de la ciencia, cuyas com poner ó apoyar. 12." Los puntos en que im
binaciones se encadenan con las de la política y porte situar campos atrincherados, cabezas de
la administración. El estrategista es el arqui puente, etc. <3.° Los ataques falsos ó diver
tecto: el táctico es el albañil».—En otra parte di siones por grandes destacamentos, que se crean
ce: «Táctica es la ciencia do los movimientos útiles ó necesarios».
que tienen al enemigo por punto objetivo; es «Además de estas combinaciones, que en
trategia es la ciencia de los movimientos que tran principalmente como datos para el plan
tienen al enemigo por objeto, pero no por punto general de las primeras operaciones de la cam
objetivo ('! \ i».—Todavía anadeen otro pasaje: paña, hay otras mixtas, que participan de la
"cuando se viene á las manos es táctica; cuando estrategia, en cuanto á la dirección que se les
uno no se bate es estrategia». (Bulov. 1799). ha de dar, y de la táclica, por la parte ejecuti
va; como los pasos de rio, retiradas, cuarteles
«El arte de la guerra, además de las partes de invierno, sorpresas, desembarcos, grandes
de que independientemente acabamos de ha convoyes, etc.»
ESTR — 457 — ESTR
"La segunda parte indicada es la táctica su sorpresas de dos ejércitos. 6." Las disposiciones
blime: esto es, las maniobras de un ejército en para conducir las tropas al combate. 7.° El ata
el campo de batalla, y las diferentes formaciones que de las posiciones y campos atrincherados.
para conducir las tropas al ataque». 8." Los golpes de mano.
«La tercera es la logística, ó el arte práctico «Todas las demás operaciones de la guerra
de mover los ejércitos; los pormenores materia entran en los pormenores de ella, como los con
les de las marchas y formaciones; y el estable voyes y forrajes; las acciones parciales, á van
cimiento de los campamentos y acantonamien guardia ó retaguardia; el ataque de los peque
tos sin atrincherar: en una palabra, la ejecu ños puntos: en una palabra, todo lo que debe
ción de las combinaciones de la estrategia y de ejecutar una división ó destacamento aislado».
la táctica sublime». Jumim. 1 837) .
«Muchas controversias frivolas se han sus
citado, para determinar de un modo absoluto la «La estrategia es la ciencia de la guerra:
linea divisoria que separa estos distintos ramos bosqueja los planes, abraza y determina las em
ile la ciencia: yo he dicho que la estrategia es el presas. Es propiamente hablando la ciencia del
arte de hacer la guerra sobre el mapa, ó el de general en jefe». (Archidiqde Carlos.)
abrazar todo el teatro de ella; que la táctica es el
de pelearen el terreno donde se verifica el cho «Los limites que separan á la estrategia de
que; de colocar en él las fuerzas según las locali la táctica, son los que promedian entre la cien
dades, y de ponerlas en acción sobre diversos cia y el arte: entre el teatro de la guerra y el
puntos del campo de batalla, esto es, en iln es campo de batalla; entre el plan general de ope
pacio de cuatro ó cinco leguas; de modo que to raciones y las disposiciones del combate». (Ra-
dos los cuerpos que operan puedan recibir ór monet.)
denes y ejecutarlas durante la acción, y final
mente que la logística no es en el fondo otra «Estrategia es una combinación de diversos
cosa, que la ciencia para preparar la seguridad grandes movimientos para llegará un resultado
de la aplicación de las otras dos. Se ha criticado único». (B. R.)
mi definición, sin sustituirle otra mejor; es ver
dad que se han decidido muchas batallas por «La palabra estrategia no expresa actual
movimientos estratégicos, que no han sido más mente la ciencia del Generalísimo, sinó una par
que una série de movimientos de igual clase; te de la del general, ó del oficial de Estado
pero nunca ha tenido efecto, sino contra ejérci Mayor, y no se aplica ordinariamente á movi
tos en dispersión, lo que forma caso excepcional; mientos, aunque sean generales, que se verifi
y por tanto no aplicándose la definición sino á can á menos de una jornada del enemigo. Si se
las batallas ordenadas, no carece de exactitud». considera un ejercito como un sistema de cuer
Y el autor añade en nota al pié de la página: pos, dicha palabra se aplica á los grandes mo
uSe podría decir que la táctica es el combate, y vimientos de conjunto, y no á los reglamenta
la estrategia toda la guerra ántes y después de rios del sistema; y la voz táctica á las maniobras
él; exceptuando únicamente los sitios, á pesar de que trata la ordenanza, á los movimientos
de que estos pertenecen también á la estrategia, particulares concernientes al combate propia
que decide los que conviene poner y cómo se mente dicho». Spkctatf.uk Militaire. T. H. pá
han de cubrir. La estrategia determina donde gina 63).
se debe obrar; la logística conduce y coloca las
tropas, y la táctica enseña cómo se han de em «Estrategia es la ciencia de las marchas,
plear y manejar». consideradas como parte importante de la di
Y sigue luego el texto: «Así es que, indepen rección de los ejércitos; y por oposición & la
dientemente de las medidas de ejecución local, castrametación y á la táctica, que son las otras
que son de su incumbencia, la táctica sublime, dos partes del arte militar». (Grassi. 1817).
según mi opinión, comprenderá los objetos si
guientes: 1 .° La elección de posiciones y lineas «Estrategia es la ciencia de los movimientos
de batalla defensivas. 2.° La defensa ofensiva en de un ejército alejado de otro». 'Boiste.)
el combate. 3.° Los diferentes órdenes de bata
lla, ó grandes maniobras, propias para atacar «La estrategia' es un manejo (maníement),
una linea enemiga. 4.° El encuentro de dos ejér un movimiento de tropas, que operan por círcu
citos en marcha y batalla imprevistas. 5." Las los lejanos, y no en la esfera de acción, ó sobre
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el terreno ordinario de un campo de balalla: es lantados en el arte militar. La misma guerra del
la dirección impresa a los movimientos milita Peloponeso, tan larga y fecunda en sucesos, es
res, en un circulo más extenso que el que pue pobre en estrategia; no ofrece, en el continente,
de abrazarse con la vista: cuando 300 esparta más que operaciones retractadas, apénas em
nos son destacados del ejército de los griegos, prendidas, y más parecida á los caprichos de
para ocupar el paso de las Termopilas, y cuando una guerra civil que á las operaciones madura
los persas los envuelven, es estrategia». mente concertadas de un gran ataque ó resis
«En tiempo de los griegos y de los primeros tencia nacional».
romanos, cuando las guerras sólo eran entre ve « El primer jefe que con su ejemplo impri
cinos, cuando la campaña solía durar un dia, mió alguna movilidad á los ejércitos griegos fué
todos los esfuerzos, todos los cálculos debían Jenofonte. El fué quien indudablemente trazó,
naturalmente dirigirse á la láctica, á la parte primero á Agesilao y luego á Alejandro, el cami
de la ciencia que organiza inmediatamente el no de la Grande asía y el que dió la idea del
orden de combale. Por e^o la faiange, con su éxito posible de largas marchas y expediciones
lujo de clasificación, categorías y nomenclatu excéntricas».
ras, era la expresión más perfecta. Sólo mucho «Epaminondas imitó y combinó las institu
más tarde, con la pólvora, es cuando la ciencia ciones militares de Esparta y Atenas. Filipo, pa
ha consistido principalmente en evitarlas bata dre de Alejandro íque estuvo de joven mucho
llas, y estas vinieron á ser menos decisivas; por tiempo de relien en Tebas) estudió á Epami
lo que una campaña ha podido ser decisiva á nondas, y con su despotismo monárquico per
su vez sin batalla general ó campal, etc.» feccionó los métodos de su maestro republicano» .
«Jenofonte proclama ya. en una de sus obras, «Alejandro, que debió gran parte de su glo
ideas muy sanas sobre las relaciones que exis ria á la habilidad de su padre, más fuerte, más
ten entre el órden moral y material en la esfe- j ambicioso, estableció la estrategia sobre dimen
ra de la guerra, que, ya entónces, no leparecia j siones gigantescas; pero empleó más fuerza de
una ciencia tan mecánica como luego >e ha sos voluntad que finura y variedad de combina
tenido con cierta afectación y con menos razón ciones».
por cierto que en tiempo del famoso escritor «Los griegos nos han enseñado principalmen
griego» . te la táctica, los romanos principalmente la
«Se ve, pues, que desde muy temprano se estrategia. El genio de la táctica griega era la
cesó de limitar la ciencia militar á la táctica, resistencia; el de la táctica romana, al contra
propiamente dicha; á este conocimiento mate rio, el ataque. Las lecciones de los griegos han
rial de las maniobras, que hoy dia en los regí j debido tener diferentes suerte de las de los ro
míenlos se llama exclusivamente teoría». manos. La láctica sobre todo es la que sufrió
«Se ha reconocido que esla ciencia también mayor trastorno por la invención de la pólvora.
se compone además del mando, de las manio La estrategia, después de las guerras de Tebas y
bras, del gobierno de los hombres y de la admi de Troya, ha sufrido una revolución que ha mar
nistración de las cosas que necesitan para vivir chado con paso desigual, pero sin sacudida: ella
y combatir». ha seguido esta civilización que nos ayuda á
«De estas tres parles, la primera es la sola descubrir, á cultivar, á recorrer el globo que
que puede tener el carácter positivo, el rigor y habitamos, y que los griegos han embellecido é
la exactitud de las matemáticas». iluminado los primeros». ^Cahrion Nisas).
«El mérito particular de los griegos, desde
el origen hasta la caida de su milicia, consistió «La estrategia es el arte de trazar un plan
siempre en la táctica propiamente dicha: más de campaña y de dirigir un ejército, algunas ve
aún, en esa táctica de formación y disciplina, ces á grandes distancias, sobre los puntos deci
que se limita casi exclusivamente al solo campo sivos del teatro de la guerra». íJacquinot de
de batalla». Presle).
« lo cierto es que la estrategia fué tan
nula entre los griegos, como imponente luego «Estrategia es el arte de bosquejar un plan
entre los romanos: estos han sido los primeros de campaña, y de trazar la dirección principal
que constituyeron la guerra en grande sobre un de las operaciones; en oposición á la táctica, que
sistema seguido, sabio y profundo. Ni la guerra dirige los movimientos de ejecución, que deben
de Tebas, ni la de Troya, ni la Médica pueden tener lugar en el mismo dia». (Koch. 1836).
ofrecer modelo alguno á pueblos un poco ade
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«La estrategia tiene por objeto la investiga León.» hace algunas observaciones sobre la «ins
ción y ocupación del pun to ó del nudo estraté titución primera». Después de alabar al empe
gico de que habla el Archiduque 'Cárlos». (Pb- rador León por la diferencia que establece entre
lkt. 1830). la táctica y las funciones de un general , entra
en algunos detalles con el mismo motivo y dice
«Asignar depósitos, combinar movimientos así: «La estratégica por consecuencia es propia
adecuados al terreno, prevenir acontecimientos, mente el arte de mandar, de emplear con tino
decidir los sitios que han de ponerse; todo esto y habilidad los medios todos de que dispone un
no es otra cosa que el plan de campaña puesto general, de dirigir cuanto se halla á sus órde
en acción». (Okouueff). nes, y prepararlo al tiempo Todos los auto
res griegas han hecho siempre una diferencia,
aCiencia de las disposiciones en grande; mien marcadísima entre la estratégica, ciencia del
tras que la táctica sólo es la de la ejecución en general, y las partes de que so compone, como
detalle. Las operaciones de la estrategia se re son la táctica, la estratopedia, etc.»
ducen á cuatro: campamentos, batallas, mar «Guibert pone por título á la tercera parte de
chas y sitios». (V>ddoncoübt). su defensa del sistema de guerra moderno: Exá-
men del sistema de M. de Ménil-Durand, en lo
aEstrategia, ciencia de las operaciones: tácti que hace referencia á la estratégica, ó táctica
ca, pura ciencia de las posiciones, de las ma de los ejércitos».
niobras y del empleo de las diferentes armas». «El principe Cárlos, en la obra que compuso
fHELLEl). titulada Principios de estrategia, se acerca á la
etimología de la palabra estrategia, diciendo
«Me expreso siempre que puedo en el len cuando la define que es la ciencia de la guerra;
guaje vulgar, con objeto de hacerme más inte pero se aparta al definir la táctica, diciendo que
ligible, es decir, no uso de las palabras técnicas es el arte de la guerra. He aquí lo que Joly de
sino cuando me veo absolutamente precisado. Maizeroi dice sobre lo mismo en el párrafo suyo
Asi no he tenido necesidad de emplear una sola que arriba se citó: «La diferencia que el em
vez la palabra estrategia de que tanto se han va perador León establece en este capitulo (la ins
lido, sin estar de acuerdo sobre su significación, titución primera) entre la táctica y las funcio
la mayor parte de los autores que han escrito nes del general es muy digna de llamar la aten
recientemente sobre el arte militar.—La palabra ción así como su exactísima definición. La pala
griega estrategia, significa literalmente, la ac bra táctica viene de taxis, que quiere decir
ción p" el hecho de conducir ó guiar las tropas: órden, colocación, arreglo. La táctica no es otra
en griego, la palabra general se traduce estraté cosa que el arte de formar las tropas y do colo
gico ú estratego. La ciencia que enseña la ma car acertadamente las diferentes partes que han
nera de mandar los ejércitos y dirigirlos, se lla de obrar de concierto. Al mismo tiempo es tam
ma estratégica, sobreentendiéndose unida á es bién el arte de adiestrarlas en los ejercicios y
te adjetivo la palabra ciencia. La estratégica es maniobras preparándolas de este modo á toda
de consiguiente el arte de dirigir los ejércitos, clase de operaciones; pero la ciencia del general
y generalizando, puede darse este nombre á la es mucho más extensa: abraza, además de la
ciencia de la guerra». táctica, otras muchas partes, etc.»
«Bulow, Jomini y otros muchos se han va «En mi concepto puede definirse la pala
lido de la palabra estrategia dándola una signi bra estrategia de este modo: Parle de la cien
ficación que no le conviene: quebrantando asi cia de la guerra que trata de las grandes ope
el uso admitido por todos los literatos de con raciones militares y de cuanto se refiere di
servar la significación de-las voces tomadas de rectamente á las mismas. Se divide en dos
los idiomas antiguos, sino del todo, cuando me partes: la una trata de los movimientos de
nos en gran parte, y obligando con esto á los los ejércitos fuera de los campos de batalla, y
autores que en adelante tuviesen que usar de la otra se ocupa de las maniobras que. puede
la palabra estrategia, á tener que definirla con un ejército ejecutar en el campo de batatín: es
antelación». ta segunda parte la han llamado algunos auto
«Además esta palabra se habia ya usado en res táctica sublime».
su acepción verdadera. Joly de Maizeroi, en la «Es completamente indiferente que la estra
obra del emperador León, que tradujo con el tí tegia comprenda ó no en si á la táctica sublime,
tulo de «Instituciones militares del emperador pues lo ncesario es poder entenderse; sin embar
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go se conformaría más con la etimología, el que los mismos problemas que la estrategia en otros
estuviera la táctica sublime comprendida en la más dilatados».
estrategia». (Marqués de Chambray). «La estrategia, que forma los planes de cam
paña y da métodos para las grandes operaciones
«La estrategia es el arte de bosquejar un de la guerra; la táctica que decide las batallas
plan de campaña, de fijar los puntos de parti planteadas por los preceptos estratégicos; y el
da y de trazar la dirección principal de las ope ataque y defensa de plazas, que tiene por obje
raciones, creándose las posibles garantías de to el defender el propio suelo, y establecerse
éxito.—Se entiende por estrategia la ciencia de sólidamente sobre el de los enemigos, constitu
las combinaciones y de las direcciones, y es por yen la parte elevada de la ciencia militar».
tanto, la del Generalísimo Proyectar y ejecu «La estrategia no es más que las leyes de la
tar: tales son los actos que, sucediéndose alterna guerra: apliquemos ahora la definición de Mon-
tivamente y sin cesar, dividen naturalmente en tesquieu, que considera las leyes como la rela
dos partes distintas las funciones del mando: ción entre las cosas, esto es. naturales y eternas
trabajo de gabinete y órdenes sobre el terreno. como no creadas por el hombre; pero con auxi
La primera parte es toda entera del dominio de lio de la ciencia pueden llegar á penetrarse ó
la estrategia: la segunda del de la táctica». (Roc- cuando menos á tener el instinto ó presentimien
qüabcodrt). to de ellas».
«Aunque parece lo más natural y razonable
«Ciencia de la guerra. Consiste en trazar los que la táctica, menos sublime en sus métodos
planes, combinar las operaciones militares de que ¡a estrategia, debiese progresar primero, se
una campaña, determinar las bases de opera prueba todo lo contrario en la historia militar.
ción y los puntos de precisa ocupación, y diri Profunda y acertada nos parece la observación
gir los movimientos de un ejército en tiempo de un oficial entendido, (hablamos del general
de guerra fuera del circulo visual del enemigo>
y muchas veces solamente fuera del alcance de Pelet) cuando dice que hoy dia no está la tácti
su artillería; siendo una desús partes principa ca á la altura de la estrategia, y que debe aun
les el arte de disponer y verificar las marchas hacer muchos adelantos para nivelarse con esta.
de las tropas, artillería y bagaje en cualquier Aunque con desconfianza, vamos á dar una ex
sentido. No debe confundirse la estrategia con plicación de este fenómeno; y diremos que ln
estrategia, lo mismo que todo lo que es genera!
la táctica: la primera es la ciencia del gene
ral en jefe, y la segunda el arle que deben po en las ciencias, se revela más fácilmente al in
seer los demás generales y jefes de los cuerpos genio, sea cualquiera el estado de la sociedad:
de todas las armas». (Moretti. 1827). en tanto que la táctica, más metódica y artísti
ca, necesita de más condiciones tomadas del es
«La estrategia es la parte directiva de la guer tado general de la sociedad para fijarse. Nos
atrevemos á enunciar también que en una épo
ra». Cotejando después este autor la táctica con
la estrategia, explana la definición añadiendo: ca poco avezada á la civilización, se hallan hom
«La táctica empeña las masas de un ejército, en bres superiores, que, con la fuerza de su inge
la ejecución de cuanto proyecta y dispone la es nio, descubren las grandes leyes de la naturale
trategia. Esta trázalas operaciones, y á la tácti za, pero que no consiguen reducirlasá métodos.
ca pertenece la práctica de todas ellas. La es Los filósofos son mas antiguos que la filosofía:
trategia, por ejemplo, elige los puntos impor los grandes poetas, más que la poesía; los legis
tantes, y la táctica. los ocupa: aquella determina ladores, más que los jurisconsultos, y los capi
establecer ó atacar una linea defensiva, y esta tanes, másque los inspectores». (Luis Blanc.)
lo lleva á efecto, con sus maniobras; la estrate
gia delibera el paso ó la defensa de un rio. y la «La estrategia es el arte de dirigir las masas
táctica emprende una ú otra acción, de esta ó sobre los puntos decisivos; y la táctica el de em
de la otra manera: la estrategia fija la oportuni peñarlas. La primera puede aprenderse en los
dad de las batallas, y la táctica dispone las ac libros; pero no asi la segunda.—La táctica eje
ciones, como medios de su ejecución, y de ob cuta lo que decide la estrategia: y es menester
tener el objeto que se propone la estrategia, etc.» guardarse bien de confundir sus respectivos
(Macimha.) principios». (Aide-Méhoire duGénie.)

«La táctica resuelve en espacios reducidos «Los movimientos generales que se ejecutan
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fuera de la vista del enemigo, y antes de la ba «Tantas definiciones diversas se han dado
talla, se llaman estrategia». de esta ciencia, que nos creemos en el deber de
«Napoleón poseía el genio particular de la reproducir la que nos parece más exacta y pre
estrategia; ningún general le ha superado, nin cisa. Según nuestra opinión , la estrategia pre
guno ba sabido reconocer mejor con anticipa para de antemano el conjunto y el objeto de las
ción el punto en que debía dar el golpe de operaciones; así, comprende la elección del tea
cisivo». tro de estas, de los puntos, cuya ocupación pa
«Un gran ejercito se compone de muchas co rece necesaria para lograr el objeto de la guer
lumnas, que necesariamente marchan separa ra, y de las líneas que los unen , la elección
das, para poder vivir y moverse con facilidad. también de las posiciones que se hayan de ocu
Es indispensable que lus partes más lejanas par; la composición, número y dirección de los
puedan llegar á tiempo para la batalla; bien sea diferentes cuerpos que deban entrar en opera
que deban tomar parte en ella ó servir sola ciones; la designación de los puntos decisivos y
mente de reserva. El objeto principal de la es la de las plazas que se deban sitiar. Las opera
trategia es combinar la marcha, para la más ciones se preparan desde luego con arreglo á
pronta reunión sobre un mismo punto, ya sea los principios de la estrategia y se ejecutan se
sobre el centro ya en una de las alas». gún las reglas de la táctica. En una palabra: la
• En resumen la estrategia tiene por objeto: estrategia se distingue de la táctica, en que por
t.* Reunir todas las tropas, ó el mayor número la primera, la combinación de las operaciones
posible, en el lugar del combate, cuando el ene militares puede abrazar todo el teatro de la
migo no tiene más que una parte de las suyas: guerra; mientras que por la táctica sola, esta
ó en otros términos, proporcionarse una supe combinación no puede rebasar los limites de un
rioridad numérica para el dia de la batalla. 2." campo de batalla». (Chatelain).
Cubrir y asegurar sus propias comunicaciones,
amenazando al mismo tiempo las del enemigo». «El arte militar propiamente dicho puede di
(Kauobt.J vidirse en táctica y estrategia. La táctica com"
prende particularmente la forma del combate.
«Estrategia es el arte que enseña á determi Al contrario la estrategia abraza el uso do los
nar los puntos del terreno, donde el encuentro combates y sus relaciones con el objeto de la
con el enemigo deba ser más favorable al éxito guerra. Las marchas, los campos, los acantona
de la campaña». (Durando.) mientos son situaciones del ejército más ó me
nos idénticas al combate, que siempre se han de
«Táctica, del verbo tangere, tango, taetus, calcular considerándolo probable, y que por lo
tocar. Estrategia de las dos palabras griegas tanto entran como objetos de la teoría de la
slratos, ejércitos, y agieou conducir; por esto guerra dependiendo á la vez de la táctica y de
los generales griegos se llamaban slrategos, así la estrategia.—Una teoría positiva es posible
como los generales latinos se llamaban duces, más bien para la táctica que para la estrategia».
conductores, del verbo ducere, conducir, de don (Exactamente al revés de lo que afirma Jomini).
de viene la palabra francesa duc. En la edad «La teoría de la guerra se ocupa de la natu
medía, los generales italianos se llamaban con- raleza, de los medios y del fin que se pretende
dottieri, que tiene igual significación. La voz conseguir. En táctica el objeto es la victoria, es
alemana herzog, duque, tiene también el mismo to es, arrojar al enemigo del campo de batalla:
significado; y se deriva del verbo herziehen, los medios son las tropas. En estrategia el obje
guiar, conducir un ejército». to es la paz, ó las circunstancias que más pron
to la puedan producir: la victoria, es decir, el
«Hoy la palabra estrategia significa la ciencia
de los movimientos militares, que se ejecutan éxito no es aquí más que el medio. En estrate
para conducir un ejército á un campo de bata- gia como en táctica entran igualmente por fac
II* determinado. La palabra táctica, derivada del tores el lugar, el tiempo, la ocasión». (Clau-
verbo tangere, tocar, significa los movimientos SEWIIZ).
militares, que tienen lugar sobre un campo de
batalla, á la vista y en presencia del enemigo: «Instrucción de las comunicaciones. Estra
mientras que los movimientos estratégicos siem tegia. Llamamos á esta gran parte de la instruc
pre tienen lugar léjos del enemigo y fuera de su ción á causa de la propiedad, de la cual las con
vista». (Aun.) sideraciones más inmediatas la desarrollan, ins-
trttecion de las necesidades; considerando los
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medios y caminos con tos cuates y por los que gido nosotros para expresar por su medio las
se satisface, instrucción de las comunicaciones; deas que hemos manifestado, ha sido, porque
y por último, para poder indicar de un modo analizada en su origen griego siempre se refie
conveniente y con una sola palabra todas las re á las comunicaciones ó á la dirección de las
ideas, le damos el nombre de estrategia.—Tan masas fuera del combate. Pero como todo lo que
difícil como es el separar y dividir lo que al fin hayNjue decir sobre la dirección es precisamen
es un todo indivisible, tan necesario es para te lo que puede decirse sobre las comunicacio
conseguir su desarrollo, que únicamente puede , nes, por tanto, cuando decimos la estrategia es
verificarse por partes separadas.—Aquí debié la instrucción de las comunicaciones, se abra
ramos justificar el haber empleado el conocido zan en esta expresión terminantemente todas
nombre de estrategia, para denotar la reunión las ideas. Por ultimo, aún cuando esto no fuera
del todo. No hay, en verdad, palabra alguna en así, todos deben tener facultad de expresar por
la tecnología militar que haya sido tan explicada una sola palabra las ideas que quieran; pudíen-
é interpretada como esta, desde que Bülow la do tan sólo exigirse, que esta sea clara, deter
introdujo é hizo de ella un uso general, dán minada y se halle al alcance de todos, lo cual
dole una acepción que hasta entonces no habia parece reunirlo la que hemos indicado: hubié-
tenido. Algunos han extendido tanto la idea in ramossin embargo escogido otra-definicion me
dicada por su medio, que al fin no habría nada jor si la hubiésemos encontrado, pero no nos ha
entre cielo y tierra que no pudiera compren sido posible hallarla». (Willisen).
derse en esta ciencia inmensa. Indicaba para
ellos toda la teoría de la guerra, que queria de «La ciencia del general, ó la estrategia, es
cir la continuación por otros medios de la polí un vasto campo que no cabe en un escrito. En
tica de los estados, por lo tanto los estados en tran en ella ta táctica propiamente dicha , la
guerra; y como estos deben prepararse en la paz historia, la geografía, la política, el tacto de to
para aquella, hacían entrar también en el domi da clase de negocios administrativos, un pro
nio de la estrategia á los estados en paz. ¿.Qué fundo conocimiento de las cosas y de los hom
habría de este modo, que no fuera estrategia? bres». (San Miguel.)
Otros, por el contrario, afectaban no compren
der absolutamente lo que por su medio se que La misma de San Miguel, y añade: «El úni
ría ó se podia indicar de alguna importancia, di co mérito de la estrategia pura se encontrará,
ciendo que ó bien toda la ciencia de la guerra no pues, en una nomenclatura fija para varios ob
permite dividirse en laDtas partes distintas co jetos, que ántes habia que expresar por medio
mo aqui se pretende, ó que esta división es pu de circunlocuciones; pero teniendo entendido
ramente arbtraria, pues ninguna de aquellas que al servirse de ella no se le dé más valor del
puede marcarse con claridad, en cuyo caso, es que tiene, y no se vaya á ocurrir el trasformar
por lo ménos inútil: añadiendo por último, que puras abstracciones en reglas prácticas» . (Fallot) .
el arte de la guerra no es más que un atributo
de la inteligencia, que en él no existen teoría «Estrategia significaba en la antigüedad ejer
ni ciencia, y por tanto tampoco divisiones. —Con cito, arte del estratego, ciencia del falangarca,
frecuencia se nos presentarán ocasiones para profesión del polemarca, del dictador, capitanía,
volver á dar á conocer los diferentes modos co mando, generalato, gobierno, falange. El coro
mo se ha hecho uso, tanto de la palabra estra nel Carrion da esta última acepción á la estra
tegia, como de las ideas que indica. Nosotros la tegia. Concibiéndola como ciencia, y no como
hemos escogido por hallarse adoptada por nues instrumento, combinaba los grandes movimien
tro idioma (el alemán) del que no es posible des tos de tropas; decidía las fortificaciones que ha
terrarla, aunque en contra de ella fuera dado bían de construirse; preparaba el juego de las
exponer algunas razones fundadas. La victoria acciones de guerra. Era, no solamente la parte
sobre todos los obstáculos que se oponían á su que pudiera llamarse militante, sino también
adopción, equivale á la aprobación de la opi el conjunto de las concepciones preparatorias y
nión general, y las protestas de algunos en par de todas las operaciones intelectuales, que le
ticular aparecen tanto más insensatas, cuanto vantan, guian, y entretienen los ejércitos. Era
que aun en caso de obtener estos un resultado la fusión de funciones del ministro, del gran
ventajoso, se hubiera reemplazado esta palabra juez, del general. En Grecia se enseñaba con
al momento por otra, miéntras fuera verdade aparato la estrategia, según se ve en las Cosas
ra la idea que bien ó mal indica. El haberla ele memorables de Sócrates, donde habla de Diony
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sidoro, que en su tiempo vino á Atenas á ense todavía sobre el verdadero sentido de la palabra
ñar, como estralegisla, la ciencia de mandar estrategia: en vano pregunta uno cual seria su
ejércitos. También los latinos, á ejemplo de los acepción legal ó demostrada en los textos de las
griegos, habían compuesto la palabra estrategia. ordenanzas francesas. Queda uno reducido á re
En tiempos posteriores se confundió, bajo el currir á los reglamentos publicados en el ex
nombre de táctica, no sólo la estrategia y la tranjero, y, por ejemplo, á los de la escuela de
poliorcética, sino basta la guerra marítima. Al Estado Mayor inglesa ó á los estatutos de la aca
gunos sabios lian intentado restituir su verda demia militar de la milicia holandesa publica
dero sentido á estos diferentes ramos, distin dos en I8¿8.
guiéndolos de la táctica, y empleando las expre En ellos se considera la estrategia como la
siones Archistrategia, Aerotectónica, (jran Tác lógica del alto mando (superior, supremo); y lo
tica, Logística, Arte de la guerra». que esta institución enseña abraza la constitu
«La diferencia entre el arte militar y la es ción militar de los estados de Europa; la cas
trategia consiste en que el arte de la guerra, ó trametación; las combinaciones del empleo del
la estrategia antigua, abrazaba la dirección de material y de las funciones del personal; el arle
todos los géneros de guerra, asi como los meno de hacer subsistir los ejércitos. Mirada así la es
res detalles del tiempo de paz. Este arte ínmen-, trategia, en nada se diferencia del arte de la
so comprendía la ciencia naval; la constitución guerra; pero es mirarla muy en grande, pues ú
y composición de los ejércitos, la dialéctica mi ios ojos de los autores que tienen autoridad en
litar; la fortificación; la estadística; la poliorcé Francia, esta definición inglesa ú holandesa se
tica; el arte del maquinista, llamado más tarde ria aplicable á la estrategia histórica, pero no u
ingeniería y artillería; la economía internacio la estrategia clásica. Dice el Spectateur militai-
nal y alimenticia; la ciencia de los tratados po re (T. XII. pág. ¿31): «Se ha probado á precisar
líticos y de la cifra diplomática: partes todas que la distinción entre la estrategia y la táctica, pe
lian venido á hacerse independientes de la es ro nada exacto se ha pioducido todavía». Efec
trategia actual; partes todas, que requieren ca tivamente, en muchos casos hay estrategia eu
bezas letradas, estudios abstractos, cerebros la láctica y á la inversa; pero contentarse con
geómetras, manos que manejen el compás». oponer lógicamente táctica á estrategia seria no
(<A1 contrario, la estrategia moderna, cuyo ver más que una de las mil fases del asunto».
agente principal es la infantería, como en los ¡■Nuestros contemporáneos, siguiendo las
tiempos antiguos de la milicia griega, se limita huellas de teóricos superficiales, han tomado en
á los cálculos de la guerra en campo raso, y de general estrategia por oposición á táctica; y
la guerra de sitio, al estudio de los campamen realmente la táctica es cosa de paz y de guerra:
tos, de las marchas; al itinerario de las armas la estrategia nada tiene de común con la paz.—
diversas; á la dirección y juego de las batallas, La estrategia es la gran concepción de las ma
á la investigación, á la apreciación de las co niobras hostiles: la láctica es el empleo momen
municaciones importantes y de los pasos prac táneo de las evoluciones. La táctica da aptitud
ticables». para combatir: la estrategia combate; porque
«La estrategia se dirige á su fin con auxilio combatir es moverse hostilmente, aunque sea
de la administración, del servicio de sanidad, léjos del enemigo; combatir es vencer, ó preser
de la geología, de la topografía. Procede según varse de ser vencido, sin haberse acercado si
las leyes del servicio de campaña; arregla sus quiera á las bayonetas enemigas».
marchas de viaje, sobre las exploraciones ó re «El estudio puede hacer un táctico, siempre
conocimientos del terreno; se ayuda con el ar que sepa mantenerse con sangre fria bajo el
tificio de los apoyos y de los métodos consagra fuego de cañón; pero el estudio, la experiencia,
dos por la táctica». el génio, el temple de alma, la ojeada militar
«Por respeto á la cosa juzgada, por deferen son los que forman el estratego, estratégico ó es-
cia á eminentes profesores, no omitiremos de trategista, que de muchos modos se dice».
finir, aunque lo hayamos tratado al hablar del «Toda circunstancia inesperada, todo súbito
arte de la guerra, un término del cual se habla cambio de relación entre los beligerantes pres
sin comprenderlo; que suena en todos los li criben una modificación del plan primitivo. El
bros, y que siguiendo las huellas de Laveaux, estrategista no puede sujetarse á reglas fijas, co
la Academia francesa se ha visto forzada á re mo el táctico; pero debe poseer el conocimiento
gistrar en su diccionario de 1835». de la táctica, y, si es hombre de genio, puede
«Desgraciadamente nadie está de acuerdo triunfar, sea el que fuere el género de táctica
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que su ejército practique. La antigüedad nos El autor copia textualmente la definición de
proporciona mil ejemplos». Moretti que más arriba queda trascrita y aña
«Un táctico lo será imperfectamente, sino de: «Estrategia del campo de batalla ("sic). Es el
puede probar que lo es en toda clase de terre arle de operar en este, á la vista del adversario
no, bajo el fuego enemigo, en un'momento im y muchas veces en la periferia de sus fuegos y
previsto: pero un estrategista puede serlo en el movimientos, teniendo por objeto inmediato
fondo de su gabinete. El bábil empleo de la es aventajarle en maniobras y atacarlo y batirlo,
trategia, la sabia elección del teatro de la acción concentrando instantáneamente al efecto mayo
podrían hacer menos frecuentes y azarosas las res fuerzas en la llave de una posición ó en el
batallas; podrían llevar hasta el extremo de ven punto más importante y decisivo de la que ocu
cer sin recurrir á ellas. Por eso las combinacio pa el enemigo». (Hevia 1858).
nes de la estrategia son mucho más levantadas;
las de la táctica más mecánicas. Se quiere pin «La estrategia es el arte del general en jefe,
tar algunos rasgos tocantes á la estrategia, con y nace en cierto modo con él. La táctica, es un
siderada como arte de las batallas francesas mo conocimiento de los detalles, y exige un estudio
dernas, helos aquí». minucioso y continuado. La estrategia creemos
«Al estallar el trastorno de 1792, el ejército que debe definirse asi: el arte de los movimien
francés no tenia tiempo de aprender la táctica tos de un ejército en el teatro de operaciones,
y se pasó sin ella: hombres de corazón y de ca pero fuera del alcance del enemigo. La táctica
beza le sustituyeron la estrategia. Cortinas de es el arte de las maniobras regulares y de las
tiradores tapaban las piezas, sostenidas por la formaciones, en toda clase de terreno, ejecuta
caballería. Fuertes reservas esperaban que fue das en presencia del enemigo, y puede dividir
se reconocido el punto flaco del enemigo, para se en dos, á saber: táctica elemental, que no
precipitarse con la cabeza baja, ó maniobrar avanza más que hasta las maniobras de división,
como si se estuviese de viaje, partiendo de un y táclica sublime, que comprende los movi
punto lejano. Gruesos cuerpos de caballería ter mientos del ejército entero. Esta constituye el
minaban la acción. Rígidos observadores de la arte de las batallas y toca muy de cerca á la es
táctica quedaron batidos por la estrategia, como trategia. Reunidas estas dos ramas del arte mi
se deja tocar el tirador de armas desprovisto de litar, la estrategia y la táctica, aseguran y cen
respuestas. La falta no era de la táctica: sino tuplican los frutos de la victoria». (Enticlopedu
que el genio, el ímpetu, el entusiasmo estaban de Mellado).
de parte de los innovadores; los cuales se cura
ban tan poco de economizar su material como «La guerra está sometida á una ciencia y á
su sangre». un arte: la primera, que es la estrategia, sienta
«Se calmóla efervescencia; se enfrió el en principios, de donde sus máximas y consecuen
tusiasmo; y los hombres superiores, que la re cias se derivan; y, como toda ciencia, es fija ó
volución había puesto en juego, empezaron á poco variable, en los diversos países sus verda
comprender que ya no se trataba solamente de des son las mismas. No sucede lo propio con las
matarse entre sí á golpes de hombres; se aper artes, que ligadas á bases deducidas, tienen que
cibieron de que ya era menester que el furor atemperarse al modo especial de ser, del gusto,
hiciese lugar al arte, y que se retrocediese á los de las costumbres, del carácter, del clima y de
estudios de que Federico II había sido el profe otras muchas circunstancias, que modifican
sor. El campo de Boulogne fué el más notable aquellas en cada pueblo; y así es que se obtie
Campo de Marte del mundo conocido, etc.» nen formas muy distintas en un objeto mismo
«Desde que la estrategia ha perdido su anti usado en diferentes países. Pues bien; las tác
gua significación; desde que la palabra, ya des ticas, que son los métodos de aplicación del ar
naturalizada, no expresa el arte militar en su te de la guerra, tienen precisamente que variar
totalidad, sinó la sola parte militante de este ar en cada Estado, y con ellas la organización de
te á la lengua le falta una expresión que lo ca las fuerzas, aunque no sea en su esencia; por
racterice, y de lo cual pueda derivarse un epí que, repetimos, la estrategia, como ciencia, es
teto. Esta palabra, que era preciso restaurar, es de todas las naciones; y la táctica, como arte,
la Polemonomia; tiene el mismo sentido que la puede ser peculiar de cada una, dependiendo de
estrategia de los antiguos. La estrategia de los la topografía, clima y costumbres del país, y
modernos no es, pues, más que una parte de la carácter é índole del habitante »
polemonomia». ¡Baudis.) «No hay facilidad en presentar una definí
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i-ion de la estrategia, tan explícita y clara, que y confundiéndose con aquella. Federico II pue
se conformen la totalidad de los militares a ella, de suponerse fué quien fundó el arte de guer
y no dé lugar á reflexiones criticas. Cada escri rear moderno, que después Napoleón le mejoró;
tor la fija de diverso modo y con desigual sen datando de sus primeras victorias el renacimien
tido, confundiéndola muchos con la táctica, y to de la estrategia; pero llamándola gran tácti
llamándola otros gran táctica; cual supone ser ca y definiéndola por el arte de conducir la
arte, y quien la denomina ciencia. También se guerra. Parecióle á este gran capitán en el albor
na trabajo Arduo dar á conocer las significacio de su carrera ser muy sencillo su aprendizaje;
nes que siquiera los autores de mayor reputa más cuando hubo recorrido la escala de sus
ción le atribuyen, pues llenaríamos muchas pá glorias, y apurado la copa de sus infortunios
ginas sin conseguir determinar una misma idea militares, varió completamente de opinión, y en
en los lectores». Santa Elena eran frecuentes sus reflexiones pon
«Igual sucede con otras voces que tratamos derando la sublimidad del arte y la dificultad
de definir; porque no sólo se constituyen mu de aprenderle».
tuamente las dos anteriores, sino que se forma «Al aparecer de nuevo la estrategia, no tu
un circulo vicioso en la descripción de movi vo ya la generalidad que gozó entre los griegos,
miento, evolución y maniobra; lomando la una y sólo se aplicó á las concepciones de ideas y
por las demás, e involucrando el concepto de planes, y á la parto material ejecutiva. De aquí
todas. Por tanto, las acepciones que vamos á proviene la involucracion, que no haya confor
dar, seguramente dejarán de satisfacer por com midad con la acepción primitiva, y que cada
pleto á varios; pero hemos procurado estudiar uno la trace los limites que mejor crea».
los diversos sentidos que pueden tener dichas «También hay diversidad en el modo de
palabras y sus orígenes, para intentar aplicarles considerar á la estrategia, si como ciencia ó cual
las que nos parecen más adecuadas en los ac arte. Si por ciencia se comprende la que parte
tuales tiempos; porque son de tanta importan de axiomas que le sirven de base para sus de
cia, que preciso es tengamos apreciaciones fijas ducciones, indudablemente no lo es aquella,
que no den lugar á que se divague». pues que no se funda en principios incontrover.
«La república de Atenas estaba dividida en tibies de innecesaria demostración: así sucede
diez tribus, y cada una de estas daba un ge que no puede aprenderse como las matemáti
neral para su ejército, que se llamaba Estra- cas, ni el profesor trasmitir su saber al dis
tegio, de donde se derivó la palabra estrategia, cípulo».
que tiene la misma raíz que estratagema. Ya «La estrategia es una de las ciencias cimen
entónces, el caudillo de las fuerzas armadas ha tadas en fundamentos que, si bien ciertos, pue
bía de tener mucho saber; y la estrategia, que den tener alguna variación, ó por los grandes
se denominaba la ciencia de conducir los ejérci descubrimientos mecánicos, ó en las aplicacio
tos en la guerra, comprendía no sólo las partes nes; y son de tan difícil concepción estas, que
militares de tierras y mares, sino también todas sólo á los genios, que apenas produce uno cada
las concepciones preparatorias y operaciones in época secular, les es dado comprenderlas bien
telectuales, que servían para formar, guiar, en y ajustarías á las infinitas circunstancias».
tretener y manejar á los ejércitos y buques; asi «Jomini, muy acertadamente, ha dicho que
era que contenia cuantas ciencias, artes y oficios la guerra, lejos de ser una ciencia exacta, es un
tenían relación inmediata ó indirectamente con drama terrible, apasionado, sometido, es ver
los objetos espuestos: puede muy bien decirse, dad, á tres ó cuatro principios generales, pero
no habia conocimiento humano que no lo abar cuyo resultado está subordinado á una porción
case la estrategia». de complicaciones morales y físicas».
«Con la extinción de las repúblicas griegas, «El mariscal Marmont sienta, que, la parte
fué concretándose más el significado de dicha material de la ciencia de la guerra, no es más
palabra; y con la irrupción de los bárbaros y la que un conjunto de problemas sometidos á cál
destrucción del imperio romano, cayó en com culos de tiempo y de distancias, pero que la
pleto abandono la ciencia militar, quedando por parte más sublime, que es la moral, .y la que
muchos siglos olvidados sus principios; hasta poseen los buenos generales, es una cosa ines-
que, recuperando la infantería su primer pues plicable, es una inspiración, un don infundido
to por los hechos de las tropas libertadoras de por la naturalaza en muy raros hombres por ella
Suiza, fué apareciendo de nuevo, pero como ar predilectos y que nadie sabe enseñar».
le; dándose importancia superior á la táctica, «Puede compararse el estudio de dicha cien
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cía al de la poesía, en el que se aprenderán muy como elementos que producen variacionescons-
fácilmente sus reglas; pero si no hay numen no tantes provenidas de diversidad de circunstan
se hará un buen poema, y sí sólo medianos cias. Puede sin error alguno, suponerse com
versos. No es decir que sea excusado el estudio prendida esta en aquella, más no la inversa».
de la mencionada materia; dedúcese opuesta «Nosotros la definimos diciendo, que Táctica
consecuencia; pues que rnás ha de dejar de ser es el arte de mover las tropas para lograrlospla-
un buen general, quien menos cultive los ra nes estratégicos. Es, pues, la parte ejecutiva de
mos militares y tenga más desden en profun hacer marchar las fuerzas, ordenarlas y que
dizarla ciencia de la guerra. Ciméntese la ins combatan en toda clase de terrenos, según la
trucción, y después, en el gabinete leáse con índole de cada arma y el objeto que se desea lo
crítico análisis la historia militar de los grandes grar. Muchos dicen, que es el arte de disponer,
capitanes, y se adquirirá buen criterio al me emplear y mover bien las tropas del modo más
nos, y desarrollará el genio de inspiración, ventajoso á la naturaleza de las armas. No es
que, en mayor ó menor grado, algo poseen tamos conformes en tal acepción, que sólo per
todos». tenece á la perfectibilidad; pues no comprende
(Hecha esta breve digresión, ciñéndonos á lo más que aquellos movimientos ventajosos, es-
que actualmente ha de concretarse y al sentido ceptuando los que no lo son; como s¡ afirmáse
más genuino y admitido, diromos: que la Estra mos que una muy buena pintura, pero que no
tegia es la ciencia de dirigir los ejércitos con los fuese propia para el objeto á que se le destína
menores sacrificios de sangre y de dinero, al se, no era del arte de pintar. ¿Cómo ha de su
más pronto, más feliz y más seguro termino de ponerse que un despliegue de una columna en
una campaña. Abraza por lo tanto, los cálculos situación que debe presentarse la fuerza en ma
de la guerra en campo abierto y en las plazas, sa, no corresponde á la láctica?. Será una mala
con los de concentración anterior de fuerzas; forma en aquel caso, pero nunca dejará de per
los estudios de organización, conservación y tenecer al arte. La misma inexactitud se comete
entretenimiento de todas las armas é institutos, cuando se dice: tal tropa ó general hizo un mo
de los campamentos, de las marchas, de las co vimiento táctico, queriendo dar á entender fué
municaciones, de los establecimientos militares, una buena disposición».
de la topografía, de las costumbres de los pue «Acaso se crea nos contradecimos en estas
blos, del carácter del soldado y otros muchos últimas observaciones, con la definición que
ramos que se relacionan con los enunciados; de presentamos de la estrategia, más no es así. Las
biendo además el general precaver las varia teorías de toda ciencia enseñan tan sólo su bue
ciones que se verá obligado á verificar, por los na y útil aplicación, pero en las artes puede ha
cambios que haga el enemigo en sus proyectos». ber equivocadas apreciaciones en el uso de ob
«En el curso de una campaña, la estrategia jetos perfectamente confeccionados».
fija el plan más conveniente; marca los puntos «La táctica comprende dos partes bastante
decisivos del teatro de la guerra, y condúcelas diversas y que deben dar lugar á distinta clasi
tropas á él desde largas distancias: en las bata ficación. Son las que por su medio se combinan
llas, procura dicha ciencia el conocimiento de tropas de todas arma*; y la referente sólo 6 la
los puntos en que deben obrar las fuerzas, y unidad de arma. La primera, tiene reglas dedu
los momentos oportunos para decidirla victoria». cidas de la ciencia, pero que dan lugar á múlti
«Escollo, aunque menor, hay también al ples y diferentes combinaciones, y por tanto no
querer definir lo que por táctica se entiende; puede reglamentarse. Su aplicación depende de
pues hemos dichoque se ha confundido en tiem la pericia y genio del que manda. La segunda,
pos modernos con la estrategia, no conviniendo es reglamentaria y siempre se usa de igual mo
algunos en la diferencia, fundados en que no do cada uno de sus movimientos: esta es ele
tiene la guerra más que un objeto, que es la ba mental; aquella trascendente, superior, ó de las
talla, y que para llegar á ella se conciben los tres armas. Las definiremos del modo siguien
planes estratégicamente y se ejecutan táctica te: Táctica superior, es el arte de mover tropas
mente. Pero haciendo un meditado análisis, po de dos ó de las tres armas combinadas. Se prac
drá prontohaber convicción de que son dos par tica en terrenos de cierta extensión. Táctica ele
tes distintas y tácitamente sancionadas por los mental, es el conjunto de reglas para disponer
que lo contrario sostienen: la última es la cien de la unidad láctica en marcha ó en el comba
cia, es la que proyecta: y la primera es el arte, te. Esta obra ó varía de forma en espacios redu
la que ejecuta; pero sirviéndose de los hombres cidos».
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«Aun existe otra clase de táctica, es la com bre mapas generales, y exige varios dias para su
puesta en un arma, ó la llamada en linea, y que ejecución.—La táctica opera sobre una superfi
corresponde á varias unidades de una misma cie de algunas leguas cuadradas; prepara sus
especie. Participa de las condiciones de la ele movimientos sobre mapas particulares, ó más
mental y de la superior, puesto que se regla bien sobre planos topográficos y los lleva á cabo
mentan sus movimientos y se sientan principios en pocas horas.—Así la estrategia conduce, por
que sirven de base para que conforme á ellos, medio de grandes movimientos, las tropas so
opere un jefe superior con su tropa del modo bre los puntos decisivos del teatro de operacio
más conveniente». nes, en los cuales la táctica los empeña.—La
«Se descubren desde luego tres clases de sa primera es la ciencia de los generales en jefe:
ber para un militar, y son: 1.* La Ciencia Es la segunda es particularmente el arte de los ge
tratégica, que concibe y proyecta; tiene princi nerales que mandan cuerpo de ejército y divi
pios fijos; mas sus aplicaciones son muy varias, sión. Entrambas, estrategia y táctica, tienen por
complicadas y difíciles: necesitase genio, que se objeto disponer las tropas de modo que se sos
suple, parte, con profundo y continuado estudio. tengan mutuamente; que cubran líneas de reti
i." El arte táctico superior, que deduce de la rada y que sean superiores en número á las del
estrategia sus reglas, pero que se aplican con enemigo sobre los puntos decisivos; ya sean es
gran diversidad. No requiere sea muy táctico tos del teatro de operaciones ó del campo de ba
elemental el general que mande las armas reu talla.—Se fundan pues en los mismos principios.
nidas, pero en cambio ha de tener dotes estra La diferencia proviene solamente de la diferente
tégicas. Y 3." El arte táctico elemental, que es la extensión de los teatros en que operan »
parte indispensable, auxiliar de la estrategia; «En resumen la estrategia consiste en saber
obra ó ejecuta; puede variar con la topografía, repartir con tino sus tropas sobre el teatro de
costumbres ó armas, pero sentadas las bases, operaciones, cuando sólo se trata de marchar
son formuladas sus aplicaciones». con holgura, de vivir con facilidad, de ocupar
«Resulta, que se puede ser gran estratégico los punios principales: después consiste-en con
en el gabinete, pero mediano táctico superior en centrar aquellas con rapidez y oportunidad
el campo y muy mal táctico elemental. Inversa cuando se trata de combatir.—Estos son los dos
mente, habrá muchos jefes, perfectos reglamen rasgos característicos del genio militar. Y estos
tarios, mas muy torpes tácticos de las armas son también los que más resaltan en las opera
combinadas, y nulos en la ciencia estratégica. ciones de Napoleón. Ningún capitán de los tiem
Y también existen caudillos que, poce estraté pos modernos le iguala singularmente bajo el
gicos, y nada tácticos de reglamento, son exce aspecto estratégico. ...»
lentes generales de división. Para' lo primero se «La estrategia que preside á los movimientos
necesita saber profundo, meditación constan de las tropas en el teatro de operaciones es la
te y recto entender: para lo segundo, sólo ha parte más importante y difícil del arte de la
de tenerse memoria; y para lo tercero, es pre guerra.—Sus principios han existido en todos
ciso juicio claro, cierta instrucción, ojeada mi tiempos, pero recientemente han sido sentados y
litar, calma, frió valor, y alguna experiencia datan de nuestras últimas campañas».
en el mando». (Sánchez Osorio). «Puede decirse que Alejandro, Aníbal y Cé
sar los habían adivinado; que Gustavo-Adolfo,
«La estrategia es el arte de disponer y ha el principe Eugenio y Federico han hecho feli
cer mover las tropas en el teatro de operaciones. ces aplicaciones; pero sólo en 1796 es cuando
—Estese define asi: vasta superficie geográfica, las operaciones de Bonaparte en Italia y del ar
cuenca de un gran rio ó vertiente marítima li chiduque Cárlosen Alemania revelaron de pron
mitada por grandes obstáculos naturales ó por to las grandes verdades del arte y sirvieron pa
la frontera de un país neutral. —La estrategia ra establecer las reglas». (Vial. 4864).
preside á la distribución del ejército en el teatro
de operaciones; arregla las relaciones que de «Antiguamente (á la estrategia) se llamó gran
ben establecerse entre sus diferentes elementos, táctica,—Es el arte de trazar un plan de cam
y que por eso se llaman relaciones estratégicas; paña y de dirigir un ejército, algunas veces á
indica los principios de las combinaciones y ma grandes distancias, sobre los puntos decisivos del
niobras quehan de ejecutarse en aquel teatro...» teatro de la guerra. —En las batallas es el cono
«La estrategia opera sobre extensas superfi cimiento de los puntos en que deben obrar las
cies geográficas; prepara sus combinaciones so grandes masas de tropas para asegurar el éxito
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del combate. Hay quien confunde la estrategia «No dejaremos de insistir en las definiciones
con la táctica y al pensar asi cometen un error. de estrategia y táctica, por más que sea difícil
La primera es la ciencia del general en jefe y la darlas con exactitud, porque es de absoluto in
segunda el arte que deben poseer indispensa terés, para la inteligencia del arte de la guerra,
blemente los demás generales y jefes de los cuer distinguir la una de la otra, y muchos militares
pos de todas armas: aquel concibe; estos ejecu las confunden y las interpretan. El plan general
tan. El principio de la estrategia y las bases ge de una campaña pertenece ú la estrategia: el de
nerales del arte de la guerra son comunes á to una batalla pertenece á la táctica; la primera es
das las naciones. El sistema de combatir varía; esencialmente especulativa, la segunda práctica:
y tiene que variar, según la topografía, carácter aquella medita y decide, esla obedece y ejecuta:
y costumbres de raza de cada una y no pueden la estrategia traza las lineas que se deben seguir,
formarse buenos planes de campaña sin tener á y designa los puntos que se han de ocupar, la
la vista estos precedentes. El fundamento prin táctica ordena ¡táctica, de taktos, ordenar, po
cipal de la estrategia consiste en ocupar con ner enórden las tropas y los materiales de guer
fuerzas superiores aquellos puntos desde los ra, para marchar por esas lineas o tomar esos
cuales se amenacen las comunicaciones del ene puntos); la una es el alma, la inteligencia; la
migo con su base, sin comprometer las propias otra es el cuerpo, la forma visible y palpable:
etc.» A continuación dice: «Estrategia del cuer en el arle bélico, como en lodos, el artista ha de
po de batalla» (que visiblemente es errata por tener sentimiento y ejecución: y el sentimiento
«campo de batalla») y copia textualmente á He- es aquí la estrategia , la ejecución la tácti
via (Dice. gen. mil.) cuya definición puede ver ca etc »
se más arriba. (J. D' W. M. 1863). «Aquí se comprende la analogía que existe
entre la estrategia y la láctica, entre el plan de
«La aplicación de los diferentes esludios mi campaña y el de batalla: hacer débiles los pun
litares, en que sesubdivide el arte de la guerra, tos estratégicos del teatro de la guerra y presen
es simultánea y combinada en todos los casos y tarse allí con más fuerza que el enemigo, estra
momentos, y para todas las empresas; para com tegia: hacer débiles los puntos tácticos de la li
batir, se marcha y se reconoce; para reconocer, nea de batalla, y lanzarse en seguida sobre ellos,
se combate y se marcha; para marchar, se reco táctica: reuniendo ambas ideasen una sola frase
noce y se pelea; y todo esto depende de la polí diremos: que todo el arte militar consiste en
tica y la organización; y reciprocamente sobre presentarse en los puntos de interés con más
la política y organización influyen las marchas fuerza que el enemigo, obligando á que este dis
y los combates; por lo tanto no se puede esta traiga la suya en puntos secundarios: asi se com
blecer prioridad en ninguno de estos estudios, prende la victoria de pocos contra muchos y asi
ni examinar los efectos de cada uno en sí mis la ciencia equilibra al débil con el fuerte».
mo, sino en su enlace y relaciones». (Villahartin).
«Esta acción simultánea y combinada es diri
gida por la estrategia que plantea los problemas Después de esla larga transcripción de defi
militares, á la vista de todos estos datos, y que niciones, quizá conviniese condensarlas con en
modifica los planes, según los resultados prácti tica en una sola y general; pero este trabajo,
cos en cada momento: por eso ninguna de las que con placer dejamos al lector, nos lo veda 1 <■
reglas de arte militar debe considerarse como índole de esta obra, lo desmesurado de este ar
absoluta; porque podrá ser buena respecto á la ticulo y la llana profesión de fé que lo encabe
táctica, y no satisfacer á la política, ni permitir za, y que desde luego nos desautoriza.
la la organización: la estrategia es la que decide Para nosotros, en efecto, el resumen de las
estas dudas, y la que impulsa los ejércitos por treinta y ocho definiciones definiría. Estrategia
la resultante de todas estas fuerzas, unas opues lo que no es Táctica (V. e. v.;; Táctica, lo que
tas, otras auxiliares á las demás. De modo que la no es Estrategia.
estrategia se reduce á cortar las comunicaciones Sólo por ilustración y complemento añadi
del enemigo conservando las propias....» remos algún dato histórico y biográfico, que no
«La estrategia, que escoge las direcciones será del todo inoportuno.
que se deben seguir, los puntos que se deben Es notable desde luego que fuera del Archi
ocupar, las masas que se deben emplear para ob duque Cárlos, á cuyo talento militar debemos
tener la victoria, auxiliándose con la geografía, justo acatamiento y reverencia, la gran mayoría
la estadística, la política, la organización, etc..» I de los escritores «dogmá lieos» de Estrategia son
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militares teóricos que ni han mandado ejércitos, neuen Kriegs-Sistems, traducida al francés Es-
ni algunos hecho la guerra. prit du systéme de guerre moderne por Trancuant
En competencia con el Archiduque, los dos Laverne, se publicó en Hamburgo en 1799. Otra
escritores indudablemente primitivos de Estra posterior con el titulo «.Lehrsdtze des neuen
tegia son Bulow \j Jomini; y si atendemos á la Krieges, oder reine und angeioandte Strategie»
irritación manifiesta de este ultimo contra aquel, apareció en Berlín en 1805. La aceptación fué
es evidente que en Bulow reside la iniciativa y inmensa: cautivó la atención sobremanera la
precedencia. Nos desentendemos de Maizeroy á aplicación feliz de la geometría á la guerra, la
quien Bardin atribuye la invención de la «pala referencia al triángulo, las ietiradas excéntri
bra» en 1771 ó 1766; y de Berenhorst, Jabro, cas, las grandes lineas, en una palabra, las gran
Silva, Lloyd y otros, que no dijeron stratégie, des ideas. También imprimió en Berlín en 1801
sino stratégir/ue, y que no explanaron «en cuer una «Historia de la campaña de 1800»; escribió
po de doctrina» principios escolásticos. Si en en un periódico militar; pero, al publicar una
esto estribara la precedencia, antes que en Lloyd, «Historia de la guerra de 1805», sus condicio
cuya primera edición inglesa de la «Historia nes de carácter, la irónica aspereza del estilo
de la guerra de Alemania» es de 1766, la vena concitaron contra él odios poderosos por lo en
mos en nuestro celebro Marqués de Santa Cruz, cumbrados. Preso en Colberg en 1806 á instan
de cuya obra inagotable pudiéramos extractar cias de la Rusia por sedicioso, murió en 1807
un curso perfecto de Estrategia. Esto es lo ex desamparado en un triste calabozo de Riga.—Es
traño de esta ciencia peregrina: que se la ere te autor, tan célebre por su talento como por su
cuentro por todas partes desde Herodoto, ó me infortunio, y de quien la Prusia se envanece lla
jor desde la primera guerra entre los hombres; mándole el Eolard prusiano, tiene semejanza y
unas veces á trozos, otras enmascarada bajo aún ventaja en talento sobre el francés; pero ao
diferentes nombres. Al leer, por ejemplo, á Mox- hizo la guerra como este, desaprovechando el
tecuccoli, á Feuquiéres, á Bernardixo de Mendoza tiempo en que tan gigantescas' las hubo.
(que ya en 1595 titula su libro Teórica y Prác El sucesor estratégico de Bulow, por más que
tica de ¡a guerra) parece que se lee Estrategia: él no se avenga con tal dictado, es el famoso
sino que en los dos primeros aquello se llama Barón de Jomini, comandante de batallón suizo
«disposiciones generales»; el punto «decisivo» á principios del siglo, oficial luego al servicio de
es «punto negativo»: y en el clasico español se Francia y después al de Rusia, en donde ha lle
encontrará v. g. la expresiva frase «hacer espal gado á la última gerarquia de Ayudante de cam
das» por lo que ahora llamamos campanuda po del emperador. Es difícil dar idea clara de
mente «reservas estratégicas». las obras de este autor, que si bien concurren
En varios artículos de este libro procuramos ó convergen hácia un mismo fin, en su continua
combatir el prurito de entroncar todo y enca aparición durante medio siglo, se repiten, se
denarlo con lo antiguo, á expensas de la clari copian , se corrigen y refunden de tal modo,
dad y de la fácil exposición. Aquí no vamos dis que es confuso, y para nuestro objeto ocioso
curriendo del arte de la guerra en conjunto, enumerarlas. Desde 1803, en que él mismo
que ha existido—¿.y cómo no'.'—desde que exis confiesa que «arrojó al fuego su primer manus
tió el primer capitán; nos concretamos á la mo crito por haber leido 4 Li.oyd», este inagotable
derna rama desprendida del añejo tronco, con escritor hace sudar las prensas con obras volu
resucitado nombre griego; de la que positiva minosas de historia critica sobre las guerras de
mente, como decíamos, son primeros expositores Federico II, de la República, de Napoleón I: fo
y definidores Bulow, Jomini y el archiduque lletos, artículos de periódico, alternan con
Cárlos: el primero en forma escolástica; el se obras extensas como su Tratado de las gran~
gundo, experimental, y el tercero, geométrica. des operaciones militares (en 3 vol. , luego en 15
Enrique barón de Bulow, oficial prusiano, vol. 1819) su traducción al francés de los Prin
nació en 1760. Sirvió en infantería y luego en cipios de Estrategia dc\ Archiduque Cárlos, su
caballería. «Ideólogo» (como llamaba Napoleón [ Introducción al estudio de las grandes combina
á todo el que pensaba) aventurero, estrafala ciones, etc. Por fin en 1829 escribió un Cua<lro
rio, escritor cáustico y atrevido, principió por analítico para que sirviese de clave y comple
enredarse en la insurrección de los Países Bajos mento á aquella última obra; y en su 2.a edición
en 1789, y recorrió, en larga y mísera peregri (1837) tomó el título de Compendio del arte
nación, los Estados- Unidos, Inglaterra y Fran de la guerra, con el que se tradujo en 1810 al
cia. Su célebre obra titulada en alemán Geist des español por los oficiales del Depósito de la guer
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ra. De este libro, más manual, más moderno y ros principios habia yo indicado en I80S, en un
donde están condensadas alas definiciones y las capitulo «sobre las líneas de operaciones»; y en
ideas» es del que se extractan muchas en los va 1807, en otro capítulo «acerca de los principios
rios artículos de este Diccionario. No es cosa de fundamentales del arte de la guerra» impreso
volver á reunirías en este; pero no podemos re separadamente en Glogau en Silesia».
sistir á la tentación de trascribir algunos pasa «Acontecimientos de esta clase demuestran
jes textuales, que justificarán la poca simpada, mejor que todos los raciocinios del mundo, que
que generalmente escita el autor por su pedan ningún sistema de operaciones es bueno sino en
tesco orgullo, superior todavía á su indisputa cuanto ofrece la aplicación de los principios. No
ble talento. tengo la pretensión de persuadirme que he crea
«El Compendio del arte de la guerra que so do estos principios, pues han existido eterna
meto á la ilustración del público, fué redactado mente, que César, Escipion y el cónsul Nerón
en su origen para la enseñanza de un augusto los aplicaron tan bien como Marlborough y Eu
principe, y gracias á las muchas adiciones que genio, por no decir mejor. Pero creo que he si
acabo de hacer en él, me lisonjea la idea deque do el primero en demostrarlos con las principa
será digno de su objeto » les probabilidades de su aplicación, en una obra
«Según lo expuesto en mi Capítulo de prin en que los preceptos emanan de las mismas
cipios, publicado separadamente en 1807, el Ar pruebas, y en que la aplicación se halla cons
le de la guerra ha existido en todos tiempos y tantemente al alcance de los lectores militares».
la estrategia, particularmente, fué la misma en «El público decidirá sobre estas controver
los de César que en los de Napoleón, pero redu sias: en cuanto á mi tengo el íntimo convenci
cido entonces á la capacidad natural de los gran miento de haber procurado de buena fé los pro
des capitanes, no se hallaba en ningún tratado gresos de la ciencia; y, sin que me acuse de
escrito....» amor propio, creo que puedo lisonjearme de ha
«Deseo que mis lectores, penetrados de estas ber contribuido d ello».
verdades, acojan con aprecio este nuevo resu «Por la exposición que acabamos de hacer de
men, que en la actualidad puede, á mi juicio, todas las combinaciones estratégicas, que cons
ofrecérseles corno la obra más conveniente para tituyen ordinariamente un plan de campaña,
la instrucción de un principe ó de un hombre creemos haber desempeñado medianamente la
de Estado » tarca que nos impusimos».
«Las relaciones de Federico el Grando prin Un libro en que tales párrafos se leen; en
cipiaron á iniciarme en el secreto que le habia que so zahiere y ridiculiza á los oficiales facul
hecho alcanzar la sorprendente victoria de Lcu- tativos por no «poder comprender la estrategia»
then ó Lissa; penetrándome de que este secreto al paso que se cometen errores de nomenclatura
consistía en la sencillísima maniobrado condu puramente geométrica ¡V. Concéntrico), no pue
cir el grueso de las fuerzas sobre una de las de ménos de escitar cierta repulsión y atraerse
alas del enemigo La misma causa hallé en la censura directa del marqués de Chambray,
los primeros triunfos de Napoleón en Italia, lo de Clausewitz, de Okouneff, de Renard, de Xi-
cual me sugirió la idea de que la clave de toda landcr etc. y la indirecta hasta del mismo Wi-
la ciencia de la guerra consiste en aplicar por la llisen que dice, completándola definición de la
Estrategia á todo el teatro de una guerra el mis estrategia, inserta más arriba, lo siguiente: «Las
mo principió que habia guiado á Federico en las necesidades, como primera propiedad grande y
batallas». necesaria que acompaña á un ejército en todos
«En la persuasión de que me habia apode los momentos de su existencia, debe por último
rado del verdadero punto de vista, bajo el cual sujetarlo, en su modo de obrar, á multitud de
convenia considerar la teoría de la guerra para reglas y preceptos, que forman una parte prin
descubrir sus verdaderas reglas y abandonar el cipal de toda la instrucción; si así no sucediera,
campo siempre incierto de los sistemas perso dejaría de ser una propiedad principal. Cuanto
nales, me dedique á trabajar con todo el ardor más eficaz y al mismo tiempo suficiente es una
de un neófito». de estas para la vida de los ejércitos, tanto más
«La importante obra del archiduque Carlos, importantes son las reglas que de ella saca la
que hace tanto honor al ilustre príncipe como ciencia para el ejercicio del arte. Habiendo exis
las batallas que ganó, fue el complemento de tido esta propiedad desde la más remota anti
las bases de la «ciencia estratégica» cuyo primer güedad hasta nuestros dias en lodos los ejérci
velo descorrieron Lloyd y Bulow, y cuyos prime tos, es evidente la eterna validez de esta regla,
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y por tanto la invariabilidad de una multitud de <evidentes como la luz, accesibles como el senti
preceptos importantes y de proposiciones teóri- ■do común, constantes como la verdad»?
cas del arte. En efecto, no habiendo variado en «Los bárbaros, en efecto, añade La Barre
esto la naturaleza de los ejércitos, tampoco lo Ditparcq, tenían la principal cualidad: vigor; y
habrá hecho la instrucción en la división prin «el instinto de la estrategia» les hace seguir sus
cipal de ellas; y siendo esta al mismo tiempo la reglas invariables sin darse cuenta de ello. Esto
parte más interesante, esto es, aquella de que consiste en la nativa simplicidad de la estrate
la gran guerra saca siempre sus decisiones, re- ,gia, en la perpetuidad de sus reglas á través de
sulta que el arte, habrá sido el mismo en todos las edades».
los tiempos, por más que se quiera sostener por Un estudio militar atento (que quizá algún
orgullo, no ha llegado jamás á la altura que en dia publiquemos) de la Reconquista de España
nuestros dios. De esta jactancia se resienten sobre los Arabes nos hace descubrir todo lo que
principalmente el último siglo; la época de Fe tuvieron de «estratégico», de sistemático, de
derico, la de la revolución y la actual cuyas acompasado y oportuno aquellas largas y dra
ideas se componen de la reunión de las de aque máticas guerras, con sus teatros sucesivos en
llas». (Traduce, de Garcés). las cuencas trasversales; con pus pasos de cor
Y en efecto, si de pueblo á pueblo, de época dilleras, como las Navas de Tolosa; con sus con -
á época la estrategia puede diferir, la diferencia quistas de objetivos, como Toledo y Sevilla, sá-
no está ni puede estar en las reglas mismas, si bia y lentamente preparadas, con intérvalos de
no en la diferente índole, constitución y objeto siglos, con astutas y perseverantes combinacio
de las gderhas; en el carácter de los mismos nes diplomáticas, sutiles unas veces, rudas otras,
pueblos; en el impulso moral, ó en el genio de según prescribía la índole brava, pero tornadiza
sus capitanes. Si Jomini «para descorrer el velo é inconsistente de las razas musulmanas. Sobre
en 1807» se fijó en las batallas de Federico ¿no todo en la Conquista de Granada, en aquel epi
pudo haberse remontado hasta Epaminondas en logo digno de aquella magnifica epopeya, que
Mantinea, donde de común acuerdo se supone el hasta en su duración de diez años se asemeja á
primer ejemplar histórico del órden oblícdo, «de las conquistas ó guerras de Veyes, de Tebasy de
llevar sobre un punto decisivo el golpe de las Troya ¿puede darse plan más estratégico, eje
fuerzas»? Atacar, conservándose; mantener la cución más táctica, conjunto y pormenores más
iniciativa y la libertad de movimiento; econo CIENTÍFICOS?
mizar medios, agentes, recursos; no comprome Y en la edad de oro de nuestra milicia espa
ter todo á la vez; no operar sino con gran im ñola, aunque Jomini no habia descorrido el ve
pulso y diligencia sobre puntos realmente deci lo ¡cuánta y cuán buena estrategia no puede
sivos, son máximas y precepíbs do todas las aprenderse en los hechos de Gonzalo de Córdova ,
edades y de todos los pueblos. Y tan vulgares de Pedro Navarro, de Alba, de Farnesio, de Fuen
son, tan óbvios al instinto y á la comprensión tes, de Spinola ó del Cardenal Infante!
común, que algunos hasta formulados están en De tod i lo dicho y del desenfado, quizá irre
esos refranes populares «quien da primero da verente, con que descorremos el re/o, también
dos veces»; «dos contra uno »; «al enemigo nosotros, de los misterios estratégicos, no se de
que huye, puente de plata»; «no poner toda la duce ni por asomo que prediquemos un auto de
carne en el asador» etc. fé rencoroso contra los tratados y tratadistas ex
Es curiosa una observación de M. Du Roure clusivos y dogma tizadores de Estrategia. Cree
en su Bistoire de Theodoric le Grand (París í 846 mos con el juicioso Fallot (T. IV. pág. 457);
T. II. pág. 28-30). Este erudito hace notar la «Que el único mérito de la Estrategia pura es
habilidad estratégica délos bárbaros, cuyas ope triba en una nomenclatura fija para varios obje
raciones militares, cuyas invasiones siempre son tos que ántes se expresaban por circunloquios
conducidas según las reglas de la ciencia más siempre que al servirse de ella, no se le dé más
exacta. «Será quizá—exclama—que el arte de valor, ni se pretenda trasformar las abstraccio
la guerra, tan noble por el conjunto de las raras nes en reglas prácticas».
cualidades espirituales que exige, tan complica Y añadíamos hace muchos años en el festivo
do respecto á la ordenación, al ordenamiento articulo á que nos hemos referido: «En efecto,
(ordonnance) al entretenimiento, á las armas, á en Estrategia sucede, como en álgebra, que á
las maniobras peculiares de las diversas tropas, fuerza de operar con símbolos, olvidando los va
no reposa, no se basa de hecho en la práctica, lores que representan, puede llegarse hasta el
más que en un numero muy corto de principios; absurdo. Raciocinando con palabras técnicas,
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si mental y frecuentemente no seles sustituyen hombre como premio á los esfuerzos de la in
las ideas que abreviadamente expresan, se pue vestigación humilde y perseverante; verá á tra
den aventurar corolarios desatinados y genera vés de la historia esos mismos principios, dis
lidades imposibles. Las teorías sobre bases even puestos casi siempre en variadas combinaciones,
tuales o auxiliares, sobre líneas de comunicación regir constantes y coronar las célebres empre
y de retirada etc., han producido, á pesar de su sas llevadas á cabo por los elegidos de la victo
sencillez y en el mismo terreno estrecho y aco ria; los verá, despojándolos del pedantesco tec
modaticio de la especulación, controversias sin nicismo en que se ceba la irreflexiva medianía,
cuento, en que los contendientes, á fuerza de amoldarse con sorprendente docilidad á las
aguzar el discurso y de inventar arcaísmos ó sucesivas épocas y generaciones: rebelándose á
neologismos, concluyen por no entenderse. Pero su vez indóciles contra el presuntuoso que in
sobre lodos, el mal irremediable es el armar de tenta trastornarlos, ó el orgulloso que afecta
un criterio ficticio y uniforme á la juventud, desconocerlos. Desde el punto culminante en
que busca el saber, como busca todo, con ardo que se ve al arte marchar con magestuosa sen
rosa impaciencia: obligar á que la luz más ó me cillez, sin los estorbos que á su paso amontona
nos viva de la razón, del ingenio del que estu la rutina, aparecen pigmeos los críticos de oficio,
dia tenga siempre que atravesar esa densa at afanados en cortar con vacilante escalpelo los
mósfera de teorías, sufriendo al pasar una vio nervios que traban los miembros de un hecho ó
lenta refracción; ofrecer en lin un microscopio, pensamiento grande, y los músculos y aun la
un compás invariablemente abierto para el aná carne que, cubriéndolos, contribuyen A darles
lisis y estudio de hechos que pasan en épocas forma, solidez y belleza».
muy diversas, sobre terrenos, con sus varios ac «Cuando se ama la ciencia por la ciencia, sin
cidentes, y se ejecutan por hombres, con sus in querer hacer de ella vil grangeria, ni escabel pa
ra medro personal, es cuando se reconoce la
dómitas pasiones».
«Si las condiciones de este escrito lo permi inutilidad, y á veces el peligro, de nuevas de
tieran, este era el lugar de observar filosófica nominaciones y nomenclaturas: entonces se ve
mente y en tesis general, á qué extremo de inne de cerca la impertinente fatuidad ó el mezquino
cesaria complicación puede conducir el exagera interés que presiden á esa estéril compilación
do prurito, que todo lo avasalla, de «simplifican) de palabras nueras sobre ideas viejas como el
á fuerza de dividir gubdividir y clasificar; pero mundo, sencillas é inteligibles como todo lo
como siempre se necesita ancho espacio para verdadero».
desenvolver con holgura ideas que chocan con «La Estrategia—pero entendámonos,—la Es
las generalmente dominantes, preciso es con trategia abstracto, teórica, dogmática, tal como
tentarse con deplorar tamaña exageración, que se eNplica y se comprende en algunos de los
ha de hacer estériles con el tiempo muchos de nuevos libros que la propagan, tiene que dar en
los gigantescos pasos que indudablemente ha la trivialidad si quiere evitar el absurdo. Asi, en
dado en estos tiempos el saber humano, y limi uno de esos libros tropezamos con la novedad
tarse á establecer, por lo que á nuestro propósi de que marchando desde un punto hacia una
to conviene, que si algunos ramos del saber recia, se llega más pronto haciéndolo sobre «la
han de quedar hechos pedazos á fuerza de que perpendicular» que sobre la «oblicua»; que los
rer gubdividirlos, el de la guerra es cabalmen varios punios do una circunferencia de circulo
te por su índole el que más enérgicamente re «distan igualmente del centro», ó que «las pa
chaza la «subdivisión sistemática» por ingeniosa ralelas no se cortan»; mientras en otros, tan
que aparezca; la sinonimia embarazosa, y sobro presuntuosos como los autores que los escri
todo los pasajeros torbellinos de fútil palabrería, ben, se pretende ingénuamenle ganar las victo
que estorban á las grandes y eternas verdades rias por receta. Tomarás—dicen, como los anti
difundir su luz gerrninadora por los campos sin guos manuales de secretos maravillosos—loma
término de las ciencias». rás, por ejemplo, el objetivo primario //, harás
«Si el lector condesciende en acompañarnos pasar por él la linea interna de operaciones
hasta el punto en que nos queremos colocar, de .V, de manera que forme un ángulo a con tu ba
seguro verá con nosotros el arte de la «i erra se eventual '/..... y es probado».
reducido, como todos, á la reunión de unoscuan- «Tamañas puerilidades podrían pasar sin
tos principios comunes también á otros arles; conectivo, si no amenazasen bastardear y cor
principios sencillos como la verdad, y como ella romper la esencia misma del arle. Va se hacen
eternos, que üios revela de vez en cuando al artículos descomunales sobre «objelivos prima
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ríos, secundarios» etc. ; mañana se harán volú doctrina, (V. e. v.¡ pasan luego á subvertir en
menes enteros solamente sobre «bases interme la práctica los más antiguos, sencillos y funda
dias "líneas territoriales y maniobreras, estra- mentales principios. La manía de especializar
tégieo-táctico-agresivo-defensivas»; ya tenemos nos corroe. El artillero sólo ha de servir para
«sinopsis» estupendas explicadas, es decir, em «tirar cañonazos»; el ingeniero para «hacer re
brolladas con el lenguage de esfinge que tanto ductos»; el jinete para «dar sablazos » Y lue
deleita á los inagotables escritores tudescos; go, sobre este mosáico, á manera de cúpula y
pronto veremos los aterradores algoritmos del coronamiento, se quiere sobreponer un estrate-
cálculo infinitesimal invadir los libros de guerra, gista que, sin conocer un cañón, ni un reduelo,
y toparemos estupefactos con una ecuación del ni un sable, lleve todo eso de golpe «sobre el
grado nen que esta implícita la victoria, puesto punto decisivo » es decir, que mande un
que entrarán por factores los sitios y las batallas: ejército. Esto es absurdo.
por coeficientes los soldados, y por signos los Y sin embargo es verdad. Obsérvese en to
climas: y asi á fuerza de separar violentamente das las definiciones el pueril empeño de divor
la teoría de la práctica, los hechos de la critica, ciar la Estrategia de la Táctica. ¿Y á qué ese
las palabras de las ideas, la guerra llegará, como empeño? ¿No dice el mismo Jomini que t'n-
llegará, ó ha llegado, la «ciencia» de la Política rentó la Estrategia inspirado por la táctica de
y de la Hacienda, al estado de extravagante con Federico en Leu (lien?
fusión á que llevaron en tiempos no remotos la Digámoslo crudamente. Porque para ser es
Teología y la Filosofía los ergotistas y argu tratégico de gabinete, basta leer un libro: para
mentadores». ser táctico en el campo es forzoso ser militar,
«Para el lector de buena fé podríamos seguir buen militar.
sin peligro nuestro razonamiento en este tono; No explanaremos ideas que tienen lugar más
pero habiendo ya reputaciones y hasta «intere acomodado en el art. Táctica; pero en ese di
ses» creados á la sombra del abuso que resuel- vorcio, en esc alejamiento secundario á que la
'¡imente combatimos, prudente es prevenir, á Estrategia pretende reducir la táctica se ve, sin
riesgo de pecar en difusos, la torsión á que ¡no-, maligna sagacidad, apuntar la oreja al espíritu,
centemente pueden prestarse nuestras pala dominante en nuestra época, de ciencia infusa ó
bras » de improviso adquirida, sin conceder nada al
«Concluiremos, repitiendo que nuestro em tiempo, al estudio, á la experiencia.
peño, como se ve, está muy lejos del de censu La una y la otra están en razón inversa:
rar el estudio, y por consiguiente la crítica de los cuanto menos se necesita para ser un gran estra
grandes ejemplos, ni la adopción de nuevas pa tégico, tanto más se requiere para ser mediano
labras evidentemente necesaria* para esclarecer láctico.
y precisar el uno y la otra: lo que se combate es Hojeando un número reciente del Militaris-
la intención, maligna ó Cándida, de levantar ar che Zeitung de Yiena y en un artículo titulado
mazones científicas sobre la movediza arena de «Estudio sobre los méritos comparados de la lác
las palabras; y esto, no por vana afectación tica y de la estrategia» encontramos este opor
nuestra de magistral severidad, sino por el per tuno y exacto pensamiento: «Basta un buen es-
juicio real y palpable que acarrea en lodo el trateglsla paco dirigir un ejército de 800.000
dispersar y extraviar la atención». hombres; pero no estarían de sobra 8.000 tácti
Esto dijimos hace años, y esto repetimos hoy cos excelentes, para hacer vencerá 800. 000 com
sin variar una tilde. ¿Qué es la Estrategia con to batientes. Tened cuantos tácticos podáis; pero no
dos sus puntos llaves y decisivos y objetivos, sin olvidéis que con dos estrategislas basta para
el conocimiento, anterior y muy profundo de la echarlo todo a perder».
Geografía lisica basada en la Geología; sin el Sentadas la prioridad y la fijeza de nuestras
verdadero conocimiento de la verdadera Histo opiniones, heterodoxas en punto á la palabra
ria; sin el conocimiento, para el cual no bastan estrategia, cerremos este interminable artículo
libros, de la política, ó mejor dicho, del hombre, con alguna pequeña satisfacción de amor pro
del corazón humano"? pio. Nunca estuvimos solos en esta cruzada
Nos oponemos con toda la energía de nues contra pedantes; pero justo es poner ante los
tra convicción, en todos los artículos de este ojos del lector, que hasta aquí nos haya seguido
libro, á ese continuo desprendimiento y segre receloso, dos elocuentes testimonios. Sea el pri
gación de ramas del mismo tronco, que, si bien mero de un hombre civil, de Mr. Thiers. Todo
al parecer clasifican y aclaran en los libros la el que haya leido su célebre Historia det Consv
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ladoy del Imperio, rendirá forzosamente home dro (de Rusia) quisieron envolver á Napoleón y
naje al arte infinito, á la belleza literaria, á la sabido es como les salió. En 1810 un hombre de
incomparable claridad de exposición de esa obra sentido y de carácter, lord Wellington, secun
tan extensa como agradable. Perfecta seria, si dado por las circunstancias y por rara fortuna,
campease algo menos en ella el amor propio na acababa de hacer una brillantetampaña en Por
cional y la idolatría hácia el héroe: con esos lu tugal y ya en Europa no se hablaba más que de
nares, sin embargo, sobresaldrá como bellísimo obrar como él. Retirarse, destruyendo todo, re
dechado de literatura histórico-militar. Gene fugiarse en un campo inexpugnable, esperar allí
rales doctos, oficiales veteranos de todos los paí el aniquilamiento de un enemigo temerariamen
ses admiran cómo el ilustre repúblico francés ha te comprometido, y al fin caer sobre él, anona
sabido acomodar su penetrante ingenio á los darle, constituía para ciertas gentes, después de
áridos estudios militares, asimilándose de tal mo Torres- Vedras, toda la ciencia de la guerra. De
do el tecnicismo, que pueda con tal fluidez, con esta ciencia se constituyó en doctor supremo el
tal seguridad y exactitud dar cuenta de los gran general Pfuhl en el estado mayor ruso »—Por
diosos hechos, con cuyo mecanismo científico último el general Renard, en sus Considerations
nos asombra. Pues el eminente hombre de Es sur la tactique d' infanterie 1857, ha venido con
tado, á quien un largo y fervoroso estudio ha el ariete de su indisputable autoridad á comple
familiarizado con la teoría de la guerra hasta el tar la demolición. Traducimos literalmente la
punto de constituir autoridad, en el T. Vi. pá terrible arremetida de su prólogo.
gina 283 de su citada Historia dice asi: «En el si «Entre los guías preciosos que posee la lite
glo pasado que desde Federico en la batalla de ratura militar, citaré, por acreedores á la gra
Leuthen batió á los austríacos atacando por una de titud de todo oficial estudioso, al ilustre archi
las alas, se inventó la célebre teoría del órden duque Cárlos y al general Jomini. Ambos han
obücuo (V. e. v.) en la cual Federico ni siquiera escrito campañas, poniendo de realce los pun
había soñado y á la tal teoría se atribuían todos tos que merecen verdadera atención. En forma
los triunfos de este grande hombre. Así tam de introducción han reunido los principios que
bién desde que el general Bonaparte se mostró emanan de sus estudios, procurando que el es
tan superior en las elevadas combinaciones de píritu del oficial, familiarizado de antemano con
la guerra, desde que se le vió sorprender repe las principales combinaciones de los ejércitos,
tidamente y envolver á los generales enemigos, encontrase de este modo jalones que le vayan
otros comentadores al punto hicieron consistir guiando en el exámen de los hechos. Pero estos
todo el arte de la guerra en una cierta manio afamados escritores, al publicar esta parte de
bra, y ya no hablaron más que de envolver y sus obras, parece como que temían que pudiesen
acorralar al enemigo. A creerlos, habían inven servir para dogmatizar sobre la guerra, y han
tado una ciencia nueva: y para esta ciencia un sentado ciertas claúsulas y reservas. Ambos á
nombre, nuevo también, el de estrategia » dos abrigaban el recelo de que con los princi
Para demostrar que la idea es fija, queel pen pios del arle se llegase á hacer el arte mismo, y
samiento es maduro, todavía ocho volúmenes fuerza es confesar que varios capítulos de sus
más allá, en el XIV, pág. 13,1o vuelve á repetir obras, á su pesar indudablemente, son muy ca
desleído en otras palabras, diciendo: «En todas paces de arrastrar por este camino á los espíri
épocas, cuando un hombre superior, inspirado tus orgullosos y á los hombres sistemáticos. Por
no por una teoría sino por l&s circunstancias, lle simples que sean — dice el Archiduque — los
va á cabo grandescosas,al punto sobrevienen es principios de la ciencia militar, su aplicación es
píritus imitadores, estableciendo sistemas en lu muy varia: consiste en el arte mucho más difí
gar de las grandes cosas que el verdadero genio cil de no apartarse bajo ningún concepto de las
hizo naturalmente. En el siglo XV11I todo el reglas fundamentales y de tomar medidas aná
mundo quiso hacer el ejercicio á la Federico; y logas á las diferentes circunstancias. Esta mis
después de la batalla de Leuthen, construir sis ma reflexión nos parece sobrado radical. La ob
temas sobre el orden oblicuo, al que se atribuían servancia estricta de las reglas conduce las más
todos los triunfos del monarca prusiano. A par veces á la inacción y hasta á la derrota. Napo
tir de 1800 y de las campañas del general Bo león y los grandes capitanes nunca temieron ol
naparte, que con tal destreza sabia maniobrar vidarlas, siempre que hallaron ocasión de des
sobre las alas y las comunicaciones de sus con truir al enemigo. Jomini es más explícito que
trarios, ya no se habló mas que de envolver al el Archiduque: «Un hombre atestado de falsa
enemigo. En Austerlitz los consejeros de Alejan doctrina estudiada en la escuela y repletodesis
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temas pedantescos (sic) nada bueno puede hacer «Napoleón no ha dividido nunca en dos par
mientras no olvide lo que aprendió. La guerra tes el arte de la guerra: una que tenga por obje
es un gran drama, en el cual mil causas mora to dirigir los cuerpos de ejército fuera del alcan
les y físicas obran con más ó ménos fuerza y que ce del cañón; y la otra guiarlos bajo el fuego;
en vano se pretende reducir á cálculos matemá es más, nunca pronunció el vocablo Estrategia.
ticos». Ultimamente, en un folleto publicadoen Al arte de «conducir ó dirigir la guerra» le lla
4856, el autor mismo termina con las siguientes mó «Táctica en grande» (la grande tacligue); y
frases, que tienen todo el aire de una protesta los preceptos que asienta, lo mismo se aplican á
contra el abuso que se ha hecho de sus obras y los combates que á las marchas-maniobras. Por
de su nombre: «La guerra léjos de ser una cien mi parte, lo contieso, no he podido encontrar
cia exacta es un drama terrible, apasionado, su nada que justifique esa división que los adeptos
jeto en verdad ó tres ó cuatro principios genera de la estrategia todavia no han logrado definir
les; pero cuyo resultado se subordina á um mu de un modo claro y preciso, puesto que sobre
chedumbre de complicaciones morales yfísicas». ello hay tantas opiniones como autores. El ob
«A pesar de estas reservas, de estos consejos, jeto de la guerra es la destrucción del enemigo:
las obras del archiduque Cárlos y de Jomini no la ratalla. El fin de una operación es adelantar
por eso han dejado de servir de base á una es lo más que se pueda este momento decisivo La
cuela cuyas pretensiones nunca serán bastante batalla constituye el acto principal de una ope
combatidas. Esta escuela hace de la estrategia ración, y de ningún modo un incidente separa
una ciencia aparte, capaz de conducir por sí do. Un solo pensamiento domina: no hay una idea
sola á resultados serios. Los medios que los gran para la maniobra y una idea para el combate: lo
des capitanes emplearon para caer sobre el ene que se ha concebido estratégicamente, táctica
migo desde el momento en que aventaron sus mente se prosigue y ejecuta. Por lo demás todos
proyectos, han venido á ser para la tal escuela los principios de la estrategia son idénticos á
sistemas de operaciones y nada de maniobras los de la táctica. El ejército que marcha á la
impuestas y determinadas por las circonstancias, conquista de un país tomará iguales precaucio
la situación moral y la posición relativa de los nes, observará las mismas reglas que el ejérci
dos ejércitos. Esta escuela tiene teorías para los to que ataque á otro en posición. Los modos de
MOVIMIENTOS ENVOLVENTES, laS LÍNEAS INTERIORES, atacar son los mismos: la línea de retirada y los
los ataques concéntricos, y discute sobro la su flancos tácticos se guardan con tanto esmero co
perioridad del uno y del otro sistema, como si mo las lineas de operaciones y los flancos estra
su empleo estuviese muy de antemano á la li tégicos. Cuando en Jomini se lee la noticia sobre
bre elección del general. Para ella la guerra, el los medios de adquirir un buen golpe de ojo es
arte más dificultoso que en al mundo existe, tratégico, se vienen á la memoria los capítulos
queda rebajada á fórmulas escolares; ó bien so de Ternat sobre la elección de los puntos de ata
mete las operaciones á meras combinaciones de que. No hay tales reglas y preceptos diferentes
lineas y ángulos dignas de un colegial: es ver en táctica: son los mismos, repito. Solamente
dad que los adeptos de la nueva ciencia saben que es necesario un verdadero genio, secunda
cubrir la puerilidad de sus discusiones con pa do por un estado-mayor sabio, activo, vigoroso,
labras rimbombantes (ronflants) y un tecnicis y por un servicio administrativo íntegro y muy
mo convencional muy propio para ofuscar al capaz, para aplicarlos en un vasto teatro de guer
vulgo ignorante. Ellos trazan lineas y ángulos ra y dominar los rozamientos y las dificulta
cabalísticos fuera de los cuales no hay salvación des que cada día surgen, al paso que un gene
posible: y por semejante medio han llegado á ral de talento basta para un terreno de corta ex
probar nada menos que las concepciones de tensión».
Napoleón en 4796, 1797, 1806 y 1809, eran «con «Se dirá, en todo caso, que no tiene impor
trarias á los verdaderos principios». Algunos tancia alguna esa división del arte de la guerra
quieren que la suerte de una campaña pueda en estrategia y táctica; que son partes de un
decidirse por maniobras sábias, en que tal po mismo todo, dos capítulos inseparables de un
sición estratégica dada comprometa la posición mismo libro. Pero si así es, la táctica por lo mé
del ejército enemigo y le obligue á retroceder. nos debería preceder á la estrategia, en vez de
Así vuelven sin caer en ello á la guerra de posi constituir un descolorido apéndice de esta. Po
ción, en que la ocupación de un campo ponia tér sitivamente no es así como se ha comprendido
mino á una campaña. Contra esta falsa ciencia la división; mientras el primer capítulo ocupa
es contra la que yo me pronuncio de sobra, se desatiende el segundo, Treinta años
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ha el general Pelet, á quien no se podrá recon ESTRATIFICACION. En geología compren
venir porque ignorase las reglas y la importan de todo lo relativo al modo de presenlarse los
cia de la estrategia, se sublevaba contra este es estratos (V. e. v.) ó capas en los terrenos de se
tado de cosas quejándose en estos severos tér dimento.
minos: En estos últimos tiempos se han ocupa ESTRATIGRAFIA. Importante ramo de la
do mucho de estrategia y no lo bastante de tácti geología y base fundamental de la geografía fí
ca. La primera envuelve una vaguedad que deja sica, en su parte orográiica. que trata de todo
ancho campo á los pensadores, y á esos guerre lo referente á la estratificación, esto es, á las
ros de gabinete que sin haber asistido á nuestras leyes que rigen los estratos en los terrenos de
grandes guerras, y sin poseer siquiera los rudi sedimento, y á los caracteres y accidentes que
mentos de la ciencia, establecen teorías y arre ios distinguen. Entre ellos, los que la estrati
glan reputaciones; ha sido abandonada la tácti grafí a estudia con preferencia son la dirección <i
ca, más positiva aun cuando menos brillante; y rumbo de las opas su coordinación ó buzamiento,
sin embargo la táctica es la que hace ganar las su concordancia y discordancia, su continuidad
batallas y por ellas ejerce directa influencia so ó interrupción etc.
bre el destino de los Estados». ESTRADIOT1DE. Dice Bardin que llamaban
«Rudo es el pasaje ("continúa Renard) todavía asi los griegos á los pontones ó trenes de puente--
hoy no ha perdido su exactitud. Tengo sin em que seguían á los ejércitos.
bargo el presentimiento de que está cerca una ESTRATO. Voz geológica, derivada del latín
reacción saludable; y que se descenderá de las stratwn, que significa capa ó lecho. (V. capa .
alturas en que está situada la especulación es Las caras paralelas que limitan las capas se lla
tratégica, para ocuparse con más ahinco en la man planos de estratificación, y no deben con
táctica, en la formación y en la constitución de fundirse con las que cortan á estos, formando
los ejércitos».—Damos punto, asociándonos á los ángulo, y representadas por grietas de poco es
deseos del general belga. pesor que se llaman planos Dt juntura. Las roca>
ESTRATEGO. Atenas nombraba todos los pizarrosas tienen todavía un tercer plano llama
años por elección sus estrategos ó generales ex je do de crucero, por el que se separan en hoja>
fe, que eran nada ménos que diez: uno por cada muy delgadas.
tribu. Completamente iguales en categoría, tur ESTRATOLOGIA. Nombre griego que algu
naban diariamente en el mando. La idea por cier nos autores como Mvi.kr y Wai.ter han dado a
to no es para copiada ni aun comentada, y sin la ciencia que trata del derecho de la guerra.
embargo lo ha sido en tiempos muy modernos. (V. e. v.). Otros quieren que sea Esthatonomia
(V. General). A veces una batalla se adelantaba La raiz de entrambos es griega: stratos, ejército
ó atrasaba por intrigas del estratego que queria ESTRATOPED1A. Nombre griego que algu
llevarse la gloria. Se eludían los vicios de seme nos dan á la castrametación. Maizeroy cxliendr
jante institución, dejando en la capital los nueve el significado al arte completo de la guerra, á lo
estrategos que sobraban, cuando no se ponia en que otros llaman af.rotectónica.
pié más que un ejército, y estos quedaban con ESTRATOR. Palabra latina, stralor, y ori
el vano honor del nombre. Podían ser reelegidos, ginaria del griego, no muy definida en los auto
y Focion lo fué en efecto cuarenta y cinco veces res. Unas veces los stratores son pajes, escude
(C.iRRiON Nisas. Hist. mil. T. I. pág. 105).—Los ros, quizá pala franc ros, que ayudaban á montar
romanos, que adoptaron la voz griega, decían algu á caballo. Sabido es que hasta la edad media no
na vez straliotes ystrattoticus, como sinónimo de se conocieron los estribos: y el acto de montar,
soldatio. Stratiotica pecunia, por erario ó caja mi que entre griegos y romanos era el simple salto,
litar.—Strategium, en la degenerada milicia bi debía tomar en los ancianos y personas de alia
zantina, era en Constanlinopla cuartel de tropas dignidad cierto carácter ceremonioso. — En al
imperiales, débil trasunto de los castra pretoriana gunos pasajes de Tácito (Ann. lib. 1) de Tito Li-
de los romanos.—En la ínfima latinidad se en vio (lib. 39) los stratorf.s parecen ser peones
cuentran las voces stratitates, síralo pedarcha camineros, ingenieros quizá de las vías militare-;.
en el sentido del primitivo estratego, caudillo,
general en jefe, dux, prcefectus militum.—Hoy ESTRECHAR. Apretar, poner en aprieto,
no acertamos á resolver si el que cultiva la es reducir, cercar, acosar un ejército, una plaza.
trategia, ó en ella sobresale, debe llamarse es- —Disminuir, en táctica, distancias, intervalos.
irategista, estratégico 6 estratego. ESTRECHO. «El canal ó brazo angosto de
ESTR - 477 - EVAG
mar formado, estrechado por dos tierras, que de aro, anillo, hondón y la ación ó correa de
sirve de comunicación á dos grandes mares ó ma que pende. Es curioso, y exacto, que los griegos
sas de agua. El de Gibraltar, por el cual se co y romanos no conocían la silla, ni el estribo. Los
munican el Océano y el Mediterráneo, es estre autores como Hipócrates, Jenofonte, Suetonio,
cho; el de la Mancha, por el cual se comunica el Maquiavelo, las estátuas, los mármoles, las me
mar del Norte con el Atlántico, es canal. dallas lo confirman plenamente. Se dice que
ESTRECHURA. Estrechez, angostura de al continuó esta incomprensible ignorancia hasta
gún terreno ó de algún paso. (V. Desfiladero). el reinado de Teodorico. El emperador Mauricio,
ESTRELLA. Corrupción del latin stella. En á últimos del siglo VI, es decir, entrada ya la
artillería se llama asi á un cilindro de cinco ó edad media, es el primero que hace mención ter
seis lineas de diámetro, formado de pasta de minante en su táctica.—Tomándoro de la ar
polvorín, azufre, salitre y antimonio mezclado quitectura en que estribo es machón de apoyo ó
con aguardiente alcanforado, el cual, estando contrafuerte (V. e. v.) en topografía se llaman
húmedo se rueda sobre polvorín, se deja cocer estribos y estribaciones los ramales, apéndices,
y sirve para colocarlo en la cabeza de los cohe contrafuertes ó macizos que salen en dirección
tes.—Estrella es también lo mismo que cruceta. casi perpendicular del eje ó linea principal de
—La estrella para agujerear y destornillar, es una cordillera ó cadena de alturas. —En los car
un útil de hierro que tiene tres brazos; dos de ruajes DE ARTILLERÍA, COmO ARMONES, CARROS de
estos sirven para destornillar, á cuyo efecto son municiones, estriro es el hierro que facilita á
planos y afilados, y el otro cuadrado, que ter los artilleros la subida y bajada. En general
mina en punta, para agujerear: lo usan los her estribo indica, en el material, la pieza destinada
reros y especialmente los armeros.—Estrella es á sostener otras.
también la mancha blanca que saca el carallo ESTUACION. Antiguamente el flujo ó cre
en la frente. —Fuerte estrella, ó de estrella, lla ciente del mar. (Dice. Acad. 5).
man los ingenieros al que la imita en la forma ESTUARIO. Del latin cestuarium. Se llama
de varias puntas ó ángulos. —Una estrella for al punto por donde el mar, en sus dos movimien
ma parte del emblema distintivo del cuerpo de tos de flujo y reflujo, entra y sale en las sinuo
estado mayor. —Estrellas han venido á ser divi sidades de la costa y principalmente en los ríos-
sa, en unión con calones.— Por último, estrella (Dice. Acad. 5). (V. y comp. Barra, Estero).
se llama al hado, sino, suerte, fortuna de un ge
ESTUCHE. El aparato del correaje, y de va
neral ó ejército. Así se dice: «Palidecía la estre
lla de Napoleón». ria forma, en que el zapador y gastador llevan,
en marcha ó parada, el útil sujeto.— oSer un
ESTRENUIDAD. Antiguamente lo mismo estuche», según la metáfora, es muy recomen
que fortaleza, valor, esfuerzo. (Dice. Acad. 5). dable en el oficial.
ESTRÍAS. Las primeras armas de fuego ra ETAPA. Voz puramente francesa, ¿tape. Bar-
yadas, lo fueron en la dirección recta de la ge din la deriva del bajo latin slaplus, que á su vez
neratriz del cilindro que forma el ánima del ca la tomó del teutón stapel, almacén ó depósito de
non. Así eran los rifles ingleses, en que la rala mercancías. De todos modos la voz es moderna,
entraba realmente forzada, es decir, á golpe por y su significado doble; pues por una parte ex
la boca. Entonces era propio decir estrías, por presa comestible, porción individual y regla
la semejanza con esta labor ó adorno que los ar mentaria de menestra, de alimento corespon-
quitectos suelen dar á las columnas. Hoy seria diente ¡x tropa en marcha. «Las raciones llamadas
impropio para el rayado en hélice. de etapa que no producen cargo á los haberes
ESTR1RAC10N. Esta voz, aunque no está ordinarios, no se abonarán ni cardarán en el
en Dice. Acad., es usual en geografía física, co ajuste individual». [Regí, de I .° abril 1865; . Por
mo equivalente á estribo pequeño, ramificación, otra parte lugar ó pueblo de etapa es lo mismo
ramal pequeño de una montaña ó cordillera. que tránsito (V. e. v.). La voz ha pasado al len
ESTRIBERON. El paso firme, hecho con guaje vulgar y hoy se dice: «la civilización mar
vigas, zarzos, cestones ú otro material, en ter cha, como un ejército, por etapas».
reno pantanoso ó difícil, para la marcha de las EUNOPLEA. Danza guerrera de los antiguos
tropas y de sus trenes. espartanos. (Dice. Moretti;.
ESTRIBO. La pieza de la silla de montar en EVACUAR. Verbo lalino, evacuare, vaciar.
que apoya el pié del jinete, y que se compone En posiciones, plazas, pueblos y áun grandes
EVAD - "8 - EXGA
comarcas, sacar las guarniciones, retirar las tro movimiento y operación. La voz movimaiujo
pas que las ocupan militarmente. pertenece á la estrategia y se refiere á la trasla
EVADIR. Evitar un daño ó peligro inminen ción de una tropa cualquiera de un punto es
te, eludir alguna dificultad prevista con arte ó tratégico á otro. La voz maniobra es peculiar á
astucia. (V. y disting. Esqüivar). la táctica y representa el modo ordenado con
que dicha tropa varia de una formación á otra;
EVENTO. Acontecimiento, acaecimiento, la evolución viene á significar lo mismo, con al
suceso. go más de generalidad, y la operación alude á
EVENTUAL. Momentáneo, transitorio, pa- la reunión de dos movimientos y también dos
sagero. maniobras en casos particulares». Tampoco es
EVENTUALIDAD. No está en Dice. Acad. tamos de acuerdo.—Concluyamos con otros tex
(V. Accidente). tos autorizados como oficiales y vigentes: «Evo
lución es un cambio de frente ó de formación
EVERSION. Destrucción, ruina, desolación. ejecutado por medio de uno ó más movimien
(Dice. Acad. 5J. tos». [Táct. del marqués del Duero, fnstr. debat.
EVOCADO ó EVOCATO. En general soldado pág. 5). «Evolución se llama al conjunto to
veterano de la antigua milicia romana. Más par tal (sic) de todo movimiento táctico regular eje
ticular el legionario cumplido y retirado en su cutado, cuando ménos, por un regimiento para
pueblo, que era llamado de nuevo á las filas pasar de un órden ó de una actitud respectiva
gozando de cierta distinción y privilegio. á otra sin aplicación á caso determinado». {Regí,
EVOLUCION. Las palabras más técnicas y táct. de cab. T. I. part. 4. art. i). 'V. Maniobra,
usuales suelen ser en la milicia, como en todo, Movimiento, Táctica).
las de significado ménos preciso. Los autores di EVOLUCIONAR. Hacer evoluciones (V.e. v).
dácticos y aun los mismos reglamentos descui Verbo bárbaro para algunos puristas intransi
dan este punto de lenguaje y es frecuente ver gentes, pero autorizado por los reglamentos de
confundidas las voces maniobra y evolución. El táctica «vigentes» de infantería y caballería.
uso tiende sin embargo á dejar á la segunda un «Cuando se evolucione á pié firme, ninguna de
sentido ménos ámplio, y subordinado por con las fracciones saldrá del paso....» (Regí, de cab.
siguiente al de la primera. Evolución en el dia, T. I. part. I, art. i.)—«La realización de todos
voz más bien de ejercicio que de guerra, expre los movimientos debe ordenarse de forma que
sa meramente el cambio de formación 0 modo de siempre se verifiquen bajo la protección recípro
estar de una unidad táctica «aislada». Un bata ca de las fuerzas que evolucionan » (Tact. de
llón, un escuadrón que de la formación en bata las tres armas, edic. de 1864. pág. 19).
lla, pasa, de un modo cualquiera, á la de co EXACCION. Más bien que recaudación del
lumna, ó á la inversa, hacen, cada uno de por
impuesto ordinario, significa militarmente con
si, una evolución. Tal es llanamente explicada tribución (V. c. v.) tributo de guerra, casi vio
nuestra opinión personal, que creemos la más lencia, arbitrariedad, depredación.
común y fundada, pero de ningún modo unáni
me. No aduciremos como en los art. Estrategia EXACTITUD. Lo mismo que puntualidad.
y Táctica un aluvión de textos para probar lo Recomendable cualidad militar.
inconsistente del lenguaje militar, bastarán unos EXANGÜE.. Desangrado, falto de sangro.
cuantos. Este, por ejemplo, de i 'Encyclopedie EXARCA. Nombre griego de una dignidad
méthodique (T. IV pág. 899J: «Se ve pues que la del imperio bizantino, análoga á la posterior de
táctica es el arte de las evoluciones por cuerpos duque ó conde, gobernador de provincia.
numerosos; así como las evoluciones son una
táctica en pequeño, puesto que mueven las par EXCAVACION. Del verbo excavar. Anti-
tes de un cuerpo como las partes de un ejérci tiguamente se decia con mayor brevedad cava;
to». La cosa es floja. Y pues enciclopedias cita pero excavación es algo más francés y sin duda
mos, ahi va otro texto de la más reciente, la de por eso es más usado. En trabajos de tierra, ex
Mellado (T. XVIII): «Evolución. Llámase así á cavación es el acto de extraerla del suelo natu
la variación de formación ó de orden que eje ral y también el resultado, es decir, el hueco ó
cutan las tropas ó una parte de ellas para pelear vacío que en aquel se deja. Excavacíon es tér
con más ventaja ante (sic) el enemigo».—«El mino general: la que se hace para atacar una
significado de la palabra evolución es parecido plaza toma el nombre técnico de trinchera, y la
al de la voz maniobra y muy distinto de las de que tiene por objeto impedir el acceso á un mu
EXGE - «9 - EXEN
ro, foso; la que corta ó impide el paso de una ros (en otros textos son atalaeros y atalatas V.
carretera, cortadura etc. Algunos ingenieros lla e. v.) son llamados ornes que son puestos para
man también excavación al embodo, al hoyo có guardar las huestes veyendo los enemigos de
nico producido en el terreno por la voladura de lueñe quando venieren, de guisa que puedan
Un HORNILLO DE MINA. apercebir á los suyos que se guarden de manera
EXCEDENTE. Lo que sobra. Por desgracia que no resciban daño: et estos hanlo de fazer
en 1867 abruma al ejército español una exce paladinamente, más otros hi ha que han de ata
dencia crónica de 1 .700 oñciales. Escollo de toda layar en excuso de manera que non parezcan et
organización, peligro de todo gobierno, ocasión por ende son llamados excusoneros etc.» Según
y estimulo de todo desaguisado. Dice. Acad. 5. excusano es adjetivo anticuado
EXCENTÍMETRO. Máquina que usan los que vale encubierto, escondido.—A excuso, ó
artilleros para medir la excentricidad de los en excuso, modo adverbial, anticuado también,
proyectiles, esféricos ó antiguos se entiende. que significa ocultamente, á escondidas.—Excu
sasa llama el mismo Dice, «al hombre de cam
EXCÉNTRICO. (V. y comp. Concéntrico.) po que antiguamente y en tiempo de guerra se
EXCIDIO. Destrucción, ruina, asolamiento. ponía en algún paso ó vado para observar los
(Anticuado seg. Dice. Acad. 5). movimientos del enemigo». (V. y disting. Ata
EXCLUSION del servicio. Locución que usa laya, Vela.)
la ordenanza como equivalente ó sinónimo de EXEA. Antiguamente lo mismo que explora
despedida. (V. Separación, Deposición.) dor. El que sale á descubrir el campo para ver
EXCURSION. «Correría ó entrada en pais si está seguro de enemigos.
enemigo con gente armada, talando y saquean EXENCION. En general excepción, privile
do la tierra». (Dice. Acad. 5). (V. Algara, Punta). gio. —Por empeño de no dar á las cosas su nom
EXCUSADO. En la edad media significó á la bre propio, hace pocos años algunos brigadieres
vez contribución por eximirse del servicio mili y mariscales de campo tienen retiro llamado
tar, y también el individuo exento, el paje, peón, exención del servicio; y por la lógica que preside
asistente, que .servia en la guerra al caballero, á muchos de nuestros actos en el Estado Mayor
al hombre de armas, al hombre á caballo, y esta General, dos clases tienen exención, y las otras
ba por ende excusado de pechar ó pagar contri dos no.
bución. El privilegio de Alfonso el Sabio de 5 EXENTO. Grado, empleo, cargo, ó lo que se
marzo 1261 , concediendo el fuero real á los ve quiera, en el extinguido y celebérrimo cuerpo
cinos de Escalona, dice: «Otrosí mandamos que de Guardias de Corps. (V. Casa Real, Brigadier).
el cavallero que fuere en la hueste que haya dos Para edificación de los que no hayan alcanzado
escusados: et si llevare tienda redonda, que tra- aquellos tiempos inolvidables, copiaremos tex
ya tres; et el que toviere todavía loriga de cava- tual la definición del Dice. Acad. 5.a edic. que
llo suyo et la llevare, haya cinco escusados». también copia Moretti y los que á él le copian.
[Mem. hist. esp. T. I. pág. 178). En el Fuero de Dice asi: «Oficial de guardias de corps (sic) infe
Cáceres (año 1229), que es uno de los más ex rior al alférez y superior al brigadier. Su gra
plícitos con respecto á loque hoy diriamos con duación es de coronel de caballería y como tal
tribución de sangre, se lee: que el que iba al ejér hace el servicio en campaña. En el cuerpo su
cito con tienda de campaña de veinte ó más cargo es mandar una de las brigadas en que se
cuerdas, debía llevar dos excusados, dosginetes subdividen las compañías, y en el servicio de
Ú ocho peones; siendo armado con loriga y al palacio hacer la guardia á cada una de las per
mófar, ó lorigon con capellina, dos excusados, y sonas reales, de la cual no debe separarse siem
siéndolo con brafoneras tres excusados, tres gi- pre que esté fuera de su cuarto y ni aun en ul
netes ó seis peones, aun cuando no tuviese tien en acto público». Esta definición no tiene la me
da; siendo de advertir que los excusados debían nor inexactitud. Si el lector, como es natural.se
elegirse en la clase de aldeanos, y en su defecto queda estupefacto y busca en vano el sentido de
en la de villanos. un coronel «inferior» al brigadier, y que manda
EXCUSANO. En los varios textos que corren la «brigada» de una compañía, etc. etc., no in
impresos de las Siete Partidas se lee esta voz y culpe á Dice. Acad. que es veraz, sino ála orga
también excuseros, excusanios, excúsanos, excu- nización peregrina de los tales Guardias de Corps
soneros. En la edición de la Imprenta real de (sic) y de los tales tiempos... Pues, no falta quien
1 807 , la ley 10, ííí. 26, Part. 2. dice: «Atalaye- opina, ó hace que opina, por volver á ellos.
EXHA - 48o - EXPE
EXHAUSTO. «Lo que está enteramente apu Morea más tarde, á su misma guerra de Argel en
rado y agotado de lo que necesitaba tener para los principios ¡1830).
hallarse en buen estado». (Dice. Acad. 5) Luego En la primera edad de los pueblos la guerra
no solo del erario, sino de una tropa se puede es una série de expediciones. Por medio de ellas
muy bien y propiamente decir que está exhaus comenzaron los romanos lenta y sucesivamente
ta. (V. Enervación, Espíritu). la conquista del mundo conocido. Simple expe
dición fue la de Tarif en 711 que se convirtió
EXONERAR. En general aliviar, descargar, en guerra de siete siglos, y desde las primeras
libertar del peso, cargo ú obligación, seg. Dice. incursiones de Alfonso el Católico, toda la recon
Acad. 5. Pero en nuestros tiempos el verbo in quista de España es conjunto de expediciones,
dica que se quita «por fuerza» el empleo al que algaras, rebatos, sometidos más ó menos á un
en un cambio político no quiere soltarlo, con la plan preconcebido y ayudados por combinacio
candida excusa de no ser hombre de partido, ó nes diplomáticas. En el siglo X las dobles expedi
«le ser «hombre de administración». ciones anuales del terrible Almanzor constitu
EXPANSION. Del Wmexpandere, extender, yeron, durante 25 años, la guerra de expansión,
dilatar, desplegar. Resultado físico que en un cuyo núcleo estaba en la Córdoba musulmana.
cuerpo material produce la acción del calórico, Vemos, pues, que expedición, sin ser, ó deber
interponiéndose entre sus partículas y produ ser, realmente guerra ni campaña, es á veces am
ciendo dilatación, aumento de volumen. Asi se bas cosas. Hay sin embargo en aquella voz algo
dice expansión de la pólvora.—Covarrubias en de preciso, de determinado, de inmediato, que
su Tesoro de la leny. casi, trae expandir, exten no puede encerrarse en las otras dos. Al consti
der, y expandido; pero Dice. Acad. sólo expan tuir y estallar una guerra, el éxito siempre es
sión y expansivo. Este último adjetivo no sienta problemático, el orjeto no puede menos de ser
mal á un jefe, si lo templa con la energía y la vago, indeterminado: al preparar una expedición,
DIGNIDAD. el tin es casi siempre concreto y único, los me
dios por consiguiente á él solo se encaminan, y
EXPECTACION á retiro. Situación, supri es más fácil prevenir los incidentes que surjan.
mida en 1867, del oficial que pedia el RETIRO y Una expedición produce una guerra: una cierra
en el acto se marchaba á esperarlo en su casa. puede y debe producir expediciones. En este sen
Se restablecerá esta justa expectación. tido, en el de diversión ó gran destacamento, su
EXPEDICION. El sentido gramatical de la importancia puede á veces ser capital y consti
palabra latina, expeditio, es algo incierto y de tuye un recurso estratégico, que requiere opor
pende de las épocas y circunstancias históricas. tunidad en su disposición, talento y habilidad
Hoy, que la guerra es más científica, la expedi en su ejecución. El jefe que la mande, fija siem
ción es realmente una diversión, un destacamen pre la vista en el conjunto de las operaciones,
to, un golpe de mano, un incidente, un episodio. tiene por otra parle que atender con exclusión á
Expedición lleva en sí la ¡dea de ligereza ó alige la que se le encomienda, anteponer á todo algu
ramiento, de rapidez, de brevedad. Los romanos nas veces el éxito suyo y prevenir, generalmen
decían: «.Remotis impedimentis, hoc est expedi- te por su cuenta y riesgo en el caso de victoria ó
lus». Sabido es que llamaban expresivamente descalabro, lo que respectivamente convenga.
impedimenta al bagaje, máquinas y estorbos de La responsabilidad que asume el que lleva
sus tropas. César habla en este sentido al decir á cabo uno de estos grandes movimientos, llama
expeditis legiónibus, legiones expeditas, desem dos excéntricos ó divergentes, se compensa con
barazadas. Pero si recordamos en nuestra guer la brillantez del éxito, con los imprevistos cam
ra civil las célebres expediciones de Gómez, de bios y resultados que pueden sobrevenir en el
Don Basilio, del mismo Pretendiente, se ve que plan primitivo de una guerra. Un golpe de manu
no tenían precisamente ese carácter rápido y pa afortunado ha inclinado en ocasiones de tal mo
sajero de golpe de mano, sino que más bien cons do la balanza, que, como en 1800, ánles casi de
tituyeron la esencia, el método de guerra, y á su abierta la guerra, los franceses desbarataron to
desgraciado éxito debe atribuirse, virtual y mi do el plan de la invasión enemiga.—Expedición
litarmente, el de la causa carlista. En el sentido es recomendable cualidad moral en un jkfk y
técnico moderno la guerra de Africa en 1860 fué comprende en actos graves, urgentes, difíciles
una verdadera expedición, como la de Dalia en de la vida militar, la facilidad de resolución pro
18i9. Expediciones llaman los franceses á su in cedente de la actividad, de la soltura que da la
tervención en España de 1823, á su guerra de práctica, del tino y despejo natural.
EXPE — 481 — EXTR
EXPEDICIONARIO. Se dice del cuerpo ó do desembocar el paso con las trincheras y se
tropa á quien se encomienda una expedición. hacian las explanadas para plantar las baterías,
EXPEDIENTE. Voz administrativa que com hizo algunas salidas el enemigo». (Coloma. G. de
prende la tramitación escrita de todo asunto Fland. lib. 8).—En fortificación permanente, el
gubernativo en las oficinas. «Abrir expediente» espacio inmediato á la cola del glasis, en que
indica un principio de investigación, de infor ordinariamente se plantan alamedas. En el Dice.
mación, que puede pasar á sumaria ó proceso ju Acad., en los tratados, en la Ordenanza se con
dicial.—aCubrir el expediente» no tiene signifi funde ülasis con explanada, que, como se ve, no
cación técnica por haber pasado al lenguaje vul es lo mismo.
gar, en el que designa flojedad, incuria, aban EXPLORADOR. Del latin explorator. Bati
dono disfrazado con máscara de asiduidad ó dor, descubridor, flanqueador. En la milicia ro
interés. mana era algo más, tocaba en espía.—Explorar,
EXPEDIR. Es verbo sin uso técnico militar. en latin explorare, reconocer, registrar, des
Se expiden reales despachos, correos, pasaportes; cubrir.
pero tropas, no se expiden, «se envían en expe EXPLOSION. En general detonación, es
dición». tampido, estallido. Más particular se dice de
EXPEDITO. Se dice de un cuerpo de tropas una mina, de una conjura ó sedición, metafóri
ágil, desembarazado, aligerado. Un cuerpo expe camente.
dicionario empieza por hacerse expedito. —Indi EXPOLIACION Despojo. (V. e. v.)
vidualmente un jefe es expedito cuando tiene EXPONER. Comprometer, arriesgar, aven
soltura, agilidad, expedición en resolver casos turar, poner en contingencia de perderse tropas,
complicados ó urgentes. plazas, posiciones. Es verbo también .reciproco.
EXPERIENCIA. Voz enteramente latina, EXPRESIVO. Condición que debe tener to
experientia, derivada del verbo perio ó aperio, da orden ó mandato, es decir, que siempre ha
abrir, de donde vienen también peritia y peri- de ser clara, distinta, terminante, para que la
tux. Se debe distinguir del empirismo, que pro responsabilidad quede y se busque donde en ca
cede del griego empeiria, experiencia también, da caso debe estar.
pero á cuya voz el uso ha dado otra significación.
El f.mpihismo no es sólo el de los médicos que ha EXPUGNABLE. La fortaleza o posición fácil
cen ensayos in animd vili y aplican remedios ir de tomar, ó que por tal se tiene secundum artem,
reflexivos y rutinarios: es también en todos los como dicen las recetas de los médicos.
actos de la vida la falta de estudio, de discerni EXPUGNACION. En el dia el acto de tomar
miento, de crítica, de tacto; el desconocimiento una fortaleza. Sitio, combate polémico ó polior-
de la Índole, del espíritu, del encadenamiento cético. Esta voz, puramente latina, debió tener
de los hechos. El proverbio dice que «la expe en Boma más extenso significado. «Non multum
riencia es madre de la ciencia,» pero es la expe ab hostili expugnatione differant». (Cicerón.
riencia iluminada por la luz del raciocinio, ilus pro. Ij>g. Manil.)
trada por la intensa aplicación del criterio. EXPUGNAR. Tomar á fuerza de armas una
Se debe huir de ambos extremos: del empi plaza ó punto fuerte, fortificado. En el siglo XVI
rismo, del experimentalísmo absoluto á ciegas, por el contacto con italianos, también se escri
faciamus experimentum in animd vili, y del dog bió expuñar. «Para expuñar tenga (el general)
matismo que abomina lo experimental, que huye conocimiento de baterías, minas, cavas, caba
de la práctica, que se encierra y encubre en ar lleros.... y otras cosas necesarias para expuñar».
tificiosas teorías. 'Bart. Scarion, Doctr. mil. fol. 38).
EXPERTO. Experimentado, práctico, hábil. EXPULSION. (V. Exclusión.)
EXPLANADA. En artillería el tablado ó ar EXTINCION. Voz latina, extinctio, del ver
mazón de madera sobre el cual juegan las piezas bo extinguen, extinguir, cuyo sentido recto es
en batería. Antiguamente (V. Plataforma) eran apagar, y el figurado acabar del todo con alguna
un verdadero entarimado, con resistencia pro cosa. Disolver, licenciar, suprimir y antigua-
porcional á la pieza: hoy son más bien marcos ó monte derramar, reformar. (V. e. v.)
armazones giratorias, explanadas de esqueleto EXTRAMUROS. Adverbio, tomado del la
(V. e. v.) más sencillas y trasportabas. La voz tin. para indicar un sitio fuera y cerca del recin
viene del siglo XVI. «Mientras se iba procuran to, ronda ó ruedo de una población.
til
FABUDA. Variedad de arma ofensiva, enas | inadmisible, pues parecería traducción de fac-
tada, en la edad media. (Clonard). ¡ tionnaire, en francés centinela.
FACA. Antiguamente haca, jaca. FACCIOSO. Inquieto, revoltoso, perturba
dor del sosiego público. Factiosus llamaba Sa-
FACCION. Del latiti factio. Acción de guer li stio á Catilina. I'ero en sentido militar, es pre
ra, acometida, empresa. En este sentido la usa ciso que empuñe las armas.
Cervantes (Quij. part. 1. cap. 51.): «Mostraba FACERO. Lo mismo que fronterizo.
señales de heridas, que, aunque no se divisa-
han, nos hacia entender que eran arcabuzazos FACES. Plural de faz ó haz (V. e. v.)
dados en diferentes rencuentros y facciones». FAC1ENUA. Esta voz, que también se lia es
—Servicio con armas de toda especie. En esta crito fascienda, facendv, facendera, tuvo en la
acepción la usa la Ordenanza de 1768. « y edad media el significado genérico de acción de
cuando se retira de guardia ú otra facción....» guerra, empresa, hecho de armas. Según Rodrí
[art. 33. íi't. 4. Irat. i.]. Alguna vez lo usa tam guez (Jim. para la vida de S. Fern. pág. 326)
bién por acción ó función, como: «Todo militar era expedición militar y acción concejil. Clo
que estando en facción de guerra ó marchando nard [Hist. org. T. [. pág. 151) pretende que era
á ella se escondiere, huyere ». (orí. i 18. til. combate ci acción, al que no asistían textas co-
10. trat. 8).—Bando, gavilla, parcialidad con 1 roñadas: pero bien explícito es el texto de la ley
armas de gente rebelde. de Partida que dice: «Et fazienda llamaron do
«Aquel tan recelado inconveniente hay caballeros de amas las partes en que face
De parlir la república en facciones». ' cada uno su poder, teniendo su seña é parando
(Rebolledo. Silva militar, dist. 3). mientes en cabdillar su compaña. E batalla pu-
¡ sieron nombre do hai Reyes de cada parte é líen-
FACCIONARIO. Lo mismo que faccioso. Lo den estandarte ó señas, etc.» No es fácil discer
usa Bas. Harén en sus Guerras de Francia, lib. nir en este punto, ni aun en vista de antiguos
6: «Antes tenia necesidad por no reducirse a es- i documentos. La Historia rimada del conde Fer-
lado misero y despreciable, hacerse faccionario ' san González dice, por ejemplo, de Gonzalo Diez:
y parcial». El que se declara á favor de algún Era eu los connrjofc muy bueno ilc loilapaz.
partido ó parcialidad. Dice. Acad. S.). Hoy es Era para en 1 momias crudo romo agraz.
FAGO - 483 - FAGU
Quiquier que lo demandas fallarlo ye de fas.... de dar un gran paso. En efecto, hasta aquí las
Estydo la facienda en peso todo el día armas de infantería y caballería no "han tenido
Sobre ganar el canpo era grande la porfía. . . .
Estuvo byen medio dia en peso la facienda. más misión que dedicarse á sus ejercicios doc
Candados eran to los et Tartos de contyenda, trinales á fin de estar dispuestas á maniobrar en
May grande fue la fazienda et mucho mas el rydo. un campo de batalla según las disposiciones del
Pero en este mismo poema en que fazienda general en jefe. Hoy, además de este, el arma
es siempre brega, refriega, se lee también lid, de caballería tiene que llenar un deber importan
TORNEO. BATALLA. V. e. V.) te, cual es el de fomentar la cria caballar en Es
FACO. Antiguamente jaco, rocin, caballo pe paña y hacer que renazca la afición, procuran
queño. do, por medio de cruzamientos beneficiosos á la
raza, que se produzcan caballos á propósito para
FACTOR. Empleo ó cargo en administración
todos los usos de la vida militar y civil. A ries
militar para el servicio ó suministro de víveres.
go de que se nos crea ilusos, dijimos que el ar
FACULTAD. Mencionemos aquí este voca ma de caballería debe ser facultativa, y vamos
blo latino, facultas, raíz del adjetivo facultativo. á exponer la razón en que fundamos nuestro
En la Instrucción pública, designa, hace mucho aserto. El cuerpo de artillería os facultativo por
tiempo, ciertos estudios superiores, y el conjun que tiene á su cargo la situación de batería, el
to de profesores ó maestros encargados de su apunte (sic) de las piezas, la defensa de las pla
enseñanza. Hay facultad de filosofía, de teología zas ó posiciones fuertes, la fabricación de los
ele. , y preguntamos nosotros, ¿sería convenien efectos explosivos y de toda clase de armas y de
te aumentar una facultad de arte militar? Tan municiones. El cuerpo de ingenieros, con mi
arraigada está la creencia de que para ser mili- sión análoga, fortifica las plazas y las posiciones,
lar nada hay que aprender, que los primeros á conduce y coloca los puentes militares, cons
reírse de la pregunta serán los boticarios: ellos, truye los edificios necesarios y contribuye no
que tienen facultad de farmacia, la quinta fa tablemente con sus conocimientos especiales al
cultad universitaria. No insistimos pues.—Fa ataque y defensa. El cuerpo de estado mayor,
cultad es también la capacidad, potencia ó vir dolado de una instrucción especial, distribuye
tud para hacer alguna cosa.—Licencia, permiso. las tropas, dándoles la colocación que parece
«Con el pendón les concedían facultad de hacer más conveniente al objeto que se desea con ar
gente para la guerra». (Salaiar de Mendoza. Dig- reglo á las órdenes superiores. Pues bien: si to
nid. lib. 1. cap. 8). dos estos títulos son suficientes para adquirir el
FACULTATIVO. Realmente no sabemos de dictado de cuerpo facultativo, lo reclamamos
donde proviene este adjetivo que se da, vulgar y para el arma de caballería, que, además de su
oficialmente, á ciertos cuerpos é institutos del misión puramente militar, tiene otra importan,
ejército. De facultad (V. e. v.) no puede venir: tisima que podríamos llamar económica y de
según la verdadera significación de esta voz, los fomento».
militares no tenemos facultad; por consiguien «El arma de caballería tiene sus estableci
te ese epíteto es una usurpación en que ningu mientos de remonta, y en ellos los oficiales ad
na parte tienen los interesados, puesto que nun quieren, por cuenta del Estado, potros que se
ca se lo dan á sí mismos. Los franceses dicen recrían en las dehesas y salen á prestar su ser
armes speciales, armes savantes á las tres armas vicio en las filas de los regimientos, cuando han
ó cuerpos que en España se llaman facultati llegado á la edad y estado de desarrollo conve
vos. Tampoco esto puede adoptarse: lo de sabio, niente. El caudal que la nación fía al constante
por inmodesto; y lo de especial, si bien cuadra cuidado del oficial de caballería es cuantioso y
«en parte» á los artilleros é ingenieros, no con por consiguiente importantísima su misión. Pa
viene al estado mayor que cultiva «en toda su ra conservar el caballo en buen estado se nece
generalidad» el arte militar.—Por curiosos, va sitan conocimientos especiales y facultativos; pe
mos á copiar unos párrafos de cierto artículo ro no es esto sólo. Confiada recientemente la di
que publicó el capitán graduado, Don Luis Gar rección de la cria caballar al ramo de guerra y
cía Martin, en la revista militar titulada La arma de caballería ¿qué conocimientos especía
Asamblea, T. XV. pág. M3. les y qué tacto tan exquisito no se exigen al jefe
«El arma de caballería tiene derecho incues de una casa de monta?—Pero el arma de caba
tionable á mayor consideración de lo que hoy llería, modesta como es, no ambiciona títulos,
goza. El arma de caballería puede llamarse y sólo sí aspira á bastarse á si misma, etc.»
debería llamarse facultativa, y para ello acaba Sin entrar, porque no es posible, en comen
FAGI - í8í - FALA
Iarios sobre la extraña confrontación de skhvicios, i Hay faginas de revestir, de rellenar, de trazar.
en que se funda la pretensión al titulo faculta- j de coronar, de blindar; y también embreadas, in
tivo, sólo advertiremos de pasada que en la cendiarias. En el siglo XVII especialmente, en
última frase, en ese bastarse á si misma es donde, que la guerra llamada de sitios estuvo en auge,
á nuestro juicio, se compendia todo lo que en el los tambores tenían el toque especial de fagina
ejército y en el país, en materia de milicia, co para marchar á hacerla; comprendiendo bajo es
mo de administración general y de política, es ta voz, como genérica, los salchichones, cesto
teriliza las ideas más fecundas, anula la más nes, zarzos ó materiales de ramaje. Hoy el toque
vigorosa iniciativa, se interpone á todo cálculo de fagina indica conclusión de un servicio: rom
y entorpece el arraigo de toda reforma benefi per la formación; retirarse los cuerpos á sus
ciosa. (V. Espíritu de Cuerpo, Instrucción militar). cuarteles; y en estos, las compañías á sus cua
El querer «bastarse á si misma» es en rigor dras ó dormitorios.
la propensión egoísta y soberbia, que ros impi FAGINADA. El conjunto de faginas, el es
de comprender que un regimiento no es más que paldón, el través, la obra hecha con ellas. Algu
parte de un arma; que un arma es parte de un nos dicen enfaginado.
ejército; que un ejército es parte de un país, y FAGU. Arma antigua, ofensiva, que Clonard
que este país es parte de Europa y del mundo. menciona, pero no describe, refiriéndose á Saez.
Es curioso, además, el expectáculo de las dos Monedas de Enrique IV.
armas llamadas con justicia principales ó genera FAJA. En latin fascia. Divisa conocida del
les, porque realmente lo son, persiguiendo sin OFICIAL GENERAL. DISTINTIVO del Oficial de ESTADO
tregua hace muchos años á los pobres cuerpos Mayor. En 18-41 estuvo de moda la faja verde
facultativos, y viniendo hoy á disputarles ese para toda la infantería.—En el cañón de artille
odioso dictado. Esto prueba hasta que punto se ría, una moldura en que está la joya.—En topo
van desencajando las ideas. En ose mismo arti grafía, se dice faja ó zona de terreno, para in
culo la caballería «modesta que no ambiciona dicar una extensión estrecha y larga.—En tác
títulos» pide que á ella se le dé el futuro tren- tica, dicen algunos faja ó linea de fuegos.
pe equipajes (cuando se forme), como si no hu
biese cuerpo de artillería; como si el servicio de FAJIN. El ceñidor de lana encarnado con en
caballería, rápido siempre y ligero por excelen torchados en el centro, que usan de paisano los
cia, pudiese acomodarse á lo más pesado que es generales y recientemente los brigadieres. Fue
el tren. Si tal sucediese, el arma, á nuestro azul el primero que usaron estos últimos.
humilde entender, más militar y ménos facul FAJO. Pequeña fagina atravesada por un pi
tativa (por fortuna suyaj, vendría á serlo doble quete en sentido del eje, que usan los ingenie
mente; pues añadiría fraguas, altos hornos, ros en SUS TRABAJOS DE ZAPA.
maestranzas y, extendiéndose un poco, los bos FALA. «Especie de lanza grande ó partesana
ques y las minas de donde saliesen las primeras que usaban antiguamente en la guerra». Esto da
materias de todo carruaje. Dice. Acad. 8, pero no aseguramos que no haya
FAGINA. El francés fascine y el italiano fas confusión con falas. (V. e. v.)
cina comprueban la etimología probable de fas- FALANGE. Por razones análogas á lasque
cis. Dice. Acad. escribe fagina y no fajina, como encabezan el art. Legión, con respecto á Roma, si
suele verse en libros de texto incorrectos y dic falange, en su acepción más lata, no sólo expre
cionarios descuidados. Covarrubias encuentra la sa una ORGANIZACION y Un ÓRDEN TÁCTICO, SÍnO qUC
etimología do esta voz en las latinas fascis, haz resume y compendia un conjunto de ideas com
de ramas, ó fagus, fagi, haya; y de una ú otra plejas sobre la cosa militar de los antiguos grie
manera el la da por leña menuda para encender gos, parece conveniente desleír la definición
la gruesa, hojarasca para este objeto ó para en de esta voz capital en algunas ligerisimas con
vasar. En el siglo XVI, y ántes por consiguiente sideraciones ó recuerdos de aquel pueblo y de
de la publicación del Tesoro del autor citado, aquella milicia.
fagina tenia ya su significación militar y técni La Grecia—semejante en su origen á Espa
ca, que hoy conserva, de haz muy apretado y ña—no presentaba al nacer, por la estructura
agarrotado por medio de la braga, con diámetro montañosa de su suelo festoneado por el mar,
que fijan los reglamentos de ingenieros y desti centro alguno de unidad y de fuerza. Ni la se.
nado, como revestimiento, generalmente á tra mejanza de lenguaje; ni la identidad de origen
bajos de sitio y atrincheramientos de campaña. raza y religión; ni los juegos olímpicos; ni el
FAL.A - 485 - FALA
congreso federal de los Anfictiones, fueron bas do, glosado y comentado en todas las lenguas,
tante para dar cohesión á aquellas ramas diver imprime grande autoridad, por su doble carác
gentes de un mismo tronco, separadas por fron ter de discípulo del griego Filopemen y preceptor
teras naturales y por la erección de ciudades del romano Escipion el Emiliano. Desde la inven
muradas en sus respectivos territorios. Asi, bajo ción de la imprenta son innumerables los tra
el yugo de una multitud de jefes y régulos, la bajos de todo género sobre la historia griega y
Grecia sólo ofrece, en el laberinto de sus prime singularmente sobre su milicia, objeto en el sig-
ras guerras, correrías vandálicas, en que las glo pasado de preferencia para los eruditos. En
ciudades muradas debían ofrecer al débil apo este artículo tomamos datos, más que de ellos,
yo, tanto más seguro, cuanto que, desconocido de Carrion Nisas, por lo profundo, de La Barre
a la sazón el( arte de expugnarlas, sólo podían Duparcq, por lo reciente.
ser tomadas por hambre, escalada, traición ó La guerra de Tébas (1221 "? a. C.) y la expedi
sorpresa. ción de los Argonautas ofrecen coaliciones efíme
El geólogo francés Gaudry, explicando la sin ras de algunos reyes; y posteriormente se les ve
gular estructura del suelo, da científicamente á todos coligados en el célebre sitio ó guerra de
y en pocas palabras la razón de ser de aquel Troya ( 1280 ? 1 184 ? 1 189 ? ) cuya fecha no
conjunto de pequeños estados y repúblicas in puede puntualizarse, apesarde ser el gran fanal
dependientes, amontonadas en tan pequeño es cronológico de aquellas remotas edades; pero
pacio. «La disposición, dice, de las montañas es las opuestas leyes de Licurgo en Lacedemonia y
en forma de red; las cordilleras, cruzándose, de Solón en Atenas, al dar más tarde la pau
dejan aisladas varias llanuras de las que cons ta á que debían ajustarse las otras repúblicas,
tituyó cada una el núcleo de un pueblo. Las hicieron ya completa la separación, imposible
montañas forman barreras casi inaccesibles á para en adelante la amalgama. Tébas y Esparla
un ejército, y un puñado de hombres bastan descuellan por su guerrera aspereza: al paso
para defenderlas contra una muchedumbre. que Atenas y Corinlo rinden plácido culto á la
Siendo generalmente estériles las montañas, no molicie en el templo de las artes.
daban tentación á la agricultura, y ponían entre Bajo el nombre de guerra de Tébas, que duró
las tierras arables intervalos bastantes grande pa diez años como la de Troyv, se comprenden las
ra que no hubiese discusión sobre linderos». dos expediciones sucesivamente dirigidas con el
(Revue des deux mondes. 1 8 17} . mismo objeto; de las cuales una fué la de los
Importa mucho distinguir en la historia siete famosos jefes que perecieron todos delante
griega los tiempos llamados heróicos ó fabulosos, de Tébas, y la otra, de los Epigones que los ven
de los realmente históricos. Aquellos, que en garon.
vuelven las fábulas ó mitos de Hércules, Teseo, En la larga duración de los tiempos llama
los Argonautas, etc. comprenden desde el re dos heróicos, estas guerras son las primeras que
moto origen de la Grecia hasta el siglo XII, an presentan algún vestigio de operaciones milita
tes de Jesucristo. Desde 11 Oi arranca en Heró- res, alguna fisonomía de orden y de disciplina.
doto la historia «escrita» aunque no pueda de Las hazañas de Tídeo y Capaneo (dos jefes de la
cirse la historia «veridica y exacta» como hoy primera guerra tebana) de Diomedes y Stendo
la entendemos. Heródoto, el más antiguo his (otros dos de la segunda, que luego estuvieron
toriador profano, escribía por los años 500 (a C.) en la de Troya) tienen ya otro carácter y otras
y á últimos de¡ siglo (594) daba Solón sus leyes á circunstancias que las de Hércules y ¿un las de
Atenas, dos después que Licurgo á Esparta (885). Teseo al principio de su carrera. Hasta entónces
Debe advertirse que desde el siglo XII hasta el se habia visto jefes sin tropas ó tropas sin jefes
VI,(a. C.)la Grecia tuvo también, como la Euro penetrar de rebato en una comarca, recorrer y
pa, su edad media, es decir, un largo y tenebro destruirlas cabañas, perseguir ¿ los habitantes
so período de decadencia militar, á causa de las y retirarse después de hostilidades más ó ménos
conquistas de tesados y dorios. Jenofonte (370 felices, de crueldades hechas ó sufridas durante
a. C.) y Tucidides (39 1 a. C.) son los dos autores el espacio de pocos días y áun de pocas horas.
preferidos para asuntos militares. Más tarde Po- En las guebras de Tébas ya se vieron proyectos
libio (150 a. C.) griego de origen y romano de concertados con previsión, y ejecutados con
afición, después de caer prisionero en Pydna éxito; varias tribus, ó mejor los ejércitos de esas
(165-168? a. G.) escribió sobre la táctica griega tribus, encerrados en el mismo campo y someti
y romana 40 libros, de los que solamente nos dos á la misma autoridad y á la misma disci
han llegado cinco. Este conocido autor, traduci plina. Ya se ve desplegar esa constancia, tan su
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perior á la bravura do irritación y de empuje, y tos años después de Trova, la guerra Médica ofre
oponer el valor verdaderamente militar y me ció análogos caractéres.
ritorio ¿ la inclemencia de las estaciones, a las Para el objeto exclusivamente militar , basta
lentitudes de un sitio, á las penalidades de una llamar la atención sobre el siglo de mayor auge
campaña, tanto como á los variados lances de los y esplendor de la Grecia. La mente sigue asom
combates diarios. brada el curso de las gigantescas embestidas de
Respecto al sitio de Trova, seria imperdona la Persia con sus imnumerables huestes, arro
ble profanación analizarlo aqui con las agudas lladas en Marathón (490 a.C.l por Mikiades, en
puntas del compás de un ingeniero moderno. las Termopilas '480 a. C.) por Leónidas, en Sala-
Describir en prosa—y con la prosa de este siglo mina i80 a. C.) por Temistocles, en Platea (479
aquel hecho inolvidable, origen de la más alta a. C.) por Paumnias. ¡El mayor poder militar
poesía, además de inútil, parecería un ultraje hasta entónces conocido, roto y deshecho por los
al tipo eterno de lo más bello que ha producido esfuerzos «aislados» de pequeñas repúblicas!
el talento humano. Más vale pues dejar al lec ¡Sublimes ejemplos y lecciones de cuánto al
tor, con la Iliada en la mano, que reconstruya canza en la guerra el amor de la patria y de la
sobre el suelo sagrado las altas torres de Ilion libertad, reforzado por el arte y el valor!
y la tienda de Aquíles en nuestro humilde y Pues debe notarse, que, coincidiendo con
técnico lenguaje, la ciddad murada y el campo Roma en sus tiempos de esplendor, nunca fue
atrincherado, ya ofensivo y agresor. —Nos con ron en Grecia muy numerosos los ejércitos. En
tentaremos con transcribir las notables reflexio Platea (17-19 setiembre 479 a. C.) la suma de
nes que desenvuelve el docto y elegante histo todos los contingentes no pasaba de 410.000
riador arriba citado: «Aunque la ci erra de Tro ! hombres. De ellos 40.500 procedían nada menos
va tuvo por objeto un sitio, apenas se ensayó el ¡ que de 23 estados ó repúblicas diferentes; 34.500,
arte de sitios propiamente dicho. Los tróvanos, en su mayor parte tropas ligeras, de varios
socorridos por fuera, no estuvieron literalmente ¡ puntos y 35.000 eran ilotas. Esparta figura sola
encerrados en sus murallas. No es este el punto mente por 5.000 opLiTKs (V. e. v.), Laconia por
de vista histórico desde el que debe mirarse es- 5.000, Aténas por 8.000.
la famosa guerra. Objetos de más alcance, me Apartándose de la guerra médica, la mirada
joras sensibles en la disciplina, en el armamento, sigue contristada aquellas eternas rivalidades de
en la formación, en la táctica elemental, en la ¡ Esparta y Atenas, los dos pueblos que ya poste
estrategia, en que apuntan ya cálculos en re riormente resumen por su importancia la Grecia
gla; el orden, fundamento de todo arte; la civi 1 entera. Entónces se ve á Esparta oponerse á la
lización afirmada y perfeccionada por la guerra, reedificación de los muros de Atenas. La ciudad
todo esto es lo que realmente da á la expedición abierta, que fiaba la defensa á los pechos de sus
de los griegos contra Trova una importancia so terribles moradores, comprende el valor de los
brada para formar una época inolvidable en los muros en su rival, que no cuenta con ia f.strúc-
anales del mundo.—Homero la pone de relieve. I tura topográfica de su suelo, y más que con eso,
Allise ve ya resistencia presentada como más con su constitución social. El arte quizá expli
meritoria y gloriosa casi que el ataque; y desde que esta aparente contradicción, recordando que
entóneos se ve esta noble idea consagrada en las los espartanos miraban la pequeña península del
opiniones militares de los griegos. Siempre se Peloponeso como un vasto campo, cuyo núcleo no
aplicó la ignominia á la pérdida del escudo y no necesitaba en verdad más defensa, que la de su
á la de la espada, como en homenaje al principio j vigoroso brazo, siempre sostenido por el amor á
moral de que la guerra es honrosa y santa, so la patria y el respeto á las leyes. Por lo demás,
bre todo cuando uno se defiende, cuando se de la prueba de la importancia de ATÉNAsmurarfo es
fiende Á LA PATRIA». tá en la que tomó sobre la Grecia, en el punto en
«Asi en este primer poema, y en esta prime que Temístocles logró restaurar sus murallas, y
ra historia, el valor prudente y reflexivo, apo en el que estalló la guerra civil de 27 años, co
yado en el arte y secundado por el órden, gana nocida con el nombre de guerra del Peloponeso-.
á la larga sobre la fuerza y el valor desnudos de En resúmenes como el que vamos trazando,
orden y ciencia. En fin el destino, ese rey sobe y aún en historias voluminosas y macizas del ar
rano de los dioses y los hombres, por el órgano te de la guerra, la atención del lector suele lla
de Júpiter pronuncia entre los Dioses divididos, marse, para dispersarla y ahogarla, en difusos
y hace triunfar la causa de la civilización sobre detalles tácticos acerca de la Falanije con su ar
la barbarie, de Europa sobre Asia».—Ochocien tificiosa composición y su escabrosa nomenclatura.
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Y es al mismo tiempo singular en los autores diera explicarse, quizá halláramos por base de
falangistas la omisión imperdonable de cuanto la suya el aguerrido ejercito quo le dejó en he
concierne á fortificación. No parece sino que rencia su padre Filipo, formado con lajuventud
ese pobre arte no cabe honrosamente, no diga griega, mercenaria, endurecida en sus encarniza
mos en el circulo reducido de la estrategia y de das guerras. Aquí la historia vuelve á apoyar el
la táctica, sino lo que es más en el de inmenso raciocinio, mostrando los altos hechos á que
radio que abraza la palabra ci erra, con la acep puede aspirar un ejército por reducido que sea
ción lata que tiene y en este libro le damos. Si el número de soldados, si estos «individualmen
en la guerra no entra la fortificación ¿á dónde te» lo son, y su conjunto adquiere el órden y la
iremos con ella? En artículos de guerra, por más trabazón táctica que le permita obedecer como
que sean panorámicos, importa mucho el con una máquina la inspiración afortunada de un
junto y la dirección de las ideas madres, sin en solo caudillo.
redarlas en fútiles detalles que á veces las oscu Aquel ejército mercenario tan hábilmente or
recen y pervierten. Por eso, en breve paréntesis, ganizado por Filipo, habia destruido en Cheronea
consignaremos aquí el poderoso influjo de la for (338 a. C.) la libertad de la Grecia; y en aquella
tificación en los revueltos incidentes de la guer batalla fué donde la célebre falange ó formación
ra civil del Peloponeso. En ella deben estudiarse habitual de combate entre los griegos, tomó por
los memorables sitios de Potidéa (430 a. C.) Pla antonomasia el nombre histórico de Falange Ma
tea y Mitilene; los célebres atrincheramientos de cedónica. Con aquel elemento táctico y orgánico,
Pilo y Délo (424, la caida de la Acrópolis ó ciu- llevado á su más alta perfección, hizo Alejandro
dadela de Atenas (404?; en poder de los esparta en diez años la conquista del mundo entónces
nos: catástrofe inevitable, desde que la flota y conocido. A pesar de que en esta especie de
el ejército de Alcibiadea se estrellaron impru guerras invasoras, está demostrado por la histo
dentemente contra los «uros de Siracusa. En esa ria el poco influjo de la fortificación, vemos sin
guerra puramente civil, repetimos, del Pelopo embargo á Alejandro, antes de atacar á la Per-
neso la fortificación hace papel más importante sia, subyugar, sin enredarse en sitios inútiles,
que en los sesenta años de la guerra médica ó las ciudades muradas de la Grecia con el terrible
pérsica de invasión. Este hecho, que veremos escarmiento de Tébas.
siempre reproducirse en los cuadros análogos A la temprana muerte del héroe (323? 324?
que sucesivamente desarrolla la historia, tiene 326?) sucede la guerra entre sus capitanes para
su natural explicación en el número, composición repartirse el mundo. En aquellos combates de ín
y otras circunstancias de los ejércitos. En tiem dole distinta, en que la bravura y el talento
pos más cercanos, y en nuestra España misma, podian valer un trono al soldado raso, el ahte
puede explanarse esta idea; bastándonos obser de la guerra se elevó á la perfección. Lucha
var aqui que el numeroso ejército de Jerjes po igual de ejércitos contra ejércitos, de idéntica
día conservar guarnecidas las ciudades de Beo- ORGANIZACION, COMPOSICION y TÁCTICA, la FORTIF1CA-
cía, sitixr á Atenas y amenazar el Peloponeso y cino juega como arbitra: y el ARTEá su vez es per
el resto de la Grecia. De aquí el plan de Temis- feccionado por Demetrio (323-285; uno de los
tocles, de ganar enSalamina una victoria naval, sucesores definitivos de Alejandro, hasta el pun
y cortar así los víveres, de dia en dia más ne to de conocérsele en la historia con el sobre
cesarios á aquella fabulosa muchedumbre, que nombre de l'oliorcetes ó l'oliorcético, que dict
no podia subsistir en un suelo estrecho y estéril en griego TOMADOR DE CIUDADES.
sin el trasporte por mar de enormes abasteci El organismo de la célebre falange puede
mientos. comprenderse por el siguiente cuadro que va de
Dejando á las murallas de Atenas, reedifica menor á mayor.
das de nuevo por Canon, volver á influir en 2 protóstatas (fila impar) y 2 epistatas (fila
guerras posteriores: pasando por alto la celebre par) formaban la enomotia.—4 enomotias la hi
retirada de los Diez Mil (401 ¡, que tuvo á Jeno lera.—2 hileras la dilochia ó diloquia. —2 dilo-
fonte por historiador y caudillo; mencionando chias la tetrarquia.—2 tetrarquias la taxiarquia.
en honor de Epaminondas los nombres de Leuc- —2 taxiarquias la sintagma, batallón cuadrado
tra y Mantisea ¡362) concluyamos este rápido de 16 hombres de lado.—2 sintagmas la penta-
recuerdo de la (¡recia con el de la marcha Iriun- cosiarquia.—2 pentacosiarquias la chiliarchia, ó
fal de Alejandro de Macedonia (359 —334 a. C). quíliarquía.— 2 chiliarchias la merahqia.—2 me-
Este nombre merecen las increíbles conquis rarquias la palangaRQUIa cuerpo de 4096 hom
tas del héroe. Si eso que llamamos fortuna pu bres, dividido en 256 hileras de 16 hombres, ó
PALA - i88 - FALA
sean 16 sintagmas, cada una de estas de 16 hile de músicos y cantores, sacerdotes, vivanderos,
ras á 1 6 hombres. —La falange ordinaria, tenien poetas y proslitutas.
do de fondo 16 hombres, si se doblaba tomaba En el origen los griegos no podían sobresalir
32, si se desdoblaba quedaba en 8. en caballería, tanto por su pobreza, como por
Inútil es computar el frente de la falange, la escasez de pastos en el Atica. Andando el
porque no hay acuerdo sobre los intervalos y tiempo esta arma formó parte integrante de la
DisTANCusde sus miembros. También en profun organización falangista. Después de la batalla de
didad sufría variación continua. En Leuctra (372 Platea singularmente, escarmentados con las
a. C.) por ejemplo, dicen que Epaminondas su cargas de la caballería persa, ya sube al 10 por
bió el fondo hasta SO hombres por el costado de 100 de la infantería. Nunca, sin embargo, alcan
ataque, mientras los lacedemonios sólo tenían 12. zó grande proporción, pues Alejandro en Asia no
De aquí se hace arrancar el origen histórico de pasó de 5.000 caballos para 35.000 peones. Los
lo que hoy llamamos orden orlIcijo. (V. e. v.) En habitantes de la Tesalia y de la Etolia tenían
rigor no era preciso un límite superior ntiiérico, desde antiguo gran nombradla de jinetes; y sa
como hace notar Barthelemy. Para ('componer bido es que el griego, de imaginación poética y
falange» bastaba partir de la hilera elemental y galana, resumió en el mito del Centauro, mons
seguir sumando ó doblando. Así, los historiado truo mitad hombre y mitad caballo, lodo lomas
res de Alejandro llaman muchas veces falange diestro y perfecto en equitación (V. Caballería).
á la merarquia, ó A la piialangarquia indistinta Recuérdese de paso, como rareza histórica y
mente. El P. Daniel (Hist. de la mil. franp.) sos auténtica, que los griegos no usaron, ni cono
tiene, con casi todos los autores, que la verda cieron SILLA, ESTRIBOS ni HERRADURAS. Esta CABALLE
dera era la de 256 hileras de 16 hombres. Cada RÍA de Tesalia y Etolia era irregular y mercena
división ó trozo tenía su jefe inmediato; por con ria; pues no sólo sirvió á los griegos, sino á los
siguiente habia dilochita, tetrarca, sintagmatar- romanos después en su guerra contra Macedonia
ca, pentacosiarca, chii.iarcha, merarca, phalan- (197 a. C). Según expresión de Polibio (lib. 4.
GARCA. cap. 2.) «la de Tesalia, al revés de la de Etolia,
El soldado griego que constituía el nervio de era invencible mientras se batía en escuadrón.
la falange era el oplita ú oplite (V. e. v.). Lle pero inútil en perdiendo la formación».
vaba por armas defensivas duro casco, enorme En la organización puramente falangista se
ksciido y, según las épocas, coraza de varía for reconocían tres especies ó institutos de caballk-
ma ó loriga (V. e. v.) de cuero con placas ó ma bia, que llevaban las denominaciones de cata-
llas sobrepuestas; por armas ofensivas, espada fracta (V. e. v.) griega y tarentina: siendo esta
corta y una pica disforme, llamada sarisa de 6 y 7 última la más irregular ó ligera, compuesta ex
metros, con objeto de que la moharra de las filas clusivamente de arqueros ó flecheros á caballo.
centrales sobresaliese de la primera. El oplite, La división, denominación y fuerza de los dife
según algunos, ocupaba en formación ordinaria rentes trozos tácticos y orgánicos no está muy
unos dos metros; pero si se cerraba para cons definida. l;nos dan tagmas de 400 caballos y
tituir el sinaspismo (V. c. v.) se reducía á la cuar drongos de 2000, esto es, cinco tagmas. Otros
ta parte. Este oplite, como el legionario romano, tienen por fracción inferior y elemental la ila ó
como todo soldado veterano y de preferencia en escuadrón de 64 caballos al mando de un ii.arca:
las milicias antiguas, llevaba consigo un número cuatro ilas componían la tarentinarquia, cuatro
variable, que á veces llegó hasta siete, de sir de estas la hiparquía ó ephiparquia, y cuatro de
vientes, pajes, ilotas ó esclavos, para cuidar de estas últimas la epitagma de 4096 caballos, aná
su asistencia y de sus armas. El soldado que se loga á la FALANGE DE INFANTERÍA. Omitimos, por
guía al oplite en clase inferiorse llamaba peltas- incierto, sus movimientos y evoluciones; pues
ta (V. e. v.) por la forma y dimensión de su es nunca se sale de las generalidades, comunes á
cudo (V. Pelta). Venia á constituir clase inter todas lasTATicAsde la antigüedad, cúneo (V. e. v.)
media entre el oplite y el psílite, verdadero sol ó triángulo, rombo compuesto de dos cúneos, etc.
dado suelto, ligero, sin arma defensiva, tirador Lo positivo es que aquellas tropas tenían es
ó jaculador como el vélite romano. La nube, ó merada instrucción individual y consagraban
enjambre, ó cortina de psílites escaramuzaba verdadero culto á la gimnástica como la masa del
al frente ó en torno de la falange-núcleo. Ade pueblo griego, fogoso adorador déla bellezap/(i«-
más de los oplites, pei.tastas y psílites conviene tica bajo todas sus formas. Sus famosos juegos
«nadir, para formarse idea de un ejercito grie- olímpicos y continuas fiestas populares, su rons-'
uo, la numerosa turba de heraldos ó ayudantes. tante ejercicio en la danza pírrica. en la carrera
FALA -189- FALA
y el salto, en el pugilato y lucha atlética, de de la victoriosa legión romana en el campo de ba
bían dar gran desarrollo físico á aquellos hom talla de Cynoscéfalos ¡197 a. C.) y desaparece
bres nacidos bajo un cielo privilegiado. Sin em definitivamente de la historia en el de Pydna 29
bargo, tanto suelen recargar los helenistas sobre años después (168 a. C.) En el 446 la Grecia
ia precisión táctica, sobre la marcha ó danza á subyugada es provincia romana. Contando desde
compás de toda una falange, sin la menor ondu 324 en que murió Alejandro, se ve que \& decli
lación, al son de los himnos y délas flautas, que nación de la célebre falange macedónica duró
parece entreverse algo que ya rebasa la austera 178 años.
solemnidad militar y toca en lo teatral ó coreógra Resumiendo. La falange simple ó normal se
fo, según hoy decimos con vocablo griego. componía de dos merarchias, cada una de esta
Positivamente, como «espectáculo,» debiaser de dos chiliarchias; y una de estas de dos pen-
grandioso para aquel pueblo entusiasta, elegan tacosiarchías. En la falange simple se detiene ya
te y artista, el de una falange disponiéndose á la la formación ó tropa sin intérvalo.—Unos 4.000
batalla, cuando entonaba el pean con voz acorde hombres. Esta falange simple ó tipo, que duran
su ordenada muchedumbre. te ocho siglos, desde la guerra de Troya hasta la
La falange llegó á su apogeo con la modifica guerra Médica, constituyó el ejército más fuerte
ción llamada macedónica. No porque Filipo, rey de los griegos, nunca pasó de 256 soldados de
de Macedónia (312--33& a. C.) «inventase» en frente por 16 de londo 4.096. Con tropas acce
rigor nada, ni modifícale esencialmente la tac sorias, ligeras ó irregulares podía subir hasta
tica, sino porque hizo penetrar en el conjun 6.000 hombres. Eliano dice que en tiempo de
to orgánico la virilidad que siempre llera con Filipo, padre de Alejandro, la falange simple no
sigo todo pensamiento concreto y luminoso, apo pasó de 6.500 hombres, comprendido caballe
yado en una voluntad inflexible. Este eselsecre- ría, infantería ligera, soldados aislados y todos los
to de toda reorganización feliz. Desde luego en accesorios. Dos falange combinadas venían á for
su mano de monarca absoluto, la falange se hizo mar unos 4 0.000 hombres, délos cuales 8.000
permanente. Primera y eterna causa de superio formaban la verdadera masa ó núcleo. Esta era
ridad militar. Después, arreglo y tensión perse la falange doble ó difalangarquía. Con este órden
verante de la disciplina; proscripción de la moli combatieron los griegos en Marathón y siglo y
cie; persecución de la indolencia; supresión de medio después Alejandro en Asia. La falange de
lacayos, rameras y hagajes; por consecuencia Alejandro se elevó á 13.000 hombres. Era la di
largas marchas, rudos ejercicios. Sobre esto, ali falangarquía en su máximun de fuerza. Los lla
ciente y estímulo al mérito, al valor, é la adhe nos del Asia le permitieron unirnos difalangar-
sión. Creación de argiráspides (V. e. v.), es decir quías. Las dos falanges simples que las compusie
ESCUADRON PREFERENTE, ESTADO-MAYOR, SÍ Se quiere, ron quedaron en la misma relación una respec
dóade venia á concentrarse todo lo que más so to de otra: solamente se dobló el intérvalo de la
bresalía en nobleza, inteligencia y ambición. De segunda á la tercera falange simple. Esta combi
aquí un plantel de generales como nunca los tu nación de cuatro falanges simples se llamó te-
vo la Grecia. trafalanoarquia y fue el término más alto de la
Su hijo Alejandro, por consiguiente, no tuvo formación falangista. Simetrizada minuciosa
más que «dar la última mano» y añadir la esen mente por los cálculos de los tácticos de profe
cia, en rigor sobre-humana, de su propia perso sión, se elevó por los sucesores de Alejandro á
nalidad, para alcanzar, á los 32 años edad en que 28.672 combatientes, sin contar tiradores y ar
murió, el nombre más glorioso de la historia mi queros sueltos. Estas tropas consistían en 16.384
litar. Los sucesores asiáticos luego desvirtuaron oplites ó pesadamente armados que eran los fa
la falange típica ó macedónica, como la legión los langistas por excelencia; 8.192 armados más li
sucesores de César, introduciendo en su mate geramente y 4.096 jinetes; teniendo su nombre
mático organismo todas las redundancias y su propio, su gerarquía y su puesto cada tropa, ca
perfluidades de las milicias corrompidas: elefan da fracción, cada individuo: mecanismo que
tes, carros, máquinas, impedimenta. La verdad efectivamente debían encontrar estupendo los
siempre es una. La mismo da compararen Asia griegos. Esta ordenanza ofrece una complicación
los ejércitos de los reyes de Siria y de los Tolo- tan ingeniosa y artificial, que parece atestiguar
meos con los de Filipo y Alejandro, que, más tar más bien la intención de hacerla propia para el
de, las legiones de Teodosio y Stilicon con las de ataque y aun más para la defensa, que flexible
Mario y César. para las diversas combinaciones y movimientos de
U falange griega recibe el golpe de muerte una CAMPAÑA.
62
FAL.A - 490 - FALA
lin la celebre Retirada de los diez mil grie tego, el comandante superior del ejercito o fa
gos que habían combatido con el joven Ciro, Je lange, i.* El TAMARCA Ó centurión, esto es, el
nofonte, historiador y jefe, cuenta las importan oficial fuera de fila, que mandaba dos tetrah-
tes modificaciones que fue recibiendo la falange quias ó sean 1 28 combatientes bajo el píe más
para lograr mayor movilidad, y adaptarse á las fuerte. :i* El oplite ó simple soldado. Todo en
numerosas y variadas «peripecias» que se pre traba en estas tres categorías. Los oficiales em-
sentaron en una marcha de más de 1000 leuiias, rebidos en fila tenían la paga del soldado: los de
rodeados de enemigos. Carrion Nisas escoge esta más se asimilaban al estratego ó centurión. La
retirada de los diez mil como la verdadera época, paga de los soldados de menor consideración era
como el tipo y espejo en que debe estudiarse corla y variable, corriendo á veces por cuenta
la falange: más fuerte y complicada que en- I del oplite, á quien servían como de escuderos.
tiempos de Milciades y Pausanias, más redu Según La Barre DuparCQ, el estratego tenia de
cida á sí misma y obligada á más esfuerzos que sueldo I ií francos, el taxiarca 72, el oplite 36.
en tiempo de Filipo y Alejandro. En tiempo de ■ Escaso parece.
este y de sus suscesores, sea por el terreno, sea Del botín se hacían tres partes: una para el
por el crecido número de tropas de todas cla general, otra para el erario y otra para los que
ses y naturaleza que se combinaban con ellas, la más se distinguían. Excusado es añadir que tam
falange debia sentírmenos que con Jenofonte sus bién había coronas, estatuas, incripciones, elo
propias ventajas é inconvenientes. Atenas, La- gios, etc.
cedemonia lenian sus respectivas falanges que di Por lo demás, los eruditos suelen erizar el
ferian más ó menos del tipo macedónico; pero es- estudio táctico de la falange con una nomencla
la es la más completa, la más considerable, la tura aterradora. Partiendo del bocho de que se
más «artísticamente» organizada. En ella está ignoran los datos más fundamentales, ellos los
implícito por decirlo asi todo el genio de la tác suplen amontonando conjeturas, que honran á
tica griega. su imaginación pero que no merecen fe, ni casi
Para la falange, la dificultad y el peligro con atención. Aturde ver cómo explican la epagoga
sistían sobre lodo en la confusión inseparable del y la paragoga, la clisis y metábolo, la epístrofe, la
paso del orden profundo ó cerrado al delgado, plesion,cI plinthion, el embolon, el SIN'ASPISMO, el
mientras que siempre es fácil y seguro pasar de ANÁSTROFO, el PERÍPASMO, el ZTGE1N, el ST01CHEIN,el
un orden esparcido á otro apretado. Ventaja que PERICLAR1S, Cl I1ETEROSMOS, el PARÉMBOLO, el PRO
luego tuvo la legión sobre la falange. El gran de TAXIS, el esta xis, el ni pOTAxis, el celembolon, la
fecto de esta era su poca movilidad y lo quealgu" biperterasis, etc. Sobre esto hay cosas curiosas;
na le daba eran sus accesorios, es decir, los cuer no omitiendo sendas voces de mando o la moder
pos adjuntos de caballería y de tiradores ó cuer na, con su preventiva, Ciudadanos! y su ejecuti
pos ligeros llamados peltastas, psilites, arqueros, va En guardia! Clisis (conversión)! Marchen, etc.
honderos, etc. que en la falange tipo subían á De algunas, muy pocas, de estas voces damos
8192 plazas. en su correspondiente lugar la equivalencia más
A su vez cada uno de los pequeños estados probable, para que puedan ayudar á la lectura
que formaban la Grecia antigua, modificaba la ordinaria, en que suelen ocurrir con alguna fre
falange ú ordenanza táctica. La macedónica, re cuencia. V en vez de hacer con ellas más difuso
petimos, y la ateniense representan el tipo más y pesado este articulo lo cerraremos con algunas
complicado por lo artificioso y escalonado de sus consideraciones de otro género.
subdivisiones; y la espartana puede mirarse co Puesto que cl interés militar de la historia
mo la más sencilla, pues sólo tenia cuatro: mora, griega viene casi á concentrarse en Aténas y
lochos, pentecostvs y enomotia. Esta formación Esparta, no parecerá inoportuno un rápido pa
fue la que Xanlipo dió á los cartagineses cuan ralelo de los dos pueblos. En rigor las institucio
do le llamaron contra Régelo. Las ciudades me nes, leyes y costumbres militares de todas las de
nos ilustres que Atenas y Esparta tenían cuerpos más repúblicas, se modelan sobre Aleñan. A Es
de preferencia, que formaban el núcleo de su parla se la admira, pero no se la imita. Las
ejercito: como la Cohorte sagrada de Tebas, los dos repúblicas, en efecto, no sólo fueron an
Mil de Argos, los Eparitas en Arcadia. tagonistas sino profundamente antitéticas.
Esde notarlo escaso de las diferenciasen los Decir Atenas, es lo mismo que decir civiliza
grados y sueldos entre los griegos; pues, según ción, lujo, opulencia, molicie, gusto exquisito
el historiador militar ya citado, no había más y acabado por los monumentos, las artes, la be
que tres clases: I." El general en jefe ó estra lleza: asi como diciendo Esparta, se sobreen
FAL.A - 49i - " FALA
tiende aislamiento salvaje y soberbio, pobreza, sueño constante, y extiende su brazo de hierro
severidad, ignorancia. ¡Cómo no habia de existir sobre toda la Grecia (385). Otra paz (372) con
eterno antagonismo entre el ateniense vivo, li Aténas sólo sirve para que en Leuctra (371) pa
gero, decidor, valiente con intermitencias, sen se á Atenas la supremacía militar, tenazmente
sual hasta la corrupción, y el terrible espartano, mantenida por Lacedemonia durante cinco siglos,
siempre altivo, serio, adusto, pobre, sentencio hasta que por fin Macedonia v338) concluyendo
so, pérfido y, más que bravo, belicoso! Si la flo en Cheronea con la independencia griega, borra
rida Atenas consideraba el dinero como nervio de una vez en la historia los nombres, como es
de la (hierra, la estéril Esparta no loquería, pa tados, de Aténas, Esparta y Téras.
ra que no enervase su brio, ni templase el ardor Con la pasión fogosa de los atenienses por las
con que codiciaba el del enemigo. Asi vivia sa artes, era indispensable que el de la guerra
tisfecha con sus dispersos casuchos por incomo también se cultivara; pero entre aquellos hom
da vivienda, sin forma de ciudad, ni aspecto de bres volubles y amenos, este arte, simple y se
policía; sin tesoro público, sin murallas, sin ma vero, tomó extraños giros, metafísicas nebulosas
rina; como verdadero cuartel ó campamento en y teorías sobrado abstractas. Allí abundaban, á
que todo el mundo era soldado hasta los 60 años: la manera de maestros de música y de escultu
miéntras que su bulliciosa y turbulenta rival no ra, profesores particulares y especiales de estra
sólo ostentaba sus soberbios muros, cuyo recinto tegia (V. e. v.) en su extenso sentido, y artistas
se unia al Píreo con su acrópolis (V. e. \.) en el instructores de su complicada táctica. Jenofon
centro que encerraba el templo de Minerva y te, en su Ciropedia (lib. 3. cap. 6) pone en bo
con un desarrollo de 27 kilómetros; sino que en ca de Cambutes una acerba critica de aquellos
los tiempos de corrupción disipaba alegremente maestros de táctica ambulantes, especie de dó
su cuantiosa hacienda en juegos, fiestas y tea mines ó pasantes rutinarios, sin autoridad, sin
tros. Montesqiiiei! dice (Espr. des tois. lib. 3. cap. criterio, sin experiencia militar.
3.) «que se gastaban en los teatros las sumas La feroz Esparta nada de eso necesitaba. Sin
destinadas á la guerra y que una ley castigaba muros, ni máquinas, ni barcos, no le hacían falta
de muerte al que distraía para mantenimiento INGENIEROS, ni MARINOS; Sin SUELDOS, tampOCO AD
del ejército los fondos destinados al teatro». Al MINISTRACION. Persuadida por Licurgo do que con
alborear los tiempos históricos (1050 a. C.) Ate su bárbara disciplina, con su austeridad, con su
nas, con la abolición de la monarquía y la crea valor, tenían bastante para vencer, miraba con
ción de arcontes vitalicios, entroniza el imperio desdeñoso desvio todo cuanto se roza con el es
de la democracia y de la indisciplina política; tudio previo y la preparación teórica. ¡Qué cosa,
cinco siglos después todavía estallan sangrientas I qué sentimiento, qué afición no habia de pare
luchas con la aristocracia. Por entóneos en la cer redundante, donde la ley habia suprimido
primera y segunda ci'erra médica (490 y 480 a. «los maridos, los hijos y los padres»! iMontes-
C.) después de la expulsión de los persas con los quieu. Espr. lib. 1 cap. 6).
triunfos de Marathón y de Platea, la antigua Por confesión del mismo Plutarco, no hay
superioridad que Esparta hacia sentir con todo perfecta seguridad de la «existencia» de Licurgo
el peso de su fiereza sobre Atenas, sobre sus ene hacia 885 a. C; pero son memorables las leyes
migos y aun sobre sus propios aliados, comienza que bajo su nombre se conocen. Tenían por
á declinar: la marina ateniense la balancea y to fundamento establecer una igualdad absoluta,
ma nuevo tinte de odio y división profunda, la completa, estable y sin embargo habia esparta
antigua y enconada rivalidad de ambos pueblos, nos, lacones, ílotas, y todavía por debajo es
por la dominación exclusiva de la Grecia. Por clavos, que la legislación antigua nunca asimiló
celos y rencores se abstiene Esparta de comba á personas, sino á «cosas.» Sabido es que el ilo
tir en Marathón; con ojos de envidia ve sobre ta venia á ser un intermedio entre esclavo y li
Atenas los comunes laureles de Platea y por re bre. Las famosas leyes de Licurgo proscribían
sultado de la primera guerra del Peloponeso y artes, ocios y placeres; desarraigaban creencias,
de la loma de Potidea (430 a. C.) tiene que su sentimientos y pasiones; instituían ginmástica,
frir impaciente el auge y la prosperidad de Ate sobriedad, rudeza; convertían la ciudad en ea-
nas. Mas no bien firmada la paz de Nicias (421) lansterio, en cuartel, en campamento: y sin em
estalla la segunda guerra del Peloponeso fias dos bargo, por un contraste, que parece algo epi
duraron 27 años; entre ta democrática Atenas y gramático, prohibió la guerra excepto en caso de
la aristocrática Esparta, y esta, al fin, rindien , defensa propia. Excusado es añadir que entre
do (404) á su odiada y vanidosa rival, realiza su 1 sus preceptos violados, este fué el primero. Ade
FALA - 492 - FALA
más de constituir el pueblo una masa marcial En lo que desgraciadamente coinciden las
tan preparada, los dos reyes hereditarios, según dos repúblicas con otros muchos pueblos anti
Licurgo, deseaban y provocaban la guerra, por guos y modernos, es en el sistema, el empeño
sustraerse á los éforos (instituidos en 754 a. C.¡, ó la manía de enojar, vejar y martirizar á sus
cuya autoridad municipal les irritaba por lo ve propios generales y grandes hombres con sos
jatoria en tiempo de paz; y por su parte el sol pechas continuas; con críticas amargas, injus
dado, impaciente con la dura y uniforme insi tas, insolentes; con trabas pérfidas é insoporta
pidez de aquella vida, naturalmente agradecería bles. No hay más que abrir las biografías de
la ocasión de romperla; y tras de la emoción Milciades, Temwtocles, Alcibiades, Jenofonte etc.
del combate, no le disgustaría saber, á despe En Esparta para castigar ó molestar al rey Agis,
cho de Licurgo, lo que eran fiestas, banquetes le ponen al lado diez consejeros, sin cuyo voto
y perfumes. no puede sacar el ejército de la ciudad. Verdad
Al recordar los grandes hechos de estos pue es que así se espolea y estimula al que manda
blos la imaginación tiende involuntariamente á un ejército; pero en gracia de los inconvenientes
figurárselos grandes también en el sentido ma mayores que produce, bien podían desprender
terial. Pues conviene recordar que la ciudad de se de esta tradición suspicaz y recelosa los pue
Esparta contaba por toda población 9000 ciuda blos realmente libres y varoniles.
danos. Llamando á los de Laconia, podia pre FALAR1CA. Dardo, que llevaba debajo del
sentar en filas unos 30.000 oplites y 1.500 ca hierro ó flecha una pelota ó madeja de estopas
ballos; y además los ilotas, que venían á ser en
embreadas y empapadas en líquidos inflamables.
campaña lo que los auxiliares del legionario Cuando tcnian más artificio se llamaban maléo
ROMANO, Ó lOS SIRVIENTES del HOMBRE DE ARMAS en los, malleoli, y se parecían á una rueca, conte
la edad medía, ó los mozos y lacayos del infante
niendo con mimbres ó alambres las materias
español en el siglo XVI. En Platea cada oplite combustibles é incendiarias, y sujetándolas con
espartano llevaba, como se ha dicho, hasta siete alambres ó fajas de hierro al asta de una gran
de estos Ilotas ó lacayos. El pueblo estaba divi
flecha. Esto dice Maizeroy, citando á Ammiano
dido en cinco tribus, y cada una de ellas alista Marcelino (Libro 23). Se arrojaban de torres y
ba un cuerpo de tropas llamado mora (V. e.v.JLoa lugares altos, de dónde provino llamarla así por
autores hacen notar lo bien escalonado de su ge-
darse antiguamente á las torres el nombre de
harquía, que proporcionaba comunicación rápida Phalas (Clonard. T. I. fól. 123). La soliférrea se
y ejecución precisa de las órdenes. Según la ex diferenciaba de la falárica en que era toda de
presión de Tucydides, eran todos «jefes de jefes».
hierro inclusa el asta.
Aténas, con 20.000 ciudadanos repartidos en Saeta grande, ó mejor viga (según Silio Itáli
diez tribus, sacaba su fuerza permanente por co) con hierro largo y cuadrado á la punta, el cual
elección y sorteo entre los hombres de 18 á 60 se envolvía en estopas empapadas en pez y otras
años. El poder ejecutivo tenia la singularidad de materias combustibles. Estos dardos se dispara
estar confiado á diez magistrados supremos lla ban con maquinas de la mayor fuerza contra las
mados estrategos (V. e. v.). Tanto aquí, como en torres dk asalto llamadas fali (bastidas, helepo-
Esparta con sus dos revés y en Roma con sus dos lis etc.) para incendiarlas. Los saguntinosla hi
Consoles, lo que á primera vista parece que se cieron memorable. «Hallaban (los cartagineses!
busca es anular ó hacer imposible el principio de á los saguntinos parapetados en los escombros,
autoridad. Algo de esto hace presumir el celo ú oponiéndoles sus pechos sobre las mismas mu
fanático de aquellos pueblos por la integridad de rallas, ó echando mano á la terrible at-ma lla
sus derechos y libertades; pero en la práctica, y mada falárica, hacían estrago grande en los si
singularmente en la do la guerra, donde el es tiadores y solían rechazarlos y reducirlos á su
carmiento es eficaz á vuelta de algún desastre, campamento». (Lafuente. H. de Esp. T. I. pág.
conocían que el mando militar activo debe estar 340). Tito Livio la describe puntualmente (rfer.
en una sola mano, y sin derogar el principio, 3. lib. 21): «Phalarica erat Saguntinis nmsile
solían combinarlo de modo que nueve de los es telum, hastili oblongo etc.»
trategos dejasen el mando en jefe al más apto y
merecedor. Por supuesto desde que empezó á FALAS ó PHALAS. Nombre griego de la tor
malearse la austeridad republicana, fué cuando re de asalto ó de aproche, de la helépolis ó mo
dieron los generales afortunados en pedir grue- derna bastida móvil ó ambulante, del aparato
gratificaciones y en elevarse á sí mismo es- (en general de madera; destinado á avanzar á
tátuas y hasta templos. cubierto contra el muro sitiado, para picarlo ó
FALG - 493 - FANG
escalarlo. San Isidoro al hablar de la falárica nos llamaban Antemuralla. Nuestros antiguos
(V. e. v.) dice terminante: «Hoclelo pugnatwre llamaban Barbacana, como afirma Carlos Tethi
turribus, quas phalas dici, manifestum est. t Fes- (Lib. I. cap. 14). Antonio de Villa, Nicolás Ger
to da el origen de la voz: «Phala dictm ab altitu- mán ¡sic).... llámase también camino de Ronda
dine a piulando, quod apud Etruceos significa! etc.» (Puga y Rojas).—«La fausse-braye. ó baste
emlum». enceinle, llamada primitivamente falsa-braga y
FALCADO. (V. Carro falcado). Viene de fal después barbacana por los Españoles, et qui dút
car, corlar con la hoz, que también se llama vraisemblablement son origine au chemin de ron
falce, del latin falx, falcis, cuchillo corvo. — de etc.» (Zastrow.) En la nota de La Barre á este
Falcar el caballo, es bajar con exceso el cuarto pasage, hace este preceder barbacana á falsa-bra
trasero al pararse. ga, apoyado en Moretti [Dice. Mil.)
FALCARIO. El hombre armado con una hoz FALSEAR. Dicese de las armas blancas cuan
ó falce. do se rompen en la prueba.—También significa
FALCONETE. Pequeña pif.za de artillería, moralmente flaquear, perder brio y firmeza.
de corto calibre, que se fundía ya de una sola Dice. Terreros da falsear las centinelas, ganar
pieza en el siglo XIV, y que giraba sobre un eje las, sobornarlas.
para apuntarla. En el siglo XV eran de bronce y FALSOPETO. Según Covarri'rias, el bolsillo
tenían 5 pies, otros dicen 10, de longitud ordi que se incorpora en el entre-aforro del sayo que
naria. El calibre, aunque vario, era generalmen cae sobre el pecho, adonde parece estar seguro
te de bala de dos onzas. Diminutivo de halcón, el dinero más que en la faltriquera ni en otra
falcon, en latin falco, falconis. parte; pues no se puede hurtar sin que lo sien
FALDA. El origen de esta voz, según el P. ta teniéndolo delante de los ojos. Con todo eso
Guadix, es árabe; según el Brócense, godo, y se (añade sesudamente el buen clérigo'; hay ladro
gún Covarriibias, hebreo. Seria, pues, necesario nes tan sutiles que lo sacan de allí. Dice. Acad.
saber las tres lenguas á un tiempo para decidir. 5. da falsopeto como jubón de armar, balsopeto,
En la antigua armadcra, la parte plana del guar- y FALSETO, y FARSETO (V. C. V. y PlASTRON, ArMA-
dabrazo, que por detrás semeja al omoplato del dura).
hombre, y lo cubre, dirigiéndose por delante FALTA. Carencia, privación de alguna cosa
hácia el pecho, del cual á veces también defien necesaria. «Padecía falla de dinero para pagar
de gran parte, especialmente del lado izquierdo. los soldados y de mantenimientos para entrete
También llama Martínez del Romero [Glos.) fal nerlos». (Mariana. Hist. de Esp. lib. 24. cap. 8).
da á las láminas unidas que penden del peto ó —«El defecto en el obrar contra la obligación
de su volante, y que forman un lodo con el de cada uno». (Dice. Acad. 5.,—Faltar á la lis
gi'ardarrenes. Esta falda podia ser de malla. Son ta, al respeto, el fusil, la ración, el tiro, etc.
sinónimos Faldaje, Faldar; pero no deben con FALLIDO. Lo mismo que frustrado, un ata
fundirse con escarcelas.—La parte más baja y
que ó empresa.
tendida de una montaña. ¡Dice. Acad. Hist.).
«La parte baja ó inferior de las montañas ó sier FALLO. Sentencia definitiva de un juez ó
ras». (Dice. Acad. 5). A pesar do la autoridad, el tribunal.
uso toma por falda la vertiente ó pendiente en FANAL. Del griego phanos. El farol grande
tera. que se coloca en las torres de los puertos y el
FALDEAR. Dice. Acad. 5. omite este verbo, que se pone en la popa de la embarcación para
muy expresivo en topografía y táctica, para de gobierno de los navegantes. (Dice. Acad. 5.¡ (V-
notar la MARCHA Ó MANIOBRA Á MEDIA LADERA Sobre Faro.)
la falda de una montaña. FANFARRIA. «Vana arrogancia y fanfarro
FALDONES. En la casaca y levita las piezas nada». ,'Dicc. Acad. 5.)
que penden de la cintura. —Por analogía sin du FANFARRON. Ordinariamente se concreta
da, en la silla de montar, las dos piezas de cue al que finge ó exagera valor; pero la definición
ro que bajan sobre el vientre del caballo. Je Dice. Acad. 5 es más lata: «Dícese de los que
FALSA-BRAGA. Antemuro bajo, que se po se precian y hacen alarde de lo que no son».
nía para mayor defensa del miro principal y FANGAR. El terreno anegadizo que forma
corresponde á la barbacana de los antiguos (Dice. fango (Dice. Acad. Hist.) Fangal escribe Dice.
Acad. 1 y 5). «Falsa-braga es la que los Roma Acad. Esp. 5.* edic. Sitio lleno de fango. —Fango
FARA - *94 - FAST
El lodo glutinoso que se saca de las acequias y los quales dende á muchos años vinieron á po
pozos cuando se limpian, y el que se forma en blar y vivir en Hespaña embiados por el Rey <le
los caminos por las aguas detenidas (Dice. Acad. Marruecos al rey D. Juan de Castilla el primero
•5).—Fangoso. Lo que está lleno de fango. deste nombre, y aun murió este Rey de caida de
FARALLON. Islote ó picacho que sobresale un caballo que corrió el dia que salió en Alcalá
en el mar y esta en forma escarpada. (Dice. de Henares á recibir á estos xpianos, como a los
Acad. &). XIX capítulos de su ystoria lo cuenta».
Y sigue una nota de Catangos; <i Puede verse
FARAUTE. Hoy suele echarse en mala par lo que acerca de estos caballeros farfanes, y su
te esto, que antiguamente valia intérprete, men- venida á España, cuenta la Crónica de D. Juan I
sagero, rey de armas. de Castilla en su capítulo XX. Zúñiga en sus
FARDAGE y FARDELAGE. Antiguamente Anales de Sevilla copia los privilegios que en
equipage. De farda, fardel, bulto, lio, saco, ta dicha ciudad les fueron concedidos. Hecho es
lega (V. e. v.] este acerca del cual hemos registrado en vano
algunas crónicas africanas de aquel tiempo; pe
FARETRAó Pharetra. Nombre griego, adop ro hay lugar para sospechar que su nobleza no
tado por los latinos, de la aljaba, goldre o carcax. fué tan antigua, ni su pasada á Africa se verificó
Naturalmente desde la invención del arco y la al tiempo que aquí se expresa, y que quizás
flecha, surgiría la necesidad de llevar á la es eran descendientes de algún cristiano que to
palda el repuesto, y es por tanto ocioso buscar maría servicio con los edrisitas ó almorávides
el «inventor». Sin embargo mencionaremos dos en época ménos remota». [Mem. hist. esp. T. IX.
versos de Virgilio, que la atribuye, en unoá los pág. 6fi nota).
Sirios, en otro á los Cretenses: FARFANTON. El hombre hablador, jactan
«Virffíiibus tyriis too» es gestare pharbtuim». cioso, que cuenta pendencias y valentías. iDir.c.
(Eneida, lib). Acad. S) (V. y comp. Fanfarrón).
nAimAque, amycl&eumque canem cressamque pharetr¿*».
(Grorg. lib. 31. FARO. Del griego pharos. Torre para poner
PARPAN. Del árabe farasan, corrompido luz en las costas que sirva de guia á los nave
por la aljamia, ó dialecto de los moros españo gantes. (V. Fanal.)
les. Soldado cristiano á caballo al servicio de los FAROL df. retreta. Objeto que solía ser de
moros en la edad media. Se lee en Madoz. Dice, lujo en los regimientos, y cuyo coste se cargaba
geog. art. Alcalá: «En Alcalá de llenares recibió al fondo de entretenimiento según la circular
el Rey de Castilla D. Juan 1 cincuenta caballe de 27 do diciembre 1833.
ros africanos, oriundos de hspaña, llamados far-
fanes (cristianos de profesión pero que cobraban FARPADO ó Harpado. El pendón ó estandar
sueldo del Rey de Marruecos; muy ejercitados te cortado en puntas que se llamaban farpas ó
en la manera de la milicia de su paisque se de harpas en forma de triángulo.
cía Gineta: el Rey quiso verles maniobrar el dia FARSETO. Del latín fardo. Lo mismo que
9 de octubre 1360, y al salir por la puerta lla TnORAX. Jubos colchado ó entretelado de algo-
mada de Burgos, con el arzobispo D. Pedro Te don para vestir sobre él la armadura sin que mo
norio, en un caballo ruano, se le antojó dar una lestase. «Habiéndole quitado las armas le trae
carrera, tropezó en un barbecho y á la hora es rán un rico mantón de escarlata con que se cu
piró del golpe». bra, y si bien pareció armado tan bien y mejor
V Barrantes M.\LDONADoen sus «Ilustraciones ha de parecer en farseto». Quijote, p. I. cap. 21J.
de la casa de Niebla» Mem. hist. esp. T. IX. pág. FASCES. Insignia del cónsul romano, lleva
fifi) al hablar de los cristianos que Guzhan el da por los LICT0RE8 que le precedían, que consis
Bueno reunió en Africa para su empresa al ser tía en un hacecillo de varas rodeando el mangn
vicio del Rey moro de Fez ¡de quien se hizo va de una segur ó hacha, de la cual sólo se veia el
sallo) dice: «y otros que vivian grandes tiempos hierro. Palabra puramente latina.
avia en aquellas parles dende que los moros
conquistaron á Hespaña, que los embió allá FASCONA. Antiguamente lo mismo que az
Muca é Tarif presentados al Miramaniolin por cona. (Dice. Acad. y Terreros).
ruego del conde D. Julián y á estos siempre los FASTOS. En latín fasti. Entre los romanos
dexaron vivir en su ley en la cibdad de Fez; y era una especie de calendario, en que se nota
llamávanlos los moros á estos xpianos farfanes, ban por meses y días sus tiestas, juegos y core
FATI - 495 - FERE
momas, y las cosas memorables de la repú 4.° y etc. Declarando como de muy poco valor
blica. (Dice. Acad. 5). al oficial que se excuse con males imaginarios ó
supuestos á las fatigas que le corresponden; ó lo
FATICiA. Voz latina. Dejemos hablar á un que es igual, al trabajo propio de su empleo.»
escritor contemporáneo: «La fatiga proviene (Vallecillo. Com. á las Ord. pág. 210).
siempre del cansancio que produce el trabajo;
pero el cansancio no proviene siempre del tra FAZ. Lo mismo que haz: ya signifique cara,
bajo, ni llega siempre á producir fatiga. Un re rostro, frente; ya manojo; ya escuadrón, hues
cluta, por ejemplo, se cansa de hacer el ejerci te, tropa. (V. Haz).
cio, no por lo que trabaja, sino por lo que FAZAÑA. Antiguamente hazaña. De ahí fa-
le molesta; y el instructor suele fatigarse con el zañero ó fazañoso.
necesario trabajo que le ocasiona la enseñanza FÉ. La primera de las tres virtudes teologa
de muchos reclutas á la vez, lo que quiere de les tiene también preeminente lugar entre las
cir, que la fatiga es efecto del cansancio estre- virtudes militares, considerada la milicia, en
tuado, producido por un trabajo duro, fuerte, cuanto es posible, como una religión. (V. y comp.
violento ó por mucho tiempo ejercitado; y que Entusiasmo;.
el cansancio, aunque muchas veces proven FÉBR1DO. Antiguamente bruñido, resplan
ga del trabajo, proviene otras de alguna moles deciente, scg. Dice. Acad. 5.
tia, del aburrimiento que la sujeción engendra, FECIAL. Funcionario romano que entendía
y aun de la inacción obligada, como sucede y decidía en los negocios que ahora llamamos
al centinela que se cansa de estar de pié, ó de internacionales. El colegio de los feciales, com
dar paseos cortos, siendo asi que no se cansaría puesto de veinte individuos y presidido por uno
si caminara seguidamente á paso acelerado, y llamado Paler patratus, conocía y daba dicta
por mal camino, las dos horas que este servicio men en los casos de declaración de guerra ó
dura, Por tanto siendo el cansancio producto de ajuste de paz: y sus individuos, á manera de los
cualquiera clase de trabajo, de cualquiera clase farautes, heraldos ó retes de armas en la edad
de molestia, y aun de la inacción misma, y ma media, pasaban la frontera enemiga como agen
nifestándose la fatiga sólo cuando es extremada, tes del gobierno, y evacuaban su encargo con
el cansancio, como produelo de un trabajo ex fórmulas y ritos, más que curiosos, ridículos.
traordinario por su calidad ó duración; ó de otro F'ECHO. Participio irregular del verbo anti
modo, siendo la gradación de los efectos del tra guo facer. Hecho, acción, hazaña.—Fechoría,
bajo cansar hasta fatigar, y fatigar hasta rendir que hoy se usa en mala parte, suele decirse de
ú ocasionar la muerte, no es extraño que siendo guerrillero ó tropa suelta.
tan ocasionada la milicia á trabajos necesaria FEDERACION. Confederación. (V. e. v.)
mente violentos, se prefiera en ella, por razón FELONIA. Deslealtad, traición.
de su forzado y especial objeto de vencer ó mo
rir, la fatiga que mata al cansancio que faliga, y FELPA. Por metáfora y en lenguaje fami
que se use la voz fatiga, no sólo en su verdade liar, la reprensión áspera ó peluca, y también la
ra acepción sino en la de trabajo también para zurra, paliza, derrota.
dar asi á entender frecuentemente: sin necesi FEMINELA. El cilindro de madera en que
dad de repetirlo ninguna que este se ha de es se envuelve y clava la cerda, pelo ó lana de los
forzar cuanto necesario sea, hasta que llegue á escorillones y lanadas para servicio de las piezas
fatigar, á rendir, ó á producirla muerte No por de artillería.
otra razón las ordenanzas, usando la voz fatiga PENDIENTE. Cuchillada fuerte que pene
como sinónima de la de trabajo, se expresan en tra mucho. (Dice. Acad. 5).
varios artículos, del modo siguiente:—1." Pro
FERAL. Oficial de la legión romana encar
hibiendo á los militares de todos grados la mur gado de llevar la insignia con el símbolo de la
muración de ser mucha la fatiga; es decir, el concordia, que era una mano de plata abierta y
trabajo. —2° Exigiendo como condición pre colocada cu la punta de una lanza con los dedos
cisa del empleo de Sargento Mayor, robustez pa hacia arriba. (Dice. Moretti.) Como adjetivo,
ra la fatiga, ó como si dijera, para el trabajo de cruel, sangriento. Del latín ferus.
su empleo.—3." Encargando á los que mandan
que no se quejen á su jefe inmediato de estar FERENTARIO. En general soldado ligero de
cansada la tropa, no poder resistir la celeridad la legión romana. Del verbo ferré, llevar. Festo
del paso ii i la faliga ¡el trabajo; que se le da.— dice: uFerenlarii a ferendo auxilio,
FERI 496 — FIGTJ
FERIDA. Antiguamente herida. de una sola pieza de acero que forma dos brazos
FERRADA. Maza pesada, armada de hierro. perpendiculares entre sí; uno de estos brazos,
llamado cola ó palillo, es próximamente cilin
FERRAR. Guarnecer, cubrir con hierro. drico, mientras que el otro, de figura plana y
FÉRREO. Lo que es de hierro ó tiene algu escalonada en el canto, termina en una uña. Los
na de sus propiedades. No confundir con ferru pontoneros llaman fiador al cable ó maroma
ginoso. tendido de una orilla á otra, para sujetar las bar
FERRERUELO. Lo mismo que herreruelo. cas ó balsas que forman un puente de campaña.
FEUDAL. Lo perteneciente á feudo. Adjeti FIAMBRERA. De fiambre ó friambre. Es
vo que, militarmente, se aplica á los sustantivos voz que trae Covarrubias ¡Trs. de la leng. casi.).
guerra y ejército. — feudalidad. La cualidad, La caja ó cazuela de hoja de lata, y de forma
condición ó constitución del feudo.—feudalismo. varia según la moda, que el soldado usa para el
Bajo esta palabra, que no está en Dice. Acad. 5. ranchoyes una de sus prendasde equipo.—Dice
se comprende en el dia el régimen social, polí Acad. 5 da el verbo fiambrar, cocer ó asar algu
tico y militar que prevaleció en Europa duran nas cosas de carne y dejarla enfriar para co
te los tiempos medios. Sale de los límeles de merlas frías.
nuestro cuadro la definición extensa de un or FIDELIDAD. «Lealtad, observancia de la fi
den de cosas complejo, y que parece oscurecer que uno debe á otro.—Puntualidad, exactitud
se á medida que las investigaciones profundizan. en la ejecución de alguna cosa». jDicc. Acad. 5.,
No lo tocaremos, pues, ni de pasada; conten Virtud indispensable en la milicia.—Fiducia.
tándonos con recordar la visible y radical di Antiguamente confianza.
ferencia del feudalismo «español» con el de la
«Europa central» y áun, dentro de aquel, la que FIEL. El que guarda fé.—Cada una de las
separó al castellano del aragonés.—feudatario. dos piezas de acero que tiene la ballesta: la una
Adjetivo que comunmente se usa como sustan embutida en el tablero y quijeras, en que se tie
tivo. Lo que está sujeto y obligado á pagar feudo. ne la llave; y la otra fuera de ella, lo que bas
ta para que puedan rodar las navajas de la gafa
FEUDO. Daremos textual la definición de cuando se arma la ballesta.—En el arcabuz cual
Dice. Acad. 5: «Especie de contrato, en parte quiera de los hierrecillos ó pedazos de alambre
semejante al enfitéusis, en que el emperador, que sujelan algunas piezas. «La persona dipu
rey, príncipe ó señor, eclesiástico ó secular, tada por el rej para señalar el campo y recono
concede á alguno el dominio útil de cosa in cer las armas de los que entraban en público
mueble, ú equivalente, ú honorífica, prome desafio, cuidar de ellos y de la debida igualdad
tiéndole este regularmente, con juramento, fide en el duelo, y así era como juez del desafio».
lidad y obsequio personal, no sólo por sí sino (Dice. Acad. 5). Fieldad. Antiguamente lo mis
también por sus sucesores.—El reconocimiento mo que fidelidad y seguridad.
ó tributo, con cuya condición se da por el prín FIELTRO. Lana no tejida. Materia principal
cipe ó señor á alguno la dignidad, estado, ciu de sombreros y chacós.
dad, villa, territorio ú heredamiento. —La mis
ma dignidad ó heredamiento, que se concede FIEREZA. Aunque Dice. Acad. 5 dé inhu
con la calidad de reconocimiento y vasallaje.— manidad, crueldad de ánimo; en la milicia no
Entre las varias clases de feudo, como franco, suena mal, como ímpetu, bravura.—Fieros. Bra-
recto, propio, impropio, merece señalarse el batas y baladronadas con que uno intenta ater
feudo ligio: «aquel en que el feudatario queda rar á otro. ("Dice. Acad. 5)
tan estrechamente subordinado al señor, que no FIESTA militar. Se ha llamado en todo tiem
puede reconocer otro con subordinación seme po á los juegOS, SIMULACROS, ALARDES, REVISTAS y
jante; como si dijera, atado á aquel señor, á PARADAS.
distinción del vasallaje general que se puede dar FIGURANTE ó figurín. El individuo de tro
respecto de diversos señores». La voz feudo pa, diestro en el manejo del arma, que se pone
puede venir del latin fewdum, fé, ó del teutón como modelo, ante un pelotón de reclutas, para
fehd, guerra, contienda, que también se dijo que estos copien y uniformen los movimientos y
faida en los antiguos códigos germánicos. tiempos reglamentarios. Cuando se daba á ciertos
FIADOR Pieza de la llave, en las armas de pormenores más importancia de la que me
fuego manuales, que permite ó evita el movi recen, este capílulo, hoy tan breve, del manejo
miento de la nuez, según conviene. El fiador es del arma, era la pesadilla y la gloria de los tácti
FIJA - 497 — FISG
con: para conseguir una vistosa y sonora unifor filiación». (Reglam. de\.° selbre. 4845).—Filiar.
midad, se estropeaba el armamento y se estro Tomar la filiación.
peaba también el soldado. No bastaba que las FILO. Lo mismo que corte en las armas
compañías, era menester que los batallones, los BLANCAS.
regimientos, hiciesen el manejo del arma al com FILOCLASTRO. Nombre greco-latino, phylo-
pás de la música; y algún jefe que al frente de clastrum, que algunos dan al petardo (V. e. v.).
¿.000 hombres lograba oír sólo dos golpes secos, (Daniel. Hist. de la mil. fr. pág. 424). También
sonoros, con la baqueta en la recámara del ca le llama ceneum phyloclastrum Estrada (De bell.
ñón á la voz «ataquen», tenia la satisfacion de belg. dec. 2. lib. 40. pág. 440).
haber resuelto un árduo problema de táctica. FINIQUITO. El remate de cuentas y la cer
Se comprende que entónces era mucho más en tificación que se da de estar ajustadas.
vidiable y útil la habilidad del figurante; puesto
que á veces se lucia ante regimientos enteros. FINTA. En la esgrima, quite, parada, espe
rando la ocasión de herir; ademan, amago para
FIJANTE. Se dice del fuego que se hace de engañar.
alto á bajo, por oposición á rasante. No debe
confundirse con fuego curvo ó por elevación. FIRMA en blanco. Locución más propia y
castiza que carta blanca, del francés carie blan-
FIJO. Por antonomasia se llama asi al regi che, para expresar que se dan facultades á un
miento de infantería de Ceuta, cuerpo discipli general ó jefe para obrar con toda libertad.
nario (V. e. v.). La artillería también tiene ba FIRME. Como sustantivo, es, para los inge
tallones FIJOS. nieros, la parte central de carretera destinada
FILA. La continuación de hombres unos al exclusivamente á los carruajes, cuyo suelo está
lado de otros. Lo contrario de hilera. Pero con formado de varias capas de piedra machacada ó
viene recordar que hasta principios del siglo grava.—Como adjetivo, se dice firme en la silla
pasado ambas voces tenían significado recíproca al buen jinete; firme en el peligro, en el mando,
mente inverso. en los reveses.—Firme ó vieja llama la Ordenan
F1LAST1CA. Llaman los artilleros al hilo de za á la guardia saliente: «Cuando se muden las
cáñamo procedente de cordaje inútil destorcido, guardias, el tambor de la firme que ha de salir
que sirve para tacos y otros usos. tomará, al romper la caja, el mismo compás de
laque viene marchando....» (Art. 3. til. 22.
FILETE. Una moldura de la pieza de arti
Wat. 2.)
llería.—Bridón ó brida sin mcserola, que obra
sobre la comisura de los belfos y no sobre los FIRMES. Voz de mando reglamentaria para
asientos de la boca del caballo. que la tropa, en formación, se cuadre si estaba
descansando, ó vuelva la vista al frente termi
FILIACION. «Para conocer el personal de nada una alineación. —A pié firme se dice cuan
los individuos de la compañía sirven sus filiacio do se espera un ataque ó un peligro, material
nes. Este documento, que se extiende á cada uno mente, quieto: y moralmente, sereno.
á su entrada en el servicio, y cuyo original exis
te en la segunda comandancia del batallón á que FIRMEZA. Seguridad, aplomo, constancia,
la compañía pertenece, contiene su historia mi entereza. La firmeza en el mando no debe con
litar abreviada, empezando por las noticias que fundirse con la dureza. Recomendando la Orde
determinan su personalidad. Asi es que aparece nanza el trato del cabo con el soldado (y re
en primer lugar su nombre, el de sus padres y cuérdese que en 4768 aquel tenia vara! dice:
pueblo de su naturaleza; sus señales personales; «será firme en el mando, graciable en lo que
la manera con que entra á servir, si de quinto, pueda, castigará sin cólera y será medido en sus
voluntario, ó sustituto; el tiempo que debe du palabras aun cuando reprenda».
rar ese servicio; su juramento de fidelidad á las FISCAL. El encargado de instruir sumaria,
banderas, y las notas correspondientes á sus as proceso, expediente gubernativo, en averigua
censos y vicisitudes en la carrera. —El capitán ción de crimen, delito, falta, conducta. Fisco,
deberá reunir en una cuartilla de papel, arre voz latina, fiscus, es en general hacienda, teso
glándolas al modelo que marca el formulario, ro, erario público: y fiscal, como adjetivo, de
las noticias en extracto correspondientes á cada signa todo lo perteneciente al fisco. Sustantiva
uno de los individuos de su compañía, sacán do es, también en general, el ministro ó funcio
dolas de las filiaciones originales de las segundas nario encargado de promover y defender los
comandancias: á este documento se llama media intereses del fisco.—Fiscalino (V. Dominico).—
63
FISI - i98 - FLAQ
Fiscalizar, vulgarmente criticar y sindicar las la cordillera cantábrica; y su ala izquierda pue
acciones ú obras de otro. de sin embargo estar muy distante. Por eso la
FISICO. Antiguamente se llamó asi al médi ordenanza, no concluida, de 1762 definía bien:
co, y hoy todavía es nombre familiar entre la «Y como toda tropa formada consta de tres par
TROPA del OFICIAL DE SANIDAD. tes que son costado derecho, izquierdo y cen
tro..» [Art. 49. tit. 16 trat. 1.) (V. Cuerno).—En
FISONOMIA DEL terreno. Translatíciamente
fortificación y con especialidad en la traza del
se usa esta locución en topografía, para expre
frente abaluartado, flanco es la linea que une
sar su aspecto peculiar y característico en una
el extremo de la cara del balitarte con la corti.
comarca dada. (V. Topografía.) na. En los numerosos sistemas de este género
FITO. Lo mismo que hito, mojón. hay flancos rectos y curvos, bajos, retirados,
FLACO. Adjetivo usado alguna vez militar etc. disposiciones, estas últimas, que no pueden
mente, por oposición a fuerte ó grueso: «...dejó explicarse aquí sin auxilio de figuras.
á monsíeur Licbri, general de la caballería, con FLANQUEADO. En general lo que tiene de
cuatrocientas corazas en Neufchalel, plaza suya fensa ó protección lateral: por eso en fortifica
no del todo flaca, especialmente el castillo » ción se llama flanqueado al ángulo saliente de
(Coloma. Guerr. de Fl. lib. B). «Comenzaron á una obra, sobre el cual se cruzan los fuegos ds
subir por la cuesta arriba hasta que llegaron, no FLANCO.
sin gran dificultad y peligro, á las murallas del FLA.NQUEADOR. El que proteje, cubre, ba
castillo, sabiendo bien que dentro de él se ha te, registra, reconoce los flancos de una tropa
llaba muy flaco presidio....» ¡id. ibid. lib. 7) en operación, maniobra ó movimiento. Este,
FLAGRANTE. Lo que flagia ó resplandece. como bien se comprende, es un oficio ó encar-
Del verbo latino, flagrare, flagrar, arder, res j go pasajero impuesto por una necesidad táctica,
plandecer. i y que incumbe naturalmente á los institutos y
FLAMA. Del latin flamma, llama. Uno de tropas ligeras. Es sin embargo tal la manía de
tantos penachos ó adornos del morrión ó shakó. j las nuevas denominaciones, que habiendo anti
Este, que se llevó de 1830 a iO, era una borla guamente CORREDORES, y UlCgO BATIDORES, TIRA
de lana ó pita sobre una bola ó pompón. Le sus DORES, EXPLORADORES, DESCUBRIDORES, CAZADORES,
tituyó la galleta ¡V. e. v. y Pompón.) también hubo flanqueadores en España, porque
FLAMANTE. Martínez del Romero (Glos. los hubo en Francia y aun no recordamos, si en
del Cal. de la íi. Armería) llama asi á ta la guardia imperial.
espada cuya hoja está ondeada en forma de FLANQUEAR. Respecto al ejército propio,
llamas.—En general lo que arroja llamas.— es cubrir, guardar sus dos flancos; y respecto
Lucido, resplandeciente. —Nuevo, acabado de al enemigo, es atacar, amenazar, envolver uno
hacer. de sus flancos.—En fortificación, es procurar,
FLAMEAR. Lo mismo que tremolar. por medio del trazado, fuegos que se crucen
FLANCO. Del alemán flanke, del italiano/Jan sobre un saliente, sobre un foso, ó sobre otro
eo. Es frecuente confundir flanco con ala y cos punto importante y destituido de defensa direc
tado (V. Ala). Flanco, en táctica, es el terreno, ta ó propia.
el espacio que está en la prolongación del ala ó FLANQUEO. La acción y efecto de flan
costado, á partir del último hombre ó cuerpo quear, así en táctica como en fortificación. El
que constituye aquella. Contribuía á mantener flanqueo no es másque el servicio avanzado, la
esta incorrección la voz de mando de la anti descubierta por el flanco, en vez de ser al fren
gua láctica: Flanco derecho ó izquierdo! para te; sin embargo en las marchas, en que la exten
significar el simple giro individual. La nueva sión inevitable de las columnas hace extensos los
dice con más brevedad derecha ó izquierda! pa flancos, este servicio es muy principal, cansa
ra «hacer frente donde se tiene uno de los cos do y peligroso.
tados». [Instr. del red. pág. 13). Efectivamente
FLANQUERA. Pieza de la rarda ó armadura
el hombre en fila tiene costado, pero no tiene
del caballo de batalla, que cubria los flancos y
flanco: quien lo tiene es la tropa, en conjunto,
parle de los lujares, y se aseguraba con correas
de la cual forma parte. Un batallón que forma
el cuadro no tiene flancos. Un ejército, que al petral y á la grupera.
maniobra sobre el Ebro con el frente á Francia, PLAQUEAR. Descaecer de ánimo, cejar, ce
tiene su flanco izquierdo apoyado, cubierto por der, desistir. *La caballería flamenca, habien
FLAQ - 499 - FOGO
ció apenas hecho una débil prueba de resisten- espada ántes de acometer. «Y sacando la espada
da, (laqueó y dio manifiestas señales de ceder». con singular destreza, floreando la punta, se fué
(Bas. Bares. G. de Flánd.) ' en gentil compás desviando del puesto». Gonz.
FLAQUEZA. Según Dicc.Acad. 5. se llamaasi de Céspedes. Sold. Pind. lib. 2). De aquí la fra
en esgrima al último tercio de la espada hácia la se «andarse en floreos».
punta. FLORESTA. Sitio poblado de árboles, plan
FLECHA. La etimología de este nombre quie tas y flores. Por extensión cualquier lugar cam
re Covarri'bias que sea a fleclendo. En griego pestre, ameno por su frondosidad y agradable á
su equivalente es campylon; en latin sagilta; la vista.—Foresta en latin. Forét en francés es
luego por aquí no hay rastro, y sin embargo, selva, monte, de donde sale el verdadero adje
en las dos lenguas latinas, el francés y el italia tivo FORESTAL.
no, se dice fléche y freccia que se pronuncia FLORETE. Dice. Acad. 5. da «La esgrima con
frecha. La saeta larga y delgada que se tiraba espadín. —El mismo espadín destinado á la en
con el arco.—La obra de fortificación pequeña, señanza ó ejercicio». Floretear, según el mismo
en forma de rediente ó de simple ángulo agudo. Dice, no es, como parece, tirar ó esgrimir, sino
—Cada una de las dos vigas del antiguo puente adornar ó guarnecer con flores. (V. Florear).
levadizo llamado de báscula. FLORIDO. Se suele decir de lo mejor de un
FLECFIADOR. FLECHERO. El soldado an ejército, la tropa escogida ó de preferencia.
tiguo armado de arco y flechas. «Adquiridas á costa de sangre se han de conser
FLECHAR. Disparar flechas, armando ó ten- var, consumiendo lo florido de la milicia». (Na-
diendo, ó también flechando el arco. varrete. Cons. de monarq. disc. 8).
FLECHAZO. La herida de flecha. FLOTANTE. Lo que se mantiene sobre el
FLECHERA. Aspillera, saetera, tronera, agua. Se dice de los puentes de barcas, balsas,
hendidura estrecha y larga, abierta en el muro pellejos.
para disparar á cubierto. FLUCTUACION. En táctica, lo mismo que
FLECHERÍA. So ha dicho, como ahora fusi serpenteo, ondulación.—En un jefe, irresolu
lería, del conjunto ó tropa de flecheros ó ción, duda, vacilación. Del latin fluctuare.
arqueros. FLUIR. Se dice de los ríos.—Fluere en latin.
FLEJE. Hierro estirado en láminas delgadas, FLUVIAL. Lo que pertenece á los ríos.—Voz
estrechas y largas, del que se hacen los aros de latina enteramente, (luvialis.
cubetas, barriles, etc. de artillería. FLUJO v reflujo. El movimiento alternativo
l'l.t.MK. Instrumento de los mariscales para de la marea, de subir y bajar las aguas del mar.
sangrar. (V. Ballestilla). FOCINO. Especie de vara con un punzón ó
FLOJEAR. Plaquear en acción de guerra. cuchillo en el cabo que lleva en la mano el
Ceder á la fatiga; descuidar la vigilancia; mar hombre que rige y gobierna al elefante. (Dice.
char con lentitud y desorden. Acad. 5).
FLOJEDAD. No es sólo debilidad, flaqueza, FOCO ó Focus en latin. Voz matemática, que
falta de energía y brio: es pereza, desidia, ne ha pasado al lenguaje vulgar en sentido de cen
gligencia, descuido. tro, de núcleo, de manantial, de punto de reu
FLOJO. El que descuida y desatiende sus nión, de nacimiento, de convergencia, de vita
obligaciones de toda clase. lidad. Se dice foco de rebelión , foco de la guerra ,
FLOR. Lo más escogido y selecto de un país, por el país ó comarca donde estalla ó se ali
de un ejército. «Para satisfacerse del daño que menta.
en los Gelves habia recibido su ejército, mu FODRO. Alguna vez se ha dicho por vaina
riendo la flor de Castilla». (Colmenares. Hist. de de espada. Del bajo latin feutrum, fodra: como
Segovia cap. 36). en el alemán moderno, futter; en francés, four-
FLORDELISADO ó Florlisado. El galón del reau.
sombrero adornado con flores de lis que anti FOGATA. Voz italiana. En lenguaje vulgar,
guamente era distintivo de casa real, por oposi hoguera de campamento. —En fortificación pasa
ción al liso, llamado de panecillo, y al mosquete jera, mina, hornillo, relativamente pequeño,
ro Ó DE DIVISA. FOGON. El pequeño agujero en toda arma de
FLOREAR. Mover ó vibrar la punta de la fuego por donde éste se comunica del cebo á la
FOGO - 500 - FOND
carga. Esta voz técnicamente es más propia de que llevaba vestida». [Crón. de D. Alv. de Lu
la artillería; dejando oído para las armas portá na, pág. 92).—«El que troxiere fojas con capie-
tiles ó manuales. 11o. una cavallería (parle del bMin). El que tro
FOGONAZO. La inflamación del cebo sin co xiere fojas compridas con mangas de lorigon
municación á la CARGA. fasta el cobdo, ó con faldas de loriga, una cava-
FOGOSIDAD. Excesivo ardimiento; precipi Ueria». [Espéculo, tít. 7. ley 14).
tación, viveza, impaciencia. Ningún defecto ni FOLLA. Después de haber justado con el
sobra puede ser bueno; pero en la milicia mantenedor ó su ayudante, los caballeros todos
más vale caer en este, que en su contrario la partíanse en dos cuadrillas, y arremetiendo
flojedad. Don J. J. de Mora en sus Sinónimos unos contra otros se tiraban desaforados man
hace la siguiente oportuna distinción: «El hom dobles, tajos y reveses, tan sin órden ni concier
bre impetuoso lo es en sus acciones; el vehe to que semejaban estar fuera de si.—Esta voz
mente, en sus sentimientos y conducta; el vio que traen los Diccionarios de la Academia 1 y 8,
lento, en sus pasiones; el fogoso, en su imagi Terreros y Covarribias, pasó al francés, foule. y
nación. Asi es que el ímpetu está en los movi al italiano, fola.
mientos; la vehemencia, en el lenguaje; la FOLLAR. Antiguamente talar, destruir.
violencia en la exasperación; la fogosidad, en los (Dice. Acad. 5),
deseos. El que obra impremeditadamente, con
arrebato y sin reflexionar en las consecuencias, FONDA. Antiguamente honda, del latin fun
es impetuoso; el que exige, pide, incita ú orde da. Fonda-fustk. Arma defensiva antigua. «Don
na con insistencia y con energía es vehemente; de parece que fonda-fustes tanto quiere decir
el que atrepella toda consideración y quiere que como tablas huecas, e mucho bien fechas, <■
todo ceda á su voluntad, es violento; el que se aderezadas para defenderse de las piedras de las
exalta con facilidad, exagera cuanto piensa y fondas». (Gran Conq. de Ultr. ¡1274) por Don
cuanto siente y se entusiasma con los más leves Alonso kl Sabio, lib. 3. cap. 17.) Clonard, des
motivos, es fogoso». pués de decir estoen su Hist. org., pinta en su
lámina 1.* un paraguas hecho y derecho. Y dice
FOGUEADO. Se dice del hombre y del ca en la pág. 23 «construido en forma de paragua
ballo. (V. Foguear.) y cubierto comunmente con pieles ofrecía la
FOGUEAR. Ejercitar una tropa en hacer ventaja de preservar al combatiente de los dar
fuego. Algunos lo confunden con aguerrir; pero dos y fuegos artificiales». Y en la página 2N:
la diferencia es sensible: foguear indica tirar «por I «En Navarra dábase á esta máquina (al Fundibalo
ejercicio en campo dé instrucción», por consi el nombre de Fonda-fuste (con su cita al pié, de
guiente sin bala; y aguerrir, no sólo es tirar ba la cámara de Comptos). De donde resulta que.
las, sino acostumbrarse á recibirlas sin hacerles ; como en toda máquina antigua, nos quedamos sin
caso, ni la menor reverencia. saber lo que era.
FOJA. En el Ordenamiento de Alonso XI (1338) FONDEADERO. Paraje situado en costa,
y en el de Don Juan I (1390) sobre armamento po puerto ória, de profundidad suficiente para que
pular se dice: «armas complidas en que haya la embarcación pueda dar fondo. (Dice. Ácad. 5
cotas et fojas, et piezas con su faldón». Y en el !
1.° «sean tenudos do los traer al servicio, guisa FONDERO. Lo mismo que hondero.
dos de gambages, et lorigas, et de capelinas, et FONDO. Del latin fundus. En general la par
de fojas, et de gorjera, etc.» Clonard da la si- te inferior de alguna cosa como fondo del foso.
guíente explicación (Hist. org. T. I. pág. 428): i de la trincuf.ra; ó que se supone hueca, fondo
«Las fojas llamadas asi por primera vez en las de un rio.—En táctica, fondo es extensión en
leyes de Partida (Part. 2. tit. 2(¡. ley 28) y en j sentido de profundidad, contada sobre la per- ,
Aragón espatlleres, eran unas láminas de hier pendicular al frente ó batalla.—Una columna
ro trabadas con goznes que cubrían la espalda tiene mucho fondo cuando es muy larga. Antes
del ginete» (V. la Crónica de Don Juan I. Año 12 se decia aumentar ó disminuir el fondo al for
cap. 6. 1390). — Según Martínez del Romero mar en dos ó cuatro filas.—Cargar á fondo, esto
(Glos. del Cat. de la R. Armería) foja ó foxa se es, abordar al enemigo con resolución al arma
halla usado en vez de coraza, ó lo que llamaban BLANCA. En ADMINISTRACION y CONTABILIDAD hall
platas, que eran el peto y espaldar. «E otro dia sido numerosos y variables los fondos: de arbi
armóse el nuestro capitán de unas foxas ligeras trios (V. e. v.)—de armamento—de caballos—de
é tales que se podían bien encobrir con la ropa entretenimiento—de masita ó depósitos indi vi
FONE - 504 - FONS
duales—de música—de gran masa—de hombres diendo al tribunal de alzada, que es para noso
—de prendas mayores—de recluta —de remon tros el Dice. Acad. 5." edición, encontramos:
ta—de vestuario y equipo etc. Diferentes regla «Fonsadera. servicio personal que se exigía an
mentos han venido creando y disminuyendo es tiguamente para el trabajo de los fosos en las
tos embarazosos fondos. Por real orden de 28 de fortalezas (V. Foxsario).—Fonsado, tributo así
marzo quedaron ya reducidos á tres en los cuer dicho por ser para reparo de fosos.—Fonsado, lo
pos de inpantería. Todo militar sensato estará demismo que fonsadera.—Fonsado, la labor del fo
acuerdo con el siguiente párrafo de una obra so.—Fonsado, ejército, hueste».—Clonard da
reciente: aLa ordenanza, escrita hace un siglo, fonsadera como contribución en la edad media pa
refleja exactamente los principios económicos ra cubrir los gastos del fonsado ó campana, esto
que entónces se profesaban. La tendencia al es, de la incursión ó entrada en tierra enemiga,
ahorro se manifestaba á cada paso; fondo para á que por lo general se reducía entonces la cam
los cabos, fondo para los tambores, fondo para paña. Evidentemente es inexacto llamar fonsado
los soldados. Después de su publicación se ha á la guerra.—Bf.rganza, para quien son sinóni
exigido á los subalternos de caballería ahorrar mos fonsadera y fonsadero, los da como tribu
en caja un fondo de dos mil reales; hace poco tos para acción militar.—Terreros coincide con
tiempo se redujo á la mitad. También los sar Dice. Acad. 1 y 5 en que era tributo para reparo
gentos reúnen un fondo respetable con relación de fosos de los castillos y exércitos (sic).—El
á su sueldo. Se sabe que estos capitales no pro Glos. del Fuero de las Cavalgadas dice: «llamá
ducen ningún interés por lo cual son improduc base también fossadera ó fonsadera las derrama*
tivos. Se perjudica también á la sociedad, reti ó contribuciones que se imponían para gastos de
rando de la circulación un numerario crecido guerra». Pero, citando el Fuero de Malgrad.
sin favorecerá nadie. Estos depósitos proporcio añade: «La voz fossatera es de la baja latinidad.
nan en caja una responsabilidad, inútil puesto Significa la multa impuesta á los que teniendo
que no pueden ni deben emplearse en operacio obligación de ir al fonsado ó hueste, dejaban de
nes mercantiles. En campaña las molestias son hacerlo no estando imposibilitados ó exentos.
aún mayores y la esposicion de perderlo conti La etimología es de fosatum ó fonsatum, que
nua. Los dueños ninguna ventaja encuentran: si significa guerra ó hueste». El mencionado Fue
son de buena conducta, nadie mejor que ellos ro de Malgrad dice: «Qui in/irmus fueril non
han de saber administrarlo; si es por el contra eat in ponsato nec peclel fossatera. Qut in roma-
rio, nunca llegan á reunir el fondo, puesto que riam fuerü non pectet fossateram.—En el Fi ero
están siempre pagando deudas. Suprimiendo to deCáceres (1231 ) se encuentran revueltas, y tam
da clase de fondos personales, quedará resuelta bién sin definir, varías voces, por ejemplo: «To
la cuestión bien sencillamente». (J. Guzman. Es- do orne que lieuare tienda redonda en alniofalla
tud. sobre cab. pág. 48). (V. e. v.) de veinte cuerdas....—De Fonsado ó
FONEBOL. Várela y Limia en su Resumen daceria de X cauallerias á arriba dent I ración
Histórico del arma de Ingenieros cita, pero no á Dios y otra á catiuos....—Cauallero ó peón que
catiuare daceria ó de fonsado denle el mejor mo
describe esta máquina antigua (V. e. v.) y como no
vale la pena de entrar en investigaciones basta ro, ó mora, ó la mejor bestia mular ó cauallar...
e los de Cáceres ó de su término que se asenta
con trascribir el texto: a... hallamos en el citado
analista (Zurita) mencionados detenidamente el ren en aquel fousado ó en aquella aceria....—
ponkrol que se hizo traer de Huesca para el ata Todo orne que fuere en cavalgada a 10 compa
que de la villa y castillo de Albero (1220), con ñero... —Todo orne que en lide se acertare...—
el cual se arrojaban mi) piedras por el dia y Quien auer de fonsado ó dazeria ó dapellido to
quinientas por la noche.... los trabucos, el fo- mare....—Todo orne que cauallo dier á otro por
nebol en el sitio de Mallorca (1229)». excusarse dapellido ó de fonsado córtenle el ra
bo al cauallo...—Primo ¡uniera nin poblador non
FONOGRACÚSTICA. El arte de hablar per
peche fasta un anno ni vaya en fonsado —To
fectamente desde larga distancia, sustituyendo
do orne que su muller oviese enferma non vaya
las letras del alfabeto general con sonidos musi
en fonsado ni en apellido....—Alcaldes que fue
cales.—Util para la guerra usándola corneta.—
ron ¡n fonsado aut in apellido no den soldado...
Inventor Serch y Sala hácia 1839.
—Todo orne que su cauallo aduxiere quebrado
FONSADERA ó Fossadera ó Fossataria. Fon ó donado de fonsado ó dazeria....—Caualleros
sado. Es vario y no muy definible el significado que exieren en caualleria, ó en apellido, ó en
de estas voces técnicas de la edad media. Acu azeria....—Mando et otorgo al Concejo de Cácc-
FONS - 602 - FORN
res que non vayan en hoste mais de XXX días..» I sicion es una disposición primordial . es un
El objeto de esta larga cita era mostrar lo principio que la formación pone en acción: esta
«vario» de las voces entóneos usadas. Por lo de úllima es una operación orgánica y secundaria.
más, nuestra opinión personal es que entre los —La formación es, pues, el cumplimiento de to
significados quizá simultáneos de fonsado, como das las medidas que dan la vida á las reglas de
contribución y multa, el principal fué, como la composición y á las previsiones de la organi
dice la Academia, de hueste ó ejército. Lo cor zación. La formación es el objeto al cual tienden
robora este otro texto: los principios generales de la constitución. Esta
Ouando esto ovyere lecho sabrás de nü mandado. . . es el primer eslabón de una cadena de la cual
Travesaras el mar con todo tu fonsado. . . la formación es el último».—Si la lengua militar
Quando allá ll«»tro el le vio el su fonsado
El lloró et llanto en e/ozo fue tornado. . . toma estos vuelos, concluirá por ser indescifra
Oue venya Almozore con muy fuertes fonsados, ble.—En geología, formación significa el con
(Jue traya ciento é treyntamil cavalleros lorigados. junto de rocas producido por una misma causa
(Poema del Conde Fernán González). en cualquier periodo de la historia de la tierra.
FONSARIO. En la edad media, foso. «Enton FORMADO. Participio pasado de formar,
ces, el rey mandó fincar las tiendas en el fon- aplicable á hombre y tropa.
sano cerca de la villa». [Crón. yral. part. 4). «Y
por esto mandó el rey poner en el fonsario dos FORMAL. Se dice del sitio de plaza melódi
trabucos, de los que habían hecho en Sevilla los co, en regla; de una acción ó combate reñido.
genoveses». (Villaizan. Crón. de Alfonso XI). FORMALIDAD. «La exactitud y puntuali
dad con que se ejecuta alguna cosa.—El modo
FONTAL y FONTANAL. Lo que pertenece
de ejecutar con la exactitud debida algún acto
á la fuente. —Fontanal es también sitio que
público. — Seriedad y juicio de algún acto».
abunda en manantiales. {Dice. Acad. 5).—Fon
(Dice. Acad. 5.). Todo ello muy importante en la
tanar antiguamente lo mismo que manantial.
milicia.
(Dice. Acad. 5).—Fontanería. Además del arle
de encañar y conducir aguas, expresa el com FORMALIZAR. Se dice de un sitio, cuando
puesto de conductos por donde se dirigen á las se emprende en regla; de una escaramuza, que
fuentes. (Dice. Acad. 5).—Fontanoso. Antigua se convierte en combate; de las cuentas, que se
mente se aplicaba al terreno que tiene muchos ajustan. •
MANANTIALES. (DlCC. ACAD. 5). FORMAR causa,—cuadros,—cuña,—ejérci
FOR AGIDO, Del latín foros. Se dice también tos,—en ala,—en pelotón,—grupos,—martillo,
de tropa, como se ve en Fr. J. déla Puente, —soldados,—sólido,—sumaria, etc.
(Conven, de las dos monarq. cap. 5."/: «Muchos FORMIDABLE. Adjetivo latino, formidabi-
grandes capitanes dieron principio á su con lis. Lo que es temible, lo que infunde asombro
quista con escuadrones de gente foragida y fu y miedo. —El verbo formidar significaba anti
gitiva». guamente temer, recelar.—Y el adjetivo formi
FORAIDA. Antiguamente lo mismo que hon doloso, formidolosas, el que tiene mucho mie
donada ú hoyada. (Dice. Acad. 5). do. (Dice. Acad. 5).
FORCHINA. Arma de hierro á modo de hor FORMULARIO. El libro escrito en que se
quilla. (Dice. Acad. ■>). contienen las fórmulas que se han de observar
FORMACION. En el dia parece que esla voz para la ejecución de alguna cosa.
latina, formatio, está aceptada para expresar, FORNECER. Del bajo latín fornescere, re
en general, la figura rectangular que loma la forzar, fortalecer.—«El alborolo y rebato fué
unidad táctica ó de fuerza ai colocarse sobre el tan grande en ella (Granada 1 162) que de la una
terreno.—La reunión de estas formaciones par parle cercaron y fornecieron las puertas, y de la
ciales no constituyen la formación de un ejérci otra todos los cavalleros y peones de la dicha
to, sino el órden. —LTn batallón ó escuadrón to ciudad salieron al campo» etc. (Mem. hist. esp.
ma tal formación: un ejército ó división toma T. VIH. pág. 9.1).—Diccionario Academia I y 5.
tal órden. Un batallón forma en batalla: un no lo da en osle sentido, sino más bien en el de
ejército se pone en órden de batalla. Sin embar proveer, abastecer, de donde sale fornecimiento,
go muchos confunden formación con orden, or y fohneudo, y kornimiento: fornir, en sentido
ganización, composición. (V. e. v.). Como prueba también de guarnecer: «Mandola fornir de gen
y ejemplo veáse lo que dice Bardin: «La compo- te este nuevo capitán» (Avala. Caída de ¡trine.).
FORN - 503 - FORT
Fornido en el día sólo significa robusto, corpu fortificación: en el otro, de cualidad moral, se
lento, de mucho hueso dice fortitwlo.
FORNITURAS. Por lo dicho en el artículo PORTEZUELO. Antes, lo que hoy fuerteci-
pornecer , parece que debían ser BASTIMENTOS, llo, fortín. «Para que tuviesen través estás es
provisiones; pero se llamaban asi, no sabemos tacadas se hizo un forlezuelo á la punta de una
porqué, las dos correas anchas y cruzadas que peña junto á la puerta-cerrada que miraba tam
hasta hace poco llevó la infantería para sostener bién al rebellín de junto al rio; este Cortezudo
la cartuchera y el saple ó machete. Inútil gali se llamó el Diamantillo...». (Coloma. Guerras de
cismo, como otros muchos, teniendo la voz cor Flándes. libro 10).
reaje; pero lo trae Dice Acad. 5.
FORRAJE. Unos lo traen del bajo latin fo- FORTIFICACION. De un libro reciente, hon
ragium; otros de fodrum; otros del gótico fod. rado por el Memorial de Ingenieros con bené
Su significado vulgar es yerba ó pasto; pero el vola acogida, se toman los párrafos siguientes:
militar es más extenso, pues, con los dos adje «Suele definirse y entenderse la fortificación
tivos verde y seco, abraza todo género de granos «en general» de una manera tan incompleta ó
cereales, semillas y puede decirse víveres de inexacta, que las ideas se tuercen y resabían,
campaña: y además la misma operación, á veces contribuyendo quizá á mantener esa especie de
peligrosa y siempre difícil, de procurarse aque indiferencia ó repulsión de algunos militares á
llos vegetales para alimento de hombres y ga este importante ramo del arte de la guerra. Or
nado. Por eso se dice hacer, cubrir un forraje. dinariamente se dice que la fortificación tiene
FORRAJEADOR. El soldado que va á for solamente por objeto «cubrir y flanquear», ó
rajear. Por extensión el merodeador y rezagado. bien «ver sin servisto y herir sin ser herido», ó
en fin «defender á pocos de muchos». Todo esto
FORRAJEAR Este verbo, además de signi es limitado, exiguo. Por forticacion —en toda
ficar rectamente hacer forraje, segarlo y reco su latitud—debe entenderse «la mejora, prepa
gerlo, tiene á veces sentido de talar. (V. e. v.) ración ó modificación del terreno para la guerra,
destruir, como i n este pasaje del marqués de que produzca, no sólo embarazo, entorpecimien
Santa Cruz. [Reflex. mil. lib. 9. cap. 31): «Por to, retardo y aniquilamiento en la fuerza ene
más desvelo que apliques, tío lograrás total miga, sino ventaja, holgura y acrecentamiento
mente impedir á tus soldados la rapiña, ni li en la propia.—Admitida, en toda su abstracta
brar los campos de ser forrajeados y cortados generalidad, esta definición amplia y fecunda,
para leña los bosques » se ve que la fortificación juega lo mismo hom
FORRAJERA. Ignoramos porqué se llama bre contra hombre, que ejército contra ejército,
asi el cordón, antes largo y ahora corto, con que que nación contra nación. El circulo del signi
el soldado de caballería sujeta el chacó ó chas ficado técnico debe comprender desde la corta
cas. Quizá en algún tiempo sirviera para esto y dura que hacen en minutos unos cuantos gasta
para atar forraje. dores en vados, puentes y desfiladeros, hasta
FORTALECER. Antiguamente fortificar. los profundos fosos y robustas murallas de las
«Teniendo ya pues Lucio, Marcio y Fonteyo grandes plazas de guerra, en que se invierten
asentado y fortalecido su campo». (Amor. Mora siglos, talentos y tesoros. Esta fortificación «en
les). Hoy es más bien reforzar, hacer más fuer grande», llamada permanente, está en todos los
te y perfecta una fortificación, un puesto.—Me países, por lo complejo y costoso de su teoría y
tafóricamente, dar ánimo, infundir valor. práctica, á cargo exclusivo de un cuerpo espe
FORTALEZA. En lo antiguo era técnicamen cial, que en todos ellos se distingue por la mo
te la torre, alcázar ó castillo más elevado de la destia excesiva que acompaña á su profundo sa
plaza y de más difícil expugnación. Equivale á ber. Quizá de aquí provenga que, no divulgán
lo que ahora se llama cicdadela. Hoy es voz ge dose y popularizándose ciertos principios funda
nérica, lo mismo que fortificación, y se aplica mentales, despojados de su escabrosa tecnología,
también á lo inexpugnable ó inaccesible de una el oficial de las armas generales, aún con alta
posición militar.—Gomo virtud del soldado y graduación y larga experiencia, y el «hombre •
del general, es de las primeras; puesto que en político» al llegar a ser «hombre de Estado» man
vuelve ánimo, valor, vigor, firmeza, constancia, tengan cierto recelo sistemático, cierto aleja
dureza etc. —En la baja latinidad se leen las vo miento de los más usuales y socorridos elemen
ces foHia, forteretia, fortalitia, en sentido de tos del arte de fortificar. Fácil es demostrar
FORT - 504 - FORT
lodo lo que ese desden, y antagonismo en algu fensa, de combate ó, en una palabra, de manio
nos, tiene de infundadoy perjudicial!.. bra, es siempre implícita, correlativa, insepa
«Admitido que la ^fortificación «en toda su rable de fortificación. Es indudable que en ella
generalidad.) tiene por objeto y fundamento el obstáculo, la dificultad de acceso, impone
«modificar ventajosamente el terreno» y, dada atención preferente; pero de ningún modo úni
á esta última palabra la vastó significación que ca y exclusiva: favorecer, acrecentar, multi
en la guerra tiene y en este libro se le atribuye plicar el efecto de las armas, mientras el ene
¡V. e. v.),seve que aquella no puede existir sin migo vence la dificultad de acceso, es su fin más
la geostrategia, sin la topografía, sin el conoci importante, fecundo y decisivo. Tal podrá ser
miento anterior y razonado de su estructura, de esta dificultad, tal el artificio y el «poder de
sus formas generales y locales, de su relieve y fensivo.; de la fortificación, que el enemigo fa
accidentes, l'ero si el terreno constituye la base llezca y sucumba en su empresa desde luego; ó
ó, por decirlo asi, la materia primera ¿,qué es que, á consecuencia de graves pérdidas sufri
la fortificación, sinola ciencia de las posiciones, das, no sólo se restablezca el equilibrio numé
base también y principio del arte de la táctica? rico y material, sino que se incline del lado del
Efectivamente, la fortificación y la táctica se fortificador. Este entonces «saldrá» de su forti
enlazan sin confudirsc; se engranan sin entorpe ficación; la abandonará como un escudo; como
cerse; se completan mutuamente; marchan, un arma que ya no le es necesaria: así como
crecen, juegan con el mismo fin, en el mismo cesa el fuego, cuando quiere combatir al arma
teatro, con reglas casi idénticas por lo análogas. blanca, y proseguirá en otro terreno su movi
Esta intima y fecunda conexión, á pesar de ser miento y su victoria».
tan clara como la luz y tan antigua como la guer «Un ejemplo para mayor claridad. Paneor-
ra, dista bastante de estar umversalmente reco vo, Despcñaperros, tal como están hoy, son po
nocida. Y quizá estribe en el sentido variable siciones: una simple cortadura, una cabeza de
que las palabras tienen, cuanto más usuales y puente, la voladura de un arco, unos reductos,
repetidas son. Posición en la guerra ¿esotra cosa la «modificación» en fin por la mano y la vo
que el terreno tácticamente escogido para au luntad militar los convierte en el acto en ver
mentar el efecto de las armas ó el valer de los daderas fortificaciones, es decir, en terrenos,
hombres: para dar mayor vigor, incremento y en posiciones fortificadas; pero seria un error
energía á lo que abstractamente llamamos fuer llamar, ni tener realmente por fortificación esos
za? Mientras que esta posición natural, es de obstáculos, si no hubiese precedido á su artifi
cir, este terreno, la mano del hombre no lo «mo ciosa disposición y á su construcción militar la
difique,» terreno se queda, más ó menos utili- idea capital de una defensa más ó menos inme
zable, según lo hizo la naturaleza; pero en cuan diata y activa. De lo contrario, el embarazo, el
to suceda lo contrario, sea con sujeción á reglas, obstáculo nunca puede entrar en el concepto de
á instinto ó á lo que se quiera, la posición, el fortificación, sino en el de otros medios de «ha
nuevo terreno artificial se convierte de hecho en cer daño.-) en que la guerra abunda, como cor
FORTIFICACION». tar un convoy, interceptar un correo, quemar
«No es de este lugar, y atenuaría la absoluta forrajes ó talar territorios. Los rusos, en 4812,
generalidad de estas ideas, entrar en sutiles y «modificando el terreno» en Moscow y aniqui
técnicas distinciones sobre la fortificación per lando á Napoleón I, no fortificaban seguramen
manente Ó PASAJERA, POLIGONAL!) ABALUARTADA, etc. te». (Guia del Ofic. en camp. cap. 45).
indispensables para el «estudio de la ciencia;» Lna estrategema, que un elegante historiador
pero lo que se deja entender, sin necesidad de francés recuerda entre las notables, servirá tam
profundizarla, es que la posición, modificada ó bién para fijar las ideas. El mariscal Macdonald
no por la mano inteligente del soldado, prescri deseaba ardientemente, en 181 1 , recuperar la
be para ser tal, defensa, esto es, «presencia y ciudadela de Figueras, que había caído por un
acción del soldado sobre ella;» porque sino será hábil golpe de mano en poder de los españoles.
simplemente obstáculo. Un puente, un vado, que Buscando el modo de abreviar un cerco incómo
se corta y se abandona, retardará y embarazará do, insuficiente, con tropas diezmadas por la
por si solo el movimiento agresivo de una tro fiebre, le sugirió su sagacidad, al estudiar deta
pa; pero es forzoso que este entorpecimiento en lladamente el terreno, no levantar reductos, ni
tre y juegue en la esfera táctica del combate y obras importantes sino en determinados lugares,
de las armas, para que pueda considerarse co y completar su contravalacion con anchos fosos
mo fortificación. La idea, pues, de ataque y de y en los parajes, en que el terreno no lo permi
FORT FORT
Iíh, con talas de olivos fuertemente entrelaza ma en lili que acrecienta y multiplica el poder,
dos los troncos y aguzadas las punías de las el efecto de las suyas ordinarias. He aqui
ramas. El francés calculó sagazmente que, mi como la fortificación, en general repelimos,
rados desde lo alto del adarve y a distancia, es- tiene ó puede tener su más vasta y esencial sig-
tos obstáculos habian de parecer tan débiles al niticado de arma. El de arte sólo conviene á la
rercado, que ni aún se tomaría la molestia de reunión en cuerpo de doctrina de reglas dicta
embarazar su ejecución. En efecto, cuando los | das por la observación, el raciocinio, la ciencia
víveres principiaron á escasear en la plaza, y la ' y, á veces desgraciadamente también, por la
guarnición resolvió hacer una fuerte salida, es preocupación, la rutina y hasta el capricho.
cogió, como era lógico, la parte de contravala- Por lo demás, esa cuestión antigua y estéril
cion formada por las simples talas como el pun de antagonismo, de supremacía ó de preceden
to indicado de rotura y de paso. Salieron efecti cia entre la fortificación y la táctica ó quizá mejor
vamente de noche y embistieron con denuedo la dicho, entre i.forlificadorcs» y «batallistas» pro
frágil barrera, pero la encontraron insuperable; viene, como casi todas las cuestiones, de no que
pues naturalmente los franceses habian situado rer entenderse. Para la erección ó proyecto de
detrás de ella sus puestos más considerables, y una plaza fuerte, por ejemplo, ¿quién ha de
bajo su mortífera fusilería era imposible á los influir? Primero, la razón de estado, la política,
españoles el largo detenimiento que exigía el la estrategia, en lo que toque á la provincia, á
deshacer las talas. A pesar de la tenaz energía, la frontera, á la costa, á la localidad en general,
que el historiador francés corlesmente nos con al teatro df. la guerra presumido: la táctica lue
cede, como testigo ocular, era ya muy entrada go y la topografía en el campo de batalla, en la
la mañana cuando la guarnición volvió á la pla- zona estrecha del combate: el arte en fin, ó el
za, sin haber logrado abrir un boquete, pesarosa artificio del ingeniero, que reconoce tácticamen-
y escarmentada. A los pocos dias la formidable te el terreno como soldado y construye como
cindadela capituló, cayendo prisionera su nu arquitecto. Volvamos el razonamiento: y, al
merosa guarnición.—¿No hay algo que «hace estallar la guerra, la estrategia vendrá forzosa
pensar» en estos olivos echados por tierra ante mente á girar sobre aquella plaza que ella indi
los muros más perfectos, más artísticos, más có; y el dia del combate, la táctica tendrá natu
hábilmente trazados con que #e enorgullecía ralmente que adaptarse á la misma plaza.
España? ¿Quién precede á quién? Y ¿qué importa ave
Se acumulan estas razones, abusando quizá riguarlo?
un poco del derecho de definición, porque im Todo se explica sin embargo. Napoleón pre
porta mucho fijarla técnicamente, haciendo des viene que debe «mudarse de táctica» cada diez
aparecer ese absurdo antagonismo que se quiere años: esto, en verdad, lo decia en Santa Helena,
suponer entre la fortificación y la táctica y la i á donde le llevó sin duda el no haberlo hecho.
estrategia ¡V. e. v.) procedente acaso de nodis- ; Aunque no con tanta rapidez, vemos efectiva
linguirbien en la primera sus dos importantes y mente que la táctica tiene que variar sus me
diversos significados de arma y de arte. dios, sus arm as; sólo esta pobre arma de la Forti
En efecto, una obra df. fortificación, sea la ficación por ser de cal y canto es la que nunca se
que fuere, debe siempre, por su índole y traza, reforma, ni renueva. En estos tiempos de cara
modificar, aumentar, multiplicar el valor, las binas de precisión, seria chistoso ver á un Go
condiciones tácticas, esto es, ofensivas y defen bierno armar su ejército con arcabuces de. rue
sivas, de un terreno, de una posición natural; da, por no desaprovechar alguna existencia que
luego de suyo ofrece un nuevo medio, un míe en almacenes quedase del siglo XVII. Si porque
vo recurso, un arma nimia; pues no hay duda está recien hecha una calzada no la hemos de
que una simple tala, un foso, un seto, que de suplir con un ferro-carril necesario; y si, por
tiene largo tiempo al enemigo bajo el fuego mor usar hasta que se derruyan las torres de telé
tífero de un batallón, es, en rigor, el fuego mis grafo óptico, no hemos de aplicar el eléctrico:
mo de ese batallón «multiplicado» por dos, por no se inculpe al progreso, ni á la imprevisión,
cuatro, por diez, por un coeficiente ó multipli ni á la insuficiencia del arte, sino á la ignoran-
cador variable, que son los minutos, el tiempo cía, á la mezquindad ó á la pobreza. Que es
en que obra á mansalva sobre el enemigo á quien caro hacer depender la inmóvil forticacion de
detiene y diezma. Puede por consiguiente de la movible forma del terreno, de las continuas
cirse que dispone de un arma nueva ó si se y más movibles invenciones de la táctica, es
quiere, más perfecta, más mortífera: de un ar- un hecho por desgracia lamentable; pero indu
64
FORT 506 — FORT
dablemente más caros son también los millares más tuvieron muro, ó á las compuestas y recom
de cañones, los millones de fusiles pagados hoy puestas de superfetaciones y escrecencias anó
por el erario que las flechas y lanzas de nues malas , inarmónicas y contradictorias? Más
tros padres los celtiberos. valdría ceder algunas á las Academias de Artes
Es un hecho curioso, y fecundo en observa y de Historia como polígono de sus sabios ejer
ciones para el que guste de filosofar, ese des cicios, á fin de determinar cómo el hormigón
prendimiento y esplendidez con que los pueblos arábigo vino sobre el cimento romano ó cartagi
tratan en el dia las caras cuestiones de lo que se nés, que quizá descansa sobre restos del fenicio.
llaman mejoras materiales (que se reducen por La fortificación además, como todo en la tier
junto á -viabilidad y ornato) y la mezquindad con ra, ha sufrido, mayormente en estos tiempos,
que atiende á intereses de mayor trascendencia. el ¡nconstanlc oleaje de las pasiones ó los inte
Asambleas deliberantes, que pródigamente vo reses. En nuestros días, al par de los hechos
tan recursos para ensanches, alineaciones de ca más serios, sufre la influencia de una deidad
lles, paseos y expropiaciones, se hacen las olvi muy antigua, pero que es preciso llamarla con
dadizas ó regatean los fondos que necesita la de el nombre que lleva en nuestra moderna mito-
fensa de un país, que no es sin duda subalterna logia: la moda. Por extraña que suene la voz en
atención. Tal plaza podría corregirse si no hu este escrito, fuerza es estamparla, si se han de
biera que expropiar una choza, la cual conocien evitar complicados circunloquios, para expresar
do su valor, léjos de dejarse destruir, como un sentimiento que en todos despierta la sola
anualmente se le manda, va restaurando sus palabra. La moda—insistimos en ello—ha ex
ruinas y adquiriendo tal vitalidad, que al cabo tendido su veleidosa dictadura hasta sobre el
de algunos años se convierte en palacio esplén modesto é ignorado recinto de la fortificación y
dido ó importante manufactura. El país enton ¿porqué asombrarse de que un arte ceda á una
ces ya no se atreve, en nombre de su propia fuerza invencible, que asi cambia la forma de
salvación, a «matar la industria» ó pagar más los vestidos como la forma de los gobiernos, las
caro el olvido de las repetidas advertencias, con lenguas, como las ideas, las costumbres, como
que en la paz le molestan los que tienen su de las religiones? Permítasenos, pues, decir que la
fensa por primer oficio y cuidado. fortificación «no está de moda» ya que esta pa
Seria también curiosísimo, aunque bien pe labra define exactamente lo veleidoso del capri
noso de hacer, un cuadro general y de conjunto cho y lo que estraga el afán de variedad. Des
del sin número de obras de fortificación con que pués de muchos siglos de guerras puramente de
quisieron clavar al suelo de nuestra península sitios y posiciones, hace medio que surgen nue
cartagineses y romanos, godos y árabes, france vos profetas, anunciando que la guerra «ha va
ses é ingleses sus respectivas dominaciones y riado» derribando los viejos ídolos, y, como si el
banderas. Agregando las que nacieron en la len destino de la humanidad fuese, á manera del
ta y trabajosa amalgama de nuestras hostiles y péndulo, no dar una oscilación sin otra casi tan
belicosas provincias; las debidas á la lucha en ámplia al otro lado, se encuentra en lo que án-
tre el principio feudal, comunal y real; las que tes un escudo, ahora una techumbre que abru
obligó á hacer, en tiempos casi nuestros, á los ma, en lo que antaño robustecía y amparaba,
pueblos de por si el inconcebible abandono del hoy lo que enerva y embaraza: en los muros
litoral, resultaría un erizo monstruoso de púas, torreados, que sirvieron de cuna á algunos pue
todas embotadas ya por la acción de los siglos y blos, de reparo á muchos y de salvación á todos,
de las civilizaciones; inestricable laberinto, con se quiere hacer ver á los ejércitos tumbas en
tra el que claman en vano los gf.nerales y los in treabiertas que los han de tragar sin esperanza
genieros, pero en el que tienen que perderse á ni gloria.
sabiendas y sucumbir con el silencio del honor, Desde las guerras de la revolución francesa
cuando la patria peligra y la espada se desen principió á cundir, entre los que todo lo acogen
vaina. Mas, porque se haya tenido que aceptar sin examen, este cisma peligroso. La misma fé
y usar como tal, ¿es esto, ni puede llamarse, que ántes se ponía en construir, hoy se pone en
sistema defensivo de un gran país? ¿Se mide la demoler; y la nación vecina, que sabe milagro
fuerza del hombre por sus esfuerzos sobrehuma samente adunar sólida grandeza con lo instable
nos? Porque Zaragoza se haya defendido con ta de su impetuosa condición, acusa hoy (1867) por
pias de conventos, ¿se le han de negar como los labios de eminentes caudillos y filósofos a
deshonrosos los baluartes? ¿Hemos de seguir lla sus trescientas plazas fuertes de la terrible ca
mando enfáticamente plazas á muchas que ja tástrofe del héroe de 1814, y reniega, con lacó
FORT - so- - FORT
lera siempre respetable del patriotismo humilla cial, ni más legal, ni más equitativo que averi
do, de muros que saltaron de un brinco los guar la riqueza imponible y la población media
caballos cosacos para estamparle sus herraduras de un pueblo, ántes de imponer una contribu
en la frente. Al mismo tiempo, y como compla ción de sangre ó de dinero. Pero aplicar á la
ciéndose en su propia inconsecuencia, la misma guerra, y al arte suyo en la parte más especula
nación ciñe en 1840 la opulenta capital, verda tiva y abstracta, los procedimientos estadísticos
dero corazón suyo, con muros de tamaña gran de la administración es el colmo de la ceguedad
deza y continuidad que sólo encuentran seme ó de la mala fé. Porque una plaza haya resistido
jantes en la China. ¿Donde está la razón? un sitio de 60 dias y otro de dos, decidir que su
Entrando en consideraciones más concretas, valor medio defensivo es de 31 dias, es tan ab
hay que confesar también que los medios, has surdo, como sumar todos los sitios y deducir
ta aquí empleados para apreciar «militarmente» atrevidamente una especie de coeficiente único
el valor de las fortificaciones, pecan de erróneos y constante para todos los puntos fuertes. Y, sin
casi siempre por lo empírico ó lo sistemático. embargo, sobre esto se han escrito libros—y li
El militar erudito que lea con asombro las me bros en que lastimosamente se han desperdicia
morables defensas de Numancia , de Cartago, do ciencia y talento.
etc., cierra el libro desalentado y proclama la Toda suma y operación aritmética de gua
«decadencia» del arte, del espíritu marcial y rismos, todo procedimiento geométrico en lo que
hasta de la especie humana; como si en nuestro atañe á la guerra en su alta acepción, es ocasio
siglo no hubiera Dantziks, Génovas, etc. y en nado á grande error, y los errores en la guerra
nuestras misma patria Zaragozas y Geronas, y más son muy caros. Que se nos dé por resuelta la
en pequeño Lucenas y Ceniceros. Otros—y estos cuadratura del círculo, ó el eterno problema de
toman más cómodo camino—ven á los ejércitos la navegación aérea nada se pierde y siempre
aliados, en 1814, llegar á las puertas de París, y queda algo ganado; pero dejar pasar sin correc
suprimen de una plumada el arte, y los que lo tivo especies que envuelven bajo la modesta
cultivan, y los que en él creen; y por la irresis apariencia de cuestión científica la gloria , la
tible tendencia que todos nos sentimos hácia el independencia y hasta el porvenir de un pueblo,
apostolado, predican la doctrina «nueva», cuya es resignación imposible, al que respete los fue
novedad estriba en suprimir las murallas, y el ros de la verdad y practique la profesión de las
dinero, y la sangre que cuestan, con la condi armas como el más augusto ministerio que el
ción, fácil para los pueblos, de resucitar los ejér hombre ejeice en aras de la patria.
citos de Ciro, Xerjes, Tamerlan ó Napoleón. Los
Discúlpese por tanto nuestro empeño en rea
pueblos callan y hacen bien en resistirse al vivar la moribunda fe en la fortificación, que re
cambio. nacerá siempre de entre las ficticias ruinas en
No faltan libros de ingenieros «contra la for
que á su parecer la dejan los que, á la tarea in
tificación», en que analizando sin criterio los he
grata y laboriosa de estudiar para saber, prefie
chos que á su entender la condenan, se cita vic
ren acribillarla á epigramas, ó volverle la es
toriosamente el triste ejemplo de la Holanda en el
palda y negar su existencia.
invierno de 1795, que vió sus plazas desairadas,
porque un frió de 22 grados solidificó su cena La teoría de los números y de los coeficien
goso suelo, permitiendo á Pichegru llegar en tes en la guerra, sobre perjudicial es risible.
pocos dias á Amsterdam, apresando la flota ho ¿Con qué instrumento se pesa el amor á la pa
landesa con un escuadrón de húsares!! En ma tria y la ambición de gloria? ¿con qué termó
teria de doctrina, puesto que de este extraño metro se gradúa el calor creciente en la refriega
suceso quiere sacarse, parece más natural, por ó la desesperación á veces de la misma cobardía?
lo estupendo, después de demoler las plazas, ¿qué compás mide la dilatación de un pecho hc-
suprimir también las flotas «para librarlas de la róico? ¿Con qué guarismos se expresa la con
caballería». fianza en la disciplina, la fé en el caudillo, la
En suma unos y otros vienen á parar al abis resistencia á la fatiga, la sed de amarga vengan
mo de los tiempos modernos, esto es, á la pro za, la exaltación del principio religioso, la indi-
pagación exagerada y á la aplicación imposible I ferencia de la pobreza ó el temor de perder ha
de la estadística. «Ninguna ciencia en cuanto á cienda buenamente adquirida?
ciencia engaña—dice con su trascendente inge Fuera pues líneas y guarismos, vitolas y ba
nio el manco de Lepanto—el engaño está en el lanzas en asuntos que los rechazan. Fuera gra
que no la sabe». Nada más útil, ni más esen tuitas comparaciones y estadísticas hechas á
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sangre fria,ó con intención aviesa, sóbrelos bo pero los honores del martirio pertenecen de de
letines y las ¡.'acetas. recho al arte de la fortificación: sea porque
De la flexibilidad con que la fortificación se este arle confine por un lado con las matemáti
ha de plegar á la táctica moderna no sale, á cas y la construcción, sea porque sus vestigios
nuestro juicio, propaganda alguna sistemática no pueden ser borrados con la facilidad de los
de desmantelauiento atolondrado. Siempre fué otros desaciertos, sea en tin por lo que dice «i por
peligrosa toda doctrina exagerada. La fortifica lo que calla, lo cierto es, que el Arle de la For
ción, para plegarse á la táctica, lia de plegarse tificación ha sido en tiempos pasados un palen
ántes al terreno; y este, geológicamente, deja que abierto á cuantas imaginaciones visionarias
tranquilas á muchas generaciones; por mucho se lian sentido con fuerzas de llenar un papel de
que quiera variar la táctica no se ensanchan garabatos. Jesuítas, arquitectos y matemático."
tan fácilmente los desfiladeros, ni se angostan ó de oficio; pintores, poetas, mujeres latiniparlas,
secan los rios, ni se allanan las montañas. I.éjos cuanto hay de más lejano y repulsivo al noble
de eso, cuantas variaciones van sucediendose en ejercicio de las armas se encontrará con asom
la moderna conducción ó dirección de los ejér bro en toda Bibliografía ó Biblioteca de Autores
citos, tienden á complicarlos y quitarles movi de Fortificación. Y fuera de estos desvarios, que
lidad: más difícil es sin duda pasar un desfila forzosamente tienen que figurar por inventario
dero con 100 piezas y 2.000 acémilas que con ó como las sombras y contrastes en un lienzo,
una legión romana; el desfiladero es por consi hay que deplorar otros más sensibles, debido-
guiente ahora, digámoslo asi. más desfiladero, quizá á la exuberancia de imaginación en ciertos
y la fortificación, que se le añada para dificul hombres de gi'Erra con cuantas condiciones de
tarlo, será más fortificación. Esos mismos ferro valor, saber y erudición, de experiencia de cam
carriles, que hoy se invocan como elementos pos y de soldados y de libros pueden garantizar
futuros de modificación y trastorno en el arte el acierto. Uno, por ejemplo, encorva como un
de la guerra, han de producir, en plazo no muy mimbre las macizas caras del baluarte; otro lle
largo, el verdadero renacimiento de la fortifica va y trae, en los momentos criticas de un sitio.
ción amplia y bien entendida. la inmensa mole de los parapetos, como quien
Positivamente, para suprimirla fortificación amuebla un aposento. A este le fallan trampas,
en las guerras venideras, hay que suprimir ló lazos y cortaduras que abrir bajo los pies del si
gicamente las posiciones y hasta los lugares ha tiador; aquel le presenta el glásis en contra pen
bitados, que aquella mejora y cubre. Las guer diente para «mayor facilidad de acceso»; quien
ras deberán tener lugar en la monótona llanura imita \ dibuja con las obras las armas portátiles
del desierto, y el arte de la guerra avanzará de antiguas; quien ve en el antiguo navio de tres
ese modo hasta la perfección en que lo conservan puentes el tipo cabal de la verdadera fortifica
los beduinos, heredado de aquellas innumera ción. Mientras uno teme sólo al rebote, el otro
bles hordas asiáticas, que chocaban sin más con 1 sólo se cuida de los fi'egos chivos; tal opina ex-
cierto que las olas encrespadas del Occéano. ¡ elusivamente por los fosos secos, y cual por los
Si se acepta como exacto cuanto queda ex de agua; uno quiere muchas plazas pequeñas,
puesto acerca de la fortificación considerada otro una sola, en que quepa la nación entera....
como arma: si se reconoce su coexistencia, pa Por encima de todos estos aparecen los demole
ralela ó subordinada, con la táctica, y su in dores y batallistas. «Cuando tanto disputáis \
fluencia eterna sobre la guerra, fácil es discur disparatáis, dicen, eso no puede ser verdad».
rir con acierto sobre la fortificación como arte. Razonamiento único y cómodo de lodos los ateos.
Importa mucho fijar reflexivamente la aten Dicen que Napoleón dijo: «la guerra es un
ción sobre el sentido de estas dos palabras arma oficio de bárbaros, cuya ciencia sólo consiste en
y arte, cuyo natural enlace, degenerando para ser el más fuerte sobre el punto decisivo». Bue
algunos en amalgama y confusión, origina luego no es recordar que ese fundamental y eterno
ese aluvión de inconciliables pareceres, de con principio de la guerra viene de muy atrás, ex
trarios métodos, de doctrinarias y teóricas es presado con más llaneza en castellano en el pe
cuelas. destre refrán «dos contra uno » Sea como
El arte de la «i erra ¡V. e. v.) ántes de ser quiera, el artf moderno y antiguo de la guerra
sorprendido en su mismo templo, ha visto inva tiene que fundarse sobre ese axioma, y aceptar
didos losalreJedores: táctica, administración, or como buenos cuantos medios conduzcan á «ser
ganización, todo sufre las oleadas déla discusión, el más fuerte sobre el punto decisivo». Pero lo
y por consiguiente el mareo de la incertidumbre -, que pasma es la fuerza de ingenio, de estilo y de
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sofisma que se necesita para arrancar de ese batallas tan «decisivas,» que deciden en un dia
principio y terminar en «la proscripción de ia nada ménos que la independencia ó la esclavi
fortificación», no sólo como arte sino como arma. tud de un pueblo? ¿A qué vindicar la fortifica
¡Singular manera de aumentar fuerza despren ción y el arte que la enseña? ¿No está humean
derse de lo que la da! Para completar los bata- do todavía Sebastopol? ¿No vive Totleben?
llistas su nuevo sistema, debían también pros Es de esperar que la lógica de los hechos,
cribir los fusiles, porque todo se reduciría á como ahora se dice, será más convincente que
multiplicar los hombres; y nadie duda que un la del raciocinio; mas como esta es la única de
cañón se podrá tomar con un batallón que lleve que podemos aquí disponer, hay que insistir
las manos atadas, si tiene firme resolución de en mostrar de relieve la causa de los desacier
morir. tos, removiendo con la pluma los obstáculos
En el circulo cientitico de la milicia hay que que están á su alcance.
añadir estos lamentables tropiezos á los que más Por cuanto queda dicho, es un hecho fuera
arriba quedan apuntados, como causas que re de duda que el arte de la fortificación ha sido
tardan el verdadero establecimiento y saludable en ocasiones mal definido, estrechamente des
desarrollo del arte de la fortificación. Los ojos lindado, y practicado por consiguiente algunas
duelen ya de leer impresas en obras y revistas veces sobre el movedizo y falso cimiento del ca
razones como estas: oque los jóvenes ejércitos pricho, de la poca inteligencia, de la sistemáti
de la primera república francesa vencieron á los ca doctrina y á veces también del resentimien
enemigos tan decrépitos como los ff Id-marisca to «científico,» que siempre entraña rencor
les que los mandaban»; «que ya no hay necesi personal.
dad de mantener, vestir, ni atender al soldado»; Como se advierte al principio det articulo,
«que Jena y Wagram abrieron en dias las puer las estrechas y vulgares definiciones del objeto
tas de Prusia y Austria y para no repetir cuanto del arte de la FORTiiFCACiON «cubriry flanquear»
se dice que si en Waterloo hubiesen combatido «ver sin ser visto y herir sin ser herido» y so
los 150.000 hombres que estaban diseminados bre todo el «defenderá pocos de muchos,» fue
en las plazas, otro hubiera sido el desenlace de ra de lo cerrado é incompleto que presentan el
la célebre jomada » campo del arte, tienen la transcendental des
Aventurado es penetrar en el campo de las ventaja, y llevan en si la heregía de pervertir,
intenciones; pero, observando que este último torcer y resabiar, por decirlo así, el ánimo, su
es siempre el argumento capital de los libros jetándolo con ligaduras de doctrinas, aforismos
franceses, que suelen copiar los alemanes, y con y sectas, y no dejándole alcanzare! punto de vis
unos y otros se instruye la Europa, nos es per ta vasto y ecléctico, desde el que únicamente
mitido creer que, más bien que razón, se busca puede dominar y extender sus alas el ingenio
como ántes hemos dicho, un tolerable desahogo para remontar con fruto su vuelo. Obsérvese
de apreciable patriotismo y orgullo militar; y bien y se verá que todos los libros de fortifica
ese estéril' consuelo con que parece que se alivia ción, notables en la historia del arte por la ex
la desgracia, cuando se cree haber encontrado centricidad de sus invenciones y por el aplomo
la causa que la origina. de sus desbarros, sientan en sus primeras pági
Afortunadamente los españoles, que debe nas definiciones erróneas, ideas falsas, bases
mos y podemos ver en las catástrofes de aque mezquinas. Especialmente esa tan lisonjera de
lla águila francesa, la expiación justa de haber «defender á pocos de muchos» ha contribuido
se convertido para nosotros en milano astuto y con su caritativa sencillez á pervertir el arte en
traidor, podemos preguntar si Rioseco y Ocaña manos de muchos hombres imprevisores ó in
valieron en resultados lo que Jena y Wagram; expertos. Desde las famosas líneas de contrava-
podemos averiguar sin rubor qué detuvo á Bo- lacion de Escipion ante Nuinancia, hasta los
napartc delante de San Juan de Acre; po campos atrincherados de nuestras últimas guer
demos en fin decir que fué «impericia» no ras, la excelente fortificación llamada del mo
desguarnecer las plazas, puesto que si á Napo mento y de campaña, las trincheras en fin que se
león I no le servían, ménos hubieran servido á abren ante una plaza, verdadera fortificación
los aliados. que anda y embiste á otra que se quiere estar
Pero ¿á qué detenerse en combatir esa per quieta, nada de esto es fortificación á los ojos
niciosa propaganda de los «armamentos en ma miopes del que á todo trance quiere «defender
sa,» «del jugar el todo por el todo,» «de los gol á pocos de muchos» «ver sin ser visto» y «herir
pes estratégicos al corazón del estado» y de las sin ser herido». Y como, por desgracia, el hu
I

FORT — sio — FORT


mano ingenio cuanta más pujanza siente, más Derosa la que se pierde. Esa teoría funesta de
la exagera; puesto francamente en ecuación el «ataque absoluto» sin atención alguna á la pro
«defenderá pocos de muchos» se desliza en las pia conservación—porque eso es defensa—es la
operaciones intermedias y se encuentra glorio que condujo en otros tiempos á Cárlos V contra
samente halagado con la admirable solución de Metz y en los nuestros á Saint-Arnaud contra
«vencer» á muchos con pocos: llegando á ella, Sebastopol. Debemos confesar, en puridad, que
se entiende, por los tortuosos caminos, con que cuanto se declame contra el ataque «absoluto,»
llegaban al elixir de larga vida los antiguos al en el sentido que por el momento le atribuimos,
quimistas, y los modernos boticarios á la pana- será tan ocioso y estéril en el circulo de la mili
nacea universal. cia, como lo es en sociedad cuanto se truena y
La «capacidad» de defenderá pocos de mu pragmatiza contra los duelos. En una profesión,
chos es una parte accesoria, por decirlo asi, de en que el primero y más terrible voto es el des
la capacidad defensiva, general y completa que precio constante de los riesgos, la bravura
debe tener en conjunto, para llevar su objeto, la personal, y aún su sola apariencia, cubrirán
verdadera fortificación. Tiene el mismo rango é siempre con el espléndido manto de la gloria mu
interés que otra multitud de condiciones á que chos arranques punibles de impericia, impru
el arte debe también satisfacer. Interesantísimo dencia ó despecho. Cabalmente lo que hace mif
es en fortificación «conservar» tanto los hom espinosa, y por lo tanto más noble, nuestra car
bres, como las armas, como los víveres y per rera es que hasta el valor mismo tiene que su
trechos; pero es evidente que si se quisiere cum jetar su fogosidad ó decaimiento á condiciones
plir esa condición sola, con exclusión absoluta forzadas y algunas veces contradictorias. El co-
de las demás, vendríamos á pararen cerrar las termandante de batallón que recibe la orden
cañoneras y cubrir el espacio con un inmenso minante de sufrir, inmóvil como un blan
blindaje, análogamente á lo que hoy está hacien co y descansando las armas, el fuego á mam
do la marina. puesto de tiradores ó de artillería, que podría
Y aquí se ofrece nueva ocasión de deplorar esquivar con sólo moverse un paso ó ahuyentar
el abuso creciente délas divisiones, clasificacio con sólo el amago, necesita dominar su impa
nes y separaciones en ideas tan hermanadas y ciencia, como necesita avivarla cuando mar
encadenadas, que no pueden existir sino á ex cha^ sabiendas y con los ojos abiertos, contra
pensas una de otra. Del empeño de divorciar el la batería en que ha de encontrar probable y
ataque y la defensa, de definirlos, de aislarlos, gloriosa sepultura.
de consagrar á cada uno hasta una «ciencia» es Nada hay absoluto: ni aún el desprecio de
pecial; de la obstinación con que muchos pre la vida; porque de ser así, de todo suicida po
tenden despegar y hacer dos una sola idea, un dría hacerse un buen soldado. ElMesatender con
solo sentimiento, un solo instinto, peculiar, tan indómita fiereza los medios honrosos de conser
to al hombre suelto, como á un ejército junto, co vación en el ataque, por ignorar ú olvidar las
mo ála masa entera déla humanidad;de la tena que el arte ofrece, encontrará siempre apolo
cidad de presentar como simple, rompiendo en gías para el triunfo y disculpas para la desgra
pedazos, lo que es complejo y compuesto é in cia; pero nunca debe encontrar aplauso ni apro
divisible (V. EstraiegkJ; Je la descabellada ten bación en los libros. En las escuelas militares.
tativa de dar remedio «absoluto» á lo que no lo y á los ojos impresionables de los alumnos, na
tiene, de todo esto junto es de donde emanan die debe vacilar en presentar á Turena en el
graves errores en fortificación que no son otra Renchen como tipo más bello que Napoleón en
cosa sino corolarios ó consecuencias de los que Silesia; á Jenofonte mejor que á Catilina; ¿ Mas-
bastardean el arte de la guerra. Con separar co sena en Torres-Vedras mejor que á Pellisier en
mo antipodas el ataque de la detensa, la acción Sebastopol
ofensiva de la defensiva, se ha llegado insensi Porque los montañeses del Cáucaso hayan
blemente, por una pendiente de falsos racioci asaltado en un año catorce fortalezas rusas, tre
nios, ádar á la ofensiva, como único atributo la pando como tigres por las altas escarpas con el
«destrucción,» y á la defensiva, como atributo puñal entre los dientes, no hemos de proscribir
también único exclusivo y concreto, «la conser en las escuelas la enseñanza metódica del ata
vación». Aunque asi no se confiese, el hecho no que de plazas debido al genio verdaderamente
es menos cierto. Los resultados se tocan por militar de Vauban, con las inevitables modifica
desgracia; pasan las ideas de los libros á los ciones que le imprimen las nuevas ideas, las
campos, y en ellos no es tinta, sino sangre gc- nuevas trazas y las nuevas armas.
FORT - 54 t - FOSA
Pero la exageración trae la exageración. A la tentativas, la infalibilidad en los sistemas, la in
teoría absurda, sanguinaria y casi siempre in exactitud de las palabras, señal infalible de de-
fecunda del ataque «sin conservación», corres- sórden e inexactitud en las ideas, eran las que
donde para el debido equilibrio la de la defensa imprimían á la marcha progresiva y armónica
spasiva, absoluta» solamente conservadora, sin del arte de la fortificación esos momentos de
destrucción , sin iniciativa, sin provecho, sin plorables de oscilación, de estancación, de tro
gloria. Quien al atacar no se conserva, no puede piezo ó de choque con el arte de la guerra. No
comprender lo que es realmente «conservarse» es tanta como se quiere suponer la «ineficacia»
esto es defenderse atacando y destruyendo; el de los medios de que el arte dispone: sino que
que fia sólo el éxito victorioso del ataque en la tal es la diversidad y hasta la contradicción de
acumulación y abundancia de medios destruc su especie y de su esencia; tal la variedad de su
tores, que le permita malgastarlos ó perderlos exposición en los libros; tales y tan varias las
estérilmente y sin remordimiento, mal se pue «ocasiones» en que se emplean, que no es extra
de avenir á empeñar la partida con notable in ño por cierto ese laberinto de juicios atropella
ferioridad, y cuando no le es licito el despilfar dos, de censuras, de demandas, de pretensiones
ro en hombres ni en cosas. El que crea de buena exorbitantes.
fé que es acertado lanzar al son del calacuerda Instrumento en general de defensa y por
veinte mil hombres contra un muro intacto, pa consiguiente de desaliento, desórden y desgra
ra que diez mil queden cubriendo el glásis y los cia, la fortificación entra casi siempre en esce
otros diez mil 'si logran subir) acuchillen á los na en las últimas de ia tragedia militar; en aque
cuatro mil que haya dentro, es difícil que en el llos momentos supremos de desolación y desas
caso de mandar él á estos cuatro mil «de den tre no es cosa oportuna increpar á los hombres,
tro», pueda encontrar en su cabeza, ó en su ni á la suerte. Entónces la cobardía, la traición
corazón, recursos bastantes para cubrirlos y y la impericia vienen quizá á pagarlas las po
conservarlos. Todas las ideas so eslabonan y se bres escarpas que se dejan abrir brecha, ó los
compensan: estas dos, tan contradictorias en la adarves que se dejan enfilar; entónces se acusa
forma, tienen ec el fondo un principio común al arte de «impotente» y de falsario á quien lo
de absurda negación: el desconocer la impor ejerce.
tancia, la influencia, por desconocer la definición Para concluir expondríamos, si tuviéramos
verdadera, de la fortificación. autoridad, una consideración dirigida al cuerpo
La fortificación mal definida, la fortificación ilustre que tiene á su cargo la fortificación en
teórica de tiempos pasados queriendo vivir por su teoria árida y penosa, en su práctica difícil y
sí sola como ciencia abstracta, sin dependencia comprometida. Ante esa cruzada de batallistas
ni conexión con la táctica, ni con la topografía, decisivos, de tacticones sanguinarios, de estra-
ni con la guerra, ni con la política; esa fortifi tegistas demoledores, que jamás escasea de re
cación enseñada por algunos libros extravagan clutas, porque nunca faltan ignorantes ¿no
tes, que no presupone terrenos que la sustenten, convendría, en vez de ceder desdeñosamente el
MLDados que la defiendan, ni ejércitos con quien paso, decidirse resueltamente á disputarlo? Es
combinarse, era, como idea, inconcebible, ab algo más que el amor propio de una colectivi
surda. El artf. por consiguiente que solo bus dad lo que aquí se juega, es la seguridad y el
case una conservación, imposible por lo eterna, honor de un gran pueblo, que puede verse un
que se afanase exclusivamente en inventar mani (lia indefenso y desarmado.
posterías que no las destroce el cañón, fosos in FORTIFICAR. Construir fortificaciones.
franqueables y obstáculos y cobertizos «á prue
ba de todo» seria un arte en nuetros dias pueril, FORTIN. Obra ó fuerte pequeño y siempre
infecundo y costoso. La idea acariciada por al aislado. No confundir con bicoca.—Todavía se
gunos de tal fortificación sin soldados que la disminuye más, diciendo fortinillo.
defiendan «por dentro y por fuera», sin armonía, FORTITUD. Antiguamente fortaleza. Forti-
con todo el sistema topográfico y militar de un tudo en latin.
Estado, se puede personificar en aquellos caba
lleros envueltos en sus impenetrables armadu FORZAR. Se aplica á un centinela, una for
ras, verdaderas murallas de hierro, que, rota su taleza, una puerta, un puesto, una bala, una
espada, venían á ser yunque inerte á los man mujer, una marcha.—El paso no se fuerza, se
dobles enemigos. acelera (V. e. v.)
Los principios erróneos, las presuntuosas FOSAR. Verbo, sin anticuar, que trae Dice,
FOSA — 'ilá — FRAN
Acad. 5. «Hacer foso al rededor de alguna cosa». ba la electricidad, los minadores daban fuego
Bien podía usarse, evitando el circunloquio de con salchicha (V. e. v. y ¡i osla eon yesca, de la
abrir, cavar foso. cual se hacían dos pedazos iguales: el fraile,
FOSATARIA y FOSSATERA. (V. FonsaderaJ que inflamaba la salchicha, y el testigo, que se
llevaba encendido el minador para calcular pró
FOSO. Vegecio usa fossa y fossalum. «Mili
tes gladio cincti fossam aperiunt » (lib. 3. ximamente el momento de la voladura.
cap. 8.) «Ciritahs fossatum comporlatis lapidi- FRAMEA. Nombre latino de un arma ofen
bwt complenta. (lib. 4. cap. 16.) Antiguamente siva y arrojadiza en la antigüedad. Quién busca
se ha dicho en castellano, según Dice. Acad. 5. su origen en los germanos, de los cuales Germá
fosa, fosada, fosadura. La etimología es del verbo nico lo importó á la legión romana; quién, en
latino fodere. fosum, cavar. Excavación, zanja cumbrándose más, lo pone en Grecia, lo ve ya
de dimensiones variables, que precede ó cir en el sitio de Troya y en la mano del mismo
cunda generalmente á las obras de fortificación. dios Marte. En resumen la framea, arma de guer
Sus partes son: fondo, escarpa y contraescarpa. ra y de montería, es pilo, chuzo, azcona, arpón,
venarlo etc. Juvknal lo cita [Sátira 13.): «El
FOZ. La garganta del rio que sale estrecha
Martes framkam et cyrrhan specula vatis«. Tam
do á la mar, y forma puerto como el de Santia
bién Tácito [De mor. germ.) sin describirla: «Sen
go de Foz, a la desembocadura del rio Masma
tó, frameaque juvenem ornant». San Isidoro de
en Galicia y la de San Juan de Foz en Oporto.
fine: «Framea, gladius ex utraque parte acutus,
Viene del latin faux. (Dice. Acad. Hist.í. Dice.
quam vulgo spatham vocant; ipsa est romphean.
Acad. Esp. 5. lo da por anticuado. —Lo mismo
que alfoz. —Lo mismo que hoz por la angostura FRANCALETE. Nombre genérico, en ata
de rio.—Lo mismo que hoz con que se siega el lajes y monturas, y en el material de artillería é
trigo. ingenieros, de toda correa con hebilla á un ex
tremo en la cual se engancha el opuesto.
FRACASAR. Su sentido recto es hacerse pe
dazos menudos una cosa, cayendo con estrépito; FRANCISCA. Arma de los antiguos Francos,
pero metafóricamente vale frustrarse una em que para unos es espada, spatha, para otros, co
presa ú operación de guerra, singularmente cuan mo San Isidoro, hacha, segur. (V. Hacha mpen-
do es compleja y combinada. his). Está en Dice. Acad. 5.
FRAGA. El peñascal ó quebrada fragosa por FRANCO. En el nombre de francos, dice el
la abundancia de peñas cortadas en forma de | P. Burriel (Paleogr.), se comprendían todos los
dientes de sierra. Viene del latin pelra fracta. I extranjeros que vinieron en gran número & la
De aquí se derivaría el nombre de Fraga en Ara ¡ guerra santa ó á poblar ó comerciar después de
gón y de Fragas en Galicia. (Dice. Acad. Hist). ella. La villa de Illescas, y sus aldeas á seis le
No está en Dice. Acad. Esp. 8. sino en sentido guas de Toledo, se pobló de sólo gascones, según
de arbusto. consta de privilegios que se conservan origína
les; y apenas hay pueblo de consideración en
FRAGOSIDAD. La aspereza y espesura de
que no dure la memoria de barrio ó calle de
los montes, ó camino lleno de asperezas y bre Francos. Tenian juez de su nación, y en una es
ñas. (Dice. Acad. 5).—fragoso adjetivo latino, critura gótica de Toledo del año 1103 firma
fragosus. Aspero, intrincado, lleno de quiebras, Maurin, merino de ellos franco. Su fuero que
malezas y breñas. aún se conserva original en Toledo, era con sa
FRAGUA. Fogón con su fuelle y campana en ludable política muy privilegiado y de ahí na
donde se hace candente el hierro para trabajar cieron las voces franquear, franquicia, franque
lo y los demás metales para las armas blancas. za, etc.
—La fragua de campaña antigua se componía de Yanguas [Dice, de antig. de A'a».) opina lo
un carro fuerte de cuatro ruedas y timón en el mismo, y cita, como primera noticia, el intento
que se colocaba la fragua, fuelle, cajón para los del rey Sancho Ramírez en 1090 de hacer una
útiles y otro para el carbón; la moderna está población de francos en Lizarra. Análogas con
más simplificada y su carruaje es de dos ruedas cesiones y privilegios se encuentran en los
con varas. Otra fragua portátil más pequeña se fueros navarros de los siglos XI, XII y XIII. To-
coloca en dos cajones para trasportarla á lomo1 davia en 1 4i7 había casas llamadas de francos
con sus fuelles de quita y pon. —No sólo se fra • en Villafranca y Tafalla. En Madrid la calle de
gua hierro, sino conjuras, motines, sediciones. Lope de Vega, ánles de llevar este nombre en
FRAILE. Cuando no se conocía, ó no se usa nuestros dias, tuvo el de Francos.—En el día el
FRAN — Sí i — FREN
adjetivo franco se aplica á soldado y tropa irre ción á flancos. (V. e. v.) También el numero de
gular, mercenaria, allegadiza, voluntaria y ge hombres que constituyen una iNiDADen balalla.—
neralmente sin disciplina, que se levanta apre Disminuir, aumentar el frente.—En fortifica
suradamente en tiempo de guerra y se licencia ción, cada lado del polígono: frente abaluartado,
al terminarla.—También se dice franco á lo frente de ataqce. —En estrategia también juega
desembarazado y libre, a lo exento y privilegia la voz frente, y dejaremos textual la definición,
do. —Paso franco.—Franco de servicio. algo sutil, del maestro sobre frente estratégico y
FRANJA. Del francés frange. En general ti de operaciones. « Hay ciertos puntos de la ciencia
ra ó cinta ancha cosida al borde. Más particular militar que tienen tanta semejanza entre sí, que
hoy la tira de paño, el galos de oro ó plata en con frecuencia se suelen tomar por una sola y
los pantalones. única cosa, aunque difieran en la esencia».
FRANQUEAR. Desembarazar, quitar impe «De este número son los frentes de operacio
dimentos que estorben el curso ó paso. nes, los estratégicos, las lineas de defensa y las
FRANQUEZA. Antiguamente franquicia, li posiciones estratégicas. Por las observaciones si
bertad, exención.—Hoy más bien liberalidad, guientes se podrá venir en conocimiento de sus
íntimas relaciones, y de las diferencias que entre
generosidad, lisura, sinceridad, ingenuidad.
Cualidades todas que sientan bien al militar. si tienen, y apreciar los motivos que nos han
decidido á reunirlos en un mismo articulo».
FRANQUICIA. (V. Refacción). La exención «Luego que un ejército se encuentra coloca
de pago de derechos municipales en los artículos do en la zona del teatro que ha de abrazar, para
de consumo, que la Ordenanza concede, pero atacar ó defenderse, ocupa en el por lo común
que los tiempos niegan. posiciones estratégicas».
FRASCO. Antes de la invención del cartl- «La extensión del frente que abrazan y mira'
cho (V. e. v.) el ahcabi'cero y mosquetero lleva ; á la parte del enemigo se llamará frente estra
ban la pólvora en un frasco, igual al que hoy se tégico. La posición del terreno desde donde el
usa para caza. San Isidoro (lib. 20. cap. 6.) y enemigo podrá probablemente llegar sobre este
Covarrcbias [Tesoro de la leng). lo traen del grie frente en una ó dos marchas, será el de opera
go philasco: más cercano es el italiano fiasco, ciones».
el francés ¡lasque. Además del frasco habia pol «Entre estos dos frentes existe una analogía
vorera, que quLzá fuese el frasco más pequeño de tal especie que muchos militares los confun
con pólvora fina para cebar. «Las armas del ar den bajo una misma de cualquiera de estas dos
cabucero y mosquetero son todas ofensivas y denominaciones. Tomando sin embargo las co
ninguna defensiva; puesto que no traen más sas en rigor, es incontestable que el nombre de
que el arcabuz ó mosquete y las cosas que le frente estratégico conviene mejor para designar
pertenecen como son: horquilla, balas, pólvora, el de las posiciones realmente cubiertas por el
cuerda-mecha, frasco y bolsa para las balas, ejército; miéntras que el frente de operaciones
además de espada y daga. Defensiva no lleva designaría más bien el espacio geográfico que
ninguna, á no ser el morrión que defiende y separa los dos ejércitos extendiéndose á una ó
guarda la cabeza». (Méndez. Arte mil. 1612;. muchas marchas más allá de cada extremidad
FRE1LE ó FREIRE. En su origen el caba de su frente estratégico y donde es probable
llero de alguna de las Ordenes Militares. «En lleguen á chocar. Un ejército no tiene siempre
tonces dió el rey Don Fernando á los freiles de linea de defensa, sobre todo, cuando invade un
Calatrava la fortaleza de Marios». (Crón. de San país; tampoco tiene frente estratégico cuando
Fern. cap. 43). se encuentra reunido en un solo campo, mién
tras que siempre lo tiene de operaciones».
FRENO. Los tres diccionarios militares que «Siendo el frente de operaciones el espacio
tenemos á la vista insertan esta voz que nunca
geográfico que separa el estratégico de los dos
ha sido técnica en caballería, ni en milicia,
ejércitos, y sobre el cual pueden chocar, se ha
quizá por su misma vulgaridad. Ningún mari lla por tanto casi siempre establecido con corta
no, por ejemplo, dirá cuerda, sino cabo. diferencia paralelamente á su base. El verdade
FRENTE. Del latin frons, frontis. En general ro frente estratégico, al paso que abraza un es
conserva militarmente su acepción vulgar. Dar pacio algo ménos extenso que el de operaciones
frente, hacer frente (ántes cara y rostro; poner eventuales ó presumibles, se hallará en la mis
se al frente. Más concreto: el terreno que se ex ma dirección: debiendo establecerse por lo co
tiende delante de una tropa formada, por oposi mún de modo que corte trasversalmente la línea

