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Estudio-vida de Job

CONTENIDO
1. PALABRAS DE INTRODUCCIÓN
2. LAS TRIBULACIONES DE JOB (1)
3. LAS TRIBULACIONES DE JOB (2)
4. JOB MALDICE EL DÍA EN QUE NACIÓ
5. LA PRIMERA DE TRES RONDAS EN LOS DEBATES SOSTENIDOS ENTRE
JOB Y SUS TRES AMIGOS
6. LA PRIMERA DE TRES RONDAS EN LOS DEBATES SOSTENIDOS ENTRE
JOB Y SUS TRES AMIGOS
7. LA PRIMERA DE TRES RONDAS EN LOS DEBATES SOSTENIDOS ENTRE
JOB Y SUS TRES AMIGOS
8. LA PRIMERA DE TRES RONDAS EN LOS DEBATES SOSTENIDOS ENTRE
JOB Y SUS TRES AMIGOS
9. LA SEGUNDA DE TRES RONDAS EN LOS DEBATES SOSTENIDOS ENTRE
JOB Y SUS TRES AMIGOS
10. LA RESPUESTA DE DIOS A JOB
11. LA SEGUNDA DE TRES RONDAS EN LOS DEBATES SOSTENIDOS ENTRE
JOB Y SUS TRES AMIGOS
12. LA ECONOMÍA ETERNA DE DIOS COMO LA RESPUESTA AL LIBRO DE
JOB
13. LA SEGUNDA DE TRES RONDAS EN LOS DEBATES SOSTENIDOS ENTRE
JOB Y SUS TRES AMIGOS
14. LA SEGUNDA DE TRES RONDAS DE LOS DEBATES SOSTENIDOS ENTRE
JOB Y SUS TRES AMIGOS
15. LA TERCERA DE TRES RONDAS EN LOS DEBATES SOSTENIDOS ENTRE
JOB Y SUS TRES AMIGOS
16. CAPÍTULOS 21—31 (1)
17. LAS CONCLUSIONES A LAS QUE JOB LLEGA CON RESPECTO A LA
PROSPERIDAD Y LA CALAMIDAD EN LA VIDA HUMANA Y LA LÓGICA DE
ELIFAZ CON RESPECTO A LA RECOMPENSA AL BIEN Y AL MAL
18. LA INTENCIÓN QUE DIOS TIENE EN LA CREACIÓN DEL HOMBRE Y EN
EL TRATO QUE ÉL APLICA A SU PUEBLO ESCOGIDO
19. EL ESPÍRITU TODO-INCLUSIVO COMO LA CONSUMACIÓN DEL DIOS
TRIUNO PROCESADO Y CONSUMADO
20. LA TERCERA DE TRES RONDAS EN LOS DEBATES SOSTENIDOS ENTRE
JOB Y SUS TRES AMIGOS
21. NUESTRA ÚNICA NECESIDAD: EL DIOS TRIUNO PROCESADO Y
CONSUMADO, QUIEN ES EL ESPÍRITU VIVIFICANTE Y TODO-
INCLUSIVO
22. LA TERCERA DE TRES RONDAS EN LOS DEBATES SOSTENIDOS ENTRE
JOB Y SUS TRES AMIGOS
23. LA TERCERA DE TRES RONDAS EN LOS DEBATES SOSTENIDOS ENTRE
JOB Y SUS TRES AMIGOS
24. EL MOVER DE DIOS EN CRISTO A FIN DE PRODUCIR EL CUERPO
25. LA TERCERA DE TRES RONDAS EN LOS DEBATES SOSTENIDOS ENTRE
JOB Y SUS TRES AMIGOS
26. EL HOMBRE SE MUEVE EN EL MOVER DE DIOS, Y DIOS SE MUEVE EN
EL MOVER DEL HOMBRE
27. ELIÚ RESPONDE A JOB
28. ELIÚ RESPONDE A JOB
29. UNA PERSONA EN EL ESPÍRITU
30. ELIÚ RESPONDE A JOB
31. DIOS SE APARECE A JOB TRAYÉNDOLE REVELACIONES DIVINAS
32. EL RESULTADO FINAL, BAJO LA CONSUMACIÓN DE DIOS, DE LA
REVELACIÓN DIVINA PROGRESIVA EN LA NARRACIÓN DE LA
HISTORIA DE JOB
33. LA INTENCIÓN DE DIOS AL APARECÉRSELE A JOB
34. LA REVELACIÓN DIVINA COMPLETADA QUE SE HALLA EN TODA LA
ESCRITURA CON RESPECTO A LA RELACIÓN DE DIOS CON EL HOMBRE
(1)
35. EL PUNTO CENTRAL RESPECTO A LA APARICIÓN DE DIOS A JOB
36. LA REVELACIÓN DIVINA COMPLETADA QUE SE HALLA EN TODA LA
ESCRITURA CON RESPECTO A LA RELACIÓN DE DIOS CON EL HOMBRE
(2)
37. LA REVELACIÓN DIVINA COMPLETADA QUE SE HALLA EN TODA LA
ESCRITURA CON RESPECTO A LA NECESIDAD QUE TIENE EL HOMBRE
DELANTE DE DIOS
38. EL SIGNIFICADO EN LA SECUENCIA DE JOB Y DE SALMOS
39. DOS ÁRBOLES, DOS FUENTES, DOS LÍNEAS, DOS PRINCIPIOS
RECTORES Y DOS FINALES HALLADOS EN LA REVELACIÓN DIVINA DE
LAS SANTAS ESCRITURAS
40. UN MENSAJE ADICIONAL
ESTUDIO-VIDA DE JOB
MENSAJE UNO
PALABRAS DE INTRODUCCIÓN
Lectura bíblica: Job 1:1-5
Con este mensaje damos inicio al estudio-vida de Job. Mi carga en estos mensajes
puede ser expresada en las siguientes cuatro afirmaciones:

1) Dios aplica Su trato a Sus santos con el propósito de que ganen a Dios como vida.

2) Dios despoja a Sus buscadores de sus posesiones a fin de que puedan heredar a
Dios en plenitud.

3) Dios, mediante las aflicciones, produce en Sus vencedores un eterno peso de


gloria.

4) Dios, mediante todas las cosas, introduce en Sí mismo como gloria a los que le
aman y los glorificará consigo mismo.

I. EL NOMBRE
El libro de Job lleva como título el nombre de su escritor: Job. Este nombre
significa aborrecido o perseguido, lo cual corresponde con lo que Job sufrió por
parte de Satanás, el enemigo de Dios. Job ciertamente fue aborrecido y perseguido
por Satanás.

En este libro, Satanás, el enemigo de Dios, es un misterio para nosotros. No


podemos entender plenamente por qué Satanás todavía tiene no solamente la
libertad, sino incluso el “derecho civil” de presentarse delante de Dios y asistir a
uno de los concilios celebrados por Dios con Sus ángeles. Por supuesto, lo sucedido
en Job 1 y 2 ocurrió unos dos mil años antes de que Cristo muriera en la cruz a fin
de destruir al diablo, quien tiene el imperio de la muerte (He. 2:14). Puesto que
Cristo destruyó a Satanás en la cruz, podríamos pensar que Satanás ya no tiene el
“derecho civil” de entrar en la presencia de Dios. Sin embargo, según Apocalipsis
12:10, Satanás todavía nos acusa delante de Dios día y noche. Este derecho le será
quitado a Satanás al inicio de la gran tribulación. Cuando los vencedores hayan
llegado a los cielos, Satanás será echado de los cielos a la tierra. A partir de
entonces, Satanás ya no tendrá derecho a entrar en la presencia de Dios.

II. EL ESCRITOR
El escritor del libro de Job fue Job. Esto es confirmado por Ezequiel 14:12, 14, 20 y
Jacobo 5:11. Estos versículos son prueba de la autenticidad de este libro.
III. LA FECHA
Tomando en cuenta el estilo de vida nómada que tenía Job (Job 1:3) y la manera en
que ofrecía el holocausto en beneficio de sus hijos, tal parece que este libro fue
escrito en tiempos de Abraham, Isaac y Jacob (v. 5; Gn. 22:13; 31:54), alrededor del
año 2000 a. C. Esto quiere decir que Job fue escrito quinientos años antes que
Moisés escribiera el Pentateuco.

IV. EL LUGAR
El libro de Job nos dice que Job vivió en Uz, una ciudad de Edom (Lm. 4:21), al
oeste del desierto de Arabia.

V. LA MANERA EN QUE FUE ESCRITO


El libro de Job está escrito en forma poética, con la excepción de los primeros dos
capítulos y los once versículos finales del capítulo 42. Job es el primero de los cinco
libros de poesía en las Escrituras; los otros cuatro son Salmos, Proverbios,
Eclesiastés y El Cantar de los Cantares.

VI. EL CONTENIDO
A. Las expresiones de los sentimientos
de hombres piadosos
El libro de Job contiene las expresiones de los sentimientos de hombres piadosos,
incluyendo a Job, a sus tres amigos y al joven Eliú. Este libro registra el hablar de
estas cinco personas además del hablar de Dios.

1. Según las experiencias de su vida piadosa


Al igual que Salmos, el libro de Job consta de las expresiones de los sentimientos de
estas personas según las experiencias de su vida piadosa.

2. Llenos del principio


que corresponde al bien y al mal
Estas expresiones fueron vertidas antes que la ley fuese dada; sin embargo, tales
sentimientos estaban llenos del principio que corresponde al bien y al mal. Éste es
el principio del árbol del conocimiento del bien y del mal.

3. Su lógica se conforma a la línea


del árbol del conocimiento del bien y del mal
Su lógica se conforma a la línea del árbol del conocimiento del bien y del mal; y con
base en esto, ellos reflexionan mucho sobre la equidad de Dios y sobre Sus justos
juicios.

B. Con relación a
los juicios del gobierno de Dios
La expresión de los sentimientos de estos hombres piadosos se relaciona con los
juicios del gobierno de Dios. Los debates entre Job y sus tres amigos eran
principalmente referidos al juicio. Según el raciocinio de ellos, Job tenía que haber
errado en algún asunto o aspecto, y todo cuanto le sucedió correspondía al juicio de
Dios. Ellos también han de haber pensado que los hijos de Job erraron y murieron
a causa del juicio de Dios. Por tanto, el contenido de este libro está vinculado al
tema del juicio de Dios.

1. Dios crea el universo según Su economía


y para el cumplimiento de Su intención
El universo fue creado según la economía de Dios y para el cumplimiento de Su
intención.

2. Dios crea al hombre según Su deseo


Más aún, es según Su deseo que Dios creó al hombre a fin de que Él pudiese ser
expresado por el hombre. A fin de llegar a ser la expresión de Dios, ciertamente el
hombre deberá estar bajo el gobierno de Dios, y esto conlleva el juicio de Dios.

3. Dios ejerce control gubernamental


sobre el hombre
Es necesario que Dios ejerza Su control gubernamental sobre el hombre y lo juzgue
en conformidad con Su justicia. Nadie escapará el juicio de Dios. Romanos 2:5 y 6
dice: “Conforme a tu dureza y a tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo
ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual pagará a
cada uno conforme a sus obras”. Hechos 17:31 dice que Dios “ha establecido un día
en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó”. Este
hombre es Jesucristo, a quien Dios le encomendó juzgar a los vivos y los muertos
(Hch. 10:42). Tarde o temprano, todos seremos juzgados por el Señor Jesucristo.

4. Algunos de Sus juicios son temporales,


y otros son definitivos
Algunos de los juicios de Dios son temporales, como el efectuado sobre Sodoma, y
otros son definitivos, como los que proceden del gran trono blanco (Ap. 20:11-15).
Al respecto, 1 Timoteo 5:24 dice: “Los pecados de algunos hombres son manifiestos
antes que ellos vengan a juicio, mas a otros se les descubren después”. Los pecados
de ciertas personas son juzgados por Dios antes, y los pecados de otros vienen a
juicio después. El juicio de Dios, ya sea que se efectúe temprano o tarde, será
efectuado en el tiempo determinado por Dios.

5. Algunas personas prosperan


y florecen temporalmente,
a pesar de ser impíos y malvados
Debido a que algunos juicios de Dios son temporales y otros son definitivos, hay
quienes prosperan y florecen a pesar de ser personas impías y malvadas. Algunos
sufren el azote de ciertas calamidades naturales debido a la maldición que trae el
pecado del hombre (Gn. 3:17-18). Es posible que quienes sufren así, no sufran a
causa de sus propias acciones pecaminosas. Debido a que Adán cayó, al cometer
pecado, la maldición vino a manera de juicio. Según Romanos 8:20-22, “la creación
fue sujetada a vanidad”, y sujeta a la esclavitud de corrupción, la creación “gime a
una, y a una está con dolores de parto hasta ahora”. Esto es también una clase de
juicio. Debido a este juicio, a veces las personas sufren el azote de las calamidades
naturales, aun cuando ellas mismas no hayan cometido pecado. No toda persona a
la que le sobreviene alguna calamidad, un huracán por ejemplo, debe dicho
sufrimiento a algún pecado cometido por ella.

6. Perspectivas diferentes
con respecto al juicio de Dios
Job y sus amigos probablemente tenían perspectivas diferentes con base a las
cuales ellos insistían y debatían respecto al juicio de Dios. Gran parte de su debate
era resultado de sus perspectivas diferentes con respecto al juicio de Dios.

7. Job y sus amigos no ven el aspecto positivo


de la economía de Dios en el trato
que Él aplica a Su pueblo santo
Es obvio que Job y sus amigos no vieron el aspecto positivo de la economía de Dios
en el trato que Él aplica a Su pueblo santo. Es decir, Dios desea despojar, no juzgar,
a Sus santos a fin de ganarlos para Sí con miras a que ellos puedan ganar más de
Dios.

Los amigos de Job pensaban que el sufrimiento de Job correspondía al juicio de


Dios; sin embargo, los sufrimientos de Job no representaban el juicio de Dios, sino
el despojamiento por parte de Dios. Los sabeos se llevaron los bueyes y las asnas de
Job, el “fuego de Dios” devoró sus ovejas, los caldeos se llevaron sus camellos y un
gran viento causó la muerte de sus hijos e hijas (Job 1:13-19). Todas estas cosas
representaban el despojamiento por parte de Dios, pero Job y sus amigos
consideraron que se trataba del juicio de Dios. A lo largo de los siglos han habido
muchos lectores del libro de Job que han tenido este mismo concepto, pensando
que Job sufrió debido al juicio de Dios.

¿Alguna vez habían pensado que frecuentemente Dios hace algo con el fin de
despojarlos? Aun cuando ustedes no hayan hecho nada errado, de improviso les
sobrevienen ciertas cosas de las cuales Dios se vale para despojarlos. Antes de que
yo viniera al recobro del Señor, la palabra despojar no formaba parte de mi
diccionario espiritual. Yo había escuchado acerca del juicio, del castigo y de la
disciplina, pero no acerca del despojamiento. Fue del hermano Nee que aprendí
acerca del despojamiento efectuado por Dios.

Hoy en día, en nuestro léxico espiritual, la primera palabra debe ser Cristo, y la
segunda, despojar. ¿Cuánto de Cristo ha ganado usted? Lo que usted haya ganado
de Cristo estará en proporción a cuánto haya sido despojado. Cuanto más Dios nos
despoja, más Cristo ganaremos.

8. Al despojar a quienes le aman


y buscan más de Él, Dios se imparte en ellos
Al despojar a quienes le aman y buscan más de Él, Dios se imparte en
ellos. Job perdió todo lo que tenía, pero, a la postre, ganó a Dios mismo.
Dios le despojó de todo a fin de poder ser todo para Job con miras a que
él fuese plenamente transformado y conformado a la imagen gloriosa de
Dios en Su Hijo (Ro. 8:29).

C. Bajo una revelación inadecuada


de las verdades divinas
Job y sus amigos no poseían una revelación adecuada de las verdades
divinas. Como hombres piadosos, ellos expresaron sus sentimientos
dentro de los límites fijados por la revelación que habían recibido.

1. La revelación divina en la Biblia es progresiva


La revelación divina en la Biblia es progresiva. Hasta el tiempo de Job, la
progresión de la revelación divina había alcanzado únicamente el nivel
correspondiente al tiempo de Abraham, es decir, que los pecadores
necesitan de la redención provista por Dios con el derramamiento de la
sangre del holocausto. Nada había sido develado con respecto a la
regeneración, la renovación, la transformación, la conformación y la
glorificación. Todas estas cosas no formaban parte de la cultura
espiritual de Job ni de Abraham.

Muchos de los cristianos de hoy no conocen asuntos tales como la


transformación, la conformación y la glorificación. Quizás conozcan un
poco sobre la regeneración y la renovación, pero la mayoría no conoce
nada con respecto a la transformación, la conformación y la glorificación.
¿Conocían ustedes estas cosas antes de entrar en el recobro del Señor?
Entre los cristianos de hoy, la enseñanza con respecto a estos asuntos
está ausente debido a que hay carencia de revelación con respecto a
ello. En el recobro, por el contrario, se hace hincapié en la
transformación. Desde el inicio de mi ministerio en este país he hablado
sobre el ejercicio de nuestro espíritu para experimentar y disfrutar a
Cristo y sobre la transformación. Sin embargo, para muchos santos la
transformación es meramente algo doctrinal, y no una experiencia
práctica en el espíritu. La vida cristiana consiste en que Cristo viva en
nuestro ser. Como Pablo dijo: “Ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí” (Gá.
2:20). Ésta es la vida cristiana, y ésta es la transformación práctica y
diaria que experimentamos en nuestro espíritu.
2. Las verdades divinas
no fueron reveladas de manera completa
sino hasta los tiempos del apóstol Pablo
Las verdades divinas respecto a asuntos tales como la regeneración, la
renovación, la transformación, la conformación y la glorificación no
fueron explícitamente reveladas al hombre en la economía
antiguotestamentaria de Dios. Ellas no fueron reveladas de manera
completa sino hasta los tiempos del apóstol Pablo (Fil. 3:8). Pablo recibió
una revelación completa y explícita de las cosas que Abraham, Job y los
amigos de Job no comprendían debido a que carecían de la cultura
espiritual necesaria para ello. No debiéramos echarle la culpa a Job y a
sus amigos ni debiéramos menospreciarlos por tal carencia de
entendimiento.

En Job 42:5 Job dijo: “De oídas había oído de Ti, / mas ahora mis ojos te
han visto”. El hecho de que Job haya visto a Dios puede ser interpretado
como que él haya ganado a Dios. Pero ¿qué significa ganar a Dios? En
Job no encontramos mayor revelación al respecto, pues la revelación en
este libro no es clara, completa ni perfecta. La revelación clara,
completa y perfecta se halla en los escritos de Pablo, especialmente en
Gálatas, Efesios, Filipenses y Colosenses, los cuatro libros que conforman
el corazón del Nuevo Testamento. Si leemos estos cuatro libros,
obtendremos una visión clara de lo que significa ganar a Dios.
Lamentablemente, gran parte de los cristianos hoy todavía sigue en la
era de Job. Por tanto, espero que estos mensajes serán de ayuda para
abrir los ojos de ustedes.

VII. EL TEMA
El tema del libro de Job es el propósito de Dios en el trato que aplica a
Su santo. Job es un libro en el que personas piadosas debaten sobre qué
propósito tiene el sufrimiento de los santos, es decir, cuál es el propósito
de Dios en el trato que aplica a Su pueblo. Puesto que Job es un libro tan
antiguo, no contiene una clara revelación del propósito de Dios en el
trato que aplica a Su pueblo. Esta revelación no le fue dada a Job, sino a
Pablo. Según lo revelan las epístolas de Pablo, el propósito de Dios al
tratar con nosotros es despojarnos completamente de todas las cosas a
fin de que ganemos más y más de Dios. Éste es el tema del libro de Job.

VIII. LAS SECCIONES


Job consta de seis secciones: la introducción (1:1—2:10); los debates
entre Job y sus tres amigos (2:11—32:1); Eliú responde a Job (32:2—
37:24); el diálogo entre Dios y Job (38:1—42:6); Jehová trata con los tres
amigos de Job (42:7-9); y el final de Job (42:10-17).
ESTUDIO-VIDA DE JOB
MENSAJE DOS
LAS TRIBULACIONES DE JOB
(1)
Lectura bíblica: Job 1
En este mensaje sobre las tribulaciones de Job, primero consideraremos
la persona misma de Job.

I. JOB, EL HOMBRE
A. Un hombre perfecto y recto,
temeroso de Dios y apartado del mal
Job 1:1 dice: “Hubo en la tierra de Uz un varón llamado Job; aquel varón
era perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal”. Ser perfecto
guarda relación con el hombre interior, y ser recto guarda relación con el
hombre exterior. Además, ser recto significa que uno no es deshonesto
ni tendencioso.

Además de ser perfecto internamente y recto externamente, Job, en un


sentido positivo, temía a Dios y, en un sentido negativo, se apartaba del
mal. Sin embargo, incluso algo tan positivo como temer a Dios en
realidad no aporta nada positivo. Dios no creó al hombre meramente
para que éste le temiera y no hiciera nada malo. La Biblia nos dice que
Dios creó al hombre a Su imagen y semejanza para que éste expresara a
Dios (Gn. 1:26). Entre todas las cosas positivas, esto es lo más positivo.
Temer a Dios y apartarse del mal no es lo suficientemente adecuado, y
en realidad no es algo positivo. Lo más positivo es expresar a Dios.
Expresar a Dios es más elevado que temerle y apartarse del mal.

Otra palabra utilizada en relación con Job el hombre es integridad. En Job


2:3 Jehová le dice a Satanás que Job “todavía se aferra a su integridad”.
En el versículo 9 la esposa de Job le pregunta: “¿Todavía te aferras a tu
integridad?”. En 27:5 Job le dice a sus amigos: “Hasta que muera, no
quitaré de mí mi integridad”. Finalmente, en 31:6 Job declara: “Que
conozca Dios mi integridad”. Mientras que las
palabras perfecto y recto son adjetivos, la palabra integridad es un
sustantivo. La integridad es la suma total de ser perfecto y recto; es la
suma total de la perfección más la rectitud. Con respecto a Job, la
integridad era la expresión total de lo que Job era. En cuanto a su
carácter, él era perfecto y recto; en cuanto a su ética, él poseía un nivel
muy elevado de integridad.

B. Tiene siete hijos y tres hijas


Según Job 1:2, le nacieron siete hijos y tres hijas.

C. Tiene muchas posesiones y siervos


Job poseía siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de
bueyes, quinientas asnas y grandes cantidades de siervos (v. 3a).

D. Más grande que todos los hijos del oriente


Job era más grande que todos los hijos del oriente (v. 3b).

E. Santifica a sus hijos


después de cada banquete celebrado por ellos,
y ofrece holocaustos por ellos
Los hijos de Job solían celebrar banquetes en la casa de cada uno por
turno, cada uno en su día, e invitaban a sus hermanas para que
comieran y bebieran con ellos (v. 4). Job enviaba por ellos y los
santificaba y, levantándose muy de mañana, ofrecía holocaustos por
ellos, diciendo: “Tal vez hayan pecado mis hijos y hayan maldecido a
Dios en sus corazones” (v. 5). Puesto que celebrar banquetes, esto es,
comer en exceso, puede ser una actividad mundana, Job santificaba a
sus hijos después de los días de banquete. Job ofrecía holocaustos por
sus hijos continuamente. Él ciertamente era un padre piadoso.

II. UN CONCILIO ES CELEBRADO EN LOS CIELOS


CON RESPECTO A JOB
En lo referente a la ética, Job era una persona muy buena. Según los
ojos humanos, Job no tenía problema alguno. Incluso Dios podía jactarse
delante de Satanás con respecto a cuán bueno era Job (v. 8; 2:3).
Únicamente Dios sabía que Job tenía una necesidad, esto es: Job estaba
escaso de Dios. Dios estaba amorosamente preocupado por Job, así que
celebró un concilio en los cielos para conversar sobre Job.

A. Celebrado por Dios con los ángeles


Este concilio fue celebrado por Dios con los ángeles, los hijos de Dios
(1:6a; cfr. 1 R. 22:19-23; Sal. 89:5-7).

B. Satanás también asiste al concilio


No creo que Satanás haya sido invitado a asistir a este concilio. Él vino
sin ser invitado; él se invitó a sí mismo. Con frecuencia, Satanás viene
sin ser invitado.

En Isaías 14:15 y Ezequiel 28:16-17 Satanás fue condenado e incluso


sentenciado por Dios. No obstante, Dios, en Su sabiduría y soberanía, no
ejecutó Su juicio contra Satanás. Dios todavía le ha concedido a Satanás
un tiempo limitado a fin de que haga ciertas cosas negativas pero
necesarias para el cumplimiento de Su economía. Dios no podía pedir, ni
habría pedido, a ninguno de Sus muchos ángeles excelentes que
realizara lo que era necesario para causar perjuicio a Job. Sin Satanás,
no habría quien pudiera realizar el horrible trabajo de causar perjuicio a
Job para despojarlo de todo a fin de que pudiera ser lleno de Dios.

Podemos dar como ejemplo ilustrativo el caso de Judas en el Nuevo


Testamento. Un día el Señor Jesús dijo: “¿No os he escogido Yo a
vosotros los doce? Sin embargo, uno de vosotros es diablo” (Jn. 6:70).
¿Por qué el Señor escogió a Judas como uno de los doce si Él sabía que
Judas le traicionaría? (Jn. 13:2, 27). En lo que concierne a cierto aspecto
particular de la economía eterna de Dios, Judas era necesario. Sin Judas,
¿cómo habría sido traicionado el Señor Jesús? Y si Él no hubiese sido
traicionado, ¿cómo podría haber ido a la cruz? Por tanto, existía la
necesidad de un Judas.

La situación es parecida al caso de Satanás en el libro de Job. Existía la


necesidad de que alguien causara perjuicio a Job, no con la intención de
juzgarlo, sino para despojarlo de todo. Job había estado laborando bajo
la bendición de Dios por muchos años y había acumulado muchas cosas.
Él poseía siete mil ovejas, tres mil camellos, quinientas yuntas de
bueyes, quinientas asnas y grandes cantidades de siervos. Él tenía a su
querida esposa y a sus siete hijos y tres hijas; más aún, Job había tenido
gran éxito respecto a ser perfecto y recto y aferrarse a su propia
integridad. Sus posesiones, su éxito y sus logros hicieron de él una
persona contenta y satisfecha. Aunque Job tenía muchas posesiones y
había logrado mucho, él no tenía a Dios mismo dentro de él. Al ver a Job,
Dios pudo haber dicho: “Job, ¿qué haré contigo? Estás lleno de
posesiones y logros, pero no estás lleno de Mí. Me tienes en nombre,
pero no me tienes a Mí mismo dentro de ti”. Por tanto, Satanás era
necesario a fin de que Dios aplicara Su trato a Job. Satanás era el único
en el universo que podía cumplir, y habría de cumplir, la intención de
Dios de despojar a Job de sus posesiones y de sus logros éticos.

C. Dios inquiere de Satanás con respecto a Job


En Job 1:7-12a constan las preguntas acerca de Job que Jehová le planteó a
Satanás.

1. Dios interroga a Satanás


Dios interrogó a Satanás, preguntándole de dónde venía (v. 7a).
2. La respuesta de Satanás
En respuesta a la pregunta de Dios, Satanás le respondió: “De recorrer la tierra y de
andar por ella” (v. 7b).

3. Dios le pregunta a Satanás


con respecto a Job
“Jehová dijo a Satanás: ¿No has considerado a Mi siervo Job? Porque no hay otro
como él en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal”
(v. 8). Aquí Dios se gloría delante de Satanás con respecto a Job. Si leemos
atentamente nos daremos cuenta de que Dios se glorió delante de Satanás con
respecto a Job con la intención de que Satanás hiciera algo para Él.

4. Satanás pregunta si Job


teme a Dios de balde
Satanás le respondió a Jehová con una pregunta: “¿Acaso teme Job a Dios de
balde? ¿No le has cercado con una valla a él, a su casa y a todo lo que tiene? Has
bendecido la obra de sus manos, de modo que sus posesiones se han aumentado
por toda la tierra” (vs. 9-10). Dios ciertamente había protegido a Job y había
bendecido la obra de sus manos. En el versículo 11 Satanás prosigue diciendo:
“Pero extiende Tu mano y toca todo lo que tiene, y ciertamente te maldecirá en Tu
propia cara”.

5. Dios dice que todo cuanto Job tenía


estaba en las manos de Satanás
“Dijo Jehová a Satanás: Todo lo que él tiene está en tu mano; solamente no
extiendas tu mano contra él” (v. 12a). No debiéramos pensar que Dios fue atrapado
por Satanás, pues en realidad Satanás fue quien resultó atrapado por Dios a fin de
que hiciera algo para Él, esto es: despojar a Job en beneficio de Dios. Satanás, un
ángel maligno, estaba dispuesto a hacer lo que ninguno de los ángeles buenos
quería hacer, y aceptó de inmediato tal comisión deshonrosa.

6. El concepto maligno de Satanás


concerniente al trato que Dios aplica
a Su pueblo que le busca está basado
en su propio principio comercial
de ganancia o pérdida
El concepto maligno de Satanás concerniente al trato que Dios aplica a Su pueblo
que le busca está basado en su propio principio comercial de ganancia o pérdida.
Satanás es un comerciante, un mercader, y su manera de pensar se rige por este
principio comercial. Satanás no reconoce que el propósito de Dios al tratar con
aquellos que le aman —incluso al sufrir pérdida— tiene como fin que ganen
plenamente a Dios, superando la pérdida de todo cuanto ellos tenían aparte de
Dios, de modo que Él pueda ser expresado a través de ellos para el cumplimiento
de Su propósito al crear al hombre (Gn. 1:26).
III. SATANÁS ATACA A JOB,
Y JOB SUFRE TRIBULACIONES EN RELACIÓN
CON SUS POSESIONES Y SUS HIJOS
En Job 1:12b-19 vemos que Satanás atacó a Job y que Job sufrió tribulaciones en
relación con sus posesiones y sus hijos.

A. Satanás sale de la presencia de Dios


El versículo 12b dice que Satanás salió de la presencia de Dios.

B. El ataque de Satanás
1. Los bueyes y las asnas son llevados
Cierto día, mientras los hijos e hijas de Job comían y bebían vino en casa de su
hermano, el primogénito, un mensajero vino a Job y le informó que los sabeos
habían atacado y se habían llevado los bueyes y las asnas, habiendo matado a los
criados a filo de espada. Solamente este mensajero había logrado escapar para
darle la noticia a Job (vs. 13-15).

2. El fuego de Dios
consume las ovejas
Mientras todavía hablaba este mensajero, llegó otro para informarle a Job que
fuego de Dios había caído del cielo y había quemado tanto las ovejas como los
siervos, y los había consumido. Ese fuego fue una especie de calamidad natural.
Solamente este mensajero había logrado escapar para darle la noticia a Job (v. 16).

3. Los caldeos arremetieron


contra los camellos y se los llevaron
Mientras todavía hablaba este mensajero, llegó otro mensajero para informarle a
Job que los caldeos, formados en tres escuadrones, habían arremetido contra los
camellos y se los habían llevado. Ellos también mataron a filo de espada a todos los
siervos, y solamente este mensajero había logrado escapar para darle la noticia a
Job (v. 17).

4. Un gran viento causa la muerte


a los hijos e hijas de Job
Mientras todavía hablaba este mensajero, llegó otro mensajero para informarle a
Job sobre sus hijos e hijas. Ellos estaban comiendo y bebiendo vino en la casa de su
hermano, el primogénito, cuando de repente un gran viento vino del lado del
desierto y azotó las cuatro esquinas de la casa de tal manera que cayó sobre los
jóvenes, y murieron. Solamente este mensajero había logrado escapar para darle la
noticia a Job (vs. 18-19). El gran viento era probablemente un huracán. Al igual que
el fuego, este viento era una calamidad natural instigada por Satanás.

C. La reacción de Job a sus tribulaciones


Los versículos del 20 al 22 describen la reacción de Job a sus tribulaciones.

1. Rasga su manto, se rasura la cabeza,


se postra en tierra y adora a Dios
Job se levantó, rasgó su manto y se rasuró la cabeza; luego, postrándose en tierra,
adoró a Dios (v. 20).

2. Dice que Jehová es quien da y quien quita


Job dijo: “Desnudo salí del vientre de mi madre, / y desnudo volveré allá” (v. 21a).
Después, él procedió a declarar: “Jehová da y Jehová quita; / bendito sea el nombre
de Jehová” (v. 21b).

3. No peca ni atribuye a Dios


despropósito alguno
En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno (v. 22).

Después, los tres amigos de Job se enteraron de la situación y vinieron a visitarle


(2:11-13). Job, su esposa y sus amigos se encontraban perplejos y no podían
discernir cuál era la causa de que todo esto le hubiera sobrevenido a Job. No
encontraban respuesta alguna porque solamente en el Antiguo Testamento no es
posible hallar tal respuesta. La respuesta se halla en las epístolas de Pablo.

ESTUDIO-VIDA DE JOB
MENSAJE TRES
LAS TRIBULACIONES DE JOB
(2)
Lectura bíblica: Job 2
En este mensaje seguiremos considerando las tribulaciones de Job.

IV. UN CONCILIO ES CELEBRADO NUEVAMENTE


EN LOS CIELOS CON RESPECTO A JOB
Un concilio fue celebrado nuevamente en los cielos con respecto a Job
(2:1). Para Dios, no era fácil ganar a una persona como Job, quien temía
a Dios y se apartaba del mal. Pero lo que Job había logrado era por
completo vano; ello no cumplía el propósito de Dios ni satisfacía el deseo
de Dios. Por tanto, Dios estaba amorosamente preocupado por Job y
sostuvo dos concilios en los cielos respecto a cómo tratar con Job (1:6-8;
2:1-3).

A. Celebrado por Dios con los ángeles


El segundo concilio también fue celebrado por Dios con los ángeles, los
hijos de Dios (v. 1a).

B. Satanás nuevamente asiste al concilio


Satanás nuevamente asistió al concilio, presentándose delante de Dios
(v. 1b).

C. Dios inquiere de Satanás con respecto a Job


En los versículos del 2 al 6 vemos que Dios nuevamente inquiere de
Satanás con respecto a Job.

1. La pregunta de Dios y la respuesta de Satanás


Jehová le preguntó a Satanás: “¿De dónde vienes?”. Satanás le
respondió a Jehová, diciendo: “De recorrer la tierra y de andar por ella”
(v. 2).

2. Dios le pregunta a Satanás


con respecto a Job
Según el versículo 3, Jehová le preguntó a Satanás: “¿No has
considerado a Mi siervo Job? Porque no hay otro como él en la tierra,
varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal. Todavía se
aferra a su integridad, aunque me incitaste contra él para que lo
arruinara sin causa”. Aquí Dios reconoce que lo que le había sobrevenido
a Job carecía de causa.

3. Satanás dice que todo lo que


el hombre tiene lo dará por su vida
Satanás respondió a Jehová diciendo: “¡Piel por piel! Ciertamente todo lo
que el hombre tiene lo dará por su vida. Pero extiende Tu mano, y toca
su hueso y su carne; y ciertamente te maldecirá en Tu propia cara” (vs.
4-5). Aparentemente, Satanás estaba desafiando a Dios. En realidad,
Satanás dijo exactamente lo que Dios quería, y ello agradó a Dios.

4. Jehová le dice a Satanás


que Job estaba en su mano
Jehová le dijo a Satanás que Job estaba en su mano, pero que solamente
guardara su vida (v. 6).

5. Dios restringe a Satanás


dentro de los límites de lo que Él le permite
Satanás, según su naturaleza cruel, atacaría sin medida a los que aman
a Dios para causarles perjuicio si Dios no fijara ciertos límites a fin de
salvaguardar la existencia misma de quienes le aman, con miras a que
éstos puedan ganar de Dios al grado máximo para la plena satisfacción
de Dios. La Biblia nos muestra que después que Dios juzgó a Satanás,
todavía le permitió estar libre para acusar, atacar, dañar, perseguir y
martirizar a Sus santos de tal modo que Dios pueda valerse, en cierto
grado, de Satanás para el cumplimiento de Su particular propósito; sin
embargo, Dios siempre restringe a Satanás dentro de los límites de lo
que Él le permite.

V. SATANÁS ATACA A JOB,


Y JOB SUFRE TRIBULACIÓN
EN RELACIÓN CON SU CUERPO
En los versículos 7 y 8 vemos que Satanás atacó a Job y que Job sufrió
tribulación en relación con su cuerpo.

A. Satanás sale de la presencia de Dios


Satanás salió de la presencia de Dios (v. 7a).

B. El ataque de Satanás
Satanás atacó a Job hiriéndolo con furúnculos severos desde la planta
del pie hasta la coronilla de la cabeza (v. 7b).

C. El dolor de Job
Job tomó un trozo de tiesto para rascarse con él, y se sentó en medio de
las cenizas (v. 8). Los furúnculos que cubrían su cuerpo eran muy
dolorosos. Mientras él estaba allí sentado sufriendo, Job no tenía nada
que decir al respecto.

D. La reacción de Job a su tribulación


En los versículos 9 y 10 consta la reacción de Job a su tribulación.

1. Su esposa reacciona burlándose


La esposa de Job reaccionó ante tal tribulación diciéndole: “¿Todavía te
aferras a tu integridad? Maldice a Dios, y muérete” (v. 9).

2. La respuesta y reacción de Job


En respuesta y reacción a lo dicho por su esposa, Job dijo: “Hablas como
una mujer necia. ¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo
recibiremos? En todo esto no pecó Job con sus labios” (v. 10a). Tal
parece que el pensamiento de Job no se ajustaba al principio comercial
de pérdida o ganancia. En cierto sentido, Job estaba dispuesto a sufrir
pérdida. Sin embargo, el dolor físico que lo agobiaba era insoportable.
3. Job no peca con sus labios
En todo esto no pecó Job con sus labios (v. 10b).

VI. UNA ESCENA MUY SIGNIFICATIVA,


INSTRUCTIVA Y REVELADORA
Aquí podemos contemplar una escena muy significativa, instructiva y
reveladora, una escena en la que tanto los cielos como la tierra están
involucrados. Puesto que esta escena tiene su origen en los cielos, lo
que le sucedió a Job en la tierra tuvo su inicio en los cielos. Hoy en día,
gracias a la Biblia, podemos ver tanto la escena en la tierra como la
escena en los cielos.

A. Después de la primera serie


de ataques infligidos por Satanás,
Job no ora sino que bendice a Dios
Después de la primera serie de ataques infligidos por Satanás, Job no oró
sino que bendijo a Dios, sin pecar ni atribuir despropósito alguno a Dios
(1:20-22).

B. Después de la segunda serie


de ataques infligidos por Satanás,
Job sufre gran dolor en silencio
Después de la segunda serie de ataques infligidos por Satanás, Job sufrió
gran dolor en silencio (2:13b).

C. Ninguno de los amigos de Job


le dice palabra
En su visita, los tres amigos de Job alzaron la voz y lloraron, rasgaron sus
mantos, esparcieron polvo sobre sus cabezas hacia el cielo y se sentaron
con él en tierra por siete días y siete noches; pero ninguno le decía
palabra (vs. 12-13a). No podían decir nada debido a que desconocían, no
entendían, el propósito de lo sucedido a Job.

D. Job maldice
el día de su nacimiento
Finalmente, Job maldijo el día de su nacimiento (3:1). En lugar de
quejarse ante Dios o ante los hombres, Job se maldijo a sí mismo al
maldecir su nacimiento.

E. Job y sus tres amigos


permanecen ignorantes en torno
a un suceso extremadamente
doloroso y aterrador
Esta escena nos indica que Job y sus tres amigos permanecían
ignorantes en torno a un suceso extremadamente doloroso y aterrador
y, en medio de su actitud piadosa, estaban completamente
desconcertados, sin poder discernir la razón y el propósito de lo ocurrido
así como cuál sería el resultado.

VII. UN PASO DE LA ECONOMÍA DIVINA


La experiencia de Job representó un paso de la economía divina. En este
entorno, Dios dio un paso adelante a fin de lograr algo con Job.

A. Este suceso fue planificado por Dios


Este suceso fue ciertamente planificado por Dios. Esto no debiera ser
problema alguno para nosotros. En Su plan, Dios celebró dos concilios e
inquirió de Satanás dos veces con respecto a Job, y Satanás cayó en el
plan de Dios.

B. Para consumir y despojar a Job,


quien se hallaba en un estado de contentamiento
Este paso dado en la economía de Dios tenía como fin consumir y
despojar a Job, quien se hallaba en un estado de contentamiento con
respecto a su búsqueda de Dios. Antes del primer ataque de Satanás,
Job era una persona contenta. Él estaba completamente contento y
satisfecho con sus logros en todo sentido. Pero, a la postre, Job fue
despojado de todas sus posesiones, salud e integridad, y él mismo fue
consumido.

C. Para conducir a Job


a una búsqueda más profunda de Dios
La intención de Dios era conducir a Job a una búsqueda más profunda de
Dios para que así él pudiera ganar más de Dios mismo antes que
meramente obtener las bendiciones de Dios y alcanzar logros personales
en relación con su propia perfección e integridad. Job estaba contento en
el ámbito del éxito en cuanto a obtener posesiones materiales así como
logros éticos; sin embargo, él carecía de Dios mismo. Por tanto, Dios lo
condujo a otro ámbito a fin de que Job pudiese ganar a Dios mismo.

VIII. UNA HERRAMIENTA HORRIBLE


CON UNA COMISIÓN DESHONROSA
Satanás era una herramienta horrible usada por Dios para llevar a cabo
una comisión deshonrosa.
A. Satanás continúa en libertad
a fin de ser usado intencionalmente por Dios
como una herramienta horrible
La escena descrita en Job 1 y 2 nos muestra que Satanás, quien ya fue
juzgado por Dios, continúa en libertad a fin de ser usado
intencionalmente por Dios como una horrible herramienta que sirve al
propósito de aplicar el severo trato de Dios para con Sus amados.

B. La comisión de Satanás es deshonrosa


La comisión de Satanás, que sirve al propósito de aplicar el trato de Dios
para con Sus amados, es absolutamente deshonrosa.

IX. UNA CONSUMACIÓN MISTERIOSA Y GLORIOSA


A. Los ataques de Satanás a Job
establecen un cimiento misterioso y glorioso
Los ataques de Satanás a Job realizados en dos etapas establecieron un
fundamento, un cimiento, misterioso y glorioso sobre el cual Dios
pudiese llevar a cabo la gloriosa transformación de Job y para que Job
experimentara las transacciones misteriosas en su relación con el Dios
misterioso.

B. Para alcanzar el estándar y el nivel


de la economía eterna de Dios
referente a Sus escogidos
Esta consumación misteriosa y gloriosa consiste en que nosotros
alcancemos el estándar y el nivel de la economía de Dios referente a Sus
escogidos, tal como es revelado en el Nuevo Testamento mediante los
escritos del apóstol Pablo (2 Co. 3:18; Ef. 3:9).

Dios es muy misterioso, no solamente en cuanto a Su persona, sino


también en cuanto a Su propósito, Su deseo. Sin embargo, hoy en día
tenemos el Nuevo Testamento, especialmente los escritos del apóstol
Pablo, quien completó la revelación divina (Col. 1:25). Si nos humillamos
delante de Dios y venimos a Él vacíos y pobres en espíritu, admitiendo
que no tenemos nada ni sabemos nada con respecto a la persona de
Dios, el propósito de Dios y el deseo de Dios, y estudiamos los escritos
de Pablo con la ayuda de los mensajes del Estudio-vida, veremos algo
con respecto a la revelación divina de una manera clara, explícita,
completa e impresionante. En particular, veremos algo con respecto a la
impartición de Dios en Su economía eterna.
El libro antiguo de Job es misterioso, y debemos estudiarlo a la luz de los
escritos de Pablo. Si no tuviéramos las epístolas de Pablo sería difícil
entender el libro de Job, debido a que en su conclusión no se nos da una
visión explícita respecto al propósito de Dios en el trato que aplica a Su
pueblo. Sin embargo, bajo la perspectiva del Nuevo Testamento, es muy
claro que el propósito de Dios al tratar con Su pueblo santo es que Él
desea que ellos sean despojados de todas las cosas y reciban como
ganancia a Dios únicamente. El deseo del corazón de Dios es que le
ganemos plenamente como vida, como suministro de vida y como Aquel
que lo es todo para nuestro ser.

ESTUDIO-VIDA DE JOB
MENSAJE CUATRO
JOB MALDICE EL DÍA EN QUE NACIÓ
Lectura bíblica: Job 3
En el capítulo 3 Job maldijo el día de su nacimiento. Job era un buen
hombre y se esforzaba por conservar su propia perfección, rectitud e
integridad; pero, debido a su irritación, le fue imposible contenerse y no
sabía cómo reaccionar. Sin duda, él esperaba poder discutir esto con
Dios, pero no se atrevía a dar inicio a tal conversación. Como tampoco
quería dejar de ser perfecto, encontró una válvula de escape para su
irritación al maldecir el día en que nació.

