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ANÉCDOTAS

DE SANTOS
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“Como tenemos estas promesas, queridos hermanos, purifiquémonos de


todo lo que contamina el cuerpo y el espíritu, para completar en el temor de
Dios la obra de nuestra santificación” [2 Corintios 7:1]

“Busquen la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor”
[Hebreos 12:14]

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Los santos y la oración

Grandes santos sintieron el aburrimiento de las cosas de Dios. ¿Cómo salieron de tal situación? Orando.
La oración es un don de la gracia y una respuesta decidida por nuestra parte. Supone siempre un esfuerzo.
Los grandes orantes de la historia, así como la Santa Madre de Dios y los santos con Él, nos enseñan que la
oración es un combate. ¿Contra quién? Contra nosotros mismos y contra las astucias del tentador, que hace todo
lo posible por separar al hombre de la oración, de la unión con su Dios.

“El combate espiritual” de la vida nueva del cristiano es inseparable del combate de la oración. Pero esta
situación contraria a la paz y la alegría de la vida de un santo, sucede por algo.
Si toco la puerta y me abres, yo entraré y cenaré contigo.
No sabemos orar porque nunca nos hemos esforzado seriamente en conseguirlo. Nos falta mucho dominio sobre
nosotros mismo, dominio sobre las pasiones desordenadas, nos falta silencio interior [donde está la verdadera
oración], buscar sólo a Dios y a Su Voluntad con un corazón totalmente entregado a Él, abandonado en Él,
desapegado del mundo y de las criaturas. nNo sabemos dominar la imaginación, “la loca de la casa” en palabras
de Santa Teresa de Jesús; por eso andamos dispersos y no encontramos sosiego en nuestra alma. Al intentar
concentrarnos en la oración, de repente puede invadirnos un torbellino de ideas, de imágenes y recuerdos. La
mayoría de las distracciones en la oración son causadas por las preocupaciones terrenas, esas del día a día. Al
igual que Marta de Betania, nos afanamos en muchas cosas y sólo una es necesaria. Debemos aprender a escoger
la mejor parte, como hizo María de Betania. Las preocupaciones de la vida, el apego a lo sensual, los malos
hábitos, las ambiciones desmedidas y los excesivos planes van desconectándonos de Dios. Y fuera del ambiente
de Dios, sin recogimiento interior, psíquicamente la oración es imposible, mucho más espiritualmente.

Y den gracias a Dios en todas las circunstancias.


Dios puede ser para nosotros un ser vago, irreal, fuera de nuestra vida o al margen de ella. A los grandes santos
de la historia de la Iglesia también les ha sucedido esta sensación. Porque todos ellos fueron humanos, como
nosotros. La oración les aburría, los hastiaba, hubo momentos largos o cortos en que la oración les parecía algo
artificial y sin sentido. La carne les llevó al aburrimiento de lo divino. Dios llegó a cansarles y aburrirles, porque
esa circunstancia formó parte de su noche oscura de la fe [noche oscura del alma, noche oscura del espíritu]. Dios
no era para ellos objeto de su entendimiento en este mundo. Sufrieron desgana, desánimo, tristeza, incluso
depresión. Pero supieron atravesar el desierto más oscuro con gran dignidad y elegancia espiritual, pidiendo
con humildad, esforzándose en la oración y perseverando en la fe, pidiendo que la gracia se derramase sobre
ellos. Confiaron en Dios mientras caminaban por un valle oscuro. Vencieron la pereza mental. Dejaron de ver
las cosas superficialmente. Supieron enfrentar sus demonios.

Salmo 22
Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
¡Lejos de mi salvación la voz de mis rugidos!
Dios mío, de día clamo y no respondes,
también de noche, no hay silencio para mí.
Mas, Tú eres el Santo que moras en las laudes de Israel.
En Ti esperaron nuestros padres, esperaron y Tú los liberaste.