FRES — 544 — FUEG
principal de operaciones, y se prolongue aun más dentemente sí un propietario cualquiera guarda
que los flancos de aquella hasta que lo cubra y defiende sus linderos, un país constituido de
be cuidar sus fronteras. En el cómo está la difi
cuanto sea posible». cultad. En 18t>7 la Francia anda á vueltas con
«El cambio de FRENTE estratégico es en reali
dad, una de las grandes maniobras más impor lo que ha dado en llamar sus fronteras natura
tantes; porque formando asi el ejército una per les. Si son por ventura las del año 1812, medra
pendicular con su propia rase sc hace dueño de dos estamos. Las anexiones y el sufragio univer
dos de los lados del teatro y se coloca de este sal (precedidos, se entiende, del cañón) van con
modo en una situación casi tan favorable como cluyendo en estos tiempos con muchas fronteras
si luviera una rase con dos frentes etc.» que parecían muy naturales.
"Sucede con frecuencia que un ejército se FRONTERÍA. En nuestra reconquista fué
ve obligado á tener dobles frentes estratégicos, voz muy usada. Mantener fronte ría, hacer fron
por la configuración del teatro de la guerra, ó teria.... «viniéndole cada día nuevas gentes, las
porque toda línea de operaciones ofensiva pro cuales puso en fronteria en lugares cercanos á
longada exige que estén bien asegurados sus flan Toledo». (Pero Mexia. Comunid. pág. 403).
cos. Para el primer caso sc puede citar como FRONTERIZA. En el día tropa fronteriza es
ejemplo la frontera de Turquía y la de España. la que algunas potencias militares, como Aus
Los ejércitos que tratasen de pasar el Balkan ó tria y Rusia, mantienen organizada en colonias,
el Ebro se verían obligados á tener un dorle formando pueblos á la vez que regimientos, por
frente; el primero para dar su frente al valle del lo que en alemán se llaman Grá'ntz Regiment.
Danubio y el segundo para atender á las fuerzas FRONTERIZO. Lo que está ó sirve de fron
que pudiesen destacarse de Zaragoza ó de León». tera. Aplicable á ciudad, tropa, soidado. «Tenia
(Jominí. Comp. T. I. cap. 3. art. -¿0). fBaliñi) en la cindadela cosa de quinientos fran
FRESA. Pieza de hierro cilindrica, picada á ceses escogidos, gente toda fronteriza y ejercita
lima, que usaban los armeros para hacer el re da». (Coloma. G. de Flándes. lib. 8)
bajo de la cazoleta en las llaves de chispa.—
FRONTERO. En general lo que está en fren
También se llama fresa el instrumento de boj
te. Más particular, singularmente en la recon
con una cuchilla cortante en el centro que usan quista, el caudillo ó jefe militar que mandábala
los armeros. FRONTERA (V. FUERO).
FRESCA. Se dice de la tropa que viene de Enrriquczquan sus rreynos de pan etdedyneros
refresco, a relevar á otra fatigada del comrate. Ta non a contra quien poner oíros fronteros....
Ferye entre las fazes que fronteras fueron venir. . .
FRIO. Uno ile tantos adjetivos que se aplican itonpia todas las hazes que fronteras eslavan
al VALOR. (Poema del conde Fernán González.)
FRISA. Estacada ó palizada oblicua que se FRUSLERA. «El metal que sc hace de las
planta en la berma de una obra de campaña. Qui raeduras que salen de las piezas de latón ó azó
zá venga, como dice Covarrubias, de frisa, te far cuando se tornean». (Dice. Acad. 5) (V. Fus-
la antigua de lana; y frisar, levantar y retorcer lera).
los pelos de la frisa, de la tela peluda.—Frisar,
FRUSTRAR. Hacer que se malogre el intento,
poner frisas. Caballo de frisia ó de frisa (V. e. v.) empresa ú operación del enemigo. Es verbo re
FRONTAL. En el antiguo yelmo ó celada, la ciproco.
pieza en forma de medialuna y en posición ho FUEGO. Del latín focus. El verdadero equi
rizontal que venia sobre los ojos como la visera valente era ignis, de donde todavía conservamos
de suela del moderno chacó. —También en la ígneo, ignición; y focus era el centro del fuego;
barda del caballo de guerra, frontal es adorno pero los latinos, y nosotros imitándolos, toma
para la frente distinto de la testera y testuz. mos el focus por el mismo fuego.—Puesto que
FRONTALERA. Correa de la brida ó cabe la voz, por conocida, no necesita definición, ci
zada de pesebre, que pasa por la frente del ani taremos, como de costumbre, los principales ad
mal y sujeta las quijeras ó carrilleras. jetivos. Fuego: artificial—acompasado—acasa-
FRONTERA. Del latin bárbaro fronteria, matado—á discreción—á todo tirar—atronador
fronlaria. Extremo, raya, limite, confín de un —á cubierto—certero—cont í nuo—concertado-
estado con otro. Hay frontera abierta, accesible, convergente — cruzado — cubierto — curvo—de
cerrada, cubierta, lluvial, fortificada, inaccesi alarma—de atalaya (V. AhumadaJ—de enfilada—
ble, marítima, montuosa, terrestre, etc. Evi de filas—de flanco—de frente—de fusil—de fu
FUER — Si5 — FUER
silería—de cañón—de hileras—de vivac—de re de leyes; pues Forum Judicum ó Fuero Juzgo,
vés—directo—en salva— escaso—fijante— gra Fuero de los Jueces, se llamó anteriormente el
neado—griego, grecisco, gregüesco, guirguesco, código, la Constitución, como hoy diriamos, de la
liquido, marítimo, medo, (\. Artillería)—mo pasajera monarquía visigoda. Basta recordar
lesto—mortífero— nutrido— oblicuo—parabóli como giraba aquella sociedad, tan imperfecta á
co—pausado—rasante—vertical—vivo etc. En nuestros ojos, sobre los dos polos de la teocracia y
tre lOS FÜEGOS ARTIFICIALES, ARTIFICIOS (V. e. V.) Ó de la milicia, para comprender que en el Fuero
composiciones de mixtos se suele comprender: Juzgo está el manantial de nuestras leves mili
Balas de iluminación. —Barriles de pólvora.— tares; pero la fuerza absorbente del poder teo
Barriles incendiarios.—Barriles fulminantes.— crático llegó á preponderar, conservando prime
Camisas embreadas.—Carcasas.—Cohetes de se ro y anulando al fin el ímpetu belicoso de los
ñales. — Cohetes incendiarios. —Cápsulas de bárbaros conquistadores. Después del desastre
guerra.—Cuerda-mecha.—Culebrinas para co de Guadalete, la nacionalidad, que ya puede lla
hetes. —Estrellas para idem.—Espoletas.— Es marse propiamente española, recogida en las
topines de cebo.—Velas de contraviento.—Esto montañas del Norte, donde incubó una fuerza
pines de comunicación.—Faginas embreadas.— imprevista de expansión, tomó, concentrándo
Hachas de contravíento.—Lágrimas para cohe se, nuevas formas: de modo que al derramarse
tes.—Lanza-fuegos.—Mecha incendiaria.—Pe victoriosa hasta el Duero, hasta el Tajo, hasta el
tardos para cohetes.—Piedra de fuego.—Polla Guadalquivir, ya no encerraba solamente los dos
das. — Sacos de pólvora. — Truenos. —Triqui gérmenes heredados teocrático y militar, sino
traques. uno nuevo y más fecundo, el civil, que, acerta
damente al principio, ligó y encadenó los otros
FUERA de combate. Modo adverbial de ex
dos, templando su esencia, suavizando su aspe
presar con generalidad las bajas (V. e. v.) por
reza. Pero andando el tiempo, la dislocada le
ACCION DE GUERRA. gislación foral y comunera ó concejil, verdadero
FUERO. Voz de origen nobilísimo y de re crepúsculo que empezó á iluminar las tinieblas
cuerdo venerando. Al reconstituirse la naciona del siglo X, ya complicaba y entorpecía en el XIII
lidad española, herida casi de muerte por el la marcha unitaria y regeneradora; ya no res
alfange musulmán en el siglo VIII, se llamaron pondía á las nuevas y crecientes necesidades y
Fueros y Cartas-Pueblas los breves códigos por aspiraciones de un gran pueblo «constituido».
que se regian las ciudades y territorios á medi Las célebres Siete Partidas de Don Alonso el Sa
da que sacudían el yugo africano. Las circuns bio vinieron, prematuramente quizá, á querer
tancias singulares ó intermitentes de aquella trastornar lo establecido; y con la arrogancia
larga Reconquista traían de suyo la existencia de que siempre envuelven, tanto el anhelo del bien
unas fronteras ó marcas (V. e. v.) variables y pro como el exceso de imaginaoion y de saber, se
gresivas, teatro más ó menos extenso de hosti pretendió sólo con el leve esfuerzo de una agi
lidades incesantes y de estragos continuos. Un tación voluntariosa, convertir la pluma en arie
instinto militar, político y social á la vez, lleva te contra instituciones hondamente arraigadas.
ba sobre aquellas zonas y poblaciones fronteri En el olvido sistemático, y manifiestamente vo
zas un cúmulo de hombres aventureros, ávidos luntario, que las Partidas afectan de los anti
de gloria y emociones, resueltos á buscar entre guos Fueros, es donde ha de buscarse la causa
los riesgos de una guerra sin descanso el mejo del popular desden con que aquellos vivieron
ramiento de su condición, y las probabilidades ignorados por más de un siglo y medio, hasta
de vida ulterior más reposada y apacible, asen que pudieron renacer ó resucitar al amparo ya
tada sobre la gloria y la riqueza. Era, pues, ra potente de los Heves Católicos, más atinados y
cional que los primitivos fueros llevasen en si conocedores de su tiempo que su antecesor el
un atractivo poderoso, un llamamiento á los co Sabio.
razones esforzados, un incentivo á las pasiones No hay, pues, que buscar en las Siete Par
varoniles, alguna diferencia y ventaja sobre las tidas, como parece lógico, la filiación seguida
leyes usuales del interior que remunerasen el de la voz Fuero. El desdichado monarca, á quien
peligro y la fatiga. Desde este origen remoto, no sobraba de sabiduría lodo lo que le faltaba de
ble y glorioso, la voz fuero conserva implícita cordura y de tino práctico, sin atreverse á rom
una idea de preeminencia y privilegio, de fran per con el vocablo, lo desnaturaliza y, querien
quicia ó exención; por lo demás el vocablo ro do definirle con distinta palabrería, lo posterga,
manceado sólo expresaba, por sí, código, cuerpo lo arrincona, por decirlo asi, creyendo ahogarlo
FUER — Slti — FUER
con la voluminosa y artificial armazón de sus tica, sufre los tropiezos que desgraciadamente
nuevas y desconocidas leyes. El Fuero, á su vez, presenciamos, es evidente que algún estorbo im
como la plañía perenne que arraiga en el suelo pide el juego, presumible ó calculado, de la
á que la naturaleza la deslina, casi brotó más nueva máquina, que, por su misma novedad,
vivaz á tra\es de las Siete Partidas; siguió ani no ha tenido tiempo de gastarse, como algunos
dado y abriéndose paso por entre las juntas y creen ó suponen.
rendijas que iban dejando las progresivas de En España no existe por fortuna la enerva
moliciones y reconstrucciones en el edificio so ción, el descreimiento, la inmoralidad que di
cial; y con gran fuerza debe retoñar esa vejela- suelve un Estado, cuando su hora suena en la
cion parásita cuando en 1867 se agita, como sucesión de los tiempos: no hay que tomar por
necesidad no satisfecha, un orden de ideas bas síntomas de muerte lo que pudieran ser, por la
tante complejo, que si bien no se define, se inversa, revelación de exuberante vitalidad: lo
compendia en la vulgar locución : oxidad de que si conviene es estudiar hasta dónde los de
fiero. fectos y preocupaciones del carácter nacional
No tocaremos, ni de pasada, una cuestión pueden ser corregidos, y encaminados hácia
que entraña tan árduos problemas legislativos, la prosperidad común.
y cuyo mero planteo es ocasionado á extravíos Por muchos siglos la Iglesia, incorregible en
irremediables. Sólo para ilustrar, como acos su ambición de primacía y monopolio, se negó
tumbramos, la definición, liemos subido al ori á toda avenencia: hoy expía su tesón y quizá le
gen del Fi ero: pero sin la menor intención de depare mayores amarguras el porvenir. Los ju
penetrar en ese laberinto en que suelen perder ristas, que al terminar la edad media entraron á
se los más sagaces jurisconsultos; y sólo con la deshancarla , no se propusieron la equitativa
de poner cu relieve la importancia de un voca ponderación de los poderes públicos, sino el en
blo, que ya sonaba mal al oido de Fernando el tronizamiento absoluto de la pluma, con la cual,
Católico en Navarra '1512), de Felipe II en Ara devota siempre á lo más fuerte que á la sazón
gón [4591), de Felipe V en Cataluña >I714¡; y era el cetro, pretendieron romper á un tiempo
que hoy misino no suena bien, después de siete el báculo y la espada. El elemento militar, que
años de guerra civil, cuando anualmente en el asomó en el siglo pasado, también pretendió á
parlamento se remueve esa espinosa cuestión de su vez, pero con más encogimiento que los otros,
las Provincias Vascongadas. sobreponerse á ellos y anularlos. La encarniza-
Ciertas ideas, por más que hoy se tienda á za lucha entre jesuítas y golillas y militares,
distinguir y clasificar, conservan en el fondo durante el pacífico reinado de Cárlos III, nos da
una ligazón tenaz, aunque no aparezca muy vi- 'a medida del provecho que el país puede espe
si le. Desde la elevada región del Fuero consi rar de tan estériles agitaciones.
derado socialmente, hasta su acepción actual, Hoy que la Iglesia, al parecer de algunos, va
que podríamos llamar administrativa, hay cor de vencida y la milicia por tierra, es ya seguro
rientes de analogía que, para quien discurre sin el triunfo de los juristas de la edad media, de los
pasión, tienen marcados y profundos cauces en golillas del siglo XVI II, de los abogados del si
la esencia misma de nuestro carácter nacional, glo XIX. En la embriaguez del triunfo también
de nuestra «manera de ser» como pueblo. olvida el elemento civil, como hoy decimos, las
En varios artículos (V. Espíritu militar: he lecciones de la historia, las prescripciones de la
mos procurado, con la ligereza inevitable con razón. Todo ha de caer á su impulso; todo ha
que forzosamente han de tocarse aquí todos los de prosternarse humilde ante sus aras; bajo el
asuntos, apuntar la tendencia irresistible, ingé manto, falaz por modesto, de eso que se llama
nita de España al fraccionamiento, á la disloca administración, mantiene al Eslado en una espe
ción: su histórica rebeldía á la asociación y á la cie de menor edad, cuya tutela se arroga con el
unidad; su repugnancia al conjunto; su dificul pretexto de una reforma continua, intermina
tad de acuerdo común; su culto, noble y varo ble, verdadera tela de Penélope. Contra el poder
nil si se quiere, pero lastimosamente exagerado civil, de suyo invasor y minucioso, no hay que
al individualismo soberbio y aislado, funesta invocar derechos ni tradiciones de gloria; no hay
propensión estéril y desorganizadora. que buscar asilo ni en lo sagrado de las creen
Cuando un pueblo, como el español, dotado cias, ni tras del valladar de la fuerza. El es por
por la Providencia de nobles y maravillosas cua esencia suspicaz, incansable, demolcdor: y si
lidades, al reconstituirse hoy '1867) bajo una por un lado le destruyen sus catapultas, ya está
forma quede ningún modo puede serle antipá asestándolas por otro contra la torre del honic
FUER - 517 - FUER
naje, esto es, contra el poder que él ambiciona, que una parte ha de entrará componer un todo;
absoluto, omnímodo, intransigente. la fórmula mecánica del trabajo, que se enco
El Estado Militar, sea por cansancio ó qui mienda á la rueda de una máquina compuesta
zá por falta de ilustración, no sigue y contrares de otras varias; el Fuero en fin es, si pudiera
ta como debiera las maquinaciones ó maniobras decirse, el radio en que ejerce su acción lo que
de ese rival temible, que algunas veces, como se llama Justicia militar (V. e. v.)
los niños, por juego se ciñe la espada y se es Si el Fuero es asi; si léjos de buscar el cho
fuerza en blandiría; otras la pide hipócrita en su que, lo que produce es convergencia; si en vez
ayuda, pero siempre en el fondo la maldice, por de exclusión, la idea que envuelve es de amal-
que se le suele atravesar en el camino. I gama, concierto y asimilación; en una palabra,
Desde hace años se ha escogido un campo al si el Fuero es la Ley ¿cómo pensar siquiera en
parecer neutral, donde, bajo el nombre pácifleo suprimirlo? Podrá ser modificado, renovado,
de unidad de fuero, se agitan gravísimas cues restringido; podrá introducirse en su parte dis
tiones, y quizá se preparan rudas peleas. Sólo positiva y ejecutiva todo lo que quepa del in
en guisa de alarma y advertencia, es como po negable adelanto de nuestros tiempos; podrán
demos dirigirnos al ejército y especialmente á reunirse sus trozos dispersos, para formar capi
sus clases más elevadas, sobre este asunto que tulo integral de la futura Ordenanza; pero todo
requiere lugar más amplio por su importancia y esto conducirá ála restauración, no á la supre
extensión. sión del Fuero militar.
Nadie puede dejar de convenir en que son Ya hemos indicado el escollo con que en Es
necesarias en 1867 algunas modificaciones en el paña, más que en ningún otro país, tropiezan
fuero militar. Trastornados por la base los vie las legislaciones especiales: conociéndolo pues,
jos principios, lógico es y conveniente reorgani no es de recomendar que en él se dé; mas, por
zar y reconstruir; pero téngase en cuenta lo di evitar abusos, no los hagamos mayores, ni pren
fícil y ocasionado de la reconstrucción, si no dados de la generalidad de un principio, vaya
preside sumo tacto y circunspección prolija. mos á dar en una nivelación destructora ó en la
El ponderado fuero militar de principios del unificación imposible. Miéntras el Estado dele
siglo ¿para qué lo quieren ya los mismos milita gue, como basta aquí, en una agrupación de sus
res, si sus restos incoherentes, más bien que servidores el cuidado de su seguridad é indepen
protectores, son incómodos y vejatorios? Pero dencia; miéntras queá esa agrupación se encar
aquí se toca la oportunidad de definir, la nece gue el rudo oficio de las armas, tan diferente de
sidad de dar valor inmutable á las palabras y los demás en su esencia y accidentes, no se pre
asignar limites á las ideas. tenda una asimilación imposible, por lo com
¿Es Fuero la reunión sucesiva de prerouati- pleta, ni se quiera embeber, por via de simpli
vas y privilegios, ó el código, la reunión y co ficación, en ese engendro político-administrati
lección de leyes y preceptos? ¿Es Fuero aquello vo llamado ley de empleados, á los que tienen el
por lo cual una agregación ó colectividad se peligroso empleo de defender la patria.
aleja en su órbita de las otras que constituyen Racionalmente no cabe establecer relaciones
el Estado, ó por la inversa lo que las acerca y, de comparación donde ántes no se ha estableci
por decirlo asi, las engrana; loque las hace más do homogeneidad. Dígase de buena fé si existe,
solidarias, correlativas y armónicas, y por lo ni es posible, entre lo que se entiende por em
tanto más útiles y beneficiosas a) procomún? pleado y lo que debe entenderse por militar.
¿Es Fuero la vana y pueril satisfacción de amor Pero tales cosas vamos viendo que quizá se lle
propio, ó la norma de conducta, el señalamien gue á conseguirla. Ya se va asimilando la cesan
to del deber, el camino más llano y breve de la tía al reemplazo, la jubilación al retiro. Todo gé
ADMINISTRACION DE JUSTICIA? nero de servicio es sinónimo: lo mismo da reci
Por Fueros bien se ve que no pueden hoy bir un balazo que recibir una credencial. Espe
entenderse los de Sepúlveda, ni los de Cá- remos, y puede ser que, en equitativa compen
ceres, ni los de las Siete Partidas, ni la incom sación, el oficinista que se duerma sobre su
prensible autonomía de las Provincias Vascon pupitre por haber estado de baile sea pasado por
gadas. El Fuero hoy no puede, no debe desper las armas, como el pobre centinela que se rin
tar en primer término la idea de exención ó de al sueño después de largas horas de marcha
privilegio, sinó la de deber y derecho: no la so y de combate.
berbia pretensión de excepción y aislamiento Miéntras esto llega, no es prudente aventu
quisquilloso, sinó la demarcación del lugar en rarse á lo desconocido. Acométase en buen hora
FUER - sis - FUGA
la distinción, no muy fácil, de las dos esencias FUERTE. Del latin fortis. Como adjetivo, se
que el militar contiene de ciudadano y de solda aplica á lo que tiene fuerza y resistencia, á lo
do; entregúese á la jurisdicción civil, que en robusto, corpulento; á lo animoso, varonil, vigo
efecto debe ser una y sola, todo cuanto á ella roso, activo.—Como sustantivo, es nombre ge
pueda pasar sin menoscabo del servicio; vayan nérico de toda obra pequeña de fortificación, sea
abajo de una vez alguna pherooativa escrita ó permanente ó pasajera, pero singularmente de
tal privilegio de hecho caducado; cédase en tal esta última; que defiende un paso ó constituye
fórmula cancilleresca; renúnciese á cual atrac parte de un sistema. Según su traza, objeto, dis
ción y competencia; bórrense las palabras fuero posición y capacidad, el fuerte es abaluartado,
y contrafuero y desafuero; pero guarda que, al AISLADO, ABIERTO, AVANZADO, CERRADO, DE ESTRELLA,
hacer esta poda y escamonda de ramas viejas, DESTACADO, INDEPENDIENTE, etc.
no vaya á quedar herido el tronco y, esperando
FUERZA. En toda su extensión la voz com
mayor vigor y lozania, no nos encontremos con prende, no SÓlO la GENTE DE GUERHA, SÍUO todos
el árbol muerto.
De temer es, si tan delicada operación se en los medios y elementos militares de un país. «De
comendase exclusivamente al brazo civil; y tam safiar la fuerza de la Francia». En plural, fuer
bién, para ser justos, se debe confesar que no zas activas, beligerantes, contendientes, manco
habría completa garantía de acierto dejando solo munadas. Más particular, se refiere á tropas:
al brazo militar. No está por desgracia propagado fuerza pública, armada.—Dentro ya de la mili
en el ejército el conocimiento de estos áridos cia, indica número de hombres ó caballos: fuer
pero importantes asuntos; no se cultiva ni reco za completa, disponible, efectiva, presente. Es
mienda la afición al estudio, ni aun el hábito de tado de fuerza, lo mismo que lista ó recuento.
reflexionar; no es común siquiera la intuición —En fortificación antiguamente, lo mismo que
fuerte ó ciudadela; y todavía se conserva el nom
de lo que positivamente es bueno, legal y justo.
Ahogado el jóven en un circulo estrecho de por bre en algún punto de Ultramar, llamándose el
menores, muchos indispensables y algunos fú gobernador, como en el siglo XVI, castellano de
la fuerza. Se lee en el Quijote (part. 1. cnp. 39.
tiles; cuando en edad madura llega al mando,
cree que basta para ejercerlo exigir del inferior hablando de la toma de la Goleta): « y asi
con muchos sacos de arena levantaron las trin
loque de él exigieron, sin levantar nunca la vis
cheras tan altas que sobrepujaron las murallas
ta hácia arriba; sin prepararse á subir más alto; de la fuerza, y tirándoles Ix caballero, ninguno
sin reparar qu-, , á medida del horizonte, se en podia parar ni asistirá la defensa». Y más abajo:
sanchan sus deberes correlativamente á sus de «Cautivaron á Don Pedro Pucrtocarrero, Gene
rechos. Esta propensión á la rutina, que algu ral de la Goleta, el cual hizo cuanto le fué po
nos decoran con el nombre de tradición (V. e v.), sible por defender su fuerza, etc.» «Cautivaron
y quizá estimulan como base de su valimiento asi mismo al General del fuerte, que se llamaba
anula en el estado militar los grandes elementos Gabriel Cervellon, caballero milanés, grande in
que encierra de iniciativa y perfección. Desacos geniero y valentísimo soldado. Murieron en es
tumbrado á usar su propio criterio y raciocinio, tas dos fuerzas muchas personas de cuenta...»
suele confundir la entidad de cada cosa; mien Fuerza moral es la primera condición militar de
tras defiende con ciega tenacidad algún ridiculo las tropas y especialmente de sus jefes.—Aviva
anacronismo ó estéril prerogativa, se deja arre fuerza, modo adverbial de decir que un ataoue
batar un derecho ó conculcar un principio. se lia más al número ó valor, que á los medios
El conocimiento más primordial é indispen ó método del arte.—Fuerza se llama también al
sable es el de la «sociedad» en que vivimos, y primer tercio de la espada hácia el puño.
á la cual forzosamente nos hemos de acomodar.
Si no es cuerdo, ni digno, ceder á la veleidad ó FUGA. Palabra griega que pasó al latin tal
al capricho de unos pocos; tampoco es prudente, como se escribe. Lo mismo que huida. DeFUGiR,
ni razonable, resistir á toda tentativa de análi antiguamente huir.—Aunque esta voz no suena
sis, á toda revisión de contrato, á toda concesión bien en oidos militares, se ha consagrado una
que se pide en nombre del mejor arreglo y go vez con honra en la guerra de la independencia,
bernación del país. cuando las compañías de zapadores acantonadas
Quiera Dios que, inspirándonos todos en el en Alcalá, sabedoras del Dos de Mayo en Madrid,
amor que le tenemos, la unidad de fuero llegue se fugaron, salvando su caja y efectos, y presen
á conseguirse sin detrimento de nuestras viejas tándose al Capitán general de Valencia, sirvieron
y sagradas instituciones militares. de núcleo al batallón que allí se formó. Esta
FUGI _ 549 - FUNG
briosa resolución mereció en 1." octubre 4817 este acto material, positivo y determinado, con
una cruz de distinción que se llama de la Fuga el moral y por consiguiente indefinido, que ex
de los zapadores. No sabemos porqué el lema de presa la palabra deberes. El que hace, llena ó
la cruz había de decir: «Salida de los zapadores ejerce las funciones de su empleo gana el sueldo:
de Alcalá. Mayo 1808». La voz salida es impro el que cumple con su deber busca ya estimación
pia, porque técnicamente expresa una opera y alabanza. La frase proverbial de la Ordenanza:
ción de sitio defensivo; é inexacta además, por «El contentarse con hacer lo más preciso de su
que aquel espontáneo y arriesgado arranque fué deber....» hubiera sido más exacta sustituyendo
realmente una fuga gloriosa. funciones á deber.—Función militar. Comprende
FUGITIVO. En latin se dice fugitivus, fu- exclusivamente los actos de solemnidad, apara
gator, fugax, fugiens. El que anda huyendo y to ó ceremonia, como revistas, paradas, paseos,
escondiéndose. etc., sin más objeto que ejercitarse ó desplegar
una pompa teatral ó inofensiva. Debe advertirse
FUIDIZO. Huidizo, fugitivo. Y también de que las anteriores definiciones son de nuestra
sertor, pasado, tránsfuga. En este sentido lo usa cuenta, pues la ordenanza no da, como debiera,
Atora en sus Cartas, á principios del siglo XVI. suficiente texto ni apoyo. Artículos hay en que
—Fuir. Antiguamente huir. Del latin fugere, andan juntas y sinónimas función y acción. Por
rugir. • ejemplo: «Cuando en una función hubiera per
FULMINANTE. Del latin fulminans; de ful- dido algunos soldados la compañía de granade
men, fulminis, rayo. En el dia se aplica técnica ros, se han de reemplazar luego los muertos,
y prosáicamente este adjetivo á la pólvora, mix para que siempre se verifique su completo: y si
to, cebo, cápsula que se inflama y detona por hubiere heridos ó enfermos, en el caso de ser
choque. En poesía ó lenguaje figurado, al ata destinada á alguna acción se completará de fu
que, á la carga, á la espada, al fuego, y también sileros. (.-Irí. 6. tit. 2. trat. \). «Durante la acción
á ciertas órdenes imperiosas y ejecutivas, que se mantendrá el Cuartel-Maestre con sus Ayu
aterran efectivamente como el rayo. dantes cerca del General, llevando consigo el
FULMINAR. En elevado estilo expresa bien plan y disposiciones dadas para la función....»
batir con furia, bombardear, cañonear. «Dispuso [Art. 33. tit. 5. trat. 7). La misma mezcla en
luego diversas baterías el Toledo y abrió varias el art. 6. tit. 7. trat. 8).—Vallecillo [Com. á las
trincheras, donde era más fácil desembocar en Ord. pág. 175—181) amontona artículos para
los fosos; y por muchos lados se comenzó á ful probar que la Ordenaza no define, ni él tampo
minar contra la muralla de la ciudad». (Benti- co. Pero tiene razón en el siguiente párrafo: «En
voclio. Guerr. deFlánd. part. 1. lib. 6J. «Co vano será buscar la diferencia distintiva, aunque
menzaron á arrimarseá ties rebellines, rodeados sólo en algún accidente accesorio, de las voces
de agua y ellos en si harto fuertes, defendidos función, acción de guerra, por estar en la orde
fuera de esto de ígic) una gran plataforma dentro nanza usadas más bien consultando el oido que
de la villa, desde la cual y de varias partes ful la propiedad de su significado, según voy á ma
minaba de ordinario una gran lluvia de cañona nifestar. Habiendo usado propiamente el art. 51
zos, deque murió mucha gente particular». (Co de las Ordenanzas de 1702, que es el generador
loma. Guerr. de Flánd. lib. 8).—Todo el mundo de este, dos veces seguidas la voz acción de igual
sabe de memoria la oda célebre á que pertene modo que el referido de las de 1728, y no ha
ce este verso: biendo parecido bien esta repetición tan próxi
ma á la Junta redactora de las de 1768, gran
«Menea, fulminando, el hierro insano».
conocedora del lenguaje y delicadísima en esto
FUNCION. Probemos á definir esta voz pu del bien decir, huyó de ella al copiar el artículo
ramente latina, functio.—Función de guerra. diciendo función la primera vez que hubo de
Término general que abraza, sin distinguir ni usar aquella, con la sola idea de que no resul
concretar, desde el más insignificante choque tase repetida, poco más adelante, la de acción.
hasta la batalla campal.— Función del servicio. ¡Primor de estilo que con frecuencia exige el
Término general que comprende todo acto de él sacrificio de la propiedad y claridad! Pero apar
sin fuego, ni combate. —Funciones de un empleo. te de esto la diferencia distintiva de las voces
Usado siempre en plural. El acto de llenar las FUNCION, ACCION DE GUERRA, tal y C0IT1O laS ORDE
obligaciones escritas y reglamentarias; de satis NANZAS frecuentemente las usan es, si alguna, im
facer las atribuciones determinadas; de ejercer perceptible» (Vallecillo. Com. á las Ord. pági
un cargo en toda su latitud. Conviene distinguir na 68).—Se puede aducir más textos sobre la
FUNG — Sin — FUNG
varia acepción de la voz: «...si en guardia, des «Voy á señalar en el espíritu de las tropas
tacamento ú otra función del servicio» [Oblig. una transformación do otro género, que es, á mi
delsold. art. 6. tít. I. trat. 2). «Las funciones juicio, también una alteración grave».
del cabo segundo son las mismas que las del «Antiguamente los depositarios del poder es
primero á quien siempre estará subordinado...» taban rodeados de una autoridad moral que fa
(orí. 4. tit. 2. trat. 2 . «No interrumpirá ni ce vorecía el mantenimiento de una firme disci
ñirá (el sargento) á los cabos en el ejercicio de plina y de hábitos militares. Todavía recuerdo
sus funciones....» [art. 6. tit. i. trat. 2). «Al cuando el domingo aparecía en el cuartel para
cuidado del sargento primero ó del que haga sus la revista, en que la atención estaba vivamente
funciones....» (art. 9. tit. i) «.... y cuando se re excitada, los grandes esfuerzos que se hacían pa
lira de guardia ú otra función» (Oblig. del sarg. ra presentar todo en buen orden; porque era
art. 33. tit. i. trat. 2y «...guardia, destacamento ú efectivamente un acontecimiento. En aquel tiem
otra función» (art. 8. tít. 6. trat. 2). «Si fuere pa po el jefe de cuerpo no concentraba en sus ma
ra ejercicio, no tengan bala; y si para funciones nos, como en el dia, todas las direcciones y to
de guerra, tampoco lleven los que estén sin ella» das las vigilancias: sus colaboradores subalter-
(orí. 9. ítí. 6. trat. %) «Las funciones explicadas ¡ nos funcionaban ancha y libremente, cada uno
en el titulo precedente para subtenientes» (art. I I en su esfera, ba^o una responsabilidad clara
ítí. 7. trat. 2). «Siempre que se halle de facción mente definida. El Coronel era un personaje fue
sea en paz ó en guerra....» {art. 23. ítí. 6. trat. 2 ra de linea, cuya vida no transcurría en medio
«.... reservará su queja hasta haber concluido del personal y material del regimiento, en los
la facción á que fuere destinado» (art. 15. tit. patios del cuartel, en los dormitorios, en los ta
17. trat. 2). lleres.... nunca nos aparecía sino en su dia y
Tratándose de funciones de un empleo, no se . hora para resolver cuestiones de mandoydarel
rá inoportuno discurrir en abstracto acerca de ! impulso».
la conveniencia de limitarlas, de escalonarlas «Mayor era el acontecimiento cuando se es
legal y oficialmente; condenando el abuso pro peraba revista de un general con mando; mayor
gresivo de los jefes que, por impaciencia, des aún cuando se trataba de una inspección gene
confianza ó quizá por exceso de celo, no bien ral por un delegado del Ministro, revestido en
dan una orden ó encargo, han de asistir ellos gran parte de sus poderes. Con meses de antici
mismos al cumplimiento espoleando, embara pación todo se preparaba con un celo extremo
zando y las más veces aturdiendo al inferior. Es para esta prueba que preocupaba todos los áni
sobre este punto de no embarazar y ceñir (V. e_ mos, tocaba todos los intereses y excitaba hasta
v.) las funciones, tan manifiesto el espíritu pre el mas alto punto el amor propio del regimien
visor de la Ordenanza, tan clara la letra, que en to. Al presentarse ante las tropas el hombre cu
el primer escalón gerárquico lo hace resaltar. En yas funciones se rodeaban de tal prestigio, su
el orí. 27. tít. 10. trat. 2. dice textual:.... «Sa influencia, sí él la comprendía y conducía bien,
tisfecho el capitán de que los cabos elegidos es se ejercia felizmente sobre el espíritu del perso
tán bien impuestos de su obligación, les dejará nal, sobre todos los ramos del servicio y dejaba
obrar con libertad: si algo yerran, la reprensión huellas duraderas».
de ello les enseñará mejor su deber: con esto «Hoy los Coroneles, los Generales, los más
habrá más emulación, se conocerán los sujetos elevados personajes se presentan á las tropas
y ellos se habilitarán al mando». Al sargento le sin producir en ellas impresión. Parece como si
recomienda literalmente: «No interrumpirá, ni se hubiera borrado el sentimiento de sumisión
ceñirá á los cabos en el ejercicio de sus funcio cerca de ellas y el de su alto puesto en la gc-
nes....» (orí. 6. tít. i. trat. 2). rarquia. Las tropas los ven llegar, los reciben y
Consolémonos, sin embargo, con que no es los ven partir con la mayor indiferencia: á lo
sólo en España donde se van perdiendo los Bahi sumo, cuando aquellos tienen una especial no
tos prudentes, tranquilos y aún ceremoniosos toriedad, causan una fugaz preocupación de in
de mando, para dar lugar á esa inquietud, á esa terés ó más bien curiosidad. Y es que se han
intrusión, á ese cosquilleo, si asi puede decirse, debilitado las sinceras creencias de la fé militar
con que el superior «ha de estar encima» de lo con los ardores y las particulares emociones que
que el inferior hace. ordinariamente las acompaña. Tiende á desapa
Traducimos á la letra los siguientes párrafos recer aquel sentimiento tradicional, elevado,
de una obra que goza justa popularidad en Eu conservador, que era una de las fuerzas de co
ropa *L Armée francaise m 1867». hesión del Ejército, y que yo llamo espíritu de
FUNC - sai - FUND
gerarquia. Conviene no disimular la gravedad damente en el suelo. Cuando querían servirse
de un síntoma que acusa en la familia militar el de él, colocaban en una de las extremidades del
decremento, ya muy marcado en el conjunto palo horizontal una honda, en la que ajusta
de la sociedad francesa, del principio y de los ban una gran piedra, cuyo peso, destruyendo
hábitos del respeto». la posición horizontal del mástil le obligaba á
«En cuanto al ejército, la causa principal de inclinarse hácia el suelo. Entonces asian al extre
esta depreciación moral es fácil de reconocer. mo opuesto, valiéndose de cuerdas varios hom
En él efectivamente la gerarquia forma desde la bres, cuyo número se hallaba en proporción con
cumbre á la base una cadena, cuyos eslabones la magnitud del Fundíbalo; tiraban hasta que
están estrechamente ligados entre si, hasta el el madero tomase su posición horizontal y, dan
punto de no poder ser interrumpida en un solo do vaivenes vigorosos, salía la piedra con tal
paraje sin que la gerarquia entera padezca. Por ímpetu, que «no sólo destrozaba hombres y
eso ningún expediente ó asunto debe ser ins caballos, si que también hacía grandes estra
truido, ninguna represión aplicada, ninguna re gos en los edificios.» Este ingenio se conoció
compensa dada, sin que los diversos poderes, con el nombre de máquina pedrera. Segun dic-
escalonados por encima de las personas é quie támen de un autor distinguido, (Crónica ge
nes estos actos incumben, intervengan todos y neral de España , los catalanes la llamaban fo"
sucesivamente exponiendo su dictamen en la revol, fundero ú hondera, por la honda que ti
forma que la regla determine. Esta es una de raba, y en la que generalmente formaban el
nuestras leyes militares más antiguas, más ab contrapeso con cajas llenas de plomo. Y cuando
soluta, y uno de sus efectos, que inmediatamen la necesidad ó comodidad aconsejaban que se
te se percibe, es asegurar á cada uno de estos sustituyera á las cajas de plomo con un talego
poderes toda la influencia y la autoridad que en forma de manga llena de piedras, recibía la
necesita » .—Basta . denominación de manganell. Sin embargóla pa
FUNCIONAR. Este verbo no está en Dice. labra manganell, manganelo, ó manganilla, pue
Acad. 5. , pero sí en boca de todo el mundo. Más de también haber provenido del término griego
bien que al ejercicio y acción del empleo propio, manganon que significa artificio».
suele aplicarse al superior cuando accidental ó «En Navarra dábase á esta máquina el nom
interinamente se desempeña. bre de Fonda-fuste» . El mismo autor repite
esta descripción de la Hist. org. en su posterior
FUNCIONARIO. Tampoco está en Dice.
Memoria sobre el Traje, donde dice: «Conocido
Acad. 5. En el órden civil, sinónimo de autori-
el Fundíbalo por los catalanes con la variante de
ridad. El militar constituye una subdivisión del
fonevol. Pero Antón Bei ter [Crón. gral. de Esp.
FUNCIONARIO PÍBLICO.
y Val. lib. 2. cap. 26) dice que era un cierto
FUNDA. En latin funda es honda (V. e. v.) instrumento que teniendo una honda atada á
para arrojar piedras, y suele encontrarse la voz un cabo de madera por el un brazo, atacaban
en algún autor pretencioso.—La tela ó cuero que (sic) el otro brazo de tal arte que teniendo la
cubre y resguarda algún objeto. —En la silla de honda su piedra gruesa, daban tales vaivenes á
montar, la cañonera ó bolsa donde se lleva la aquel madero que desatacándose el brazo de la
pistola. honda, surtía con tal ímpetu la piedra que hacia
FUNDÍ BALO ó Fundíbulo. Con anunciar que muy gran daño en lugares muy distantes, do no
esta es una de las máquinas antiguas (V. e. v.) pudiera allegar la piedra lirada con honda de ma
basta para deducir que ni la ortografía es fija, ni no de ningún hombre. Este ingenio se llamó an
la explicación satisfactoria. Desde luego Dice. tiguamente máquina pedrera; los catalanes la
Acad. 5. escribe Fundíbulo y da: «Máquina de llamaban fonevol, cuasi fundero, ú hondera por
madera que servia en lo antiguo para disparar la honda que tiraba, y en esta solía ser el con
piedras de gran peso, con las que derribaban los Irapeso de plomo en unas cajas llenas d' el y sí
muros y fortificaciones de las plazas y castillos». por ahorrar este embargo se traia el ingenio y
Como se ve, la Academia no puede estar más abs suplía por contrapeso una talega, como manga,
tracta y circunspecta. Pero Clonard que, como llena de guijarros ó piedras mayores llamábanle
de costumbre, no se para en barras, pinta la má manganell por la manga».
quina en la lámina i de su Hisl. org. T. I. y la Hasta aquí va bien: Clonard por esta vez se
describe así: «El Fundíbalo constaba de un made copia sin contradecirse. Y puesto que el erudito
ro horizontal, cuyo centro se apoyaba en un eje Rich, grande autoridad en estas materias, tiene
sostenido por un pié derecho y clavado profun la modestia y el buen gusto de «ignorar» como
66
FUND ,22 FUND
era el fundíbalo, pasemos á otro. Según Maize- nos y por sus efectos equivalía al onagro. El
rot, San Gerónimo lia traducido el onagro priego, Dice. Hf.vla, que es una reimpresión de Moretti,
por fundibala, término de que también se sir tiene el pudor de no copiar aquí más que el
ve Hegessipo. Encaja un largo texto griego y primer párrafo, hasta el etc. con lo cual elude
concluye que el «tomar á la letra» las expresio la responsabilidad del segundo: que no es livia
nes griegas y latinas relativas á la fromle, hon na «tomar plazas» con palos de tres piés y me
da, es lo que ha dado origen á la invención de dio de longitud
la colgante del brazo en vez de ponerla en el Pero nada estorba ni embaraza al Dice J. D'
cucharon. El texto dice que frondoient, hondea W. M. Copiemos: «Fundíbalo. Máquina que usa
ban, con las maquinas; pero esto, según él, no ron los antiguos guerreros para disparar piedras
quiere decir como el hondero, sino arrojar sim de mucho peso. —Lo mismo que fustablo.» Vea
plemente-. Al parecer, eso de arrojar con honda mos ahora Fustablo: «Especie de honda de cue
pellas enormes de hierro candente ó enrojeci ro colocada al extremo ó remate de un palo de
do, fuegos griegos etc. es un poco fuerte: lo tres á cuatro péis ^será errata) de longitud, y
natural es que estos proyectiles se colocasen en que manejado con las dos manos despedía con
el cucharon forrado de hierro, Pero he aquí que fuerza piedras, dardos y á veces materias in
en la página 397 (penúltima del libro, nos en cendiarias. Se usaba lo mismo en el ataque que
contramos con que no sólo puede ser lo de las en la defensa». Y más adelante: «Fustíbala. fu«-
hondas y los contrapesos de Clonard, sino que tíbalo, lo mismo que fustablo». Aquí el palo au
remonta la cosa hasta los chinos en lo mas re menta en medio pie y, lo que es más filosófico,
moto. Las páginas 263 y 259 no son verdad: «Ce sirve «lo mismo para el ataque que para la de
¡/ve je viens derapporter» dice el buen Maizerov fensa». Es perderse los autores en esto de bus
«élant le fruit Je nouvelles recIterelies faites pen- car á toda costa diferencias esenciales entre fun
dant /' impression de ce livre, m a fait changer da , FUNDÍBALO, FUSTÍBALO. ( V. FoNDA-FUSTE, .
d' opinión» ¡Fiese V. de los sabios! y el susodich Vegecio 'líb. 3. cap. 14) da el fustIbalo como
Maizeroy hizo muy bien en cambiar de opinión maquina antigua semejante al onagro ó mangane-
porque Luis Napoleón en su obra, «Eludes sur la, y afirmando que tiraba piedras tan lejos co
le pasté et ¡ avenir de l' artillerien T. II, después mo la catapulta. Otros autores sin embargo,
de describir bajo el nombre de trabuco (treltu- buscando la etimología en la voz latina fuslis,
chH) el fundíbalo, como más arriba Clonard palo, y la griega bailo, lanzar, pretenden que
añade que, según experiencias de Dufour el fustíbalo no era máquina, sino arma manual,
insertas en su Memoria sobre la artillería anti honda con mango. Realmente es imcomprensible
gua, la honda colgante era la parte más impor esto del mango. —Por resumen ó moraleja de
tante de la maquina y la hacia doblar el alcance este indigesto articulo como de otros varios so
que hubiera tenido con cucharon. Las experien bre igual materia) quedamos, lector y autor,
cias del propio Napoleón confirmaron en pe plenamente convencidos de que ni nosotros ni
queño esto mismo. nadie sabe de cierto lo que era fundíbalo.
Y por último otras experiencias, ya en gran
FUNDIBLE. Lo que es capaz de fundirse.
de, hechas en Vincennes acreditaron que con Pero la misma Academia da más adelante: «Fu
una máquina cuya verga ó flecha era de (O™ y sible, lo que puede derretirse ó liquidarse. En
el contrapeso de 4.500 kilógramos se lanzó una latin fwsilis».
bala de á 24 á 175 metros, una bomba de 0 22,"'
á 145 y otra de 0, 27 y 0, 32 á 120. (ñapport FUNDICION. La acción de fundir y la fábri
adr. au minist. de. la gtwrre par le cap. Eavk. T. ca en que se funden los metales. En el articulo
II. pág. 38 y sig.;—Corriente. Demos por averi Artillería se dan apuntes históricos sobre las
guado fundíbaloó fundíbulo; pero nosasalla otra primeras fundiciones de Málaga, Sevilla, Lisboa,
variante: fustíbulo y fustablo. Dice. Acad. 5. servidas por fundidores traídos de Flándes y
guarda prudente silencio. Dice. Moretti da: Alemania. Mas por lo que pueda valer, añadire
«Fustablo (en francés fustibale) máquina eata- mos esta noticia. En unas memorias sobre Fi
balistica de que se servían los antiguos en el lipinas, impresas en 1850 por Díaz Arenas, dice:
ataque y defensa de las plazas, castillos etc. Era «Hubo antiguamente fundición, trasladada de
una especie de honda colocada á la extremidad Santa Ana que dice el Sr. Aragón ser la más an
de un palo de tres pies (sic; y medio de longi tigua de la monarquía española, siendo un hecho
tud, con la que arrojaban piedras, dardos (sic histórico fuera de toda duda, que cuando los
y combustibles.—La manejaban con las dos ma españoles llegaron á estas islas habia un indio
FUÑE - 523 - FURR
que fundía cañones y se llamaba Canda-jura, el de saber leer, escribir y contar porque demás
cual tenia su camarín en el sitio de Anamoyan que han de aposentar los soldados, repartiendo
barrio en el dia del pueblo de Santa Ana». las boletas por escuadras, han de tener las listas
FUNERAL. Del latin funereus, funebris. Lo de todos los soldados y dar razón de ellos cuan
perteneciente á entierro ó exequias. Usase más do los oficiales del sueldo tomaren las muestras;
comunmente en plural.—A la funerala es mo hánse de hallar al listar y tomar razón de los
vimiento reglamentario del manejo de arma, y en que se pagaren; y del sueldo que á cada soldado
.seneral modo adverbial para expresar el con se diere; han de tener ansímismo cuenta de los
junto sabido de ceremonias fúnebres en la milicia. bastimentos, armas y otras cosas que se repar
tieren entre los soldados de sus compañías, para
FURGON. Nombre genérico de carro ó ve poder dar razón de todo á sus capitanes y á
hículo de toda clase para trasporte de efectos y quien pudiere pedírsela». (LondoSo. ibid.j «Los
pertrechos militares. furrieres mayores de tercios deben ser soldados
FURRIEL. Voz antigua y común á casi todas pláticos que sepan alojar un tercio y si fuere
|as milicias, que algunos tienen por corrupción necesario un ejército: han de saber leer y escri
del latin fodrarius y otros la traen del verbo ale bir y deben tener noticia del número-de la gen
mán filtren, conducir, guiar. Los textos que á te que tiene cada compañía para saber alo
continuación se transcriben, dan perfecto conoci jarlos. Caminando se les da la patente para este
miento de las importantes funciones asignadas efecto y un dia antes tomarán guías que sepan
antiguamente á este cargo. «Y porque Gerónimo los pasos....» «Mas si fuere en campaña, en un
Turpia tiene de Nos provisión y patente para ejército formado, irán al furriel general que les
ser nuestro Furrier mayor de nuestros ejércitos, señale el cuartel que le toca á su tercio, y luego
y porque es persona provechosa y sabe hacer medirán la largura á pasos y darán á cada ban
bien el dicho cargo de Furrier y Aposentador del dera y compañía lo que les locase». — «El furriel
y que haya y tenga de salario cada mes los general debe ser muy plático, que haya servido
veinte y cinco escudos que por la dicha nuestra muchos años en este cargo, el cual es supremo
Provisión y patente le mandamos dar, desde de todos los demás furrieles mayores y menores.
primero dia del dicho mes de octubre próximo Tócale alojar la persona del General y su corte...
pasado, que está por librar y pagar, todo el tiem Tócale también tener cuenta con los del carrua
po que sirviere y residiere en el dicho cargo en je y municiones. Es oficio que la gente principal
el dicho nueslro ejército cuanto nuestra merced debe estar bien con él, por que un palmo de ca
y voluntad fuere». (Ord. de Carlos V de 1536.) sa en campaña es de mucha comodidad». (Bart.
Por decreto de 1 4 junio 1716 se suprimieron los Scarion. Doctr. mil. fól. 107. 1598).
FruRULES mayores, dándose sus atribuciones á Por último, según Martin Egciluz {Diic. y
los Sabgentos mayores. (Glonard. Hist. org. T. V regla mil. 1595) el furrier mayor de tercio es el
pág. 203). «Los Furrieres mayores que llaman encargado de hacer el alojamiento y repartirlo
mayores de los tercios han de hacer lo que ha á los de compañía: recibir vestidos, armas, mu
cían los metatores en las legiones, es á saber: niciones, bastimentos y todo cuanto se suminis
cuando se caminare, ir delante á tomar cuartel tra al mismo por cuenta de la Real Hacienda
para todas las banderas, así cuando se hubiere en tregándoselo al Sargento mayor para su dis
de alojar en campaña, como en poblado, y re tribución y llevar de todo cuenta y razón, para
partirlo á los furrieres particulares de las com dársela cuando se la pidan los oficiales de aque
pañías, dando é cada uno el lugar que le tocare; lla, (fol. 62 V'tO.) Fl'RRlER MAYOR GENERAL eS el de
para lo cual deben ser hombres pláticos, que todo un ejército, cuyo cargo es, con respecto á
tengan conocimiento de los sitios y lugares es los tercios, como el de los furrieres mayores de
pecialmente en campaña, que muchas veces ha estos con respecto á las compañías. Llámase
brían de hacer ellos elección de los tales sitios también Cuartel-maestre á quien todos los fur
donde alojen sus tercios caminando solos. Y rieres acudirán, y él al Maestre de Campo gene
cuando no, podrán ayudar al maestre de campo ral (V. e. v.). El furrier de compañía ha de hacer
general ó al furrier mayor de todo el ejército, el alojamiento á la suya y entregársele al sar
cosa necesarísima como adelante se dirá». (Lon- gento para que lo reparta las listas para la mues
ooüo. Discip. mil. fol. 17. 1568.) (V. y comp. tra (ó revista); cobra y paga el haber de los sol
CCARTEL MAESTRE, MAESTRE DE CAMPO GENERAL, etc.) dados (fol. 14 y vto. cap. 4. del Alférez). Hom
*Los furrieres particulares (es decir, de compa bre plático que sepa escribir, contar y sea de
ñía) son aposentadores de las compañías: han I confianza. Ha de tener la lista de su compañía
1

FTJRT - 524 - FUSI


para dar la muestra della. Ha de recibir lodos un punto fuerte por sorpresa, entendiendo por
los bastimentos, municiones, armas y vestidos, tal un término medio entre la toma á viva fuer
que en ella se dieren á cuenta del Rey á sus za y la entrega por trato ó confidencia. Los tex
soldados; y él ha de tener la cuenta y cargo de- tos siguientes esclarecen. «Razón es e derecho,
11o para darla quando se la pidan los ministros qué digamos otrosí que gualardon deven aver
de la hacienda del Rey. Pero lodo esto de mu los que furtaren villa ó castiello ó otra fortaleza
niciones y lo demás ha de repartir el sargento, de los enemigos. Ca si aquellos que les entran
y el ha de dar cuenta á su alférez y capitán.... (V. e. v.) les fazen grant esfuerzo, otrosí tene
también ha de hacer los alojamientos asi en las mos que lo fazen según su manera los que los
ciudades, tierras y campaña, donde el furrier furlan. E por ende dezimos que cualquier que
mayor lo reparte y él recibe del Maestre de furtase villa ó castiello que haya término (terri
Campo general; pero el repartir de aquel aloja torio), que haya del rey mili maravedises en
miento también lo ha de hacer el sargento, asi gualardon. E si fuer otro castiello fuerte, haya
mismo le sucede muchas veces al furrier que se quinientos maravedís. De las otras villas meno
marcha solo con su compañía atravesando por res, ó castiellos, ó torres, ó fortalezas, decimos
una provincia de una parte á otra, y lleva su que los que las entraren por fuerza ó las furta
patente ó orden para el alojamiento della y se ren, que deven aver galardón del rey según t
adelanta para tenerlo hecho cuando llegue su cual fuere el logar». lEspécuIo. Tít. 5. ley 8).
compañía. En esto es necesario que sea el capi «Porque los Caballeros y Fijosdalgo de nuestros
tán cuidadoso y que tenga cuenta con el tal per- reinos vivan en paz y sosiego y los unos á los
sonage. Porque la codicia, como tiene el oficio otros no se tomen por fuerza, ni por engaño, ni
aparejado, se ha visto que les hace á algunos de por furto, ni por trato sus castillos y fortalezas,
ellos hacer cosas dañosas para la reputación de etc. [Ord. reales de Cast. lib. i. tít. 2. ley 9).—
su capitán, que suelen hacer sacaliñas en los lu De furto, el adjetivo furtivo, lo que se hace á
gares que alojan y en otros que de camino visi escondidas, á hurtadillas.
tan y rescatan; y se suelen quejar los paysanos
después que la compañía ha pasado adelante á FUSIL. Como el régimen invariable de este
su superior y suele cargar toda la desórden so Diccionario, es apuntar en cada palabra aque
bre la honra del capitán. Y se ha visto, como te llos datos técnicos y noticias históricas que más
nían hecho el agosto y la bellaquería, volver las directamente le concierneu, no es dable ofrecer
espaldas y desaparecerse. Pues si es algo pere en este articulo, á pesar de su importancia, el
zoso y de poco cuidado i que gran daño es para cuadro interesante y completo de las armas de
su compañía. Suele llegar la infantería muchas fuego portátiles. Para ello habría que recorrer
veces mojada ó asoleada, cansada y sudada y y extractar las numerosas voces que tienen co
está la compañía aguardando al furrier, que sue nexión, por ejemplo: Artillería, Arcabuz, Esco
le acontecer haber topado con algún buen com peta, Espingarda, Mosquete, Bayoneta, Baqueta
pañero que le ha regalado para ser exento, y con etc. lo cual ocasionaría inútiles y enojosas repe
sus boletas en el seno se echa á dormir y no pa ticiones.—Basta recordar que el primitivo tubo
rece ni se puede descubrir donde está: y no tan ó cilindro hueco, al tomar un afuste, aparato ó
malo si reposa con las boletas en el seno, que lo caja de madera, se convierte en cañón ó cule
suelen hacer sin haber hecho cosa ninguna cre brina de mano. La aplicación del serpentín, to
yendo que le sobra tiempo. Y también haberse mado de la ballesta, coetánea y perfecta, da
embarazado en su interés particular y salir con origen á la escopeta, espingarda, arcabuz (V. e. v.¡
mucha priesa con una crecida mentira y padece La culata, primero recta, luego excesivamente
la compañía. En estos entremeses le es necesa curva permite al fin apoyarse en el hombro. El
rio al capitán entenderle y castigarle». (Cap. 5. peso y longitud del arma hacen necesaria la hor
del Capitán, fol. 48). En el dia, el cabo furriel quilla de apoyo; suceden mayores embarazos y
en cada compañía es un auxiliar del sargento complicaciones con el frasco, el polvorín, la me-
primero para la documentación: atiende á la cua, la sarta de cargas, la llave de rueda; pero
provisión, ranchos, lavado de ropa, nombra en el primer tercio del siglo XVII, á fuerza de
miento del servicio. tentativas, experiencias, ó invenciones—como
las que en el dia presenciamos—tan pronto aco
FURTO. Esta voz fué muy usada en la edad gidas como abandonadas, el pesado mosquete de
media para significar lo que luego se llamo In- 4560 se aligera, pierde la horquilla, mengua en
terpresa (V. e. v.), esto es, toma ó conquista de calibre, deja la vetusta llave y produce la in
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flamacion del cebo, no ya por el rozamiento Aunque Moritz Meter asegure que en 4635 re
de la pirita de azufre, sino por el choque del cibieron FUSIL DE CHISPA algUnOS CUERPOS DE CABA
pedernal ó sílex contra el eslabón llamado ras LLERÍA francesa; por más que se conceda á Gus
trillo. Con tan ingenioso procedimiento el arma tavo Adolfo, en 1630, el honor de la invención
de fuego, para consagrar su regeneración, toma del cartucho y de la reforma del armamento en
el nombre de fusil. sentido de aligerarlo; dado que alguna unidad ó
Este acontecimiento, notable en la historia cuerpo suelto utilizase prematuramente el arma
de la guerra, tuvo lugar positivamente hácia perfeccionada; el hecho averiguado es la inven
1630, y desde entonces—con los retardos que cible repugnancia que al fusil de chispa—como
veremos—el fusil de chispa ó de silex quedó por á todo—mostraron los prácticos, esto es, los hom
único heredero del arcabuz y del mosquete. bres que bajo tan recomendable adjetivo ocul
La etimología de fusil está generalmente acep tan su propensión á la ineroia, á la rutina, á la
tada de la voz italiana focile, con que se desig ignorancia. ¡Cuesta tanto ceder el puesto á los
naba la piedra de chispa; y decimos «general que vienen detrás! En el siglo XVII, con la pie
mente» porque si los más la apoyan con Roque- dra de chispa decían que faltaba el tiro, pues era
fort y Grassi, otros dudan ó niegan con Ménage mucho más seguro con la mecha y la rueda. A
y Scalígero. Pero bien se ve que esa etimología mediados del siglo XIX los prácticos condena
es, más que verosímil, natural y lógica: lo in ban la cápsula, imposible de manejar entre los
genioso del invento debió hacer tomar la parte dedos torpes del soldado. Quince años ha rodado
por el todo. Bardin sostiene que primitivamente por las juntas facultativas de artillería, en to
fusil era la piedra sola, y se decia arcabuz ó pis da Europa, recibiendo desdenes prácticos, ese
tola de fusil, esto es, de piedra á distinción de fusil prusiano de aguja que nos trae inquietos y
hecha y rueda. Cita en apoyo á Pietro Della desalentados desde Sadowa. Mucho duró la re
Valle (cuyos viajes se publicaron en 1617) que sistencia, y el ínclito Vauban, para vencerla, tu
dice ya de las llaves de sílex; aPistole a focile vo que apelar al peregrino expediente de cons
che non s' ha di perder lempo a tirar sulla ruó- truir un fusil con doble pié de gato, es decir,
tas esto es «pistola de pedernal con la que no llevando juntos el sílex y la mecha. El verdadero
se pierde tiempo en montar la rueda». El anti remedio para tener chispas ó lumbres lo encon
guo Diccionario de la Academia Francesa definía tró el ingenio español, cortando, y a en aquel si
el fusil: upiéce d' acier qui couvre le bassinet», glo, las PIEDRAS Á BISEL.
«pieza de acero que cubre la cazoleta», de modo Por la fuerza misma de las cosas, asi como
que fusil fué también, por algún tiempo y á la dos siglos después del primer uso del cañón to
par quizá, no sólo la piedra, sino el eslabón en davía jugaron catapultas, y no murió la ballesta
que choca ó rastrillo. Indudablemente la voz de repente al nacer el arcabuz; el fusil anduvo
fusil, á su primera aparición, designó aparte» desairado casi todo el siglo XVII entre la pica y el
no el «todo» de la llave y mucho ménosdel ar mosquete. La Ordenanza francesa de 6 febrero
ha entera; pero á mediados del siglo XVII el 1670 es la primera que establece dimensiones
nombre ya era técnico y usual como en el día. oficiales; la de 1 .° marzo 1768 da algunas reglas
Al fijar en 1630 la invención, ó mejor dicho, para manejarlo y cuidarlo. Hasta 1777 se sabe
el «arranque histórico» del fusil, como arma de que no hubo en Francia lo que hoy decimos mo
guerra, bien se comprende que hemos querido delo ó tipo reglamentario, pues su armamento
sentar un «número redondo» umversalmente hasta entóneos fué de pacotilla.
admitido, sin pretender en manera alguna que El hecho capital de la abolición dé la pica y
sea «fecha precisa de invención», ni mucho me del mosquete, y la introducción reglamentaria ó
nos de propagación ó admisión reglamentaria en universal del fusil en la infantería tuvo lugar
los ejércitos. en 1703. La gloria de esta uniformidad nadie se
Basta considerar la marcha vacilante y tor la puede disputar al célebre Vauban. España,
tuosa del progreso humano en su conjunto y que era á la sazón, no sabemos si provincia ó
pormenores: basta contemplar lo que en nues colonia francesa, se apresuró á copiar á su me
tros días pasa con la cápsula y la aguja, para trópoli ó su maestra; por eso Clonard que cree,
deducir que el fusil de 4630 con todas sus ma con otros muchos, á piés juntos en nuestra «re
nifiestas ventajas no hizo de un salto su camino. generación» de entónces, anuncia con visible
Hay siempre en la adopción general de cualquie fruición que en dicho año 1703 introdujo en Es
ra novedad y mejora reconocida, increíbles len paña el fusil, como arma exclusiva, el Comisa
titudes, al par que singulares impaciencias. rio general de la Infantería Don Francisco Fer
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nandez deCórdova [Hi$t. org. T. 1. pág. 122). Va lo gancho en la cintura, por lo que solía dificul
lioso era este apellido en 1500; pero en 1703 tarse el desenvainarla, si estaba apretada. En
bien hará en quedar oscurecido detrás del que 26 de mayo de 1752 se publicó el nuevo regla
supo enaltecer, á fuerza de modestia y de vir mento del fusil, recomendando los ejercicios
tud, el célebre ingeniero y mariscal francés, DE FUEGO.
que todos unánimes reconocen como promovedor Desde entónces, por el largo espacio de un si
de la reforma profunda y radical. glo, el fusil, como arma de guerra, continua
Los prusianos, que no pecan—y hoy mucho mó- sin otras modificaciones que algunas parciales
nos—de encogidos, afirman, por boca de Decker en el mecanismo de la llave (V. e. v.; y ese per
que ya en 1689 dejaron la pica. Otros sostienen feccionamiento tardo y progresivo que acompa
que el mariscal francés Catinat la abolió en Ita ña á toda fabricación perseverante.
lia hácia 1690; hay* también quien asegure que Establecida con la brevedad y exactitud po
el «primer combate Á la bayoneta» tuvo lugar en sibles la genealogía ó filiación del fusil de guer
1672, en la batalla de Turin: aunque todo sea ra ó de munición, convendría trazar, siquiera á
cierto, queda en pié, como fecha oficial, la grandes rasgos, el interesante cuadro de sus rá
de 1703. pidas y continuas transformaciones en los últi
Se entiende que para tan definitivo resulta mos treinta años; pero tal faena excede — lo
do, el fusil venia haciendo sus etapas durante la confesamos—á nuestras fuerzas y además rebasa
segunda mitad del siglo XVII. Por lo que á Es ba los limites de esta obra. Para estar media
paña respecta, el real decreto de 26 abril 1765, namente informado de lo que pasa en el año
creando las cuatros primeras compañías de gra 1867, en que esto se escribe, no basta seguir con
naderos (V. e. v.), dice: »Y respecto de que no avidez y crítica el libro, el folleto, el articulo
sólo conviene que los granaderos estén armados erudito de revista, el documento oficial del go
de fusiles, sino que, como se ha estilado en otros bierno: es menester que no se escape ni la fu
tiempos, los usen también los cabos de escuadra gitiva gacetilla del último diario callejero. Cla
y algunos soldados reformados con llave de varemos sin embargo con solidez algunos jalones
chispas y cuerda, respecto de que en ataques, en históricos, y, por evitar extravio, fijaremos la
partidas y otras faenas, en dias de mucha agua, atención en los tres puntos capitales; rayado del
suelen ser inútiles las mechas, será bien se vuel ánima, cero fulminante y carga por la recámara ó
va á introducir esta disposición en la forma que RETROCARGA.
pareciere mas propia ó conveniente al servicio». Desde luego la condición del ánima estriada
(Vallecillo. Com. pág. 30). y rayada, que no es lo mismo (V. e. v.), implica
El fusil fué, como se ve, arma exclusiva de desde muy antiguo la denominación de carabi
granadero, y queda todavía en francés el moder na, confundida ya en el dia con la de fusil. Ca
no á la grenadiére por «á la espalda», cuando si estamos por no creer á Meyer, cuando dice
tiraban la granada ó montaban la brecha sable que en Leipsic se conocía la carabina rayada en
en mano. 1 498, que la inventó Gaspar Zoelltner; que la
En el articulo Bayoneta hicimos ver lo incier perfeccionó Danner en 1552, y que los polacos
to de su invención y etimologia. Un texto, que la usaron en 1625. No sabemos hasta que punto
allí se inserta, del mismo real decreto arriba sea cierta la afirmación francesa, de que su gran
mencionado prueba oficialmente que, en Espa Luis XIV armó en 1671 una brigada de carabi
ña al ménos, no se conocía en 1685 el cubo y el neros con armas rayadas. Por lo que á España
recodo ó cuello. Cae, pues, en el último decenio respecta, seguro es que se conocían y usaban á
del siglo XVII esa importante transformación, principios del siglo XVIII.
que convierte al fusil en pica y prepara su en El Diccionario de la Academia en su 1.a edi
tronización de 1703. Conste, sin embargo, que ción de 1726, ya define la carabina rayada: «La
todavía en 1735 usaban la pica como arma tác que tiene hechas unas canales en el alma del
tica los rusos contra los turcos. cañón, la cual se ataca con baqueta de hierro,
Al rayar el siglo XVIII los fusiles eran del para que salga la bala más forzada y tenga mis
calibre de á 16, con baqueta de madera expues vigor y alcance».
ta á continuas roturas: la sustitución por la de Si creyéramos al Speclateur militaire de 15
hierro se da por algunos, en Prusia hácia 1730, diciembre 1856, los alemanes desde últimos del
por otros en 1741, y en España puede fijarse siglo XV conocían y tenían como arma de caía
hácia 1755, en que también se mejoró la vaina (sic) la carabina rayada en hélice. Más fidedigno
de la bayoneta, pendiente al principio de un so es, porque nuestros padres lo vieron, que los
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riflemen ingleses usaban en la guerra de la In hombre de ingenio vivo y cultivado. Hasta 1836
dependencia las CARABINAS, no RAYADAS, SÍnO ES no lanzó su primer folleto. Por fin en 14 junio
TRIADAS, es decir, con surcos rectos. de 1833 el ministro de la guerra francés anun
Es notable la afición al tiro en pueblos li ció con solemnidad á la Cámara de diputados que
bres como el inglés, suizo y anglo-americano; y el regimiento 35 de linea estaba armado con
entre ellos es donde ha de buscarse, desde el fusil de percusión, ó pistón, como entónces se
principio de) siglo, el uso perfeccionado cada decia. Pero, por vía de ensayo se entiende; pues
dia de las armas de precisión en general. En en 1834, cuando ya tenían arma de precisión los
Francia, nación rutinaria por excelencia en me tiradores prusianos, empezaban las primeras ex
dio de su incorregible veleidad, sabido es que periencias formales ordenadas por el mariscal
corrieron las grandes guerras de la República y Soult. Todavía en 1838 se da carabina á un ba
del Imperio sin una sola reforma en la táctica tallón de cazadores modelo. En 1839 más ensa
(V. e. v.) sin una mejora en el último tornillo yos con e! regimiento i.° ligero y con el 31 de
del fusil. Hasta la reorganización de la paz, en línea en Fontainebleau. A todo esto, como es
1845, nadie pensó en estrIas ni rayados. consiguiente, dudas, polémicas, vacilaciones,
Con las estrías y rayas, lo que desde los incertidumbre sobre la utilidad, sobre la opor
primeros tiempos se ha buscado es alcance y tunidad, sobre el inmenso coste de transforma
precisión, cuyas ventajas no pueden conseguirse ción del armamento almacenado.
sin algunos inconvenienlcs relativos. Por eso es Por entónces terminaba en España con un
recomendable el empeño del capitán de artille abrazo una furiosa guerra civil de siete años,
ría Don Manuel Herrera, en 1865, de acomodar durante la cual se vieron rifles ingleses y nin
el proyectil en las piezas de modo que permita gún particular usaba escopeta de chispa; pero el
suprimir las rayas del anima lomando por si ejército no tenia «tiempo ni dinero» para aco
mismo el doble movimiento sin necesidad de ger «novedades». Toda la guerra se hizo con el
aletas ó tetones. El problema no parece inso- enorme fusil liso, de modelo en gran parte in
luble. glés, que, si era malo, al pronto lo daban fiado;
Según Paixhans Const. mil. de ta France yen parte mínima españoles del modelo de I8I5
pág. 225) el variar la Corma esférica y primitiva 1828 y 1836, que «relucían y cantaban» con
de las balas, esto es, los ensayos de las que gran regocijo de los tácticos.
luego fueron novedades, realidades y hoy (1867) Tranquilos — en cuanto cabe — después de
antiguallas, como los de Minié y Delvigne son aquella calaverada, fué menester pensar seria
antiguos también. Turpin lo intentó en 1770, mente en una reorganización: la quinta ó sexta
en La Fére y en Metz; Guitón de Morveau por en cuarenta años. El armamento entró, como
los años 2, 4 y 9 de la República; Bodeau en entrará siempre, en primera linea; mas como
1800. En 1815 Rusia andaba en experiencias entónces duraba, aunque moribunda ya, la
de elipsoides; y en 1825, en Inglaterra, el coro preocupación de 1700 de que la Europa no lle
nel Nesler ensayaba la bala cilindro-cónica. gaba más que hasta el Rhin, volveremos á anu
El cebo fulminaste de clorato de potasa tuvo dar en Francia el hilo de nuestras fechas.
origen hácia 1786, y también proscripción in En 1844 se presentó al gobierno francés la
mediata por sus peligros y dificultades. A prin carabina llamada Trouvenin-Minié por ser fruto
cipios de este siglo no fue tampoco más afortu de la invención de entrambos. Dicha arma cons
nada la tentativa de cápsulas de Howard con tituyó el modelo de 1846 con que durante los
mercurio fulminante. Tres años tardó (de 1826 dos años siguientes fueron armados los batallo
al 29; una comisión mixta para aceptarlas en nes sueltos de cazadores (chasseurs) que la con
Francia, cuando desde 1820 las usaban ingleses servaron largo tiempo. Pero la verdadera cara
y hannoverianos. Y cuéntese también que en bina Minié con bala o culolte no se presentó
1808 había sacado un privilegio ó brevet d'in- hasta 1849, durando los ensayos nueve ó diez
vention un armero de París llamado Pauu, por años después.
llaves de pistón ó percusión. Sin embargo el En general las primeras carabinas de percu
capitán de artillería Vergnaud proponía en 1826 sión tenían una espiga ó macho en el tornillo de
udaptar la nueva llave ó platina al fusil de chis la recámara sobre la que descansaban la bala
pa Por aquellos tiempos 11828' tomaba la ini maciza que se golpeaba para forzarla. Luego se
ciativa el famoso Delvigne, que en 18.11 se des sustituyó la hala forzada de cuSa y luego á esta
pedía del servicio, abrumado de los desengaños la de vastago. Y puesto que las armas de Minié
y desazones que remuneran casi siempre al y Delvigne son en 1867 casi objeto arqueológi
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co, consagrémosles, como oración fúnebre, una mes de Zuloaga, esta arma, introducida por el
corta descripción. La carabina rayada de bala Gran Capitán en Italia y llevada en 1509 á Orán
forzada á cuña, ó Minié, tira proyectil cilIndrico- por los escopeteros del cardenal Cisneros, se
ojival que tiene un hueco ó ánima de figura de cargaba por la recámara, anticipando asi un
coso truncado en cuya base mayor, que se halla problema que se creia de nuestros tiempos y que
en la del cilindro, se ajusta un casquillo de viene á resolverse en 1867. Meter cita un arma
hierro batido, el cual, oprimido por los esfuer de éste género, en 1540, que perteneció á En
zos de la pólvora, entra forzado en el expresado rique II de Francia».
hueco y, aumentando el diámetro esteriorde la Hácia 1530 había en Madrid dos arcabuceros
bala, la obliga á salir forzada. El calibre de di- famosos, que Cárlos V hizo venir de Alemania,
' cha car» bina es de 24 en libra y se carga con 2 llamados Simón Marcuarte y Pedro Maese. El pri
l|2 adarmes de pólvora. El peso de esta arma mero era conocido por Simón de Hoces el viejo,
con bayoneta es de 8 libras y 7 onzas, y sin ella á causa de usar dos hoces por marca. Este tuvo
7 libras 12 onzas; su longitud, con bayoneta, de dos hijos, Felipe y Simón, que siguieron con las
5 pies, 11 pulgadas y 9 lineas, y sin ella 4 piés dos hoces, y este Simón hijo, arcabucero de Fe
5 pulgadas y 2 lineas. Estas carabinas tienen lipe II y III, inventó las llaves de patilla ó a la
alza, que sirve para regular la puntería á larga española, que sustituyeron á las de rueda. Sus
distancia.—La carabina rayada con macho en discípulos se establecieron en Sevilla y Córdoba,
la recámara, ó Delvigne, tiene recámara cilindri y Pedro Palacios en Soria. Cristóbal Frisleva,
ca para contener la carga de pólvora, cuya par discípulo también hácia 1565, construyó escope
te superior está ahuecada de manera que pue tas que se cargaban por la recámara.
da recibir la bala hasta cerca de un tercio de El Echo Britannique sostiene que ese meca
su diámetro. La cabeza de la baqueta está tam nismo vino de Italia en los últimos tiempos de
bién ahuecada, á fin de que abrace una parle Cromwell. L' Encyclopédie cita un fusil d la
del hemisferio de la bala, la cual, en vez de ser Chaumette que se cargaba por la culata, y un ca
de mayor diámetro que ei cañón, tendrá un ñón del mismo género en 1715, que luego adop
punto menos; pues una vez introducida en es tó Mauricio de Sajonia para sus célebres a muse
te al atacar, comprimida por el choque, entre tas (V. e. v.)
su asiento concavo y la cabeza de la baqueta, se En 1736 y 1756 los arcabuceros Gabriel Al-
dilata en su diámetro transversal, se adhiere á gora y Francisco López construyeron y regalaron
las paredes del cañón, engrana en las ranuras ó al rey de España lujosas escopetas que se carga
rayas y se encuentra así forzada. Por lo demás, ban por la recámara y existen hoy en la Arme
su construcción es semejante á la de las otras ría Real. Advirtamos de paso que otro arcabu
carabinas. cero de cámara Nicolás Bis ,'1699— 1726 inven
Pasando por encima del fusil de vapor en tó el caños de callos de herradura.
que se ocupaba el inglés Perkins hácia 1826, y En Francia Robert (1831), Lefaucheux (4832)
sobre el cual escribió un libro el alemán Hoyer; perfeccionan el sistema de Pauli, ya menciona
dejando también, por poco maduro, el fusil ó do, ó según Zuloaga el délos españoles López y
escopeta de viento inventado en 1779 por Morin Algora. Ya desde el principio del siglo se cono
de Lizieux, entremos por fin en la cuestión mag cían sistemas franceses de Leroi, Reclus, Poter,
na y candente, preocupación constante, pesadi y luego de Beringer, Lepage, Tourette. De 1826
lla temerosa de ejércitos y pueblos desde 1866.., á 36 nuevos fusiles de Delvigne, Cüarot, Brunet,
hablemos del fusil de aguja, llamando así por Heürteloup.
antonomasia á toda arma de fuego portátil que El éxito de las carabinas rayadas con bala
Se CARGUE POR LA RECÁMARA, COn CARTUCHO que lle expansiva avivó naturalmente la impaciencia, y
ve en sí elemento de inflamación ó cebo, y que presentaron nuevos procedimientos de carga por
en general se cargue y dispare con suma rapidez. la recámara Colt, Adams, Falisse, Sharps. With-
Principiemos por el principio. Este Arduo worth, Westlet, Bichard, Burton
problema de cargar por la recámara ha tenido Los prácticos aquí tenían, como se suele de
hace tiempo no sólo planteo, sino solución. Las cir, donde agarrarse. Fuera de la consabida im
primeras lombardas (V. e. v.) del siglo XIV, sa posibilidad de que eso llegue á ser arma de mu
bido es que no se cargaban de otro modo. En el nición, para ser puesta en las amaños toscas del
artículo escopeta dijimos: «Según los datos ir soldado» existe el escape de gases, la difícil ob
refragables que presenta el diligentísimo Clo- turación Y á propósito, un paisano, Don Cos
sard {Hist. org. T. I pág. 62) apoyado en infor me García Saez, natural de la Rioja. presentó
PUSI — 52ÍI — FUSI
en < 864, un nuevo sistema de obturación que tos se escogieron ocho: los de Mont-Storn, West-
mereció el honor de ser examinado y probado ley, Richard, Wilson, Oreen, Snider, Jorlyn y
satisfactoriamente por la Junta superior de Ar dos distintos de Shephard. De estos ocho, en los
tillería. Puede verse la descripción en la Asam cuatro primeros y en el último la carga se in
blea del Ejército (T. XII. pág. 58). flama con cápsula y chimenea en la forma ordi
También conviene, para resumir en lo posi naria, y en los otros tres los cartuchos llevan en
ble, un folleto de Charrin, que salió á luz en Bru si mismos losmediosde inflamarse á voluntad.
selas titulado: Les armes á feu portativesse char- Francia, que lleva mucho tiempo aburrien
geant par la culasse». do á Europa con la pretensión de recuperar sus
La agitación universal producida por la últi fronteras naturales, probaba y desechaba hácia
ma guerra de los Estados-Unidos ha tomado lue 1850 en su escuela de tiro de Vincenncsel fusil
go un carácter álgido, febril desde 1866 por la prusiano de aguja. Las razones sobraban á los
batalla de Sadowa. Austria, como la más escar muchos hombres prácticos que su ejército cuen
mentada, pensó en el acto en la transformación ta. Desde luego «las manos toscas del soldado»,
de su desdichado armamento, prefiriendo al su imprevisión que agota las municiones y
pronto el sistema Linder, que luego deja por lo más peregrino, que el tal fusil es muy ligero
Remungton, y luego por Werndl, y después por y se rompe fácilmente en la lucha cuerpo Á cuer
Westzl Rusia encarga á fábricas extranje po. Esta es la «cuerda sensible» del francés: ar
ras, como la de Colt en los Estados-Unidos, ca rinconar su bayoneta, que, como es sabido, se
rabinas fle Berdan. El Papa opta por el sistema llama t arme francaise. Sadowa pasó, y todavía
Storn. Italia vacila entre propios y extraños, á la los franceses obtínados en no echar la culpa al
fecha de 4867 en que escribimos. fusil de aguja, sino á las torpezas del infortuna
La Suiza, después de numerosos ensayos do Benedek. Una de ellas, ordenar sin debida pre
comparativos, desecha el fusil Chassepot y adop paración cargas Á la bayoneta. Pero la cosa ur
ta el fusil Winchester. Esos ensayos han de gía y había que resolver sin cuchufletas. Si
mostrado que este último disparaba 22 tiros por los ingleses en 1865 tenían que escoger entre
minuto, en tanto que el primero sólo disparaba «cincuenta» sistemas, los franceses en 1866 ha
8|4 0. La Suiza ha votado la suma de 12 mi bían de hacerlo entre más de «ciento». Embar
llones para la compra de 100.000 fusiles Win ras du choix! como ellos dicen. Realmente en
chester. Esta es la primera deuda federal que estos tiempos necesitan cabeza segura y resolu-
contrae. Esa Suiza tan pobre y aunque sólo tie | cíon fuerte los Directores de Artillería y los
ne 2.ol 0.000 habitantes, en el caso de (enarque Vocales délas Juntas facultativas. Por fin Fran
hacer respetar su neutralidad, podría poner en cia, para recobrar sus «fronteras naturales», hu
pié de guerra 1 93.000 hombres, de los cuales escogido el fusil Chassepot. 30.000 le construye
100.000 armados con fusil Winchestf.h. Esto en 1867 nuestra fábrica Escaldunac.
era en diciembre 1866; pero en 1867 ya se pre Seria interminable la lisia de los modernos
inventores, modificadores y reformadores de fu
fiere el sistema Martini que también gusta en
sil; pero entre todos ellos merece especial men
Inglaterra.
ción Dreyse el inventor del celebre zund-nadet-
Por que es de advertir que, con el furor del gewehr ó fusil prusiano de aguja, tan poderoso
armamento crece en todas partes la manía de en la campaña de Bohemia. Dreyse ha muerto en
volver á los tiempos de Jerjes ,'V. Ejércitos pe 1867, á una edad muy avanzada, después de una
queños). larga y laboriosa carrera , principiada como
En Inglaterra, según el Timesde 1865, la cues aprendiz de cerrajero y luego de armero, bajo
tión de cargar por la recámara las armas de guer la dirección del coronel Pauli, arriba mencionado
ra parecía definitivamente resuelta en los dos como inventor también á principios del siglo.
terrenos científico ó mecánico y económico. Una El incansable artífice, que tepia.á la usanza tu
comisión numerosa, después de varios estudios, desca, encima déla puerta de su modesta habi
comparaciones y pruebas dió la preferencia al tación de Sommkiida la divisa vítete und arbeiten
fusil que se carga por la recámara sobre el de reza y trabaja) lia pasado, como Snider en In
Enfield, esto es, el de reglamento á la sazón. glaterra, como Soriako en España, por esa serie,
Pero habiendo de estos en almacén la copiosa al parecer inevitable en este mundo, de crueles
existencia de 800.000, se llamó á concurso para decepciones, de fúlgidas esperanzas, de negras
habilitar por el momento un corto número por ingratitudes. Se le tuvo, como es de rúbrica,
via de ensayo. De cincuenta sistemas propues por loco, por visionario, por insoportable; pero
67
FUSI — 530 — FUST
el genio, según el dicho de Buffon. es la aptitud Fiador— Fuego — Guardacebo" —Guardamonte —
á la paciencia: virtud muy extendida en la raza Guarnición—Llave—Mosquete— Muelle— Pali
germánica. Dreyse perseveró: su arma fué adop llo—Pavón—Pedernal—Percutor—Pie de gato
tada, y durante los quince años de uso pacifico —Planchuela—Plantilla—Porta-fusil—Porta-
que sufrió ántes de Sadowa, recibió de su mano vis—Quijada—Rabera—Rastrillo—Raya—Recá
nuevas y notables mejoras. Los últimos modelos mara—Táctica—Trompetilla—Vaina.
de fósil, todo de hierro, que Dreyse trabajaba FUSILAR. Verbo que no sólo tiene la acep
con ahinco en sus últimos dias, tocan según di ción ordinaria de pasar por las armas, arcabu
cen, el limite concebible de precisión, alcance cear ó ejecutar con tiro de fusil una sentencia
y ligereza. Tal se precipita el tiempo ahora, que de muerte, sino la técnica de tirará quema-ropa,
á la muerte del artífice, su viejo fusil de Sadowa á corta distancia sobre el enemigo, que, por fal
es casi un objeto tan arqueológico como el Df.l- sas ó erradas maniobras, viene á ponerse invo
vigne ó Minié. luntariamente bajo un fuego cercano, certero y
España, en los cortos respiros que le dejan
nutrido. Un escuadrón, al cargar, sufre sencilla
sus inquietudes políticas y sus angustias de pre
supuesto, no pierde de vista el movimiento mente el fuego del cuadro que le aguarda; pero
europeo de las nuevas armas. Hábiles oficiales de si pierde el ímpetu y la formación, si se arremo
artillería y de otros cuerpos buscan lo mejor, lina y desconcierta al tocar las bayonetas, per
viajando, estudiando y comparando. Ya en 1852 maneciendo bajo el fuego más tiempo del nece
probaban el fusil de Don Donato Soriano, exce sario, aquel escuadrón es fusilado.
lente mecánico, muerto hace poco; luego los de FUSILAZO. El golpe dado con el fusil, más
La Rosa, Garoía y otros españoles. La tarea es bien que el tiro que con él se dispara.
difícil; y es ciertamente recomendable y meri FUSILERÍA. Conjunto de hombres que ti
torio conservar «tranquilidad científica», tenien ran con fusil.
do que rechazar el asedio pertinaz de los espe
culadores, charlatanes y petardistas. Las fábricas FUSILERO. En general el soldado de infan
del estado son inmejorables; nuestra industria tería armado de fusil. Más particular el de las
armera desde su origen conserva preeminencia, compañías llamadas ántes del centro, por formar
como lo muestra el recibir en el dia pedidos del entre las dos de preferencia: cazadores y grana
extranjero. Conveniente seria dar mayor impor deros.—Fusilero de montaña se llamó primiti
tancia y desarrollo á la Escuela de tiro, fundada vamente al moderno cazador. (V. e. v.).—Fusi
en el Pardo en 5 setiembre 1 86o. leros se llaman todavía en Valencia y otras pro
El fusil, en general, {modelos de í 846 y 54, vincias lOS MIQUELETES, MIÑONES Ó TROPAS locales DE
usados en estos últimos años) se compone de seis POLICIA.
partes principales, que son: Canon, Baqueta, Lla FUSLERA. Nombre antiguo con que, en los
ve, Caja, Aparejo y Bayoneta. La primera es la primeros tiempos de la artillería, se designaba
esencial, porque ella constituye el aparato por la de fundición, para distinguirla de la construi
medio del cual se fija la dirección del tiro y en da como tonel, con duelas de hierro sujetas con
donde se inflama la lahga que pone á la bala en aros ó cincuos.—Sin embargo Covarrubias (Teso
movimiento: la segunda facilita la operación de ro de la leng. cast.) en tres artículos distintos
cargar: la tercera sirve para dar fuego á la car fll vlera, fruslera y fuslera, repite que es el
ga: la cuarta proporciona colocación: la quinta la conjunto de hilos que saca el tornero á la pieza
reúne y asegura: y finalmente, con la sexta se con de latón que hace mucho bulto, y luego fundido
sigue que el fusil pueda usarse como arma blan muy poco, de donde viene fruslería, vaciedad,
ca, sin que deje por ello de ser arma de fuego. etc., pero el mismo confiesa que fuslera viene
Estas partes principales se descomponen en otras afundendo. (V. y comp. Fruslera.^
muchas; y tanto de ellas, como de otras voces
concernientes, se da recuerdo para buscarlas FUSTA. Lo mismo que afuste en la artille
en su lugar respectivo: Abrazadera—Alza—Ani ría de los primeros tiempos.—Nombre de em
lla—Aparejo—Arcabuz—Arco—Arma—Artille barcación en la edad media. —Nombre de un látigo
ría — Baqueta — Bayoneta— Bombeta — Brida — de picadero.—Las varas, ramas y leña delgada,
Cadeneta— Caja— Cantonera—Cañón— Cazoleta como la que se roza ó corta de los árboles.
—Casquillo—Cepote—Culebrina—Cureña—Cha FUSTE. Antiguamente fustis, lo mismo que
pa—Chatón—Chimenea—Disparador—Escalador madera, de donde se llamaban armas de fuste.
as— Escopeta— Escudo— Espingarda— Estría— las de hasta ó asta de madera, como lanza ó ala
FUST - 831 - FUYE
bahda (V. y comp. Afuste). Luego quedó como derivado de fustis, para expresar erudita ó de
alma ó esqueleto de madera: fuste de la silla. centemente el castigo de palos, azotes, baquetas;
Y generalizando, el nervio, la sustancia, ó enti aunque á estos dos últimos les conviene más
dad, como hombre de fuste, tropa de fuste. flagelación, voz también latina, flagellatio.
FÜSTÍBALO ó Fustablo. (V. Fundíbalo.) FUYENTE. Participio de fuir. Lo que huye.
FUSTIGACION. Nombre latino, fustigalio, (Dice. Acad. 5)
GABATA. «La escudilla u hortera en que se guante». También significa, en plural, emolu
echa la comida que se reparte á cada soldado ó mento, obvención. «Trató con él de conservarse
galeote». Aunque asi lo da Dice. Acad. , la voz neutral, por medio de ciertos gajes secretos que
es más bien de mar que de tierra. se le daban á titulo de sustentar la guarnición
GABESINA. Dice. Acad. da: «Arma defensi de la ciudadela». (Coloma. G. de Fl. lib. 7.)
va de que se usaba antiguamente». Al Dice. GALA. El vestuario, ántes más rico y visto
Mobetti, que suele copiar fielmente, le ha pare so, destinado á los dias que por eso se llaman
cido conveniente añadir: «Arma defensiva que de gala. También de un individuo, de una tropa
se usaba antiguamente á manera de lanza corta ó cuerpo escogido ó benemérito se dice que es
ó esponton». Lo cual es un contrasentido. Y por «gala del ejército».—Según Govarrübias y Rosal
no caer en él, Dice. Hevia, reimpresión de Mo- la voz es griega; según otros, céltica, gal, y se
relli, se contenta con copiar la segunda parte, gún otros, hebrea, galas y galah.
«lanza corta ó esponton que ha usado antigua
mente la infantería». Y por último, Dice. J. D' GALAPAGO. Lo mismo que tortuga y tes
tudo. Antigua máquina (V. e. v.) tectoria y de
W. M. da: «especie de lanza de asta corta que
en otro tiempo usaron los peones ó soldados de aproche, que cubría al sitiador de los tiros de la
plaza. Y también la unión de los escudos de los
infantería». —No podemos decidir, por la senci
lla razón de no haber visto tal voz en otra parte. soldados formando cobertizo.

GAFA. Uno de los instrumentos empleados GALARDON. Premio, recompensa, retribu


para armar la ballesta. Dicese que viene de un ción de méritos y servicios. Bluteau en su Dice,
verbo hebreo que significa encorvar. portugués y Covarrubias en su Tesoro, lo deri
van del francés guerdon, que ántes se decía
GAFETE. Bordado que se pone en la punta guerredon, esto es, don ó premio de guerra.—
del faldón de la casaca. (Dice. Mancheño.) De aquí el verbo galardonar, premiar, remune
GAJE. Del francés gage, del Italiano gaggio. rar.—Todo el til. 27 de la Partida i." que, co
Tiene un significado de objeto, prenda, seiSnl, mo hemos dicho repetidamente, es el «código mi
representación material de una promesa, de un litar» de la edad media, está consagrado á dar
empeño, de un desafío. F.n esto sentido viene reglas sobre recompensas de guerra, y la ley I.*
de la edad media el uso de «tirar y recoger el define asi: «Gualardon es bien fecho que debe ser
GALA — S33 — GALL
dado francamente á los que fueron buenos en la «Faciantte gran danno de diversa» maneras
guerra, por razón de algunt grant fecho señala «Con cantos e con galgas o con azconas monteras..
«Que ya queri en los de fuera el adarve entrar,
do que flzieron en ella. Et débelo dar el rey, ó «Más bien ge lo sabian los de dentro vedar.
el señor, ó el cabdiello de la hueste á los que lo «Que taal murh-is podien de tas galgss echar,
merescen, ó á sus fijos, si los padres no fueren «Que los facían un poco sin grado á quedar.
vivos: et debe ser á tal el gualardon et dado Abriendo el Dice. Acad. o., nos encontramos
en tal tiempo, que se pueda aprovechar del aquel con esta definición: «Galga, piedra grande, que
á quien lo dieren». arrojada desde lo alto de una cuesta, bajaba ro
GÁLATO. Ni los Dice. mil. ni el de la Acad. dando violentamente y dando saltos, como los
insertan esta voz, que solamente hemos visto en galgos, cuando corren por parages escabrosos».
la Hist. org. de Clonard (T. I. pág. 433), y que (V. Desgalgadero). Terreros también define así.
la define asi: «el gálato era un jubón que se co Y se comprende que la máquina habrá venido
locaba encima de la armadura, que sólo la cu sin alteración desde los defensores de Covadon-
bría hasta el faldón, que carecía de mangas y ga y Roncesvalles, hasta los pastores actuales de
que estaba abierto por los dos lados desde la Sierra de Credos y otras que hoy dan el mismo
cintura á la cadera. Ducange opina que el gála nombre todavía.
to se destinaba á representar las armas del Prin GALON. Voz italiana. El tegido estrecho de
cipado de Cataluña, las cuales consistían en dos lana ó algodón, de hilo de oro ó plata, que en
barras de oro sobre campo de gules; pero esta el uniforme sirve de adorno, distintivo y divisa
opinión no tiene fundamento alguno histórico, (V. e. v.).—Galonadura, el adorno (V. A lama-
y parece más probable que la palabra gálato sea ron .—Galonear, guarnecer, adornar con galo
corrupción de la de algálota, antigua sobre nes. — Hay diferencia entre galón y franja :
vesta que usaron los castellanos, y que, según puesto que se dice sombrero de galón, pantalón
el orientalista Don Pedro de Arjona, fué copia de franja.
da de una vestidura árabe muy semejante y co GALOPE. Aire conocido del caballo, más
nocida con el nombre de bul-loU. veloz que el trote.—Dice. Acad. 5. da galopar
GALEA. Casco de piel usado por los vélites y también galopear.
romanos. GALLARDEAR. Ostentar bizarría y desem
barazo en hacer alguna cosa. (Dice. Acad. 5.)
GALERA. Carruaje de trasporte usado en el
material de artillería. Carro catalán de mayor GALLARDETE. Especie de 'bandera muy
tamaño, con cuatro ruedas, dos en el avantrén larga y estrecha que usa especialmente la Ma
de lanza. risa.
GALLARDIA. Bizarría, desenfado, a posta -
GALERIA. Nombre genérico, entre los inge tura, buen aire.—Esfuerzo y arresto en acome
nieros, de todo camino angosto y subterráneo ter empresas.—Liberalidad, explendidez.—Ga
que se hace en las minas para comunicación y llardear, ostentar bizarría y soltura.—También
uso de los hornillos. Toman diferentes adjeti suele usarse en sentido estratégico, cuando un
vos, según su dimensión traza y objeto, como ejército recorre un país con marchas rápidas y
magistral ó principal, de escucha, envolvente. victoriosas. «Por lo cual se había apoderado
—En los modernos sistemas de fortificación gran terror de las ciudades de los coligados, ga
también entran galerías para la defensa, aspi- llardeando por el contrario el rey de Navarra y
lleradas, blindadas (V. y disting. Caponera).— corriendo libremente todo el reino de Francia.
Galerías de ataque y de aproche decimos hoy de (Fam. Strada. Guerr. de Flánd. dóc. 3. lib. 3).
las antiguas bastidas ó máquinas tectorias y cu-
bridoras, como víneas, plúteos. (V. e. v.). GALLETA. El pan elaborado de modo que
se conserva largo tiempo. (V. Bizcocho).—Ador
GALGA. Leyendo el «.Discurso sobre el traje no que sustituyó al pompón en lo alto del chacó,
tspañoh pág. 116, del conde de Clorard, parece reducido á un disco del tamaño de un peso du
que esto debió ser, en la edad media, máquina de ro en que iba el número del regimiento. Hácia
sitio ó engeño, semejante por lo ménos á la grúa, 1840 la galleta verde era distintivo muy pre
cuervo, cabrita. Clonard sin dar explicación, la ciado de cazadores, y al despedirse el brigadier
incluye en defensas accesorias y con cierta so coronel de la Princesa, Don Manuel de la Con
lemnidad da en apoyo este texto del Poema de cha, de aquel célebre regimiento, por su ascen-
Alejandro: | so á general en Castellote, arrancó una galleta
GALL - 834 - GARA
del chacó de un soldado y la colocó en su som GAMBETO. Capote que llevaban sobre el
brero diciendo: «Llevaré con orgullo esta galle- hombro izquierdo los primeros soldados de la
la, como un recuerdo de la bravura y de los infantería ligera regular, organizada á mediados
brillantes hechos de los cazadores». del siglo XVIII, tomado de los miñones ó miguele-
GALLINA. El cobarde ó pusilánime. Es no tes. Asi debió llamarse el poseno que «hizo furor»
table que entre los indios, en la conquista de hácia 1860.
America, se encontró la misma significación, se GANADO. Nombre genérico de los animales
gún el Inca Garcilaso. «En el saqueo de Ejea de que emplean la caballería y artillería.
los Caballeros un soldado de mi compañía, que GANAR. Conquistar, lomar. «Este rey Don
era el más gallina de cuantos habia en el des Alonso ganó de moros la ciudad de Murcia».—
tacamento, hizo más botín....» (Santa Cruz. Re- Vencer, ganar la victoria, la batalla.—Ganarla
flex. mil. lib. 9. cap. 1 5} . mano ó por la mano, anticiparse. — Ganar terre
G\LLON. El césped que se arranca de los no, adelantar.—Ganar la voluntad, atraer.—Ga
prados con la pala y forma sólido revestimiento, nar las espuelas. —Los etimologistas traen este
por entrelazarse las raices de la grama. (Dice. verbo nada menos que del godo y del hebreo.
AcAo. 1)—Terreros dice que es voz de Aragón y GANCHO. Como enganchador de reclutas es
lo mismo Dice. Acad. 5. voz que usa la Ordenanza (1768) en el art. 114.
GAMARRA. En la silla de montar, la correa tü. 10. trat. 8. (V. Enganche).—Gancho, en ge
larga que va de la cincha á la mvserola en la ca neral, ya se sabe que es el hierro ó palo torcido
bezada de la brida, para impedir que el caballo y agudo que sirve para prender ó colgar alguna
despape. Media gamarra es la que sujeta el pe- cosa.—El gancho para conducir bombas es una
tral á la cincha. barreta de hierro, como de cinco cuartas de lar
GAMBAX. Se lee en el Poema de Alejandro: go, que en el medio lienc.dos unidos entre si á
«Armós el bnen cuerpo ardMo e mny leal, la barra en disposición tal, que pueden cogerlas
«Vestió i corona un ¡rambix de cendal bombas por el collarín para transportarlas; este
«Destuso la loriga blanca cuerno cristal. gancho reemplazó á la mordaza en la fundición de
Y añade Clonard (DLic. del traje.}: «No nos de «uniciones.—Otro gancho hay para levantar bom
tendremos mucho para investigar el origen de bas y granadas en el reconocimiento, que es tam
esta prenda, pues que, á nuestro entender, la bién de hierro, como una cuarta de largo, el
introdujeron los moros con el nombre de kam- cual tiene asa para manejarlo y sirve para sus
bah y kambaz, de donde pudieron adoptarla los pender los proyectiles huecos, con uso idéntico
franceses con el de gambesson. Es natural que al que tienen los rascadores para el servicio del
este perpunte fuese de lienzo porque Don Pedro mortero.—Gancho de abrazadera. Se llama en la
el Cruel, en su Ordenamiento de Menestrales, tercerola el que está unido á la primera abraza
previene á las costureras de lienzo que «á los dera y sirve para sostener los anillos de que se
otros que ovieren de facer cambajes ó jubetes
suspende el arma.—gancho de sable, el que va
de armar déseles por los facer, 12 maravedi
en el cinturon, para suspenderlo por la primer»
ses». En este concepto Don Alfonso XI manda
anilla de la vaina;—de tercerola, el de hierro
en el de Burgos de 1338, «que sean tenudos de
que pende de una cadenilla unida al porta-car
los traer al servicio guisados de gambajes, et de
tuchera;— de zapa, útil de zapador, que también
lorigas, et de gorguera».—Dice. Acad. 1 lo hace se llama garfio, para manejar de léjos los cesto
sinónimo de gabán; pero en la 5." edición da: nes y faginas,—de arcabuz, la horquilla en que
«Jubón colchado de lana ó algodón, que se po se apoyaba. —La artillería tiene otra multitud
nía debajo de las armas, para que los golpes que de ganchos para juegos de armas—para moldear
se recibían sobre ellas no ofendiesen el cuerpo —para prolongas—para proyectiles—para ras--
y para que no ludiesen sobre la carne ó ropa tras—para tirantes, etc.
delgada» (V. Velmez, Perpunte, Jubón, Quízote,
GAÑAVETE. Voz provenía!, como cañivete,
Jubeta, Gambeson, etc.).
lo mismo que cuchillo. «Y sin esperar bendición,
GAMBESON. Antigua cota que se vestia de sacan los caballeros de la tabla redonda sus cu
bajo de la coraza para que no maltratase. (Dice. chillos ó gañivetes de diversas hechuras, que
Terreros). Se dijo en francés gombeson,gobeson, algunos se hiceron para matar puercos...» (Bug.
hucque,jacque. No está en Dice. Acad. deSalazar. Cartas, pág. 44.) Dice. Acad. 8 da
GAMBETA. Lo mismo que corveta. (Dice. gañivete, lo mismo que cañivete.
Acad. 5.) GARANTÍA. El acto de afianzar lo estipula
GARA — 535 — GARZ
do en los tratados de paces ó comercio. ( Dice. las montañas estrechado por sus angosturas ó
Acad. 5) gargantas». (Dice. Acad. Hist.).—Cualquier es
GARATUSA. Treta de la antigua esgrima, trechura de montes, ó ríos, ú otros parajes.
compuesta nada menos que de nueve movimien Dice. Acad. 5).—En el fusil, la parte estrecha
tos. Dice. Acad. 5) de la caja entre la llave y la culata.
GARBEAR. Afectar garbo, bizarría.—Robar, GaRITA. Covarrubias trae su etimología del
andar al pillaje; loque ahora se llama merodear, árabe gar ó gara, que vale cueva. Echauguette,
del francés, marauder. «De estar el soldado ate en francés, viene del italiano eschargaita ó del
nido á la miseria de su paga, que viene tarde ó alemán •schaarwacht, tropa y guardia, que en el
nunca, ó á lo que garbeare por sus manos con bajo latín se hizo escaraguaila. La caseta de
notable peligro de su vida y de su conciencia». piedra, madera, ramaje en que el centinela se
[Quijote. Parte 1. cap. 38). Dice. Acad. 5 da este resguarda de la lluvia fuerte. En la antigua for
verbo como de germania ó caló. tificación se construían de piedra, y muy visto
sas, en los salientes y aunen los ángulos de la
GARBO. Aire, gentileza, gallardía, liberali
dad, desinterés, generosidad. Todo ello sienta ESI'ALDA de los RALUARTES, lo cual proporcionaba
muy bien al militar. al sitiador, cuando inventó Vauban el tiro de re
bote, tomar sin gran molestia las prolongaciones
GARD1XGO. Seg. Lafuente (i. 11. pág. 394) de las caras y enfilarlas. Por esto se suprimie
de yarde y ding, voces germanas: cuerpo de tro ron.—Garitón es el aumentativo para el centi
pas y tribunal. Por consiguiente gardingo, audi nela de caballería, como en el palacio de Madrid.
tor de guerra, juez. Dice. Acad. 5 también da
textual: «Empleo superior de palacio en tiempo GARRAMA. Tributo ó contribución morisca,
de los godos. Es palabra gótica que significa que por la irregularidad de su forma y cobranza
guarda ó juez». Clonahd lo desecha, porque da ha venido á significar rapiña, merodeo, robo.
este oficio al Conde (V. e. v.). Diremos pues: ofi GARRANCHA. Dice. Terreros y Acad. lo dan
cial de la milicia goda, cuyas atribuciones no han como nombre vulgar de la espada.
podido deslindarse.—Del mismo Clonard (T. I.
GARRAPATA. Aunque no está en Dice. Acad.
pág. 203), que discute y compara opiniones, ni Terreros, es voz familiar para expresar caba
resulta que era uua de las primeras dignidades, llos ruines ó lisiados, y hombres también flojos
con jurisdicción en el ejército, que intervenía
que se rezagan.
en las causas y asistía á los concilios.—Busque
mos otros pareceres. Masdeu los tione por «vi GARRO. Especie de dardo ó venablo que se
carios» de los Duques. Grimon como próceres, lanzaba á mano. [Dice. Moretti).
cortesanos sin propiedades territoriales ¡gardigg, GARROTE. La ligadura fuerte que se da, co
en lengua góticaj. Según Asracii, gards en len mo á las faginas, con cuerda gruesa ó braga, dan
gua gótica significaba un castillo con tierras. do vueltas, para apretar, con un palo corlo.—
Thiudangarde (thiod, Iheod pueblo) significaba También maquina antigua á manera de libra o
el estado, el dominio público y la residencia real. brícola. Clonard la pinta y describe con su ha
Según Rosseeuw (T. I. pág. 3i7) los gardingi, ó bitual desenfado. Carlos Aquino duda en su Le-
próceres, que formaban después de los Duques y xifon militaris si era petraria ó jaculatoria.
Condes la tercera clase de nobles palatinos, eran Ducange la cila.
ricos propietarios que residían habitualmente
en la corte, pero sin cargo en palacio. Si esta GARROTERA. En los carros catalanes y ga
nobleza hereditaria ó independiente hubiera leras de artillería, el perno de hierro que hácia
asistido en mayor número á los concilios, hu los estrenaos de los contra-limones, mantiene
biera constituido una verdadera pairia. sujetas entre aquellos y los varales, las estacas
ó los tableros que forman los costados del car
GARFIO. Lo mismo que gancho de zapa. ruaje.
GARGANTA. «El parage abierto y estrecha- GARZON. Voz arábiga, según el P. Guadixi
Jo por las alturas que forman los montes de am que antiguamente significaba mozo, mancebo.—
bos lados. Se distingue del valle, en ser la gar En el cuerpo de Guardias deCorps, se llamaba
ganta muy angosta y méuos apta para cultivo, asi el ayudante: y excusado es decir que venia,
ú otro aprovechamiento. Debió esta voz su orí- no del árabe, sino del francés garcon, como ve
8ená la semejanza que tiene con las hoces ó fau- nia el corps, y vino todo en aquel desdichado
W. (V. Hoz). —Lo mismo que rio que baja de tiempo.
GAST ,36 — GATA
GARZOTA. Antiguo penacho ó plumaje en ó zapador era humillante, dejándolo á los gaita-
cascos ó morriones que originariamente fué de dours [destructeurs] » .
plumas de garza. A pesar de todo, siguió por muchotíempo la
costumbre de hacer pesar sobre el «villano» el
GASTADOR. El verbo gastar tenia antigua rudo trabajo del gastador, como lo afirman los
mente la acepción de robar, talar, destruir, textos siguientes: «Y concurriendo todos con los
asolar, devastar un país. Del latin vastare, de que sustentaban la opinión de que debia conti
vastare, de donde vino el sustantivo vastator. nuarse el sitio (de Amiens, 1597) por aquella
«Troja vastalor Aquiles», dijo Stacio. También parte, animado más el Rey, mandó traer de to
en francés antiguo, guast significaba lo mis da Picardía más de ocho mil gastadores, resuelto
mo, y en italiano guasto. uFece gran guasto en cargar sobre los pobres villanos todo el peli
alia detta cittade». (J. Villani. lib. 4. cap. 2). gro y conservar su soldadesca: consejo que debe
«Juntaron hasta nueve ó diez mil hombres y seguirle cualquier prudente capitán siempre que
anduvieron por el estado de Milán robando y puede; pues fuera del amor que granjea de los
gastando la tierra». (Sandoval. Hist. de Cart. V. soldados, quien trata de reservarlo de los peli
lib. 26). «Y así el conde de Fuentes, aquel ve gros inútiles para los honrosos, es sin duda que
rano, habia gastado la campaña y prevenido to de su conservación resulta tener los príncipes
do lo necesario para la empresa de Cambray». soldadesca vieja y experimentada que es el prin
(Alonso Carnero. Guerr. de Flánd. lib. 14. cap. cipal nervio délos ejércitos». (Coi.oma G. de Fl.
10). Se ve, pues, claro y natural el origen de un lib. 10.). «Aquella noche el Duque de Alba hizo
vocablo no muy fácil de adivinar. En las hues á los gastadores, los cuales eran bohemios y se
tes de la edad media; en la conquista de Granada rian hasta dos mil y son los mejores gastadores
(V. Tala, Talador), y hasta en el siglo XVII esta
de cuantos puede haber en el mundo, que la
masa de gastadores, taladores, y azadoneros brasen en una trinchera nueva » (Avila y
(V. e. v.) era inevitable por la organización de Zíiñiga. Coment. 419). «Mandó á Pedro de Men
los ejércitos y por la índole de las guerras. El doza con mil infantes y algún número de gas
texto que sigue, de Clonard, es curioso: «La tadores que fuera adelante, aderezando los pa
opinión de este hombre eminente, Gonzalo de sos para la caballería». (Mendoza. G. de Gran.)
Córdoba, respecto á los gastadores era también «Consistían los socorros en dinero, soldados,
original y digna de alto aprecio. En el último vituallas, municiones, artillería, con gran nú
tercio del siglo XV, precedían á los ejércitos mero de gastadores, para servir en las obras
millares de peones, cuya única función consis más manuales que pidiese el asedio». (Baren. G.
tía en allanar los caminos para el paso de los de Flánd.).—Los actuales gastadores de los re
trenes y carruajes. Esta multitud de hombres gimientos aparecen por primera vez en 1768,
inermes se recogía al aspecto del enemigo en la seg. elarf. 5. til. 1. trat. i de la Ordenanza, que
entraña del propio ejército, y no sólo entorpecía señala seis y un cabo á cada batallón; aunque
sus evoluciones, si que contribuía poderosamen en rigor habían sido instituidos ya por el art. 6
te á derramar el pánico en espíritus afectados de la Real Instrucción de diciembre de 1760.
por la inminencia de un gran peligro. Para evi
tar estos graves inconvenientes, el Gran Capitán GATA. Aparato ó máquina de sitio y de apro-
sacaba de las filas un cierto número de solda che; galería cubierta, vínea; testudo, plúteo,
dos, los cuales manejando alternativamente la manta, tortuga; aparato cubridor del ariete, se
pica, la espada ó la azada, aplanaban las aspere gún la mayoría de los autores. En el bajo latin
zas de los caminos y peleaban en el momento de se llamó cattus, gattus y también capsa, cattsia,
empezarse una función marcial al lado de sus gosia, gucia,gussa. En francés tuvo numerosas
compañeros».—En aquellos buenos tiempos, en variantes: chaschaz, chat,chastiax,vhast,chateil,
que los españoles teníamos en todo la primacía, etc. De cata, dice DucANGEque deriva la voz italia
esta idea organizadora de Gonzalo era nueva y na catafalco y la francesa échaufaud, antigua
fecunda. Montlcc, que á fuer de buen francés, mente échaffaux, también de chatfau.r. Esta voz
gusta delucir, se la atribuye á sí mismo (Coment. genérica gata y gato juega mucho en poliorcé-
edit. du Panth. pág. 81) medio siglo después, en tica de la edad media; y que en ella nació lo con
1545, al construir el fuerte Outreau destinado á firma Vegf.cio ¡lib. 4. cap. 15.): «Vineas dixerunl
reducir á Boulogne. «Allí por primera vez, dice, veteresquwt nunemilitari barbaroque mu cattos
se logró que las tropas trabajasen y perdiesen vocant». Pero en la edición de Steüvvf.chio ya
la preocupación de que el trabajo de gastador los cattos y gatas se convierten en catibía; por
GATI - 537 - GAZU
que bueno es recordar que las dificultades in GAVILAN. Cada uno de los dos hierros que
trínsecas de entender a los antiguos, se hacen de salen de la guarnición de la espada y forman la
todo punto insuperables con I03 embrollos, más cruz: sirven para defender la mano y la cabeza
bien que aclaraciones, de los copistas, intérpretes de los golpes del contrario (Dice. Acad. 1 y 5.)—
y comentadores. Puede presumirse el interés También son gavilanes, en los carruajes, las dos
etimológico que habrá despertado entre los eru masas más gruesas de hierro que lleva el eje á
ditos esta palabra realmente extraña. Uno sos los dos extremos del cuerpo y cuya dimensión
pecha que cattus, guasi cautus, se dijo por lo crece curvamente desde los agujeros de los dos
sagaz y listo que es el gato; otro dice cattum, lados, y sirve para que encastre mejor en laca-
quati acutum, perspicaz, por que el gato ve de ja de madera y resista el continuo ludimiento del
noche; otro va á buscar una Gattide ó Gaita extremo interior del ruge.
reina de Siria. Roqdefort al árabe, chas ó chaz. GAVILLA. Nombre despreciativo, que en el
San Isidoro, en fin, dice que cattum viene de principio de una guerra civil, ó nacional, se sue
captura. le dar á las primeras randas ó facciones.
Sobre la forma y objeto de esta máquina ó in
genio, igual incertidumbre. Algunos suponen GAVION. Así llaman los franceses al cestón
que era el toleno (V. e. v.) Sismondi y otros, tor (V. e. v.). A pesar de no haber usado nunca
re de asalto con ariete. La generalidad galería aquella voz los ingenieros eapañoles, que son lo<
cubridora, vínea, plúteo. Describiendo el diligen jueces en la materia, cada dia se arraiga mág
te P. Burriel el asalto de Triana, en el sitio de este galicismo en el lenguaje militar y, lo que
Sevilla por San Fernando (1248) dice: «Vióse es peor, en los libros de texto de las academias.
perdido el lance y que era de ningún valor la No alcanzamos de qué proviene esta manía. Qui
interpresa, que por tal debemos calificar este za de que entre los descuidos de lenguaje, algo
asalto, en que fueron los nuestros á pecho des repelidos en la Ordenanza, se haya deslizado el
cubierto y sin escalas ni otras máquinas de del art. 46. til. 17. trat. i., que empieza: «To
guerra. No sabemos lo que llamaban gatas. De das las faginas, gaviones, cestones, salchichones
bía de ser instrumento ó máquina para subir. y piquetes se harán semejantes á los modelos que
Estas, llora la crónica, que hicieron falta; con se hubieren dado». Aquí hay galicismo y pleo
nasmo: no necesita dos nombres una misma co
que no cediendo los moros al susto y estando li.
bres del asalto » etc. (Rodríguez. Mem. para sa: ó gavión, ó cestón.
la vida de S. Fem. pág. 124). GAYA. «Insignia de victoria que se daba á
Según Dice. Acad. 1 . era un género de co los vencedores» (Dice. Acad.). No sabemos, ni
bertizos de madera recia para defensa de los decirnos más.
minadores en las murallas. Llamáronse también GAZI. Significa, en árabe, hombre de guer
mantas en los antiguos. En latín, pluteus, vinca. ra.—Moro gazI llamaban en Granada á los re
«El rey la fizo combatir muy reciamente e beldes, para diferenciarlos de los moros de paz.—
mandó facer zarzos e gatas para fenchir la cava». Mogataces, de la misma raíz, son los moros ac
[Crón. gral. part. 4). «Hizola combatir recia tualmente al servicio de España en sus presidios
mente y mandó hacer zarzos y gatas para ha de África.—En otra parte dice Gatangos: «gaza_
cerla minar y ficieron gatos y ingenios para raiz, significa guerrear; algazú, guerra; de ga
combatirla». (Crón. de S. Fern. cap. 43). (V. za se formó gazi, por moro de guerra, y almoga-
Bastida, Capsia, Causia, Gossa, Plúteo, Visea.) taz que equivale á lo mismo-). Pero Dice. Acad.
GATILLAZO. Lo mismo que rastrillazo, y 1 y 5 dice que eran turcos, moros, berberiscos
ahora (1867) diríamos martillazo: tiro que no que vivían en España siendo esclavos y se bau
sale, por cualquier causa, del arma de fuego, al tizaban: y cita un texto de la Recop. lib. 8. tít.
tirar del gatillo. 26. ley 19.
GATILLO ó disparador. La parte de la llave GAZUA. Expedición militar entre los árabes,
en las armas de fuego en que se apoya el dedo principalmente para conquistar alguna plaza ú
otro hecho de importancia. (Simonet. Leyendas
para disparar. Ya decía Martínez de Espinar en
1500 [Arl. de Ball. lib. I.cap. 9.):«Los muelles árabes, pág. 20. nota). (\. y comp. Algara).—
del gatillo y rastrillo, conformes y no soberbios». Malo de Molina [Rodr. el Camp. pág. 68) escribe
gatsúa y lo da como sinónimo de algara. «Estas
GATO. Instrumento para examinar el estado dos voces—dice en nota—significan correrías ó
de servicio de los cañones. incursiones en pais enemigo. A la segunda se le
68
GENE — 538 — GENE
dice en vulgar gazúa y esta es la palabra raciá de con la denominación oficial general, que so
de los franceses, que tanto se nombra de pocos lamente se usa en algún caso por oposición á ofi
iños acá, y que ha sido tan adulterada su pro cial particular. Asimismo, cuando, por la im
nunciación por la falla de letras equivalentes en portancia del cargo, convenia dar al capitán
los idiomas europeos, y la ignorancia de los que general, ó capitán de los capitanes, un segundo,
escriben estas palabras guiados sólo por su ma se le llama al principio lugar-teniente, que, por
la y viciada pronunciación». (V. Razzia). la óbvia razón anterior, se quedó abreviado en
GENERAL. La importancia y la dificultad teniente; y para no confundirlo posteriormente
de este articulo abonarán lo imperfecto de su con el segundo del capitán particular, ó de com
redacción. Para ajustaría al plan general de es pañía, se le llamó teniente del capitán genkhal.
ta obra, después de algunas consideraciones eti más breve, teniente del general, ó más aun, te
mológicas é históricas, se extenderán otras más niente general.
Se ve, pues, que en la época del renacimien
elevadas, que indirectamente contribuyan á fi
jar y esclarecer la complicada definición del ge to, al reunirse tácticamente varias tropas o com
pañías, era razonable llamar al que las mandaba
neral DE EJÉRCITO. Capitán general, y Teniente general á su lugar
Anticipemos desde luego que, en este senti teniente. Como más tarde, cuando el regimiento
do técnico y absoluto, la palabra general es muy vino á ser unidad, no estaba mal llamado coro
moderna, por antiguas que sean las guerras y nel general el director, que hoy decimos, de un
los ejércitos. Entre los griegos, el jefe supremo arma, en el concepto de mandar á lodos los co
de las tropas se llamó estratego (V. e. v.j; entre
roneles.
los romanos cónsul, magister, dictator, impeiu- Mas, por esa singularidad que tienen las pa
tor, y más tarde, comes, dux, conde, duque. Es labras, de no pasar ó morir con las ideas o cosas
tos últimos dictados copiaron ó conservaron los que expresan ó representan, sino sobrevivirías
visigodos; y en toda la edad media cristiana, que por espacio de siglos, para desesperación de los
comprende en España el largo periodo de la Re filólogos y etimologistas; al progresarla organi
conquista, alguna vez la palabra condestahle, y zación, al perder las compañías su independencia
como genérica la de cabdiello, caudillo preceden táctica y orgánica, agrupándose varias, y fun
á la de capitán, relativamente moderna. Es inú diéndose, primero en el tercio, y luego en el
til, pues, remontarse más allá del sigio XVI en regimiento y batallón; lomo el que los mandaba
busca de la voz General, aunque su proceden la denominación castellana de maestre de campo
cia sea puramente latina, del adjetivo^enero/ís. (V. e. v.) y la extranjera de coronel. La de capí-
De modo que al terminar el siglo XV eran tan general quedó en pié; y para mayor embro
desconocidas, ó desusadas por lo menos, en Es llo, el titulo de maestre de campo general, cuyas
paña y en Europa, con su significado actual, las atribuciones no estaban muy definidas, se dió
dos voces General y Ejército (V. e. v.j por con al SEGUNDojefe, ójefe del detalle, ó, como ahora
siguiente la locución que ambas forman, Gene decimos, jefe de estado mayor general, que en
ral de ejército. Lo prueba el sobrenombre glo el principio no se confundía, pero luego sí, con
rioso de Gran Capitán, que tan justamente me el cuartel-maestre. (V. e. v.)
reció en Italia Gonzalo deCórdoua, no sólo como Aquí tenemos ya rota la hilacion en un maes
gran ('genéralo, como inimitable «caudillo», sino tre de campo general, que no es jefe, ó general,
como restaurador del arte militar moderno (V. ó superior de «todos» los maestres de campo d
táctica, Guerra). comandantes de tercio.
Por entonces, ó poco después, aparece por Desde enlónces capitán general no envolvía,
vez primera en el tecnicismo militar la denomi ni mucho ménos, idea ó cargo de general en je
nación de Capitán general, capitán de capitanes, fe, ó comandante supremo: los habia de infanle-
expresiva y lógica en aquellos tiempos, en que ria ó caballería, como puede verse por los si
la compañía, la capitanía era unidad perfecta, com guientes artículos de la Ordenanza de Cárlos V
pleta, bajo el triple aspecto orgánico, adminis de 1536. «Item: por Capitán general de los di
trativo y táctico. chos caballos ligeros, habernos nombrado elegi
Sucediendo á las palabras lo que á las mo do y proveído al Principe de Visignano, con sa
nedas, que el uso las gasta y borra, también era lario de trescientos escudos, y pagados conforme
consiguiente que, por brevedad, se suprimiese á su provisión, que tiene de Nos, para ser nues
ordinariamente el sustantivo capitán, y quedase tro Capitán general de los dichos caballos.
solo el adjetivo general: como hoy mismo suce Item: es nuestra merced y voluntad que al di
GENE - 339 - GENE
cho Príncipe de Visignano, nuestro Capitán ge ga cerca de su persona para las cosas que se
neral, de los dichos caballos ligeros, demás de ofrecieran cuatro trompetas».
los dichos trescientos escudos de su salario, se Resulta, pues, que habia capitanes generales
le hayan de pagar y paguen, según y cuando se «de muchas clases» en los siglos XVI y XVII.
librare y pagare el sueldo de los dichos caballos Sin embargo, fijándose en la organización del
ligeros, y del dinero que se diere para la paga EJÉRCITO DE OPERACIONES, que el DUQUE DE ALBA
de los dichos cien escudos, para diez Gentiles- llevó á los Paises Bajos, en 1657, y que debe
hombres de su casa que ha de tener para su mirarse como tipo y dechado de la época, se
acompañamiento, y para las otras cosas de nues observa que la real cédula de 21 abril 1567, en
tro servicio que se ofreciesen Item: ha de que se le nombra capitán general, expresa bas
haber el dicho Marques del Gasto para su sala tante clara la idea del mando supremo, del mo
rio, con el dicho cargo de nuestro Capitán Ge derno generalato en jKre. Y tante era asi, que
neral, á razón de diez mili escudos de oro por anuló por completo la acción de la duquesa de
año, desde primero dia del mes de octubre, que Parma, gobernadora de aquellos estados, como
fué proveído, de todo el tiempo que ie tuviere y se deduce de los siguientes párrafos, tomados
rescibiere; el cual dicho salario le ha de ser pa de los Comentarios de Don Bkrnardino de Mendo
gado por el dicho Tomás de Torre, nuestro Te za (edic. de 1592 lib.'2.) donde describe la
sorero y Pagador, de los diceros que fueren 6 su entrada del ejército en Flándes: «Llegando el
cargo, según y cuando se pagare la gente de di duque (de Alba) á las fronteras de los Payses
cho nuestro ejército. Item: es nuestra merced y Baxos, Madame de Parma, como Gouernadora
voluntad que Don Antonio de Aragón sea Lugar dellos, embió, no obstante las cartas que tenia
teniente del dicho Marqués, en el dicho nuestro de su Magestad de la venida del Duque, á visi-
ejército, y que tenga de salario con el dicho talle de su parte con Cárlos de Berlaymont, se
cargo á razón de doscientos escudos al mes, des ñor de Berlaymont, Chicf de (¡naneas, que es
de el dicho tiempo en adelante. Item: manda Contador mayor de hazienda, y Monsieur de
mos que el dicho Marqués haya de tener y ten Noirquermes, y pedirle la órden ó patentes que
ga, para acompañamiento de su persona y para Iraya de su Magestad, para entrar en los Esta
las otras cosas de nuestro servicio, diez Genti dos con gente de guerra. El Duque les mostró
les-hombres, de más de los veinte que primero la de Capitán general, que era suficiente re
tenia con el cargo de Capitán general de nues caudo para ello Y por que algunos desearan
tra infantería española, que son todos treinta entender, estando Madame de Parma por Gouer
Gentiles-hombres; y para entretenimiento de los nadora en los Estados, qué poderes eran los que
dichos diez, se le den quince escudos al mes pa el Duque traya fuera de la patente de Capitán ge
ra cada uno, y los otros veinte que primero te neral, que escriuí auer mostrado, no me paresce
nia á razón de doce escudos cada uno al mes, fuera de propósito hazer relación dellos. Su Ma
dende primero de octubre en adelante, duran gestad escriuió á Madame de Parma que el em-
te nuestro beneplácito, los cuales han de ser biaua al Duque de Alúa por su Capitán general en
pagados según y cuando se pagare la otra gente aquellos sus Payses Baxos, que todas las cosas
de nuestro ejército, y la razón dellos han de po que tocaren á la guerra, era su voluntad que el
ner el dicho nuestro Contador del sueldo, para Duque lasordenasse y mandasse, y las demás del
que los asienten en nuestros libros y tenga gouierno estuuiessen á su cargo de Madame. Y
cuenta del tiempo que sirvieren. Ansimismo por que en esto se podría ofrecer alguna dife
permitimos y habernos por bien, que el dicho rencia ó dificultad, de cuáles eran las que toca-
Marqués tenga por alabarderos, para acompaña uan á la guerra y cuáles al gouierno,su Mages
miento de su persona, cincuenta soldados ale tad mandaua que el Duque sólo fuesse juez
manes, del número de los ocho mili que man dellas, declarando si eran de la guerra ó del go
damos quedar agora en nuestro servicio en el uierno; trayendo juntamente con la patente de
dicho nuestro ejército, cada uno de los cuales ha Capitán general poderes bastantísimos para to
de ganar cada mes de sueldo dos escudos, de- das las cosas que tocauan y dependían de la" re
mas de los otros tres escudos que han de haber belión y leuantamiento, asi para prender cuales-
de los seis mili y seiscientos alemanes suso nom quier personas que fuessen, como para castigar
brados, los cuales han de ser pagados según y y perdonallas, quitándoles las haziendas y pu-
cuando se pagare la otra gente de nuestro ejér diendo hazer merced dellas como patrimonio
cito. Ansimismo permitimos y habernos por real».
bien, que el dicho Marques haya de tener y ten En 3 de enero 1556, al marchar el Duque de
GENE - 54o - GENE
Alba á Ñapóles, dejó en su lugar al marqués de cia en Fuenterrabia, Don García de Arce En
Pescara, y el título dice:.«.... y habiendo de 1587 era Capitán general de los Estados de Flán-
dejar, nombrar, y sostituir persona en mi lugar des Alejandro Farnesio, duque de Parma y de
que tenga cargo de las cosas tocantes á la guerra Plasencia, pues, como tal Capitán general, pro
y que sea Capitán general y Lugarteniente del mulgó en Bruselas el 13 de marzo de dicho año
ejército de Sus Magestades en este Estado de una Ordenanza sobre la jurisdicción militar y
Milán, Lombardia, Piamontc y Monferrat du las atribuciones del Auditor general de aquel
rante nuestra ausencia; considerando la gran Ejército....»—«Después de la muerte de Felipe
calidad, valor y estado del muy ilustre Señor IV, ocurrida el 17 de setiembre de 1665, su
Marqués de Pescara, Capitán general de los ca viuda Doña Mariana de Austria, gobernadora del
ballos ligeros del dicho ejército.... » reino durante la menor edad de Don Cárlos II
En22mayo158i Felipe 11 nombró á Don para aplacar á Don Juan de Austria (hijo natural,
Pedro de Médicis «Capitán general de la infan de aquel monarca, habido de la famosa cómica
tería italiana» y en el título dice: «...y encargo y María Calderón) cuya prisión habia ántes decre
mando á todos mis Visoreyes, Gobernadores, tado por las intrigas de su confesor el jesuíta
Lugartenientes y Capitanes generales de todos alemán P. Nithard, le nombró en 1668 Capitán
mis Reinos y Estados, y á los Capitanes genera general de varias provincias de las Islas Balea
les de infantería y caballería, y Capitanes gene res. y de Cerdeña » —«Volviendo á nuestro
rales de mis armadas de naos y galeras, Coro propósito, diremos que la clase de Capitanes
neles etc. que os hayan y tengan por mi Capitán generales de ejército, con esta denominación y
general de la dicha infantería italiana». la dignidad más elevada de la geiarquia militar,
Quedó, pues, por largo tiempo indefinido, y debió ser creada por Cárlos II en 1696, ó acaso
aplicado también á jefaturas «secundarias» el ántes, y sentamos este hecho en hipótesis, por
cargo de capitán general, hasta que, á mediados que no hay en la multitud de antecedentes ofi
del sigo XVII, fué consolidándose en el «mando ciales que cuidadosamente hemos examinado,
principal» de una provincia, ó región, ó reino ni en los antiguos cedularios, que también con
de los que, por la reconquista ó anexión, fueron gran detención y prolijidad hemos reconocido,
formando la monarquía; pero mientras el «jefe dato alguno preciso y concreto que fije y deter
supremo» de las tropas se llamaba, en 1651, ca mine el motivo, la forma, ni la fechado esta im
pitán general en Castilla la Nueva, tomaba el portante creación ; y acerca de la cual , ni
nombre do viceret ó viret, en Navarra, Catalu Portugués, ni Colon, que tanto rebuscaron, ana
ña y Ñapóles, donde servían á la vez otros va lizaron y comentaron las reales disposiciones de
nos capitanes generales de caballería ó artillería. época anterior y coetánea á la de sus respecti
El brigadier Febrer de la Torre, en un eru vas obras, dicen una sola palabra que se refiera
dito articulo inserto en el periódico la Asamblea al punto de que tratamos. Nuestra suposición,
militar ¡julio 1866) con el titulo «Apuntes histó que creemos exacta, se apoya en que habiéndo
ricos relativos á los Capitanes generales» no lo se suscitado en 1715 una cuestión de etiqueta
gra tampoco esclarecer la cuestión de origen, entre el Duque de Veragua y el marques de Val-
como se ve por los párrafos siguientes: «Des decañas sobre preferencia de asuntos en el Con
pués del regreso de Cárlos V de sus estados de sejo Supremo de la Guerra, fué resuelta por
Alemania, estos gobernantes (de los antiguos Felipe V, declarando de su Real órden el mar
reinosj se fueron aumentando, ya con la deno qués de Grimaldo que la preferencia correspon
minación de Vireyes, ya con la de Gobernado día á Valdecañas por ser Capitán general de
res, hasta que más tarde se adoptó la de Capi ejército desde 1696».
tanes generales, según así resulta de una real «Algunos suponen más moderna la creación
cédula que, sobre el servicio de la artillería, de los Capitanes generales de ejército, atribu
expidió el Emperador en Madrid á 10 de enero yéndolas á Felipe V; pero sin duda se fundan en
de (553, dirijida á los dignatarios que manda el hecho do que en 1711 fué cuando se formó la
ban en Navarra, Aragón, Valencia, Cataluña y relación de los que fueron nombrados en 1710
condados del Rosellon y de Cerdaña; á los cua y de los que lo habían sido anteriormente; á to
les se les designaba ya con el título de Capitanes dos los cuales seles expidieron reales títulos que
generales de dichos territorios. Estos mandos, hasta entónces no tenían, según aparece de una
con igual denominación, se fueron después ex Real órden, comunicada en 16 de noviembre de
tendiendo á otras provincias, pues vemos que 1723 por el ministro de la Guerra, marqués del
en 1580 lo era de la de Guipúzcoa, con residen Castelar, á Don Juan de Elizondo, secretario del
GENE - 541 - GENE
Consejo Supremo de la Guerra y de la contesta mariscales de campo; de modo que al decir ca
ción de este de 23 del mismo mes». pitán general, hay que añadir, de protincia ó di
«En comprobación de que esta alta clase ejército para evitar confusión.
existia ya ántes de 1711, y que su categoría y El titulo de capitán general de ejercito ex
acción de mando estaba deslindada y conocida presa hoy, más bien que empleo ó cargo, una
en 1705, tenemos el reglamento de 1.° de enero dignidad suprema, que debe enaltecerse por el
de 4706, que fijaba las planas mayores de que medio más obvio de distinción que el hombre
habían de componerse las capitanías generales usa: haciéndola rara, rodeándola de difíciles
de Andalucía, Extremadura, Galicia y Castilla; condiciones de acceso, manteniéndolas siempre
y en el cual, á las tres primeras, por estar man á respetuosa altura social.
dadas por Capitanes generales de ejército, se les El empleo, grado, cargo y denominación de
asignaban á las órdenes de estos un Teniente ge teniente general tuvo virtualmente el mismo
neral, y á la de Castilla sólo un Mariscal de origen, como queda dicho, del de capitán gene
campo, por no ser más que Teniente general el ral. Es presumible, sin embargo, que no entrase
que la mandaba, que lo era el marqués de Freo- en uso práctico hasta mediado el siglo XVII, en
bile. En dicho reglamento, del que traen su ori que, iniciada la decadencia de la casa de Aus
gen los actuales segundos cabos de las capita tria, se creyó acudir al remedio como siempre, con
nías generales . se asignaba á los Capitanes un diluvio de reformas empíricas, de planes arbi
generales de ejército el sueldo de 1 .000 escudos tristas y de nomenclaturas ininteligibles (V.Ascen-
mensuales, que es el mismo que hoy disfrutan». so, Brigadier, Sargentogeneral, General de bata
Al advenimiento de la dinastía borbónica se lla, etc.) De entónces arrancan los conflictos de
introdujo, Con el elemento francés y la manía autoridad, las competencias, las precedencias que
de reformar, un espíritu de inquietud y velei siguen ocupando gran parte del siglo XVIII. Sala
dad, que parece haberse hecho crónico; y que, y Abarca, deplorando cuerdamente aquella las
si está bien en el ligero y ameno carácter de timosa anarquía, dice: «Ni Mondragon, ni Ver
nuestros vecinos, no sienta al nuestro, grave y dugo (siglo XVI) fueron maestros generales de
sesudo en el fondo. Los encomiados «arreglos» campo (jefes de E. M. ó segundos jefes) en pro
de aquel tiempo se redujeron á la crueldad pue piedad y había en aquellos ejércitos generales de
ril de que el tercio se llamase regimiento (Y. e. caballería y artillería. Pues ¿cómo estos les obe
v.) voz antigua española (que ahora se hizo tra decían con sólo una órden del general (en jefe)
ducción de regiment) y otros por el estilo, eno que lo mandaba? ¿Cómo, acabada la ocasión,
caminados á borrar de la memoria todo vestigi- volvían á ejercicio tan desigual como el de Co
de la dinastía austríaca, á la que fué moda atri roneles? A Don Diego Correa, en Cataluña, (1650)
buirla «decadencia»: como si no hubiese contri nombró el general por gobernador de la caballe
buido á ella el «gran» Luis XIV, abuelo del ría, siendo teniente general de ella; y los demás
monarca, ó, más que nadie, el mismo pueblo tenientes generales no quisieron obedecerle has
español. ta que S. M. le confirmó este título, y con toda
Entónces entró la voz mariscal, conocida ya la confirmación tuvieron motivos de dudar en
en Castilla nádamenos que desde 4342; mas no la obediencia, y S. M. le hizo general (y es de
para sustituir á la de capitán general, como en notar que todos los aumentos de este caballero
los ejércitos de Luis XIV, sino para denominar fueron ocasionados de las competencias) y no
al sargento y al general mariscal de logis y para hay ejemplar en nuestros tiempos (1680) que si
introducir otro nuevo estorbo con el mariscal de uno ha ejercitado puesto superior (aunque haya
campo y el anfibio brigadier. Siglo y medio lle sido de gobierno) quiera volver al primero; sino
vamos con nuestras cuatro clases de oficiales ge que alega derechos para quedar con el grado del
nerales, entendiéndonos perfectamente, pero último que ha ejercitado aunque sea titular: y
no dando grandes muestras de rigorismo orga no por eso son los sucesos tan felices como los
nizador. de aquellos tiempos. ...» etc.
Por Real Instrucción de 4.° de enero 4714 se Podemos concluir con Vallecillo (Com. á las
coordinaron las primeras disposiciones acerca de Ordenanzas) que la clase de oficiales generales
los CAPITANES GENERALES DE PROVINCIA, que han tal como actualmente la conocemos, no comenzó
venido rigiendo, con las inevitables modificacio hasta la aparición de los Mariscales de Campo y
nes, hasta el dia, en que hace necesaria una re Tenientes generales, creados, como grados de
visión el nuevo régimen político. Un gran núme ascenso y escala, por los artículos 135 y 137 de
ro de capitanías generales están ocupadas por la Ordenanza de 4 0 abril de 1702, que dicen:
GENE - 542 - GENE
«De Brigadier se ascenderá á Mariscal de Cam generales han existido, sin dejar de ser hom
po, que es el primer grado de oficial general, bres y hasta con vulgares flaquezas; podremos,
y el que manda indiferentemente la Caballería, pues, evitando exageraciones de colorido, acep
la Infantería y los Dragones; á cuyo efecto esta tables cuando más en la poesía heróica, bosque
blecemos de hoy en adelante nuestros Tenientes jar «al lápiz» un tipo realizable, accesible, que
Generales de la Caballería y nuestros Generales encuadre sin presión en la sociedad de nues
de Batalla, Mariscales de Campo; y tomarán lu tros días.
gar en la dicha calidad desde el dia y data de Para lijar las ideas conviene trazar previa
sus patentes de Tenientes generales de la Caba mente el círculo en que se van á desarrollar, y
llería ó de Generales de Batalla; y deshacemos y este seria de excesiva amplitud, si quisiera com
anulamos al avenir (sic) los títulos de Generales prender al general en los varios destinos y car
de Batalla y de Tenientes generales de la Caba gos que hoy puede ocupar, como Ministro, Se-
llería, y reunimos uno y otro grado y empleo en 1 nador, Director, Inspector, Gobernador, Capi
el de Mariscal de Campo, á fin de evitar en ade tán general, Consejero, etc. Aunque todos ellos
lante todas las disputas que había antecedente I se enlacen en las altas esferas de la gobernación
mente para el Comandante entre el General de del país y de la organización del estado militar, no
Batalla y el Teniente general de la Caballería». cabe en obras de este genero su deslinde y clasi
«Y como sobre los Generales de Batalla y los ficación. Fijémonos exclusivamente en el general
Tenientes generales de la Caballería, no hay más I con mando supremo de tropas, en el moderno ge
que cargos únicos como General de la Artillería, neral en jefe, en el antiguo general de ejército.
General de la Caballería, sobre quien prefiero el , ¿Necesitamos definición? La Ordenanza nos
Maestro de Campo general, y que estos cargos i la da.
nos embarazan el podernos servir de diferentes | «Por general de ejércho se entenderá un te-
oficiales generales al mismo tiempo; siendo estos ; niente general, á quien por la satisfacción de su
grados incompatibles con los Oficiales generales i conducta, laleuto y experiencia confie Yo, con
de las tropas de los aliados, deseando remediar nominación expresa, el mando de ln ejercito;
lo, mandamos que de Mariscal de Campo se as debiéndole entonces estar subordinados los que
cenderá á ser Teniente general de nuestros ejér sirvan en él con igual grado aunque sean 'iiiás
citos, sobre quienes sólo mandarán nuestros antiguos....» (Árt. 33. tit. 1. trat. 3.)
Vireyes, Gobernadores generales ó Comandan Tenemos, pues, como ente abstracto, al
tes generales de nuestros Estados y Reinos». general de ejército con mando único, supremo,
Nuestra poca afición á la parte indumentaria arbitrario, dictatorial. En el punto en que se
ó, en castellano, de uniforme, nos ha hecho saber cerceua cualquiera de estas condiciones, por
solamente que en .') de mayo de 1736 se conce exorbitante que parezca, el mando pierde su uni
dió á los capitanes gedkrales, copiando, como era dad y queda barrenado el art. 57. tit. 17. trat.
de rigor, á los mariscales franceses, el uso del i de la Ordenanza: «Todo mando militar ha de
bastón en sus escudos; que en I 4 junio 1716 tu residir en uno solo, y este responder de sus opc-
vieron ya honores de presentarles las armas y I raciones »
batirmarcha; queen 1792 (20 marzoj seles dió Se supone proscrito, por lo tanto, todo con
la faja, ó más bien fajín sin borlas, de tafetán ó sejo aúlico, toda junta inspectora, todo tribunal,
sarga encarnada, y que en '29 junio de Í848, se que no sea el que se entiende por opinión públi
reglamentó su uniforme, descargado luego de las ca. Al entregar el mando al general de ejercito,
enormes charreteras que continúan abrumando un rey ó un pueblo ejercen acto de ciega con
á los de algunos ejércitos extrangeros. — fianza, sin reserva ni cortapisa. Miren antes con
Recorridas, con imprescindible brevedad, l'rio detenimiento las manos en que van á poner
la etimología y la filiación histórica del moderno el bastón y la espada; pero una vez entregados,
oficial ceneral, probemos á «definirlo» en abs no comiencen por cercar al general con esa red
tracto, enumerando rápidamente sus principa- ' invisible de recelos, suspicacias y temores.—
les condicionés y cualidades. Si se atendiera á Frente al enemigo, el general ya no debe acep
los inmunerables libros didácticos, que preten tar planes del gobierno. Si este se obstina en
den en teoría «hacer generales» y á los históri imponerlos, la dignidad prescribe la renuncia;
cos que los retratan, elogian ó censuran, tantas como Canrobert en Sebastopol. Montecuccoli, al
son aquellas, y tan elevadas, y tan contradicto volver de una campaña trajo sin abrir todos los
rias, que no se comprende su reunión sino en pliegos del gobierno, y, pareciéndole poco, pro
un ser sobre humano; pero buenos y grandes metió quemarlos en otra ocasión.
GENE — 543 — GENE
A su vez el general de ejército debe comen ción de la milicia permanente, logran inculcar
zar por aplicarse fríamente la máxima del filó en las muchedumbres, si no ideas previsoras,
sofo antiguo nosce te ¡psum «conócete á ti mis concretas y fecundas, cierto hastío, que puede
mo», sin presunción, ni desconfianza. Si su rayar en menosprecio, respecto á la cosa mili
voluntad es libre, más vale, consultando sus tar. Al principio fundamental de que el ejército
fuerzas, no aceptar lo que las exceda: si está no intervenga en la gestión tranquila y ordina
obligado, recójalas cuanto pueda, decidiéndose ria de la cosa pública, se suele dar, por impre
á darles toda la tensión posible. visión ó malignidad, torcidas interpretaciones.
En el supuesto—que aquí admitimos—de no Por más que se declame, y se deplore, y se re
ser irremisiblemente necesario el «genio» para glamente, la participación en la política de un
mandar bien ejércitos, pequeños ó grandes, pue corto número de generales es un hecho inelu
den suplirlo, y quizá con ventaja, un talento dible, y no tan lamentable como se supone, en
cuidadosamente cultivado, el patriotismo since «todo gobierno», sea republicano, constitucional
ro, la práctica de la vida, el buen sentido, la ó absoluto.
firmeza de juicio y voluntad, el amor al deber, Pero abandonando este terreno, que muchos
la afición al trabajo, el cullo al honor ¿Quién creen escabroso y resbaladizo (V. Guerra civil,
duda que la feliz reunión de estas modestas Opinión, Periodismo) encerrándose en el circulo
cualidades da casi siempre fruto más maduro puramente militar y técnico, nadie negará al ge
y sazonado, que el ímpetu irreflexivo del entu neral de ejército el primer puesto después del
siasmo, de la inspiración? ¿.Quién duda que la monarca; nadie impedirá que, en momentos su
tenacidad, la reiteración, la perseverancia, la premos, en su persona confluyan las miradas im
fé son á veces genio'] Bitpon dijo: «Le ge'nie pacientes de los ejércitos y de los pueblos. Su
c'est íaptitude á l<¡ patience». personalidad, pues, su individualidad, como hoy
Inteligencias hay que se iluminan de repen decimos, es más digna de reparo, de atención y
te con el choque; facultades, que se revelan al de estudio, que las de los otros que, con la de
apretar el apuro; energías y bravuras, que se nominación de «hombres de estado», se elevan
acrecientan con los peligros: el que se sienta sobre el nivel vulgar por sus talentos, servicios
con esta capacidad de ensanche ó crecimiento, ó virtudes.
bien puede tomar ó pretender el mando de un GmscHARDT (Mem.mil. T. Ipág. 64) afirmó que
ejército. en la antigüedad romana los cenerales eran los
Porque suele acontecer, en la guerra más que decidían la «suerte» de las guerras. Napo
que en nada, que un resultado final, deslum león I y otros sostienen, en pró de ese principio
brante por su magnitud ó su gloria, más bien de todos los tiempos, que todavía es más eficaz
que por un solo y poderoso esfuerzo, es produ la «influencia» del general en las guerras mo
cido por la suma de pormenores atendidos, por dernas que en las antiguas.—El lector verá con
la repetición de ardides ó mecanismos ingenio gusto formulada esta misma verdad, cinco siglos
sos, por combinaciones pedestres y vulgares. ántes, en el habla sabrosa de Don Alfonso el
Basta echar la vista sobre los artículos Guer Sabio. «Acabdillamiento, según dixeron los an
ra y Ejército para comprender el sinnúmero de tiguos, es la primera cosa que los ornes deben
géneros, especies y variedades, de que aquella fazer en tiempo de guerra. Ca si esto es fecho
y este son sticeplibles; de las diversas aptitudes como debe, nascen ende tres bienes. El primero
por consiguiente que entrambos prescriben al que los faze ser unos. El segundo que los faze ser
GENERAL. vencedores é llegar á lo que quieren. El tercero
Y sobreviene impensadamente una pregun que los faze tener por bien andantes é por de
ta incidental ¿cómo y dónde habrán de adqui buen seso. E por ende los unos lo llamaron lla
rirse tan varias aptitudes? ¿Los hombres y los ve, ^los otros freno, é los otros maestro». (Ley
negocios pueden conocerse lejos de ellos? Al es U. tit. ,48. part. 2.,. Efectivamente sin acaudi
tallar una guerra ¿se saca—como una espada de llamiento, sin dirección suprema no hay mili
la vaina—un general en jefe del retiro y de la cia, ni ejército posible. Tan difícil es concebir
oscuridad? un general sin ejército, como un ejército sin
Con ciertas ideas, que hoy hemos dado en general. Y sabido es que más vale una manada
llamar «filosóficas» forzosamente han de pugnar de ciervos mandada por un león, que una de
algunas que en este libro se viertan. Los Con leones mandada por un ciervo.
gresos de la Paz, las elucubraciones economis Tenemos al general investido de su mando su
tas, los Cándidos proyectos de desarme y aboli premo, pero no aislado, solo, á la cabeza de su
GENE - su - GENE
ejército. En los del dia singularmente, con su tos, ni dejará brotar á su lado pandillas ó cama
creciente complicación de mecanismo, es de to rillas, ni sufrirá aduladores, ni tolerará desma
do punto imposible. nes. Pronto y accesible (V. e. v.) á todas horas;
Bien se comprende que no hablamos de los apacible, serio y familiar con todos, tampoco de
consejos de guerra. Todos sabemos de memoria jará formarse en torno suyo esa barrera repul
el siguiente artículo: «El general á quien Yo siva, que tanto gusta á los allegados al poder. Lo
fiase el mando de mi ejército no podrá disculpar mejor es ver y juzgar por sí mismo; leer, firmar
su conducta con el parecer de los otros genera todo cuanto se pueda sin delegaciones, que de
les y lo mismo se entenderá de todo oficial que generan en costumbres y en derechos, sin atur
mandare cuerpo ó destacamento: los consejos dimiento por actividad sobrada, sin ligereza, in
de guerra sobre las operaciones militares expo constancia ni terquedad. La prontitud y la pun
nen el secreto y desunen los ánimos con la va tualidad sistemáticas en el despacho ordinario,
riedad de dictámenes: ordinariamente embara un espíritu de orden, de clasificación, de méto
zan al General con sus resoluciones, si tiene in do pueden aliarse perfectamente con una ima
tento de obrar; y si él inclina á la inacción, lo ginación activa y fecunda y sin escribir mucho,
suele disponer de modo que se cubra con ellos ni fatigar á los demás, aprovechare! tiempo co
su indecisión» (Art.66.tit. M.trat. idelaOrd.) mo si fuera doble.
Siempre se achaca, y con justicia, á indeci Saliendo ya de este circulo intimo y elevado
sión y falta de iniciativa el acudir con frecuen —llámese Estado Mayor ó Cuartel general—
cia á consejos de guerra; pero el general forzo pongamos al general en contacto con sus tropas.
samente ha de valerse de su E. M. y de gentes La primera cualidad es apoderarse de la mo
extrañas, para estar al cabo de todas sus vastas ral del soldado, infundiéndole una confianza ab
atenciones y á la vela de todos los sucesos. soluta. Esto es lo que se llama disciplinarlo, es
El célebre Don Sancho de LondoSo en su Dis decir modificarlo, amoldarlo á ciertos hábitos
ciplina Militar (ttí. 29. edic. de 178°) se vale de de guerra, y hacerle sensible á los efluvios de
un símil que por lo ingenioso y oportuno merece mando, á la influencia personal. Solo así es lícito
trascripción textual: «Pueden ser los generalí seguir la propia inspiración, sin doblegarla á la
simos muy ayudados de los ministros inferiores opinión vulgar, haciendo que las tropas se ba
y personajes que á sus consejos se admiten, si tan, y lo que es más, que «dejen de batirse» en
concurren en ellos las partes necesarias; y nun aquellas ocasiones, en que, teniendo la victoria,
ca les podrá dañar entender privadamente lo por segura, escitan al general que no tiene pres
que sienten otros particulares, capitanes y sol tigio. Escipion en Numancia, Gonzalo en el
dados pláticos, que muchas veces pueden adver Garillano, Alba en Italia y en Gemmingen,
tir de cosas en que consista la victoria. Y, como Wallenstein ante Niirenberg, en fin, todo gene
se dice, más ven dos ojos que uno, la memoria ral que quiera adoptar una ofensiva expectante,
humana es frágil y fácilmente deja el hombre de encontrará en la impaciencia de sus tropas obs
acordarse de cosas que tiene muy sabidas. Si un táculo á sus planes: el juslo temor de pasar por
ejército de infinito número, cansado de caminar inhábil ó cobarde precipita á los generales en
con gran calor y de no dormir, se echase á repo empresas no maduras, que otros, seguros de sí
sar y dormir en alguna sombra, y un hombre cu mismos y de la fé de sus tropas, llevan á cabo
rioso quisiese ver las maneras de echarse y pos con éxito triunfal.
turas de todos, aunque todas fuesen diferentes, A conseguir esto contribuyen en gran parte
cada cual podría imitar miéntras la contempla —fuera de las condiciones puramente militares
re; mas, después de levantados, de muy pocas de que luego hablaremos—ciertas reglas pruden.
posturas le quedaría memoria. Asi es de creer tes de conducta, algunas exterioridades calcula
que será en la multitud de cosas diferentesjque das, la atención de no olvidar un solo instante
en la guerra se pueden ofrecer, tenerlas el ge que es el objeto permanente de toda observación
neral muy sabidas y habrá menester que se las de toda mirada, ordinariamente malignas.
acuerden». Suele cubrirse muchas veces la excentrici
Sí, pues, el general de ejército tiene que es dad, el desarreglo, la extravagancia ó la inmo
tar forzozamente rodeado de un círculo de es ralidad con el pomposo manto del «genio», de
trecha intimidad (V. Ayudante de Campo, Cuar la inspiración. El general, repetimos, no nece
tel General) en elegir las personas de ese círcu sita ser genio, en francés, le basta con tener in
lo dará la primera muestra de tino. Un carácter genio, en castellano. Si se llegase á aprender la
imparcial, recto, equitativo, ni elevará favori Ordenanza de otro modo mejor que recitándola
GENE — «45 — GENE
de memoria, se vería cuanto pugna su lenguaje Aníbal y Antígono eran tuertos. Basta, pues, con
con esta vana y moderna palabrería. Sin ir mi'is que la deformidad, natural ó contraída, si algu
lejos que al articulo arriba transcrito, vemos que na hubiese, no sirva de asidero al ridículo, ni
el general se nombra por la «satisfacción de su estimule el epigrama, ó por el contrario la adu
conducta» antes ó al par que por su «talento y lación. Los generales de Alejandro le imitaban
experiencia». Registrando las obligaciones desde en llevar la cabeza caida sobre el hombro iz
el soldado al coronel, siempre inculca, con di quierdo; y los de Napoleón en tirar de las ore
versa frase, el honrado proceder; podemos por jas á todo el mundo. De César, como hombre de
consiguiente arriesgar una locución humilde, exquisito gusto, dicen que se ciñó corona de lau
quizá ridicula para alguno, asentando que el rel para tapar la calva. En punto a edad, los
general debe ser antes de todo «hombre de bien». límites son bien apartados. Conde brilló á 23
Este epíteto, hoy que tanto se abusa del de «no años y Bonaparte á 27: Behwick, Villars y el du
ble» y «caballero», expresa cabalmente la inten que de Alba conservaban marcial vigor á los 80
ción recta y elevada; el ánimo sereno, que pro años; a los 90 salia con gloria de un brioso y
cede siempre de buena fé, que no quiere con difícil empeño el célebre Cristóbal de Mondra-
fundir la estratagema con la perfidia y la su gon. La razón dicta, sin embargo, que vale más
perchería, que no echa la culpa al scralterno, acercarse á la juventud que á la ancianidad. Sa
ni le cercena gloría ó aplauso merecido, que sa bido es el dicho de Cárlos V: que la fortuna, co
be conservar inmaculada su reputación de in mo mujer, desaira á los viejos; y probado está
tegridad en medio del conveniente alarde de li que el éxito imprevisto de las primeras campa
beralidad y aún de esplendidez, que sabe refre ñas del mismo Bonaparte en Italia, en mucho
nar la vehemencia de las pasiones y la fogosidad debe atribuirse á que luchaba con la lentitud
de carácter, que se consagra, en fin, con perfec octogenaria de Mclas, Alvinzi y Wurmser. Y aquí
ta abnegación al cumplimiento de los mas altos nueva contradicción: no se quieren generales
y difíciles deberes. viejos, y no se permite que salten las escalas.
hsta «hombría de bien», esta «interior sa Hay preocupaciones vulgares, que no por
tisfacción» y reposo no puede ménos de reve estar arraigadas son más dignas de respeto. Se
larse en un rostro y maneras graves, apacíblesj establece, como forzoso, que para ser buen ge
y aún alegres en trances críticos, como el del neral se ha de subir lentamente por la escala
Gran Capitán en Barleta, como el de Ti bena en gradual, deteniéndose largo tiempo encada pel
Sasbach, momentos Antes de recibir la bala de daño. Si no saliesen á contradecir este principio
cañón que le derribó sin vida. los nombres modernos de Pedro el Grande, Con
Sufrir las penalidades mismas del soldado; de, Federico y el mismo Napoleón; bastaría re
animarle con el ejemplo; velar solicito por su flexionar que, vejetando largo tiempo en grados
bien estar; economizarle fatiga; suavizar la se inferiores, lejos de aguzarse el ingenio, ni en
veridad; hablarle alguna vez en su lenguaje de sancharse el espíritu, se amanera, se adormece,
la patria, del honor, de la gloria, todo esto con se anula, se esteriliza para los grandes mandos
tribuye grandemente á realzar la moral, aerear para las grandes concepciones militares en su
el espíritu de las tropas (V. e. v.j. inmensa esfera de atribuciones, deberes y res
De esta revista interior que al hombre esta ponsabilidades.
mos pasando, resulla que el general, usando No lo entendían así por cierto los Griegos y
otra vez locución modesta, debe ser «buen ciu más especialmente los Romanos (V. Legión;, ni
dadano» al par que hombre de bien. nosotros mismos, los Españoles, en el siglo es
Kespecto a las cualidades puramente físicas plendoroso de nuestro poderío militar. En el ar
ó corporales, bien se ve que la incesante activi ticulo Ascenso se desenvuelven consideraciones
dad de todo hombre de guerra prescribe sana y muy relacionadas con este asunto, las cuales
robusta complexión, agilidad, sobriedad, exce hacen comprender que la consagración absolu
lente memoria, buena vista 'Gustavo Adolfo mu ta y permanente del principio de antiguedad,
rió por no tenerla) voz sonora, manejar con per singularmente en los altos escalones gerárquicos.
fección las armas y sobre todo el caballo. Es de además de taladrar, como una barrena, con su
cir, que debe reinar acorde unión y perfecto misma rectitud varios artículos de la Ordenanza,
equilibrio en el vigor del animo y del cuerpo. puede dar por triste fruto, en plazo no muy lar
La belleza varonil, la apostura galana y marcial go, el cansancio del fastidio, la indiferencia de
no están de sobra; pero sabido es que Alejandro la rutina, la extinción completa del verdadero
no era muy buen mozo, ni Napoleón tampoco; F-spÍRiTr militar, que sólo puede mantenerse vi-
69
GENE - 5*6 - GENE
vo con la sed de mando y la ambición de gloria. Manilia) dice: «In summo Imperatore 'general
Pero, sigamos definiendo ó bosquejando al entonces) quatuor ha virlutes inesse debent:
general, y enumeradas al por menor ciertas cua scientia rei militaris, virttis, authoritas, felici
lidades morales y físicas, ensanchemos el boce tas». Por mejor comentario, transcribiremos el
to entrando en consideraciones de otro género. de uno de nuestros clásicos militares: «Esta vir
Advertimos arriba que si el general de ejer tud que se requiere en los oficíales y cabezas de
cito hubiere, no de igualar, sino de acercarse al guerra es según lo declara Cicerón) trabajo en
tipo consagrado en los libros, tendría que prin los negocios, industria en hacerlos, presteza en
cipiar por dejar de ser hombre para convertirse acabarlos, constancia y fortaleza de ánimo en los
en ángel. Como prueba, no hay que remontarse peligros, sin dejarse vencer de sus desordenados
á Thi'cídides ú Onosandro; abramos cualquier apetitos. Las otras dos calidades, que son auto
libro reciente, el Vial por ejemplo. Citando un ridad y fortuna, necesariamente siguen á las dos
retrato que el abate Raynal traza de Mauricio de primeras como la sombra al cuerpo. Porque una
Nassau, dice: «Un general debe poseer el arte tal virtud, como he dicho, pone por obra los
de las marchas y campamentos como Monte- preceptos militares y de ellos hace hábito; de
cuccoli.—El de fortificar como Vauban.—El de donde resulta necesariamente la fama de su va
hacer subsistir numerosos ejércitos en países lor y hechos, la cual le acredita y le da autori
estériles y desolados como el principe Eugenio. dad; porque el hombre que sabe lo que debe de
—El de saber, en las ocasiones, inflamar el va hacer por ciencia y experiencia, y tiene virtud
lor del soldado y sacar de él más partido que el para emprender y ejecutar, con consejo y auto
que debe esperarse, como Vendóme. — La ojea ridad para que los soldados le crean y sigan, es
da que decide del éxito de las batallas, como te tal ha de tener buenos sucesos, que es la fe
Condé. —El medio de volver insensibles las tro licidad y buena fortuna. Por tanto mediamente
pas al hambre, al frío, á la fatiga, como Cárlos los Griegos y Romanos quisieron y pidieron que
XII.—El secreto de economizar la vida de los estas sobredichas cuatro calidades concurriesen
hombres, comoTurena.—El ojo estratégico 'aña en todos y cualquier de los oficiales cabezas de
de Vial) de Napoleón; su resolución, su inteli Milicia etc.» (Francisco de Valdés. Didl. mil.
gencia de los hombres y de las cosas.—Ser afor 4591. fol. 8 vto.)
tunado, ó pasar por tal, según el duque de Por lo expuesto, parece demostrado que, si
Rolian. en lo humano lo que llamamos belleza, perfec
Todavía, si quisiéramos, podíamos añadir: ción, grandeza no es otra cosa que atinado con
El arte de fanatizar á sus tropas, como Ziska e' junto y armonía; en el general de ejército, más
jefe de los husitas.—El sistema de plegarse el que en los otros hombres, han de entrar sus
primero á la disciplina por él establecida, co numerosas cualidades en perfecto equilibrio y
mo Pedro el Grande y Federico II.—El procedi ponderación.
miento estratégico de sacar inmensas ventajas Tal es nuestra naturaleza. Lo que se gane en
con pequeños sacrificios, como el Gran Capitán, fondo ha de perderse en superficie; el brillo ra
Villars, el duque de Alba.—El acierto de reu ra vez es compatible con la solidez; hasta la
nir en un solo haz bandas mercenarias de diver fuerza muscular, es frecuente verla reñida con
sas naciones, como Aníbal y Turena. —La indus la fuerza del ingenio. No hay medio: así como
tria en cautivar la voluntad de pueblos subyu en el suelo que pisamos alternan las montañas
gados ó rencorosos, como Pirro.—La lealtad y el y los valles, en cuanto un elemento moral so
buen acuerdo, operando en combinación, como bresale desmesuradamente en el hombre, tiene
Marlborough y el principe Eugenio.—En fin, la que ser á expensas del resto; si una gran cuali
actividad de Alejandro, la filosofía de César, la dad domina tiránica y absorbe, es ley natural
magnanimidad de Escipion, etc. etc. que un vicio, una debilidad, un vacío, le sirva
Bien se ve que, por este camino, no hay más de justo contrapeso.
que ir añadiendo «sumandos»; pero al tirar la Sentamos esto á propósito de esa eterna
raya, la «suma» es monstruosa, y la operación cuestión «teórica» sobre cual de tres condicio
inútil, como todo lo imposible. nes debe preponderar en el general: si el talen
Mejor camino es, sin duda, recordar algunos to, el carácter ó el saber.
aforismos escapados á la pluma de hombres que Contrayéndose á las dos primeras, por su
hayan estado al frente de negocios y de tropas. positiva preferencia, esperamos que al lector
Citemos un texto latino perfectamente inte quedará opinión formada con la sola lectura de
ligible. Cicerón (en su famosa oración pro lege los dos autorizados textos que siguen. «Dos co
GENE - s« - GENE
sas, pues, son indispensables en el general, ta todas sus facultades y toda su inteligencia. Pe
lento y carácter. Talento, por que sin él no se ro hay muy pocos hombres capaces de elevarse
combina nada, y se entrega sin defensa; carác á esta altura. Esta necesidad de resolverse y de
ter, porque sin una voluntad fuerte y constan cidirse es á la vez tan importante y tan difícil
te no se puede asegurar la ejecución de los pla para el mando, que cuando el partido tomado
nes concebidos. Pero las cualidades relativas es de los que no pueden recibir ninguna modi
deben llevar la ventaja sobre las cualidades ab ficación, cuando el cañón truena, cuando la ba
solutas, y el carácter dominar al talento: en esta talla esta empeñada, cuando cada uno ha reci
relación es donde se encuentra el elemento del bido la indicación del papel que debe desempe
buen éxito y de la victoria. Si quisiéramos va ñar, es cuando el jefe superior queda tranquilo:
luar por números cada una de estas facultades, entonces encuentra la seguridad y reposo de
preferiría un general de talento como cinco y espíritu de que está privado la víspera».
carácter como diez, á un general de talento co «Así pues, cuando un general posee el ta
mo quince y de carácter como ocho. Cuando el lento necesario (talento para ver, juzgar y com
carácter domina al talento, y este tiene cierta binar) y carácter para ejecutar; cuando á estas
extensión, se camina rectamente hácia un ob cualidades añada el conocimiento de los hom
jeto determinado con probabilidades de alcan bres, de las pasiones que los conducen, de los
zarlo. Cuando es el talento el que domina al secretos movimientos de su corazón, que tantas
carácter, sin cesar se cambia de parecer, de y tan diferentes causas desarrollan en la guerra;
proyectos y de dirección; porque una vasta in cuando el peligro, léjos de privarle de sus fa
teligencia considera á cada momento las cues cultades, no hace más que acrecentarlas y dar
tiones bajo un nuevo aspecto. Si la fuerza de la le una nueva energía; cuando, por último, ama
voluntad no viene á ponernos al abrigo de estos a sus soldados, es amado y se ocupa de su
continuos cambios, se vacila entre diversos par conservación, de sus intereses y de su bienestar
tidos, no se toma ninguno con resolución (que como un padre de familia, entonces reúne to
es lo peor) y en vez de aproximarse al objeto, das las cualidades que prometen un buen éxito.
una marcha incierta nos aleja y con frecuencia Digo «prometen» y no «aseguran» porque la
nos extravia». —«Esta necesidad de un carácter guerra tiene tan varias fortunas, está sometida
que domine al talento es conocida á cada mo á tantas casualidades, que jamás hay nada cier
mento por cuantos ejercen mando; pues en su to hasta ver cumplido el resultado» (Marmont.
posición con frecuencia tienen que tomar un Esp. de las inst. mil. pág. 221 —225.) Jomini
partido y decidirse. Pero lo que más temen los (Comp. T. [. pág. 125) dice textual; «Creo poder
hombres desprovistos de este carácter es el fijar sacar en consecuencia, que el mejor modo de
una determinación; un funesto instinto les im organizar el mando de un ejército, cuando no
pele á aplazar una resolución con frecuencia ur se tenga un gran capitán que haya dado nume
gente, y cuando quieren ponerla en práctica, ya rosas pruebas será: I." Confiar esto mando á un
la ha hecho inútil la tardanza y aun algunas general valiente, atrevido en el combate é inal
veces suele ser funesta».—«La necesidad de fijar terable en los peligros. 2o Darle por jefe de E. M.
sus resoluciones es, pues, la parte más penosa un hombre de gran capacidad, y de carácter
del mando. En este momento es cuando apare franco y leal, con quien el general viva en bue.
ce la responsabilidad con toda su imponente na armonía; pues la gloria es capaz por su ex
comitiva, con todos los intereses de que se está tensión de ser cedida en parte á un amigo que
encargado y que defiende uno ántes que todo haya contribuido á preparar los resultados. De
desde el fondo de su corazón; responsabilidad este modo supo Blücher, ayudado de Gneisenau
hácia aquellos de quien se depende, responsa y de Múffling, llenarse de una gloria que proba
bilidad hácia la opinión, responsabilidad hácia blemente nunca hubiera adquirido por sí. Esta
si mismo, hácia su conciencia, inmensa respon especie de combinación del mando no equival
sabilidad, más terrible cuanto más penetrado se drá nunca al más ventajoso de un Federico, de
está del cumplimiento de sus deberes. El solo un Napoleón, de un Souwaroff; pero, á falta de
medio de soportar esta terrible carga es contar la unidad que reúne un gran capitán, es prefe
con la energía y resolución necesarias para so rible este método supletorio.»
breponerse á todas las consecuencias, y con la Estas dos autoridades bastan para establecer,
seguridad de encontrar en su recta conciencia ó mejor, confirmar la supremacía incontestable
y en sus buenas intenciones una generosa apro que en el general debe tener el «carácter» so
bación de lo hecho, después de haber aplicado bre el «talento». Pero si no bastasen, otra ter
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cera, y muy superior, viene á terciar como arbi que se relacionan con los enunciados, debiendo
tra con este profundo y bellísimo párrafo: «La ; además precaverse las variaciones que habrán
primera cualidad de un general en- jefe es te da verificarse por los cambios que haga el ene
ner una cabeza siempre fría, que reciba impre migo en sus proyectos».
sión exacta de los objetos; no debe dejarse «Y no sólo el arte militar de je poseer un
deslumhrar ni abatir por las buenas ó malas | excelente general con supremo mando, sino que
noticias; las sensaciones que sucesiva ó simul ha de ser hábil y discreto político, celoso y
táneamente reciba en el curso del día, deben entendido administrador, buen economista, le
irse clasificando en su memoria de modo que gislador, y conocedor de las inclinaciones del
no ocupen más lugar que el que efectivamente hombre. ¡Qué de atribuciones no tiene el caudi
merezcan; porque la razón y el juicio son el llo de ungían ejército! ¡Cuántos diversos ramos
resultado de la comparación de varias sensacio están bajo su autoridad! En el campo de bata
nes tomadas en consideración igual. Hombres lla, ¡qué de dotes ha de tener! Sólo para apre
hay, que, por su constitución fisica y moral, de ciar un general divisionario el tiempo, y no
todo se hacen un cuadro: por mucho saber, por perder el momento critico marcado á su ojeada
mucho ingenio, por mucho valor y otras cuali militar, necesita mucho saber y experiencia. El
dades que puedan reunir, la naturaleza no ha instante oportuno sólo una vez se suele presen
llamado á estos hombres al mando de un ejér tar en la pelea, y exclusivamente á los genios y
cito, ni á la dirección de las grandes operacio á la pericia se descubre como un destello en
nes de la guerra.» (Máximes de Napoleón. 73. medio de la confusión de los combates. En es
página 46). tos, el general ha de esperarle tranquilo, y lle
El mismo Jomi.ni (general verdaderamente gado, ha de lanzar con acierto sus tropas, arro
«sabio» de nuestros tiempos) repite en otra par llando con ellas todo cuanto á su paso se opon
te: «Las cualidades más esenciales del general ga. Siempre, de su tacto, experiencia, política,
de un ejército serán siempre: alto carácter, ó va carácter, condición y ciencia depende el honor
lor «moral», que es el que conduce á las gran de las armas á él confiadas, y en ocasiones da
des resoluciones, y sangre fria, ó valor «fisico», das la salud del Reino». (Sánchez Osokio. La
que domine los peligros; el saber ocupa el ter profesión militar.)
cer lugar. [Comp. T. I. pág. 117). Pero esta universalidad que aterra, el mis
Convenido.—Pero ¿qué saber es este? ¿qué mo autor la templa y atenúa en este otro pár
es lo que abraza? ¿cómo, cuándo, dónde se ad rafo: «El general en jefe hade abarcarlo todo,
quiere? pero á gmndcs rasgos, sin descender á detalles
Procuremos, ya que no resolver, plantear impropios de su alto rango y muy elevada mi-
esta cuestión, como las anteriores, en el terre I sion. Aquel que por su nimiedad so ocupe de
no modesto de lo «práctico» y de lo «posible». pormenores propios de jefes subalternos, y que
Si nos atuviésemos al rigorismo de las pa no tenga decisiones rápidas, ántes bien admita
labras, evidentemente el generalato prescribe como casos graves y de severa responsabilidad
generalidad. Sin duda esta idea «teórica» y ab hasta las situaciones que no lo son, es poco apto
soluta ha producido los siguientes párrafos de para su cometido: n< su saber, ni su ingenio le
un libro muy reciente. «Son tantas las especia bastarán en ocasiones repetidas. Tampoco es ad
les cualidades que ha de tener un general en misible una vivacidad impaciente y una impe
jefe, y tales los extensos y complicados conoci tuosidad irreflexiva. Debe, pues, bailarse su
mientos que ha de dominar, que puede bien de parte intelectual organizada de manera tal, que
cirse no basta la vida ni las buenas prendas in breves momentos le basten para bosquejar en
telectuales de un hombre para comprender su mente el cuadro general que las circunstan
tantos, tan diversos y difíciles ramos. La ciencia cias compongan, comprender los resultados, >
militar abraza todos los cálculos de la guerra en admitir pronta y acertada resolución».
campo abierto y en las plazas, con los de con Con razón dice el juicioso marqués de Santa
centración anterior de fuerzas, los estudios de Cruz: «La vida del hombre es corta, y asi quien
organización , conservación y entretenimiento intenta saber de todo sólo consigue no aprender
de todas las armas c institutos, de los campa con fundamento de algo; y en el que se halla en
mentos, de las marchas, de las comunicaciones, cargado de considerables dependencias de su
de los establecimientos militares, de la topo príncipe es afortunada la ignorancia de insus-
grafía y geografía, de las costumbres de los pue tancialidades que usurpan el tiempo á las im
blos, del carácter del soldado y otros muchos portancias». [Reflex, mil. cap. 13.)
GENE - 549 - GENE
El secreto, pues, reside en el tino para des camino por donde nos llevan, el «lugar» que en
lindar cuáles son las «insustancialidadesu y cuá ellas cabe á los militares; lo que hoy se en
les las «importancias». En puridad, podría de tiende por derecho de la guerra Es evidente
cirse que nuestros tiempos son más dados á las que el general no ha de saber fortificación como
primeras que á las segundas. Y de todos modos un ingeniero, ni metalurgia como un artillero,
el resumen es que un general no debe ser sabio, ni hipiatrica como un albeitar: nada másopues-
en el sentido que hoy tiene esta palabra, es de tjá la guerra y á la milicia que el estudio pro
cir, no puede cultivar con exclusión y profun fundo y tenaz de las matemáticas ó el de las cien
didad un ramo de ciencia: lo individual se opone cias naturales- y sin embargo ¿.puede concebirse
á lo general. No es admisible ni crasa ignoran no un general, un simple alférez sin noción, sin
cia, ni sobrada metafísica, que á fuerza de suti «tintura» de geometría, de geología, de topogra
lizar y apurar extremos y dificultades caiga en fía; sin saber «leer un mapa», sin darse cuenta de
perpetua irresolución. un plano, de un dibujo, sin poder «descifrar»
Esta idea se formula con elegancia en el si las láminas de los reglamentos de táctica? Un
guiente párrafo de un escritor italiano: «Si en su general, como todo hombre bien educado, debe
gabinete el general es un sabio, en campaña es hablar y escribir su lengua con facilidad y cor
un artista; sus acciones revisten ese carácter rección, sin que en nada afemine algún atilda
poético que tienen todas las artes, y que tiene miento literario, algún recuerdo clásico, algún
algo de indeterminado que toca á lo infinito; sabor erudito; pues no parece que deba «añadir
porque si la imaginación es detenida en su vue fuerza» á una óRden el verla plagada de solecis
lo por los límites precisos que circunscriben la mos y faltas de ortografía. Tampoco están de
ciencia, el cultivo de las artes le da por el con más las lenguas vivas, para entenderse sin intér
trario la más seductora latitud». (Liugi Blanch. prete con príncipes y con aliados, con prisione
—Árt. del Diorama, 18 abril 1860).—Es inge ros y confidentes. La historia celebra áCárlos V
niosa y exacta esta mezcla 6 participación que en Ingolstadt hablando en su respectivo idioma
el general debe tener de sabio y de artista. á cada cuerpo de su ejército.
I\. GijerraJ. Los que abominan los libros, aquellos á
Pero de esta indeterminación que forzosa quienes, como vulgarmente se dice, estorba lo ne
mente reina entre las palabras «ciencia» y «ar gro, responden sentenciosamente que nada vale
te»; de que haya efectivamente muchos conoci lo que la experiencia. Es una verdad; pero falta
mientos que sólo pueden nacer ó desarrollarse averiguar si en los tiempos actuales, como en los
con la experiencia y la práctica de las cosas y anteriores, se puede suplir el estudio con la ex
de los hombres, no resulta por cierto esa «pros periencia. Antes habia siempre guerra viva en
cripción» que algunos espíritus ateos, más afi alguna parte: hoy se asciende á general sin ha
cionados á negar que á discurrir, pretenden ber tirado un tiro. El ejército prusiano que ven
contra todo saber universitario y adquirido por ció en Sadowa, contra todo cálculo y previsión,
el recogimiento, el estudio y la meditación.—Por no habia hecho la guerra desde 1815, fuera de
desgracia es muy popular la creencia de que un pequeño cuerpo en los Ducados del Elba. El
cualquiera puede ser general sin la menor ap arte militar se va complicando cada dia; algunos
titud previa y demostrada, sin el menor estudio, de sus principios , muchos de sus pormenores
preparación ni aprendizaje. que parecían inmutables, son hoy dudosos; lo
Es evidente, repetimos, que el general y más que se llama tradición y experiencia puede muy
el buen general, no nace de entre los libros; pe bien caer en rutina y terca continuación de er
ro no se comprende cómo sin libros, sin datos, rores probados. Además, sólo por medio de los
sin vasta lectura, sin ejercitar el juicio y la crí libros, de las revistas, de los periódicos, es co
tica, se pueden saber, algo mejor que de memo mo se puede ver «todo», comparar y juzgar
ria, los reglamentos y ordenanzas; la marcha his aproximadamente, estar, digámoslo asi, en «to
tórica desde su origen del arte de la guerra; las das partes». Exigir la presencia, la cooperación
vicisitudes notables del pais propio y de los prin personal «en todo» es como, si para aprender
cipales extranjeros, las relaciones diplomáticas, la geografía de España, por ejemplo, hubiese que
las conveniencias, las afinidades, las repulsio reconocer á pié, como un agrimensor ó un botá
nes que entre ellos han existido; las nociones, nico, los 50 millones de hectáreas que contiene
indispensables en sociedad, de administración, su superficie.
de GORiERNO,de política; el juego de nuestras mo Esto es de sentido común; pero no conten
dernas instituciones, el objeto á que aspiran, el tos con esta autoridad podríamos, como siempre.
GENE - 55o - GENE
robustecerla con varios textos. Tomemos el si Todos convienen en que si el general de ejercito
guiente de un libro moderno, curioso y sensato: lo tiene anteriormente acreditado, es inútil aña
«Después de catorce campañas célebres y de dir pruebas: en el caso contrario, hay que apre
empresas inauditas, Napoleón reconoció que la surarse en el primer encuentro á demostrarlo
experiencia de la guerra, la práctica de los com sin dejar sombra de duda. Antiguamente se te
bates, las virtudes guerreras mejor desarrolla nia por regla que el general divisionario, es de
das no bastaban todavía para formar un general. cir el que manda de 6 á 10.000 hombres, debia
Sin duda que son indispensables estas cualida exponerse á bala de fusil; el que manda 30.000
des, pero no bastan por si solas: necesitan un á la de cañón; de ahi arriba sólo debe arriesgar
complemento de instrucción que no se adquiere se al empezar el combate, retirándose luego
en medio del fuego, sino que lo dan el estudio, donde con más seguridad pueda ejercer su pa
la meditación, los profundos trabajos de gabine pel de «providencia». Con las nuevas armas,
te, en una palabra: la ciencia de la guerra. En esta y otras fórmulas van envejeciendo. Por lo
Santa Elena Napoleón volvió sobre el mismo te demás, cuando se dice valor en un general, se
ma. Allí deploraba que sus oficiales no hubie toma siempre como estado tranquilo del alma,
sen tenido tiempo de adquirir los conocimientos superior á impresiones y emociones, y entre
que les faltaban. La vida del campamento no ellas seguridad de observación y de juicio, que
era propia para estos trabajos. «No sabían—dice permita «ver claro», analizar la situación mo
—hacer la guerra más que sobre las carrete mentánea, tomar en el acto un partido.
leras á tiro de cañón, mientras que su campo de Para el estudio critico y biográfico de los ge
batalla hubiera debido abrazar la totalidad del nerales célebres, primera y fecunda fuente de
país». enseñanza en las altas graduaciones, conviene
«Federico pensaba como Napoleón. Mientras recordar la distinción que establece Mariiont y
conservó la ofensiva, bastaron á sus designios que literal trascribimos: «Clasifico los generales
oficiales hechos á las maniobras de Postdam y en cuatro categorías. Reuniré en la primera los
al conocimiento de los reglamentos. Pero en generales que han ganado todas las batallas que
cuanto tuvo que conducir una guerra defensiva, han librado. No hay duda que les pertenece in
maniobrar, oponer destacamentos á destaca contestablemente el primer lugar en la opinión,
mentos enemigos, deploró amargamente que los pero su número es tan pequeño, que apenas se
jefes de sus bravas tropas no contasen con más puede encontrar sus nombres. En la antigüedad
dotes que con la experiencia en los combales. no veo más que á Alejandro y á César. Los ge
Conocida es la carta original que sobre esto es nerales griegos á quienes decora un ilustre nom
cribió al general Fouquet. «¿De qué sirve—decía bre como Milciades ó Epaminondas han debido
—la experiencia cuando no la guia la reflexión? toda su celebridad á una ó dos acciones. En los
El pensamiento solo, mejor dicho, la facultad tiempos modernos no encuentro más que á Gus
de combinar las ideas es la que distingue al tavo-Adolfo, Turena, Coudé, Luxemburgo y
hombre de la acémila. Un mulo, aunque haya Napoleón hasta 1812; pues pondré, y con razón,
hecho diez campañas con el principe Eugenio, en el número de los reveses de que un general
no por eso llegaría á ser mejor táctico». (Renard. es responsable, la destrucción de los ejércitos
Consid.sur latacl.d'inf. Introd. pág. 21). que tiene por causa la falta de cuidados y la ex
Duclos ha dicho con agudeza que hay tres trema imprevisión. En la segunda categoría
clases de ignorancia: 1 .* no saber nada; 2.* sa colocaré á los generales que, ganando con fre
ber mal lo que se ha aprendido; 3." saber otra cuencia batallas, las han perdido también algu
cosa diferente de lo que se debe saber. Siempre nas veces, después de haberlas disputado obsti
que no se caiga en este último extremo bien nadamente. Este es el mayor número de aquellos
puede el militar, y más el general, saber y áun cuyos nombres están inscritos en el templo de
saber mucho. Si el saber, como dice el refrán, ! la memoria. Tal vez haya entre ellos quien me
no ocupa lugar, en nada embarazará al general rezca figurar en la clase precedente; pero entre
en jefe, cuando por primera vez monte á caba dos generales que combalen con mérito igual,
llo al frente de su ejército. Porque es de adver es preciso que la victoria se decida por uno ó
tir, que si en aquel punto no se llevan «sabidas» por otro, y en este caso habrá sido comprada
muchas cosas, luego ya no hay tiempo ni oca ¡ muy cara y sus resultados serán muy limitados.
sión para aprenderlas. I En la tercera categoría están los generales que,
Poco resta que decir respecto al valor (V. e. ¡ frecuentemente desgraciados en la guerra y ha
y.) cualidad indispensable en el último recluta. biendo padecido frecuentes reveses, jamás han
GENE - 551 - GENE
sido destruidos ni desalentados, y han sabido | ge en 1678; el negar socorro, ó darlo tarde á un
presentarse amenazadores é imponer al enemi compañero, para que se hunda ó pasar por li
go. Estos generales son muy raros y tienen ne bertador; el perderla batalla, por no recibir au
cesidad de un ascendiente sobre los que les xilio de un rival odiado; el apresurar y antici
rodean. Tales han sido en la antigüedad Sertorio par una operación sin medios, por temor de una
y Mitridates, y en los tiempos modernos el cé contraorden; todo esto, que la historia cita fre
lebre Wallenslein y Guillermo III rey de Ingla cuentemente por desgracia, prueba que no Íba
terra. Por último, en la cuarta categoría se en mos descaminados al sentar que el general de
cuentran naturalmente los que pierden sus bía, lo primero, ser «hombre de bien».
ejórcitos sin combatir, ó sin hacerle difícil al Todavía pudiera señalarse como gravísimo
enemigo la victoria por medio de una vigorosa defecto eso que en lenguaje familiar se dice ser
resistencia. En cuanto á estos, fácil es recordar «mandón», ese entremetimiento invencible que
sus nombres: cada país y cada época han sumi impulsa á ciertos espíritus de sobrada y lamen
nistrado numerosos ejemplos". iMarhont Esp. table actividad, á perturbar y ceñir (V. e. v.¡ la
de las inst. mil. pág. 257. acción gerárquica con insoportable sargenteo; á
Por vía de contraste y claro-oscuro conven no esperar reposados que las órdenes descien
drá añadir á la larga enumeración de cualidades dan y se cumplan; á multiplicar las punzadas:
los defectos que debe evitar el general. á dudar del celo de todos; á creer siempre in
Debe huir de las pasiones ó sofocarlas en su dispensable su presencia y su opinión en los
pecho. La del amor, por ser la más avasallado más ínfimos detalles. Esta manía y comezón,
ra, ofrece triunfos más brillantes. La historia que muchos hombres mezquinos confunden con
recuerda con disgusto la flaqueza de Alejandro la vigilancia, acarrea, sino la pérdida, por lo
ofreciendo á la cortesana Tais, como expeclácu- ménos gran menoscabo de «respetabilidad». El
lo, el incendio de Persépolis; la de Potejikin, cu célebre Alejandro Farnesio no está libre de esta
briendo de cadáveres la brecha todavía imprac inculpación. El mariscal Bdgeacd, que para ca
ticable de ükzakoff, sólo por no retardar á su da caso de la vida práctica siempre tenia una
querida, la princesa Dolgorouki, el mujeril capri frase dispuesta, flageló esta malhadada propen
cho de ver un asalto; la de Bonaparte, confesada sión diciendo: ucelui-lá gui iloit mener la voi-
por él mismo (Las Cases T. I. pág. 201), de dar ture, la tire» el que debe guiar el carro se pone
á la suya, sin duda ménos exigente, el gusto de á tirar de él.
presenciar en el Col de Tenda un ataque de Pero ¡qué más! Tan impecable quieren algu
guerrillas. nos al general de ejército, que hasta le prohiben
El corazón del hombre de guerra, por lo mis amar la gloria «con exceso». Eügenio de Saroya
mo que ha de ser capaz de grandes emociones, decia que la gloria es á veces una hipócrita que
suele buscar en la sensualidad deleite y descan se esconde bajo el manto del honor de los es
so; no es razonable suponer anacoretas en me tados.
dio de un campamento; pero el mérito consiste Adrede no hemos tocado, siquiera de pasada,
en que la pasión no llegue a dominar la moral lo concerniente al ramo técnico y científico (V.
ó el honor. Alcibiades y César sabían salir, cuan Arte, Estrategia, Guerra, Táctica, Fortificación,
do era oportuno, de la vida crapulosa á que les etc.) Sobre todo esto los tratadistas abundan, así
convidaba la corrupción de sus tiempos; y el como las opiniones y sistemas; mas como en
sueco Banner, severo vengador de los manes de ellos se olvida ordinariamente que el soldado es
su rey Gustavo Adolfo, aunque muerto, según «hombreo y el general también, hemos preferi-
la opinión, por los excesos, se los hacia perdo rido parafrasear el articulo de la Ordenanza en
nar por las rápidas transiciones con que pasaba sus tres importantes puntos de conduela, talento
de la orgía á la conducta más austera. y experiencia.
La falta de integridad, la sed de riquezas es Recapitulando lo que al primero correspon
abominable por la facilidad misma con que or de, se ve que el general debe conocerse á si
dinariamente puede ser satisfecha. Algunos ge mismo ántes de todo; conocer luego á su propio
nerales del primer imperio francés, Soelt y Mas- país, á su gobierno, á sus soldados con sus cua
sena, han enturbiado con su rapacidad el brillo lidades y defectos, con sus costumbres y pasio
de sus dotes militares. nes, para comprender el juego difícil de los re
El no querer terminar una guerra estando en sortes del mando y de la disciplina. Extender en
su mano, ó dar batalla, teniendo ya en el bolsi lo posible igual conocimiento al país, al ejérci
llo el tratado de paz, como el principe de Oran- to, al general enemigo, sin economizar gasto ni
GENE — .Í52 — GENE
industria para penetrar los secretos de su corte lo primero de tenerle alejado de las tropas en
y de su cuartel general. Obrar siempre bien, tiempo de paz. Se prefiere confiar esas tropas á
persuadido de que los «altos hechos» podran pa medianías incapaces de formarlas, pero sumi
recer casuales, pero las «virtudes» nunca. Obe sas, dóciles á todas las voluntades y á todos los
decer al gobierno respetuosamente, mientras no sistemas, más bien que al hombre superior, que
se comprometa su dignidad y su honra, sabien pudiera adquirir sobrado crédito, resistir á opi
do en todo caso resistir con prudente entereza y niones impuestas, hacerse conducto (canal) de
dimitir, si es preciso, sin despecho ni rencor. las gracias del soberano y llegar, en fin, á ser
Acordarse de sus deberes Antes que de sus de el hombre de las tropas, el general nato. Lo que
rechos; no confundir la terquedad con el carác se quiere es poder dar el mando de losejércitos á
ter y el tesón, ni el mal humor con la energía. sus propias hechuras, acostumbrar á las tropas
Sostener su autoridad y su palabra, pero sin te á que reciban á cualquiera que se envía con tal
naz apego á su opinión. Pensar despacio y eje que lleve el nombramiento real. Llega la guerra,
cutar de prisa. Oir á todos: juzgar, comparar y y los desastres obligan á echar la vista sobre el
resolver lo que le parezca. Despreciar la adula general hábil; se le emplea al fin. pero al mismo
ción, rodearse del mérito, saber buscarlo, des tiempo se le contraria y molesta; se querría, si
enterrarlo, distinguirlo bien, sin pecar de pródi fuese dable, que las cosas marchasen, pero que
go ni de avaro en la recompensa: el premio, que el general se hundiese. Logra este general re
salga siempre de su mano, el castigo, de un Iri- parar y sostener los negocios, al punto se teme
bunal. Negar sin desabrimienlo: el sí pronto, el su fama; su gloria importuna; pronto se hace la
no tardío. No distribuir favores con igualdad, paz, y al general ya formado, ó que empezaba á
ni dar á colectividades, ni darlo todo de una vez. formarse, para nada se le emplea ni consulta.
Mostrar viva solicitud por el ascenso, por la co Sus talentos se enmohecen sin acabar de per
modidad, por el bienestar de sus inferiores. Tra feccionarse; las tropas que tenia conocidas cam
tarlos con cierto agasajo y hospitalidad algo es bian, se renuevan, toman otras instituciones,
pléndida cuando vienen comisionados. Tener obedecen á otros principios. Así, cuando las des
buena mesa, sin chanzonetas ni murmuraciones, gracias vuelven á llevar á osle hombre al frente
donde, sin caer nunca en burlón, pueda asomar del ejército, tan extraño encuentra el general á
el epigrama como correctivo. Utilizar lo bueno su ejército, como el ejército á su general. Ksta
y lo malo de que dispone, empleando los hom es la historia de casi todos los países en casi to
bres, según la frase de Napoleón, como el arit das las épocas: que no se me acuse pues de de
mético emplea las cifras. Dar órdenes breves, signar ninguno». (Güuert. Essai gen. de taclique.
claras y expresivas. Mantener perfecta igualdad Edic. 1773. T. II. pág. tiSj.
de humor en ambas fortunas, sin ensoberbecer GENERALA. Toque de ordenanza para reu
se, ni amilanarse: buscando siempre esc difícil nir y formar antiguamente los hombres de una
equilibrio entre el valor y la prudencia, el arro tropa. La Ordenanza do 1728 suprimía la termi
jo y la cordura, la iniciativa y la circunspección. nación femenina: «Guiando nuestra infantería de
Procurarse á toda costa el primer triunfo, para qualquiera nación que fuese tomase las armas...
formar su concepto, inspirar confianza, tomar tocarán tres veces los tambores: el primer to
ascendiente y crear el espíritu de sus tropas, de que será la General, el qual será uniforme para
las que debe hacerse querer y respetar. todas las naciones». [Ub. i. tit. 5. art \). De to
Concluyamos exponiendo una duda. Con dos modos el nombre y el toque, sea francés ó
nuestro sistema de gobierno, con nuestra actual español, es elipse ó contracción de alarma, 6 ar-
organización ¿se pueden tener buenos generales"? HA, Ó ASAMBLEA GENERAL.
Aqui debemos guarecer nuestra opinión de
trás de un texto escrito «en otro siglo» y «en GENERALATO. Oficio, cargo, empleo del
otro país» que dice así: GENERAL.
¿«Hay en Europa generales á quienes los go GENERALÍSIMO. Titulo, dignidad, gerar-
biernos dejen suficiente autoridad, para que quia, empleo más alto que los más altos de la
puedan de antemano adquirir la confianza de milicia. Corresponde al Condestable de los últi
las tropas, formándolas para este efecto durante mos años de la edad media. Es más que general
la paz y haciéndolas, por decirlo así, á su siste en jefe, puesto que este sólo manda ejercito en
ma y á su mano? Si por casualidad descuella operaciones, ó en campaña, ó en pié de guerra; y
en un país un buen general, la política de los el generalísimo manda el estado militar «por
ministros y las intrigas de los cortesanos cuidan completo en paz ó guerra». En los países cons
GENE - 563 - GENT
titucionales este cargo es imposible: por encima P. Rodríguez (Discern. deing.): «Pero de cual
de los capitanes generales de ejército no puede quiera manera se infiere de todo lo dicho por
haber más que el rey. En Francia el rey Lcis una legitima consecuencia, que á la virtud ó lla
Felipe dio á Soult el título, puramente honorí mémosla potencia que tiene nuestra alma de
fico, de mariscal general, que sólo Turena había inventar y discurrir medios, razones, instru
usado. La única prcrogativa «visible» fué tener mentos para aprender ó enseñar las ciencias y
dos centinelas, en vez de uno. á la puerta de su artes, y para perfeccionar las ya inventadas, lla
casa. El ditque de la Victoria, á pesar de ejercer maron, con no menor hermosura que propiedad,
el cargo «efectivo» de generalísimo en los últi Ingenio los primeros que descubrieron este nom
mos tiempos de la guerra civil, se tituló modes bre». En muchas frases el génie es equivalente
tamente GENERAL EN JEFE DE LOS EJÉRCITOS REUNI á numen, á inspiración. Parece imposible, con
DOS. Esta delegación ó trasmisión del más im tantas palabras castellanas, que nos veamos vo
portante de los derechos de la corona repugna luntariamente reducidos á una francesa. ¡Cómo
á las prácticas modernas, y en España no es ha de ser! este siglo es de genios y de artistas.
presumible que resucite un titulo llevado por GENIZAROS. Primeras tropas de infantería
Don Manuel Godoy y, si se quiere, por el duque y de preferencia en el antiguo ejército turco,
de Angulema, cuando trajo los 100.000 hijos de célebres, tanto por su valor, como por su indis
San Luis. ciplina. Creados en 1330 con el nombre de Yeni-
GENEROSIDAD. Inclinación ó propensión Cheri (ciudadanos nuevos) fueron durante lar
del ánimo á anteponer el decoro á la utilidad y gas guerras el nervio del poder otomano, la
al interés. —Liberalidad—Valor y esfuerzo en gloría y la pesadilla de sus emperadores; y cer
las empresas árduas (Dice. Acad. 5.) Recomen raron la increíble historia de sus hazañas y des
dable virtud es, por lo tanto, esta de la gene manes con su trágica extinción en 15 de junio de
rosidad. 1826, llevada á cabo con horrible sangre fría por
GENIO. Entre los muchos galicismos que in el sultán Mahomed, cuyas tentativas de reforma
festan nuestra lengua, este merece especial quisieron entorpecer. Genízaro y pretoriano, sue
mención por lo supérfluo. Baralt lo demuestra nan hoy como denuesto en los periódicos radi
en su Diccionario y logra demoler el génie fran cales, siempre que el ejército no está de humor
cés pieza por pieza. Desde luego genio en caste de secundar algún pronunciamiento.
llano vulgar, esto es, en buen castellano, siem
pre significó ÍNDOLE, CARÁCTER, APTITUD, díSpOSÍ- GENTE. Del latin gens,gentis. Al constituir
cion natural: tener genio militar ó genio para la se la antigua sociedad romana, se compuso de
guerra, para las armas, es la vocación, la predis un cierto número de agregaciones llamadas gen
posición, más necesaria en esta carrera que en tes, formadas de las familias conquistadoras que
otra alguna. Genio en su otra acepción gentílica, tenían cierta semejanza con los clans de Escocia
como deidad generadota, también es usado y ó las tribus árabes. (Napoleón III. César T. I. pág.
admisible: el genio de la guerra, el genio de las 3!.—Gente de guerra es voz genérica y colectiva
batallas, que puede ser Marte, Odin ó quien que corresponde á la moderna tropa (V. e. v.) y
quiera. El «galicismo» se comete al sustituir in admite la mayor parte de sus numerosos adje
variablemente la palabra genio á la palabra gé tivos: ALLEGADIZA, LEVANTISCA, MERCENARIA etc. En
nie, que en francés tiene numerosas acepciones casi ningún autor del siglo XVI se encuentra
fáciles de traducir por otras voces españolas, co todavía la palabra tropa. Gente viene desde los
mo ingenio, numen, espíritu <V. e. v.) IMAGINACION, primeros documentos en romance. Se usaban y
talento etc. Los franceses, por ejemplo, llaman se usan las locuciones, hacer, levantar gente.
Corps du génie, ó simplemente Le Génie a) cuer «Ya en este tiempo había mandado hacer su
po de ingenieros. Génie de la guerre no es para santidad la gente de Italia que había de enviar.»
ellos el dios de la guerra solamente, sino la ín «La suma de la habla fué decir que habían
dole, el carácter de cada una, etc. Hay pues sabido cómo su magestad mandaba llamar algu
muchas frases en que usamos genio malamente, nos coroneles y capitanes, y que esto era para
debiendo decir ingenio, que, según la Academia, mandarles hacer infantería». — «Los de Augusta
es facultad en el hombre para discurrir ó inven fueron los primeros que comenzaron á levantar
tar con prontitud y facilidad y está bien en es gente y ponerse en armas». (Avila y Zúñiga. Co
ta cita de Saavedra Fajardo: «Segura es la guer men t. pág. 11).
ra que se hace con el ingenio y peligrosa é incier GENTILHOMBRE. (V. y comp. Entretenido,
ta la que se hace con el brazo». Dice también el Ayudante). En los siglos XVI y XVII no es fácil
70
GENT — 55 i - GESO
darse cuenta, con la precisión actual, de algu forman ya objeto de cultivo especial, la Geología
nos cargos y funciones MILITARES; si ii embargo, verdaderamente dicha encierra dos grandes sec
los gentileshombres pueden asimilarse á nues ciones además: la Geognósia ó Geognomía, parte
tros ayudantes de caupo ú oficiales ú las inme verdaderamente práctica, que investiga y expli
diatas órdenes. En todas las cédclas y provisio ca las leves de composición y distribución de los
nes de aquel tiempo se asigna al Capitán gene materiales del globo, y la Geogénia, Geogénesis
ral, es decir, al general con mando, aunque no ó Geogenésia, que se remonta á buscar el origen
sea en jefe, cierto número de gentileshombres y más probable y la historia de la creación y cons
entretenidos. En uno de los documentos más titución de nuestro planeta.
antiguos del siglo XVI, que es la Ordenanza da Resumiendo, la Geología abraza en toda su
da en Genova por Carlos V, A 15 noviembre latitud: estudio exclusivo de la superficie de la
1536, para el ejército de Italia, se lee: «Item: tierra tal como á la vista se presenta (Geografía
mando que el dicho Marqués (del Casto! haya Física); estudio más profundo y determinado de
de tener y tenga, para acompañamiento de su los materiales que componen la costra solida del
persona y para las otras cosas de nuestro servi globo (Mineralogía y Palenteología); averígua-
cio, diez Gentiles-hombres, demás de los vein | cion de las leyes que rigen la disposición de es
te que primero tenia con el cargo de Capitán tos materiales (Geognósia); deducir ó presumir
general de nuestra infantería española, que los fenómenos y cataclismos que han traído la
son todos treinta Gentiles hombres; v para en tierra desde su orígen á su estado actual íGeo-
tretenimiento de los dichos diez se le den quin genia). En los artículos Topografía, Reconocimien
ce escudos al mes para cada uno etc.» En los ar tos y otros se demuestra y se inculca, no la con
tículos que siguen, se le dan cincuenta alabar veniencia, sino la necesidad de que en los estu
deros alemanes para su guardia personal, y dios militares entren ligeras nociones de geología.
cuatro trompetas; y además se le permite que en sustitución de las incompletas y anticuadas
queden á su lado, con entretenimiento mensual que suelen darse de geografía física.
de diez escudos, veinte capitanes reformados de GEOSTRATEG1A. Nombre que dan algunos.
infantería italiana, hasta que encuentren colo I como el general Durando, á la estrategia con
cación, asi como varios caballeros y mancebos, [ aplicación inmediata al terreno.
Gentiles-hombres y Continos de Casa Real. GEHARQLilA. De las dos voces griegas ieros.
GENTILEZA. Gallardía, garbo, buen aire. sagrado y i/argia autoridad, preeminencia; por
consiguiente la palabra ha venido recientemen
GEOGRAFÍA. Geodesia. (V. Topografía). te al lenguaje vulgar del religioso ó eclesiástico.
GEOLOGÍA. Atendiendo á su etimología Significa expresivamente escala gradual, órden
griega ge ó geos, tierra, y logos, ciencia, discur ascendente, cadena, cuyos numerosos y desigua
so, comprendería la ciencia de la tierra «en ge les eslabones unen al soldado raso con el general,
neral»; pero hoy su significado estricto compren con el ministro, con el rey. Pudiera decirse gra
de el estudio de las leyes que presidieron á la duación: es sinónimo casi de subordinación. Den
formación originaria del globo terráqueo; de los tro de ella circula y se desenvuelve la discipli
cambios, trastornos y modificaciones que han na.—Tanto en el articulo correspondiente á esta
sufrido; de los materiales que lo componen, y de última voz. como en el do Ascenso, se encarece
la estructura y disposición de estos mismos ele la ventaja de reducir lo posible, en vez de au
mentos en su estado actual. mentar los escalones ó eslabones de la gerarquía.
El vuelo que ha tomado esta esencia en lo También en los arliculos Falange y Legión se
que va de siglo, hace que en el día algunos de hace resaltar la sencillez gerárquica de las mili
sus principales ramos formen ciencias casi in cias GRIEGA y ROMANA.
dependientes, aunque intimamente ligadas en GERIFALTE. Nombre de una pieza ó cule
su origen. En este caso están la Geografía físi brina en la antigua artillería. El P. Tosca le lla
ca, que estudia exclusivamente la configuración ma grifalto y Dice. Acad. gerifalco. El gerifalte
exterior del globo; la Mineralogía, que examina es ave, como el halcón. (V. e. v.)
los factores minerales, alejándose en el exámen GESO. Especie de dardo con que peleaban
del origen geológico, y la Paleontología que. los primitivos españoles, arrojándole de léjos y
hermanándose con la Zoología y la Botánica, quizá seria con punta hamata (sic.) (Clonaru.
marcha casi independíente en busca de adelan I Mem. de la A. de la H. pág. 14.) No está en Dice,
tos que luego refluyen en la Geología general. j Acad. El Dice. Moretti da guesa. El patriotismo
Fuera de estos ramos, que por su extensión del Conde suele atribuímos «exclusivamente!)
GEST — 000 — GLOB
nombres y cosas que tanto pueden ser nuestras del recto.—Cuando la fila entera, ó de una pie
como de otros. En Tito Livio se lee: Leves autem za, muda de frente se llama variación, y cuando
qui hastas lantum gesaqde quererent vocantur». es un batallón ó un ejército, cambio de frente.—
Oib. 8). Pero en Servio: «Pilum propié est hasta «Giro de la guerra» es el rumbo, sesgo, carácter,
Romana, ut G.ísa gallorum, Sarissce macedo- disposición que va tomando.
num». En Suidas, en Festo, en Virgilio, se ve que
el geso, gesum, era arma de los celtas y galos GIRON. Antiguamente estandarte ó guión
terminado ó cortado en punta. (Dice. Acad.)
que lomaron los romanos. Ateneo es el que afirma
que lo tomaron de los españoles.— Ducange cita GLACIS ó GLASIS. Los franceses, que nos
como francesa la gisarma que tal vez sea la fran han dado esta voz técnica de fortificación, no
cisca (V. e. v.) dardo para unos, y hacha para pueden encontrar su origen, que de todos mo
otros. dos es poco antiguo. Hasta fines del siglo XVII
GESTA ó GESTAS. Según Dice. Acad. actas, los españoles, tomándolo del italiano, decíamos
historia, hechos de príncipes, guerreros ó per espalto (V. e. v.). El glásis, que no debe confun
sonajes. dirse con explanada (V. e. v.),esla tierra dis
puesta en larga y suave pendiente ó declive.
GILITOS. Apodo que se dió, en los cuerpos desde la cresta del camino cubierto, ó desde el
facultativos, á los oficiales rápidamente educa borde de la contraescarpa, hasta confundirse con
dos, durante la guerra de la Independencia, en
el terreno ó suelo natural. Los ingenieros civiles
el colegio militar de la Isla de León, dirigido por
y los geólogos han adoptado esta voz, introduci
Gil de Bernabé, que murió en 23 agosto 1812.
da ya en el lenguaje ordinario, para indicar una
GILMAESTRE. Dice el Dice. Acad. o y copia extensión larga, lisa y con tan poca pendiente
Moretti que es «el teniente de mayoral que suple que no pueda llamarse talud (V. e. v.). Al ex
por este en el gobierno de caballos ó muías que tremo exterior del glásis, es decir, á su inter
tiran de cañones ó morteros». No tenemos texto- sección, ó mejor confusión, con el terreno, unos
GIMNASTICA. Debe decirse asi y no gimna llaman pié y otros cola. Allí empieza la explana
sia. Así al menos lo escribían los latinos; aunque da, en la que generalmente se plantan alamedas
la voz es griega, de gimnos desnudo.—Gimnasio, y sirve de paseo publico.
lugar destinado á ejercicios gimnásticos. En GLAVE. «Todos los ornes que ovieren cuan
Francia introdujo la gimnástica militar un espa tía de 20.000 maravedises ó dende arriba que
ñol, Amorós, que ya en 1807 tuvo en Madrid gim sean tenudos de tener cada uno armas compli -
nasio militar. Todavía aprendió con él en París das.... et bacinete con su camal, e capillina con
el oficial de ingenieros Aparici, comisionado pa su gorguera, e yelmo, e glave, e estoque, et fa
ra trasplantar esta instrucción á España y que cha et daga etc.» Ord. sob. armam. de Don Juan
tradujo el reglamento francés.—Gimnasta es el II. 1390). —Este glave ya no se exige para los de
que se ejercita en gimnástica. menor cuantía.—¿Tendrá que ver con el fran
GINCTA. G1NETE. V. Jineta, Jinete, como cés glaive? Clonard en Disc. sobre el traje, pág-
hoy se escribe, según el Diccionario y el Pron 157, dice que glave, del francés glaive, signifi
tuario de Ortografía de la Academia Española. ca lanza corta.—En 1336, según la Crónica de
GIRANTE. Pieza de la antigua artillería, Don Pedro, cap. 2. se introdujo con las nuevas
que pesaba 13 quintales y 50 libras, tenia 43 armaduras la voz glave y como está junto con
calibres de longitud y disparaba bala de 2 libras. dagas y estoques, y no se menciona la espada,
También se llamaba Falconete extraordinario. parece verosímil que fuera esta. No está en
GIRAR. Dar ó hacer giro (V. e. v.). Girare Dice. Acad. 1 ni 5.—Glaive en francés viene de
en latin; gyróo en griego. gladius, espada (V. e. v.) de donde también gla
diator, gladiador.—Bardin duda si pudo ser lan
GIRO. El movimiento individual del soldado za corta, chuzo.
en la fila para dar frente á donde tiene el costa
do ó la espalda. Este último movimiento, que la GLEVA. «Antiguamente lo mismo que cas
táctica antigua llamaba «media vuelta á la iz cajal». (Dice. Acad. 5)
quierda», por darse elgirohácia aquel lado, hoy GLOBO. En el tecnicismo del minador se lla
se manda con la voz doble derecua, por hacerse ma globo de compresión la mina recargada y des
con dos giros de ángulo recto hácia este lado. tinada á obrar, con empuje lateral ó inferior,
«Medio derecha ó izquierda» indica que el ángu contra los trabajos análogos del enemigo. Dicen
lo descrito sólo ha de ser de 45 grados ó mitad los franceses que los inventó Bélidor en 1753.—
GLOR - ose - GOBI
En el art. Aerostación se da noticia del globo les unos ayos ó mentores ó subordinados, gene
aerostático con aplicación á la guerra. —Globo, ralmente oficiales de carrera, con el extraño
en latin globus, suena también en la táctica ro nombre de gorernador de las armas. En 1642 un
mana y de la edad media, como órden y forma Duque de Alba, en la frontera de Portugal, tenia
ción densa, compacta, análoga al cuadro moder por tal gobernador de las armas un antiguo mae-
no y quizá semejante al orbis, orbe, vuela (V. se de campo distinguido en Flándes é Italia. De
e. v.) La disposición en cuadro, en círculo, es bía ser bochornosa esta cooperación, cuando en
instintiva en toda tropa envuelta que hace re carta, no muy reverente por cierto, de dicho du
sistencia desesperada. Puede haber sido por que, fecha en Ciudad-Rodrigo 30 de agosto 1642,
consiguiente evolución reglamentaria desde la dice al valido conde-duque de Olivares: aA que
antigüedad. En los Comentarios de César se en se añade el ver que no siendo estos señores (alu
cuentra muchas vsces (Guer. de Gal. lib. IV. de al conde de Monterey y condestable de Cas
cap. 37. Guer. de Alex. cap. 40. Guer. de Afr. tilla) ni el almirante príncipe de Butera y mar
cap. 15). Vegecio la cita (lib. 1. cap. 26). Catón, qués de los Velez más soldados gue yo, ni visto
citado por Festo, dice: «Sive forte opxts sit glo más mundo, ni manejado más negocios, no se
bo....» y Aulo Gelio (lib. 1. cap. 9.): tVocabula les haya dado gorernador de las armas como á
sunt militaría quibus instructa certo modo aries mí: desaire que sólo por mano de V. E. lo puedo
appelari solet: frons, orbis, globus....» Algunos esperar, y cosa que sólo se acostumbra hacer
quieren que en el globo las tropas formen sóli donde hay incapaces, niños ó mujeres». (Mem.
do ó circulo lleno, mientras que en el orbe sólo hist. esp. T. XVI. pág. 448).
haya tropas en la circunferencia, quedando el
GOBERNAR. En los Comentarios de Avila y
interior vacio. Zúñiga y otros clásicos de la época, la frase go
GLORIETA. Kiosko, cenador, sitio circular bernar la guerra se entiende por dirigirla, guiar
y central en los jardines. —El jardín mismo, sí la, conducirla. También se gobierna una compa
es pequeño y ruin. No hay capital de provincia ñía. «El capitán cuya compañía estuviese mal
sin glorieta , debida «al celo del gobernador gobernada » (Ord. art. 5. tit. 10. trat. 21.
civil».
GOBIERNO. Es evidente la conexión y al
GLOSARIO. Diccionario que explica pala mismo tiempo la divergencia entre gobierno y
bras oscuras y desusadas.—Algo tiene do esto mando: pero es áun mas evidente la dificultad de
la presente obra. definir por separado entrambas voces con clari
GORERNADOR. Del latin gubernalor. En el dad y exactitud. Probemos. Dice. Acad. 5. da:
día queda reducido este dictado al militar de «Gobierno. El órden de regir y gobernar alguna
cierta graduación que manda plaza ó punto fuer cosa.—El empleo, ministerio y dignidad del go
te, ó es autoridad de provincia, ó manda el per bernador (V. e. v.)—El distrito ó territorio en
sonal y MATERIAL afecto al CUARTEL GENERAL de Un que tiene jurisdicción ó autoridad el goberna
ejército en campaña, con funciones análogas al dor.—El tiempo que dura el mando ó autoridad
preboste y vaguemestre (V. e. v .) . Pero antigua del gobernador.—En latin gobierno, gubema-
mente tuvo más extensión. Gobernador del Con tiot. Desde 1818, en que imprimió la Academia
sejo se decia, por ejemplo, en los siglos XVI y su 3.a edición, mucho han variado las cosas en
XVII del que lo presidia sin la «propiedad» del nombre y esencia. —Por ejemplo en ese mismo
cargo de presidente. Hoy todavía se dice «gober libro dice: «Gobernación, lo mismo que gobier
nador de la mitra» al que ejerce funciones de no, que es como se dice más comunmente».—
obispo sin serlo. De análoga manera al que man En 1867 nadie trueca ni confunde ambas voces.
daba un tercio (V. e. v.), sin ser su propietario —Viencá terciar y embrollar otra palabra usual:
(V. Capitán) no se le llamaba maestre de campo administración. Administrar según lamismaedic.
accidentaló interino, que hoy diriamos, sino go de la Academia, es gobernar ó cuidar, como la
bernador del tercio. A la sazón el actual gober hacienda, la república, etc. En latin, gubernare,
nador de punto fuerte solia llamarse general administrare. En el lenguaje técnico, ó si se quie
mente alcaide. Pero aún se fué mas allá eneldos- re jerga política de hoy, se sienta por algunos
concierto que empezó hácia 1 640 V. Ascenso, Bri que «gobernar es administrar:» y por otro lado,
gadier, Sargento general de ratalla, Maestre de una escuela tiene por principio que «el Rey
campo general). La incapacidad notoria de mu reina y no gobierna». Positivamente hay algo
chos generales, que debian el mando de un ejer que es común, y mucho que no lo es, entre Man
cito á su abolengo ó sus intrigas, obligó á poner do, Gobierno, Administración. Cuando la Okde
GOBI - 857 - GOBI
nanza, reformada, ponga su lenguaje al nivel del se, y mucho, á su época reflejan, como no pue
de nuestros dias, nos dará resuelta esta y otras de ménos, el espíritu de la sociedad militar y ci
muchas cuestiones. Tomándola sin embargo co vil, tales como las constituyó el siglo XVIII y la
mo está—que no está tan mal—se ve siempre segunda mitad del anterior. Si en 1868 descue
la tendencia, sino á definir, á distinguir mando lla en el ejército el oficial de fila y en la socie
y gobierno: mando de armas, gobierno económico, dad el estado llano (cuando no el proletario) en
interior; mando en jefe, mando en segundo, de 1768 y masen 1668 lo que descollaba era la aris
detalle, de jefe de E. M., de maestre de campo tocracia de sangre. Para capitanes, coroneles y
general: de lo que en si lleva la partícula latina generalísimos «graduados ya en el cláustro ma
sub (debajo) cuando se antepone á un cargo. Pe terno» indispensables eran aquellos pobres sar
ro, bien mirado, cuando se gobierna ó se admi gentos mayores y tenientes coroneles, oscuras y
nistra, implícitamente se manda. Dice. Acad. de arrinconadas máquinas de gobierno y administra
fine: «Gobernar, mandar con autoridad y regir ción, régimen y disciplina. Espléndido y envidia
alguna cosa.—Guiar». La cuestión vuelve á en ble era entónces el mando de cuerpo. Pero lo que
redarse, y no conviene removerla mucho, por pasó pasó. Tomar en el día camino opuesto,
que entraña otras muy graves de organización y y radicalmente democrático, para llegará aquel
disciplina.—Si se declara perfectamente distin mismo resultado; romper á golpes de folleto óde
tos, separables y separados el mando, el gobierno epigrama la noble é inteligente espada de todo
y la administración en lo militar, puede llegarse el que no mande cuerpo (siempre, por supues
á fuerza de falsos raciocinios á donde llega, por to, de infantería ó caballería); negar virtudes, y
ejemplo, Vallecillo, discurriendo sobre esto en valer, y aptitud militar á todo el que no prue
sus recientes Comentarios á las Ordenanzas: á la be rancho; establecer odiosas ó imprevisoras
manía de «especializar y clasificar» funciones; á comparaciones; enconar odios; irritar impacien
la «absoluta» de que quien sirve para adminis cias; halagar preocupaciones; buscar populari
trar y gobernar no sirve para mandar, y al ab dad entre la muchedumbre.... todo eso, que de
surdo, en fin, de pretender la creación de dos muchos años acá se viene haciendo impune
escalas ó carreras distintas: una en que hayan mente, dará frutos amargos en su dia.
de vejetar eternamente el furriel, el abanderado, Basta. Si bien estas páginas bajo su modesta
el segundo comandante de batallón ó el teniente forma aspiran, entre definiciones de vocablos,
coronel, hasta hace poco heredero del antiguo á tocar de vez en cuando y de pasada al
sargento mayor; y otra escala (no sabemos si pa gunas de las interesantes materias que aque
ralela) por cuyos peldaños han de subir, ó sal llas entrañan ó suscitan, no se intenta dar
tar, á toda prisa los felices «predestinados» al entrada á polémica, ni recriminación, ni mu
mando. La exuberancia de imaginación y el odio cho ménos personalidad. Quede, pues, la cues
al método nos extravia siempre en estos países tión en donde está. En que es difícil, inú
meridionales. Porque no paran ahi las induc til, y sobre todo ocasionado y peligroso ahondar
ciones, cuando un espíritu agudo se propone en ó escarbar la definición de mando y gobierno.
garzarlas. Para Vallecillo y sus sectarios, nu Tan ociosa nos parece como las múltiples defi
merosos por desgracia, son incompatibles la es. niciones del honor ó del valor (V. e. v.).El fur
pada y la pluma, el cuartel y la oficina, el bas riel de ántes de ayer, y abanderado de ayer,
tón y el compás, la corneta y el mapa. Nadie en será hoy buen capitán y sabrá administrar, go
la milicia es militar más que el oficial de fila; bernar y mandar su compañía: como mañana.
nadie puede ser General, sino el que manda comandante, su batallón; como al otro dia, coro
cuerpo (se supone de Infantería y Caballería: nel, su regimiento. Por la inversa, el oficial de
sabido es que los cuerpos facultativos no son fila, de cuartel, de armas ó como quiera lla
militares). Esto no sólo se dice en los cuerpos de marse, el que abomina la aritmética y los pa
guardia: se imprime en libros casi oficiales, peles, bien puede llegar por su camino á exce
puesto que llevan por titulo Comentarios á las lente secretario de dirección, oficial de secreta
Ordenanzas. Si la fogosidad de ingenio y la abun ría, ministro del tribunal supremo. El conti
dancia de erudición se hubieran templado y re nuo roce de los hombres, de los libros y de los
frenado con un poco de sana crítica, imparciali negocios; el ejercicio alternativo en cargos se
dad y compañerismo (V. Espíritu de cuerpo) al dentarios y activos; el paso ascendente de uno
go más hubieran ganado las Ordenanzas y su á otro escalón gerárquico, con sus variables fun
laborioso comentador. Las Ordenanzas (V. e. v.) ciones, son los que, ensanchando la natural ca
vigentes desde 1768, á pesar de anticipar pacidad y robusteciendo el espíritu, dan la
GOBI — 558 — GOBI
práctica de buena ley (no la rutina), el tacto, la cia ó vacante del coronel con ejercicio, los re
experiencia, la firmeza y la autoridad indispen formados y graduados que optarán á el en falta
sables en quien ejerce mando y gobierno, separa del teniente coronel y sargento mayor, y el ca
dos ó juntos. Por lo demás, como ni la Ordenan pitán en quien recayere, en defecto de todos, no
za, ni nadie puede decir todo á un tiempo, sino podrán alterar las de mecánica ó interior go
un articulo después do otro; forzosamente ha bierno que estén establecidas en el regimiento,
bla en uno de mando, y en otro de gobierno, y en y cuando alguna ocurrencia persuadiese á hacer
otro de enseñanza, y en otro de disciplina; pero novedad, procederá junta de capitanes. Y asi en
sin hacer separación ó distinción arbitraria; sin esta clase, como en todas las demás que, por or
dar pie, ni fundamento á sutilezas ó exageracio denanza, instrucciones ó prácticas deben cele
nes. La prueba está manifiesta en los artículos brarse en los cuerpos para recluta, remonta,
que literales se copian: ( En el económico inte vestuario, armamento, manejo de caudales y
rior gobierno del regimiento (que sólo es pecu demás juntas de gobierno, tendrán intervención
liar al coronel, sin que pueda alterarle el supe y presidirán el brigadier, como si fuese el coro
rior mando de otro jefe,á quien por el de armas nel, y el reformado, graduado ó capitán, cuan
esté subordinado) debe entenderse el método, do tenga el mando, como si fuere uno de los je
equidad y economía con que ha de atenderse fes propietarios, dando cuenta al inspector ge
á la subsistencia y entretenimiento del soldado; neral del mismo modo que ellos lo ajustan».—
las reglas de policía y buen régimen que dentro Art. 2. Ultimamente, para no dejar motivo á
y fuera del cuartel debe observar su tropa; su disputas, si sucediese que diversos cuerpos
instrucción en las evoluciones militares y pun ¡aunque unos sean de infantería y otros de ca
tos de disciplina; el cuidado de que los capita ballería ó dragones) se junten en un mismo pa-
nes cumplan con la obligación deque sus com i raje, y en él no hubiese gobernador ó coman-
pañías estén completas, vestidasy armadas; que ! dante militar establecido ni tampoco oficial ge-
los fondos dotados á señalado fin no se inviertan ¡ ñera! á quien reconocer para el mando de armas
en otro; que todos desempeñen exactamente sus | solamente, que correspondería sobre todos aque
funciones, y que ninguna falta que conspire llos cuerpos á un gobernador ó comandante de
contra la regularidad de mi servicio ó buen ór- plaza, si estuviesen dentro de ella; debe recaer
den del regimiento quede sin castigo». (Ord. en el oficial de mayor graduación que estuviere
gral. art. 6. tít. 16. trat. 2. Oblig. del coronel). presente en los cuerpos que se hayan juntado,
Repetidas reales órdenes, más ó menos ex bien sea jefe propietario ó interino de alguno de
plícitas, de 19 abril 1772, 10 mayo 1 80 1, 31 ma ellos, tenga empleo ó agregación; pues indistin
yo 1828, 28 mayo 1814, 22 enero 1845, 22 abril tamente se ha de atender sólo al mayor grado y
1846, 30 enero 1848, 17 agosto 1849, han veni en igualdad al más antiguo, sin que este man
do á sostener y dejar á los inspectores y jefes do tenga trascendencia ni conexión con el de
natos, contra los capitanes generales, todo lo cada regimiento en particular, porque en él se
que concierne al orden interior, gubernativo, ha de seguir inviolablemente el órden que pres
económico ó administrativo de los cuerpos; pero cribe esta Ordenanza».
en ninguna manera á establecer, ni sancionar Y dice en otros: «El Capitán será á sus jefes
esa pretendida incompatibilidad entre mando y el solo responsable de la disciplina y todo el go
gobierno. La Ordenanza está terminante: «El bierno de su compañía. ...» «El capitán cuya
mando de un regimiento, sea en propiedad, in compañía estuviese ma' gobernada ó disciplina
terino á accidental, ha de tener unidas las par da no tendrá ascenso al guno.» (Art. 2 y 5. tít-
tes de armas, disciplina, economía y demás de 10. trat. 2).
que se compone; sin que en ningún caso pueda En varios artículos de este Diccionario, sin
pretenderse la división de armas y mecánica que gularmente en Brigadier, Capitán, Compañía, Ge
se ha practicado hasta ahora; pues el mando en neral, Sargento, Vivo, se dan pormenores his
tero ha de residir y depender de un solo jefe en tóricos y apuntes críticos que contribuyen á
el cuerpo, por el órden que irá explicado en es esclarecer y determinar la opinión en tan deli
te titulo». (Art. 1. tit. 34. trat. 2). Este es exac cada materia.
tamente el articulo 1 .° de la real órden de 16 Ahora, por deber de lealtad, transcribiremos
marzo 1765 que el conde de Clonard cita en su íntegro el texto que ha ocasionado nuestra ve
Bist. org. T. V. pág. 284, la cual contenia estos hemente refutación. Dice asi: «Creo que nunca
otros dos que se relacionan con el asunto.—Art. 9 se conseguirá, por muchos esfuerzos que se ha
El brigadier que tomare el mando en ausen gan, que el mando de las armas y el cuidado de
GOBI — 559 — GOLA
todo lo administrativo, mecánico, político y gu de Estado Mayor General, propiamente dicho,
bernativo de los cuerpos esté acumulado á una haya sido sobresaliente General en jefe de un
sola persona; y creo imprescindible, por consi ejército». (Vallecillo. Com. d las Ord. T. 1.
guiente, que al coronel le siga su teniente y al página 413).
comandante el suyo, con la denominación y el GOCETES. Las diversas piezas, de varias
grado que se quiera. Son empleos á mi juicio, formas, en las antiguas armadoras, destinadas á
asi como los de abanderado y ayudante, indis cubrir las articulaciones de los miembros sin
pensables, sino para la táctica, para el combate; embarazar su juego. (Clonard). De la palabra
sino para el mando de las armas, para el inte francesa gousset, sobaco. Especie de roel ó cír
rior gobierno; sino para providenciar nada, pa culo de hierro que en las armaduras de los an
ra prepararlo todo; sino para crear, para con tiguos guerreros se ponia delante del hombro
servar. Y es de advertir que por efecto de la para cubrir el sobaco. «Pieza de malla destina
manifiesta relación que todos ellos tienen entre da á resguardar las articulaciones de los brazos
sí, ha habido dentro y fuera de España milita y piernas que dejaban en descubierto las falsi-
res inteligentes que han propuesto y sostenido ficaduras |sic) de las armas.—Sobaquera. Rodela
la creación de una escala separada comprensiva do cuero ó correa que hay clavada en la manija
de los grados de Furriel, Abanderado, Ayudan de la lanza». (Dice. mil. de J. D' W. M.) El Dice.
te, Sargento Mayor, Teniente Coronel, Sargento
Acad. no trae esta voz en su primera edición;
Mayor de Brigada, y de ahi arriba hasta Jefe de pero en la quinta da: «Gócete [en singular) una
Estado Mayor General de los ejércitos, persua de las antiguas armaduras, la cual corresponde
didos de que, por tener cada individuo un genio á la parte que cubre la cabeza». Así lo copian
particular, es dado este á unos para la acción y Hevia y Moretti. Si consultáramos más textos,
á otros para el consejo, á unos para la prepara habria más pareceres.
ción en virtud á lo cual decia de su Jefe de Es
tado Mayor y de si propio el gran Duque de Al GOLA. Parte unida al yelmo de la antigua ar
ba: «Juntos yo y Chapín Vitello hacemos un madura, para defensa del cuello del hombre de
Maestro de Campo general, y apartados ninguno armas y para afirmar el mismo yelmo o celada en
de los dos lo hará como se debe.» Y estas mis los hombros. No debe confundirse con gorja ó
mas atribuciones, ninguna de mando de armas, gorjal. Al principio la gola era de malla fina, y
dadas al Teniente Coronel y Sargento Mayor en se llamaba camal; pero ya desde el siglo XV se
este y el anterior (título de las Ordenanzas) jun compuso de una ó muchas láminas de hierro ar
tamente con la declaración de ser el Ayudante ticuladas y solapadas, como en los brazos y ma
inmediato subalterno del segundo y su sucesor noplas.—La gola actual, distintivo del oficial de
en algunas de sus obligaciones durante sus au infantería que está de servicio de armas, es un
sencias y vacantes, asi como las funciones ad resto ó recuerdo en miniatura de la antigua go
ministrativas y de policía señaladas al Abande la. El texto siguiente de Bartolomé Scarion
rado, prueban que los autores de las Ordenan [Doctr. mil. fól. 94) prueba la importancia que
zas comprendieron también esta correlación de se daba á esta parte de la armadura ó coselete
cargos. Y si alguna duda pudiera en esto que [V. e. v.) como se decia á fines del siglo XVI.
dar, completamente la desvanecería la disposi «Quitadas las armas (al entrar de guardia) el Al
ción del presente articulo que, desviándose del férez ó el Capitán han de estar con la gola siem
orden de sucesión de mando generalmente es pre, hasta que salgan de guardia; advirtiendo
tablecido, consistente en que el inmediato infe que la gola la deben traer siempre cerrada y no
rior supla por el superior que falte, hace des abierta, que no conviene solamente á los solda
cender al Teniente Coronel en las vacantes ó dos, más ni alférez, ni capitán traerla abierta.
ausencias del Sargento Mayor, para que desem Y acerca de esto diré como en la Isla de la Ter
peñe las obligaciones en que este funciona como cera, un dia andando yo con el maese de campo
jefe. Y aunque es verdad que tal sistema ofre Juan de ürbina, muy amigo mió. pasamos por
ce en la práctica muchas dificultades, lo es la plaza de la ciudad de Angra donde estaba el
también que no ofrece ménos su contrario, ó cuerpo de guardia, y viendo quu el alférez de la
sea el de que un sugeto mismo sirva simultánea guardia tenia la gola abierta disimuladamente,
ó alternativamente con igual utilidad para el llegó á él hablando y le dió con la mano en la
mando de las armas y para la dirección del re- gola, y la arrojó en el suelo, ritiéndole adonde
gimen administrativo, político y económico de había aprendido tan buena disciplina que asi
las tropas, No hay ejemplo de que ningún Jefe trújese la gola abierta; lo mismo hacen algunos
GOLD - seo - GORG
soldados desaliñados, que traen la gola abierta dancia, porrazo, tiro.—Hay golpe en vago, gol
por parecerles que están más galanes; ó que tie pe de mano, de gente, de vista, del cuello (en
nen autoridad de hacer lo que bien les parece sin la levita) de gracia, de fortuna, de estado.—Se
ningún miramiento de loque conviene á su pro da, se descarga, se yerra el golpe.—Golpe al
fesión».—En las obras de fortificación abiertas, aro, al parche.—Golpes, toque preparatorio.—
como baluartes ú hornabeques, la cola es la par Los textos siguientes confirman la pluralidad de
te posterior que no tiene parapeto: la línea ima significados « y yendo sobre la Chusa se le
ginaria que une los extremos de los flancos. A entregó sin esperar golpe de cañón».—«... ha
veces la gola se cierra con estacadas. biendo los enemigos tirado aquel día novecien
GOLDRE. En el Ordenamiento de Don Juan tos golpes de cañón y culebrina». (Avila y Zú-
II en Górtes de Segovia (1390) se dice carcage, y ñiga. 418).—«.... oyéndose golpes de arcabuz en
en el de Cortes de Guadalajara, goldre. Auaba, Durcal». (Mendoza. G. deGratiada.)—a. ..dando
los enemigos en los unos y en los otros muchos
carcax, bolsa de cuero ú otra materia para lle
golpes de artillería (cañonazos;, los cuales tenían
var las SAETAS Ó FLECHAS. en muy poco los nuestros viendo á su majes
GOLFO. El mar contornea las tierras, esto es, tad entre ellos». (Avila y Zúñiga. Cwient. 417).
los continentes y las islas, dándoles límites y pe —«Comenzáronse á retirar hasta sus reparos, y
rímetros determinados; pero tienen estos for saltando fuera golpe de arcabuceros y balleste
mas tan irregulares y varias, que es preciso dis ros...» (Mendoza. G. de Granada., —«Que sola
tinguirlas con nombres propios. El mar puede mente le enviase trescientos walones, y con ellos
penetrar tanto en el |interior de las tierras, que el mayor golpe de dinero que fuese posible y al
tome por su gran masa de agua el nombre gené guna pólvora».— «Tiraron los enemigos algunos
rico de .mediterráneo. Pero si la cantidad de agua arcabuzazos, uno de los cuales hirió al duque
es menor y su embocadura más abierta, entónces (de Parma) en el brazo derecho en igual distan
ya es golfo. Si aún es menor que este, bahía; y cia del codo y la muñeca; vino el golpe algo
si aún es menor y sirve de abrigo á los barcos, cansado y así se detuvo la bala en Iré las dos ca
ENSENADA, RADA, ANSA, IIAVRAÓABRA, CONCHA, CALA. nillas».—«.... y dando el costado á ménos de
—Puerto indica asilo muy seguro, obra de arte. media legua del campo católico pudiera recibir
Ciertos golfos grandes se llaman senos, como Se un mal golpe....» (Coloma. G. de Flánd. lib. 5).
no Mejicano. —«Húbose de sacar golpe de infantería, y guar
GOLILLA. Familiarmente se llama asi al necer los setos para ojear al enemigo, que, con
ministro togado que la viste. En el siglo pasado su primer furia acostumbrada, se venia arri
fué verdadero apodo ó mote de guerra, en la en mando demasiado», (id. ibid.)
carnizada que se hicieron el órden ó partido mi GOLPEJAR. Lo mismo que vulpejera. (Dice.
litar y el civil. Y continúa. Acad. Hist.) No está en Dice. Acad. Esp. 1 y 5.
GOLONDRERO. En la jerga de gitanos ó ca GOLLIZO. Lo mismo que garganta, por an
ló, el que sentaba plaza de soldado para hurtar gostura de montes ó rios. Dice. Acad. 5 lo da
con menos riesgo.—Francisco Valdés. (Esp. y
discip. mil. edic. de Madrid. 1591. fól. 83 vio.) sin anticuar.
usa esta voz: «Siempre se ha de hallar el Sar GONELA. Cota, sobrevesta, túnica blasona
gento Mayor al entrar de las guardias, teniendo da sin mangas que el anliguo caballero vestía
mucha cuenta con la gente que sirve en cada sobre la armadura.
compañía, conforme á la muestra que dieron, GON'ION. Nombre catalán de la cota de ma
de la cual ha de tomar de ordinario una fé del lla (V. e. v.) en la edad media. Se escribía tam
contador ú oficial, y conociendo por ella que bién KORNION.
meten de guardia muy menor número que se
les pagó, deben pedir cuenta á los oficiales de GORGUERA. En la antigua armadura lo mis
las compañías porque muchas veces por el des mo que gorjal ó guardacuello. Gorguerin es el
cuido de los tales sirven mal muchos soldados y diminutivo.
se hacen, como dicen, golondreras». Está en GORGUZ. Dardo, arma arrojadiza antigua.
Dice. Acad. en el mismo sentido. Provendrá del árabe, según el texto de Florian
GOLPE. Del bajo latín colpus, de que los de Ocampo (Crón. lib. 4¡ «Ni se tiraba lanza que
franceses hicieron coup y los italianos colpo. no hiciese daño, particularmente las arrojadas
Tiene varios significados: acción, empresa, he por los Saguntinos á quienes ellos llamaban fa-
cho, infortunio, desastre, multitud, copia, abun lárícas (V. e. v.). Estas eran como dardos crecí
GORJ — Í56I — GRAD
dos á manera de las que los moros llaman aza ra ó gorro de cuartel, la Ordenanza no decide si
gayas ó gorguees» «... armados (los moriscos) de ha de ser masculino ó femenino, según puede
arcabuces, ballestas, lanzas, y gorguees, y parte- verse en los art. 2 y 3 del lít. 1. trat. 2.—Una
hondas (?) como la ira y la posibilidad les daba». gorra de fieltro sustituyó, en el vestuario de in
Mendoza. G. de Gran. pág. 82). fantería, al sombrero tricornio ó de tres candi
les, por real órden de 27 abril 1768.
GORJAL. De gorja, antiguamente garganta,
según Covarrubias. Pieza de la antigua armadura GOSSA. «La Gossa ó Gucia ofrece algunas du
que defendía el cuello ó iba en contacto inme das respecto de la aplicación que de ella se ha
diato con él.—Según Martínez del Romero (Glos. cía. No obstante, según el texto de los L'sages y
del Cal. de la R. Armería) dicha pieza era la pri la ley de Don Jaime I, debía contarse en el nú
mera que se vestía: encima iba la coraza, y los mero de las máquinas arrojadizas. Asi lo entien
gcardabrazos se enlazaban después á ella por de el glosador, quien afirma se le dio este nom
medio de una correa con hebilla. bre por parecerse al perro, que en lemosin se lla
ma ¡jos y la hembra ¡fosa. Era un especie de
GORRA. Nadie puede disputar á la célebre ballesta que lanzaba el dardo por medio del mo
prenda de uniforme llamada corra de pelo una vimiento que le imprimía una cuerda». ¡Cl<>-
respetable antigüedad. Es verosímil que los pri nard. Hist. org. T. 1. pág. 26). Y añadimos por
meros hombres se cubriesen el cuerpo y la ca nuestra cuenta. ¿No podría venir de cansía.
beza con pieles de animales al natural, mientras nombre latino, que según Rlesson lomaron las
no se inventase curtirlas. Los Francos y Germa vineas romanas al reaparecer en la f.dad media".'
nos llevaban gorras de pelo, según los historia Por lo demás he aquí el texto: «Nemo prcessu.
dores romanos. Vegecio habla del pileus panno- mat easlrum contra I'rincipem cedificare, nec for-
nicus para darse aspecto feroz. Posteriormente titudinem lenere obsessam, nec debellare cum in-
la aruadi:ra de hierro en la cabeza prevaleció geniis, quod rustica dicunt fundibula el gosa».
por muchos siglos, hasta que Federico II de Pru- Otros dicen gussa, gucia.
sia, ó su padre, tuvieron la humorada de hacer
más gigantescos á sus famosos granaderos, en GOTERA. En general lo contrario de arista:
cajándoles domo chapitel la gorra de pelo. Y la parle interior del ángulo diedro formado por
como la Europa militar de entonces, según la dos planos. Linea sixclinal, por oposición á anti
expresión de un autor francés, «etait travaittee clinal.—En fortificación el glásis tiene aristas
d' une manie, celle dejouer au soldat prussien» y goteras.—Los topógrafos que no quieren de
no sólo los nobles coronelitos franceses, sino los cir thalwkg (V. e. v.) lo suplen á veces con
austríacos, los españoles, los ingleses, los rusos gotera.
enloquecieron con la gorra de pelo. En Francia GRADO. Del lalin gradui, escalón. Su ver
recibió sanción oficial hácia 1763; en España no dadero significado es puesto gerárquico, y debía
importa averiguarlo, pero no tardaría mucho. ser por lo tanto sinónimo de empleo y cargo:
Desde entonces el granadero no se concebía sin pero la malhada invención del grado honorario
gorra de pelo. Hoy no concebímos ni al uno, ni hace siglo y medio que viene produciendo la
á la otra. Nuestros nietos, á su vez, no concebi mentables perturbaciones en organización. No
rán ciertas modas y niñerías nuestras. Pocas ha añadiremos aqui una lamentación más.—En
brán sido tan criticadas, tan ridiculizadas, tan otra parte dijimos que en el ejército español dos
puestas en caricatura por los hombres sérios de males parecían imposibles de desarraigar, el gra
todos los países, inclusa Francia, como la di do y el cadete. Lo prueba el mismo temor que
chosa gorra de pelo; y sin embargo esa cmffure, revelan las frecuentes órdenes y pragmáticas:
como ellos dicen, no hay shako, ni kepi, ni ros todas truenan contra el grado honorario; cada
que la derribe en Europa de la pobre cabeza del una le va cercenando consideraciones y preemi
que es, ó quiere llamarse, granadero. Creemos nencias: todas lo proscriben en tiempo de
que en España alguna gorra de pelo de granade paz. Hay cualquier conmoción ó algún tiro en
ro Á caballo (!) de la guardia real llegó casi has- un pueblo, y, como aquello es guerra, cae un
la 1 840: por fortuna desde entónces la proscrip aluvión de grados con lo cual—dicen los vivi
ción es radical, y como, por fortuna también, no dores—se contenta á la gente y no se grava el
somos ya franceses, casi nos da risa la extern- tesoro.—Parece que en la segunda mitad de es
poránea resurrección del bonnet á poil y del bi te soberbio siglo XIX convendría un poco más
gotudo vieux de la vieille. Consúltese la obra ! de seriedad, de virilidad en gobernantes y go
célebre del general Trocltu.—Respecto á la gor bernados.—Bajo este aspecto se ha querido es
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cribir el arl. Ascenso que con esle tiene intima grandes arméis ily asouvenl deuxcenls caloñéis
relación. de genrlarmerie, cavalerie legére, dragons, qui la
Demos punto y, entrando en la parte históri plupart onl ce grade, sans régimen!». ¡Cómo no
ca, consolémonos. Vallf.cillo compara al origen sufrir esa inundación en España, singularmen
del Nilo el del grado: no es preciso subir tanto. te después de una gi'ehra civil de doce años. En
En el siglo XVI los españoles, por lo menos, vano el francés Louvois desde 1677, y Turena, y
eramos positivamente no tan frivolos. En los Marlborough, respectivamente, pugnaron por
art. Ascenso, Capitán, Guerra, Organización, que el mérito precediese á la alcurnia; porque
Táctica y otros varios se procura hacer resaltar aquella monstruosa organización se simplificase.
este hecho histórico inconcuso. Nada consiguieron. La corriente iba desbordada
¡Que les fuesen con grados honorarios á Na por otro lado. Y como no bastaban cintas, galo
varro, Paz, Zamudio, Paredes, Leyva, Alarcon, nes, bordados, todavía «se partieron endosnpara
ürbioa, Valdes, Romero, Davila, Portocarrero, repartir más ¡V. Ascenso) no sólo el empleo de
Mondragon ! La mayor parte ni el Don usa capitán, de teniente; sino el de sargento ¡el de
ban y ¿para que lo querían? Pero en la segunda cabo!—No culpemos pues á nuestra época de lo
mitad del siglo XVII la corrupción militarse en que es inocente: la culpa, en caso, es de no des
tró ti la vez por Francia que se engrandecía y plegar la vigorosa energía, que siempre se ne
por España que declinaba. Al concluir el siglo cesita, para romper de una vez con eso, mala
esta última tuvo la singularocurrencia (que nin mente llamado tradición (V. e. v.), que tanto se
gún otro pais registra en su historial de cargar aviene con nuestra genial inercia y apatía.
sobre su miseria propia el peso y balumba de (V, Organización, Reformado, Vivo).
la vecina. Mirado desde nuestros tiempos, aque GRÁFICO. Adjetivo, muy usual hoy, forma
llo, si fuera permitido el símil, remoda una do del verbo griego graphexn, escribir, describir,
compañía tronada de cómicos de la legua que dibujar; y que por consiguiente se aplica a In
para regenerarse compra, y á buen precio, los descripción ó explicación por medio de láminas,
vestidos, oropeles y trastos viejos de otra compa j planos, FiGDRAS. De ese mismo verbo viene la
ñía espléndida y aplaudida años antes, pero mí terminación grafía en Topografía, Geografía, etc.
sera y silbada a la sazón. No puede negarse que ¡ GRAFONUCTIÓMETRO. Nombre compues
España tenia Gentiles-hombres, y Aventajados, to de lies palabras griegas que da Bardin á un
y Entretenidos, y Agregados, y Reformados instrumento, inventado según él en 1811, para
(V. e. v.j: no hay duda que en la España de 1699 trazar los ingenieros las trincheras de noche en
«nadie se entendía,» y todo el mundo gustaba un sitio de plaza. No conocemos el tal instrumen
de aparentar lo que no era: reales órdenes hay to, ni nos atrevemos á deletrear tal palabra.
contra tales abusos de 18 diciembre 1680, de 13 GRAMALLA. El Dice. Acad. da esta voz co
junio 1689: pero el hecho «concreto» del grado mo sinónima de cota de malla, y el de Terre-
honorario, incongruente, perturbador, tal como ros cómodo cola de armas ¡V'.Cota); y añade Mar
hoy le conocemos, entra con el Brigadier ' V. e. v. j tínez del Romero: «nos decidimos por Terreros,
la Casa IAeal y otros muchos, en el cuadro de la porque la hemos visto confirmada en varios au
llamada reorganización ó regeneración de los pri tores de heráldica». Y nosotros también.
meros años del siglo XVIII. La depreciación de
los gradosmilitares cnFrancia superó en rapidez GRAMALLERA. Dice, de Terreros da esta
á la de España. En el siglo XVI el célebre Gui voz como procedente del vascuence garaimolle-
sa que fué dos veces Lugarteniente ó goberna ra, por sinónima de llar ó llares. Si es así, pue
dor del reino, el vencedor de Carlos V en Mctz, de suprimirse la cremallera conque hoy se sue
de Condé y Coligny en Dreux, no pasó, como mi le traducir la cremaillére de los franceses.
litar, de capitán de sombres de armas. Por aquel GRANADA. El lector comprenderá que ha
tiempo en toda Europa el capitán, el coronel, blar, en 1867, de bombas y granadas, de proyec
era, en el fondo, general en jefe; el sargento, un tiles inocentemente esféricos, es cuestión pura
verdadero oficial de Estado Mayor: el furriel, mente «histórica». Asi, la tratamos como si ha
casi un intendente; el cabo, casi oficial: y oficia bláramos del ARCABUZ DE MECHA. Desde lUCgO 110
les menores ó de plana MENOR se les llamaba. Pe hay más diferencia entre cbanada y bomba que el
ro al comenzar el siglo XVIII Francia contaba un diámetro: ó que aquella se tiraba con obí s y esta
diluvio de generales, jefes y oficiales brevetes, non con mortero. Meter, porque asi le parece, da la
brevetés, reformé*, gradué*, a la suile, surnume- granada por inventada en 1388. Sicard baja al
raires,sansemploi. Oigamos» Potsegm: «dans les sitio do Arles en 1536. Dbthoii llama granadas á
GRAN GRAN
las bombas {V. e. v.) de Watendonck en 1588. GRANADERO. Por vicisitudes muy fre
Verdaderamente es como si á las peras ó man cuentes en la historia, el origen de los granade
zanas se les cambiase el nombre según su tama ros fué ménos que humilde. En Francia los
ño. Para afirmar que las granadas estaban muy constituyeron primitivamente pelotones d'en-
en uso á fines del siglo XVI nos autorizan dos fants perdía y, según el testimonio de Guignard
textos respetables: uno que puede verse en el citado por Bardin: «Le poste de commandant des
art. Granadero y el siguiente:«El conde de Solm, grenadiers repugna d' abord auxofficiersde dis-
con cerca de tres mil infantes con que se hallaba, tinction ¡il veut diré entichés de leur noblesse)
hacia perpétuamente tirar á las trincheras y ar parceque les enfants perdus, devenus grenadiers,
rojar granadas de fuego: algunas con tal artificio araient jusque-lá élé menés par des soldáis de
que reventaban tres y cuatro veces con daño de fortune». Esta preocupación se disipó al fin del
los circunstantes para cuyo remedio tenia Don reinado de Luis XIV. En 1667, según dicen los
Luis (de Velasco) soldados escogidos, que en franceses, en los sitios formales de plaza, para des
viéndolas caer, con notable peligro y no menor alojar al sitiado del camino cubierto, se eligie
provecho, las cubrían de tierra con palas que ron cuatro hombres robustos y valientes, arma
para aquel efecto tenían en las manos». (Coloma dos con hacha , sable y llevando un saco para
G. de Flánd. lib. 8. sitio de Hulst. 1596). doce granadas llamado granadera. En 1670 se
Así se describía hace pocos años la granada: formó compañía independíenle; en 1672 ya se
proyectil hueco semejante á la bomba, pero sin agregó una compañía á cada batallón, armada
asas ni collarín: esfera de hierro fundido, con de fusil con bayoneta, pero con mango de made
orificio en forma de trompetilla, por el cual se ra enchufado en el cañón. Sin embargo los mis
introduce la carga. Los calibres de las granadas mos franceses confiesan que ya en 1690, en la
son de á 9, 7, 6 l|2, 5 y de mano. Hay grana batalla de Sleinkerque, habiendo tomado favor
das que se llaman de foso ó de muralla de va el fuego por descargas, los granaderos empeza
rias dimensiones y cuyo peso puede subir de 8 ron á «declinar». España, atribulada á la sazón,
á 42 libras, y se usan en la defensa de plazas ro aquella España del Garellano, Pavía, San Quin
dándolas por la brecha. La granada de á 9 pul tín y Gravelinas, se apresuró á traducir las com
gadas para obús d« bronce tendrá el espesor de pañías de granaderos «como se estilan en los de
metales marcado en el reglamento siempre que otros príncipes...» Mas, para completar la fiso
este se cargue con 8 libras de pólvora, que es lo nomía copiaremos la real órden que el buen
regular; pero si es para obús de bronce ó de hier Cárlos II expidió en 26 de abril de 1685 y dice
ro, también de 9 pulgadas, que se haya de dis asi: «Teniéndose no sólo por útil, sino necesa
parar con la carga máxima de 19 libras de pól ria, la introducción de compañías de granade
vora, deberá tener de espesor una pulgada y 6 ros en mis ejércitos como se estilan en los de otros
lineas y se llamará de grandes alcances. Este principes, á que da justo motivo la forma con
proyectil sirve para disparar contra los buques que se sirven de ellas los enemigos, para poder
y taladrarlos á cuyo efecto lleva espoletas de les hacer oposición y ofensa con igualdad de ar
bronce adaptadas a rosca.—La granada de mano mas en las operaciones; he resuelto que en ca
suele ser de cristal ó de hierro, de figura casi oval, da uno de los ejércitos de Cataluña, Flándes y
con dos asitas; se arroja con la mano, pues la Milán se formen cuatro compañías, de á cin"
espoleta encendida que se le aplica da tiempo cuenta hombres cada una soldados y reforma
para dirigirla y tirarla: pesa unas dos libras. Es dos con sus oficiales, escogiéndose los que fue
ta figura oval ya la tuvieron en el célebre sitio ren más á propósito para este manejo y armán
de Ostende (1602). Por lo demás se comprende dolas con fusiles (escopetas largas) y bayonetas
que puede haber granadas, no sólo de vidrio, que se puedan fijar en ellos, de manera que des
sino de cartón, de cuero, de barro y que se ti pués de haber disparado les sirvan como chu
ran X brazo, y con honda, y con cuchara. (V. Al zos ó medias picas; y cuando se ofrezca empleen
cancía).—En 1867 los cañones lisos tiran aún estas compañías en partidas, interpresas y en
balas sólidas y esféricas, los rayados granadas ocupar pasos y desfiladeros, como lo pidiese la
OJIVALES. ocasión ó la necesidad, y que en los puestos,
guardias y puertas de las plazas haya siempre
GRANADERA. Nombre del saco en que el granadas i para lo que ocurriere, entregándolas
granadero llevaba las granadas.—Nombre de la como i las demás armas al capitán y sargento que
marcha especial y preferente del tambor. —Nom mudaren á los que salen».
bre de la segunda abrazadera del fusil. «Y para alentarlos á este servicio, en lugar
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de ventaja se les podria doblar la ración del pan, que durará siempre aquello que se quiera «re
por remuneración y alivio de la fatiga que tu sucitar» fuera de tiempo y sazón. Sin embargo
vieren en las correrías y otras facciones que so en 1867 los cazadores parece como si quisieran
les recrescen, como en salir mezclados en man heredar algo de la priferencia de los granaderos.
cas ó con caballería ó con tropillas pequeñas Y ¿.porqué no?
cuando sea menester; para lo cual son más á Se advierte que lo dicho se refiere á los gra
propósito los fusileros escopeteros de chispa,), naderos como instituto, á los granaderos de
sea con el saquillo de las granadas ó sin ellas, frontispicio con sardinetas y gorra; pues en
que los que llevan armas más pesadas y de cuer cuanto á soldado* que en su debida ocasión ti
da: de manera que en e-tes operaciones se logre ran granadas, los hubo desde que se inventó el
la convéniencia de observarse lo mismo que usa proyectil, como demuestra el texto siguiente:
ren los enemigos y hallen siempre con iguales «Como es tan gran maestra la necesidad, comen
prevenciones ola oposición ó la ofensa». zando algunos soldados españoles á hacerse in
«Y respecto de que no sólo conviene que los ventores de artificios de fuego, hicieron bonísi
granaderos estén armados de fusiles (V. e. v,), mos efectos. Labraron una cierta forma de gra
sino que, como se ha estilado en otros tiempos, nadas de fuego para descubrir la campaña y ver
los usen también los cabos de escuadra y algu los que trabajaban; las cuales arrojaban ponién
nos soldados reformados con llaves de chispa y dolas en un traruco ó morterete, y templando la
cuerda respecto de que en ataques, en partidas pólvora conforme á la distancia adonde desea
y otras faenas con dias de mucha agua suelen ban encaminarlas cosa que la tenían tanteada
ser inútiles las mechas, será bien se vtielraá in y reconocido de día) daban con ellas por muy
troducir esta disposición en la forma que pare largo espacio mayor luz que dieran doce hachas
ciere más propia y conveniente al servicio». encendidas. Tiraban de cuando en cuando otras
El siglo XVIII fué la edad de oro de los gra con tal artificio, que por media hora tenían den
naderos, por la sencilla razón deque ya no tira tro de si materia que expeler, con daño de los
ban granadas. Pero en aquellos tiempos de pre circunstantes; y á dos ó tres veces que lo hi
ferencias, [V. e. V.) DISTINCIONES, FUEROS, PRE cieron escarmentaron á los enemigos; lo que
EMINENCIAS, una más era un verdadero hallazgo. bastó para dejar arder á las unas y á las otras
I'rusia no se contentó con compañías, formó bata creyendo que eran todas de aquella manera».
llones de «gigantes» hacia 1741, que luego ex (Coloma. G. de Fland. lib. 10 describ. el sitio de
plotó sagazmente el taimado Federico II; Francia Amíens.— 1597).
en 1749, Rusia más tarde se apresuran á copiar GRANADO. Adjetivo para indicar lo prefe
esta «mejora». España, donde tanto escasea la rente, selecto y mejor de una tropa. «Con esto
talla, tuvo la humorada de echarse también y daño que su artillería hacia en nuestros es
granaderos, que ni para tambores servirían de cuadrones que estaban en batalla, fueron heri
los «gigantes» de Postdam. El capitán de grana dos y muertos poco ménos de doscientos solda
deros llegó á ser a personaje». No hay más que dos, la gente más particular y granada que ar
abrir la Ordenanza por el íi'í. 2. trat. I. y se verá remetió, y entre ellos el maestre de campo Don
que tenia, entre otros, el privilegio y acción de Rodrigo de Toledo, etc.»(B. de Mendoza. Coment.
saca, es decir, de completar ó alimentar su com tib. 9. fol. 184 vio.) «Quedaron aqui hechos pe
pañía con los soldados de más talla y mejores de dazos cosa de doscientos españoles, gente gra
las restantes del batallón. ¡Qué hubieran dicho, nada toda y muchos de ellos oficiales reforma
al principiar el siglo XVI, Pedro de Paz, Pedro dos». 'Coloma. G. de Flánd. lib. 5.) El viejo poe
Navarro y casi lodos los «enanos» que acompa ma del conde Fernán González le llama «el de
ñaron en su Diada al Gran Capitán, no muy los fechos granados». Y el general Ros de Olano
«buen mozo» tampoco, si los hubieran «medido» en 1868 dice: «La tropa, militarmente hablando,
con un aparato de madera para calibrarlos co era hermosa, ágil, robusta, granada, retinta por
mo soldados! Aberraciones veniales y pasaderas el sol y bigotuda». (Rev. de. ~Esp. T. ). pág. 206 .
en el siglo XVIII; pero intolerables en el XIX y
GRANEADO. Se dice del fuego por hileras:
en su año de 1848, en el cual, para suplir sin du
del individual ó Á discreción, por oposición al de
da la falta de Guardia Real (V. casa reali, con
los gastadores de los regimientos se formó un re filas, á la descarga simultánea.
gimiento provisional declarado permanente en GUANEAR . Convertir en granos la pasta de
18 junio. La «creación» duró lo que podía du la pólvora por medio de cribas de diferentes ta
rar un granadero sin borra de pelo (V. e. v.): lo maños.
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GRANEL (á). Se dice de la pólvora sin cartu la antigua armadura que cubria la pierna. Pero
cho: de cualquier cosa en montón, sin envase. Martínez del Romero (Glos. del Cat. de la R.
GRANETE. Útil de armero y cerrajero, em Arm.) entra en más distinción, y llama greba á
pleado en los talleres de artillería, para hacer la que cubre toda la pierna, excepto un cierto
los rebajos donde embuten las cabezas de los espacio por la parte interior; espinillera, cani
tornillos. También se llama granate, punzón, llera, caxii.leta y esquinela, cuando sólo cubre
tallador. la espinilla, y grebon cuando encierra comple
tamente la pierna. La greba no pasaba á veces
GRANIZADA ó Granizo de balas. Que tam del tobillo; pero otras, continuaba hasta cubrir
bién se dice lluvia. La multitud de proyectiles el talón y en ella se fijaba el espolín. (V. y
disparados á un tiempo sobre un objeto dado. comp. ocreas).
(V. Acribillar) «...sentidos al fin por el enemi
go y vistas las cuerdas encendidas (de los arca GRECISCO. Adjetivo que algunos usan apli
buceros) que iban pasando, comenzó a llover cado al fuego criego (V. Artillería). Aunque
sobre ellos un granizo de arcabuzazos y á salir Dice. Acad. 5. da grecismo por idiotismo ó cons
gente en defensa del puesto...» (Coloma. G. de trucción propia do la lengua griega, es más
Flánd. lib. 8). usual helenismo: como helenista, el que la en
tiende y cultiva.
GRANO. Del latín granum. En las piezas de
artillería la pieza de cobre embutida á rosca GREGARIO. Del latin grex, gregis grey.
en el espesor de metales, donde está abierto el En algunos autores eruditos ó pedantes suele
fogón. En la metralla se llaman granos las balas encontrarse esta voz en sentido de soldado raso,
cuando son muy pequeñas. de clase de tropa, de gente menuda ó baladi. El
P. Famiano Strada. (Guerr de Flánd. dcc. 1 .
GRANUJA. «La uva desgranada y separada lib. 7) describiendo el terrible castigo con que
del racimo». Esto da Dice. Acad. I ; por donde se el duque do Alba contuvo en Frisia los desa
ve que el nombre no puede ser más propio y fueros del tercio de Cerdeña (22 de julio de 1568)
pintoresco. dice: «Esta pena poca mella hizo en los soldados
GRAPONES. Sólo como muestra del criterio pasando después á otros tercios casi en los mis
de algún diccionario militar, daremos textual la mos puestos. Pero en los ánimos de los Cabos y
peregrina definición de esta voz: «Maquinitas especialmente en el del Maestre de Campo, Gon
¡sicj de hierro ó madera á manera de garfios, zalo de Bracamonte, entraba más á lo interior la
que se distribuían á los soldados destinados á medida del descrédito, porqBe degradados una
una escalada. Estos las aseguraban á sus zapatos vez, habian de bajará plazas de gregarios». Está
(sic) por medio de una fuerte correa, para hacer en Dice. Acad. 5.
se firmes cuando se encaramaban por las mu GREGORIANA. «Pieza que se pone en la
rallas». Al lector se le ocurrirá el refrán «gato pierna derecha, á modo de espinillera, entre el
con guantes ». Pues, asi lo dice Moretti, y borceguí y la media: hácese de hoja de hierro
asi lo copia literalmente Hevia en 1857. J. D' \V. templado que sea fuerte y delgada, porque no
M. más pudoroso, suprime la «maquinita» y haga bulto. Inventóla Don Gregorio Gallo, caba
los «zapatos»; y añade para mayor colorido his llero del órden de Santiago, muy diestro en los
tórico «hasta llegar álas almenas». Alli, eviden ejercicios de la plaza, de donde tiene nombre
temente, habia que descalzarse los grapones, si esta pieza». (Tapia y Salcedo. Ejerc. de lagineta)
era cosa de seguir el viaje. Esto es simplemente lo que hoy llaman mona
GRATIFICACION. Voz, puramente latina, los picadores de toros.
cuya acepción más genérica es bonificación, au GRIETA. «La abertura larga y angosta que
mento de sueldo. Sin embargo es usual hacerla hace la tierra por la gran sequedad y la que se
sinónima de fondo (V. e. v.¡ como de primera abre en los peñascos». (Dice. Acad. 5). El Dice.
puesta, de remonta, de MÚSICA. Acad. IIist. añade: «Se diferencia de la sima ó
GRAVA. Dice. Terreros trac esta voz en sen cárcaba en que esta es profunda y antigua, y la
tido de arena gruesa, de casquijo. Hoy es la grieta por lo común es temporal ó momentánea,
piedra machacada con que se hace el firme de y causada por la larga sequedad y calor de la
carreteras y calles. No está en Dice. Acad. 5 sin estación». Los adjetivos son grietado y grietoso.
duda por lo moderna. También tienen grietas los caballos y los cañones.
GREBA ó GREVA. En general la pieza de GRINALDE. «Máquina de fuego artificial
GRIT - 066 - GUAJS
que se usó antiguamente al modo do las grana vo, es la parte principal, mayor, más fuerte de
das». ("Dice. Acad. 5). No sabemos más. un todo. Grueso del ejército, por oposición á su
GÜITO de guerra. La palabra ó frase breve VANGUARDIA y RETAGUARDIA, á SUS DESTACAMENTOS á
y enérgica con que el soldado se anima en el sus tropas segregadas. Grueso de una fuerza, en
combate, por ejemplo: Santiago! Cierra España! general, la parte unida y compacta. El grueso de
A ellos! Adelante! —Grito sedicioso ó tumultua una patrulla de treinta hombres lo constituyen
rio, es más bien que voz, el motín mismo. «Los los que van unidos con el oficial, para distin
que levantaren la voz en grito tulmuluario so guir de los descubridores y flanqueadores. La
bre cualquier asunto, sea pedir el prest, pan ú voz es latina, grossus.
otra asistencia serán diezmados para ser pasa
dos por las armas »(Art. 29. tit. 10. trat. 8 GRUPA. La parte superior del cuarto trase
ro del caballo. La almohadilla de grupa es pieza
de la ord. 1768).
integrante de la silla de montar, y sobre ella se
GROMÁTICO. La voz groma ógruma expre pone la maleta. Por extensión, esta y lo que el
saba en latin un instrumento de topografía, ó soldado pone sobre la grupa del caballo.—Toque.
mejor de agrimensura, sobre cuya forma y uso no —La infantería en marcha forzada suele alguna
están conformes los eruditos. Mientras Maizeroy vez montar Á la grupa.
dice que era cartabón ó escuadra, Noel afirma
que era un simple jalón. Militarmente ha sido GRUPADA. Movimiento del caballo cuando,
sin llegar á cocear, levanta la grupa con repe
técnica esta voz, y tanto que hasta hoy le ha
quedado este sobrenombro á Higinio, antiguo tición.
tratadista. Resueltamente los gramáticos eran GRUPERA. Pieza do la antigua barda que
meíalores, (V. e. v.) castrametatores, topógrafos cubría la grupa y ancas del caballo.—Actual
militares, encargados de preparar y asentar el mente la correa que, asegurada en la grapa pos
campamento que, como es sabido, tenia grande terior de la silla, pasa por la almohadilla y por
importancia en la milicia romana. debajo del maslo de la cola. Se compone de mor
cilla, tijera y latiguera.
GRÚA. Cáscales [Hist. de Murcia) hablando
del sitio de Antequera (1410) dice: «mandó po GRUPO. Unidad compuesta de cuatro hom
ner en las escalas ciertos ballesteros con bailes bres, que en la moderna táctica de guerrilla.
tas de torno y garrucha... Allegáronse las grullas llamada de Concha, sustituyó á la antigua pare
(grúas) con los mástiles y arcas y la escala ja. Por extensión, toda formación apelotonada
real». El Cura de L9S Palacios, describiendo el si de una tropa de infantería que resiste á otra de
tio de Málaga por los K?yes Católicos, dice «hicie CABALLERÍA.
ron una escala real, que llamaron grúa, que era GRUTA. Caverna ó concavidad, oquedad de
tan alta como una torre». I'ero como siempre la tierra que comunmente se halla entre mon
ha de suceder en esto de máquinas, las dos grúas tes y riscos. ¡Dice. Acad Esp. y Acad. Hist.)
que pinta Ci.onard en las figuras 7 y 8 lám. 2
de su Hist. org. son buenamente dos rústicos GUADAFIONES. «Las maneotas ó trabas
tolenos (V. e. v.¡. Dice. Acad. 5. con recomen con que se ligan y aseguran las caballerías».
dable circunspección «no se mete en dibujos» (Dice. Acad. 5).
dando lacónicamente por grulla: máquina de guer GUADARNÉS. Antiguamente el paraje des
ra usada en la milicia antigua. Eslo no dice na tinado á guardar el arnés, las armas defensivas
da, pero por eso mismo no dice falsedades. ó armaduras. Hoy se llama esto armería, que
GRUESO. Como adjetivo, es técnico por dando guadarnés para almacén ó depósito de
grande, fuerte ó numeroso. «Envió todos los ba sillas, guarniciones, atalajes y todo lo pertene
gajes del campo á la ciudad de Almería con una ciente á caballeriza.
gruesa escolta». (Mendoza. G. de Gran.) Se trabó •GUALDERAS. Las dos piezas apareadas ó im
gruesa escaramuza. También se aplica á la ar portantes de todos los montajes de las piezas de
tillería de batir, por oposición á la dk ratalla ó artillería destinadas á sostener los muñones. Tie
más ligera; y sobre todo á la caballería, á la nen diferentes formas según la especie y calibre
cual sienta mejor este epíteto de gruesa, es de de las piezas. En los afustes de mortero eran de
cir, corpulenta, fuerte, que el usual de pesada. bronce ó hierro colado.
caballería pesada es incongruente. Si no fuera GUANTE. Del alemán ó flamenco want pro.
desusado, más valdría caballería grave como la nunciado guant. Como restos de costumbres ca
lama el celebre Johje Basta.—Grueso, sustanti ballerescas nos queda el «tirar y recoger el
GUAN - s«7 - GUAR
guante», locución usada también metafórica crear un cuerpo que, con el título de Guardas
mente en la táctica por ofrecer y aceptar el viejas de Castilla, debía realizar tan altos fines
combate. .V. Gaje). y en 2 de mayo de 1 193 decretaron el que des
GUANTELETE. En la antigua armadura lo de luego se llevara á cabo este pensamiento. Se
mismo que manopla: pieza de mallas ó escamas gún este decreto, el cuerpo de Guardas viejas de
destinada á resguardar la mano. bia constar de dos mil quinientos caballos, di
vididos en veinte y cinco compañías de á cíen
GUAPEAR. «Ostentar ánimo y bizarría en
plazas. Cada compañía tenia un capitán, tenien
los peligros». (Dice. Acad. 8.) .Guapeza, también
familiarmente, bizarría. Pero el uso ha modifi te, alférez, un estandarte y un trompeta. Cons
cado algo el sentido de la voz hacia desafuero, tituían la plana mayor un capitán general, un
calaverada, insolencia. alcalde, un contador general, un alguacil y es
cribano. Cada hombre de armas tenia dos caba
GUARDA. Evidentemente la raiz es gótica ó llos: el uno encubertado á Irf divisa de las armas
teutónica ward, pronunciada guaní, y que en e| reales de Castilla y León, y el otro llamado do
latin bárbaro se convirtió en wardea, irardia bladura que montaba el paje de lanza. Estaban
guardia; pero no todos los climologistas están de estos guardas armados do punta en blanco, con
acuerdo. Momlau, por ejemplo, citando á Rosal, lanzon de armas de arandela y ristre, maza de
opina por la raiz árabe huad, mano, de donde armas, estoque y escudo ó pavés. La quinta
se hizo huarid, amparo, defensa; de aquí guari parte de cada compañía era de ginetes ataviados
da y de este, guardar, guarecer, guarnecer. En de coraza, faldón, medios quijotes, grevas, mor
las Siete Partidas las voces guarda y guardar no rión sin celada, espada, puñal y ballestas. Ex
tienen todavía el sentido militar de guardia; plicando una lám. del tomo II, dice el mismo
pues en este usan amesnar y amesnador. La ley autor: «El número 2 es un guarda viejo de Cas
25. tit. 13. part. 2. dice: «Guardar debo el pue tilla armado de punta en blanco, con coselete
blo á su Rey sobre todas las cosas del mundo, completo de pelo, espaldar, gola; faldón, braza
ca la guarda escomo la llave que encierra e tie les, cañones, guardas y manoplas; llevo muse-
ne guardadas todas estas cosas que habernos di quiesde malla en lugar de quijotes; carrilleras y
chas, también las conoscencias como el amor, e rodilleras con zapatos herrados; celada con vise,
el temor, e la honrra. Ca pues el orne conosce la ra y babera y airón de pluma; pavés con las ar
cosa, e entiende que es buena en si, e yace en mas de Castilla y León en la brisadura, lanzon
ella en pro, derecho es que la guarde, ca si la de armas y espada de armar. El caballo lleva
non guarda en su memoria.... E por ende pues silla de barda con rienda herrada y ricos para
que la guarda es como llave e cerramiento de mentos divisados á las armas de Castilla y León».
todas estas cosas, etc.» El tit. M.part. 2: «Guar —Para esta tropa, con residencia fija en la Pe
dar los castillos et las fortalezas, et darlos á aque nínsula, el primer reglamento ú ordenanza for
llos cuyos son et A los que gelos dieron, es cosa mal fué expedido en 1503, modificado luego por
que deben los ornes en todas guisas facer». los de 5 abril 1525 y 13 junio 155I.—Mencio
En el siglo XVI la voz guarda significa ya naremos, por analogía, las Guardas de la Costa
guardia ó puesto en nuestro sentido actual. «Mas de Granada. Clonard. [Hist. org. T. III. pág. 148)
tornando ahora á lo de las guardas, á mi no me después de insertar un presupuesto de la gente
parece haber hallado escripto cerca de los anti de guerra de Cárlos V añade: «Por el documen
guos, que jamás de noche pusiesen por guarda to anterior se revela la existencia de un cuerpo
del campo hombres apartados de los fosos ó fue permanente, además de las guarniciones ó presi
ra de ellos, como se usa hoy enlre nosotros, po dios de que hemos hablado. Este cuerpo era el
niendo los que llamamos escuchas y centinelas, de los guardas de las costas de Granada, cuyo
y no ponían los romanos semejantes guardas» objeto era impedir las correrías que solían ha
Diego de Salazar. De Re militari. lib. 6. 1536.) cer los moros de Berbería. Para sostenerlo se re.
Como las Guardas viejas de Castilla fueron partía una contribución, llamada farda, por to
las primeras tropas regulares y permanentes de do el territorio cometido á su vigilancia, siendo
la España morfema y constituida, tomaremos es- sus haberes, en el reinado délos Reyes Católicos
tos apuntes históricos de Clonard. «Convencidos y en el reinado de Cárlos V, veinte v cinco ma
los Reyes Católicos de la utilidad de una fuerza ravedís diarios. Posteriormente ascendieron has
que independiente de los próceres y de los pue ta treinta y cuatro; pues aunque no existían en
blos, velara por la tranquilidad del Estado, man el tiempo á que pertenece el dictamen á que nos
teniendo ilesa la dignidad del trono, resolvieron ' referimos, debieron reorganizarse en el mismo
GUAR - .-¡68 - GUAR
reinado de Felipe II, segun se deduce de una v.) de las Islas Baleares, el sargento primero se
cédula expedida en 1867 á instancia del mar llama guarda fuegos, denominación que visible
qués de Mondéjar, general de la costa de Gra mente proviene de las antiguas atalayas.
nada. (Arch.ffen. de Simancas. Registro del Con GUARDALADOS. Pretil, antepecho, baran
sejo, lib. 27). Su fuerza en este tiempo era de da lateral en los puentes militares.
235 lanzas y 336 infantes; de estos últimos iban GUARDALANZ4FUEGOS. Caja ó tubo ci
dos tercios armados de ballestas y los demás de lindrico de baqueta que en las baterías de bata
arcabuces».—Por último guarda, era en la anti lla servía para guardar y conducir los lanza-
gua armadura nombre genérico de varias piezas fuegos: el artillero sirviente la llevaba suspen
de refuerzo, que tomaban diferentes nombres dida al hombro por una correa. En el exterior
como guarda del brazal, guarda de la manopla, se acomodaba el cuchillo y el portalanzafuegos.
etc. También guarda es sinónimo ó contracción
de guardamano en la- espada ó sable. GUARDALLAVES. Antigua funda de la lla
ve del fusil. «Enséñense á tener las armas cor
GUARDABRAZO. Pieza de la armadura an rientes y lucidas. Para lo primero sirven los
tigua que cubria el hombro y parte superior del guarda! laves, que las libran de la lluvia y del
brazo. (V. y comp. Brazal). polvo, y los armeros de los cuerpos....» (Santa
GUARI)ACEBO. En las armas de fuego, y es Cruz, fíeflex. mil. lib. 3. cap. 27). Este detalle,
pecialmente en el fusil de infantería de modelo por insignificante que parezca, es característico
no muy antiguo, la pieza de la llave destinada del modo de «hacer la guerra» en el siglo XVIII.
á resguardar la cápsula y la chimenea de un GUARDAMANO. Y por contracción guarda.
golpe imprevisto del martillo ó percutor. La parle, de forma varia, que defiende la mano
GUARDACOR. Especie de armadura que ve en la empuñadura de la espada ó sable.
nios citada en la ley 1 4 del Espéculo, que trata GUARDAMASLO. Pieza especial de la grupe
de las particiones del rotin: «cómo deven seer fe ra en la barda antigua ó armadura del caballo
chas segunt que cada uno levare ornes, e armas, que cubría el maslo de la cola.
e bestias». Dice el texto: «El que levare guarda- GUARDAMECHAS. En las baterías de plaza
cores con perpunte e capiello de fierro, una ca- y costa, la cubeta que se coloca invertida en el
vallería (es decir una parte alícuota llamada en suelo, con varios agujeros en el fondo, que re
tonces así;. E dezímos que el lorigon es el que ciben varios trozos de cuerda-mecha encendida,
lega la manga fasta el cobdo e non passa más para que siempre la haya con buen clavo para
adelante faza la mano. El camisote es el que le dar fuego á las piezas.
ga la manga fasta la mano. El guardacor el que GUARDAMONTE. Pieza de latón ó hierro
es sin mangas». correspondiente al aparejo de las armas de fue
GUARDACORAZON. Nombre que da Martí go manuales ó portátiles, que resguardad dispa
nez, del Romero (Glos. del Cal. de la li. Armería) rador ó gatillo de un golpe casual, evitando el
á la pieza de refuerzo queso colocaba en la par disparo involuntario.
te izquierda del peto de la coraza, por su seme GUARDANUCA. Lo mismo que cubrenuca
janza con el guardacorazon del legionario ro en la armadura antigua.
mano que consistía, segun Moretti, en una pie
za de alambre enrejado de un palmo en cuadro. GUARDAPAPO. Lo mismo que babera, base
bol, barbote: pieza de la antigua armadura que
GUARDACUELLO. Lo mismo que gola ó defendía el cuello y la barba.
gorjal en la antigua armadura. GUARDAPIERNA. Pedazo de baqueta que
GUARDAFOSOS. Lo mismo que barrefosos. se sujeta á la pierna el artillero que va monta
«Son difíciles y caras las sorpresas de plazas de do en la caballería de lanza, para defender el
dobles ó largos flancos bien guarnecidos de ca pantalón del roce y golpe de esta.
llones ó guardafosos, que en lugar de bala rasa GUARDAPOLVOS. En el antiguo sable de
estén cargados con palanquetas, cadenas....» tropa do infantería, la gran borla ó pedazo de fel
(Santa Cruz. Reflex. mil. lib. 15. cap. 1.) pa <le color vario y vistoso que tapaba la unión
GUARDAFUEGO. Bote cilindrico de hoja de del puño con la vaina.
lata, madera ó cuero para trasportar los cartu GUARDAR la capituiacion, —la consigna,—la
chos desde el repuesto a las piezas en las bate FORMACION,—un PUERTO,—Un RIO, CtC.
rías dk plaza.—En el cuerpo de torreros (V. e. GUARDARRENES. Gran pieza de la anti
GUAR — 569 — GUAR
gua armadura, compuesta de varias láminas, que te casaca, guarnecida por sus costuras con fran
se fijaba en el volante del espaldar y servía para ja déla casa real, escaqueada de blanco y rojo,
defender los ríñones y toda la región lumbar. un calzón gregüesco, media encarnada, zapato
(Martínez del Roiiero. Gtos. del Cat. de la R- de becerro blanco con lazos rojos, corbata y
Armería,). sombrero denominadochambergo (llamábase asi
GUARDARUEDAS. Pieza de hierro que en por haberlo introducido el mariscal Schomberg
algunos carruajes de artillería se engancha en cuan jo vino á auxiliar á los portugueses); con
el extremo de la vara de guardia y en el pezón un tahalí, sarta de cargas, frasco y el armamen
del eje delantero. to correspondiente». (Clonard. Hist.org. T. V.
pág. 8. Habrá visto el lector que para el mar
GUARDIA. El conjunto de soldados ó gente qués de Buscayolo y para el conde de Clonard,
armada que asegura ó defiende alguna persona la creación de un cuerpo de preferencia es «una
ó puesto.—Es innecesaria la explicación de las base fija y bien entendida para la reforma de
varias especies de guardias, como: avanzada, de nuestra infantería». En nuestra humilde opi
HONOR, DE PREVENCION, DE PLAZA, DETR1NCHERA, DEL nión es exactamente lo contrario. — Sigamos
principal, etc. Como institución, instituto ó cuer otro poco.
po: cívica, civil, rural, nacional, no entra en el «El rey FelípeVcomprendió su posición des
cuadro de esta obra. Aunque en el extenso ar de el momento que llegó á sentarse en el trono
ticulo Casa Real se indica lo concerniente á de España. Para hacer frente á los sucesos que
Guardia Real, en la parte que á nuestro juicio provocaban la honda división del país y la con
importa saber en 1868, añadiremos unos párra ducta poco política y prudente del gran núme
fos tomados de la Historia orgánica del conde ro de proyectistas (sic) que vinieron tras de él,
de Clonard, gran apasionado de estos cuerpos, debia rodearse de una fuerza leal y bastante ¿
como que en ellos hizo su noble carrera y á cu hacer respetar su voluntad. Dió por base á esta
ya historia dedicó un opúsculo especial. «En fuerza ¡4704) el tercio viejo de los Morados que
1669 se formó otro regimiento de guardias. Mo hizo venir de Barcelona donde se hallaba en tón-
tivóse la organización de este cuerpo con la ne ccs. Procedía este cuerpo de la antigua guardia
cesidad de dar colocación á tantos jefes y oficia de Felipe IV y se habían distinguido siempre
les de mérito como había dejado sin destino la por su lealtad é hidalguía tanto los soldados co
última reforma; pero el verdadero móvil de es mo los oficiales que le constituían; razón por la
te pensamiento fué la necesidad de reunir en un cual se fijó en él desde luego la atención del mo
cuerpo preferente los mejores elementos de narca. Propuso el marqués de Louville que
fuerza que reunía el ejército, á fin de oponer a constase esta división de seis mil hombres dis
las miras de Don Juan de Austria una barrera tribuidos en dos regimientos de la guardia, el
en que se estrellaran sus esfuerzos por dominar uno nacional y el otro walon; y que de estos se
á la reina gobernadora y hacerse dueño de la destinasen mil doscientos á reemplazar en la
situación durante la menor edad de Cárlos II. guardia del régio alcázar á las compañías de ar-
El padre Nitbart, el secretario del consejo de cheros y alemanes introducidas por Felipe I y
Aragón, Don Diego de Sada y el marqués de
Cárlos V. (Id. ibid. T. V. pág. 415). En 4702(oc-
Aitona, fueron los autores de este proyecto
tubre) por decreto fecha en Milán se mandó la
[Biblioteca real. Esl. II. Cód. 12) que fué apro formación de dos regimientos de Guardias de in
bado por el consejo de la guerra (Archivo de Si
fantería española y valona.» ¡Id. ¿fiirf.T. V, pág.
mancas.—Guerra. Parte de tierra. Legajos 2165
121).—Pero si Felipe V era tan Animoso, y tan
y 2193), siendo objeto de un maduro exámen de
español, y tan querido de sus leales vasallos ¿á
parte del distinguido marqués de Buscayolo.
qué «rodearse de una fuerza leal» remedando
[Opúsculos militares). Admitíale este ilustrado
en caricatura á su abuelo el fíoi-Soleif! Rubor
militar como una base fija y bien entendida pa
y amargura es lo que causa el recuerdo de aque
ra la reforma de nuestra infantería. Tomó este líos tiempos —Con el sustantivo guardia (como
cuerpo el nombre de regimienlo al mando de
puesto) se usan los verbos apostar, colocar, dis
un coronel, teniente coronel y sargento mayor:
tribuir, doblar, entrar, establecer, hacer, mon
constaba de catorce compañías, compuesta cada tar, mudar, nombrar, reforzar, relevar, salir,
una de ciento cincuenta mosqueteros con igual situar.
número de coseletes armados de picas. El ves
tuario que se le díó consistía en el justacor GUARIR. Antiguamente curar, sanar. Sub
ÍV. e. v.) de paño amarillo llamado comunmen sistir ó mantenerse. Guarirse, guarecerse.
72
GUAR _ S70 - GTJER
«Serás á dos (lias del (rol pe byen guardo. . . . I mo algunos quieren, del celta gerra, que, intro
«Ouando esto oyó el Conde trovÓBe por guando. ducido luego en el latin bárbaro toara, guerra,
(Poema del Conde Fernán González i. quedó en guerrear, guerreggiare , guerroyer,
! para españoles, italianos y franceses. Hace ad
GUARNECER. (V. Guarnición).
misible esta etimología teutónica la compara
GUARNICION. Del bajo latín garnizio. gar- ción con gerra-man, gemían, germano, hombre
nhionis, seg. Ducange; pero seg. Vossio y Gébe- de guerra; nord-man, normando, hombre del
lin del verbo teutónico tramen, pronunciado norte; y march-man, mareomano, hombre de
guarnen. En el principio la palabra distaba de frontera. De todos modos, la palabra guerra en
su acepción actual; pues comprendía el conjun los pueblos latinos, es relativamente moderna.
to de VITUALLAS, MÁQUINAS, PERTRECHOS, Ó COI110 \ En la edad media, que en España comprende el
diríamos hoy, parques, trenes, material. Asi se j largo é interesante periodo de la Reconquista so
lee en Guillermo de Nangis: tFugati de pra'lio, bre los árabes, mezclado con la emancipación
omnen garsizionem quam ducebant cuín bellico ! del feudalismo, nunca suena, al formarse el ha
apparatu lolaliter amiseruntn . Froissart, en el bla ó romance castellano, sino fonsado, foxsadf.-
siglo XIV, conserva todavía este significado Las ra, hueste, batalla (V. e. v.). En Francia, por la
Siete Partidas ya se sabe que dicen "guarda de misma época, host, ost, tence, tessere. En el an
castillos y fortalezas». En los siglos XVI y XVII tiguo Poema del conde Fernin González, que
casi siempre se usa la voz presidio (V. c. v.j pa usa constantemente las voces lid y faciekda, só
ra significar la tropa de servicio permanente en lo una vez se encuentra guerra, en la siguiente
una fortaleza. La voz guarnición, exclusiva de estrofa:
táctica, expresaba las hileras de arcabuceros y «El por Termal a Caslylla et destruir castellanos
mosqueteros que efectivamente «guarnecían» pol «Feziste te amigo de los pueblos paganos,
los costados el escuadrón (V. e. v.) de piqueros. «Feziste truena mala a los pueblos xpianos,
(V. Táctica;. También en la edad media se dijo «Porque no quieren meterse en las lúa manos.
guarniciones por armadura ó armas defensivas. A principios del siglo XIII empiezan á pro
Por ejemplo, en el Poema del conde Fernán Gon pagarse en Castilla las voces guerra, guerrear.
zález se lee: En la carta que San Fernando escribía en 1217
Entramos vno á otro tales golpes se dieron á su padre Alfonso IX de León, que le disputa
Oue los fierros de las lanras á vna porte salieron ba el cetro castellano, cedido por su madre Do
Xunra dedos ravalleros tales golpes se vieron ña Berenguela, se lee: «Sennor padre, rey de
Toilas sus guarniciones nada non les valieron. León, Don Alonso, mió sennor ¿qué sanna es es
El conde don Fernando de sabydoiya acabada
Ferie en pylavinos et fazyales trran daño, ta? ¿Porqué me facedes mal c guerra, yo non vos
Bonpyales las guarniciones romo sy fuesen vn paño: lo mereciendo"? Ca de Castilla non vos ver-
Non les valia esfuerzo ni les valia entraño. ná danno, nin guerra en los míos dias. A mien
guarnición se llama también la empuñadura de tes vos devie venir que donde erades guerreado
la espada.—El conjunto de piezas pequeñas, or sodes ahora guardado e recelado etc.»
dinariamente de latón, en el rrjSlL.—El atalaje, En las Siete Partidas de Don Alonso el Sabio,
que es su nombre técnico aunque francos, del todo el tít. 23 de la 2." está ya consagrado á la
ganado de artillería. guerra y á sus diferentes especies. En el Espe
GUARNIR. Antiguamente guarnecer. culo, los títulos 5, 6 y 7 también tratan de las
huestes y de las guerras.
GUBERNATIVO. En general lo que perte Determinado el origen, procede, según cos
nece á gobierno (V. c. v.). Más particular, en el tumbre, la definición, Por nuestra parte la con
dia, lo que salva ciertas consultas y trámites or sideramos de todo punto supérflua; pero cita
dinarios, administrativos ó judiciales: como me remos las que otros se han tomado el trabajo de
dida gubernativa, expediente gubernativo, via dar. Grocio, por ejemplo, dice: «La guerra es la
gubernativa. situación de aquellos que procuran ventilar sus
GUERRA. La etimología de esta voz es evi diferencias por la via de la fuerza». Montecucco-
dentemente germánica. No proviniendo del latin li: «Posición de un ejercito que toma la ofensi
bellum ó duellum, ni mucho menos de gerra, va por todos los medios, con objeto de vencer».
que entre los romanos designaba escudo grande, Clausewitz: «La guerra es un acto violento des
aves, y mejor zarzo de mimbres (erales ' ; lo más tinado á forzar á nuestro adversario á someterse
aceptable es derivarla del sajón ger ó wer, que á nuestra voluntad.» La Barre Dupabcq: «Esta
produjo en alemán .cehr, en inglés war, ó, co- do de luchaarmada entre dos naciones». Guizot,
GUER - 57i - GUER
que entre los hombres civiles personifica el las mecánicas: en ciencias, las exactas, las físi
tipo de lo doctrinario, de lo empedernido, de cas, las naturales, las morales, las filosóficas,
lo pedagógico, también lanzó un dia su defini las políticas. El francés Aun uk en su Essai sur
ción de la guerra, llamándola: Le jeu sanglant la philosophie des sciences, pág. 5, pretende es
de la forcé et du hasard. Y efectivamente para tablecer distinción entre arte y ciencia, afirman
un dómine ¿qué otra cosa puede ser la guerra? do que «en las ciencias el hombre conoce sola
Bardin, en su Dictionnaire de l' armée de terre, mente, y en las artes conooe y ejecuta». Pero
no acepta estas y otras varias definiciones; pero bien se ve que si el físico, por ejemplo, cohoce
el lector verá que la suya tampoco es muy afor ó sabe las propiedades del oro, su flexibilidad,
tunada. Así dice: su maleabilidad: forzoso es que el joyero ó pla
«Politicamente la guerra es un armamento tero, por su parte, conozca y sepa también los
;sic, armement) de nación á nación ó un empe medios que ha de emplear para fundirlo, batir
ño [engagement) de facción á facción; es una sé- lo en hojas, estirarlo en hilos, trabajarlo en fin.
rie más ó menos prolongada de hostilidades en Y en ambos casos hay igualmente «conocimien
tre dos ó más pueblos, cuyos ejércitos salen á to» ó saber. Parece, pues, que cuando se trata
campaña; es un estado de cosas provocado á ve de clasificar todas las verdades accesibles al es
ces por insultos, una necesidad impuesta á ve píritu humano, no debe haber distinción alguna
ces por la fuerza; un fruto de la venganza; sed entre las artes y las ciencias.
de represalias. Los publicistas la han definido: Por otra parte el general prusiano Willisen,
«Prosecución del derecho por la fuerza». En es en su conocida obra {Teor. de la guer. traduc.
te sentido la guerra sería una demanda de jus de Garcés, pág. 36) dice textual: «Los preceptos
ticia; pero rara vez es así. Lo que el hombre reglas y leyes, que pueden darse para el ejer
llama su derecho no suele ser frecuentemente cicio de un arte, forman su ciencia; sin la cual,
más que vindicta, violencia, espíritu de domi según hemos dicho, no es posible que exista ar
nación » Citemos, por último, la definición te alguno». Aquí tenemos, por extraño modo,
impresa en el libro español más reciente y no engarzadas ya las dos palabras, y en completo
table que tenemos á la vista, Vrlamartin, No desacuerdo con el Diccionario de nuestra lengua
ciones del arte militar. Dice en la pág. 2: «El y con la autoridad también respetable, de D. J.
choque material de las fuerzas destructoras de J. de Mora, que, en sus Sinónimos, pág. 27,
que disponen dos poderes sociales, que se hallan dice asi: «Arte es el conjunto de reglas ó prác
en oposición de intereses». Y más adelante, ticas que sirven para desempeñar ciertos tra
pág. 8: «La guerra es el choque material de los bajos manuales. El oficio es la profesión ó modo
elementos de daño y defensa de que disponen de ganar la vida, del que ejerce aquellas reglas
dos poderes sociales, que se hallan en oposición ó prácticas. No todos los que tienen oficio son
de intereses». artesanos. No lo son el pastor, ni el peón de al-
Sabido lo que es guerra, entremos en una bañil. Se puede escribir, y se ha escrito, sobre
cuestión todavía no resuelta, á pesar de lo deba el arte del zapatero, en el sentido que damos
tida. La guerra ¿es arte ó ciencia^ ¿Se debe de aquí á esta palabra; pero no sobre el oficio cor
cir arte de la guerra, ciencia de la guerra, ó qui respondiente á aquel arte».
zá las dos cosas? Algo acorde con la opinión de Willisen va
La primera dificultad para entenderse es el la del comandante Villamartin que, en su men
desacuerdo que reina sobre el exacto y general cionada obra, dice así: Ciencia es el conoci
significado de las palabras arte y ciencia. Acu miento de las propiedades y funciones de toda y
damos en primer lugar al Diccionario de la Aca de cada una de las cosas que existen material ó
demia Española (5.* edición) cuya autoridad in espiritualmente.—Arte es la aplicación á un fin
vocamos en toda esta obra. En él vemos: Arte. práctico de las propiedades y funciones descu
Conjunto de preceptos y reglas para hacer bien biertas por la ciencia en todo lo que existe, ó
una cosa. Divídese en artes liberales y mecáni simplificando: arte es la aplicación práctica de
cas.—Ciencia. Sabiduría de las cosas humanas las ciencias á un fin deseado por el hombre.—
por principios ciertos como los de las matemá El arte procede directamente del hombre; por
ticas. Llámanse también ciencias algunas facul consiguiente es imperfecto, se sustenta de las
tades, aunque no tengan esta certidumbre de ciencias, no tales como ellas son, sino tales co
principios, como la filosofía, la jurisprudencia, mo el hombre las conoce, y funciona según las
la medicina etc.» De modo que en artes, ya te reglas mutables é inexactas dictadas por la ex
nemos las bellas, las liberales, las industriales, periencia de la humanidad , después de errores y
GUER — 572 — GUER
ensayos constantes. Es á la ciencia lo que el esta forma violenta. Las guerras actuales, en
hecho á la idea, lo que la palabra al pensamien general, se mantienen entre los dos extremos.
to: es la ciencia humanizada, es su materializa En ella todos los petits suceés y todos los peque
ción; por eso existe un lazo tan intimo entre ños medios tienen una importancia que nunca
ambos, que se confunden en su esencia y com tendrían en la guerra seria. El exagerado valor
binan su acción: la primera investigando, la se que se ha atribuido falsamente al terreno y á las
gunda ejecutando. — Teoría del arle, que algu combinaciones estratégicas, todo es fruto de la
nos llaman Ciencia del arle, es la colección en guerra lánguida y débil instrumento de una poli-
cuerpo de de doctrina de las reglas según la tica mezquina. --Todos esos sistemas complicados
época, los paises y los medios de ejecución.— de marchas y contramarchas sin combate han
Historia del arte es el estudio de los ensayos he pasado largo tiempo por el apogeo de la guerra,
chos por la humanidad en el transcurso de los hasta que una gran política se ha mostrado,
siglos, y la comparación de las reglas de unos viniendo á crear fuerzas propias á su objeto
tiempos con los de otro.—Nos ha parecido con y á desgarrar de un golpe esa tela de araña de
veniente dar esta definición para dirimir la puro convenio. Este falso sistema vendría abajo
contienda tantas veces suscitada sobre si es siempre ante la gran política y la guerra séria
ciencia á arle el estudio de la guerra". (Villa- Como consecuencia, y puesto que la gran guer
uartin. Noc. del arte milit. 1862. pag. I, 2j. ra reduce á nada los pequeños medios y lospe-
Pero admitido esto, es decir, que haya en la tits succés, la teoría debe tomar por estudio la
guerra simultáneamente ciencia y arte ¿puede guerra absoluta, sin olvidar ni descuidar por eso
aceptarse la opinión del general Sánchez Osorio la guerra lánguida ó floja, puesto que esta es
(V. Estrategia! y de algún otro, de que, en la posible, cuando viene á ser instrumento de una
guerra, la estrategia es ciencia y la táctica artel política débil y vacilante.—La Revolución, Na
De ningún modo. poleón han mostrado la guerra absoluta, cuya
Si quisiéramos cortar por lo sano negándolo teoría es posible etc.—Ella forma un lodo com
todo, no tendríamos más que acudir al célebre pacto, y cuanto más absoluta es, más íntima
eseritor y general prusiano Claitsewitz, que dice ligazón tienen todas sus operaciones, y más di
textualmente en un pasaje de su voluminosa fícil es también dar el primer paso, porque este
obra , Hinterlassene Werke über Krieg und es el que decide de todos los demás».
Kriegführung , Berlín, 1832: «La guerra no es, Justo es ahora, para el debido contraste, in
hablando propiamente, ni arte ni ciencia, sino sertar textos de otro autor militar, con recono
un acto de la actividad humana. Bajo este as cida autoridad y, como latino y meridional,
pecto, se aproxima al comercio, que también es mucho más inteligible y llano.
un conflicto de los intereses y de la actividad «La guerra es una ciencia, si no exacta,
humana». Este escéptico militar, envuelto siem aproximativa; presenta más bien el carácter de
pre en nebulosidad germánica, niega la utilidad, las ciencias morales, que el de las exactas y
la posibilidad del estudio y de la enseñanza teó naturales; pues estas no "son bastante á propó
rica de la guerra, expresándose asi en otro pa sito para obrar de acuerdo con las instantáneas
saje: «En la guerra, considerada en absoluto, determinaciones de aquella. Haciéndose la guer
todo concurre á un fin único. Todas las opera ra por los hombres y para los hombres, aunque
ciones individuales, una al lado de otra respecto se pretenda sujetar la voluntad artificialmente,
á los lugares, una después de otra lespecto á los se muestra esta con frecuencia muy superior y
tiempos, tienen entre sí una ligazón íntima y exigente, por lo que no puede ser la primera
una es consecuencia de otra.—Lo contrario de sometida á las reglas invariables de la ciencias
una guerra tal, es aquella en que las operacio exactas. Si en alguna ocasión puede hacerse es
nes aisladas y descosidas carecen de conjunto, to, aunque nunca enteramente en mucha par
y no están ligadas por un pensamiento único te, es «n la guerra de sitio, porque en ella los
que persigue un objeto determinado. En este elementos materiales que pueden señalarse son
caso, cada operación tiene su resultado particu de grande importancia, y si no se realizan com
lar, y la suma aritmética de estos sucesos aisla pletamente las previsiones do la ciencia, es por
dos, sueltos, es el resultado de la guerra.—La causa de las milicias, esto es, de los hombres,
guerra es un instrumento de la política y, de que impiden el resultado calculado. Este ejem
pendiendo de ella, muy rara vez se muestra ba plo demuestra la imposibilidad de sujetaré diri
jo esta forma absoluta. Una gran política, que gir la guerra de campaña á resultados exactos y
se identificase con la guerra, podría sólo darle previstos, comprobándose con esto una verdad
GUER - 373 - GUER
ó máxima de un hombre eminente en la guer A nuestros ojos, la cuestión, lejos de esclare
ra que dice «que en ella entra la parte moral cerse, se enreda y embrolla cada vez más. Esa
en los resultados por valor de tres cuartas coexistencia de ciencia y arte nos confunde. Y
partes» . lo peor es que subsiste; pues, al abrir un libro
«No vacilamos en asegurar que la guerra se notable, que aparece en el momento en que esto
concreta al espacio, al tiempo, á los medios de se escribe, leemos en la primera página lo si
subsistencia y al número de tropas; porque el guiente: «El estudio completo de la ciencia de la
genio mismo, aún en medio de sus mas brillan guerra comprende: 1.° El estudio de las cuestio
tes concepciones, no puede enteramente regu nes políticas que pueden resolverse por la guerra
larizar á su modo é imaginarse un grande y y reducirse á cuestiones militares. 2.° El estudio
complicado ejército, sin embargo que, con la de los medios de guerra, de sus calidades y de
perfección de los métodos y la clasificación ar su empleo. 3.° El estudio de la guerra misma, es
tística de los hombres y las cosas, se superan las decir, de la manera de resolver las cuestiones
fuerzas y la inteligencia humanas. Cuando una militares suscitadas por la política, según el gra
gran distancia separa al general de su capitán, do de importancia de estas cuestiones, y según
y es preciso bastante tiempo para comunicarle también la naturaleza y magnitud de los medios
las órdenes, ó la modificación ó ampliación de empleados.—Este conocimiento de la guerra se
las mismas, sucede que estos son jueces supre llama la ciencia militar: su aplicación práctica
mos en los momentos más críticos, y que la ins es el arte militar». (W. Rcstow. L'art militaire
piración del genio se debilita en proporción de au XIX siécle. Chap. 1 . Dépnüion de l'art mili-
la distancia que separa al que la produce de los taire. T. I. pág. 1. Trad. Satis de Larclause).
que han de ejecutarla....» Pero seguimos leyendo, y no muy léjos, en
«Para examinar si los grandes capitanes for la página 3, nos encontramos con que «El arto
man escuela y en que limites operan, hemos es militar no es una ciencia; es un arte, que nunca
crito el artículo sobre ellos, analizando de paso se deja encerrar en los límites de la ciencia so
las guerras que siguieron á su muerte: y en to bre la cual reposa».
das ellas observamos que no bastaban los mé Casi, casi vamos estando ya de acuerdo. Des
todos para llevar á cabo sus grandiosos proyec de luego la guerra no es, ni con mucho, ciencia
tos, sino el genio del artista, pues que la guerra, exacta. Hace medio siglo el «científico» Jomm,
en su práctica aplicación, es más bien arte que en odio á los geómetras, es decir, á los oficiales
ciencia, por lo que se separa del cálculo exacto facultativos, escribió el párrafo siguiente: «...el
de las ciencias, y necesita por consiguiente de compás de las geómetras se oscurecerá siempre,
la inspiración del artista para hacer productivos no sólo ante los genios guerreros de Napoleón y
los auxilios y métodos que la ciencia suminis de Federico, sijio á presencia de los eminentes
tra». ¡Luis Bla>c Disc. Introd. pág. 18,21,23). Souwaroff, Massena, etc. No quiera el cielo,
Posteriormente el mismo aulorse resume en sin embargo, que piense yo nunca en despreciar
estas palabras: «Bajo un doble aspecto puede el mérito de los oficiales versados en esta cien
considerarse todo cuanto se refiere á la ciencia y cia y que nos han enseñado á calcular el curso
al arte dt la guerra: 1.° lo relativo á la compo de los astros. Por el contrario, les profeso una
sición de la máquina y á los medios materiales gran veneración; pero mi propia experiencia me
que le son necesarios, á fin de producir los di autoriza á juzgar, que si su ciencia es indispen-
versos efectos para que ha sido constituida; 2." pensable para construir ó atacar las plazas y
lo que concierne al arreglo ó combinación de los campos atrincherados, así como para levantar
diversos elementos, á la manera de emplearlos y, planos y delinear cartas; si además proporciona
sobre todo, al papel del general en jefe que es el ventajas positivas en todos los cálculos de apli
motor principal. En la primera parte se com cación práctica, sólo es de corto apoyo en las
prende la elección de los hombres, su división combinaciones de la estrategia y de la táctica en
en fracciones constitutivas, el modo de adminis- grande, en que los impulsos morales, ayudados
trar destinado á proveer á su entretenimiento, las de las leyes de la estática hacen el principal pa
disposiciones penales ó remuneratorias y la ge- pel. Aún los más respetables discípulos de Eu-
rarquia. En la segunda, el papel de las diversas clides, que sean más capaces de mandar bien
armas, su organización peculiar, la táctica ele un ejército, deben, para hacerlo con éxito y con
mental y general, la fortificación y la estrategia». gloria, olvidar un poco su trigonometría; este es
(Art. del mismo Luis Blanc inserto en II Dio á lo ménos el partido que tomó Napoleón, cuyas
rama de Nápoles del 17—18 abril 1860). brillantes operaciones parece que más bien per
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teuecen al dominio de la poesía que al de las que comprendida en la época de su aparición;
ciencias exactas: y la causa es muy sencilla, por desde entonces todas las definiciones, todas las
que la querrá es un drama apasionado sub consecuencias, según las reglas de la escuela,
rayado) y en ningún concepto una operación concluyen: el corazón, el genio solos reinan.—
matemática». Jomisi. Com¡>. del arte de latjuer- He ahí porque un sentimiento benéfico, vivifi
ra. T. I. pág. 2o0.) cante, nos inclina á las narraciones ó á la lec
Magister dixit. Kesueltamcnte la guerra no tura de la historia de los grandes artistas que
es ciencia exacta ni tampoco inexacta. No es han ilustrado su arte, mientras que permane
ciencia. Y puesto que autores prusianos son los cemos frios á los rayos luminosos con que la
que nos hunden en este atolladero de ciencia y ciencia ilustra nuestra razón. El hombre, si,
arle, agarrémonos para salir de él, á otro del ama la ciencia; pero adora el arte».
mismo país, hoy tan en moda, y que, no por pa «Así pues, infaliblemente, la dirección de la
recer ya algo viejo, deja de ser respetable. guerra es un arle. Como arte, le son enteramen
aPara hacer la guerra es necesario: 4." An te aplicables las tres condiciones precitadas.
tes de todo, un general hábil para dirigirla. 2." Probémoslo».
Tropas que sepan batirse. Un armamento «El arte de la guerra posee: i ,° Una parte
completo para estas tropas, y todo lo que es con científica, que puede crearse y aprenderse: esta
cerniente á él. 4.° Un abastecimiento para estas es la que se enseña en las grandes escuelas mi
tropas de vi\cres, vestuarios, etc. Y 5." Una litares. Sin embargo, el dominar esta ciencia no
preparación del país á la guerra. Nada existe re pertenece sino á algunos elegidos, pues que de
lativo á la guerra que no pueda reducirse á una otro modo todo profesor de las ciencias de la
de estas cinco proposiciones. Para hacer más guerra seria general. 2." Una parte técnica, que
claro este cálculo, vamos á desarrollar la idea, el soldado aprende en el campo de instrucción y
pero ántes hay que hacer aun algunas obser algunas veces también en el de la guerra: y en
vaciones». este caso es cuando falsamente se ve con fre
«¿La dirección de la guerra y la táctica son cuencia confundida esta parte con la experien
artes ó ciencias'} Esta cuestión me parece super cia de la guerra. Si desciende sobre la ciencia
fina; pero, si es necesario responder, según mi el destello divino, entonces el buen láctico pue
intima convicción, yo las llamaré artes. El arte de llegar á ser completo artista, pero si el deste
es enteramente representativo; él da la forma al llo no viene á iluminarle, entonces admirare
pensamiento; para el no es la cuestión principal mos en el táctico un buen profesor de ejércicios,
el saber, sino el poder, el producir. La ciencia, y nada más. 3.° Una parle puramente artística
al contrario, se ocupa de la ley, del enlace de que en sus grados inferiores, se designa por ta
los hechos; para ella la cuestión principal no es lento del general, en sus grados superiores, por
el resultado, sino el convencimiento de verda genio del general. Ambas cosas, como ya he
des razonadas. El que dude en esta parte puede dicho, son dones que la naturaleza no prodiga
instruirse leyendo el articulo Arte en la enciclo sino á sus elegidos, y por esta razón no pueden
pedia de Brokhaus. La táctica, por ejemplo, no se ser enseñadas ni aprendidas; ellas solas suelen
ciñe á la sola destreza puramente física; reposa bastar frecuentemente para la dirección de la
sobre bases cicntílicas que el táctico debe saber guerra, como la historia de todos los tiempos nos
apreciar, si quiere ejecutar como artista y no lo prueba. Los grandes artistas de guerra se pue
como obrero ó autómata. Apreciemos primero de decir que han nacido generales; y su titulo de
el arte en general en sus valores más producti maestro no tiene necesidad de ser blasonado con
vos. —Cada arte posee: I." Una parte científica, escudos ni con borlas de doctor».
que se crea, que se aprende, pero que no da al «Las condiciones fundamentales del arte, en
hombre cuando sale de aprendizaje, el carácter general, se encuentran no solamente en la di
artístico; porque de otro modo, todo músico se rección de la guerra, sino aún en la misma tác
ria compositor, lodo retórico seria orador. 2." tica (aunque esta táctica no sea más que una
Una parte técnica, indispensable también; pero parte del arle de la guerra), si se toma la pena
el técnico no es aún artista; porque de otro mo de analizarla; pues la táctica tiene su parte cien
do, todo el que supiera escribir seria poeta. 3." tífica, su parte técnica y su parte puramente
Una parte artística, rico presente de la natura artística. Por consiguiente llena todas las con
leza, divina herencia del hombre, que el hom diciones del arte».
bre no puede crear y que por lo mismo no se la «Una palabra más sobre el general. ¿Quién
puede apropiar: favor celeste, más desconocida negará que el artista, nacido tal, pueda sacar
GUER - 57S - GUER
una gran ventaja de la posesión de las partes difiere de los otros es en el instrumento, en la
científica y técnica de su arte? Es de desear que materia, en los medios de que' el artista dispone
no le sean extrañas; pero no constituye una con para dar forma á la idea. En las artes, el instru-
dición fundamental para ser maestro en su arte, menlo es simple, inerte; y el artista, basta el
como ciertos sabios lo pretenden. Si al contra último instante, puede imprimirle la dirección
rio, el destello divino no ilumina al general, to que le convenga. El instrumento de la guerra
da la instrucción imaginable le será inútil y di es el ejército, elemento vivo, variable, sometido
rigirá mal la guerra. La historia nos da demasia á continuas perturbaciones y causas de destruc
das pruebas de esta eterna verdad». Decker. ción, y cuya formación, organización y entrete
Táct. de las tres arm. 1 8 27 j . nimiento exigen constantes cuidados de los que
Basta ya para dejar demostrado que el autor depende su existencia».
de este Diccionario no está solo al afirmar, por «El objeto de la guerra es poner un ejército
su cuenta, que no hay ciencia, sino arle de la en contacto con el enemigo, bajo las circuns
guerra. Pero al aceptar definitivamente la voz tancias y condiciones más favorables: y justa
arte, conviene añadir alguna explicación, dis mente en este momento supremo, es cuando el
tinción ó aclaración: y para ello, nada más bre ejército se escapa de entre las manos, que hasta
ve, y de seguro agradable al leclor que trascri allí han dirigido su carrera. La victoria allí de
bir las siguientes razones de un excelente escri pende del valor y de la audacia del soldado y de
tor y general belga. la perfección de los métodos de combate. Un
«La diferencia entre el arte de la guerra y ejército mediano puede comprometer ó hacer
las otras artes es notable bajo el punto de vista funestas las más sublimes concepciones: asi co
de la concepción y ejecución. Al concebir una mo un ejército diestro y valiente puede hacer
idea el artista ó el poeta, no cabe duda en que surgir la victoria de la situación más falsa, como
es hija legitima de su cerebro: la domina, la el niaecdonio en Isso».
mira en todas sus fases, porque es su dueño, «El arte de la guerra, pues, no se parece á
sin más limites al imperio que ejerce, que el de otro alguno: ts un arte sui generis. Todas las
sus propias facultades. Cuando llega el momento consideraciones metafísicas que los filósofos
de dar cuerpo á la idea, de presentarla bajo for aplican al arte en general son ociosas, cuando
ma de cuadro, poema ó estatua, sigue siendo el se quieren extender á la conducta ó dirección de
artista dueño absoluto del instrumento, domina una guerra, y sólo pueden servir para extra
completamente la materia: aquí tampoco en viar el espíritu en el vacío y en la incertidum
cuentra más limites á su poder que el de su in bre. He aqui porqué es imposible aprender el
suficiencia personal». arte de la guerra, como se aprende una ciencia
oN'o pasan asi las cosas en la dirección de la ó un arte cualquiera». (Renard. Consid. sur la
guerra. El general no es dueño de la idea: esta tact. Introd. pág. XIV-XV).
se le impone; tampoco es dueño de desenvolver Arte—según la Academia, según Balmes y
la! de seguirla en el desarrollo que haya conce según todos—es «el conjunto de reglas para
bido el enemigo; el terreno, mil circunstancias hacer bien una cosaY Esta breve definición,
diversas vienen á contrariar sus proyectos y pa que debería ahorrar muchos volúmenes, servirá
ralizarlos. El artista ilumina y penetra con el aqui por lo menos para refrenarla pluma y con
pensamiento todo el asunto que trata; el gene cretar el razonamiento.
ral, al contrario, marcha á través de ilusiones Todas las artes son infinitas en su objeto y
y desengaños continuos; todo es vago y oscuro por eso ofrecen el más noble ejercicio á la hu
en torno suyo; casi siempre ignora el punto en mana inteligencia. Pero la «práctica! de todas
que encontrará al enemigo. Forzoso es que su ellas, no disponiendo sino de medios limitados
genio, cerniéndose sobre el teatro de las opera y materiales, tiene que fundarse y dirigirse so
ciones, esté dotado del don de segunda vista, y, bre principios preexistentes que, si no ciertos,
por un movimiento de inspiración, haga brotar al méuos sean umversalmente reconocidos como
la certeza de la incertidumbre. En medio de es tales. El hombre podrá llegar hasta donde quie
te caos una centella moral pronuncia, para ser ra por los varios y fáciles caminos del análisis;
virme de la frase de Napoleón. Y aún cuando pero nunca subirá probablemente por el único
se adivine con acierto y se sorprenda el secreto y desconocido de la síntesis: la naturaleza hace
del contrario, un incidente mínimo sobreviene, alarde de reservarse el don fecundo y absoluto
que echa por tierra las mejores combinaciones». de recomponer y crear, en cambio de la cesión
«Sobre todo, en lo que el arte de la guerra que nos hace del estéril de descomponer y des
GUER - 576 _ GTJER
truir. Por eso el hombre, esquivando lo difícil, jinetes ni caballos' porque esté resuelta' la cues
vuela á sus anchas por el campo del análisis, y tión entre el casco y el chacó; no nos burlemos
satisface vanamente su orgullo con hundir su de Epaminondas, nido César porqué ignoraban
razonamiento, contó el anatomista su escalpelo, lo que era estrategia, (V. e. v.) ni del Gran Ca
en un cadáver, al que luego pretendiese dar vi pitán ó de Turena, porque no conocieron las
da. Si uno ha fijado magistralmente «para siem cápsulas, ni los ejércitos de 800.000 hombres:
pre» el número de vasos y de músculos, otro y y sobre todo no enseñemos á nuestros alumnos
otros vendrán luego ensanchando el número, á ganar victorias estratégicas, sufriendo derro
ayudados de más ingenio y de mejores instru tas tácticas.
mentos. F! cadáver, sin embargo, permanecerá Esto sobre lodo. La palabrería que se circuns
eternamente sobre la mesa de mármol, como él cribe buenamente á los elementos accesorios
friu, inmóvil. del arte puede, entre la atención que disemina
Esta nativa tendencia al análisis, la insacia ó dispersa y el tiempo que malgasta, dejar al-
ble sed de movimiento y novedad, y el prurito gun residuo de práctica utilidad. Pero guardé
de invención, que siempre acosa al espíritu an monos de palabrerías, que embrollan y pervier
sioso de saber y de brillar, también invaden por ten las ¡deas sobre la esencia misma de la guer
desgracia el arte más sublime, y mas mecánico ra, y combatamos los libros que traen envuel
á la vez, á cuya penosa práctica tiene el hombre tos en griega tecnología el olvido de las eternas
que sacrificar desde el dia de la profesión, no verdades, el desarme de los países, la extinción
sólo como en otros, su ingenio y su brazo, sino del espíritu militar, con la creación de fuerzas
su ser entero, con la sangre de sus venas y has postizas y tan ineficaces en la guerra como las
ta el honor de su nombre. cuartillas de papel en que se crean.—
Natural es que al arte de la ci erra aplique Demostrada suficientemente, á nuestro jui
el hombre, con más intensidad que á otro algu cio, la conveniencia de suprimirla palabra ciencia
no, sus propias virtudes y defectos; pero el áni en cuanto se refiere á guerra; queda, por dirimir
mo se estremece al contemplar la funesta res otra cuestión, también filológica al parecer, pero
ponsabilidad que se contrae, no con seguir, sino que entraña otras másárduas: si debe decirse Ar
con aplaudir ó no censurar paradojas, á veces te militar ó Arle de laguerra. En este punto con
brillantes, de ingenios alucinados por el bien ó creto nuestra opinión personal esta formulada
descarriados por la soberbia. Que Góngora, en las primeras páginas de una obra modesta,
Churriguera, ó el Greco arrastrasen admirado que cabalmente ve la luz en los momentos en
res por el camino de sus disputables extravíos, que este artículo se escribe. Dice asi:
nunca tendrá para un pueblo los resultados, en En el lenguaje vulgar se confunden general
trascendencia y magnitud, que la impericia de mente sin definir las voces Arte militar y Arte
un general, ó la arrogancia de un ministro in de la guerra. Escritores modernos han intenta
experto ó irreflexivo en asuntos de guerra. do introducir mayor exactitud y deslinde en
Es, pues, un deber de buen soldado y de hon denominaciones de objetos tan importantes. Por
rado patricio contribuirá alzar un dique contra medio de un paralelo rápido, en que se mani
esa inundación de palabras (V. Estrategia, Lo fiesten de relieve los puntos de oposición ó di
gística) en que hoy se va anegando el arle pro vergencia, quizá se consiga disminuir en algo
piamente dicho de la guerra. Ensánchese en esa dificultad de definición que en todas las len
buen hora su tecnología; combínense con más guas rodea á las palabras más usuales ó de más
acierto sus casi contradictorios elementos; cul importante sentido. A primera vista parececera
tívese la historia; coordínenselas pocas y cla sutil ó cuando menos ociosa esta definición; pe
ras reglas; llámese en ayuda de las armas al ro á poco que semedite sobre el adjetivo militar
progreso de las ciencias y de la industria; pón y el calificativo de guerra, se ve que distan mu
gase en armonía con los adelantos de los pueblos cho de ser sinónimos. Repárese en el diferente
la recluta, la administración, el armamento significado que envuelve Estado militar y Estado
discútase, estúdiese cuando se quiera, pero no de guerra, Administración militar y Administración
«inventemos» Artes de la guerra. Por añadir un déla guerra; Constitución militar y Constitución
botón á los botines del soldado no cambiemos DELA GUERRA, LEGISLACION MILITAR y LEGISLACION DE
«la faz del arte»;por ponerle blar co ó amarillo la guerra: y sobre todo Espíritu militar. Espíritu
el cuello de la casaca, por llamarle de linea ó guerrero, Espíritc de la guerra. Esta aparente
ligero, no resolvamos el árduo problema de la sinonimia de «cosa militar» y «cosa de guerra»
organización; no creamos tener caballería (sin puede conducir á errores funestos para la «cosa
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pública». Y en estos tiempos en que los buenos carle de la masa social, adiestra ríe, educarle, guiar
deseos llegan hasta querer suprimir la guerra, le, animarle, mantenerle y sobre todo conser
naturalmente han de principiar por suprimir ia varle. Cediendo á los principios de humanidad,
milicia, esto es, la cosa ó estado militar, la guerra compatibles con su sangriento objeto, renume-
prevista, preparada y estudiada en tiempo de ra al hombre que inutiliza; le rodea de precau
paz. Porque en este tiempo de paz es cuando ciones médicas; estimnla su instrucción como
vive también, crece y se desarrolla en el orga ciudadano, y le devuelve á la masa común, de
nismo de un pueblo el elemento militar aunque donde salió, con las ideas fuertemente impre
bajo forma latente y escondida ó menosprecia sas de patria, de honor y de gloria. En los pro
da: y lo tocante á guerra sólo puede existir en gresos del arte militar tienen marcada influen
su tiempo, cuando, «rotas las hostilidades,» pa cia las costumbres, las preocupaciones , la for
sa un pais á ser dominado y anulado en todas ma de gobierno, el estado de las ciencias y del
sus fuentes de vida y riqueza por el arte, el sis comercio, el clima, la configuración del pais y
tema y la constitución militares. Se ve, pues, que otras circunstancias.
el adjetivo militar lleva en sí una idea esencial El arte militar requiere un principio cons
de generalidad, de perpetuidad, de conjunto; y tante de asimilación, desechando toda preocu
así el arte militar es al de la guerra lo que el pación de originalidad. Los romanos, que á tan
pensamiento á la acción; lo que el todo á la par alto punto de perfección supieron ensalzar el
te; lo que la costumbre y la generalidad á la arle, sobresalieron en el tino de imitar y apro
excepción. El uno «prepara» lo que el otro «eje piarse lo más ventajoso desús enemigos. Asi las
cuta». El arte militar, en toda su extensión, es derrotas eran para ellos fueutes de enseñanza y
la base eterna en que apoyan los pueblos previ de mejora. Los elefante.s de Pirro no les sor
sores su existencia social, su independencia y prendieron más que la primera vez. En cuanto
su gloria. Este Arte inmenso abraza cuanto con. conocieron la espada española, abandonaron la
cierne á la creación, á la organización, al meca suya. La táctica de Aníbal inspiró la de Fabio.
nismo, al entretenimiento, al fomento, á la direc Ellos buscaban jinetes númidas, arqueros cre
ción, en fin, de cuantos medios, de cuantas fuer tenses, honderos baleares, marineros rodios:
zas emplean las naciones para mantener con las donde había una institución, una superioridad,
armas sus derechos y su nombre. era buscada, examinada y puesta en práctica.
El arte militar tiene larga historia, altu filo Ningún otro pueblo preparó la guerra con ma
sofía y controvertidos dogmas. Obra de los si yor prudencia, ni la hizo con mayor audacia y
glos, es el resultado de descubrimientos, de ex fortuna.
periencias, de observaciones que vienen alter Al hombre de fe—y de ilusiones—que quiere
nativamente eslabonándose desde la infancia seguir ron honra la áspera carrera, le ofrece el
de la humanidad. El arte militar absorbe en su arte militar, como árbol frondoso, variedad de
inmenso focus todo el saber repartido en los ramos siempre florecientes: el arte subalterno
múltiples ramos del servicio del Estado con re de cualquiera de las armas personales, como in
lación á la guerra. Sigue átenlo la marcha so fantería ó carallería; ó el de la artillería ó for
cial (evitando muchos tropiezos) no sólo del tificación; ó el de la justicia y administración: ó
pais propio, sino de los extraños; calcula y mi el de la geografía y topografía; ó el de las tácti
de por la estadística las fuerzas de uno y otros: cas y estrategia: y puesto que la organización
se apropia apresurado las invenciones y mejo humana ho tiene capacidad ni alcance para el
ras; se anticipa y asocia con la diplomacia para estudio completo y profundo de cada ramo, es
prevenir los sucesos; se amolda al progreso de coge uno de predilección, abarcando al mismo
las leyes sociales vigentes, dando á su código tiempo, en cuanto puede, el conjunto de los
especial militar el grado de ensanche á que aque otros por el tronco—por el arte militar. Como
llas y las costumbres le obligan. El arte mili premio de sus progresos los países ostentan sis
tar, por su perpetuidad, conserva en la histo temas, instituciones y constituciones militares,
ria archivos de datos, cuya oportunidad nunca más ó menos perfectos; y para resultados de tal
pasa, y cuya consulta y confrontación es prove cuantía preciso es que el arte militar se funde
chosa. Los recuerdos de Grecia y Roma forma y gire sobre la base común del Estado, sobre su
ran siempre el fondo de estos preciosos archivos gobierno, administración y presupuesto.
encuantos países admiten la máxima fecunda de Considerando el arte militar desde este ele
«que el hombre es el primer elemento de guer vado punto de vista, se ve que el arte de la guer
ra». Por eso el arte militar entiende en entre sa ra es sólo la parte exclusiva del arte militar que
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GUER - 578- GUER
concierne al mando y gobierno ó dirección de las se sirve de todos sin abusar de ningunos y el
OPERACIONES (le Un EJERCITO ACTIVO Cn CAMPAÑA verdadero arte militar forzosamente ha de ser
abierta. La expresión arte de la «perra era des producido por un sistema. El arte de la guerra
conocida hasta hace poco; los clásicos de nues- es al arte militar lo que el desenlace esá la pre
Iros buenos tiempos nunca la usan (V. Discipli visión; es, en tiempo de paz el «objeto», y en
na,: he aquí uno de tantos nombres nuevos para tiempo de guerra el «resultado» del arte militar:
cosas viejas como el mundo. El Arle tiene naci pero no es su consecuencia precisa, asi como e!
miento en el punto en que los pueblos, cansados duelo no es consecuencia de la esgrima, ni la
de chocar en masa y sin concierto, encardan del epidemia proviene de la ciencia médica.
arreglo de sus diferencias á un numero delega Cuanto tiene de positivo y matemático el ar
do de sus miembros, mientras el resto atiende te militar, otro tanto tiene de vago y hasta de
á su mantenimiento. Por eso—aunque sea sin poético el ARTE DE LA GUERRA.
gular—el arte de la GUERRA, es muy anterior en Reclutar hombres y adiestrarlos: fortificar
existencia al arte militar, como la inspiración fronteras y punios-llaves; fundir cañones, ad
precede á la regla, como el poema precede á la quirir caballos; crear recursos; organizar ejér
historia, como el hecho precede á la precaución. citos, reservas y marinas; prevenir reveses,
Por las revoluciones y evoluciones de la so avivar el espíritu militar con recuerdos glorio
ciedad, la guerra, que era el estado habitual, la sos, con leyes de ascensos, recompensas y reti
industria, la manera de ser de los primeros ros, excitar el patriotismo.... todo esto bien se
pueblos, ha venido ú reducirse á simple con alcanza que, ejecutado en calma, llevará siem
moción, ó desarreglo pasajero déla máquina so pre el sello de la previsión, de la utilidad y del
cial; y el arte, único ó confundido entóneos—mi j acierto, por poco versados que en el arte militar
litar o de la guerra—ha tenido que dividirse» j estén el Jefe de un Gobierno y los hombres que
quedando como accidental y accesorio EL de la le aconsejen.
guerra; porque accidental y accesoria se consi ¡Cuán diferente y escabroso camino ofrece
dera hoy esta en la vida tranquila do las na el Arte de la guerra al general y al ejército que
ciones. j ha de practicarlo en el campo y al frente del ene
El arte militar, el que entiende en crear migo. La victoria, objeto de sus afanes, no pue-
mantener y aumentar la milicia, esto es, el es I de encadenarse con principios ni reglas abstrac
tado militar de un pais, bien se ve que es tan tas, «Oficio de bárbaros—exclamaba Napoleón I
propio del tiempo «de paz» como «del de guer volviendo de Moscou—en que todo el arte con
ra» es universal y necesario á cuantos ciñen es siste en ser el más fuerte sobre el punto decisi
pada; se gradúa y se amolda á cada individuo, vo». V en efecto, descubrir ese punto decisivo y
según su posición y sus aficiones particulares ser sobre él el mas fuerte es la condensación de
de estudio: al paso que el arte de la guerra, la doctrina de millares de volúmenes. Sobre esa
esto es, el de llevar un ejercito activo'al com trivialidad (V. Estrategia) se alzarán ante todas
bate, no puede desplegarse sino en guerra abier las generaciones los nombres de Alejandro, Cé
ta y no concierne en rigor sino al General en je sar, Córdova, Gustavo, Turena y Federico.
fe. Puesto que la índole de la milicia no admite ¡Pero cuánto genio, cuánta robustez de al
intervención ni cortapisa en el mando, el gene ma y de cuerpo, cuánta flexibilidad, cuánta
ral sabe por el arte de la guerra la dirección, fortuna requiere la aplicación de ese principio
combinaciones y formas que ha de dar á la encerrado cn tan pocas palabras! ¡Estudiar los
fuerza armada que rige. Por el arte, y según el hombres, las armas, el terreno! Este es el verdade
arte, sentará su base y lineas de operaciones, ro estudio del arte de la guerra: estudio que en
calificará los puntos, escogerá el terreno, apli la paz difícilmente se prepara y en la guerra vi
cará la estrategia y usará de la táctica. Pero es va es casi imposible. ¿Quén se atreverá á escribir
te arte concreto de la guerra practica, por lo el manual del general en jefe? exclamaba el du
adventicio de sus aplicaciones, por lo imprevis que de San Miguel. ¿Quién puede jactarse de
to de sus lances, por lo indefinido de sus casos, conocer al hombre? ¿Quién, sin probarlo, pre
no puede someterse al rigorismo y precisión de tende saber conmoverle, inflamarle, subyu
principios que rigen en las hipótesis, ejercicios garle?
y simulacros, sobre los cuales se estudia el ar- Pero, dejando aparte al «corazón humano»,
ti¡ militar. principal elemento de la guerra, tan poderoso ó
Un escritor francés dice «que el verdadero tan débil según las pasiones que le agitan, sólo
arte de la guerra se cierne sobre los sistemas y el estudio de los otros dos elementos—las armas
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y el terreno—por independientes que quieran constante que rige en este Diccionario. De todos
suponerse de la voluntad y de la influencia del modos en los autores antiguos que confundían
hombre, hace por demás complicado é inde bajo los nombres de disciplina (V. e. v.) y de res
finible el ARTE DE LA GUERRA. mililaris, cosa militar, los extremos que cabal
Al abrir una campaña, el General, con to mente se ha intentado definir ó distinguir, sería
dos sus recuerdos de estadística, geografía y di ocioso buscar doctrina ni esclarecimiento; y en
plomacia histórica, debe conocer el ejército y los autores modernos, de lodos conocidos, se en
el país que tiene al frente con tanta certeza casi contrará para el arte militar la consabida defi
como los suyos propios; tiene que adivinar y nición hecha á molde, tan concisa, tan profnn-
proveer las necesidades de su ejército; arreglar da, tan sentenciosa, que el ánimo queda suspen
en consecuencia sus marchas y sus Víveres, ali so cuando oye á (Juibert, por ejemplo, que el
mentar á veces la guerra con la guerra; escoger arte militar esuVencer y hacer daño con el ma
el teatro favorable; conservar sus lineas, ame yor éxilo posible;» á Rocquancourt: «Vencer una
nazar las contrarias; utilizar el terreno, acomo fuerza mayor con una menor» ^n ambos sobra
dar á él sus fuerzas: organizar y conservar lo lo que sigue á vencer); ó en fin al más moderno
que se conquiste; inquietar constantemente al compilador, La Barre Duparcq: «Reunir y emplear
enemigo, haciéndole imposible la ofensiva é in en el instante favorable un número superior de
soportable la defensiva. Si se viene a las manos, tropas sobreel punto decisivo». Es decir; vencer.
reconocer de una ojeada el campo de batalla; A pesar de que en este Diccionario se evitan
ver en él anticipadamente desenvuelto el juego por fatigosas las referencias, el lector encontrará
de las distintas armas; determinar el punto cu los artículos Estrategia y Táctica ampliacio
vulnerable; sorprender el secreto del contrario, nes y complementos de la definición del Arte
adivinar sus maniobras, prevenirlas que han de de la guerra. Y tanto para ilustrarla, como para
oponérsele, acorralarlo, desbaratarlo, disper demostrar la falla de acuerdo entre los autores,
sarlo, perseguirlo.... Si la fortuna vuelve el ros añadimos los textos siguientes:
tro, si el número hay que suplirlo con la ener «Arte de la guerra. El que enseña á emplear
gía y el tesón, si la victoria no puede alcanzar hostilmente y con ventaja todas las fuerzas de
se de un golpe, aquí del uno importa» de nues una nación contra otra enemiga.—Arte militar, el
tros padres en la guerra de la Independencia; de adiestrar al soldado y cuidar de su aloja
aquí del espíritu romano que premia al gene miento y defensa; preparar las máquinas, tras
ral vencido por no haber desesperado de la sal portes y demás objetos militares, etc. Este se
vación de la patria. Apelar á estratagemas, em divide en cuatro partes o ramos principales y
boscadas y sorpresas; buscar rios, desfiladeros muy diferentes la una de la otra y son: la forti -
y montañas; multiplicarse, desaparecer, caer ficacion, la castrametación, la estrategia y la
como el rayo sobre convoyes, forrajes y pues táctica». ¡Dice, de Moretti,.
tos, sobre comunicaciones y retaguardias; pro «Arte de la guerra. Es el que enseña á pelear
vocar combates parciales; evitar batallas; repe hostilmente (sic) y con ventaja sobre los contra
tir algaradas; fingir dispersiones; desorientar, rios que no lo hayan estudiado con igual apro
marear al enemigo, y llegar á vencerle, ó mejor vechamiento.—Arte militar. Es la ciencia de
dicho á exterminarle sin combatir adiestrar al soldado, procurarle alojamiento y
Tan rápidos y desordenados como en esta descanso, ponerle cuanto es dable á defensa
enumeración, suelen presentarse los hechos en del enemigo; proveer, preparar y usar de las
la «práctica» del arte de la guerra. —Con más de las máquinas de guerra, bagajes, trasporte y
calma y mesura puede precederse en el arte mi cuanto puedan necesitar las tropas». (Dice, de
litar. Este tiene pacíficos lugares de estudio en Hevia).
las bibliotecas, en los colegios, en las escuelas es «Arte de la guerra. Se descubre un princi
peciales; en los salones de ministerios y consejos; pio considerando bien el objeto y buscando en
en los campos de maniobras y asamblea, donde se seguida el mejor medio de conseguirlo. Recono
fingen peligros después de haber escogido el mo cidos los principios, el genio hace la aplicación y
do de vencerlos. El arte de la guerra se prac en esto consiste principalmente todo el arte de
tica sobre campos de batalla en mar y en tierra, la guerra».
donde se siente el golpe ántes casi que el amago. «No se limita á estos principios todo el estu
Sin riesgo de hacerlo intolerable, es impo dio de los hombres de guerra: deben además
sible prolongar este artículo capital, aduciendo leer con atención la historia de las campañas de
muchos textos y autoridades, con arreglo al plan los grandes generales, pues todo el genio de es
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tos hombres superiores está en la aplicación». ellas el objeto que las ha hecho emprender».
«El arte de la guerra es el conjunto de los La Barre Dupvrcq. Parallélisme des progr. de la
conocimientos necesarios para conducir una civil, etdel'arl. mil. Ménloire. 1860. pág. \).
masa de hombres armados; organizaría, mover «El arte de la guerra debe componerse en
la, hacerla combatir; y dar á los elementos que realidad de seis partes diversas entre si: — 1." La
la componen el mayor valor posible, velando al polilica de la guerra.—2." La estrategia o arte
mismo tiempo por su conservación». de dirigir bien las masas sobre el teatro de la
«El genio de la guerra consiste en el talento guerra para invadir un país ó defender el pro
de aplicarlos á propósito, de pensar las mejores pio.—.'!.* La táctica en grande ó general, que lla
combinaciones con prontitud y seguridad en me maremos sublime, de las bata lias y de los com
dio de las crisis y de los peligros. El genio de la bates. — i." La logística ó aplicación práctica del
guerra será incompleto, si ó la facultad de estas arte de mover los ejércitos. —o.* El arte del in
combinaciones, que yo llamaré técnicas, no reú geniero, el ataque y defensa de las plazas.—6."
ne también el general el conocimiento del cora La táctica de detalle ó de las diversas armas.—
zón humano; si no tiene el instinto de acertar Podría agregarse aún la filosofía ó parte moral
loque pasa en el alma de sus soldados y en la de la guerra; pero parece más oportuno reunir
de sus enemigos. Estas variadas inspiraciones ía en una sola sección con la política». 'Jomini.
forman la moral de la guerra; acción misteriosa, Comp. T. I. pág. 30;.
que da á un ejército el poder del momento ha Se ve, pues, que la concordancia no es sa
ciendo que un hombre valga diez y que diez no tisfactoria: si trajésemos textos ménos conoci
valgan lo que uno. dos, seria mayor el desacuerdo; por último, sí
Las arles militares ísic) consisten en el conoci el lector quiere recorrer los artículos Estkategia.
miento de los procedimientos cientificosó mecá Táctica, Disciplina, etc. deplorará con nosotros
nicos que regulan los detalles de la acción y el la extraña confusión en que se ha envuelto la
empleo délos medios. Asi la estrategia, la táctica, lengua militar de Europa. Pasemos á otro órden
la artillería, la fortificación, la organización, la de ideas. —
administración délos ejércitosson artes militares
que deben ser familiares á un general. Cada ar Si se acepta, con el inglés Hobbes y el fran -
te tiene su teoría; pero el talento deservirse con cés Proudhon, que la guerra es el estado pri
ventaja exige frecuentes aplicaciones y el espí mordial del género humano; ó con el español
ritu de observación». Villamartin, que no es un hecho social, sino
«Por último el oficio de las armas es la vida natural, una condición fisiológica del hom
consagrada á los trabajos militares, y esta ex bre; ó, en fin, que el estado de paz es un simple
presión se aplica más particularmente á todos armisticio; inútiles parecen, por lo Cándidos,
aquellos que ejecutan». (Marmont. Esp. desinst. los esfuerzos para evitarla ó suprimirla, ya pro
mil. pág. 8 y 91. vengan de la buena intención del abate Saint-
«El arte de la güerra se compone de dos par Pierre, ya de la gárrula inquietud, del afán de
tes: el oficio propiamente dicho, y la parte moral, singularidad y paradoja del inagotable Emile de
patrimonio del genio.—El arte de la guerra es el Girardin. Parece más práctico, léjos de apartar
conjunto de los conocimientos necesarios para de la vista de los pueblos, como sí fueran niños
conducir una masa de hombres armados, or ó mujeres nerviosas, la imágen, el recuerdo, el
ganizaría, moverla, hacerla combatir y dará los estudio de la guerra, hacerla entrar, por el con
elementos que la componen el mayor valor po trario, en las ideas y en los hábitos; dejarla dis
sible, velando al mismo tiempo por su conser cutir en los comicios y asamhleas; popularizar
vación» . (Copia, como se ve, de Marmont). «No sus prácticas, sus ejercicios, su fácil teoría y
debe confundirse el arte de la güerra con el ar tecnicismo. Nada perdería en ello el estado mi
te militar: aquel no es más que una parte de es litar, y mucho ganaría el civil: y este libro, con
te». ÍEncicl. Mellado. T. XVIII. col. 814. Nota su modesta forma, tiene la pretensión de coad
del art. Evolución). yuvar á tan elevado pensamiento (V. Instrucción,
«Arte militar es el arte de emplear, en el Opinión, Organización, Periodismo, etc.). Es cier
instante favorable y en el punto decisivo, un nú tamente anómala y contradictoria esa repug
mero de tropas mayor que el adversario; es el nancia en dar al pueblo justa y previsora par
arte de vencer á este adversario lo más pronto ticipación en la cosa militar, cuando hoy se le
y completamente posible; es el arte de abreviar concede tan poderosa intervención en la cosa
las luchas armadas, consiguiendo por medio de política», en la «cosa pública». Bueno que no se
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borre el técnico y natural deslinde entre la mi bienes quedaban á merced del vencedor. El
licia y el cuerpo general del Estado; que no se fraude, el ardid, que se decoraba con el nom
ciñan las atribuciones del monarca y del parla bre de estratagema, podia envolver toda espe
mento; que se deje libre el juego de la diploma cie de atentado contra los principios más tri
cia y de la política internacional; pero no siga viales de moral, y hasta de esa vergüenza ingé
mos en el tenaz empeño de aislar, como en el nita en el hombre salvaje.
siglo pasado, el ejército de la nación, haciendo La civilización moderna ha ido enfrenando
falsamente aparecer como inconciliables y anti y suavizando en la opinión pública —verdadero
téticos sus respectivos intereses. En todos tiem y ún>co derecho de gentes —las rudas y crueles
pos, y mayormente en los nuestros, es imposi manifestaciones de un instinto perverso, que
ble formarse idea de guerra, sin tenerla ántes parecía nacido con el hombre. La abolición de
de ejército, mucho ántes de nación; y para cons la esclavitud por derecho de guerra fué el pri
tituir nación, no basta el brio personal, como mero y gigantesco paso en la transformación
en Polonia, ni para constituir ejército basta tam humanitaria; el rescate luego de prisioneros fué
poco la desordenada aglomeración de hombres otra atenuación, que poco tardó en convertirse
ignorantes. Hoy es imposible tratar de guerra, en el cange actual. El envenenar las armas y los
sin política, sin gobierno, sin estado social; co comestibles, el asesinato, la violación, el incen
mo que la primera condición hoy de la guerra, dio, la despoblación, la tala no son compatibles
es que la sancione y secunde la opinión pública, hoy con las costumbres, cada vez más blandas,
ó más bien que se le anticipe. La guerra ya no es de los europeos. El horrible «Una salus victis
simplemente un estado de hostilidad entre dos nullam sperare salutem» parece en fin ya borrado
reyes ó dos gobiernos; no es la mera suspensión en los tiempos modernos.
de relaciones pacificas y diplomáticas: es la in El carácter que más distingue á la guerra
terrupción absoluta de todo comercio, cambio y moderna, y distinguirá probablemente á las fu
correspondencia. Grocio, Vattel, todos los clá turas, es su fulminante rapidez y el apoyo que
sicos en derecho de gentes convienen en que ha de buscar en el progresivo crecimiento de
cuando un estado declara la guerra á otro, la la industria civil. La electricidad y el vapor
nación entera la declara; y todos los siibditos prestan hoy su impulso á todo. Alemania, que
de la una son enemigos, de todos los subditos tuvo guerras de Treinta Años y luego de Siete,
de la otra. Rotas las hostilidades, las personas en 1866, con una de «siete días», resuelve el ár-
y bienes del estado enemigo que se encuentran duo y laborioso problema de la unificación. La
en territorio del otro estado son legítima presa: primera revolución francesa necesita tres años,
de modo que los bienes pueden ser confiscados la segunda tres dias, la tercera tres horas. Siete
y las personas detenidas. Algo se atenúa en la siglos requirió la formación de la unidad roma
práctica lo vejatorio de este derecho, con el tér na; oeho la española: cuatro la francesa; con cua
mino ó plazo razonable que ordinariamente se tro años se ha obtenido la unidad de Italia.
concede: mucho se ha progresado, inculcando á La guerra, como la vida toda, se ha hecho en
los ejércitos que no deben hacer mas daño que el dia más complicada. Los ejércitos disformes
el estrictamente necesario; bastante suavizan los llevan consigo enormes necesidades, inmensa
rigores convenios humanitarios, como el de Gi artillería, más municiones porconsiguiente, más
nebra y el que prohibe las balas explosibles; pe víveres, más sanidad, más administración y pa
roen el fondo la guerra siempre ha de traer con peleo, más respeto á los pueblos, y también más
sigo horrenda perturbación. Aunque no sea más regalo á las tropas mismas, tanto en alojamiento
que el derecho vigente de alimentar la guerra y vestuario, como en el suministro de café, ta
con la guerra, bellum se ipsum alet, como decia baco y bebidas espirituosas. A mayor número,
Catón hace veinte siglos en España, ya se ve evidentemente, mayor espacio, mayor área de
cuántos otros derechos puede engendrar de los teatros de guerra y de operaciones.
devastación y depredación. La guerra civil do los Estados Unidos y la
Considerada antiguamente la guerra como más reciente de Bohemia, aquella con sus inau
'a disolución completa de todos los vínculos ditas improvisaciones, con sus terribles monito
sociales, eran forzosa consecuencia las máximas res, esta con sus calculados elementos y su fusil
horribles, las prácticas brutales de la antigüe de aguja, señalan ya en 1867 la influencia de
dad y las costumbres feroces de la edad hedía. El cisiva que la industria toma; y por consiguiente
enemigo, en el solo hecho de serlo, perdía todas la riqueza pública, el dinero, para renovar fre
sus condiciones de ser humano: su vida, sus cuentemente un costoso material que envejece
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de la noche á la mañana. El valor personal, el mos alguna dificultad en reunir las dos pala
patriotismo, la habilidad estratégica, la oportu bras. Se tendrá presente que por política de ta
nidad táctica, siempre tendrán parte muy prin guerra entiendo todas las relaciones de la diplo
cipal; pero mucho se expone á ser sojuzgado un macia con la guerra: al paso que la polilica mi
país sin floreciente industria, ó en el que esta litar designa solamente las combinaciones mili
no viva apercibida y en constante alerta y ejer tares de un gobierno ó de un general».
cicio para utilizar y perfeccionar los últimos «La política militar puede abrazar todas las
adelantos. combinaciones de un proyecto de guerra distin
Resulta de todo, que otro carácter notable de tas de las de la política diplomática y de la es
la guerra «futurau será probablemente el del trategia: como su número es tan considerable,
secreto, de la sorpresa, del terror. En Solferino no podríamos destinar un articulo á cada una
y en Sadowa, ya hemos visto que el estreno de de ellas sin traspasar los limites de este resu
un arma nueva, más que bajas materiales, ha men y sin separarnos de nuestro objeto, que no
producido en ejércitos inmejorables el pánico, es dar un tratado completo de estas materias,
el espanto, la desmoralización. Si, como algunos sino señalar solamente sus relaciones con las
piensan con exageración, las guerras en lo fu operaciones militares».
turo han de reducirse á una sola y feroz batalla, «En efecto, se pueden colocar en esta catego
el arte tendría que estrechar su esfera: ya no que ría las pasiones de los pueblos contra quienes se
darían compensaciones y desquites; y el azar, la va á combatir; su sistema militar; sus medios
traición, lu torpeza, el descuido, la ignorancia de primera linea y de reserva; sus recursos ren
adquirirían, como factores, un valor que hoy tísticos y la adhesión que tengan á su gobierno
lodavia no tienen en el complicado problema. ó á sus instituciones. Además de esto el carác
No parece, por ahora, que esté tan cercano ter del jefe del estado; el de los jefes del ejérci
el plazo deesa horrible «simplificación)». Lo que to y sus talentos militares; la influencia que el
ántes importaba mucho, y en el día más, á los gabinete o los consejos de guerra tienen en las
ejércitos, á los gobiernos y á los pueblos, es pe operaciones desde el centro de la capital; el sis
netrarse bien de la importancia que tiene en lu tema de guerra que domina en el estado mayor
paz eso que suele llamarse política, constitución, enemigo; la diferencia eu la fuerza constitutiva
preparación, de la guerra. Desde Thucydides y de los ejércitos y en su armamento; la geografía
Jenofonte hasta Cesar; desde Maquiavelo y L)u- y la estadística del país en que se debe penetrar;
bellay hasta Santa Cruz, üuibert, Lloyd, Bulow, los recursos en fin y los obstáculos de todas cla
Berenhorst, Clausewitz, Jomini, Chambray, Wi- ses que se pueden encontrar eu él, son otros
llisen y Hiistow, siempre se ha prestado en los tantos puntos importantes que es conveniente
libros, y ha debido [¡restarse en los gabinetes, considerar y que no son, sin embargo, objetos
asidua y prolija atención á las complejas ideas de la diplomacia ni de la estrategia».
que se resumen en aquellas ó análogas denomi Todavía un tratadista españo' condensa más
naciones. Vedándonos la falta de espacio acu en este párrafo: «Política militar es la que trata
mular citas de tantos autores, escojamos de al de constituir y gobernar los ejércitos, conside
gunos contemparáncos los textos necesarios para rados en absoluto como asociación humana, y
hacerlas comprender. Asi dice Jomini en su capi en sus relaciones con en el pueblo, con el ene
tulo «De la política militar ó filosofía de la guer migo y con la ola:>e de guerra que se hace.
ra»: Bajo esta denominación entendemos todas Consta de un estudio sobre la guerra considera
las consideraciones morales que se refieren á las do en abstracto; de estudios sobre guerras de dis
operaciones de los ejércitos; porque si las polí tinta naturaleza y forma política; del análisis de
ticas son también causas morales que influyen las virtudes necesarias á la vida de los ejércitos;
en la dirección de la guerra, hay otras que, sin de la teoría del mando militar; del conocimien
depender de la diplomacia, no son tampoco de to de las leyes militares; del exámen de las rela
estrategia ni de táctica. No puede dárseles una ciones que deben existir entre el ejército y el
denominación más racional que la de política enemigo, el pueblo y el pueblo enemigo; de las
militar ó de filosofía de la guerra. Nos atendre condiciones que deben satisfacer los hombres y
mos á la primera; porque aún cuando la verda las clases escogidas para la milicia; de la orga
dera acepción de la palabra filosofía pueda apli nización política de los ejércitos y militar del
carse igualmente ,á la guerra que á las especula país; en una palabra, de todo aquello que in
ciones de la metafísica, se ha dado una exten fluya moralmente como principio constitutivo,
sión tan vaga á esta acepción, que experimenta ó como elemento de muerte y descomposición,
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en la fuerza material de las naciones». (Villa- «Tal es la regla general de la guerra, que no
Martín. Nociones del arte militar, pág. 3). pueden destruir excepciones fundadas en venta
Por último, puede mirarse como en resumen jas momentáneas. Al comenzar las operaciones
la constitución de la guerra desde este elevado no se sabe quien batirá á quien: lo que única
punto de vista. Conjunto, sistema de precau mente se sabe es que, vencido ó vencedor, hay
ciones ó previsiones fundadas sobre los conoci que renovarse: y sólo por la preparación puede
mientos geográficos ¿ históricos, físicos y mora satisfacerse esta gran necesidad militar. La
les, por medio del cual los reveses que puedan preparación consiste desde luego en organizar
traer consigo los lances y vicisitudes de los sólidamente, tanto en lo principal como en lo
combates nos produzcan el menor mal posible: accesorio, asi las tropas destinadas á entrar en
mientras que, sobre el mismo teatro, el menor línea las primeras, como las que han de apoyar
triunfo que nos depare la fortuna traiga consigo á estas; por este medio se asegura en lo posible
los resultados más felices y más duraderos. la probabilidad de las primeras ventajas, cuya
Frontino, Montecuccolli, Feuquiéres, Mauricio importancia es capital, pues crean lo que puede
de Sajonia, I.loyd nos enseñan cuál es el arte de llamarse la moral de la guerra y prejuzgan mu
constituir la guerra, cuál es su utilidad funda chas veces el resultado de la campaña. La pre
mental y qué importancia debe dársele. Los paración además se aplica á discutir las exten
triunfos de los Romanos pertenecieron siempre siones probables, ó meramente posibles, de la
más al consejo que á la fortuna; esta les faltó guerra con sus altos y bajos inevitables; á dis
muchas voces en el curso de sus expediciones; ponerlo lodo, personas y cosas, para estas ex
pero el resultado definitivo siempre les fue favo tensiones; á acumular los aprestos sobre ciertos
rable. Porqué? porque siempre constituyeron puntos, desguarneciendo otros; á escalonar en
bien la guerra. las direcciones que convengan los recursos y los
Respecto á la preparación de la guerra, pocas medios existentes; á crear reservas de hombres
razones se encontrarán tan concisas y elevadas, de material, de dinero; á preparar en ciertas co
como estas, que á continuación trascribimos, de yunturas el espíritu público para sacrificios im
un libro francés que, en el año de su aparición, previstos; en una palabra á prever y á organi
1867, ha logrado alcanzar la edición 18." zado todo en vista de las previsiones admi
«Entre todos los hechos que concurren más tidas».
directa y eficazmente al éxito de una empresa «Este es un programa complicado, difícil, de
militar, la preparación ocupa el primer lugar. una importancia primaria, y fuera del cual no
Indudablemente, el genio del hombre que dirige hay seguridad para los ejércitos, ni para los go
la guerra puede dominar alguna vez los aconte biernos. Para fijar teóricamente los términos y
cimientos; pero nunca los domina más que en realizar .a aplicación, es menester tiempo, cal
cierta medida y por limitado tiempo. La histo ma, sério y profundo examen de la estadística
ria nos muestra que los mayores genios milita agrícola y comercial del teatro cierto y del tea
ros del mundo, César, por ejemplo, y Napoleón, tro eventual de operaciones, detenidos estudios
que con tanta razón podían fiarse en su inspira militares y políticos etc. etc.»
ción y en su fortuna, léjos de desdeñar la pre «La fortuna y el mérito de la Prúsia en 1866,
paración, se aplicaron á ella con toda intensidad, como antes en los tiempos de Federico, han con
creando una ciencia profunda á la que siempre sistido en haber previsto la evolución de los ca
pidieron mucho. Fin la guerra , las marchas minos y medios do la guerra moderna; en ha
prolongadas, los sufrimientos de todo género, con ber estudiado atentamente sus condiciones du
las enfermedades que son su consecuencia, los rante una larga paz; en haberlos encontrado en
combates, en fin, aunque en proporción relati- su mayor parte, y en haber hecho oportuna y
tivamente pequeña, producen en los ejércitos resueltamente la aplicación. Es, en efecto, difí
efectos permanentes y extensos de desorganiza cil de imaginar esfuerzos mejor dirigidos, más
ción. Es preciso acudir con renovaciones conti seguidos que los consagrados por Prusia, des
nuas de hombres y de material, con nuevos es de las guerras del primer imperio, á la prepara'
fuerzos de la hacienda; pues, entre dos naciones cion de su ejército. Esta preparación, hasta 1860
beligerantes, el triunfo definitivo es de aquella parecía no tener más objeto que mejoras gene
que asegura mejor y con más frecuencia estas rales, fundadas en la investigación y el estudio
renovaciones, como entre los ejércitos que com de los hechos interesantes que las guerras con
baten, del que trae al campo las últimas re temporáneas habían revelado, y en someter á
servas». experiencia esos procedimientos é invenciones
GrUER - 58* - GrUER
que se ofrecían á la adopción de los ejércittos. El género, por donde otros, con más saber é inte
más satisfactorio y fecundo de los resultados que ligencia, puedan cultivar y enriquecer la lite-
obtuvo, fue seguramente el armamento de su in RATURA MILITAR.
fantería llevado en sentido de la rapidez del tiro
aun grado de perfección, cuyas ventajas no han
alcanzado las potencias militaresde Europa has
ta quince años después de l'rusia. A contardes- Por noble quesea la aspiración humana de
de 1860, la preparación del ejército prusiano ha remontarse á los orígenes, no iremos á buscar
ofrecido un carácter de especialidad, de prose el de la guerra en Caín y Abel; ni mucho menos
cución, de actividad, que hubiera bastado á como «El árbol de las batallas» libro famoso del
vender sus designios y el objeto que se propo siglo XV, en la célebre de los ángeles buenos y
nía, si los detalles se hubiesen estudiado con to malos. Nos guardaremos también de hojear con
da la atención que merecían. El número de re mano profana los libros sagrados, á pesar de que
gimientos de infantería doblado; la distinción en ellos, especialmente en el Deuteronomio, po
definitiva establecida entre el papel, durante la damos ver máximas, preceptos, y sanción para
guerra, de las tropas activas y de la landwehr la guerra. Tampoco nos detendremos en aquella
(origen de la lucha entre el poder ejecutivo y el época histórica ya, pero incierta, desde la pri
parlamento); reservas metálicas, es decir, ha mera memoria de los Asirios y Troyanos hasta
cienda dispuesta á los esfuerzos que el Estado Ciro, que, según documentos, aparece como el
podía dirigir según sus miras, disponiendo del primer maestro de un arte razonado. Aquellos
presupuesto sin intervención del parlamento; es veinte siglos, llamados heroicos, dan, más que
tudios de topografía y estadística minuciosa provecho, pasto á la erudición, que se ejercita
mente ejecutados en todas las direcciones en en interpretar y comentarlos eternos modelos de
que podia llevarse la guerra; registros, matri Homero, Herodoto, Tucydides, Jenofonte y Ar-
culas, requisición de caballos etc., tal fué el riano. Sea como quiera, llámese Jeovah, ó Sa-
conjunto de disposiciones y hechos que prece baoth, ó Belo, hijo de Nemrod, ó Niño, rey de
dieron y presagiaron la tempestad». los Asirios, á quien la historia, entre las nieblas
«Así, la campaña de Bohemia fué como el de la fábula, atribuye el honor de primer cau
efecto explosivo de todas las fuerzas y de todos dillo, capitán, director de una guerra, ello es
los medios reunidos por una preparación general constante que todos los pueblos en su cuna han
muy antigua, y por una preparación especial, invocado un mito protector de los valientes, in
vieja también de seis años por lo menos. Esta justo y pródigo repartidor de laureles y coronas.
ultima, tan exenta de irresolución como de es Nada más fiero y expresivo que el terrible Odin
crúpulos, se llevó á cabo con una habilidad y un de los antiguos escandinavos, prometiendo á sus
vigorde actitud, que le merecerían, no el nom feroces creyentes, después de la muerte, la fe
bre de preparación, sino el de conspiración de licidad de una guerra sin término: á su lado es
guerra, sí el hombre considerable que la dirigía bien pálido y sensual Allah, prometiendo en el
hubiese hecho más misterio de sus miras » Corán la eterna juventud de las houriesal buen
(Trochu. L'armée franc. en 1 867. 18 edic. pág. musulmán que mucre en el campo de batalla.
464). El raciocinio hace coriiprender que en los
tiempos anle-históricos, las reuniones de hom
bres en estado nómada ó salvaje, por numerosas
que fuesen y por sangrientos y constantes que
Aunque la magnitud y la índole de este ar fuesen sus choques con las fieras ó con otros
ticulo nos rcle\an de la obligación, que en otros hombres sus vecinos, mal podían hacer verda
principales nos hemos impuesto, de incluir al dera guerra, es decir, guerra con arte, sí se des
gunos datos históricos; queremos, en obsequio conocían todas; pero, en cuanto la agricultura
del lector y como prueba de no haber escaseado y el comercio (garantidas siempre por la fuerza
laboriosidad y diligencia, aventurar un rápido victoriosa, que es el único derecho natural) pro
bosquejo de la «marcha de la guerra», seguros dujeron agrupaciones ya definidas y sociales,
de que ha de perdonar la temeridad de la idea y esto es, las nacionalidades, entónces entró á ba
el desaliño de la forma en gracia de la intención, lancear el elemento del «ataque» otro elemento,
que no es otra en todo el libro, sino la de abrir sino nuevo, de nueva importancia, que exten
horizontes, despertar estímulos, promover in- dió el instinto innato de la conservación de la
Testigacíoncs, mostrar en fin caminos de lodo persona al más artificial ó artístico de la conser
GUER - 585 - GITER
vacion de la cosa adquirida, esto es, á la «de movedizas, que se borran del suelo tan pronto
fensa». con la espada de los generales como con la plu
Una horda salvaje al caer sobre su vecina lo ma de los diplomáticos.
hace siempre fiada en su superioridad material La mirada del militar historiador no se le
y con el ímpetu ciego del león sobre su presa: vantará ofuscada por el laberinto de los mapas,
si esta la reconoce, pone grandes espacios y dis si lleva el hilo seguro de la estructura y confi
tancias intermedias con la fuga, impelida por el guración invariable de las verdaderas fronteras
miedo: si duda y hace frente, y la fortuna no naturales. Las consideraciones marcharán, di
corona su valor, no hay defensa, ni capitulación, gámoslo asi, por el mismo itinerario, ya se ex
ni pacto: los combatientes que quedan vivos, tiendan sobre el imperio asirio, dominando la
las familias, los rebaños, propiedad mueble, mo llanura de la Mesopotamia y sus pingües comar
vible, todo pasa en el acto al campo vencedor, cas regadas por el Tigris y el Eufrates; ya sobre
donde se funde y donde sigue su marcha nóma el antiguo Egipto, tendido sobre la cuenca del
da, impelida por la necesidad de aguas y paslos Nilo, desde sus atronadoras cataratas hasta su
ó, á su vez, por el terror á otro enemigo que la delta bañado mansamente por el mar Mediter
amenace. ráneo.
Pero en el momento que la tribu fija su re A la par, ántes quizá que el ejército regular
sidencia, forma.verdadera sociedad y sobre ella y organizado, vemos también alzarse entre las
asoma la civilización, también apuntan con ella nieblas de la historia, con la vaguedad de los
dos primeras condiciones de lo que se llama tiempos fabulosos, los dos elementos constitu
nacionalidad y creadorasde la «defensa»: la una, yentes déla l-'ortificacíon: el campo móvil, atrin
esa línea gráfica trazada sobre el suelo con una cherado con árboles, tierra, zarzos, carros ó
espada vencedora que encierra integralmente la barcos; y la ciudad murada y torreada con su
propiedad inmóvil de un pueblo, esto es, «la acrópolis ó ciudadela: lo que en el dia significa,
frontera»; la otra, un punto generalmente cen mos con los nombres de Fortificación pasajera y
tral del territorio, fortalecido por la naturaleza permanente.
ó por el arte, donde el hombre guarece lo que Si la muchedumbre, ya relativamente civi
te es más caro, sus hijos, sus tesoros: donde lizada, comprende que su masa misma le per
apoya su valor, conforta su espíritu y adquiere judica ó embaraza para la guerra y la defensa,
la idea defensiva. Este núcleo, tabernáculo, co instintivamente aplicará el principio ingénito de
mo se quiera, es cía ciudad murada». la división del trabajo y, delegando los más úti
Y aquí debe fijarse la atención en el naci les para la cosa militar, formará un ejército. Es
miento de un principio militar, constante y eter te, á su vez, más desocupado y responsable, se
no como la naturaleza misma en la cual se organizará, se ordenará, creará una «milicia»
funda, y cuya recta aplicación, modificada por inventará una «táctica».
las épocas, envuelve el más arduo problema de Tenemos, pues, enlazadas, al primer albor
la guerra. Desde el momento en que aparece de toda civilización, las ideas gemelas, comple
una sociedad organizada, la vemos adaptarse al mentarias y eslabonadas de ataque y defensa
terreno en que vive siguiendo una ley providen frontera y núcleo, milicia y ejercito, fortifica
cial. Este estudio de las fronteras y de los nú ción y láctica.
cleos ó capitales, bajo el punto de vista históri Ahora, demos un multiplicador, como se
co—militar da un resultado, uniforme, constan quiera, á esta unidad ó entidad imaginaria, y
te, fecundo. tendremos ejércitos desmesurados de centena
Aplazándolo para otro lugar respecto al ter res de miles de asirios y persas; ciudades, como
ritorio de España, donde con mayor provecho y Ninive y Babilonia, Menh's y Tébas, engendros
certeza puede desarrollarse en interés de la pa monstruosos de la civilización oriental, que la
tria; ahora conviene recordar que la forma uni occidental tiende á repetir. La historia de la
taria y vigorosa de aquellos antiguos gobiernos, guerra, y de las instituciones que la alimentan,
no necesitaba más que algunos pocos centros de nada pierdeen utilidad con no poder rebasar, co
vitalidad, fortaleza y resistencia, en ciudades mo doctrina, la meta que se levanta detrás de
populosas; hasta que posteriormente las revolu los dos grandes pueblos posteriores y realmente
ciones y las guerras, alterando y desmembrando históricos, que en si absorbieron cuanto pasó
unas veces á los pueblos, extirpándolos otras, ántes de ellos: y sobre cuya vida, cada dia más
crearon nacionalidades ficticias, reinos imposi palpitante á nuestros ojos por nuevas y más
bles, y fronteras, como vemos en este siglo, tan hondas investigaciones, todo estudio da fruto,
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GUER SS6 — GUER
todo análisis ideas, toda meditación aplicaciones. Creemos, con un elegante escritor francés,
En las fuentes históricas de Grecia y Roma que en historia, como en todo, importa más es
es donde el soldado y el repúblico saciarán SU tablecer relaciones sólidas, fecundas en con
sed de gloria y de enseñanza; su admiración á jeturas luminosas y en consecuencias satisfacto
las virtudes y altos hechos; su horror al crimen; rias, entre hechos constantes, acreditados, co
su afición á los grandes problemas resueltos de nocidos de todos y fuera ya de discusión ; que
la administración y de la guerra, complicados buscar la comprobación de algún incidente du
resortes de la vida en todos los grandes pueblos. doso, o conciliar versiones contradictorias, des
Dejemos, pues, a los eruditos la tarea de tinadas á quedar tan indiferentes después de
puntualizar con certeza el hecho anterior en esclarecidas, como lo eran en su primitiva os
que arraigue la guerra conloarte. Son tan inex curidad.
plicables las evoluciones de aquellas antiguas l'ara bien historiar, seria preciso unir al es
sociedades, que la tenacidad solamente logra tudio de los hombres que han hecho la guerra
rastrear algún indicio, ligarlo á otros incomple con gloria, el de aquellos otros que han escrito
tos y, abusando quizá del raciocinio, presentar, con alguna reputación militar sin haberla he
como en geologia, huesos de monstruosos esque cho nunca. Pero solo se alcanzaría el fácil mérito
letos, que aturden por lo descomunales, y cau de una voluminosa compilación, si no se impu
tivan, más que por su belleza propia, por la vo siese uno la ley de escoger y de circunscribir
luntad, el ingenio y la fatiga que en esta ingrata severamente el número de las acciones y de las
faena sepultan sus beneméritos autores. opiniones que deban reproducirse: mientras que
Para fijar bien las ideas y encadenar el ra no debe ponerse limite alguno al número de
zonamiento, sin que divague como es usanza en hechos y autoridades que se han interrogado v
escritos de este género, importa definir y esta consultado.
blecer previamente en la palabra guerra las dos Positivamente, para los detalles de un arte,
ideas complejas y entrelazadas que encierra, de ó simplemente de un hecho, no son los poetas
hecho y arle: como hecho, existe desde los pri la fuente más preferible: y sin embargo, cuando
meros hombres; como arte ó conjunto de reglas, se trata de una fuerte impresión producida so
la guerra, como la civilización, síntesis de todas bre el pensamiento general, de una tradición
las artes, tiene que seguir las curvas sinuosas importante y populará la vez, los poetas suelen
trazadas en las tablas de los tiempos por la ma ser verdaderas autoridades; pues nadie mejor
no misteriosa de la providencia que ellos percibe y expresa esos grandes efectos
Pretender, pues, establecer leyes y descu de una manera más exacta y conmovedora; son
brir claves es una osadía titánica, sepultada por órganos líeles de las sensaciones vivas y dura
castigo, como en lo fábula, bajo el peso de los bles, de las que cabalmente dejan hondas huellas
mismos delirios que se amontonan para escalar en la sociedad.
el olimpo ignorado de la verdad absoluta. La Por otra parle, hacemos también nuestros
marcha de la civilización no es por etapas re los siguientes párrafos, entresacados de los que
gladas, como presuntuosamente quiere supo encabezan la «Historia política y parlamentara;
nerse, ni su dirección hácia adelante forma li °-e España» por Kico y Amat.
neas que puedan ponerse en ecuación por el «El espíritu filosófico, que desde el siglo an
historiador geómetra. Los grupos de la huma terior viene dominando en la política como en
nidad se mueven sobre la tierra, como los as lodos los ramos del saber humano, se ha filtra
tros en el espacio, con sujeción á leyes, sí; do también en la historia, imponiéndole sus
pero cuyo conjunto orgánico nos será siempre pretensiones de juzgar lo realizado, para pene
desconocido, por más que la mano Creadora le trar, por medio de sus juicios, en lo venidero y
vante, como en recompensa de nobles aspiracio desconocido».
nes, alguna punta del velo con que cubre su pro «Por eso la historia antigua refiere y la mo
digioso mecanismo. derna comenta; por eso los historiadores de ayer
Téngase esto presente al encontrarse ron la contentábanse con relatar los hechos «como» pa
gunas y soluciones de continuidad, inevitables saron, mientras que los de hoy. al referirlos,
en toda narración histórica algo sucinta: y con tratan de averiguar además «porqué» pasaron.
forme á nuestro próposilo, pasemos de un salto «La esencia de la historia antigua la consti
el laberinto de revoluciones y catástrofes que tuyen los detalles de localidad; asi como la esen
tantas veces variaron la faz de los antiguos im cia de la moderna historia se encierra en las
perios del Asia. apreciaciones de la filosofía».
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«La una, con la vaguedad de sus declama que tanto realzan el esplendor histórico de la
ciones, engendra la duda. Con el análisis de sus antigua civilización griega.
comentarios la otra descubre la verdad. Aque No bien libre de la invasión asiática, la Ate
lla es un recuerdo: esta una enseñanza. De aquí nas de Pericles se envuelve en las guerras civi-
el que la historia moderna, siendo filosófica, sea I les llamadas del Peloponeso, por el largo espa
intencional: y que, teniendo intención, tenga cio de 27 años (431 —-404). El célebre sitio de
objeto». Potidea (430 a. O, en que brilla la aptitud de
Por último, aunque difícil y penosa, acep Aristeo para la guerra defensiva, y la tenacidad
tamos la recomendación que en su «Historia de de los atenienses para su extensa circunvala
César» hace Napoleón III: «El historiador debe ción, es la primera página de un tratado ya for
ser más que un pintor: debe, como el geólogo mal de arte mililar. La verdadera historia de la
que explica los fenómenos del globo, descubrir guerra también allí comienza con Tucydides. Las
el secreto de la trasformacion de las sociedades». campañas de 423. 426, 425 y 424 son las más
Sirva todo ello de precedente, de clave, de notables, asi por lo sagaz de sus combinaciones
excusa si se quiere, á la manera de exposición estratégicas, como por lo vigoroso y oportuno de
que hemos creido conveniente adoptaren este sus golpes tácticos. Por ejemplo, en la batalla de
brevísimo resumen. Delio (424), la caballería espartana, maniobran
do rápida y cautelosa para caer de improviso
sobre el ala derecha de los atenienses, indica el
acertado empleo de esta arma, tan brillante co
Está admitido que en la batalla de Thymbrea mo peligrosa, y cuya importancia crece en to
■'ioO, 548, 541 a. C), descrita por Jenofonte, es dos tiempos, incluso en el nuestro, aunque su
donde tiene formal arranque la historia de la manejo sea más dificil.
guerra. Allí Ciro, según Decker, aprovecha el La primera batalla de Mantinea la de 418,
motílenlo en que le desborda su contrario, para pues hubo tres de este nombre), narrada minu
lomar la ofensiva y decidir la batalla, con una ciosamente por Tucydides, restablece la reputa
carga de su caballería monlada en dromedarios. ción de Esparta y su preponderancia en el Pelo
En Grecia el arte de la guerra, propiamente poneso. Mas aquí encuadra, por rigor cronoló
dicho, empieza á cultivarse ante el peligro de las gico, la retirada de los Diez Mil, célebre episodio
invasiones médicas. En el art. Falange, como en que sobresale Jenofonte, su historiador y cau
lugar más propio, se da idea sucinta de los me dillo. Auxiliar de Ciro contra su hermano Arta-
dios tácticos entónces usados. Aquí, tomando la jerjes y batido en Cunaxa cerca de Babilonia
cuestión más en conjunto, basta recordar que [401 , comienza allí un viaje ó peregrinación
Milciades, en Marathón (490 a. C), abriendo á militar, lleno de incidentes curiosos y de por
propósito el intérvalo que separa sus dos falan menores tácticos, erigidos hasta hoy en reglas
ges sólida y hábilmente apoyadas en obstáculos elementales. La formación en cuadro, el paso de
naturales y artificiales; que Temístocles, enco desfiladeros, la organización de una vigorosa re
mendando la salvación de la patria al éxito de taguardia, la ofensiva en ciertos casos para ale
la batalla naval de Salamina (480 a. C), y re jar ó desorientar al perseguidor, el incendio en
construyendo luego, previsor, los muros de Até- otros y la tala ó razzia para detenerle, todo apar-
nas y del Pireo; que el mismo Leónidas, pagan rece en el romance militar de Jenofonte como
do tan noblemente en las Termópilas su impru pudiera en un manual de nuestros tiempos.
dente seguridad, hacen ya ver claramente los Volviendo á Grecia y al punto en que surge
principios eternos é inmutables del arte, que la guerra entre Esparta y Tébas, la historia re
alborean en aquella interesante lucha del pe gistra con respeto el nombre de Epaminondas
queño pueblo griego contra el orgulloso persa vencedor en Leuctra (371) con Pelópidas, ven
que intenta aplastarlo con su muchedumbre, no cedor también enManlinea (362, segunda bata
desprovista sin embargo de concierto y direc lla de este nombre; donde encuentra una muer
ción. Túvola, y notable, la retirada de Mardo- te gloriosa. Inventor, según la frase vulgar, del
iiío á la Beocía y su preparación de la célebre órden oblicuo, inspirador de Filipo, no hay du
jornada de Platea (479 a. C.¡ en que una muerte da que el magnánimo general tebano, clava, por
gloriosa le evitó mirar con envidia los laureles decirlo asi, un jalón táctico eo la marcha histó
de Pausanias. Cimon, hijo de Milciades, con su rica de la guerra. Las reflexiones que en los art.
doble victoria de Eurimedon, pone feliz término Batalla, Orden, Táctica, pueden verse acerca de
y remate á esas dos guerras, llamadas médicas, la amplia acepción con que se debe entender el
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orden oblicuo, nos relevan de entrar aquí en de esas brillantes y calculadas imprudencias,
pormenores sobre la vigorosa maniobra que en que el arte de la guerra en ocasiones permite y
las dos batallas mencionadas dió merecido triun aconseja; pero el hábil aunque vencido Mem-
fo a Epaminondas. Ese orden oblicuo y escalo non se refugia en Halicarnasio, y allí, ante los
nado, cuando lo desenvuelve en el campo de muros tenazmente defendidos , el impetuoso
batalla un general de ánimo sereno y vista pers conquistador, convertido en frió ingeniero, ago
picaz, rápido y certero en descubrir el punto ta incansable los múltiples recursos que ya por
vulnerable y el instante oportuno, producirá aquel tiempo ofrecía la poliorcetica. Suerte fue
eternamente gloriosos resultados, lo mismo en sin duda ¡y sin suerte no hay hombre grande
Leuclra y Mantinea, que en Leutheu y Kosbach, en la guerra) la oportuna muerte del general
que en Wagram y en Austerlitz. contrario, al entablar un atrevido movimiento
Sobre Tóbas, que vuelve á la oscuridad con sobre la espalda de Alejandro, y en la misma
la muerte de su héroe, sobre Esparta, sobre Ate Grecia, que quizá le hubiese detenido, si no le
nas ya declinante, se levanta Macedón ia con hacia retroceder. En Ysso (333*, fuera de los
imperecedera gloria militar. Filipu deja á su suce medios habituales con que Alejandro, desde ni
sor Alejandro esos gérmenes de futura grandeza ño, sabe mover el corazón del soldado, la victo
y poderío que, desarrollados luego á la luz y al ria estriba en el tino con que sabe discernir el
calor de un inmenso talento, producen hechos punto llave de la extensa linea de Darío. Los ce
increíbles, que en vano estudian atónitas las ge lebres sitios de Tiro y Gaza vienen otra vez á
neraciones posteriores. Al nacer (356 a. C] el convertir al fogoso táctico en irresistible y ter
héroe macedón, ya su padre habia sembrado en co poliorcetes. El último esfuerzo de Dario,
su pequeño ejército ciertos principios de disci aunque poderoso y desesperado, concluye, co
plina y de moral, bases en todo tiempo de gran mo es sabido, en la batalla campal de Arbelas
des cálculos y atrevidas empresas. En el ramo (331,. Babilonia, Susa , Persépolis caen como
técnico del arte, que entonces ya se llamaba perlas desgranadas de esplendido collar, y la
táctica. Filipo, discípulo de Epaminondas, in vasta monarquía se derrumba. Darío mismo
troduce mejoras que dan á la falange [V. e. v.) la cae 330 bajo el puñal de Beso, sátrapa de Bac-
perfección tipica expresada hoy con el adjetivo triana. Por mucho que se rebaje, eu calidad y
macedónica. Esta superioridad militar, conse en número, de los 600.000 infantes y 175,000
guida en circunstancias y por medios muy aná caballos que las historias suelen atribuir á Da
logos á los del padre de Federico II de Prusia, se río, el hombre menos impresionable forzosa
revela súbita y triunfante en la batalla de Chero- mente ha de rendir tributo de admiración á ta
nea (338 a. C. en que sucumbió de un golpe la les hechos.
independencia y la libertad de Grecia. Abierto Ni las delicias del Asia, ni el alejamiento de
asi el camino, Alejandro, en los primeros her su patria logran detener al joven conquistador,
vores de la juventud, al frente de 3o. 000 hom que lleva sus armas contra los rudos y belico
bres escasos, sueña y realiza la conquista del sos escitas (328), y subyuga la Bactriana, ha
Asia. Verdaderamente, en vista de aquellos he ciendo expiar al sátrapa el asesinato de Darío,
chos casi fabulosos, hay que concederá Ale sinceramente llorado por su magnánimo vence
jandro Magno no sólo la plenitud de su dictado, dor. A pesar de los sangrientos y repetidos com
sino, aunque pese á nuestro prosáico descrei bates con que empieza la campaña de 326, pa
miento, algo de sobrenatural, algún atributo de ra subyugar tribus y pueblos feroces, Alejandro
semidiós. pasa el Indo y luego el Hydaspes, riéndose
Desde luego se le ve, como á todos los gran con sus 18.000 macedones de los numerosos
des capitanes, cauto, sagaz y reflexivo al acome canos y elefantes que se le oponen. Tocando los
ter su empresa. Aplana la indocilidad de los linderos del mundo entonces conocido, aun pre
griegos, estimulados por la elocuencia de De- tende ir más alia; pero sus tropas fatigadas des-
mósthenes, con 'el terrible escarmiento de Té- | fallecen y se niegan. La retirada á Babilonia se
bas 3.15) donde sólo deja en pié, por singular efectúa á través de nuevos combates y peligros,
delicadeza, la casa de Pindaro; y ya seguro pol y allí, en 324 a. C, muere, por intemperancia
la espalda, emplea tres años de combates en dicen, el primer «maestro» del arte de la guer
establecer, como hoy decimos, sólida base de ra. Los lunares que empañan su vida como hom
operaciones, conquistando el litoral asiático. El bre en nada marchitan sus palmas de repúbli
célebre paso del Uránico 331), en que el héroe co, ni sus laureles de capitán. Sangrientos fu
confirma su reputación de invulnerable, es una nerales le hicieron sus tenientes, como el mismo
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les anunció en su lecho de muerte, con prolon escribirse por si misma: el senado declara in
gada contienda para repartirse la pingüe heren digno de la patria, merecedor de vilipendio al
cia. Alguno de ellos, como Demetrio l'oliorcetes, cuerpo de tropas que capitule en campo raso, y
ha conservado á través de los tiempos su fama á la vez el dictador Camilo recibe los envidia
como expugnador de fortalezas ; otros, como bles honores del triunfo.
Arato y Filopemen, descuellan en aquellas per No bien Roma, con la sumisión de Sabinos y
petuas guerras civiles; pero la Grecia tiene que Samnitas, principia á consolidar su poder en la
ceder el puesto histórico á un nuevo pueblo, Italia central, dirige Inicia el Sur de la Penín
que primero la protege y luego la subyuga, lle sula miradas codiciosas, que le atraen enemi
gando por nuevos caminos á la perfección del gos extranjeros. Tarento, amenazada, pide auxi
arte militar. lio á Pirro, rey de Epiro, sobrino de Olimpia,
madre de Alejandro Magno, que, arrebatando á
Demetrio Poliorcetes la Macedonia, es dueño de
casi toda la Grecia corrompida y degenerada.
Como en el art. Legión se procura dar una El hábil y orgulloso principe griego presenta á
idea completa (en cuanto lo permite la índole los ojos atónitos de los rudos italianos su densa
de esta obra) acerca del estado militar de la an y geométrica falange (V. e. v.; flanqueada por
tigua Roma, licito debe ser aquí, resbalando so terribles elefantes. El legionario romano cede
bre pormenores de organización y táctica, seguir naturalmente al terror de la novedad en Hera-
muy porencima condensando ciertos recuerdos, clea (280 a. C.) y en Ascoli; pero lo costoso de
para eslabonar meramente la marcha histórica aquellas victorias se rebela en la triste excla
del arte de la guerra. mación que se atribuye á Pirro: «otra como es
Roma tiene que crearlo desde su nacimiento, ta y soy perdido». Por su espíritu de prudente
en el año 753 Ó75Í Antes de Cristo. La carencia y oportuna asimilación, que la historia consigna
de marina y de Iodo contacto con la civilización á cada paso, no bien el rudo legionario pudo
griega, que no conoció hasta más tarde, le da un ver la artificiosa disposición de un campamento
sello duro de vigor y originalidad. Los oscuros griego, comprendió al punto su excelencia y sus
y reiterados esfuerzos de las primeras genera ventajas; y de su penosa castrametación tene
ciones romanas, para ensanchar en el Lacio el mos hoy mismo vestigios auténticos, en los in
circulo de su dominación: la agitación interior, numerables campos y castros diseminados por
siempre viva y tumultuosa en un pueblo tardo toda la superficie del antiguo imperio. Al poco
pero seguro en constituirse; una fé ciega en la tiempo 27o. Pirro, batido por Curio Dentato en
fuerza propia, estimulada por la esperanza de Benevento, tiene que abandonar la partida, y
altos destinos, contribuyeron á que Roma fuese sus temidos elefantes sirven de principal osten
incubando, desde su primera infancia una pre tación al ruidoso triunfo del vencedor. La ex
disposición á la guerra metódica, que ninguna quisita y retinada civilización griega viene á 1
agrupación social, de las gratules que le han su caer, como fruta madura, ante la naciente vi
cedido, inclusas España y Francia en sus tiem rilidad de un pueblo más enérgico. Roma, su
pos de expansión, ha logrado imitar, ni aun jetos ya definitivamente ó anexionados (como
comprender. hoy diriamos) sus indóciles vecinos, domina
En siete periodos, nada menos, separados desde Viterbo al golfo de Nápoles, desde Porto
por cortas treguas puede dividirse la obstinada d'Anzio hasta Sora; y aspira fundadamente al
guerra con los Samnitas. En ella forzosamente completo señorío de Italia, desde el Rubicon
debió el arte hacer progresos: y los eruditos, de hasta Messina. En efecto, la toma de Sálenlo y
común acuerdo, fijan el sitio de Veies, que du Brindis iibl) redondea la conquista por el Sur:
ró diez años (iOo —.'¡93 a. C.j como el de Troya, pero la absorción de la Sicilia y el dominio del
por punto de partida de la historia militar ro Mediterráneo avivan los celos de Cartago, y en
mana. Es, en efecto, el sitio de esta ciudad 261, la primera guerra puntea, abre otra era
etrusca donde nace la célebre organización le mililar con más vivo y dramático interés. Maes
gionaria, con tropas permanentes, con campaña tros ya por tierra, los romanos emprenden re-
de invierno y, sobre todo, con sueldo lijo, men sueltamenle, como todo, su aprendizaje por
cionado por primera vez. Allí se hacen ya re mar. El primer ensayo hace dudar de su apti
glamentarios ciertos pormenores tradicionales tud. Y el espartano Jantipo, comandante del
de administración, deservicio, de táctica: la or ejército mercenario cartaginés, bale al romano
denanza, si pudiera usarse esta voz, empieza á Régulo 1255; vencedor en Adis y Clypea 257 —■
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256) á su desembarco en Africa. Los largos si cepción revela una gran inteligencia y además
tios de Lilybea y Erix dan á esta primera guer un gran carácter. La ejecución, por lo atinada,
ra de 23 años (2t>4—241) un carácter intere responde á la grandeza del pensamiento. Dejan
sante y preparatorio, que bien pudiera decir do en España á su hermano Asdrúbal, para con
se de prólogo. tener una población indócil y veleidosa, él cru
La verdadera acción de la tragedia comienza za el Ebro; pasa el Pirineo, el Ródano; escala
en la segunda guerra púnica, singularmente pa las cumbres nevadas de los Alpes y desemboca
ra España que estrena su papel histórico inter en las fértiles llanuras del Pó. Roma, espantada,
nacional. Despojada Cartago no sólo de Sicilia, sabe el paso del Ebro casi á la vez que el de los
sino de Córcega y Cerdcña que le servían como Alpes. El primer ejército que arrebatadamente
de pilares de un gran puente, vuelve la vista opone es deshecho en el Tessino (218) por la ca
sagaz y codiciosa á esta otra península ibérica. ballería númida y la tenaz infantería española.
Amilcar Barca, toma el arduo y peligroso encar El cónsul Fabio, cuyo nombre desde entonces
do de subyugarla ¡237—229, consiguiendo á viene significando en el tecnicismo militar, defen-
duras penas establecerse en el litoral del Medi I sa prudente, ardidosa y sistemática, comprende
terráneo, donde funda á Peñiscola y Barcelona. que la salvación está en embotar con paciencia
Muerto Amilcar (229 tras de nueve años de y destreza aquel puñal agudo que va hundién
continuos combales, su yerno Asdrúbal toma el dose en el corazón de la patria. Esquivar bata
mando, mientras llega á mayor edad su hijo llas; lomar posiciones;aburrir con marchas y es
Aníbal, el cual, venido á España en la infancia, tratagemas; ganar tiempo es el hábil y prudente
educado en ella, casado luego con mujer espa plan de Fabio. No lo aprueba su petulante com
ñola, bien puede decirse que tiene más de espa pañero Sempronio, y una nueva catástrofe en el
ñol que de cartaginés. El ódio áKoma, constan- Trebia cubre á Roma de lulo y nuevo espanto.
lómente avivado por su cuñado y por su padre, El cónsul Flaminio corre presuroso á cerrar las
hierve en el alma rencorosa del jóven caudillo, embocaduras del Apellino, verdaderas Tertnó-
que á 2o años entabla un duelo á muerte con la pilas de Italia: Anibal, á través de todos los obs
implacable enemiga de Cartago. Pretendía la táculos, cruza en el corazón del invierno, baja á
nrgullosa Homa que el Ebro sirviese de limite la Etruria y en la orilla del lago Trasimcno(217¡
a la conquista cartaginesa, y enfurecido Anibal humilla ante su espada por tercera vez las alti_
pone sitio éSagunlo (219) cuya tenaz resisten vas águilas romanas. En Roma consternada sólo
cia y dolorosa catástrofe quedan como ejemplar queda un hombre enérgico que todavía no des
en la historia. España por entonces se dibujaba espera. Fabio confia tenazmente en su táctica
ya, como nación, con los mismos rasgos que en evasiva y expectante; en su destreza para uti
el dia conserva característicos é indelebles. In lizar el terreno: en su fria y calculada indife
capaz de unidad y de cohesión, ni ante el peli rencia, tanto contra los ardides, como contra
gro, ni ante el provecho común, mientras una las provocaciones de su fogoso contrario; pero
parte sucumbe en Sagunto cobardemente aban la irritación del pueblo impaciente y exaspera
donada por Roma, otra combate y luego cede al do no se aviene con tal cordura ni tamañas len
talento militar y á la habilidad política del as titudes: acepta mejor las baladronadas del cón
tuto general cartaginés. ¡Lamentable y frecuen sul Varron, que, arrastrando á su colega Paulo-
te espectáculo en esta dura tierra, tantas veces Emilio, quiere por cuarta vez medirse en cam
partida en facciones por extraños intereses! Al po raso con Anibal. El inmenso desastre de Can-
caer Sagunto sacrificada por Roma, 15.000 es nas (216) pone colmo á la fortuna del cartagi
pañoles guarnecían la ciudad de Cartago: y ma nés y á la desventura de Roma.
yor número formaba el nervio del poderoso Y aquí, en corto paréntesis, conviene recti
ejército que habia de servir de instrumento á ficar una inexactitud que corre en la historia
los ambiciosos planes del fogoso capitán car sin el debido examen. Se censura en el gran ca
taginés. pitán cartaginés, como debilidad ó indecisión,
Con razón la historia de la guerra abre capí- no haber coronado su obra incomparable, mar
lulo aparte á este, fiero expug:iadoi de Sagun chando directamente sobre Roma desde el cam
to. La idea estratégica de herir á Roma en el po de batalla de Cannas, donde dejaba anegado
corazón, en su mismo Capitolio, cayendo desde en sangre el último soldado y la última espe
lo alto del Pirineo sobre laüalia, y luego arras ranza de un pueblo vencido. Quizá, mirándolo
trando los pueblos de la alta Italia contra una bien, en este cambio de conducta, tan súbito é
dominación aborrecida, idea es cuya sola con inesperado al parecer, encuentre el militar pen
GUER - 39i - GUER
sador el argumento más sólido, la prueba más ! en 212, derrotados y muertos dos Escipiones
coucluyente de la perfección militar con que la ( Cneo y Publio, ante una tremenda y pasajera
nuturaleza dotó al héroe cartaginés. Ese con coalición de españoles y africanos, Indibil y Ma-
traste en apariencia, esa difícil armonía y pon sinísa, se ve á las reliquias romanas pasar el
deración del ardor con la frialdad, del ímpetu Ebro fugitivas, pudiendo apénas restablecer su
con el cálculo, de la obstinación con la flexibi disciplina la mano enérgica del olvidado Marcio.
lidad, es cabalmente loque, reunido, constituye Aníbal, pues, está solo, completamente solo
eso que unos llaman tino, otros talento, otros en el corazón de Italia que le rechaza: y en su
fortuna, el secreto en fin do cuantos hombres forzada inacción al rededor de Cápua, en sus r u
han logrado descollar en la historia por consu das y tristes campañas de 216, 215,214, en que.
mados repúblicos ó por invencibles capitanes. varias veces batido, pierde prestigio y tiene que
Para evitar repeticiones, en el artículo Delicias abandonar la Campania, todavía resalta más la
de Capua encontrará el lector alguna de las magnánima entereza que constituye el fondo de
razones justísimas que detuvieron la marcha aquel envidiable carácter militar. Roma, cuyo
triunfal de Aníbal, extenuado por tres años de temple puede calcularse por el hecho de sacar á
continuas marchas y sangrientos combates, y pública subasta en el momento de mayor angus
forzado á consolidar su situación en la Italia me tia los terrenos que ocupaba el campamento de
ridional, para comunicarse con Africa su verda Anibal, no habia de ceder en terquedad al car
dera base de operaciones. taginés. Medidas extremas, levantamiento en
Mejor que nadie, podemos saber los espa masa, armamento de esclavos, preparación de
ñoles que á la sazón Aníbal no podia contar con un nuevo ejercito, que con otro Escipion (Publio
España como base de operaciones, de esas que Cornelio, hijo y sobrino de los anteriores) venga
los estratégicos llaman eventuales ó auxiliares ó por Tarragona á restablecer las cosas de Espa
escalonadas, y que con más exactitud pudieran ña, perdidas por el pánico y la indisciplina; to
llamarse ocasionadas, por lo mucho que suelen do cuanto un gobierno prudente y un pueblo
serlo á grandes catástrofes. Díganlo sino las que varonil pueden acumular de cólera, de esfuer
con tanto esmero y acierto dejaba tras de sí el zo, de reparación, todo se amontona ante los
moderno Aníbal al penetrar en Rusia en 1812. pasos forzosamente vacilantes y mesurados
El senado y el pueblo romano eran en todos con ya del invasor. Aníbal, á su pesar, tiene que
ceptos perfectamente dignos del héroe cartagi aceptar la defensiva, y en este ingrato y deslu
nés. Mucho distaban délos imperios despóticos cido papel sigue sin embargo su inagotable ta
y de las flojas muchedumbres que arrollaba lento dando interés cada vez más palpitante al
Alejandro Magno: y de aquí la opinión de algu largo y sangriento drama... Prodigios de Mgory
nos que, quilatando imparciales la variedad de actividad, inagotables recursos de estrategia v
tiempos, dificultades y peligros, igualan y áun táctica se necesitaban ciertamente para dete
elevan al general cartaginés sobre el deificado ner, y aún arrollar con imprevistas reacciones
macedón. ofensivas, ejércitos cada vez renacientes, que
Desde el año 218 el senado previsor, com siempre se prometían aplastar aquella vieja
prendiendo con militar sagacidad cuánto im hueste mermada y descontenta. En las admi
portaba corlar, incomunicar, aislar a Anibal de rables campañas de 212 á 203, Roma vuelve á
España, envió con este objeto á Cneo Escipion y correr graves peligros. En 212, Anibal hace le
un corto ejército, tanto para tener en jaque al vantar á los romanos el sitio de Cápua; derrota
cartaginés Asdrúbal, como para atraerse, por la en emboscada el cuerpo de Sempronio Graco en
negociación ó por la fuerza, aquellas poblacio Lucania; arrolla otro de Penula; aplasta en
nes ó tribus lusitanas y celtiberas, tipo en aque Herdonea otro de Fulvio. En 21 1 , todavía se cree
llos tiempos y que persiste después de veinte con fuerzas para intentar un golpe contra la
siglosj de inconsistencia política, de rencoroso ciudad de Roma, su perpetuo objetivo; pero las
pandillaje y de incomparable bravura. Con tales fuerzas considerables y apercibidas que la guar
elementos ya puede presumirse lo continuo y lo necen, los efluvios que hasta él llegan del pu
inopinado de las peripecias. Los vencidos de ro patriotismo que dentro de sus muros arde, le
aquí aparecen vencedores más allá: los que hoy convencen de que la empresa es imposible. El
se degüellan feroces, mañana fraternizan, al avance sobre Roma le cuesta perderá Cápua,
otro dia se odian. Si en 21 ía. C. huidos y tra que dejó desguarnecida. Más acerbos desenga
queados los cartagineses, se presenta España casi ños le trae la campaña de 210. Una nueva vic
it romanizada» en apariencia, dos años después. toria en Herdonea no compensa mayores revé-
GUER - 592 - GTJER
ses: singularmente el <le Salapia, donde Marce En 204, y venciendo los reparos que opone
lo logra el honor de vencerle por primera vez el prudente Fabio, Escipion arranca del senado
en batalla campal. Dos años después ¡208) cae permiso para guerrear en Africa. Varios comba
este mismo Marcelo, perdiendo la vida, en una tes victoriosos del romano, en combinación con
emboscada de las que tan hábilmente sabia Masinisa; la derrota y muerte de Hannon y de
tender el astuto cartaginés, que con éxito vario Sifax: el sitio de l'tica '203] obligan á Cartago
sigue combatiendo de nuevo en las cercanías do á llamar á Aníbal en su defensa. Este acude,
Cápua. abandonando con triste presentimiento aque
Naturalmente, en tan prolongada guerra más lla Italia, teatro de sus glorias. En efecto la cé
de una vez debió ocurrirse á los dos hermanos lebre batalla de Zama ; 1 20 kilómetros al O. de
cartagineses unir sus fuerzas para un golpe de Cartago; resuelve definitivamente la larga que
cisivo en una de las dos Penínsulas. Por fin, en rella '202 dando el laurel á Escipion, que lo
¿07 se lleva á cabo el plan de acudir Asdrúbal merece por las novedades tácticas con que en
á Italia con ■jO.OOO hombres, por el mismo ca el campo de batalla sorprende á su viejo enemi
mino que siguió Aníbal á través de los Pirineos go. Según los historiadores, la caballería númi-
y de los Alpes. Si la reunión se verifica , Roma ila del ágil Masinisa, cargando en el momento
vuelve á los angustiosos trances de Trasimeno de desorden que introdujo la fuga de los elefan
y Cannas; pero su fortuna le depara al cónsul tes de Aníbal, y las legiones (V. e. v.) confun
Nerón, comandante del ejército de Lucania.que diendo de. pronto sus tres líneas reglamentarias
ejecuta un movimiento hábil, luego muchasve- en una sola y extensa, para envolver las alas
ces repetido en el campo y recomendado en los del cartaginés, parece que fueron las causas téc
libios. Sabiendo Nerón, por despachos inter nicas ó determinantes de aquella jornada deci
ceptados, la llegada de Asdrúbal, deja como siva. Después de ella, dictada la paz á su patria
pantalla una parle de su ejército delante deAni- (201), Aníbal vaga en el destierro largos años y
bal recientemente batido, y con la otra corre á al fin se suicida en la corte de Prusias, rey de
reforzar á su colega el cónsul Salinator, que Bítinia, al saber que este le quería entregar
mandaba otro ejercito en el Metauro. Juntos al rencor inextinguible del romano '182). Y bien
allí vencen á Asdrúbal, y la primera noticie' puede decirse que le persiguió hasta después de
que llega á Aníbal es la cabeza ensangren muerto: pues sólo por las apasionadas historias
tada de su hermano. Todavía el héroe pelea á de sus feroces enemigos, han llegado á la poste
brazo partido con la fortuna, que ya se le mues ridad, falseadas y ennegrecidas, las noticias re
tra siempre airada; pero al fin tiene que aban lativas á los hechos más culminantes del héroe '
donar el suelo de Italia, para defender el de su cartaginés. Un año ántes había muerto, oscura
patria amenazada por Escipion ¡Publio Corne- mente retirado en la Campania. su afortunado
lio) que, conquistando á Cartagena |2I0;, ven rival.— Por aquel tiempo (183 a. O.) bebe tam
ciendo en Becula ^209;, en Elingos '206!, logra bién la cicuta Filopemen, el célebre estratego
limpiar á España de cartagineses, acorralándo do Acaya que, militarmente, bien puede llamar
los en Cádiz ,20o;, y haciéndoles por último se el último griego. Y registremos de paso un
evacuar esla importante ciudad, que al punto, hecho importante en la historia del arte de la
como las otras, se hace romana, siu perjuicio de guerra, recordando que en la batalla de Pydna
pronunciarse, como ahora diriamos, al menor '108 a. C.l más decisiva que otra anterior de
descuido de sus conquistadores. Es curioso, re Cynosoephalos (197' queda resuelta la cuestión
petímos, el cuadro de aquella España primitiva técnica ó táctica entre la legión y la falange
tan suelta y guerreadora como la moderna y la :V. e. v.) con la victoria definitiva de la prime
media. Tropas españolas combatían en los dos ra. Paulo Emilio bate á Perseo de Macedonia y
bandos en la batalla de Metauro, sobresaliendo la (¡recia recibe el yugo de Roma
el vigor de las de Asdrúbal: y porque Escipion I.a tercera guerra púnica M 49— 146) conclu
enfeima ó desatiende, Astapa, lliturgo y Castu- ye con la toma y destrucción de Cartago. Por
lon se le sublevan, recibiendo por ende feroz aquel tiempo (150, las depredaciones y atrocida
castigo. La evacuación de los cartagineses está des de Lucillo y Galba habían colmado la me
visiblemente determinada por la defección del dida del sufrimiento entre los españoles indó
africano Masinisa, y, para completar el colorido mitos del centro de la península. Las guerras de
y semejanza, 8.000 hombres se le amotinan á Víriulo 13(1— 140¡ y el triste epilogo de Numan-
Escipion por falta de pagas, como diez y siete cia v 1 33) abandonada á las iras del destructor de
siglos después sucede en Rundes y en Italia. Cartago, si bajo el punto de vista del sentimien
GUER — 693 — GUER
to conmueven y admiran, bajo el aspecto frío Cimbros, que se encaminaban á España, son de
del arte lo que prueban es lo inútil del valor y tenidos por el pretor Fulvio con tropas del país,
del patriotismo, cuando luchan solos contra un y acosados por Sila, teniente de Mario, vuelven
estado militar vigorosa y sabiamente constitui á incorporarse á los Teutones que buscaban á
do, como á la sazón lo era el romano. Esta des lientas el paso de los Alpes (104— 103). Peligrosa
consoladora pero exacta deducción nunca pro reunión que amenaza de nuevo, pero que de
bablemente será aceptada en el país apasionado nuevo se disuelve, por el afán salvaje ó por al
de los grandes hechos sueltos, parciales, estéri necesidad imperiosa de moverse para vivir. Ma
les; por lo tanto enemigo siempre ó incapaz de rio, encerrado en su campo, ve desfilar aquellas
largas empresas, que requieran lenta prepara hordas, arrastrando pesadamente su botín, y
ción, unidad de esfuerzo, sacrificio de I» indi en el momento propicio cae sobre ellas, desha
vidualidad en aras del bien común, problemá ciéndolas cerca de Aix (103). Los Cimbros, á pe
tico ó remoto. Desde la caida de Numancia sar de los esfuerzos de Sila y del cónsul Cátu-
queda España absorbida por Roma, y á esta por lo, logran por su parte romper y desembocar
consiguiente hay que volver los ojos para seguir para juntarse á los Teutones: entónces Mario,
la marcha histórica del arte militar. | con rápida y vigorosa concentración, los des
Mario es el que por aquel tiempo lo perso troza en la batalla de Verceil (102), alejando asi
nifica. Alumno, como Yugurta, en su primera cinco siglos la ruina de Italia.
juventud del fiero Escipion Emiliano, ante los Este notabilísimo incidente, ligado á los que
muios de Numancia, ilustra su nombre en la inmediatamente hace surgir la sangrienta riva
campaña de Numidia ¡106) y lo engrandece lidad de Sila y Mario, modifican ya la manera
con otras en las Galias (I05—402 . Es notable de ser del pueblo romano, introduciendo tras
esta época por el nuevo y temeroso factor que cendentales reformas en su legión ÍV. e. v.), y
entra á jugar en el problema siempre complica variando, no la esencia que es inmutable, sino
do de la guerra. El elemento bárbaro que, como la forma, la conducta, los accidentes del arte de
densa niebla, cerraba el extenso horizonte de la la guerra, que se prepara y acomoda, por de
gran República, toma hácia el norte la forma de cirlo así, para entrar en manos de César su ter
negra y tempestuosa nube, que avanza impeli cero y último maestro en la antigüedad.
da por el huracán. Los Cimbros, engrosados Antes sin embargo de llegar á el, y al lado del
luego con Teutones, más adelante cou Ambro- de Mario, deben tener mención especial otros
nes y otras tribus, caen sobre la Galia meridio nombres que ilustran el arte, como Sila, Marí
nal, amagando indecisos las dos penínsulas itá dales, Lúculo, Pompeyo y Sertorio. Para nos
lica é ibérica. La artificiosa táctica romana (v. otros los españoles merece este último más par
Legión; se encuentra ante el ímpetu incons ticular examen y estudio.
ciente de los bárbaros en situación análoga á la Quinto Sertorio habia venido á España por
del hábil tirador de sala de armas contra un ad los años de 99 a. C. á sofocar una de tantas su
versario vigoroso, que, ignorante ó despreciador blevaciones de la Celtiberia, motivada á la sa
de la esgrima, se deja de quites y paradas, y zón por las tropelías y desafueros del cónsul
con el brazo rígido solo busca donde clavar la Tito Didio. Secuaz ardiente de Mario, de quien
punta de su acero. El cónsul Silano que intenta fué cuestor (V. e. v.) en la guerra contra los
detener el torrente es arrollado (H0); otro Cimbros, buscó asilo en España contra las fero
Scauro, que al año siguiente quiere vengarle, ces proscripciones de Sila vencedor (81 a. C).
sufre igual suerte; las campañas de 108 á 106 Aunque áspero de genio y desagradable de figu
traen desastres que llegan á intimidar á la alti ra (pues era tuerto como Aníbal, Antígono y Fi-
va Roma, con sus tropas á la sazón diseminadas lipo, sabe captarse la voluntad de los españoles,
en Macedón ¡a, Africa y España. Un poco más de hasta el punto de soñar no sólo con la rebelión
instinto ó de audacia estratégica en aquellas armada, fácil siempre en la tierra de Indibil y
hordas, y llegan, comu otras veces los Galos, al Viriuto, humeante todavía con las ruinas de Nu
mismo Capitolio; pero no ha sonado todavía la mancia, sino en hacer de España una nueva Ro
hora providencial; y agotado el suelo por sus ma. Si hechos posteriores, y áun recientes, no
salvajes devastaciones, los bárbaros, con velei concurriesen á demostrar la inexplicable facili
dad propia de la ignorancia, se dislocan unos dad con que esta durísima tierra suele á veces
bácia los Alpes y otros hácia los Pirineos. Roma, amoldarse como cera á las más extrañas ó im
en su apuro, hace venir de Africa al vencedor previstas condiciones, este incidente de Sertorio
de Yugurta, envía á Mario á la Galia (105): los seria increíble á pesar de su perfecta autentici
75
GUER - 594 - GUER
dad. Al poco tiempo la Bélica, la Lusitania, la | próceres ó patricios que adquiriesen el nom
Celtiberia se alzan en armas y levantan sobre el bre y derechos de ciudadano romano (sic): de
pavés al proscrito romano. Perpenna. también modo que en plena España el titulo de español
proscrito y refugiado, intenta compartir el po- 1 era titulo de exclusión, merced á la constitución
der con Sertorio, pero sus tropas «fraternizan» ' «otorgada por un romano». Indudablemente, y
y este queda único jefe. Sila, desde Roma, para \ por peregrino que parezca, la verdadera y com
apagar el incendio amenazador envía un ejérci pleta «romanización» de España, no la consi
to con Annio que, cogiendo infraganli á la insur guen las armas de Escípion ante N'umancia, sino
rección, la desorganiza. Pero Sertorio se refugia la rebelión de un proscrito vengativo. El ardien
en Africa, donde forma el núcleo do un nuevo te patriotismo de Sertorio so manifiesta en la
ejército con el cual vuelve á España y se burla famosa respuesta á Mitrídates, que todos los his
de las tropas romanas que, al mando de Méte toriadores mencionan. Este encarnizado ene
lo, envia Sila en el año mismo de su muerte miga de Roma, único rey verdaderamente mi
(79. a. C). Roma, comprendiendo la trascenden litar que el Asia ha producido, había hecho
cia de aquella rebelión formidable, envia al I enérgicas y brillantes campañas contra el mis
gran Pompeyo, que no la vence con las armas, I mo Sila [88—86 a. C), contra Luculo, contra
sino con el puñal traidor de Perpenna, quien j Pompeyo. Naturalmente buscó alianza y man
de tal modo gozaba la confianza de Sertorio, que comunidad con Sertorio contra su común ene
al abrir el testamento de este se vio nombrado miga: desde el fondo del Asia le ofreció barcos
su heredero. El miserable asesino trató en vano y dinero á condición, muy natural, de recobrar
de sustentar una causa arraigada en la singular | las provincias que Sila le forzó á ceder. Serto
personalidad de Sertorio: y Pompeyo con Méte rio, en su senado de Evora, lo mismo que si
lo, disponiendo de un ejército para aquellos estuviese en el de Roma, opina, con general
tiempos formidable, pues se hace subir á 70.000 asombro y contra el voto de los senadores in
hombres, logran restablecer la tranquilidad en dígenas, que era justo devolver á Mitridates la
España 73 a. C). Ritinia y la Capadocia, heredada de sus abue
Los largos años y las difíciles circunstancias los: pero que él, Sertorio, aunque en guerra
en que Sertorio logró afrontar las iras de Roma, ; con Roma, de ningún modo consentiría que Mi
hacen presumir sus extraordinarias prendas tridates ocupara el Asia menor, usurpada antes
morales, políticas y sobre todo militares. Los y devuelta á Roma por solemnes tratados. El
generales romanos sabían técnicamente el ofi viejo rey del Ponto se quedó átonito con tan
cio; pero no podían igualarle en el conocimien inesperada respuesta y dicen que esclamó: «si
to práctico de esa índole especial que tiene la desterrado nos dicta leyes ¿qué baria dictador
guerra defensiva en España, cuando hábiles ma en Roma»?—Esta nativa predisposición de Es
niobras juegan sobre puntos fuertes bien asen paña á apasionarse por intereses que no son los
tados y tenazmente defendidos. Los sitios de I suyos, todavía vamosá verla acentuarse más en
Lacobriga, Laurona, Contrebia y sobre todo el I las sangrientas querellas de César y Pompeyo.
de Culugurris Calahorra que rivaliza con Nu- í En ellas, el arte militar romano llega á su
mancia, prueban, por una parte la habilidad tac- i apogeo, y habiéndolo condensado la historia en
tica y ¡a vigorosa iniciativa de Sertorio, y por I la persona de César, justo es darle un puesto de
otra, su inconcebible ascendiente sobre pueblos honor en este brevísimo resumen.—Nacido el
y soldados. Porque es de advertir que en el año 100 a. C. , 651 de la fundación de Roma, no
magnánimo rencor de aquel proscrito no entra cubre al mundo con su gloria á la edad tem
ba ni asomo siquiera d - ese odio á la patria, ó prana de Alejandro y de Aníbal; pero algo de
por lo ménos de ese enfriamiento de cariño, que notable debía entreverse en su mocedad, frivola
suele observarse en los hombres pequeños cuan y borrascosa al parecer, cuando el suspicaz Sila
do salen de ella empujados por la derrota en las ya veía en el «muchos Marios». La naturaleza
guerras civiles. Entre lo más notable de lo nota vertió pródiga sobre el futuro dictador cuantas
ble de esta guerra, es \er á Sertorio en España dotes son necesarias para formar con la ultima
más «romano» que si estuviese en Roma. El ene perfección humana el hombre de mundo, el
migo de Roma reproduce en España su senado, hombre de estado y el hombre de guerra. For
su magistratura de pretores, cuestores y tribu zados por la índole de este articulo á no presen
nos, su constitución, su ejército, su táctica; di tar más que la rápida comprobación de una de
vide el territorio en dos regiones Evora y Hues sus múltiples aptitudes, omitiremos, aunque el
ca i, fundando universidades para los hijos de los boceto pierda en colorido, todo lo que el origi
GUER - 595 - GUER
ginal, en conjunto armonioso y admirable, reu tusiasmada. El emperador francés que en 1867
nió de magnifico, de elocuente, de elegante, de escribe, con intención mal velada, la vida de'
fecundo, de inagotable, de seductor, de flexible, héroe romano, ensalza su «dulzura» con los es
de enérgico, de ambicioso, de afortunado, de vi pañoles y, lo que es más fuerte, su rara «inte
cioso y hasta de disoluto. Todo esto entraba en gridad». De aquende el Pirineo las cosas suelen
aquel hombre, sin igual hasta ahora, con tan tener diferente punto de vista: y los infelices
justa proporción; sus vicios mismos por tal ma habitantes de las comarcas que domina el Mons
nera se entretejen y confunden con las virtudes, Herminius ¡Sierra Estrella), foco perpetuo de
que el censor más severo, de los muchos que insurrección, pudieran deponer contra su insa
ha tenido, aún con deliberado propósito de no ciable pretor inauditas atrocidades. Acallados
aplaudirle, concluye por reconocer que ha sido con oro de España sus acreedores, áun le queda
una de las individualidades más completas entre un fuerte pico para aspirar al consulado, cor
las que han descollado sobre el género humano. rompiendo, como es de rúbrica, al cuerpo elec
Entresacando con violencia para nuestro objeto tora). En el mismo año 60 ya es cónsul; da su
las partes exclusivas de soldado y capitán, to hija Julia por mujer á Pompeyo, y con este y
davía en paralelos hechos por los mismos fran Craso forma el primer triunvirato. Pero César
ceses saca ventaja el antiguo César romano á su comprende que falta á su fortuna el sólido pe
moderno César galo. Quizá tiene aquel á su favor destal de la gloria militar. En vez de mirar á
como los cuadros viejos, cuando son buenos, Oriente y sus riquezas, como Sila, Mételo, Lú-
esa acción benéfica del tiempo que tan mara culo y Pompeyo, él fija su vista penetrante en
villosamente empasta y armoniza los colores; pe las Galias, pobladas de tribus belicosas, que
ro, á nuestro juicio, ni en los siglos posteriores, pueden abrir camino á nuevos cimbros hasta el
en que el francés sea ya legendario, logrará corazón de la orgullosa república. Y razón ha
despertar la irresistible simpatía del romano. bía: no bien vuelto de España, 50.000 cántabros,
A los veinte y tres años (78 a. C.) y después salvando ágiles el Pirineo, al mando de caudi
de algunas campañas y de sucesos como el de llos hechos en las guerras de Serlorio, se unen
Bitinia, es objeto de acusaciones, con cuya vi á los galos para atacar la frontera romana. Cra
gorosa defensa ya consolida su celebridad ora so los deshace de un golpe.—César toma otro
toria. Vuelto de Rodas, donde todavía se perfec camino. Rompe por Suiza donde la legión (V. e.
ciona, logra ser en Roma pontífice y tribuno mili v.) vence á la falange helvética, como venció
tar (74—70). Después de una breve estancia en á la macedónica; y después de estas victorias de
España como cuestor (69), donde á la vista del Bibracto y de Befort (60 a. C), modelos de vi
busto de Alejandro (en Cádiz) lloró, según dicen, gor y de táctica, resuelve penetrar entre los
de impaciencia, vuelve á Roma, y allí se liga con bárbaros, que ante el peligro común se confe
Pompeyo con lazos de amistad y hasta de es deran y se amontonan á su frente. Populares y
trecho parentesco, casándose con Pompeya nie de todos admiradas son sus campañas del año
ta de Sila. Por entónces estaba en auge el ven 57 contra los belgas (Coment. lib. 2); del 56,
cedor de los piratas y de Mitrídates. César, ya contra los vénetos; su primer paso del Rhin y
edil curul con gran representación y propia in su desembarco primero en Inglaterra (55) y el
fluencia, se impone á la multitud, así ofrecién segundo en 54; su campaña en el año siguiente
dola espléndidos juegos y gladiadores en el cir contra los treviros (Coment. lib. 5 y 6); y en
co, como haciendo sagaz que en ella reviva el fin su duelo á muerte con la Galia levantada en
recuerdo de Mario, ó tomando parte nocturna y masa á la ronca voz de un Vercingetorix, con los
cautelosa en las orgías y aviesas trazas del indó célebres sitios de Avaricum, Gergovia, Alesia
cil Catilina (65) . Pero gran pontífice en el con (52. a. C). Aún descontando el arte exquisito y
sulado de Cicerón (63), César deja con habillidad la delicada trama de sus Comentarios, siempre
que el célebre conspirador expié sus errores con se ve con asombro la suma de esfuerzos, de ta
la muerte del soldado en el campo de Pistoia lentos, de trabajos y también, justo es añadir,
(62); y de pretor urbano en Roma, donde Pom de crueldades, con que el dominador de las Ga
peyo saborea sus triunfos de Asia, vuelve á lias dió cima á su atrevida empresa. A sus ra
España como propretor, para desenredarse de ras dotes de letrado, de diplomático, de políti
incómodos acreedores y fabulosas deudas. Aquí co, de administrador, que simultáneamente os
recibe el título de Imperator que, como es sabi tentaba, este hombre unia una rápida facilidad
do, no era por entónces más que simple acla de tránsito de la ferocidad á la clemencia, del
mación en el campamento de la soldadesca en despego á la urbanidad, de la atención más
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persistente á la huelga más báquica, de la ener ' crónicas la Era Española, hasta 1180 en Catalu
gía más soldadesca al temple más ameno y con ña, 1358 en Aragón y 1383 en Castilla: años en
ciliador. Asi, sólo asi, con tal entereza y flexi que respectivamente se instauró la Era Cristia
bilidad de carácter, ó casi pudiera decirse, con na ó vulgar, por la que hoy nos regimos. De ahi
esa difícil amalgama de tan opuestos caracteres, la necesidad de rebajar 38 en las fechas que an-
es como pueden consolidarse las rápidas con í teceden á los años mencionados.
quistas. Ast las Galías, en el año 52, concluyen Ni el trastorno y destrjecion del imperio
por besar la mano que les arrebató su indepen romano; ni la larga y tenebrosa edad media
dencia, y se honran con alistar sus mejores sol (476—1453), con su dislocado régimen feudal y
dados en las filas del simpático vencedor. á pesar de sus perpetuas guerras, pueden ofre
A esta altura, César no podía mirar con bue cer á la historia del arte militar los jalones su
nos ojos la altura rival de Pompeyo, ni dejar de ficientes para seguir una marcha recta y lógica.
contraminar las hondas tramas que con su en Ya sean choques fortuitos ó calculados de vecino
vidia le preparaba en Roma durante su larga con vecino, ya tremendas irrupciones como la
ausencia. La discordia estalla. El espíritu incan de Europa sobre Asia con las Cruzadas, ó la de
sable de César ve un nuevo atractivo en la Asia sobre Europa con los árabes; ya se unifi
guerra civil. Baja losAlpes.sedetieneindeciso que el poder por cortos años bajo el cetro más
pero al fin pasa el Rubicon que sirve de límite político que militar de Cárlo Magno; ya los fe
á su gobierno, y con la toma de Rimini, que roces normandos inquieten el litoral y funden
siembra el pánico en Roma, inicia una campa poderosos reinos, el arte, repetimos, la colec
ña que en dos meses le hace dueño de Italia y ción de tradiciones, preceptos, reglas ó métodos
de Sicilia (49 a. C). Cae como el rayo en Es para «hacer la guerra en vastos teatros» sigue
paña sobre Afranio y Petreyo, tenientes de Pom como enterrado y casi desconocido. A la sazón
peyo, venciéndolos en el Segre con prodigios de los escasos vestigios de la antigua literatura,
táctica, de tino y de valor (48). Revuelve contra conservados en algunos monasterios, escasamen
su rival que le espera en persona en la Tesalia; te podían ser descifrados por los altos proceres
y en la célebre jornada de Farsalia !48), tam y mucho ménos por sus toscas mesnadas. La
bién por acertadas maniobras y oportuno em fortificación no dió un solo paso, á pesar del in
pleo de las reservas, concluye con su altivo y calculable número de puntos fuertes que ser
desafortunado competidor. Nuevos esfuerzos vían para clavar al suelo, por decirlo asi, las ma
que los hijos de este, Cneo y Sexto, intentan en llas de aquella inmensa red, con que cubría la
España, traen por cuarta vez á César A su tea Europa el régimen feudal.
tro conocido; y la memorable batalla de Munda, Una excepción, sin embargo, debe hacerse
tenazmente disputada, corona la gloria militar de Lspaña en esta época histórica tan larga,
de César, dictador omnipotente, á quien nadie complicada y tenebrosa. La idea patriótica y
ya contesta el dominio del mundo conocido. Un persistente de arrojar al africano invasor pro
año después (44 a. C.) el puñal de Bruto > Ca duce, á veces con largas intermitencias, mo
sio se hunde en aquel pecho que parecía in mentos clásicos, iluminados por fulgores pasa
vulnerable.— jeros del arte, tanto en su parte que hoy deci
mos filosófica y estratégica, como en esa otra,
Aunque después de este trágico suceso, la mucho más difícil y peligrosa, de ejecución
vida militar del imperio romano se prolongó táctica. En el extenso articulo referente á esta
cinco siglos, llena, singularmente en el último, última voz encontrará el lector vagos y breves
de grandes vicisitudes y saludables enseñanzas, recuerdos del mecanismo militar entre godos y
la historia del arte militar, que aquí pretende árabes; pero como el estudio realmente militar
mos trazar á grandes rasgos, puede muy bien de la Reconquista (años ha laboriosamente con
cerrar este primer periodo de la antigüedad cluido por el que esto escribe) tiene un desar
«clásica», dejando condensadas sus tres impor rollo incompatible con las estrechas columnas
tantes épocas en los tres nombres inmortales de de un Diccionario, vale más, sin tocarlo siquie
Alejandro, Aníbal y César. ra de pasada por no achicar con extractos la
Respecto á España, sabido es que en el año grandiosa epopeya, saltar á piés juntos, como
38 ántes del nacimiento de Jesucristo se fija la vamos á hacerlo, á los primeros años del siglo
fecha de su completa sumisión ó incorporación XVI.—Kn el art. Cronología queda indicado
«oficial» al vasto imperio romano; y desde ella que es empeño vano y trastornador ese de ajus
empieza i contarse en nuestros documentos y far violentamente á las conocidas eras, épocas
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y periodos de la historia civil ó general, los de la que tan cuidadosamente ocultaban la existencia
historia «técnica» puramente de la guerra ó del del ejército español hasta que lo daban por ven
arte militar. La propagación, por ejemplo, del cido en Rocroi, esos mismos herejes alemanes
cristianismo, del islamismo, del protestantis que no nos concedían más aptitud que para
mo, altos hitos que siempre descollarán en la achicharrar moriscos y judíos, ya van enfriando
serie de los tiempos, en nada acotan ni jalonan sus odios seculares y dejando expeditos los cau
la «historia militar». Esta se divide en dos so ces, por donde la verdad pueda comunicarse
los y desiguales periodos, separados por el he limpia y clara. Asi como se dió el caso peregri
cho culminante de la invención de la pólvora no de saberse en España por medio de los ex
ó, mejor dicho, de la «introducción de las ar tranjeros, que teníamos algo bueno en los dra
mas de fuego». Por eso, dándole su histórica mas de Calderón, en los lienzos de Velazquez 6
importancia, se ha procurado fijar con alguna en los ajimeces de la Alharabra; asi principia á
critica y detenimiento en el art. Artillería: al creerse ya, porque se lee en algunas obras mi
paso que en el otro articulo, también extenso, litares «no escritas en castellano», que losinimi-
dedicado é la Táctica se procura desenvolver sus tables soldados que lo hablaban hace tres siglos,
trascendentales consecuencias. Si el lector gus resucitaron el arte militar, cultivándolo con ta
ta recorrer ambos artículos, fácil le será se lento y con gloria, ántes, mucho ántes que vi
guirnos en la segunda parte del presente, que niesen al mundo Conde, Turena y Luxembur-
abarca, en síntesis ó bosquejo, la guerra moder go. Para quien sabe que la naturaleza nunca
na y señalando sólo á la atención del militar procede á saltos, y que todo hecho histórico
aquellos puntos en que debe detenerse con más proviene de una larga incubación anterior, ex
fruto. En estos tiempos nuestros, en que tan de cusado es advertir que el renacimiento, en ge
prisa hay que estudiar y vivir, es deber, costo neral, tuvo lenta y tortuosa preparación, en los
so por cierto, del escritor concienzudo, ante siglos XIV y XV. En el primero, la invención de
poner el provecho público á su reputación lite la pólvora {V. Artillería), la presencia de los ar
raria, y, cortando los vuelos á la imaginación, queros ingleses en Crecy, Poitiers y Aljubar-
presentar sus cuadros enjutos y descarnados rota: en el segundo, la aparición victoriosa de
con leal exactitud y modesta sobriedad. la infantería suiza en Granson y Morat, y la com
posición, realmente moderna, del lucido ejérci
to que Cárlos VIH llevó á la conquista de Ñápe
les, son hechos que efectivamente anuncian, con
Ocioso parece á primera vista, en un libro marcha gradual, el advenimiento de una gran
español y para españoles escrito, insistir en la de y necesaria reforma. Que España tuvo la oca
afirmación de que el renacimiento militar de sión ó la fortuna de llevarla á la práctica y di
Europa se debe, en la parte más principal, á la vulgarla luego, está ya fuera de toda discusión.
gloriosa España del siglo XVI. Si se considera Así como del sitio de Veies, por puntualizar de
que esa misma España, tan varonil, ha estado algun modo un hecho complejo, se hace nacer
luego condenada largo tiempo, en un marasmo la milicia romana: por igual motivo de nuestra
cercano de la estupidez, á no alimentar su inte Conquista de Granada, que también duró diez
ligencia sino con algunos desechos, previamen años y desató un nudo político, se puede hacer
te tamizados por la inquisición, de la fútil ame venir la moderna milicia española. Anterior
nidad francesa; sise atiende á que, por intole mente en España, como en todas partes, hubo
rancia religiosa estuvimos muchos años inco guerreros: al finar el siglo XIV en España, en
municados con la Europa que piensa y trabaja Francia, en Alemania principió á haber solda
más allá del Rhin; si se repara que hoy mismo, dos; pero de la levadura militar que fermenta en
en las escuelas primarias, se ensenan los rudi esa guerra de Granada , primero y cumplí-
mentos de la historia patria por los desdichados do ejemplo de la sección del arte que hoy se lla
versos del padre Isla, y, en las escuelas milita ma estrategia, es de donde salen, no solamente
res, los del arte de la guerra por malas traduc los soldados hábiles y vigorosos con oficiales
ciones de Rocquancourt ó Vial; no se extrañará bravos y diestros, sino los generales brillantes
ciertamente que requiera algun esfuerzo, y aún ó invencibles, maestros respetables del nuevo
se corra cierto peligro, en la simple tarea de res arte militar, cuya primera escuela se abre en
tablecer hechos auténticos y extirpar rutinas ó Italia. Al pronunciar el nombre de Gonzalo de
preocupaciones inconcebibles. Afortunadamen Córdoba, como ántes los de Aníbal y César, con
te en estos últimos años, esos mismos franceses, quienes el Gran Capitán tiene visibles semejan-
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zas, ya se deja entender qne simboliza una épo La diversa constitución y composición de ara
ca, un sistema, á la muñera que por la estrella bos ejércitos en Italia explica esta diferencia.
más fulgente solemos distinguir en el cielo una El francés formaba, contra las nuevas reglas, el
constelación ó una pléyade. Siempre al rededor nervio del suyo con suizos mercenarios que más
de estos hombres privilegiados se agrupan otros de una vez le dejaron plantado al empeñar la
de gran mérito relativo, que contribuyen mo batalla: mientras que los «señores soldados» de
destos á darles mayor relieve, y sin cuya vo la vieja infantería española, altivos como princi
luntad mancomunada fuera imposible acome pes con la pica ó el arcabuz al hombro, no de
ter y dar cima á vastas empresas militares, que jaban á sus auxiliares, que desdeñosamente lla
de suyo exigen artificiosa y calculada combi maban naciones, más que un lugar secundario
nación. y fatigoso. Estos, indudablemente, fuesen italia
Puesto que aquí el patriotismo no está reñi nos, alemanes, walones, croatas ó húngaros, con
do con la verdad, saludemos como promove- el roce continuo, con el ejemplo diario, llegaban
doresde la restauración militar á los Reyes Ca muchas veces á igualar á sus maestros. Pero
tólicos; como primero y práctico «profesor» del siempre se nota en Golonna ó en Pescara, en el
arte de la guerra al inmortal Gonzalo, sin olvi- Condestable de Borbon ó en KilibertodeSaboya,
darnosde poner detras ya su lado las airosas figu en todos nuestros capitanes extranjeros, el ar
ras de Pedro Navarro, Paredes, Leiva, Alarcon, dor con que codiciaban ante todo el mando di
Pescara, Urbina, Vasto, etc. ¡Glorioso plantel, recto, inmediato de la infantería española, como
fecunda academia de guerra con tales catedrá verdadero núcleo y sólida reserva. Es verdad
ticos! ¿Porqué extrañar que el eco de su voz y que la pequeñez de aquellos ejércitos de volun
el centelleante fulgor de sus espadas siguiesen tarios, permitiendo al soldado mayor autono
vibrando á través de dos y tres generaciones? mía, acortaban esas corrientes, que toda buena
Estudiemos nosotros, repasemos diariamente organización debe dejar expeditas, entre los que
aquellas memorables lecciones, por si algún dia obedecen y los que mandan. (V. Disciplina).
la Providencia, en sus secretos designios, vuel Con tales elementos, la victoria no es dudosa:
ve á poner á España rejuvenecida en trances entendiendo por tal, no la ventaja pasajera en
análogos de gloria. un choque fortuito, sino el logro satisfactorio de
No eran por cierto despreciables los enemi un vasto plan de guerra anticipadamente pro
gos con quienes íbamos á entablar una lucha de yectado. Así, por ejemplo, del forzado recogi
dos siglos. Los nombres de Bayardo, Gastón, miento en Barleta, sin víveres, sin dinero ni es
d'Ars, d'Aligre y Montluc bien suenan al lado peranzas, salen las victorias de Seminara y Ce
de los que arriba se lian escrito; y si el éxito no rnióla; de la célebre terquedad en mantenerse
les fué favorable, siendo iguales á los otros en en los lodazales del Garillano, sale la conquista
valor, lógico es atribuirlo á descuido en saber definitiva y la evacuación francesa del reino de
ó ejecutar los preceptos del arte. Es de obser Nápoles. En ninguna guerra, como en estas pri
var desde entonces en el ejército francés cierta meras de Italia, resalta tan al vivo el contraste
inconsistencia, que á veces le lleva basta la di del ímpetu y la veleidad francesa con el aplomo
solución, cuando la empresa entraña graves con y la perseverancia española. Pocos siempre, y
tingencias y no siente la mano vigorosa de un pobres, y desatendidos, los soldados de Gonzalo,
caudillo ejercitado. El español, por el contrario, parece que en sus fatigados cuerpos sólo vive el
siempre ha solido tener tan derramado por sus alma briosa de su ilustre capitán. ¡Hermoso don,
miembros el espíritu profundamente militar de de que la naturaleza es avara, este de saber unir
cohesión y disciplina, que, ni por yerros del je á la suya las voluntades todas de un ejércítol
fe, ni por desaires de fortuna, ni por el cañón ¡Prestigio también considerable del saber afor
mismo en el campo de batalla, se le ha visto, tunado! Generalmente se censura, y con razón,
roto y dislocado, renunciar veleidoso á la em la recelosa ingratitud con que Fernando el Ca
presa y evacuar descorazonado el teatro de las tólico cortó de golpe la triunfal carrera del Gran
operaciones. Vacila, si, algunas veces, manio Capitán; pere ¿quien sabe adonde pudieran ha
bra, tantea, huye veloz, sí es preciso; pero aún berle llevado los ímpetus de ambición y los sue
en el trance desordenado de la fuga, desde el ños de grandeza'? Su forzoso retiro quizá le evi
jefe al soldado, la idea de esquivar un peligro tó los escollos en que luego tropezaron Navarro,
inútil se completa siempre con la de afrontarlo Borbon, Conde; y en su tumba asi luce perpé-
otra vez en mejores condiciones, buscando la tua la aureola de una gloria iumaculada.
venganza y la victoria por camino más seguro. Ella ilumina á sus discípulos en todo el resto
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del siglo XVI tan fecundo en grandes talento», ría, con carácter de permanente, en la Penínsu
como en elevados caracteres. El suspicaz Fer la, como núcleo de otro cuerpo mayor de mili
nando tiene buen cuidado al volver ¿España, de cias voluntarias. Esta tentativa, que con más
entrar rodeado de las viejas tropas de Italia. Con larga vida sin duda hubiera consolidado el gran
ellas bien pueden Cisneros y Pedro Navarro ha cardenal Cisneros, se ha repetido sin éxito varias
cer en pocas horas la brillante conquista de j veces en los siglos XVI y XVII. La resistencia
Oran (1509j; con ellas bien puede el Rey Cató manifiesta del país ó la indolencia de los go
lico conquistar en quince dias la Navarra biernos hizo que, después de pasado el apuro
(1512, , y estrechar á Francia por allí, por el Ro que lo ocasionaba, el pensamiento cayese en ol
sellon, por Italia; con ellas, en fin, se pierden vido. Así, todas las grandes guerras, la de Su
batallas como la de Ravena (1512), pero se ha cesión, la de la Independencia, la Civil del 33
cen tan imponentes retiradas y el vencedor que al 4-0 nos han cogido siempre desapercibidos y
da tan hondamente quebrantado, que á los po desarmadas.—
cos dias evacúa la Italia y deja mas que nunca
preponderante la influencia española. En esta Las sangrientas discordias entre Carlos V y
célebre retirada nuestra infantería, por lo con Francisco I abren anchos y nuevos horizontes á
sistente, por lo sólida, por lo fiera, acrece, si ya la guerra y á los hombres que la profesan. En
es posible, su fama de invicta. Con ella iban los viejos tercios españoles, aunque de continuo
Navarro, Pescara, Leyva, Alarcon y Fabricio reformados y licenciados por nuestros perpetuos
Colonna, el émulo de Gonzalo, que, al saberlo ahogos de presupuesto, quedan siempre exce
desde su retiro arde en deseos de volver al tea lentes cuadros, en los que los nuevos reclutas,
tro de sus glorias. Al ver la nube de reclutas con ardiente y voluntaria vocación, al punto ad
que acude en torno del Gran Capitán, la suspi quieren consistencia veterana. No eran enton
cacia del monarca se alarma, y el despecho del ces necesarias Ordenanzas sabidas de memoria,
héroe se aumenta, trayéndole en breve la muer ni cuadernos de láminas grabadas y nunca bien
te (1315 diciembre i). Antes de seguirle á la entendidas: bastaban las tradiciones de Gonza
tumba el Rey Católico (1516':, tiene todavía lo, el ejemplo vivo y convincente de sus tenien
tiempo de oír sus terribles cañones amedrentar tes y discípulos.
dentro de sus muros á la altiva y enredadora Cuatro guerras en el espacio de veinte y
Venecia; de ver ú sus viejos arcabuceros, aban cuatro años (1521 — 1544. son indudablemente
donados por los auxiliares alemanes que cejan, buena escuela. En la primera (1521 —1325) la
restablecer la batalla y arrancar al fin la victo atención general es invenciblemente atraída por
ria de la Mota (1513) que concluye con la in el vivo resplandor de una batalla sin ejemplo;
fluencia peninsular de la arrogante Señoría. pero el militar pensador, no es sólo en la bata
En 1513 puede darse por terminada la emu lla de Pavía donde fija los ojos deslumhrado, si
lación ó rivalidad táctica que existia entre las no en la inmortal campaña á que sirvió de mag
dos infanterías suiza y española. Apegada aque nifico desenlace aquella inconcebible victoria.
lla á su antigua y primitiva formación en falan Ya la de la Bicoca 1322; arrancada á Lautrec,
ge ó columna muy densa, con enormes picas abandonado la víspera por los suizos, cubre con
como las sarisas griegas, con la cual supo ven últimos laureles la frente octogenaria de Prós
cer, en el siglo anterior, la fogosa caballería de pero Colonna. La veloz retirada de los franceses
Cirios el Temerario y recientemente en Novara por Mont-Cenis; la persecución, que se convier
la francesa, es ahora deshecha y triturada por te en mal calculada punta por Provenza, de los
la artillería de Francisco I. Repárese bien que imperiales ensoberbecidos; la defección imper
esto sucede en 1515: que desde entonces se sabe donable del Borbon; la muerte del famoso Ba-
que las formaciones cerradas \ profundas no yardo ¡en Rebecco, 1521); las repetidas torpezas
ofrecen mas que carne al cañón; pues en 1815, y descuidos de los franceses, y la inquebranta
á la vista del gran Capitán de nuestro siglo, se ble fé en el éxito de los españoles, hacen de esta
copia esa bárbara disposición de las tropas, campaña dramática y memorable un manantial
amontonando los batallones unos tras otros en fecundo de enseñanza militar. En el último y
batalla á corla distancia, para que no desperdi sorprendente cuadro del drama, no se sabe qué
cie una bala el certero cañón inglés. También admirar más: si la incansable y simpática figu
debe registrarse en 1516, por lo que importa á ra de Pescara, ídolo de los peones españoles, ó
la historia del arte militar, la creación primera la venerable de Leyva, inmóvil en el ruinoso
y prematura de un pequeño cuerpo de infante adarve de la ciudad sitiada,