I. JOB ROMPE EL SILENCIO


E INICIA EL DEBATE AL MALDECIR
EL DÍA DE SU NACIMIENTO
Job rompió el silencio que había guardado por siete días y siete noches e
inició el debate al maldecir el día de su nacimiento debido al gran dolor
que sufría (2:13; 3:1-3).

A. Estaba turbado, perplejo


y enredado por su sufrimiento
Job estaba turbado, perplejo y enredado en gran manera a causa del
sufrimiento que le infligían los desastres que le sobrevinieron sobre sus
posesiones y sus hijos así como por la plaga que afectaba su cuerpo,
todo ello pese a su perfección, rectitud e integridad. Cuando Job maldijo
el día de su nacimiento, ciertamente no fue perfecto ni recto. Al hacer
esto, él no retuvo su integridad; más bien, al maldecir el día de su
nacimiento, fracasó por completo en cuanto a ser íntegro. El hecho de
que Job maldijera el día en que nació equivalía a maldecir a su propia
madre.
B. Prefiere las tinieblas y aborrece la luz
Job prefirió las tinieblas y aborreció la luz (vs. 4-10). Con respecto al día
en que nació, Job dijo: “Sea aquel día tinieblas; / no lo busque Dios
desde lo alto, / ni brille sobre él la luz”. Hallo difícil creer que Job
realmente prefiriera las tinieblas y aborreciera la luz.

C. Prefiere la muerte en vez de la vida


Job indicó que prefería la muerte en vez de la vida (vs. 11-23). Es difícil
creer que Job realmente prefería morir en vez de vivir. Si él realmente
hubiese elegido la muerte, ¿por qué, entonces, no puso fin a su vida y
acabó así con su problema? Tal vez Job no hizo esto porque todavía se
aferraba a su integridad.

D. Su suspirar era su alimento


Job dijo que su suspirar era su alimento y que sus gemidos se
derramaban como agua en su sufrimiento (v. 24). Le sobrevino lo que
temía (v. 25), y no tenía tranquilidad, ni quietud ni reposo, sino que le
vino turbación (v. 26).

II. LA EXPERIENCIA QUE TIENE JOB


EN EL ANTIGUO TESTAMENTO
DE SER CONSUMIDO Y DESPOJADO POR DIOS
ESTÁ MUY REZAGADA CON RESPECTO
A LA EXPERIENCIA QUE TIENE PABLO
EN EL NUEVO TESTAMENTO
La experiencia que tuvo Job en el Antiguo Testamento de ser consumido
y despojado por Dios estaba muy rezagada con respecto a la experiencia
que tuvo Pablo en el Nuevo Testamento. Somos consumidos por Dios
para llegar al final de nuestras propias fuerzas, y somos despojados por
Dios a fin de perder todas nuestras riquezas. Dios primero despojó a Job
de sus posesiones, y después lo consumió. Al padecer una plaga en su
cuerpo físico, Job fue consumido. Día tras día y hora tras hora, Job era
consumido. En el Nuevo Testamento, ser consumido y despojado por
Dios llega a ser algo placentero. Desde el día de su conversión, Pablo fue
alguien a quien Dios consumió y despojó (2 Co. 4:16).

A. Pablo nace destinado a ser crucificado


y renace crucificado
Pablo nació destinado a ser crucificado, y renació crucificado a fin de no
ser más él quien viva, sino que sea Cristo quien viva en él (Gá. 2:20a).
Cuando fuimos regenerados, al igual que Pablo, renacimos crucificados
con el propósito de que, a partir de entonces, ya no vivamos nosotros,
sino que Cristo viva en nosotros.

B. Pablo no es estrecho pese


a estar oprimido en todo aspecto
Al ser consumido y despojado por Dios, Pablo no era estrecho pese a
estar oprimido en todo aspecto ni tampoco fue destruido pese a haber
sido derribado (2 Co. 4:8-9). Aunque estaba oprimido en todo aspecto,
Pablo no era estrecho. Todos los días él era derribado, pero no destruido.
Pablo no maldijo el día de su nacimiento, ni tampoco dijo que prefería
morir en vez de vivir. Por el contrario, después de mucha consideración,
Pablo dijo que prefería vivir en vez de morir debido a que, para él, el
vivir era Cristo (Fil. 1:21-25). Pablo vivía a Cristo con el fin de
magnificarlo. Su deseo era magnificar a Cristo, ya sea por vida o por
muerte (v. 20). A él no le importaba la vida o la muerte; lo único que le
importaba era magnificar a Cristo.

C. Pablo se complace en padecer


necesidades por amor a Cristo
Cuando Pablo padecía necesidades por amor a Cristo (2 Co. 12:10), se
complacía en ello, estaba feliz e incluso se regocijaba en el Señor por
sus experiencias (Col. 1:24). La reacción que tuvo Pablo a sus
sufrimientos fue muy diferente de la que manifestó Job ante los suyos.
Job no se regocijaba, sino que estaba constantemente irritado.

D. Pablo procura ser conformado


a la muerte de Cristo
en la comunión de Sus padecimientos
Pablo procuraba ser conformado a la muerte de Cristo en la comunión de
Sus padecimientos (Fil. 3:10). Él tomó la muerte de Cristo como un
molde para su vivir. Para Pablo era un gran placer ser moldeado a la
muerte de Cristo.

E. Pablo lleva en el cuerpo siempre


por todas partes la muerte de Jesús
Pablo dijo que él llevaba en el cuerpo siempre por todas partes la muerte
de Jesús y que siempre era entregado a muerte por causa de Jesús, para
que la vida de Jesús también se manifestara en su carne mortal (2 Co.
4:10-11). Todos los días de su vida cristiana, Pablo era puesto a muerte.
La única manera en la que él podía manifestar la vida de Cristo consistía
en experimentar la muerte de Cristo.
F. El hombre exterior de Pablo era consumido,
pero su hombre interior se renovaba de día en día
Al ser consumido y despojado por Dios, Pablo no se desanimaba. Aunque
su hombre exterior se iba desgastando, su hombre interior era renovado
de día en día. Él dijo que su leve tribulación momentánea produjo en él
un eterno peso de gloria (2 Co. 4:16-17).

La expectativa de Pablo era ser consumido todos los días. Él fue tal clase
de persona porque deseaba ser renovado. La renovación puede ser
efectuada únicamente si somos consumidos. Si usted no es consumido,
no podrá ser renovado. Esta clase de renovación, al ser consumidos,
añade un eterno peso de gloria del cual seremos partícipes en las eras
venideras. Compartiremos la gloria del Señor, pero el peso de gloria será
diferente entre los creyentes. Al ser consumidos por Dios, la gloria de la
cual compartiremos llegará a ser un eterno peso de gloria.

Job consideraba que sus sufrimientos eran muy pesados, pero Pablo
consideraba que su aflicción era momentánea y leve. En lugar de
fijarnos en nuestra aflicción, lo que debe importarnos es que el peso de
gloria aumente en nosotros. Cuánto peso de gloria tengamos dependerá
de cuánto hayamos sufrido por el Señor en el presente. A Pablo no le
importaba mucho cuánto sufriera. Él sabía que cuanto más sufriera,
mayor sería el peso de gloria del cual podría ser partícipe en la
eternidad.

G. Pablo magnifica a Cristo al vivirle


Pablo magnificó a Cristo al vivirle, ya sea por vida o por muerte,
mediante la abundante suministración del Espíritu de Jesucristo (Fil.
1:19-21a). En esto consiste la vida cristiana. Cuando Dios creó al
hombre, ésta era la clase de vida que Él quería que el hombre viviera.

III. LA INTENCIÓN DE DIOS PARA JOB


A. Consumir al Job “perfecto y recto”
y despojarlo de sus logros relacionados
con el nivel más alto de ética
en perfección y rectitud
La intención de Dios para Job era consumir a esta persona “perfecta y
recta” y despojarla de sus logros, sus éxitos, relacionados con el nivel
más alto de ética en perfección y rectitud (Job 1:1).

B. Demoler al Job natural


en cuanto a su perfección y rectitud
La intención de Dios era también demoler al Job natural en cuanto a su
perfección y rectitud para poder edificar un Job renovado con la
naturaleza y los atributos de Dios.

C. Obtener un Job
en la línea del árbol de la vida
La intención de Dios no era obtener un Job que estuviera en la línea del
árbol del conocimiento del bien y del mal, sino un Job en la línea del
árbol de la vida (Gn. 2:9).

D. Hacer de Job un hombre de Dios


Por último, la intención de Dios era hacer de Job un hombre de Dios (1 Ti.
6:11; 2 Ti. 3:17), lleno de Cristo, la corporificación de Dios, que fuese la
plenitud de Dios para la expresión de Dios en Cristo; no era Su intención
hacer de Job una persona con el nivel más alto de ética en su propia
perfección, rectitud e integridad naturales, las cuales Job procuraba
mantener y a las cuales él se aferraba (Job 2:3, 9a). Tal persona, cuyo
elemento constitutivo —en conformidad con la economía divina— sería
Dios mismo, jamás se vería enredado por dificultad o problema alguno al
punto de maldecir su nacimiento y preferir morir antes que vivir.

Después que Dios creó a Adán, lo puso frente a dos árboles: el árbol de
la vida y el árbol del conocimiento del bien y del mal. Dios entonces le
encargó a Adán que no comiera del árbol del bien y del mal, pues si
comía de ese árbol, habría de morir (Gn. 2:9, 16-17). Dios deseaba que
Adán comiese del árbol de la vida. Si Adán hubiese comido del árbol de
la vida, este árbol habría entrado en él y crecido dentro de él. Sin
embargo, en lugar de ello, Adán comió del árbol del conocimiento del
bien y del mal. Por tanto, este árbol fue sembrado en Adán y comenzó a
crecer en él y ha continuado creciendo en todos los descendientes de
Adán. En tiempos de Job, el árbol del conocimiento del bien y del mal
había crecido por lo menos dos mil años, pero ahora este árbol tiene
más de seis mil años. Hoy en día todo el linaje humano se halla
constituido por el árbol del conocimiento del bien y del mal. En toda
sociedad, independientemente de las normas éticas que ella adopte, el
árbol del conocimiento del bien y del mal sigue creciendo. Mientras este
árbol siga creciendo entre el linaje humano, no habrá paz.

Antes de ser regenerados, estábamos en la línea del árbol del


conocimiento del bien y del mal. Cuando fuimos regenerados, Cristo se
sembró en nosotros como árbol de la vida. Sin embargo, en nuestra vida
diaria práctica, ¿estamos en la línea del árbol del conocimiento del bien
y del mal o estamos en la línea del árbol de la vida? En nuestra vida
matrimonial, por ejemplo, es posible que estemos en la línea del árbol
del conocimiento, y por la manera en que hablamos con nuestro
cónyuge quizás no sólo hacemos que este árbol siga creciendo, sino que
también lo regamos y le abonamos la tierra. ¿Qué debemos hacer
entonces? Debemos recordar las palabras de Pablo en Gálatas 2:20: “Ya
no vivo yo, mas vive Cristo en mí”, y debemos volvernos del árbol del
conocimiento al árbol de la vida. Si hacemos esto, viviremos a Cristo y
cultivaremos a Cristo como árbol de la vida.

ESTUDIO-VIDA DE JOB
MENSAJE CINCO
LA PRIMERA DE TRES RONDAS EN LOS DEBATES
SOSTENIDOS ENTRE JOB Y SUS TRES AMIGOS
CAPÍTULOS 4—11
(1)
ELIFAZ RESPONDE A JOB REPRENDIÉNDOLO
Lectura bíblica: Job 4—5
En el capítulo 4 se da inicio a la primera de tres rondas en los debates sostenidos
entre Job y sus tres amigos. Al responder a Job, Elifaz no le muestra conmiseración
sino que lo reprende.

I. DESPUÉS DE UN SILENCIO FORZADO


Elifaz comenzó a hablar después de un silencio forzado (4:2). La fuerte persona y
carácter de Job había forzado a sus amigos a guardar silencio. Después que Job
rompió este silencio, Elifaz comenzó a reprenderle.

A. Le recuerda a Job lo positiva


que era su condición en el pasado
En primer lugar, Elifaz le recordó a Job lo positiva que era su condición en el
pasado. Él le dijo a Job: “He aquí, has dado instrucciones a muchos, / y has
fortalecido las manos débiles. / Al que tropezaba tus palabras han levantado, / y
has afirmado las rodillas que decaían” (vs. 3-4).

B. Reprende a Job respecto a la condición


negativa en que se encuentra
En el versículo 5, Elifaz reprendió a Job respecto a la condición negativa en que se
encontraba. “Mas ahora que te ha llegado a ti, te fatigas por ello; / te toca a ti, y te
turbas”. Según Elifaz, Job había dejado de ser una persona fuerte, pues había sido
derrotado por los desastres y la plaga.

C. Las palabras de Elifaz se basan en la perfección,


la rectitud y la integridad de Job
Las palabras de Elifaz se basaban en la perfección, la rectitud y la integridad de Job
(vs. 6-11). En el versículo 6, Elifaz le pregunta a Job: “¿No es tu temor a Dios tu
confianza, / y la integridad de tus caminos tu esperanza?”.

D. Lo dicho por Elifaz correspondía al principio


del árbol del conocimiento del bien y del mal
La respuesta de Elifaz a Job correspondía al principio del árbol del conocimiento
del bien y del mal. Él dijo que los inocentes y los rectos (los buenos) jamás perecen
(v. 7), y que los que aran iniquidad y siembran aflicción (los malos), eso mismo
siegan (v. 8). Valiéndose de expresiones poéticas, Elifaz continúa diciendo:
“Perecen por el aliento de Dios, / y por el soplo de Su ira son consumidos. / Los
rugidos del león, los bramidos del león feroz / y los dientes de los leoncillos son
quebrantados; / el león fuerte perece por falta de presa, / y los cachorros de la
leona se dispersan” (vs. 9-11).

II. ELIFAZ CORRIGE A JOB


Después de reprender a Job, Elifaz lo corrige (vs. 17-21).

A. Le pregunta si un hombre mortal


puede ser más justo que Dios
Job tenía el concepto de que estaba en lo correcto, y sus amigos lo corrigieron.
Refiriéndose a Job, Elifaz preguntó: “¿Puede el hombre mortal ser más justo que
Dios? / ¿Puede ser más puro el varón que su Hacedor?” (v. 17).

B. Le aconseja no ser tan insensato


como para ser pulverizado
y ser completamente aniquilado
“Si en Sus mismos siervos Él no confía, / y a Sus ángeles imputa errores, / ¡cuánto
más a los que habitan en casas de barro, / cuyos cimientos están en el polvo, / que
son aplastados como la polilla! / Desde la mañana hasta la tarde son
pulverizados; / sin que nadie se dé cuenta, perecen continuamente. / Si en ellos es
arrancada la cuerda de su tienda, / mueren, mas sin sabiduría” (vs. 18-21). Aquí
Elifaz le aconseja a Job que no sea tan insensato como para ser pulverizado y ser
completamente aniquilado.

C. La lógica de Elifaz con respecto a la posición


del hombre delante de Dios está basada
en la ética conforme a enseñanzas superficiales
La lógica de Elifaz con respecto a la posición del hombre delante de Dios estaba
basada en la ética conforme a enseñanzas superficiales, las cuales él había recibido
en su tiempo. Estas enseñanzas no llegaban a la norma de la revelación divina en el
Nuevo Testamento, es decir, que la posición del hombre delante de Dios está
determinada por cuánto de Dios éste haya ganado. Elifaz debió haberle preguntado
a Job cuánto de Dios había ganado, pero en aquel tiempo la revelación divina no
había llegado a tal nivel. Por tanto, debemos compadecernos de Elifaz por su
comprensión limitada de estos asuntos.

III. ELIFAZ LE ADVIERTE A JOB


QUE NO SEA COMO EL NECIO
QUE MUERE POR EL ENOJO Y LA ENVIDIA
Elifaz le advirtió a Job que no fuese como el necio que muere por el enojo y la
envidia (5:1-2), cuyo fin es miserable (vs. 3-7). Job sufría y esperaba recibir alguna
ayuda de su amigo Elifaz, pero éste no le ministró nada. Esto debe servirnos de
advertencia con respecto a nuestro hablar con los santos y a nuestro profetizar en
las reuniones de la iglesia. Nuestras palabras no deben ser vanas, sino que deben
ministrar el suministro de vida.

IV. ELIFAZ DA A ENTENDER QUE JOB DEBE SEGUIRLO


EN LO REFERENTE A BUSCAR A DIOS
Y ENCOMENDAR SU CAUSA A DIOS
Elifaz dio a entender que Job debería seguirlo en lo referente a buscar a Dios y
encomendar su causa a Dios, a fin de que prosperara al beneficiarse con las grandes
cosas que Dios hace (vs. 8-16). Elifaz dijo: “Yo, por mi parte, buscaría a Dios / y
encomendaría a Dios mi causa; / Él hace cosas grandes e inescrutables, /
maravillas que no se pueden contar” (vs. 8-9). Al hablarle de esta manera, Elifaz no
le impartía suministro alguno a Job en medio de sus sufrimientos. Job estaba en
una esfera, y Elifaz estaba en otra esfera. Por tanto, las palabras de Elifaz eran
vanas y constituían un desperdicio.

V. ELIFAZ CONSIDERABA QUE JOB


ESTABA SIENDO DISCIPLINADO POR DIOS
Elifaz consideraba que Job estaba siendo disciplinado por Dios. Él le exhortó a que
no rechazara la disciplina del Todopoderoso a fin de que Job pudiera ser bendecido
por Dios en Sus caminos (vs. 1-17). Elifaz le dijo a Job: “He aquí, bienaventurado es
el hombre a quien Dios corrige; / no rechaces, pues, la disciplina del
Todopoderoso. / Pues Él es quien hace la llaga, pero la venda; / Él hiere, pero Sus
manos curan” (vs. 17-18).

El diagnóstico que hizo Elifaz acerca de la situación en la que se encontraba Job fue
completamente equivocado; él era un médico inútil. Después, el propio Job les
diría a sus tres amigos: “Sois todos vosotros médicos nulos” (13:4b). Por ser tal
médico, Elifaz era incapaz de diagnosticar la verdadera condición en la que se
encontraba Job.

Me alegra que hoy podamos estudiar el libro de Job. Sin embargo, me preocupa
que algunos todavía lean este libro meramente para obtener más conocimiento.
Quizás condenemos el árbol del conocimiento del bien y del mal, pero en los hechos
contribuyamos al crecimiento del árbol del conocimiento al simplemente estudiar
Job para acumular mero conocimiento.

Debemos ver que toda la Biblia es un libro sobre la economía eterna de Dios. En Su
economía, Dios se ha propuesto impartirse en nosotros para ser nuestra vida y
naturaleza a fin de que seamos igual a Él en vida y naturaleza con miras a
expresarle. ¿Y qué acerca del ser despojados y consumidos? Dios nos despoja y
consume para demolernos. Nosotros somos personas caídas y naturales; por ello,
necesitamos ser demolidos. Dios tiene que demolernos. Luego, teniendo la base, el
camino, Él podrá reedificarnos.

Muchos cristianos piensan que el hombre caído necesita ayuda para poder ser
restaurado. Sin embargo, la intención de Dios en Su economía no es restaurar al
hombre caído; más bien, la intención de Dios es demolernos y reedificarnos con Él
mismo como nuestra vida y naturaleza a fin de que seamos personas
absolutamente uno con Él.

El libro de Job nos muestra que Dios, usando a Satanás como una horrible
herramienta, demolía a Job de dos formas: al despojarlo y al consumirlo. Dios
permitió que Job fuese despojado y consumido a fin de demoler a Job de modo que
Dios pudiera obtener tanto un fundamento como la manera de reedificar a Job con
Dios mismo para que Job pudiera llegar a ser un Dios-hombre. Esto es lo que
debiéramos recibir al estudiar el libro de Job.

ESTUDIO-VIDA DE JOB
MENSAJE SEIS
LA PRIMERA DE TRES RONDAS EN LOS DEBATES
SOSTENIDOS ENTRE JOB Y SUS TRES AMIGOS
CAPÍTULOS 4—11
(2)
JOB SE VINDICA A SÍ MISMO
Lectura bíblica: Job 6—7
Después que Elifaz lo reprende y corrige, Job se vindica a sí mismo. Los
capítulos 6 y 7 están dedicados a la vindicación de Job.

I. PRESENTA SUS RECLAMOS


Primero, en 6:1-7 Job presentó sus reclamos. Él dice: “¡Oh, si pudiera
pesarse mi aflicción, / si mi desdicha se pusiera en la balanza junto con
ella! / Porque ésta pesaría más que la arena de los mares; / por eso mis
palabras han sido precipitadas” (vs. 2-3). Job prosigue diciendo que las
flechas del Todopoderoso estaban en él y eran el veneno del cual había
bebido su espíritu y que los terrores de Dios se habían puesto en orden
de batalla contra él (v. 4).

II. DESAFÍA A DIOS


CON RESPECTO A CUÁNTO ÉL LE EXIGIRÍA
Luego de esto, Job desafía a Dios con respecto a cuánto Él le exigiría (vs.
8-13). Job dijo: “¡Quién diera que se cumpliese lo que pido, / y que Dios
me concediera lo que anhelo; / que consintiera Dios en aplastarme; / que
soltara Su mano y acabara conmigo!” (vs. 8-9). Al hablar así,
ciertamente Job era diferente a Pablo, quien se regocijó triunfantemente
cuando estaba a punto de morir como mártir.

“¿Cuál es mi fuerza, para que yo espere? / ¿Y cuál mi fin, para que tenga
paciencia? / ¿Es mi fuerza la de las piedras? / ¿O es mi carne de
bronce? / ¿Acaso hay en mí mismo ayuda alguna, / y no ha sido
ahuyentada de mí la sabiduría?” (vs. 11-13). Aquí Job desafía a Dios al
preguntarle cuánto Él le exigiría. A Job le parecía que Dios lo trataba
como si fuese de piedra o de bronce. Lo dicho por Job en cuanto a la
sabiduría indica que él había agotado todos sus recursos y había llegado
a estar vacío.

III. CULPA A SUS AMIGOS


DE NO MOSTRARSE BONDADOSOS CON ÉL
Job culpó a sus amigos de no mostrarse bondadosos con él, a quien los
golpes de Dios habían abatido (vs. 14-23). Job le dijo a ellos: “Para el
abatido, debe haber bondad de parte de su amigo, / no sea que
abandone el temor del Todopoderoso. / Mis hermanos han obrado
engañosamente como un arroyo del desierto, / como las corrientes de
los arroyos del desierto que se desvanecen, / que están turbios por el
hielo, / y en los cuales se esconde la nieve, / que al tiempo del calor se
secan, / y al calentarse desaparecen de su lugar” (vs. 14-17). Aquí Job
comparó a sus amigos a los arroyos escasos de agua. También los
comparó con aquellos arroyos que se tornan turbios, oscuros, por el hielo
y la nieve, los mismos que se secan por el calor abrasador del sol y
desaparecen. Job dijo que sus amigos no tenían “agua” con la cual
suministrar a los abatidos.

IV. SE JUSTIFICA A SÍ MISMO,


AFIRMANDO NO HABER ERRADO EN NADA
Job se justificó a sí mismo, afirmando no haber errado en nada (vs. 24-
30). “Enseñadme, y yo callaré; / hacedme entender en qué he errado. /
¡Cuán poderosas son las palabras rectas! / Pero ¿qué reprende la
censura vuestra? / ¿Pensáis censurar palabras? / Pero las palabras de un
desesperado son para el viento” (vs. 24-26). Aquí Job estaba diciendo
que las palabras de Elifaz no eran rectas, sino torcidas y tendenciosas. Si
ellas hubiesen sido palabras rectas, Job habría sido ayudado por ellas.

En el versículo 27 Job prosigue diciendo: “Hasta sobre un huérfano


echaríais suertes, / y regatearías por vuestro amigo”. Job les estaba
diciendo a sus amigos que ellos no lo estaban tratando como a su
amigo, sino como mercancía sobre cuyo precio la gente regatea.

Del versículo 28 al 30, Job continúa diciendo: “Pero ahora tened a bien
mirarme, / porque ciertamente no he de mentiros a la cara. / Volveos;
que no haya injusticia. / Volveos; mantengo mi justicia. / ¿Hay acaso
injusticia en mi lengua? / ¿No puede mi paladar discernir calamidades?”.
Aquí Job declara con vehemencia que mantenía su justicia (v. 29b). Él se
vindicó a sí mismo al reiterar que no había errado en nada.

V. MANIFIESTA POSEER EL COMÚN CONOCIMIENTO


DE LAS PENALIDADES, LA VANIDAD, LAS AFLICCIONES,
EL SUFRIMIENTO Y EL FIN DE LA VIDA HUMANA
Al vindicarse a sí mismo, Job manifestó conocer las penalidades, la vanidad, las
aflicciones, el sufrimiento y el fin de la vida humana (7:1-10). Aunque Job conocía
estas cosas, él no conocía a Dios en realidad ni tampoco sabía nada con respecto a
la economía de Dios.

VI. ABORRECE LA VIDA Y SE QUEJA


Job aborreció la vida y se quejó preguntándole a Dios por qué no perdonaba su
transgresión y le dejaba morir (vs. 11-21). Job dijo que hablaría en la angustia de su
espíritu y que se quejaría en la amargura de su alma (v. 11b). Él aborrecía la vida y
no quería vivir para siempre (v. 16a). Job concluye diciéndole a Dios: “Si he pecado,
¿qué te he hecho a Ti, oh Guardián del hombre? / ¿Por qué me has hecho blanco
Tuyo, de modo que soy carga para Ti? / Y ¿por qué no perdonas mi transgresión, /
y quitas mi iniquidad? / Pues ahora me acostaré en el polvo; / me buscarás, y ya no
existiré” (vs. 20-21). Así se quejaba Job al vindicarse delante de Dios.

VII. JOB, AL IGUAL QUE SUS AMIGOS, SE DETIENE


EN EL CONOCIMIENTO DE LO CORRECTO
Y LO INCORRECTO, SIN CONOCER LA ECONOMÍA DE DIOS
Job, al igual que sus amigos, se detuvo en el conocimiento de lo correcto y lo
incorrecto, sin conocer la economía de Dios, sin comprender de manera adecuada
el propósito por el cual Dios había creado al hombre. Job y sus amigos carecían de
la revelación divina y de la experiencia de la vida divina. Él no tenía idea de que
Dios no se había propuesto edificar su perfección, rectitud, justicia e integridad,
sino que, más bien, Dios se había propuesto despojarlo de todas estas virtudes
humanas en las que Job basaba su contentamiento, de modo que Job pudiera
buscar únicamente a Dios y ganara a Dios mismo únicamente. Ni él ni sus amigos
se encontraban en la línea del árbol de la vida, según Dios dispuso para el hombre.

Dios puso el libro de Job en la Biblia para que nos provea un telón de fondo oscuro.
Todo lo dicho por Job y sus amigos indica que si bien, en apariencia, ellos eran
hombres piadosos, en realidad estaban escasos de Dios mismo y no expresaban a
Dios. Job y sus amigos se reunieron a fin de debatir, no para tener comunión
mutua. Ellos no habían adquirido algo de Dios mismo que pudiesen compartir en
mutua comunión.

Debemos considerar nuestro hablar en las reuniones de la iglesia. Al poner en


práctica el camino neotestamentario, nuestro deseo es nutrir, alimentar, a todos los
santos a fin de que ellos puedan ser perfeccionados, equipados, para hablar por
Dios. Lo único de lo cual queremos hablar es Dios en Cristo con la iglesia.
Hablamos lo que somos, hablamos lo que tenemos, hablamos lo que disfrutamos y
hablamos lo que amamos y apreciamos. Si amamos a Cristo y sentimos aprecio por
Dios en Cristo, esto será lo que hablaremos. Entonces, nuestro profetizar en las
reuniones de la iglesia será rico en Dios con Cristo y con la iglesia. Sin embargo,
muchos han sido miembros del Cuerpo de Cristo por años, pero todavía no pueden
hablar ni siquiera unas cuantas palabras por Cristo. Quizás hablemos sobre Cristo,
pero no vivimos a Cristo ni tenemos la práctica de apreciar a Cristo o exaltarle. Si
ésta es nuestra condición, ¿cómo podemos ministrar Cristo a los demás
hablándoles Cristo con miras a la impartición divina? Espero que de ahora en
adelante nuestra vida de iglesia esté llena de Cristo, teniendo a Cristo al orar,
alabar y profetizar.

La Biblia es un libro coherente. Comienza hablando de Dios y concluye hablando de


Dios. Comienza con el árbol de la vida y concluye con el árbol de la vida. Comienza
con el río de agua de vida y concluye con el río de agua de vida. Esto nos muestra
cuán coherente es la Biblia.

En este libro coherente, el tema es la economía de Dios, el plan eterno de Dios, lo


dispuesto por Dios, cuya finalidad es que el hombre contenga a Cristo, esto es: que
Cristo mismo sea la vida del hombre, su naturaleza e incluso su persona. Tener a
Cristo como nuestra vida, nuestra naturaleza y nuestra persona significa que Cristo
es nuestro elemento constitutivo. El hecho de que Cristo sea nuestro elemento
constitutivo redunda en que llegamos a ser Cristo-hombres, cristianos. Entonces
expresaremos a Cristo al vivirle, al magnificarle y al exaltarle. Cuando nos
reunamos, en todo cuanto hagamos —ya sea cantar, orar, hablar, profetizar— Cristo
será expresado.

Lo dicho por Pablo en Efesios difiere mucho de lo dicho en el libro de Job. En


Efesios 1 Pablo habló de las bendiciones espirituales en los lugares celestiales:
fuimos escogidos por Dios, predestinados por Dios, redimidos por Cristo y sellados
con el Espíritu. Por medio de tales bendiciones, el Dios Triuno llega a ser uno con
todos Sus beneficiarios, con lo cual hace de ellos la iglesia, el Cuerpo de Aquel que
todo lo llena en todo. Después, en el capítulo 3, Pablo dijo que él doblaba sus
rodillas ante el Padre y le pedía que, por Su Espíritu, fortaleciera con poder en el
hombre interior a Sus creyentes, para que Cristo hiciese Su hogar en el corazón de
ellos, para que éstos fuesen llenos hasta la medida de toda la plenitud de Dios, Su
expresión.

Dios no pudo hablarle estas cosas a Job y sus amigos porque la cultura espiritual de
ellos todavía era bastante incipiente. Por tanto, cuando ellos conversaban entre sí,
lo único que pudieron hacer fue reprenderse mutuamente y vindicarse los unos
delante de los otros hablando palabras vanas y vacías. En Job 11:12 Zofar llama a
Job: “Hombre de cabeza hueca”.

No debiéramos sentir aprecio de forma positiva por el hablar de Job y sus amigos,
sino, más bien, por la función negativa que cumplen tales palabras al proveer un
telón de fondo oscuro para la luminosa revelación del Nuevo Testamento. Espero
que mediante el presente estudio del libro de Job nuestra cultura divina avance un
poco más a fin de que seamos llenos de la impartición de Dios en Cristo como
nuestra vida, nuestro suministro de vida y nuestro todo.

ESTUDIO-VIDA DE JOB
MENSAJE SIETE
LA PRIMERA DE TRES RONDAS EN LOS DEBATES
SOSTENIDOS ENTRE JOB Y SUS TRES AMIGOS
CAPÍTULOS 4—11
(3)
BILDAD REFUTA A JOB
Lectura bíblica: Job 8
Antes de referirnos a la refutación de Bildad en el capítulo 8, quisiera decir algo
más sobre la vindicación que Job hizo de sí mismo en los capítulos 6 y 7. La
vindicación que Job hace de sí mismo en esos capítulos es un extracto de todo este
libro. En realidad, todo el libro de Job es una especie de vindicación.

Al vindicarse, Job presentó sus reclamos, desafió a Dios, culpó a sus amigos, se
justificó a sí mismo y manifestó poseer el común conocimiento de la vanidad y el
fin de la vida humana. Job desafió a Dios y a sus amigos a darle una respuesta. En
realidad, todo el libro de Job, el cual se ha convertido en un gran escollo para
muchos cristianos, requiere una respuesta. Como veremos, la respuesta al libro de
Job no se halla en este libro, sino en el Nuevo Testamento.

Después de presentar sus reclamos, anhelando que su aflicción fuese debidamente


pesada y que su desdicha fuese puesta en la balanza junto con ella (6:2), Job
desafía a Dios con respecto a cuánto Él le exigiría. Es como si Job estuviese
diciendo: “Dios, hice lo que Tú requerías de mí. ¿Qué más quieres? ¿Quién quieres
que yo sea y qué quieres que yo haga? Debido a que Tú no me dices nada al
respecto, estoy perplejo”. Cuando lleguemos al capítulo 9, veremos que Job
buscaba ocasión para presentar “su caso” delante de Dios en los “tribunales”, donde
él sería el demandante y Dios el demandado. Sin embargo, de antemano Job aceptó
que Dios, por ser todopoderoso y sabio, habría de ganar tal litigio. Como resultado
de ello, Job sentía que no tenía una vía de escape.

Después de desafiar a Dios, Job se volvió a sus amigos para culparlos por no
haberse mostrado bondadosos con él, quien se encontraba abatido a causa de los
golpes de Dios. Era como si Job les dijera: “Vuestra manera de proceder no es
correcta. Vosotros me reprendéis, me condenáis y me despreciáis. Esto no es amor
ni tampoco es bondad. Yo necesito dirección. Ustedes deberían decirme qué
camino debo tomar. Díganme dónde debo ir y qué debo hacer”.

Luego, Job comenzó a hablar de sí mismo, justificándose al afirmar no haber


errado en nada. Él manifestó poseer el común conocimiento de las penalidades, la
vanidad, las aflicciones, el sufrimiento y el fin de la vida humana. Al respecto, a Job
le parecía incluso superar a sus amigos en tal conocimiento. Finalmente, Job dijo
que aborrecía la vida e indicó que no tenía interés en seguir viviendo. Puesto que la
situación en la que se encontraba no tenía explicación, Job concluyó que lo único
que le quedaba por hacer era morir.

Job y sus amigos estaban en el ámbito equivocado. Ellos estaban en la esfera del
bien y del mal, promoviendo la integridad humana. Era necesario que ellos
entraran en la esfera correcta, la esfera correspondiente al árbol de la vida. Ellos
debían regresar al árbol de la vida. El árbol de la vida era su respuesta.

En lugar de intentar llegar a la cumbre de la integridad humana, Job debía


esforzarse al máximo por ir en pos de Dios, yendo en pos de la persona de Cristo
directamente. Job debía haberse dirigido a alcanzar esta cumbre, no la cumbre de
la integridad humana. Ésta es la respuesta que Job y sus amigos buscaban con
respecto al propósito que tenían los sufrimientos de Job.

Pasemos ahora a considerar cómo Bildad refuta a Job en el capítulo 8.

I. BILDAD ES LA SEGUNDA PERSONA QUE REFUTA A JOB


En la primera ronda de debates entre Job y sus amigos, el segundo en tomar la
palabra para refutar a Job fue Bildad, quien se quejó de que Job habló en demasía,
como viento impetuoso (8:1-2). Las palabras de Bildad refutaban la vindicación que
Job hizo de sí mismo.

II. ADUCE QUE LA PLAGA Y TODOS LOS DESASTRES


ACAECIDOS A JOB NO SIGNIFICAN
QUE DIOS HAYA PERVERTIDO EL DERECHO
Bildad adujo que la plaga y todos los desastres acaecidos a Job no significaban que
Dios hubiese pervertido el derecho ni que el Todopoderoso hubiese pervertido la
justicia (v. 3). Bildad dio a entender que Job había condenado a Dios, pues Job
argumentó que, en su caso, Dios había pervertido el derecho (v. 3). Bildad le dijo a
Job que Dios jamás haría algo así.

III. PIENSA QUE TAL VEZ LOS HIJOS DE JOB


HABÍAN PECADO CONTRA DIOS
Bildad pensaba que tal vez los hijos de Job habían pecado contra Dios y que, por
eso, Dios los había entregado en manos de su transgresión (v. 4). Para ser justos,
tal vez Bildad dijo esto con alguna base, puesto que los hijos de Job murieron
mientras celebraban un banquete y bebían vino.

IV. CREE QUE SI JOB BUSCA CON DILIGENCIA A DIOS


Y SUPLICA AL TODOPODEROSO,
Y QUE SI JOB ES PURO Y RECTO,
ENTONCES DIOS SE DESPERTARÍA POR ÉL
Bildad creía que si Job buscaba con diligencia a Dios y suplicaba al Todopoderoso,
y que si Job era puro y recto, entonces ciertamente Dios se despertaría por él y
restauraría el bienestar a su morada de justicia, que incluía a su familia. Aunque su
principio haya sido pequeño, su postrer estado sería muy grande (vs. 5-7). Es difícil
determinar cuál era el estándar de rectitud y pureza de Bildad. Lo dicho por él
correspondía al árbol del conocimiento del bien y del mal. Mientras Bildad hablaba,
el árbol del conocimiento del bien y del mal crecía.

V. ENSEÑA A JOB A INQUIRIR


DE LAS GENERACIONES PASADAS
Después, Bildad le enseña a Job a inquirir de las generaciones pasadas y a prestar
atención a lo que averiguaron sus padres, para ser instruido por ellos (vs. 8-10). Las
palabras de Bildad fueron palabras insolentes y despectivas.

VI. LE ADVIERTE A JOB


QUE TODO EL QUE SE OLVIDA DE DIOS
SE MARCHITA COMO EL PAPIRO Y EL JUNCO
Bildad le advirtió a Job que todo el que se olvida de Dios se marchita como el
papiro y como el junco. Le dijo también que perecerá la esperanza del impío, cuya
confianza es cortada y cuya seguridad es una tela de araña. Se apoyará él en su
casa, mas ésta no permanecerá en pie; se asirá de ella, pero ésta no perdurará (vs.
11-19). Éstas no eran palabras procedentes de una persona instruida, sino las
palabras de una persona inmadura, necia y sumida en tinieblas.

VII. LE DECLARA A JOB QUE DIOS


NO RECHAZARÍA A UN HOMBRE PERFECTO
Bildad continuó declarándole a Job que Dios no rechazará al hombre perfecto ni
sostendrá a los malhechores. Bildad le dijo a Job que Dios habría de llenar su boca
de risa y sus labios de gritos de júbilo. Aquellos que le aborrecen serían vestidos de
vergüenza, y la tienda de los malvados no existiría más (vs. 20-22). Una vez más,
Bildad profirió palabras vanas.

VIII. LA LÓGICA DE BILDAD RESPECTO


A LA RELACIÓN ENTRE EL HOMBRE Y DIOS
CORRESPONDÍA POR COMPLETO AL PRINCIPIO
DEL ÁRBOL DEL CONOCIMIENTO DEL BIEN Y DEL MAL
La lógica de Bildad respecto a la relación entre el hombre y Dios se basaba en lo
bueno y lo malo, lo correcto e incorrecto, lo cual correspondía por completo al
principio del árbol del conocimiento del bien y del mal, o sea, estaba
completamente en conformidad con el concepto humano y ético del hombre caído.
En la refutación que Bildad hace no se percibe que él hubiera sido iluminado en la
revelación divina ni hay sabor alguno de que fuese espiritual en la vida divina. Él
estaba por completo sumido en oscuridad y en la vanidad de la ética humana. Tal
refutación era absolutamente incapaz de convencer a Job, quien sobrepasaba a sus
contemporáneos en las cosas de Dios.

Aunque Job sobrepasaba a Bildad en estos asuntos, Bildad actuó con presunción al
reprender a Job, hacerle advertencias, enseñarle, instruirle y decirle lo que debía
hacer. Bildad llegó a hacer todo esto debido a que estaba sumido en oscuridad. Job
también estaba sumido en oscuridad, pues había osado desafiar a Dios, lo cual dio
lugar a que también sus amigos hablaran sumidos en oscuridad. Por consiguiente,
tanto Job como sus amigos estaban sumidos en oscuridad.

ESTUDIO-VIDA DE JOB
MENSAJE OCHO
LA PRIMERA DE TRES RONDAS EN LOS DEBATES
SOSTENIDOS ENTRE JOB Y SUS TRES AMIGOS
CAPÍTULOS 4—11
(4)
JOB NO CEDE
Y
LOS ARGUMENTOS QUE ZOFAR
PRESENTA EN SU CEGUERA
Lectura bíblica: Job 9—11
En este mensaje consideraremos el hecho de que Job no cedió así como
los argumentos que Zofar presentó en su ceguera. Mientras que Job
poseía un carácter muy fuerte y no era fácilmente subyugado, Zofar era
insensato, pues no estaba claro en cuanto a la revelación divina acerca
de la economía de Dios, en la que Dios se imparte en Su pueblo.
I. JOB NO CEDE
El hecho de que Job no cede es mostrado plenamente en los capítulos 9
y 10.

A. Se jacta de ya saber lo que sus amigos sabían


Job se jactó de ya saber lo que sus amigos sabían, diciendo:
“Ciertamente yo sé que es así” (9:2a). Job les daba a entender a sus
amigos que él sabía todo cuanto ellos decían y que, por ello, no era
necesario que se hablase más al respecto.

B. Admite que no puede contender con Dios


ni puede resistirle
Job admitió que no podía contender con Dios ni podía resistirle, pues
Dios es sabio y poderoso (vs. 3-12). En los versículos del 5 al 9, Job alude
al juicio de Dios ejecutado sobre el universo preadamítico. Después de
preguntarse cómo podría un hombre ser justo delante de Dios, Job dijo:
“Si él quiere contender con Él, / no podrá responderle a una cosa entre
mil. / Él es sabio de corazón y poderoso en fuerza; / ¿quién jamás le ha
resistido y ha quedado íntegro?” (vs. 3-4). Nadie puede detener a Dios ni
decirle: “¿Qué haces?” (v. 12).

C. Piensa que no puede ganar su caso,


aun cuando él es justo y perfecto
Job pensaba que no podía ganar su caso, aun cuando él era justo y
perfecto (vs. 15, 20-21), debido a que Dios es poderoso y no volverá
atrás Su ira en Su juicio (vs. 13-24). Esto indica que Job tenía la
expectativa de encontrarse con Dios en un tribunal para que su caso
fuese juzgado. Job sería el demandante, y Dios sería el demandado. Job,
como demandante, tenía el concepto equivocado al pensar que Dios, el
demandado, trataba con él en ira. Sin embargo, el trato de Dios para con
Job no era la ira de Dios, sino Su beneplácito. Dios no lo estaba
juzgando, sino despojando, consumiendo y demoliendo para poder
reedificar a Job consigo mismo.

D. Considera ser un hombre


que vive en días fugaces
Job consideró ser un hombre que vivía en días fugaces y que él no podía
ir a juicio con Dios y ser declarado inocente (vs. 25-35).

E. Se queja de que Dios lo maltrate


sin haber en Job causa para ello
y de que Dios lo ataque
según lo que Él tiene oculto en Su corazón
Job se queja de que Dios, sabiendo de que Job no es malvado y sin
absolverlo de su iniquidad, lo maltrata sin haber en Job causa para ello y
de que Dios lo ataca una y otra vez según lo que Él tiene oculto en Su
corazón (10:1-17). Job le dijo a Dios: “Hazme saber por qué contiendes
conmigo” (v. 2b). En el versículo 13, él prosigue diciendo: “Estas cosas
has tenido ocultas en Tu corazón; / yo sé que esto está dentro de Ti”.
Esto indica que Job no podía descubrir la razón por la manera en que
Dios trató con él, pero creía que tenía que haber una razón, la cual
estaba escondida en el corazón de Dios. Job estaba en lo cierto; había
algo escondido en el corazón de Dios. Efesios 3:9 nos habla del misterio
escondido en Dios. Éste es el misterio de los siglos.

Según Job 38:7, los ángeles de Dios (los hijos de Dios) dieron gritos de
júbilo cuando Dios puso los cimientos de la tierra. Quizás los ángeles se
hayan preguntado cuál fue el propósito de Dios al crear la tierra y el
hombre. El propio Adán no sabía por qué Dios lo creó a Su imagen y
semejanza (Gn. 1:26). Dios, a lo largo de los siglos, mantuvo oculta Su
intención y no se lo reveló a Enoc, Noé, Abraham, Moisés, David,
Salomón, Isaías y a ninguno de los profetas. El Creador hizo muchas
cosas en Su creación, pero antes de los tiempos del Nuevo Testamento,
Él no le reveló a nadie cuál era Su propósito.