Salmo 23
El Señor es mi pastor, nada me falta.
En verdes pastos Él me hace reposar.
A las aguas de descanso me conduce,
y reconforta mi alma.
Por el camino del bueno me dirige,
por amor de Su nombre.
Aunque pase por caminos oscuros y tenebrosos,
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no temo ningún mal, porque Tú, Señor, estás a mi lado;
Tu vara y Tu bastón me reconfortan.
La mesa has preparado para mí frente a mis adversarios,
con aceites perfumas mi cabeza y rellenas mi copa.
Irán conmigo la dicha y Tu favor mientras dura mi vida,
mi mansión será la casa del Señor por largos, largos días.

A los santos también les costaba la oración. Les costaba rezar. Tuvieron que esforzarse en vencer su naturaleza
caída y con la ayuda de la gracia, se dejaron transformar por Dios. Un gran místico, San Juan de la Cruz, sufrió
terriblemente la noche de los sentidos y la noche del espíritu, que tan perfectamente describe en su obra “La
noche obscura”.

Santa Teresa de Jesús, antes de la conversión y de ser maestra de oración, tenía grandes dificultades para orar y
se le hacía eterno permanecer rezando en la capilla; no cesaba de mirar el reloj, pensando en salir pronto. Santa
Teresita del Niño Jesús [Teresa de Lisieux], enferma y agotada, se quedaba dormida en el coro; en “Historia del
Alma”, cuenta que todos los retiros los hizo en profunda aridez. San Rafael Arnáiz, también enfermo y en
desolación, escribió una semana antes de morir: “Llevas un rato de oración y ni un solo pensamiento de Jesús,
ni un solo pensamiento de Mará. Sólo piensas en ti y en tu enfermedad, eres un pobre hombre, hermano Rafael”.
La campeona antigua en este ranking de la aridez fue Santa Juana de Chantal, que estuvo 41 años en sequedad;
y la moderna, Santa Teresa de Calcuta, que según su confesor pasó en aridez espiritual los últimos 50 años de
su vida, sin detenerse en sus obras de misericordia. Los santos tuvieron que superar grandes dificultades, entre
ellas las de la oración, pero perseveraron en ella y alcanzaron la santidad. Nunca se creyeron santos, por eso lo
fueron. Y nunca se confiaron demasiado, por eso triunfaron. Lucharon con heroísmo, nunca se rindieron y fueron
extraordinarias almas de oración. Sabían que estaba en juego no sólo su santidad anhelada, sino la propia
salvación de su alma.

Los santos y la noche oscura del espíritu

Santos insignes, como Madre Teresa de Calcuta, vivieron intensamente la noche oscura del espíritu: se sintieron
abandonados de tal forma que ya no tuvieron conocimiento de Dios y cayeron en tal angustia, que ya no sabían
si estaban en el camino justo o si estaban vivos o muertos. Sobre ellos, según describieron casi todos, cayó un
dolor tan extraño que les parecía que todo el mundo en su extensión los oprimía. Ya no tenían ninguna
experiencia ni conocimiento de Dios; todo lo demás les parecía repugnante, de forma que se sentían prisioneros
entre dos muros. Esta oscuridad acompañó a Madre Teresa de Calcuta hasta su muerte, con un breve paréntesis
en 1958, durante el cual pudo escribirle gozosa a su confesor: “Padre, hoy mi alma está llena de amor, de alegría
indecible y de una ininterrumpida unión de amor”. A partir de cierto momento no habla casi de ello, no porque
su noche se hubiese terminado, sino porque ella se adaptó a vivir en ella. No sólo la aceptó, sino que reconoció
la gracia extraordinaria que encerraba para ella. “He comenzado a amar mi oscuridad, porque creo que ésta es
una parte, una pequeñísima parte de la oscuridad y del sufrimiento en que Jesús vivió su Getsemaní”. Tenía
miedo, al hablar de ello, de hacerse notar y opacar a Jesús, que la gente la mirara a ella y no a Nuestro Señor. Las
personas más cercanas a ella no sospecharon nada, hasta el final, cuando su confesor decidió publicar las cartas
que le escribió para iniciar la causa de beatificación.