GTJER — tiOO — GUER


Por aquellos tiempos se abre un nuevo tea genoves Doria, que á las playas africanas le con
tro de guerra, un verdadero palenque en que la dujo, pueden estudiarse como tipo acabado de la
ejercitan con furor casi todas las generaciones organización militar del siglo XVI. El Empera
posteriores. Allá en Bélgica, ó como decían nues dor, llegado en aquel momento al apogeo de su
tros antepasados, allá en Flándes, un oscuro Ro poderío y de su gloria, justamente irritado con
berto de la Mark, señor feudal de Sedan y Boui- las arterias ó truhanerías de su «caballeresco»
llon, excitado por Francisco I, poco escrupuloso competidor, que a favor de su ausencia le ocu
en suscitar enemigos á Carlos V, se atreve á le pa un trozo de Italia, se revuelve furioso y de
vantarse en armas conlraesle, su soberano legi cide, con más brios que fuerzas, llegar por tres
timo. La guerra, circunscrita por entonces á un distintos caminos hasta el corazón de Francia.
exiguo territorio fronterizo del Luxemburgoy la La empresa no era fácil: y en sólo acometerla ó
Champaña, es sostenida en nombre de Carlos V proyectarla se ve demostrado que hasta en espí
por sus celebres capitanes Enrique de Nassau y ritus prácticos y reflexivos, como eran por ex
Jorge de Frcundsberg, maestro este último en celencia el de Carlos V y el de su mentor Anto
el arte, y que llegó en años posteriores á gran nio Leiva, puede el humo del incienso ó el bri
Hombradía, al frente de sus rudos lansquenetes, llo excesivo de la gloría producir extrañas
tipo en verdad notable de la primera infantería perturbaciones. Desde luego, la invasión de la
tudesca. Champaña se frustra, por la defección de los
La mala fé y artificioso maquiavelismo del principillos alemanes que se venden al embaja
Roí Clievalier, quizá llamado asi por ironía, que dor francés Du Bellay, egregio capitán á la vez
firma, por abreviar su prisión, el tratado de que historiador. La de Picardía, ejecutada por
Madrid con tácita protesta y publica intención tropas flamencas al mando de Nassau (Enrique)
de no cumplirlo, no podia tardar en irritar la có se estrella ante los muros de Perona. Por ulti
lera del Emperador burlado. Segunda guerra, mo, la entrada principal por Marsella, el golpe
pues: cuyo hecho más saliente y deplorable es el de ariete aconsejado, según dicen, por Leiva,
saco de Roma (1527j, ante cuyos muros cae al desaprobado por el marqués del Vasto y el du
arrimar la escala de asalto el condestable de que de Alba, que comienza á intervenir en los
Borbon, generalísimo imperial. En punto á fero altos consejos, fracasa por completo ante la de
cidad y codicia, está dudosa la triste preferencia vastación sistemática y la inteligente defensiva
entre los españoles y católicos del joven prínci de Montmorency, que ayerma y tala de los Al
pe de Orange y Juan de Urbina, y los herejes pes á Marsella, del mar basta el Delfinado. Se
tudescos del luterano Freundsberg. Apartando ve, pues, que tanto el Wellinglon de Torres- Ve-
la vista de ese negro borrón, volvámosla á ad dras en 1810, como el Kutusof de Kusia en 1812
mirar los escasos recursos con que Leiva, verda han tenido afortunados predecesores. Leiva
dero Fabio, sabe conservar el Milanés contra la muere de despecho ó de vejez; Vasto, que le su
«furia francesa» y acrecentar en toda Italia el cede en el vircinato, recoge las tropas á Milán; y
respeto al nombre español. El desastre y muer el vencedor de Túnez desembarca al año escaso
te de Lautrec ante Ñapóles, con la desaparición, en Barcelona asaz inohino y desengañado (1536).
ó casi evaporación, del ejército entero en la ca Lección saludable para los militares aficionados
tástrofe de Aversa (1528), demuestran, por á las grandes combinaciones, á los grandes cál
opuesto camino, cuán necesaria es en la guerra culos y á los grandes reveses. La paz de Niza
la previsión y la prudencia. Cuéntense ya las ; 1 538) pone término al conflicto.
veces que, por esta falla, van siendo los franceses Con frivolo pretexto suscita Francisco I la
barridos literalmente de Italia. cuarta guerra de 1512 á 1544, confiando en el
El Rey Caballero, que trata con los protes vergonzoso apoyo de Solimán, que además de
tantes alemanes á la par que quema á los fran repetir sus golpes por Hungría, alarmando á to
ceses, y que no retrocede ante ninguna bajeza da la cristiandad, envía su flota «junta con la
para conseguirla alianza de los Turcos, dicho se francesa» al bombardeo de Niza. Las indecentes
está que habia de aprovechar, para herir á man travesuras del Rey Caballero, que va hasta Dina
salva á Cárlos V, el momento en que este lleva marcaySuecia en busca de aliados para dejarlos
ba personal y espléndidamente á cabo su noble siempre en las astas del toro, merecen la repro
expedición contra Túnez ;I535). El ejercito de bación universal. El desprecio cae sobre este
30,000 hombres, para aquel tiempo formidable, monarca, empeñado en proseguir ya en edad
y compuesto por partes iguales de españoles, provecta sus calaveradas de mozo. Sólo la enér
alemanes é italianos, y la armada poderosa del gica vitalidad de Francia salva á su rey de la ig-
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nominia. Carlos V, que en 1541 habia sufrido el I quiera que fuese, este parto de los montes con-
desastre de Argel, quizá por culpa suya más que I cluyó en la paz de Crespy (18 setiembre 1544)
de las borrascas, se encuentra de repente con el mucho más honrosa y merecida en verdad para
ataque simultáneo de cinco enormes ejércitos Francisco I que las anteriores de Madrid y Cam
por el Rosellon, el Piamonte, el Luxemburgo, bray. La conducta de Francia y de su rey estu
Brabante y Flándes. Afortunadamente no eran vo á la altura del peligro.
muy temibles sus cinco respectivos jefes: el Concluida esta larga querella que trae su
Delfín, Annebaut, el duque de Orleans, Van-Ro- origen desde Cárlos el Temerario y Kenato de
sem y Vendóme. Por eso, aunque en Cerinola Anjou en el otro siglo, y que tiene por fondo
(4544) la habilidad de Vasto tenga que ceder al único la posesión de la Borgoña que al fin queda
impetuoso d'Enghien, el interés de la quíntu para Francia, y de Milán y Nápoles que al fln
plo campaña viene á concentrarse en el atrevi quedan para España, Cárlos V fija su mirada,
do plan del Emperador, que, no escarmentado, como hombre de Estado y de guerra, sobre otra
y viéndose, como por encanto, al frente de un gravísima cuestión, que desde 1517 venia rai-
poderoso ejército concentrado en Metz, marcha naudo sordamente la Alemania y todo el norte
sobre París, con intención al parecer de acabar de Europa. Esta cuestión, la Reforma de Lute-
de un golpe á su rival. La estrategia moderna no ro, religiosa en el fondo, y cuya gravedad toda
comprende cómo el Emperador, avanzando, con vía se toca en nuestros tiempos, ha tenido el
50.000 hombres, desde una base de operaciones privilegio de envolverse de tal manera con otras
tan excelente como Metz, por Commercy, Lyg- sociales, políticas y puramente seglares ó mun
ni, Brienne, perdiese seis semanas (8 julio— 17 danas, que al espíritu más analítico fuera difí
agosto) en el sitio de Saint-Dizier. Con tan largo cil desentrañarla bien. Y aunque, á nuestro
respiro, en efecto, Francisco I pudo reunir fuer juicio, la narración de una guerra siempre es
zas suyas, y alquiladas en Italia, en Suiza, en incompleta faltándole la exposición previa y
Alemania: que pronto formaron un conjunto, sucinta de motivos é intereses, aquí renuncia
aunque heterogéneo, respetable: y con el siste remos por brevedad ó por otras causas, y hasta
ma ya probado de talar el país y «hacer el va mayor rapidez daremos al relato puramente mi
cio» en torno del invasor, el avance de Carlos V litar. — Recordaremos sólo, para que pueda
era, sino imposible, muy ocasionado á un desas apreciárselo mucho que se apartaban de las de
tre. La marcha, por consiguiente, hasta Vitryy nuestros días, tanto la organización militar, co
Chálons-sur-Marne, léjos de ser amenazadora, mo la constitución de la guerra en el siglo XVI,
cubría ya el principio de las negociaciones de que el poderoso Emperador, á quien acabamos
paz, única solución prudente. En este mismo de ver en 1544 dispuesto á «desmembrar» la
artículo y en otros, á propósito de la falta aná Francia y repartirla con Inglaterra, dos años
loga que se censura en Aníbal, hemos expuesto después, en 1546, al remitir á las armas sus
la injusticia que envuelve una rígida aplicación largas y enconadas diferencias con la Liga de
de las reglas escolásticas. Ciñéndose á este caso Smalkalda, formada lentamente por los protes
concreto, se debe recordar que el ataque del tantes que le presentan enfrente 70.000 infantes,
Emperador era combinado con el que por la lo. 000 caballos, 120 cañones, 6.000 zapadores,
parte fronteriza de Picardía debia ejecutar el 8.000 acémilas y 800 carros, el Emperador, re
rey de Inglaterra Enrique VIII, rencoroso ene petimos, gotoso ya y decrépito, acorralado en
migo y ahora por conveniencia reciente aliado. Ratisbona, tiene por junto para su defensa per
El carácter inglés siempre se ha distinguido por sonal unos 5.000 tudescos y 3.000 infantes es
lo «práctico», envolviendo en este honesto adje pañoles, que apresuradamente vienen de las
tivo el ningún escrúpulo (que puede llegar has fronteras de Hungría, donde estaban dando ma
ta la infamia) con que va en derechura á lo que los ratos á los turcos por vía de entreacto y pa
le conviene. Evidentemente, en el plan de cam satiempo. Pues bien: la causa católica, personi
paña el primer articulo seria «no, detenerse en ficada en el piadoso Emperador, logra su primero
sitiar bicocas» sino marchar como el rayo sobre y más ruidoso triunfo en una rápida campaña
París: pero el inglés, echando sus cuentas de ca • que sólo cuenta el cañoneo de Ingolstadt (1546,
ja, comprendió que le traia más provecho que y la célebre batalla de Mühlbcrg [21 abril 1547;.
darse entre las uñas con Boulogne y Montreuil, Los resultados de este memorable hecho de ar-
para apoyar su cabeza de puente de Calais, que' mas, muy poco sangriento, fueron la disolución
el pasajero honor de ayudar á Cárlos V en la ta de la Liga, la prisión de sus jefes, la captura de
rea no muy fácil de aplastar á su rival. Comoi su magnífica artillería, de la cual una parle vi-
76
GTJER — 602 — GTJER
no á España como trofeo, y el aniquilamiento desmanes de 1527. Las tropas pontificales man
material, y momentáneo por supuesto, del pro dadas por el célebre Strozzi, juntas á las france
testantismo. La explicación es llana. Se acaba sas que regía el no ménos célebre duque de
de ver en Francia hace dos años cómo el arte de Guisa, sólo consiguen desastres y desengaños en
la guerra, cuando obra independiente de la for su corta contienda con el Fabio español, que be
tuna, premia á los que lo estudian y castiga á sa humildemente la sandalia del que en rigor
los que lo desdeñan: aquí es más expresiva, si está vencido á sus pies.
cabe la lección. A la voz del Emperador acon
gojado acuden leales y presurosos sus hábiles
tenientes. Mientras la Liga con calma tudesca, El reinado de Felipe II se abre con las
en vez de coger prisionero á Carlos V, á manera dos victorias de San Quintín ("10 agosto 1557) y
de prólogo, se entretiene en declararle la guerra Gravelinas (13 julio 1558;. Esposo, por breve
(agosto 1516), el diestro monarca, dejando en tiempo, el poderoso monarca español de la rei
Rabistona corta guarnición, se atrinchera en na María de Inglaterra, las fuerzas terrestres y
Landshut, donde van llegando al punto los con navales de aquel país vienen, por extraño caso,
tingentes de los principes católicos de la misma á reforzar los tercios españoles, siempre terri
Alemania; los flamencos que trae Burén: los bles por su calidad más que por su número. En
mercenarios que envia el Papa con Octavio Far- San Quintín, dejando, como es de derecho, el
nesio, y, en ün, los tercios españoles de Milán y laurel estratégico y principal al general en jefe
Nápoles, rápidos siempre en el marchar y an Manuel Filiberto, que con arte envidiable uti
siosos de combatir. Al mes Carlos V ya tiene lizó las torpezas de los franceses; justo es recor
50.000 combatientes; y con sus leales españoles dar el acierto y la bravura con que el flamenco
al duque de Alba, tan prudente en el consejo Egmonl manejó la imponente masa de caballe
como ejecutivo en el campo. En noviembre de ría. ¡Lástima que, diez añosdespues, le llevasen
1546 los católicos, ya en ofensiva abierta, to al cadalso las pasiones políticas, ó su desdicha
man á Remburg, Dillingen, Donauwerth; y la da falta de fijeza y de carácter! En Gravelinas,
Liga, sintiendo cercano el golpe, comienza á hecho de armas no muy claro, los bajeles ingle
deshacerse con temores, discordias, deserciones, ses hacen un papel importante que un siglo
tratos y manifiestos. Tal es ya la confianza en el después repiten, como veremos, en daño de Espa
campo católico, que en marzo de 151" se despi ña. En ambas jornadas se manifiesta ya la mar
den por innecesarios los flamencos y pontifica cha progresiva déla guerra, tanto en sus teóri
les. Y realmente no hacen falta. Para ganar la cas combinaciones de gabinete, como en las
batalla de Mühlberg sobra el valor castellano, prácticas del campo de batalla. La nueva inter
que allí suena hoy todavía al rumor de las on vención de un poderoso elemento naval entra b
das del Elba. —Con la muerte de Enrique VIII y complicar los múltiples dalos del temeroso pro ■
Francisco I, en este mismo año 1517, y la sa blema.—A consecuencia de tan reiterados gol
lud prematuramente arruinada de Cárlos V, pes, Francia firma con mano trémula el omino
concluye el principal interés de la guerra en la so tratado de Catcau-Cambresis 3 abril 1559)
primera mitad del siglo XVI. Los nuevos apuros punto más altoá que llegó el poderío de España
que le hace pasar Mauricio de Sajonia, hechura y la nombradla de sus soldados.
suya, y la frustrada tentativa de recobrará Metz, Basta consignarlo, y echar una mirada so
recientemente sustraída con Toul y Verdun por bre el mapa de Europa, ó mejor sobre el mapa
Francia á Alemania, resuelven virtualmente la mundi de aquel tiempo, para comprender que
abdicación, con que el filósofo monarca corona aquella hueca y voluminosa armazón tarde 6
una vida tan agitada y laboriosa. Todavía su temprano había de venir á tierra con estrépito,
prostrer campaña [4554] en el Artois y las Ar- por más que tenazmente la apuntalasen por
denas, donde ya se muestra experto caudillo todos lados con su espada los que habian con
Manuel Fil iberio de Saboya, es digna de estudio, tribuido á levantarla. Las dos ramas de la om
para ver cómo un pequeño ejército bien mane nipotente casa de Austria, separadas de hecho
jado puede anular á otro muy superior en fuer años ha, lo quedan de derecho por la repartición
za y recursos. Otra notable campaña del duque forzosa del difunto Emperador. Francia, geográ
de Alba contra el revoltoso pontífice Paulo IV> ficamente colocada entre las dos y segura de su
pone de relieve la prudencia y la mesura de integridad por experiencias anteriores, puede
aquel en los trances difíciles, como realmente lo empezar su tarea de demolición: pero cabal
era el de guerrear contra un Papa, evitando los mente al emprenderla, ella misma, modelo de
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unidad y concentración, se ve destrozada por de bien, do esos que tienen la candidez de afi
sangrientas guerras civiles, que toman como to cionarse á lo que no entienden y desvivirse por
das las do este tiempo, cierto tinte religioso. Y lo que menos les importa. Absurdo sería exigir
decimos tinte, porque á través se ve bien clara de flamencos ó franceses, singularmente si son
la desordenada ambición de los Guisas, obsti I libres-pensadores, algo de razonado en la críti
nados en no soltar de sus manos las riendas del ca y de leal en la exposición do los hechos; pero
gobierno. Estas guerras sin embargo (cosa muy lo más peregrino en este y en otros casos es la
frecuente en las civiles) cubriendo de sangre y credulidad de la mayoría de los españoles, que
lágrimas á Francia, lejos de agotarla, la regene se nutren con sabrosas traducciones á tanto el
ran, y preparan el corto, pero histórico reinado pliego y toman por lo serio las declamaciones
de Enrique IV, preparación laboriosa también extrañas. Reconociendo el derecho de las pren
del de Luis XIV. Hacen mal por lo tanto los au sas holandesas á vomitar improperios contra
tores didácticos en mirar con un desden casi España en general y el duque de Alba en parti
reglamentario la guerra civil (V. e. v.); pues, co cular, lo que asombra es la longanimidad con
mo más adelante se demuestra, es manantial que las prensas españolas, no contentas con
casi siempre de grandes enseñanzas y plantel aceptarlos, los aplauden y prohijan. Basta como
de excelentes soldados. En Francia lo comprue protesta: y pues que las columnas de un dic
ban los Guisas, Condé, Coligny, Lanoue, Biron, cionario no son lugar muy cómodo para largas
Mayenne y, sobre todo, Enrique IV, más solda rectificaciones históricas, dejemos consignado
do, si se quiere, que capitán, más político aún que á nuestro juicio, tanto el pequeño y memo
que batallador; pero que, con sagacidad y per rable ejército que Alba llevó á Flándes con ini
severancia dignas del premio, logra recoger una mitable marcha, como sus gigantescos hechos
corona, perdida al parecer entre fango y sangre. de guerra, que por fortuna nadie niega ni aún
El prudente monarca que por tantos años rebaja, señalan en la historia del arte su época
rigió los destinos de España, con más voluntad más progresiva, fecunda y gloriosa. Que el éxi
y brío que medios, con más laboriosidad y to final no coronase aquellas increíbles hazañas,
ahinco que fortuna, no puede utilizar el largo no es razón para que el militar no las estudie:
periodo de las discordias francesas, por la nece al entendimiento sano y al ánimo varonil sue
sidad de atender á las que, también con «pre len ser grandemente provechosas las lecciones
texto» religioso, surgieron en los Paises-Bajos. de la desgracia. En aquel teatro de guerra tan
Mal trabadas estas provincias, por su índole y característico para la defensiva; en aquel suelo
lejanía, á la extenuada metrópoli, que se desan cenagoso, robado laboriosamente al mar; bajo
graba por Italia, Asia y América, ya en tiempo un cielo plomizo, húmedo y helado; oyendo len
de Cárlos V, que las miraba con excesiva bene guas de áspero sonido en continua imprecación,
volencia, dieron señales visibles de indocilidad, allí se verán destacar eternamente soberbias,
nutrida, más bien que en la masa popular, en invencibles, aborrecidas, feroces si se quiere,
la insaciable y presuntuosa aristocracia. Anti las figuras de Sancho Dávila, Alfonso Ulloa, San
pática y hostil á Felipe II, no perdonó medio ni cho de Londoño, Julián Romero, Fernando y
ocasión de irritar el carácter nada apacible del Fadrique de Toledo, Cristóbal de Mondragon,
severo constructor del Escorial. Ruegos, peti Gonzalo de Bracamonle, Francisco Verdugo,
ciones, embajadas no logrando su objeto, aque Francisco Vargas, Juan Osorio, Francisco Val-
llos turbulentos próceres toman por pretexto la dós, y por último los dos historiadores de aque
administración odiada del cardenal Granvela: y llos grandes hechos Don Bernardino de Mendo
con brio tan escaso como su concierto, desatan za y Don Cárlos Coloma: y compartiendo con
imprudentes en las turbas los lazos de la dis ellos los trabajos, los peligros y los laureles, los
ciplina social. La represión tenia que ser inme italianos Chapín Vitelli, Pacciotto de Urbino,
diata y dura. Felipe la encargó al terrible duque Gabriel Servelloni, Antonio Olivera, César Dá-
de Alba. Tiene este notabilísimo hombre de valos, Camilo del Monte , Jorje y Nicolás Bas
guerra, y de Estado á la par, la desdicha de no ta los flamencos ó walones Lannoy, Hier-
verse retratado jamás en la historia por pincel ges, Briac los tudescos Godron, Ebers-
imparcial, ya que no fuese amigo. En historias tain.... ¡Cómo extrañar que de esa feliz reunión
macizas, en novelas ligeras, en comedias de bro de duros soldados y expertos capitanes, nacie
cha gorda, su siniestra figura, recargada con el sen para el arte de la guerra métodos más nue
colorido convencional, es el hórrido espantajo vos, fórmulas más geométricas, soluciones más
que turba el sueño de innumerables hombres imprevistas y pasmosas!
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Si por razones políticos, má"s bien que mili campaña. Ningún historiador, por calvinista ó
tares, Holanda al fin ganó su independencia; si, luterano que sea, deja de admirar, bajo el pun
porque en el siglo siguiente, pasada ya aquella to de vista militar y técnico, las hábiles opera
generación heroica, los Nassaus y los Turenas ciones coronadas por la decisiva victoria de
pudieron, con más fortuna, iluminar sus prin Gemmingen en (21 julio 1568;. Justo es sin em
cipios con la luz de la victoria ¿de quién los bargo deplorar algún abuso de fuerza en los
aprendieron en los campos y en los libros? Tan terribles vencedores y el desvanecimiento de su
to valdría sostener que nuestros guerrilleros de austero caudillo, que cede á la debilidad de le
la Independencia hahian enseñado el arte de la vantarse á si mismo una estátua. —Verdad es
guerra á los generales franceses del primer Na que por aquellos dias un denso vapor de san
poleón.—Tiempo es ya de que el militar espa gre cubre la atmósfera. En Francia arde intensa
ñol, sin desdeñar lecciones extranjeras, lome la guerra civil. En España inspira cuidado el
las propias, guiado por una critica imparcial levantamiento de los moriscos en las Alpujar-
que, sin deslumhrarse con un exagerado patrio ras, y despierta fúnebre curiosidad el trágico fin
tismo, tuviese la firmeza de combatir vulgarida del heredero de Felipe II.—Después de su vic
des. Si el que'esto escribe (y que á falta de otras toria y de la aparente sumisión de los Países-
cualidades , cree contar con estas dos' tuviese Bajos, la posición de Alba se hace cada dia más
algún dia ocasión de publicar sus laboriosos tra espinosa por la falta de recursos para pagar a
bajos sobre los Tercios de Flándes, está seguro sus tropas. Por una parte estas rompen escan
que, sin el menor artificio ni belleza literaria, dalosamente los ¡azos de la disciplina: por otra
habia de llamar poderosamente la atención de los el odio popular se exacerba y se pierde el últi
militares estudiosos hácia una época general mo vislumbre de composición ó acomodamien
mente mal presentada y conocida. Por ahora, y to. Demasiado comprendió el duque de Alba
en la estrechez de este articulo, sólo es dado dejar que se habia hecho, como hoy decimos, imposi
consignada esta calorosa recomendación y llama ble: y lo atestiguan sus repetidas dimisiones;
miento, por si algún escritor militar se prenda pero la difícil comunicación con el gabinete de
del asunto y enriquece la literatura con una Madrid, y el sistema de lentitud y aplazamiento
obra á todas luces indispensable. Materiales no que forzosamente observaba el Rey en el des
faltan; pero se necesita holgura y espacio para pacho personal de los negocios, dejan las difi
entresacar con crítica, compulsar con acierto y cultades en pié. Y no podia suceder de otro
exponer con lucidez cuanto han dicho y dicen modo, si se recuerda que al movimiento apenas
los historiadores nacionales y extranjeros: sin perceptible, pero alarmante, del protestantis
gularmente estos últimos, que cada dia crecen mo en la católica Península, se unia la gravedad
en número, en talento y en aviesa intención. El manifiesta de la insurrección morisca, y la ne
asunto por lo demás, como drama históríco- cesidad urgente de atajar á los turcos, como se
militar es de una belleza incomparable. consiguió á medias con la ruidosa victoria de
Por prólogo, las tramas y cabildeos contra Lepanto (1571). Basten estas indicaciones para
Granvela (I56á—15651; ia coalición con hugo advertir con cuánta mesura debe proceder la
notes franceses; el célebre compromiso ó con critica en la apreciación de sucesos tan comple
juración de Breda; y, como inevitable conse jos. Alguno, por ejemplo, censura con visos
cuencia, los tumultos iconoclastas y los desaho de razón que el poderoso armamento naval que
gos populares (1566). Por entre este desorden se llevó á Lepanto, en provecho exclusivo de
asoma indecisa la sombría y antipática figura de Venecia, no se hubiese aplicado á la guerra de
Guillermo el Taciturno, que nunca lograrán los Países-Bajos, la cual nunca se llegó á «cons
embellecer los pinceles más lisonjeros. La lle tituir» bien por la escasez de marina, primer
gada del duque de Alba (1567) y sus crueles elemento de comunicación y de fuerza.—Sea
medidas causan profundo estupor; pero pronto como quiera, y probado que el sistema rigoroso
se rompen las hostilidades con la acción de del duque de Alba (que dejó el mando en di
Heilegerlóe (1568) en que un pequeño cuerpo ciembre de 1753) habia enconado más la insur
español y flamenco, mal conducido por Arem- rección, dándole ya carácter separatista, el go
berg que lo paga con la vida, es deshecho por bierno español, no escarmentado con el despre
Adolfo de Nassau, que también queda en el cio á sus repetidos perdones y amnistías, quiso
campo. Se encrudece el furor del duque de Alba, probar el camino de la conciliación y tem
que ordena las tristes ejecuciones de los condes planza por medio del nuevo gobernador Re-
de Egmont y de Hornes, y sale personalmente á quesens, varón respetable y prudente, muy
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hecho al manejo de los graves asuntos [del Es ven tres siglos de sangrienta expiación, por el
tado. Los accidentes de la guerra, cada vez arrogante exclusivismo de nuestros católicos
más viva y cruenta, le impidieron poner por abuelos.
obra sus planes. El célebre sitio de Harlem, los En 1576, de las diez y siete Provincias sólo
de Mons, Middelburgo, Ramekins, Gertruídem- queda fiel la de Luxemburgo. Allí, por muerte
berg, interpolados con rudas batallas y diarios de Requesens, quizá anticipada por los disgus
reencuentros, habían dado á la insurrección el tos, llega, por camino tortuoso y con intencio
grave carácter de una guerra nacional. La toma nes para algunos no muy claras, el nuevo go-
de Brielle (2 abril 1572) cuna de la futura repú j bernador Don Juan de Austria, con el laurel de
blica holandesa; y á los pocos meses, en Fran ¡ Lepanto algo marchito por la impaciencia ma
cia, la horrenda Saint-Barthelemy (24 agosto nifiesta en salir de su condición privada, su
1572) avivan el encono religioso y despiertan biendo algunos escalones siquiera del trono de
atrevidas ideas de total independencia y eman su hermano. Como todo hombre de ambición
cipación. En 1573 la Holanda y Zelanda están grande sin ideas fijas, principia por expulsar
ya viriualmente perdidas: escasamente apoyába reliquias españolas acorraladas en varios puntos,
mos el pié en Amsterdam y Middelburgo. Los pensando atraerse las «simpatías); de los rebel
esfuerzos titánicos y desesperados de aquellos des: y al poco tiempo, cuando su persona mis
tercios indómitos, sin reservas, sin reemplazos, ma está en peligro, las vuelve á llamar con
sin comunicaciones, sin noticias, sin pagas, sin gritos de congoja y lisonjeros apóstrofes. Aque
recursos, no bastan á conjurar el hado adverso llos mismos Dávila, Mondragon, Verdugo etc.
que los merma y los sepulta en aquel suelo in ignominiosamente arrojados en 1577 le dan á
grato y pantanoso. De poco sirve el heroísmo de Donjuán, en 31 enero, la victoria de Gembloux,
Sancho Dávila, de Julián Romero, de Bernardi- abriéndole de par en par las puertas de Bélgi
no de Mendoza, de Cristóval de Mondragon, de ca. Con los viejos tercios españoles viene de Ita
Francisco Valdés y Chapín Vitelli, revolviéndose lia Alejandro Farnesio, trayendo algunos reclu
como fieras traqueadas en larga cacería; nada tas italianos, que ya principian á dar á estas
vale hacer pedazos á los insurgentes, ya en guerras cierta flojedad, y á la indisciplina cró
asaltadas fortalezas, ya en continuos choques y nica un colorido lamentable, que hasta entonces
algaradas, ya en batallas campales como la de no había tenido. Sea por genial indecisión, por
Mook (14 abril 1574) en que mueren tres de los excesivo deseo del acierto ó por vacilaciones
cinco príncipes de Nassau y tan alto eleva el ta del gobierno supremo, ello es que antes de que
lento militar de Sancho Dávila.... En 1575 ya un le lleguen refuerzos prometidos, el asendereado
congreso de paz, por mediación de Maximilia Don Juan desluce su arranque de Gembloux
no II, revela que España, si bien temible en su con la derrota innecesaria de Rymenan. Habrá
venganza, no tiene fuerza suficiente para detener pocos ejemplos de la anarquía que por aquel
los torrentes de lava que ya cubren la mitad tiempo destrozaba á los Países-Bajos. Temero
septentrional de los Países-Bajos. Las pretensio sos de las malas artes del maquiavélico Tacitur
nes holandesas son exhorbitantes: las concesio no, buscan rey por todas partes. Príncipes es
nes españolas incompletas: pedir tolerancia reli trafalarios de Francia y Alemania se presentan
giosa al país, único en la tierra, que en 1867 to á pescar en rio revuelto: continuas coaliciones
davía no la admite, era lo mismo que cruzarle el y excisiones, alejamientos y acomodos, traen
rostro con el guante. Así, los plenipotenciarios por largo tiempo á los rebeldes sin rumbo ni
holandeses salen del congreso llamando á las ar asiento. Por fin la luz se va haciendo en aquel
mas con bramidos de cólera y acuñan medallas caos; las provincias de Artois y Hainaut, á las
con esta triste inscripción: «Securitts bellum, pa que luego van siguiendo otras que, con el nom
ce dubia». Evidentemente, para exaltar hasta es bre genérico de Walonas, profesan hoy todavía
te frenesí á unos hombres frios y calculadores por la religión católica, se apartan resueltamente de
temperamento y hábitos, algo de insoportable la unión de Utrecht; rompen con Holanda, y,
debió mostrar allí nuestra ingénita altivez. Sa merced al hábil y flexible manejo de Alejandro
tisfecha con los laureles de Mühlberg y de Mook, Farnesio que sucede al de Austria, se incorpo
no parece sino que se goza en verse aborrecida ran á España nuevamente. Las guerras, pues,
y execrada en Italia, en Francia, en Inglaterra, llamadas de Flándes entran desde 1580 en un
en Alemania. Quizá tenga Dios reservado el pre periodo también notable de recuperación ó res
mio que merecen tantas y tan costosas ofrendas tauración.
en aras del catolicismo; pero hasta hoy sólo se Y para distraer el ánimo fatigado, una vez
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que la narración llega a esta fecha, volvamos un á una soñada corona de los Paises-Bajos. Sólo
momento los ojosa la Península, para seguir la en momentos álgidos de tumulto y desconcierto
rápida conquista de Portugal. Pocas guerras puede comprenderse que hayan pisado aque
presentan un conjunto tan perfecto de las nego llos países, ordinariamente sensatos, personajes
ciaciones diplomáticas, honor eterno de Feli tan risibles como éste Alen?on, que concluye
pe II, y de las operaciones militares, último lau sus calaveradas con lo que sus paisanos llaman
rel que cubre las respetables canas del leal du la camisade de Ambercs, es decir, un golpe de
que de Alba. Aunque viejo y achacoso de cuer mano frustrado sobre esta opulenta ciudad. El
po, no ha envejecido su espíritu; y con su jefe camaleónico Orangc, en quien sus apologistas
de E. M. Sancho Dávild, justamente llamado traducen por astucia loque no pasa de timidez,
Rayo de la guerra, tal y tan juvenil vigor sabe indecisión ó bellaquería, ayuda en su loca bar
imprimir á un pequeño ejército, algo pesado por rabasada al francés: no se sabe si para levantar
lo allegadizo, que la conquista, hábilmente pre le ó para hundirle. Por fortuna de España y de
parada y madura en el terreno de la diplomacia Flándes, ambos, protector y protegido, mue
(como todas deben estarlo), se reduce á una ren: este en 10 junio de enfermedad, y aquel
campaña, y la campaña á una batalla, casi de en 10 julio I58i, asesinado por un Baltasar Ge-
cidida al romperse el fuego (25 agosto 1580). El rard fanático religioso, que ni es español, ni ins
que, previa la debida confrontación de los tiem trumento de España. ¿No se ven á los pocos
pos, quiera aprender cómo se lleva un ejército años dos reyes de Francia asesinados por otros
apoyado en una escuadra á un país, cuya po dos visionarios, en cuyas manos tampoco se en
sesión formal se codicia y al cual por consi contró oro de nadie"?
guiente se trata de agarrotar y desarmar, pero Mientras tanto Alejandro Farnesio, el gran
no de destruir, que estudie la conducta militar maestro de la época, sin desperdiciar coyuntu
del duque de Alba hasta entablar la batalla de ra sigue afortunado su camino. El sobrenombre
Alcántara; y el que pretenda saber cómo puede de Poliorcetes le cuadra como á Demetrio. Unas
darse una batalla decisiva con sólo 100 bajas que veces él en persona, otras sus hábiles tenientes
abra las puertas de una capital y de un reino, Francisco Verdugo, Cristóbal Mondragon, Gas
mire en el plano la acertada disposición y la par Robles, glorioso resto de la pasada genera
vigorosa iniciativa en el manejo táctico de las ción, Juan Bautista Tassis, los dos Mansfelds hijo
tropas y de los barcos. Autores franceses, y padre, Francisco de Bobadilla, Lope de Fi-
para enaltecer el mérito indisputable de Ture- gueroa, que ahora vienen con los laureles y los
na al batirnos en las Dunas en 1568, consideran tercios de Portugal, Capizucchi, Basta, etc. to
esta última batalla como reminiscencia de la man y ocupan á Diest, Nieuport, Dunkerque,
que ilustra, en edad octogenaria, al implacable Dixmude, Eindowen, Dalem, Sichem, Vester-
vencedor de Mühlberg, y de Gemmingen. Una loo, Zutphen en el año 1583. Al siguiente caen
rápida expedición que con un cuerpo ligero ha Yprés, Termonde, Gante, Malinas, Bruselas; y,
ce el atrevido Sancho Dávila, para arrojar de en fin, comienza el célebre sitio de Amberes que
Oporto al desdichado pretendiente portugués, duró catorce meses (1584—1585) y corónala re
completa este bellísimo cuadro de guerra, aca putación de Alejandro Farnesio y de las infati
bado y armónico en los tres ramos en que hoy gables tropas que acaudilla. Porque debe se
se divide el arte: política, estrategia y táctica.— guirse advirtiendo, que lo mismo ante los mu
ros de Pavíaó los de Roma, que ante losde Har-
La favorable reacción de las provincias wa- lem, los de Amberesó losde Paris y Rouen,don-
lonas ó flamencas se consolida pidiendo ellas de pronto hemos de verlos, estos tercios espa
mismas la vuelta de las tropas españolas, siem ñoles se baten «por tradición» sin pagas, sin
pre temidas por sus desafueros, pero siempre vestuario y sin la menor muestra, ya que no de
necesarias por su valor. Alejandro Farnesio no gratitud, de atención siquiera de su gobierno.
desaprovecha el juego, que no sin loables tram Cuando la campaña concluye se les despide ó re
pas hace venir á su mano. Empleando alterna forma; cubiertos de andrajos, pero rabitiesa la
tiva y oportunamente el soborno y la amenaza, tizona, van á matar el hambre donde pueden;
la persuasión y la fuerza, va ocupando varios y en cuanto suena el cañón, con el cebo de al
puntos fuertes; y en 5 junio 1583 derrota en ba guna paga, ya están dispuestos á comenzar con
talla campal al mariscal francés de Biron, lu imperturbable frescura. Así, con tales hombres,
garteniente del duque de Alencon, desbocado es como puede comprenderse que Farnesio
pretendiente, como ántes el archiduque Matías, mantuviese con honra y ventaja la difícil sitúa
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cion que le creaban sobre el suelo flamenco, cipillos alemanes fronterizos también querían
todo minado, la peligrosa vecindad de Inglater echar su cuarto á espadas, para ver de ensan
ra á un lado, Alemania y Holanda al frente, char sus microscópicos estados. —Felipe II re
Francia á la espalda. Dígase de buena fé si, ba suelve cortar el nudo, tirando una estocada pro
jo el doble aspecto político y militar, el que es funda y mortal al corazón de Inglaterra. Sea que
tá á la altura de esta difícil situación «recibe en el prudente monarca obrase la prioridad del
lecciones» de sus enemigos. Más lógico y natu , odio, ó que su innegable sagacidad le hiciese ver
ral es que de él, y de sus diestros tenientes, las en la nación inglesa, entonces no muy temible,
tomase el célebre Mauricio de Nassau, hijo se la que, andando el tiempo y con reiterados gol
gundo y sucesor de Guillermo el Taciturno. No pes, había de demoler la monarquía española,
se achaque este empeño nuestro de restablecer j ello es que la empresa de la Invencible Arma-
simplemente los hechos al interés bastardo de ! da ¡1588) siempre será gallarda y varonil por el
amenguar glorias legítimas. Es evidente que, si solo intento de acometerla. Desgraciadamente,
no hubiesen encontrado grandes resistencias é entre la Invencible y Trafalgar, numerosos desas-
inauditas contrariedades, nuestros soldados del [ tres navales han debido convencer á España de
siglo XVI no gozarían la fama imperecedera que i que no es su camino el de la mar. Más que da
nadie, repetimos, les niega—¿cómo negar la las borrascas, más que de la ineptitud marinera,
evidencia?—pero que todo el que entonces era que algunos, sinrazón, dan por causas constan
enemigo de España (y lo era todo el mundo) tes, los desastres marítimos han solido provenir
se obstina en ocultar, mermar y cercenar. Cuan de la incompleta, escasa ó tumultuaria y arre
do justamente, se pondera la tenacidad polior- batada preparación, con que casi siempre se han
cética del sitiador de Amberes, implícito eslá ¡ dispuesto nuestras empresas navales. En este
el elogio de su gobernador Marnix de Saint-AI- caso de la Invencible el vicio está de relieve.
degonde, pilar más sólido y elevado que su ami Desde luego falta lo que siempre ha faltado: di
go el Taciturno de la insurrección vencedora. nero. Luego lo que nunca ha sobrado: gente.
En la entrada triunfal de Farnesio, y como Si se quiere, en tercer lugar: barcos. En el acto
muestra de su finura italiana en el arte de ne de zarpar, la muerte del almirante Santa Cruz
gociar, tan útil á un general completo, ostenta obliga á dar el mando á Medina Sidonia, que se
ba á su lado al duque d'Arschot,al príncipe de aturde, aunque le asistan Recalde y Oquendo.
Chimay, al conde de Arenberg, al marqués de Las tropas de Farnesio, que al paso debió tomar
Renti, al conde de Egmont hijo del decapitado) á bordo la Invencible Armada, ni eran suficien
y otros representantes elevados de aquella tur tes, ni estaban preparadas. Algún historiador
bulenta aristocracia que promovió las primeras maligno, diremos de paso, que achaca á Farne
alteraciones. La célebre cindadela de Amberes, sio conatos de alzarse con Flándes, supone que
que Pacciotto edificó porórden de Alba, vuelve su lentitud nacía de dañada intención. En la
á ser guarnecida por españoles, quedando sus consumada prudencia del Poliorcetes, ya mina
llaves en las manos fieles de Mondragon. do por la enfermedad que le abrió el sepulcro,
En tanto que por el interior la situación de hay, sí, cavilosa desobediencia del que no quie
Flándesse despeja, por el exterior las nubes se re ayudar á intentonas que juzga locas; pero no
amontonan. El odio, más cordial cuanto más han de tomarse por síntomas de deslealtad sus
encubierto, que por largos años se profesan Isa francas manifestaciones de disgusto. Por culpa
bel de Inglaterra y Felipe II, legítimos repre de unos, ó de otros, ó de todos, ó de nadie, el
sentantes de dos ideas, de dos sistemas, de dos resultado es sabido. Y como allí se jugaba de
creencias, de dos pueblos, de dos razas, tan in un envite la preponderancia ulterior entre dos
compatibles entonces como ahora, toma ya la naciones, Inglaterra data de 1588 su nacimien
forma brutal de un duelo á muerte. La reina to político: y España tiene todavía impreso en
de Inglaterra tercia en Flándes, desembarcan la mejilla el bofetón aleve de Gibraltar.
do tropas á las órdenes de Leicester su arrogan Cerrado el camino por mar, Felipe II no tu
te favorito (-1586). Al año siguiente, en que mue vo más remedio que tomar el de tierra, para
re María Estuardo, la escuadra de Drake ataca sacarse aquella espina de Flándes que tan hon
y destroza á la española en Cádiz. Por otra par damente se habia clavado en su corona de mo
te, Francia, aunque en el periodo álgido de sus narca y en su corazón de católico. El estado de
guerras civiles que se llama «de los tres Enri Francia, casi disuelta por la guerra civil, con
ques», no descuidaba la ocasión de atizar el in vidaba á una intervención armada, que com
cendio de los Países Bajos. Por último, los prín- pletase la otra intervención amoral» que de años
GUER - eos - GTJER
atrás venia ejerciendo, á costa de grandes dis decir si el hábil Mauricio de Nassau desaprove-
pendios y continuas inquietudes. En 1389, En j charia tales coyunturas. En 3 marzo 1590 toma
rique III, que habia asesinado á los dos Guisas á Breda, por descuido de la corta guarnición
(Enrique y Luis) jefes de la Liga Católica y italiana, á cuyos jefes ahorca enfurecido Farne
agentes de Felipe 11, cae á su vez bajo el puñal sio. Con este imprevisto y contundente golpe
de un fraile fanático. El partido católico recha peligran Heercnthal, Gerlruidemberg, Hoogs-
za al legitimo heredero Enrique IV, hombre cor trat: el espíritu de los rebeldes se reanima y
riente y despreocupado, que tan pronto oía con el apoyo directo y desembozado de Ingla
misa como rasgaba el misal; acepta la jefatu terra, Francia y Alemania miran ya muy cer
ra del tercer hermano Guisa, duque de Mayen- cana su codiciada independencia. Véase, pues,
ne (que los españoles llaman siempre Humena); cómo sin acudir á dudas sobre su lealtad, pue
aclama por rey nominal al cardenal de Borbon, de explicarse la manifiesta repugnancia de Far
con nombre de Carlos X, y se resuelve á una nesio, presa de una cruel hidropesía que en él
guerra formal con los calvinistas, teniendo por no lograba sin embargo abatir, como suele, la
ejes defensivos las dos importantes ciudades de más vigorosa energía. Al fin. de mala gana, em
París y Rouen. En la primera el oro español peñando su vajilla en A ni be res: amenazando ó
corria por los arroyos: y los activos agentes Don persuadiendo á sus indóciles tropas; sin artille
Bernardino de Mendoza, Juan Bautista Tassis y ría, porque no la organiza á tiempo Carlos Mans-
otros procuraban mantener viva la influencia de (eld por culpable rivalidad; sin carros, sin baga
Felipe 11; pero el bravo Bearnés, que en apura jes, sin pertrechos, pisa el territorio francés y
dos trances y serios encuentros, como el recien se incorpora (julio 1590) con las tropas ligueras
te de Arques (1589;, habia probado sus gran ó católicas del impaciente Mayenue. Realmente
des dotes militares y su sagacidad política, cer es aquel cuadro de lomas dramático é instruc
ca y estrecha á su rebelde capital ocupando los tivo que la historia militar presenta. Dichoque-
arrabales. Felipe II que, algo desaconsejado, no da lo que Farnesio deja á su espalda; veamos de
sólo quiere ser Protector de la Liga, sino poner frente lo que le espera. Un re> legítimo, simpá
la corona de Francia en las sienes de su hija tico, probado ya en todos los terrenos, curtido á
predilecta Isabel, ve que las distancias se es todas las fatigas, seguido por una nobleza va
trechan y que las armas tienen que decidir. No lerosa y leal, apoyado ostensiblemente por la
siendo suficientes los pequeños cuerpos auxilia porción más sana y sensata del pueblo francés.
res que pone á las órdenes de Mayenue y den Este rey calvinista, ó mejor como hoy diríamos
tro de los mismos muros de Paris; habiendo libre-pensador, no tiene escrúpulo en negociar
Enrique IV ganado la batalla de lvry (1390), con el Papa, con la Liga, con todo lo que coa
y con ella nuevo brillo como rey y como solda venga á sus miras: que no son otras, como puede
do; resuelve que Farnesio, al frente del ejérci suponerse, sino asegurar una corona que le cor
to de Flándes, venga á terciar en la contienda responde, y que le disputan, no sólo Felipe II,
socorriendo á París. sino el conde de Soissons, el duque de Lorena,
No estaban á la sazón las cosas tan próspe el nuevo duque de Guisa con su lio Mayeune
ras en los Países Bajos, que diesen holgura para y hasta Carlos Manuel, duque de Saboya. No
diversiones tan lejanas y puntas tan penetran hay más que sumar, si fuera posible, estos
tes. Aquel ejército, algo debilitado por la ex heterogéneos intereses, y se ve que el total for
cesiva influencia que Farnesio daba al elemen zosamente ha de salir en favor de Enrique IV,
to italiano, si bien bajo el aspecto técnico y ma sólo, despierto y afortunado. Por otra parte, el
niobrero era todavía respetable, en su parle triunvirato español en Paris, que formaban Tas-
moral revelaba sintonías de una decadencia sis, Mendoza y Moreo se despedaza entre si y vo
prematura y lastimosa. Su crónica indisciplina, mita calumnias é improperios contra Farnesio,
mantenida por una escasez perpetua, toma un por traidor, achacoso y desafortunado. Este en
carácter gangrenoso, que no logran modificar vía á Madrid para defenderse, acusando á los
los más severos castigos. No bien disuclto ( i 589) otros, á Alonso ldiaqucz, hijo del favorito del
el tercio de Leiva, se amotina el de Manrique, rey. La pandilla italiana quiere sobreponerse á
apoderándose en prendas de la plaza de Cour- la flamenca y la española.... Pero ¿qué más? si
trai; le sigue el de Vega, ocupando por su cuen hasta el austero y silencioso gabinete de Feli
ta el Brabante, y el enérgico Farnesio, para dis pe II, está revuelto con aquei proceso de Anto
poner su entrada en Francia, tiene que proce nio Pérez, causa délas funestas alteraciones de
der á una severa reorganización. No hay que Aragón.
GUER - eos - GUER
Con todo ello, por entre las negras tintas de cherada de Saint-Denis á Enrique IV, allí pe
este abigarrado cuadro, la luz del arte militar gado como un insecto, tiene que admitir dentro
se percibe clara y salvadora. Venciendo obstá de los muros al tercio español de Idiaquez y al
culos, conciliando intereses, venciendo, que es napolitano de Monti, que nada pueden corre
lo más grave, su íntima repugnancia, Farnesio, gir con su escaso efectivo.
diestro como pocos en manejar tácticamente las Por fuera, el espectáculo es también edifi
tropas, logra al fin el objeto de aventar á Enri cante. A las pretensiones incompatibles de Far
que IV y avituallar á París. Sabiendo cuan oca nesio (ó Leiva, como su teniente) Mayenne y
sionadas son a desastres estas puntas aventure Lorena, hay que añadir las del duque de Sal-
ras, el prudente general avanza con piés de moneta, que manda unas tropas pontificias com
plomo, estableciendo bases eventuales como en puestas de jesuítas, sacristanes y monaguillos.
Corbeil, vigorosamente tomada por asalto, y re Ridículo era; mas al fin se borraba el recuerdo
husando tenaz las provocaciones de la gallarda anterior de un Pontífice que, en odio á Felipe,
caballería francesa. Una sola vez. que finge dis piedra angular del catolicismo, favorecía á los
ponerse á campal batalla, es para ocultar su «hugonotes». — Otro incidente. El duque dr
brillante maniobra sobre Lagny. Por fin toma la Mercoeur (de Mercurio le llamábamos) posesor,
vuelta de Flándes, ansioso de salir de aquel la por su esposa, del ducado y actual provincia
berinto de cábalas, impaciencias, tramoyas, in francesa de Bretaña, negocia con España el al
gratitudes y desengaños de los célebres I ¡güeros quiler de i. 000 soldados, dando en prenda la
y de su petulante caudillo, pozos de codicia y plaza de Blavet (hoy Port-Louis) con buen
veletas de política. Algunos choques de reta puerto, que ocupa y mejora Don Juan del Agui
guardia, bien sostenidos, acreditan, como siem la. No hay que añadir con que ojos miraría In
pre, la consistencia de la infantería española. glaterra este nido enfrente de su casa.—La in
Durante la ausencia de Farnesio, ya pueden teresada amistad del duque de Saboya también
presumirse los progresos de los holandeses en nos daba acceso, s: hubiéramos tenido con qué,
valentonados, que rechazan otra tentativa de por la Provenza y Delfinado. —La de Joyeuse
acomodo debida al emperador de Austria. Con por Gascuña. —Y para el debido contrapeso,
reducido ejército, que apenas contaria 10.000 recordemos que en 15 noviembre 1591 caia en
infantes, 2.000 caballos y 30 piezas, Mauricio el cadalso de Zaragoza la cabeza de Lanuza; y
campea insolente, y ya por fuerza, ya por in que Antonio Pérez, fugado pocos días ántes A
dustria y trato, tomaá Blankemberg, Vesterloo, Francia, ofrecía rencoroso á Enrique IV, con los
Hulst, Deventer y otras bicocas, amagando á recursos de su inagotable travesura, datos segu
Bolduque,á Ni mega, á Gertruidemberg, á Gro- ros sobre la debilidad intrínseca de la colosal
ninga, donde mantenía vivas inteligencias Gui monarquía española. Aunque sus proyectos de
llermo de Nassau, y que oportuna y milagrosa sublevar á Cataluña y Valencia, de calentar
mente refuerza Verdugo con Federico Vargas, moriscos, de invadir con Bearneses, no tuvie
A duras penas reúne Farnesio 7.000 infan sen ejecución, indudablemente causó graves
tes y '1.500 caballos; hasta la pólvora falta á perjuicios á España el infiel ministro de Fe
sus arcabuceros, miéntras corren á millones lipe II.
los escudos entre los ligueros: y en este trance No se descuidaba en tanto el infatigable
Alonso Idiaquez lleva orden terminante de repe Bearnés, buscando poderosos refuerzos suizos,
tir el socorro de París (1591 ¡, donde, para ter tudescos, holandeses é ingleses. Con ellos, su je
minar el cuadro, entre los mismos ligueros aso fe de E. M. Biron, gran soldado, toma á Lou-
maba la fracción que se llamo de los «políti viers, Gurne, Caudebec, Eu y prepara el sitio
cos», especie de tiers parti, término medio, unión de Rouen, capital de Normandía, gallardamen
liberal compuesta de católicos «despreocupados te defendida por católicos, menos revoltosos que
y razonables» que aceptaban al rey hugonote los de Paris. El peligro aguija á Mayenne, que
ó ateo. Acaudillaba á estos políticos ó pastele al fin , incorporado con Farnesio en Amiens
ros el jóven cardenal de Borbon, primo del Bear- (enero 1 592), rompe la marcha contra Enrique IV,
nós, con la sana intención de suplantarle. En 20 Era en este monarca el valor tan ingénito y
enero 1591 se frustra el complot para entregar espontáneo, que en el choque, más bien que
á Paris. A la vez surge rivalidad entre Mayenne batalla, de Aumale (5 febrero) peleando como
y su sobrino, el jóven Guisa, escapado de la un simple coracero, estuvo á punto de ser cogido
prisión. La Liga se funde como la nieve: y vis y al fin escapó con herida no muy grave*. No só
to- que no puede arrojar de su posición atrin lo los enemigos, que eran muchos, sino los mis
77
GTJER - 6io - GUER
mos admiradores de Farnesio censuran su pru promesas; que Cárlos Mansfeld entre braveando
dencia táctica, rayana en timidez, que le impi por Picardía; que el duque de Feria, en atilda
dió hacer prisionero al rey de Francia, como do discurso latino, proponga á los Estados en
aseguran que hubiera podido, soltando á tiempo París la candidatura de la infanta... Una tregua
la caballería. Podrá ser. Mas conviene advertir, provisional, asegurada en conferencias de Su-
que por entonces el animoso general ya estaba resnes (3 mayo 1393) por el astuto Bearnés.
moribundo y deshauciado, tanto, que en el ga enfría el «españolismo» de los parisienses, has
binete español se agitaba y resolvía la cuestión ta el punto de reírse á carcajadas cuando en 26
ardua de darle sucesor. Las discordias coa fran mayo, Tassis y Mendoza (Iñigo), en otro largo
ceses, con su gobierno, con sus mismos subor pedimento latino, repiten la desdichada preten
dinados no eran por cierto las mejores medici sión de Felipe II. —Nuevos y ya vergonzosos
nas. Conducido en silla de manos, logró al fin el motines disuelven tanto el ejército de invasión
premio de su incomparable habilidad táctica, en Francia con Mansfeld , como el escasisim0
descercando y salvando á Rouen , por cuyas que en los Países-Bajos quedaba al frente de
puertas entró triunfador en abril. Al general es j Mauricio de Nassau. Este toma á Gertruidem-
pañol y sus tenientes, que sabían algo más que berg con largo sitio, en el cual suple su poca
los rudimentos del arte y habían de sobra acre gente con rara inteligencia polémica (25 junio
ditado la justa dosis en que combinaban la pru 1593,'; á la vez que Felipe de Nassau corre á sus
dencia con la audacia, no podía ocultárseles que, anchas el Luxemburgo y saquea el Brabante.—
salvado Rouen, el objetivo de la campaña era Enrique IV, nunca ocioso, sitia y toma á Dreux
el ejército de Enrique IV, á la sazón mermado julio 1593) y convencido al fin de que París
y abatido. Prevaleció sin embargo el interés 1¡- «bien vale una misa» se hace el católico por
guero, obstinado en sitiar á Caudebec: y un ba tercera ó cuarta vez (24 julio;. Los Estados, vien
lazo que allí recibió Farnesio en el codo dere do con dolor que el bolsillo del duque de Feria
cho, le obligó á dejar el mando, en julio, para ya está agotado, rechazan con perfecta «digni
buscar alivio en las aguas de Spa, donde per dad» rey extranjero y alirman la ley sálica.
maneció hasta octubre. El mando pasó á su hijo Aquí sigue esa larga cadena de pasteleos, sumi
Ranuccio, dividido con Mayenne, que en vano siones, tratos y apostasías en que suele enre
quisieron proseguir los acertados movimientos darse, para terminar, toda guerra civil con pun
con que Farnesio salía incólume y vencedor de tas de religiosa, y en 22 marzo 1594 Enrique IV
apretadísimas situaciones, como recientemente entra en París. En su presencia desfila la guar
al pasar y repasar el Sena, saliendo á Chateau— nición española con el duque de Feria á la ca
Thierry, en Champaña, donde Roñe, gran ma beza. Aunque variada, puesto que habia espa
niobrero hecho á su escuela, pudo burlar la ñoles, walones c italianos, no era por cierto muy
«furia francesa». También Enrique IV pierde, numerosa: escasamente 2.000 hombres. Mayen
como suele decirse, su brazo derecho en la per ne llegó á ser el amigo más leal de Enrique IV;
sona del célebre mariscal de Biion, Armando pero no sin comprometer ántes á Felipe II en
deGontaut ¡á quien sucede su hijo; muerto en el nuevas y ridiculas intentonas que no merecen
recobro de Eperné. Luchando con la muerte, mención, aunque haya detalles puramente mi
todavía el enérgico Farnesio se hace llevar á litares que enaltecen los nombres de Don Agus
Arras para dar cal >r á la guerra; pero en 2 di tín Messia, Juan de Bracamonte, Alonso Men
ciembre 1592 termina su gloriosa carrera.—An doza, Alonso Idiaquez, Don Juan Pujades. Don
ticipándose el gabinete español, habia enviado Juan del Aguila y otros varios, alumnos lodos
para succderle al conde de Fuentes, que entró de aquella grande escuela que todavía tenía por
en Bruselas el 20 de noviembre, mal recibido t maestros á los viejos Verdugo y Mondragon.
por Pedro Ernesto Mansfeld que vio defrauda Esle último es notable hasta en su rara y enér
da su inquieta ambición. No era el de Fuentes, gica longevidad. Poco ántes de morir, en 4 ene
como ha de verse, indigno sucesor del gran lác ro 1390, en su castellania ó gobierno de Ambe-
tico; pero la suerte de España ya estaba deci res, acude en persona, á 92 años de edad, al so
dida: y ni la incrcible tenacidad de Felipe II en corro de Groll sitiada por holandeses: les hace
sentar á su hija en el trono de Francia, ni el levantar el sitio; pasa el Ruin con audacia juve
talento de sus generales, ni las diabluras desús nil, al frente de 6000 hombres escasos, y en 2
agentes podian restablecer una armazón sin base setiembre 1595 vence en campal batalla, donde
que visiblemente ya se venia por tierra. De po cae mortalmente herido Felipe de Nassau y pri
co sirve que lluo\ ■<■ -ubsldios, subvenciones y sionero Ernesto.—Por el mismo tiempo (1595
GUEH - 644 - GUER
muere Verdugo en plena actividad militar, cas no sirve para el caso, y á toda prisa, y á toda
tigando las correrías de Guillermo Nassau en el costa busca la paz que le deje gozar tranquila
Luxemburgo.—Las últimas glorias militares del mente su pequeño y cercenado gobierno. El
gran siglo pertenecen al conde de Fuentes, buen largo y complicado sitiode Ostende (1601 —1604)
organizador, por su vigorosa conquista de Cam- en que aparece Ambrosio Espinóla ó Spínola,
brai (4395), por su batalla de Doullens, que re que de mercader se hace general, y toma por
cuerda la de San Quintín. Todavía en 4597 otro contrata la guerra á razón de 60.000 ducados
hecho episódico y memorable cierra el brillan mensuales con su competente escritura; su há
te catálogo. Hernán Tello Portocarrero se apodera bil campaña en Ower-Issel (1606) con las to
de Amiens por sorpresa; se sostiene, mal socor mas de Groll, Rhinberg y otras plazas, son los
rido, contra todo el poder de Enrique IV; y se últimos hechos de las célebres guerras llamadas
eutierra bajo aquellos muros, los más avanza propiamente de Flándes. Una suspensión de ar
dos que llegamos á poseer hácia el corazón de mas por ocho meses (4 mayo 1607) preludia á
Francia.—Convencido al fin el tenaz Felipe II las treguas do doce años, que se firman en 1609
de la imposibilidad de avasallar, ni aún mer y consolidan la independencia de Holanda. Cer
mar, un país cuya entereza probó su padre des rado aquel sangriento teatro y fecunda escuela
pués de Pavía y él mismo después de San Quin de guerra, el cultivo del arte militar principia
tín, firmó en 2 mayo 4598 la paz de Vervins, á decaer en España; pero queda evidentemen
triste contrapeso de la que cuarenta años ántes te demostrado que sus heróicos soldados del si
firmó en Cateau-Cambresis. Entonces ganaba Es glo XVI fueron los verdaderos restauradores.
paña de una plumada 4 98 plazas: ahora, por con
servar á Cambrai, tiene que ceder Calais, Ar-
dres, Doullens, Chatelet, La Chapelle y Blavet.
Visto también el sesgo lastimoso que iban to La guerra, bajo el aspecto histórico y técni
mando las cosas en los Países-Bajos, donde re co, queda estacionaria en gran parte del tras
cientemente se habia perdido Groninga y frus curso del siglo XVII. Los dos Nassau, Mauricio
trado la recuperación de Breda, el despechado y Enrique, en el estrecho círculo de sus panta
monarca ya con el pió en el sepulcro, dió aque nos de Holanda, si bien habían perfeccionado
llos Estados á su desairada hija Isabel Clara, que algunos pormenores tácticos y polémicos, no
contrajo matrimonio con un archiduque Alber podian dar vuelo á grandes concepciones estra
to, cardenal ántes y mal soldado después. Seis tégicas, ni acreditar, por consiguiente, ese golpe
meses se huelga en recorrer uno por uno sus Es- de ojo, esa amplitud y seguridad de cálculo, ese
lados, pasando por los consabidos arcos de rama instinto de combinación, que en todas épocas
je, mientras los holandeses se rien, sobornan las distingue á los grandes hombres de guerra. Por
guarniciones walonas y españolas, y por ultimo entonces España estaba resueltamente decidida
en la batalla de Newport ó de las Dunas, 2 ju á no hacerla. Felipe III heredó de su padre y de
lio 1600, le dan el golpe de gracia. Si algo hay su abuelo solamente el excesivo fervor religioso,
que admirar en esa triste jornada no es cierta que aquellos sin embargo acompañaron con
mente la habilidad de Mauricio, muy superior otras cualidades mucho más importantes en los
en número, sino la estupenda arrogancia, la monarcas. Francia, con el asesinato de Enrique
pretenciosa impericia del buen archiduque y IV (1610), quedó atajada en su carrera de pros
ex-cardenal. Allí muere y cae prisionero lo más peridad y otra vez atascada en un laberinto de
granado de nuestros tercios: miéntras queda guerras ó disturbios civiles. Alemania, officina
intacta sin entrar en fuego una masa de 4.000 gentium en esto de proveer á todo el mundo de
hombres que conservó Don Luis de Velasco. La reitres y lansquenetes, por estar entónces políti
caballería, mal guiada por Pedro Gallego (que camente fraccionada de un modo infinitesimal ó
interinaba por ausencia de Juan Contreras) só molecular, hoy apenas concebible, tampoco po
lo sirve para introducir el pánico, arrollando á día ofrecer el ancho campo que para su desar
su propia infantería. Metidas en arena hasta la rollo necesita el moderno arte de la guerra.
rodilla, sofocadas de calor, aquellas tropas sin Sin embargo en Alemania es, con Italia por
general, sin oficiales, caen sin fruto y sin gloría apéndice, donde hay que estudiarlo durante
bajo el cañón holandés y bajo la espada de los gran parte del siglo XVII. La célebre guerra de
coraceros franceses que con ellos iban. Tan dia Treinta Años, llamada así porque efectivamente
bólica barrabasada, digno epilogo de otras an los duró, de 1618 á 1648, sin marcar precisa
teriores, convencen al buen archiduque de que mente eso que suele decirse una etapa, es digna
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de atento estudio, que aquí sólo podemos esti y astrología. Si se recuerda además, que dentro
mular por medio de una rápida descripción. de la nueva religión reformada había distintas
Nunca será esta provechosa, si ántes de entrar sectas y comuniones que, como fe luterana y
en la narración técnica, no desenvuelve claras calvinista, se odiaban entre sí más cordialmente
á los ojos del lector las causas de la guerra; y que al enemigo común; si se atiende á los fre
por ende su objeto, sus medios, su índole, su cuentes y victoriosos rebatos de los turcos por
carácter, su teatro; pero en este caso concreto : Hungría, y á los empujes, por el Norte, de ru
de la guerra de Treinta Años, desaliamos al es das naciones con civilización todavía imperfecta;
critor más diestro en el arte de exponer y con se comprenderá que Alemania vivia en un esta
densar, á que cumpla con éxito mediano este do de inquietud y de tirantez, manantial per
respetable precepto de literatura militar. Los petuo de disgustos y colisiones, cuyo término
historiadores «filosóficos» de allende el Ithin y todos deseaban, pero cada uno por diverso ca
los que aquende se perecen por imitarlos, se mino. Ya en 1608 los protestantes, queriendo
envuelven en tales nubes de abstracción, en ta aunar sus fuerzas, formaron la Union Evangéli
les vapores de germanismo, que su lectura tras ca, á la que inmediatamente siguió, como con
torna y marea nuestras pobres inteligencias la trapeso, la Liga Católica, en 1609, cuyo centro
tinas y meridionales, tan vivas y ligeras, tan estaba en Bavicra. La Sucesión de Juliers (Jü-
amigas del colorido vigoroso, del contorno acu lich en alemanj, es decir, la disputa por here
sado, de la forma tangible y concreta. En esa dar este principadillo, al cual se unían el de
guerra dicen 'los protestantes, por supuesto- Cleves y Berg, viene á embrollar la principal
que se coronó la grande obra de emancipación cuestión político-religiosa. Y la llamamos asi re
tan valientemente acometida por Lutero, Calvi- petidamente, porque no ha de olvidarse que en
no y Zw ingle; que se echaron los cimientos de la célebre Reforma los intereses «evangélicos»
un «nuevo régimen político»; que se consolidó eran muy secundarios. Todas esas frases vacias
el anhelado equilibrio europeo ísiej. El lector, de «emancipación y libre exámen» en nada aflo
si se ha acostumbrado á la ruda franqueza que jaron las pesadas cadenas políticas que hoy mis
desluce muchos artículos de este libro, nos per mo, en 4867, pesan sobre la mayoría del pue
mitirá que, en puridad, le digamos nuestro hu blo alemán. El provecho directo fué para los
milde juicio. Se reduce: á que la Guerra de príncipes y magnates, que, por un juego de cu
Treinta Años fué una guerra como otra cualquie biletes, se apropiaron las pingües rentas y be
ra; su carácter religioso, que algunos dan por neficios eclesiásticos, no de la manera sucesiva
**esencial, tan revuelto anda con intereses sórdi y popular con que en este siglo se hace en Fran
dos y mundanales, que difícilmente se le per cia, Italia y España, sino en masa, de un golpe.
cibe; su objeto, por doloroso que sea decirlo, Dos de los pretendientes á Juliers, Juan Segis
engrandecerse el fuerte á costa del débil; sus mundo, elector de Brandenburgo, y Wolfgang
consecuencias, dejar las cosas poco más ó menos Guillermo, palatino de Neuburgo, toman el ca
como estaban. Con este breve exordio, nar mino expedito de ocupar militarmente el terri
remos. torio en litigio, á despecho de Sajonia y Austria,
Desde la muerte de Felipe II la política eu que pretendían el todo, y de otros principillos
ropea recibió las modificaciones inherentes á la que aspiraban á ciertos trozos. La Union Evan
desaparición de aquella fria, terca ó imponente gélica protege á los que ya se llamaban «Poseso
personalidad. La rama tudesca de la Casa de res», y firma alianza II febrero 4609) con En
Austria nunca tuvo la intolerancia religiosa que rique IV de Francia. Por consiguiente, tenemos
tanto caracterizó á la española. El mismo Fer riñendo entre si álos dos «posesores», y tercian
nando I, hermano de Carlos V, criado en Espa do con las armas holandeses de Orange, france
ña y sincero católico, mostró en las primeras ses hugonotes ó calvinistas, y austríacos y bá-
alteraciones religiosas espíritu flexible y conci varos católicos. En 161 4 el Wolfgang, palatino
liador. Su hijo Maximiliano II ya lo llevó á tal de Neuburgo, se aleja de la unión y se hace
extremo, que algunos casi le hacen partidario de católico para casarse con la hermana del du
las nuevas doctrinas. No sólo permitió su ejer que de Bavicra, aliándose con Spínola y sus es
cicio privado, como lo permitían los convenios, pañoles de Flándes. El otro Segismundo de
sino que toleró su predicación en las mismas Brandenburgo deja el luteranismo para haeerse
calles de Viena. Algo cambió la escena con Ro calvinista y juntarse con holandeses. Entra,
dolfo II, educado por jesuítas españoles y dado pues. España sin voluntad, sin medios y sin el
por otra parle á extraños estudios de alquimia menor interés ni provecho en esta guerra como
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en tantas otras. El general español cubre el pa- movimientos desconcertados de aquellos cuer
latinado, y no accede al acomodamiento que se pos, regidos por hombres de guerra, sobresa
propuso de fepartir el ducado de Juliers entre lientes algunos, pero que en general no tienen
sus dos co-posesores; quedando por lo tanto en la conciencia de un gran hecho ni la fé de una
frente otra vez holandeses y españoles, cuya causa abierta, franca y noble. El que abre la
tregua no expiraba basta 1621. A tantos com guerra, por ejemplo, el que se pone al frente de
bustibles hacinados no faltaba más que la me la insurrección bohemia, el conde Thurn es un
cha para producir voraz incendio. prócer arruinado y descreído; el elector de Bran-
Esta fué lo que en la historia se llama, con denburgo, un beodo que anda á bofetadas con
palabra latina, «Defenestración de Praga». Se su futuro yerno; Pedro Ernesto Mansfeld un
reduce á que en la ciudad de este nombre, ca tránsfuga; Bucquoy, el general en jefe austríaco,
pital de Bohemia, los herejes tomaron el cómo nunca tiene fuerzas, ni medios, ni coyunturas,
do expediente de tirar por la ventana del casti como es de ritual en casi todos los generales de
llo á los comisarios imperiales que trataban de su país. Un Federico V, elector palatino y rey
impedir la construcción de un templo protes nominal de Bohemia, por ser «calvinista» se
tante. Por cierto quede los tres comisarios, uno enagena el apoyo de su suegro el rey de Ingla
lleva el apellido Martínez: cosa muy frecuente terra; se atrae el desprecio de los alemanes «lu
esta de sonar españoles, sea en el ecuador del teranos» y también el de la fortuna, que no sue~
planeta ó en los polos, siempre que se agiten le mimar á los caracteres flojos, versátiles, irre
intereses de la iglesia católica, apostólica, roma solutos. Un rey sentado á la mesa del festín,
na. La celebre defenestración, que abre la guer mientras sus tropas pierden la batalla de la Mon
ra de Treinta Años, ocurrió en 23 mayo 4618. taña Blanca, cerca de Praga (8 noviembre 1620);
Es curiosa coincidencia, que en esa misma Bo y que al escapar aturdido, deja «olvidada» su
hemia, cien años ántes de Lutero, estalle la in corona, no prometía mucho para en adelante.
surrección de Juan Huss: y ahora, otros cien Con esta ventaja, la Silesia y la Moravia se rin
años después, la guerra que habia de consolidar den al emperador Fernando II, que restablece
el triunfo definitivo de la Reforma iniciada por con numerosas ejecuciones su autoridad que
el fogoso fraile sajón. Y sin embargo los Bohe brantada.
mios, á la sazón, ni eran luteranos, ni calvinis Aquí hay un primer pánico de principillos
tas, sino meramente utraquistas. Bien que para husmeadores, cuyo primero y único pensa
veleidad religiosa, puede citarse el Palatinado, miento es arrimarse al sol que más calienta.
que en medio siglo fué dos veces calvinista y Baviera, por entónces, verdadero centro de la
dos luterano. Liga Católica, da el mando de sus tropas al im
En el primer periodo, llamado palatino (1619 placable Tilly, que castiga las diabluras guerri
—1625), de la guerra de Treinta Años, y en el lleras de Mansfeld, cuyo objetivo se reduce á
segundo, llamado danés (1625—1629), la mane vivir sobre el país. La figura militar que en es
ra de constituir y organizar los ejércitos y las tos primeros tiempos descuella por lo inteligen"
guerras no se apartan de la pauta general de fi te y respetable es la de Spinola. En 1620, con
nes del siglo anterior. Ejércitos allegadizos y, las fuerzas escasas de los Países Bajos pasa el
aunque pequeños, superiores siempre á los es Rhin y amaga á Francfort, en cuyo socorro vie
casos recursos de los gobiernos; indisciplina es nen naturalmente los protestantes. De pronto
pantosa; ferocidad en las leyes de la guerra y repasa el rio, lo vuelve á pasar por Maguncia,
en las costumbres militares: descosido y lenti con lo que arroja hasta Oppenheim al margrave
tud en la^ operaciones; ausencia de un gran de Anspach-Brandenburgo. Toma á Kreuznach,
pensamiento y de un gran objetivo; atención ex Alzey y finge atacar á Worms, á cuyo socorro
trema á los detalles y maniobras secundarias; vuela el margrave desde Oppenheim. Spinola
necesidad constante de girar al rededor de las entónces cae como el rayo sobre esta última
fortalezas, tanto por la inconsistencia y calidad ciudad, que se rinde con poca resistencia. Ocu
deplorable de las tropas, como por la falta de pa otras, y á pesar de recibir el enemigo re
toda administración; imposibilidad, en un dé fuerzos ingleses, ve impasible á Spinola exten
dalo de provincias, reinos, principadillos y ciu derse por la izquierda del Rhin desde el Hunds-
dades libres ó republicanas, de concertar un rück hasta el Mosela. Por otra parte, Tilly con
pensamiento, de unificar un proyecto, de mar sus bávaros y Bucquoy con austríacos juntándo
char directamente á un fin. Por eso produce se, ya en número de 10.000 hombres, fuerza
vértigo y mareo querer seguir en el mapa los para entónces colosal, aventan un congreso he
GUER - eu - GUER
reje en Lintz, limpian el Austria alta y vuelven dando en el patíbulo de la Plaza Mayor, anun
sobre Praga, foco utraquista. Al decir bávaros y cia un reinado de viril energía y austera mora
austríacos, ya debe entenderse que no eran lidad. Una junta llamada de oRefírmacion de
cuerpos formados exclusivamente de estas na costumbres» se crea para «visitar» como enton
cionalidades, sino que daban el nombre a unas ces se decia y purificar á todo empleado desde
bandas heterogéneas de cosacos, croatas, walo- 1592, nada ménos. Si por juntas fuera y por
nes españoles é italianos. Allí juega con un ' purificaciones, España debia estar como una pa
cuerpo español, reclutado en Italia, un célebre loma. Nuestra enemiga Holanda no andaba más
Don Baltasar Marradas, obrando por cuenta del medrada. Un hijo de'Barnevclt el decapitado
Emperador, ó más bien por la suya propia, co por oponerse á la ambición orangista, pierde en
mo los de Flándcs en el siglo anterior. Spinola, 1623 la cabeza por igual delito. Afortunadamen
en 1621, dominaba todo el Palatinado, menos te Spinola, detenido en 1 b22 ante Berg-op-Zoom,
Kaiserlautern, Manheim, Heidelberg y Franc- logra atajar á Federico Enrique Nassau que in
kenthal; pero acercándose el término de la tre vadía el Brabante, ocupa á Juüers y en fin toma
gua con Holanda, de 1609, allá tuvo que volver á Breda ¡1625, dando asunto al lienzo inmortal
su atención y su persona, dejando á un Gonzalo de Velazquez.
de Córdoba, nada parecido á su antecesor, que Por este tiempo la guerra de Treinta Años
se las avenga con el travieso Mansfeld. Efecti entra en el periodo llamado danés, por caracte
vamente, el español tiene que levantar el sitio rizarlo la entrada de Dinamarca en la coalición
de Franckenthal y recogerse prudentemente á de Inglaterra y Holanda contra España. No iban
Kreuznach y Oppenheim. Mansfeld, aficionado bien á la sazón los negocios para la Union Evan
á operaciones más lucrativas, le deja para de gélica. —La figura militar que ahora se levanta
vastar la Alsacia y sacar al obispo de Slrasbur- ocupa, por su magnitud y por la sombra que
go un pellizco de 100.000 thalers. Córdoba y arroja, casi lodo el cuadro. Waldstein, como el
Tilly campean juntos y separados con varia for dicen que firmaba , merecería un retrato de
tuna; pero le sale á Mansfeld un digno colega en cuerpo entero, si aquí cupiese. Opulento mag
el duque de Brunswick, que al frente de una nate de Bohemia, nacido allí en 1583 de padres
horda, se le une para limpiar lo que en Alsa protestantes;. católico en la mocedad y educado
cia hubiera quedado de la primera correría. Otro en Olmütz por jesuítas; enriquecido en 1606,
margrave de Badén se junta y se separa de Mans por su matrimonio con una vieja poderosa y por
feld, según conviene, para pillar mejor; y en fin herencia do un lio que le deja catorce dominios
todos son acorralados por Córdoba y Tilly en señoriales, ya levantaba «A su costa» regimien
Manheim. Allí, sin apoyo, sin bandera, ofre tos de mil corazas. Ilustrado con largos viajes
cen sus servicios indistintamente al católico em por Europa, con las lecciones de Jorje Basta,
perador de Austria y al catolicísimo rey de Es con hechos de guerra en Transilvania contra
paña; pero rechazados, tienen que acogerse á Bethlen Gabor, ya en 1 620 se distingue en la
Holanda, no sin atrepellar con sus 18.000 ban acción de la Montaña Blauca, con carácter é in
didos á Córdoba que en Fleurus les quiere cor- í fluencia de general, y compra al emperador se
tar el paso. Bueno fuera que tuviesen esto pre senta lincas confiscadas, por valor de siete mi
sente los historiadores , cuando ponderan las llones de florines. El destino de la casa de Aus
guapezas y desafueros de nuestros tercios de tria, en sus dos ramas, ha sido, y sigue siendo
Flándes. No les iria tan bien á los holandeses desde tiempos remotos, no tener jamás un cén
con tales huéspedes, cuando á la primera co timo en su erario: y en esta ocasión el agolado
yuntura los despidieron. emperador Fernando II acude al peregrino ex
Las hostilidades entre Holanda y España se pediente de dar «por contrata)) la guerra á su
abren de hecho el 3 agosto 1622. Nueva compli propio general, como ya lo habia hecho Felipe 111
cación por aquí. Otra, más larga, por Italia y la con Spinola en Ostende. Pero aquí el negocio es
Valtelina imposible de referir con brevedad. de más volumen y más vuelo. Waldstein se obli
Otra con Inglaterra, por cierta boda, que fraca ga á levantar, armar, equipar y entretener uá
sa, del príncipe de Gales (luego Cárlos l) con la sus expensas» un ejército de 30.000 hombres; y
infanta. Felipe IV, ó mejor su favorito Oliva el emperador de Austria, por su parte, que le
res, ilustra la aurora de su reinado con la cano habia hecho duque de Friedland y naturalmen
nización de San Ignacio de Loyola, San Francis te archi-generalisimo, se resigna á no entender
co Javier, Santa Teresa de Jesús y San Felipe en cosa alguna de guerra, ni en el nombramien
Neri. La cabeza de Don Rodrigo Calderón, ro- ' to siquiera de un cabo de escuadra. Asi se ve
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á aquel hombre alto, seco, cetrino, aunque su al entrar, por el año 1630, en su tercer período
roja cabellera no esté cubierta por la diadema llamado sueco.
imperial, más altivo, más pródigo, mas fastuoso Suecía, en efecto, toma el papel que Dina
que un rey. A sus banderas acuden presurosos marca dejó por su paz con Austria en 6 junio
cuantos fian á la espada su fortuna; á sus órde 1629. El rey Gustavo Adolfo aparece en la Ale
nes sirven príncipes y próceres; y á la mirada mania protestante con el prestigio y la oportu
fulgurante de aquel ídolo, siempre taciturno y nidad de un redentor. Hombre de levantado
pensativo, los pueblos tiemblan , los soldados espíritu y ardientes ambiciones; hecho á la
enloquecen. No es posible que la historia repita guerra desde la niñez; duro á la fatiga; sóbrio y
un hecho semejante. Con este, que bien puede austero en las costumbres; disciplinista en las
llamarse «advenimiento» de Waldstein, coincide filas y apacible en el trato; bravo en el combate
la desaparición de Mauricio de Nassau, nuestro y sereno en el consejo; confiado en su causa,
implacable enemigo, que baja al sepulcro en con ciertos visos de exaltación religiosa, Gusta
1625, dejando por sucesor en su puesto y en su vo Adolfo personifica un tipo militar acabado y
ódio á su hermano Federico Enrique. Y pues perfecto, por su doble calidad de general y de
que de personajes se trata, demos entrada al rey. Versado en la literatura clásica; profundo
cardenal de Hichelieu que, en ese mismo año por observador del corazón humano; con esa flexi
la complicada cuestión de la Valtelina, princi bilidad de atención que permite á los grandes
pia con repetidos golpes de ariete la demolición hombres abarcar un vasto proyecto y descender
de la hueca monarquía española, siguiendo las á mínimos detalles, el infatigable rey de Suecia.
tradiciones de Enrique IV. Si todavia no toma si bien no abrió al arte militar rumbos nuevos,
cartas abiertamente en esle juego de los Treinta marchó sobre los ya conocidos del siglo anterior
Años, es porque antes de «auxiliar» a los pro con energía y resolución, produciendo la sor
testantes del Norte, necesita «concluir» con los presa que siempre causa todo lo que es grande y
protestantes de Francia. Esto, para la católica y atrevido. Mucho le ayudó la calidad de sus tro
caballeresca España, no era lógico ni moral; pero pas. Alemania, devastada tanto por las deMans-
a su costa comprendió que pudo ser lo uno y lo feld y Brunswick, como por las de Tilly y Walds
otro. Por un Richelieu, y aún por la mitad del tein, no volvía de su asombro al ver aquellos sol -
célebre cardenal, bien podia haber dado juntos dados suecos, pobres, sumisos, respetuosos,
la España del siglo XVII á Lerma, Olivares. Ha- aquellos jefes y generales modestos, inteligen
ro, Nithard y Portocarrero. — tes, consagrados fervorosamente al servicio dé
su rey. Algunas modificaciones en organización
La campaña de 1626 ensancha la reputación y táctica, como el acolar ó aparear los regimien
de Waldstein y de Tilly, aunque la arrogancia tos, emplear tiradores, simplificar ciertas ma
de entrambos no les permite combinación in niobras, amalgamar é interpolar las armas, ali
mediata. Aquel desemboca en Bohemia y baja gerar la artillería, adelgazar las líneas, concur
por el Elba, para cortar al rey de Dinamarca de rieron sin duda á completar las grandes condi
su base de operaciones: mientras Tilly, batién ciones «morales» con que el ejército sueco se
dole en Lutter, lo arroja hácia Rendsburgo en presentaba ante la Alemania trastornada. De
Holstein. Deshechos y perdidos Mansfeld y 15.000 hombres no más se componía, al desem
Brunswick disuelven sus tropas y venden su barcar en Pomerania el 13 junio 1630: y al
artillería. El primero, acogiéndose á Hungría y mes había duplicado sus fuerzas, con aventure
rechazado por Bethlen Gabor, huye hacia Ve- ros y mercenarios que de todas partes afluían.
necia, muriendo en el camino J30 noviembre La idea estratégica de Gustavo Adolfo era «de
1626 , en una aldea de Bosnia. A pocos días fenderse atacando»; conservar su país y su co
muere también otro caudillo de su mismo géne rona, amedrentando con movimientos rápidos
ro, el duque Juan Ernesto de Weimar. Walds y audaces; penetrar hasta el corazón, desper
tein guerrea con éxito en Hungría; pero su pen tando estímulos en el protestantismo alemán,
samiento capital es herir en el corazón a Dina inglés y holandés; apoyado en el cardenal Ri
marca y, según algunos, el de crearse en el chelieu, por «formal» tratado de 26 setiembre
Meoklemburao un principado independiente y 1629, derrumbar la casa de Austria, y ¿quién
soberano. En el largo y porfiado sitio de Stral- sabe? constituir en Alemania un imperio algo
sund principia á palidecer su estrella, que pron más extenso y agradable que el de Suecia. La1
to eclipsará otro personaje, en quien se conden cancillería de Viena, que nunca se ha distingui
san la atención y el interés de esta larga guerra, do por exceso de perspicacia, se burló de Gus
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tavo llamándole «rey de nieve», y esperó tran fuerzo y 6.000 ingleses ó escoceses, Gustavo
quila que se «derritiese» por el simple cambio Adolfo pasa el Elba; se atrinchera en Werben;
de clima. Gustavo que traía gran velocidad ini se le junta Bernardo de Sajonia-Weimar, por
cial, á la primera marcha ya estaba en Stettin. el cebo de los obispados de Bamberg y Wurz-
Con estas y otras plazas, unas tomadas por asal burgo, y en 2 setiembre 1631 entra en Wittem-
to y otras por industria; con Stralsund á la berg, cuna de la Reforma y cátedra de Lutero.
espalda (donde se estrelló Waldstein) con la isla El elector Juan Jorjc tiene en fin que decidirse,
de Rugen por cabeza de puente; el sueco apa y 18.000 sajones engruesan al ejército sueco-
rece sobre el Oder dueño del Mecklemburgo, de germano. A los pocos dias, el 7 setiembre 1631 ,
la Pomerania, entonces regida por duque in Gustavo Adolfo vence en la célebre batalla de
dependiente, y amagando á Berlín, modesto nú Leipzig á Tilly y su segundo Pappenheim, que
cleo todavía del pequeño electorado de Branden- retirándose por Halle y Halberstadt, dejan eva
burgo, que por cierto inauguraba la tortuosa cuada la Sajonia y descubierta el Austria. In
política continuada con éxito hasta 1866. En menso horizonte abre esta victoria á la ambi
1631 el «rey de nieve» iba efectivamente ha ción del conquistador. Por un lado ve abierta la
ciendo la bola de nieve. En ausencia de Walds Bohemia, cuya fácil ocupación deja á sus auxi
tein, á la sazón en degracía, Tilly, que pasó del liares sajones: por otro la Baviera, en cuya
servicio de Bavíera al de Austria, es el destina capital, evacuada por Maximiliano, entra triun
do á detener la irrupción sueca. Juan Perklacr, fante y acompañado de aquel proscrito Juan Y.
ya conde de Tilly en 1623, hombre tan pequeño rey un dia de Bohemia, que nada saca en lim
de estatura como grande de carácter y ambi pio ahora de sus adulaciones. Porque, al decir
ción, tenia ciertas afinidades con el duque de de sus mismos panegiristas, el carácter del rey-
Alba en lo devoto, seco, adusto, severo, integro, sueco ántes modesto, acomodado y apacible, to
moral y desinteresado. Sus triunfos sobre Mans- mó desde Leipzig cierto vuelo altivo y domina
feld y Brunswick, sobre el margrave de Badén dor que desagradaba á los príncipillos alema
y el rey de Dinamarca, le habían dado un relie nes, de suyo rastreros y tornadizos. En la parle
ve militar, que se aumentaba con el miedo que militar, las miras de Gustavo naturalmente ha
inspiraba su ferocidad. Naturalmente, el pri bían de ensancharse en proporción á su nuevo
mer paso del general católico fué avanzar hasta teatro de guerra. Desde luego el apoyo moral y
Francfort del Oder para tantear al enemigo, j material de Francia le permitía cambiar díame-
dueño por trato de la fortaleza prusiana de Kus- I tralmente al sur su base de operaciones, que
trin; más al verle en fuerza y tan bien asenta ' ántes estaba en el norte y á la orilla del mar.
do en Pomerania, retrocede al Elba, donde si Podia, pues, como lo hizo, bajar á la cuenca del
tia y toma á Magdeburgo con hórrido saqueo y Rhin, desembocar luego por la Selva ¡Negra en
memorable violencia en 10 mayo 1631. Adver I la del Danubio, cuyo rio pasó en Donauwerth,
tiremos de paso que Gustavo Adolfo, cuya inac y por la márgen derecha marchar contra Viena,
tividad se acusó, estaba meses hacia liado ma su objetivo primario, á pesar de la triple barre
terialmente por las intrigas desleales de Sajonia, ra del Lech, del Issar y del Inn. Que la esto
la cabeza protestante, y del Brandenburgo, in cada iba al corazón lo indica el pánico de la
decisos ambos entre irse con los suecos ó con corte austríaca, preparando su retirada á Gratz.
los austríacos. Hasta la misma Baviera «católi Tilly, que desde Bamberg atendía á la Sajonia y
ca», ya cansada y aburrida, abría tratos en ma al Rhin, bajó resuelto á defender el paso del
yo 1631 con Francia, purgada de hugonotes, Lech y atajar allí la atrevida empresa del após
cuyo rey cristianísimo, ó su primer ministro tol sueco.
Richelieu, principe de la iglesia romana, habia El paso de este río se cita siempre, aunque
firmado, en 13 enero 1631, un nuevo tratado no con gran exactitud, en las historias, como
ya formal y público con el monarca sueco, pro operación modelo de láctica, por lo inteligente
tector declarado del protestantismo. Se ve, y vigorosa. No es el Lech rio muy principal y
pues, que con tal inseguridad mal podia Gus caudaloso; pero corre impetuosamente encajo
tavo acudir á Magdeburgo, exponiendo sus co nado entre escarpadas márgenes, y á la sazón ¡S
municaciones. Irritado al saber la catastrófe, abril 1632) muy crecido por las copiosas lluvias
concluye de un golpe con las tergiversaciones y el derretimiento de las nieves del Tirol eu don
prusianas, entrando en Berlín y poniendo guar de nace. La consumada experiencia de Tilly
nición sueca en Spandau. Asegurado así; reci hace presumir que no echaría en olvido ninguno
bidos 8.000 hombres que Sue«a le envía de re de los preceptos del arte para defender el paso
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y sus mismos atrincheramientos y disposiciones de los protestantes alemanes. La corona de Sue
realzan la victoria de su intrépido adversario, na pasó á la célebre Cristina, de edad de seis
que, desoyendo los prudentes consejos de sus años, y el canciller Oxenstiern con el senade
generales, se arroja al frente de sus tropas y sueco se obstinaron eu seguir la temeraria em
aprovecha el desorden que causa entre los im presa de Gustavo. En su escuela efectivamente,
periales la herida mortal de Tilly. se habían hecho diestros generales, como Bau-
Desde últimos de 1631 la corte de Austria, ner, Torstenson y otros, que se ilustraron eu
que veia crecer el peligro, procuró vencer el las siguientes campañas; pero al poco tiempo la
«retraimiento» singular y sospechoso en que influencia sueca se extingue, y la guerra de
Waldstein se había colocado. Al fin, imponien Treinta Años entra eu el cuarto y último perio
do condiciones aun más exorbitantes que an do que suele llamarse francés.
teriormente, toma el mando; reúne como por La conducta nebulosa é inexplicable de
encanto otro copioso ejército, y del primer em Waldstein, negándose, en abierta insubordina
puje limpia la Bohemia de sajones, entrando en ción, tanto á socorrer á Baviera, como al duque
Praga el 4 mayo 1632. Las corles de España y de Feria que con uu cuerpo español vino de
Baviera (que abominaban á Waldstein) habían Italia, acrecentó en la corle imperial las sospe
puesto graves obstáculos á su nuevo encum chas de traición y deslealtad, que ya pesaban
bramiento, por lo cual rehusaba el altivo gene sobre el altivo y misterioso generalísimo. Algu
ral socorrer á esta última Cedió al fin, y los nos de sus principales favoritos y hechuras Ga
dos ejércitos bávaro y austríaco se juntaron, llas, Altringer, Piceolomini fueron ganados por
humillándose Maximiliano á ceder el mando en el emperador que le declaró traidor en solemne
jefe á Waldstein, á quien abrazó ante las tro decreto. A pesar de sus protestas y de sus pro
pas. Estas sumaban ya unos 60.000 hombres. yectos, Waldstein fué asesinado en el castillo
Gustavo Adolfo después de pasado el Lech, so de Egra, el 25 febrero 1634. De su correspon
metió á Ausburgo, villa imperial ó libre, y mar dencia publicada en 1828, resulta inocente de
chó sobre Ingolstadt, ante cuyos muros se es traición al emperador y al catolicismo; pero
trelló su valor. Recogióse prudentemente á siempre cubrirá un manto de temerosa incer-
Franconia ; y bastante mermado por bajas y tidumbre la figura militar más gigantesca del
defecciones, se atrincheró en Núrenberg ¡junio siglo XVII. El ejército pasó con entera sumisión
1632). Allí comprendió el diestro Waldstein á las órdenes de Fernando, hijo del emperador,
que convenia encerrar y bloquear, pero no com con el conde Gallas por mentor ó jefe de E. M. G.
batir: y se ve por lo tanto á los dos caudillos fren España, que ya en Italia traía guerra viva
te á frente medirse y tantearse recelosos por con Francia, tanto por la antigua cuestión de la
espacio de seis semanas. Al fin el sueco, refor Valtelina, como por la más reciente de la su
zado e impaciente, ataca á su sitiador, que se cesión de Mántua y Montferrato (que ocasionó
defiende fríamente y entrando ya las privacio la muerte de Spinola, ante los muros de Casal,
nes y la indisciplina en las tilas suecas, evacúa en 23 setiembre 1630) resuelve intervenir con
á Nürenbcrg: retirándose Waldstein por su par fuerza en la interminable guerra que devastaba
te hácia Bauiberg y luego á Leipzig, para ocu el centro de Europa. Con la muerte de la infan
par la Sajonia. Acude Gustavo á socorrerla: y ta Isabel Clara Eugenia, en 1." diciembre 1633,
aprovechando oportunamente el momento en les Paises Bajos vuelven á la corona de España,
que Waldstein hace un destacamento, traba la y Felipe IV encarga su gobierno á su hermano
famosa batalla de Lutzen (6 noviembre 1632) el Cardenal Infante, virey que habia sido de
en donde muere. Sus tropas enfurecidas pelean Cataluña y de Italia. Los bríos de la juventud,
por vengarle, á las órdenes de Bernardo de templados por la prudencia y el saber, dan a
Weimar. Llega Pappenheim con sola su caba este principe un elevado carácter militar. Jun
llería y restablece la batalla; pero también muc tando á un pequeño cuerpo español, levantado
re, y el éxito de la célebre jornada queda en en Milán, las reliquias de otro que llevó á Ba
rigor indeciso. viera el duque de Feria ¡muerto en Munich en
Los admiradores de Gustavo Adolfo concuer- 24 febrero 1634) y el ejército, de unos 12.000
dan en que murió con grande oportunidad pa hombres, del duque de Lorcna que, despojado
ra su fama. Con todo su valor, su talento y su de sus estados por Francia, lo alquilaba tan
fortuna, no parece probable que hubiera logra pronto al Austria como á España, el Cardenal
do dominar una situación tan complicada. Su Infante toma desde Italia la vuelta de los Paises-
muerle rompió la unión imperfecta y fortuita j Bajos con aquella militar gallardía del duque de
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GTJER - 618 - GUER
Alba en el siglo anterior. A la sazón la causa 12.000 muertos, 300 banderas, 80 piezas, 4.000
protestante llevaba manifiesta ventaja: los ge furgones, Horn y otros generales prisioneros.
nerales suecos abiertamente «á sueldo» de Ri- Bernardo de Weimar, su jefe, escapó casi solo á
chelieu, los holandeses poco ménos y los prin- Francfort. El pánico fué general. Oxenstiern,
cipillos alemanes, ansiosos como siempre de desengañado, acude á Richelieu, que le da tro
pescar á rio revuelto, traían bastante mal para pas y subsidios para seguir la guerra por su
das las armas imperiales y católicas. Bueno es cuenta, independiente de los tornadizos alema
consignar de paso, para dibujar aquella extraña nes, que, como el elector de Sajonia, se apre
situación, que mientras el turco amenazaba, suran á firmar paces con Austria. Y para que
perpetuamente estimulado por el francés, el Pa se vea porcuán poco entraba en estas enmaraña
pa, lejos de ayudar á su propia causa, armaba das guerras el fondo «religioso» no hay más que
camorra á España, porque nuestras tropas de mirar que en el trntado de Praga de 30 mayo
Nápole?. habian pasado á Milán pisando territo- 1635 el «católico» emperador cede al jefe de los
lorio pontificio. A la vez que Felipe IV «pedia «luteranos» el arzobispado de Magdeburgo, me
limosna» para la canonización de San Fernan diante una pensión, que de este beneficio ecle
do, los pueblos de la Península hervían en tu siástico ha de pagar al Brandenburgo «cal vi
multos contra la nueva y peregrina contribu nista».
ción del medio dozavo (quitar pulgada y medía Descorazonados los jefes protestantes reu
lo vendible por varas), y la grandeza más afi- nidos en Worms, fian su «salvación» al carde
sionada á a corte que al campamento, se ne nal Richelieu de la Santa Iglesia Romana que.
gaba a levantar coronelías , saliendo por esto por nuevo tratado de 18 diciembre 1634, ratifi
desterrados Oropesa, Velada, Maqueda, Sesa y ca alianza, con promesa de mantener un grueso
otros. Sin embargo el Cardenal Infante, tan es ejército á la izquierda del Ruin, sostener 12.000
caso de dinero como rico en esperanzas, seguía lansquenetes á la derecha, y aprontar medio mi
con los tercios españoles su atrevida marcha por llón de subsidio. Ya en setiembre, el descreído
territorio alemán. Pasando el Lech cerca de y sagaz ministro de Luis XIII se había hecho
Rain y el Danubio por Donauwerth, á primeros ceder por los suecos atribulados la plaza dePhi-
de setiembre de 1634 se hallaba ante los muros lipsburgo, que ellos ganaron: ahora la idea es
de Norlinga (Nordlingen) aportillados ya por los anexar la Alsacia, procedimiento de protectora
imperiales, pero resistiendo sus repetidos asal do análogo al de Metz, Toul y Verdun, y asen
tos con la confianza de próximo socorro sueco. tar de firme el pié en Italia. La partida, pues,
Este llegó en efecto el día 5, conducido por desde 1635 queda entablada entre Francia y las
Bernardo de Wcimar, Horn y otros buenos ofi dos ramas de la casa de Austria. YTa veremos
ciales de Gustavo Adolfo, que, sobrado presun como por falta de fuerza, de tino y de fortuna,
tuosos, no vacilaron en presentar batalla á pe España fué en último resultado la víctima pro
sar de su inferioridad numérica. Ignoraban lo piciatoria.
que era habérselas con infantería española «bien Aunque la declaración oficial de guerra de
mandada» y al dia siguiente, 6 setiembre 1 034, Francia á España lleva fecha de 19 mayo 1635,
quedó confirmada la fama de esta por centési las hostilidades empezaron de hecho mucho án-
ma vez, al frente ahora de la que llevaba cua tes, tanto por las fronteras de Flándes, como
tro años de asombrar á Alemania. La llave de por la Valtelina y el Milanés, el Piamonte y el
la posición era una altura que dominaba el Mantuano. Los franceses ponderan la excelente
campo imperial. Retardados los suecos en la campaña que hizo en la Valtelina el duque de
conducción de su artillería, la encontraron á Rohan, furioso calvinista ó hugonote, ahora mi
media noche ya ocupada y atrincherada por los mado y luego perseguido por el implacable Ri
españoles. Vanos fneron los repetidos esfuerzos chelieu; pero la guerra, en estos años, fracciona
de los suecos para ocuparla. Allí se estrelló su da y esparcida en varios teatros de operaciones,
fortuna y su valor. Por testimonio de sus mis sin otra ligazón que la que tuviera en la mente
mos admiradores, regimiento hubo que volvió del artificioso y despreocupado cardenal, no
«siete veces» a la carga, siendo otras tantas re ofrece á la historia del arte periodo clásico, ni
chazado por los españoles, sin ganar una pul puntos muy salientes. Algunos movimientos de
gada de terreno. El resultado fué un inmenso los suecos Banner yTorstenson revelan su des
desastre para la causa protestante, y concluir treza, hasta que la muerte del primero (1641)
para siempre la influencia y nombradía de los disuelve las escasas reliquias del ejército de
suecos, que dejaron sobre el campo de batalla Gustavo Aldolfo. El segundo, aunque gotoso y
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en litera, es notable por lo rápido de sus mar tes los triunfos ni grandes los provechos, por
chas y la viveza de sus maniobras. También las armas; pero la diabólica astucia del carde
Bernardo de Weimar, á quien Richelieu, en nal nos minaba el terreno en Italia, en Portugal
1635, compró con su ejército, guerrea con éxito y en el Rosellon. En 1640 empezamos á recoger
de 4636 á 38 y muere (1639) enemistado con los frutos amargos de aquella política implaca
aquel (de peste, ó de veneno según algunos) en ble. La punta del francés á Fuenterrabia , en
el campo de Neuburgo, con gran aflicción del 1638, fué merecidamente escarmentada; pero se
partido protestante. Quien por aquellos tiem compensó con el desastre de Leucata, que va
pos se hizo respetar, como general consumado lió al afortunado Halluin el título de mariscal
y prudente político, fué el cardenal infante de Schomberg.
Don Fernando. Cortado casi por completo de Dicen algunos, y no yerran, que no siempre
España, pues a veces tardaron «cincuenta dias» ha de buscarse la enseñanza en los sucesos
en llegar sus despachos á Madrid; pisando un prósperos, pues también la ofrecen, aunque
suelo minado por perpetuas conspiraciones; amarga, saludable los adversos y desdichados.
rodeado por todas partes de enemigos declara Siendo esto asi, no hay duda que España es
dos y encubiertos; comprendió que la defensiva, grande escuela de infortunio en lo que resta
á la cual su inferioridad le condenaba, nunca del siglo XVII y en los principios del XVIII.
se mantiene con tanto brillo y resultado como Pero ni este articulo pretende ser didáctico, ni
cuando se interpolan reacciones audaces y puede trazar más que un rápido «bosquejo»
ofensivas. Dejando, pues, á los holandeses que del arte de la guerra en general: por lo cual,
tomen el fuerte de Schenken, que en vano so acallando el patriotismo (que también lo hay en
corren Juan Nassau (al servicio de España), estudiar reveses y recordar desaciertos) segui
Tomás de Saboya y el austríaco Piccolomini; él, remos imparcialmentc á los «maestros» que ya
juntando sus fuerzas, va derecho al corazón comienzan a estar, no sólo fuera de España,
enemigo, rompiendo la frontera francesa por sino, lo que es más triste, enfrente de ella.
entre Mons y Valenciennes. Toma, en julio A la muerte del Cardenal Infante (9 noviem
1636, La-Capelle y Le-Catelet; pasa el Soma bre 1641) de enfermedad contraída ó agravada
(Somme) por Cerisy á primeros de agosto, y en el bloqueo de Ayre, quedó gobernando los
somete á Roye, Montdidier y Corbie. Los explo Países-Bajos españoles una junta en que figu
radores de Juan Werth, célebre partidario cató raban Don Francisco de Meló, portugués, el
lico á la manera de Mansfeld, llegan hasta cer conde de Fontaine, lorenés, y Don Andrés Can-
ca de Saint- Denis, esparciendo el pánico en la telmo, italiano. Era el Don Francisco hombre
capital de Francia, cuya población atemorizada avispado y despierto, que habia dado cuenta
huye en gran parte á Orleans. Pero en esta, co ventajosa de su persona en varios encargos di
mo en las anteriores invasiones, los medios no plomáticos y en algún hecho de armas y de go
son «proporcionados» á la magnitud de la em bierno en Italia: todo lo cual le habia valido,
presa. Ün poderoso ejército francés, guiado por hácia 1636, merced del titulo de conde de Asu-
Orleans, Soissons, La Forcé y Chátillon, avanza mar. Al frente ahora de aquel peligroso gobier
porCompiégne y Perona; y el joven principe es no, escribió á Madrid, con baladronada portu
pañol, tan prudente en la retirada como impe guesa, que entraría en Francia por Picardía y
tuoso en el ataque, se recoge incólume á Flán- no se contentaba con ménos que «destruir» á
des. La guarnición española que dejó en Corbie París. Reuniendo en efecto, por la primavera
tuvo que rendirse el I i noviembre. El ataque de 1642, unos 24.000 hombres, cosa monstruosa
simultáneo por Irun y Roncesvalles, que diri para Flándes en aquellos tiempos, el 7 abril les
gieron el marqués de Valparaíso y el almirante pasa muestra en Douai, les da una paga, cosa
de Castilla, fué ménos brillante y más infruc aun más portentosa, y el 18 toma la plaza de Lens.
tuoso, pues ni áun lograron cercar á Bayona. Si El 25 abre la trinchera ante La Bassée, y avan
un siglo ántes la nación francesa ya nos había zando sobre él un respetable cuerpo de 25.000
demostrado su cohesión y su virilidad, temera franceses, guiado por Harcourt, lo deshace en
ria empresa era en Felipe IV, muy ocupado en- la batalla de Honnecourt con gran pérdida y
tónces con los Encantos de Circe, repetir las copioso botin, viniendo á Madrid cañones y
que tan caras salieron á su abuelo y bisabuelo. banderas francesas por trofeo. Esta feliz jor
Asi Richelieu, en 1637, nos «ataca» con cuatro nada vale á Meló el condado de Torrelaguna,
ejércitos por Alsacia, Champaña, Franco-Con con el consiguiente auge de fama entre los es
dado y Picardía. No fueron ciertamente brillan pañoles y de popularidad entre los flamencos.
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Alentado con ellas, dispone al año siguiente en en la batalla de Rocroi con el otro conde de
trar en Francia, apoderándose de Rocroi, y ante Fuentes, arriba mencionado, que murió en
los muros de esta plaza, el 19 mayo 1643, sufre 1610 á la edad de 85 años. Lo que Rocroi re
una derrota memorable. Ocioso fuera, y hasta presenta y sintetiza, no en la historia militar,
de mal gusto, buscar atenuaciones y disculpas sino en la política y social de España, es, si va
á aquel desastre En Rocroi hubo lo que hay en liera la expresión, un boquete ó rendija en la
toda batalla perdida: conocimiento falso de los armazón voluminosa, hueca y puramente tea
sucesos; presunción excesiva; destacamento tral de la vasta monarquía. Durante siglo y me
inoportuno la víspera; imprevisión, atolondra dio, el humo de la arcabucería española no de
miento, incoherencia, desórden; falsas manio jó penetrar las miradas de Europa en el vacio
bras ó, mejor dicho, carencia absoluta de ma interior de un extenso territorio despoblado y
niobras; flojedad en la caballería y tropas auxi pobre, donde todo el mundo rezaba y nadie
liares; desaprovechamiento inconcebible del pensaba, trabajaba ni producía: disipado aquel
terreno. En tales condiciones, hasta el valor humo de gloria, se vio con asombro que el co
suele ser perjudicial y la firmeza desastrosa. loso que pretendía esclavizarlo todo no tenia
Los viejos tercios españoles, apelotonados y fie fuerzas, ni hombres, ni recursos para sujetar
ros, batidos en brecha como una muralla, nada dos de sus propias provincias peninsulares. En
pueden hacer más que sellar con sangre su an cadenados, sin saber porqué, á la política aus
tigua reputación. Aunque el hecho táctico es tríaca, siempre estrecha, angustiosa y necesita
indiscutible; aunque en Rocroi, efectivamente da; superándola todavía en intolerancia religio
se marque el «primer escalón descendente» en sa y en altivez sin fundamento; obstinados en
la gloria de las armas españolas; ni la derrota tratar á la Francia de Richclieu y de Mazarini
causó por entonces grande impresión en Espa como á la de Francisco I y Enrique U, algún dia
ña, ni en realidad tuvo las consecuencias estraté habla de llegar el castigo de tanta imprevisión
gicas y políticas que suelen traer de suyo las y desacierto. Si los franceses quieren que este
grandes catástrofes. Todo se redujo á una rápi sea el 19 mayo 1643, no hay inconveniente. En
da punta del vencedor hacia Bruselas y á la (rigor vamos ganando; pues el «verdadero»
pérdida de Thionville, el 10 agosto, por incuria Rocroi, está en el año 1640 y aún algunos an
de Meló y de sus cabos, que á la sazón andaban tes, al prepararse la funesta sublevación que
conteniendo holandeses, contando con mayor en él estalló do Cataluña y Portugal.
resistencia de aquella plaza. Prueba de que na Con la célebre batalla, dada á los cinco días
da ó muy poco influyó en la «marcha general» del advenimiento de Luis XIV menor de edad,
de la Guerra de Treinta Años, que por entóneos, entra en la historia militar el gran Condé (toda
como se ha dicho tenia carácter puramente vía duque d' Enghien) general en jefe á los
francés, es que al poco tiempo, en I i noviem veinte y dos años, y que por las turbaciones po
bre 1643, Francia sufría un desastre parecido líticas de su patria, en las cuales tomó papel
en Duttlingen, y gran parte de la victoria que muy principal y poco airoso, había de venir
obtuvieron los imperiales so debió al oportuno á «refugiarse» en esas mismas filas españolas
refuerzo que Meló envió con el Comisario Ge que lan poderosamente destrozó con su fulmi
neral de nuestra caballería Juan Vivero. Los nante espada. A la par de su nombre, comien
franceses están en perfecto derecho de ensalzar za á brillar el de Turena, constante y perfecta
su victoria de Rocroi; pero ni allí murió nues antítesis. Cuanto el vencedor de Rocroi tiene de
tra vieja infantería ¡que vive y vivirá eterna brillante, de espontáneo, de fogoso, otro tanto
mente, miéntras se la lleve con acierto al com tiene el discípulo de Nassau de modesto, calcu
bate) ni en la historia general del artede la guer lador y circunspecto. Condé rechaza y repug
ra es, como ellos pretenden, final del capítulo na por lo turbulento y lo irascible: Turena atrae
que á España corresponde. La propagación uni con su mansa y apacible condición. Aquel nace
versal de la literatura francesa, tan amena co príncipe y poderoso; manda ejército en sus pri
mo vacia , ocasiona graves inexactitudes en las meros años; obra ánlcs de tener edad para pen
apreciaciones históricas; y todavía en un folleto sar: esle otro, pobre, segundón, sube gradual
reciente y con algunas pretensiones, publicado mente desde cadete; se educa en campos no
después de la cumplida rectificación del Memo siempre victoriosos ni afortunados; aprende á
rial Histórico Español, puede verse la singular obedecer y á discurrir: val llegará los treinta
confusión del conde de Fontaine ó Fontana (co y seis años al mando supremo, tiene larga co
mo decíamos nosotros) ¡efe de E. M. G. de Meló secha de estudio, experiencia y observación.
GUER - 62i - GUER
Derrochador de todo, de riquezas, de salud, de haciendo fracasar el plan. El hábil mariscal
valor, de talentos, de actividad, Conde no re compensa su desgracia con una excelente reti
para en la vida, ni en el bien estar, ni en el rada á Hesse; pero la corte francesa descono
afecto del soldado: en la primera y en la últi ciendo su mérito, le envia por mentor á Conde
ma de sus batallas, en Rocroi como en Seneffe, con grandes refuerzos. Mercy y Juan de Werth
siempre ahoga sus laureles en un mar de san retroceden á Nordlingen, donde toman formida
gre. Turena, más pensador, ó, como hoy deci ble posición. Turena, como en Friburgo, acon
mos, más estratégico, economiza sus tropas, casi seja flanquearla y envolverla; el impetuoso Con
siempre escasas y heterogéneas; busca el éxito dé arremete de frente, el 23 julio 1645, reitera
pacientemente por largos y tortuosos circuitos; en vano los ataques sangrientos, hasta que el
y sólo cuando lo tiene seguro, imprime á los prudente Turena doblando el ala derecha de
resortes tácticos toda la fuerza de su vasta ca Mercy, le toma de revés, le desordena y decide
pacidad, que se desarrolla tranquila y sagaz esta segunda batalla de Nordlingen donde per
con su imperturbable sangre fria. Pasado un dió la vida el bávaro Mercy, y que, á pesar de
breve momento de vértigo, disculpable acaso lo sangrienta y decisiva, no abre al vencedor el
en revueltas civiles, que también le trae, aun camino de Viena, tanto por la defección del du
que por poco tiempo, al campo español , Ture cado de Hesse, como por la del transilvano Ra
na, dechado de lealtad, nunca tuerce el camino gotski. Torstenson, por sus prematuros achaques
y sirve á su rey despreciando las intrigas corte á los 40 años de edad, deja á Wrangel el genera
sanas que no logran oscurecer su merecida lato en jefe.—En 9 noviembre de este año, Tu
popularidad. Condé, siempre revoltoso ydespe- rena toma á Tréveris, guarnecida por españoles,
chado, rastrero unas veces, soberbio las más, y mientras llega el nuevo gobernador de Flán-
«ridiculo» también algunas, mancha su nombre des, archiduque Leopoldo, Piccolomini, con el
y tuerce su espada ofreciéndola á los enemigos duque de Lorena, Beck y Lamboy, protegen á
de su patria, que en nada por cierto la aprove Amberes contra Orange, que al fin se retira,
charon. Durante treinta años los nombres ilus apoyado por los maríscales franceses Gassíon y
tres de Condé y Turena cubren de gloria los Rantzau. Es vacilante y misteriosa por este
anales de la milicia francesa: y ya que no el tiempo la conducta militar del Holandés.—A la
respeto á la verdad, la hidalguía, como enemi muerte de su padre, en 26 diciembre 1746, el
gos, nos veda cercenarles en lo más mínimo duque d'Enghien toma su nombre histórico de
su legítima nombradia. Tampoco podríamos los Gran Conde. La campaña de 1646 pone el sello
españoles, aunque quisiéramos, oponerles riva á la reputación estratégica de Turena. Separado
les. Los marqueses de Leganés, de los Balbases, de Wrangel, por la interposición del archiduque
de Mortara, de Velada, de Caracena, do Torre- Leopoldo en Francia, deja en Maguncia una par
cuso, de Serra, de Lede, de Aytona, de Castel- te de su pequeño ejército como pantalla, va á
Rodrigo, los condes de Fuensaldaña y de Mon- pasar el Rhin por Holanda, y al cabo de cuaren
terey, el duque de San Germán, Don Juan de ta jornadas se reúne al sueco en Wetzlar. Jun
Garay, Don Juan de Austria, que acaso en otras tos, presentan batalla al archiduque que la re
circunstancias hubieran ilustrado su nombro, husa; pasan el Mein, y sin detenerse, como ya
con las que les deparó la fortuna tuvieron for era de fórmula, en sitiar y guarnecer bicocas,
zosamente que envolverlo entre catástrofes y marchan al Danubio y se presentan ante Aus-
ruinas. Los alemanes pueden presentar á Pic- burgo. Sagaces y oportunas maniobras obligan
colomini, Mercy y Juan de Werth, y más tarde al archiduque á evacuar la Baviera que, aban
al célebre Montecuccoli. donada á sus propias fuerzas, tiene que implo
La campaña de 1644, con la batalla de Fribur- rar la paz. En Flándes 35.000 franceses (nótese
go, pone ya de relieve la diferencia entre los ca como va creciendo el efectivo de cada ejército)
racteres de Conde yTurena. Mercy la aprovecha guiados por Conde, Gastón d'Orleans, Gassion,
con habilidad para atenuar en algo su derrota. Rantzau, Meilleraie, Grammont, toman á Cour-
En 1645 abre las operaciones una marcha con trai, en 29 junio; luego á Bergues, Mardick, Fur-
vergente délos franco-suecos sobre Viena, com nes; y en 11 octubre á Dunkerque, con auxilio
binada con una diversión de Ragotski, principe naval del célebre holandés Tromp. En la corte
de Transilvania. El gotoso y activo Torstenson, de España, el desprendimiento de esos sillares
vencedor en Jankowitz, venia á juntarse con del carcomido edificio no causaba sensación ni
Turena, cuando este es sorprendido y destroza ruido: ocupada, como estaba, en celebrar la
do por Mercy en Marienthal ó Mergentheim, energía con que el portugués Brito defendía á
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Lenda de las embestidas de Harcourt, y la es se «pronuncia», como ahora decimos, contra el
tratagema con que el marqués de Leganés la su cardenal Mazarini, y Condé es el que le «des
corría. Afortunadamente este largo y porfiado pronuncia» sus tropas; pero tal es el enredo de
sitio nos dio ocasión, al año siguiente 1647, de cábalas políticas, de intrigas amorosas, de ca
escarmentar al soberbio vencedor de Rocroi. bildeos y gacetillas, que nadie sabe en rigor
Creyendo corregir fácilmente la plana al venci donde está, ni lo que quiere. Seguirá Condé en
do Harcourt, el 27 mayo abrió de nuevo la trin este laberinto es realmente lastimoso: inoportu
chera ante Lérida, al son armonioso de veinte y no siempre, impopular con todos, ciego de am
cuatro violines (!!). La Europa entera soltó la bición y de soberbia, es juguete de damas entro
carcajada al ver que después de tan singular metidas y de políticos al menudeo. El sesudo Tu
«obertura», el 18 de junio se levantaba el sitio rena pronto entra por el buen camino y defiende
más que de prisa; y el fogoso vencedor de Fn- la causa del rey menor, de la regente, del car
burgo y Norlinga echaba en Borjas una siesta de denal Mazarini, del gobierno constituido. Condé,
dos meses por «lo excesivo del calor». Lérida resueltamente frondeur, se pone en frente. L*
tuvo el honor de que se estrellasen ante sus vie lucha, aunque fútil en su causa, tiene interés
jos y flacos muros La Mothe, Harcourt y el gran militar; y quizá este sacudimiento, con todos
Condé. La muerte de Federico Enrique, prínci sus romancescos incidentes, contribuyó á la
pe de Orange, á quien sucede su hijo Guiller preparación del sério reinado de Luis XIV. Es
mo II, ocasiona, en todo el año 1617, un armis paña «intervino» en estas guerras civiles de la
ticio tácito en Holanda; pero, en compensación, Fronda con tan poco tacto y provecho como en
la sublevación de Masianelo en Nápoles nos obli las anteriores de la Liga. El Gran Condé al ha
ga á desguarnecer la Lombardia, y á fijar la cerse español se empequeñece, y nos compro
atención sobre una provincia que hasta entónces mete, y nos embrolla, como anteriormente el
se había guarnecido y conservado con un cen duque de Mayenne. En Flándes, el archiduque
tenar de mosqueteros. A la vez, por las bodas Leopoldo y el conde de Fuensaldaña están, co
de Felipe IV con Mariana de Austria, Madrid mo es de cajón, sin órdenes, sin gente y sin di
aplaudía frenético en espléndidas corridas de nero. En la borrasca deshecha que Francia cor
toros las galas, libreas y rejonazos. Don Luis de re en 1651, todo el resultado para España es
Haro ostentaba su privanza más insolente que la ocupar á Stenay y alguna otra bicoca fronteriza.
de su tio el Conde-Duque de Olivares. La campaña de 1652 es un verdadero duelo
Por fin, la guerra de Treinta Años concluyó entre Condé y Turena, sacando este último gran
con la paz de Munster ó de Westfalia en 24 oc ventaja. La actitud de París, cerrando las puer
tubre 1648. La religión reformada quedó, con tas á uno y otro, viéndolos batirse (5 julio) en
forme al convenio de Passau, en perfecta igual el arrabal de San Antonio, y terciando el cañón
dad con la católica. Baviera ganó el alto Palati- de la Bastilla, disparado contra los realistas por
nado. Alemania se constituyó, y el Imperio la blanca mano de mademoiselle de Montpen-
quedó en paz con Francia. España reconoció ó sier, son incidentes peregrinos que realzan el
volvió á reconocer la independencia de Holanda, carácter melodramático de estas guerras de la
después de ochenta años de guerra, en que se Fronda. Entre ellos, sin embargo, centellean el
intercaló la tregua de 1609 á 1621. Antes de la talento y el vigor de los dos grandes capitanes.
paz, Tu re na y Wrangel habían ganado la batalla Condé bate en Bleneau las tropas desparrama
de Zumershausen; y en Flándes el gran Conde das de Hocquincourt y toma posición en Saint-
la de Lens, tan sangrienta y ruidosa, tan estéril Cloud: amenazado por Argenteuil, se establece
como la de Rocroi. En ambas toca al «estratégi en Chárenton, donde confluyen el Sena y el
co» Beck el papel más desairado; en ambas la Marne, y cubiertos el frente y flancos, puede
caballería compromete el éxito, al principio fa esperar que se le incorpore el duque de Lorena,
vorable; en ambas también la indómita infante príncipe «industrial» que explotaba un peque
ría viéndose abandonada, forma un cuadro, un ño ejército, «alquilado» por entónces á España.
sólido, un montón, en que la artillería se ceba... Turena, recogiendo las reliquias de Hocquin
¡De cuán poco sirve la experiencia en la guerra court, logra impedir esta reunión; y aunque, por
y en la vida! la imprevista peripecia del cañón de la Bastilla,
Los disturbios civiles de la Fronda, que los ceda el campo en el arrabal de San Antonio,
mismos franceses califican de tragi-comedia, marcha por la orilla del Marne; se asienta luego
sólo ofrecen, bajo el aspecto militar, la curiosa prudentemente en el campo de Villeneuve; y
rivalidad de Condé y Turena. Este al principio con su retirada á Corbeil deja que el partido de
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la Fronda se «gaste» y se desmoralice más en Juan de Austria por gobernador, con el mar
Paris. España, que le ayudó con el regalo del qués de Caracena por jefe de E. M. G. ayo y
versátil Lorena, toma ó recobra con largos y mentor. La presencia de Conde en el campo es
porfiados sitios, de mayo á setiembre, Graveli- pañol, con su petulancia genial, sus humos de
nas, Mardicky Dunkerque. A principios de 1653 príncipe y sus rencores de emigrado, agrava las
Mazarini entra en Paris y vuelve al poder «acla complicaciones, imposibilitando todo arreglo con
mado» por los mismos que poco tiempo ántes Mazarini. La guerra, pues, sigue viva en 1656,
ponían á precio su cabeza. Condé, refugiado en y por fortuna ventajosa para España. En junio,
Bruselas, choca, por cuestiones de etiqueta y Turena, que por divertir amagó á Tournay, cae
precedencia, con Fuensaldaña; y el archiduque veloz sobre Valenciennes, bravamente defendi
Leopoldo al fin, en julio, puede entrar por Pi da por una guarnición española que apenas con
cardía con unos 27.000 hombres, españoles, tu taba 1.000 hombres. El 9 julio Don Juan y Con
descos, italianos, walones, loreneses y franceses dé acuden al socorro, atacan y destrozan el 15
emigrados. Turena, con 12.000, lósale al en al ejército sitiador, haciendo prisionero al ma
cuentro y hace una campaña modelo de aplomo, riscal La Ferié, que Turena llevaba por compa
sagacidad y circunspección. Desde luego toma á ñero; en seguida abren la trinchera ante Condé
Rhetel, y, sin derramarse en bicocas, hostiga y (plaza) que á los 25 dias se rinde. Turena cierra
flanquea sin cesar á Condé, que impetuoso co la campaña con la toma de La Capelle, despro
mo siempre, avanza por Chauny, Montdidier y vista y desguarnecida. Mazarini, siguiendo la
y Roie. Es evidente que á él, como jefe de par ancha pauta de Richelieu, aunque también car
tido, lo que le importaba era entrar en París y denal y sostenedor del principio monárquico,
derrocar á Mazarini; pero Fuensaldaña, que po firma sin escrúpulo un tratado de alianza con
sitivamente no ganaba tanto en aquel avance Oliverio Cromwell, hereje, republicano y re
descabellado, prefirió poner sitio á Arras. Nue gicida, en 13 marzo 1657. Vienen, por tanto,
vas discordias y conflictos. Al fin, por setiem 6.000 ingleses fanáticos y aguerridos á reforzar
bre, Condé cae sobre Rocroi; pero Turena toma las filas de Turena que, sea dicho de paso, to
á Mouzon y Saint-Menehould: el duque de Lo davía no se habia hecho «católico». Al contra
rena no encuentra sano el clima ¡sic) y hace su rio, España, siempre «ortodoxa» y caballeresca,
vigésima defección: aquello se derrite. Conti, acoge á los duques de York y de Glocester, que
hermano de Condé, se hace realista, se casa con no le traen más que su noble infortunio y algún
una sobrina de Mazarini, y hasta la misma du centenar de flojos irlandeses. En cuanto se abre
quesa de Longueville se hace «devota» y vuelve la historia por cualquier página y se ve á los
al hogar doméstico. La plaza de Stenay núcleo ingleses combatiendo, ya es sabido que el objeti
ó reduelo de seguridad de Condé cae en poder vo es pingüe, inmediato, material y tangible.
de realistas, y en 24 agosto 1654, Turena, con Aquí tratan buenamente de quedarse con Dun
gran vigor, nos hace levantar el sitio de Arras. kerque y Gravelinas. A pesar de la actividad de
Antes, el tornadizo duque Cárlos de Lorena ha Don Juan de Austria espoleada por Condé, la
bía recibido justo castigo á sus inauditas velei campaña de 1657, abierta por abril, no ofrece
dades viniendo preso al alcázar de Toledo, y gran rasgos notables de estrategia, pero si rápidas y
parte de su ejército de alquiler se pasó á los hábiles maniobras por ambas partes. Turena,
franceses. Con tales precedentes, la campaña de con 25.000 hombres, invade la Flándes maríti
1655, que no comienza hasta junio, en lo que ma; La Ferté, con 15.000, el Luxemburgo; Don
ya se revela la índole de aquella guerra, no po Juan de Austria, con fuerzas muy inferiores pa
día ser muy animada: se reduce á tomar Ture ra atender á Dunkerque, desguarnece á Cam-
na á Landrecies, Condé [la plaza asi llamada) y bray, sobre la cual va Turena inmediatamente;
Saint-Ghislain. La duquesa de Chátillon, man pero Condé, más listo, se mete en la plaza, por
ceba y agente de Condé que agitaba en Paris sus la que su rival da la vuelta algo mohíno y des
intereses, es presa por Mazarini, que también pechado. Montmédy, á pesar de su brava de
logra por medio de una gruesa suma atraerse al fensa y de morir su gobernador en la brecha,
mariscal Hocquincourt, el cual se habia puesto no resiste al ataque de La Ferté; y en fin Bour-
á sí mismo en pública subasta con el mayor bourg, Saint-Venant y Mardick caen en manos
desenfado. Felipe IV, ó mejor dicho su favorito de Turena. Fracasa una tentativa de españoles
Don Luis de Haro, para atajar aquel descon sobre Ardres y también otro proyecto de Condé
cierto, quita de Flándes al archiduque Leo de sorprenderá Calais. Alguna veta de negocia
poldo y á Fuensaldaña y envia al bastardo Don ción, abierta por un agente oficioso de Mazarini
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en Madrid, no sigue por el empeño siempre «ca debe recordarse que la apoyaba con su violento
balleresco» de la corte de España de que la de fuego la escuadra inglesa acoderada. Bajo el
Francia ha de admitir al gran Conde, no como punto de vista técnico, esta desdichada batalla
un traidor vulgar, sino como principe de la de Dunkerque ó de las Dunas se presta á un in
sangre triunfante y premiado. Ha sido siempre teresante paralelo con la de Alcántara ganada
nuestro fuerte esta política de sentimentalismo. por el duque de Alba en 1580. ¡Cuán otros eran
Los ingleses, que no suelen cultivarla, van en ya los tiempos para España y para sus soldadosl
1658 á lo que les importa, que csapodcrar.se de En estas Dunas quedó enterrado lo poco que
Dunkerque. En 7 de junio abren la trinchera restaba de I.ens y Rocroi. Pueden presumirse
Turona y Lockhardt cada uno por su lado, á la lo* resultados de esta victoria, inmarcesible lau
manera de Sebastopol. Don Juan de Austria, en rel en la frente modesta de Turena: Dunkerque,
quien no sobresalían por cierto grandes cualida Clavelinas, Oudenarde, Menin, Iprés, Commi-
des, quiere compensar lo imprevisor y tardo nes, Grammont, Bergues, Furnes, Dixmude,
que anduvo en abastecer y presidiar las plazas caen en poder de franceses, cuyos exploradores
marítimas, con una precipitación atolondrada llegan hasta las puertas de Bruselas, donde se
en socorrerá Dunkerque. Para nuestra desdicha refugian azorados Conde y Don Juan de Austria.
el 1i junio 1658, el apocado y perezoso Don España, agotada ya en Flándes, no más feliz en
Juan se trueca en ardiente batallador. No le de las otras guerras intermitentes y accesorias de
tienen los prudentes consejos de sus oficiales, Italia y Portugal, sufre la paz llamada de los Pi
ni las invectivas furiosas del mismo Conde, pre rineos (7 noviembre 1 659, que el hábil ministro
visor y cuerdo en este caso: el general español, de Luis XIV impone al desdichado de Felipe IV.
presuntuoso y terco, se presenta, con 40.000 España concluye como gran potencia militar.—
hombresescasos,ante los22.000 que reunían Tu-
rena y los ingleses, con su formidable escuadra Por este tiempo el arte de la guerra toma, ó
átiro, y lleva su culpable arrogancia hasta de consolida mejor dicho, el carácter que le distin
jarse muy atrás la artillería y municiones. Tu- gue en el resto del siglo XVII y mucha parte
rena sabedor de esta última circunstancia por del siguiente. La guerra de sitios, como gene
una oportunísima confidencia la noche antes, ralmente se llama á la amanerada y doctrinaria
vió, como vulgarmente se dice, el cielo abierto. que tanto placía á Luis XIV y á sus medianos
Naturalmente, no esperó el ataque, sino que lo y fastuosos generales, es efecto y causa á la vez
inició con brio, y desde el principio pudo pre del aumento rápido y embarazoso en el efectivo
sumirse el fin de aquella triste jornada. Cuenta de los ejércitos, que, por su constitución y or
la crónica que al ir Conde á encargarse del ala ganización y poi falta de resortes administra
izquierda que le estaba encomendada, preguntó tivos, no pueden moverse sino con gran lenti
al jóven duque de York: ¿Habéis visto alguna tud y dificultad. Así, por ejemplo, en 1067, en
batalla?—No, le respondió ingénuamente el in que con fútil pretexto Luis XIV en persona con
gles.—Pues dentro de media hora vais á ver co más de 50.000 hombres nos quiere arrebatar la
mo se pierde una. Y en efecto la artillería de Flándes mermada que nos quedó, todo se re
Turena abrasaba impunemente las densas filas duce en el fondo á la conquista de Lila y otras
españolas: nuestra arcabucería economizaba plazas que hoy forman lo que se llama Flándes
forzosamente sus municiones, estando tan lejos francesa. Todo el ejército del pobre marqués de
el repuesto; por ultimo nuestra caballería, como Castel-Rodrigo. gobernador español, se reducía
en Rocroi y en tantas otras batallas, anduvo á unos 6.000 tudescos y walones, mal pagados
floja y desatentada. A la inversa la francesa. y desatendidos como siempre. En 1668, la con
Aprovechando la baja de la marea, que allí deja quista del Franco-Condado es una verdadera
una playa firme y lisa, cargó sobre nuestro flan irrisión. Indigna es por cierto aquella farsa del
co guiada con bravura y oportunidad por Cas- gran Luis XIV y del gran Condé. La fastuosa y
telnau y decidió completamente la victoria. teatral campaña de 1672 es el parto de los mon
Inútil es añadir que en cambio la infantería es tes. El ejército francés, á cuyo frente va el pom
pañola, apostada en una duna, rechazó tres ve poso monarca rodeado de Turena. Condé, Vau-
ces el ataque de los cromwelistas aguerridos y ban, Luxemburgo y Louvois, cuenta nada me
feroces que no daban cuartel. Siempre se cita, nos que 130.000 hombres con 100 piezas de
como dechado de maniobra oportuna y afortu batalla. V ¿contra quién va esta tromba"? Con
nada, esta de Turena, flanqueando por el aes- tra la infeliz Holanda, pacífica, sola y desarma
tran» ó playa que la marca dejó en seco; pero da. Desde el famoso y estupendo paso del Rhin.
GTJER - 625 - GUER
que inmortalizan los bronces y más aún el cé Treinta Años. El obispo de Munster, los electo
lebre verso de Boileau, aquello es un terremoto: res del Palatinado \ Brandenburgo, el duque de
en 22 dtas^ 40 plazas y 25.000 prisioneros.... En Brunswick abandonan á Luis XIV y entran en
tal desolación, los pobres holandeses no en la coalición, reforzada con Inglaterra y Diñar
cuentran más recurso que sumergirse abriendo marca. El gran Condé nuevamente francés,
las esclusas Al poco tiempo, sin terminar desde la paz de los Pirineos, es el destinado á ha
siquiera en París los arcos de triunfo, no exis cer frente por FIAndes y Lorena, miéntras Tu
tia ejército ni conquista. Con gran trabajo reú rena defiende la Alsacia y el Rhin. Desde luego
ne Turena, ya generalísimo, pura ir contra las hostilidades se rompen con desusado encar
el elector de Brandenburgo, 12.000 hombres nizamiento. Los timidos holandeses de 1672 se
que se le desertan, inclusos los déla Casa Real, baten ahora feroces bajo el férreo mando de
y hay que- enviarle á toda prisa 4.000 de re Guillermo de Orange, á quien se atribuyen,
fuerzo. quizá con exceso, 80.000 hombres. Condé, según
Estas repetidas baladronadas y desafueros los franceses, tiene 40.000 solamente. No deján
del monarca francés produjeron, en 30 agosto dose echar de la formidable posición que ocupa
1673, la alianza del Imperio con Holanda y Es tras del arroyo Pieton, el cauteloso holándés em
paña % la entrada en la historia militar de nue prende la retirada. Condé cae, vigoroso y rápido
vos é importantes actores: el modenés Monte- como siempre, sobre la retaguardia que atraviesa
cuccolli, al servicio de Austria, y el holandés el desfiladero de Seneffe. Orange se detiene y
Orange, nieto de nuestro implacable y artero se asienta de firme en la aldea de Faye, cubier
enemigo el Taciturno. Al primero lo incumbe la to por1 atrincheramientos coronados de numero
honrosa y difícil tarea de habérselas con Ture sa artillería. Condé, tan caliente de sangre como
na, y este á su vez, rico de experiencia, des en Friburgo, lanza por tres veces sus columnas
pliega todos los recursos de su talento, para im al asalto, haciendo alarde de su bravura perso
pedir la unión de imperiales y holandeses. Las nal. La noche pone término á esta carnicería ó
hábiles marchas, la continua vigilancia del fran batalla de Seneffe II agosto 1674) que queda
cés cansan y merman á ios imperiales, que al indecisa, esto es, se decide huyendo respectiva
fin, retirándose á Westfalia, le permiten des mente cada ejército en opuesta dirección. Algu
embocar de Wesel en vigorosa ofensiva. Con la nos elevan á 27.000 las bajas; pero bueno es
defección del elector de Brandenburgo, mal rebajar las decenas de millar, fcl Te Deum se
avenido con holandeses, los imperiales se esta canta «simultáneo» en París y en el Haya. Con
blecen en Franconia 1673); pero Turena los esta batallaza. tan sangrienta como estéril, ter
empuja hácia Bohemia y se establece en Wetzlar, mina la borrascosa carrera de Condé. Debilita
y luego sobre el Mein, para proseguir su inten do por achaques de una vejez prematura, pasa
to de separar á los aliados. Estos, al fin, logran desde 1675 en el plácido retiro de Chanti-
el suyo, escapando Orange á la vigilancia de ll y los años que median hasta su muerte en
Condé y fingiendo Mcnlecuccullique amenazaba 1686. Seneffe marca, con último y definitivo
la Alsacia, para caer de pronto sobre Coblenza rasgo, la diferencia genial entre Condé y Ture
y Tréveris. En el sitio de Maestricht, que cor na. Este, reducido á 15.000 hombres, hace en
responde á esta campaña de 1673, Vauban lleva el Hhin la más memorable de sus campañas,
á la última perfección el arte de atacar las pla deslustrada sin embargo con el bárbaro incen
zas, añadiendo plazas las de armas á las parale dió y la salvaje devastación del Palatinado. Si,
las, moderna invención de ingenieros italianos. como aseguran, la orden emanó de Louvois, es
En 1674 Francia se encuentra reducida á la de te brutal sistema de defender fronteras «impro
fensiva no sólo en las líneas del Mosa y del visando desiertos» no hace grande honor al ru
Wahal, sino en sus fronteras de Flándes y Lo- do ministro de Luis XIV. Si se atiende á lo
rena. La coalición peca, como todas, por falta heterogéneo y allegadizo del pequeño ejército
de armonía y cohesión. Holanda busca el reco de Turena, alguna responsabilidad cabe al «man
bro de Grave y Maestricht, únicos restos de la so» general en no haber reprimido con mano
reciente conquista francesa: al Imperio le inte más vigorosa la indisciplina de aquellos vánda
resa la Alsacia y el Rhin, por donde tiene abier los, de los que la menor parte eran franceses.
to el portillo de Strasburgo. España, más mo Por lo pronto en este año 1674 España pierde
desta, se contenta con recuperar á Charleroi. para siempre el Franco-Condado, conquistado
Los estaditos alemanes, verdaderos girasoles, se en mes y medio (mayo y junio] por el mariscal
van con el más fuerte como en la guerra de Luxemburgo: y esta vez, según afirman los
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franceses, sin los cohechos, traiciones y bufo miento del terreno, el gran táctico quería uti
nadas de 1668. Sea, pues, asi. Pero en la rebe lizar el boquete que separa los Vosgos de la cor
lión de Messina. que Luis XIV nos suscitó en dillera oblicua del Jura y que los franceses
vano cor aquel misino tiempo, bien se traspa llaman expresivamente la trouée de Belfort, por
rentaban los medios nada «militares» de que el donde hoy pasan el ferro-carril y el canal del
gran rey sabia echar mano con lastimosa fre Ródano al Rhin. Al cabo de veinte dias de mar
cuencia: y en la invasión por el RospIIoii. no chas y contramarchas inexplicables, se ve ató
muy francés por entonces, algo masque las «ar nito el ejercito francés en medio de las llanuras
mas» manejó el hábil Schomberg.—Sea cuino de la Alsacia, tranquilamente ocupada por los
quiera, Turena marchando contra el duque de imperiales diseminados y desapercibidos. El 5
Loreua. que pretende salvar el Franco-Condado, diciembre la sorpresa del duque de Lorena, ba
le bale el 16 junio en Sinsheim; invade la Alsa- tido en Mulhausen ó Mulhouse. les anuncia la
cia y se cubre con las célebres lineas de Wei- aparición inesperada del enemigo por su iz
semburgo y Lauterburgo que tanto juegan en las quierda. En vano intenta sOftenerse, entre Col
guerras posteriores. El austríaco Bournonwille mar y Turkcim, en atrincheramientos cubiertos
Do se atreve á desalojarle; pero bien pronto por el Fecht. Turena los bate el 6 enero 1675;
00. 000 alemanes, juntando en una sus bande y con 10.000 bajas corren desbandados por
ras, se jactan de ocupar la Alsacia y la Lorena, Strasbiiigo á guarecerse tras del Rhin. La Alsa
desembocar en Champaña y seguir nada menos cia queda francesa y el extranjero barrido. Luis
que hasta París por el Mame, en tanto que XIV completa esta bellísima operación militar
Orange avanza por el üise. Luis XIV alarmado con los recursos de su diplomacia, apretando al
manda a Turena que evacué la Alsacia para cu rey de Suecia, su aliado, para que hostilice al
brir la Lorena; pero tal confianza respiraba la Brandenburgo con una diversión por l'oniera-
exposición que elevó contra este proyecto, que nía, con lo que el prusiano deja á Francia para
se le dió carta blanca para obrar como le con acudir á la defensa de su propia tierra.
viniese. En consecuencia, fortalece su posición lin este mismo año de 16Í5, ultimo de la vi
en el rio Lauter; mas los imperiales, compran da de Turena, su nombre se ilumina con vivos
do el puente de Slrasburgo, la inutilizan, to rayos de gloria en su. célebre campaña contra
mándole por la espalda. Turena no pierde su Montecuccoli, llamado á reparare! revés prusia
inalterable serenidad: va derecho contra Capra- no del año anterior. Turena, al ver que se acer
ra y Bournonwille separados aún del elector de ca á Strasburgo para pasar el Rhin por su puen
Brandenburgo, y sin batirlos completamente en te, acude desde Schlestadt y le ataja el paso,
Entzheim, los hace retroceder á Slrasburgo. Al obligando a la ciudad, entonces libre, á perma
fin la incorporación se verifica; el peligro crece; necer neutral. F.l alemán, fingiendo renunciar á
el gobierno francés, espantado, envía 10.000 la empresa, baja por el Rhin en ademan de si_
hombres de refuerzo y nueva orden de aban liar á I'hilippsburgo: Turena no se mueve de
donar la Alsacia; Turena responde tranquili Slrasburgo. I'asa aquel el lthin por Spire, para
zando á la corte; se recoge modestamente á cebarle y atraerle: Turena se ríe del lazo y
Detweiler, donde se atrinchera y rechaza du echando un [mente en Ottenheim, se establece
rante un mes los provocadores ataques de los sobre el ri» Kinzig, para cortar el paso al codi
imperiales. Siguiendo estos las prácticas de la ciado puente de Kehl á Strasburgo. Montecucco
época, loman cuarteles de invierno sobre el III, li entonces vuelve a pasar á la orilla derecha y
desde Slrasburgo a Allkirch. Turena entonces va á desalojar á su adversario. Viéndole en po
deja tranquilamente su campo de Detweiler, y sición inabordable, pretende caer por la es
en ademan de abandonar la Alsacia, pasa la palda y quitarle supliente de Othenheim. Ture
cordillera de los Vosgos y se acantona en Lore na anula toda tentativa. Mas, para concentrar
ua, irresoluto al parecer y despechado. No bien su fuerza ante tan experto enemigo y hacer uié-
sus tropas se habían instalado y comenzaban á nus extensa su linea, traslada su puente de Ot
disfrutar el deseado reposo, el 5 de diciembre tenheim á Altenheim: los imperiales, desconcer
con un frió glacial, reciben órden de marchar tados, se recogen á Üffenburg. Turena, resuelto
secretamente á lo largo de las montañas. El ft la ofensiva, los sigue: Montecuccoli á su vez se
movimiento, al principio se interpretó como una atrinchera en el rio Rench ó Renchcn, y ante
extensión ó dislocación de cantones, y asi con el amago de un llanqueo retrocede á Sasbach,
vino á Turena que se entendiese; pero el plan pueblerillo por donde hoy pasa el ferro-carril á
era más artificioso. Con su profundo conoci Rasladl. Turena, desembocando por Achera ó
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Niederachern, sorprende á su rival con su ala La paz de Nimega en 1678 da un respiro de
izquierda mal apoyada en las montañas, y al diez años; pero al recomenzar las hostilidades
punto forma el proyecto de separarle de la Sel en 1788, el sistema de guerra llamado de Luis
va Negra, batirle y arrojarle al Rhin, envolvién XIV crece en impotencia y enormidad. Júzgue-
dole por el flanco izquierdo. Tan seguro parecía se lo medrada que Austria andaría á su vez,
el éxito, que al héroe francés, nada fanfarrón, cuando Viena debió al valor de Juan Sobiesky,
se le escaparon estas palabras que conserva la en 1683, no caer en manos de los turcos (ami
historia: «Al tin los cogi: do esta no se escapan.» gos por supuesto de Luis XIV) que la tenían en
Minutos después una bala de cañón lo derriba el último aprieto. Tales eran hácia 1686, las
muerto (27 julio 1675). Amilanadas sus tropas, diabluras y guapezas del gran Rey o;ue toda
divididos sus tenientes por la sucesión del man Europa se coliga secretamente para irle & la
do, viene el desastre de Altenlieim y la invasión mano. Al saberlo, no tiene límites la cólera del
de Francia. El gran Condé que á la sazón man engreído monarca. Enormes ejércitos se llevan
daba en Flándes va de mala gana á enderezar de calle, en 1688, por el Rhin á Hart, Oppen-
la guerra de Alsacia; pero ya no es ni el tenaz heim,Spira, VVorms, Maguncia. Tréverís, Heil-
batallador de Seneffe. Hace, si, levantar á los bronn. Hay sitios de Heidelberg, Manheim,
imperiales los sitios que ponian á Saverne y Frankenthul y singularmente Phílippsburgo por
Haguenau; mas al poco tiempo deja el mando y segunda vez. Mas por aquel año cabalmente,
se consagra, como dijimos, definitivamente al el implacable enemigo de Luis XIV, Guillermo
reposo. Es singular coincidencia desaparecer en de Orange, escala audaz y se sienta en el trono
este mismo año, 167o, Condé, Turena y Monte- de Inglaterra. En 1689 segundo y brutal in
cuccoli. Discípulo este último de Tilly, Walds- cendio del Palatínado, por orden también del
tein y Piccolomini, ha dejado Memorias que ministro Louvois. En España, Noailles nos to
ilustran aquella época. Nacido en 1608, murió ma ¡i Camprodon, del modo que puede presu
en 1681. Las Memorias autenticas de Turena mirse, recordando que su gobernador fué des
son incompletas, pues faltan los quince años pués decapitado en Barcelona por sentencia ju
últimos de su vida. Justamente laureado en vi dicial. Como casi todas las conquistas de Luis
da por su rey y por su nación, mereció los ho j XIV, esta subsistió dos meses. Por aquel tiempo
nores regios del enterramiento en Saint-Dcnis; Carlos de Lorena y Federico III, elector de
y para él fueron también los primeros honores Brandenburgo, al frente de 60.000 tudescos
revolucionarios á impulso de Bonaparte y de recobraban lo perdido , poniendo en bastante
Carnot que pronunció un notable panegírico.— cuidado al gran monarca. El mariscal Humié-
Tan graves defectos, tan crasos errores se res, en Flándes, sufre dos ó tres derrotas. Algo
iban progresivamente acumulando en la orga se levantó el orgullo francés con la victoria de
nización y composición de los ejércitos y en la Fleurus (4. "julio 1690; obtenida por el maris
constitución de las guerras, que sólo el talento cal Luxemburgo, mediano capilan, sobre el
y el vigor de hombres como los que acaban de principe de Waldeck comandante del ejercito
desaparecer podían sacar el arte de la postra alema n-flauienco. En aquella terrible carnice
ción en que iba cayendo. Las campañas si ría, el escaso contingente español sigue la tra
guientes vuelven a reducirse á sitios y socor dición de las Dunas. Lens y Rocroi. También
ros de plazas. En 1676 los de Conde (plaza), aquí la pobre infantería, acorralada en mon
Bouchaíu, Ayrc, Maestricht, puesto en vano es tón, resiste verdaderos asaltos, siendo al fin ma
te último por Guillermo de ürange, acaudillan terialmente acuchillada. Victorias, sin embar
do—extraña mezcla —holandeses, alemanes, in go, en que el vencedor no da un paso adelante
gleses y españoles. —Pignoras, en la península, se parecen á la de Pirro en Heraclea. Luxem
también es tomada por el francés Noailles, burgo, en vez de llegar á Bruselas, optó por
mientras en Madrid hierve lo que hoy llama llevar á París las banderas cogidas, mereciendo
mos «política» con el furor de la grandeza que el dictado puramente francés, de lapissier de
al tin derriba y destierra al favorito Valenzue- j Notre-Dame. Más fondo militar mostraba su
la. En 1677 siguen los sitios, á que Luis XIV compañero Catinat, no muy acepto á la corte
tiene singular aticion cuando lleva á su lado á ó á la Maintenon por su filosófica excentri
Vauban y también arcas más repletas de dinero j cidad, pero que sabia guiar bien un ejer
que de municiones. Asi caen Valenciennes , cito y ganar la batalla de Staffarde. A Luis
Cambrai, Saint Omcr. Este ultimo ocasiona una j XIV, sin embargo, lo que le gusta es sitiar
lastimosa derrota al principe de Orange. plazas, donde Vauban con diferencia de mi-
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ñutos le puede fijar el dia y la hora de la epuisé, como en su tierra se dice. Tietífe que
entrada triunfal . No era cosa ciertamente acudir á la «diplomacia» para disolver la coa
para un rey tan «royo correr en batalla cam lición por trataditos particulares. Logra, en
pal los azares de Francisco I y Gustavo Adolfo efecto, separar en 1696 al duque de Saboya y
En 1691 le toca el turno á Mons, que Vauban por tin en 1697 la paz deRyswickle saca deapu
«despacha» con nueve dias de trinchera. El ros, humillándose á reconocer como rey de In
rey poliorceles se vuelve á Versailles con su glaterra á Guillermo de Orange, su más impla
nueva corona mural, dejando asombrado al cable enemigo. —
ejercito y á la corte con su excesivo arrojo y Pero la sucesión al trono de España, eu
bravura personal: no sólo se dignó visitar de 1700, vuelve á poner tudas las cuestiones sobre
noche la trinchera, sino que tuvo la audacia, el tapete. Al oir que «ya no hay Pirineos»; al
según dicen, de subir á la banqueta. Orange y ver que ya no se trata de alguna plaza de Flán-
W'aldeck, cuyas fuerzas juntas no llegan á la des. sino de la vieja España con sus Indias.
tercera parte de las francesas, en vano manio Austria, herida en lo vivo, Europa entera se
bran para deslucir aquel triunfo. El combate de arma contra el incorregible monarca francés.
Leuze 18 setiembre , por más que los france El papel de España no puede ser más desluci
ses digan, tan ventajoso fué para Luxemburgo do: la acabamos de ver á últimos del siglo XVII
como para Waldeck, que mandaba por ausencia á ella, tan «católica», ir al remolque de las po
de Orange ocupado en Londres. Pálida copia de tencias más heréticas, Inglaterra, Holanda, Sue-
tamañas «grandezas» era la rendición de Urgel cia; ahora la veremos, durante el siglo XVIII ,
á Noailles por unos 1.200 somatenes y el tímido no modesta aliada, sino vergonzante «auxiliar»
guerrear del duque de Medina Sidonia. Tampo de Francia, su enemiga de dossiglos. 'La historia
co era muy atrevida la táctica naval. Después militar, y casi pudiera añadirse la civil de Espa
de tirar unas cuantas bombas sobre Barcelo ña, desde '1790 hasta '1 808 queda -virtualmente
na y Alicante, la escuadra francesa huye á la suprimida al enibeberse en la de 'Francia. ¡Y
vista de la de Agilitar. En 1692 se repite el qué historia, ta de ambas naciones!
gran espectáculo con toda su mise en scéne. El Lacélcbreguerrade'Sueesioncon su duración
gran rey concentra y revista en Mons un ejér de trece años, con yus enormes y macizos ejérci
cito enorme, que cae sobre Xaniur. La abigar tos, con sus múltiples 'teatros de operaciones,
rada guarnición de esta plaza, unos 8.000 ale con su estrategia nulaysu táctica apelmazada,
manes, holandeses, ingleses y españoles "se sos vino á confirmar todo lo que encerraba de doc
tuvo por decoro algunos dias. El principe de trinario, de infecundo, de 'ruinoso, el sistema
Orange, siempre inferior en fuerzas y recur militar llamado de Luis XIV, servilmente co
sos, todavía se atreve en Steinkerque (2 agosto piado por toda la Europa. 'Los 1ionores*y la
1692 con el «tapicero de Nuestra Señora» que gloria de esta guerra, tan estrepitosa cerno inú
gana algunas banderas más. En la campaña de til, ya no pertenecen á los generales franceses
1693 siguen resaltando los defectos de este sis rutinarios, viejos y anticuados, como su doctri
tema de guerra tan pomposo como estéril. Es na, su rey y su país. Sobre los nombres de Vi-
casamente llegaría á -40.000 hombres el ejerci lleroi, Tallard^Iarsin y Lafcuillade, tipos de pe
te anglo - bátavo - híspano - walon; el francés tulante ignorancia, sobre los de Viltars, Bertviok
le triplicaba en fuerza y medios: hubo también y Vendóme, se alzan los de Marlnorough 'y Eu
batallaza deNerwinden del genero de Seneffc y genio de Saboya: inglés, aquel, flemático y sa
Fleurus, con 200 banderas, 100 cañones cogi gaz discípulo de Turena; francés de origen este
dos; sin embargo, el «resultado» de tanto estré otro, con mezcla saboyana y austríaca, violador
pito no es dirimir la contienda, destruyendo al despreocupado de las reglas, de las rutinas y
enemigo y entrando en Bruselas: se reduce por hasta délas «conveniencias». como general acos
junto á la toma de Gharleroi. En Italia el talen tumbrado á vencer turcos: pero compensando
to táctico del plebeyo Catinat vuelve á com sus «libertades de acción» con un tacto exqui
pensar algo con su victoria de Maisaille, cu que sito, una «idiosincracia» puramente militar,
deshace á los píamonteses. En i enero IG9i> un despejo simpático y, para decirlo en fran
muere el mariscal de Luxemburgo, con grande cés, un savoir-faire inimitable. Uno y otro, el
oportunidad para su fama, que probablemente inglés y el alemán, justo es confesarlo, disfruta
hubiera bajado en las guerras siguientes al ni ban de una ventaja, sin la cual no hay coman
vel de la desús compañeros y alumnos. Por dante de ejército posible: casi independientes de
aquellos tiempos el gran Luis XIV estaba ya sus respectivos gobiernos, con carta blanca para
GUER - «i» - GUER
todo, no se veian embarazados, como los france los Países-Bajos, que intentó en vano sorpren
ses, con las vacilaciones del anciano LuisXIV,tan der á Nímega, no impide la conquista de Van-
pronto sometido á los escrúpulos de la viuda de loo, Ruremonde y Lieja. Villars, pasando el
Scarron, como á las botaratadas de Cliamillart, Hhín porHuninga, logra en Friedlingen (1 4 octu
heredero de las dos carteras de Colbert y Lou- bre) sobre Luis de Badén una victoria que los
vois, muertos en 1682 y 1691. imperiales niegan. En 22 octubre fué el desas
La guerra se abre, en 1701, con un golpe tre de nuestros galeones en Vigo, cuyos tesoros
feliz del principe Eugenio. Catinat guarda los sepultados en las aguas se andan buscando to
pasos de los Alpes Tridentinus: Eugenio, que davía en estos tiempos. Por aquí ya vamos ga
reúne sus austríacos en Hoveredo, los pasa por nando esto los españoles.
sendas de cabras y aparece en el llano sobre Vi- En 1703 toma pié en la Península por Lis
oenza y Verona. Con habilidad incomparable boa 7 mayo; el archiduque Cárlos, rival de
maniobra para pasar el Adige ó Adigio. fingien Felipe V, escoltado por unas hordas anglo-
do arremeter por Kivoli, corriéndose rio abajo, holandesas que guian Schomberg y Faggel, re
desorientando á Catinat, que estira su dere ñidos, como es reglamentario, y por lo tanto no
cha y se alarga en cordón con fatiga de su ejér muy temibles. Más que la corona del austríaco
cito. Logrado esto, el austríaco rompe por Car pretendiente, lo que á los ingleses interesa es
pí y destroza al francés, arrojándolo al Mincio el tratado de Methuen que abre el Portugal á
y al Oglio '9 julio 1701!. El magnifico y pedante sus tejidos de lana. En los otros teatros de la
Villeroi,que viene a relevar por agosto al in guerra reina, más que nunca, la moda de «ob-
cido, es á su vez derrotado en Chiari el I .° se servarse», es decir, de <no hacer nada»; y de
tiembre; y luego, en 1 febrero 1702. es sor encerrarse en lineas, como las de Stollhofen y
prendido «en la cama» y hecho prisionero en otras, que clavan materialmente los ejércitos
Cremona. Toma el mando Vendóme, que en á la tierra y les quitan la poca movilidad que
15 agosto da la batalla de Luzzara: la cual en de suyo tenían. Hácia octubre, el duque de
el fondo no es más que otra sorpresa abortada Saboya, que andaba según costumbre en tratos
del principe Eugenio. El que quiera saber có dobles con españoles y tudescos, se va con es
mo se movían y se guardaban por entónces los tos al fin, complicando nuestra situación en
ejércitos, no tiene más que buscar los peregri Italia. La campaña de 1704 en la Península
nos detalles de esta sorpresa. Carrion, Feuquié- puede resumirse en esta sola y triste palabra:
res y otros escritores la creen comparable á la Gibraltar. La de Alemania, fecunda en ense
de Aníbal en el Trebia contra Sempronio. Como ñanza, merece más larga mención. La coalición
Felipe V asistió á esta batalla, en clase de tenia en Klándes el ejército de Marlborough; en
«auxiliar» de Vendóme, evidentemente los el Kiiin, el del principe Eugenio; en Baviera,
franceses, y por ende sus nuevos vasallos le el del principe de Badén: oponían los franceses
dan por victorioso; pero, según los austríacos, al primero el mariscal Vüleroi; al segundo, Ta-
la jornada fué indecisa, ó al ménos sus resulta llard; al tercero, Marsin con franco-bávaros.
dos «inmediatos» fueron nulos. Felipe V, el Temiendo Luis XIV el principal golpe por Flán-
Animoso, y ya con asomos de hipocondría, se des, allí acumuló fuerza; pero cabalmente Eu
recoge por setiembre á Milán, para volverse á genio y Marlboroug,que daban el extraño ejem
España, donde eran tales la efervescencia, el plo de un perfectoacuerdo en las combinaciones,
patriotismo, la previsión, que, al presentarse, concertaron un esfuerzo decisivo en Alemania. Las
en julio 1702, contra Cádiz la formidable es disposiciones sencillas, como siempre lo son en
cuadra anglo-holandcsa de 150 barcos, el mar buena estrategia.se llevaron á cabo con perfecta
qués de Villadarias reúne 150 infantes y 30 ca regularidad. El general inglés, dejando en Flán-
ballos!! á peón justo y algo ménos de cuarte des un pequeño cuerpo de pantalla, marcha al
rón de caballo por buque. Gracias á la lealtad, Rhin: Villeroy, naturalmente, le sigue; y, te
y al vigor militar del veterano Villadarias miendo por aquella comarca, se junta áTallard.
luego tan malamente desairado: gracias á que Marlborough amaga la Lorena y la Alsacia, y de
los «combinados" no andaban muy acordes, y repente cae sobre el Neckar juntándose en Ulm
estaban más por saquear que por batirse. En con el principe de Badén. Los franceses, para
9 marzo 1702 muere el célebre Guillermo III de compensar, deciden que Villeroi quede en
Inglaterra, sucediéndole Ana Stuard; y por ju Stollhofen, mientras que Tallard, pasando el
lio toma el mando del ejército aliado el omni Rhin, va á reforzar á Marsin y al elector de Ba
potente Marlborough . El ejército francés de viera. La idea, buena en sí, no tiene cumplida
GUER - eso - GUER
ni oportuna ejecución, por pasarse quince (lias atrincheradas y «continuas» enormes ejércitos,
esperando órdenes de la corle. Mientras tanto, recibió en Turin nuevo castigo, tan desapro
Marlborough y Badén juntos baten á Marsin; vechado como los anteriores. Ante la magnitud
fuerzan el paso del Danubio en Donauwerth; de estos hechos militares, ya puede compren
cruzan el Lech ; devastan la Baviera y po derse, por más que sufra nuestro orgullo na
nen sitio á Ingolstadt. Cuando Tallard, al fin. cional, que la guerra civil en la península era
con lenta y fatigosa marcha por la Selva Negra, simple hijuela, que alguna vez tocaba en carica
logra reunirse en Ausburgo con el bávaro, Eu tura. El áo junio 1706 entra el marqués de Las
genio ya se habia incorporado rápidamente con Minas en Madrid: el 2 julio proclama á su rey
Marlborough en Hóchstett. Ante la masa de los Carlos III, con marcada antipatía del vencida-
coligados, que habiendo asolado la Baviera, de rio, ardiente felipista, no se sabe porque; el 5
pendían de sus almacenes de Nordlinga y Niiren- julio evacúa Las Minas, dejando un tercio de
berg , la prudencia aconsejaba maniobras hábiles, mígueletcs catalanes á las órdenes de un fraile:
para verde separarlos, ó echarlos siquiera á !a el i agosto vuelven á entrar las tropas de Feli
izquierda del Danubio; sin embargo, la petulan pe V. La Coronilla de Aragón puede darse por per
cia, inseparable compañera de la ineptitud, llevó dida: en la frontera de Portugal, los sucesos to
á los franceses á entablar un ataque, que en si man sesgo análogo al que caracterizó la guerra de
llevaba implícitas todas las condiciones de un 1640 á 1600. ¿Qué tendrá ese Portugal que siem
gran desastre. Lo fué, en efecto, esa memorable pre logra ponernos en ridiculo'/ A fines de 1706.
batalla del 13 agosto 170i, que los franceses lla los franceses barridos de Italia, Flándes y Alema
man de Hóchstett, los inglesesdcBIcnheim, y los nia están acorralados en su tierra; la libia sin
alemanes de Blindheim. A los desaciertos y embargo, en 1707, de la invasión de Eugenio,
lentitudes estratégicas se añadieron inconcebi tanto la vigorosa defensa de Tolón, como el pa
bles errores lácticos en el campo de batalla. Ba triotismo de la Provenza, que sabe recordar el
tirse con un rio caudaloso á la espalda; amonto fracaso de Cárlos V. Los oportunos refuerzos
nar la infantería de Tallard en la aldea de traídos á España por los duques de Berwick y
Blenhcim y la bávara en la de Bolslat; quedar de Orleans producen en ili abril 1707 la victo
se la caballería en el centro de la línea de com ria de Almansa, que directamente produce la
bate, no podían traer más que la derrota desde sumisión del reino de Valencia e indirecta
el principio de la acción. Aunque Marsin, en la mente la del Aragón. Játiva, Alcoy, Alcira lite
izquierda, se sostuviese, el centro y la derecha ralmente «extinguidas» pagan caras sus ando
fueron hechos pedazos. 8.000 muertos, 10.000 nes austríacas, tan incomprensibles como las
heridos, 14.000 prisioneros, toda la artillería francesas para un español del siglo XIX. Con
perdida fueron el resultado de la presunción y unas y otras seguíamos ganando el perder
de la ignorancia. De tal catástrofe era inevitable para siempre nuestras posesiones de Italia y de
consecuencia la invasión de Francia. Marlbo Flándes, que según los apasionados de Felipe V,
rough la proyectó con 80.000 hombres sobre el ! nos desangraban, nos enervaban, nos distraían:
Mose'.a, que, tomando de revés la Alsácia, des y con objefo, sin duda.de reconcentrarnos más.
embocasen por el Sarro en Lorena y se espar los ingleses, no contentos con Gibraltar, nos
ciesen por la Champaña. Retardos del principe quitan la isla de Menorca y luego Oran. Es una
de Badén y ambigüedades del gubiernode Viena «regeneración» completa.
ahuyentaron el peligro en 1705: y la victoria, I En 1708, los aliados repiten con éxito en
en Cassano, de Vendóme sobre Eugenio casi Flándes, la concentración de I70ien Hóchstett.
borraba la impresión de Hóchstett, cuando otros mandaban el ejercito francés dos principes de
dos nuevos desastres, en Ramillies y en Turin la sangre, los duques de Borgoña y de Berry,
(23 mayo y 7 setiembre 17061 advierten de bajo la dirección del perezoso y despreocupado
nuevo á Francia que definitivamente ha con Vendóme. Del primero, heredero de la corona,
cluido su prosperidad militar. En Ramillies, se dice que andaba en tratos tan oscuros con el
Villeroi, sin escarmentar, luce su imprudencia enemigo que casi tenían ribetes de traición. Sea
estratégica coronada por su nulidad táctica: ¡ como quiera, los tres, desaprovechando coyun
Marlborough queda dueño de los Países-Bajos. turas favorables que de sobra les ofreció la se
En Turin, Luleuíllade, aún más inepto y arro paración de Eugenio y Marlborough, los dejan
gante, entrega la Lombardia al principe Euge ¡untarse v ganar en I I julio 17(18 la batalla de
nio y el Piamonte al duque de Saboya. La ma Ouilenarde. que trae consigo la perdida de Lí-
nía, entonces dominante, de encerrar en lineas ' la, á pesar de la gallarda defensa de Boullers.
GUER - 631 - GTJER
Al ver la frontera ahierta de par en par, runde El prudente Villars no aventura socorro ni ba
el pánico en la pomposa eorle del viejo Luis talla. Menos aún hacen en Italia Daun y Ber-
XIV, que se humilla por centésima vez á los vvick. Hay una recrudescencia de lineas. En
«plebeyos» holandeses y sacrifica al mismo Fe 1711, Eugenio se pasea desde las líneas de
lipe V. Este, sin embargo, se encontraba bien Ettlingen á las lineas de Múhlburg en el Alto
en España y se niega A las chocheces de su Rhin. Los franceses tienen sus lineas de Wisem-
abuelo; porque es de advertir que ya en 1708 burgo y Lauterburgo, y Stollhofen, y Seltz, y
los catalanes empezaban á cansarse de su aus Hrissac. El arle visiblemente decae y sus eter
tríaco Carlos 111. como cincuenta años antes se nos y verdaderos principios se van olvidando.—
cansaron de los franceses. ¡Triste sino el de esta Al arrogante Luis XIV. que en las conferencias
indócil provincia! de Gertruidemberg pide la paz de rodillas y
En 1709. á pesar de mandar el grueso de las ofrece sacrificar á su nieto, se le contesta que
fuerzas francesas el mariscal de Villars. sufren eso no basta: es menester que le haga la guerra
el 1 1 setiembre otra derrota en Malplaquet, que y le «expulse» el mismo. A tal humillación se
ocasiona la pérdida de Mons el 20 octubre. El subleva, y con justicia, la dignidad que siem
mariscal Daun, que el año anterior anduvo por pre conservó el anciano monarca. Llama á Vi
los estados pontificios «convenciendo» al Papa, llars y le entrega, con lágrimas en los ojos, su
como lo convenció, de que debía bendecir á los último ejercito para que salve á Francia. Ya en
austro-anglo-bátavos y no a los franceses; en 1711 el horizonte se habia despejado un poco,
este de 4709 estuvo á punto de invadir el Fran con la ruidosa destitución de Marlbourough, con
co Condado, si Mercy no se hubiera dejado ba el advenimiento del pretendiente archiduque,
tir en Ucimersheitn. Aquí juegan, en holocausto ahora Carlos V!, al trono imperial. La «practi
á la doctrina, sus correspondientes lineas de ca» Inglaterra, que ningún interés tenia en ayu
Ettlingen.—Acostumbrados los españoles á no darle á ser otro Carlos V, negociaba ya en se
oír más nombres que los de Ursinos, Estrées, creto con Francia. Bajo estos auspicios se abrió
Orry, Noailles, Ameiot, Bezons, Orleans, Ber- la campaña de I7I2; abiertas también, desde
vvick, Verboon, Vendóme, etc., se quedan ató enero, las conferencias de paz en L'treoht. Las
nitos al saber, en 1709, que el primer ministro hostilidades por lo tanto ya no podían ser muy
esBedmar—¡un apellido español: —y el general vivas. Ademas, el duque de Orniond, que suce
en jefe, Aguílar, el cual, sobre la «base» de 35 dió a Marlboi'ough en el mando del contingente
batallones franceses, se dispone á «crear» un ingles, no imitó á su antecesor en lo bien ave
ejercito nacional. Lo impiden, por el momento, nido con el principe Eugenio, comandante del
los desastres de Almenara y Zaragoza (27 julio y cuerpo austro-holandés. En mayo le impide ba
20 agosto 1710, que traen consigo la entrada del tir a Villars en una excelente coyuntura; y en
Archiduque en Zaragoza 21 agosto, y luego en 17 julio firma resueltamente un armisticio, ocu
Madrid ^28 setiembre . Comparando lechas, re pando ^que es lo importante) su codiciado Dun
salta la actividad maniobrera del bueu Archi kerque con (jante y Brujas. Eugenio, pues, que
duque, puesta chistosamente en coplas por los da solo. Toma, el 4 julio, a Le Quesnoy, y abre
ciegos de aquel tiempo En 9 noviembre el aus la trinchera ante Landrecies. Aquí parece que
tríaco, cansado de silbas, evacúa & Madrid; y lo el consumado maestro cayó en una presuntuosa
mismo hacen en Toledo sus generales Starhem- confianza, disculpable en quien tenia el hábito
berg y Stanhope. Y adviértase de paso lo «espa de vencer con imprudencia afortunada. Estable
ñol» también de estos apellidos. Fuera del cor ció sus almacenes y depósitos en Marchiennes,
regidor Ronquillo, de Aguilar, Valdecañas y Vi- sobre el rio Scarpe, y los ligo con un campo
lladarias; de los guerrilleros Cereceda, Vallejo y atrincherado en Denain, sobre el Escalda. Las
Bracamonte, en esta desdichada guerra, que no distancias entre los tres puntos eran excesivas.
se sabe á que «género» pertenece, los militares Asi, el prudeule Villars forma el plan de tomar
españoles se han suprimido, l'or fin, las victo a Denain y hacer levantar el sitio de Landrecies,
rias de Brihuega y Villaviuiosa v9 y 10 diciem cortando a los imperiales de su base. La ejecu
bre 1710, sobre Stanhope y Starhemberg, dejan ción láctica correspondió, y aún superó en esta
virtualmente resuelta la cuestión, afirmando caso, al pensamiento estratégico. El ala izquier
Felipe V en sus sienes la corona de España.— da de los franceses ataca y lapa á Marchiennes.
En t laudes, Eugenio y Marlborough pasan los Villars, con el ala derecha, amaga al cuerpo si
años 1 7 1 0 y I i 1 1 , con recaída doctrinaria, en tiador: mientras que el grueso cae vigorosa
tomar plazus: Douay, Bethune, Ayre, Bouchain. mente sobre Denain. Viendo entablado este ata
GUER - 632 - GUER
que, el mariscal acude al centro: pasa el Escalda cañón. Nuevas y más romancescas aventuras
por Neuville y toma el campo atrincherado, corre Carlos XII hasta caer muerto, en 1718-, en
verdadera llave. Cuando el principe Eugenio, las trincheras de Friedrichsiall: y en aquellas, si
contenido por la guarnición de Valenciennes y la instrucción no gana mucho, el ánimo se espar
obligado á un gran rodeo, llega al campo de ba ce y se deleita, singularmente en esta nuestra Esr-
talla, lodo está ya perdido. Este golpe de fortu paña, tan amiga como Suecia de acometer em
na suaviza las asperezas diplomáticas y deter presas colosales con elementos pobres y recur
mina la conclusión de los tratados laboriosos de sos inadecuados.—
Utrecht y de Kastadt. Los catalanes, abandona
dos de todo el mundo en 1713, todavía conti En efecto, no bien terminada la guerra de
núan resistiendo dentro de los muros de Barce Sucesión con la gloria y el provecho que se ha
lona basta 1714. Y gracias á los 20.000 franceses visto; muerto Luis XIV en 1.° setiembre 1~15;
de Berwick: que sino, trabajo largo hubiera si la suerte nos depara un Al be ron i, cuya trave
do domar aquella estúpida ferocidad. Tanto em sura es manifiesta en el hecho de subir de galo
peño por ser «vasallos» del Austria, ellos, los pín de cocina en Italia á cardenal y primer mi
fervorosos «afrancesados» de 1640.—Parece, en nistro de Felipe V, ó si se quiere, de su segunda
buena lógica, que de esta guerra de Sucesión esposa Isabel Farnesio. El amor maternal de es-
Francia debía salir mal librada: pues, quien lo la señora obstinada en ceñir las sienes de sus
salió fué España. Por ir contra Luis XIV perdió hijos con coronas italianas, aunque fuesen del
mucho; por ir en favor suyo pierde todo. No se diámetro de la ducal de Parma, metió á España
puede dar mayor acierto.— otra vez en graves y estériles complicaciones.
Tan delicada cosa son estos reyes al estilo de
Durante la famosa guerra de Sucesión, ardió los del siglo pasado, que traen perjuicios basta
otra en el norte de Europa, que, sin tanto inte con los más recomendables afectos. Ello fué que
rés para nosotros los del mediodía, no puede en 1717 una expedición española, formada por
omitirse en un resumen histórico. Cirios XII. arte de encantamiento, desembarcó en Cerdeña
heredero de la corona y de la gloria de Gustavo y la conquistó en dos mese»: hecho que. real
Adolfo, merece lugar señalado, sino entre los mente, no es para sorprender á nadie. Pero el
grandes capitanes, entre los más bravos é ilus regente de Francia, duque de Orleans, que en su
tres militares. Ya desde 1700, tomando á la ca vida disipada y disoluta nunca dió muestras de
beza desús granaderos los atrincheramientos de flaqueza ni ineptitud, sabia que era tan acen
Copenhague, se percibían en el sueco condicio drado y fervoroso el «españolismo» del rey de
nes algo excéntricas y propias de tiempos más España, que el infeliz no vivía ni descansaba por
caballerescos. El paso del Dwina en 1701 ; el del atrapar á toda costa la corona de su abuelo,
Bug, en 1703, á nado con su caballería; las ac formalmente vedada por la tinta aún fresca del
tivas campañas de 1704 y 1705; la batalla de tratado Je Utrecht. Se preparó, pues, el Orleans
Fraunstadt, en 1 700, son dignas de atención y á esta peregrina pero posible eventualidad, li
estudio. En 1708 Carlos XII penetra en Rusia gándose en 4 enero 1717 y 2 agosto 1718 con
hasta el Berezina, donde le espera Pedro el Inglaterra, Austria, Holanda y Saboya contra
Grande, fundador de la grandeza moscovita. Con España. Esta, ó había de renegar de todo su pa
hábiles maniobras pasa el rio, y al frente de su sado, ó era forzoso que siguiese su descabellada
vanguardia (unos o. 000 hombres) bate á 23.000 empresa: y puso altiva el pie en Sicilia ganando
rusos en Smolensko; pero, por faltas suyas ó de en 18 octubre 1718 la batalla de Melazzo. Mien
la fortuna, se ve en lo más crudo del invierno tras tanto el «español» Felipe V urdía entre los
de 1709 acorralado en los lodazales de la Ukra- pies mismos del regente francés, en París, la
nia. No desmaya en este trance su energía y conjura ó trama de Cellamare, para hacerle
sueña con herir al ruso en el corazón, llegando caer de bruces y ocupar su puesto: no faltando
victorioso basta Moscow, su constante y ambi su correspondiente manifiesto al ejército francés
cioso objetivo. Pone para ello sitio á Pultawa, con invitación á «pronunciarse». Al poco tiempo,
plaza de inmensos recursos y de gran importan en octubre 1719, se pierde Messina, tan bizarra
cia estratégica, que Pedro naturalmente se apre como inútilmente defendida, y la estrepitosa
sura á cubrir y socorrer. En la batalla que allí caida de Alberoni allana la paz de 1720. Sicilia
se riñe la suerte no quiere favorecer al valiente pasa al Austria; Cerdeña á Saboya; y la escua
sueco, que, herido dias ántes en un encuentro, dra española, maltratada como siempre por la
ve rota dos veces su camilla por las balas de inglesa, va, por hacer algo, contra los moros que
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tenían i Ceuta sitiada hacía 26 años. En 4724, jonia á la sazón, en competencia con Estanislao
y como ejemplo de lo consistente, levantado y Lescynky, rey ó regente que fue, allá por 1704,
enérgico de la política de Felipe V, ó de su con cuando Cárlos XII de Suecia destronó á Augus
fesor el jesuíta Daubenton , la ternura hacia to II: y que dejó naturalmente de serlo, cuando
Francia llega hasta concertar matrimonio entre por las derrotas posteriores del valiente sueco se
el príncipe de Asturias y la hija del Orleans á la reinstaló el propietario. Intrigas de corte habían
par que el de Luis XV con la de Felipe V: todo elevado á la hija del cesante Estanislao al tála
lo que al fin, y por ventura, salió huero. Lo de mo y al trono de Luis XV. Atendida, pues, la
Alberoni se repite en 1725 con Riperdá. Este «política» del siglo pasado, nada más lógico que
embaucador, facilitando los sueños de la Farne- Francia procurase el medro del padre de su rei
sio sobre el ducadito de Parma, nos hace ínti na. Cárlos Manuel III, ascendido de duque de
mos amigos de Austria ¡qué cosas! y al poco Saboya á rey de Cerdeña, siguiendo las tradi
tiempo cae del poder. Una tentativa frustrada ciones de su casa, creyó que con la ayuda de
sobre Gibraltar sigue señalando al mundo nues Francia extendería la mano al codiciado Mita
tra decadencia, nuestra impotencia militar en nes.... Pero el lector preguntará: ¿qué interés
1727. La conducta del egregio Torres, que te guiaba á España para aliarse con Francia? Ahí
niendo, según dicen, coyuntura de tomar la es nada! Que el infante Don Cárlos fuese rey de
plaza por industria ó interpresa, la desecha pre Nápoles. No, por supuesto, para que el pingüe
firiendo entrar como «caballero andante» por la y antiguo vireinato volviese á la antigua monar
brecha (con 12.000 hombres escasos!; da la idea quía, sino para formar un reinecíto indepen
del nivel que por entónces alcanzaban nuestros diente con senda dinastía. A este glorioso fin
hombres de guerra. Realmente, era el mismo Montemar se embarca en Antibes (puerto fran
que el de los hombres de estado, y de gobierno, cés; con 25 escuadrones. Don Cárlos que estaba
y de letras, y de artes, y de todo. Por fin, en en Florencia, entra en mayo 1 73 1 en Nápoles,
1731, con la muerte del duque de Parma, An como lugar-teniente de su padre, con la ovación
tonio Farnesio, van á colmarse los deseos de la cordial y estrepitosa que ese pueblo incompa
reina de España. Su hijo Don Carlos, no sólo es rable siempre dedica á todo el que le va á go
reconocido sucesor del gran ducado de Toscana, bernar. El general austríaco Traun, que por
sino que en octubre de 1732 toma posesión de ¡unto reunía unos i. 500 hombres contra 40.000
los otros pequeños ducados de Parma y Plasen- franco-sardo-hispanos, amen de la novelera po
cia. Esto no sacia el inefable amor maternal. blación napolitana, es aplastado en Bitonto '25
Esas coronas ducales tienen algo así pobreton, mayo 1734); on agosto cae la plaza de Gaeta-
como de alquimia; se necesita otra corona de en setiembre Mcssina y toda la Sicilia: con lo
verdad, de oro de ley; y la política española, que Isabel Farnesio y sus vasallos enloquecen
tan fecunda, patriótica y elevada como lavamos de alegría. Respetando el nombre del respeta
viendo desde 1700, gira sobre un solo eje: que ble Montemar, bueno es advertir que si Ritonto
el infante Don Carlos sea rey de Nápoles. Un figura con letras de oro en todos los anales bor
poderoso armamento naval, que rige el conde bónicos, no fas necesita de metal tan precioso
de' Montemar, recobra en 1732 á Oran, perdida en una historia formal, técnica y «filosófica» de
en 1708. Los moros, que tuvieron la oportuni la guerra. La atención y el esfuerzo del Austria
dad de evacuar, nos niegan los laureles de Cis- se dirigían á puntos más importantes: y por eso
neros y Pedro Navarro ; pero á condición de el principe Eugenio reunía 35.000 imperiales en
hostilizar en seguida, matándonos á los tres me las famosas lineas de Ettlingen tan mencionadas
ses, en una salida, al célebre marqués de Santa en la guerra de Sucesión. Ante el violento ata
Cruz y cogiendo cautivo al de Valdecañas. Esto que de Berwick, que en abril 1734 toma á Spí-
de Oran, como puede comprenderse, no es más ra, Worms y Tréveris, que en mayo pasa el Rhin
que una especie de «ensayo con trajes y deco por Kehl y Mnnheim. Eugenio tiene que retro
raciones» para el gran drama italiano converti ceder de Ettlingen á Heilbronn y ver despecha
do luego, por nuestra desdicha, en saínete y do que Philippsburgo cae en manos de france
bufonada. ses el 18 julio. Algunos dicen que por tal dis
En 1733, con motivo de la muerte de Au gusto Eugenio dejó el mando: positivamente el
gusto II rey de Polonia, la guerra volvió á con vigoroso capitán estaba ya en completa declina
mover la Europa central, poniendo otra vez en ción. Fin más glorioso cupo á Berwick. que mu
pugna al Austria con Francia. Pretendía la co rió en las trincheras de Philippsburgo (12 ju-
rona vacante su hijo Augusto III. elector de Sa- nioí. Y á los pocos dias, el 27, moría de enfer
80
GUER - 634 - GUER
mcdacl en Turin, en plenitud do fortuna y Dejemos esta España «regenerada» con el
actividad á la respetable edad de 8.'i años, el cé virus infecto de la Francia de Luis XIV, para
lebre mariscal de Villars. En la jornada de Par" atender i otro pequeño país que vincula en el
ma (29 junio) el general austríaco conde de siglo XVIII casi lodo el interés militar. El pe
Mercy perdió á la vez la batalla y la vida: de queño Electorado de Brandenburgo, que desde
jando el mando al conde Kónigseck. que luego 1701 se titulaba reino de Prusia, babia tomado,
tuvo que refugiarse al Tirol acosado por los fran al advenimiento al trono de Federico II por
co-hispanos de Noailles y Montemar, apoderados muerte de su padre en 31 mayo 1710, todas las
de Mirándola en 1735 y bloqueando á Mantua. tendencias y caracteres de una vigorosa poten
Estas fáciles hazañas en Italia empezaban á cia militar. El nuevo monarca se encontró con
alarmar á las potencias marítimas, es decir, á un ejercito de 7(5 .000 hombres, de los cuales,
Inglaterra y Holanda, interesadas por entonces como era costumbre entonces, 26.000 extran
a sostener eso que se llamaba «equilibrio euro jeros.—En el artículo Táctica, donde los por
peo» favorable á sus mercaderías. Intervienen menores tienen lugar más oportuno, se mani
pues en pro de la paz. Francia en el fondo la fiestan con extensión los relativos, tanto u la
desea, y Austria, siempre sin un céntimo, con constitución y organización de aquel ejército
siente en negociar; mas por octubre l73-'¡ llegan prusiano, como á las especiales condiciones de
al Rhin 20.000 rusos mandados por el feld-ma- carácter de su rey y caudillo. Pasaremos, pues,
nscal Lacy, en refuerzo de Eugenio y juntos ba sobre ellas aunque su importancia permitiera
ten en Kloster Clausen á los franceses Coigny y la repetición, para seguir con desembarazo y
Belleislc. Por aquel otoño, el bloqueo de Man rapidez este «bosquejo., histórico de la guerra,
tua costaba al tesoro español enormes dispen engarzando desde iuego este brillante eslabón íi
dios. Montemar se quejaba de la lentitud y ma la larga cadena de los hechos militares más dig
la fe de sus aliados. Hervían chismes y rencillas nos de recuerdo y de estudio.
en los tres cuarteles generales. Por fin. el espa En el mismo año 1740, en que Federico II
ñol abandonado tiene que repasar el Pó, y reti subió al trono de Prusia, falleció el emperador
rarse á Bolonia y á Toscana, no sin que le pi ' de Austria Cárlos VI, á quien, según la Prag
saran los talones los húsares tudescos. Otra vez mática-Sanción, debia suceder su hija Mnria
preguntará el lector ¿qué hacían alli ese pobre Teresa, gran duquesa de Toscana. A pesar de su
general y ese ejército, cuando en 3 octubre 1735 evidente y legítimo derecho, le disputaban la
Francia, nuestra metrópoli, nuestra madre, fir corona nada ménos que seis competidores: Cár
maba ya los preliminares de su paz con Austria"? los Alberto de Baviera; Augusto III de Sajonia y
¿Sin duda mediarían graves razones militares ó Polonia: Felipe V de España; Cárlos Manuel III
políticas? Efectivamente: la reina de España, en de Cerdeña; Luis XV de Francia y Federico II
su inagotable amor de madre, ya quo su Don de Prusia. Se entabla, pues, la guerra llamada
Cárlos por la gracia de Dios era rey, quería que de la Sucesión de Austria. En ella, como en to
su hijo Don Felipe fuese siquiera duque de Par- das, quien habia de salir ganancioso era el que
ma y de Plasencia.... y el Austria quería tra se encontrase más dispuesto y apercibido: el
garse esos ducados, después de quedarse con la que la constituyese mejor, entrando en palen
Lornbardía y Mantua. Con Lombardia pase ¿qué que con posición más suelta, con política más
tenía que ver España con ella"? pero con Parma firme, con objeto más probable, definido y de
y Plasencia.... Sin embargo, ante la fuerza in terminado. En este caso, merced á la cordura y
vencible de las cosas, la amorosa madre tiene previsión de su padre, se hallaba el monarca
que acceder, en 18 mayo 1736, á los prelimina prusiano: hombre ya hecho, curtido á les ne
res de paz de Viena y consumar en diciembre gocios, trabajado por la adversidad, completa
el sacrificio, dejando Parma á la casa de Austria mente dueño de si mismo y de las voluntades
y Toscana á la de Lorena. Montemar, sin ocupa del pueblo y del soldado. En efecto, á los pecos
ción, vuelve á Madrid donde toma la cartera, dias en diciembre 1740, Federico, al frente de
vacante por muerte de Patiño, el Colbcrl espa 10. 000 hombres invade la Silesia, y en 2 enero
ñol, según le llama un historiador reciente. — I7il ocupa su capital Breslau. Sin disparar un
En 20 abril 1736 falleció en Víena el principe tiro ya está medio ganada la partida; y el astu
Eugenio de Saboya. to prusiano, conociendo á fuer de filósofo,
cuánto vale en la guerra el efecto moral, tiene
el aplomo y la audacia de proponer á María Te
resa que le «cedan sencillamente la Silesia,
GUER - «as - GUER
puesto que ya la tiene casi perdida, y él en Córdoba y de sus gloriosos compañeros debie
agradecimiento defenderá su corona imperial ron soltar una estrepitosa carcajada. En algo,
contra los demás pretendientes. La emperatriz, sin embargo, se parecía á la suya esta expedi
como puede suponerse, rechazó tan peregrino ción de Montemar: en no llevar plan, ni gente,
acomodo. Los prusianos, sin perder tiempo, se ni dinero, ni material, ni provisiones. La pri
establecen, se acantonan, cercando á Glogau, mera operación del general español en Orbitello
Brieg y Neisse: y en el mismo mes de enero, el es buscar quien ¡e «preste» para dar de comer
mariscal Schwerin, por Jagerndorf y Troppau, á su ejército. Pero ningún historiador borbóni
avanza rápido hasta Jablunka, en la frontera de co dejará de consignar con fruición que por
Moravia. Ante esta amenaza, el ejercito aus estos tiempos tenían ya que «apuntalarse» las
tríaco, siguiendo su perpetua tradición, se con tesorerías en España.
centra en Olmütz. Cuando, eri marzo 1741, Francia pone cuatro ejércitos en campaña:
avanzó á Silesia, ya Glogau se habia rendido al uno de Alsacia y Bhin que, guiado por Bclle-
prusiano. Tenia este sus depósitos en Ohlau, isle, ha de operar por la Suabia hácia Baviera;
contra los cuales va el austríaco Neipperg: acu otro, del Mosa, mandado por Maillebois, por
de al socorro Federico, y en 10 abril I7ÍI se Wcstfalia hácia Hannower; otro, en Flándes,
traba la batalla de Mollwitz, que abre los ana contra Holanda, y otro, en el Delfinado, contra
les militares del célebre monarca. El mismo Italia. Ingleses y holandeses ayudan al Austria
confiesa ingénuamente, en sus Memorias, que con lo que siempre necesita, con dinero. A me
esta jornada fué «escuela» suya y de sus tro diados de 1742 la Baviera, apoyada á la espalda
pas: y sabido es que la actitud desconcertada y por franceses, entra en Austria por Passau; ocu
pavorosa del rey no hacia presagiar el frió cál pa á Lintz; envia patrullas hasta Vicna; mien
culo, el tranquilo valor, de que luego dió tan tras que 20.000 sajones invaden la Bohemia, y
relevantes pruebas. La victoria de Mollwitz se su capital Praga es tomada por asalto. En di
debió al veterano mariscal Schwerin, que con ciembre, el elector de Baviera, algo prematu
hábil maniobra supo desbordar y envolver el ramente, se hace proclamar «rey» de Bohemia.
ala derecha de los austríacos. Con este movi Mientras tanto envia España una, que pudiera
miento que llegó á ser «clásico» después en la llamarse «segunda entrega» de la expedición
táctica prusiana, se enlaza también aquí, desde Montemar, tan desaparejada como la primera.
Mollwitz, el rápido, nutrido, irresistible fuego Desorden, flojedad y deserción sin ejemplo. En
de la infantería prusiana, nuevo y también po 9 junio 1742, desde el campo de Fuerte-Urbano,
deroso elemento en la reciente guerra de J 866. los generales hispano-napolitanos (!!) hacen una
Los austríacos, con la enorme baja de 7.000 famosa representación, de la cual resulla en
hombres, tienen que acogerse bajo el cañón de sustancia que no pueden ó no quieren batirse.
Neisse, y más tarde, por octubre, retroceder En 18 agosto 1742 se presenta en la bahía de
por Jagerndorf á Moravia. Aquella plaza y Brieg Nápoles una escuadra inglesa, cuyo comodoro
caen en poder de prusianos, que penetran en intima brutalmente y reló en mano al flaman
Moravia, enviando sus descubiertas hasta el te rey (luego Cárlos III de España) que en el
Danubio. Leopoldo Dessau, el célebre táctico y plazo do una hora se declare neutral. De este
organizador prusiano, ocupa el condado de célebre desacato á Su Magestad Napolitana nace
Glatz. Federico, pues, habia redondeado su en Cárlos III el inextinguible rencor á los ingle
negocio, como vulgarmente se dice, cuando en ses y el inconcebible Pacto de Familia; España
18 mayo 1741 se formó la alianza entre Fran pagará las terquedades de su buen rey. El po
cia, España y Baviera, en la que luego entró él bre infante Don Felipe, que no puede arrancar
con los reyes, también muy recientes, de Sici al anciano cardenal Fleury los 20.000 franceses
lia y Cerdeña, y los electores ó principes del Pa- prometidos, se presenta solo á la conquista de
'atinado, Colonia y Sajonia. Si el lector, como su Ínsula barataría. El gobierno español exone
en anteriores ocasiones, no presume qué inte ra y destierra á Montemar y Castelar por inep
reses «españoles» podían agitarse en la «Suce tos, quedando de general en jefe Don Juan de
sión de Austria» le recordarémos que quedaron Gages como más antiguo. El astuto rey de Cer
«pendientes» unos famosos ducaditos de Parma deña, que por un lado veia tales desórdenes y
y Plasencia para el infante Don Felipe: y, sabi miserias, y por otro observaba que el Austria
do esto, no le extrañará ver al ejército español empezaba á revivir, siguió en este casóla tradi
de Montemar «combinarse y coligarse» con cional política saboyana, que nunca pecó por lo
si ejército napolitano. Los manos de Gonzalo de tímida ni escrupulosa. Al juntarse con los ene-
GUER - 636 - GUER
nngos del Austria, lo que él codiciaba era la aunque dueño de Koeniggraetz , Pardubitz ,
Loinbardia, como parte del botín: al ver ahora Bunzlau, Olmütz y casi de Brünn en la Mora-
que aquella hermosa tierra se destinaba al iu- via; á pesar, en fin, de que sus batidores llegan
fante Don Felipe, dio de pronto media vuelta y al Dauuhio recoge cautelosamente sus tro
se hizo furibundo austríaco, dejando á España, pas demasiado esparcidas, bate en Czaslau (17
como otras veces, con un palmo de narices. Con mayo 1742) á Cárlos de Lorena y, acomodándo
el mando en jefe del ejército austro-sardo, Cár- se con Austria por mediación de Inglaterra, fir
los Manuel gana desde luego pedacitos de terri ma en 28 julio 1742 la paz en Berlín. Resultado:
torio en Vigevano, en Pavía, en Anghiera, en quedarse Prusía hasta hoy con la Silesia alta y
Piacenza y el marquesado de Final. Esta «ines baja, más el condado de Glatz. En esta batalla
perada» actitud del artero piamontés hace que de Chotusitz ó Czaslau, decisiva, puesto que de
en la batalla de Campo-Santo (8 febrero 1743) termina la paz, se ve un progreso marcado en
Gages tenga que habérselas con el austríaco Federico como general. Dobla el ala izquierda
Traun reforzado por sus nuevos amigos, que austríaca y la empuja sobre el centro; la abra
juntos le balen, como es consiguiente, y le per sa con un fuego terrible: y él personalmente,
siguen hasta Rimini. Dígase otra vez si hay al sabe apreciar el instante decisivo, adivinando
go que pedir á esta manera de hacer guerra y sagaz el nudo de la acción. Por ella, el célebre
política. Leopoldo de Anhalt-Dessau recibe el merecido
Encadenados á Francia, necesariamente ha ascenso á feld-mariscal. —Augusto de Sajonia.
bíamos de compartir su suerte adversa. En ju no sólo hace paz con Austria al mismo tiempo,
nio 1742, ya los austríacos, mandados por sino alianza algo después. Francia y España,
Kónigseck tenian á los franceses acorralados en con el aturdimiento inseparable de la impoten
Praga. Va al socorro Maillebois, con 40. 000 hom cia y de la ignorancia, siguen impertérritas con
bres, y hace levantar el sitio (que principió por tra el Austria reforzada y respetable. Luis XV
agosto); pero es cortado por Cárlos de Lorena y deja que gobiernen sus mancebas: Felipe V ba-
Khevenhuller, y en octubre se recoge á Baviera ce tiempo que determinó lo mismo con su con
perseguido. Los franceses que, con el duque de fesor, su esposa y nodriza. Asi, la campaña de
Broglie, quedaron en Praga tientan en vano 1744 nada resuelve. Un poderoso ejército fran
abrirse paso: más felices en segundo ensayo lo cés que sale de Lila á campear por Flándes, ve
gran escapar, y por largo rodeo llegar á Egra ó detenida la brillante ofensiva que comenzaba
Eger; pero en resumen, á últimos de I742 la Bo por los sucesos de Alemania nada prósperos. Por
hemia queda limpia de franceses. En 12 mayo alli los franceses, arrojados de las líneas de Ge-
1743 María Teresa logra por fin afianzar en su mersheím, Lauterburgo y Wisemburgo, retro
sien pomposamente la disputada corona de aquel ceden hasta más adentro de Haguenau y Mols-
reino. El elector de Baviera (que con demasiada heim en Alsacia. La escuadra franco-hispana
anticipación se titulaba Cárlos VII) es batido en sigue «encerrada» en Tolón por los consabidos
Simbach (9 mayo 1743) por no ayudarle los cruceros ingleses. Gages, á pesar de sus altas
franceses que guarnecían á Ingolstadt y Donau- dotes militares, nada puede hacer en Italia con
werth; y pierde en junio, no sólo su capital tra el austríaco Lobkowitz. La célebre sorpresa
Munich, sino la Baviera toda y el Palatinado. de Veletri ,11 agosto 1744) se celebra por
Más adelante capitula la guarnición francesa de que algo se había de celebrar. Los franco-
Ingolstadt; es batido otro cuerpo en Dctlingen; hispanos-napolitanos se defendieron con vigor,
y, ante el ejército anglo-austro-hannoveriano- es cierto; pero también es evidente que mejor
hessiano, los dos franceses de Broglie y Noailles, hubiera sido «no dejarse sorprender». Resulta
tienen que replegarse á toda prisa al Rhin y do: que por diciembre de 1744 el «animoso»
atrincherarse en la orilla izquierda.—Compáre infante Don Felipe, eje del negocio, está de vuel
se este borroso tejido de puntas locas y opera ta en el Delfinado, sólo, corrido y «extenuado»,
ciones desatinadas con la prudente y mesurada según la frase del más reciente y candido de
conducta del circunspecto Federico. Al ver que nuestros historiadores generales. Afortunada
en setiembre 1741 María Teresa logra atraer y mente para los franco-híspanos, en este año 1744,
entusiasmar á los húngaros, nervio de toda Federico II lesayudó con una poderosa diversión.
guerra austríaca; y que Jorje II de Inglaterra se Se ocupaba con su nativa asiduidad desde la paz
decide á terciar en la Alemania del Norte con de 1 742 en fortalecer su conquista de Silesia
el Hannover y la Hesse, Federico, sin confiar en economizar y reorganizar, en contraer alian
mucho en los sajones y franceses que lleva; zas de familia con Suecia y Rusia. Barruntando
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ahora que Austria pretendía recuperar lo per importante batalla de Hohenfriedberg, el 4 ju
dido, ó pretendiendo á la vez redondear la Sile nio 1745, perpetuo modelo de ejecución táctica.
sia con algún trozo de Bohemia y Moravia, cier A fines de mayo tenia Federico sus fuerzas con
ra de nuevo alianza con Francia y Baviera; centradas en el campo de Frankenstein, en Si
amaga con un cuerpo volante la Sajonia, con lesia, cerca de la frontera de Bohemia. Al des
otro la Moravia; y él eu persona con el grueso embocar de esta por Trautenau los imperiales,
del ejército se entra de rondón por Bohemia, que guiaba Cárlos de Lorena, Federico se re
tomando su capital Praga 2-16 setiembre 1744) pliega; y fingiendo acogerse bajo el cañón de
en I i dias y con 80 bajas. Siempre ocasionan Breslau, los atrae al campo de batalla que él
desvanecimiento estos triunfos rápidos, aún en tiene bien escogido y estudiado. En él deja su
caracteres tan reflexivos como el de Federico: vanguardia como cebo, y los austríacos, cre
estimulado además por la estrategia fanfarrona yendo sorprenderle, avanzan en columnas suel
de sus aliados franceses, ai|ui comete la impru tas y sucesivas. Esto es lo que el hábil pru
dencia de avanzar al sur por Tabor y Budweis, siano buscaba justamente para batirlas al por
por lo que es cortado y á duras penas puede re menor. La izquierda austríaca es deshecha án-
cogerse á Silesia. El duque de Lorena, que des tes de entrar en línea: entónces Federico, cuya
de el Rhin acudió al peligro, se guarda muy derecha no tiene enemigos delante, hace uno
bien de aceptar la batalla que Federico impa de sus famosos cambios de frente, y envuelve no
ciente le presenta: lo que le importa, y consi sólo á la izquierda, sino la espalda misma de
gue, es echar á los prusianos de Praga y dejar los austríacos. Una vigorosa carga de la caba
limpia de ellos la Bohemia. El cuerpo húngaro llería prusiana coge veintiún batallones prisio
de Estherazy ocupa el condado de Glatz y la al neros. La victoria de Hohenfriedberg hubiera
ta Silesia, donde sólo quedan á Federico las pla sido completa, si el vencedor hubiera podido
zas de Glatz y Kosel. La marcha de los sucesos proseguirla con persecución ó, como decían
y la presencia de ánimo del rey prusiano le sa nuestros clásicos, «ejecutarla». Poderosos mo
caron de este y de otros mayores apuros. tivos lo impidieron. Sin embargo siguió al ven
En 1 745, Francia escasa, como toda Europa, cido por Landshut, Friedland y Nachod, hasta
de buenos generales, logró encontrar uno en Koeniggraetz, donde Lorena tomó posición in
Mauricio de Sajonia. Era este'efectivamente sa abordable. La enorme inferioridad numérica de
jón de nacimiento, como hijo natural del elec Federico, que escasamente contaba 18.000 hom
tor Federico Augusto. Cadete en 1709, á los do bres contra 40.000, le imponía una cauta de
ce años de edad, bajo la dirección del conde fensiva y una prudente retirada. Para apoyarla
Schulemburgo, ya se batió contra los franceses mejor, se revuelve desesperado en Sohr, cerca
en Tournay, Mons y Malplaquet. Coronel en de Trautenau (30 setiembre), y bate al duque
1714, mariscal de campo en 1720, se naturali de Lorena. En esta jornada, en que el reflexivo
za en Francia, señalándose por su vida excén monarca comprende que debe para salvarse ju
trica y disoluta. Hácia 1732, y durante una gra gar el todo por el todo, sobresalen, no sólo su
ve enfermedad, escribió sus Revertes, hoy poco vigor personal y su envidiable sangre fria, sino
leídas. La campaña de 1712, que hizo como te la habilidad maniobrera de sus generales, la
niente general, puso de relieve su talento en firmeza de sus tropas, el acertado uso de las ar
Praga y Egra. Mariscal en 1744, propuso opor mas y del terreno. Aquí también decide la jor
tunas reformas en organización, instrucción, nada un oportuno cambio de frente á retaguar
administración y táctica. Resultado de ellas fué dia, briosamente apoyado por la artillería y la
sin duda la victoria que, bajo su mando, alcan caballería. La victoria de Sohr permite invadir
zaron los franceses en Fontenoy, el 11 mayo la Sajonia. Otra en Kesseldorf, arrancada á los
1745, contra el ejército anglo-bátavo-austro- sajones por Leopoldo Dessau que allí termina
hannoveriano, que el duque de Cumberland su gloriosa carrera, hace á Federico dueño de
llevaba al socorro de Tournay, sitiada por Dresde, donde el 25 diciembre 1745 firma pa
Luis XV en persona. Nuevas victorias, aunque ces con Austria y Sajonia.
no tan brillantes, en Rocoux (1746) y Lawfeld Ofuscada la vista con la viva luz de gloria
(1747) completan la inquieta carrera de este y de enseñanza que despiden estos hechos,
hombre superior y estrafalario, que muere en duele mirar cómo por faltas intrínsecas de po
1750, en su retiro de Chambord, no se sabe si lítica y de gobierno se deslucían en Italia ¡ca
Je enfermedad ó de una estocada en desafío.— balmente en Italia! las admirables cualidades
Por contrapeso á Fontenoy, Federico II gana la históricas, ingénitas, del soldado español, y
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mandado á la sazón por un excelente, general desembarazada de su ruin y despreciable per
que merecía «aplauso» justo del conquistador sona.—
de Silesia. Pero la guerra, como todos los ne
gocios y actos de la vida, una vez mal consti La guerra de Siete Años (1756— 1763), orí-
tuida y entablada, no hay táctica, ni talento, ni gen inmediato de la grandeza y prosperidad de
vigor que logren llevarla á buen fin. Hacia mayo Prusia, ofrece nuevo ejemplo de cómo un país
de < 74o se concentraba en Genova un abigarra pequeño y pobre, cuando lo puebla gente sen
do ejército franco-hispano con Maillebois y Ga- sata y lo rigen manos hábiles, puede alcanzar
ges, al que reforzaban unas «milicias» de Geno rápidamente los más altos y gloriosos destinos.
va y de Módena (sic) con su duque al frente. Se Federico II aprovecha los doce años de paz en
campeó con varia fortuna contra los austro-sar cicatrizar las heridas de la provechosa guerra
cos: se llegó á Pavía (la misma de Leiva y Pes anterior, regularizando la administración bajo
cara); y en fin, sin tirar un tiro, se entró en Mi el pié de orden y economía, que escomo here
lán por diciembre. Calcúlese el paroxismo de ditario en su dinastía. Resuelto á hacer de la
Isabel de Farnesio. ¿Porqué no hacer rey de pequeña Prusia de entónces un estado militar,
Milán ó Lombardia á su asendereado Don Feli que supliese con la fuerza lo que le faltaba de
pe? Pero la paz de 26 diciembre entre María riqueza y extensión, aumenta, instruye y adies
Teresa, Prusia y Rusia permite al Austria mi tra su ejército; mejora las fortalezas; surte los
rar aquello con seriedad y concluir con la co almacenes; se prepara, en fin, á afrontar todas
media. El redomado Carlos Manuel, que casi, las eventualidades que pudieran surgir del es
casi estuvo á punto de venirse con España, tado de Europa y de la misma actitud en que
ahora, por más que esta le ceba con dejarle el él serenamente se colocaha. La causa inmediata
Milanés, sigue leal al Austria y, por no faltar ó eficiente de la guerra de Siete Años no podía
á sus «fórmulas», firma, para ganar tiempo, ser más baladí: una disputa entre Inglaterra y
unos preliminares de (.arreglo» con Francia. La Francia sobre límites de un territorio salvaje en
reina de España se enfurece, los rechaza; pero América. La diplomacia, como suele, enredó el
el sardo, hecha su jugada, rompe (febrero 1746) ovillo, y en la Europa central volvió á arder la
su armisticio con Maillebois. Como en comedia guerra. Con el sistema de gobierno q ue á la sa
de magia, mutación A la vista. El 5 marzo Asli; zón regía en todas partes, no debo olvidarse la
el 10, Alejandría; el 18, Milán evacuadas de influencia personal que ejercían el carácter, y
noche y á uña de caballo por su «animoso» y hasta los gustos y aficiones de los monarcas y
aclamado rey. Luego Luzzara, Guastalla, Par- de sus validos. El de Prusia, alumno y émulo
maü En fin, el 16 junio 1746, como vulgar de Yoltaire, ateo, materialista, descreído, se
mente se dice, el trueno gordo; y en última ba reía de Dios, de si mismo y singularmente de
talla, los franco-hispanos perdemos la Italia, las mujeres. Zahería con epigramas á tres por
el ejército y el honor. Nos retiramos maltre entónces muy principales: María Teresa de
chos á Génova; y al asomar el vencedor por la Austria, la emperatriz Isabel de Rusia y la mar
Bocchetta, nos «escapamos» á Niza. Genova, quesa de Pompadour, una de las mancebas de
en 5 setiembre, se rinde á los austríacos, que la Luis XV que reinó «de hecho» veinte años.
castigan duramente. El rey de Ccrdeña se que La coalición, pues, de estas tres «potencias» era
da con Niza. Afortunadamente Dios, que según temerosa; y firmada alianza el 11 mayo 1756 en
dicen, aprieta pero no ahoga, se dignó llevarse Versailles, con inclusión de Suecia y Sajonia,
á mejor vida al rey Felipe V, en 9 julio 1746, asombra ver á la pequeña Prusia, sin dejarse
por medio de una apoplegía fulminante ocasio aplastar por las tres masas de sus poderosos ene
nada, según dicen, por la noticia de tamaños migos, Federico II, solo como un hongo, no pudo
desastres. Su desconsolada viuda se recogió mo atraérsela amistad más que de Inglaterra, Han-
destamente á San Ildefonso, y el buen Fernan nover y Hesse-Cassel: alianzas, como se ve no
do VI con gran sentido práctico y verdadera muy confortables. Pero el rey de Prusia, en el
mente español mandó al marqués de- la Mina fondo de sus buenas y malas cualidades, tenia
que, relevando á Gages y Castelar, arreglase una que todas las domina y armoniza: la fuerza
aquello «como fuera posible», sin hacer caso del de voluntad. Activo, metódico, madrugador,
infante Don Felipe, cuya «ínsula» tenia ya más infatigable en el trabajo; solo siempre, sin mu-
que aburridos á españoles y franceses. Al fin la jor, sin confesor, sin cortesanos, este hombre
logró por el tratado de 174-8, quedándose con singular era, por pura convicción, rey, soldado,
Parma, Plasencia y Guastalla: y Españaen paz, ¡administrador, general, poeta, filósofo, inspec
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tor, músico, artista. El rígido sentimiento del cenocer su posición, deja avanzar al austríaco
deber había creado en él tan imperturbable Daun: hace, bajo su fuego, una marcha proce
sangre fria, que en la víspera de una batalla, sional, en la que sus generales se embrollan;
después de tomadas sus disposiciones, solía po y sin poder restablecer el órden es deshecho en
nerse á escribir versos franceses; pues en su Kollin 18 junio 1757) dejando en el campo de
desprecio de todo entraba también el de su len batalla la tercera parte de su ejército. Hay, pues,
gua nativa. La guerra de Siete Años vino á que levantar el sitio de Praga, evacuar á toda
desenvolver en él cualidades, que ahora deci prisa la Bohemia y recogerse á Sajonía con las
mos estratégicas, aunque no en la escala de reliquias. Pero aquí también se revelan las
los grandes conquistadores, por lo exiguo del grandes cualidades del héroe. En hombres como
teatro de sus guerras. Desde luego comprendió Federico estas lecciones, cunto más duras, son
que no debia aguardará que sus poderosos ene más provechosas. Miéntras sus enemigos, fre
migos se juntasen para echársele encima: re néticos de gozo, acuden, como en una cacería,
solviendo anticiparse en el ataque, para batirlos contra la res acogotada, él, con los 22.000 hom
uno tras otro hasta disolver la coalición. Tomó bres que manda en persona, medita su atrevido
naturalmente por primer objetivo al más débil, plan de Rosbach. Recordemos la situación. El
laSajonia, cuyo elector Augusto era rey de Po ejército francés, al mando del mariscal D'Estrées,
lonia á la vez. Por setiembre de 1750 ya estaba y luego de Richelieu, no solo había batido en
aquella invadida: ocupando Leipzig, YVittem- Hasteabeck (26 julio) al del duque de Cumber-
berg, Torgau y la capital Dresde. Lin cuerpo land, sino que luego, acorralado en Stade, le
prusiano, hábilmente apostado en las fronteras obliga á capitular y disolverse, amagando Ri
de Bohemia, corta comunicaciones y socorros chelieu á Magdeburgo. Un ejército ruso habia
austríacos al campo atrincherado de Pirna. penetrado ya, por junio, en Prusia, tomando
La batalla de Lobositz I" octubre 1756), en que á Memel, Tilsitt,etc. Un cuerpo sueco, viniendo
el austríaco Browne es batido, presenta los de Slralsund, ocupaba varios lugares de la Po-
mismos resortes y elementos tácticos de la guer merania. El ejercito de ejecución imperial [Rei-
ra anterior: ación vigorosa y oportuna de la ca chsormee) que por julio se formaba en Nüren-
ballería; fuego irresistible de la infantería, al berg, reforzado en agosto con tropas austr íacas,
ternado con impetuosas cargas á la bayoneta; se junta en Erfurt con otro ejercito francés al
ataque al ala derecha de Browne; miéntras su mando de Soubisse. Ante la magnitud del peli
izquierda es doblada. Resultado: en 15 octubre gro, Federico redobla su actividad. Y bien la
capitulan los sajones, cuya mayor parte entra necesitaba: porque en octubre un destacamento
al servicio del vencedor. El invierno se apro de Daun tenia la audacia de imponer contri
vecha en reorganizar el ejercito, preparar fon bución al mismo Berlín, y escapar impune de
dos, fortificar alianzas, estimular la actividad las manos del rey, que dejando á Keith en Leip
de lodos. A principios de 1757, Rusia entra en zig, corrió presuroso á protejer su capital. En el
juego enviando un ejército á través de Polonia; acto los imperiales, al mando de Hildburghau-
Francia lleva otro de Flándcs al Rhin; el iinpe- sen, y los franceses, al de Soubisse, avanzan
ríogermánico levanta otro «de ejecución». Gum- sobre Leipzig. Vuelve precipitado Federico. Al
berland ayuda á Prusia, guiando contra la Ale avanzar hasta Schortau,ve que el enemigo, ex
mania del N. O. un abigarrado cuerpo de tro tendiéndose de Muncheln ó Banderode, ocupa
pas levantadas en Hannover, Brunswick y Hesse una fuerte posición: retrocede pues y coloca su
Cassel. Federico decide romper por Bohemia: y derecha en Bedra, su izquierda en Rosbach,
en abril desemboca en cuatro columnas, de lugar poco distante del célebre campo de bata
jando en esta invasión un acabado modelo es lla de Lutzen. El petulante Soubisse quiere
tratégico. En la batalla de Praga 6 mayo 1757), también echar su cuarto á espadas en esto del
seria, pues se cuentan 60.000 hombres porca órden oblicuo y desbordamiento de alas, que
da parte; sangrienta, pues se les atribuye á ca por entónces traía locos á los militares; y con '
da una 12.000 bajas, Federico bate á Cárlos de la ardiente fe de todo neófito, no sólo rebasa
Lorena y le encierra en la plaza, ante la cual excesivamente y dobla la izquierda prusiana,
abre la trinchera. Aquí el prudente general, el sino que amaga y corta la linea de retirada. Con
escéptico filósofo cede otra vez al engreimiento tan desatinada maniobra, quien quedaba real
tan común y tan funesto en la victoria. Sea por mente cortado era el francés, y con el rio Sa-
no adquirir noticias exactas del enemigo; ó por alc á su espalda. El «maestro», con plácida
no penetrar bien sus intenciones; ó por no re- quietud, se dejó tranquilamente envolver y
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desbordar. Envió su artillería y caballería á rusos, por sus hábitos de pelea con los turcos,
tomar posición en Reicherskwerben; y más in forman un gran cuadrilátero, Federico no pue
fatuado aún Soubisse al creer que Federico «cu de aplicar su constante maniobra; sufre enor
bría su retirada» es acuchillado por la caballe mes pérdidas; muestra su bravura personal, y
ría, triturado por la artillería dominante, y ar entre el aturdimiento de sus generales, el éxito
rojado áBuzendorf, dejando 8.000 hombres en el se debe al tino de Seydlitz en manejar por
campo de batalla. Soubisse (que por cierto as masas su gallprda caballería. Como puede pre
cendió á mariscal,) echó, como es de rigor, la sumirse, mientras el prusiano andaba en brega
culpa á los imperiales. Algo habría; pero sin con los rusos, se le entran por Sajonia él ejér
rebajar en lo más mínimo la gloria táctica de cito imperial ¡ó alemán, si se quiere) que man
Federico, bueno es hacer entrar en la cuenta daba el príncipe de Zweybruck (Deux-Ponts
del desastre la flojedad, la indisciplina, la es y el ejército austríaco, regido por el metódico y
candalosa molicie del ejército francés. Los rígi acompasado Daun, que deslucía grandes cua
dos y austeros prusianos, al repartirse el botin, lidades con la morosidad doctrinaria, arraigado
no volvían de su asombro con tantos perfumes, en su país más que en parte alguna. Federico
galas, sombrillas, jaulas de loros, revueltos con vuelve del Oder y en 11 setiembre ya está en
un sinnúmero de lacayos, cocineros y prostitu Dresde. Maniobra, se agita y se revuelve en va
tas. Al mes justo, el 5 diciembre 1757, el gran no para sacar á Daun de sus fuertes lincas de
maestro da su más brillante lección de orden Stolpen; pero el marrullero austríaco le coge
oblicuo en la célebre batalla de Lcuthen. Baste descuidado, le sorprende en su mismo campo
decir que para el teórico Jomini y para el de Hochkirchen (los franceses escriben Hohen-
práctico Napoleón l esta jornada es el golpe kirch) el 13 octubre 1758. Decir sorpresa, ya
maestro, el coronamiento de la gloria militar de se sabe que es barullo, derrota, desastre. En po
Federico. 33.000 prusianos, fatigados y decaídos co anduvo caer prisionero el mismo Federico;
vencen, á90. 000 austríacos, causándole 6. 000 ba muere su teniente Keith; cae herido Anhalt-
jas, cogiéndoles 7.000 prisioneros y 150 piezas. Dessau (Mauricio; y quedan en el campo 8.000
Los prusianos recuperan á Breslau y bloquean hombres. Mas, para dar una ;dea del flemático
á Schweidnitz, que al fin loman por asalto en Daun, basta recordar que el vencido se retiró
16 abril 1758. Con esta base, Federico recobra tranquilamente á Dobcrschulz distante media
la ofensiva, y si la invasión en Moravia fraca legua. Esta imponente retirada y el valor per
sa por la torpeza increíble de los ingenieros en sonal que desplegó el rey atenúan su falta en
el sitio de Olmütz y por el copo de un convoy, desoír las prudentes indicaciones de sus gene
tanto la invasión en si, desorientando á Daun, rales y en no guardarse mejor. A pesar de esto
como la prudente y tranquila retirada por Bo y otras desventajas, á pesar de cuidados y des
hemia son también obras maestras. En la extra- gracias domésticas, la «liquidación» final, si así
Ha y peligrosa situación de Federico, la guerra pvidiera decirse, de 1758 trae por saldo al pru
tenia carácter, si valiera la expresión, de juego siano barrer de enemigos la Silesia, la Sajonia,
de las cuatro esquinas. Continuamente en mar la Pomerania y el Brandenhurgo. El invierno
cha del Elba al Oder, del Oder al Elba, sólo su se pasa en continuas correrías con columnas
extrema actividad puede alcanzar á cubrir su sueltas y pequeñas. A mediados de 1759 se lo
territorio. Ahora los rusos, que rn enero 1758 gra, por fin, la ansiada reunión de rusos y aus
habían tomado á Koenigsberg, capital de la tríacos, á expensas como puede suponerse de
vieja y verdadera Prusia, y hecho levantar el Federico, que en vano se esforzó por impedirla
cerco que los prusianos ponían á Stralsund, yescompletamentebatido en Kunnersdorf (12 se
guarnecida por suecos, llegan hasta Custrin, tiembre). Contra el órden oblicuo, contra la
ante la cual abren trinchera, y permiten que bravura desesperado del rey y de Seydlitz. que
los suecos derramándose por la Pomerania, fué herido, los austro-rusos tenían una ventaja
lleguen casi á las puertas de Berlín. Federico, apreciabilísima en la guerra: eran 96.000 con
dejando en Silesia un pequeño cuerpo al man tra 48.000. De estos quedaron en el campo
do de Kcith, vuela al socorro de Custrin, im 20.000 con 165 piezas. Sólo quedó al vencido
portante fortaleza sobre el Oder. La batalla de el triste consuelo de dejar inmóvil y quebran
Zorndorf (25 agosto 1758), disputada y sangrien tado al vencedor. Otras derrotas de sus gene
ta como todas las que riñen los rusos, los arroja rales Fink y Dierecke, singularmente la del pri
á Polonia, y hace que los suecos se recojan de mero que capituló en Maxcn con 12.000 hom
nuevo á Stralsund. En esta batalla, en que los bres, terminan este año siniestro para Prusia.
GUER - 6ii - GUER
Crecen los apuros en el siguiente. La mitad de Daun, cae en poder del monarca prusiano. La
1760 la pasan «observándose" Federico y Daun. victoria deFreiberg. ganada por el príncipe En
El 23 de junio, el general prusiano Fouquet es rique, hermano del rey, ciérrala famosa guer
literalmente deshecho en Landshut por el aus ra de Siete Años. Prusia queda con el mismo
tríaco Loudon. De 12.000 hombres escapan territorio que al principiarla; su rey no ganó to
1 .300: Glatz es tomada por asalto y Breslau si das las batallas; y sin embargo tal esel ascendien
tiada. Alguna imprevisión se achaca al «maes te y la fuerza moral que siempre deja una re
tro», que dejó en el aire este pequeño cuerpo. sistencia enérgica y varonil, que Prusia, como
Su reputación crece tanto en Liegnilz, donde estado europeo, «nació» realmente de esta guer
logra desenredarse de tres cuerpos austríacos y ra memorable. Firmada en 15 febrero 1763 la
uno ruso que le tenían envuelto, como en el so paz de Hubcrtsburg, el gran Federico prome
corro de Berlín seriamente amenazada; pero, tió no hacer más guerras, pareciéndole más,
de vuelta a Sajonia, su sangrienta victoria de cuerdo gozar de su fama y abrir, como dice un
Torga u (3 noviembre 1760) sobre Daun es, por prusiano, cátedra de táctica V. e. v.) en su pa
voto unánime de los crilicos, la menos hábil y lacio de Polsdam.—
fecunda de su carrera. En ella jugó el azar más
de lo debido, y el mérito táctico se atribuye, En España, el pacífico reinado de Fernando
ántes que al rev , á su general Zielhen. Daun. VI '4746-4759) constituye un feliz paréntesis
herido, recoge sus austríacos en Dresde; Lou en la desastrosa política inicinda por Felipe V y
don, con los suyos, levantando el bloqueo de coronada por Cárlos III con su inconcebible
Kosel, se retira á Olalz y Troppau. Los rusos, Pacto de Familia (1761). Sólo en un carácter
como de costumbre, se recogen á Polonia y los rencoroso y testarudo, ordinario compañero de
suecos á Stralsund. Federico se acantona en la escasez de talento y do la estrechez de mi
Leipzig con su ejército mermado, extenuado, ras, pudo arraigarse la idea peregrina de «enca
falto de oficiales, de salud, de vigor, de recur denar» los deslinos de España á los de Francia,
sos ysobre todo de «confianza». Asi, en la cam —de Francia, tal como la dejó la guerra de Siete
paña de 1761 forzosamente hay que estará la Años. Pero ello fue: y como en aquella organiza
defensiva en el campo atrincherado de Bun- ción social los pocos hombres de estado que ro
zelwitz, bien escogido para impedir el sitio de deaban las gradasdel trono, no tenían, al parecer,
Schwcidnitz, cubrir á Breslau y comunicar con otro oficio que acumular sus propios errores á los
sus almacenes. Las discordias entre el austríaco errores y pasiones del monarca, una furiosa de
Laudon y el ruso Butturlín que se marcha de claración de guerra á la gran Bretaña vino á
jándole 20.000 hombres, da un respiro á los pru turbaren lo junio 1762 el silencio «claustral»
sianos encerrados, enfermos, quejosos y des en que España dormitaba ó se aburria. Indeco
moralizados. La consternación aumenta, cuan roso en efecto hubiera sido en la augusta Ma-
do, por alejarse un par de marchas, Laudon gestad del poderoso rey de España, no vengar el
toma á Schweidnitz «en tres horas» con atrevida desacato que en 1742 tuvo que sufrir el pobre
escalada. Federico, desesperado, busca batalla reyezuelo de Ñápeles. Para tan fecunda empre
á todo trance: el autriaco la esquiva y se admí sa justo era sacrificar al contado la marina y el
tela. La toma de Kolberg por los rusos pone el comercio renacientes, y en plazos no muy lar
colmo á la desdicha. gos todo el pasado y el porvenir de las Améri
Sin embargo, un rayo de esperanza arroja ca». Entre los funestos legados de la guerra de
la muerte de Isabel emperatriz de Rusia, en 2o Sucesión, no era el menor la instalación ó con
diciembre 1761, y el advenimiento de Pedro MI. solidación de una colonia inglesa con el nombre
apasionado admirador del rey de Prusia , á de Portugal, en la faja occidental de la Penín
quien no sólo envía paces, sino auxilios (mayo sula, ocupando la embocadura de tres rios prin
1752). Con esto ya toma la ofensiva, intentando cipales y el nudo montañoso que, desde los
la recuperación de Schweidnitz, y arrojando á tiempos de Viriato.esta reconocido como formi
Daun, que pretende salvarla, á las montañas dable y estratégica cindadela. Cárlos III, como
do Bohemia. Nueva peripecia, con el asesinato ! más tarde Napoleón I, cayó en la tentación de
de Pedro III y la subida al trono de su esposa I invitar á Portugal á que «cerrase sus puertos á
Catalina II, que retira los auvilios y por toda los ingleses». La invitación fué acompañada de
concesión queda neutral. Por fin, Schweidnitz un ejército, que guió con doctrinaria lentitud
tras largo sitio (8 agosto-9 octubre 1762), y en Casa-Sarriá por mayo 1672, y más tarde, con
presencia de un ejército de socorro, que rige igual éxito, el impetuoso y volteriano conde de
81
GUER - oís - GUER
Aramia. Como en la España de aquel tiempo era de sin igual vigor y aptitud para la guerra, lle
articulo de fé que el mundo no existió hasta el varon, durante quince años, el espanto y la de
nacimiento de Felipe V,ó lodo lo más del de su solación desde Cádiz hasta Moskow. Mirada la
abuelo, á nadie se le ocurrió inquirir ni recor guerra como un arte, y dedicado este libro á
dar cómo y por dónde entró en 1580 el viejo explanar su tecnología, no hemos de entrar con
duque de Alba, ó inversamente, por cuáles ra los «juristas» en profundidades de derecho in- •
zones no pudo entrar en veinte y seis años de ternacional, ni con los «filosófos» en estériles y
guerra, si tal nombre merece, Felipe IV. Eso uuminatarias declamaciones. Nadie puede ne
hubiera sido muy «austríaco»: y por entónces gar á Francia el derecho de su propia defensa
lo que importaba y aprovechaba era ser muy en 1792: y si, arrogante con sus victorias, deja
'francés»: ántes, ahora y siempre lo patriótico, que en 1800 siga su ambicioso dictador turban
lo selecto, lo distinguido en España ha sido «no do sin cesar la paz de otros pueblos, el escar
ser español». Puso termino á la guerra la ver miento de 1811 viene á dar saludable enseñan
gonzosa paz de 10 febrero 17(13 en que los in za y desenlace «moral» á la tragedia. Asistamos
gleses nos «devolvieron!' la Habana y Manila; á ella como meros artistas.
pero reteniendo Cibraltar y Menorca. Fuese por El prólogo, como es sabido, comienza en ju
esta paz, ó por las bodas del principe de Astu lio de 1792 con el célebre maniliesto del duque
rias (luego Cárlns IV) con Maria Luisa de Par- de Brunswick, comandante en jefe del ejército
rna, hija de aquel célebre infante Don Felipe, prusiano, que, irritando la fiebre revoluciona
hubo el 3 abril 1763 una promoción exorbitan ría, produce en París la jornada del 10 agosto,
te, sin par, ni aproximación siquiera, en estos la suspensión de Luis XVI y, en fin, la Conven
tiempos nuestros tan revueltos y condenados. ción y la República. Los hechos más salientes
Se hicieron: 1 capitán general (el conde de de esta primera campaña son la batalla ó caño
Aranda); 40 tenientes generales; i" mariscales neo de Valmy 10 setiembre 1792 , en que Du-
de campo; tíl brigadieres; í i coroneles!!! Se ve, mouriez, maniobrando en la Argona con la ha
pues, que este siglo XVIII no tiene desperdi bilidad del Fabio antiguo, vence á los prusiano»
cio: si las guerras en él fueron pocas y malas, infatuados con los recuerdos de Federico; y la
la organización militar no podia ser más detes batalla de Jemmapes (> noviembre 1792,, en
table. Dejémosla dar sus frutos lógicos, ine que á su vez los austríacos pagan caro ese ape
vitables en 1775 ante Argel; en 4782 ánte Gi- go, invencible en los ejércitos de Europa, no só
braltar; en 1793-95 por los Pirineos; en 1801 lo á rituales y ceremonias, sino á preceptos de
olra vez en Portugal, y entremos de lleno en estrategia, á fórmulas de táctica, á la inmovili
el periodo que puede llamarse «actual» del arte dad de la doctrina, que, cabalmente para ser
de la guerra. fecunda, tiene que variar al compasde los hom
bres, de los tiempos, de las circunstancias. En
los ejércitos invasores estaban vivas las «tradi
ciones» acompasadas de la guerra de Siete Años:
Salen fuera de este reducidísimo cuadro his en los ejércitos ó, mejor dicho, en la muche
tórico las ideas y los hechos, los antecedentes y dumbre republicana no podia haber más que
las causas que,- tanto en el orden militar, como eso que, á falta de otro nombre, se llama «sen
en el civil y social, determinaron el suceso que tido común». Empujará ciegas, echarse encima
llena la última década del pasado siglo y que, romper, dislocar, trastornar, aturdir. Asi, tanto
por antonomasia, se llama la Revolución Fran en Valmy como en Jemmapes, la batalla es de
cesa. Minados de largo tiempo, derribados lue frente, paralela, simultánea, sin el menor arti
go de un golpe el trono y el altar, únicos pila ficio, maniobra, ni combinación. Y el resultado
res por entonces de la máquina, Francia, aho no es malo. A fines de 1 792, no sólo evacúa el
gándose en su propia sangre, formó el varonil extranjero el territorio francés, sino que las bi-
propósito de resistir á la coalición de Europa, soñas tropas republicanas ocupan por Bélgica
que la amenazaba por todas sus fronteras. Ho hasta Tréveris: por el Hhin, Spira, Worms, Ma
tos los resortes de su vieja y siempre rutinaria guncia y Francfort. Los nombres de Dumouriez
administración, disuelto el ejército, agotadas y Kcllermann suenan en Francia: entre los alia
todas sus tuentcs de riqueza, surgieron del pa dos solo puede citarse el de Clerfayt, excelente
triotismo, estimulado por el Terror, nuevos é general austríaco, siempre inferior en fuerzas,
imprevistos medios de defensa, que pronto sir recursos y oportunidades. El levantamiento en
vieron para el ataque; y puestos al fin en manos j masa de 1793 da á la guerra cierto carácter de
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«cruzada». La ejecución del desdichado Luis char contra Coburgo, obstinado en hacerse due
XVI (21 enero 1793) enfurece á la coalición, en ño metódicamente de Maubeuge como si estu
la que entran Holanda, Cerdeña, Inglaterra y, viera en plena guerra de Sucesión. Sabido es
con mal consejo, España. Los franceses sufren que la «doctrina» en todo el siglo XVIII estatu
los males inherentes á toda multitud allegadiza: yó no dar un paso al frente sin tener ganadas
indisciplina, desorden, atolondramiento, páni cuantas plazas quedasen á la espalda, cortasen
co. El mando se resiente de un grave defecto: ó no realmente la línea de operaciones. Bien les
la improvisación. El todo, por lo tanto, se re vino á los franceses esta ciega obediencia al ri
vuelve confuso y desatinado. Sin embargo, en tual. En la batalla de Watignies, á la que asistió
aquellas falanges tortuosas é incorrectas hierve Carnot con el fusil de voluntario, aunque inde
el patriotismo, cunde el valor, se siente esforza cisa, revuelta y dramática, se vió en fin, por
da y viril la «voluntad». De ellas y de un salto vez primera, obrar con sujeción á un plan, ba
brotan Pichegru, Jourdan, Moreau, Hoche, De- tirse con arreglo á las verdaderas fórmulas de la
saix , Massena , Saint-Cyr, Kleber , Davout, táctica. Al principio el hábil Clerfayt escarmien
Soult, Ney, Lannes.... En ellas, simple capitán ta á Jourdan que quiere arrogante desbordar las
de artillería, principia á fulgurar con brillo ex alas, rompiéndole el centro; al fin aquel, más
traño el nombre inmortal de Buonaparte. Otro prudente decide la jornada tomando el punto-
capitán de ingenieros, tan modesto como hon llave de Watignies, designado por Carnot. La
rado. Carnot, con el compás en el gabinete, y falta de cohesión y de aptitud maniobrera im
con el fusil en el campo de batalla, imprime a pide aprovechar la victoria con una viva perse
tan furioso desconcierto un principio de orden, cución. Por el Rhin no llevaban las cosas mejor
cohesión y armonía. El entusiasmo cede un po talante. Caida Maguncia, como era consiguiente,
co á la reflexión: el arte se sobrepone al instin en poder de austro-prusianos, y acordonada
to, y la guerra «formal» empieza. Por cierto con Lamían, vienen Waldeck y Wurmser sobre las
un desastre. En la jornada de Nerwindcn (19 famosas líneas de Wissenburgo, que tantas ve
marzo 1793; Dumouriez, por falsas y descosidas ces han figurado ya en las guerras anteriores.
maniobras, pierde, no solamente la batalla, sino La Convención se enfurece: da á Pichegru el
la Bélgica y, lo peor de todo, su honor, deser mando del ejército del Rhin, á Hoche el del Mo
tando al enemigo. Los aliados, como si asistieran sela y á entrambos feon la guillotina por delan
á un vasto incendio, adoptan la viciosa dispo te) les encarga que enderecen aquellos entuer
sición en cordón: 35.000 anglo-bátavos con tos. A vuelta de complicadas maniobras, de en
Orange y York, entre el Escalda y el mar, ame carnizados combates en Kayserlautern, de rudas
nazando á Lila; 70.000, en el centro, que ha fatigas y embrollados episodios, Tichegru, jun
bían de sitiará Contlé, Valenciennes, Maubcu- to al fin con Hoche, logra arrojar á Wurmser
ge, Le Quesnoy y caer por Guisa sobre París; detrás del Lauter y á los pocos dias descercar á
20.000, con Bjaulieu, en el ala izquierda, para Landau, objetivo de las operaciones. Al inmi
cubrir el territorio entre Mosa y Mosela. A pe nente peligro exterior que en 1793 corre la na
sar de lo extenso del cordón, los franceses des ciente república, hay que añadir la complica
moralizados permanecen á la defensiva; retro ción interior de los tumultos, y motines como
ceden al campo de César, entre Bouchain y Cam- en Marsella y Lyon y la potente insurrección
bray; y la pérdida de Valenciennes se venga de la Yendée. Las faltas militares de los aliados,
haciendo caer en la guillotina la cabeza del in el patriotismo y la guillotina concurren á la sal
fortunado general Custine. Por agosto andaban vación de Francia. Esta, en 1794, presenta en
todavía los ingleses viendo el modo do lomar á linea 300.000 hombres repartidos en catorce
su inevitable Dunkerque. Achaque es este de ejércitos. El desacuerdo entre Austria y Prusia;
toda coalición, de no aunar los intereses, ni el empeño de «girar» sobre una bicoca como
combinar las miras. El nuevo general en jefe Landrecies, en vez de «penetrar» directamente
Houchard, sargento de caballería dos años án- hasta París, dan oportuno respiro á los franceses
tes, no acierta á revolverse en aquel caos, au que pueden holgada é impunemente ejecutar los
mentado con la nueva organización divisionaria. movimientos de tanteo con que inician la cam
Sus combates dislocados, sus avances aturdi paña. Queria Pichegru, comandante del ejército
dos, sólo conducen á otro nuevo pinico y reco del Norte, arremeter con su centro al grueso del
gerse á Lila: á él le llevan á la guillotina, y en príncipe Coburgo, ocupado en el sitio de Lan
el espinoso mando le sucede Jourdan. Por fin, drecies, mientras que sus dos alas, una por el
allá en octubre, se logra entrar en caja y mar Sambra y otra por el Lys con rápida diversión
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viniesen hasta la espalda de los aliados. Fracasó los hielos, completa la conquista, dando el raro
el primer ataque, cayendo Landrecies el 30 abril ejemplo de «tomar barcos con escuadrones de
en manos de Coburgo; pero este, metódico y húsares». Holanda se trasforma en República
doctrinario de suyo, aquí tocó en paralitico. La Bátava.
izquierda francesa (Moreau se entró de rondón La paz de Basilea en o abril 1795, á la cual
en Flándcs, y á mediados de mayo los france accede España en 22 julio, deja á Prusia neu
ses ocupaban a Lila, Menin y Gourtrai, batien tral y mermada la coalición. Austria sigue im
do á Clerfayt: el ala derecha (Desjardiris) iba pávida, confiando sus armas á Clerfayt y á
resuelta Sobre el Sambra y bate á Kaunitz. Pa Wurrnser. Las operaciones francesas giran sobre
va generales como los aliados, moldeados casi un solo punto: la reconquista de Maguncia, que
todos en la turquesa táctica del siglo XVIII, esas Carnot, con hábil plan, encarga á Jourdan y
calaveradas y desatinos» de los franceses eran Pichegru. La traición de este último, y sobre to
como puede suponerse, de muy mal gusto. El do la movilidad y la destreza táctica de Clerfayt
celebre Mack, que luego dará muestras de su hacen inútiles los cálculos de Carnot y los es
persona y que era por entonces jefe de E. M. de fuerzos del vencedor de Fleurus y del Roer. Es-
• loburgo, propuso simplemente castigar el ala la corta y vigorosa campaña del feld-niariscol
i/.quierda «echándola al mar»; pero se decidió austríaco es la mejor censura del sistema de Co
ron más amplitud un ataque general contra las burgo, y la respetable sanción de los buenos
posiciones de Gourtrai, Turcoing y Lila (47—22 principios, que con tanta gloria va á restaurar
mayo). De aquellas revueltas jornadas, lo que muy pronto el joven Bonaparte. Estas desgra
«e viene á sacar en limpio es que tan confu cias en el Rhin y otras en los Alpes; la caída de
sos y «desorientados n andaban los austríacos los jacobinos; la nueva forma con el directorio,
romo los franceses. Carriol da en este momento traen en 21 diciembre 1795 un armisticio.—No
un golpe brillante de habilidad estratégica. Deja por olvido, sino por evitar al lector tedio y can
en (juisa unos 30.000 hombres, á manera de sancio, se omite la parte que en este difícil tiem
biombo, delante de Coburgo petrificado; refuer po tomó España en la guerra contra la repúbli
za con el resto las dos alas; ve sagaz que el golpe ca francesa. Al fin del siglo se repiten las mis
decisivo es sobre el Sambra por Charleroi, y lo mas faltas que al principio: indecisión y debili
encomienda á un robusto ejército, que en el acto dad en el gobierno, abandono y flojedad en el
organiza con el nombre de Sambra y Mosa y cu ejército. En la guerra, como uno de los acto*
yo mando conlia á Jourdan. Tres derrotas lleva más serios de la vida, es donde más cuadra la
ban ya los franceses á orillas de aquel rio; otras pregunta primera y racional que á todos debe
dos ó tres sufre nuevamente Jourdan; por fin, preceder: ¿Con qué objeto voy á emprenderla?
el 24 junio, Charleroi se toma, el Sambra se pa ¿Con cuáles medios cuenlo"? ¿A qué fin probable
sa, y al dia siguiente la batalla de Fleurus la me puede conducir? Es dudoso que nadie, in
tercera en aquellos campos) abre á los france cluso Cárlos IV ó, mejor dicho, Godoy, pueda
ses las puertas de Bruselas y de los Países-Bajos. responder satisfactoriamente. Desdichas, que no
En esta batalla se repiten, por unos y otros, los producen enseñanza sino rubor, mejor son para
anteriores desaciertos lácticos. Jourdan presen calladas. Por fortuna ya no está distante el año
ta un inmenso semicírculo; Coburgo, en vez de j I80(i, en q»e España gloriosa despertará de su
romperlo en masa por un punto, se «derrama» largo sueño.
en nueve columnas. Al principio, sin embargo, El año 1796 es clásico en la historia del arte
iban de vencida los franceses; pero al recibir de la guerra. Con el entran en escena dos gran
Coburgo la noticia de la rendición de Charleroi, des capitanes; en el se revela ya mayor número
le pareció prudente recogerse por Mons á Bru de excelentes generales; en el también los eter
selas, sin que nadie le acosara. A su vez caen nos e inmutables principios del arte, que anda
los franceses en la manía de asegurar la ocupa ban indecisos y flotantes, se fijan, se consolidan
ción de Fléndes poseyendo todas sus plazas. hasta poder formar, como forman hoy, un lu
Clerfayt, á fines de agosto, toma el mando en minoso cuerpo de doctrina. La guerra en este
jefe del ejército austríaco: á pesar de su destre año tiene dos grandes, antiguos y conocidos ten-
za, el poderoso ejército de Sambra y Mosa (que tros: el Rhin y la Italia. Sigámosla en el primo-
bien contaría 80.000 hombres) le arroja de sus 1 ro. Moreau, al frente del ejército del Rhin v
posiciones de Lieja detrás del Roer y le abruma Mosela, y Jourdan, del de Sambra y Mosa, m>
con su fuerza en el combate. Jourdan invade la extienden sobre el Rhin desde Strasburgo hasta
Holanda, y Pichegru, más tarde, aprovechando Dusseldorf. Ambos ejércitos, con nueva y me
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jor organización, están divididos en tres cuerpos mas, faltando á las reglas, Moreau recibió la ór-
y cada uno de estos en dos ó tres divisiones, den de pasar también el Danubio, para dar la
para impedir la excesiva dislocación y fraccio mano al ejército de Italia, como lo pasó en efec
namiento de los años anteriores. Los franceses to por Dillingen y Hóchslett. El sagaz archidu
tienen en frente, al denunciarse el armisticio en que no desperdicia la coyuntura de proseguir el
21 mayo, al mariscal austríaco Wurmser, por la movimiento interrumpido en Neresheim. Deja
orilla derecha desde Huninga hasta Manheim, á Latour en el Lech para entretener á Moreau, y
y al archiduque Cárlos, jóven de veinticinco corre por Ingolstadt á sostener á Wartensleben.
años, que sitúa el grueso de su ejército entre los Juntos ya, baten á Jourdan en Amberg, el 24
rios Spira y Nae, y con su ala derecha vigila los agosto; pasan el Mein en Kitzingen; toman por
pasos de Coblentza y Diisseldorf. A fines de ma asalto á Wurzburgo, y, al acudir Jourdan al so
yo, Wurmser, con 30.000 hombres, pasa á Ita corro, le vuelven á batir, echándole sobre el
lia, dejando el mando del resto á Latour. En 1.* Lahn. A mediados de setiembre, el ejército de
junio Jourdan toma la ofensiva y pasa el Rhin Sambra y Mosa, repasando el Rhin por Dussel
por Diisseldorf: el archiduque Cárlos evacúa la dorf, queda fuera de la estacada. Jourdan re
orilla izquierda; deja al francés que acentúe su signó el mando en Beurnonville. Miéntras tanto
movimiento; que tome las posiciones de Alten- Moreau, que habia pasado el Danubio y el Lech
kirchen; que llegue hasta el rio Lahn; que cer batiendo á Latour con fuerzas triplicadas y ar
que á Ehrenbreistein, y volviendo sobre él rá rojándole al Isar, al saber las desdichas de
pidamente le bateel 15 junio en Wetzlar, echán Jourdan y al verse solo en el interior de Bavie-
dole por Neuwied al otro lado del Rhin. Ehren ra, recoge sus columnas, iniciando la retirada
breistein queda libre por de contado. Cuatro por Lima tras del Iller. El archiduqne amaga
dias después, el ala izquierda de Jourdan, que sus comunicaciones; y Latour, que no quedó
mandaba Kleber, es derrotada en Kircheip por muy quebrantado, le acosa en Biberach, donde
Kray y obligada á guarecerse en el campo atrin vuelve á ser arrollado por el número. Moreau,
cherado de Dusseldorf. A su vez Moreau, el 24 sin embargo, prosigue su trabajosa retirada por
junio, pasa el Hhin porKehl; batea los austría la Selva Negra; es batido una vez en Enmendin-
cos de Latour en Hench o Renchen; baja empu gen por todas las fuerzas del archiduque; otra
jándolos, hasta Rastadt, y al venir al socorro el vez en Schliengen, hasta que al fin, el 25 y 26
archiduque, también le bateel 9 julio, en bata octubre, repasa el Rhin por Huninga. Tanto es
lla, que unos dicen de Malsch y otros de Ettlin- ta plaza, como Kehl frente á Strasburgo, son al
gen, arrojándole por Pforzhetm á Stuttgardt. punto cercadas con sobrada osadía por el archi
Jourdan, que habia recobrado la ofensiva sobre duque, que las tomó en los primeros meses de
el Neckar, bate á su vez á los austríacos de War- 1797. Los autores franceses encomian esta reti
tensleben en Friedberg: de modo que estos, muy rada de Moreau; pero más en lo justo se ponen
mermados, tanto por gruesas guarniciones en los alemanes al rebajar imparcialmente el nivel,
Maguncia, Ehrenbreitstein, Kónigstein, Man puesto que, fuera de las dificultades materiales
heim, como por las continuas sacas para el ejér y topográficas, no tuvo las que tácticamente
cito de Italia, tienen que mantenerse en abso comprometen las retiradas, es decir, la presen-
luta defensiva. Pero esta situación es para hom cía por los flancos ó la espalda de una poderosa
bres de guerra del temple y del talento del fuerza capaz de «cerrar» efectivamente el paso.
archiduque Cárlos, la que más los avalora y El laurel de esta notable campaña, tanto por la
abrillanta. El 11 agosto combate con Moreau en dirección como por la ejecución, pertenece in-
Neresheim: y fuerza es reconocer que en esta indisputable al jóven Archiduque yá su vigoro
indecisa jornada IhS disposiciones tácticas no so teniente Latour. La movilidad, la iniciativa,
correspondieron á la justa nombradía de en el arte difícil de moverse con sus fuerzas reco
trambos contendientes. El general francés Saint- gidas contra el enemigo envalentonado y supe
Cyr, que ya empezaba á distinguirse, logró res- rior, abren al arte su era moderna ó contempo
tablacer el combate, que al fin degeneró en ca ránea, en la que vamos é entrar con ejemplo
ñoneo, y los franceses se atribuyen la victoria aún más perfecto, brillante y decisivo.—
«moral», puesto que el austríaco retrocedió y
pasó el Danubio sin poder juntaise al cuerpo de El 27 marzo 1796 el jóven Bonaparte toma
Wartensleben. Propicio momento parecía este, en Niza el mando en jefe del ejército francés
según la teoría, para que juntándose Moreau y de Italia, acorralado en los peñascos de la Li
Jourdan aplastasen al cuerpo austríaco del Mein; guria y reducido á unos 35.000 hombres des
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mandados, hambrientos y desnudos. El fogoso I abierta la campaña. Y no se duerme, como
lenguaje del nuevo caudillo los conmueve; su I vulgarmente se dice, en las delicias de Cápua.
activa solicitud los cautiva; ese efluvio del pen sino que busca implacable al fugitivo: fuerza el
samiento ardiente, revelado con voluntad pode paso del Mincio, batiéndole en Borghetto y en
rosa, los domina en fin y los arrastra. El ejérci Peschiera, y arrojándole por el Adíge al Ti-
to se partía en cuatro divisiones: La Harpe, rol. Aquí ya el pequeño ejercito francés no pue
Massena, Augerenu y Serrurier. Kellermam con de extender más, sin imprudencia, su larga \
15.000 hombres ocupaba en los Alpes desde el aventurada linea de operaciones. Necesita para
pequeño San Bernardo hasta el Col de Argentié- ellas nueva base, y pone cerco á Mántua:
res. En frente de este último estaba el duque de mientras varios destacamentos observan el Ti-
Aosta con ¿0.000 sardos, constituyendo el ala rol y hacen por el lado opuesto correrías hasta
derecha del ejército aliado. Colli, con 20.000 las Legaciones y Liorna. La corte de Viena da
austro-sardos, formaba el centro por Ceva y el mando en jefe á Wurmser, que con poderosos
Mondovi: el general en jefe, Beaulieu, con su refuerzos viene á descercar á Mantua, desem
cuartel en Alejandría, regía el ala izquierda, bocando por el Tirol y bajando en dos colum
30.000 austríacos, por las fuentes del Bórmida nas por las orillas del lago de (Jarda: una en
y el desfiladero de la Bocchetta. Parece que el dirección de Brescia, otra de Verona. Esta ata
plan ofensivo de Beaulieu era penetrar en la Ri- ca, el 29 julio, á Massena en Rivoli. Bonaparte,
viera de üénova con su ala izquierda; tomar á que no estaba agarrotado por consejos áulicos
Voltri, cortando de allí á los franceses: envol en París, ni por la menor «tradición» ó escrú
ver su ala derecha; empujarla sobre el centro y pulo doctrinario levanta de repente el sitio de
arrollarlo todo. Por eso, en l.° abril,los aus Mántua: va sobre Lonato y Castiglione (3 y 5
tríacos ocupan fuertemente á Novi, Gavi y agosto:; bate á Wurmser; le echa al otro lado
la Bocchetta. Colli viene por el Apellino á caer , del Adige por Trenlo, y vuelve ante los muros
en la Riviera, mientras la división Argenteau j de Mántua, que sigue bloqueando. Reforzado y
va por Susello, Paretto y Dego. El plan de Bo- restaurado el ejército austríaco en el Tirol, se
naparte es sorprendente por lo sencillo: atrave dispone á nueva tentativa de socorro, y su in
sar el Apeníno, saliendo de Savona y Final, pa corregible jefe vuelve á dirigirlo en dos colum
ra meterse entre los cuerpos de Argenteau y Co nas «sepa radas» por las gargantas del Brenta.
lli y batirlos separadamente. El 1 1 abril Beau Bonaparte, como siempre, anda más listo. Las
lieu entra en la Riviera y ocupa á Voltri. I divisiones de Massena y Vaubois, remontando
Argenteau ataca con escasa fuerza á Montenotte. ¡ el Adige, toman á Roveredo y el 5 setiembre
El 12 Argenteau es envuelto y batido; el .13 es ocupan á Trento. Bonaparte, por si, toma el
batido también, en Milésimo, Beaulieu; el 14, I campo atrincherado de Bassano: y el marisca1
en Dego, vuelve á ser derrotado Argenteau. El austríaco, corlado y aturdido, no tiene más re-
austríaco, aturdido, con su ala derecha destro medioqur huir por Montebellu y Legnago, para
zada, recoge su cuartel general de Voltri y la i atravesar la linea francesa de bloqueo y refu
Bocchetta a Acqui. Bonapartc le deja para ir giarse dentro de los muros de Mántua. A pesar
contra los sardos de Colli, á los que arroja de de las activas y hábiles maniobras del francés
Ceva y Fossano y bale en Mondovi, el 22 abril. para impedirlo, frustradas, según dicen, por
Espantado el rey de Cerdeña, firma el armisti faltas de subalternos, Wurmser logra descansar
cio de Cherasco, cede lo conquistado y deja libre el 13 setiembre en el glasis de la plaza: olí i le
el paso del Pó por Valenza. Van diez y ocho días acosa su ardiente perseguidor el lo y le encier-
de operaciones. Beaulieu, abandonado por los j ra dentro del recinto. En estos quince dias los
piamonteses y algo desmoralizada su tropa, si austríacos pierden 1 1.000 hombres. 29.000 hay
gue retrocediendo á toda prisa: el 2 mayo está dentro de Mántua, inválidos y enfermos la mi-
en Valenza, el 8 en Pavía. El propósito de Bo- , tad. Los franceses, ya que ahora no pueden
na parte es manquearle; para lo cual pasa rápi abrir trinchera, siguen tenaces el bloqueo. Te
damente el Pó en Plasencia y el 10 mayo toma naz también el gobierno austríaco, da 50.000
el puente de Lodi sobre el Adda, deshaciendo la hombres á un nuevo general, Alvínzy, para que
retaguardia austríaca y electrizando á su propio liberte á Mantua. Bonaparte, viendo que se re-
ejercito con el oportuno ejemplo de su bravura ! pite por el enemigo la misma falta, repite á su
personal. Beaulieu, no encontrando seguridad vez el mismo método. Dejando, con Kilmuine.
tras del Oglio, se refugia tras del Mincio: Bona- un pequeño cuerpo de 9.000 hombres ante
parte entra triunfador en Milán , al mes de Mántua, va, con unos 23.000, sobre Bassano
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contra Alviniy, para impedir, como ántes, su se repite el ejemplo de una masa «central» ba
unión con el cuerpo de Davidowicb. Esta vez el tiendo «al por menor» y sucesivamente colum
lance es más arriesgado. Alvinzy, en 22 octubre nas sueltas, desligadas, sin concierto y deteni
sale de Górz; pasa el Tagliamento y el Piave; y, das por obstáculos imprevistos. El primer dia
en 6 noviembre, bate íi Bonaparte en Bassano y se declara el pánico en los austríacos; el segun
Fontaniva, acosándolo junto con el pequeño do aumenta, como es consiguiente; Wurmser
cuerpo del Frioul que manda Quosdanovich, hace en vano una salida. Resultado: la división
por Montebello y Caldicro hécia Verona. Por los Massena avanza hácia los Alpes por Bassano, la
mismos dias, del 2 al 8 noviembre, el cuerpo de Joubert por Trcnto, y Mántua capitula. Ante
austríaco del Tirol, que guia Davidowich, ar la inminencia de una invasión, Austria enco
rolla á la división Vaubois en Cembra, Tiento mienda el mando en Italia al joven Archiduque
y Caliano, empujándola hasta Roveredoy Rívo- que se acaba de ilustrar en el Rhin. 34.000
li. Bonaparte, vencido nuevamente en Caldiero hombres y 150 piezas refuerzan el ejército des
12 noviembre . queda envuelto, con sus 30.000 moralizado: nuevas tropas de refresco vienen
hombres, por 50.000 de Wurmser, Alvinzy y también á engrosar al francés victorioso. Mién-
Davidowich. Para un general del «antiguo régi tras Bonaparte cruza los Alpes, Hoche y Morcau
men», la maniobra o reglamentaria» era reco sobre el Rhin pueden ponerse en contacto por el
gerse tras del Minejo: Bonaparte, que en esta Tirol y Salzburgo. A principios de marzo, el ar
primera campaña muestra, como luego en la chiduque Cárlos toma el mando en ('dina: su
ultima, un vigor inquebrantable, opta al con vanguardia está sobre el Piave. Bonaparte aco
trario, por pasar el Adige, flanqueando las po mete, pasando este rio: su competidor, inferior
siciones de Caldiero, para caer sobre la espalda en fuerza, no puede sostenerse en el Taglia
y las comunicaciones de Alvinzy. Los tres dias mento, ni en el Isonzo: retrocede, pues, por
15, 16, y 17 noviembre qut comprende la ba Laibach . Klagenfurt y Judcnburgo á I.eoben.
talla de Areola, coronada con el paso del famo para cubrir á Vicna y esperar por Alemania al
so puente sobre el Alpone, prueban todo el par guna eventualidad favorable. El general francés,
tido que puede sacarse de las tropas, cuando el aunque jóven también y fogoso, rivaliza en pru
jefe logra inspirarles con su ejemplo «confianzas dencia con el austríaco: ve que no conviene ex
y valor. El 18 Alvinzy, despechado, se retira á tenderse más, y en 7 abril 1797 firma el armis
Montebello. Davidowich, que arrollando á Vau ticio que trae los preliminares de Leoben y en
bois por Bussolengo, avanza hácia Mántua. vuel 17 octubre la gloriosa paz de Campo-Formio,
ve á subir por el Adige hasta su posición de por la que el Milanés, con Mántua, forman la
Bivoli: batido el 21, retrocede á Roveredo, y República Cisalpina, que años adelante se con
Alvinzy, en fin, se recoge al Brenta. Bonaparte vertirá en Reino de Italia, feudatario del impe
se acantona sin perder de vista á Mántua: y el rio francés. Austria se indemniza de esta pérdi
cansancio, el frió producen una suspensión tá da y de la de los Países-Bajos con Venecia,
cita de hostilidades. Istria y Dalmacia.—
Al renovarse, en enero de 1797, con nuevos La campaña de Egipto (4798— 1799) es un
bríos y refuerzos por ambas parles, Alvinzy, no episodio romancesco, muy del gusto de los fran
sólo persiste en descercar á Mántua, donde ceses; pero que en nada se enlaza á la historia
Wurmser apenas cuenta ya 9.000 hombres vá «general» del arte de la guerra. Perder tiempo,
lidos, sino que insiste en su desastroso sistema barcos, hombres, dinero y paciencia por barajar
de ataque en cuerpos separados, por petits pa- los Faraones y las Pirámides, Sesostris y Ale
f/uets, según la gráfica expresión de Bonaparte. jandro, Godofredo y San Luis, Mahoma y Moi
Ahora son nada menos que cuatro destacamen sés, no es empresa que valga la pena de ser
tos, y el grueso del ejercito partido en seis co contada, sino á titulo de fantástica leyenda. Los
lumnas, para dos ataques: uno, principal, por franceses suelen pagar bien caras sus extrava
el Tirol, y otro, accesorio, por el Frioul. Bona gantes aficiones: y el «práctico» vencedor de
parte, que ha recibido copiosos refuerzos, pue Montenotte pronto se curó de sns veleidades
de moverse y maniobrar con más holgura. Y «orientales» por el Indo y el Ganges, ante la tris
respecto á «discernir» por donde amaga el ver te realidad de San Juan de Acre. Con buen seso
dadero peligro; á encontrar la llave de toda si y dando el extraño ejemplo de un general en
tuación estratégica ó táctica, sabido es cuán jefe que «deserta», optó por volver cuanto ántes
pródiga de sagacidad anduvo con él la natura á los cabildeos políticos de su patria, donde le
leza. En la batalla de Rivolí. 14 y 15 enero 1797, esperaban más pingües resultados,
GUER - 648 - GUER
Entre tanto la guerra ardia en la Europa 20.000 bávaros y wurtembergueses, y suscitaba
central con cierto carácter de novedad, tanto por todo el orbe tropiezos y enemistades. La in
por la entrada en liza, reforzando al Austria, de capacidad ó mala suerte de Scherer en Italia
70.000 rusos mandados por el célebre Suwarow, habia llevado al ejército francés á trance pare
como por ser teatros de operaciones, no ya los cido al de 1796. Por abril de 1800, Massena, con
anchos valles del Rhin, del Pó y del Danubio, 28.000 hombres la mitad enfermos, estaba no
sino las ásperas y encumbradas montañas de la bloqueado, sino literalmente enjaulado en Gé-
Suiza. Esto, junto á las más sólida organización nova. Por el Rhin y los Alpes el peligro de una
. de los ejércitos; á la ley de conscripción ó reem nueva invasión era inminente. 130.000 austría
plazo permanente; á la mayor influencia de la cos escalonados en diferentes cuerpos, bajo el
artillería; á la supresión de toda traba, estorbo mando supremo del barón Kray, entrando por
y ceremonia, como tiendas, almacenes, lineas Belfort y Huninga, debían Incorporarse con el
fortificadas, cuarteles de invierno y de verano, cuerpo de Melas, que tomaría pronto á Genova,
dan ya á la guerra en el último año del siglo y junios marchar sobre Lyon. El primer Cón
XVIII toda la soltura, movilidad y rapidez que sul, puesto ya por la fortuna en altura en que
la distingue en nuestros dias. Los honores de la puede apreciarse la gravedad y el conjunto de
campaña de 1799 corresponden de derecho al i la situación, y dotado por la naturaleza de esa
férreo, invencible é invulnerable Massena, que, i mirada de águila indispensable en las grandes
á pesar de sus vicios, pasará á la posteridad co | elevaciones, abarca de golpe los Ires teatros del
mo tipo admirable del hombre de guerra. A su Rhin, del Danubio, del Pó y proyecta un plan
lado brillan Moreau, Soult, Molitor, Lccourlie. tan vaslo como el terreno en que ha de tener
En frente se alzan, con el archiduque Carlos, los ejecución. Tenían los franceses la ventaja de
austríacos Hotze, Kray y el excéntrico rusi> Su ocupar la Suiza, que por entre las cuencas del
warow. Los movimientos, operaciones y manio Danubio y del Pó se introduce y separa los ejér
bras en esta importante campaña, sin llevar to. citos austríacos de Alemania y de Italia. Si Mo
davia, porque no era posible, el sello de unidad reau lleva á buen término el encargo de aislar
y conjunto que distinguirá a las siguientes, re y cortar á Kray de Italia, impidiéndole todo con
velan ya un estado casi perfecto de madurez en tacto con Melas que tiene á Massena encerrado
las doctrinas, en los hábitos y en las institucio en Genova, Bonapartc, con un ejército que lla
nes militares. El archiduque Cárlos, además de ma de reserva y como por encanto organizado
la insoportable tutela del consejo áulico de Vie- en Dijon, pasará los Alpes por lo más alto, y
na, tiene que sufrir las contrariedades de toda caerá como el rayo sobre la espalda de Melas
coalición; la arrogancia en los rusos y en los in dislocado y desapercibido. A últimos de abril
gleses; ese espíritu mezquino de mercachifles Moreau toma la ofensiva, pasando el Rhin por
que los lleva siempre á buscar puntos de des Kehl, Brissae y Basilea, con su ejército dividido
embarco y cabezas de puente en las costas de en tres grandes cuerpos, que guian Lecourbe.
Holanda. Su expedición de Helder fracasa, como Gouvion Saint-Cyr y Sainte-Suzanne. En los
de costumbre, y la venida de los rusos al cen primeros dias de mayo, Kray, batido y empu
tro de Europa se convirtió, como en la guerra de jado en una serie de combates por Engen. Stoc-
Siete Años, en ruidoso paseo militar. Las ope kach, Móskirch, Biberach, tiene que refugiarse
raciones de Massena y Lecourbe en Suiza, que en Lima. Morcan maniobra y caracolea para
anteceden y siguen á la importante batalla de hacerle salir á campo raso. Sale en efecto el aus
Zurich (25 y 26 setiembre 1799), merecen dete triaco; mas para ser derrotado en Crolzheim
nido estudio en los detalles para comprender la y Ochsenhauscn, teniendo que volver a su gua
• Indole» de la guerra de montaña rida, que al fin abandona retrocediendo por Ne-
El año que encabeza nuestro siglo registra resheim y Nordlinga acosado por Moreau. Por
dos brillantes campañas que se llaman de Ho- entóneos se saben con asombro los sucesos si
henlinden y Marengo por las dos batallas que multáneos de Italia. Kray propone uu armisti
respectivamente les sirvieron de nudo y desen cio que el francés victorioso rechaza, ocupando
lace. El hombre del 18 brumario, al frente ya del todo la Baviera. corriéndose hasta Ingols-
del pueblo francés, á todo imprime su incansa tadt sobre el Danubio, hasta Landshut sobre el
ble actividad y su poderosa iniciativa. La guer Isar, y lanzando el cuerpo de Lecourbe por el
ra en el año anterior no habia tomado buen Vorarlberg hasta los pasos del Tirol. Por fin, se
sesgo. Aunque Austria sólo aparecía en frente firma un convenio en Parsdorf, que trae el 20
de Francia, el oro de Inglaterra asoldaba unos setiembre el armisticio de Hohenlinden.—Siga-
GUER - 649 - GUER
mos ahora el célebre itinerario de Bonaparte, victoria y este armisticio determinan el ántes
modelo de audacia y previsión estratégica, mo mencionado de Parsdorf, ampliado en Hohen-
delo también táctico y logistico de pormenores linden 20 setiembre.—Moreau lo denuncia en 11
y accidentes de ejecución. En 13 mayo 1800 es noviembre y rompe contra los austríacos, refor
tá en Lausana, al mando del intrépido Lannes, zados y mandados en jefe por el archiduque
la vanguardia del ejército llamado de reserva. Juan. El 3 diciembre, la batalla de Hohenlinden
A la vez Chabran lleva un pequeño cuerpo so se decide en favor de Moreau; y los austríacos,
bre Génova, Bethancourt otro por el Simplón y con enormes pérdidas, tienen que retirarse
Moncey otro, más numeroso, por San Gothardo. combatiendo tras del Inn. El archiduque Cár-
Del 15 al 20 el grueso va pasando trabajosamen los llamado á última hora al mando en jefe, na
te el San Bernardo en seis columnas á jornada da puede remediar: y otro armisticio, el 2S di
<le distancia. El fuertecillo Bard, cuya existen ciembre, suspende las operaciones en Alemania.
cia se ignoraba, ptoduce alguna detención y Continuadas las de Italia el 13 noviembre, aún
embarazo; pero se le rodea al fin, y el 27 mayo sin la presencia de Bonaparte ni de Massena, no
Bonaparte desemboca en Italia por Ivrea; sigue llevan mejor rumbo para los austríacos. El nue
por Novara, y el 1.° junio entra en Milán, don vo general en jefe Bruñe, con los divisionarios
de se le juntan Bethancourt y Moncey. En el Delmas, Dupont, Suchet, Moncey, que más tar
mismo día, Massena, apurada ya su heroica re de hemos de conocer en España, ataca en di
sistencia en Génova, negociaba con Ott la capi ciembre 1800 la línea del Mincio con un cuerpo
tulación que se firmó tres dias después, y cuan y luego la del Adige y la del Brenta con otro. El
do Melas llamaba á toda prisa al cuerpo austría de Macdonald sube por las nieves del Splugen y
co sitiador. El general tudesco al saber, en 18 la Vallelina al Tirol. Austria, agotada, firma otro
mayo, el movimiento audaz de Bonaparte, y cre armisticio en Italia; y en 9 febrero 1801 la paz
yendo que el objetivo era Turin, cubrió al punto de Luneville, apogeo del esplendor y de la glo
esta ciudad; mas, al ver que el francés, sin de ria de la Bepública Francesa. Si aquí se hubie
tenerse en Milán baja el 3 junio por Pavía y el ra detenido y consolidado; si hubiera dado á
ti por Plasencia al Pó, comprende que la auda j sus armas descanso glorioso y razonable; si, por
cia llega hasl;i colocarse á su espalda: tiene, afirmar el orden público, no se hubiera echado
pues, que volver el la suya á esos mismos Alpes en brazos de un dictador ambicioso, Francia,
que ántes amenazaba, y concentrar sus tropas no contaría, es verdad, las épicas hazañas del
entre Tortona y Alejandría. El 13 junio la posi j «primer imperio»; pero tampoco lloraría las
ción de Melas era crítica, la batalla inevitable. ¡ desventuras de su horrenda catástrofe.—
Bonaparte aquí, por impaciencia, infringió uno
de los preceptos que él mismo ha repetido en El lector aficionado á los efectos de claro-
sus escritos y máximas: «no hagáis destaca oscuro y á los grandes contrastes de colorido,
mentos en vísperas de una batalla; tened todas puede intercalar aquí, si gusta, la corta guerra
vuestras fuerzas recogidas y en la mano». Cre que en 1801 hizo España á Portugal y que lle
yendo que Melas se le «escapaba» por Novi, va en la historia el nombre irrisorio de guerra
destacó en aquella dirección, para atajarle, la de las Naranjas, por unas que se cogieron en
división Desaix. El 14 junio 1 800 tuvo lugar la Yelves. La causa ostensible, como en 1762,
batalla de Marengo. A pesar del esfuerzo de los «cerrar los puertos á los ingleses»; la secreta y
franceses y de la admirable solidez de la peque lamentable, como en los tiempos de Isabel Far-
ña guardia consular, núcleo de la futura guar nesio, adular á Bonaparte, para que, de los «re
dia imperial, la batalla estaba perdida: la reti cortes» que hacía en el mapa de Italia, deja
rada francamente iniciada, y hasta con algún se un retazo que pudiese formar un reinecito
desconcierto, á las tres de la tarde.... cuando de Toscana ó Etruria,que habia de gozar la hija
repentinamente se presenta Desaix á restable predilecta de María Luisa. De manera que, por
cerla y en fin ganaría á costa de su vida. Melas, excesivo amor maternal, aquí tenemos otra vez
que ya habia despachado á su gobierno correos ■ una especie de saínete: y, á la inversa, por el
de victoria es derrotado, deshecho, empujado odio implacable de esta misma reina á su pri
de frente al Bórmida por Bonaparte, cortado y mogénito, se van desarrollando trágicos suce
envuelto á la espalda por Massena y Suchet. sos, que entrañan y ocasionan los escándalos del
Tiene, pues, que negociar el tratado de Alejan Escorial, los motines de Aranjuez y, en fin, la
dría, perder la Italia y recogerse tras del Min- j pérfida invasión de los franceses, precipitada
cio. El Chiesa queda como lindero francés. Esta por las ruines pasiones de los palaciegos,—
GUER - eéo - GUER
En 18 mayo 1801, el Buonaparte de Tolón resistir solos el nublado, bajo el mando nomi
y de los jacobinos, el Bonaparte de Areola, de nal del archiduque Fernando, á quien inspira y
las Pirámides y de Marengo, se ciñe arrogante gobierna Mack como jefe de E. M. G., aguar
á las sienes la corona imperial de Francia y to dan, impacientes y desorientados, sobre la línea
ma el nombre dinástico de Napoleón. Desde del Iller, con la derecha en Ulma y la izquier
aquí hay que separar en el inmenso personaje da en el lago de Constanza. Mack, según pare
dos diversas entidades: el monarca autocrático, ce, creyó al principio que el propósito de Na
soberbio y desatentado ; el general cada vez poleón era atacar por la Selva Negra; y ocioso
más consumado, el hombre de guerra cada dia es decir que el astuto francés le mantuvo en
más perfecto. Por no establecer esta indispen ese error con hábiles y falsas demostraciones;
sable separación, por involucrar los desacier pero el plan era muy diferente. Napoleón, des
tos del «rey» con las inauditas proezas del «ca de su nuevo frente estratégico de Strasburgo á
pitán», es por lo que los juicios críticos, que en Bamberg, pensaba avanzar por Spira, Heílbronn,
nuestros dias ya debian aparecer exentos de Hall, Ellvangen y Nordlingen; pasar el Danu
pasión, aparecen lejos de eso lan diversos y bio en Donauwoerth, y caer como el rayo sobre
encontrados. Bajo el aspecto puramente estra la espalda de las posiciones austríacas del Iller.
tégico y militar, el solo que aquí nos interesa, La maravilla de este movimiento reside en la
la opinión (incluso entre los vencidos) tiende á pasmosa exactitud de esc cálculo, que Jomini
la unanimidad. Hasta las dudas sobro una re quiere que se llame logístico, estoes, de tiem
pentina y prematura «decadencia» de cuerpo ó po y distancia en tan largas [marchas. A cada
de espíritu que en los últimos años se le atri jornada, en efecto, los diferentes trozos del ejér
buye, desaparece al estudiar su campaña defen cito, venidos de tan lejanos puntos, se van acer
siva de Francia, y encontrarla «teóricamente» cando entre sí: ahora, de tal modo se van po
más científica, más vigorosa, más bella si cabe niendo en contacto «material y táctico», que cer
que las de 4796 y 4800. De 1805 á 1845 el ta ca de Nordlingen el frente estratégico escasa
lento y las manos del «artista» son los mismos, mente ocupa de Aalen á Lichstaedt. Todo el
y aún más hábiles con la práctica: lo que se ejército puede reunirse en una sola jornada. El
cambia en tan corto tiempo son las circunstan general austríaco, mientras se verifica esta rá
cias, los instrumentos, los materiales. Sea co pida concentración, cambia veinte veces de
mo quiera, de 1805 á 1809 1a historia impar- plan: y todavía, con el enemigo ya desplegado
cíal señala, en la marcha de la guerra, el más á su vista como en una parada, toma en su
brillante periodo napoleónico. La campaña aturdimiento el ala derecha francesa por el ala
que termina en Austerlitz quedará en la me izquierda. Perdido, pues; cortadas sus comuni
moria de los hombres como dechado de perfec caciones; sin saber donde tiene el frente ni los
ción militar. Un ejército, corno nunca lo volvió flancos, Mack se concentra á toda prisa y se
á tener, compacto, homogéneo, brioso, amaes encierra en Ulma. El 7 y 8 deoctnbre Napoleón
trado durante cuatro años en la costa del Oc- pasa el Danubio por Donauwoert, Neuburgo é
céano, en vez de la señal para desembarcar en Ingolstadt. Mack, atolondrado, se viene á Aus-
Inglaterra, recibe la de volver la espalda y burgo, y otra vez cambia de plan, y se agita en
marchar al centro de Alemania. El inimitable marchas y contramarchas inútiles. El 4 1 octu
estratego combina sobre el mapa, con la facili bre, un vigoroso ataque de Dupont (6.000 con
dad de un comandante de batallón sobre el cam tra 25.000) en Halbeck y Haslach, preludia la
po de ejercicio, un vasto movimiento de «con tempestad. Mack cambia otras dos veces de
versión y convergencia» cuyo eje está en Stras- plan. Por fin el 14 y 15 Napoleón ataca á Ulma,
burgo y el costado saliente avanza por Magun y el 47 Mack capitula con 23.000 hombres y 59
cia y Wurzburgo. El 29 agosto 1805 se disuel piezas, reliquias de un florido ejército de 70. 000.
ve el famoso campo de Boloña ó Boulogne y se Plan, ejecución y resultado semejantes, como se
inicia el movimiento; el 24 setiembre entran ya ve, á lus de Marengo: caer, rápidamente con
en linea sobre el Rhin los cuerpos de Davout, centrado en una masa, sobre la retaguardia de
Soult, Lannes, Ney y la caballería de Mural. un enemigo irresoluto y aturdido, que, á fuer
Augereau, que estaba con el suyo en Bayona za de moverse y desparramarse, se queda en el
á la véla de los sucesos de España, marcha de momento «decisivo» del combate sin tropas su
recho á Basilea; Bernadotte, desde Hannovcr, ficientes «en la mano». Los rusos que entraban
baja á Wurzburgo. El 25 de setiembre comien en la coalición aparecen á últimos de octubre
za el paso del Rhin. Los austríacos, que van á sobre el Ynn, mandados por Kutusof. Napoleón
GUER - 65i - GUER
desde Munich va sobre ellos: los empuja en yen de un golpe con el ejército y la nación
una serie de combates y el 13 noviembre Mural prusiana cogidos in-fraganti y solos, ántes que
con supercherías de armisticio ocupa á Viena. sus lentos aliados los rusos hayan pasado el Nie
Kutusoff retrocede por Brünn á Olmütz y va men ni llegado al Vístula. Con el viejo Bruns
reforzándose hasta contar 86.000 hombres. Evi wick, general en jefe de los prusianos, quedan
dentemente á los aliados convenia ganar tiem en aquellos tristes y sangrientos campos de ba
po, decidir las fluctuaciones de Prusia, reunir talla, no sólo las reliquias personales sino los
más fuerza; pero la fogosidad inoportuna de los preceptos, las tradiciones, los sistemas hoy ama
rusos crecida con los combates del 27 y 28 no nerados y doctrinarios, de los tiempos de Fede
viembre, resuelve dar campal batalla en los rico. En los seis años siguientes á la catástrofe de
llanos de Austerlitz, el 2 diciembre 1805. Na Jena, Prusia, agarrotada, contiene su cólera; se
poleón la acepta: utiliza, como el sólo sabe, los recoge en si misma; so estudia, se restaura y, al
increíbles desaciertos tácticos de los austro- satisfacer su justa venganza en 1813 y 14, se pre
rusos (muy parecidos á los de Rosbach por lo senta como resucitada, con nuevo gobierno, nue
anticuados) y firma en 26 diciembre la paz de vo ejército, nuevas leyes, nuevos hombres: dis
Presburgo: apogeo de su gloria y poderío «im puesta á acometer, en cuanto pase medio siglo
perial», origen también de una embriaguez, de perseverante preparación, la atrevida em
que ha de rayar en la locura y el frenesí. Sin presa de 1866.
la disculpa del sexo y la maternidad, el herói- Por fin, los perezosos rusos se presentan á
co y varonil Napoleón cae en las ternuras y ex vengar á sus aliados. Napoleón marcha á su en
travagancias que ántes quedan censuradas con cuentro, y el 2 diciembre empieza su ejército
visible mal humor de Isabel Farnesio y María á pasar el Vístula. Los rigores de la estación, la
Luisa: pues más se acerca á ellas que al siste falta de caminos detienen su ímpetu, y se acan
ma «feudal» de Garlo-Magno esa manía y co tona sobre ambas orillas, dando en este forzoso
mezón que ahora le empieza de repartir coro- y lejano «cuartel de invierno» cumplida mues
nitas, condales, ducales y reales entre los in tra de la múltiple aptitud de sus talentos para
gratos y pedigüeños parientes y allegados. El el gobierno interior y la administración de las
ducado de Berg á su cuñado Murat; las coronas tropas. Los rusos, en cuyo cuartel general
de Nápoles y Holanda á sus hermanos José y reinó algún desorden por la repentina demen
Luis. Para esto, un continuo trastorno de «esta cia del general en jefe Kamenskoi, siguen avan
dos y fronteras» y un interminable tijereteo en zando, guiados por Benningsen. El 8 febrero
el mapa de Europa, como si fuera pieza de pa 1807 se traba la batalla de Eylau, estéril y te
ño. Muy pronto hemos de ver cómo los bríos naz carnicería que nada resuelve ni decide;
crecientes del «soldado» no bastan á remediar pero en la cual un espeso vapor de sangre pa
los desaciertos del «monarca» y del hombre . rece como si comenzase á anublar la feliz es
Para el debido contraste, recordemos que dos trella de Napoleón. Aquí ya no hay, ni puede
meses ántes de ganar Napoleón su victoria de haber, la vigorosa y rápida persecución de Jena,
Austerlitz, España, su amiga y aliada, es decir, en que hasta las fortalezas se rinden á las pa
Cárlos IV, mejor dicho, Godoy, perdía su es trullas de húsares. Bastante hacen los franceses
cuadra en Trafalgar. La marina francesa y con acuartelarse detrás del Passarge , maltre
española no suelen andar muy felices cuando chos y quebrantados, y los rusos, en caso idén
van sueltas; pero en juntándose las dos, positi tico, con atrincherarse en Heilsberg. Hasta los
vamente hay un desastre. Desde el siglo XVII sitios de plazas, á que Nopoleon se aficiona para
está probado. dominar el territorio, son lentos y tenaces.
Por entónces (1 806) la Prusia de Federico so Dantzick resiste bravamente desde 1 ,° abril al
ñaba ya con una cierta «Confederación de la 24 mayo: y el gobernador Kalkreuth logra sa
Alemania del Norte» que estamos viendo llevar lir libre con su guarnición. Todo concurre á
á feliz término en 1867. El soberbio vencedor presagiar que la ambición insaciable del con
de Austerlitz, en vez de atraerse con dulzura quistador va á tropezar en la meta. Sin embar
este pequeño pero respetable Estado, le entre go, reforzado hasta 150.000 hombres, por junio
tiene, le embroma, le irrita, creando una absur se mueve y el 14, en la batalla de Friedland, ven
da «Confederación del Rhin», cuyo protectora ce trabajosamente á los rusos y firma el 7 julio
do asume personalmente. El desenlace es bien la paz de Tilsitt, en que todavía se remachan las
conocido: las tremendas y simultáneas batallas cadenas de la infortunada Prusia. En las entre
de Jena y Aucrstaedt (14 octubre 1806) conclu vistas con el emperador ruso el «globo terrestre»
GUER - 632 - GUER
queda teóricamente partido en dos mitades; ra de la Independencia pudiera decirse que no
se toma en serio el sueño del bloqueo continen enseña estrategia ni táctica; pero enseña algo
tal y los dos autócratas se despiden con prome más elevado y más difícil: cómo á las combina
sas de «eterna» amistad. Sueño y pura fan ciones del arte, geométricas de suyo, friasy li
tasmagoría parece el cuadro de Tilsítt exami mitadas, se puede sobreponer el sentimiento
nado fríamente sesenta años después; pero ta varonil de la dignidad, la confianza inquebran
les hechos y tan inauditos ocurrían entonces, table en el derecho, el santo amor de la patria,
que hasta lo más absurdo parecería «probable» de ese pedazo de tierra querida en que la cu
á los contemporáneos.—Por ejemplo ¿quién po nase mece, arde el hogar y se cava el sepulcro.
dría sospechar que á la sazón un cuerpo de Es curioso—y lo confirman todas las bio
ejército español, mandado por el marqués de la grafías de Napoleón—que desde el punto en que
Romana, estaba en Haraburgo, en el extremo la cuestión de España entró en el telar de sus
septentrional de Europa, sirviendo á las órdenes tramoyas, aquella penetrante sagacidad empezó
de) César francés? Pues, así lo dispuso Godoy: á verse en cierto modo confusa, morosa, embo
tanto para congraciarse por una intempestiva tada. En la obra apologética de Thiers pueden
proclama del año anterior, como para activar verse las vacilaciones, los tanteos, las resolu
las negociaciones, de tiempo atrás entabladas, ciones, medio concebidas y medio abortadas,
sobre una «coronita de los Algarbes» para él— de 1807 y 1808. Cuando la catástrofe de Bailen
para Godoy—porqué no? de paso que se cam vino á sacudirle, y tuvo, como general, que ve
biaba aquella otra de Etruria, que salió «falsa», nir á poner remedio militar, estuvo como siem
por otra aún más pequeñita en el Alentejo, pre, atinado y brioso; pero desde que apresura
para aquellos desdichados y asendereados ex- damente repasó al Pirineo, en enero de 1809.
reyecitos. Es edificante el cuadro de España en para acudirá las urgencias de Alemania, cons
1807 y principios de 1808, hasta la fecha in tantemente mostró á los asuntos de España una
mortal del Dos de Mayo. indiferencia, un tedio, un mal humor, una re
Irreverencia y profanación seria, con pre- i pugnancia, que en su incansable actividad sólo
texto de «resumir» la guerra de la Independen pueden explicarse por la tácita renuncia á una
cia, hacer entrar de encaje en el estrecho mol empresa que desde luego consideró perdida.
de de estas humildes y apretadas páginas, aque Tronando siempre contra la ineptitud de su her
lla magnífica epopeya, origen manifiesto de mano José y de sus tenientes, riñeodo, satiri
nuestra regeneración actual. Esta omisión, vo zando á .lourdan, Soult, Ney, Massena, Mar-
luntaria y respetuosa, no trunca ni en modo al mont: no se ve en su áspera y dislocada cor
guno descompone el bosquejo histórico que va respondencia un rayo de luz, un relámpago
mos trazando. Desde luego, la pluralidad de los siquiera de su ingenio inagotable- Además,
lectores ha oido contar y cantar desde la in tiempo tuvo, y muy sobrado, de volverá Espa
fancia los principales episodios. Por otra parte, ña para dar «personalmente» las lecciones.
las guerras nacionales rechazan por su propia Puesto que no quiso, sigámoslas en esa tierra de
índole, toda idea de plan preconcebido, de eje Alemania que era mucho más de su agrado y
cución metódica, de resultado probable. El mis conveniencia.
mo Jominí, que ha tenido la llaneza de erigirse En 1809, Austria, repuesta de sus descala
á sí propio en catedrático ó pedagogo del arte bros y alentada con los inagotables suhsidiosde
de la guerra, dice sobre las de esta especie y ci Inglaterra, levanta iOO.OOÜ hombres. Habian de
tando singularmente la de España, que «esca «secundar" su acción, como siempre, el consa
pan á todo cálculo, regla, precepto y doctrina». bido desembarco de ingleses en los Países-Bajos;
En 1808 España no tenia gobierno, ni ejército, y sobre todo ¡porque entonces lo de España
ni tesoro: el enemigo ocupaba la capital de la volvió á ser moda) un «pronunciamiento» ge
monarquía, varias plazas de guerra y extenso neral de toda la Alemania. La pobre Austria,
territorio.... Cómo preparar, constituir y enta como otras veces, se quedó sola. Dividió su
blar una guerra! Por eso, lo de 1808 en rigor enorme ejercito en tres cuerpos: el que forma
no fué una guerra, fue una explosión. El le ba ala derecha, de unos 35.000 hombres, man
vantamiento de Mayo fué un frenesí: las ope dado por el archiduque Fernando, para operar
raciones desastrosas, las batallas perdidas sólo contra el reciente ducado de Varsovia; el centro
producían el tradicional no importa, divisa grá ó grueso de cerca de á00.000, regido por el
fica de esta raza, acostumbrada siempre á des archiduque Cárlos en Bohemia; el ala izquierda,
perdiciar sus altas y nobles cualidades. La guer de 60.000, con el archiduque Juan, hácia Kla
GUER — 653 — GUER
genfurth y Laibach en la Carinthia y Carniola. isla ó islote de Lobau, capaz de contener un
Obsérvese la desmesurada extensión que van ejército, y que por allí parte el rio en dos brazos
tomando los frentes estratégicos; y por consi adquiere, desde el 18 mayo, eterna celebridad.
guiente el vuelo proporcional de las operacio Porella pasa atrevido el ejército francésá buscar
nes, comparadas á las de los tiempos de Fede al austríaco, que le aguarda en la orilla izquierda.
rico y aún de los primeros de la República. El 21 y 22 mayo se riñen sobre esta las sangrien
Napoleón, ocupado en París, dejó á la pericia tas batallas de Aspern y Essling ó Esslingen;
de sus tenientes, singularmente del gran jefe pero por primera vez la «furia francesa», siem
de E. H. G. Berthier, criado á sus pechos, los pre victoriosa cuando la impele Napoleón «en
preliminares tácticos y logisticos de la campa persona», se estrella contra la insólita consis
ña. Davout, con 50.000 hombres, estaba en Ra- tencia de las espesas filas austríacas. 40.000 ba
tisbona; Oudinot, con 14.000 y Massena con jas se atribuyen al ejército francés en esta hor
iO.OOOen Ausburgo; Yandamme, con 13.000 en rible carnicerria de Essling, repetición de Eylau.
Donauwcerth; 12.000 caballos, en un solo cuer Lannes, que realmente debió ser un «león»,
po llamado de reserva, pues ya comienzan las cuando su emperador le llamó asi, sucumbió;
enormidades de organización, cubrian los mis sus compañeros Ney y Massena, tipos admira
mos puntos. El 10 abril 1809 , el archiduque bles de firmeza en el fuego tuvieron que ceder;
Carlos pasa el Inn por Schaerding, Mulheim y el ejército, en fin, apelotonado todo en una
Braunau, invadiendo la Baviera, aliada enton sola masa se recoge quebrantado y se instala
ces de Francia. Esta imprevista iniciativa sor en la isla de Lobau. Con tal ejército y con tales
prende á Napoleón, que el 12 sale apresurado tenientes Napoleón podia correr todo género de
de París y el 17 llega á Donauwoerth, donde al aventuras. Esta era arriscada: cuarenta días
punto corrige la excesiva diseminación que en un islote, atrincherándose, reforzándose,
Berthier dio á las tropas, concentrándolas con preparando puentes y medios delante de un
su habitual rapidez y maestría. Masena y Ou enemigo poderoso, crecido y vigilante. Por fin
dinot, sobre Pfaffenhofen; Davout, Vandamme, el 30 junio Napoleón, con 180.000 hombres,
Nansouty, sobre Neustadt. El 16 ya los austría pasa el Dinubio, y el 5 y 6 julio se riñe en los
cos pasaban el Isar en Landshut, arrollando á llanos del Marchfeld la tremenda batalla de
los bávaros. El propósito de Napoleón es jus W'agram, donde las «masas» juegan en desco
tamente caer sobre el flanco izquierdo del Ar munales proporciones. Por primera vez se jun
chiduque y corlarle del Isar. El mariscal Da tan 100 cañones en «una sola batería»; la in
vout, vencedor terrible de Auerstaedt y que por fantería forma columnas macizas y disformes; la
sus duras condiciones de soldado mereció el caballería, corre, como el huracán, en amonto
nombre de «férreo» , corona con las audaces nados escuadrones. Otras 30.000 bajas se cal
maniobras que Napoleón le encarga, su nom- culan porcada parte. Visiblemente la fuerza ya
bradia de buen táctico. El 20 abril los franceses se va sobreponiendo al arte. Los austríacos se
combaten con vigor y gran ventaja en Abensberg; retiran; pero tan lentos, tan enteros, tan impo
el 21 toman á Landshut ; el 22 triunfan en Eck- nentes, que Napoleón ahora no intenta siquie
mühl y Ratisbona, con enormes pérdidas de los ra perseguirlos: harto hace con restañar su pro
austríacos y completo fracaso de los planes del pia sanare y restablecer su ejército vencedor y
Archiduque Cárlos, que pasa á la izquierda destrozado. La paz de Schoenbrunn, 14 octu
del Danubio y se refugia á Bohemia, dejando en bre 1809, suspende por largo tiempo las inúti
el aire el cuerpo que defendía el Isar. Napo les resistencias del Austria, que lleva en prenda
león, ejecutivo como nunca, está el 10 de mayo de amistad una archiduquesa al tálamo impe
ante Viena: su rival acude á cerrarle el paso rial del invencible francés. Este, ciego ya de so
del Danubio por la orilla izquierda. La gigan berbia, irritado por contrariedades domésticas, y
tesca lucha toma, guardadas proporciones, el políticas, y religiosas, y financieras, yaúnsocia-
carácter de un duelo antiguo en palenque cer les; fastidiado de España, á donde envía á Ney,
rado. El Rhin, que tantas veces lo fué de aná á Massena, que pierden su merecida fama; bur
logas disputas y maniobras, comparado con el lado por el emperador de Rusia, su falso amigo
Danubio de 1 809 queda rebajado á la categoría de Tilsitt, y sintiendo hervir por todas partes
de arroyo. Considérese que en cada orilla ha odios, rencores y venganzas, seaferraen su «blo
bía amontonados 120.000 hombres, con pode queo continental»; sigue haciendo trizasel mapa
rosa artillería, con numerosa caballería y con de Europa y apresta cauteloso los inmensos ma
dos generales diestros, briosos y tenaces. Una teriales para su colosal empresa contra Rusia.
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Esta, más bien que guerra ó campaña de per y al Dwina, y en los combates de retaguar
biera llamarse cruzada: tal era el número y «va dia de Mohilew, Ostrowno, Krasnóe, Smolens-
riedad» de soldados que formaban el ejército ko y otros, las listas dan de ménos 150.000
francés, ó mejor dicho, «napoleónico»; pues hombres (!) según Thiers. Añádase la batalla de
más que franceses iban polacos, prusianos, bá- Borodino ó de la Moskowa, la más gigantesca de
varos, sajones, wurtembergueses, westfalianos, los tiempos modernos, en que juegan 800 piezas
italianos y hasta españoles. De 500 4 600.000 por cada parte y ocasiona 80.000 bajas á las dos;
hombres con 70.000 caballos y 1.000 cañones, y se comprenderá que el ejército invasor entró
se calcula el efectivo de la hueste invasora, algo en Moscow, el 14 setiembre 1812, en un estado
parecido á los tiempos de Jerjes ó de Atila. Es visible de «descomposición» moral y material.
tas masas habian de recibir impulso y dirección No necesitaba Rostopchin añadir el incendio.
del caudillo más inteligente y afortunado. Por Los más ardientes panegiristas de Napoleón le
una irrisión frecuente en la fortuna, si alguna encuentran en la Moskowa enrhumé, obeso, flo
guerra «preparó y constituyó» Napoleón I con jo, circunspecto, desorientado.... El resfriado y
entera sujeción á los preceptos del arte, fué ca la gordura no eran capaces de enervar aquella
balmente esta de Rusia. Durante año y medio naturaleza privilegiada: lo que le espanta, y con
le consagró toda la actividad de su talento in razón, es la increíble consistencia del ejército
cansable y laborioso, toda la luz de su expe ruso, impasible y quieto ante el fuego de una
riencia adquirida; toda la ingénita soltura, con artillería encarnizada. ¡Se acusa á Napoleón de
que sabia organizar, manejar y disponer enor que no quiso soltar su guardia, su reserva! ¿Y
mes cuerpos de tropas. Nada omitió, ni olvidó: con qué se quedaba entonces? Ya se ha visto que
parques y pertrechos; vituallas y almacenes; en Wagram no pudo haber maniobra envolven
órdenes, pautas, instrucciones clarísimas y lu te, fulminante ni abrumadora. Ménos por con
minosas. Y nada bastó sin embargo. Como si la siguiente en Borodino. Allí, ni la captura, con
providencia se complaciera en poner límites sabida y sacramental en todo «boletín», de pri
imprevistos y arbitrarios al esfuerzo humano, sioneros , cañones ni banderas. Harto fué
cuando el general en jefe, montando á caballo, quitarse los rusos de delante. Desde el 19 octu
fué á ponerse al frente de su ejército, en fin de bre, en que el desconcertado estratego sale de
mayo de 1812, y como sagaz inspector revistó Moscow, aquello más bien que retirada es un
sus tropas, recorrió sus plazas Glogau, Posen, «éxodo»: el ejército se ha trasformado en «hor
Thorn, donde asentaba la base de operaciones, da». A la primera nevada, el o noviembre, las
su cólera no tuvo límites, al notar «en todo» los últimos lazos se rompen; hasta el más brioso de
efectos de la desidia, de la negligencia, de la cae; sólo algún carácter excepcional, como el de
ignorancia y del desórden. A su lado, en su Ney, ó Davout, ó Eugenio, logra mantener co
mismo cuartel general, inmenso como puede hesión en pequeños grupos de combatientes, que
suponerse, hervían los chismes, las rencillas y cada día diezma inexorable la lanza del cosaco.
las malas pasiones. El brioso y magnífico Mu El famoso paso del Berezina concluye la trage
ral, ya rey de Nápoles, andaba flojo, decaído y dia el 27 noviembre. A la entrada en Wilna el
desleal. El férreo Davout, al ver aquella corona desbandamiento es total; no hay un solo cuer
y la otra de Suecia en las sienes de su compa po junto. Napoleón, escapando en un trineo
ñero Bernadotte, y á Soult buscando otra pú desde Smorgoni, se presenta inopinadamente en
blicamente por Oporto ó por Sevilla, no consi París, el 18 diciembre, donde ya le había pre
deraba excesivo pretender por su parte la de cedido la noticia de la catástrofe. —
Polonia. Pero su enemigo Derthier, príncipe no Por entonces la cuestión de España estaba
más de Neufchátel y de Wagram, le iba á los vírtualmente resuelta por la victoria de los Ara-
alcances y lograba indisponerle con Napoleón. piles, que preludiaba las definitivas de Vitoria y
En fin, untados los ejes, vencidos los roza San Marcial. Si Napoleón no hubiera tenido una
mientos y las inercias, la voluminosa y compli venda en los ojos, con evacuar resueltamente
cada máquina se pone en movimiento el 24 ju á España en principios de 1813, hubiera dis
nio. El ejército francés pasa el Niemen y el 2S puesto de los 300.000 soldados excelentes, que
entra en Wilna, capital déla Lithuania. No le aún le quedaban en España. La tenacidad de
seguiremoi en su largo itinerario de ida y vuel conservar la «izquierda del Ebro» que, según
ta. A los pocos dias, al llegar á Minsk, graves dicen, fué su pensamiento de fondo, para nego
síntomas de indisciplina exigen severa repre ciar con más ventaja con los ingleses, no sólo le
sión. En las solas marchas del Niemen al Dnié ¡ enredó más, sino que se los llevó cabalmente A
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sus espaldas en 1814. Fuera de este y otros er pasando el Elba por Dresde. Más allá, en Baut-
rores «políticos», preciso es admirar en el hom zen, le atajan el paso cerca de 100.000 aliado*.
bre moroso y «resfriado» de la Moskowa, la ac La victoria es, por decirlo asi, teórica, tristísi
tividad pasmosa, la voluntad incontrastable con ma, del género de las de Eylau. Gomo en esta,
que, estrujando, por decirlo así, la población el invulnerable Ney desemboca á tiempo sobre
francesa ya tan exprimida y agotada, se presen el flanco derecho de los aliados. Pero en ambas
ta en campaña nuevamente á la cabeza de jornadas las pérdidas de cada parte se hacen
300.000 hombres. Esto ya no es levantar y or subir á 40.000 hombres; el encarnizamiento ra
ganizar, es resucitar ó mejor todavía «inventar ya en ferocidad; el fuego de la artillería es es
ejércitos». A tales violencias, forzosamente ha pantable. En estas hecatombes la táctica des
bían de saltar todos los tornillos de la máquina. aparece: la estrategia falla. Hay que renunciar
Sin embargo, con este ejército, hecho brotar ar al osado propósito de «separar» los prusianos de
tificialmente como la flor que el botánico saca los rusos, amenazando á Berlin primero, á Bres-
en la estufa, vamos á verle guerrear osado y, lau y Glogau después. Unos y otros, maltrechos
en lo posible, casi victorioso, en aquel reducido y quebrantados, necesitan respirar, descansar,
teatro alemán entre el Elba y el Oder, donde se reorganizarse, reforzarse. El 4 julio se firma un
ilustró con más cordura y provecho Federico II. armisticio en Poischwetz. La decisión de la con
El sistema de uno y otro capitán es invariable, tienda estaba visiblemente en manos del Aus
porque es verdadero: defenderse atacando; des tria , que por entónces ya contaba más de
componer, dislocar, maniobrar con tino y batir 500.000 hombres frescos y apercibidos. Con ta
en detalle. Pero todo esto, bien se entiende, que maña fuerza, puede comprenderse, tanto la im
ha de ser dentro de razonables «proporciones». paciencia por ganarla de los dos contendientes,
No hay táctica ni estrategia posibles contra una como la fría arrogancia del arbitro, haciendo
superioridad abrumadora y creciente de cuatro, valer su neutralidad. Por fin, predominando los
cinco, seis contra uno. Además, bajo el aspecto interés germánicos y terciando como siempre el
moral, la guerra de 1813 se «constituía» muy oro inglés, Austria en 12 agosto 1813 declara la
de otro modo que las anteriores. Ya no era el guerra á Napoleón I y el 16 queda denunciado
ejército tal ó cual el que afrontaba al francés: el armisticio. Sumado todo: Francia tiene en
era la Alemania entera, con la Rusia á la espal frente 800.000 hombres con poderosa artillería
da, levantándose «en masa» para la guerra san y una caballería incomparable. Preciso es con
ta. Con todo ello, en 25 abril 1813 Napoleón I fesar que en este trance cuesta trabajo conven
entra en Erfurt, audaz, aunque no tanto, como cerse de que Napoleón tuviese juicio cabal, pre
el año anterior. Los aliados, que andaban "reu tendiendo compensar y cubrir con sus heróicas
niéndose con su habitual lentitud, principian á prendas de «general» los acumulados desacier
aturdirse. Wittgenstein mandaba los rusos, por tos del «monarca». En primer lugar, su propio
muerte reciente del viejo y redomado Kutussof ejército era puramente «nominal» y allegadizo;
(discípulo de Suvarow) implacable perseguidor en segundo, el ejército aliado no sólo le triplica
del pasado otoño. El alma de la venganza y de ba en número, sino en consistencia, en vigor y
la resistencia prusianas, hábilmente preparadas (lo que él no sospechaba ni concedía) en calidad,
por York, Sharnhost y otros, es el viejo y ren en dirección, en saber. No pasan en balde vein
coroso Blücher, llamado por su tropa Marshall- te años de guerra continua. Los estados mayo
Vorwarts (mariscal-adelante!) por ser esta voz res enemigos se habían amaestrado; detrás de
de mando su interjección ó muletilla favorita: los príncipes y de los altos comandantes de los
hombre que suplía lo que le faltaba de talento cuerpos, se agitaba en la sombra un grupo de
con un carácter indómito y una bravura legen oficiales modestos, laboriosos é inteligentes. La
daria. misma Francia, en fin, mudable y veleidosa,
El 2 mayo 1813 Napoleón, queriendo avan habia cambiado de aspiraciones y de ideas: se
zar á Leipzig, traba sangrienta batalla en el co dienta de «órden» en 1800, ahora, en 1813, co
nocido campo de Lutzen. Sus jóvenes tropas menzaba á sentir sed de «libertad». ¡Triste sido
cían ante la «furia prusiana»: un instante queda el de esta raza latina, condenada á pasarla vida
roto el centro; la guardia imperial, bajo la mano en querer conciliar las dos palabras!—A pesar
del héroe, restablece el combate y arranca la de todo ello, Napoleón, frenético, recoge el guan
victoria, que deja estéril é incompleta la falta de te. Los 500.000 aliados le presentan un ejército
aquella caballería que quedó enterrada en las activo, ó de combate, dividido en tres grandes
nieves de Rusia. Del 9 al 1 1 , Napoleón avanza, cuerpos ó trozos: formando ala izquierda, el ejér
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cito que se llamó «de Bohemia», con unos cito del Norte también se aproxima y que, en
130.000 austríacos y 100.000 prusianos, al man fin, el de Bohemia baja resueltamente á los lla
do del principe Schwartzenberg, como generalí nos de Sajonia por Chemnitz y Altcnburgo. El
simo de la coalición; en el centro el ejército de pobre ejército francés está en Leipzig envuelto
Silesia» (100.000), mandado por Blücher; en el ya por todos lados. En vano desde el 1 6 al 1 9 oc
ala derecha operaba un ejército «del Norte», re tubre quiere abrirse paso, en lucha titánica
gido por aquel Bernadolte , antiguo jacobino, contra un enemigo que le triplica en número:
mediano general y ahora principe heredero de la catástrofe, agravada con la defección de los
la corona de Suecia. El impaciente Blücher, sin sajones, con la inoportuna voladura del puente
aguardar á que espire el armisticio, es el que sobre el Elster, es inmensa, irremediable, su
rompe las hostilidades, en 15 agosto, desde Bres- perior en hórrida carnicería á Eylau, Essling y
lau y Schweidnitz, lanzándose violento sobre el la Moskowa. En la triste retirada hácia su patria
Katzbach contra Ney y Lauriston. Napoleón le los franceses, que como desgraciados ya no tie
detiene, le bate el 21 en Lauban, el 23 en Gold- nen amigos, se ven asaltados en Hanau, el 30 y
berg; pero tiene que retroceder á toda prisa en 31 octubre por un cuerpo bávaro que manda el
socorro de Dresde amenazada. Efectivamente, general Wrede: pasan trabajosamente, y por fin
el 25, las densas falanges de Schwartzenberg Napoleón con 70.000 hombres escasos se ve al
cercaban ya la capital de Sajonia. Durante dos otro lado del Rhin. Verdadero via-crucis este
dias, 26 y 27, los franceses la sostienen con el del Moskowa al Berezina, al Niemen, al Vístula,
furor de la desesperación, y la coalición aturdi al Oder y al Elba.
da ve su ala izquierda flanqueada, envuelta, co Los aliados, no muy bien tratados en Leip
mo en otros tiempos, y acuchillada por la caba zig, se quedan parados y algo pensativos á la
llería de Murat. 30.000 bajas tienen los venci derecha del Rhin; mas, al ver las soberbias y
dos y 10.000 los vencedores. Entre estos cunde tergiversaciones del ciego francés en los tratos
ese desaliento de la impotencia reconocida, fuen y negociaciones que se anudaron, resuelven per
te de indisciplina y tlojedad, pretexto á las vo seguirle hasta la extinción, y penetrar, y hasta
luntades enervadas de todo linage de deslealta desmembrar la Francia. En efecto, pasando el
des y torpezas que ya no temen castigo ni es Rhin (20 á 31 diciembre) sus ejércitos se des
carmiento. Desde el magnífico Murat , cuya bordan, como un torrente, porFlándcs, Lorena,
inconstancia pudo verse en la retirada de Kusia, Alsacia, Franco-Condado y Borgoña, afluyendo
todos los viejos y curtidos tenientes de Napoleón todos á Champaña. Los pequeños cuerpos de
parece que á un tiempo se atortolan y entonte Víctor, Mortier y otros, destinados á guardar los
cen. Allí donde no está la persona del «maestro» pasos de los Vosgos, retroceden ante aquella
nadie sabe por donde anda, ni el papel que le «avenida», que también merece estudiarse por
loca, ni la responsabilidad que le incumbe. El lo metódica y acompasada. Procediendo como un
sistema centralizador, absoluto y «personal», lle inmenso arco de hierro, que va progresivamen
vado por el emperador hasta el absurdo en po te disminuyendo en radio, las numerosas cabe
lítica y en guerra, va k mostrar toda su defor zas de columna nunca se anticipan ni rebasan
midad al cárdeno fulgor de los primeros relám en su marcha convergente. Asi en enero de 1 814
pagos del infortunio. Vandamme se deja atrapar y en el riñon de Francia, el arco amenazador se
con 10.000 hombres en Kulm, como en una apoya en Chálons, Saint-Dizier, Bar-sur-Aube
ratonera. Macdonald se deja batir por Blücher y Troyes. El gran cuartel general se asienta á
en el Katzbach. Oudinot que al frente de 70.000 retaguardia en Chaumont. ün congreso diplo
hombres debia romper por Berlín, es hecho tri mático trata vanamente de paz en Chátillon. El
zas en Oros-Beeren y no pára de correr hasta el 2o enero, Napoleón, dejando su hijo encomen
campo de Wittemberg. Napoleón, enfurecido, le dado á la fe dudosa de sus «vasallos», sale de
destituye y nombra á Noy, que tampoco da me París y por Chálons va á Vitry, donde reúne
jor cuenta de su persona en nueva intentona 40.000 hombres con los maríscales Marmont,
sobre Berlín, retirándose en plena derrota sobre Víctor y Ney. Arrolla en Saínt-Dizier una de las
Torgau, perdida la tercera parte de su fuerza. divisiones de Blücher; bale á este mariscal, el
Napoleón, desesperado, después de una punta 29, en Brienne; pero, acudiendo en su auxilio
frustrada por Breiteuau y Tüplitz contra el gran varios cuerpos aliados, el1.° febrero Napoleón
ejército de Bohemia, tiene que recogerse á Dres es literalmente aplastado en La Rothiére por la
de y luego venirse á la izquierda del Elba, al superioridad numérica de Blücher, que logra
ver que Blücher avanza porBautzen, que el ejér reunirse á Schwartzenberg. No dura mucho el
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acuerdo entre los estados mayores coligados. El hubiera producido análogo desastre. Ahora, en
impetuoso Blücher, ansioso de pisar y pisotear tablada la lucha con tan enorme desproporción
el primero la codiciada capital de Francia, quie en las fuerzas; sin auxilio ni diversión por el
re operar «por su cuenta», y se desprende otra exterior; sin apoyo ni calor en el país, de nada
vez de Schwartzenberg, marchando por el valle podían ya servir milagros de estrategia y heroís
del Marne á Chálons, y llevando sus tropas ma mos de táctica. En esos cuatro dias, realmente
lamente diseminadas. El generalísimo, á su vez, homéricos, que Napoleón invierte en desbara
temeroso (aunque tenia 130.000 hombres contra tar á Blücher y arrojarlo al Marne, las masas
40.000) de ver á Napoleón en Troyes amagán compactas de Schwartzenberg pasan tranquila
dole, quiere bajarse todavía al sur, para envol mente el Sena por Nogent, Bray y Montereau,
ver la derecha enemiga y hace por lo tanto más empujando sin trabajo á Víctor y Mortier guar
grande el hueco que le separa de Blücher, cuyo dianes de estos pasos, que difunden el pánico al
cuartel general estaba en Etoges el 9 febrero. El entrar fugitivos en Paris. Por otra parte, Blü
fulminante estratego francés no necesita saber cher, si bien sufrió grave quebranto material,
más. Evacúa rápidamente á Troyes, dejando en nada cejó de su Ímpetu moral y vengativo.
una pantalla ante Schwartzenberg; retrocede Desde luego, porque eran muy diversos de los
por Nogent y Sezanne; toma en Saint-Prix ca de Jena los tiempos y las tropas que mandaba:
minos de travesía, y eHO febrero, cae como el y además ¿.quién desfallece con Schwartzenberg
rayo en Champaubert entre los cuerpos de Blü á la izquierda, con Wittzingerode y Bülow á la
cher dislocados y desapercibidos. Aquí , en derecha, con 100.000 hombres en reserva á la
Champaubert, queda destrozado el ruso Olsou- espalda: y más allá, en el sur, traspuesto el Pi
wieff que retrocede á Vertus, donde también se rineo, el victorioso.ejército de Wellington, que
refugia el cuartel general que estaba en Etoges. Soult en vano intenta detener? Napoleón, sin
Al dia siguiente toca la vez al cuerpo de Sacken, embargo, «da por muerto» á Blücher y se pre
que es derrotado en Montmirail. Al otro dia cipita sobre Schwartzenberg para atajarle el pa
vuelve á ser batido este cuerpo, junto con el de so á París, cuando los cosacos ya andaban gar
York, en Cháteau-Thierry. Al dia siguiente, en beando por Fontainebleau y Nangis. Betroce-
íin, Zietten, comandante de la vanguardia de cediendo á Meaux el 15 febrero, el 16 está en
Blücher, que venia avanzando por Champau Guignc; el 17 combate furiosamente en Mor-
bert, es hecho tnzas en Vauchamps. Asi pues, manl, Nangisy VilleneuYe, y sin atenderla pro
del 10 al 14 fe1un o, el ejército de Silesia queda puesta de armisticio de la coalición, la ataca in
revuelto y grandemente mermado á los golpes trépido el 18 en Montereau. El emperador no
reiterados v contundentes de este ariete central asiste al principio de la batalla, y su ausencia al
movido con inaudito vigor y sin par discerni punto se revela en las faltas de sus generales:
miento. Aqui, como en la guerra de Italia del llega, y la derrota del príncipe real de Wurtem-
96, como en la de Siete Años, como en todas, berg es desastrosa al retirarse por los puentes y
queda prácticamente comprobada la ventaja es la ciudad de Montereau, enfilados por la artille
tratégica de las lineas de operaciones interiores, ría francesa superiormente manejada. Esta vic
estoes, de moverse activa y oportunamente so toria, llevando otra vez á Napoleón á Troves,
bre los radios y las cuerdas del circulo, en cuya termina la que los franceses llaman, con razón,
circunferencia el enemigo imprudente deja in «inmortal semana)1 de febrero de 1814. La coa
conexas y diseminadas sus fuerzas. Como todo lición, atónita, se detiene; hace nueva propues
en la guerra, y en la vida, tiene su contrapeso y ta de armisticio, también rehusada; y en so
compensación, al par que se comprende esta lemne consejo decide juntar todas las fuerzas
verdad puramente «geométrica», se echa de ver en Troyes y concluir de un golpe. A este fin ba
el inminente peligro que rodea su brillantez, si ja Blücher desde Chálons por Mery (del Sena)
un error de cálculo, un accidente fortuito per combatiendo allí con Oudinot el 22 febrero; pe
mite que los trozos desparramados «se junten» ro nuevamente se desprende y aleja el indómi
y caigan con todo su peso táctico y «mecánico» to prusiano, obstinado en campear solo y en
sobre el que intentaba batirlos en detalle. Ade llegar el primero á las puertas de París: incor
más, el arte de la guerra, por bien que se ejer porándose las dos fuertes columnas de Bülow y
cite, no puede ofrecer triunfo probable, sino en Wittzingerode, que destacadas del tercer ejér
condiciones relativas. Por ejemplo: una línea de cito, llamado del Norte, bajaban de Flándes á
operaciones tan profunda y «penetrante» como su encuentro y hacían pasar de 100.000 hom
la de Moskow, quizá sin ayuda del invierno, bres su efectivo. Sale, pues, el prusiano de Mé
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ry camino de Sezanne, donde tropieza con unos tiguo, recobra su libertad de acción y concen
7.000 hombres que acaudillaba Marmont y que tra enérgicamente sus fuerzas en el triángulo
se refugian á La Ferté-sous-Jouarre donde se equilátero que forman Arcis (sur Aube) Lesmont
junlan con otros tantos de Morlier. Ambos ma y Troyes. El 20 marzo se riñe en Arcis la últi
riscales, rompiendo el puente, retroceden á ma batalla que el emperador manda «en perso
Meaux, acosados por Blücher: quien á su vez, nan; pero ¿qué hacer 23.000 hombres contra
frustrado el ataque en este punto, retrocede 90.000? El horizonte se cierra por todos lados.
tras del Aisne al encuentro de liülow y Wittzin- Va en 12 marzo Wellington habia entrado en
gerode. Ante esta nueva diseminación del ene Burdeos con el ejército anglo-portugues, siendo
migo el plan de Napoleón ya puede presumirse: recibido con palmas por los realistas. El 14 su
caer sobre el llanco izquierdo y aún sobre la es mismo hermano José (el que en España se llamó
palda de los prusianos, cortándolos por un lado Pepe-Botellas) trata simplemente de alzarse con
de Reims, esto es, de Willzingerodo y por otro la regencia y negociar «por su cuenta» con la
de Schwartzenbcrg. Con este objeto, el 3 marzo coalición. El 23, los cuerpos ó divisiones de Mor
pasa el ¡Víame por La Ferté y Chateau-Thierry, lier y Marmont, batiéndose uno contra diez, son
marchando sobre Fismes equidistante de Sois- materialmente hechos pedazos en La Fére-
sons y Keims. Tarea inútil: la imprevista capi Chainpéuoise.... V sin embargo ¡parece increí
tulación de Soissons da paso franco á Blücher, ble! lejos de envainar la espada, Napoleón erran -
que al fin se junta y se refuerza con sus dos te le por Saint-Dizier, Doulevent y Bar-sur-Aube
nientes. Aún persiste el incansable francés, en (23—2o marzo,), todavía sueña con caer sobre la
viando por vía de demostración á Marmont y espalda de los aliados y «cortar las comunicacio
Morlier contra Soissons, mientras con el grueso, nes». Los aliados se las dejan corlar tranquila
pasando el Aisne, va él mismo de Reims hácia mente; pues desde el 23 marchaban juntos y en
Laon. Nueva peripecia: el impetuoso Blücher, masa sobre Paris, que capituló el 30. Napoleón,
que no soñaba sino con Paris, amansado ahora abandonado y maldecido por todos, generales,
por los prudentes consejos de Bülow, no sólo favoritos, pueblo, ejército, hechuras y parientes,
toma sosegadamente posición en el Aisne, sino entra el 31 en Fontainebleau, donde abdica el
que se asienta en Craonne, á la manera fria, ex 4 abril.—Por epílogo mencionemos brevemente
pectante y defensiva que entonces solia llamar Ib brevísima campaña de 1815. Napoleón, vol
se «inglesa» por ser la favorila y victoriosa en viendo do la isla de Elba, estaba en 1." marzo
casi todas las batallas de Wellington. De este en Cannes y el 20 en Paris. Incansable como
sistema táctico, que el amaestro» inglés le ha siempre, trabajando diez y seis horas diarias,
bía de enseñar tan rudamente en Waterloo, tu principió á reconstituir el estado militar disuel
vo ya el desorientado emperador, como una es to por los Borbones, bajo uu pie todavía más
pecie de preludio, el 7 de marzo, en la sangrien amplio que el de 1814. Según él mismo dice en
ta jornada de Craonne. Pudo sin embargo sus Memorias, su proyecto era elevaren pocos
arrollar á Woronzolf y empujarle á Laon; pero meses el ejército á 800.000 hombres entre acti
aqui, en rudas batallas del 8 al 10, aunque vo y reservas. V necesario era en efecto, para
Blücher anda enfermo y su estado mayor desor arrostrar las iras de toda Europa. Desde el 13
denado, el emperador reconoce tristemente su mayo 181o, en que las ocho potencias signata
superioridad y se relira cabizbajo á Reims con rias del Congreso de Viena lanzaron el decreto
el esqueleto ó sombra de su ejercito, l'n imper de proscripción, ya no habia para el ni vislum
donable descuido de Marmont hace perder 40 bre de esperanza. Contando, sin embargo, con
piezas. Visto que á Blücheres imposible hincar la fabulosa lentitud de los aliados y con poder
le el diente, como suele decirse, el asendereado repetir los estériles prodigios de 1814, aceptó
francés vuelve contra el manso y apacible resueltamente el desafio. Las masas principales
Schwartzenbcrg sobre el Sena, tomándole de de la coalición, es decir rusos y austríacos, ha
espaldas por Epernay. Otro desengaño. Por el bían vuello á sus tierras: sólo quedaron en Flán-
célebre tratado de Chaumont, germen de la ce des unos 100.000 anglo-bátavos, al mando de
lebérrima Santa Alianza, firmado en 1.°marz° Wellington, y otros lautos prusianos y alemanes
181 4, Austria, que hasta entonces anduvo inde al de Blücher. Desechado, por inútil ó imposi
cisa y tecleando, sacrifica resueltamente la in ble, el partido de negociar y «dar largas», otros
dócil «persona» del emperador Napoleón: y por dos quedaban á Napoleón: mantenerse en de
lo lanío su suave generalísimo, hasta aqui tan fensiva, recibiendo el choque en París y Lyon,
ceremonioso y tan eunctator como el Fabio an que se estaban poniendo apresuradamente en
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estado de defensa; ó anticiparse en la agresión, dos la victoria no pudo completarse, porque á
batiendo á los anglo-prusianos ántcs de que lle la vez Ney ora batido por los ingleses en Quatre-
gasen los otros contingentes. Para el hombre de Bras y el cuerpo de Drouet d'Erlon anduvo todo
1796 y 1800; para el general de Montcnotte, Ri- el día, como alma en pena, entre los dos campos
voli, Marengo y Ulma; para el vencedor reciente de batalla tan inmediatos sin jugar en ninguno.
de Champauberl y Montmirail, la elección no Para formarse idea de la complicación, de la
podía ser dudosa: el ataque imprevisto y fulmi oscuridad histórica que reina sobre esta brevísi
nante se acomodaba más á la índole de sus tro ma campaña de cuatro dias, basta recordar que
pas; llevaba la guerra fuera del suelo francés y hoy mismo, en 1867, están apareciendo sobre
aquí se atraviesan ya los errores del político) ella no livianos y fugitivos folletos de circuns
se provocaba el «levantamiento» de la Bélgica tancias, sino macizos volúmenes de lenta y la
y de las provincias del Khin que el autócrata se boriosa redacción. Con tales elementos, con la
obstinaba en mirar todavía como «admiradoras» entrada de la pasión «política» en esta árdua
de su sistema y «afectas» a su persona. En pri cuestión militar y técnica, es inútil ya pensar
meros de junio de 1815, de los 200.000 hombres en resolverla ni aún en ilustrarla: cuantos más
efectivos que babia logrado organizar con su datos se aducen, más se embrolla y oscurece.
milagrosa iniciativa, tuvo que desfalcar 15.000 Los bonapartistas echan la culpa de todo á Ney,
al mando de Lamarque para sosegar la Vendée tan bravo como desacertado, á Grouchy, tan des
realista, y otros en varios cuerpos, insuficientes orientado como flojo: los enemigos del primero
para cubrir las extensas fronteras, pero que en y del segundo imperio toman la demanda de es
total le disminuían en más de 70.000 su ejército tas dos víctimas, que llaman propiciatorias para
principal de operaciones. Este, pues, aunque no cargar todo el desastre sobre el gran general que
hay dos autores que concuerden en la cifra, injustamente suponen gastado lepuisé), vacilan
puede computarse en unos 120.000 combatien te, indeciso. De todo hubo. En Napoleón, la
tes. Tres lineas de operaciones se le ofrecían: la alucinación incomprensible, dada la triste ex
del Mosa, para cortar á los prusianos de su base; periencia de 181 i, de que los prusianos habían
la deMons, para arrojará Wellington sobre Am- sido «destrozados» en Ligny como en Jena, y
beres; y en fin la del Sambra, para interponer que no habia por lo tanto que temerles de nue
se, impidiendo la unión de ambos ejércitos. Na vo. En Soult, jefe de E. M. G., un notable des
turalmente el gran estratego escogió la última, cuido en expedir órdenes y «comprobar» la si
para echar á Blücher al Mosa y á Wellington, tuación de sus tropas y de las contrarias. En
según su frase, al mar! Hápido y enérgico como Ney, uaa deplorable manía de manejarlas á
siempre, miéntras los aliados le creían atareado montones, por falanges macedónicas y apelma
en París, el 15 junio rompe la ofensiva, pasa la zadas, como ya malamente se hizo en Eylau y
frontera y cae como el rayo entre los cantones Wagram: empeñando ciega y prematuramente
enemigos. Estos, con su flema habitual, andaban las reservas; empleando tenaz columnas y co
todavía dislocados y esparcidos. La primera noti lumnas en el ataque de una casa atrincherada,
cia de la irrupción la recibió Wellington en el que sólo exigía una lluvia de granadas. En Grou
baile que la duquesa de Richmont daba en Bruse chy, por último, causa para unos, pretexto pa
las. De allí montó á caba,lo para recoger sus tro ro otros, hay positivamente que lamentar falta
pas escalonadas desde el Escalda á Nivelles. Los de tacto, tino, oportunidad: llámese como se
cuatro cuerpos del ejército de Blücher estaban quiera ese rasgo de audacia ó resolución que en
en Charleroi, Namur, Dínanty Lieja. Asi, la úl trances críticos suele impeler súbitamente á los
tima combinación estratégica de Napoleón fué hombres capaces de grandes hechos y por lo
tan atrevida, tan exacta, tan «perfecta» como tanto de inmensas responsabilidades. Cuando la
las primeras. En su ejecución, sin embargo, em fortuna sonríe, todo, por arte maravilloso, con
pezaron á cruzarse estorbos de detalle, morosi curre al buen éxito: cuando vuelve la espalda,
dades de sus tenientes, que habían de influir hasta las piedras parece como si se levantasen
durante estos tres días célebres en el funesto animadas á entorpecer y trastornar. En Maren
desenlace de la tragedia. A pesar de todo, el 16 go, Desaix llega en el instante «justo» de ganar
de junio, Napoleón, desembocando por los famo la batalla; en Castiglione, en Eylau ese mismo
sos llanos de Fleurus, logra coger solo y batir á Ney sabe «desembocar» como un torrente sobre
Blücher en el campo de batalla de Ligny. dis el flanco enemigo: en esta hecatombe de Water-
putado con hórrido encarnizamiento. A duras loo, Grouchy, destinado á perseguir las «reli
penas lo cedió el feroz prusiano: y de todos mo quias» prusianas, se obstina en no verlas y las lie
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ne muy frescas á su lado: miéntras el «bravo de paña quedaba frustrado y se reducía ya á la de
los bravos» en titánica pelea, si bien deja para fensiva «en suelo propio» contra medio millón
siempre justificado ese renombre, deja también de aliados enfurecidos y amaestrados con repe
muy dudosa su capacidad táctica. En la lluvio tidos escarmientos. Al caer la tarde, los esfues-
sa noche del 17 junio el ejército anglo-bátavo zos del francés redoblan para romper el centro
de Wellington, perfectamente apostado delante inglés de frente, por el camino de Bruselas. Una
del bosque de Soignies cerca de Waterloo, tenia masa de 15.000 caballos da reiteradas cargas, tan
ya en frente al francés, magnifico, imponente, brillantes como inútiles, sobre la célebre me
confiado en la victoria, como lo estaba su jefe. seta ó teso del Mont-Saint-Jean; la guardia jó-
Aunque está comprobada la inexactitud de la ven y la mediana y la vieja cargan también en
relación que Napoleón forjó en Santa Elena, en denso y vertiginoso remolino: todo se agota; to
toda ella se percibe la completa seguridad de la do hierve á un tiempo en aquel hórrido volcan,
victoria. «Teníamos, dice textual, un noventa hasta que la noche trae la derrota, el desórden,
por ciento de probabilidad en nuestro favor». el pánico, furioso también como el ataque, in
Thiers añade que después de dictadas las órde coercible, frenético, desatentado. Con el último
nes y miéntras se ejecutaban los movimientos cuadro, literalmente abrasado, con los nombres
preparatorios, el emperador echó un largo y de Ney, Friant, Michel, Cambronne.... termina,
tranquilo sueño. Sea por esta incomprensible el 18 junio 1815, la sangrienta Diada imperial,
tranquilidad ó por esperar á que la atmósfera fuente perenne de altos ejemplos y saludable
se despejase y el suelo permitiese rodar la arti enseñanza.—
llería, hasta las once de la mañana no empezó la Desde 1815 el arte de la guerra se considera
refriega, con el carácter respectivo que distingue entrado en un estado casi perfecto de madurez.
á los dos ejércitos ó, si se quiere, á las dos razas, El largo reposo que ha disfrutado la Europa cen
simbolizadas por sus ilustres capitanes. El in tral ha permitido á los hombres pensadores,
glés, fiel á sus tradiciones de Torres- Ved ras, de singularmente en la docta Alemania, profundos
Talavcra y de Busaco, soportó con una solidez, estudios históricos, críticos y didácticos, abun
comparable solamente á la del granito, las fu dantes en luminosa doctrina. Respecto á las
riosas y reiteradas embestidas del francés, cuyo guerras posteriores, y que pueden llamarse con
plan tenia semejanza con el de Wagram y la temporáneas, todavía no ha llegado el tiempo
Moscowa. La quinta ó casería de Hougoumont, del análisis, ni aún de la exposición imparcial
defendida por corta fuerza inglesa con un tesón y provechosa. Completaremos, pues, este bos
in ejemplo, embotó ya un poco el ímpetu fran quejo mencionando algunas de pasada, y dete
cés, y sobre todo le hizo perder un tiempo que niéndonos algo más, por su importancia, en las
á cada minuto iba siendo más precioso. En de Italia y de Bohemia. Desde el año 1814, las
efecto, un punto negro empezó á señalarse, allá dos penínsulas, italiana y española, viven en
en lontananza, por la derecha del ejército im una agitación política, que ha tomado resuelta
perial. Primero se tomó por un grupo de árbo mente carácter crónico, interpolando ciertos
les; luego por una columna en descanso; al fin periodos álgidos de guerra civil. Annquc demos
la tremenda verdad se comprobó: aquellos -pru como puede verse, á esta «especie» de guerra la
sianos «deshechos» en Ligny, supuestos en pre importancia que realmente tiene, no es cosa de
cipitada fuga y acosados por el cuerpo de Grou- entrar en pormenores sobre los «disturbios» de
chy, desembocaban feroces por el flanco dere ambas penínsulas en el primer periodo de 1820
cho en el revuelto y ensangrentado campo de á 1823; ni mucho ménos sobre la guerra civil
batalla. La fria perseverancia de Wellington iba de 1833 á 1840, que abrasó la España y produ
& ser coronada por el ardiente valor de Blücher. jo la estabilidad definitiva del nuevo orden de
A media tarde el ejército francés ya estaba co cosas, contra el cual en vano se esforzó la cele
mo en un yunque. Ni habia tiempo, ni calma, bérrima Santa Alianza. La «campaña» de los
ni posibilidad para un cambio de frente; ni entró 100.000 «hijos de San Luis» en 1823 hace reir
nunca en los hábitos del soberbio emperador á los mismos franceses.—El sitio de Amberes.
una prudente y oportuna retirada. Y realmente, en 1832, muy parecido al de Roma en 1845.
hubiera sido inútil también. ¿Qué podría ser? por lo acompasado y ceremonioso, son meros
¿Ganar por la noche el camino de Gennape y á «ejercicios» de instrucción para el arma de in
la madrugada siguiente incorporarse con Grou- genieros.—Sobre la invasión de Argel en 1830 v
chy? También por su parte avanzarían ya «jun- j las largas guerras subsiguientes, también están
tos» Wellington y Blücher. El objeto de la cam- | conformes los franceses en que lo mejor es callar
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y pasar de largo. Por aquellos tiempos, remotos dos contendientes, aumentada todavía con la
ya para nosotros, 1828—29, Rusia hizo una vigorosa unidad en el fuerte, con la desunión y
guerra con Turquía, que, sin entrar natural la anarquía del débil. Cuando, en 23 enero 1831 ,
mente en las condicioaes europeas, merece aten la dieta o asamblea polaca recogió el guante, res
ción. Desde luego tuvo dos teatros, en Asia y en pondiendo con la declaración de guerra al ma
Europa; y los dos generales rusos Diebitsch y nifiesto del emperador Nicolás, escasamente con
Paskievitsch que en ellos operaron, desplegaron taba 35.000 hombres de tropas regulares, que
envidiables dotes militares y políticas. El segun sirviesen de núcleo á las numerosas milicias
do, especialmente, que mereció en vida justos que de un golpe puso en pié. Desde el primer
honores y largas recompensas, ilustra en este momento hierven los chismes y rencillas en el
siglo los anales militares de Kusia. Buen repú gobierno y en el campamento polaco. El viejo
blico, sagaz y astuto diplomático, excelente or Chlopicki, general en jefe, tiene que resignar el
ganizador, Paskievitsch realiza un tipo algo mando en Radziwill, quedándose por decirlo así,
«complicado» del general en jefe. Con un pe entre bastidores á manera de consueta. Afortu
queño ejército de 16.000 hombres escasos, él vi. nadamente el ruso Diebitsch, el debelador de
ve, marcha, combate, revuelve, seduce, cor turcos, no anduvo muy rápido en su concen
rompe, embrolla, crea milicias cristianas, se tración sobre Bialystock, Kowno y Dombrowa.
atrae caballería mulsumana, marea en fin, anu Pasando en fin sobre el hielo el rio Bieg, pudo
la, ovence» á un ejército turco de 200.000 hom ya acercarse á los polacos, que en defensiva le
bres nominales. Estos hechos prácticos, positivos aguardaban, formando un gran semicírculo an
y tangibles, que guardan cierta relación y ana- te Varsovia mal y apresuradamente fortificada.
logia con los de nuestros antepasados en el siglo Esta dispersión inerte y descosida, que nunca
XVI, no pueden evidentemente ajustarse á las adoptaron en su más extremado apuro Federico
estrechas «reglas» actuales; pero su estudio es y Napoleón, basta ya para anticipar el triste e
agradable, no tanto por lo que esparce el ánimo, indefectible resultado. Al compás que llegan po
como por lo que levanta el espíritu, sobre todo derosos refuerzos rusos, crecen las disensiones
si este tiene predisposición á romper las trabas polacas. Radziwill es sustituido por Skrzynecki,
doctrinarias. En 1829, la Europa alarmada al que tiene «dos» jefes de estado mayor Prond-
ver á Oiebitsch (aunque sólo llevaba unos 20.000 zynsky > Chrzanowsky en perpétuo desacuer-
hombres) en camino de Constanlinopla y á Pas co. Entre los generales divisionarios, tropiezos
kievitsch en Erzeroum, se interpuso, como pos iguales. Sangrientos combates sólo sirven para
teriormente en Crimea, para atajar el engran acreditar la bravura suelta y desordenada: por
decimiento ruso: tarea vana, porque enplazo no fin, en 26 mayo 1831, la vanguardia rusa toma
muy largo ese colosal imperio, sí prosigue es con vigoroso esfuerzo á Ostrolenka, y, por muer
trechando su singular amistad con los Estados te natural de Diebitsch, toma el mando en jefe
Unidos de América, ha de dar muy malos ratos, el curtido y afortunado Paskiewitsch. Por agos
noá la enfermiza y moribunda Turquía, sino á to ya crecen los apuros y fermentan las discor
la vieja y arrogante Europa. Su cruel perseve dias en el revuelto campo de los insurrectos.
rancia con Polonia que se le atravesaba en el Dembinski sustituye á Skrzynecki, por más ac
camino, da la medida de su política persisten tivo y fogoso: leva en masa, gritos, populache
te. Es destino, lamentable por cierto, de los po rías.. ..El 6 y 7 setiembre se rinde Varsovia, no
lacos excitar, desde hace un siglo en que fueron sin haber mordido el polvo 11.000 hombres de
despedazados, las «simpatías» del orbe entero, sin cada bando. El 20 es desarmado el ejército po
que jamás se hayan traducido en «hechos». Na laco; y sabido es el sentido que en la historia
poleón I, que pudo restaurar el antiguo reino co tiene la célebre frase «el orden reina en Var
mo poderoso antemural contra Rusia, se quedó á sovia».—
medio camino con la erección de un gran ducado
de Varsovia, que á ninguna condición satisfacía. Citemos de paso, y por venir en órden cro
En 1830 la desgraciada Polonia, apurado ya el nológico, la extraña guerra del Sonderbund en
sufrimiento, resolvió alzarse en armas contra Suiza en 1847. Esta liga político-religiosa de
su implacable opresora. Esta corta guerra, aun siete cantones díscolos traía revuelta á la pobre
que sea una de las que W'illisen ha escogido co y sesuda confederación helvética, que al fin,
mo ejemplo para desenvolver sus abstrusas teo por acto federal resolvió disolverla por la fuerza.
rías, no tiene condiciones perfectas de «ense El general Dufour, veterano del imperio y sol
ñanza», por la inmensa desproporción entre los dado muy cabal, logró hacer comprender "
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aquellos pacíficos republicanos, que el medio de bación política del imperio austríaco, tan hete-
acabar pronlo y bien era presentar «de golpe» rógeneo de suyo, quiso aprovecharse Hungría
un poderoso alarde de fuerzas y ahogar mate para recobrar su independencia. El gobierno
rialmente por la superioridad numérica. Los austríaco, modelo de travesura y perseverancia
suizos, más dóciles que los españoles cuando en grandes apuros caseros, atizó el odio de raza
Mendizabal once años antes propuso olro tanto, contra los magyares de croatas, servios, válacos
pusieron en pié nada ménos que 200.000 hom y Iransilvanos. Vacío, como siempre, el tesoro;
bres de sus milicias; y como el Sonderbund es con Viena en poder de la insurrección (mayo
casamente podía poner la quinta parte, no hay 1 848); con las tropas húngaras, nervio de su
que decir, que á los quince dias, y con «qui ejército, pronunciadas; con Italia en armas, co
nientas» bajas en choques de avanzadas, el ne mo luego veremos, aquellos hombres de Estado
gocio quedó concluido. El 24 noviembre se rin fueron capeando el tiempo y corriendo la bor
dió Lucerna, capital y cuna del Sonderbund. — rasca, hasta traer la nave á puerto y los princi
Esto prueba que si en España en 1833, y aún en pios realistas á punto de una nueva Santa Alian
América en 1861, hubiese habido un Dufour y za. Esta guerra tampoco admite exacta y rigo
gente razonable como la de Suiza, capaz de rosa clasificación. De raza en el fondo, civil en
prestarle atención y apoyo, España se hubiera la apariencia, internacional en el desenlace, no
ahorrado siete años y los Estados Unidos cuatro ofrece enseñanza ni atractivo. Las disensiones
de espantosa guerra civil. Esperemos, sin em hervían entre los húngaros de 1849, como en
bargo, que al estallar otra, se repetirán exacta tre los polacos de 1831, como entre los carlistas
mente las mismas imprevisiones y candideces. españoles de 1839. El Maroto de Hungría fué
En 1818, Europa recibió tan violenta sacu Georgey, que se rindió en Villagos en 13 agosto
dida, que todavía cuando esto se escribe, veinte 1849: parle por odio al dictador Kossuth; parte,
años después, se están sintiendo profundas y te y más principal, por ser temeraria la resistencia
merosas vibraciones. El terremoto empezó, co contra los austríacos bien mandados por Hay-
mo suele, en Francia, «aburrida» de diez y ocho nau y ayudados por 120.000 rusos, que en ma
años de paz y quietud bajo un gobierno «al pa yo trajo el mismo Paskiewitsch que redujo á
recer» inmejorable; pero que llegó á desagradar Varsovia. Por algún tiempo mandó también en
por lo metódico y doctrinario ó, si se quiere en Hungría su rival Dembinski el polaco. Tomada
francés, por lo bouryeois y épicier. Cuestión de ya Offen-Pesth por Windischgraetz en 5 enero;
gustos. El movimiento al punto se corrió por el entregado Georgey; ocupada la inexpugnable
Rhin, por el Danubio, por el Elba, por el Spree: Komorn por Haynau en 2 octubre; fueron esté
y esa culta, pacífica y laboriosa Alemania, obje riles los esfuerzos de Klapka, el más tenaz de los
to de la envidia y de la «adoración latina» en insurrectos. Austria, modelo antiguo de ingra
1867, dió, tanto en Berlín como en Viena, espec titud política, pagó la oportuna y generosa in
táculos muchos más bufones y grotescos que los tervención de Rusia, dejando muy tranquila
acostumbrados por estas nuestras tierras meri que Sebastopol ardiese seis años después.—Otra
dionales. Allí todo se fué en vocerío, abortos y resulla de la conmoción de 1848 fué la guerra
conatos. Los innumerables principillos pasaron del Schleswig-Holstein, antigua querella entre
malos ratos; los ejércitos no anduvieron muy Dinamarca y la vieja Conledcracion Germánica,
resueltos; y la célebre campaña de Badén en que, al resucitar con nueva forma, vino á ser
18i8 no acreditó grandes dotes guerrilleras por causa, eficiente ó determinante, de la guerra de
parte de las bandas semi-republícanas, ni vigor Bohemia en 1866. Allí se irritaron las «acedías»
excesivo en los 50.000 hombres de tropa regu de Austria y Prusia, nunca bien curadas desde
lar que tardaron meses en acabar con ellas. Co Federico II y María Teresa. Esta guerra de
mo en la guerra de Treinta Años, aconsejamos Schleswig, en sus dos períodos de 1848—50 y
lealmente al lector español que, ántes de pene 1864, envuelve, en toda su pequenez, las «ne
trar en el laberinto de una guerra interior en bulosidades» germánicas ántes mencionadas,
tre alemanes, se tiente la ropa, como vulgar con el aumento de cierto tinte escandinavo. Los
mente se dice, si no quiere concluir en un mani hechos de armas so interpolan con palabre
comio: tal es el cúmulo de abstracciones, teorías, rías parlamentarías y forenses: y nadie hubiera
sutilezas, metafísicas, logomaquias y palabrotas, presumido en 1864, al ver la flojera y dejadez
con que los honrados tudescos embrollan eso, en el Holstein de Austria y Prusia, que estas dos
tan llano y tan frecuente en España, que se re poderosas naciones habían de chocar poco des
sume en la frase «andar á tiros».—De la pertur pués con tanto brio y estrépito en los campo?
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de Sadowa (i Koenigraetz. Falsa y peligrosa es la libertad, dispuesto á tremolarle por toda ta
la «adivinación» ó profecía en materias de po tierra itálica, más cansada á la sazón del yugo
lítica y de guerra. Cuando en 1850 y en 1861 se extranjero, que deseosa de anchuras políticas,
leian en los periódicos con cierta compasión nunca por ella bien conocidas y apreciadas. A
burlona aquéllas batalle.jas de Idstedt, de Mís- la rebelión de Sicilia contra Fernando de Nápo-
sunde, de Fridericia y de Düppel y sonaban les; á los tumultos de Roma en pro de Pió IX; á
«tan lejos» losnombresde Williscu, Bonin, VAran- las barricadas de Viena en 15 marzo 1840, ha
gel, Moltke y Federico-Carlos, nadir pudo ver bían seguido poco días después barricadas tam
en aquellos hechos y complicaciones, hoy tan bién en Milán, motines de estudiantes en Bér-
microscópicas y lilliputienses, la incubación mi gamo y Pádua, trastornos sérios en Venecia,
litar de la campaña de 1866. El ejercito prusia inquietud y fermentación por todas pprtes. Afor
no no habia tirado uu tiro desde 1815; pero, si tunadamente para el Austria, gobernaba sus
confirmación necesitase el axioma de que en la negocios y sus armas en Lombardia el feldma
paz se prepara la guerra bien clara la da esa riscal Radetzky, duro y curtido veterano, que
pequeña Marca de Brandenburgo, ignorada has llevaba sus ochenta años con pasmosa verdura
ta Federico, señora hoy de la Alemania por el y juvenil energía. Le rodeaba además un esta
justísimo derecho de su fuerza y poderío.—De do mayor activo, leal é inteligente. Al sublevár
jando también aparte y sin detallada mención sele Milán, en 18 marzo, el viejo Radetzky no
la guerra de Crimea I85i —55, que más bien fué tuvo más remedio que evacuar la ciudad y re
un largo y porfiado sitio ó, todavía mejor, una cogerse maltrecho á la ciudadela. En este con
gigantesca batalla contra un enemigo atrinche flicto Cárlos Alberto, muy de antemano aperci
rado; terminemos este desaliñado bosquejo, lla bido, declara ruidosamente la guerra. Radetzky,
mando la atención, como realmente la merecen, sintiendo que el suelo le faltaba bajo los piés;
sobre las dos guerras de Italia en 1 8 19 y 1859, rodeado en torno de llamaradas revolucionarias:
y finalmente sobre la de Bohemia en 1866. Fres con el ejército pianiontés en frente y los tumul
eos todavía los sucesos, vivos los actores, pues tos de su propio país á la espalda, no por eso
tas aún las cuestiones mismas sobre el tapete, perdió la cabeza, ni el aliento. Sereno, aunque
el juicio sobre estas guerras no puede ser for presuroso, corrió á encerrarse en los sólidos
malmente histórico, las apreciaciones tampoco muros de Verona, castigando al paso fieramente
del todo exactas, ni las «reglas» que se deduz la población de Melegnano, que pretendió ata
can definitivas. Hay, sin embargo, necesidad de járselo, y concentrando en su mano todo el
dar cumplido remate á esta árida tarea que nos ejército, que subiría por entónces á unos 25.000
hemos impuesto, en la confianza de agradar al hombres. Una brigada en Mantua vigilaba el
lector, presentándole resumida en pocas pági frente y otra, en Pastrengo, guardaba las comu
nas la sustancia de algunas docenas de volú nicaciones con el Tirol. El 9 abril llega Cárlos
menes.— Alberto arrogante al Mincío, y se ensoberbece
en Goito con una ligera ventaja lograda sin es
Sabida es la secular insistencia con que la fuerzo sobre la retaguardia tudesca; pero la Lom
casa de Saboya ha codiciado el dominio de Ita bardia no da muestras de un gran entusiasmo
lia. Tanto los antiguos duques de aquel nombre, por el salvador ó redentor piamontés. Milán le
como los modernos reyes de Cerdeña han he- desdeña con cierta veleidad autonómica y re
tho valer en todas ocasiones su modesta posi publicana. Si en vez de la presunción y la im
ción de «porteros de los Alpes» con tenaz habi pericia que reinaban en el cuartel general del
lidad y varia fortuna, mudando al compás de valeroso rey, hubiese habido algo de la firmeza
los sucesos sus aficiones á Kspaña, Francia y y del saber que sobraban en el de Radetzky, ni
Austria. Las hondas turbaciones de 1818, que, se hubiera confiado en patrioterías, ni llegado á
como se ha visto, amenazaban disolver este úl creer que la línea del Adige pudiera pasarse con
timo imperio, poseedor del pingüe territorio tanta facilidad como la del Mincío. La batalla
lombardo-véneto, ofrecían 8l rey de Cerdeña, de Santa Lucia, en 6 mayo, ataque mal diri
Cárlos Alberto, propicia coyuntura de engran gido y por ende frustrado contra Verona, puede
decimiento. Nada escrupuloso en política, co decirse que ya dejó virtualmente resuelta la
mo sus abuelos, con la misma mano con que en cuestión. Con 21 .000 hombres Radetzky da cuen
1823 asió el fusil de «granadero» para cumplir ta de 35.000 sardos, fojos sin duda al verse tan
en el Trocadero la triste «ejecución» de la Santa detestablemente conducidos. La retirada, algo
Alianza, con la misma empuñó el estandarte de más pronta de lo que al lustre de las armas ita
GUER - fifii - GUER
lianas conviniera, no terminó en desastre por goso y vocinglero, mas rápido y fugaz, como
las condiciones del terreno. Unas 600 bajas cos siempre acontece, había de ser el «entusiasmo»
ió la jornada á cada parte; pero lo que en la del enemigo. Dejando pues suficiente guarnición
guerra importa más que todo, la «moral» con en Verona, Radetzky la evacúa: y como el paso
lan fácil victoria se levantó en los austríacos por Vicenza está obstruido por un cuerpo nu
acorralados, otro tanto como se abatió en les cré meroso y colecticio que manda Durando, toma
dulos piamonteses, que, sin abandonar la par la vuelta de Mántua y I.egnago, por donde cru
tida, pusieron cerco á Peschiera, uno de los án za el Adige. Esto se verifica hácia el 6 de junio,
gulos del célebre cuadrilátero, ante el cual, años cuando el confiado ejército piamontes se dispo
después, Napoleón III se detuvo con más seso. nía gallardamente al sitio de Mántua. El ladino
A Radetzky le importaba grandemente salvar es tudesco lo deja hacer: porque tracen mientes el
ta plaza: y para ello pasa con súbita maestría de proyecto da caer, como una maza, en Vicenza
su prudente y cautelosa defensiva á la ofensiva sobre el cuerpo allegadizo de Durando. En efec
más resuelta. A ella le>ayudan 20.000 hombres to, el 1 0 junio lo aplasta, lo disuelve, lo avenía.
de refuerzo que, sometiendo al Véneto, le trae Esta acción de vigor quita un estorbo de las co
Nugent á primeros de mayo por Udine y Cone- municaciones austríacas con el Véneto, ya poco
gliano sobre Treviso. El plan tudesco era atrevi que los refuerzos acudan por Pádua y Treviso.
do y peligroso: desembocar de Mántua para caer también barridas, ya se puede pensaren habér
en Goito sobre la espalda del agresor: la ejecu selas «de frente» con el grueso del ejército re
ción correspondió, por lo secreta, rápida y or gular píamontés. Este es batido el 23 julio, por
denada. El 27 y 28 mayo, por una vigorosa mar vía de prólogo, y arrojado de sus posiciones de
cha de flanco, Radctzkyva de Verana á Mántua Sona, Sommaeampana y Santa Giustina; el 24 y
y el 20 desemboca en los llanos de Goito donde 25 pierde la batalla formal y decisiva de Cus-
traba la batalla. En ella ni austríacos ni sardos tozza. I.os austríacos vencedores no pueden avi
dieron muestras de brío ó de acierto táctico en var la persecución por lo excesivo de los calo
las maniobras. Aunque los primeros durmieron res; los piamonteses, por Villafranca, se retiran
•n el campo de batalla, los segundos canta el 26 á Goito. El caballeresco rey de Cerdeña,
ron victoria, no muy sangrienta, pues sólo cos que en toda esta campaña es la verdadera antí
tó unas 400 bajas; pero el 2 junio cayó Peschie tesis de la prudencia y del buen sentido, se obs
ra y los austríacos tuvieron que recegerse otra tina en «salvar» á Milán. Radetzky le sigue y le
vez á Verana, renunciando forzosamente á la encierra. I.os liberales milaneses, de cuya «gra
ofensiva. Si para ellos la situación militar no titud ii ya tenia el rey inequívocas muestras, aho
era, como se ve, muy ventajosa; todavía era ra resuelven arrastrarle: y ya que no pueden
peor el conjunto de la «cosa pública» en el im darse este patriótico desahogo, le echan á bala
perio austríaco, con la insurrección de Hungría, zos de la ciudad, que al punto ocupa Radetzky
de Venecia y de la misma capital. Aquí ya la en son de triunfo, el 9 agosto 1848. A los seis
cuestión es de quedar á orillas del Adige en dias, repasado el Oglio y el Adda. evacuada en
vuelto y corlado de su patria, sin asomo de so fin la ingrata Lombardia, Cárlos Alberto tiene
corro ni esperanza. Ante la gravedad indudable que firmar un armisticio.
de estos datos, el viejo mariscal plantea de nue Pero el escarmiento no influye en el ánimo
vo su problema. Andarse en puntas, arremetidas j (ogoso ó despechado del rey de Cerdeña. Avi
ó estratagemas, después de lo de Goito y en la j vando furioso sus armamentos, á principios de
inflamación creciente de las pasiones, es pen- ¡ 1849 tiene en pié 90.000 infantes 3.000 caballos
sar en lo excusado; mantenerse firme por un y 150 piezas. Entre sus generales cuenta los po
falso punto de honor ;que á tantos generales ha j lacos de 1831 Chrzanowsky y Ramorino. elegido
costado esa misma reputación que pretendían este último después de la derrota como victima
salvar, es perder el tiempo, ya que no se acelere propiciatoria. El 12 marzo 1849 se denuncia el
el peligro; lo mejores, pues, ceder gratuitamen armisticio y el 20 rompen las hostilidades. En
te el terreno, cosa llana cuando se mandan tro el estado mayor piamontes. seguía reinando la
pas dóciles; encaramarse, si es forzoso, por los mentable inexperiencia y ese juvenil candorque
Alpes arriba: y. puesto que de Austria han de pretende «aplicar al terreno» inmediatamente
venir la salvación y los refuerzos, acortarles el lo que ningún trabajo cuesta á los autores «pin
camino y abrigarse cuanto antes al calor de la tar» en las láminas de sus libros. Allí no se tra
patria. La costosa y larga experiencia del vete taba, como en los primeros tiempos de nuestra
rano mariscal le anunciaba que cuanto más fo guerra de la Independencia . sino de doblar.
GUER - 668 - GUER
flanquear, envolver, copar, triturar de un golpe por el pacto de Plombiéres, quedó resuelta la
al marrullero Radetzky. Este completó su glo acción mancomunada del Piamonte y Francia.
ria y coronó su envidiable y larga carrera. Con En este conflicto el Austria, que ya no disponía
centrado en la izquierda del Tessino, pasa este de un Radetzky, hizo gala de su tradicional mo
rio el 20 marzo por Pavía, buscando por Morta- rosidad. No hay que ser Federico II ni Napo
ra y Vigevano la espalda del enemigo, que habia león I para comprender que lo importante era
acumulado sus fuerzas sobre la izquierda. En anticiparse, correr y llegar cuanto ántes á im
estos combates, favorables á los austríacos, com pedir la reunión de los dos ejércitos aliados.
prendió el piamontés qne ya no era posible la Del francés, ya se sabia que un trozo (los cuer
entrada triunfal en Milán. Hubo, pues, que dar pos de Canrobert y Niel) habían de cruzar el
frente á la derecha y, dislocándose por consi Montcenis; y el otro, Baraguey, Mac-Mahon,
guiente en divisiones, aceptar la desastrosa ba la Guardia imperial navegaría hácia Génova.
talla de Novara el 23 marzo 1849. En esta céle Se ve, pues, que Turin era lo que los estratégi
bre y decisiva jornada se encuentra nueva con cos llaman objetivo primario, y visible, palpa
firmación de lo íntimamente relacionadas que ble. Su distancia al Tesino, base austríaca, no
están en los buenos ejércitos las cualidades de es grande: unos 140 kilómetros, el camino des
las tropas con las de sus comandantes. Llevada embarazado. Pues, lejos de caer como el rayo,
de su excesivo ardor, la división auslriaca del Austria se «entretiene* el 19 abril 1859 en exi
barón d'Aspre empeñó sola el combate; pero gir ceremoniosamente á Cerdeña que «des
conocida la falta, sabe redimirla manteniéndolo arme»: espera tres dias una repuesta que
con vigor inaudito por largo tiempo contra todo ya podía presumir: espera otros tres dias más
el poder del enemigo: 12.000 hombres detie para digerirla , y hasta el 29 el feldzeug-
nen cinco horas á 60.000. Por fin llega el grue meister Giulay no pasa el Tesíno y rompe
so austríaco y sin gran esfuerzo barre el campo el movimiento con tardía é inoportuna ofensi
de batalla. La abdicación y la muerte inme va. Cuando una guerra, singularmente en nues
diata, en tierra extraña, del infortunado Carlos tros dias, se entabla con tal indecisión y len
Alberlo ponen triste remate á esla lastimosa titud, ya puede darse por perdido la mitad del
empresa.— juego. Asi, el 3 mayo ya pisaban 100.000 fran