El misterio escondido es que Dios, en Su Trinidad Divina, desea


impartirse y forjarse en Su creación, el hombre, para hacer del hombre
Su duplicación, Su expresión. Al desconocer esto, Job malinterpretó a
Dios y pensó que Él estaba airado contra él y que, por tanto, lo estaba
juzgando y castigando. La intención de Dios no era juzgar ni castigar a
Job, sino demolerlo para después reedificarlo consigo mismo. Dios sabía
que después que Job pasase por un tiempo de sufrimiento, él sería
reedificado y llegaría a ser otra persona: un nuevo hombre en la nueva
creación de Dios. Ésta es la respuesta para Job, para el libro de Job y
para la vindicación de sí mismo que hizo Job.

La Biblia de sesenta y seis libros tiene como fin una sola cosa: que Dios
en Cristo por el Espíritu se imparta en nosotros como nuestra vida,
nuestra naturaleza y nuestro todo a fin de que vivamos a Cristo y le
expresemos. Éste debe ser el principio que gobierne nuestra vida. En
términos prácticos, ello debe llegar a ser para nosotros hoy el árbol de la
vida del cual disfrutemos.

La Biblia no es principalmente un libro de profecía, enseñanza o


tipología. La Biblia es un libro sobre la economía de Dios. No es
apropiado afirmar meramente que la Biblia, de forma coherente, es un
libro que trata sobre Cristo. La Biblia trata sobre Cristo en la economía
de Dios. La economía de Dios consiste en que Dios se imparte a nosotros
en Su Trinidad Divina en Cristo por el Espíritu a fin de ser nuestra vida,
nuestra naturaleza y nuestro todo. Cuando experimentamos esto, ya no
somos nosotros los que vivimos, sino que es Cristo quien vive en
nosotros (Gá. 2:20). Éste es el árbol de la vida.

F. Job desea haber muerto al nacer


Job deseó haber muerto al nacer y abrigaba la esperanza de que Dios lo
dejara solo para que reviviera un poco antes de ir a la tierra de sombra
de muerte (Job 10:18-22).

Job no cedió debido al hecho de que estaba carente de la revelación


divina y, por tanto, era incapaz de comprender que la razón por la cual
Dios trató con él mediante desastres no pertenecía al ámbito de la ética,
es decir, no dependía de que él hiciera el bien y el mal o que estuviera
correcto o equivocado, sino que pertenecía a la esfera donde lo único
que cuenta es ganar a Dios, todo ello con miras a que Job dejase de
procurar ser perfecto en el ámbito de la ética, y procurase, más bien,
ganar a Dios antes que ganar cualquier otra cosa.

II. EL ARGUMENTO QUE ZOFAR


PRESENTA EN SU CEGUERA
En el capítulo 11 consta el argumento que Zofar presenta en su ceguera.

A. Zofar es el tercero que responde a Job


en la primera ronda de debates
Zofar fue el tercero que respondió a Job en la primera ronda de debates
(v. 1).

B. Siente que Job se defiende demasiado


Zofar sintió que Job se defendía demasiado, que su doctrina no era pura,
que no estaba limpio ante los ojos de Dios y que Dios había olvidado
parte de su iniquidad (vs. 2-6).

C. Le enseña a Job
que el Dios Todopoderoso es ilimitado
Zofar le enseñó a Job que el Dios Todopoderoso es ilimitado, es más alto
que los cielos, más profundo que el Seol, más largo que toda la tierra y
más ancho que el mar. Nadie puede impedir que Él juzgue a los hombres
falsos, inicuos y faltos de inteligencia (vs. 7-12).
En el versículo 12 Zofar dijo: “Un hombre de cabeza hueca se hará
inteligente / cuando un pollino de asno salvaje nazca hombre”. Estas
palabras, ciertamente, no eran de comunión ni de benevolencia
amorosa. Zofar había dicho que Job era un hombre de cabeza hueca,
completamente carente de entendimiento. Al hablarle a Job de manera
sarcástica y despectiva, Zofar llegó al extremo de comparar a Job con un
pollino de asno salvaje que carece de toda inteligencia. No es de
sorprenderse que Job acusara a sus amigos de no mostrar benevolencia
amorosa para con él.

D. Le enseña a Job a dirigir bien su corazón


y a extender sus manos a Dios
Zofar también le enseñó a Job que si él dirigía bien su corazón y
extendía sus manos a Dios, y si alejaba la iniquidad de sus manos y no
consentía que la maldad morase en sus tiendas, entonces podría
levantar su rostro sin mancha y estaría firme sin temer a nada. Job
olvidaría su miseria y su existencia surgiría más radiante que el
mediodía; aunque oscureciera, sería como la mañana. Él viviría seguro,
lleno de esperanza, y podría acostarse sin que nadie lo aterrorizara. Pero
los ojos de los malvados se consumirán, no habrá escape para ellos y su
esperanza será exhalar su vida (vs. 13-20). Tal fue la enseñanza que
Zofar le impartió a Job.

Zofar estaba completamente ciego con respecto a entender la posición


que el hombre tiene delante de Dios, y sus argumentos se basaban por
completo en el concepto natural del hombre, concepto perteneciente a
la esfera de la ética, carente de toda iluminación de la revelación divina
referente a lo que el hombre debe ser para Dios.

ESTUDIO-VIDA DE JOB
MENSAJE NUEVE
LA SEGUNDA DE TRES RONDAS EN LOS DEBATES
SOSTENIDOS ENTRE JOB Y SUS TRES AMIGOS
CAPÍTULOS 12—20
(1)
EL COMPLEJO DE SUPERIORIDAD DE JOB,
SUS ACUSACIONES Y ARGUMENTOS,
Y
LA REPRENSIÓN Y ADVERTENCIA
QUE LE HIZO ELIFAZ
(1)
Lectura bíblica: Job 12—13
En este mensaje comenzaremos a considerar el complejo de
superioridad de Job, las acusaciones en contra de sus amigos y sus
argumentos ante Dios. Después hablaremos sobre la reprensión y
advertencia hechas por Elifaz.

I. EL COMPLEJO DE SUPERIORIDAD DE JOB,


SUS ACUSACIONES Y ARGUMENTOS
A. El complejo de superioridad de Job
en cuanto a conocer a Dios
En 12:1—13:2 vemos el complejo de superioridad de Job en cuanto a
conocer a Dios.

1. Aduce no ser inferior a sus amigos


Considerándose un hombre recto, un hombre perfecto, que invocaba a
Dios, Job adujo no ser inferior a sus amigos, para quienes él era motivo
de risa. Ellos vivían tranquilos y despreciaban toda calamidad, sin tomar
en cuenta que las tiendas de los ladrones prosperan y que quienes
provocan a Dios y llevan su dios con su fuerza viven seguros (12:1-6).
Estas palabras están relacionadas con la prosperidad que
supuestamente acompaña a quienes hacen el bien y el sufrimiento que
supuestamente sobreviene a quienes hacen el mal.

2. Desdeña a sus amigos


y les pide que aprendan de las bestias, de las aves,
de la tierra misma y de los peces
Job desdeñó a sus amigos y les pidió que aprendieran de las bestias, de
las aves de los cielos, de la tierra misma y de los peces del mar, pues
todos ellos saben que Jehová los hizo y que en Su mano está la vida de
todo ser viviente así como el aliento de toda carne de hombre. Pero sus
amigos eran inferiores al oído que prueba las palabras y al paladar que
saborea la comida (vs. 7-11).

3. Se jacta de que su conocimiento de Dios


es superior y más amplio
Finalmente, Job se jactó de que su conocimiento de Dios era superior y
más amplio (12:12—13:2). Job declaró que con Dios están la sabiduría y
el poder, que Dios controla todo cuanto sucede sobre la tierra y que Dios
rige a las naciones, pues Él las engrandece o las destruye. Lo dicho por
Job en 12:12-25 indica que él poseía un conocimiento bastante extenso.
Luego, a manera de conclusión, le dice a sus amigos: “He aquí, todo esto
han visto mis ojos; / lo han oído y entendido mis oídos. / Lo que vosotros
sabéis, yo también lo sé. / No soy inferior a vosotros” (13:1-2). Esto
ciertamente es indicio del complejo de superioridad de Job.

B. Job acusa a sus amigos de ser falsos


En 13:4-19, Job acusó a sus amigos de ser falsos. Él los llamó
fraguadores de mentiras y médicos nulos, y les instó a guardar silencio
(vs. 4-5).

C. Los argumentos que Job presenta ante Dios


En 13:3, 20—14:22 constan los argumentos que Job presentó ante Dios.
En 13:3, él declaró: “Yo hablaría al Todopoderoso, / y deseo argumentar
con Dios”.

1. Job contiende con Dios defendiendo su caso


En 13:20-28 Job contendió con Dios defendiendo su caso. En el versículo
28, refiriéndose a sí mismo, Job dijo: “Así el hombre se deshace como
cosa podrida, / como un vestido que roe la polilla”. Por un lado, Job
reconoció que él estaba podrido, que se desharía; por otro, Job insistió
en que no había errado en nada. Puesto que se daba cuenta de que Dios
había marcado todas sus sendas y había trazado límites para las plantas
de sus pies (v. 27), Job quería que Dios le explicara la situación en la que
se encontraba. Como hemos señalado, Job no sabía cuál era el propósito
de Dios con respecto a él, aunque creía que el corazón de Dios escondía
un propósito determinado para él.

La Biblia, que consta de sesenta y seis libros, comienza hablándonos de


Dios y Su creación en Génesis y alcanza su consumación con la Nueva
Jerusalén en Apocalipsis. Entre estos dos extremos de la Biblia
encontramos historia, enseñanzas, profecías y tipos. Pero si entendemos
la Biblia únicamente conforme a estos elementos, todavía no conocemos
la Biblia debidamente. Es imprescindible que veamos la economía eterna
de Dios, que es la intención eterna de Dios junto con el deseo de Su
corazón de impartirse —en Su Trinidad Divina como el Padre en el Hijo
por el Espíritu— en Su pueblo escogido a fin de ser su vida y naturaleza
para que ellos sean igual a Él con miras a la plenitud de Dios, Su
expresión.

La palabra economía procede de la palabra griega oikonomía, la cual


significa: “ley doméstica, manejo doméstico o administración” y, por
derivación, “una dispensación administrativa (una disposición), un plan,
una economía”. Esta palabra griega implica la idea de dispensar.
Dispensar no es lo mismo que dispensación. La
palabra dispensar denota impartir algo, mientras que la
palabra dispensación, tal como se usa en medios cristianos, se refiere a
la manera en que Dios trata con las personas durante una era
específica. Hoy en día, muchos hablan sobre las dispensaciones
dispuestas por Dios, pero no ven el asunto crucial de la impartición de
Dios.

Una economía es una disposición administrativa para llevar a cabo un


plan a fin de que se realice cierta impartición. La economía de Dios es el
plan de Dios, lo dispuesto por Él, a fin de impartirse Él mismo —en Su
elemento, Su vida, Su naturaleza, Sus atributos y todo cuanto Él ha
conseguido y logrado— en Su pueblo escogido, a fin de que éste pueda
ser reedificado al forjarse en ellos la esencia divina en el elemento
divino que procede de la fuente divina y, así, este pueblo llegue a ser
una entidad divina. Antes de recibir la impartición de Dios, éramos
apenas humanos. Pero después que Dios nos reedifique forjando en
nuestro ser la constitución divina, nosotros, al igual que el Señor Jesús,
llegamos a ser divinamente humanos y humanamente divinos. Antes de
la encarnación, Cristo era sólo divino, pero después de Su encarnación Él
se convirtió en un Dios-hombre, un hombre con la naturaleza divina.
Ahora Él es divinamente humano, y Él también es humanamente divino.
Puesto que fuimos regenerados por Cristo, formamos parte de Él, y
ahora somos iguales a Él, esto es: divinamente humanos y
humanamente divinos.

Las personas que, por haber sido regeneradas, son divinamente


humanas y humanamente divinas, espontáneamente constituyen un
organismo, el Cuerpo de Cristo, el cual es la iglesia de Dios como nuevo
hombre en la nueva creación de Dios con la finalidad de que Dios lleve a
cabo Su nueva “carrera”, a saber, edificar el Cuerpo de Cristo con miras
a producir la plenitud, la expresión, del Dios Triuno. Esta plenitud, como
organismo del Dios Triuno, alcanzará su consumación en la Nueva
Jerusalén. La Biblia comienza con Dios en Su creación como el inicio, y
concluye con la Nueva Jerusalén, la cual es la mezcla del Dios Triuno con
Su pueblo tripartito que ha sido escogido, redimido, regenerado,
transformado, conformado y glorificado. Así pues, la Nueva Jerusalén es
una constitución compuesta de Dios con el hombre a fin de que Dios sea
expresado por la eternidad.

Si vemos esto, poseeremos una visión panorámica de toda la Biblia. Al


leer la Biblia, debemos concentrarnos en la economía eterna de Dios,
cuya finalidad es la impartición divina. Si no conocemos la economía de
Dios, no entenderemos la Biblia.

Cristo no solamente es el centro de toda la Biblia, sino también la


centralidad y universalidad de la economía de Dios. Al realizarse esta
economía, Cristo se encarnó, fue a la cruz para pasar por la crucifixión,
surgió de la muerte y entró en resurrección; luego, en resurrección, fue
engendrado de Dios para ser el Hijo primogénito de Dios y, como postrer
Adán, llegó a ser el Espíritu vivificante para regenerar a todos Sus
creyentes y hacerlos igual a Él en vida y naturaleza a fin de que llegasen
a ser Sus hermanos e hijos de Dios. Estos hijos conjuntamente con el
Hijo primogénito de Dios llegan a ser el nuevo hombre, en el cual Cristo
es la Cabeza y la iglesia es Su Cuerpo, a fin de llevar a cabo el propósito
eterno de Dios que halla su consumación en la Nueva Jerusalén.

Si vemos esta revelación respecto a la economía de Dios, podremos


entender el libro de Job. Job padeció al ser despojado y consumido por
Dios, pero no llegó a entender qué estaba sucediendo con él. Job pudo
decir: “Estas cosas has tenido ocultas en Tu corazón; / yo sé que esto
está dentro de Ti” (10:13). Él sabía que Dios tenía un propósito en todo
esto, pero no sabía en qué consistía dicho propósito.

Job y sus tres amigos, Elifaz, Bildad y Zofar, estaban en la esfera


correspondiente al árbol del conocimiento del bien y del mal. Aunque Job
se encontraba en un nivel un poco más elevado que el de sus amigos,
todos ellos estaban en la misma esfera. Dios estaba procurando
rescatarlos de dicha esfera y llevarlos a la esfera correspondiente al
árbol de la vida. Lo primero que Dios tenía que hacer era despojar a Job,
consumirlo y demolerlo hasta que él fuese reducido a nada por dicho
sufrimiento. Éstos serían los cimientos sobre los cuales Dios reedificaría
a Job con la Trinidad Divina para hacer de él un nuevo hombre, que
formase parte de la nueva creación de Dios, para el cumplimiento de la
economía eterna de Dios con miras a la expresión de Dios.

ESTUDIO-VIDA DE JOB
MENSAJE DIEZ
LA RESPUESTA DE DIOS A JOB
Lectura bíblica: Job 1:1; 10:2, 13; 13:3, 18-28; 19:25-26; 42:5
En este mensaje tengo la carga de hablar sobre la respuesta que Dios tiene para
Job. Esta respuesta resuelve una pregunta crucial que plantea el libro de Job.

UNA PREGUNTA CRUCIAL


En sus esfuerzos por defender la autenticidad del libro de Job, muchos de los
lectores de este libro, especialmente los cristianos fundamentalistas y los
pertenecientes a la Asamblea de los Hermanos, han hecho hincapié en ciertos
versículos “de oro”. Uno de éstos es 19:25: “Yo sé que mi Redentor vive, / y que al
final se levantará sobre la tierra”. Este versículo contiene cierta medida de
revelación con respecto a Cristo, el Redentor. Otro versículo de oro es 42:5: “De
oídas había oído de Ti, / mas ahora mis ojos te han visto”. Éste ciertamente es un
versículo excelente. Sin embargo, a pesar de tales versículos, los cuarenta y dos
capítulos de Job nos dejan con una pregunta de crucial importancia, la cual tiene
dos partes: ¿Cuál era el propósito de Dios al crear al hombre, y qué propósito tiene
Dios en el trato que aplica a Su pueblo escogido? Se necesita toda la Biblia para
responder esta pregunta. En particular, el Nuevo Testamento es una larga
respuesta a la pregunta planteada en Job.

Job dijo que deseaba argumentar con Dios e incluso entablar “litigio” ante Dios en
un “tribunal”, de modo que él fuese el demandante y Dios el demandado. Pero Job
no tuvo ocasión de hacer esto, por lo cual su pregunta con respecto a su sufrimiento
quedó sin resolver. El Nuevo Testamento es la respuesta de Dios a Job. Podríamos
decir que éste es un mensaje que Dios transmitió por “fax” a Job. Este “fax”, esta
respuesta, revela que Dios no estaba juzgando a Job ni lo estaba castigando, sino
que lo estaba despojando y consumiendo a fin de que Job pudiera ser reedificado
con el Dios Triuno. Aunque millones de personas han leído el Nuevo Testamento,
no muchas han entendido la respuesta que éste contiene. Por tanto, es muy
importante que consideremos los aspectos vitales de la respuesta a Job tal como se
halla revelada en el Nuevo Testamento.

LOS ÍTEMS EN LA RESPUESTA DE DIOS


La encarnación
Si leemos el Antiguo Testamento con sus profecías, tipos y palabras sencillas que
éste contiene desde Génesis hasta Malaquías, veremos que el Antiguo Testamento
finaliza con la promesa de Aquel que vendría (Mal. 4:5-6). El Nuevo Testamento
comienza con la encarnación de Dios (Mt. 1:18-25). El mismo Dios que era en la
eternidad, que creó los cielos y la tierra con los billones de cosas que en ellos hay
así como al hombre, y que hizo tantas cosas en relación con la humanidad,
finalmente vino como Aquel que había sido prometido. Él vino de una manera
misteriosa, sin propaganda ni avisos públicos. Él estuvo dentro del vientre de una
virgen y, según Mateo 1:20, fue engendrado en dicho vientre. Él permaneció allí por
nueve meses, después de los cuales nació de ese vientre. De esto vemos que la
encarnación consistió en que Dios salió de la eternidad y entró en el tiempo, para
introducirse con Su divinidad en la humanidad. Antes de la encarnación, Dios
estaba en la eternidad y el hombre estaba en la esfera del tiempo. Por medio de la
encarnación, Dios hizo que la naturaleza divina y la naturaleza humana
conformasen una sola entidad, incluso una persona maravillosa, llamada Jesús.
Jesús, quien es tanto Dios como hombre, es la totalidad del resultado de la
encarnación.

El vivir humano
El Señor Jesús vivió sobre la tierra por más de treinta años. Muchos cristianos, que
prestan atención a los milagros hechos por el Señor Jesús, no conocen el
significado real, espiritual e intrínseco del vivir humano de Cristo. El vivir humano
de Cristo simplemente consistió en que un hombre vivió a Dios para expresar los
atributos de Dios en las virtudes humanas.
La crucifixión
Finalmente, el Señor Jesús fue a la cruz a fin de ser crucificado allí. Según la
revelación del Nuevo Testamento, la muerte de Cristo en la cruz fue una muerte
todo-inclusiva y vicaria.

La resurrección
Cristo entró en la muerte y visitó el Hades. Él permaneció allí por tres días.
Después Él salió de allí y entró en resurrección. En resurrección, Él fue engendrado
de Dios para ser el Hijo primogénito de Dios (Hch. 13:33). Además, en
resurrección, Él llegó a ser el Espíritu vivificante, esto es: no solamente un Dios-
hombre, sino el Espíritu que da vida (1 Co. 15:45). Más aún, cuando Él resucitó
para ser engendrado por Dios como Hijo primogénito de Dios, Él regeneró a todos
Sus creyentes, haciendo de ellos los muchos hijos de Dios y Sus muchos hermanos,
miembros de Su Cuerpo (1 P. 1:3).

Esto nos muestra que por medio de la encarnación de Cristo, Su vivir humano, Su
crucifixión y Su resurrección, se ha producido Aquel que es la mezcla de la
divinidad con la humanidad. Esta persona llegó a ser el Hijo primogénito de Dios
que expresa a Dios. Él también llegó a ser el Espíritu vivificante, el Espíritu que
imparte vida para hacer germinar a aquellos de la vieja creación escogidos por Dios
a fin de que formen parte de la nueva creación de Dios. Ahora, después del día de
resurrección, hay cuatro cosas maravillosas en el universo: la mezcla de Dios con el
hombre, el Hijo primogénito de Dios, el Espíritu vivificante y el organismo del Dios
Triuno.

La ascensión
Los primeros cuatro ítems en la respuesta de Dios a la pregunta respecto a los
sufrimientos de Job son la encarnación de Cristo, el vivir humano de Cristo, la
crucifixión de Cristo y la resurrección de Cristo. El quinto ítem es la ascensión de
Cristo. Después de Su resurrección, el Señor Jesús se apareció a Sus discípulos
durante un período de cuarenta días, y luego Él ascendió a los cielos.

La iglesia como el nuevo hombre,


como el Cuerpo de Cristo
y como el organismo del Dios Triuno,
alcanza su consumación en la Nueva Jerusalén
En su ascensión, Cristo se derramó —como el Dios Triuno consumado y como el
Espíritu todo-inclusivo— sobre Sus miembros a fin de que ellos constituyesen un
Cuerpo orgánico, que es el organismo del Dios Triuno procesado y consumado.
Ésta es la iglesia como el nuevo hombre, como el Cuerpo de Cristo y como el
organismo del Dios Triuno; y esta entidad alcanzará su consumación en la Nueva
Jerusalén. Por tanto, la larga respuesta de Dios a los sufrimientos de Job consta de
diez ítems principales: la encarnación, el vivir humano, la crucifixión, la
resurrección, la ascensión, la iglesia, el nuevo hombre, el Cuerpo de Cristo, el
organismo del Dios Triuno y la Nueva Jerusalén.

EL CONTENIDO PRINCIPAL DEL NUEVO TESTAMENTO


El contenido principal del Nuevo Testamento es que el Dios Triuno tiene una
economía eterna conforme a Su beneplácito, la cual consiste en impartirse —en Su
vida y Su naturaleza— a Su pueblo escogido y redimido a fin de hacerlos a todos
ellos igual a Él en vida y naturaleza, convirtiéndolos en Su duplicación que habrá de
expresarlo. Esta expresión corporativa alcanzará su consumación en la Nueva
Jerusalén. Por tanto, la Nueva Jerusalén es simplemente la encarnación de Dios
agrandada, aumentada, la cual llega a su plena consumación, o sea, la plenitud del
Dios Triuno para que Él se exprese en Su divinidad mezclada con la humanidad.
Éste es el contenido del Nuevo Testamento, y ésta es la respuesta requerida por
Job. Ésta es la respuesta de Dios con respecto al propósito de los sufrimientos de
Job.

ESTUDIO-VIDA DE JOB
MENSAJE ONCE
LA SEGUNDA DE TRES RONDAS EN LOS DEBATES
SOSTENIDOS ENTRE JOB Y SUS TRES AMIGOS
CAPÍTULOS 12—20
(2)
EL COMPLEJO DE SUPERIORIDAD DE JOB,
SUS ACUSACIONES Y ARGUMENTOS,
Y
LA REPRENSIÓN Y ADVERTENCIA
QUE LE HIZO ELIFAZ
(2)
Lectura bíblica: Job 14—15
En este mensaje seguiremos considerando los argumentos que Job presentó ante
Dios (13:3, 20—14:22) para luego considerar la reprensión y advertencia hechas
por Elifaz (cap. 15).

2. Job se queja respecto a la estricta severidad


de Dios al tratar con él
En Job 13:3, 20-28, Job contendió con Dios defendiendo su caso. En 14:1-22 Job
continúa quejándose respecto a la estricta severidad de Dios al tratar con él, y luego
Job le pide a Dios que aparte Su mirada de él para que pueda descansar.

Argumentando con Dios, Job le decía: “El hombre, nacido de mujer, / vive por
pocos días y está lleno de inquietudes. / Sale como una flor y es cortado, / también
huye como una sombra y no permanece. / ¿Sobre éste abres Tus ojos, / y me traes a
litigio contigo?” (vs. 1-3). Lo dicho por Job acerca de ser traído a juicio por Dios
implica que habría un litigio en los tribunales en el cual Job y Dios estarían
involucrados; Job sería el demandante, y Dios sería el demandado. Job estaba
preguntándose si Dios le traería al tribunal a fin de que Job pudiese ir a juicio con
Él. Job tenía esta esperanza.

Después de afirmar que nadie puede sacar algo limpio de lo inmundo, Job continuó
diciendo: “Ya que sus días están determinados, / y el número de sus meses está
contigo; / puesto que le pusiste límites, y no los puede pasar” (v. 5). Aquí Job
estaba diciendo que Dios le tenía confinado a ciertos límites que Job no podía
sobrepasar. Él se encontraba bajo el control de Dios. Job quería que Dios apartara
Su mirada de él para que pudiera descansar. Él se sentía como un “jornalero”, un
empleado contratado por Dios y sujeto a ciertos límites que Dios le había fijado.

Aunque hay esperanza de que retoñe un árbol que ha sido cortado, no existe
esperanza alguna para los que yacen. “El hombre yace y no se levanta; / hasta que
los cielos ya no sean, no despertará / ni se levantará de su sueño” (v. 12). Job dijo
que una vez que uno fallece, ha llegado a su fin. Después, él le dijo a Dios: “¡Oh, si
sólo me escondieras en el Seol, / si me ocultaras hasta apaciguarse Tu furor, / si me
pusieras un plazo y de mí te acordaras!” (v. 13).

Luego, Job preguntó: “Si el hombre muere, ¿volverá a vivir? / Todos los días de mi
servicio esperaría / hasta que me llegara tal cambio” (v. 14). La palabra hebrea que
aquí se tradujo “servicio” también significa “batalla” o “angustia”. A Job le parecía
que su vida era una guerra y que sus días eran días de batallas.

En los versículos del 15 al 17 Job continuó diciendo: “Tú llamarías, y yo te


respondería; / añorarías la obra de Tus manos. / Porque ahora cuentas mis pasos. /
¿No vigilas mi pecado? / Sellada en un saco está mi transgresión, / y tienes cosida
mi iniquidad”. Job pensaba que era Dios quien le hacía esto. Tal parece que Job
estaba muy sensible y profundamente turbado psicológicamente debido a que se
encontraba en el ámbito del bien y del mal.

Finalmente, Job aduce que Dios destruye la esperanza del hombre, prevalece para
siempre contra él, demuda su rostro y lo despide. “Sólo siente el dolor de su propia
carne, / y su propia alma por él se lamenta” (v. 22). Todo esto formaba parte de los
argumentos que Job presenta ante Dios.

II. ELIFAZ REPRENDE A JOB


Y LE HACE UNA ADVERTENCIA
En el capítulo 15 consta la reprensión y la advertencia que hace Elifaz.

A. Elifaz reprende a Job por ser orgulloso


y por considerarse justo
En los versículos del 1 al 16, Elifaz reprendió a Job por ser orgulloso y por
considerarse justo.

1. Dice que el conocimiento de Job


era vano como el viento, carente del temor a Dios
Elifaz dijo que el conocimiento de Job era vano como el viento, carente del temor a
Dios, y que suprimía la meditación delante de Dios. Según Elifaz, la iniquidad de
Job instruía su boca, y Job había escogido el lenguaje de los astutos. Por tanto, su
propia boca lo condenaba y sus propios labios testificaban contra él (vs. 1-6).

2. Dice que Job se sentía orgulloso


de su superioridad
Elifaz continúa reprendiendo a Job por sentirse orgulloso de su superioridad (vs. 7-
13). Elifaz le preguntó a Job: “¿Fuiste tú el primer hombre en nacer? / ¿O fuiste
dado a luz antes que los collados? / ¿Escuchaste tú el concilio secreto de Dios? /
¿Acaparas tú la sabiduría? / ¿Qué sabes tú que no sepamos? / ¿Qué entiendes tú
que no se halle también con nosotros?” (vs. 7-9). Luego, Elifaz dijo que Job tenía en
poco las palabras de consuelo que Dios le había hablado con cariño, que se había
dejado alejar por su corazón y que había vuelto su espíritu contra Dios.

3. Dice que Job era justo en su propia opinión


Finalmente, Elifaz reprendió a Job por considerarse justo. Elifaz recalcó que
ningún hombre nacido de mujer puede ser limpio ni justo, que Dios no confía en
Sus santos y que si ni aun los cielos son limpios delante de Sus ojos, cuánto menos
lo será el hombre abominable y corrupto, que bebe la maldad como agua (vs. 14-
16).

B. Le advierte a Job que podría tener


el fin miserable de los impíos
Después de reprenderle, Elifaz le advirtió a Job que podría tener el fin miserable de
los impíos (vs. 17-35). Esta advertencia estaba basada en el principio del bien y del
mal. Regido por este principio, Elifaz dijo que los impíos, cuyo corazón maquina
engaños, serían atormentados por la ansiedad y la angustia, que ellos no se
enriquecerían y sus riquezas no habrían de durar, que no saldrían de las tinieblas y
que la vanidad sería su recompensa. El concepto de Elifaz se ajustaba por completo
al principio del bien y del mal. Según su perspectiva personal, el hombre bueno
habría de prosperar y el malvado habría de sufrir.

Después de leer los capítulos 12—15, podemos ver la situación en la que se


encontraban tanto Job como Elifaz. Job, una persona de carácter muy fuerte, tenía
un complejo de superioridad, y Elifaz era el típico insensato que trató de enseñar a
Job reprendiéndole y haciéndole advertencias conforme al principio del bien y del
mal.
ESTUDIO-VIDA DE JOB
MENSAJE DOCE
LA ECONOMÍA ETERNA DE DIOS
COMO LA RESPUESTA AL LIBRO DE JOB
Lectura bíblica: Job 10:2, 8-9, 13; Ef. 3:9
Ya señalamos que los cuarenta y dos capítulos del libro de Job nos
plantean una pregunta doble sobre el propósito de Dios al crear al
hombre y el propósito que Dios tiene en el trato que aplica a Su pueblo
escogido. La respuesta a esta pregunta no se encuentra en el Antiguo
Testamento, sino en el Nuevo Testamento. La respuesta es la economía
eterna de Dios, cuya finalidad es que Dios se imparta en Su pueblo
escogido.

LOS DIEZ ÍTEMS PRINCIPALES EN LA ECONOMÍA DE DIOS


La economía de Dios se compone de diez ítems principales. Los primeros
tres ítems son la encarnación del Dios Triuno, el vivir del Dios Triuno en
la humanidad aquí en la tierra y la muerte todo-inclusiva de Cristo, quien
murió en la cruz para resolver todos los problemas y poner fin a todas
las cosas negativas que hay en el universo. El cuarto ítem es la
resurrección de Cristo, una resurrección que imparte vida; en dicha
resurrección Cristo en Su humanidad fue engendrado para ser el Hijo
primogénito de Dios a fin de que muchos otros hijos fuesen producidos
después de Él, el Dios Triuno en humanidad llegó a ser el Espíritu
vivificante con miras a la impartición divina y todos los creyentes en
Cristo fueron regenerados para ser hijos de Dios y miembros de Cristo. El
quinto ítem es la ascensión de Cristo con el derramamiento del Espíritu
consumado a fin de producir la iglesia. Los otros cinco ítems son la
iglesia de Dios, el Cuerpo de Cristo, el nuevo hombre, el organismo del
Dios Triuno procesado y consumado y la Nueva Jerusalén. Todos los otros
ítems revelados en el Nuevo Testamento están relacionados con estos
diez ítems, ya sea de manera directa o indirecta.

LAS DIVISIONES SON EL RESULTADO DE QUE


LOS CREYENTES ENFATICEN ALGO DIFERENTE
A LOS DIEZ ÍTEMS EN LA ECONOMÍA DE DIOS
Siempre que los cristianos enfatizan algo diferente a estos diez ítems
que constituyen la economía de Dios, surgen diversas escuelas de
opinión que producen divisiones entre los creyentes. Por ejemplo,
algunos recalcan el bautismo por inmersión, que si bien es una
enseñanza del Nuevo Testamento, no es uno de los diez ítems básicos en
la economía de Dios. Tal énfasis no solamente ha resultado en una
denominación dedicada al bautismo por inmersión, sino también en
muchas discusiones sobre la clase de agua que se debe usar, sobre si
uno debe ser bautizado inclinándose hacia atrás, hacia delante o hacia
abajo, y sobre si el bautismo debe ser realizado en el nombre del Padre,
del Hijo y del Espíritu Santo o simplemente en el nombre de Jesús. Otros
creyentes discuten sobre asuntos tales como el presbiterio (la
administración de la iglesia ejercida por los ancianos) y la clase de
instrumentos musicales —si es permitido— que se deben usar en las
reuniones de la iglesia. Hace algunos años me enteré del caso de una
congregación de la Asamblea de los Hermanos que se dividió por el
tema de tocar el piano o el órgano durante las reuniones. Hoy en día
esto es común que suceda entre los cristianos. Casi nadie está asido de
la economía eterna de Dios con miras a la impartición divina.

APRENDER LOS ÍTEMS DE LA ECONOMÍA DE DIOS


SUBJETIVAMENTE Y EN NUESTRA EXPERIENCIA
Todos necesitamos aprender los ítems de la economía de Dios no sólo
objetivamente, de manera doctrinal, sino también subjetivamente, en
nuestra experiencia. Debemos considerar cómo experimentar todos
estos ítems. ¿Cómo podemos experimentar la encarnación de Cristo, Su
vivir humano, Su crucifixión, Su resurrección y Su ascensión? ¿Cómo
podemos experimentar ser parte de la iglesia, del Cuerpo de Cristo, del
nuevo hombre y del organismo del Dios Triuno? ¿Cómo podemos
nosotros, de manera concreta, en nuestra experiencia, llegar a ser parte
de la Nueva Jerusalén en la eternidad?

Un único Dios
Si hemos de conocer estos diez ítems en términos de nuestra
experiencia, necesitamos ver que todos ellos se refieren a un único Dios.
Tenemos un solo Dios, pero este único Dios es triuno: el Padre, el Hijo y
el Espíritu. El Padre, el Hijo y el Espíritu son uno. El Padre está en el Hijo;
el Hijo está en el Padre; el Espíritu está tanto en el Padre como en el
Hijo; y tanto el Padre como el Hijo están en el Espíritu. Los tres no
solamente coexisten (existen juntos a la misma vez), sino que también
son coinherentes (moran el uno en el otro). No hay separación entre
ellos. Entre el Padre, el Hijo y el Espíritu hay distinción, pero no hay
separación. Debido a que el Padre, el Hijo y el Espíritu coexisten y son
coinherentes, cuando el Padre está presente, el Hijo y el Espíritu también
están presentes.

El Dios Triuno ha sido procesado


Antes de la encarnación, el Padre, el Hijo y el Espíritu eran un solo Dios en la
eternidad, quien todavía no había sido procesado. Pero al pasar por la encarnación,
el vivir humano, la crucifixión, la resurrección y la ascensión, este único Dios fue
procesado. Estos cinco pasos son las cinco secciones de Su proceso. Al pasar por
estas cinco secciones de Su proceso, el único Dios, el Dios Triuno, fue procesado y
alcanzó Su consumación para ser el Dios Triuno actual.

El Dios Triuno alcanza Su consumación


como Espíritu
Hoy en día, el Dios Triuno ha alcanzado Su consumación en el Espíritu. El Espíritu
es el último de los tres de la Trinidad Divina. Este Espíritu consumado es en
realidad la consumación del Dios Triuno. Como Espíritu todo-inclusivo, Él es la
consumación, la totalidad, del Dios Triuno. Cuando le recibimos, recibimos al Hijo
y al Padre. Este Espíritu es el Hijo y es también el Padre. Los tres —el Padre, el Hijo
y el Espíritu— son el Espíritu todo-inclusivo. Nuestro Padre, nuestro Señor,
nuestro Amo, nuestro Redentor y nuestro Salvador hoy es el Espíritu vivificante.
Este Espíritu vivificante es todo-inclusivo, compuesto y consumado. Ahora mismo
Él está dentro de nosotros.

Hacerlo todo conforme al Espíritu


El Nuevo Testamento nos insta a ser regenerados por este Espíritu y a recibir la
vida divina mediante este Espíritu. Luego, debemos vivir, andar, por este Espíritu,
y debemos experimentar a Cristo, disfrutar a Dios el Padre e incluso disfrutar la
plenitud del Dios Triuno haciéndolo todo conforme al Espíritu. Siempre y cuando
lo hagamos todo conforme al Espíritu, podremos experimentar la encarnación de
Cristo, Su vivir humano, Su muerte, Su resurrección y Su ascensión con el
derramamiento del Espíritu. Esto hará de nosotros la iglesia de Dios, el Cuerpo de
Cristo, el nuevo hombre y el organismo del Dios Triuno, el cual halla su
consumación en la Nueva Jerusalén.

En nuestra vida diaria no debiéramos permanecer en la esfera correspondiente al


árbol del conocimiento del bien y del mal, sino en la esfera del Espíritu vivificante.
No debiéramos hacer nada conforme al bien y el mal; más bien, debiéramos hacerlo
todo conforme al Espíritu siendo un espíritu con el Señor. Por ejemplo, es
necesario que seamos un espíritu con el Señor al hablar. Antes de hablar por el
Señor, suelo hacer una oración muy sencilla: “Señor, sé un espíritu conmigo para
que yo pueda ser un espíritu contigo. Señor, habla en mi hablar y haz que mi hablar
sea Tu hablar”. En esto consiste vivir en la impartición de la economía eterna de
Dios. Si vivimos y hablamos de esta manera, disfrutaremos de la impartición
divina, y Cristo aumentará en nosotros. Cristo crece en nosotros, y nosotros
crecemos en Cristo. Finalmente, este crecimiento alcanzará su plenitud.

Supongamos que surge algún conflicto entre usted y su cónyuge. Usted no debiera
hacer nada al respecto, pues todo cuanto haga estará en la esfera correspondiente
al árbol del conocimiento del bien y del mal. Usted simplemente debiera orar-leer
Gálatas 2:20: “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive
Cristo en mí”. No le preste atención al conflicto ni a la ira; sólo preste atención al
Cristo que vive en usted. Ésta es la manera de proceder en todas las cosas.
El libro de Job contiene muchas palabras vanas, palabras de acusación y de
vindicación. A medida que leamos este libro debemos tener presente la economía
de Dios. Debemos ver que la economía eterna de Dios, la cual es la respuesta a la
pregunta planteada por Job, consiste en que Dios mismo en Su Trinidad Divina —
en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu— se imparte a nosotros por medio de la
encarnación, el vivir humano, la crucifixión, la resurrección y la ascensión con el
derramamiento del Espíritu para producir la iglesia, el Cuerpo de Cristo, el nuevo
hombre y el organismo del Dios Triuno, cuyo resultado final será la Nueva
Jerusalén en el cielo nuevo y la tierra nueva por la eternidad.

ESTUDIO-VIDA DE JOB
MENSAJE TRECE
LA SEGUNDA DE TRES RONDAS EN LOS DEBATES
SOSTENIDOS ENTRE JOB Y SUS TRES AMIGOS
CAPÍTULOS 12—20
(3)
JOB RECHAZA LO DICHO POR SUS AMIGOS
Y DESEA QUE DIOS DEFIENDA SU CAUSA
EN LA PENOSA SITUACIÓN SUSCITADA POR DIOS,
Y
LA REPRENSIÓN Y ADVERTENCIA
QUE BILDAD LE HACE
Lectura bíblica: Job 16—18
En este mensaje abarcaremos del capítulo 16 al 18.

I. JOB RECHAZA LO DICHO POR SUS AMIGOS


Y DESEA QUE DIOS DEFIENDA SU CAUSA
EN LA PENOSA SITUACIÓN SUSCITADA POR DIOS
A. Rechaza lo dicho por sus amigos
Según 16:1-6, Job rechazó lo dicho por sus amigos. Aunque sus amigos
vinieron a él con el propósito de consolarlo, él los calificó de
“consoladores molestos” y les dijo que sus palabras eran “palabras
vacías”. Él les pregunta: “¿O qué te provoca para que así respondas?” (v.
3b). La respuesta es que ellos fueron provocados por el árbol del
conocimiento del bien y del mal. En los versículos 4 y 5 Job continuó
diciendo: “También yo podría hablar como vosotros, / si vuestra alma
estuviera en lugar de la mía; / yo podría hilvanar contra vosotros mis
palabras / y ante vosotros menear mi cabeza. / Podría fortaleceros con
mi boca, / y el movimiento de mis labios aliviaría vuestro dolor”. Job
comprendió que las palabras dichas por sus amigos eran vanidad y, por
ello, las rechazó.
B. Desea que Dios defienda su causa
en la penosa situación suscitada por Dios
Job deseaba que Dios defendiera su causa en la penosa situación
suscitada por Dios (16:7—17:16).

1. Se queja de que Dios lo había fatigado


y había asolado toda su compañía
Job se quejó de que Dios lo había fatigado y había asolado toda su
compañía, a pesar de no haber violencia en sus manos y de haber sido
pura su oración (16:7-17). Job llegó a decir que Dios lo había
despedazado, que lo había entregado a los injustos y lo había dejado
caer en manos de los impíos, que lo había desmenuzado, que lo había
arrebatado por la cerviz para despedazarlo y que lo había puesto por
blanco Suyo. Por tanto, el rostro de Job estaba enrojecido de tanto llorar,
y había sombra de muerte sobre sus párpados.

2. Clama pidiendo a la tierra


que no cubra su sangre ni detenga su clamor
Job clamó pidiendo a la tierra que no cubra su sangre ni detenga su
clamor (v. 18). Después, él dijo: “Incluso ahora, allí en los cielos está mi
Testigo, / y Aquel que atestigua a mi favor está en las alturas. / Mis
amigos se burlan de mí; / ante Dios corren las lágrimas de mis ojos, /
para que Él defienda la causa de un hombre ante Dios / y la de un hijo
de hombre ante su prójimo” (vs. 19-21). Aquí vemos que Job no liberaría
a Dios, no habría de dejar ir a Dios; más bien, Job expresó su deseo de
que Dios mismo defendiera su causa. La manera en que Job contiende
aquí indica que él esperaba que le fuera concedido un tiempo para rogar
ante Dios respecto a su caso.

3. Dice que su espíritu estaba quebrantado,


que sus días se habían extinguido
y que estaba preparado su sepulcro
Job dijo que su espíritu estaba quebrantado, que sus días se habían
extinguido y que estaba preparado su sepulcro (17:1). Job continuó
diciendo que sus escarnecedores lo provocaban, aunque él era recto,
justo y se mantenía aun con más fuerza en su camino (vs. 2-16). En el
versículo 9 Job declaró: “No obstante, se mantendrá el justo en su
camino, / y el limpio de manos aumentará su fuerza”. Aquí Job estaba
diciendo que él era un hombre justo que se mantenía en su camino.

II. LA REPRENSIÓN Y ADVERTENCIA


HECHAS POR BILDAD
En el capítulo 18 tenemos la reprensión y la advertencia hechas por
Bildad.

A. Lo reprende
Al reprender a Job (vs. 1-4), Bildad le pregunta hasta cuándo andaría
rebuscando palabras. Después, Bildad le pregunta a Job: “¿Por qué
somos tenidos por bestias, / y a vuestros ojos somos inmundos?” (v. 3).
Esto indica que Job pensaba que sus amigos eran semejantes a bestias.
Bildad continúa preguntándole a Job si la tierra sería abandonada por
causa suya.

B. Le advierte a Job que podría tener


el fin miserable de los impíos
El resto del capítulo 18 consiste en la advertencia hecha por Bildad que
Job podría tener el fin miserable de los impíos. Bildad declaró:
“Ciertamente la luz de los malvados se apaga, / y no resplandece la
llama de su fuego. / La luz en su tienda se oscurece, / y se apaga sobre
él su lámpara” (vs. 5-6). Con respecto a los impíos, Bildad sigue diciendo
que a tal persona de todas partes lo estremecen los temores, sus
fuerzas se desgastan por el hambre, a su lado está preparada la
calamidad, es arrancado de su tienda, azufre es esparcido sobre su
morada, su recuerdo perece de la tierra, de la luz es lanzado a las
tinieblas, es echado fuera del mundo y no tiene posteridad ni prole en su
pueblo. Luego, Bildad concluye diciendo: “Ciertamente tales son las
moradas del injusto, / y éste es el lugar del que no conoce a Dios” (v.
21). Bildad trató de aconsejar a Job, pero sus palabras fueron un
desperdicio. Su lógica y su advertencia estaban basadas en el principio
del bien y del mal.