El peligro más insidioso para el alma en la noche oscura del espíritu es el de percatarse de que se trata,
precisamente, de la noche oscura: por lo tanto, creerse que forma parte de un círculo de “almas elegidas”. Con
la gracia de Dios, Madre Teresa evitó este riesgo escondiendo su tormento a todos bajo una eterna sonrisa: “Todo
el tiempo sonriendo, dicen de mí las hermanas y la gente. Piensan que mi interior está lleno de fe, confianza y
amor… ¡Si sólo supieran cómo mi apariencia gozosa no es sino un manto con el que cubro vacío y miseria!”. Los
padres del desierto dicen: “Por grandes que sean tus penas, tu victoria sobre ellas está en el silencio”. Madre
Teresa de Calcuta lo puso en práctica de forma heroica.

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JUAN PABLO II
AHÍ ESTÁ JESÚS
En su última celebración del Corpus Domini, que presidió en 2004, el
Karol Józef Wojtyla se convirtió Papa ya no podía andar, así que hubo que fijar su silla a la plataforma
en Sumo Pontífice el 16 de del vehículo dispuesto para la procesión. Delante de él, sobre el
octubre de 1978. Aquel joven que
soñaba con dedicarse a la
reclinatorio, se exhibía el ostensorio con el Santísimo Sacramento.
filología y al estudio de los Poco después de la partida, JPII se dirigio a uno de los maestros de
clásicos, cambió su decisión al ceremonias y le preguntó si podía arrodillarse; con delicadeza, éste le
encontrarse frente a frente con el explicó qu era demasiado arriesgado dado que el recorrido era
cardenal Sapieha. bastante accidentado y eso menguaba la estabilidad del vehículo.
Pasados unos minutos el Papa repitio: “Quiero arrodillarme” y le
Desde que supo con claridad que respondieron que esperase a que el firme fuese mejor. Unos instantes
su opción de vida pasaba por el después exclamó resuelto, casi gritando: “¡Ahí está Jesús, por favor!”.
sacerdocio, la vida de Juan Pablo
II se hizo Historia. El cardelan
Como no era posible contradecirlo, los dos maestros de ceremonias lo
Sapieha le había oído hablar en ayudaron a arrodillarse en el reclinatorio; al no lograr sostenerse con
una recepción y quedó las piernas, el Papa intentó sujetarse aferrándose al borde de aquel,
gratamente sorprendido por la pero casi de inmediato tuvieron que sentarlo nuevamente en la silla.
elocuencia del joven, así que Pese a que el cuerpo ya no le respondía, su firmeza y entereza de
Karol decidió prepararse y ánimo seguía intacta. Empezó a orar por largo rato, en silencio.
emprender el camino del
sacerdocio. “Una persona es anciana cuando empieza a vivir más de
recuerdos que de proyectos; Juan Pablo II nunca vivió
Huérfano de padre y madre, su
de recuerdos, por lo tanto nunca fue anciano; su vida
hermano también falleció, su
entera era un proyecto vivificante y palpitante, fue un
infancia no fue fácil, tampoco lo
hombre siempre joven, siempre alegre, siempre sereno”.
fueron su adolescencia y
– Joaquín Navarro-Valls, su amigo y portavoz por 22 años –
juventud. A la muerte de su
madre le siguió 3 años después la
de su hermano; y a los 21, perdió
a su padre, una de las personas
más importantes de su vida.
DEMASIADOS ESTUDIOS
Aunque su salud estaba muy delicada al final de su vida, JPII no dejó
Sobrevivió a la ocupación nazi en
su buen humor de lado; cierto día, hablando en el Vaticano desde un
Polonia, estudiando
clandestinamente. Ayudó a lugar distinto del cual hablaba habitualmente, dijo: “Cerraron el
escapar a familias judías de la balcón de San Pedro, así que les hablo desde aquí. Nunca me habían
brutal persecución nazi. hecho tantos estudios… los médicos descubrieron órganos que ni
siquiera yo sabía que existían”.

LES DOY LAS GRACIAS


Sus allegados cuentan que en sus últimas horas, en su habitación, JPII
estaba escuchando a los jóvenes que cantaban en la Plaza de San
Pedro y rezaban por él. Con un hilo de voz, le dijo a su secretario
Stanislaw Dziwisz que les dijera a los jóvenes: “Los he buscado, ahora
han venido a verme, los amo y les doy las gracias”.