Diez años después, su hijo Víctor Manuel, ceses el territorio piamontés; el 5 varías divi
valiente soldado también, la prosiguió con más siones estaban sobre el Scrivia y en Alejandría:
poderosos elementos y por consiguiente con de modo que estaba perdido todo el fatigoso
éxito más venturoso. Por aquel tiempo el hábil apresuramiento que puso Giulay en venirse á
ministro Cavour.stipo utilizar la extraña «teoría» la derecha del Pó. Tuvo, pues, que repasarlo.
que Napoleón III profesaba acerca de las «gran Aunque los franceses desplegaron recomenda
des agrupaciones nacionales». Franceses de di ble actividad en sus aprestos y suma rapidez en
ferentes escuelas políticas, como Thiers, La mover y concentrar las tropas, estas, en aque
martine, Proudhon, no lian podido comprender lla fecha, todavía no se habían completado con
las ventajas que á Francia trajese tener por un la artillería y caballería que venían por el ca
lado una Italia compacta y por otro una Prusia mino de la Cornisa; y aquellos, es decir, la»
embebiendo en sí todo el poder de la Germania municiones y vituallas tampoco habían llegado
unificada. Pero entre las «ventajas» del gobier en cantidad para emprender operaciones vivas.
no llamado personal, que entonces adoraban los Giulay, perdiendo aquellos días en vanos ama
veleidosos franceses, no hay duda que es apre- gos y demostraciones sobre Ivreay Cresccntino,
ciable la de no tener nadie que ocuparse en sin más fruto que poner en algún cuidado á Tu
pensar y discernir sobre la «cosa pública». El rin, el 10 mayo evacúa la comarca entre el Do
César se toma el trabajo de «pensar» por sus ria y el Sesía y muestra renunciará la ofensiva.
vasallos, y justo es que eslos se lo agradezcan En diez dias el indeciso feldzeugmeister había
incensándole. El segundo imperio—V empire cambiado, ó le habia hecho cambiar su go
c'esl lapaix—sentíala necesidad «dinástica» de bierno, tres veces lo menos de plan. El 12 ma
otra guerra, algo más brillante, rápida y pro yo Napoleón III loma el mando en jefe. Por
ductiva que la de Crimea. La adquisición de copiar á su tio, y sin considerar cuan rápida
Saboya y Niza casi preludiaba la resurrección mente nos vamos alejando de sus tiempos, su
de los «buenos tiempos» napoleónicos. Toda proclama de Génova concluye recomendándola
guerra fuera di' su país es agradable á la jac bayoneta «relie arme, terrible de V infanterie
tancia francesa: por consiguiente ya en 1858, Iraneaist » . La rutina ha costado y ha de costar
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GUER - eee - GUER
muy cara á los franceses. Bugeaud, Trochu y desorganizado. El 7 junio entraron los france
otros se lo han advertido en vatio. Por lo demás, ses en Milán. La estrella napoleónica brillaba
el plan del emperador francés era perfecto: uti en todo su esplendor. Algún maldiciente echa
lizar la perplejidad austríaca, amagando por la ba de menos en el César, quizá por su edad
derecha, miéntras se acumulaban fuerzas im provecta, aquel brío «personal» que tan oportu
ponentes sobre la izquierda. Hasta el 20 de ma namente sabia mostrar el hombre de Areola;
yo no ocurrieron más que ligeros choques y pero Francia estaba satisfecha con poder dar
escaramuzas. En ese dia, al hacer el cuerpo nuevo nombre á una de las calles de Paris y
austríaco de Stadion un reconocimiento, se tra verá sus soldados gloriosamente ocupados en
bó en Monlebello un recio combate, en que aquella tierra clásica, tantas veces regada con
hubo graves faltas tácticas de los austríacos, su sangre. Asi, la persecución de los franceses
aprovechadas con brillante arrojo por los fran fué nula: sólo el 8 junio hubo combate en Me-
ceses de Forey. La campaña, pues, bajo el as legnano (Marinan ó Marignano, donde Francis
pecto material y táctico del choque, se inau co I derrotó á los suizos en 1515! contra el
guraba desventajosa para el Austria . La moral cuerpo austríaco de Benedek que se quedó algo
de los franceses se templa; la de los italianos se rezagado al cubrir la retirada, y fué empujado
sublima; la agitación crece en toda la penínsu vigorosamente al otro lado del Adda. Quien
la, y hasta Garíbaldi se apresta á trepar por los realmente salió de apuros con la victoria de
Alpes con sus fanfarrones voluntarios. Mien Magenta, fué Garíbaldi. Pretendía este guerri
tras tanto los franceses, dejando, con buen llero entrarse nada menos que por el Tirol
acuerdo, á los sardos que entretengan al des adentro, cuando la brigada austríaca Urban le
orientado Giulay, toman intrépidos por su cuen empezó á demostrar la diferencia que media
ta la vuelta de Verccil y Novara, derechos al entre las agitaciones políticas y la guerra for
Tesino y á Milán. El feldzeugmeister que al re mal. Sus bulliciosos «voluntarios» no adelanta
nunciar al ataque de Turin se habia asentado ron un paso; y si el ejército francés no hubiese
fuertemente en Verceil sobro el Sesia, evacúa: avanzado, cara hubieran pagado su bisoñería.
yCíaldiní al punto ocupa este pueblo. Era des Evacuada la Lombardía, Plasencia, que habían
tino del austríaco andar por todas partes vaci fortificado con enorme gasto, Pizzighetone, An-
lante y descosido: asi, en los combates de Pa cona, Bolonia, Ferrara, los tudescos se guare
lestra (30 y 31 mayo) 15.000 tudescos tuvieron cieron y concentraron en el famoso cuadriláte
que habérselas con 35.000 aliados. Estos, en ro. Los franco-sardos fueron tras ellos, pasando
1." y ¿junio, entran en Novara; Giulay retro el Adda el 12 y 12 junio y concentrándo
cede y se recoge á la izquierda del Tessino. Al se á su vez sobre Brescia, ocupada préviamen-
dia siguiente los aliados son dueños de los pasos te por Garíbaldi con sus cazadores de los Al
de San Marlino y de Turbigo; y el 4 se empeña pes como vanguardia. El 17 y 18 entraron
la célebre batalla de Magenta, de donde toma Víctor Manuel y Napoleón III con la inevi
merecido titulo Mac-Mahon, ya con fama mi table «ovación» de libertadores. Los austríacos,
litar de Sebastopol. En esta batalla, como en entre el Chiesa y el Mincio, se ocupaban en re
casi todas las modernas, más que la ojeada y el forzarse y reorganizarse. El desgraciado Glu-
saber de los generales, más que el tino y la pre lay fué sustituido por Shlick, y el mismo empe
cisión de las maniobras, luce el brio «indivi rador Francisco José asumió el mando en jefe el
dual» délas tropas. Unas 6.000 bajascon i. 000 18enVerona, inspirado, según parece, por el
prisioneros confiesan los austríacos, bastante barón Hess, que gozaba envidiable reputación
superiores en número, y 5.000 los franceses. como jefe de E. M. que fué de Radetzky. Los
El resultado no fue en manera alguna decisivo; hechos no correspondieron á las esperanzas que
pero el general austríaco lo díó por tal volunta podia estimular el mando del joven monarca,
riamente y se recogió á Pavía. Como en este re tan sábiamente dirigido. El primer movimiento
sumen no es posible entrar en análisis de bata fué de retroceso: nada conveniente por lo tanto
llas, suprimiremos los numerosos comentarios para vigorizar la «moral» quebrantada de un
que ha producido esta de Magenta: sólo atenua ejército. El 20 y 21 junio, evacuadas las exce
remos la culpa que por unanimidad se atribuye lentes posiciones de Lonato. Montechiaro y Cas
á la flojedad del cuerpo austríaco de Clam- ¡ tiglione, al punto ocupadas por los aliados, to-
Gallas, recordando que vino como un fardo por do el ejército austríaco se enderezó hácia la ii-
el ferro-carril desde el fondo de Alemania, des- quierda del Mincio, repasando luego sigilosa y
embarcando en el campo de batalla molido y \ ofensivamente este rio el 23. por Peschíera, Sa-
GITER - 667 - GUER
lionze, Waleggio, Ferri, Goito y Mantua. Y aquí francos por mes y por soldado. Por esto, ó por
conviene hacer pausa para meditar sobre las la natural fatiga, ó por lo imposible de manejar
continuas singularidades y anomalías de la guer con precisión y soltura las modernas y enormes
ra, por seria, metódica y ordenada que parezca. masas, los austríacos no fueron molestados en
Dos ejércitos, tan voluminosos como los que su ordenada é imponente retirada. Ante el for
aquí contienden en un palmo de terreno, están midable cuadrilátero el emperador francés re
sin saber uno de otro, a pesar de disponer de flexionó, según palabras textuales de su procla
excelentes tropas ligeras, como garibaldinos y ma, que «la lucha iba tomando proporciones
tiroleses, y del vivo espionaje que es tan común que no estaban en relación con los intereses de
en Italia. Un monqolfier, que el francés Godard Francia». Efectivamente, Alemania y Europa se
elevó en Castenodolo, nada pudo registrar en el agitaban por el Rhin; se amontonaban nubes
contorno que le pareció limpio y raso, y los alia tempestuosas; y aunque quedase sin cumplir el
dos creyeron el 23 junio a todos los austríacos arrogante programa de hacer á Italia «libre des
al otro lado del Mincio, dentro del temible cua de los Alpes al Adriático» valía más recogerse k
drilátero y apercibiéndose á defenderle pasiva las Tullerias con los laureles frescos. El 8 se
mente. De modo que la ruidosa batalla de Solfe convino un armisticio, el 11 conferenciáronlos
rino, léjos de ser, como lo deberían ser todas, dos emperadores y el 12 julio 1859 se ajustó la
estratégica y maduramente preparada, fué de paz de Villafranca. Con ella quedaba resuelta de
esas vulgarísimas, que se llaman de choque ó en una plumada la cuestión militar; pero más en
cuentro fortuito. En perfecta ignorancia los alia marañada que ántesla cuestión política de suyo
dos del movimiento, las órdenes que el 23 dis compleja y multiforme. La Confederación ita
tribuyeron tendían á adelantar simplemente su liana que, según Napoleón III, debia el Papa
establecimiento sobre el Mincio: así, según ellas, «presidir» era un sueño, una quimera, una en
el ejército sardo debia dirigirse á Pozzolengo; el gañifa que á nadie logró satisfacer. Por eso Ita
primer cuerpo francés á Solferino, el segundo á lia, haciendo caso omiso de cuanto se conferen
Cavriana, el cuarto á Giudizzolo y el tercero á ciaba en Zurich, cuya paz confirmó la de Villa-
Medole; miéntras que la reserva de la guardia franca en I I noviembre 4859, continuó en 1860
imperial marchaba á Castiglione, y la caballería «dejando hacer» á Garibaldi todo género de
por los llanos entre Solferino y Medole. Al eje guapezas y calaveradas en la Italia baja y real
cutar estas disposiciones, los dos ejércitos se en mente peninsular, salvo «ponerles coto» á su
contraron «reciprocamente sorprendidos» y la debido tiempo y recompensarle al fin ipon el
batalla, como es natural, comenzó por choques balazo de Asproinonte. Por mayo de 4860, este
y combates aislados en la larga línea de Castel- incansable agitador, con los 1.000 que él llama
Gofrcdo á Pozzolengo. No entrarémos en su mi de Marsala, revuelve y subleva la Sicilia, mi
nuciosa descripción. Al medio dia ya reina con nada ya muy de antemano por la revolución. El
cierto y unidad entre los franceses, y carácter 27 penetra «á medias» en Palermo; puesta ciu-
visiblemente defensivo y decreciente en los aus dadela se mantiene borbónica tres días. Por
tríacos. Habían estos logrado por su derecha agosto, ya unas 20.000 camisas rojas, marchan
gran ventaja, arrollando Benedek al ejército sar do sobre Reggío en territorio continental, in
do; pero á las tres de la tarde esta misma ven funden pavura á 100.000 hombres del ejército
taja les perjudicó, cuando los franceses, con regular napolitano. La historia durante siglos ha
ímpetu irresistible, les rompieron el centro, to dado ya repetidas veces la medida del valor y
mando las escalonadas posiciones de Solferino. lealtad de este ejército y de este pueblo. Por
A las cuatro la victoria estaba ya decidida, y los consiguiente el 6 de setiembre su rey Francisco
franceses con justo orgullo pudieron inscribir II tiene que escapar do Nápoles á uña de caballo
en los nutridos anales de sus glorias el nombre y refugiarse en Gaeta. El 7 entra Garibaldi triun
de Solferino, al lado de los contiguos y para ellos fador «sin derramar una gota de sangre». Toda
bien sonantes de Lonato y Castiglione. En vía quedaban al desdichado rey al rededor de
165.000 se computan los franceses y en 190.000 Cápua unos 60.000 hombres fieles (?) que Gari
los austríacos que allí pelearon, dejando en el baldi con la tercera parte en número y poquí
campo más de 16.000 bajas los primeros y unas simo esfuerzo, bate y dispersa en la batalla de
10.000 los segundos. Fué, como se ve, la jorna Volturno (I octubre). El gobierno sardo, que
da bastante cara en sangre para los vencedores. ya en 18 setiembre cogió al pobre Lamoriciére
También lo fué en dinero la campaña toda: 477 en la ratonera de Castelfidardo, apropiándose por
millones en tres meses; lo que da unos 1.000 ende los Estados Pontificios, no podía en su «res
GUER - ees - GUER
petabilidad» tolerar más diabluras y botaratadas Desde 1860 todavía se han reforzado más las
de Garibaldi. Le echó, pues, de un puntapié á la fortificaciones de los cuatro vértices del famoso
isla de Caprera; desparramó el ejército regular cuadrilátera, que tan acertadamente utilizó Ra-
por el conquistado (?) territorio de Ñapóles; to detzkyen 1818, que recientemente ha detenido
mó á Gaeta, sabe Dios cómo ¡13 febrero 1861 :, la «furia francesa»: Verana, la inexpugnable,
la cindadela de Messina y en fin Civitella del llave del Adige, con poderosa guarnición de
Tronto (20 marzo,: con lo que, por arte casi má 13.000 hombres y 700 cañones bien dispuestos;
gico, el reino de las Dos Sicilias laboriosamente Mántua con sus juegos de aguas y su cabeza de
fundado, como vimos, por Isabel Farnesio per puente sobre el Pó; Peschiera, con su campo
dió su autonomía y entró de una escobada en el atrincherado; Legnago, en fin, la más débil, pe
montón. Quedaba, pues, por «anexar» Venecia, ro artillada con 200 piezas. Además de los fuertes
mordisco difícil de arrancar á los tudescos, en de Rovigo , está detrás Venecia con sus lagu
castillados todavía en el respetable cuadrilátero, nas y 900 piezas; y aún más atrás Palmanova,
y gente mucho más áspera é intratable que la Ossopo, Gradisco. En este «respetabilísimo» tea
florentina, pontificia y napolitana. ;Bien se dice tro maniobran 80.000 soldados excelentes, man
que son inescrutables los designios do la Provi dados por generales y jefes á quienes los desaires
dencia! Su intervención es directa, visible en de la fortuna no han hecho perder sus probadas
estos últimos negocios de Italia. ¿Se quiere saber cualidades de inleligencia, firmeza y valor.
por qué caminos, con qué medios ha dado feliz El ejército italiano, aunque ahora más co
término y venturoso remate á la grande obra de pioso y organizado sobre el antiguo núcleo pia-
la unificación italiana? Muy sencillo: con dos montés, no podía por sí solo acometer la empre
derrotas, una terrestre y otra naval, según va sa de arrojar al austríaco. Aleccionado por la
mos á ver. experiencia, buscó otra alianza mucho más ven
No hay que doblar el mapa en que hemos tajosa que la de 1889. A Prusia le convenia
seguido la última campaña de Solferino; pues grandemente distraer y paralizar las respetables
por el mismo territorio se verificó la breve y fuerzas que Austria conservaba en Italia, mién-
desgraciada de 1866. El teatro, lo sabemos de tras ella guerreaba en Bohemia. Asi pues, en 8
memoria: al norte la cordillera de los Alpes, al abril se firma en Berlín un tratado de alianza
sur la de los Apeninos, al este el Isonzo y el ofensiva entre el conde de Bismark y el general
Adriático, al oeste el Adda y el Taro, aflucntes Govone. La célebre nota diplomática que el em
del Pó respectivamente por izquierda y dere bajador prusiano Usedom pasó al gobierno ita
cha. Desde las guerras del primer Napoleón co liano (y que luego han hecho pública los perió
nocemos también su estructura: las estribacio dicos) señalaba de una manera precisa el con
nes de los Alpes que, bajando por entre el Chie- junto del plan de campaña. «Para marchar,
sa y el Mincio, viene á morir en los llanos de decia, al compás de Prusia, no ha de contentarse
Castiglione; las que, separando el Mincio del Italia con penetrar sólo por la frontera venecia
Adige, terminan en Villafranca, ofreciendo las na: es menester que se abra resueltamente paso
conocidas posiciones de Rivoli , Santa Lucía hácia el Danubio; que se venga á encontrar con
Custozza y Somma-Campana; en fin las que Prusia en el corazón mismo del imperio austría
por entre el Adige y el Brenta, bajan hasta Ar co: en una palabra, que marche directamente
eola y Caldiero. Detrás de la linea fluvial del sobre Viena». La nota sigue indicando la Hun
Mincio, fronteriza de los beligerantes en 1866, gría como buen punto de reunión, por los tra
los austriacos tienen las del Adige, Brenta, Pia- bajos preparados para agitar la población hún
ve, Tagliamento, Isonzo. Al antiguo teatro natu gara y eslava. Prusia, como se ve, no es tímida
ral, geográfico é inmutable, hay que sobrepo ni «doctrinaria» en sus planes. Pero la pobre
nerle ahora los dos ferro-carriles que unen la Italia, reciennacida y poco hecha al rudo germa
Alemania con Italia: uno que viene directamen nismo de esa estrategia del siglo V, no tenia más
te del norte por la Baviera y el Tirol Innsbruck recurso para acudir decentemente á la cita de
y Trento á Verana y Mántua); otro, del levante, Hungría, que cruzar por medio ó rebasar por un
por Laybach y Trioste á Udinc, Treviso, Vene flanco el temible cuadrilátero. En el estado ma
cia, Pádua, Vicenza y Verana. Estas dos lineas yor italiano abundaron los planes y proyectos.
principales de operaciones, paralelas como siem Los generales Lamarmora, Fantí y Cialdini pro
pre á las antiguas carreteras, han de sujetar el pusieron respectivamente sus ideas, aunque di
plan austríaco: así como la otra trasversal de Pá versas, aceptables; mas, como suele acontecer
dua á Rovigo, que enlaza las alas de su ejército. en estos casos, otra logró prevalecer en el des.
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acorde consejo: se resolvió adoptar dos lineas de un golpe de vigor, al que han de contribuir
operaciones, por el Mincio y por el Pó, á fin de oportunamente con salidas las guarniciones de
que llamando un ejército la atención sobre si, Peschiera y Mántua. El 23, con increíble con
pudiera el otro cruzar con más desembarazo. Si fianza, Víctor Manuel pasa el Mincio: se estable
bien se mira, la operación es, en el fondo, aná ce sobre las alturas de la orilla izquierda, y pre
loga á la que Prusia proyectaba de invadir la para su marcha agresiva para el dia siguiente.
Bohemia simultáneamente por Sajonia y por Si Miéntras tanto no perdia el tiempo su contra
lesia: pronto hemos de ver, sin embargo, lo que rio. Por Verona pasa el Adige y, seguro de la
en la guerra influyen las «circunstancias» loca batalla, adelanta su derecha con objeto de efec
les y los «pormenores» de ejecución. Mientras tuar una conversión que le permita coger de
en Bohemia Bcnedek desperdiciará, con su in flanco al enemigo y amagar su espalda. El 24
decisa lentitud, las ventajas manifiestas de su junio, aniversario de Solferino, ambos ejércitos
posición: en Italia, el archiduque Alberto sabrá marchan al encuentro; pero con disposiciones-
utilizar esa misma posición «central)- tan apre- maniobras y hasta incidentes muy diversos. En
ciable para los grandes estrategos. El general en el ejército italiano, realmente desapercibido
jefe austríaco lo era «de abolengo», digámoslo hay á la madrugada equivocaciones, tropiezos,
asi. Hijo del célebre archiduque Cárlos, no sólo cruces de columnas; el soldado va sin racionar;
se habia nutrido en sus preceptos, estudiando los bagages entorpecen; las descubiertas no guian
desde niño el arte, sino que lo habia practicado bien: en el ejército austríaco, en que todo el
en 1 848 á las órdenes de Radetzky, cabalmente mundo sabe adónde va, no se observan esos in
en el mismo territorio. No es, pues, de extrañar convenientes. La batalla empieza á las seis de la
que, nombrado el 22 abril y puesto en 9 mayo mañana por el encuentro súbito de las avanza
al frente del ejército, todas sus disposiciones pre das. El suelo en que se va á trabar está ligera
paratorias lleven el sello del acierto y hasta de mente ondulado por las ramificaciones extremas
la «adivinación»: que tal nos suele parecer des del contrafuerte alpino que separa las cuencas
pués ese tino y sagacidad con que el buen gene del lago de Garda y del rio Adige. El Tione, en
ral penetra los más recónditos intentos de su ad cajonado en un vallecillo, divide en dos parles
versario. En sus despachos al gobierno del 9 el campo de batalla. Si el ejército italiano hu
junio ya muestra determinado su plan, análogo biera ocupado, con la necesaria antelación y con
al de Napoleón I en 1809, de una defensa «ofen el debido enlace, la extensa posición que apoya
siva», esto es, vigilante, móvil, activa y vigoro su izquierda en el Mincio y su derecha en Villa -
sa. Debe tenerse muy en cuenta que el «efecti franca, hubiera multiplicado sus condiciones to
vo» en campaña del ejército italiano casi tripli pográficas de resistencia. El austríaco adaptó
caba el del austríaco destinado á operaciones magistralmentc las tropas al terreno que le to
activas, para apreciar la prudencia y la entereza caba. Evidentemente, el primero no ejecutaba
de esta conducta. El 20 junio 1866 Italia decla un despliegue predispuesto, sino fortuito, des
ra formalmente la guerra al Austria, fijando el cosido, bajo la influencia de la sorpresa: mién
23 para abrir las hostilidades. Dias antes su ejér tras que el del austríaco es rápido, trabado, si
cito, que habia formado el primer cuerpo en multáneo, «á la vista y á la voz» del general en
Lodi, el segundo en Cremona, el tercero en Pla- jefe que ejecuta su propio pensamiento. No se
sencia y el cuarto en Bolonia, hizo un movi guiremos las cuatro fases ó «momentos» de la
miento general de frente: tomando posición so acción. Todos ellos se resienten de la falta de
bre el Chiesa, entre el lago Garda y el Pó, los cohesión táctica y de la escasa consistencia de
tres primeros trozos que constituían el ejército las tropas italianas. A las cuatro de la tarde la
del rey Víctor Manuel, miéntras el cuarto (Cial- victoria está de parte de los austríacos, con la
dini) se acercó al Pó inferior, estableciéndose á briosa ocupación de Custozza. Su brillanle caba •
la altura de Ferrara. El 22 se acentúa el movi lleria, á pesar de la fatiga y de las pérdidas, ¡n-
miento de aproche y los preparativos de paso : quieta en lo posible la retirada principal á Goi-
por el este y el sur, siempre creídos los italianos to. 8.000 bajas, la mitad prisioneros, y lo caño
de que el enemigo, vista la inmensa superiori nes tienen los italianos, y otras tantas, casi toda<
dad numérica, los aguardaba en pasiva ó inerte de sangre, los austríacos. Puede calcularse el
defensiva. El archiduque Alberto disponía ca esfuerzo que estos últimos necesitarían para
balmente todo lo contrarío: recogiendo en la vencer 75.000 hombres y 3.300 caballos á
mano todas sus tropas, las raciona, las muni 100.000 con 7.000. La artillería estaba más equi
ciona, las aligera de bagajes, preparándolas para librada: 168 piezas contra 192. El archiduque
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vencedor, aunque amarrado al cuadrilátero, su 3 mayo, y á mediados de mes lo tiene en per
dispone á marchar sobre el ejército de Cialdini; fecto pié de guerra. Aqui ya, en esta maravi
mas viéndole paralizado naturalmente por el llosa organización, que en quince dias permite
desastre del priucipal en Custozza y su retirada pasar sin la menor sacudida del pié de paz al
al Oglio, se contenta con el alarde victorioso do de guerra á un ejército que no la ha hecho
pasar á la derecha del Mincio el I." de julio. El desde 1815, es donde empieza á darse con la
4, de vuelta á Verona , recibe la noticia del clave de los portentosos hechos que se van á
desastre de Sadowa y al punto empieza la eva suceder con rapidez nunca vista. Austria más
cuación del Véneto, que cedido por unos dias á aguerrida, más rica, más poderosa no tiene tan
Francia, entra al tin en la nueva y ya completa ta fuerza de resorte. Pesando teóricamente los
monarquía italiana. La batalla naval de Lisa, en medios con que las dos naciones van á enta
que el austríaco Tegethof vence á Persano no es blar la guerra, se echa de ver que «todos» sea
de nuestra competencia. Examinando, bajo el en número, en riqueza, en fuerza material, son
aspecto puramente técnico y estratégico, las dos inferiores en Prusia. Esta, sin embargo, tiene
batallas de Custozza tan desgraciadas para Italia, uno que compensa todas las ventajas del Aus
se encuentra una de las causas del mal evito en tria: la unidad de acción en política y en
dividir las fuerzas y preparar movimientos «com- j guerra. Desde luego su oportuno tratado con
binados» cuando no se tiene perfecta seguridad Italia, en 8 abril 1866, anula y paraliza lo más
en la solidez de las tropas y sobre lodo en el «ti granado del ejército austríaco, que si bien ga
no» para manejarlas. En la campaña de Cus na, como hemos visto, los laureles de Custozza.
tozza, ya vemos de qué parle ha estado la supe no podrá llegar á tiempo de reparar el desastre
rioridad en todo; en preparación, en estrategia y de Sadowa. Tiene, pues, Austria que constituir
en táctica. Veamos ahora cómo en mejores con una guerra «doble»: defecto en que nunca ca
diciones, entre ellas la igualdad numérica, el yeron los romanos, y que desde ellos siempre
gran ejército austríaco es derrotado en Bohemia. se recomienda evitar. Aunque muy aligerada
Largo seria y enojoso remontarse al origen y por esta parle, todavía quedaba Prusia forzada
seguir los trámites de la antigua rivalidad entre á dividir su atención en dos diversos teatros de
Austria y Prusia, codiciosas entrambas del ex guerra; uno al este y otro al oeste, donde los
clusivo dominio sobre la Alemania fraccionada: ocho estaditos, sus enemigos ya declarados, po
basta partir de la guerra del Schleswig - Holstein ' dían presentarle sin gran esfuerzo unos 100.000
y del convenio de Uastein (18 noviembre I86S) combatientes. Ella no podia oponerles sino la
que, en vez de ponerle fin, envenenó la cues mitad; pero, contando con su propia actividad
tión. A principios de 1866 ya tomó esta carac- ! por una parte, y con la falta de fé, de cohe
teres graves y alarmantes: la fuerte nota del j sión, de iniciativa por la contraria, no vacila en
conde de Bisraarck al Austria en 26 enero , y la ! tomar la ofensiva, segura de que en la antici
altiva contestación del conde de Mendorsff en pación está el triunfo. Antes, pues, de entrar
8 febrero, son los últimos jalones diplomáticos. de lleno en la ruidosa campaña de Bohemia, con
La guerra ya es inminente á principios de mar viene recordar las hábiles operaciones del oeste,
zo: y tanto en Berlin como en Viena se cele que revelan, en pequeño, las envidiables doles
bran grandes consejos mil ¡tares. Todavía en abril, de combinación y acierto estratégico-politico
por esos pudores ó escrúpulos que suele tener que tanto distinguen al estado mayor prusiano.
la diplomacia, se cruzan algunas contestaciones Tres pequeños ejércitos, ó cuerpos, ó divisiones
acerca de cuál de las dos potencias tomaba el si se quiere, al mando respectivo de los gene
«papel» de agresora: esforzándose ambas por rales Manlcuffel, Ealckenstein y Beyer, tienen el
demostrar que si tomaban modestamente pre encargo de aturdir, amedrentar, dislocar los
cauciones puramente «defensivas» era sólo para estaditos vacilantes e inconexos. Lo que sobre
resistir á la violencia, etc. En el fondo de es todo importa es aniquilar al Hannover, que por
tos tardíos dimes y diretes, lo que cada cual su situación geográfica de enclave corta por
buscaba era el apoyo de Baviera, Sajonia, Han- la mitad el territorio prusiano, y luego aislar la
nover, Wurtemberg y otros estados más pe Baviera, sojuzgándola si es preciso. El 16 de
queños, que, después de mil aplazamientos y junio empiezan estas notables operaciones del
y tergiversaciones, vinieron á defender la cau oesle, viniendo Manteuffel de Altona sobre el
sa del Austria. Aceptada esta solución, que evi Elba á llasburgo; Ealckenslein , de Minden so
dentemente agravaba el conflicto, Prusia mo bre Hannover; Beyer do Wetzlar á Oassel. Los
viliza resueltamente su ejército por decreto de princípillos en lanto seguían en tudescas negó
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ciaciones, sin ver el nublado que se les venia evacuando el territorio necesario. Pues, nada
encima. El rey de Hannover, aturdido, se con de eso: el 29, los bávaros pretenden avanzar
centra á toda prisa en Goettingen. Sobre su es hasta Gotha por la Thüringer-W'ald (Selva de
tado avanza Manteuffel, tomando al paso y sin Thuríngia). Al saber el fracaso de Hannover,
gran coste las dos pequeñas plazos Stadc y Em- renuncian prudentemente á esta punta temera-
den, donde encuentra oportunos acopios de vive- raria, y piensan unirse al ejército de Wurtem-
res, armas y pertrechos. El 17 junio Falckens- berg, que á la sazón estaba nada ménos que en
tein entra en la capital del Hannover, conde Friedberg. Ya puede presumirse que los pru
nada á ser borrada del mapa político, instalan sianos no habían de dejarlo hacer impunemen
do en el acto un gobierno prusiano. Beyer, por te. Organizadores siempre, reúnen ya todas sus
su parte, entra en Cassel, hace lo mismo y en fuerzas con el nombre de ejército del Mein, ba
vía al elector prisionero á Slettin. Hay que ha jo el mando en jefe de Falckenstein, quedando
bérselas ahora con el peqneiio, pero excelente divisionarios Manteuffel, Beyer y Goeben. El
ejército hannoveriano, que cuenta en Goettin plan es impedir la uniou de los coligados: el ob
gen 15.000 infantes, 2.000 caballos y 42 piezas; jetivo primario ó preferente el ejército bávaro,
y que, al fin, resuelve incorporarse hacia el sur como más temible y copioso. Fuera de algún ti
con los bávaros por Heiligenstadt y Mulhausen. roteo de patrullas, hasta el i julio no hay com
El 23 ya está completamente cercado en Lan- bate serio y este tiene lugar en Dermbach. El
gensalza por los prusianos, que han seguido su fusil de aguja «hace sus maravillas» (800 bajas
favorito método de «convergencia». El rey de bávaras, contra 200 prusianas); y la caballería
Hannover rechaza con fiera dignidad la rendi es victima de un pánico lamentable. Los vence
ción que le intiman: en su corte hay partidos dores marchan estratégicamente sobre Fulda.
de paz y de guerra, confuso terror, intrigas pa La defensiva de los bávaros es ya incierta y des
laciegas. El 27 se intenta romper el círculo, corazonada. Lejos de ir cuanto ántes á unirse
cada vez más estrecho, de los prusianos; y en la conlosde Wurtemberg, pretenden que estos ven
batalla de Langensalza logran vencer los hanno- gan en su apoyo por Bruckenau y Kissingen,
verianos al cuerpo de Flies; pero de tal manera se hácia Neustadt y Bischofsheim. De manera que
acerca y se refuerza el enemigo «vencido» que tropas de «cinco» estados diferentes forman casi
el 29 el ejército de Hannover no tiene más re otros tantos grupos, miéntras los prusianos ocu
medio que capitular y sufrir la dura ley del pan el punto estratégico de Fulda. Además, la
vencedor, que es simplemente dejar de existir. noticia de Sadowa viene á aumentar la cons
En el acto queda disuelto: el rey emigra, y el ternación. La defensiva tiene que retroceder al
codiciado territorio pierde su autonomía anexio Mein. Por un lado Alejandro de Hesse quiere
nado á Prusia. Quedan todavía Baviera, Wur- que los bávaros ocupen la línea de Hanau á
temberg, Hesse, Nassau, etc. cuyos contingen Aschaffemburgo; por otro la apolillada Dieta
tes formaban el 7." y 8." cuerpo de la antigua Germánica, ó su residuo, quiere proteger á Ma
Dieta Germánica, valuados (en el papel) sobre guncia, á Francfort, la ciudad santa. El prusia
unos 90.000 hombres. Prusia sabe que no tie no Falckenstein arremete con vigor sobre el Sa-
nen grandes ganas de batirse, ni plan, ni orden , ale, donde en cinco diversos combates derrota á
ni concierto, ni material, ni dinero; que están, los bávaros (10 julio) haciéndoles retroceder á
como en paz octaviana, sin sanidad, equipajes, Schweinfurt en la orilla del Mein. Entonces el
caballos, administración. Urge, pues, sorpren gobierno prusiano manda prudentemente ¿
der, espantar. Fácil es esto donde sólo hay una Falckenstein que se detenga al norte ó á la de
voluntad respetable y respetada. Miéntras los recha de este rio, y ocupe formalmente el ter
hannoverianos caian en Langensalza, copados ritorio ganado, para hacer valer el uli possidetis,
como en una red, los otros coligados discutían como dicen los diplomáticos, en las negociacio
tranquilamente cuestiones político-estratégicas; nes de paz ya entabladas. Los combates de Lau-
el mando en jefe, sin cuya concentración no fach y Aschaffenburgo (13 y 14 julio); los diver
hay ejército posible, se dispersa en manos de sos sobre el Tauber (23, 24, 25); el de Bossbrun,
los príncipes Carlos de Baviera y Alejandro de más sério, en que los aliados al fin combaten
Hesse. Nadie alli quiere ceder de su derecho, ni juntos y con vigor, permiten que los prusianos,
que su territorio sufra los estragos de la guerra. siempre vencedores y constantemente reforza
Parecía natural que al ímpetu y á la intención dos, lleguen en masa sobre Wurzburgo, último
prusiana, revelados ya en Langensalza, se opu asilo de los coligados. Un nuevo cuerpo de re
siese una rápida concentración á retaguardia, serva, al mando del duque de Mecklenburgo
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Schwerin, viene además por Altenburgo y [ Herwart á las órdenes del principe Federico
Plauen á someter á Baireuth y amenazar tam Cárlos. El 22 junio ambos ejércitos I.°y2.0,
bién á Wurzbnrgo por la espalda. La cosa no uno en Gorlitz y otro en Neisse. reciben órden
tiene remedio: el rosario se desgrana: los báva- de entraren Bohemia, convergiendo hacia Gits-
ros negocian, y el 2 agosto la guerra concluye chin. Un simple aviso á las avanzadas sustituye,
ocupando Manteuffel á Wurzburgo. En el mis para mayor brevedad, á la antigua y pomposa de
mo mes quedan firmados los tratados de paz claración de guerra ;23 junio;. Benedek, mién-
respectivamente con Wurtemberg y Badén, es tras tanto, renunciando al primer pensamiento
tados que, con Baviera, logran sobrenadar con de esperar concentrado en Olniütz (Moravia),
servando autonomía y formar lo que se llamó donde todavía estaba el 17 junio, avanza resuel
Confederación del Sur. tamente á Bohemia, con intención de oponerse á
Arreglados, Un expeditamente como se ha que los prusianos pasen las montañas; pero no
visto, los asuntos del oeste con los indóciles anduvo atinado en escoger los medios aunque el
miembros de la vieja Confederación Germánica, fondo de su plan fuese admisible y hasta reco
pasemos al conocido teatro de operaciones, ilus mendable. Quedarse con el grueso en Josephs-
trado por Federico II, donde, con más pasmosa tadt y Koeniginhoff, á fin de interponerse entre
rapidez, va á decidirse si la Alemania ha de ser las masas prusianas, y por otra parte enviar en
prusiana ó austríaca. El 16 junio llegó á Viena pelits paquets, según la expresión del gran maes
el feldzeugmeisler Benedek, dejando el mando tro, tropas desparramadas á disputar los pasos
del ejército de Italia al archiduque Alberto, pa de las montañas, es pensamiento confuso y ope
ra tomar el del que habia de operar directa ración complicada, de esas que con tanta fre
mente contra Prusia. No es de buen agüero es cuencia suelen fallar en la guerra. Por otra par
ta llegada, algo tardía, del general en jefe al te, la geometría es inexorable: si el 20 junio los
frente de un ejercito á medio organizar. Los prusianos estaban en Dresde, Gorlilz y Neisse,
prusianos habían, al contrario, aprovechado el antes podían llegará Gitschin, vértice del ángu
mes con fecunda actividad: cerca de 200.000 lo, que el austríaco á impedirlo. Kesultado: que
hombres, con 55.000 caballos y 5.300 carros se el 25 junio, tanto el primer ejército, como el del
habían movido y removido con singular tino y Elba estaban concentrados en Keichenberg y
discreción, para formar con esa misma fecha, Gabcl en territorio de Bohemia, habiendo pasa
10 junio, tres ejércitos de operaciones con des do impunemente las montañas de la Lusacia. El
igual fuerza: el I .° en Lusacia; el 2.°, llamado itinerario del segundo ejército, ó de la izquier
de Silesia, en la provincia de este nombre; el da, guiado por el Principe heredero y partido en
3.°, del Elbo, en Turingia, con fuertes reservas 'res columnas, era de Landshut áTrautenau, de
cada dia más numerosas en Berlin. Austria, Glatz áSkalitz y de Braunau á Eipcl: todos por
entorpecida y atada con sus aliados, eternos Koeniginhoff á Gitschin. El 2(¡ junio se abre una
discutidores, todavía se andaba estimulando á serie do mortíferos combates parciales, en que
la Dicta de Francfort para que movilizase el el fusil de aguja y la táctica prusiana triunfan
«ejército federal» á la antigua usanza y cere repetidamente de la firmeza y de la bravura
monia. En última instancia sólo puede contar austríaca. El mismo 20, los de lluchnerwaser
con los sajones, que, en vez de incorporarse con y Podol, aquel abre al ejército de Elba el ca
los otros federados del oeste, prefieren aumen mino de Münchengraetz; y como el primer ejer
tar las filas del ejercito austríaco en Bohemia. cito ocupa á Turna u, ambos sobre el rio Iser,
Prusia, cuyo frente estratégico á la sazón se ex se ve ya cómo estas dos masas van estrechando
tendía por más de cien leguas, desde Torgau á sus distancias. Es evidente que á esta altura, si
Neisse, vid cuánto importaba ocupar la Sajonia, Benedek quería caer sobre el Iser, tenia su
y el 16 junio el ejército del Elba, ó de la dere flanco derecho amenazado por el ejército de Si
cha, mandado por Herwarth de Bitterfeld (7.° y lesia, queá su vez desembocaba de las monta
8.° cuerpos) establecido en Turgao, pasa la fron ñas. Al dia siguiente 27, los prusianos llevan la
tera de Sajonia en tres columnas. Los sajones desventaja en el combale de Traulenau: el aus
evacúan su capital Dresde y escapan por Pirna. tríaco Gablenz los bate y detiene. Y aquí con
Herwarth, sin este cuidado, dejando allí la divi viene reparar el influjo del armamento más per
sión de reserva Mulbe, para que se atrinchere fecto: mientras los prusianos «vencidos» sólo
en esa importante ciudad, toma la vuelta de Bo tienen 1.300 bajas, los austríacos «vencedo
hemia, fundiendo su ejército del Elba en ol 11a- res» sufren 5.700. En el combate simultáneo
raado1.°ó de Lusacia. y quedando por lo tanto de Naobod , en que los prusianos se desqui-
GUER — rw.-j — GUER
tan venciendo, la observación es más pertinen ó solamente algunos de sus cuerpos. Hasta la
te: para 1.100 bajas prusianas hay 7.500 aus madrugada del dia 3 no recibió el Principe real
tríacas. El 28 tienen lugar cuatro combates di aviso urgente de cubrir fuertemente el flanco
versos en Miincbengractz, en Podkost, en Soor izquierdo en el órden de combate. Más angus
yenSkalitz. Vencedores en todos los prusianos, tiosa ¡ncertidumbre reinaba en el campo aus
logran ya ver muy inmediatas las cabezas de tríaco. A consecuencia de tan repetidos desca
sus columnas: pero el peligro que en sí lleva la labros, el feldzeugmeister Benedek telegrafió en
atrevida combinación de Moltkc no ha desapa 1 ,° julio á su gobierno que «á toda costa hiciese
recido, si la fortuna fuese todavía un instante la paz, si quería evitar una catástrofe»; y sin
propicia á Benedek. El 29, al querer el príncipe embargo al dia siguiente resuelve con fiereza
Federico Carlos rebasar a Gilscliin, nuevo y jugar el lance de una batalla campal y decisiva.
sangriento combate (1.500 bajas prusianas para En tan corto y apremiante plazo no habia hol
7.000 austríacas) desfavorable á los austríacos gura, ni aún tiempo material, para dictar las
que ven ya é Koeniginhoff en poder de los pru disposiciones de la batalla, nunca bastante cla
sianos. Por último, el 30 junio, en que el rey ras y expresivas: así algunos cuerpos no las re
Guillermo se pone al frente del ejército, el atre cibieron sino á las cinco de la mañana del mis
vido movimiento se consuma; el ala izquierda mo dia 3. Por lo demás, puede calcularse el
de Federico Cirios ya se comunica con la dere trastorno interior del cuartel general austríaco,
cha del Principe heredero. El gran cuartel ge con sólo recordar que en la víspera de la bata
neral se establece en Gitschin: y a esta fecha el lla fueron súbitamente destituidos y llamados á
ejército austríaco lleva perdidos 10.000 hom Viena los generales Clam-Gallas, comandante de
bres y lo que es peor, la moral, la consistencia, cuerpo. Hcnickstein, jefe de E. M. G. y Krisma-
la confianza. Aquellas bravas tropas, cansadas, nic, autor del plan de campaña. No deben pues
desmoralizadas ya con tan repetidos desaires de extrañar en la «preparación» austríaca los tro
la fortuna, el 30 de junio tienen que iniciar un piezos, los cruces de tropas, las equivocaciones
movimiento retrógrado. Francia cree llegado el de órdenes. Por la inversa, en el campo prusia
momento de intervenir y envia ¡i su embajador no la fortuna se muestra risueña y constante
Benedetti á entablar negociaciones; mayor estí hasta el momento más crítico de toda la campa
mulo para Prusia en activar un desenlace ya ña, es decir, cuando en la agitada noche del 2
inminente. al 3 de julio, el oficial—uno solo—que llevó al
Interpolemos aquí una observación, ya he Principe heredero la urgente órden de venir so
cha en Cuslozza. Solferino y otras campañas, bre Sadowa, llegó sano y «á tiempo» á pesar de
sobre una singularidad muy frecuente en la la distancia, de la oscuridad y de las patrullas
guerra. Dos ejércitos de 250.000 hombres cada austríacas. Dígase luego que no hay fortuna!
uno, que acabamos de ver en sangriento y ma Sombrío y lluvioso amaneció el dia 3 de ju
terial «contacto» por muchos dias; cuyas avan lio de 1866. Espesas nubes, juntas al humo de
zadas no distan una milla; cuyos estados mayo la pólvora que se pegaba tenazmente á las faldas
res han dado sobrados pruebas de saber su ofi de las colinas, ocultaban los primeros movi
cio, se encuentran (por confesión recíproca) sin mientos prusianos. Miéntras el frente de estos
saber con certeza uno de otro el 3 de julio de pecaba de excesivo, pues no bajaba de 5 millas
1866. No se creían tan cerca, ni tan «en masa». alemanas, ó unos 40 kilómetros, los austríacos
El rey Guillermo pensaba dar el dia 3 justo y estaban apelotonados en la quinta parte de aque
merecido descanso á sus tropas. Desde su cuar lla extensión. Grandes baterías, hábilmente dis
tel real de Gitschin ignoraba la marcha del puestas por el ingeniero Pidoll, trincheras-abri
grueso austríaco sobre Dubenitz y su retirada gos y otros obstáculos fortalecían las posiciones
por la noche: lo creia buenamente detrás del El de Lipa y Chlum. Favorecido por la lluvia y la
ba, apoyando, como era lógico, sus alas en Jo- niebla, el príncipe Federico Cárlos mueve sus
sephstadt y Koeniggraetz. En este concepto dió tropas hacia el arroyo Bístritz; mas por deprisa
las primeras órdenes Mollke el 2 de julio. Al que anduviese el 2." ejército, mandado por el
punto las modifica, en virtud de nuevos reco Principe heredero distante unos 20 kilómetros,
nocimientos y alarmantes avisos ; pero en la difícil era que Antes de medio dia pudiese des
misma noche, cuando ya Federico Carlos tenia embocar en el campo de batalla: asi, hasta su
la órden de atacar al dia siguiente, todavía en llegada, 12Í.000 prusianos tenian que ocupar y
el cuartel prusiano habia inseguridad de si el I detener «á toda costa» á 215.000 austro-sajones
enemigo presentaba en masa todas sus fuerzas, I con 770 piezas. Se comprende la creciente an
85
GUER GUEH
siedad con que el cuartel real seguiría los difí para estos de suma importancia obrar con cele
ciles trances de combate tan desigual. A las ridad á fin de aprovechar la coyuntura, ántes
nueve de la mañana la situación era crítica. So de que llegase de refuerzo el ejército austríaco
los li batallones de la división Franseky sufrían de Italia. El II julio Benedek tiene ya su gente
todo el esfuerzo austríaco, batiéndose como leo recogida en Olmütz: la vanguardia prusiana só
nes en el bosque, llamado por unos de Benatek lo dista una jornada de Briinn, en Moravía. Por
y por otros de Mas'.owed. Allí estaba, en efecto, lemor de ser corlados, los austríacos llaman to
el punto llave; puesto que por él se babían de das sus fuerzas á Viena, que se empieza á for
ligarlos dos ejércitos prusianos. Al medio dia la tificar. Allí, pues, se dirigen Benedek y el ar
balanza se inclinaba hacia los austríacos. Una chiduque Alberto, vencedor de Custozza, nom
hora después crece la angustia en el cuartel real brado el 10 generalísimo. Los prusianos, ham
prusiano, que ve sus tropas dislocadas y en ese brientos, se detienen y restauran en Br.ünn del
punto extremo de resistencia en que asoma ya 12 al li. Pequeños combates y ligeros clioques
la idea del retroceso.... Por fin. hacia las tres de caballería en Saar, Tischnowilz, Kralitz,
de la tarde el Principe heredero desemboca en Beskupitz, Tobischau demuestran lo flojo de la
el campo de batalla, entrando como una cuña persecución, que sólo produce algún rezagado
hasta la formidable meseta de Chlum , erizada cogido por la extrema vanguardia prusiana. El
de cañones, y que viene á ser tomada por la ca 18 está el cuartel real en Nikolsburgo, con in
beza de columna de la guardia prusiana, por tención de llegar al Danubio; pero indeciso en
unas cuatro compañías. Tal fué la sorpresa de el camino que ha de tomar, si el de Viena, ó el
Benedek al saber la toma de Chlum, que galopó de Presbuigo. Al fin, el combate de Blumenau,
incrédulo hacia allí para cerciorarse por si mis 12 julio, cuando ya estaba firmado el armisti
ino: una descarga prusiana á quemaropa no le cio, pone término á esta breve y notable guerra.
dejó la menorduda. El atribulado feldzeugmeis- El 26 se firman en Nikolsburgo los preliminares
ler, cuyo espíritu en el contexto mismo de su de paz.
órden general se manifiesta abatido y receloso; Poco tiempo ha trascurrido al escribirse este
que renuncia á toda iniciativa; que desaprove articulo, y ya empieza á ser fatigosa la compul
cha la disposición extensa y peligrosa de los pru sación de las relaciones históricas y de los jui
sianos ec las primeras horas de la mañana, ya cios críticos sobre esta guerra. Los censores po
ve con tristes ojos que la batalla está perdida, co aficionados á Prusia (Riistow, Lecomle, Van-
y á las cuatro de la tarde se inicia en toda la develde y casi todos los franceses; asientan que
línea austríaca ese momento de flojedad precur" fue «contra los principios», tanto el avance pru
sor de la retirada y de la fuga. A las seis no siano por «tres» lineas de operaciones separa
quedaba un austríaco en el sangriento campo de das por montañas, corno la entrada en Bohemia
Sadovva o Koeniggraetz; y bajo los fuegos con del Príncipe heredero en «tres» columnas; y so
vergentes del vencedor, los fugitivos se desban bre todo la idea estratégica de reunir todas las
dan en completo desorden. Alguno debió haber fuerzas prusianas sobre un terreno que el ene
en las filas prusianas, cuando el prudente Mol- migo podía y debia ocupar en fuerza, con la
tke, para rehacerlas, suspendió toda persecu ventaja de toda posición central, que permite ir
ción, contentándose con vivaquearen el campo batiendo nal pormenor» como tan magistral-
de batalla. Por otra parte, la caballería prusia mente lo enseñaron Federico y Napoleón. El
na no estuvo en esta célebre campaña á la altu francés Lullier, por ejemplo, en su obra titulada
ra de su justa Hombradía: ni supo reconocer, ni La verilé sur lacampa</ne de. Bohéme en 1866.
cargar, ni perseguir. ou les qualre grandes fautes mili/aires des Priu-
Después de tan rápido y sangriento desenla siens todavía va más allá, pues afirma que los
ce, las operaciones ulteriores presentan poco prusianos no saben jota; que nunca han tenido
interés. El dia i de julio lo ocupan los prusia un gran general; que Federico era un simple
nos en descansar y reorganizarse. Viene á su «lacticon» sin el menor rudimento de estrate
cuartel real de Gitschin el general austríaco gia; que sus famosas marchas son una farsa ven
Gablenz con propuesta de armisticio, que no es lin que en Jena etc. Guando se ejerce así la
aceptada naturalmente por la arrogancia pru crítica, incorregible achaque de los franceses,
siana. I.a persecución, sin embargo, no se enta puede resultar hasta una completa perversión
bla con el brío y el acierto de las operaciones del sentido moral, en estas nuestras razas latinas
anteriores. El o julio, Uenedek está en Zwitau, tan veleidosas é impresionables. Evidentemente,
que al día siguiente ocupan los prusianos. Era entre dos ejércitos equilibrados en número y
GUER — tn.s — GUER
calidad puramente material, para que la victo dumbre ó morosidad cancilleresca, que distin-.
ria se decida, por fuerza ha de haber en la di gue al Austria en todos sns períodos históricos,
rección de uno de ellos rasgos de ingenio, de lucha y lógicamente vence la vigorosa unidad,
actividad, de acierto, de resolución, de oportu la previsión cautelosa hasta rayar en maquiavé
nidad, de adivinación si se quiere, que cuadren lica, la prontitud fulminante de acción, la en
y correspondan en el otro con torpezas, lentitu vidiable, sólida y escalonada disciplina del go
des, flojedades y desaciertos. La conjunción «siv bierno, del pueblo, del ejército prusiano. Inú
debia formalmente proscribirse de todo estudio til es entrar en odiosas comparaciones sobre el
«critico» sobre hechos de guerra. S» Benedek no mérito respectivo de los generales. Benedek, el
hubiera andado indeciso y moroso; si hubiera vencedor de San Martino, es un gran soldado,
tenido más iniciativa; si hubiera impedido la hecho en la buena escuela de Radetzky. El hábil
reunión.... si... De una vez: si Benedek lo hu vencedor de Custozza, ya hemos visto que tiene
biera hecho «bien» y Moltke «mal», el resulta como por juro de heredad el valor y el talento
do hubiera sido inverso, positivamente. A nues de los héroes. Todo, sin embargo, se desperdi
tro juicio, la guerra de Bohemia en 1806, que cia en Austria: hasta la bravura «individual» de
sin duda alguna abre, ya que no una «era», un sus tropas, obstinadas todavía en cargar «á 1»
nuevo «capítulo» en la historia militar, merece bayoneta», en batirse al descubierto, como á
estudiarse en lo sucesivo con menos pasión y principios del siglo. En Prusia nunca se advier
más detenimiento; y, cuando ya estén reunidos te más que una sola voluntad, á la cual nadie
todos los materiales históricos, juzgarse desde sueña en sobreponerse, que todos acatan y re
un punto de vista más elevado que el de la es verencian desde el príncipe más allegado al tro
trategia y de la táctica. no. Por eso allí no se ven ruidosas destituciones
Ob;.érvese, ante todo, el verdadero móvil, la y escandalosos procesos de los primeros jefes en
causa intrínseca y radical de la guerra: no es la «víspera» de una batalla decisiva. Importa
otra que el «sentimiento de raza», hoy más que poco que la masa de generales prusianos y casi
nunca expansivo ; la unificación germánica, la totalidad de los jefes y oficiales «no hayan
sueño perpetuo, aspiración secular de todo ale hecho la guerra» desde Waterloo: todos ellos,
mán. La pequeña marca de Brandenburgo des en profunda paz, han estudiado y practicado el
empeña, en el centro de Europa, papel análogo oficio con tal inteligencia y asiduidad, han lo
al del microscópico ducado de Saboya en la frac grado, á fuerza de voluntad, adquirir un mane
cionada península italiana. Entrando en lo téc jo, una práctica, una soltura, un savoir-faire,
nico, la parte del vulgo dispensada de raciocinar que suple y supera en el momento de obrar á las
todo lo resume y sintetiza en esta sola palabra: arrogancias díscolas, á la gárrula petulancia de
fortuna: la otra parte, más estudiosa y analiza esos talentos que, en el hecho de ser tan vulga
dora, no ve más que el «fusil de aguja» con su res, nunca pueden imponerse por el respeto.
rapidez, alcance y certeza, el ferro-carril, el te Por lo demás la guerra de Bohemia en 1866 será
légrafo. Se desdeña ú olvida la constitución de en lo futuro perenne manantial de provechoso
los Estados; el carácter, antecedentes y previ estudio. Hasta la fecha en que esto se escribe
sión de sus respectivos soberanos, ministros y ( 1 867) es indudablemente la más grande, la más
consejos; las dotes de actividad, inteligencia y corta, la más decisiva. La batalla de Sadowa ó
disciplina en pueblos y gobiernos. Austria, en Koeniggraetz sobrepasa las de la Moskowa y de
1866, tiene á no dudarlo sobre Prusia inmensa Leipzig en 1 81 2 y 13. Los resultados son más
superioridad: es más grande, más rica, más imprevistos y fulminantes que los de Jena ó Wa
fuerte. A su propio ejército, de sí tan poderoso terloo. ¿Y la preparación...? El arte militar, re
y aguerrido, suma 'en el papel) más de 1 30.000 petimos, parece haber llegado al punto de com
hombres, á que ascienden los contingentes de pleta perfección y madurez.
los pequeños estados alemanes que abrazan ti
biamente su causa, en odio á la absorción tirá
nica de Prusia. Pero el coloso austríaco tiene los
pies de barro. Lo heterogéneo de su población
cunde, por más que haga, en las filas de sus
ejércitos. ¿Qué les va en la «unidad germánica» Como resumen y conclusión de este articulo,
á los húngaros y croatas, á los italianos, cuyos mezquino si se compara con la grandeza del
compatriotas andan batiéndose en Custozza? Con asunto, desmesurado respecto al estrecho lugar
estos elementos do disolución, con esa incerti- en que ha de encajar, se ocurre involuntaria-
GUER - 676 - GUER
mente esta postrera pregunta ¿qué índole, qué modernos procedimientos: concentraciones vi
carácter, qué marcha tomará la guerra futura? gorosas; marchas rápidas; golpes imprevistos,
La respuesta es compleja y difícil. Desde luego mortales, definitivos.
no puede negarse que en la guerra contemporá Al contrario, la táctica parece destinada á su
nea entran por mucho ciertos elementos que, frir más radicales modificaciones, que traerán
por su rápida y progresiva perfección, bien «simplificación» por una parte, inmensa «com
pueden llamarse nuevos: la locomoción por va plicación» por otras. Prescindiendo del hombre,
por, el telégrafo eléctrico, las armas actuales de de la parte moral, los dos polos en que la tácti
retrocarga, con su tiro rápido y certero, con su ca gira son las armas y el terreno. Este último
pasmoso alcance, y en fin la novísima «organi en cincuenta años ha variado casi tanto como
zación militar» con sus vastos fundamentos y su aquellas. Diariamente se ve loque con los ferro
leva en masa: lo que, con difícil vocablo, deci carriles cambian pueblos y comarcas enteras:
mos «militarización» de los pueblos. Opiniones pues, si se agregan los progresos de la agricul
hay de que los ferro-carriles, andando el tiem tura con las continuas rozas, descuajes y rotura
po, cuando estrechen las mallas de sus redes, ciones; con los caseríos, sotos y cercas que ele
han de influir en la guerra más aún que la pól va el fraccionamiento, la movilidad y la rique
vora en el siglo XV. Hoy ya, con la sola expe za de la propiedad rural, parece que todo tien
riencia en las guerras de Italia, Estados-Unidos de á la ruptura, á la dislocación de los antiguos
y Bohemia, se ve que son poderosas líneas de y apelmazados «órdenes de batalla» en pequeños
operaciones y comunicaciones ó trasportes; que puestos, en pequeñas columnas, que, hoy mismo
permiten y facilitan grandes y rápidas concen en Prusia, bajan hasta la unidad mínima, hasta
traciones, copiosos aprovisionamientos; que ligan la «columna de compañía». Las batallas campa
los ejércitos de operaciones con sus reservas; les se reducirán á los ataques de puestos, que
que aseguran refuerzos, y vituallas, y medica decia hace un siglo Mauricio de Sajonia, y re
mentos, y refrescos; que abrevian la evacuación | trocederemos también al ordre minee, tan que
al interior de heridos y prisioneros; que facili rido de Guibert, con los petits paquets tan odia
tan la ofensiva y la defensiva; que extienden dos por Napoleón I, y con la cresta militar y las
desmesuradamente los teatros de guerra y de trincheras-abrigos, tan sabiamente utilizados por
operaciones; que dilatan, pues, el campo del es- Wellington, tan pródigamente desperdiciados por
trategista, tan anchuroso ya desde Napoleón I. los generales anglo-americanos. De aquí, de es
Su célebre concentración sobro Ulma ¡cuán fácil ta forzosa, indispensable «diseminación» , im
y rudimentaria nos parecería hoy en sus admi puesta por el alcance de las armas y la estruc
rables pormenores! Para utilizar este nuevo y tura del terreno, nueva y mayor importancia al
poderoso elemento de guerra, los Estados-Unidos papel táctico, no sólo de los jefes de batallón, sino
y Prusia nos han dado ya el ejemplo de como de los simples capitanes de compañía. No cuen
una organización previsora debe constituir, en ten ya en adelante con ir embutidos, á manera
las mismas filas del ejército activo, un cuerpo de piedra de mosáico, como en las densas colum
nuevo y verdaderamente «especial», que pueda, nas de Wagram ó Waterloó: hoy, con su nueva
con anticipada instrucción, usarlo en la guerra, autonomía y responsabilidad, jefes, capitanes,
ya sea explorando, ya destruyendo, ya reparan subalternos y hasta el soldado raso, necesitan vi
do, ya fortificando y manteniendo tanto las lí siblemente más instrucción, más estudio, más
neas propias como las enemigas. Todo ello, lógi ejercicio, más solidez, más soltura, mis inicia
camente, parece que deberá incumbir al cuerpo tiva, más prudencia, más carácter. Sabido es
de Ingenieros, mayormente si se considera la que la táctica de las batallas, es decir, la parte
nueva importancia, el desusado giro que los de ella que tiene por objeto combinar en el
ferro-carriles imprimen á la fortificación (V. e. acto y «bajo el fuego» la cooperación de dife
v.) en sus dos ramas, la permanente y la pasa rentes cuerpos á un fin común, dista mucho de
jera. Por otra parte, la navegación de vapor, haber progresado, por lo visto en Magenta y Sol
con su fácil y seguro trasporte, con el rápido ferino, en Custozza y en el mismo Sadowa. Los
desembarco y reembarque de gruesos cuerpos de modernos recursos, que tanto facilitan las gran
tropas, permitirá continuas diversiones, demos des concentraciones estratégicas, de nada sirven
traciones, amagos y sorpresas, sobre todo en para dar movimiento y «acción» á esas enormes
países de tan extenso litoral como las dos penín masas, una vez concentradas en el vasto campo
sulas italiana y española. La estrategia, pues, de batalla. Lo que realmente produce el vapor
léjos de cambiar «de índole», la activará con los es amontonarlas pronto; pero no inspira á los
GUER — 6" — GUER
generales soltura, tino y destreza para desen cia, de insurrección, de emancipación, civil,
volverlas y desplegarlas. Si en el siglo XVI Far- religiosa, de raza, de fueros, de reconquista, de
nesio, y en el XVII Turena, y en el XVIII Fede recuperación, de represión. Bajo el punto de
rico, tuvieron por arduo disponer para el com vista «moral», se dice guerra noble, abierta,
bate y «manejar en el fuego» 30.000 hombres; franca, ó púnica y desleal, ó sangrienta, vandá
calcúlese la dificultad, lu imposibilidad material lica, encarnizada, devastadora, á sangre y fuego,
de dirigir hoy el general en jefe «por si solo» regular ó irregular. Hay guerras puramente de
masas compactas seis y ocho veces mayores, y honor: y las hay de utilidad y conveniencia mer
con armamento mucho más perfecto. Al paso cantil; según los países, es colonial ó continen
que crecen los ejércitos se revela esa impoten tal, terrestre ó marítima, y ambas cosas á la vez.
cia, esa anulación de la facultad de «maniobrar En fin, según el sistema ó «modo de hacerla»
en grande», en conjunto. Solferino, como queda la guerra es campal, ó de sitios y posiciones. En
dirhorJ'nj; una batalla puramente de encuentro lo que no se puede convenir es en que la guer
ó de sorpresa. La ventaja se logró a fuerza de ra pueda «ser grande ó pequeña», como ya se ha
vigor y de bravura. Una concentración descosi generalizado, por la costumbre de traducirjran-
da fuji todo el conato de «maniobra». De las ba de guerre del francés ; como se traduce también
tallas titánicas de los Estados- Unidos no hay «gran cultura» grande culture) que en castella
que hablar. En el mismo Sadowa, acaba de ver- no tiene significación intelectual ó moral, en
sevcuán poco se hizo sentir el «mando en jefe»: vez de «cultivo en grande», en vastas porciones
lo que allí se ve, y se admira, y se envidia es la de tierra. En la excelente traducción que pu
inteligencia, el vigor, la tenacidad de las tropas blicó en 1840 el Depósito de la Guerra del Com
y de sus comandantes inmediatos. Bien se puede pendio de Jomini, siempre se usa «guerra en
ganar batallas con divisionarios como Aspre en grande» por equivalente de grande guerre. La
Custozza , como Fransecky, que se mantiene guerra efectivamente se hace «en grande» es de
ocho horas mortales contra fuerzas décuplas, ó cir, con grandes masas ó ejércitos: y «en peque
con la cabeza de columna de la guardia que ño», con pequeñas tropas ó con guerrillas y des
cierra los ojos, y embiste, y gana la formidable tacamentos; pero la guerra «en sí», bien se ve
meseta de Chlum.—Se deduce de lo expuesto que no puede ser grande ni pequeña: siempre
un principio, al parecer inconcuso, pero cabal es guerra y nada más.
mente en abierta contradicción con los que en Siguiendo el órden establecido en estos ar
España rigen (al ménos en 1867): que cada dia tículos principales, insertaremos la lista alfabé
debe ir ensanchando la esfera del estudio y ele tica de los adjetivos y calificativos más usua
vándose el nivel de la instrucción de los ejér les de la palabra guerra, añadiendo á conti
citos. nuación, sobre muchos de ellos, las ampliacio
nes y reflexiones convenientes.
guerra abierta—á campo raso—activa— á
muerte—antigua— anual — apretada—á sangre
y fuego—asoladora—á todo trance — buena—
campal—civil—clásica— colonial— continental
—de anexión (asimilación)—de campaña (cam
pal)—de conquista—de devastación—de desta
camentos^—de emancipación—de extermink)—
de guerrillas—defensiva—de fuego—de honor
La guerra es de diferentes especies, que se —de insurrección—de independencia—de in
designan con sus correspondientes adjetivos, de tervención — de invasión — de descontentos —
terminados en general por varias causas de ori de montaña—de patrullas—de partidarios—de
gen, índole, carácter ó modo de hacerla . posición—de potencia á potencia—de puestos—
Por ejemplo: según los motivos que le dan de propaganda—de raza—de reconquista —de
lugar y ocasión, la guerra puede ser extranjera recuperación — de represión — de sitios — des
ó exterior y nacional ó interior. La guerra ex tructora—de utilidad —devastadora— dinástica
terior admite varios «matices» separados, y que —doble—doctrinaria—elemental— encarnizada
alguna vez se juntan y combinan, como: de in —en grande—en pequeño—exterior—externa—
vasión, de conquista, de anexión, de interven feudal — franca— fratricida— guerreada— inte
ción, de propaganda. La guerra interior, es de rior^— interna— intestina —irregular— legítima
cir, dentro del país, puede ser: de independen — lejana— localizada — marítima— metódica—
GUER - 678 - GUER
moderna—nacional— ofensiva— polémica— po- Guerra civil. La que encienden y sostienen
liorcética—política—primitiva—privada—púni los ciudadanos de una misma nación, dividién
ca—rabiosa—regalar—religiosa—rola— ruda— dose en dos ó más agrupaciones con el nombre
sangrienta — santa — servil — sistemática — sin de partidos. El que de estos se levanta contra el
cuartel—subterránea—social—vandálica—viva. poder «constituido» recibo, en sus principios,
Guerra apretada. Resumiendo Don Bernar- el nombre de gavilla ó facción. En el período
dino Mendoza la memorable campaña del Du constitucional de 1820 al 23 se llamaba asi á
que de Alba contra el principe de Orange las fuerzas realistas, que protestaban con las ar
en 1568, dice: «A lo que he oido decir á mas en la mano: y á los pocos meses gracias á
soldados de mucha experiencia de nuestros la intervención francesa: los «facciosos» ven
tiempos y leido de los pasados, no se ha vis cedores desorganizaban un ejército excelente y
to jamás guerra tan apretada como esta, an lo disolvían, desmenuzaban y trituraban al por
dando tan juntos y apegados dos ejércitos tan menor. En pueblos ya mayores de edad y que
grandes: viéndose, en veinte y nueve alo aspiran al self government inglés, estóes, á\e-
jamientos que se hicieron, en los veinte y girse á si mismos, lo primero es ver las cosas
tres cada dia el uno con el otro; teniendo siem claras y lo segundo llamarlas por su nombre.
pre escaramuzas, acañoncándose dentro de diez Influye mucho, al estallar una guerra civil, "de
días dos veces...» [Coment. lib. i. cap. 45.) jarse llevar del odio, que se revela en ciertas
Guerra á sangre y fuego. En sentido técni calificaciones despreciativas que irritan al rj-
co no tiene realmente aplicación esta frase. Es belde y dan cierta falsa confianza al que dis
sinónima de guerra vandálica, á muerte, de ex pone del poder. Si en los dos primeros años de
terminio, encarnizada, sangrienta , devastadora, la guerra civil del 33 al 10, en vez de andarse
asoladora, etc. que sólo se usa en sentido «mo con epigramas y canciones patrióticas, se hubie
ral». La moderna civilización pugna con las ra medido con serenidad toda la magnitud de
ideas feroces que implican esos adjetivos. Cier la cuestión, se hubieran evitado aquellas singu
tos desmanes inevitables, la triste necesidad á lares oscilaciones, aquellas rápidas alternativas
veces de asolar una comarca no constituyen de confianza y abatimiento que, leídas hoy, nos
guerra Á sangre y fuego. El Delenda Cartago de asombran y nos convencen de lo poco que apro-
Catón no puede repetirse á la luz cada vez más cha un hombre ó un pueblo apasionado las lec
viva del cristianismo, de la moral, de la razón. ciones de laciencia y de la experiencia.—Y aquí,
Los horrores de Wallenstein en Magdeburgo y con nuestro habitual desenfado, pedimos licen
de Turena en el Palatinado que ya en el siglo cia para discutir opiniones autorizadas.
XVII levantaron un grito unánime de reproba Sea por rendir tributo á la dignidad huma
ción; los de los franceses en nuestra guerra déla na, sea por la tendencia laudable a sacar las
Independencia son«accidentes» deplorables siem cosas de su sitio para ponerlas más altas, se pre
pre, pero que no imprimen á una guerra to supone siempre que una guerra civil es «el cho
do el hórrido carácter que se expresa con el que material de dos ideas». La frase es de efec
adverbio A sangre y fuego. to; pero, haciéndola bajar desde la altura abs
Guerra campal. «Y en estas cosas consis tracta en que se cierne, la idea, para concre
te toda la industria de la guerra campal, que tarse, tiene que germinar en el cerebro y loque
es la más necesaria y la más honrada; y quien es más «animar el brazo humano»: si la idea
sabe bien presentar una batalla, aunque otros no se lastra con un peso «material y prosaico»,
errores hiciese en el discurso de la guerra serian aunque baje á tierra, volverá á remontarse al
comportables; mas quien falta en esta discipli éter y acompañar los millones de ideas q"ue por
na, aunque en los otros particulares hechos va alli andarán sin haber «producido» guerra civil.
liese mucho, no conduciría jamás una guerra á La idea, pues, tiene que humanizarse, incarnar-
honrado fin; porque una batalla vencida hace se, propagarse, ántes de invocar para su triun
cancellar todas las otras malas acciones, y asi fo el auxilio material y decisivo de la fuerza.
mismo perdiéndola, quedan vanas todas las otras En esta operación, generalmente lenta y mecá
buenas obras que el capitán haya hecho». (Die nica, de incarnacion y propagación, excusado
go de Salazar. De re milüari). Para evitar repe es enumerar las modificaciones que la amplían
ticiones, y si el lector tiene interés en penetrar ó contraen, que la robustecen ó debilitan; ¡nú-
se del sentido que envuelve este adjetivo campal, til advertir que siempre se le adhiere, y á veces la
será preciso que recorra los artículos Estrategia, encierra, una envoltura carnal, material, positi
Fórtificacion. Táctica, etc. va, inmediata. Cosas hay en que la idea ha des.
GUER - 579 - GTJER
aparecido, volatilizada por cualquier causa, \ derosas caías de Guisa y de Borbon las que se
subsiste y la sustituye esa cubierta postiza, pe disputaban el triunfo, alcanzado al fin en premio
ro visible, palpable, en una palabra: á la «idea» de su valor é inteligencia por Enrique IV, que
ha sustituido la «personan. tan pronto oía misa, como rasgaba el misal?
Si yo—por ejemplo—quiero escalar el poder ¿Qué principios, ni qué ideas, ni que patriotis
afiliándome en el partido, siempre numeroso, mo había en aquel juego de azar, sobre cuyu
que lo ocupe, me aguarda largo noviciado, pe tapete rodaban el oro y los soldados de Feli
nosos ejercicios, numerosos escalones gcrárqui- pe 11, el oro y los soldados de Isabel de In
cos y al fin, si la fortuna no me ayuda, es posi glaterra.
ble que jamás me llegue el turno. No se avie Bajemos aún más. Si se tiene por civil la
ne con eso mi impaciencia: y puesto que en de guerra llamada de Theinta Años en Alemania; si
finitiva he de encomendarme á la «fortuna», la se admiten «protestantes» y «católicos»; si se
invoco sin dilaciones; la quiero alada, fugaz, pe debatía la libertad de conciencia, y envuelta en
ro decisiva, como la que cruza sobre un campo ella la libertad política, como entóneos podía
de batalla. Doy, pues, un giro y me retraigo, me comprenderse ¿se quiere más manifiesto el «cho
coloco enfrente; y alli me alisto en tropas ya que de ideas?» Pues, abramos la historia escrita
regladas que combaten, ó las levanto irregula por el «poeta» y protestante Schiller: en la pri
res á mi sueldo; pero en estas fatigosas opera mera página él nos dice en fría «prosa», y á guisa
ciones, mi personalidad, oscura todavía, ni tie de advertencia, que no nos dejemos deslum
ne efluvios, ai atracciones, ni volumen, ni ga hrar por los nombres y miremos el fondo de las
rantías: seria temerario ó necio clamar «yo soy cosas; que en todo ello no hubo más que la in-
quien soy»: es más cuerdo gritar «yo tengo surreciun de la fraccionada Alemania (ayudada
tal idea». por un rey extranjero, Gustavo Adolfo, tan gran
Y no es indispensable que mi idea tenga el soldado como pequeño era su reino; contra la
requisito de la «novedad»; puede estar enterra ambición de la Casa de Austria, que, apoyada
da hace veinte siglos, bajo las ruinas de veinte en los tronos de Madrid y de Viena, intentaba
templos: puede haber nacido ayer y apoderar ahogarla entre sus brazos de hierro.
me yo de la tutela; de todos modos la hago mia, Y si nos fuera licito descender hasta nuestra
y con ella me cubro y abroquelo en las prime guerra civil de 1833 al 40 ¿no podríamos desen
ras escaramuzas. Si triunfo, mis parciales me trañar, aunque todavía no sea del dominio de la
elevan sobre mi escudo, sobre mi idea: si su historia, lo que hubo de «político» y de «perso
cumbo, la pondrán sobre mi tumba y me ado nal» en ella; tanto en su lenta preparación es
rarán como mártir. cénica, como en el acto de estallar, como en los
Dígase de buena fe si es posible «estudiar» múltiples y no previstos episodios qne á prime
una sola guerra civil, antigua ni moderna, con ra vista embrollan y retardan la acción prin
abstracción de «personas» y de «intereses» ma cipal".'
teriales, tangibles, positivos. Dejemos por sabi Con este derecho histórico, el más racional
das las do Grecia y Roma; las que frecuente que en estas teorías puede invocarse, sostene
mente se interpolaron en la edad medía, en la mos que generalmente la guerra civil no se «de.
larga reconquista de nuestro territorio; avance fine» bien, y puede por lo tanto exponerse y
mos más: introduzcamos el elemento «religioso» «estudiarse» mal, arrojando toda la luz sobre los
que da más vigor y colorido al tipo sanguinario símbolos y las banderas, sin dejar que penetre
de la guerha civil; parémonos en laguena esen algún rayo en las filas y, mejor aún, en el «co
cialmente religiosa de Alemania cuyo primer razón» de los hombres.
periodo terminó la célebre victoria de Mühlberg Hay un empeño visible en cuantos de guerra
v1547j en que tanta parte tuvo el pequeño cuer escriben en apartar la vista de la guerra civil
po de infantería Esi-AÑoLA, verdadero núcleo del con cierto sentimiento afectado de rubor. Por
ejército de Carlos V. ¿No se ven alli transparen qué? porqué es más cruel? ¿Tendremos por
tes, de bulto, agitarse las «individualidades», ventura los militares rubor de nuestra profesión
los intereses, á través de esa densa niebla con homicida? Pues entonces, romper la espada y
que los alemanes envuelven sus teologías y filo construir un falansterio. Si el médico ha de cu
sofías'? rar enfermedades, necesita clínicas y estudios
Bajemos más. En las guerras civiles de Fran anatómicos sobre el cadáver.
cia, durante cuatro reinados consecutivos ¿eran Suprimida la guerra civil por fratricida; la
las religiones «católica» ó «calvinista», ó las po de conquista por inverosímil; la colonial por
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costosa; la de intervención por quijotesca: la de fajas ó sus galones, y pagaron acaso en los pri
religión por anacrónica ¿.qué cíate de güerra meros tiempos algo cara la impericia ó la pre
se inventa para uso del soldado español? sunción de sus Jefes: fogueados luego en este
La guerra civil es «grande escuela». ¿Es más otro diario tiroteo de la política ¿qué circuns
dura, más penosa, más activa, más sangrienta, tancia puede serles nueva, ni qué situación im
más cruel....? Pues, es «mejor» guerra. prevista, ni qué solución ignorada?
Que tiene lances inopinados, recursos impre Porque ese principio, «estereotipado» en los
vistos, desenlaces inverosímiles; que trastorna libros militares, de que la guerra civil «no tie
las «reglas» de los libros, y embrolla la estrate ne reglas», ni enseñanza, ni doctrina, es una
gia con la táctica y con la política; que no se perniciosa herejía que se acoge sin exámen.
acierta á veces cual es el frente ó cual el flan Todo el mundo está de acuerdo en que la guer
co; que el terreno y la fortificación juegan más ra es un arte; pero preocupa tanto eso de artes
de lo «que se ensena en el colegio»; que desde «grandes y pequeños», que se cae en la contra
el general hasta el alférez, hasta el simple caza dicción de conceder regías para los frescos de
dor, tienen necesidad de avivar su «personali Miguel Angel ó los vastos lienzos de Rubens, y
dad» lejos de fundirla y anularla en macizas co se niegan á los de David Teniers ó á los capri
lumnas; que el paisano, lejos de ser neutral, chos de Goya.
esconde su trabuco en el mismo surco que está Reglas hay escritas para el que las quiera
abriendo; que la paga escasea, que la ración fal leer; y gacetas, historias y mapas para el que
ta; que la disciplina se relaja, el motín ruge, la las quiera discutir y aplicar.
autoridad vacila; que la prensa insulta, las tur- En este articulo sólo hemos intentado llamar
vas vocean y el gobierno desampara: que saltan fuertemente la atención sobre este ramo hipó
en fin los resortes de la administración, todo vie crita y malamente desdeñado: y cuyos frutos, á
ne á tierra y, como en las ruinas de un terre nuestro entender, en vez de nocivos y veneno
moto, sólo quedan en pié, á manera de fustes de sos, como se creen, tal vez estimulen en los jó
columna aquí y allá las compactas divisiones de venes oficiales el sentimiento ingénito que todos
un ejército tenemos por la prosperidad, la gloria y la tran
¿Tiene aún más que esto la guerra civil?— quilidad de la patria.
Pues mejor y mejor. Guerra clásica ó doctrinaria. Citamos este
Los hombres que han sabido eon su valor, adjetivo, porque se encuentra en los autores;
su tino y su constancia desembrollar el caos, mas no porque deba aceptarse la significación
despejar, regándolo con su sangre, el campo de que envuelve. Lo «clásico» presupone, por opo
batalla, para que se convierta luego en florido ver sición, lo «romántico» y lo uno y lo otro, co
jel y hacer entrar, violentamente si se quiere, mo exceso ó exageración, es rechazado por la
en las venas de un pueblo enervado, ese virus filosofía ecléctica y algo descreída de nuestro
fecundo de inflamación militar: esos hombres tiempo. El libre examen ha borrado la anti
que se desenvuelven «maniatados por tantos la gua fórmula «Maqister dixiln sustituyéndola
zos» mejor se moverán en otras «casiones en que con el derecho incondicional á la crítica, del cual
estos se aflojen y las condiciones del problema grandes y pequeños usamos y abusamos. Son.
se simplifiquen. pues, hoy completamente vacias en artes—y ar
Inútil es advertir que la energía del razona te es el de la guerra—las palabras clasicismo y
miento no nos hace saltar la valla del arte y de romanticismo: en cuanto la primera expresa
la profesión. El militar hoy, ántes que soldado ciega sumisión á reglas, y la segunda, desprecio,
es ciudadano, y no debe desear la guerra civil olvido ó rebeldía. Raro es el libro de que no pue
sino prevenirla y evitarla. da extraerse algo bello, útil ó bueno: rara es la
Cabalmente insistimos en que para ello, le guerra ó la campaña en la que un espíritu de
jos de «ignorar» la guerra civil, conviene estu atenta y desapasionada crítica no encuentre mo
diarla, y saberla, y alejar así el practicarla. delos que imitar, tropiezos que eludir, faltas
Sin tener don de profecía, se puede asegurar que evitar, lecciones saludables que aprender y
que en España en mucho tiempo no se repetirá comentar. Nos oponemos, pues, al adjetivo «clá
tan larga, sangrienta é indecisa la guerra civil sico» siempre que tome aires pedantescos, ma
de 1833. ¿La razón? Que hoy la «constituirían» gistrales y doctrinarios. Si hay en la milicia algo
desde el primer dia sobre sus verdaderas bases real é indisputablemente clásico, son los Comen
y la «conducirían» con la seguridad que da el tarios de César y, sin embargo, muchos milita
saber, los generales que en aquella ganaron sus res de gran autoridad no creen, como es de rú
GTJER — 681 — GTJER
brica, recomendable su lectura al oficial que deben enternecerle los escrúpulos, para él será
empieza, sino al general consumado, que con siempre la cierra de conquista la más brillante
cluye su carrera. y codiciada, la que realiza en espléndido teatro
Si en este puntólas opiniones no andan con sus sueños de gloria y de ambición. En ella, el
formes, excusado es tocar otros en que las hay talento es dueño de ensanchar á su arbitrio el
absurdas.—Acostumbrados á leer y, lo que es horizonte; las cualidades, buenas y malas, del
peor, á «pensar» como allende el Pirineo, cuando general y del soldado se muestran desnudas, en
más, como allende el Rbin, se nos ba formado, relieve; la fortuna protege la audacia; la victo
permítase la expresión, una especie de callo en ria deja marcada visiblemente en el suelo extra*
la inteligencia que la priva de sensibilidad. ño las ruedas de su carro; no hay limitaciones
Quién sinó leerla un dia y otro en libros, viejos gubernativas que encadenen los brazos del ge
y nuevos, malos y buenos, que los «clásicos» en neral, ni ojos envidiosos que se ofusquen á los
la moderna milicia europea son los Nassau» y fulgores de su espada: en la conquista, en fin,
Coligni y Rohan. Pues, si esos son «clásicos», juegan con holgura lodos los complicados resor
¿cómo han de llamarse los que los vencían, los tes de la máquina militar.
Albas y Farnesios; y de donde les vino el clasi Si es laudable ese empeño, instintivo en el
cismo á unos y otros, sino de Gonzalo de Cór hombre, de ennoblecer y ensanchar la casa en
doba, á quien nadie, ni los mismos franceses se que ha nacido ¡cómo negar coronas de oro y de
atreven á disputar su merecido sobrenombre y laurel al guerrero afortunado que da nueva glo
de la pléyade brillante de los Navarros, Colon- ria, territorio y prosperidad á la patria de sus
nas, Pescaras etc. á quienes debe sus fulgores de hijos!
gloria la corona imperial de Cárlos V. Es innegable que la moderna organización de
Si descendemos al triste periodo de nuestra Europa dificulta la guerra de conquista, ó mo
decadencia, los «maestros» nos harán arrodillar difica por lo menos sus más señalados caracte
devotos ante el clasicismo de Federico y en segui res; sin embargo, en pleno siglo XIX la casa de
da ante el clasicismo de Napoleón. . . Tara consue Brandenburgo logra absorber la Germania y
lo debemos consignar cierta resistencia, de buen realiza la casa de Saboya su tenaz deseo, reco
presagio, en el ejército de hoy (1867; á proster giendo el pingüe fruto de su política tradicio
narse á ciegas ante los altares clásicos y nfrakhe- nal, inaugurada en el siglo XVI al resplandor
ment decoras» de Alma, Magenta y Solferino. cesáreo de nuestras glorias militares.
Guerra de coHonsTA. La que una nación em El favor con que cunden en el dia ciertas
prende contra otra más débil, encubriendo bajo ideas, que han dado en llamarse «prácticas»
«razones de estado», que á veces no tienen nin cuando no son sino mezquinas; ese eterno pre
guna, ni son más que pretextos, su sed de do dicar de los economistas, utopistas y medrosos;
minación, sus instintos de grandeza, su afán de el «debe y haber» con que ahora queremos en
lucro, su exuberancia de población, su pasión cabezar cada página contemporánea; la prepon
por las armas, su culto exagerado del honor; y derancia que se arroga la administración; la de
en algunos casos la sumisión ciega, idólatra al plorable movilidad de los gobiernos; el desden
rey ó caudillo, que logra realizar, condensar, sistemático por todo aquello que requiera fé,
personificar, las ideas, los instintos, las aspira tiempo, perseverancia, esfuerzo: todo esto se
ciones de un pueblo. enlaza y combina para que nuestro espíritu,
Los autores suelen disertar gravemente acer propenso de suyo á no profundizar, acoja y en
ca de los casos en que la conquista es «justa»: salce como fruto de «doctrina» lo que quizá sea
como en el de civilizar un país salvaje, ó regu un pacto con la pereza, una vergonzante confe
larizar otro «descompuesto por la anarquía»; pe sión de impotencia y de enervación moral, que,
ro ante las sanas ideas de equidad poco valen si llega á hacerse crónica, concluirá por embo
semejantes sutilezas. La conquista es el robo «en lar la antigua soberbia del carácter español.
grande», por dura que sea la expresión; y la En competencia inexplicable con extranje
prueba es, que para no usarla en estos nuestros ros y protestantes, nuestros historiadores, repú
tiempos púdicos y morigerados, se ha inventado blicos y filósofos, ellos, nacidos en esta pobre
la «anexión», cubierta con ese otro manto de tierra, señora un dia de Flándes, y de Italia, y
muchos pliegues llamado «sufragio universal». ele América, no descansan en la «filosófica» ta
No sabemos cómo lo llamarán los reyes de Ná- rea de arrojar lodo sobre las gigantescas figuras
poles y de Dinamarca. I de Cárlos V y Felipe II, de amenguar nuestras
Sea como quiera, y puesto que al militar no hazañas, de analizarlas químicamente en el mo
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GUER - 682 - GUER
derno crisol del positivismo, y, satisfechos de su utilidad (véase Santo Domingo); en un palabra:
obra, clamar contra la política de expansión, en estos progresos no permiten guerra de ninguna
tronizar la indiferencia, introducir hábitos mer clase, género, ni especie; estos progresos tapia
cantiles, y al que proteste, como aquí nosotros, rán á piedra y lodo el templo de Jano.
dejarle mudo con una palabra de grande efecto: ¿Para qué, pues, ejército": ¿Para qué, estado
«lirismo». militar?
Y desgraciadamente tenemos á la vista libros Admitida—al ménos para el autor—la posi
militares que, por temor á ese terrible anatema bilidad constante de la guerra de conquista, y la
6 empapados, sin saberlo, en este ambiente conveniencia de mantener viva en el soldado la
«práctico» que nos envuelve, hacen humilde ¡dea que envuelve, terminemos con la rápida
mente coro, inculcando con cierto dejo de amar enumeración de sus más principales condiciones.
gura que debe omitirse, hasta en teoria, la guer- La verdadera guerra de conquista tiene toda
ra de conquista por «imposible» en nuestros dias. la plenitud de su acepción, cuando la hace un
Para complemento de doctrina, seria oportuno soberano á la cabeza de su propio ejercito, como
sustituir este articulo anacrónico con otro «de Gustavo Adolfo, Federico 11 ó Napoleón 1. En ese
actualidad» sobre la transfiguración del corace raro caso es perfecta la «unidad» de pensamien
ro en bolsista. to y de ejecución; nada limita ni perturba la
Nos declaramos, por nuestra parte, impeni fuerte emanación de la autoridad consagrada; la
tentes y relapsos; agradecemos y utilizamos los ocasión, que en la guerra avisa con fulgor tan
beuelicíos de esta civilización, que alguna vez pasajero como el relámpago, no puede escaparse
ha llevado en andas, no ya la diosa Razón, sino por falla de poderes para aprovecharla; el pre
otra divinidad más modesta, la patata; creemos mio y el castigo en la mano de un rey, que la
en la imposibilidad humana de resucitar lo abre ó cierra, doblan su efecto por la rapidez y
muerto ó reverdecer lo seco; y, á pesar de todo, oportunidad; el secreto es fácil de guardar; las
nos obstinamos en admirar á Pizarro más con rivalidades inferiores se neutralizan y no esta
quistando el Perú, que si hubiese inventado una llan; y las tropas, en el campamento, dejan de
receta para cebar el suculento ganado que pas sospechar y discutir, al ver sobre la tienda del
toreó en su infancia. general en jefe la corona del rey empeñada en
Repetimos que con tachar en el índice la ¡a partida.
guerra de cosc*ista bajo el pretexto de que «no Cuando los reyes ó los pueblos delegan en
resiste ai análisis» como dicen los periodistas, un general el mando de un ejército invasor, to
se conspira, inteucioualmcntc por algunos, á ex das estas ventajas, suelen desvirtuarse y la com
tirpar de raiz el verdadero espíritu militar, á plicada máquina se expone á inesperados roza
falsear la política, la razón de estado, para no mientos. Desde luego, entre el gobierno y el ge
confundir, alejándola de aquel; á establecer de neral en jefe, ánlcs de montar á caballo, hay
hecho, puesto que nadie contradice, teorías per- trasmisiones de ideas, de proyectos, hasta de
uiciosasde desarme, de neutralidad, de no parti impresiones, que sólo por gran casualidad serán
cipación en el movimiento de otras naciones y desenvueltas y aceptadas con integridad perfec.
por consiguiente en esta de olvido, de atonía, de ta. Difícil es que aquí no brote ya un gérineude
insignificancia, de desprecio. Los escritores mi discordia; y por la repugnancia natural en los
litares que «por no chocar» prohijan ciertas hombres de gobierno á desasirse de aquello que
deas, imprimiéndoles autoridad en vez de po les da autoridad, es posible que al general se
nerles fuerte correctivo, se hacen cómplices in manifiesten dalos incompletos, recursos insufi
voluntarios de maquinaciones bien visibles, ó cientes, auxilios dudosos: en este caso de des-
protectores de esa gran parte del vulgo que lo conlianza, algo frecuente, el general tiene que
que quiere, á toda costa es «no pagar», y para suplir lo que se le niega con su perspicacia y su
lograrlo cree que el mejor camino es «no pensar». buena fe. El camino mejor es indudablemente
Evidentemente, los progresos de la «civiliza el «recto», sin esas tortuosidades á que tanta
ción» impiden las guerras de conquista (veáse afición tienen los hombres de estado: la confian
Italia); los progresos de la civilización impiden za á medias es nula, y al embarcarse en una
las guerras civiles (véase los listados Unidos,; empresa no es acertado desorientar al piloto.
los progresos de la civilización impiden las guer Pero esta misma latitud de poderes que de
ras religiosas y de raza fvéase Africa, Turquía ; be concederse al general le impone en cambio
los prugresos de la civilización impiden las guer circunspección suma y lealtad acrisolada. A pro
ras utilitarias (véase el Perúj y las guerras sin porción que crecen los derechos, crecen los de
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beres: y sólo cod su entera consagración en aras dad forzada en que los dos héroes terminan su
de la patria, es como ha de pagar la inmensa carrera. Nadie vacilará entre el Gran Capitán,
autoridad que en él se deposita. el gran modelo, refrenando sus justas iras en el
El general conquistador, el que intenta aña retiro de Granada y el feroz Wallenstein, en la
dir á su país «de manera durable» un nuevo guerra de Treinta Años, preparando el loco pro
territorio, como no puede contentarse con la yecto de destronar á su mismo soberano.
ocupación llamada militar, que lleva en si lo En la guerra de conquista, ménos que en otra
eventual y pasajero, va más allá; penetra, por alguna, pueden dictarse reglas «absolutas». Una
decirlo así, á mayor profundidad en el pueblo de ellas es siempre recomendar la blandura y
invadido para dominarlo de tal modo, que al buen trato con el pueblo invadido respetando
aflojar, luego en la paz, las ligaduras de la fuer hasta sus preocupaciones: en ciertos casos será
za, quede imposibilitado de volverá levantarse. más provechoso el rigor y aún la crueldad sis
En los impensados giros que puede tomar temática. Nosotros, con la historia en la mano,
cuestión tan compleja, bien se ve que la guerra estamos dispuestos á refutar, lejos de creer, las
y la política, tan enlazadas y combinadas han vanas declamaciones contra el sistema represi
de obrar, que no es fácil decidir cuál predomi vo del duque de Alba en los Países Bajos; cree
ne; pero siempre los principios generales de la mos que debe alzarse su orgullosa estátua, ma
primera tendrán exacta y fecunda aplicación. lamente demolida, sobre el pedestal de su hi
Buscar bien el nudo ántes de forzar la palanca; dalga lealtad, algo sospechosa quizá en el ven
ver claro cuál es el punto verdaderamente de cedor de Lepan lo, al ensayar inútilmente el
cisivo, es en la conquista, como en todo, el buen 'sistema de blandura y concesiones.
planteo del problema. Si Napoleón hubiese te Lo constante, lo absoluto en los dos sistemas
nido más de un molde para sus campañas, si extremos es que las tropas conserven estrecha
hubiese estudiado la estructura física y el des disciplina; con ella el amor, ó el terror, multi
arrollo histórico de la nacionalidad española, plican su efecto y anticipan el resultado.
sino vencedor, saliera airoso como soldado, de Otra de las condiciones que complican la
su odiosa empresa; pero la idea fija de que las conquista es la necesidad de que el general,
capitales son el «corazón» de las monarquías, además de «político», sea excelente «adminis
confirmada con que Wagram le dió las llaves trador». Es el colmo de la habilidad entronizar
de Viena y Jena las de Berlin, le indujo á ocu sin violencia un nuevo régimen para que el
par Lisboa y Madrid, cabalmente por los dos ge pueblo vencido mantenga á su mismo domina
nerales más antipáticos á entrambos pueblos dor. La administración francesa tuvo el cuerdo
El magnifico y petulante Murat no comprendió principio á veces, para no segar en ñor, de re
tampoco en los silbidos á sus mamelucos los presentar ella misma imparcial y simultánea
preludios del Dos de Mayo, y en aquel aciago mente, en singular litigio, los opuestos «intere
dia tomaba por «motín» popular el primer ru ses» del conquistador y del conquistado. El sis
gido de un león que se enfurece. Con tal co tema es fecundo; pero en él, como en todos,
mienzo, con el desconocimiento imprudente de influye poderosamente la personalidad del gene
aquella dura organización, apoyada en las dos ral en jefe: como puede observarse por la com
columnas seculares del alfar y del trono ¡qué paración de Soult, el insaciable, en su corto
podía esperarse de «constituciones otorgadas», «reinado» de Andalucía, y Suchet, que logró
ni de la benévola sonrisa de un rey postizo, ni cautivar, algo más de lo necesario, la versátil
de los rapaces instintos de Soult y de Massena! afición de los valencianos.
Entre las cualidades de todo general deben El eterno é invariable modelo de toda con
descollar la generosa esplendidez y la industria quista, se encontrará para todos los casos en los
de ganarse los corazones; sin embargo, estas anales de Roma, la ciudad fundada por una cua
mismas virtudes, si se exageran, pueden ofrecer drilla de bandidos, que llega á través de los si
blanco a los tiros envenenados de la malevolen glos á convertirse en metrópoli del mundo en-
cia y de la envidia. Tal vez el Gran Capitán re tónces conocido. Desembarazándose resuelta
basó la meta que le ponía la suspicacia y la po mente de los fútiles detalles, hoy perfectamente
breza del Key Católico. Cárlos V no podia en inútiles, en que se ahoga ese estudio tan reco
contrar «fórmula» de recompensa para el con mendable al militar, la atención se prenda del
quistador de Méjico; y con todo, deplorando la sencillo mecanismo de aquella inimitable y ro
ingratitud de los reyes, parece que aún brilla busta organización, en la que tan holgados se
más su aureola de gloria en medio de la oscuri movían los pequeños ejércitos consulares; de
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aquella idea tenaz y permanente de gobierno ner incidentes, reacciones, momentos ofensivos,
penetrando, como una espada , el espesor de permaneciendo no obstante «á la defensiva», no
tantas generaciones sucesivas, y adaptándose, tomando por esto «la ofensiva». Es evidente, re
con la flexibilidad del acero, á los tiempos y petimos, que toda ofensiva impone y descon
circunstancias; de aquella mezcla inexplicable cierta al enemigo; sin embargo, tan temeraria y
de frugalidad y sibaritismo, de terror y clemen descabellada puede ser que á veces le conven
cia, de ci dicia y desprendimiento, de fuerza y drá dejar que se hagan «prjfundas» o extensas
de diplomacia, de campamento y de mun icipio. las lineas estratégicas de operaciones ó de inva
A tan maravillosa máquina de conquista te sión, como á los Rusos en 1812 contra Napo
nían que ceder, lo mismo la Grecia gastada por león I. Sin estas grandes excepciones, la ofen
la civilización, que la España indómita por su siva razonable, la iniciativa rápida y audaz es
primitiva sencillez. siempre recomendable y posible en estrategia.
Guerra de destacamentos. A principios del El que espera tiene que estar prevenido por to
siglo, cuando no estaba todavía vulgarizada la dos lados: y esta situación indecisa le debilita ó
palabra estrategia, designaba el nuevo sistema le aturde, por que ignora donde va á recibir el
de guerra, opuesto al que pudiéramos llamar golpe. Esta condición cabalmente hace que la
«guerra de una pieza» puesto en boga por Fede ofensiva no sea tan provechosa en táctica, ni tan
rico II de Prusia y sus apasionados. —Destaca recomendable siempre en el combate; pues des
mentos, diversiones, puntas son manifestaciones cubierto al instante el movimiento ofensivo ,
de una sola idea; medios de ejecución de una es pronto y fácil es el remedio, sabiendo maniobrar
trategia ofensiva, audaz, envolvente y por lo y siendo cauto en la prevención y uso de las re
tanto peligrosa para ser aconsejada como ejem servas. Conviene por lo tanto distinguir el siste
plo, ni estatuida como precepto. m.v ofensivo, como medio, y como fin ú objeto:
Guerra defensiva y ofensiva. De un libro como accidente, y como fondo, carácter ó esen
militar que ve la luz pública en el momento en cia de la guerra. A veces, efectivamente, una
que esto se escribe, tomamos los siguientes pár campaña es ofensiva en medio de una guerra de
rafos. fensiva; sin que por ello cambie la índole, el ca
«En la guerra, desde las grandes operaciones rácter general de esta guerra. Asi también hay
hasta los más pequeños combates, se procura á momentos y períodos puramente de defensa en
toda costa tener iniciativa, ó lo que en el fondo una guerra, cuya índole por eso no deja de ser
es igual, tomar la ofensiva. Esto exalta el valor OFENSIVA».
propio y desorienta, desconcierta, derrota moral «Puede definirse como ofensiva la tierra que
y anticipadamente al enemigo. Ir en busca suya no podría parecer ventajosamente terminada
en vez de aguardarle; invadir su terreno: antici mientras que no se conserve toda ó parte del
parse á ocuparle sus posiciones; estorbar su país ocupado á consecuencia de la invasión ó
concentración; cortarle sus comunicaciones; ; agresión, que es naturalmente la compañera na-
batirle sus destacamentos; cercenarle sus vitua ¡ tural é inmediata. Por último la definición si-
llas; establecer en fin una superioridad científi | guíente, de un autor moderno, es á nuestro jui
ca y «moral», probada con hechos, indudable cio la más exacta: «Se dice que la guerra es
mente es ventajoso y recomendable. Pero bien ofensiva, cuando estando bien asegurada la pro
se ve cuan difícil será lograrlo sin superioridad pia conservación se maniobra con el objeto de
numérica, ó por lo menos sin esa otra superio destruir al enemigo; y defensiva, cuando, están"
ridad que da la calidad ó el entusiasmo de las do en peligro la propia conservación, se manió"
tropas, la clase del terreno, el talento del jefe.» bra con el objeto de sostenerla, compensando
«La voz ofensiva se usa como adjelivo y sus las fuerzas hasta poder tomar la ofensiva». (Vi-
tantivo. Como adjetivo, califica la guerra, la llamartin. A'oc. de arte mil. pág. 37).—Estar a la
campaña, la acción. Pero, tomada en sustantivo, defensiva se dice cuando se evita la presencia
ya expresa «con más generalidad» iniciativa de del enemigo por creerse más débil ó por querer
movimiento, idea de agresión, de ataque: por sacar mayores ventajas, esperándole sobre un
eso se dice «tomar la ofensiva», que es buscar al teatro ó terreno estudiado y preparado de an
adversario para batirle, bien sea por creerse uno temano. La defensiva, en general, tiene por ob
mismo más fuerte en numero, en saber, en va jeto ganar tiempo, allegar recursos y refuerzos;
lor; bien por querer aprovechar una ocasión fa hacer, como vulgarmente se dice, la bola de
vorable». nieve; aprovechar coyunturas, evitando golpes
«Una guerra, un sistema defensivo puede te contundentes y decisivos, concentrando sus fuer
GUER - 685 - GUER
zas para acudir por los radios. La buena defen Guerra de intervención. Una de las cuestio
siva rechaza el sistema desparramado ó de cor- nes más debatidas en política es el «derecho de
don: al contrario, procura que el agresor se ex intervención». Dos son los puntos de vista: si
tienda y disemine, por que enlónces el defensor se considera cada pueblo, cada agrupación so
concentrado es realmente sipfrior. En la defen cial como una entidad aislada, cual la China y
siva juegan con provecho la fortificación natu como ella cercada de una muralla, verdadera
ral y artificial: las montanas, las posiciones, las mente no se comprende la intervención; pero si
plazas, los atrincheramientos. Se acude á los ar como se observa desde el siglo XVI los pueblos,
dides y estratagemas, y sobre todo á las maniobras especialmente en Europa, tienden, como por
calculadas para distraer, turbar y fatigar al ene ley de gravitación, á reunirse al rededor de
migo. Pero bien entendido, que estas maniobras grandes y seculares núcleos, á la manera de los
defensivas, por complicadas ó cautelosas, por arrabales de grandes ciudades, no cabe duda en
grandes ó pequeñas que sean, siempre han de que deben establecerse ciertos pactos, ó cos
tener un objeto por decirlo así ofensivo, al cual tumbres, ó leyes de «policía», que pueden lle
se va con resolución; pues, si bien se mira, más gar hasta la «expropiación forzosa».—Toda in
que de la táctica, depende quizá el éxito de la tervención presupone dos partidos beligerantes
habilidad del que manda y del valor y resisten y el vencido por ella naturalmente desahoga
cia de los que obedecen». su pecho en improperios contra el aprincipío»,
«Respecto á la propiedad del lenguaje técni que el vencedor desoye, cuando está seguro de
co, no puede haber sinonimia ni confusión entre respetar la integridad del territorio y el honor
las dos palabras defensiva y defensa, tomadas co del pabellón. Los «100.000 hijos de San Luis»
mo sustantivos. Un ejército está Á la defensiva, recogieron en 1823 los mustios laureles del Tro-
no está Á n defensa ¡como no se quiera sobreen cadero, entre frenéticas ovaciones délos mismos
tender «de un país»,!: un cuerpo, una división de realistas que diez años ántes dieron cuenta de
este ejército, como accidente en medio de una 500.000. En 1827 todavía ocupaban a Barcelo
operación ofensiva, «defiende» un puente, una po na, sin el menor recelo de España ni la menor
sición, una plaza. La diferencia es visible, por la pretensión de Francia.
diferente magnitud de los objetos: la defensa es En general las intervenciones «de buena fé»
un acto puramente concreto y material por me no necesitan tomar la forma de guerra abierta:
dio de las armas y del combate; la defensiva es un movimientos verdaderamente estratégicos bas
estado teórico ó abstracto, nominal, distintivo. tan para hacer sentir al país el nuevo peso que
Defensiva no debería usarse propiamente sino en se echa en la balanza, y sólo el ciego fanatismo
estrategia: defensa, en táctica. Se dice: estar Á puede retrasar los conciertos de paz. En todo
la defensiva; pero no estar, sino tomar la ofen caso, la cualidad recomendable del general en
siva.» {Guia del Oficial en campaña). jefe y de sus tropas es una prudencia que nun
Guerra de honor. Así como se llama «lance ca será excesiva, puesto que ordinariamente tie
de honor» el que sostiene el individuo para con ne que refrenar las rencorosas venganzas del
servarlo ileso, puede llamarse guerra de honor, partido político á quien apoya. El mismo An
de honra ó de dignidad, la que una colectividad gulema en 1823, aunque profesaba esta doc
emprende para mantener el respeto que se le trina, no la puso resueltamente en práctica.—
debe.—La ofensa á un embajador en su perso La nobleza ingénita del carácter español le ha
na, en las armas sobre su puerta, el saludo á un cen muy apropósito para intervenciones. Las
buque de guerra, y motivos tan fútiles como dos más recientes, la del general Córdoba en
estos pueden imponer á una nación susceptible Italia y la del general Concha en Portugal lo
el costoso deber de castigar á otra insolente ó prueban. La del último, especialmente, algo
imprevisora.—Estas guerras, como los duelos, ocasionada por las relaciones siempre tirantes
son generalmente «á primera sangre»: un nu de ambos pueblos y el encono de los partidos,
mero estipulado de cañonazos, una indemniza- fué conducida con tal dignidad, mesura y tacto
bion pecuniaria es todo el botín. La última guer que mereció, no sólo la aprobación del gobierno
ra con Marruecos ha tenido este carácter per expresa en el título con que el ilustre general se
fectamente definido, que hubiera sido más rá firma y la del partido portugurs á quien apoyó,
pido y brillante con mayores recursos maríti sino, lo que es más halagüeño, la respetuo
mos. Se hizo ya indispensable llamar al orden á sa alabanza del otro bullicioso partido que, al
nuestros antiguos huéspedes de 71 1 á 1492 que sufrir la ley de la fuerza, supo apreciar el
continúan siendo incómodos vecinos. delicado interés del general español, por ate-'
GUER - ese - GUER
ouar en lo posible la mortificación del que es primeramente en el interior de un país los obs
vencido. táculos que estorban su desarrollo, desborda las
Guerra de patrullas. Con esta expresión des fronteras y se esparce como torrente.
preciativa calificaba el mismo Lafayette (según Cuando en 1793 la Europa asombrada pre
Bardin, que la oyó de sus labios) la guerra que tendió apagar, estrechándole con un circulo de
hizo Francia de 1778 á 1783 ayudando á los Es hierro, el cráter de la revolución francesa,
tados-Unidos de América á sacudir el yugo de esta, al romperlo con heroico esfuerzo, al llegar
Inglaterra. Citamos el calificativo «autorizado» á la circunferencia formada por sus enemigos,
porque confirma nuestra convicción personal de no pudo contener la «velocidad iniciali de que
que el arte de la guerra, tal como siempre se venia empujada y, recobradas sus fronteras, sa-
ha entendido y practicado en la Europa central, satisfecho su honor, se derramó sin embargo por
no sólo no puede recibir la menor ilustración en el exterior quemando, como hirviente lava, con
las guerras de América, sino que cambia y per sus fogosas doctrinas territorios que no pensaba
vierte radicalmente su índole, sus preceptos, sus en conquistar, ni en ocupar siquiera. La modi
resultados. Si Lafayette califica de mezquina, de ficación de las formas políticas, con sujeción al
irregular, de anti-cientifica una guerra que hizo modelo que ella creaba, era sin duda el fin que
su reputación, como jefe de E. M. del célebre puede llamarse generoso de la Francia, hasta que
Washington, una guerra de grandes y positivos Bonaparte con su dictadura varió el cauce y uti
resultados, que dió nacimiento á un gran pue lizó en provecho propio la impetuosidad del
blo, dedúzcase que nombre ocicntifico» podrán torrente.
merecer aquellas tristes guerras nuestras que El movimiento progresivo de la raza eslava,
tienen por epílogo la funesta jornada de Ayacu- codiciosa de territorio, y el de la sajona insa
cho. Para que todo sea desgraciado en nuestro ciable de lucro nos muestran su aptitud para
absurdo régimen colonial, las derrotasen cam la guerra de propaganda que no es tan manifiesta
bio de la ignominia ni siquiera nos han dejado en las razas «latinas» á pesar de esas fugaces bo
el fruto amargo de la «enseñanza». Aplaudamos, canadas de Francia é Italia.
pues, ayudemos á que sea .verdad la «doctrina Respecto á España, completaremos nuestra
de Monroe», y aprovechando la dura lección de impopularidad sosteniendo que, asi como la
Santo-Domingo, no nos volvamos á ocupar «mi creemos claramente destinada por la Providen
litarmente» los soldados de Castilla y de Aragón cia para guerras de conquista , le negamos toda
de hijos ingratosy mestizos, más que para apo aptitud para las guerras de propaganda. El espí
yar con algunas fragatas la razón que tenga ritu español, no por lo altivo, sino por lo adus
mos en alguna contienda puramente comercial. to y severo, carece de la flexibilidad, de la ame
Guerra de posición ó de posiciones. Viene á ser nidad, de la inconsistencia que prescribe el
sinónimo de guerra metódica ó de sitios , por cambio repentino de ideas y el entusiasmotran-
oposición á guerra campal, de operaciones rápidas sitorio en sostenerlas. España demasiado suave
y activas. Jomini. Comp.drl a. de la g. pág. 284) (por más que digan) con sus colonias, llego á ha
encabeza asi el art. 24: «Del antiguo sistema de cerse por su dureza insoportable á Europa; y
guerra de posiciones y del actnal de las marchas. plegando triste y noblemente su bandera, pre
Se entiende por sistema de posiciones el antiguo firió á las concesiones y acomodos, retirarse po
modo de hacer una guerra metódica con ejérci bre y altanera á su hogar sin remordimiento ni
tos campados bajo de tiendas, que subsistían de enmienda.
gus almacenes, espiándose recíprocamente el Tan inflexible como hace trece siglos en su
uno para sitiar una plaza, el olro para cubrirla, unidad religiosa, encuentra dentro ohstáculos
ya codiciando una pequeña provincia, mientras para consolidar su nueva forma , y también los
el contrario se oponia á sus designos y se situaba en encuentra fuera para sentarse en los consejos de
posiciones que se reputaban inatacables: método Europa. Quién sabe si algún dia recibirá el pre
que estuvo generalmente en práctica desde la mio de esta inaudita constancia, y el poderoso
edad media hasta la revolución francesa». brazo que sintieron árabes, turcos y herejes re
Guerra de propaganda. En rigor toda guerra constituirá sociedades podridas por la rápida
«religiosa» lleva en sí el proselitismo y el obje descomposición de nuestros tiempos. — Hasta
to de propagar una idea nueva; pero en la socie ese porvenir, algo remolo, ocioso es pensar para
dad moderna en que tanto vuelo loma la filoso España en guerra de verdadera propaganda.
fía, con independencia absoluta de la religión, se Guerra de represión. La que tiene por obje
alimenta una fuerza expansiva que , arrollando to reprimir, y que puede muy bien tomar, se
GUER - 687 - GUER
gun los casos otras denominaciones como civil, nes de las de Luis XIV: no sólo ha variado la
religiosa, interior, etc. Sin embargo, la voz re índole de los ejércitos sino la de los pueblos; y
presión envuelve una superioridad indisputa en la actividad, un tanto febril, conque hoy
ble por una de las partes al romper las hostili vivimos, la guerra no puede ser tan ceremo
dades. Por ejemplo: en 1 640, al rebelarse Por niosa y acompasada. La reciente de Crimea, en
tugal y Cataluña simultáneamante,la guehracoh que sólo llegó á tomarse la mitad de una plaza,
aquel estado se llamaba de recuperación en los no puede llamarse guerra de sitios, puesto que
«documentos oficiales» como si se presintiera el sitio no fué objeto, sino pretexto, para con
que se había escapado de las manos: miéntras cluir con decoro lo que hubiera sido mejor no
que á la de Cataluña, a pesar del auxilio francés empezar. En resumen, llamar guerra de sitios
que casi la hacia guerra exterior, se la llamaba á aquella en que estos juegen solos, ó con algu
de represión. También al principio fueron de re na preferencia, es tan impropio como si Zuma-
presión nuestras guerras de Flándes, en el siglo lacárregui hubiese llamado guerra de infantería
XVI, aunque se atravesaba el principio religioso. á la que hizo con esta arma sola en sus prime
Recientemente puede llamarse de represión la ros tiempos. En el art. Fortificación se de
guerra del Norte contra el Sur de los Estados- muestra que ella es un arma como las otras tres,
Unidos, aunque realmente haya sido civil y has y con las cuales debe siempre combinarse, léjos
ta social; porque al romperla el Norte entraba, de usarse ó manejarse (sea en ataque ó en de
en opinión de los inteligentes luego plenamente fensa) con el aislamiento y singularidad que has
confirmada, con grandes condiciones de supe ta a'qui.
rioridad y de triunfo. Nuestra guerra civil dinás Guerra de sitio, en singular, es expresión
tica, del 33 al 40, no fué de represión, aunque inexacta, por más que el uso la consagre, para
se tratase de reducir algunas provincias rebel comprender los trabajos y combates polémicos ó
des; porque los principios políticos, simboliza poliorcéticos á que da lugar el ataque y defensa
dos en el Pretendiente, eran casi tan populares de una fortaleza. Decir que la guerra de sitio,
como los que triunfaron, llegando en algún mo así entendida, es ramo exclusivo de ingenieros,
mento á estar la victoria indecisa. contribuye á «especializar», si es lícito el ver
Guerra de sitio y de smos. Ambas denomi bo, lo que debia «generalizarse»; pues los inge
naciones son algo impropias. Guerra de sitios, nieros, ántes y después de Vauban, no toman pla"
en plural, se dice por oposición á guerra campal, zas «por sí solos», sino con auxilio de las otras
de campaña, á campo raso, aquella en que hay tres armas: y parece conveniente que, tomando
más sitios que batallas ó combates campales, en estas parte principal, sepan de antemano á lo
que el objetivo es la conquista de un punto fuer que el deber las obliga. Es realmente incom
te más bien que la «exterminación» de un ejér prensible que, acuarteladas como siempre están
cito de operaciones enemigo. El tipo de esta cla en las plazas de primer órden fuertes guarnicio
se de guerras es perfecto en el siglo XVII: la to nes, no se haya ocurrido alguna vez indicarles
ma de una plaza fuerte era el objeto de una siquiera para que sirve aquello: ya haciéndoselo
campaña, y á veces de toda la guerra. Alguna ver de dentro afuera, ya, inversamente, sacán
tentativa de socorro solía producir un choque so dolas por vía de simulacro, y ejercitándolas en
bre las mismas trincheras; y la cuestión queda trabajos de ataque, cada vez más olvidados y
ba resuelta con la toma de la plaza ó la retirada cada vez más necesarios. No basta que los inge
del sitiador. En el largo reinado de Luis XIV de nieros y artilleros salgan consumados de sus
Francia no se cuenta que el fastuoso y encope polígonos especiales de instrucción: es necesario
tado monarca asistiese, ni de lejos, á una sola ba que ellos conozcan á las tropas del ejército, y
talla; y por el contrario, rodeado de su esplén que estas, á su vez en contacto con ellos, tengan
dida corte sin fallar sus damas, presenció nu ocasión práctica de apreciar sus talentos, com
merosos sitios , especialmente los que Vauban prender su servicio, compartir su fatiga y res
sabia dirigir y terminar con una exactitud que petar su «especialidad».
pudiera llamarse cronométrica. Sin ser suspi Guerra de utilidad ó de conveniencia. Podria
caz, puede suponerse que la afición poliorcé- llamarse así aquella dirigida exclusivamente á
tica del gran rey nacia del sumo aprecio en que establecer factorías, abrir mercados, perjudicar,
tenia su propia y augusta persona, para expo destruir y aniquilar comercios extranjeros y ri
nerla á los azares, tal vez irreverentes, de una vales. España, en siglos anteriores, recibió en
batalla campal. En el dia no parece probable la las arcas de su erario siempre exhausto, pero no
repetición de guerras de sitios con las condicio en su bandera siempre enhiesta, los golpes trai
CrUER - 688 - G-TJER
dores de Holanda, Inglaterra y Francia, que se del buen Cárlos III hasta el «Pacto de Familia»
apadrinaban mutuamente sus corsarios; mién- tan inconcebible como vergonzoso, y que por
tras los embajadores hacían reverencia ante el tantos años retardó la restauración de España.
trono de nuestros reyes. Modernamente Ingla Véase, pues, cómo un problema de guerra
terra y Francia, pero con especialidad la pri mal planteado en 1700 puede producir los as
mera, es la amaestra» en esto de lanzar escua querosos resultados de 1807, que tanta sangre
dras contra Grecia para llenar la bolsa de un ju requirieron para ser borrados. En esa desdicha
dio, y abrirse á cañonazos las puertas de China da guerra de Sucesión, además de ofrecer gra
para obtener el té y el añil «al pié de fábrica». tis el palenque á nuestros eternos enemigos, nos
Guerra dinástica. Variedad de la guerra civil, «acaloramos» hasta el punto de seguirlos como
que tiene por símbolo visible, ó por síntesis co auxiliares de su depredaciones.—Ni gloria, ni
mo ahora decimos, el cambio de la familia que provecho, ni doctrina ofecen tales guerras: su
se sienta en el trono y lo rodea.—En todos tiem repetición es imposible.
pos, pero especialmente en los nuestros que ven Guerra doble. La que se emprende contra dos
rodar tronos con pasmosa facilidad, no parece naciones y sus dos ejércitos á un tiempo; por
que el simple cambio debiera producir guerras; que si es contra una sola nación, aunque tenga
sin embargo no está léjos la de siete años que cuerpos auxiliares, la guerra entra en la especie
enrojeció nuestros campos. Es verdad que no la ordinaria. Es conocida de todos la sana máxima
encendió exclusivamente, ni la alimentó luego, de los romanos de no comprometerse en dos guer
el odio á la persona del pretendiente ó el amor ras simultáneas. España casi nunca la tuvo pre
caballeresco a una niña inofensiva: detrás délas sente en los dos siglos de su esplendor. En las
dos personalidades, se veian transparentes dos largas contiendas de Flándes, casi siempre tuvo
sistemas políticos diametralmente opuestos, que la Holanda en frente, Francia á retaguardia,
diez años ántes habían acudido en su contienda Alemania al flanco derecho, Inglaterra con su
á la decisión de la espada. La inopinada termi oro y sus escuadras al izquierdo. En 1864, en
nación por el abrazo de Vergara, sin gran hu cuanto sintió cierta fogosidad de «renacimiento»,
millación ni quebranto para el bando carlista, ni se vió envuelta en las complicaciones del Perú,
para el pais algo mimado en que concentró su de Chile, de Santo Domingo: expediciones leja
fuerza, no sabemos si puede llamarse propia nas, estériles, que sólo pueden hacerse con mi
mente terminación, ó aplazamiento, ó tregua. cha marina, es decir, con mucho dinero.
Todo depende de la duración de los partidos Luis XIV, Federico, Napoleón también tu
medios que, apartando como una cuña los dos vieron guerras «múltiples» de las que, sólo el
radíenles, les impide verse y encontrarse. En segundo supo salir triunfante. Respecto al últi
esta guerra dinástica entraba como elemento, al mo, mucho valió á España que, olvidando ó vio
parecer subordinado, la política: un químico lando el precepto romano, se enredase con Aus
descubriría también «indicios» de religión; y tria é Inglaterra en 1809 y sobre todo con Rusia
apurando mucho el análisis, hasta de «naciona en 1812.
lidad». Fué, por consiguiente, bastante «com Guerra exterior. La que tiene su teatro en
pleta». tierra extranjera. Las de Flándes é Italia, aun
Más lo fué la llamada de Sucesión, en los que en rigor eran territorios nuestros, deben
catorce años primeros del siglo pasado. En ella considerarse como exteriores, por los flojos la
entró el elemento «internacional». Los diez mi zos que las unian y su distancia á la metrópoli.
llones de españoles de entónces no pudieron en Es general la preferencia de los autores por la
contrar entre sí quien los mandase, y aceptaron guerra exterior ó extranjera, fundados en la ra
frenéticos el nieto del «gran» monarca francés, zón que primero salta á la vista, de que el país
silbado ya en aquella fecha por toda Europa: no sufre directamente las calamidades y estra
con lo cual, tuvimos el tino de unir el cadáver gos; pero basta mirar la España, que desde 1 492
de España al carro mortuorio del gran rey, al hasta 1701 sólo tuvo salvólos movimientos de
canzándonos algunas inmundicias de las que ar las Comunidades y de los Moriscos) la guerra
rojaron al féretro los vasallos, no muy respe interior de 1640, y quedo abatida, deshecha,
tuosos, del que decía: «El estado soy Yo». El ¡ desangrada por el cúmulo de guerras exteriores
otro dicho jactancioso «Ya no hay Pirineos» í que sostuvo en aquel largo periodo. El resultado
conservó desgraciadamente alguna veracidad. definitivo de las guerras francesas llamadas de
De tal manera trasporó la influencia francesa en la Revolución, desde 1793 á 1815, tampoco es
ese desdichado siglo, que dobló el ánimo recto envidiable: cercenado su territorio, abrumado
GUER - 689 - GUER
coa una enorme multa ó contribución de guer ahora, comprendían que valia bastante su vida
ra, y con las bayonetas extranjeras en su capi para arriesgarla y desperdiciarla en bagatelas; y
tal para hacerla efectiva, Francia cubre su des así, el combate singular, el duelo que es la solu
engaño con una palabra que la embriaga: la ción más inmediata y definitiva en toda cues
gloria. tión personal, no tenia la frecuencia que debe
España, en su caso, hubiera sido más difícil suponerse. Aquellos próceres preferían ordina
de consolar. Su genio austero no se inflama lo riamente encomendar á sus siervos y vasallos el
camente por cosas ni por personas; no la arre logro de sus ambiciones ó venganzas; y estas
batan los grandes carácteres; y asi vemos, no tropas es decir estas gavillas más ó menos cre
sólo los pensadores y escritores de entonces, si cidas de bandidos, hacían una especie de guer.
no los de hoy, pesar de una manera algo «mer ra inversa á la de nuestros tiempos. En vez de
cantil» los dos siglos XVI y XVII, y formar un acelerar el encuentro con el enemigo para exter
coro de imprecaciones, en que sobresalen las minarlo, la estrategia consistía en esquivarlo, y
voces de nuestros modernos filósofos, utilitarios, la táctica se reducia á apoderarse de todo lo
economistas. mueble y portátil, dejando arrasado y destruido
Bajo el punto de vista militar, no es posible todo lo inmueble o voluminoso. La razón natu
asociarse á ese coro respetable. Si en materias ral, que siempre es sensata, inspiró á los que
de guerra no ha de atenderse más que á los es por «estarse quietos» nunca ganaban ó siempre
cudos que produzca al erario, los soldados ten perdían, el mismo pensamiento que ha creado
dríamos que principiar nuestra educación en las modernas tropas de policía, con la sola dife
una casa de comercio: prescindiendo, pues, de rencia de llamarse entonces Hehmandades con
declamaciones «financieras», pero confesando al entera propiedad; pues forzoso era «hermanar
paso que pudo sacarse más provecho, es seguro se» y ayuntar primero las voluntades y después
que el ejercito español saludaría con jubilo un los dineros, para levantar y mantener una fuer
nuevo horizonte abierto por guerra exterior, za armada protectora. La ausencia de todo po
para la que es innegable la aptitud individual der con autoridad central y reguladora ocasiono
de sus soldados. que el remedio de las hermandades fuera peor
Y en efecto, ¿.quien al verlos hoy altivos, se que la enfermedad, degenerando en un tercer
rios, ágiles, guindos, sóbrios, tenaces, no ve en elemento de trastorno más disolvente y más
ellos el trasunto de aquellos nnains basanés» perpetuo, si se quiere, que los otros dos opues
(enanos curtidos , que por más de siglo.y medio tos que debia enfrenar. La enérgica voluntad
tuvieron amedrentada á la Europa, que al fin del rey de Castilla Alfonso XI, á mediados del
los «demolió» á cañonazos como una ciudadela? siglo XI V aplicó el remedio heroico, la panacea
Dad á esos soldados generales como ellos ne saludable eu todos tiempos para todas las varie
cesitan; hacedles comprender que son nobles dades de la anarquía. A la cabeza de un cuerpo
instrumentos de una «política» tija, elevada, pa de tropas permanente esto es que no se «derrama
triótica, y no temáis soltarlos en uuerra exterior ba» o disolvía conseguido el objeto que lo había
por aventurada que parezca. No los veréis en hecho reunir, logró convencerá nobles y plebe
trar por la frontera, fugitivos y desmandados, yos que el orden publico era la base de toda or
como en 1794... siempre que no desterréis al ganización. Los argumentos del monarca invul
conde de Aranda, para que le suceda Uodoy. nerable, que degollaba alevosamente y sin pro
Uuerra feudal o privada o particular. Por ceso lo mismo á su tutor el infante Don Juan el
oposición á pública, real ó nacional, era la que, Tuerto que á su propio y encumbrado favorito
en la edad hedía, promovian con sus inquietas el conde de Trastaniara, hicieron mella profun
ambiciones los ricos-hombres, proceres ó mag da en sus duros vasallos; pero los reyes suceso
nates, bajo aquella forma escentralizadora de res no tenían el temple del vencedor de Tarifa y
gobierno, en que todo hombre audaz ó poderoso, Algecíras, y a mediados del siglo XV la guerra
encerrado en su castillo, era un verdadero rey, privada llegó á su apogeo; pues si en los siglos
los choques habían de ser frecuentes y consti anteriores los nobles en sus querellas se des
tuían una manera de ser social, para los mo entendían del rey para ventilarlas «por su cueu-
dernos casi incomprensible. La poesía y la no la», en los tiempos ya más ilustrados de Juan 11
vela, que esplotan aquellos tiempos como una y Enrique IV tomaron otro sesgo más desastroso,
mina, han contribuido á dar cierta brillantez á confederándose escandalosamente contra la per
la caralleria falsa y exagerada. Los ricos-hom sona del rey, uo por la cuestión que ahora deci
bres de entonces, como los «hombres ricos» de mos «política» de cercenarle autoridad, puesto
GUER - 690 - GUER
que ninguna le quedaba, sino por distribuirse ponemos que resfriarían el patriotismo, más
buenamente las riquezas que aquellos débiles que el temor, el cansancio; pero respecto á con
monarcas acumulaban en sus célebres favoritos fidencias y recursos, sabido es que los aliados
Don Alvaro de Luna y Don Beltran de la Cueva. las tenian «por su dinero» algo mejores que
En el reinado de los Reyes Católicos, aquella Napoleón.
revuelta sociedad principió á lomar el asiento En las historias italianas puede leerse la de
que hasta hoy conserva, concluyendo para siem sastrosa retirada del bravo ejército piamontes
pre las GUERRAS FEUDALES Ó PRIVADAS. que concluyó en Novara, á través de las ricas
Guerra guerreada. En un notable y prudente comarcas que hoy son por fin su patria: la he
despacho del duque de Alba, fecho en Bruselas mos visto comparada á la de los franceses en
á 27 agosto 1571 , en que expone á Felipe II ra Rusia, y con razón por cierto; pues ni allí se
zones atendibles contra el proyecto de invadir vieron actos de tan bárbara dureza en el paisa
á Inglaterra dice: «porque cuando bien la reina naje, vergonzosamente adulador de los austría
de Inglaterra no tuviese gente para sostener la cos.—Conste pues que la guerra, aunque sea
campaña (que si ternia cierto mientras viviese!, interior, si está mal constituida y sobre todo si
sino que ella se huyese en una fortaleza, habia es «desgraciada», dista mucho de ser cómoda,
forzosamente de procederse con batería, y esto fácil, ni lucida.
trae tanta dificultad como V. M. bien sabe, tan Guerra intestina. A primera vista parece que
to más hallándose sin ninguna manera de mu debe ser sinónima de interior; pero el Dice, de
niciones, ni caballos para conducirlas, y sin la Acad. da al adjetivo intestino la significación
otros cien mil cuentos de cosas que para tal metáforica de «civil, domestico» y efectivamen
efecto serian necesarias y vendría á quedar en te en el lenguaje vulgar guerra intestina, no só
una guerra guerreada que V. M. no podría sos lo dice guerra puramente civil, sino que hasta
tener y seria menester retirar su gente á guar exagera en cierto modo la crueldad y encarni
dar sus países» etc. (Mem. de la Aca/l. de la zamiento que generalmente distingue á esta
flirt. T. Vil. pág. 448). clase de gue-rra.—La ley I . tit. 23 de la Parti
Mucho tiempo antes, el infante Don Juan da i. al definir «qué cosa es guerra y cuántas
Manuel en su Conde Lucanor habia dicho: «La maneras hay de ella» da cuatro: las dos prime
guerra de los moros no es como la de los cris ras, justa é injusta, y sigue: «la tercera llaman
tianos; también en \a guerra guerreada cuando civilis, que quiere tanto decir como guerra que
cercan ó combaten, ó son cercados ó combati se levanta entre los moradores de algund lugar
dos, como en las cabalgadas et correduras, co en manera de bandos ó en el reino por desa
mo en el andar por el camino, el parar de la cuerdo que ha la gente entre sí. La cuarta lla
hueste, como en las lides en todo es muy de man plusquam civilis sic), que quiere tanto de
partida la una manera de la otra; ca la guerra cir como guerra en que combaten, no tan sola
guerreada fácenla ellos muy maestramente, ca mente los cibdadanosde algund lugar, mus aun
ellos andan mucho et pasan con muy poca vian los parientes de un lugar unos con otros por
da etc.". razón de bando. Asi como fué entre César e
'¡uerra interior ó interna. Por oposición á la Pompeo que eran suegro é yerno. En la cual
exterior, la que tiene su teatro dentro del país. guerra, los Romanos guerreaban los padres con
Esta cualidad no implica que la guerra haya de tra los fijos, hermanos contra hermanos, tenien
ser defensiva, ni civil, ni mucho menos nacio do los unos con César e los otros con Pompeo».
nal. Es regla, que uingun libro omite, ponderar Evidentemente la guerra intestina debia llamar
las facilidades y ventajas de la guerra interior: se «plusquam civilis».
como «regla general» podrá admitirse, pero con Guerra legitima. En el dia este adjetivo, sino
frecuentes excepciones.—Kespecto al apoyo que imposible, por lo ménos es inútil ú ocioso. Lo
dan los pueblos, convendría examinar el que primero que busca todo gobierno es una causa
daban las Provincias Vascas á sus compatriotas ó pretexto para «legitimar» la guerra mientra?
en 1794; algo podría decirse de la guerra mis la proyecta y ántes del acto ostensible de decla
ma de la Independencia; y sobre todo los france rarla: y como esto es fácil, al momento lo en
ses que no quieren mentir pintan con sombríos cuentran los dos beligerantes. Sin embargo, en
colores lo que dificultaba en 1814 las penosas antiguas formas sociales, en el feudalismo espe
circunstancias de su ejército acorralado, la fal- cialmente, el adjetivo legítima podía aplicarse
a de apoyo y casi la hostilidad de poblaciones con propiedad á las guerras de interés general
en que tenían acogida benévola los cosacos. Su- para el Estado, hechas por el rey. á quien se-
GUER - 691 - GUER
guian cumo tal los señores. No es dudoso en el gún punto de contacto tiene con la terrestre,
siglo XV, por ejemplo, que más legitimas eran y afectando directamente al comercio de las na
las guerras ó incursiones de Juan II y Enrique IV ciones, envuelve gravísimas cuestiones de dere
en la morisca vega de Granada, que aquellas cho internacional.
guerras ó interminables disturbios, que produ Guerra metódica. Si la guerra se hiciera siem
cían batallas campales como las dos de Olmedo, pre bien, el adjetivo metódica sería puro pleo
y cuyo origen y objeto hay que buscarlo en la nasmo; puesto que en pocas acciones humanas
insaciable avaricia ó en la incurable comezón se necesita más «método» que en la guerra; pe
de guerrear de la turbulenta nobleza castellana ro en el momento que se encuentra una incor
más bien que en su altivez herida por la fas rección, una perversión del lenguaje no se le
tuosa privanza de Don Alvaro de Luna ó de Don debe achacar á él toda la culpa, sino remontarse
Beltran de la Cueva.—En Francia, el partido algo, y de fijo se encontrará indefinición ó per
que espera confiado y retraído la vuelta al tro versión en las ideas. Este es un ejemplo. Si la
no de la rama primogénita se da á sí mismo el critica, algo descarriada, no hubiese ensalzado
nombre de olegitimista» que se le deja por con guerras «sin método» , la guerra metódica no
suelo; pero en caso de vacante y de guerra ci tendría ese dejo algo irónico y epigramático que
vil, tendría que repartir su titulo con los otros siempre se percibe en boca de la ignorancia fa
dos dinásticos, orleanista y napoleónico, y con cilitona. Lo metódico de suyo envuelve estudio
otro tercero que no quiere ninguno de los tres prévio, cordura, prudencia, lentitud, órden, ar
nombres. monía; y como su principal objeto es disputar
Guerra marítima. Aquí solo la citamos por al azar y á la fortuna excesiva participación, la
mención. Aunque puede complicarse con la ciega deidad suele enojarse y rehusar vengativa
guerra terrestre, y esta complicación es un in esos favores que prodiga por intervalos á sus
dicio seguro de civilización, adelanto y poderío, adoradores constantes. El carácter de los pue
creemos contra la opinión de algunos, que no blos meridionales, singularmente del español en
hay utilidad, ni aún posibilidad de establecer que algunos ven residuos de fatalismo musul
la menor asimilación entre la guerra marítima y mán, predispone al culto de aquella diosa y no
la terrestre. La marina en todas las naciones se aviene con ningún género de preparación ,
se distingue por un espíritu de exclusivismo y por más que la naturaleza se la muestre en to-
de indocilidad que ha impedido muchas veces dcs sus fenómenos, hasta en el del rayo: pues
el buen concierto de las operaciones militares. Y se necesita «tiempo», corto ó largo, para formar
no debe achacarse esta imposibilidad á mez la nube.
quinas rivalidades ni pueriles accidentes de Es por demás instructiva la lectura de los
amor propio: algo más debe haber, cuando «en periódicos y folletos que brotaron al principio
todas partes» sucede lo mismo. En efecto, es tan de la guerra de la Independencia y Civil dinás
diversa la índole, la esencia, la manera de ser tica: por aquellas pulsaciones de la opinión se
del militar y del marino, que siempre saldrán viene á comprender lo alto de la fiebre popular
infructuosos y fallidos los conatos de larga y y las amarguras que ocasionó á los metódicos
amistosa avenencia en operaciones. El que haya Blake, y Wellington, y Córdoba.—Pero en honor
pisado las tablas de un buque no necesita ex de la verdad, los franceses nos sobrepujan en
plicación para darse cuenta de esa segunda na impaciencia. Nosotros, al fin, queremos bata
turaleza que contrae el verdadero «hombre de llas, que han solido ganarse «sin método»: nues
mar» tan opuesta tan antitética á la del hom tros vecinos van más allá, y rara es la campaña
bre de «tierra adentro». Así como inculcamos en que no se estrenen queriendo tomar plazas
en varios parajes que el militar no debe «pro sin sitio ó como ellos dicen «bruscamente»
fesar» sino hombre adulto y ya formado, cree [brusquer l'affaire). Esa genial confianza en sí
mos imposible que haya buen marino sino se mismos, loable por cierto, los llevó á insultar,
prepara y educa desde la primera infancia. Es como si fueran bicocas, á Zaragoza y Gerona; y
ta radical diferencia explica ya por si nuestro lejos de enmendarse, tratan con igual desden
aserto, y si fuese licito el símil, parece que hay á Roma en 1849 y á Puebla en Méjico. Con la
entre los hombres la misma diferencia casi que singularidad de ser ese mismo ejército el más
entre los seres orgánicos que habitan la tierra y diestro quizá an la guerra metódica de sitio, co
el agua. Apuntamos meramente los tropiezos mo lo prueban esos cuatro entre los innumera
inevitables de toda operación combinada. Por lo bles de su gloriosa historia.
demás la guerra exclusivamente marítima, nin Comprendemos que en vano aduciríamos ar-
GTJER - 692 - GUIA
güilientos. A los pueblos les gusta «jugar fuer gó su madre la Revolución. Y como estos hechos
te» más que estudiar el cálculo matemático de no son para repetidos con frecuencia, importa
las probabilidades; pero en libros con alguna más estudiar y prevenir guerras «modestas» y
pretensión de doctrina, no es licito disculpar más probables.
errores ni sancionar absurdos. La guerra metó Guerra púnica. Las tres célebres guerras que
dica, basada en principios, desarrollada con re la antigua Roma sostuvo con su tenaz rival Car-
glas; aunque envuelva lentitudes, por respeto tago, desde el año 264 aH90 (a. C.) se conocen
humanitario al ejercito y al pueblo; aunque no en la historia con el nombre de púnicas. Como
deslumbre con relámpagos de inspiración, que sólo han llegado hasta nosotros las relaciones
alguna vez encubren debilidad ó despecho ; romanas, en las cuales no escasean las injurias
aunque destemple y enfrie el fogón abrasador y denuestos á Cartago, ha quedado en el len
de la opinión pública, la ci erra metódica, repe guaje vulgar el adjetivo púnico por sinónimo de
timos, será para el hombre juicioso, y aun sobrado astuto y desleal en la guerra.
para el mismo vulgo cuando en calma posterior Guerra subterránea. Si hemos señalado como
la aprecia, el timbre más glorioso para un ejér viciosa la denominación guerra de sitio, dada
cito y para su inteligente caudillo. generalmente á la parte polémica ó poliorcétíca
Napoleón lo ha dicho: «Toda guerra debe ser del arte de la guerra; con más razón será im
metódica: porque toda guerra debe tener un ob propio llamar guerra subterránea á una «parte»
jeto y debe ser conducida con sujeción á los de aquella parle misma del arte general, y re
principios y á las reglas del arte. La guerra debe ducida á aquello que exclusivamente concier
hacerse con fuerzas proporcionales á los obstá ne al arte «especial» del minador. En casi todoi
culos que se hayan podido prever». los tratados de minas de guerra se usa aquella
Guerra nacional. Aquella, en que todo el es denominación, con el mismo derecho que un
tado civil de una nación belicosa sacudiendo manual de caballería, por ejemplo, pudiera lla
varonilmente su estupor, no se contenta con mar guerra hípica ó centáúrica á la carga ó al
alentar y secundar á su ejército, sino que se le servicio de avanzadas. Las minas en !a guerra no
une «integralmente», y saliendo al campo, forma dan lugar á guerra, sino á combate subterráneo
casi una masa compacta, imponente de hom en lances no muy frecuentes. Se ve, por consi
bres y hasta mugeres fanatizados por el patrio guiente, que no es admisible uua guerra subter
tismo. La guerra de la Independencia es el tipo ránea en una guerra de sitio, y entrambas en
de la guerra nacional, consagrado por todos los una guerra.
pueblos modernos. El nombre de Zaragoza se GUERREADOR. Guerrear, guerrero. No ne
pronuncia en todas las lenguas; y hasta la voz cesitan definición.
guerrilla, introducida desde entónces por los
franceses, es técnica en la milicia de todas las GUERRILLA. Tiene dos acepciones: la mili
potencias. El mismo invasor, con tardío arre tar y técnica de orden abierto etc., la vulgar de
pentimiento en Santa Helena, condensó en pin partida franca en guerra viva.—Guerrillero es
toresca frase aquella magnifica epopeya. «Espa tanto el que la manda, como el que forma parte
ña, dijo, se levantó contra mí como un hombre de ella.—Guerrillisuo llaman algunos á la pro
de honor». Es pues, inútil, para españoles, «de pensión, á la manía por la guerra de partidas ó
finir» la guerra nacional: describirla, no es ta ' guerrillas. —Guerrillon, más que aumentativo,
rea para nuestra humilde pluma compiladora. I es expresión de desórden ó inexactitud en tác
Guerra napoleónica. En rigor lo mismo que tica.
guerra de la Revolución Francesa; aunque al ! GUÍA. El cabo ó sargento que en cada unidad
gunos llaman así al período exclusivo del pri táctica, compañía, batallón, escuadrón, sirve de
mer imperio. En lo porvenir, este calificativo jalón indicador en las diversas evoluciones.—
distinguirá probablemente la guerra ciega y I El paisano que muestra el camino á una tropa
locamente ofensiva; la conquista estéril, sin en campaña ú operaciones.—Una real órden de
anexión material de territorio ; la estrategia hi 20 setiembre 1815 dijo: «En cada uno de los
perbólica y alejandrina con líneas de operaciones ejércitos de campaña se formará una compañía
de 500 leguas y bases de Dantzig á Perpiñan. de Guias, inmediatamente dependiente del ge
Pero, asi como Alejandro y Federico nada hu neral jefe de su estado mayor general». Efecti
bieran hecho sin los ejércitos que sus padres vamente, aunqnc todo soldado en el dia debe
organizaron, tampoco Napoleón I hubiera hecho ser apto para el servicio avanzado, para descubri
volar tanto sus águilas, sin el Ejército que le le dor ó flanuueador, siempre convendrá reunir en
GUIJ - 693 GTJZM
una compañía corta, con independencia de la posos. Es voz antigua, pues describiendo D. B.
escolta del cdartel gexeral, hombres especia de Mendoza los preparativos de defensa en Ou-
les, con ciertas condiciones de perspicacia, mo dewater (1575) dice: «Juntamente había preve
ralidad, energía y robustez, para aquellos ser nido muchos fuegos artificiales y guirnaldas, y
vicios secretos ó comprometidos que no deben hecho dos minas en la parte de la muralla que
desempeñar los oficiales, y que sin embargo juzgaba se le pondría batería». [Coment. líb. 13.
exigen personas de probado criterio y confianza. fol. Í73). Y D. C. Coloma, en el sitio de Linguen
GUIJA. Guijarro. La piedra pelada y chica (1597), también dice: «Duróles poco, porque
que se encuentra en las orillas y madres de los miéntras procuraban retirar la pólvora, una
rios y arroyos. En general, piedra lisa no muy guirnalda de fuego alquitranado, de muchas que
grande. —Dice. Acad., que da esta definición, se arrojaban de la muralla, cayó á tan buen
tiempo sobre los que habían tomado aquello á
distingue de gcijo, que es: «El conjunto de gui
su cargo, que, pegándose fuego á la pólvora, se
jarros pequeños que regularmente sirve para
volaron y abrasaron más de doscientos herejes» -
afirmar, consolidar y recebar los caminos». (V.
[G.deFlánd. lib. 11).
Grava).—Gdijarral. Terreno abundante en gui
jarros, que también seg. Dice. Acad., puede de GUMÍA. Arma blanca, corta, especie de cu
cirse guijarreño, guijarroso, guijeño y guijoso. chillo grande de origen y uso árabe ó turco. (V.
GUION. Bandera ó pendón exclusivo del y comp. Alfanje, Yatagán).
monarca antiguo, cuando mandaba «en perso GUZMAN. ¿Vendrá del árabe? Malo de Mo
na» el ejército. «Un oficio hay en la casa real lina, en su Historia de Rodrigo el Campeador llama
que se dice guión, el cual sólo el rey lo usa e G Ozman el Kaadhi á uno de los hijos de Abu-
en su lugar e ausencia, donde esta su real ejér Beer, el régulo ó gobernador árabe de Valencia
cito los capitanes generales e no otro alguno trae desde 1074á 1085 en que la tomó Cadir ó Al-
guión. Esto no lo tuvo todavía el príncipe Don kaadir, rey de Toledo destronado por Alfonso VI.
Juan ^primogénito de los Reyes Católicos) mi se Dozy escribe Othman.—Otros quieren que ven
ñor e es de esta manera. Un caballero e persona ga del godo gundemarus, corrompido.—Clonard
curial e criado de la casa real lleva una lanza [Hist. org. T. III. pág. 155) lo trae del germano
encima de un caballo con una bandera llamada gutman, hombre bueno: y afirma queera nom
guión cuadrado cuando las personas reales ca bre vulgar con que se designaba al que volun
balgan, e no cada dia, sino cuando van camino tariamente se alistaba en las banderas de reclu
e cuando el rey ó principe está en la guerra. En ta. No lo hemos podido comprobar con textos.—
este guión, que será de cuatro ó cinco palmos Como apellido, indudablemente es palabra an
cuadrados, está puesta de cada parte la divisa tiquísima. El obispo Sardoval asegura qne án-
de la banda real de Castilla. En los reales, por tes de poblarse por cristianos las tierras de
el guión se conoce á que parte anda el rey, or Aranda y Roa, había ya Guzmanes en León. —
denando sus batallas ó proveyendo lo que con Por otra parte, quizá haya tenido sentido de
viene á su ejército. Es oficio noble e de mucho cobarde, pues quejándose Don Diego Duque de
honor e confianza».... (G. Fernandez de Oviedo). Estrada en sus Memorias [Mem. hist. esp. T. XII,
En aquellos tiempos, en que la armadura pág. 161) de lo mal que le trató el Duque de
personal y sobre todo la visera calada, podían Osuna, dice: «Sentí mucho.... haber dudado (el
confundir al monarca ó general, era indispensa duque) que habia servido al Rey; creyendo que
ble el guión: en el día también conviene en cier me habia quedado en aquella ocasión en Nápo-
tos casos, cuando las condiciones del combate se les, como hacen muchosGuzmanes, fingiendo ser
aproximan á las antiguas. Así, vemos usado enfermos por quedarse con sus mugeres ó da
oportunamente el guión por el general Mac- mas, ó por ser gallinas...». Eugenio de Salazar
Mahon en el asalto de Sebastopol. (V. Entrene- en la Carta (pág. 26) en que tan donosamente
nido).—El antiguo instituto de dragones en ca ridiculiza una milicia dice: «En tocando un ar
ballería que tenia toda su «pretensión» en no ma y diciendo enemigos andan los valientes,
usar los nombres de esta, llamaba guiones á los los Guzmanes, por la ciudad ardiendo como
estandartes, que por supuesto en nada se dife fuego de estopas, y en saliendo al campo para
renciaban», 'art. 8 tit. 2 trat. 1 de la Ordenanza!. ir al puesto acábase la llama de estas estopas, y
GUIRNALDA de fuego. Especie de rosca em quédanse escondidos por los barrancos y que-,
breada, que se arrojaba desde las plazas para bradas de la tierra».
descubrir á los que trabajan de noche en los
HABER. Del verbo latino habere. En gene súbditos á desear lo que el jefe quiere que se
ral sueldo, paga personal. Más particular el de desee; á creer lo que quiere que se crea; á sen
las clases de tropa, el prest del soldado. En el tir lo que quiere que se sienta.
plural, haberes mensuales, se comprende no só Y esta habilidad, oportunidad, tino, tacto ó
lo su prest (V. e. v.) sino todo aquello que re lo que fuere, no sólo no está opuesta en la mili
cibe de la Hacienda en efectos y especies, como cia á esa noble franqueza que, por lo ruda, sue
la ración diaria de pan, las gratificaciones men le llamarse vulgarmente militar; sino que, por
suales de prendas mayores y de armamento, los el contrario, esta última sirve á aquella de man
pldses, ventajas, etc. —Vallecillo (Com. pag. 98) to; pues nada se opone más á la verdadera ha
cree que la voz haber es elipsis ó contracción de bilidad en su sentido aceptable y noble que esas
la expresión «Ha de haber», que vale tanto co tranquillas ó labor menuda, como suele decirse,
mo «He de tener», «Tengo por entregado ó de basadas en falsedades que pronto descubre el
vengado». tiempo ó movidas por malos resortes que se en
HABILIDAD. Del latin habilitas, del adjeti mohecen ó saltan. El Gran Capitán, el Marqués
vo habilis hábil. Cierta aptitud del espíritu, re de Pescara, muchos de los jefes de aquellos al
comendable en todo jefe de una agregación de tivos é indóciles tercios sacaron recursos impre
hombres y que, creciendo en importancia con vistos de su habilidad memorable. Los resulta
el mayor número de estos, llega á ser indispen dos que sorprenden, y que tan vaga como injus
sable en el General de un ejército. Desde luego tamente solemos achacar á la voluble fortuna,
la primera ó, mejor dicho, la única habilidad porque salen de la esfera ordinaria del talento
«con respecto al enemigo» es simplemente «sa y del sarer, quizá son en gran mayoría produc
ber cada uno su oficio», es decir, entender el to de la habilidad, de la oportunidad, del dis
arte de la guerra; pero «con respecto á sus pro cernimiento en la elección de los medios y de las
pias tropas» hay un arte (que, como todos, es influencias sobre el hombre. La habilidad no
imposible de formular en reglas) de insinuarse puede adquirirse en cátedras, ni en libros. Un
en el ánimo de los hombres por un esfuerzo, por general puede ser muy docto, sin ser por eso
un efluvio, si pudiera decirse, personal, que ni hábil. Dice Jomini (Comp. T. I. pág. SI). «En to
se apoya en la severidad de la fuerza, ni áun en das las ciencias, como en todas las acciones de
las blanduras de la simpatía; que obliga á los la vida, el saber y el saber ejecutar (savoir faire
HABI - ess - HAST
de los franceses) son dos cosas enteramente dis de cabeza de martillo ó cuña, y en el otro un
tintas; y si se consigue encontrar con frecuencia hierro acerado en figura de media luna. Hay
quien posea sólo la última, la reunión de am hachas de una ó dos manos, según el tamaño.
bas es la que constituye un hombre superior La de una se llama también destral.—Hacha bi-
y asegura el éxito». pennis. Hacha de doble corte y muy terrible
HABILITADO. El oficial nombrado y auto que estuvo en uso entre los francos, los cuales
rizado para sacar de las oficinas militares los la arrojaban para destrozar los escudos del ene
fondos correspondientes á un Cuerpo. migo. Más tarde se le dió el nombre de francis
ca. (V. e. v.) (Martínez del Romero. Gior. del
HABILITAR. Verbo latino. Dar á alguno por Cat. de la R. Armería).—Hacha de viento. Reu
capaz y apto para un cargo o empleo. Habilitar nión de pávilos, de filástica ó estopa hilada, cu
de cabo á un soldado. —Allanar, arreglar, com biertos de un mixto compuesto de pez griega,
poner un paso, un vado, un puente. cera, pez común y resina, dándole la figura de
HÁBITO. En latin habitúa. Costumbre, fa un hacha de cera, y embetunándola de blanco
cilidad que se tiene en cualquier cosa por re exteriormente; sirve para alumbrar de noche en
petirla muchas veces. Antiguamente se dijo las marchas ó en trabajos fuera del alcance del
también habituación.—Los pormenores de tác enemigo. Suelen tener unos cinco piés de largo
tica y en general del servicio deben convertirse y dos pulgadas de grueso.—El hachón es más
en hábito en las clases inferiores, pero sin de bien especie de antorcha compuesta de cera vir
generar en rutina. gen y una mecha colocada al rededor de un pa
lo resinoso, largo y cilindrico; se usa general
HACA. HACANCA. Jaca, caballo de poca mente para incendiar puentes.—Hachero. Nom
alzada. bre que nunca ha sido técnico, sino vulgar ó
HACER. Verbo latino: fació, facls, faceré, familiar del gastador.—Hacbeta. Hachuela. Di
feci, factum. Alarde. — Algaras. — Alto.—Ar minutivo de hacha.
mas. —Bajas. —Batalla.—Batallón. — Batería.— HACHO. El sitio elevado desde donde se ha
Batida.—Blanco.—Brecha.—Bulto.— Cabeza.— cen señales con fuegos para avisar á los pue
Cambio. — Campaña. — Campo. — Capitulación. blos de la costa del mar. Eu Galicia se llama
—Cara. — Carrera. — Cartuchos. — Centinela.— facho. Asi lo da Dice. Acad. Hist. á quien se
Cejar.—Cola.—Contramarcha.—Convenio.—Co guimos como autoridad en la materia ; pero
ronelía. —Correrías. — Cuarto. —Demostración. Dice. Acad. Esp. 5 sólo da el manojo de paja ó
—Depósito.—Descubierta.—Dimisión.— Diver esparto encendido para alumbrar. De aquí ve
sión.—Ejercicio.—Emboscada.—Entrada.—Es nia llamar antiguamente hachero al atalaya.
caramuza.— Escuadrones. — Espaldas. — Estra HAEDO. Antiguamente lo mismo que hayal.
go. — Etapa. — Fagina. — Fogatas. — Forrage. — HAMBREAR. Bloquear, reducir por ham
Frente. — Fuego. —Fuegos. — Fuerte. — Fuerza. bre. Verbo expresivo usado militarmente por
—Funciones.—Gala. —Gente.—Guarda.—Guar los clásicos.—«Asimismo se entendía cuán ham
dia.—Guerra.—Honores.—Huir —Incursión.— breados andaban los enemigos». (Bern. de Men
Intimación. — Irrupción . — Jornada . — Leguas, doza, lib. IV. Cap. 3. fól. 86). «Loqual hizo por
(tantas al dia). — Maniobras. — Mansión. —Mar serle forzoso andar abrazado con el enemigo
chas. — Mella. — Mención.—Movimiento. —No para hambrearle (id. ibid). «Sitiados, combati
che.—Oración.—Paces. —Pedazos. —Pié. —Pla dos.... al fin hambreados y socorridos con la
za.—Presa.—Prisioneros.—Prodigios de valor. diligencia que ciudades ó plazas Importantes»...
—Propuestas.—Provisiones. — Puentes. — Pun (Hurtado de Mendoza. Guer. de Gran. lib. 4 ) Ham
tas.—Puntería.—Rancho. — Razzia.— Reclutas. brear, según Covarrurias, es andar pidiendo a
Reconocimientos.— Renuncia. —Reparos. —Re todos con hambre y necesidad; pero Dice. Acad.
seña.—Retirada.—Resistencia. — Retroceder.— 5. da «causarle á alguno, o hacerle padecer
Riza. — Ronda. — Rostro. — Salida.—Saludo.— hambre, impidiéndole la provisión de víveres».
Salva.—Semana.—Servicio. — Simulacro. — Si Tiene, pues, el verbo la suficiente autoridad, y
tio.—Tala.—Trizas. traduce exactamente el francés affamer.
HACIENDA MILITAR. Hasta hace poco se HASTA. Del latin hasta que produjo hasta-
llamaba así la administración militar. (V. c. v.) rio. Asta escribimos hoy: palo, vara gruesa,
HACHA. Arma y útil de gastador de uso an pica, lanza. Los romanos distinguían el hasta
tiguo en la guerra: por un lado tiene la forma amentata ó con correa (V. Amiento,); hastacruert'
HAST - 696 - HECA
la ó sangrienta, la roja que arbolaban en señal del conde Fernán González la voz se encuentra
de saqueo; fecialis (V. e. v.), la que servia para repetida con ortografía varia:
declarar la guerra; pura, la de recompensa por « Cuando el rrey vyó al conde venir Ion yrado
hecho distinguido. «F.nderccó bus tazes en vn fernioso prado....
«Andava por las aces muy fieramente yrado
HASTARIO. Soldado de la primitiva legión «Porque no los podia vencer andava muy ruytado .
romana escogido después de los vélites entre los «Metyole por las aces muy fuertemente espoleando
más jóvenes y menos ricos. Originariamente es «La lanza sobre mano, su pendón aleando
tos hastarios, hastatos ó hastados (hastati, arma «Mandó que fuesen prontos otro día por la mañana,
«Que fuesen puestos las azes en medio de la plana..
dos con asta, pica, chuzo) iban armados Á la «Ronpya todas las haces que fronteras estavan
ligera y hacianel servicio posteriormente asig «Fueron contra los moros las haces paradas
nado á los vélites (V. e. v.) El bastario existió «.Nunca vio orne trentes tan esforcadas. . . .
desde Tulo Hostilio hasta la reforma de Mario. «Don Sancho de Navarra quando lo vyó venir
«Con sus aces paradas saliólo á recehir;
HASTIL. Del lalin hastile. Mango de útil.— ((Ferie entre las fazesque fronteras fueron venir
Varilla de saeta. «Quando vvo el conde su coss aguisada
«Sus azes bien paradas, su trente ordenada. . . .
HATEAR. « Recoger uno cuando está de
También el bachiller de Ciudad-Real, que
viaje la ropa y pequeño ajuar que tiene para el
usa siempre esta voz en el siglo XV, lo hace eD
uso preciso y ordinario» (Dice. Acad. 5). Verbo
sentido de cuerpo formado, columna, unidad tác
expresivo para el militar que siempre anda con
tica de combate: «Caminando la gente en ha
el hato á vueltas. ces (en orden táctico). Estas haces, con
HAYAL. Lugar poblado de hayas. ahincanza de andar cada pendón más allende,
HAZ. En latín fascis. Antiguamente y fuera se metieron en la batalla, que muy trabada é
de su principal signiñeado, de manojo, gavilla, horrenda andaba».—«Emparejar lgs haces».—
esta voz, que so escribió indistintamente az ó «En la haz del Condestable, que ya estaba me
faz, valia frente, cara, fachada: pues todavía tida en lo caloroso de la pelea». (V. Táctica,
decimos «haz de la tierra» por superficie de ella. Hueste, Citara).
Su sentido militar en la edad media es complejo. HAZAÑA. En tiempo de Fruela II fueron
El Dice. Acad. 5 da: «Tropa ordenada ó forma instituidos en Castilla dos jueces, para terminar
da en trozos ó divisiones.— La tropa formada amistosamente todas las diferencias que se sus
en filas». La primera definición es, á nuestroen- citaban; y su conocimiento correspondía al rey
tender, la más exacta por !o genérica. Clonard. ó á sus justicias mayores, cuyas sentencias ape
{Hist. org. T. I. pág. 377) la da como «forma llidadas fazañas vinieron á componer un cuerpo
ción táctica de la edad media» (después de atri de derecho respetado por los reyes. Los prime
buirla más arriba á los celtiberos) y más concre ros jueces fueron Lain Calvo y Ñuño Rasura
to como «la disposición de una compaña en lí etc. (Malo de Molina).—Hazaña en el día es
nea codo con codo, que se practicaba cuando se hecho ilustre, señalado, heróico.—Hazañero y
quería aparentar más fuerza á los ojos del ene hazañoso son adjetivos poco usados. —Hazañe
migo». Toca ya en sutileza esta aserción sin fun ría, seg. Dice. Acad. o. , es afectación inmotiva
damento. En la edad media, como en la nuestra, da de escrupuloso y temor al escándalo. La voz
la hueste, la mesnada, el ejercito se dividía en hazaña, ántes fazaña, es visiblemente derivada
trozos tácticos, que maniobrarían con más ó del verbo facer, hacer. (V. y comp. Proeza).
ménos regularidad en los dos ordenes, que hoy
decimos cerrado y abiebto, columna y batalla. HECATOMBE. Voz griega que significa sa
Pues bien; al avistar al enemigo, al dejar la mar crificio á los dioses de cien bueyes ó en general
cha de viaje ó de camino, al disponerse para el de cien víctimas, y que á veces suele encon
combate, la hueste se descomponía en haces, en trarse en estilo culto por sacrificio de una tropa
unidades de combate, como hoy en batallones y en aras del honor, por bajas numerosas sufridas
escuadrones, que pasarían del orden compacto al en reñido combate.
extenso, según lo requiriesen el terreno y las HECATONTARCA. Oficial comandante de
vicisitudes de la acción. Para esta, para la refrie una fraccionó tropa de cien hombres en la mili
ga al arma blanca, seria frecuente la formación cia griega. Corresponde al centurión romano.—
en línea ó mejor en ala; pero no se excluiría en Hecatontarquia. Subdivisión del epitagma. (V.
ciertos casos el ataque ó resistencia en columna. e. v.) En general tropa de cien hombres en la
De uno ú otro modo haces eran los grupos, sec milicia griega correspondiente á la centuria ro
ciones ó trozos maniobreros. En el viejo Poema ma ñu. Hecaton, ciento: arche, poder.
HEGH - 697 - HERB
HECHO de armas. Aunque aplicado colecti cer y se recoge al anochecer á la plaza, segrjn la
vamente á un ejército ó tropa exprese acción de explicación de Eneas el griego, comentado por
guerra en general, tiene, si bien se mira, un Turnebo.—Bardin da humero, dia, dromos, car
carácter más individual, más separado del co rera. Entre los griegos antiguos y bizantinos,
lectivo. Así se dice que «en tal batalla fué no descubierta, descubridor, corredor.
table ó heroico el oecuo de armas tal.» HEMICICLO, hemisferio. La mitad respecti
vamente de un círculo y de una esfera: partido
HELÉPOLIS, que otros dicen helépolay he- aquel por una línea y este por un plano que pa
lépolo Voz griega compuesta del verbo ellein,
san por el CENTRO.
tomar y potó, ciudad: tomadora ó destructora
de ciudades, de plazas fuertes. Nombre genéri HEMITORAX ó HEMiTORACio. Medio tórax
co que comprendió desde el célebre Demetrio (V. e. v.) semi-coraza, antigua armadura.
Poliorcetes ó Poliurcético (V. e. v.l las torres HENDER. Metafóricamente abrirse paso, ha
móviles de asalto y de aproche, las bastidas y cerse camino rompiendo por entre alguna mu
otros engeñosile la edad media (V. Torre, Caba chedumbre de gente ú otra cosa. (Dice. Acad. 5)
llero, Ager,. Maizeroi supone, con razón, que —hendiente. Más usual es decir fendif.nte. El
es gratuita la añadidura del ariete en el piso ba golpe que con arma cortante se tira y da de alto
jo, asi como el consabido puente que caia sobre á bajo. (V. Altibajo).
el parapeto. Ambos extremos son incompatibles,
según él, con su verdadero oficio, que era des HERALDO. En la antigua milicia griega
pejar por dominación la parte de muro ó adarve ejercían los heraldos funciones importantes y
atacado. El enorme peso de estas moles también sagradas: como oficiales de estado mayor pro.
debían imposibilitar su tránsito por el foso, por clamaban las órdenes del general en jefe, con
bien que se terraplenase y preparase.—Sobre vocaban el ejército, señalaban la hora de mar
los medios de moverlas hay tantos pareceres co cha, dirigían esta, fijaban las etapas, estaban en
mo autores. Miéutras Folard se ingenia para cardados en una palabra de lo que ahora se lla
moverlas con cabrestantes y poleas ó aparejos ma órden del día, como también del mando de
tirando desde fuera; Maizeroi y Blesson sostie maniobras. Eran además parlamentarios y propo
nen con mejor critica, y arbitrando respectiva nían treguas y paces. En Roma el fecial parti
mente medios, que el mecanismo del movi cipaba en algo de este carácter y atribuciones.
miento debia estar «dentro de la torre» por En la edad media también fueron importantes las
palancas, tornillos, etc. El movimiento no de funciones del heraldo ó rey de armas; pero, no
bia ser tan lento, cuando llenaba de estupor ú siendo rigorosamente militares, sólodiremos que
vinieron gradualmente descendiendo á la parte
los pueblos que las veían por primera vez, como
ceremoniosa y genealógica, que algunos llaman
en Namur sitiada por César. —Para remediar el
ciencia heráldica ó blasón. Covarrubias hace ve
contoneo de tal balumba solían encojar los pi
nir este nombre del francés herault; el P. Lar-
sos superiores en los inferiores, y llegado al
ramendi del vascuence eraldoa; otros del ale
punto los levantaban por medio de cnics. Este
mán her y alt: otros del godo, har elevado ó her
sistema de «cajones» que se levantaban por
crics lo indica Vegecio. Las torres de esta espe ejército y ald, edad. Fray Prudencio Sandoval,
cié y en general todas las que podían «desmon al fin del primer tomo de su Hist. de Carlos V,
tarse ó desarmarse» se llamaban en griego por prueba largamente lo antiguo de su origen y
tátiles ó plicátiles. —Sobre las enormes dimen preeminencias.
siones de algunas puede argüirse que se hi HERBAJE. El conjunto de yerbas que se
cieron por gana de exagerar, salvo el «no ser crian en los prados ó dehesas.—Herbazal, sitio
vir luego» como la famosa del mismo Demetrio poblado de yerbas. — Herboso, adjetivo que se
en Rodas. —Clonard Ilist. org. T. I. pág. 27) no aplica al sitio pobladode yerba.
va muy acertado en esto de la helepola, como HERBEROS. Yerba en latin se escribe her
él dice. ía. Describiendo el erudito P. Andrés Burriel
HEMERODROMO y Hemeroscopio. De estas el sitio de Sevilla por San Fernando (^1 247)
voces griegas, la segunda compuesta de heme- dice: «Por si áun no vivian escarmentados los
ros, dia y scopios examinar, significa centinela moros, mandó el Rey salir á los herberos. Eran
' durante el dia.—El lugar ó puesto de dicho cen estos los que ahora llamamos húsares ó parti
tinela. —Atalaya. Terreros da hemerodromo, darios. Vivian sólo de lo que pillaban, gente
más bien como descubierta que sale al amane brava y que tenia su mayorazgo fundado en su
»8
HERB - 698 - HERO
temeridad. Dispuso fuesen á sostenerlos algunos . de desaprovechar el útil auxilio de las herman
caballos con Garci Pérez de Vargas » (Rodri- ' dades; y en Burgos, hacia 1315, las reorganizó
güez.—Mem.p.la vida de S. Fern. pág. 113). con formal reglamento. Relajadas nuevamente
Dice. Acad. da el herbero como forrajero, es de- ¡ lasoostumbres públicas y políticas; abatida la in
cir, forrajeador. «Los caballeros de la hueste ' fluencia de la corona: la hermandad declino tam
eran idos, los unos en cabalgadas é los otros á bién, hasta que utilizando de nuevo en 1476 los
guardar los herberos». [Crón. gral. part. 4. pá Reyes Católicos este elemento, embotado hasta
gina 392. alli, de órden y de gobierno, le dieron en Ma
HERBOLADO. Adjetivo que se aplica a las drigal nueva constitución y ordenanza. Nuevas
cosas inficionadas con zumo de yerbas veneno revisiones sufrió en julio de 1 486 y en 15 de enero
sas, como dardos y saetas 'Dice. Acad. 5'. 1488. La respetable fuerza de la Santa Her
mandad concentrada fácilmente, como en el dia
HERCOTECTÓNTCA ó Arquitectónica. Voz la guardia civil, prestó recomendables servicios,
compuesta de dos griegas herkos, muralla y como tropa veterana y organizada, en la con
tektoniké, edificar. Arquitectura militar, arte quista del Reino de Granada (1482—1492). Pero
del ingeniero; en general, de fortificar, atrinche tomada esta; redondeado el poder de los Retes
rar, poner en estado de defensa (Dicc.de Bardin). | Católicos; asentado el gobierno sobre las bases
—Helenismo supérfluo, como otros muchos, y modernas; la institución antigua de la Santa
que sólo se cita por si alguna rara vez se en Hermandad no respondía á la nueva organiza
cuentra en la lectura. ción social, que por entonces alboreaba en Es
HERMANDAD (Santa.) Por el afán de bus paña y en Europa.
car orígenes recóndilos, muchos historiadores | No hay más que leer las Ordenanzas y Prag
cometen la inexactitud de entroncar el ejército máticas de 18 setiembre y 5 octubre 1495, 22
permanente, en su sentido actual que no puede febrero 1496 y otras de la época, para ver des
subir más allá del siglo XVI, con las herman puntar en la r;gion del Gobierno, ya definitiva
dades, que sólo fueron en todos tiempos tropa mente ensalzado á su moderna altura, el deseo,
de policía ó de seguridad pública, como lo son la necesidad de otra fuerza menos diseminada,
hoy la guardia civil y rural, los mozos de escua más compacta, más eficaz que la Hermandad.
dra, miñones, escopeteros y migueletes. Salien El embrión del armamento general, tal como en
do el asunto fuera de nuestro cuadro puramente 18C7 lo comprenden y proyectan casi todas las
militar, sólo daremos algún apunte en confir potencias de Europa, está vivo y manifiesto en
mación de su remota y probada antigüedad. El las Ordenanzas mencionadas; pero bien se ve
que quiera profundizar tiene las varias histo que es arduo ese problema de tener, en materia
rias de la Guardia Civil y sobre lodo la de las de ThOPA, mucha, buena y barata.
Instituciones de Seguridad pública en España
por el general Ximenez de Sandoval. Los histo HERMÉTICO. Entre los griegos Mermes era
riadores concuerdan en atribuir al célebre emir el dios Mercurio. Luego hubo grandes desvarios
Cordovés Okbar-ben-el-Hedjah , por los años llamados química y filosofía hermética; y por
de 736 á 74 1 , esto es, muy poco después de la cerrar bien un frasco de vidrio al fuego, ó de
invasión árabe, la creación de un Cuerpo de modo que no se salga ni evapore el contenido,
Kaschets ó descubridores, tropa regular, perma hemos venido á cerrar herméticamente la bo
nente y á sueldo del Estado, que bajo el Wali ca, y á tener en la milicia bloqüeo hermético.
de cada provincia ó distrito estaba destinada acordonar herméticamente, es decir, que no
al mantenimiento del orden público y persecu pase ni el aire.
ción de malhechores.—En 1115 consta que las HÉROE. Voz griega eros, que pasó al latin
cortes ó diputación especial de Asturias acordó fieros. «El varón ilustre y famoso por sus haza-
en Oviedo, asegurar la propiedad no sólo con ñaso virtudes» ;Dicc. Acad. 5).—Esta voz á fuer
tra malhechores, sino contra próceres ó mag za de uso ha perdido, como las monedas, mu
nates. A medida que con la riqueza fué cre cho valor.—Heroicidad. La cualidad de lo he-
ciendo el orgullo, el poder y la insaciable ra róico ó acción heroica.—Heróico. Lo que se
pacidad de estos últimos, los concejos ó agrupa aplica y pertenece al héroe. —Oficialmente hoy
ciones del estado llano buscaban amparo y se clasifica el valor en la hoja de servicios con
natural defensa en hermandades y confedera los epítetos acreditado, distinguido y heroico,
ciones. El terrible Alfonso XI en su despiada dando este último la cruz laureada de S. Fer
da ojeriza contra nobles turbulentos, no había nando.—En literatura heróico, es lo mismo que
HERR - 699 - HIDA
ipico, y se dice poema heroico, poesía heroica. el órden extendido, al paso que los hombres db
—Heroísmo. El conjunto de cualidades y ac armas cargaban constantemente en tropas ó es
ciones que colocan á alguno en la clase de réroe. cuadrones». —«La caballería alemana de herre
HERRADOR. El soldado de caballería en ruelos, que en su lengua se llama Swertruyters,
cargado de poner herraduras.— Herradura. El que quiere decir caballos negros, Iraen petos y
hierro con que se guarnece la palma ó parte in espaldares y celadas negras algunos de ellos y
ferior del casco del caballo. Sus partes princi dos pistoletes colgados al arzón de la silla con
pales son: lumbre, hombros, vuelos, callos, que pelean, que son arcabuces pequeños» (B.
claveras, luz, pestaña, clavos. Los útiles para de Mendoza. Coment. fól. 20 vto.—1592).—«T
herrar: pujavante, cercenador, tenazas, escofi en la frente del ejército peleaba un escuadrón
na, legra. La herradura según su forma es: co de quinientos de á caballo, de los cuales los tres
cientos casi eran de aquel género de raytres
mún, cordobesa, italiana, de boca de cántaro,
hechiza, de medialuna. Los adverbios «á fue (V. e. v.) y que por andar cargados de muchas
go, en frió» distinguen los dos modos de her carabinas y otras armas de hierro llaman ferre
rar.—herraje. Conjunto de piezas de hierro en ruelos» (Fam. Strada. Guerr. de Flándes. déc. 1,
el material de artillería é ingenieros. —Tam lib. 8.)—El nombre de herreruelo ó ferreruelo
no proviene del mucho «hierro» que llevasen
bién en caballería el repuesto de herraduras
y clavos. encima, sino de la capa corta ó esclavina lla
mada así.
HERRAMIENTA. No es el útil de zapador
y artillero tomado individualmente, sino la co HERRETE. Lo mismo que agujeta en cor-
lectividad, el conjunto de útiles de toda clase. donadura de ayudante de campo ó cadete. Los
HERREN. El verde de avena, cebada y otras franceses que nunca pierden ocasión de poner
semillas que se da al ganado. —También herrén, todo en novela, cuando no en caricatura, su
herrenal ó herrenal es el terreno, generalmen ponen que enojado el duque de Alba (personaje
te cercado, en que se siembra el herrén. (Dice. para ellos poco simpático) del abandono ó co
Acad. 5.) bardía de una tropa flamenca, dió la órden de
HERRERUELOS. Antigua variedad de ca ahorcar á todo individuo de ella que fuese co
ballería ligera que Clonard describe asi en su gido. Estos bravos 'sic) le respondieron col
Hist. org. T. IV. pág. 155: «En la ordenanza gándose al cuello como rechifla, para facilitar
de 1560 principió á figurar el nombre de herre la ejecución, un cordel y un clavo. En lo sucesi
ruelos en lugar del de estradiotes, que que vo habiéndose distinguido esta tropa, el cordel
daron ya suprimidos. El traje de los herrerue se volvió cordón honorífico y el clavo herrete
de metal precioso. ¡Que todo esto se ocurra á
los lo formaban las calzas acuchilladas de negro
y rojo, y una esclavina ó manto muy corto afor propósito de un herrete conocido y usado des
rado do lanilla encarnada. Sus armas defen de que hay borceguíes y corsés—desde que hu
sivas consistían en el coselete y grebas, y cu bo un cordón que convenia no deshilachar por
brían la cabeza con una especie de chapelete el cabo suelto! El voilá pourtant comnie on écrit
empavonado de negro con buen número de agu í histoire!—El que dude no tiene más que abrir
jeros á manera de criba, y adornado con una el Magasin pittoresque. T. II. pág. 350.
toquilla de color rojo. Las ofensivas eran la es HERRUMBRE. Orin, herrin, moho, oxida
pada y una pistola-tercerola, por cuyo motivo ción del hierro. —Herrumbroso, lo que cria her
eran también conocidos con el nombre de pisto rumbre, ó está tomado de ella.
letes. Los herreruelos formaban por lo regu
HEZ. Metafóricamente lo contrario de flor
lar en linea al frente de los hombres de armas;
(V. e. v.) Lo más ínfimo y despreciable. Del
avanzaban con pistola en mano, llevando col
latín /«r. <
gada la espada del pulgar izquierdo; hacían la
rociada ó descarga al llegar á la distancia con HIDALGO. Como todo militar debe serlo, no
veniente, y empuñaban seguidamente la espada por su nacimiento sino por su corazón y su por
para precipitarse sobre el enemigo. Confiábase- te, apuraremos la etimología. La más vulgar es
Ies comunmente el servicio de las grandes guar la consabida fijo-de-algo, fidalgo. Algo más en
dias durante la noche, servicio que de dia des copetado es irse al alemán hedelg, noble; toda
empeñaban los caballos ligeros á quienes se pro vía da más lustre subir al godo pdalgot, hidal-
veyó también de una pistola que llevaban en el got, hijo de godo; pero hay quien va hasta itá
borren izquierdo. Unos y otros combatían en lico, es decir, de Italia cuando gozaba derecho
HIDR — 700 — HIJO
de ciudadanía, verdadera hidalguía de los roma la latitud: así, mientras en Noruega está á los
nos. El famoso Don Bartolomé José Gallardo es 714'», en el Himalaya subeá 5000 m.—Las ob
cribía siempre ¡dalgo y defendió su ortografía servaciones de Pentland han demostrado que el
con estas palabras: «Yo escribo así esta voz hemisferio austral es más frió que el boreal;
conforme á su origen. La derivación que co l de donde proviene que á latitudes iguales no st
munmente se le da de hi-jo-de-algo se me an i corresponden las líneas que marcan el nivel
toja tan ridicula, como si figurándose un rey en j de las nieves perpétuas. —Nevero llama Do1"
su trono cual una mona sobre una arca, de i Casiano Prado al nevé de los franceses que es
aquí se dedujese la etimología de monarca. distinto de Ventisquero. —Ventera llama el mis-
Idalgo viene de itálico; y la idalguía no es sino I mo Prado, en otra parte, al Ventisquero. —Gla
el fuero itálico (Jus italicwn) que los romanos ciar propone Vilanova que se llame al glacier
dominadores délas Españas concedían aciertos francés, derivándolo del verbo latino glascio,
españoles indígenas, eximiéndolos de pechar, as, are.—Lo mejor parece adoptar hielera para
por servicios á la república ó al imperio con que las o masas constantes de hielo» que, como en los
se habían señalado, es decir, se habian hecho Alpes, reúnan ciertas cualidades.
notables ó digamos nobles. La trasmutación del HIERRO. Del latín ferrum. Nombre del co
vocablo itálico en idalgoes bien llanayen nues nocido y abundante metal más explotado en el
tro idioma no carece de ejemplos en otras voces día por la industria que por la guerra. Como
de origen latino». El célebre critico se apoya en recuerdo de pasados tiempos, que arrancan de
un escrito curioso del marqués de Villena en los griegos y romanos, todavía queda en el len
1 424; en otros del docto Ginés de Scpúlveda y guaje por sinónimo de arma blanca, espada ó
en el Salustio de Don Gabriel deBorbon. Rosal 1 lanza y especialmente en esta última en que es
y Covarrubias también dan esta etimología de frecuente llamar asi á la moharr\ ó cuchilla.—
itálico, que apuntamos por curiosa. Queda advertido en otros artículos que el uso
HIDROGRAFIA. Sección de la geografía que del hierro ha sido en los tiempos prehistóricos
trata especial ó exclusivamente de las aguas por muy posterior al del bronce. La arqueología,
oposición á OROGRAFIA (V. TOPOGRAFIA!. Hl/druS, ciencia moderna y fervorosamente cultivada en
agua en griego. la Europa central, que sirve ya de eslabón en
tre la Geología y la Historia, ha erigido en prin
HIELERA. Nieves perpétuas, como lo in cipio este hecho singular; y los nebulosos tiem
dica su nombre, son las que se mantienen du pos que precedieron á los históricos están divi
rante el verano. Estas nieves se componen de didos para los arqueólogos en tres edades: la de
una masa casi incoherente de granillos análo piedra, la de bronce y la de hierro. Su cro
gos á los del gresil y forman una especie de in nología es difícil ; pero el órden de suce
termedio entre la nieve ordinaria y el hielo. sión es indudable, como fundado en restos
Cuando tienen este estado reciben el nombre de materiales de armas y útiles, tan diligentemente
neveros. —Hielos fijos se llaman los trozos de recogidos como sagazmente clasificados. Seda
mar que nunca se deshielan, por oposición á los por seguro que la guerra de Troya tuvo lugar
flotantes, que hacen tan peligrosa la nave en la época de transición de la edad de bronce
gación en las altas latitudes. Los limites délos á la edad de hierro. De todos modos es notable
hielos fijos no están determinados y son además que la ciencia moderna venga á confirmar esta
variables; pues hielos, que por haber sufrido prioridad extraña del bronce sobre el hierro,
varios veranos se tomen por (¡jos, pueden rom anunciada tantos siglos ántes por el poeta Lu
perse en otro verano más caloroso. —De todos crecio (verso 1282).
modos debe establecerse una diferencia marcada Arma *%IU¡na, MHI, ungiies, dentcsqnc fnerunl.
entre nieve perpétua y hielos fijos ó perpetuos. El lapides, el ilem sylvarum fragmina rami.
La primera es la forma general del agua en las Posíerius ferri vis cst. arisque reperla.
altas cimas de los trópicos, en los altos valles de Sed prior (tris eral, quam ferri eoguttus usnx.
las regiones templadas: mientras que los hie HIJOS de tropa. Bajo este nombre francés.
los perpétuos sólo cubren como un solideo enfants de troupe, se comprenden los niños de s
las regiones cercanas al polo. — Lo que se á 12 ó llanos, hijos de individuos db tropa, que
llama nivel, linea ó limite de las nieves per reciben una ligera educación militar para for
petuas es la linea, más ó menos irregular, mar «plantel' de cabos y sargentos. El pensa
que señala la altura en que el agua se con miento es antiguo y al parecer fecundo. Desde el
serva en estado sólido. Este limite v aria con siglo pasado casi todas las potencias del norte
HIJO - 701 - HIMN
tienen á poca costa excelentes escuelas, con di solo árbol que no se desgracie al trasplantar
ferentes nombres, donde el soldado padre de fa lo. Dejemos, pues, á los Escolapios y á las her
milia encuentra desahogo para la educación de manas de San Vicente de Paul esa «afición á los
sus hijos, y el Estado a su vez recoge con creces niños» que acredita en verdad ternura de cora
el pequeño adelanto de fondos que la escuela zón, pero no gran conocimiento de las verdade
ocasiona. — En España también se han hecho ras necesidades, ni de las especiales condiciones
tentativas, hacia 1 784 y 1 787 en algún cuerpo del ejército español.
de infantería, y singularmente en el regimiento HIJUELA. El camino ó vereda que atravie
de Guardias españolas que tuvo escuela de guar sa desde la carretera á los lugares algo desvia
dias jóvenes ó niños soldados ó como quieran dos de ella ó aquellos por donde tienen las he
llamarse, establecida en Vicálvaro; pero la real redades su entrada y salida. (Dice. Acad. 5).
órden de 10 diciembre 1798 suprimió las de (V. ycomp. Ramal).
más por el escaso resultado obtenido. Al HILA. Antiguamente hilera.
gún otro conato en 1806, con la fundación
del Instituto MilifarPeslalozziano, vieneá ligarse HILERA. Continuación de hombres unos de
con el hecho ya formal de la escuela de zapa trás de otros, cubriéndose y con la distancia de
pecho á espalda que marque el Reglamento
dores jóvenes planteada en (juadalajara en 1819
por el general Zarco del Valle, y con la detjuar- (V. y comp. Fila).—En los talleres de artille
dias civiles jóvenes establecida en 1." abril ría, máquina para estirar alambre, construir
1853. Ignorando pormenores de organización, tubos para estopines y cebos de fricción.—hilero.
que realmente no serán muy complicados, sólo La señal que forma la dirección de las corrien
sabemos de la primera que hubo necesidad de tes en las aguas del mar ó rios. Asi dice Dice.
derogar el principio fundamental, esto es, que Acad. o.—hilo de agua. Metafóricamente chorro
los muchachos fuesen hijos de tropa, de solda muy delgado y sutil.—Usan esta locución, que
dos de ingenieros, admitiéndose los hijos de par más bien debía ser hilero (V. e. v.) los que no
ticulares; y estos viendo abierta una escuela admiten la alemana Thalweg.—Al hilo, modo
«de primeras letras» económica y bien monta adverbial. Según la dirección de alguna cosa,
da, participaron del beneficio, y lo agradecie en linea paralela con ella (Dice. Acad. o).
ron «dejando los castillos y volviéndose á su ca HIMNO. (V. Canto). Del latin hymnus, pro
sa» terminada la educación. De todos modos cedente del griego. El canto marcial titulado
los resultados, como en 1795, no son para dar himno de Riego es muy conocido en España,
grande aliento ni ensanche al instituto. Ahora desde que en 1820 á su son se dió el grito
bien, tenemos por principio que cuando una con que el ejército destinado á América, es
idea teóricamente factible y beneficiosa, cultiva tacionado en la isla de León y costas de An
da luego con acierto en el terreno de la prácti dalucía, proclamó la constitución del año 12.
ca, no germina, ni recompensa el gasto de cul Su letra fue compuesta por el primer duque de
tivo, algo debe encerrar este de estéril, ó no San Miguel, entónces capitán de artillería. Lo
preparado, ó quizá no conveniente. ¿Será que puso en música Don Francisco Sánchez, músico
esta idea de explotar los niños desde tan tem de plaza que era en aquella época del regimien
prano, repugne como cuando se los vestia de to de Valencia, á quien se le encargó Don Ra
frailecitos y luego de nacionales? Si tanto sede- fael del Riego, capitán del mismo cuerpo.—Sin
clama contra el abuso de los titiriteros y gentes embargo, en tiempos posteriores se ha supuesto
de teatro, por imprimirá la niñez una dirección que la música de dicho himno fué tomada de
prematura, que luego no pueda torcer abo una contradanza que había compuesto en Barce
chornado el joven; algún abuso también, aun lona, poco ántes de aquel pronunciamiento, el
que con noble objeto, hay en esa premura de caballero catalán aficionado é inteligente com
vendimiar en agraz. Nuestras ideasen esta par positor de música Don José de Reart.—Otros
te son radicales (V. Instrucción militar). Tene añaden que la referida contradanza, base del
mos á la milicia por cosa muy séria y muy pro himno de Riego, era del igualmente aficionado y
pia de hombres barbados: no creemos conve compositor de muchas piezas de música de este
nientes los colegios de cadetes de 12 ni de 14 género, el distinguido causídico de Barcelona,
años; por consiguiente mucho menos cre Señor Marfá.—En las Córtes de,l año 1822, en la
eremos las escuelas de niños de 10 ó de 8. sesión del 7 de abril, se declaró que el himno de
Estos llamados «planteles» de cabos y sar Riego fuese marcha nacional. —Esto hemos leido
gentos no han producido ni producirán un en un periódico.
HING - 702 - HOMB
HINCON. El madero ó maderas que se afian HOJA. En la milicia no hay más que de la
zan ó hincan á las márgenes de los rios, para espada, de servicios y do hechos.—Foja y folio
asegurar la maroma que sirve á la conducción se dice en las sumarias y causas.—Folium en
del barco, y son por lo regular de la figura de latin, procedente del griego.
una horquilla, entre cuyos brazos corre la ma
roma. (Dice. Acad. 5.) (V. Fiador). HOMBRE. Antiguamente hume, orne; del la
tin homo, hominis. Siendo el hombre el primer
HIP1ÁTRICA. Lo mismo que hípica, uipo- elemento de guerra, merecería larga y cumplida
louía. definición, pero nos llevaría demasiado lejos. En
HIPOCELÓMETRO. Este instrumento, que varios artículos, singularmente en los que se re
otros llaman topo ú estrella, movible se usa para fieren »á virtudes y vicios militares» anda di
reconocer piezas de artillería: consisto en un seminada la parte moral que pretendemos intro
tubo de latón de varias piezas, en cuyo interior ducir en esta obra. Dejando pues al hombre de
juega una barra de hierro de igual número de guerra, nos concretaremos á esclarecer el signi
piezas que tiene unidas en uno de sus extremos ficado técnico del hombre de armas, como se lla
dos planos inclinados de una base común y de mó hasta el siglo XVII el jinete con armadura
igual altura. El tubo tiene en un extremo una más o ménos ligera y perfecta; pero formando
cabeza ó caja perpendicular a él, en la que hay parte siempre de la caballería más consistente,
cuatro puntas de quita y pon, puestas las sólida ó compacta, de lo que hoy decimos gruesa,
puntas correspondientes al calibre de la pie de línea, de reserva. Asi dice Mema [Coment.
za que se quiere reconocer, y arreglado el -405): «dos mil y quinientos eran hombres de
largo del tubo á la longitud de ella, añadiendo armas y el resto caballos ligeros y ginetes». La
ó quitando pedazos se van indicando los diáme diferencia entre el hombre de armas y el hombre
tros del ánima, lo cual se verifica empujando una á caballo 6 jinete sin completa armadura, se
barreta que tiene el aparato, que hace adelan percibe también en este pasaje de la crónica de)
tar el doble plano inclinado, moviendo los cilin Condestable Miguel Lucas de Iranzo: «Y otro
dros y haciendo salir las puntas fijas en ellos. dia por la mañana, sus batallas bien ordenadas,
HIPOLOGIA. Voz compuesta de dos griegas, el Señor Rey (Enrique IV) partió de allí para
hypos, caballo, loyos ciencia. El conjunto de sa entrar en la vega de Granada; y el Señar Con
ber respecto al caballo: albeiteria, veterinaria, destable llevaba la vanguardia con quinientos
equitación.—hipólogo. El que entiende en hipo- hombres de armas encubertados y muy á pun
locía. —Hipómavo. El maniático porcABALLOs; co to, de los quales iba por su capitán Alfonso
mo bibliómano, por libros. Muñoz de Castañeda, que era un buen cavalle-
ro: y llevaba más en otra batalla trescientos
HISTORIA militar ¡V. Crónica, Cronología, jinetes muy á punto, de los cuales era Capitán
Estrategia, táctica y sobre todo Ci erra). Juan de Torres » [Mem. htit. esp. T. VIH
HITO. Lo mismo que mojos ó coto. —Por se página 17).
mejanza, los picos de algunas montañas ó peñas
Eguiliiz define puntualmente al hombre de
cos se denominan hita ó piedra fita, de donde
armas de su tiempo: «soldado de á caballo con
toman su denominación algunas montañas y
lanza, la cabeza armada de celada con visera; el
pueblos. Viene del latín fixus, y en Asturias lla
pecho de peto doble, el superior llamado volan
man finaos á los hitos con leve corrupción de1 te; los muslos de cuxoles; las piernas de grevas;
origen latino. (Dice. Acad. Hist.) —Mojonó poste
y los pies de malla ó zapatos de hierro. Los ca
de piedra quo sirve para conocer la dirección ballos cubiertos de hierro, ó de ante doble, las
de los caminos y para señalar los límites de al ancas, pechos, pescuezos y testeras, cuyas cu
gún territorio.—Limes, meta en latin.—Lo mis biertas se llaman bardas, y por eso bardados los
mo que blanco ó punto á donde se dirígela pun caballos que así se arman, y de los cuales había
tería.—Scopus en latin (Dice. Acad. 5), Véase de tener dos cada hombre de armas, el principal
aquí la raíz ó etimología de escopeta. muy poderoso y gallardo se llamaba corskr y
HOCINO. El terreno que dejan las quebra el otro dobladura, que también habia de ser
das ó angosturas de las faldas de las montañas muy bueno porque á necesidad habia de hacer
cerca de los rios ó arroyos. En otras partes lla la facion que el otro. La lanza era de enristre y
man asi los huertecillos que se forman cu tales descansaba en la cuja, bolsa de cuero unida á
parajes.—La angostura de los ríos cuando se es la silla del caballo por el lado del muslo derecho,
trechan entre dos montañas. (Dice. Acad. 51. donde se melia el cuento de la primera. Tam
HOMB - 703 - HOND
bien solía llevar estoque, maza, ó liacha el hom donnance de bataille en ost (sic) los arqueros
bre de armas».—Todavía especifica más Ala- fueron separados del homme d' armes, ejemplo
va y Viamont donde dice: «soldado de á caballo que luego fué imitado por todas las naciones.
de los de primera calidad, que sería bien no Los polacos sin embargo continuaron mucho
admitir por tales sin haber servido dos años de después con caballería á la antigua. Hasta Cár
arcabucero de a caballo, dos de estradiote, y los V de Francia (te Sage) habia contratistas ó
otros dos de caballo ligero; y a los cuales debe empresarios por cantidad alzada para las bandes
rían darse los mejores caballos». —Como esta ca ó roules célebres por su indisciplina. Y este
ballería gruesa en ningún tiempo ha sido pre prudente rey hizo que cada hombre recibiese
ponderante en España, tomaremos de un autor del tesoro directamente su paga con la de sus
francés los siguientes párrafos. El hombre de satélites. Luego estos archers también cobraron
armas [homme d' armes.) en Francia tenia por en nómina. Entónces ya fué fácil separar los
lo menos cinco personas en su comitiva: tres archers; pero sobrevino que la gendarmería se
archers, arqueros, ballesteros que hacían sus quedó con una fila en formación.—Al principio
primeras armas, como mérito para ascender á del siglo XVI se aligeró algo la armadura, pero
hombre de armas: un coulilier ó écuyer, con á consecuencia de los terribles arcabuces espa
daga ai cinto, que conducía el caballo de baga ñoles volvió una gran recrudescencia. Luego
je: un varlet, paje ó verdadero escudero que hácia 1570, según Montluc, se dejó la lanza por
guardaba y presentaba el caballo de batalla. Es la pistola. Esto desnaturalizó el arma: y la razón
ta reunión constituía la lance-fournie. Luis XII era porque los jinetes no querían estropear los
elevó el cortejo á siete hombres y luego Fran caballos. La aberración duró hasta el ministro
cisco I á ocho. Así, cuando en la batalla de Ce Choiseul que hizo el caballo propiedad del esta
nsóles se dice que había 2.000 lanzas, debe en do. Sólo entónces adquirió la caballería alguna
tenderse 16.000 hombres. LosReitresú hombres agilidad. (C. Nisas T. I. pág. 431-435). (V. Ca
de armas «alemanes» valían poco, comparados ballería, Armadura, Guardas viejas, Jineta, etc.)
con los de otras naciones. Estaban mal equipa HOMBRKUA. De hombro, en latin humerus.
dos; no llevaban más que la coraza y el pot- No es sinónimo de capona. Esta es una charrete
en-téle; sus caballos no estaban bardados ó en ra sin fleco ó canelón con la pala de metal ó
cubertados . tela de oro: miéntras la hombrera, siempre de
La casa de Austria, al recoger la sucesión de latón y de otra forma, era ó es prenda de ves
la de Borgoña, adquirió la famosa orclonnance de tuario ó de adorno exclusiva de las clases de tro
este estado, tan brava y mejor equipada aún pa de caballería (V. y comp. Capona, Dracona).
que la francesa. Esta ordenanza de Borgoña ó — En la antigua armadura, la hombrera, que real
Países-Bajos, compuesta primitivamente de mente cubría y defendía el hombro, era una cor
1 .200 lanzas, llegó hasta 3.000 y pasaba por rea fuerte y ancha con escamas de hierro que
más disciplinada que la francesa, porque habia enlazaba el peto con el espaldar de la coraza.
menos magnates y caballeros díscolos c insu
bordinados. Los hombres de armas españoles HOMENAJE. (V. Torre).
eran bravos y sus armas ofensivas y defensivas HONDA, hondero. Del latín funda. Es opi
de lo más perfecto.—La caballería ligera de los nión generalmente recibida la que atribuye á los
españoles estaba en mayor proporción que su Baleares la invención de la honda, perolos asiá
gendarmería ó caballería armada de punta en ticos la usaban ya eu tiempo de Job; los de Ga-
blanco. Combatían fieramente y casi siempre á baa en Palestina, los de Patras y Dimas fueron
la usanza morisca y desbandada. —Por lo de ensalzados por su destreza. Con ella venció Da
más en la infantería ha residido la verdade vid á Goliat, y los honderos de Israel derrota
ra fuerza , la verdadera gloria de los ejér ron las huestes de Moab. Según otros los Arca-
citos españoles. —En Italia los hombres de níanos fueron los mejores honderos; mas des
armas españoles eran muy corto número y pués les aventajaron los Equóos y posteriormen
la casa de Austria se servia habitualmente de te los Mallorquínes. Todos en fin, de acuerdo con
la gendarmerie del país, aparentemente por Tito Livio, conceden á estos soldados la prima
que se temía el trasporte por tierra, y en cía en el manejo de un arma tan terrible en sus
las galeras no era fácil por mar.—Cárlos Vde manos que no habia casco, ni armadura que re
Francia hizo una especie de revolución en la sistiese el choque del proyectil. Este unas ve
gendarmerie: formó escuadrones enteros d'hom- ces era piedra de peso hasta de una libra, otras
mes a" armes y esta disposición se llamó I or- consistía en glandes ó bellotas de plomo, cuyo
HOND _ 7oi - HONO
repuesto llevaban en un zurrón. —El balear te j la honra implica calidad y condiciones eternas,
nia, según Diodoro, tres hondas de batalla, que | invariables, propiedad, digámoslo asi, peculiar,
usaba según las circunstancias, llevando una de privada, inalienable de la persona.
ellas ceñida á la cabeza, otra á la cintura y otra Creemos, pues, estar en lo cierto afirmand0
en la mano. La más larga, para grandes alcances, que el militar debe tener honra y honor á la vez
tenia el nombre especial de macrocolon y la mas y cuidar de mantenerlos inmaculados. La honra
corta el de brachaolon. Todas se hacian de lino, 'a trae al servicio desde el hogar paterno y no
esparto, cerda ó nervios. Como testimonio de la se la da, como en otros tiempos, el mero acto
fuerza inicial que imprimiría al proyectil el vi de ceñir la espada; pero en cuantola ciñe, el hom
goroso brazo de los mallorquines, se puede citar bre, hasta entonces «honrado», contrae el nue
á Ovidio: vo compromiso de mantener el honor militar.
Habiendo escrito Gerónimo de L'rrea en 1566 su
uüoii seca» eiarcit, cuam ruin Baleárica plumbum
nFunda jacil, total tlltiil el iucanduat cundo, notable Didloyo de la verdadera honra militar,
(Metamorf. lib. 2. v. 727 y lib. 4 v. 701).1 no hemos de advertir, tres siglos después, que
á EtiSTACHAns ad Dionys: el honor militar dista mucho del honor del due
lista, y mucho menos en estos tiempos en que
«ideo Baleares discantar, hoc cst funditores setundnm
ipsorum rernaculam tinguam» la costumbre del duelo ha pasado á los periodis
(V. 457) tas y gacetilleros que por cualquier triqui-tra-
á Virgilio: que van «sobre el terreno» sur le terrain) en
«Stupcra torquenlem ¡ialearis verbera fundaenfrancés. Hay en el honor militar idea más ele
(Georg. v. 309, vada y filosófica que la simple satisfacción de la
Los honderos baleares formaron el nervio de honra ó muchas veces del «amor propio» ultra-
las tropas ligeras de Carlago. distinguiéndose j jado. Aquí, sin que parezca contradicción, exige
en las victorias de Trebia, Trasimeno y Caimas. por base la abnegación (V. e. v.) la abstracción y
En confirmación de su célebre destreza, los grie el sacrificio de la «personalidad» en pro de la
gos, según dicen, llamaron Baleares á esas islas, fraternidad, del «compañerismo», de la discipli
de balloo, tirar, arrojar. na. Cuando se dice: el honor de mi bandera, el
La honda acáica, llamada asi por los romanos nombre de mi regimiento, la gloria y el honor
que la tomaron de los de Acaya, tenia el asien de las armas, la «persona» desaparece ante la
to de la piedra formado de tres ramales.—El «colectividad»; el amor propio se borra; el inte
Cestrophmdum era otra variante romana.—El rés privado no asoma; sólo brilla puro y santo
Fustibalo, según algunos, era una honda sujeta el amor, la confianza y el respeto hácia el com
á un palo de cuatro pies de largo manejado con pañero, liácia el ejército, hácia la patria. El mi
las dos manos. La semejanza con el Fündíbalo litar, como hombre en sociedad, mantendrá ile
(V. e. v.) hace infundada esta aserción. sa su houra personal por los medios comunes á
todos los ciudadanos; pero en las filas, la orde
HONDO. Del latin fundus, fondo. Aplícase nanza, las leyes eternas é inmutables de la disci
como adjetivo a la parte de terreno que está más plina, le marcan nuevos y á veces terribles de
baja que todo lo demás. —Hondón. El lugar pro beres que no puede eludir sino á expensas del
fundo que se halla rodeado por todas partes de honor. El sueño en una guardia, el descuido en
terrenos más altos. —Hondonada. El terreno ba una avanzada, la imprevisión ó ligereza en un
jo y extenso en que se desciende en declive. Se movimiento relrógrado que la prudencia acon
distingue de hondón en que eMe es más angosto seje; el abandono, la ignorancia misma de sus
y profundo. —Honduras. Los terrenos bajos y deberes pueden llevarle al pié de un palibulo,
pantanosos en que se hunden ó atascan las gen donde la severa justicia militar hará pedazos usu
tes ó los animales que pasan. 'Dice. Acad. Hist., espada y su honor» y sin embargo podrá volver
HONOR. Voz puramente latina honor, hono- á la vida civil con su honra intacta, como par
ris. Entre honor y honra, aunque sinónimos, ticular; puesto que en rigor ningún atenlado
hay, queriendo apurar, diferencia no leve. En «penable por el código civil» ha cometido con
cierra el primero algo de convencional, de ar Ira la sociedad. La gloria y el honor de las ar
bitrario, de público: «honra con esplendor y mas que ta.U calorosamente inculcaba Napoleón I
publicidad», como acertadamente lo define la como prenda segura de victoria, es el más noble
Academia.'Pueden regir al honor «costumbres» y elevado ue los sentimientos, por lo mismo que
mudables, leyes ó ideas erróneas de moral, preo nada tiene de personal, ni interesado. A la ma
cupaciones, escrúpulos, modas, absurdos; pero nera del obrero egipcio, cuyo nombre quedó se
HONO — 7o:¡ — HOSP
paitado bajo la inmensa mole de sus Pirámides, HORCATE. En los atalajes de artillería, la
desde el soldado al general, cada uno debe con I pieza curva de hierro ó madera que asienta so"
tribuir, asiduo y silencioso, á que se eleve so | bre el collerón ó collera y en la cual enganchan
bre la móvil arena de los tiempos la pirámide los tirantes.
de la gloria, inseparable compañera, expresión HORDA. Voz que no está en Dice. Acad. 5.
manifiesta del honor militar. Y tan delicado es Tropa de cosacos, de beduinos. Por extensión,
este sentimiento, tan complejo, tan abstracto,
cuadrilla, gavilla, patulea, somaten, gente ir
que no basta en ciertas ocasiones á mantenerlo regular, sin organización.
ileso, ni el valor ciego, ni la resolución estoica
HORDEO. Del latin hordewn, cebada. La
de morir. El honor exige al soldado más que al
trae Dice. Acad. 5 que también escribe hordio.
suicida y al mártir; lo exige que obre, que lu
che, que venza. El honor militar no se aplaca HORMAZO. Antiguamente lo mismo que ta
con estériles deseos, ni con estériles sacrificios: pia ó pared de tierra. (Dice. Acad. 5). Pero se
impone hasta más allá de lo imposible: al que lee en el Dice, geogr. de Hadoz, art. Alocaz: «En
se acobarda le empuja hácia adelante, al mori él hay muchos vestigios de población y aún los
bundo todavía le obliga á combatir. Al que asi restos de un hormazo ó torreón de la que en
no comprenda el honor militar ;con qué palabras otro tiempo ocupaban los soldados llamados al
se lo pudiéramos definir! mogávares». Según Dice. Terreros, horma es pa
red de piedra seca; y el P. Mariana (Hist. di
HONORES. En plural, comprende la parte
Esp. lib 17. cap. XIII] también dice «á la hora
ceremoniosa indicada por ordenanzas y reglamen
tos para las guardias ó puestos al pasar ó en- hizo cercar de una horma, pared de piedra se
'rar las personas á quienes competen. —Honores ca »
fúnebres se llaman también las honras, las exe HORMIGUILLO. En trabajos de fortifica
quias.— Honores de la guerra son las condicio ción, en incendios, la fila de soldados ó trabaja
nes ventajosas do una capitulación, que gene dores dispuesta para pasar de mano en mano
ralmente consisten en salir el sitiado por la bre piedras, espuertas, cubos.
cha con armas, tambor batiente, bagajes, algu HORNABEQL'E. Obra de fortificación que
na pieza, carros cubiertos, etc. se compone de un frente abaluartado, es decir,
HONRA. V. Hoüor). dos medios baluartes unidos por su cortina, y del
saliente de aquellos parten dos alas ó líneas
HONRADEZ. "El proceder recto, propio de rectas de varia longitud. Voz alemana hornwerk.
un hombre de honor y estimación». Dice. HORNACHO. El agujero ó concavidad que
Acad. 5). se hace en las montañas ó cerros, de donde se
HONTANAL. El sitio en que nacen algunas cavan algunos minerales ó tierras como alma-
fuentes y manantiales. De hontana, fuente. Así I zarrón, greda, arena (Dice. Acad. 6).—Horna-
lo da sin anticuar Dice. Acad. o, que también chuf.la. Especie de covacha ó choza (Dice.
escribe Hontanar. Acad. 5¡.
HORADO. El agujero que atraviesa de parte HORNILLO. El hueco ó cámara de la mina
á parte alguna cosa. Por extensión se llama así donde se coloca la pólvora. Por extensión la mi
á la caverna ó concavidad subterránea. De fora na entera, con las galerías y ramales que pueda
do, del latin foramen, foratus: y en efecto fora tener. Poner, hacer, volar hornillos es, en gene
do se decia antiguamente el agujero, boquete. ral, minar.
«Era Caslylla ia Vieja un puerto bien cerrado HORQUILLA. En los primeros tiempos de la
«Non avya entrada más de un tolo forado
«Tovieron castellanos ese |iuerlo ti ven guarda 'o artillería, el bota-fuego; y adherente indispen
«Porque de toda España ese ovo fyncado. sable también de los primeros arcabuces (V. e. v.)
(Poema de Fernán González). —Horquilla de zapa es la que sirve para mane
HORCA. (V. Bidente . — Horcas-caddinas. jar y acomodar sin riesgo, desde el fondo de la
Cuando los Samnitas vencieron á los Romanos trinchera, las faginas y cestones.
en Caudium, les hicieron pasar afrentosamente HOSPITAL. Del latin hospes, hospilix, hués
por debajo de la horca ó yugo, figurado con tres ped. Desde la conquista de Granada (V. Adminis
picas, y del lugar en que sucedió, tomaron el tración) puede decirse que tienen existencia en
nombre. «Hacer pasar por las horcas caudinas» España los hospitales militares. En el dia este
es desde cntónces hacer pasar por el yugo, ven importante servicio se hace simultáneamente
cer imponiendo afrenta. por administración y por contrata. El comisario,
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HOST - 706 - HUES
el contralor, el administrador corren con la par ma un rio que corre por entre dos sierras 'Dice.
te administrativa. Los médicos, farmacéuticos, Acad. 5j.
practicantes, enfermeros, con la científica ó pro RUCA. «También tenían por costumbre co
fesional.—Hospital de sangre se llama ó llamaba locar en estos yelmos ó morriones un velo lla
la ambulancia,—Hospitalidad. Unas veces expre mado huca, que colgaba hasta por encima de
sa, Como voz genérica, todo lo relativo á SANI los hombros, de tela rica y por lo común estaba
DAD militar, otras la estancia en el hospital.— bordada en él la insignia de la cruz. Este uso
También, como en latin hospitalitas, es la buena parece lo comunicaron los flamencos, pues eu
acogida y recibimiento que se hace a los foras Brabante se conocía con el nombre de huque •>
teros ó extranjeros, y que no sienta mal al mili ¡Clomard Disc. sob. el troje, pág. 206).
tar entre los horrores mismos de la guerra. HUELGA de la bala. Llamaba asi el P. Vicen
HOSTE. Lo mismo que hueste. Es expresión te Tosca, en el siglo pasado, k la diferencia de
del Fuero-Juico [\'\b. 5. tit. 7. ley 18;: «Si nos- diámetro entre el proyectil y el cañón. (V. Viento,.
tra hosle é nostra compaña es acrecentada».— HUELLA. Seguir la huella ó la pista del ene
Hoste, en latin hostia, lo mismo que enemigo. migo es marchar inmediatamente detrás de él;
Dice. Acad. 5. da entrambas acepciones. ocupar los alojamientos que el deja; seguirle,
HOSTIGAR. Según Covarrubias, viene de un pero no perseguirle, pues persecución, técnica
verbo latino no muy usado hastio, hostire, que mente, prescribe combate y derrota anterior.—
significaba herir. Según Cabrera, del latin fus Huello. Segun Dice. Acad. 5 es el sitio ó terre
tigare, azotar, apalear, convertido luego en jus- no que se pisa, y así se dice «este lugar tiene
tigar, jostigar. Perseguir, acosar, molestar.—Es bueno ó mal huello» porque es muy igual ó des
el exacto equivalente del harceler francés. igual. — Hablando de caballos, la acción de pisar
HOSTIL. Adjetivo que significa enemigo, ad HUERTA. El terreno destinado exclusiva-
versario, contrario, del latin hostilis.—Hostili mente á hortalizas, legumbres y árboles fruta
dad. Del latin hoslilitas. Daño que se hace al les, que por lo regular está cercado. Se llama
enemigo.—Operación de guerra. Romper, suspen también huerta, en sentido colectivo y más ex
der, apretar, terminar las hostilidades.—Hosti tenso, toda la tierra de regadío y plantío conti
lizar. Operar activamente contra el enemigo, nuado, que circuye á una ciudad, como deci
hacerle daño.— Hostilmente. A mano armada, mos: la Huerta de Murcia, la de Valencia Dice.
COmO ENEMIGO. Acad. Esp. y Acad. Hist., V. y comp. Vega).—
HOYA. Espacio considerable de terreno ro Huerto, diminutivo de huerta. Terreno de cor
deado de alturas, como la Hoya de Baza, de Má to ámbito y cercado en que se crian hortalizas.
laga. El Dice. Acad. Hist. dice: ulo mismo que. —Uno y otro vienen del latin horlus, proceden
Cosco y Cuenca»; pero en el dia estas voces son te á su vez del griego.
más latas. —La concavidad ú hondura grande HUESTE. De hostis en latin puro, 6 del latin
formada en la tierra .Dice. Acad. 51. Lo mismo bárbaro hosticiutn. En la edad media significaba
que escavacion ó embudo en la mina. — Hoyada. ejército, eu el sentido que entonces podia tener
La tierra más baja de algún campo en que se esta voz. Las Siete Partidas y el Espéculo de
detiene el agua y sólo se descubre acercándose Don Alfonso el Sabio definen y tratan larga
á ella. (Dice. Acad. Esp. yAcad. Hist;.— Hoto. La mente el vocablo, que ya en el siglo XV cayó
concavidad vi hondura que natural ó artificial en desuso como técnico, sustituyéndolo en el
mente se forma en algún campo. Dice. Acad. XVI raras veces la de ejercito y muchas la de
Hist.j. —El embudo de mis a, para los que lo quie campo. La hueste, en su tiempo, indicaba reu
ren masculino. nión y agrupación transitoria de mesnadas ó
HOZ. Instrumento corvo de segador que ha contingentes, tanto de los ricos-homes, baro
sido alguna vez arma de guerra. (V. Carro fal nes ó señores feudales, como de concejos ó vi
cado,. Falx.—Abertura ó paso estrecho de tier llas: y asi en los documentos se ve siempre que
ra entre montes, peñascos ó rios. Viene del latin de la hueste salen algaras y CaValgadas, es de
fau.r, garganta. Son muy conocidas en España cir, pequeños cuerpos destacados ó partidas pa
la Hoz de Pefiaescrita, del Tajo en la Alcarria, y ra correrías ó incursiones, que se recogen y am
la Hoz de Pancorvo ,V. Alfoz, Freo . Dice. Acad. paran al cuerpo más compacto llamado hueste,
Hist., La de Caín en la Cordillera cantábrica, es, el cual tenia ordinariamente por objeto la toma
segun Prado, una hoya en forma de embudo. —La ó cerco de una fortaleza, más bien que la batalla
angostura de algún valle profundo, ó la que For campal y decisiva.
HUID — 707 — HUZA
HUIDA. Hoy se dice más bien fuga. Dice. tar, hostigar y acosar. Es tantear, molestar,
Acad. 5 ila como anticuados huidor. huidero, lo aburrir á un ejército ó gran cuerpo con inter
que huye, fugitivo. — Huir, abandonar su posi minables y continuas alarmas, reconocimientos,
ción ó puesto con miedo ó cobardía ante el ene algaras, escaramuzas de pequeños destacamentos
migo. Del latin fugere y de ahí fugir. y partidillas. El guerrillero y faccioso español,
HULANO. Voz tártara, según algunos que la singularmente el catalán, sabe hurgar de una
escriben ulan ó wlland, genérica de lancero, cu manera desesperante. Los franceses de la guer
yo tipo es por excelencia el polaco. ra de la Independencia darán razón. Los resul
tados no son naturalmente muy estratégicos, ni
HUMADA. Lo mismo que ahumada. (Dice.
decisivos; pero al fin es el maligno placer del
Acad. 5).
tábano con el toro.
HUMANIDAD. Benignidad, buen trato a los
prisioneros, á los heridos enemigos, á los pueblos HURGON. Entre guapos y espadachines lo
que sufren el estrago de la guerra. Voz pura mismo que estocada (Dice. Acad. o).
mente latina, humartitas, de humanus. HUSAR. Nombre desde muy antiguo, clásico
HUMAZO. Pequeño barreno, cargado á ve y especial del caballo ligero en Hungría. En el
ces con mixtos ó materias hediondas que el mi Decr . 38 del rey Matías ya se lee: vQuia non-
nador practica en la guf.ru contra la del ene nullai gentes potissimum cero levis armaturcB, si-
migo, para desalojarle de ella haciéndola inha ce httzwones, etc.» La voz parece estar com
bitable. En general cualquier procedimiento con puesta de dos húngaras husz, veinte y ar, renta;
el mismo fin. —Esta es la acepción técnica y tan porque la conscripción era entonces un jinete
to, que hasta en la conversación familiar «dar por cada veinte casas ó fuegos. En el artículo
humazo» es deshacerse de alguno que incomoda. Caballería se habla de este tipo húngaro no muy
—El significado vulgar es humo denso, espeso, fácil de imitar ó copiar en su esencia, por más
humareda. Fumus en latin. que se le ponga dolman, pelliza, kalpack, scua-
HUMEDAL. El terreno húmedo. (Dice. brack
Acad. o,. HUSILLO. Nombre genérico, en mecánica
HUMILLADERO. Lugar devoto que suele aplicada, del tornillo ó rosca de grandesdimen-
haber á la entrada ó salida de los pueblos con siones. En las cureñas de artillería de batalla
alguna cruz ó imágen. el tornillo de puntería.
HUMOS. En algún caso se toma por fuegos, HUZA. Según Martínez del Romero Otos, del
hogares ó casas.—Vanidad, presunción, altivez. ¡ Cal. de la R. Ann. \ esta voz, que puede prove
HUNGARINA. Lo mismo que anguarina. El nir de ursa por haberse cubierto los antiguos
capotillo ó gabán de mangas sueltas ó perdidas, con pieles de oso, unas veces significaba para
clásico, por decirlo asi, de nuestros famosos ar mento de caballo, otras, como en el paso honroso
cabuceros. de Suero de Quiñones, sobrevesta ó gonela. Los
HURGAR. Este verbo indica expresivamen franceses dicen house: y Bardin rechaza la eti
te lo que en la guerra es menos aun que insul mología de ursa sin dar otra más verosímil.
ICNOGRAFIA. «La delincación de la plañía particular.— Ignorancia crasa, la que no tiene
de algún edificio». (Dice. Acad. 5).—Rara vez disculpa. —Ignorancia supina, laque procede de
se usa esta voz griega: hoy la técnica es plano, negligencia en aprender ó inquirir lo que se
PLANTA, PROTECCION, DIBUJO. puede y debe saberse».—Puesto que el ejército
IDIOTISMO. Modo de hablar contra las re español nada tiene que aprender, es evidente
glas de la gramática, pero propio y peculiar de que con él no reza nada de esto (V. Instruccior).
alguna lengua. IGUALAR. Allanar el terreno.
IDONlilDAD. La buena disposición y sufi 1LA. La más pequeña subdivisión táctica de
ciencia para alguna cosa (V. y comp. Capacidad . la caballería griega falangista, que constaba de
IGNEO. Del latín igneus, de ignis, fuego. caballos. Esto, que afirma Carrion, ocioso es
¡V. e. v.¡ Cosa de fuego ó perteneciente á él.— advertir que otros lo niegan (V. Falange.)—Ilar-
Ignífero. Ignifer en lalin. Loque contiene en sí ca ó Ilarco. El comandante de una ila ó escua
6 arroja fuego.—Ignívomo. Ignivomus en lalin. drón griego.
Lo que vomita fuego. ILIMITADA. En la famosa década (1823-
IGNORANCIA. Voz puramente latina. Tras 1833), ominosa para los liberales y deliciosa pa
cribamos á secas la definición de Covarrubias ra los realistas, pasó el ejército por una reorga
[Tes. de la leng. casi. «La falta de saber. nización ó restauración deque no hayejemplo en
Esta es de muchas maneras: ignorancia inven país alguno. El tecnicismo oficial retrátala épo
cible: ignorantía juris nel faeli (eslo está asi en ca con todo su lujo de rencores, pesquisas v
latin: traduzcamos, ignorancia del derecho ó del torturas. En buen castellano parecen sinónimos
hecho); ignorantia affectata; ignorantiacrassa el ilimitado c indefinido; per i había su distinción
supina. De todas eslas diferencias tratan así lo? técnica, como puede verse en la siguiente real
juristas como los teólogos, y quales de ellas ex órden: «He dado cuenta al Rey N. S. del oficio
cusan y quales no, á ellos me remito». — Dice. de V. E. de 3 de este mes, acerca de las repeti
Acad. 5. (1817) da como sigue: «Ignorancia, fal das instancias que le han dirigido los Gefes y
ta de ciencia, de letras y noticias, ó general ó Oficiales que estando usando de licencias indefi
IL.UM — 709 — IMPO
nidos, solicitan seles recojan éstas y libren las IMPAVIDO ó Impertérrito ó Imperturbable.
ilimitadas, en consideración á haber sido puri Sin conocer pavor, terror, turbación. —Las cua
ficados de la conducta que observaron durante tro palabras son latinas: im/>asibilis,impavidus,
el pretendido sistema constitucional, y obteni imperterritus, imperturbabilis.
do las competentes certificaciones por las Jun IMPEDIMENTA. Palabra genérica con que
tas respectivas creadas al efecto; y S. M. deseoso expresaban los romanos el conjunto del material
de que dichos interesados salgan de la nota po de campaña que seguia á las legiones. Los moder
co ventajosa que presta la circunstancia de in nos, al resucitarla íntegra, han comprendido
definidos, y conforme con el dictamen de V. E. que tenia hoy exacta explicación por lo embara
se ha dignado acceder á dicha petición. De Real zoso de nuestros bagajes, parques y municiones.
orden, etc. Palacio 2b' de Octubre de 1825. —Las Es voz que usa César (Bell. yall.v. «Alteri ad
purificaciones alcanzaban, no sólo á los oficia impedimenta et carros suos es contulerunt» . —«El
les, sino á los sargentos, a los cabos. Una real general Montecucolli en sus Memorias dice gra
orden de 5 agosto I82ü les manda expedir ilimi ciosamente, que el bagaje de ninguna manera
tadas; y otra de 28 de noviembre por fin los em se explica también como con el vocablo latino
pieza ¿colocar. — En nuestros tiempos la cosa ha impedimenta» ('Santa Cruz. Reflex. mil. lib. 3.
ganado en simplificación: todo se reduce á heem- cap. 29). Esta cita hace presumible que fuese
PLAZO y RETIRO. Montecucolli el introductor déla voz, hoy usual
ILUMINAR. Cuando se dibuja un plano con y técnica en todos los ejércitos.
colores, el verbo técnico es lavar. Iluminar es IMPERATOR. Esta palabra latina, ántes de
aplicarlos á una estampa grabada ó litografiada tener la acepción actual de emperador, era en la
en negro. El verbo es latino illuminare de in y milicia romana de la república el sobrenombre
lumino. honorífico qne se daba al cónsul ó general en
IMAGINARIA. En general tropa nombrada premio de una victoria ó de un hecho de armas
para sustituir á otra en un servicio, como la Otros creen que el ¡mperator era un General,
guardia de prevención, cuando sale del cuartel nombrado por los Cónsules para mandar un
para un incendio. — «Siempre que la guardia de cuerpo ó ejército independiente. El distintivo de
prevención salga de su puesto la reemplazará su autoridad era el paludamento ó clámide de
en él la de imaginaria...... (Ord. gral. art. 16. púrpura. —Imperial. Lo perteneciente al empera
T. I I Irat. 7.) (V.y disling. Sobresaliente). —El dor ó al imperio. —No sabemos de donde viene
soldado que por turno vela durante la noche en este nombre á la parte superior de suela ó cha
cada compañía ó dormitorio de un cuartel. Du rol del moderno chacó.
rante las dos horas de este servicio tiene las mis IMPERICIA. Voz puramente l.itina, imperi-
mas obligaciones que de dia el cuartelero.— tia. Carencia de teoría y de práctica en el arte
La etimología es latina, imago, imaginis. de la guerra. —Imperito, ignorante.
IMAGINARIOS ó imaginíferos. En la extrema IMPERIO DEL SABLE. La explicación de
decadencia de la milicia romana, bajo el empera esta frase horripilante puede darla cualquier
dor Constantino, los cargos y oficios militares se periodista ó diputado .... do oposición, por su
multiplicaron con inútil profusión. Las banderas puesto: si está empleado, se echa á reir. Es va
se duplicaron: cada legión conservó una con el riante feroz del militarismo.
águila antigua y el monograma S. P. Q. R. Se- IMPERTURBABLE. Impertérrito (V. Impá
natus Populus Que Romanus, y adoptó otra con vido).
la cruz. Además había otras varias, con el re
trato del emperador reinante, con el del que ÍMPETU ó IMPETUOSIDAD. Fuerza, vio
creó el Cuerpo, etc. De aquí que el antiguo nom lencia, impulso furioso y arrebatado, física y
bre genérico de signífero (V. e. v.) se convirtie moralmente. Voz latina Ímpetus.
se en imaginarius ó imaginifer (V. Lábaro). IMPLACABLE. Lo que no se puede aplacar
ó templar. Implacabilis en latin.
IMPASIBLE. No confundir con sereno, como
el Dice. mil. deJ.D'W. M.Sila impasibilidad es la IMPONENTE. El aspecto fiero, respetable,
«incapacidad de padecer» según Dice. Acad. no amenazador de una tropa, de una plaza, de un
es de recomendar al soldado esta virtud nega MOVIMIENTO Ó MANIOBRA. IMPONER. Se dice de COH-
tiva, ni áun metafóricamente. Más valen los si diciones, contribuciones; pero también es ame
guientes adjetivos: nazar, causar recelo y terror a) enemigo.
IMPR - 7io - INDI
IMPRACTICABLE. Lo que no se puede po INDECISION. Irresolución, embarazo, difi
ner en practica; y también se dice de la brecha, cultad en decidirse. Pésima cualidad militar.—
del camino, del terreno en general por donde no Indecisas quedan muchas acciones de guerra, y no
se puede subir ó transitar. por falta de ganas y esfuerzos por ambas partes
IMPRESIONABLE. Nada más opuesto al para quesean decisivas.
CARACTER MILITAR. INDEFENSO. En latin indefensas. Se aplica
IMPUNEMENTE. Su sentido recto es sin al hombre, al puesto.—Técnicamente al sector,
castigo ó punición. En la guerra se usa para in al espacio muerto de una fortificación mal tra
dicar á poca costa, sin esfuerzo, sin bajas. En zada.
latín impune, de impunis, de in privativo y
pama. INDEFINIDO. (V. Ilimitado).
INACCESIBLE. Lo contrario de accesible INDEMNIZACION. Pagar, resarcir á los
(V. e. v.¡ Inaccesibilis. dueños de propiedades un valor convenido, por
INCENDIAR. Poner ó pegar fuego á un ob los destrozos causados en ellas por la guerra.—
jeto, un pueblo. La pólvora, se inflama. Del la Más en grande, indemnización de guerra es la can
tín incendere. tidad crecida que una nación vencida paga á
la vencedora por estipulaciones ajustadas en el
INCIDENCIA. «Lo que sobreviene en el dis tratado de paz. ¡V. y disting Contribución).—In
curso de algún asunto ó negocio» (Dice. Acad. 5). demne. Libre ó exento do daño. —Indemnidad. Se
Si el asunto es la guerra, mucho cuidado con in guridad que se da á alguno de que no padecerá
cidencias é incidentes (V. Accidente, Episodio). daño ó perjuicio. No confundir con salvaguar
La voz es latina, de incidens, incidentis. dia. —Del latin indemnis, indemnilas.
ÍNCLITO. Ilustre, esclarecido, afamado. In-
clylus en latin. INDICIOS. Del latin indiciuin, de Índex. Si
INCOAR. Comenzar un expediente ó sumaria. bien se mira, todo lo que comprende el servicio
Verbo latino, incohare. avanzado de campaña es recoger indicios ó, como
antiguamente se decia, barruntes; y si ¿ la voz se
INCOMODAR al enemigo. Acosar, hostigar, le. da toda la extensión que admite, casi pode
insultar, hurgar, molestar.—Fuejío incómodo, el mos deducir que el arte de la guerra en general
que causa mucha pérdida sobre una tropa al se funda sobre indicios, probabilidades, induc
descubierto. ciones, que á veces tocan en adivinanza. El ene
INCONQUISTABLE. Lo imposible o difícil migo cuida de ocultar sus proyectos, sus planes,
de conquistar. sus movimientos: hay pues que mantener la vis
INCONTKASTABLE. Inexpugnable, que no ta tija sobro él, para no perder uno solo de los
se puede tomar ó vencer. indicios que á vecos, y combinado con otros,
puede ser una completa «revelación». En las al
INCORPORAR. Incorporarse. Agregar, unir tas esferas de política militar ó estrategia, los
tropas ó individuos. —Volver una y otro á su indicios pertenecen á la diplomacia: en el circu
grueso, á su unidad táctica ú orgánica. Verbo la lo más estrecho de las operaciones de un ejer
tino, incorporare. cito, los indicios suben desde la extrema avan
INCULTO. Terreno, persona, estilo sin cul zadilla ó patrulla basta el cuartel general. Es
tivo, sin instrucción, sin aliño. Incullus en latin. evidente que en este arte de «recoger y trasmi
tir indicios», nada puede suplir á la sagacidad,
INCURSION . Punta, correría devastadora.
natural ó instintiva; pero dando interés á este
Conserva el mismo significado que en tiempo de
ramo importante de la educación militar, se con
Cesar (De betl. gall.] iFinitimam partem pro
seguiría despertar la atención, que es lo princi
vincia iNCURSiONiBus vastare audiebal». pal, sobre esas pequeñeces, al parecer frivolas,
INDAGATORIA. La voz latina indago, in- de que muchas veces pende para un ejercito la
daginis tuvo algún significado quizá venato salvación ó la victoria. Una buena cartilla de
rio, más que militar. uCum pramissus ei¡ues ve- servicio avanzado, despojada de fruslerías y an
lut indagine disípalos Sainnites ayereh. (Tito tiguallas, debe especificar la importancia de los
Lmo. lib. 7). Guerrillas de caballería para acor indicios y enseñar en lo posible á recogerlos y
donar ó cercar.—Hoy la primera declaración en trasmitirlos «sin desligurarlos» al Oticial de Es
una sumaria.—Indagar, verbo latino, indagare, tado Mayor, al cual deben servir de norte en sus
de inó indu y ago, hacer. reconocimientos. (V. e. v.)
INDI - tu - INFA
INDISCIPLINA. Indisciplinarle. Indiscipli propia ancianidad; pero asi como este lo estuvo
nado. (V. Disciplina!. en su juventud, aquel podrá estarlo cuando se
INDOCILIDAD. Main cualidad en individuos sienta con mayor vocación ó cuando adquiera
y en tropas.—Llevada al exceso, las hace indómi la instrucción de que carece. Y otro sugeto dife
tas. En lodo caso esle último adjetivo no está rente, falto ó escaso de luces naturales, es inep
mal en boca del enemigo, si nos tiene por indo to para dedicarse á cualquiera profesión, y par
mables ó invencibles. En latin indorilis, indo- ticularmente á la délas armas, si además fuese,
eilitas. aunque inteligente, pusilánime. Lo que quiere
INDUCIA. Palabra enteramente latina que decir que la inaptitud, como todo estado físico
significa tuerca. Se usaba en plural, inducim, in- ¡ ó moral, se adquiere y se pierde, y que la inep
dueiarum. titud ni so adquiere ni se pierde, por cuanto es
natural y constante falta de ánimo ó constante y
INDUCIR. Instigar, persuadir á cosa que natural defecto de intelectualidad». (Vallecillo.
nunca es buena, en general deserción, traición, Com. á las Ord. T. I. pág. 490 ¡. Toda esta anda
pronunciamiento. ¡V. ycomp. Seducir. Sobornar]. miada viene al suelo con una simple observa
Del verbo latino induco, inducere. ción; en «buen castellano» en el Dice, de la Aca
INDUSTRIA. Voz puramente latina. En arte demia Española no existe la palabra inaptitud.
militar, y singularmente en fortificación, esta Ni tampoco en latin, donde hay ineptus, inepti-
palabra compleja significa aquello que es artís tudn; y sobre lodo ineptin. ineptiarum, majade
tico, artificial, artificioso: lo opuesto a natural. rías, necedades.
Industria es antitético de violencia ó fuerza. INERME. Del latin inermis. Sin armas, des
Ataque industrial, por ejemplo, es el metódico, armado. nAd Iubc Albana pubes inermis al> ar-
el regular; el opuesto a escalada, golpe de ma matis seplan. (Tito. Livio. lib. 2J.
no, ataque á viva fuerza. Ya en el siglo XVI se
INEXORABLE. Del latin inexorabilis. El
lee esta voz con su moderno sentido en Diego
que no se deja vencer de ruegos, ni condescien
de Salazar: «Habéis de saber que los pueblos y
de á suplicas.—No sabemos hasta que punto sea
las fortalezas pueden ser fuertes por sitio natu
de recomendar esta cualidad. Basta con rectitud.
ral ó por industria.... Y por esto para edificar
ENTEREZA, SEVER1BAD.
una fuerza V. e. v.) se busca hoy un llano
para fortificarlo con industria. La primera in INEXPERTO. Sin experiencia, sin práctica
dustria es hacer los muros con sus vueltas de Del latin inrxpertus.
esquina llenos de turriones etc.» [De re milita- INEXPUGNABLE. Lo que no se puede ex
ri. lib. 7. fól. 111;. «Sucedió en la Coronelía su pugnar, batir, atacar, vencer, tomar, entrar,
teniente Claudio de la Burlóla, soldado de va conquistar. Ordinariamente se aplica á posicio
lor, industria y resolución, pero nada de esto nes o fortalezas, «Ibi alto atque munito loco ar
sin artificio...» {Coloma. G. de Flándes. lib. i)— rime inexpucnabilem /ore». !Tito Livio. lib. 31).
Muy modernamente se hadado en llamar indus
tria militar al conjunto de establecimientos que INFANTE. Infantería. V. Arcabucero —Ar
quero— Ballestero — Batallón — Cazador — Es
la Artillería tiene, como .maestranzas, fundicio
nes, fábricas de armas. La fiase podrá ser nue cuadrón— Falange—Fusil—Granadero— Guerra
— Legión— Organización— Pica— Reserva— Tác
va, pero no parece muy adecuada.
tica.
IN ENTRA BLE. Dice. Terreros da este adje INFANZON. Dice la ley 1. tit. 7. Partida 2:
tivo como inaccesible, infapugnable. «Una ciudad «Infantes llaman en España los fijos de los reyes,
bien murada es inentrable». [V. Entrar). No es ca ellos deben en si ser nobles, et de buenas
tá en Dice. Acad. S. como tampoco inatacable. mañas, et sin ninguna maleslanza, por razón de
INEPTITUD. Como muestra de los excesos la nobleza que les viene de parte del padre et
á que puede conducir la inania de sutilizar en de la madre; et tomaron este nombre Acinfans,
materia de «sinónimos» se copia á la letra este que es palabra de latin, que quier tanto dezir
párrafo de una obra reciente. «De la inaptitud como mozo menor de siete años, que es sin pe
á la ineptitud va la diferencia que determinan cado et sin manzillan.
los verbos Ser y Estar. L'n jóven no está apto Pedro Salazar en sus Diqnid. segl. de Cast.
todavía para servir en clase de oficial, por falta pág. 23 dice lo siguiente: vlnfans es el mucha
de instrucción ó afición á la cañera militar, y cho menor de siete años y como dice la ley de
un anciano tampoco lo está ya por razón de su partida el que es sin pecado y sin mancilla.—
TNFA -7,2- INF A
Además de los hijos legítimos de los reyes, que Todos do buen derecho et grandes ynfancones.
se llamaron siempre y se llaman infantes, tam Muy grandes de linaje et esforrad ís varones.
bién hubo otros que se lo llamaron como los Esta palabra infanzón, según un manuscrito
Siete Infantes de Lara, los de Carrion y otros del siglo XIV comunicado á Madoi por Don Brau
cuyas tierras se llamaron infantados. —De infan lio de Zubia, es de origen vizcaíno y se compo
te se derivó la palabra infancion (sic, que en ne de las tres dicciones indazu. hanz, ona; esto
los tiempos del conde Teman González y aun en es, tierra de los primeros pobladores. También,
el de los godos significaba hijodalgo. La ley de como la gente de Vizcaya ha preferido guerrear
partida (Ley fin. til. 1 parí. 2) dice que infan a pié, se le dió el nombre de infantería; guar
ciones en España son los hijosdalgo que llaman dando siempre etimología con lianz, ona. de
Capitanes y Balvasores en Italia, los cuales aun buena mano ó desenvoltura, por escogerse gen-
que vienen de antiguo y tienen grandes here I te briosa y de buena presencia. Asi que itulayo-
damientos no son habidos ni tenidos en la cuen hanzona significa: dadme buena presencia, de
ta de los grandes señores, etc. —Don Vidal de senvoltura, maña, ardid: de indazu se toma el
Ganellas, obispo de Huesca, cree que los infan- , in-hanzona. infanzona. — En Aragón, Vizcaya y
eiones son descendientes de infantes. Otros Santander aún se conserva el título de infanzón
quieren que sean los capitanes de las mesnadas ! y casa infanzona. —Henao [Antig. de Cantab.
de guerra de los infantes y ricos-homes, cuyos \ lib. 2. cap. 23) dice que los Infanzones tiraban
sueldos y gajes tiraban estos infanciones. Tenia j gajes de los Infantes y Ricos-homes, y capita
cada uno á su cargo por lo menos cinco de á neaban sus mesnadas.
caballo y diez infantes ó peones según los acos ! Según Covarri bus, el primer hijo de rey que
tamientos que les daban. En tiempo de guerra en Castilla se llamó Infante fue el primogénito
acudían á los infantes y aún á los ricos-hoines, j de Don Fernando II rey de León, dicho Don San
cuyos salarios merecían, y procuraban tener cho; y que, por usarse en Inglaterra este titulo,
grato» á sus vecinos para que los siguiesen: lal le introdujo acá su madre Doña Leonor, infan
infante ó rico-liome hubo que llevaba en su ta de Inglaterra.—Trae la etimología de infans,
compañía doscientos infanciones». infantil, niño que aun no habla, ab in et fando.
«Esta manera de milicia, dicen algunos que Para probar lo dudoso y oscuro de eslas cla
era como la do los milites romarios, que por su sificaciones en los tiempos medios, copiaremos
antigua nobleza eran escogidos de entre mil uno, lo que dice Don Manuel Colmeiro en su obra De,
Duró en estos reinos desde la entrada de los la Constil. y del Gob. de los reinos de León y
moros hasta el tiempo de Don Juan [. Conside Castilla (T. I. pág. 65): «En los cuadernos de
rando el rey, que estos infanciones juntos á los Cortes y Cédulas reales preceden siempre los
Infantes, Maestres de las Ordenes militares ó á infanzones á los caballeros, por donde se mues
los ricos-homes, causaban muchos desórdenes tra su mayor dignidad y estima; con lo cual te
y alboroto, se halló obligado á deshacer sus mes nemos ya resuelto el grado que esta clase debe
nadas ó compañías y las deshizo. Fué esto en ocuparen la gcrarqtiía de la nobleza. No es tan
coyuntura que había reformado las cosas de la \ fácil determinar á quienes cuadra el titulo de
guerra creando Condestables y Mariscales, y lla infanzones, siendo asunto sujeto á controversia
mó Capitanes á los que habían de hacer el oficio y de imposible esclarecimiento con las pocas
de infanciones. De esta manera se fueron olvi memorias que acerca de ellos poseemos. Gari-
dando, mayormente después que el rey Enri | bay dice que á principios del siglo X hidalgos e
que IV les derribó muchas casas fuertes en Viz j infanzones eran todo uno; más aún cuando asi
caya en 1 437». fuese, queda en pié la duda con respecto al sig
Dice Don Tomas MrÑoz: «Eos hijos de los mag nificado de esta voz en siglos posteriores: otros
nates ó ricos-homes eran llamados infanzones llaman infanzones á los nobles que eran señores
en el siglo X: palabra con que parece se quiso de lugares y castillos, á quienes daban el nom
indicar la nobleza de raza ú originaria». bre de castellanos: otros á los nobles descen
En el viejo Poema del Conde Fernán Gonzá dientes de señores de vasallos: otros á los ricos-
lez se lee: hombres ó señores titulados. Don Alfonso el Sa
Mandó llamar el Conde á todos mi varones, bio, después de comparar á los infanzones con
Todos los n icos onies, todo* los infanzones los catanes ó valvasores de Italia prosigue: «E
También a lo* ccuderos como ¡i lus peones: como quicr que estos vengan antiguamente de
Queríe de cada uno saber sus coracones
buen linaje é hayan grandes heredamientos, pe
Tomó Fernán Gonealo rinco de sos varones, ro non son en cuenta de estos grandes señores. ..
INFA — 743 — INGE
E por ende non pueden, nin deben usar de po- I INFLEXIB1LIDAD. Constancia y firmeza de
der nin de señorío en las tierras que han, fue- ánimo para no conmoverse ni doblarse. (Dice,
ras ende en tanto quanto les fuese otorgado por Acad.) No es conveniente en la milicia, ni en
los privillejos de los Emperadores é de los Re la vida social, la exageración de esta virtud. Del
yes. Resulta del texto de las Partidas que los adjetivo latino in/lexibilis.
infanzones eran nobles bien heredados, mas sin INFLIGIR. Hablando de castigos y penas
poder alguno ni autoridad en sus tierras. Opó- corporales, imponerlas, condenar á ellas (Dice.
nense á esta doctrina las siguientes palabras de Acad). Del verbo latino infligere.
una escritura otorgada por el obispo de León INFORMACION. Informe. «Informe es el
Don Pedro I en 1093: El inter milites non in * | simple relato de los antecedentes que se piden
finis parentibiis orlos, necnon el potestate qui sobre la cuestión de que se trata. Información
vulgari lingua infanzones dicuntur; y nuestra expresa la idea de una serie de informes distin
perplejidad sube de punto al ver que el Fuero tos, hecha con el objeto de poder comparar di
Viejo de Castilla usa como sinónimos los voca ferentes datos y adquirir una cabal noticia del
blos infanzón y fijodalgo, lo cual va de acuerdo asunto, según juicio prudente. De la «informa
con el sentido de esta palabra en los fueros de ción» que acabo de hacer, resulta que son falsos
Palenzucla, Sepúlveda y Nájera, que siempre la todos los «informes» que me dieron. El informe
oponen á la de villano». se da. La información se hace. El informe rela
INFATIGABLE. Recomendable cualidad fí ta. La información busca, observa, pregunta, se
sica de un hombre de guerra y de una tropa, esconde, averigua. El informe puede ser inge
singularmente ligera. Infatigahilis en latin. nuo. La información es siempre astuta y mali
INFERNAL. Han tomado á veces esta extra ciosa. Se piden informes á los particulares y á
ña denominación ciertas tropas pequeñas, co los jefes. Se entablan informaciones ante la jus
lumnas de granaderos, compañías sueltas, par ticia. Ambas palabras vienen de forma, voz de
tidas francas, compuestas, según la expresión rivada del griego morpha, que significa molde>
vulgar, de lo mejor de cada casa, á las cuales por I hechura, modelo». (R. Barcia. Sinon. cast. T. I.
regla general se les ha eximido de disciplina y de ¡ pág. 254).
■oral, á trueque de un valor ciego y desespera- ¡ INFORTIFICABLE. «Lo que no se puede
do para ciertos golpes de audacia, de esos que \ fortificar» (Dice Acad )
solo pueden entrar en el circulo de acción del INFRACCION «Transgresión, quebranta-
guerrillero. —Todavía hace pocos años, cuando miento de una ley, pacto ó tratado». (Dice. Acad.)
éramos más inocentes, se daba este adjetivo á la Voz latina, infraclio.
máquina ó arma de mayor efecto que la ordinaria.
Maquina infernal se llamó, con cierto espanto, INGENIAR. «Trazar ó inventar ingeniosa
al simple barril de pólvora que amenazó á Na- mente.—Ingeniarse. Discurrir con ingenio tra-
poleon I, ó al órgano (V. e. v.) de Fieschi contra i ™s Y modos Para conseguir alguna cosa y eje-
Luis Felipe. Todo eso es Cándido, primitivo para , cutarla». (Dice. Acad. 5.) En la guerra todo el
los que en 1 868 sólo pensamos en perfeccionar mundo, sin ser ingeniero, tiene que ingeniarse,
torpedos y ametralladoras (V. e. v.). INGENIERÍA. Vallecillo, en sus Comenta
INFESTAR. Causar el enemigo daños y es rios á las Ordenanzas, pretende restablecer el
tragos con hostilidades y correrías. (Dice. Acad. i uso de esta voz, para que juegue con sus análo
Verbo latino muy expresivo. gas infantería, caballería y artillería. Dudamos
INFIDENCIA. «El que en tiempo de guerra que lo consiga, aunque tiene la sanción de
tuviere inteligencia con los enemigos, correspon Dice. Acad. 5. que da: «Ingeniería, el arte que
dencia por escrito ó verbal en cualquiera puesto, enseña-á hacer y usar de las máquinas y tra
sufrirá la pena de muerte». (Art 45. lit. 10. zas de guerra».
trat. 8. de tas Ord.) (V. Confidencia, Inteligen INGENIERO. Su etimología es de ingenio en
cia). Infidencia, stgun el Dice. Acad., es «falla á el antiguo sentido técnico y militar que más aba
la confianza y fe debida á otro». Viene del latin jo se da á esta voz. El nombre de ingeniero, si
infidus, in privativo y /idus, fiel. bien oficialmente no tuvo mucho uso hasta prin-
INFLAMAR. Verbo latino, inflammare, de 1 cipios del siglo XVIII, se lee en autores del siglo
/lamina, llama. Encender, en sus dos sentidos XVI como Lechuga, que en su Maestro de
recto y figurado. Se inflama el ánimo del soldado; campo general dice, página 42: «Si el general
y se inflama la pólvora de su fusil. j ordenare que se atrinchere el campo, llevará
90
INGE _ 71 i — INGE
también consigo cuando fuere á hacer los aloja «Si femó inanzi li barón piu degni,
mientos un ingeniero y algunos oficiales de los «E al modo che avevan divísalo
gastadores para que señale el uno las trin «Giltaro á Ierre scale, ed altri ingegni.
cheras, segun que hubiere señalado los cuarte (Bocacio. Theseid. lib l.°¡
les y la plaza de armas, y el otro las vea y haga Recuérdese que todavía existe el ingenio de
hacerlas". azúcar en América; y que algunos llaman así á
El origen de los ingenieros es evidentemente la máquina hidráulica de Toledo, invención de
tan remoto como el de la imierra. El que inven Juanelo, el segundo Arqcímedes.
to el arco y la flecha positivamente fué ingenie Covarrubias (Tes. de la leng. casi. 1612) ya
ro. Desde que hay memoria de ejércitos orgam- define: «y así llamamos ingeniero al que fabrica
ados viene la noticia de hombres especiales y máquinas para defenderse del enemigo y ofen
agregaciones técnicas con varios nombres, des derle: ingenioso al que tiene sutil y delgado in
tinados al servicio de las máquinas. í V.c.v.) Pero genio». Finalmente cualquiera cosa que se fa
el arranque histórico del cuerpo facultativo «ac brica con entendimiento y facilita el ejecutar lo
túale no pasa de 1710, en que todo se traducía que con fuerzas era dificultoso y costoso, se lla
del francés. Por eso se ve en el Estado anual del ma ingenio. El término francés engin que Mai-
Cuerpo que el marqués de Verboon, primer jefe, zeroy (no se porqué) hace derivar del antiguo
ó ingeniero general, era mariscal (V. e. v.) de griego manganon, es el genérico de todas las
logis. Los primitivos grados profesionales de In máquinas de sitio, de la edad media, en Francia.
geniero en jefe, en segundo, ordinario, extraor Monstrelet, particularizando más. llama á las
dinario y delineador, se asimilaron en 19 octu máquinas propiamente tales engin á verge; y
bre 1756 a los empleos militares de coronel, te Joinville distingue entrambas clases con los
niente coronel, capitán, teniente y subteniente. nombres de fronde de l engin y de arbolete á
—El largo articulo dedicado á la Fortificación, tour: onagros ó balistas las primeras, y catapul
atención preferente de este cuerpo, y los innu tas de arco partido las segundas.
merables sobre su tecnicismo, nos relevan de «Ingenioso debe ser el Alcayde, porque es
entrar aquí en consideraciones sobre su impor cosa que se le toma en grand provecho para
tante servicio. guarda de su castillo. Ca muy grand derecho es
que el orne do tiene su lealtad, que meta lodo
INGENIO. En la intima latinidad, y er toda su seco para guardarla. E por ende si el supiesse
Europa, ingenium, ingenii significó estratagema, fazer engenios ó otras cosas, con que pueda de
artificio, aparato, tormentaria, herramienta, ma fender el castillo que toviere, debe usar de la sa
quinaria de guerra. «Callida macliinamenla com- biduría, no tan solamente en tiempo de guerra,
meanlium et simulali observationis ingenia et más aun estando en paz, porque se puede acor
fraudes depellant». (Cod. theodos. de Curiosis).— rer de ella quando le fuere menester. E non se
«Stupuerc illico Carlhaginienses,ut novum elex- ha de tener en caro, ni tomar vergüenca en fa-
traneum ingenium». ^Tertulianus. lib. de Palito. zerlo». [Ley 14. Til. 18. Parí. 2).
Cap. I. dcscrib. el ariete). — Duxitque fossatum, ■(ENGEÑos,éarmas,é ferramíentasde todas ma
ne muris applicare possent ingenia». (Episl. Bal- neras deben tener los Reyes guardadas en sus Vi
duini comílis Flandricr . llas, mayormente en aquellas que estuviesen en
Ingeniarii los que entendían en esto. «Arce- frontera, para llevar consigo cuando ovieren de
pellones, qui vulgo dicuntur ingeniarii. (Ugutio). cercar algún lugar Guardábanse mucho los
— íngeniosi, por arquitectos. jArchitecti sibi Antiguos de parar engeño, sinon á castillo ó á vi
deesse non possunt, milla provincia est guae non lla pequeña...... (Ley 24 y 26. Til. 23. Parí. 2).
peritos el ingeniosos nomines habeat». Plinio. lib. «Onde por esto tenemos por guisado que
■10. epíst. 40:. quando tovicren cercada villa ó castiello, los que
De ingenio vino la voz italiana inganno, in- fueren puestos para guardar engeños, ó caxas, ó
gegnare. Dolo, estratagema, ardid. guaridas, ó otras cosas que son meester para ga
■jII vencer sempre fú lodevol cosa nar aquel lugar, quesean apercebidos éacabde-
«Vincase per fortuna, ó per ingegno. (Ariosto). llados para guardarlos bien». (Espéculo, tit. 5.
ingeniare por expugnare, capere. «Si ali- ley 9.)
quo modo, vcl ingenio civilalem acr/uirere, reí Describiéndola Crónica general de España
ingeniare polueriti\ (Hist. Palest. cap. 20). « Tune el sitio de Sevilla por San Fernando, dice: «En el
wniores nostri ordenaverunt quemado possent barrio deTriana, que atacaron las tropas reales
ingeniare civilalem». (id. ibid.) fueron fechos por mandado del rey engeños mu
INGI — 745 — INSI
choaina é comenzaron con ellos á combatir esse «verdadera» no pase de principios del siglo an
casticllode Triana muy afincadamente. Los mo terior al nuestro.
ros, otrossi, quando esto vieron, adobaron sus INMOLAR. El sentido recto del verbo latino
algarradas que tenían dentro, con que comen inmolare es sacrificar, degollando alguna vícti
zaron a tirar á los engeños». ma. Traslaticiamente en la guerra, es exponer
También en el poema de Alejandro se loe: sin necesidad una tropa ; y también dejarla for
«Fue luego la madera aducha é labrada, zosamente en manos del enemigo que la acu
«El SKUEto fecho, el archa cerrad», chilla.
atll Castiotlo fecho con mucha algarrada.
INMOVILIDAD. Entre las varias puerilida
Los engeños continuaron á la par de las lom des del antiguo régimen militar, la exagerada y
bardas. En la Crónica de Don Juan II, hablando prolongada inmovilidad del soldado en la fila
de la llegada del infante Don Fernando á Sevilla se elevaba casi á la altura de «principio táctico».
en junio 1 107, cuenta «que dio muy grande acu Asi era que en largas formaciones, si no caia al
cio así de mantas, é grúas, é lombardas, é gún soldado redondo al suelo, por lo ménos la
engeños». (V. Máquinas antiguas). tropa volvía al cuartel literalmente reventada.
INGINA. Lo mismo que carrillera ó quija —Esta vieja ridiculez prusiana, que á veces
da. Asi lo da Dice. Acad. 5. podia llamarse crueldad, queda justamente abo
INHABITABLE. Adjetivo latino, inhabitabi- lida por el marqués del Duero, que en la adver
lis, muy expresivo cuando se aplica al espacio in tencia 4." de la instrucción del recluta (pag. 10)
terior de una fortaleza, ó posición en general, dice: «se procurará conservar a los soldados muy
batido por fuegos mortíferos, convergentes y so poco tiempo on la posición de firmes, teniéndolos
bre todo CURVOS. descansando en su lugar, cuando no sea abso
INHIBIR. Verbo forense, del latin inhibere. lutamente indispensable la inmovilidad en la
Impedir que un Juez prosiga en el conocimien fila; porque esta es la única manera de conse
to de alguna causa, Usase también como reci guirla sin fatiga, ni molestar más de lo nece
proco. sario».
INHOSPITALARIO. Suele decirse del país INOBEDIENCIA. (V. y comp. Desobedien
cia) La voz es puramente latina. «Para que nun
que trata mal á un ejército invasor, ó cuyo cli
ca alegue ignorancia que le exima de la pena
ma es mal sano. Así llamarían los franceses á
correspondiente á la inobediencia que come
España y Husía en 1808 y 1812; como nosotros
ta » (Ord. vig. art. 7. tit. I. trat. 2). Más
hace poco hemos llamado á Santo Domingo.
bien se dice desobediente que inobediente.
INHUMANIDAD. Sustantivo latino, t'nAu- INQUEBRANTABLE. Excelente adjetivo
manitas. Dentro de los horrores de la guerra para un hombre y una tropa dura, tenaz, con
hay estragos, excesos y crueldades innecesarios. sistente, serena.
INICIAL. Adjetivo latino initialis, do ini- INQUIETAR. Hostigar, insultar, acosar,
tium, principio. Lu primera operación ó movi aburrir al enemigo á fuerza de ataques falsos,
miento de una campaña: el orden (V. e. v.) con sorpresas, algaras, rebatos. En latin inquiesco,
que la abre un ejército de operaciones. —La fuer inquiescere, es descansar: inquieto, inquietare,
za ó velocidad de la bala al salir del cañón.— inquietar.
Iniciación. La primera instrucción y ejercicio de
una carrera. ¡V. y disting. Vocación). INSIDIA. Voz puramente latina. Celada, em
boscada, engaño, lazo, asechanza. —Insidiar, en
INICIATIVA. Gran cualidad del hombre de latin insidiare, se dice por ponerlas, tenderlas,
guerra, singularmente en grados superiores. armarlas. —Insidioso es el movimiento estrata-
Afortunado conjunto de la potencia de espíritu, gémico, y también el General que lo concibe y
de la fecundidad de combinación y de la enérgica ejecuta.
voluntad y holgura de ejecución. Prioridad,
novedad de ideas. INSIGNIA. El Dice, de la Acad. 5.* edic. di
ce: «Señal, distintivo ó divisa honorífica. —En
INMARCESIBLE. Adjetivo latino, inmarce- tre los romanos cualquiera de las banderas ó es-
sibilis. Lo que no se marchita, como el laurel. tandartesde sus legiones». Por lo que dicho que
INMEMORI AL. Metafórica y honoríficamen da en los artículos Divisa y Distintivo, esta voz
te, lo muy antiguo: como el regimiento del Rey insignia, aunque muy usada por el vulgo, pue
ó el Cuerpo de Artillería, aunque su antigüedad de casi rayarse del tecnicismo militar «moder
INSI — 716 — INSP
no», pues sólo tieno la segunda acepción histó rapelas, los colores, los números y los metales
rica. A pesar de que la Academia hace enseña que constituyen las divisas son comunes á todos
sinónimo de insignia ó estandarte, el uso las dis los militares sin distinción sólo como señal de
tingue y hoy ningún militar dice que «peleó ba órden: y las estrellas, los galones, los bastones
jo tal insignia» sino «bajo tal enseña». Tal vez y entorchados, que son insignias, pertenecen
suele, sin embargo, encontrarse insignia por exclusivamente á los Oficiales particulares y ge
bandera en algún autor recomendable, como el nerales que las usan, además de las divisas ge
P. Basilio Varen, traductor de Bextivoglio (Guer nerales, como indicaciones gerárquicns, y como
ra de Flándes. part. 1. lib. C). «La más común signo de respeto, de honra y de estimación. Y
opinión fué que el Genlis tenia 7.000 infantes y de e>io se deduce que no toda divisa es insignia,
1.000 caballos y que en la batalla, enirc muer pero si toda insignia es divisa; y que por tal ra
tos y presos, faltó la tercera parte con pérdida zón, si en ocasiones puede la insignia suplir la
casi entera de todas las insignias». —El regla falta de la divisa, nunca puede la divisa suplir
mento de 20 agosto 1802 también dice: «Cada la de la insignia». (Vallecillo. Coment. pági
batallón tendrá una sola bandera (ántes tenia na 275). Beconociendo la autoridad de este es
dos) que basta para insignia, y facilitar los pun critor, mantenemos sin embargo nuestra opinión
tos de dirección en las alineaciones». —Todavía arriba expresada, y más desleída en los mencio
en real órden de 12 junio 1815 se dice en el ar nados artículos Divisa y Distintivo.
tículo 2.°: «Para que estas insignias tengan la
colocación que el Bey les señala » I>SPfcCCIO.V Voz bajo-latina, inspectio: en
Evidentemente es impropia la palabra en el latín puro se decia correctio, lustratio. Se en
conocido artículo: «El cabo primero y segundo cuentra ya en Vegf.cio (lib. 3. cap. i¡: tCampi-
tendrán una vara sin labrar del grueso de un cursionem ut i/>se appellanl, inspectionemoue ar-
dedo regular y que pueda doblarse, á lin de que morum assidué facianl» . En general, según Dice.
el uso (con el soldado) de esta insignia que dis Acad. oda acción y efecto de reconocer ó exami
tingue á el cabo no tenga malas resultas». (Ar nar atentamente una cosa. —El cargo y cuidado
ticulo 16 tit. 2. trat. 2). de velar sobre alguna cosa. —La casa, despacho
En una obra muy reciente se lee: «Una de ú oficina del inspector». Para comprender bien
las voces que más conviene en la actualidad el verdadero significado de la palabra inspec
distinguir, por ser de las más impropiamente ción, convendrá ver los artículos Gobierno y
usadas, son las tres contenidas en los epígrafes Mando. —En el dia 1868) no queda más que
de los dos artículos que siguen; de los que el una inspección, la de Carabineros.— Del estado ó
primero dice: Insignia.—Condecoración. escalafón de infantería (1867) se toman textua
Insignia es voz genérica comprensiva de to les los siguientes apuntes históricos, no muy
da señal exterior de honor, de mando, de supre correctos por cierto.
macía, de autoridad, de preferencia ó dignidad; «La heterogeneidad de elementos y naciona
y condecoración es voz específica con significa lidades que entraban en la composición del
ción limitada á los distintivos nobiliarios, méri- Ejército español en los siglos XVII y XVIII y su
lorios ó honoríficos, expresados precisamente diseminación en territorios apartados, que á la
porcruces, bandas, placas, escudos y medallas. sazón formaban parte integrante de la monar
Siendo, pues, genérica la primera de estas vo quía, determinó la creación de Directores é Ins
ces y específica la segunda, y siendo evidente pectores para cada uno de los dominios, institu
que lo que se dice del género se dice también tos y contingentes extranjeros que formaban la
de la especie, y no al contrario, resulta que to complicada organización militar de aquella
da insignia es condecoración y no toda conde época.
coración, insignia; y que puédese decir por tan La Ordenanza de Flándes de 10 de Abril de
to, y en efecto se dice propiamente, insignia ó 1702 prescribía en sus párrafos 139 y 1 40, que
condecoración de la Orden de San Fernando, y los Directores de las armas reemplazasen en el
no insignia, sino condecoración de Capitán». mando á los Generales de las armas respectivas.
El segundo, bajo el epígrafe Insignia. —Divi Según el párrafo 155 de la misma Ordenan
sa, dice: «La divisa es general á todo militar, y za, los Inspectores estaban subordinados á los
la insignia limitada á los militares graduados; y Directores y estos se habían de elegir entre los
bajo tal concepto se comprende que la divisa dis Tenientes generales y Mariscales de Campo, al
tingue simplemente, y la insignia distingue y paso que aquellos entre los de esta última clase
realza á un mismo tiempo. Así pues, las esca y la do Brigadieres.
INSP - 717 - INSP
La denominación de Director general de in biesen posteriormente concedido por órdenes
fantería suena por vez primera en 16 de Octu especiales» .
bre de 1704, sustituyendo a la de Comisario ge La revista de Inspecciox es un acto solemne
neral, que basta allí tenia el General á quien é importante del servicio que no ha entrado to
estaba encomendada la organización e inspec davía en nuestras costumbres con la debida for
ción del arma. malidad,t—Desde la verdadera restauración de
El primero que ejerció este cargo con dicha 1840 se comprendió quo la revista de inspec
denominación, fué D. Iñigo de la Cruz Manri ción debía ser «anual». Por circular de 16 de
que de Lara, Conde de Aguilar. agosto 1843 se mandó pasar una extraordinaria,
Continuaron, sin embargo, los Brigadieres para satisfacer necesidades políticas de aquel
Inspectores, por cuanto en Ordenanza de 30 de año, y se dió por terminada en 29 agosto del
Diciembre de 1706 so asignaba á los referidos siguiente. En 22 enero 1843 se autorizó á los
Inspectores de caballería el mismo sueldo que Capitanes generales de distrito para pasar revis
á los de infantería. ta de inspección á los cuerpos que tuviesen por
En 1746 se crearon tres Inspectores de los conveniente. Por fin el real decreto de 24 agos
diversos Institutos y Cuerpos extranjeros de in to 1817 estatuye la revista de inspección anual
fantería, suprimiéndose por ende el cargo de principiando en agosto y terminando en octubre.
Inspector general de infantería y Milicias que El resultado debía estar en el ministerio el 20
se hallaba desempeñando el Teniente general_ de diciembre. Nuevos movimientos políticos im
Don Nicolás Carbajal y Lancaster. pidieron ó perturbaron la ejecución. Otra vez
En 1755 se restablecieron en los mismos tér por decreto de 8 noviembre 1853 se restablece la
minos en que habían ya estado en otro tiempo revista de inspección anual, pasada por los Capi
las cinco Inspecciones de infantería, señalándo tanes generales, y otra vez también los sucesos
les los departamentos siguientes: 1 .° Andalucía del siguiente año la suspenden «por el estado de
con la plaza de Ceuta y presidios menores de la Nación» según frase textual de la real órden
Africa.—2.° Castilla, Extremadura y Galicia.— de 18 setiembre. Nueva real órden de 30 enero
3." Cataluña. —i.° Valencia, Murcia, Mallorca y 1855 manda pasarla en 1 .° marzo. Otra de 27
Oran.—Y S.° Aragón, Navarra y Guipúzcoa. marzo de 1856 vuelve á recordar que sea anual
En 1759 el número de Inspectores se redujo y con arreglo á instrucciones y formularios im
á los dos de Infantería y Milicias, que vinieron presos de 29 enero 1855. En 11 agosto 1863 se
posteriormente á refundirse en un solo cargo manda pasar revista, y también en 9 marzo
hasta 1786, que desempeñándolo el Conde de 1867, recordando las reales órdenes de 5 abril
O'Reilly, fué de nuevo suprimido, creándo y 5 mayo de I8G6 que «reencargaban» á los
se dos Inspectores generales. Capitanes generales pasarla «anualmente» y sin
En enero de 1761 se mandó que las funcio prévio aviso. Ese continuo aviso y recuerdo
nes de Director general de infantería las sirvie prueba, en primer lugar, que no son los capitanes
sen alternativamente dos Inspectores generales, generales de distrito los más á propósito para
quedando sin ejercicio los que lo eran de pro desempeñar puntual y minuciosamente el deli
vincias. cado cargo de inspector ex revista; y además que
La diferencia esencial de organización y com la revista de inspección tranquila, severa y «pe
posición entre los cuerpos de Infantería y los de riódica» no ha entrado, ni quizá pueda entrar
Milicias mantuvo separados los cargos de Ins en nuestros hábitos. Casi siempre la «política»
pectores ó Directores de cada instituto, hasta ha movido este resorte de régimen y disciplina,
que en 19 de Setiembre de 1842 se refundieron destemplándolo en el acto, como es consiguien
en una sola las Inspecciones generales de infan te. En 1866 los directores de las armas reunidos
tería y Milicias, tomando el nombre de Inspec en junta, que se llamó «examinadora de expe
ción general de Infantería y Milicias provin dientes de revistas de inspección», constituye
ciales. ron una especie de tribunal, pára fallar sobre
Y por último, por el artículo 2." del Real los expedientes gubernativos instruidos á los ofi
decreto de Organización de 16 de Agosto de ciales incorregibles. Este procedimiento expedi
1847, se ordenó que el Inspector general toma to, irregular si se quiere, lo han hecho desgra
se en lo sucesivo la denominación de Director ciadamente necesario nuestras revueltas políti
general de infantería, teniendo las mismas atri cas y está autorizado por la práctica y por reales
buciones que señalan á aquel las Ordenanzas disposiciones, .entre ellas la de 11 setiembre
generales del ejército y las demás que se le hu 1838.
INSP -718- INST
INSPECCIONAR. Mis bien que pasar revis organización vigorosa de la antigua Roma repu
ta de inspección, es reconocer, examinar bajo blicana, ó de la moderna Puusia; y admitida la
aspecto determinado el estado de un cuerpo ó delegación en un corto número de la defensa de
tropa. la patria, es preciso que la institución militar es
INSPECTOR. (V. Inspección). té en acuerdo y consonancia con las demás del
Estado. Por eso en los tiempos, cercanos á los
INSTITUCION. Establecimiento ó funda
nuestros, en que el alférez tenia otra proceden
ción.—Instituciones, en plural, viene á ser si
cia que el soldado, y á veces el coronel pro
nónimo de constitución militar, abrazando en
conjunto las leyes, reglamentos ó disposiciones cedencia también distinta del alférez, la nobleza
sobre reemplazos, ascensos, retiros, armamen ó la riqueza suplían con cierta ventaja la apti
tud, el sabery el merecimiento; pero hoy que to
to, administración, disciplina, educación, "etc.
do aquello ha venido á tierra, apolillado más
La voz es latina, institutio.
bien que destruido, ni puede restaurarse en
INSTITUTO. La costumbre, más que la ley parte, ni legalmente debe ser admisible la me
del lenguaje, ba introducido esta voz para de nor solución de continuidad en la larga cadena
signar una «variedad», en los géneros y especies que une al soldado raso con el capitán general.
de armas. En infantería se dice instituto de ca Asentado este principio en la alta región de
zadores; en artillería, instituto montado, á ca la teoría y de la ley, no lo subvierten las ligeras
ballo, para distinción del de Á pié. La voz es la modificaciones que la práctica introduce y la
tina, institulum. necesidad aconseja. Así como en el reemplazo
INSTRUCCION. En el día no tiene esta pala quizá no seria procedente hoy proscribir la re
bra latina, más que tres acepciones militares, dención por dinero, aunque positivamente alte
algo restringidas: la de enseñanza y ejercicio re el espíritu nivelador de la ley; así también
doctrinal ó táctico, como «instrucion del reclu conviene, por graves razones, que la entrada en
ta», «instrucción de batallón»; la de órden, or la milicia lenta y fatigosa para todos, pueda abre
denanza ó reglamento para individuos ó colec viarse para algunos, mediando ciertas estipula
tividades, y la oficinesca ó legal «instrucción de ciones: las cuales no pudiendo ya fundarse en
expediente ó de sumaria». privilegios de nacimiento ó de riqueza, tienen
Debería, en nuestro concepto, comprenderse que reducirse á la aptitud y la instrucción.
bajo el nombre «genéricoi de instrucción mili Esta, pues, se divido de suyo en dos grandes
tar, el conjunto de ideas y acciones que concier y divergentes ramos: uno que abrazará toda
nan «á la preparación necesaria, intelectual ó aquella preparación, más bien corporal que es
corporal, para transformar al hombre en solda piritual, necesaria á la colectividad entera de
do». La generalidad y latitud de esta nueva oficial abajo, que llamamos tropa; y otra, inver
acepción nos permite entrar en consideraciones samente, dirigida más á lo moral que á lo físi
que pecarán de imprevistas, de atrevidas quizá, co, para el que principia por oficial con la rá
pero no de inoportunas. pida iniciación de cadete ó alumno.
La carrera militar, como todas las del Esta A este segundo ramo, que tiene sin duda al
do, tiene sus tres periodos principales, de pre guna primacía de importancia, y al cual vamos
paración y entrada, de ejercicio y progresivo á dedicar maduras reflexiones, es al que pro
adelanto, de término ó salida: las leves, de reem piamente convendría designar con el nombre
plazos, ascensos y retiros regulan y fijan en la de instrucción militar. La palabra educación, en
milicia las principales bases y condiciones. Si se el sentido que hoy generalmente se usa, envuel
pudiese estatuir que la entrada fuese única y ex ve una idea que perturba y embaraza y que re
clusivamente por la clase de soldado embebido sueltamente combatimos. Ni en la carrera mili
en fila, la cuestión se simplificaría; pero la tar, ni en las civiles, el Estado puede ni debe
atención imprescindible á los cortos años útiles descender á ciertos pormenores y desvelos, que
de la vida del tfombre, y á nuestro moderno ré únicamente deben ser domésticos, y que en la
gimen social imponen cierta derogación razona infancia constituyen lo que ordinariamente se
ble de aquel principio, anticipando el ascenso á entiende por primera educación. A los catorce ó
oficial por compensación y premio á la aptitud, diez y seis años, que es el promedio de la edad
reconocida en ejercicios y pruebas. Convenga requerida actualmente para la entrada en cole
mos, pues, en que si bien aquel sistema de gios y academias, la verdadera educación social
empezar todos por soldado sería el más equita debe estar hecha, ó el Estado al ménos debe su
tivo y fecundo, no todos lo pueblos llegan á la ponerlo asi; y para que suceda tiene la obliga
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cion indeclinable de facilitar la primera y aun saber técnico-militar. No habiendo ejército, mi
la segunda enseñanza, haciendo aquella obliga licia ó institución militar propiamente dicha, mal
toria y gratuita como en alguna Nación se ba podía existir preparación ni estudio previo; sin
conseguido y en Francia se pretende. Por lo de embargo con el primer asomo de tropa asala
más, la educjeion moral y religiosa sólo puede riada y permanente en el célebre y militar reina
y debe hacerse en el hogar paterno, ó en los es do de Alfonso XI, aparecen también más defini
tablecimientos de industria particular. Al pre das las funciones de un Alcaide de los Donceles
sentarse, pues, el joven en la universidad, es (V. c. v.) en Alonso Hernández de Córdova, se
decir, á tomar la instrucción preparatoria que ñor de Cañete, que, según Salazar Orig. de las
las leyes prevengan para entrar en una carrera, dign. pág. 218.) más bien que director de pajes,
el Estado no ha de ocuparse de la educación an era un maestro de cadetes como ahora diríamos.
terior; bastante ha hecho en ayudarla y com El texto de la Crónica de dicho rey {cap. 283)
pletarla por medio de los numerosos estableci es expresivo: «Este alcaide y estos donceles eran
mientos que costea para la primera y segunda ornes que se habían criado desde muy pequeños
enseñanza. en la cámara del rey y en la de su merced; y
Aquí tenemos ya un punto de partida segu eran ornes bien acostumbrados, é habia buenos
ro; una norma general que aplicada a los varios corazones, é servían al rey de buen talante en
elementos del Estado militar le daría desde lue lo que les mandaba; é estos fueron comenzar la
go un vigoroso principio de uniformidad y de pelea con los moros (en Algeciras) é eran fasta
cohesión. Mas poruña de tantas singularidades, ciento de á caballo, que andaban á la guerra», etc.
la uniformidad en- el ejército, no se suele enten Más adelante, en el siglo XV, perdidas por los
der sino en el uniforme que se viste: y parece monarcas las buenas tradiciones y prácticas mi
que cad.i arma ó instituto tiene empeño en rom litares del vencedor del Salado, los altos pró-
per esa otra uniformidad moral y de instrucción ceres tenían bastante que hacer con sus escan
algo más importante y trascendental. dalosas turbulencias. Es posible que en el rei
Para fijar las ideas conviene fijar ántes el nado literario de Juan II, al renacer el cultivo
sentido de las palabras. Por colegio se entiende de los clásicos antiguos, hubiese en el alcázar
generalmente la reunión de niños, porque no es de algún magnate quien trasmitiese á los donce
otra cosa el hombrea los doce años de edad, en les ó pajes algún precepto militar. También en
cerrados y sometidos á un régimen claustral, tiempo de los Reyes Católicos, tan celosos déla
más bien doméstico que disciplinario: ó por me educación de su malogrado primogénito, es pro
jor decir, ni uno ni otro; pues en el antiguo co bable que se incluyese en el programa de estu
legio general militar de Segovia había niños de dios algo de lo que entonces pudiera entenderse
doce años revueltos con jóvenes de veintidós. por arte militar, y cuyos textos conocidos sólo
Por Escuela ú Academia siempre se significa reu podían ser el París de Puteo, el Regimiento de
nión de verdaderos jóvenes (pues los tres ó cua Principes y el Doctrinal de Caballeros.—Basta
tro años de doce á diez y seis imprimen ya la ju recordar la índole y la organización social de
ventud) que no hacen vida doméstica común. i aquellos tiempos, para comprender que no po
La cuestión que primero ha de iniciarse se día suceder de otro modo, estando confundidas
puede enunciar asi: ¿qué conviene más para la é involucradas la milicia y la caballería: que
instrucción militar, colegios ó academias".' representan dos órdenes de ideas tan diametral-
Aquí, siguiendo la costumbre consagrada, mente opuestas como las de «pluralidad y sin
deberíamos empezar por poner á la vista del gularidad».
lector lo que en otras naciones se hace ó se pien Con el descubrimiento de América y las pri
sa; pero como nos hemos sometido á la fórmula meras guerras de Castilla en Italia el espíritu mi
invariable de no hablar en este libro más que litar español, que siempre envuelve algo de
de cosas de España, y en cuanto ser pueda en aventurero, tomó tan imprevista espansion, que
castellano, parece cuerdo volver la vista atrás, pobló el mundo; pero á condición de no quedar
por si de allí viniese alguna luz; y aunque con un átomo en la metrópoli.—En los tiempos de
dolor anunciemos que será escasa, cumpliremos Pavía, San Quintín y Gravelinas se estaba más
el deber que nos hemos impuesto en estos artí por la acción que por el estudio militar; y es
culos principales, desembarazando los antece preciso saltar al último tercio del siglo XVI para
dentes por medio de un breve resumen. encontrar en la Península un rastro, un conato
En la edad media excusado es recordar lo in de escuela ó colegio. Tal quiere llamarse una
necesario y lo imposible de toda instrucción ó ¡ escuela de artillería que Felipe II estableció en
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Burgos, y que se pretende hacer rival de las Del exterior no hablamos. La cómoda prác
que luego hubo en Milán y en Venecia: cuando tica de no ocuparse en cosas de soldados en la
no sólo se ignora su vida, que por lo lanto no península, porque á Flándes habian de ir, pro
pudo ser ruidosa, sino su muerte, que es presu dujo los frutos amargos de todos conocidos. De
mible fuese de lenta consunción. seguro no seria la antigua Roma tan estudiada y
En verdad, lo descosido y disperso de la ad celebrada hoy, si, cerrando su campo de Marte,
ministración interior del reino en los siglos XVI hubiera adoptado ese fácil sistema de buscar los
y XVII no permitía la unidad de miras, ni el hombres para sus reclutas en el país dominado,
espirito centralizador que ha de presidirá cuan sin el calor de sus legiones, que se enviaban
to concierna al ramo militar. Aquella España se previamente de la metrópoli, compactas, de una
contentaba con tenor noticias dos ó tres meses sola pieza con triamos, tribunos y centuriones
atrasadas de sus ejércitos de Flándes y de Italia instruidos á la sombra tutelar del Capitolio.
por medio de Relaciones, como entonces se lla Por consiguiente todo cuanto se diga acerca
maban los periódicos de noticias, tan embuste de verdadera instrucción militar en los dos si
ras como estos; y satisfecha su inocente curio glos de la dinastía austríaca, es mencionar pu
sidad, volvia con más brío á su tarea preferente, ramente unas cuantas fechas, y unas cuantas
ó mejor exclusiva, de levantar conventos á cen pragmáticas, que con algún detalle pueden ver
tenares, quizá presintiendo que algún dia ven se en la obra de Clonard ó en la Enciclopedia de
drían á convertirse en colegios, academias y Mellado. En el dia la tarea del historiador se va
CUARTELES. complicando: no basta acreditar la «existencia»
En un país medianamente constituido se de una pragmática ó reglamento, especialmente
hubiera comprendido que siendo la península en España; es menester dejar á un lado la hom
y la Corte de Madrid el cerebro de aquel mons bría de bien, y buscar con cierta incrédula ma
truoso organismo, con miembros tan indóciles y lignidad si la tal disposición pasó, y por cuanto
lejanos, en la península era donde debían con tiempo, á cumplida ejecución y práctica fruc
centrarse todos los elementos pensadores, crea tuosa.
dores y organizadores de conjunto, todas las De poco sirve citar una Academia de Cien
fuentes de instrucción. Prevalecía sin embargo cias en tiempo de Felipe II, y «antecesora» por
la opinión contraria, que no por parecer entónces tanto de la de París, si aquello (que tampoco pa
lógica, dejaba de ser antipolítica y absurda. só de conato) ni era Academia, ni era Ciencia.
Puesto que en España, decían, no tenemos guer I.a escuela de artillería de Sevilla, inaugura
ra, gracias á Dios, no necesitamos soldados, ni da en febrero 1591 bajo la dirección del célebre
por consiguiente quien los haga, es decir, quien Julián Firrufino, italiano contratado con escaso
los instruya y eduque: allá en Flándes y en Ita sueldo, que ya vio morir de inanición la escue
lia donde suele andar viva la guerra, es por to la de Burgos, murió á su vez en 1595 bajo la
das razones conveniente que se piense en cole poderosa rivalidad de otra escuela de artillería
gios, y academias, y planteles, y reclutas: aquí de marina creada con singular tino en el mismo
no necesitamos más que frailes, y nos basta con Sevilla.
el ruido de las campanas, sin añadir el de los Esta, así como la antigua de Burgos, resuci
tambores. tada ó restaurada en 160o; otra multitud que
Así, en el interior, toda la inmensa monar por aquel tiempo se «citan» en las capitales de
quía de Felipe II estuvo á punto de bambolear los antiguos reinos y provincias; la do Vallado-
se por unos cuantos moriscos sublevados en las lid trasladada con la Corte á Madrid en 1C08;
Alpujarras (loGS), por unos cuantos aragoneses todas, etilln, cuantas por entonces se mencio
embaucados por Antonio Pérez (I592¡; y cuan nen en la «península», ni tenían el carácter, ni
do en IfiiO la doble y mancomunada rebelión e) objeto, ni aun el «nombre» de establecimien
de Cataluña y Portugal empujó á España por el tos de instrucción militar. De todas ellas, unas
rápido declive de su infortunio, para constituir existieron no más que en el papel; la mayoría
una guerra que, aunque doble y complicada, vivió la vida robusta que puede suponerse á to
sólo debió durar unas cuantas semanas, se dió da escuela que no tiene dinero, ni profesores,
el espectáculo, más que lamentable, vergonzo ni alumnos. Y verdaderamente ¡quién había de
so, de prolongarla para ser vencidos doce años explicar ni aprender arte militar, donde sólo se
en Cataluña, veinte y seis en Portugal, á fuerza necesitaba Teología!
de empirismo, de rutina, de expedientes tardos Al contrario en Italia y Flándes, por el falso
y calamitosos. principio arriba enunciado y por la necesidad
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apremiante que siempre es madre de toda in «Breve tratado de Geografía» á la «Descripción
dustria, las escuelas militares aparecieron des del mundo» etc. que revelan una tendencia en
de muy temprano, y atravesaron con varias mo ciclopédica, recomendable, necesaria en el direc
dificaciones todas las vicisitudes de aquellos re tor de una escuela militar.
vueltos tiempos. En Milán se citan reglamentos Pero Medrana, cuyo número de alumnos
de 1543 y (551 , dados por Carlos V para aque consta que no fué «excesivo», vivía en una pe
lla célebre escuela, maistranza y fundición; se queña Babel, pues tenia que hacer sus explica
mencionan mejoras del Conde de Fuentes en su ciones y escribir sus libros en español, francés
mando á principios del siglo XVII; y todos los y walon, por ser estas diferentes lenguas las de
ensayos y pruebas y perfecciones que extensa sus oyentes. En uno de sus tratados advierte
mente enumera en su erudito «Discurso» Don que lo escribe en francés á ruego de la «mayo
Vicente de los Ríos se refieren á aquel sólido y ría» desús oficiales, para quienes era familiar
Científico ESTABLECIMIENTO CENTRAL. este idioma, y que no querían ceder á la prefe
Repetimos que sólo en la cabeza—no de rencia legal del español. El laborioso director,
aquellos dos Felipes que en nada intervenían— cuyas últimas obras llevan feclias de principios
sino de sus imbéciles favoritos y consejeros, del si^lo XVIII, se vería probablemente envuel
podia caberla peregrina idea Je arraigar en tier to en la catástrofe que nos arrebató los restos de
ra extraña, y no muy leal, el primer elemento los Países-Bajos.
militar, la inteligencia; y el segundo, el costoso Con el advenimiento de Felipe V, y pasada
é intrasportable material. la guerra de sucesión que no era ocasión propi
En Ñipóles, en Sicilia, en Orán, en Cerde- cia para proyectos, de instrucción militar, tomó
ña habia lambien, bácia ItiOS, seminarios muy ya esta nuevo giro, algún vigor; pero de ningún
poblados, y que, según la candida expresión de modo conjunto, ni enlace. Copiada de Francia,
los documentos oficiales de la época, eran ex como todo, la clase de cadetes (12 marzo 1722),
clusivamente destinados para «españólese. en cada regimiento se instaló una academia á
En Flándes, el centro de instrucción que á cargo de un capitán llamado Maestro de cadetes
mediados del siglo XVII (1675) alcanzo inásjus- cuyo oficio, salvo honrosas acepciones, ha sido
ta fama, fué la Academia reformada y dirigida y sin remedio ha de ser no «dar» sino «tomar»
por el ilustre Don Sebastian Fernandez de Me- la lección que los cadetes, ordinariamente de
drano, cuya copiosa erudición se comprueba muy corta edad, puedan aprenderse de memo
por las numerosas obras de texto que de él se ria. Esta manera inocente, cómoda, y sobre todo
conse rvan. «barata» de tener oficiales siguió sin interrup
Esta, si, que por su objeto y resultados pue ción hasta 1842 en que por la creación del co
de llamarse Academia Militar en la verdadera legio general se creyó, no solo muerto, sino ex
acepción de la palabra. Predominaban los estu tirpado ese tipo que iba haciéndose algo anacró
dios técnicos de artillería y fortificación: pero nico del cadete de regimiento; pero las cosas se
se ligaban atinadamente con los de táctica, cien han dispuesto de otro modo y la planta, cada
cia á la sazón complicada y que requería nocio día más vivaz, sigue en 4867 fructificando á la
nes para entonces algo extensas de aritmética, par de los colegios «especiales» de Toledo y Va-
y geometría, pues el Sargento mayor tenia que lladolid.
saber extraer la raiz cuadrada (V. Táctica,. Fuera de esta instrucción general, y que pu
Si aquella academia, en vez de radicar en diera llamarse casera, cuya homogeneidad se
Bhuselas con escasos medios y reducido hori deja presumir, los organizadores del siglo XVIII
zonte, se hubiera instituido en Madrid, la savia sembraron ó dejaron crecer otras varias acade
científica desde aquí esparcida hubiera sin du mias y establecimientos, no sólo para las ARMAS
da hecho reverdecer la rama militar al ménos generales, sino para la guardia real y hasta pa
de aquel tronco carcomido. ra los guardias de corps. Hubo academias en Bar
Nadie más á propósílo en efecto que el Sar celona (•1745), en Badajoz (1722j, en Pamplona
gento General de batalla Don Sebastian Fer (1723;, en Orán (1733), en Ceuta (1742), en Avi
nandez de Mediano para dirigir la vasla instruc la (1774), en el Puerto de Santa María (1776),
ción que ya podia darse á últimos del siglo XVII. en Zamora ¡1790), en Cádiz (1796). Escuela de
Numerosas ediciones y traducciones de su «Per equitación en Zaragoza (1770), de timbaleros en
fecto Bombardero» , de su ¿Arquitecto perfecto Carabanchel (1775;, de Caballería en Oca fia,
(ingeniero) en el arte militar», de sus Rudimen etc. Hubo además Seminario de Nobles, Casa
tos geométricos y militares» dejaban lugar al real de Pajes, lodo ello heterogéneo, indigesto,
9i
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encontrado; producto do iniciativas parciales y Arévalo, y por fin en Guadai ajara (1833 ; vuelta
subalternas, infacundas, recelosas, rivales, hos á Madrid (1837) durante la guerra civil, fondeó
tiles, indóciles á todo arreglo, inaccesibles á to en 1810 otra vez en Guadalajara; pero también,
da idea generosa de comunidad; y cuyos sacu así como la artillería tiene el «fin», los ingenie
dimientos aislados, cuyos esfuerzos, aunque ros tienen el «principio» délos cursos en Ma
fuesen hacia adelante, perturbaban más que drid (1866).
favorecían los tardos y perezosos movimientos En el siglo XIX las armas generales han segui
intelectuales de aquel ejército sin cohesión, mi do respecto á sus estahlecimientos de instrucción
nado por la aristocracia, y cuya unidad orgánica con igual ó mayor instabilidad. En la época de la
continuaba siéndola compañía como en pleno si guerra de la Independencia se quiso estudiar en
glo XV. todas partes y, como era consiguiente, no se
Porfortuna los dos cuerposdcARTiLi.KRiA e In aprendió en ninguna.
genieros tomaron desde entonces (1711) la ma En 1.° mayo 1809, se trató de establecer en
teria compacta y la dura organización que ha Cádiz la Academia de Ingenieros, lo que no se lo
sabido resistir al oleaje reformador, tan irre gró basta 1810; pero bien se comprende que en
mediable en la vida moral de España, como lo momentos tan favorables para satisfacer nuestra
es físicamente el del mar que la circunda. En invencible propensión al individualismo, cada
todo el trascurso del siglo XVIII y principios ejército, cada regimiento, cada provincia, cada
del XIX, estos dos cuerpos, en los cuales no se guerrilla se apresuró á crear «por su cuentan
sabe que brilla más si la ilustración ó la modes centros «especiales y exclusivos» de alimento ¿
tia, acertaron á conservar viva la llama del sa INSTRUCCION.
ber; y el estudio vivificador de las matemáticas, Seria enojosa la lista. En Cádiz, Sevilla.
monopolizado por los jesuítas en el siglo XVII, San Temando, Poblet, Valencia, Jaén, San
á los artilleros É ingemeros debe su fecunda tiago, Lugo, Játiva, Villena, Orihuela, Murcia,
propagación en España. Casi todas las acade Palma, Olivenza, Tarragona, Gandía, etc. con
mias ántcs citadas, como las de Pamplona, Ceu más ó menos medios, con masó menos acierto,
ta, Orán, etc. se reducían á conferencias que te hubo ESCUELAS, COLEGIOS y ACADEMIAS MILITARES.
nían «en su propia casa» y generalmente gratín En el período de singular atonía que suce
algunos celosos oficiales facultativos. dió á la guerra, algunos de estos establecimien
Pero si resisten en el fondo de su organismo tos continuaron, luego se refundieron en tres y
estos dos cuerpos, también han tenido que hacer la generalidad se extinguió. Nuevos proyectos
lo con frecuencia elástico y locomóvil. La arti en la segunda época constitucional fueron bar
llería ha visto á su colegio recorrer varias ciu ridos por el célebre decreto de octubre 1823.
dades hasta fijarse en el Alcázar de Segovia; del Por fin en 29 febrero 1824, en lo más álgido
que volvió á salir, en el que volvió á entrar, y de la desorganización militar, surgió el primer
del que lo arrojó definitivamente el incen pensamiento verdaderamente orgánico y fecun
dio, quedando parte en Segovia y viniendo en do respecto á instrucción militar. El general Vt-
1865 otra parte á Madrid. negas, ayudado por una junta ¡aditamento indis
Con el nombre indefinido y convencional de pensable en nuestro país) logró en 20 diciembre
Escuelas prácticas, la artillería ha tenido escuelas 1821 ver aprobado el reglamento, y en 1 ."junio
en Aragón, Galicia, Extremadura y Andalucía 1825 solemnemente instituido un Colegio gene
(17IO;;en Pamplona, Barcelona, Badajoz y Cádiz ral militar para 150 cadetes que habían de es
(4722); proyectos y reformasen 1716 y 49; Aca tudiar cinco años. Se instaló en el bellísimo Al
demias «matemáticas» (31 julio 1751) en Cádiz y cázar de Segovia íántes propio de los artilleros],
Barcelona, muertas en 12 mayo 1760. y con poco gasto, pues la primera partida libra
También los ingenieros han rodado desde su da fue de 6.000 rs., se vio por fin un estableci
cuna francesa de Barcelona hasta Cádiz. Por la miento general fundado, costeado y dirigido por
ordenanza especial de 22 octubre 1768 se tri la entidad llamada Gobierno ó Estado. Esto ya
furcaron en las academias de Barcelona, Orán y era comienzo de algo: la fuerza más ó menos vi
Ceuta: reunidos en 1797 por fin, la nueva y vi gorosa de una «sola voluntad» se hacia sentir;
gente ordenanza de 1 1 julio 1803 les asignó, co y las primeras promociones que con regularidad
mo su centro, Alcalá de Henares. Gloriosamente salieron, ilustran hoy las altas gerarquias de]
«huidos» de allí en 1808, volvieron en 1815; di ejército; pero sobrevino la guerra civil del 33,
sueltos en 1823, principió á reconstituirse una y con ella la comezón y la impaciencia: se
especie de academia en Granada, en Madrid, en abrevió el tiempo, se mermaron los cursos, se
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trastornó el régimen: y cadete hubo hácia 1837 ñados cadetes, se les aumentó la capona que no
que salió á oficial sin haber logrado aprobación habían llevado hasta entónces en el hombro iz
en el primer semestre de aritmética. El desór- quierdo, y se tomaron otras «medidas» análogas
den llegó á su colmo con la mania de crear ofi de salvación. Llegó 1810, y con la conclusión de
ciales de cualquier cosa. Una diputación pro la guerra y la fusión de los ejércitos, se echó de
vincial levantaba un cuerpo franco, ó moviliza ver que lo urgente era, en vez de hacer oficia
ba la milicia nacional, y aquellos oficiales, y les, buscar pronto el medio de deshacerse de los
acaso algún jefe que acababa de dejar su mos que sobraban.
trador ó su taller, se encontraban por arte de en Se respetó sin embargo la fecunda idea de
cantamiento (si atinaban con el camino de los 1824, y, trasladado el antiguo colegio, general
pases) oficiales vivos y efectivos de infantería sólo en el nombre, al espacioso local del cuar
española. Hubiera sido tonto para alcanzar una tel de guardias de corps en 23 diciembre 1842,
charretera, que lograba un barbero por media recibió nueva organización con el titulo expre
ción del oficinista a quien afeitaba (histórico), sivo de Colegio general de todas armas; y ya bajo
encerrarse cinco años ni tres en el colegio de Se la dirección de un ilustre jefe del cuerpo de in
góvía. genieros, ya después bajo la del memorable Con
Otro expediente más original se atravesó en de de Clonard (20 enero 1844) bajo cuyo man
26 mayo 1833, creando colegios de distinguidos do se trasladó á Toledo (25 Setiembre 1846) pa
en Valencia, Zamora y Zaragoza y en 12 enero recía que la cuestión quedaba resuelta.
1838 en la Coruña y Granada. Sólo en aquella Pero, en rigor, ni logró plantearse. La caba
época desbaratada y de transición, sólo a impul llería, que en 10 junio 1835 fundó su escuela
sos del exclusivismo y del furor de especialidad tespeciah de trompetas en Vallecas, empezó lue
pudo ocurrirse idea tan expedita: reunir unos go á concentrar en Alcalá de Henares sus quin
cuantos jóvenes; embutirles algunos artículos tos, depósitos y almacenes y al poco tiempo tu
de ordenanza; enseñarles la táctica «de compa vo «suyo propio» un Establecimiento central de
ñía»; coronar esto con algunas páginas del Jac- instrucción, cuya última reorganización fué en 29
quinot; y á los «cuatro meses» enviarlos á las enero 1849. La infantería sin distinguidos, sin
filas con ciertos aires de saber y distinción, fué cadetes «suyos» no podía mirar con buen ojo el
una inspiración orgánica que, por más que ha suntuoso establecimiento central de un arma que
ga reir, tuvo aceptación hasta 22 febrero 1842. para ella es accesoria. Sea como quiera, en real
Por aquel tiempo en la caballería principió órden de 5 noviembre 1850 las dos armas gene
también á apuntar la tendencia «especialista» rales vieron al fin satisfechos sus impacientes
que con dolor vemos hoy arraigada y con pun deseos con la extinción del Colegio general de to
tas de facultativa (V. e. v.). Entonces tomó otro das armas, y, lo que es más, con la creación de
giro. No podía ser buen oficial de caballería dos colegios en Toledo y Valladolid (antes Alcalá)
el que no hubiese sido soldado y sargento mu uno para cada una, propio, exclusivo, especial,
chos años. Aquella veleidad pasó; pero dejó en en que nadie tiene que intervenir, en que ni el
el arma el deseo pronta y enérgicamente realiza Gobierno ni el Estado pueden saber nunca lo que
do de «surtirse á si misma» con el mismo dere pasa.—Incluyendo pues la escuela especial y fa
cho que para ello tienen la artillería é ingenie cultativa del reciente cuerpo de E. M. del ejército,
ros. El colegio general ya decaído, arrojado en creada en 22 febrero 1842, y la más reciente de
i agosto 1837 de Segovia por los carlistas; mal Administración militar muerta á poco de nacer,
alojado en los conventos de Atocha y Jesús en demos punto á esta reseña, que en vano hemos
Madrid, recibió humildemente el «desaire» de pretendido abreviar, omitiendo ex-profeso las
la caballería, y sólo á fuerza de ruegos y á con escuelas regimentales de las clases de tropa que
dición de sufrir «en el arma» examen expreso desde el año 1846 se iniciaron, y que pertene
y duro noviciado, algún raro y afortunado cadete cen áotroórdcn de ideas, según hemosadvertido.
logró tomar puesto detrás, nunca á la vez con Ahora bien, con abstracción completa de per
los sargentos. sonas, con profundísimo respeto al celo y al saber
La disolución, pues, del colegio general era de cuantos han dirigido y ejercido el profesorado,
inminente. La infantería tenia su especialidad se puede afirmar que si lo pasado era malo,
en los distinguidos; la caballería en los sargen lo presente (1867) no se puede llamar bueno.
tos; los cuerpos facultativos muraban su entra El ejército español ha conseguido en el ra
da con largos programas de eximen: en vano se mo tan importante, tan filosófico, tan trascen
hizo más cilindrico el chacó de aquellos desde dente de la instrucción y educación de sus Ofi
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cíales, el bello ideol que con tanta insistencia eminencias. Se les rebaja el estímulo, se les es
ha codiciado. Cada arma, cada instituto es hoy catima el dualismo, se les merma el sueldo.
un loilo, que altivo y aislado vive «por sí y para ¿Qué más falta"? Lo que falta es algo más difícil
si». Ya no es la aristocrática artillería la que de rebajar, porque ni lo dan los pergaminos ni
inicia sus neófitos á los doce años, casi en la cu los pronunciamientos, ni lo quitan las reales ór
na; la última llegada, la Administración militar denes. Eso. que descuella y brilla, y quizá hiere
se igualó en derechos. Siquiera las antiguas ór á ciertos ojos, es el saber.
denes monásticas dejaban libre el límite supe Pero si se sienta por principio que la pri
rior de la edad: un septuagenario que acredita mera condición militar es la ignorancia: la igno
ba con sus estudios, vocación y aptitud, profesa rancia del arte y de todo; la ignorancia crasa,
ba en el acto sin inquirir de donde venia: hoy, servil y sumisa; esa ignorancia que en el día es
en el encasillado de nuestra moderna organiza lo único que cierra al hombre la entrada en so
ción, todos tienen que entrar de niños por su ciedad; en ese caso, positivamente, todo cuanto
rotulada puerta y el único medio que se nos trascienda á estudio, á meditación, á facultad,
ocurre de cortar abusos es cometer un absurdo. es inarmónico, petulante, punible.
Porque lo es—y sostenemos esta tesis, quizá Dos maneras hay de nivelarse: subiendo lo
extraña, con toda convicción—el actual sistema más bajo á la altura de lo más alto; ó haciendo
de INSTRUCCION" ó EDUCACION militar. descender lo alto á emparejar con lo bajo. No
Sin abrir libros ni citar texlos, sólo por in quisiéramos decirlo: parece que se nota como
tuición comprende hasta el último paisano que un empeño, demasiado tenaz para ser involun
si alguna agrupación social necesita unidad y tario, en buscar por el segundo método una ni
cohesión, si alguna máquina requiere en sus velación imposible.
funciones leyes y fórmulas ineludibles de com Que lo mire bien el ejército; que observe los
posición y manejo; esa agrupación, esa máquina esfuerzos y las concesiones á que se ven obli
es por excelencia el ejército. El batallón que gados para cubrir sus cuadros los cuerpos facul
mueve sus compañías á la voz del comandante, tativos; y si no le contrista el espectáculo de
el ejército que mueve sus divisiones á la órden esa juventud que les vuelve desdeñosamente la
del general despiertan, al solo aspecto, en el espalda, para buscar en los cuerpos análogos ci-
ánimo menos dispuesto, nociones de enlace, de viles más honra y más provecho; si quizá le re
convergencia, de concentración. Hoy que las gocija esa nueva contrariedad y persiste en ali
ideas se ensanchan y tienden como decimos á la mentarse con niños que sepan las cuatro reglas
síntesis; hoy que al soldarse grandes agrupacio de cuentas, ó con hombres que ni aún eso se
nes políticas nos reimos de las antiguas fronte pan, algún día ese ejército no se queje de verse
ras entre Castilla y Aragón; hoy que todo se se arrollado por esa fuerza que se llama civiliza
culariza, principiando por la enseñanza ¡hoy ha ción; no se sorprenda de verse solo y rezagado á
de tomar el ejército el camino opuesto con di retaguardia de un pueblo que de él prescinde
rección á lo pasado, para encontrarse al cabo de por inútil y costoso; no intente, soberbio, recu
algún tiempo otra vez con castas y gremios, y perar por la fuerza el envidiable lugar que ha
para llegar á olvidar que sólo en la unidad está perdido: la fuerza no responderá á su voluntad,
su fuerza, y la victoria en el fácil y armónico como en el cuerpo humano no responden los
juego de sus varios elementos! miembros al cerebro que está bajo la acción de
Tal podría suceder Y en la manera tenaz, un narcótico.
algo fogosa quizá, con que exponemos en todos Los síntomas son graves. Fuera de los Memo
partes la misma idea, el mismo temor, se reve riales, es decir, de los periódicos caseros que
la que no obedecemos á impulso variable ó pa forzosamente hay que pagar, aunque no se lean,
sajero, sino al empeño desinteresado y reflexivo so pena de incurrirán el doagrado de la Direc
de atacar un vicio ó de conjurar un peligro. A ción, no ha habido en treinta años un solo pe
nuestro juicio lo hay en no acudir pronto á una riódico militar que haya podido vivir por sí. En
radical reforma de la instrucción militar. este mismo tiempo son muy contados los lirros
1.a cruzada interminable á que estamos asis generales ó especiales de arte militar que regis
tiendo hace años de las dos armas principales tran los catálogos. Si algún aulor afortunado ha
contra los tres cuerpos facultativos, es un sínto logradojusta recompensa, si alguno más indus
ma alarmante. ¿Qué se quiere ya de esas resig trial, desdeñando la gloria, busca lucro dirigién
nadas víctimas? Hace muchos años que ni ellos dose á cabos y sargentos; en ambos casos se le
mismos se acuerdan de regalías, fueros ni pre vanta como un grilo de general reprobación
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contra la injusticia de saltar la escala, contra trasnochado sobre el libroy sabiendo la lección.
el escándalo de especular con las clases de tro Pues, salgamos del colegio: con un jefe que lla
pa. Al ministerio siguiente, una real orden baja me «patulea» á los oficiales instruidos; con un
á tranquilizar las conciencias, retirando la pro subalterno despreocupado que satirice los libros,
tección y para mayor generalidad se redacta es lo suficiente para que un cuarto de banderas
una como la de 19 de julio de 186o que dice á y un cuartel entero se infeste con esta atracti
la letra: «Con objeto de que las recomendacio va doctrina.
nes que han solido hacerse de real órden en fa La oficialidad del ejército en su gran mayo
vor de algunas publicaciones y periódicos mili ría —¿quién ha de negarlo?—tiene instrucción y
tares no sean un apoyo para fines interesados, desearía más; pero entiéndase bien, es cada
ni menos, se las haga valer, aunque indirecta oficial de por sí, suelto, individual; y sea por
mente, como exigencias oficiales para aumentar una aberración, como la que dejamos citada
las suscriciones, ni que sirvan tampoco á em por símil, sea por otra causa, el conjunto, el
presas ó determinadas personas para conseguir resultado es el que tristemente dejamos expues
y sostener beneficiosos resultados, la Reina to y debe procurarse remediar.
(q. D. g.; se ha servido disponer, como amplia El lector, convencido por tan claras razones,
ción á la circular sjbre esta materia de 6 de ju esperará naturalmente de nuestra energía en
nio último, que cesen los efectos de toda reco delatar el mal la consiguiente franqueza en
mendación, protección ó estímulo que bajo proponer el remedio; pero nos faltan para ello
cualquiera forma se haya hecho por este minis las dos primeras y más esenciales condiciones,
terio en pro de las mencionadas publicaciones gerarquía y autohidad. Al señalar un desacierto,
militares, á fin de que los suscritores queden al condensar ó formular loque anda disuelto en
en la más amplia libertad de continuar ó no con la atmósfera de opinión pública, cualquiera es
sus respectivos abonos» . tá en su derecho: intentar corregirlo es oca
Esto hace suponer un abuso, una aglomera sionado á que el buen deseo se tome por ar
ción de obras, un recelo de que el ejército caiga rogancia ó á lo ménos por falta de modes
en cierta molicie peligrosa, dando demasiado y | tia. —Parece, sin embargo, bien óbvio el primer
sabroso pasto ai «pensamiento)). Nada de eso. paso.
Abrase el calálogo militar de Seelhorst, corres A la manera que todo lo concerniente á la
pondiente al decenio de 1850 á 1860, y en él se enseñanza pública y universitaria del Estado,
contarán á centenares obras nuevas exclusiva algo más varia y compleja que la militar, con
mente militares y exclusivamente alemanas. — curre y radica en un solo centro llamado Direc
Compárese lo que en igual periodo ha vomitado ción general y Consejo de instrucción pública, po
la prensa mililar española. Hay fenómenos de di dría crearse en el Ministerio de la guerra una
fícil explicación; y nadie la encontrará para el Dirección de instrucción militar, que también
de una sociedad (ó un ejército, sociedad en pe como aquella, podría tener su cuerpo consulti
queño) que pretenda ser sábia, ó meramente vo y asesor en la misma Junta consultiva de
culta, sin saber leer ni escribir. guerra reforzada con algunos vocales.
Estos son hechos, no declamaciones. Con El general director constituiría sus oficinas
vendría inquirir dónde está la raizdclmal, sino con oficiales idóneos de todas procedencias, enre-
para estirparla, porque eso es violento, al ménos presentacionde las necesidades é intereses de ca
para conocerla, ya que en ello nada se pierde: da arma ó cuerpo. En ese verdadero centro eleva
pues, está positivamente y bien á la vista en la do , independiente, imparcial, exclusivamente
falta de un plan meditado, ámplio, central , ar científico, debería radicar todo el personal y ma
mónico de instrucción militar. terial de escuelas y colegios militares. Allí se po
Expliquémonos con ejemplo. Todos sabemos, drían concentrar, ordenar, comparar, y estudiar
recordando la juventud, que en los colegios ó todos los datos nacionales y extranjeros condu
academias hay siempre dos ó tres alumnos hol centes á producircon madurez un Reglamento ge
gazanes ó imbéciles, que llaman «aduladores» neral de Instrucción militar; desde allí, pudiendo
á los que estudian la lección, ó la escuchan con abarcarse el extenso horizonte del asunto, nada
atención y compostura. Más de una vez se ve más fácil que asignar con tino y oportunidad á ca
é esa minoría, quizá de un solo individuo, im da cuerpo el verdadero objeto de su instituto, y
poner violentamente su voluntad, hasta el pun trazar el circulo de sus estudios técnicos por me
to de forzar á los demás á no responder al pro dio de programas, impuestos por la autoridad su.
fesor y recibir castigo, habiendo sin embargo prema, revisables todos losaños, variables con los
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tiempos, pero inviolables para el profesor par en sendas escuelas que podrían tomar el pomposo
ticular. titulo de Escuelas especiales, ó sí se quiere, Es
Dependiendo militarmente de la nueva di cuelas DE APLICACION.
rección todo el profesorado de todos los CUERPOS, Quizá también, apelando al buen criterio de
era posible calificarlo por el medio legal y equi los cuerpos facultativos, ellos mismos se conven
tativo de la comparación, estimularlo con pre cerían de que tienen más puntos de contacto
mios y castigos justos; disciplinarlo en fin: tarea de lo que parece. Si, porque el artillero
imposible 011 el estado actual de dispersión. Al destruye y el ingeniero construye, han de ser
gunos jefes encanecidos girarían, como inspecto hostiles, seria lógico crear dos cuerpos de inge
res, imprevistas y frecuentes visitas á las cáte nieros, uno para atacar las plazas y otro para
dras pura cerciorar al director y al gobierno de defenderlas. ¡Qué fecundas ideas de conjunto y
que sus disposiciones se cumplían. Todo profe comparación despertaría ver todo en un solo mu
sor, en fin, había de ganar su cátedra, largamen seo, en una sola biblioteca, en un solo gabinete
te retribuida, en pública y solemne oposición. de física y química, en un solo polígono ó campo
Agregúese á la dirección general de instruc de instrucción! Y todo dirigido, explicado, con
ción militar un Deposito general de la guerra, servado por oficiales casi inamovibles, cada dia
complemento científico de la Secretaría del Des más respetados; porque cada dia desarrollarían
pacho, servido por Oficiales de todas armas con más su aptitud verdaderamente especial.
comisiones permanentes en el extranjero, como Respecto á la espinosa cuestión de presupues
se intentó en 18">.'); añádase un ateneo ó liceoi to, nos parece que seria una agradable sorpresa
ó como quiera llamarse que tuviese el doble para el Congreso de los Diputados ver «castiga
carácter de casino y de cátedra; fórmese una do» el de guerra en respetable cantidad. Súmen
buena biblioteca central; fúndese un periódico se todas las partidas ó capítulos parciales de
militar oficial, ameno, diario, algo «político,» y colegios, y academias, y viajes, y portes, y libros,
una revista, quincenal ó mensual, técnica, de mu y memoriales, y comisiones, y gratificaciones, y
cha y profunda lectura; permítase que á este de fijo la nueva Dirección daba en el primer año
gran centro se acerquen y se agreguen tempo de ejercicio toda la suma reducida á la mitad,
ralmente tal comisión extraordinaria para redac sólo con suprimir ciertos gastos que inútilmen
tar un reglamento, tal oficial suelto proyectista, te se triplican ose quintuplican; y aún le había
tal otro pensador; el que no tiene datos en pro de quedar algún fondo para imprevistos, que
vincia para concluir un libro; el que no tiene vendría de perlas á algún autor desvalido.
dinero para imprimirlo; aquel que perfecciona l'or lo demás, nos abstendremos de repetí:
el fusil; este que reforma la contabilidad; acójase lo que en numerosos y autorizados escritos se!. :
á todo el que de buena fó ofrece su trabajo: ani-, discutido sobre la conveniencia de imitan
mese al desalentado; corríjase al presuntuoso: no de copiar, la Escuela politécnica de iPans
no se escatimen en este país, en que tanto se Creemos que la imitación, «el arreglo á nues
derrocha, los medios pecuniarios, acompañados tro idioma» como se dice de las comedias,
de esperanzas, de promesas y de «buenos mo si caia en buenas manos sería beneficioso:
dos», y dígase en fin, si de un vas!o centro cien la «traducción literal», imposible. No hace
tífico así constituido no irradiaría, como de un mucho tiempo se pensó en centralizar los
foco elevado y protector, la luz viva y tranquila cuerpos facultativos civiles con la creación de
de la ciencia, difusa, como en la atmósfera, sin una Escuela general preparatoria, dirigida por
ofuscar, ni herir los ojos de nadie. el ilustre ingeniero de caminos Don Gerónimo
No nos compete entrometernos en lo que del Campo; y aquellos cuerpos no cejaron hasta
esa Dirf.ccio : general de instrucción militar or que tuvieron el placer de verla en tierra. Por
denaría acerca del número y objeto de los Cole consiguiente había que eliminar lo primero to
gios y academias. De seguro, sí empezaba por da la parle civil que en Francia es la preferente:
desembarazar su camino, de la primera pluma el camino más breve y recto seria tomar todos
da borraría los Colegios, es decir, esa mezcla de los programas de estudios de las escuelas milita
educación doméstica, de primera enseñanza y res, y de todos aquellos que sean comunes hacer
de clausura monástica; después, quizá lograse CATEDRAS GENERALES.
convencer á las nos armas principales que todo Porque no se debe exagerar el proyecto, ni
lo más que puede diferir su respectiva instruc- pensar que en ellas se habia de agolpar gran
ion seria un semestre, el cual no había inconve muchedumbre. Los cuerpos facultativos saben
niente er. que se cursase sin verse una á otra , lijamente el reemplazo que necesitan, y las ar
INSU — — INTE
mas generales, sabido es que no necesitan com qinqititate vice Alpiumque insuperabili transi
pleta uniformidad de instrucción, ni pueden ni to» Tito Livio. De bell. punic. libro I».
deben cerrar la puerta al paisano, al cadete y al En otro lugar se lee inexsuperabilis. «Alpes
sargento. Según el cálculo somero que es dable inde opposilce erant quas inexsuperabiles mi
hacer, sobraría con que en ellas la sexta parte sas».... (lib. 8).
del total de Oficiales fuese, si se nos permite la INSURRECCION. (V. y comp. Sedición).
expresión, «facultativa» es decir tuviese instruc
INTACTO. Se suele decir del muro de una
ción académica y extensa. Derramados al cabo
plaza sitiada que no tiene abierta brecha for
de pocos años, con que hubiese tres ó cuatro
mal, aunque haya sufrido algo por los proyecti
por batallón es seguro que habia de sentirse la
les.—También del cuerpo ó tropa que no entró
presencia vivificadora de un virus saludable y
en combate, que no ha sufrido bajas, que está
regenerador. — En el fondo no es más que resu
ileso, entero, de refresco, fresco. Adjetivo lati
citar en otra forma la fecunda idea de I82Í que
no, inlactus.
dio nacimiento al colegio general de Scgovia, y
que por lo tanto nada tiene de uueva, ni de INTEGRIDAD. Desinterés, rectitud. ínter/ri
atrevida, ni de impracticable.—Al cerrar este tas en latín, de integer.
articulo, lo vigente es el real decreto de 23 abril INTELIGENCIAS. Voz puramente latina.
1867 cuyo articulo i." empieza: «Queda aboli Tenerlas en una plaz\ que se sitia, en el ejército
da la clase de cadetes en el ejército » enemigo, expresa algo más que tener confiden
INSUBORDINACION. Más que desobedien cias, es decir, servicio ordinario de espionaje
cia, ó esta misma más activa. (V. Obediencia, pagado. Inteligencias son relaciones políticas con
Subordinación'. jefes ó altos personajes del campo contrario, que
generalmente preceden á acomodamientos ó
INSUFRIBLE. Se dice, como también incómo negociaciones de paz. El abrazo de Vergara en
do, del fuego muy certero y mortífero. 1 839 fué producto de largas y azarosas inteligen
cias entre los principales jefes de ambos ejér
INSULTAR. Se dice en táctica, cuando se da
citos, que no por eso se batían con menos de
una arremetida imprevista y violenta contra una
fortificación, por vía de tanteo, y con la idea nuedo en Ramales y Guardamino (V. Infidencia).
de retirarse si se encuentra resistencia ó la de INTENDENTE. Palabra francesa que se in
bida vigilancia. No es moderno galicismo, pues trodujo en España con la dinastía borbónica á
viene del latin insultare;\o trae el P. Terreros y principios del siglo XVIII, en sustitución de los
lo usan los clásicos. uEI qual defendía aquella antiguos Veedores y Contadores del Sueldo, y
plaza con gran valor y esfuerzo con todos los in que desde entónces viene designando la gerar-
sultos y refriegas que cada dia le daban los mo quia más elevada en el cuerpo, llamado ántes
ros». (Medina. Grand. de Ksp. lib. 2. cap. SI). de Hacienda militar y hoy Administrativo del
—Por extensión se aplica este verbo á otras ope ejército. Intendente general se llamaba al jefe
raciones de la guerra. «Los paysanos afectos al superior y hoy Director general del Cuerpo.
rey nuestro señor les negaban la obediencia que Intendente de distrito al que respectivamente
les habían dado; atravesaban 'el paso á sus en cada uno desempeña el primer cargo. En Ul
reclutas; insultaban sus convoyes; tomaban tramar, donde hasta hace poco seguían unidas
sus merodistas y forrajeadores». (Santa Cruz. la Hacienda militar y civil, el Intendente se
Reflex. mil. lib. i. cap. 6J.—Insulto. Arre llamaba de Ejército y de Hacienda.
metida 6 embestida al descubierto contra una INTENTONA. (V. Insultar). Intento ó em
fortificación que no se quiere, ó no se pue presa descabellada con medios desproporciona
de, atacar con la formalidad de sitio.—A cu dos al objeto. «Repitieron la intentona engro
bierto de insulto, dicen los ingenieros fortificar sando las tropas, y siempre hallaron más copioso
ligeramente un pueblo o posición. número para la resistencia».
INSUPERABLE. Lo que no se puede vencer, INTERCEPTAR. Se dice de partes ó pliegos
física y moralmente, como una cordillera, una que se cogen ántes de llegar al enemigo. Los pa
«situación» que decimos hoy. El adjetivo es la sos, puentes, caminos no se interceptan, se cor
tino, insuperabilis. tan. El verbo latino inlercipin, intercepere, de
.« genus insuperabile bello», donde viene, tenia sentido más lato de sorpren
(Virgilio. Eneida). der, envolver, coger en medio.
«Constabat non tam bello motos, quam lon- ii Tu redimes me, si me hosles imBCimm». (Plauto).
INTE — 728 — INVA
Y también en Tácito se lee: «Hostes discre compañías en partidas, interpresas y en ocupar
tos intercipere» en sentido de cortar separada pasos y desfiladeros como lo pidiere la ocasión
mente cuerpos ó unidades enemigas. En Curcio, ó la necesidad......— Dice. Acad. o da: «Inter-
sin embargo, «Interceperf. itera tiene sentido de presa, acción militar súbita é imprevista». Algo
cortar el paso, el camino. mejor es esto que ataque brusco. (V. e. v.)
INTERINO. El que provisionalmente ejerce INTERVALO. El espacio libre ó vacio de
las funciones de otro. —Accidental es el que hombre á hombre, de tropa á tropa, contado de
sustituye en el acto por sucesión de mando, sin un flanco al otro sobre la línea de frente ó de
aprobación superior. batalla. Es voz latina, intervallum y técnica
con diferente significado en la milicia romana;
INTERIOR de una obra. Por abreviar se lla
pues vallum, valli, era estaca y estacada de
ma asi al espacio interior comprendido por el '
campamento, á la vez que tbinciiera, parapeto y
muro ó parapeto. en general lo que hoy decimos fortificación pa
INTERMURAL. Adjetivo latino, intermura- sajera.
lis, entre dos muros. El adarve ó espacio, por
INTERVENCION. Departamento ú oficina
ejemplo, entre la falsabraga y el recinto. ¡V. y
comprobadora del cuerpo administrativo. —Guer
comp. Antemural). ra de intervención (V. Guerra).
INTERNAR. Penetrar adentro, tierra aden
INTERVENTOR. En general todo el que in
tro: se dice del ejercito, de las operaciones, de
terviene, liquida, fiscaliza ó comprueba cuentas
las heridas. Del latin ínter, internus.
y documentos de contabilidad. Tanto en la an
INTERPOLAR. (V. Amalgamar). En táctica, tigua Hacienda militar como en el moderno
colocar tropas de un arma entre las unidades de Cuerpo administrativo del ejército, el Interventor
otra; como escuadrones entre batallones. Esta general es el segundo jefe ó Subdirector del
viciosa disposición del siglo XVII es en el dia cuerpo.
reprobada. (V. Táctica). El verbo es latino, in
INTIMACION. La acción y efecto de intimar.
terpolare. Amenaza, propuesta de rendición. —Intimar. De
INTERPRESA. Actualmente sorpresa. Antes clarar, notificar, hacer saber en general. Más
el verbo interprender, quizá del francés enlre- : particular, proponer, imponer condiciones de
prendre, era, seg. Dice. Acad. 1 y 5, tomar ú ocu I capitulación y rendición á una tropa, plaza ó pun-
par por interpresa ó sorpresa una plaza. «V por | to fuerte. —En latin intimatio, intimare.
estas causas interprenden las armas de España INTIMIDAR. Poneró causar miedo.
aquella plaza y casualmente detienen la persona
del Elector». (Saav. Fajardo. Empr. 78). «Por INTRAMUROS. Adverbio latino. Dentro del
una de quatro maneras se sitian y expugnan las recinto de un pueblo, de un fuerte.
Placas: Conviene á saber por trato, interpresa, INTRANSITABLE. El lugar por donde no
necesidad y fuerca de armas». ÍPuga y Rojas. se puede transitar (V. y disting. Inaccesible).
12). Sala y Abarca (1680) pág. iOO, en las Ins INTREPIDEZ. Presencia de ánimo, sereni
trucciones que inserta de Don Dionisio do liuz- dad, esfuerzo, valor. Dice. Acad. o. da además
man, también dice: «Todas las plazas del mun un segundo sign. Meado de osadía y falta de re
do se han de ganar por uno de cuatro modos paro ó de reflexión, que no conviene al militar.
que son: trato, interpresa, necesidad y fuerza Se abusa un poco del intrépido, impávido, im
de armas».— «Imaginó que soldaría esta quie pertérrito, etc. etc.—Todo ello es latino.
bra, tomando por interpresa otra ciudad de los INUTILIZADO. Distingase de inútil. El mi
Estados, cabeza también de provincia». vColoma litar que no puede seguir la carrera activa por
G. de Flánd. lib. 10). — «Acampóse, pues, el herida o «enfermedad contraída en campaña».
ejército coligado, que pasaba de trece mil infan INVADIR. Verbo latino, invado, invaden.
tes y dos mil y quinientos caballos, sobre la Acometer, entrar por fuerza de armas en una
ciudad de Noyon á los 13 de marzo (1593), des comarca ó territorio, pero no en una plaza ó
pués de haber tentado á los 14 el tomarla por punto fuerte. La voz hoy es de estrategia, más
entrepresa con gente que á este efecto se ade bien que de táctica: y entre los romanos tuvo
lantó con petardos», 'id. ibid. lib. '■>.). — En el
significado Amplio, como en Suelonio: invadere
real decreto de 26 abril 1685, creando en Espa dktaluram, apoderarse de la dictadura.
ña las cuatro primeras compañías de granaderos
dice: « y cuando se ofrezca empleen estas INVÁLIDOS. En latiu emeritus, invalUlus.
INVA - 729 - INVA
Vallbcillo (Com. 493) inserta una cédula fecha servir en el ejército»: comentario á las pala
Madrid 21 junio 1583 en favor de varios solda bras «cuanto más que ya se va dando órden
dos de la Guardia Española que «por estar vie como se entretengan y remedien los soldados
jos, impedidos y enfermos vayan á descansar á viejos»).
sus casas con pleno goce de su paga...» El doc Añadiremos el texto. «Una señora Baronesa,
tor Cristóbal de Herrera, protomédico de las natural de Portugal, enviudó, y quedó tan rica
galeras de España, en un discurso que presentó por la muerte de Jorge de Paz Silveira su mari
el año 1598 á Felipe III, siendo Príncipe de As do, que fué uno de los mayores asentistas de
turias, sobre el Amparo de la milicia, lastimán S. M., que se duda haya otra más rica en estos
dose de haber visto pedir limosna á soldados reynos. Y queriendo volver á Dios lo que líbe-
que habían perdido las piernas y brazos en ser ralisimo le había dado, entre otras obras pías,
vicio de la patria, proponía la fundación de una fundó un convento de Religiosas carmelitas, que
casa de inválidos, donde los soldados y marine acabado competirá en grandeza y renta con el
ros estropeados ó inutilizados en la guerra ó por más lucido de esta Corte. Para mayor duración,
la vejez disfrutasen habitación, alimento y una partió el patronazgo con la villa de Madrid, dan
pensión de 12.000 maravedís cada uno: que se do á su Corregidor y ayuntamiento perpetua
jubilase á los soldados á los cuarenta años de mente la provisión y nombramiento de quince
servicio: que se fundasen cien premios ó pen religiosas. Abrazó la villa la donación y la esti
siones de 40, 80 y 120.000 maravedís para ofi mó en tanto, que ordenó se llevase en procesión
ciales beneméritos, estropeados en campaña ó solemnísima desde la iglesia de Santa María
inútiles por vejez ó enfermedades: que los in hasta la calle de Alcalá junto al Prado, el Santí
válidos llevasen una banda roja, los soldados simo sacramento con adornos de calles y alta
con Huecos de seda, y los oficiales con cabos y res. La procesión compitió con la del Corpus en
fluecos de oro. En seguida señalaba los medios las circunstancias; y se celebró un octavario
y arbitrios para dotar el establecimiento. —Con solemne con grandiosos oradores evangélicos.»
motivo del discurso relativo á los inválidos, hu (Adición á la Historia de España de Mariana por
bo al parecer de tratarse de este asunto en los Varón, año de 1561, pág. 698).
años siguientes, y esto daría ocasión á las expre Por Ordenanza de 1632, art. 52, se crearon
siones de Don Quijote en su conversación con para los inválidos en los lugares marítimos se
el paje. Pero aunque se ha procurado saber si senta plazas de dotación: las veinte de doce du
hubo resultas efectivas en esta materia, no se ha cados mensuales, veinte de ocho y las demás
encontrado rastro de ello: y acaso las expresio de á cinco, proveyéndose en soldados honrados
nes de Cervantes tienen algo de irónico y amar de sesenta años arriba. —En 1706 (enero 21) se
go reprendiendo el olvido. Al cabo de muchos decretó un descuento de dos cuartos en escudo
años, en el de 1627, se expidió una real órden á oficiales y tropa para las caías de inválidos
en términos muy enérgicos al Consejo de Esta (Clonard. Hist. org. T. V. pág. 130).—Hácia 1717
do, quejándose de la grande omisión que habla se establecieron Cajas de inválidos para inutili
respecto á las solicitudes y reclamaciones de los zados en Játiva y San Lúcar de Barrameda (id.
militares, de los cuales se dice que solían hallar ibid. pág. 205).—En 18 febrero 1732 se refor
por paga y premio de sus servicios, hambre, maron losde San Lúcar creando dos batallones
desnudez y mal despacho. (Archivo de Simancas. de á seis compañías. El 2.° pasó á Extremadura
Consulta de la Secretaria de Estado, núm.2646). (id. ibid. pág. 225).—Creación del Coartel de
Más efectivos fueron los socorros que pro Atocha 20 octubre 1835 y ley de 6 noviembre
porcionó á los militares inválidos la obra pía 1837.—Cedido el convento en 8 julio 1838.—
que fundó el año de 1660 la baronesa Doña Inauguración oficial en 10 octubre 1838—Re
Beatriz de Silveira, fundadora también del con glamento del Cuerpo, 4 ,0 enero 1859.
vento de monjas de su nombre en Madrid para En 4867 el famoso libro <tL' armée francai-
el socorro de soldados y oficiales estropeados. se,«atribuido al general Trocho, ha dado al tras
Eran doce mil ducados anuales, de cuyo pago te con el tipo venerando del vieux grognard en
todavía se encuentran documentos el año de Francia y en Europa. Coincide en el mismo
II 08 {Documentos del archivo de Simancas); tiempo un informe de la Jünta Consultiva de
pero como situados en juros, hubieron de sufrir Guerra, suprimiendo por «costoso» el cuartel de
la suerte que ellos. (En el T. V. del Quijote Atocha. Diremos, pues, á la moderna «el inválL
de Clemexcin, pág. 17, nota al cap. 24, 2.* parte: do se va»; pero conste á la vez, para debida im
«Diálogo entre Don Quijote y el Paje que iba á parcialidad, que no lo echa el estado civil.
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1NVA - 730 - IRRU
INVASION. (V. Guerra de). Conviene distin fo menos lastimoso de nuestras quijotescasaveo-
guir esta palabra de incursión e irrupción (V. e.v.) turasen pró del catolicismo romano, ó de nues
que no son sinónimas. — Invasor. Voz puramente tra incurable manía de enderezar entuertos.—
latina. El que invade. Es curioso también encontrar el origen de tro
INVENCIBLE. Loque no puede ser vencido. pas extranjeras en el territorio peninsular, al
Hipérbole manoseada. advenimiento de un rey francés, que firmo el tra
INVERNAR. La locución técnica es tomar tado de Utrecht, el más bochornoso que regis
CUARTELES DE INVIERNO. tra la historia, en que España no solo perdió sus
«posesiones extranjeras» .sino Mahon y Gibral-
INVERSION. En táctica, quedar trocado el tar.—Por lo demás la prueba del favor que dis
orden ó disposición inicial de una tropa: la cabe frutaron los Irlandeses es el decreto de i'i febrero
za, á la cola; la derecha, á la izquierda. El «te 1817 que manda considerarlos «como españoles»
mor & la inversión» lia estancado durante siglos y hacer recluta de 3.000 con permiso del gobier
la táctica. La vigenie está fundada osadamente no ingles. Es verdad que, como arriba se dijo,
en el desprecio á la inversión. (V. Táctica). fueion extinguidos al año siguiente. Menos mal.
INVICTO. Nunca vencido. Del latin invictus. El que quiera edificarse acerca de la organi
tíTemanet invictus romanos Marte Britannus». zación militar del siglo XVIII, no tiene más que
(Tirulo) leer el informe que el capitán general, marqués
Tenían también superlativo: de la Mina, daba al de la Ensenada, en 2 junio
« Virlule el forma el faclis invictissimis». 1748. En él se lee el siguiente párrafo: ¿Pues ha
(Plauto inMilil.) blamos de la queja ó dolor que en esta padece la
INVULNERABLE. Adjetivo latino de vulnus, nación vasalla (se refiere á los famosos Guardias
vulneris, herida. El que no puede ser herido, de CoRPSjsuplicoá V. E. que represente á S. M. el
como en la antigua mitología Aquíles. Por exten pie en que de pocos años áesta parte se han pues
sión quiere decir hoy inatacable, inexpugnable to los Irlandeses, de alternar por antigüedad con
un ejército ó tropa tácticamente apostado, o en los Españoles, por un privilegio de tales: y pa
posición tal que nada puede recelar del enemigo. rece que bastaría, en atención á el y á lo bien
IRLANDESES. «De los tres regimientos de que sirven, que sean últimos españoles y pre
irlandeses, Irlanda, Hibernia, Ultonia, que eran fieran á todo extranjero». A la sazón era tal el
los existentes en 1 768, al publicarse la Ordenan patriotismo, que había en el menguado ejercito
za, empezó á servir en España el de Irlanda, lla español, nada menos que 31 batallones extran
mado también Principe de Asturias (procedente jeros. (V. Organización).
de Francia, en donde servia desde el año de IRREGULAR. Todo cuerpo ó tropa que no for
1691, y cuya antigüedad le fue concedida al ser ma parte integrante del ejercito constituido: co
incorporado en nuestro ejército) el 8 de mayo de mo francos, peseteros, miquelctes, parróles, etc.
171 i, y los de Hibernia y Ultonia el 3 de diciem
bre 1709 en que fueron levantados; cuyos regi IRRESOLUTO. Lo peor que puede ser un
mientos continuaron sin interrupción sus ser militar, singularmente en grados superiores. El
vicios hasta la reorganización del ejercito verifi carecer de resolución é iniciativa anula por
cada el I. "junio 1818, en que cesaron, á excep completo las más recomendables virtudes y
ción de los Suizos (cuyas capitulaciones no ha cualidades. —Adjetivo latino, irresolutus.
bían vencido) todos los regimientos extranjeros. IRRUPCION. En latin irruptio.—Se distin
A la extinción de estos cuerpos, quedaron al gue hoy de invasión, incursión, correría ¡que es
servicio de España muchos de sus beneméritos una invasión pequeña y rápida) en que lleva en
oficiales, de los que existen dignísimos suceso si un carácter contrario á toda idea anterior y
res».—Esto está tomado á la letra de Vallecillo preconcebida de cálculo ó de arte. Hay en la
en sus Comentarios d las Ordenanzas, dedicados irrupción algo de fatal, de irresistible, como en
á un «dignísimo sucesor», esto es, al general los fenómenos de la naturaleza, en el volcan que
Don Leopoldo O' Donnell, en el poder á la sazón. revienta, en el torrente que se desborda. La in
Sin quitar el mérito á los «dignísimos sucesores» vasión, á pesar de ser también una manifesta
todo buen español, militar ó no, se contristará ción de fuerza que rebosa, puede ser hasta
al ver, leyendo la historia, el cumulo de des diplomática, cobarde y cautelosa como la de
aciertos cometidos por la política española en el j Napoleón en España: la irrupción es siempre bru
empeño de «apoyarse en Irlanda» desde el siglo , tal, como la de los bárbaros contra Roma; la
XVI para luchar con Inglaterra. No es el párra de Alila contra estos mismos bárbaros; la de
ISLA — 731 — ITIN
los musulmanes contra el Asia y la Europa. te se dice de la que forma un rio dividiéndose
en brazos. (Dice. Acad. Esp. é Hist.).—Islote.
ISLA. Del lalin instila. Terreno firme y con Peñasco rodeado del mar. (V. Cato). Isla peque
siderable que admite población y está rodeada ña y despoblada. 'Dice. Acad. Esp. É Hist.
de agua por todos lados. Así como continente ISTMO. Por oposición á estrecho, es la len-
envuelve la idea de una gran extensión de tier güa de tierra oprimida, estrechada por dos mares
ra rodeada de mar, isla implica siempre que es ó grandes masas de agua, y que liga dos conti
ta extensión es pequeña, comparada, se entien nentes ó dos masas extensas de tierra.—Los dos
de, con aquella. De mudo que, estribando la istmos de Suez y Panamá dividen respectiva
definición en la simple relación de dimensiones, mente los dos grandes continentes en partes
continente es una «isla grande» é isla un «con desiguales.—En latin islhmus ó isthmos, proce
tinente pequeño». Inglaterra es is'a, y también dente de esta voz griega.
lo es Menorca. Así pues, cuando las islas son
tan grandes que casi se acercan á ser conti ITALIANOS. En 1768, al publicarse la Or
nentes, los caracteres son naturalmente co denanza, existían dos regimientos con dos bata
munes. Pero cuando son pequeñas los tienen llones, el de Nápolos y el de Milán. Fué extin
propios y admiten clasificación. Las islas pue guido el primero, que pretendía existir desde
den estar «aisladas», ó agrupadas, ó enca el año de 1571, en la propia fecha que los de
denadas. Pueden ser chatas, esto es produ más: y el de Milán, levantado en Nápolesel año
cidas por bancos de arena que apenas sobre de 1701, fué amalgamado en 20 de abril de 1792
salen de la superficie del mar, ó por montones con el irlandés de Hibernia, al verificarse la su
de conchas, y de fósiles, como las islas del mar presión de regimientos extranjeros por la difi
del Sur, que, formadas ó aumentadas por los cultad de adquirir reclutas de su país para
pólipos, sólo consisten en corales ó madréporas. reemplazar las muchas bajas que contaban, aun
Pueden ser elevadas, formadas por volcanes, permitiéndoseles, como se les permitía, hacer
apagados ó activos. Un grupo de islas muy in aquellas en España. ¡V. Valones).
mediatas permite sospechar que serán los pun ITINER ARIO. Del latin iter, itinerin, cami
tos más elevados de una gran meseta submari no: de donde se formó itinerarium con su sig
na; pero cuando se siguen próximamente en nificación actual, según Vegecio (lib. 3 cap. 6).
dirección constante, quizá indican una cadena La relación ó série de pueblos, tránsitos, pun
de montañas submarinas. En uno y otro caso, tos de ruta (V. e. v.) ó etapa que debe recorrer
cuando están cerca de un gran cabo de conti en su marcha una tropa que se mueve de un
nente, parece licito suponer una continuidad punto á otro.—El oficial, y en general el indi
entre estas desigualdades; pero es prudente fiar viduo que antecede á una tropa en marcha, pa
la verificación de estas hipótesis ó analogías, ra prevenirle en las poblaciones el alojamiento
más que al ingenio, á multiplicadas sondas y al y auxilios de ordenanza. En grandes cuerpos de
amontonamiento de hechos. —En la antigua tác tropas, el itinerario toma el nombre de aposen
tica griega ó falangista se llamaba isla el escua tador, y los pormenores de una marcha son de
drón de caballería ligera fuerte de 6i plazas la incumbencia del E. M. , constituyendo lo que
que era subdivisión del epigtama.—Islas flotan Jomini llama logística.—Itinerario topográfico
tes son terrenos turbosos y muy ligeros, tegidos es la representación gráfica, esto es, el plano ó
sólo de raices, que se destacan ó segregan des croquis dibujado de un camino por donde debe
pués de minados por las aguas y que por su ex marchar una tropa y en el que ordinariamente
tensión y poco espesor quedan á floto. El Lago se acotan ó señalan con números las distancias,
Lomond y otros en Escocia é Irlanda las tienen. los altos y los detalles que conciernen á suma
Las lagunas de Camachio, lago Cerdan en Rusia marcha militar.—El cuerpo de E. M. hace mu
etc. —Metafóricamente es manzana, edificio ó chos años se ocupa en levantar, grabar y publi
grupo y conjunto de casas cercado por todas car itinerarios, como datos topográficos de suma
parles de calles. (Dice. Acad. 5).—Isleo. Voz importancia para el movimiento de las tropas, pa
desusada de origen portugués, para significar ra ese servicio que algunos también con Jomini
islas pequeñas y despobladas que suelen estar llaman de logística.—Distancia itineraria es la
adyacentes á otra mayor (Dice. Acad. Hist.) Pe que media entre dos pueblos recorriendo el ca
ro el Dice. Acad. Esp. 5 da «terreno aislado ó mino más ó ménos tortuoso que los una; no la
cercado de peñascos de suerte que no esté llana que se cuenta geográficamente ó en linca recta
la entrada».—Isleta. Isla pequeña: regularmen sobre el mapa.
JABALINA. Chuzo, venablo usado en la ca JACTANCIA. Dice J. J. de Mora en sus Si
za mayor ó de javalies, de donde tomaría el nónimos (pág. 95): «Jactancia es alabanza pro
nombre. pia, presuntuosa y exagerada; arrogancia es as
JÁBEGA. La red para trasportar el pan de piración ostentosa y manifiesta á la superioridad,
munición y la paja. expresada por la voz y por el gesto. No todo el
que es jactancioso es arrogante: el hipócrita se
JACA. Antiguamente haca. Caballo pequeño jacta en tono humilde de sus virtudes y de sus
que no llega á la marca. penitencias. El usurpador se arroga facultades
JACEB. Verbo anticuado, seg. Dice. Acad. 5, á que no tiene derecho». La voz es puramente
tirar, arrojar. Del latin jacio, jacere. latina.
JACEBINA. Lo mismo que cota y jaco de JACULATOBES. Nombre latino, apelativo
halla de acero muy lina. Dice. Acad. 5, que así y genérico de todo el que dispara ó tira. De/a-
lo da, trae también el adjetivo «jacerino» lo que culum, dardo. Asi se dice máquina jaculatoria la
es muy duro y difícil de penetrar como el ace que dispara dardos.
ro. También se escribió jaserina, jaseran. JALONAMIENTO. Es voz técnica de la to
JACO. Cota de malla, jacerina. Dice Covar- pografía y agrimensura con perfecta aplicación
rubias (Tes. de la leng. cast.}: «Jaco, hoy dia á la táctica. Para señalar materialmente una li
(4612) vale lo mismo que cota, salvo que en el nea recia en el terreno, el topógrafo ó geómetra
uno y en el otro añadimos de malla; díjose ja clava dos palos altos, llamados jalones, en los
co, quasi saco. Eran los jacos un vestido corto dos puntos extremos ó principales que deter
ceñido al cuerpo, muy á propósito para el oñcio minan la recta; y luego intercala cuantos jalo
que habían de hacer los que en la guerra tenían nes le son necesarios, para asegurar la cuerda,
cuidado y obligación de acudir al servicio del abrir el surco ó marcar, en fin, sobre el suelo
real, que hoy llamamos gastadores. Este vesti con piquetes más menudos la linea recta que
do era muy grosero y tosco, de una tela que necesita. Jalonar, en general, es situar sobre el
traían de Sicilia, de lana de cabras, despedía el suelo objetos ó puntos directores, en que pue
agua y abrigaba. De jaco vino jaoueta, jaqueti- dan apoyarse las partes ó trozos en que quiera
lla». También Dice. Acad. 5 lo da como vestido dividirse una misma línea recta. Los guías ge
militar antiguo.—Caballo pequeño y ruin. nerales de un batallón son verdaderos jalones,
JAMA — 733 — JINE
entre los que vienen á intercalarse los particu bias le da etimologia caldea nada menos, iaghra,
lares de las compañías. Toda alineación es pre velocidad.—Jaral. Terreno de muchas matas
cedida de un jalonamiento. —La voz ambigua llamadas jaras.
peón, que designa en táctica general ó de linea JARANA. (V. Asonada).
el infante ó jinete que señala un punto director JARAQUÍ ó Jaracuo. Huerto ó sitio de re
de alineación general, se puede sustituir con creación. 'Dice. Acad. 5).
esta voz metafórica y más expresiva de jalón. —
Por extensión, la táctica y la estrategia jalo JARDIN. Voz arábiga, seg. el P. Gcadix.
nan, señalan marchas y movimientos sobre el ma JARIFO. Rozagante, vistoso, bien compues
pa: para estas grandes operaciones los jalones to ó adornado (Dice. Acad. 5).
crecen en razón inversa, pues se reducen á al JEFE. Esta voz habrá pasado probablemen
fileres en cuya cabeza se pone una gota de lacre te del francés á nuestra lengua. Los franceses
de varios colores. dicen hoy chef; pero en el antiguo ducado de
JAMANCIO. Quiere decirhambriento, y per Borgoña y en Picardía se decia chief, y en otras
tenece al rico vocabulario do las insurrecciones partes kief. Bardin no esclarece la etimología.
catalanas, como trabucaire, matine, etc. Miéntras unos del celta, otros la traen del grie
JANO. Mencionamos este dios de la mitolo go ceph; otros del alemán kopf, cabeza. El autor
gía, porque alguna vez se encuentra la frase citado hace una distinción, que podrá sercierta
acerrar el templo de Jano». En Roma edificó en francés, entre jefe y comandante: el primero,
Numa Pompilio un templo al dios de este nom según él, tiene el mando ó la dirección de per
bre, cuya imágen tenia dos cabezas, y fué con sonas, y el segundo el de cosas. En España no
dición que no habían de cerrarse las puertas hay tal diferencia. Desde el Jefe del Estado, co
del templo, mientras el pueblo romano tuviese mo suele llamarse al monarca, hasta el jefe de
guerra pendiente ó abierta. La historia cuenta una avanzadilla ó patrulla de cuatro hombres,
que esto no se verificó más que dos veces en el todo el que manda es jefe. Hoy, en el órden
trascurso de siete siglos: una, y la más notable, civil, hay jefes de administración y de ne
en tiempo de Augusto, después de sujetos en gociado; en la política, jefes de partido; en
apariencia los cántabros, cuando el imperio ro marina había jefes de escuadra; en artillería,
mano, es decir, el mundo entónces conocido dis jefes de escuela; en palacio, jefes de la eti
frutó de la paz llamada octavianA. queta ó servidumbre. La voz, pues, es por todo
JAQUE, JAQUETA. Lo mismo que jaco extremo genérica. Sin embargo en el órden ge-
(V. e. v.). Dice Clonard (Hist. org. T. I. pági rárquico militar, jefes se llaman los oficiales
na 433): «El jaque, jaqueta ó jaquetón [Crónica desde comandante á coronel, que ántes se lla
del Condestable, tít. 53, pág. 45.—Zurita Ana maban oficiales mayores, como los franceses lla
les de Aragón, líb. 41, cap. 88.) tenia la figura man hoy oficiales superiores. Respecto alGENERAL
de un roquete cerrado por todas parles, y se en Jefe, ó Comandante en Jefe de un ejército de
construía generalmente de pelo de cabra. La raiz operaciones, V. el extenso artículo General.—
de este nombre es arábiga, y su origen etimo Antes se escribió xefe. El Dice, de la Acad. es
lógico se encuentra en la palabra Sehaka que cribo gefe en su 5.* edición de 1817, y jefe en
significa cubrirse de armas». Mas como los fran las posteriores y en su Prontuario de Ortografía.
ceses tienen jaque, y los alemanes jacke, y los Esta es, pues, la valedera.
italianos giacco, voces todas de antigüedad re JENAGIA ó xenagia. Subdivisión del epitag-
mota, es licito dudar.—Jaquear, dar jaque tiene ma (V. e. v. y Falange).
en la guerra análogo sentido al del ajedrez. —El JEQUE. Voz árabe, que significa hombre an
militar no debe ser «jaque» en el sentido vul ciano y se toma también por el superior ó régu
gar de valentón y perdonavidas. lo entre los moros, que gobierna y manda al
JAQUELADO. Adjetivo de blasón, lo mismo gún territorio ó provincia, ya sea como sobera
que ajedrezado. (V. e. v.) De jaqueles, casillas no ó ya como feudatario. (Dice. Acad. 5). Se ha
del tablero. escrito xeque, cheque, cheik, scheik.
JARA. El arbusto común. Y también, según JERIFE. Nombre de dignidad que se da en
Dice. Acad. 5, «la saeta ó dardo tostado, con tre los moros, por la nobleza que atribuyen á
punta delgada y sutil». «Y su Magestad tiró tres los descendientes de su falso profeta. (Dice.
jaras con una ballesta al toro, y todas le acerta Acad. 5). También se ha escrito cherife y cherif.
ron». (Cabrera. Relaciones, pág. 308) Covarrií- JINETA. Su primitivo y genuino significado
JINE — 734 — JUBA
en la milicia fué pica corta con el hierro dorado que monta á caballo. Se dice: tantos infantes y
y una borla por adorno, que usaron como dis tantos caballos; tantos peones y tantos jinetes.
tintivo y divisa los capitanes de infantería. El JOCL1DE. Máquina catabalística compuesta
esponton (V. e. v.) francés de 1700. «La jineta de un grueso madero sobre un caballete y de
del capitán ha de ser pequeña, de polido hier tenida por medio de un contrapeso, que, al
ro, y aunque no tenga punta no importa, guar momento de aflojarle ó soltarle, disparaba una
necida con sus finceos galanos». (Eguiixz, pág. gran cantidad de piedras sobre las murallas y
15;. «Fué allá el marqués del Vasto, y visto el dentro de las plazas sitiadas con un ímpetu in
desconcierto en el tirar, entendiendo era con creíble (Dice. Moretti y Hevia . J. D'W. M. su
malicia, mató con la jineta dos artilleros». (San prime juiciosamente lo del «ímpetu increíble».
doval. Hist. de Carlos V.Wb. 2. párr. 32j. Tam Por nuestra parte suprimimos el articulo en
bién usaron jineta los sargentos como verdadera tero. (V. Máquinas).
divisa; al cambiar esta modernamente, se si JORFEójofre. Pared de piedra seca. Y se
guió diciendo jineta, y se da el caso peregrino gún CovARRiBi.AS y Diego de Urrea cilado por él,
de convertirse una pica en la charretera de seda, tormo de piedra ó peñasco en alto. (Dice Acad. 5,.
que llevaron antes de los galones actuales. Esta
vos jineta, en sentido moderno de charretera JORNADA. Antiguamente tuvo significación
de sargento, no es familiar, sino oficial. La real de combate ó acción de gcerra. «Xo venga á ba
talla ó, como hoy dia se dice, á hacer jornada,
órden de 20 setiembre 4844 dice: a. ...ha veni- si no se le presenta buena ocasión... Mas cuan
la Reina (q. D. g.) en mandar que en lo sucesi do fuese forzado á hacer jornada » (Bart.
vo los sargentos de todas las armas é institutos Scarion. Doctr. mil. fól, 20. vto. 1598) «Porque
del ejército lleven en los hombros, en lugar de con mirar yo en grueso las jornadas, y haberse
jinetas, las prendas designadas a la tropa, etc.» en espacio de nueve meses dado dos batallas,
En aquel tiempo era antimilitar y desairado no dos rotas y un rencuentro....» (B. de Mendoza.
llevar colgajo en el hombro (V. charretera).— 1392. lib. IV. cap. 15. fól. 100J Hoy también se
También se llamó jineta al arte de caballería, usa para grandes ó decisivas batallas. —En sen
ó escuela de montar á caballo, como lo ejecuta tido de marcha, es el trozo de camino que ordi
ban los jinetes ó cenetes entre los africanos, lle nariamente se anda en un dia (V. Etapa, Tran
vando los estribos cortos, las piernas dobladas sito).
y por armas lanza y adarga (V. D. Diego de Vi JOHXEA. «De la voz árabe chornua, equiva
llalobos y benavides. Modo de pelear á la gineta.
lente á cota de malla bruñida, v ino la de jor-
Valladolid. Iti05). «Un caballero á la gineta está
nea, especie de túnica cuya falda llegaba hasta
tan dispuesto y defendido, que no rehusará nin la mitad del muslo y cuya manga cubría todo
gún encuentro ni escaramuza, siendo diestro,
el brazo.» (Clonabd. Ilisl. org. T. I. pág. 433) «La
aunque sea con un caballo ligero. Son sus armas jornca venia á ser otra clase de gambaj acolcha
espada ancha, lanza, adarga y cota, borceguíes do, que nocubria sino por mitad del muslo, cons
y espuelas: que las demás embarazan más que truido de lienzo, como consta de un compto de
guardan. Pruébase la valentía y ligereza de esta la casa real de Navarra, del cual resulta que
caballería con lo que se dice de Don Diego Ra Don Juan 11 de Aragón mandó comprar en 23
mírez y Ruy Díaz Hojas, caballero valeroso, que marzo 1 133 cincuenta y seis codos de tela de
en las guerras de Pavía anduvo siempre á la gi Bretaña y catorce onzas de hilo cárdeno y blan
neta, y hubo dia queá vista del ejército derribó co con media arroba de lana, p.«ra estofar y cons -
seis hombres de armas». (Tapia y Salcedo. truir catorce jorneas.» [Cajón 143, número 16).
Ejercicios de la jineta),—Tener los cascos á la ji Los dos textos sondel mismo autor.
neta, esto es, genio alborotado y bullidor, no
conviene gran cosa en la milicia. JOSTRADO. El virote guarnecido de un cer
co de hierro, al modo de las puntas de las lan
JINETE. Soldado ligero á caballo, montado zas de justar y con la cabeza redonda. (Dice.
y armado á usanza morisca, con lanza y adarga, Acad. 5).
las piernas encogidas y estribos cortos; imitan JOYA. En las antiguas piezas de artillería
do á los moros, de quien también se tomó la pa se llamaba así el punto de mira, fijo en la faja
labra. El P. Giiadix dice que viene del árabe alta de la culata, donde boy se coloca el alza
genet, que signilica soldado. Diego de I'biiea de
móvil.
cíñete, gallardo; otros de zenete, tribu africana!.
Hoy soldado de caballería, ó más bien, todo el JUBANETE ójibanete. Pequeño jubón de ace
JUBtó - 735 - JURA