ESTUDIO-VIDA DE JOB
MENSAJE CATORCE
LA SEGUNDA DE TRES RONDAS DE LOS DEBATES
SOSTENIDOS ENTRE JOB Y SUS TRES AMIGOS
CAPÍTULOS 12—20
(4)
LAS QUEJAS DE JOB CONTRA SUS AMIGOS
POR SUS REPROCHES INJUSTOS Y ANTE DIOS
POR HABERLO DESPOJADO CON TANTA SEVERIDAD,
Y
EL ENOJO DE ZOFAR Y SU ENSEÑANZA PARA CON JOB
Lectura bíblica: Job 19—20
En este mensaje abarcaremos los capítulos 19 y 20.

I. LAS QUEJAS DE JOB CONTRA SUS AMIGOS


POR SUS REPROCHES INJUSTOS
Y ANTE DIOS POR HABERLO DESPOJADO
CON TANTA SEVERIDAD
A. Su queja contra sus amigos
por sus reproches injustos
Al presentar su queja contra sus amigos (19:1-5), Job les preguntó hasta cuándo
habrían de angustiar su alma y aplastarlo con sus palabras. Él les dijo que ellos lo
habían vituperado diez veces y que no se avergonzaban de perjudicarlo. Además,
les dijo que si hubiese errado, su error sólo recaería sobre él.

B. Su queja ante Dios


por haberlo despojado con tanta severidad
1. Dice que Dios había subvertido su causa
Job se quejó de que Dios había subvertido su causa y lo había envuelto en Su red,
rodeándolo de violencia y negándole la equidad (vs. 6-7). En su extrema
sensibilidad, Job sentía que Dios lo estaba tratando de esta manera, pero
ciertamente Dios no le hizo tales cosas a Job.

2. Dice que Dios había amurallado su camino


Job prosiguió diciendo que Dios había amurallado su camino para impedirle pasar
y que había puesto tinieblas sobre sus sendas (v. 8). No creo que Dios haya hecho
estas cosas. En realidad, quizás haya sido Job mismo quien amuralló su camino.

3. Dice que Dios le había despojado de su gloria


y le había quitado la corona de su cabeza
En el versículo 9 Job dijo: “Me ha despojado de mi gloria, / y quitado la corona de
mi cabeza”. Esto era cierto. La gloria de Job era su propia perfección y rectitud, y su
corona era su propia integridad. Job estaba en lo cierto al afirmar que Dios le había
despojado de su gloria, su perfección y rectitud, y que le había quitado su corona,
su integridad, de su cabeza.

4. Dice que Dios lo había arruinado


por todos lados
Job además se quejó de que Dios lo había arruinado por todos lados. Job
desaparecía (perecía), y su esperanza había sido arrancada como un árbol (v. 10).
La esperanza de Job había sido la de cultivar el “árbol” de su propia integridad,
pero Dios no habría de permitir que tal árbol creciera dentro de Job; más bien,
Dios arrancó de raíz este árbol, esta esperanza.
5. Dice que Dios había encendido
Su furor contra él
Job también adujo que Dios había encendido Su furor contra él y que lo
consideraba Su adversario. Después, Job dijo que las tropas de Dios habían llegado,
preparaban su camino de asalto contra él y acampaban en derredor de su tienda
(vs. 11-12). Aunque Dios despojó a Job, ciertamente no estaba enojado con él, ni
tampoco lo consideraba Su adversario, sino Su íntimo amigo; más aún, Job erraba
al afirmar que Dios había enviado Sus tropas para atacarlo. Que Dios hiciera tal
cosa sería contrario a todo principio.

6. Dice que Dios hizo alejar


de él a sus hermanos
Job continúa presentando su queja al decir que Dios había hecho alejar de él a sus
hermanos y que sus conocidos estaban completamente apartados de él. Sus
parientes le fallaron y sus conocidos se olvidaron de él, y los que peregrinaban en
su casa y sus criadas lo tenían por extraño. Él había llegado a ser un forastero ante
los ojos de ellos. Job dijo que él había llamado a su siervo, pero que éste no le
respondía (vs. 13-16).

7. Dice que su aliento era extraño a su mujer


Job dijo que su aliento era extraño a su mujer, lo mismo que sus súplicas para los
hijos del vientre de su madre. Job se quejó de que aun los niños lo despreciaban; se
levantaba, y ellos hablaban contra él. Todos los hombres con quienes tomaba
consejo ahora le aborrecían, y aquellos a quienes él amaba se habían vuelto contra
él (vs. 17-19).

8. Dice que sus huesos se pegaban


a su piel y a su carne
Job prosiguió diciendo que sus huesos se pegaban a su piel y a su carne
y que apenas había escapado con la piel de sus dientes. Suplicó a sus
amigos que se apiadasen de él, pues él sentía que la propia mano de
Dios lo había tocado y que Dios lo perseguía. Luego, valiéndose de una
figura retórica, Job pregunta a sus amigos por qué no quedaban
satisfechos con comer su carne (vs. 20-22).

9. Job anhela que sus palabras


fuesen grabadas en un libro
“¡Oh, que mis palabras fueran escritas! / ¡Que en un libro fueran
grabadas! / ¡Que con cincel de hierro y con plomo / fueran esculpidas en
piedra para siempre!” (vs. 23-24). Debido a que Job se sentía
profundamente herido por lo que le había ocurrido y a él le parecía que
Dios lo trataba con demasiada severidad, Job anhelaba que sus palabras
fuesen esculpidas en piedra como permanente recordatorio de sus
padecimientos.
10. Sabe que su Redentor vive,
y que al final Él se levantará sobre la tierra
“Mas yo sé que mi Redentor vive, / y que al final se levantará sobre la
tierra; / y después de deshecho este cuerpo mío, / fuera de mi carne
veré a Dios, / al cual veré por mí mismo, / y mis ojos lo verán; yo, y no
otro. / Mis partes internas que añoran a Dios se consumen dentro de mí”
(vs. 25-27). Aquí, la palabra hebrea traducida tierra literalmente significa
“polvo”. Este versículo dice que el Redentor se levantará sobre el polvo.

Si no tuviésemos una visión completa de la economía de Dios,


podríamos pensar que las palabras de Job: “Mi Redentor vive”, son muy
buenas. Sin embargo, el Nuevo Testamento no solamente nos dice que
nuestro Redentor vive, sino que Él vive en nosotros. A las palabras de
Job tenemos que añadirle la pequeña cláusula en mí. Esto concuerda con
lo dicho por Pablo en Gálatas 2:20: “Ya no vivo yo, mas vive Cristo en
mí”. Si Cristo viviera únicamente en los cielos, no tendría nada que ver
con nosotros. Hoy nuestro Redentor no solamente vive, sino que Él vive
en nosotros.

Dios nos hizo de tres partes: espíritu, alma y cuerpo (1 Ts. 5:23). Nuestro
cuerpo, la parte externa de nuestro ser, es polvo. Cristo todavía no ha
tocado esta parte. Hoy en día Cristo vive en nuestro espíritu para
impartirse desde nuestro espíritu a nuestra alma a fin de infundirle Su
elemento con miras a transformarla. Un día, Él llegará a estar de pie
“sobre nuestro polvo”, esto es, nuestro cuerpo, para tocar nuestro
cuerpo. Entonces, el cuerpo de nuestra humillación será transfigurado
para ser conformado al cuerpo de Su gloria (Fil. 3:21). En aquel tiempo,
Él no solamente llegará a estar de pie sobre el polvo de la tierra, sino
que tocará nuestro polvo.

Hoy en día experimentamos que Cristo vive en nuestro espíritu y se


infunde a nuestra alma; además, esperamos que este Cristo venga
desde nuestro interior y toque nuestro cuerpo de polvo. Ésta era la
perspectiva de Pablo y es también la nuestra.

La perspectiva de Job, por ser absolutamente objetiva, era incompleta; a


diferencia de ello, la perspectiva de Pablo era absolutamente subjetiva.
La perspectiva de Pablo es expresada en las siguientes estrofas
de Himnos, #434:

Mi vida y esperanza de gloria es Jesús,


Me trae al Dios viviente y me da Su plenitud;
Él viene a mezclarme en todo con mi Dios,
Para que participe en Su gloria yo.
Mi vida y esperanza de gloria Cristo es,
Su vida es mi experiencia, pues uno soy con Él;
Él viene a llevarme a gloriosa libertad,
Y para siempre unidos hemos de estar.

El Nuevo Testamento nos dice que hoy Cristo vive en nosotros; más aún,
Él está haciendo Su hogar en nuestros corazones (Ef. 3:17).
Gradualmente, Él se está estableciendo en todo nuestro ser interior. En
esto consiste nuestra experiencia subjetiva del Cristo que vive en
nosotros. Job, conforme a su perspectiva objetiva, declaró: “Mi Redentor
vive”. Pero nosotros, conforme a la perspectiva subjetiva del Nuevo
Testamento, debiéramos gritar: “Nuestro Redentor vive en nosotros. Él
está haciendo Su hogar en nosotros, y Él está transformando nuestra
alma. Un día Él tocará nuestro cuerpo de polvo”.

11. Les hace una advertencia a sus amigos


En Job 19:28-29 Job les hizo una advertencia a sus amigos. Les advirtió
en contra de decir: “¿Cómo le perseguiremos, / ya que la raíz del asunto
se halla en él?”. Les dijo que debían temer la espada, porque la ira trae
el castigo de la espada para que sepan que hay un juicio. Aquí Job les
advierte respecto al juicio que vendría debido a la ira de Dios. Según Job,
si sus amigos continuaban hablando de esa manera, Dios habría de
juzgarlos.

Las quejas de Job contra sus amigos y ante Dios mismo demuestran que
era una persona muy sensible. Al ser tan sensible, llegó a pensar que los
demás procuraban hacerle daño y malinterpretó a Dios pensando que
había enviado Sus tropas contra él. A diferencia de Job, quien era muy
sensible y se quejaba, Pablo podía regocijarse en todo cuanto sucedió
con él (Fil. 4:4).

II. EL ENOJO DE ZOFAR CONTRA JOB


Y SU ENSEÑANZA CON RESPECTO A LOS MALVADOS
En el capítulo 20 consta el enojo de Zofar contra Job y su enseñanza con
respecto a los malvados.

A. El enojo de Zofar contra Job


Al enojarse con Job, Zofar dijo que sus propios pensamientos
inquietantes le respondían; por tanto, se apresuraba. Además, Zofar dijo
que había oído la reprensión que lo humillaba y que el espíritu de su
entendimiento le respondía (vs. 1-3).

B. La enseñanza de Zofar
respecto a los malvados
La enseñanza de Zofar respecto a los malvados (vs. 4-29) estaba basada
en el principio del bien y del mal.

1. Dice que el júbilo de los malvados es breve


Al enseñarle a Job, Zofar dijo que el júbilo de los malvados es breve y
que el regocijo del impío sólo dura un momento (vs. 4-11). Con respecto
al impío, Zofar dijo: “Como sueño vuela, y no se halla más, / como visión
nocturna es ahuyentado” (v. 8).

2. Dice que el alimento del malvado


es veneno de áspides dentro de él
Zofar dijo que aun cuando la maldad sea dulce en la boca del malvado,
el alimento que está en sus entrañas es veneno de áspides dentro de él
(vs. 12-19).

3. No queda nada de lo que devora


Finalmente, Zofar le enseñó a Job que debido a que el malvado no
conoce sosiego en su vientre insaciable, no salvará nada de lo que
deseaba. No quedará nada de lo que devoró. Por tanto, su prosperidad
no durará (vs. 20-29). Zofar concluyó su enseñanza diciendo: “Ésta es la
porción que Dios prepara para el hombre malvado, / y la herencia
decretada por Dios para él” (v. 29).

ESTUDIO-VIDA DE JOB
MENSAJE QUINCE
LA TERCERA DE TRES RONDAS EN LOS DEBATES
SOSTENIDOS ENTRE JOB Y SUS TRES AMIGOS
CAPÍTULOS 21—31
(1)
LAS CONCLUSIONES A LAS QUE JOB LLEGA
CON RESPECTO A LA PROSPERIDAD
Y LA CALAMIDAD EN LA VIDA HUMANA
Y
LA LÓGICA DE ELIFAZ CON RESPECTO
A LA RECOMPENSA AL BIEN Y AL MAL
Lectura bíblica: Job 21—22
En este mensaje consideraremos las palabras de Job en el capítulo 21 y
las palabras de Elifaz en el capítulo 22.
I. LAS CONCLUSIONES A LAS QUE JOB LLEGA
CON RESPECTO A LA PROSPERIDAD
Y LA CALAMIDAD EN LA VIDA HUMANA
A. Apacigua a sus amigos con sus palabras
En 21:1-6 Job apaciguó a sus amigos con sus palabras. Primero, les dijo
que ellos debían escuchar atentamente sus palabras y consolarse con
ellas. Luego, les pidió que lo tolerasen y lo dejaran hablar y que,
después, ellos podrían burlarse. Finalmente, les pregunta si acaso su
queja estaba dirigida al hombre y si no les parecía que había suficiente
motivo para que su espíritu se impacientara. Enseguida, Job dijo:
“Miradme, espantaos / y poned la mano sobre la boca. / Incluso yo
mismo, cuando me acuerdo, me perturbo, / y el horror se apodera de mi
carne” (vs. 5-6). Al hablar así, Job no manifestó amabilidad alguna.

B. La prosperidad de los malvados


1. Viven muchos años
y se hacen poderosos en riquezas
Al llegar a una conclusión con respecto a la prosperidad de los malvados
(vs. 7-16), lo primero que Job hace notar es que los malvados viven
muchos años y se hacen poderosos en riquezas (v. 7).

2. Su descendencia se multiplica
Job dijo que la descendencia de los malvados se multiplica y su prole
lleva vidas felices y gozosas (vs. 8, 11-12).

3. Sus casas están a salvo de temor


Según Job, las casas de los malvados están a salvo de temor, y la vara
de Dios no está sobre ellos (v. 9).

4. Su ganado engendra sin fallar


Job prosigue refiriéndose al ganado que pertenece a los malvados. Job
dijo que sus toros engendran sin fallar y que sus vacas paren sin abortar
(v. 10).

5. Pasan sus días en prosperidad


Job dijo luego que los malvados pasan sus días en prosperidad hasta
que, en un momento, descienden al Seol (v. 13).

6. Rechazan a Dios
y no quieren conocer Sus caminos
Job también les dijo a sus amigos que los malvados rechazan a Dios y no
quieren conocer Sus caminos; más aún, los malvados no sirven al Dios
todopoderoso ni hallan provecho en orar a Él (vs. 14-15).

7. Su prosperidad no está en mano de ellos


Finalmente, Job llega a la conclusión que la prosperidad de los malvados
no está en mano de ellos y que el consejo de los malvados está lejos de
Dios (v. 16).

Creo que, en general, las conclusiones a las que Job llega con respecto a
la prosperidad de los malvados eran correctas. Aquí, sus palabras no
corresponden al principio del bien y del mal, pues él no sólo dijo que los
impíos prosperan, sino que incluso su descendencia vive feliz. Nada de
ello estaría regido por el principio del bien y del mal.

C. Las preguntas de Job con respecto


a la recompensa que Dios da a los malvados
En los versículos del 17 al 34 Job hizo una serie de preguntas con
respecto a la recompensa que Dios da a los malvados.

1. Pregunta cuántas veces


la lámpara de los malvados se apaga
Job comenzó su serie de preguntas inquiriendo sobre cuántas veces la
lámpara de los malvados se apaga, de modo que viene sobre ellos su
calamidad, y Dios en Su ira les reparte dolores (v. 17).

2. Pregunta si los malvados


son como la paja delante del viento
Job continúa preguntando si los malvados llegan a ser como la paja
delante del viento y como el tamo que arrebata la tormenta (v. 18). Job
probablemente hubiese contestado su propia pregunta afirmando que
los malvados no llegan a ser como la paja y el tamo.

3. Dice que Dios debería darles


su pago a los malvados
Mientras que algunos dijeron que Dios guarda el castigo de la iniquidad
de los malvados para sus hijos, Job dijo que Él debería darles su pago
para que lo sepan (v. 19). A continuación, Job dice que los ojos de los
malvados deberían ver su propia destrucción y que los malvados
deberían beber de la ira del Todopoderoso. Después de preguntar si
alguien pudiese enseñar a Dios conocimiento, siendo que Él juzga a los
que están en las alturas, Job afirma que tanto aquellos que mueren en la
plenitud de su vigor como aquellos que mueren en amargura de alma,
ambos igualmente yacen en el polvo, y gusanos los cubren (vs. 20-26).

4. Dice conocer los pensamientos de sus amigos


y sus designios para dañarlo
Al dirigirse a sus amigos, Job les dijo que él conocía sus pensamientos y
sus designios para dañarlo cuando decían: “¿Dónde está la casa del
príncipe? / ¿Dónde está la tienda de las moradas de los malvados?” (vs.
27-28). Luego, Job dijo que los que pasan por los caminos son evidencia
de que el malvado es preservado en el día de la calamidad y es llevado
a lugar seguro en el día de la ira desbordante. Después, Job les preguntó
quién declarará en cara del malvado su camino y quién le dará el pago
por lo que hizo. Según Job, cuando el malvado es llevado al sepulcro y se
le vela en su tumba, los terrones del valle le son dulces; más aún, detrás
de él desfilan todos los varones, y los que fueron delante de él son
innumerables (vs. 29-33).

5. Pregunta a sus amigos por qué


lo consuelan con vanidades
En el versículo 34 Job les preguntó a sus amigos por qué lo consolaban
con vanidades, pues en sus respuestas no había nada más que falsedad.
Éstas fueron las palabras finales de Job con respecto a la prosperidad y a
la calamidad en la vida humana.

II. LA LÓGICA DE ELIFAZ


CON RESPECTO A LA RECOMPENSA
AL BIEN Y AL MAL
En el capítulo 22 vemos la lógica de Elifaz con respecto a la recompensa
al bien y al mal.

A. Sus acusaciones injustas en contra de Job


Al acusar injustamente a Job (vs. 1-11), Elifaz le preguntó: “¿Podrá el
hombre de poder ser útil a Dios? / No, sólo para sí mismo es útil el
hombre perspicaz. / ¿Es de algún deleite al Todopoderoso que tú seas
justo? / ¿O gana Él algo con que tú hagas perfectos tus caminos? /
¿Acaso te reprocha por temerlo, / o entra a juicio contigo? / ¿No es tu
malicia grande, / y tus iniquidades no tienen fin?” (vs. 2-5). Luego, Elifaz
acusó a Job de haber tomado prendas de sus hermanos sin causa, haber
despojado de sus ropas a los desnudos, no haber dado de beber agua al
fatigado, haberle negado pan al hambriento y haber enviado vacías a las
viudas. Como resultado de ello, según la lógica de Elifaz, se tendieron
lazos alrededor de Job, fue turbado por terror repentino y tinieblas, y
abundancia de aguas lo cubría (vs. 6-11).
B. Dice que los malvados que rechazan a Dios
son arrebatados antes de su tiempo
En los versículos del 12 al 20, el punto principal de las palabras de Elifaz
es que los malvados que rechazaron a Dios son arrebatados antes de su
tiempo y que el remanente de ellos es consumido por el fuego.

C. Dice que los justos que buscan a Dios


son bendecidos y liberados por Dios
A continuación, Elifaz exhorta a Job a ponerse a buenas con Dios, hacer
las paces con Él, ser instruido por Él y atesorar Sus palabras en su
corazón. En los versículos del 21 al 30, el punto principal es que, según
la lógica de Elifaz, el hombre justo que busca a Dios será bendecido y
liberado por Dios.

La enseñanza de Elifaz puede parecer muy buena; sin embargo, la


fuente de dicha enseñanza no es la revelación divina, sino la lógica
humana. Además, esta enseñanza está basada en el principio del bien y
del mal, que es el principio del árbol del conocimiento del bien y del mal.

ESTUDIO-VIDA DE JOB
MENSAJE DIECISÉIS
LA INTENCIÓN QUE DIOS TIENE
EN LA CREACIÓN DEL HOMBRE
Y EN EL TRATO QUE ÉL APLICA
A SU PUEBLO ESCOGIDO
Lectura bíblica: Job 10:13a; Mt. 1:18, 20; Jn. 7:39; 1 P. 1:3; Ef. 1:22b-23; Col.
3:10-11; Gn. 1:1-2; 2:7; Ap. 22:17; Gá. 3:14; 6:18; 5:25; Ro. 8:4
Hemos visto que el libro de Job nos deja con una pregunta de crucial
importancia, la cual tiene dos partes, respecto a la intención que Dios
tiene en la creación del hombre y en el trato que Él aplica a Su pueblo
escogido. En este mensaje me gustaría decir algo más con respecto a la
respuesta a esta pregunta, respuesta que no se halla en el Antiguo
Testamento sino en el Nuevo Testamento. Esta respuesta, dada por Dios
en Su revelación, se halla estrechamente relacionada con el propio Dios
Triuno.

LA INTENCIÓN DE DIOS ES FORJARSE EN EL HOMBRE


El Nuevo Testamento nos revela que la intención de Dios al crear el
universo y los billones de criaturas que lo componen, incluyendo al
hombre, es que Él se forje en el hombre. Dios desea entrar en el hombre
para ser su contenido intrínseco y ser la vida del hombre, su naturaleza,
su suministro de vida y su elemento constitutivo. A fin de lograr esto,
Dios mismo tuvo que pasar por un largo proceso.

DIOS SALE DE LA ETERNIDAD


Y ENTRA EN EL TIEMPO
COMO UN HOMBRE EXTRAORDINARIO LLAMADO JESÚS
La Biblia no fue escrita según la lógica humana, sino en conformidad con
el mover de Dios. Aunque Dios hizo muchas cosas en el Antiguo
Testamento, no llevó a cabo Su mover; más bien, desde Adán hasta
Cristo, Dios se quedó en Su divinidad y permaneció en la eternidad. Él
todavía no había venido de la eternidad al tiempo para introducirse con
Su divinidad en la humanidad. Pero un día, después de un período de
cuatro mil años durante los cuales el hombre fue puesto a prueba,
examinado y hallado pecador y completamente vano, Dios salió de la
eternidad e ingresó con Su divinidad al tiempo, entrando al vientre de
una virgen para unirse a la humanidad. Éste fue el primer paso que Dios
dio en Su mover. El segundo paso fue nacer de aquella virgen humana
para llegar a ser el Dios-hombre. Después de permanecer en el vientre
de una virgen por nueve meses, al dejar dicho vientre, Él vino al mundo
no solamente poseyendo divinidad, sino también humanidad, para ser el
hombre llamado Jesús. Este ser humano es extraordinario, fuera de lo
común, pues Él es el Dios-hombre.

CRISTO LLEVA UNA VIDA HUMANA GENUINA


A FIN DE EXPRESAR A DIOS EN SU HUMANIDAD
Esta persona tan preciosa, este Dios-hombre que es divino y humano,
Jesucristo el Hijo de Dios, llevó una vida humana genuina aquí en la
tierra. Él comió, bebió, durmió, se regocijó y lloró. Según los cuatro
Evangelios, en esta persona podemos ver los atributos divinos
expresados en virtudes humanas. Esto quiere decir que, en Su vivir, el
Señor Jesús alcanzó el mayor logro del universo, esto es: Él expresó a
Dios en Su humanidad.

LA CRUCIFIXIÓN DE CRISTO EFECTÚA


LA ETERNA REDENCIÓN PROCEDENTE DE DIOS
Al final de Sus días en la tierra, el Señor Jesús fue a la cruz y murió allí.
La crucifixión de Cristo efectuó la eterna redención procedente de Dios.
Al morir en la cruz, Cristo puso fin a todo lo negativo en la vieja creación
y aun a la vieja creación misma, y Él redimió la parte de la vieja creación
que Dios había escogido. Además, Él, por medio de la muerte, liberó la
vida divina que estaba oculta en Su cuerpo humano.
EN SU RESURRECCIÓN, CRISTO
REGENERA AL PUEBLO ESCOGIDO DE DIOS
PARA HACER DE ELLOS LOS MUCHOS HIJOS DE DIOS
Y MIEMBROS DE CRISTO QUE CONSTITUYEN SU CUERPO
Después de finalizar Su obra en la cruz, Cristo fue a dormir y descansar
(aunque Él realizó una serie de cosas en el lapso comprendido entre Su
muerte y Su resurrección). Después, Él se levantó de entre los muertos;
Él resucitó. Por medio de Su resurrección, Él introdujo Su humanidad en
la divinidad (Ro. 1:3-4). Además, Él nació para ser el Hijo primogénito de
Dios a fin de ser el líder de los muchos hijos de Dios. En Su resurrección,
Él también llegó a ser el Espíritu vivificante (1 Co. 15:45). En otras
palabras, por medio de la muerte y la resurrección Él fue consumado
para ser “el Espíritu” (Jn. 7:39). Más aún, en la resurrección de Cristo,
todos los escogidos de Dios fueron regenerados para ser los muchos
hijos de Dios (1 P. 1:3).

Estos muchos hijos de Dios han sido hechos los miembros de Cristo que
constituyen Su Cuerpo, el cual es la iglesia de Dios (Ef. 1:22b-23). Este
Cuerpo es el nuevo hombre en la nueva creación, y Cristo es todos los
miembros de este nuevo hombre (Col. 3:10-11). Este Cuerpo, este nuevo
hombre, es un misterioso organismo en pro del Dios Triuno procesado y
consumado. Finalmente, esta entidad crecerá y alcanzará su
consumación en la Nueva Jerusalén, la cual es la plenitud, la expresión
corporativa, de Dios por la eternidad. En la Nueva Jerusalén podemos
ver la mezcla de Dios con el hombre, de modo que Dios y el hombre
llegan a ser una sola entidad corporativa. En la Nueva Jerusalén también
vemos los atributos divinos expresados mediante las virtudes humanas
por la eternidad.

EL ESPÍRITU ES LA CONSUMACIÓN DEL DIOS TRIUNO


Todos estos asuntos están relacionados con el Dios Triuno. En Génesis 1
y 2 vemos que Dios es Jehová Elohim, y también vemos Su Espíritu (1:1-
2; 2:7). Pero al final de la Biblia, Aquel que es mencionado en Apocalipsis
22:17 es el Espíritu. Jehová Elohim todavía está presente, pero ahora Él
es el Espíritu. El nombre del Espíritu es Jesucristo. Cuando decimos:
“Señor Jesús, te amo”, recibimos al Espíritu. Jesucristo es el nombre, y el
Espíritu es la persona.

En el Nuevo Testamento encontramos muchos títulos divinos, tales como


Padre, Señor, Amo, Redentor, Salvador, Señor de todos y Rey de reyes.
Todos estos títulos se refieren a una sola persona, la persona del
Espíritu. En un determinado aspecto, el título puede ser Padre, y en otro
aspecto el título puede ser Redentor o Salvador. El punto es que todos
los títulos divinos se refieren, en algún aspecto, a la persona del Espíritu:
el Espíritu vivificante, compuesto y todo-inclusivo, quien es la
consumación del Dios Triuno procesado.

EL ESPÍRITU ES LA SUMA TOTAL


DE LA BENDICIÓN DIVINA DEL EVANGELIO
DADA A NOSOTROS
Gálatas 3:14 nos muestra que el Espíritu es la suma total, la totalidad,
de la bendición divina del evangelio dada a nosotros. Esta bendición es
una bendición que todo lo abarca y todo lo incluye. Tal bendición incluye
la redención, la regeneración, la vida divina, la justicia, la santificación,
la transformación y la renovación.

TODO CUANTO HACEMOS


Y SOMOS DEBE SER REALIZADO
POR EL ESPÍRITU, CON EL ESPÍRITU,
EN EL ESPÍRITU Y POR MEDIO DEL ESPÍRITU
Hoy en día, en nuestra vida cristiana, nosotros los cristianos debiéramos
ocuparnos únicamente con este Espíritu. Puesto que tenemos vida y
vivimos por Él, también debemos andar por Él (Gá. 5:25; Ro. 8:4). Todo
cuanto hagamos y seamos debe ser realizado por el Espíritu, con el
Espíritu, en el Espíritu y por medio del Espíritu. Deberíamos orar por el
Espíritu, leer la Biblia por el Espíritu, amar a otros por el Espíritu y
predicar el evangelio por el Espíritu.

Gálatas 6:18 indica que el Espíritu como gracia todo-inclusiva está con
nuestro espíritu. Debemos valorar los dos espíritus mencionados en
Gálatas: el Espíritu divino como la totalidad de la bendición divina para
nosotros y el espíritu humano como el órgano que recibe, contiene,
guarda, al Espíritu divino. Por tanto, debemos atender a nuestro espíritu,
haciéndolo todo al ejercitar nuestro espíritu. Entonces
experimentaremos que el Espíritu divino vive en nosotros, hace Su hogar
en nosotros y nos transforma. El Espíritu divino vive en nosotros para
orar, leer la Biblia, hablar la palabra de Dios, amar a nuestro cónyuge y
visitar a los pecadores para predicarles el evangelio. Tal vivir es la
mezcla del Dios Triuno procesado con el hombre tripartito regenerado.
Ésta es la revelación divina contenida en el Nuevo Testamento que es la
respuesta a los sufrimientos de Job y a la gran pregunta respecto al
propósito que Dios tiene en la creación del hombre y en el trato que Él
aplica a Su pueblo escogido.

ESTUDIO-VIDA DE JOB
MENSAJE DIECISIETE
EL ESPÍRITU TODO-INCLUSIVO
COMO LA CONSUMACIÓN
DEL DIOS TRIUNO PROCESADO Y CONSUMADO
Lectura bíblica: Job 42:5; Jn. 7:39; Ro. 8:2, 9, 11, 14; Gá. 3:14; 6:18; Ef. 1:13-
14; Fil. 1:19; Gá. 5:25; Ro. 8:16, 4
Hemos visto que la revelación divina contenida en el Nuevo Testamento es la
respuesta a los sufrimientos de Job y a la gran pregunta respecto al propósito que
Dios tiene en la creación del hombre y en el trato que Él aplica a Su pueblo
escogido. En este mensaje quisiera decir más sobre esta respuesta, haciendo
hincapié en lo relacionado con el Espíritu todo-inclusivo como consumación del
Dios Triuno procesado y consumado.

EL MOVER DE DIOS
El tiempo del Antiguo Testamento no fue directamente el tiempo del mover de
Dios, sino que fue un tiempo de preparación para el mover de Dios. La encarnación
dio comienzo al mover de Dios, que consiste en que Dios viene de la eternidad al
tiempo para introducirse con Su divinidad en la humanidad. Después, Dios siguió
efectuando Su mover mediante Su vivir humano y mediante Su muerte todo-
inclusiva y maravillosa por medio de la cual entró en resurrección. En resurrección,
Cristo fue engendrado para ser el Hijo primogénito de Dios. Mediante la
resurrección Él también llegó a ser el Espíritu vivificante, y Él regeneró a todo el
pueblo escogido de Dios para que fuesen los muchos hijos de Dios, Sus muchos
miembros que constituyen la iglesia como Su Cuerpo, como el nuevo hombre y
como el organismo del Dios Triuno procesado y consumado.

EL DIOS TRIUNO ES EL ESPÍRITU


Hoy en día el Dios Triuno es el Espíritu: el Espíritu compuesto, todo-inclusivo y
consumado. El título el Espíritu es usado de una manera particular en Juan 7.
Mientras el Señor Jesús todavía estaba en la tierra, Él dijo que Sus creyentes serían
llenos del Espíritu (vs. 38-39a). En aquel tiempo, “aún no había el Espíritu, porque
Jesús no había sido aún glorificado” (v. 39b). Esto indica claramente que cuando el
Señor Jesús fue glorificado, el Espíritu estaba allí. Este Espíritu es el Dios Triuno
procesado y consumado.

LOS TRES DE LA TRINIDAD DIVINA SON DISTINTOS,


PERO INSEPARABLES
Algunos maestros de la Biblia aducen que la Biblia podría dividirse en tres
secciones —el Antiguo Testamento, los cuatro Evangelios y los libros comprendidos
entre Hechos y Apocalipsis— y que estas secciones corresponderían,
respectivamente, a tres eras diferentes: la era del Padre, la era del Hijo y la era del
Espíritu. Conforme a esta perspectiva, la obra del Padre en el Antiguo Testamento
habría sido reemplazada por la obra del Hijo en los Evangelios y, después, la obra
del Hijo habría sido reemplazada por la obra del Espíritu desde Hechos hasta
Apocalipsis. Algunos de los que se adhieren a esta perspectiva consideran a los tres
de la Trinidad Divina —el Padre, el Hijo y el Espíritu— como tres personas
separadas. Sin embargo, después de muchos años de estudio y experiencia,
podemos afirmar que tal entendimiento del Dios Triuno no es exacto.

Los tres de la Trinidad Divina son diferentes entre Sí, es decir, son distintos; no
obstante, son inseparables. Si el Hijo no fuera diferente del Padre, el Hijo no podría
orar al Padre, tal como lo hizo en Juan 17. No obstante, el Padre y el Hijo son
inseparables, pues el Padre y el Hijo son coinherentes, es decir, el Hijo existe en el
Padre y el Padre existe en el Hijo. Por esta razón, el Señor Jesús pudo decirle a
Felipe, quien le pidió que les mostrara al Padre: “El que me ha visto a Mí, ha visto
al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos el Padre? ¿No crees que Yo estoy en el
Padre, y el Padre está en Mí? Las palabras que Yo os hablo, no las hablo por Mi
propia cuenta, sino que el Padre que permanece en Mí, Él hace Sus obras” (Jn.
14:9b-10). Aquí vemos que si bien podemos distinguir al Padre del Hijo, ellos son
coinherentes, por lo cual es imposible separarlos; más aún, el Padre y el Hijo están
en el Espíritu, y el Espíritu está en el Padre y el Hijo. Si vemos esto,
comprenderemos que el Dios que se encarnó y efectuó Su mover en esta tierra era
el Dios Triuno.

El Nuevo Testamento nos revela que Cristo el Hijo es la corporificación del Dios
Triuno y que el Espíritu es la realización del Hijo y la realidad de Cristo. Debido a
que el Espíritu es la realidad de Cristo, no podemos experimentar a Cristo aparte
del Espíritu, quien es la consumación del Dios Triuno procesado y consumado.

LOS PASOS DEL PROCESO DEL DIOS TRIUNO


Su encarnación
Antes de Su encarnación, que es el primer paso de Su proceso, el Dios
Triuno poseía divinidad pero no humanidad. Él era únicamente divino,
mas no humano; Él era únicamente Dios, mas no hombre. Pero un día el
Dios Triuno entró en el vientre de una virgen y, después de nueve
meses, nació de dicho vientre para ser el Dios-hombre, una persona
divino-humana, una persona poseedora tanto de la naturaleza divina
como de la naturaleza humana.

Su vivir humano
Este Dios-hombre vivió en la tierra por treinta y tres años y medio.
Aunque Él no logró nada importante en términos materiales, Él hizo algo
maravilloso: Él expresó a Dios, Él manifestó a Dios, plenamente, en Su
vivir humano.

Su muerte todo-inclusiva
El siguiente paso del proceso del Dios Triuno fue la muerte todo-inclusiva
de Cristo. Mediante Su muerte, Cristo redimió al pueblo escogido de
Dios, puso fin a la vieja creación y liberó la vida divina del “cascarón” de
Su humanidad.

Su resurrección
Después de morir una muerte todo-inclusiva, Cristo entró en
resurrección. Una vez más, debo recalcar el hecho de que, en
resurrección, Cristo fue engendrado para ser el Hijo primogénito de Dios
(Hch. 13:33; Ro. 1:3-4; 8:29) y llegó a ser el Espíritu vivificante (1 Co.
15:45) para regenerar al pueblo escogido de Dios (1 P. 1:3). La
madrugada del día de Su resurrección, Él fue secretamente al Padre en
los cielos (Jn. 20:17). Al anochecer de aquel mismo día, Él vino a los
discípulos y se sopló en ellos como aliento, diciendo: “Recibid el Espíritu
Santo” (v. 22). Éste es el Espíritu esencial.

Su ascensión y descenso
Después de cuarenta días, Cristo ascendió públicamente y de manera
oficial. En Su ascensión, Él fue hecho Señor de todos y el Cristo de Dios
(Hch. 2:36). Diez días después, el día de Pentecostés, Él descendió para
derramarse como el Espíritu económico sobre los discípulos (vs. 1-4, 17,
33). En Su descenso, tres mil personas fueron regeneradas, con lo cual
se produjo la iglesia. Hoy en día Él es Aquel que asciende y desciende
continuamente (Jn. 3:13). Él está en los cielos y también está en la
tierra. Como resultado de todos los pasos de este proceso, Dios ahora ya
no es un “Dios crudo”, Dios antes de Su proceso, sino que es el “Dios
cocinado”, Dios después de Su proceso.

EL ESPÍRITU ES LA CONSUMACIÓN
DEL DIOS TRIUNO PROCESADO Y CONSUMADO
Nuestro Dios ha sido procesado y consumado. La consumación del Dios
Triuno procesado y consumado es el Espíritu todo-inclusivo, compuesto,
vivificante y que mora en nosotros. Como tal, Él lo es todo para nosotros.
Hoy en día Él es la realidad del Padre, Él es la realidad del Hijo y Él es el
Espíritu, no antes de la encarnación, sino después del descenso.

El libro de Romanos, después de hablar sobre la justificación y de que


fuimos juntamente crucificados con Cristo y resucitados con Él, nos
revela a este Espíritu como el Espíritu de vida (8:2), el Espíritu de Dios
(v. 9), el Espíritu que mora en nosotros (v. 11) y el Espíritu que nos guía
(v. 14). Este Espíritu es nuestro Dios, nuestro Padre, nuestro Señor,
nuestro Amo, nuestro Redentor, nuestro Salvador, nuestro Pastor y
nuestro Hermano mayor. Gálatas 5:16 nos insta a andar, a hacerlo todo,
conforme a este Espíritu, que está en nuestro espíritu (Ro. 8:16).
En Gálatas, este Espíritu es el Espíritu de bendición, la bendición que
todo lo abarca y todo-inclusiva del evangelio (3:14). Él también es Aquel
en quien tenemos vida y por quien podemos vivir (5:25). Así que,
tenemos que vivir por Él, andar por Él y sembrar para Él (6:8) en todo
aspecto de nuestra vida humana. Según 6:18, este Espíritu está en
nuestro espíritu como la gracia de nuestro Señor Jesucristo para nuestro
disfrute.

En Efesios, este Espíritu nos sella y es las arras de nuestra herencia


(1:13-14). Aquel quien es el Espíritu y cuyo nombre es Jesucristo, Él está
haciendo Su hogar en nuestros corazones (3:17).

Filipenses hace referencia a la abundante suministración del Espíritu de


Jesucristo (1:19), mediante la cual podemos vivir a Cristo, magnificar a
Cristo, ir en pos de Cristo y ganar a Cristo (1:20-21; 3:8-14). Por medio
de esta abundante suministración podemos estimar todas las cosas
como pérdida y tenerlas por basura.

Debido a que Job no tenía este Espíritu, él era demasiado sensible hacia
Dios y hacia sus amigos. Él carecía de gozo y jamás se regocijó. Pero
Pablo, puesto que poseía este Espíritu, se regocijó incluso en prisión
(Hch. 16:25). En lugar de mostrarse demasiado sensible, Pablo exultaba.
En 2 Timoteo 4:6-8, Pablo afirmó haber peleado la buena batalla, haber
acabado la carrera y haber guardado la fe, por lo cual sabía que la
corona de justicia le estaba reservada. Aunque Pablo estaba siendo
derramado como libación, lejos de quejarse, él se regocijaba
triunfantemente.

Job 42:5 dice que, finalmente, Job vio a Dios. Sin embargo, el Dios a
quien Job vio no era el Dios procesado, sino el “Dios crudo”, el Dios que
todavía no había pasado por los pasos de Su proceso, a saber: la
encarnación, el vivir humano, la crucifixión, la resurrección, la ascensión
y el descenso. A diferencia de Job, nosotros tenemos al “Dios cocinado”,
el Dios que ha sido procesado a fin de que le podamos comer, beber y
respirar. Hoy en día nuestro Dios es el Espíritu todo-inclusivo, quien es la
consumación del Dios Triuno procesado y consumado.

ESTUDIO-VIDA DE JOB
MENSAJE DIECIOCHO
LA TERCERA DE TRES RONDAS EN LOS DEBATES
SOSTENIDOS ENTRE JOB Y SUS TRES AMIGOS
CAPÍTULOS 21—31
(2)
EL DESEO DE JOB
DE CLARIFICAR SU CASO ANTE DIOS,
SU CONOCIMIENTO CON RESPECTO A DIOS
EN SUS TRATOS CON TODA CLASE DE PERSONAS
Y
LAS PALABRAS DE CONCLUSIÓN
DICHAS POR BILDAD
Lectura bíblica: Job 23—25
En este mensaje abordaremos lo dicho por Job en los capítulos 23 y 24, y después
comentaremos sobre las palabras de conclusión dichas por Bildad en el capítulo 25.

I. EL DESEO DE JOB
DE CLARIFICAR SU CASO ANTE DIOS
Al expresar su deseo de clarificar su caso ante Dios (cap. 23), Job dijo que su queja
era amarga y que su llaga era pesada por causa de sus gemidos (v. 2). Job anhelaba
saber dónde hallar a Dios a fin de poder llegar hasta Su asiento para presentar su
causa en orden delante de Él con su boca llena de argumentos (vs. 3-4). Confiado
en que sabía las palabras que Dios le respondería y que entendería lo que Dios le
fuese a hablar, Job dijo que Dios no habría de contender con él en la grandeza de
Su poder, pero lo atendería. Puesto que, según Job, el hombre recto puede discutir
con Dios, Job sería librado para siempre de su Juez (vs. 5-7). Aquí, Job manifiesta
extrema sensibilidad y habló como si se encontrara en un sueño. Mientras Job
hablaba, Dios guardaba silencio; aparentemente Él no escuchaba todas estas cosas.

En los versículos del 8 al 10 Job dijo: “He aquí, me adelanto, pero Él no está allí; /
retrocedo, pero no lo percibo; / a la izquierda, donde Él obra, pero no lo puedo
contemplar; / al lado derecho Él se esconde, así que no lo veo. / Mas Él conoce el
camino por el cual ando; / si me prueba, saldré como oro”. Job no podía encontrar
a Dios donde él se imaginaba que lo hallaría. Una vez más, las palabras de Job
indican que él estaba en una especie de sueño. Él ciertamente soñaba al afirmar
que si Dios lo probara, él saldría como oro.

Job continúa declarando que su pie había seguido fielmente las pisadas de Dios,
que él había guardado Su camino sin desviarse, que no se había apartado del
mandamiento de Sus labios y que él había atesorado las palabras de Su boca más
que su comida asignada. Sin embargo, Job dijo que Dios es de un solo propósito y
que hace lo que Su alma desea; así que, Él llevaría a término todo lo que estaba
determinado para Job. Por tanto, Job se espantaba ante la presencia de Dios y
sentía terror de Él, pues Dios había enervado su corazón y el Todopoderoso lo
había aterrorizado (vs. 11-16).

II. El CONOCIMIENTO DE JOB CON RESPECTO A DIOS


EN SUS TRATOS CON TODA CLASE DE PERSONAS
En el capítulo 24 vemos el conocimiento de Job con respecto a Dios en Sus tratos
con toda clase de personas.

A. Dios trata con aquellos


que se apoderan de lo que pertenece a otros
En primer lugar, Job habló sobre cómo Dios trata con aquellos que se apoderan de
lo que pertenece a otros, en particular con aquellos que mueven los linderos,
arrebatan el rebaño para pastorearlo, se llevan el asno de los que no tienen padre,
toman en prenda el buey de la viuda y hacen apartar del camino a los menesterosos
(vs. 1-8). Después, Job habló sobre quienes arrancan del pecho a los que no tienen
padre y toman en prenda lo que lleva el pobre (vs. 9-12).

B. Dios trata con aquellos


que se rebelan contra la luz
A continuación, Job habló sobre cómo Dios trata con aquellos que se rebelan
contra la luz, que desconocen sus caminos y que no permanecen en sus sendas (v.
13). Entre estas personas se incluyen a los homicidas y adúlteros, que no conocen la
luz (vs. 14-16). “Porque la mañana es para todos ellos como sombra de muerte, /
pues conocen los terrores de la sombra de muerte” (v. 17).