“Nunca sintió temor de que lo vieran sufrir, él sabía bien


que el dolor es una experiencia que caracteriza la vida de
cada persona humana”. – Joaquín Navarro-Valls –

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DE “EL SECRETO DE LA MADRE TERESA”:
TERESA DE CALCUTA 40 CARTAS A SU CONFESOR
Agnes Gonxha Bojaxhiu, de [Confidencias al Reverendo Neuner]
origen albanés, se naturalizó • Tengo un sentimiento de enorme vacío y oscuridad.
india al fundar la congregación
• ¿Dónde está mi fe? Incluso en lo más profundo, no hay nada, excepto
de las Misioneras de la Caridad
vacío.
en Calcuta [1950]. Nació en una
familia adinerada. Cambió de • Señor, mi Dios, ¿quién soy yo para que me abandones? Yo llamo, me
nombre a los 18 años, escogiendo aferro, quiero, pero nadie responde, nadie a quien agarrarme, nadie. Sola.
el nombre de Teresa por Santa ¿Dónde está mi fe? ¡Mi Dios! ¡Qué desgarrador es este insospechado dolor, no
Teresita de Lisieux, patrona de tengo fe! Tantas preguntas sin responder viven dentro de mí con miedo a
las misiones y doctora de la destaparlas por la blasfemia. Si hay Dios, por favor, perdóname.
Iglesia. • ¿Me equivoqué rindiéndome ciegamente a la llamada del Sagrado
Corazón?
Durante más de 45 años atendió • Hay una terrible oscuridad dentro de mí, como si todo estuviera muerto.
a pobres, enfermos, huérfanos y Esto es así más o menos desde que comencé a trabajar.
moribundos de las calles, al • La sonrisa es una máscara, una tapadera que cubre todo. Hablo como si
mismo tiempo que guiaba la mi corazón estuviera enamorado de Dios; si estuvieses ahí, dirías: ¡qué
expansión de su congregación, hipocresía!
en un primer momento en la • Tú, mi confesor, reverendo Neuner, me dices que no hay remedio humano
India y luego en otros países del para esta noche oscura de la fe… que no me tengo que sentir responsable de
mundo. Empezaron 12 y hoy son mi sentimiento… que sentir a Jesús no es la única prueba de que está ahí… que
unas 4,500 religiosas y casi 400 mi ansia de Dios es un signo de Su Presencia en mi vida. Quiero creerte, padre
misioneros trabajando para los confesor, quiero creerte. Y voy a esforzarme en ello. Te lo prometo.
más pobres entre los pobres. • Ahora [1972] puedo soportar por primera vez en años esta oscuridad. Pero
Están presentes en 139 paíes y por favor, padre, destruye toda mi correspondencia antes de que yo muera. Si
tienen 758 casas. las cartas se hiciesen públicas, la gente pensaría más en mí que en Jesús.
• [Carta a Monseñor Leo M. Maasburg, su consejero durante varios años]
Aunque se convirtió en una
Yo no considero que estas obras que hago sean mérito mío. ¡Jamás admitiré
persona sencilla y solidaria, sus
tal cosa! Todo es obra de Él.
padres tenían un alto poder
• Mientras mis Hermanas van por el mundo, yo, a través de una lejanía de
adquisitivo comparado con el
Dios vivida de un modo muy angustioso, experimento el dolor de una inmensa
resto; esto la ayudó a tener una
sed de amor y de un amor que no siento correspondido. ¿Qué me sucede, Dios
formación adecuada,
mío? ¿Y hasta cuándo?
aprendiendo sobre cultura y
educación; su familia acogía a
huérfanos en su casa, lo que la
familiarizó con la compasión. “Tuvo crisis de fe, lo que ella llamó la noche oscura de la fe, durante los
últimos 50 años de su vida. Estas crisis son descritas por Santa Teresa
de Jesús, San Juan de la Cruz y otros grandes santos como la noche
oscura del alma y les ocurren a los grandes santos. Once semanas
antes de recibir el Premio Nobel de la Paz [diciembre 1979] me
escribiiió una carta que decía: ´Jesús tiene un amor muy especial por
ti, pero por mí… El silencio y el vacío son demasiado grandes, miro y
no veo, escucho y no oigo, la lengua se mueve pero no habla”.
– El reverendo Neuner, su confesor –