ro ó hierro, ó tal vez de malla. (Martínez del Ro esclusas.—Respecto á los famosos juegos olímpi
mero Glos. del Cal. de la R. Armería). El Dice. cos de la Elida y Peloponeso, nada diremos por
J. D'W. M. da jubanete, en portugues^iiao, co ser asunto más de gimnástica que de milicia y
mo pequeño jubón de malla que usaron los es GUERRA.
pañoles hasta empezar el último tercio del si JUGAR. Refiriéndose á la artillería, este
glo XV. verbo es técnico y usado por buenos hablistas
JUBETE. Jubón de armar. Dice. Acad. 5 por ejemplo Coloma, donde dice: «Seis días lar
da: «Jubón, vestidura que cubre desde los hom dó Monsieurde la Mota en poner en orden la
bros hasta la cintura, unido y ajustado al cuer batería de diez cañones, los cuales comenzaron
po. ThoraJG en latin. Jiuion ojeteado. Cierta de á jugar el ii de julio aunque con poquísimo
fensa hecha en forma de jubón, que usaban an efeto». (liuer. de Fldnd. lib. 3). Por extensión
tiguamente, la cual era de una redecilla de ace suele decirse «hacer jugar» ó maniobrar con-
ro muy menuda, puesta encima de alguna cosa 'currentemente las tres armas. Conocer este «jue
fuerte como ante, y era muy á propósito para go de las armas» y además «conocer el juego»,
defender el pecho de las puntas del estoque y es decir, penetrar la intención del enemigo, con-
otras armas blancas». Thorax, lorica en latin. ¡ viene grandemente al General y al Jefe.
También da: Jubón de nudillos, especie de cota. I JUNTA. España es el pais de las juntas, como
(V. y comp. Loriga, G-ambax, Perpunte, etc.)
Francia de los comités. ¿Es holgazanería ó des
JUEGO. Determinado número de objetos ó confianza lo que nos impulsa á crear juntas para
cosas que tienen cierta conexión y proporción todo'? ¿Qué hace toda junta en cuanto se junta?
armónica ó simétrica entre si, por lo que se di Nominar una comisión, y esta, á su vez, un re
ce juego de medidas, juego de pesas, de tami lator, un ponente, un individuo apto para el
ces, etc.—En los carruajes y cureñas de cuatro asunto que se le confie. Pues, más valia princi
ruedas, se llama asi á la armazón compuesta de piar por donde siempre se concluye. En la mi
ruedas, ejes, varas, etc., y se diferencia en jue licia ¡a Junta de Capitanes está prescrita por la
go delantero y juego trasero. Jueco deuusos. En Ordenanza (tít. 27. trat. i). Debe recordarse que
la fundición de cañones, se compone de dos hu esta Ordenanza se promulgó en 1768, y se escri
sos totalmente iguales, situados paralela y en bió mucho ántes, cuando los capitanes eran
contradamente en dos caballetes de madera ho propietarios de sus respectivas compañías. Hoy
rizontales, sobre los que giran al rededor de sus no se ve tan clara la necesidad. —Todo ministro
ejes, que también están en situación horizontal procura tener una junta de Generales ó de Ins
en la mortaja, por medio de manivelas que en pectores, de creación suya si es posible, para
cajan en sus cabezas. —Juego de armas. Llámase que corran ó duerman ciertos asuntos de grave
el conjunto de útiles y pertrechos para servir responsabilidad ó enojosa resolución. Una Junta
las piezas de artillería. Por ejemplo: un cañón Consultiva creada en 9 julio 1858 murió con la
montado en cureña de sitio necesita un juego de revolución de 1868.—Los cuerpos especiales tie
armas compuesto de seis espeques, un escobi nen junta superior FACULTATIVA. Los no especia-
llón, un atacador, una cuchara, un sacatrapos les también hácia 1865 tuvieron conatos de jun
y sacatarugos, un juego de agujas de fogón, un ta de inspección. Por último, no se concibe pro
CHIFLE Ó Una CACERINA, Un BOTAFUEGO, dos GUARDA nunciamiento sin sendas juntas de salvación,
FUEGOS, un tapaboca y un cubichete: El mortero de armamento y defensa, de represalias, etc.
necesita cuatro espeques, dos pies de cabra, un
atacador-escobillón, un rascador, un juego de JURADO. En la guerra de la Independencia
agujas de fogón, un chifle ó cacerina, un bota se dió este apodo á los desdichados que recono
fuegos, dos guardafuegos, un sombrero, una cieron ó sirvieron al intruso José, llamado por
plomada, una espuerta, una esponja, una cru irrisión Pepe-Rotellas. Sufrieron luego perse
ceta para centrar, varias cuñas, una escuadra, cuciones. Y ¿por quién? por el que primero juró
unas pínulas, un péndulo, una palanca, una y reconoció, por el que felicitó á Napoleón por
mordaza. —La artillería además, en sus talle sus «.Victorias en España», por el rey Don Fer
res y maestranzas, tiene juegos de calibradores, nando VII. Provechosa lección daría una Histo
juegos de plantillas, etc. — Juego de aguasó ma ria de aquellos tiempos, que aún no tenemos,
imparcialmente escrita.
niobras de agua llaman los ingenieros á las inun
daciones artificiales producidas en los fosos JURAMENTO. Del latin jure, juramentum.
de las plazas ó al rededor de ellas por medio de Se concibe el juramento del hombre que con
JURI — 736 — JUST

trae una obligación voluntaria; pero ;,á qué vie presenta más al vivo lo que es una batalla y
ne el del recluta, que la ley violenta y la pena reencuentro de gente de armas». Dice. Acad. 5
amenaza? Esto no lo decimos nosotros, lo dice da también. «Pelea ó combate singular que se
Carrion Nisas en 1 821 . (Hisl. gen. de 1' art. mil). hace á caballo y con lanza». —Justador, el caba
Como la revolución de 1868 ha puesto sobre el llero que justaba. (V. y comp. Torneo).
tapete esta cuestión, para unos importante y JUSTACOR. Antiguo ó primitivo nombre de
para otros frivola, aguardaremos en silencio que la casaca. Del francés just-au-corps. Clonard,
se resuelva. Entre tanto, y para completar el tan aficionado á la indumentaria, da satisfacto
texto de arriba, daremos otro literal, tomado de rios pormenores qne aquí juzgamos supérfluos.
f Histoire de Espagne (T. I. pág. 415) de Uos-
seeüw de Saint Hilaire. «Es notable que el ju JUSTICIA militar. Al agruparse, en el siglo
ramento prodigado en p1 código visigodo, en el XVI las Compañías en Tercios y Regimientos, for
antiguo Fuero Juzgo, sea ya más raramente mando ya unidades orgánicas máscrecidas y per
prescrito en las Partidas y en los Fueros. Es manentes, la justicia se ejerció por los jefes su
un poderoso resorte perdido para las modernas periores, llamados Maestres de Campo y Corone
legislaciones esta religión del juramento, que les, que tenían su auditor, preroste, capitán de
en los pueblos antiguos elevaba al hombre por campaña, barracuel, alguacil y verdugo. No exis
encima de los sórdidos instintos del egoísmo, tiendo entónces Ordenanzas militares, regia pa
haciéndole sacrificar su interés ála verdad, voz ra ciertos delitos el fuero común, y para los pura
de Dios que suena en el corazón. El juramento, mente militares servían los bandos generales,
en nuestras leyes ateas y en nuestas costumbres publicados al abrirse la campaña ó emprender
materialistas, tiene algo de anacrónico, de irri se las operaciones, como el que todavía en 1580
sorio: parece como que la ley no lo invoca, sino se publicó por el duque de Alba para el ejército
para profanarlo. Pero en las legislaciones pri de invasión de Portugal. Las tropas que doce
mitivas, cuando la religión envolvía el orden años ántes condujo el mismo duque á los Países-
social todo entero, la conciencia del hombre Bajos, para sofocar la insurrección, habían to
pertenecía á la ley, y la ley disponía de ella co mado ya la consistencia y el carácter de un ver
mo de un auxiliar, con el cual contaba cuando dadero ejército permanente, de un cuerpo de ocu
lo necesitaba. En la misma Roma republicana, pación en país enemigo, que mandó con tino y
entre los godos, entre los germanos, en todas energía el duque de Parma, Alejandro Farnesio,
partes en que el hombre ha creído en los dioses con título y atribuciones de Capitán General, ó
ó en un dios, el juramento ha sido cosa santa; como hoy decimos, de General en Jefe en campa
y el legislador ha tenido una garantía más en el ña. Se hizo visible entónces la necesidad de uni
fuero interno del hombre, allí donde cesa la formar y centralizar este ramo disperso de la
acción de las leyes humanas. Todavía en algu justicia militar, ycon este fin se publicó el de
nos pueblos del Norte se mantiene la religión creto que lleva por título: «Ordenanzas é Ins
del juramento, sancionada por las costumbres trucción del duque de Parma y de Plasencia,
aún más que por las leyes; pero el espíritu de lugarteniente, gobernador y capitán general por
la legislación moderna tiende cada vez más á S. M. en los estados de Flándes, sobre el ejerci
desterrarla délos códigos, y con razón por cier cio y administración de la jurisdicción y justi
to; pues cuando la fé del juramento se pierde en cia de este felicísimo ejército. Eu Bruselas á 13
un pueblo, prescribirla ante los tribunales no de mayo de 1587». Este reglamento se completo
es más que legalizare! perjurio». con el «Edicto, ordenanza é instrucción del mis
JURÍDICO MILITAR. (V. Justicia). mo Farnesio sobre el oficio de Preboste general
y los demás Capitanes de campaña y Barríche-
JUSTA, justador. Es notable que el conde de les del ejército. Bruselas 22 de mayo de 1587».
Clonara en todo el T. I. de su Hist. org. no men De aquí nace, pues, la justicia militar «moder
cione esta voz. Sólo explica torneo, juego, ejer na». Sala t Abarca que, con el título «¿Después
cicio caballeresco, más que militar, en la edad de Dios la primera obligación» glosó las orde
media. Según Covarrubias (Tes. de la leng. nanzas de 1632, asegura, al trascribir integro el
cast.}: «El torneo difiere de la justa, en que es texto de entrambos documentos, que en su tiem
ta se ejercita mediante la tela, corriendo uno po, 1681 , no tenia noticia de la menor deroga
solo contra otro, y en el torneo de á caballo se ción. Atendida la índole del estado militar en
encuentran en campo raso un tropel contra el siglo XVII y la forma, todavía colecticia, de
otro, muchos juntos: y es más peligroso y re los ejércitos de operaciones, es presumible que
JUST — ir, — JUST
so mantuviesen las Ordenanzas de Farnf.sio sin Desde luego su carácter melancólico ó hipocon
grandes modificaciones. Durante aquel siglo los driaco, tanto como las lecciones y ejemplos de
Concejos continuaban siendo', como en el ante Luis XIV, le hicieron exagerar el celo natural de
rior, las dependencias supremas y centrales, todo rey por la integridad de su poder. Jefe de
concierta analogía á los actuales ministerios; y un partido, puesto que la tercera parte de la
el Consejo de la operra, aunque lo parezca por Península le negaba obediencia,, viendo en su
el nombre, envolvía poco de jurídico, consa corte misma asomar la deslealtad y la traición,
grado, como estaba, ¡i la pluralidad de asuntos tuvo que vivir muy alerta y más como soldado
que se rozan con la organización, gobierno y ad que como rey en los primeros tiempos. Su pri
ministración. La segunda mitad del siglo, tur mera y constante preocupación, atizada por los
bada por azarosas cuestiones de política in defensores del nuevo órden de cosas, era natu
ternacional é interior, si bien dio nacimiento ralmente borrar hasta el último vestigio de to
á superficiales reformas orgánicas entre innu do lo «austríaco», llevando la puerilidad hasta
merables remedios y « panaceas» de arbitris el extremo de suprimir y cambiar la nomencla-
tas, no produjo cambio esencial en la ma ti'ra y el uniforme. Tal era la premura de mon
nera de ser de la milicia, á pesar de sentirse tarnos á la francesa, que las primeras Ordenan
ya su espada en la balanza tanto en los distur zas ¡V. e. v.) se promulgaron en esa lengua por
bios de la minoría de Carlos II, como en los que falta de tiempo para traducirlas.
acompañaron su muerle. Con ellas fueron entrando las nuevas ideas
Al advenimiento de Felipe V fué cuando respecto á la organización de la fuerza pública.
realmente empezó á mollificarse el organismo del Esta evidentemente habia de ser, no sólo más
ejército y mudarse el asiento de todo el estado numerosa, sino más concentrada; puesto que
militar. Tanto los principios que trajo de Fran habia de residir en el territorio peninsular, cer
cia, inculcados y repelidos por su abuelo, como radas ya para siempre las puertas de Italia y
la necesidad manifiesta, imprescindible, de ape Flándes, por donde tantas veces habíamos in
lar á la fuerza para afirmar su trono en los em quietado á Europa, sirviéndonos á la vez como
bales y vicisitudes de una guerra civil y san de válvulas de seguridad, para descargar el ex
grienta, contribuyeron, con las prescripciones ceso de vitalidad ó de inquietud que siempre ha
de la política que representaba, a imprimir en el manifestado España á pesar de su escasa pobla
ejercito activo, ya desde entonces permanente en ción.
su acepción actual, un carácter y una lenden- Mirado el ejército bajo este nuevo punto de
cia que hasta allí no habia lenido. porque real vista, como sostenedor «armado y permanente»
mente no los habia necesitado. Nutrido por en de un nuevo órden de cosas en el interior, pre-
ganche voluntario; destinado con intermitencia 1 cisocra crearle una posición especial y desem
á lejanas guerras; innecesario para las cuestio barazada, para que obedeciese á la mano del go
nes que hoy llamamos de «órden público > en el bierno, personificado entónces en el rey. La
territorio peninsular, el ejército no entraba, ni tendencia general era á la sazón extremada por
tenia en rigor para que entrar, como institicion todo genero de prerogativas, exenciones, y dis
exclusiva y dominadora, en el imperfecto orga tinciones: y naturalmente el estado militar, ver
nismo del gobierno austríaco. Kn el largo y bor dadero fundamento de aquella máquina, tenia
rascoso reinado de Felipe II: en el largo también iguales derechos y más fuerza que la nobleza ó
y desdichado de Felipe IV, á pesar de la suble el clero Entónces nació esa compleja expresión
vación de Cataluña y Portugal, no se ocurrió á de fcero militar, desconocida en rigor como «reu-
los monarcas, ni á sus palaciegos, rodear el tro ¡ nionde exenciones y privilegios». Es evidente
no de un ejército, ni menos «asentarlo» sobre que las tropas en todos tiempos, singularmente
sus arcabuces: y la persona misma del monar en campaña, han gozado de ciertos derechos que
ca nunca necesito en los dos siglos, para seguri con toda propiedad pueden llamarse ilegíslables
dad ni para esplendor, más que la escasa guar ó imprescriptibles, puesto que no necesitan es
dia de arciieros ó de la lancilla, tropa, ó más tar consignados en código alguno; y su ejercicio,
bien séquito palatino en grandes ceremonias, siempre arbitrario, sólo ha sido regulado por
necesario siempre en el servicio «interior» del la civilización relativa de las diferentes épocas
palacio, inferior quizá en número y ostentación históricas; pero no son derechos de esa clase
al de algunos proceres ó magnates contempo los que se codifican ó estatuyen en el fuero mi
ráneos. litar, como en el siglo pasado se entendía. Ese
Felipe V no podia obrar del mismo modo. fi'ero cabalmente era más bien para el tiempo dí
93
JUST — 73x — JUST
y sus reglas destinadas á lijar l»s rclacio- origen, calidades, ejercicios, jornadas, etc. del
nes sociales y políticas del estado mii.it tu en Real Cuerpo de Caballeros Guardias deCorps en
conjunto con la masa general también del estado el reinado de Felipe V. Madrid 1739». No es esto
civil, del cual se consideró perpetuamente se - decir que los demás se descuidasen. La Artille
gregario. ría logró ser inmemorial, y hasta la desheredada
Sobre esla base tenia que adquirir gran en Infantería lanzaba sus folletos, por ejemplo: «De
sanche la justicia militar que vimos nacer, no fensorio cronológico sobre el origen 'siempre el
en la corte, sino en el campamento de Ale)as origen) antigüedad y primacía aquí está el quid
mo Earnesio. Rigiéndose el militar por leyes del Regimiento de Infantería Española de la Co
especiales basta en los actos más comunes y «ci rona, primitivamente llamado soldadesca ara
viles» de la vida, su justicia, peculiar y exclu gonesa de Ñapóles, después Tercio de Nápoles,
siva, tenia que abarcar forzosamente extremos más adelante Tercio Viejo de Nápoles, y poste
muy distantes; y con tan exlenso radio, trope riormente Regimiento Viejo de la Mar de Ñapo-
zar continuamente, y rozarse, y envolverse con Ies, hasta el año 1117, en que S. M. Dios le
los circuios y curvas infinitas de otros fueros y guarde) mandó se intitulara Regimiento de
de oirás jurisdicciones. Si tal era el objelo de la Corona. Kscrito y estampado por orden de
los que entonces empezaron á llamarse golillas, Don Nicolás de Carvajal y Alencastre, Brigadier
rama desprendida de los antiguos juristas; si lo y actual Coronel de dicho Regimiento». Todos
que se buscaba era enredarse en un laberinto estos esfuerzos «nobiliarios» ya se comprende
de tortuosos expedientes, conflictos y competen, que eran para obtenerla derecha, en alguna pa
cías, hay que confesar que el resultado fué sa rada inofensiva, sobre algún otro regimiento
tisfactorio; y el siglo XVIII puede envanecerse más «plebeyo». Tal érala época, y conviene
de haber atestado los archivos de papeles insul pintarla con sus colores por lo muchoque se va
sos, fiel espejo de aquella milicia y de aquella alejando de la nuestra.
sociedad. Predominando hasta la inania, en una Para atender al cúmulo de incidentes que
y otra, el afán de fuero, claro está que en abra este sistema debía producir, ya la Oudenanh de
zando el fuero un crecido número de indivi 18 diciembre 1701, llamada de Elandes, amplio
duos dejaba de ser fi ero, dejaba de ser preroga- en este sentido las anteriores austríacas con el
tiva y exención: asi es que el fuero militar ya no Consejo de Guerra ó tribunal de capitanes y
podia ser aceptable ni suficiente para las orgu- otras disposiciones. En 23 abril 1714 recibió
llosas tropas de Casa Real ¡V. c. v.). La Artille nueva planta el Consejo de la Guerra, tomando la
ría no quiso ser menos; los Ingenieros tampoco; presidencia el Rey y componiéndolo diez y seis
la Marina, ni entonces ni ahora ha tenido nuda ministros: seis militares, seis togados, dos abo
que ver con el resto de la raza humana. Por gados y un secretario; pero en 17 agosto 1715 se
otra parte los Capellanes de regimiento recla redujo á diez, y creciendo el militarismo, ó el
maron su fuero; los funcionarios juridico-mili- ifuerismo» mejor dicho, se tomó el sesgo, bas
tares también quisieron estar a dos palos; la tante radical, en 1717, de dejar sólo ministros
Hacienda militar se consideró desairada sin fuero ; tocados. Por fin en 1724 volvieron los Generales,
privativo; de modo que, dentro ya del fuero mi [ En 16 enero 1769 nueva planta, á consecuencia
litar como entóneos se entendía, giraban y se | de la Ordenanza vigente ^768); nuevas atribtl-
entrecruzaban seis ó sietes fueros y semi-fueros, i cionesen 4 noviembre 1773; y, pasando por al
ordinarios, extraordinarios, especiales, privile to pormenores, en 3 junio 1812 una nueva reor
giados; todos con pretensiones y preeminencias ganización cambii} el nombre de Si' puemo Consejo
de atracción; todos tan indóciles, revueltos y ¡ de la Guerra por el de Tribunal Especial de Guer-
díscolos en la forma, como vacíos, vanos y pue | ra y Marina, que posteriormente cambió e
riles en el fondo. Pero el objeto, repetimos, se i adjetivo.
lograba. El militar gozaba su inmensa dicha de Tracemos ligeramente el cuadro orgánico de
«no ser paisano»; el oficial de la Guardia Real, ! la Justicia Militar antes de la revolución de 1868.
de no ser blanquillo: el de Alabarderos, de no Dentro del fuero militar común ó general, con
ser de la Guardia; y el Guardia de Corps, sobre sus dos ramas, la militar propiamente dicha y
todos, de ser... Guahdia de Corps. Si el lector en la criminal, quedaban los fueros político-mili
I8(i8 duda de la beatitud que este último alcan tares de los cuerpos ó institutos denominados
zó, puede hojear, porque leer no es posible, una asi, y lOS PRIVILEGIADOS, ESPECIALES Ó PRIVATIVOS,
obríta de L). Julián Sessé Broto y Coscojuela ti reducidos al de Alabarderos, Artillería o Inge
tulada: «Comentario, epitome ecuestre sic. nieros, Vicariato Castrense y Extranjería. Del
JUST - 739 - JUST
todo o parle de estos fueros gozan respectiva ' General: en los leves y sumarios los Gobernado
mente tanto los individuos en servicio activo, y res resuelven con dictamen del Asesor.
los retirados y jubilados, como las mujeres, hi El Tribunal Supremo de Guerra y Marina, ■
jos y criados, las viudas y los huérfanos. Con después de las varias modificaciones arriba men
servan el fuero criminal los retirados á los quin cionadas, quedó compuesto de un Presidente y
ce años de servicio y los caballeros de las órde Vicepresidente, ordinariamente Tenientes Ge
nes de San Fernando y San Hermenegildo, áun nerales; de dos Salas, una de Gobierno y otra de
después de tomada la licencia absoluta y pase á Justicia, aquella con cinco Generales del Ejér
otras carreras. Los privilegios esenciales del cito, dos de la Armada, un Ministro político-
aforado de gi'eriia consisten en ser juzgados por militar y un letrado Asesor; estacón seis, y lue
tribunales militares, tanto en delitos como en go ocho, Ministros Togados ; en ambas puede
testamentos y pleitos civiles: exención de cargos haber cierto número de Ministros Suplentes. Dos
concejiles, de alojamiento, de bagajes y de em Fiscalías, una militar y otra togada, una Secre
bargo por deudas de ropas, armas y efectos mi taría, un Archivo y una Escribanía de Cámara
litares. Kl fuero militar tiene atracción sobre el completan el Tribunal Supremo que tiene trata
común en casos de infidencia, conjuración, atro miento de Alteza y de Muy Poderoso Señor por
pello á centinelas, patrullas ó puestos, insulto a escrito. Sus empleados de todas clases son polí
la autoridad militar, deserción y robo en cuar tico-militares; no concurren «en corporación» á
tel y en cuadrilla, y en general resistencia á la ningún acto público; ejerce jurisdicción militar
tropa y contravención á los bandos y disposicio y es uno de los altos Cuerpos Consultivos del
nes militares. En contraposición hay numerosos Estado. Entiende además en lo referente al
casos de desafuero: delitos contra la moral, la Monte Pío militar, en los Retiros y en las cruces
religión, la imprenta, la propiedad literaria; los de San Fernando y San Hermenegildo, en cuyas
de contrabando y fraude; y en asuntos judicia Ordenes ejerce funciones de Asamblea Suprema.
les muchos casos también de pleitos, contratas; El cuerpo Jurídico Militar se, compono, pues,
por ultimo en los gubernativos, de sanidad, po de los Auditores y Fiscales de los Juzgados de
licía urbana, montes, portazgos, caza, contri las Capitanías Generales y de los Auditores, Abo
buciones, espectáculos y otros, tampoco hay gados-Fiscales y Relatores del Tribunal Supre
fuero. mo de Guerra y Marina. A principios de 1868
Ka jurisdicción militar reside en los Capita babia cuatro Auditores de Guerra de primera
nes Generales de Distrito, ó en los Generales en clase, diez de segunda, cinco Fiscales de prime
Jefe de los ejércitos de operaciones. Tienen a su ra clase, seis de segunda y nueve de tercera, en
inmediación un Auditor de Guerra, un abogado los que se comprenden los tres Relatores del Tri
en concepto de Fiscal y un Escribano, que bajo bunal Supremo. El destino de Fiscal en los Juz
su presidencia componen el Juzgado. Los Audi gados de Capitanía General no se consideró per
tores y Fiscales son de real nombramiento, dis manente hasta 1841 , en que se le asignó sueldo.
frutando aquellos asimilación ó consideración de Los Asesores de Gobierno de Provincia no per
coronel en lo «militar» y de Magistrados de Au tenecen al cuerpo Jurídico Militar, y desempe
diencia en lo «civil». Entienden principalmente ñan ese cargo los Promotores Fiscales de los
las Auditorías de Guerra en causas civiles ó cri Juzgados de primera instancia.
minales de Aforados, que a su vez no disfruten Los delitos puramente militares cometidos
fuero especial, y que naturalmente no envuel por individuos del ejército que no tengan fuero
van desafuero ó conexión con el servicio acti privilegiado ó privativo, se juzgan por los Conse
vo, que deban juzgarse en Consejo de Guerra. jos de Guerra, cuya composición y denomina
No ejerciendo los Auditores jurisdicción sin la ción varia según la clase ó graduación de los
concurrencia de la Autoridad militar, en nom \ acusados. Es ordinario, cuando juzga delitos co
bre de ésta encabezan las providencias y des metidos por clases de tropa: lo preside el Go-
pués de ella las firman. Los Juzgados* subalter j bernador de la Plaza, el Comandante de Armas
nos de los Gobiernos ó Comandancias militares son ó el Coronel de Regimiento: y lo componen, co
meras delegaciones de las Capitanías Generales, mo Vocales, capitanes del cuerpo á que el acu
compuestas del Gobernador con un Asesor letra sado pertenece, ó de los otros de la misma guar~
do y un Escribano, para entender en las prime nicion ó cantón. Sólo en el caso de faltar capitanes,
ras diligencias de causas criminales ó falleci pueden sustituirlos subalterno?. Se llama ex
mientos de aforados. En asuntos graves la pro traordinario al Consejo de Guerra que juzga
secución compete al Juzgado de la Capitanía individuos de- clase de tropa con grado de orí-
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cial, diferenciándose del ordinario, en que el que su aplicación, tal vez irregular, á cuestione?
Escribano es Sargento, en que el reo es dueño puramente políticas singularmente no intervi
de asistir ó no y en que la semencia de muerte, niendo delitos comunes, ni graves desmanes
privación de empleo, degradación y expulsión produzca fallos poco meditados, penas insuli-
se consulta al Rey. Por lo demás h orden de ce clentes un dia, exorbitantes otro, y ejecutorias
lebración, y nombramiento de Presidente y Vo á veces que dejen cruel remordimiento.
cales la da el Gobernador, y la ceremonia es igual Los conatos de una ley de «orden publico»
á la del ordinario. de lodos los Gobiernos demuestran al parecer
Consejo de Guerra de Oficiales Generales es que esa ley es imposible, mientras no tome
el que juzga los delitos militares cometidos por asiento más seguro nuestra organización política
Oficiai.es de toda gerarquia desde Alférez á Ca y »ocial; mientras la opinión publica (V. c. v.¡ no
pitán general, con escepcion de los que disfru ¡ logre encontrar una expresión franca, legal y
ten fuero privativo. Los Vocales, como el nom respetable. Pudiera sin embargo evitarse á los
bre lo dice, son Generales, presididos por el militares la frecuencia lamentable con que en
Capitán General del distrito, ó en su defecto por apuradas situaciones políticas, se les encarga una
el Segundo Cabo, pudiendo también sustituir á represión «judicial* que repugna á sus hábi-
los Generales, donde no los baya en número 1 tos, por el dejo que inevitablemente queda
suficiente, Brigadieres y Coroneles. Están even amargo y odioso. El ejército, que nunca ha ma-
tos los Consejeros de Estado, los que hayan sido j infestado sino profundo respeto á lo severo de
Ministros ó Fiscales del Tribunal Supremo, los i sus Ordenanzas, porque sabe cuan necesario es
Oficiales del Ministerio de la Guerra, los Direc I á veces todo su rigor; el ejercito, que nunca va
tores é Inspectores de las armas, y cuantos des cila en reprimir «con las armas» el desorden y
empeñan comisiones especiales é independien restablecer, prodigando su sangre, el principio
tes de la autoridad del Capitán General del de autoridad menoscabado, varias veces ha ma
distrito. Al Consejo de Guerra de Oficiales Ge nifestado su disgusto en aplicar sus terribles
nerales concurre el Auditor sin voto, y precede procedimientos judiciales, cuando el combate cesa
la misa del Espíritu Santo. Los fallos de este I y la justicia ordinaria, si abreviase los suyos,
Consejo se dice que «causan ejecutoria» cuando pudiera ser suficiente. Entre los innumerables
la sentencia es absolutoria, ó no impone pena ca y viólenlos conflictos que desgraciadamente va
pital ó grave, como degradación y privación de contando nuestra generación, ninguno quizá
empleo: no la causan, si impone una de estas pueda citarse en que el Consejo de Guerra no
penas. De todos modos, el proceso pasa al Capi haya sido indulgente, lejos de mostrarse ensa
tán General, quien, con dictámen de su Auditor, ñado con el paisanaje sanguinario y alevoso en
lo remite al Tribunal Supremo, para que consul muchos casos. Recientemente, cuando «los de
te á S. M. , aconsejando á veces la imposición litos de imprenta» cayeron bajo la jurisdicción
de castigo 6 la formación de causa al Presidente, militar, los aterrados periodistas vieron con
Vocales, Fiscal ó Defensor que hayan faltado á asombro y gratitud todo lo que nuestra noble
su deber. profesión encierra de elevado espíritu, de res
Por lo que respecta á las Comisiones militares peto á los hombres y á los tiempos, y de senti
ó Consejos de Guerra permanentes, cabalmente en do práctico, al parecer incompatible con el as
estos últimos años es cuando la opinión fluctúa pecto exterior de nuestra ruda sencillez
más sobre su conveniencia y oportunidad. Re La Última expresión de la Justicia Mililitar.
lacionados lastimosamente con la «política» su en lo rápido y sumario'del procedimiento, es el
fren sus oscilaciones: enaltecidos, quizá con Consejo de Guerra Verbal, raro y terrible tran
exceso, cuando aquella es preventiva ó represi ce en que forzosamente obligan á abreviar y su
va»; vituperados, indudablemente con rencorosa primir tramites, altísimos intereses comprome
pasión, cuando aquella entra en sus periodos tidos: la moral, la disciplina (V. e. v.¡ la salva
«expansivos». Nada más elástico ni ocasionado ción quizá del Ejercito y del País. Por cruel que
que la famosa ley de 17 abril 1821, (V. Estado sea, por mucho que repugne á los principios de
de Sitio) desenterrada por todos los partidos, humanidad cada dia más respetables, hay mo
interpretada de distinto modo en cada aplica mentos supremos en que el castigo tiene que
ción y destinada á turbar la conciencia del mili ser inmediato, la expiación sangrienta, para qui
tar recto y prudente, que si acepta y aplaude lo la reacción por el terror sea instantánea y el es
rápido, lo severo de su propia justicia y proce carmiento luego duradero y saludable.
dimiento en delitos puramente militares, teme Descrito con la imprescindible brevedad el
JUST — 744 — JUST
voluminoso y complicado aparato de la Justicia ñez Arenas y Fernandez de la Hoz, Fiscal éste y
Militar, se debe concluir añadiendo que, desde luego Ministro aquel del Tribunal Supremo, tan
hace muchos años, no satisface ni responde ya eminentes jurisconsultos ambos, como distin
al nuevo órdcn de cosas, que, con repetidas con guidos escritores.
mociones, puede darse por asentado desde I8Í0. Aquí nos falta competencia y espacio para
Ligado, como está, intimamente este asunto á tocar, ni de pasada, tan graves cuestiones; y pues
las Ordenanzas, es decir á la Constitución Militar, que cabalmente vuelven á estar sobre el tapete
en el articulo correspondiente á aquella pala en 1868, al cerrar este artículo, y con toda la ex
bra puede verse que desde la misma Guerra de tensión que al comenzarlo le dimos, nos limi
la Independencia hubo asomos y conatos de ne taremos á remitir, al lector á los recientes de
cesaria modificación ó reforma. Detenida ésta cretos sobre Unidad de Fuero y sobre reorgani
pur la restauración absolutista de 1823, y luego zación del Tribunal Supremo de Guerra y Marina,
por la guerra civil de los Siete Años, en los mo que vuelve á tomar su antiguo nombre de Con
mentos relativamente tranquilos, siempre ha sejo Supremo de la Guerra.
vuelto á subirá la superficie, mostrando su ver
JUSTIFICANTE. Se llama justificar, sin aña
dadero carácter de urgente necesidad. En 1854, dir nexistcncia», pasarla revista administrativa
cuando la Ordenanza general estuvo á punto de
en otro lugar de aquel en que reside el cuerpo n
salir reformado, esta parte de Justicia Militar
dependencia á que se pertenece. De ahí justifican
produjo, como era natural por su manifiesta gra
te ¡de revista) el documento en que se acredita.
vedad, tropiezo y relardo. El lector que guste
profundizar este ramo, tan árido y escabroso JUSTIFICACION. La ordenanza, en su arti
como principal y trascendente, puede consultar culo 20. Tit. 2. Trat. 2. emplea esta voz en
los notables y contrapuestos dictámenes de Nc- sentido de sumaria información.
LÁBARO. Constantino, al introducir en las los rehenes y palabras no tuvo qué sacar en
legiones romanas el cristianismo, tomó por ense triunfo en Roma, ni pudo triunfar de Cantabria:
ña principal el labartim, que consistía en un as pero para memoria llamó Cántabra al Lauburu
ta terminada por una corona de oro con el mo y tomó también el renombre de Cántabro para
nograma de Cristo, y cruzada por un travesano si. Pacificada de este modo la tierra vino el Re
del que pendia la tela en que iba su retrato. La dentor, y el Lauburu ó la cruz se extendió con
guardia exclusiva del lábaro se confiaba a 50 su nombre y misterios por el mundo. Véanse
hombres bravos y fieles. Algunos sostienen que Osorio, Henao, Moret, Puente, Garibay, Gutiér
al lado del nuevo símbolo subsistió el águila ro rez. Larreátegui, Tertuliano, etc. etc.» Aqui un
mana. —Trascribiremos, como curioso y pere francés exclamaría: El roilá pourtant comme nn
grino, este ort. del Dice. Dt Terreros: «Lau-Bu- cení rhisloirc!
ru. Voz vascongada que quiere decir cuatro-ca
LABIO pel poso. No es hoy técnica, ni usual
bezas: significado que conviene á la Santa Cruz
esta frase; pero en estilo culto se encuentra al
por razón de su figura. Este Lauburu o cruz
guna vez, significando borde ó arcén (V. e. v.1
era el blasón y armas distintivas de los Cánta
Describiendo Bf.ntivoc.lio uno de los asaltos en
bros, y lo llevaban como su estandarte a las ba
el sitio de Harlem, traduce asi el P. Varen:
tallas, y cuando cogian los romanos algún cán
"Llovía entretanto de la ciudad una fiera tem
tabro en ellas y le crucificaban en él, mona can
pestad de mosquetazos, de fuegos y de balas
tando lo que llamaban Poean (V e. v.l que era
gruesas contra ellos, detenidos al descubierto
lo mismo que canción en honor de la deidad.
con los escuadrones sobre el labio del foso y
No habiendo podido Augusto con tres ejércitos
hechos blanco muy de cerca á las heridas que
acabar de vencer á los cántabros, hizo las paces
recibianu . (Guerr. de Flánd. part. 1. lib. 6.)
con ellos, llevó rehenes y puso el Lauburu, á
que llamó Lábaro, entre sus trofeos, empezán LACERNA. Capote que usaban los primiti
dose á conocer así la cruz en el imperio romano, vos españoles, de color rojo ó verdoso. (Clonado.
y como César Augusto no llevó á Ruma esclavos Sfem. de la Arad, de la Ilist. pág. 8). Pero Dice.
cántabros, ni más victoria que la que le daban Terreros da este nombre, puramente latino.
LAGU — 743 — LANC
como de capote ó clámide de guerra entre los dique es tan elevado y duro que esto no suceda,
romanos. Ya en otros artículos advertimos que ó que el nivel de las aguas, por equilibrio entre
suele el conde de Clonard, por un exceso lau- ] la evaporación y la entrada nunca suba hasta el
dable de patriotismo, atribuir á los españoles borde, el lago puede convertirse en un pequeño
«antes de la dominación romana» usos que evi y verdadero mar sin comunicación con el Océano,
dentemente fueron de los conquistadores. La como el Mar Caspio ó el Lago Aral. (V. y coinp.
lacerna, como el sago, como la clámide y pan- , Albufera, Charca, Estanque, Pantano).—Laguna
damento, era vestidura militar romana, no espa jo ó Lagunazo. Charco ó pantano pequeño que
ñola. En Propekcio ¡lib. 4. eleg. 3. se Ice: se forma en el campo con las aguas llovedizas
«Texilur h<ec rastri* quarta lacerna luis.» ú otras, y se seca en el verano.
Y en el antiguo intérprete de Persio, á pro LAGRIMAS. Bolitas poco mayores que gar
pósito de la voz lacerna, que juega en el verso banzos, hechas de hilas cocidas en aguardiente,
de la sátira 3. empapadas en una mixtura de ocho partes de
«Seis romitem liorridulum trita donare lacerna» pólvora, una de salitre, y una de alcanfor di
se explica asi: a Ext lacerna vestimenti genus suelto con aguardiente, y revueltas por último
friwbrialum, t/uo olim soli milites utebanlur. en polvorín; después de secas se usan para re
Unde et in dislinguenda castrense urbanaque llenar las cabezas de los cohetes en unión de
turba, hos togatos, tilos lacernatos nuncupa- otros artificios.
bant.» —Por lo demás la prenda de abrigo, el
capote entre los romanos, tuvo diferentes nom LAMPARA. La parte posterior de la culata
bres y formas: como abolla, bardocucuilus,chla- en el cañón de artillería, donde está el cascabel.
mijs, cucullus. lacerna, pal/ium, palwlainentum, —Lámpara de trazar se llama la linterna alguna
penula, tagum, subarmalis. vez usada por la noche en los trabajos de sitio.
LACUSTRE. Lo mismo que palustre y palú LANADA. Especie de escobillón, que anti
dico: lo que pertenece al lago ó laguna. (Dice. guamente servia para limpiar y refrescar el áni
Acad. 5). Ücl latin lacus. ma de las piezas de artillería después del dispa
ro. Se compone de un asta ó palo largo de unas
LADA. Lo misino que jara. Así lo da Dice. tres varas, con un pellejo de carnero liado á un
Acad. o. cstremo y con la lana hácia afuera, la cual se
humedece algo al introducirla en el cañón.—La
LADERA. «El declivio que hace un monte ó nilla. Tejido de lana más fina que la lamparilla,
altura por alguno de sus costados, ó por todos que, además de otros usos, sirve para hace car
según su posición». 1Dicc. Acad. Esp. y Acad. tuchos de cañón y banderas para ediñeios.
Hist.).—Laderia. Pequeña llanura en la ladera
de algún monte. (V. y comp. Rellano, Resalto.) LANCE. Trance, ocasión crítica, accidente
inesperado, fortuito. —También encuentro, ac
LADRONERAS. Lo mismo que matacanes. ción, riña, quimera.—Lance de honor es el due
(V. e. v.) lo ó desafio.— En nada como en la guerra sobre
LAGO. LAGUNA. En latin lacus, tacuna. vienen lances apretados: nadie, como el que
Gran masa de agua, procedente de fuentes ó tiene que hacerla, debe estar aparejado á jugar
rios, estancada, rebalsada ó detenida por acci el lance, que, según Dice Acad., significa «ma
dentes naturales del terreno que formen sus nejar algún negocio que pide destreza ó sagaci
bordes. Lo que distingue el lago de la laguna son dad». Todos sabemos de memoria el art. 9. ti
las dimensiones, que en el primero siempre han tulo 17. trat. i. que termina: «....debiendo en
de ser grandes. Asi es que en España no se co los lances dudosos elegir el (partido) más digno
noce laguna que en el rigor geográfico merezca de su espíritu y honor».—Lances, en plural, es
nombre de lago. Cuando un mo de primer or denominación técnica, genérica de los bodoques,
den encuentra un fuerte obstáculo, como una rallones, viras, viratones, virotes, jaras y demás
cadena de montañas que le corta el paso de una proyectiles de la ballesta. Del verbo lanzar, ar
rojar con violencia.
manera permanente é invencible, tiene natural
mente que refluir y elevar el nivel de sus aguas: LANCEAR. Quizá esté mejor dicho alancear
si estas alcanzan el borde, ó lo rompen y des como verbo que es frecuentativo. Herir repeti
aguan, el lago es una dilatación momentánea damente con lanza. Dar lanzadas.—Lancera. El
del rio, como la del Ródano en el lago Lehman armero ó percha en que se ponian las lanzas.
ó la del Rhin en el lago de Constanza; pero si el (Dice. Acad. 5.) «Astillero ó lancera, que era uo
LANG — 744 — LANZ
estante en donde los hidalgos ponían las lanzas forma que viene el añoá trece meses. — Item:quc
en el patio ó soportal de sus casas». (Pellicer.— la paga de la gente hade serhecha de mesá mes. —
nota al Quijote).—Lancería. Conjunto de lanzas. Item: que cad^capitan ha de tener cuatrocien
Tropa de lanceros. —Lancero. Soldado, precisa tos hombres; esto se hace por que haya menos
mente de carallería, armado de lanza (V. y dis- costa.— Item: que cada capitán de estos ha
ting. Pica. Piquero). de llevar cada dia un ducado de oro ó un florín
cuando haya necesidad.—Item: este tal capitán
LANCILLA. En tiempo de la dinastía aus
ha de tener dos alabarderos á los cuales se les
tríaca, la guardia interior de alabarderos, pro
ha de dar doble paga.—Item: al Alférez es cos
cedente de la antigua guardia amarilla: se com tumbre de dar cuatro pagas ó tres, con un paje
ponía de tres compañías llamadas amarilla, vie
para llevar su arnés.—Item: al Velvible, que
ja y de la lancilla. En C mayo 1707 Felipe V las quiere decir sola-capitan, tres pagas.—Item: al
refundió en una, con su nombre moderno de Bureo, que quiere decir sargento, dos pagas.—
alabarderos. Hasta 1760 no entraron á compo —Item: al Aposentador dos pagas.—Item: al Pí
nerla sargentos del ejército. fano y Alambor y Lombarderos doble paga.
LANDWEHR. LANDSTl'RM. En el art. Re — Item: á los Gentiles se da doble paga; y
serva se explican estas voces alemanas, que, destos serán en mil hombres veinte ó treinta, y
como Thalweg y otras, pueden mirarse ya como estos Gentiles-hombres son en lugar de los ca
usuales y técnicas. bos de Escuadra.—Item: el Capitán tiene de ca
da quinientos hombres diez hombres por ala
LANSPESADE. Lo mismo que anspesada barderos, que han de ser continos con él, á los
(V. e. v.) ....«deben ponerse en marcha las cen cuales se ha de dar doble paga. —Item: al Chan
tinelas debaxo de la dirección del Caporal ó ciller que ha de tener cuenta de toda la gente,
Lanspesade que estuviere de función, á quien tres pagas.—Item al Prcvoste, que quiere decir
han de seguir todas las centinelas». (Pega y Ro justicia del campo, tres pagas.—Item: al Juez
jas1. «En este número de soldados (de infante que juzga, tres pagas —Item: al Escribano del
ría) habrá sus aventajados, bien entendido tres Juez, doble paga.—Quando el Rey nuestro señor
Caporales y tres Lanspesades » [Ordenanza no tuviese necesidad de servirse más de Iob Ale
de 1702 art. 60). manes, para volverse á su tierra les ha de man
LANSQUENETE. Derivado del alemán dar dar una paga graciosa.—La costumbre de la
Landsknecht. Maximiliano I los organizó en rf.gi- batalla. Es que cuando los Alemanes están sitia
MiENTOsy los opuso con ventaja á los suizos victo dos cu algún lugar ganan todos sueldo doblado,
riosos de Francisco I de Francia. Constituyen el hasta en tanto que sea quitado el sitio de sobre
origen déla Infantería alemana «moderna» y en ellos.—Item: que el dia que dieren sacte algund
el dia esa palabra «en las lenguas latinas» en lugar les han de dar otra paga. — Item: que el
vuelve ó recuerda ideas de brutal indisciplina. dia que se hobiere de dar batalla les han de
Clonard en su Hist. org. T. III. pág 1 48; da los dar paga.—Item: que los Alemanes tienen por
siguientes pormenores: «El cuerpo de lansque- costumbre que cuando salen de sus tierras
nets que Felipe el Hermoso trajo de Alemania, por mar, les han de dar de comer: asi hizo
y que aun se hallaba al servicio de España, re el Rey Don Felipe y agora el Rey de In
cibió también algunas mejoras en su organiza glaterra. —Item: todos los oficiales se truequen
ción. Sus principales deberes están resumidos por cada mes por evitar los alborotos. —Item:
en los artículos siguientes redactados por su co los compañeros harán cambrado de diez en diez
ronel y aprobados por el Regente». Siguen unos ó de doce en doce...»
artículos sobre juramentos, deberes, etc. sin in LAXTACA. Así llaman en Filipinas á unos
terés; menos uno, de privilegio á dicho coronel,
pedreros ó palconetes muy pequeños de la anti
que le da derecho de vida ó muerte sobre oficia
gua artillería que abundan todavía entre los
les y tropa.— «El mismo Coronel fijó también indios.
las regla- que habían de observarse en el abono
desús haberes. He aquí los términos en que es LANZA. Del latín lancea. Arma enastada de
tá concebido el memorial que al efecto presentó. longitud variable, pero siempre mayor que las
«La órden que se ha de tener en la paga de los demás. Cuando esta arma era usada también por
alemanes es la siguiente:—Primeramente que ca la infantería, tomaba el nombre de pica. Desde
da compañero ha de ganar cada mes tres duca el origen antiquísimo de esta arma, y singular
dos, y el mes ha de ser de veinte é ocho dias.de mente desde que vinieron á Castilla los france
LANZ — 745 — LANZ
ses por Don Enrique contra Don Pedro, se ha tiene el figurado, como «en guardia» , de estar
llamarlo también lanza, en vez de lancero al preparado y apercibido. —Bote (V. e. v.) de lan
soldado armado con ella. —El leolor querrá que, za, conviene no recibirlo.—A punta de lanza hay
como de costumbre, subamos al origen de la que llevar todo en la .milicia.—Lanza de carrua
lanza. Pues, ahí va el texto: «La lanza fué otra je. En los de artillería y tren, la pieza larga de
arma peculiar de nuestra gente é inventada por álamo negro comunmente unida al centro del
ellos: porque, según los geógrafos antiguos, en juego delantero, y á cuyos lados se enganchan
Asturias estaba la ciudad de Lancia y dos más las caballerías de tronco, que son las que impri
del mismo nombre en los Velones, entre el Tajo men con ella los movimientos de giro y retroce
y el Duero, en la Lusitania: cuyos pueblos to so por medio de los cejadores, sujetos al casqui-
maron el epileto iie lancienses oppidanos y lan- Uo que guarnece la punta de la lanza. El otro
nenxe.ilranseoilann.iii. Clonard. Mem.de la A. de extremo de ella, más reforzado y cuadrangular,
la H. pág. 41). que se llama cepa, encaja en la tijera y se ase
No es sólo el ("onde, tan celoso de nuestras gura con un perno.
glorias, quien nos atribuye la invención, ó el El armamento de la caballería con lanza ha
aliso mililarn por lómenos, de esta arma. Auto sido objeto de grandes controversias. Miéntras
res latinos como Varron, Plinio, Ai'lo-Gelio !o Don Bernardino de Mendoza, á últimos del siglo
aseguran. Sin embargo parece tan óbvia, tan XVI, en su Teórica y práctica de la guerra (pági
natural, tan instintiva la idea, que lógicamente na 8t-83! hace calorosa defensa de esta arma so
debió preceder á la honda y al arco ; pues más bre el pistolete; el célebre Jorje Basta, á princi
fácil es aguzar un palo por la punta. De estas pios del XVII, la proscribe en su Gobierno de la
dos armas primitivas no hay. ni puede haber tes caballería ligera. DesJe entónces viene agitándo
timonio "escrito» acerca de su invención: ¿cómo se la cuestión en los ejércitos modernos con va
tenerlo de la lanza, hoy que los arqueólogos y rias alternativas, y el lector la encontrará perfec
geólogos desentierran á millares, no hierros de tamente resumida en los siguientes párrafos de
lanza, sino sus antecesores de hueso, pedernal y un competente escritor.
bronce que ya atestan los museos? Mucho hay «Cuando se desconocían las armas de fuego
que reformar en materia de orígenes y etimolo la lanza debía representar un papel importantí
gías antes de reírnos de San Isidoro ó deCovARRC simo. Manejada por diestros jinetes, el espanto
bias, ó lamentar la escasa crítica del Conde de y la confusión habían de concederle la victoria
Clonard. en todas partes. —Pero á poco tiempo de aplicar
La lanza actual se compone de dos partes se las armas de fuego, aparecen los arcabuceros
principales: el hierro ó moharra y el asta, dema españoles, y la lanza llega á desterrarse porcom-
jagua, fresno ú otra madera de libra ligera, recia pleto de los ejércitos de Europa. El movimiento
y tenaz. El cdento ó regatón de hierro equilibra científico y literario que el renacimiento produ
el peso de la moharra, y en el punto medio se jo, distinguíase ya notablemente en el siglo pa
clava la correa portalanza para descanso del sado. Los tiempos clásicos se trataban de resuci
lancero. Un pendoneillo ó banderola de varios tar á toda costa. Nada por lo tanto tiene de ex
colores, que dicen ser «para espantar al caballo traño que cuando se acordaban de la legión,
enemigo», completan el arma hoy en uso. Los cuando á Vegecío se le creia inspirado por un
hierros o moharras han tenido diferentes for Dios, resucitasen la lanza llenos de entusiasmo.
mas, y por lo tanto diferentes nombres. Hierro —Miéntras se adoptaba en la mayor parte de
de hoja de olivo, apuñalado, vaquero, de cuatro las naciones, bien que paulatinamente, conti
esquinas, de tres lilos.de hoja de laurel, de hoja nuaba España como una excepción. Usada por
de espino.de punta de diamante, buido deMilán. algunos cuerpos de voluntarios en la guerra de
La lanza culera tuvo laminen varias califi la Independencia, su aparición puede contarse
caciones. Por ejemplo: jostrada ó de torneo ó en nuestro ejército con el regimiento de lance
galante: estriada, de armas, de estafermo, con ros en la creación de la guardia real. —Al empe
arandela, con roquete, con gócete; de justa, de zar la guerra civil, era este el único cuerpo que
punta de diamante: bota ó mocha para torneos. la usabjí Cuando terminó dicha guerra, se ha
Correr, quebrar, romper lanzas ya se sabe bía generalizado tanto, que ni áun los oficiales
que era ji-star [\. e. v.) y en eldia, metafórica eareeian de ella. —Porque se generalizó en Eu
mente, reñir o disputar. —«No quedar lanza en ropa y porqué luego se hizo tan común en nues
hiesta» es derrotar completamente al enemigo. — tro país, son dos cuestiones fáciles de resolver
Lanza en ristre , además de su sentido recio, con la historia en la mano. Los proyectos de la
94
LANZ — 7íh — LANZ
legión romana pasaron, como sus inventores, y jos cantares del romancero. Armado con su glo
fueron sepultados en el olvido. — Nuestros lec riosa lanza destroza al enemigo en todas partes,
tores recordarán que Napoleón, al forzar el paso y el espíritu militar nuevamente levantado au
de Somosierra con los lanceros polacos, cargó a gura las jornadas de Arlaban y Villarrobledo.—
nuestras baterías y se apoderaron de ellas. Este ¿Habrá quien crea que la lanza del héroe estuvo
suceso, que no tenemos ni la prelension, ni el bajo el amparo de algún encantado talismán?
deseo deanalizar, llevo al ánimo de todos la con ¿Quién que conozca, siquiera sea medianamente,
vicción de que la lanza era efectivamente la su historia, podrá atribuir sus triunfos á otra co
reina de las armas. Sin tener en cuenta que la sa que no sea al v alor de tan célebre caudillo? —
Polonia es el pais de los grandes jinetes, raza Entónces fué cuando la lanza se consideró inven
heroica que se batía por la independencia de su cible, cuando no se podia contener el ímpetu de
pais, y á la vista de un ejército como el francés la opinión, arraigada aún hoy en la mayor parle
tan victorioso entonces, habían de echar el resto de nuestros veteranos. —Terminada la guerra, la
por no perder su reputación. Qué no podía es caballería española ha tenido diez y ocho regi
perarse de tales soldados. Y áun en el caso de mientos de lanceros, luego diez y seis, después
que su influencia moral fuese incierta, no per doce y actualmente ocho. Dentro de poco acaso
dería todo el mérito al recordar cuan bisónos ninguno. Esta gradación acertadísima ha sido
eran nuestros soldados? —Pero la teoría de los la consecuencia inmediata del valor lomado
hechos no hay medio de rebatirla; la multitud por la caballería ligera armada de sable y ca
se paga de ellos y es bien difícil curarla de sus rabina». (J. GtizMiN. Estud sobre org. y tar. de
errores.—Otro suceso parecido tenemos en la cab. 1 866. pág. 24-28. Estamos de acuerdo.—
guerra civil. El nombre de Zutnalacárregui es Lanzada. Golpe y herida de lanza
tan conocido como las brillantes victorias de su LANZAFUEGO. Artificio que consiste en
carrera militar. Entre las primeras y rápidas una vaina ó cariucho de papel encolado rellena
excursiones con que la inauguró, puede contar de un mixto, convenientemente preparado para
se la sorpresa de un convoy alcanzado cerca de producir llama larga y viva, que comunique
Logroño, Los jinetes armados de lanzas acuchi rápidamente el fuego, consumiéndose con len
llaron á la escolta de aquel: el triunfo no se atri titud sin golear, correrse, chispear, ni apagarse
buyó al olvido de las reglas mas comunes da la aunque se sumerja en agua. El uso más frecuen
milicia, sino al arma que manejaba el enemigo. te era dar fuego á los cebos de la artillería de
—Zumalacárregui adoptó la lanza, no por con BATALLA.
vicción, sino por necesidad. ¿Cómo había de ar
mar á los jinetes con armas de fuego, si aún no LANZAGAYA. Dice. Moretti, no sabemos
las tenia en suficiente número para los infantes? con que autoridad, dice: lo mismo que estradio-
Y aún teniéndolas, sus medianos jinetes no hu te: y Dice. D. J'YV. M. lo mismo que arcegalla
bieran podido usarlas. — El ménos versado en las (sic). (V. y comp. Azagaya, Arcegayai.
cosas militares sabe perfectamente que en las LANZAR. Verbo activo y reciproco. Arrojar,
sorpresas la moral es el todo. Examínensela ma despedir, tirar. Hablando de tropas V. los ver
yor parte de los sucesos de la guerra citada, y bos Alargar, Soltar y otros mucho más castizos
se verá que el descuido, la falla de vigilancia y y expresivos.—Lanzar a tabiado, arrojar lanzas
el olvido de muchos principios militares propor contrael que se formaba para ejercicios y torníos.
cionaron al enemigo más ventajas que su disci
LANZON. A pesardesu terminación aumen
plina y táctica.—Añádase á eslo el terror que
tativa, significa una cosa menor que lanza, h la
produce la aparición de un capitán afortunado, manera que ratón significa también una cosa
y se verá quecn la sorpresa citada pudosólobas-
menor que rata, y que rabón significa un ani
tar el nombre de Zumalacárrcgui para conse
mal de poco rabo ó sin rabo. ¡Clehencin. nota al
guir la victoria que obtuvo. Cometida la falla, Quijote). «Lanza corta y gruesa con un rejón de
es preciso inventar una disculpa. La primera hierro ancho y grande de que regularmente
que se presenta es aceptada. Y como nacida de usan los que guardan las viñas». (Dice. Acad. 5.)
la necesidad, nadie atiende á si es racional ó ab Clevemcin pudiera haber añadido otro ejemplo
surda.—Poco tiempo después aparece entre las militar: mosui'eton, lo más pequeño enlre los
filas desanimadas de la caballería de la Heina
JJOSOl'ETES.
un paladín bizarro y entusiasta. D. Diego de
León, espejo fiel de los antiguos campeones, LATIGO. Lo usan los artilleros ó los con
adalid invencible, digno de figurar en los vie ductores del tren. —En las antiguas casacas, uu
L.ATO — 747 — LEGA
adorno de los faldones llevaba este nombre, por en dos clases: legados consulares, que manda
semejanza algo remola con el látigo usual ele ban divisiones ó cuerpos de ejército, bajo las ór
montar. denes del principe; y legados pretorianos, que
mandaban legión. Después el legado se convir
LATON. Liga üe cobre y zinc, y á veces plo
tió en prefecto.
mo y eslaño. Entra en abrazaderas, guardamon
tes, escudos de armas de fuego; en guarniciones LÉGAMO. Cieno, lodo, barro pegajoso.
de las blancas, y en varios efeclos de equipo y
VESTUARIO. LEGION. Esta palabra envuelve ideas tan
complejas y resume tal diversidad de hechos
LAUNA. Lámina o plancha de metal con la históricos, que, para definirla con alguna clari
cual se formaban las escarcelas y olías piezas de dad y exactitud, es indispensable entraren cier
la armadura. (Martz. del Romero1. «.. ..ó tengan tas consideraciones, brevísimas por la índole de
unas corazas de acero é falda de malla, 6 de lau este libro, sobre la milicia romana, eterno objeto
nas, é armaduras de cabeza». (Rey. de 3 octu de admiración y estudio para el soldado; causa
bre IÍ98). eficiente de imponderables grandezas y desas
LAVADO. (V. Iluminar, Dibujo.) tres; modelo cada dia más difícil de copiar, pero
que, al irse apartando de las sucesivas genera
LAVADOR. Pie-a de hierro con una muesca ciones, parece que cobra proporciones más fa
en que se acomoda un trapo, y atornillada en bulosas y subyuga el ánimo reflexivo , con la
el extremo de la baqueta, sirve para lavar y lim inmensidad gloriosa de su esencia y conjunto,
piar interiormente el cañón de las armas de fuego con la variedad, para nosotros algo nebulosa, de
manuales. sus prolijos accidentes y pormenores.
LAVAJO. Estanque, laguna de agua llovedi Desde el siglo V, en que cayó el imperio de
za. Tierra pantanosa ó cenagosa. occidente, y dejó de existir como pueblo la ver
dadera liorna, no ha dejado de alumbrar á la ra
LAZO. Emboscada, ardid, traición.
za llamada latina, pálida en verdad como el cre
LEALTAD. «El buen porte de una persona púsculo, la luz de aquella civilización; pero des
con otra, en cumplimiento de lo que exigen las de el siglo XV, con la invención de la imprenta,
leyes de la lidelidad y las del honor y hombría el estudio de la antigüedad romana es un ramo
de bien». Dice. Acad.) Excelente y cumplida cada vez más vasto y exclusivo de erudición.
definición. No es fácil fijar hasta qué punto, y en qué do
LECHERA. Parece que debia ser explanada, sis, deba entrar ésta en los conocimientos mili
según se desprende de este texto de Don Bernar tares indispensables hoy: tal vez en los tres si
dina de Mendoza: «Plantadas estas piezas con sus glos que al nuestro anteceden se llevó la afición
lecheras, que se hacen de tablones, maderos ó á griegos y romanos mas allá de los límites pru
zarzos, se cubren con cestones y fosos, asi para dentes: eso no autoriza, sin embargo, el ingrato
seguridad de los gastadores, que asisten al reti abandono y el olvido. Si en el día no hay gusto,
rarla con los artilleros etc.» [Teórica y Práctica. ni paciencia, ni aun tiempo material para en
pág. 138). golfarse en los millares de volúmenes que pro
dujo aquella afición desmedida, no ha de caer
LECHO. La madre del rio, ó terreno sobre se por otro lado en el extremo de proscribir to
que están ó corren sus aguas. jDicc. Acad. 5.! do recuerdo, de desdeñar por «antiguo» lo que
(V. y comp. Cauce, Alveo, Madre).—También será eternamente grande, bello y aplicable.
en gcologia es sinónimo de capa. Lectwnen latin. Los españoles, más que nadie, tenemos en
LEGADO. En su origen tuvieron este nom este asunto un deber histórico de reverencia y
bre, legalus, en la milicia romana los representan- gratitud. Todos nuestros célebres capitanes be
Ies, enviados ó comisarios que el senado ó el bieron en el puro manantial del clasicismo ro
pueblo acreditaba cerca de los cónsules y en su mano, y sabido y leconocido está por los extran
cuartel general, para fiscalizarlos, ayudarlos ó jeros mismos, tan dados á cercenar nuestras
administrar el país conquistado. El uso fué in glorias, que la resurrección de la legión romana,
troduciendo que estos legados mandasen direc es decir la moderna preponderancia de la in
tamente legiones. Pompevo tuvo quince en la fantería y el renacimiento del arte militar, más
guerra contra los piratas, y César diez en las que en la falanje suiza, debe fijarse en el ter
(Jálias. Quedó, pues, como grado intermedio en cio espaSol del siglo XVI. —Séanos, pues, lícito
tre el general y el tribuno; y Augusto los dividió mentar con suma ligereza los recuerdos necesa
LEGI — 7i8 - LEGI
rios para dar algún órden y trabazón á la espar Pero no vayamos á creer, impelidos por la
cida materia de este articulo. La fundación de Ro- inaudita rjpidez con que hoy vivimos, tanto in
ha se fija por los cronólogos en el año 751 ánles dividuos como pueblos, que Roma pasó con
de Cristo. Rómulo traza con el arado el recinto igual velocidad por las diversas épocas de su
de la futura dominadora del mundo. Un puñado esplendorosa historia. .Nada de eso: necesitó
de aventureros y bandidos fija en las siete colinas l íí años para constituirse en MONARguu; 172
su guarida, ó si se quiere su campamento, que para consolidar la república consular; 72 para
muy pronto se engruesa con numerosos refu conquistar solamente la Italia, y cerca de 130
giados ó reclutas de esos que siempre acuden de para dominar el mundo, como entonces se decía,
'argas distancias á la voz de un jefe, cuyo porte esto es, África septentrional, España, (¡alia del
revele osadia y confianza. El primer acto de Sur, lliria, Epiro, Grecia, Macedonia, Asíame-
aquella nueva agregación es un atentado al ñor, Siria y Egipto.
derecho de gentes, á la mural, al pudor, á la Conviene, pues, para entenderse, al decir
hospitalidad: les fallan mujeres, y en medio de Roma ó milicia romana, legión, ú organización y
una fiesta preparada con ¡iscclianza roban las de táctica legionaria, lijar bien el sentido concreto
sus confiados vecinos. En vano encomiendan es- de la palabra, enoerrando la idea entre los hilo*
los á las armas su venganza y recuperación: son con que la historia suele amojonar la agitada y
vencidos, y el célebre Rapio de las Sabinas es larga vida del gran pueblo. Ordinariamente, y
en la historia nueva sanción del derecho de la por tácito convenio, en aquello que respecta á
fuerza . los triunfos, a la grandeza de Roma, en su acep
Sobre esta primera violación de todos los ción rigorosamente militar ó técnica, so sobreen
derechos, el nuevo pueblo fundó lógicamente el tiende la época o periodo republicano, que cer
suyo, estableciendo como principio la guerra, ró, Iras sangrientas guerras civiles, la espada de
como medio de ejecución la milicia. En los pri Julio Cesar. Sabido es que nada tienen de co
meros tiempos su organización, su constitución mún, fuera del nombre, la legión del glorioso
no fué, no pudo ser sino rigorosamente militar. dictador ó la de su tío Mario con la de Servio
I.a forma política que más podia adaptarse Tuno, con la de Escipion; ó bien, descendiendo
en el comienzo á los instintos y aspiraciones de en la escala délos tiempos, con la de los empe
aquel pueblo fué la monarquía. Andando el tiem radores Adriano, Alejandro Severo, Graciano y
po, no pudo ya acomodarse esta forma, algo rí Gordiano; y ménos aún con la miserable degra
gida, con la puntillosa dignidad del romano en dación bizantina de los tiempos de León y de
grandecido, y por el atentado de Sexto conlra la Vegecio.
castidad de Lucrecia, el sétimo y último rey Objeto de constantes y cada día más profun
Tarquino es precipitado del Trono por el pueblo das investigaciones, ese célebre periodo repu
descendiente de los raptores de las Sabinas (2l*i blicano de la antigua Roma; temeridad seria pre
de Roma). tender retratarlo en cuatro rasgos, y profanación
En los dos siglos y medio de monarquía, Ro punible hacerlo entrar de encaje en el corto es
ma adquirió toda la vitalidad necesaria para pacio de estas indoctas columnas. Persuadidos,
continuar durante otros cinco, bajo la forma re sin embargo, de que no sólo es ilógico, sino im
publicana, su invariable sistema de guerra y posible, dar cuenta de una milicia, de un fjh-
DOMINACION. cito, de una táctica, sin tenerla antes y muy
Dos cónsules electivos sustituyen al monar exacta de la «manera de ser y de vivir" del pue
ca hereditario, y en los grandes conflictos el blo ó nación que produce los tres: forzoso es re
dictador (V. e. v.) asume en si todos los elemen cordar los rasgos más prominentes de la socie
tos de gobierno. A los siete años de derribado dad iiomama, en los tiempos de la república v
el trono (252 de Roma) ya se hace preciso que que creemos magist raímente definidos en los si
el hacha del dictador sustituya al cetro apenas guientes párrafos, lomados textualmente del no
roto del Rey; y en las repetidas conmociones vísimo historiador de Cesar.
que los dos opuestos partidos, patricio y plebe «El senado ponía en práctica los principios
yo, hacen estallar en la política, y en los conti que fundan los imperios, y las virtudes que la
nuos peligros militares que ofrecen los indómi guerra engendra. Así, para todos los ciudadanos
tos vecinos, Roma busca siempre su salvación igualdad de derechos; ante los peligros de la pa
en la dictadura, teniendo á veces la fortuna tría igualdad de deberes y hasta suspensión de
de encontrar Camilos y Cincínatos. mientras la libertar. A los más dignos los honores y lev
no llegaron los Sitas y los Césares. mandos. Ninguna magistratura al que no haya
LEGI — 749 — LEGI
venenar á este principe; —de aquí esa religión
servido en las filas del ejército. Las familias
del juramento y ese respeto al compromiso
más ilustres y más ricas dan las primeras el
contraído: los prisioneros romanos, á quienes
ejemplo: en la batalla del lago R'egilo (258), los
Pirro dió licencia para ir á Roma á las fiestas de
principales senadores se baten embebidos en las
Saturno, vuelven todos sin quebrantar su pala
filas legionarias; en la acción del Cremere los bra, y Régulo deja el ejemplo más memorable
306 Fabios, que todos, según Tito Livio, eran de fidelidad á la fe jurada;—de aquí esa políti
capaces de desempeñar las más altas funciones, ca hábil é inflexible que rehusa la paz después
mueren con las atinas en la mano. Más tarde, en
de la derrota, rt entrar en conciertos con un ene
Cannas, ochenta senadores, que se habían alis
migo, en tanto que pise el suelo patrio; política
tado como soldados rasos, quedan tendidos en
que so sirve de la guerra para hacer diversión á
el campo de batalla. El triunfo se concede por
los disturbios interiores; que se gana á los ven
victorias, que ensanchan el territorio; pero no
cidos con beneficios si se someten, ó los admite
por las que recobran el suelo perdido. No hay
gradualmente en el seno de la gran familia ro
triunfo para las GUERRAS civiles: el éxito, cual
mana; que los subyuga si resisten y los reduce
quiera que fuese, es siempre un duelo público.
Los cónsules y procónsules se esfuerzan en ser sin piedad á la esclavitud;—de aquí este empe
útiles á la patria, sin falsa susceptibilidad; hoy ño sistemático de multiplicar sobre los territo
rios conquistados la raza de labradores y solda
en el primer puesto, mañana en el segundo, sir
dos;—de aqui, en fin, el espectáculo imponente
ven con la misma abnegación bajo las órdenes
de una Ciudad que se convierte en Nación y de
del mismo á quien el dia ántes mandaron. Ser-
vilio, cónsul en 281, desciende al año siguiente una Nación que abraza el universo». (Napo
á teniente de Valerio; Kabio, después de tantos león III. Hist. de Julen César, lib. I. cap. 3. pá
triunfos, consiente en no ser más que el lugar ginas 91—93).
Establezcamos, pues, que en tales tiempos la
teniente de su hijo. Más tarde, Flaminio, vence
milicia ó estado militar no era, como luego fué
dor del rey de Macedonia, desciende por patrio
y es hoy entre nosotros, una institución inde
tismo, después de la victoria de Cynóscéfalo, al
pendiente, una profesión, una carrera, no: la
grado de tribuno de los soldados; el gran Esci-
piox, después de la derrota de Aníbal, sirve de cosa militar, estaba embebida en la cosa pública;
teniente á su hermano en la guerra contra An- la milicia, con todo lo demás, era la administra
tioco». ción, era el Estado, era Roma.
«Sacrificarlo todo á la patria» es el primer El asombroso resultado de esa milicia era su
deber Sacrificándose á los dioses infernales, co ejército activo: el inimitable instrumento de
mo Curcio ó los dos Decios, se cree comprar á Roma era la legión. La etimología sola de este
costa do la vida la salvación de los otros, ó la nombre que quiere decir elección (a mililibus
victoria. La observancia de la disciplina se lleva legendis, se^un Vabbon) revela desde luego un
hasta la crueldad; Manlio Torcuato, á ejemplo órden de ¡deas mucho más vasto, complicado y
de Postumio Turerto, castiga con la muerte la fecundo que el de la falange (V. e. v.) griega,
desobediencia de su hijo, aunque vencedor. Los dictado al parecer por ideas más tácticas y me
soldados que huyen son diezmados; los que aban cánicas. Nada, pues, tiene de extráñala afirma
donan sus tilas ó el casipo de batalla son entre ción de Poluto, al exclamar en su admiración
gados, los unos al suplicio, los otros al deshonor, «que fué debida á la inspiración délos dioses».
y los prisioneros hechos por el enemigo son re La legión, en toda la latitud de su sentido
chazados como indignos de rescate». genérico, era un cuerpo de tropas independiente,
«Rodeada de vecinos belicosos, Roma tenia análogo —en cuanto es posible la comparación
que triunfar ó perecer, —de aquí esa superiori —al tercio español del siglo XVI, y lusgo, más
dad en el arte de la guerra, pues, como dice Mon- bien que al regimiento, á la brigada de nuestros
tesquieu, en las guerras pasajeras la mayor par días.
te de los ejemplos son perdidos, la paz engendra Su fuerza, muy variable con los tiempos,
otras ideas y se olvidan las faltas y hasta las puede encerrarse hasta los de Polibio entre 4 y
virtudes de aquellas;—de aquí ese desprecio de o. 000 hombres. Su más ordinaria proporción y
la traición y ese desden de las ventajas que pro composición eran unos 1.200 á 1.600 vélites,
mete. Camilo devuelve á sus padres los niños de otros tantos hastarios, igual número de prínci
las primeras familias de Faleria, entregados por pes, y 600 triarios, Fuerza esta última invaria
su maestro; el senado rechaza con indignación ble. V. todas estas voces en su lugar respectivo).
la oferta del médico de Pirro, proponiendo en A esta infantería acompañaba, formando parte
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integral en los primeros tiempos, una tropa de fundamentos de la verdadera disciplina y arte
caballería, por termino medio de 200 ginetes, militar. A Serrín Tullo los elementos de organi
compuesta de los ciudadanos más ricos (V. Tur zación legionaria, que puede decirse continua
ha). Más adelante la lkgion tuvo también afectas ron con ligeras ó accidentales variaciones hasta
sus máquinas de tiro (V. o. v.) por lo cual bien Polibio y hasta Mario. Repetimos que sólo el
puede decirse que reunia las tres armas. Para nombre tiene de común esta legión con la de los
formarse idea completa de la legión elemental, tiempos muy posteriores de Vegecio.
debe añadirse á esta fuerza, puramente humana La legión se dividía ó descomponía bajo el
y regular, que constituía una base ó núcleo aspecto táctico y orgánico en pequeñas tropas ó
constante y organizado, otra fuerza irregular, trozos, á modo de nuestras actuales compañías,
variable y colecticia, compuesta de extranjeros con los nombres de centurias, manípulos, etc. ,
y bárbaros, aliados y auxiliares, con diversos (V. e. v.) sobre lo cual se van amontonando ca
nombres, que los romanos supieron siempre con da día nuevas opiniones y comentarios, que, en
indecible maestría reclutar, mantener y utili vez de ilustrar y esclarecer, aumentan la incer-
zar. Por regla general, estas tropas irregulares tidumbre. Basta considerar que Polibio y de
estaban repartidas en dos cuerpos, llamados más autoridades no han dejado detalles sobre la
alas, á derecha é izquierda del núcleo legiona disposición manipular; que sus llamados trata
rio, de donde les vino su nombro genérico de dos de táctica no tienen láminas como los nues
alares; y si bien la infantería nunca solía exce tros, para comprender que la misma fé debe
der en número á la legionaria ó regular, la ca darse á las conjeturas de Justo Lipsio y otros
ballería V. e. v.) por la inversa, la sobrepujaba erudilosdel orden civil, que á las de Ciriacy,
en mucho. Estos auxiliares allegadizos, inútil Maizcroy, Carrion-Nisas y La Barre Duparcq.
es decir que concluían por ser más romanos que Lo admitido por todos es que la legión del
los mismos de Roma. tiempo de los Escipiones formaba sus 3,800 in
En Caxnas ya sube la fuerza legionaria á unos fantes (descontados vélites, auxiliares y caba
98.000 hombres, en Zama á 50.000; perocnFAR- llos) en un Orden de batalla, que puede llamarse
salia sólo se atribuyen á Pompeyo 4o. 000 infan inicial á normal, compuesto de tres filas ó líneas:
tes con 7.000 caballos, que batió César con en la primera, los hastarios, en la segunda los
22.000 infantes y sólo 1.000 gineles, es decir, principes, en la tercera los triarios. Estos últimos
unos 75. 000 hombres en total de tropa romana constituían, como hoy nuestra tercera línea
en los dos campos. también, la tropa escogida, veterana y de reser
Ordinariamente los primeros republicanos va; la que, sin puesto fijo, está siempre á la voz
no levantaban más que cuatro legiones; pero y á la mano del jefe para ser empeñada en el
luego ya subieron a 2-1, y más aún en tiempo trance supremo ó en el momento decisivo. Y tan
de los KM'F.RADORES. CÉSAR (sCg. GuiSCHARDTÍ llegó to era así, que los historiadores nos han con
á tener 39 legiones y Octavio 45. Napoleón I sin servado, al describir lo más apurado de una re
embargo, no da al primero, en las Galias, arri friega, la conocida locución «Res ad triarios per-
ba de ti. Como estas comprendían generaliuen- venit» la cosa llegó hasta los triarios. Y es de
e el co.itigentk variable de tropas aliadas c au observar por cierto una delicadeza de organiza
xiliares, no es fácil lijar su efectivo. ción, que prueba y justifica el espíritu elevado,
Dos legiones aparcadas'constituyeron durante y filosófico de la milicia romana. Al paso que era
largo tiempo, segun Mauuiavelo, un ejército de variable de continuo el número de los príncipes
operaciones independiente, llamado consular, y hastarios, el de los triarios nunca excedía de
por ser uno de los cónsules su comandante en je los 000 que arriba se han lijado. Se llevaba en
fe Tomando por tipo la legión elemental de estola idea realmente notable de no prodigar y
4,200 á 3,000 infantes y 300 caballos, un ejer desprestigiarla distinción, y de no dar nunca á
cito consular contaba 8,100 á 10,000 infantes y esta soberbia tropa de reserva, de preferencia y
600 caballos romanos; agregando un promedio de de verdadera confianza, una"FUERZA que pudiere
otros 10,000 aliados con 2,000 ginetes, el efec parecer numérica en menoscabo de la que in
tivo vendría á ser 20.000 infantes y 3,000 caba trínsecamente le daban sus prendas y vir' lides
llos. Con esta pequeña fuerza emprendía cada militares. Por otra parte, la gerarquí a moral es
cónsul su expedición; pues rara vez, á no sei en taba sólida é invariablemente establecida entre
caso de extremo peligro, se reunían los dos ejér aquellas diferentes clases de soldados. El legio
citos CONSULARES. nario raso se consideraba rebajado y se nega
A Tuln Hnxtilin se atribuyen los primeros ba á ascender á decurión ó cabo de vf.lites: el
LEGI LEGI
vklite por aociun distinguida ascendía á LEGIO i en que Paulo Emilio derrotó á Perseo, vino á
NARIO. confirmar definitivamente la supremacía yexce-
Es opinión general que este orden, legiona- lenciade la legión. Es notable además esta ba
kio por excelencia de tres líneas, constituidas talla, porque en ella cayó prisionero Polibio; y
cada una por manípulos ó subdivisiones en ór- desde ella arranca, como si fuera venganza del
den ajedrezado ó al tresbolillo, se instauró des vencido, un principio notable de «corrupción»
pués del sirio de Vetes (iOti a. C.J pues ni prin en la vieja austeridad romana representada por
cipio la formación fue densa ó cunipacta, como Catón, y debida á la introducción repentina de
la falange griega y más tarde se partió en dos las modas y de la molicie- griegas.
líneas: la primera, de los principes, y la segunda (jada legión tenia poi jefes seis tribunos que
Ó RESERVA, de PILANOS Ó TRIARIOS. alternaban ó turnaban en el mando cada dos
Cuando se trata de precisar en guarismo los meses, y según (¡uischardt cada seis. Ees in
intervalos y distancias tácticas, correspondien cumbían todos los detalles de justicia, poli-
tes á los varios elementos de la legión elementál I CÍA, DISCIPLINA, SERVICIO, CASTRAMETACION, etc. LOS
formada en batalla, los autores se contradicen sobrantes iban con destacamentos , forrajes ,
haciéndola cuestión insoluble. Mientras Carrion comisiones. Se podia ascender á tribuno—y es
Nixas, gran autoridad en la materia, da á cada notable—sin pasar por los grados inferiores.
linéala profundidad de 37 pies romanos y Hl Guiscuardt Mein. crit. T. II. pág. 22ti) dice:
á la distancia enire ellas, La Barre Duparcq «En Roma se crcia muy útil que un general su
afirma que la profundidad y distancia eran va piese toilos los detalle: del servicio; pero que
riables; que ningún autor las tija, y que todo j no era necesario para ello pasar la mayor parte
cómputo y conjetura es arbitraria. de la vida en los grados subalternos; pues para
El fuente pudría ser de quinientos mclros. ! adquirir la ciencia de mandar ejércitos se nece
contando el espacio individual. Sobre 10 de fon sitaba ocu Jarse de otros objetos más que del
do, tendrían 12 de frente los manípulos de has- manejo del arma y de la penosa instrucción y
tarios y principes, y seis los de triarios. Estos educación del soldado».
manípulos se correspondían de modo que el pri Debajo de los tribunos, venían los centurio
mero, respectivamente, de cada línea de hasta- nes, uno por centuria, dos por manípulo, veinte
ríos, principes y triarios componían el primer por línea, sesenta por legión. El centur'on (se
orden, los segundos el segundo y asi sucesiva gún Polibio, lib. G. fragm. ií, «no habita de ser
mente. sólo audaz y emprendedor, sino hábil en el
Cada órden de estos formaba una cohorte mando; perseverante y de buen consejo. No se
(V. e. v.¡ unidad exclusivamente administrativa les pide tampoco que sean prontos en venir á las
en un principio, para mayor simplificación del i manos v empezar el combate, sino que resistan
servicio; que luego empezó á destacarse como con firmeza y mueran antes que abandonar su
unidad independiente, con su naxípulo de véli- puesto».—El órden ger arquico era, el centurión
tes y hasta su turma V. e. v.) de caballería, y de la derecha sobre el de la izquierda, el de tia-
que por último en la gran reforma '647 de Ro rios sobre el de príncipes etc. por consiguiente,
ma, 107 a C.¡ se desmembró por completo y el centurión de la derecha del manípulo de tria
quedó suelta á modo de nuestro batallón actual. rios de la primera cohorte era el piimero; de ahí
Dejando aparte detalles ociosos é inseguros, primipilo Iprimun pilum). En rigor era el jefe de
el mérito principal, como se ve, déla maniobra la legión. Cada centurión elegía otro oficial pa
legionaria era su «capacidad de reiteración», ra la cola de su centuria, que se llamaba option.
esto es, de restablecer tres veces el combate; vi- Detrás de este los decuriones de diez hombres.
uiendo los hastarios á rehacerse en los interva Eos vélites solo tenían decuriones.
los de los príncipes, y estos, á su vez, en los de De modo que tenemos decurión, centurión,
los triarios: ó ¡i la inversa, avanzando y enca tribuno y cónsul. Este último, verdadera generai
jonándose unos en oíroslos manípulos, formando en jefe, con autoridad suprema, despótica, ar
linea llena. De lodos modos, óriien flexible, ex bitraria, mando ilimitado, derecho de vida y
tenso, escalonado, que ofrecía de sujo tres ten ¡ muerte. Lejos He estar continuamente residen
tativas de foi luna. La famosa legión asentó su ciados ó vigilados, como en Grecia, en expedi
nombre y primacía sobre su antagonista la fa ciones lejanas, ellos por si declaraban guerras,
lange griega en la batalla de Cynoscéfalos ¡357) hacían paces, destronaban reyes, desmembra
donde Roma tomó ya su ascendiente moral sobre ban naciones. Cuando iban dos en un ejercito,
Grecia, l'oco después ;58(i) la batalla de Pydna, turnaban en el mando: lo que solía traer desas-
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tres, como el de Cannas, por rencillas enlre Parthos nada explican, ni resuelven. —Respec
Paulo Emilio y Varbon. Recordaremos de paso to á máquinas etc. nuestro desenfadado artículo
que al presentarse este úllimo con la afrenta de (V. Máquinas antiguas está escrito bajo análogo
la derrota, aquel Senado, modelo de prudencia, criterio. —También omitimos los detalles de cas
lejos de castigarle, ni aún reprenderle, le colmó trametación, aunque curiosos para los eruditos,
de parabienes por «no haber desesperado de la por su escasa utilidad y aplicación actuales. Pe
salvación de la patriar. Tal era Roma. Tal era el ro entre el exl reino de atrincherarse basta por
pueblo en que se sacaba á subasta, y se com- una sola noche, y el que hoy reina V. Fortifi-
praba á alto precio, el terreno mismo eu que ¡ cacion) de no atrincherarse nunca, no sabemos
campaba Aníbal. ¡Cómo eslrañar que entre aque- si el primero muestra más espíritu previsor,
lias generaciones de grandes hombres de ci erra más prudencia,—que no está reñida cci la au
sobresaliesen Escipion Emiliano. Mario y César'. dacia —para evitar esos frecuentes desórdenes
Oportunamente insisten los autores, y con que trastornan un ejército sorprendido.
especialidad el filósofo Carrion-Nisas, sobre tan Las banderas ó insignias legionarias eran sa
escaso número de escalones gerárquicos en la gradas: ante ellas se hacia el solemne juramento
milicia romana. (V. Ascenso). Esta importante ob y á su perdida en combate se daba más impor
servación tiene su desarrollo en el articulo cita tancia que en los tiempos modernos; pues la
do. Asi como es ocioso pretender la imitación restitución se perseguía á viva fuerza ó se ne
en moler su ración de trigo, como el legionario, gociaba calorosamente en los tratados. En su
entre dos piedras, cuando ahora tenemos la ga origen cada manípulo tuvo su enseña ó signo, que
lleta, ó rehabilitar la catapulta habiendo caño primero fué sencillamente un haz de paja ó yer
nes; hoy, en los ejércitos de países constitucio- ba: luego una representación simbólica de un
nales, no está demás la meditación sobre un I animal; y más tarde un pedazo de tela peque-
punto de completa y factible asimilación. Si la ño, sostenido en un palo atravesado y colgado
poca diferencia en sueldo, en geharg-uí.i ó en dis al asta como nuestros estandartes de procesión
tancia de las clases, se atribuye en la legión á religiosa.—En algún tiempo la legión tuvo has
">u composición homogénea, los ejércitos de al ta cinco randeras: el águila, como principal, de
gunos paises participan actualmente de idéntica oro ó plata y otras cuatro, figurando un lobo,
organización. La facilidad en el ascenso romvno, un caballo, un jabalí y un uinotauro (V. e. v.)
producido por el escaso número de grados, qui Mario suprimió estas cuatro últimas, ven la ta-
zá fuese uno de los más poderosos resortes de su \ bla rectangular ó circular del águila, siguió has-
disciplina, el fecundo estímulo para sus grandes : ta Constantino el conocido monograma S. P. Q.
empresas. Todavía la grande organización del R. «scnahis populus que romanus» . Este empe-
siglo XVI. calcada sobre el resucitado espíritu ro- ; rador sustituyó las célebres iniciales con el mo-
mano, produjo en nuestros famosos tercios aná- nograma de Cristo. Juliano las repuso: peroá su
logos resultados. Algún dia se comprenderá lo i muerte desaparecieron para siempre. Algunos
inútil, lo contraproducente de esas repelidas in- ; creen que la nueva cria siguió en compañía del
terpolaciones en la serie gerárquica, que vienen águila antigua republicana. En general las astas
perturbando desde el sigb pasudo la organiza- j y los paños de las banderas ó insignias llevaban
cion á costa de la sencillez, su condición prime- ¡ inscripciones en conmemoración y recompensa
ra. (V. Centurión). de hechos distinguidos ó heroicos. El estandar-
No sabemos si el lector aceptará esta prefe- te de púrpura y el rojo paludamento V. e. v.)
rencia nuestra á la parte moral y de conjunto que vestía el cóNSrL ó general era la señal de
sobre indigestos pormenores de táctica lesiona- combate; y los diversos movimientos de las bix-
nu, en que no entraremos, aunque tal sea la debas solían servir de señales telegráficas de
costumbre, por la razón sencilla de no haber 1 mando. Alguna vez se arrojaban dentro de las
llegado hasta nosotros documento «escrito» so- filas enemigas, como luego el célebre francés
bre ella verdaderamente latino. Con añadir Conde su bastón, para impedir la fuga ó el mo-
nuestras conjeturas á las muchas, que ya sobran mentó de vacilación en el ataque.
por cierto, de los eruditos, no se había de escla- El primitivo legionario había de ser precisa-
recer el asunto. Si apenas puede entenderse el mente ciudadano romano, y tener 400 dracmas
mecanismo orgánico de la legión, menos podrá unos iO.000 reales de patrimonio. No principió
entrarse sin datos en su aplicación y uso. Las á tener sueldo según Tito Llvio | hasta después
vulgaridades de la tortuga y del cúneo y del del sitio de Vetes en que ya se ensanchó el cir-
agmen cuadratum (cuadro) de Craso contra los culo de la ambición romana. Desde entonces,
L.EGI — 7íi3 — legi
el Estado proveyó de armas, víveres y equipo, riamente su campo, corre parejas con pretender
mediante descuento. Es difícil precisar la can- que las calzadas ó vías romanas eran producto
lidad numérica, por el distinto valor de la mo de los ocios de las legiones. No es afectar grande
neda, en las diferentes épocas; y asi, aunque los escepticismo, suponer con toda verosimilitud
eruditos pudiesen convenir cu el número de que el altivo legionario, fortificado en su Cas
ases, que asi se llamaba una do ellas, luego so tro (V. e. v.), dejaría el honor material de acar
brevino la cuestión de fijar el verdadero valor rear piedras, y aún de labrarlas y sentarlas, á
del as. Las reformas de Mario, que introdujo en la tribu o al pueblo subyugado y con cierta ra
la legión gente baludí y menesterosa, entre la zón ó derecho de represalias, si, como en Espa
cual al principio sólo se m iniaban los vklites y ña, la victoria no siempre era fácil. Los enor
tiradores sueltos, aumentaron la pac», y Cesar mes y casi increíbles trabajos de minería, de
siguió este inevitable camino del ambicioso, su que tantos vestigios nos quedan en la Península,
biéndola á diez ases. atestiguan, que los pretores y procónsules eran
A la par de los bárbaros castigos, imposibles más aficionados á esta lucrativa industria, qu«
hoy, de la parte penal, conviene tener en cuen al ramo estéril y ostentoso de obras públicas: y
ta sus recompensas, para comprender bien la el que sólo pensaba en llenar sus arcas, para ir
disciplina romana. Sufrían, es verdad, multa, fla pronto á vaciarlas en la disipación de Roma,
gelación, fustuario, venta como esclavos, lapi no se detendría en escrúpulos, y en caso grati
dación, MUTILACION, SANGRÍA, DESPEDI DA , horrible J ficaría al legionario para que escoltase y espo
torturada muerte por faltas livianas; pero en con lease al pobre indígena esclavizado. Las frecuen
traposición gozaban exenciones, gratificaciones, tes y terribles insurrecciones como la de Viriato;
ELOGIOS, ARNESES y ARMAS de HONOR, ASCENSOS rápi las rapiñas sistemáticas de Catón y César basta
dos, CORONAS, COLLARES y BRAZALETES, BUSTOS y ES rían para atenuar la credulidad sobre este pun
TATUAS, DESPOJOS ÓpilllOS, TEMPLOS VOÜVOS, APODOS to, si la constitución social de Roma, de la Ciu
gloriosos, la ovación, el triunfo. (V. e. v.). dad venal, ¿ la que luyurta «deseaba un com
El legionario podia aspirar á todo. No hay prador» no hiciera inverosímil , incompatible
medio: al decir disciplina ¡V. e. v.) se pronun todo lo que se nos cuente acercado fatigas mili
cian simultáneamente dos palabras: dehecho y tares inútiles, ó de actos civilizadores que en
deber, honor é infamia, galardón y cvstigo. volviesen algo de la moderna «filosofía» y des
Su ponderada sobriedad, base también de prendimiento.
disciplina, quizá se confunda con la facilidad de Sin exageración innecesaria, como la de
subsistencias que encontraban los pequeños y Plutarco { Vida de Mario) que los romanos, com
móviles ejércitos consulares, siempre bajo la ma batiendo en eslío, no «sudaban ni jadeaban », es
no ile un solo jefe; y en los Comentarios de César indudable que lo excelente del legionario roma
se ve (según Napoleón I en sus notas; el cons no, lo que radicalmente le distinguía del óplite
tante desvelo de todo general romano por este griego, era su resistencia á la fatiga, que igualaba
importantísimo ramo: «Ellos solos, dice,encon á su entereza en el peligro y en la adversidad,
traron el arte de no depender de los contratistas, producto de su severa disciplina (V. e. v.¡. Por lo
y este arle ha sido el de todos los grandes ca demás, sus ejercicios eran los usuales, antes de
pitanes». que la pólvora hiciese perder á la táctica su an
La rapidez tan admirada de las marchas roma tiguo y primer elemento de destreza corporal en
nas no sorprenderá por cierto al soldado espa el individuo. Esta se ve descender no sólo á los
ñol, que sin disputa aventaja al celebre legiona almogávares de nuestra Reconquista yá los cam
rio; y respecto al peso enorme que éste llevaba, peones caballerescos del siglo XV, sino hasta
bien puede ser permitida alguna incredulidad, nuestros ágiles peones de Italia y Flándes. Cuan
por irreverente que parezca, hacia Folard, Mon- do la rala, en el siglo XVII, asentó «por com
lesquieu, Guíschardt, Maízcroy. Debe entender pleto» su señorío, fué cuando la esgrima y la
se que todo elogio de lo ¡tasado envuelve, ó pa verdadera gimnástica militar se olvidaron mala
rece envolver, censura de lo presente: y es sin mente, sin que veamos hoy tan aplaudidos y
gular que los eruditos, que más exageran las continuados como debieran los esfuerzos para
excelencias de la milicia romana, nunca estén resucitarlas.
bien avenidas con los indudables progresos mo Por abreviar, no entraremos en el inevita
dernos. Lo de llevar encima, además de sus ar ble paralelo de la legión y de la falange, que
mas y equipo, ración para quince dios, y por aña resume el de las dos milicias griega y romana.
didura dos ó tres estacas para atrincherar dia La Grecia, dividida en pequeños estados, no po
LEGI - Tái - LEGI
día ser conquistadora: le falla, por decirlo asi, el casi siempre lo es la audacia en la guerra, co
nudo de voluntades: de aquí, por consiguiente, ronada por la fortuna.
defensa, inmovilidad, falange. La potente uni Entre ambas recomienda justamente Jomini
dad de ¡loma conquistadora por su índole, por [Comp. del a. de la g.) la célebre marciiv del
su origen, necesitaba otra táctica: ese orden le Cónsul Nerón, que, campado frente á Aníbal,
gionario, ajedrezado, dislocado, esencialmente desaparece sigilosamente, anda en seis dias 90
agresivo, móvil y flexible. Indudablemente los leguas para unirse á su compañero, bale el sé
griegos fueron más civilizados: crearon la filoso timo á Asdrubal, y á los trece se vuelve á pre
fía, la moral, la literatura, las bellas artes; pero sentar en su campo, sin que el Cartaginés tuvie
á su vez los romanos, meros discípulos ó malos se noticia hasta que vió en sus avanzadas la
imitadores en estos ramos, cuando no destruían sangrienta cabeza de su vencido hermano.
los tesoros del arte como en Corinto, crearon lo Aunque toda guerra romana es característica
que un autor llama el arle social. Innovaron, es de invasión, con todas sus condiciones de inicia
verdad, en arte militar; pero sabido es que es tiva, actividad, agilidad, sorpresa y tino; tam
te aiite descansa sobre la «fuerza de la socie bién hay ejemplos en Fabio, en Mario, en el mis
dad». — El arte militar romano tiene un carácter mo César (en España contra los tenientes de
de universalidad y permanencia, que faltaba al Pompeyo) de calculado retardo y victoriosa len
griego, más circunscrito, más artificioso, si se titud.
quiere, pero siempre especial, local. El romano Para César, nada más oportuno que usar las
era más soldado, se acomodaba más al oficio. palabras de Napoleón I: «Sus principios fueron
Mientras el griego indolente se rodeaba de ilotas los mismos que los de Alejandro y Aníbal, tener
y esclavos, el legionario, cuando no tenia ó aun sus fuerzas reunidas: no ser vulnerable en pun
que tuviese aliados, auxiliares, sabia y podia to alguno; lanzarse con rapidez sobre los puntos
remover la tierra, alzar murallas, llevar sus ar importantes: referirse siempre á los medios mo-
mas. Pero si bien hay estos punios concretos de raks.h la reputación de sus armas, al terror que
divergencia, preciso es convenir en que otros su nombre inspiraba y también á los medios po
son de perfecta conformidad. Para entrambos, el líticos, para mantener líeles á los pueblos alia
derecho de gentes, como hoy lo entendemos, dos y en obediencia á los sometidos».—«Su cons
fué de todo punto desconocido. La esclavitud fue tante iniciativa, su imprevista aparición, su vis
su gangrena. En ambas partes hubo fronteras ta de águila para utilizar en la defensiva las fal
contra bárbaros, y colonias militares, y augures tas del enemigo, contribuían para hacer brotar
y aruspices, y mezcla sacrilega de religión y de del desastre la victoria». (Ciriacy. Hisl.de l' art.
polilica. Si en Roma hubo Cónsules anuales, mil. chez les anc.).
también mandaban un año en Tébas y en Ate La legión, como toda institución humana,
nas. Unos y otros, en tin, llevaban la civilización al llegar al más alto escalón de prosperidad, po
despoblando: «Ubi soliludinem faciunt pacem co se mantuvo en él, revelando síntomas de de
appellanl» según la terrible expresión de Tácito. cadencia y el primer movimiento de su lenta
Roma llega al apogeo, cuando logra, no sólo ven declinación, cabalmente en los tiempos más pro
cer sino arrasar á Cartago (146) y á Numancia picios al desarrollo de toda potencia militar , y
(133 a. C.) bajo la mano victoriosa de Mario, Sila y César.
La estrategia de los romanos lomó el vuelo Las reformas del primero cambiaron radical
que debía imprimirle su sed inextinguible de mente la organización y el ser de la legión pri
dominación, su aptitud para guerrear en lodos los mitiva. Mario, de origen oscuro, subió trabajo
climas y sobre todo su pasión por la guerra. El samente toda la escala gf.rárquica, para llegar
senado la quería para ocupar al pueblo; los Cón al primer puesto de la república. Asistió ñ la
sules para gozar del triunfo; el pueblo para ga campaña de Numancia. Tribuno del pueblo luego,
nar tierras y feudos. Favorecía la audacia y la y teniente de Mételo contra lugurta, se casó con
envidiable rapidez de sus empresas, lo pequeño Julia, hermana del padre de César. En la guer
de sus kjébcitos consulares, su severa disciplina, ra de Africa ya empezó á cercenarle insidioso
su fácil manutención y manejo. La primera opera alguna parte de gloria su cuestor /'. Cornelio
ción realmente estratégica, según hoy decimos, Sila, jefe del partido aristocrático, y de allí ar
fué desgraciada: la expedición de Régulo al Afri ranca la enconada rivalidad de estos dos hom
ca. La segunda, la de Escipion á España y lue bres que anegó en lágrimas y en sangre el dila
go su diversión ofensiva al Africa, mientras lio tado territorio romano. La cuestión en el fondo
rna estaba á la defensiva ante Aníbal, fué, como fué la misma que bajo diversas formas se viene
— 755 - LEGI
• ventilando desde que hay hombres sobre la tier grandeza romana: la ciudad y el ejército. Según
ra: democracia contra aristocracia, el plebeyo la célebre expresión de un autor, aquellos vete
contra el patricio, el pobre contra el rico. ranos, envejecidos en la sedición y en la indisci
Mario, afortunado al principio, reelegido plina, y corrompidos por los halagos de las fac
Cónsul seis veces (617-654), vencedor de los ciones «no sabían ya ser ciudadanos, y se cansa
cimbros y teutones, saboreo demasiado las deli ban de ser soldados».
cias del triunfo, del poder y de la venganza, Al borrar la antigua distinción entre ricos y
sin enfrenarlos ímpetus del fogoso partido que pobres, y como alguna habia de subsistir, Mario
le aclamó por jefe. —A su vez Sila, vencedor en según dicen, tuvo que buscarla en la talla y
Asia de Mitridates, se vuelve contra el plebeyo corpulencia, en la ventaja física, restableciendo
engrandecido; arde la guerra civil y por vez un principio bárbaro y salvaje, que por fin en
primera la Ciudad dominadora del mundo, ve nuestros tiempos tiende á desaparecer. Si bien
en sus propias calles reñir sangrienta batalla á el fondo ó nervio continuó siendo la legión, Ma
sus mismas legiones 666 de Roma). A la par, rio fundió, cerró y apretó los tres antiguos pelo
otra (hierra de índole distinta, llamada de los tones de TRiARios, príncipes y hastariosy formóla
aliados ó social, es decir, de Roma ó de su aris cohorte, tal como después de él subsistió largo
tocracia contra los pueblos latinos (663) contri tiempo. Asi pues, la legión, ántcs formada de
buyó á conmover los antiguos fundamentos de treinta pequeños cuerpos ó elementos manipula
la república secular. Ksta guerra, en que Mario res, cada uno de los cuales tenia su particular
fué actor, concluyó por obtener el derecho de composición y autonomía táctica, quedó redu
ciudad todoi los pueblos de Italia. Todo italiano, cida á diez grandes agregaciones, que positiva
por lo tanto, vino á ser ciudadano romano. Roma, mente perdieron algo de su primitivo ser, que
perdida la supremacía, quedó como el centro de dándoles la sola fuerza de impulso y de amalga
una dieta moderna á la alemana. Desde enton ma, y sóbrelos cuales no podia ser ya sensible
ces ya no hubo legiones aliadas, sino meramen otro influjo que el arte y el talento del jefe na
te auxiliares. tural, como hoy decimos, esto es, del que in
Con estos antecedentes fácil es deslindar en mediatamente las mandaba. La cohorte de Ma
tre las radicales reformas de Mario, las que rio tenia unos 400 á 500 hombres, divididos en
corresponden á la iniciativa personal del famoso seis centurias. Ue las diez cohortes que forma
caudillo, y las que deben achacarse á su tiem ban la legión, la primera era de preferencia, y
po, en el que indudablemente se sembraron llevaba el águila: cada una era mandada por el
los gérmenes de la decadencia ó degeneración primero de los seis centuriones. Mario formó las
romana. coHORTEsen rfos líneas y César, luego con más tino
Rajo el punto de vista esencialmente técnico, en ¿res consumando el pensamiento reformador.
orgánico y táctico las reformas de Mario, si bien Se comprende, pues, que no hay grandes
radicales, no puede asegurarse que fuesen orí- razones para tachar la reorganización de Mario,
gen de ruina, sino de perturbación, lil hecho, si so atiende á la nueva clase de reclutas que
que más se le censura, de enganchar en la legión compusieron su cohorte. Ahora el único, ó prin
indistintamente ricos y pobres, de suprimir el cipal cuidado del legionario era conservar su
censo y la nobleza en la caballería, de aumentar distancia ó intervalo personal en todos sentidos,
esta arma con enormes masas auxiliares, y en fin que se computa en unos dos metros, para el
de determinar la separación absoluta entre el manejo desahogado de sus armas. Rajo el punto
ciudadano y el soldado, bien se ve que todo ello de vista exclusivamente táctico, la cohorte
venía incubándose, de larga fecha, entre el lujo, aventajaba al manípulo, por suprimir los interva
la corrupción y la venalidad de toda la sociedad los y por tanto disminuir los flancos, siempre
romana. Aquel pueblo, cuyo senado admitía ex vulnerables. La cohorte cumplía con la condi
tranjeros, no se componía ya sinode hijos de es ción que hoy exigimos al batallón, como unidad
clavos, libertoso emancípados:en aquel ejército de fuerza que ha de dirigir la voz de un coman
preciso fué alistar al proletario, para barrer de dante.
esla escoria las calles de Roma; y á medida que En resumen, si la disposición en manípulos,
el elemento desheredado lo invadía, forzoso era ¡V. e. v.) ofrecía movilidad, la disposición en co
que desapareciese el soldado propietario y acau hortes tenia solidez. Mirando al éxito, ambas
dalado, tipo, inconcebible hoy, del legionario hicieron grandes cosas: si la una, con Escipion,
primitivo. Kn rifior dasaparecian gradual y si arrasó á Cartago; la otra, con César, subyugó
multáneamente los dos grandes pilares de la la Galia y abatió á Pompeyo.
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Además de esta gran revolución orgánica, dio (41 de ('..;. que les repartió, 15.000 sf.xtf.rcios
Mario modificó varios detalles y perfeccionó las [i sextercios, un dinero ó 2.962 francos) empe
armas, mereciendo especial mención su inge zaron á exigir las legiones, como derecho, un
niosa reforma del pilo V. e. v.¡. regalo al advenimiento de cada emperador. —
Sita, que después de muerto Mario 068 lo Agrippa, después de subyugar á los Cimmerianos
gró asentar en el poder su partido aristocrático (119 de C ) rehusó los honores del triunfo (V. e.
con sus célebres y horribles nroscripciones, v.* Esta modestia aduladora, dice un autor se
creó veinte y tres colonias militares (V.,e. v.) y convirtió en ley, y la gloria militar vino A ser
repartiócon mano pródiga á sus legionarios las exclusivamente mérito imperial (imperatoria
tierras de los proscritos. Este antiguo mon.< oe virtus). —Domiciano ¡81 de C.) aumentó la paga
premiar á los veteranos que seguían más de de 22o á 300 dineros. '10 ases diarios en 300 dias
diez años bajo las banderas, principió a exage daban .'{.600 ases; valiendo un dinero 16 ases,
rarse cuando después de la batalla de /ama el sueldo anual era de 22.'i dineros). —Adriano
(552) los dos Escipiones dieron gran estabilidad mezcló las dos armas en cada cohorte; modificó
y ensanche al poderío militar. la disposición de los campamentos; persiguió el
César-en quien el ojo avizor deSila había \ ¡s- lujo y asentó la disciplina; pero es notable que
to desde niño muchos Marios—heredó efectiva en tiempo de este emperador, tan buen capitán
mente la influencia y la clientela de su tío; pero como república, surgiese la idea de la cohorte
también, por las circunstancias, heredó la clien MILIAR (V. e. V.) Ó TROPA DE PREFERENCIA y CASA
tela de Sila. Fundió los veteranos de ambos, y real, y coincidiese con el primer retroceso á
los hizo exclusivamente suyos, quitándoselos á impulso de los hárliarns de la frontera romana.
la patria. Para reprenderles les llamaba Quirites que siempre se habia ido ensanchando desde el
(ciudadanos) en lugar de Conmilitones 'cámara - liempo de Rómulo.
das*. Este detalle histórico es elocuente. En el segundo siglo de nuestra era, puede de
A partir de Cesar el legionario en efecto ya cirse que el viejo espíritu militar romano quedó
no se acuerda de que es ciudadano. Con los ve casi extinguido en la larga y uniforme paz lla
teranos de César venció Octavio á Antonio, y mada de los Antoninos (98 — 180). El siglo si
haciendo las legiones permanentes dió solidez á guiente es conocido en la historia con el distin
su vasto imperio. Ya se extinguió la costumbre tivo de anarquía militar. Y lo merece por cierto.
de servir cierto número de años en el ejercito Pertinax 193) muere á manos de sus propios
para optará empleos civiles. La milicia fué de soldados. La corona imperial se. saca desvergon
finitivamente una PROFESION. zadamente «á pública subasta». Cuando hay
Lai tropas, cuyo efectivo pasaba de iOO.000 más de un postor, como DiWío Juliano, resultan
hombres, incluyendo los auxiliares, fueron dis dos ó tres emperadores. Algo regulariza Scptimio
tribuidos en las fronteras También se hicieron Severo (197—21 1¡ logrando batirá los parthos y
permanentes las célebres cohortes pretorianas, bretones: pero en los tristes tiempos de Cara-
que en tiempo de la república sólo se creaban calla y llelioqdlialo —222; descuella con
cuando el general en campaña quería tener una nuevos horrores la indiscipiina militar. —Ale
guardia personal. De estas nueve ó diez cohor jandro Severo Í222— 235), uno de los más no
tes, á t.000 plazas cada una, con doble sueldo tables emperadores hizo reformas que produ
(2 dineros, unos (i reales) tres sólo residían en jeron victorias cuya solidez contestan sin em
Roma. Con esta política hábil el fundador del im bargo algunos historiadores), sobre Artaocenres.
perio, sin despertar recelos, disponía de una restaurador del imperio de los parthos que por
fuerza permanente y de una guardia fiel. entonces volvieron á lomar su nombre de per
Tiberio ya se apartó de estos cuerdos prin sas. Ya con Caracalla habían asomado ciertas ve
cipios, llamando á Roma el cuerpo entero de pre- leidades de imitación griega, volviendo á Citar
torianos. Gibron Decadencia, etc.) lamenta este de moda sus instituciones y su táctica. Alejan
paso impolítico. Y en su tiempo comienzan ya dro Severo cede á esta propensión y la exagera
sediciones por retardo en pagas y licencias; cun entronizando un duden absurdo y moustruoso
de el lujo en los famosos cantones de Siria. El por lo compacto. Aglomera nada menos que seis
jóven legionario, que ántesse rebajaba por pa legiones de gran fuerza en una sola masa, con lo
sar de decurión á los vélites, ahora prefiere ser que resulla una falange (V. e. v.) mucho más
vir entre los auxiliares, con mayor paga y menor densa y pesada que en los tiempos de Alejandro
disciplina. Se va perdiendo también la costum el de Macedonia. A la muerte del emperador re
bre de atrincherarse diariamente.—Desde Clau formista retoña con más brío la anarquía mili
LEGI - 757 LEGI
tar. Entre unos 23 príncipes, y ni;'is de 'JO usur tiempos de Mario y Pila, Roma conservaba ener
padores, muy pocos merecen rápida mención. gía y aptitud sociu, para revolución en pro de la
Por ejemplo Claudio II (268—270) llamado el democracia y contrarevolucion en favor de la
Gótico por sus victorias contra aquel pueblo aristocracia; así como en la dictadura, puramen
bárbaro; Aurehano :270—275J que subyugó el te militar, de César piensa encontrar alivio y
oriente y logró restituir á los macizos ejércitos descanso á sus continuas alteraciones; en el si
imperiales la recomendable movilidad de la ol glo IV, esa misma sociedad romana, podrida,
vidada legión: Probo y Tácito que también bi- decrépita á fuerza de excesos, reniega de su
cieron laudables esfuerzos por restaurar la dis propia salvación; y sin el valor ni la posibilidad
ciplina '276\ de un suicida, se contenta con darse por muer
Por último en los tiempos de Diocleciano ta, entregándose al primero que quiera recoger
(28i) v mas aún en los de Constantino (106) es su ultimo aliento. Esta inercia y marasmo, pre
donde la historia fija de común acuerdo, sino cursores de la muerte, la historia los recuerda
la mucte, la subversión completa, la trasfor- en muchos pueblos.
macion radical de las degeneradas instituciones La división del grande imperio en los llama
militares romanas. Ya desde Gordiano nació el dos de Oriente y Occidente, y la traslación de la
abuso, hasta entonces desconocido, de ALISTA* sede imperial .321, hacen el efecto de un gigan
niños con su competente sceldo y ración. Con te que muere partido en dos. Todavía por algu
la Taita de movilidad, con la permanencia en los nos años la mitad de occidente se agita en mor
mismos campos, crecen las dificultades para man tales convulsiones.
tener la disciplina y se aviva el deseo de co Slilicon sin embargo, para oponerse al ger
modidad, la avidez de riqueza. Ajusfándola mano Radagazo (404) solamente logra alistar
cuenta desde Augusto á Teodosio (379) mas de 35.000 hombres, ofreciendo á los esclavos dos
la mitad de los emperadores escalaron el trono piezas de oro y la liberíad. Después de este, Ae-
por elección militar. Bajo Alejandro Severo y cio es el último general que puede llamarse ro
Graciano, el corrompido y flojo legionario no mano, el que derrotó á A ti la en los celebres
puede resistir al peso de las armas defensivas y campos de Cháhns (451).
prefiere presentarse vulnerable, sin casco ni co En el año 475, con la caida de Augústulo se
raza á las agudas flechas de los bárbaros. Pero fija la desaparición histórica de la antigua Ro
¡qué mn<! Estos mismos bárbaros entran ya en ma. Aquí también debe terminar este artículo,
las filas romanas, como elemento más «varonil y dedicado á la legión como expresión, como ins-
regenerador» de órden, de disciplina, de valor; IrumeiHo, como síntesis de la milicia romana. Se
como protección contra los desafueros inauditos guirla á través de la degradación bizantina en los
del pervertido romano; como freno de su insa largos siglos del bajo imperio, seria más penoso
ciable codicia, de su asquerosa corrupción. El que instructivo.
mismo Diocleciano y Maximiano emperadores, Constantino, hemos dicho, introdujo ó per
son bárbaros de origen. feccionó en la desquiciada máquina social un
Maquiavelo, Montesquieu, Rousseau y otros elemento, casi desconocido ó desusado, no sólo
varios atribuyen malamente al cristianismo y en la república, sino en el mismo imperio romano
sus suaves doctrinas esta enervación y deca con todas sus monstruosidades y aberraciones.
dencia de la antigua milicia romana. Otros con El concentró en su mano imperial todos los po
más juicio, sostienen que en nada influyóla rá deres, lodos los resortes; y pasando del cesarismo
pida propagación del Evangelio. Aquel pueblo y ó dictadura á lo que hoy entendemos por abso
aquella milicia tenian en sí los gérmenes de di lutismo, sobrepuso al Estado la persona del jefe.
solución y muerte, estaban realmente perdidos De esa aglomeración en la cabeza, de esa vio
ántes, mucho ántes, de que el cristianismo lle lenta centralización, no podía resultar más que
gase á dominar en el imperio y en el ejército. la parálisis en los otros miembros y la prepon
En la revolución social más que política, pro derancia absurda de lo que se llamó palacio, es
movida por Diocleciano y consumada por Cons decir, de una voluntad, interpretada malamen
tantino, es innecesario hacer intervenir para te muchas veces por el excesivo celo en acatar
nuestro exclusivo objeto militar el móvil ó cau la. De aquí la singular división en tropas fron
sa religiosa. Basta con las comunes y ordinarias terizas y palatinas, esto es tropas destinadas al
en todo pueblo y sociedad, que. como el indivi combate ó A la pompa ceremoniosa de la Cóiite. Y
duo, tiene que obedecer á la ley inmutable de ¿quién habia de querer ganar sus grados en la
nacer y crecer para morir. Asi como en los frontera, pudiéndolos obtener más pronto en el
LELI — 768 — LENG
pórtico ó en el vestíbulo del palacio imperial? las espías, en lugar de ellas se procura tomar en
Y ¿quién había de ser soldado, no deponiendo y prisión alguno de los enemigos, del cual se pue
alzando emperadores, saqueando comarcas ó re da entender en el estado de ellos, á la cual ac
cibiendo pingües gratificaciones? Fallaron bra ción llamamos tomar lengua». ¡Pardo Riyade-
zos; hubo que turnar bárbaros á sueldo; buho neyra. Gob. de la Cab. lig. 1624. pág. 116).—
que encargar á las máquinas (V. e. v.) lo que án- «Entrando en la tierra, donde se niandóalojar la
tes se encomendaba a la robustez y al valor, y gente, Don Sancho de Londoño y Sancho de
en aquel naufragio de todo sentimiento noble y Avila enviaron un soldado alemán de la com
varonil, apelar ú puerilidades y supercherías, pañía que estaba allí de guarnición á tomar len
multiplicando grados, uonores, futuras, prome gua del camino que los rebeldes hacían» (B. de
sas, espectativas; inventando denominaciones ri Mendoza. Coment. deP. B. 1592. fól. 41)
diculas y vacias; haciendo descender el estudio sin que hasta entóneos, ni por vía de aviso, ni
del noble arte de la guerra desde las páginas de por cantidad de caballos que de ordinario se en
Tito Livio, Salustio, Polibio ó César a las mise viaban á tomarlengua,se pudiese saber el desig
rables Estratagemas de Poliano y Frontino, a las nio y progreso del enemigo ». (Coloma. G. de
Tácticas de Urbicio y los emperadores Mauricio Flánd. lib. 5). También en el siglo XVI11 la u*a
y Leos. el marques de Santa Cruz. «Las grandes guar
dias y las partidas que van á tomar ganados ó
LLI.I. «De la formula sacramental le allah , , ,
., „ , , .. t lengua, ¿escoltar convoyes, etc. Reílex. mil. lib.
lie alian, que los muzlimes repetían con grande , ,„,
... ... , i 4. cap. 20). —Lengua de tierra. Sinónimo de
algazara anles de venir a las manos, se forma- 1
istmo. También es la punta do tierra que entra
ron las palabras lelió tili, con que nuestros cro
en -el mar y por lo común es llana, á diferen
nistas designaban la grita ó vocerío de los mo
ciado la punta peñascosa y alta que forma cabo
ros al empezar una batalla. "Con grande es
ó promontorio. Dice. Acad. Hist.). El pedazo de
truendo de lelies y atambores» (Crónica gener.
tierra largo y estrecho que entra en el mar
fol. CCIV). «Lejos se reiteraban los lilies agare-
(Dice Acad. Esp.)—Lengua del agua. La orilla
nos» (Cervantes. Don Quijote, part. 11. cap. 34\
y parte de tierra que toca y lame el agua del
Algunos lexicógrafos, como Terreros, han dicho mar y de los rios. (Dice. Acad.) «El dia de los
equivocadamente que el lelí era un instrumen
II de mayo, las centinelas que estaban á la len
to de guerra». Gayangos. Memor. hist. esp. T. X.
gua del agua avisaron como toda aquella noche
pág. 650. nota1.—Bueno es saber también que
habían oido pasar golpe de infantería y caballe
Voi.taire (Dict. philosoph. art. (írec.) dice que
ría por el puente». Coloma. G. de Fl. lib. 12;.—
el grito de guerra de los antiguos griegos era
Lengua de sierpe es una antigua obra de fortifi
alali; que entre los franceses se conserva hoy
cación que tenia esa tigura por su ángulo muy
tomo grito de caza. Dice. Acad. 5 dice lelili.
saliente.—Lengua de buey, llaman los zapadores
LENGUA. En el tecnicismo militar de los si auna variedad de pala redonda. —Por ultimo.
glos XVI y XVII tuvo esta voz latina, lingua, lengua, en el sentido ordinario es, según Dice,
acepción compleja, como demuestran los textos Acad. , el conjunto de voces y términos con que
siguientes. Hurtado DE.MENDOzv,en su Guerra r/e ! cada nación explica sus conceptos. Por eso es
Granada, dice en un pasaje «....envió una len- I muy frecuente decir Academia de la Lengua,
gua que fué y volvió no sin peligro». Lengua ¡ Diccionario de la Lengua. —Dentro déla lengua
aquí quiere decir parlamentario. Y en otra par- general del país hay, sí así puede decirse, otras
te: «Mas el marqués, que estaba ya avisado por | lenguas parciales, especiales, técnicas para las
una lengua que los nuestros le trujeron». Aquí | diferentes profesiones, artes y oficios. Terreros
ya es aviso, confidenci a.—Lengua efectivamente, | en el siglo pasado hizo un ensayo, bastante afor
seg. Dice. Acad., es «noticia que se desea ó pro tunado para su tiempo. En esle libró se intenla
cura para algún fin». De ahí la expresiva locu otro con respecto á la lengua militar, apuntan
ción tomar lengua, adquirir noticias del enemi do no mas orígenes y etimologías inmediatas,
go, hacer lo que hoy decimos reconoomiemos. autorizando con textos, precisando en cuanto es
Jorje Basta lo explica bien claro: «El otro es te dableel significado técnico y oficial. La riqueza
ner noticia de los movimientos de su enemiao. está á la vista; y para ayudarnos á sacudir el yu-
sus cómodos ó necesidades en que se halla, sus I go francés que hasta ahora nos ha oprimido,
consejos y designios, madre de las ocasiones de trascribiremos literal el texto del autor que con
las cuales proceden después las victorias. Y por más empeño ha estudiado la lengua militar de
que en todo tiempo no se tiene la comodidad de su país: «En effel, une parlie des termes de
LESA - 759 _ LIBR
nutre lañóte militáire esl sorti de nos debuts servicio de un estado. Hoy -f 1 8 1 T ) se entiende
avec la maison de Boure/oe/ne , de nos rapports particularmente para la recolección de los ocio
aren les Flarnands el de nos lultes avec les Espag- sos y mal entretenidos que se destinan judi
nols des Pays-Bas. (Bardin. Dict. art. Cavalier. cialmente al servicio de mar y tierra». (Dice.
pág. 4111). Acad.o). Esa es la definición exacta y no el lar
go tegido de necedades que insería Moretti con
LESA. Maquina que usaron en la guerra en
lamentable confusión. (V. Reemplazo). Desde
el imperio griego: iba tirada de ruedas ó poleas
Felipe V son numerosas las ordenanzas, cédulas
para cubrir ó cerrar algún puesto Dice. Terre y pragmáticas expedidas para regularizar este
ros;. Antigua m'iquina de guerra hedía de ma
odioso servicio: especialmente la de 7 mayo
dera y cubierta de pieles frescas, que se movia
177-i llamada de la Leva honrada, por la cual se
por medio de unas ruedas que tenia por debnjo. establecieron levas anuales en Madrid y otras
(V. Mantelete, Vinea) (Dice. Hevia, que es principales poblaciones, creándose cuatro depó
cribe Lesse). sitos en la Coruíia, Zamora, Cádiz y Cartagena.
LETRAS de servicio. Locución que no puede —En los parques de artillería, la palanca ó
ser más francesa, letires de sernice. Las letras ó espeque de gran tamaño, que generalmente se
cartas de servicio eran las órdenes que para emplea con la escaleta para remover cuerpos
mandar ó desempeñar algun destino recibían los de gran peso.
Brigadieres. (V. e. v.¡ Cuando no tenían dichas LEVADA. El movimiento airoso conquese ma
letras, cobraban el sueldo del empleo inferior neja la lanza, estoque, etc. ántes de ponerlos
inmediato de que estaban en posesión, como el en su lugar. —La ida y venida, ó lance quede
de coronel ó teniente coronel; y hasta el servi una vez y sin intermisión juegan los dos que
cio que prestaban era el correspondiente á estos esgrimen. —Lo mismo que leva, treta en esgri
empleos.—Los efectos de las letras de servicio ma (Dice. Acad. 5.¡ — En alguna parte hemos
duraban lodo el tiempo del desempeño del desli visto también levadas por escarceos y Caracoles
no ó comisión, y terminado que era se necesita de los antiguos caballeros en torneos y justas.
ban nuevas letras ó cartas. ¡V. Revista militar.
T. XIV. núm. 6. pág. 107;. LEVADIZO. Lo que se levanta ó puede le
vantarse con algún artificio; por eso se llaman
LETRINA. Del latín latrina; voz que Yar- asi los puestecillos que se retiran ó levanlan en
ron deriva de lamtrina ó de lavare-, y otros de las plazas y obras de fortificación (V. Flecha).
latere, estar oculto, escondido. La voz es técnica
en campamentos y otárteles. LEVANTAR. Atrincheramientos, —bandera,
—ejército;,—el campo,—el real,—los reales,—
LEUDES. Don Mantel Colmeiro, explicando el grito,—el guante,—el pendón,—el espíritu,—
la cerarqi ía gótica , dice asi: «Había distinlos la moral de las tropas, —el rastrillo de un fusil,—
grados en la nobleza goda como el de optimates de una plaza,—el homenaje,—el sitio,—faccio
ó primates Palatii Seguían en importancia nes, — fortalezas , — gente , — guerrillas , — pla
lOS DUQUES, CONDES V GARDINGOS (V. C V.) En nos,—plazas
otra inferior gerarquía se hallaban los leudes,
cuya condición es bastante oscura. Parecen ser LEVAR. Antiguamente levantar, del latín le
mililares que siguen libremente en la hueste al vo, levare. Hacer levas. Hacer, levantar gente.—
rey, dequien reciben sueldo y esperan merce Levar el real. Decampar, levantare! campo.
des. Su obediencia es voluntaria: su ley, el ju LIA. Ligadura, atadura, vencejo. La cuerda
ramento, y el premio de sus servicios la libera de esparto ó cáñamo: los mimbres, alambres que
lidad del caudillo. Las tierras concedidas por sujetan las faginas y salchichones.
vía de recompensa son el vinculo material en
tre el rey y el leude.... El burrelarius ¡del lalin LIBERTADOR. Sustantivo, el que salva á
bvrrclla, bocado de pan; era al procer, lo que otro ;más común, adjetivo, que se aplica al ejér-
el leude al rey, salvas algunas diferencias. Aun I cito de socorro, que ahuyenta al sitiador y sal
va una plaza.
que militares como los leudes, participaban los
bucelarios más de la vida civil y sedentaria, y LIBRA. Clonard en su líist. org. dice que
por eso los llamaron stationarii milites ». era una máquina igual á la brícola (V. y comp.
(De la const.de los reinos de León y Cast. T. I. Libralia).
pág. 119.). LIBRADOR. Soldado romano de tropas lige
LEVA. «Recluta ó enganche de gente para el ras que combatía con la honda llamada libri
LIBR — 7<>() — LICT
lla. (Dice. Hevia y J. D' W. M.) Más adelante «secreto», en el cual anotan los jefes militares la
dicen: Libraría lo mismo que librilla. vida y costumbres y también las acciones dis
tinguidas de la oficialidad.—Es la hoja de hechos
LIBRALIA. El erudito Carlos Aquino en su
actual. —Hay otras libretas, de habilitado, de
Lexicón mi Maris no sabe definir lo que era esta
rancho: y sobrados libros, maestro, de órdenes,
libralia ó Ubi ¡lia ó librilla. U.vrdix la tiene por
de filiaciones, etc.
variedad de la honda, semejante al kustibalo (V.
y comp. Libra, Librador) En Cesar [De bell. gall. LICENCIA. Voz puramente latina, licentia,
lib. 7) leen unos: «Fundís, umiusvs,sudibus(jite» de licet. En general facultad ó permiso para ha
y otros «libralibus». Parece en efecto semejante cer alguna cosa. Más particular, para ausentarse
al fustíbalo de Vegecio, que en el lib. 2 cap. 23 de su cxerpo. Más aún, en la clase de tropa, pa
dice: «Sed et manu sola omites milites rnedita- ra volver á la vida civil. ¡V. Absoluta). También
banlur libralia, saxa jactare». — Librilla por hay licencias, trimestrales, semestrales, para
otra parte suena como dardo. —Es la constante favorecer al individuo y al presupuesto. — Las
confusión de las tales máquinas antiguas (V. e. v.) hubo en la ominosa década (1823—.33) ilimitadas
é indefinidas [V. c. v.j.—Licencia se toma tam
LIBRAR. Aunque el Dice. Acad. en su 5.' bién, desde Tácito y Suetonio, en sentido de indis
edic. no trae librar batalla, no sabemos si el uso ciplina. —Licenciado. Aunque el oficial particu
logrará autorizar esta locución puramente fran lar (noel general) puede tomar la licencia abso
cesa. Desde luego los clásicos no la usan, por luta, se dice solamente de las clases de tropa
ejemplo: «Sabido por el principe de Bearne que que cumplen su tiempo, y vuelven á sus casas.
se había puesto sitio sobre Eperni, juntando —Licenciar. Rigorosamente concederla licencia
basta siete mil infantes y dos mil caballos, co absoluta al soldado cumplido. —Por extensión di
menzó á marchar en su socorro resuelto en dar solver, extinguir, reformar (V. e. v.) despedir
la batalla ó librar la plaza» (Coloma . G . de un CUERPO de tropas, generalmente después de
Flándes. lib. o). una QUERRA.
LIBRARIO. Oficial de administración militar, LICTOR. (V. Cónsul, Legión).
según se ve claramente en Yegecio: «Librarii:
ab e.o quod in libros referant rationes ad milites LID. El conde de Clonard en su Hist. org.
pertinenles» . Y el comentador Steuwlchio aña (T. I. pág. 430) le da una significación técnica o
de á este pasaje una antigua inscripción de Tar táctica en la edad media. Dice que era un com
ragona, en que el trozo Leg. XII G. F. Libr. se bate en campo abierto, en que ninguno de los
interpreta Legionis Séptima Gemina' Felices Li beligerantes obedecía á caudillo de primer ór-
brarías.— «Libharios, los que referían en los li den, ni general de mérito; era un choque, más
bros las raciones pertenecientes á los soldados». ó menos sangriento, entre destacamentos ó fuer
(Londoño. Discip. mil. fól. 43). Este sentido mili za poco numerosa y lo mismo se llamaba el ata
tar le atribuyen los Diccionarios. que de rebato que hacían caballeros sin consti
tuir cuerpo »—Dice. Acad. no entra en expli
LIBR EA. Está admitido que Gustavo Adolfo caciones y dice secamente: comíate ó pelea. Sin
en el primer tercio del siglo XVII, dió á sus tro duda Clonahd se apoya en el siguiente texto: «E
pas suecas el primer uniforme moderno. Con el lid llamaron cuando se combatieren cu el cam
nombre de librea, hoy tan depresivo, solía en po uno por otro, e dende arriba cuando quicr
tenderse por entonces el distintivo militar. Asi que fuesen ó non viniesen cabdillos de la una
leemos en los Avisos de Pellicer de 16 abril parlo nin di la otra que troxiessen seña cabdal.
4641: "El domingo fue la segunda muestra (re E ese tnesmo nombre pusieron cuando se ayun
vista, parada, de los archeros armados de petos, taban armados rebatosamente de la una parte e
espaldares, celadas, lanzas y pistolas, y sobre de la otra caballeros armados que non paran ha
las armas las casacas de su librea. Gobernábalos ces, nin tienden señas. Et facienda llamaron do
el Señor Conde de l'eri su teniente. Fué lucida hay cabdillos de cada parte en que faze cada
vista». —Lo que varian los tiempos! una su poder, ete.¡> (V. Fascienda). [Ley 27. Tit. 23
L1BRKTA. El pequeño cuaderno, propiedad I'arl. 2(. Los romanos tenían el sustantivo lis, li
del soldado, en que lleva su cuenta individual tis y traían su etimología de ftmife; porque lus
desde que entra en caja como quinto, hasta que primeras querellas entre los hombres fueron so
es licenciado. La copia de estas cuentas y ajustes bre limites ó lindes. Pero hasta la baja latinidad
queda en el libro maestro de la compañía —Li no lomó el sentido de batalla «litigare pro pra--
breta de vita et moribm llama Moretti al libro liari» pues en puro latín ya se sabe que batalla
LIDA — 761 — LIND
era prcelium.—Dice. Hcvu y Morf.tti se obstinan I cioncSj pero más particular entre partidos, ó
en que lid ha de ser combate ó pelea singular. [ facciones ó fracciones de un país. En la Historia
—Para distinguir los varios matices de lid, po ¡ militar española deben ocupar lugar preferente
drá servir el antiquísimo texto >¡guiente, en el I los singulares episodios de la Liga Católica, que
que también juegan batalla y faciesda. apoyó Felipe II con mejor intención que discer
Si alguna carrera podieve orne fallar. nimiento, con más voluntad que medios. Si ne
Pe guisa que pndiesenos esta lid escusar. . . . cesitase confirmación el eterno principio de que
En muchas oirás cosas se espyende el aver una guerra mal constituida siempre acarreará
En el lidiar orne non puede esforcir desastres, por más que en el General y en sus
Pesemos los paryentcs, á lo nuestro tornemos
Para yr i la batalla aqueso aguisemos Tropas brillen la táctica y el valor, esa desdi
Por miedo de la muerte la lid non la esrnaemos chada intervención en Francia á favor de los /»-
Caer ó levantar ay lo depai Iviernos güeros daría demostración palmaria. Aconseja
Sy Dios aquesta lid me deja arrancar, mos su estudio.
Quiero de todo lo mió 'o quinto á este lugar dar....
Fuelos de vna lid el Conde aruytando LlfsERO. (V. Cazador).
Sepades qae en lid non son todos ytrualcs,
Porque en lancas se vencen las faciendas LIMEN ARCA. Voz latina, de limen ó limes.
Cuytaron los afyrmes davan lid presurada, El oficial romano que velaba por los limites ó
Kre tenían en los yelmos mucha buena cuchy liada.. confines, ó mandaba tropas destinadas á guar
Deve aver el orne gran seso en lidiar, dar las fronteras.—Los soldados se llamaban
St non podrá ayna gran yerro tomar
Non deve el que puede la lid alongar: limitáneos (Dice. Terreros).—El Dice. Acad. tam-
Ouien tiene buena ora otra quiere esperar j bien trae limitáneo, limítrofe, limitar, de límite,
Pero tomo eran muchos yranlos acoytando limes.
Ya yva la lid de fiera guisa estando
Fue del rrey (Jarcia la yglesiabien lidiada LIMO. Lo mismo que légamo; barro, fango,
Non lo quiso dexar magera era sagrada lodo.—Limoso, se dice del terreno.
El Conde don Fernando con toda su mesnada LIMONERA. En los carruajes, las dos varas
Vino aSafagund et fallóla cercada:
Dioles un gran torneo una lid presurada entre las cuales se engancha la caballería. Es
El uno contra el otro enderezaron voz que inserta el Dice, ilustr. de artillería; lue
Et la lid caapal atli la contonearon. go no debe ser galicismo, aunque lo parezca.
[Poema del conde Fernán González) LIMPIAR. Lo mismo ó quizá más que
LIDA o CL1DA. «Cierta máquina antigua de barrer (V e. v.| En táctica es técnico y expre
guerra, que consistía en una viga detenida de un sivo «fué tanto mayor la dificultad por el
contrapeso y en soltándola arrojaba multitud de gran peligro que se tenia, siendo esta parte por
piedras». ¡Dice. Terreros). Según Uaruin, que doude se caminaba tan cerca del castillo, que
también da lida, clida, gauclida, sin indicar su con su artillería descubrían y limpiaban toda la
etimología ni su disposición, era catapulta de campaña» (a. Carnero. Guer. de Flánd. lib. 41
báscula, fundíbalo, engeño para arrojar piedras. cap. 8.,. «No hicieron ménos buen efeto algunas
—Ni sabemos, ni queremos saber más. piezas plantadas ert diferentes puestos para lim
piar las defensas». (Coloma. G. de Flánd. lib. 8).
LIDIA. Positivamente es lo mismo que lid,
cómbale ó pelea, como que asi lo dice Dice. LIMPIEZA DE SANGRE. Abolidas las an
Acad. Pero la tauromaquia se ba apoderado ya tiguas pruebas de nobleza para el ingreso en la
de lidia y lidiador de un modo tan «oficial», carrera militar, por decreto de las Cortes de
que al oir la última voz, nadie ve más que á 17 agosto 1811 y 9 marzo 1812, todavía quedó
Cuchares ó al Tato con su muleta y su espada una información más modesta, para probar si el
ante el toro.—El militar, está visto, no puede pretendiente era limpio de sangre, esto es, per
lidiar, ni batallar. (V. e. v.) tenecía á familia honrada. El art. 59 del regla
mento del Colegio de Infantería de 16 enero
LIENZO. Antiguamente Ayora en sus Carlas, 185o las prescribe. La fuerza misma de las co
luego Terreros en su Diccionario han dicho lien sas convirtió en una vana fórmula esto de la
zo de muralla por loque hoy técnicamente dicen limpieza; pero hasta 1865 ese residuo ó resabio
los ingenieros cortina (V. e. v.) Pero nadie, que de otros tiempos no fué abolido por sanción
sepamos, ha llamado lienzo á la cara del baluar legal.
te, como pretende Moretti, á quien copian He-
LINDE. LINDERO. El término ó línea que
nía y J. D' W. M.
divide unas heredades de otras.—Limes, en la
LIGA. Confederación, alianza entre dos na- tín, está usado por Tácito, Virgilio y otros clási-
96