C. Dios trata con aquellos que pecan


Finalmente, del versículo 18 al 25, Job habló sobre cómo Dios trata con aquellos
que pecan. Job dijo que Dios guarda a los fuertes por un poco de tiempo pero que,
después, permite que sean cortados como cabezas de espigas. Job concluye
diciendo: “Si no, ¿quién me podrá desmentir ahora / y reducir a nada mis
palabras?” (v. 25). Tal parece que aquí, a pesar de su dolor, Job todavía se lucía
delante de sus amigos.

III. LAS PALABRAS DE CONCLUSIÓN


DICHAS POR BILDAD
El capítulo 25 registra las palabras de conclusión dichas por Bildad. Sus últimas
palabras fueron breves. Es posible que, de sus anteriores intervenciones, Bildad
haya aprendido que la manera de perder el caso y manifestar necedad consiste en
hablar demasiado. Ésta podría haber sido la razón por la cual sus palabras de
conclusión fueron tan breves.

A. Dice que el dominio


está con Dios
En primer lugar, Bildad dijo que el dominio y el pavor están con Dios, y Él hace paz
en Sus alturas (v. 2). Después, Bildad inquiere si tienen número los ejércitos de
Dios y si hay alguien sobre quien no se levanta Su luz (v. 3). Aquí, las palabras de
Bildad no se ajustan al principio correspondiente al árbol del conocimiento del bien
y del mal; no obstante, al igual que Job, él se lucía.
B. Dice que nadie puede ser justo
delante de Dios
En los versículos del 4 al 6 Bildad volvió al árbol del conocimiento del bien y del
mal. Bildad preguntó cómo podría el hombre ser justo delante de Dios, cómo
podría ser puro el que nace de mujer. Concluyendo que esto era imposible, él dijo:
“He aquí que ni aun la misma luna tiene brillo, / ni las estrellas son puras a Sus
ojos. / ¡Cuánto menos un hombre, que es una larva, / y el hijo del hombre, un
gusano!” (vs. 5-6). Éstas fueron las últimas palabras de Bildad halladas en el libro
de Job.

ESTUDIO-VIDA DE JOB
MENSAJE DIECINUEVE
NUESTRA ÚNICA NECESIDAD:
EL DIOS TRIUNO PROCESADO Y CONSUMADO,
QUIEN ES EL ESPÍRITU
VIVIFICANTE Y TODO-INCLUSIVO
Lectura bíblica: Gá. 2:20; 1 Co. 15:10; Ap. 22:17
En este mensaje quisiera dar una palabra adicional sobre el Dios Triuno procesado
y consumado, quien es el Espíritu vivificante y todo-inclusivo.

LOS INGREDIENTES DE NUESTRO


DIOS ABUNDANTEMENTE RICO
Nuestro Dios hoy ya no es el Dios “crudo”, sino el Dios procesado. Después que
Dios creó al hombre, Él todavía seguía siendo el Dios “crudo”, un Dios que no había
sido procesado, el cual observaba al hombre, lo ponía a prueba y lo examinaba,
pero Él todavía no se movía ni actuaba. Luego, cierto día Él comenzó a pasar por un
proceso. Cada paso de este proceso ha llegado a ser un ingrediente del Espíritu
como consumación del Dios Triuno procesado y consumado.

Estos ingredientes incluyen la encarnación, el vivir humano, la crucifixión, la


resurrección y el descenso. En la eternidad, Dios tenía el ingrediente de la
divinidad, pero no los ingredientes de la humanidad y del vivir humano. Mediante
la encarnación, el ingrediente de la humanidad le fue añadido a Él. A esto le siguió
el vivir humano de Cristo y el crucial ingrediente de Su muerte todo-inclusiva en la
cruz. Después, se añadió el ingrediente de la resurrección, que consiste en pasar
por la muerte sin ser retenido por ella. Mediante la resurrección, Cristo fue
engendrado para ser el Hijo primogénito de Dios (Ro. 8:29), y mediante la
resurrección Él también llegó a ser el Espíritu vivificante (1 Co. 15:45). Además, en
la resurrección de Cristo, todos los escogidos de Dios fueron regenerados para ser
los hijos de Dios (1 P. 1:3). En Su ascensión, la cual es otro ingrediente, Cristo es
Aquel que todo lo trasciende. Él es Aquel que está sobre todo, y ahora todo se
encuentra bajo Sus pies (Ef. 1:19-23). Finalmente, tenemos el ingrediente del
descenso de Cristo, quien como Espíritu todo-inclusivo produjo la iglesia, Su
Cuerpo.

Al considerar todos estos ingredientes, podemos ver que el Dios Triuno procesado y
consumado es mucho más rico que el Dios “crudo”. Por supuesto, el Dios que no
había sido procesado poseía los atributos divinos, los cuales podríamos considerar
como ingredientes; pero ahora Él también posee los ingredientes de la encarnación,
el vivir humano, la muerte todo-inclusiva, la resurrección que imparte vida y
produce vida, la ascensión y el descenso, lo cual redunda en el Cuerpo. ¡Cuán rico
es nuestro Dios hoy! Él es abundantemente rico, rico sobremanera. Él es todo para
nosotros como el Espíritu, quien es la consumación del Dios Triuno.

Algunas veces me han preguntado por qué oramos al Padre o al Señor Jesús, pero
no al Espíritu. En realidad, cuando oramos al Padre, oramos al Espíritu. Y cuando
oramos al Hijo, también oramos al Espíritu. ¿Quién es Dios? Dios es el Espíritu.
¿Quién es el Padre? El Padre es el Espíritu. ¿Quién es Cristo? Cristo es el Espíritu.
La totalidad, la suma total, la consumación, del Dios Triuno con todos Sus
ingredientes es el Espíritu. Por tanto, en el Espíritu tenemos a los tres del Dios
Triuno —el Padre, el Hijo y el Espíritu—, con todos los pasos del proceso de Dios
como ingredientes.

QUIEN SE FORJA EN NOSOTROS


ES EL DIOS TRIUNO EN SU CONSUMACIÓN
El Dios Triuno ahora viene siendo forjado en nosotros, no el Dios Triuno “crudo”,
sino el Dios Triuno en Su consumación. Dios no podía forjarse en Job de esta
manera, pues en tiempos de Job Dios todavía estaba “crudo”. Él aún no había sido
procesado ni consumado mediante la encarnación, el vivir humano, la crucifixión,
la resurrección, la ascensión y el descenso. Aparte de la muerte todo-inclusiva de
Cristo, ¿cómo podríamos ser aniquilados? ¿Cómo podríamos ser redimidos? Aparte
de la resurrección de Cristo, ¿cómo podríamos germinar? Debemos ver que nos ha
tocado vivir en tiempos grandiosos, a saber: el tiempo después que el Dios Triuno
fue procesado y consumado.

Nuestra única necesidad como cristianos es el Dios Triuno procesado y consumado,


quien es el Espíritu vivificante y todo-inclusivo. El Espíritu es todo lo que
necesitamos. Lo que principalmente necesitamos no es justicia ni ser justificados,
tampoco la santidad ni ser santificados: nuestra principal necesidad es el Dios
Triuno consumado, quien es el Espíritu con Su rico suministro. Tal Espíritu está
ahora en nosotros y es uno con nosotros en vida, en naturaleza y en esencia; y
nosotros somos uno con Él. Todos necesitamos tener una clara visión al respecto.

Puedo testificar que, si bien estoy muy ocupado todos los días, no estoy trabajando;
más bien, es Cristo, Aquel que vive en mí, quien trabaja. Hace sesenta y cinco años
yo hice muchas cosas; pero, por la misericordia del Señor, he estado aprendiendo
del apóstol Pablo a coordinar con Aquel que vive en mí. En Gálatas 2:20 Pablo dijo:
“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí”.
En 1 Corintios 15:10 él dijo: “Por la gracia de Dios soy lo que soy; y Su gracia para
conmigo no ha sido en vano, antes he trabajado mucho más que todos ellos; pero
no yo, sino la gracia de Dios conmigo”. En términos humanos, yo no puedo realizar
la obra del Señor hoy ni tampoco puedo sobrellevar la carga de las iglesias por todo
el mundo. Sin embargo, la labor es sencilla y la carga es ligera cuando el Dios
Triuno procesado y consumado que vive en mí es el que realiza la obra y sobrelleva
la carga. Le alabo que simplemente disfruto de Su vivir y Su obrar y me regocijo en
Él.

EL ÚNICO QUE PUEDE SER UN CRISTIANO:


EL DIOS TRIUNO PROCESADO Y CONSUMADO
QUE VIVE EN NOSOTROS COMO ESPÍRITU CONSUMADO
Ser un cristiano no solamente es difícil; más bien, es imposible. Únicamente el Dios
Triuno procesado y consumado que vive en nosotros como Espíritu todo-inclusivo
puede ser un cristiano. Lo que el Nuevo Testamento exige de nosotros es
demasiado elevado. La clase de santidad requerida, por ejemplo, es algo que
nosotros no podemos producir. Alabamos al Señor por no ser nosotros los que
debemos cumplir con las exigencias del Nuevo Testamento, sino que es el Espíritu
en nosotros quien las cumple. En lugar de procurar hacer las cosas por nosotros
mismos, debiéramos simplemente disfrutar de Su vivir y Su obrar. Únicamente el
Espíritu puede ser un cristiano, y únicamente el Espíritu puede ser un vencedor.
Recuerden, el Espíritu es nuestro Dios, nuestro Padre, nuestro Señor, nuestro
Redentor, nuestro Salvador, nuestro Pastor y nuestra vida y suministro de vida.

El Espíritu lo es todo para nosotros a fin de llevar la vida cristiana. La vida cristiana
no es otra cosa que el Dios Triuno procesado y consumado como Espíritu todo-
inclusivo. En este Espíritu tenemos al Padre, al Hijo y al Espíritu. En este Espíritu
estamos en el Padre, el Hijo y el Espíritu (Mt. 28:19). ¿Qué clase de Dios poseemos
hoy? Nuestro Dios es el Dios Triuno procesado y consumado, quien como el
Espíritu consumado y todo-inclusivo lo es todo para nosotros en nuestra vida
cristiana. Cuando tenemos alguna necesidad o nos sentimos incapaces, podemos
recordarle a Él acerca de ello. Cuando enfrentamos alguna situación difícil,
podemos conversar con Él al respecto. Entonces, Él, quien vive en nosotros, vendrá
para enfrentar tal situación y hará lo que deba hacerse.

EL MATRIMONIO ENTRE EL DIOS TRIUNO CONSUMADO


Y EL HOMBRE TRIPARTITO GLORIFICADO
En Hechos 2 vemos el derramamiento del Dios Triuno consumado como Espíritu
todo-inclusivo sobre el pueblo escogido de Dios. Al final de la Biblia encontramos la
expresión: “El Espíritu y la novia” (Ap. 22:17). ¿Quiénes son estos dos? El Espíritu
es el Dios Triuno consumado, y la novia es el hombre tripartito que ha sido
regenerado, santificado, transformado y glorificado. Finalmente, el Dios Triuno
consumado y el hombre tripartito glorificado contraerán matrimonio y llegarán a
ser uno en vida, en naturaleza, en elemento y en esencia. Ésta será una entidad
corporativa: la Nueva Jerusalén como suma total de la mezcla entre la divinidad y
la humanidad a fin de que el Dios Triuno sea expresado por la eternidad. Hoy en
día la vida de iglesia debería ser una miniatura de la maravillosa Nueva Jerusalén.

ESTUDIO-VIDA DE JOB
MENSAJE VEINTE
LA TERCERA DE TRES RONDAS EN LOS DEBATES
SOSTENIDOS ENTRE JOB Y SUS TRES AMIGOS
CAPÍTULOS 21—31
(3)
JOB HABLA POR ÚLTIMA VEZ A SUS TRES AMIGOS
(1)
Lectura bíblica: Job 26—28
En este mensaje empezaremos a considerar las palabras finales que, desde el
capítulo 26 al 28, Job dirige a sus amigos.

I. REPRENDE A BILDAD CON SARCASMO


En 26:1-4, Job reprende a Bildad con sarcasmo, diciéndole: “¡Cómo le has ayudado
al que no tiene poder! / ¡Cómo has salvado al brazo del que no tiene fuerzas! /
¡Cómo has aconsejado al que no tiene sabiduría, / y has declarado sano
conocimiento en plenitud! / ¿A quién has dirigido tus palabras? / ¿Y de quién es el
espíritu que de ti procede?”. Las palabras de Job ciertamente no fueron amigables.
Sus tres amigos lo habían visitado con el propósito de consolarle y apoyarle, pero, a
la postre, Job y sus amigos se vieron enfrascados en un debate, discutiendo e
incluso peleando entre sí. Las palabras vertidas carecían de toda luz o realidad
espiritual; más bien, tal hablar se ajustaba al principio correspondiente al árbol del
conocimiento del bien y del mal. El conocimiento de los amigos de Job se limitaba
a asuntos tales como ser buenos a fin de agradar a Dios y ser prosperados.

II. EXHIBE SU CONOCIMIENTO SUPERIOR


CON RESPECTO AL ILIMITADO PODER DE DIOS
Después de reprender a Bildad, Job se dirigió a sus amigos hablándoles sobre el
poder de Dios manifestado en Su creación. Aquí, nuevamente, sus palabras indican
cierto complejo de superioridad. Del versículo 5 al 14 Job exhibió su conocimiento
superior con respecto al ilimitado poder de Dios. Job dijo que el Seol está desnudo
delante de Dios, que Dios cuelga la tierra sobre la nada, que Él extiende Su nube
sobre la faz de Su trono, que con Su poder Él aquietó el mar y con Su
entendimiento aplastó a Rahab (un monstruo marino mencionado en narraciones
antiguas), y que por Su Espíritu los cielos llegaron a ser belleza. Luego, Job
concluye diciendo: “He aquí, estas cosas son sólo los bordes de Sus caminos; / y
¡cuán leve es el susurro que hemos oído de Él! / Pero en cuanto al trueno de Su
poder, ¿quién lo puede comprender?” (v. 14).
No era necesario que Job exhibiera su conocimiento superior ni que se dirigiera a
sus amigos de esta manera. La conversación que tuvo Job con sus amigos no fue la
clase de conversación que esperaríamos de amigos que se preocupan los unos por
los otros. Ninguno de ellos sugirió orar y acudir al Señor.

III. SE AFERRA OBSTINADAMENTE


A SU PROPIA JUSTICIA E INTEGRIDAD
Lo dicho por Job en 27:1-7 nos muestra que él se aferró obstinadamente a su propia
justicia e integridad. Él declaró que mientras Dios viva y él tenga aliento, sus labios
no hablarían iniquidad ni su lengua pronunciaría engaño. Después, les dijo a sus
amigos: “¡Lejos esté de mí que yo os justifique!” (v. 5a). Aquí Job dice que él jamás
admitiría que sus amigos estaban en lo correcto. Enseguida, Job hace una
declaración enfática con respecto a su propia integridad y justicia: “Hasta que
muera, no quitaré de mí mi integridad. / Me aferraré a mi justicia y no la cederé; /
no me reprocha mi corazón por ninguno de mis días” (vs. 5b-6). Él concluye esta
parte de su discurso refiriéndose a su enemigo: “Sea como el malvado mi
enemigo, / y sea como el injusto el que se levanta contra mí” (v. 7). Job pensaba
que, a diferencia de los demás, él jamás cometería injusticia.

IV. CON ALTANERÍA, ENSEÑA A SUS AMIGOS


RESPECTO A LA ESPERANZA DEL IMPÍO
En los versículos del 8 al 23, Job enseña con altanería a sus amigos respecto a la
esperanza del impío. Primero, Job inquiere sobre cuál podría ser la esperanza del
impío cuando Dios lo extermine, quitándole la vida sin prestar atención a su
clamor. Luego Job, manifestando su complejo de superioridad, les dice a sus
amigos: “Yo os enseñaré en cuanto a la mano de Dios; / no esconderé lo que se
refiere al Todopoderoso” (v. 11). Después de esto, Job prosigue a instruir a sus
amigos con respecto a la porción que el impío recibirá del Todopoderoso. En
cuanto al impío, Job afirmó que si sus hijos fuesen multiplicados, serían para la
espada, y que aquellos que hayan quedado, en muerte serían sepultados, y que el
justo sería quien vista sus prendas y el inocente quien reparta su plata; además, Job
dijo que terrores como aguas se apoderarían del impío, que Dios descargaría contra
él sin perdonar y que los hombres sisearían hasta echarlo de su propio lugar.

No había necesidad de que Job dijese algo así. Tales palabras carecían de luz, vida,
amor o bondad. En el mejor de los casos, esta enseñanza podría ser considerada
como una advertencia. Sin embargo, ninguno de sus amigos necesitaba tal
enseñanza; ellos ya sabían estas cosas y hasta hubiesen podido enseñar al respecto.
No obstante, debido a su complejo de superioridad, Job enseñó con altanería a sus
amigos.

V. EXHIBE SU CONOCIMIENTO PRESUNTUOSO


CON RESPECTO A LA MANERA
DE HALLAR SABIDURÍA Y ENTENDIMIENTO
En el capítulo 28, Job exhibió su conocimiento presuntuoso con respecto a la
manera de hallar sabiduría y entendimiento. Job preguntó dos veces dónde podía
hallarse la sabiduría y el lugar del entendimiento (vs. 12, 20). Después, él dijo que
era Dios, Aquel que mira hasta los confines de la tierra y contempla todo cuanto
hay bajo los cielos, el que conocía dónde está el lugar de la sabiduría y cuál es el
camino para llegar a ella (vs. 23-24). Por tanto, Dios le dijo al hombre: “He aquí
que el temor del Señor, eso es la sabiduría, / y el apartarse del mal, el
entendimiento” (v. 28). Con certeza, los amigos de Job ya sabían acerca de temer al
Señor y apartarse del mal. Toda persona piadosa sabe estas cosas; no había
necesidad de que Job volviera a repetirlo. Sin embargo, Job habló así porque era
altanero y pensaba que, en cuanto a conocimiento, superaba a sus amigos.

ESTUDIO-VIDA DE JOB
MENSAJE VEINTIUNO
LA TERCERA DE TRES RONDAS EN LOS DEBATES
SOSTENIDOS ENTRE JOB Y SUS TRES AMIGOS
CAPÍTULOS 21—31
(4)
JOB HABLA POR ÚLTIMA VEZ A SUS TRES AMIGOS
(2)
Lectura bíblica: Job 29—30
En este mensaje continuaremos considerando las palabras finales de Job a sus tres
amigos.

VI. AÑORA SU PASADO EXCELENTE


El capítulo 29 es un relato en el que Job añoró su pasado excelente. Job recordó los
días de su apogeo, cuando el íntimo consejo con Dios estaba sobre su tienda, el
Todopoderoso estaba con él y sus hijos lo rodeaban. Recordó que él solía librar al
pobre que clamaba y al huérfano que carecía de ayudador. Él también hacía que el
corazón de la viuda gritase de júbilo. Por tanto, Job pudo declarar: “Me vestía de la
justicia, y ella me revistió; / como manto y turbante era mi equidad” (v. 14). Job
prosiguió diciendo que, durante su pasado excelente, él era ojos al ciego, pies al
cojo y padre a los menesterosos. Los demás guardaban silencio para oír su consejo
y no replicaban tras sus palabras. Job les escogía su camino y se sentaba entre ellos
como jefe, morando “como rey entre las tropas, como uno que consuela a los que
lloran” (v. 25).

VII. SUSPIRA LAMENTANDO SU PRESENTE DEPLORABLE


Después de añorar su pasado excelente, en el capítulo 30 Job suspira lamentando
su presente deplorable. Job dijo que era objeto de la burla de los más jóvenes y
servía de refrán a los demás, quienes le aborrecían, se alejaban de él y, delante de
él, se comportaban desenfrenadamente. Después, Job dijo que los terrores se
volvían contra él, que su prosperidad había pasado como una nube, que en él se
derramaba su alma y que días de aflicción se habían apoderado de él. Job continuó
diciendo que él clamó a Dios, pero que Dios no le respondía. A Job le parecía que
Dios se había vuelto cruel con él. Job le dijo a Dios: “Yo sé que Tú me conducirás a
la muerte, / y a la casa destinada a todos los vivientes” (v. 23). Además, Job suspiró
lamentándose debido a que, cuando esperaba el bien, vino el mal, y cuando
esperaba luz, vino la oscuridad. Finalmente Job concluye diciendo que sus entrañas
se agitaban, que días de aflicción se le habían acercado, y que su lira se había
convertido en luto y su flauta era voz de lamentadores. Aquí vemos un cuadro de
los sufrimientos de Job.

Job no conocía el motivo de sus sufrimientos, pero hoy sí lo conocemos. Es verdad


que Job padeció mucho, pero tal sufrimiento fue permitido por Dios con un
propósito. Dios deseaba despojarlo de todos sus éxitos. Job había tenido mucho
éxito, tanto en términos materiales como éticos. Él había conseguido alcanzar un
nivel muy alto de perfección y rectitud. Ésta era su integridad propia, de la cual Job
se sentía orgulloso. Job consideraba que su perfección e integridad eran como una
vestidura que lo cubría y como un turbante que le traía gloria (29:14). Sin embargo,
Dios lo despojó de todo ello a fin de que Job buscase a Dios mismo en lugar de
otras cosas; pero Job no entendió esto. Él pensaba que estaba en lo cierto y que era
Dios quien había sido injusto con él. Por tanto, él esperaba poder presentar su caso
delante de Dios. Así pues, podemos ver que Job se encontraba por completo en otra
esfera, una esfera contraria al deseo de Dios.

A la postre, Job reconoció que él apenas conocía a Dios “de oídas” (42:5a). Él había
escuchado acerca de Dios y había creído en Él, pero jamás le había visto. Sin
embargo, después de haber sido despojado y consumido, Job pudo ver a Dios
(42:5b).

Mateo 5:8 dice: “Bienaventurados los de corazón puro, porque ellos verán a Dios”.
Aquí, ver a Dios es un gran galardón en el reino. Según la visión clara presentada
en el Nuevo Testamento, ver a Dios equivale a recibir a Dios en nuestro ser. Si ver a
Dios simplemente fuese verlo objetivamente y nada más, ello no tendría mayores
repercusiones. Pero ver a Dios equivale a recibir a Dios, y esto significa que Dios
entra en nosotros como nuestro elemento intrínseco que nos renueva, nos
transforma, pues al recibir a Dios, Su elemento divino es añadido a nuestro ser.
Este elemento divino opera sobre nosotros y en nosotros para renovarnos,
eliminando gradualmente todo nuestro viejo elemento. Finalmente, todo nuestro
ser será hecho nuevo. En esto consiste la transformación.

En 2 Corintios 3:18 se nos dice: “Nosotros todos, a cara descubierta mirando y


reflejando como un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en
gloria en la misma imagen, como por el Señor Espíritu”. Primero, contemplamos a
Dios, esto es, le vemos; después, le reflejamos y somos transformados. Al ver a Dios
somos transformados a Su imagen gloriosa, de un grado de gloria a otro grado de
gloria mayor. Esto procede del Señor Espíritu.

El Dios a quien Job vio, era también el Espíritu, pero en aquel tiempo Dios todavía
estaba en Su estado original. Dios poseía Su elemento divino con Sus atributos
divinos, pero no poseía nada que se relacionara con la encarnación, la humanidad y
el vivir humano. Según 2 Corintios 3:18, el Dios al que contemplamos hoy es
diferente, pues Él es mucho más rico en cuando a Sus ingredientes. Por tanto,
cuanto más le veamos, más recibiremos Sus ingredientes en nuestro ser, los cuales
constituirán nuestro suministro interno que operará en nosotros, eliminará lo viejo
y nos renovará. En esto consiste ser transformados a la imagen de Dios.

Ver a Dios deberá resultar en la transformación de nuestro ser a la imagen de Dios.


No creo que Job haya comprendido esto cuando vio a Dios. Es un hecho que sus
sufrimientos dieron como resultado esto: él vio a Dios. Sin embargo, no podríamos
afirmar de qué manera Job vio a Dios, ya sea de forma física o a manera de
revelación espiritual.

En nuestro caso, la manera en que contemplamos a Dios está íntegramente


relacionada con nuestro espíritu. El Dios al que podemos contemplar es el Espíritu
consumado, y podemos contemplarlo en nuestro espíritu. A veces estamos
demasiado ocupados o somos demasiado descuidados, de modo que no
aprovechamos las oportunidades que tenemos de contemplar al Señor. En nuestro
avivamiento matutino, aun cuando sólo sea por quince o veinte minutos, tenemos
la oportunidad de pasar un tiempo con el Señor, pasar un tiempo en el Espíritu. En
tales momentos, podemos orar-leer Su palabra, conversar con Él o elevar breves
oraciones a Él. Entonces, tendremos la sensación de que estamos recibiendo algo
del elemento de Dios, que estamos absorbiendo las riquezas de Dios en nuestro ser.
Es de esta manera que, día a día, la transformación divina tiene lugar en nuestro
ser.

Nuestra vida cristiana no es una vida de meros cambios externos, sino una vida en
la que somos transformados desde adentro en virtud de que el elemento divino sea
añadido a nuestro ser interior y reemplace nuestro viejo elemento. Todo esto se
lleva a cabo al contemplar nosotros al Dios Triuno procesado y consumado, quien
es el Espíritu todo-inclusivo.

Al leer las palabras finales de Job a sus amigos en el capítulo 30, podemos
comprender que Job y sus amigos andaban en el camino propio del árbol del
conocimiento del bien y del mal. Ellos eran ajenos a la esfera de quienes procuran
ver a Dios a fin de aprender de Él y, especialmente, recibir a Dios mismo para ser
transformados con Su elemento y esencia a fin de llegar a ser igual a Dios en vida y
naturaleza. Todos debemos ver el claro contraste que existe entre el camino elegido
por Job y sus amigos y el camino revelado en el Nuevo Testamento.
EL MOVER CORPORATIVO DE DIOS
REVELADO DESDE HECHOS HASTA APOCALIPSIS
Los dos misterios constituyen
el contenido de la economía divina
Esta etapa del mover corporativo de Dios es revelada desde Hechos hasta
Apocalipsis. Esta sección de la Biblia es la sección más profunda, insondable,
celestial, divina, espiritual y orgánica de toda la Biblia. Esta sección trata sobre la
economía eterna de Dios con respecto a Cristo como el misterio de Dios (Col. 2:2) y
la iglesia, el Cuerpo, como el misterio de Cristo (Ef. 3:4, 6). Cristo es el misterio de
Dios, y el Cuerpo de Cristo es el misterio de Cristo. Estos dos misterios constituyen
el contenido de la economía divina.

El Dios Triuno procesado,


como Espíritu consumado,
está en nuestro espíritu
En esta sección de la Palabra tenemos una revelación completa con respecto a la
vida cristiana. La sustancia, la esencia, el elemento y la expresión que caracteriza a
esta sección de la Palabra es simplemente el propio Dios Triuno procesado y
consumado, como Espíritu compuesto y todo-inclusivo, quien mora en nuestro
espíritu para ser nuestra vida, nuestra naturaleza, nuestra esencia y nuestro todo, a
fin de que lleguemos a ser igual al Dios Triuno en vida y naturaleza con miras a ser
Su plenitud, Su plena expresión de manera corporativa.

El Dios Triuno procesado, como Espíritu consumado, está en nuestro espíritu. Por
tanto, como cristianos que somos, debemos permanecer en nuestro espíritu. No
debemos salir a visitar nuestra carne ni tampoco debemos hacer amistad con
nuestra alma. Nuestro espíritu es un lugar maravilloso. Para la gente mundana el
espíritu es una prisión, pero para nosotros es un palacio. Aquí, en nuestro espíritu,
podemos disfrutar al Dios Triuno procesado.

Respiración espiritual
Debemos aprender a ejercitar nuestro espíritu. El ejercicio de nuestro espíritu es
parecido a la respiración. Aun cuando descansamos, seguimos respirando.
Podemos decir que respirar equivale al ejercicio de nuestro espíritu. Así como
respiramos sin cesar, también necesitamos orar sin cesar (1 Ts. 5:17). Cada vez que
oramos, debemos orar en nuestro espíritu (Ef. 6:18). En esto consiste respirar
espiritualmente.

Ser deificados para llegar a ser


la expresión corporativa del Dios Triuno
Al respirar espiritualmente mediante el ejercicio de nuestro espíritu, nosotros
disfrutamos, recibimos y absorbemos la sustancia divina con la esencia divina, el
elemento divino y la expresión divina. Esto hará que seamos deificados, es decir,
que el Dios Triuno procesado llegue a ser nuestro elemento constitutivo para que
seamos hechos Dios en vida y naturaleza, mas no en la Deidad. En este sentido
podemos hablar de la deificación de los creyentes, un proceso que alcanzará su
consumación en la Nueva Jerusalén.

¿Saben ustedes qué es la Nueva Jerusalén? La Nueva Jerusalén es una entidad


compuesta por aquellas personas —las cuales Dios escogió, redimió, regeneró,
santificó, transformó y glorificó— que han sido deificadas. En cuanto a Dios se
refiere, el Dios Triuno se encarnó para hacerse hombre; en cuanto a nosotros se
refiere, somos deificados, constituidos con el Dios Triuno consumado y procesado,
para que seamos hechos Dios en vida y naturaleza a fin de ser Su expresión
corporativa por la eternidad. Ésta es la verdad más elevada, y éste es el evangelio
más elevado.

ESTUDIO-VIDA DE JOB
MENSAJE VEINTITRÉS
LA TERCERA DE TRES RONDAS EN LOS DEBATES
SOSTENIDOS ENTRE JOB Y SUS TRES AMIGOS
CAPÍTULOS 21—31
(5)
JOB HABLA POR ÚLTIMA VEZ A SUS TRES AMIGOS
(3)
Lectura bíblica: Job 31:1—32:1
En este mensaje consideraremos 31:1—32:1, la conclusión de las palabras finales
que Job dirige a sus amigos.

VIII. SE JACTA DE SU RECTITUD,


JUSTICIA, INTEGRIDAD Y PERFECCIÓN
En el capítulo 31, Job se jactó de su rectitud, justicia, integridad y perfección.

A. Reprime la concupiscencia de su carne


por temor a Dios
A fin de poner en práctica su rectitud, justicia, integridad y perfección, Job
reprimió la concupiscencia de su carne por temor a Dios (vs. 1-4). Lo dicho por Job
en el versículo 4 indica que él temía a Dios: “¿No ve Él mis caminos / y cuenta
todos mis pasos?”.

B. No anda con falsedad ni corre tras el engaño


Job se jactó de no andar con falsedad ni haber corrido tras el engaño (vs. 5-8). Él
dijo: “Si he andado con falsedad, / y mi pie se ha apresurado al engaño / —péseme
Él en balanza justa, / y que conozca Dios mi integridad—” (vs. 5-6). En términos
humanos, ciertamente era muy bueno que Job no practicara la falsedad ni
engañara.

C. Aborrece el adulterio,
considerándolo un crimen atroz
Job prosiguió diciendo que él aborrecía el adulterio, considerándolo un crimen
atroz (vs. 9-12). El adulterio es maligno, y todos debemos aborrecerlo.

D. Job no menosprecia la causa de su siervo


ni de su sierva por temor a Dios
Job no menospreció la causa de su siervo ni de su sierva cuando ellos contendían
con él (v. 13). Esto significa que él atendía a las necesidades de sus siervos. Los
versículos 14 y 15 indican que en este asunto Job también temió a Dios: “¿Qué haré
yo cuando Dios se levante? / Y cuando Él me visite, ¿qué le responderé? / El que
me hizo a mí en el vientre, ¿no lo hizo a él? / ¿Y no fue uno y el mismo quien nos
formó en la matriz?”.

E. Cuida de los pobres, las viudas,


los huérfanos y los menesterosos
En los versículos del 16 al 23 Job se jactó de haber cuidado de los pobres, las
viudas, los huérfanos y los menesterosos por temor a la calamidad de Dios y a
causa de Su majestad. Job no retuvo alimento ni abrigo de los pobres, ni tampoco
levantó su mano contra el huérfano. Al respecto, Job también temió a Dios
diciendo: “La calamidad de Dios es terror para mí, / y a causa de Su majestad nada
puedo hacer” (v. 23). Job se sentía amenazado por la majestad de Dios y temía que
si él no actuaba correctamente, le sobrevendrían calamidades.

F. No pone su confianza en el oro


ni se regocija en las riquezas
Después, Job dijo que él no había puesto su confianza en el oro ni se había
regocijado en las riquezas. Él tampoco se dejó seducir para adorar el sol
resplandeciente ni la luna en su esplendor, pues ello sería negar al Dios de lo alto
(vs. 24-28). Job no puso su esperanza en el oro ni llamó el oro fino su confianza;
tampoco se regocijó de que su riqueza fuese grande. Esto quiere decir que Job
sentía gran aprecio por Dios, y no por el oro. Al respecto, Job era distinto de la
mayoría de las personas, que sienten gran aprecio por las riquezas pero niegan a
Dios.

G. No se regocija de la desgracia
del que lo aborrecía
Job dijo que él no se regocijaba de la desgracia del que lo aborrecía, no exultaba
ante sus sufrimientos ni había pedido maldición para su vida (vs. 29-30).
H. Alimenta a todos y aloja
a todos los peregrinos
Job también se jactó de haber alimentado a todos los hambrientos y haber alojado
a todos los peregrinos (vs. 31-32).

I. No encubre sus transgresiones


ni esconde su iniquidad
por temor a la gran multitud
Job prosigue diciendo que él no encubrió sus transgresiones como Adán ni
escondió en su seno su iniquidad por temor a la gran multitud y al menosprecio de
las familias (vs. 33-34). Él comprendió que sería pecado encubrir sus
transgresiones por causa de su temor a los demás. Después dijo: “¡Oh, si hubiera
alguien que me oyera! / ¡He aquí mi firma! Que me responda el Todopoderoso. /
Que mi acusador escriba su alegato. / Ciertamente yo lo llevaría sobre mi
hombro; / me lo ceñiría como una corona; / yo le daría cuenta a Él del número de
mis pasos, / como príncipe me acercaría ante Él” (vs. 35-37).

J. No adquiere tierra alguna sin pagar


ni tampoco hace que sus dueños pierdan sus vidas
Finalmente, Job se jactó de no robar a otros sus propiedades. Él no adquirió tierra
alguna sin pagar ni tampoco hizo que sus dueños perdieran sus vidas (vs. 38-40).

El hecho de que Job se gloriase de estas cosas indica que él se encontraba en la


esfera de la ética humana, y no en la esfera de la economía divina. En lo referente a
la ética humana, Job era bastante bueno; sin embargo, en lo referente a la
economía divina, él erró el blanco. Hoy en día, en el recobro del Señor, debemos
atender a la economía neotestamentaria de Dios.

IX. LOS TRES AMIGOS DE JOB CESAN DE RESPONDERLE


Job 32:1 dice: “Luego cesaron estos tres varones de responder a Job, por cuanto él
era justo a sus propios ojos”. Ellos no supieron lidiar con Job ni qué hacer con
respecto a él, así que dejaron de hablar. Nadie les obligó a que cesaran de
responderle a Job. Ellos se cansaron de contestarle a Job, así que decidieron no
hablarle.

X. JOB SE PONE AL DESCUBIERTO RESPONDIENDO


A SUS TRES AMIGOS EN OCHO OCASIONES
Al responder a sus tres amigos en ocho ocasiones, Job se puso al descubierto,
poniendo en evidencia muchas cosas negativas de sí mismo.

A. Justo en su propia opinión


Job se puso al descubierto como alguien que se consideraba justo en su propia
opinión (6:30; 9:20; 27:5-6; 32:1). Él era justo a sus propios ojos y se aferraba a
dicha justicia.

B. Lleno de razonamientos
Job también se puso al descubierto como una persona que estaba llena de
razonamientos. Una persona que es justa en su propia opinión siempre está lista
para aducir una serie de argumentos con respecto a su propia condición.

C. Culpa a sus amigos por no entenderlo


Job acusó a sus amigos por no entenderlo y por no compadecerse de él en amor.
Sus amigos no se compadecieron de él, pero Job tampoco se compadeció de ellos.

D. Se queja de que Dios


no era justo en Su trato con él,
trato que él consideraba inexplicable y severo
Al hablar con sus amigos, Job se quejó de que Dios no era justo en Su trato con él,
trato que él consideraba inexplicable y severo.

E. Abriga la esperanza de aclarar


su caso delante de Dios y espera por ello
Job sentía que podía entablar un litigio entre él y Dios. Él abrigaba la esperanza de
aclarar su caso delante de Dios y esperaba por ello, aun si esto significaba “llevar a
Dios a los tribunales”.

F. Conoce a Dios en términos del vano


conocimiento heredado de la tradición
Lo dicho por Job puso al descubierto que él conocía a Dios únicamente en términos
del vano conocimiento heredado por la tradición. Tal conocimiento era por
completo un conocimiento objetivo.

G. Sin haber recibido la revelación divina


con respecto a la meta máxima de Dios,
la cual consiste en que Su pueblo escogido
gane a Dios, sea partícipe de Él,
lo posea y disfrute de Él
Lo dicho por Job indica que él no había recibido la revelación divina —como se
revela en el Nuevo Testamento— respecto a la economía eterna de Dios de que la
meta máxima de Dios, conforme a Su beneplácito, consiste en que Su pueblo
escogido gane a Dios, sea partícipe de Él, lo posea y disfrute de Él (2 Co. 4:16) a fin
de que ellos sean consumidos por el trato de Dios, sean renovados en la naturaleza
divina y sean transformados en la vida divina por el Espíritu a la imagen gloriosa
de Cristo (2 Co. 3:18) como corporificación de Dios con miras a la expresión de
Dios. Job vivió en tiempos muy anteriores a que esta revelación fuese dada.

H. Sumido en tinieblas a causa del éxito


y los logros de su hombre natural
En cuanto a los asuntos éticos y morales, Job tuvo gran éxito y obtuvo grandes
logros. Sin embargo, sus propias palabras pusieron al descubierto que él estaba
sumido en tinieblas a causa del éxito y los logros de su hombre natural.

I. Cegado por el concepto


propio de su entendimiento natural
Job también estaba cegado por el concepto propio de su entendimiento natural.

J. Anda a tientas en la oscuridad y en ceguera


respecto a su relación con Dios
conforme a los que Dios desea
Más aún, Job era una persona que andaba a tientas en la oscuridad y en ceguera
respecto a su relación con Dios conforme a lo que Dios desea. Job no vio que Dios
se había propuesto despojarlo de todos sus logros naturales, de su perfección e
integridad, a fin de que él pudiese ganar a Dios mismo.

K. Se contenta con lo que había llegado a ser


Tal como lo indican sus palabras, Job era una persona que se contentaba con lo que
había llegado a ser. Él se sentía orgulloso de su propia vestidura de justicia así
como de su propia corona, su turbante, de integridad.

L. Ignora su condición lamentable


delante de Dios
Job ignoraba su condición lamentable delante de Dios. Él conocía a Dios en
nombre, mas no en realidad. Job no estaba saturado de Dios ni estaba lleno de Él;
no estaba mezclado con Dios ni era uno con Él. Más aún, Job no poseía ningún
elemento propio de algún aspecto o característica de la Nueva Jerusalén, que es el
organismo de Dios que vive a Dios y le expresa por la eternidad. Job no conocía su
verdadera condición ni tampoco conocía la Nueva Jerusalén.

ESTUDIO-VIDA DE JOB
MENSAJE VEINTICUATRO
EL HOMBRE SE MUEVE EN EL MOVER DE DIOS,
Y DIOS SE MUEVE EN EL MOVER DEL HOMBRE
Lectura bíblica: Mt. 1:21-23; Jn. 1:1, 14; Hch. 16:6-10; Ap. 22:17
En este mensaje quisiera dar una palabra adicional sobre el mover de Dios, en
particular, respecto al hombre que se mueve en el mover de Dios y respecto a Dios
que se mueve en el mover del hombre.

EL PRINCIPIO RECTOR DEL MOVER DE DIOS


AQUÍ EN LA TIERRA
El Nuevo Testamento, un relato sobre el mover de Dios, nos muestra que Dios
jamás se movería aparte del hombre. Al inicio del Nuevo Testamento, Dios se
movió entrando en el hombre, ganó al hombre y se hizo un hombre (Mt. 1:21-23;
Jn. 1:1, 14). Él no se movió solamente como Dios ni tampoco meramente como
hombre; Él se movió como Dios-hombre. Fue debido a esto que en el tiempo de los
cuatro Evangelios los sumos sacerdotes, los ancianos, los escribas y las autoridades
romanas no supieron discernir quién era Jesús. Ellos no pudieron determinar si
Sus actividades eran actividades de Dios o actividades del hombre. Él era un
misterio, pues Él era Dios, y sin embargo, hombre; Él era hombre, y sin embargo,
Dios.

Atanasio, uno de los padres de la iglesia primitiva, dijo con respecto a Cristo que:
“Él fue hecho hombre para que nosotros fuésemos hechos Dios”, y que: “La Palabra
fue hecha carne [...] para que nosotros, al participar de Su Espíritu, pudiésemos ser
deificados”. Éste es el principio rector del mover de Dios en la tierra. Dios realiza
Su mover en el hombre y por medio de él. El mover de Dios consiste en deificar al
hombre, con lo cual hace al hombre Dios en vida y naturaleza, mas no, por cierto,
en la Deidad.

En los cuatro Evangelios, Cristo era apenas una persona, pero el día de Pentecostés
—después de Su muerte, resurrección, ascensión y descenso— Él fue agrandado y
expandido de una persona a miles de personas (Hch. 2:41). Multitudes comenzaron
a moverse en el mover divino. En los cuatro Evangelios, Dios se movió en el mover
del hombre; pero en Hechos, el hombre se movió en el mover de Dios. Dios y el
hombre se movieron juntos. Los sumos sacerdotes, los ancianos, los escribas y las
autoridades romanas no entendían qué sucedía con Pedro y Juan, pues ellos sólo
los conocían como meros pescadores galileos (4:13). No obstante, ellos tuvieron
que admitir que lo que estos hombres hicieron era divino (4:16). Cuando ellos se
movieron, Dios se movió. A la postre, Gamaliel, un gran rabí, al aconsejar al
sanedrín —el tribunal más elevado de los judíos— con respecto de los apóstoles,
dijo: “Apartaos de estos hombres, y dejadlos; porque si este consejo o esta obra es
de los hombres, será destruida; mas si es de Dios, no la podréis destruir; no seáis
tal vez hallados luchando contra Dios” (5:38-39).

LOS CRISTIANOS SON PERSONAS MISTERIOSAS


DEBIDO A QUE SE MUEVEN EN EL MOVER DE DIOS
Y DIOS SE MUEVE EN EL MOVER DE ELLOS
Todo cristiano genuino es una persona misteriosa a la que los incrédulos no
alcanzan a comprender. Nosotros, los cristianos, somos un misterio debido a que
nos movemos en el mover de Dios y Dios se mueve en nuestro mover. Dios y
nosotros, nosotros y Dios, nos movemos juntos. Las personas mundanas
únicamente conocen nuestra parte humana, pero no se percatan de que también
tenemos una parte divina. Esta parte divina, que está involucrada al movernos
nosotros en el mover de Dios y al moverse Dios en nuestro mover, es el Espíritu
consumado, la consumación del Dios Triuno procesado y consumado.

LA ESFERA DE LA ÉTICA Y LA ESFERA DE DIOS


Job fue en pos de algo en la esfera de la ética; pero hoy, los cristianos vamos en pos
de algo en la esfera de Dios. Lo que hacemos es un misterio, y este misterio es el
Dios Triuno consumado, el Espíritu que mora en nosotros, que se mueve
juntamente con nosotros e, incluso, que se mueve en nosotros.

EL ESPÍRITU Y NOSOTROS SOMOS UNO


No solamente somos uno con el Espíritu, sino que nosotros y el Espíritu somos
uno. Podemos ilustrar esto por el mover del apóstol Pablo y sus colaboradores en
Hechos 16. En aquella ocasión, el Espíritu Santo les prohibió volverse hacia su
izquierda, a Asia (v. 6), y el Espíritu de Jesús no les permitió volverse hacia su
derecha, a Bitinia (v. 7). Esto indicó que ellos debían seguir adelante para realizar
su mover. Pablo, entonces, recibió la visión de un varón macedonio, y después de
considerar la visión, Pablo y sus colaboradores llegaron a la conclusión que Dios los
llamaba para que anunciaran el evangelio a los macedonios (v. 10). Éste es un
cuadro maravilloso donde vemos que el hombre se mueve en el mover de Dios, que
el hombre y Dios se mueven juntos.