“Un ejemplo de cómo Madre Teresa llevaba a cabo su misión, se dio cuano envió a
las Misioneras de la Caridad a Etiopía, donde el régimen dictatorial le preguntó
cómo pensaba realizar su labor. Esta fue su respuesta: ´El tierno amor y el
cuidado que dedicaremos a los más pobres entre los pobres de vuestro país será
una prueba del amor de Dios mismo hacia ellos´. La Madre Teresa nunca criticó
la fe de los demás, sino que a través de su ejemplo los atraía a la suya. Nunca
juzgó la fe de otros, pero muchos otros terminaron adhiriéndose a su fe”.
– Monseñor Leo M. Maasburg –

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¿POR QUÉ A TI?
FRANCISCO DE ASÍS En cierta ocasión, morando San Francisco en el convento de la
Su padre, Pedro Bernardone, fue Porciúncula con fray Maseo de Marignano -hombre de gran santidad,
un comerciante que trabajaba en discreción y gracia para hablar de Dios, por lo que era muy amado
Francia; como se encontraba en del Santo- un día que éste venía de orar en la selva, quiso fray Maseo
este país cuando nació su hijo, la probar su humildad; al encontrarse con Francisco a la salida del
gente le puso el apodo de bosque, le dijo casi reprendiéndolo: “¿Por qué a ti? ¿Por qué a ti? ¿Por
“Francesco” [el francés]. qué a ti?”. Francisco le preguntó: “¿Qué quieres decir con eso?”. Fray
Fue prisionero de guerra durante maseo le respondió: “¿Por qué todo el mundo viene en pos de ti, y
un año, pero fue liberado ileso; a parece que todos ansían verte, oírte y obedecerte? Tú no eres hermoso
los 19 años, antes de su de cuerpo, no tienes gran ciencia, no eres noble. ¿De dónde te vienes,
conversión, se unió al ejército y pues, que todo el mundo vaya en pos de ti?”. Vivamente regocijado,
luchó en una guerra que se libró Francisco levantó el rostro al cielo y estuvo por largo tiempo con la
entre las ciudades de Perugia y mente suspendida en Dios; luego, volviendo en sí, se arrodilló y alabó
Asís. y dio gracias al Señor; después, con gran fervor de espíritu, se volvió
Su vida se inspiró en Mateo 10, a fray Maseo diciendo: “¿Quieres saber de dónde a mí?
9: “Jesús les dice a sus ¿Quieres saber de dónde a mí? ¿Quieres saber de dónde, que
discípulos: No lleven oro, plata o todo el mundo venga en pos de mí? Pues esto me viene de los
monedas en el cinturón cuando ojos del altísimo Dios, que en todas partes contempla a
viaje para predicar el buenos y malos. Porque aquellos ojos santísimos no han
Evangelio”. Se sintió inspirado a visto entre pecadores ninguno más vil, ni más inútil, ni más
hacer lo mismo y comenzó a grande pecador que yo. No habiendo encontrado sobre la
viajar para predicar el tierra criatura más vil para la obra maravillosa que se
arrepentimiento en pobreza y propone hacer, me escogió a mí para confundir la nobleza y
castidad, dos votos que iban en
la grandeza, la belleza y la fortaleza, y la sabiduría del
contravía a su vida anterior.
mundo, a fin de que se conozca que toda virtud y todo bien
En el plazo de un año ganó 11 procede de Él y no de la criatura”.
seguidores; en 1210 ya tenía 12,
igual número que los apóstoles. El Papa Inocencio III decidió apoyar a los franciscanos
Entonces, Francisco redactó una después de un sueño sobrenatural. Desde siempre se
regla breve e informal, que había mostrado adverso a darle apoyo a Francisco y su
consistía principalmente en los nuevo grupo de seguidores. Entonces, tuvo un sueño en
consejos evangélicos para el que vio a Francisco sosteniendo con su cuerpo la
alcanzar la perfección. Basílica de San Juan de Letrán, la catedral de la diócesis
de Roma, que estaba a punto de derrumbarse. El Santo
Padre interpretó el sueño como una indicación de que
Francisco y su grupo podrían servir de apoyo a la
Iglesia; así les dio el reconocimiento oficial como Orden.