LINE - 762 - LOBO
eos en sentido militar do barrera, muralla, de es lo cierto que la Academia de la Lengua no ha
fensa. dado en su Diccionario tal acepción de lista, ni
LÍNEA. Voz latina. Por evitar repeticiones de personas, ni de efectos, cuyo ejemplo siguen,
sólo se da en este articulo el Índice de las prin según creo, todos los demás Diccionarios».
cipales- palabras que pueden buscarse en su res LITHOBOLA. Siempre que se vea lilhóbolo,
pectivo lugar alfabético. Linea abaluartada—de lithúbatos ó algo parecido, no hay que romperse
APROCHE—de ATAQUE—ATRINCHERADA AVANZADA — ios cascos en averiguar qué clase de máquina fue
de BATALLA— de BATERIAS — DESTACADA — CAPITAL se. Lilhos en griego significa piedra; y ambas
de CIRCUNVALACION de COMUNICACION de CONTRA voces son nombre apelativo y genérico de toda
ATAQUE Ó CONTRAAPROCHE — de CONTRAVALACION— máquina, sea la que fuere, pedrera, pelraria, que
CONVERGENTE — de DEFENSA — DEFENSIVA—de DES decían los latinos, que arroja ó dispara piedras.
PLIEGUE—de DIRECCION — DIVERGENTE — ESTRATEGICA Así, cuando algún pedante llame lithóbolo al
FLUVIAL—FORTIFICADA —FRONTERIZA—de FUEGO (í moderno pedrero no hay que asustarse: es sim
FUEGOS de FUERTES—COn INTERVALOS [le LUNETAS plemente una simpleza.
—de LLARES—MAGISTRAL—de MASAS—de OPERACIO LITUO. Nombre latino de la trompeta que
NES —de plazas—de puestos—de redientes—de llevaba cada turma ó unidad táctica de la caba
reductos—de retirada—de talas—de tenazas— llería legionaria romana. La voz dicen que es
de tiro de origen griego; pero Festo quiere que proven
LÍNGULA. Diminutivo de lengua en latin: ga de lilis, lid, porque la presencia: «Lituus,
en castellano diriamos lengüeta. Espada corta quod litis sit teslisn. Los que tocaban el lítuo se
y de esta figura que usaron los romanos, y que llamaban liticines, como de la tuba, tubicines.
cita Aulo-Gelio. lib. 10. cap. 25: «Spatce, lingu- L1WA. En árabe enseña, estandarte (Simonet.
lx, pugiones, clunaculce». — Heron [De Mach. Leyend. pág. 6).
bcll. cap. 42) llama lisígula á una de las partes LIZA. Campo, palenque, estadio, tela para
que constituían las máquinas de proyección. batallar y justar.—También se toma por la mis
ma lid ó pelea. (V. Palestra). En los autores de
LINJAVIiRA. Lo mismo que auaba, carcaj la ínfima latinidad licia, liciarum, significaba
ógoldre (Martínez del Homero Cal. de la II. Arm.) reparo, atrincheramiento, barricada, obra ligera
LISTA. Dejemos üablar á Vallecillo (Co de fortificación. Asi dice Ducange [in glos. Go-
mentarios d las Ordenanzas): «Dice Covarrubias, defr. monach. 1219). «Muri firmati sunt ligneis
definiendo la voz lista: Es una cinta de color, castillulis, ac liciis» esto es, barricadas, casti
angosta, y la que es ancha llamamos listón: y llejos de -madera. De aquí palizada, estacada,
la tela tegida de estas listas, listada; y por ser palenque.—La etimología, según Bescuérelle, es
como regla, significa por traslación la ordenanza del latín licia, empleado con igual acepción en
de cosas puestas en hilera, dedo se dijo alistarse la baja latinidad y derivado de palilium [clátu-
los soldados, y estar en lista, estar en la copia re en bois), de palus (piéu) estaca. Pero Viollet
militar. Ignoro su etimología». le Duc [Architect. mil. pág. 35) le da un signi
«Esto sentado, a toda copia militar se la lla ficado técnico y exclusivo de fortificación, lla
mó simplemente lista, y á la lista para pasar re mando así la palizada ó estacada que, en la edad
vista de comisario que se forma clasificada por media, precedia al verdadero muro, como el ac
los grados de cada compañía según el pié cons tual camino cubierto; y por extensión el espacio
titutivo de cada una, pié de lista; de modo que si comprendido entre dicha estacada y dicho mu
todo pié de lista es verdaderamente una lista,por ro: lo cual no viene áser otra cosa que una fal
contener nombres de individuos en la forma ex sabraga primitiva, cuya importancia se fue acre
presada, no toda lista, que puede ser comprensi ciendo hasta llegará la masa cubridora de tier
va desde uno hasta miles de individuos con dife ra que se opuso á la primera artillería.—En
rentes clasificaciones ó con ninguna, es pié de rigor liza, por todo lo dicho, puede significar
lista; y vale tanto, en su consecuencia, decir pie hoy genéricamente estacada.
de lista, como lista ordenada y clasificada para LOBO. (V. Bidente). «Llamaron los antiguos
pasar revista de comisario; á diferencia de las lis á una máquina, especie de alicates grandes,
tas de otras clases, que se ordenan por estatura, corvos y dentados, con que volvían á una y otra
poranligüedad, por escuadras, etc. Y aunque la parte el carnero ó ariete». (Dice. Terreros). Por
voz relación se usa comunmente como lista, sin esta explicación puede parecer que lo usaba el
otra diferencia, y esto no es absoluto, que la de sitiador; pero San Isidoro atribuye el lupus ó
ser de efectos, asi como aquella lo es de personas. harpago, en latin, al defensor, interesado desde
LOCH - 763 - LOMB
lo alto del muro en desviar ó inutilizar el ariete. TICA del griego y significa «el arto de calcular».
LOCHAGOS. En la táctica griega el número Sabido es que los cálculos son la parte más im
primero de una fila ó hilera. portante de las funciones del estado mayor».
LOCHOS. En la anticua táctica griega signi (L Art. mil. au XIX siécle. T. I pág. 385).
ficaba fila ó hilera; pero debe advertirse que no LOGOMAQUIA. Voz griega que quiere de
todos los autores se conforman con esta defini cir cuestión de nombre. Y añade sesudamente
ción. el P. Terreros (1786) en su Diccionario: «Si se
LOGIS. Voz francesa que se introdujo por evitaran las logomaquias, se quitaran muchas
>
poco tiempo, al advenimiento de la dinastía \ cuestiones inútiles y se adelantaran la9 cien-
borbónica, con el mariscal de logis. No sabiendo I cías». El buen padre jesuíta barruntaba sin du
los misinos franceses lo que quería decir, es da la Estrategia, Logística y otras menudencias.
inútil para españoles pretender averiguarlo. LOMA. La altura de tierra, en forma de lo
(V. Brigadier). mo, con corta pendiente á sus costados: unas son
labrantías y de pasto, como la Loma de Ubeda;
LOGISTICA. Voz nueva, derivada del grie
go é introducida, sei^un creemos, por el barón y otras en las montañas y tierras están princi
de Jonixi que, en su Compendio del arte de la palmente destinadas á pasto, como la Pinza y la
guerra T. I. pág. l ii, después de definir como Lora, que son dos páramos rasos y frios en tier
parles primera y segunda del arte, la estrate ra de Búrgos. (Dice. Acad. Hist.)— «Colina ó al
gia y la táctica sublime, sigue así: «La tercera tura no muy grande que se levanta en las llanu
es la logística, ó el arte práctico de mover los ras». (Dice. Acad. Esp.)
ejércitos; los pormenores materiales de las mar LOMBARDA. Dice Clonard en su Hist. org.
chas y formaciones, y el establecimiento de los (T. I pág. 40): «Hasta mediados del siglo XIV
campamentos y acantonamientos sin atrinche no se conoció entre nosotros el nombre de lom
rar; en una palabra la ejecución de las combi barda ó bombarda que dieron los franceses á su
naciones de la estrategia y de la táctica subli primitiva artillería, y por cierto que esta denomi
me». Es voz que también usan Lloyd y Cuam- nación que, según Covarrubias, pudo tomarse de
bray, y que, á pesar de tan respetables autori las palabras bombo y ardeo (Dice. Edic. de 1675,
dades, podia suprimirse. (V. el art. que sigue). fól. 94) no era más significativa, ni más apropia
—A las dificultades insuperables que por si da que la voz trueno con que hasta entónces de-
ofrece la «exacta» definición de estrategia y I signaron los españoles esta terrible invención.
táctica, añade Jomini esta otra de la Logística Sólo desde el citado tiempo la vemos figurar con
explicando, en diez y ocho párrafos nada me este nombre en varios sitios y batallas. En un
nos, las atenciones que comprende el nuevo ra pasaje de las memorias del Rey don Pedro de
mo y que sin gran esfuerzo pudieran repartirse Aragón, traducido por Cáscales (Hist. de Murcia,
y clasificarse en los dos principales, ó si se quie discurso 6.°, cap. 5, pág. 131) se lee lo siguien
re, en otros diez y ocho nuevos cada uno con su te: «Las naos grandes del Rey de Castilla tenían
respectivo nombre griego. en popa ciertos trabucos y máquinas con que
Rüstow, admitiendo de mala gana la logística, lanzaban piedras ....una lombarda que estaba en
dice á este propósito: «El ejército es un organis una nao grande del Rey de Aragón, tiró de Jue
mo completo. En cada momento de su acción le go con pólvora, hizo tanto daño en otra del Rey
vemos proseguir un pensamiento estratégico, de Castilla que le llevó los castillos y el árbol».
ordenándolo tácticamente al mismo tiempo. Es «La descripción más antigua que se encuen
te órden táctico es la incorporación la incarna- tra de la lombarda se debe al historiador italiano
cion'.') de la idea. Entre la idea y su incorpora Andrea Radugio (Chronicon Tarvesinum ab atino
ción viene á colocarse el cálculo especial de las 1368 ad 1428). «La Lombarda, dice, es un ins
relaciones, el plan, el orden de ejecución. Así trumento de hierro con ancha boca, en la que
creemos fijar su verdadero puesto á la parte del se coloca una piedra redonda ajustada al calibre
arte militar que Jomini llama logística.—La Lo de la pieza; este instrumento tiene en su parte
gística es en efecto esa ciencia que abraza toda posterior un tubo ó recámara, doblemente más
la acción del Estado Mayor General en los ejér largo y también más angosto que la boca; en es
citos actuales. Jomini deriva la voz de la antigua te tubo se pone la pólvora compuesta de salitre,
designación francesa del cuartel-maestre -general azufre y carbón de sauce».
Major general des logis; pero también es un er «Aprestar y llevar seis tiros gruesos de lom
ror. Como ESTRATEGIA, COlllO TÁCTICA, ViCIlC LOGÍS barda, que nuestros Cronistas llaman Lomba r
LOMB _ 764 — LORI
das, creo de Lombardia, de do vinieron primero paraban una sola vez al dia, y una de ellas ma
tó al almirante genovés.—En 1370 una bom
á España, ó porque allí se inventaron'). ¡Mama
barda asestada contra Pisa necesita un dia para
ba. Hist. de Esp. lib. 20. cap I4>.
Méíiage opina que lombarda puede provenir su carga y puntería. —En la batalla de Commi-
nes'1382 los franceses tienen bombardas por
del bajo alemán ú holandés bomber que signifi
tátiles que tiran gros carreante de fer, cuadri-
caba catapulta, en plural bomberden, cuya com llos gruesos, dardos de hierro. —Froissart habla
posición con steen dio bomber steenen, bolaño, también de bombardas en Quesnoy, pour jecter
bola de piedra, provectil de catapulta. grawh quarreaux sur les Francais, y en el si
Bardin afirma que en su origen se llamaban
tio de Oudenanlc (1382; cita una disforme de
indistintamente bombardas, tanto las piezas de
17 metros de largo. Daniel pone esto en duda,
artillería, como las catapultas, es decir, que
ó por lo ménos, presume que seria una catapul
venia a ser un nombre «genérico» de máquina
ta. —Carlos VI siliandoáBourges (1412) empleó,
grande que lanzase, de cualquier modo, gruesos
según Velli, una bombarda llamada Griete
proyectiles: máquina pirobalística ó neurobalíi-
(Margarita) que manejaban 20 hombres y lan
tica. Positivamente en el último tercio del siglo
zaba peñas como ruedas de molino. Análogas
XIV y principios del XV no es fácil discernir
piezas figuran en el sitio de Rouen, 1418. —En
cuándo las bombardas eran verdaderas piezas de I 127 los Venecianos toman á los Milaneses, en
artillería y cuándo máquinas que lanzaban mix
Víscello, 16 bombardas que tiraban bala de 600
tos incendiarios ó fétidos, pólvora hedionda. Só libras Vemos, pues, hoy resucitar el siglo
lo después de mediado el siglo XV es cuando XV, pero con notables perfecciones de mecánica
realmente el nombre Bombarda designa en Euro
y metalurgia. —Lombardada. Tiro de lombaida,
pa, y el de Lombarda en Castilla, el cañón, el
disparo, cañonazo. —Lombardear. Cañonear, ba
instrumento pirobalístico. —En el extenso artí
tir antiguamente con artillería gruesa.—Lom-
culo Artillería hemos procurado dirimir esta
bardero. El primitivo artillero.
embrollada cuestión.
El Diccionario militar más reciente (1863) de LOMO. En la espada ó sable la parle opuesta al
J. D' W. M. dice que la lombarda apareció en el corte ó filo. —En topografía lo mismo que LO»».
siglo XV. «Se vió este cañón por primera vez en La tierra que levanta el arado entresurco y surco.
España en el sitio que en IM4 puso á Alora el —A lomo, adverbio para denotar que la carga va
Rey Fernando V y sus servidores eran alemanas sobre mulos, como en la artillería de montaña.
y franceses». Esto es algo tardío. (V. Artillería). LONlilMETRI A. Lo mismo que apomecome-
Pero en compensación hé aquí otro texto también tría, medición de distancias inaccesibles.
moderno: «Las primeras bocas de fuego, á las
cuales se aplicó la denominación bombarda, apa LORIGA. Procede evidentemente del latin
recieron hácia fines del siglo XI y principios del lorica. Esta palabra ha ejercitado la pa
XII; pues ya en 1 081, Alfonso el Sabio [sic) tomóá ciencia de los eruditos, siendo el resumen de
Madrid de los moros, usando de una bombarda, sus minuciosas investigaciones, que compreu-
que se conserva en nuestro rico museo de artille día, como voz genérica, la parte de ARMADCU
ría: y ántes de esta, los moros usaban alguna que destinada á cubrir el tronco del cuerpo, bajan
otra en puntosdesuma importancia según de las do más ó ménos de la cintura. La antiquísima
crónicas se deduce». (Encielop. de Mellado. T. V lorica griega, el coselete del siglo XVI eran sim
pág. 578). La inexactitud, arriba notada, de con plemente nuestra coraza actual, compuesla de
fundir á Don Alfonso VI con Don Alfonso X au sus dos piezas peto y espvldar, sin otra diferen
toriza plenamente á dudar de estas bombardas cia que la materia, bronce, hierro, cuero, tela:
prematuras y problemáticas. De todos modos la y el modo de ajuslar dichas dos piezas con cor
bombarda ó lombarda es en el último tercio del reas, corchetes, visagras.—Lorica era también
XIV, y en casi todo el XV, el nombre genérico entre los romanos todo «vestido defensivo», en
y universal de la boca de fuego de gran diáme cuya piel ó tela iban cosidas ó clavadas peque
tro, ordinariamente recamarada, con enorme ñas láminas de metal, hueso ó madera, en fi
proyectil de piedra al principio, y de manejo y gura de escamas y aún de plumas, lorica plu-
puntería por extremo dificultosos mata (Justino. XLI 2,. —Virgilio.—Salustio) In
Daru y Sismondi refieren que en 1380 los Ve verso de Virgilio dice:
necianos tenían dos bombardas, llamadas la Tre- «Louicam cüHSi'rtam haiiiis, anroqne triplíceme,
visana y la Victoria, con recámara, que arroja «De triples mallas de oro
ban balas de mármol de 140 y 200 libras: dis «Su cota centellea.
LORI - 765 - LORI
Lorica serta molli, lorica caleña: la cota de cuero, y corazas acorio. —En efecto L' Encyclo-
mallas, las (¿minas ó anillos, no cosidos al cue péilie Methodir/ue, apoyándose en Tito Livio
ro inferior, sino engarzados formando cadeneta. (lib. I. cap. 23) y en Dionisio (lib. IV. pág. 224)
Lorica lintea: el sayo flotante de lela dura ple afirma que las primeras corazas de los roma
gada ó forrada y endurecida en vinagre y sal. nos fueron de correas, de donde tomaron el
Por último para que esla voz llegue al colmo de nombre de lorica. Servio las hizo ya de metal,
la generalidad Vitruvio [II, 8 y 18. VII, 1 y 4', pero no las dio más que á soldados de pri-
Tácito lAnn. IV, 49;, Vrgrcio y otros la usan Respecto al sentido general de arrioo y de-
para designar «todo lo que pueda servir de abri mera clase.
go y defensa»: la capa de mortero que reviste fensa que la loriga tuvo en fortificación, lo con
un nono; el parapeto que resguarda: la pavesada firma Ríen y singularmente Maizerot, que ha
que abriga, etc. etc. blando de sitios antiguos dice: «En general todo
Tamaña extensión y variabilidad de signifi lo que servia para cubrir y formar parapeto to
cado excluye desde luego la definición corla y maba entonces los nombres de pluteus 6 lorica.
precisa que es lan recomendable. Sin embargo, Ilute loric^m, pinnasque adjecil dice César, re
recorriendo el art. Armadura y añadiendo aquí firiéndose á sus atrincheramientos del cam po de
nuevos textos, quizá se logre manifestar la evi Alesia. M is particularmente expresaba la voz
dente sinonimia de varios vocablos extraños, lorica el parapeto de un atrincheramiento; de
fijar las ideas esparcidas y traer, como dicen signando el pluteus, plúteo (V. e. v.) como ge
los alemanes, la variedad á la unidad. nérico, todo lo destinado á cubrir ó garantir de
Acudamos en primer lugar, como siempre, las flechas, como tablas, zarzos, pieles colgadas» .
al Dice. Acad. que da: «Armadura hecba de Dejando por excepcional este sentido, visi
láminas pequeñas, por lo común de acero, que blemente figurado, y volviendo al recto de la
caen unas sobre otras para defensa del cuerpo voz, bien se alcanza que en el largo trascurso
en la guerra. En latin lorica. —Armadura del de los tiempos la loriga, como en los mismos
caballo para el uso de la guerra. Lorica, cata- nuestros vemos con las prendas de vestuario,
jihracti equi tegmen». Esta definición ese scasa. tomaría varios nombres, que quizá designasen
—Más aún y más inexacta es la del Dice. mil. levísimas modificaciones de materia y construc
de Moretti, que trascribe puntual Hevia, y co ción. Por eso aquí se agrupan y acomodan las
mienza: "Pieza de la armadura antigua, a ma voces Ciamrav, Bruñía, Certenia, Perpunte, Zara,
nera de coraza ó cota de malla, que cubria el Toracomaco, Coleto. Alpartaz, etc.
pedio y las espaldas, etc.»—Más amplia y cor Para este laborioso deslinde acudiremos de
recta es la del Dice. mil. de J. D'W. M: «Espe rechos al inagotable conde de Clonard que,
cie de coraza compuesta de diferentes materias, tanto en su Historia orgánica de las armas de
según las épocas en que se usaba. La primitiva Infantería y Caballería como en su Memoria so
loriga fué de correas cruzadas sobre el pecbo; bre el Traje, ha amontonado gran copia de da
después, de lelas fuertes puestas unas sobre tos y noticias, casi confusa por su misma abun
otras; luego se hicieron de cuero; más tarde la dancia, y de imposible resumen por cierto des
formaron con láminas ó pequeñas planchas de orden lamentable de redacción. Trascribiremos,
hierro en figura de escamas; fué sustituida por pues, algunos párrafos de su Memoria de la
una red de menudos y apretados anilios de Acad. de la Hist. (pag. 20, 21 passim): Las ar
hierro fuertemente enlazados los unos á los mas defensivas que por lo común usaban los
otros; finalmente, en la edad media, fué un ca- godos eran la loriga y el yelmo. Procopio, his
misote de mallas que llegaba hasta las rodillas toriador griego, que lloreció en tiempo del em
y le ponían los caballeros sobre el gambax. Tam perador Justiniano y sirvió en sus legiones hace
bién al caballo se le cubría con loriga frecuen mención (De bello gothorum. lib. 1. cap. 22 y
temente». 2.1. lib. 3. cap. IV. edic. de París 1662) de va
La definición de Covarrurias [Tes. de la leng. rios godos cubiertos con ellas. La ley 9, tit. 2,
casi. 1612) apunta con certeza la etimología: libro 0, del Fuero Juzgo, según el texto latino,
«Armadura del cuerpo hecha con láminas de describe sus armas contando entre ellas las za
acero, que por otro nombre llamaron corazas. llas, lorigas, escudos, espadas, escramas, lanzas
Estas eran antiguamente de unas correas (egi y saetas; las zabas según el sentir de Justo Lip-
das unas con otras tan apretadas, que ningún sío ÍDc Mjlit. lib. 3. diálog. 6) era el thoracoma-
arma podia pasarlas; y así lorica se dijo del co de lana y fieltro largo hasta las piernas: de la
nombre latino lorico ó loro que es correa de misma opinión son Morales (lib. 42. cap, 31) el
LORI - 766 - LUA
maestro Bcrganza [Antig. de Esp. cat. de voces I camas? A la verdad —continúa Clonard—difícil
ant. parte 2.") y Du-Cange <art. Zaba) el cual seria satisfacer esta duda, sino lo aclarase Don
refiriéndose al emperador León VI, previno se Alonso el Sabio en su Gran Conquista de Ultra-
hicieran decnerode búfalo fíe Tael. lib. ti).— mar con estas palabras: «Entonces enlazáronlos
La traducción del Fuero en castellano se expre lugares de las lorigas qne eran de enlazar, e
sa de lorigas y perpuntes lib. 9. tit. 2. ley 8.) aquellos llaman los homes d' armas ventanas»
y San Isidoro lElimoloij. lib. 18 cap. XIII) que co Gr. Conq. de Ultr. líb. 2 cap. 127, 231 y 234).
noció estas armas, las describe diciendo que se Por fin, la parte que cerraba al rededor del cue
componían de (únicas de silicio ísic) cubiertas llo se llamaba gorguera, y los dos extremos quo
de laminas de hierro ó de bronce trabadas en- la cerraban por la espalda el brochar »
tse si á modo de escamas de pez. — Es bien dig «Desde el siglo XII empezó el uso de poner
no de notar el acierto de los traductores del sobre las lorigas de los caballos las gualdrapas
Fuero para glosar la zaba por el perpunte; llamadas coberturas ó paramentos, que se ha
pues conviniendo Lipsio en que esta es el tho- cían de cendal tercenel ú otro genero más fino,
racómaco, añadiremos la descripción que hace en donde estaban estampadas las armas de su
de él un autor anónimo del siglo VI en su trata dueño. Los ginetes igualmente cubrían las su
do defíebus bellicis, para confirmar la inteligen yas con los sobregoneles, de la misma forma
cia de los qne se emplearon en aquella versión. que los braquíales antiguos de paño ó seda, y
«liste género de vestido, que se forma de ceñíanse sobre esta cota de armas la espada. Pa
fieltro á la medida y para resguardo del pecho, ra resistir á las bruñías y alsebergos se ponían
se compone de lana floja con el objeto de que debajo los belmeces, parecidos á la túnica, de
al vestirse la loriga, el clibano ú otra armadura un género fuerte y lomado del árabe bekmen...*
semejante, no maltrate el cuerpo con su peso y Don Alonso el Sabio, al conceder en 12 se
aspereza y que los miembros del que lo use tiembre I2SG fueros á la nobleza de Segovía y
queden al mismo tiempo desembarazados para Peñafiel, dice: «el caballero que toviere caba
el manejo de las armas. Para que el thoracóma- llo é armas; e el caballo de 30 maravedís arri
co, en tiempo de lluvias recargado con el peso, ba; e escudo, e lanza, e loriga, e brafonera e
no moleste al soldado, convendrá añadirle una perpunte, e capiello de fierro, e espada, que non
cubierta de pieles líbicas bien trabajadas y apro peche» [Colmenares. Hist. de Segovia. cap. 22.]
piadas á su figura. Toma este nombre del griego En 1330, en que el rey Don Alonso XI insti
porque sirve para defender el cuerpo, yá linde tuyó la orden de la Banda, todavía se usaba la
que se presente armado completamente en la loriga, según su misma Crónica (cap. 100) que
pelea llevará también los soceos calzados, ocreas al describir como se armó caballero en Santiago
de hierro, galea, escudo, espada y lanza». y veló sus armas dice: «et en amaneciendo el
«En los siglos VIII, IX y X la voz loriga se arzobispo Don Juan de Limia dijole una misa el
encuentra en muchos documentos. En el fuero bendijo las armas. Et el rey armóse de todas sus
de Sepúlveda, dado por Alonso VI de Castilla armas, et de gambas, et de loriga, et de quijotes,
conforme á las costumbres introducidas desde et de canilleras, et zapatos de fierro. El ciñóse
el tiempo del conde Fernán González, dice: Et su espada, tomando él por si mesmo todas las
qui ad esto railan caballeros excusen! singutas armas del altar de Santiago, que ge las non dio
acémilas; et qui yelmo et loriga dederit ad caba otro ninguno etc».— Lorigado. El hombre y el ca
llero sedial excusaton. ballo armado antiguamente de loriga. Hoy tara-
«La loriga, alsebergo ó bruñía se labró de bien podría decirse con gran propiedad, mejor
distintas maneras: ya de sortijuelas de acero ó que blindado y acorazado, del barco, del muro,
de punto de malla: las más antiguas se reducían
déla batería.—Lohigon. Loriga con mangas has
á unas túnicas anchas, con manga de lienzo cru
ta el codo. «Lorigon es dicho el que llega la
do ó lana burda, que cubrían las rodillas, y en
manga fastal codo et non pasa más adelante».
el exterior del género tenían sobrepuestas hile
Ley XXVIII. tit. XXVI. Part. 11. Ley 1 i. tit. 7.
ras de manchas pequeñas 6 como sí dijéramos
Espéculo). Dice. Acad. no está exacto al darlo por
escamas de pez de acero bruñido; las hubo sen
aumentativo de loriga. (V. y comp. Lanzon,
cillas y de dos ó tres lizas ó hilos, etc. etc.»
MosgiiEios;.—Loriguero. Lo que pertenece á lo
«Pero estas lorigas preguntará alguno más
curioso ;.de que modoso abrochaban, suponién riga.
dolas abiertas para ceñirse al cuerpo, en vista LUA ó LUVA. Lo mismo que wantos, gfas-
de su dureza por los triplicados órdenes de es ieliítes, manoplas, guantes de armar. —Guante
LUGO — 767 — LLAN
de esparto y sin separación para los dedos que
sirve para limpiar caballos.
LUCO. Antiguamente bosque ó selva de ár
boles cerrados y espesos. Del latin lucus.
LUCHA. Del latin lucia, que no tenia el actual
sentido, sino el de ejercicio gimnástico ó atletico.
LLAMADA. De llamar, en latin clamare. To
LUGARTENIENTE. Del latin loctts- tenería. que reglamentario de servicio y honor.—Señal
Su acepción general desde muy antiguo ha sido | de parlamento y rendición.—En plural, AYUDAS
el segundo en la gestión ó desempeño de un car suaves al caballo con las riendas.
go, oficio, empleo, l'or contracción quedó tenien LLAMAMIENTO. En la esfera del Gobierno,
te. Hoy conservan los franceses e ingleses esta la acción de convocar ó reunir unidades orgá
misma voz, lieutenanl. nicas ó cuerpos preexistentes, tanto individuos
con licencia, como quintos, reservas, milicias.
LUMBRES. En las armas de chispa antigua (V. y disting. Creación).
mente, el rastrillo. Tener buenas lumbres, dar
chispas fuertes ó abundantes. —Los primitivos LLAMARADA. Sentimos que un Dice, mili
arcabuceros llamaban también lumbres á los tar moderno diga á los militares que se llama
avíos de encender la mecha: yesca, eslabón y pe asi el fogonazo de un arma de fuego. Ninguno
dernal. Del latin lumen. se lo creerá. \ además, si el autor mismo dice
fogonazo ¿para qué llamarada?— En todo caso lo
LUNAS. «Piezas de la armadura antigua para que la voz significa, y eso porque lo manda el
defender el cuerpo». (fiicc. Acad. 5). Difícil es Dice. Acad. , es ahumada (V. e. v).
saber lo que serian. LLAMAS. «En Asturias son los terrenos pan-
lanosos en que se detiene el agua manantial que
LUNETA. Baluarte pequeño y con la preci
sa condición de no formar sistema, de estar brota en ellos: y es lo mismo que budial. En
Galicia llaman lamas. En la marina se usa de
suelto, aislado, destacado, avanzado. Y nada
esta voz para determinar el fondo de fango».
más.—Lástima da que los dos Diccionarios mili
JDicc. Acad. Hist.) No está en Dice. Acad. Esp.
tares de Hevia y J. D' W. M. se hayan dejado
seducir por Müretti, que en su peregrina defini LLAMAZAR. «El terreno pantanoso». (Dice.
ción larga los acostumbrados «prolongamientos» Acad. Hist.) Tampoco está en Dice. Acad. Esp.
y otros excesos, como embrollar luneta con te LLANADA. El espacio de tierra ó campo que
naza. La voz es francesa, lunetle, venida con el se extiende con terreno igual sin altos ni bajos.
aluvión del siglo pasado. Aunque sinónimo de llano y llanura, es menos
usado, y parece envolver un significado de ma
LUSTRACION. En los primeros tiempos de yor extensión.
Roma. Servio Tulio ordenó el recuento general
LLANO. Del latin planus. Se usa como sus
de la población, en el cual todos debian decla tantivo y adjetivo. Sustantivo significa la parte
rar su edad, hacienda, nombre de la tribu, de
de un terreno sin relieves, alturas ó desigual
su padre, número de hijos y esclavos. Esta ope
dades. Generalmente cuando se dice un llano se
ración se llamó censo. Y terminada, se convoca
da idea de una pequeña extensión; y se usa el
ba á todos los ciudadanos con armas al Campo
plural, llanos, para designar grandes superficies
de Marte. Esta revista se llamaba clausura del ó campos rasos y altos. En Cataluña, se llama
lustro, porque iba acompañada de sacrificios y
plá y plana á la campiña i xtendida, como el plá
purificaciones llamadas lustraciones. Lustro era de Urgel, la plana de Castellón (Valencia). Se
el intervalo de cinco años entre dos censos. comprende bien que los llanos altos no son otra
(Napoleón 111. Hist. de César. T. I pág. 10 cit. á cosa que grandes mesas ó mesetas (V. e. v.) y los
Tito Livio 112 y Dionisio Halicarnasio 4, 16, llanos bajos, valles de los llamados también ba
21, 22). jos (V. Valle). De su configuración procede que
LUSTRE de las armas. El Dice. Acad. da por lo mismo sea decir los llanos de Lombardía,
primen acepción «brillo de las cosas tersas y que el gran valle del l'ó y del Tesino, los llanos
bruñidas». Ahora, que ya no se saca lustre al de Castilla, ó el gran valle del Duero. Do todos
cañón del fusil con ladrillo, aguja, ni baqueta, modos lOS LLANOS, LLANADAS Ó LLANURAS (planicies,
cuadra perfectamente á las armas la acepción lo mismo pueden existir en regiones bajas al
metafórica: esplendor, gloria. nivel del mar, como desde las cuestas de Orope-
LL.AN — 768 — LLAV
sa al cabo de S. Antonio, que en altas mesetas, Diccionario: «Llave de un reino ó provincia se
como la (ierra de Campos y la Mancha. Llano, dice por metáfora de la plaza fortificada que es
como adjetivo, califica á pais ó terreno; pero no tá en la frontera y que, tomada, deja el paso al
debe confundirse con plano, que todavía expre enemigo. Dice. Acad. Esp. en su 5.* edición
sa más que llano, esto es, liso, uniforme, sin la (1817) también repite: «Llave del reino, plaza
menor ceja ni ondulación. Un terreno, aunque fuerte en la frontera que dificulta la entrada al
llano en conjunto, puede presentarse en algunos enemigo». Demostrado que es llave y no clave,
trozos ligeramente combado, abovedado ó tam conviene dar mayor amplitud al significado, pa
bién surcado, resquebrajado por la acción de ra lo cual repetiremos con las mismas palabras
lo dicho en otra parle.
las aguas. Tanto en la ofensiva como en la defensiva
LLANURA. Lo mismo que llano, pero más
general, y tanto para el que ataca como para el
extenso y genérico. (V. y comp. Llano). que defiende en cada empresa particular, y lo
LLANTA. Hasta hace poco tiempo las ruedas mismo (guardada proporción) engrandes opera
de los carruajes llevaban exlcriormenle seis ciones que en pequeños combates, hay siempre
planchas de hierro forjado sujetas á las pisas un punto importante, característico, decisivo,
por medio de pernos. Hoy la artillería usa una porque efectivamente decide la victoria su con
sola llanta, es decir, una circunferencia entera
quista, ocupación ó posesión. En táctica, y es
de hierro que se coloca en caliente y ajusta pecialmente en el combate, ese punto singular
mejor. y decisivo, que en rigor debería ser conocido,
LLARES. Variedad de la traza atenazada ó adivínalo por el último subalterno toma el
ANGULAR en FORTIFICACION'. DlENTES DE SIERRA SC d¡- nombre técnico de punto-llave ó simplemente
ce también. [\. Gramallera). llave.
LLAVE. Del latin clavis,aclawlendo. Desde No es fácil definir bien lo que es llave, asi
Sadowa ,1866) y el rápido entronizamiento del como tampoco lo suele ser «encontrarían en una
zundnadelgewehr ó fusil de aguja, la aniigua posición, ó en un campo de batalla. Llave tienen,
llave concluyó. Sólo por complemento al largo repetimos, la defensa y el ataque. En un atrin
art. Fusil, recordaremos que en la ya prehistó cheramiento, en una posición, el punto-llave sue
rica llave de ciiispv ó sílex las principales pie le ser material y visible: es, en general, la par
zas eran: Anillo del pié de gato. —Brida de la te más débil por naturaleza ó arte, y también
nuez—Cazoleta — Muelle de la cazoleta - Muelle la más vulnerable, desgua mecida ó desc ubierta.
del palillo—Muelle del rastrillo—Muelle real — En campo abierto hay llave allí donde se note
Nuez—Palillo—Pié de gato—Plantilla—Quijada un gran error á desacierto en la disposición ó co
superior del pié de gato — Rastrillo — Tornillo de locación de las tropas. Desde el momento en que
la nuez—Idem del palillo—Idem del rastrillo— el agresor marca un punto de ataque con obsti
Idem real —Tornillos pasadores. — El primer nado empeño, aquel es llave para el que sede-
modelo de llave de percusión fué el de 1Ni6.— tiende: allí está el nudo del combate. Pero muy
El modelo de 1 85 i consta de: Platina—Percutor cándido ó petulante será el agresor que desde
ó martillo—Nuez— Brida de la nuez — Muelle luego y gratuitamente revele su intención ofen
real—Fiador— Muelle del fiador— Cadeneta— siva: pronto acudirá al remedio el defensor. Por
Guardacebo— Muelle del mismo — Un tornillo eso, aunque la llave esté visible, de relieve, que
pasador movible—Otro lijo—Cinco de unión do se coja con la mano, por decirlo así. un militar
las diferentes piezas—Todo esto es viejo, anti hábil y experto hace que no la ve ó que no la
cuado. Y como las piezas de la llave del nuevo quiere; finge que tantea y reconoce; se va por
fusil están sin bautizar, por la sencilla razón de otro ludo; simula ataques falsos; aparenta calor
que en 1867 el nuevo fusil está sin escoger—em en otro punto, y mientras tanto arregla SUS pre
barras du ehoi.r —aguardaremos á la segunda parativos para el ataque real y verdadero, para
edición de este libro. ¿Porqué no?—Otra impor producir en el momento crítico el «aconteci
tante acepción tiene la voz llave, como técnica miento» que recomienda Napoleón. Ciertas co
en estrategia y táctica, refiriéndose al punto lumnas que ostensiblemente se disponen á caer
vulnerable, decisivo de un gran pus y de una sobre tal punto, no sueñan en eso: esperan la
pequeña posición. Advirtamos ántes que decir señal de estar dispuestas otras tropas, cubiertas
clave, como lo hemos visto impreso, es pura pe por el terreno ó por guerrillas. Dada aquella,
dantería. Clave es la de un arco, la de la cifra. giran de pronto y concurren velozmente á rom
El padre jesuíta Terreros, en 1786, da en su per juntas por el punto-llave. Mas, como esta
LLEG -les»-- LLUV
acumulación de fuerzas, por rápida que sea, tie metafórico de entregar las llaves, rendir, en
ne que enflaquecer el resto de la línea, la habi tregar una plaza ó PUESTO.
lidad suprema está en contener al enemigo con LLEGAR. Ascender, subir Unico pensa
el mínimo de fuerza en los puntos que no im miento del ejercito español en 1867. Y por qué
portan, y sobre los que el llevó el máximo de la caminos...!'? (V. Ascenso).
suya. Se sobreentiende que al decir «se acumu LLEVAR. Al combate—de calle (al enemi
lan tropas» sobre el punto-llave, no es amonto go) —la palma—camino—de un golpe—lo peor
narlas para que se estorben y quizá se anulen. de la pelea—por delante.
Pocas no bastan: muchas embarazan; ahí es
LLORON. El plumero que cae sobre el casco
tá, pues, la destreza táctica, lo que se llama ma
ó sombrero, imitándolas ramas del árbol de este
nejar las tropvs, que es conocerlas, comprender
nombre. Es voz técnica en los reglamentos de
su acciox combinada, y también, si el caso apu
uniforme.
ra ó no van de buena gana, saber llevarlas,
esto es, saber ponerse á la cabeza, empujar y LLOSA. Antiguamente heredad ó camino
romper á todo trance con obstinación, con ter cercado.
quedad. En la guerra, y mucho más en el com LLUVIA de balas. Hipérbole, como también
bate, tan malo es darse demasiado pronto por granizada (V. c. v.) para expresar fuego nutrido
vencedor, como por vencido. Este es el motivo y certero que se sufre ó aguanta. «Y a»i persis
de recomendarse el órdkn escalonado, reiterati tiendo entrambos campos en estarse quedos, se
vo, repetidor. Es dicho vulgar y muy exacto, continuó por más de ocho horas una perpetua
que «vence quien guarda la última reserva». lluvia de cañonazos, haciendo y recibiendo aún
(guía del onc. en camp. pág. 239).—Antes las mayor daño con los arcabuces y mosquetes:
plazas tenían materialmente llaves y capitán de tanta era la vecindad en que se estaba todo aquel
llaves para usarlas: hoy sólo queda el sentido tiempo». (Coloma G. de Flándes. lib. 5).

¡i;
MACANA. Variedad de la maza ó clava que te, un carácter exclusivamente español. Gli-
usan generalmente los indios. ditis hispánicas, dice Polirio.
MACANDO. Seg. Dice. J. D" W. M. se lla MACHETAZO. Golpe ó herida de machete.
ma asi al muchacho principiante de tambor. (V. MACHETE. Esta voz se puede hacer venir,
Educando). sin gran violencia, de machera (V. e. v.) yes
trasunto del arma célebre en la historia, que
MACEDON', que también se dice Macedónico los romanos tomaron de los primitivos españoles.
y Mackdonio. (V. Falange). Hoy el machete, más que arma, puede tomarse
MACERO. Antiguamente sería el hombre ar por íitil de zapador y como tal, en rigor, lo usan
mado de maza; pero hoy no es militar esa voz. los artilleros é ingenieros. Recientemente (186o)
MACULA. Carlos Aqi'ino [Learíc. milit.) ase estos últimos han suprimido la bayoneta, ar
gura que de esta palabra latina, que significaba mando el machete, más reducido en dimensio
anillo y escama en las antiguas lorigas, vino la nes, en la boca del cañón de la carabina: esta
voz italiana maglia, malla.—Podrá ser. toma así cierto aspecto de partesana, pero que
da algo corta. En materia de armas, la experien
MACHERA. «A las tropas españolas, tanto cia sola es quien decide: y es menester aguar
de á pié como á caballo les era muy común la darla. Por el momento la innovación es reco
machera, que, según Lipsio, debe entenderse mendable en el mero hecho de simplificar.
por el puñal y la rhatnba, especie de estoque
para lidiar cuerpo á cuerpo» (Cloxard. Mein, de MACH1CUL1S (sic). Moreiti, que rebosa en
la A. de la //). Pero según el Dice. Terreros, ma- galicismos, tuvo el pudor de no insertar esta
cheróforo, esto es portador de espada larga, era voz; pero los dos Diccionarios militares españo
suldado egipcio ó griego armado con espada sola. les y recientes, Hevia (1857) y J. D' W. M. la
El origen de la voz es indudablemente griego; traen: oMachiculis. Lo mismo que matacanes».
pero la autoridad de Clonard, que se apoya, —No hay tal cosa. Los franceses, en uso de su
aunque no las cite, en las de San Isidoro y Poi.i- derecho, llaman machicoulis á lo que los espa
íio, dan a la machera, sea espada corla ó mache ñoles, eu uso del nuestro, llamamos matacanes.
MAGH - 77i - MAES
Como dicen también bastión y gavión lo que de Adriano VI definitivamente á la Corona de Es
cimos nosotros baluarte y cestón. No vemos esa paña, en tiempo de Cárlos 1. En la órden de
necesidad tan imperiosa de hablar mal francés, Montesa conservan hoy el mismo nombre las
teniendo buen castellano. tierras del Maestrazgo: habiéndose incorporado á
la Corona más tarde, en el reinado de Felipe H.
MACHO. Nombre con que todavía en varias
partes (Adra, Morella etc.) se designa la antigua MAESTRE, MAESTRO. Roma, en tiempo de
torre del iiohenaje (V. c. v.), el torreón central, la república, cuando se daba un dictador, per
el reducto de SEGURIDAD, que, como más alto y mitía que este eligiese un segundo ó lugarte
robusto, suele quedar dominando las ruinas de niente, con el título de general ó maestro de la
antiguos alcázares y castillos.—Macho, y mejor caballería (magister equüum). Siglos después,
machón, es el contrafuerte, refuerzo, pilar que Constantino, al separar los dos poderes civil y
sostiene la fábrica. —El tornillo respecto á la militar, dejó aquel en manos de cuatro prefectos
tuerca. y este en la de dos maestros de la infantería y
MADFAA. Según Reinaud y Favé, en sus cu caballería.—Por lo demás, la palabra maestro,
riosas investigaciones sobre el origen de la pól magister, era de uso técnico y frecuente en la
vora, este era el nombre que daban los Arabes milicia romana; pues habia magister armorum,
de la edad media á un tubo cilindrico, muy cor magister peditum, magister tyronum, que era el
to, asegurado en un largo mango de madera, campidoctor, campigeno (V. e. v.) instructor de
muy parecido en todo á los tubos incendiarios RECLUTAS.
llamados massuet á asperger, y que puede con En la edad media el maestre, ó gran maestre,
siderarse como el fusil primitivo. (V. Artillería). designaba al poderoso jefe de cada una de las
Ordenes militares (V. e. v.)—Maestro tenia tam
MADRE. «El suelo ó lecho por donde corre bién el significado actual con respecto á cien
el rio, y comprehende el espacio que ocupan cias, artes y oficios.—Así llama á los cirujanos
las aguas en sus crecientes regulares. Quando, el viejo Poema del conde Fernan-Gonzalez en
en las avenidas extraordinarias, extiende sus este pasaje:
aguas, se dice que el rio salió de madre, esto es, «El conde, et sus gentes, et lodos los cansados
de su álveo natural». (Dice. Acad. Hist.). El es «A la cibdad de Burgos fueron todos ay llegados;
pacio de una á otra margen, por donde tiene su «Kolgfaron et durmieron, que eran muy cansados,
curso regular el rio. En latin alveus.—La ace ((Demandaron maestros para sanar los llagados.
quia principal, de donde salen y donde desaguan Al Renacimiento, en los dos siglos XVI y
las hijuelas ó acequias menores. (Dice. Acad.) XVII, tomó sentido militar, técnico y gerárqui-
MADRINA. Correa del atalaje de artillería, co, el Maestro, Maestre, Maese de Campo, jefe
que une los bocados de las caballerías de cuartas superior y natural de la unidad orgánica y tác
ó guías para que marchen iguales. tica llamada tercio, y que puede asimilarse, no
con toda exactitud, al coronel de regimiento del
MAESTRANZA. Establecimiento destinado
siglo pasado que á sus principios le sustituyó.
á la construcción, reparación, y conservación del
El texto siguiente, que es contemporáneo, define
material de artillería (V. e. v.) Hay ó habia una con perfecta claridad.
en cada capital de los cinco departamentos. La «El Maese de Campo de un tercio es, como
«división del trabajo», que hoy domina en la en italiano y en tudesco llaman Coronel, y an
'ndustria, obliga á repartir la construcción en tiguamente se llamaba Prefecto, por el autori
otros puntos, como la fundición de Trubia, la dad que tenia y tiene para administrar justicia
fábrica de armas portátiles de Oviedo, etc. — hasta la muerte natural, con consulta de su au
También creemos que existe con el nombre de ditor á los de su tercio. —Es necesario que jun
Maestranzas una quisicosa, que quiere ó quiso tamente con el conocimiento y plática de la mi
ser residuo ó remedo de órdenes ó ejercicios licia, tenga brio para poder reprender y casti
caballerescos, que en las «fiestas reales» quie
gar á un capitán con su espada y persona y no
ren resucitar justas y torneos: y reducida hoy
por justicia, que no puede sin órden del general.
á que unas cuantas personas aprecíables se lla
Debe tener sus oficiales necesarios y ordinarios
men enlre sí Maestranles y en alguna procesión
para servir de su tercio, y á él le toca nombrar
luzcan esplendoroso uniforme. conviene saber: Sargento mayor, Auditor, Fur
MAESTRAZGO. El territorio que gobernaban riel mayor, Atambor mayor y Barrichel de cam
los Maestres de las órdenes de Santiago. Calatra- paña y el general los confirma.» (Uart. Scarion.
va y Alcántara, ántes de haberlas incorporado Doctrina, mil. Col. 55).
MAES — 772 - MAES
Ocasionada debia ser al abuso esta omnipo cha nuestra infantería española, á los veinte y
tencia, cuando Marcos de Isaba [Cuerpo enfermo cinco dellos de su salario con el dicho cargo de
de la milicia española 1594) entre las reformas Maestre de Campo, y los quince escudos por las
que propone, es una la de que el Maestre de ventajas de los alguaciles, y un atambor gene
campo no elija, ni nombre por si el Sargento ral y un verdugo y un carzo,que cada uno dellos
mayor, el Capitán de campaña, ni el Additor del ha de tener para el servicio del dicho cargo».
Tercio y añade: «El Maestre de campo venido á Por las Ordenanzas de Felipe IV ¡1632 :
la guerra no ha de tener sueldo, ni compañía en «Quedó abolido el dar patente de Maestre de
su tercio, sino todo su punto y acrecentamien Campo ad honorem, y la plaza de Gobernador de
to ha de ser reputación y honra, y para que se Tercio, en ausencia de los jefes propietarios, en
le cierren los deseos y caminos ruines, y mise cuyo caso debían mandarlos los Sargentos Ma
rias y necesidades no le obliguen á ser malo, yores, y en su defecto los capitanes más anti
Vuestra Magestad le ha de mandar hacer mer guos, sin nuevo título, sueldo ni patente».
ced de una encomienda de Santiago, Alcántara Para distinción entre Maestre de campo y Co
ó Calatrava y con ella venga á servir en Italia, ronel, que empieza á apuntar en España, con
Flándes, ó Armada Ha de estar vigilante y viene este texto de Sai.azar [Dign. pág. 334. año
neutral cuanto á los oficios de Sargento mayor, 1618.): «De los Maestres de Campo generales
Auditor y Capitán de campaña I.a autoridad dependen otros particulares de los tercios de la
que el Maese de campo podra tener cerca de la infantería española, y de cada reino ó provin
justicia de su tercio será traer un escribano, cia. El maestre de campo del tercio de Lombar-
ALGDACIL y VERDUGO». día ó Milán, del tercio de Nápoles, del de Sici
Recorriendo la Hist. org. de Clonara, no se lia, del de Cerdcña y de Flándreg, que son cinco
encuentra puntualizada la fecha de creación, maestres de campo ordinarios de infantería es
pero si confirmada por el siguiente párrafo del pañola. Pertenéceles el conocimiento de todas
T. III, pág. 159,1a magnífica «representación» las causas en primera instancia con apelación y
como hoy decimos y la elevada autoridad de recurso al maestre decampo general.—Los ale
este empleo: manes llaman coroneles á los maestros de cam
«Al titulo 'le Maestre de campo, al crearse po de los tercios de su infantería tudesca, con
esta dignidad en la milicia (V. Tercio), se le die tanta autoridad que proveen las conductas ó
ron consideraciones que hasta entonces se ha capitanías de todos los tercios de su coronelía.
bían reservado casi exclusivamente á los capi En España también se llaman Coroneles los que
tanes generales. Tenia casi todo el poder y apa van por superiores de algunas compañías, que
rato de los prefectos de las legiones romanas, envían los reinos provincias ó ciudades en ser
con una guardia personal; esta guardia se com vicio de sus reyes y defensa de la tierra». Es de
ponía de ocho alabarderos alemanes, y le acom cir de lo que ya empezó á llamarse Milicia pro
pañaba en todas las funciones militares y polí vincial (V. ReservaV
ticas, siendo su haber mensual de cuatro escu Durante el siglo y medio en que la Europa
dos. A esto agregaban las atribuciones de los copiaba todo lo español, Francia, que ya tenia
antiguos mariscales de Castilla» .— El primer su grado de Colonel, tomó también, por pura
documento importante en que aparece el Maes imitación, el nuestro de Mestre de Camp, (nótese
tre de Campo, es la ordenanza de 1536, expedi que no era Maitre. ni Matslre) que nunca pudo
da por Carlos V para el ejército de Italia, don encuadrar en su organización, modelo de con
de se lee este párrafo: «En la dicha infantería fusión y desórden hasta estos últimos tiempos.
española ha de haber al presente cuatro Maes El abuso de patentes ó despachos á últimos del
tres de Campo, los dos dellos que son Don Ge siglo XVI lo revela Brantomf. diciendo: «L'abus
rónimo de Mendoza y Alvaro de Grado, con la est tel dans i infanterie , que les Mestrés de Camp
infantería que hay en el dicho nuestro ejército se font par douzaines». Este, que allí fue más
con el dicho Marqués y el capitán Arce; en lu bien cargo ó comisión que grado gerarotico, exis
gar de Rodrigo de Ripalda, y el otro que es Juan tió por periodos: de loii á 1661; de 1721 á
de Vargas, que es con los dos mili infantes que 1730 y, lo que es más nolable, de 1 780 á 1788.
están en Niza, y cada uno de los dichos maes El Colonel fué siempre preferente; y el Mestre
tres de campo ha de haber cada mes de sueldo de Camp, participó de martchal de camp, y de
cuarenta escudos, demás de otros cuarenta logis, de sergenl general de bataille, de quartier-
escudos que les lian de pagar por capita maitre, de aquella barabúnda en lin con que el
nes; porque tienen sus compañías en la di gran Luis XIV logró envolver su ridicula vejez.
MAES - 773 - MAES
(V. Brigadier.) Por espacio de siglo y mcdiu maestre y del Mayor general, y las modernas
España ha estado creyendo, como de buena fé que el arte de la cierra va sucesivamente acu
lo creia el conde de Clonard, (recórrase toda su mulando. Est^ cargo de confianza y de especial
Historia orgánica, que el flatulento nieto del aptitud, eje verdadero del meconismo técnico de
Roi-Soleil nos salvó, nos regeneró... . Por lo un ejército en campana ordinariamente recae en
que al ejército respecta, es cierto que entre las un oficial general ó brigadier. Si el general en
primeras radicalisimas y fecundísimas «refor jefe tiene la dignidad suprema en la milicia, de
mas» (V. Casa Real descuella la de llamar Re- Capitán general, su jefe de E. M. puede ser, y
GiHiEMToal Tercio, y Coronel al Maestre de Campo. es por lo común, Teniente general».
Enterrado ya, pasemos al Maestre de Campo «Sobre estos dos altos pilares principia á le
General, autorizando, como siempre que pode vantarse y descansa luego la complicada máquina
mos, la delinicion con texto contemporáneo. de un ejército de operaciones. El primero, el ge
«Después del Capitán general de un ejérci neral en jefe, centro, por decirlo asi, de todo el
to, hay el Maese de campo general, que es car sistema, atiende al mando en toda su latitud, á
go supremo y mayor de todos los demás. Por la dirección en sus altas concepciones. Al se
que es Maesse general de todo el ejército, y en gundo le incumbe más directamente el gobierno
el arte militar pocas ó ningunas cosas hay en en su mecanismo y sus detalles, la ejecución en
que no le toque entender, y es tanta su autori sus pormenores».
dad, que es la segunda persona que mas puede «Uno y otro se rodean del numero y clase de
mandar en todo el ejército; pues es un ojo del oficiales particulares que tienen por convenien
general, el cual debe ser de grandísima expe te, predominando los facultativos y entre ellos
riencia, inteligencia, prudencia y diligencia: del cuerpo especial de E. M. Ua reunión de todos
las cuales partes más en él se requieren que en ellos, con sus dos jefes, constituye lo que hasta
cualquiera género de oficial y debe tener su hace treinta años se llamó Plana mayor y hoy
tercio y compañía particular)). Ei autor especi E. M. G. del ejército de operaciones; órgano y
fica con lucidez y concisión cada una de las in oficina central de donde parten, y á donde con
teresantes funciones de. este cargo en marchas, curren, los varios y múltiples elementos de la
campamentos, sitios, etc. y concluye: dirección del ejército». {Guia del O/ic. en camp.)
«Le toca el nombre de señoría y tócale en Tan intima, en efecto, tan cordial ha de ser
trar en consejo de guerra y es el primer voto la unión entre el General en Jefe y su segundo,
después del general. Y el Capitán general le de que, como decia el celebre duque de Alba: «jun
be dar parte de todas las cosas que acontecen y tos yo y Chapín Vitelo hacemos un Maestro de
honrarle teniéndole en mucha cuenta, pues des Campo General, y apartados, ninguno de los dos
pués de él es el más preeminente cargo que hay lo hará como se debe». Uno á otro deben com
en la guerra». ;Bart. Scarion. Doctr.mil. 1598). pletarse (V. General^ y en los tiempos moder
Aquí se ve de cuerpo entero al moderno Jefe nos son buen ejemplo Napoleón y Bcrlhier, Blü-
de Estado Mayor General, al segundo del Gene cher y Gneisenau, en la misma Prusia, el Rey
ralísimo ó General en Jefe, al que forma cabeza y Mollke en la campaña de Bohemia de I8G6.
de esa reunión de oficiales, que con el nombre Tiéndase la vista por el campo austríaco, y con
antiguo de Plana Mayor General, constituye el mueven las amarguras que su E. M. ocasionó al
órgano por el cual la voluntad suprema del Co infortunado Bencdeck.
mandante de un ejército, ó de cada una de sus Alguna vez el Maestre de Campo General tu
principales fracciones, cuida todos los porme vo segundo ó teniente, como lo fué el célebre
nores de la dirección, mando y gobierno (V. e. v) Jorje Basta (1593) según dice Coloma en sus
de las tropas, de la conducción de la guerra. Guerras de Flándes, lib. 5.
Dice una obra reciente: «Un ejército de ope El Maestre de campo general llevaba un
raciones, cuando no lo manda el Rey en perso guión ó banderín, y el Cuartel Maestre un cuá
na, se pone bajo el mando, gobierno y dirección drete, para que se les pudiese encontrar con
exclusiva de un general en jefe, título moderno facilidad; pero ya, según B. dk Mendoza, en su
que tiene las funciones, atribuciones, derechos tiempo (1599;: «ha muchos años que no lleva
y deberes antiguamente asignados al Condesta guión, y en algunos ejércitos le han dado los
ble, Generalísimo y General de ejército». Príncipes una compañía de caballos, porque
«Por lo regular, á propuesta del general en tuviese gente á mano para acompañarle, sin per
jefe se nombra el Jefe de Estado Mayor General, der tiempo en embiar por la caballería á los
que reúne las antiguas funciones del Cuartel cuarteles etc.» Aquí apunta la organización
MAGA — "i - MALL
de los Guías de E. M. (V. y comp. Mariscal). «Fallaron ay murlias nialeltris el muchos carrones
Del Maestre de Campo General hablaron As- «L'enos de oro el de plata que non de py ñones;
«Muchas lyendas de seda, el muchos tendejones,
canio Centorio, Ravenstein, Escalaste, Alava y «S[iaüas, et lorigas, et machas guarniciones.
Viamont, Bersaudino de Mendoza, que liace cu
riosas reflexiones sobre este empleo (Teár. y MALETILLA. MALETIN. La infantería ha
Práct. pág. 61) y sobre todos Lechuga.— llevado hasta hace poco sobre la mochila un ro
Eu el día los Artilleros c Ingenieros tienen llo ó tubo cilindrico con este nombre y cubier
Maestros Mayores y de obras que, con los cela to de tela listada ó terliz. — «Asimismo he re
dores y conserjes, constituyen lo que se llama suelto que, con sujeción á lo mandado en la
personal subalterno.—También los regimientos y circular de 16 de febrero de 18il repetida en
batallones tienen maestro sastre, zapatero, sille 6 de setiembre del mismo, desaparezcan los
ro; y nada se dice del Maestro de Cadetes, por maletines que aún llevan algunos Cuerpos por
que uo sabemos si en 1867 existe «oficialmente» deber colocarse el capote doblado al rededor de
ó no el Cadete (V. c. v. y además Instrucción). la mochila». [Circ. de la Direc. de inf. 8 junio
Maestro dk armas, lo mismo que maestro de es 1843).
grima. —Maestría, seg. Dice Acad. , es «el arte MALEZA. La abundancia de arbustos, espi
y destreza en enseñar ó en ejecutar alguna co nos, y mata parda enmarañada, que cubren un
sa»; por eso es tan difícil ser maestro en el arte tehreno y le hacen infructífero. (Dice. Acad.
HiLiTtR. Profesores muchos, maestros muy pocos. Esp. é 11ist.¡
MAGANEL. Asi escribe Moretti lo que otros MALHERIDO. El que tiene heridas peligro-
MANGANF.I.L, MANGANA (V. C. V.). | sas ó mortales. De malherir, todo junto, según
MAGAÑA. Los tres Dice. mil. dan «defecto Dice. Acad.
de fuimieion que se suele hallar en el ánima de MALTRAPILLOS. Mote del mal soldado en
las piezas de artillería . Escarabajo parece más el siglo XVI, como se ve por el texto siguiente
técnico. de Bartolomé Scaiiion de Pavía en su Doctrina
MAGISTRAL. Adjetivo latino, maidstratis, militar. I-H98, fól. 70: «Las compañías de sol
dados, al tiempo de agora, no han número cier-
de maijister, maestro. Línea principal, ó más
! to, quien más y quien menos; las cuales, gran-
notable, en toda traza, sistema, plano ó proyec
! des ó pequeñas que sean, tienen todas <lc tres
to de fortificación . En la permanente, la deter
maneras de soldados. Una, los llaman maltra
minaba el cordón ó tableta, es decir, la escarpa:
pillos o picaros; otra ordinarios, y la otra parti
en la pasajera, la línea de fuego, la más alta del
culares. Los maltrapillos ó picaros son los que
PARAPETO. ' no tienen cuenta de su persona ni honra, y me
MAGULLAR. Comprimir violentamente, nos de sus armas; y estos son los que en sus
causar contusión, pero no herida. j tierras son ruines y malos, y sirven en Us com
MALECON. Murallon, muro, terraplén para pañías más por bulto y número, que por otra
contener y encauzar la corriente de uu rio. cosa; y cuando acontece algún desorden, para
ahorcar un bellaco y no un soldado honrado...»
MALÉOLO. Variante de la falarica (V. c v). (V. lo restante del texto en el art. Compañía!.
En latin, malleolus. Marcelino, y Justo Lipsio en
su l'oliorcética lo describen. Era dardo incendia MALTRECHO. Los aficionados á lo viejo, en
rio, según el texto de Vegecio (lib. í. cap. 18): punto á lenguaje, preferirán, como nosotros, en
«Malleoli velut sagital sunl, el ubi adhwserint, muchas ocasiones, este adjetivo cervantesco: y
guia unientes veniunt universa conflagranl» también «malparado» ai batido, que hoy se usa
respecto al enemigo en derrota y maltratado.
M ALETA. Pieza de la montura en caballería.
Hay pareceres sobre las ventajas de su forma MALVERSAR. Invertir los caudales en usos
prismática ó cilindrica. Sus principales partes distintos de aquellos para que están destinados.
son: el fondo, la tapa y los témpanos, es decir, (Dice. Acad., Repárese bien que no es sólo, co
las dos bases del prisma ó cilindro. mo algunos creen, metérselos en el bolsillo para
Aunque la voz parece moderna, como dimi uso propio.
nutivo de malte en francés, y mala, que hasta MALLA. Del celta mael, según Meyrick y
hace poco se llamaba el correo de Francia, se en (jebelin: según otros del latín macula (V. e. v.)
cuentra en el viejo poema del Conde Fernan- nudo do red para pescar. Tejido de anillos de
Gonzalez: hierro acerado, con que se cubrían los antiguos
MAME — 775 - MANA
guerreros hasta que se introdujeron las armadu la haxada; porque es claro, que el que en lo ba-
ras (V. e. v.) de láminas, placas ó planchas de xo espera puede estar cubierto y tirar de mam
hierro batido. puesto (sic) y el que desciende va descubierto
Es difícil dar cuenta sin el auxilio del dibu de los pies á la cabera».
jo de los cambios que sufrió la malla. General En Bernardino de Mendoza, describiendo el
mente se conviene en que en el siglo IX ya se saco de Amberes en i octubre 1576, se lee:
conocía una formada de anillos de hierro cosidos n y en la plaza de la villa y casa de ella se
sobre tela acolchada. Más tarde se tomo de los combatía porfiadamente por estar llena de ar
Orientales la cota de hallas (V. e. v.) enlazadas cabucería de las cofradías de los Gildas, que ti
simplemente, que, además de la solidez, ofrecía raban de mampuesto en descubriéndose solda
la ventaja de no necesilar túnica para fijar en dos nuestros» (Coment. edic. 1592. lib. 15. fo
ella los anillos. —Mevrick conjetura que el peso lio 315 vto.)
de la cota de malla, qué á veces subia á 40 li En D. Carlos Coloma tiene también sentido
bras, sugirió la ¡dea de fijar en el pecho una de tirar abrigado ó á cubierto: «.... cuando se
placa de hierro: sustitución que luego fue ex echó al agua, formada de españoles y walones,
tendiéndose á las principales partos del cuerpo. en que podría haber mil hombres escogidos, ya
Además los anillos se rompían fácilmente con eslaban lo? enemigos defendiendo el paso de
las puntas de las lanzas, con las hachas y los mampuesto, y tan bien alrincherados, que ni
duros montantes de aquel tiempo, y no había me con el valor de los soldados, ni el ejemplo de los
dios á mano para componer la malla. (V. y capitanes (dentro las cuales sacaron medio aho
comp. Lorica). gado al Conde Octavio) fueron bastantes á pasar
MAMELUCO. Variedad de soldado turco de el esguazo...... [Guerr. de Fiárteles, lib. 1.)
«.... pareciéndoli; que era temeridad acometer
caralleria, parecido al c.enízaro (V. e. v.) en su
esencia, en su valor, en su indisciplina y en su con caballería sola á infantería que, aunque en
trágico fin. Napoleón I los arrolló en Egipto. campaña rasa, estaba flanqueada de mampues
to de mucha y muy buena mosquetería» (Id. ibid
Luego, por la manía de tener uniformes vistosos
en su guardia, formó de algunos una sección. lib. 5.) «.... avisado dello el enemigo, envió
gruesas tropas de caballería que se emboscasen
Todos conocemos al célebre Rustan. En 1808 los
en las alas del bosque, y al mismo bosque tres
envió á España con Murat, para lucirlos; y en
el Dos de Mayo probaron la navaja de los manó mil infantes escogidos, los cuales atrincherado
el camino, que era de suyo estrecho y embara
los, que se ensangrentaron más con ellos por
zado de espesura y maleza, ocupados tres pues
ser herejes (I).
tos los más peligrosos, esperaron de. mampuesto
MAMPAUAR. Antiguamente amparar, de la llegada de la gente católica ... la cual metida
fender, estorbar algún daño (Dice. Acad.) en aquella estrechura, herida de mampuesto y
«Fare al rrey ilon Rodrigo sus ravalleros ¡lyuntar por todas partes....» (Id. ibid. lib. 7.)
«Pai-erlos í* to'las las armas en el fuP)ro quemar
«Porque después non ayin con que so maiiparar. Hablando Pira y Rojas de la artillería dice
también: «....cuya carga emplearán bien, por
(Poema del conde Fernán González )
estar cubiertos y tirar de mampuesto».
MAMPl'KSTO (de). Se encuentra este raro El adverbio parece autorizado, pero debemos
adverbio en varios autores militares. Por ejem advertir que Dice. Acad. no le da tal sentido.
plo, en Bartolomé Scarion [Doctr. mil. 1598. En la 4.* edic. (4726) dice: «El material con que
fól. 26): «El alojar en lugares altos, aunque pa se ejecuta la obra de manipostería. De mam
rezca saludable, no es siempre provechoso ni puesto, modo adverbial que significa de pre •
seguro; porque el enemigo se podría someter vención».—«Tenían de mampuesto grandes pie
tanto, que el artillería no le ofendiese, y con dras y gruesas vigas». (Solís. //¿.sí. de N. Esp.).
pocos arcabuceros hasla á impedir la bajada, V en la 5." edic. (1817) repite, añadiendo: De
porque claro es, quien cuesta abajo espera pue mampuesto, de repuesto, de prevención.
de estar cubierto y tirar de mampuesta (sic) á
los que descienden, etc.» MANANTIAL. «La boca y extremidad del
Este otro pasaje está literalmente tomado de venero subterráneo de agua, por donde sale á
Londoño [Dincip. mil. fól. 26 vto. 4568): «guan la superficie y discurre por ella formando las
do la altura es demasiada, porque sometiéndose fuentes y arroyos. En Extremadura se dice ma
á ella tanto que la artillería no pueda ofender, nantío». (Dice. Acad. Hist.¡. —«El nacimiento de
pocos arcabuceros bastan á impedir á muchos las aguas. El agua que mana». (Dice. Acad. Esp. i
MANA - 776 - MANE
Hablando de un rio. lo mismo que Fuente, Orí- dividual, necesario para conocer el uso y las
gen, Nacimiento. ventajas de las armas portátiles. La táctica mo
MANAYRE ó Manesga. Variedad de arma derna, con el espíritu práctico que la distin
ofensiva enastada en la edad media. (Clonahd). gue, proscribe las rutinas ó resabios «prusianos»
del siglo pasado y aquella antigua uniformidad
MANCHA.. Pedazo de tierra cubierto de ma
que constituía la gloria del jefe y la desespera
leza, y rodeada de la que está limpia y des
ción del soldado. Ahora ya no se tiene por «bo
montada. (V. y comp. Manchón) (Dice. Acad.
nito» que el fusil cante, ni su construcción per
Hist.). El pedazo de terreno que se distingue de
mite los dos golpes sonoros y «unísonos» déla
los inmediatos por alguna calidad. (Dice. Acad.
baqueta al atacar. El reglamento vigente de in-
Esp. !í. —Manchón). La porción de tierra mon
fantebí v incluye oportunamente en el art. 1." los
tuosa ó poblada de maleza, que se halla rodea movimientos de uniformidad, porque efectiva
da de tierras labrantías, y se distingue de ellas
mente In deben tener; y en el 2." otros movi
por su cspesurar. (l)icc Acad. Hist.) «En los
mientos sin uniformidad, como «armar bayo
sembrados y matorrales, es el pedazo en que
neta,» que ántcs, para lograrla, se dividían en
nacen el grano ó las plantas muy espesas y jun
gran número de tiempos con inútil fatiga. El
tas.). (Dice. Acad. Esp. :>.) Algo difieren las dos
reglamento no sólo simplifica el manejo, sino
Academias, pero el uso admite entrambas acep
que ataja el «celo» de algún jefe aficionado á lo
ciones. vistoso con advertencias como la siguiente: «Por
MANDADERO. Antiguamente heraldo, en último, se procurará que la instrucción del re
viado, embajador, parlamentario. «Como hizo el cluta sea fácil y corta, sobre todo en el manejo
poderoso Rey Don Alfonso XI á los mandade del arma, no exigiendo una exactitud excesiva,
ros del Hey de Granada, teniendo cercada á Al- que fatiga]sin utilidad y conduce á reprensiones
gecíras, que les dio licencia para que viesen los y aun á castigos que debilitan ó extinguen la
reales, el órden, y riqueza, y abundancia de afición á la carrera». (Instr. del red. pág. 9).
nos, después de haber hecho el fuego no peque Ya en el mismo siglo pasado y bajo la in
ño estrago, de que quedaron los moros admira fluencia «prusiana» (1708) la obdexanza previene
dos». (Mosquera y Figueuoa. fol. 37. vto.) «El juiciosamente: «Generalmente los regimientos
mandadero, oida su respuesta, envió a decir al se han dedicado á exigir una igualdad, suma é
rey Don Alfonso lo que el Rey Alboacen le di inconseguible en todos los movimientos del
jera». [Crón. de Alf. XI. cap 132). «Desde que manejo del arma, con mucha mortificación
novo esta mandadería de los moros de Murcia, de la tropa: esta igualdad ha de tener sus
fué alia». [Orón, de Alf. X. cap. 10.). grados de escrupulosidad: el manejo del arma
MANDIL. El delantal de cuero que usan ó es en la mayor parte para uniformar los movi
usaban ingenieros, gastadores y tambores. mientos de la tropa y dar soltura y agilidad á
MANDILETE. Seg. Dice. Acad. 5, es «com los soldados: lo esencial del ejercicio se reduce
puerta que se pone delante de la pieza de arti á cargarbicn y prontamente, etc. arl 2i. TitAO.
llería en las baterías, para defenderlas de los Trat. i). La raiz latina de manejar y manejo cs
tiros contrarios, y abrirla para disparar cuando manus, mano: de donde manicare, manu agere,
ya está prevenida y cargada». —Hoy los ingenie manu langerc, según Barrazan. —Manejo (del
ros usan la voz porta, tomada de la marina. caballo). En el siglo pasado se llamaba asi el arte
(V. y disting. Mantelete?. —Mandilón, seg. Dice. de la equitación, y también el picadero en que
Terreros y Dice. Acad. es cobarde, pusilánime. se aprende. El conde de Grajai. titula su obra;
MANDO. (V. Gobierno). «Manejo real ó tratado de equitación» . Este li
bro, publicado en 4699, ha tenido numerosas
MANDOBLE. Cuchillada con ambas manos. ediciones, y la de 1802 lleva notas de D. Igna
Por metáfora, peluca, revolcón, reprensión cio Michelena, que lo sigue titulando: «Manejo
agria ó áspera. real del Conde de Grajai». Esto cs un galicismo
MANDON. «El que ostenta demasiado su intolerable del sigloX VIH, por copinr á Pluvinel,
autoridad y manda más de lo que le toca». que tituló su obra de equitación en 1 623 «Manége
(Dice. Acad.) (V, Ceñir, Sargentear.) royalo. —Manejo de papeles. Se comprende bajo
MANEJO de arma, de armas, ó del arma (pues esta frase toda la pane de organización, detalle
de estos Itcs modos está impreso en los regla y contabilidad que está á cargo de los segundos
mentos tácticos), comprende la parte de instruc jefes, y con más particularidad de los de bata
ción del recluta, ó la enseñanza y ejercicio in llón. Antes, cuando los tenientes coroneles en
MANF - 777 - MANG
los regimientos centralizaban lo procedente de cuernos (V. e. v.), por analogía á los animales,
las SECUNDAS COMANDANCIAS, la TENENCIA CORONELA la voz manga (del latín mdnica, de manus, ma
era una vasta oficina, para cuyo régimen se ne no) expresaba gráficamente la misma idea. Co
cesitaba cierta aptitud. Se sobreentiende, puesi mo siempre sucede, á pesar de haberse genera
que la locución manejo de papeles está circuns lizado el fusil y ser desde 1703 arma uniforme y
crita á lo que familiarmenle se llama «papeleo» exclusiva, todavía se dijo manga á mediados del
que no son verdaderas operaciones de contabili siglo XVIII, si ya no en su antigua y propia acep
dad ó administración, ni mucho ménos despacho ción de ala ó cuerno, como pequeña tropa ó des
de expedientes, en el sentido que á esto se da en tacamento especialmente privilegiada , ó de
las direcciones y en el ministerio de la guerra. — preferencia, como los granaderos. — Buscayolo
Manejo de tropas. Lo que no está, ni puede estar (Opúsculos, pág. 2I0) dice: «manga ó manípu
«escrito» en ningún tratado ile estrategia, en lo es un determinado número de armados de un
ningún reglamento de táctica. Ks el resultado, mismo modo». B. de Mendoza xTe¿rica y prdet.
más que de una práctica rutinaria, del estudio y pág. 117. edic. de Amberes) dice: «que era
meditación ¡-obre estas dos partes del arte de la costumbre hacer de trescientos soldados las
guerra, ayudado por la predisposición natural, mangas de arcabucería y mosquetería» (V. Tác
por la ojeada militar, por el don de oportunidad, tica). — «Manga ancha», no conviene tenerla en
por la intención, por el tino, por el talento en lu milicia.—Manga, en los carruajes, es la parte
una palabra. Es quizá la primera cualidad del del eje que entra en el cubo de la rueda.
General en el campo de batalla, esta de «mane
MANGANA. Voz de la baja latinidad, origi
jar bien las tropas». No basta el conocimiento
naria del griego. En tiempo de Constantino se
puramente táctico de sus combinaciones y re
llamó asi, en Constantinopla, el arsenal ó maes
laciones: es menester penetrar basta en la parte
tranza donde se construían y reparaban las má
moral, en su composición, en su disposición de
quinas. — La voz mangana se encuentra, signifi
ánimo, en la previsión y cálculo del efecto que
cando máquina de tiro, en Tucídides. De aquí se
se puede esperar. Está reconocido que, fuera de
hizo manga, mangonalia, mangonello, mangbnas,
otras grandes cualidades, Napoleón I debió sus
victorias á la manera desusada y atrevida con angón, mangonell, mangonelli; y se lee en Bocca-
cio [Thucid. lib. 1.): «E se drizzar trabocchie
que supo «manejar las tropas», singularmente
MANGANELLI» .
la artillería y la CABALLEniA. Esla última, por su
El erudito Lcigi Marini (Delle machine anli-
índole, por su extrema rapidez, ofrecerá siem
c/ic murali. Roma. 1821) cree también que la voz
pre grandes embarazos, grandes peligros en ma
mangana, resucitada y adoptada como genérica
nos inexpertas ó caracteres impresionables.
en la edad media, es original griega y usada por
MANFERIR ó Manherir. Del lalin manu- los escritores del Bajo Imperio.
frrirr. Levantar, hacer, reclutar gente. En el Dice Clonard (JFist. org. T. I.¡: «La Mangana
siglo XVI aún se conservaba en Andalucía el ofi ó Almágana era también una máquina arrojadi
cio do «capitán maheridor» (V. Ayala. Historia za, que variaba en su forma, como lo demues
deGibrallar, pág. 200). Garibat también lo usa: tra la simple inspección de las dos figuras con
«Cuyo Rey Enrique el Segundo, rompiendo las que se representa en la lámina, y jugaba casi
treguas en esta sazón con nuestro cathólico rey del misino modo cue el Fundíbalo. Colocado el
Don l'hilipe, la provincia de Guipúzcoa man- proyectil en uno de los extremos del madero
lirio y previno todas sus gentes por mayo del que llevaba horizontalmcnte, lanzábase sobre
año siguiente de 1557, en la junta general de el enemigo por medio de las cuerdas que suje
Cestona, para su servicio y conservación de sus taban el otro extremo».
plazas fuertes y fronteras, por lo qual la villa
de Mondragon, patria mia, luego en este mismo Tenemos, pues, que, según Clohíhdy otros,
año me eligió por alférez de los hijosdalgo por era fundíbalo. Pero en esta materia de Máquinas
antiguas (V. e. v.) es imposible formar juicio.
ella manferidos para esta guerra» [Grandezas de
Abrimos otro libro, el del eruditísimo Maizeroy,
Esp. Tom. XI. Mein. hist. esp. T. VII, pág. 271).
por ejemplo, y nos encontramos con lo siguien
MANGA. Al introducirse «tácticamente» las te: «La voz griega manganon, en francés man-
armas de fuego, el escuadrón (V. c. v.) en óuden gonneau era genérica y designaba, como el tor
inicial ó normal de batalla, tenia los piqueros menta de los latinos, toda especie de máquinas...
en el centro y los arcabuceros y mosqueteros en El uso de esta voz se hizo común para designar
las alas. Asi como estas se han llamado también , todas las máquinas de tiro en el Bajo Imperio,
MANG — 778 — MANI
do donde pasó á nosotros que hicimos mangon- raciones de guerra, ya reales delante del enemi
veau, dejando su significado genérico.... En di go, ya simuladas en el campo de ejercicio. .. L'n
versos autores de la baja latinidad encuentro regimiento, un batallón no hacen maniobras pro
las voces mangón, mangos, manganilla, mango- piamente dichas: sus ejercicios se limitan á evo
nnlia, mangalello, equivalentes al manganon luciones: las brigadas son las que maniobran y
griego y todas tienen la misma significación ge no sus fracciones».
nérica... Estonio hace pensar si será corrupción Difícil es deslindar y definir las tres voces
de monangon, que expresa en general toda má maniobra, evolución y movimiento. Por un lado se
quina dk proyección, ele —Hasta. llaman grandes maniobras á los campos de asam
MANGOTE capuchino. En los atalajes de ar blea o or. instrucción: por otro, la vieja táctica
tillería, el sosten ancho de cuero pendiente de decia evoluciones de línea Sigamos. «Las ma
las calabacillas en los collerones de las ínulas niobras s:.n el medio de la táctica, y consisten en
tronco, que sirven para suspender los ceja el arte de mover las masas y de hacerlas pasan
deros largos. rápidamente y sin confusión, del orden de mar
co \ al orden dk combate, aún en medio del fue
MANGUAL. Variedad de la maza ó martillo go y recíprocamente». ¡Marmont. Espr. desinst.
de armas. Palo corto con dos ó tres cadenillas de mil. pág. 2fi;. Si acudimos á los regiamentos tác
hierro terminadas en bolas con púas. ticos vigentes, no adelantaremos gran cosa. "Ma
MANGUARDIA. Antiguamente vanguardia. niobra es la combinación de varías unidades
MANIFIESTO. El escrito que hoy sustituye tácticas de una misma ó de diferentes armas,
ordinariamente a la antigua y ceremoniosa de que tienen por objeto un orden de combate em
claración DE GUERRA pOT FECIALES Ó HERALDOS. pleando al efecto una ó más evoluciones». (Táct.
(V. e. v.). del Maro, del Duero. Insír. de bal. pág. 8).
El reglamento vigente de caballería, después
MANIJA. En la antigua lanza de armas y he de haber definido evolución, sigue: «Maniobra
jineta, la cintura ó rebajo que tenia en su parle es la aplicación de la misma evolución á la po
más gruesa para empuñarla ó poner la mano.— sición ó movimientos efectivos ó supuestos del
En la adarga era el asa, forrada de tela ó tercio enemigo. La diferencia, que distingue eminon-
pelo en donde agarraba la mano izquierda, des temenle una de otra, consiste en que la evolu
pués de introducir el brazo en la embrazadura. ción no exige combinación alguna respectiva de
(Martz. del Homero.) tiempo y de distancias: mientras que la manio
MANIOBRA. En otra parte hemos dicho bra, al contrarío, la necesita estricta y exacta
«que la voz maniobra es, (i debe ser, peculiar y para ser atinada y certera». ;T. 1. part.1 art. 4).
exclusiva de la táctica, asi como movimiento, de Concluyamos con dos textos de autores muv
estrategia. Su significación parece algo restrin modernos. «Los medios que se emplean para
gida, cuando se dice que maniobra es el con pasar de un orden df. formación á otro, de un
junto de medios para pasar de una formación ft método de combate á otro, se llaman maniobras: y
otra, de un modo de combatir á otro distinto. los que se usan para trasladarse de un punto á
Maniobra en táctica general ó superior y en su otro, movimientos: dos palabras que el uso vulgar
más lato sentido, abarca la combinación, la di confunde, pero que son radicalmente distintas;
rección, la acción general de todos los elementos puesto que la primera pertenece exclusivamen
militares para concurrirá un mismo fin tácti te á la táctica y la segunda á la estrategia.»—
co». Guia del Ofieial en cam¡>. pág. 52!. Pero «Una série de movimientos, maniobras y combates,
como esto no pasa do ser una opinión personal enlazados y dirigidos á conseguir un fin estra
nuestra, expondremos otras más autorizadas, tégico se llama operación». (Villamartin. .Yor.
con ninguna de las cuales, advertimos, estamos pág. 573).
en perfecto acuerdo. «Debe entenderse siempre por maniobra la
Jabro (1777) ya detinia las maniobras: «Mo acción general de todos los elementos militares,
vimientos de cuerpos enteros, ejecutados con para concurrir á un mismo fin táctico. La evo
miras generales, mientras que las evoluciones no lución es el medio táctico de que cada elemen
son más que medios particulares y elementos to se vale para satisfacer más precisa y pronta
de las maniobras». mente el objeto de la maniobra. En la táctica
Llovd (1783) decia: '«Toda maniobra que no particular de la infantería, el formar un cuadro
convenga al terreno es absurda y ridicula». de masas de batallón es una maniobra: y la tras-
Bar din (1810) dice: «Las maniobras son ope formacion anterior, que de si trae cada bala
MANI - 779 - MANI
Non cerrando antes en masa ó marchando al pun MANIOBRERO. Adjetivo que se aplica, tan
to que le marca, esta maniobra es la evolución. to á la tropa que maniobra con soltura, como al
La maniobra, por consiguiente, viene ,*■ ser el jefe que la manda.
conjunto ilc las trasformaciones y también el
objeto de ellas: la evolución es el medio por el MANIPULO. División ó trozo táctico y orgá
cual cada unida» concurre á la maniobra». nico (V. e. v.) de la lecion romana, equivalente
«Debe llamarse movimiento, en la táctica par á nuestra compañí a. Ovidio íFastos. lib. III) y Plu
ticular de infantería, á la acción que efectúa ca tarco atribuyen esta denominación de manipu-
da unidad colectiva por medio de la acción si lum á que, en la infancia de Roma, la bandera ó
multánea de los elementos integrantes. Tiempos guión era buenamente un haz ó puñado de heno
se llaman los compases en que cada elemento atado á la punta de un palo. San Isidoro dice
integrante efectúa el movimiento. Cuando cierre también: uSub Romulo. fascículos fcenipro vexi-
un batallón en masa por compañías sobre la ca llis milites haltuerunt. Hinc el manipuli ap-
boza, por ejemplo, ejecuta una evolución; cada pellantur. —Sin embargo Varbon lo hace venir de
compañía marchando á su frente ejecuta un mo manus: «Manipulus, cum jtingit plures manus,
vimiento, y el número de los pasos que marcha unde manipularis miles».—Sobre la fuerza del
y compases que marca es el de los tiempos. manipulo hay tantas opiniones como autores.
Cuando una compañía, v. g. tercia las armas á Mientras Aulo Gelio (lib. 16. cap. 4.1 afirma
la voz de su capitán, ejecuta un movimiento, y lo que en la legión había 60 centurias, 30 Manípu
ejecuta en tantos tiempos como son los compases los y 10 cohortes; San Isidoro, Servio y otros
en que lo marca». dan 200 plazas; y para Vegecio, que da 100, es lo
«De estas definiciones se deduce que no pue mismo manípulo que centuria. Son sus propias
de haber maniobra sin evolución, evolución sin palabras (Lib. 2. cap. 14): «Quemadmodum
movimiento, mos ¡miento sin tiempo; y de tal inter pediles centuria VELMANipuLuso/>/)e¿/aíur, ita
manera es así la importancia respectiva de cada inler equites turma dicitur».—Advirtamos tam
una de estas cuatro significaciones, como su bién que, según varios autores, manipulus sig
natural relación , que se pueden considerar nificó á la vez manopla, guantelete, defensa de
bien conexionadas y medidas en la relación la mano.
siguiente: la maniobra es á la evolución, lo que La causa de estas variantes es bien óbvia, si
la evolución al movimiento, lo que el movimiento se considera el largo periodo de tiempo que
á lus neurosa. 'Ozcariz. Asamblea. T. I páginas atravesó la legión (como en su artículo se ha di
93—95). cho) comprendiendo en esta voz la organización
Maniobras de agua. Llaman los ingenieros é las y la táctica de la célebre milicia romana.
que hacen en las plazas por medio de esclusas. Es constante que desde la fundación por Ró-
La invención ó primera aplicación de este pode mulo hasta el sitio de Veyes (años 347—357 de
roso medio de defensa, se debe al célebre con Roma) la milicia romana pasó por el inevitable
quistador y defensor de Amiens, Hernán Tello procedimiento de embrión, gestación y desarro
Portocarrero. Los «extranjeros» lo dicen. Por llo de toda institución humana. A la primitiva
ejemplo el alemán Mayern (pág. 57, nota): «El formación densa, compacta ó falangista, fue sus
(¡obernador español de Amiens Hernandello (sic) tituyendo el órden manipular, es decir, la exten
se sirvió en 1597 por primera re: de las manio sión del frente y la abertura de grandes in
bras de esclusas para arrojará los franceses que tervalos alternativos , cubiertos á retaguardia
estaban establecidos en el foso. —El agua del So por manípulos en segunda línea. Tropas ligeras de
ma ISomme) se precipitó, destruyendo las zapas soldados más jóvenes, llamados primitivamente
é inundando las minas.—También los Holande bastamos, escaramuzaban al frente de las dos
ses en Ostende, y luego en varios puntos, gene líneas en cuyos huecos venían, retrocediendo,
ralizaron este medio de defensa, al que de á tomar aliento y refugio. El sitio de Veyes, con
bieron en gran parte el éxito de su resistencia». siderado con razón como jalón cronológico, im
Sirva de aviso á los que lodo lo atribuyen á Mau primió nuevo «carácter» á la milicia romana.
ricio de Nassau. —Debe recordarse que los anti Aquel ejército, campado largos años, se hizo
guos también las usaban para encharcar y hacer permanente, solido, maniobrero, veterano; reci
difícil el «acceso» de sus máquinas.—Maniobras bió sueldo y asistencia regularizada; consolidó
de fuerza. Son, para los artilleros, las de sus su gerarquía; estableció el ascenso; ensanchó la
maestranzas y pARyiiEs: montar y desmontar pie recompensa: se organizó en una palabra y se
zas, cambiar ruedas, etc. aprestó para más vastas y brillantes empresas.
MANI - 780 - MANS
Los príncipes, encanecidos en el servicio, curti (V. e. v.) se formaba manipulaiim (adverbio,
dos á la guerra, se trasformaron enTRuiuos, so como velitatim, tatcrvalim, en desbandada, en
berbia tropa DE PREFERENCIA >' DE RESERVA, que tropel; es exacto; pero al perder la legión su
ocupó su lugar constante en el orden de batalla carácter de «unidad», descomponiéndose en las
ó retaguardia de las dos líneas primitivas. La cohortes de Mario y César; cuando, fundidos en
legión pues, ofreció «en conjunto» una disposi un solo trozo ó masa los hastarios, princípks y
ción en tres líneas paralelas algo distantes entre triamos constituyeron formación análoga á la
sí, que presentaban el aspecto ajedrezado ó es del batallón en nuestra moderna brigada, bien
caqueado, naturalmente producido por el inter se ve que era innecesaria la subdivisión y la
valo entre los manípulos. Los vélites, con el ofi maniobra manipular. —Alguna vez el manipulo
cio de los antiguos hastarios, que ahora, ya en designó fila. Como en el pasaje de César (De
formación correcta, constituían la primera linea; [ bell. gall. lib. 2.): «Manípulos laxare jussit,
la caballería, en pequeñas turmas ó escuadro quo facilius (jlailiis uti jiossent». —También ex
nes, y en fin los auxiliares, en las alas y flancos, presó «pequeña tropa» , lo que hoy decimos
completaron el orden legionario y consular, que «puñado de valientes»; y en tiempo de Vegkcio
se mantuvo largo tiempo. Cada manipulo tenia se hizo sinónima de conlubernium. Polihio sue
su número de órden en la dirección del frente; le designar el manipulo romano con la voz grie
y tomados los tres de igual número en el senti ga semaia. (V. Legión).
do del fondo ó de la profundidad, se constituía la
cohorte primitiva: unidad ó agregación pura MANJAKDA. Especie de tkaruquete, para
mente táctica ó maniobrera, de ningún modo arrojar piedras á larga distancia. No liemos vis
orgánica ni constitutiva, en sus primeros tiem to tal voz más que en el Dice. mil. de J. D' W. M.
pos. Más adelante se fué modificando el órden ó Será quizá una de las infinitas variantes de
sistema manipular, es decir, alternando en las mangana.
tres líneas de batalla, como en tablero de aje MA.NL1EVA. «Tributo que antiguamente se
drez, lo lleno y lo vacio. Sin perder su nombre recogía efectiva y prontamente de casa en casa,
los manípulos dejaron de ser agregación táctica, ó de mano en mano». (Dice. Acad. 5.)
cuando la cohorte vino a ser unidad constitutiva MANO. Según los casos, puede significar in
y táctica á la vez. Esta radical modificación, dustria, poder, imperio, mando, facultades, pa
que para algunos data de los Escipiones, tuvo trocinio, favor, auxilio, socorro. —También re
lugar según Guischardt y Cahrion, hacia el año prensión: «cargar la mano, sentar la mano». —
647 de Roma {107 a. C). En el largo espacio de A mano armada. —Venir á las manos. —Meter
tres siglos, que todos conceden á la organización- mano á la espada.—Hn caballería juega mucho
manipular, bien se comprende que habría repe la «mano de la brida», la izquierda, que lleva
tidas alteraciones en fuerza y composición. Si en las riendas y debe ser firme y suave á la par.
el principio la centuria y el manípulo eran la
misma cosa, al doblar su fuerza á 160 ó 200 pla MANOPLA. Voz qne viene, según algunos,
zas y no bastando ya un solo comandante, se de manipulus, manipolu ó, según otros, de una
creó el segundo centurión, y el manipulo tuvo palabra latina manas, mano, y otra griega yplon
sus dos centurias tradicionales, cuya fuerza ú oplon, armadura. Aunque sinónima de guante
quizá nunca justificó el nombre, pues no pasó y guantelete de armas, Martínez del Homero
de 60 á 80 plazas. Por razón inversa, en los úl pretiere esta ultima.
timos tiempos del uso de cohortes compactas, MANOSEAR guías y reclutas, aturdiéndo-
suponiendo, con toda verosimilitud, vigente el los á gritos, es cosa que ya no hacen, ó no de
sistema decimal, volvió á ser equivalente y sinó ben hacer, los oficiales de estos tiempos.
nimo manípulo y centuria. Por otra parte, que la
MANSl'ELTE. Pequeña pieza de artilleria
voz manípulo expresase al mismo tiempo enseña
así llamada en el siglo XVII, del nombre de su
y tropa, no debe extrañarse, cuando á últimos
inventor, y que hacia fuego entre los escuadro
del siglo XVII todavía se tomaba bandera por
nes ó, como ahora decimos, ratai.lones, esto es,
compañía y capitanía; coronelía, por regimiento.
La confusión que reina entre los eruditos y entre las unidades tácticas independientes. —
comentadores, especialmente del órden civil, al En I8G7 resucitan estos mansfeltks y amusktas
explicar el «variable mecanismo» de la legión, (V. c. v.) convertidos en ametralladoras.
proviene de no fijar y precisar las fechas. Cuan MANSION. Palabra puramente latina, del
do Tito Livio dice que en las guerras púnicas verbo manere. En general, campo atrincherado
MANT -78i - MANT
y permanente de los antiguos romanos (V. Castro) piedras y el fuego; y estando asentada sobre
Vbgecio y Ammiano Marcelino usan indiferen cuatro ruedas bajas, los propios que iban den
temente las voces sedes y castra. Sabido es que tro della la llevaban rodando, y de un cabo y de
los campos de verano, como los de asamblea ó otro iban arrastrando grandes haces de caña y
ejercicioen nuestros tiempos, se llamaban cas de leña seca y tascos, untado todo con aceite
tra msliva; los de invierno, castra hiberna ó para poner con ellos fuego á la torre cuando el
hiemalia; los de posición, castra statiraá man muro estuviese picado y apuntalado con made
siones. Estos últimos, establecidos sobre impor ros. (Mármol. Rebelión, cap. 27). «Y con este
tantes lineas y puntos estratégicos, en las fron ánimo y esfuerzo nuevo que estos soldados de
teras y á orillas del Eufrates, del Rhin y del Tarifa defensa de 1294 por Guzman el Bueno)
Danubio, se hicieron permanentes, dando ori tenían, dexaron llegar los moros y desque los
gen á populosas ciudades. Los ligeros atrinche vieron cerca comenzaron á hacer sus tiros de
ramientos de marcha se llamaban castra sú piedras y saetas; y á algunos moros que, pos
bita, temporánea, tumultuaria. —Dice Acad. Esp- puesto el temor, llegaban cubiertos y metidos
no trac la voz en este sentido; pero el de la debaxo de mantas de madera encoradas y cla
Acad. Hist. dice: «en las vias militares de los vadas á poner escalas al muro, eran tantas las
romanos eran las casas que á ciertos trechos piedras que sobre ellos arrojavan y los de lino
servían de descanso A las tropas ó caminantes ardiendo con pez que les echa van, etc.» (Barran
que las transitabnn. De aquí vino la palabra tes Maldonado. llustr. de la casa de Niebla
mesón».—Mansionarios, precursores, antecurso Mem. hist. esp. T. IX. p. 162).
res, metatores, eran, entre los romanos, como los Describiendo Natin Miriteo el sitio de Feli-
pródromos entre los griegos, itinerarios, aposen pevilla por Don Juan de Austria 1578, dice: «Ha
tadores, furrieles, oficiales de E. M. que cuida bía mandado traer para esto de Namur mantas
ban de la logística, del alojamiento. de tablas gruesas y por defuera cubiertas de
cueros, para que estuviesen seguras de fuego y
MANTA. En nuestra edad media tuvo, como de arcabuzazos los que andaban debajo de
mantell, gata, baítida y otras voces, el significa ellas.» (Alteme, de Flánd. lib. 5. pág. Í2I).
do «genérico» de máquina tectoria ó cubridora;
MANTELAR. Dice el ingeniero francés Dar-
de aparato de ataque ó aproche; de galería, mús
con 'Considerat. pág. 323. nota) «manlellement,
culo, vínea, plúteo. (V. todas esas v.)—Pulgar
gti' on pourrail employer par opposilion, puis-
dice que en el sitio de Málaga (1487) los Reyes
Católicos, presentes en él, mandaron construir que demantele) emjjorte l' idee d ' une démo-
litionn . Darcon quiere más: quiere llamar
entre otros pertrechos «mantas reales é mantas
ameublemenl , en las plazas amenazadasde sitio,
de carretones, encoradas con cueros de vacas,
la parte del armamento, que no es verdadera
émadaretes, é bancos pinjados encorados de mente armar: por ejemplo, abrir poternas, ca
manera que no pudiese en ellos prender el fue ñoneras, puentes; plantar estacadas, blinda
go, para que con ellos se pudiese cabar el mu jes, etc. Y añade el ilustre ingeniero: «Les ex-
ro». —También menciona Zurita el manganel presions manquentu — verdad es; pero estas
turquesco, el mantel ó gata (las antiguas man
indudablemente sobran.
tas! del sitio de la ciudad de Mallorca 4229. La voz latina mantelum, si viene, como pa
«Llegáronse los moriscos sublevados en Órgiva rece, de manu y tela, quizá significó primera
á picar la muralla con una manta, la cual la mente abrigo de la mano; abrigo «en general»
desbarataron echando piedras y quemándolas contra la intemperie. Pero en los autores de la
con aceite y fuego» (II. de Mendoza. G. de Gra media latinidad, según observa Justo Lipsio
nada.) «No mucho después acordaron de hacer [Poliorc. lib. 3, diál. 3.) pasó á significar máquina
dos mantas de madera para picar el muro por
tectoria, aparato de aproche, vínea, mantelete, y
debajo y dar con la torre en el suelo; mas los
por traslación, dolo, ardid de mal género, trai
cercados se dieron tan buena maña que les que
ción. Mantelum mendaciis. Por lo cual se ve que
maron la una teniéndola á medio hacer; la otra Darcon, con todo su innegable talento, no era
acabaron, y cuando estuvo puesta en orden, «trop fort» en achaque de etimologías: á lo cual
hicieron reseña, y se apercibieron al combate. puede atribuirse su proposición, no aceptada,
Esta manta era hecha de maderos gruesos, cu de introducir este hantelar y mantelamiento.
bierta de tablas aforradas por defuera de cuero
de vaca, y sobre los cueros y la madera colcho MANTELETE. Del latín manlus,mantttlum.
nes de lana mojada, para que resistiesen las En general toda máquina ó aparato «locomóvil»
MANT - 782 - MAQU
para cubrir «individualmente», ó en pequeño Diccionario de J. D' W. M. , que escribe manli-
grupo, al soldado de los proyectiles enemigos. balista, es máquina que lanzaba dardos muy pe
Más particular, y técnico en el dia, el aparato de sados. Blesson, que la hace sinónima de h'oi ¡li
tablones forrado de hierro y acero, movible so dia, dice que era ballesta de un solo hombre:
bre ruedas y con aspilleras ó sin ellas, que usan pero metálica en el arco y el dardo, por cuyas
los ingenieros en trabajos de zapa, y por exten heridas mortales se le llamaría Skorpidia, Escor
sión cualquiera tropa en combate de calles ó de pión.—Helwig la llama Gaslrophaia, porque se
barricadas. Para la técnica exactitud déla ex disparaba apoyándola en el estómago, á cuyo
presión la forma no hace al caso: lo que importa efecto tenia un pequeño arco de círculo en el
es que el aparato sea «móvil», obedeciendo al extremo o culata.
impulso del hombre quo con el se cubre. El an MANZANA. En latin pomus. El pomo de la
tiguo ESCUDO Ó RODELA eS ARMA DEFENSIVA, no espada. «Las manzanas y los arriaces todos de
mantelete: y lo es, por ejemplo, un carretón oro son». (Poema del Cid).
con colchones, empujado por dos ó tres hombres.
MAPA. Los que no creen que sea de mal tono
MANTENEDOR. El principal en torneos, ni de mal gusto hablar castellano rancio, llaman
justas, pasos honrosos y juegos ó antiguos ejer mapa y no carta (V. e. v.) á la representación
cicios CABALLERESCOS. gráfica en una superficie plana del todo ó de
MANTENER. Sostener, defender con brio una parle, región, comarca de la tierra. Mapa
una posición, un fuerte. Es también reciproco. mundi se dice en el primer caso; corográfico,
cuando es de una provincia ó gran región; hidro
MANTENIENTE. Golpe fuerte. Más común
es el adverbio «á manteniente». Dar, pegará gráfico, si sólo es de las costas ó rios; topográ
fico, si tiene grande escala y mucho pormenor,
manteniente: con toda la fuerza de la mano, ó
sobre todo el relieve; itinerario, si especifica sin
con ambas manos.
gularmente las comunicaciones; geolcgico, fo
MANTILLA. Parte de la montura, general restal, según represente los terrenos (V. e. v.l
mente de paño, galoneada del color de los vivos los montes, etc. Mapa es voz usada por Covarru-
del UNIFORME. bias (Tes. de la leng. cast. 1612,), autorizada
MANCARLE o Manual. Adjetivo aplicado á por la Academia, sancionada por los oficiales fa-
las armas de fuego manejadas por un solo indi I cultativos que en I8G7 levantan ó forman el de
viduo, que también se llaman portátiles, peque 1 España. (V. Dibujo, Topografía.) La voz es pú-
ñas.—Sustantivo, es el libro compendioso y al | nica, según algunos, y tomada por los romanos
alcance de los principiantes —El primero es en i en sentido de lienzo pequeño, servilleta, que
latín manuatis, manuak: y el segundo, 4 la in también usaron en diminutivo, mappela, map-
versa, manual/', manualis: los dos de manus, j pula, según San Isidoro.
mano. j MAQUINAS antiguas. En artículos como el
MANI1 BALISTA. Balista «manual», por presente se habrá observado cierta ligereza de re
oposición á carroba lista ó balista sobre ruedas. dacción, que tiende á amenguar la importancia
Si no es enteramente la arcobalista ó toyoualista del asnillo, convidando á que la atención resba
i Y. e. v.j, debia aproximarse mucho. Para Ve- le, en vez de fijarse y concentrarse No se quie
geck), que usa esta voz, era lo que para los an re encubrir pereza, ni falta de investigación ó
tiguos (respecto á élj el escorpión. He aquí el tex lectura con este manifiesto desden: lejos de eso
to (lib. i. cap. 22): «Scorpiones ilicebant, quas preside la idea caritativa de ahorrar la fatiga y
nunc manubalistas voeanl: ideo sic mtncupati, el hastio, que personalmente hemos experimen
quod parvis, ¡sublilibusque. speculis inferanl rnor- tado, en el estéril empeño de aclarar la incerti-
tetn». Atestiguamos siempre con latinajos esto de dumbre en que se embrolla la anticua poliorcé-
las máquinas antiguas, para poner de relieve los tica y tormentaria. Se comprende que en la épo
equívocos, sinonimias y contradicciones; y que ca de renacimiento, que siguió á la edad media,
no se atribuya á una manía do singularizarse, el al resucitar el arte de la guerra, sobre las bases
desden sistemático que recomendamos hácia es j de la antigüedad griega y romana, con la natu
te ramo del arte militar antiguo, al que suele ral imperfección ds aquellos tiempos, se fijase
darse, en general, más interés del que merece I con preferencia la atención de los eruditos en
El mismo Vegecio, en otro texto anterior, hace este ramo puramente ■'conje tural», que recom
sinónimos manubalisla y arcubali^ln. —Para Mo pensaba en el campo ' literario v artístico' los
retti y Hevia es lo mismo que ballesta. Para ¡ esfuerzos de imaginación: tal es el apego del
MAQU - 7S¡ - MAQU
hombro A su ciencia « nlquiriiin», tal la cegue ¡ rá con sus «estudios y distinciones» entre el sa-
dad voluntaria, ron que A veces se obstina en i c.re , pelícano, gerifalte, escorpión, basilisco y
no ver la luz, que, como es sabido, el tiempo en otros nombres, que pasaban de ciento, para de
que se dobló hasta lo increíble el peso de las signar diferencias de dimensión en un simple
ARSUDUR.vs, fue cabalmente aquel jn que empe i tubo. (Juizá alguno de nuestros descendientes
zaron á propagarse las espingardas y otras anuas escribirá artículos repletos de «crítica» sobre
portátiles de fuego: no es pues de extrañar que la distancia y la esencia entp! fusil y escopeta,
al estampido del caños, tan frecuente ya en el entre carabina y tercerola.
siglo XVI, continuasen impávidos los comentado Sobre los autores que más han apurado esta
res en su tarea de desenterrar y restaurar las manoseada materia poliorcética, descuella el
máquinas ANTICUAS. francés Maizeroij; y de un grueso volumen de
Lo que tiene menos explicación é indulgen escabrosa lectura, por su giiego tecnicismo, vie
cia, es el análogo desperdicio de talento y erudi ne á extraerse la desconsoladora conclusión: de
ción en escritores del siglo XVIII; y lo que nin que es imposible definir tales máquinas; que to
guna tiene por cierto en el XIX son las tentativas dos son lucubres genéricos, y que unos llaman
de preferencia sobre la moderna artillería, que balista á lo que otros catapulta. El erudito ge
han ocupado, no á hombres teóricos ó soñado neral Bardo, en su Diccionario, estampa el si
res como Hlesson, Hei.wig o Mehoi'ville, sino á guiente párrafo:
dos de los monarcas más prácticos y positivos, «Los autores más acreditados se contradicen.
A los dos Napoleones. Vitruvio afirma que la catapulta y el escorpión
Esto no puede haber sido sino por mera dis j arrojan dardos y la balista piedras. Cicerón y
tracción ó pasatiempo: y áun asi, resalta lo in I Valerio Máximo llaman balista á lo que Vitru
tempestivo de instruir á la generación actual, vio catapulta. Vegecio dice que la balista lanza ¡
«mecánica» por excelencia, y que dispone de dardos y no menciona la catapulta. César dice
las fuerzas de la pólvora y del vapor, con los i que la catapulta lanza piedras, y concuerda
aciertos ó desbarros de pasados siglos, en que el con Vegecio respecto á la balista. Ammiano Mar
mecánico sólo disponía de la fuerza de su brazo, celino y Vegecio eran contemporáneos: el uno
ó del «artificio» de la torsión, de la báscula y tiene por la misma cosa onagro y escorpión, y
del resorte. Porque, en resumen, á estos inocen el otro los menciona como muy distintas».
tes recursos tiene forzosamente que reducirse ■ Aqtiso, en su voluminoso Lexicón mililaris
la ponderada TORMENTARIA I.a honda de los anti advierte juiciosamente que si bien ántes de Cé
guos raleares, y de nuestros modernos pastores, sar pudiera distinguirse la especie catapulta por
sugirió el fi'ndíralo, esto es, el aumento del bra tirar dardos y la especie balista, ó segun él me
zo de palanca; la flecha disparada por el arque jor ballistru, por tirar piedras, se mezclaron pos
ro no hizo más que aumentar sus dimensiones teriormente y confundieron de tal modo ambas
en la BALISTA, y exigir ruedas y engranages para especies, que es humanamente imposible esta
templar un arco gigantesco: la reacción de ner blecer diferencias (V. Baleares; entre balista,
vios ó cuerdas que se retuercen se utilizó en el CATAPULTA, ONAGRO, ESCORPION, CtC.
onagro, etc. Pero este cruel desengaño no ha logrado en
Poro hay un incidente, digno de notarse, friar el calor de nuevas pesquisas, ni la manía
que complica extrañamente la cuestión: por des de antiguas repeticiones. En todos los libros de
gracia ninguna máquina se ha «conservado» todas lenguas, en que el arte militar se toma
hasta nosotros en museos o armerías; ningún concienzudamente ab ovo, las primeras páginas y
monumento, ni dibujo contemporáneo las re las primeras láminas han de ilustrar esta insí
presenta; sólo tenemos de ellas In rápida men pida cuestión: nosotros, siguiendo nuestro pri
ción de los historiadores: estos, en sus diferen mer impulso, algo rebelde y demoledor, hubié
tes tiempos, les dan nombres peregrinos, diver ramos hecho lo que con el Blasón, y arrancado
sos, que á muchos hacen presumir «diversidad» de raiz esta mala yerba, evitando asi dispersar
en el aparato: de modo que al entrar sin snia la atención sobre futilidades; pero, sin autoridad
por el campo abierto de las «conjeturas», pue bastante para dictar proscripciones, nos limita
de ser cada paso un tropezón y cada hallazgo remos A consignar protesta y advertir que de
una mentira. las ¡deas, que rápidamente vamos A condensar,
Pónganse ante los ojos de un «critico» que ninguna nos pertenece.
no conozca el cañón, ni de bulto, ni pintado, li Citaremos primero al diligentísimo conde de
bros de artillería del siglo XVII y nos asombra- Clonabd, que ha pagado excesivo tributo A la
MAQU - 78i - MAQU
antigua poliobcétic*, no sólo en su monumental cían á la primera la Vinea, el Plúteo, la Testu
Historia orgánica, sino en el Discurso sobre el do ó Tortuga, el Tolenon, el Músculo y la Tone:
traje publicado por la Academia de la Historia. y á la segunda, el Ariete, la Catapulta, la BallU-
De la primera obra tomamos textual este ta, el Escorpión, la Honda balear, la Acaica, el
pasaje (T. I. pág. 22): «La antigua tormentaría Cestrophendum y el Fustibalo».
ó balística puede dividirse en cuatro clases de Esta última clasificación parece razonable:
ingenios. La primera comprende las máquinas un grupo que comprende las máquinas, ó apa
de aproche que eran la Bastida de puentes y de ratos, ó artificios lectorios, de aproche y cubri-
torno, Mantelete ó Mándetele, Fonda-fuste, dores; otro, los de proyección, ó tiro, ó demoli
Grúa, Manta y Zarza: la segunda, las de acción ción.
horizontal, tales como la Balista, Catapulta, Es Pero otros, no satisfechos con la división en
corpión y Gossa que arrojaban grandes dardos cuatro y dos grupos, proponen tres: gubdivi
ó cuadriellos empeñalados é impregnados; y los diendo en dos el de las máquinas de tiro que aca
Arietes á Carneros, Buzones y Helépolas que he bamos de mencionar. Asi la clasificación sena:
rían el revestimiento del muro: la tercera, las 1." de acceso: (a) vinea, músculo, galería,
de movimiento parabólico, como el Fundíbaloó cuniculo, etc. (b) torres móviles en general, he-
Fonevol, Mangana ó Almágana. Al moja ñeque, lépolis, bastidas, etc. Destino general, ponerá
Trabuco, Garrote, Libra y Bricola; y la cuarta, los sitiadores dentro del recinto fortificado, sal
las accesorias, como los Caños de arambre, Cap- vando este sin batirlo; por consiguiente entra
sas de puente ó Scmi-bastidas, Galgas. Abrojos, rán otras, como el inverosímil toleno.
Paneras, Terrazos de cal y jabón». 2." máquinas de tiro: (a; catapulta, com
En su Discurso sobre el traje, el autor repite prendiendo en este nombre «genérico» todas las
su clasificación con ligeras variantes. Dice así que obren por torsión; (b) balistas, todas las que
en la pág. 11o: «Nos atrevemos, pues, con pre obren por tensión; (c¡ fundíbalos, todas las de
sencia de estos extractos, á dividir la antigua contrapeso, como honda, trabuco, etc.
tormentaria en cuatro clases de ingenios. La 3.° demoledoras: [aj ariete, comprendiendo
primera ó de preparación, á saber la cappa que todas las «variedades», de golpe, punzante, con
se toma del griego kapsa, que significa el arma tundente; (b) grúas, garfios, cuervos que arran
rio, bastida, grúa, manta, manco, gata y zarzo can y desalojan las piedras del muro.
que por medio de rodillos se aproximaban á la Creemos que basten, como muestra, esta?
muralla, para que el zapador y minador traba tres «sinopsis».
jase á cubierto: la segunda, de acción horizon En general los griegos y romanos entendían
tal, como la ballista, catapulta, escorpión y gos por máquina cuanto concernía á la mecánica; lo
sa que arrojaban grandes dardos ó cuadriellos cual ensancha notablemente el asunto, y com
empeñalados c impregnados de combustibles y plica la nomenclatura.
veneno, arietes, buzones, carneros y helépolas, Por ejemplo, según Heuon el Matemático, las
que herían el revestimiento del muro; la terce máquinas de tiro se dividían en euthytones. si sólo
ra de movimiento parabólico, como el fun- arrojaban flechas, y polgnlhones, si arrojaban
díbalo ó fonevol, mangano, almojaneque, algar piedras y Mechas. Según otros, las máquinas
rada, almagaña. trabuco, cabrita, libra, garrote del género balista se llamaban lithobolos. y las
y bricola, que despedían grandes piedras y ba del genero catapulta dorgbolos.
las do iluminación ó carcasas con materias in Todo esto fuera de los apelativos m rales,
flamables: y la cuai la las ofensas auxiliares, co castrenses, tbactoiuas, opugnatorias. tectobias.
mo galgas, abrojos, terrazos de cal, ólco-pelró- Unas y otras se «calibraban» por longitud
leo, jabón, alquitrán, pez y otras resinas para del dardo, ó por el peso de la piedra ó pella que
detener los asaltos y quemar los reparos del si lanzaban: y según la clase de tratectoria. no
tiador». hay inconveniente en que fuesen balistas las que
El mismo autor, sin embargo, que suele sin tiraban por la horizontal cualquier género de
reparo repetirse, corregirse, desdecirse y con proyectil; y catapultas las que tiraban por ele
tradecirse, en su Historia orgánica (T. I.) añade: vación.
«Designare con la palabra Poliorcética las Por lo demás, las máquinas son antiquísimas
máquinas de que se hacia uso en la antigüedad Ya los libros sagrados las mencionan: el Deulr-
para la expugnación de las plazas y puntos fuer ronomio, cap. 20, el Paialipomenon. cap. 26.
tes. Las que en Roma se conocían, las divide citando al rey üzias.
Lípsio en dos clases: artificios y tiros. Pertene La prioridad de invención ó aplicación entre
MAQU — 785 - MAR
griegos y romanos no es fácil de decidir. En Ho FiLipo contra Tébas, de Tito contra Jerusalem,
mero no se encuentra el menor rastro; pero Th- de César, etc.
cidides afirma que bis hubo on la guerra del Tampoco es de olvidar Arquímedes, que en la
Peloponeso. En el tiempo de Pericles, según defensa de Siracusa contra el cónsul romano
Plutarco y Diodoro, su existencia es indudable; Marcelo, colocó las máquinas más pesadas so
y en Roma, Servio Tulio, un siglo posterior á bre los muros, y con otras más pequeñas, abrien
Pericles, también las conoció, según Tito Livio, do en ellos grandes fenestrae, boquetes, aspille
que dice textual: «Centurias etiam fabrúm duas ra, troneras, logró contrabatir á los romanos
ordinavit, qua machinas in bello ferrent». El hasta el último instante.
verbo latino «maquillar» tenia ya en Roma el Como se dice en el artículo sitios, las má
doble sentido de conspirar, revolver; como Sa- quinas desaparecieron en Europa y en España
lustio en Catilina: «Jam tum non Consulibus, sed en las tinieblas de la edad media, reapareciendo
plerisque Senatoribus perniciem machinabatur». hácia el siglo XI, con el nombre genérico de in
Los latinos tenían las voces machinamentum , genios ó engeños, y en Inglaterra y Francia, con
machinatio; machinarius, machinosus, machina- el de engins.
tor por INGENIERO. Algunos eruditos incansables quieren empe
Lo positivamente averiguado es que en el zar de nuevo la tarea de ver si el antiguo ariete
principio las usó el sitiador, por ser el que pri se convirtió en buzón, la iielépolis en bastida, el
mero tuvo necesidad; luego las adoptó también fundibalo en fonevol; pero nosotros, con la ra
el sitiado, colocando las pequeñas sobre el mis pidez de un cañonazo, la damos por terminada,
mo adarve ó terraplén del muro, ó en el interior remitiendo al lector á las siguientes palabras
de las torres; y las grandes en las plazas y lu que, en su respectivo lugar alfabético, hallará
gares despejados. Luego, estas mismas máqui más ó menos definidas.
nas, m'is perfeccionadas y portátiles, acompa Accesa. — Agcr. —Algarrada.—Almádana. —
ñaron á lo : ejércitos, como artillería de posición Almajanec. — Ancón. — Angón. — Anisociclo. —
y de batalla. Y aquí todos los autores concuer- Ansa. - Anson.— Arcobalis ta.—Argana.—Arga-
dan en señalar la deplorab'e coincidencia del neta. — Ariete. — Arpeo —Ascr.—Bácula.—Ba
aumento de las máquinas con la perdida de la lista.—Ballestón. —Banco pinjado.— Bastida.—
movilidad táctica, del espíritu marcial y basta Bastilla.—Bibliopetraria. —Bifa. —Bozon. —Bri -
del denuedo varonil. Alguno se propasa (asi cola. — Buharda. — Buzano. — Biuon. —Cabrita.
milando tiempos muy distantes) á ver en el au —Cáncer.—Capsa. — Carabaga. —C.rcamusa.—
mento desproporcionado que Napoleón dió en Carrobalista.—Catapulta. —Corona.—Cuervo.—
sus últimos tiempes á la artillería, la señal evi Dabbaba. —Domina.—Doribolo. —Engeño. —Es
dente de debilidad en la composición de los ejér corpión. —Escrofa. —Espalion. — Falas. —Fonda.
citos y de notable decadencia en el arte de la Fonevol. — Fundibalo. — Fustibalo. — Galga. —
guerra. Quizá sea exacto. Garrote.—Gata.—Gossa.—Grúa. —Gucia. — He-
Poi.ibio no habla de máquinas portátiles afec lepolis. — Joclide. —Lesa. — Libra.—Libralia.—
tas á la legión en campaña. Esto probablemente Lida. — Lis. — Lithodola. — Lobo. — Magaña.—
sucedería después de Augusto, cuando, estacio Mangana. —Mangana.—Manganon. —Man ubal is
nadas las legiones de un modo permanente en la. — Manta.— Mantell. — Mantelete — Mascete-
las fronteras, organizaron los famosos campos, lete. —Músculo. —Musqueta.—Nicon. —Onagro.
que se convirtieron en ciudades fortificadas. —Pavés, — Pavcsada. — Pctraria. — Petrobolo. —
Tácito es el primer historiador que positi Poligonia. — Poliorcética. — Plúteo.— Precipita
vamente menciona una balista afecta á una rlo. —Priapo.—Sambuca.—Sermalia. —Talpa.—
LEGION. Testudo.—> Tetrea. — Toleno. — Tormentaria. —
Trasladada la capital del imperio, iniciada Torre. — Toxobalista. —Trabuco. —Trépano. —
ya visiblemente su decadencia, se llegó á «ma- Tri panto.—Trueno. —Vinea.
quinízar» con exceso; y Vegecio atestigua su
enorme multiplicación, no sólo en los campa MAR. En general, toda la parte liquida de la
mentos, sino en los campos de batalla. superficie del globo terráqueo. También se lla
Se citan grandes parques ó Irenes de má ma en general Océano. Se calcula que el mar,
quinas, como las 800 que Rodas opuso á Deme ó los mares, ocupan 3.832,558 miriámetros cua
trio Poliorcetks; las .'¡00 balistas y las numero drados.—Hablando con propiedad, no hay más
sas catapultas, entre ellas 2i monstruosas, que que un mar, que rodea todas las tierras y que,
los romanos encontraron en Cartagena; las de extendiéndose verosímilmente de un polo al
99
MAR — 786 — MARG
otro, cubre la superficie del gi.ubo en la enorme bo de Buena-Esperanza se han medido 000
extensión de sus tres diarias partes. Todas las pies y al Oeste de Santa Elena no se lia encon
entradas que, con el nombre de golfos y medi trado fondo á los 27.000 pies. El doctor Yong,
terráneos, hace en las tierras no son en rigor fundándose en la teoría de los mares, se consi
más que partes avanzadas ó destacadas, pero no dera exacto estimando en lo. 000 pies el Atlán
separadas, del mar universal y único llamado tico y cerca de 20.000 el Pacifico.
Océano. Sin embargo el uso y la comodidad ha- MARCA. Kn alemán antiguo significa fron-
cen distinguir bajo la denominación de mares, tf,ra; margiiaviato, territorio fronterizo; por con
partes, trozos ó secciones del gran mará Océano. siguiente el margrave ó jefe militar y político de
Estas grandes divisiones son cinco: t.° Mar este territorio correspondí' al termino castellano
glacial ártico; 2." Océano atlántico; 3." Océano ADELANTADO. (V. O. V.
indio; i." Océano pacífico: 5.° Océano glacial En la edad hkdia. en los extremos «le cada
antártico. Estado existían unos terrenos neutrales, como
Dentro de estas grandes divisiones todavía se especie de telas ó palenques abiertos, donde por
iiacen nuevas subdivisiones como, por ejemplo, tácito acuerdo venían á dirimirse las contiendas
el Océano atlántico se subdivide en Mar Báltico délos pueblos limítrofes. En toda Europa aque
—del Norte — de Irlanda—Golfo de Gascuña— llos territorios, destinados á sufrir y amortiguar
Mar Mediterráneo—Mar ó Golfo de Méjico—Mar el primer choque de toda invasión, eran cono
de las Antillas—Golfo de Guinea—Mar de los cidos con el nombre de marca, que algunos con
Esquimales—Mar de Groenlandia.—Mar. Se lla servan hoy: Marca de Treviso, de Ancona y los
man metafóricamente los grandes lagos, como margraviatos de Alemania. Mark-graf, margra
el Caspio, el Muerto; y lagunas saladas, como ve, conde de la Marca, de marca, marh, límite,
Mar de Ontigola, Mar menor en Cartagena. —Mar fronlera. Lo mismo sucede con los borden* en
es también marejada ú oleaje, y asi se dice tre Escocia é Inglaterra V. Marqués,.—Marca en
imucha mar».—«Mar alta» llaman los marinos el caballo es la alzada (V. e. v.¡ siete cuartas ó
al mar alborotado; mientras que «alta mam es ♦ m, 463. También la señal que se le imprime en
la parte que ya está á bastante distancia de tier la piel.
ra.—Mar bonanza, llana, eu calma, en leche, es MARCAR el paso. Movimiento individual
el mar sosegado. Los mares tienen regularmen que se enseña al recluta para que aprenda á no
te poco fondo en las inmediaciones de los conti perder el compás, cuando interrumpe ó suspen
nentes: tanto que el Mar Báltico scílo tiene 120 de la marcha al frente, sin que. se le mande ha
pies de profundidad entre las costas de Alema cer alto. Se reduce á figurar el paso, levantan
nia y de Suecia. El Adriático sólo tiene 130 en do un poco el pié, sin sacarlo al frente, y vol
tre Venecía y Trieste. La mayor profundidad viéndolo á sentar en el mismo sitio. Esa oondi-
entre Erancia é Inglaterra no excede de 300 | eion de no sacar el pié al frente, es la oportuna
piés: mientras que hái parle Suroeste de modificación que ha hecho la TÁCT'CA del mar-
Irlanda hay como 2.000 píes. Los mares del Sur j QpÉS DFL DlIEB0 á ,a antigua. por la cual se su
de Europa son mucho más profundos que los 1 (.aba y hasta con cierta afectación.
anteriores. MARCIAL. Adjetivo latino, derivado de
La parte occidental del Mediterráneo parece
Mars, Marte (V. e. v.) diosantiguo de la guerra.
ser sumamente profunda. La parte más angosta
Se aplica, pues, á lo que le concierne: singular
del estrecho de (íibraltar tiene como 1.000 pies
mente á porte, aire, apostura, ejercicio, función.
do profundidad, un poco más hácia el Este la
Es sinónimo en ciertos casos de castrense, mili
profundidad es de 3.000 pies; y al Sur de las cos
tar, guerrero, bélico, belicoso. —Marcialidad.
tas de España es de cerca de ti. 000.
Derivado de marcial, parece que debería ser
Hácia el Noroeste de Cerdeña no se lia en
vocablo militar. El uso, sin embargo, y el Dice.
contrado fondo á una profundidad de cerca de
Acad. le dan sentido de franqueza, familiaridad.
5.000 pies. Con respecto al ancho mar su pro
fundidad es poco conocida. Como k 230 millas MARCIOBÁR BULO. Nombre latino, martio-
al Sur de Naulucket la sonda se ha sumergido barbulus, de un arma usada por los romanos, que
hasta 7.800 piés. A los 70" de latitud Norte, el según Dice. Terreros, era en figura de martillo
Capitán ftoss ha medido más de 6.000 piés en con puntas á modo de barbas. De Vegecio ilib.
la bahia de Baffin. 1. cap. 17.) se deduce que no sólo era nombre
Pero las más admirables profundidades se de arma (que no describe), sino de tropas ligeras
encuentran en el mar del Sur: al Oeste del Ca- que en su tiempo la usaban.
MARG - 787 - MARI
MARCO. Los minadores usan varios marcos forman una exteusion grande de costas o playas.
de madera para sus trabajos.— En artillería, En Galicia se dicen marinas (V. y disting.
marco de costa ó de plaza es sinónimo de expla Costa, Plata).
nada GIRATORIA. MARISCAL. El francés OuoiNOTen un «-Apercu
MARCHA. Suponen algunos que esta voz, historique sur la dignité de Maréchal de Francen
puramente militar, procede del bajo latin mar- Spect. Mil T. XV pág. 256) dice que esta voz
chia, marcha, marca ¡V. e. v.) que significaba proviene de dos tudescas ó teutónicas march,
frontera: y de aquí el verbo, comunal italiauo, caballo, y scalch, maitre, señor, el que tiene au
francés y español, marchiare, marcher, mar toridad. Pero hay la contra que Gerelin, Monteil
char, esto es, ir «en soti de guerra», al limite,
y otros muchos creen que .scalch ó schalck era
al confln del pequeño estado feudal en la edad «sirviente de caballeriza», palafrenero, picador.
media, para atacar ó defenderse. Marcha es ac La diferencia—que hoy continúa—es sensible,
ción y efecto de marchar. —El camino andado, entre «mandar caballeros» y «cuidar caballos».
que más propiamente se llama jornada (V. e. v.) Salazar (Dignid. de Cast. pág. 329) apoyándose
—El toque reglamentario. —La señal con que en el Tratado de Regimine Principum, toma un
se indica. —Como no es posible en un articulo sesgo más decente, y afirma que la voz es «si
de Diccionario embeber ni compendiar tratados riaca,» procedente de maris-callus, señor y tra
de Estrategia, Táctica y Logística, sólo indica bajos.—Un «Anonimus de Nominibus Germa-
remos los principales epítetos y calificativos.—nurum»que cita Carlos Aquino en su Lexic.mil.,
Marcha á la ligera—concéntrica —convergente dice en latin que Marascalcus es voz CDrrompi-
—circular—de flanco—de frente—de maniobra da por los italianos; que viene de Afehier, ma
—de viaje—de noche—diagonal—directa—di yor, y Stalher, que es magister eguitum, gene
vergente—doblada- doble—en carros—en posta- ral, jefe superior de la caballería, de donde
en retirada—envolvente—estratégica—excéntri Merstalhere, título que tuvieron los duques
ca— forzada — fusilera— granadera — oblicua— Electores de Sajonia.— Positivamente la pala
ofensiva—real—redoblada—regular—retrógrada bra, compuesta de las dos arriba citadas, ale
—secreta—sencilla. manas ó franco-teutónicas, pasó al latin bárba
MARGA. Tierra compacta más ó ménos du ro, corrompiéndose en marescalcus y maresca-
ra, más pesada que la verdadera greda y por lo llus. —La ley sálica dice: Si mariscallus qui su-
común blanquecina. El terreno margoso, forma per duodecim caballos est, occiditur, undeam
do por la marga, se llama también marguera y solidis componatur. «El que mate á un maris
margal.—El verbo activo margar significa abo cal que cuide doce caballos, pague de multa
nar las tierras echándoles marga.—La voz es once sueldos» .
puramente latina. Sea comoquiera, la introducción «oficial» en
MÁRGE.V. La extremidad u orilla de los ca Castilla del nombre y cargo de mariscal es an
minos, campos ó heredades, pero más especial tigua, como lo demuestra el texto siguiente: «En
mente de los ríos. —Del latin margo, marginis. el año adelante de 4 382 años, hizo el Rey Don
—Y de paso, para edificación del lector, tras Juan l dos oficios nuevos en Castilla, que nunca
cribiremos la definición que da Dice. Moretti en ella los avia ávido, que fueron mariscales, i
del verbo marginar: «Señalar ó numerar por dió el un oficio de Mariscal á Hernand Alvarez
medio de la cuadricula un plano ó un perfil de de Toledo, hermano segundo de Don Garci Al
la fortificación, marcando las toesas, piés, pul
varez de Toledo, señor de Oropesa i Val-de-Cor-
gadas y lineas que tiene cada lado en todas sus neja, y deste Hernand Alvarez dependen los
dimensiones», (sic). Estoes pura invención suya duques de Alba que hoy (1540) son; y el otro
y galana como todas. Dice. Hevia no se atreve á oficio de mariscal lo dió á Pero Ruiz Sarmien
copiar: pero si Dice. J. D.'W. M. —El verbo to, y estos rueron los primeros mariscales que
técnico, en dibujo, es cuadricular. — Marginar uvo enCastilla». (Barrantes Maldonado. Ilustrac.
es, buenamente, poner notas al margen de un de la t asa de Niebla, en Mein. Hist. Esp. T. IX,
escrito. —Marginales son, por lo tanto, esas mispág. 477). Esto lo confirma Salazar (Dignid.
mas notas. pág. 330¡.
MARIXA ¡La,. En topografía se entiende la Pero la dificultad está en definir, en deslin
lierra inmediata ó contigua á la costa del mar. dar qué dignidad ó cargo es esc de mariscal.
En plural, las marinas, comprenden los terre Para Clonard, que trata muy de pasada el asun
nos cultivados y poblados contiguos al mar que to, viene á ser lo mismo que condestable, y no
MARI — 788 — MARI
está en lo cierto. Para otros tiene algo del Cuar glo XVI e! cargo de mariscal pudo ser eventual
tel Maestke y del Maestre de Campo General y sinónimo de CtpiTtN ue guardias en ocasiones.
y del Sargento Gkneral de Batalla. — Por una El título expedido por el duque de Alba en 10
parte tropezamos con el siguiente dato: «Con agosto 1-H6 á favor de Martin de Lcli (MS. en
estos los aposentadores de su Magestad (Felipe II, B. N.-E. 136) dice: «Por cuanto conviene al
1¡>84] Pedro de Moya y Luis Mexia, á cuyo car servicio de S. M. que para el poner de las guar
go era el aposento de su casa real y corte en dias de gente de á caballo y proveer de las es
ausencia de Don Diego de Espinosa morichal de coltas que fueren necesarias, y se hubieren de
Logis (sic), según el título de la casa de Borgo- hacer para guardia, seguridad y beneficio del
ña, que en la antigua de Castilla llaman apo ejército, se nombre y dipute persona decalidad,
sentador mayor,» etc. (Gariiat. Granilezas de prudencia, fidelidad y experiencia, confiando
Esp. en Mem. Hist. Esp. T. Vil. pág. 427). Aquí de vos el comendador Martin de Lelis, gentil
el empleo es puramente palatino. Por otra pai te hombre de S. M.... os nombro, y diputo, y se
viene a confundir, más que á esclarecer, este ñalo por capitán de las guardias que sirven y
otro texto: «La jurisdicción que el rey Don sirvieren en este felicísimo ejército y por Maris
Juan 1, dio á sus mariscales fué para todos los cal de él, para que tengáis cargo de las guar
negocios civiles y criminales en sus exércitos, dias, y escollas, y otros efectos que se hubieren
reconociendo al Condestable que era el general. de hacer y proveer en él, y para las otras co
Dióles también facultad para muchas de las co sas que los oíros Maríscales de gente de á ca
sas que las tenian los Tribunos de los soldados ballo suelen y acostumbran y deben hacer
romanos, y con esto quedó oficio muy calificado que de aquí en adelante os hayan y tengan re
y con mucha autoridad». puten, honren y obedezcan como á tal capitán
«Los reyes posteriores á Juan I, lo fueron de las Guardias y Mariscal de toda la gente de
dando, á su voluntad siempre, á caballeros de guerra de á caballo de este, felicísimo ejér
mucha cuenta y de las partes que se requerían cito, etc. ii
para exercitallos dignamente. Unos se llamaron Según Ravestein, en sus Discursos, Mariscal
mariscales de Castilla, otros de León y otros de es lo mismo que Maestre de Campo general.
Andalucía, conforme era la parte por donde se Pero Lechiga dice Miro, de Campo gral. 1603.
hacia guerra, contra Portugal ó contra moros. pág. 85,. «Toda judicatura toca al Maestro de
Aunque está hoy (1618; muy alterado, | urque Campo general, por cuya consecuencia es el pri
ha venido á pasar este oficio en dignidad de que mero del ejército (después del general) y no ha
gozan hoy algunos señores que tienen e. tos títu biendo Condestable con la autoridad que debe
los. En Toledo (nótese que Salazar erar inónigo tener y tenia en otro tiempo, como quien lo ha
allí,' hay tres: los marqueses de Malpica, como de mandar, juzgar y determinar; yá los que son
Riberas; los de Malagon, como Saavedras; y de opinión que el General de la caballería es
Don Fernando de Ribadeneyra, señor de Caudi- más que el Maestro de Campo general, se res
lla, á quien llama el imperito vulgo Mariscal de ponde que si bien en algunas historias de España
Noves por ser muy heredado en este lugar». se nombra mariscal, ninguno declara el o/icio jw
«El oficio que solían excrcitar en la guerra era, ni se ha podido sacar mas luz de que este era
hacen los maestres de campo generales. Perte- como ahora quartel-maestre, porque repartía
ncccles el gobierno y regimiento de la caballe los alojamientos después de habellos reconocido
ría é infantería; conocen de todas las causas ci y señalado al Condestable, que era el que más
viles y criminales de los exércitos; ponen pre propiamente hacia lo que ahora el Maestro de
cio á todos los bastimentos que se vienen á ven Campo general: y asi parece que este nombre ha
der á los reales; ordenan los alojamientos, cuan venido á España después que la casa de Borgo-
do los campos se han de mudar de un puesto á ña se juntó á ella, de la manera que vino el de
otro. Para esto tienen muchos ministros Audi los oficios domésticos de la Casa Real; y es de
tores, que substancian los procesos y los deter creer que quien los introdujo en la casa lo haría
minan: Barrachcles ó Alguaciles, que executan también en la milicia, como hizo otra cosa más
sus mandamientos, órdenes é instrucciones; Fur dificultosa, asi como poner en las banderas las
rieles ó Aposentadores, que hacen los alojamien cruces rojas de S. Andrés patrón de Borgoña,
tos». (Salazar. Dii/nidades. pág. 330). que usamos desde entonces en ellas, habiendo
Lo que se va deduciendo de todo esto es que en quitado las antiguas y lan diferentes que traía
España, por aquellos tiempos, existió la «pala España Es la costumbre antigua y moderna de
bra» pero no la «cosa» . Militarmente en el si la casa de Borgoña en la guerra, (por no haber
MARI — ",89 — MARQ
tenido Condestable) todas las veces que ha he friolera de 933, critican esta denominación fal
cho ó hacen esto, elegir un Marexal, que el sa y anticuada.
Maestro de Campo General, de experiencia y Es singular que el idioma alemán que dió,
valor que pueda ser estimado, como lo ha sido según parece, la raiz de mariscal, haya vuelto á
siempre, por la segunda persona del cxército». tomar para la más alta dignidad de sus ejércitos
—Siendo inútil rebuscar más en España, por el titulo de feld-marshall, que literalmente dice
que esto va siendo un «mitbo», como ahora de mariscal de campo.
cimos, pasemos á Francia, donde más raiz tomó Entre las célebres reformas de Felipe V el
la palabra y el oficio de Mariscal. Bardin opina Animoso, á principios del siglo pasado, se nos
que en su principio fué cargo palatino, como entró el maréclial francés con logis y sin logis,
Ayudante de Condestable {comes-stabuli conde como cosa novísima y estupenda.
del establo, caballerizo mayor). Cuando este ca Todavía el marqués de la Mina que escribía
ballerizo se trasformó en general, jefe ó coman sus Máximas hácia 1733, empieza asi el capitu
dante de tropas en guerra, los mariscales, que lo i: «Es cuidado de los Mariscales de Campo y
le estaban subordinados en la gerarquia ó ser del Cuartel Maestre General la elección de los
vidumbre palaciega ,. le siguieron tomando el campos, y no es el encargo que pide menos ex
apelativo de mariscales de campo. La explicación
periencia ».
es verosímil, porque sabido es que el «nombre»
sigue aunque la «cosa» varíe. Siguió por algún tiempo tan indefinible é
En tiempo del primer Mariscal de Bvron, en ininteligible como en Francia; hasta que al fin
Francia, era este positivamente un verdadero se «consolidó» en su actual significación y ge
Jefe de E. M. con gran autoridad y múltiples rarquia. — De lodos modos es curioso que ca
atribuciones. Como á la sazón mandaban Reyes balmente nuestras cuatro clases de Oficial Ge
ó Principes, era menester un segundo, inteli neral sean las de origen más confuso. (V. y
gente, que asumiese los detalles. En el siglo XVI comp. General, Brigadier, Sargento General de
este cargo no era fijo, pero quedaba el titulo. — Batalla). —Mariscalato y Mariscalía. La digni
Los cuestores romanos no se quedaban con el titu dad y empleo del mariscal.
lo al terminar sus funciones, sino con el recuerdo MARISMA. «El terreno bajo y anegadizo
honorífico, como los personajes consulares y to que suelen ocupar las aguas sobrantes de las
dos aquellos que habían ejercido magistraturas mareas en los encuentros de estas con las aguas
curitles. Asi nuestros actuales Jefes de E. M. , dulces, en las grandes avenidas de los rios cer
temporeros, se aproximan algo al Mariscal de ca de su desembocadura». (Dice. Acad. Esp. y
Campo, del que son sucesores. Acad. Hist.)
Pero, viniendo á tiempos más cercanos, en
MARJAL. Lo mismo que Almarjal, seg.
Francia habia, hácia fines del siglo XVI, maris
cales de batalla, que, reemplazando á los anti Dice. Acad. Hist.— Prado, vega, valle pantanoso
guos sargentos generales de batalla, eran infe (Dice. Acad. 5.) Es voz árabe según Diego do
riores á lOS MARISCALES DE CAMPO y á los MARISCA Urrea.
LES de logis. Una Ordenanza de 1657 arreglaba MARLOTA. Vestidura morisca á modo de
las funciones del mariscal de batalla, cuyo nom sayo vaquero. (Dice. Acad. 5.)
bramiento competía al coronel general de la in MARMITA. Olla de metal para cocer el ran
fantería. Andando el tiempo se suprimió este cho, que forma parte del menaje de la compañía.
cargo (1672), desempeñándolo, por descenso, el (V. ydisting. Fiambrera.)
mariscal de campo.
Es tan difícil desembrollar en Francia esto MARQUÉS. Indudablemente procede de
de los mariscales en su origen, que hasta el mis marca (V. e. v.) margrave.—«E marqués tanto
mo Bardin se enreda. Según él, en 1552 «no ha quiere decir como señor de alguna tierra que
bia diferencia alguna» entre Mariscal de Francia está en comarca de Reinos». (Partida. 2.a tit. 1.
y Mariscal de campo. La creación posterior del ley I I.) En el bajo latin se llamó marchiones, de
teniente general hace descender al segundo un marchia, marca. Escipion Amirato, en su histo
escalón gerárqu ico. En 1793 el nombre es abo ria de Florencia, dice: Queslo nuovo litólo di
lido; en 181 i restaurado: en 1837 suprimido Márchese, cosí detlo da marca, che vuol diré li
otra vez. mite [e limiti chiamarono i romani i confini del
Los franceses, que en 1788 tenían nada me imperio).... E come forse i primi ó de' primi cosi
nos que 506 mariscales decampo y en 1792 la chiari sopra tutli furuno i Marchesi di Toscana,
MARQ — 790 — MASA
perché si dice, ancor la Marcha, di Toscana. Sala- en el siglo pasado; aunque también puede venir
zar (Orig. <le las dign. pág. 283) dice: «que el pri de marrar, faltar.
mer título de marqués en Castilla, lo dió el rey
Enrique II en 1366, al entrar por primera vez MARTE. En un Diccionario militar no debe
omitirse el nombre del dios de la guerra en la
contra su hermno Dos Pedro con la gente que
antigua mitología; pero, como hace años esta pa
alistó en Francia, á Don Alonso do Aragón, á
só de moda entre los poetas, nos limitaremos á
quien dió la Ciudad de Villena y su señorío. —
recordar que es la raíz del adjetivo marcial, y
Esta el marquesado de Villena en los confines
que Campo pe Marte fue en Roma, y es en todos
de los reinos de Toledo, Aragón, Valencia y Mur
los pueblos, el que llamamos de ejercicios, de
cia, en una provincia que es comunmente lla asamblea, y de solemnidades y ceremonias mili
mada Mancha ó Marca, por estar en fronteras. tares. Según Lebf.l, Mars, como en latín se lla
Posteriormente se incorporó á la corona; y en
ma el dios, es Ma-ars contracción de ¡lagnus-
los reinados sucesivos fueron tan escasos los tí
tulos de marqués, que al advenimiento de los ars, grande arte de la guerra psic;.
Reyes Católicos sólo habia tres: de Santillana, MARTILLO. La pieza de la llave ó percutor
Astorga y Coria». —Es singular, en efecto, que que golpea la cápsula, y que ha sustituido al an
el título de marqués, con ser tan moderno, pre tiguo pié de gato de las armas de chispa. — El an
ceda al de conde usado en España ya en el año tiguo martillo de ahmas, que también llaman al
288. —Salazar da por razón la «abundancia» de gunos maza, fué muy usado para destrozar ar
condes, y que los Duques y Marqueses «como maduras, y el caballero lo llevaba sujeto y
fruta nueva» comenzaron a ser más estimados. pendiente del arzón delantero.—En táctica, for
—Y puede ser. mación en martillo, o escuadra, indica que dos
MARQUESINA. Nombre que se daba al pa líneas de tropas forman entre si ángulo recto.
bellón que, para mayor resguardo, cubría las MARTINETE. Variedad de garzota, airón,
tiendas de campaña. Luego se fué haciendo gené penacho. El nombre es del ave que lo produce.
rico para designar tienda grande, con dos ó más
piés derechos y formas varias, por oposición á MARTINGALA. Martínez del Romero [Ghs.
cañonera, tienda ordinaria y cónica con un sólo del Cat. de la R. A.) corrige al Dice. Acad. que
pié central. da esta voz como sinónima de quijote y de arma
dura. Para él puede ser palabra italiana, que
MARRAZO. Util reglamentario de zapador, significaba una especie de calzas adoptadas lue
para cortare] ramaje destinado á los trabajos de go en España, y mejor sinónima de gabarra,
sitio ó de trinchera, de fortificación en general. correa larga que sale de las cinchas por los pe
— Es voz ya usada en el siglo XVI. «Como por chos del caballo y se sujeta á la muserola. Dice,
haber de buscar los maestros de campo entre ilust. de art. trae, como Dice. Acad. , martinga
los vivanderos de sus tercios hachas y otros la en sentido de armadura de la pierna. El glo
instrumentos, que llaman marrazos para cortar sario de Eugenio de Salazar, corno armadura de
fagina... » (Coloma. G. de FUínd. lib. 12.) En al la entrepierna y su equivalente en las calzas.
gunos autores del siglo XVII suele encontrarse es
ta voz en sentido de atolladero, ó pantano, ó tur MAS. Equivale en Cataluña, Valencia y Ma
bera. «Está situado Rhinbergá la orilla del Rhin llorca á cortijo, aunque no sea de tanta exten
por la parte de Gueldres, y tiene buenas campa sión de tierra, y de mucho menos número de
ñas y muy cerca grandes bosques, y algunos yuntas. Las viviendas de los dueños y colonos
marrazos ó pantanos que la hacen fuerte » se llaman masadas, como las del cortijo, corti
(A. Carnero. Guerr. dcFlándes. lib. 16. cap. Í2). jada. Se suele distinguir cada mas con el apelli
do del dueño. Viene del latin mansim, de la in
MARRON. La pieza que sirve para compro tima latinidad, que equivale á tierra cultivada,
bar la exactitud de las hondas y contrarondas en ó predio.—Masada. Lo mismo que masía ó cor
el servicio de plaza La ordenanza en el articulo tijo. — Masía. Lo mismo que mas y masada.
28, til. 7, trat. 6 no le da este nombre, sólo dice: ¡Dice. Acad. Hist.) El doctor Rosal pretende que
«una marca de cobre del tamaño de medio pe la voz viene del griego hemasia, tierra cercada.
so, en que de la una parte estén señaladas las
horas que corresponden á cada cuarto de ronda, MASA. Del griego maza, según el Brócense,
con un rótulo que diga derecha ó izquierda, y del hebreo massas, según Covarrubias: del latín
de la otra cifrado mí Real nombre». La voz es mansa, segun Bvrdis; y según Ménage, del ad
puramente francesa, marrón, y se introduciría verbio español más, que procede del latin magis.
MASG ¡m - MATE
—No se puede pedir mayor diversidad etimoló por cierto, sin leneren ejercicio el primitivo á
gica. En singular, conjunto de tropas en orden quien referirlo. De esta vacilación en la adopta
cerrado, espeso ó profundo. Columna cerrada. ción de dichas tres voces, nació otra igual en
(V. Amasar). —Fn plural, masas operantes pue cuanto á la de sus diminutivos, que también
den ser los diferentes cuerpos y fracciones de aparecieron en número plural con las denomi
un ejército. —En fortificación, masas cubridoras naciones masita. masilla, másela, masa peque-
designa «en conjunto» los parapetos unas ve ñu, habiendo sido la primera y última las que
ces; otras las contraguardias; y en general las por más tiempo se disputaron el favor del uso.
moles de tierra que resguardan las mamposterías Y aunque los regimientos de Guardiasde Infan
contra la artillería sitiadora. tería Española sostuvieron por mucho tiempo la-
MASCA tt el BocAno. Mofeólo que contrae el de pequeña masa, según es de ver en sus orde
caballo cuando se le colora demasiado bajo. nanzas de 1773 y en un documento oficial, apro
bado por el Coronel \ Director de los mismos,
MASCARA. Algunos traducen «muro de más impreso el año de 1795 con el titulo de «Formu
cara), el mur de masque de los franceses, el que larios para ajustes de las cuentas de pequeña
efectivamente lapa ó cubre, como careta, una masa», hubieron de renunciar al (in á tal pre
defensa que está deiras y se quiere conservar tensión, después que por los reglamentos y or
intacta. Pero en numera alguna es permitido denanzas de 180-', 1803 y 1804 para la Infante
«desenmascarar baterías», demasquer, es decir, ría, Caballería, Artillería é Ingenieros, fueron
quitar de delante, sea la tierra ó cestones de las general y precipitadamente confirmadas las vo
cañoneras en las de sitio, ó tropas y obstáculos ces masita, gran masa, de las que, y sea esto di
en las de batalla, para que rompan el luego. cho como de paso, ya sólo queda en uso la pri
MASITA. El fondo individual que se le forma mera, por haber desaparecido la segunda en 14
al soldado, reteniéndole parle de su prest, para de noviembre de 1844 con la gratificación á que
la renovación y entretenimiento de las prendas ilaba el nombre, y esta es razón suficiente para
menores y llamadas por eso de masita. «Lo res que la voz diminutiva masita sea sustituida
tante de su prest mensual (descontando rancho ahora por la primitiva masa».
y sobras) se retendrá en los fondos del regimien MÁSTIL- La gran pieza central de las cure
to para masita>. . Art. 10. Tit. 4 Trat. 2 de la ñas modernas ó de cola de pato, que apoyándo
Ord.i Por real orden de 28 noviembre 1854 este
se por un extremo en el eje y porel otro en tier-.
fondo se lijó en 100 reales, entregándose en ma ra, da estabilidad al aparato. En esle llevan las
no cada trimestre el exceso llamado sobrealcan- de cami'\ñaó datai.i.a el argollon de contera que
ces.—Dice Vallecillo en sus Com. á las Orde une los juegos delantero y trasero del carruaje.
nanzas: «La voz masa y su diminutiva masita,
usadas ambas por primera vez en las Ordenan MATA. «Suele tomarse por una porción de
zas de 30 de setiembre de 1701, son expresivas monte poblado de árboles. Mata parda: los ar
de los descuentos mandados hacer del sueldo bustos, espinos y demás maleza que forman el
del soldado, para proveerle con su importe de monte bajo». (Dice. Acad. Hist.;
armamento, calzado y vestuario. Convertida des MATACANES. Lo mismo que ladroneras.
pués la masa en gratificación, fue designada in Voladizo que coronaba algunos trozos, y singu
distintamente por el uso olicial con las deno larmente las puertas, de las antiguas fortalezas.
minaciones masa, gran masa, masa grande; y Hoy también se usan en la fortificación impre
aunque no era dudosa la elección de la más pro vista ó pasajera de edificios.
pia, cometió el mismo uso el error en otras Orde
nanzas posteriores, de prescindir de la voz primi MATAFL'NDA. Nombre latino-bárbaro de
tiva masa, que es la que debió haber conservado una maquina litobola ó petraria de la especie
y de dejar subsistentes los aumentativos gran del TRABUCO Ó MANGANELL.
masa, masa grande, sin decidirse al pronto por MATANZA. Gran mortandad, excesivas ba
ninguno, hasta que, convencido de que uno de jas en un combate.
los dos sobraba, impuso al uso común, que re MATASIETE. Matón. Espadachín, fanfarrón,
pugnaba la introducción de estas voces exóticas, perdonavidas.
que adoptase como única la primera; de modo
que ambos usos incurrieron, si bien obligado MATE. Alguna vez, como jaque, se usa en la
este por aquel, en la impropiedad de quedarse milicia esta expresiva, voz del ajedrez.
coa un nombre aumentativo, no muy castizo MATEMÁTICAS. Se cita esta palabra, hoy
MATE - 792 - MEDA
tan vulgar, sólo por recuerdo de que, hasta úl Distribuía la órden á los sargentos mayores, etc.
timos del siglo pasado, los militares de todos los En artillería é ingenieros, se llama mayoral se
países fueron los que, sino exclusiva, preferente gundo jefe ó del detall de la plana mayor de un
mente las cultivaron. Desde el imperio bizanti ejército. — Mayor oe plaza. Sargento Mayor
no mathematica, mecha-nica, machinaría son (V. e. v.) de Plaza. —Por último en la secretarí»
palabras que se confunden para significar cien de la guerra hubo al ternati vameflte subsecreta
cia del maquinista ó ingeniero militar; y hasta rio ó mayor, abreviación de oficial mayor ó pri
en catálogos no muy antiguos y bibliografías, mero V. Comandante y Sargento Mayor).—Ma
entran siempre los libros de matemáticas bajo yoría. Cuando los batallones tenían mayores, la
la rubrica de arte militar. Todavía á principios oficina de ellos, la de detall y contabilidad, que
del siglo los Cuerpos de artillería é ingenieros luego se llamó segunda comandancia.
eran los tínicos que en España difundían el co MAZA. Arma de la edad media, que consis
nocimiento de estas ciencias, hoy afortunada tía en una bola de hierro con agudas puntas, fija
mente más conocidas y cultivadas. al extremo de un mango del mismo metal. —La
MATERA. Nombre latino de un dardo gran ley 19 tit 5 Partida 2. 3 da á la maza su nom
de, poco menos que la lanza, que se encuentra bre original de porra: «e de las armas) que son
en César (De be11. gall. líb. <.¡y en Tito Livio; para lidiar, asi como la lanza, ó el espada, e por
pero que algún erudito atribuye á corrupción ra, c las otras con que los ornes lidian A mante
del texto, que debía decir machera (V. e. v.) niente». Cuando los hombres se conx'irtieron en
oyunques de hierro», naturalmente había que
MATERIAL Bajo este nombre genérico y romperla armadura «á martillazos» . La voz será
colectivo se comprende en un ejército todo lo italiana mazza.
que no es el homrre, el personal con su sueldo:
almacenes, armamento, artillería, caballos, cal MAZAROTA. Suplemento de material que
zado, colegios, cuarteles, fortificaciones, fundi se da á la pieza de artillería al fundirla en sóli
ciones, hornos, hospitales, maestranzas, ofici do, para aumentar con su pesóla densidad del
nas, parques, puentes, trasportes, vestuario, metal y que allí suban las escorias. Se corta,
víveres. —Materiales de sitio. Llaman los inge concluida la operación.
nieros á las faginas, salchichones, fajos de zapa, MECANICA. Abreviatura de sf.rvicio mecáni
cestones, zarzos, sacos de tierra y blindas. co. Policía y limpieza del cuartel, rancho, pro
MATIXE. Madrugador: variedad, como el ja visiones, etc. Voz griega, adoptada on latin.
mancio y el trabucaire, del faccioso ó revoltoso MECHA. Del griego mixa, según M: nace. La
catalán. cuerda de cáñamo preparada en los Laboratorios
MATORRAL. El campo inculto lleno de ma de artillaría para varios usos, especialmente
tas, zarzas y malezas. para el servicio de las baterías. Una de sus
condiciones es que la parte en combustión haga
MAXIMA. Aforismo (V. e. v.), axioma, sen clavo. Antiguamente la mecha era de primera
tencia, apotegma. necesidad, puesto que entraba como parte in
MAYOR. Entre los varios nombres que han tegrante del arcabuz, y aún en tiempos más re
tenido los Segundos Comandantes de infantería, motos cuando se usó el fuego griego (V. Arti
el de mayor de batallón, contracción del Sargento llería,. Ducange y Maizeroy hablan de una
Mayor, quedó al parecer consolidado por la real mecha que Pigafetta llama esca. — Mechero ó qui
órden de 23 setiembre 1841, que los volvió á zá Porta-mecha. El tubo de latón en que guar
declarar cuartos jefes; pero duró poco, pues el daban la mecha los primitivos granaderos. Al
real decreto de 19 mayo 1845 no menciona esta gún regimiento, en tiempo moderno, también ha
voz, sino la de Segundos Comandantes que si colgado á los suyos este inútil recuerdo de su
guió hasta su extinción . —También en los ejér primitivo instituto. Los primeros mecheros, se
citos de operaciones ha solido haber, en el siglo gún Clonard, los introdujo O'Reilly hácia 1773
pasado, mayores generales de infantería y caba con el correaje cruzado.
llería y mayores de rrigada, según el tit. 6. trat. 7 MEDALLA. Del latin metallum, corrompido
de la Ordenanza. «Habrá un mayor general para luego en medallia y en italiano medaglia. Bardin
toda la infantería del ejército y para la caballe atribuye la primera distribución de medallas
ría un mariscal de logis». Ordenanza de 172S de condecoración ó conmemorativas á Pedro el
lib. I. tit. \\. art. <.). Este cargo, generalmente grande de Itusia, después de lomada la fortaleza
dado á un coronel, era temporero en campana. de Notiburg.
MEDI - 793 - MEMO
MEDIA BRIGADA. En 21 febrero 1793 la ráneo, para indicar que no es marítimo, que no
Revolución francesa, para extirpar hasta las está en la costa, ni muy cerca de ella.
denominaciones anteriores, sustituyó la demi- MEGADOMEST1CO. Se necesitaría un dic
brigade al regimiento, y al coronel, el chef de cionario exclusivo, solamente para las denomi
demi-brigade. Esta reforma, fútil en apariencia, naciones de los innumerables empleos civiles,
tuvo el objeto de refundir la guardia nacional militares y palatinos que existían en el desdi
en el ejército, dando en cada media brigada chado imperio greco-bizantino. Esta palabra,
dos batallones á aquella y uno á este. La media compuesta de otras dos, una latina y otra griega,
brigada dio nacimiento al comandante de bata dicen que era sinónima de major-domus, mayor
llón (V. c. v.) categoría que durante todo el domo, dapifer, senescal, lo que luego fué con
siglo XVIII habia estado sin «consolidar» tanto destable, es decir, la dignidad más inmediata
en Francia como en España.—Por tener de to á la imperial, el jefe supremo del ejército.
do, nosotros tuvimos en lionero 4858 medias
brigadas de cazadores. Así se anulaba la idea MEGANO. «El montón de arena aglomera
primordial deque estos batallones fuesen suel da por los vientos en las playas del mar. Es lo
tos. Por supuesto la medida duró loque el go mismo que dona». (Dice. Acad. Hist.)
bierno que la habia dictado. MEJORAR. MEJORARSE. Nada más expre
MEDIACAÑA. Nombre que también se da á sivo en táctica que este verbo, para decir que
la SERRETA del CABEZON. se avanza, que se varía ó cambia ventajosamen
te el ÓRDEN Ó DISPOSICION DEL COMBATE. Lo USall
MEDIALUNA. Pieza importante del siste todos nuestros clásicos del siglo XVI. «Aunque
ma abaluartado en los siglos XVII y XVIII, después que reconocieron cuán poca era la gen
que tomó este nombre por la forma que tenia te de Julián Romero, reforzando la escaramuza,
dicha obra, cuando cubría las. puertas en las an le cargaron con quinientos arcabuceros, de suer
tiguas fortificaciones de Rundelle ó baluartes te que fué necesario que biciese mejorar á buen
redondos. Al hacerse estos rectilíneos, también paso doscientos valones de la coronelía de mon-
tomó lineas rectas el rebellín ó media luna. sieur de Caprcs, que venia de vanguardia, con
MEDIA PARALELA ó plaza de armas. En los cuales fué el mismo coronel y el Capitán del
los ataques de plaza, la parte de trinchera que Val entreteniéndolos un poco. Pero no fué tan
tiene por objeto esencial «cubrir» las guardias y to, que saliendo de nuevo arcabuceros de la al
retenes, para repeler salidas del sitiado. dea, no tomasen á cargar y con grande ímpetu
MEDIA VUELTA. Dar frente donde se tenia segunda vez sobre los nuestros. Julián Romero
la espalda. Antes era a la izquierda, y ahora do hizo mejorar otros doscientos arcabuceros». (B.
ble derecha. de Mendoza. Coment. lib. 6. fól. 138!. «Verdugo
MEDIÜ SUELDO. Reemplazo, excedencia, entretanto, temiendo lo que sucedió, había he
cáncer que, desde el principio del siglo, corroe y cho mejorar la caballería para abrigar la infan
esteriliza toda organización del ejército español. tería, si sucediese mal, como es justo prevenir
lo en facciones que se intentan de noche». (Co-
Los italianos, que padecen igual enfermedad,
loma. G. de Flánd. líb. 5,1.
llaman á esta triste situación aspettativa. Los
franceses también tuvieron mucho demi-solde MELANCRENAS. Según la Enciclopedia de
en 1815, 30, 48. Mellado (T. XVIII. art. Etimología) esta voz,
que dice ser «primitiva» en España ántes de la
MEDITERRÁNEO. Como adjetivo general dominación romana, expresaba «ciertos juncos
de mar, expresa la parte de este que entra ó de que los mallorquines hacían sus hondas».
penetra en el interior de los continentes, for Podrá ser. El Dice. J. D' W. M. , único que lo
mando pequeños mares rodeados de tierras en trae, escribe Melancrania.
la mayor parte de su circunferencia, y no co
municándose sino por pequeñas desembocadu MELLA. La que se hace en el filo de un ar
ras con el mar ó los mares en general, esto es, ma: metafóricamente, se hace también mella en
con el Océano. —Más particular, se aplica vul el enemigo. Traduce perfectamente el francés en-
garmente al gran marque baña la costa orien tamer.
tal de España y parte de Francia é Italia.—Sin MEMORIA. Voz puramente latina. El in
referencia al mar, expresa en general el país «de forme suelto y algo extenso, la disertación breve,
tierra adentro» ó que está en medio de tierras, la relación critica ó histórica sobre asuntos téc
por su etimología. Madrid es un pueblo mediter nicos del servicio ó del arte militar.—Memorial.
100
MENA - 794 - MERI
Llevan este nomhre en general los periódicos «buenos». Hay aquí dos puntos de vista diame-
semi-ofieialcs de las diferentes armas. tralmente opuestos, que importa no confundir;
MENAJE. El conjunto de efectos que tiene pero que no intentaremos siquiera deslindar,
en común cada compañía y batallón, no clasifi porque exigiría un desarrollo de razonamiento
cados en vestuario, equipo ó utensilio: como incompatible con la brevedad de un articulo fi
r>4 las, cazos, vestidos de rancho, jábegas, baja lológico.
muelles, sacatacos, baquetones, papeleras, car Históricamente, los primeros mercenarios
ros etc. La etimología es del bajo latin mena- fueron los diez mil griegos, cuya retirada in
yium, cuya voz procede, según Covarrubias, de mortalizó su caudillo Jenofonte, y que marcha
manere, permanecer, de menare, conducir; se ron bajo el mando de Ciro el jóven á derribar
gún Barbabas de manuducere. Rosal quiere que el trono de Arlajerjes. Los últimos, puede decir
sea de meneaje, como que «se menea ó mueve se que fueron los weimarianos del gran Tureka,
como mueble». al concluir del siglo XVII; porque ni los Italia
MENAULO. En latin menaulum. Especie de nos, Suizos, Irlandeses y Walones que España
dardo que el emperador León cita en su Táctica; conservó en el siglo XV1I1, ni los cuerpos fran
pero que ni él describe, ni en otra parte se en cos que hoy mismo se levantan en todas partes
cuentra. (V. y comp. Venablo)! para el tiempo de guerra, entran en la clasifica
ción de mercenarios, como ahora se entiende.
MENCION iionohífica. Debia ser un premio
En algunas repúblicas antiguas, como Car-
codiciado; pero en nuestra larga escala de re tago y áun Aténas, el uso de tropas auxiliares,
compensas ocupa el lugar más bajo, después del extranjeras y mercenarias se introdujo para no
grado honorario, después de la cruz. Abuso tan distraer al pueblo de una industria activa y de
censurable, como prodigar el de benemérito.
un comercio lucrativo: bajo el régimen feudal
MENESTRA. Nombre genérico de las le fué para conservar sin peligros una domina
gumbres que ordinariamente componen el ran- ción en su esencia precaria: se pagaban extran
r.no de la tropa. jeros con el sudor de los siervos, para mantener
MENSOR. (V. y comp. Metator). la opresión y la debilidad de estos mismos sier
MERARCA. El jefe ó comandante de una vos y para no dejar que se aumentase el núme
mkrarquía en la milicia griega. ro. Cuando los reyes tuvieron que habérselas
MERARQU1A. Cuerpo compuesto de dos qui- con los señores feudales, temieron esas levas di
liarqoias de unos mil hombres cada una. Dos ficiles de hombres que habían conocido otra au
merarquías juntas formaban ya la falange sim- toridad directa distinta de la suya. I'or estas
plb, que era el mayor cuerpo ó tropa compac dos causas vino aquella inundación de mitres y
to, cerrado ó, como ahora diriamos, sin inter lansquenetes (V. e. v.) de Suiza y Alemania.
valos.—La voz técnica meria ó metra, usada Polibio (lib. 3. cap. 18) aunque censurando
luego en la milicia bizantina, tenia relación con estas tropas, sostiene «que son más flexibles,
la merarquía. —Moretti escribe menarquia, y más sumisas y que los jefes tienen que hacer
los que le copian también copian la errata. menos esfuerzos para dominarlas».
Hablando cruda y militarmente, si los sol
MERCENARIO. Del latin mtrees, en caste dados de Jenofonte, de Aníbal, de César, de Ro-
llano merced, que, seg. Dice. Acad. , es premio geb, de Gonzalo, de Cortés, de Turesa y muchos
ó galardou que se da por el trabajo, especial de Napoleón eran mercenarios, estamos resuel
mente al jornalero. Mercenario, el que sirve por tamente por los soldados mercenarios. Ábrase
su estipendio. En el dia se toma esla palabra en cualquier libro extranjero—sobre todo si es pro
mala parte sin saber por qué. En su sentido testante—y en cada página repetirá que nues
recto y general, todo el que recibe sueldo es tros tercios de los siglos XVI y XVII eran viles
mercenario; y en ningún tiempo ha sido ver mercenarios: estamos también por ellos. Por lo
gonzoso, sino muy recomendable y meritorio, que nunca estaremos, es por el tipo ridiculo del
«recibir estipendio por su trabajo». Aunque el antiguo y moderno condiottero (V. e v.). En va
vocablo se concrete y exclusivamente se apli rios artículos Organización, Soldado, Táctica
que al SOLDADO AVENTURERO y al OFICIAL DE FORTU tienen estas ideas mayor desenvolvimiento.
NA, que se ponen Á sueldo de una causa ó de
lina nación extraña; la moral, la filosofía, el MERIDIANO. Voz latina, de meritiits. Todo
patriotismo podran acaso tener algún escrúpu plano que pasa por el eje del mundo ó de la
lo, el arte militar ninguno, si esos soldados son tierra. —Meridiano celeste es la intersección de
MERI — 795 — MESA
dicho plano con la esfera celeste: terrestre, con Otro sinonimista, Don Hoque Barcia, hace dis
la tierra. El plano que pasa por el eje de la tier tinción algo sutil entre mérito y merecimiento.
ra, ó por sus polos que es lo mismo, y la verti Dice así: «Mérito se refiere á las cualidades. Me
cal del punto en que está el observador es sim recimiento á las acciones. El mérito busca á la
plemente el meridiano de aquel punto. La in opinión, el concepto público, la fama. El mere
tersección de este meridiano con el horizonte cimiento busca la recompensa. El mérito es hu
sensible se llama meridiana.—Cuando se admi milde. El merecimiento, ambicioso. El mérito
te, como es la verdad, que la tierra no es esfé se esconde. El merecimiento se visto de gala. El
rica, ni los meridianos, ni los paralelos son real mérito vive en una buhardilla y se muere de
mente circuios. — Los planos perpendiculares al hambre. El merecimiento da banquetes y vive
eje de rotación cortan su superficie según lineas en palacios. El mérito es lo que ha dado más
que se continúan llamando paralelos; mas un bienes á la tierra. El merecimiento es lo que ha
paralelo, en realidad, no es más que una serie dado más escándalos al mundo. El mérito es in
de puntos con la misma ó igual latitud, ó para variable y eterno. El merecimiento tiene por pa
los cuales es la misma la altura del polo sobre trono una época, un siglo, un pueblo, tal vez un
el horizonte. El plano meridiano de un lugar alcázar— Ambas palabras vienen del sustantivo
siendo en realidad el plano tirado por la verti latino meritum, que equivale á servicio, etc.»
cal de este lugar paralelamente al eje de rotación [Filos, de la leng. esp. Sinón. cast. T. I. pág. 266.)
de la tierra, los planos meridianos que forman MERLON. El macizo del parapeto ó batería
el mismo ángulo con el meridiano del lugar que comprendido entre dos cañoneras contiguas. —
sirve de qrígen á las longitudes, no forman ne Quizá venga del bajo latin merulum, merla, que
cesariamente un solo y mismo plano, son sola significaba alhena ó almenaje. Los franceses di
mente paralelos entre si. — Por consiguiente cen lo mismo, merlán, y de ellos se habrá to
cuando no se considera como esférica la tierra, mado.
no se puede dar el nombre de meridiano á la MERODE ó MERODEO. Dice Santa Cruz
linca trazada sobre la superficie del globo por [Reflex. mil. lib. 5. cap. 10.): «Por algún jefe de
todos los puntos que tengan igual longitud. Se la casa de Merode, que permitió á sus soldados
da á esta linea el nombre técnico de meridiana. excesiva licencia, se llaman hoy merodistas (asi
Arago. Aslron. pop. T. III. pág. 71). Se mencio lo da también Dice. Acad. 5.) los que, con pre
na esta palabra, extraña realmente á la milicia, texto de ir á buscar en las cercanías del ejér
por lo que se relaciona con el art. Orientación. cito, ensalada ó fruta, roban cuanto hallan en
MERITO. Del latin meritum. «La acción ó sus aldeas ó campañas». Pero á la palabra me
derecho que uno tiene al premio por lo bien he rode, que no puede ser más francesa, maraude,
cho, ó la razón de ser castigado por lo contrario.» le da Gébelis origen «celta» de mar, bosque,
(Dice. Acad. 5.). La definición al parecer no pue selva. Menage se va al «hebreo», y después con
de ser más clara; sin embargo un escritor mili jetura lo que arriba se copia de Santa Cruz.—
tar hace las siguientes distinciones: Merode es un robo de víveres ó comestibles; ra
«Los méritos se contraen con el ejercicio de piña, pillaje, botin, tala, devastación muy en
actos comunes de la profesión, y los servicios se pequeño. El merode ó merodeo no lo extirpa la
prestan con el ejercicio de actos distinguidos de disciplina, si no viene en su ayuda gran regula
la misma. Un oficial que contraiga muchos méri ridad y hasta solicitud en la administración.
tos, no debe aspirará que se le repute por oficial (V. e. v ).—Merodeador. El soldado desarmado
de servicios, si nunca ha prestado estos; pero que va al merode. El Marqués de Santa Cruz y
todo el que se distinga de cualquier modo que Dice. Acad. dicen mehodista. «.... los paisanos
sea, en paz ó en guerra, será reputado, califi afectos al rey nuestro señor les negaban la obe
cado y considerado por oficial de méritos y de diencia que les habían dado, atravesaban el pa
servicios, porque los méritos se contraen sólo so á sus reclutas, insultaban sus convoyes, to
con profesar la milicia, aun desde la clase de maban sus merodistas y forrajeadores». (Reflex.
alumno en los colegios militares, y porque los mil. lib. 4. cap. 6.)
servicios no son otra cosa que méritos distin MESA. MESETA. «La llanura de tierra que
guidos. Asi, pues, la diferencia distintiva de es á sus costados tiene bajadas, valles ó barrancos
tas dos voces consiste en que todo servicio es profundos, como la Mesa de Ocaña, que es una
mérito, pero no lodo mérito es servicio». (Va- porción de tierra llana y elevada sobre Aran-
llecillo. Com. á las Ord. T, I. pág. 451). juez y las bajadas de la Guardia: y la Mesa de As
MESA — 7% — MESA
ta cerca de Jerez.—Meseta es la llanura de tier ras bajas están situadas generalmente á la orilla
ra que domina, y está circundada de valles ó del mar, y por lejos que se extiendan hácia el
barrancos profundos. Es diminutivo de Mesa en interior siempre vienen á parar á la costa. Las
este sentido, y se denomina así por su figura, llanuras bajas mejor caracterizadas en Europa,
como la Meseta de Orán». Esta definición da el son la Holanda y la Lombardía, sin que puedan
Dice. Acad. Hist. que hemos escogido por «au admitir comparación cun los Llanos y Pampas
toridad» en voces de topografía y geografía fí de América».
sica. El Dice. Acad. Esp. sólo da en el art. Mesa: «Las mesetas son también llanuras; pero se
«La llanura extendida que está sobre alguna al distinguen do las bajas, tanto por su altitud, co
tura. Planicies». Y para meseta, su acepción vul mo por su superficie que suele ser monos lisa,
gar respecto á escalera. plana ó igual» .
Lavallée, y todos los geógrafos modernos, de «Si puede considerarse á los bajos llanos co
finen igualmente la meseta (cuyo exacto equiva mo terrenos sedimentarios formados por rios,
lente en francés es platean): masa de tierra ex esto es, por los fragmentos que el agua, la nieve
tensa y elevada, dominada por algunas cumbres ó los vientos han acarreado desde las montañas
irregulares y cuyos bordes están guarnecidos de hasta los mayores y más profundos surcos de la
pendientes más ó menos rápidas. —Tout snmmel corteza terrestre; las méselas, al contrario, apa
applati est un plaleau, dice Araco. —Los ale recen como residuos de esto mismo trabajo de
manes dicen Hochebene, alto-llano; TafellanJ, erosión y sacan de este origen dos caracteres
región tabular, tabliforme. (V. y comp. Expla distintivos: desde luego, los lechos de los rios
nada, Glásis, Escalos, Resalto, Montaña). que los atraviesan, van generalmente más en
La forma característica de meseta, que do cajonados entro sus orillas que en los bajos lla
mina en Asia y Africa, no se repite niás que una nos, en los cuales el nivel del agua es á veces
vez en Europa hácia su occidente, en España, y «más alto que el de los terrenos inmediatos», lo
en muy reducida escala. La forma característi que exige trabajos dispendiosos de dique ó en-
ca de Europa es más bien la alpina ó alpestre.— cauzamienlo; además, la capa arable ó vejeta!
Las más extensas y alias mesetas de Europa, es ménos espesa que en las llanuras bajas, y lan
después de las de España, son las de Baviera, ío que el arado más simple llega al sub-suelo:
Suabia y Auvernia. Entre eslas la más alta es la en las méselas, la capa vejetal escasamente tie
bávara, y sin embargo no se eleva más que ne seis pulgadas de fondo, mientras que en los
1.560 pies, mientras la de España se alza 2.500. bajos llanos pasa de veinte, de cincuenta pies
En extensión superficial ninguna iguala, ni con de profundidad. En los valles del Rhin y del
mucho, á las extensas mesetas ó altos-llanos de Vístula, mejor áun en los del Ganges, Orinoco ó
España. Misisipi es imposible llegar al sub-suelo. Sondas
No se debe confundir meseta con llanura.— de gran profundidad han demostrado la presen
La primera siempre lleva la significación de cim. cia de un légamo de aluvión, sin llegar á terreno
■re chata ó achatada, y puede contener desigual firme ó resistente».
dades, arrugas, pliegues, y estar compuesta de «Aunque las llanuras se dividan en bajas y
facetas, que son las verdaderas llanuras, y ter altas ó mesetas, no puede fijarse de un modo
renos ondulados ó montuosos, siendo el conjunto positivo «donde acaban las unas y principian las
en rigor llano. otras», lanío es el número que hay de gradas ó
La meseta se llama muela en Aragón; hola, resaltos intermedios. En cierto modo por llanu
en Cataluña y Valencia; páramo en Burgos; para ras ó escalones sucesivos, y como de terraza en
mera en Avila. terraza, es como principalmente se elevan los
La llanura en que está situada la ciudad de continentes encima del Océano; las grandes cor
Quito es una gran meseta de los Andes á 3.000 dilleras que los atraviesan no son, por decirlo
metros de altura sobre el mar. Madrid está so asi, más que «accidentes» en medio de los ter
bre otra á 670 metros solamente. renos planos elevados».
De una obra militar reciente, en que se ex «Las colinas ó las montañas que se perciben
pone con claridad la materia, están tomados los á lo lejos en el extremo de una llanura, no son
párrafos siguientes: muchas veces otra cosa que las caídas ó pen
«Toda la tierra seca ó emergida (por oposi dientes de una mésela, más ó ménos elevada por
ción á la sumergida ó debajo de las aguas; pue encima de la que ocupa el odservador».
de dividirse en tres categorías: llanuras bajas, «Eslas mesetas, y singularmente las de a mu
llanuras altas ó mesetas, y montañas. Las llanu cha altura sobre el nivel del mar», ofrecen una
MESN - 797 - META
circunstancia que merece notarse. Es raro que «Movió Vernaldo del Carpió con toda iu rosnada
estén «enteras» en toda su extensión: lo más «Ouando ovo el Conde la raaon acavada,
«Con estos tales dichos su agente conorlada,
ordinario es que el macizo que constituyen, se «Movióse de mañana con toda su mesnada
encuentro recortado, resquebrajado por entalla «Fueron so paLa I,ara lomar otra posada.. .
duras profundas, generalmente ramificadas, que «Et Conde don Fernando de faxienda granada
«Mandó a primera noche llamar es; mesnada. ..
irradian en diferentes direcciones, partiéndole «El conde don Fernando con toda su mesnada,
de varias maneras al prolongarse sobre la me «Ouando ovo ol rouo á sus casas tornado
seta inferior, en la cual vienen á desembocar». «Por verdal avya fecho muy buena cavalgada
«Esta circunstancia es la que ha bocho con «A León ol buen rey fy^o tornada.
siderarlas como grupos y macizos de montañas, Si el lector quisiere recorrer este antiguo
mientras que en realidad no forman general poema, ó solamente el art. Haz, veria manifies
mente en toda su extensión más que una sola ta la diferencia entre esta voz y mesnada. La úl
y misma masa fracturada por valles, más ó me tima es puramente orgánica; es un cuerpo, un
nos hondos y numerosos. Las plataformas de trozo, una división de la hueste en marcha y ope
las diferentes piezas que al parecer los compo raciones: el haz es la unidad táctica en el campo
nen, ya estén completamente separadas, ya uni de batalla ó disponiéndose á entraren él.
das por trozos irregulares, se hallan todas sen MF.SNADERO. El que servía en la mesnada.
siblemente en el mismo plano y las capas ó (Dice. Acad.] — Como mesnaderia era el sueldo
estratos, que componen la masa, se correspon del mesnadero. Evidentemente el vocablo , asi
den en las pendientes de las gargantas y bar como Amesnar y Amesnador (V. e. v.) son deri
rancos que los surcan». vados de mesnada; mas por el texto siguiente
«También á veces el macizo está corlado y verá quien estudie nuestra historia con algún
dividido por valles tadiales ó convergentes, que detenimiento y critica, cómo apuntaba ya pre
se reúnen en un punto central en donde se pre maturamente el régimen que hoy decimos de
senta un vasto hundimiento; y entonces se no «altar y trono» en los turbados tiempos do Alon
tan sobre el borde de este hoyo ó cuenca, mon so X, tan sabio como poco cuerdo.
tañas, más ó menos altas que, realmente, no «Por esta ley queremos fazer entender á los
son otra cosa que las extremidades de los trozos ornes, porqué an nombre mesnaderos los cava-
ó masas parciales, en que el macizo total se en lleros del rey e porqué deven ser honrados c
cuentra dividido ó repartido». (Guia del Ofic. en guardados. Dezimos que mesnaderos son dichos
camp. pág. 156). por estas razones; la una porque son vasallos
MESNADA. La reunión de hombres arma del Rey, c reciben su bienfecho señaladamente,
dos pertenecientes á un rico-hombre, á un con e viven con él en su casa masque otros cavalle-
cejo, parroquia ó distrito que formaba, en la ros del Regno. La otra porque deben guardar su
edad media, la unidad orgánica de la hueste ó cuerpo del rey de dia y de noche». (Espéculo.
ejército. El carácter heterogéneo, bisoño y alle Tit. 13. ley 6.)
gadizo de estas agregaciones correspondía ¿ lo METATOR. Del latin meta, mojón, coto, lin
breve y desordenado de aquellas desoladoras in de. El oficial que en la milicia romana tenia por
cursiones ó correrías, semejantes en lo fugaz, especial encargo la castrametación, el trazado y
estrepitoso y yermador á las tempestuosas nu disposición del castrum,castra, campamento, ó me
bes de verano. (V. Algara, Cavalgada). En el jor campo defensivo. —Se confunden con los men-
latin bárbaro de los tiempos medios maznada ó sores, que según Vegecio (lib. 2. cap. 7.) eran:
maisnada era un nombre apelativo, que se lee «Qui in castris ad podismum dimetiuntur loca,
en muchos documentos extranjeros, y cuyo sig in quibus lentoria milites figant». Algunos sos
nificado últimamente no se echaba en buena tienen que habia diferencia entre ambos oficios:
parte, como se ve en la novela 1 2 del Boccacio: que el melator «señalaba» el terreno y el men-
ifercatanti parevano, ed erano masnadieri, e «o- s(tr lo «repartía»; pero no es cosa de entrar en
mini di malraggia vitan. Garlos Aqüino (Lexic. discusión, y nos contentaremos con dejarlos si
mil.), diligentísimo en desentrañar etimologías, nónimos. Los romanos, que de todo hacían ver
desechando algunas inverosímiles y violentas, bos, tenían melor, melaris, reconocer, describir;
decide que es «idiotismo español». En España la lo que ahora diríamos «topografiar» un campo,
voz conservó efectivamente su sentido recto y una posición. Asi dice Salustio 'en Juyurtha¡:
militar, como se ve, por ejemplo, en el viejo aSila pariler cum orlu solis castra metabatur».
poema de Fekxa.n González: Y Tito Livio (Dec. 5. lib. 4.): «Et metari fronlem
METE - 798 - MILI
castrorum».—«Metatores, los que yuan delante neral todo verbo frecuentativo, repetidor. —Me-
á elegir lugar para assentar el real.... Mensores, trallazo. El tiro, el golpe, la herida de metralla.
los que en los reales median los cuarteles y se- METRÓMETRO ó METRÓNOMO. Especie
ñalauan el suelo donde se pusiessen lastiendas». de péndulo cronométrico, que sirve para marcar
(Londoño. Discip, mil. fol. 13.—1S68). un compás más ó menos acelerado, según se co
METER. «.... y saltando el dentro primero, loque más alto o más bajo el disco de la varilla:
metió mano á su alfango y dijo en morisco » úsase en los laboratorios de artillería para gra
(Cervantes. Quij. part. 1. cap. 44.). Basta que duar las espoletas y ciertos fuegos artificiales.
lo diga quien lo dice, para que á nosotros nos M1GUELETE ó MIQÜELETE. Variedad de
guste más «meter mano» que «echar mano», tropa local y de policía en el antiguo reino de
«poner mano» á la espada, como hoy decimos Valencia y principado de Cataluña. Miñón, mozo
con mayor pulcritud. — También suena mejor de escuadra. Hombre suelto, ágil, incansable:
«meter espuela», quearrimar, dar, clavar, hin nieto del antiguo almogávar y padre del moder
car.—¿Hay frase más enérgica que «meterá sa no cazador. (V. e. v.)
comano» (V. e. v.), «meter en un puño», «meter
en calor'?» —Meterse, arrojarse al contrario ó á MUERO. «La piedra miliaria que se ponía
los enemigos con las armas en la mano (Dice. en las vias militares ó caminos de los romanos,
Acad. 5.) «Meterse en una plaza» se dice mejor para señalar su distancia por millas. Es voz de
que «introducirse», cuando se entra en ella, con rivada de la latina milliarium, porque se colo
socorro ó sin él, «pasando por encima del sitia caban á distancia de mil pasos. Estas vias mili
dor». Introducir es más bien, parlamentarios, tares empezaban desde Koma: y para señalar el
espías, partidarios. Empeñados en rehabilitar el principio común de todas, se construyó el milia
verbo meter íque hoy suena tan mal á nuestro rio áureo, que fijase el término desde donde par
británico pudor) lo ilustraremos con textos. tían estas calzadas ó caminos, que seguían á las
«Meter expresa una acción más enérgica, más diferentes provincias del orbe ó imperio roma
decidida que introducir. La primera es más clara no». (Dice. Acad. Hist. y Acad. Esp.)
y más ostensible que la segunda. Se mete la es MILENARIO. (V.Tiufa.)
pada hasta la guarnición, etc. Hay otra diferen
cia entre estos dos verbos. Lo que se mete no MIL1ARIAÓ MILIAR. (V. Muero.)
penetra tan adentro como lo que se introduce, MILIAR. fV. Cohorte, Legión.)
y asi lo indica la etimología misma de la pala MILICIA. Es evidente que este vocablo pura
bra». Í.T. J. de Mora. Sinónimos.) mente latino, militia, vino de miles, militis,
«Meter expresa una acción vulgar. Introdu- soldado. A su vez esta última voz ha excitado la
oir significa la idea de cuidado y de arte. Meter curiosidad de los etimologistas. Unos la traen
las manos en el fuego. Introducir la sonda. Me de malitia, otros de milio, otros de mira, otros
ter cizaña. Introducir el espíritu de discordia. del griego metetes, asta; pero está admitida por
(R. 'Barcia. Sinón. cast. T. I. pág. 267.) más llana la opinión de Edtropio y de Varron,
METRALLA. La munición menuda con que seguida por San Isidoro: «Miles dictus, quiaunus
se cargan las piezas de artillería; pedazos de ex mille ctiyiturtt. Y en efecto, reparando la ten
clavo, hierro, piedras pequeñas, y más general dencia á lo «decimal», tanto en organización
mente balas, que se colocaban según su calibro, como en táctica, de las antiguas milicias, bien
primero en saqiiii.los, luego en racimos, después puede creerse que Rómulo eligiese uno entre mil,
en botes de hoja de lata y hoy en toda clase de ó más bien eligiese entre todos los ciudadanos
proyectiles (V. Siirapsell.) —La metralla se usó «mil para soldados», como dice Eutropio (Mal.
por vez primera en la batalla de Marignano 1515. Rom. lib. I): «Mille puqnatores delegit (Rómulo)
Padecemos algo de manía etimologista; y asi, quos a numero milites appellarito.
al ver en Vegecio una cosa que llama melellas «Las gentes (agrupaciones) estaban reparti
(lib. 4. cap. 6.) y que explica como «cestos lle das en tres tribus. Cada una, mandada por un
nos de piedras, para arrojarlos sobre la cabeza tribuno, daba en tiempo de Rómulo mil solda
de los que suban por las escalas de asalto» nos dos (en efecto miles viene de mille) y cien jine
pareció sonar algo á metralla. La r central nos tes [céleres). La tribu se dividía en diez curias,
desanima, pero en fin démoslo por lo que valga. y á la cabeza de cada una haLia un curion. Las
—Metrallar. Debe decirse ametrallar. Por la tres tribus alistaban tres mil infantes y tres
misma razón que acuchillar, alancear, y en ge cientos caballos formando la legión. Pronto se
MILI - 799 - MILI
dobló el número por la anexión de nuevas ciu soldadesca ó la gente que sigue la guerra».—«Los
dades». (Napoleón III. Hist. deCésar. T. I, pág. 7) cuerpos formados de vecinos de algún país ó
Efectivamente, cuando la Roma primitiva ciudad que se alistan para salir á campaña en
basta el sitio de Veyes movilizaba, como hoy de su defensa, cuando lo pide la necesidad y no en
cimos, el completo efectivo y disponible de sus otra ocasión».
fi erzas tenia ejército, y al mismo tiempo mili Este último significado es, hoy más que An
cia. Pero en los .tiempos medios y feudales, en los tes, el corriente y usual; porque la institución
q ne había mesnadas, huestes y fonsado por todas de la moderna guardia ó milicia nacional en va
partes, y milicia rigorosamente en ninguna, la rios países de Europa, acentúa más la distinción
voz perdió ó torció su radical y técnico signi entre el ejército permanente. Ya en el siglo pa
ficado. sado se fijó con la creación de las Milicias pro
Al renacimiento, á fines del siglo XV á prin vinciales, en 1734, y con razón exclamaba un
cipios del XVI, cuando en toda Europa y singu escritor francés: «Es singular que un nombre
larmente en España empezó á alborear el ejér usado por todos los pueblos del mundo para ex
cito permanente, se consumó, por decirlo así, el presar guerreros, sirva en nuestro país para dar
divorcio entre ejército y milicia: quedando cada idea contraría». —Así pues, dejando por inne
una de las dos palabras por expresión y repre cesaria la definición de adjetivos aplicables á
sentante de dos órdenes de ideas, conexas si se milicia como antigua, auxiliar, movilizada, local,
quiere en la esencia, divergentes y casi antitéti urbana, etc. ; dejando también para el articulo
cas en la forma y en la práctica. Lo que hoy reserva, como lugar más oportuno, algún apun
decimos ejército activo y ejército de reserva, te histórico y crítico sobre las extinguidas mili
tropa asalariada, permanente, siempre á punto cias provinciales, conel ui remos ilustrando lo re
y apercibida y disciplinada: tropa, ó más bien ferente á las concejilf.s con los siguientes pár
gente gratuita, suelta, sin la consistencia que da rafos de un libro moderno de respetable auto
la fila, sin el aplomo que da el ejercicio. Si al ridad.
guna duda quedase de que por entónces se con «Al principio de la reconquista todos los
sumó este divorcio, basta á disiparla esta corta hombres capaces de llevar las armas acudían
cita de un libro militar, clásico á la sazón: «Mi en tropel á la hueste del rey, y militaban debajo
intención es mostraros como se puede ordenar de su enseña. Como ni los concejos estaban do
un cxército en la tierra donde no se usa mili tados de vida poderosa, ni el señorío feudal
cia». (Diego de Salazar. De re militari. lib. 1. — tampoco, mal podían conocerse las diferencias
IÜ36.—V. y comp. Ordenanza). que la desmembración de la soberanía introdujo
Durante el siglo XVI los militares eruditos, después en los pueblos. Los vecinos de cada lu
obstinados en resucitar á los griegos y romanos, gar seguían al magistrado, este al superior de
intentaron vanamente restaurar la voz milicia en la tierra y todos juntos al rey de Asturias, al
su recto y primitivo sentido latino; pero el uso, tenor de lo mandado en el Fuero Juzgo. Desde
árbitro supremo en lenguaje, como en todo, ya los albores del siglo IX suenan en los privilegios
habia fijado el que hoy conserva. las palabras fonsatum y fonsataria; la una sig
Asi vemos en una obra militar y nolable de nificativa del servicio militar, que eso quiere
aquel tiempo el siguiente párrafo: «Porque la decir la expresión «ir en fonsado» y la otra en
milicia (como dizen los que desta materia escri- sentido de tributo equivalente al servicio en
uieronj tiene tres partes. La vna es el aparato persona »
de guerra, en que entra el levantar gente, ar «El periodo en que empiezan á bullir estas
marla, pagarla y avituallarla, para lo qual hay milicias es la mitad del siglo XII, que coincide
en la milicia oficiales aparte. La segunda parte con la minoría de Don Alonso VIII, etc.»
es de la hueste, la cual cor tiene el marchar del «Sin embargo la obligación de ir en fonsado,
campo y el alojarle. La tercera parte es del com ó sea salir á campaña, no era igual para todos
batir con el enemigo, ora sea por mar, ora por los concejos, ántes más ó menos preciso según
tierra, ora defendiendo un cerco, ora comba los fueros de cada ciudad ó villa. Unos gozaban
tiéndole etc.» (Valdés. Didí. mil. fol. 14. —1591). la exención de no prestar este servicio sino una
Todavía el Diccionario de la Academia Espa vez al año: otros tenían el privilegio de no pasar
ñola, en su primera edición (1726), sostiene la su frontera: otros acudían á la hueste sólo cuan
definición completa: «El arte de hacer la guerra do el rey la gobernaba en persona: otros esta
ofensiva y defensiva, y de disciplinar los solda ban excusados, allanándose los vecinos á satisfa
dos para ella».—«Significó también la misma cer la pena pecuniaria. Lo ordinario era acudir
MILI 8oo - MILI
al apellido del Rey y servirle sin paga por espa no enlazar dicha institución con el servicio de
cio de tres meses, procurando los reyes gran la fonsadera, como lo hace el señor Muñoz y
jearse sus voluntades para las empresas mayores Romero. Apoyado en la autoridad de Colmena
con mercedes anticipadas ó con la esperanza del res, señala el principio de esta manera de le
premio». vantar gentes para la guerra antes que los más
«No obstante Guadalajara sirvió en varias de nuestros historiadores, Salazar de Castro,
ocasiones á los reyes enviándoles su milicia Hist. genealóg. de la casa de Lara. Lib. 3 cap. 3.
siempre pagad» por seis meses. En tiempo de Confirma el origen remoto de la milicia concejil
D. Felipe II pagaban las ciudades el sueldo de el siguiente pasaje del arzobispo Don Rodrigo:
su gente tres meses, y otros seis adelanto lo sa uQuamris vero in oppidis el civitatibus sub uno
tisfacían ellas y el rey por mitad » degant principis regimine, lamen a suce principio
«El mando pasó á la nobleza y luego fué de gentis, ct armnrum eliam, el militaris digniwis
provisión real. Todavía en los tiempos do Don insignia habuerunt et militare nomen sorliti
Felipe II, cuando la guerra de los moriscos, sa sunl ab antiguo. (De rebus Hisp. tib. 8 cap. 3).
le el Alférez mayor Diego Vázquez de Acuña por También habla de las milicias de Avila, Béjar y
cabo de la tropa concejil con el pendón de Bae- I'lasencia «que viajaron á caballo con sus señas
za; pero en el mismo año liiG9 solicita el rey de alzadas» en los tiempos de Don Fernando de
Sevilla que levante milicias y, sin tener en cuen León, el P. Ariz en su Hist. de Avila, par. 3,
ta la autoridad de su alguacil mayor, les nombra fol. 11. El arzobispo Don Rodrigo, contando la
un coronel » reunión del ejército destinado á pelear en las
«Hácia 4166, aparecen las milicias conceji Navas de Tolosa, dice: «.Civitalum el oppidorum
les, compuestas de peones y caballeros de las concilla ste copiosis phalangibus, et equis el ar-
Ciudades; ó por lo menos adquieren una impor mis et vehicuiis, et rictualibus ct ómnibus ad
tancia extraordinaria. En verdad, la milicia con bellum necessariis premunita venerunh. (De re-
cejil no es otra cosa que «el ir en fonsado» ó sea bus Hisp. lib. 8 cap. 3).
la obligación de acudir al llamamiento del rey «Como quiera, es indudable que desde Don
los vecinos de cada ciudad, villa ó lugar y se Alonso VIII en adelante las milicias concejiles
guirle en la hueste conforme á las costumbres cobraron mayor importancia, ya en razón del
de los Godos; y de este servicio do la fonsadera número y calidad de las gentes, ya porque estu
nos habla el concilio de León y los fueros de vieran mejor proveídas, y ya en fin, á causa de
Castrojeriz, Sepúlveda, Nájera y otros muy an seguir el pendón de su ciudad ó villa gobernan
tiguos y principales ». do cada escuadrón sus propios capitanes. En un
«Señalan algunos escritores como cosa nue tiempo en que los de más humilde estado se
va la presencia de estas milicias concejiles en la ennoblecían por la sola virtud de las armas, era
desgraciada batalla de Alarcos el año H95, y cosa natural que el lustre y el poder de los con
se citan los pendones de Segovia, Avila y Medi cejos subiesen de punto, conforme los Ciudada
na con otros muchos que se nombran como pre nos adelantaban en aquel honrado ejercicio; y
sentes á la famosísima de las Navas de Tolosa, en tanto era tenida la ciudad ó villa, en cuanto
ganada en 1212; pero prescindiendo de que nos excedía en su milicia el número de los caballe
acostamos á la opinión de un erudito que asien ros al de los infantes y peones». (Coljieiro. De
ta ser las milicias concejiles tan antiguas como la consl. y delgob. de los reinos de León y Casi.)
los concejos mismos, si procuramos señalar la MILICIANO. El alistado en las milicias.
época de su grandeza, será forzoso tener en
cuenta testimonios anteriores á la fecha de am MILITANTE. Merece observarse la singula
bos sucesos. Entre las memorias del reinado de ridad de que este participio del verbo «militar»
D. Alonso VIII, llegó hasta nuestros dias un sea la palabra ménos «militar», es decir, la que
privilegio del año 1 166 en donde se hace mérito en la «milicia» no tenga la menor aplicación, ni
de los concejos de Segovia, Avila y Maqueda, jamás suene en boca del soldado de profesión.
que tanta parte tuvieron en sosegar las altera Hay iglesia militante; partidos militantes; razo
ciones de Castilla, ayudando al Rey á cobrar su nes que, para los abogados y periodistas, «mili
reyno embargado por D. Fernando II de León... tan en pró o en contra»; todo civil, y por extra
No tuvieron presente esta noticia los señores ña contradicción, nada realmente militar hay
Morón y Lafuente; puesá tenerla hubieran dado que milite, ni sea militante.
mayor antigüedad á las milicias concejiles que MILITAR. Verbo neutro. Servir en la guer
la batalla de Alarcos; fuera de que yerran en ra, ejercitarse en la milicia. Asi debia ser, y así
MILI - 804 - MINA
en efecto lo da Dice. Acad. Pero véase el artícu diríamos que mina, actualmente, comprende to
lo precedente. —Como adjetivo no ha alterado do procedimiento, disposición y aparato, subter
su recta significación. Al tomar el mando en je ráneo ó submarino, destinado á crear y vencer
fe del ejército del Norte, en 3 de julio de 1835, grandes obstáculos en la guerra, y á causar gra
el célebre D. Luis Fernandez de Córdova, que vísimo y rápido estrago en el enemigo, tanto en
entre sus dotes militares contaba la fluidez y su personal como en el material, destruyendo
corrección en el lenguaje, concluía así su enér prontamente fortificaciones, edificios y buques.
gica proclama: «Compañeros, empieza una nue Efectivamente, en 1867, en los tiempos de la
va campaña; nuevo es también nuestro ardor y ELECTRICIDAD, de IOS TORPEDOS y de la NITROGLICE
mayor nuestra experiencia. La guerra, variando RINA, parece anticuado restringir la definición á
de proporciones, se ha hecho más militar y me la consabida cavidad subterránea, pozo, etc.
nos penosa, etc.» No puede salir la definición de Desde luego mina, en el lenguaje vulgar, da siem
labios más autorizados. Efectivamente hasta en pre idea de excavación y conducto subterráneo
tonces aquella guerra habia sido fatigosa, dura, para las aguas, y hasta el sentido de fuente ó
cruel: habia tomado el tinte sangriento de una manantial le da Dice. Acad.
horrible cacería; tenia sin duda con exceso to Las minas de guerra probablemente serán
das las bárbaras condiciones de una guerra civil tan antiguas como ella. La idea es tan óbvia, que
y sin cuartel, y sin embargo poco, muy poco con toda verosimilitud debió ocurrirse al pri
tuvo hasta entonces de militar. En los carlistas mer caudillo que se vió detenido en su marcha
por cierto no era de extrañar: bastante hicieron victoriosa ante una muralla bien defendida. Sin
con improvisar un ejército sufrido y valeroso: lo embargo es de ritual entre los eruditos (Maizeroy
inexplicable es aquel estrellarse de los caudillos Mayehn, Blesson, etc.) asignar la «prioridad his
liberales, aquel gastarse en quince días: y no tórica» á Camilo, dictador, en el sitio de Veyes,
era lo peor gastarse ellos, sino gastar y estropear la Troya de los romanos, ó á Servilio. en el de
y de'ar gangrenarse un ejército formal, bravo y Fidenes, treinta años ántes. (V. Legión.). Estas
entusiasta. (V. Guerra.) (V. y dist. Belicoso.) minas primitivas, y por lo tanto más ingénuas
MILITARISMO. ;¡¿¿ ?? ! ! ó inocentes, pertenecían al género que puede
MILITARIZAR. Verbo que no tiene aplica llamarse de sorpresa; puesto que se reducían á
ción técnica respecto á personas: no se dice que practicar una galería ó paso subterráneo, que
un b*tallon «se militariza»; pero se puede «mi llegaba hasta dentro de la fortaleza sitiada, pa
litarizar» un servicio, como el de Sanidad, el de ra salir por él un corto número de hombres re
Equipajes ó Transportes. Cuando se habla de un sueltos, que, dando sobre la espalda de los de
país, de un terreno, militarizarlo es darle con fensores, abrían por dentro las puertas. Asi dicen
diciones de teatro de la guerra, de ataque y de que Gengiskan tomó á Pekín, y mucho ántes
fensa; construyendo fortificaciones, abriendo ó Darío, hijo de Hitaspes, á Calcedonia, dejando
cortando caminos, echando ó destruyendo puen cautelosamente sus tropas lejos de los muros y
tes, etc.» entrando en galería hasta la plaza mayor de la
ciudad (Poliano. lib. 7. cap. 5.). Comparado con
MILITARMENTE Adverbio que significa esto, la mina de fuego, es decir, excavar, apun
conforme al uso, estilo, leyes ó costumbres de talar y quemar los puntales para producir der
la milicia. «Presentándose al conde Mauricio, le rumbamiento, ya debió causar estupenda no
habló militarmente de esta manera». 'Baren. G. vedad. Por espacio de largos siglos—hasta el
de Flánd.) XVI—ahí se quedó atascado el arte del minador.
MILITARON. Aumentativo, usado por pai Se comprende, pues, que el uso y aplicación de
sanos, bajo el hórrido «imperio del sable». estas minas seria en tan luengo trascurso de
tiempo, frecuente y repetido, con sus inevitables
MILITE. El Dice. Acad. trae como española mejoras, modificaciones y retrocesos también.
esta palabra puramente latina miles, militis, En los célebres sitios de Platea, Durazzo, Jafa
soldado. Algún cura en el pulpito la usará. Bodas y Atenas jugaron estas minas.
MINA. Voz latina, sinónima de citniculus, Si tuviéramos el patriotismo, recomendable
(V. e. v.) que los romanos usaron en los dos sen pero excesivo, de algunos que todo lo ven origi
tidos que hoy tiene; pero más aún, en la baja nario de España, creeríamos á piés juntos loque
latinidad, en que produjo el verbo minare, con dice Lafcente en su Hüt. deEsp. 'T. II. pág. 17)
los sustantivos minarius y minator.—Definién que en Contrebia, sitiada por Sertorio, se aplicó
dola ¿ nuostro gusto, y en toda su generalidad, el combustible para volar (sicj las murallas, cu*
101
MINA - «os - MINA
yos efectos asustaron á los sitiados y les movie bajo del agua». Pero en el articulo Artillería
ron ú rendirse. Lo apoya con nota y fragmento puede ver el lector la marcha casi siempre on
de Tito Livio , publicado por Giovcnnazzi y dulante y tortuosa de todo invento notable.—
Brunks, citado por Romey. El combustible, pa El erudito Matern* hace observar que en el sitio
se; pero el volar de Schweidnilz hubo porfiada guerra subterrá
Cuando la tormentaria y poliorcética (V. Si nea, que no se volvió á ver en los 89 años que
tio) lomaron vuelo, las minas se combinaron siguieron.
con las máquinas de apuoche y demolición. Diou- Durante el siglo XVII las minas modernas
XBTES*, ingeniero, en Modas. logró volcarcon cale se consolidaron, jugando ofensiva y defensiva
ría subterránea la famosa helépolis ó torre de mente en los numerosos sitios de aquel tiempo.
Demetrio Poliorcetes, y Eneas el Táctico reco En Candía (1667) volaron, según dicen, 1856
mienda cuerdamente ese ejemplo. hornillos por ambas partes. Por entónces, A
En toda la edad media siguió la antigua mima mediados del siglo, comenzaron los sistemas per
de fuego ó de puntales, de poner en cuentos, co manentes de contraminas, las voladuras por pisos
mo técnicamente se decia en Castilla. Y sabido y el reducir ó ajuslar á teoría el arte del mina
es, que si, durante un sitio porfiado en que ha dor. Maizeroy, en su manía de ver todo con ex
bía mimas, se armaba un caballero novel, la ve cesiva antelación, retira demasiado este origen,
la de las armas habia de efectuarse precisamen apoyándose en un texto griego, que cita, de
te dentro de la galería, pasando la noche allí Josefo ¡6. de los Judión, lib. í. cap. 10'¿ y donde
con su padrino, en vez de velarlas en capilla ó esle dice que, al ceñir á Gañíala con un muro,
lugar sagrado, como era ritual. Descubrir al ya le hizo en torno galería subterránea.
minador enemigo por medio del oido aplicado á A mediados del siglo XIX las minas, como el
un escudo, por vasos de bronce suspendidos, por armamento, como todo, han recibido tal impul
dados sobre el tambor era sabido antes de Eneas so, que no cabe ni reseñarlo en breve articulo.
y de Vitri:bio. Cerca ya de nuestro tiempo, en Desde luego la inflamación por la electricidad
el sitio de Málaga (1 487) se hicieron grandes abrió ancho campo á la inventiva; y el paso
trabajos de mina y contramina, todavía por su principal se debe al coronel de ingenieros, Don
puesto «poniendo en cuentos,» bajo la dirección (íregorio Verdú. En esto no hay las dudas de
del célebre Ramírez de Madrid; y pueden calcu extranjeros, como acerca de Pedro Navarro: es
larse sus dimensiones, por el hecho de haberse tá plenamente reconocido y hasta impreso en
combatido fieramente y cuerpo á cuerpo debajo francés, en inglés y en alemán.
de tierra por espacio de seis dias. Repetición de Posteriormente, la guerra de los Estados-
los tiempos de Sila en Aténas. — También Unidos, abriendo otro camino, llevó á los «in
debe recordarse que todo castillejo en la ventores» por el ameno y escabroso de los tor
edad media tenia su mina ó comunicación pedos terrestres y marítimos, donde no hay que
subterránea, larguísima á veces, para salir re decir si lucharon á brazo partido la química, la
catadamentc á la campaña, y dar pábulo tam mecánica y la fantasía.—Concluiremos, como
bién después á pavorosas consejas y fábulas de en el artículo artillería: con Krupps y Gattling
duendes. en tierra; con torpedos por debajo y globos por
Está ya fuera de duda y discusión que la encima, el arte de la guerra ha de presentar
primera y feliz aplicación de la pólvora á las irremediablemente en lo futuro las más extra
minas se debe al terrible Pedro Navarro, en el ñas é imprevistas peripecias.
Castcl del Ovo de Nápoles á 1 1 de junio de 1503.
De aquí arrancan las minas modernas, que fue MINADOR. El real decreto de 26 abril 1685.
ron cada día extendiéndose y perfeccionándose. creando las cuatro primeras compañías de gra
Llama, sin embargo, extrañamente la atención, naderos dice: «También pide muy particular
que el célebre Don Bernardino de Mendoza al providencia el punto que toca á minadores, que
publicaren 1595, su Teórica y Practica, y al son igualmente necesarios en la defensa como
hablar en la pág. 1 18 de las minas, sólo indique en la expugnación de las plazas; y asi he resuel
la manera antigua, y que debia estar olvidada, to que también se forme compañía de ellos en
de poner en ccentos; ya dándoles fuego, ya ti cada uno de los tres ejércitos referidos los de
rando desde afuera con cabrestantes para des Cataluña, Tlándes y Milán)». Después de varios
plomarlos. Probado es que en Amberes (1585) trámites y vicisitudes en el siglo pasado, elsER-
y en el largo sitio de Ostendc (1601) no sólo ju vicio de minador está hoy asignado á los regi
garon numerosos hornillos en tierra, sino «de mientos de ingenieros. — Los franceses dicen
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attacher leminew, y nosotros aplicar, arrimar, Guerra, Ministerio de la Milicia, por ejemplo;
(V. e. v.) aunque en la Escuela de Palas (pág. pero si á la sazón había nacionales armados, el
436} se lea ■ ...y que sirvan de antemural para título sería imposible. Dejémoslo, pues.
que no ataquen tan fácilmente el minador al pié De todos modos Ministerio de la Guerra ex
de sus frentes». Pero en ese libro, que no deja presa dos ideas diferentes: la de oficina, y la de
de ser notable para su época, se llama ¿ la esca Estado Militar de un país Así, en el presupues
la del plano pitipié, con otras lindezas hoy in to de Guerra ¡sin que se vaya á hacer ninguna),
tolerables.—Parecerá impertinente advertir que que las Córtes discuten anualmente, el Ministe
minero es el que trabaja en minas driles de me rio de la Guerra toma, en su capítulo propio el
tal ó carbón; pero en un Diccionario militar que nombre de Administración Central. A cada paso
tenemos á la vista, impreso en 1863, dice: «Mi- se enredan las palabras, y á veces los piés, y
hería (sic) el conjunto de minas ó escavaciones esto retarda los muchos pasos que nos faltan por
subterráneas.... para volar alguna muralla». (!!). dar en la senda constitucional. Por ejemplo: ¿el
Ministro de la Guerra, miembro responsable del
MINAR. Este verbo—como también se dijo
gabinete es jefe, como los otros ministros, de su
de otros análogos v. g. batallar, militar—no es
departamento, es decir, del ejército, de la mili
rícjfico rigorosamente en ingenieros, aunque lo
cia (V. e. v.) del estado militar entero? Después
parezca. Ellos aplican el minador, entran en ga
de tantos años de gobierno representativo debía
lería, vuelan hornillos.... todo, menos minar.
estar resuelta esta cuestión de una manera pú
MINISTERIO DELA GUERRA. La palabra blica, legal. Un ministro, atendiendo más á con
Administración es tan genérica, que abraza en ri veniencia del momento que á la complicación
gor toda la complicada máquina de la gobernación del asunto, la dió por resuelta en sentido afir
del Estado. Se define y concreta por los calificati mativo; pero no debia estar aquella solución en
vos que se le añaden, como: Administración de el «sentimiento público», cuando ningún otro
Justicia, que comprende el ramo judicial; Admi ministro la ha aceptado ostensiblemente y el
nistración de hacienda, el económico, etc. En la mismo vencedor de Tetuan, á pesar de su dig
milicia se debe distinguir la Administración de nidad suprema, dejó la «cartera» de ministro al
la guerra y la Administración militar (V. e. v.) empuñar el «bastón» de General en Jefe. Si, en
que distan mucho de ser sinónimas. Aquella oposición, se citaran los ejemplos de los genera
comprende rigorosamente toda la parte de la les Rodil, Valdós y Espartero en la guerra civil,
Administración pública que encierra, en su senti cabalmente de la perturbación y del embrollo
do más extenso, el Ministerio ó el Deparlamento que ocasionó aquella medida, en apariencia
ministerial de la Guerra. En el lenguaje ordina simplificadora, se podrían deducir razones en
rio se suprime por brevedad la palabra ministe contra de la reunión de ambos poderes. Si se
rio, diciendo: «Tal expediente pasó de Hacienda, acepta que el ministro dr la guerra sea jefe 'en
ó de Fomenlo á Guerra»; y cuando alguno en el sentido militar) de todo el departamento minis
la calle dice «voy á Guerra», se entiende que va terial que tiene á su cargo, volveríamos al con
al edificio donde está la oficina central y supe destable de la edad media, al generalísimo de los
rior, la antigua Secretaría del Despacho, el Mi tiempos de Cárlos IV, á la delegación en un sub
nisterio de la Guerra. Se ve, pues, que no hay dito de una parte, muy principal, de las atribu
excesiva claridad, ni propiedad en estas denomi ciones de la Corona. Por otro lado el ministro
naciones. Es singular que, en todos tiempos, las de la Guerra ¿puede seguir siendo, como en
cosas cambien y las palabras no. De siglos sa tiempo del absolutismo, simple Secretario de
bemos que el sol no se mueve; y ningún astró Estado y del Despacho'? De ningún modo.
nomo se atreve á suprimir la frase «el sol sale ó En el organismo constitucional tiene forzo
se pone á tal hora». Imitemos esta cuerda tole samente que ser «ministro responsable», con
rancia, guardándonos de proponer, como algu personalidad propia y política, con iniciativa de
no, que el Ministerio de la Guerra se bautice, gobierno y administración, con dotes parla
ya tan adulto, con algún nombre griego, signi mentarias, con ideas y planes solidarios y sub
ficativo de que es ministerio de la guerra «en la ordinados á los del gabinete, y con la repre
paz». Cuando el Ministerio de Estado deje de sentación oficial que como á parte alícuota de
lamurse Primera Secretaría (sin saber nadie, en este le corresponde. Ahora bien, en los países
1867, de donde le viene la primacía) ó el de constitucionales las combinaciones de la políti
Gracia y Justicia pierda la «gracia» por innece ca pueden llevarla «cartera de guerra» á manos
saria: entónces podría intentarse llamar al de la de un mariscal de campo, de un brigadier, co
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rao Hubert o Rodríguez Vera en la guerra civil, cláusula 4: «Declararla guerra, y hacer y ratifi
de un paisano, como Palmerstou en lo más crí car la paz, dando después cuenta documentada
tico de las furiosas campañas de Inglaterra con á las Córtes. 5: Disponer de la fuerza armada,
tra Napoleón. ¿Sería razonable, seria conve distribuyéndola como más convenga. 9: Nom
niente, seria posible en estos casos dejar aneja brar todos los empleados públicos y conceder
á la «cartera» la jefatura (militar se entiende) honores y distinciones de todas clases, con arre
de la milicia en general, y del ejército activo en glo á las leyes». Está suprimida la 8.* de la de
particular? 1812.—En la del 45, el misino título y art. 45;
La Marisa, que con más frecuencia ha tenido las mismas i.", 5.a y 9.* cláusulas.—Articulo
ministros extraños, podría establecer preceden 48. «Necesita estar autorizado por una ley espe
te; bien que en este pais nuestro se encuentran cial: —I." Para enagenar, cederó permutar cual
precedentes para todo; pues si bien ese cuerpo, quiera parte del territorio español. —2." Para
respetable é ¡lustrado, no sólo ha tolerado, sino admitir tropas extranjeras en el Reino.—3." Para
aplaudido generales de infantería y caballería y ratificar los tratados de alianza ofensiva, los es
«paisanos» como el marqués de Molins; en cam peciales de comercio y los que estipulen dar sub
bio, por una veleidad inexplicable, ha poco re sidios á alguna potencia extranjera». —Articu
chazó, por no ser marino, ú Don Augusto Ulloa, lo 46 en la de 1845; las mismas.—Titulo 9, artí
respetable repúblico, que habia sido ya Direc culo 61 .«Todo lo que el Rey mandare ó dispusie
tor y con ínfulas de Ministro de Fomento. re, en el ejercicio de su autoridad, deberá sei
Hay, para resolver la cuestión, un criterio firmado por el Ministro á quien corresponda, y
fijo, seguro y acertado. En los «gobiernos repre ningún funcionario público dará cumplimiento
sentativos» el primer elemento es la «política»: á lo que carezca de este requisito. La del 45 li
á ella , pues, hay que subordinar, ó por lo me teral en tit. 9. art. 64. tit. 43. art. 76: «Las Cór
nos adaptarlo todo. Embarazarse con los acci tes lijarán todos los años, á propuesta del Rey,
dentes cuando prescribe un principio, sólo con la fuerza militar permanente de mar y tierra.»
duce á perder tiempo y á tener por resuelta una Idem tit. 13. art. 79 en la del 45.
cuestión, que queda meramente aplazada, para El ministro «responsable» de la guerra no
luego retoñar de improviso y producir un con «manda»: «trasmite» las órdenes del Monarca;
flicto. los oficiales del ministerio, y mejor dicho de la
En 1867, por la Constilucion de la monar secretaría, puesto que secretarios son del mi
quía, el Jefe único, real y verdadero del ejército nistro, le ayudan: y adviértase de paso que para
es el Rey. Este es el dogma. Y. para mayor for corregir el odiado dualismo de estos funciona
malidad trascribamos el texto de las tres consti rios, so ha tomado el camino opuesto al que in
tuciones. Constitución de 1812. En el tit. 4, dicaba la razón. Desde luego el que algunos po
cap. 1. art. 171, «Del Rey», cláusula 3: Declarar cos militares hayan acelerado algo su carrera,
la guerra y hacer y ratificar la paz, dando des no valía la pena de arrancar al oficial de secre
pués cuenta documentada á las Córtes. 5: Pro taría su doble carácter político-militar, funda
veer todos losempleos civilesy militares. 7: Con do no en la tradición, ni en la rutina, sino en só
ceder honores y distinciones de toda clase, con lidas razones de buen gobierno, de acertada or
arreglo á las leyes. 8: Mandar los ejércitos y ganización. Sin citar más que una: ¿con qué in
armada, y nombrar los generales. 9: Disponer dependencia, con que secreto instruirá, para el
de la fuerza armada distribuyéndola como más despacho del ministro, un expediente contra su
convenga. En el art. 172. restricciones. 3: «No propio Director, el oficial que en aquel mismo
puede el Rey enagenar, ceder, renunciar, ó en momento le está virlualmente subordinado, y
cualquiera manera traspasar á otro la aulori- que al dia siguiente sufrirá los efectos materia
dad real, ni alguna de sus prerogativag» . En el les de su cólera o de su venganza, al cesar en un
tit. 8, cap. I, y art. 356: «Habrá una fuerza mi empleo, que la «política» y la sana razón hacen
litar nacional permanente de tierra y de mar esencial y forzosamente amovible"?
para la defensa exterior del Estado y la conser Si todos los actos de la vida práctica se pu
vación del órden interior. 259: «Establecerán las dieran regir y formularcon la inflexibilidad de
Córtes. por medio de las respectivas ordenanzas. los principios, por más que sean inconcusos, la
todo lo relativo á la disciplina, Orden de ascen sociedad seria un cronómetro; pero la delicada
sos, sueldos, administración, y cuanto corres materia, que procuramos esclarecer en este ar-
ponda á la buena constitución del ejercito y ar I ticulo, prueba por si sola que no en la parte ci
mada». —Constitución del 37, tit. 6, art. 47, vil algo escabrosa, sino en la militar, tan llana
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en apariencia, la dificultad está en hacer fáciles, sobre todo teniendo que consagrarse atentamen
insensibles las «transiciones», por medio de pru te á cuanto emana de la política ó se roza con
dentes «transacciones» sin sobresaltos, sacudi ella, no pueden abarcarla inmensidad de asun
das ni tropiezos. tos que se amontonan en una Secretaria del Des
Separándonos, pues, de la opinión general, pacho; así es que en el dia la mayor parte de
pero con la nuestra muy madura, sostendre ellos se resuelven por el criterio del oficial del
mos, que las funciones «actuales» del oficial de negociado. Añadíamos que la opinión de la Sec
secretaría, más casi que militares, son civiles y ción de Guerra del Consejo Real, único cuerpo
políticas; y que, lejos de conservar el carácter consultivo era insuficiente Para demostrar
de militar activo, debia perderlo, si se quiere, por otra parle que en todas las naciones donde
del todo. Las razones complejas de esta opinión, existen ejércitos importantes, los asuntos mili
para muchos singular, no caben aquí: sólo ad tares pasan por el crisol del más detenido exá-
vertimos que la secretaria del ministerio déla nien, indicamos el número de generales que en
guerra dista mucho de ser el Estado Mayor Ge Francia, Austria y l'rúsia entran en la organiza
neral de un ejército ue operaciones (donde hay ción del Ministerio de la Guerra y de sus cuer
sin embargo cirujanos, jurisconsultos y admi pos consultivos. En el Ministerio de la Guerra de
nistradores); que es de todo punto ortodoxa la Francia, il generales de división, 22 de brigada,
doctrina militar y «constitucional» de que cual 6 intendentes deejército, y 5 intendentes milita
quiera que el Rey nombre puede ser ministro de res empleados en las direcciones y juntas con
la guerra, y por lo tanto puede escogeréste don sultivas se reúnen, siempre que se ventilan ne
de le parezca sus secretarios; y por último, que gocios graves, formando por decirlo así un con
al tocar y descomponer con mano reformadora greso de especialidades que impone á las reso
las partes de un todo, debe cuidarse de resta luciones ministeriales una autoridad incontesta
blecer su armonía: así, mientras subsistan las ble, contra la cual en vano se levantarían opi
antiguas y «autonómicas» direcciones genera niones ménos autorizadas y competentes» .
les de las armas, tiene que subsistir la antigua, iLa puerta queda de este modo cerrada á to
la vetusta organización de la secretaría del mi da innovación peligrosa » El autor enumera
nisterio. defectos, como el de la defensa permanente, re
¿Se quiere proceder de buena fé á esta y serva, caballería, etc., y continúa: «Y porque
otras reformas de detalle? Pues, lo mejor seria creemos que estas y otras cuestiones no pueden
principiar por el principio: por la reforma de las ser tratadas sin profundizarlas y explanarlas, y
ordenanzas generales del Ejército (copiadas del ménos resolverse aisladamente; porque creemos
francés en 1768], y para lo cual habia trabajos en fin que un general, por grande que sea su
muy adelantados en el ministerio de la guerra inteligencia, incansable su actividad y larga su
«n 4853. vida ministerial, no puede decidirlas por sí solo
Oigamos la respetable opinión del general con la única ilustración que le proporciona la
Calonje impresa hace poco. «La reorganización actual administración, tal como está organiza
del Ministerio de la Guerra no está sólo en la da, pensamos que debe esta concentrarse con
mente de cuantos piensan en convenientes y fe las Direcciones en el Ministerio de la Guerra,
cundas reformas: Generales distinguidos, que creándose al propio tiempo dos juntas bien cons
han sido Ministros y Directores, la han conside tituidas, que ilustren al Gobierno en las cues
rado como necesaria, y hasta lo han «formula tiones facultativas, orgánicas y administrativas:
do» solemnemente en losCuerpos Colegisladores. cuyos vocales, después de inspeccionar durante
El general Córdova- en sus discursos en el Sena tres meses en cada año los cuerpos del ejército,
do de los dias 1 y 3 de mayo de 1858, ampliados las plazas de guerra y los demás establecimien
luego en artículos que publicó La Asamblea, tos militares, deberían reunirse en los nueve res
dijo entre otras cosas: «La organización del Mi tantes con los Directores, etc.»
nisterio de la Guerra es uno de los puntos prin Añadiremos otra opinión respetable. «No so
cipales que tocamos en nuestro primer discurso mos .dice) partidarios de las Direcciones é Ins
en el Senado, dando acerca de él mayores ex pecciones, tal como se hallan hoy constituidas;
plicaciones en el segundo. Indicamos la necesi opinamos por su pronta refundición en un solo
dad de que las grandes cuestiones militares sean centro, en el Ministerio de la Guerra, cuyo jefe
resueltas con más copia de conocimientos y ma lo es hoy del ejército, como es el único respon
yor autoridad de lo que lo son en el dia; poique sable de cuanto en él se opera, en la esfera or
la capacidad y la inteligencia más privilegiada. gánica, en la administrativa y en la gubernativa.
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¿Facilita la Dirección la marcha'dc los asuntos versas dependencias á que se refieren, y subido
correspondientes estando apartada del Ministe al Ministerio para su aprobación, no es dado á la
rio? No, porque, por el contrario, es una rueda mayor capacidad militar apercibirse de todos los
cuya acción si no debilita, hace lenta la del Go puntos en que se hallan en pugna unos con
bierno, que en la milicia siempre debe ser rápi otros, respecto á los diferentes servicios, y con
da, ejecutiva? ¿Puede poner un veto á las dispo frecuencia surgen dificultades no previstas has
siciones emanadas del despacho del Ministro, y ta la ejecución. Más lógico y más natural seria
evitar las malas consecuencias de una impre que partiesen de arriba las reglas con los pre
meditada ó ilegal? Tampoco, pues que carece de ceptos para el servicio, que no el que partan de
autoridad: siendo tan sólo una oficina iniciadora abajo, en donde no puede existir el conocimien
y vigilante del cumplimiento de aquellas. ¿Para to perfecto de las circunstancias del país y de
qué sirve pues, la Dirección de un arma hoy las necesidades del servicio, ó se han de suponer
dia? Vamos á decirlo sin ambajes. Para desauto todos los centros militares tan competentes como
rizar al Ministerio. En la monarquía absoluta el el Ministerio de la Guerra». (Ozcariz. Asamblea.
Ministro era secretario del despacho, que pre 186i. pág. 237).
sentaba á la solución del rey los asuntos todos De manera que, si con pecho y resolución se
del ramo; y como no todos habian de llevar la acometiese una reforma, habría que principiar
autoridad moral de los cuerpos consultivos, á por la revisión de la ordenanza y por la reorga
que se acudía con alguna más parsimonia que nización de la Administración Central ó Ministe
ahora por las condiciones mismas de aquel go rio. Este, para ser verdadero «centro», habría
bierno, era necesario fuesen acompañadas de la de refundir las direcciones, el depósito de la
de generales tenidos por idóneos en el ánimo del guerra (como en 18531, una gran junta consulti-
monarca, y que aún acudían á él en sus dife va, ó, como otros quieren, una academia de cien
rencias de opinión con el ministro. Revelaban cias MILITARES, etc.
los Directores la desconfianza del Rey respecto Dado este primer paso de concentración, ven
á la capacidad y uso de la autoridad de los mi drían de suyo la supresión de capitanías genera
nistros. ¿A quién acudirán hoy los Directores, les, la creación de cuerpos de ejército... pero ya
sino al mismo de quien han emanado las dispo nos vamos deslizando á definir la Administración
siciones, ni cómo el que no tiene la responsabi «futura» de la Guerra, y debemos limitarnos á
lidad puede imponer al que la tiene ante el país respetar lo presente.
y sus representantes?—Asunto es éste contro Respecto á los datos históricos con que sole
vertido y digno de estudio prolijo y concienzudo, mos amenizar varios artículos, en este no son de
que por lo mismo no está aquí en su lugar; pero grande importancia. Mientras no hubo ejércitos
á pesar de todo no dejaremos de proclamaren permanentes, dicho se está que no había necesi
alta voz que la círcunslancia de haberse entre dad de quien de ellos cuidase. En los siglos XVI
gado casi siempre las Direcciones á los genera y XVII, bajo la dinastía austríaca, la administra
les más influyentes en la gestión délos nego ción pública se compartía en diferentes Consejos,
cios públicos, más aún muchas veces que los con funciones mal deslindadas, que se engrana
mismos ministros de la Corona, y la de la ex ban y entorpecían con frecuentes competencias.
tensión de sus atribuciones, en consonancia con El Consejo de la Guerra asumía alguna parte de
esa misma importancia de los Directores, han loque hoy llamamos ministerio; y ordinariamen
contribuido al descrédito de una institución en te lo componían oficíales veteranos, quo halla
que sólo pueden tener cabida las aptitudes tran ban en este elevado cargo el término de su hon
quilas de la burocracia militar, para, sosegada rosa carrera. Las guerras, que con breves inter
mente y fuera del alcance de las borrascas de la rupciones mantuvo España, en Flándes, en Ita
política, aplicarse á la organización y adminis lia, en América y en el mar, producían maestres
tración de las armas respectivas». (J. G. de Ar- de campo expertos y fogueados, conocedores del
teche. Asamblea 18-J9. T. V. pág. 304). extranjero y aptos por consiguiente, en el último
Concluyamos con otra cita textual. «Recono tercio de la vida, para las difíciles funciones del
cemos igualmente la necesidad, de que los re Consejo, que participaban también délas del
glamentos particulares de todos los cuerpos es mando.
peciales e institutos del ejército se subordinen á Al advenimiento de la dinastía borbónica
la unidad que exige el buen régimen y gobierno se desquició algo irreflexivamente la antigua
de la cosa militar; poique existe una creencia organización, y de rondón se entróla de Francia
general de que habiéndose elaborado en las di con quien España llevaba dos siglos de guerra
MINO - so- - MITR
viva. Se borró lo primero la nomenclatura; y puerta de la iglesia, comenzó á capear llaman
quedando, como no podía menos de suceder, un do nuestra gente». En Filipinas, donde todavía
fondo rancio español bajo la nueva forma fran se dice fuerza la ciudadela, se llama hoy oficial
cés;!, al romper de golpe con la tradición de dos mente «mira de Puerta- Vaga» el cuerpo de
siglos, la fusión tuvo que ser tarda, imperfecta guardia antiguo que hay sobre dicha puerta en
y produjo la esterilidad y la poslracion. Desde la plaza de Cavile. También en la Península,
entonces viene la denominación de Ministerio, en Onteníente, la única puerta con dos torres,
indefinida y vaga durante el siglo XVIII, y algo restos de su vieja fortificación, se llama mirador.
más concreta en la década que se ha convenido —En las armas de fuego la mira es antigua. «La
en llamar ominosa, con que terminó, en 1833, mira se ha de poner una tercia, uedo más ó
el reinado de Fernando Vil. ménos, del remate del cañón». (Martí, de Espi
Eu todo rigor, el Ministerio de la Guerra da nar. Arle de Ballest. lib. 1. cap. 9.) Se dijo pín
ta de 1840, en que empezó á funcionar en ar nula en latín. —Línea de mira. En el tiro de las
monía con las nuevas instituciones políticas. armas de fuego, es la recta imaginaria que pasa
Las cuestiones que rápidamente hemos toca por los puntos respectivamente más altos de la
do en este articulo, hacen ver que no hay em boca y del tornillo de la recámara del cañón ó de
palme posible ni razonable entre lo que hoy se la culata. Se llama natural esta línea de mira
entiende por Ministerio de la Guerra, y lo que cuando se adapta al raso de metales; y artificial
se entendía en los tiempos de Patino, Ensenada, j cuando lo son los dos puntos que la determinan
Aranda, Godoy, el infante Don Cárlos, y aún en ó uno de ellos, por ejemplo, usando el alza. Va
los del marqués de Zambrano. riando al infinito esta manera artificial, habrá
MINOTAURO ó TORO. Entre las varias otras tantas líneas de mira de esta especie, miéu-
imágenes de animales que servían de enseña á tras que sólo hay una natural. —El punto de
la legión romana, la de este mónstruo merece intersección ó encuentro de la línea de mira con
atención, por el comentario que hace Vegecio la trayectoria, determina el punto en blanco.
(lib. 3 cap. 6). Según él, más que emblema de M1RAMAMOLIN. Así se suele encontrar es
la fuerza, esta representación simbólica estaba crita la palabra árabe amir-al-moumenin caste
destinada á recordar constantemente al General llanizada, y que indicaba la alta dignidad del
la obligación de guardar su secreto tan oculto principe de los creyentes, y no un nombre pro
en el fondo de su alma, como el fabuloso mino- pio como en algunas Crónicas se encuentra. En
tauro lo estaba en el fondo del laberinto de Cre el mismo caso está Muley, que sólo quiere de
ta. —En la mitología (para el que no lo sepa) el cir «Señor mío,» y corresponde al cidi, cid, de
minotauro era un mónstruo, medio hombre y tiempos anteriores. Y Al-mamim, que significa
medio toro, hijo de Pasifae, mujer de Minos. «aquel en quien las gentes ponen su confianza».
MIÑON En Aragón, lo que miquelete en MISERICORDIA. Nombre del pequeño pu
Valencia. Soldado de policía local. En una rela ñal, con que el caballero de la edad inedia re
ción de la solemne entrada de Felipe IV en Za mataba á su contrario, derribado y vencido,
ragoza el 27 julio 1642 se lee: «Venia lo primero dándole el golpe de gracia, si no pedía miseri
la guarda del reino de Aragón con sus aspas y cordia, ó como hoy decimos, cuartel. La voz es
pedreñales, valientes mozos que desde Molina del bajo latín.
siguieron la carroza de S. M. corriendo siempre
al estribo, no pudiendo seguir los caballos: y MITAD. En la antigua táctica de infantería,
asi S. M. les mandó dar cuatro reales más de lo que en la nueva se llama sección, estoes, me
paga cada dia. En segundo lugar venia la guar dia compañía. En propiedad poco se ha ganado.
da de este reino de á caballo de lanzas y pisto MITRA. Arma defensiva de los primitivos
las, etc.» [Mem. hist. esp. T. XIX. pág. 299). La españoles. Especie de casco, que tenia una vi
fama es antigua y merecida (V. Almogávar!. sera llamada rácula, asegurado con correas de*
MIRA. En las descripciones de fortalezas bajo de la barba, y que adornaban con cimeras
antiguas suele encontrarse esta voz, y también ó crestas de plumas rojas y crines. Tal dice
mirador, significando voladizos, saledizos, corre Ülonard {Hist. org. T. I¡ tomándolo sin duda de'
dores altos, dominantes: quizá ladroneras, ó ma francés Guíschardt, que efectivamente lo afirma
tacanes, ó buhardas. (V. e. v.) En Mármol, por en sus Mem. erit. ethist.T. I. pág. 63. Pero, se
ejemplo, (Rebelión, lib. 5. cap. I I): «Y desde un gún Dice. Acad. , ¿ra el adorno ó toca de la ca
reducto ó mirador que estaba delante de la beza de los persas, cuyo uso imitaron otras na
MOGH - sos - MOLE
ciones. No vale la pena el averiguar quien tiene playa ó monte cercano á la costa, y se descubre
razón. desde el mar. —Prominencia que se descubre en
MOCHAZO. El golpe dado con la culata ó alguna llanura ó espacio de terreno, y que no es
MOCHO (V. e. V.). de grande elevación ni extensión. También se
MOCHILA. Esta voz se usaba ya en el si llaman así en algunas partes la mojoneras levan
glo XV, pues Halconado en sus Hechos de Don tadas de tierra que sobresalen». (Dice. Acad.
Alonso de Monrroy 'pág. 100; dice: «Sabido todo Hist ) «Montecillo aislado que remata en punta».
esto por el Maestre que no estaría nada durmi- (Dice. Acad. Esp. 5). Durante el sitio de Sebas
do, antes tenia espias de los mismos de la tierra, topol nos dolían los oídos con un cierto mame
salió luego al campo con trezientos de a cauallo lón verde {mamelón vert), que allí jugó muebo.
y dozientos peones: todos llenaban mochila para Y como los franceses no se paran en barras para
cuatro dias, para ellos y sus cauallos». Y si no hacer verbos, y dicen terrain mamelonne, de fi
fuera por lo auténtico y anterior de este texto, jo tendremos en Castilla terreno inamelonado.
podría creerse que mochila era voz indiana, por ¡Es tan pobre esta lengua!
este otro de Vargas Machuca [Milicia indiana, MOHARRA. El hierro de la lanza en gene
página 47) hablando de la cartuchera: ....«lle ral, ó del asta de la handera. Dice. Acad. 5 sólo
varán sus chuspas (sic) ó bolsas, y unas mochi da esto último. Tapia y Salcedo {Ejerc. de la gi-
las, que llaman los indios, en que llevan la mu neta. 1643) da á la voz mojarra otro significado:
nición, con sus tiracuellos y tahelies ...» —Tam «La lanza para las veras ha de ser de fresno, muy
bién en lo antiguo mochila significó cierto géne ligera, de 18 palmos, y el hierro de hoja de oli
ro de caparazón de la jineta, escotado de los dos va.... para las justas ha de ser de pino, y el
arzones. —Francisco de Valdés que escribió ha hierro de mojarra». También se dijo muharra:
cia 1368 su Espejo y disciplina, la usa en el y así lo escribe la Ordenanza de 1728.
sentido actual (edic. 1 59 1 . fól. 43': «Quiero tam MOHECERSE ó Enmohecerse. Cubrirse el
bién advertiros que es necesario la gente, hacer metal de moho, orin, oxidarse.
algunos altos para que descansen los soldados y MOHEDA. (V. Moeda.) De ambos modos lo
coman de lo que suelen traer en sus mochilas...» escribe (Dice. Acad. 5.)
Hurtado de Mendoza, en su Guerra de Granada, MOHO. Orin.—A la tropa conviene no de
fija también la voz en estos párrafos: «....que jarla «tomar moho», ejercitarla.
era venir la gente á su costa, el tiempo que du
raba la comida que podían traer á los hombros MOHOSO. Cubierto de orín, oxidado. Figu
(talegas las llamaban los pasados y nosotros aho radamente se dice espada, acero mohoso, para
ra mochilas)... Fueron con estos trescientos 'sol indicar que no se ha desenvainado, que «no se
dados concejiles) otros más de quinientos aven ha hecho guerra» en mucho tiempo.
tureros y mochileros á hurto, sin que guarda ó MOJON. «Piedra hincada en la tierra, ó cual
diligencia pudiese estorballo». quiera otra señal fija en ella, para distinguir
MOCHILERO. Asi llaman unos, y otros ta los términos, lindes ó caminos. Al principio los
bla mochilera, á la que sirve para colocar las mojones se hacían de montones de tierra ó pie
mochilas en el cuartel. — Morf.tti dice que es dras aglomeradas, y por ser fáciles de destruir,
«horquilla de tres varas y media de largo (?!, se redujeron á una piedra grande, sólida y ati
para descolgarlas». Hevia lo confirma, puesto zonada en el suelo. De su origen se llamaron
que lo copia. mojones, tomando la denominación de la voz
latina moles.—Mojonera. Lo mismo que mojón ó
MOCHO. Culata, antiguamente. «Oyólo un término; y también se toma colectivamente por
escudero, y cnarboló el mocho de un arcabuz, el deslinde, en general, hecho con mojones».
con el cual sin duda le abriera la cabeza». (Quí- (Dice. Acad. Hist.) (V. Hito, Coto, Muero1.
jote. P. 2. cap. 60). ctünode los sobrinosdel Xe-
riz le dió con el mocho de la escopeta en la cabe MOLEDIZOS. En las montañas de León, lo*
za y le aturdió». 'Mendoza. G. de Gran. lib. 6.) peñones derrumbados de las cumbres. (V. Gal
gos) No está en Dice. Acad. 5.
MOEDA. Monte cerrado. Encinar viejo, es
peso y cerrado de maleza. (Dice. Acad. 5.) MOLER. Verbo familiar, que expresa bien
ese traer y llevar á la tropa en ejercicios, mar
MOGATACES. (V. Gazi). chas y movimientos, ó molimientos, sin objeto ni
MOGOTE. «El peñasco ó montón de tierra, resultado. Con razón se dice de algunos jefes,
"ti forma ríe médano, que sobresale en alguna que tienen su tropa molida.
MbLfe - son - MONT
MOLESTAR al enemigu. Es inquietarle, (CLLMh.xciN; . (Dice. Acad. 5). — «Espada gran
aburrirle, cansarle, «ponerle de mal humor» á de, ó espadón con gavilanes largos, que también
fuerza de alarmas falsas, movimientos simulados, se llamó espada de dos manos. Hoy el montante
tiroteos continuos. lo usan los maestros de esgrima, para separar á
MOLICIE Dice. Acad. 1 da blandura, suavi sus discípulos cuando se acaloran; y de aquí
dad. Desde las famosas delicias de Capia (Y. e. viene la frase «echar ó meter el montante».
v.) que injustamente se le cuelgan á Aníbal, mi (Martínez del Romero1. «Competían unos con
litares y paisanos «truenan" contra la molicie, otros en el salto y en la carrera, y se enseñaban
como primera causa eneivadora y disolvente a manejar las armas, esgrimir el montante, des
de un ejército Es positivo; pero en est s tiem pedir el dardo y dar impulso y certidumbre é la
pos, enq ue toma el pomposo nombre de «civili flecha». (Solís. Conq. de Méjico, lib. 3. cap. 16).
zación» algo que bien pudiera en el fondo ser MONTANTEAR. Mandar mucho, mandar á
molicie, esto es, vida cómoda y regalona, no diestro y siniestro.
cuadra desenvainar esa palabra misma, como
un cuchillo, para ^castigar ó escamondar el pre MONTADO.lV. y disting. Á Caballo).
supuesto». Acostumbrados ya á que un con MONTANA. Para dar una definición, que
vento ruinoso sirva de ci artel, se llama molicie estuviera «á la altura de la ciencia», de esta pa
A poner vidrios en las ventanas. No vemos mo labra tan vulgar, seria menester entraren lar
licie en que el soldado, si ser pudiese, coma car gas consideraciones de Geología y Geogenia, im-
ne, beba vino y lleve elástica de franela; por compatibles con el carácter y la extensión de
consiguiente hay que lijar bien esta definición, esta obra. Admitido que el estado primitivo y
especialmente en labios del hombre civil, cuan embrionario de nuestro planeta fué gaseoso, flui
do es «diputado de oposición. . do, incandescente, viniendo á su estado actual
MOLINETE. Movimiento circular y defen- por un largo proceso de gradual enfriamiento;
fensivo en esgrima ó manejo de \nv\ blanca. reconocido que el globo terráqueo ha sufrido con
mayor intensidad los efectos de una actividad
MONANCONA. Nombre griego y genérico interna y externa, que todavía hoy se revelan á
de las antiguas maquinas de tiro que sólo tenían nuestra vista, en los volcanes y terremotos, en
un brazo, terminado en forma de cucharon, los agentes atmosféricos; asentado, en fin, que
donde se colocaba la piedra ó proyectil de hier esta pobre morada nuestra es un átomo en la
ro ó plomo. También se llamaban onagros ó fun- inmensidad de la Creación; ya puede presumir
uibalos. (V. y disting. Angón, Mangana). se el ancho campo que la ciencia ofrece á la in
MONITOR. Esta voz latina sólo tiene hoy en teligencia humana, alternativamente impulsada
lo militar, el significado de instructor en gim por la fé y el progreso, ó por la negación y el
nástica; sin duda por conservar el de la milicia extrav io. Indudablemente, el estudio de la física
romana, en la cual era lo mismo que campidoc- del globo y el de su orografía, esto es, el de las
tok (V. e. v.) sargento que enseñaba el ejercicio, desigualdades de su superficie, ha dado en estos
ó los ejercicios; pues sabido es que entre los an últimos tiempos pasos gigantescos, aunque no
tiguos tenian gran parte los atlkticos ó gimnás del todo seguros; porque el empeño de reducir
ticos. todo «á sistema» suele ofuscará los talentos más
MONOMACHI.V ó Monomaquía. De las vo- perspicaces y generalizadores: siendo muy de
ces griegas monos, uno, solo, y machia, pelea, temer que el fraccionamiento en «escuelas» y
duelo, desafio, certamen, combate singular. Es- sectas retarde ó embrolle la marcha hasta hoy
la voz, adoptada en la milicia romana, donde no rápida y magestuosu de la geología. En este pun
^e conocía el duelo, expresaba más bien esgri- to concreto de las montanas, unos quieren, con
mv, ejercicio de ios ttrones, soldados bísuños el francés Elie de Beaumost, que sean producto
ó reclutas. de instantáneas convulsiones y levantamientos
de la corteza terrestre; oíros, con el inglés Lyell,
MONTAJE. Nombre genérico de todo afus no reconocen esa necesidad de movimientos sú
te, cureña :V. y disting. e. v.J de todo aparato bitos y trastornadores, bastando con los que
de madera ó metal y ode cualquier furnia», des ellos llaman «causas actuales», es decir, con las
tinado á sostener y conducir piezas de artillería. que diariamente vemos obrar; mientras otros,
MONTANTE. Espada antigua de dos manos. con los alemanes Cotta ó Zimmermann, toman en
De montar, palabra italiana, según Covarhubias cuenta y combinación todos los efectos volcáni
y Arrieta. —Espada larga de hoja y gavilanes. cos, plutónicos y neptúnicos, para deducir que
102
MONT - aio - MORD
ftl RELIETE DF. LK TIERRA, esto es, SUS VALLES V MON topográfica que la voz montaña encierra, se
TAÑAS son producto simultáneo y progresivo de quisiera pasar á la militar, aun se oscurece más
erupciones, eyaculaciones, choques, pliegues, la explicación. Mientras unos recomiendan la
dislocaciones, arrugas, surcos y aplastamientos. posesión de las cumbres, otros prefieren ser due
La cuestión, pues, de origen, la más principal ños de los valles. Ka lectura de los maestros,
es, como se ve, bastante complicada. De ahí por Napoleón, archiduque Cárlos, Jomini y Willi -
consiguiente surgen otras, por ejemplo, si la sen nada enseña ni resuelve. Realmente lasco-
distribución de las montañas obedece á un siste municaciones cada dia más fáciles, las roturacio
ma geométrico ó, por la inversa, cubren «arbi nes más frecuentes y, sobre todo, el aumento
trariamente» la superlicie del globo, sin la me creciente en la fuerza de los ejércitos y en la ex
nor conexión ni regularidad. A pesar de la bri tensión de los teatros de gieira, van disminu
llantez con que algunos han expuesto el primer yendo el interés y la importancia de la guerra
sistema, la opinión general tiende hácia el se de montaña, que vendrá á quedar, como la anti
gundo: y en ello nada pierde la ciencia que, des gua guerra de sitios, en puro accidente y episo
pojada así de trabas y sistemas, puede más hol dio.—Para la nomenclatura, algo arbitraria tam
gadamente seguir el camino recto y seguro: el bién, de las parles «elementales» de las monta
de la observación. En este estado, mientras el ñas, pueden verse los artículos Barca, Cima,
lenguaje técnico no se establezca definitivamen CONTBAFUERTt, CRESTA, ClESTA, CllMBRE, CÚSPIDE-
te y se propague, como en la química ó en la Estribo, Falda, Ladera, Meseta, Ramal. Ramifi
medicina y otras ciencias, es inútil pretensión cación, Vertiente.
hacerse entender con el lenguaje puramente MONTAR. La artillería —la ballesta—la bre
«vulgar». No hay más que fijarse un poco en la cha (no se dice «montar al asalto», sino ir. «ma
abundante nomenclatura de las elevaciones ó rchar al asalto»,)—á la brida—la caballería dar
eminencias del suelo: aguja, aguilera, alcarria, le caballos, remontarla) - una escala—una espada
altillo, alto, altos, altozano, altura, antepuerto, —á la estradiota—un fusil— á la jineta — la
atalaya, berrocal, braña, cabezo, cadena, can guardia—la trincher a (estar de servicio en ella i .
chal, cantil, canto, ceja, cerrillo, cerro, colina,
coll, cordal, cordillera, cueto, derrocadero, des MONTE-PIO. Banco militar, formado por
galgadero, hacho, loma, meseta, mogote, mon asociación en 1761, á que contribuían los ofi
taña, monte, montículo, morrón, muela, mu ciales con un pequeño descuento gradual de su
ga, otero, peña, peñón, picacho, pico, piedra, sueldo, para atender á las pensiones de viudas y
pobo, poyo, promontorio, puerto, puig, ramal, huérfanos. Desde la primera reforma de I.»
resalto, reventón, ribazo, risco, roca, roqueta, enero I19íi, ha sufrido varias y radicales su re
sierra, terraza, terrera, leso, teta, torcal, torre, glamento.
tozal, etc., etc. — Desde luego hay anfibología en MONTURA. Voz técnica y genérica en caba
las palabras capitales monte y montaña. Los Piri llería, para comprendere! conjunlo de arreos y
neos, por ejemplo, en su parle ístmica ó fron guarniciones que los reglamentos asignan al ca
teriza sou montes: en su prolongación al oeste, ballo DE GUERRA.
montañas de Santander, de Asturias. Cerro se MORA. Los espartanos, cuando estuvieron
llama el de los Angeles cerca de Madrid, y cer I divididos en cinco tribus, dividieron también en
ro dé Mulhacen la mayor altura de Sierra Ne cinco grandes cuerpos, llamados mora, su ejér
vada y de toda España. .Montañas son las del cito, ó por lo menos lo que constituía sunehvio,
Thibct de 8.000 metros: y montaña del Principe es decir, la infantería pesada ú oplitk. El jLFtde
Pió es en Madrid un cerrillo que no tiene 80. cada uno de eslos cuerpos, según Jenofonte, se
El Dice. Acad. dice que montaña es «el terreno | llamaba polemarca. iV*. Escirita;.
elevado y pendiente entre sierras y montes»:
pero montaña es también una cierta extensión de MORABITO. CovARiituiAS y Dice. Acad. lo
territorio habitado: montaña de Burgos, de San dan como ermitaño ó santón entre los mahome-
tander; y monte, por otra parle, tiene el sentido | taños. (V. Rebato. V. y comp. Almogávar).
«forestal» de suelo inculto, cubierto de árboles i MORDAZA. Los artilleros llaman asi, lanto
ó matas. Es, pues, ocioso entrar en más diütin- el instrumento ó tenaza con que manejan y con
ciones ni deslindes, mayormente estando en su ducen las balas hojas y las bombas, cuino el que
respectivo lugar alfabético definidas, en cuanto { sirve para arrancar espoletas, que también se
es posible, todas las «variantes» arriba mencio | dice llave. Además tienen en sus talleres otra
nadas,— Si de la parte puramente geológica y mordaza de talabartero ó guarnicionero.
MORI - su - MORT
MOR EX A. En los ventisqueros, rieleras risca esta arma DF.FENsivA.FinalmenleBARDiN.de-
¡V. e. v.) ó glaciares se observa el fenómeno, de jando la Italia, país acreditado antiguamente en
que se acumulan en su superficie, en sus bor la fabricación de morriones, se vieneá España \
des y en su extremidad inferior, materiales des afirma que el francés morion. 'escrito ántes mor
prendidos de lasallas montañas. Vilanova llama rión como en castellano) procede del adjetivo
canchales á estos depósitos característicos, para español morro, que significa redondo. —Moder
evitar la mala traducción de la palabra france namente se han confundido morrión y shakó
sa morainf, pero Puado, que es autoridad en geo ó chacó en nuestro vestuario; sin que pueda ha
logía, afirma que. en el riñon de Castilla, se lla llarse semejanza entre una cosa de hierro y otra
man morenas los depósitos de piedras ó castos de fieltro y suela, con muy distinta forma.
rodados, que. por su situación y forma, pueden MORRO. «Cualquier cosa redonda, cuya figu
perfectamente asimilarse a los que distinguen ra sea semejante á la de la cabeza, como el mor
las hibleras [ylacier , glaettcher) ó ventisqueros ro de la pistola, el monte ó peñasco pequeño >
alpinos.—La nomenclatura geológica se está for redondo, y los guijarros pelados y redondos».
mando todavía. (Dice. Acad. 5.)
MORISCO. Como adjetivo, lo que pertenece MORTERADA. La porción ó cargado pie
á los moros. Sustantivo, es el moro que en la re dras que se arroja de una vez con el pedrero ó
conquista y restauración de España se sometía MORTERO.
recibiendo el bautismo. Grave cuestión histórica MORTERETE. Pequeño mortero de bronce
y política es la de la «expulsión de los moriscos». ó hierro colado, sin muñones, que so carga con
Aplicándole el criterio liberal, como hoy se dice, una bombeta á propósito, de peso de 63 libras,
fué un absurdo; pesándolas poderosas razones y sirve para probar y apreciarla potencia de las
que en aquel tiempo la determinaron, quizá no pólvoras. Llámase también asi el agujero en for
losea. Estudíese la rebelión de 1568 que produjo ma de cono truncado, inverso y oblicuo, que
la severa medida de 1612. las cureñas tieuen en las teleras de contera.—
MORISQUETA. Según Dice. Acad. os treta ó Morterete de parapeto era antiguamente una es
ardid propia de moros, que, por extensión, sigue pecie de lámpara de hierro, que se colocaba en
aplicándose á cristianos. las murallas y otros puntos en tiempo de sitio,
y que alumbraban con estopa compuesta con al
MORRAL. Saco de lienzo que forma parte quitrán y otros combustibles.
del equipo del soldado de todas armas. (V. y MORTERO. Boca de fuego de bronce, ó hier
disting. Mochila). ro algunas veces, que sirve exclusivamente para
MORRION. Esta palabra, según Allou, pa arrojar bombas por elevación. Su figura exterior
rece indicar un origen oriental ó africano, y es se aproxima á cónica truncada, con dos cilindros
indudable que los árabes usaron mucho esta gruesos á los lados, llamados muñones, para co
armadura de cabeza. Su forma era algo cónica de locarle en el afuste y que sirven de eje para ba
ordinario, con una cresta casi cortante, ala an jar ó subir la boca.—Las partes principales del
cha y levantada, abarquillada y en punta por mortero son: Alma, Asas, Cazoleta, Fogón, Mu
delante y por detrás. En la cumbre ó cima, casi ñones, Recámara, Refuerzo, Tiro.—Las moldu
siempre curva, presentaba, ya una especie de ras que tiene el mortero son: Filete inferior. Fi
gancho uña ó botón, ya una punta aguda. Aun lete del refuerzo. Filete superior. Gola délo in
que el morrión lo usaba particularmente la in terior de la cámara. Gola del refuerzo del tiro.
fantina, los peones, no por eso dejaban de lle Gola del tiro. Toro del filete superior de la boca.
varlo los caballeros y personajes notables, á —Los MORTEROsse dividen también, respecto á su
causa de ser más ligero que el yelmo, y dejar FUNDICION y FORMA, en DE PLANCHA, CÓNICOS y CI
el rostro descubierto para poder respirar más LINDRICOS. —Los calibres regulares do morteros.
fácilmente. En este ca«o, en vez de ser lisos, hoy todavía en uso, son deá (4, 4 2, y 7 cónicos.
tenían eleganles adornos grabados y dorados. Su invención (dice Ríos) no es de 1540, como
(Martínez del Romero, tí/os. delCat. déla R. Ar afirma el anónimo autor de la Escuela de Palas
mería,. y su copista el P. Vicente Tosca. A principios
El origen de esta voz da que hacer á los eti- del si^lo XVI, en las guerras de Italia, arrojaban
mologístas. Mientras Roquefort lo trae del bajo ya piedras y balas rojas, y en la Nueva Ciencia
latín inorus, negro, Bochard, Ménage, Furetiere de Nicolás Tartaglia se ve uno grabado, dispa
y otros quieren que venga de moro, por ser mo rando su bala. El descubrimiento de las bombas
MORT -412- MOSQ
[V. e. v.j escitó el deseo de mejorar su construc MOSQUETAZO. Golpe, tiro, herida de mos
ción, y el español Don Antonio González, en 1680, quete.
lo consiguió, poniendo la recámara elíptica pri MOSQUETE. El Dice. Acad. en su 1.' edi
mero y luego esférica, y los miñones en la cula ción da: «Escopeta mucho mayor que las ordi
ta. Otro español, Jacome Roca, que servia en narias, que se dispara con horquilla: pesa vein
nuestro estado de Milán, supo utilizarlas inven te y cinco libras». En el art. Arcabuz ya hicimos
ciones anteriores, sustituyendo la recámara cur notar la dificultad y la «inutilidad» de dar con
vilínea compuesta. La primera prueba, segun el la diferencia, más presumible quizá que efec'i-
autor de la Escuela de Palas, se hizo oficialmen va, entre las armas de fuego antiguas. Aquí des
te el 12 de mayo de 1693, ante el general de ar de luego la cuestión es puramente de calibrl
tillería Don Francisco Fernandez de Coruora, Don Sancho de LondoSo, que escribió en 1568 su
venciendo en alcance á los morteros esféricos de Disciplina Militar, cuando el Duque de Alba «in
González. De la invención de Roca, vinieron trodujo» el mosquete, dice al fól. 18: "Por eso
los morteros peroides, es decir, con recámara conviene ser ellos los mosqueteros; los más fo
compuesta de dos curvas, que se usaban en ranos 'exteriores) de las hileras, que si los mos
1763. quetes echan onza y media de pelota (V. e. v.)
En el art. Artillería se demostró que no es con la pólvora necesaria, es forzado (forzoso) ti
muy fuerte en el ramo la Enciclopedia de Me rar soLre horquilla que esté bien firme en tier
llado; pero tomaremos de ella, por la extraña ra, y no se puede estando otros hombres delan
etimología que apunta, el siguiente párrafo: «En te de ellos, etc.» El arcabuz, segun este autor,
el tránsito del siglo XI al XII ísic) se usaron á calzaba tres cuartos de onza de pelota; y, come
más de las anteriores, otras piezas que llamaron no tenia más que cuatro palmos de caños, no
cerbatanas, y sustituyendo esencialmente á la necesitaba horquilla
catapulta, dieron origená nuestros actuales mor Covarrubias dice que se llamó asi, por ser
teros. Estas se construyeron ya de una sola pie invención de los moscovitas; pero Dice. Acai>. 1
za, y arrojábanse por medio de ellas balas hechas cree más verosímil venga del mtischetta, de la
de piedra y mortero (de lo cual puede venirles baja latinidad, que era una máquina antigua que
el actual nombre) por elevación; de esta época servia de (sic' arrojar piedras ó dardos. Bardiv
datan los fuegos curvos [!!1¡. En nuestro museo afirma, en efecto, que del bajo latín muscheto
de artillería existe una, cuya ánima está forma vienen las voces del francés antiguo mousguetes
da por dos cilindros, etc." —En el dia ha perdido y mouchetes; y también cree que cierta máquim
su interés, tanto el obús de Villantroys contra neurobalística, de la especie ballestón ó ballesu
Cádiz, como el célebre mortero que hizo algunos de torno, se llamó mouchelte. Lo apoya en un
disparos en el sitio de la ciudadela de A m be res, texto de Sanuti: «balista, quee muschatcevulga-
de 1832, el cual con 50 kilógramos de pólvora riter appellanlum; y en otro de Yillani, que es
lanzaba bombas de 500 kilógramos de peso. —Hay cribía antes de la invención de h pólvora: «motti
además en artillería, con nombre de mortero el ne furono morli de moschelte». Por consiguiente
instrumento ó aparato, de madera, piedra ó me es indudable que la voz mosquete, como las de
tal, que sirve comunmente para machacar y tri trabuco trueno y otras significaron máquina ba
turar sustancias: tiene la figura de una taza, y lística ánles de aplicarse á un arma de fuego.
los hay de varios tamaños: se u*a en los labora Respecto á la introducion oficial y tácticv
torios de fuegos artificiales. En los molinos de del mosquete en la infantería espaSola, ia fech >
pólvora son unas piedras que tienen una envi está averiguada, como demuestran los textil
dad de figura peroidal, en la que se introduce siguientes: Clonard, (T. III. pág. 457 , dice:
la pasta para su trituración y conversión en pól «En 1567 apareció en las filas de nuestros ter
vora, humedeciéndola con agua; cada mortero cios una arma, de que hasta entónces no ha
de estos suele cargarse con tres arrobas de pas bia hecho uso la milicia española más que en I <
ta, y á lo más cuatro, á cuya cantidad se llama defensa de las plazas, montándola sobre caba
picada. lletes. El duque de Alba, cuyo vasto y elevad1
MORTÍFERO. En general todo lo que ocasio talento fué siempre tan fecundo en recursos*, eu
na ó puede ocasionar la muerte; pero se dice sin cargado del mando del ejército expedicionario
gularmente del fuego, cuando es muy nutrido y que en la mencionada época salió de Lombar
certero, causando más bajas que la< naturales, día para los Países Bajos, se veía frocuentemen
ú ordinarias. te acometido por considerables fuerzas de caha
MOSQ — $«3 - MOSQ
llena, que, favorecidas por el terreno, caían de usaron juntos por largo tiempo. Así como fusi
repente sobre sus escuadrones, ocultando sus lero designaba hasta hace poco soldado de com
movimientos en los bosques en que se guare pañía del centro; y carabinero, hoy mismo (1867),
cían. El Duque comprendió la necesidad de pre no es «el que tira con carabina», sino coracero
venirse contra tan bruscos y á veces inopinados sin coraza, jinete de gruesa caballería, y á la vez
ataques: y al efecto, mandó armaren cada com tropa «de ambas armas» que persigue contra
pañía quince hombres con mosquetes, y los co bando; así también, mosquetero en el siglo pasa
locó en la primera fila, donde hacían fuego, co do, Mollarmente en Francia, siguió existiendo
locan lo el arma sobre horquillas de madera, cuando ya no existían mosquete ni arcabuz. (V. Fu
cuya longitud era de siete palmos, incluso el pa sil). Lo apoyamos en otra cita autorizuda, que
sador y el inca-romero de fierro, debiendo esta ilustra sobre el mecanismo de la carga. «Creemos
última pieza tener un codo de largo, con el re conducente manifestar que el mosquete se des
mate bien agudo para clavarle en el suelo. Díóse cargó primeramente con un hierro candente,
a esta fuerza el nombre de guarnición» (V e. v.j después con una mecha portatilócuerda-mecha.
«El mosquetero, que debia ser rehecho, doblado aplicándolo al cebo contenido en la cazoleta; des
y gallardo 'Egviluz, Reí/ la militar) llevaba una pués siguió el mosquete de mecha fija en el ser
bolsa de cuero con veinte y cinco balas; esque- pentín; en seguida la llave de rueda y por
ro con recado para hacer lumbre; dos frascos último la llave ó rastrillo de chispa". Una cir
forrados de terciopelo con cordones y bellotas; cunstancia hay digna de saberse respecto á
colocando el mayor de ellos desde el hombro de los mosquetes y arcabuces de rueda y es, que
recho al costado izquierdo, y el polvorín ó ceba para producir el fuego se necesitaba de una pie
dor asegurado por medio de un muelle en el cin dra ágata. Contra esta piedra, asegurada en las
to. Estaba ademas provisto de una sarta de car quijadas del gatillo, frotaba una rueda de acero
gas de hoja de lata y un rollo de cuerda-mecha. que se movia mediante un fuerte muelle inte
Según se deduce de varios presupuestos, el mos rior, que era necesario montar por medio de una
quetero tenia ventaja de tres escudos al mes so llave. Empleábase la piedra ágata para hacer
bre el arcabucero del mismo tercio». fuego, por ser más dura que el sílice, el cual no
Este texto está autorizado también por los sufría tanto la fuerza de la rueda. Hemos eje
dos que siguen. «En estas banderas 'corapañíasi cutado ambas operaciones. —El mosquete lo lle
mandó el duque 'de Alba) se repartiesen 1 5 mos vaba un soldado mosquetero, el cual, para dis
quetes porcompañía: eosa de gran servicio en la pararlo, loapoyaba enuna horquilla. Había mos
guerra y para hacer mucho efecto como en el quetes grandes, llamados de muralla, y los ser
suceso se verá. Arma de que no se servia hasta vían dos ó tres hombres según su tamaño. «(Mar
este tiempo la milicia española, sino en las pla tínez del Romero. Glos. del Cal. de la Real
zas que el rey nuestro señor tiene en Berbería; Armería.)
y en jomadas que se hicieron en la misma pro Aunque la histórica aptitud de nuestra céle
vincia (en que me he hallado), me acuerdo ha bre infantería para los fuegos este de sobra re
berla tomado algunos soldados por el tiempo que conocida y confirmada, permítasenos añadir nue
se campeaba». (B de Mendoza. Coment. fól. 25. vo testimonio extranjero. Describiendo Enrico
1592.) Catberino Davila la serena retirada de los espa
«La frente de cada compañía cubrían con ñoles del socorro de Laon (159i; dice: «Mas los
nueva traza, fuera de órden, quince soldudos cuerpos de guardia, que se movían los últimos,
armados con mosquetes y horquillas: que por se retiraron con admirable maestría, porque
ser los cañones de ninguna suerte manuales, no las mangas de mosqueteros, en disparando, se
podían dispararse sin su arrimo. Porque antes, ponían á las espaldas de las picas sin volver el
estas bocas de fuego, por parecer que no se po rostro, sino con la frente siempre al enemigo, y
dían llevar al hombro, no se solían dispararsino entretanto tiraban los arcabuceros que iban en
desde los muros, colocadas sobre una banqueta tre las hileras; los cuales, apénas hacían la sal
de madera de tres pies. Después, pasadas á cam va, cuando otras mangas pasaban adelante y,
paña, y entreverados los que las llevaban con mientras ellas disparaban, el escuadrón cejaba
arcabuceros, se experimentó que eran de gran sin torcer la cara, y sucediendo á este el segun
servicio en las batallas». (Fam. Strada. Guerr. de do y al segundo el tercero, todos se fueron poco
Fláad. dec. 4. lib. 6). á poco acogiendo á las espaldas del escua
En resumen, el mosquete era ligerisima va drón volante¡.. Guerras civiles de Francia, li
riante del arcabuz: entrambos coexistieron y se bro Ul.
MOSQ - su - MOVI
MOSQUETERIA. Todavía hoy se dice alguna de tener el grado de movilidad que se quiera
vez por fusilería Si á la columna se le agrega una batería iie mon
MOSQUETERO. (V. Mosquete.) taña, ya pierde algo de movilidad intrínseca; Si
la batería es rodada, y de calibres gruesos^ mu
MOSQUETON. Así como lanzo* no es au- cho más; si en un combate tiene muchos heri
mentati\o de lanza, rnosqueton no lo es de mos dos, que haya de llevar consigo, y si además es
quete. Es, al contrario, más pequeño aún que la colta un largo convot de víveres ó municione*
CARABINA Ó TERCEROLA de CABALLERÍA, y de lodo por terreno escabioso, toda movilidad está per
punió semejante. Lo usan los artilleros de ba dida «en conjunto,» aunque cada soldado tenga
terías MONTADAS V DE MONTAÑA. individualmente la agilidad del tigre.
MOS TACILLA. Munición menuda para ksco- MOVILIDAD. (V. Móvil. V. y disting. Agi
peta de caza. lidad).
MOSTACHO. Del francés moustacht. Bigote. MOVILIZACION. Acción y efecto de mo
MOTA. El ribazo 0 linde de tierra alto con vilizar.
que se detiene el agua ó se cierra un campo. MOVILIZADO. El uso, sustantivando este
'Dice. Acad. 5.) participio, lo aplica especialmente al cuerpo se
MOTIN. Del latín moliis. Sedición. «Los que dentario, al miliciano que, por llamamiento legal,
emprendieren cualquiera sedición, conspiración deja su casa y entra en filas.
ó motín... »¡Art. 26. lit. 10. trat. 8. de la Ord.)
! MOVILIZAR. Llamar, reunir, organizar po
(V. y dístíng. Alteración, Rebelión).
ner en pié de guerra tropas y cuerpos que, por
MOTOR. Nombre puramente latino. El rao- '• organización e institüto, están destinadas á ser
vedor ó promovedor, el primero que levanta la vicio sedentario, local, pasivo ó disperso, como
voz en grito tumultuario, el que excita ó arma la milicia nacional, la guardia civil, los cara
sedición ó motín. «Aunque no lleguen á diez los bineros.
tumultuantes, el motor siempre ha de morir...»
ÍArt. 30. til. 10. trat. 8 de la Ord.) MOVIMIENTO. Todos reconocen y confie
san que las voces técnicas evolución y maniobra
MOVER. Verbo latino, moveré. Aplicado á ' (V. e. v.) casi siempre se usan con manifiesta
tropas, es más propio do la estrategia (V. Movi impropiedad, no sólo en la conversación y en los
miento), que siempre las supone numerosas. En libros, sino en los documentos oficiales. No tene
táctica, y sobre todo cuando el número de aque mos por imposible definir esas palabras con su
llas es reducido, parece más propio y menos ficiente claridad y exactitud; pero careciendo
pretencioso el verbo y vnejar. Él general en jefe de la necesaria autoridad para imponer nuestra
«mueve» sus divisiones sobre el teatro de la opinión personal, procuramos acompañarla, \
guerra; el brigadier, el coronel «manejan» sus siempre robustecerla, con otras respetables. —
batallones en el campo de batalla. —Mover guer Decíamos en una obra reciente: «Movimiento es
ra: excitarla, provocarla. voz tan genérica y usual, que abraza desde la
MOVIL. Militarmente, lo susceptible de fácil, primera lección que se da al recluta, hasta las
rápido ó repetido movimiento. En latin, movx- | grandes operaciones de un ejercito. El rcglameu-
lis. ^ste adjetivo, como el verbo de que procede, ¡ to de táctica vigente de 1864 encabeza el art. 4
tiene sentido visible de estrategia, de organiza I de la instrucción del recluta de infantería con
ción. Sin gran sutileza se ve que no es sinónimo, el titulo de «movimientos de cabeza» y en él
aunque lo parezca, de ágil, .suelto, ligero, lina I dice: «el movimiento» de vista á la izquierda sr
tropa, cuyos individuos reúnan cada uno de por | ejecutará, etc.» En el cap. 3, manejo de armas,
si estas tres últimas cualidades, puede muy bien también el art. I.° se encabeza: «movimientos
ser, por organización, sedenlaria, que es lo d:a- de uniformidad». El mismo reglamento táctico,
metralmcnto opuesto á móvil, por la índole de en la instrucción de batallón pág. 5, dice: «Mo
la guerra, por el carácter del general, por la vimiento es la acción que ejecuta un batallón,
clase de servicio. Un cuerpo realmente ligero ó sus fracciones, ó un solo individuo para cam
puede volverse accidentalmente embarazoso y biar su modo de estar».
pesado. Una columna, un destacamento compues Por otra parte dice el estrategista Willisen
to solamente de cazadores á pió y á caballo, sin fpég. 1 16) hablando de un ejército:« Para poder
mochilas, sin grupas, sin bagajes, bien pagado, expresar la diferencia de los movimientos, bien
bien comido, bien asistido, bien mandado, pue se ejecuten estos en grandes espacios y en inme
MOVI - mis - MOVI
iliala relación con las comunicaciones, en cuyo Concluyamos insertando literalmente otra
caso son estratégicos, ó bien cuando sean lan definición bastante acertada. «Toda tropa que
sólo tácticos, daremos a los primeros el nombre marcha, ejecuta un movimiento, y todo movi
de marchas y á los segundos el de maniobras: y, miento supone dos casos distintos: el uno, cuan
como la unión de la estrategia y la táctica e> el do pasa la tropa de una á otra formación, y el
arte de la guerra, los denominaremos en esta otro, cuando, sin relación á la formación,
movimientos». Y añade en la pág. 122: «locuelas deja el punto que ocupa para pasar á otro
marchas son para la estrategia, son las maniobras diferente. Este cambio de posición puede ser,
para la táctica». Se ve, pues, cuan lejano» son 1 con relación al enemigo, en las operaciones
loados extremos de la acepción. estratégicas y maniobras lácticas; ó sin consi
Los movimientos, en la guerra, que deben i deración á el, por causa de necesidad ó conve
siempre fundarse en cálculos de tiempo, distan- I niencia, como escasez de víveres, insalubridad
cia y velocidad, entran por consiguiente con más del país, etc.»
propiedad en la estrategia, y abrazan, en teoria I «Evolución es el movimiento que en los ejer
y en conjunto, las marchas, maniobras, campos y ' cicios doctrinales hace un batallón para su ins
combates. Una combinación de movimientos es trucción, ó en el campo de batalla para ejecutar
tratégicos constituye una operación. Guia del con oíros una maniobra».
Ofic. en eamp. IH68. pég. al). «Maniobra es el resultado de las evolucio
No todos sin embargo opinan ó delinco asi; nes que los batallones de una ó más brigadas ó
Abramos, por ejemplo, e1 Dice, de Moretti y en- ¡ divisiones ejecutan á la proximidad del enemigo
eontraremos: «Movimiento. Evolución, marcha. para provocar el combate, para aceptarlo ó elu
paso de una posición a otra, y oirás maniobras i dirlo, ó bien el que efectúan á su vista pitra
délas tropas, sea para aproximarse > alejarse del atacarlo, para defenderse ó para retirarse».
enemigo, ó sea para verificar ó cambiar algunas «De consiguiente, la voz movimiento expresa
disposiciones particulares, para el arreglo de un la marcha de loda tropa sin relación á su obje
campamento ó de un órden de batalla. El movi- to; la voz evolución expresa el movimiento de
miento puede ser recto sic) ú oblicuo: y en am- | un solo batallón que cambia de formación, y la
bos casos puede verificarse de fíenle, de flanco I voz maniobra expresa las evolucionesque, simul
y á retaguardia». Por esta muestra y alguna otra tánea ó sucesivamente, ejecutan en combinación
que en varios artículos se ofrecen al lector, pa los batallones de una ó más brigadas, de una ó
rece fácil, y lo es en rigor, escribir diccionarios. más divisiones; o de otro modo: de loda tropa
Bien que más fácil es copiar sin quitar una tilde ! que marcha, se dice que se «mueve»; de todo ba
esasarlade simpleza> y reimprimirlas comonue- tallón que se mueve para mudar de formación,
vos diccionarios en 1857 y en I8ü3. Sin embargo que «evoluciona» , y de toda división ó brigada
el autor de esle último, que alarmado sin duda cuyos batallones evolucionan en combinación,
al ir copiando, ha tenido la conciencia de cortar que «maniobran» ; lo que, indicando que la ma
la sarta con un oportunísimo etc. á la altura de niobra supone In evolución, el movimiento y
campamento, para eludir así la enormidad del la marcha; la evolución, el movimiento y la
mov imiento recto, la comete mayor copiando por marcha y el movimiento sólo la marcha, prueba
separado la peregrina definición del famoso al propio tiempo que no puede haber movimiento
recio.... ¡Qué nociones de geometría tendrá sin marcha, evolución sin movimiento, ni manio
quien loma lo recto por contrario de lo oblicuo! bra sin evolución». (Vallecillo. Comenl. á las
Si, dejando los diccionarios, preguntamos al Ord T. I. pág. 500,.—También suele encontrar
reglamento táctico de caballería, nos dirá: «Mo se movimiento, en Mrlo y otros clásicos, por sedi
vimientos: esta voz genérica tiene dos acepcio ción, motín, alteración [V. e. v.,.— Este sustanti
nes militares: primera, el movimiento indivi vo admite varios epítetos y adjetivos técnicos,
dual del hombre para ejecutar lo que tenga que que pueden verse en su lugar alfabético. Movi
practicar á pie y á caballo, con el objeto de ins miento: atrevido— (de) avance— concéntrico—
truirse, y que se subdivide en tiempos para la convergente—cubierto —decisivo—(de/ desplie
ma\or facilidad de su enseñanza; segunda el gue—divergente—encubierto—envolvente—ex
que efeclua cualquier número de tropa no sólo céntrico— falso — lento— prolongado— protegido
para evolucionar y maniobrar, sino también —rápido— de) repliegue—retrogrado— resuelto
para mudar de lugar, trasportarse de un paraje —secreto.—En caballería y equitación hay tam
a otro, ocupar ó abandonar una posición, etc. bién movimientos de la mano, de la brida, etc.
(Reg. de cab. T. I. art. 4.) Y en esgrima innumerables movimientos, de att»
MOYA - sis - WUEL
mentó, de disminución, de diversión (V. e. v.) en el otro extremo tiene un pequeño muñón sa
de reducción, etc. liente, curvo hasta la mitad de su anchura, con
MOYANA. Pieza de artillería antigua, lla un taladro por el que pasa.un tornillo y sujeta él
mada también cerbatana, cuyo calibre era de muelle real á la plantilla ó platina, además de
dos y medio y su peso próximamente 6">0 libras. un pié-clavillo que tiene en el mismo lado con
Del francés moyenne. Dice iluslr. de art.) igual objelo de sujetar; el grueso del muelle real,
MOZO. Nombre que toma el ciudadano al en el lomo que forma el doblez, es de una linea,
cumplir con el precepto que la ley fundamental y va en disminución por el lado más largo has-
impone de servirála patria con las armas. Prin ta quedar en dos puntos: y por el lado exterior,
cipia por ser mozo sorteable; luego sorteado; lue que esté en contacto con la plantilla, el menor
go declarado soldado, ó bien exceptuado ó exen espesor ó grueso es de tres puntos y el mayor
to; ingresable en caja, donde ya loma el nombre de una linea. El muelle real siivc para dar fuer
de quisto, y más adelante el de recluta, al ser za á la nuez, que hace caer con mayor golpe al
(¡liado en el clt.rpo que lo ha sacado de caja. — pt¿ de gvto al ilispuar, por estar sujeto éste á
Kn las Escuadras (V. e. v.) de Cataluña se lla los movimientos de aquella, y al preparar ó de
man mozos los soldados. jar en el seguro el pié de galo, hace resistencia
el muelle real en la nuez por el enlace ó inter
MUDA. Voz que usa la Ordenanza vigente
calación que tienen ambos a.-cos del mueUe y de
(1768) para designar la tropa que va formada á
la nuez; de modo que al montar el pié de galo
relevar los centinei.as: «Una muda de cuatro
gira la nuez, y esta levanta el muelle, y al dis
centinelas se coaducirá en una fila: de seis has
parar obliga el muelle al arco de la nuez á girar
ta ocho en dos, etc.» (Art. 40 tit. 2. tral. i . El
en retroceso con rapidez, batiendo descender
verbo mudar, en vez de relevar, lo usa en los
con fuerza dicho pie de gato Mibre el rastrillo
art. 30 y 31 del mismo titulo, que trata del ca
en las llaves de chispa ó sobre la cuimenea, si es
ro de escuadra, y en el 33 usa ('Simultáneamen
de percusión. En el modelo de 1854 el muelle
te» las dos: «Si el cabo que fuese jefe de una I
real tiene cadeneta. Además el fusil tiene mue
guardia, tuviese una centinela separada á más
lle de alza, de la trompetilla y abrazaderas, de|
de la de las armas, y distante ó no vista desde
baquetero, del guardacebo, del fiador, del ras
esta, asistirá á la muda do la primera por si mis.
trillo antiguo, etc.—El muelle del fiador es tam
mo, y enviará con el relevo de la más separada
bién pieza de la llave, cuya fuerza elástica se
el soldado que sea de su satisfacción para suplir
utiliza en proporcionar al fiador la resistencia
le ». También en el art. 27 tit. 5 tral. 6: En
necesaria para contener el movimiento de la
la misma conformidad se dejará mudare) oficial
nuez, cuando la uña de aquel engrana en alguno
de una guardia, aunque venga á relevarle un ¡
de los dientes de esta. El muelle del fiador es
sargento » Asi no es muy fácil fijar el tecni- I
una cinta de acero doblada por su mitad en án
cismo de la lengua militar.
gulo agudo, formando dos brazos. Al extremo de
MUELA. Formación táctica en la edad media, uno de estos tiene el oído, por el cual pasa el
que consistía en agruparse la hueste cu un sóli tornillo con que se asegura en ¡a platina, que
do de forma circular iClonard. Hist. org T. I., — recibe el nombre de tomillo de! muelle del fia
Cerro alio (Dice. Acad. I y 5j. (V. y comp. dor: en el canto del mismo brazo hay un pe
Meseta] . i queño resalto llamado uña, que entra en la in
MUELLE. En general, pieza de metal com- : cisión ó estuche practicado en la plalina, é
primida, colocada en una posición violenta con j impide que el muelle gire al rededor de su mis
el objeto de que por su elasticidad, haga una i mo lomillo. Para colocar el muelle del fiador
fuerza más ó ménus grande para recobrar la en la platina se engranará su uña en el estuche
posición natural: los muelles generalmente son j y, después de apoyar ti extremo del brazo que
de acero y de dimensión varia según su aplica no tiene el oído en el del fiador que esla en con
ción. En la llave de fusil i,1 867y el muelle real tacto con la platina, se poue el correspondiente
es una de las principales piezas, y consiste en tornillo. —El muelle del baquetero es de acero
una cinta de acero de cementación de unas seis y sirve para impedir que la baqueta se caiga,
pulgadas de longitud y cuatro lineas de ancho, ' opriuiiéndolo por su extremo contra la madera
doblada por un tercio próximamente de su Ion- | de la caja. Se compone de un solo brazo arquea
gitud, y formando dos brazos: lleva un arco pe do, desigualmente ancho por los extremos: en
queño, que se enlaza ó comprime con el arco de el más estrecho hay un oido por donde entra él
la nvtz y sufre el roce de preparar y disparar, y pasador de hierro con que este muelle se segura
MUER — HI7 — MUÑO
en la caja.—En otro sentido, muelle es también munitio, munitionis, sino munimen, munimen-
la obra que se construye para contener el mar. tum, derivadas del verbo muñiré, cuya princi
dar resguardo á un puerto y facilitare! embarco. pal acepción, más que municionar ó pertrechar
(Dice. Acad. Hist.)—Cierta lengua de tierra ar ó guarnecer, era fortificar, atrincherar en toda
tificiosamente fabricada dentro del mar para su extensión actual. —Al conjunto de foso, pa
buscar fondo á que se arrimen las embarcacio rapeto y estacada, esto es, á lo que hoy llama
nes. (Dice. Acad. Esp.) Viene del latín, moles. — mos perfil, decían los romanos munitio. —«Ibi
El adjetivo «muelle» puramente latino, mollis, eastris /ert munimento positis» (Saldstio. Bell,
que significa delicado, suave, blando, se refiere jug. cap. 91). Munimentum se empleaba lo mis
a molicie (V. e. v.) mo que munitio. (Tito Livio. 44. cap. 14). En los
MUERTO. En real decreto de 27 abril 1633 Comentarios de Cesar juega mucho la voz mufli
' se dice: «He resuelto que el Consejo de (iuerra, do, expresando unas veces el parapeto solo, otras
Ministerio entonces no consulte ni pueda con el atrincheramiento entero. —La Ordenanza de
sultar de aqui adelante plazas de menor edad, 1716 dice: «Si algun soldado vendiere ó enage-
ni plazas muertas »—Hoy aplican los inge narealgode su munición, ó rompiere por su
nieros este adjetivo técnico al ángulo, al espacio descuido, se le hará pagar de su socorro diario en
que, en una obra de fortificación, no está visto, castigo, no permitiéndosele acortar ni alargar,
batido ó protegido por la artillería defensora. trocar ni mudar cosa alguna de su munición».
MUESTRA. Del bajo latín monstratio, mons- MUNICIONAR. Abastecer, proveer y repo
tra. Monstra publica, monstrationes armorum. ner de siuniciones (V. e. v.)
Hasta el siglo pasado reseña, alarde, recuento;
lo que hoy decimos revista de comisario, revis MUNICIONERO. Antiguamente, e¡ contra
ta administrativa, f.a frase técnica no era «pasar tista ó proveedor de municiones (V. e. v.) de toda
muestra», como algunos dicen, sino «tomar especie. A lines del siglo XVII se usaba en este
muestran como se \c en los textos clásicos si sentido. «De dos maneras se gobiernan las pla
guientes. «Otro dia los enemigos pusieron su ca zas y castillos: la una es no corriendo por su
ballería é infantería en escuadrones y sacáronla cuenta (del gobernador) más que la^buena dis
á la campaña; pensóse que era para venir á ciplina de los soldados y gobierno político de los
nuestro campo, mas no fue, sino para tomar la naturales: corriendo por cuenta de los municio
muestra de toda su gente, la cual, después de neros y tenedores de bastimentos el cuidado de
tomada, la redujeron á su aloja miento». (Avila su conservación» (Sala t Abarca. Después de Dios
y Zí'ñiga. Coment. 416. «Fue mayor el aprove la primera obligación etc. pág. 322).—La voz es
chamiento de los capitanes y oficíales de guerra tá en Ordenanza de 1768, art. 87, trat. 8, tit. 10.
con los socorros y raciones, cuanto más á me MUNÍFICE. Al enumerary definir Don San
nudo se tomaban las muestras; entrauan á ellas cho de Londoño los grados y oficios de la legión
en lugar de soldados vecinos del pueblo » romana [Discip. mil. fól. 13 vto.) dice: «Munífi-
Mendoza. G. de Granada). «El siguiente dia se ces: los demás soldados que eran constreñidos á
tomó muestra general, para saber el número de muñir y fortalecer de trinches (sic) el real».
gente de á pie y de á caballo que había en la Trinches será errata de trinchea, comoentcnces
ciudad» (M\rmol. Relielion. lib. 6. cap. 7). se decia trinchera. De todos modos se confirma
MUGRON. La voz latina muero, mucronis, el antiguo significado latino de munición.
que deriva del hebreo, según algunos, y del grie MUÑIR. Del latin muñiré. [\. el art. preced.
go según Vossio y San Isidoro, significa punta,
y »'g)-
cúspide de cualquier cosa, tanto de una espada
ó dardo, como de una montaña. Mugrón de Al- MUNITORIA. Voz enteramente latina, ars
mansa. munitoria, que algunos autores, como el P. Vi
cente Tosca en el tom. V, pág. 254, usan en vez
MUNICION. Esta voz, puramente latina, ha de fortificación como «arte». El verbo latino
restringido en el dia su antigua y lata signifi muñiré significaba, como dicho queda, más bien
cación. Es verdad que se dice municiones de ro fortificar que municionar en su actual acepción.
ca y de gcf.rra; pan. prendas ó fusil de munición; (V. un texto en Munífice).
pero, en rigor, la palabra sola municiones ya no
comprende hoy más que la pólvora y proyecti MUÑONERAS. Las piezas del montaje que
les para el servicio exclusivo de las armas de reciben y sostienen los muñones.
fuego. Los romanos no sólo tenian esta palabra MUÑONES Los dos cilindros salientes con
103
MURA -sis- MÚSC
que la pieza de artillería se apoya y asegura en I den compacto, muralla humana, tal'nde enim
su MONTAJE. apud antiguos mi ros dicebatur pedestris exerri-
MURADO. (V. Ciudad murada). j tus, nisi quod pílate Uniones prwter xruta etiam
MURAL. Lo perteneciente á muro. Hoy sólo calaphractis galeisque fulgebanfí»—Tomado del
se usa como adjetivo de corona. latin sin duda, la ley 16, til. 22 de la Partida 2.*,
I que es un verdadero tratado de táctica, dice: «E
MURALLA. En general la fortificación per I cúneo llamauan á los que iuan todosen vno e fa-
manente de una plaza ó fortaleza: más particular I zian la delantera aguda, e ancha la caga. E muro
el recinto, la linea continua, cuando se quiere I dixeron á los que estavan todos ayuntados en vno
distinguir este de las obras exteriores. Por su I en manera de quadra E el muro fizieron,
misma generalidad, esta voz usual no es técnica para quando viessen los enemigos que pudies-
de fortificación ni de ingenieros. Al decir que sen meter todo lo suyo en medio, para tenerlo
en Barcelona «se derriban las murallas» se en en saluo porque non gelo pudiessen desbaratar,
tiende las fortificaciones, «enteras y comple nin forcar».—A la inversa, hoy los franceses
tas», RECINTO, MEDIAS LUNAS, CONTRAGUARDIAS, TE llaman charge en muraille á la carga de caballe
NAZAS, camino cubierto, etc. Tampoco estaba muy ría en batalla, es decir, en orden extenso.
bien definida esla voz en el siglo XVI, en que,
para algunos, espresaba muro (pared sola¡ reves MUSCULO. Antigua máquina lectoría ó cubri-
timiento, como se ve en Don Bernardino de Men dora, vínea, plúteo, galería de aproche, para cu
doza íTeór. ypráct. de laguer, pág. 100). «Cuan brir de los tiros de la plaza al zapador ó minador
do las murallas son casamuro sin terrapleno, se que «picaba el muro». La antigua poliorcktica y
han de plantar las piezas de manera que balan artillería parecen verdaderamente el arca de
en la muralla (en el revestimiento) al sesgo». Noé. En su lugar citamos carneros, gatos y co
MURAR. Rodear, ceñir, guarnecer, fortale nejos (V. Gata, CunÍculo): ahora este muscuhis
cer con muro ó muralla. Lo que hoy decimos es buenamente un diminutivo de mus, muris,
fortificar. El verbo es latino. que en latin significa ratón. A Bf.scmerelle no
MURO. Del latín murus. Unas veces se toma le gusta, y se va- al griego con su etimología. San
por muralla (V. e. v.) en toda su extensión; Isidoro quiere que muscu/us sea contracción de
otras, por simple pared ó revestimiento. Tecu murusculus, á muro qui perfodilur, pero nadie
camente, los ingenieros sólo toman ia segunda le sigue; y por unanimidad es admitido que el
acepción, y en ella dicen muro de terraplén, de nombre musculus no viene realmente de la «fi
escarpa, aspillerado, en descarga. De modo, que gura» de la máquina, sino del «oficio» de los sol
siendo menos, el uso y el eslilo hacen siempre dados á quienes cubría, los cuales hacían aguje
que sea más. Nunca se dice las murallas, sino ros como los ratones. Justo Lipsio [Poliorc, lib. I.
los muros de Troya. La Francia se estrelló ante diál. 9.) so ha entretenido en ilustrar, con su
los muros de Zaragoza (que no eran muros, sino competente dibujo y larga explicación, un pasa
tapias). Muro de bronce es lo más hiperbólico de je sobre el músculo, de César [Bell. civ. lib. 2.).
resistencia. Don Bern.vrdino df. Mendoza, que usa También Vegecio explica (lib. 4. cap. 16.) en el
indistintamente moro y muralla, tiene la frase párrafo que principia: «Músculos i/irun/ minores
picar el muro. [V. Manta). También en los Co machina*, quibus proteeti bt llafnrrs etc. » —Vio-
mentarios de Mema (pág. 401) se lee muro ciego, llet [Architecl.mil. pág. 29; después de dar las
cuya significacien no eslá muy explícita en el anteriores etimologías, afirma que el músculo
texto que á la letra dice: «Aquel dia lo gastó romano era la misma máquina que Simón de
Juan de Padilla en batir la villa sin tentar otra Monforte (en el sitio de Tolosa) llamaba gato ó
cosa; pero con poco efecto, porque acertó a ser gata (chai, gal, gate). La gata marchaba á salli-
por la parle del muro que eslaba ciego; y luego, los ó tropezones ventre el mur el castil ela rene
al dia siguiente que fue el tercero de su venida, desautelz». Y al destrozarla los sitiados tolo-
mudó el sitio de la balería á otra parte del muro sanos, con general aplauso, gritaron: ><ParDieu\
que estaba más flaco, y tuvo lugar la artillería dame fausse gate, jamáis ne prendez des rats».
pura batir y se hicieron algunos portillos».—La Más que poliorcética, parece eslo zoología
voz muro tuvo antiguamente la significación de De esta, como de lasdemás máquinas antiguas
ÓRDEN DR BATALLA Ó disposición TÁCTICA de III) (V. e. v.) dice juiciosamente Bien que no existe
ejército. Se lee en Cicerón, en Lugano, en Am- «representación auténtica» sino «restitución
miano y, repetidamente, en Vegecio (lib. 1. capí conjetural». La que da Giwschardt ¡Memoires mi-
tulo ¿0) por sólido, cuadro, columna cerrada, or- litaires, T. II. pág. 58, lab. 2; parece aceptable.
MUSE - -819- MU TI
MUSEO. En España es también armería. (V. dillera; y quijote á la reunión de piezas que,
e. v.). Según Mevrick, las primeras colecciones unidas unas á otras, pendían del peto ó sea de
de armas y armaduras no van más allá del si- su volante y descendían algunas veces hasta la
pío XVI, ó de últimos del siglo XV. Las prime misma rodillera, con la que también se unian.
ras: en Alemania por .Maximiliano; en España Ni el quijote ni la musiera deben confundirse
por Cárlos V; en Inglaterra por Enrique VIII; en con la escarcela, pues esta, aunque pende del
Francia por Francisco I; en Huma por Strozzí, peto, tiene otra forma y otra longitud.
hácia loiO.—En octubre 1660 se formó el pri MUSQUETA. El Dice. Acad. i." edic dice en
mer catálogo de la Sala de Armas de Londres con el articulo Mosquete (V. e. v.) que muscheta, pa
errores garrafales en las etiquetas, atribuyendo labra de la baja latinidad, significaba maouina
al siglo XI armaduras de placas del siglo XV ó antigua para tirar dardos ó piedras. Carolo Aqui-
XVI.—El museo de artillería de París data de no en su Lexic. mil. lo confirma con un texto
1793. —En España deberían reunirse las arma de Sanuto (lib. 2. part. 4); «Potest praeterea /?«-
duras y objetos esparcidos por todas partes y ge ri quod haec eadem ballistae tela possent trahere
neralmente descuidados. El duque de Osuna quae mosciietae vulgariter appellanlur» . Es,
tiene buena armería en Madrid.—Dresde, Viena, pues, evidente que el nombre de mosquete, apli
Berlín, Berna, llannover, Zurich, Munich. Cer- cado al arma de fuego posterior, no es «original»
deña desde 18112, tienen notables museos. En In como tampoco lo son los de sacre, esmeril, fal-
glaterra, según Meyrick, además de las cinco cunete y otras aves.—Hasta el nombre de espin
publicas ¡Windsor-Castle, Hampton Court.Wool- garda lo traen algunos del tudesco sprintz, que
wicb, Britisb Museum y Temple-London ) hay también designa una especie de ave de rapiña.
nada míenos que treinta y nueve armerías parti
culares notables. En Francia, unas veinte. En MUTILACION. En los rudos tiempos anti
Rusia, la gran armería de Moskow el castillo de guos y medios, esta palabra latina, mulilalio, se
Gatichina.—Nuestros ricos museos de Artillería puede considerar como puramente militar, ó álo
e Ingenieros se establecieron en 29 mayo de 1803. ménoscomo «técnica» de aquellas feroces guer
ras, en que la victoria autorizaba la esclavitud,
MUSEQUÍES. Quizá del árabe imtsaka, bra
la despoblación, la propiedad absoluta del cuer
zalete. Bardin ignora la etimología del musequin
po, de los miembros, casi del alma del vencido.
francés, que Hoquefort tiene por espaldar de
Hasta en documentos del siglo XIV se lee la fra
coraza. «El nombre de musequie, conocido ya
se sacramental: «Vita et membrorurn eis inte-
en la historia del siglo XIV (refieren la existen
gritas concessa est.n—«Satvis vita et membris».
cia del musequie la crónica de Don Pedro Niño,
Es decir, habia que especificar bien y «literal
conde de Buelna, cap. 26, pág. 106; la de Don
mente» esto de los miembros; porque salvar sólo
Enrique IV, escrita por falencia, y un inventa
la vida no impedia perder los ojos, los brazos ó
rio del duque Don Alvaro de Zúñiga, que existe
por refinamiento de crueldad, el miembro viril.
en el archivo del duque de Béjar) se aplicaba á
En el curioso documento que cita Rosseeuw
una ancha manga de cota de malla, adherida á
la coraza, y que llegaba hasta la articulación {Hist. d' Esp. T. III. pág. 352) como tratado se
creto entre los dos aventureros franceses, yernos
del brazo, siendo por lo tanto infundada la opi
de Alfonso VI de Castilla, Enrique de Portugal
nión de un célebre y laborioso historiógrafo (Du-
y Raimundo de Galicia, para repartirse traido-
canue), quien sostiene que el musequie o musa-
ramente los estados del suegro, ambos contra
chinum era la armauuha dorsal ó pieza destinada
tan, juran lo primero de todo garantirse mutua
á cubrir la espalda». (Clonard. Hist. org. T. I, mente la vida, la libertad y «la integridad de
pág. 432.) sus miembros». Esta precaución caracteriza la
• MUSEROLA. Correa de la brida o cabezada época. —La mutilación, en su cobarde sentido
que, pasando sobre la nariz del caballo, da vuel actual, es decir para «no entrar en quinta» no
ta y sujeta los montantes, carrilleras ó quijeras. es cosa nueva. Los romanos también la conocían
En francés se dice lo mismo, muserole. y la castigaban severamente; y, aunque disgus
Ml'SLERA. En general esta palabra es sinó temos á los fanáticos por las excelencias roma
nima de quijote en la antigua armadura; pero nas, añadiremos que la mutilación del dedo pul
Martínez del Homero, eYi su Glos. del Caí. de la gar, que impedía el manejo de la espada, algo
/(. Armería, establece una diferencia, llamando frecuente debía ser, cuando se designaban con
Mi sLERA á la pieza que cubría el muslo, la cual nombre apelativo, murci, murcorum, los que
estaba enlazada con la greba por medio de la ro por huir del servicio apelaban á este bárbaroex
MUTI - 82o - MUTI
podiente. Todavía quieren más algunos, que de oportunas, como aliento y consuelo; como prue
rivan el nombre injurioso de poltrón, más bien ba de que estos tiempos nuestros, aunque ma
que holgazán o desidioso, cobarde en italiano y los, no son, comparativamente, tan detestables
francés, del latín «ápollice trunco,» pulgar cor como algunos creen.
tado. Apuntamos estas menudencias, quizá in
NACION. En los siglos XVI y XVII. en que NATURAL. Se llama asi al jefe nato, inme
los españoles combatían casi siempre en compa diato, efectivo, propietario. La ord. dice: «No
ñía de cuerpos extranjeros, estos llevaban siem habiendo Brigadier en el regimiento, recaerá el
pre el nombre genérico de naciones. Asi se decía mando por naturaleza en el Teniente Coronel
en el lenguaje oficial: «Los españoles atacaron con ejercicio....» (Art. 4. tit. 3). Trat. 6,. (V.
portal parte y por tal otra las naciones». Tam Propietario).
bién se llamaba nación al soldado aislado, aun NAVA. Llanura cerca 1a de montañas por to
que fuese español, si servia en un cuerpo auxi das partes. Se pretende que esta voz en su raíz
liar extranjero. «Era el alférez D. Juan Márquez es vascongada. De esta situación han tomado su
nación, y pasaba por buen soldado y valiente.... nombre algunos pueblos de España, como Nava
Fortificáronse los españoles y" naciones en el del Rey, Nava del Marqués, Navas de Tolosa.
puesto, aunque no sin muerte y heridas de mu (Dice. Acad. Hist). Espacio de tierra muy llana y
chos ». '(Coloiia. G. de Flánd. lib. 7). «Orde rasa. Campi planities. (Dice. Acad. 1 y 5). En
nóse también á Don Agustín (Mexia) que con su árabe, tierra llana también, según el P. Guadix.
tercio y tres mil infantes de naciones tirase la —Navajo. Pedazo de tiera llana, donde se suelen
vuelta de la frontera de Francia ». id. lib. 8). recojer las aguas de lluvia. Lo mismo que na
NAFTA. Según los eruditos, era el nombre vazo (Dice. Acad. \). —Navazo. «En San Lúcarde
con que los árabes designaban la pólvora en los Barrameda y otras partes de Andalucía, dan es
osouros tiempos de su invención, ó introducción, te nombre á una porción de arenal de mayor ó
ó propagación. Pero Clonard sostiene que la naf menor extensión, que, á cierta distancia de la
ta era simplemente la materia bituminosa de los mar, ahondan hasta el nivel de las aguas, cer
cuerpos incendiarios, que se arrojaban con el cándola con la misma arena que se saca de ella».
manjanek, y consistía en cierto betún mineral (Dice. Acad. 5!.
mezclado con azufre. [Hist. org. T. I. pág. 83). NERVIO. Por metáfora suele usarse frecuen
NARANJERO. Nombre que se dio al antiguo temente esta voz, por ejemplo: «El dinero es el
íalconete, ó pieza do artillería de i\i á 2, y que nervio de la guerra.—La milicia es el nervio y
h»y conserva el trabuco de gran calibre. aún la vida de los imperios». iPalafox. Conq, déla
NESG — 822 — NOMB
Ch.) La infantería es el nervioilel ejército. «Hizo estado absurdo, rebajando «simultáneamente:!
con gran presteza un considerable nervio de gen la cifra de hombres armados, de modo que que
te á caballo y á pié». ÍBaren. G. de Flánd.) «Los dase la misma proporción, y miéntras durase el
hombres, y el hierro, y los dineros, y el pan son convenio atender con holgura al arreglo de la
el nervio de la guerra; más destos cuatro son Hacienda, que bien lo necesita en todos los paí
más necesarios los primeros; porque los hombres ses. (V. DESARMEj.
y el hierro hallan los dineros y el pan». (Diego NICON. Uno de tantos nombres que en las
de Salazar. De Re milil. fot. 120). ¥ así como se diferentes lenguas tuvo el ariete. Esto es griego
dice tropa ó milicia enervada, por oposición se ó hebreo, según Aquino (Lexic. mil.) que se apo
dice tropa de nervio.—Antiguamente los nervios ya en un texto del historiador Josefo (lib. 6):
eran elemento muy principal de las máquinas ultaqm murojam cedenle magno arieti romano-
tormentarias, es decir, de las balistas, onagros rutn,quem judmi nicona vocabant...» Y más ade
etc. por eso Vegecio recomienda mucho su pro lante, describiendo el mismo sitio de Jerusalen:
visión. «Neuvori'ü quoque copiam summo studio «Cum autem romani, qua primum murum nicon
expedit colligi» . (lib. i. cap. 9). perruperal, aseendissent etc.».
NESGA. Citamos esta extraña voz por lo exac NIEL. NIELADO. Del italiano niello, nige-
ta y pintoresca en el sentido geográfico, en que llo, cosa negra. En general, rellenar de barniz
la usa el autorizado texto siguiente: «.... deter negro lo grabado sobre una plancha metálica.
minó de alegrar á los soldados, haciendo una en La Academia dice que es «entallar ó abrir á bu
trada en el país y condado de Boloña. Es este \ ril varias labores en metal, rellenando los hue
pais una nesga ó entrada que hace Francia, me" cos de otro diferente ó bien de colores» . Mencio
tiéndose por entre el Artois y condado de Flán- namos aquí el nielado, por extenderse su sig
des y la mar, espacio de veinte y cuatro leguas, nificado entre los armeros, á ciertas labores
en el cual están situadas las dos famosas y plei exquisitas que suelen adornar las armas blancas
teadas ciudades de Boloña y Calés...... (Coloma. y de fuego. ¡V. Damasquinado).
G. de Flánd. lib. 5). Según Martínez del Romero (Glos del Cal. de
NEUROBALÍSTICA. (V. Maquinas antiguas). la K. Armería) el nielado se hace de tres mane
NEUTRAL. Del latin neuler. La nación ó par ras: la primera, y más antigua, consistía en
tido que no toma parte, en pro ó en contra, en la abrir en el metal que se había de adornar las
guerra que otras mantienen. El terreno en que concavidades ó dibujo que se querían, rellenán
tienen lugar conferencias, capitulaciones ó con dolas después con otro metal derretido, á ma
nera de lo que hoy so verifica en la soldadura.
venios MILITARES.
Este procedimiento se abandonó por lo difícil
NEUTRALIDAD. Estado de indiferencia, ex- 1 que era emplearlo en las curvas. La segunda
pectacion, observación, abstencion,en que una !
manera se ejecutaba abriendo cavidades y pi
potencia se mantiene respecto á la guerra que cando después sus fondos por medio de la per
otras hacen. La pobreza, la impotencia y la in- |
cusión, y dilatando el metal empleado en el
significancia, que parecen garantías de neutra- |
adorno, se rellenaban dichas cavidades. Y la ter
lidad, impiden muchas veces conservarla. La cera, que se usa hoy y que es más permanente,
soberbia, la ambición de conquista o de influen consiste en que no solo se pican los fondos, sino
cia no se avienen con la estéril neutralidad. La
que se levanta rebaba á los lados para que nun
que tenazmente observó Fernando VI engran
ca pueda desprenderse el metal introducido.
deció á España, dejándola descansar de dos si
glos y medio de guerra, y preparó el reinado re NOMBRE. Es voz que usa en vez de santo el
lativamente fecundo de Cárlos 111. ilustre Don Bernardino de Mendoza en toda su
En el dia, con el especioso nombre de «neu Teórica y Práctica de ta guerra. También Fran
tralidad armada» han inventado los diplomáti cisco de Valdls (Esp. etc. edic. Madrid. 1591,
cos un estado verdaderamente «neutro», que no fol. 62 vto.) dice: «Contraseña, que los italianos
es paz ni guerra, pero que abruma á los pueblos llaman moto y entre nosotros decimos nombre,
y agota sus erarios. Esa acumulación intempes para excluir toda sospecha y engaño, y que sea
tiva de medios preparatorios para toda clase de mos ciertos que el que tal contraseña nos diere
«eventualidades» imaginarias, es ocasionada de es de los nuestros, y que seguramente le pode
suyo á buscar querella, siquiera por no desper mos dejar llegar como á hombre amigo de nues
diciar, como hace Francia. Un Congreso de tro campo».
hombres sensatos deberia poner término á ese La Ueal orden de i(> octubre de 1 677 dice
NÓMI NÚMI
'extualroente: «El Rey. En cnanto al primer la encontramos, seguimos la ley que nos hemos
punto, que mira á los Tenientes de maestro de impuesto de dejarlo en tal estado, sin echar ma-
campo general, sobre recibir el nombre y lasór- gistralmente el montante (como Justo Lipsio) de
denes inmediatamente del Virey en ausencia del nuestra mera presunción.
(ioberna lor de las armas, etc.» (Sala y Abarca NUEZ. Del latin nux, nucís. Parte déla ra»
pag. 29i). llesta (V. e. v.). En la llave de las armas de
Bartolomé Scarion en su Uoctr. mil. fól. 81, fuego, la pieza de acero que, unida al percutor,
dice: «y porque hay debates cuando se encuen gira con él por medio del mecanismo de los dos
tra la ronda con la sobre-ronda, sobre quién lia muelles de la llave, y los dientes que ella tiene
de dar el nombre; dicen algunos que, siendo la obliga al percutor, bien á permanecer en una
ronda ordinaria y la contra-ronda extraordina de sus dos posiciones, ó á caer sobre la chimenea
ria, que debe dar el nombre la contra-ronda á {Dice, ilustr. de arl ). Viérgol dice: «Es la pieza
la ronda: otros dicen que, por cuanto la contra (de la llave del fusil) que trasmite la acción de
ronda es de sobre confianza y de 'personas más las fuerzas que actúan en la llave, y por conse
particulares, que se debe dar á ella el nombre; cuencia una de las más importantes en esta pe
mas todos los más concordan que asi como la queña máquina. Formada de un solo pedazo de
ronda da el nombre á la centinela, asi la contra acero, consta de varias partes. El cuerpo de la
ronda debe darlo á la ronda ordinaria, excepto nuez, igualmente grueso por todos lados, ofrece
si cuando la ronda sale, el oficial avi^a á los que muchas irregularidades en su contorno, que
van de ronda como va la sobre-ronda, entonces cierran un arco circular y cuatro dientes des
será obligada la ronda á dar el nombre á la iguales, cortados al sesgo y en redondo, de los
sobre- ronda". cuales dos reciben el nombre particular oue
NOMINA. Es voz usada ya en su actual oportunamente diremos. El árbol de la nuez
acepción por Avora y otros en el siglo XV. «E compuesto de dos muñones, entre los que queda
hizo nóminas de los que habían de quedar con comprendido el cuerpo, es perpendicular á es
el rey y de los que habian de ir con ella, asi de te; el muñón, más delgado y corto, es cilindrico;
los oficiales como de otros caballeros». Crón. de el otro tiene en su nacimiento igual figura, pero
Don Juan II, cap. 18). termina en una parte cuadrada, á que se da el
NORMAL. T.a voz latina norma, citada fre nombre de cuadradillo. La nuez se coloca en la
cuentemente por ViTRt vio y otros autores de platina, introduciendo en el taladro mayor de
mecánica y agrimensura, era el nombre del sen esta el muñon,más grueso de aquella, de mane
cillo instrumento que hoy llamamos escuadra, ó ra que los dientes sean la parte del cuerpo más
cartabón, ó nivel de albañil. Qiintiliano lib. I I, distante del resalto de dicha platina».
cap. últ.) llama normal al ángulo recto. No pue NUMERARIOS. Oficiales indudablemente de
de ser más modesto el origen. Mencionamos só ADMINISTRACION MILITAR en la milicia ROMANA V
lo el adjetivo normal, por oposición á excepcio bizantina. Ayudantes ó empleados de la prefectu
nal, es decir, al estado de sitio, de cierra, de ra del pretorio: pero cuyas funciones no están
inquietud política que, añadiéndole una a, pri muy definidas, aunque Vegecio las explica (lib,
vativa, llaman genéricamente anormal los aficio 2, cap. 19) porque sejeonfunden con los actarios
nados á hablar en griego. ó actuarios. San Isidoro deriva numerario de
NOVEL. Nuevo, principiante, sin experien nummis. «Numerarii sunt quem nummum publi-
cia. Lo mismo que bisoño. cum in wrarium inferunt» . En la administración
NUDO. Esta voz latina, nodm, se aplica hoy de aquellos tiempos no es fácil distinguir sí eran
frecuentemente, en estrategia y topografía, al hacendistas civiles ó militares. Hoy numerario
punto de encuentro o reunión de camino* ó cor sólo expresa el que no es supernumerario ó exce
dilleras. —En la edad media y en la baja latini dente, el que está en su lugar, el que no sobra.
dad, nodus fué maniobri, orden, disposición tác NÚMERO. El soldado raso al montar guardia
tica de un ejercito, según el texto expreso de se convierte en número: alli no es «el cabo y
San Isidoro (lib. 9. cap. 3): «Nodcs proprié est cuatro hombres», sino «el cabo y cuatro nú
densa pedilum multitudo sicut turma equitum- meros».
Diclus autem nodus pro dificúltate quod vix pos- NÚMIDA. Antiguo habitante y soldado de la
Sit resolvió. Aquí hay algo de miro, muela (V. e. Numidia en Africa, provincia que resistió al
v.) cuadro quizá de infantería; mas como del poder romano en tiempo de Yugurta. Esta guer-1
autor no se deduce la explicación, ni en otros ra es el asunto de una bella composición de S.«
NÚMI - 824 - NUTR
lüstio. Desde entónces, y por extensión, númi- NUTRIDO. En táctica se dice del poseo vivo,
da, en todas las lenguas, designa, más casi que rápido, sostenido. Moralmente, un ejercito de
el moderno cosaco, la caballería ligera irregular be «nutrirse» con sanos principios de patriotis
por excelencia, con increíble agilidad y también, mo y disciplina, con saludables ejemplos y doc
para justo contrapeso, con lamentable indisci trinas de historia y arte militar.
plina.
OBEDIENCIA. «Sujeción y subordinación á que «jueguen» siquiera sobre el mapa con ejér
la voluntad del superior, ejecutando sus precep citos de 500 á 600.000 hombres. De ahí abajo,
tos. Voz puramente latina, oberfienlia. —Obede los generales de división y de brigada, los hu
cer. Hacer la voluntad del superior que manda, mildes coroneles, que algunas veces pagan la
sujetarse á él y ejecutar sus preceptos. —Hacer mala elección de objetivos disparatados, deben
se obedecer. Tener entereza para que se cumpla contentarse con el modesto punto llave, o sim
lo que se manda». (Dice Acad. I.) Parece que plemente llave. A Napoleón I, por ejemplo, le
en este espinoso y resbaladizo asunto lo mas Tué muy bien, por algún tiempo, tomando por
cuerdo es atenerse á Ib definición de la Academia, objetivos las capitales de los Estados que inva
sin entrar en consideraciones ni comentarios. día: la receta fué probada en Víena y en Berlin;
OBJETIVO. En rigor debería decirse punto mas al aplicarla con imprevisión á Madrid y á
objetivo, como punto decisivo, prNTO elave; pero, | Moscow, todos sabemos lo que sucedió. Y sin
así como en este último, el uso lo sustantiva y embargo, el mismo Napoleón y sus generales no
abrevia. Objetivo, como ello mismo dice por su habían perdido el envidiable tino, con que tác
derivación de objeto, fin ó intento á que una ticamente solian encontrar el punto llave en el
cosa se encamina, es el punto primordial ó im campo de batalla. Quedamos, pues, en que para
portante de ataque ó de empeño, sobre el cual se usar con cierto «derecho» y propiedad la pala
calcula ó conjetura que lian de ser decisivas la bra objetivo, ya que no emperador, se ha de ser
ventaja o la victoria. En el londo lo mismo vie por lo ménos embajador ó llevar tres entorcha
ne á ser punto objetivo, que punto decisivo, ó dos, a tales alturas no es posible elevarse sin
punto llave; pero desde que la Estrategia (V. e. vértigo, y el lector nos dispensará de explicar
v.) pretendió, á principios del siglo, invadir ó en pedestre lenguaje el objetivo. Pero siendo es-
dominar el campo de los estudios militare», más la voz importante y principalísima en Estrate
que con nuevas ideas, con nueva y no muy téc gia ¿quién mejor podrá definirla, que el mismo
nica nomenclatura, el objetivo viene áserexpre- inventor, ó creador, ó propagador de dicha cien
jion de alta política y altísima estrategia, es de cia? Estas son sus mismas palabras:
cir, no del>e estar airosamente en boca sino de «Hay puntos y lineas estratégicas de diversa
diplomáticos encopetados y nrchi-generalísimos. naturaleza: unos toman este nombre por el solo
104
OBJE — S26 — OBLÍ
hecho de su situación, del que resulta (oda su «El punto decisivo de un campo de batalla
importancia en el teatro de las operaciones, y se determina: 1 ,° por la configuración del terre
pueden ser puntos estratégicos geográficos, per no: 2." por la combinación de la localidad con
manentes: otros adquieren su valor por las re el fin estratégico que se proponga un ejército:
laciones que tienen con la colocación de las fuer 3." por la colocación délas fuerzas respectivas».
zas enemigas y con las empresas que se forman «Se podria decir de los puntos objetivos, co
contra ellas; estos son puntos estratégicos de mo de los que preceden, que los hay de manio
maniobras, y absolutamente eventuales; en fin bra y asimismo geográficos: como una fortaleza
hay puntos y lincas estratégicas que sólo tienen importante, la línea de un rio, un frente de ope
una importancia secundaria, y aun otros que la raciones que ofrezca buenas líneas de defensa ó
tienen inmensa y continua: á estos se Ies ha lla buenos apoyos para empresas ulteriores. Sin em
mado puntos estratégicos decisivos». bargo, como la elección misma de un objetivo
«Procuraré explicar estas relaciones con to geográfico es combinación que puede colocarse
da la claridad que las concibo, lo que no siem en la clase de las maniobras, seria más exacto
pre es tan fácil como se cree en semejante ma decir que los unos sólo se refieren á puntos ter
lina». ritoriales, y los otros exclusivamente á las fuer
«Todo punto del teatro de la guerra, que ten zas que los ocupan. En estrategia el objeto de
ga una importancia militar por su situación en una campaña determina el punto objetivo etc.»
el centro de las comunicaciones, ó por estable «En cuanto á los puntosobjetivos de manio
cimientos militares y obras de fortificación de bra, esto es, á los que se dirigen sobre todo á la
cualquiera clase, que influyan directa ó indirec destrucción ó desconcierto de los ejércitos ene
tamente sobre el terreno estratégico, lo sera de migos, se calculará toda su importancia por lo
hacho estratégico, territorial ó geográfico». que dejamos dicho respecto á los puntos decisi
«Un ilustre general afirma por el contrario, vos de la misma especie. En la acertada elección
que aunque un punto reúna las condiciones men de estos puntos se prueba de cierto modo el ta
cionadas, no será estratégico, sino se halla en lento de un general, como prenda segura de
una dirección conveniente respecto á la opera grandes triunfos. Es indudable que este fué el
ción que se trate, de ejecutar». tino en que más indisputablemente se distinguió
«Permítaseme opine de distinto modo; por Napoleón....»
que un punto estratégico lo es siempre por su «Todavía hay una clase de puntos objetivos
naturaleza, y aún el más distante del circulo de que no se deben pasar en silencio, y son los que
las primeras empresas puede ser comprendido teniendo por término un punto militar cualquie
en él por el curso imprevisto de los aconteci ra, se ligan sin embargo á las combinaciones po.
mientos, y adquirir de este modo toda la impor liticas mucho más que á las estratégicas: en las
tancia de que sea susceptible. A mi parecer se coaliciones sobre todo, es raro que no hagan un
ria más conveniente decir que todos los puntos gran papel, influyendo en las operaciones y com
estratégicos no son puntos decisivos binaciones de los gabinetes, por lo que se les
«Creo que se puede dar el nombre de punto podria nombrar puntos objetivos políticos".
estratégico decisivo á todo el que es capaz de Johini. Comp. T. I, pág. 175-478, passim).
influir notablemente en el resultado de la cam OBJETO. Los Dice, militares lo deliren me
paña, ó en el de alguna de sus particulares em ramente como punto de dirección que toman los
presas. Todos los puntos, cuya situación geográ guías de la coi.vmna. Parece que el vocablo debe
fica y ventajas artificiales favorezcan el ataque tener más extensión, como que en rigor es sinó
o la defensa de un frente de operaciones ó de nimo de objetivo. Sobre todo en la guerra, y en
una linea de defensa, son de esta clase, entre la profesión de las armas, desde el general has-
los que ocupan el primer lugar las pla/.as de ar la el cabo nadie debe obrar sin madurada inten
mas bien situadas». ción, sin plan, sin objeto. La voz es puramente
«Los puntos decisivos en el teatro de la guer latina objeclum, de objictre.
ra son de muchas especies: el nudo de los valles,
el centro de las principales comunicaciones, ú OBLADO. El inválido que en tiempos anti
los desfiladeros, etc.» guos recibía comida y alojamiento en alguna
«La segunda especie de puntos decisivos es abadía o monasterio.—Oblatusen latin.
la de los eventuales de maniobras, que son con OBLICUO. Adjetivo latino, obliquiui. Como
siguientes á la colocación de las tropas de los hay, por desgracia, militares que no han saluda
dos partidos etc.» do la geometría, forzoso es advertir que en ella
OBLO «27 - OBRA
lo oblicuo no es lo opuesto á recto. (V. Movimien pecial de i/ohtificacion y del servicio de ingenie
to). Una linea recta que cae sobre otra, ó sobre ros, que comprende desde el arreglo de un
una superficie plana, formando ángulos iguales cuerpo de guardia, la barricada de una puerta
y por consiguiente rectos, es perpendicular. To y la flecha ante un vado, hasta el cuartel de la
das las demás que parten del mismo punto son Montaña y los muros de Mahon. Restringiendo
oblicuas. Si la linea ó el plano sobre que la rec un poco, al decir obra de fortificación, ya limi
ta cae, son horizontales, la perpendicular es ta el significado técnico á la parte, á la pieza, al
además vertical, ( na linea recta es paralela á elemento de un sistema ó conjunto. Por eso en
otra, cuando por mucho que se prolongue nun una plaza fuerte, son obras exteriores las que
ca la encuentra; porque la distancia que las se están efectivamente al exterior del recinto ó cuer
para, medida sobre la perpendicular á entram po principal, generalmente cerrado y contínuo:
bas, siempre es la misma. Si esta precisa condi como son, opuestamente, interiores las que es
ción no se verifica, y las dos lineas rectas se tán hechas ó se hacen durante un sitio dentro
encuentran ó pueden tncontrarse, la una es obli de aquel. Según testimonio extranjero y autori
cua respecto á la otra: las dos son oblícuas entre zado, á que procuramos siempre acudir cuando
si. Lo contrario, pues, de paralelo efectivamen es en alabanza, el primer empleo real, en Ho
te es oblicuo: y oblícuo es también lo contrario landa, de obras exteriores combinadas no fué
de perpendicular. En el artículo Concéntrico he debido, como generalmente se cree, á un Ho
mos hecho ver que ciertos errores de tecnicismo landés sino verosímilmente á un Español. En
puede muy bien cometerlos el mismo Jomini. efecto, cuando en 4592 el príncipe Mauricio de
Comprendemos también que sin saber leer ni Nassau sitióla plaza de Steenwinck, el coman
escribir, quizá mejor que sabiendo, se pueden dante de ella Antonio Coquel (sicj hizo estable
tomar baterías, ganar batallas y conquistar rei cer obras exteriores, ligadas en conjunto, for
nos; pero como en e»te pobre libro no se pre mando una línea que tenía que tomar el sitiador
tende enseñar ni discutir eso, sino buenamente ántes de atacar el cuerpo de plaza. No recorda
«la propiedad y precisión del lenguaje», licita mos bien si el texto es de Zastrow. IHist. (le la
debe ser esta y alguna otra impertinencia. Res fortif.) Ha de advertirse que Mauricio de Nassau,
pecto á las importantes consideraciones que en sin duda por ser enemigo de España cuando Es
trañan las locuciones orden paralelo y orden paña era temible por lo católica, en para los
oblícuo, el lector que no se atreva con el articu franceses y más aún para todo escritor protes
lo táctica, las encontrará compendiadas en el tante, el inventor de cuanto se ha podido inven
articulo ORDEN. tar. Una vez, dicen candidamente todos los his
OBLONGO. A nuestro pesar tenemos que se toriadores, no cabiendo su ejército dentro de
guir con el aire de dómine tomado en el articu una plaza, levantó fuera algunas obras ligeras
lo anterior. El Dice, militar de J. D' W. M. 1863, de tierra ó de campaña, las rodeó de foso y ya
dice que oblongo es «órden de formación en tenemos inventadas las obras exteriores. Puesto
cuadro, en el cual dos de los lados paralelos son que la cosa era tan obvia, tan sencilla, bien pu
más largos que los oíros dos, que también son do ocurrirsele á un bárbaro español. Pero estas
paralelos entre sí». Los geómetras, á ese cuadro obras exteriores, para merecer rigorosamente
que no es cuadrado perfecto, es decir, que no esto nombre, han de estar próximas al recinto,
liene sus cuatro lados iguales le llaman rectán como las antiguas tenazas, contra guardias ó re
gulo; los no geómetras, los oficiales de caballe bellines: si se alejan, ya son avanzadas; si toda
ría, le llaman cuadrilongo: como en la conversa vía se alejan más del recinto y entre si, se con
ción vulgar la lámina, el libro, el objeto que es vierten en destacadas; como por ejemplo los
más ancho que alto suele decirse «apaisado». fuertes de Paris, las torres, los reductos en ge
Oblongo, á nuestro juicio al menos, implica idea neral délos modernos campos atrincherados. Una
de «curvatura» tanto en líneas, como en super obra desde luego puede ser permanente ó pasaje
ficies ó cuerpo»; y por eso en el dia se aplica mi ra, ó del momento ó de campaña, según su objeto,
litar y exclusivamente á los modernos proyecti destino, magnitud y conslrucion: puede ser abier
les, llamados también ojivales, que ni son es ta ó cerrada por la gola; puede eu fin, refirién
féricos, ni cilindricos, ni cónicos, ni elipsoida dose á la traza ó disposición horizontal, tomar
les del todo. —El adjetivo es puramente latino, nombres en gran mayoría anticuados, de aba
obtongus. luartada, atenazada, coronada , y también de
luneta, bonete, rediente, flecha, pastel, IIOH.NA-
OBRA. Voz tan genérica en el tecnicismo es beque, etc., que se describen ligeramente en su
OBRE — 828 — OBUS
lugar respectivo.—Obra es corrupción visible ses. - A obsidio y obsidium corresponde el verbo
del latin opera, que á su vez viene de opus, latino obsideo, obsidere; pues obsidior, obsidiari,
operis. es armar lazos, asechanzas, sinónimo de insi-
OBREPCION. La palabra es puramente lati dior, insidias faceré.
na, obreptio. rara, desconocida, en ninguna ma OBSTÁCULOS. Moretti y sus copistas llaman
nera militar; pero está en el Dice. de la Acad. así á los abrojos, talas, cortaduras etc. Obstácu
Bsf. 5.a edic. y trascribimos su definición lite los son efectivamente: pero los ingenieros, tribu
ral, por si algún militar (que no escreiblej qui nal de alzada en el asunto, comprenden esos
siese usarla. «Falsa narración de un hecho que obstáculos bajo el nombre propio y técnico de
se dice al superior, para sacar ó conseguir de él defensas accesorias [V. c. v.l En latin obstaculwn.
algún rescripto, empleo ó dignidad, que, si no se OBTURADOR. Aunque es prematuro, en
dijese, serviría de impedimento á su logro» De 1867, querer fijar el tecnicismo de las nuevas
cididamente esto se refiere á tiempos que no armas de fuego de retrocarga ó que se cargan pol
eran los nuestros. la recámara, esta voz prevalecerá, porque está
OBREROS. Dice Tito Limo (lib. I,: Addiíae tomada de la química y de la medicina, para
huir classi duae fabrum cenluriae, quae sitie ar- expresar, en general, todo aparato ó medio des
mis slipemlia facerenl datum munus ut machinas tinado á impedir el escape de gases, primera
in bello fetrent. De donde Maizehot y los erudi condición á que ha de satisfacer el mecanismo.
tos toman, para llevar el origen del obrero basta Obturare, en latin, cerrar, tapar.
Servio Tulio. Podrá ser anterior quizá: pero, ri OBUS. OBUSERO. Hablar en 1867 de obu-
gorosamente, donde no hubiese máquinas (V. e. ses es casi como hablar de lombardas y cerbata
v.) ninguna falta hacían los obreros. Yegecio nas; mas como este libro pica de histórico, con
(lib. i. cap. 2) habla de un prefectus, magister vendrá algún apunte. Es voz francesa, derivada
fabrum, jefe, comandante de artífices, maqui del alemán haubitz o del ingles howitz. Al prin
nistas. Tero si de aquí arrancan los obreros ¿.de cipio confundieron los franceses obús y obusier:
dónde entonces los artilleros é ingenieros? En pero luego quedó la primera voz para la granada
tiempos bien antiguos hemos tenido Azadonf.ro, y la segunda para la pieza. El obús es moderna
üastador (Y. e. v.) que tampoco pueden enla variedad de pieza de artillería. Especie de cañón
zarse con el moderno obrero. Dejándose de eru corto, respecto á su calibre, de forma exterior
diciones, este tiene origen bien reciente, como muy varia, que se coloca sobre cureña ó mon
que la Administración militas montó los suyos taje de ruedas, se carga con granada ó METIALA,
en 1861 y los Ingeniemos algo después, para ser y por cscepeion con bala, y se usa para tirar ho-
disucltos en 1866. rizontalmcnte ó Á rebote. Los hay ó había de
OBSERVACION. ;V. Ejercito de observación;. bronce, de hierro; largos y cortos; con recama
La acción de observar, de atisbar, de acechar, ra ó sin ella; de campaña, de grueso calibre y
de reconocer, singularmente en el servicio de de costa. Los calibres de los obuses terrestres
DESCUBIERTA, AVANZADV V FI.4NQUEO. — Lo mismo eran de á 9 largos y cortos; de á 7 largos; de á
que observancia.—Observancia. Indudablemen 6 \\2 ídem; de á o idem; de á 5 cortos ó de á lo
te expresa mejor que observación el cumpli mo. Las partes principales del obús son: alma ó
miento exacto, puntual de órdenes, reglamentos ánima, asas, muñones, fogón, papo de paloma,
y leyes.—Observar. Tiene, militarmente, el do botón, culata, recámara, refuerzo, tiro ó volada.
ble sentido de reconocer y de cumplir.—Las tres En la batalla de Neerwinden (1693; figuran
palabras son latinas: obserratio, observanlia, ob obuses; pero la primera fundición de estas piezas,
servare. en Francia, no pasó de 1710, y la «introducción»
OBSIDION. OBSIDIONAI Palabra latina, definitiva en 1771, según Luis Napoleos. La
obsidio, nunca usada en castellano, pero que ha artillería DE montaña adoptó con preferencia los
producido el adjetivo obsidional, para expresar obuses. Entre las continuas innovaciones del dia
lo referente al sitio de una plaza, especialmente [1867, predomina para artillería de costa y de
con las voces corona y moneda. No es fácil deter. marina el obús de hierro, llamado también cañón
minar la verdadera acepción que los romanos da obusero, cañón bombero, de innumerables forma*
ban á obsidio, obsidionis, es decir, si era sitio, y calibres. Los largos de hierro de 9 y 7 pulgadas
cerco ó bloqueo; pero es visible que ella produjo son los más comunes para costa. La marina los
asedio en castellano, y en italiano atsedio, asseg- tiene generalmente que tiran granada, ó mas
ijio; tal vez el siéye y assesiéi/er de los france bien bala hueca, esto es. granuda de paredes
OCRE - 829 - OF1G
reforzadas que no estalla. Los calibres son muy OFENSIVA. Este derivado de ofensa, no só
varios; pero los de reglamento, en 1867, creemos lo es técnico, sino que se usa como adjetivo en
que son de 68 y 3¿. marcha y operación ofensiva, y como sustantivo,
OCREAS. «Calzado de los primitivos esparto- tomar la ofensiva. Algunas de las importantes
Ies, formado de un tejido de cerda que, á mane consideraciones que esta voz sugiere, se agru
ra de botín ó abarca, les cubría parte de la pan en el art. Guerra.
pierna». Esto dice Clonabd con su laudable pa OFICIAL. Esta voz del bajo latín, o/jícium,
triotismo; pero, desde Homero hasta Vegecio» nació en la edad media, como nombre genérico y
ocreas ha sido el nombre «constante» de la par apelativo de todo el que ejercía un cargo públi
le de armadura que defendía la tibia, la parte de co ó palaciego. «Oficio tanto quiere decir como
la pierna desde la rodilla al empeine del pié y servicio señalado, en que home es puesto para
que muy posteriormente se llamó espinillera, servir al rey ó al común de alguna cibdad ó vi
casillera. (V. Armadura). El ocreas, natural lla: et de oficiales son dos maneras, los unos
mente, en su origen seria de cuero, aunque des que sirven en casa del rey et los otros defuera».
de la más remota antigüedad se especifica que [Ley I. til. 9. Part i). ¿Definiremos al oficial?...
era de bronce. Según Tito Livio y Poliuio, se lle Para qué? Definido está, en todos sus grados,
vaba en ambas piernas; pero Vegecio dice expre desde Alférez á General. Podría hacerse un es
samente ;lib. 10, cap. 20' que sólo cubría la tudio fisiológico, ó también una homilía, un
pierna derecha, que es efectivamente la que se sermón, un panegírico De fijo seria malo, y
adelanta en la esgrima ó combate al arma blanca. por ende no leído. Por eso hemos tomado otro
Los latinos de ocrea hacían el adjetivo ocreatus. sesgo, sembrando, como al descuido, por todo
OCUPACION. «Ocupar militarmente un el libro palabras, que si realmente no son mili
país» es acantonar en él las tropas con la dispo tares, pueden recordar y a\ivar cualidades ó
sición ó dislocación (V. e. v.) conveniente para virtudes recomendables en el hombre, mucho
dominar y refrenar la población; para extraer más en el hombre de guerra, aun más en el ofi
de ella el máximo de recursos, y generalmcnte cial que los manda. Por ejemplo: Abnegación,
fuertes contribuciones de guerra. Ocupar, en ge Actividad, Adhesión, Afabilidad, Abrojo, Bravu
neral, es apoderarse de una fortaleza ó posición, ra, Brío, Carácter, Circunspección, Constancia,
mas bien por INDUSTRIA (V. e. V.) que por fuerza. Crítica, Destreza, Dignidad, (V. de paso Doctri
—Voz puramente latina, oceupatio. na y Dogma) Energía, Entereza, Entusiasmo, Ex
OCHETE. El alma ó cuerpo sólido que, colo pedición, Esperiencia, Habilidad, Honra, Honor,
cado dentro del molde de los proyectiles huecos, Obediencia, Ojeada, Presencia de ánimo, Pundo
produce el hueco en que se pone la carga. nor, Puntualidad, Tacto, Valor. —Respecto á los
«defectos» de que debe huir, también hay algu
ODRE. Se pretende que los "primitivos» sol nos entreverados ó escondidos. Se recuerdan co
dados españoles no marchabau á la guerra sin mo de costumbre, algunos de los muchos adje
un pellejo, como prenda de equipo, por lo que tivos, epítetos y calificativos del oficial, que, con
nos cuentan, bien escaso en general. Inflado el más ó menos latitud, se definen en su respecti
pellejo y puesta dentro la ropa, el soldado colo vo lugar alfabético. Oficial agregado, (de) alma
caba encima su escudo, y tendido sobre él pasa cén, arrestado, aventurero, cajero, colocado,
ba á lióte los ríos individualmente. La abundan conceptuado, en comisión activa, comisionado,
cia de aguas en España seria entonces excesiva, de; confianza, degradado, depuesto, despedido,
para exigir tal y lan embarazosa precaución, en destituido, empleado, encausado, efectivo, exce
soldados generalmente ensalzados por modelos dente, excluido, (en) expectación de licencia, ó
de agilidad y dureza. De todos modos he aquí retiro, facultativo, (de) fila, (de) fortuna, gene
los textos: «Hispani sine ulta mole in utres vesti- ral, habilitado, ilimitado, impurificado, (con)
mentis confeclis, ipsi contris super/wsitis mcm- licencia, licenciado, mayor (de alabarderos, me
Itanles ¡lumen trasnataremntt . (Tito Limo. lib.
nor), particular, |iostergado, prisionero, priva
21. cap. 27J. «Consuetudo omnium est tit sine
do de empleo, procesado, purificando, purifica
utribi'9 ad exercilum noneant». ¡César. De bello
do, (de) plana mayor, de) reemplazo, reforma
civili. lib. I, cap. 22, núm. 48). do, retirado, rígido, separado, subalterno, (de)
OFENSA. Aunque lo parezca, esta voz no es servicio, suelto, sumariado, supernumerario,
técnica, ni siquiera militar. Al enemigo no se le suspenso, transeúnte, vivo.
«ofende»: se le acomete, ataca, acosa, etc. Na
die dice ofensa y defensa, sino ataque y defensa. OFICIALIDAD. El conjunto de oficiales de
OFIC — 830 — OLLA
una unidad orgánica, regimiento ó cuerpo; de ber orientarse; valuar con la posible exactitud
una agrupación temporal, como guarnición, bri las distancias; formarse idea al primer vistazo de
gada.—Oficialmente. Aunque asi se hace ludo en la estructura, naturaleza y forma del terreno;
la milicia, se usa por contrario a confidencial ó de sus desniveles y dominaciones; del carácter de
verbalmentk. —Oficiar. Escribir y dirigir oficios. su relieve; de la disposición de sus cordilleras,
OFICINA. Entre militares sólo se designan contrafuertes, bosques y corrientes de agua; dis
asi la de los jefes de cuerpo y las generales de cernir, con fundada apreciación, los puntos im
Administración. No se llaman así, aunque lo sean, portantes de ataque y defensa, débiles ó fuertes
las Direcciones, el Estado Mayor, el Ministerio. de una posición, de un campo, de un orden de ba
—Oficinista. (V. Administración). talla; calcular el desarrollo, el espacio que ocu
pan Ws tropas, los caballos, los carruajes, en
OFICIO. «Las oficinas de Hacienda, se cono batalla, en columna, en sus diversas posiciones
cían por el nombre de oficios del sueldo: Y al tácticas; y utilizar, por último, estos varios da
intendente de Exército y Provincia, ó Reino se tos con sangre fria y presencia de ánimo, para
le daba el nombre de Veedor General». (Prado y los fines más conducentes á la victoria, ó á su
Rozas. 1755, pag 102).—Hoy oficio es el escrito peculiar servicio, ó á la comisión especial que al
en papel de cuartilla á media márgen. — Por más oficial se le encargue. Repetimos que este don
que digan, la carrera, la profesión militar nun precioso de apreciación y oportunidad, no lo re
ca puede descender a oficio, en el sentido ma parte pródigamente la naturaleza; pero puede
nual y restringido que en el dia tiene esta pa alcanzarse «artificialmente» por el estudio ob
labra. servador y comparativo de las distancias, de las
OIDO. Es más común aplicar esta voz á las varias formas del terreno, y de la índole y ma
armas portátiles ó manuales, dejando fogón (V. niobras de las diferentes armas, sueltas y combi
e. v.) para piezas de artillería. nadas. —A ojo es modo adverbial para indicar
OJALADURA. En los uniformes del siglo pa que se levantan planos topográficos sin los ins
sado y principios del presente, se adornaban los trumentos adecuados (V. Topografía) y que en
ojales con bordados y galones vistosos. (V. Ala- general se «calcula» sin suficientes datos ó ele
marón, Braniiebuiigo). mentos.—En la carrera militar, unas veces hay
que «abrir el ojo», estar advertido, alerta, aper
OJALATERO. Apodo celebre en el campo cibido: otras, «cerrar los ojos», obedecer ciega
carlista durante la guerra civil dinástica de 1833 mente, arrojarse con temeridad. —En topogra
al 40. Se atribuye su invención al oficial Don fía, ojos son las aberturas, á la superficie de la
Carlos O'Donnell, que exhaló asi su mal humor tierra, en que se descubren aguas que forman
contra los ociosos y cortesanos de la ambulante surtidores naturales, como los Ojos de Guadiana;
corte, que siempre tenían en los labios la criti y se entienden con esta voz las corrientes sub
ca, empezando con la interjecion ¡ojalá! El terráneas de algunos ríos que se ocultan á la
apodo hizo fortuna: y posteriormente tomo un vista por algún trecho. En Galicia se llaman ullos,
grado de seriedad cruel, designando en masa al y en Cataluña tilláis, que ambos significan lo
partido que preparó ó determinó la conclusión mismo. (Dice. Acad. Hist.).—El manantial de
de ta guerra. Por estos recuerdos, la palabra de- corto cauda1 que nace en un terreno algo llano.
sifcua á todo el que se contenta con «desear» el —El arco de la puente por donde pasa el agua.
logro de una empresa, sin «ayudar» ni tomar ¡Dice. Acad. Esp.)
parte en ella. No ha muchos años, una autori
OJEAR. Esta voz, como otras muchas vena
dad civil apostrofaba en un bando con esle epí
torias, pasó de la caza á la guerra, en el sentido
teto á algunos conspiradores, que ayudaban
de acorralar en pequeño, espantar, ahuyentar.
«desde su casa» con la mencionada interjecion
desanidar facciones, partidas sueltas.
á sus arrojados compañeros que se batían en el
campo. Excusado es decir que en la carrera mi OJIVAL. Adjetivo, tomado de la arquitectu
litar, donde lodo es acción, no puede, ó mejor ra gótica, que hoy se aplica á los modernos pro
no debe existir un ojálatelo. yectiles, para distinguirlos de los esféricos an
OJEADA. OJO. Por ojeada militar se entien tiguos.
de un don de la naturaleza, que puede sin em OLIVA. Ya se sabe que es emblema y sím
bargo suplirse \ perfeccionarse con el arte y el bolo de paz; por consiguiente opuesto al laurel.
ejercicio. Consiste principalmente en darse cuen OLLA. La de rancho, de hierro u hoja de la-
ta exacta y pronta de lo que á uuo le rodea; sa la de varias formas. —Olla en un rio es la hoya
OMBL - su - OPER
ó el hoyo formado en el lecho, que produce re milicia romana [Ditcip. mil. fól. 43) dice: «Op
molinos en la corriente. —Ollero. Pieza de uten ciones, los que tenían cuydado de recorrer los
silio destinada á la conducción de las ollas ó esquadrones y dar remedio á los que adolecían
marmitas de rancho. , ó desmayauan».
OMBLIGO. Así se llamaba en la táctica grie OPERACION. «Voz de conjunto y exclusiva
ga la gran abertura ó espacio que quedaba en mente de guerra, que comprende las marchas,
el centro de la falange. (C. Nisas. Hist. mil. T. I, campamentos, maniobras, expediciones, comba
pág. .r».r>9) .—Y también la parte céntrica del an tes y sitios, dirigidos á conseguir el fin de una
tiguo escudo. Su etimología es del latin umbo, campaña, el objeto de un plan estratégico preexis
umbilicus, que á su vez se deriva del griego. Du- tente. Una guerra puede componerse de varias
Cange dice que esta parte prominente se llamó campañas, y basta en distintos te\tros ó comar
mas tarde buccula, diminutivo de bucea, boca. cas: y como el esfuerzo espiritual y corporal del
hombre tiene limites que impiden una tensión
OMBRÍA. Más común, umbría. El paraje en continua, en todo, inclusa la guerra, procede
las montañas, donde pocas veces da el sol, y casi
por partes, para que puedan interpolarse perío
siempre está en sombra. Lo opuesto á solana.
dos de reposo con los de actividad y acción. No
Del latin timbra, sombra.
sólo entre cada campaña, sino entre cada una de
ONAGRO. La voz onagro, en latin onatfer, sus operaciones eslabonadas, media, por acuer
onagrus, viene del griego y significa asno bra do tácito ó expreso, un periodo más ó menos
vio. Los eruditos púdicos dicen que se dió este largo de descanso y preparación. Si fuera lícito
nombre á la m íquina antigua (V. e. v.) que lo comparar la guerra á un libro, en ella serian los
lleva, por la semejanza con que el asno despide 1 capítulos" campañas y los párrafos operaciones.
piedras «con las coces»: otros, más descarados, La distinción admitida de estas en primarias ó
buscan otra «semejanza». Admitida esta última, principales y secundarias ó subordinadas, pare
fácil es concebir el juego de la máquina, que ar ce sutil ó por lo menos innecesaria. En la guerra
rojaba medras con una cuchara ó palanca por no deberia haber nada secundario, ni áun de
torsión. Mas no todos opinan lo mismo. Por nombre». [Guia del Ofic. en camp.). Admitido
ejemplo, dice Jarro que eran del género balista, que sea. también algún «definidor» encontrará
y Grassi del catapulta. Vegf.cio, como si onagro y algo «terciario» y, puestos en la pendiente de
balista fuesen dos cosas distintas. Ammiano Mar- las clasificaciones, se podria rodar más de lo con
cf.lino, en un pasaje oscuro, que Folard intenta veniente. Para el pobre centinela, rendido por
en vano esclarecer, afirma primero que se llamó el hambre, la fatiga y el temporal, es operación
escorpión y que tiraba pardos y piedras. Vegecio, primaria, y muy primaria puesto que le va la ca
al revés, distingue entre los dos, aunque hay beza, no dejarse vencer por el sueño: mientras
cierta analogía. Hubo onagros rodados con las que para el general en jefe es venial y secunda
legiones y fijos en baterías. Léase el art. Maqui rio mermar unos cuantos batallones para tomar
nas antiguas. una altura que, después de ocupada, para nada
ONDEAR. «Hacer ondas el agua impelida le sirve. En la larga y fuertemente eslabonada
por el aire». (Dice. Acad. í>). También se usa cadena de un ejército dk operaciones, cada ani
respecto á banderas y pendones. Del latin iinrla, llo tiene un empleo, para él primario siempre; y
ola, agua. es muchas veces imposible, algunas peligroso, y
ONDULADO. Aunque no lo trae la Academia, casi siempre «inútil» entrar en ciertas clasifi
es usual este adjetivo, aplicado al terreno que caciones.
no puede decirse rigorosamente llano, pero que Línea de operaciones es en estrategia la que
tampoco llega á montuoso (V, e. v.). Ondulacio une la base con el objetivo. Los autores se ex
nes, en topografía, son ligeros y suaves «movi tienden largamente en consideraciones, que po
mientos» del terreno con chatas colinas.— En drían abreviarse sin menoscabo de la doctrina_
táctica, son serpenteos, curvaturas, irregulari Es evidente que enórden paralelo/) de equilibrio
dades de una línea de tropas algo extensa. del frente propio con el contrario, la lInea ó lí
neas de operaciones, esto es, el avance contra el
OPCION. Nombre que en la milicia romana enemigo será en sentido perpendicular, en el
tenia el teniente ó segundo del centurión. Esto mismo en que él nos saldrá al encuentro; pero
dicen varios autores, entreellos Tito Livio, Festo, si, por movimientos preparatorios estratégicos ó
Vegecio.—Don Sancho de Londoño, en la enume estratagémicos, el enemigo acude á puntos de
ración y definición de los grados y oficios de la su base falsamente amagados, y nosotros, con
OPEFt — S32 - OPIN
centrados rápidamente, nos llegamos á interpo manente por su situación, y por sus relacione»
ner entre sus fracciones, la línea, sobre la cual con la configuración del pais, como las lineas
marchemos, será interior y única; al paso que del Danubio, etc. Pero se llaman también línf.as
las suyas serán exteriores y dobles ó múltiples estratégicas todas las comunicaciones que condu
respecto de las nuestras. Líneas convergentes, ó cen, por la vía más directa ó ventajosa, de un
concurrentes, ú oblicuas (malamente llamadas punto importante á otro: asi como del frente
concéntricas para el que sepa geometría), son estratégico del ejército á todos los puntos objeti
las que recorren los cuerpos ó fracciones de un vos que se proponga ocupar».
ejército, para todo movimiento de concentración «Se comprende desde luego que todo teatro
sobre un solo punto, y divergentes lasque sigue de guerra está surcado de semejantes lineas: pe
en el movimiento inverso de diseminación. Ex ro las que se quieren recorrer con un fin deter
céntricas son aquellas muy divergentes, que for minado, son las que tienen solamente una im
man ángulo muy abierto con la perpendicular al portancia real á lo ménos por el tiempo de aquel
frente, hasta el extremo de salirse de él. Un objeto. Este hecho bastará para que se compren
cuerpo destacado para hacer pinta ó diversión, da la gran diferencia que hay entre la línea ge
marcha sobre linea excéntrica, y cuanto más neral de operaciones, adoptada para toda una
mejor, para que la ignore el enemigo. Largas, campaña, y estas líneas estratégicas eventuales.
extensas, profundas son las que «penetran» á tan variables como las operaciones de los ejér
grandes distancias en territorio enemigo: estas citos >
son el sueño dorado de los estrategist.vs napo «Se puede afirmar, sin que se me critique de
leónicos, de los batallistas decisivos, de los afi que confundo las palabras, que todas las defini
cionados al envite, aunque salga una catástrofe. ciones dadas en el artículo precedente para las
Los historiadores franceses nunca dejan de men líneas de operaciones, se reproducen por necesi
cionar que el decreto imperial «arreglando el dad para las estratégicas; asi como las máximas
teatro francés de París» lleva la fecha de Moscou que de ellas se derivan». (Id. ibid. pág. 270).
i812. Para todo hay consuelo. (V. Estrategia!.
Cuando se cambia ó modifica el plan primi
tivo, hay también lineas provisionales, acciden OPIN ADOR. Moretti dice, y los otros diccio
narios copian, que era en la milicia romana ofi
tales, eventuales: y, según su importancia, lo
cial subalterno, encargado de hacer cumplir las
man nombres de primarias, secundarias. Jomini,
no sabiendo ya que inventar, se empeñó en dis contratas de suministros para las legiones. Como
no hemos visto el vocablo en otra parte, quede
tinguir las lineas territoriales de las líneas de
á beneficio de inventario.
maniobra: pero ante las razones de los críticos,
bajó la cabeza y renunció en su Compendio (Ca OPINION PÚBLICA. Entrelas variasextra-
pítulo 3, art. 21, pág. 21 0} con estas palabras: ñezas que ha de causar este libro, no será de se
«Con todo eso, como muchos militares en lugar guro la menor este artículo asi encabezado, cu
de dedicarse á comprender el sentido figurado ya conexión sin embargo con el Arte militar
que encierra, han encontrado más facilidad en es intima y antigua, por más que algunos finjan
oponerme la verdad trivial de que una linca no desconocerla. Una fuerza, más expansiva que las
puede ser una maniobra, abandono sin dificul de la pólvora y del vapor, acostumbrada en
tad esta denominación convencional, para no nuestros dias á barrer tronos y nacionalidades,
darla en lo sucesivo sinoá las lineas estratégicas puede también barrer ejércitos; y no es cordu
instantáneas (sic) que á menudo se adoptan para ra dejar que ella y estos anden por mucho tiem
una maniobra pasajera: lineas que es necesario po divorciados, á riesgo de que en un dia de
no confundir con la «verdadera de operaciones», conflicto sean más duros y prolongados los sa
que formará el asunto del artículo 22». cudimientos. Veamos, pues, si en el terreno
Y en efecto, dicho capítulo que lleva por «científico y neutral» de este diccionario pueden
epígrafe: De las líneas estratégicas, empieza: aproximarse y entenderse el ejército y la opinión
■•En los artículos 19 y 21 hemos hecho mención pública.
de lineas estratégicas de maniobras, que difieren En el desarrollo visible de la organitacion
esencialmente de las de operaciones: no será social de nuestro país, el deber de todo publi
inútil, porque muchos militares las confunden cista bien intencionado es trazar y abrir breves
con frecuencia». «Las líneas estratégicas son de y cómodos caminos á la inteligencia, para que
muchas especies. No tenemos que ocuparnos de en todos sentidos cruce el ancho campo del sa
las que tienen una impi>'', incia general y per ber, hoy que la civilización nos lo ofrece abierto
OPIN - 833 - OPIN
en dilatados horizontes, para siempre demolidos ropea una de esas nubes preñadas de tempesta
los muros y barreras con que antes lo acotaban des que encapota el ciclo, casi siempre azul, de
el exclusivismo y la rutina, hijos legítimos del los pueblos modernos, España—pueblo y gobier
interés y de la ignorancia. La ocasión es opor no—pierde su asiento magestuoso y el reposado
tuna. España ha tomado resueltamente su pues continente que tanlo se aviene con su carácter
to y su actitud ante la moderna Europa, que, al y tradiciones: se lanza al foro con la túnica des
seguir con ojos atónitos las varias é imprevistas ceñida y la voz ronca; no sabemos si siente ó
peripecias de su trabajosa reconstitución, adqui vocifera, si sufre efectivamente ó si declama; y
rió la convicción de que no se habían estirpado al querer recoger el sentido de los lamentos que
los antiguos gérmenes de exuberante vitalidad exhala por las mil y mil trompetas de publici
por lo que, como la experiencia lo muestra, ha dad, hay que taparse los oidos para no ensorde
bían de retoñar con nuevo vigor al primer soplo cer con tantas bravatas, peticiones, amenazas,
del aura vivificante de la paz, á la primera fór seguridades, lamentaciones, proyectos y disla
mula de gobierno que acertase á mantener en tes. Si se va á las oficinas del Gobierno, se en
equilibrio las encontradas fuerzas de los partidos contrará acaso el enunciado del problema, pero
políticos. Asi efectivamente ha sucedido; y Es no la menor tentativa de solución: si se busca
paña, copiando con más ó menos fortuna los en las tribunas del parlamento, allí secncontra-
aciertos y los extravíos de otras naciones, puede rá lanías como individuos lo componen; si se
decirse que ya tiene jalonado su camino, inicia desciende á las columnas de los periódicos, ha
da su marcha y visible, aún para los más ex llaremos tantas contradicciones como párrafos, y
cépticos, un rosado y glorioso porvenir. Porque si de allí se baja á los corrillos, daremos por
es locura sostener que las oscilaciones que se averiguado que España en conjunto no tiene
sienten, y se sentirán más tarde todavía, pro criterio en materias de política interior ni exte
vengan de terremotos pasados, pudicndo ser, co rior, por más que á cada español le sobren tres
mo son, arranques impacientes de la nueva ge ó cuatro opiniones inconciliables, que conser
neración que avanca con ímpetu irreflexivo y va libremente para su uso particular.
choca involuntariamente con la pesada retaguar En tan discordante clamoreo, el alzar la voz
dia de los veteranos ya cansados que nos pre para hacerse oir sólo consigue aumentar la con
ceden. fusión y el tumulto: es pues preferible, y más
Pero, si bien es cierto que España avanza, y conforme á la modestia, dirigirse en voz baja y
con paso más que acelerado, por el camino de parcialmente á la masa de hombres sensatos,
la prosperidad material y de la civilización, tam que, más por curiosidad que por interés ni por
poco debe ocultarse que se percibe en esa mar pasión, se agolpan á ver el espectáculo de los
cha algo de inseguro y vertiginoso, si así puede vocingleros, confundiéndose inocentemente con
decirse, que, no procediendo de la excesiva ve ellos.
locidad, infunde en los ánimos débiles terrores Podría suponerse que el hábito del libre exá-
vagos, desconfianza y desaliento. Y realmente men, contraído en la práctica de la vida social
hay algo de eso: si detenidamente se analiza en moderna, es el más poderoso obstáculo á la uni
el crisol de la imparcialidad el múltiple conjun dad de miras, á la homogeneidad de sentimien
to de nuestra vida como nación, se encontrará tos, y ú la marcha concorde y calculada de una
con sorpresa que falta por ahora el principal gran nación, en presencia de eventualidades mi
elemento de conexión y de fuerza, la materia litares que la tocan por entero, amenazando su
envolvente que presta trabazón y dureza, la li tranquilidad ó su independencia. Pero á tal ar
ga, el lazo de las discordantes opiniones de la gumento se contesta presentando ei ejemplo vivo
muchedumbre; el focus que las concentre, la de la libre Inglaterra, que hace y ha hecho fre
fórmula concreta que las exprese. cuente abuso de su facultad de pensar y decir
Fuerza es confesarlo: la España constitucio en sus asuntos domésticos, y en los que no lo
nal no tiene todaxía lo que se llama «opinión son; pero que al surgir una cuestión grave, que
pública» en los países constitucionales, cuyo le interesa y conmueve como nación y potencia
mecanismo pretende imitar. Sea que circuns militar, presenta instintivamente ante los ojos y
tancias puramente locales se opongan; sea que los oidos ya conocedores de sus hábiles gober
tan precioso adelanto sólo pueda obtenerse como nantes, una fórmula no escrita, un grito uniso
premio de nuevos esfuerzos y mayores pruebas, no, que más bien resuena en la región del sen
el hecho es desgraciadamente inconcuso. En timiento que en la del cálculo, que sirve de
cuanto aparece en el horizonte de la política eu alerta sí no hay vigilancia en la esfera del gobier
106
OPIN _ 834 - OPIN
no, de reprobación si no hay acierto, de estímulo vez acostumbrados en la oscuridad ó en la pe
y de recompensa al patriotismo ayudado por el numbra á seguir objetos microscópicos de pe
talento y la fortuna. quenez en giros impensados y tortuosos, temen
Inútil es buscar, para copiarla, la expresión cegar de pronto al sufrir la pasajera y desagra
gráfica y puramente material de ese fenómeno dable ofuscación de una luz solar, que al prin
imponente llamado «opinión pública»: como to cipio insorportable por lo viva, se va luego ad
das las grandes fuerzas de la naturaleza, la elec mirando por lo esplendente y germinadora.
tricidad por ejemplo, asi la opinión en el órden Todo esto en verdad desanima y desconsue
moral se presenta incorpórea, pero invade, pe la. Pero ¿no hay sobre la voluntad de algunos
netra y avasalla los espíritus, dándoles el tem hombres, por tenaces que sean, otra voluntad
ple heróico y perseverante con que se llevan á superior, que en el momento más imprevisto
cabo los grandes hechos. deshace en polvo los alcázares más imponentes
Así pues, los hábitos de discusión, la libertad de la arrogancia y del orgullo? ¿Qué nación, qué
del pensamiento y esa misma altivez individual individuo no pasa por dias de abatimiento, pre
¡cuya adusta esquivez nos censuran, quizá con cursores y como forjadores silenciosos de otros
rnzon, los extranjeros) son elementos que, si nuevos do emprendedora energía? ¿Qué es lo
bien á primera vista divergentes, concurren á que hay de eterno, ni de duradero sobre la tier
la manifestación solemne y espontánea de la opi ra? ¡Fuera, pues, la estéril desconfianza, la in
nión pública, única y verdadera reina de las diferencia, el fatalismo!
modernas sociedades. El juego, no muy corrien Dados por vencidos ciertos obstáculos de pu
te ni concertado en verdad, de nuestras insti ra actualidad; adelantando nuestra esperanza á
tuciones políticas, ha causado con sus continuos mejores tiempos ó mejores gobiernos, cúmple
sobresaltos y tropezones tal inquietud y tan fre" nos señalar todavía alguno de los varios escollos,
cuentes alternativas de fogosidad y de indiferen con que puede tropezar en su marcha esa mis
cia ó laxitud, que puede recelarse si se habrá ma opinión pública, en el primer período, que
perdido en la masa general la fuerza de resollé esperamos, de su naciente desarrollo. Los lími
necesaria y la aplicación de espíritu indispensa tes de nuestros artículos no nos permiten abar
ble para juzgar y apreciar hechos complejos ó car grande conjunto de ideas, y teniendo que
transcendentales, y para manifestar luego con dispersarlas en otros muchos, encerremos en
tranquila mesura el resultado de la apreciación. este una sola y concreta, cuya oportunidad es
En puridad: de tal manera hemos llegado á indisputable. Nos referimos á la apreciación por
bastardear y empequeñecer la política á fuerza el criterio públice de los asuntos exclusivamen
de personalizarla, que ni en las funciones de' te militares
poder ejecutivo, ni en las de los cuerpos consul- En tiempos pasados hubiera sido intempes
livos y legisladores, puede la vista más perspi tivo y aventurado sentar, como sentamos hoy,
caz distinguir otros resortes que los del cabildeo por principio que «todo ciudadano, educado pa
y pandillaje: las eminencias políticas hacen dia ra la vida pública, puede y debe entender algo
riamente alarde de lo que en el hombre privado en asuntos de guerra y de milicia».
se mira como un defecto, la inconsecuencia: allí Dada en su lugar conveniente la exacta
se proclama el derecho de insurrección militar, definición de estas dos últimas palabras, sinóni
siempre que el éxito lo sancione; aquí se ame mas sólo en apariencia, nos concretaremos á sos
naza sordamente con intentonas catilinarias; allá tener el principio expuesto, valíéndonosde sim
se confia en el ejército: acullá se le abomina y ples razones de analogía. Desde luego, compren
se le irrita con proyectos de extinción, como el der, entender, tener conocimiento de un arte
imprevisor marino que arroja el último lastre en dista mucho de cultivarlo, ejercerlo, practicarlo.
deshecha tempestad. El hombre en su juventud escoge un oficio ó
Verdaderamente, repetimos, no son los mo carrera, á la cual dedica las primicias de su
mentos actuales (1867} los que parecen más pro vida y sigue luego consagrando la fuerza princi
picios para la creación, ó más bien para la ma pal de su voluntad y de su talento; por esta car
nifestación clara, noble y espontánea de esa opi rera busca medro, gloría, descanso; pero la «ap
nión publica, cuyo advenimiento deseamos, como titud legal» que el hombre adquiere en un ramo
una aurora de tranquilo resplandor, que alum del saber ó del servicio social ¿anula las otras
brará grandezas, hasta hoy desconocidas por el aptitudes ó aficiones, contradictorias muchas
país mismo que las encierra en su seno. Los veces, que lodo espíritu aplicado puede muy
ojos del espíritu, asi como los del cuerpo, una bien reunir, sin salir por eso de la medianía? Al
OPIN - 838 - OPIN
dejar la universidad ó la academia ¿queda el da de su alto tecnicismo y puesta al alcance de
hombre trasformado en tarro de botica sin poder todas las inteligencias y de todos los bolsillos.—
contener más que lo que el rótulo señala? Por En España no sólo se siente esta necesidad, sino
otra parte, la educación algo enciclopédica de que ya se la satisface y por todos los poros del
nuestros tiempos, no sólo tolera, sino que pres cuerpo social principia á filtrarse el bálsamo de
cribe cierta universalidad de conocimientos in la ilustración.
dispensables para el simple trato social: aunque Preciso ha sido levantar este alto parapeto
haya algo en esto de «erudición á la violeta», de razones, para resguardar detrás de él el prin
fuerza es confesar que hay mucho de «civiliza cipio que ántes hemos sentado, sobre la conve
ción». Los conocimientos hoy dia populares, por niencia de enlazar los varios servicios del estado,
someros que sean, de ciencias exactas y físicas, de propagar y generalizar ciertos conocimientos
de administración, de derecho, de economía, de militares, como complemento de ilustración, co ■
higiene ¿no son los que dan á nuestra sociedad mo elemento integral de opinión pública, como
el carácter, ó si se quiere, el barniz que la hace prenda de acierto en la solución de los más ter
distinguirse de sus antecesoras? ¿Qué hombre ribles problemas de la humanidad, como garan
decente en el dia no puede tratar de su salud tía de independencia, como luz de la historia,
con el médico y de sus asuntos con el abogado, como aptitud, en fin, para apreciar á priori los
comprendiendo su lenguaje y sus consejos? La hechos, la conducta y los talentos de los hombres
prensa periódica, que no sabemos si es «institu de guerra, á quienes, después de los largos des
ción», pero sí que es una «necesidad» de la vi denes de la paz, siempre hay que acudir en úl
da ¿en qué entiende? en todo. ¿Y esto qué prue tima instancia para que escriban con su espada
ba? aptitud y capacidad universal, no sólo en las sentencias sin apelación que aguardan tem
los que escriben, sino también en los que leen, blando las naciones.
porque si no entendieran, de seguro no leerían. Esta pretensión tiene este libro, y no es por
Para dar más alto relieve á estas razones, ascen cierto exorbitante hacer entrar en la opinión pú
damos respetuosamente hasta los cuerpos con blica, tal como arriba queda definida, una pe
sultivos y legisladores. ¿Hay, ni puede haber queña dósis militar, si así puede decirse, esto
«escuela preparatoria» de Diputados á Córtes? es, una primera afición, sino al estudio, á la lec
¿Podría escribirse el «Manual» del Consejero de tura provechosa, que haga descubrir el atractivo
Estado? Sin embargo se miran, y con razón, las indispensable para cautivar la atención y ejer
funciones más ó menos concertadas de estos citar el juicio. Esto no es querer hacer soldados.
cuerpos colectivos como el ápice de perfección á ni mucho ménos generales.
que puede elevarse la ciencia del gobierno. Esto ¡Cuántas desilusiones, cuántas mortificacio
mismo, aumentando proporcionalmente la esca nes de amor propio, y en nuestros tiempos cuán
la, puede aplicarse á la masa inmensa del públi ta sangre se ahorraría, si la conciencia pública
co ó del pueblo. apreciase en todo su valor el sacrificio inmenso
La ilustración de un país se mide, no sólo de todos los minutos de su vida que el militar
por el número y la calidad de hombres aptos le de profesión hace en aras de la patria!. Si tal
galmente para cada ramo especial de su servi sucediese, se evitaría para lo porvenir la resur
cio, sino también por la atmósfera más ó ménos rección de instituciones anómalas que princi
densa de saber que cubre á la parte restante y pian por festivas parodias y acaban en sangrien
siempre mucho más numerosa. Los esfuerzos tos conflictos, y que bajo el insidioso lema de
del legislador filósofo tienden siempre á ha propagar el espíritu militar lo que consiguen es
cer entrar en esta masa del pueblo la mayor envilecerlo y extirparlo. La historia de todas las
cantidad posible de «conocimientos elementa épocas está acorde en demostrar que nunca
les»: de aquí la protección moderna á la primera la milicia nacional se asimila el espíritu militar
y segunda enseñanza, á las escuelas industriales, del ejército; miéntras que éste fácilmente ab
á los manuales, á los catecismos, á los periódicos, sorbe el espíritu anti-mililar de aquella.
como elementos reconocidamente poderosos de Los nacionales rara vez podrán llegar á ser
adelanto, de ilustración, de civilización. Los sa tropa, miéntras que la tropa se convierte fácil
bios más distintinguidos de los países extranje mente en nacionales. —Aunque no fuera más
ros no tienen á méuos publicar, á la par de sus que por esta ventaja , se hace recomendable
voluminosos y profundos escritos que hacen nuestro propósito de generalizar y vulgarizar
avanzar las ciencias, otros pequeños y claros ciertos conocimientos generales y abstractos al
«elementos» de aquella misma ciencia, despoja alcance de todas las inteligencias sobre el arte mi
OPIN - 836 - OPIN
litas y el de la guerra. La empresa tiene dos con dos solamente por reducido numero de milita
diciones de éxito fuciles de combinarse: un poco res, en general facultativos; al paso que la pren
de tino en el escritor y un poco.de atención en sa política, da lectura universal para toda la
el lector. sociedad, inclusos los militares, que leen sus re
Pasaron ya los tiempos en que las ciencias y vistas profesionales y los que no las leen. Pues
las artes se rodeaban del alto muro de la sober bien: si los periódicos técnico-militares modifica
bia, para ocultar y engrandecer con el «misterio» sen un poco su áspera extructura y su descuida
los sencillos resortes de su mecanismo, que no da dicción, haciéndose legiDles á cuantos tienen
pueden ser nunca otros sino el estudio y la per su juicio ejercitado en otras materias ; y si los
severancia; desapareció el monopolio con los gre diarios políticos á su vez previniesen á sus redac
mios y sociedades de protección mutua ; abierto tores especiales de artículos sobre milicia ó guer
á todos hoy el vasto templo, cada uno hace sus vo ra (casi siempre militares de profesión) que
tos ante el altar que quiere escoger, sin más ritos escatimasen lo posible las voces altisonantes de
ni ceremonias que el propósito de cumplir y la una tecnología innecesaria, acompañando las
promesa de trabajar. ¿Qué perdería con esool Es puramente indispensables con un circunloquio
tado Militar? ¿Que la juventud, como más impre ó sucinta definición que las explique ¿no es de
sionable, fascinada por la perspectiva de gloria se presumir que en corto plazo, al entrar esas opa-
agolpase entusiasmada á las filas del ejército'? En labras» en circulación, por el valor real que tie
horabuena seria; y el ejército debería felicitarse nen, entrarían también las «ideas» que ellas
el dia en que jurasen sus banderas reclutas espon expresan, y los «principios» que con ellas se
táneos, con criterio y reflexión para comprender sostienen, rodeados de sencillez, de claridad y
lo estrecho y solemne del juramento. Si los hom de precisión"? Déjese enhorabuena en la parte
bres maduros, ah'liados ya en otras carreras, lle consagrada á sueltos y telegramas la holgura ne
gasen á juzgar con datosy aciertos de la militar cesaria para que jueguen en el acto la curiosi
¿no vale más qué juzgarla sin ellos'? No tengamos dad, el capricho y la murmuración: la impor
recelo los militares: por mucho que se extiendan tancia de esta sección en todo periódico ya se
la afición y el conocimiento de las bellas artes, no sabe que prevalece por ménos tiempo aún, que
perderán la ganancia los pintores y arquitectos; el invertido por la mentira en correr el alambre:
cuanto más avance en el pueblo la predisposi pero en los artículos llamados «doctrinales», en
ción inteligente álas obras públicas, más brillante los de comentarios de redacción sobre hechos
y provechosa será la carrera de ingeniero civil; y militares averiguados, sobre proyectos del go
todo hombre de bien desea la llegada, prematu bierno, en los que se llaman en la guerra de cor
ramente anunciada por una escuela política, del respondencia del campamento, destinados á ejer
tiempo feliz en que los ciudadanos sin distin cer más decidida y razonada influencia sobre la
ción, al acercarse á las urnas electorales, lleven opinión, parócenos que pudiera ensayarse la re
su derecho fundado exclusivamente en su apti forma estudiando un poco el lenguaje militar-
tud moral para elegir y ser elegidos. í civil que debiera emplearse. Esto en manera al-
Nos hemos detenido en desembarazar mi ! guna embarazaría la marcha peculiar de cada
nuciosamente el terreno de la teoría para este ; diario, ni cambiaría el punto de vista político
pobre libro nuestro, persuadidos de que, si lo que hubiere escogido: léjos de eso, la facilidad
hubiéramos logrado, el resultado en la práctica, misma que el lector encontraría en comprender
más ó ménos lento no se hará esperar. Si por allanaría el camino de la convicción. Pasando
desgracia, nuestro desacierto en la ejecución ha por esta instrucción rudimental é insensible, el
esterilizado la idea, otro con más tino y fortuna lector ávido de profundizar encontraría en los
la hará germinar: porque ella es de suyo fecun periódicos especiales militares, preparados ya á
da y provechosa, y si por medio de libros no es recibirle, el solaz ó el provecho que ahora les
realizable, si es también imposible el periodismo ! está vedado; y estos mismos periódicos, conde
militar (V. este art.í tal como lo comprendemos, nados á las pocas entregas á morir de inanición
debería ensayarse otro procedimiento trivial de á pesar del talento y de la fé de sus redactores,
puro fácil, pero que exige el concurso de más encontrarían quizá, sin buscar precario apoyo
voluntades. Sólo con ponerse en contacto las en reales órdenes, sin apelar á esa mendicidad
publicaciones exclusivamente militares y los que repugna al oficial pundonoroso, en el ensan
diarios políticos se lograría el objeto. Nos funda che solo de su círculo de lectura, la doble re
remos. Las revistas y periódicos científico-mili compensa de honra y provecho que la ■■ambi
tares no son accesibles para un paisano, son leí ción honrada" busca con sus esfuerzos.
OPLI - 8:t? - ÓRDE
OPLITE. Soldado DE preferencia , pesada en orden denso ó cerrado. Pero en Aulo Gelio
mente armado, que formaba en las filas del grue se ve que había alguna distinción entre orbe y
so ó núcleo de la falange macedónica. En Atenas globo: « Vocabula sunt militaría quibus inslructa
cada oplile ú oplita tenia un paje, que le lleva cerlo modo ocies appellari solet. Frons, subsidia,
ba las armas en marcha y que, al entrar en ac cuneus, okbis, globi s, forfex, serra,alce, turris».
ción, se retiraba á retaguardia con el bagaje. —La voz órbita, puramente astronómica, ha pa
Los griegos al principio honraban solo con el sado al lenguaje vulgar, como círculo y esfera
nombre de soldado al oplile. En Esparta, donde [hablando de deberes, funciones, atribuciones.
la cualidad de combatiente en fila era una dig j Conviene, pues, que lodos y cada uno conozcan
nidad y casi una especie de magistratura, cada su órbita respectiva, que debe trazar la Orde
oplite iba seguido de varios ilotas, esclavos ó nanza, para evitar por una parle el descuido, por
emancipados. En la batalla de Platea cada opli otra lo que se ha convenido en llamar «exceso
te tenia hasta siete sirvientes de varias catego de celo», sargenteo, mandonismo. (V. Ceñir).
rías. La paga del oplite estaba en relación con su
importancia. En el sitio de Potidea, en la guerra ORDEN. Esta voz ambigua tiene varios sig
del Peloponeso, los Atenienses llegaron a dar á nificados. En femenino es, según Dice. Acad.,
cada oplite hasta dos draemaí (unos lo reales mandato que se debe obedecer, observar y eje
de nuestra moneda!. Esto se consideró como cutar. De aquí, orden general, diaria, de la pla
abusivo; pero el promedio general fué de una za, del cuerpo, del día. Toque reglamentario.
dracma. (C. Nisas. Hist. mil. pág. 87). Pero un escritor contemporáneo que se aplica al
estudio del lenguaje militar, quizá con sobrada
OPOSITO. Participio irregular, anticuado, sutileza, hace la distinción siguiente: «Orden es
del verbo oponer. Defensa, oposición, impedi la expresión verbal ó escrita que contiene uno ó
mento, embarazo puesto en contra. —También más mandatos, y mandato es, en su consecuen
la parte ó lugar contrapuesto á otro a quien se cia, la disposición ejecutiva contenida en cual
refiere.—Al opósito, modo adverbial, que suele quiera orden. Las órdenes pueden ser verbales
encontrarse en los clásicos militares, para decir ó escritas, públicas ó reservadas, permanentes
en frente, opuesto, por contraposición ú opo ó transitorias, generales ó particulares, á tiem
sición . pos o á persona^; pero comprensivas siempre de
OPUGNACION. Del latín oppugnatio, oposi uno ó más mandamientos ó mandatos. Asi que,
ción con fuerza y violencia. «Buena gente, pero cuando algún individuo declina su responsabi
poca en número respecto á la necesidad de la lidad, alegando que su conducta ha sido arregla
plaza y á la calidad de la opugnación». (Bas. Ba- da á mandato de superior, está obligado á acre
rrn. G. de Flánd.) Parece sin embargo que esta ditar la órden verbal ó á presentar la escrita
voz, en el pasaje de César (De bell. qall. lib. 2). que le contiene. Precepto, á diferencia de la
« Gallorum eadem atque belgarum oppugnatio órden que es siempre más ó ménos variable, es
£«¡í» tiene sentido algo más lato que el puramen un mandato general, firme y estable como lo son
te poliorcético. —Opugnar. Realmente no sabe por ejemplo los preceptos del Decálogo, que no
mos qué diferencia militar ó táctica hacian los admiten ninguna excepción, ninguna variación
latinos entro estos verbos: pugnar, opugnar, re en el fondo, ni en el modo de su cumplimiento.
pugnar, propugnar, expugnar, contrapugnar. Por esto se dice que las órdenes se cumplen, los
OQUEDAD. Concavidad, hueco.—Oquedal. mandatos se obedecen y los preceptos se guar
«Monte sólo de árboles altos, sin tener yerba ni dan». (Vallecillo. Com. á las Ord. pág. 207).
otra espesura de matas». (Dice. Acad. 5\ Orden, masculino, tiene sentido de coloca
ORACION. Toque reglamentario: residuo de ción en serie, de regla ó modo de hacer las co
ideas y costumbres que pasaron. sas: por eso decimos órden civil, gerárquieo,
ORBE. Nombre técnico de un orden ó dispo eclesiástico, administrativo.
sición de combate en la táctica romana, mencio Por último en arte militar, singularmente
nado por Salustio, César, Hircio, Ammiano y en táctica, órden tiene un significado intere
Eliano, aunque no se puede explicar coq pre sante y complejo, que procuraremos explicar
cisión, como 9ucede en todo lo referente á tác con la posible latitud. Desde luego la voz latina
tica. Tanto la significación de la voz, como los ordo, ordinis, expresaba entre los Romanos unas
textos de los autores dan el orbis como disposi veces el manípulo, la centuria; otras, genérica
ción orbicular ó circular, es decir, variante de mente, fila. Ordines turbare, impedimenta ínter
nuestro cuadro moderno, disposición defensiva ordines recípere. poner el bagaje entre filas. La
ÓRDE - 838 - ORDE
mejor equivalencia en griego del ordo latino es ción ó referencia» al enemigo. La linca de batalla
taxis; por eso Polibio llama al centurión laxiar- está cons'ituida en el acto en que un batallón
ea, es decir, ordinis ductor. Cuando el manípulo coloca sus unidades extendidas sobre «una mis
fué sustituido por la centuria, y más tarde por ma linea»; en que varios cuerpos de tropas se
el contubernio, éste se llamó también ordo, y de colocan «unos al lado de otros»; poniendo sobre
ahi ordinarias, el jefe ó cabo del contubernio, una misma «línea recta» sus centros de figura.
de la escuadba, de la unidad íntima. En los ba Una serie de batallones en masa con intervalos
jos tiempos de los emperadores y de Vegecio, de despliegue constituyen línea de batalla, sin
el contubernio también se llamó schola. que sea preciso un objeto determinado; pero lo
Al Renacimiento hubo—como repetidas ve es, y hay que suponer «en frente» un enemigo,
ces se ha dicho—una resurrección, una recru imaginario ó real, cuando se dice órden de bata
descencia de «clasicismo latino», y las palabras lla. En el órden hay siempre algo ocasional,
órden, ordenar, ordenamiento y singularmente dispositivo, distributivo, arbitrario, que no hay
ordenanza tomaron sentido puramente militar, en la línea. Un órden de batalla admite, en ri
especialmente táctico, como se ve en los dos gor, varias líneas de batalla, en sentido de la
textos siguientes, uno del principio y otro de fi profundidad. No se dice, ni puede decirse, línea
nes del siglo XVI. «No se puede hacer funda- de batalla paralela ú oblicua, como se dice ór
monto sobre otras armas que sobre las propias: den de batalla paralelo ú oblicuo. La línea de
y las armas propias no se pueden ordenar por batalla es inicial, fija; es siempre «perpendicu
otra viaque por una ordenanza, ni por otra ma lar á la línea preexistente de marcha»: el orden
nera introducir forma de ejercicio, ni por otro de batalla, como resultado de maniobras prepa
modo ordenar una disciplina militar: y si vos ratorias en general, no cumple esa condición.
habéis leido aquellas ordenanzas que hicieron Ahora bien, órden, en sentido de arreglo y
los reyes de Roma, y mayormente Servio Tulio, colocación; órden táctico, como disposición de
hallareis que el órden de la clase no es otra co las tropas, en toda la amplitud de significado, es
sa que una ordenanza, para poder ahuyentar de la táctica entera. «Pasar de un órden á otro or
súbito un ejército para defensa de aquella ciu den» es maniobras: como pasar de una formación
dad». (Diego de Salazar. De re militari. lib. 1 (V. e. v.) á otra es hacer evolución la unidad
1536). «La vanguardia, y por consiguiente el táctica de por sí. De aquí esa variedad confusa,
cuerno derecho, tocó aquel dia á la caballería y no muy necesaria, de adjetivos y epítetos. Ór
española y á los Capitanes Don Carlos Coloma y den de batalla y órden de columna. Órden pri
Diego de Avila Calderón, a quien, en ordenan mitivo, primordial, inicial, normal, constituti
za estrecha, seguían las demás compañías de vo, habitual, usual, puede llamarse al que tiene
dos en dos Y como desde un collado desta üe suyo el ejército, la división, la brigada misma
parte de Húmala, vió la ordenanza del ejército ántes de romper la maniobra y de ponerse en
católico y las tropas de caballos que se venian movimiento. Dentro ya del orden de batalla,
mejorando la vuelta de él, conoció que era per aunque las variantes en rigor sean bien pocas,
dido si la caballada católica cargaba de veras». los adjetivos no escasean: ofensivo y defensivo
'Coloma. Guerr. de Flárul. lib. 5). primeramente; paralelo y oblicuo; cóncavo ó de
En el siglo pasado la expresión órden de ba tenaza, convexo ó de cuña, ó en rombo, ó en me
talla tomó ya su actual valor técnico y táctico; dia luna, si se hace referencia al frente enemi
y, como puede verse en el largo artículo que á go; luego, sin hacerla, órden de batalla abierto,
la táctica dedicamos, la embrollada cuestión del delgado, lineal, extenso, desplegado, esparcido:
órden profundo ó cerrado y del extenso ó abierto por oposición á denso, espeso, profundo, perpen
llenó todo aquel siglo: cuestión que boy mismo dicular, compacto; también el órden extenso,
se agita, aunque las nuevas armas ya indican su cuando se estira ó extrema hasta su límite la
inmediata y definitiva solución. guerrilla, puede llamarse diseminado, disperso:
Antes de todo deshagamos una que, para al y en contraposición al órden lleno, contínuo es
gunos, pudiera ser sinonimia La línea de bata tá el que tiene intervalos, el ajedrezado ó esca
lla, ó frente de batalla suele confundirse con queado; y por último el escalonado, que en si
orden de batalla, en sus dos acepciones estra viene á encerrar elementos, propiedades y dispo
tégica y táctica. Por analogía, linea de batalla, siciones de todos.
como linea de operaciones, como línea de retira No pretendemos compendiar un tratado de
da, tienen sentido abstracto, absoluto, geomé táctica general en un breve articulo de diccio
trico, para el cual en nada interviene la «rela nario: su explicación histórica y filológica lar
ÓRDE — s:w — ÓRDE
gilmente se da en el que corresponde al vocablo; camente se ajusta la voluntad del jefe supremo.
pero si el lenguaje ha de fijarse en materia lan En rigor, la cuestión es meramente de pala
principal y confusa, forzoso es desenvolver un bras: dígase órden de batalla ú órden de comba
poco el razonamiento. De todos esos órdenes, y te, la idea es la misma; conviene sin embargo,
puesto que en el mencionado art. Táctica, como cuando las ideas se alteran y modifican lan ra
lugar propio, se tratan el abiekto y el cerrado dicalmente, cambiar á la vez el tecnicismo, co
con su escabrosa historia, aquí bastará discutir mo divorciándose de lo pasado y confirmando
el paralelo y el oblícuo, para lo cual nos sirvo su abolición. La tradición tan conveniente y
el texto de una obra reciente y que procura respetable en otros ramos del arte militar, es
asentar la cuestión en su terreno actual. imposible, desastrosa, inconcebible en táctica.
En el dia reina también alguna indecisión ¿Seria cuerdo volver hoy á las antiguas marchas
sobre el signiñcado de la locución órden de ba procesionales á lo largo de la linea de batalla y
talla. Algunos usan como más clara y expresiva á un kilómetro del enemigo en órden de batalla
«orden de combate» y uno do los últimos escri á su vez, como si dijéramos, cubriendo la carre
tos de Jomini se titula «disposición de las tropas ra? ¿Hemos de dejar hoy nuestras carabinas por
para el combate». Efectivamente, orden de bata los ARCAnrcES que ganaron la batalla de Pavía?
lla implica algún resto del orden inicial, de la Conviene no confundir esto de las tradiciones
disposición sistemática, del arreglo invariable, con la preocupación, la indolencia y la rutina.
que en el siglo pasado solia darse á las partes de Quede, pues, enhorabuena órden de batalla
un ejército al abrir una campaña, como si fueran para significar en táctica elemental, el órden
las de una máquina de hierro, destinadas á jugar delgado, sencillo, extenso, desplegado, por opo
y engranar en sitio inmutable y con movimiento sición á profundo, cerrado, compacto, plegado,
uniforme en el trascurso de una guerra. En aque órden de batalla por oposición á órden en colum
llos tiempos en que un ejército tardaba por lo na; y en táctica general ó superior la disposi
menos veinte y cuatro horas en tomar el orden ción, ln colocación—que alguna ha de haber-
de batalla, y quedaba como clavado al suelo con inicial , normal , habitual , ceremonial , como
sus dos líneas sin el menor movimiento por te quiera llamarse, de las tropas; más aún del ejér
mor de descomponerlas; en aquellas batallas cito de operaciones, tal como sale organizado en
ceremoniosas, como la de Fontenoy, en que la el papel de las oficinas del ministerio de la guer
guardia francesa, saludando con el sombrero, ra; y llámese órden, formación, disposición de
invitaba cortés á la guardia inglesa á que hicie combate á la que toma este ejército el dia de ra-
se la primera descarga; cuando un batallón en talla para combatir efectivamente.
columna con distancias para desplegar al frente, La libertad que, como sabemos, dejan hoy
hacia alto, formaba en batalla irremisiblemente todos los reglamentos de táctica europeos al co
por la izquierda (para dejar la derecha en cabe mandante en jefe, no prescribe, ni mucho me
za), y luego emprendía la célebre conversión to nos, la licencia ó la extravagancia; y las nume
do de una pieza, como el minutero de un reloj; rosas combinaciones modernas caben sin estre
en tales circunstancias, con tales preocupacio chez en un círculo racional y científico, con
nes, no es de extrañar que el orden de batalla algunas reglasfundBmentalesy.su indispensable
tuviese algo de solemne y mucho de complica NOMENCLATURA.
do. ¿Quién entonces hubiera tenido el atrevi Si no son obligatorias las dos líneas rígidas,
miento de llevar la izquierda en cabeza, de in solidarias, irremisiblemente paralelas de los
terpolar un batallón de guardia real con otro tiempos de Federico, la experiencia y el racio
de linea, ó de posponer un capitán de granade cinio aconsejan como principio fundamental
ros á otro de fusileros? que haya ordinariamente tres: la 1." desplega
Pero hoy que se han desatado, ó cortado si da; la 2.a en columnas á distancia de despliegue;
se quiere, todos los nudos que embrollaban y la 3.a constituida por la reserva, en la formación
ataban la táctica antigua ó líneal ó procesional, que más convenga y «bajo mando independien
se ha proclamado que no hay tal órden de te». Estas líneas, llamadas así por extensión, pero
batalla : lo que hay , como arriba decimos, sin que de ningún modo impliquen idea de
es formación, disposición de las tropas para el rectas geométricas , componen en conjunto el
combate; sobreentendido que nunca puede ser órden de combate; y por más extensión todavía,
reglamentaria, ni estereotípica, sino prescrita á pesar de su grueso, es decir, de la profundi
por las circunstancias de cualquier género, mo dad ó distancia que las separa, el órden todo se
rales, tácticas, topográficas, á las cuales úni considera imaginariamente como otra línea, co
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niü un rectángulo, si se <iuiere, en que la lon órden paralelo pronto quedará convertido en
gitud excede bastante á la latitud, ó la base á órden oblicuo.
la altura. Esta lirea, mejor esta faja, puede Definamos este con toda amplitud. Por órden
tener respecto á la que por su parte forma aná oblicuo no ha de entenderse al pié de ta letra la
logamente al enemigo, dos posiciones, paralela simple inclinación en las alineaciones de dos
y oblicua; de donde toman origen y denomina frentes de batalla: la idea de órden oblicuo en
ción esos dos órdenes que tanto dan que hacer á toda su generalidad abraza toda combinación tác
los antiguos escritores de táctica, y que procu tica, que tiendaá producir esfuerzo sobre uno ó
raremos definir brevemente, ya que en lugar dos puntos de la linea contraria con superioridad
más adecuado extendemos otras consideracio de acción sobre ellos. Para constituir croen obli
nes. ÍV. Táctica). cuo es indispensable que haya una mamobra ó
En su origen el orden paralelo lo sena exac série de movimientos que desarreglen el órden
tamente en su sentido geométrico. Antes de la inicial ó habitual, con el intento preconcebido de
invención de la pólvora sabido es que el éxito chocar ó embestir con superioridad visible en un
de una ratalla generalmente, masque á la com punto señalado del frente enemigo. Todavía con
binación-, A las maniobras y al tkrrf.no, se fiaba al más generalidad y en la región más elevada de
valor y á la destreza personal del soldado. Casos ideas, que hoy llamamos estrategia, orden oblí-
se citan en que se igualo y terraplenó con ante cuo es la derogación, el rompimiento del órden
lación el campo de batalla para dos grandes ejér de batalla primordial; cuyo objeto, cuyo efecto
citos, como pudiera hacerse con la liza ó el pa sea procurar á un ejército inferior probabilida
lenque preparado para un torneo ó para un due des de éxito contra otro más numeroso, mate
lo judicial. Y en verdad, ciertas batallas no eran rialmente más fuerte.
otra cosa que la suma ó conjunto de combates Para decirlo de una vezy en una palabra na
ó peleas singulares, individuales, que presupo poleónica, el órden oblicuo es el arte de la guer
nían en el órden de batalla un perfecto paralelis ra. Y no hay exageración en expresarse asi. ¿Qué
mo. Hoy, sin implicarexactitud geométrica, el ór es el arte de la guerra según la definición más
den paralelo quiere decir que dos ejércitos pue moderna y admitida? Lograr superioridad sobre
den abordarse, chocar, trabar combate á la vez so el punto decisivo. Esto es aplicable lo mismo al
bre todos los puntos de sus frentes respectivos. vasto teatro de operaciones, que al reducido
El órden paralelo es más bien una disposición de campo de batalla. Pues bien, en el niomentoque
equilibrio, de repartición igual, de colocación se trate de llevar la fuerza y la superioridad so
homóloga ¡como dicen los geómetras, en ambos bre un punto más bien que sobre otro; de fun
contendientes: claro es que en tal órden estric dar y justificar esa preferencia; do someterse á
tamente paralelo, á no intervenir superioridad un principio; de imaginar un ardid; de preparar
de número ó ventaja de terreno, la victoria, sino una combinación; de rehusar por un lado, mien
al azar será siempre debida al valor, á la esgri tras se amaga por otro; en el momento, decimos,
ma, á las armas, ú la destreza puramente indivi en que hay arte, combinación, artificio, sea el
dual del soldado. Pero se comprende también que fuere, para burlar al más fuerte, para es
que con nuestras armas de proyección, con nues quivar el choque brutal y paralelo en todo nues
tra moderna movilidad, el orden paralelo no tro frente, para fiar la victoria á otros elemen
puede ser más que momentáneo, aunque hu tos que el natural y primitivo de la fuerza mme-
biese empeño en mantenerlo, á los principios de rial, en ese momento se toma, ó mejor se hace
la acción. El espectáculo de dos grandes ejérci órden oblicuo. Esta locución en el dia caracteri-
tos «chocando o un tiempo en lodo su frente» no I za, aunque con extrema vaguedad, un con
puede ya repetirse en nuestros dias ni en los ve junto de ideas, operaciones y maniobras, al que
nideros; lo impide la extensión misma de nues preside la parte moral; y que busca siempre por
tras líneas y el largo terreno que ocupan. Tra caminos de infinita y desconocida variedad el
bada la refriega, el órden paralelo empezará resultado vínico de acumular fuerza sobre el
forzosamente á trastornarse; se iniciará pronto punto que se cree decisivo, tanto en el curso de
el desequilibrio. El que tenga supf.hiohidad, por la guerra, como en el trance de la batalla. En
número ó por valor, rebasará por ejemplo, las esta, lo mismo que en aquella, puede relativa
alas del contrario, en cuyo caso este se replega mente manifestarse de muchos modos la poten
rá sobre su centro, para romper el del enemigo cia moral, el órden oblicuo, sin necesidad de
y batir á su vez las alas dislocadas, ó caer con alineación, de formación oblicuaen muchoscasos.
ligereza sobre una de ellas.... De todos modos el Si quisiéramos apurar la materia, casi pudie
>