NO DEBEMOS HACER NADA SEPARADOS


DEL ESPÍRITU TODO-INCLUSIVO
No debemos hacer nada separados del Espíritu todo-inclusivo. No debemos
enfrentar situación alguna ni satisfacer necesidad alguna separados del Espíritu.
Cuando Él se mueve, nosotros nos movemos; y cuando nosotros nos movemos, Él
se mueve. Debemos practicar esto en nuestra vida matrimonial. Si usted quiere
decirle algo a su esposa, deberá esperar por un tiempo hasta que tenga la certeza de
que su hablar es el mover del Espíritu.

Debemos aprender a no hacer las cosas precipitadamente. Actuar con precipitación


corresponde al vivir que llevan los descendientes de Adán. Aquellos que llevan tal
vida se precipitan al hablar, al actuar y al relacionarse con los demás. Nosotros, por
ser cristianos, debemos recordar que jamás nos movemos solos. Por el contrario,
nos movemos en el mover de otra Persona, y otra Persona se mueve en nuestro
mover. Esta clase de vida es la que forma parte constitutiva de la iglesia. Esta clase
de vida mantiene viviente el Cuerpo de Cristo. Sin embargo, si no nos movemos en
el mover del Espíritu ni poseemos al Espíritu en nuestro mover, entonces
traeremos muerte a la iglesia.
Apocalipsis 22:17 no dice que el Espíritu habla con la novia; más bien, este
versículo dice: “El Espíritu y la novia dicen...”. Los dos hablan juntos. Esto indica
que no debemos meramente hablar con el Espíritu; nosotros y el Espíritu debemos
hablar juntos. De ser así, nuestras palabras serán vivientes y tendrán gran impacto.
Hoy en día el camino que debemos tomar consiste en movernos en el mover del
Espíritu y permitir que el Espíritu se mueva en nuestro mover.

ESTUDIO-VIDA DE JOB
MENSAJE VEINTICINCO
ELIÚ RESPONDE A JOB
CAPÍTULOS 32—37
(1)
ELIÚ CORRIGE Y REFUTA A JOB POR PRIMERA VEZ
Lectura bíblica: Job 32—33
En este mensaje consideraremos la primera ocasión en la que Eliú corrige y refuta a
Job.

I. SE ENCIENDE SU IRA
A. Contra Job
La ira de Eliú se encendió contra Job, por cuanto Job se justificaba a sí mismo más
que a Dios (32:2).

B. Contra los tres amigos de Job


La ira de Eliú también se encendió contra los tres amigos de Job, porque no habían
hallado respuesta, y sin embargo habían condenado a Job (v. 3).

Eliú se creía sabio, pero al estar enojado con Job y sus tres amigos, era muy necio.
No es sabio encenderse en ira. Debemos aprender a ser lentos para la ira. Si
estamos enojados, no debiéramos hacer nada. En particular, en lo referente al
asunto de la ira, debemos aprender a no actuar precipitadamente. Si al estar
enojados nos damos un tiempo para calmarnos, seremos salvos de cometer errores
tontos al hablar o al actuar instigados por la ira.

II. ESPERA PARA HABLAR DEBIDO A QUE


LOS DEMÁS ERAN MÁS VIEJOS QUE ÉL
Eliú esperó para responderle a Job debido a que los demás eran más viejos que él
(vs. 4-14). En los versículos 6 y 7 él dijo: “Yo soy joven, / y vosotros ancianos; / por
eso, me retraía y tenía miedo / de declararos lo que sé. / Yo decía: Que hable la
edad; / que la muchedumbre de años dé a conocer la sabiduría”. Enseguida, él
declaró que no son los grandes los que son sabios ni los ancianos los que entienden
lo que es justo. Luego, dirigiéndose a sus mayores Eliú dijo: “Oídme; / también yo
declararé lo que sé” (v. 10). Lo dicho por Eliú aquí indica que era una persona muy
orgullosa.

La explicación detallada que Eliú da en los versículos del 11 al 13 es otra indicación


de que carecía de sabiduría. Cuando una persona sabia dice algo, lo dice de manera
directa, sin valerse de palabras innecesarias.

III. ESTÁ LLENO DE PALABRAS,


SU ESPÍRITU LO CONSTRIÑE
Y SUS PARTES INTERNAS SON COMO ODRES NUEVOS
QUE ESTÁN A PUNTO DE REVENTAR
Eliú dijo que estaba lleno de palabras, que el espíritu en sus partes internas le
constreñía y que sus partes internas eran como el vino que no tiene respiradero y
como odres nuevos que están a punto de reventar (vs. 15-19). Él deseaba hablar a
fin de encontrar alivio, anhelaba hablar sin hacer acepción de personas ni valerse
de lisonjas (vs. 20-22).

IV. DECLARA QUE SUS PALABRAS


MANIFESTARÍAN LA RECTITUD DE SU CORAZÓN
Eliú se dirigió a Job diciéndole: “Oye, pues, ahora, Job, mi discurso, / y presta oído
a todas mis palabras” (33:1). Al hablar así, Eliú demostró total carencia de
amabilidad o humildad. Si hablásemos a los demás de este modo, seguramente se
ofenderían. Hoy en día, ciertamente no debiéramos decir a los santos que presten
oído a todas nuestras palabras.

Eliú entonces declaró que sus palabras manifestarían la rectitud de su corazón y


que sus labios hablarían con sinceridad (v. 3). Afirmando que el Espíritu de Dios lo
había hecho y que el soplo del Todopoderoso lo había reavivado, Eliú le dijo a Job:
“Respóndeme, si puedes; / ordena tus palabras delante de mí; ponte en pie” (v. 5).
Más aún, Eliú dijo que su terror no espantaría a Job ni su presión lo agravaría (v.
7). Hablar así era por completo innecesario.

V. CORRIGE A JOB DICIÉNDOLE QUE SE EQUIVOCABA


AL AFIRMAR QUE ERA LIMPIO Y SIN TRANSGRESIÓN
Eliú corrigió a Job, diciéndole que se equivocaba al afirmar: “Yo soy limpio y sin
transgresión; / soy puro, y no hay iniquidad en mí” (v. 9). Según Eliú, Job también
se equivocaba al decir: “He aquí, Él halla pretextos hostiles contra mí; / me tiene
por Su enemigo. / Pone mis pies en el cepo; / vigila todas mis sendas” (vs. 10-11).
Explicando que Dios es mayor que el hombre, Eliú continuó reprendiendo a Job al
preguntarle: “¿Por qué contiendes contra Él, / diciendo que Él no da cuenta de
ninguna de Sus acciones?” (v. 13). Es difícil saber por qué Eliú se dirigió a Job de
esta manera.
VI. REFUTA A JOB
Después de corregir y reprender a Job, Eliú lo refuta (vs. 14-30).

A. Dice que Dios habla a los hombres


y les instruye a fin de librar su alma de la fosa
y su vida de perecer a espada
Al refutar a Job, Eliú le enseñó diciendo que Dios habla a los hombres y les instruye
a fin de librar su alma de la fosa y su vida de perecer a espada (vs. 14-18). Eliú
afirmó que Dios habla a los hombres de dos maneras: en sueños, en una visión
nocturna, y al abrir los oídos de los hombres y sellar la instrucción para ellos.
¿Creen ustedes que Dios tiene contacto con las personas únicamente de estas dos
maneras? En realidad, Eliú estaba fijándole ciertas reglas a Dios. Esto es algo que
nadie debe hacer.

B. Dice que Dios asiste al hombre


castigado por la enfermedad,
concediéndole Su favor
Luego, Eliú dijo que Dios también asiste al hombre castigado por la enfermedad,
concediéndole Su favor, librándolo de perecer en la fosa y haciendo que vuelva a los
días de su juventud, a fin de que éste sea justificado y aceptado por Dios y vea Su
faz con gritos de júbilo, y su vida verá la luz. Según Eliú, Dios hace estas cosas en
favor del hombre dos veces, incluso tres veces (vs. 19-30).

VII. ENCARGA A JOB QUE LE OIGA Y CALLE


A FIN DE QUE PUEDA ENSEÑARLE SABIDURÍA
En los versículos del 31 al 33, Eliú encargó a Job que le oyera y callara a fin de que
pudiera enseñarle sabiduría. ¿Qué clase de sabiduría podría Eliú enseñarle a Job?
Las palabras de Eliú no expresaban sabiduría alguna.

Hasta aquí, Eliú no había respondido a Job con una perspectiva clara —aunque
tenía plena certeza de poder responder adecuadamente a Job tocante al propósito
que Dios tenía al tratar con él— como la visión clara del apóstol Pablo en el Nuevo
Testamento con respecto a la meta de ganar a Cristo al sufrir la pérdida de todas las
cosas (Fil. 3:8-14). Lo dicho por Eliú era completamente ajeno a la sabiduría
divina; pero en el caso de Pablo, fue impartida una clara palabra de revelación. Por
tanto, lo dicho por Pablo era verdaderamente una palabra de sabiduría.

ESTUDIO-VIDA DE JOB
MENSAJE VEINTISÉIS
ELIÚ RESPONDE A JOB
CAPÍTULOS 32—37
(2)
ELIÚ CORRIGE Y REFUTA A JOB
UNA SEGUNDA Y TERCERA VEZ
Lectura bíblica: Job 34—35
Los capítulos 34 y 35 relatan la segunda y tercera ocasión en que Eliú corrige y
refuta a Job.

I. ELIÚ CORRIGE Y REFUTA A JOB POR SEGUNDA VEZ


La segunda ocasión en que Eliú corrige y refuta a Job es relatada en el capítulo 34.

A. Pide a los sabios y entendidos


que oigan sus palabras
Eliú pidió a los sabios y entendidos que oyesen sus palabras (vs. 1-4). Según Eliú, el
oído prueba las palabras como el paladar prueba la comida. En el versículo 4 él
dijo: “Escojamos para nosotros lo que es justo; / conozcamos entre nosotros lo que
es bueno”.

B. Corrige a Job por haber afirmado ser justo


y que Dios le quitó su derecho
Luego, Eliú corrigió a Job por haber afirmado: “Yo soy justo, / y Dios me ha
quitado mi derecho”, y: “El hombre no saca provecho / de deleitarse en Dios” (vs. 5,
9).

C. Condena a Job
Además, Eliú condenó a Job.

1. Dice que Job iba en compañía


con los hacedores de maldad
Primero, Eliú condenó a Job diciendo que él iba en compañía con los hacedores de
iniquidad y que andaba con hombres malos (vs. 7-8).

2. Dice que Job habló sin conocimiento


Eliú también dijo que Job había hablado sin conocimiento y que sus palabras no
eran perspicaces (v. 35). Eliú incluso declaró que era su deseo que Job fuese
“examinado a fondo, / a causa de sus respuestas semejantes a las de los hombres
malvados” (v. 36). Más aún, Eliú condenó a Job diciendo que él añadía rebeldía a
su pecado y que en medio de ellos batía palmas y multiplicaba sus palabras contra
Dios (v. 37).

D. Refuta a Job
1. Dice que Dios jamás haría el mal
A continuación, Eliú refutó a Job diciendo que Dios jamás haría el mal y que el
Todopoderoso jamás cometería iniquidad (v. 10); más bien, Dios pagará al hombre
según su obra y retribuirá a cada uno conforme a su camino (v. 11). En los
versículos del 12 al 20 Eliú dijo más con respecto a que Dios no hace el mal ni
tuerce el derecho. Del versículo 12 al 15 él declaró: “Sí, por cierto, Dios no hará el
mal, / y el Todopoderoso no torcerá el derecho. / ¿Quién le ha encomendado a Él la
tierra? / ¿O quién puso en orden todo el mundo? / Si Él sólo se tomara en cuenta a
Sí mismo, / haría volver a Sí mismo Su espíritu y Su aliento; / toda carne perecería
juntamente, / y el hombre volvería al polvo”.

2. Dice que Dios gobierna y juzga


a las naciones y a los hombres,
y no lo hace conforme al parecer de Job
En los versículos del 21 al 33 Eliú continuó refutando a Job al decir que Dios
gobierna y juzga a las naciones y a los hombres, pero no conforme al parecer de
Job, puesto que él lo había rechazado. Eliú dijo que los ojos de Dios están sobre los
caminos del hombre, y Él ve todos sus pasos; que Él, conocedor de las acciones de
los poderosos, los destroza sin indagar y pone a otros en su lugar; que Él los golpea
como a malvados por cuanto se apartaron de seguirle y no consideraron ninguno de
Sus caminos. Al final de su discurso, Eliú le preguntó a Job: “¿Acaso deberá Él dar
la recompensa según tu parecer, puesto que tú la has rechazado?” (v. 33a).

Al leer el capítulo 34 podemos comprender que Eliú era una persona repleta del
conocimiento del bien y del mal. Este joven debía haber tomado en cuenta que Job
y sus tres amigos ya conocían todo aquello de lo cual él hablaba. Pero al estar
repleto de conocimiento, él mismo reconoció que si no hablaba, reventaría.

Con frecuencia me he preguntado por qué este libro no nos dice que Job, sus tres
amigos y Eliú se reunieron para orar, ejercitando sus espíritus a fin de tocar a Dios.
No puedo entender cómo es que un grupo de hombres piadosos pueda reunirse sin
orar. Ellos meramente ejercitaron sus mentes. Sus palabras formaban
composiciones poéticas; incluso lo dicho por Eliú fue dicho de manera poética. Ello
requiere gran ejercicio mental. ¿Por qué no oraron juntos buscando la mente del
Señor, buscando el propósito del Señor? ¡Cuán lamentable es que ellos no hicieron
esto!

II. ELIÚ CORRIGE Y REFUTA A JOB POR TERCERA VEZ


En el capítulo 35 Eliú corrige y refuta a Job por tercera vez.

A. Continúa corrigiendo a Job


al indagar respecto a su respuesta
Eliú continuó corrigiendo a Job al indagar respecto a su respuesta (vs. 1-3). Eliú le
preguntó a Job si consideraba que su respuesta era recta. Después, le preguntó:
“¿Dices tú: Mi justicia es mayor que la de Dios, / así que dices: Qué ventaja es para
mí, / qué provecho tengo, más que si hubiera pecado?” (vs. 2-3).
B. Eliú refuta a Job en presencia de sus amigos
En el versículo 4, Eliú dijo: “Yo te responderé con palabras a ti, / y a tus
compañeros contigo”. Esto indica que Eliú refutaba a Job en presencia de sus
amigos.

1. Encarga a Job a mirar hacia los cielos


y contemplar las nubes
Eliú encargó a Job a mirar hacia los cielos y contemplar las nubes, las cuales
estaban más altas que él. “Si pecas, ¿qué habrás logrado contra Él? / Y si tus
transgresiones se multiplican, ¿qué le harás? / Si eres justo, ¿qué le das a Él, / o,
qué recibe Él de tu mano?” (vs. 6-7). Aquí Eliú le estaba diciendo a Job que ya sea
que hubiese pecado o fuese justo, ello no influenciaría a Dios.

Eliú hablaba de manera vana. Ciertamente no era necesario exhortar a Job de este
modo.

2. Enseña a Job que los hombres


claman a Dios por causa de las opresiones
y gritan pidiendo socorro
a causa del brazo de los poderosos
Eliú continuó enseñando a Job que los hombres claman a Dios por causa de las
opresiones y gritan pidiendo socorro a causa del brazo de los poderosos (v. 9). A
pesar de ello, según Eliú, ninguno dice: “¿Dónde está Dios mi Hacedor, / que da
cánticos en la noche, / que nos enseña más que a las bestias de la tierra, / y nos
hace sabios más que a las aves del cielo?” (vs. 10-11). Después, Eliú dijo que Dios no
responde al clamor de los malvados a causa de su orgullo. Además, él dijo que Dios
no escucha el clamor vacío ni le hace caso (vs. 12-13). ¿Por qué Eliú no encargó a
Job y sus amigos que orasen? ¿Por qué no les encargó que alabasen a su Hacedor?

Eliú prosiguió diciendo que Job había afirmado que no contemplaba a Dios, que su
causa estaba delante de Él y que esperaba en Dios. Según Eliú, debido a que Dios
no había visitado a Job en Su ira ni había hecho caso de tanta arrogancia, Job había
abierto su boca en vanidad y multiplicaba sus palabras sin conocimiento (vs. 14-
16). Eliú acusó a Job de hablar vanidad, pero ¿qué acerca de sus propias palabras?
Al leer este capítulo, podemos percibir que las palabras de Eliú carecían de
realidad.

Al dirigirse nuevamente a Job, Eliú seguía siendo incapaz de responderle a Job


tocante al propósito que Dios tenía al tratar con él, a diferencia del apóstol Pablo,
quien declaró a los creyentes neotestamentarios que el sufrimiento de los creyentes
produce en ellos un eterno peso de gloria, el cual es el Dios de gloria que llega a ser
para ellos su porción gloriosa, porción que ellos ganan y disfrutan por la eternidad
(2 Co. 4:17).

ESTUDIO-VIDA DE JOB
MENSAJE VEINTISIETE
UNA PERSONA EN EL ESPÍRITU
Lectura bíblica: Ap. 1:10; 4:2; 17:3; 21:10
Lo dicho por Job, por sus tres amigos y por Eliú estaba totalmente
carente del ejercicio del espíritu para contactar a Dios. Ellos no oraron y
no tuvieron comunión con Dios ni tuvieron comunión unos con otros en
espíritu. Aunque eran personas piadosas, no se reunieron para orar
ejercitando su espíritu a fin de tocar a Dios. En lugar de ejercitar su
espíritu, ejercitaron sus mentes a fin de componer poesía y exhibir sus
conocimientos. En este asunto, Eliú siguió el ejemplo de sus mayores y
habló del mismo modo que ellos. Por tanto, Eliú dijo: “Oídme; / también
yo declararé lo que sé” (32:10). Tal como hemos señalado, Eliú era una
persona repleta del conocimiento del bien y del mal. Él no era una
persona en el espíritu.

EN EL ESPÍRITU EN EL DÍA DEL SEÑOR


Al inicio del libro de Apocalipsis Juan dijo: “Yo estaba en el espíritu en el
día del Señor” (1:10). En este versículo, la palabra espíritu no se refiere
al Espíritu de Dios, sino al espíritu humano, el órgano que nos permite
percatarnos del mover de Dios y responder al mismo. Únicamente el
espíritu (nuestro espíritu) puede responder al Espíritu (el Espíritu de
Dios).

En aquella ocasión, Juan había sido exiliado a la isla de Patmos. Él estaba


solo y carecía de una iglesia así como de las reuniones de la iglesia y de
la comunión con los santos. No obstante, Juan estaba en el espíritu. Esto
quiere decir que Juan era una persona que permanecía en su espíritu.
Puesto que estaba en su espíritu, él era en realidad un miembro del
Cuerpo de Cristo y parte del nuevo hombre.

VER VISIONES EN EL ESPÍRITU Y LLEGAR A SER


UNA PERSONA QUE PERMANECE EN SU ESPÍRITU
Mientras estaba en el espíritu, Juan vio diversas visiones con base a las
cuales escribió los veintidós capítulos del libro de Apocalipsis. Este libro,
Apocalipsis, está compuesto de cuatro visiones principales: (1) la visión
de las iglesias (caps. 1—3); (2) la visión del destino del mundo (caps. 4—
16); (3) la visión de Babilonia la Grande (caps. 17—18) y (4) la visión de
la Nueva Jerusalén (caps. 21—22). Juan estaba en su espíritu cuando vio
estas cuatro visiones (1:10; 4:2; 17:3; 21:10). Nosotros también
debemos estar en nuestro espíritu para recibir las visiones que se
encuentran en este libro. No es simplemente un asunto de entender
intelectualmente con la mente, sino de comprender espiritualmente en
el espíritu.
Primero, Juan vio los candeleros como símbolos de las iglesias (1:12, 20),
lo cual indica la economía de Dios con respecto al Cuerpo de Cristo.
Después, en este libro hay siete epístolas escritas a las siete iglesias
(caps. 2—3). En estas siete epístolas encontramos lo que el Espíritu le
dice a las siete iglesias. A ello le sigue la escena en los cielos (caps. 4—
5), los siete sellos (6:1—8:5), las siete trompetas (8:6—11:19) y las siete
copas (15:1—16:21). Juan también vio la destrucción de la Babilonia
religiosa (17:1-18), la destrucción de la Babilonia comercial y material
(18:1-24), las bodas del Cordero (19:5-10), cómo Cristo derrota y
destruye al anticristo (19:11-21), cómo Satanás es atado (20:1-3), el
reino milenario (20:4-6) y el juicio del gran trono blanco (20:11-15).
Finalmente, Juan vio el cielo nuevo y la tierra nueva juntamente con la
consumación máxima de la economía de Dios, la Nueva Jerusalén (21:1-
27). Él pudo recibir estas visiones debido a que estaba en el espíritu.

Cuando yo era joven, tenía sumo interés en el estudio de las profecías


contenidas en el libro de Apocalipsis. Hoy en día no me interesan tanto
las profecías en sí, sino que me interesa más poder ser iluminado al
considerar las visiones espirituales que se hallan en este libro, en
particular, la visión de los siete candeleros y la visión de la Nueva
Jerusalén. Al comienzo de Apocalipsis, tenemos las iglesias locales como
candeleros de oro; y al final de este libro, tenemos la Nueva Jerusalén
como candelero de oro, único y universal, por la eternidad (21:10-11,
18b, 23). Ver estas visiones en Apocalipsis nos ayuda a ser personas que
permanecen en el espíritu.

APRENDER A PERMANECER EN NUESTRO ESPÍRITU


Muchos de los lectores de Apocalipsis no ven que aquel que recibió las
visiones en este libro era una persona completamente dedicada a
permanecer en el espíritu humano. En el día del Señor, Juan estaba en
su espíritu. Todos debemos aprender a ser prisioneros en nuestro
espíritu y a no salir de nuestro espíritu. Debemos ser personas que están
en su espíritu todo el tiempo. Si somos esta clase de persona, los demás
no podrán entendernos, pues en espíritu nos movemos a medida que
Dios se mueve en nosotros.

Cuando nos volvemos a nuestro espíritu y nos sumergimos en él, incluso


mientras manejemos un auto, podremos cantar, alabar y regocijarnos.
También podremos clamar, llorando mientras oramos: “Señor, mira la
condición de Tu Cuerpo”. Todos hemos gustado esto en alguna medida.
Tenemos que ser perfeccionados y ser conjuntamente edificados hasta
llegar a ser tales personas. Permanecer en nuestro espíritu es la única
manera en que podremos llegar a ser personas que aman a Dios, buscan
a Cristo y son vencedores.
DISFRUTAR A CRISTO Y LA IGLESIA EN EL ESPÍRITU
Si usted es una persona que permanece en el espíritu, estará en su
espíritu para encontrarse con Dios, ver a Dios y permanecer junto con
Dios. Y este Dios es el Espíritu consumado, la realidad de Cristo; más
aún, cuando usted obtiene a Cristo, también obtiene la iglesia, pues
Cristo es la Cabeza del nuevo hombre y la iglesia es el Cuerpo. Entonces
usted disfrutará de la iglesia, el Cuerpo, así como de Cristo, la Cabeza.

LAS ORACIONES PREVALECIENTES


DE UNA PERSONA QUE PERMANECE EN EL ESPÍRITU
MOVIÉNDOSE EN EL MOVER DEL SEÑOR
Si usted permanece en el espíritu, los asuntos referentes a la iglesia
local vendrán a usted, y ello hará que usted ore por la condición de la
iglesia. Estas oraciones son las oraciones auténticas y prevalecientes,
pues usted ora en su espíritu y, al permanecer en el espíritu, usted se
mueve en el mover del Señor. Sus oraciones son el mover del Señor en
usted. Usted y el Señor, el Señor y usted, se mueven juntos y oran
juntos. Esto es muy dulce y es muy diferente de las oraciones que
elevamos por considerarlas nuestra responsabilidad, nuestra obligación
o una especie de tarea. Esta oración es una oración en dulce comunión
con el Señor.

La manera en que llegamos a ser tal clase de persona es muy simple:


permanecer en nuestro espíritu. Me gusta mucho la frase: “en el espíritu
en el día del Señor”. Primero, Juan estaba en su espíritu; después, él oyó
“una gran voz como de trompeta”. Cuando se volvió para ver la voz que
hablaba con él, vio la visión de los siete candeleros de oro (Ap. 1:12).
Todos debemos aprender de Juan a permanecer en nuestro espíritu a fin
de ver la visión y disfrutar al Señor, disfrutar del Cuerpo y disfrutar las
palabras que el Espíritu habla a las iglesias.

ESTUDIO-VIDA DE JOB
MENSAJE VEINTIOCHO
ELIÚ RESPONDE A JOB
CAPÍTULOS 32—37
(3)
LAS PALABRAS FINALES DE ELIÚ A JOB
Lectura bíblica: Job 36—37
En este mensaje consideraremos los capítulos 36 y 37, donde constan las palabras
finales de Eliú a Job. Una vez más, no hallamos ninguna oración ni el ejercicio del
espíritu en comunión.
I. ELIÚ TIENE MÁS QUE DECIR EN FAVOR DE DIOS
En 36:1-4 Eliú afirma tener más que decir en favor de Dios. Él dijo: “Traeré mi
conocimiento desde lejos / y atribuiré justicia a mi Hacedor. / Porque de cierto no
son falsas mis palabras; / contigo está uno que tiene perfecto conocimiento” (vs. 3-
4). No creo que Eliú haya hablado en favor de Dios en ningún momento; él estaba
hablando por cuenta propia, haciendo alarde de su conocimiento. En realidad, él
tenía menos conocimiento que Job y sus tres amigos. Aunque Eliú dijo que
atribuiría justicia a Dios, en realidad él se atribuía todo a sí mismo, llegando al
extremo de referirse a sí mismo como “uno que tiene perfecto conocimiento”.

II. MUESTRA A JOB QUE DIOS CUIDA DE LOS JUSTOS


En los versículos del 5 al 16 Eliú le muestra a Job que Dios cuida de los justos y que
Él indujo a Job a salir de las fauces de la angustia para llevarlo a un lugar
espacioso. Aquí Eliú salta de un tema a otro, y resulta difícil determinar sobre qué
estaba hablando.

Eliú dijo que Dios “no deja vivir al malvado” (v. 6a). Esto no es cierto, pues hay
muchos malvados que todavía viven. Eliú dijo también que aquellos que oyen a
Dios y le sirven “pasarán sus días en prosperidad / y sus años en lo agradable” (v.
11). Tal concepto corresponde en su totalidad al principio del bien y del mal. En el
versículo 16, Eliú prosigue diciendo: “En verdad, Él te induce a salir de las fauces
de la angustia / a un lugar espacioso, donde no hay aprietos; / y lo que está sobre tu
mesa está lleno de grosura”.

III. LE ADVIERTE A JOB QUE ESTABA LLENO


DEL JUICIO DEL MALVADO
Luego, Eliú le advierte a Job que estaba lleno del juicio del malvado, diciéndole que
juicio y litigio se habían apoderado de él (v. 17). Aquí, Eliú parecía decir que Job no
disfrutaba de una mesa llena de grosura debido a que estaba obsesionado con el
juicio del malvado, pensando continuamente en que Dios debería juzgar al
malvado, con miras a que el derecho fuese el veredicto del juicio. Por tanto, juicio y
litigio se habían apoderado de Job.

IV. EXHORTA A JOB A NO DEJAR QUE LA IRA


LE INDUZCA A BURLARSE DELANTE DE DIOS
Del versículo 18 al 23 Eliú exhortó a Job a no dejar que la ira le indujera a burlarse
delante de Dios, a no anhelar la noche y a no volverse a la iniquidad. En los
versículos 22 y 23 él dijo: “He aquí, Dios es exaltado en Su poder; / ¿quién es
maestro como Él? / ¿Quién le ha señalado Su camino? / ¿Y quién le ha dicho: Has
hecho mal?”.

V. LE RECUERDA A JOB
QUE MAGNIFICARA LA OBRA DE DIOS EN EL UNIVERSO
Y ENALTECIERA LA GRANDEZA DE DIOS
Eliú prosiguió recordándole a Job que magnificara la obra de Dios en el universo y
enalteciera la grandeza de Dios (36:24—37:13). En 36:26 Eliú declaró: “He aquí,
Dios es grande, y nosotros no le conocemos; / no se puede escudriñar el número de
Sus años”. En 37:5 él dice: “Truena Dios maravillosamente con Su voz; / hace
grandes cosas que nosotros no entendemos”. Aquí, al hablar, Eliú hace alarde de su
habilidad y sus capacidades para componer poesía. Si hablásemos así en nuestros
grupos vitales, traeríamos muerte a dichos grupos.

VI. ENCARGA A JOB A CONSIDERAR LAS MARAVILLAS


REALIZADAS POR DIOS EN LOS CIELOS Y LA TIERRA
Después, Eliú encargó a Job a considerar las maravillas realizadas por Dios en los
cielos y la tierra (vs. 14-23). Él concluye tal encargo diciendo: “El Todopoderoso: no
le podemos escudriñar; / Él es excelente en potencia, / y no dañará la equidad ni la
abundancia de la justicia” (v. 23).

VII. INSTRUYE A JOB A TEMER A DIOS


Finalmente, en sus últimas palabras a Job, Eliú le instruye a temer a
Dios, el cual no mira a ninguno que se cree sabio de corazón (v. 24).

Con respecto al propósito que tenía Dios al tratar con Job, incluso con lo
más destacado de sus últimas palabras a Job, Eliú careció de la
capacidad necesaria para comunicar a Job alguna medida de revelación
divina que estuviese al nivel del Nuevo Testamento, a saber, que el
propósito de Dios al permitir que los creyentes sufran la pérdida de
todas las cosas es que ellos puedan ganar a Dios como su eterna porción
a fin de heredar y disfrutar la vida eterna por la eternidad, conforme a lo
revelado por el Señor a Sus discípulos en Mateo 19:27-29.

Job estaba sufriendo, y sus tres amigos vinieron a consolarle. Eliú


también estaba allí para ayudar. Sin embargo, estas personas piadosas
no oraron por Job ni tampoco tuvieron comunión unos con otros
ejercitando su espíritu a fin de obtener algún grado de suministro
espiritual. Esto les hubiera ayudado a descubrir cuál era el verdadero
propósito de Dios al aplicar Su trato a Job. Ellos hablaron sobre Dios y se
refirieron también al espíritu, pero en todos sus debates no hay el menor
indicio de que ellos ejercitaran su espíritu; más bien, ellos ejercitaron sus
mentes para exhibir sus conocimientos, rebuscando palabras
relacionadas con los cielos, los aires, las aves en los aires, las bestias del
campo y los peces del mar, a fin de componer sus poesías.

Hoy en día, si hemos de establecer grupos vitales, estas conversaciones


deben servirnos de advertencia. El grupo que vemos en el libro de Job
nos da un ejemplo negativo, un ejemplo del tipo de reunión de grupo
que no debemos tener en nuestra vida de iglesia actual.
Cuando nos reunimos en los grupos vitales, lo primero que tenemos que
hacer es orar. Los grupos vitales son grupos de oración vital. En los
grupos vitales, aprendan a no orar viejas oraciones con terminología
vieja, oraciones conforme a nuestras tradiciones. Aprendan a siempre
orar oraciones nuevas y frescas. Procuren ejercitar su espíritu, pues Dios
mismo, el Dios presente, nuestro Dios hoy, está en nuestro espíritu con
todo Su abundante suministro. Por tanto, cuando se reúna con el grupo
vital, asegúrese de permanecer en su espíritu y ejercitarlo. En su
espíritu, usted captará nuevos términos y nuevas expresiones. Usted
podrá hacer esto debido a que posee al propio Dios Triuno como Espíritu
consumado en su espíritu.

Los grupos son vitales en estos dos espíritus: vitales en nuestro espíritu
humano y vitales en el Espíritu divino de Dios. La última sección de la
Biblia —desde Hechos hasta Apocalipsis— aborda el tema del Espíritu
divino que ahora está en nuestro espíritu para ser un solo espíritu (1 Co.
6:17). El contenido de esta sección de la Palabra es la vida que llevan
estos dos espíritus. En estos dos espíritus, Dios se mueve en el hombre y
el hombre se mueve en Dios. Por tanto, al reunirse como grupo vital,
ustedes deben volverse a su espíritu, permanecer en el espíritu y
ejercitar el espíritu.

No se reúnan en sus grupos vitales para hablar de manera natural, aun


cuando sea realizado de manera íntima. Esto aniquila tales grupos. Más
bien, ejerciten su espíritu para alabar a Dios o para cantar algunas
estrofas o algunas líneas de un himno. Esta clase de alabanza y cánticos
despierta los espíritus de aquellos que están en el grupo vital. Luego,
todos continuarán orando.

La segunda cosa que debemos hacer en el grupo vital es tener


comunión. Después de orar, debemos tener comunión, quizás sobre
asuntos relacionados con nuestra vida familiar o con algún problema de
los santos, pero debemos tener comunión en nuestro espíritu al ejercitar
nuestro espíritu. Al hablar sobre un santo que está enfermo no debemos
hacerlo con palabras ordinarias, sino con palabras que proceden del
Espíritu vivificante y todo-inclusivo. Al hablar, procure introducir al grupo
en los dos espíritus. Ello tendrá gran efecto en el grupo y ayudará a
establecer las bases para que el grupo vital se mueva en los dos
espíritus. Más aún, al visitar a los demás, al estar en su hogar, en el
hogar de otros o en el salón de reuniones, ejercite su espíritu.

El mover del Dios Triuno hoy se halla completamente en los dos


espíritus, esto es, en Sí mismo como Espíritu consumado que mora en
nuestro espíritu regenerado. Estos dos espíritus —el Espíritu divino y el
espíritu humano— han llegado a ser un solo espíritu. Ser un cristiano
simplemente significa atender a estos dos espíritus con miras al mover
de Dios. Aprenda a vivir la vida cristiana de esta manera. No procure
aprender tantas enseñanzas; más bien, procure estudiar y leer la Biblia a
fin de nutrirse y despertar su espíritu de modo que pueda ejercitar su
espíritu para tener contacto con el Espíritu divino en su espíritu.

Aprendan a tocar al Espíritu divino que está en su espíritu. En esto


consiste la vida cristiana, y en esto también debe consistir la obra
cristiana. En esto consiste el mover de Dios en el hombre y el mover del
hombre en Dios a fin de que se cumpla la economía de Dios, el plan de
Dios respecto a Cristo con Su Cuerpo. Para ello estamos aquí en la tierra,
y para ello debemos vivir por los dos espíritus, seguir a los dos espíritus
y hacerlo todo conforme a los dos espíritus.

ESTUDIO-VIDA DE JOB
MENSAJE VEINTINUEVE
DIOS SE APARECE A JOB
TRAYÉNDOLE REVELACIONES DIVINAS
Lectura bíblica: Job 38—41
Los capítulos del 38 al 41, los cuales consideraremos en este mensaje,
relatan que Dios se aparece a Job trayéndole revelaciones divinas.

I. DIOS SE APARECE A JOB


En 38:1-3 y 40:1-14 vemos que Dios se aparece a Job.

A. Jehová responde a Job desde el torbellino


Job 38:1 y 40:6 dicen que: “Jehová respondió a Job desde el torbellino”.
Este torbellino inspiraba gran temor; no era ninguna expresión de gracia.
Lo que aquí vemos ciertamente no corresponde con alguien que viene al
trono de la gracia para recibir misericordia y hallar gracia para el
oportuno socorro.

B. Jehová encarga a Job que ciña


como hombre valiente sus lomos
Jehová encargó a Job que ciñera como hombre valiente sus lomos para
que respondiera las preguntas de Dios (38:3; 40:7). Ciertamente, tal
encargo no era nada placentero.

C. Jehová interroga a Job


1. Le pregunta acerca de quién es éste que oscurece
el consejo con palabras sin conocimiento
Al interrogar a Job, Jehová primero preguntó: “¿Quién es éste que
oscurece el consejo / con palabras sin conocimiento?” (38:2). ¿Les
gustaría que alguien les hable así? Esta clase de pregunta no es ni
placentera ni apacible; más bien, es amenazante. A la postre, Job tendría
que admitir que era él quien oscurecía el consejo al hablar tonterías,
palabras carentes de revelación.

2. Le pregunta si ha de contender
con el Todopoderoso el que censura
En 40:2 Jehová le dijo a Job: “¿Ha de contender con el Todopoderoso el
que censura? / El que discute con Dios responda a esto”. La pregunta
que aquí plantea Jehová indica que Él consideraba a Job como alguien
que censura, alguien que contiende con el Todopoderoso. Job había
estado discutiendo con Dios e incluso lo había estado condenando. Job
no podía negar que era precisamente esto lo que él estaba haciendo.

¿Quisiera usted que Dios se le apareciese como el Todopoderoso? Yo


prefería que en lugar de venir a mí como el Todopoderoso, Él viniera a mí
como Aquel que está lleno de misericordia y benevolencia amorosa.

3. Le pregunta si anularía
el juicio de Dios
En 40:8 Jehová le hizo más preguntas a Job: “¿Acaso anularás tú también
Mi juicio? / ¿Me condenarás a Mí para que tú quedes justificado?”. Job
había condenado a sus amigos por hablar tanto acerca del juicio de Dios,
pero aquí Dios vindica Su juicio. Si no existiera el juicio divino, el mundo
estaría sumido en un estado de anarquía.

En mensajes anteriores enfatizamos el hecho de que Dios no aplica Su


trato a Su pueblo a fin de juzgarlos o castigarlos; sin embargo, esto no
significa que Dios no vaya a ejercer juicio sobre nosotros. Con respecto a
este asunto del juicio, no debiéramos ser descuidados; más bien,
debemos saber distinguir entre el gobierno de Dios con Su juicio y el
trato que Dios aplica a Su pueblo. Con frecuencia, los tratos de Dios se
relacionan con el juicio gubernamental de Dios. Dios no permite que
nadie anule Su juicio.

4. Le pregunta si él tiene un brazo


como el de Dios
Finalmente, Jehová le preguntó a Job si tenía un brazo como el de Dios y
si truena con voz como la de Dios (v. 9).
El libro de Job es un libro de argumentos. Al leer este libro debemos
aprender de Job, de sus tres amigos y de Eliú, a permanecer en silencio
y dejar que Dios sea el único que hable.

D. Job responde a Jehová


Job respondió a Jehová diciendo: “He aquí que yo soy indigno; ¿qué te
responderé? / Mi mano pongo sobre mi boca. / Una vez he hablado, y no
responderé; / aun dos veces, mas no añadiré nada” (40:4-5). Estas
palabras indican que Job había sido adiestrado, disciplinado, por Dios a
restringirse en su hablar.

Muchos de los problemas en la vida matrimonial surgen a raíz de


nuestras palabras. Si los esposos y las esposas no argumentaran ni
discutieran entre sí, no habría divorcios ni separaciones. Gran parte de lo
que se dice procede de la carne. Si aplicamos la cruz a nuestra carne,
ello hará que dejemos de hablar de esa manera.

E. Jehová encarga a Job


a adornarse de majestad y de excelencia
y a vestirse de honra y de esplendor
Mucho de lo que se dice en este libro es ambiguo. Ello no solamente
sucede con lo dicho por Job, sus amigos y Eliú, sino que, en cierto grado,
esto también sucede con lo que Jehová dice en 40:10-14. Aquí Jehová
encargó a Job a adornarse de majestad y de excelencia y a vestirse de
honra y de esplendor (v. 10); más aún, Dios encargó a Job a derramar los
torrentes de su ira, a mirar a todo altivo para abatirlo y mirar a todo
soberbio para humillarlo, a fin de encubrirlos juntos en el polvo y
encerrar sus rostros en el lugar oculto.

F. Jehová le dice a Job


que Él también lo alabaría
Entonces Jehová le dijo a Job que Él también lo alabaría, porque su
propia mano derecha lo podía salvar (v. 14).

II. TRAYÉNDOLE REVELACIONES DIVINAS


En 38:4—39:30 y 40:15—41:34 constan las revelaciones divinas con las
cuales Dios se apareció a Job.

A. Con respecto al universo


En Job 38:4-38 consta la revelación divina con respecto al universo, que
incluye asuntos relacionados con la astronomía y la geografía. Al
impartirle esta revelación, Jehová le planteó a Job una serie de
preguntas. Por ejemplo, le preguntó: “¿Dónde estabas tú cuando Yo eché
los cimientos de la tierra? / Dímelo, si tienes entendimiento. / ¿Quién
ordenó sus medidas, si lo sabes? / ¿O quién extendió sobre ella cuerda
de medir? / ¿Sobre qué se asentaron sus bases, / o quién puso su piedra
angular, / cuando cantaban juntas las estrellas de la mañana / y daban
gritos de júbilo todos los hijos de Dios?” (vs. 4-7).

B. Con respecto a los animales


En 38:39—39:30 y en 40:15—41:34 consta la revelación divina con
respecto a los animales.

C. No se revela nada respecto


al propósito que Dios tenía al tratar con Job
En las revelaciones divinas que Job recibió, no fue revelado nada
respecto al propósito que Dios tenía al tratar con Job; por tanto, no
encontramos en este libro el conocimiento adecuado sobre este asunto.
La revelación respecto al propósito de Dios en el trato que aplicó a Job
debía esperar a que Cristo viniera y a que el apóstol Pablo surgiera.

ESTUDIO-VIDA DE JOB
MENSAJE TREINTA
EL RESULTADO FINAL,
BAJO LA CONSUMACIÓN DE DIOS,
DE LA REVELACIÓN DIVINA PROGRESIVA
EN LA NARRACIÓN DE LA HISTORIA DE JOB
Lectura bíblica: Job 42
En este mensaje consideraremos el capítulo 42 del libro de Job. Este
capítulo revela el resultado final, bajo la consumación de Dios, de la
revelación divina progresiva en la narración de la historia de Job.

I. JOB GANA A DIOS EN SU EXPERIENCIA PERSONAL


Y SE ABORRECE A SÍ MISMO
“De oídas había oído de Ti, / mas ahora mis ojos te han visto; / Por tanto
me aborrezco, y me arrepiento / en polvo y ceniza” (vs. 5-6). Esto indica
que Job ganó a Dios en su experiencia personal (además del
conocimiento que poseía de Dios en su vano conocimiento por la
tradición) y que se aborreció a sí mismo.

Ver a Dios equivale a ganar a Dios (Mt. 5:8). Ganar a Dios es recibir a
Dios en Su elemento, Su vida y Su naturaleza. Finalmente, esto no
solamente hará que seamos uno con Dios, sino que incluso hará que
formemos parte de Dios. Prefiero no usar la expresión uno con para
describir nuestra relación con Dios, pues formar parte de Dios, es decir,
que Dios mismo en Su vida y naturaleza llegue a ser nuestro elemento
constitutivo, es mucho más que simplemente ser uno con Dios. Vemos a
Dios a fin de que Él llegue a ser nuestro elemento constitutivo, mas no
somos partícipes de la Deidad.

Todos aquellos a quienes Dios redimió, regeneró, santificó, transformó,


conformó y glorificó verán el rostro de Dios (Ap. 22:4). Ver a Dios nos
transforma (2 Co. 3:18), porque al verle recibimos Su elemento en
nuestro ser. Al recibir a Dios, un nuevo elemento es añadido a nuestro
ser, y nuestro viejo elemento es desechado. Este proceso metabólico es
la transformación. Ver a Dios es ser transformado a la gloriosa imagen
de Dios. Esto hace que formemos parte de Dios a fin de que expresemos
a Dios en Su vida y le representemos en Su autoridad.

Job no solamente dijo que vio a Dios, sino también que se aborreció a sí
mismo. Conforme a nuestra experiencia, cuanto más veamos a Dios y le
amemos, más nos aborreceremos a nosotros mismos. Cuanto más le
conozcamos, más nos negaremos a nosotros mismos.

II. DIOS CONDENA A LOS TRES AMIGOS DE JOB


POR NO HABER HABLADO
LO RECTO CON RESPECTO A ÉL,
TAL COMO LO HIZO SU SIERVO JOB
Job 42:7 nos dice que Dios condenó a los tres amigos de Job por no
haber hablado lo recto con respecto a Él, tal como lo hizo Su siervo Job.
Job estaba en lo cierto al afirmar que sus sufrimientos no representaban
el juicio de Dios. A Job le parecía que, según su propia conciencia, él no
había hecho nada para merecer ser juzgado o castigado por Dios; no
obstante, él sufría y deseaba indagar con respecto a su situación delante
de Dios. Pero los tres amigos de Job insistían en que los sufrimientos de
Job eran prueba de que él había hecho algo errado y que era objeto del
juicio de Dios. Por tanto, Dios intervino a fin de condenar a los tres
amigos y, hasta cierto grado, vindicar a Job.