LOS DOLORES DE MI SEÑOR


Cierto día, un caballero lo encontró gimiendo y llorando; le preguntó
la razón y el santo respondió: “Lloro los dolores y las
degradaciones de mi Señor, y lo que más me hace llorar es
que los hombres no se acuerdan de Quien tanto padeció por
ellos”. Y a continuación, redobló las lágrimas, hasta el extremo de
que el caballero que lo acompañaba también prorrumpió en llanto.

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¿CÓMO TE PODRÉ AGRADECER?
TERESA DE ÁVILA Se sentía inundada de la bondad de Dios. Entonces le preguntó a
Su nombre: Teresa Sánchez de Nuestro Señor: “Señor mío, ¿cómo te podré agradecer?”.
Cepeda Dávila y Ahumada, aunque Nuestro Señor le contestó: “Asiste a una Misa”.
usó el nombre de Teresa de
Ahumada hasta que comenzó la
reforma, cambiando entonces su
nombres por Teresa de Jesús.
POR ESO TIENES TAN POCOS AMIGOS
Descendía de familia judía conversa;
Un día se quejaba de lo mal que la trataba el Señor con enfermedades,
su abuelo paterno fue procesado por problemas de todo tipo y arideces. Y Jesús le respondió: “Teresa, así
la Inquisición en 1485. La familia de trato yo a mis amigos”. Teresa, con mucha gracia, le respondió:
Teresa se vio obligada a abandonar “¡Ay, Señor! Por eso tienes tan pocos”.
un floreciente negocio de paños en
Toledo y trasladarse a Ávila.
“Entregaste tu vida al Señor, con la humide confesión de tus faltas.
Exhortando a tus hijas a mantener intacta tu herencia espiritual y la
Desde pequeña pensó en sufrir el
fidelidad al carisma. Con el deseo intenso de ver a Dios: ´Señor mío,
martirio, por lo cual ella y uno de sus tiempo es ya que nos juntemos, ya es tiempo de caminar´. Envuelta en
hermanos -Rodrigo-, un año mayor, el cariño maternal de esa Iglesia de la que te sentías hija. Con la gracia
trataron de ir a “las tierras infieles”, del Sacramento de la Penitencia, el viático de la Eucaristía y la santa
es decir a las tierras ocupadas por unción de los enfermos. Fue la tuya una muerte de amor, como bien
los musulmanes, pidiendo limosna expresó San Juan de la Cruz: ´Consumida por la llama de amor viva, se
para que allí los descabezasen. Su tío rompió la tela del dulce encuentro con Dios´. Vives con Cristo en la
los trajo de vuelta a casa. gloria y estás presente en la Iglesia, caminando con ella por los
senderos de los hombres. En tus escritos plasmaste tu voz y tu alma. En
tu familia religiosa perpetúas tu espíritu. Nos has dejado como lección
Ingresó al Convento de la
la amistad con Cristo. Nos has legado como testamento el amor y
Encarnación de Ávila, pese al servicio a la Iglesia. ¡Dichosas vidas como la tuya!”. – Del discurso del
desacuerdo de su padre. Tras entrar Papa Juan Pablo II en el acto de clausura del IV Centenario de la muerte de Santa
el convento, su estado de salud Teresa de Jesús –
empeoró: padeció desmayos, una
cardiopatía no definida y varias
molestias más. En unos días de
descanso en casa de su padre, sufrió
un paroxismo quedando paralítica
SANTA DE GRANDES ÉXTASIS
por más de 2 años. En una ocasión la • Tuvo visiones a lo largo de toda su vida.
dieron por muerta. Sus • En una ocasión había abandonado la oración, recibiendo frecuentes
padecimientos físicos fueron visitas de amistades en el convento; Jesucristo se le apareció en el locutorio,
terribles durante muchos años.
con semblante airado, reprendiéndole su trato familiar con seglares.
Declarada Doctora de la Iglesia por • Veía a Dios, a la Virgen, a los santos y los ángeles en todo su esplendor,
el Papa Pablo VI, en 1970, en contra incluso tuvo visiones proféticas y visiones del infierno.
de la Curia Romana tradicional. • Pasaba de los 43 años cuando por primera vez vivió un éxtasis. Sus
visiones intelectuales se sucedieron sin interrupción durante 2 años y medio
[1559-1561]. Varios testigos contemplaron cómo levitaba sobre el suelo en
algunos de estos éxtasis. Al día de hoy [2017] la ciencia no ha sido capaz de
explicar estos fenómenos de levitación.
• Tanto Teresa como sus seguidoras de la reforma de la Santa, dormían
sobre un colchón relleno de paga, llevaban sandalias de cuero o madera,
consagraban 8 meses del año a los rigores del ayuno 3 veces por semana y se
abstnían por completo de comer carne.
• Tras recibir el rechazo de las prioras de los Conventos de Valladolid y
Medina del Campo, fundados por ella, viajó muy enferma hasta Alba de
Tormes, donde falleció un viernes 15 de octubre. Nueve meses después de su
muerte, abrieron el ataúd y comprobaron que el cuerpo estaba entero y los
vestidos podridos. Antes de devolver el cuerpo al cofre de enterramiento, le
diseccionaron una mano que envolvieron en una toquilla y llevaron a Ávila.
• Su báculo oo bastón es una reliquia que se convirtió en símbolo del
camino espiritual de la propia Santa Teresa.