ORDE - 84J - ORDE


ra decirse que el órden oblicuo, con su moderna ORDENAMIENTO. La acción y efecto de
latitud, no es en rigor órden táctico. Su esencia, ordenar, en sus dos sentidos.
su índole, su fuerza está en los movimientos y ORDENANCISTA. Calificativo irónico para
maniobras estratagémicas y envolventes; en las designar algunos oficiales y jefes extravagantes
marceas rápidas y ocultas; en los ardides, embos que tienen constantemente «en los labios»la pa
cadas y sorpresas; en todo lo que reúna condi labra ordenanza, que la saben positivamente «de
ciones de artificioso, nuevo, imprevisto, audaz, memoria» y que sin embargo nunca la han
inopinado.—Evidentemente, el que se bata en la «leído» ni mucho menos «estudiado». El orde
proporción de seis contra uno, no necesita pen nancista tipo siempre suele pasar de los cua
sar mucho en el órden paralelo, ni en el órden renta, y su ocupación única es sostener forzu
oblicuo, ni en el arte de la guerra. damente con ambas manos la losa del retiro
El órden oblícuo se acomoda á los ejércitos próxima á caer sobre su individuo. Abomina la
pequeños, vigorosos, bravos, maniobreros, ani «juventud» y la persigue «con todo el rigor de
mados por un espíritu 'V. e. v.', más que beli la ordenanza», odia la innovación, detesta el
coso, militar. Requiere iniciativa, voluntad, em raciocinio, aborrece la idea y, encastillado en su
puje, movilidad, tino, oportunidad sobre todo. soberbia personalidad, vive, á su juicio, en eter
El órden oblícuo envuelve hoy todo lo que se na postergación, maldiciendo á los superiores y
quiere expresar con esta concisa locución: acer martirizando á los subalternos. Para él la conju
tado empleo de las reservas. gación no tiene presente ni futuro: no tiene más
Comprendido así el órden oblícuo, dígase si que pretérito. Si está en la guerra civil de los
hay, ni puede haber regla, ni reglamento para siete años aquello es un «somaten,» comparan
formarlo; concíbase la exactitud de ese aserto, do la de la Independencia; si está en Africa,
que leemos en todo libro militar, de que Epami- aquello es patuléa, comparada con la civil. El
nondas inventó el órden oblicuo en Leuctra y coronel suyo, al entrar él á servir, era el mejor
Mantinea; y el otro, más peregrino aún, de que de España, porque murió hace años: estos «chi-
lo volvió á inventar Federico de Prusia, según cuelosde ahora» no son más que botarates. Pro
Guibf.rt, Grimoard y sus copistas. Napoleón 1 lo nuncia con desdén la palabra patria, porque eso
niega, y con razón se enfada, cuando dice: En es de «nacionales»: y al infeliz teniente que
ninguna de sus batallas em pleó Federico u na tác tenga la desgracia de hacer versos le pega un re
tica nueva» ¿Qué es órden oblicuo? Según unos, volcon por rimar gloria con victoria. Para él to
todas las maniobras que hace un ejército ya en do es «molicie y afeminación»: el saber, el amor,
la víspera, ya en el dia de la batalla, para re la familia, los goces de la cultura, de la civiliza
forzar sus alas ó su centro, para tomar de revés ción: él no necesita más libros que la Ordenan
al enemigo, etc: según otros es la celebre manio za, más muebles que el sofá del cuerpo de guar
bra de parada de Federico de Postdam, por la dia y el taburete del café.
cual, estando dos ejércitos en órden paralelo, el '
uno maniobra marchando, es decir, corriéndose ORDENANZA Supliremos la innecesaria de
en columna sobre uno de los flancos del contra finición de esta importante palabra con algunos
rio.... Será preciso entóneos que la linea de ope apuntes históricos.
raciones del que toma el tal órden oblícuo, caiga Desde luego no pudo haber Ordenanza, en el
hácia el flanco que apoya, porque sino la per sentido completo que hoy tiene esta voz, mien
derá, etc. (Montholon. Mem. de Sta. Helena. tras no existieron ejércitos permanentes, es de
T. V. pág. 33ü). El mismo Napoleón afirma que cir, antes del siglo XVI: pero, si no ejércitos á
el laimado Federico se reia para tu capote ¡sous la moderna, hubo tropas más ó ménos allega
cape) del fanatismo de los jóvenes oficiales ex dizas y disciplinadas ú organizadas, que llevaron
tranjeros por el famoso órden oblícuo de las pa á cabo — singularmente en España—inauditas
radas de Postdam. (V. Táctica). empresas y gloriosos hechos militares, cuyo va
ORDENACION. Poco usado. Disposición , pro ronil recuerdo interesará, por lo ménos, al que
videncia, órden, precepto. no lo tenga" por instructivo.
Nuestra nacionalidad moderna arranca del
ORDENADAMENTE. Concertadamente, con punto en que se entabló, por el siglo VIII y en
órden. (V. y comp. Acabdilladamente). las montañas del Norte, la Reconquista del suelo
ORDENADOR. Se llamaba, por brevedad, páirio hollado por el árabe invasor: y no debe
en la antigua Hacienda militar al comisario orde llevarse más atrás—históricamente se entiende
nador. (V. Administración). —porque todavía en aquel mismo siglo, y en loo
106
ORDE - 842 - ORDE
tres que le siguen, los lieclios más culminantes tial de nuestra lengua, de nuestra legislación y
se alzan tan remotos, tan descarnados, tan en ordenanza militar. Evidentemente la Partida i.'.
vueltos en las nieblas de la duda, que como las que supera quizá en belleza literaria á todas,
elevadas cumbres de ciertas cordilleras, pocos é es, para el militar que hoy la recorre, la revela
intrépidos son los viajeros, que se atreven á es ción sorprendente de un riquísimo venero. Allí,
calarlas para reconocerlas con fruto. Ya en el con sabrosa frase, con inimitable estilo, con can
siglo XI la luz crepuscular, cada dia más in dor que enamora, unas veces se tocan y desflo
tensa, trae los albores radiantes de la conquista ran, otras se revuelven y discuten, otras se re
de Toledo por Alfonso VI (1085); la de Zaragoza suelven, se desatan, se terminan gravísimas
más tarde (1M8); y nuestras ya las ricas llanu cuestiones de gerarquía, de organización, de ce
ras de la alta meseta central y de ¡a chenca del remonial, de política militar y aún de estrate
Ebro, pudo al fin Castilla, rompiendo por las gia, como hoy decimos, de penalidad, de polémi
Navas he Tolosa Íi212l, desembocar en la del ca ó poliorcetica y de táctica.
Guadalquivir y depositar en el altar cristiano de De buen grado haríamos centellear aquí al
Sevilla la espada con que el Santo Rey abrió gunas facetas de esta verdadera joya militar;
sus puertas en 1218. Si el ferviente patriotismo pero la primera y dura condición que impone
excusara la irreverencia, pudiera preguntarse al un Diccionario al desdichado que lo escribe, es
conquistado» de Sevilla, ya que no á su desdi dislocar y, mejor dicho, descuartizar la materia
chado sucesor, porque no extendió su férreo sin respeto alguno á la «unidad», primera y
brazo hasta Granada, molesto y bochornoso Gi- eterna condición de estilo y de belleza. Impres
braltar de aquellos tiempos. cindibles las citas de esa Partida 2." para en
Aún con ese lunar, la Reconquista terminó troncar la historia de la Táctica, en ese articulo
virtualmente en el siglo XIII. Sobre suelo pro encontrará el lector un brevísimo resumen que
pio, á tanta costa rescatado, la sociedad moder se ha hecho encajar en pocas lineas. Mejor le
na comienza á desenvolver sus actuales agru animaríamos á hojear el propio original, que
paciones geográficas; va dándoles unidad pro anda por todas partes y encabeza la interrum
gresiva y trabazón; crece en riqueza, productora pida Legislación militar de Vallecillo.
de disturbios; y disponiendo ya de una lengua, Sin apagar la viva expresión de este mereci
que rivaliza con su matriz en lo magnifica y so do elogio, bueno será templarlo con algunas
nora, comprende también, en medio de lamen prudentes reflexiones. Las Siete Partidas del
tables turbaciones intestinas, que es hora llega Rey Sabio, á los ojos de la critica actual, mucho
da de codificar sus viejas leyes esparcidas, signo más sagaz que la de los tiempos pasados, ado-"
evidente del cumplido progreso y madura civi lecen de visibles y gravísimos defectos en el
lización de un pueblo. ufondo», mal cubiertos y disfrazados con la in
Por desdicha, el monarca á quien tan árdua disputable belleza de la «forma».
empresa compelía, parece elegido por la Provi La causa es manifiesta. Entre las veleidades
dencia para demostrar con cuanta equidad sue del azorado monarca, que tan pronto pedia sol
le repartir sus misteriosas compensaciones. A la dados y dinero (por medio de Guzman el Bueno
increíble aptitud para las ciencias, que cada ge al sultán de Marruecos; como vaciaba su etico
neración admira más en Don Alonso el Sabio, bolsillo en el del Papa por la codiciada investi
le puso por deplorable contrapeso un desnivel dura de emperador de Alemania; como legaba,
inconcebible de carácter, una ambición ó codi en fin, por testamento su perturbado reino á
cia tan irreflexiva y pueril, que anhelaba el Francia, sobresalía una tendencia invencible &
imperio de Alemania y regalaba el reino de Por colocar el trono, encima ó debajo del altar, pero
tugal; un desden inmotivado hacia su propia encima de todo; una idíosincracia, si lo pudié
tierra, de que no hay ejemplo en rey alguno: ramos decir, radicalmente absolutista, incom
una vista tan penetrante en lo futuro como mio prensible, prematura, imposible en aquellos
pe en lo presente; escaseces de erario, disgustos tiempos semi-feudales, turbulentos, pero muy
domésticos, acritudes constantes: coronado todo varoniles; que le hizo soñar con sueño de pro
por un desconocimiento absoluto de los hom feta una fórmula de gobierno (soñada otra vez
bres, de las cosas, del arte en fin de gobernar. en el dia) tan sencilla, tan cómoda para el rey,
El desventurado y sabio Alonso X descuella tan complicada, tan molesta para los pueblos,
en la historia como autor ó compilador de las que en rigor puede afirmarse no haber tenido
Siete Partidas, consideradas siempre por hom completa realización y práctica cumplida hasta
bres de cierra y de pli'ma. como puro manan los prósperos y felicísimos reinados de Feli
ORDE - 843 - ORDE
pe IV, Felipe V y Carlos IV. Tan difícil es la pero indudablemente más puro y cristalino, de
aplicación de esa «fórmula», que en Francia só nuestras viejas leyes y usanzas militares.
lo un rey, que de puro esplendente tomó por En el articulo Fuero se toca, muy de pasada
divisa el sol (Roi Soieil), pudo decir: «el Estado por supuesto, esta peregrina y agradable mate
soy Yon. —En Inglaterra, ninguno. ria. Ningún pueblo moderno (incluso el ingles,
Cualquiera puede comprobarlo. Ábranse las por confesión de Macaulay) ha tenido, como el
Siete Partidas, y siempre resaltarán las dos ideas español, en su primera infancia un cuerpo tan
conexas que enlazan las dos palabras: rey y cle prematuro y á la par tan completo de leyes,
ro, altar y trono. Evidentemente esa tendencia bárbaras y despiadadas muchas, como los hom
natural, inevitable de todo rey al mando ilimi bres feroces que las dictaban en común, pero
tado, léjos de combatida, era acariciada, irritada concurriendo todas á realzar el perpétuo pedes
por los hombres cursados en leyes, de que for tal en que descansan la dignidad y la grandeza
zosamente tuvo que rodearse para la compila humana, es decir, á la santificación del valor, á
ción y redacción de inmensos trabajos; pues no la consagración del derecho individual, al res
sólo escribió las Partidas, sino el Código Sete peto del honor y de la hacienda adquiridas en
nario, que ya venia de su padre, el Espéculo, el la más tenaz y santa de las guerras. —
Fuero Real, el Ordenamiento de las Tafurerias, Durante el siglo XV la cosa militar siguió en
las Leyes Nuevas y las Ijeyes del Estilo. De esa el mismo estado, bajo el triple aspecto de orga ■
inmensa fábrica sólo quedaron en pió las Parti nizacion, de ordenanza y de táctica. Algo se re
das, redactadas de 1256 á 1263, que no estuvie gularizó, como se empezó á regularizar todo, al
ron en vigor hasta 1348 en Cortes de Alcalá y advenimiento de los Reyes Católicos: mucho se
realmente hasta los Reyes Católicos, en cuyo I avivó el espíritu militar (pues el belicoso V. e.
tiempo se hizo la primera impresión en Sevilla v. siempre hirvió por desgracia en esta tierra)
(1491) con las adiciones y concordancias de con la sistemática y feliz conquista de Granada;
Alonso Díaz de Montalvo. pero faltando todavía la materia primera, esto
Sabido es que los juristas ó jurisconsultos, es, el ejército regular y permanente, mal podian
hasta tiempos muy cercanos al nuestro, salidos I nacer reglamentos técnicos ni ordenanzas orgáni-
de una clase media muy próxima á la ínfima y ! cas ó penales. Ningún país las tenia tampoco, in
desheredada, detestándola por ende y detestan clusa Francia, á pesar del ejército llorido y me
do también á la noble ó rica (que siempre fué morable, tanto por su magnificencia como por su
lo mismo), ban tenido singular y descubierto inutilidad, que llevó á Italia su atolondrado rey
empeño en abatir á entrambas, engrandeciendo Carlos VIII. Más bien lo que por entónces se
el poder real basta un extremo de desvarío, que ¡ empieza á notar en el interior de España es un
sólo halla cotejo en ciertas regiones de la India. descaecimiento prematuro, un desdén pronun-
Aquellos «letrados» no quisieron sin duda ad { ciado á las armas y á la milicia, que claramente
vertir á su rey, incompatible con sus fieros va revela y condena la célebre pragmática sobre
sallos y con su rudo tiempo, que \as Siete Parti armamento popclar dada en Tarazona á 18 setiem
das eran una mole inmensa, arquitectónica, afi bre de 1495, á los «tres años» de conquistada la
ligranada, pero desgraciadamente sin cimiento. Alhambra, y mal sujeta una díscola y numerosa
¿Cuál debió ser este, no á los ojos nuestros población morisca: repugnancia que, léjos de
del siglo XIX, sino á los menos perspicaces del corregirse, fué aumentando—en el interior de
rudo castellano del siglo XIII? Los Fueros. Los España repetimos—en los tres siglos posteriores.
fueros, sí, los fueros y cartas-pueblas, aquellos (V. Artillería, Guerra, Táctica, Reserva).
viejos y compendiosos códigos de leyes consue Y el fenómeno se explica llanamente. Re
tudinarias y escritas, toscos en la forma, pue dondeado y limpio al fin el territorio peninsular;
riles á veces en la esencia; pero que en estos abiertas dos válvulas, ó si se quiere dos sangrías,
mismos accidentes reunidos revelan clara la por Italia y América al espíritu de empresa, al
enérgica vitalidad, la noble fiereza de aquellas fiero y desordenado batallar, al afán de rápido y
generaciones sucesivas, que fueron avanzando brillante encumbramiento que siempre nos de
con paso lento y seguro desde la Covadonga de vora, la España central y peninsular dejó salir
Pelayo liasta la Tarifa de Guzman el Bueno. con gusto y á millones sus hijos inquietos: y
El lector comprenderá que si, al parecer, envolviéndose, ociosa y altiva, en el manto me
nos desviamos del propósito puramente militar tropolitano que tan augusta quiere llevar toda
á que este artículo se endereza, era para traerle vía, comprendió que lo que por entónces resta
con menos violencia al manantial más remoto, ba que hacer era dar gracias á Dios por su ma
ORDE - 844 - ORDE
Difiesta protección, y determinó, para rezar con 84 artículos; otras de 15 noviembre 1536, dadas
más sosiego, convertirse, como lo consiguió, en en Genova por Cárlos V á la infantería española;
un inmenso claustro. No le disgustaba recibir otras de 13 junio 1551 , tituladas Ordenanzas de
de vez en cuando la nueva de que Gonzalo con Augusta, dadas por el mismo Cárlos V para el
quistaba á Ñapóles, Cortés á Méjico, Pizarro al «régimen y pagas» de las Guardas de Castilla,
Perú; también oia con satisfacción, pero sin ex Navarra y Granada, en 22 artículos; otras dadas
cesivo entusiasmo, las diabluras con que sus en Salesia por el duque de Alba á su ejército,
hijos calaveras tenían espantado al mundo, ya que son el mismo bando, poco más ó menos, de
cogiendo á un rey de Francia prisionero en Pa 1580, al entrar en Portugal, y el de «todas oca
vía ó á un Pontífice en Roma. Posteriormente, siones» durante aque> siglo, al juntarse ejército
cuando la fortuna empezó á torcerse y alternar ordenado para cualquier empresa. Todavía hay
se; cuando después de San Quintín y Gravelinas, otras de 1572 para la infantería alemana, y de
Gemmingen y Mook, se encontró con la Holanda 1586 para la napolitana.
perdida y la Europa cansada de nuestras inso Las que cierran, por decirlo así, el siglo XVI,
lencias; en vez de obrar, se determinó rezar más, abriendo ála par el camino á la moderna Justi
creando más conventos, y los Te-Deum de an cia Militar (V. e. v.'i son las tituladas: «Orde
tes convertirlos en rogativas. Remedio constan nanzas é Instrucción del duque de Parmu y de
te: procesiones. Panacea infalible: mandas y do Plasencia, lugarteniente, gobernador y capitán
nativos al clero. Preocupación universal: los pi general por S. M. en los Estados de Flándes, so
caros herejes que no dejaban en paz al Papa. bre el ejercicio y administración de la jurisdic
Los dos siglos XVI y XVII se pasaron dentro de ción y justicia de este felicísimo ejército. En Bru
España en esta inconcebible beatitud. Sus de selas á 13 de mayo de 1587. Edicto, ordenanza
sastrosos resultados políticos, militares, interna é instrucción del mismo Farnesio, sobre el oficio
cionales ya empezaron á tocarse en 1640 por de preboste general y los demás capitanes de
dentro, con la rebelión de Cataluña y Portugal, campaña y barricheles (V. e. v.) del ejército».
en 1643 por fuera, con Rocroi. La raya de una El texto de estos dos últimos documentos está
horrible «suma» de desastres se tiró por fin en íntegro en el libro de Sala y Abarca titulado:
1714. ¡Qué hablamos de perder, si ya nada nos «Después de Dios la primera obligación. .. 1 681 » .
quedaba! Los de las Ordenanzas anteriormente citadas an
Por consiguiente en todo el siglo XVI tuvi dan impresos en varias obras, singularmente en
mos «fuera siempre de España» inmejorables ia Historia orgánica de Clonard y en la Legisla
soldados, brillantes capitanes, magníficos y ter ción militar de Vallecillo.
ribles ejércitos; pero no tuvimos Ordenanzas. A nuestro juicio, la Ordenanza—en el senti
Porque no merecen este nombre, aunque lo lle do lato y complejo que hoy damos á esta voz—
ven, las Ordenanzas de los Señores Reyes Ca tuvo origen en el famoso Discurso sobre la forma
tólicos para la buena gobernación de las gentes de reducir la disciplina militar á mejor y anti
de sus guardas (V. e. v.), artillería y demás gen guo estado, que el maestre de campo Don Sancho
te de guerra y oficiales de ella en 1503, firma de Londoño redactó en 1568, de órden del duque
das por Fernando el Católico á 28 de julio en de Alba, para el ejército de ocupación de los Paí
Barcelona y por Isabel en Monasterio á 5 de ses-Bajos. En ese libro notabilísimo se definen y
agosto. Puede verse en ellas un origen inmedia especifican las funciones de los diferentes grados
to, moderno si se quiere; pero de ningún modo y oficios de aquella milicia, y en 70 artículos ó
bajo el aspecto principal de organización, régi estatuios se tija la penalidad. Pero el eminente
men, servicio y disciplina; sino bajo el exclusivo escritor, ántes de enumerarlos, advierte juicio
casi de contabilidad y administración (V. e. v.) samente: «.... y seria andar por las ramas hacer
No pueden tampoco entrar en cuadro ciertas ordenanzas y estatuios para enfrenar y tener á
ordenanzas sueltas, por decirlo así locales: v. g. raya los que han de obedescer, si no se introdu
la que Hernán Cortés dió en Taxcatecle á 22 di cen primero todos los necesarios en los que han
ciembre 1520. (Fernán Caballero dice Fraseada, de mandar. Pero prosupuesto que ya esté intro
y que ese notable documento se conserva donde ducido, promulgando y observando los estatutos
Cortés murió, en Castilleja cerca de Sevilla). siguientes se reduciría la disciplina militar á
Todas las varias modificaciones, refundiciones, buen estado. —Cuantos estatutos y ordenanzas
y adiciones que esas ordenanzas tuvieron giran se pueden hacer para haber siempre victoria,
sobre el mismo eje. vendrán á parar en que ni Dios se ofenda ni el
Se citan: las de 5 abril 1525, en Madrid, con prójimo se agravie: para estas dos cosas se re
ORDE - 845 - ORDE
quieren otras tres: es á saber: obedescer, no tur en 16 abril del año 1614, y advertencias que
bar orden ni desamparar lugar: á e«tas tres son sobre ello se rae dieron procedidas de lo que la
anexas tantas, que difícilmente se pueden redu experiencia ha mostrado que conviene disponer
cir á número preciso ni clara brevedad». para el mejor gobierno de mis armas, y habién
Londoño pertenecía á aquella raza de hom dome consultado muy pai ticularmente sobre to
bres do guerra del siglo XVI que, como Valdés, do he resuelto lo siguiente».
Mendoza, Coloma, etc., pudieran llamarse uni Principian—contra loda lógica—por las oCa-
versales; pues lo mismo traducian y comenta lidades con que se han de consultar los Maestros
ban á César y Homero en sus respectivas lenguas, de Campo» (V. e. v.) que forma el art. 1.°; y en
que tomaban una batería ó daban una carga. él, pagando forzoso tributo á las ideas de la épo
Embajadores ostensibles unas veces, agentes se ca, exige, como primera condición, la sangre
cretos otras, negociaban con tino, exploraban ilustre. «Y necesariamente, dice, se hayan de ele
con sagacidad, trastornaban y revolvían un Es gir los dichos Maestros de Campo de Capitanes
tado con travesura diplomática: y á vuelta de de Infantería española que hayan servido por lo
una misión política, de un certámen literario, si ménos ocho años de Capitanes de Infantería ú
encontraban su tercio á punto de combate, con de Caballos; y á las personas Ilustres baste ha
él campaban, con él se batían, con él daban ci ber servido en la guerra ocho años efectivos y ser
ma á sus atrevidas empresas; importándoles lo ó haber sido Capitanes de Infantería ó Caballos
mismo acuchillar un escuadrón en campo raso, pata ocupar el puesto de Maestro de Campo, si
que subyugar un pueblo rebelde, que desarro juntamente concurren en ellos partes relevantes
llar laboriosas trincheras ante los orgullosos ba de valor y capacidad. Declarando, como declaro,
luartes de una plaza fuerte. ¡Lástima que se rom que sangre ilustre, así en este caso como en to
piese el molde de aquellos inimitables soldados; dos los demás en que se hiciese de ella mención
En el libro de LondoSo, repetimos, se en en estas ordenanzas, se ha de entender, en los
cuentra visible el «germen» de las Ordenanzas Españoles, aquellos cuyo padre ó abuelo por lí
posteriores que nacieron con el siglo XVII, que nea de varón fueron hijo ó nieto de casas de
rigieron durante todo su trascurso y que bien grandes ó títulos, ó de aquellas casas que juran
podemos llamar «actuales» por lo cercanas y al príncipe y pagan lanzas etc.»
semejantes. Ordenanza, cuyo artículo 1.° establece tan
Va en 8 julio 1603 apareció el primer em 'irritante desigualdad y entra en tan fútiles de
brión, que tomó volumen mayor y forma más finiciones, casi no merecía el trabajo de ser co
determinada en 17 abril 1611; y que por fin, mentada (V. Entretenido, Reformado, Vivo, etc.,
retocado y ampliado, constituyó la célebre Or en que se hace resaltar este» vicio orgánico). Pe
denanza de 28 junio 1632, que merece ser exa dir nobleza á los que van á buscar la más noble
minada con alguna detención, tanto por su le y verdadera que es la de las armas (V. Caballe
gitima importancia y larga duración en vigor, ro), es ocurrencia que sólo pudo surgir en los
como porque, á la manera de los Fueros antes siglos XVII y XVIII.
citados, refleja, como limpio espejo, el estado Es notable la lenidad con los blasfemos en
algo declinante y enfermizo no sólo de aquel tiempos tan catolicisimos; pues la pena, según el
ejército, sino de aquella sociedad. artículo 65, se reduce i prisión de 30 dias; y el
En dichas Ordenanzas el preámbulo es co juramento, á una «limosna» á la cofradía (sic)
mo sigue: que debe haber en los tercios.
«El Rey.—Por cuanto la disciplina militar Aún más notable y más increíble es la pena
de mis ejércitos ha decaído en todas partes de de los amotinados, cabalmente en aquellos tiem
manera, que se hallan sin el grado de estima pos (art. 67 y 68) en que eran tan freeuentes y
ción que por lo pasado. Habiéndose esperimen- escandalosos (V. Disciplina, Alteración). La leni
tado diferentes sucesos que los del tiempo en dad no esta sólo en el fondo, sino en la letra de
que estaba en su punto y reputación, lo cual ha los arliculos citados. Allí no se ve el menor ras
faltado por la inobservancia de mis órdenes; y tro de procedimiento ni de castigo ejemplar, du
por convenir tanto á mi servicio restaurar lo ro, inmediato como el de ordenanzas posteriores.
que se ha relajado con los abusos que se han ido Eso de entender con posterioridad, y vueltos ya
introduciendo, mandé formar una junta de mi los reos al estado civil, el presidente del Consejo
nistros de mis Consejos de Estado y Guerra don de Castilla, supone que se ahogaría en los tortu
de se vieron las Ordenanzas que el Rey mi señor, osos trámites forenses, perdiendo con el tiempo
mi padre que haya en gloria! mandó establecer y la distancia gran parte de su saludable energía.
ORDE - síb _ ORDE
Hagamos—si al lector no le desagrada—rá pañías de arcabuceros tenían de hecho cierta
pida mención y critica de algunos artículos preferencia, que el mismo articulo indica, y pa
principales. sando ese rasero nivelador, que siempre invoca
Art. 3." «Cada uno de los tercios que se for la envidia, se marca un retroceso visible. Pero,
maren en España ha de ser de doce compañías, ¿qué extraño tal desacierto en el siglo XVII si,
y cada una de ellas de 250 infantes, inclusa la suprimidas las picas muy á principios del XVI II ,
primera plana, que se entiende: capitán y paje, todavía á mediados el mariscal de Sajonia, y á
alférez y abanderado; sargento, dos atambores y fines Folard, Menil Durand y demás partidarios
pífano; furriel, barbero y capellán, y doscientas del orden profundo, malgastaban su ingenio en
treinta y nueve plazas, que, con la referida pla rehabilitarlas?
na, hacen el número de 250. —Pero en 1680 Sa Art. 9.° No se dé patente de corazas á capi
la y Abarca advierte que el pié, generalmente, tán de arcabuceros.
era de 100 plazas. Art. 10. Que las compañías de arcabuceros
Art. 4.°. «Y porque conviene señalar el nú no se conviertan en corazas (por sólo gratificar
mero de Tercios que ha de haber en mis ejérci al capitán, etc.) «y porque los soldados acostum
tos, es mi voluntad que en el de los estados de brados al arcabuz sienten armarse (esto es clási
FIAndes haya 3 de infantería española determi co), y sus caballos son de ordinario pequeños
nadamente, y que estos se hayan de proveer para corazas».
cuando vacaren, etc. Art. 12. Que ninguno pueda tener dos com
Art. 5." Cuanto á las naciones de Napolitanos pañías «salvo cuando de mi orden fuere algún
y Lombardos, determino que en cada una de Grande á servir con dos compañías de caballos,
ellas haya un Tercio... y que por ningún caso se y es mi voluntad no dispensar en ningún ejér
formen otros de nuevo». cito en que las puedan tener más que dos gran
Art. 6.° «Ordeno y mando que en cada uno des, etc.
de los Tercios de Infantería española (fuera de El art. 15 fija el número de Entretenidos y
España) haya quince compañías de 200 ¡ufantes, sus sueldos. (Y. el texto en art. Entretenido).—
y que mis Capitanes generales por ningún caso Es decir que había caballeros de sangre ilustre
ni pretesto las acrecienten.... y el pié de cada que entraban desde el primer dia con 80 escudos
una sea: 70 coseletes, 90 arcabuces y 40 mos y pasaban sin más á Maestros de Campo (!!,>.
quetes, etc.» Art. 17. «Que en la elección de los capita
Arl. 8.* «Quanlo quiera que por lo pasado se nes que se proveyeren, se tenga mucha atención
ordenó que en ningún tercio de quince bande y consideración á que por ningún respeto se
ras hubiese mas de dos compañías de arcabuce provea á alguno en quien no concurra el haber
ros, y que si el tercio llegare á tener veinte ban sido seis años efectivos soldado debajo de ban
deras, pudiere haber tres de arcabuceros en él, dera y tres alférez, ó diez años efectivos sol
siendo los capitanes de ellos tales soldados y de dado, aunque con licencia se hayan interrum
tanta experiencia y valor que faltando Maes pido, como el tiempo de la licencia y ausencia
tro de Campo se pudiese elegir de ellos Ya mu no se incluya en ellos; y si hubiere algún caballe
cho tiempo que estas compañías se practican en ro de sangre ilustre en quien concurran virtud,
la nación española y á su imitación en la ita ánimo y prudencia se podrá admitir á la elec
liana. Y atendiendo que las demás naciones no ción de capitanes, con tanto que haya servido en
acostumbran tenerlas, y se ha considerado que la guerra síes años efectivos, ó por lo menos
no son menester, antes embarazan por muchas cinco (entónces á qué los seis) y la dispensa
razones, y que conviene reformar las que hay que se hace con las personas ilustres, se funda
haciéndolas de picas, ordeno y mando que así en que con razón se debe presuponer en ellas
se execute y que no se formen más en parte al mayor capacidad, y más anticipadas noticias, é
guna, como en Flándes se ha acostumbrado á indubitable valor. Y por estos respetos es bien
practicar». no dilatar tanto como en los demás el designio
Es notable este articulo por varias razones. que se debe hacer de ellos para los puestos ma
Se ve desde luego que rige el prurito de imita yores, teniendo también particular considera
ción. «Y atendiendo á que las demás naciones ción con el que hubiere servido y asistido largo
no acostumbran tenerlas» ; y admira ese empeño tiempo en un tercio y en una campaña». Tene
de desconocer las ventajas del aiima, ya princi mos, pues, aquí, como en el Maestre de Campo,
pal, que dio las victorias del Garillano, Pavía, repetido el falso principio de la sangre ilustre.
San Quintín, Carabrai y Ostendc. Aquellas com Arl. 23. «Y porque el inconveniente de pre
ORDE — S4~ - ORDE
tender muchos soldados compañías y obtenerlas se ha ido sintiendo más este daño, siendo el que
con intención de dejarlas para gozar el entrete principalmente impide los buenos efectos de
nimiento de reformados, ha crecido de manera ellas y el haber ejércitos veteranos, etc. » Sala en
con perjuicio del ejercicio militar y grande da su «Glosan atribuye este cáncer de la deserción
ño y costa de mi hacienda, ele. i á que antes eran voluntarios, y al modo (1680)
Art. 29. «Ordeno y mando que á los capita irregular y anómalo de recluía. Cita ejemplos
nes se les deje libertad para proveer sus bande do soldados que desertaban ó pasaban; pero no
ras y ginetas conforme á estas ordenanzas en precisa bien si esto es deserción do una compa
quien bien visto les fuere» etc. ñía á otra dentro del mismo tercio.
Art. 31. Defínelas «ventajas» (V. Aventa Art. 70. Por junto la pena á los que se fu
jado). guen (V. Tornilleros) por segunda vez, sin pa
Art. 36. «Qne los capitanes y oficiales anden sarse al enemigo, es incapacitarlos para ascen
con sus insignias, y ellos, y los entretenidos, y der á cabos de escuadra. Los desertores al ene
aventajados en la infantería guarden la buena migo, pena de muerte.
costumbre que siempre ha habido de entrar de Art. 72. «Que para que los soldados que
guardia armados y dormir en ella sin desnudar vinieren á la corte con justa causa, tengan quien
se ni quitarse las armas, sopeña de un mes de los ayude á sus pretensiones y excusar que no
sueldo la primera vez, y por la segunda pierde estén en ella por otros gustos y fines particula
el capitán la compañía y los demás el entrete res, de que resultan muchas ofensas de Dios
nimiento y la ventaja, etc. nuestro señor (sic), mal ejemplo de la república
Art. 41. Que los soldados vivan en cámara- y daño de los mismos soldados: ordeno y mando
da (que se arranchen). que haya un Protector de ellos, persona de con
Art. 67. «Que si sucediere algún motin ten fianza, honrado y de cristiano proceder, que
gan los dichos mis Capitanes generales libros y tenga cuidado de saber los que vinieren á la
memoria no solo de los autores oficiales y con corte, con qué licencias y qué pretensiones
sejeros de él y de los demás soldados amotina traen, procurando que sean despachados, y,
dos, pero también de los capitanes por cuya flo siéndolo, se vayan á sus puestos, y avisar de
jedad é imprudencia hubiese sucedido, y me los que no lo hiciesen para que se provea lo que
avisen (síc) de los que son y el mismo aviso den convenga. El cual Protector mandaré señalar de
¿ los demás vireyes y capitanes generales y otros las partes y calidades necesarias».
ministros donde hubiere gente de guerra, para Art. 73. Que en cada compañía haya un
que no los admitan á oficio militar alguno, ni capellán y otro llamado capellán mayor para
los aventajen, porque desde ahora los declaro todo el tercio.—Es flojo!
por incapaces de ventajas ni oficios en la mili Art. 76 y 77. Ocupan siete planas en 4.°—
cia. Y es mi voluntad y mando que, si alguno y quieren establecer la precedencia de los espa
de los que se hubiere hallado en molin alcanza ñoles en formaciones y combates, con todo el
re después con encubrir sus culpas cualquier lujo casuístico de varias de las infinitas combi
premio ó lugar en la milicia, en cualquier naciones de la guerra. Es curioso. —En 6 febrero
tiempo que se supiere, se le quite siempre que 1663 se concedió á los italianos ó napolitanos el
constase haber sido amotinado: lo cual se cum «Cuerno izquierdo y retroguarda fija». —Importa
pla inviolablemente, no teniendo particular para organización esto de la miscelánea de tan
dispensación mia para obtener el tal lugar ó tas naciones, que hacían del ejército un verdade
premio». ro mosaico.
Art. 68. «Y porque tengo mandado de la Art. 78 y último. Siguen las Precedencias.
manera que han de ser tratados los amotinados Manía, ó casi enfermedad, que continuó sin ali
en sus tierras y naturalezas cuando allá volvie vio todo el siglo XVU y el XVIII.
sen, etc.» De modo que no hay más que expul No se habla palabra del Capitán general íasi
sión, sin el menor rastro de castigo militar pro se llamaba ya el general en jefe), ni del Maestro
piamente dicho. de Campo general (Jefe de E. M.), ni del Tenien
Art. 69. «Una de las cosas más convenientes te de maestro de campo general, ni del Sargen
á mi servicio es evitar las fur.as (deserciones] to general de batalla, que también asomaba,
que los soldados hacen de sus banderas, lo cual ni de Gobernadores de Plazas, ni de ataque y de
por lo pasado no solía suceder, á lo manos con fensa, etc. Sala en su Glosa llena algo este vacío.
tanta frecuencia, y ha dado mucha causa al Esta Ordenanza entristece por lo descosido
descaecimiento de mis armas, y con el tiempo de sus artículos, por el descuido del lenguaje,
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por lo esponjoso del estilo; y retrata al vivo, tando á la historia el colorete ridículo y la au
como dijimos, el período de vacilación, de des reola de hoja de lata con que en el siglo XVIII
crédito, de incurable desorden en que fué pro tenia forzosamente que atildarse.
mulgada. Precursora de los desastres de 1640, Ayudemos por nuestra parte en el ramo mi
en que Castilla, la Castilla de San Fernando y litar. Todas las reformas de Felipe V el Animo
de Isabel la Católica, necesita para defenderse so, tendiendo á la pueril pretcnsión de que nada
que vengan los que hasta hace poco llamaba «austriaco» quedase en pié, se reducen en los
desdeñosamente naciones (V. e. v.), parece que primeros tiempos á que el tercio se llame regi
esta desdichada Ordenanza está concebida en miento (V. e. v.) el maestre de campo, coronel
pecado, como entonces con evangélica humildad etc. etc. y por no repetir, V. Brigadier, Casa
se decia. Real, Guerra, Táctica.
Dejémosla, pues, y vengamos de un salto á Respecto á Ordenanzas, las do 1632 desapa
1700, en que sobre el sepulcro largo tiempo recieron con su inevitable fárrago de aclaracio
abierto de Carlos II, el hechizado austriaco, se nes, distinciones, ampliaciones. Por de pronto
levanta el vacilante trono de Felipe V, el hipo tal era laprisade «afrancesar,» que no habiendo
condriaco francés. tiempo material para traducir c imprimir, vi
No se explica, sino por razones que abonan nieron de Francia, escritas naturalmente é im
bien poco la dignidad del escritor, el constante presas «en francés», unas cuantas cargas de ór
empeño con que durante siglo y medio se ha denes y reglamentos sueltos.
pretendido que el aluvión de calamidades amon Y dirá el lector ¿porqué no vinieron Orde
tonado sobre España al. fenecer la dinastía aus nanzas? La razón es sencilla: porque ni entónces,
tríaca, y que reconocía por causas principales, ni mucho tiempo después la tenia el ejército fa
entre muchas accesorias, la holgazanería y la moso que nos servia de modelo. Si el lector
ignorancia fomentadas por la devoción, se disi quisiese hojear por otras páginas este dicciona
pó como por encanto á los pálidos y moribundos rio, por Brigadier, Casa Real, etc. se formará li
rayos del «sol» de Luis XIV, cuando, enterne gera idea del extremo desconcierto á que por
cido por nuestras súplicas, nos regaló á su nie entónces llegó el ejército ó, mejor dicho, el Es
to. Que durante la guerra civil (1702—171 4i y tado militar francés. En fin, zurciendo y tradu
después de ella, el partido vencedor se desatase ciendo, pudo llegarse á un «cuerpo de doctrina»
en panegíricos, seguro de que el vencido no los indigesto, que todavía conserva el nombre de
había de atenuar con sátiras, nada más natural; Ordenanza de Flándes (1701), primer relámpago
que durante el largo período de sopor ó indife de la espantosa granizada que nos había de caer
rencia en que el derecho divino y la absorción después. Porque ya, amigos y aliados de Fran
monárquica fueron las únicas nociones de lodo cia (como puede serlo el que es menos fuerte),
español, aquel más avisado y que las tuviese íbamos á trabajar juntos en el «ramo» españoles
más libres y extensas se guardase cautamente y franceses. Para arreglarnos la hacienda vino
de manifestarlas, por evitar cuestiones con los un commis llamado Orry; y para arreglar la po
Alcaldes de Corte ó con los Familiares de la In lítica una aventurera, ni siquiera jóven, llama
quisición, nada más prudente; pero que desdo da Princesa de los Ursinos. Orsini en italiano;
1833 se siga la rutina de cortar de un hachazo pero como los franceses, nunca fuertes en len
la historia de España por 1700, cosa os, repeti guas extranjeras, decían des Ursins, tradujimos
mos, que ya, no pudiendo achacarse ;'i miedo y literalmente de los Ursinos. Ambos personajes
servilismo, sólo puede provenir de nuestra ge introdujeron una gavilla famélica de buscavidas
nial incuria y negligencia. y arbitristas, que no podían ménos de «restau
Ábrase cualquiera historia, la de Lafuente rar» nuestro ejército. Todo con el órden y lógi
(consecuente liberal), y admira la frescura con ca que siempre suele prevalecer en España,
que él mismo se contradice en cada página de agravado con la impaciencia, la versatilidad y la
este capítulo de «felicidades» que nos trajo Fran impudencia francesas.
cia. No parece sino que, como en las comedias Así, un nuevo reglamento de 28 setiembre
de magia, se levanta súbito el lúgubre telón de 1704 modifica ya y trastorna lo resuelto. En 22
caverna, para deslumhrar al espectador con las febrero 1706, una Ordenanza, suelta por supues
arandelas y bengalas de la risueña decoración to, para los Guardias de Corps (V. Casa Real): esto
de gloria. Afortunadamente historiadores y crí era urgentísimo. En 30 diciembre, otra Orde
ticos de más fuste, como Cánovas, Bcnavides y nanza para Infantería y Caballería. Los Drago-
otros, van separando el grano de la paja, y qui mes (V. e. v.) tendrán luego la suya: en 22 fe
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brero, otra para Guardia Real; en abril otra, naciones habían simplificado; y comprende ba
para no sabemos qué; en el mismo año, 30 di tallas, disciplina, ejercicio, justicia, marchas y
ciembre, otro Reglamento para la paga, servicio hasta música. La redacción de este documento
mecánico y forma en que deberá subsistir (sic) tuvo lugar por orden de Luis XIV, á fines del
y servir la Infantería. El año 1706 no pudo ser siglo XVII y fué obra de Puysegur. Esta misma
más fecundo. Cinco ó seis Ordenanzas formales, ordenanza española se tradujo al alemán con el
entre los correspondientes reglamentos y acla titulo Kriegs-Artikel. Berlín. 1736». Tal dice
raciones. Todo muy malo; pero muy francés. Bardin.
Tanto, que en lo sucesivo ya ni se llamó ejér No puede negarse al general francés, cuya
cito español, sino, como se ve impreso en el obra espanta por lo laboriosa, grave autoridad
mismo Santa Cruz y otros, ejército de las dos en esta afirmación, y como, por lo dicho, nada
Coronas, (V. Bandera). Séanos licita una expre debe extrañar en 1701, pudo muy bien Puyse
sión grosera, populachera, de patriotismo ó de gur, tan ocupado á la sazón de análogo trabajo
amor propio nacional. Preferimos ser batidos en en su país, habernos dedicado misericordiosa
el siglo XVII con Meló, con Don Juan de Austria mente las primicias. Porque el mismo Puysegur,
el segundo, ccn Leganés ó Caracena, á deber en consta que muchos años después, siendo regen
el siglo XVIII la victoria á Berwick, á Vendóme te Felipe deOrleans, formó parte del Consejo de
ó á Crillon. la Guerra que por entónces se instituyó, cabal
Sigamos. Perdidos ya los pingües Estados de mente á titulo de redactor de una nueva orde
Flándes é Italia y parte de América, azotándo nanza que á la sazón se forjaba. Cuando Luis XV
nos el rostro Gibraltar y Menorca (1714), pudo empezó á reinar suprimió el Consejo, y en él
continuar con tranquilidad perfecta la tarea res quedó pendiente la obra de Puysegur.
tauradora y ordenancista. No tardó. Nueva Orde En otra parte hemos visto: Ordonhances de
nanza en 18 mayo 1716, revisión y acomodo de Puysegur dresseesparordre du feuRoipour la dis
1706. Decretos y órdenes sueltas desde 1711 cipline et pólice des troupes du Roi d' Espagne.
para organizar ingenieros (también un francés, Datées du 1 8 decembre 1 70 1 et 1 0 avril 1 702. In
Verboon). En 2 mayo de 1719, Ordenanza formal dudablemente la tierna solicitud del gran Luis
de artillería XIV no podía faltarnos en cosa tan baladí como
Todas estas traducciones y tanteos concur una Ordenanza. Y si, por la inversa, Puysegur
rían felizmente á incubar y fermentar otra era el plagiario, su derecho era evidente entre
elucubración más profunda, más filosófica, la «aliados». Duda es, que no daremos un ardite
Ordenanza de 1728. Fué redactada por una porque quede disipada. Nuestro propósito al di
Junta, en la que, hácia 1724, figuraban el mar vulgar estos datos y usar este estilo, no puede
ques de Lede (presidente), el duque de Osuna, ser más franco y manifiesto: escarnecer aquella
el príncipe de Maserano, el conde de Charny, el época desdichada, para desvirtuar en lo posible
conde de Marcillac, Don Pedro de Castro, Don las injustas alabanzas que aún se le prodigan.
Luis de Ormée, Don Andrés Benincasa. En 1726 Si el respetable conde de Clonard, por ejemplo,
la revisaron el conde de Montemar, inspector como oficial de la Guardia, y conde, y de origen
general de caballería y el conde de Símela de extranjero, encuentra, en uso de su derecho, lo
infantería. do bueno: nosotros, sin ninguna de lastres con
Registrando el voluminoso Diccionario de diciones, lo encontramos todo malo: rey, ejérci
Bardin y en un Catálogo bibliográfico que in to y nación.
serta bajo la rúbrica Auteur militaire (página Llegamos en fin á la Ordenanza de 1768, vi
483) nos encontramos con el siguiente artículo, gente en el momento en que esto se escribe, 1868
al que dejamos las erratas por no quitarle co —un siglo justo. Pero aquí ya sellamos el labio
lorido. algo suelto, y sin dejar de tener opinión propia,
«Ordonnanzas d' Hispania ouOrdonnanzas de la callaremos, prefiriendo otras respetables.
infantería, caballería y dragones, i vol. 8.° Afortunadamente Don Antonio Vallecillo,
Madri.1728.—Sorprende, continúa el autor, ver que en el largo trascurso de treinta años ha
á la milicia española, que durante el siglo XVIII dedicado con preferencia la sagacidad, algo su
contribuyó tan poco á los progresos del arte, la til, de su crítica y los esfuerzos de su perseve
primera en Europa que tuvo un reglamento tan rante investigación á ilustrar, comentar y re
sabio ya para la época, y que brilla como último volver de arriba abajo las reales ordenanzas, nos
rasgo de la antigua superioridad de su infante ahorra un trabajo á nuestro juicio estéril y por
ría. Sólo peca por el manejo de arma, que otras demás ocasionado. Sobre la ley, el hecho y e'
107
ORDE — s.'ío — ORDE
hombre que pasaron, la historia tiene derechos perfidias y rencores que hervian entre aquellos
indiscutibles; sobre lo vivo y vigente, la erilica palaciegos de inofensivo espadín y peluca em
tiene que encerrarse en limites fijados por loque polvada. Díganlo sino el motín de Esquilache
hoy, en francés, decimos -.'conveniencias». En (23 marzo 1766) que amargó la vida de Cár-
fodo este libro se procura respetarlas. los III; la terrible expulsión de los Jesuítas [1.°
A pocos años de promulgada la Ordenanza de abril 1767J; los enconados choques entre Gri-
1728, volvió la comezón de reforma que perpe maldí y Aranda, con sus respectivos bandos de
tuamente nos acosa. Hacia 1748 habría ya algu "aragoneses y golillas»; las estrepitosas caidas
na jcnta, pues una real orden de 24 diciembre de Ensenada, de Floridablanca, del mismo con
manda informar á los coroneles de regimiento de de Aranda(14 marzo1794)que, empujado por
sobre dudas ó dispulas del servicio en sus res el favorito Godoy, muere en el destierro por
pectivos cuerpos. Por entonces también se pu recompensa de sus relevantes servicios.
blicó la Ordenanza de Comisarios ¡V. Adminis Recordemos de paso, y como incidente, que
tración). Aranda fué elevado á la dignidad de capitán ge
El punto de partida para la ordenanza de 1 7C8 neral en 3 abril 1 763, con la promoción más exor
lo fija Vallccillo en 1749; y, como es de presu- bitante que registra la historia fecunda de
.miren tan larga preparación, tomaron parte más nuestros «ascensos por hornada». En aquel día
de veinte gf.nf.rai.es, entre ellos: Don Sebas se nombraron nada menos que un capilan gene
tian Eslava, el marqués de la Mina, el conde de ral, 10 tenientes generales, 47 mariscales de
Revillagigedo, Don Jáime Masones de Lima, Don campo, 64 brigadieres y 44 coroneles (!) Asi el
Antonio Manso, reformador, el marqués de Cas- ejércilo tenia 9 capitanes generales. 96 tenien
tremañes, organizador de las nuevas Milicias tes generales 158 mariscales de campo, 295 bri
Provinciales. Si en nuestros tiempos de electri gadieres y 654coroneles. Naturalmentese desea
cidad y vapor los expedientes caminan por lo re rá saber qué fáusto motivo produjo tan regia
gular en carreta, calcúlese su velocidad en el munificencia. Pues, fué la celebración con Te-
siglo pasado. En 30 noviembre 1751 sabe Valle- Deum de la Paz de París ilO febrero 1763). Ver
cilio que el proyecto de nueva Ordenanza pasa gonzosa paz, en que los ingleses, quedándose con
ba ú informe del marqués de la Mina, en 7 fe Mahon, nos «devuelven» la Habana y Manila.
brero 1752 al de Eslava. Aquel, por ejemplo, El Pacto de Familia será el cierno borrón de
criticaba la división en tratados pareciéndole este reinado.
mejor en capítulos, artículos y párrafos, (las Se ve, pues, que casi son avaros de «gra
de 1728 están repartidas en libros); otros busca cias» los actuales pronunciamientos; y volviendo
ban en la crítica desahogo á rivalidades y emu á la Ordenanza, se ve también que, sin seguir á
laciones. Por fin, el trabajo llegó á su término; y Vallecillo por su tortuoso caminó, se pueden en
en 1762 se publicaron tres de los seis tomos de contrar motivos no militares para explicar el
la nueva Ordenanza, que mandó observar desde anómalo y no por eso menos repetido incidente
luego la real órden de 27 abril 1763. Pero en el de contramandar boy lo que se mandó ayer.
mismo año se revocó esle acuerdo; se suspen Sea lo que fuere, el volteriano Aranda, según
dió la impresión; y la Ordenanza, á medionacer, la usanza de todos tiempos, disolvió la antigua
quedó virtualmente derogada ó como no nacida. Junta que presidia Don Jaime Masones con Don
Vallecillo, do quien se toma esta curiosa no Nicolás Labarre por secretario; trayendo 6 la
ticia, achaca la peripecia al influjo del conde nueva, y bajo su presidencia, á sus amigos O'Rei-
de Aranda y de su camarilla, entrando en largas Uy, Zermeño, Gazola, Manso, Bretón y Pazuen-
consideraciones «políticas» que de ningún modo gos. El secretario fue el coronel Don Antonio
reproduciremos. Todo el que conozca la árida Oliver, hechura naturalmente de Aranda, y que
historia de nuestro insípido siglo XVUI,que res luego subió á teniente general, reemplazando á
pecto á guerra no registra más que inútiles de O'Reilly en la capitanía general.
sastres, sabe que loque hoy llainamosnpolitiea», Sobre este Oliver. verdadero redactor de la*
y que entónces ni llegaba á «cabildeo», se con Ordenanzas de 1768, se ceba sin piedad Valle
centraba, no en la cámara, sino en la antecáma cillo en repetidos pasajes de sus criticas y co
ra de Su Majestad; pero no sólo el océano tiene mentarios. La acusación, leve á nuestro juicio,
borrascas, las hay también en lagos muy peque se funda en que «la desmedida pasión literaria»,
ños. En el estrur" ' 'iue hoy aturde A tantos, el atildamiento y galanura del secretario, que
de las plazas, ■ toy de la prensa, no por lo visto era literato, han producido en la
se esconde iartede las astucias, Ordenanza algunos, no muchos, defectos de
ORDE — 8 ORDE
redacción. El pecado es muy venial. Realmen no obstante, seguir hoy respondiendo, sin ana
te no hay razón alguna para que una Orde cronismo, á ciertos principios políticos y socia
nanza haya de estar mal escrita. Y si el «pri les sancionados por el tiempo, á ciertos cambios
mor de la dicción » hace algo esponjoso al radicales en el arte hilitar, y sobre todo á las
gún articulo, y en algún otro se sacrifica el necesidades prácticas del servicio diario en paz
nervio ó la exactitud á la pompa sonora de la y guerra. Esto es lo que vamos á averiguar.
frase ;.qué español, incluso Vallecillo, no cede á Desde luego, si el grado de conveniencia de
esta flaqueza, si quiere seroido ó leido por espa una reforma ha de medirse por la insistencia con
ñoles? En composición tan voluminosa, elevada que en ella se piensa, la de la Ordenanza está
forzosamente sobre los viejos cimientos france más que demostrada. Basta abrir el libro y leer
ses, no es de extrañar que se deslice algún gali la portada, igual á la de 1728: «Ordenanzas de
cismo, como: «vigilar sobre »; «con reflexión S. M. para el régimen, disciplina, subordinación
ú i; «data de las patentes» (art. 4. tít. 26. y servicio de sus ejércitos». La palabra Ordenan
trat. 2); ó «batir retirada» (art. 16. tit. 7. trat. zas en plural, ya indica que son más de una; y
6) por tocar retreta; y «hacer la revista» (art. 18. efectivamente hay más de cuatro distintas y
tit. 16. trat. 2) por pasarla. Algunos, y más gor confundidas á la vez Leamos el art. 1: «El pié
dos, se cometen hoy. Y pues de galicismos se de mi infantería compuesto hoy de Españoles,
trata, citemos otro más garrafal. El famoso ar Irlandeses, Italianos, Walones y Suizos observa
ticulo de las leyes penales, de «atravesar la len rá en su formación,» etc. Abramos porel tít. 6.
gua, por la blasfemia» que, sin aplicación nunca, trat. 1 . y tropezamos con este epígrafe: «Entre
viene manchando las Ordenanzas desde su pri ga de compañías vacantes al común y del común
mera edición, no es original nuestro: se lee á los provistos,» etc. etc.
igual, literal, en la Ordenanza francesa de 5 ju Fuera del enjambre de. aclaraciones, expli
lio 1 764, relativa al campo de asamblea de Com- caciones y derogaciones en detalle, que ordina
piégne. Así lo afirma el Dice, de Bardin en su riamente sigue á toda ley ó disposición general,
art. Chátiment. y que ya acosó á la Ordenanza en el siglo pasa
Recuérdese que en el mismo año 1768 se pu do y principios del presente, el primer conato
blicó en Francia una Ordonnanee, de la cual es de «reforma», que asoma ya 1811, coincide con
acérrimo enemigo este mismo general Bardin, el terrible, pero saludable sacudimiento que á la
que la llama plagio de una obra de Bombelles, ti adormecida España imprimió la Guerra de la
tulada Nouveaux Mémoires sur te service de l' in- Independencia. Concluida ya, se repite con más
/anterie, publicada en París en 1719 y luego en empeño la tentativa en 1815. La comisión de je
1 746 y 1754. Desconociendo la obra, no pode fes y oficiales de todas armas á las inmediatas
mos comprobar lo que de ella puedan haber to órdenes del ministro de la guerra, y que luego
mado las dos ordenanzas contemporáneas, fran por Real órden de 19 abril de 1820 fué declara
cesa y española. da auxiliar de la Junta Consultiva de guerra,
Entrambas señalan un progreso indisputable tuvo á su cargo la formación de nueva ordenan
en la cosa militar. Nuestra Ordenanza de 1768, za y reglamentos. El trastorno político de 1820
con toda su desigualdad de lenguaje y su falta vuelve á poner en 1821 esta grave cuestión so
de método, encierra principios que hoy mismo bre el tapete. El Depósito de la Guerra, por su
llamamos liberales y «filosóficos» y que llevan organización de 7 setiembre 1822, constituye la
medio siglo de delantera á los de la sociedad en sección 6.a exclusivamente destinada á «reforma
general. Ya no se enaltece la «sangre ilustre» de ordenanza». En la ominosa década esto duer
como en 1632, á pesar de seguir dominando con me como duerme todo, ménos los rencores po
mayor fuerza las mismas ideas en el Estado ci líticos. Pero al iniciarse el movimiento definiti
vil; el juicio por jurado, el Consejo de guerra, no vo de Í834, ya en 1835, en lo álgido de una guer
lo tiene, ni quizá puede tenerlo un siglo des ra civil, en 1839 á su declinación, se piensa de
pués, la sociedad española; y por entre las du nuevo y se nombran las inevitables juntas revi
rezas irremediables del oficio, brilla siempre, sores. Tres años después tomó el asunto ya pro
como estrella de consuelo, aquel derecho de «lle porciones «parlamentarias».
gar hasta el Rey con la representación de su El marqués de Rodil, leyó en las Córtes de
agravio». 1842 un preámbulo del proyecto de ley sobre
Resueltamente, la Ordenanza de 1768 en su revisión de las ordenanzas militares que decía:
parte esencial y elevada es inmejorable: mirada «La revisión de las ordenanzas militares es una
desde 1868 es un venerable monumento. ¿Puede, necesidad hacemucho tiempo reconocida, no por

>
ORDE - 852 - ORDE
que convenga ni sea lícito alterar los eternos prin que en primer lugar nos referimos, demuestra
cipios de órden y disciplina, que constituyen en la verdad de nuestro aserto. Y no puede serotra
la parte esencial ese respetable monumento de cosa; ni hay estudio, ni hay celo, que baste para
saber y de experiencia; sino porque muchas de enumerar lo innumerable, para coordinar lo in
sus disposiciones secundarias han caducado en clasificable, ni retener en la memoria tanto fár
teramente, ó exigen al menos grandes modifi rago de disposiciones, á veces contradictorias,
caciones, como no podía menos de suceder des derogadas las unas, vigentes á medias las otras,
pués de un trascurso de más de 7 4 años, aún inaplicables éstas, nunca aplicadas aunque en
cuando no hubiesen sido tan fecundos en ade su fuerza y vigor aquellas, por impremeditadas,
lantos de la ciencia de la guerra y en variacio por reflejo fugaz de existencias ministeriales rá
nes políticas como los que han pasado desde pidamente devoradas, por respirar la pasión po
1768». lítica del momento y por mil y mil razones que
En 1843 y 18 insiguieron nombrándose nue no necesitamos especificar por demasiado sa
vas Juntas; y en 4 8 47 otra novísima y de «nota bidas».
bles» en que descollaba el conocido ingeniero En el vecino imperio, nuestro antiguo y tíráui-
Várela, que, por su atildada pluma, venia á ser co modelo, no están mucho más medrados, según
elOuvER de aquellos tiempos. Esta junta terminó se deduce de estos párrafos de un cabal soldado y
y entregó su voluminoso trabajo; y en 1853 el eminente escritor: «Foresta fiebre de hacer, de
ministro de la guerra Blaser, determinado re deshacer y de rehacer, la cosa militar está some
sueltamente á publicarlo, mandó qne se hiciese tida á trasformaciones tan frecuentes y en tan
una rápida y postrera revisión por todos los Ofi diversos sentidos, que ha llegado á ser muy difí
ciales de la SECRETARÍAde laGuerra, juntos en co cil ya percibir bien la sucesión y la lógica. Se
misión, de la que fue secretario, por más mo concluye por olvidar hasta lasque no son absolu
derno, el que esto escribe. El pronunciamiento tamente contemporáneas; y así vemos repetirse
de 1854, al barrer como de costumbre las oíici- un hecho verdaderamente singular: de una ge
cinas, echó no sabemos dónde aquel importante neración militar á otra, más aún, en el curso de
trabajo, si no perfecto, bastante completo, pues una misma generación, por estar mal informa
sólo faltaba el tratado 6.° de Justicia ¡V. e. v.) dos de las experiencias hechas por nuestros ante
que en 1867 duerme, según parece, en la Sec cesores, volvemos á empezar de buena fé esas
ción de Guerra y Marina del Consejo de Estado. experiencias ya juzgadas, condenadas muchas
Esta es (hasta 1868) la larga y lamentable veces por una larga práctica, como si fueran en
historia de la Reforma déla Ordenanza. ¿Convie teramente nuevas! Podria citar sobre ésto nume
ne insistir en ella? Evidentemente. rosos y expresivos ejemplos».
Quejándose Don Serafín Olave en sus exce «Asi, mientras que las reglas hau perdido
lentes Eslwlios jurídico -mililares (Asaiirlea. sencillez, también han perdido fijeza. Tenemos
1865. pág. 121) de lo descosido é incoherente de hoy en el ejército, para reglamentar el mismo
nuestra legislación militar dice: «por la circuns órden de hechos, una multitud de prescripcio
tancia de haber trascurrido un siglo desde que nes y preceptos, que no siempre están de acuer
se publicó este Código, se deduce igualmente lo do entre sí y aún algunas veces en flagrante con
imposible que había de ser su exacta aplicación tradicción. El cargo de los funcionarios milita
en nuestra época y el cumulo de disposiciones res dedicados á la ejecución está erizado de di
que han venido á adicionarle: produciendo tal ficultades, de incertidumbres, de inquietudes
confusión, tal caos, que en el dia puede afirmar por su responsabilidad. Acontece con frecuencia
se 'sin riesgo de ser contradicho por nadie) es que, después de laboriosas investigaciones, en
general la ignorancia del derecho militar, no sólo cuentran preceptos que al parecer justifican re
en los que sirven en las filas, que no tienen tiem soluciones diferentes y acaso contradictorias.
po bastante ni proporción para enterarse á fon Perplejos invocan la autoridad ministerial pi
do de la materia, sino entre los mismos fun diéndole un decreto, que también se inserta en
cionarios encargados con especialidad de su es el libro de las reglas, y que viene á añadir un
tudio y aplicación, como á cada momento lo es nuevo comentario á los numerosos comentarios
tán demostrando las dudas, disentimientos y que ya embrollan el asunto en discusión».
faltas cometidas en este ramo, cuyo número ex «Las leyes, las pragmáticas, los decretos, las
cesivamente crecido en comparación con el to reales órdenes derogadas, unas del todo, otras
tal de asuntos, sobre todo en la jurisdicción fa en parte; ciertos reglamentos, sino derogados,
cultativa y extraordinaria de Guerra que es á la cuidos en desuso por la fuerza de las cosas; otros
ORDE — 853 — ORDE
vigentes; los modernos explicando, completando emprenda á brazo partido con las indigestas co
ó contradiciendo los antiguos; todos, en fin, se lecciones de Colon y Portugués, de Artalejo y
suceden, se amontonan, se chocan, en esa colec Avecilla.
ción legislativa WamadaJournalmilitaireofficieU- La Ordenanza Ilustrada de Vallecillo ha en
«Esa terrible colección es la prueba contun vejecido en veinte años: en el dia ya puede lla
dente de nuestra movilidad de miras respecto á marse anticuada, por no regir casi ninguna de
la dirección de los asuntos militares. Es el in las disposiciones que contiene.
dispensable auxiliar, pero al mismo tiempo el Pero—preguntrn los escépticos y libre-pen
azote, de cuantos en el ejército tienen obliga sadores—¿para qué Ordenanza, nueva ni vieja?
ción de conducir y ejecutar. El dia de la fecha En efecto la respuesta es embarazosa, si se acep
tiene esa colección, extensible hasta el infinito, ta este doloroso párrafo del atrevido comentador.
nada menos que 150 volúmenes: muchos debe «Basta recordar aquí el apotegma de que la
rían suprimirse por haber cesado su aplicación; letra mata y el espíritu vivifica, para que me
pero el estar envueltas y entrelazadas sus mate ahorre cuanto pudiera decir sobre la imposibi
rias, obliga ¿ conservarlos sin laguna; y' todo lidad de que estas Ordenanzas, ni otras algu
regimiento que rauda de guarnición no tiene nas, puedan ser literalmente cumplidas; por
más remedio que arrastrar consigo este em que por efecto de la explicación de ellas unas
barazoso impedimentum» . veces, ó por defecto de comprensión en los que
«Es evidente la necesidad de que cese esta las han de cumplir otras, no pueden ser en el
complicación, esta confusión que terminará en mayor número de casos literalmente cumplidas».
el desorden. Urge simplificar, coordinar las re (Vallecillo. Com. al art. 22. tit. 46. trat. 2.
glas, trayéndolas á la unidad de doctrina: sim Oblig. del coronel. T. [. pág. 459).
plificar, coordinar los medios, trayéndolos á la Otros, también pesimistas y con más torcido
unidad de ejecución. Ma» ¿cómo realizar este sesgo, repasan la siguiente desastrosa lista de
deseo en un tiempo en que los asuntos todos — movimientos insurreccionales, que los periódi
pequeños, medianos, grandes—convergen y se cos suelen insertar de vez en cuando, y que tam
aprietan hacia el centro gubernativo para obte bién reproducimos, porque la enfermedad, por
ner solución? Por razones que no son de este lo crónica y asquerosa, no ha de curarse con
lugar las cuestiones más triviales no se conside paliativos, sino con hierro y fuego, con pública
ran bien resueltas, si no lo han sido por el mi exposición á la vergüenza.
nistro en persona. Ninguno de los depositarios Recortemos con tijera la columna de un pe
del poder, en sus varios escalones, quiere com riódico de 1867, que dice así:
prometer ni empeñar su propia responsabilidad. En España, durante la monarquía pura, no
Todos pierden asi el hábito de estatuir, y de paso ha habido un momento de reposo, ni de calma,
el de estudiar los asuntos; porque evidentemen ni de estabilidad alguna. Es reinstalado el mo
te el estudio no puede ser atento, sino en propor narca en el trono en 1814 , derriba el régimen
ción á la responsabilidad que imponga la reso constitucional, restablece la monarquía pura, y
lución que se tome. Naturalmente los puntos de á la misma raíz de estos acontecimientos, se des
interrogación asedian al ministro, le abruman, le cubre ya una conspiración en Cádiz, é intenta el
absorben por completo: y al fin sucede que general Mina, con desgraciado éxito, apoderar
«quien debe guiar el carro se pone á tirar de él» se de la ciudadela de Pamplona.
como decia el mariscal Bugeaud .—No puede En 1815, mientras España perdia en el Con
imaginarse sistema más contrario á la unidad, greso de Viena los laureles conquistados en la
á la amplitud, á la solidez en la dirección de los gloriosa guerra de su independencia, se levan
negocios, ni más opuesto á la educación de los taba el general Portier en Galicia, pereciendo en
funcionarios militares, al valer de su cargo, á el cadalso.
su dignidad, á su prestigio». (L armée fran- Al cadalso subió también en Madrid en 1816
caise en 1 867). el comisario de guerra Richard con sus compa
En nuestra vida actual, tan rápida y agita ñeros, entre ellos Yandiola, á quien se aplicó el
da, es ejemplo ya muy raro la antigua laborio tormento, por la conspiración llamada del trián
sidad benedictina. Un suelto acerado de gaceti gulo, á la que se atribuía el intento de restable
lla vale por veinte volúmenes en folio: es lo que cer el gobierno constitucional y de atentar á la
el torpedo americano al viejo navio de tres vida del rey.
puentes. Y realmente no puede exigirse en con Igual desastroso fin tuvo el general Lacy
ciencia que todo militar á cada triquitraque la en 1817 al levantarse con tropas en Cataluña.
ORDE — 8oi — ORDE
En 1818, otra insurrección en Valencia, con enfermedad, después con la muerte de Fer
tra el capitán general Elio, cuesta la vida al te nando VII.
niente coronel Vidal, á Bertrán de Lis y once ¡Qué reinado! ¡(Jue monarca, que familia
conjurados más. real y que subditos tan desgraciados! El palacio
El ejército de la isla da ya en 1819 las pri hirviendo en intrigas, el hermano revolviéndose
meras señales de insubordinación; pero es sofo contra el hermano, el fuego de las conspiracio
cado el movimiento en las inmediaciones del nes rugiendo en las entrañas de esta desgracia
Puerto de Sania María. Y llega 1820, en que da tierra, la administración y gobernación del
triunfa la insurrección al fin, siendo derrocada Estado reducida á descubrir y rechazar rebelio
la monarquía pura. nes y á levantar cadalsos, los servidores del rey
Cien mil franceses, y los desatinos y exagera pasando diariamente de la cumbre del poder al
ciones de los liberales hicieron recobrar al mo abismo de la degradación y el infortunio. Pasaje
narca la plenitud de sus derechos soberanos; ra y fugaz la existencia de los ministerios, sólo
pero ¡qué soberanía! A pesar de las terribles ba un hombre supo conservar algunos años la regia
yonetas extranjeras, ¡qué serie de conspiracio benevolencia.
nes, de sublevaciones y trastornos, ya en senti Si la monarquía constitucional no ha dado
do ultra-realista, ya en sentido liberal! entre nosotros desgraciadamente la estabilidad
En 1 824 se levanta en Aragón el brigadier necesaria á los ministros responsables, la mo
ultra-monárquico Capapé, y los voluntarios rea narquía pura devoraba mucho más de prisa á
listas queman en Madrid el reglamento de su or sus secretarios del despacho. ¡Y entretanto Espa
ganización decretada por su rey y señor, mien ña gastando sus últimos recursos en mantener
tras que el general Valdés se apodera de Tarifa, 1 un ejército extranjero! ¡La España de 1808, e'
y otras partidas liberales aparecen en aquellas i león indomable de la guerra de la Independen-
costas. La que desembarcó cerca de Almería i cia! ¡No hablen, no, dt Zaragoza, de Bailen y de
costó la vida á 24 prisioneros, siguiéndose des | Gerona los defensores de la monarquía pura! Si
pués persecuciones sin numero. i es verdad que todos los españoles, todos los par
Es vencida en 1825 la insurrección carlista tidos concurrieron á tan magnificas proezas, ni
de Uessieres; sofócanse diversas conspiraciones el gobierno supremo de la nación era del anti
en varios puntos; descúbrese en Granada una guo régimen, ni tienen derecho á monopolizar
logia de masones y mueren ajusticiados los apre esas glorias precisamente los que pidieron á los
hendidos. pocos años el auxilio de las bayonetas francesas.
Los hermanos Bazan, en 1826, se insurrec Todavía otro recorte de periódico, del mismo
cionan y sucumben en las costas de Alicante por año, individualiza más. Leamos.
la causa liberal, y ya en el mismo año comien Un diario progresista ha hecho una triste his
za la gran sublevación carlista, que continua y toria de másde sesenta alzamientos militares que
se propaga en 1827 y que ocupa seriamente lá han ocurrido en España en el espacio de cin
atención del rey y de su gobierno en los años cuenta y ocho años. Esta reseña explica el estado
inmediatos. ■ de nuestra patria, y en ella cabe responsabilidad
Las invasiones desde el extranjero por Na por desgracio á todos los partidos; si bien hay al
varra, Aragón, Cataluña, Galicia, á cuyo frente zamientos que, como el de la independencia, tie
figuraron Mina, De Pablo, Méndez Vigo, Milans ne todas las legitimidades y todas las sanciones
y tantos otros, fueron rechazadas y vencidas en de la moral y de la historia.
1830. Héaquí esta lista, de la cual hemos descarta
El suplicio del general Torrijos con sus com do la página gloriosa del Dos de Mayo, que no
pañeros de infortunio y la muerte del ex-minis- puede confundirse jamás con otros sucesos de
tro de la guerra Manzanares, no fueron en 1831 nuestra historia contemporánea:
los únicos acontecimientos que llenaron de luto El año 1 i intentó el general Mina un alza
á Andalucía. Hubo además el alzamiento del ba miento para restablecer la Constitución de 1812.
tallón de marina en la isla, la muerte del coro Poco después los generales Lacy y Polier si
nel Hierro y la rebelión frustrada en Cádiz, cer guieron su ejemplo, proclamando la misma Cons
rando este triste catálogo la conspiración en Gra titución.
nada que llevó al cadalso á Mariana Pineda. El año 20, Riego, Quiroga, Arco Agüero y
En 1832 hay conspiraciones en el Ferrol y López Baños, se alzaron con algunos batallones
Santiago, en Valencia y Cataluña, hasta que en en la provincia de Cádiz: enviando á combatir
4833 viene la gran explosión, primero con la los é O'Donnell, conde de La Bisba!, se sublevó

á
ORDE — 855 — ORDE
como pilos en Ocafia, con toda su división, pro Celis y el general Iriarte, se alzaron con casi to
clamando la Constitución </e/12. da la guarnición de Galicia en favor de la mis
El año 22 se sublevaron en Madrid cuatro ma Constitución.
batallones de la Guardia real, proclamando al El año 18 los dos Ametller y Betllera volvie
rey neto. ron á alzarse en Cataluña, en favor de la misma
El año 24 se alzó Bessicres con cuatro com Constitución.
pañías contra Fernando VII, llamándole franc En el mes de mayo de aquel año, el coman
masón por no haber restablecido el Santo O/icio. dante Buceta se alzó en Madrid con el regimien
En los diez últimos años de aquel reinado, to de España para derribar la Constitución del 45.
Valdés, Manzanares, Torrijos, Vidal, Márquez, Dos meses después se alzaban en Sevilla los
Chapalangarra, Milans, Mina y otros jefes pro comandantes Portal y Gutiérrez, con un batallón
movieron varios alzamientos proclamando la y tres escuadrones, también en contra de JaCons-
Constitución del 12. titucion del 45.
En esta época, la infantería de marina, de El año 54 se alzó en Zaragoza el brigadier
guarnición en la Carraca, se alzó también acla Hore á la cabeza de su regimiento, sin desplegar
mando la Constitución. bandera determinada.
Muertoel rey, Santos Ladrón. Moreno, Eguia, El 28 de junio, los generales Dulce. O'Don
Jáuregui, el conde de España. Urbistondo, Zu- nell, Messina, Ros de Olano. Serrano y Echagüe
malacárregui y otros jefes, se alzaron procla se alzaron con 1,700 caballos y 800 hombres
mando á Carlos V. del regimiento del Príncipe, sin desplegar tam
El año 35, Cardero se alzó en Madrid con un poco, por el pronto, bandera determinada; hasta
batallón para sustituir al Estatuto la Consti que el 7 de julio dijeron: queremos un trono
tución. sin camarilla que lo deshonre.
El año 36, 3,000 hombres de guarnición en Pocos dias después se alzaron el coronel Man
la Granja, mandados por tres sargentos, se alza so de Zúñiga, con el regimiento de Navarra, en
ron, obligando á la reina Cristina á jurar la Barcelona, y el capitán general del principado
Constitución del 12. La Rocha, con toda la guarnición; y tras de éste
El año 38, Narvaez y Córdova, intentaron en todo el ejército, adhiriéndose al programa de
Sevilla un alzamiento retrógrado, que abortó, y Manzanares.
que no llegó á desplegar bandera terminante. El año 55, el comandante Corrales se alzó en
El año 40, el ejército, á las órdenes de Es Zaragoza con dos escuadrones, proclamando á
partero, secundó el pronunciamiento contra la Carlos VI.
regencia de Cristina. En julio del año 56, el general Rios, coman
El año 41, Concha, O'Donnell, I.con. Borso dante general de la provincia de Gerona, se alzó,
di Carminati y otros se alzaron en Madrid, Pam con una parte de las tropas que mandaba, acla
plona y Zaragoza, para restablecer la regencia mando la Constittwion del 56.
de Cristina. En aquellos dias se alzó el capitán general
El año 43, Serrano, Prirn, Ortega, N'arvaeZi de Zaragoza Falcon, con sus tropas, aclamando
Concha, Figueras, Lara, Azpiroz y otros, se al la misma Constitución.
zaron para derribar la regencia de Espartero. Lo mismo hizo el general Gurrea en Logro
El mismo año Ametller, Martell, Betllera, ño, repitiendo el grito de Constitución del 56.
Barges, Paz. Herbelln y otros, se alzaron en Ca El comandante del regimiento de Aragón se
taluña con varios batallones, proclamando la alzó en Málaga, invocando las Cortes Constitu
junta central. yentes del 54 y su Constitución.
El Capitán D. José Ordax Avecilla secundó En julio del 59 fueron ejecutados ó enviados
en León el movimiento centralista. á presidio varios sargentos en Alicante, Sevilla
En los primeros dias del año 44, el coronel y Olivenza, por considerarlos complicados en el
Boné se alzó en Alicante y los generales Santa plan de un alzamiento republicano.
Cruz y Ruiz le secundaron en Cartagena con el El año 60, el general Ortega, capitán general
regimiento de Gerona, todos aclamando á Es de las Baleares, se presentó con más de 3,000
partero. hombres de la guarnición de su mando en San
Algunos meses después el general Zurbano Cárlosdela Rápita, para proclamará Montemolin.
y sus hijos se alzaron en la Rioja, para restable El año 65 hubo, segun parece, tentativas de
cer la Constitución del 37. un alzamiento militaren Valencia, que no llegó
El año 46, los brigadieres Solis y Rubín de á estallar ni á definir su bandera.
ORDE — 856 — ORDE
El dia 3 do enero de este año se alzó el ge tica diaria, algún pensamiento fecundo que do
neral Prim á la cabeza de 700 caballos, y á los sube por falta de alas, advertencias de escollos
diez y nueve días entró en Portugal, etc. y convenientes sondeos en las capas inferiores
Desgraciadamente, en vista de esto, no es tan de nuestra abigarrada oficialidad.
inoportuno exclamar ¿A qué Ordenanza? La reforma de la ordesanza—volvemos á in
Por nuestra parte no somos tan pesimistas. sistir—no es tarea de ciega demolición, sino de
Comprendemos bien que, ántes que el ejército, reconstrucción artística, artificiosa: es, si pudie
debe organizarse y encauzarse de una vez el ra usarse lenguaje forestal, labor menuda de poda
pais. ¡Tarea difícil, á la que nuestra generación y escamonda de ramas viejas, inútiles ó muertas
no veril el término! ¿Y desmayaremos por eso? con manos acostumbradas, más bien que de ha
Si la libre y opulenta Inglaterra cerró en 1688 chazo en el tronco con el brazo vigoroso del leña
el sangfiento catálogo de sus discordias arma dor. El tiempo con su guadaña tiene ya hecha
das, fué después de siglos, singularmente el la mitad de la tarea ¿quién recomienda al sol
XVII, de hórridos desastres. Poco adelantó dado que empuña una carabina Minió, Berdan ó
Francia, en punió á quietud y á disciplina, con Remington que conserve «las dos famosas pie
su 89 y su 93, su 15, su 30, su 48 y 51. Italia, dras con sus zapatillas de baqueta»? ¿Quién hi
Austria, Prusia misma ¿,no están hoy en pleno zo desaparecer la «vara del cabo»? ¿Quién, sin
hervor constituyente? Consolémonos, si es con clh, imprime al actual soldado su marcial apos
suelo que los demás tampoco acierten. tura y su intachable policía?
Persuadidos estamos de que en España no Difícil es sin embargo mantener en el fiel
hacen falta leyes, sino costumbres: y estas só una balanza, cuyos platillos tan rápidamente
lo el tiempo puede traerlas y afirmarlas. Por oscilan al peso de los partidos y de sus pasio
eso no opinamos con los que pretenden que nes. El más avanzado, que en 1867 toma con
la Ordenanza sea nueva, esto es, la derogación ab sistencia democrática y republicana, tiene la
soluta y rencorosa de todo lo viejo. Táchese enho manía imprevisora de resucitar con ruidosas
rabuena lo malo, lo incompatible, lo impractica apoteosis hechos que ninguna let militar podrá
ble; pero no con la veleidad francesa, sino con el absolver, ni consideración política atenuar. El
pulso, el tino y el envidiable patriotismo inglés. retrógrado, á falta de una aristocracia que nun
En esa tierra afortunada nada se «deroga» como ca ha existido como cuerpo, quiere apoyarse en
nosotros lo entendemos. El país entero ha logrado la teocracia que se va ó se fué, olvidando que
adquirir un sentido tan sesudo, tan práctico de los tiempos se suceden, pero no se parecen. Pa
la vida política y social; sabe ya encadenar con ra aquellos la ordenanza es imposible y el ejer
tal acierto y sin la menor sacudida la tradición cito también: para estos otros, ya que no en ud
y el progreso, que le parece ridicula esa fórmu convento, el país se ha de convertir en un cuar
la absoluta y derogatoria, que muchas veces sólo tel: sólo de esc modo es gobernable. Nunca
por cortos momentos satisface el pasajero capri sobrada autonomía para aquellos: jamás bastan
cho de una vanidad ministerial. Nada pronun te atonía para estos, linos y otros, para cons
cia el frió labio inglés con tanta expresión de pirar, rasgan sin escrúpulo la Ordenanza «ga
ternura, como su constante Oíd England, vieja bacha» de 1768: escalado el poder, la ponen
Inglaterra! No seria tan despreciable la vieja compungidos sobre su cabeza con reverencia fa
España, cuando más de una vez la hizo temblar risaica. En julio de 1866 el gobierno, bajo la
con sus tercios viejos. triste vibración del 22 de junio, cubrió literal
Respetemos, pues, lo viejo cuando es bueno, mente al ejército de exhortaciones, de homilías,
probado y praticablc. La vieja Ordenanza de como chuscamente se llamó la maciza procla
1768, lo que exige con premura ya, es una in ma del 30 de noviembre. Los capellanes de re
teligente «restauración»: para lo cual no se ne gimiento (sic) recibieron encargo de avivar en
cesitan muchas personas, sino, como para una sus ovejas el sentimiento religioso (histórico). Se
vieja catedral, un solo arquitecto. —¿Se quiere trató de restablecer el rosario y la Guardia Real.
aplicar el sufragio universal? No hay el menor Sólo en nuestra sabia Ordenanza, en nuestro ve
inconveniente. Que cada uno escriba — como nerando código había salvación para el ejército
hoy se está haciendo en Francia—cuanto se le (y para el partido neo-católico). Era menester
ocurra sobre el asunto; pero con suma concisión volver el ejército al año 1704 (I). Esta frase cor
y en plazo cortísimo. Quizá llegaran á la .<esfera rió como pronunciada por el brigadier insurrec
del gobiernon, entre simplezas ó desatinos, mu to y desgraciado de 1837, por el general insur
chas ideas que sólo nac y de la prác recto y afortunado de 1843. Para desvirtuar, ya
ORDE - 887 - ORDE
qae no refutar esa malhadada frase que logró pasión en 186" ante los Spencer, Viochester y
aplauso en algún imbécil ó adulador, y que sólo demás repetidores. La «marcha á la prusiana» ya
demuestra un desconocimiento lamentable de no la usaban en 1830 más que los maestros de
nuestra historia militar, nos permitimos en este baile. El «paso triplicado de Luchana», en 1840,
artículo y en otros breves caricaturas con tra llevó al hospital á todos los cornetas. Si tales
zos de carbón, asi de los últimos años de Cárlos «menudencias» ha de estatuir, reglar, prevenir
II el Hechizado, como de los primeros de Feli y precaver una Ordenanza, fuerza es convenir
pe V el Animoso. Si ridículo es el cardenal Por- en que la obra será babilónica: si ha de dar gus
tocarrero coronel del regimiento de la chamberga to á ciertos militares, la obra es imposible, lin
en 1680, ridiculo sigue siendo el mismo carde ordenancista (V. e. v.) de 1830, cuyo corbatín
nal en 1 704, coronel de la «tardía real. ¿Tan emballenado le ensangrentaba las orejas, no
difícil es en un país ya mayor de edad encon puede comprender que haya Ordenanza con
trar una legalidad común, según ahora se dice, oñcialitos desabrochados y enseñando la nuez.
y aceptable para todos en asunto tan trascenden Porque—triste es confosarlo—militares hay,
te como la Ordenanza del Ejército. Aún en ple y no pocos, para quienes la Ordenanza no va más
na guerra civil os forzoso que cada partido de allá: pero como aquí se escribe para que se
por sí tenga ordenanza y disciplina. Tan puni «lea», y esos ordenancistas no abrirán este libro
bles fueron y siguen siendo los desórdenes cris- porque «les estorba lo negro», bien podemos
tinos en 1 830, como los desórdenes carlistas en reimos á mansalva y seguir afirmando que la
1839. Todos maldecimos á la cobarde soldadesca nueva Ordenanza no debe incluir puerilidades.
que manchó la gloriosa página de 1808 con la Lo es v. g. en la vigente que «una muda de cua
sangre de Filangieri y de San Juan. Y los repu tro centinelas »e conduzca en una fila»; pues si
blicanos tampoco olvidarán que los batallones el centinela está en un campanario ó al otro la
franceses de 1792, después de sus primeros pá do de un arroyo que se pase por una tabla, el
nicos y atropellos, se rigieron por la Ordenanza «sabio código» queda «barrenado»; pero, tanto
imperfecta é inconexa que tenia artículos de en los tiempos de Moisés como de Prudhon; esté
Louvois, de Puysegur, de Choiseul y de Guibert. armado el centinela con ballesta, con arcabuz,
Bien podemos dejar en pié nosotros algunos de con fusil repetidor; sea en guerra civil, religiosa
Montemar y de La Mina, de Aranda y de Oliver. ó nacional, lodo centinela que se duerme, que
Porque, á nuestro juicio, no es tan ardua ni abandona, que no defiende su puesto, ha sido,
pavorosa esa larga empresa de reformar la Or es y será condenado á la pena más rigorosa «que
denanza. La primera y fundamental condición esté en uso». Al oficial no ha de decirle la Or
de la nueva debe ser la concisión, la brevedad. denanza que vista levita de dril en la Habana
Cada artículo un aforismo (V. e. v.) liso, llano, y de paño en Madrid; pero sí le inculcará fuer
inteligible, tan sólido y aplicable á ejércitos mu temente que en toda latitud geográfica, con frío
sulmanes ó protestantes, como á ejércitos jesuí ó calor, conserve ileso su honor, que ame á su
tas. Si Alcalá Galiano, muy conocedor de los patria, que obedezca y respete á sus jefes, que
ingleses, quería que la Constitución del Estado cuide á su tropa, que «estudie» su obligación y
cupiese en una medalla del diámetro de un es que la «cumpla» leal y puntualmente.
cudo; nosotros quisiéramos también que la Or Despojada, como pretendemos, la vieja Or
denanza se imprimiese en un librillo de fumar, denanza de 1 768 de algunos galicismos,- de al
para que acompañase holgadamente al escudo gunos primores de Oliver (sólo por complacer á
en el bolsillo del chaleco. Vallecilloj; de algunas definiciones inexactas;
En los artículos Dogma, Doctrina, Instrucción del tecnicismo ya anticuado; y del fárrago de ni
y otros se ha procurado deslindar bien lo poco miedades ó disposiciones «transitorias» con las
que en la profesión y en el arte militar hay de circunstancias y hasla con las modas que las
inmutable, de permanente, de sagrado, y lo ocasionaron, quedaría un fuste, duro y seco en
mucho de variable, pasajero y contingente. La verdad, mas por lo mismo sin huelgos, vacíos
plancha de bronce con que se grabó la famosa ni contradicciones; sin rendijas para la interpre
«carga en once voces» y cincuenta tiempos, que tación; sin estorbos para la memoria; sin logo
acibaró nuestra niñez en el Colegio, cae hecha maquias ni anfibologías. A este catecismo del
polvo, no al impulso de sangrienta rebelión, si dogma militar, ya que por reverencia no se le
no entre las carcajadas de los actuales alféreces llame evangelio, deben acompañar dos largos
á la sola presencia del Chassepot ó del Peabody: reglamentos, conexos, gemelos, independientes,
como estos mismos fusiles van ya causando com relocables cada decenio si se quiere; uno, para
108
ORDE — fi.'iS — ORDE
el servicio de guarnición, y otro para el servicio ra se haga con igual puntualidad y desvelo que
de campaña. Cualquiera puede hacerlos, lomando al frente del enemigo» hace una recomendación
lo que convenga a Espaiia de los de Francia, expresiva y oportuna. Dentro de nuestras cos
Italia, Austria y Prusia que son excelentes y tumbres ya no cabe interpretar que un recluta,
probados. El reglamento táctico de las armas de en plena paz, si se duerme estando de centinela
be sor tan elástico y variable como lo es el arle en guardia de honor á la puerta de una autoridad
mismo. Si hoy se forma en dos filas, mañana de un museo ó monumento público, sufra igual
puede que se vuelva á formar en ocho; si hoy pena que el escucha avanzado en campaña, que
todo es línea y esponjamiento y gucrrillon, pue por miedo, descuido ó traición entrega un pues
de volverse al escuadrón cuadrado de Rorroi y á to y quizá una rrigada. Un código militar sólo
las columnas cerradas de VVatcrloo. La adminis debe contener la calificación y graduación de
tración militar podia compendiar en reglamento, faltas y delitos militares, con su sanción penal
variable también, pero redactado con lógica y correspondiente. En tiempo de paz la violación,
trabazón, todo lo que concierne á sueldos, víve el homicidio, el contrabando deben ir á ley co
res, municiones, material fijo y costoso. mún. El deslinde es lo principal y ciertamente
Para toda esta parte puramente moral y mili lo más difícil. Es evidente que señalando la ley
tar, técnica y científica, la dificultad no es in militar deberes especiales no comprendidos en
vencible; pero la Ordenanza no es esto solo: tiene esa ley común, crea delitos que no lo son para
que abrazar elementos de Organización, palabra el resto de los ciudadanos y una represión espe
que se define más abajo, y sobre todo de Justi cial también. Y aquí entra de lleno la debatida
cia militar (V. e. v.). Aquí se atascó el proyecto y realmente ardua cuestión de unidad de fuero.
de reforma de 1853, y aquí es donde siempre (V. e. v. y Justicia).
surgirán gravísimos embarazos. Nuestra incom Admitido el código especial, trae consigo tri
petencia en tan hondas materias nos impide en bunales y procedimientos militares también, á los
trar en ellas. cuales, por las nuevas leyes y costumbres, hay
Que la Milicia forzosamente ha de tener un que restringir mucho la atracción. La futura Or
Código suyo, exclusivo y especial, nadie lo niega. denanza no debe ser código represivo de tumul
¿Cómo, si el Comercio lo tiene no lo ha de tener tos. Ese malhadado preámbulo: «Usando de las
el Estado militar? Desde luego la Legisl\cion facultades que me concede la Ordenanza...» nos
militar, por especial ó privativa que sea, tiene desacredita más á los ojos de nuestros enemigos
que enlazarse y depender de la Constitución del los juristas, que ametrallar veinte capitales de
Estado y do su Legislación civil. Primera difi provincia. (V. Estado de sitio'. De modo que
cultad: fijar bien los límites ¿onde concluye el abrazará en tres capítulos: colección de instruc
hombre, y principia el soldado. Es una vulgari ciones y fórmulas; enumeración de infracciones;
dad, conservada sólo entre esos ordenancistas aplicación de penas. No estaría de más otro ca
del año 30 ó tenderos retirados, eso del pan y pítulo sobre derecho de gentes, derechos de la
palo; que el militar es un autómata: que en la guerra, reparto de botin, convenios internacio
milicia no hay más que «marchar, campar y nales: sobre heridos; sobre armas, como recien
combatir». En lo futuro se marchará y se cam temente el de Rusia sobre halas explosivas, etc.
pará cuanto se quiera: pero combatir no será Todo esto es evidentemente complicado. En
tan frecuente. Y en lo pasado ;.ha combatido por tales trabajos pretender la perfección «abso
ventura desde 1813 el excelente ejército vence luta» es un absurdo: y debilidad no acometer
dor de Sadowa en 1866? Pasemos. El militares los por inseguridad en el éxito ó en el aplauso.
á la vez hombre y ciudadano: hay, pues, que dis Con los dalos acumulados y un poco de voluntad
tinguir bien las dos entidades. Dentro ya del la nueva Ordenanza podría completarse en po
circulo militar, hay diferencia entre el soldado co tiempo. i1867)
y el oficial: aquel pasa, este permanece. Uno
y otro tampoco pueden ni deben ser juzgados y ORDENES militares. Por antonomasia se en
condenados por una misma ley. ó por igual pro tiende las cuatro antiguas de Santiago, Calatra-
cedimiento, cuando están en guerra ó en paz, en va, Alcántara y Montesa. En libros militares y
campaña ó en guarnición. ¿No se dan en campaña oficiales se afirma que ■'dieron origen al ejército
pli'Sesv derechos? pues equilíbrense los deberes. permanente»; mas, por mucho que se quiera
Tnl cosa que en paz es falta, y leve, en guerra es extender el sentido de esa locución, es violento
delito y grave. Al decir la vieja Ordenanza, muy entroncarla históricamente con aquellas órde
bien dicho, nque todo servicio en pazóen guer nes religiosas y militantes, más bien que milita
ÓRDE 859 — ÓRDE
res. Los ejércitos permanentes, entendiendo por á la ambición y al predominio, mientras inte
tales los creados y mantenidos por el Estado, es riormente las minaba el ocio y su inevitable
decir, por el erario público, nacieron en el si compañera la indisciplina. Ordinario proceso de
glo XVI, cuando la sociedad moderna tomó la toda agrupación de esta clase, desde los Templa
estructura que hoy conserva; cuando, entrenado rios hasta los Jesuítas. Por eso nos extraña más
ó disuelto el feudalismo (V. e. v.), principió á el párrafo del reciente libro «militar y oficial ■>
existir el Estado y el Tesoro. Si se quiere lla á que nos referimos y que trascribiremos lite
mar soldado al primer hombre que mató á otro, ral: «Las Ordenes militares han sido el origen
Caín será el primero en lista de revista, y con de los ejércitos permanentes en España, y á
• un armamento que nadie después de él ha vuel ellas se debe en gran parte el resultado de la
to á usar. En cuanto á ejércitos, aún son más gloriosa guerra de reconquista; aparte de estos
antiguos los de ángeles buenos y malos con sus títulos, que les han merecido conservar justa
respectivos caudillos, San Miguel y Luzbel. Si mente su existencia hasta la actualidad, tienen
hoy existen ángeles, estos ejércitos no pueden el inapreciable de constituir una Iglesia católica
ser más permanentes,* puesto que la guerra sigue española, sin cisma, compuesta hoy de dos
encarnizada, llevando, por desgracia, los últimos Obispados (Sede vacante), cinco Gobiernos ecle
la mejor parte. Mediado el siglo XIX ya no se siásticos, cuatro Provisoratos, tres Prioratos,
puede escribir historia como en los tiempos de once Vicariatos, trescientas veintiséis Parro
Mariana; y conviene dar á las «palabras» y á quias, etc.»
las «cosas» el valor que en si tienen, sin em Comprendemos efectivamente todo lo «in
peñarse en ahuecarlas á Tuerza de soplidos. apreciable», en 1868, de constituir una Iglesia
Mucho más que las Órdenes Militares, se aseme católica española sin cisma: lo que es más difícil
jaban á nuestros ejércitos actuales las mesnadas, de creer es que las órdenes militares «conser
los continuos (V. e. v.) de los proceres y de los ven su existencia hasta la actualidad» y lo más
reyes en los siglos XIV y XV: y nadie encon difícil de percibir, la «conexión» que ellas pue
trará en ellos la filiación «histórica» de los ejér dan tener con un Anuario puramente militar
citos permanentes. Apurando más y con todo ri en 1868. Nos sucede aquí lo que con el blasón
gor técnico, podría sostenerse que en Inglaterra (V. e. v.), que llena las páginas de todo Diccio
y Francia no hubo ejército permanente hasta el si nario militar español, y que en este hemos su
glo XVII en los tiempos de Cromwell y Luis XIV; primido, en uso del imprescriptible derecho de
y en España, entendiendo su territorio penin raciocinar.
sular, hasta principios del siglo XVIII. Esta rec En el Diccionario militar de Moretti se in
tificación, necesaria para evitar que las ideas sertan nada ménos que 291 órdenes: de las
iloten con esa indefinición, que tanto nos gusta cuales, fuera de una docena, todas están extin
á los españoles, en nada amengua por cierto ni guidas; la mayor parte ni han llegado á existir.
oscurece el lustre histórico y realmente militar Hay allí orden militar del Perro y Gallo, del
de las cuatro órdenes. En guerra Un nacional y Unicornio, del Cisne, del Gato Montés, de la
tan religiosa como la de nuestra Reconquista, Paloma, del Pichón, del Puerco espin, del Oso
nada más oportuno y eficaz que el doble carác etc. etc. todas con la minuciosa descripción de
ter militar y religioso que hoy nos parece in sus insignias y veneras, que llenan de ameni
compatible: lo cual no es extraño, recordando dad las dos terceras partes del libro. Si eso era
que ya lo parecía, ó de hecho lo era, en el siglo lícito en 1828, no lo parece ya cuarenta años
XIII, en el XIV, y sobre todo en el XV en que después: y nuestras ideas «personales» sobre
la soberbia indisciplina de las Órdenes militares este punto manifiestas quedan en los artículos
encrudeció las perturbaciones políticas de aque Cabalgada, Caballero y otros.
llos agitados tiempos. Sabido es que uno de los Sin embargo como dato histórico y de mera
golpes más certeros con que los Reyes Católicos erudición, se deben consignar ciertas fechas, to
apagaron las últimas convulsiones del feudalis madas, puesto que están á la mano, del mismo
mo, fué el^asumir los maestrazgos de las órdenes, libro «militar y oficial» cuyo párrafo hemos re
vinculados formal y legalmente en 1523 en la futado. La orden militar de Santiago remonta
espléndida corona de su nieto. Desde el si nada ménos que al año 844 á consecuencia—di
glo XIII, en que con la conquista de Sevilla ter ce el texto—de la batalla de Clavijo. Sabido es
minó virtualinente la Reconquista, las Órdenes que algunos historiadores, y muchos que no lo
militares ya no tenían, como hoy decimos, «ra son, niegan esta famosa batalla. Adelante. «Fue
zón de ser». Ricas y fuertes, abrieron la puerta su primer General Maestre Don Sancho Marti
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nez de Tejada, Señor de los Cameros, General de Cárlos III é Isabel la Católica y sacudir el
Maestre de Campo (sic) del Ejército, de dicho yugo del ministerio do Estado, á quien habia
Rey; y dignidades de la orden fueron trece ca que suplicar ó significar que las confiriese, per
balleros del mismo Ejército, que por esta razón derá pronto el aprecio si continúa la prodigali
se llamaron Treces ya su cargo Trecenazgo». En dad. Asi como al disparo de los primeros arca
un diccionario como este, que tiene la preten buces se reforzaron las antiguas armaduras, hoy,
sión de fijar el lenguaje militar, no es imperti en el paroxismo nivelador y democrático, crece
nente advertir que las tres locuciones General, la afición á colgajos y espeteras (V. e. v.). Mu
Maestre de Campo y Ejército (V. e. v.j no em chos militares de buen gusto, conociendo que
pezaron á usarse hasta el siglo XVI. La bula la verdadera distinción está en «distinguirse»,
pontifical de aprobación es de 5 julio 1175 «cir en no ser vulgo, escasean las condecoraciones
cunstancia (añade el Anuario') que ha dado lu hasta en días de gala, dejando vacias las presi
gar á creer que la existencia legal de la orden llas de seda con afectado olvido ó negligencia.
debia contarse desde esta fecha, desconociendo Va es un sintoma.
que no fué requisito indispensable la aprobación ORDINARIO. En los siglos XVI y XVII so
pontificia para el establecimiento de órdenes de llamaba asi al soldado sencillo, particular, que
caballería y religiosas hasta el año 1213 que el hoy decimos raso. «Porque aunque se han he
Papa Inocencio III, en el concilio lateranense, cho grandes provisiones en todas partos, los sol
estableció la aprobación por la Santa Sede, co dados ordinarios han padecido grandes necesi
mo requisito indispensable para la existencia le dades....» (R. cédula de 30 abril 1633).
gal de toda Orden religiosa ó con carácter de tal, ORDIO. Voz latina. Antiguamente lo niismu
por cuya razón la de Santiago cuenta su antigüe que cebada.
dad desde su origen en 844.» Esto es satis «Sy fuere tu miíma que ospednses conmigo,
factorio. «Darte yo pan de ordio que no tengo de trifru.
La orden de Calatrava tuvo hacia 1458 na (Poema del conde Fernán González;.
cimiento militar y glorioso; pues lo produjo la
necesidad de defender de las irrupciones agare- OREJAS. Don Bernardino df. Mendoza en su
nas la villa y campo de Calatrava, llave á la Teórica y Práctica (1595) llama así á las asas de
sazón de la frontera castellana. El abad del Cis- la pieza de artillería.
ter, Fray Raimundo, tomó a su cargo la difícil OREJERAS. Lo mismo que yugulares ©car
empresa, sujetando ¡i la gente aventurera con la rilleras en el casquete ó morrión de la antigua
disciplina de su órden (V. y comp. Fuero, Orde armadura.—En el moderno ros, las piezas figu
nanza!. Se incorporó el maestrazgo á la Corona radas hoy (1865; que debían bajar á cubrir las
en 1 489 por mutuo convenio. —La de Alcánta orejas.
ra, creada en el reino de León en 1177, tomó OREJON. Indudablemente es voz traducida
en su origen la regla de San Benito y siguió las del oreillon francés, que se introdujo en algunos
vicisitudes de las otras hasta 1 494, en que tam sistemas abaluartados de los siglos XVI y XVII.
bién cedió su maestrazgo á los Reyes Católicos. El orejón, apéndice, refuerzo ó salida del ángu
—Por último, la de Montesa sustituyó en Ara lo de la espalda, ya redondeado, ya achaflanado,
gón, en 1317, á los Templarios extinguidos, y es tuvo por objeto resguardar las piezas que guar
semejante a la de Calatrava. necían el flanco, generalmente curvo y retirado.
Las órdenes verdaderamente militares de
nuestro tiempo son las dos de San Hermenegildo ORGAN IZACION. El significado de esla pa
y de San Fernando. La primera creada en 10 ju labra, muy moderna, tiene en el dia tal ampli
lio 1815 para premiar la constancia, recomen tud, que comprende casi por entero lo que pu
dable virtud militar; y la segunda, en 31 agosto diera llamarse Arte militar en tiempo de paz; y
1811, para galardonar el valor. Con estas dos á la vez, una parte importantísima y principal
cruces tiene bastante el buen militar. La refor del Arte de la GUERRA, por cuanto la buena orga
ma de la segunda por ley de 18 mayo 1862, ha nización y composición (V. e. v.) del ejercito que
ciéndola pensionada y más difícil de obtener, le ha de hacerla, y que se llama ejercito dk opera
ha dado lo que el soldado, y el paisano, buscan ciones, influye poderosamente, tanto quizá como
por recompensa de las acciones de su vida: «hon la estrategia y la táctica, en el éxito rápido y
ra y provecho». venturoso. Hay pues dos organizaciones: de paz
La novísima órden del Mérito Militar, crea y de guerra. Pero tan intima es la conexión, ó
da en 3 agosto 1864 para suplir sin duda si las mejor dicho, la dependencia de la segunda con
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la primera; tan fácil, tan pronto es organizar un gloria, funde cañones, levanta fortalezas, y las
ejercito, grandeó pequeño, de operaciones, cuan pacificas columnas del lllustrated London News
do se tiene bien organizado de antemano el ejer vienen en 1867 insoportables con las viñetas be-
cito PERMANENTE y el ESTADO MILITAR del país, que : licosas, ya del enorme cañón que ha de vencer
la palabra compleja Organización casi puede asig | al de Krupp, ya de los revueltos simulacros en
narse á la de este último y en este importante ; que se solazan y ejercitan sus volonteers. No hay
sentido la vamos á explicar. Cuando la organi remedio: la liebre, por no decir la moda, de la
zación, que también pudiera decirse la consti ^poca es convertir en soldados hasta los adoqui
tución militar de un Estado, está asentada sobre nes; y como no hay dique posible para ciertos
solidos y probados cimientos, la organización, la desbordamientos, por más que se calculen y
composición, la movilización de un ejército de hasta se presencien sus estragos, lo más cuerdo
operaciones, para abrir en el acto una campaña, en todo caso es intentar sin gran violencia en
exige tan corto esfuerzo, como, abierta esta, sa cauzarlos lateralmente y darles más segura y
car de aquel un destacamento, una división ó rri- provechosa dirección. Nuestras ideas personales
gada suelta, para llevar á cabo una rápida expe acerca de estos desmesurados é inmanejables
dición, un sitio, una operación menor, de esas ejércitos sentadas quedan, con respetabilísimos
que en la guerr.i moderna se llaman secundarias. apoyos de saber y de experiencia, en el articulo
En la manera de ser de los grandes Estados mo Ejército y algún otro. Hecha esta salvedad, si
dernos, ya no cabe aquella desastrosa imprevi gamos definiendo y explicando la Organización.
sión con que en el siglo XVII, España muy prin En otra parte hemos dicho que organizar un
cipalmente, levantaba y mantenía ejércitos y ejército, en general, es formar de los varios ele
armadas en las cinco partes del globo, singular mentos que lo constituyen un todo perfecto,
mente en Flándes y en Italia, para combatir á cuyos miembros obedezcan concertada y súbi
veces con la Europa coligada, sin recursos ni tamente á los movimientos que se le quieran
repuestos en el erario; sin ley ni forma de reem imprimir, y, jugando con cierta holgura, doci
plazos; sin la menor preparación de material, de lidad y precisión, hagan sin violencia los servi
artillería, de remontas, de almacenes. Ya no es cios y los esfuerzos que se le exijan.
posible al estallar una guerra «hacer asiento», La etimología de organización es evidente
como entonces se decía, levantar un empréstito mente griega: organon, máquina. Y efectiva
con judíos o genoveses; alquilar por un tanto mente, asi definía Lloyd el ejército, á fines del
alzado algunos millares de rkitres y lansquene siglo pasa lo: «La máquina destinada á operar
tes, y dejarlos que entre si se devorasen, devas los movimientos militares: se compone, como
tando de paso la infeliz comarca teatro de la las otras máquinas, de partes diferentes; de su
guerra. Las ideas han cambiado radicalmente buena composición y conveniente arreglo de
desde últimos del siglo XVIII: y en este nuestro pende su perfección; su objeto común debe ser
del vapor y de la electricidad, en que las guer reunir como propiedades esenciales la agilidad y
ras estallan como el trueno, y á veces sin re la fuerza». Este pensamiento so deslié con bas
lámpago precursor, no es posible, aunque se tante exactitud en el texto siguiente del distin
quisiera, la vieja organización metódica, medro guido general francés Preval:
sa y acompasada. La cuestión se plantea sobre «Sin organización, un ejercito no seria más
otras bases que, hablando en puridad, lío sabe que una mezcla confusa, un perpetuo desacuer
mos si acarrean beneficios ó perjuicios á los do. Dad por el contrario á un ejército un motor
pueblos. Sea como quiera, es hoy peligroso, no único, es decir, una organización que, por una
sólo retroceder, sino quedarse rezagado ó pensa serie de grados intermedios, establezca una re
tivo eu medio del huracán «organizador» que lación permanente entre los soldados y su jefe
arrastra y envuelve á todas las potencias del supremo: entonces, veréis esta masa de hombres,
globo en lo que va de siglo y especialmente des I por numerosa que sea, no obrar sino como un
de 1866. La misma Inglaterra, la más refracta | hombre solo; entonces, todas estas fuerzas indí-
ría á toda organización militar permanente, y ! viduales, ántes aisladas, reunidas por una sola
para ella no tan necesaria por su situación in voluntad y dirigidas á un solo objeto, se conver
sular, se esfuerza sin embargo, desde sus trope tirán en una fuerza formidable á la que nada
zones de Crimea, en reorganizar su Estado mi : podrá resistir. Importa, pues, que todo ejército
litar, asimilándolo, en cuanto es dable, á los del para ser relativamente poderoso tenga, como el
continente; y no contenta con construir barcos, cuerpo humano, órganos que le sean propios,
á los que antes encomendaba su fortuna y su que estén habitualmente combinados y coordi
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Dados entre si: de aquí la organización mili den impunemente infringirse, sin arrastrar con
tar». su olvido ó menosprecio duros y sangrientos
Todavía en este otro texto, también francés, castigos sobre la nación que no los practica y
se desenvuelve la idea con más filosofía y ele tiene en gran respeto».
gancia: «Los ejércitos, como todas las máquinas «Asi es que el problema orgánico militar en
destinadas á producir grandes efectos, ofrecen la época presente se ha hecho más difícil que en
un complicado conjunto que funciona por me ninguna otra; pues, á medida que las necesida
dio de un motor y un mecanismo. —El motor e| des científicas y materiales han crecido, la opi
una fuerza enteramente moral. Lo constituyen nión general más solemnemente expresada, más
los grandes sentimientos de los pueblos; el or fuerte y aún más atronadora por la legal repre
gullo nacional, el amor á la patria, la viva soli sentación que los modernos sistemas de gobier
citud por sus intereses y su honor, y también no le conceden, viene exigiendo todos los días
los grandes principios de los ejércitos: el espíri nuevas y mayores economías; y más instruida,
tu de abnegación y sacrificio, la disciplina, el si no más previsora ni prudente, ajusta las cuen
órden. —El mecanismo es una fuerza puramente tas de lo que las guerras le cuestan, y calcula
material. Se compone de ruedas múltiples y di los ferro-carriles y las obras públicas que con
versas, cuya principal condición es funcionar su importe hubiera hecho; ¡cómo si no fuera
con armonía. La fuerza principal de ciertos antes conservar la patria que embellecerla ó
ejércitos reside en la potencia del motor: la de materialmente mejorarla! Pero este dato no
otros en la perfección del mecanismo. Un ejér puede desconocerse, ni aún dejar de atenderlo
cito que reuniese en grado igual estos dos ele cuidadosamente; y separándose asi y cada vez
mentos de superioridad, seria temible y pudiera más los dos términos de la cuestión, necesidades
decirse casi invencible en la guerra. Para su y medios, la solución, repetimos, se presenta
país, y para el gobierno de su país, seria un cada dia más difícil.—Organizar bien y organi
punto de apoyo de inquebrantable solidez». zar barato, he aquí lo que todos piden....»
(Trocuu. L'armée franpaise en 1867. 18 edic.) «La mejor organización militar es aquella
No puede quitarse una tilde á este bellísimo que más bien satisfaga las condiciones siguien
párrafo. La «máquina* algo inerte de Llotd se tes: 1." Mantener en tiempo de paz y con el
complica. Es menester atender á dos cosas esen menor gasto el mayor número de cuadros y ma
ciales: al motor y al mecanismo. Pero ya que terial posible: formando en aquellos y conser
hemos oido á dos franceses, oigamos á un gene vando en buenas reservas soldados útiles y dis
ral español, que no les cede en talento para puestos. 2.a Permitir el tránsito del pié de paz
pensar y escribir. al de guerra, con rapidez y condiciones capaces
«Es la organización militar de un país un de satisfacer en este último caso las exigencias
problema resuelto ó que puede resolverse por de todas clases, que las diversas circunstancias
reglas fijas, generales y constantes? El detenido del país puedan crear y prudentemente preveer-
estudio de las milicias de todas las naciones an se, etc. etc. (E. de Calonje. Esludios sobre la or
tiguas y modernas resuelve de un modo negati ganización del ejercito español. Art. en Asamblea
vo esta cuestión, y prueba evidentemente que, 1861. 2." época. T. I.)
según las costumbres de los pueblos, el grado Queda, pues, el problema clara y exacta
de civilización propia y extraña y las necesida mente planteado: hombres y dinero; ó quiza
des peculiares á cada nación, la forma, el nú mejor dicho: dinero y uombres.
mero, la composición y la organización moral y El sueño dorado de todos los repúblicos, des
material de los ejércitos ha de sujetarse á todas de la Grecia antigua hasta nuestros días, ha si
aquellas consideraciones tan distintas y á veces do tener soldados baratos, y mejor aún, de bal
tan contradictorias; debiendo tener muy en de; tener ejércitos disciplinados, que en la guer
cuenta, hoy más que ántes, lo que se llamaba ra venciesen, ensanchasen el territorio, traje
el nervio de la guerra, y ahora, no sabemos si sen glorias y trofeos: y concluida, se desvane
por fortuna ó por desgracia, debe llamarse ciesen como por encanto, no pidiesen un mara
¡íbamos á decir el alma!.... la vida de las nacio vedí y ni exigiesen siquiera una expresión de
nes, el dinero». gratitud. A principios del siglo XVI, Maquiavelo
«Pero si, como acabamos de indicar, no hay haciendo lu apoteosis de los romanos, divulgó
sistemas invariables para la mejor organización ideas, de todos conocidas, que se ouisicron tra
de los ejércitos, hay bases eternas, principios ducir prácticamente con el nombre genérico de
terminantes y por todos aceptados, que no pue Milicias locales, urbanas, sedentarias, proviu»
ORGA — X<¡3 — ORGA
dales, nacionales ó como quieran llamarse (V. bien mandados y sobre todo superiormente or
Keserva}. ganizados. La organización militar, sin embargo,
El proyecto no podia ser mis fecundo ni eco bien se ve que en el fondo no es otra cosa que
nómico. Contar con ejército hecho y derecho y un capitulo, que una parte principal é integran
gratuito; al sonar la trompeta de guerra, arran te de la organización política y social. En 1867
car de su casa, de su taller, ó de su choza, al España, que, por lo visto, necesitará todo el si
propietario, al artesano, al labrador; no pagar glo XIX ó quizá el XX para llegar á «constituir
les, si acaso, mientras hacen la guerra y, con se», tiene que vencer mayores obstáculos que
cluida, permitirles que vuelvan á sus ocupacio otros países más prósperos y que también los
nes y á «cantar sus gloriase y mostrar sus cica encuentran insuperables. La instabilidad gu
trices, cuidando de no olvidar la «práctica ad bernativa y parlamentaria; el encono creciente
quirida».... todo esto tiene un aire de candor, de los partidos, buscando impacientes en la lu
un perfume de beatitud, que ciertamente sedu cha armada término más pronto y decisivo á su
ce y enamora en las altas esferas del gobierno perpetuo conspirar; la perturbación, la inquie
en las medias del parlamento y en las bajas del tud, el desaliento que esto ocasiona y viene co
periodismo. No hay mas de malo, sino que los mo de molde á disculpar nuestra genial desidia;
pueblos, con su buen sentido «práctico», no só la pobreza, en fin, resultado inevitable de tan
lo no se dejan seducir, sino que vuelven la ora tas causas reunidas, no ayudan por cierto al
ción por pasiva. Ni se acomodan á dejar su ca desarrollo de una organización militar fija, nor
sa, ni menos quieren que en ella entre el fisco mal, sencilla, fecunda y flexible. Tan mal he
á buscar el tributo. mos llegado á comprender y practicar el siste
En 1867 todos los gobiernos y todos los pueblos ma representativo, único posible en estos tiem
están metidosen este callejón sin salida, verdadero pos, que la rotación de los partidos en el poder,
cuUde-sac, como dicen los franceses, más empan condición precisa, fundamental, ineludible de
tanados en él que ningún otro pueblo, por su esta clase de gobierno, es entre nosotros mirada
posición geográfica, por su brillante historia y con todo el espanto de una calamidad. Y con
por su impetuoso carácter. Y por cierto que na sobrada razón. En Inglalerra y otras partes, don
da tiene de nueva, ni de victoriosa, ni de aplau de la saludable agitación «parlamentaria» no
dida la solución semi-prusiana que tan premio trasciende á las calles, ni mucho ménosálas
samente elaboran Napoleón III y su ministro filas del ejército, las oposiciones luchan, encar
Niel con su semilandirehr y su garde nationale nizadamente si se quiere, por el triunfo de un
mobile. Verdad es que no parece fácil tener un principio, de una idea, de un sistema, de una
millón de soldados y que «cuesten poco». fórmula de gobierno, que entienden ser más
España, por fortuna ó por desgracia, no ne aplicable y provechosa al país; no por la vana y
cesita tan gigantescos resultados, ni tan sobre hueca satisfacción de deshacer loque hizo el an
humanos esfuerzos. En el aislamiento que nos tecesor, quitar el empleo á sus amigos y repar
proporciona nuestra situación geográfica y nues tir unas cuantas credenciales en la tertulia.
tra genial negligencia, bien se puede aflojar algo J ¡Delicias del poder! ¿Qué delicias pueden ser
en materia de organización; pero no mirarla con para un alma grande y un corazón noble llegar
descuido, porque el dia del conflicto no vale al poder y «no poder» hacer nada? Porque don
protestar y querer neutralidad, si no se apoya de todo el mundo escala y llega al poder, nadie
con el único argumento sólido que en el mundo puede. El que sólo piensa en mandar mal se
existe, con la fuerza. Bélgica, Holanda, Suecia, acomoda á obedecer: y la masa inerte del país
la misma Suiza lo entienden asi y hacen gastos concluye también por perder los hábitos de
muy superiores á sus recursos, quizá insuficien obediencia, puesto que nadie «manda» en rea
tes é inútiles el dia terrible en que se trate de lidad, perdidos, como están, los hábitos, los re
completar la teoría de las «grandes agrupacio sortes y las condiciones de mando.
nes» tan cruelmente desenvuelta por la Prusia Las altas clases de la milicia no pueden, no
en 1866. deben, por más que se diga, permanecer extra
Con los caminos de hierro y las flotas acora ñas é indiferentes á la «política», es decir á la
zadas, la guerra de Crimea demostró que ya no «gobernación del país»; pero, revueltas inevita
existen costas ni fronteras inaccesibles. Hay que blemente en sus convulsiones y torbellinos, ocu
fiar principalmente la independencia y la glo pan y desalojan en pocos dias los puestos im
ria de la patria á los ejércitos, móviles, numero portantes; adquieren en la oposición ó en el
sos, maniobreros, para lo cual tienen que estar destierro compromisos irreflexivos, amarguras
ORGA -mí- ORGA
vengativas; y se da el extraño espectáculo de y morales por enérgicas y brillantes que hayan
un hombre que en corto tiempo pasa rápida sido. La extrema longevidad no es, fuera de
mente tres ó cuatro veces por el mismo puesto, casos excepcionales, más que la parálisis cre
y en cada una contradice, ó restaura, ó desha ciente y la muerte gradual.
ce, pero jamás «completa» lo que dejó empren Realmente aquí se da en tierra con un gran
dido ó comenzado en las anteriores. principio «moral», el respeto á la ancianidad; se
Y ya que tocamos á estas elevadas clases de resucita el bárbaro deber que un pueblo anti
la milicia que nos inspiran el más profundo res guo y alguno moderno en estado salvaje impone
peto, mirémoslas como fundamento de la organi al hijo de matar á su padre sexagenario, con el
zación militar. Se dice que son excesivas en caritativo objeto de ahorrarle la tristeza de los
número. ¡No lo han de ser! Si cada partido quie años y de los achaques; todo esto lo reconocen
re tener, como vulgarmente se dice, su Estado y lo deploran los franceses; pero ante la parali
Mayor propio y peculiar. El cáncer del ejército zación del ascenso (V. e. v.); ante la deformidad
español es la excedencia, el inevitable sobrante, orgánica, y el peligro político, y la imposibilidad
llámese reemplazo en las clases inferiores y cuar I económica de mantener vivo un «iadro mons
tel en las superiores: pero ese mal es común á truoso de generales, los franceses han tomado y
todas las carreras, inclusa la judicial: sino que, mantienen con firmeza esta cruel solución. La
no apareciendo anualmente en la Guia de Fo- apoyan también por otra parte en razones ma
rasttros, la llaga no molesta tanto la vista. Mien nifiestas de equidad. No se comprende porqué
tras el hambre de la cesantía siga royendo á las el implacable retiro por edad, que viene en el
cuatro quintas partes de los empleados españo dia dado á quitar de un empujón de la cabeza
les, no es de esperar que ninguno renuncie su ! de su regimiento á un coronel lleno de vida, de
turno, ni se avenga con un orden de cosas es salud, de brio, de experiencia, de servicios, no
table. La estabilidad de su desdicha nadie la ha de quitar también al general del frente de
quiere. su brigada ó división. Y efectivamente, si algo
Desmenuzando sin embargo el cuadro de puede atenuar la rigorosa crueldad de una ley,
oficiales generales, algo pesado indudablemen de un principio tiránico y absoluto, es la ioflexi-
te en buena organización, se ve que podría irse | bilidad, la igualdad, la perfecta equidad en su
aligerando como ya con éxito se intentó Pero j aplicación. Todo en el dia tiende á nivelarse.
en el país en que más tiempo se pierde, es don ' Desapareció el profundo foso que separaba al
de ménos se quiere contar con él para ciertas sargento del oficial; el otro, más pequeño, que
resistencias que sólo puede vencer su lenla y apartaba al capitán del sargento mayor, del jefe;
poderosa acción. siempre se saltó con facilidad el que media en
En Francia y en otras partes, donde se con tre el coronel y el general ¿á qué, pues, crear,
sideraba «inmortal» al que pasaba de coronel, no fosos ni barreras, sino una «ley de raza» que
tocándose, como no puede menos, los mismos 1 á unos impone la muerte sin llegará las dos ter-
inconvenientes de hacerdisformes la careza de la ¡ cios de la vida natural, y á otros les permite que
escala y paralizar la saludable circulación, se i este llegue sin sobresalto, ni congoja, ni estre
apeló primeramente á tópicos y paliativos con chez? Admitido en esencia y en principio el re
escalas de reserva y de ihsponibilité y de non- tiro forzoso, el argumento es irrefutable: tiene
aclivité; pero viendo la escasa mejoría, se puso, que correr ude abajo arriba», desde el alférez al
como dijo un ministro célebre, no el dedo sino I capitán general inclusive. Fíjese para este la
la mano entera en la llaga: se acudió á la ciru edad de 100 años, si se quiere, pero fíjese una.
gía, y el cáncer se curó cortando por lo sano, Así la ley se cumple, el derecho se respeta y
haciendo subir hasta la altura del general esa la equidad se satisface.
triste oleada del retiro forzoso por edad que Por consiguiente, si se quiere un remedio
ahogaba y cubria al coronel en un día fijo y pre probado, eficaz para curar de raíz «por amputa
visto. Los franceses declaran que el tomar ese ción» el grave cáncer orgánico, á la mano esla:
remedio heroico, y brutal si se quiere, fué por puede venir en ferro-carril. Ya que tanto he
la absoluta imposibilidad de encontrar otro. La mos traducido y seguimos traduciendo del fran
vida oficial civil, y especialmente la militar, es cés, tradúzcase el retiro forzoso de los genera
muy corta para esperar á que la concluya la les y brigadieres. Como toda operación graveen
muerte natural del individuo. Pasada cierta cirugía, esta necesita pulso: aquel á quien no le
edad, pocos son los mortales favorecidos que tiemble que la ejecute. —Dudoso es' que haya
conserven la plenitud de sus facultades físicas operador. Por nuestra parte no deseamos impa
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cientemeote que parezca: primero, por el res ejemplos, á pesar de una sangrienta guerra na
petuoso interés que el superior nos inspira; se cional, otra larguísima civil y unos sesenta pro-
gundo porque quizá lleguemos á generales ni'nciamientos, entre abortados y felices. Como
algún día, que forzosamente será lejano, por todos los años se ha de discutir ó «manosear»
nuestra escasa afición á los pronunciamientos. este desdichado asunto en el Parlamento al re
La exención del servicio fué un paso tímido visar los presupuestos, todos los años la oposi
hácia el retiro forzoso, una pildora bastante ción presenta horrorizada la Guia en una mano
dorada: nosotros aconsejamos hace tiempo una y el Almanaque de Gotka (de ahí no se pasa) en
medida sencilla y salvadora, al menos contra los otra y en los bancos grandes legajos con tre
diputados y los periodistas, y que con asombro mendos «estados comparativos», que se desplie
vimos rechazada: no imprimir en la Guiade Fo gan para sembrar el espanto y la consternación;
rasteros más que los nombres de los generales pero todos los años también la mayoría—los sa-
empleados. Pero ¡dejar de verse en la Guia ' tisfaits com i dicen los franceses—léjos de ir
Volver la vista á desaciertos pasados es consue ritarse, bosteza, duerme y por último «vota» el
lo común, y en el fondo verdadero desconsuelo, presupuesto. Si la oposición molesta con des
pues el mal que viene de muy atrás hondas cortesía la pacífica digestión de los satisfechos,
tendrá las raíces. Un par de ejemplos (históricos se la anonada con aquel celebérrimo apóstrofe:
por supuesto) del siglo pasado, para que nadie «Callen los cesantes». Esta solemnidad anual se
se sienta aludido. El primero del pacifico y para repite sin intermisión y con idéntico resultado
muchos brillante reinado de Cárlos III. Para ce desde 1834.
lebrar la bochornosa paz de París (10 febrero Tomemos algunos datos resumidos del último
1763), producto lógico y natural del malhadado presupuesto de 1866.
Pacto de Familia, se hizo en 3 de abril la si En el capitulo 5.°, correspondiente al perso
guiente promoción militar: I capitán general (el nal del estado mayor del ejército, que no tiene
conde de Arandaj; 10 tenientes generales; 47 capitulo determinado, figuran cuatro capitanes
mariscales de campo; 64 brigadieres; 44 coro generales con sueldo de 12.000 escudos, y dos
neles, etc. El segundo ejemplo es del reinado si con igual dotación, pero que no se incluyen por
guiente, en que tampoco se conocía la «libertad» estar desempeñando otros cargos.
ni sus excesos. Para solemnizar la paz de Basi- Los tenientes generales empleados son 31 y
lea más vergonzosa que la anterior, producto 33 los que existen en situación de cuartel, im
natural también sino del «pacto» del «afecto de portando los haberes de estos últimos 1.485.000
familia», (pues la Revolución, si guillotinó ma reales. Hay además uno exento de servicio con
lamente á un rey, para nada se metia con Espa el sueldo anual de 45.000 reales.
ña) cayó la siguiente catarata de turrón, como Los mariscales de campo que desempeñan
hoy decimos, por la Gaceta de 1 1 de setiembre servicio activo son 63, cuyos sueldos están con
de 1795: titulo de príncipe de la paz al famoso signados en diferentes capítulos del presupues
Godoy; una grandeza efectiva de España, y tres to. Se hallan además en situación de cuartel 26
honores ó grados de grande (sic) para cuando mariscales de campo, con la dotación de 4.500
vacara (esto es muy nuestro); cuatro consejeros escudos anuales y 29 con la de 3.000, sumando
de estado; cuatro honores ó grados de idem; todasellas un total de 2.040.000 reales al año.
siete grandes cruces y 28 supernumerarias de Exentos de servicio existen 13 con 4.000 escu
Cárlos III; nueve bandas de María Luisa; 35 gen dos, que importan anualmente 520.000 reales.
tiles-hombres. En el ejército: 3 capitanes gene Los brigadieres empleados son 138, estando
rales; 23 tenientes generales; 45 mariscales de también sus respectivos sueldos consignados en
campo; 79 brigadieres; 83 coroneles; 108 tenien la sección correspondiente del presupuesto. En
tes coroneles Y, para el debido «equilibrio», situación de cuartel existen 128, cuyas dotacio
24 capitanes, 10 tenientes y cinco subtenientes. nes ascienden á 2.580.000 reales al año y exen
Si queremos echar una ojeada á Francia, nues tos de servicio 67 con 3.200 escudos, que dan
tro modelo por entónces, veremos, en 1763, na un total de 2.144.000 reales. Hay un brigadier
da menos que 924 generales, entre ellos 16 ma honorario, cuatro cesantes de la carrera diplo
riscales y 36 í brigadieres. En 1776 ya sube el mática, y cuatro subsecretarios y oficiales del
número á 926; y en fin por 1784 contaba 1262 ministerio de la guerra.
generales (!) entre ellos 20 mariscales y 520 Además de los jefes de los cuerpos del ejér
brigadieres. cito y de los empleados en otros puestos de plan
Nada en este siglo supera ni iguala á estos ta fija, desempeñan servicio activo con sueldo
109
ORGA — 866 — ORGA
entero de caballería i coroneles, 10 leiiieules nuestro ejercito á 40.000 hombres sólo produ
coroneles, 40 comandan les, 37 capitanes, 24 te ciría una economía de 50 millones de reales.
nientes y un alférez, cuyos sueldos, según el ca Aqui, en efecto, lo que cuesta caro es el inmen
pitulo 4 4 de los presupuestos, suman 1.780.800 so estado mayor que venimos sosteniendo.
reales al año. Los sueldos, por otra parte, son más eleva
Con sueldo entero de infantería existen por dos en España que en la Francia misma. Un te
igual concepto, según el mismo capitulo, un niente general con mando disfruta en el imperio
coronel, 3 tenientes coroneles, 42 comandantes, 96.000 reales al año, y aquí 90 á 100.000, se
ti capitanes, 7 tenientes y un subteniente, cu gún el empleo que desempeña. Ese mismo te
yas dotaciones anuales suman 1 .032.000 reales niente general en disponibilidad tiene en Francia
de vellón. 36.100 reales, y en España 45.000. Un mariscal
Las pensiones de los jubilados de Guerra y de campo de cuartel en el imperio 24.000, y
Marina , según el capítulo 1 ." de la sección 30.000 en la Península , siguiendo los demás
quinta, correspondiente alas obligaciones ge sueldos sobre poco más o menos en iguales pro
nerales del Estado, importan 58.208.100 reales. porciones.
Don Martin Belda, el ministro de Marina La administración militar cuesta á Espa
que tan caras había de pagar sus tendencias re ña 10.566.770, constando este cuerpo de 849
formadoras, decía (en extracto] lo siguiente, jefes y oficiales para un ejercito de 85.000
siendo «diputado de oposición»: I hombres. Francia con 400.000 , no gasta más
Tenemos en España un Estado Mayor com que 13.212.408 reales. Italia tiene 557 emplea
puesto de 519 oficíales geuerales para un ejérci dos en la administración militar para uu ejér
to de 85.000 hombres que unidos á la reserva, cito de 200.000 combatientes.—A estos conti
puede elevarse hasta 200.000, mientras en nuos ataques, anuales en lasCórtes, mensuales,
Francia existen 519 para 500.000 hombres en ó quincenales, ó diarios en la prensa, suelen
servicio activo y otros tantos en reserva, y en responder ol Gobierno, ó sus amigos, con ate
Italia 153, constando su ejército con las reservas nuaciones y defensas casi estereotípicas. Mos
de medio millón de soldados. tremos una de las más recientes y sensatas que
L'n regimiento de infantería consta en Espa insertaba hace pocos dias (1867) un periódico,
ña de dos batallones con siete jefes, inclusos los i y de cuya exactitud numérica no respondemos.
dos liscales, y 1 .100 hombres. En Italia un regi Desde mediados del siglo pasado y durante
miento de cuatro batallones liene seis jefes y los años que van del actual, viene siendo cons-
su fuerza de 1 .525 hombres en tiempo de paz, I tantemente en todos ellos mayor que en el día
se eleva hasta 3.071 en pié de guerra. Lo mis el número de oficiales generales: ya en las re
mo sobre poco más ó menos sucede en caballe formas realizadas en 1828, se reconoció y se ini
ría. Eu cuanto á la artillería, consta en España ció la necesidad de reducirlo; pero no se llegó á
de 1 3.000 hombres: en Italia de I tí. 600 en tiem formar el cuadro de organización, que sólo de
po de paz y 27.800 en pié de guerra. Nosotros bía comprender 230 y, por consiguiente, la re
tenemos 21 oficiales generales: Italia 15. Aquí ducción no tuvo efecto.
44 coroneles y 61 tenientes coroneles. Allí 23 de Dentro ya de la actual época constitucional,
los primeros y 26 de los segundos. Las demás la primera vez que en esto se pensó fué en 1847:
categorías subalternas están en la misma pro en dicho año el estado mayor general del ejér
porción. Por último, Italia cuenta con 636 ca cito se componía de
ñones y nosotros solo con 192. Allí el material 7 capitanes generales
y las clases inferiores numerosas: aqui el mate 72 tenientes generales
rial exiguo y las clases inferiores pequeñas en 1 91 mariscales de campo
número. 373 brigadieres
Resulta, pues, que España tiene 10.155 ofi
ciales para mandar un ejército permaneute de Total 643 oficiales generales.
85.000 hombres, es decir, uno por cada siete. Se reconoció también entonces la convenien
Italia 14.900, para una fuerza de 214.000, ó sea cia y precisión de limitar este número estricta
uno por catorce. Esto indica las dificultades mente á las necesidades del servicio, y por un
con que hay que luchar para introducir econo real decreto de 15 de julio se fijó el cuadro or
mías en el ramo de Guerra, y demuestra al mis gánico en
mo tiempo la exactitud con que se expresó el 5 capitanes generales
general O'Donnell al asegurar que el reducir 70 tenientes generales
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102 mariscales de campo Exentos
CLASES. Em T>e fie TOTAL
141 brigadieres pleados. cuartel. servicio
Total 321 oñciales generales, ó sea la mitad Tenientes ge
de los que existían; pero nada se preceptuó pa nerales. . . 21 39 1 61
Mariscales de
ra que la reducción de estas clases se fuese rea campo. . . 55 54 12 121
lizando hasta quedar en el número prefijado, Brigadieres. . 112 136 67 315
hasta que se expidió el real decreto de 5 de se Total.. . . 188 229 80 497
tiembre de 1854, que previno que sólo se diese Como se ve, el número de tenientes genera
al ascenso una de cada tres vacantes que ocur les, que es de 60 en su totalidad disponible,
riesen; pero esta disposición fué modificada por pues que los exentos de servicio están fuera del
otro real decreto de 23 de junio de 1863, por el cuadro de disponibilidad y del movimiento de
que se dispuso que de cada dos vacantes en las las escalas, es ya inferior en 10 individuos al
clases de teniente general y mariscal de campo que se fijó en el año de 1847: el de los marisca
se diese una al ascenso, continuando los briga les de campo sólo excede de aquel limite en 7
dieres optando sólo á una de cada tres vacantes. individuos, y la clase de brigadieres tiene aún
Desde entónces se ha venido observando este un sobrante en el número de disponibles de 104
sistema en tiempos normales, y para que se vea individuos.
el producto de esta amortización hay que saber Si el cuadro de organización del estado ma
que el cuadro de oficiales generales en fin de yor general del ejército ha de sujetarse al nú
185 i, en cuyo año la revolución fué tan pródiga mero que prefijó el art. 60 del proyecto de ley
de promociones, se componía de de ascensos militares, que no llegó á sancionar
6 capitanes generales se, y era el de
8(1 tenientes generales 4 capitanes generales
182 mariscales de campo 50 tenientes generales
407 brigadieres 80 mariscales de campo
140 brigadieres
Total 675 oficiales generales. número que, respetando, como respetamos, la
Pues bien, esto cuadro en el día de hoy está autoridad y competencia de las dignísimas é
reducido á ilustradas personas que intervinieron en aquel
5 capitanes generales proyecto de ley, á nosotros nos parece insuficien
61 tenientes generales te para atender á todas las necesidades del servi
121 mariscales de campo cio en épocas normales y en las eventualidades
315 brigadieres que surgir pudieran, el sobrante actual de ofi
ciales generales seria de
Total 502 oficiales generales. 1 capitán general
De manera que se han disminuido estas cla 11 tenientes generales
ses en 41 mariscales de campo
1 capitán general 175 brigadieres
19 tenientes generales Total 228 oficiales generales.
61 mariscales de campo Como se ve, este número no es tan exagera
92 brigadieres do como generalmente se dice y se vocifera, y
Total 173 oficiales generales amortizados. además hay que tener en cuenta una circuns
Y eso que han tenido lugar en este periodo tancia importante, aunque sensible. En la clase
la guerrra de Africa, la campaña de Santo Do de oficiales generales pasan de la edad de 70
mingo y los sucesos del 22 de junio de 1866, años:
que produjeron gran número de promociones 15 tenientes generales
en estas altas clases, sin sujeción á vacantes, 27 mariscales de campo
pues que la limitación no rige para méritos de 48 brigadieres;
guerra, y sin esto la amortización seria hoy de y se hallan entre la de 65 á 70 años
seguro mucho más considerable. 10 tenientes generales
17 mariscales de campo
En el cuadro actual los oficiales generales
38 brigadieres
que hay empleados, de cuartel y exentos de
servicio, son los siguientes; Total 155 oficiales generales, ya septuage
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Darlos unos, ya muy próximos á serlo otros; de vendaje ortopédico de la amortización por va
manera que, desgraciadamente para ellos y para cante.
la patria, cuyas glorias dignamente representan Se ha procurado presentar con la extensión
la mayor parte de estos ilustres veteranos, mu y claridad debidas esta espinosa cuestión, por
chos de ellos restos venerables de la gloriosa y que en ella reside, á no dudarlo, la más grave
jigantesca guerra de la Independencia, desapa dificultad orgánica. Así como en la organización
recerán muy pronto del cuadro del estado ma del cuerpo humano, en la del estado militar,
yor general del ejército, pagando su tributo á la mal puede pretenderse vida, salud y vigor
naturaleza, y el personal hoy excedente quedará cuando hay congestión y desarreglo en el ce
completamente amortizado. Entretanto preciso rebro.
es respetar estas elevadas clases, cuyos servi Desgraciadamente la excedencia no está sólo
cios y merecimientos y la sangre por ellos der en la cabeza: baja por todos los escalones hasta
ramada en defensa del Trono, de la patria y de el inferior, hasta el alférez, más aún, hasta el
las instituciones que nos rigen, las hacen tan sargento en 1867. En esa época se tomó el ex
dignas del respeto, de la gratitud, déla consi pediente de dar retiros á diestro y siniestro en
deración y del aprecio del noble y generoso pue proporciones como las siguientes: de infantería,
blo español.— 39 coroneles, 66 tenientes coroneles, 134 co
Consignados estos datos, sólo nos resta aña mandantes, 175 capitanes, 86 tenientes, 68 al
dir que el real decreto de S de setiembre de féreces: total 568. De caballería, 7 coroneles, 11
4 834, en que se dispuso que sólo se diese al as tenientes coroneles, 23 comandantes, 30 capita
censo una de cada tres vacantes que ocurriesen nes, 21 tenientes, 16 alféreces: total 108. De ar
en el estado mayor del ejército, fué propuesto tillería, 8 coroneles, 7 tenientes coroneles, 2
por el duque de Tetuan, y el de 23 de junio de comandantes, 12 capitanes, 7 tenientes, 1 alfé
1863, en que se mandó que de cada dos vacantes rez: total 37. De ingenieros, 3 coroneles, 1 te
en las clases de teniente general y mariscal de niente coronel, 1 teniente: total 5. De carabine
campo se diese una al ascenso, sistema que no ros, 3 coroneles, 3 tenientes coroneles, 9 co
se ha modificado después en lo más mínimo, fue mandantes, 40 capitanes, 26 tenientes, 43 alfé
aconsejado por el marqués de la Habana. reces: total 64. De guardia civil, 4 coronel, 9
Otras veces, para rebatir cargos parciales ó comandantes, 5 capitanes, 41 tenientes, 1 alfé
personales á tal ó cual ministro, se insertan en rez: total 27. De estado mayor, 44 coroneles, 8
gacetillas sueltos breves, como el siguiente: tenientes coroneles, 24 comandantes, 6 capita
Hé aquí una estadística muy curiosa del nes, 3 tenientes, 2 alféreces: total 57. Resulta,
máximum á que ha llegado el número de gene pues, que en ménos de año y medio han pasado
rales en los años que á continuación se expresa: á situación pasiva, 75 coroneles, 96 tenientes
coroneles, 201 comandantes, 238 capitanes, 155
Capitanes Tenientes Mariscales tenientes, 101 alféreces: total 866 individuos.
AÑOS. generales. generales. de campo.
Pero sobreviene un pronunciamiento con su
4803 7 103 162 correspondiente grado general, y los 866 indivi
1815 9 120 195
1847 41 442 209 duos vuelven con tres ó cuatro ascensos por re
1820 8 123 186 muneración....
1831 7 87 139 Dejando al tiempo y á la cordura de los go
1834 7 69 136 biernos la penosa tarea de ir cerrando esas bre
1840 7 66 157
4847 6 72 191 chas abiertas en la organización y, lo que es peor,
1849 9 74 222 en la moral del ejército, pasemos á considera
1850 10 79 220 ciones de otro género.
1855 6 80 181 La base primera, el primer dato para discu
1860 6 66 448
tir y resolver cuestiones económicas es que los
De estos datos resulta, que el cuadro actual números tengan valor lijo, y que al tratar par
de generales es menor al de los años citados etc. lamentariamente de la organización de un ser
En resumen: el Estado Mayok General del vicio del Estado se tenga, si no segura, muy
Ejército es desproporcionado, no tanto en ver aproximada noticia de su coste; pues, por ma
dad como se pondera, pero lo suficiente pan- nifiesta que pueda ser su utilidad, de nada ser
reclamar con urgencia una modificación. ¿Cuá! virá, si excede este último á las fuerzas contri
remedio? Dicho queda en crudo lenguaje de ci butivas del país.
rujano: ó la amputación del retiro forzoso, ó el En las discusiones de presupuestos de estos
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últimos años asoma la tendencia á desmenuzar sión del 6 abril 4866 decía el diputado Moyano
más el de gcerra, inquiriendo lo que viene á «Yo, señores, he procurado averiguar lo que
costar individualmente el soldado, sumando pa cuesta un soldado, porque no puedo tomar como
ra ello las partes alícuotas de todos los gastos que enteramente exactos los datos que ha mandado
por diversos conceptos ocasiona al erario. Este aquí el gobierno, y de los cuales resulta que en
término medio, ó promedio como se dice en tre equipo, manutención, hospitalidades, cuar
matemáticas, del coste del soldado baso se ex teles, armamento, etc. no cuesten más que mé-
presa ya técnicamente con la locución soldado nos de 4 rs. el de infantería, y ménos de 4 y me
hedió. Para averiguarlo, lo que primero se ocur dio el de caballería. Y¿qué rae ha resultado? Que
re es sentar como dividendo la cifra total del cada hombre de infantería cuesta cerca de 8 rs.
capítulo de guerra en el presupuesto: en segui y medio, y cada uno de caballería 45. No es,
da, como divisor, el coüti^gentb, el número de pues, exacto que los 45,000 hombres, cuya re
soldados en ese año; y hecha la división, el cuo baja se pedia en el voto particular, no ahorraran
ciente debe dar el soldado medio. Aritméticamen más que 21 millones. Los 35.000 que yo creo
te el procedimiento es exacto, pero á nada con que seria preciso bajar, ahorrarían más de 60. Re
duce en la práctica: es tan ocioso como los cál pito, pues, que me opongo al proyecto, no por
culos y suputaciones que otros economistas ha que no crea conveniente esa fuerza, sino porque
cen »en globo» sobre el coste en campaña de un no tenemos bastante para mantenerla».
ejército de tantos ó cuantos mil hombres. Un Y le respondía el diputado Bernar:
libro, el de Odier por ejemplo, dice que para
«Al terminar su señoría, ha hablado del coste
poner en campaña un ejército se necesitan de del soldado, ha fijado 9 rs. el que tiene uno de
primera entrada 47 millones de francos y 45 infantería. Esto produciría, para 100.000 hom-
luego para su entretenimiento anual. En núme
ros redondos: para 100.000 hombres se necesitan bres,una cilra de 330 millones, lo cual consumi
ría casi todo el presupuesto de la Guerra, pues
200 millones de francos. Otros rebajan por la
mitad nada raéuos, sosteniendo que el millar de quedarían sólo 80 millones para caballos, mate
rial, estados mayores, generales, cuerpos facul
hombres cuesta justo un millón. Ya se ve que el
tativos, etc. En el seno de la comisión convini
término medio ó promedio ninguna confianza
mos todos en el tipo de 4.400 rs. para soldado
puede inspirar cuando los extremos son tan dis
de infantería; y aún computando todos los con
tantes. Achaque general é inevitable de todo
ceptos á que se ha referido el Sr. Moyano, cues
cálculo estadístico: apliqúese á la mortalidad, á
ta muy poco más, según datos que yo me he
la temperatura, á lo que se quiera. Los france
procurado».
ses han emborronado mucho papel para llegar á
fijar su soldado hedió ó su hombre. Como ejem En la anterior legislatura (sesión 30 mayo
plo no más, insertamos esta lista de varios años: 1865) el general Reina, en un discurso nutrido
en 4744 el hombre medio salió á 650 francos; en de datos y doctrina, presentó al Congreso el si
1764 á 574; en 4778 á 558; en 4790 á 580; de guiente estado que se imprimió en el Diario de
4815 al 30 oscila de 750 á 877; el tipo más bajo, las Sesiones.
de 546 francos, sólo pudo alcanzarlo Bonaparte
después de la paz de Luneville. Sabido es que
entre las dotes militares de este glorioso capitán
sobresalía, con su profunda capacidad adminis
trativa, una perseverancia inconcebible en el
trabajo de gabinete para manejar y esparcir sus
ejércitos de modo que «pesasen» lo menos po
sible sobre el tesoro francés. Asi, después de
inauditos y merecidos desastres, llegó el caso de
faltarle hombres, pero no dinero. Tal era su es
tricta y acertada economía, que algunos mala
mente tachan de avaricia.
En España, donde siempre ha sucedido y
sucederá lo contrarío, esto es, que sobrarán
hombres y faltará dinero, se ha procurado tam
bién en las Córtes de los últimos años fijar de
una vez el hombre medio. Por ejemplo en la se
ORGA - 87o - ORGA
■0 ti -r-- «El coste medio del soldado en las siete po
3— i m 3V tencias que figuran en el estado anterior es de
oJ • 1 3. Olí rs. al año; pero como de ellas Bélgica?
*í: k
S »- < £ te ■* 00 lO - que tiene algo menos ejército que nosotros, sea
g|.« )« la primera de Europa en industria militar, y las
« o <o «
ir i (H :T00 :0
to Si :-
ti ti
otras seis tengan duplo número de combatien
tes, cuadruplo, y hasta siete veces mayor que
\w España, casi con los mismos gastos en lo respec
COSTO i— 910,11 501,04 ó> 0>
O tivo á la dirección y administración central, por
de cnda sol o O O
so oí ti"
¡O ser esta parte independiente hasta cierto punto
dado. o
ti te 1-

de aquella circunstancia, es evidente que sin
5o i igualar las que nos separan de las referidas na
.S?""-_'
¡ J £.« as i- — ciones, por lo que hace á la altura en que se ha
ojo!' o 5
t, 00 :-'
ti ti lla en industria militar Bélgica y por el nume"
roso ejército que sostienen las demás, toda com
paración que se haga en el particular carecerá
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do en nuestro ejército».
«No se crea, sin embargo, estamos en la idea
de suponer que no caben en el presupuesto déla
Guerra muchas economías, pues por el contra
rio creemos pueden y deben hacerse aunque con
detenimiento y estudio, por lo delicadas é im
portantes que son todas las medidas relaciona
te ti ti n -í das con el ejército. Bajo este concepto sólo nos
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O ~ ~ permitiremos algunas indicaciones para que,
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1- oí oí examinadas debidamente, sirvan de base, si se
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:~ tí l-t ~:' —! - las creo aceptables, á los trabajos de ensayo que
ti ti — 1- en la mayor parte de los casos son indispen
sables».
te c !.■? «En España cuesta cada soldado lo siguiente:
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tí Entretenimiento. ... 48
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Utensilio 76'71
!»5 y.
rt = tí Total 1 .332*26 rs.
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tO= -í -r — — «Descomponiendo la cifra del presupuesto y
90 =' Ox •o iti-' cargando á cada soldado la parte que le [corres
t- — z 3) n
ponde por material y administración central,
vienen á resultar unos tres mil y pico de reales,
casi igual al término medio que so encuentra en
estas siete partidas entre todas las naciones de
Europa. Y además de esto, hay que atender á que
el soldado español cuesta más y está peor que el
soldado de otras naciones, sin culpa del Gobier
no, ni de éste ni de otros Gobiernos pasados,
sino por culpa de los tiempos; so espera, es muy
1 uc « 3 posible, que en lo sucesivo nuestros soldados es
2 tén mucho mejor atendidos que lo están aque
S 3
llos costando menos».
«En Francia, en Inglaterra y en los otros paí
ses que he citado, la administración es comple-
ORGA - «7i - ORGA
lii; licne sus almacenes, tiene sus fábricas que del presupuesto, implícito va el de fijar también
|)i'oilucen todo cuanto necesita para el vestuario el contingente ó número anual de hombres que
del ejército; tiene sus almacenes de vituallas, ha de mantener sobpe las armas. Es evidente.
que llenan en épocas determinadas y cuando es Pero en manera alguna puede serlo que, con es
tas están á los precios más ínfimos, y por conse te motivo ó con este pretexto, todos los años se
cuencia pueden dar todo ello mucho más ha ra (o remueva y se analice y se discuta la organización
que lo que hay necesidad de dar al soldado es en conjunto. Esta —como la de la sociedad polí
pañol». tica—admite, á vuelta de alguna incertidumbre
«En España no tenemos almacenes; empeza y variabilidad en los detalles, cierto número de
mos por no tener administración; lampoco tene principios fijos, que, una vez estatuidos, no pue
mos esas fabricas: de lo que resulla, por más que den ménos de sufrir menoscabo puestos en duda
sea vulgar la comparación, que nos encontra y en discusión todos los años. Por ahora (1867J
mos con respecto al que tiene en su casa una el dato fundamental del hombre ó soldado me
gran despensa, en el caso de los que tienen que dio es imposible de establecer. Fácil es, con el
ir diariamente á la plaza. Y si á esto se añade presupuesto en la mano, hacer el cálculo siguien
que muchas veces compramos en la plaza al fia te para un soldado de segunda clase de infan
do, resulta que si al tanto por ciento que el es tería:
peculador impone sobre sus artículos, hay que Ri. Ca.
agregar el que saca por no pagarle de contado, Haber 840
tendremos por resultado que el soldado español Primera puesta 149 rs., repartidos
es el que menos cuesta en Europa. Que el solda en cuatro años 37'25
do español es el mejor vestido, eso ya lo ven los Prendas mayoies 49'92
Sres. Diputados. Pero ¿desde cuándo sucede Entretenimiento 48
ésto? Desde que el Gobierno quitó esto á la ad Pan, á 81 céntimos de real cada
ministración militar. Con 5 rs. que se señala á ración 295*65
cada plaza, el soldado español está mejor vestido Utensilio 74'47
queántes, y los cuerpos han tenido en épocas da Hospitalidad, á 6 rs. 42 céntimos
das grandes fondos con sólo esos 5 reales. Yo he cada estancia , calculando por
mandado un batallón de cazadores que después término medio veintidós estan
de estar perfectamente vestido, reunía en caja cias por año, y deduciendo de su
11.000 duros, sólo de lo que se le destinaba á importe el haber y el pan, y
prendas mayores. Es decir, que podia haberse aumentando los 35 céntimos de
rebajado esa cantidad que se les daba para ves real que sedan al soldado mien
tuario, sin que por eso dejasen de estar bien tras está en el hospital 80'52
atendidos. ¿Y qué sucedía Antes? Señores: no Total coste anual 1395'81
sólo los contratistas, sino hasta los que retiraban
Coste diario 3'79
los orillos que sobraban de los paños que vestía
el ejército han venido á ser después Duques y Pero con multiplicar esta cifra por la del con
Marqueses, y á edificar esos grandes palacios tingente, no sale, ni con mucho, el coste del ejér
que vemos todos los dias». cito en paz y ménos, naturalmente, en campaña.
Al trascribir esta larga cita, no sólo se lleva Agrupando los números de otro modo, pueden
por objeto hacer ver cómo se trata esta cuestión obtenerse datos como estos que se insertan, no
casi todos los años, sino poner de manifiesto lo como tipos, sino como ejemplos.
vasto, lo complicado, lo importante de la cues Según los datos publicados por el Español, el
tión misma, para el ejército: cuestión simple coste medio anual de un sargento primero del
mente de vida ó muerte, que no debe en lo su ejército es de 275 escudos, el de un cabo prime
cesivo dejarse con tanto desden entregada á las ro de 167 escudos, el de un soldado de primera
rápidas é imprevistas agitaciones de la tribuna, clase de 146 escudos y de segunda de 141 escu
sino estudiarse en la prensa con gran deteni dos, omitiendo milésimas.
miento por todas las clases en su esfera, y hasta El coste anual de un regimiento de infante
por los centros administrativos para ilustrarla y ría es de 2.130. 840 reales, el de un batallón de
fijarla de una vez. cazadores de 1.357.310 rs., el délos regimien
Admitido, hasta por los partidarios del abso tos de caballería de 2.233,070 rs., el de un re
lutismo, en todos los países, que al poder legis- gimiento artillería de á pié 2.723.430 rs., el de
laiivo incumbe señalar anualmente el guarismo artillería montado de 2.388. 870 rs., el de moa
ORGA - 87í - ORGA
taña 2.032.200 rs. y el de un regimiento de in ra» ; y como en latin dice todo el mundo si
genieros 279.759 rs. Importan los cuerpos de vis pacem, para bellum, resulta, yes verdad,
infantería, caballería, artillería é ingenieros que que para tener paz se necesita tener organización.
existen actualmente, 18.658.468 escudos. Los diputados de oposición y los pueblos también
La Guardia civil de España consta del si comprenden las ventajas de una buena organiza
guiente personal en la clase de tropa. Guardias ción, desean tenerla; pero no quieren «pagarla».
de caballería de primera clase 584, id. de segun That is the queslwn en inglés: ahí está el quid
da 602. Guardias civiles de infantería primera en castellano.
clase 1.076. De segunda 7,261. Dan un total de De aquí, que al fijar el contingente anual, se
9,523. Cada guardia civil de caballería en pri- presencie constantemente en las Córtesla tiran
mera clase cuesta a) dia un escudo 719 milési- | tez de dos Tuerzas en sentido diamctralmente
mas, ó sea algo mas de 17 rs., el de segunda opuesto. El gobierno, que ve desde arriba tanto
clase en la misma arma un escudo 669 milési la cuestión (por desgracia perpetua1 de «órden
mas de escudo cerca de 16 rs. , tres cuartillos; el público» como el «horizonte internacional», pi
guardia civil de infantería primera clase un es de muchos soldados: la oposición, que en esto
cudo y 18 milésimas, algo más de 10 rs., y el de efectivamente «tiene al país detrás de si» los
segunda 968 milésimas de escudo diarias. niega. Promedio también difícil. Y como no hay
Nuestro ejército activo en los distintos cuer cosa más cómoda y acomodaticia que los nú
pos que lo componen está asi constituido respec meros, cuando se tiene práctica ó maña en ma
to á la clase de tropa y exceptuando la oficiali nejarlos hablan, por ejemplo, dos diputados (de
dad: Sargentos primeros, tambores mayores y la mayoría se entiende) y dice uno:
maestros de trompetas, 941. Sargentos segundos Voy ahora á comparar la situación militar de
y maestros de cornetas, 2.014. Cabos primeros, España con otros Estados. No hablo de Rusia ni
3.979. Segundos, 3.950. Cabos de tambores y de Prusia. Francia tiene 400.000 hombres y Aus
cornetas, 128. Tambores, 1 .082. Cornétas, 1.070. tria 270.000; pero veamos las naciones ménos
Trompetas 408. Soldados de primera clase, pobladas.
3.564. De segunda, 61.597. Educandos de tam Baviera, con una población de 4.600,000 ha
bor, 166. Td. do corneta, 246. La cifra total ar bitantes, tiene un ejército permanente de 76.000
roja 79.145. hombres.
La variabilidad de todos estos números de Bélgica, con 4.700.000 id., 34.000 id.
pende naturalmente del precio tan variable de Dinamarca, con 1.600.000 id., 23.000 id.
las subsistencias, de las reformas del armamen Hannover, con 1.800.000 id., 26.000 id.
to, de la movilidad de las tropas y á nucstrojui- Holanda, con 3.600.000 id., 61.000 id.
cio muy principalmente, de la habilidad, del ti Portugal, con 3 000.000 id., 26.000 id.
no, del celo de la administración militar. Una
contrata con la mayor buena fé puede ser rui No hablo de Inglaterra, que tiene 210.000
hombres, de los cuales 50.000 están en el reino
nosa hecha sin oportunidad; un costoso traspor
Unido, y además tiene una gran fuerza de vo
te de material puede costar diez veces más en
una ocasión que en otra más propicia; un servi luntarios y policía.
cio se mejora á veces por caminos que en teoría Si comparamos, pues, estos ejércitos con el
parecen los ménos conducentes. Cuando en 1844 nuestro, verá el Sr. X. que todos ellos son ma
se abolieron las contratas generales de vestuario, yores en número que el español, habida pro
asignando la gratificación mensual por plaza, de porción á la población.
14 millones se bajó «en el acto» á 6: la infante Y dice otro:
ría está bien vestida y ha llegado á tener más de ¿Acaso señores, está nuestro pais muy so
10 millones en caja. Cuando en la guerra civil brecargado en esto que se llama impuesto de san
el general barón de Meer quitó la ración, susti gre? No: véase el siguiente estado en que apare
tuyéndola con un real de plus, logró lo que siem ce la fuerza del ejército que corresponde en otros
pre debe buscarse, simplificación y ganancia. países por cada 1.000 hombres de su población,
Se ve, pues, por la diversidad de puntos que y sólo encontrarémos que una nación, la Ingla
tan de pasada se van tocando, lo que moderna - terra, á quien se mira como el modelo de las
mente ensancha su significado la palabra orga- naciones pacificas, tiene por cada 1.000 habi
nizacion. Realmente casi podría definir: «el arte tantes algunas décimas de soldados ménos que
de disponer' en la paz los pueblos para la guer nosotros.
ORGA — 873 — ORGA
NACIONES. HABITANTES. EJÉRCITO. porSoldados
cada 1.000
Tampoco es muy conducente se permitan
habitantes. vayan en considerable número, sino por tiempo
muy reducido, los soldados á trabajar de buen
España. 45.000.000 85.000 5-6 grado en las empresas particulares, porque se
Austria. 35.0(8.988 284.278 8-4
Bélgicj. 836.566 laxa su disciplina , se originan disgustos que
86.227 17-8
Francia. 37.472.732 404.195 10-7 manchan la buena reputación de los cuerpos, y
Inglaterra. 29.070.932 148.242 5-1 es fácil en situaciones determinadas se produz
Ilalia. . . 21.776.353 462.561 21-2 can sediciones que sean hasta políticas.
Prusia. 17.739.913 211.268 11-9
Rusia. . . 74.139.394 736.200 Mas no por lo expresado es nuestra opinión
9-9 que las tropas dejen de recibir la educación pro
No me he ocupado de otras naciones menos pia para el desarrollo de sus fuerzas físicas; todo
importantes, y en las que, sin embargo el tanto lo contrario: quisiéramos ver establecidos los
por mil es mayor que en las que acabo de leer. trabajos corporales que han de producir aquel
No se diga, pues, que nosotros quitamos a la efecto; pero en los grandes campos de maniobra
agricultura y al comercio más brazos que los que anualmente y por largo tiempo se debieran
otros países extranjeros. tener. (Osorio. La Prof. mil.)
Esto de la agricultura ya, por lo manoseado, Descendiendo un poco de las alturas á que
no es argumento: es buenamente muletilla. Al modernamente se eleva la organización, esta voz
gunos, desdeñando usarla, toman otro camino va concretando su significado y haciéndolo más
que también conviene atajar. . Apliquemos dicen técnico, si se aplica á las diferentes armas ser
ese ejerció ocioso á la construcción de obras | vicos y dependencias
públicas. No hay para que detenerse en este Estado Militar. Dejandocuyo conjunto forma el
aparte las organizacio
punto: todo militar tiene su convicción formada nes especiales de artillería é ingenieros por lo
en sentido negativo. Apliquemos pues, un texto conocidas y poco variables, y la de caballería
autorizado, que abarca otros extremos relacio (V. e. v.), á la inversa, porque varía ordinaria
nados, con los que lodo el mundo estará de mente con cada director, fijémonos un poco en
acuerdo. la de infantería. Esta arma ha sufrido sus prin
1. " El destino de las tropas á los trabajos ci cipales reorganizaciones en 1815, terminada la
viles es contrario á las leyes, perjudicial al espí guerra de la Independencia; en 1820 al 23, por
ritu militar y oneroso al Tesoro. el cambio de sistema político; en 1841 (3 de
2.* La aplicación en paz y en ocasiones de agosto y 8 de setiembre), por la terminación de
terminadas á las obras militares ofrece algunas la guerra civil de los siete años. Se amalgama
ventajas, pues si bien han de costar más, pue ron las dos especies, puramente nominales, de
den ser urgentes é indispensables. infantería de línea y ligera, y se estableció un
3.* Por vía de instrucción se admitirá la re reemplazo común para el ejército y las milicias
moción de tierras, y se tendrán, siempre que provinciales (V. e. v.). muy distantes ya estas
los gastos sean pequeños, ni debiendo retribuir últimas de su primitiva organización y objeto.
se al soldado. A consecuencia del movimiento político de 1 843,
4. " Ha de comprender el Código militar co ya en 18 marzo de I8ii se inició nueva reorga
mo forzosos y sin retribución, los trabajos pro nización en batallones sueltos. Esta idea surgió
fesionales ejecutados bajo el fuego enemigo. en 1823; fué acogida nuevamente en decreto del
5.* También será obligación militar la eje general Llauder de 13 enero 1835; pero, al resu
cución de las obras urgentes que tengan por citar en 1844, encontró algún tropiezo que apla
objeto la defensa del Estado ó la seguridad del zó su ejecución hasta octubre, por órden de 24
ejército, si para llevarlas á efecto no hubiese abril. A consecuencia del movimiento de 4854,
brazos civiles suficientes; pero serán convenien nueva reorganización en 1855; y por último á
temente retribuidas. consecuencia de ideas que por largo tiempo fio
6.* Siempre los expresados trabajos han de taron sin condensación, hasta que se la dió la
hacerse con el aparato militar, y satisfaciendo corta guerra de 1866 entre Austria y Prusia,
á todas las condiciones de la buena disciplina. vino la reorganizcion verdaderamente radical de
7.* Conviene, aunque sean dirigidas las 24 enero 1867 vigente cuando esto se escribe.
obras por oficiales de ingenieros, que puedan El éxito sorprendente, casi inesperado, de Pru
los de las tropas en trabajo, encargarse de cier sia en la maravillosa campaña citada, causó en
tos detalles, para estimular su celo y procurar las potencias militares sensación profunda, cuyo
les mayor prestigio. recuerdo por lo cercano está vibrando en el áni-
440
ORGA — 874 — ORGA
ino de lodos. A dos elementos principales se costumbre adquirida en el siglo (tasado de tradu
achacó en el acto el triunfo prusiano: al arma- cir del francés á tanto el pliego, «tradujo» tam
meato de uro rápido y á la organización de las bién los grandes distritos franceses, cinco igual
reservas por medio de la landwehr. Las impor mente, y por decreto de 3 noviembre <8o9 se
tantes reflexiones que nacen de esta última pa encontraron las viejas capitanías generales asi
labra, pueden verse en ¡os artículos Reserva y englobadas: en el l.,r distrito Castilla la Nueva
Guerra, donde se han agrupado para dejar más y Valencia; en el 2." Cataluña, Aragón y B lloa
expedito el presente. Allí se ve que son más en res; en el 3." Andalucía, Granada, Extremadura;
número y mayores en importancia las «causas» en el i." Castilla la Vieja y Galicia; cu el ü.°
de esa inaudita victoria; más viejos de lo que se Burgos, Navarra y Vascongadas. Nos es descono,
cree, más templados y mejor manejados los po cido el criterio á que esta «Iraduccion» pudiera
derosos y armónicos resortes, que hicieron jugar obedecer, no teniendo mariscales á quienes con
el rey Guillermo y su ejército á la vez. Si este tentar á expensas de los desairados capitanes
último en la larga paz desde 1845 (fuera de unos generales de provincia, que quedaron subsis
cuantos batallones en los Ducados; no hubiera tentes. La tirantez, el rozamiento inevitable
procurado, con alemana perseverancia, exaltar gastó al punto el nervio deesla que, por entón-
hasta lo increíble sus envidiables virtudes y ces, se llamó ORGANIZACION.
condiciones militares, mal hubiera podido el Sea como quiera, desde Sado.ua invadió por
hábil conde de Bismark llevar con garantías de todas partes la liebre alta de reorganización mili,
éxito su tortuosa política por la senda escabrosa tar. Austria, como víctima, procede con inano
que de mucho tiempo atrás indicó sin rebozo. Y fuerte, que remueve de paso, como es lógico,
por su parte el ejército prusiano, el más inteli inevitable, su apolíllada armazón política. Ita
gente de Europa, al ver en los hombres del go lia, que con dos derrotas, una terrestre y otra
bierno un tino raro, un patriotismo ardiente, naval, se encuentra «redondeada» no quiere sin
una laboriosidad incansable, una idea fija y lu embargo repetir tan peregrino procedimiento, y
minosa, tina solicitud manifiesta en todos los se organiza bajo un pié sobrado respetable para
pormenores inlínitos que entraña la preparación su tesoro. Francia, aturdida, no se contenta con
de una grande empresa, ¿cómo ese ejército no menos de millón y medio de soldados con su
había de entrar entonando el cántico de triunfo respectivo Chassepot (V. Fusil). La pobre Espa
en el campo de batalla, que con mano tan segu ña sin tantos bríos, ó mejor sin tantos medios,
ra la indicaban su veterano monarca, sus bravos desechando por imposible, como Francia y co
e ilustrados príncipes, sus sabios y prudentes mo Italia, la landwehr (V. Reserva); aplazando
generales? Echese una mirada al triste campo por falta de dinero el fusil de aguja; toma un
austríaco, abandonado por su emperador, sem sesgo acertado y previsor, un término medio
brado de intrigas y rencillas, abigarrado de ban factible, una preparación modesta, que, si no
deras aliadas, cubierto por la niebla de la des resuelve el eterno problema de «muchos hom
confianza que hiela el valor más probado, bres con poco gasto» lo plantea con juicio y fir
dislocado por el de>orden que todo lo anula en meza. Sólo con extirpar de raíz las ilusorias
un ejército: y dígase luego sí la victoria de Sa- Milicias Provinciales ;V. Reserva; «traducidas»
en el siglo pasado del francés y que ya sólo el
dowa no es debida á otro artificio más compli
cado, á otros móviles más poderosos que el misil denombre conservaban, el decreto de 2i de enero
1807 ha desbrozado el camino de la organi
DE ALI JA y la LANDWEHR.
Entre ellos, algunos han dado importancia, zación, que, como todo camino, para que sea
excesiva á nuestro juicio, á la organización per bueno, debe ser ancho y expedito. Las múlti
manente deguehra que en plena paz mantiene ples y poderosas razones que hacían urgente
el ejército prusiano. Excelentes ejércitos son el esa reorganización se consignan en el copioso
francés y el austríaco que nunca lo adoptaron. preámbulo del decreto, que por su extensión no
Aquel, sin embargo, por razones de política sin nos es permitido trascribir aquí, pero cuya
duda más que de guerra, creó en 22 enero 18o(j atenta lectura recomendamos.
grandes distritos militares cuyos centros son Como esta obra, entre otras pretensiones,
París, Nancy, Lyon, Tolosa y Tours; y en el dia tiene la de ofrecer con fácil consulta y cumpli
todos reconocen la perfecta inutilidad de ese da autenticidad una multitud de fechas, datos y
término medio,'que á ninguna necesidad satis- apreciaciones históricas,- el que quiera formar
tace, como no sea la de «dar situación» á los por sí el cuadro completo de la organización en
mariscales. España, que no acaba de perder la sus varias épocas, puede consultar, como prin
ÓRGA - 875 - OSTR
eipales, los artículos siguientes: Acuartelamien órganos más perfectos, es decir, más mortíferos.
to. —Administración. —Artillería. —Ascenso. — ORIENTAR. Se dice de un plano ó mapa,
Auditor. —Brigada. —Brigadier. —Caballería. — cuando en él se traza, generalmente por medio
Capitán.—Casa Real. — Comandante. —Compo de una flecha, la linea Norte-Sur. Orientarse es
sición. — Coronel. — Disciplina. — División. — determinar los cuatro puntos cardinales del ho
Ejército. — Espíritu. — Falange. —General.—Go rizonte: para lo cual, si se quiere precisión, se
bierno.—Grado. — Guerra.— Hombre. —Instruc necesita trazar la meridiana [V. e. v. J y en gene
ción. —Justicia.— Legión. — Maestre de campo- ral darse cuenta del lugar donde uno está y de
Ministerio.—Ordenanza. —Preboste.— Propieta la dirección exacta que debe seguir.—Por eso,
rio.— Redención. — Reemplazo.— Reformado.— metafóricamente, importa mucho en la guerra
Regimiento. — Reserva. — Retiro. — Sargento.— desorientar, marear, burlar al enemigo.
Táctica. —Tercio. —Vivo.
ORIFLAMA. Del latín auri/lamma ó áurea
ORGANO. Arma antigua de fuego, conve flammula. Voz antigua, y sin uso en España,
niente en los lugares y ocasiones que, como la para expresar un lábaro, una bandera ó enseña
brecha de una plaza, requieran gran reunión de de forma varia, pero siempre más señalada, más
fuegos instantáneos. Se reducía á colocar sobre rica, más venerada que las comunes.
un afuste ó armazón de madera muchos cañones ORILLA. El terreno situado al borde del mar
de fusil, que pudiesen dispararse á un tiempo ó á las márgenes de los rios ó arroyos (Dice.
por cualquiera de los mecanismos entónces co- Acad. Hist.). El término, limite ó extremo de la
hocidos. Estas baterías portátiles fueron muy latitud de cualquier cosa. El canto de la tierra
usadas por los españoles; y las había de tantas que está contigua al mar ó al rio, lo que está más
clases y disposiciones como el ingenio las podía inmediato al agua (Dice. Acad. Esp.) (V. y comp.
combinar. En general, tenían forma análoga, y Borde, Márgen, Rivera).
en mayor escala, á la recámara actual del revol
ver. (V. Clonard. Hist. org. T. I. lám. 12). Mar ORINECER. Verbo anticuado. Amohecerse
tínez del Romero [Glos. del Cal. de la R. Arme (así dice el Dice. Acad. 5) cubrirse de orín. Hoy
ría) menciona el asno arcabuzado [dne arquebusé, ya es vulgar oxidarse. (V. e. v.)
en francés) que se reducía á muchos cañones de OROFRES. Según Dice. Acad. era antigua
arcabuz dispuestos encima de un asno: tapá mente galón de oro y plata.
banlos después con una tela y al acercarse el
ORTOGRAFIA. Advertiremos que esta pala
enemigo, creyendo apoderarse del bagaje del
bra griega, pasada al latín, tuvo en la antigüe
ejército, se' descubrían los cañones y se hacía
dad, además de su acepción vulgar, otra técnica
una descarga, consiguiéndose con este ardid po
en el dirujo, que es lo que hoy llamamos alzado,
nerle muchas veces en desorden.—Nos parece
proyección vertical, dibujo de frente. Así lo di
bien poner el cuento á cuenta de un asno. Ber-
ce Vitrijvio, lib. 1 cap. i: Orthographia est erecta
nardino de Mendoza, que no era hombre para
frontis imago. (V. Dibujo). No debe confundirse
creer tan sándio al enemigo, pone los órganos
con ortogonal: asi como este adjetivo nada
más cómodamente en carros. «Y al acometerles
tiene que ver con octogonal, ó lo que tiene ocho
las tropas de la caballería enemiga, al calor de
ángulos y por consiguiente ocho lados.
su arcabucería á caballo, se ojearán con las pie
zas de campaña y órganos que se llevan cuatro OSADÍA. Audacia, atrevimiento, temeridad.
en un carro y mosquetería que será lo mas cier Parece sin embargo que en el dia no son ente
to». [Teár. y prdcl. pág. 84). ramente sinónimos: el uso la va acercando á
De todos modos órgano es voz traída del latín descaro, desvergüenza, poca aprensión.
organum, del griego organon, que tenia signíli- OSTRACISMO. Puesto que los militares hoy
cacíon de máquina, aunque Vitrubio (lib. 10. ca también lo sufren, conviene saber que es el
pitulo li hace distinción técnica entre ambas dest 3rro político que los griegos imponían á
voces. Es probable que volvamos á ver órganos los Iik, abres públicos muy influyentes por mé
bajo la forma de revolvers monstruosos. La má rito, riqueza y popularidad , para evitar que
quina infernal disparada en París contra Luis atentasen contra la libertad ó la constitución
Felipe el 28 julio 1833 era un órgano de veinti del país, y también para despejar el camino á
cinco cañones, que hirió y mató cincuenta per las envidias y ambiciones de segunda fila. Temis-
sonas, quedando ilesa la del monarca. Las ame tocles, Alcibiades y otros grandes capitanes
tralladoras (V. e. v.) de Gattlíng en (867 son fueron condenados al ostracismo.
OTEA - 876 - OXID
OTEAK. Observar, reconocer, registrar, ala- OVACION. Ceremonia usada entre los ro
layar la campaña desde lugar elevado. Covar- manos para aplaudir y recompensar al genehai
rubias lo deriva del verbo griego optomai. vencedor, cuando sus victorias no llegaban á
merecer los grandes honores del triunfo. ÍV. e.
OTERO. «Es lo mismo que el a'to ó la altu v.). En rigor era este mismo ménos solemne: el
ra de algún terreno elevado. Viene de la voz héroe no entraba en cairo, sino á pie, y lleva
latina altum corrompida. De esla voz derivan su ba corona de mirto en vez de laurel. Eesto y
denominación algunos pueblos, y equivale á la otros quieren que ovantes y ovación provengan
lemosina puig, que tiene la misma acepción en del grito y aclamación O!
Cataluña, Valencia, y Mallorca; y á la de puei/o
en Aragón». Tal dice el Dice. Acad. Hist. que to OVAL. Lo perteneciente i ovación. La coro
mamos por guia en nomenclatura topográfica; na de mirto.—La curva plana parecida á la elip
pero el Dice. Acad. Esp. sólo da «el lomo que ha se (V. y comp. Oblongo). El óvalo se traza con
ce la tierra elevándose en los llanos, de forma porciones de circunferencia de circulo.
que sobresale á lo demás». Especie, pues, de OXICRATO. Mezcla refrescante de agua y
colina, altozano, ieso, etc. (V. y comp. e. v.).— vinagre, muy usada por los legionarios romanos.
Según Clonahd, (Hisl. org. T. I. pág. 402, en la Por mucho tiempo se ha repetido que Aníbal
milicia de la edad media el campo de Marte, de pasó los Alpes «destruyendo las peñas con vi
asamblea, de concentración de las fuerzas alle nagre». Mejor «leído» el pasaje por un critico,
gadizas que formaban la hueste ó ejército. Se parece que todo se redujo á dar oxicrato i sus
escogía, en general, en terreno eminente para soldados para animarlos. Por lo visto, esa ino
descubrir más tierra. —Es locución que se en cente bebida ha perdido mucha virtud con el
cuentra en varios fueros antiguos v. g. en el de tiempo.
Cáceres: «Todo cauallero que non fuere á otero OXIDADO. Hierro, metal cubierto de óxido,
con lanca, et con escudo, et con dos espuelas e de moho, de orin.—Oxidación, conversión del
su cauallo non trauare con dos sueltas, peche metal ú otra sustancia en óxido, por su combi
dos carneros». nación con el oxígeno.
PABELLON. En general bandera. —Tienda de aPaciferoequemanu ramum prmtendit oliva».
campana. —En manejo de arma, el haz formado con
fusiles, entrelazando los cuellos de las bayone PACIFICACION. Acto y resultado de paci
tas.—Pabellones, en plural, designa la parte ficar (V. e. v.). Antigua y modernamente mu
que en un cuartel ó edificio militar está exclu chas pacificaciones son simplemente la desola
sivamente destinada á vivienda de jefes y ofi ción de un país. Nada más terrible que la
ciales. Pabellón es cada habitación separada. — conocida frase de Tácito: Ubi solitudinem fa-
La voz es corrupción del bajo latín papilio, pa- ciunt pace'n appellanl. Una de las grandes mo
pilionix, mariposa, que usa Vegecio y define San dificaciones de la sociedad moderna es dirigir la
Isidoro por la semejanza con toldo y tienda de guerra de modo, que su peso y su horror caigan
campaña. Los romanos decían tentorium. sobre el ejercito, más bien que sobre la pobla
ción inerme.
PABULARIO. Si pábulo en castellano, pa-
bulum en latín, significa pasto, alimento, comi PACIFICAR. Concluir una guerra; estable
da; pudo muy bien llamarse pabulario el for cer, asentar la paz; sosegar alteraciones. Verbo
rajeador, quizá el merodeador, entre los antiguos. puramente latino, aunque ellos tenían tres, cuyo
La voz, sin embargo, no la hemos visto más que sentido no es del caso distinguir: pacificare,
en el Dice. mil. de J. D'W. M. y en el Dice, placare y pacare. Derivados: pacificación, paci
enciclop. de Gaspar y Roig. ficador, pacífico.
PACADO. Antiguamente lo mismo que apa PACTAR. Asentar, poner condiciones, con
ciguado. —Pacato, ningún militar debe serlo. cluir un convenio (V. e. v.).
PACANAS. Fiestas que los romanos celebra
ban en honor de la paz. PACTO. Asiento , concierto , estipulación
convenio. V. y comp. Capitulación, que siempre
PACCION. El Dice. Acad. 5 da sin anticuar supone gran diferencia entre el que la propone
esta voz, sinónima de pacto. Y también paccio- ó impone y el que la suscribe. —Pacto de fami
nar por pactar. lia es el nombre del desastroso tratado con Fran
PACÍFERO. Adjetivo latino usado en poesía. cia que Cárlos III celebró en 1761, manchando
Lo que trae ó indica paz. Virgilio llamó pacífe su apacible reinado, no sabemos bien si por
ra a la oliva. afecto á los Borbones ó por rencor á los Ingle-