A. Los tres amigos de Job no estaban en lo cierto


con respecto al propósito
que Dios tiene al tratar con Su pueblo
Los tres amigos de Job no estaban en lo cierto con respecto al propósito
que Dios tenía al tratar con Su pueblo, debido a que su concepto estaba
basado en el principio del bien y del mal, que corresponde al árbol del
conocimiento del bien y del mal, una línea secundaria hallada al lado del
árbol de la vida como línea principal.
B. Job estaba en lo cierto porque,
en términos generales, su concepto
no estaba basado en el principio del bien y del mal
Job estaba en lo cierto pues, en términos generales, su concepto no
estaba basado en el principio del bien y del mal. No obstante, andaba a
tientas en relación con el propósito que Dios tiene al tratar con Su
pueblo. Por el lado negativo, él estaba en lo cierto; por el lado positivo,
carecía de la revelación divina, pues desconocía que el propósito de Dios
al tratar con Su pueblo es que éstos ganen más de Él, participen de Él, le
posean y, antes que a cualquier otra cosa, le disfruten a Él mismo cada
vez más, al grado de llevar tal disfrute a su plenitud, como la revelación
divina devela finalmente en el Nuevo Testamento, para que el pueblo de
Dios finalmente llegue a ser la Nueva Jerusalén. La Nueva Jerusalén es el
agrandamiento de Dios. Todos nosotros llegaremos a formar parte de la
Nueva Jerusalén.

C. Dios no le revela a Job claramente


cuál era Su propósito al tratar con Su pueblo
Dios, en Su revelación progresiva, no le reveló a Job claramente cuál era
Su propósito al tratar con Su pueblo. No obstante, Dios sí le reveló esto
claramente a los creyentes en el Nuevo Testamento.

III. DIOS NO LE PRESTA ATENCIÓN A ELIÚ


Al responderle a Job, Dios no le prestó atención a Eliú porque su
concepto estaba por debajo del estándar supremo de Dios, aunque no
estaba errado. Eliú, un joven, pensaba ser alguien, pero en realidad no
era nadie.

IV. DIOS ENCARGA A LOS TRES AMIGOS DE JOB


A IR A JOB Y OFRECER HOLOCAUSTOS
EN BENEFICIO DE SÍ MISMOS
Dios encargó a los tres amigos de Job a ir a Job y ofrecer holocaustos en
beneficio de sí mismos para que Job, el siervo de Dios, pudiese orar por
ellos (vs. 8-9). Este encargo se conformaba al nivel y estándar de
aquellos tiempos. Los tres amigos de Job hicieron tal como Jehová les
dijo, y Jehová aceptó a Job.

V. JOB ORA POR SUS AMIGOS,


Y DIOS RESTAURA A JOB DE SU CAUTIVIDAD
Job oró por sus amigos, y Dios restauró a Job de su cautividad
aumentándole el doble de todo lo que antes poseía (vs. 10-17). Todos
sus parientes y conocidos vinieron a él, comieron pan con él en su casa,
se condolieron de él, lo consolaron por toda la desgracia que le había
sobrevenido y le trajeron algunos regalos. Job había estado en
cautividad, pues Satanás lo tenía cautivo al haber trastornado su
condición normal. Dios restauró a Job de su cautividad y lo bendijo con
bendiciones materiales.

VI. TODAS LAS BENDICIONES MATERIALES


CON LAS CUALES DIOS BENDICE A JOB
TIENEN COMO PROPÓSITO MOSTRARLE,
DURANTE SUS ÚLTIMOS DÍAS,
LA BENEVOLENCIA AMOROSA Y FIDELIDAD DE DIOS
Todas las bendiciones materiales con las cuales Dios bendijo a Job tenían
como propósito mostrarle, durante sus últimos días, la benevolencia
amorosa y fidelidad de Dios. Esto indica Dios es perfecto y bondadoso en
el trato que aplica a los que le aman. Incluso en la actualidad, después
que Dios trata con nosotros despojándonos y consumiéndonos, una vez
que Su propósito ha sido cumplido, Él nos concede Sus bendiciones
materiales. Sin embargo, el propósito de Dios en el trato que aplica a Su
pueblo no es concederles bendiciones materiales, sino darse Él mismo a
ellos como su porción eterna, cuya consumación final es la Nueva
Jerusalén (Ap. 21—22).

VII. JACOBO CONSIDERA A JOB


COMO EJEMPLO DE SUFRIMIENTO
Y PERSEVERANCIA
“Hermanos, tomad como ejemplo de sufrimiento y de longanimidad a los
profetas que hablaron en nombre del Señor. He aquí, tenemos por
bienaventurados a los que perseveraron. Habéis oído de la
perseverancia de Job, y habéis visto el fin que le dio el Señor, que el
Señor es muy tierno y compasivo” (Jac. 5:10-11). Aquí vemos que Jacobo
consideraba a Job un ejemplo de sufrimiento y perseverancia.

ESTUDIO-VIDA DE JOB
MENSAJE TREINTA Y UNO
LA INTENCIÓN DE DIOS AL APARECÉRSELE A JOB
Lectura bíblica: Job 38:1-7; 40:1-14; 42:1-6
En este mensaje quisiera dar una palabra adicional con respecto a la intención de
Dios al aparecérsele a Job.

PONER A JOB AL DESCUBIERTO


La intención de Dios al aparecérsele a Job era ponerlo al descubierto, mostrarle
que en realidad él era nada. Al aparecérsele, Dios también dio a entender que
quería ayudar a Job a percatarse de que se encontraba en el ámbito equivocado.
Cuando Dios le hizo a Job tantas preguntas acerca del universo (38:4-38) y acerca
de los animales (38:39—39:30), Su intención era hacerle ver que él —una persona
inmersa en sí misma— consideraba asuntos relacionados con el universo y con Dios
mismo que excedían a su capacidad. Así pues, Dios le hizo preguntas a Job una y
otra vez a fin de hacerle guardar silencio. Tal parecía que Dios estaba diciendo:
“Job, estoy haciendo algo que tú desconoces. Me he propuesto darte algo que no
está en tu propio ámbito, sino que pertenece a otra esfera”.

En 40:10 Dios le dijo a Job: “Adórnate ahora de majestad y de excelencia, / y


vístete de honra y de esplendor”. En realidad, Dios le estaba preguntando a Job
acerca de su majestad y excelencia, su honor y esplendor, con la intención de que
Job se percatase de que no tenía majestad, excelencia, honor ni esplendor alguno.
En los versículos 12 y 13, Dios prosigue diciéndole a Job: “Mira a todo soberbio y
humíllalo, / y pisotea a los malvados donde están. / Encúbrelos juntos en el
polvo, / encierra sus rostros en el lugar oculto”. Aquí, Dios le estaba diciendo a Job
que debía examinarse a sí mismo y ver que era orgulloso, aunque no tenía razón
para enorgullecerse; más aún, Dios le indicaba a Job que él debía humillarse, que
debía esconderse en el polvo e, incluso, debía ser enterrado allí.

JOB ESTABA EN UNA ETAPA INCIPIENTE


DE LA REVELACIÓN DIVINA
Job estaba en una etapa incipiente de la revelación divina. Muchas de las cosas que
Dios se había propuesto realizar en Su mover, las cuales comenzaron a realizarse
mediante la encarnación, eran cosas acerca de las cuales Job no sabía nada. Dios
guardaba muchas cosas en Sí mismo, pero no podía revelarle a Job ninguna de
ellas. Dios no podía hablarle a Job acerca de estas cosas.

Las palabras dichas por el Señor Jesús a Nicodemo con respecto a la regeneración
también pueden ser aplicadas a la situación de Job: “Si os he dicho las cosas que
están en la tierra, y no creéis, ¿cómo creeréis si os digo las que están en el cielo?”
(Jn. 3:12). Tal como Juan 16:12 y 13 nos lo revela, el propio Señor Jesús estaba
limitado en lo que podía comunicar a Sus discípulos: “Aún tengo muchas cosas que
deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. Pero cuando venga el Espíritu de
realidad, Él os guiará a toda la realidad; porque no hablará por Su propia cuenta,
sino que hablará todo lo que oye, y os hará saber las cosas que habrán de venir”.
Muchas de estas cosas le fueron reveladas al apóstol Pablo. Hoy en día, siguiendo el
ejemplo de Pablo, hablamos de asuntos tales como la economía de Dios, la
impartición divina y el Espíritu todo-inclusivo como consumación del Dios Triuno
procesado y consumado. Sin embargo, muchos de los cristianos de hoy no
entienden estos asuntos e incluso los consideran tonterías.

Desde la encarnación hasta la consumación de la Nueva Jerusalén, el mover de


Dios incluye muchos asuntos espirituales, entre los cuales se encuentran: la
regeneración, la renovación, la santificación, la transformación, la glorificación y la
transfiguración. Debido a que Job estaba en una etapa incipiente de la revelación
divina, él no podía entender todos estos asuntos.

DIOS DESEA CONDUCIR A JOB A OTRA ESFERA


Job estaba en la esfera de edificar algo que estaba equivocado. Él buscaba edificar
su propia perfección, rectitud e integridad. Él pensaba que estaba absolutamente
correcto. Él se enorgullecía de lo que había edificado, y confiaba y se glorificaba en
ello. Esa era la vestidura con la cual él cubría todo su ser, y la corona que era su
gloria.

En realidad, Job estaba equivocado. En Su economía eterna, Dios no desea edificar


estas cosas. Por el contrario, Él considera que estas cosas son un impedimento y se
ha propuesto despojarnos de ellas, consumiéndolas poco a poco. Una vez que
hayamos sido despojados de todo ello, veremos a Dios, y Él nos atraerá a fin de que
le recibamos. Entonces, poseeremos la naturaleza de Dios, Su vida, Su elemento, Su
esencia e, incluso, Su propio ser. Esto hará que en nuestro interior se produzca un
cambio metabólico mediante el cual seremos transformados de nuestra forma
humana actual a otra forma, la forma de un ser divino. Como resultado de esta
transformación, usted llegará a ser una persona que refleje a Dios, es decir, que
exprese a Dios y le imparta a los demás.

Ésta era la intención de Dios con Job, y ésta es Su intención con nosotros hoy. Es
posible que hoy usted y Dios se encuentren en dos diferentes esferas. Pero Dios
desea transferirlo de su esfera actual a la esfera de Dios, no solamente haciendo
que usted sea uno con Él, sino incluso haciendo que usted forme parte de Él.

Supongamos que alguien hubiese intentado hablarle a Job de estas cosas. Si


alguien hubiese hecho esto, probablemente Job le hubiese respondido diciendo:
“¿De qué estás hablando? He aprendido mucho acerca de Dios de mis antepasados
y he hecho caso a aquello que he aprendido. Pero tú dices que estoy en la esfera
equivocada y que Dios se ha propuesto edificar algo de Sí mismo en mi ser. Tú me
hablas de encarnación, regeneración y transformación, pero yo no tengo la menor
idea de lo que estas cosas significan”. Job simplemente no tenía la capacidad para
recibir tal revelación. Tales términos no existían en su diccionario espiritual.

En principio, muchos cristianos en la actualidad atraviesan por la misma situación.


La revelación divina ya ha sido dada, está escrita y ha sido debidamente
interpretada; no obstante, muchos creyentes no entienden la economía de Dios ni
la impartición divina conforme a la economía divina. Ellos piensan que ser un
cristiano consiste simplemente en creer que Jesucristo, el Hijo de Dios, es nuestro
Salvador, quien derramó Su sangre por nuestros pecados y nos salvó mediante Su
muerte; que el Espíritu Santo ahora está con nosotros a fin de ayudarnos a
portarnos bien y hacer el bien de tal manera que Dios sea glorificado; y que,
finalmente, llegará el día en que moriremos e iremos al cielo. Quienes tienen tales
conceptos con respecto a la vida cristiana tal vez no se hayan percatado de que ser
un cristiano también implica la santificación, la transformación, la conformación,
la impartición divina de la economía divina y la Nueva Jerusalén como
agrandamiento del Dios Triuno procesado y consumado. Si ustedes desean enseñar
a otros acerca de estas cosas, tienen que hacerlo de manera gradual, comenzando
con los asuntos más elementales.

LA ESFERA DE LA VIEJA CREACIÓN


Y LA ESFERA DE LA NUEVA CREACIÓN
Todos debemos darnos cuenta de que en la actualidad existen dos diferentes
esferas: la esfera de la vieja creación y la esfera de la nueva creación. La esfera de la
vieja creación es la esfera de las cosas naturales, y la esfera de la nueva creación es
la esfera de las cosas divinas. Nosotros nacimos en la vieja creación, en la esfera
natural, pero Dios desea que seamos divinos. Para ello, es necesario que ocurra un
gran traslado: debemos ser trasladados de Adán a Cristo. El primer aspecto de este
traslado es la regeneración. Es indispensable que seamos regenerados, después de
lo cual tenemos que ser renovados. A medida que somos renovados, ciertos
aspectos de nuestra persona serán “desprendidos a manera de capas” y serán
sustituidos por un nuevo elemento que hará que seamos transformados hasta que,
finalmente, seamos conformados a la imagen de Cristo, el Hijo primogénito de Dios
(Ro. 8:29).

Además, debemos aprender a hablar a los demás sobre las cosas espirituales en la
nueva creación. Por ejemplo, supongamos que usted le habla a un creyente acerca
de ser transformado a la imagen de Cristo, el Hijo primogénito de Dios. Tal
creyente probablemente le diga: “He escuchado sobre el Hijo unigénito de Dios,
pero no sobre el Hijo primogénito de Dios. ¿Quién es el Hijo primogénito de
Dios?”. Me temo que ustedes no sepan cómo explicar estas cosas.

Si usted ha de enseñar a otros acerca de estas cosas, es necesario decirles que


cuando Dios se encarnó, Él introdujo la divinidad en la humanidad y después nació
en la humanidad para ser el Dios-hombre. Si bien el Hijo unigénito de Dios poseía
divinidad, mas no humanidad, el Dios-hombre Jesús poseía una parte de Su ser —
Su humanidad— que todavía no había sido hecha divina. A fin de que esto
ocurriera, Él tenía que morir en la cruz y después ser resucitado. En resurrección Él
fue engendrado, nació, como el Hijo primogénito de Dios en Su humanidad (Hch.
13:33; Ro. 1:3-4). De esta manera, Su humanidad fue deificada. También podemos
decir que Su humanidad fue “hijificada”, es decir, Él llegó a ser el Hijo de Dios no
sólo en Su divinidad, sino también en Su humanidad.

LOS CREYENTES HOY VIVEN


EN UN PERÍODO DE TIEMPO POSTERIOR
A LA COMPLECIÓN DE LA REVELACIÓN DIVINA
Con respecto a los tiempos, estamos en una posición mucho mejor que la de Job;
cuanto más avanzados sean los tiempos, en mejor posición nos encontramos. Si
hubiésemos estado allí con Noé, probablemente hubiésemos percibido aun menos
cosas que Job. Pero, después del diluvio, Dios continuó avanzando. Él avanzó de
Noé a Abraham. Creemos que Job vivió en tiempos de Abraham, así que la
bendición que alcanzó Job tuvo un nivel comparable a la bendición recibida por
Abraham.

Hoy en día ya hemos recibido toda bendición (Ef. 1:3). La progresión de la


revelación divina ha sido perfeccionada y completada por Pablo mediante sus
escritos, especialmente los cuatro libros de Gálatas, Efesios, Filipenses y
Colosenses. En Colosenses 1:25 Pablo dejó bien en claro que él había recibido una
comisión por parte de Dios de completar la revelación de la palabra de Dios,
especialmente referente al misterio en la economía de Dios. Este misterio trata
sobre Cristo y Su Cuerpo, y tiene como punto principal que Cristo está en Su
Cuerpo como esperanza de gloria (vs. 26-27). Ahora, lo único que puede ser
desarrollado es nuestra esperanza. La revelación ha sido completada y no tendrá
mayor desarrollo. Hoy en día lo tenemos todo.

Tenemos que sentir gran aprecio por las Epístolas. En Hechos vemos el mover de
Dios como Aquel que ha alcanzado Su consumación en Sus santos transformados.
Sin embargo, tal mover no está tan claramente definido, explicado y desarrollado
como en las catorce epístolas de Pablo. Las epístolas de Pablo fueron dispuestas
como las primeras de todas las Epístolas. Luego, la última parte, la parte
consumada, fue escrita por Juan. Debemos estudiar las catorce epístolas de Pablo,
las tres epístolas de Juan y el libro de Apocalipsis. Fue por medio de estos dos
apóstoles que la revelación divina fue plenamente completada.

¡Agradecemos al Señor por tener Su palabra, la palabra completada, en nuestras


manos! Estoy muy agradecido al Señor porque a lo largo de los años me ha
resguardado del mundo a fin de que pudiese dedicar todo mi tiempo al estudio de
la Palabra, pero principalmente las catorce epístolas de Pablo, las tres epístolas de
Juan y Apocalipsis. ¡Que bendición!

EL PUEBLO ESCOGIDO DE DIOS


DEBE APREHENDER Y EXPERIMENTAR A CRISTO
A FIN DE QUE EL CUERPO DE CRISTO
ALCANCE SU CONSUMACIÓN
Y LA NOVIA SEA PREPARADA
Sólo aquella parte de la revelación divina hallada en las epístolas de Pablo y de
Juan y en el libro de Apocalipsis llevará la economía de Dios a su consumación a fin
de que el pueblo escogido de Dios aprehenda a Cristo y lo experimente plenamente.
Quizás no sea la mayoría, sino una minoría, un grupo pequeño, quienes
aprehenderán a Cristo a tal medida. Luego, el Cuerpo de Cristo alcanzará su
consumación y la novia será preparada. Entonces habrá llegado el tiempo propicio
para que Cristo regrese como el Novio universal. Sin embargo, esto ahora sería
imposible. Si consideramos la situación hoy en día, veremos que nada está listo
para el regreso de Cristo.
LEVANTARNOS PARA SER LOS VENCEDORES
AL ATENDER A LOS DOS ESPÍRITUS
Creo que el Señor desea que nos levantemos, que despertemos. Oro que el Señor
nos cargue a todos nosotros para que, en estos últimos días, avancemos de una
manera particular a fin de que experimentemos a Cristo según le hayamos visto con
miras a que verdaderamente seamos las partes constituyentes del Cuerpo de Cristo.

Debemos tener la firme convicción de que hoy Dios está haciendo algo en Su
recobro. La propagación de Su recobro en Rusia ha llegado a ser motivo de mucho
aliento para mí; es un nuevo comienzo, una nueva escena. Creo que el Señor hará lo
mismo en los Estados Unidos y en toda Europa, pues estas naciones están pobladas
por los descendientes de Jafet, uno de los hijos de Noé. La Biblia indica que Dios
logrará Su consumación, en principio, mediante el mover de Dios entre los
descendientes de Jafet (Gn. 9:26-27).

Ahora que hemos visto tal visión, cada uno de nosotros debe levantarse para ser un
vencedor al atender a los dos espíritus: el Espíritu vivificante y todo-inclusivo, y
nuestro espíritu humano regenerado. Dios mismo ha sido consumado, y Él también
nos ha consumado. Todo lo que se necesita ahora es la aplicación, que es
simplemente el Espíritu consumado. Si atendemos a dicho Espíritu en nuestro
espíritu, lograremos tal objetivo.

ESTUDIO-VIDA DE JOB
MENSAJE TREINTA Y DOS
LA REVELACIÓN DIVINA COMPLETADA
QUE SE HALLA EN TODA LA ESCRITURA
CON RESPECTO A LA RELACIÓN
DE DIOS CON EL HOMBRE
(1)
Lectura bíblica: Gn. 1:26-27; 2:9-12
Debemos ver la revelación divina completada que se halla en toda la
Escritura con respecto a la relación de Dios con el hombre. Ver esta
revelación nos ayudará a entender el libro de Job. En este mensaje
abarcaremos las primeras tres secciones de esta revelación.

I. DESDE LA CREACIÓN DEL HOMBRE


HASTA EL LLAMAMIENTO DE ABRAHAM
La relación de Dios con el hombre hallada en las Escrituras incluye la
dispensación, el período de tiempo, anterior a la ley, parte del cual es el
tiempo que va desde la creación del hombre hasta el llamamiento de
Abraham.
A. Dios crea al hombre y desea
que éste le tome como vida
Dios creó al hombre y deseaba que éste le tomase como vida a fin de
que el hombre pudiese expresar a Dios, fuese transformado en
materiales preciosos para Su edificio y fuese edificado con otros para
constituir Su complemento que le correspondiera (Gn. 1:26-27; 2:9-12,
18-24). Dios tomó una costilla de Adán con la cual edificó a una mujer
para que ella fuese el complemento de Adán que le correspondiera. Ésta
es la tipología que nos muestra cómo Dios en Cristo es el Esposo, el cual
necesita un complemento, alguien que le corresponda. Por tanto, al
cumplirse este tipo, algo salió de Cristo —la vida divina— para
convertirse en la iglesia, la cual es la novia que sirve de complemento a
Cristo.

B. Después que el hombre cae,


Dios le promete al hombre caído
que Cristo vendría como simiente de la mujer
Después que el hombre cayó, Dios le prometió al hombre caído que
Cristo vendría como simiente de la mujer a fin de destruir a la
“serpiente”, Satanás, en beneficio del hombre y para redimir y justificar
al hombre con la sangre derramada y las túnicas de pieles del sacrificio,
todo lo cual tipifica a Cristo (3:8-9, 15, 21). Todas estas cosas forman
parte de la relación de Dios con nosotros.

C. Dios toma en consideración al hombre


y se complace en él en virtud del holocausto
Génesis 4:4 y 8:20-22 hablan del holocausto, un tipo de Cristo. Dios
tomó en consideración al hombre, es decir, lo tuvo en cuenta, y se
complació en él, no por algo que el hombre pudiese hacer, sino en virtud
del holocausto. Por eso Abel vino a ofrecer holocausto a Dios, y Dios
miró con agrado a Abel y a su ofrenda.

D. Dios juzga al mundo corrupto con el diluvio


y salva a Noé y su familia
Dios juzgó al mundo corrupto con el diluvio y salvó a Noé y su familia
por medio del arca (6:11-20). El arca es otro tipo de Cristo.

E. Dios juzga al hombre rebelde en Babel


En el tiempo entre la creación efectuada por Dios y el llamamiento de
Abraham, Dios también juzgó al hombre rebelde en Babel, la antigua
Babilonia (11:4-9).
II. DESDE EL LLAMAMIENTO DE ABRAHAM
HASTA LA PROMULGACIÓN DE LA LEY
POR MEDIO DE MOISÉS
La segunda dispensación abarca el período de tiempo desde el
llamamiento de Abraham hasta la promulgación de la ley por medio de
Moisés. El aspecto más importante de esta dispensación fue la promesa
que Dios le hizo a Abraham. Por este motivo, los maestros de la Biblia
llaman a esta dispensación: la dispensación de la promesa.

A. Dios toma en consideración al hombre


en virtud del holocausto
Puesto que esta dispensación daba continuación a la dispensación
anterior, Dios nuevamente tomó en consideración al hombre en virtud
del holocausto (12:7; 13:18; 22:13; 31:54; Job 1:5).

B. Dios le promete a Abraham


que en su descendencia serían bendecidas
todas las naciones de la tierra
Además, Dios le prometió a Abraham que en su descendencia, el Cristo
venidero, todas las naciones de la tierra, incluyéndonos a nosotros,
serían bendecidas (Gn. 22:18; Gá. 3:8, 16). A la postre, esta promesa fue
cumplida de forma completa, tal como lo revela Gálatas 3.

III. DESDE LA PROMULGACIÓN DE LA LEY


POR MEDIO DE MOISÉS
HASTA LA PRIMERA VENIDA DE CRISTO
La tercera dispensación es el período de tiempo desde la promulgación
de la ley por medio de Moisés hasta la primera venida de Cristo. A esto
se le llama la dispensación de la ley.

A. Dios promulga la ley


a fin de poner al descubierto
la incapacidad del pueblo de Israel
para cumplir dicha ley
Debido a la ceguera y obstinación del pueblo de Israel, Dios promulgó la ley por
medio de Moisés (Éx. 19:8, 16—20:21) a fin de poner al descubierto la incapacidad
del pueblo de Israel para cumplir Su ley (Ro. 3:20b; 5:20a; 7:7). Dios le hizo una
promesa a Abraham, pero los descendientes de Abraham no se conocían a sí
mismos, pues ellos se consideraban capaces de cumplir con todo aquello que Dios
les exigiera. La ley fue dada para ponerlos a prueba, para demostrarles que no eran
aptos para cumplir la ley ni tenían la capacidad necesaria para ello.
B. Dios le concede al pueblo de Israel
el tabernáculo con el sacerdocio
y toda clase de ofrendas
Dios no solamente le dio al pueblo de Israel la ley, sino también el tabernáculo con
el sacerdocio y toda clase de ofrendas mediante las cuales ellos podían adorarle,
servirle, contactarle y ser partícipes de Él como su disfrute (Éx. 25—Lv. 27). El
tabernáculo, el sacerdocio y las ofrendas tipifican a Cristo. Cristo es el tabernáculo,
nuestro sacerdocio y nuestras ofrendas. Por medio de Él adoramos a Dios, servimos
a Dios, contactamos a Dios y somos partícipes de Dios mismo como nuestro
disfrute.

C. Dios le promete al pueblo de Israel que,


por medio de ellos,
Él se encarnaría para ser su Cristo
En esta dispensación Dios le prometió al pueblo de Israel que, por medio de ellos,
Él se encarnaría para ser su Cristo (Is. 7:14; 9:6-7).

D. Dios le promete al pueblo de Israel


que Cristo vendría a ellos para ser su todo
Más aún, Dios le prometió al pueblo de Israel que Cristo vendría a ellos para ser su
todo y ser la centralidad y universalidad de la economía de Dios a fin de avivarlos y
restaurar el universo (Mi. 5:2-6; Sal. 2:6-7; Mal. 3:1; 4:2; Os. 6:2; Is. 2:2-4; 11:6-10;
65:17-25).

E. Dios le promete al pueblo de Israel


que Él derramaría Su Espíritu sobre toda carne
Como otro componente de Su relación con el hombre, Dios le prometió al pueblo de
Israel que Él derramaría Su Espíritu sobre toda carne (Jl. 2:28-29, 32a). Esto
tendría como fin producir el pueblo escogido de Dios en Su economía
neotestamentaria: la iglesia.

F. Dios le promete al pueblo de Israel


que Él haría pacto con ellos
a fin de forjarse en ellos
Finalmente, Dios le prometió al pueblo de Israel que Él haría pacto con ellos a fin
de forjarse en ellos como su vida, la ley de vida en ellos y el todo para ellos (Jer.
31:31-34).

Job y sus amigos probablemente vivieron en tiempos de Abraham. En aquel


tiempo, el Pentateuco de Moisés aún no había sido escrito. Seguramente ellos
habían recibido de sus antepasados verbalmente cierta medida de revelación
divina. Sin embargo, lo que ellos habían recibido de sus antepasados, en el mejor
de los casos, apenas llegaba al nivel de la revelación correspondiente a la era de
Abraham. Por tanto, en sus debates con respecto a la relación de Dios con el
hombre, no hallamos indicación alguna de que ellos hubiesen recibido revelación
divina que iba mas allá del juicio de Dios y de la consideración que Dios tenía por el
hombre en virtud de los holocaustos. Y ninguno de ellos dijo palabra alguna que
hiciera alusión a Cristo y al Espíritu de Dios. Ellos estaban en la etapa incipiente de
la revelación divina.

ESTUDIO-VIDA DE JOB
MENSAJE TREINTA Y TRES
EL PUNTO CENTRAL RESPECTO
A LA APARICIÓN DE DIOS A JOB
Lectura bíblica: Job 42:1-6; 40:10-14; Col. 2:2b; Ef. 3:4
Al estudiar el libro de Job, debemos percatarnos de que para entender
este libro se requiere de toda la Biblia. Por tanto, en este estudio-vida de
Job, me he regido por el principio de estudiar Job en relación con la
revelación divina hallada en toda la Biblia. No debemos olvidar esto al
considerar en este mensaje el punto central respecto a la aparición de
Dios a Job.

JOB DESCONOCÍA QUE DIOS


ES ILIMITADO E INESCRUTABLE
Y NO ENTENDÍA TODO CUANTO
DIOS PODÍA SER PARA ÉL
Después de todo lo dicho por Job, sus tres amigos y Eliú, Dios se aparece
a Job trayéndole revelaciones divinas (38:4—41:34). Esto es seguido por
palabras referentes al hecho de que Job gana a Dios en su experiencia
personal y se aborrece a sí mismo (42:1-6). Me preocupa que, al prestar
atención a muchos otros asuntos, no logren captar cuál era el punto
central respecto a la aparición de Dios a Job. Este punto central está
vinculado con lo que Dios se había propuesto realizar en Job al
aparecérsele.

Dios se apareció a Job a fin de ayudarle a comprender que Dios es


ilimitado, inescrutable e insondable. Dios le planteó a Job muchas
preguntas acerca del universo y de los animales a fin de que Job fuese
impresionado con el hecho de que Él es ilimitado. Era como si Dios le
dijese a Job: “Job, en realidad no me conoces. No comprendes que Yo soy
ilimitado. Además, tampoco te imaginas lo que me he propuesto darte.
Job, me he propuesto darte a Mí mismo, para que me disfrutes a fin de
que puedas llegar a formar parte de Mí. No me satisface que tú poseas
tu propia integridad, perfección y rectitud. Lo que Yo deseo es que tú me
poseas a Mí. Es mi intención no darte nada menos que a Mí mismo”.
LA REVELACIÓN DIVINA EN EL NUEVO TESTAMENTO
REVELA LO QUE ESTABA EN EL CORAZÓN DE DIOS
CUANDO ÉL SE LE APARECIÓ A JOB
Si hemos de entender cuál era la intención de Dios al aparecérsele a Job,
debemos recurrir a la Biblia en su totalidad, especialmente al Nuevo
Testamento. Que Dios pudiera darse a Job no era nada sencillo. Esto
involucraba un largo proceso, el cual se inició con la encarnación de
Cristo e incluía Su vivir humano, Su muerte todo-inclusiva en la cruz, Su
resurrección y Su ascensión. Debido a que Job estaba en la etapa
incipiente de la revelación divina, Dios no podía hablarle de todas estas
cosas. Hubiese sido imposible que Job las entendiera. Todas estas cosas
fueron claramente definidas y relatadas en el Nuevo Testamento dos mil
años después. Incluso hoy en día, muchos creyentes todavía no tienen el
entendimiento apropiado de estas cosas.

A manera de ilustración respecto a nuestra dificultad en entender las


cosas divinas, consideremos el caso de Nicodemo en Juan 3. El Señor
Jesús le dijo: “De cierto, de cierto te digo: El que no nace de nuevo, no
puede ver el reino de Dios” (v. 3). Al no entender esto, Nicodemo le
replicó: “¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso
entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?” (v. 4). ¡Qué
terrible incomprensión! El Señor Jesús prosiguió hablándole a Nicodemo
sobre nacer del agua y del Espíritu, y le dijo que “lo que es nacido del
Espíritu, espíritu es” (v. 6). Nicodemo entonces le preguntó: “¿Cómo
puede hacerse esto?” (v. 9). Después, el Señor Jesús le dijo: “Si os he
dicho las cosas que están en la tierra, y no creéis, ¿cómo creeréis si os
digo las que están en el cielo?” (v. 12). La regeneración, el nuevo
nacimiento, se relaciona con la vida divina, pero es algo que ocurre en la
tierra. Si Nicodemo no podía entender algo que ocurre aquí en la tierra,
¿cómo podría entender las cosas que ocurren en el cielo?

El capítulo 3 de Juan no solamente nos habla sobre la regeneración, sino


también sobre el aumento de Cristo (v. 30). Todo aquel que ha sido
regenerado llegará a formar parte del aumento de Cristo, y el aumento
de Cristo es Su novia (v. 29). En Juan 3, dos palabras cruciales son
“novia” y “crezca”. Debemos ver que, como cristianos, nosotros somos
el aumento de Cristo. Sin embargo, muchos de los creyentes de hoy no
tienen entendimiento alguno con respecto a esto.

En Juan 14, el Señor Jesús, la noche en que iba a ser traicionado,


aprovechó para hablarle a Sus discípulos con respecto a la Trinidad
Divina, la cual habría de producir la novia como aumento de Cristo. En
Juan 16, el Señor Jesús le dijo a Sus discípulos que aún tenía muchas
cosas que decirles, pero en ese momento ellos no podrían sobrellevarlas
(v. 12). Después, una vez que Cristo pasó por la muerte y entró en
resurrección para llegar a ser el Hijo primogénito de Dios y el Espíritu
vivificante, el Espíritu de realidad habría de guiar a los discípulos a toda
la realidad (v. 13). La noche del día en que resucitó, el Señor Jesús se
apareció a Sus discípulos y “sopló en ellos, y les dijo: Recibid el Espíritu
Santo” (20:22). Sin embargo, ni aun en ese momento la revelación
divina había sido dada en toda su plenitud. Todavía era necesario que
Cristo ascendiera y se derramase como el Espíritu sobre Sus discípulos
para hacer de ellos la iglesia, tal como se relata en la primera sección de
Hechos. Pero ni aun entonces fue dada la revelación completa. Después,
Dios hizo que surgiera Pablo y le dio la revelación completa con respecto
al misterio de Dios, que es Cristo (Col. 2:2b), y al misterio de Cristo, que
es la iglesia (Ef. 3:4). La iglesia procede del propio Dios Triuno a fin de
ser el organismo del Dios Triuno. Este organismo es el Cuerpo de Cristo,
y el Cuerpo de Cristo es el nuevo hombre. Finalmente, todo ello
alcanzará su consumación en la Nueva Jerusalén, la cual es la expresión
corporativa del Dios Triuno por la eternidad en el cielo nuevo y la tierra
nueva. Todo esto —que comienza con la encarnación del Dios Triuno y
alcanza su consumación en la Nueva Jerusalén— estaba en el corazón de
Dios cuando Él se apareció a Job.

DIOS REDUJO A JOB A NADA Y CONSERVÓ


SU EXISTENCIA A FIN DE IMPARTIRSE EN ÉL
En lugar de hablarle a Job con respecto a estas cosas que Él guardaba en
Su corazón, Dios le preguntó acerca de otras cosas e, incluso, acerca de
sí mismo. Por ejemplo, en 40:10-14 Dios le dijo: “Adórnate ahora de
majestad y de excelencia, / y vístete de honra y de esplendor. / Derrama
los torrentes de tu ira, / mira a todo altivo y abátelo; / mira a todo
soberbio y humíllalo, / y pisotea a los malvados donde están. /
Encúbrelos juntos en el polvo, / encierra sus rostros en el lugar oculto. /
Entonces Yo también te alabaré, / porque tu propia mano derecha te
puede salvar”. Aquí, Dios le preguntó a Job si él tenía algún trazo de
majestad, excelencia, honor y esplendor. La intención de Dios era hacer
que Job se diera cuenta de que él no tenía nada ni era nada.

Job desconocía el propósito que tenía Dios al tratar con él, y Dios no
podía hablarle al respecto. Puesto que él desconocía acerca de los
concilios que se celebraron en los cielos con respecto a él, Job
simplemente disfrutaba de su vida en la tierra. De repente, él perdió sus
propiedades y sus hijos. Fue así como él fue despojado de lo que poseía.
Enseguida, Job sufrió un ataque en su cuerpo, y esto hizo que, mediante
sus diarios sufrimientos, Job mismo fuese consumido gradualmente. Al
leer el relato en este libro, podemos ver que capa tras capa fue pelada
desprendiéndose de Job. Este pelar fue el consumir. Job se fue
consumiendo hasta que no quedó de él sino piel y huesos.
Job no sabía qué estaba pasando. Él interrogaba a Dios, pero no recibía
respuesta alguna. Finalmente, Dios se le presentó en persona a Job. Al
aparecérsele, era como si Dios le estuviera diciendo a Job: “Heme aquí
Job. Tienes que comprender que Yo soy ilimitado, inescrutable e
insondable. Mírame: Yo soy el que posee majestad, excelencia, honor y
esplendor. ¿Piensas que tu mente estrecha podría escudriñarme o
escrutarme? ¿Todavía quieres litigar conmigo, llevarme ante los
tribunales? Desconoces lo que me he propuesto hacer contigo. No sabes
lo que te voy a dar. Job, me he propuesto reducirte a nada, pero
conservaré tu existencia a fin de tener tiempo para impartirme en ti. Job,
Mi intención es darme a ti”.

En esto consistía el punto central respecto a la aparición de Dios a Job,


pero Job no lo entendió. Sin embargo, creo que Job estará con nosotros
en la Nueva Jerusalén. También creo que cuando lo veamos, él y
nosotros nos regocijaremos. Entonces, quizás él nos diga: “Hermanos,
ahora entiendo tan claramente como ustedes cuál es la intención de
Dios. Tengamos paz y ¡alabemos al Señor!”.

ESTUDIO-VIDA DE JOB
MENSAJE TREINTA Y CUATRO
LA REVELACIÓN DIVINA COMPLETADA
QUE SE HALLA EN TODA LA ESCRITURA
CON RESPECTO A LA RELACIÓN
DE DIOS CON EL HOMBRE
(2)
Lectura bíblica: Jn. 1:1, 14; Mt. 1:23; 2 Co. 3:18; 4:16-17; Ro. 8:29-30; Col. 1:12,
14-19; 2:9; 3:4a, 10-11
La respuesta de Dios al libro de Job es la revelación divina completada que se halla
en toda la Escritura con respecto a la relación de Dios con el hombre. En un
mensaje previo vimos esta relación en el Antiguo Testamento. Ahora abordaremos
este asunto en el Nuevo Testamento.

IV. DESDE LA PRIMERA VENIDA DE CRISTO


HASTA LA MANIFESTACIÓN
DEL CIELO NUEVO Y LA TIERRA NUEVA
La relación de Dios con el hombre en el Nuevo Testamento comienza con la
primera venida de Cristo y alcanza su consumación con la Nueva Jerusalén en el
cielo nuevo y la tierra nueva.
A. Dios vino a ser concebido
en una virgen humana
y nacer de ella para ser un hombre
El Nuevo Testamento revela que Dios vino a ser concebido en una virgen humana y
nacer de ella para ser un hombre, con lo cual introdujo la divinidad en la
humanidad e hizo que Dios y el hombre se mezclaran como una sola entidad, pero
sin constituir una tercera sustancia (Jn. 1:1, 14; Mt. 1:20, 23; 1 Ti. 3:16). Éste fue el
primer paso que Dios dio para darse a Job por medio de Su impartición.

B. Jesucristo, como el Dios encarnado


y la corporificación del Dios Triuno,
en Su humanidad murió una muerte
vicaria y todo-inclusiva
Jesucristo, como el Dios encarnado y la corporificación del Dios Triuno (Col. 2:9),
en Su humanidad murió una muerte vicaria y todo-inclusiva a fin de poner fin a
todo lo negativo y liberar la vida divina de Su interior a fin de impartírnosla.

C. Cristo venció la muerte, entró


en la resurrección que todo lo produce y
fue engendrado para ser el Hijo primogénito de Dios
Cristo venció la muerte, entró en la resurrección que todo lo produce y fue
engendrado para ser el Hijo primogénito de Dios, con lo cual introdujo la divinidad
en la humanidad (Hch. 13:33). En resurrección, Cristo también llegó a ser el
Espíritu vivificante a fin de producir y constituir el Cuerpo de Cristo (1 Co. 15:45).

D. Cristo logró la ascensión que todo lo trasciende


al ascender a los cielos
Luego, Cristo logró la ascensión que todo lo trasciende al ascender a los cielos y fue
hecho Señor, Cristo, Príncipe y Salvador (Hch. 2:36; 5:31) a fin de propagarse y
edificar la iglesia como Su reino.

E. En Su muerte, resurrección y ascensión


Cristo hizo a todos Sus creyentes uno con Él
En Su muerte, resurrección y ascensión Cristo hizo a todos Sus creyentes uno con
Él. Por tanto, Su muerte, resurrección y ascensión han llegado a ser la muerte,
resurrección y ascensión de los creyentes (Ro. 6:5-6; Ef. 2:5-6); así que, las
experiencias de Cristo se han convertido en la historia de Sus creyentes.

F. Dios nos redimió en Cristo


Dios nos redimió en Cristo, perdonó nuestros pecados, nos lavó, nos justificó y nos
reconcilió consigo (Ef. 1:7; 1 Co. 6:11; Ro. 3:22; 5:10).
G. Dios nos puso en Cristo
Dios nos puso en Cristo e hizo que Cristo sea nuestra justicia, santificación y
redención (1 Co. 1:30). En virtud de Cristo como nuestra justicia (para nuestro
pasado) fuimos justificados por Dios a fin de ser regenerados en nuestro espíritu al
recibir la vida divina. En virtud de Cristo como nuestra santificación (para nuestro
presente) nuestra alma es santificada, es decir, somos transformados en nuestra
mente, parte emotiva y voluntad con la vida divina. En virtud de Cristo como
nuestra redención (para nuestro futuro), esto es, la redención de nuestro cuerpo
(Ro. 8:23), seremos transfigurados en nuestro cuerpo con la vida divina para tener
Su gloriosa semejanza (Fil. 3:21).

H. Dios nos regeneró


mediante la resurrección de Cristo
Dios nos regeneró mediante la resurrección de Cristo (1 P. 1:3), y ahora Él nos
renueva, nos transforma y nos conforma a Su imagen gloriosa, hasta que,
finalmente, nos glorificará en Su gloria (Tit. 3:5; Ro. 12:2; Ef. 4:23; 2 Co. 4:16; 3:18;
Ro. 8:29-30).

I. Dios nos consume


al sumergirnos en la muerte de Cristo
para nuestra comunión en Sus padecimientos
Al renovarnos y transformarnos, Dios nos consume sumergiéndonos en
la muerte de Cristo para nuestra comunión en Sus padecimientos, los
cuales producen un eterno peso de gloria, a fin de que podamos
experimentarlo en Su resurrección y ganarlo en Sus riquezas
inescrutables (2 Co. 4:16-17, 10; Fil. 3:10, 8; Ef. 3:8).

J. Dios el Padre está corporificado


en Dios el Hijo, Dios el Hijo es hecho real
para nosotros como Dios el Espíritu,
y Dios el Espíritu viene a morar en nosotros
como la realidad del Dios Triuno
Juan 14:16-20 revela que Dios el Padre está corporificado en el Hijo, que
Dios el Hijo es hecho real para nosotros como Dios el Espíritu y que Dios
el Espíritu viene a morar en nosotros como la realidad del Dios Triuno.
Éste es el don que Dios se había propuesto darle a Job, esto es, Su
propia persona en Su Trinidad Divina corporificada en el Hijo y hecha real
para él como el Espíritu.

K. El Espíritu de realidad
revela muchas cosas a los creyentes
con respecto al misterio del Dios Triuno
como realidad hallada en los creyentes
Con respecto al misterio del Dios Triuno como realidad hallada en los
creyentes, Cristo tenía muchas cosas que decirles a Sus discípulos, pero
ellos no podían sobrellevarlas hasta que el Espíritu de realidad viniese a
revelárselas (Jn. 16:12-15). Esto fue lo que el Espíritu de realidad hizo,
principalmente con el apóstol Pablo, quien completó la palabra de Dios,
esto es, la revelación divina (Col. 1:25-27) con respecto a Cristo como el
misterio de Dios (2:2b) y la iglesia como el misterio de Cristo (Ef. 3:4).

L. El Padre, el Señor y el Espíritu


como el Dios Triuno llegan a ser la fuente,
el elemento y la esencia de la iglesia
como Cuerpo de Cristo
Efesios 4:4-6 revela que el Padre, el Hijo y el Espíritu como el Dios Triuno
han llegado a ser la fuente, el elemento y la esencia de la iglesia como
Cuerpo de Cristo. Dios el Padre es la fuente, Dios el Hijo es el elemento y
Dios el Espíritu es la esencia.

M. Cristo como la porción divina


que Dios otorgó a los santos
y como la vida de los creyentes,
ha llegado a ser todos los miembros
del nuevo hombre
Cristo como la porción divina que Dios otorgó a los santos y como la vida
de los creyentes, ha llegado a ser todos los miembros del nuevo hombre,
que es Su Cuerpo orgánico (Col. 1:12; 3:4a, 10-11; 1 Co. 12:12-13).

N. Dios desea que Cristo, la corporificación de Dios,


lo sea todo para nosotros
En Colosenses 1:15-19 vemos que Dios desea que Cristo, la
corporificación de Dios, lo sea todo para nosotros, los creyentes de
Cristo.