«
PADE - 878 - PAGO
ses, que le habían tratado malamente en verdad directamente paca, paga. Voz, según otros, de la
siendo rey de Nápoles. baja latinidad, de la que los italianos han hecho
PADECER. Se dice de una tropa en combate su paga y pagamento. Algunos escritores de esta
que tiene muchas bajas. nación pretenden que viene de pagua, pago, pa
co, entre ellos Acarisio. «Pago e detlo da paco la
PADRASTRO. Oportuna y gráfica voz para tino, que vale concordo, percióché il debitore,
expresar las eminencias, ó puntos peligrosos y guando paga ilsuo creditore lo contenta é quasi
dominantes como ahora se llaman, que dominan, fapace con fui» . Maquiavelo decia: «mancando il
enfilan y molestan el espacio interior, el terra pagamento, dove mancar la punizionea. En ri
plén de una obra ó fortaleza. — Por extensión, gor paga viene á ser lo mismo que sueldo (V. e. v.)
en la guerra, todo fuerte ó fortín que sujeta y y estipendio, salario; pero el uso hace una visi
molesta una comarca. «Han muerto un buen ble distinción, dando á la primera cierto carácter
lombardero desde el más alto padrastro». (Ato periódico, ó por mejor decir, mensual. El sueldo
ra. Cartas). «Y él lo hizo y se atrincheró á pesar generalmente se computa por anualidad. El que
del enemigo, y se puso en frente del fuerte de tiene 12.000 reales de sueldo cobra su paga de
Crévecoeur. Porque la intención del Cardenal 1.000 reales. Se teme «atraso en las pagas» y se
era quitar aquel padrastro y pesadumbre que de habla de «rebaja en los sueldos». Se toma paga
él recibía la villa de Bolduque». (A. Carnero. adelantada, de marcha, de embarque, sin car
fíuerr. de Flándes. lib. 13. cap. 8). «Salió á los 3 go, de tocas. Una paga se da en dos medias. No
de julio á recorrer nuestras fortificaciones, re se tiene paga, sino sueldo de reemplazo, de
suelto en quitar si podía, el padrastro del fuerte asamblea, medio sueldo, cuatro quintos.—Paga
queiban haciendo los españoles». (Coloma. Guer muerta es un galicismo, morte-paye, de los mu
ra de Flánd. lib. 12). «Si la campaña haze emi chos que infestan el Dice. mil. de Moretti. No
nencias ó padrastros; y si estos señorean la pla hay tal locución en castellano.
za; y lo distante que estén della » (Puga t
Rojas). También lo traen en este sentido Dice. PAGADOR. En el extracto de una Memoria
Terreros y Covarrubias. sobre reforma de Guardas Viejas, en tiempo de
los Reyes Católicos se lee: «Y porque las pagas
PADRINO. El que asisto á otro en duelo, de toda la sobredicha gente darmas, asi de ca
torneo, justa; pero nunca hemos oido llamar
ballo como de pie, se haga limpiamente y sin en
asi al oficial defensor, como afirman los Dice,
gaño, robo ni desórden; parece que su mngestat
mil. de Hevia y i. D'W. M.
debe poner un pagador solo, que sea hombre su
PADRON. La columna ó piedra que se le ficiente y seguro, y que no se entremeta, ni ten
vanta con inscripción sobre las ruinas de una ga que hacer en otra cosa; y las personas que el
casa, fortaleza ó pueblo arrasado; como la que dicho pagador tuviere debajo de si para su ayu
el Duque de Alba puso en el solar del hotel Cu- da, que sean suyas y personas de recaudo fiables,
Umburg, en Bruselas, ó la que Mina levantó en por los cuales él responda, de manera que su
Castellfollit.—Lo mismo que patrón en los talle magestat no tenga que hacer sino con solo el di
res. El Dice, iluslr. de art. de Agar y Arambuuu cho pagador. Al cual se le debe dar por su sala
dice en el art. Padrón: «En los establecimientos rio mil ducados por año, aunque no le dan agora
de artillería está poco definida, á nuestro ver, tanto». Se ve, pues, que el origen es técnico ya
la diferencia que existe entre los objetos desti en los primeros rudimentos de la administra
nados para que por medio de comprobaciones ción militar.
sucesivas llegue cada pieza á tener las dimen
siones ordenadas ó convenientes, y aquellos que PAGADURIA. Oficina y local destinado al
sirven para examinar si después de concluidas pago.
tienen exactamente las dimensiones y formas PAGAMENTO. Acción y efecto de pagar.
que se desea. Los primeros deben llamarse es Aunque lo inserta Dice. Acad. parece como si
cantillones ó padrones, que cada obrero por si sonase algo á italiano ó francés, pagemenl. AI«o
emplea según los va necesitando- y los segundos tendrán cuando tan poco so usa. (V. Pago).
plantillas, exclusivamente destinadas al recono PAGARE. Papel de obligación por alguna
cimiento de objetos ya concluidos por los jefes cantidad que se ha de satisfacer en tiempo de
de taller, oficiales del detall ó brigadas facul terminado.
tativas».
PAGO. Mejor que pagamento, expresa la ac
PAGA. Para Gftuuiitodo es celta, y de él trae ción de pagar. Abrir el pago. Día de pago. —Aun
PAIS - 87» - PALA
que humilde, es frecuente la locución, «quedar, peñándola, queda con cierta libertad.—Todo lo
estar pago». —Satisfacción, premio, recompen que visiblemente lia perdido el ceremonioso ju
sa.—En topografía y agricultura es un distrito ramento ¡V. e. v.) residuo de la edad media llama
determinado de tierras labrantías ó heredades, da caballeresca, lo va ganando la palabra de uo-
especialmente de viñas. nor, ó simplemente la palabra de hombre formal
PAISANAJE. «La gente del país, á distin '< y honrado.
ción de los militares». (Dice. Acad.) PALADA. La porción de tierra que coge la
PAISANO. Para el militar todo el que no es pala de una vez.
del oficio. En estos tiempos, en que todo se va PALADIN. Caballero errante ó andante, es
puliendo, va quedándola voz solo para el aldea forzado y famoso por sus hazañas novelescas. —
no ó campesino. La levita, aún para el soldado Paladinamente: claramente, públicamente.—Pa
raso, convierte al apaisano» en «caballero». Los ladino, adjetivo: público, patente. V. un texto en
oficiales que no hacen gala de toscos ya no es Atalaya. Todo quizá derive del bajo latin pala
criben paisano, sino hombre civil, del estado ci tinas, palatino. (V. e. v.)
vil Todo lo cual prueba que nos vamos civi
lizando.... PALADION. Estatua de Palas que hubo en
PAJE. En lo antiguo paje de guión era el que Troya, caida del cielo como el ancile (V. e. v.) en
llevaba las armas del Hoy, en ausencia del ar Roma, y de cuya conservación dependía la
mero mayor. Especie de escudero ó armígero.— de la ciudad. Es constante este mito en casi
Paje de lanza ó de armas, el que las llevaba y todos los pueblos antiguos. El verdadero pala
serviaá su amo.—Paje de jineta, el que acompa dión hoy es el patriotismo y el espíritu militad.
ñaba al capitán, llevando este distintivo de su PALAFREN. «El caballo manso en que so-
empleo.—Pajes del rey, á principios de este si lian montar las damas en las funciones públicas
glo, los jóvenes que se educaban en el colegio *y para la caza, y muchas veces los reyes y prin
real, llamado casa de pajes, y salian á canónigos cipes para hacer sus entradas. —El caballo de
ó capitanes de infantería (sic).—Carlos Aquino criado ó lacayo». (Dice. Acad.)
(Lexic. mil.) y Ducange y Justo Lipsio quieren PALAMEDES. Mencionamos este héroe de la
que paje sea corrupción del bajo latin pcedago- antigua Grecia, que mandaba los Eubeos, como
giani, porque asi se llamaron en el bajo imperio hijo de su rey en el sitio de Troya, porque á él
los niños ó donceles, que se educaban en palacio le atribuye la fábula la invención de la táctica y
para la milicia, bajo la dirección de un pedagogo, del juego de ajedrez. Siempre es bueno saber
que en griego significa maestro. Mas, para que estas cosas.
nunca exista acuerdo en materia de etimologías,
Gébelin la trae del celta bach, pequeño; Roque- PALANCA. En el material de artillería las
fort, del latin pagus; Lancelot, del griego país, hay en gran numero, con diversos usos; por
niño.—Había cierta gradación entre paje, don ejemplo: de boca, la que sirve para cargar sobre
cel y escudero. El antiguo refrán «donde fuiste el mulo y descargar el obús de montaña. Tiene
paje no seas escudero» enseña que se debcii evi en su centro una abrazadera de hierro con gan
tar motivos de envidia, cuando se asciende. cho, que entra en el puente ó anilla déla extre
midad del mástil. —de cabrestante, la que entra
PAJIZO. Loque está hechoó cubierto de paja.
en las mortajas de la cabeza del molinete verti
PALA. Del bajo latin pala, según San Isidouo. cal.—de cascabel, en la artillería de montaña se
Útil de zapador y gastador, de varias formas se distingue de la de boca, en que en vez de gancho
gún el trabajo á que se destine: cuadrada, len tiene en el medio un zoquete con un rebajo, don
gua de buey, etc.—En la charretera, el cuerpo de se acomoda el cuello del cascabel.—de gan
de donde pende el lleco ó canelón. cho, la de puntería en la cureña de batalla, que
PALABRA. «Correr la palabra» es, no sólo termina en una argolla y se dobla sobre el más
dar el alerta nocturno los centinelas en recinto til.—de puntería, la que entra en la contera del
ó cordón, sino pasar también la voz de mando del mástil para dar dirección á la pieza. —Además
jefe en marcha de roche, sorpresa ó facción que hay palancas para calzar ruedas, para conducir
exija silencio.—Palabra de honor vale más que bombas, etc.—Dice. Acad. 5. da también palanca
los juramentos, mayormente si, como en política, como «fortin construido de estacas y tierra. Por
se admiten las «reservas mentales».—Sobre ó lo regular es obra exterior, que sirve para de
bajo palabra, se entiende del PRisioNEaoque, em fender la campaña». Sin duda será errata, pues
PALA - «so - PALI
los ingenieros nunca han usado esta voz sino pa osle lugar se ayuntan los ornes para fablar con
lenque, Ó PALANQUERA Si acaso. él más que en otro lugar, por esso lo llaman Pa
PALANQUERA. «Valla de madera». (Dice. lacio, que quiere tanto decir como logar pala
Acad.). Por extensión, estacada doble con tierra dino». (Ley 29.ÍÍÍ. 9. parí. i).—Para que todo fue
en medio. Atrincheramiento [V. e. v.), en gene se desdichado, de palatini hacen losetimologis-
ral, de madera, de troncos de árboles. tas paladín, caballero andante, de los cuales el
PALANQUETA. Barreta de hierro con dos último nació y murió en la Mancha, dejando en
cabezas una a cada extremo, que se emplea en su historia el mayor deleite literario que es da
la carüa de artillería, especialmente de marina. do saborear á un español.
PALAS. Por otro nombre Minerva. Antigua PALEADOR. El que trabaja con la pala ó
diosa de la guerra, que nació armada de la ca usa de ella. ¡Dice. Acap.)
beza de Júpiter. En este mito se revela la deli PALENQUE. Del celta pal, ó del alemán
cada intuición do los antiguos; pues no era, co pfahl, ó del latin palus. La valla ó cerco de
mo el feroz Marte, dios exclusivo del comíate, madera que cierra el campo de torneo (V. e. v.)
sino diosa de las ciencias al mismo tiempo. Re ó en general, de ejercicio ó fiesta. Por exten
párese bien. sión, el campo mismo, la tela, la arena. Por ma
PALATINO. En los buenos tiempos de la yor extensión, la barricada, el atrincheramiento
Roma republicana, y aún en los primeros años en que entra por elemento principal la madera.
de la Roma imperial ya declinante, jamás se le (V. y comp. Blockhai's). Describiendo Várela
pudo ocurrir al Jefe del Estado, fuese cónsul, {Resumen hist. pág. 32) los sitios de la edad me
dictador ó emperador y tirano, sustituir al Esta dia, dice: «por último no descuidaban la cons
do con su persona, es decir, condensar y resu trucción de palenques y cadahalsos en derecho
mir en su persona el Estado mismo, la nación de la salida de la hueste, que asi fuesen contra
que gobernaban. Este absurdo, sin embargo, que los de dentro como contra los de fuera».
hoy nos hace reir, como una simple baladrona PALERO. «En la milicia antigua, el que tra
da ó gasconada, en el famoso nL Etat c est moiv bajaba con pala, como ahora los gastadores».
de Luis XIV, se realizó en los desdichados tiem (Dice. Acad.). Sin embargo de lo natural y au
pos del bajo imperio. Allí se fundió ó confundió torizado, la voz no se usa. Se prefiere llamar
patriciado y plebe, aristocracia y democracia, pala, como al útil mismo, al soldado ó zapador
milicia y ciudad: todo lo absorbió una cosa nue que lo maneja. «Tantas palas para tantos zapa
va que se llamó Palacio. Al principio era distin picos» es la expresión técnica y corriente. «Tier
ción el oficio ó cargo palaciego ó palatino, es de ra de tantas palas», esto es, que el que cava da
cir, todo servicio puramente doméstico en la que hacer á tantos paleros ó paleadores.
servidumbre del monarca: pero, andando el PALESTRA. Nombre griego y latino de la
tiempo, se multiplicaron de tal modo las deno liza, arena, lugar señalado para ejercitarse en
minaciones, las gerarquías, las condecoraciones, la gimnástica. La palestrica, ó arte de la palestra,
los cargos honoríficos, que resultó loque era ló comprendía, segun Moreri, los cinco ejercicios:
gico: que todo el mundo llegó á ser palatino ó lucha, pugilato, tiro ó disco, carrera y salto.
palaciego, y se volvió al origen, esto es á que Otros opinan que el «conjunto de estos ejerci
dar lodos «iguales», pero con distintos y pom cios» constituía el pancracio (V. e. \.) y la pa
posos nombres. Las tropas palatinas ó de guar lestrica sólo la lucha. De todos modos, la voz
dia real y privilegiada, sucesoras de las anti palestra es hoy más literaria que militar.
guas pretorianas, vinieron á constituir «todo» el PALETOQUE. Nombre de una anguarina ó
ejército: así como «todo» el pueblo vino á ser capotillo de dos aldas, como escapulario largo
«empleado en palacio», y de aquí perder su va hasta las rodillas, y sin mangas, que antigua
lor la voz palatino, no significando «nada» en mente se vestia sobre las armas.
los últimos tiempos, que es á lo que venimos á
reducir esta esponjosa definición: coronándola PALILLO. Pieza de la llave del fusil.—No
con un texto de Don Alonso el Sawo, algo afi es técnico, aunque sea usual, llamar palillos á
cionado por desgracia al Bajo Imperio. «Palacio las baquetas del tambob; como tampoco lo es lla
es dicho aquel logar do el Rey se ayunta paladi mar hachero al gastador, ó pistoleras á las fcn-
namente para fablar con los ornes: et esto es en das. Por qué?
tres maneras: ó para librar los pleytos, ó para PAL1NTONA. Epíteto ó calificativo griego
comer, ó para fablar en gasajado. E por que en dado á la balista ó catapulta, á la máquina «en
PALI — 881 — PAND
general» de la milicia bizantina que lanzaba PALUDE. Del latin palus,paludis. Suele en
dardos ó piedras. contrarse á veces como sinónimo de LABORA en
PALIZA. Castigo de palos, zurra, manta de castellano. —Palux, pali es en latin palo, estaca.
palos. En el día llaman algunos con más pulcri PALUDOSO. Palustre. Adjetivo que designa
tud «bastonada» por que los franceses dicen lo que pertenece ó es propio de laguna, charco,
bastonnade. ' pantano. «Mas, si el enemigo fuese superior en
PALIZADA. Empalizada, estacada, fila de caballería busque lugares paludosos, pedrego
maderos, troncos, estacas solas. (V. y disting. sos, montuosos y ásperos». (Bart. Scarion. Doct.
Palenque;. mil. fol. 29). También lo inserta Dice. Acau.
PALMA. Asi como el laurel, este vejetal PAMPA Voz americana, usada en Europa.
fué en la Roma antigua signo y emblema militan Sabana, llanura extensa y baja, la estepa rusa y
de victoria y de triunfo. Hoy el estado civil, ¿i asiática.
pesar de gemir abajo el imperio del sable» ar- PANCARDA. «En la infantería militar isic)
rambla con todo, palmas y laureles, desdeñando i lo mismo que détail en la milicia; y se pudiera
la pacífica oliva. haber sustituido esta voz pancarda como más
PALMO. Antigua medida de longitud. Palmo castellana y antigua que détail, que es pura
de tierra, espacio pequeño. Palmo á palmo, de mente francesa». (Dice. Terreros.) Nuestra res
fender Á palmos, resistir tenaz, obstinadamente: ponsabilidad queda á cubierto con la cita; ex
cejar poco á poco. cusado es advertir que no hemos dado en nin
guna otra parte con tan singular vocablo
PALO-MECHA. Cuando no hay cuerda-me
cha, se reemplaza con un listón empapado en PANCERA. Parte de la armadura que cubre
una disolución de nitrato de plomo ó de cobre. el vientre. (Dice. Acad.i (V. Catafracta, ¿No ten-
| dré que ver con el panreria romano, en alemán
PALOMERO. Adjetivo que se aplica á las panCf,r^ en italiano pandera, etc. armadura ro-
virotes en la ballesta, cuando tienen una virola mana de escamas? Lo mismo que Pancellar, Fal-
de hierro en la cabeza, y son un palmo más lar daje. En latin panceria.
go que los virotes comunes. (Dice. Acau.)
PANCRACIO Por si alguna vez se topa con
PALOMETAS. Según el Dice, ilustr. deArt.. esla voz griega, sépase que era. según ciertos
las piezas curvas, fijas en la pared ó en listones, autores, la lucha ó pugilato atlético llevada á
para colgar en almacenes objetos y efectos de todo extremo, es decir, en la que no sólo juga
material, como escobillones, espeques, etc. (V. y ban los puños, sino todas las «ofensas naturales»,
disting. Palomillas). desde la coz hasta el mordisco. Otros creen que
PALOMILLAS. Cuñas que, en los armones y pan, todo, y kratos, fuerza, era la victoria quin-
carros de la artillería de batalla, sostienen in tuple. ó el conjunto de los «cinco ejercicios» de
clinada la TABLA DE CONCHA. la palestra. V. e. v.)
PALOTEAR. «Y que en ninguna manera PANDA. Lo mismo que pando (V. e. v.). Si
conviene dar paso con las picas arboladas, por nónimo, en Asturias, de ensillada ó collado.
excusar el palotear de ellas, que es peligrosísi PANDERA. Ánfora, cubeta de madera ó cue
mo en presencia de los enemigos». (LondoSo. ro, destinada en las fabricas de pólvora al tras-
Discipl. mil. fol. 40). «Por que ya comenzaban á ¡ porte de ingredientes á los morteros y toneles.
palotear las picas de los Esguízaros, y á poner es- PANDO. «El terreno llano que se halla en la
la y las demás naciones (V. e. v.) los ojos en las abertura de dos montañas. Se diferencia el pando
retiradas». (Coloma. Guerr. de Flánd. lib. 10). de la abertura, en que aquel es de terreno llano,
Por estos dos textos se ve claramente que palo y la abertura puede serlo, ó no. Es voz usada
tear era hacer ruido con las picas, al moverse la en el reyno de León, Asturias y Montañas de
antigua infantería, y de ningún modo en el «cho Santander. Viene del latin pandere» . Asi define
que cou el enemigo», como parece decir Moret- el Dice. Acad. Hist. El de la Acad. Esp. lo da só
ti.—Aunque Dice. Acad. 5. no trae paloteo, dice: lo como adjetivo y con esta explicación: «incli
«Palotear, herir unos palos con otros ó hacer nado ó corvo brevemente hacia el medio. —Len
ruido con ellos.» to y tardo en el movimiento. Dícese particular
PALUDAMENTO. Clámide, vestido militar mente de los rios cuando van por tierra muy
romano de color de púrpura, distintivo de llana.
rador ó general en jefe PANDUROS. Tropas irregulares y feroces
H1
PAÑI - 882 - PARA
que jugaron en las guerras del siglo pasado, y por antigüedad, rareza ó precio, con que los
cuyo nombre vino, como hoy el cosaco, a ser aficionados adornan sus gabinetes.
genérico. El origen parece ser de Pandus en PANTALLA. V. y comp. Candelero ydisting.
Hungría. Mantelete.
PANICO. Como la mitología no tiene curso PANTANO. Sitio bajo y llano en que las
hace tiempo entre los poetas, es difícil dar cuen aguas se estancan, produciendo una vejetacion
ta de algunas etimologías que ántes se aprendían peculiar. Los pantanos pueden ser estacionales
en la escuela. Pan era el dios antiquísimo de ó accidentales. (V. Budial, Ciénaga).
las selvas y de los pastores, en rigor, de la «na PAÑO. Asi llaman algunos á la tela de la
turaleza» entera, puesto que pan en griego sig bandera; otros, tafetán: y la ordenanza, en algu
nifica «todo». Por razones que ignoramos, y que na parte, trapo.
nos guardaremos de inquirir, el dios rústico era PAPEL de tiempo. Documento en que el ca
muy ducho en arte militar. Esto no es broma: pitán certifica, con el cónstame y visto-bueno
los autores lo afirman y entre ellos Polieno [Stra- de los jefes, el dia en que entró á servir y aquel
tag. líb. \): uDyonisii, sive Bacchi dux fuit in en que cumple su empeño el soldado de su com
militia Pan. h primum reperil ordinem nomina- pañía. «Conforme se agreguen recluías á su com
vit phalangi'm, cornn instituit dextrum ac le- pañía les dará el papel de tiempo respectivo».
vwn ex quo cornutum etiam Pana vulgti defin- {Art. 15. til. 10. trat. 2 de. la ord.^
gunt». Es, pues, indudable que enseñó á fíaco PAPELISTA. (V. Administración, Burocracia.)
la táctica falangita, y que los dos «apéndices»
que adornaban la frente de Pan eran honroso PAPEL-MECHA. Careciendo de cuerda-
mecha y palo-mecha, se sustituye con rollos
emblema y distintivo militar. Mas no contento el
apretados de papel empapado en una disolución
dios de los pastores con el son plácido de sus
zamponas y caramillos, y buscando algo más de salitre.
bronco y belicoso para coronar su táctica, hubo PAQUETE. En general la reunión de efectos
de soplar con fuerza en un caracol enorme, y envueltos y atados bajo cubierta.—Más particu
quedó inventada la trompeta de guerra; pero tal lar, en 1867, el cómputo de diez cartuchos dk
fué el susto y el pavor producido por aquel inau fusiló do trece cápsulas.
dito trompetazo, que todo el mundo puso piiis PARACAIDAS de iluminación. Ingenioso ar
en polvorosa. Esto no debe extrañar, pues los tificio de artillería para alumbrar los trabajos
libros sagrados nos dicen que «á trompetazos» de sitio ó la posición del enemigo, que se dispa
sólo cayeron los muros de Jericó. En resumen, ra con mortero y, abriéndose en el aire, desplie
desde esta humorada del dios Pan se llamó pá ga efectivamente un paracaidas en forma de pa
nico al miedo súbito y sin causa racional, que raguas, que mantiene suspendida la parte en
dispersa una muchedumbre ó un ejército. Y tan que va la composición luminosa. Ya se com
frecuente es en el día esa palabra, que en los prende que en 1867, con la luz eléctrica, todo
periódicos vemos: «Hoy ha habido pánico en la eso va pareciendo inocente.
bolsa». «Con el púnico se esconde el dinero». PARADA. La reunión prévia de las guardias
Cómo se le habia de ocurrir al dios cornudo que entrantes. «Todas las guardias entrantes forma
llegaría á jugar en la tecnología de los bolsistas! rán en batalla la parada á la inmediación de su
—Contra esos terrores pánicos, repentinos, in cuartel ». (orí. 16 til. 5 trat. 6 de la Ord.)
fundados, tan frecuentes en pueblos de imagi Al sargento mavor de plaza toca distribuir y des
nación ardiente, el mejor remedio son las fuer pedir la parada.—Los franceses creen que su
tes instituciones y los jefes hábiles. La disciplina, voz técnica parade viene de la nuestra. Una y
los hábitos de orden y las precauciones logísticas, otra vendrán del latín parata. Gran parada es la
si no evitan el pánico, pronto lo cortan. revista ceremoniosa por la principal autoridad
PANOPLIA. «Así se llamaba la armadura militar. —Parada, quite, reparo son términos de
completa de un caballero de la edad media; pe esgrima.
ro hoy se designa más particularmente con esta PARAGOGA. Maniobra de la falange griega,
voz el «conocimiento teórico» de las armaduras y reducida á marchar de flanco por medio del gi
armas antiguas». (Martínez del Romero. Glos. del ro individual. En la paragoga se solían acolar
Cal. de la R. Armería). Esta voz latina provie dos falanges, dando un frente de 32 hombres.
ne del griego, y lo que más particularmente de- En esta disposición avanzó Alejandro sobre el
nigna hoy es el grupo ó trofeo dk armas notables Crónico. Advertimos, como siempre, que esta
PARA - 883 - PARA
opinión de Guischardt, Carrion y otros no es mente por paramento la superficie exterior del
unánime entre los helenistas, como tampoco la muro de fortificación especialmente de escarpa.
escritura, pues otros dicen paragoge. —El verbo latino parare significaba adornar,
garantir, cubrir; de ahí el latín bárbaro para-
PARALELAS. Adjetivo compuesto de dos mentum.
voces griegas para y allelon. En los trabajos de
sitio (V. e. v) no se ataca ordinariamente más PARAMERIO. Nombre greco-latino de una
que uno ó dos frentes de la plaza. Si las trin espada corta, ó quizá daga, citado por el Empe
cheras (V. e. v) se llevasen de frente serian in rador León y Justo Lipsio (Analect. ad Mil.
habitables por la enfilada: para precaverse se Rom.): «Habent spathas, romano more, ab hume-
ocurrió el zig-zag. Para que la tropa ó guardia de ris pendentes et parameria» .
trincuera protegiese eficazmente, se empezaron PARAMO. Campo raso, alto y descubierto á
á sacar lateralmente retornos y corchetes. El los vientos, que por lo común es frioé inhabita
aumento creciente de baterías sugirió darles do, y sirve para pasturas de ganados y á veces
más amplitud; y por último Vauban, en el sitio para rozas. Así definen con exactitud el Dice.
de Maeslricht en 1673, perfeccionó el sistema de Acad. Hist. y el de la Acad. Esp. Por metáfora,
ataque, abriendo largas trincheras, que entón- cualquier lugar sumamente frió ó desamparado.
ces eran efectivamenle paralelas al frente de
ataque, de donde les quedó el nombre, inexacto PARAPETARSE. De ningún modo apampe-
por consiguiente en cuanto se hicieron aún más tarse, como se ve impreso en un Diccionario
largas y curvas. Sabido es que una curva no es militar que tenemos á la vista. Y lo mejores no
paralela sino concéntrica (V. e. v.), equidistan usar el verbo, que no es técnico, aunque lo pa
te, si se quiere, á otra. Pero también decimos rezca «á los paisanos». Los ingenieros nunca se
que el sol sale, aunque sabemos que se está «parapetan» como nunca se «amurallan» (V. e.
quieto. En el ritual del siglo pasado las parale v.): se atrincheran, se cubren, se abrigan, etc.
las, es decir, las grandes trincheras envolven Sucede lo mismo que con otros verbos, como
tes solian ser de tres hasta cinco: la primera, batallas, militar, que «deberían ser» pero que
abierta al alcance del cafion; y la tercera, gene no son técnicos , ni usuales.
ralmente, al pié del glasis; pasándose de unas á PARAPETO. En general, todo lo que cubre
otras por ramales en zig-zag; pero las radicales y resguarda; pero técnico, en fortificación, es
modificaciones en el «modo de hacer la guerra», el terraplén, montón ó masa de tierra, ya insis
la nueva artillería y la novísima fortificación ta sobre el terreno, ya sobre otro terraplén ar
han roto la pauta de Vauban; y, según los casos, reglado á dimensiones de perfil, que cubre has
basta una paralela ó se necesitan quince y vein ta el pecho al que tira desde la banqueta. La voz,
te. Echando la vista sobre los planos de sitios de origen latino, la tomaríamos de los italianos.
modernos como el de Charleston, y singular El parapeto tiene dos taludes, interior y exterior,
mente el de Sebastopol, es como se comprende y declivio superior ó plano de fuecos.
la «libertad» que hoy reina en esto de las pa PARAR. En estrategia, como en esgrima,
ralelas. detener, prevenir, impedir el golpe del enemigo.
PARAMENTO. Manta de paño ó gran sobre Mejor aún que parar, es paralizar, anular «sin
cubierta, blasonada de rica labor, con armas, combate» toda acción, todo desenvolvimiento de
empresas y escudos heráldicos, que extendida medios ofensivos. Ese es el arte.—En sentido
sobre la loriga, cubría el cuerpo del caballo ar de cesar, detener la marcha, no lo usan los mili
mado ó bardado en la edad media. Lo mismo tares.—El caballo es el que se pára.
que sobbeseñal (V. e. v.) La Partida 2. íí'í. 23. ley PARASTATA. Nombre genérico con que en
12 habla de las sobreseñales, como medio de dis la táctica griega se designaba al hombre en fila
tinguir los jinetes y caballos. Estos paramentos ó hilera, según Carrion Nisas (T. 1. pág. 63).
ó sobreseñales se usaban mucho hácia 1341 en Pero sucede frecuentemente que voces militares
tiempo de Alfonso XI.—«Envió á su hermano pasan á las ciencias ó al lenguaje vulgar, y pa-
Fernando de Velasco con una gran escuadra de rastata la usa Vitruvio como técnica de arqui
gente de armas, muy bien aderezados, así de ar tectura (lib. 5. cap. 1) y de maquinaria. Paras-
mas como de caballos é cubiertas é paramen tatas, próstatas y epislatas eran nombres simul
tos». (Pedro Mantuano. Seg. de Tordesillas. cap. táneos también de prefectura ó magistratura ci
10). —En canteria, son las dos superficies opues vil. La voz es compuesta de para, al lado, é
tas de un sillar labrado; pero se toma general histemi, colocar.
PARA - 884 - PARR
PARAZONIO. Espada ancha, corta y sin ducir falta de respeto ó de decoro. Bueno es que
punta que, pendiente de la cintura, servia de la sagacidad penetre hasta donde pueda: pero
distintivo á los tribunos de las legiones romanas. ya que la guerra es de suyo Uin ocasionada, con
Es voz latina y de origen griego. Dice Marcial: viene, por encarnizada que sea, evitar inciden
«Parazonium tes brutales que se confunden con el asesinato
'iMitU'tae decm hoc et grati nomen hoiwriíi y la alevosía.
nArma írtbunitium fingere tllgna latus
(C. AqUINO] (F. DE LA HOZ). PARLAMENTO La acción y efecto de par
lamentar. El mismo parlamentario con su escol
«Con celada y parazonio, que es una espada i ta ó COMITIVA.
ancha sin punta». (Ant. Agustín. Dial, lie nwd.
pág. 34). Moretti, tomando el rábano por las i PARMA. Escudo redondo, de tres pies de
hojas, llama parazonio al cinturon de que pendía. diámetro, que usaron los vélitf.s ó soldados lige
ros de la LEGION ROMANA, SCgUn CaRRION NlSAS, V
PARCIAL. Gomo adjetivo, se dice del comba también la caballería, según Blesson. Según Pu
te, choque, acción, en que no entra el total de I nió era el pf.lta de los griegos. El nombre es ge
un ejército ó de uno de sus cuerpos ó fracciones. nérico do escudo pequeño y circular ( V. Escudo).
—Sustantivo, es individuo de los que componen Según Tito Limo, lo usaban caballería é infan
parcialidad, facción, bando. tería: «Velili romnno parmam gla'liwnque haben-
PARCHE. La píelo pergamino extendido por ti», (lib. 31 . «Mi parm.k brecioris quam eques-
los aros sobre las dos bases de la caja de guerra írá» (lib ¿6). Por extensión se llamó también
ó tambor. parma, como posteriormente empavesada, al apa
PARDOS. «El cardenal Cisneros formó ade rato oubridor de ramaje ó cuero en los sitios.
más de esta fuerza, (la del alistamiento general Pármula era el diminutivo de parma. como se ve
de 1516 mayo TI) un cuerpo especial, compues en Horacio: y parmatus so llamaba al soldado
to de mil hombres de toda su confianza y disci que llevaba esta clase de escudo.
plinados, para apoyar sus disposiciones en caso PARQUE. La etimología del bajo latín pareas
de necesidad, y dio su mando á Don Gerónimo no parece admisible. En general, toda reunión,
de Urañuelo, gran soldado, que á una esmerada | colección ó agrupación «organizada') de cierta
instrucción, reunía una larga experiencia. Fué i parle del material de guerra, correspondiente á
conocida esta gente con el nombre de Pardos. I ios servicios de artillería é ingenieros. Hay vi-
Unos cuatrocientos iban armados de escopeta, y I s¡D|e diferencia entre parque y tren. Desde lue-
los demás de coselete y pica». [Clonard. Hist go no se dice parque de puentes, sino tren: y es
nr/f. T. III. pág. 147).—También se llamaron te tren, al hacer alto en marcha, se aparca. Para
Pardos ó «caballeros pardos al fuero de León» j atacar una fortaleza, se prepara y forma con
los que formaban un cuerpo de caballería anti antelación, y lejos de ella, el tren de sitio: en él
gua, que, si bien plebeyos, gozaban varios privi van los parques de artillería é ingenieros y el
legios, por estar siempre prevenidos con armas y tren de ratir ó la artillería ghuesi. Al llegar el
caballos. (Otalora. De Nnbilitate,. part. i. cap. 1 . tren ante la plaza, so establecen los diferentes
PAREJA. En la táctica de guerrilla los dos parques, que siempre comprenden almacenes,
cazadores apareados. repuestos y talleres. En el parque de artillería
se reúnen las piezas, las municiones, los artifi
PARIHUELA. Camilla cios, los carruajes. En el de ingenieros, los úti
PARLAMENTAR. Tratar de capitulación una les, los pertrechos de zapa, los materiales de si
PLAZA sitiada ó, en general, negociar cualquier tio, faginas, cestones, sacos, etc. De los grandes
ajuste, contrato, convenio, suspendiendo las hos parques van saliendo los efectos á medida que se
tilidades. necesitan en las balerías, en los diferentes depó
sitos de trinchera. Por extensión, se llama en el
PARLAMENTARIO. El individuo militar dia parque sanitario á la reunión ordenada del
nombrado ó diputado para enlrar en conferen material de sanidad. —Parque es también el edi
cias, negociaciones, tratos, capitulaciones con el ficio, el lugar en que está el parque.—Aparcar
enemigo. La persona del parlamentario, siempre es colocar y guardar sistemáticamente todo ma
inviolable por el derecho de la guerra, se revis
terial rodado.—Parque, en topografía, es el jar-
te de cierta solemnidad diplomática y se rodea
din grande ó bosque adyacente á un palacio.
de conocidas formalidades. La treta de convertir
al parlamentario en espía es innoble y suele pro- PARHOTES. Rondas volantes de Cataluña.
PART - 885 _ PASO
Cuerpo irregular de policía local, creado en 1 739 pasar charcos ó arroyos Por extensión también,
para persecución de contrabandistas y malhecho el tablón ó madero que forma puentecillo.
res. (V. Escuadra). PASADO. Tránsfuga , desertor al enemigo,
PARTE. Comunicación, conocimiento, noti prisionero que atonía partido».
cia, aviso, despacho. —La misma persona que lo PASADOR. Flecha ó saeta muy aguda que
lleva ó da. —El papel en que se escribe.—Lado, se disparaba con la ballesta. —En las armas de
bando, partido.—Toque. fuego inglesas, los alambres gruesos que atra
PARTESANA. Del verbo latino pertusare, viesan la caja y entran en los ojetes del cañón
horadar, perforar, según Dixange. Arma blan para sujetarlo.—En la faja y fajín délos genera
ca, alabarda grande, compuesta de una hoja lar les el bordado ó entorchado de divisa.
ga puntiaguda y muy ancha en su extremidad PASAJERA. Se suele llamar así, por su corta
inferior, y cortante por ambos lados, la cual en duración, á la fortificación de campaña que al
caja en un asta de madera con cuento ó regatón gunos, á ejemplo de los alemanes, llaman tam
de hierro ¡Martínez del Romero .En rigor no hay bién DEL MOMENTO, IMPREVISTA, IMPROVISADA.
distinción entre alabarda y partesana. PASAMURO. En los antiguos inventarios de
PARTICULAR. Adjetivo que se aplica al ofi la Real Armería viene esta palabra como sinóni
cial por oposición á general. En los siglos XVI y ma de mosquete de muralla, según dice Martí
XVII se aplicaba también al soldado ordinario, nez del Romero. Pero el Dice, ilustr. de art. lo da
sencillo, que hoy decimos raso. La voz era téc como culebrina del calibre de á 16. Luego esta
nica y oficial, pues en la Ordenanza de 8 de junio será la verdad.
de 1632 dice: «Si algún soldado particular ú ofi PASAPORTE. Documento reglamentario que
cial hubiese hecho algún servicio...... la autoridad militar expide -al individuo ó tropa
PARTIDA. Pequeña tropa, ordinariamente al que emprenden marcha de viaje en tiempo
mando de un sargento, destinada ó destacada á de paz.
cualquier facción ó asunto del servicio. —La tro PASAR á cuchillo—al hospital—á la reserva
pa franca ó irregular, bando, guerrilla, no con —á inválidos—á ultramar -a la carrera civil—de
siderada como «parte integrante» del ejército claro (atravesar de parte á parte,—la armadura
activo, aunque obre en combinación con él. íatravesar)—por encima—por alto—por el yugo
PARTIDARIO. El jefe y cualquiera indivi —por las picas—por las armis—por las horcas
duo de los que forman ó levantan una partida caudinas—lisia—muestra — revista — trabajos—
ó cuerpo franco por su cuenta y riesgo. un rio — un desfiladero —un puente.— Pasarse
al enemigo.
PARTIDO. Parcialidad, bando, facción.—Con PASAVOLANTE. Nombre de una de Us mu
dición ó propuesta de convenio.—Tomar partido. chas piezas ó culebrinas de la antigua artillería.
Frase demasiado decente para un hecho que no
lo es, por común que sea en toda guerra. El pri PASE. Permiso por escrito.
sionero, falto de fé en su causa y de aliento en PASEO MILITAR. Ejercicio doctrinal que
el corazón ó de firmeza para el maltrato, que to recomienda la Ordenanza en su art. 55. tit. 17.
ma las armas y se alista en las filas enemigas, trat. 2.—También se llama así la guerra corta y
por no llamarse a sí mismo traidor, dice que «to poco sangrienta.
mó partido».—«Tomar un partido» también es PASIVO. Lo que no tiene actividad (V. e. v.)
determinarse, resolverse en caso dudoso. El céle sea el servicio, la defensa de un pueslo, elCARÁc-
bre art. 9. tit. 17. trat. 2 de la Ordenanza de ter, la situación personal del individuo.
1768 recomienda al oficial «que tome en lodos
los accidentes y ocurrencias, que no le estén PASO. En la nueva táctica (1867) se pres
prevenidos, el partido correspondiente á su si criben siete especies reglamentarias de paso que,
por orden alfabético, son: paso atrás de 0,33m ó
tuación caso y objeto, debiendo en los lances du
dosos elegir el másdignode su espirituyhonor». 14 pulgadas; corto, con la velocidad del ordina
rio y longitud de 0, 33™ ; largo, de 0,75»> ó 32
PARTIR. El sol—el campo—los despojos— pulgadas; lateral, de 12 pulgadas; lento, que
por medio, etc. sustituye (para procesiones solamente) al anti
PASABALAS. Vitolas antiguas de artillería guo paso regular de 0,55'" ó 24 pulgadas y ve
Banco con agujeros de los diferentes calibres. locidad de 76 por minuto; ligero, de 0,83™ ó 36
PASADERA. Las piedras que se ponen para pulgadas con la velocidad de 180 por minuto;
PAST - 886 - PAVE
ordinario, de 0,65m ó 28 pulgadas y velocidad El art. 1. tít. 26. trat. 2, dice: «La antigüedad de
<16 por minuto. Como se ve, se han suprimido los oficiales en todas clases ha de considerarse
las antiguas denominaciones de regular y redo por la data de las patentes que tuvieren firma
blado.—Concluida la guerra civil, se introdujo das de mi real mano, y cuando (ueren de una
la moda de exajerar la velocidad del paso, lla misma data las patentes de dos ó más oficia
mado de Lucharía ó triplicado. La inspección de les...... El lenguaje hace sus evoluciones y hoy
infantería condenó aquella manía en circular de es intolerable llamar data [date, en francés) á la
30 noviembre 1843 con eslas palabras: «De la fecha, y patente al real despacho.—Patente, en
propia manera prohibirá V. S. el paso conocido lenguaje familiar, es el convite á los compañe
por triplicado, si en ese regimiento acostumbra ros en celebridad de un ascenso.
á usarse en las marchas, por imitación de lo que PATILLA. En armas de fuego antiguas el ga
el arbitrio ó gusto particular introdujo en otros; tillo ó disparador.
porque sobre ser contrario a lo que está manda PATRON. El dueño ó habitante de la casa
do, la experiencia acredita que fatiga á la tropa en que se aloja el soldado. Por extensión, todo
sin reportar utilidad alguna conocida». El paso paisano á quien el soldado habla y por cortesía
individual además admite otros adjetivos como quiere evitar ese dictado.—El Santo bajo cuya
igual ó uniforme, acompasado ó en cadencia, etc. advocación espiritual se pone un cuerpo, regi
Esta condición que produjo sin duda gran ade miento, ejército. —La voz es la latina, patronus.
lanto en la táctica moderna de infantería la ha
cen remontar algunos á la Falange griega; otros PATRULLA. Del francés patrouille. Tropa,
á las primeras tropas castellanas que instituyó compuesta de corto número de hombres, que
Gonzalo Avora á la usanza de los Suizos en 1503. forma parte de un puesto avanzado y tiene por
Sea como quiera, el verdadero paso militar, á objeto explorar, observar, registrar, reconocer,
compás de tambor, sólo principió á usarse y vigilar «en continuo movimiento» los alrededo
prescribirse «por reglamento» desde los tiempos res de aquel, indagando cuanto convenga saber
de Federico II de Prusia, mediado el siglo XVIII. sobre el enemigo, y cuidando de las avanzadillas
—Paso de un rio—por puentes— á nado—por y centinelas extremas ó perdidas de su propio
vado—sobre hielo—á viva fuerza. —Paso—de puesto, rebasando también á veces el cordón
un puente—desfiladero—de las lineas—difícil que forman. Se distingue de la descubierta, en
—cortado—fortificado — de montaña—preciso. que esta ordinariamente sale á reconocer «en
—Paso del foso, en el ataque de una plaza.—Pa dirección del enemigo» al clarear el dia; mién-
so UONROSO, PASO DE ARMAS, gran JUSTA Ó TORNF.0 Ó tras la patrulla no tiene hora, ni dirección, ni
ejercicio caballeresco de mucha solemnidad, co marcha lija, y gira, se desliza y serpentea cons
mo el célebre de Don Suero de Quiñones sobre tantemente al rededor del puesto avanzado que
el Órbigo en 1 43 i, ó el de Don Beltran de la la destaca.—Eu el antiguo régimen político las
Cueva en 1457.—Pasos—tomar, cubrir, saber, patrullas se entendían, en tiempo de paz, como
cortar. — «Guiado Tejada por un walon que ha servicio diario de policía por las calles de las
bía servido al enemigo y sabia bien los pasos, se poblaciones. La ordenanza de 1728 (lib. 3. tit. 9
halló con toda su gente dentro del burgo al punto art. 1) dice: «De cada cuartel ó barrio donde ha
déla media nochei'. [Coloma. G. deFlánd. lib. 8.) ya batallón ó regimiento de infantería, caballe
PASTF.L. En la antigua fortificación, una ría ó dragones ha de salir de su piquete, luego
obra exterior (V. e. v.) de forma cuadrada sin después de anochecido, una patrulla ordinaria».
flancos. —También un baluarte muy chato, ó PATRULLAR. Mondar con patrulla, recono
poco saliente, en el centro de una larga cortina cer, atalayar, vigilar en general.
PASTERA. En las fundiciones y talleres de PATULEA. Somaten, nombro despreciativo
artillería, el aparato ó mesa en que se arregla de mala tropa.
y amasa el barro para los moldes. PAULAR. Antiguamente pantano, atollade
ro. (Dice. Terreros y Acad).
PATENTE. Real Despacho, cédula, nombra
miento, titulo. Es voz ya usada en las Ordenan PAUSADO. Fuego, movimiento lento, flojo,
zas de 8 junio 1632, por ejemplo en el articulo intermitente.
44: «Y por ser cosa muy importante excusar de PAVÉS. Escudo grande que cubría todo el
dar patentes de Maestros de Campo ad honorem» ■ cuerpo del combatiente. Ducange, que le llama
Esta voz, que hoy es galicismo, también se sculus grandius, lo deriva del griego y Dice.
encuentra en la Ordenanza «vigente» de 1768. Iacad. 1 del latin pavire, herir. Allou encuentra
PAVE - 887 - PAZ
en el latin la voz pavisium; y Roquefort quiere vas y algún «dinero en caja» (si es posible) per
que sea corrupción de papilio, pabellón, tienda. miten pasar, sin sacudimiento ni esfuerzo, dél
De todos modos, la voz es latino-bárbara, como estado de paz al de prevención, y de este al de
pacitariui ó pavensi-i, el soldado con pavés. guerra. —Paz octaviana es aquella tan profunda
PAVESADA. Lo mismo que empavesada (V. y segura, que no deja ver en el horizonte polí
e. v.) Pavesado, el soldado armado con pavés. tico eventualidad que pueda alterarla. El adje
tivo proviene de que la antigua Roma no cono
PAVONADO. Siglo y medio hace que el mar ció desde su fundación en el año 733 a. C. paz
qués de Santa Cruz recomendaba el pavonado de tan larga y sólida, como la que disfrutó bajo el
los fusiles: «Enséñense a tener las armas cor mando de Octavio, desde el año 49 a. C. Una in
rientes y lucidas. Para lo primero sirven los
surrección de los Cántabros, que estalló en 26
guarda-llaves, que las libran de la lluvia y del a. C. , dominada al tin por Octavio en persona,
polvo y los armeros de los cuerpos: para lo se fué el último clamor de guerra que sonó en la
gundo querría yo que las armas fuesen pavona inmensa extensión del imperio romano.—¿Ha
das, con lo cual y con enjugarlas siempre que se blaremos de los Congresos de la Paz'] ¿Para
mojen y pasarlas después un trapo con aceite, qué?...—Más vale esta somera, pero curiosa no
se conservan sin hollín y no se adelgazan los ca ticia sobre los tratados de paz.
ñones, como sucede lustrándolos frecuentemente Entre los que hicieron los antiguos paganos
a fuerza de fregarlos con ceniza ó cisco de car á nombre de Júpiter, y juraron por la laguna
bón, ladrillo ó hierro. Otra ventaja de los caño Estigia. y los que se han hecho en la era vulgar
nes pavonados es que el reflejo del sol no impi á nombre de la Santísima é indivisa Trinidad,
de al soldado la puntería». iRe/lex. mil. lib. 3. Padre, Hijo y Espíritu Santo, y han sido jurados
cap. 27). por los Santos Evangélios; desde el que hicieron
PAVON. Máquina que sirve para dar brillo los doce Estados de la Grecia, quince siglos an
al grano de la pólvora y se compone de una rue tes de Jesucristo, para establecer la Confedera
da hidráulica, á cuyo eje está adherido un más ción anfictiónica, hasta el que acaba de firmar
til en cada lado en posición horizontal , que da mo en Praga el rey de Prusia, estableciendo la paz
vimiento á dos toneles fijos en cada uno de ellos. definitiva con el Austria, se han celebrado y ju
Las pólvoras de que se llenan dichos toneles se rado en el mundo 8.397 tratados de paz, alianza
pavonan sólo por el espacio de dos horas. —En y amistad perpetuas.
general, es el efecto de quitar el brillo y color De éstos 8.397 tratados, solamente 594 perte
«propio» del metal en el cañón y demás piezas necen álos quince siglos anteriores á la era cris
del arma de fuego. La operación de pavonar se tiana; el primero ya hemos dicho cuales; el últi
reduce á dar un barniz, del que hay diferentes mo fué celebrado siete años ántes del naci
recetas, dejarlo secar y sumergir luego la pieza miento del Señor entre el rey Heródes y Sy-
en agua hirviendo. llacus, primer ministro del rey' de los árabes
PAVONAR. No confundir con pavonear, ver Obodas.
bo tan agradable á los imbéciles. Desde Jesucristo á la muerte de Carlo-Magno
(81 4] se cuentan 452 tratados. Conforme va cre
PAVOR. PAVURA. Pavor y Palloreranen la ciendo la civilización, el número de convenios
mitología latina los nombres de dos escuderos ó diplomáticos tiende á aumentarse, sin que por
pajes según unos, de dos caballos, según otros, eso disminuya, ni la multitud de guerras ni el
pertenecientes á Marte, dios de la guerra. — «Te encarnizamiento de las batallas.
mor con espanto y sobresalto» da el Dice. Acad. Desde la muerte de Carlo-Magno (81 i) hasta
(V. y comp. Pánico). 1731, fecha del segundo tratado de Viena, las
PAZ. Esta voz no debia figurar en un libro colecciones especiales suministran 5.393 trata'
exclusivo de guerra; pero ya que la guerra tiene dos;—de 1731, al tratado de Luneville(1801) hay
por objeto la paz, podemos decir que esta es el 845: —desde el tratado de Luneville á los de la
último acto de aquella. —Paz armada no es más Haya y París (184 8) hay 443: en fin, los cuarenta
que la traducción de aquella máxima latina «Si y tres años últimos presentan hasta 690: total,
vis pacem, para bellumo estado preventivo, que los 8.397 tratados indicados arriba.
en nuestros tiempos quizá se exajera, no en la Cada uno de estos 8.397 tratados presenta,
parte del material difícil de improvisar, sino en como esencial, el carácter de perenidad: todos
el personal en filas. Buenas fortificaciones, bue ellos van claveteados con las fórmulas más so
nas maestranzas, buenos cuadros, buenas reser lemnes y explícitas, con las más sólidas garan*
PAZ — 888 - PAZ
lias, con las más enérgicas protestas y las san bil, ¿cómo puede durar ni ser sólida? Una paz
ciones más formidables. dictada, una paz impuesta, se asemeja mucho á
Ahora bien: el simple hecho de ser en tanto los tratados que se celebran, en la soledad de
número los tratados, demuestra elocuentemente los bosques bajo la sanción de una carabina, en
la inanidad de todos ellos: el término medio du tre un pacifico viajero y un osado capitán de
eternidad de estos 8.397 tratados de amistad per- bandoleros.
pétua viene á ser el de unos dos años: se hicie En la mayor parte de las ocasiones los jefes
ron para durar perpétua y eternamente, y no del Estado se curan tan poco como los capitanes
han durado, uno con otro, sino veinte y cuatro de bandidos de las formalidades prelimina-
meses. Grabados en bronce, los tratados se bor j res y la intimación de las hostilidades. Los
ran con más facilidad que los números escritos antiguos que creian en los dioses inmortales se
con yeso en un encerado negro: diriase que fue preparaban á los combates con ceremonias re
ron escritos como en una célebre novela, sobre ligiosas; la institución solemne del fecial era el
una hoja de agabanzo; la más ligera ráfaga de preludio obligado de la guerra. Los bárbaros,
viento basta para arrebatar la hoja y el jura germanos ó eslavos, los tan vilipendiados Teuto-
mento. 1 nes, los calumniados Hunos y Vándalos no íd-
Todos los tratados, asi como las Constitucio ' vadian el imperio romano tan bruscamente co
nes políticas, tienen su puerta de escape. Por el mo se imagina.
famoso tratado'de Yiena de 1738, el rey de Fran La Edad media tenia sus heraldos; y esa épo
cia se obligó de la manera más fuerte y formal á ca clásica de la fuerza profesaba al derecho un
defender el orden de sucesión en la casa de Aus ' respeto que ya hoy no es conocido. Hay que re
tria, indicado en la pragmática-sanción, y á de cordar que á la Edad media debemos las pala
fenderlo contra quien quiera que fuese y con bras leal y lealtad que nunca podrán ser susti
todas sus fuerzas. Pues bien; apenas cerrara los tuidas por las nuestras legal y legalidad. Los
ojos el emperador Cárlos VI, cuando el cardenal | modernos no pecan de escrupulosos; no creen en
Fleury; primer ministro de Francia, dice en su los dioses inmortales, ni tampoco tienen la fé de
carta de 25 de enero de 1745 que «la garantiade los siglos feudales. Dejando á un lado ejemplos
la pragmática-sanción dada por Luis XV al di muy modernos y frescos, vemos en <6i5 á
funto emperador, no le comprometía á cosa nin Cromwell atacar á los españoles sin ninguna de-
guna en virtud del correctivo, salvo el derecho I claracion de guerra y despojarlos de la Jamaica,
de tercero». Y para que los hechos anduvieran j que todavía sigue en poder de la Inglaterra;—en
de concierto con las palabras, el cardenal em ¡ 1H83 Luis XIV invade en plena paz sin motivo,
pleó todas sus fuerzas, no en defender, sino en | sin pretexto, la Flándes española, tala el país,
atacar el testamento de Cárlos VI. Veinte años se apodera de Courtrai y bombardea á Luxem-
enteros de su vida habia pasado éste infeliz mo burgo;—en 1665, el duque de York, hermano de
narca en hacer garantir por todas las testas co Cárlos II, captura sin declaración de guerra 130
ronadas el testamento que otorgara en favor de navios holandeses;—en 1678, á pesar de la fir
su hija María Teresa. De todas las potencias, la mada paz de Nimega, (juillermo de Orange ataca
única que se puso de parte de esta princesa, fué en Mons al mariscal de Lnxem burgo;—en ¡634,
la Inglaterra, única potencia también que no ha 1 070 y 1733, Luis XIII, Luis XIV y Luis XV in
bia garantizado el testamento del emperador. La vaden sin declaración de guerra el ducado de
Polonia, no menos ávida y encarnizada que las Lorena.
otras, habia, sin embargo, garantizado y jurado En 1680 Luis XIV y su mujer María Teresa
la pragmática todavía más categóricamente que juran solemnemente «por la cruz, por el cánon
sus aliadas: déla misa, por las reliquias y por su honor» cum
«...El Rey de Polonia promete, por sí y sus plir fielmente el tratado de los Pirineos y renun
herederos y sucesores, que bajo pretexto alguno ciar á todo derecho de sucesión y herencia en
de cuantos es capaz de inventar la imaginación las posesiones españolas, por cualquier tituloque
humana, jamás se alzará contra el establecido fuere, conocido ó ignorado; y al dia siguiente, de
órden de sucesión....» acuerdo con el Consejo de Ministros, envían
Hasta la misma lengua es un testimonio déla 4.000 hombres en socorro de Portugal; y apénas
fragilidad de las convenciones diplomáticas. Ra muere Felipe IV, hacen invadir con tres ejérci
ra vez se dice ajustar la paz; lo común es decir tos esa herencia á la cual habia renunciado para
dictar la paz, imponer la paz; y una paz impues sí y para sus hijos, con juramento hecho por la
ta, una paz dictada por el más fuerte al más dé cruz, el cánon de la misa, las reliquias y el honor.
PEAN - 889 - PECH
En 1672 el emperador de Alemania firma al general poner los precios de toda la ropa de ves
mismo tiempo, y casi en el mismo dia, un tratado tidos que hubiere en el ejército, y de cuales
secreto con Luis XIV contra la Holanda y otro quiera otras cosas que venden Pecigueroles
tratado secreto con la Holanda y contra Luis XIV. teniendo cuidado de saber quiénes y de dónde
—poco después hace alianza con la Francia, — son todos los mercaderes, vivanderos y Pecigue
tras esto firma un nuevo tratado contra la Fran roles porque suelen bajodesto servir de espías. .. »
cia con la España y las Provincias-Unidas;—lue También lo trae Egciluz, fól 83.
go se une con la Francia, á la cual no tarda en
PECOREA ó PICOREA. Dice. Terreros da es
declarar la guerra en junio de 1674.
ta voz francesa, picarte, por pillaje ó merodeo
En 1799, tras la ruptura del Congreso de
de soldados desbandados, picoreros. «El coronel
Rastadt, la Confederación suiza, cuya neutrali
Mondragon, con su tercio de infantería española,
dad era mirada como sagrada, es derribada en
que era el que llamaban el viejo, se puso sobre
pocas semanas; ya puedieron entóneos los Esta
Lillo más despacio de lo que conviniera, y á
dos pequeños aprender el caso que deben hacer
tiempo que, por haber salido á la pecorea, no ha
de la neutralidad que le es solemnemente ga
bía dentro más de 150 soldados». (Carnero. Guer
rantida.
ra de Flánd. lib. 7. cap. 2.) Dice. Acad. 5 escribe
¿Y qué diremos de los repartos? En 1668
pecorea. Pecorear, robar ó hurtar el ganado. La
Austria y Francia firman un tratado ó pacto para
voz es más bien italiana. Bartolomé Scarion
repartirse la España: en 1732 la Polonia proyec
(Doctr. mil. fól. 22. vto.) hablando del Capitán-
tó repartir el Austria: en 1711 la Polonia y la In
glaterra hacen una alianza ofensiva para repar general, dice: «Debe proveer que en su ejército
tirse la Prusia; en el mismo año Francia propone las bocas supérfluas é inútiles sean las menos
á la Prusia el reparto del imperio de concierto que pudiere; porque las que son necesarias no
con la Polonia, la cual, en lugar de repartir la padezcan, y que no le suceda lo que muchas ve
Prusia con la Inglaterra, consiente en repartir el ces ha sucedido á algunos ejércitos, los cuales
quedaron sitiados de la hambre por causa de la
Austria con la Prusia: en 1757 Francia, Austria
y Rusia deciden, por el tratado de Versalles, el demasiada gente inútil, los cuales no siguen los
reparto de los Estados prusianos, y conceden de ejércitos sino para pecorear y hurtar que para
esto tienen más manos que no tuvo el gigante
antemano una parte del proyectado botin á la
Baviera, la Holanda y la Polonia; en fin, en 1772, Briareo» También lo usa Pardo Rivadenevra en
su traducción de Jorje Basta, pág. 40. «... de la
1793 y 1793 las tres potencias del Norte inician,
qual con libertad y en gruesas tropas salen á
continúan y rematan el reparto de esa misma
buscar la uida ó á pecorear que assí lo llaman
Polonia que, por la inflexible ley del talion, des
pués de haber intentado el reparto de todos sus por hazer el nombre más onesto».
vecinos, se encuentra á su vez repartida y defi PECTORAL. La placa de bronce que el le
nitivamente desmembrada. gionario romano llevaba, á guisa de peto, sujeta
En estos últimos tiempos (1867; los tratados con correas. Polibio la describe, y Varron dice
más notables son los de Villafranca, Zurich y que las primeras eran de cuero. «De corio crudo
Gastein (V. Guerra). pectoralia faciebantn. Polieno la llama semilorica
PEAN ó POEAN. Nombre genérico que dan ó inedia loriga.
todos los autores al himno ó cántico de combate en PECULADO. Los Dice. mil. dicen que era el
la antigua milicia griega. Jenofonte (Diez mil. robo de una parte del botín, cuyo delito se cas
lib. 4 ) distingue dos clases: la primera, que se tigaba en Roma con severidad. Pero Dice. Acad.
cantaba ántes de la batalla, en loor de Marte, y sólo da el significado, forense y general, de dis
la segunda, después de la victoria, en honor de tracción de caudales del erario.
Apolo. Las mujeres, que en gran número acom
PECHERA. Parte delantera de la barda ó ar
pañaban á las falanges griegas, unían su voz á la
madura que, en la edad media, cubría al caballo
de los combatientes. Diodoro de Sicilia afirma
de batalla. «Los franceses justan por otra guisa
que el cántico de guerra de los primitivos es
que non facen eu España: justan sin tela, á ma
pañoles era el poean; pero nadie, que sepamos,
nera de guerra por el topar. Arman los caballos
ha confirmado su aserción. de testera ó pechera, que son unas armas de
PECIGUEROLES. Voz que se encuentra en cuero muy fuertesque cubren la pierna fasta
Lechuga (pág. 76 passím) y que quizá sea mer cerca del pié,». (Crón. de D. P. Niño, parte 2.'
cader ó vivandero. «Toca al Maestro de campo cap. 35).—En los antiguos atalajes de artillería,
112
PEDE - 890 - PEIN
la pechera ó correon rehenchido reemplazaba á glo XVI. La palabra, francesa de origen, viene
las modernas colleras y collerones.—Pechero, de que esta arma se descargaba arrimada al pe
antiguamente plebeyo, contrapuesto á noble: el cho (poitrinej y no, como otros pretenden, de
que pagaba pecho, tributo.—Pecho, metafórica que tenia pedernal en vez de mecha. Según este
mente, valor, esfuerzo, fortaleza. autor, se ha confundido con el pistolete en el
PEDERNAL. Sílex, piedra de chispa. Quijote ¡part. 2.* cap. 60; donde dice: «Venia
sobre un poderoso caballo, vestida la acera
PEDOMETRO. Lo mismo que odómetro. da cola y con cuatro pistoletes que en aquella
Instrumento para Contar pasos: útil en topogra tierra se llaman pedreñales». La misma obser
fía y RECONOCIMENTOS. vación hace sobre la definición de Terreros que
PEDOTRIRA. Nombre griego, adoptado por dice «ser arma de fuego en que suelen caber
los latinos, del preceptor ó, como hoy decimos, ocho ó diez balas de fusil». El verdadero pedre
monitor de gimnástica. La conexión que anti ñal era de pequeño calibre.—Dice. Acad 5 no
guamente reinaba entre lo civil y militar de la decide; pues sólo da «escopeta pequeña, ó espe
educación, hizo que se llamase también pedotri- cie de trabuco, arma de que ordinariamente
ba al maestro, al instructor de táctica. usan los foragidos». —Dice. mil. de J. D' W. M-
PEDRADA. Dice. Acad. i y 5 da: «Aquel la- ; añade que se llamaba pedreñal porque algunas
zo de cintas que poníanlos soldados en el ala I veces se cargaba con piedras pequeñas. Optamos
izquierda del sombrero, que servia de adorno I P»' »» etimología francesa.
y de tenerla asida á la copa, y se ha exten PEDRERO. Antiguo cañón corto, y semejan
dido al lazo que solían ponerse las mujeres á te al mortero cilindrico, aunque más pequeño,
un lado de la cabeza». Esta extensión sin duda que está fuera de uso y servia para lanzar pie
hizo caer la voz militar en desuso. Dice la Or dras. — El pedrero de braga era pequeño, de
denanza de 1716: «Ningún soldado traerá algún bronce ó hierro, de pié y medio de longitud y
ala del sombrero caída, teniendo en la del lado pulgada y media de calibre, que se carga por la
de la pedrada una presilla que la mantenga alta, culata, en donde tiene una abertura de cuatro
procurando le traiga siempre encajado de delan diámetros de la boca, por la que entra un más-
te». —También Clonard [Hist. org. T. V. pág. 1 37) culo llamado recámara, el que se asegura á ros"
dice: «Sombrero con galón de estambre, presi- ca y con una cuña de hierro que entra por el
silla y pedrada, esto es, escarapela». asa del mismo. Se transporta sobre una horqui
PEDREGAL. El terreno cubierto de piedras lla de hierro, cuyas puntas superiores terminan
sueltas en mucha cantidad: suele aprovecharse en unos anillos en los que entran y giran los
para viñedo, y conserva la humedad deDajo de muñones del pedrero á fin de darle la dirección
las piedras, con que las vides extienden sus raí que se quiera. Solía usarse en las murallas de
ces en ella. Derivan de aquí su denominación las plazas y en los buques de guerra, pero par
algunos pueblos, y lo mismo de pedroche, pe- ticularmente en los botes y faluchos, a cuyo efec
drosa, y pedroso. — Pedrera. El parage ó sitio de to la espiga de la horquilla ¡ba clavada en la
donde se saca piedra para cercas, empedrados ó borda. —Ríos (Disc. de art. pág. 20,dice que Ma-
edificios de manipostería. Se diferencia de can hometo II inventó el pedrero á mediados del
tera, en que esta se aplica regularmente á la siglo XV.
que contiene la piedra de sillería que se labra PEFLEGHENON. Voz griega, sinónima pa-
para grandes edificios. — Pedriza, Pedrizal, 1 ra algunos de ce/embolon, que designaba el or
Pedriscal. Lo mismo que pe Iregal, que es más den táctico ó disposición de combate opuesto al
usado.—Pedregoso, pedroso, el leí reno cubier embolon, al cuneo ó cuña, á la cabeza de puerco,
to de muchas piedras.—Pedrejón, piedra gran , al rombo, al triángulo. Era, pues, orden defen-
de suelta (Dice. Acad. Hist. y Acad. Esp.) | sivo, cóncavo, de media luna: disposición en
PEDREÑAL ó PETRINAL. Del francés pe- i fórceps ó forfex, en tenaza.
trinel, poitrinal. Clonard, siguiendo á Marolles; PEGMATA. Lo mismo que torre móvil ó am
da como adjetivo este nombre al arcabuz ya per bulante. No sabemos de donde habrá sacado Mo-
feccionado con pedernal ó llave de chispa; pero retti esta voz.
Martínez del Romero (Glos. del Catálogo de la R-
Armería) dice que es arma de fuego de corto y PEINE. Antigua defensa de las puertas de
variado calibre, que ocupa el medio entre el plaza. Consislia en una fila de estacas verticales,
arcaii z y el pistolete y q ue estuvo en uso en el s " guarnecidas con grandes regatones de hierro.
PELA - m - PELT
sujetas fuertemente á un gran travesano. Esta Roldan! (V. y disting. Pella, Bolaño).—Todavía
especie de rastrillo subía ó bajaba por medio en 1Í568 Londoño la usa: «Todos los arcabuces
de cuerdas y poleas, y se colocaba delante de la deberían ser de una munición ó pelota, porque
puerta, protegida por un pequeño tambor salien á necesidad puedan los unos servirse de las pe
te. La invención, usada en algunas sorpresas, lólas de los otros, y por lo menos debe pesar
de impedir por medio de un carro ó caballete la cada pelota tres partes de una onza». (Discip.
caída completa del peine, indujo á suprimir el mil. fol. 1 2)
travesarlo, dejando las estacas sueltas. Esta de
PELOTE. Material de talabartero para relle
fensa, asi mejorada y colocada por la parte in
terior de la puerta, recibió también el nombre no de sillas y bastes.
de órgano y ha continuado hasta nuestros dias. PELOTERIA. Acopio de pelotas: lo que aho
PELADILLA. Guijarro pelado de rio. —Nom ra balerío. «Hacia el Duque de Medina gran pro
bre familiar de la bala disparada por fusil. visión de pólvora y pelotería, pensando con la
fuerza tomar á Trípoli». (Herrera. Htst. de Fe
PELEA. Del griego peleo, lucha, combate. lipe ¡I. lib. 1 cap. 9).
Y en el dia, más bien que combate, los varios
episodios ó momentos de este, en que arrecia, PELOTON. Voz que hasta hace poco servia
en que hay brega, refriega más caliente ó en para designar una agregación de corto número
carnizada. Antiguamente gente ú hombres de pe de hombres, á la que no podia aplicarse el de
lea eran los soldados, á distinción de los gasta ninguna unidad táctica; por eso se decia pelotón
dores y vivanderos. de reclutas, y apelotonarse cuando se embrolla
ó pierde la formación. La Ordenanza misma con
PELEAR. No es verbo técnico, como tampo
sagra esta acepción. «Sí estando (el soldado de
co lo son batallar, ni militar. (V. y comp. Reñir).
centinela) en la puerta de una plaza viese venir
PELICANO. Nombre de una pieza de la an alguna tropa avanzada ó pelotón de gente....»
tigua artillería, que calzó bala próximamente [Art. 42. tit. 1. trat 2.) La nueva táctica del
de sais libras. marqués del Duero dejando á la voz su antiguo
PELIGRO. «El riesgo ó contingencia de per significado «Para la instrucción se dividirán los
der alguna cosa ó de que suceda algún mal». reclutas en pequeños pelotones» (pág. 9) le da
(Dice. Acad.) Los peligros se afrontan, se arros otro nuevo, haciéndola designar la ínfima unidad
tran, se corren. táctica y reglamentaria. «Se dividirá la compa
PELIGROSO. Por antonomasia toma este ñía en dos partes llamadas secciones, compuesta
nombre, entre los puntos culminantes y domi la primera de las escuadras primera y secunda,
nantes de una obra de fortificación, aquel desde y la segunda de la tercera y cuarta.—Cada es
el cual se puede causar en el interior mayor da cuadra se dividirá en dos pelotones, á cargo ca
ño. Con el largo alcance de las armas actuales, da uno de ellos de uno de los cabos. El cabo pri
bien se comprende que habrá crecido el núme mero tendrá el cuidado general de toda la es
ro de puntos peligrosos ó padrastros, de que hay cuadra y el particular de uno de los pelotones.
que guardarse por medio de la desenfilada. Y —Para formar la compañía se reunirán primero
con el tiro de rebote antiguo y de trayectoria los pelotones en dos filas, etc. [Instr. de comp.
tendida actualmente, hay que aumentar á la vez pág. 88).—La voz francesa pelotón se introdujo
los abrigos y blindajes. como técnica á principios del siglo pasado. El
PELO, y también capa del caballo es el color marqués de la Mina, hácia 1751, la rechazaba
de su piel: alazán, bayo, blanco, negro, overo, en su informe sobre un proyecto de Ordenanza,
tordo, etc. Montar en pelo, sin silla.—Al pelo, diciendo: «Se me ofrece que en la división que
con exactitud, con precisión. propuso este título, que lo que llama pelotones,
tomado del francés, es en nuestro estilo antiguo
PELOTA. Nombre que tuvo en el siglo XV y
no olvidado en lo moderno, manga; y no hallo
parte del XVI la bala, el proyectil en general
razón para que dejemos nuestra voz propia y
de toda arma de fuego manual. La pelota más ri
nos apliquemos la que no necesitamos. También
ca, sin duda alguna, fué la que fundió de oro el
nuestros escuadronistas de este siglo han usado
arcabucero Roldan en la batalla de Pavía con
la voz de pelotones, los cuales subdividen en
destino á Francisco I, y que generosamente re
galó al monarca francés ya prisionero, por no MANGAS....»
haberle encontrado ántes en la refriega á tiro de PELTA. Escudo redondo y mucho más pe-
su terrible arcabuz. ¡Si lo sabría manejar el tal , queño que el del oplite, ó verdadero soldado de
PELT - 892 - PEND
fila en la falange griega. De donde se llamó pel- prenda, cuyo nombre mismo dice que debe ser
iasta al soldado que lo usaba. El escudo redon de pieles, como lo es en la3 milicias del norte,
do y pequeño lo usaba también la caballería. se recomienda en un tratado moderno cuyas pa
Lunatis agmina pellis dice Virgilio hablando de labras se trascriben. «El dormán es preferible
los escuadrones de Amazonas. Lo mismo que (á la levita) por su mayor comodidad y econo
parma en latin. mía. Despojando al uniforme que generalmente
usan los húsares de algunos adornos de puro lu
PELTASTA. Soldado griego de infantería li
jo, se tendría el más á propósito para la caba
gera, que usaba el pequeño escudo llamado pel-
llería. ¿De que sirve la faja, el portapliegos y la
ia. Aunque ordinariamente se le confunde con
forrajera? De nada. Suprimidas estas prendas y,
el psílite, Carrion Nisas (T. I. pág. 77) establece
si se quiere, la cordonadura, sobre todo la de
la diferencia de que este último combatía tam
oro, debería adoptarse el uso de la pelliza por
bién en tropa. De todos modos el mismo Empe
su grandísima utilidad. Porque el capote, de
rador León, á quien no deberían faltar docu
cualquiera forma que sea, incomoda para andar
mentos y sabios para explicárselos, habla de
á pié y á caballo, se usa pocas veces por el tra
psíhtes y peltastas, como de dos especies de
bajo que cuesta el sacarle y mucho más volver
combatientes armados Á la ligera, que si bien
le á enrollar. La pelliza para nada estorba, ínte
fueron distintos en un tiempo, ya en el suyo no
rin que el capote dificulta todo movimiento. (F.
ofrecían diferencia. Además de la del escudo con
el opliie, el peltasta llevaba cuuzo en vez de Guzman. Eslud. sobre cab. pág. 35).
lanza; casco más ligero, y en vez de coraza, unas PENA. «Viene del latin peana, poiné en grie
placas de bronce sujetas á correas que no em go, de donde se origina nuestro antiguo y expre
botasen su agilidad. —El psílite, enteramente sivo verbo punir. Castigo es uno délos muchos
desnudo de armas, usaba como ofensivas sólo derivados de agere, que quiere decir ejecutar. La
el arco ó la honda.—Y por aprovechar la ocasión pena es legal. Así decimos: delitos y penas. No
de manifestar el desacuerdo de los eruditos, puede decirse delitos y castigos. Pena corporal,
abramos al eruditísimo Maizerot por la pág. 258, aflictiva, capital, etc. En ninguna de las acep
y nos dirá que la voz, no griega, sino asiática ó ciones anteriores se usaría con la misma propie.
trácia pella, si bien significó «vulgarmente es dad y fuerza la voz castigo. El castigo es mate
codo» también, según texto de Hesychio y Sui rial, presente, ejecutivo, por decirlo asi Un
das, era dardo: de manera que catapulta quería reo es sentenciado á la pena última. Sufre la pe
decir grueso dardo ó dardo disparado con gran na, y entónces recibe el castigo de su crimen.
fuerza. (V. Máquinas). La pena está en la sentencia de las leyes, en la
PELLA. Masa de metal, de nieve, etc. que mente del juez. El castigo está en la argolla que
mueve el verdugo». (R. Barcia. Sinón. cast. T. I-
se une y aprieta en forma redonda ó esférica.
Covarrobias la deriva del verbo latino pellere. — pág. 300).
Primer nombre de las balas de cañón, en los PENACHERA. PENACHO. Adorno de plu
tiempos de la invención ó introducción de la ar mas de colores que antiguamente se colocaba en
tillería. (V. Pelota). «Etlos moros déla cíbdat la cima ó cresta del yelmo, celada, etc. A veces
lanzaron muchos truenos contra la hueste, en iban atadas con cintas ó tiras de tela rica y muy
que lanzaban pellas de fierro muy grandes, et largas, que, hablando con propiedad, eran los
lanzábanlas tan lejos, que pasaban allende de la verdaderos lamrreqcines tan usados en heráldi
hueste algunas dellas». (Crónica de Don Alon ca ó blasón para adornar los escudos de armas.
so XI, cap. 273). ÍV. Bolaüo). El Dice. Acad. , y Algunos escritores dicen también penachera-
Moretti que le copia á ciegas, no están en lo «Lo segundo, que el capitán y los cabos tengan
cierto al decir que la pella era pelota compuesta penachos diferentes y conoscibles...... (Diego de
de mixtos para incendiar. Cabalmente estas pri Salazar. De re militari. lib. 2.1536). La vozla-
meras pellas de /ierro son las que, en buena cri tina pennaceum, usada ya por Polibio, se cor
tica, fijan ó determinan con certeza lo que se rompería en la italiana pennachio. La raíz es
entiende por invención de la pólvora. (V. Arti penna, pluma. Los cascos romanos tenían diver
llería). sos atributos: cima, corniculum, cresta, créstula,
PELLIZA. La chaqueta que llevan al hombro juba, phalerce, torques.
los húsares, más que por abrigo ó adorno, por PENCO. Nombre despreciativo del caballo
distintivo; pues, en rigor, la pelliza es hoy la ruin, malo, flojo. (V. Rocín).
única diferencia entre húsares y cazadores. Esta PENDIENTE. Cuesta ó declive de algún
PEND — 893 — PENE
terreno. En el tecnicismo de ingenieros, lo que «Pendones posaderos, dice Don Alonso el Sa
cuando se sube es rampa, cuando se baja es pen bio (Part. 2.* tit. 23. ley 14), son llamados aque
diente, (V. y disting. Declivio, Talud). La pen llos que son anchos contra el asta y agudos fácia
diente, la cuesta, en general, tiene varios adjeti los cabos.... é llevándolos en las huestes que van
vos: abrupta, agria, árdua, difícil, fuerte, á correr las posadas.... Otrosí, los pueden traer
escarpada; y á la inversa: dulce, suave, fácil. los que ovieren de cient caballos ayuso fasta en
Matemáticamente las pendientes se miden por cincuenta; mas dende fasta diez ordenaron los
los grados del ángulo, que forman con la hori antiguos que trajese el cabdillo otra seña cuadra
zontal, ó por la relación de la base con la altura da, que es mas luenga que ancha bien el tercio
en el triángulo rectángulo que se supone for del asta ayuso, é non es ferpada; esto llaman en
mar. La pendiente de 45 grados ó de 1 de base algunos logares bandera».
por I de altura se considera, en topografía y en Pendón y caldera fué en los tiempos medios
táctica, como el limite accesible ó practicable á distintivo del rico-home, que podia levantar gente
la INFANTERÍA. para la guerra y (lo que es más filosófico) man
PENDOLARIOS. Este extraño nombre da tenerla á su costa. «Era hombre de gran poder
Bartolomé Scarion oe Pavía en su excelente Doc y hijo de Don Juan Rodríguez de Koxas, que tru-
trina militar, impresa en 1598, á los escribien xo pendón y caldera». —A pendón herido es anti
tes (pendolistas) de los oficiales mayores del gua frase adverbial para expresar fuerza, unión,
sueldo, como entonces se llamaba á la Hacienda diligencia, con que se acude al pendón, á la ban
Militar. Y porque encierra algún saludable con dera en peligro.
sejo, queremos trascribir integro el pasaje (fól. PÉNDULO BALÍSTICO ó fusil-péndulo. Lla
■109): nLos dichos Oficiales del Sueldo han de man los artilleros á una probeta para medir la
asistir adonde la persona del Capitán General velocidad inicial de los proyectiles y por ella la
estuviere; y asi ellos como sus pendolarios de fuerza de la pólvora. Consiste en un cañón de
ben ser blandos, sufridos y liberales en des fusil, suspendido efectivamente como un péndu
pachar los soldados que negociaren con ellos; lo entre piés derechos de hierro colado, y de un
porque los soldados no pierdan el tiempo en no receptor colocado análogamente sobre otros piés
servir á sus obligaciones y á ellos no les pierdan semejantes; el cañón y el receptor tienen un
el respeto por no despacharlos: que cerca de limbo ó arco graduado sobre el cual un índice
esto acontece á las veces inconvenientes por marca las oscilaciones. También hay cañón pén
causa de ellos y por el poco sufrimiento de los dulo.—En el dia van tomando el nombre de
soldados, los cuales deben tratar bien á los ofi cronógrafos los varios ó ingeniosos aparatos que
ciales del sueldo, so pena de castigo conforme á se inventan ó perfeccionan para este objeto.
la manera del delito» . También se lee en Don Car PENETRACION. En artillería, lo que el
los Coloma: «Hácia la fin de enero pasó el Car proyectil disparado entra ó se hunde en un «me
denal á Amberes á buscar dineros con que pa dio» resistente. En 1867 es problema planteado
gar á los amotinados, para seguridad y sosiego en todas partes, y en ninguna resuelto, este de
de los cuales y para fenecer las cuentas á los del las penetraciones. Se inventa una placa ó plan
castillo, habían entrado en él el maestro de cam cha de coraza ó blindaje «impenetrable»; mas
po Juan de Tejada y los oficiales de la pluma al punto se inventa un proyectil que la atravie
desde principios del año». [Guerr. de Flándes). sa ó la destroza á increíble distancia. Por lo que
PENDON. PENDONCILLO. Del bajo latín vamos viendo, el mejor abrigo es una masa de
penno, pennonis. Banderola de lanza en la edad tierra suelta, de arena, de 8 á 10 metros de es
media: pesor, y aún les parece poco á algunos con los
«Embrazan los Mcudol delant los corazones proyectiles explosivos. A este paso el único para
«Abaxan las lanzas apuestas de pendones. . . peto seguro será una montaña.—En sentido mo
((Trescientas lanzas son, todas tienen pendones... ral, penetración es inteligencia, perspicacia, agu
nViéredes tantas lanzas prcmer é alzar. . . deza.
((Tantos pendones blancos salir verraexosde sangro.
(Poema del Cid.) PENETRAR. Se dice también en recíproco
«Metyose por las aees muy fuertemente espoleando, de dos tropas diferentes, como infantería y caba
<(I.a lani;a sobre mano su pendón atoando... llería; cuando una pasa, en avance ó retroceso,
«Las lanoas abaxadas, los pendones tendidos, por los claros ó intervalos de la otra. Otros di
((Dicronse grandes golpes luego en los escudos. cen peinar.—En general, es entrar premioso, con
[Poema de Fernán Gonzalez.J fuerza ó violencia. Como una bala en el corazón
PENI - 894 - PEON
del hombre, un ejército, metafóricamenle, pue se por conjeturas plausibles anterior á la guerra
de «penetrar» en el corazón también del pais de Troya. Ya puede mirarse como una verdade
enemigo. Una columna de asalto victoriosa «pe ra combinación militar de dos tropas completas,
netra» efectivamente en una plaza por la brecha. independientes, alistadas en dos tribus ó pue
Pero en el día los traductores de folletines «pe blos distintos.
netran» con lamentable frecuencia por puertas, PENTÁGONO. La figura de cinco lados y
balcones, alcobas y otras partes, que cabalmen cinco ángulos.
te suelen estar «abiertas» exprofeso, para que se PENTARcA. Por etimología debia ser en
«entre», sin la menor necesidad de «penetrar». Grecia el jefe de cinco hombres; y en la milicia
De lo que conviene «penetrarse» antes de tra bizantina, el de la mitad de una decuria.
ducir, es de la índole de las dos lenguas y con
sultar más á menudo el Dice, de la Acad. que PÉNULA. Capote de paño burdo que el le
define perfectamente penetrar: «Introducirse al gionario romano vestía sobre el sago ó sayo para
gún cuerpo en otro por sus poros.—Introducir resguardarse de la lluvia. «Quiilam p.t commili-
se en lo interior de algún espacio, aunque haya tonibus Ccesari penilam suam stibstravit» . (Séne
dificultad o estorbo. —Comprender, metafórica ca. De Benef. lib. 3. cap. 28.)
mente, el interior de alguno ó alguna cosa difi PENA. La piedra grande ó roca viva que na
cultosa». Hacer bien la guerra se reduce, pues, ce de la tierra. La peña puede ser tajada, des
á penetrar con el ingenio y penetrar con la es carnada, pelada (V. y distíng. Roca). Es sinóni
pada. mo á veces de alta cumbre, ó pico, ó risco. Las
PENILAGO. Nombre que, según Huot, pu Peñas de Europa son las mayores alturas de la
diera darse, por analogía á península, á aquellos cordillera cantábrica.— Peña furada. Llámase
lagos que comunican con el mar por medio de un asi al peñón ó risco encumbrado que se baila
estrecho natural ó artificial, como la Albufera de agujereado y tiene reiro ó paso de un lado á
Valencia.—La proposición no ha sido aceptada. otro. Es voz usada en Asturias, donde la frago
PENÍNSULA. Por etimología latina pcene-in- sidad y el ímpetu de las vertientes ó la necesi
sula, casi-isla: lo que sucede cuando un conti dad del tránsito producen estos caminos subter
nente avanza hácia el mar una parte extensa de ráneos. Lo mismo se dice del monte en que se
su perímetro, de modo que casi se destaca de él hallan. Así lo explica Dice. Acad. Hist.—Peña
ó le está unido por una estrecha lengua de tier brava era nombre genérico, en la edad media,
ra. Aquí no entran en cuenta las dimensiones. de ciertas torres, castillejos ó fortalezas imper
Península es la de Tarifa; y Penínsulas son la fectas, levantadas en eminencias agrestes, que
España y la Italia. La lengua de tierra que une ordinariamente servían de núcleo y guarida a
á la primera con el continente europeo son los gavillas de salteadores, sostenidas al calor de
Pirineos, sencillamente. —Peñíscola y Quersone- guerras feudales y civiles. El celebre Ordena
so son sinónimos de península. miento de las Cortes de Toro de 13" I las mandó
derribar Síntoma visible de la decadencia del
PENSION. Sueldo ó sobresueldo asignado á
una cruz, al retiro y viudedad. régimen feudal, á cuya dislocación iba sustitu
yendo una tendencia centralizados de autoridad,
PENTACONTARyUIA. Pentacontaen griego protectora del órden publico y de la seguridad
es el número cincuenta. Subdivisión del epitag- personal.—Peñascal, el lugar cubierto de peñas
ma. Fracción táctica compuesta de cincuenta cos. —Peñasco, piedra grande y generalmente
hombres, ó más bien, de sesenta y cuatro pel- elevada.—Peñascoso, lugar, y más bien monta
tastas. —Pentacontarca ó tetrarca, en griego, ña, con muchos peñascos. (V. y disting. Pedre
era el jefe, como quincuagenario en latín. Así gal). —Peñón, peña muy grande, montede peñas.
consta de Tucídides y Polibio; pero adviértase
que en esta materia cada erudito y comentador, PEÑISCOLA. Lo mismo que penínscla. (Dice.
en uso de su imprescriptible derecho, opina y Acad.)
asienta lo que le acomoda. PEON. Lo mismo que infante. Soldado a pie
PENTACOS1ARQUIA. Cuerpo tjU:tico en la en la edad media. En latin pedites. por oposi
antigua milicia griega, formado por la reunión ción á «quites, pedester, peditatus indican infan
dedos sintagmas. Compuesto de 512 hombres, tería En la baja latinidad [Tiulebodus): «Ocei-
ofrecía ía figura de un rectángulo con la exten deruntr/ue mullos ex nostri milites et pedonts*.
sión del frente doble del fondo. Esta formación, En el fuero de Castrojeriz, dado en 974 por el
usada ya en la guerra de Tébas, puede suponer Coudc üarci Fernandez, se lee: «Damos foros bo
PEON - 895 - PERC
nos ad ellos caballeros ut sent infanzones et fir- ; y aún para los Generales, cuya costumbre es ir
metur super infanzones de foras Castro el popu- siempre de ordinario en la batalla con todo el
letur suas hcrcditates.... Caballero de Castro, ¡ golpe del ejército y los gastadores con la artille
que non tenueril préstamo, non vadat en fon- ría» (Coment. 1392. fól. 79 vto.).—Evidente
sado Et si homicidium eontingerit in Castro mente la mejor traducción del pionnier seria gas-
per ellos caballeros C. solidos in térra, sive de I tador ( V. c. v .); pero aplicada en el dia esa de
caballeros, sive de pedones, et ellos clérigos ha- nominación al soldado de infantería que marcha
beant foros, sicut ellos caballeros et ad ellos pe- , delante del batallón, bien se ve que no expresa
dones damus forum», etc. Se dice, y con razón, tan claramente la idea, como puede expresarla
que en la edad media los desdicbados peones, es i peonero. Si la infantería se uniformase con la
to es, la infantería hicieron papel poco airoso. A caballería, llamando ratidokes á sus gastadores,
nosotros so nos antoja sospechar que no fué tan entonces desaparecería la dificultad.
to en España, como en el centro de Europa. PEONÍA. En la edad media expresaba la par
Véanse estos versos del viejo poema del Conde te proporcional que al peón correspondía en e|
Fernán González: botín, en una acción de guerra ó cabalgada. Inú
«Muchos son más que vos peones y cavallcios til es recordar que, siendo el peón en aquellos
«Ornes son muy extorcados, (te pies muy ligeros. tiempos tan despreciado, su parte era realmente
«De azconas et dardos fazeit golpes certeros,
«Traen buena conpaña «le buenos ravalleros | la «unidad de medida» contenida más ó ménos
«Dióles seys mil peones para con que los conbatiesen j veces en la cuota que correspondía al hombre
«Peones con ¡icones en uno los partiesen. montado, y que se llamaba caballería. V. en el
«One quando loa peón s carrera les abriesen I art. Cabalgada el extracto del Fuero.—Peonía
«Entrarían los cavalleros mejor por do podiesen.
Aqui hay barruntos de táctica. Se ven 6.000 baldada es el nombre oficial y técnico que el
peones que traen azcona y dardos y compaña, es Reglamento de 1303 da á la plaza supuesta que
decir, sección de caballería que carga á su legalmente aumentaba el sueldo del capitán de
tiempo. una compañía. (V. Capitán).
PEONAJE. Conjunto de peones. Infantería. PERA. Sobre esto, que hoy se tiene por muy
—No confundir con «peonada» que, seg. Dice. militar y muy cazador, en el siglo pasado (hácia
Acad. es lo que un peón «obrero» trabaja en un 11737) dice el Dice. Acad. 1.* edic : «Llaman
dia. Hemos visto impresa < esa equivocación. aquella porción de pelo que por gravedad se
También se dijo peonería. dexan crecer los Eclesiásticos y Doctores en la
punta de la barba. Dixose, porque ordinariamen-
PEONEROS. Sabido es que casi todas las I te es de la hechura de una pera». Lo que mu
potencias militares del Norte tienen cuerpos or dan los tiempos! A principios de este siglo se
ganizados de pionniers, secciones sueltas ó agre arrestó á algún capitán de granaderos por no
gadas al arma de ingenieros, cuyo instituto prin i dejarse crecer el bigote, que á la sazón ellos so
cipal, no es, como en estos, atender á los trabajos lamente llevaban. Optamos por la absoluta li-
formales de sitio ó de zapa y mina, sino los otros i bcrlad en punto á barbas, únicos bienes raices
accesorios que pudiéramos llamar de gastador, | de la mayor parle de los militares.
como destrucción y habilitación de puentes, ca
minos, etc. Con el «juego» actual de los ferro i PERCUSION. Sustantivo puramente latino,
carriles en la guerra, esos pionniers ensanchan del verbo percutere, percutir, golpear. En rigor,
y recomiendan más su servicio. Preguntándonos la antigua piedra de chispa también percutía so
algún compañero como se traduciría el pionnier, bre el rastrillo, para producir la inflamación
hemos respondido que peonero: y aún creemos del cebo; pero en et dia la voz percusión designa
que esta voz castellana es «anterior y original» exclusivamente las armas modernas de cebo ful
á la francesa y tudesca. En las dos obras del minante, cuya explosión se determina por golpe.
clásico Don Bernardino de Mendoza se encuentra. PERCUTOR. El Dice, ilustr. de Artillería
«Y el Coronel y Capitanes de los gastadores ó prefiere este nombre al de martillo, que vulgar
peoneros que han de alojar en el mismo cuar mente se da al nuevo pié de gato de las moder
tel» (lo que indica que en su tiempo habría za nas armas de percusión. Pieza de la llave desti
padores regimentados) íTeór. y práct. 1593. pá nada á inflamar el cebo chocando con la cápsula.
gina 6i;. «Caminaba la persona del duque de Es de una sola pieza de hierro, de forma irre
Alba con la primera compañía que iba de van gular y abultada, y se compone de dos partes
guardia de todas, llevando consigo á los gasta llamadas cabeza y pie. En la cabeza, que. pre
dores ó peoneros, que es nuevo lugar para ellos senta próximamente la figura de una S acostada
PERD - s% - PERI
ó tendida, se distinguen sus extremos con los general todo lo que envuelve, ciñe ó rodea cu
nombres de cresta y boca, cuya última denomi briendo. La voz griega, latinizada luego, sirvió,
nación se debe á la- cavidad ó rebajo que allí como otras muchas, á los eruditos del Renaci
tiene practicada en el grueso del metal. El pié, miento para designar el Ars fortificatoria, el arte
ligeramente curvo y redondeado en el extremo del ingeniero en toda su latitud, la fortificación
opuesto al de la cabeza por el cual es más grue permanente y de campaña. No estando en uso
so, tiene un taladro que a causa de su figura el adjetivo «fortificatorio» , puede suplirlo el pe-
recibe el nombre de cuadrado. La colocación del ribológico para el aficionado á helenismos, neo
percutor en la platina es en la cara de ella logismos y pedanterías.
opuesta á la que hasta aquí hemos considerado, PERÍBOLO. Lo mismo que parapeto. Eso lo
introduciendo en el cuadro el cuadradillo de la dice el P. Terreros en su Diccionario, y no está
nuez, y atornillando en el hueco de este el tor demás el saberlo; pero sabiendo á la vez que
nillo de la nuez. Para quedar bien colocado de ningún ingeniero usa ni conoce tal vocablo.
be estar la boca hácia el cajetin que hay en el
PERICIA. (V. ycomp. Habilidad!. Sabiduría,
realce de la platina. (Viérgol).
práctica, experiencia. Voz puramente latina,
PERDER. La alineación,—la batalla,—el ca peritia, do donde viene perito.
mino, —la dirección, —gente,—la ocasión,—la
pista,—el puesto,—la reputación,—terreno. PERILLA. El punto central y más alto del
borren delantero en la silla de montar. También
PERDIDO. El CENTINELA Ó ESCUCHA miiy AVAN se llama pico.—Diminutivo ó sinónimo de pera.
ZADO, que se comunica difícil ó peligrosamente
COn la AVANZADILLA Ó PUESTO. PERIODISMO MILITAR. La regeneración
política, ó más bien social, que está casi con
PÉRDIDA. La suma de bajas en acción de sumándose en nombre de la civilización, im
guerra. puso por condición primera la libertad del pen
PERDIGANA. Cada una de las doce grana samiento. Este principio salvador, cuya in
das pequeñas que, con la romba, arrojaba cierta calculable fecundidad no puede ser negada de
clase de antiguos morteros. buena fé, tomó, al materializarse, el periodis
PERDIGON. El pequeño grano de plomo pa mo por una de sus formas, sino la más consis
ra caza.—En las academias especiales, mote fa tente y duradera, la más flexible, fácil é in
miliar del alumno que pierde curso. sinuante; porque necesariamente la solidez, hi
PERFIL. Corte, sección imaginaria y geomé ja siempre de la lentitud, debió dejar paso á la
trica de un objeto por un plano vertical. Viene apetecible novedad y al fugaz interés, en una
á completar el plano, la planta, la traza, la pro sociedad que, como la nuestra, corre una bor
tección horizontal y el alzado ó proyección ver rasca por entre incógnitos escollos, íin un astro
tical. Aquella representa el objeto visto de ar en el cielo, ni un áncora en el fondo del mar
riba abajo, ó como vulgar é inexactamente se embravecido de sus pasiones. Inútil es observar
dice, á vista de pájaro (V. Caballera). Esta últi que, como en todo, si hay quien lieno á la pren
ma da aspecto de frente. El perfil, por decirlo sa periódica por el fanal que guía hácia una
asi, el interior. No es voz, como algunos creen, prosperidad lejana, no falta quien sostenga que
exclusiva de fortificación ni de arquitectura, es la remora de todo pensamiento verdadera
aunque en ellas tuvo su origen. —Perfilar no mente civilizador; si hay quien le atribuye una
significa precisamente cortar ó construir perfi virtud , excesiva quizá, para estirpar abusos,
les, sino más bien «acabar» en sentido artístico corregir vicios y encarrilar, por decirlo asi, ¿ la
perfeccionar, limar, pulir con esmero. —Perfi muchedumbre, sobra en cambio quien haga de
larse, ladearse. las columnas de periódico padrones afrentosos,
donde se ostenta desnuda la corrupción, la pe
PERGAMINO. En la milicia hoy no tiene tulancia, el desenfreno de esta edad nuestra,
otro uso que para parches: El más delgado, para que, por masque digan, es tan buena, sino me
cubrir cálices de antiguas espoletas.—Los «per jor que las pasadas. Entre tan apasionados ex
gaminos» en el siglo XVII, y casi más en el si tremos difícil es encontrar un medio conciliato
glo XVIII, servían para otras muchas cosas. (V. rio. Tarca penosa y estéril fuera en todo caso:
Ordenanza). en el que nos ocupa, completamente inútil. Bas
PERIBOLOGÍA. El Dice, de Terreros da la te, pues, dejar sentado, sin detenerse á medir
voz griega ¡¡cribólos como parapeto; pero, con perjuicios ni ventajas, que el periodismo es hoy
más extensión, era recinto, muro, palizada, en una necesidad social. Partiendo de este princi
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pío, ó si se quiere de este hecho, fácil es subir casi todos los partidos; en ese moderno principio
al origen y clasificar en el los varios y hetero político, principio funesto (en la humilde opi
géneos elementos que constituyen el periodismo. nión del que esto escribe) y origen de tantas
La sociedad, compuesta de grandes órdenes y desventuras que ya pasaron y de tantas otras que
gerarquías enlazadas por pasiones, intereses é están por venir. Dicen los hombres pensadores
ideas, obedece en conjunto á un impulso regu y el vulgo repite: «la fuerza armada no puede
lador, que nos será eternamente desconocido; tener la más mínima participación en los nego
pero cada orden ó grupo, sin resistir al movimien cios públicos; no puede gozar de los derechos
to común y solidario, y como en sí lleva gérme" políticos que la civilización ha devuelto á los ciu
nes propios de vitalidad, tiene, por decirlo así, dadanos; la obediencia pasiva es el único dogma
otro movimiento virtual y exclusivo, y condi posible en ejércitos de países libres». De aquí
ciones especiales de existencia, que, por contra nacen otros corolarios, elevados sin duda por el
dictorias que á los ojos aparezcan, vienen siem hábito de no discurrir al rango de axioma de
pre á confluir y ayudar al movimiento común. gobierno: «el ejército es una máquina; el hom
Asi, el periodismo, necesidad vital en los pue bre de guerra es un autómata; el militar no pue
blos modernos, después de satisfacer bajo una de tener opiniones políticas». Y por consiguien
forma casi común á la multitud pensadora, se te se establece: «el ejército no puede leer perió
ramifica y desciende, adoptando formas más dicos, no puede tenerlos suyos, y si por abuso
pronunciadas y múltiples, á las diferentes ge se le tolerasen, que jamás bagan incursiones en
rarquías y círculos sociales. Un número, por re la política».
ducido que sea, de personas asociadas con cual Antes de llegar á este último corolario tema
quier objeto, tiene que ceder actualmente á la del presente escrito, justo es comprobar la exac
necesidad, y no al prurito como muchos pien titud en su deducción. Se parte de la base incon
san, de organizarse, subsistir y defenderse por cusa «el ejército no puede tener participación en
medio de la imprenta, bajo formas más ó menos los asuntos del estado». En efecto, la milicia co
periodísticas. Obsérvese sino desde el modesto lectivamente, la fuerza armada, ni en conjunto
liceo de una ciudad de provincia hasta las en ni en sus unidades elemeutales y orgánicas, debe
cumbradas academias artísticas ó científicas; los pesar con su' masa en la balanza de los nego
hombres que se dedican á la administración, á cios públicos, ni marcar con su espada la am
la medicina, á la jurisprudencia; las corporacio plitud de las oscilaciones políticas. Eslamos per
nes industriales; los institutos religiosos; toda fectamente conformes. Tampoco la magistratura
reunión, en fin, desde la más numerosa hasta en cuerpo, ni en sus divisiones orgánicas, como
la que representa una sola individualidad, bus tribunales y audiencias, debe influir, ni tomar
ca en la imprenta una condición eficaz de exis parte en la cosa pública, con su inamovilidad,
tencia y desarrollo. Si esto no bastara, con con su carácter sagrado, con su inmenso poderío
témplese el curioso espectáculo que ofrecen el moral, mayor cien veces en tiempos normales
partido y las personas que más abominan la li que la fuerza impetuosa y puramente física de
bertad de imprenta, haciendo de ella un uso no las bayonetas. Ni el clero en cuerpo, ni en sug
muy leal, para atacar con proverbial encarniza elementos desde el cabildo al párroco, debe
miento las ideas, los gobiernos y hasta los indi abusar, ni usar siquiera de los grandes medios
viduos del opuesto bando. de influencia que nuestra religión pone en sus
Ahora bien: si esto es verdad, si la sociedad manos, ni desbordarse un ápice de la región pu
actual, no sólo en su conjunto, sino en la órbita ramente abstracta de las creencias. Hasta ahora
especial de sus diversos cuerpos constitutivos, el órden militar marcha como debe al igual de
sunte y proclama la necesidad del periodismo, los otros del estado: el apartamiento en masa de
¿con qué razón, con qué derecho se niega al ór- la res pública es, digámoslo así en cada uno el
den militar lo que se concede al judicial, al ad volante regulador de su peculiar movimiento.
ministrativo, al eclesiástico? Porqué se niega?— ¿En qué consiste entónces que de un principio
Vamos á decirlo con militar franqueza: cabal mismo hayan llegado á deducirse tan extrañas
mente porque hay una obstinación manifiesta y contradictorias consecuencias? ¿Es la magi.*-
en no considerar á la Milici.v como parte inte tratura una máquina? ¿es el clérigo un autóma
grante del cuerpo social. ta? ¿se veda á nadie (con razón se entiende) leer
Fuerza es detenerse aquí, para analizar con y escribir lo que más le convenga?
imparcial mesura lo que haya de exacto y razo La divergencia parte, á nuestro entender, de
nable en ese axioma de gobierno, aceptado por la aplicación práctica inmediata del principio.
413
PERI - 898 - PERI
En todas las carreras y corporaciones se conside del vulgo, no diremos la convicción, sino el ca
ra al elemento individual como la composición pricho ó la manía de desdeñar al ejército, de me
de dos perfectamente separables: uno, el hom nospreciar sus servicios, de discutir su existen
bre; otro, el servidor del estado: por confusa cia, de negarle fueros, derechos, virtudes, cuali
mente mezcladas que en apariencia se encuen dades y hasta sentido común. Entónces para ser
tren entrambas calidades, tan fácil y exacto es soldado bastaba colgarse inocentemente una car
separarlas como en la química los dos simples tuchera vacía, para ser generadla elección de
componentes del agua. El hombre y el emplea unos cuantos centenares do ellos, para discutir
do: el individuo libre, alomo libre de la sociedad trascendentes combinaciones de organización ó
entera, que se mueve en la inmensa órbita tra estrategia, era título sobrado el escribir sueltos
zada por leyes eternas, y que tiene por condi de periódico sobre el incómodo banco de un
ciones la propiedad y la familia, por medios, su cuerpo de guardia. ¡Singulares aberraciones del
valor personal, por objeto la vida y la felicidad; sentido público, délas que el tiempo va haciendo
y luego el individuo esclavo, si se permite la ex cruel justicia en casi todos los países de Europa!
presión, que se conviene con el Eslado en ceder A esta combinación de circunstancias y de
le bajo tales condiciones, tal cantidad de saber, otras que la brevedad nos hace omitir, á las ten
de estudio, de experiencia, de sangre, de traba dencias que hemos dado en llamar filosóficas de
je en fin. Así el magistrado es hombre en nues la generación presente, cuyos resultados son, en
tra momentánea acepción, fuera del estrado de tre otros mayores, la ciencia infusa, la sed de
su tribunal; el clérigo loes fuera del pulpito ó del oro, el afectado desprecio de toda profesión la
confesonario; el administrador fuera de su bil boriosa, y las Cándidas profecías de paz perpe
lete; estas ruedas, más ó menos principales de tua; á los disturbios políticos, á los odios y te
un mecanismo especial, pasan y necesitan pasar mores que ellos engendran y atizan, á todas es
á su vez á funcionar, quizá variando de papel é tas causas, repetimos, combinadas y revueltas,
importancia, en la gran máquina social. debe atribuirse la viciosa, ó mejor, la inconside
A nndie se le habrá ocurrido vedar al niagis- rada aplicación que vulgarmente se hace del in
lrado,despues de satisfecho su deber, que desnu contestable y salvador principio: el ejército no
de su toga, ni al eclesiástico su sobrepelliz. ¿qué debe tener participación alguna en los negocios
ley tan inhumana es esa que impide al militar públicos.
desceñir su espada, cuando no tenga que esgri Sentado esto, fácil fuera, con más destreza
mirla, ni requerirla, ni Aun aderezarla'.' ¿Dónde que la nuestra en el arle de expresar los pensa
ha tenido origen esa condición imposible, más mientos, lijar el verdadero sentido deesa terri-
dura mil veces que las fatigas y la muerte, ofre I ble obediencia pasiva con que todos los hombres,
cida al Estado en cambio de una remuneración, que justamente no tienen que prestarla ni exi
no muy espléndida, sino se le allegase el honor girla, y que no la comprenden por lo tanto, re
y la gloria? suelven magislralmente los más difíciles pro
El origen de esa ley monstruosa, no es otro blemas, y remedian, después de acaecidos, los
que la costumbre conservada por la altiva negli conflictos y desastres á que ha dado lugar el
gencia y el proverbial desinterés de los hombres ejército, arrastrado muchas veces por esa misma
de guerra. En las modernas asambleas delibe obediencia pasiva, cuyo dogma tan pedantesca
rantes, como en los antiguos cuerpos consulti mente predican. ¡Obediencia pasiva! quién duda
vos, prepondera el elemento civil hasta el ex que sin ella no podrían existir el áspera discipli
tremo de anular al militar. En general todos los na y la terrible subordinación militar. Pero la obe
hombres se ocupan «en teoría» de asuntos de diencia pasiva, ciega, absoluta, es un dogma pu
guerra, excepto cabalmente aquellos que siguen ramente «interno» de la religión militar: á la
la «profesión» de hacerla. La institución de la manera del fluido eléctrico debe correr y ¡ay de
milicia nacional, tan lastimosamente falseada en las interrupciones! la cadena gerárquica que une
los últimos tiempos, no hay que recordar que al último soldado con el primer jefe, en aquel
dió el golpe de gracia al moribundo presti momento independiente; pero en este se rompe,
gio y á la gloriosa influencia del estado militar. y el fluido, ya que así le hemos llamado, se
Aquellas improvisadas falanges de pacíficos ciu pierde y se descompone en la atmósfera.
dadanos, refractarios á toda organización y ge- Temerario es apuntar ideas de tal complica
rarquia (por la abundancia misma de aptitudes ción y latitud, que aún para plumas diestras son
individuales y respetables; excitaban una pueril difíciles de formularse con precisión y redondez,
presunción, afirmando en el ánimo irreflexivo sin dar asidero á torcidas interpelaciones, y
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erróneo» ó malignos comentarios: en descargo de dignidad (como no se quiera dar este nombre
tal temeridad, que reconocemos, sólo podemos respetable á la cosquillosa susceptibilidad de al
invocar la rectitud de nuestra intención y el es guno de sus individuos) al anunciar un proyecto
trecho vinculo que creemos reconocer entre esas importante con arrojarlo en embrión al palen
vagas y quizá insolubles cuestiones y la más que periodístico; ganaría siempre con la nueva
concreta y actual que nos ocupa. luz que, como sucede con algunos cuerpos en
Volviendo á ella y probada la necesidad, el el órden físico, despide en torno el rozamien
derecho, la oportunidad, insistiremos en que el to y el choque de las ideas encontradas; el go
periodismo militar, organizado seriamente, su bierno contaría en los periódicos con otros
jeto á los preceptos de la Ordenanza y á esos tantos hábiles gastadores, que irían allanando el
otros no escritos que los franceses llaman «con camino á sus maduradas reformas: y el país á su
veniencias», entraño á toda personalidad ó pri vez tendría en la prensa militar un alto dique
vado interés, elevado á una altura que le garan contra el torrente de innovaciones descabella
tice la posible independencia; el periodismo así, das, de arreglos interminables, de insulsos pla
repetimos, grave, austero y razonador, léjos de gios, ó de ruinosos y estériles ensayos.
ser nocivo y disolvente, debe ejercer una conser Estas razones residen latentes á no dudarlo,
vadora y saludable influencia en todos los ramos en el ánimo de muchos militares, cuya aproba
del estado militar. Con el periodismo de buena ción nos seria por extremo halagüeña. La prue
ley que defendemos se alzaría un valladar con ba concluyente de que no estamos solos, sino
tra las exclusivas tendencias, y las irrupciones muy honrosamente acompañados, en la empre
cada vez más alarmantes del poder civil; se rec sa, la ofrecen las firmas que cubren muchos
tificarían los errores en que, por ignorancia ó mala artículos, algunos de aceptación europea, inser
fé, incurren á veces los diarios políticos; á con tos en la malograda Revista militar y en otra
secuencia de polémicas razonables y provecho publicación que la ha sustituido hasta este año
sas, se llegarían á fijar de una vez ideas tras de 1867.
cendentes, que hoy fluctúan á merced de bastar Inútil es advertir que en contrapeso de las al
das pasiones y menguados intereses: los perió tas capacidades militares que aceptan, sostienen
dicos militares, difundiendo, como lo han hecho ó ejercen el periodismo, obra por su imponen
los políticos, cierta curiosidad sin fatiga satisfe te masa un cerrado escuadrón, en cuya bande
cha, lograrían arraigar en la mayoría de los ofi ra, por más que hacemos, no podemos descifrar
ciales el hábito de la lectura, con él la inclina lema alguno. Ordenancistas feroces, cierran los
ción al estudio, y en este llegarían á encontrar oídos, y hasta los ojos, á toda especie de razo
los goces íntimos que engendra la ambición del namiento; Guttemberg, si resucitase, llevaría da
saber, la más noble después de la ambición de su mano castigo corporal, por haber relajado pa
gloria: hasta la amenidad y el claro-oscuro, que ra siempre la disciplina con su perturbadora in
exige toda publicación de esta especie, hábil vención: hombres que hacen impudente al rde
mente dirigida, serviría para despertar, con ju de su ignorancia ó flojedad, execran con terri
guetes puramente literarios, el recuerdo de os bles juramentos las inocentes letras de molde,
curecidas glorías, elevando el ánimo y fomentan como causa única de la «decadencia»,del espiri
do la noble resolución de no cerraren la genera to MILITAR.
ción nuestra los nutridos anales de nuestros al La opinión de los que no aprueben la nues
tos hechos; por último, deber es de un periódico tra es siempre para nosotros respetable, aunque
militar, presentar técnicamente á sus lectores en ellos no fuera más que puramente instintiva:
los acontecimientos militares de Europa, impo el lector decidirá en pro de quien mejor mere
sibles sino de seguirse, ni estudiarse provecho ciere; mas para espíritus rutinarios por indo
samente por los oficiales en servicio, sin más da lencia, ó sostenedores por terquedad de agenas
tos que las paparruchas ó noticiones de diarios y postizas ideas, inútil es positivamente el es
extranjeros perversamente traducidos. cribir, sobre todo si se acierta á razonar.
El gobierno, léjos de someter á la torsión tal Muchos de los que aplauden el periodismo
cual artículo, para hacerle soltar más de lo que civil como conveniencia, ó lo toleran como ine
su autor haya querido decir, debía prestar al vitable calamidad, están acordes en condenar
periodismo militar, tal repetímos como lo va sin apelación, no el colorido, sino la más leve
mos definiendo, benévola y paternal protección media-tinta en todo escrito militar. Punto es
en la época especialmenlo delicada de la infan este que convendría esclarecer, si no temiéra
cia: el gobierno nada puede perder de su alta mos que los limites de este artículo, aunque
PERI -9bo- PERP
exiguos piara la importancia del asunto, rebasa ría é ingenieros; para designar toda pieza-0 ber
ran los de la atención del lector. En Otro lugar ra de hierro, cilindrica ó prismática, terminada
y ocasión, y con más holgura, explanaremos en un extremo por una cabeza de forma varia-,
nuestro juicio sobre este y otros puntos, exami y el otro en rosca, donde se atornilla una tuerca.
nando imparcialmente la posibilidad de existen Su objeto es siempre trabar, unir, ligar piezas.
cia legal de las «opiniones políticas» en los mi PERNOCTAR. Pasar la noche, velando espe
litares. Siempre nos pareció extraño vedarles la cialmente. (Dice. Acad.).
meditación de las complicaciones políticas, á PERPENDICULAR. (V. Oblicuo, Orden,
ellos cabalmente, á los que unas vecesMas origi Táctica).
nan, y otras las embrollan, y por último todas
sin excepción las deciden y resuelven. Pero ad PERPETUARSE. Reengancharse, servir por
vertiremos sólamente de paso que la política, y toda la vida en las clases de tropa.
sobre todo la llamada militante, está, por decir PERPUNTE. Resueltamente, no queremos
lo así, en la atmósfera que respiramos, como la acometer la empresa de deslindar el perpunte,
mitología, el catolicismo y basta el ateísmo lo de la loriga, de la zaba, del iHORAX,etc. y deja
han estado en la de otros pueblos y generacio mos al lector enfrente de los siguientes extrac
nes. ¿Qué escritor español, en cualquier género, tos del conde de Clonard, tan competente en la
de los siglos XVI y XVII podia exponer sub pen materia, aunque no muy ordenado en exponer
samientos, sin envolverlos en los lazos de la su la. Dice primero en su Historia orgánica (T. I.
perstición y aun velarlos con las impalpables pág. M8): «El perpunte era fecho de nudos e te
nubes del misticismo? En el dia nos merecen en nia muchos dobreces». {Crónica gral de Esp.\
esta parte una sonrisa compasiva los escritores Y más adelante: «de un golpe de lanza saliél el
militares de otros tiempos, y nadie puede ga algodón del perpunte por ella, pero non pasaba
rantir, para con aquellos que nos sigan, la uti á la carne». Y por Hn: «era un jubón de lienzo
lidad y el acierto de la sustitución que hemos crudo acolchado, que cubría el tronco del cuer
hecho á los profundos sentimientos religiosos y po hasta la parte superior de los muslos». — En
caballerescos de nuestros antepasados. la Memoria sobre el traje tampoco se dirime la
Aceptemos, pues, los tiempos tal como vie cuestión entre los nudos y el acolchado, «Aní
nen, y creamos buenamente en la perfectibili bal llevó á la conquista de Italia aquella hermo
dad, pero no en la perfección absoluta de las sa infantería que describe Polibio (lib. I.cap. 1 1 i)
obras únicamente debidas á los esfuerzos ó ilu y Tito Livío (lib. 21. cap. 46 y So) vestida de
siones del ingenio humano. (V. OriNio> pública). perpuntes de lino blanquísimo, orlados y mati
zados de púrpura, y armados con las cetras y las
PERIPECIA. Ya que hemos citado episodio
espadas que tanto habían temidolosextraDjeros».
(V. e. v.), añadamos que peripecia, en el arte ó
(Mcm. de la A. de la H. pág. 1o). —«A más de la
poesía dramática, es la mudanza repentina de
loriga, reconocemos en las memorias del siglo
un- estado á otro en los personajes del drama. Si
otra defensa, llamada perpunte, que se ponia
la guerra es drama apasionado, según la feliz
debajo de aquella, sin que anteriormente haya
expresión de Johini, sus peripecias deben ser, y
mos descubierto su uso, que aun cuando en la
son terribles, por lo imprevistas, lo sangrientas
traducción del Fuero Juzgo por Don Alonso X
y lo irremediables.
hablase de ellos, tomándolos por las zabas, ad
PERISPASMO. Nombre griego y compuesto vertimos en la segunda época la materia de que
dé la evolución falangista que consistía en la estas (sic) se componía. Es prosumible que esta
doble epísthofa ó conversión, en dos cuartos de arma defensiva se redujera á un jubón de lienzo
conversión seguidos. —El ecperispasmo era aña crudo, entretelado de algodón de bastante espe
dir otro cuarto de conversión. sor, que cubria todo el tronco del cuerpo hasta
PERMANENTE. Adjetivo que se aplica á la parte superior de los muslos, bien perpuntea-
FORTIFICACION y EJERCITO. do para darle consistencia y de donde tomaría
PERMUTA. Trueque ó cambio de destinos su nombre: los siguientes datos pueden confir
entre oficiales con aprobación superior. mar el juicio que hacemos de esta pieza.
nMftitdaron fcr á prisa sartas e cuadrielloi
PERNADA. La defensa del caballo, cuando, Lanzas eseguronc, espadas e coehiellos
molestado por las ayudas del jinete, trata de gol Perpuntes e lorigas, escudos e capíellos.
pearle en los piernas con uno de sus piés. (Poema de Alejandro).
PERNO. Voz genérica del material de artille El Cid regaló al Soldán de Persia «unaesp».
PBRR — PERS
da muy nobre e una loriga e unas brafoneras e mismas operaoion ó maniobra que al parecer
un perpunte que era fecho de nudos». [Orón, menos tacto y cautela requiere, el arte reco
gral. fól. 358). «E oviérale muerto, se non por mienda y prescribe pulso, método, saber.» ^Gwa
que le acertó en derecho do tenia el perpunte det Ofic. en cainp.).
muchos dobreces». {ibid. fól. 254). «El rey de
Aragón traye un golpe por los lomos de lanza, PERSEVERANCIA. Vaixücillo [Com. á las
e salió I' el algodón del perpunte por ella, pero Ord. T. I,.pág. 480) citando nada menos que á
non pasaba á la carnet, {ibid. pág. 155).—Ade Santo Tomás, distingue asi esta voz de constan
más del perpunte se vestían los guerreros, como cia: «Persistir firmemente en lo bueno contraía
dejamos manifestado, el velmez ó el quizóte, pa dificultad que proviene de la duración misma
ra evitar el roce de la loriga, alsebergo ó brunio; del acto, es perseverancia: persistir fuertemente
pero en este tiempo (siglo XIV) lo vemos susti en lo bueno contra la dificultad que proviene de
tuido por el gambaj que hacia igual servicio». otros cualesquier impedimentos, es constancia;
lo que vale tanto como decir que la perseveran
PERRILLO. Antiguamente gatillo en las
cia es el ejercicio penoso, difícil, contrariado y
ARMAS de FUEGO. (V. ESPADA). arriesgado de aquello cuya consecución fué ob
PERSECUCION. Complemento indispensa jeto de nuestra constancia». También Don José
ble de la victoria, si ha de ser fecunda y decisi Joaquín de Mora (Colee, de Sinón. pág. H8) cree
va. El «maestro» en persecuciones es, sin dis que la perseverancia es más que la constancia.
puta, Napoleón. En un libro reciente hemos di «La perseverancia, dice, está en las acciones y
cho: «¿Cuál es en conjunto el objeto y deber de en la conducta: la constancia, en los sentimien
la retaguardia? Oponerse á la persecución? Y qué tos y en las opiniones». Trascribiremos, por úl
es perseguir? Empujar, acosar, acorralar sin timo, la distinción que hace Don Roque Barcia
tregua ni respiro; impedir rehacerse; procurar entre constancia y perseverancia: «Estas pala
cortar, envolver y anticiparse por atajos; dejar bras significan dos de las más nobles y altas Vir
la carretera y amagar por los flancos; obligar á tudes que pueden honrar al ser inteligente. Sin
que se abandone el material; recoger botín; las dos palabras que van al frente de este' ar
mantener la dispersión; coger prisioneros; cau tículo, no hubiera visto la luz del dia ninguna
sar perdidas; reducir, mermar, exterminar. A de esas grandes creaciones que se han perpetua
este aluvión de calamidades es al que la reta do en la veneración de la posteridad, y en que
guardia procura poner coto y remedio en lo dot se han admirado otros tantos prodigios del hom
sible» . bre. A esas dos virtudes acontece lo que á la fó:
«Poniéndonos de parte del que persigue, del para ellas no hay nada imposible.... La constan
que «ejecuta la victoria», lo que debe aconse cia es la verdadera fortaleza del ánimo, la heroi
jarse es refrenar el ímpetu y la impaciencia. Si cidad de un deseo virtuoso. La constancia es el
la retirada exige calma en lo posible y sangre cumplimiento de la palabra; es la firmeza en ta
fria, también son necesarias y provechosas en la conducta, la consecuencia en la amistad, la leal
persecución. Desde luego la tropa de infantería tad en las opiniones, el estudio en la ciencia, la
ó caballería que ha decidido la acción con su fó en la religión, la creadora de toda maravilla
ataque ó carga victoriosa, no debe ir más allá; en el mundo. Con ella y la ayuda de Dios (que
lejos de esparcirse y diseminarse, debe rehacer siempre ayuda á un ánimo constante) se tiene
en el acto su formación, descansar y dejar la todo. Sin ella no se tiene nada. Sin constancia,
persecución á la reserva, á un destacamento es sin esa gota del alma del hombre, que cae un
pecial más fresco, y en que predomine la caba dia y otro dia, todas las otras prendas son fue
llería, para anticiparse velozmente por el flax- gos fátuos. Alumbran un momento; y cuanta
co y cortar la retirada. Aunque ciertos precep más falta nos hace la luz, entónces se apaga. La
tos rara vez se cumplan en la práctica, no por perseverancia es la misma constancia converti
eso deben omitirse cuando el provecho es mani da en costumbre, elevada á sistema de vida, á¡
fiesto. En el perseguir puede pecarse «por de pasión. La constancia es una preciosísima vir
fecto» y «por exceso». Mientras algo resista y tud. La perseverancia es una Vocación, casi riri'
quede en pie no conviene entusiasmarse, ni en genio. La constancia es uná verdadera alteza del
tretenerse en hacer prisioneros ni botín: lo que hombre. La perseverancia es el patrimonio del'
importa es desbaratar, cortar, dislocar: si esto santo, del apóstol, del mártir, del sabio, del Ké-
se consigue, todo lo cogerán las reservas ó tro roe. En la empresa de los malvados hay temeri-
pas que vengan detrás. Hasta en la persecución >dad¿ arrojo, impaciencia; hay la tenacidad aten
PERT - 902 - PETA
tadora del egoísmo y de las ambiciones: cons guerra civil de 1833—40 se conocía el soldado
tancia no, perseverancia ménos El pensamien- franco, por ser ordinariamente su estipendio la
to que gobierna al mundo no ha concedido esas peseta y el pan.
dos altisimas dotes, sino al genio de la virtud,
PETARDEAR. Arrimar, aplicar el petardo.
de la sabiduría, de la belleza, del valor y de la
santidad». {Filos, de la leng. esp. Sinón. castell. Por extensión, derribar, destruir con pólvora
puertas, estocadas, muros de cerca, pequeños
T. I. pág. 122). obstáculos. Ménos que volar y minar. —Petarde
PERTRECHAR. Preparar, abastecer, refor ro. El que aplica el petardo. Mucho cuidado en
zar de municiones, defensas, medios, recursos, confundir con petardista.
cu general, una plaza ó fortaleza. También es
reciproco, pertrecharse. (V. y disting. Armar). PETARDO. Aparato de artillería destinado
Pertrecuado. Este participio tiene aún mis ex ordinariamente á derribar puertas ó paredes de
tensión que la de su verbo: empresa que una poco espesor. Consiste en un tablón grueso ó re
tropa, una plaza tiene «todo» corriente, comple forzado con herraje y un gancho para colgar,
to, á punto. sobre el cual se coloca una especie de campana
PERTRECHOS. Voz muy genérica, pues que de bronce, sujeta con orejas y rellena de pólvo
comprende el conjunto de esas «varias cosas» ra que se inflama por medio de espoleta. Fer
nandez de Medrano, á últimos del siglo XVII,
que necesita un ejército, además de las armas y decia ya ep sus Rudimentos de artillería, pági
municiones. Más particularmente se aplica á los
na 97: «poco uso tienen, ó por mejor decir, nin
efectos menudos e innumerables del material de guno, los arietes, pedreros y petardos». En este
artillería, ingenieros y administración. La voz es tiempo de los torpedos (V. e. v.) podía sin em
antigua, pues se lee en la Crónica de Don Juan II. bargo conservarse el nombre, ahorrando un neo
cap. 179: «El cual no venia bien en ello, porque logismo. El petardo fué usado por primera vez
tenia hechas muy grandes depensas (gastos) asi por Martin Scbenck en la sorpresa de Bona, á
en sueldo de muchas gentes, como en traer per Unes de 1587, seguu Famiano Strada (De bello
trechos y artillería». belg. dec. 2. lib. 10. pág. 440). Don Vicente de
PESCOZADA. Entre las solemnes ceremonias los Ríos lo atribuye á nuestro celebre ingeniero
con que en la edad media se armaba caballero, y artillero Cristóbal Lechuga, añadiendo: «de
esta consistía en dar el padrino al ordenando un donde se puede inferir la poca razón con que el
golpe con la mano en la mejilla. El significado P. Vicente Tosca atribuye esta invención á los
es bastante ambiguo: y mientras unos dicen que franceses, sin más fundamento que la natural
era para que «recordase sus juramentos», otros indicación de los compiladores á creer todo lo
pretenden que aquello advertía al novel caba que leen sin exámen ni reflexión». El P. Tosca,
llero que era el último ultraje ó injuria que ya en efecto, repite lo que dice Carré (Panoplie.
debía tolerar. Ambas explicaciones no son, por 1772. T. I. pág. 338); D'Aubigné (Hist. univers.
cierto, muy satisfactorias. —Según Pellicer (no- 1616. T. II. lib. 4. pág. 349); Dávila [Guerre
la al Quijote) el golpe era en el suelo, para que civ. di Francia. 1664. pág. 354), según los cua
se despertase y no durmiese en cosas de caba les, Enrique IV, hácia 1580, fué quien hizo el pri
llería. Dice. Acad. 5 no ilustra, pues sólo dice: mer uso del petardo contra un castillejo desco
«lo mismo que pescozón». Al armarse caballero nocido, ó bien en una interpresa contra la ciudad
el rey Alonso XI, su Crónica, que describe pun de Cahors. —Pero si Don Vicente de los Ríos
tualmente la ceremonia, después de decir que quiere patrióticamente reivindicar para Lechu
veló las armas, oyó niisa y demás, añade: «Et ga la invención del petardo, el oficial de artille
ciñóse su espada, tomando él por sí mesmo to ría piamontés Omodei, en un extenso artículo
das las armas del aliar de Santiago, que ge las inserto en las Memorias de la Academia de Tu-
non dio otro ninguno, et la imágen de Santiago, rin, T. XXVIII, aboga por sus compatriotas. Lo
que estaba encima del aliar, llegóse el rey á ella verosímil es que el petardo, aunque conocido,
et fizóle que le diese la pescozada en el came anduviese imperfecto hácia fines del siglo XVI,
llo». Sabido es que este monarca, quizá más y que Uffano'y Lechuga lo comprendiesen en
cruel que su hijo y sucesor, no era muy sufri tre las notables mejoras y adelantos que en
do; y le cuadra este rasgo de no dejarse dar la trambos imprimieron á la artillería.
pescozada si no por la imágen del Apóstol. (Y. y PÉTI. En los tiempos de la Guardia Real, de
comp. Espaldarazo^. los brandeburgos, y alamahones, no era cosa de
PESETERO. Apodo vulgar cou quo en la llevar á diario un uniforme costoso, tlabieudosc
PETO - sos - PICA
«calcado» los figurines franceses de la guardia PEZONERA ó sotrozo. La pieza de hierro
de Cárlos X, y sabiendo algunos «petimetres» ó forjado que atraviesa los ejes de los carruajes
«lechuguinos» que allí se llamaba petite tenue por la parte exterior de las ruedas, para que es
al traje de diario, quitaron á petite sus dos le tas no se salgan.
tras últimas, lo pronunciaron breve y quedó PIAFAR. La acción del caballo, que, sin
peti, para expresar casaca lisa, sin galonaduras avanzar ni retroceder, dobla y levanta sus cua-
ni vivos. Y no vestía mal, por cierto. | tro remos con gallardía, obedeciendo á las ayu
PETO. La parte de la coraza que cubre el das del jinete.
pecho. Antiguamente se llamaba peto doble al PIASTRON. «De origen y nombre italiano,
que iba reforzado con un sobrepeto ó peto vo la parte de la armadura llamada piastron, y co
lante.—En el uniforme actual, el peto es la en nocida en España con el titulo de pieza con fal
tretela ó acolchado, cuyo objeto ignoramos; dón, cenia la espalda, bajando hasta la rabadilla y
pues, realmente, no se sabe porqué el militar ha abrazando después las caderas protegía el pecho
de corregir ó desfigurar la naturaleza, haciendo y el vientre, dejando hueco bastante para colo
redondo el pecho. Quizá esa superfluidad de es car otra pieza en la región del pubis. Esta pieza
topas, que antes era monstruosa, esté manteni estaba adherida al jubón ó jubete de armas y so
da sólo por los sastres, para que parezca más bre ella, como traje de adorno, vestían los ca
esbelta la cintura. —También era peto, en la ca balleros otra especie de jubón que se denomina
saca antigua, el conjunto de alamarones ó rran- ba falso-peto, el cual brillaba con los recamados
DEBIRGOS. (V. e. V.). de oro y plata, representando el gusto más ó
PETRAL. En la antigua barda ó armadura ménos exquisito, las riquezas y esplendor del
del caballo de guerra, la pieza grande que cu caballero. Suero de Quiñones, el tipo quizá más
bría el pecho y se unia con el cuello, la silla y completo de esta clase brillante y belicosa, lle
las flanqueras.—En la montura actual, la correa vaba en un paso honroso «un falso-peto de
que por delante sujeta la silla. El reglamento de accituni vellud; bellotado verde brocado, y en
táctica de caballería (edic. 1850. T. I. pág. 87 1 detrás dél iban tres pages en muy famosos ca
dice petral en la nomenclatura de la silla. ballos sus falsos petos azules». [Crónica del Con
destable Don Alvaro de Luna). —Muchas cróni
PETRARIA. «Máquina antigua con que se cas de los siglos XIV y XV certifican la invención
disparaban grandes piedras». (Dice. Acad. I). de la cota de malla. La de Don Juan II de Cas
a Parece son petrarias unas máquinas de tal mo tilla en el cap. 7. año de 1425; ¡a de Don Juan
do compuestas, que despedían grandes peñascos 1. tít. 53 año de 1335; la de Don Pedro Niño,
contra los muros y los golpeaban con gran fuer conde de Buelna, en el cap. 26, pág. 106».
za de que usaban los romanos en lo antiguo». (Clonard. Historia orgánica T. I. pág. 432).
(P. Moret. An. de Nav. lili. 24. cap. 6). ;V.
Bibliopetraria). Petraria es designación pura PICA. Es el nombre técnico y militar que to
mente latina (pelra, piedra) y genérica de to mó la lanza ó, en general, el arma enastada ó dr
da máquina ¡V. e. v.j que arroja piedras. Es lo fuste, al venir á manos de la infantería, hácia el
que lithobola en griego, petrobola con mezcla de 1500, cuando esta arma táctica principió á ad
ambas lenguas. Dice Diodoro: «Intulit varias quirir organización propia y preponderancia por
petrarias quarwrn, máxima trium talentomm las innovaciones de Atora ó imitaciones de los
erante. Tres «talentos» eran trescientas libras Suizos. El piquero llevaba coselete ¡V. e. v.) más
romanas. Restauradas ó resucitadas las máquinas ó ménos completo. Todavía por la reforma de
poliorcéticas en la edad media, la petraria, la 1668, conservaba el peto y espaldar sin faldón,
bibliopetraria, la pedrera en romance, compren habiéndosele suprimido sólamente la armadura
dería la ballesta de torno, la mangana, etc.—El de brazos y manos. Siendo pica denominación
moderno pedrero es la continuación. del «arma» y del «hombre», se entendía entón-
ces pica armada, por oposición á pica seca, el sol
PETR1NAL. Lo mismo quePEDREÑAL. (V.e.v.)
dado de infantería armado de coselete. «En la
PETROBOLO. Según el erudito Maizerot, guerra, el hombre de armas no desprecia al co
nombre genérico, como balista, de máquina pa selete, ni el caballo ligero al arcabucero, ni el
ra disparar piedras. mosquetero al pica seca: ántes todos forman
PETRÓLEO. Nafta. (V. Artillería). un cuerpo» (Rivadeneira. Raz. del inst. de la
PEZON. El extremo del eje que sobresale de comp. Introd. pág. M). La pica seca no llevaba
la rueda en los carruajes. (Dice. Acad. j. I más defensa que el morrión. Dice Er.nr.rz: «Si
PICA — 904 — PIE
fuese en Berbería la pica seca es extremada para en que se adiestran jinetes y caballos, en que
dar alcance al enemigo roto, y para con el ar se hacen ejercicios de equitación, y también es
cabucería hacer una diligencia de tomar un pa tos mismos ejercicios. Según tenga ó no te
so ó socorrer alguna parte presto; ó para alguna chumbre, el picadero es cubierto o descubierto;
correduría para traer bastimeutos al campo, y según su figura, circular, rectangular ó, cómo
el sol no le ofende como al coselete. Es muy vulgarmente se dice, cuadrilongo.
buena arma para todas partes y sin ella no se PICADOR. En caballería y artillería el en
debería bacer jornada: si bien, llevándola, se les cargado de domar y doctrinar potros, y en ge
puede dar algunos arcabuceros. No ha de haber neral de lo concerniente á equitación (V.e. v. y
pica de menos de 25 palmos y de 27 es la medi disting. Veterinaria). Por reglamento orgánico
da buena» (fot. 39). iNo deben permitir de 1 3 octubre 1 868 existe un cuerpo de picado
que haya pica sin Cunda; pues no sólo hermosea res del ejército, considerados como últimos al
mucho el escuadrón tener todas las picas fun
féreces.
das: pero hácelo parecer mayor,que es circuns
tancia muy importante, pues todas las aparien PICAR. Ordinariamente no se emplea este
cias que puedan poner al enemigo terror se han verbo más que en la frase táctica picar la reta
de estimar y tener en mucho». (Valdés. Espejo guardia, acosarla vivamente; pero tiene el sen
y discipl. mil. 1591. fól. 83 vto.) También Egui- tido más general de inquietar, insultar (V. e. v.)
luz recomienda la pica «con su funda galana». arremeter aquí y allá. Por ejemplo, cuando dice
A últimos del siglo XVI conservaba la pica nu Don Garlos Coloba: «El rey de Francia movido
merosos apasionados. El juicioso Bartolomé Sca- del buen suceso de Biron y deseando emplea-
rion, en su Doctrina militar, fól. 88 vto, dice: tle, y juntamente complacer á los Estados rebel
«Este género de arma, que es la pica, se ha ido des, con picar vivamente por las fronteras, re-
perfeccionando tanto, que hoy dia tiene ncm- forzó el campo...» (G. de Fldnd. lib. 8}.~-Tam-
bre de Reina, y la más antigua de todas las ar bien se dice que en un ejército pica el cólera,
mas, como verdaderamente lo es. Debe ser la el tifus, la deserción; y que una tropa está
pica por lo ménos larga de quince piés.... El picada.
traer de la pica es sobre la espalda, sustentada PICO. El remate, cumbre, cima ó cúspide de
con buena gracia, y que la mano que la susten las montañiis elevadas, qne terminan en punta
ta esté cerca de la espalda, teniendo el codo al y se descubre á gran distancia, sobresaliendo
to; y cierto que el soldado que sabe traer y me á todas las demás.—Entre los íitilbs de zapador,
near bien una pica es gusto el verlo». En todos el destinado, con varias formas y dimensiones,
loa párrafos en que habla del manejo de la pica, á cavar.—También el tricornio se llamó «som
se percibe la complacencia del autor. «Al enar brero de tres picos» porque en su origen los
bolar de la pica, ha de volver un poquito la ca tenia.
beza con un cierto movimiento de cuerpo; mi
rando atrás con gracia y aire como si mirase á PICOREA. (V. Pecorea).
la pica, y mirándola como si no la mirase <'síc) PICOTEAR. Vicio del caballo que alza y baja
pondrá la mano izquierda lo más abajo de la pi alternativamente la cabeza, rebelándose contra
ca que pudiere, y enarbolará la pica con facili la acción del bocado.
dad, no mostrando fuerza; porque ciertamente PIÉ. Aunque no muy definida, suele esta
no es menester fuerza, sino habilidad, plática, voz tener acepción de norma, planta, plantilla,
brío y dexteridad, poniendo el cuento de la pica forma de organización. Las Ordenanzas vigentes
en medio de la palma de la mano, y arrimarla de 1768, empiezan: Tratado primero, que con
á la espalda y no á la cabeza, que parece fla tiene la fuerza, pié y lugar de los regimientos de
queza y es feo; y esto, todos los de la hilera lo infantería. El art 3. tit. (. de dicho tratado di
han de hacer en un tiempo, etc.» La pica desapa ce: «Cada regimiento de infantería se compon
reció tácticamente en 1703 (V. Fusil); pero en drá de dos ó tres batallones, según Yo determine
todo el trascurso del siglo XVIII conservó algu que subsista ó se altere el pié que explican hoy
nos tenaces partidarios. (V. Táctica). mis reglamentos». Pero en el art. 4." y siguientes
PICACHO. Diminutivo ó variante de pico esa voz pié, que parece indicar cuadro orgánico,
(Y. e. Y:). Se diferencia, seg. Dice. Acad. Hist., relación proporcional de clases, ya se involucra
en no sobresalir lanío. con la otra voz fuerza, que expresa simplemen
te número. Por ejemplo: en el citado art. i." des
PICADERO. Tiene dos acepciones. El lugar pués de enumerar los oficiales, sargentos y ca
PIE — 906 - PIE
bos de una compañía, dice: «siempre que no ex —Pié á tierra. Locución técnica de caballería.
ceda su pié de ochenta plazas; pero en pasando No estar sobre el caballo, bajarse de él. El sol
4e este número, se aumentará el de las de cabos dado de caballería no se «apea» como el paisano,
sargentos y oficiales, con proporción respectiva ni dice; como este, pistolera. Cuando está des
a la correspondencia del actual pié en las mis montado (V. e. v.), es que no tiene ó perdió el
mas clases». Por otra parte ¡a Ordenanza usa caballo. Ejercicio á pié.—Pié de cabra. Palanca
frecuentemente la locución pié de lista, para in ó barra de hierro terminada en punta por un la
dicar que la lista es oficial ó exigida por regla do y en uña partida por el otro.— Pié de un es
mento. «Cada capitán tendrá un pié de lista por crito, de un oficio, lo que otros llaman mem
estatura... Para la revista mensual y las de ins brete, la dirección á la persona.—Pié de paliza,
pección, dará cada capitán con su firma los pies expresión familiar, cuya etimología se ignora.—
de lista que se necesiten....» [Arts. 18 y 20. Pié de gato. Pieza de la antigua llave de chispa
tit. 40. trat. 2).—En el dia las expresiones usa destinada á sujetar entre sus quijadas la piedra.
das é inteligibles son pié de paz y pié de guerra. En las modernas armas de percusión el pié de
Vallbcillo, en sus Comentarios á las Ordenanzas, gato está sustituido por el martillo ó percutor.—
da las siguientes explicaciones: «La voz pié, de A pié, adverbio, por oposición á a caballo (V. e.
poco uso en nuestros dias, tiene dos acepciones. v.). —A pié firme, á pié quieto, á pié quedo, ade
Significa la una la parte primera, por pequeña más del sentido recto, tiene el figurado de tesón,
que sea, sobre que se forma algún cuerpo mili constancia, firmeza.—A pié llano, sin escalones,
tar, y en este sentido puede decirse propiamen fácilmente, sin embarazo.—Al pié, lo mismo que
te pié de ejército de menos fuerza que la de un cerca ó casi.— «Al pié del cañón» hay que estar
regimiento, como lo hizo Monteraayor de Cuen siempre en la milicia. — «Al pié de la letra» se
ca en su Discurso Político, Histérico, Jurídico, ha de cumplir y obedecer.—«Asentado el pió»,
del Derecho de repartimiento de Presas, que al con pié de plomo es como se debe andar y pro
referir la reconquista, por él efectuada, de la isla ceder en la guerra, para salir de ella con «buen
de las Tortugas, dice que levantó en la de Santo pió». —Un jefe no debe «dar pié» al inferior, ni
Domingo un pié de ejército de 500 hombres, lo este á su vez adarle por el pié».—Hacer pié, to
que vale tanto como decir que estableció con es mar pié, establecerse, alojarse (V. e. v.) en la
tos SOO hombres la base sobre que, en caso ne brecha, en la posición.—Huyamos de hacer las
cesario y posible, hubiera levantado un ejér cosas «sin pies ni cabeza».
cito propiamente dicho. Y la otra significa base,
■o de fuerza, sino de composición de los cuer PIEDRA. Los estudios geológicos, arqueo
pos, ó las principales partes divisionarias y su lógicos y prehistóricos van lomando tanto vuelo
fuerza de que estos se componen, por cuya ra y penetrando con tal empeño en la niebla que
zón se dice que e pié de la Infantería se com rodea la cuna incierta del género humano, que
pone de regimientos españoles y extranjeros, ó hoy ya se distinguen tres grandes épocas ó eda
solamente españoles; el pié de los regimientos, des, denominadas de piedra, de bronce y de
de batallones ó escuadrones; el pié de estos, de hierro. La primera todavía se va subdividivndo
compañías; el de las compañías, de escuadras, y en períodos.—Las armas y útiles prehistóricos
el de estas, de soldados fusileros, carabineros, de piedra atestan los museos.—Blesson afirma
granaderos, cazadores, lanceros, coraceros, etc., que en la célebre batalla de Marathón ¡490 a. C.i,
así como el pié de un regimiento es de uno ó todavía usaban los griegos piedra para la punta
más batallones, el de una compañía, de un Ca de las flechas. Se puede asegurar, sin haberlo
pitán, un Teniente, un Subteniente, tantos Sar visto, que la piedra, asi como fué el primer útil
gentos, Tambores, Trompetas, Cabos y Soldados; ó herramienta y la primera arma, fuéántes qui
y se entiende, en su consecuencia, por igualar zá el primer proyectil de guerra. — La honda
el pié de dos cuerpos diferentemente constitui (V. e. v.) señala una importante etapa de civili
dos, que es igualarlos en su composición ú or zación.—El arco (V. e. v.) otra mucho más tras
ganización como hoy se dice» .—Pié de la brecha cendental. —La catapulta, el apogeo. Pero de
dicen los ingenieros donde empiezan sus escom jemos estas reflexiones; y pasando por los bola-
bros, formando hampa ó talud.—Pié del glásis, ños ÍV. e. v.J de piedra qHC disparó la primera
dicen algunos por cola. —Pié á pié es un galicis artillería, vengamos á tiempos que son nuestros
mo innecesario: en castellano es Á palmos.—Pié y que sin embargo parecen ya «prehistóricos».
atrás, metafóricamente, indica detención, atra —Piedra de chispa, pedazo de pedernal, ó sílex
so. —Pié dehecho, todo poste ó madero vertical. pirámaco, de figura rectangular, afilado por un
PIE - 906 — PILL
lado, que se colocaba en la quijada superior del cho que tocaba el instrumento llamado vulgar
pié de gato de la llave del fusil y de toda arma mente pito y que acompañaba á la caja desde
de fuego, y servia para que, hiriendo al rastri 1 505. Por el real decreto de organización de 31 •
llo , inflamase con las chispas que arroja la mayo 1828 quedaron suprimidos en la infante
pólvora ó cebo de la cazoleta, produciendo el ría. Siguieron en los Cuerpos de Casa Real, don
disparo. Las piedras se empacaban en cajones de fueron extinguiéndose hácia 1841. Los con
de media carga, que contenían cada uno 3.500. servó hasta lo último el cuerpo de Alabarderos.
—Piedra de fuego se llama una composición que —La expresión familiar «ese no toca pito» pro
sirve para incendiar á grandes distancias, meti viene de que el tal instrumento no acompañaba
da entre la pólvora con que se cargan las bombas, á guardia ó tropa mandada por subalterno, sino
y consiste en unos cilindros moldeados de ma por capitán precisamente.
nera que puedan entrar por las boquillas de PIJOTE. Lo mismo que esmeril ó pedrero.
las bombas, compuestos de una pasta de azufre, (Dice. Acad. 5).
salitre, polvorin, pólvora en grano, antimonio y PILA. Nombre técnico del montón de balas,
aceite de trementina.—Piedra de grano para cri granadas, proyectiles esféricos en general, que
sol. La refraclaria, que resiste la acción del fue se forma de figura triangular, cuadrada, rectan
go, y se usa para revestir inleriormenie los hor-
gular ó cuadrilonga, colocándolas unas sobre
os de fundición. —Piedra para bruñir. Es lo
otras ordenadamente en los espacios que dejan
mismo que piedra de afilar, y se usa para pulir
entre sí, tomando el montón en los dos prime
las piezas de acero templado. —Piedra pómez. Es
ros casos la figura de una pirámide. Para averi
la conocida de color gris ó amarillento, esponjo guarlos proyectiles contenidos en una pila, sien
sa, durísima, quebradiza y más ligera ó especí
do S el número buscado y .t el de balas del lado
ficamente más leve que el agua. Hallase en las
de la base, sirven las conocidas fórmulas:
cercanías de los volcanes. Se usa, mojada en
agua, para pulir, por su propiedad de rascar y Pila triangular.... S=—,t (x-J-l ) (a--f-2j
desgastar, especialmente entre los carpinteros. — cuadrangularS=-Jj-ír(;r-f-1¡ (2a--J-1)
— Piedras se llaman en las fábricas de pól
vora unos cilindros de estaño, cuyo peso es — rectangular.. í>=-^-£c [x-\-\] (3 n-j-2a--J-1 1
de 8 onzas y 11 adarmes, el diámetro 2 pulga representando n el número de balas del lado
das y su altura 8 lincas, que se ponen en las menor y n-j-x el del lado mayor.
cribas rompederas con la pasta que va a gra
nearse, para que, al oscilar estas, se triture y PILANO. El legionario romano armado de
remueva el material con el peso de aquellos. pilo.
PIÉLAGO. El mar, el océano, en poesía ó PILO. En latin pilum. Dardo, chuzo, javali-
elevado estilo. na que llevaban los hastarios y príncipes de la
legión romana. El asta tenia 1 ">, 62 y el hierro
PIENSO. La porción de cebada ó alimento 0 '", 123. (V. y comp. Venarlo, Chuzo, Javalina,
que en horas determinadas se da al caballo.— Porquera). Esta arma debia ser formidable ó muy
Toque. hábilmente manejada, pues, según el texto de
PIF.ZA. Nombre genérico de toda boca de fue Vegecio, atravesaba escudos y lorigas: qttod arle
go en artillería. Como los franceses dicen piéce el virtute directum et scutatos pedites et lorica-
de canon, se ve traducido por ahí «pieza de ca tos cquiles scepe Iransververabant. Mario, según
ñón»: lo cual indica un trozo de cañón roto, Plutarco, modificó el pilo ingeniosamente en la
hecho piezas ó pedazos. En castellano se dice unión del hierro con el asta, de modo que, al
pieza de artillería, aunque los franceses digan lo clavarse aquel en el escudo enemigo, esta que
que les acomode. —Pieza, en rigor, es sinónimo daba partida y colgando para embarazar.
de cañón y por eso recibe los adjetivos y califi PILOTAJE. Obra, puente, construcción en
cativos de este: df. batir, de batalla, gruesa, li general de pilotes: que son estacas grandes, ma
gera, etc. deros, árboles rollizos, los cuales, clavados con
PÍFANO ó PÍFARO. La Ordenanza vigente martinete ó de otro modo, forman las pilas de
(de 1768) siempre dice pífano, pero primitiva los puentes militares.
mente se decia pífaro, de acuerdo con la etimo PILLAJE. Voz italiana, que entraría en el
logía: en alemán pfiffer, en bajo latin piffarus castellano y francés en las guerras de últimos
en francés fifre, en italiano piffero. El mucha del siglo XV. Merodc, saqueo, botín con violen-
PIME — 007 - PIQU
cía. —Pillar. Hurtar, robar, saquear, devastar. flejos—y muy pálidos—de oíros en la organiza
PIMENTEL. Nombro do una pieza antigua m. ción civil y social, producían naturalmente esos
artilleriá gruesa, comootras se llamaron Mans- tristes apodos, ya olvidado-, de blanquillo, pisa •
felt, C.osiinges, y hoy Armstrony , fíoilmann, hormigas, pipiólo. Nu es la cosa tan pueril como
Krupp. parece, y convendría no resucitarla.
PINA. Dice. Acad. da esta voz puramente la- PIOCHA. A los traductores «inconscientes»
lina, j.inna. como almena. —Pinas En las rue del francés que ven pioche y escriben piocha,
das de CARRUAJE*, las piezas curvas de madera, bueno es advertirles, con el Dice. df. la Acad.
que generalmente son seis, y forman el aro d Española, que «piocha» en castellano es «joya
circulo de la rueda, que se refuerza con llantas. de varias figuras que usan las mujeres para
calce, ó arco de hierro. adorno de la cabeza». Convenimos en que una
«piocha de brillantes» en una cabeza hermosa
PINCHO. Se dice familiarmente, por despre vale más que un pobre pico ó zapapico; pero asi es
cio, de una espada ó estoque malo. como llaman los ingenieros españoles á la pioche
PINGANITO, Pico, punía de una roca ó pe de los franceses.
ñasco que, por extensión, vino a significar vul
garmente eminencia, elevación. «Y los que ayer PIPOTE. Pipa, tonel, barril. «Y cerrando y
estaban en pinganitos hoy están por el suelo». fortificando las puertas, en la una.de ellas, que
¡'Cervantes. Dan Quijote). También lo insería dejaron abierta y barreada, pusieron dos falco-
Dice. Acad. , como locución adverbial, en senti neles con dos pipóles de pólvora para su defen
do de fortuna prospera, puesto elevado. De ahi sa». ¡Mejia. Com. pág. 404).
vendrá pingorotudo, empinado. PIQUERIA. Conjunto, reunión láctica, tropa
PINJ ADO. (V. Banco, Máquina). de tiqueros.
PINO. Apodo familiar del oficial loscoensus PIQUERO. Soldado armado de pica en los
maneras, tieso en su rudeza, empedernido en siglos XVI y XVII. Más técnico era entonces lla
su ignorancia. Y opino de oro» es cabalmente, marle pica ó coselete (V. e. v.): como se llamaba
en el lenguaje vulgar, la ponderación de la ga lanza al lancero, y eonAZA al coracero.
lanura y atildamiento. PIQUETE. Voz francesa, piquel, introduci
PINTAR. Hace medio siglo, cuando «canta da con tantas otras á principios del siglo pasa
ba» el fósil y se «conversaba como una tabla» do. Reten, tropa de imaginaria ó prevención. «En
(V. Táctica! «se pintaban» las m \niobras ó evo cada batallón habrá siempre una guardia llama
luciones de puro bonitas (V. Contramarcha). Y da piquete, que se compondrá de un capitán, un
todavía no está eso desarraigado: hay jefes que teniente, un subteniente, 2 sargentos y 50 hom
se mueren por «pintarla». bres con un tambor». (Ordenanza de 1728. li
PINZOTE. El perno llamado pinzote es el que bro I. tít. 12. art. 12). «La guardia dé cuartel
tienen los avantrenes de artillería para unir los (que hasta ahora se ha conocido con el nombre
dos juegos delantero y trasero de los carruajes de piquete) se llamará de prevención ». ÍOrd.
de sitio y antiguamente de campaña. Dice, ilus vigente de 1768. art. 1. tít. 29. trat. 2).—La voz
trado de art.). ha perd'do su acepción general de tropa ó fuer
PIÑON. «En la escopeta, la pieza en que es za, muy corta, destinada á un servicio breve y
triba la patilla de la llave, cuando está para pasajero en guarnición. En las procesiones ó ac
disparar». (Dice. Acad. 5). tos públicos es más propio decir escolta que
piquete: quedan, pues, ciertas diversiones públí -
PIPIOLO. Cuando habia Guardias de Corps, cas, las ejecuciones, los incendios, á los cuales
Guardia Real española y walona, Alabarderos. concurren piquetes. —«Inventadas» á últimos del
Carabineros Reales, Caballería y Dragones, Lí siglo XVII las compañías de granaderos, que for
nea y Ligeros, Provinciales y Granaderos, cuer maron al principio algo separadas del batallón,
pos «inmemoriales», cuerdos desmemoriados con se obedeció á esa ley de «simetría ó contrapeso»
sendos privilegios, fueros, exenciones, prcroga- tan tiránica en la táctica antigua, formando á la
tivas, preeminencias, derechos, absorciones, izquierda un piquete, es decir, una compañía
atracciones, precedencias, pretensiones ¿que «provisional y momentánea» , compuesta de hom
quedaría al pobre diablo encajonado ¿ varazos bres de todas las compañías. Un siglo más tar
en una desdichada compañía del centro ó de fu de, la «invención» de la compañía de cazadores
sileros? Esos errores de organización militar re vino á sacar de apuros á los apasionados de la
PIRO - 908 - PIST
simetría, del equilibrio y del contrapeso. —Pi cína y enemiga Francia; de mantener correspon
quete es también, según Dice. Acad., golpe ó lie ciencia con los gobernadores de sus plazas fuer
riila leve con arma punzante — Estaca delgada tes, y de reclamar en la Junta los necesarios so-
y coila, de medio mptro alujo, parí trazar, pa '•orros de arma», municiones y subsistencias.
ra sujetar tiendas, cabillos. U.óseles Uicialmeiite el nombre de Piscolarios .
inventado y propuesto por Don Francisco il¿
PIR!)T50I. ARIA. Olro nombre griego que
puede darse á la ualísticv. de pir, fuego y 6a- Rioja». (C. A. de la Barrera. Vida de fíioj -.
Hos, yo arrojo ó tiro. —Piroboloi, en general, pág. 67) No parece sino que el célebre poet : -
inquisidor, sobreponiéndose á las amarguras Ji
PfKGOs artificíale*, mixtos incendiarios —Piro-
bourio ó Pirobolista. Artillero, artificiero en los tiempos, quiso, con lo ridiculo del nombre,
griego. ridiculizar la incurable manía de paliar grand' -
conflictos con la inevitable «Junta de Salvación .
PIROFORO. í,o que lleva ó arroja fuego: de con el concejo áulico de los austríacos, con !«
pir, fuego y phoro yo llevo. Pero Dice. Terreros pretensión de «repartir la responsabilidaducuaM
da esto mismo por nombre del oficial de admi do se siente mucho el peso. So comprueba el
nistración, que en la milicia griega cuidaba de texto de Barrera con este otro: «Los que se h»n
las provisiones. De piros, trigo.
agregado á la Junta de Execucion son quati..;
PIRÓMETRO. En física es el instrumento estos se llaman Pisrolarios, voz que dio el In
para medir el calor, esto es, temperaturas altas quisidor Don Francisco de Rioxa, Chronista iie
que evapora lian y fundirían el termómetro. S. M.| unode ellos es. Don Juan de Villoslada. -.
PIROTECXIA. Conjunto de dos voces grie quien se le ha encomendado el cuidar de la pre
ga.» pir, fuego, techne, ciencia. El ramo espe visión de la pólvora de los exércitos de España',
cial de artillería que entiende en mixtos y arti otro Don Juan de Azlor. padre del maestre»!''
ficios ;V. e. v.] comprendiendo ahora cápsulas, campo Don Martin de Azlor, A quien han dai! ■•
CAivTi'cims metálicos. —El edificio mismo con l\ hábito, ambos caballeros aragoneses. Su caí .-o
borvtorios y talleres. Igual raíz t ienen pirobo 'a , de este es cuidar de las fronteras de Arago-i .
maquina astigta para arrojar iteco griego, mixlo Navarra y Cataluña para la provisión de las h:i -
ini:endiario;/)irdscíj/b, como en su origen llama las, bombas v tren de artillería: los otros do»,
ron algunos al barco de vapor, etc. no sé sus nombres. Estos Piscóla ríos se corrts-
PIROXILO. PIROXIL1NA. Nombres grie ponden con los Gobernadores y fortificadores de
gos, y por consiguiente más «sabios» que el lati las fronteras y avisan en la Junta de sus menes
no fn'mi-coton , dados al algodón pólvora ó teres; entrañen ella y se sientan». Pellicei.
PÓLVORA DE ALGODON. (V. PÓLVORA). Avisos de 29 octubre 4641), Estudio algo nv-
profundo que el de las comedias, merece ese pe
PÍRRICA ó PTRRUIQL'U. Nombre, que se leeen
riodo del reinado de Felipe IV que. empieza co:
todas partes, de una cierta «danza guerrera» in
ventada ó instituida por Pirro, liijo de Aquiles, croi el año funesto de KiíO. En él, más que en
(4643), entronca ó se hace visible y mani
muy usada entre los griegos y que más parece fiesta la decadencia, no de la milicia, sino de id
siih'lacro ó ejercicio táctico y ATLEiicoque ver
dadero baile. nación española.
P1SAIIORMIC, AS. (V. P.piolo). PISTA. Su primitiva acepción en picaoer'1
es el camino ó huella que describen los cuat'"
PISCINA. Voz latina, alborea, estanque.
piés del caballo. —Por extensión, en la GOEim.
PISCOI. ARIOS. «Esforzábase el de Olivares, ase sigue la pista al enemigo p cuando se marcb i
con ánimo resuello y firme, por dominar el efectivamente detrás y cerca de él por el misil!"
alzamiento de Portugal y Cataluña, con el des camino. i-Se pierde la pista», cuando por mo> .
igual éxito que era de esperar de su viciosa ad mientos imprevistos queda desorientado (V.e.v
ministración y de los recursos, valor y entusias el perseguidor.
mo de los sublevados Entre otras providencias
á este fin encaminadas, adoptó la de crear una PISTOLA. Quizá venga del bajo latín fistuln.
titulada Junta de Ejecución, presidida por el fistola, tubo, cañón. En el día la pistola revolver.
Conde de. Monte-Rey; especie de consejo direc que en inglés quiere decir «giratoria», ha pros
tivo v administrativo de las operaciones milita crito las antiguas de arzón y de un solo tiro. La
res; al cual agregó después cuatro funcionario- primera ¡dea del rerolrer fué acoplar varios ca
encargados de proveer á la defensa de las fron lones con su recámara unida, que giraban pre
teras de Aragón, Navarra y Cataluña con la ve sentando la cápsclv al martillo. No nos deten-
PIST — 909 — PLAN
mos en refutar la vulgaridad de que la pist >h liécia 1600».—Podrá ser cierto. —pistolera Téc
se ¡nveDló en Pistoya Italia;, con la misma \ nicamente, sedice. en caballería, funda, cañoneiu
rosimilitud y razón que la bayoneta en Bayohi —pistoletazo. Golpe y herida de pistola. —pisto
y el mosquete en Moscovia Lo probable es lo que i.ete. Arma de fuego manual, de llave de rueda
dice Eslienne, que haciéndose en Pistoya puña que en el siglo XVI colgaba la caballería del
les pequeños y muy acreditados, que se llama hohreü izquierdo de la silla y que sustituyó á la
ron pistoyers y pistolete, al reducirse el tamaño scoppielta ó escopeta introducida á principios de
de los arcabuces y convertirse en pedreñal* - dicho siglo. «Hechos estos encuentros, le queda
¡V. e. v.j, tomarían el nombre por trasferenci. , al cavallo ligero el pistolete, que traen ya los
Debe recordarse que las primitivas pistolas usu- más di arzón delantero, en lugar de la maza ó
das por los argiletes y carankos tenían dos y cuchillazo que ántes acostumbraban colgar t!él
tres palmos de cañón. En Ccrisoh 1557; jue y el esloque ó espada en la cinta», etc. Mendo
gan mucho las pistolas, especialmente entre k» za. Teór.y práct. pág. 81).
reitres ó caballería tudesca. Hacia 4570, srgun PISTONERA. Pequeña bolsa de cuero donde
Montlüc, la pistola destierra la lanza. Todavía lleva el soldado las cápsulas (1867, para cebau
en 1658 la caballería ligera lleva pistolas he el arma de fuego. Por una irregularidad de len
rueda. Después de la guerra de la Independen guaje se ve en el reglamento táctico que recha
cia empezó el uso de la pistola de percusio». za la palabra vulgar pistos, y sin embargo dice
Autores recientes, como Tackels [Elude sur que «el soldado saca la cápsula de la pistonera».
te pistolet) y Do Per de Podio Les armes de ¡j tur- PISTORESA. «Arma corta de acero, á ma
resé chargeant par la culasse), dan otro giro 6 la nera de puñal ó daga». 'Dice. Acad. 5).
etimología y gran antigüedad al revolver. Dicen
así: «En el siglo XV los reitres [v. e. v.) ya lle PITIPIÉ. Del francés petit-pied. Escala de
un plano. Se ve impresa esta extraña voz en la
vaban un arma primitiva y tosca, como que se
reducía á un simple tubo terminado por un ani Escuela de Palas y otros tratados de fortfic»-
llo en el que entraba una correa para sujetarlo cion; en el Dice, de Terreros y en el de la Acad.
al arzón de la silla. Para tirar, se ponía el arma Esp. 5.
en un apoyo en forma de horquilla, lijo en el PITO. [V. Pífano).
pomo de la silla, y se daba fuego como á todas PITON. Pico. (V. Montaña;.
las armas de aquel tiempo con mecha acompa PLACA. ¿Para qué definirla, como condeco
sada.—La longitud de esta arma, designada en- ración, si todo ciudadano español luce tresó cua
tónces vulgarmente cor el nombre de bombar- tro de varios tamaños? (V. Armadura, Mortero).
delle, era di- un palme, unos I5á 16 centímetros PLACARTE. Del francés placard. Voz muy
(y para que se vea el juego do palabras, dejare usada por nuestros historiadores de Flan des en
mos esto en francés comme son calibre était a sentido de edicto, bando, pregón, pragmática,
peu prés du diamétre d' unepiécede monnaie que manifiesto. Tuvo carta de naturaleza, pues to
V on appelait pistóle, de lá lui vient le nom de davía Don José Pellicer, en sus Avisos de Ma
pistoletn. Es decir, que volvemos aquí á la drid, hablando de los catalanes rebelados en
semejanza de sonido. —Y siguen los autores ci 1640, dice: ucada dia publican nuevos papeles,
tados: »En I55i los reitres usaron la pistola en manifiestos notorios y placarles, fundando en
la batalla de Kenty ya con notables modifica derecho y justicia haber tomado las armas». Lo
ciones y mejoras, pero tenia serios inconvenicr- inserta Dice. Acad. 5.
tes.... Se buscó, por consiguiente, el remedio y
ocurrióla idea de multiplicar los tiros, adaptando PLAN. Entrado ya este siglo aún se confun
á la extremidad del cañón un haz compuesto de día con plano. Hoy plan es proyecto, escrito, me
cinco tubos soldados uno con otro. Eite aparato moría sobre cualquier cosa: sobre organización,
giraba sobre un eje paralelo al del cañón y, por guerras, campañas, operaciones, marchas, si
un movimiento de rotación impreso con la ma tios, batallas. Todo plan se hace sobre planos y
no, cada tubo venia sucesivamente á poner su demás documentos concernientes: y el plak,
eje en prolongación del cañón. La carga se in la memoria, lleva también planos, croquis, figu
troducía en los tubos con los dedos. Un distin ras aclaratorias. (V. y comp. Plano).
guido aficionado de Bruselas, M. Camp, conser PLANA MAYOR. Hasta el año 1702 se dijo
va en su colección un fusil de cinco tiros de este Primera Plana, y era efectivamente más propio:
sistema revolver, con la fecha 1626. La inven puesto que el nombre viene del «libro de asien
ción atribuida al americano Colt puede fijarse to y contabilidad» en cuya primera plana se
PLAN - 9<o - PLAN
inscribían los nombres del Maestro de Campo. que está todavía muy lejos; con quedarnos en
jefe del tercio y de los oficiales «sin compañía»- Francia, veríamos que allí se dan ya nociones,
Todavía en 1817, el Dice. Acad. en su 5.a edic. rudimentos de topografía á los cabos y sargen -
da «plana mayor ó primera plana». (V ycomp. tos en las escuelas regímentales. Pero aquí, se-
Estado Mayor;. —En topoghafía, plana es voz, lo gun la felicísima expresión de un conocido poe
mismo que llanada, aplicada á un país llano, ta, no somos precisamente holgazanes, sino oti-
que forma campiSa y da nombre á ciertos lerrilo mídos para el trabajo»: y con que un chusco sin
rios en Cataluña y Valencia, como la Plana de ortografía ridiculice «la mapa» y lo de aechar
Vique ó Vicb, la Plana de Urgel, la Plana de el cartabón» (V. e. v.), nos consideramos ab-
Castellón, etc. También se llama plá yplau (es sueltos de toda responsabilidad. F.l refrán que
to es, llano), como el Plá de la Selva en Catalu dice «el saber no ocupa lugar», «el ingenio no
ña y el Plau de Cartagena en Murcia. (Dice. embota la lanza»: todo falso. Ocupan, embotan,
Acad. Hist. enervan... para «pronunciarse». —Hay que caer
PLANCHA del guardamonte. Además de re de plano, dar de plano, resolver de plano sobre
forzar la caja, sirve para sostener el disparapor la ignorancia creciente.—Como adjetivo, y apli
en su posición más conveniente. La plancha del cado á terreno, plano expresa más que llano:
guardamonte es de hierro y su figura alargada dice como si fuera liso, sin la menor sinuosidad,
y un tanto curva. Está taladrada en los extre curvatura ni aspereza.
mos: uno de los taladros, llamado oído, es cir PLANTA. La proyección horizontal de un
cular y da paso al tornillo de la plancha del objeto, que también sc dijo traza. En arquitec
guardamonte, que agarra en la madera de la tura, á veces, lo mismo que plano; pero lo gene
caja y sujeta en ella esta pieza; el otro taladro es ral es que el plano ó los planos de un edificio
cuadrado y se llama así. —Ademas de estos dos tengan planta , elevación ó alzado y perfiles
orificios, hay en la pieza una incisión estrecha, (V. e. v.) ó corles. —De planta, de nuevo, desde
conocida con el nombre de mortaja, á cuyo ex los cimientos. —Tiene buena planta. —No con
tremo y dejándola en medio se levantan per- viene aechar plantas».
pendicularmente á la plancha dos pilarillos, PLANTAR. Se decia antiguamente por poner
llamados orejíllas, que están horadadas, por un en batería. «Prosiguió el cerco de Valenciennes
mismo oído, y forman el puente en que se ase tras esto, plantando veinte y dos piezas, con que
gura el disparador. Para corregirlo, la hoja de abrió fácil entrada». iFuenmator. San Pió l".
esta pieza se introduce por la mortaja y después pág. 71). «Encomendóle el príncipe de Parma
se corre un pasador por su oido, y los de las las trincheras y plantar la artillería». (Gil Gon
orejíllas. —Por último la plancha del guarda zález. Teat. de Av. lib. 3. cap. 12). «Entró el
monte tiene dos resaltos: uno en su cara exterior duque de Parma en la villa (Neufchátel) con la
y otro en la interior: el primero está atravesado infantería española, donde se alojó, á pesar del
con un taladro, y el segundo tiene una tuerca gobernador de la plaza, que con infantería, en
en la cual ceba el tornillo de rabera. número de trescientos hombres, se había entra
PLANCHADA. Según Dice. Terreros sc lla do en el castillo y lrat:iba de defendelle con per
mó así la plomada ó plancha de plomo que cubría tinacia. Mandó el Duque plantarle por la maña
el fogón de las piezas de artillería. na la artillería; y ántes de comenzar á batir, tu
vo el gobernador atrevimiento de hacer salida».
PLANICIE. Nombre latino de llanada, lla Coloma. G. de Flánd. lib. 5). Acostumbrado el
nura. que esto escribe á la lectura de libros viejos, no
PLANIMETRÍA. (V. Topografía). se persuade de que forzosamente haya de de
PLANO. En fortificación se dice plano de cirse hoy emplazar y emplazamiento (V. e. v.\
fuegos por declivio superior; y hay otros varios, por la sola razón de que los franceses digan em-
como plano de asiento, plano de desenfilada, etc. placer y emplaeement, (V. Embestidcra).
—En topografía (V. e. v.) plano es nombre ge PLANTEL. Siempre fué palabra consagrada
nérico de todo diseño ó dibujo (V. e. v.) más 6 para colegios, escuelas y academias (V. Instruc
menos perfecto, según la exactitud y detención ción); pero en 1867 se está, á lo que parece, por
del procedimiento, de un terreno de corla ex la vejetacion espontánea. Es más barato.
tensión. Conocer el terreno, aún el mismo que PLANTILLA. (V. P.athon). Toda la Aduinis-
se pisa, sin saber, ya que no levantar, «leer un tracion española está ocupada hace años en ar
plano» es pensar en lo excusado. Sin ir á Prusia, reglar plantillas.
PLAN -911- PLAZ
PLANTON. El soldado destinado de ordenan tor. San Pió V). «El Capitán ha de ser plática
za, constante ó perpetuo, en algún establecimien en la milicia y ha de entender bien los precep
to militar». Por punto general, mando que no tos de ella». (Marcos de Isara. Cuerpo enfermo de
haya salvaguardias ni ordenanzas de plantón en la mil. e.ip. fól. 61 vto.)—También el verbo pla
las plazas; pues se deberán relevar todas á las ticar tenia significado de practicar. «Haréis á
veinte y cuatro horas como las guardias, » vuestro ejército platicar y conocer á vuestros
¡Ord. gral. arl. 8. tit. 9. trat. %.). De aquí la enemigos nuevos con pequeñas peleas, ántes que
frase estar de plantón, cuando no se releva á la vengáis con ellas á la batalla principal». (Diego
hora acostumbrada. La voz es puramente fran de Salazar. De re militari. fól. 120,. «La caba
cesa, plantón. llería francesa, con buenos guias que se busca
PLANURA. Se decía por llanura en los tiem ron, dividida en dos alas, iba por caminos no
pos de Juan de Mena. platicados por dentro del bosque, cubriendo la
PLATAFORMA. Mayern, autor alemán de infantería y carruaje lo [mejor que podía». (Co
fortificación, dice que se dio el nombre italiano loma. G. de Flánd. lib. 7).
piattaforma á las primeras medias lunas. Otros PLATILLOS. El conocido instrumento de
llaman también así á los resaltos de la muralla, música. También es conocido el sentido de la
que no son baluartes, sino á manera de torres frase «bombo y platillos», queá veces entra por
cuadradas irregulares. Plataforma llama el P. Ca- más de lo necesario en la cosa militar,
sani (Fortif. pág. 1 1 2 y Comp. pág. 92) al caba PLATINA. En la llave de las armas de fue
llero de trinchera. Plataforma se ha llamado go unos llaman asi. y otros plantilla, á la plan
también á la explanada de batería, que en fran cha de hierro, de diversos tamaños y figuras, en
cés es piale-forme. La parte superior de una que se aseguran las demás piezas. Los franceses
torre es plataforma para Moretti. Especie de llaman platine á la llave entera del fusil.
caballero para Dice. Acad. 5. Basta de plataforma. PLATO. El de madera ó cobre, en forma de
PLATAS. Dice Martínez del Romero en su concha, que en las fábricas de pólvora sirvo pa
Glos. delCat. de la R. Armería: «Esta palabra ra vaciar las picadas de unos morteros en otros.
parece indicar las dos piezas de que se compo —En las fundiciones de artillería de bronce, la
ne la coraza. Si así no fuese, y se dignase alguno pieza que se coloca en el molde para cubrir ca
comunicarnos su verdadera significación, haría da uno de los muñones en su abertura. {Dice,
mos al momento la sustitución conveniente». ilustr. de art.)
Acudiendo, por nuestra parte, á los diccionarios PLAYA. La ribera del mar formada de are
franceses, vemos que Gébelin remonta , como nales en superficie casi plana.—Playazo, la gran
siempre, al celta el pial de su lengua, produc de y extendida.—Playuela, la pequeña. (Dice.
tor de píate, platine, plaleau. El sustantivo fe Acad.)
menino piale unas veces significó pieza supleto PLAZA. Su sentido militar más general es el
ria, apéndice inferior de la coraza; otras veces, de ciudad murada, aunque no se le añadan adje
plastrón, refuerzo interior ó exterior de la loriga tivos, como fortificada, fuerte ó de guerra. Si
ó cota de mallas. Por otra parte, hacia 1351, pia Madrid y otros puntos sin fortificar son militar
fa significaba en Francia armadura moderna de mente plazas, es por extensión. En este concep
planchas, placas ó láminas de hierro. to general, una plaza tiene varios adjetivos, que
PLATICA. Negociación, infidencia. —Prác se definen en su lugar alfabético: abastecida,
tica. «Ordenamos y mandamos que ningún sea abierta, amenazada, acordonada, aislada, arma
osado de tener pláticas públicas ni secretas, por da, artillada, asediada, avanzada, bloqueada, ce
escrito ni de palabra, con nuestros rebeldes sin ñida, cercada, conjugada, cortada, desmantela
nuestra licencia de nuestro Capitán general so da, fluvial, fronteriza, guarnecida, hambreada,
pena de la vida. Y si alguno supiere que alguna marítima, observada, pertrechada, rebasada, si
persona trae las dichas pláticas y tratos, y no lo tiada, socorrida, etc. —Plaza de armas suele con
manifestare, incurra en la misma pena, etc.» fundirse, en el lenguaje vulgar, con plaza puer
(Art. 7 del Bando de Felipe II al ejército, en 15 teó de guerra. Los ingenieros llaman técnica
de junio de 1580, ántes de romper las operacio mente plaza de armas entrante ó saliente á las
nes para la conquista de Portugal).—Platico se | del camino cubierto, cuya invención atribuye
decia también por práctico. «Los moros, más i Zastrow á Gerónimo Cattaneo (Brescia. 1571).
pléticos en los buenos sitios de la tierra, con También son plazas de armas ciertos trozos de
muchas emboscadas le acometieron». (Fuenma- | paralela (V. e. v.) ó trinchera, destinadas en el
PL.AZ - 9i2 - PLUM
ataque é recibir y cubrir grandes sostenes. Y en cuadrangular, rectangular, cuadrilongo: plesion
in, plaza de ariias es, en el tecnicismo general en griego quiere decir ladrillo; pero, según otros,
el puesto de reunión, de formación, de alarma era el cuadro, ó solido, ó cuadrado perfecto.
en cualquier pueblo, campo, posición ó cautos. — Esta voz resucitó, como otras muchas, eu la rui
En la fortificación antigua de baluartes con plan- dosa y cansada contienda que trajeron los tác
r.os reforzados de varios órdenes, plaza baja so- ticos franceses, en el siglo pasado, sobre las ex
lia llamarse al flanco bajo: asi como plaza alta celencias del órden profundo. Ménil- Durand
al caballero ¡V. e. v.) como más dominante.— adoptó la plesion y el diminutivo afrancesado,
Por otra parle, plaza tiene sentido personal, in plesionnette, para la raíz ó base de sus singula
dividual. Un batallón tiene «tantas plazas», tan res disposiciones y reformas tácticas, que noso
tos hombres. Plaza de prest, plaza de rancho, el tros (lo confesamos ingénuaraente) hemos tenido
soldado bajo el aspecto administrativo. Plaza la curiosidad de hojear, pero no la paciencia de
viva y al contrario plaza muerta, volante ó su leer, ni, mucho menos, la resolución de estu
puesta. Esto de las plazas supuestas V. Torni diar. El estilo de este infatigable escritor es tan
llero, Santelmo, Capitán) es enfermedad anti apelmazado como sus plesiones. En el art. Táctica
gua. «Que ningún soldado de pie ni de caballo se hace un resumen histórico. —Aunque Roéis-
pase muestra, ni se haga escribir en listas, ni son da por sinónimos el plinthion y la plesion,
tire paga fuera de su propia nación y lengua, ni otros autores buscan distinciones. Arriano da la
en más de una sola compañía, ni pan, ni respon plesion como cuadro perfecto, sin decir si lleno
der en nombre ageno, sino en el propio sola ó vacío, sólido ó hueco. Poliano da el plinthion
mente, y una vez y no más, sopeña de la vida. como rectángulo vacío y alguna vez oblongo,
—Que ninguna persona dé ni preste mozos para opinión que sigue Guischardt. Menil-Durahd, el
que pasen plazas en las muestras que se toma restaurador de la plesion, ya en 4780 la sustitu
ren á la gente de guerra», etc. ¡Ari. 35 y 36 del yó por columna; y todavía hácia 1830 quería vol
bando de Felipe II al ejército de invasión de Por ver á resucitarla el general francés Pelet.
tugal, en 15 Junio 1580).— Por otro lado plaza PLIEGUE. Suele decirse en topografía por
es puesto, empleo, oficio. Borrar, suprimir la ceja, arruga, resallo, quebrada, sinuosidad pe
plaza. —Fama ú opinión: pasar plaza de va queña del terreno.
liente. —Hacer plaza, hacer lugar, despejar.—
Sentar plaza, alistarse de soldado. PLINTHION ó plintos. Según algunos co
PLAZO. De ahí deriva emplazamiento ,V. e. v.;mentadores de la táctica griega, esta voz signi
ficaba disposición rectangular ó cuadrilonga de
no de plaza.
la célebre falange.—La plesion [V. e. v.) era el
PLEGAR. En táctica, lo opuesto á desplegar. cuadrado perfecto.
Pasar del orden lineal, abierto, extenso, delgado
al perpendicular, cerrado, profundo; del orden PLOMADA. De plumbum, en latin plomo.
de batalla y de combate, al orden de marcha y de Ducange Mama plwnbata, clava plumbo munüa
columna.—También se dice, con locución grá á la clava ó maza de armas, cuya parte contun
fica y exacta, «plegarlas maniobras, las fortifi dente estaba rellena de plomo.— Sabido es que
caciones al terreno»: procurar que á el se adap se llamaba glans plumbala entre los romanos la
ten y conformen.—Plegar, por recoger, se apli bala ó bola de plomo que, á falta de piedras,
'anzaban con la honda los baleares.—La plan
ca á las tiendas, al bagaje, á las banderas, al ca
ballo, cuando se le dobla el cuello y se le llamacha de plomo con que se cubre el fogón de las
el pico con la rienda. piezas de artillería de plaza ó costa. —El conoci
do perpendículo de albañil, que también usan
PLEITESIA. Pacto, convenio, promesa, con los artilleros para apuntar el mortero y graduar
cierto, avenencia, fieldad. con la escuadra.
PLEITO homenaje (V. Feudalismo). PLOMO. Sin entrar en definiciones del me
PLENARIO. La sumaria al pasaré proceso. tal, sólo se recuerda que se dice «plomo ene
PLENO (en). Adverbio para demostrar que al migo» para expresar su fuego, sus proyectiles,
tribunal asisten lodos los ministros: y en gene (V. Lluvia, Granizo).
ral, é un consejo ó junta, todos los vocales, sin PLUMAJERIA. Antiguamente lo mismo que
dividirse en secciones ó comisiones. penacho del yelmo.
PLESION. En la célebre falangk ó táctica PLUMERO. Adorno que desde la remota an
griega significaba, sepun ciertos autores, orden tigüedad hasta hace poco estuvo en moda ep el
PLUS - 9\3 - POLE
yelmo, morrión, chacó, casco, gorra de pelo. En microscópico que entónces se consideraba in
1837 predomina lo sencillo: el espiut, el llorón. dispensable, como el chascás, para dar lanzadas.
La tropa en general siembre lo ha llevado de POLAINA. Botin alto, prenda menor 6 de
cerda por economía , perd iendo lo ai roso y delica masita reglamentaria en la actualidad.
do de este adorno. ¡V. Esprit, Penacho).
POLEMARCA. De potemos, guerra. Jefe de
PLUS. Adverbio puramente latino que signi un cuerpo de ejército en la Grecia antigua. Esta
fica más, lo mismo que en francés. Y como casi voz no tenia la misma significación en Esparta
toda nuestra tecnología militar en el siglo pasa que en Atenas. En Esparta era jefe de mora y
do se tomaba sin discernimiento del francés, realmente militar; pero en Atenas designaba al
probablemente de él vendrá y no del latín. Voz tercer arconle encargado de las funciones civi
genérica para (oda gratificación ó sobresueldo les, y en el ejercito al jefe inmediato inferior al
extraordinario que reciben las clases de tropa, estratego, y encarg .do de los detalles de disci
singularmente en campaña. plina y administración, reuniendo funciones aná
PLUTEO. Con el nombre genérico de pluteus logas á las que en Roma estaban repartidas entre
designaban los romanos todo biombo, pantalla, el primipilo y el cuestor. La influencia del po-
candelero, cuanto servía para abrigarse de los ti lemarca, como conocedor de los detalles, era
ros del sitiado, como pieles suspendidas, redes decisiva y contrabalanceaba, en cierto modo, lo
de cables ó crines, zarzos y pequeños manteletes que pudiera haber de veleidoso en el mando del
en general. Por esta extensión casi puede com estratego que sólo duraba un día, en turno con
prender la PAVESADA, la VÍNEA, la bastida, el MÚS sus nueve compañeros. En resumen: una espe
CULO, la gata, causia, capsa, cosía. César (De bilí, cie de mariscal ó sargento general de batalla en
civ. lib. 3) y Vegecio ílib. 4. cap. (5) describen el sklu XVII; de cuartel-maestre en el XVIII; de
el plúteo de zarzos. Se distinguía, según Blesson jefe de estado mayor en el XIX.
y otros, de la vínea, en que esta no tenía ruedas. POLÉMICA. Asi define Dice. Acad. en su
PLUVIAL. El agua que cae de las nubes: primera edíc. 1726, citando al P. Vicente Tosca
pldvial la que corre por los rios. (T. V. pág. 254): «El arte que enseña los ardides
con que se debe ofender y defender cualquiera
POBLA. «Lo mismo que puebla. Da denomi plaza. Divídese en ofensiva y defensiva. La ofen
nación en Cataluña á algunos lugares, como Po- siva es la que abre trincheras, dispone baterías,
bla de Lillet, Pobla de Bagá». (Dice. Acad. Hist.) dirige minas y todo lo demás que conduce al
No lo trae Dice. Acad. Esp. sitio de una plaza. La defensiva es el arte con
POBLACION. Se toma unas veces por el nú que los sitiados deben defenderse á sí yá la pla
mero de habitantes que componen el vecindario za. Llámase también Arte militar». En la 6.a
de un pueblo, de una provincia y de un reino edic. de 1817 se mantiene la definición, supri
entero; otras veces determina el lugar poblado miendo oportunamente la última parte. —En el
de casas agregadas y unidas, con distinción de dia los periódicos se han apoderado de esta voz.
calles y barrios. También se entiende el caserío Los ingenieros usan el adjetivo polémico desde
disperso y segregado, compuesto de las habita hace poco, aplicado á la zona de las plazas fuer
ciones sobre las mismas haciendas ó suertes, tes que deben, por especial encargo, mantener
que, aunque materialmente están separadas limpia y que los pueblos se obstinan en ocupar.
unas de otras, constituyen un propio y solo ve (V. y comp. Poliorcética).
cindario. (Dice. Acad. Hist/ . POLEMONOMIA. Neologismo griego, que
PODADERA. El Dice, ilustr. de art. llama Bardin, apoyado en Corai, Courier, Thurot, pre
así á un arma «defensiva» (?) que usó la infan tende introducir en vez de estrategia, como si
tería en la edad media, reducida «á una boja no sobrara con este para no entenderse. La raíz
corta con dos filos arqueados y con uno ó más es potemos, en griego, guerra.
garfios, colocada en un puño muy corto». No POLEMOSCOPIO. Nombre que se dió al an
tenemos más datos. teojo de larga visla por haber tenido en la guer
POLACA. Según Moretti era, en su tiempo ra su primer uso y propagación. Sin embargo
'1828), una gorra de cuartel ó casquete chalo, Moretti dice: «Anteojo de larga vista y encorva
tomada, por supuesto, del francés.—Como es de do (sic) que sirve para ver los objetos que no se
ritual que todo lancero sea «polaco», también hallan en linea recta (sic) o al frente: se usa en
debió llamarse polaca la casaquilla de faldón los sitios y en las batallas, para ver (sin ser vis
115
POLI - 9H - POLI
to y sin exponerse) lo que pasa por debajo (sic) un tiempo, y durante mucho fueron sinónimas,
de la muralla, ó en un sitio cubierto del campa es fácil al separarlas, como actualmente lo es
mento enemigo.» El paréntesis es lo mejoren es tán, caer en lo sutil.
ta deliciosa definición. Si se vendieran tales Cuando Mf.lo en su célebre Historia (que
polemoscopios en las tiendas de instrumentos, por su bella dicción nos enamora] dice, hablan
no dejarían uno los artilleros é ingenieros. do de los catalanes, que «es gente suelta y sin
POLICÍA. Voz derivada del griego, sinónima policía» se está viendo en la frase todo lo que,
por desgracia, conserva el antiguo principado
antiguamente de «política», y cuyo primer sen
de suelte efectivamente, de indócil, de indisci
tido era buen gobierno del estado en conjunto,
de la ciudad en particular. En la milicia moder plinado, de refractario á toda idea de conexión,
na suele confundirse policía con disciplina; y en de régimen, de constitución y organización mi
la carencia de texto ó definición oficial, hay litar. Y en el dia, sin embargo, la gráfica frase
que apelar al razonamiento. La policía es una del ilustre historiador ha perdido gran fuerza, y
parte integrante de la disciplina (V. e. v.); es un para muchos claridad.
En nuestro tiempo la policía militar tiene
conjunto de precauciones; un código, mejor, un
cuaderno de reglas de conducta; un trabajo con que sufrir algo del anatema popular que sufre
tinuo de vigilancia, qne debe su importancia al la policía civil, cuando malamente se tuerce ha
número grande de pequeñas atenciones que cia el peligroso camino de la «política», su si
abraza, pero no á la entidad peculiar de cada nónima griega.
De todos modos, al paso que en nuestros dias
una de estas. Indudablemente, la policía, que
es puramente material, está subordinada á la la disciplina, sin aflojarse, puede ir acomodán
dose á las nuevas costumbres: la policía, por su
disciplina, cuyo circulo de acción es mis eleva
parte, tampoco ha de resucitar los fueros pre-
do, más moral. La policía es un «síntoma», una
bostales y alguacilescos de hace dos siglos :V.
señal de disciplina: con esta concurre á facilitar
el gobierno de un ejército: ella también desem Barracuel, Capitán de campaña'. Quizá tienda al
baraza la acción de mando: con ella se previenen extremo opuesto, limitando su acción al unifor
me individual, al aseo, al ttensilio. La diaria
pequeñas infracciones, que pudieran lomar el
revista de policía, el sargento de puertas ó de
carácter de faltas y acaso el de delitos; pero
nunca puede tener aquello que ordena y regu policía, parece como que restringen algo el sig
lariza «cosas», aquello que sólo habla al sentido nificado más extenso de la voz, que, como he
«corporal», como la policía, la verdadera in mos visto, raya y se confunde casi con el de
fluencia, la trascendente importancia de aque disciplina. La policía, que es llana y rutinaria en
llo otro que, como la disciplina, habla directa el cuartel, toma ya más vuelo cuando este se
mente con el «alma», cotí el «corazón» del deja por el alojamiento, por el campamento. La
hombre. Por eso nunca la sanción penal de las policía en la paz y en guarnición, que apenas
faltas de policía puede tener el rigor, á veces ocupa al ayudante ó al capitán de semana, exi
bárbaro, que prescriben los atentados contra la ge en el campo y en la marcha de guerra un cen
tro inspector que radica en el cuartel general,
disciplina.
con tropa que á sus órdenes vigile y reprima.
Nunca la infracción de policía ha merecido Indudablemente, algo más extenso que su acep
la pena de muerte «ejecutiva», como en casos ción actual da á la palabra policía la Ordenanza,
que se citan en el art. Disciplina, y que pudie al decir en su art. 16. tit. 10. trat. 2: «Servirá
ran llamarse justos, si se atiende al saludable al capitán de recomendación la policía y buen
escarmiento que produjeron. Mucho ménos pue entretenimiento de sus soldados como que no
de ocasionar la policía la pérdida del honor, ma tengan deudas en su masita ». El antiguo
yor que la de la vida para el buen militar. Pero Pheboste y Capitán de Campaña, con su séquito de
la policía personal, la policía del cuartel y del Barracueles, Alguaciles y Verdugo, se ha susti
campamento, esa alta y pública policía que em tuido en nuestros días por el Gobernador del
pieza á rozarse con las costumbres y toca en Cuartel general con un piquete de guardia ci\ il.
la amoralidad», no cabe duda en que es el auxi Tropas de policía se llaman en Europa fy no
liar más poderoso é indispensable de una per habría inconveniente en llamar en España) á
fecta DISCIPLINA. la Guardia Civil, á los Carabineros del Reino, á
El empeño de definir y deslindar quizá nos los Miñones, Migueletes, Fusileros, Mozos de
conduce á la sutileza: y en palabras que, como escuadra y á alguna otra fuerza armada provin
estas de disciplina y policía, han nacido casi á cial, que, dedicada en tiempos de paz á la re
POLI - 945 - POLV
presión de infracciones de policía «civil» , en ciones, que pertenecen más ó menos á la políti
el alto y legitimo sentido de la palabra, conser ca de los diplomáticos, se pueden agregar otrai
van sin embargo, en la habitual dispersión de que sólo tienen conexión con el mando de los
su servicio, todos los resortes de organismo y ejércitos, á la que daremos el nombre de política
disciplina corrientes para constituir, en el acto, militar ó filosofía de la guerra; pues que, sin
tropa del ejéi-cito permanente. Mayor ensanche portenecer exclusivamente á la diplomacia ni á
en aquellos dos primeros y excelentes institutos, la estrategia, sonde la mayor importancia en los
lejos de perjudicar, como algunos afirman, da planes de un gabinete y en los del general de un
ría desde las primeras operaciones al ejército en ejército. Si los principios de la estrategia son in
campaña, un núcleo ya veterano de tropas ver- mutables, no sucede lo mismo con las verdades
daderamence ligeras ó auxiliares, indispensa de la política de la guerra, las cuales sufren mo
bles en estrategia y táctica por los flancos y dificaciones según el estado moral de los pue
vanguardia. blos, de las localidades y de los hombres que se
POLIGARQUIA ó Poliarquía. Gobierno de hallan á la cabeza de los ejércitos y de los estados;
muchos.—Oligarquía. Gobierno de pocos.—Mo estas diferencias son las que acreditaron el gra
narquía. De uno solo.—Anarquía. Desgobierno. ve error de que no habia reglas fijas para la
guerra, etc. etc.» fiomp. pág. 32, 3o, 41).
POLIGO.VIA. Uno de tantos nombres inde
finibles de máquina antigua ó aparato de sitio. PÓLVORA. La escrupulosa detención con
En la Jemsalem de Lope de Vega se lee: que en el artículo Artillería se ha procurado
«La Sambuca, el Telón y la Ronfea desenvolver la parte histórica de esta palabra
aYacen sobre las Torres Poligonias.... realmente importante, dispensa aquí de nuevos
Pudiera ser poligonales; pero el Dice. Terre pormenores. Compuesto de azufre, salitre, car
ros las da como torres expugnadoras, ambu bón de agramiza y agua, con el que se forman
lantes, que se movían sobre ruedas, helepolis. unos granos negros y menudos, fácilmente in
POLÍGONO. Algunos usan esta voz para de flamables y de gran violencia, porque producen
signar, como en Francia, el campo permanente un fluido elástico que se dilata con fuerza exce
de instrucción, de ejercicio, de escuela práctica siva. La pólvora se divide en tres clases genera
en artillería é ingenieros. les: de guerra, de caza y de mina; cada uña de
estas clases se subdivide en otras, según su po
POLIGRAFÍA. Arte de escribir en cifra y de tencia. La de caza se compone de 78 partes de
descifrar lo asi escrito. salitre, 10 de azufre y 22 de carbón.—La pólvo
POLIORCÉTICA. Es sabido que Demetrio, ra de cañón y de fusil que corresponde á la cla
uno de los sucesores de Alejandro Magno, llevó se de guerra, se compone de iguales partes que
el sobrenombre de Poliorcetes, que en griego la de caza, y sólo se diferencia en el grueso del
quiere decir tomador de ciudades. AI resucitar grano; así la pólvora de cañón tiene un grano que
esta voz, entre lo« eruditos del Renacimiento ya pasa por agujeros de 6 puntos de diámetro. La
empezó la divergencia en la etimología. Justo de fusil por agujeraste 4: la refinada ó de caza
Lrpsio tituló poliorceticon su arte de sitios ó, co por los de un tamiz de cerda algo claro, y el
mo hoy decimos, del ingeniero. Pero, mientras polvorín por una tela de cerda no muy tupida.
Roqueport da la voz griega como compuesta de La pólvora de mina se compone de 65 partes de
pollein, tomar, y kerkos, atrincheramiento, Du- salitre, 20 de azufre y 15 de carbón. La pólvora
reau de la Mvlle, autor de poliorcetica, dice que de caza suele probarse más bien en probeta que
viene de polis, ciudad y éneos, piel, cierre, cer en morterete, y toda la que se prueba en este
ca. Sea como quiera, polioiicltica viene á ser, último debo alcanzar en las fábricas, según real
en el fondo, lo mismo que polémica ofensiva, ar órden de 20 mayo 1807, para darse por útil
te de siliar y tomar plazas fuertes. 128 brazas.
POLÍTICA de la guerra. Tuesto que Jomini A pesar de la perfección que pudiera llamar,
inventó esta locución, a él toca de derecho defi se definitiva de la pólvora actual, no han esca
nirla. «Damos este nombre—dice—á las combi seado las tentativas de mejora. Entre ellas me
naciones que sirven á un hombre de estado para rece citarse la de Bertollet, que propuso susti
juzgar de la necesidad, conveniencia y oportu tuir al salitre el clorato de potasa, y á la que
nidad de una guerra; y determinar las diversas se renunció después de los horrendos desastres
operaciones que sean necesarias para conseguir que produjo su preparación.
el objeto propuesto. A estas diversas combina A principios de 1846, Schónbein dió á cono-
POLV - 946 - PONE
cer e! algodón pólvora, futmi-coton ó, como más con un muelle, como los del dia, para verter en
técnicamente se le llama, piroxih. Los franceses la cazoleta la cantidad de cebo necesaria.
sostienen que no es más que una modificación POLLADA. Se hacia con granadas de maso,
de la xyloidina de su gran químico Pelouze. Sea armadas por el estilo de los racimos de metralla
lo que fuere, mojando en ácido azólico el algodón sobre un culote ó plato de madera con su espiga
sin cardar, se obtiene una pólvora, que ni el en medio, poniendo estopines largos de comuni
agua, ni la humedad alteran en su fuerza explo cación que iban todos á pasar al rededor del
siva; que no ataca ni ensucia las armas; que no tronco de la espiga y salian á la parte inferior
da humo ni olor; que se fabrica con extrema del culote. Pueden hacerse para morteros y para
simplicidad, rapidez y economía... y sin embar pedreros. Generalmente constan de tres capas
go parece que este nuevo y singular producto de granadas, una sobre el culote y las otras dos
tardará bastante todavía en reemplazar á su ri sobre dos platos de madera del mismo diámetro
val. ¿Serán verdaderos inconvenientes el exceso de aquel, equidistantes entre sí y perpendicu
de fuerza ó potencia explosiva y la dificultad de lares á la espiga, con unos agujeros circulares
la conservación, ó será condición inevitable de donde encaje la granada con la espoleta hacia
lodo adelanto y novedad que, para llegar, ha de abijo. El todo se mete dentro de un saco y se
hacer, como el hombre, más ó menos tiempe de encorda bien. Es proyectil poco usado.
antesala? En 1865 Oali hizo en Lóndres expe
riencias para quitar á la pólvora su cualidad in POMERIO. En los primeros tiempos de la
flamable, mezclándola con vidrio molido que antigua Roma, el muro estaba aislado por una
luego se tamiza, quedando como eslaba. Por ancha calle de la población y por un extenso es
aquel año también el teniente danés Skott hizo pacio de los arrabales. Este terreno sagrado se
experimentos con la nitroglicerina, sustancia llamaba pomcerium ¡Napoleón III. Hist. de Cé
explosiva, aplicable á la carga de bombas y gra sar. T. I. pág. 2. (V. ycomp. Servidumbre, Zona' .
nadas. POMO. La bola, manzana (pomum, en latín)
La enormidad de los nuevos calibres exige en ó en general la parte superior del puño de la
las piezas de artillería, no ya pólvora de guano espada (V. e.v.).—La parle central y más alta de
grueso sino que, por su figura, se llama prismá la delantera en la silla de montar, que también
tica. En las ultimas experiencias de Brasschaet llaman perilla.
¡Bélgica), cuyo resumen tenemos á la vista, en
las que se ha probado con éxito el cañón de ace POMPON. Adorno de la parte superior del
ro de Krupp de 5m ,066 de largo y 0"> ,223 de chacó de infantería, formado por una bola de
diámetro en el ánima, se han comparado pólvo felpa y encima una borla llamada flama. El nom
ras prismáticas de Ham (Prusia), de Ochta ¡Ru bre y la cosa son franceses, como era inevitable
sia) y de Wetteren [Bélgica). La forma general hasla 1840. Enlónces el pompón quedó destro
de cada grano es un prisma exagonal que tiene nado por la GALLETA.
siete canales. La altura del grano es de 24 mili- PONCHO. Capole con esclavina, plegado á
metros la longitud de los lídos del exágono 20 la cintura, cuya «moda» acaba de pasar. ¡1866).
milímetros 2o á 26 granos pesan un kilógramo- (V. Gambeto).
Las pólvoras prismáticas difieren no sólo en la PONDEROSO. Del latin pondiu, ponderis. Lo
forma y dimensión del grano, sino en la dosis, mismo que pesado. Asi se dice lanza o pondero
en la manipulación, en la compresión. Su in sa», más bien que «poderosa», de poder. Igual
flamación es más rápida; la superioridad en ve origen tienen ponderable, ponderación, ponde
locidad inicial, con menos tensión, le da pre rar, pesar. Dice Jovellasos en una de sus sátiras:
ferencia en el tiro contra placas y revestimien u ¿Quién puede
tos blindados; pero todavía (1867) se espera con »Sobre la cuera y la enmallada cota
seguir igual resultado con la pólvora redonda. «Vestir ya el duro y centellante peto?
POLVORERA. (V. Frasco). »¿Quicn enristrar la ponderosa lanza"'
POLVORIN. Polvo que queda al fabricar ó PONER.—en armas—sobre las armas—en
triturar la pólvora.—Edificio en que se conser banderas—en batería — la brida —en, á la cabe
va una cantidad de pólvora, para el servicio im za—centinelas—en campaña — en castillo—en
previsto, no tan grande como un almacén.—Lo cobro—en consejo de guerra—los cordones—á
mismo que cebador. Pequeño frasco, que el ar cubierto—en cuentos—culatas-arriba—en der
cabucero llevaba á la cintura en el siglo XVI, rota—en desórden—en el disparador—en esta
PONT — 917 — PORT
do de sitio—en emboscada—en fuga—fuego— en vientes del fuego de los tiradores sueltos enem'i
fronteria — grupas—en jaque — en juego —en gos, apostados á veces á muy corta distancia.
linea—en libertad—en marcha—mano á la es PORTABANDERA. Elcinturon ó tahalí con
pada—notas—al pelo—en peligro— en posesión bolsa para apoyar el regatos y llevar con como
—en la prevención—en pié de guerra—á prue didad la bandera enhiesta.
ba—los reales—en ristre—en rota—en seguro
—sillas—sordina—un sustituto—por tierra. PORTABAQUETAS ó Baqoetero. La plancha
de latón que, á la altura del pecho, llevan lo»
PONTON. Voz marina. Como especie de bar tambores en la correa para meter las baquetas,
co, se lee en César 'Bell. civ. lib. 3): «Pontones, criando no las usan.
quod est genus navium gallicarum Lyssi reli-
PORTACAJA. Las correas con que el tambor
quito Para los ingenieros, no es precisamente
cuelga al hombro la caja; y la antigua bandole
lancha ó bote de una forma chata y especial, sino
voz genérica para designar apoyo flotante de un ra que la sostenía.
puente militar. En este sentido se usaba en el PORTACARABINA. (V.ydisting. Portamos-
siglo XVI. «Atendióse por esto á fabricar unos queton). La correa que da dos vueltas en la gar
pontones y juntar gran cantidad de barcasgran- ganta y sujeta la carabina á la silla de montar.
des sueltas, con que poder pasar de una vez POBTAESTANDARTE . «Aunque la voz
golpe de gente». [Coloma. G. deFlánd. lib. 5). afrancesada portaestandarte se encuentra ya
usada en las Ordenanzas de 1704, con referen
PONTONEROS. El instituto de ingenieros cia á las compañías de Armería, no se introdujo
que tenia el encargo preferente de los puentes en el ejército con aplicación A todos los regi
militares. En unos países los pontoneros están mientos, para sustituir la castiza, antiquísima
afectos á la artillería; en otros al tren ó á los y muy expresiva de Alférez, hasta el reglamen
pioniers(V. PEONEROs);en otros constituyen cuer to de2í de mayo de 1763, desde cuya fecha á
po independiente. la presente no ha sufrido variación alguna».
PORFIA. Es contienda tenaz y obstinada «de (Valleculo. Com. á las Ord. pág. 77).
palabras» según Dice. Acad. Mas, por extensión, PORTAESTRIBOS. (V. y disting. Ación). Las
se aplica á la guerra. —Empeño, combate por correitas en que se enganchan los estribos cuan
fiado, lo mismo que tenaz, obstinado.—A por do el caballo va sin jinete, para que no le mo
fía con emulación y competencia—Porfiar, sin lesten.
embargo, es más bien disputar, altercar óimpor-
PORTAFRASCO ¡V. Frasco).
tunar.
PORTAFUSIL. La correa ó cinta para colgar
PORIDAD. pdridad. Antiguamente secreto.— lo del hombro.
En porídad, en secreto. (V. y comp. Puridad). PORTAGUION. En los antiguos dragones el
PORQUERA. Especie de lanza, chuzo, vena- portaestandarte (Art. 8.tit. %,tral.%. déla Ord.).
blo, javalina. En un privilegio dado por el Rey PORTALANZA. La correa que, hácia el me
Don Juan I, al obispo de Palencia Don Gutierre, dio del asta, está sujeta y clavada para introducir
en el año 1 384, se dice: «que todos losomesque por ella el brazo.
anduvieren con el merino del Obispo pueden
PORTALEÑA. Dice el P. Terreros: «En la
traer las lanzas que llaman porqueras, aunque milicia, lo mismo que cañonera». No lo hemos
esté presente el Rey». —Porqueron. El que iba
visto más que eu su Diccionario. Dice. Acad. y
armado con esta lanza porquera. Covarrubias
Moretti escriben portaleña, y J. D' W. M. cor
dice que porqueron es el ministro de justicia
rige, diciendo que la equivocan con la acepción
que prende los delincuentes y que se dijo dper-
marítima, portañola.
quirendo. (Glos. del Fuero de las Cavalg.).
PORTAMECHA. En artillería, tubo de hier
PORRA. Clava, maza (V. e. v.). Porrada, ro ó madera con dos divisiones y agujeros para
porrazo, el golpe. alimentar la combustión, en que se acomoda la
PORTA. Abreviatura vulgar de porta-estan mecha, para resguardarla de la lluvia y evitar
darte (V. e. v.).—En fortificación suele llamarse VOLADURAS,
porta, como en la marina, á la puerta ó table PORTAMOSQUETON ó Portatbrcerola. En
ro de madera, hierro ó gruesas cuerdas, desti la montura, el cilindro ó pequeña bolsa de cuero
nado á cerrar la arertura de la cañonera, mién- sujeto á la silla, para asegurar la boca ó culata
tras se carga la pieza, para resguardar á los sir (según se quiera) del arma de fuego.
PORT - ais - POSI
PORTAMOZOS de brida. Los extremos de las «Don Guslio Gonralez, el que de Salas era leal cabdillo,
QDUERAS Ó CARRILLERAS qiie Sostienen laS CAMAS «Avya en los piiineroi abyerlo vn frnn portyllo.
«Un rrey Jo los de Africa, valiente cavdillo,
del BOCADO. «Feriol de vna spada por m-diodel capyllo
PORTAÑOLA. En marina lo mismo que por Poema del conde Fernán González.
ta; cañonera, tronera. POSADERO. (V. Tendón).
PORTAPLIEGOS. Cartera grande y lujosa POSAR. Parar, con objeto de descansar. De
de piel, y aún de terciopelo, pendiente de dos bería usarse este verbo.
correas del cinturon del sable, que, como ador POSCA ó Poxca. Dice. Moretti lo da como
no ó distintivo, han llevado en diferentes épocas OXICRATO.
lOS HÚSARES, AYUDANTES DE CAMPO y oficiales de
POSICION. Tomada en toda su generalidad
ESTADO MAYOR. táctica, una posición viene á significaren el día
PORTAREGATON. En la MONTURAdc caballe un campo de batalla preparado. Antiguamente,
ría, pieza de cuero fuerte unida al estribo dere tanto por la constitución do los ejércitos y de la
cho, donde entra y se apoya el recatón de la guerra, como por la calidad de las armas, las
LANZA. batallas se daban en pequeños espacios gene
PORTARUEDA. En la artillería de batalla, ralmente llanos. Pero en el dia, con la desme
el medio eje que va colocado oblicuamente en surada extensión de las líneas de batalla, coa
la trasera del carro de NCHICIOXKS, y que sostie el largo alcance de las armas, el terreno entra
ne la rueda de respeto. En otros sistemas, es un como elemento y factor principal en el compli
pinzote más ó menos largo. cado problema de la guerra, y con decisiva in
PORTÁTIL. Lo móvil, manual, fácil de tras fluencia en el tranco particular de una batalla.
portarse. Adjetivo, se aplica al arma de fuego pe- Por más que esta sea campal y decisiva, es de
qucíia, qne lleva y manej i un solo hombre, pa cir, que ambos ejércitos tengan igual ardor de
ra distinguir de pieza de artillería. llegar á las manos ¿qué campo se podrá encon
trar sin accidentes ú obstáculos materiales o ar
PORTAUTIL. Estuche de cuero en que se tificiales'? La combinación de un número cual
coloca el útil en marcha ó parada. quiera de tales obstáculos o accidentes naturales
PORTAVÍS. Plancha de latón delgada y do forma lo que se llama posición natural. Cuando
figura de C, en cada extremo tiene un oido. Así esta no reúne las propiedades necesarias, el ar
llama Viérgol á la planchuela de los tornillos en te las modifica y acrecienta su valor táctico por
la llave del fusil. Si vis es tornillo en francés medio de la fortificación (V. e. v.) y vienen á
¿porqué no portatornillo? ser posiciones mixtas. Son artificiales y se llaman
PORTAVOZ. Bocina. simplemente fortificaciones ó fortalezas, cuan
do el arte entra por gran parte, ó por el todo, y
PORTE. Comportamiento « y en todo su la naturaleza por muy poco.—Cuando la posi
porte y aire marcial dará a conocer su buena ción tiene tan limitada extensión, que sólo ha
instrucción y cuidado». 'Orden, de 1768. art. 1i. de recibir un pequeño destacamento, se llama
tít. 1. trat. 2).—El modo de gobernarse y por puesto. — Constituyen generalmente posiciones
tarse en la conducta de su vida y acciones. las alturas, escarpados, barrancos, bosques, pue
(Dice. Acad. 5). (V. y comp. Espíritu, Apostura}. blos, etc. —También en estrategia, aunque pa
PORTILLO. BnEcnA, boquerón, boquete, rezca que no, hay posiciones. Oigamos al maes
mella, rotura. (V. Aportillar). Fuera de su sig tro: «Hay una cierta colocación de los ejércitos
nificación vulgar de puerta pequeña ó excusada, á la cual se puede dar el nombre de posición
que no es técnica en la milicia, el mismo Dice. estratégica, para distinguirla de las posiciones
Acad. le da esta otra, que sí lo es, ¿e brecha, al tácticas ó de combate. Las primeras son aque-'
decir- «la abertura que hay en las murallas» y Mas que se toman por un tiempo dado á fin de
mejor aún: nía mella ó hueco que queda en abrazar el frente de operaciones sobro una ex
alguna cosa quebrada». «Hizosc en cuatro horas tensión mayor que la necesaria para combatir.
de batería, con trece cañones, bastante portillo Todas las disposiciones tomadas cubriéndose de
para ir al asalto...... (Coloma. Gwrr. de Flán- un rio, ó sobre una línea de defensa cuyas di
des. lib. 7). «Abierto ya en alguna frente porti visiones estuviesen á corta distancia son de esta
llo para abantar al assalto gana tiempo el de clase.... Aun los cuarteles de invierno cuando
fensor para cerrar el portillo y brecha que se están muy unidos y situados frente del enemi
pretende abrir». (Puga y Rojas, pág. 11). go, sin estar garantidos por un armisticio, no
POST — 919 - POTE
son más que posiciones estratégicas. Las posi deja la posta, pero en caso que no traiga el
ciones diarias que toma un ejército, en las nombre ("santo y seña) la propia centinela se le
marchas que se hacen fuera del alcance del ene da Falta también de lo que es obligado en
migo y que se extienden á veces para alucinarle dejar la posta sin que el oficial le venga á sacar
ó facilitar los movimientos, pertenecen también en persona de ella » (Francisco de Valdés.
á esta clase. Se ve, pues, que esta denominación Esp. y discip. 1591. fól. 81). «Rodeó ante todas
puede aplicarse á todas las situaciones en que cosas la abadía la gente de á caballo, hasta que,
se hallaría un ejército, sea para cubrir muchos llegando la infantería, la ocupó y aseguró con
puntos á un tiempo, ó para formar una linca de milagroso silencio. Hecho esto, se retiró más
observación cualquiera, y en general para todas atrás la caballería; adonde, poniendo poslas á lo
aquellas cuyo fin es estar á la, expectativa » largo, procuró emboscarse y esconderse lo mejor
(Jomxi Comp. T. I. cap. 3. art. 20).).—Posición que pudo». (Ooloma. Guerr. de Flánd. lib. 10.).
militar del soldado en la fila es la que se le en - —Dice. Acad. 5 da el verbo postar, lo mismo que
seña á tomar en la instrucción del recluta, 6 apostar.—Postear, correr la posta.
la voz táctica de firmes, que quiere decir lo mis POSTERGACION. Acción y efecto de pos
mo que cuadrarse al frente. tergar, verbo compuesto de las dos raíces lati
POSTA. Palabra técnica y antiguamente de nas post y tergum: dejar atrasado, sin ascender,
varios significados. Hoy no tiene de ellos más al oficial cuando por turno le toque. Se puede
que el de bala pequeña, mayor que el perdigón, estar atrasado en la carrera sin haber sufrido
y el de correo que viaja en posta y toma el mis POSTERGACION. (V. ASCENSO).
mo nombre. La anligua marcua en posta, es de POSTIGO. Portillo, puerta pequeña, ó me
cir, en carros, de una tropa, léjos de caer en nos principal, de una ciudad. Puerla falsa de
desuso por los ferro-carrilf.s, se empleará en una plaza de guerra, ántes de introducirse la
adelante con más frecuencia para llegar á ellos voz francesa poterna.
Irasversalmenle. —Pero en la milicia española de POSTIZO. Cuando había compañías de pre-
los siglos XVI y XVII esta voz, posta, era mili ferf.ncia en los balallones, para las cuales se es
tar y técnica, sin que podamos asignarle un sig tablecían privilegios de todo género, como el de
nificado estricto. En la lectura de E jiiilüz, Val- saca, uno era el de estar siempre al completo de
dé-;, etc. unas veces posta y apostadero es puesto fuerza. Cuando no se podía ó no habia tiempo
militar en su actual senlido; otras es la gente de hacer la saca con las formalidades de orde
apostada; otras el centinela; otras el sitio, pues nanza, se agregaban, «postizos» realmente, sol
to ó lugar donde se coloca el centinela. Los si dados de las compañías del centro ó de fusileros.
guientes textos confirman esta variedad: «Y Por eso dice la Ordenanza en su art, 6. tit. 17.
advierto que es de consideración que el soldado trat. 7: «Las compañías de granaderos, man
que estuviese de posta no dé arma (alarma) in dándose marchar genéricamente lo harán con la
cierta, sino que se entere bien primero que la gente efecliva que tuvieren; pero si se especifi
dé». (Vargas Maculca. Milic. ind. fól. 56). Las case completas, saldrán con el refuerzo de los
centinelas no se han de retirar de sus postas postizos que cada una necesite».
Señalados los cuerpos de guardia y postas para POSTLIMINIO. Dice la Academia: «Ficción
las centinelas». (B. de Mendoza. Teór. y prácl, del derecho romano, por la cual los que en la
pág. 183). «Hácense de ordinario en el castillo guerra quedaban prisioneros del enemigo, en
de Milán 30 postas: las lo de 4 en 4 soldados y restituyéndose á la ciudad, se reintegraban en
las otras 13 de 3 en 3 todas las noches, repar los derechos de ciudadanos (de que en aquel ín
tiéndose cada una en tres cuartos, y por con terin no gozaban) como si nunca hubiesen fal
siguiente el dia. En estas 30 postas queda de. día tado de la ciudad, continuándose en la conside
en cada una un soldado de centinela, y los de ración legal el instante ántes de la prisión con
más que quedan se reparten en los tres cuerpos el instante de la liberlad de donde se dijo post-
de guardia de las puertas». (Bern. Escalante. líminio como junta de límites». (V. e. v.). La voz,
Didlog. 2.°. Guardia que se hace en el castillo como puede presumirse, es latina, postliminium,
de Milán). «Y doy la culpa de este abuso á so compuesta de post, después, y limen, limite, ra
los los oficiales; pues eslá claro que los soldados ya, frontera.
hacen loque el oficial les enseña, y es que es POTEA. Asi llaman los artilleros al barro
tando un soldado de centinela en su posta, si que usan para moldear la artillería de bronce.
viene otro soldado al sacar de ella, no sólo le Se compone de arcilla pastosa, agua, estiércol y
POTE - 92o - PREA
pelo de vaca. Las primeras capas de los moldes nutos dos obreros pueden introducir en el suelo
llevan esta potea más fina. tubos metálicos de corto diámetro, que se van
POTERNA. Del francés póteme, ó del bajo atornillando y á los cuales se adapta una bomba.
latin poterna. Puerta pequeña, falsa ó escondi Si el agua tiene por si fuerza asecnsional, resul
da, que antiguamente se abtia detrás del orejón, ta un «pozo artesiano». La idea de estos «pozos
ó en la cortina, cerca del ángulo del flanco, pa tubulares» nació en la guerra de los Estados-
ra bajar al foso. Para muchos poterna es toda Unidos, en la que algunos soldados sedientos
puerta, como caserna, todo cuartel: y lo peores encontraron agua, metiendo en tierra trozos de
que asi lo creen, y lo imprimen, y lo hacen creer cañón de fusil. —También en esa guerra extraña
¿ otros. y gigantesca abundaron los rifle-pits, como los
POTRO. La artillería, en sus talleres, usa ingleses llaman al pozo de tirador arriba men
con este nombre un aparato para roscar granos cionado.
y otro para probar las armas de fuego manuales. PRADAL. Lo mismo que prado. Asi lo da
Dice. Acad. —Pkadecillo. Diminutivo de prado.—
POYO. aLo mismo que altura elevada sobre
Pradeño. En algunas partes lo que toca ó perte
un terreno llano, que corresponde á puig en
nece al prado; y así dicen: esta agua es mala
Cataluña, Mallorca y Valencia, y á pueyo en
porque es pradeña. Dice. Acad. también da pra
Aragón. De esta voz derivan, por la situación,
deroso.—Pradera. «El terreno abierto poblado
varios pueblos de su nombre. Todos estos nom
de yerba, situado en paraje húmedo ó de rega
bres vienen de podium, de la intima latinidad». dío. Es lo mismo que prado, con la diferencia de
(Dice. Acad. Hist.) No lo trae Dice Acad. Esp. que este por lo regular es cerrado con cerca, foso
5 edic. ú otro defensivo, y asi la pradera como el prado
POZA. Agua detenida, encharcada, en un por lo común son de dominio particular». (Dice.
hoyo. —Pozanco, seg. Dice. Acad. es la poza que Acad. Hist.).—Pradería. El campo reducido á
queda en las orillas de los rios al retirarse las prados. Tiene esta voz una significación más ex
aguas marginales. tensa y vaga que la de pradera y prado. Dice.
POZO. Los minadores los hacen de vanas cla Acad. Esp. da: el campo ó tierra en que hay mu
ses: ordinarios, de ataque, á la Boule, á la Ver- chos prados; y además el pedazo de prado muy
dú, etc. Los antiguos procedimientos sufren, y fértil que se puede segar.—Prado. La porción de
sufrirán notables modificaciones y mejoras. (V. campo destinada á criar la yerba de siega, y en
Mina, Torpedo). —Pozo de tirador es el hoyo en algunas estaciones sirve también para el pasto
que se abriga. En varios sitios de plaza, singu de los ganados que se denomina paciones. El
larmente en Sebastopol, han Jugado mucho, y prado es por lo común de dominio particular y
en la guerra futura se emplearán en acción cam cerrado, y menor que la dehesa ó pradera que
pal con los atrincheramientos rápidos ó trincbe- están abertales, siendo esta la causa de que sir
ras (V. e. v.) de abrigo. —Pozo de lobo es, en van sólo para pasto continuo. Hay prados natu
fortificación de campaña, el boyo cónico ó pira rales de secano y de riego; y otros que se llaman
midal inverso (es indiferentej con una estaca artificiales porque se siembran. (Dice. Acad.
puntiaguda clavada en el fondo. Excelente abri Hist.1 Todo viene del latin pratum.
go contra caballería revoltosa y aturdida. Los PRAGMATICA. La ley ó estatuto que se pro
pozos de lobo bien dispuestos, y en combina mulga ó publica para remediar algún exceso,
ción con vinas y alambrados, pueden hacer real abuso ó daño que se experimenta en la repúbli
mente inaccesible un puesto. Esta defensa acce ca. Voz puramente latina. (Dice. Acad. 6.J prag
soria era conocida y usada en la antigüedad. máticas, del griego pragma.
César los empleó (Guerra de las Galios Vil. 73)
PRÉ. Asi debe escribirse, y asi lo escribe
y el emperador León (¡nstit. 16 .) los llama ypo- Dice. Acad. 5, aunque lo define mal, diciendo
clastes También se llamaron lilia, por la figura que es el socorro diario del soldado. Pré es la
de lis que forman de tres en tres ó al tresboli paga entera, de la cual se le da el socorro (V.
llo.—Siendo el tormento de la sed uno de los
más temibles para los ejércitos EN operaciones, Prest).
no es inoportuno recordar que en 1867 estaba PREA. Antiguamente lo mismo que presa.
resuelta la importante cuestión de abrir «pozos De ahí prcar, apresar, saquear, robar. Es el pro>
instantáneos» por el americano Norton. Repeti da latino, productor de pradatio, depredación.
das y felices experiencias en Argel, Abisinia y PREÁMBULO. Voz latina, praambulus. En
otras partes han demostrado que en pocos mi general exordio, prefacio. También rodeo, di
PREB - 921 PREC
gresion impertinente ó evasiva. Más particular, también de tener cárcel para los presos y abo
en el día, el razonamiento y «considerandos" gado para dar algunas sentencias. En campaña
que preceden á un decreto orgánico importante. le toca también tener cuidado de las victualla*
Los ordenancistas del año 28, los ternes de «car y vivanderos, y ponerlos presos y ejecutar con
tuchera en el cañón», los que no dan al militar tra los que no los guardaren, empero moderada
otro oderecho» que el de marchar, campar y com mente. Y los barracheles de tercio deben ayudar
batir, sostienen gravemente que es «liberalesco» á tomar las moniciones de sus tercios y tener
y enervante y paisanesco eso de los preámbulos. cuenta con los mantenimientos y precios del
Ni el Señor Rey Don Fernando VII (q. s. g. h.}, campo». (Bart. Scarion. Doctr. mil. fól. 105).
ni su padre, ni su abuelo hablaban as> á Sus
vasallos y ó Sus exéi cilos Convenido. Luego, si PRECAUCIONARSE. Verbo que nadie usa,
retrocediendo se encuentra lo bueno, retroceda pero que está en el Dice, de la Acad. Esp., y que
expresa bien lo que todo el mundo debe hacer
mos á Felipe II, en cuyo tiempo se encabezaban
en campaña: guardarse, cautelarse, hacer con vi
manifiestos á las tropas de este modo: «A los Mag
gilancia y puntualidad el servicio avanzado.—
níficos Señores, amados y amigos míos, los Ca Precautelar y precav er ya abrazan otro órden de
pitanes y Soldados oe la infantería española... »
ideas más elevadas y que tocan en la esfera del
Bajo cierto aspecto no perderíamos los militaros
mando y gobierno: prevenir anticipadamente ries
con volver á 1568.
gos, daños ó peligros.
PREBOSTAZGO. El oficio, cargo y jurisdic
PRECEDENCIA. No se pondera mucho sí se
ción del preboste.
asienta, que en esta voz puede compendiarse
PREBOSTE. Corrupción del XaWnprcepositut. toda la actividad, toda la vida militar del siglo
«El empleo de Preboste general es el que condu XVIII y aún del último tercio del XVII. Según
ce á atajar las desórdenes que suele haber en el el Dice, de la Acad. 5, este preñado vocablo sig
ejército». /Ordenanza de 1128. lib. 2 tít. 9. ar nifica: «Anterioridad, prioridad de tiempo, an
tículo 1.) «El capitán de la compañía del prebos teposición, antelación en el órden de la coloca
te, como inmediata dependiente del mayor ge ción. La preeminencia ó preferencia en el lugar,
neral, enviará separadamente en hora distinta asiento y algunos actos honoríficos. Primacía,
un oficial que tome la órden» .Ordenanza de superioridad, mayoría, supreminencia de dig
1768. art. 3. tít. 12. trat. S—En los artículos nidad».—Calcúlese si hay aquí ámbito y holgu
Barracuel, Capitán de Campaña y otros se dan ex ra para que se revuelvan y choquen las infinitas
plicaciones, que el texto siguiente ilustra, sobre puerilidades del amor propio, las ridiculeces de
el preboste, á quien hoy sustituye el jefe de la la sangre azul, los relumbrones y oropeles de la
Guardia Civil que, bajo la dependencia del Go vanidad, las farsas de la petulancia, las preten
bernador del Cuartel general, ejerce la policía siones de la necedad: todo lo que hay de peque
(V. e. v.) del ejército en campaña. ño, de hueco, de mujeril en el individuo y en la
«Un ejército en campaña ha de tener un pre colectividad, cuando se la desvia de un objeto
boste, que es suprema justicia del ejército, co grande, honroso y varonil. Hasta muy cerca de
mo en los tercios son los barracheles de campa nuestros tiempos, no ha habido procesión, forma
ña, contra los malhechores y los que quebrantan ción, parada, besamanos ó acto público, que no
los bandos. Empero los barracheles no pueden haya producido reyertas, reclamaciones, desa
sino prender, y no ejecutar ni soltar sin órden fios, cuchilladas, conflictos. Y qué contlictosl Y
del general, ó del maese de campo, ó del audi con qué gravedad los mandaba examinar S. M.
tor; y el preboste es juez absoluto para ahorcar d los del Su Consejo*. Asombra el cúmulo de es
y castigar tales suertes de delincuentes. Se le fuerzos y de intrigas de los bravos napolitanos
permite que traya consigo seis alabarderos y f!) para conseguir de Felipe IV «el cuerno iz
veinte hombres de á caballo con escopetas, para quierdo y retroguardia fija», ó el del tambor de
su guardia, un capellán para confesar los delin artillería de nuestros tiempos que, como «forma
cuentes y un verdugo para ahorcarlos luego á su cuerpo», rompe la retreta ántesque la numero
voluntad. Debe estar cerca de la persona del sa banda de pipiólos, aunque revienten de ira el
general, porque todos los bandos que se echan tambor mayor y su colbak.—Es menester re
se notifican á el, para que los haga guardar y machar esto y lo que hay «debajo de este.», pa
castigue los que los quebrantan, y es cargo muy ra que no se vuelva á desclavar. El que no le dé
odioso y poco ó nada honroso, como es también más importancia que la poca que aparentemen
el barrachel de campaña de los tercios.... Ha te tiene; el que no vea entre estas futilidades vj
116
PREC - 922 - PREP
cius y errores de organización y de moral, recor na á las dos compañías de granaderos y cazado
ra algunos artículos de este libro v. g. Ascenso, res del batallón. Consignemos de paso con cier
Brigadier, Casa Real, Disciplina, Grado, Vivo... ta satisfacción, que de tanlo copiará los franceses
y de seguro variará de opinión. en tiempos pasados, empiezan á copiarnos ellos
ahora, pues acaban do suprimir las compañías
PRECEPTIVO. Lo que incluye ó encierra en
sí preceptos. 'V. Orden}. En un decreto ó regla de preferencia (1866J.
mento el preámbulo es expositivo: el cuerpo del PRELIMINARES de paz. Bases, artículos
decreto, el articulado, preceptivo ó disposilivo. fundamentales ó generales para el ajuste del tra
PRECIPICIO. El despeñadero ó derrumba tado definitivo.
dero por donde no se puede caminar sin cono PRELUDIO. Algunos llaman asi á la escara
cido riesgo de caer.—También el despeño ó caí muza, al tiroteo de guerrillas, que ordinaria
da precipitada y violenta.— Precipitadero es lo mente precede al empeño formal. Del lalinpraf-
mismo, seg. Dice. Acad.—Precipitación es acción ludium. — Prelusión. Según Dice. Terreros,
de despeñar; y también inconsideración, inad introducción á pelea o disputa, corrida de cam
vertencia, demasiada priesa, que no se aviene po, escaramuza ántes de la batalla, ya sea lite
con la mesura y circunspección del buen militar. raria ó de otra especie. Dice. Acad. da: «Acción
ó discurso que da señas ó muestras de lo que
PRECIPITARIO. Uno d Mantos nombres la ha de ser la función». En lalin prwlusio. Nos
tinos que en la edad media tuvo el ariete. «J/u- abstenemos de recomendar el vocablo.
ros el castra civitatis mangonellis, petrariis, et
precipitatoriis undeque erectis flagellarunt ». PREMIA. Antiguamente violencia, opresión,
(Mat. París. 1248). Urania, miedo que producen. En Nebrim [Crón.
part. 3. cap. 9.) se lee esla bella frase: oQue
PRECISION. No sabemos hasta qué punto
arméis vuestros corazones de fortaleza, no por
convenga en castellano esta palabra á las nuevas premia del Capitán, más por premio de la vir
armas de bala forzada y largo alcance. Sabemos tud*. En el antiguo Poema del Conde Fernán
que los franceses las llaman asi, y que es cómo
do traducir sin abrir siquiera los diccionarios; González se lee esla estrofa: .
«Por la tregua avei poralgo que preñemos,
pero al autor de uno de ellos le será licito dudar tcllc señores que soraoif vasallos nos Tiremos.
que precisión en francés signifique o precisamen uEu lugar que á Cjs'ylü do premia «aquemos,
te» lo que precisión en español. Y no se comen «l.a premia que era, dublatgella y «mos.
tan con armas de precisión, sino con talleres, PREMIO. Técnicamente no tiene el sentido
que es más grave, de precisión. En fin, el nial, general de galardón, recompensa, remunera
si lo es, ya está hecho. ción; sino el particular de sobresueldo, exceso
PREEMINENCIA. Privilegio, exención, pre de haber de las clases de tropa por años de ser
ferencia, precedencia (V. e. v.). Prweminentia vicio. Por cruz u otra causa es pensión. Voz la
en latin. tina, pramiium.
PREFECTO. Además de varias significacio PRENDA. Cualquiera de las piezas y efectos
nes puramente civiles, esta palabra designaba de vestuario. Se distinguen, según prescriban
en la milicia romana los oficiales encargados por los reglamentos, en mavores y menores, do prime
los cónsules de tomar el mando de los contin ra puesta, de masita, ele.— No nos detendremos
gentes aliados; los jefes de estos ejércitos ex á enumerarlas, porque este libro tiene la pre
tranjeros en combinación con los consulares; los tensión de atender más á las prendas morales
jefes principales de los cuerpos de caballería; el que deben adornar al militar. (V. Oficial). La
jefe de una legión, prwfeclus legionis; el encar historia del vestuario está nagolada» por el con
gado de escoger, trazar y fortificar un campo, de de Clonard).
pra/ectUS castiorum; el jefe de los mecánicos en PREPARAR. Amartillar, disponer el arma di
cargados de las máquinas, prwfeclus fabrum; el fuego para que dispare al impulso del dedo.—
comandante de la guardia pretohiana, prcefectua Preparatorio. El movimiento, la maniobra, la
prcelorii, etc. evolución que precede ú lo definitivo.
PREFERENCIA. Para abarcar en toda su PREPONDERANCIA. Llaman Iosartilleros
amplitud el verdadero sentido moral y militar di il pequeño exceso de peso que la pieza suele
esta voz, habría que recorrer varios artículos, tener hacia la culata, esto es, que el ckntro de
como Ascenso, Casa Heal, Espíritu, Precedencia, jravedad no está exactamente en el eje de muño
Vivo. Ultimamente ya sólo se aplicaba por ruti nes.—Preponderar. El P. Terreros en su Dice.
PRER - 923 - PRES
da este verbo por pesar mas «moralmenle»; te aunque fuese para perderla». (Coloma. Guerra
ner más fuerza ó peso; de donde preponderan de Flánd. lib. 5).
te, lo que hace caer la balanza á su lado. Puede
usarse en la milicia. La etimología es pondus. PRESIDIO. Hasta hace poco esta voz, latina
ponderis. en latin peso, gravedad, con la partí y puramente militar, era técnica y genérica de
cula prw. iícarnicion de una plaza, y aún de esta misma. —
También se extendió alguna vez á significar
PREROGAT1VA. Voz puramente latina pror ayuda, auxilio, socorro. En todos los clásicos
rogativa. «Cayo Graco quería que en los comi militares de los dos siglos se encuentra en la
cios todas las clases fuesen admitidas indistin primera acepción. «Conviene, pues, que estén'
tamente, para sacar á la suerte la centuria aparejados para dos usos, es á saber: de los sol
llamada Prcerogativa, es decir, la quedebia vo dados que están en campaña, y para los presi
tarla primera: tenia en efecto grande influencia, dios y fortalezas». (Bern. de Mendoza. Polit.
porque el voto de los primeros votantes so mi lib. S. cap 6'.—«Desta manera cobró la ciudad
raba como presagio divino » ¡Napoleón III y la fortaleció con nuevo presidio, de la gente
fíist. de César. Iib. 1. cap 4). (V. y comp. Pre que llevaba». (Babia. Hist. pontif.) En este sen
cedencia, Preeminencia, Privilegio). tido se ve prcesidium en los clásicos romanos:
PRESA. Se dice algunas veces por pillaje, Presidia disponit, eastella communit.» (César-
iotin; pero es voz más bien técnica de la Mari Bell. gal!, lib. \). Todavía en otro pasaje extien
sa.—La fábrica, el obstáculo con que se ataja y de más el significado: «Legiones, qua presidio
detiene el agua de un rio, para llevarla á un impedimentis eranU, las legiones que escoltaban
molino ó canal de riego. el bagnje, la impedimenta (V. e. v.) Presidium mí
PRESENCIA de ánimo, de espíritu. Excelen- dictum, guia extra castra praesidebant in loco,
te, quizá la primera cualidad militar, que la qui tutior Regio esset». (Varron. De ling. lat.)
Academia Española define así: «La serenidad ó «Se resolvió el capitán Lanckteir, que goberna
tranquilidad que conserva el ánimo, asi en los ba el presidio, de entregar la villa (Watendonck),
sucesos adversos como ia los prósperos». sacando solas las espadas en la cinta él y sus
soldados», i Coloma. G. de Flánd. lib. 1!.
PRESENTACION. Suele llamarse así el pri
mer cumplimiento y cortesía oficial al nuevo PRESILLA. La cinta, ó la chapa de metal
jefe ó autoridad.—Repárese bien en las anoma que la figura, y sujeta la escarapela en la parte
lías del lenguaje: «se presentan», técnicamente, superior del sombrero, chacó, ros. Necesaria y
las armas, las batallas, y no tienen sustantivo) oportuna en su origen, para sostener levantada
presentación. el ala de los antiguos sombreros de fieltro cham
bergos. V. Pedrada). Ha venido últimamente á
PRESENTAR las armas. Movimiento regla ser, en los tricornios ó bicornios, lugar de
mentario y general del manejo del arma, para DIVISAS.
hacer honor á quien la ordenanza designa. — Pre
sentar la batalla es ofrecerla: ordenar y dispo PRESO. (V. Prisión, Prisionero).
ner tácticamente las tropas en campo raso con PREST. El sueldo que abona el Estado al in
intención de ataque. —Presentarse un indivi dividuo de tropa. Verdaderamente no se alcanza
duo, lo mismo que darse de alta. porqué en el soldado se ha de llamar prest y en
PRESENTE. Aún sin añadir en filas, expre el oficial paga ó sueldo. El prestó haber se di
sa, hablando de fuerza ó de número, la que vide en dos atenciones principales: el socorro
«realmente» forma para un acto dado al toque, diario y la masita. Esta voz francesa vino envuel
para distinguir del efectivo, de la fuerza efectiva. ta en el aluvión de galicismos que por los años
1702 y siguientes trajo la dinastía borbónica;
PRESENTADO. Pasado (V. e. v.), desertor pero adviértase que los franceses dicen prét,
que viene del campo enemigo á tomar partido en corrupción según Gebelin del latin proestare, por
el nuestro.—En las guerras civiles, acogido á lo que debiera decirse pré (V, e. y.) y se ahorran
indulto. dos letras.
PRESIDIADO. Cubierto, guarnecido, de PRESTAR. Dar: apoyo, auxilio, ayuda, jura
fendido. mento, servicio, socorro.
PRESIDIAR. Guarnecer, poner guarnición á PRESTEZA. Ligereza, expedición.— presto.
un punto fuerte. «En que se muestra cuán acer Pronto, listo, apercibido, aparejado, preparado,
tado fué el presidiar aquella plaza (Caudebec), dispuesto, á punto (V. Aprestar).
PRES — 92í — PRIM
PRESUPUESTO. (V. Organización). puramente civil, el pretorio designaba su resi
PRETAL. Terreros, la Academia y otros va dencia, el lugar donde se administraba justicia.
rio* dan petral y pretal; pero el reglamento de Todavía más Larde se llamó pretorio á toda quin
caballería, tribunal supremo aquí, eseribe pe ta ó casa de campo de gran magnificencia. —
tral. Luego asi debe ser. Pbetura. El cargo y dignidad de pretor.
PRETIL. Antepecho, guardalado en los puen PREVENCION. Vulgarmente se llama asi,
tes. por brevedad, el local que ocupa la guardia de
PRETOR. En los primeros tiempos de Roma prevención de un cuartel. «La guardia de cuar-
designaba, en general, la persona que tenia ! tel (que hasta ahora se ha conocido con el nom
mando: y asi se llamó prulor al cónsi l comandan bre de piquete) se llamará de prevención......
te en jefe del ejército. Dice Festo: «Initio preto I lArl. 1. ít'/.29. trat. 2. de la Ordenanza 1768.—
res erant qui nunc cónsules, el ii bella adminis- ' Arresto en la prevención ó en banderas (V. e. v.)
trabant: quorum tabernaculum dicebatur prcelo- I se dice cuando se sufre y cumple en dicho local.
rium». Posteriormente, en las guerras contra La voz es puramente latina prmventio.—Preve
Aníbal, el oficio de pretor ya equivalía al de nir, del \ai\n prcBnenire. —Mucho importa en la
procónsul, sustituto de CÓNSUL; que a su vez te guerra preparar, aparejar y disponercon antici
nia por segundo un propretor, que solía ser el pación las cosas: mucho más anticiparse al ene-
centurión del primer manípulo. Scetonio refiere raigo, ganarle por la mano, sobrecogerle, cogerle
que Augusto reunió en el pretor las funciones tn fraganti: lo que hoy se entiende por ini
del cuestor (quceslor); pero Tácito afirma que ciativa.
duró poco esta fusión. De todos modos no es fácil PREVENTIVO. Adjetivo que técnicamente
deslindar estos dos cargos por lo vago y alter solo se aplica á la voz de mando, para distinguirla
nativo de sus atribuciones de la ejecutiva, breve y sonora que indica el ins
PRETOR1ANO. Según Guischardt {Mcm. tante de romper. (V. y distiug. Preparatorio).
mil. T. II. pág. 187), durante la república PREZ. Honor y estimación que se adquiere
romana era potestativo en el general formar con alguna acción gloriosa.
la cohorte pretoriana (V. Legión) para su guar
dia personal. Julio César no la tuvo. Augusto PRÍ APO. Para que de todo hubiese en la an
fué quien declaró permanentes estas tropas tigua tormentaria, además del onagro hubo tara-
pe preferencia, con doble sueldo; pero de las bien otra máquina CAiABALÍsncA con esle nombre.
nueve ó diez cohortes á 1 000 plazas solo tres Carlos Aquino la cita en su Lexicón mi¡itaris bajo
residían en Roma. Tiberio dió el paso fatal la fé de la üist. Australis, año 1289: «Tándem
detraerlas todas; y Cláudio, al distribuirlos machiné queedam priapus dictó, muro civitatis
15.000 sextercios por plaza, abrió para lo suce magna pars interrupto». Como de costumbre,
sivo la puerta á los desórdenes que la historia no se sabe lo que era, aunque bien puede pre
registra. Constantino los suprimió; destruyendo sumirse.
su campo permanente, prcetoriana castra. La PRIMERO. Contracción de sargento primero,
couorte estaba mandada por dos jefes que se que siempre usa el soldado, y que por lo tanto
llamaron prefectos del pretorio. Los pretoria- es técnica. Al sargento segundo, y al cabo se le
nOS, Como los GENÍZAROS,y los STRKLlTZ,y los MA llama por su apellido. —Todo el mundo dice
MELUCOS y toda tropa de preferencia (V. Casa «hacer las primeras armas»; indudablemente se
Real) deslustraron sus altos hechos militares dice en castellano "hacer armas contra alguno»;
por la codicia y la indisciplina. pero es tan ocasionado á galicismos este verbo
PRETORIO. Prcelorium se llamóla tienda ó hacer («hacerse el deber, hacer música, hacer
más bien el «lugar» que en la castrametación política») que resueltamente desechamos la lo
romana se daba al alojamiento completo del ge cución. Es mejor y más caballeresco «ganar las
neral y de su séquito ó plana mayor: determina espuelas», «recibir el bautismo...». ¿Y porqué
ba la disposición general del campamento y esta no, «estrenarse»? Pobre verbo, arrinconado por
ba sobre el eje que unía las dos puertas extre el bárbaro «debutar».
mas pretorianay decumana. En él estaba el au- PR1MIPILO. Literalmente primipilus, pri
guraculum , donde se consultaban los augures mer pilo. El centurión romano de primera clase,
[V. e. v.l Más tarde se llamó también al cuartel que Tormaba á la derecha y era el primer hom-
general, algunas veces, imperatorium y augus- bie de la fila. —Primipilarios llaman algunos,
tale: y cuando el pretor llegó á ser un magistrado por extensión, á los soldados de la primera cohor
PRIN . - 985 - PRIS
te. otros dan primipilarius por sinónimo de pri- de la robustez: asíate florentissimd principes. Be
mipilus. los más aptos y merecedores se elegían ó saca
PRINCIPAL. Adjetivo sustantivado, abre ban los triarios, que eran realmente los prínci
viación de guardia ó puesto principal en una pes, los soldados de preferencia y principales de
plaza ó campo «La guardia del principal la pro la legión. Con las reformas de Mario y la modi
veerá el regimiento ó batallón que en aquel dia ficación de la cohorte, quedaron suprimidos en
haga el servicio..". ;Ord. de 4768). su esencia los principes y extinguido el órden
manipular; pero el nombre siguió, como distin
PRINCIPE. Del latín princeps, principis, tivo de primera linea, hasta los tiempos de Ve-
quasi primiceps, quizá de primus, primero y geci,) ,390 era crist.) en que tomaron otros ape
capul, cabeza. En el origen de la legión romana, lativos Como ordinarii, subsiynarii [V. Legión).
el soldado más rico, vigoroso y valiente. El ver PRISION. Escriciie. en su Diccionario de Le
dadero soldado de preferencia, escogido entre gislación y Jurisprudencia, distingue las voces
los ciudadanos holgados que pagaban cierta arresto, prisión, eu los términos que siguen:
contribución. Posteriormente quedó como inter «Según el Diccionario de la lengua castellana,
medio entre los hast arios y triarios. «Haslato- arresto es lo mismo que prisión; y por consi
rwn prjrria signa, deinde principum erant; triarii guiente significa, no sólo el acto de prender, asir
postremos claudebant o . Tito Livio. lib. 47). Se o coger á una persona, sino también el sitio don
ve puesquc las voces princeps, principalis, prin de se la encierra ó asegura; sin otra diferencié
cipia, tuvieron origen indudablemente militar. que la de usarse más comunmente en la mili
Repetidas veces hemos hecho observar que en la cia. Con efecto, vemos que las voces arresto y
milicia, como en todo, las cosas varían, pasan, prisión, arrestado y preso, arrestar y prender se
mueren y sus nombres subsisten. Este de prín toman muchas veces indistintamente: pero no
cipes, exacto al nacer, se falseó muy pronto y siempre se les da la misma aplicación. La voz
perdió su razón etimológica. La primitiva dispo prender es asir y apoderarse materialmente de
sición táctica de los romanos era la instintiva de una persona: la voz arrestar, no es más que
todos los pueblos en el albor de la civilización: detenerla sin asirla. Todo preso está arrestado,
el grupo compacto, la falange rectangular ú pero no lodo arrestado está preso. Se dice que va
oblonga, ántes de empezar á perfeccionarse en ó está preso el que es conducido á un encierro
el órden manipular y ajedrezado con sus dos li ó se encuentra ya metido en la cárcel pública.
neas. Aquella falange de la Roma embrionaria Se dice que está arrestado, y no preso, el que
daba frente por uno de sus largos costados, y se tiene su casa por cárcel, ó que si bien está en la
componía como la de los griegos de un cuerpo cárcel pública lo está sólo como en depósito y
de batalla, de un grueso, de una fuerza princi custodia. Se suele decretar el arresto de una per
pal, Hateada en latin principia; de aquí el nom sona en su propia casa, cuando es distinguida
bre natural de príncipes dado á los soldados de por su nobleza, su ciencia, ó sus riquezas, y no
infantería que la componían. Esta denomina es de los más graves el delito de que se le acu
ción los distinguía de los ligeros, de las guerri sa, ó que, aunque lo sea, no aparecen indicios
llas, llamados á la sazón hastarios. Cuando muy fuertes contra ella. Se suele mandar llevar
estos dos últimos, de cazadores, como hoy diria á la cárcel en calidad de arrestado, y no de pre
mos, en órden disperso, se convirtieron bajo so, al que, no ofreciendo por una parte bastan
Servio Tulio en verdadera vanguardia, fueron tes garantías de responsabilidad por su posición
creados los vélites para ocupar el lugar, que ellos social, tiene por otra contra sin materia grave
dejaban, de escaramuzadores sueltos. Los hasta algunos indicios de culpabilidad ó delincuencia
rios en primera linea tuvieron por segunda la que puede quizá desvanecer en el interrogatorio
de príncipes, verdadera reserva por entónces. que se le haga. Provéese, por fin, auto de pri
— Pero esta disposición se modificó por el sión cuando el reo, acusado de crimen ó delito
tiempo del sitio de Veyes; y los triarios, co digno de pena corporal, no disipa ó explica de
locados en tercera línea á retaguardia de los un modo satisfactorio en su declaración los car
príncipes, vinieron á desposeerlos desucualidad gos que le resultan. Prisión, pues, es más que
de tropas de reserva general, quedando mera arresto; y no es estraño por lo tanto que sea pa
mente como apoyo, como refuerzo especial de labra más odiosa, y que se haya adoptado la de
los uastarios. Por laigo tiempo todavía la saca arresto con preferencia en la milicia, aun para
de principes exigió ciertas condiciones, de pa muchos casos en que seria más propia la pri
gar contribución y estar en al flor de la edad y mera. El arresto lo mismo que la prisión, puede
PRIS - 926 - PROG
también ser considerado como pena correccio escrupulosa. El procederes recto, desinteresa
nal; y en este sentido es todavía de un uso más do, generoso. No hay nada más común que
especial en la milicia». hallar hombres de buena conduela. No hay na
PRISIONERO. El militar que en accios de da más difícil que hallar hombres de un eleva
guerra, y más general, en servicio de campana, y do y recio proceder».
más general aún, en tiempo de guerra, cae en PROCEDIMIENTOS. Vallecillo. (Com. á las
poder del enemigo. La voz lécnica para cambiar Ord. T. 1. pág. 370) distingue tres modos distin
es carge. Hoy en todas parles se cangean: ántcs tos de proceder en justicia contra los oficiales:
se rescataban, se redimían. (V. Alfaqueqee, 1. * Militarmente, por medio del consejo de guer
Guerra). ra de oficiales generales. 2." Legalmente, por
PRITANEO. El primer imperio francés re medio del juzgado del capilan general. 3.° Dis
sucitó ese nombre para ciertos colegios mi ciplinariamente, por medio de disposiciones gu
litares. Antiguamente lo tenia el paraje de la bernativas generalmente consultadas con el tri
ciudadela de Atenas en que se juntaban los ma bunal supremo del ejército.—Al primer modo
gistrados. corresponden sólo los delitos militares, nominal-
mente expresados en el til. 7 del trat. 8; al se
PRIVACION de empleo. Lo mismo que depo gundo los delitos comunes, que no tienen co
sición (V. e. v.), según el contexto de la Orde nexión con el servicio militar ; y al tercero los
nanza de 1768, que usa esta locución en varios delitos militares no comprendidos en dicho tit. 7
títulos y artículos de su tratado 8.°.—Privativo de la Ordenanza de 1768. Todo esto en 1868 está
Se dice del fuero y juzgado exclusivo y peculiar abocado á grandes y radicales reformas.
de un cuerpo. Privare, privalivus en latín.
PROCESION. Procesional. No extrañará que
PRIVILEGIO. Del latin privilegium. Gra
mencionemos esta palabra (hoy eclesiástica) ,
cia, prerogativa, precedencia, exención, inmu
primero por significar marcha militar en los
nidad de que goza un individuo, un cuerpo por
tiempos de Vegecio, como puede verse en el lib.
merced del soberano y «con exclusión» de los
2. cap. 22; y segundo porque no sólo es fami
demás. Para J. J. de Mora (que es autoridad co
mo hablista] prerogativa no vale tanto como liar sino casi técnica, ó á lo ménos hoy gráfica y
expresiva. En táctica general ó sublime se defi
privilegio. «La prerogativa, dice, es un efecto
ne bien por movimiento procesional el que se
del privilegio. El que tiene un privilegio goza de
ciertas prerogativas. Privilegio, además, envuel hacia en una sola y larguísima columna, desfi
lando de flanco y en verdadera procesión, como
ve más exclusión que prerogativa: y asi en las
alguna vez lo hizo Federico II impunemente,
naciones libres, las autoridades tienen preroga
ante los flemáticos generales austríacos del últi
tivas, y las leyes no reconocen privilegios».
mo tercio del pasado siglo. En el modo actual
[Colecc. de Sinónimos, pág. 124).
de hacer la guerra, ni los mismos tudescos, con
PROBADERO. Antiguamente se llamaba así su calma genial, dejarían pasar semejante «pro
al cañón de bronce donde se metía el de fusil cesión», sin convertirla al punto «en rosario de
para probar su resistencia. En general, probadero la aurora», si se nos permite esta otra metáfora,
es lodo aparato destinado á la prueba IV. o. v.). puesto que hablamos de procesiones. (V. Tácti
PROBETA. El pequeño mortero de poco diá ca). La voz es latina, processio, proressionis.
metro con que se probaba la pólvora. Nombre PROCEST/IIA. Desde la antigüedad más re
genérico de todo instrumento ó aparato para el mota se vió la conveniencia de cubrir las puer
mismo fin. tas y entradas de la fortalezas y do los simple
PROCEDER. Barcia en sus Sinónimos caste atrincheramientos pasajeros, con pequeñas obras
llanos (TA. pág 321) distingue proceder de avanzadas. Higinio el Gramático describe lasque
conducta. «La conducta, dice, se refiere más los romanos levantaban ante las puertas de sus
bien al sistema de vida, al arreglo de nuestras célebres campos y castros, y las llama clavicula,
acciones morales. El proceder dice relación al de clavis, llave. Vegecio llama propugnaculum á
trato de gentes, al como-cio del mundo, á las lo mismo (lib. 1 cap. 4\ Festo dice procestria en
leyes de la honradez, de la justicia, del decoro. el texlo siguiente de Vitrubio: «Procestria di-
Conducta quiere decir costumhre. Proceder cunturquo praceditur in muro: Aetius procestria
quiere decir comportamiento. La buena conduc oeli/icia dixit esse ante portas: Artorius proces-
ta consiste en actos arreglados. El buen proce stia quee sunl antecastra». (V. Clavicula, Propug
der, en buenas partidas. La conducta es mirada, náculo, Barbacana).—También sedijo procastria.
PROG - 927 - PHOL
PROCINTO. «Disposición y aparejo para ha go de las gentes, toda empresa que requiere un
cer alguna cosa: aptitud próxitm para ella, en brío no común es una hazaña. La proeza mira al
especial para la batalla». ( Dice. Temeros). La fin moral, al beneficio: es decir al pro. Asaltar
etimología es latina, prorinclw, y en el sentido un castillo inexpugnable, aunque el resultado
de expedición y expedito, pronto, se lee romo sea a lverso, es una hazaña. Salvar á un pueblo,
adjetivo y sustantivo en Tácito, Plinio, Cicerón, aunque para lograrlo no se haya cometido nin
Aulo-Gelio y otros. También Dice. Acad. da: «El gún arrojo, es una proeza. El romano Scévola
estado inmediato y próximo de ejecutarse algu introducido en la tienda de Pórsena, mete la
na cosa. Dicese especialmente en la milicia mano en el brasero: he aquí la hazaña. Pórsena
cuando está para darse una batallan. Asi será; se asusta, levanta el sitio de la ciudad y Roma
pero dudamos que ningún militar español haya se salva: he aqui la proeza. Régulo prisionero en
pronunciado tal palabra. Carlago, ofrece á los cartagineses ser portador de
PROCLAM A. (V. Alocución . las condiciones de paz cerca del senado de Ro
ma. Parece, en efecto, ante el Senado; le prue-
PROCLIVE. Inclinado, propenso, dado, ex
! ba que no debe admitir aquellas condiciones,
puesto, declive, pendiente. Proclicis en lalin.
I porque son contrarias al poderío y al honor de
No tiene uso militar, ni aún topográlico.
¡ su patria, y, hecho esto, se vuelve a Cartago, en
PROCONSUL. Mientras la antigui IIoma no j donde le aguarda una muerte segura; aqui no
extendió el radio de sus conquistas y poderío, | hay hazaña, pero hay proeza. La hazaña es siem-
los dos Consoles (V. e. v. y Legión), y sus dos ; pre heróica; pero puede ser cruel y salvaje. La
pequeños ejércitos, bastaban á su primera or j proeza puede ser, no tan aguerrida, no tan es-
ganización conquistadora; pero esta pareció in i forzada, no tan estrepitosa, pero es siempre más
sostenible al dominar provincias y estados leja j grande, porque es más humana y fecunda. Hay
nos, y de ahí la necesidad de procónsules, que ; barbaries que nos seducen. Hay heroicidades
no se relevaban anualmente y que, pur ejercer que no lo parecen. Aquello es la hazaña. Estoes
autoridad ilimitada lejos del centro de gobier | la proeza. Admiro las hazañas; pero las temo.
no, llevan unido en la historia á ese nombre el ' Admiro las proezas, y las amo La hazaña es del
recuerdo de odiosos excesos de tiranía y concu soldado: valor por fuera. La proeza debe ser del
sión. Este nombre, que hoy es apodo del mal caudillo: valor por dentro. La proeza es tan su
delegado, debió sin embargo ser honroso en su perior á la hazaña, como la magnanimidad es
origen; pues al procónsul so confiaban las mi superior al ardimienlo». IFilos.de la leng. esp.
siones lejanas ó difíciles y era ordinariamente Sinón. casi. T. I. pág. 207).
personaje consular, como entónces se llamaba PROFLIGAR. Vencer, destruir, desbaratar.
al que había sido ántes cónsul, y enaltecido su No sabríamos que existia tal verbo castellano, si
magistratura con algún hecho de armas notable, no lo insertase Dice. Acad. S. En latin, efectiva
que le daba ascendiente y autoridad sobre las mente, el profligare prcelia de Tácito, el profli
TROPAS. gare bellum de Tito Livio, significan vencer, ter
PROCURADOR, protector. Extractando el minar una guerra.
conde de Clonard (Hist. org. T. IV. pág. 405) PRÓFUGO. El mozo (V. e. v.) que se oculta ó
una Ordenanza de 1023 dice: «Se nombró un ausenta para no entrar en quinta (1¡
procurador protector en la córte que cuidase de
las pretensiones de los soldados que pasaran á PROFUNDIDAD. Una de las tres dimensio
ella con real permiso, y se fijó en cada compa nes de todo objeto ó cuerpo considerado geomé
ñía una plaza de capellán mayor teólogo y ora tricamente. En táctica es técnico y constante
dor con veinte y cinco por cada tercio». medirla sobre la perpendicular á la linea del
mente. — Profundo. (V. Órden, Táctica).
PRODICION. Alevosía, traición. Voz latina,
proditio. PROLONGA. En artillería, cuerda de cáña
mo de O1» ,0)0 á 0m,035 de grueso y 8ln de lar
PRODIGAR la sangre propia es meritorio y go, que por un extremo termina en una argolla
recomendable; pero, significando este verbo la para engancharla al armón y por el otro en una
tino disipar, desperdiciar, debe un jefe mirarse muletilla que entra en el argollon de contera.
en prodigar la de su tropa. Se usa, aunque con menos Irecuencia que en el
PROEZA. Se tiene por sinónimo de hazaña, sistema do Grireaüval, para maniobrar sin ne
pero Don Roque Barcia lo distingue así: «La ha cesidad de poner y quitar el juego delantero. La
zaña mira al hecho. Todo lo que no hace el vul invención se atribuye á Gustavo Adolfo,
PROL - 928 - PROP
PROLONGACION. A los geómetras y á los libros ó manuales «bien hechos» sobre algo más
ingenieros les gusta más que prolongamiento. Los que Ordenanza y Táctica, si se hade levantar un
tres diccionarios MILITARES españoles que tene poco el nivel de la Instrucción militar (V. e. v.).
mos a la vista se empeñan en llamar "prolonga —Como promptuarium , en latin, significaba rec
miento del parapeto» A la parte superior riel ta tamente alacena ó despensa, bien se ve que el
lud (sie). No sabiendo los ingenieros que quisi sentido translaticio no puede ser más expresivo.
cosa es esta, preferimos prolongación. Prolongar PROPIETARIO. En buena organización esto
verbo latino, prolongare , de pro y longo, nada querría decir, como no fuese con referencia
alargar. * á algún ejército del Norte de Europa, en que
PROMEDIAR. En táctica, contar las hileras monarcas o magnates suelen ser coroneles hono.
y dividirlas en parles iguales para formar. —Tam rauios de regimientos de otros paises. Sin em
bién promedius es voz latina. bargo la voz es castellana, y técnica, y oficial, y
PROMOCION. Acción y efecto de promover vigente cuando esto se escribe. «Después del úl
(V. e. v.) El uso confunde esta voz con nombra timo jefe propietario de un regimiento de infan
miento. Es verdad que entrambas indican un tería, que es el Sargento mayor, y Antes de todo
movimiento gerárquico y de ascenso: pero en ri capitán sin más grado, optarán al mando unido
gor el nombramiento es causa y la promoción' efec de armas y mecánica, como suplemento de los
to.— Más bien sirve para expresar el ascenso jefes naturales del cuerpo, los reformados y gra
«simultáneo» de una colectividad, más ó menos duados que tengan en el su destino....» [art. 6.
numerosa, como la de alumnos de academia. — til. 31. trat. 2. de la Oro. 176S.) Parece que ps-
Cuando la promoción es en la clase de generales, ta extraña voz debió caer en desuso desde que
numerosa e inmotivada, el lenguaje familiar la el capitán (V. e. y.j dejó de ser efectivamente
satiriza con el nombre de hornada, usado tam adueño» de su compañía; pero tal desórden in
bién en Francia en las célebres fournees de la vadió la organización á principios del siglo pasa
Restauración. (V. Organización!. do, que todavía andamos hoy á vueltas con Gra
do, Efectivo, Vivo, etc. (V. e. v.
PROMOVER. El verbo latino promooeo. pro
PROPUESTA. Sustantivo sabroso que siem
moveré, tenia dos acepciones: mover á otra par
pre se pronuncia relamiéndose los labios. Pero
le, como en Tácito: «Promoveré scalas el maclrí-
al fin se «funda» en algo. ¿No valdría más per
ñámenla inciperent»; ó en César yBell. gatl. lib.
feccionar el «género» y dar gracia general cada
I.). lEodem die castra promovitn; ó en Tito Livio
bienio? Observe el lector maligno con qué deli
{Bell. pun. lib. 8). «Dum castra ad Carthaginem
cadeza se ha suprimido (en este libro; la voz
promoveo»; y también la metafórica, que boy
pronunciamiento, la más técnica de la milicia es
conserva entre nosotros, de ascender. «Abhuini-
Iti ordine ad eum gradum, m quo tune eral pro- pañola. (V. Ordenanza).
motusa. (Q. Curcio. lib. 6); aVetus autem consue- PROPUGNACULO. Voz latina, propugnacu-
txuio tenuit, ut ex primo principe (Y. e. v.) legio lum, que no es hoy militar y sólo expresa en
nes promeveretur centuria primipile». Vegecio. absliaclo, como la palabra antemural (V. e. v.J,
lib. 2. cap. 8). fortaleza, lugar u obstáculo fuerte y guarnecido.
Ordinariamente se usa en sentido metafórico
PROMONTORIO. «La altura considerable como ya la usaba Cornelio Nepote: mTyrannidis
de tierra que se halla en cualquier parte». Tal propugnacula demoliri, derribar el alcázar de la
dice el Dice. Acad. 5; pero el uso le da mis bien Urania. El verbo latino propugnare significaba
la significación de casoiV.c. v ). Promontorium defenderse «activamente», defenderse «comba
en latín. tiendo»; el sustantivo propugnator era sinónimo
PRONTA-MANIORRA. Antiguo nombre, de defensor, y propugnatio de defensa. Asi dice
francés ó prusiano, de una bastante inocente y Ce:>ar: «í'no tempore propugnare et muñiré», á
que por cierto nada lenia de «pronta». I'na co un mismo tiempo pelear (la guarnición) y tra
lumna con distancia entera variaba de dirección bajar en las obras de defensa. Egidio Colonna en
al paso llamado entónces regular, y, tomando su obra De llegimine Principum (128aj usa mu
el redoblado las divisiones que todavía furma- cho esta voz prupugnaculi, hablando de forti
bau ángulo ó recodo, depilaban con MARCHA de ficación; pero es difícil fijar el sentido; si es de
hileras para colocarse por la diasoxu en la nue OBRA EXTERIOR, TORRE, ALBARRANA, BASTIDA, Ó COSR
va directriz. análoga á ^nuestro moderno baluarte. (V. Pro-
PRONTUARIO. Falta, y grande, hacen estos cestria).
PROP - 929 - PROY
PROPULSA. Propulsión. «La acción ile repe cirujanos que sirven en los tales ejércitos
ler ó rechazar al enemigo». ;Dicc. Terreros). confirmamos y, si es necesario, de nuevo cria
También da Dice. Acad. 5: «El acto de apartar mos á vos el dicho doctor Lope Bastardo Proto-
al enemigo ú otra cos.i que ofende, defendién fisico general del dicho ejercito, etc. Eu 1568
dose». Por más que Cesar haya usado este vo también se encuentra esta voz en la Disciplina
cablo, nada tiene hoy de militar. militar (fól. 30) de Don Sancho de Londoño. «De
PROttOGAR. Dilatar, alargar plazo, licencia, bería también hallarse con el Maestre de campo
armisticio, tregua. Verbo latino. general el Protofísico del ejército; pues de bue
PROS1GNARIO o Prosignano. Es voz que se na razón mejor que otro debe conocer la salu
lee en Frontino. En el copiosísimo vocabulario bridad del aire y de las aguas 'para asentar el
del Bajo Imperio es difícil darse cuenta de tanto campo,».
nombre, de tanto pleonasmo y de tanto cargo si PROIOSPATARIO ó Proto-espathario. Jefe
nónimo, inútil. Quieren algunos que antesigna- de la guardia personal en el imperio bizantino,
nos fuesen los defensores de la enseña, la escol llamada spatharia, de spatha, espada. Los godos
ta de randera entre los bastamos, es decir, en la en España también tuvieron conde spathario ó
primera fila; sursignanos ó sígnanos los de la capitán de guardias.
segunda, «ÍTum prosignanis qui in secunda acie PROTOSTATA. El número par de las filas de
eianl»; y postsignano los de la tercera, es decir, la antigua falange griega.
de los TRIAMOS. PROVEER. Verbo latino, provideo, provide-
PROSTATA. Voz genérica, y no muy defini re. Prevenir y juntar víveres para un ejército de
da, de la táctica griega ó falangista. En general, operaciones. Frumento exercitui proviso, dice
soldado de primera fila: algo como el guía mo César. —También se provéen vacantes. —Dispo
derno. ner, despachar, mandar, gobernar. —Providen
PROTEGER. La propiedad del lenguaje pres cia suele llamarse á la disposición, orden, man
cribe cierta distinción entre este verbo y otros, dato; aunque el significado del providentia lati
al parecer, sinónimos, como ci hrih, apoyar, ase no sea prudencia, cautela, cuidado.
gurar. Cuando en el paso de un Rioá viva fuerza, PROVINCIALES. Advirtamos, por pura cu
la artillería, cruzando sus fuegos sobre la orilla riosidad, que la palabra provincia, enteramente
opuesta, ahuyenta de ella al enemigo y permite latina, tuvo un origen indudablemente militar.
el establecimiento del puente, ó el paso del va Festo lo dice: Provincle appellanlur, quod popu-
do, esa artillería «protege» la operación. Cubrir lus romanus eos provincit, hoc est, ante-vicil».
implica siempre una interposición material. Así, Y efectivamente provincias llamaron los roma
en el caso de que la artillería, ó una vanguar nos á las primeras comarcas de Italia que con
dia ó fuerza destacada, maniobrase en la orilla quistaron. Cuando César dice: Jn provinciam re-
enemiga, entónces, sí, esa tropa «cubriría» la digere, reducir á provincia, lleva el sentido de
operación. Proteger es siempre la operación ac subyugar, hacer tributario al puís vencido. —
tiva: y cubrir, muchas veces, es pasiva. Un Sobre Milicias Provinciales se discurre algo en
cuerpo expedicionario avanza «protegido» poruña el art. Reserva.
escuadra y ^cubierto» por una cordillera ó por
un rio. PROVISION. Más bien que el conjunto y
prevención de víveres ó mantenimientos mili
PROTOFÍSICO. Así se llamaba en el si tares, es hoy el almacén, el edificio mismo en
glo XVI al jefe superior de sanidad militar. Ya que se conservan y expenden.—Despacho, pro
en las Siete Partidas se llama Físico al médico videncia, disposición. Voz puramente latina,
de la hueste. En el nombramiento que el duque provisio, provisionis, del verbo providere.
de Sesa, gobernador y capitán general de Milán,
hizo, en 1.° marzo lo59,á favor del doctor Lope PROVISIONAL. Lo interino y pasajero. Al
Bastardo se dice: «Porcuanto los que gobiernan gunos llaman asi á la fortificación de campaña.
los ejércitos deben tener mucho cuidado de lo En España todo suele ser provisional, empezan
que toca á la salud y buen tratamiento de los do por el Gobierno. (1868¡.
soldados, para que sean curados como es razón, PROVOCAR. Presentar batalla, obligar al
y que por ignorancia de los médicos y cirujanos combate, desafiar. Verbo latino, provocare, que
en esto no haya alguna falta, nos ha parecido ser en César tiene la extensión de causar, ocasio
muy necesario que un protomédico general ten nar guerra.
ga suprema autoridad sobre todos los médicos y PROYECCION. Voz latina, projectio, del
<<7
PRO Y. - 930 - PUEN
verbo projicio, arrojar. Es el único sustantivo en un momento dado el proyectil: si este es de
correspondiente á los verbos arrojar, lanzar, fusil, con una tabla gruesa, con un colchón bas
que, por anomalía del lenguaje, no lo tienen. ta para abrigar. Á prueba indica que se ha cons
Como no puede decirse «arrojamíento,» hay truido, que se ha blindado, en previsión de toda
que decirla proyección de un proyectil ¡V.e.v.) contingencia.—Pruebas de nobleza Información
Linea, fuerza de proyección: la trayectoria, la previa que en el siglo XVIII se hacia para entrar
velocidad del proyectil en movimiento. —En de cadete ú oficial, con especialidad en los cuer
geometría descriptiva, la representación, el dibujo pos de casa real; quedó abolida por decretos de
sóbrelos dos planos horizontal y vertical, lla las Córtes en 17 agosto 18)1 y 9 marzo 181 i:
mados por eso de proyección. restablecida después, la fuerza misma de las co
PROYECTIL. Voz genérica que comprende sas concluyó con esa preocupación «imposible»
todo cuerpo de cualquier forma y materia dis en el nuevo régimen social. A pesar de que en
este siglo las pruebas de nobleza fueron pura
parado por un arma ó máquina. La piedra, lanza
fórmula, especialmente después de las Córtes de
da con la mano ó con la honda, seria el primero.
Cádiz y de la guerra de la Independencia, que
La flecha, luego, con ol arco, y la ballesta, y la hizo entrar una masa enorme de oficiales «ple
catapulta; la bala, en fin, con el cañón han ve
beyos», se debe meditar sobre los embarazos y
nido «marcando etapas» en el arte de la guerra absurdos orgánicos que ocasionó anteriormente
y por consiguiente en la civilización. Sobre la
esta que en el dia llamamos «preocupación», y
inmensa variedad de proyectiles en 1867 se pue que sin embargo fué por mucho tiempo «ocupa
den consultar los art. Artillería, Bala , Bomba, ción» y muy preferente. Como las reformas ra
etc. La palabra proyectil es evidentemente la dicales son difíciles, las pruebas de nobleza que
tina, como proyectar, lanzar, arrojar y proyec daron reducidas á las de «limpieza de sangre»,
ción; pero en esta lengua eran mifsile, misstlis, requeridas en casi todos los reglamentos, como
missilia, las que correspondían al proyectil, tal por ejemplo en el art. 59 del expedido en 1 6 ene
como se entiende desde el siglo pasado en que ro 1855 para el Colegio do infantería.
principió a usarse.
PRVLIDE. Danza militar ó pírrica entre los
PROYECTISTA. Lo mismo que arDitrista. GRIEGOS.
El sujeto dado á formar proyectos y facilitarlos.
PSILAC.IA. PSILARQUIA. Subdivisión del
PRUERA. Todas las armas blancas y de fuego epitagma. Cuerpo de 256 hombres armados á la
se someten, ántesde salir de la fábrica, á varías ligera, llamados psílites en la falange griega (V.
pruebas que los reglamentos determinan, según Pei.tasta).—I'silarca, el comandante deesa frac
los tiempos y los progresos de las artes y de la ción táctica.
industria. Todas tienden naturalmente á cercio PSÍL1TE. En la milicia griega, denominación
rarse de que el arma sirve para el objeto: la es genérica del soldado ligero, suelto, armado á la
pada (V. e. v.; que corta bien; el cañón, que re ligera. Equivalente al vélite romano.
siste fuertes cargas, que tienen grandes alcan
ces y penetraciones. Macizos volúmenes serian PTEROFORO. Entre los romanos lo que hoy
necesarios para compendiar ó extractar solamen diriamos correo de gabinete; ordenanza, si s*
te lo que en el último decenio se ha impreso so quiere, de estado mayor.
bre este asunto (V. Artillería). La costumbre PÚA. (V. Caballo dk frisa, Peine].
de leer tratados y revistas extranjeras ha intro PUBLICAR. La guerra, la paz, armisticio,
ducido y propagado las voces ensayo y experien bando, pragmálica. Verbo latino.
cia, cuando la técnica, antigua y bien expresiva
PUEBLO de etapa ó de tránsito. Los que es
es prueba.—El adverbio Á prueba, aunque gené
tán señalados de antemano en los distritos mili
rico, en rigor se aplica singularmente á los edi
tares para prestar á las tropas en marcha el au
ficios y construcciones militares que pueden re
xilio de raciones y h.gajes que los reglamentos
sistir la bomba, y en general la diversidad de pro
determinan y especifica el pasaporte. — En la
yectiles actuales, explosivos la mayor parte, que
jerga política de nuestros días «pueblo» está en
se comprenden bajo la rúbrica de fuegos curvos.
boca de lodo el mundo, y nadie seguramente lo
—Al abrigo no es enteramente sinónimo de podria definir. Lo que importa es borrar toda an
Á prueba, aunque en el fondo vengan á ser la mis
ma cosa. Es aquel adverbio más provisional ó títesis entre pueblo y ejército.
pasajero. Con unas cuantas vigas ó unos cuan PUENTE. Antes era ambiguo este sustanti
tos sacos me cubro, me abrigo, pordondo viene vo.—«Y alojóse con el campo en un lugar sobre
PUER - 931 - PUES
el Danubio llamado Noustat; allí había una puen PUERTA. Aconsejamos al lector que no use
te sobre el mismo lugar, sobre la ribera, y de la voz poterna (V. e. v.) sino cuando convenga.
más desta Su Majestad mandó hacer dos de las Las plazas y iortalezas tienen puertas sencilla
barcas que traía en el campo para estos efectos, mente.—Puerta de socorro suele llamarse en
porque determinando de pasar por allí el rio hu las antiguas cudadelas (Y. e. v.) á la que da al
biese más presteza en ello... Y otro dia mandó campo, por donde efectivamente entraba el so
Su Majestad levantar el campo y que se echasen corro.—Los campos romanos tenían puertas pre
dos puentes sobre el Danubio, que con la que toria y decumana, que nada interesan; pero die
habia de la misma tierra eran tres: de manera ron mucho que hacer ó que hablar á los anti
que en muy breve tiempo pasó el ejército.» (Avi guos escritores de castrametación.
la v Zúñiga. Coment. pág. 415).—Todavía se dice
«al vado ó á la puente»; pero no puente levadiza, PUERTO. «Sitio seguro y abrigado de los
como se ve en la 5.* edic. (1817) del Dice. Acad. vientos dentro do la costa del mar, con fondea
Es, pues, decididamente masculino. —Puente mi dero para anclar los buques y resguardarse de las
borrascas. Hay puertos formados por la natura
litar comprende toda fábrica, aparato y proce
leza y otros por el arte, mediante ciertas obras
dimiento para pasar un rio Ins tropas, en campaña
ú operaciones, sin mojarseó mojándose lo ménos como escolleras, muelles ó arrecifes.—Puerto es
también el paso ó camino establecido en una
posible. La primera «clasificación» general que
admiten los puentes militares la determina la depresión, por donde se atraviesan las cumbres
clase de apoyo, según sea fijo, como pilotes, ca de las sierras y montañas. En plural los puertos
balletes, carros; ó flotante, como barcas, balsas, se toman por las mismas sierras. Cuando se
pontones, toneles, cajones, pellejos; ó colgado quiere distinguir del puerto de mar se dice puer
con cuerdas, alambres, flejes. Puente volante, to seco. (V. Collado, Alfoz, Hoz, Garganta, Pan
por oposición á continuo, es la almadía, barca ó do).—Puertollano es la entrada de las montañas
balsa suelta que va de una orilla á otra impelida por terreno llano que se halla en la cordillera ó
por el remo ó la corriente misma, á lo largo de cima de ellas. (V, Pando).—Puertos, en plural,
una maroma ó fiador fuertemente asegurado en es voz de mesta ó ganadería. Los pastos de vera
las orillas. No entraremos, según es de rúbrica no. Denominase así por hallarse en los montes y
en los Dice. mil. á explicar «cómo» es cada puen sierras altas, que propiamente se llaman Puer
te. Algunos infolios tienen que estudiar para tos á donde los de tierras llanas y bajas van á
saber su oficio los pontoneros (V. e. v.) prepa apacentar sus ganados. Bajo de esta denomi- «
rando en la paz y manejando en la guerra los nación también so entienden los veranaderos,
trenes (nada de equipajes) de puentes.—En las á donde van los ganados trashumantes cuando
plazas ó grandes fortalezas hay puentes de co salen de los extremos y pastos de invierno. (V.
municación sobre los posos. En ellos la parte es Veranadera y Extremo).» Todas estas definicio
table se llama durmiente por algunos: y por todos nes son textuales del Dice. Acad. Hist. No las
puente levadizo (V. e. v.) la parte móvil y muy trae tan extensas el de la Acad. Esp.
pequeña que se alza y se baja, ó se cala, por in PUESTO. En general la posición «en peque
geniosos mecanismos, cada dia más perfecciona ño», es decir, todo lugar ó paraje, fortificado ó
dos, de espirales, de sinusoides, de contrapeso no, ocupado por una tropa pequeña, relativa
continuo. El primitivo puente de báscula y fle mente al grueso ó masa que la destaca por segu
chas (V. e. v.) hoy es prehistórico. ridad ó vigilancia. Para un ejército será puesto
PUERCA. Dice Moretti: «máquina para tirar alguna vez el ocupado por una brigada con las
piedras, que se usaba antiguamente y se llamó tres armas: mientras que para un batallón suel
también troya». Podrá ser verdad, y no trata to lo constituyen cuatro hombres y un cabo.
mos de comprobarlo En esta materia de máqui Técnica y ordinariamente, al decir puesto de
nas antiguas (V. e. v.) tan abundante en carne guerra se entiende puesto avanzado. Elemento y •
ros, gatas, etc., bien pudo haber puercos. parte, en general, del cordón avanzado, de la
línea, ó mejor, red de avanzadas que, por el fren
PUERCO-ESPIN. Llaman algunos á la defen te, por los flancos y á veces por retaguardia,
sa accesoria que es una simple variante ó per también rodea para seguridad propia y observa
fección de la viña (V. e. w. Tablón grueso con ción del enemigo á un ejército de operaciones.
enormes clavos con la punta !,ácia arriba para El puesto avanzado normal se compone de gran
impedir el acceso. Otros le llaman manta. Por guardia (traducción del francés grand-garde) ó
nuestra parte persistimos en que es viña. avanzada en sustantivo, que es, por decirlo así, el
PUGI - 932 - PUNI
núcleo de avanzadillas, esto es, avanzadas de las acometer, avanzaron con gran coraje por las
avanzadas, centinelas y escuchas [V. e. v.): y pi ruinas del baluane, y traoadas las manos, como
quetes, RETENES, SOSTENES, Con PATRULLAS y ORDE ellos eran valientes de suyo y era acicate á sn
NANZAS que están en continuo movimiento y en valor el juicio de Alejandro Fnrnesio, con tal
lace por entre la red avanzada. El puesto indi pugnacidad metieron las armas, que se crcia ha
ca, no permanencia ó estabilidad, sino quietud, bían de ganar al punto el puesto». —Pugnar. Pe
fijeza: y la patrulla, inversamente, registro, lear, anticuado.—Pugnaz. Guerrero, belicoso.—
ronda, reconocimiento «andando». Al levantar el Pugnazmente, en latin pugnaeiter. con valor.
campo, al romper la marcha el ejército, la di PU1G. En Cataluña, Valencia y Mallorca lo
visión, la brigada, ya no hay puestos. Hay des- mismo que pico, poyo, poeto, otero (V. e. v.), \»
cüdierta al frente, flanqueo al flanco. El servicio peña de los castellanos, el paro de los galleaos.
avanzado, como todo, se cubre y se dispone hoy
de distinta manera que hace treinta años. Los PUJANZA. Fuerza grande 6 robustez para
reglamentos y manuales de ese tiempo ya son fó dar impulso y ejecutar alguna acción poco fácil.
siles, como suele decirse en el nuestro de lodo —Pujante, poderoso, robusto, forzudo.
lo inútil por anticuado. PULK. Hablando de cosacos, un grupo revuel
PUGILATO. Uno de los ejercicios preferen to, una sección, una partida. Ya se sabe que
tes de la antigua gimnástica militar. Lucha á bra los cosacos, como los antiguos bárbaros, siempre
zo partido, cuerpo a cuerpo, entre dos hombres se cuentan por «nubes».
sin armas, cada uno de los cuales se llamaba PULSO. Metafóricamente tiento, prudencia,
púgil ó pugilator. De la ciega adoración de los precaución.—Tomarel pulso, tantearalenemigo
griegos á la forma, á la belleza plástica, al des PUNDONOR. El académico D. J. .1. de Mora.
arrollo muscular, hemos pasado á un «idealis en sus Sinónimos, define así: «El honor consiste
mo» á un «esplritualismo» evidentemente no en un sentimiento de que el hombre se halla
civo. Cultívese el «alma» enhorabuena; pero no animado, en la conducta que se traza, en los
despreciemos, ni aborrezcamos al pobre «cuer principios que le sirven de norma en sus ope
po» que la encierra. Tanto vamos simplificando, raciones. El pundonor es el esmero con que pro
que con el fusil Berdan, Chassepot, Remington cura mantener ileso el honor. La honra depen
(1868) toda la gimnástica del soldado se reduce á de de la opinión de los otros hombres. El honor
dejarse matar, haciendo el monótono ejercicio es una propiedad que no puede arrancarnos la
de correr y descorrer un cerrojo. acción extraña. El hombre de honor no permi
PUGIO. Pequeño puñal, que, según Garrion te que se le quite la honra. El pundonor es to
Nisas [Hist. mil. T. I. pág. 175) llevaba el legio davía más delicado que el honor mismo; es la
nario romano al lado derecho. Esta arma ad manifestación externa del honor y consiste más
quirió celebridad, cuando con ella Bruto y Ca bien en las acciones que en los sentimientos. Se
sio asesinaron á César, tomándola luego, como quita la honra á un hombre, atribuyéndole una
se ve en las medallas, por emblema de la sal acción villana: se ofende su honor, proponién
vación de la patria. Todavía un pugio más pe dosela: la indignación con que la rechaza es hi
queño se llamaba pogiunculus. ja del pundonor». —Don Antonio de Solís, des
PUGNA. Voz latina que hoy no tiene uso mi pués de enumerar las órdenes militares, digni
litar. Lid, pelea, combate, batalla. Sin apoyarse dades y recompensas mejicanas dice: «Debemos
en textos, que por otra parte no serian fáciles alabar á los mejicanos la generosidad con que
de encontrar, puede afirmarse que el arma natu anhelaban en semejantes pundonores, y en Mo-
ral y primitiva del hombre fué el puño, en latin te7iima el haber inventado en su república estos
pugnus, de donde vino pugna y todos los deriva- premios honoríficos». [Conq. de Méjico, lib. 3).
■ dos que siguen, asi como opugnar, expugnar.— PUNICION. PUNIR. En los clásicos del re
Pugnacidad. Voz puramente latina, pugnacitas, nacimiento, por su continua lectura y adoración
que el Dice. Terreros trae en sentido de ardor, de los romanos, suele encontrarse este latinismo
tenacidad, tesón en batallar. No es muy usada; de puniré, punition, castigar, castigo, como hoy
pero se encuentra en las Guerras de, Flándes de se dice todavía en francés. Diego db Salazar, en
Estrada (traduc. Novar, déc. 2. lib. 7.] donde su Diálogo de Re militari (lib. 6.) nos hace ver,
describe el furioso asalto á los muros de Grave en el mismo folio 107, el uso de estas voces: «Si
(1586) dirigido por Solís, Torres de Vivero y el ellos están apartados de vos, no llamar solamen
célebre Hernán Tello. «Estos, dada la señal para te ni primero los culpados, más á todos otres, y
PUNI — 933 — PUMZ
que ellos lo sepan, porque no creyendo que los letras: puntear, dibujar á puntos: puntuar, po
llamáis por ocasión de punirlos » Y seis li ner comas y notas de ortografía. Hay por con
neas más abajo: «Pero la primera cosa que á un siguiente, puntacion y puntuación.
capitán hace tener la gente castigada y subgeta PUNTERIA. Seg. Dice. Acad. S es la acción
es tenerlos pagados; porque si falta la paga es de dirigir y disparar un arma. Buena puntería,
necesario que falte el castigo y, faltando este, tino, acierto en el tiro. — Hacer, tomar, afinar,
falta obediencia». corregir la puntería.
PÚNICO. Lo mismo que cartaginés. Para los
romanos, sus encarnizados enemigos durante tres PUNTERO. Excelente adjetivo, que debía
largas guerras que se llamaron púnicas, el car ser más usado, aplicable al tirador diestro, cer
taginés era tipo y dechado de perfidia. De aln tero, que hace bien la puntería. Está en Dice.
«fé púnica», todavía entre nosotros mala fé. Si Acad. y lo recomienda este texto: «Un dia cier
los cartagineses por su parte hubieran dejado to soldado, gran puntero, que estaba de centine
historia escrita, probablemente se diria en vez la vio á un personaje, á quien todos mostraban
de fé púnica, fé romana. gran respeto, que estaba reconociendo á su pa
recer sin peligro, y disparando «I arcabuz le
PUNIENTE. Punzante De punjir, punzar. derribo muerto: acertó este á ser el señor do San
Del verbo latino punga, pungere.
Luc general de la artillería de Francia, y por cu
PUNTA, En estrategia una punta es una cor yo consejo se habia encaminado todo aquel si
rería, una incursión. Avanzar un ejercito por el tio (el de Amiens, 1597)». (Coloma. Guerras de
territorio enemigo sin grandes medidas de pre Flánd. lib. 10).
caución, ni cuidar de su base. Destacar del ejér
cito de operaciones un cuerpo suelto, destinado PUNTILLO. No es diminutivo como parece,
á desorientar al enemigo, á reconocer fuerte sino aumentativo, ponderativo del pundonor
mente un pais fuera del circulo de operaciones; (V. e. v.). Es el pundonor visto con exageración,
á apoderarse de un punto excéntrico, importan con microscopio.—Puntilloso, quisquilloso.
te ó desguarnecido. Esta fíase hacer punta, que PUNTO. En latin punctus ó punctum. De en
ahora se tiene por galicismo, puede presentar tre sus numerosos adjetivos se pueden ver los
títulos de casliza. En la Recopilación de los Fue siguientes en su respectivo lugar alfabético: agu
ros de Guipúzcoa cap 8.) se lée: «A este mis do (de corneta;—de apoyo—de ataque—base—
mo tiempo entró Don Juan de Labrit asistido de de bifurcación—en blanco—cardinal (V. Orien
los de su parcialidad y de numerosas tropas de tación) — culminante — de concentración — da
franceses á cargo de Monsieur de la Paliza, que convergencia—de dirección—de intersección—
dando otras muchas de reserva para dar calor á de mira—de partida—de reunión—de vista—
sus operaciones y hacer punta á la frontera de dominante—estratégico—llave—geodésico—ob
Guipúzcoa, porque los de ella no socorriesen á jetivo— trigonométrico— peligroso— topográfico
aquel Reyno á vista de su propio peligro».—«Se —saliente — primario —secundario — de varia
ñaláronse puestos también para cuatrocientos ción, etc. etc. A punto. Adverbio expresivo para
caballos que se mudaban cada noche, juzgándo indicar que una tropa está lista, pronta, preve
se por más á propósito la infantería para acudir nida, dispuesta. «Teniendo la gente (tropa) á
con facilidad á la parto por donde hiciese punta punto para enviársela, lo dejo de hacer por al
el enemigo » ÍColoma. G. de Flánd. lib. 8 ) gunas alteraciones que sintió en el reino». (Már
—Punta en topografía es cabo pequeño, pedazo mol. Descrip. de Afr.).
de tierra que se va angostando y entrando en el PUNTUALIDAD. V. y comp. el largo art.
mar.—De punta en blanco estaba armado el ca Disciplina, de la cual forman parte integrante y
ballero cuando se cubría con armadura Je placas principal la puntualidad y la policía. El Dice.
(V. e. v.). —A punta de lanza se lleva, ó se debe Acad. define la puntualidad: «Cuidado y dili
llevar, todo en la milicia. gencia en hacer las cosas precisamente en el
PUNTAL. «La prominencia de un terreno tiempo que se debe». Cualidad por consiguiente,
que forma como punta». No lo sabíamos, hasta no recomendable, sino indispensable del militar.
que lo hemos visto en Dice. Acad. 5.—En las PUNZON. Aguja con mango de fresno termi
minas anteriores á la pólvora, poner en puntales nada en una almohadilla, que usa ó usaba el ar
se decia poner en cuentos. tillero pira mantener tapado el fogón de la pieza
PUNTAR. El Dice. Acad. 5 hace una distin mientras se carga y punzar luego el cartucho
ción curiosa. Puntar es poner puntos sobre las para cmar.—En sus talleres tiene la artillería
PUNA - 934 - PURI
otros varios punzones, de arrimen, calibrador, PURIFICADO. El oficial que había sufrido ó
chavelero y de grano de cebada. pasado con felicidad por la purificación.
PUÑADO. Es metáfora singular, pero muy PURIFICACION. En los primeros años de
acoplada, esta del «puñado de valientes» . Desde la década 1823—33 llamada ominosa, el Gobier
1 854 se le ha preferido «unos cuantos hombres no absoluto, desconfiando con bastante motivo
de corazón». del ejército, emprendió un exámen ó investiga
PUÑAL. La raíz es latina pugntis, puño, al ción algo inquisitorial de los antecedentes, ten
terada luego en pugio (V. e. v.) pugiuncuhts, dencias y conducta política de los oficiales y
pugionardus. Arma pequeña, que también se hasta de los sargentos. A esto se llamó expresi
llamó sica, de donde viene sicario, ó parazonio, vamente purificación. El que tenia algún re
(V. e. v.). La primitiva bayoneta fue un puñal, ó cuerdo, ó siquiera fuese ribete, ú olor de libe
daga, ó cuchillo de monte enchufado por el ral, de negro, de masón, quedaba por ende
mango en la boca del canon. impurificado ó inhabilitado, y á buen librar se
iba á su casa con licencia ilimitada, indefinida.
PUÑAR. Anticuado pugnar, pelear. Es algo siniestro este tecnicismo y convendrá no
PUÑO. V. y disting. Empuñadura. resucitarlo.
QUEBRADA. «Abertura formada entre mon cuerdo de Hernán Cortés, es acometer resuelta
tañas con el transcurso del tiempo y corriente mente una empresa difícil, sin asegurarse reti
de las aguas, que dificulta el tránsito de la una rada ó salvación en caso de desgracia. Corres
ladera á la otra. Estas quebradas regularmente ponde al «Jacta e.U alean, está echada la suerte,
vienen perpendiculares de las cimas, y se causan de César, al pasar el Rubicon.—A quema ropa,
arrastrando las aguas la tierra que media entre modo adverbial para expresar que se hace fuego
las laderas ó costados de ambas montañas ó al á mucha ménos distancia del punto en blanco.
turas». (V. Grieta). (Dice. Acad. Hist.1— «Tierra Se nos antoja que «á boca de jarro» no es locu
desigual y abierta que forma algunos valles es ción técnica entre militares.
trechos, cogidos (sic) ó cercados de montes». QUIEBRA. «Abertura de la tierra causada
(Dice. Acad. Esp. i¡). por la mucha sequedad ó por las aguas: lo que
QUEBRANTAMUROS. Nombre, expresivo acontece en las tierras gordas y récias, como las
por cierto, de una pieza de la primitiva artillería, de Andalucía baja». Así define el Dice. Acad.
QUEBRANTAR. Romper, cascar, machacar. Hist. El de la Acad. Esp. no lo trae. De todos mo
—Molestar, moler, causar fatiga y pérdidas á dos la voz no está en uso. (V. y comp. Grieta,
una tropa, al enemigo.—Infringir, violar, tras Quebrada).
gredir la tregua, la capitulación, la consigna, la QUIÉN VIVE! Conocida voz ó interjección
ordenanza, el arresto. con que el centinela reconoce al que se le acer
QUEDAR dueño del campo, encima, prisio ca, según el art. 50. tít. 1 . trat. 2 de la Ordenan
nero, en cuadro, en la estacada.—Quedarse, di za oral. Los franceses dan á su qui-vive ! origen
cen los armeros, de la espada, cuando queda efec italiano; pues hasta la ordenanza de 1." marzo
tivamente torcida en la prueba. 4768 decían qui-va lá\ como en castellano se
decia también con más propiedad qdién-va l An
QUEMAR cartuchos. Rigorosamente, hacer
tes la voz de alto seguía al quién-vivel, pero el
fuego sin puntería certera ni resultado.—«Que
uso actual la antepone.
mar el último cartucho» es ponderar la tenaci
dad y gallardía en la defensa, verse reducido al QUIJERA. La guarnición del tablero ó cure
último extremo.—«Quemar las naves», por re ña de la ballesta, que siempre era de hierro.
QUIJ - 936 - QUIT
QUIJADAS. En el pié de gato de las antiguas Sy Dios aquesta lid me de.;a arrancar,
llaves dk chispa, las (ios piezas, una fija y otra Quiero de lodo lo mío lo quinto á estelucrar dar.
movible, que sujetaban la piedra. (Poema del conde Fernán González!.
Ql'IJOTE. En la antigua armadura de placas —Contribución que existia en el siglo XVII,
se llamaba asi, y también coja, cuxa, muslera la según el informe de Don Lope de los Ríos, y que
que con correas y hebillas se sujetaba á la parte falta averiguarsi efectivamente tenia, como pa
superior y exterior del muslo. Según Muntaner, rece, por objeto «comprar soldados».
tomó esta pieza de los franceses el rey Don Pe QLTRITES. La curia en la cual entraba un
dro de Aragón, hácia 4281 ; pero en Castilla pa cierto número de gentes, ó agrupaciones de fa
rece que no se usó hasta los tiempos de Alon milias, era en los tiempos de Rómulo la base de
so XI. la organización política y militar de la primitiva
Roma, y de allí vino para todo el pueblo romano
QUILIARQUIA. Así escriben algunos cm- el nombre de quirites.—Se ha querido explicar
LIARQDtA . de varios modos el origen de la voz etiría. L1 nos
QUNCURION. El que manda cinco hombres; la traen de curare; otros de la ciudad llamada
como decurión el que manda diez. Sólo se ve Cures; otros de la voz griega curios, que signifi
esta voz en Diego Gracian [Trad. de Jenofonte, ca señor. Napoleón III (Hist. de César. T. I. pág.
part. 1. lib. 2. fól. 19; «Y á los quincuriones 8, nota) tiene por más natural la derivación de
haría decuriones, y que el particular que se quiris (curis), que significaba lanza. Hay asi
mostrase muy bueno y esforzado soldado le ha cierta analogía con la edad media, en que lanza
ría quincurion». significaba homrre de armas, acompañado de seis
QUINTA. Parece conveniente refundir en ú ocho sirvientes. Y como el fin principal de la
los artículos Organización y Reemplazo cuanto formación de la curia era proporcionar un cier
concierne á esta importante voz. — Quintar. Po to número de ciudadanos armados, es posible
drá significar ó el acto de sacar un contingente que se diese al todo el nombre de la parte. En
anual, un reemplazo, ó el de castigar de cada Tito Livio y los clásicos lo que siempre se ve es
cinco uno, que generalmente se dice diezmar.— que quirites significaba ciudadanos, paisanos,
Quinto. El soldado por suerte; mejor, el paisano por oposición á milites, soldados.
á quien toca la suerte de soldado.—Antiguamen QUITE. En esgrima, parada, la acción de des
te la parte de botín destinada al Rey o Jefe del viar ó divertir el golpe del contrario. Por exten
Estado. sión en la guerra, la diversión (V. e. v.) ó movi
De toda su ganancia que Dios les avya dado miento divergente con que se distrae ó se des
Mandó lomar el quinto el conde byen aventurado... orienta al enemigo.
RABERA. En la ballesta, la parte del table de pienso, doble, media, en especie, en metáli-
ro de la nuez abajo. «En la cara del tablero, más | co. —Sacar, tomar raciones se entiende las del
arriba de la nuez, hay otro hueco largo, que se ! día. Racionarse indica más bien tomarlas ade
llama la canal: y el tablero, de la nuez abajo, lantadas por algunos días, y repartirlas al em-
rabera. (Martí, ce Espinar. Arle de baílest. lib. I prender un movimiento ú operación.
\. cap. 7.). I RADA. No sabemos si los marinos lo tendrán
RABINETE. Dice Moretti que era pequeña : por galicismo, de rade. Para nosotros lo es, por
boca de fuego de la antigua artillería. Dudamos J no estar en el Diccionario de las dos Academias
que la voz sea castellana. \ Española y de la Historia, y porque creemos que
RABITHA. Castillo fronterizo, según el | en castellano se dice bahía.
orientalista Simonet (V. y comp. Morabito).— RADENTE. En la Escuela de Palas, notable
Hisn era pueblo fortificado. [V. Alcarria). tratado de fobtificacion del siglo XVII, que se
RABIZA. La cola ó vara del cohete. atribuye al marqués de Leganés, se llama así á
RACIMO. La metralla, ántes de usarse en la linea interior, á la de defensa y que allí se
los botes, se disponia en racimo, esto es, en un dice ficante, sobre la cual se traza ó toma la ca
salero con espiga, al rededor de la cual se aco ra del baluarte.
modaban las balas, metiendo todo en un saquete RADICAR. Se dice que la guerra radica, ó se
atado por arriba y reforzado con una red ó en radica, en aquel punto ó comarca en que el ene
rejado de cuerda. migo arraiga, se establece, por tener mayores
RACION. Los romanos tenían rationarii, ofi medios, recursos, simpatías. En la guerra civil
ciales dependientes de la cuestura. Puede venir de siete años, aunque ardia la Península por los
por consiguiente la voz del latín ratio, rationis. cuatro costados, al parecer la guerra «radicaba»
Porción individual de víveres y forrajes que se en Navarra. En la constitución de una guerra,
da a las tropas en campaña y operaciones. La ra en lo que Jomini llama política de la guerra, y
ción es variable según las épocas y reglamentos, en la misma estrategia, entra por mucho adi
y sobre todo según los climas y territorios. La vinar ó determinar con certeza «dónde radica».
ración puede ser de pan, de etapa, de menestra, Por eso se ve al primer Napoleón, cuyo instinto
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RADI - 938 - RAMB
militar no ha tenido ni quizá tendrá rival, odiar con la r, y que esto mismo se verifica en el an
con verdadera fiebre ó monomanía á Inglaterra tiguo dialecto gallego. Así es que en la Crónica
desde el primer dia hasta el último de su vida general de España, atribuida á Don Alonso el
militar. En el laberinto de sus guerras, desde Sabio á mediados del siglo XIII, donde se con
Moscow hasta Cádiz, él veia claro: y Waterloo lo servan caracteres de este dialecto, siempre se
demostró, que la guerra radicaba, por decirlo escribe cralo en vez de claro. Admitido esto,
asi, en Londres. Otro tanto creyó y con igual ra parece bien llana la etimología de ralo y su an
zón Felipe II al aprestar en 1588 la Invencible tigua sinonimia con claro.
Armada; pero entóneos, y en 1804, y en mu RALLON. Se lee en Madoz [Dice, geogr. T.
chas ocasiones intermedias, Dios visiblemente XV. pág. 460.): «le hirió con un rallón». Y en
ha protegido á Inglaterra, como lia protegido Martínez del Homero [Cal. de la R. Arm.): «Ba
siempre á todo pueblo digno, laborioso y sensato. llestas sin estriberas y con rallones puestos».
RADIO. Voz latina, radius. En geometría ya Pero en el Glosario no lo explica. En la pág. 7
se sabe que es la recta que, en el círculo, va por nota dice: «La mayor parte de las ballestas
del centro á la circunferencia. Por extensión, el de la Armería tienen estribera y puesto en el
radio de actividad de un ejército llega á su alre canal un lance llamado rallón». Es efectivamen
dedor, hasta donde sus golpes pueden ser inme te, seg. Dice. Acad. I , uno de los lances ó pro
diatos y eficaces. Con la intervención do la ma yectiles de la ballesta, destinado generalmente
rina de vapor acorazada, el radio llegará de un á caza mayor. «Hay otros que llaman rallones:
continente al otro. —Aunque más corto siempre, estos tienen la punta como corte de escoplo».
el radio de una plaza ó fortaleza, que ántcs no (Martz. de Espinar. Arte (le ballest . lib. 1. cap. 7).
llegaba á un par de leguas, hoy ha crecido con Y tomando esta definición dice la Academia en
los inmensos campos atrincherados y permanen la edic 5.a: «Arma que tiene la cabeza con un
tes que albergan y abrigan numerosos fjércitos- hierro ancho como escoplo. Dispárase con la ba
Amberes, por ejemplo, tal como va creciendo en llesta, etc.» —Moretti, para dar su pincelada, se
1867, tiene por radio sencillamente el radio en la cuelga á los romanos, que no soñaron en ca
tero del reino belga, y llega, según los malignos, zar con ballesta. —Dice. J. D' \V. SI. apunta
al reino unido de la Gran Bretaña ó Irlanda. también que la figura era de horquilla.
RAFALA. Viene de rahala, que en arábigo RAMAJE. Material usado con preferencia en
significa viaje, expedición militar y tropas mar
trabajos de sitio: faginas, salchichones, cesto
chando. Así lo dice el Glos. del Fuero de las nes. Ya se hacen estos últimos mejor con fleje
Catalg. Clonard [Hist. org. T. I pág. 403) lo li de hierro entrelazado en los piquetes; y crece
mita á refriega, combate al arma blanca. No rá, como en Sebastopol y en los Estados Unidos,
está en Dice. Acab. 5, ni podemos citar autori el uso de los sacos de tierra por su comodidad
dad decisiva.
y rapidez.
RAJ ASOLA. Variedad de arma ofensiva, enas
tada, en la edad media. La cita Clonard. RAMAL. Como técnico, se usa en las trinche
ras ó aproches de una plaza sitiada, para distin
R ALO. «Lo que carece de densidad ó solidez, guir el camino en zigzag, por donde se avanza y
por lo cual se puede penetrar por sus huecos é comunica de una balería, de un reducto, de un
intermedios con otro cuerpo». (Dice. Acad. 5). depósito, de una paralela ¡V. e. v.) á otra. —En
Esle adjetivo se ve empleado por los escritores Ins minas es la galkriv más pequeña que sale de
militares del siglo XVI, para designar el órden ó una principal, y á cuyo extremo se establece y
formación, más bien que extenso ó abierto, el carga el hornillo.—También las cordilleras, las
que hoy decimos disperso, diseminado, en guer montanas, tienen rainales ó ramificaciones y coh-
rilla. Por ejemplo: Diego deSalazar en su céle trafuertes (V. y comp. e. v.}. Y' ramales sacan
bre Diálogo de re militan, lib. 3, dice: «ansí también las carreteras y ferro-carriles.—Los ra
como los Romanos partían su batalla en tres par malazos son terribles, en la guerra y en todo.
les, en hastados y principes y triarios, de los
cuales los hastados ponían en la primera órden RAMRA. El conde de Clonard escribe rham-
por avanguarda con la orden cerrada, y tras ba, y en sus dos obras (Hist. org. T. 1. pág. 123.
aquellos ponian los príncipes con la órden más —Mein, de la Acad. Hist. pág. 11) dice que era
rala, y después los triarios muy más ralos ». puñal entre los primitivos españoles, cuchillo,
—El orientalista Dozt hace observar que es co machera, largo de corte y puntiagudo como los
mún entre los árabes sustituir ó permutar la / estoques de armas. No es fácil darse cuenta por
RAMB - 939 - RASA
esta descripción. Hevia dice que Polibio ta men- no de guisar el rancho de la compañía. « £1 que
cioqa, pero no la describe. fuere ranchero irá á comprar...» (Arl. 49, tit.
RAMBLA. Arenal formado por las avenidas 4. trat. 2).
de los arroyos y torrentes. —Quebrada por don RANCHO. La comida del soldado, cuando se
de bajan impetuosamente reunidas las aguas guisa y come por compañías, según previene la
cuando llueve. En algunas partes se llama ram ordenanza de 4768 en su art. 10. tit. \. trat. 2.
blazo y ramblizo. Dice. Acad. Hist. y Esp. ) (V. y (V. ydisling. Ración). Vallecillo, en sus Comen
conip. Arramblar,. tarios á este art. de la Ordenanza, hace notar
«que ni ántes ni después de ella se encuentra
RAMIFICACION, Extensión, división, es ningún fundamento, en el lenguaje común ni
parcimiento. Las montañas (V. Ramal) so rami en el profesional de la milicia, que autorice la
fican. Si en un mapa se ponen en conjunto las significación de géneros comestibles que la mis-
corrientes de agua, pintadas generalmente de roa da á la voz rancho.» —Covarrubias, efectiva
azul, se vo una ramificación perfectamente ar mente, da: «Término militar, vale compañía que
boriforme. —Irradiación, de radio, la forman li entre sí hacen camarada en cierto sitio señalado
neas diversas que parten de un solo punto. del real. Dijose así del verbo italiano raimare,
RAMPA. La Academia define: «Declive for que vale llegar ó juntar en uno».
mado suavemente para bajar sin escalones». En RAPACIDAD. Inclinación & robar ó pillar.
el dia es á la inversa, para «subir», y en la esen Del adjetivo latino rapax, rapacis. Entre los ro
cia queda lo mi*mo. Fué, en su origen, voz téc manos no tendría quizá la mala acepción de hoy,
nica de fortificación, para subir, con artillería pues una legión llevaba por glorioso apodo la
especialmente, al terraplén ó adarve ántes muy Rapaz, según el texto de Tácito: «Pro Vitellio
alto; pero hoy es voz adoptada por los ingenie unaet vicésima, cut cognomen Rapaci, vetereglo-
ros de caminos y por cualquiera que mueve ' ria insignis». Sin embargo, en otro pasaje de
tierras. mismo libro, rapaces milites tiene su sentido
RAMPAR. Se lee en el Dice. MU. de Moretti: recto de merodeadores.
«Voz francesa admitida en el idioma militar cas RAPIÑA. El robo ó hurto ejecutado con vio
tellano. Es lo mismo que muralla ó terraplén». lencia. Antiguamente se usó por pillaje. «En los
El Dice. Mil. de Hkvia lo copia, y el de J. D' W. M. contornos de un lugar donde tenían su convento,
se permite la agravación de entrar en explicacio se habían alojado algunas tropas de soldados, que
nes «técnicas». Daremos las nuestras. Rempart, con sus insultos y rapiñas tenían amedrentados
efectivamente, significa «en francés» muralla y aquellos contornos». (Fr. Dam. Cornejo. Crón.
terraplén; pero cabalmente por tener «en cas de S. Franc.) La voz es latina, rapiña, de rapio,
tellano» esas dos palabras y otra tercera adarve, y originaria del griego. uSatis habebat, hostem
más propia aunque desusada, es por lo que no rapinis populatiombusque prohibere» . (César).
necesitamos el rampar. Hay que tener en cuen «Retirado el conde Cárlos la vuelta de Ham, y
ta que en los primeros años del siglo pasado nos comenzando á faltar las pagas, y los soldados á
inundamos de galicismos, con los cuales no fué vivir de rapiña, comenzó también á irse menos
tan rigorosa como debiera la Real Academia Es cabando la obediencia y el respeto». (Coloma.
pañola en la primera edición de su Diccionario; G. deFlánd. lib. 5.)
pues, á pesar de eso no inserta semejante voz. RASADOR. En los talleres de artillería hay
Nuestro criterio es bien llano: conceder á cada varios útiles de este nombre. La regla ó rase
cuerpo, arma ó instituto el derecho «ilegislable» ro que en el moldeo de proyectiles sirve para
de fijar su tecnicismo: y como estamos perfecta igualar la arena de las cajas.—El útil de mango
mente seguros de que ningún ingeniero español largo con que se amasa y remueve el barro en
ha pronunciado ni escrito rampar, por eso, ne la pastera. —Otro semejante para los hornillos de
gando el aserto de Moretti, proscribimos esa voz bala roja.
como otras análogas, bastión, gavión, machiculis, RASANTE. Se dice, por oposición á fijante,
prolongamiento, quinconce, etc. del fuego, del tiro, cuya trayectoria se aproxima
RAMPINETE. El Dice. Acad. da: «Aguja que á la borizontal, y en genera) cuando rasa ó roza
usan los artilleros, y es un hierro largo con una el terreno, el objeto. En una montaña, por ejem
punta torcida, la cual sirve para reconocer por plo, el tiro desde la cumbre es, en rigor, tan ra
el fogón el metal de la pieza». sante como el que se dirige desde el pió á la
RANCHERO. El soldado encargado por tur cumbre; y sin embargo, como este rasa mejor,
RASG - 9io - RAYO
es más eflcaz, más mortífero, este es et basante maba la puerta con órgano ó peine (V. e. v.) en
y el que viene de arriba fijante. las antiguas fortalezas. Pero recordemos que
RASCADOR. Instrumento acerado, con un Moretti dice muchas cosas, como rampar y
mango transversal de madera, que sirve para machiculis.
limpiar la parte superior de un antiguo proyectil RASTRILLAZO. Lo mismo que fogonazo,
hueco hasta debajo del orificio de la boquilla.— gatillazo.
También es rascador el instrumento ó paleta de RASTRILLO. En el fusil de chispa, la pieza
hierro enastada, con la que se limpia el ánima y de la llave en que golpeaba el pedernal para
recámara del cañón, obús y mortero. Los hay de producir aquella.—En fortificación, la puerta
los varios calibres.—Asi llaman también los ar de estacas, ó barrera, si se habla en francés.
meros á una especie de baqueta, cuya punta in RASTRO. En general, la señal que deja im
ferior está picada á buril como unas cuatro pul presa en la tierra cualquier cosa al pasar; pero
gadas, a semejanza de escofina, y que usan para se dice más bien de un ejército cuando, rota la
pulir y ensanchar en las cajas de las armas de disciplina en una retirada, marcha cometiendo
fuego el taladro donde entra la baqueta. —En excesos y dejando rezagados. Galicia, por ejem
los carruajes, el rascador es un lazo de correa ó plo, conservará todavía el rastro del aliado in
cuerda que se clava en el centro de la lanza pa glés, cuando en 1808 se dejó acorralar y se em
ra sostener los tirantes. barcó en la Coruña.
RASGO. Según el Dice. Acad. es la acción RATIFICACION. Aprobación ó confirma
que se ejecuta con aire, garbo y generosidad.— ción de un tratado. —Nueva declaración en un
Rasgar se dice, metafóricamente, de los pactos, PROCESO.
capitulaciones y convenios.
RATON. Entre los antiguos modos de dar
RASGUÑO. Herida leve de arma blanca. — fuego al hornillo de una mina, se usó hacer cor
Dice. Acad. da también apuntamiento ó tanteo, rer un cohete por la canal de madera y se le dió
que en el dibujo militar ó topográfico es técni este nombre.
camente CRÓQÜIS.
RAUDAL. Copia de agua que corre arreba
RASO. Se dice del terreno, campo, campaña, tadamente. Del adjetivo raudo, rápido, violen
no sólo llano, sino plano, liso, sin cejas, plie to, precipitado, que se aplica al no. —Rauda
gues, ni grandes ondulaciones, sin árboles, sin mente, con rapidez. Del latín rapidus.
accidentes.—Del cielo que no tiene nubes.—Del
RAYA. Ranura, paso de rosca ó hélice abier
soldado, que ántes so riecia sencillo, ordinario,
to en el ánima de las actuales armas de fuego,
particular, sin premio ni ventaja.—De la rala
para que el proyectil adquiera en su trayectoria
de caSon, redonda, maciza, disparada A la anti un movimiento de rotación sobre su eje. (V. Ca
gua.—Raso en un rosque ó monte es la parte con rabina Fusil!.—Bandera, pendón, enseña árabe.
árboles muy claros ó completamente calva.— (Simonet). —Confín, límite, término jurisdiccio
Raso de metales, en la pieza de artillería, la nal de un estado, región, provincia, plaza. "Ha
línea exterior por donde se dirige la puntería sin de cuidar mucho el Gobernador de tener la Raya
alza.—Al raso, lo mismo que á cielo descubier de su plaza bien guarnecida de Centinelas, Ata
to, sin tienda, sin abrigo. layas y Postas repartidas por la entrada de la
RASTRA. Carro pequeño de artillería, lo tierra». (Puga y Rojas).— Rayano. Confinante,
mismo que el trenante, sino con dos ruedas, que colindante, fronterizo. — Rayar. Confinar. —
sirve, como este, para trasportar piezas, pertre También sobresalir, distinguirse: en la (rase
chos y efectos de mucho peso de un punto á otro «rayar muy alto». —Abrir rayas en un canon li
en las plazas ó parques.—En los carruajes, ras so.—Rayado. Lo opuesto á liso, sea cualquiera
tra es la pieza de hierro en forma de canal de el número y la curvatura de las rayas: hay pie
unas ocho pulgadas que va pendiente de una ca zas con tres y otras con 32. Apenas entrado en
dena y sirve para colocarla debajo de una de el tecnicismo esle adjetivo, ya empieza á seña
las ruedas, de modo que éntre en ella la llanta lar por traslación lo novísimo, lo poderoso, lo
y produzca retenida en las cuestas, haciendo eficaz.
que la rueda arrastre efectivamente y no gire. RAYO de la guerra. Sobrenombre glorioso
RASTREAR. Seguir el rastro, la pista (V. e. que lleva en la historia el celebre Sancho Dávi-
v.): indagar, inquirir, reconocer. la.—Rayo es la pieza conocida en las ruedas de
RASTRILLADA. Así dice Moretti que se lla los carruajes, contracción de radio sin duda.
RAZO - 94< - REBA
RAZON de la guerra. Confesado repetidas les, hizo apercibir los ingenios (máquinas)».
veces nuestro apego á lo añejo, á lo rancio del (Mariana. Hist. de Esp. lib. 2. cap. 9).—Anti
'enguaje, no extrañará la preferencia de esla guamente el adjetivo real solia dar idea de una
frase 4 esas otras: Constitución de la guerra ó cosa más grande ó perfecta que lo ordinario. Así
política, según Jomini, modo, sistema, manera se decía: fuerte real, batería real, baluarte real.
de hacerla. «Mudar la razón de la guerra, y no —«Es Chatelet una plaza de cuatro caballeros
estar perdiendo tiempo campeando contra los reales, harto capaces y bien entendidos, contra
enemigos tan sin provecho». (Avila y Zúñiga. minados ellos y las cortinas por de dentro con
Coment.)—Razón de guerra, puede decirse co unas bóvedas tan grandes, que pueden alojarse
mo ranún de estado.—Entre las diversas acep en ella trescientos caballos y más». (Coloma. G-
ciones de razón están vigentes orden y método, de Flánd. lib. 7).
motivo y causo. —Razón de estado, seg. Dice. REALISTA. El que defiende al rey en guer
Acad., es la política y regla con que se dirigen y ra civil con su pueblo. Más particularmente, e\
gobiei : in las cosas pertenecientes al interés y paisano armado, en la ominosa década, con ob
utilidad de la república. jeto exclusivo de apalear á su antípoda el negro
RAZZIA. Voz árabe, como algara ó rebato. i ó nacional del 20 al 23. —Pero además tiene el
Incursión, correría asoladora, punta atrevida, J adjetivo, derivando de real, existente ó de reali
sin más objeto que el botín y el castigo sobre dad, una acepción «artística» que ha entrado
«na comarca pequeña. Los franceses en Argelia I en el lenguaje común, por oposición á «ideal».
aplicando á la guerra oportunamente el similia | En la milicia, mirada como religión ó secta, hay
similibus de los homeópatas, han tomado de los también realistas y escepticos y estóicos. (V. e. v.¡
árabes la voz y la cosa que representa, tan an RERAJA. La disminución del tiempo legal de
tigua por cierto como el mismo pueblo africano, ¡ servicio ha servido por muchos

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