O. Dios en Cristo lleva a cabo en nosotros


Su obra de transformación
hasta que dicha transformación
alcance su consumación en la Nueva Jerusalén
Dios en Cristo llevará a cabo en nosotros Su obra de transformación
hasta que dicha transformación alcance su consumación en la Nueva
Jerusalén, primero con los vencedores en el reino milenario (Ap. 2:7) y
luego en la consumación con todos los santos en el cielo nuevo y la
tierra nueva, logrando que todo Su pueblo escogido y redimido llegue a
ser Su expresión corporativa, con lo cual Dios mismo, y no meramente
ciertas virtudes humanas, será manifestado en toda Su plenitud por la
eternidad (Ap. 21:1—22:5).

Job y sus amigos estaban privados de las revelaciones divinas aquí


mencionadas. Al aplicar Su trato a Job en toda clase de desastres y al
despojarlo de todo lo que era, Dios habría de hacer desvanecer su
contentamiento por todo cuanto había logrado y obtenido piadosamente
así como quitaría toda barrera y velo para que Job pudiera ser vaciado a
fin que buscara a Dios de una manera más profunda y se percatara de
que estaba muy escaso de algo en su vida humana. Al final del libro de
Job, después de todo lo ocurrido, Dios mismo se presentó, con lo cual
indicaba que lo que escaseaba en la vida humana de Job era Dios
mismo. Pero en los tiempos de Job no había una revelación como la que
es develada de manera plena, clara y concreta en el Nuevo Testamento.
Por esta razón, el libro de Job en realidad no tiene un final concluyente,
el cual consistiría en que Job plenamente gane a Dios en Cristo a fin de
ser hecho uno con Dios y poder, así, disfrutar a Dios en Cristo como su
porción. Tal revelación puede encontrarse en toda su plenitud
únicamente en el Nuevo Testamento.

ESTUDIO-VIDA DE JOB
MENSAJE TREINTA Y CINCO
LA REVELACIÓN DIVINA COMPLETADA
QUE SE HALLA EN TODA LA ESCRITURA
CON RESPECTO A LA NECESIDAD
QUE TIENE EL HOMBRE DELANTE DE DIOS
Lectura bíblica: Hch. 26:18; Ef. 1:17-23; 3:16-19
En los mensajes previos consideramos, tanto en el Antiguo Testamento como en el
Nuevo Testamento, la revelación divina hallada en las Escrituras con respecto a la
relación de Dios con el hombre. Vimos que en el Nuevo Testamento hay por lo
menos quince ítems referentes a la relación de Dios con el hombre, comenzando
con la encarnación y alcanzando su consumación en la Nueva Jerusalén. Debemos
estudiar en detalle todos estos ítems y guardarlos en nuestro corazón. Entonces
podremos hablar de estas cosas a los otros, no sólo al tener comunión personal,
sino también en las reuniones de la iglesia. Si conocemos todos estos ítems,
podremos dar mensajes al respecto profetizando para la edificación del Cuerpo de
Cristo.

En este mensaje procederemos a abarcar otro asunto: la revelación divina


completada que se halla en toda la Escritura con respecto a la necesidad que tiene
el hombre delante de Dios. Dios desea relacionarse con el hombre, y el hombre
tiene cierta necesidad delante de Dios.
I. EL HOMBRE QUE DIOS CREÓ A SU IMAGEN
NECESITA TOMAR A DIOS COMO SU VIDA
El hombre que Dios creó a Su imagen (Gn. 1:26), necesitaba tomar a Dios
(simbolizado por el árbol de la vida) como su vida para poder vivir a Dios, expresar
a Dios y representar a Dios (2:9); y como tal, él necesitaba ser transformado en
materiales preciosos (vs. 10-12) y ser edificado como complemento de Dios (vs. 18-
24).

II. EL HOMBRE CAÍDO NECESITA


RECIBIR A CRISTO PARA SU REDENCIÓN
A FIN DE SER JUSTIFICADO POR DIOS EN CRISTO
El hombre caído necesitaba recibir a Cristo para su redención (tipificada por el
sacrificio con derramamiento de sangre) a fin de poder ser justificado por Dios en
Cristo (tipificado por la túnica de pieles del sacrificio, Gn. 3:21). El hombre caído
también necesitaba recibir a Cristo como simiente de la mujer para ser librado de
Satanás, el poder de muerte de la “serpiente” (v. 15; He. 2:14).

Todo esto —el sacrificio con derramamiento de sangre, la túnica de pieles y la


simiente de la mujer— se encuentra en Génesis 3. Les animo a todos ustedes,
incluso a los más jóvenes, a que aprendan estas cosas y luego procuren
presentárselas a otros. Por ejemplo, un joven tal vez visite a un pariente más joven
y le hable de la necesidad que tiene el hombre caído de ser justificado por Dios en
Cristo, o de la necesidad que tiene el hombre caído de Cristo como simiente de la
mujer. Primero, debemos digerir todas estas verdades nosotros mismos, y luego
debemos aprender cómo presentárselas a los otros.

III. EL HOMBRE REDIMIDO NECESITA


OFRECER A CRISTO COMO HOLOCAUSTO
A FIN DE SER CONSIDERADO POR DIOS
El hombre redimido necesita ofrecer a Cristo como holocausto a fin de ser
considerado, tomado en cuenta, por Dios (Gn. 4:4). El hombre también necesita
invocar el nombre de Jehová (v. 26), andar con Dios (5:22), trabajar para Dios a fin
de ser liberado del mundo corrupto y que Dios ha condenado (6:11-18) y vivir
delante de Dios por medio de Cristo como holocausto a fin de que la tierra sea
conservada en buen orden (8:20-22).

IV. EL PUEBLO ESCOGIDO POR DIOS NECESITA


RECIBIR EL LLAMAMIENTO DE DIOS
Y RESPONDER AL MISMO
Como pueblo escogido por Dios, nosotros, los descendientes de Abraham, el linaje
escogido por Dios, debemos recibir el llamamiento de Dios y responder al mismo
(Gn. 12:1-4) para vivir delante de Dios por medio de Cristo como nuestro
holocausto (v. 7; 13:18; 22:13), debemos ser puestos al descubierto por la ley a fin
de que sepamos cuán pecadores somos y que no poseemos la capacidad de guardar
la ley (Éx. 19:8, 21—20:21), y también debemos vivir con Dios al tomar a Cristo
como el tabernáculo, el sacerdocio y las ofrendas a fin de que podamos entrar en
Dios y disfrutar —con Cristo y en Cristo— de todo lo que Dios es (Éx. 25—Lv. 27).

El tabernáculo mencionado en el Antiguo Testamento tipifica la encarnación de


Cristo (Jn. 1:14). El verdadero tabernáculo es Dios mismo corporificado en Cristo.
Este tabernáculo no solamente es una morada para Dios, sino también para el
pueblo escogido de Dios. Esto quiere decir que, después de la encarnación, es
posible entrar en Dios mismo. Estar en Cristo significa entrar en Dios para
disfrutar a Dios. Dentro del tabernáculo encontramos la mesa de los panes de la
proposición para nuestro alimento, el candelero que nos ilumina y el altar del
incienso mediante el cual somos aceptos por medio de Cristo como incienso en
nuestras oraciones. En el tabernáculo también tenemos el Arca para el testimonio
de Dios. Ahora, mediante la sangre redentora, podemos tener comunión con Dios.

V. UN HOMBRE QUE ESTÁ EN EL DIOS ENCARNADO


COMO SU TABERNÁCULO NO NECESITA,
ASÍ COMO HIZO JOB, EDIFICARSE
EN LAS VIRTUDES HUMANAS TALES COMO
LA PERFECCIÓN, LA RECTITUD Y LA INTEGRIDAD,
SINO IR EN POS DE DIOS MISMO Y DISFRUTARLE
JUNTO CON EL PUEBLO DE DIOS
El hombre que está en el Dios encarnado como su tabernáculo no necesita, así
como hizo Job, edificarse en las virtudes humanas tales como la perfección, la
rectitud y la integridad, sino ir en pos de Dios mismo como un ciervo que brama y
disfrutarle junto con el pueblo de Dios en las fiestas de Dios (Sal. 42:1-5; 43:3-5),
de modo que Dios sea todo para él y reemplace todo cuanto haya logrado y
obtenido. Ésta debía ser la respuesta a los tres amigos de Job e incluso a Eliú y a
Job mismo. Una vez más vemos que para entender el libro de Job, necesitamos de
toda la Biblia.

VI. LOS QUE HAN SIDO LLAMADOS


Y ESCOGIDOS POR DIOS
NECESITAN CREER EN JESUCRISTO
Los que han sido llamados y escogidos por Dios necesitan creer en Jesucristo, el
Dios encarnado, quien murió, resucitó y ascendió por nosotros y con nosotros, y
que llegó a ser el Espíritu vivificante como Cristo pneumático para nosotros, a fin
de ser nuestra salvación, nuestra vida y nuestro todo. Esto es revelado en el Nuevo
Testamento, en los libros desde Mateo hasta Romanos.

VII. LOS CREYENTES EN CRISTO NECESITAN


CRECER EN LA VIDA DIVINA DE CRISTO
PARA SER TRANSFORMADOS EN LO QUE CRISTO ES,
POR MEDIO DEL ESPÍRITU QUE IMPARTE VIDA,
A FIN DE QUE SEAN EDIFICADOS PARA SER
EL CUERPO DE CRISTO Y EL NUEVO HOMBRE,
COMO NUEVA CREACIÓN DE DIOS
Los creyentes en Cristo necesitan crecer en la vida divina de Cristo para ser
transformados en lo que Cristo es, por medio del Espíritu que imparte vida, a fin de
que sean edificados con los santos para ser el Cuerpo de Cristo, el organismo del
Dios Triuno en Cristo, y para ser el nuevo hombre como nueva creación de Dios, a
fin de llevar a cabo la economía eterna de Dios en la consumación de la Nueva
Jerusalén como mezcla del Dios Triuno procesado con el hombre tripartito
glorificado con miras a ser la manifestación en la eternidad del Dios-hombre
corporativo. Esto es revelado en el Nuevo Testamento, desde 1 Corintios hasta
Apocalipsis.

VIII. LOS SANTOS QUE HAN SIDO REGENERADOS,


TRANSFORMADOS Y GLORIFICADOS EN CRISTO
NO TIENEN VÍNCULO ALGUNO CON EL HOMBRE NATURAL
Y NO NECESITAN EDIFICARSE
CON LAS VIRTUDES HUMANAS NATURALES
Los santos que han sido regenerados, transformados y glorificados en Cristo no
tienen vínculo alguno con el hombre natural y no necesitan edificarse con las
virtudes humanas naturales. Si Job y sus amigos hubiesen vivido en la época en que
podían conocer esto, probablemente habrían sido librados de debates que sólo les
hacían perder el tiempo, hacían aumentar sus dolores y eran completamente vanos,
tal como vemos en los treinta y cinco capítulos en los que se nos relata cómo un
grupo de ciegos anda a tientas en la oscuridad.

ESTUDIO-VIDA DE JOB
MENSAJE TREINTA Y SEIS
EL SIGNIFICADO EN LA SECUENCIA
DE JOB Y DE SALMOS
Lectura bíblica: 1 Ti. 2:4; 1 P. 2:2; 2 P. 3:18; Ef. 4:13
En este mensaje consideraremos el significado en la secuencia de Job y
de Salmos.

I. LA SECUENCIA DE JOB Y DE SALMOS


ES DE GRAN SIGNIFICADO ESPIRITUAL
La secuencia de estos dos libros —Job y Salmos— es de gran significado
espiritual. Puesto que el libro de Salmos va más allá del libro de Job con
respecto a la progresión de la revelación divina y con respecto a nuestra
búsqueda de Dios, no sería adecuado que el libro de Salmos estuviese
antes que el libro de Job. Espiritualmente hablando, es muy significativo
que, conforme a la secuencia de los libros en las Escrituras, Salmos
venga después de Job.

II. UNA COMPARACIÓN DE LOS DOS LIBROS


A. El libro de Job
contiene perspectivas humanas
basadas en conceptos humanos
El libro de Job, que precede al libro de Salmos, contiene perspectivas
humanas basadas en conceptos humanos con respecto a la relación
entre Dios y el hombre.

1. Presenta la revelación divina sólo


con respecto al holocausto, el juicio de Dios
y algunos de los atributos de Dios
El libro de Job no contiene mayor revelación divina que la referente a la
obra redentora de Dios por medio del holocausto (1:5), el juicio de Dios
sobre la maldad del hombre (9:19b) y algunos de los atributos de Dios.

2. No indica si Job, o sus tres amigos, o Eliú,


procuraron ganar a Dios mismo
como su logro y disfrute
El libro de Job no indica si Job, o sus tres amigos, o Eliú, procuraron
ganar a Dios mismo como su logro y disfrute; más bien, este libro nos
dice apenas que Job era un hombre perfecto y recto que temía a Dios
(1:1).

3. Su contenido son las expresiones


de sentimientos humanos
según perspectivas y conceptos naturales
El contenido del libro de Job son las expresiones de los sentimientos
humanos de Job, de sus tres amigos y de Eliú según sus perspectivas y
conceptos naturales. En este libro no encontramos oración o alabanza
ofrecida a Dios; más aún, no encontramos indicio alguno de que Job, sus
tres amigos o Eliú hayan manifestado alguna clase de sed de Dios. A
diferencia de los salmistas, ellos no buscaban a Dios, no anhelaban a
Dios, no oraban a Dios ni esperaban en Dios.

B. Salmos es un libro de mixtura


Salmos es un libro de mixtura. Algunas de las oraciones de este libro son
elevadas, mientras que otras son bastante deficientes.

En el salmo 1 podemos detectar cierta búsqueda en pos de Dios, pero se


trata de una búsqueda en pos de Dios conforme a Su ley. Por el
contrario, en el salmo 2 hallamos la alabanza a Cristo y la revelación de
Cristo. En el salmo 1 el salmista buscaba a Dios, pero no lo buscaba a Él
directamente, sino que hizo de la ley de Dios la meta de su búsqueda.
Sin embargo, en los salmos 2, 8 y 16, los salmistas buscaban
directamente a Dios mismo. En el salmo 36 el salmista entendía
claramente que el objeto de su búsqueda debía ser Dios mismo en Su
casa. No encontramos tal clase de búsqueda en el libro de Job.

1. Una gran parte de este libro


se halla mezclado con las expresiones
de los sentimientos dispares de los salmistas
Una gran parte del libro de Salmos se halla mezclado con las
expresiones de los sentimientos dispares de los salmistas conforme a
sus conceptos naturales con respecto a su relación con Dios, con los
hombres y con sus enemigos. Esta parte corresponde con lo relatado en
el libro de Job y puede considerarse una continuación del libro de Job en
lo referente al estilo de las expresiones humanas de sentimientos
humanos según perspectivas y conceptos humanos. Al respecto, Job y
Salmos son como dos hermanos que se parecen mucho entre sí.

2. Una parte significativa


de este libro se halla mezclado
con las revelaciones divinas de Cristo con Dios
en la casa de Dios y la ciudad de Dios
Una parte significativa de este libro se halla mezclado con las
revelaciones divinas de Cristo con Dios en la casa de Dios (el templo) y
la ciudad de Dios (Jerusalén). Esta parte debe ser tomada como la
revelación divina más elevada en el Antiguo Testamento con respecto a
Cristo como centralidad y universalidad de la economía de Dios, lo cual
Cristo mismo recalca enfáticamente en Lucas 24:44 al igual que lo hace
el apóstol Pablo en Hebreos 1:5-13 y 10:5-7.

III. LA FUNCIÓN QUE CUMPLE EL LIBRO DE JOB


EN LAS ESCRITURAS
Aunque el libro de Job contiene muy poco de la revelación divina, no obstante, este
libro cumple una función particular en las Escrituras. Esta función tiene diversos
aspectos.

A. Ministra a sus lectores un cuadro


del concepto que tiene el hombre
con respecto al trato que Dios
aplica a Su pueblo santo
En primer lugar, el libro de Job ministra a sus lectores un cuadro del concepto que
tiene el hombre con respecto al trato que Dios aplica a Su pueblo santo. Tal cuadro
es presentado claramente en este libro.

B. Pone al descubierto la deficiencia


de la revelación divina en tiempos de Job
En segundo lugar, este libro cumple la función de poner al descubierto la
deficiencia de la revelación divina en tiempos de Job, la cual era bastante incipiente
en cuanto al conocimiento de Dios. Había cierta revelación divina, pero se
encontraba en una etapa incipiente.

C. Provee a los lectores de la Biblia


un trasfondo negativo
a fin de que avancen en su búsqueda
de las verdades divinas y espirituales
En tercer lugar, con respecto a la función que cumple en las Escrituras, el libro de
Job provee a los lectores un trasfondo negativo a fin de que avancen, al no
contentarse con lo que pudieran haber recibido del libro de Job, y prosigan en su
búsqueda de las verdades divinas y espirituales, tal como lo indica la progresión de
la revelación divina presentada en el libro de Salmos. Por ejemplo, la revelación
divina presentada en el salmo 45 con respecto a Cristo como el Rey es muy elevada.

D. Despierta en los lectores de la Biblia


el hambre y la sed por conocer a Cristo
como centralidad y universalidad
de la economía eterna de Dios
El libro de Job también cumple la función de despertar en los lectores de la Biblia
el hambre y la sed por conocer a Cristo como centralidad y universalidad de la
economía eterna de Dios, así como la de instarlos a superar todo contentamiento
con sus logros actuales en cuanto al conocimiento de Dios. Todo contentamiento
con nuestro grado de conocimiento de Dios impide que sigamos progresando en
cuanto al entendimiento de la revelación divina.

E. Vacía el espíritu de los lectores de la Biblia


a fin de que tengan más cabida en sus espíritus
para ganar a Dios en Sus riquezas cada vez más
Además, el libro de Job cumple la función de vaciar el espíritu de los lectores de la
Biblia a fin de que tengan más cabida en sus espíritus para ganar a Dios en Sus
riquezas cada vez más, esto es, ganar a Dios más que ninguna otra cosa.

F. Provee a los lectores de la Biblia la capacidad


para entender los secretos hallados en Salmos
Finalmente, el libro de Job provee a los lectores de la Biblia la capacidad para
entender los secretos del libro que le sigue, el libro de Salmos. Si abordamos el
libro de Salmos sin haber leído Job, nos hará falta parte del trasfondo necesario
para entender los secretos hallados en Salmos.

Hemos visto que el principio que rige nuestro estudio de Job consiste en estudiar
este libro conforme a lo que la Biblia nos revela en su totalidad. Si abordamos el
libro de Job sin entender apropiadamente la revelación divina contenida en la
totalidad de las Escrituras, este libro no significará mucho para nosotros y no
entenderemos qué objetivo tenía Dios al aplicar Su trato a Job.

Algunos de los que leen el libro de Job saben de la paciencia y perseverancia de Job
(Jac. 5:10-11) y de las bendiciones materiales que Job finalmente recibió, pero
desconocen ya sea lo que significa ver a Dios o cuál fue la intención de Dios al
aparecérsele a Job. Con respecto al trato que Dios aplicó a Job, hubo ciertos
asuntos misteriosos, los cuales, en cierto grado, son revelados en el libro de Salmos.
Para obtener la revelación completa es necesario acudir al Nuevo Testamento a fin
de ver la revelación con respecto a la encarnación de Cristo, Su vivir humano, Su
crucifixión, Su resurrección, Su ascensión y Su descenso con miras a producir la
iglesia como Cuerpo de Cristo, la cual alcanzará su consumación en la Nueva
Jerusalén.

IV. LA FUNCIÓN QUE CUMPLE EL LIBRO DE SALMOS


La función que cumple el libro de Salmos tiene diversos aspectos.

A. Cubre el vacío que deja el libro de Job al final


El final del libro de Job deja un gran vacío, y la primera función que cumple el libro
de Salmos es la de cubrir dicho vacío.

B. Muestra a los lectores de la Biblia


cómo el Espíritu Santo hizo que los salmistas
se volvieran de la ley a Cristo
El libro de Salmos también cumple la función de mostrar a los lectores de la Biblia
cómo el Espíritu Santo hizo que los salmistas se volvieran de la ley, que ellos
amaban y procuraban guardar, a Cristo, de quien aún no tenían noción alguna. Los
salmistas estaban en lo cierto al buscar a Dios, pero estaban equivocados en hacer
de la ley de Dios la meta de su búsqueda. Era necesario que en su búsqueda ellos se
volvieran de la ley a Cristo. Mientras que la ley es una línea suplementaria en las
Escrituras, Cristo, el árbol de la vida, es la línea principal.

C. Ministra a los lectores de la Biblia


al Cristo todo-inclusivo en la economía de Dios
Después, el libro de Salmos ministra a los lectores de la Biblia, en su búsqueda a
tientas de Dios, al Cristo todo-inclusivo en la economía de Dios. No basta con que
nos volvamos de la ley a Cristo, pues también necesitamos saber que Cristo es el
centro y la circunferencia, el eje y el aro, de la economía eterna de Dios. Esto quiere
decir que, en la economía eterna de Dios, Cristo lo es todo. Él es tanto la
centralidad como la universalidad. Debemos estudiar el libro de Salmos a fin de
aprender los detalles con respecto al Cristo todo-inclusivo en la economía eterna de
Dios.

D. Ayuda a los lectores de la Biblia


a conocer que la revelación divina es progresiva
hasta llegar a la cumbre de la Nueva Jerusalén
Además, el libro de Salmos ayuda a los lectores de la Biblia a conocer que la
revelación divina es progresiva, la cual es cada vez más elevada, más profunda y
más rica, no solamente al avanzar del libro de Job al libro de Salmos, sino también
al avanzar del libro de Salmos a los siguientes libros del Antiguo Testamento y a los
del Nuevo Testamento, hasta llegar a la cumbre de la Nueva Jerusalén en el cielo
nuevo y la tierra nueva, como consumación y conclusión de la revelación divina
conforme a la economía eterna de Dios.

ESTUDIO-VIDA DE JOB
MENSAJE TREINTA Y SIETE
DOS ÁRBOLES, DOS FUENTES, DOS LÍNEAS,
DOS PRINCIPIOS RECTORES Y DOS FINALES
HALLADOS EN LA REVELACIÓN DIVINA
DE LAS SANTAS ESCRITURAS
Lectura bíblica: Ap. 1:1b; Gn. 2:9; Sal. 36:9a; Gn. 2:17; Mt. 19:17a; Gn. 3:3, 6b;
4:4-5; He. 11:39-40; Mt. 25:41; Jud. 11; Gn. 4:16-24; 10:6-12; 2 P. 2:15; Ap.
20:15; 21:2, 11, 23; 22:1-2, 14; Jn. 16:11; Ap. 21:8, 27; 22:15
En estos mensajes hemos venido considerando el significado del libro de Job
conforme a la Biblia en su totalidad. La revelación divina hallada en las Santas
Escrituras nos muestra dos árboles, dos fuentes, dos líneas, dos principios rectores
y dos finales. Éstos son los asuntos que abordaremos en este mensaje.

En Génesis 2 hay dos árboles: el árbol de la vida y el árbol del conocimiento del
bien y del mal. Sin embargo, en Apocalipsis 21 y 22 vemos únicamente un árbol —el
árbol de la vida— en una ciudad santa. En el centro de esta ciudad está el trono de
Dios y del Cordero (22:1), lo cual indica la administración de Dios. Dios y el
Cordero no están sentados uno al lado del otro en el trono; más bien, Dios está en
el Cordero, de manera similar a la manera en que la luz está en la lámpara. El
Cordero es la lámpara (21:23), y Dios es la luz dentro de la lámpara. Esto indica que
Dios y el Cordero, la luz y la lámpara, son uno. Procedente del trono de Dios y del
Cordero, es decir, desde este único Dios, fluye un río, y a ambos lados de este río
crece el árbol de la vida (22:2a). Conforme al principio rector, si el árbol de la vida
termina en la ciudad de agua, entonces el árbol del conocimiento del bien y del mal
deberá terminar en el lago de fuego. Todas las cosas malignas mencionadas en
Apocalipsis 22 se relacionan con el lago de fuego. Por tanto, los dos finales son la
ciudad de agua y el lago de fuego. Entre las dos fuentes y los dos finales vemos dos
líneas, que constituyen dos caminos. Cada fuente resulta en una determinada línea,
la cual se convierte en un camino que alcanza su consumación en un destino final.

I. DOS ÁRBOLES
A. La Biblia, un relato completo
de la revelación divina,
es un libro de señales
La Biblia, un relato completo de la revelación divina, es un libro de señales (Ap.
1:1b). En el libro de Apocalipsis, por ejemplo, hay muchas señales, tales como los
candeleros de oro (1:12), las estrellas (v. 20), el León de la tribu de Judá (5:5), el
Cordero (v. 6), los cuatro caballos (6:1-8) y la mujer universal (12:1). La última de
las señales del libro de Apocalipsis, y la más grandiosa, es la Nueva Jerusalén.

B. Los dos árboles son las dos señales


más sobresalientes del primer grupo de señales
hallado en Génesis 1 y 2
Las dos señales más sobresalientes del primer grupo de señales hallado en Génesis
1 y 2 son los dos árboles (Gn. 2:9).

1. La primera señal es el árbol de la vida,


la señal más elevada
La primera de estas señales es el árbol de la vida, la señal más elevada, que
representa a Dios, incluso al propio Dios Triuno, como vida para el hombre en la
relación del hombre con Dios (Sal. 36:9a). Dios creó al hombre, soplando en éste el
aliento de vida (Gn. 2:7), que se convirtió en el espíritu del hombre; pero, en esa
ocasión, Él mismo todavía no había entrado en el hombre como su vida.

2. La segunda señal
es el árbol del conocimiento del bien y del mal,
la señal más negativa
La segunda de estas señales es el árbol del conocimiento del bien y del mal, que
representa a Satanás el diablo, incluso el maligno, como muerte para el hombre con
ocasión de la caída del hombre delante de Dios (Gn. 2:17).

3. Ambas señales representan a personas


Ambas señales, las más sobresalientes, representan a personas —Dios y Satanás—,
no cosas o asuntos.

4. El primer árbol representa


a Dios únicamente como vida
El primer árbol representa a Dios únicamente como vida, sin que estuviesen
implícitos otros elementos.

5. El segundo árbol representa


a Satanás como muerte
El segundo árbol representa a Satanás como muerte, donde se hallan implícitos
otros elementos, tales como el conocimiento, el bien y el mal. Mientras que Dios es
simple, Satanás es muy complicado.

6. El bien y el mal no están representados


por dos árboles, sino por un solo árbol:
el segundo árbol
El bien y el mal no están representados por dos árboles, sino por un solo árbol: el
segundo árbol. Por tanto, buscar otro bien que no sea Dios mismo es algo propio de
Satanás.

Según la revelación divina, el conocimiento es Satanás, el bien es Satanás y el mal


es Satanás. Hoy en día el mundo se encuentra en una era que adora el
conocimiento. Antes de comer del fruto del árbol del conocimiento del bien y del
mal, Adán y Eva eran ignorantes, no conocían, por lo cual no había pecado en ellos.
Después que comieron del árbol del conocimiento, sus ojos fueron abiertos, y ellos
adquirieron conocimiento. En ello consistió el pecado. Todos consideramos que
cometer actos pecaminosos es pecado, pero probablemente no consideremos que
conocer el pecado sea pecado.

7. El bien genuino es Dios mismo


El bien genuino es Dios mismo (Mt. 19:17a); por tanto, ganar a Dios equivale a
obtener el bien genuino. Cuando el joven rico se le acercó al Señor Jesús y le llamó:
“Maestro bueno”, el Señor Jesús le dijo: “¿Por qué me llamas bueno? Nadie es
bueno, sino sólo uno, Dios” (Mr. 10:17-18). Si además de Dios obtenemos otro bien,
esto es terrible. Si tocamos las cosas buenas aparte de Dios, esto quiere decir que
tocamos a Satanás mismo. La Biblia nos enseña que el conocimiento, el bien y el
mal son, todos ellos, Satanás mismo. Por tanto, en el árbol del conocimiento del
bien y del mal, el bien y el mal son equivalentes entre sí.

C. Los dos árboles


no tienen como fin producir materiales,
sino que el hombre coma de su fruto
Los dos árboles no tienen como fin producir materiales, sino que el hombre coma
de su fruto (Gn. 3:3, 6b); el fruto del árbol de la vida se convierte en alimento que
nutre al hombre, que le imparte vida, y el fruto del árbol del conocimiento del bien
y del mal se convierte en veneno que mata al hombre. Comer consiste en ingerir
algo que está fuera de nosotros para digerirlo y asimilarlo. Tenemos que ser
cuidadosos con respecto a lo que comemos. Ciertamente, la televisión de nuestros
días, así como diversos periódicos y revistas, son ramas del árbol del conocimiento
del bien y del mal.

II. DOS FUENTES


Los dos árboles son dos fuentes.

A. Los dos árboles, como señales de Dios y Satanás,


son dos fuentes que producen
dos categorías de hombres
Los dos árboles, como señales de Dios y Satanás, son dos fuentes que producen dos
categorías de hombres. El primer árbol es la fuente de hombres que buscan a Dios
como vida para que Él sea su suministro y disfrute. Abel es característico de esta
categoría (Gn. 4:4). El segundo árbol es la fuente de hombres que siguen a Satanás
tomándole como veneno para su propia muerte y perdición eternas. Caín es
característico de esta categoría (v. 5).

B. Estas dos fuentes dan como resultado


dos reinos sobre la tierra
Estas dos fuentes dan como resultado dos reinos sobre la tierra. El primero es el
reino de Dios, que fue primero el reino de Israel según la economía
antiguotestamentaria de Dios, y después la iglesia según la economía
neotestamentaria de Dios (Mt. 21:43). El segundo es el reino de Satanás (cfr. Mt.
12:26; Col. 1:13).

III. DOS LÍNEAS


A toda fuente le corresponde un determinado fruto. Estas dos fuentes redundan en
dos líneas.

A. Las dos líneas equivalen a dos caminos


Cada línea también es un camino. Por tanto, las dos líneas equivalen a dos caminos.

1. Las dos líneas, en calidad de dos caminos,


se originan en las dos fuentes
Las dos líneas, en calidad de dos caminos, se originan en las dos fuentes.

2. El primer camino es el camino de la vida


El primer camino es el camino de la vida, el camino angosto (Mt. 7:14), el Camino
(Hch. 9:2; 19:9, 23; 22:4; 24:22), el camino recto (2 P. 2:15), el camino de la justicia
(2 P. 2:21), el camino de la salvación (Hch. 16:17), el camino de Dios (Mt. 22:16;
Hch. 18:26) y el camino del Señor (Hch. 18:25), por el cual los hombres buscan
Dios, ganan a Dios y disfrutan a Dios —en Su vida eterna como suministro y para
Su vida eterna como meta— a fin de que puedan nacer de Dios en Su vida y
naturaleza (Jn. 1:12-13), ser transformados y conformados a Su gloriosa imagen (2
Co. 3:18; Ro. 8:29) y ser glorificados en Él como gloria (Ro. 8:30; 1 P. 5:10a; He.
2:10a) con miras a ganarle y participar de Él en plenitud. En este camino de la vida
se encuentran Abel, Set, Enós, Enoc, Noé, Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, David,
Samuel, todos los profetas del Antiguo Testamento y todos los creyentes del Nuevo
Testamento (He. 11:39-40). El propósito de Dios al tratar con Job era que él dejara
de seguir el camino del bien y del mal y anduviera en el camino de la vida a fin de
que ganara a Dios en plenitud.

3. El segundo camino
es el camino del bien y del mal
El segundo camino es el camino del bien y del mal, el camino de la muerte, el
camino ancho (Mt. 7:13), por el cual los hombres siguen a Satanás a fin de ser sus
hijos (1 Jn. 3:10a) para muerte así como sus compañeros en la perdición eterna
(Mt. 25:41). En este camino de la muerte y del bien y del mal se encuentran Caín,
Lamec, Jabal, Jubal, Tubal-caín (Jud. 11a; Gn. 4:16-24), Cam, Cus, Nimrod (10:6-
12), Coré, Balaam (2 P. 2:15; Jud. 11b), Saúl, Absalón, el anticristo y sus seguidores
(Ap. 19:19-21), y todos los incrédulos (20:15).

B. Estos dos caminos conducen a los hombres


a dos finales dispuestos por Dios
Estos dos caminos, el camino de la vida y el camino de la muerte, conducen a los
hombres a dos finales dispuestos por Dios —la Nueva Jerusalén y el lago de fuego—
respectivamente.

IV. DOS PRINCIPIOS RECTORES


A. Los dos caminos
constituyen dos principios rectores
Los dos caminos, el camino de la vida y el camino de la muerte y del bien y del mal,
constituyen dos principios que controlan, rigen y regulan a los hombres en lo
referente a su relación con Dios.

1. El primer principio rector


es el principio de la vida
El primer principio rector es el principio de la vida, según el cual todo hombre que
anda en el camino de la vida se mantiene en contacto con Dios y por el cual éste
busca a Dios, gana a Dios, posee a Dios y disfruta a Dios, paso a paso, hasta
alcanzar la máxima medida.

2. El segundo principio rector


es el principio de la muerte y del bien y del mal
El segundo principio rector es el principio de la muerte y del bien y del mal, según
el cual todo hombre que anda en el camino de la muerte sigue a Satanás, ya sea que
se percate o no de ello, y por el cual éste rechaza a Dios y Su camino de vida para
ser compañero de Satanás teniendo como fin la muerte y la perdición eterna.

B. El propósito de Dios
en el trato severo que aplica a Job
El propósito de Dios en el trato severo que aplicó a Job era el de corregir su lógica
con respecto a su relación con Dios, de modo que dejara el principio del bien y del
mal conforme a la ética y se volviera al principio de la vida conforme a Dios, a fin de
que ganara a Dios mismo y fuese partícipe de Dios para el cumplimiento de Su
economía eterna.

V. DOS FINALES
A. Los dos finales son los dos destinos
correspondientes a los dos caminos
Los dos finales son los dos destinos correspondientes a los dos caminos que los
hombres toman en su relación con Dios.

1. El destino del camino de Dios,


el camino de la vida, es la ciudad del agua de vida
El destino del camino de Dios, el camino de la vida, es la ciudad del agua de vida, la
Nueva Jerusalén, la morada eterna de Dios (Ap. 21:2, 11, 23; 22:1-2, 14), que
constituye la meta más gloriosa y excelente para todo hombre que anda en el
camino de la vida conforme al deseo de Dios y para Su beneplácito, a fin de que
ellos puedan participar con Dios en todas las bendiciones de Dios como vida eterna
por la eternidad.

2. El destino del camino


de la muerte y del bien y del mal
es el lago de fuego y azufre
El destino del camino de la muerte y del bien y del mal es el lago de fuego y azufre,
la Gehena de fuego (Mt. 5:22), la prisión eterna de Satanás, que constituye el final
más terrible y miserable para todo hombre que toma el camino de la muerte
conforme a la estratagema maligna de Satanás, a fin de que ellos puedan participar
con Satanás del juicio eterno y la perdición eterna (Jn. 16:11; Mt. 25:41; Ap. 21:8,
27; 22:15).

B. La Nueva Jerusalén es un incentivo dinámico,


y el lago de fuego es una solemne advertencia
La Nueva Jerusalén, como el final más excelente y glorioso del camino de Dios, el
camino de la vida, es un incentivo dinámico para que busquemos a Dios hasta
ganarle en toda plenitud según Su amor y gracia; y el lago de fuego, como el final
más terrible y miserable del camino de Satanás, el camino de la muerte y del bien y
del mal, debería constituir una solemne advertencia para quienes siguen a Satanás
en su camino contrario a la economía de Dios, a fin de que ellos puedan escapar del
juicio eterno y la perdición eterna reservados para Satanás según la justicia y
equidad de Dios.

ESTUDIO-VIDA DE JOB
MENSAJE TREINTA Y OCHO
UN MENSAJE ADICIONAL
LA IMPARTICIÓN DIVINA DE LA ECONOMÍA DIVINA
Lectura bíblica: Ef. 1:10; 3:8-10; 1 Ti. 1:4; Gá. 1:15-16; Col. 3:4a; Jn. 12:24;
19:34; Ro. 5:10; Jn. 3:3, 5-6; Tit. 3:5; 1 P. 2:2; Ef. 4:12-13; 1 Co. 14:3; Ef. 4:15-
16; Ro. 8:2; 1 Co. 15:45; Fil. 1:19b; 1 Co. 12:13b; Jn. 7:37-39; Gá. 5:16, 25
Hay dos grandes asuntos en la Biblia: la impartición divina y la economía divina.
En este mensaje abordaremos ambos asuntos.

I. LA ECONOMÍA DIVINA ES EL PLAN ETERNO DE DIOS


DE IMPARTIR A CRISTO EN SU PUEBLO ESCOGIDO
La palabra economía procede del término griego oikonomía, que significa
“administración de familia, manejo doméstico o gobierno familiar, y por
derivación, una distribución, un plan o una economía para la administración”. La
economía divina es el plan eterno de Dios de impartir a Cristo en Su pueblo
escogido a fin de producir, constituir y edificar el Cuerpo orgánico de Cristo (Ef.
1:10; 3:8-10; 1 Ti. 1:4). Puesto que Cristo es la corporificación del Dios Triuno, el
que Dios imparta a Cristo en Su pueblo escogido significa, en realidad, que Dios
mismo en Cristo se imparte en Su pueblo escogido. En pocas palabras, la economía
de Dios consiste en obtener un Cuerpo para Cristo. Este Cuerpo es el
agrandamiento del Dios Triuno para Su expresión con miras a que Él sea
satisfecho.

II. LA IMPARTICIÓN DIVINA


CONSISTE EN IMPARTIR A CRISTO COMO VIDA
Y COMO SUMINISTRO DE VIDA EN SUS CREYENTES
La impartición divina consiste en impartir a Cristo como vida y como suministro de
vida en Sus creyentes (Gá. 1:15-16; Col. 3:4a).

A. En la redención efectuada por Dios


Tal impartición de Cristo como corporificación del Dios Triuno se realiza primero
en la redención efectuada por Dios (Jn. 12:24; 19:34). El asunto central, la meta, de
la redención efectuada por Dios no es simplemente que nosotros seamos redimidos
de nuestros pecados y de la condenación que el pecado acarrea (la perdición
eterna), sino la liberación, esto es, la impartición, de Dios mismo como vida divina
en Sus redimidos. Juan 12:24 dice que Cristo en Su encarnación, como grano de
trigo, cayó en tierra y murió. De la misma manera que la vida vegetal está
contenida en un grano de trigo, también la vida divina estaba contenida en el
cascarón humano del cuerpo físico de Cristo. Mientras Él estuvo en la tierra, en la
carne, la vida divina dentro de Él se hallaba oculta dentro del cascarón de Su
cuerpo humano. Él fue a la cruz y murió, y la muerte de cruz quebró ese cascarón
humano y liberó la vida divina a fin de producir muchos granos. Ésta fue la
liberación de la vida divina para ser impartida en los muchos granos. Además, Juan
19:34 dice que cuando Cristo murió en la cruz, dos elementos, la sangre y el agua,
brotaron de Él. La sangre tiene como fin la redención, y el agua tiene como fin que
la vida divina sea liberada. Por tanto, la muerte redentora de Cristo vino a ser una
muerte que liberó la vida divina.

B. En la salvación provista por Dios


La impartición divina también se realiza en la salvación provista por Dios (Ro.
5:10). La redención efectuada por Dios es el fundamento de Su salvación. Con base
en Su obra redentora, Dios nos salva por la vida de Cristo. El primer paso para
salvarnos consiste en regenerarnos, lo cual conlleva que la vida divina sea
impartida en nosotros. Por tanto, la salvación que Dios efectúa está centrada en la
impartición de vida.

C. En la salvación de los pecadores


La impartición divina también se realiza en la salvación de los pecadores (Jn. 3:3,
5-6; Tit. 3:5). Cuando Dios salva a los pecadores, Él los regenera al impartirse en
ellos como vida. Cuando salgamos en busca de los pecadores a fin de ganarlos para
Cristo, debemos hacerles notar que ellos requieren de la vida de Dios y que la
manera de recibir la vida de Dios consiste en nacer de Dios, esto es, ser
regenerados.

D. En el nutrir de los nuevos creyentes


Dios ha dispuesto que primero seamos regenerados y que, después, seamos
nutridos. En 1 Pedro 2:2 se nos dice que como niños recién nacidos debemos desear
la leche de la Palabra a fin de que crezcamos para salvación.

E. En el perfeccionamiento de los santos


Efesios 4:12-13 habla sobre el perfeccionamiento de los santos, algo que
todos los creyentes deben experimentar. Perfeccionar a los santos
significa impartir a Cristo en ellos para que crezcan hasta alcanzar la
madurez. Cuando predicamos el evangelio, impartimos a Cristo en los
pecadores. Cuando nutrimos a los nuevos creyentes, impartimos a Cristo
en ellos como alimento, como elemento que los nutre. Asimismo, al
perfeccionar a los santos, les ministramos a Cristo, impartiéndoles Cristo
no solamente como leche, sino como alimento sólido (1 Co. 3:2; He.
5:13-14).

F. En el profetizar
La impartición divina también se realiza en el profetizar (1 Co. 4:3).
Cuando profetizamos en nuestras reuniones, nuestro profetizar debe
ministrar Cristo a otros. No sólo debiéramos hablar sobre algún pasaje
bíblico o sobre ciertas doctrinas, sino que debemos hacer todo lo posible
por poner a Cristo en nuestro profetizar. Entonces, la realidad de nuestro
ministerio será el propio Cristo.

G. En la edificación del Cuerpo de Cristo


Todos los asuntos mencionados anteriormente —salvar a los pecadores,
nutrir a los nuevos creyentes, perfeccionar a los santos y profetizar—
tienen como finalidad edificar el Cuerpo de Cristo (Ef. 4:15-16).

Debemos ver que la economía de Dios consiste en que Dios mismo, en


Cristo, sea impartido a nuestro ser; esto se inicia con nuestra
regeneración y continúa cuando somos nutridos y perfeccionados hasta
que alcancemos la madurez. Entonces seremos edificados para formar
parte del Cuerpo de Cristo.

III. LA IMPARTICIÓN DIVINA


ES LLEVADA A CABO POR EL ESPÍRITU DE VIDA
La impartición divina es llevada a cabo por el Espíritu de vida como
Espíritu vivificante con Su abundante suministro (Ro. 8:2; 1 Co. 15:45;
Fil. 1:19b).

IV. LA MANERA EN QUE RECIBIMOS


LA IMPARTICIÓN DIVINA
A. Beber del Espíritu
La manera en que recibimos la impartición divina consiste,
primeramente, en beber del Espíritu (1 Co. 12:13b; Jn. 7:37-39) en
nuestro espíritu al ejercitar nuestro espíritu.

B. Vivir y andar por el Espíritu


La manera en que recibimos la impartición divina consiste, además, en
vivir y andar por el Espíritu (Gá. 5:16, 25). Esto requiere que ejercitemos
nuestro espíritu.

Dios ha hecho todo lo necesario para alcanzar Su consumación como el


Espíritu, quien es uno solo. Hoy, este Espíritu es la totalidad del Dios
Triuno procesado y consumado. Cuando fuimos atraídos por Cristo,
creímos en Él e invocamos el nombre del Señor Jesús, una Persona
viviente entró en nosotros. Esta Persona es el Espíritu, la consumación
del Dios Triuno procesado y consumado. Cuando Él, como el Espíritu,
mora en nosotros, el que mora en nosotros es Cristo, y Cristo es el Dios
Triuno. Esta Persona es todo-inclusiva y, hoy en día, en calidad de
Espíritu consumado, Él mora en nuestro espíritu.

Cuando fuimos salvos, el Espíritu entró en nuestro espíritu para


regenerar nuestro espíritu, vivificar nuestro espíritu y mezclarse con
nuestro espíritu. La vida cristiana es la historia de este Espíritu
mezclado. Llevar una vida cristiana normal consiste en atender a los dos
espíritus: el Espíritu divino que está en nuestro espíritu humano
regenerado.

Todas las veces que contactamos al Señor, oramos a Él y le alabamos, la


parte que a nosotros nos corresponde es la de recibir Su impartición, y la
parte que le corresponde a Él es la de impartirse a nosotros. Cuanto más
le recibimos, más Él se imparte a nosotros. De este modo, obtenemos
todos los elementos del Dios Triuno en Su persona, en Su naturaleza y
en Su vida. Como resultado de todo ello, el Dios Triuno crece en nuestro
ser. Cuando Él crece en nosotros, nosotros crecemos en Él. Todo esto
forma parte de la historia de la impartición de vida.

Al recibir abundantemente la impartición divina, nosotros obtenemos el


abundante suministro del Espíritu de Jesucristo y crecemos en la vida
divina. Ésta es la vida cristiana, y esta vida cristiana depende
completamente de la impartición divina de la economía divina.

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