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Los santos y la noche oscura del espíritu

San Juan de la Cruz fue el creador del símbolo. Según declaración pública de su compañero de
Orden, Eliseo de los Mártires: “Supo y sintió altamente de la oración y el trato íntimo con Dios,
y a todas las dudas que le proponían acerca de estos puntos, respondía con alteza de sabiduría,
dejando a quienes le consultaban muy satisfechos y aprovechados”. San Juan de la Cruz nos
enseña su tesis: para llenarse de Dios, hay que vaciarse de uno mismo; el método para conseguir
este vacío, para que la nada y el todo se fundan en uno, lo enseña en sus tratados “Subida del
Monte Carmelo” y “Noche oscura del alma”, la que él describe como la época por la que el alma
tiene que pasar para entrar en la tercera y última etapa de la unión con Dios, como “la fuerte
lejía de la purgación de esta noche del espíritu, sin la cual no podrá venir a la pureza de la
unión divina”. Es una verdadera desolación de orden espiritual: mientras el alma anhela a Dios,
se siente abandonada por Él -aunque en realidad no lo está, por supuesto-. Lo vemos en la
práctica en la vida de cada día de personas que han decidido vivir a fondo y coherentemente
su propia vida, empezando por el mismo San Juan de la Cruz desde niño, para culminarlo en su vida de extrema
pobreza y de persecución de sus propios hermanos, hasta su secuestro en la cárcel de Toledo donde fue
torturado, amenazado de muerte, chantajeado y vivió pudriéndose en aquel estercolero.

Madre Teresa de Calcuta vivió su noche oscura como una especie de “martirio, debido a la
presencia-ausencia de Dios”, según narra Brian Kolodiejchuk [postulador de la causa de
canonización de la santa] en su libro “Madre Teresa: Ven y sé mi luz”, de la editorial
Doubleday. En una de sus cartas, Madre Teresa dice: “Hay tanta contradicción en mi alma…
un profundo anhelo de Dios, tan hondo que hace daño; un sufrimiento continuo, y con ello
el sentimiento de no ser querida por Dios, rechazada, vacía, sin fe, sin amor, sin celo… El
cielo no significa nada para mí, me parece un lugar vacío”. Este sufrimiento lacerante,
provocado por el vacío de Dios, es el signo de un fenómeno positivo: es una presencia-
ausencia por la que Dios está presente, pero no es experimentado. El que la Madre Teresa de
Calcuta, quien a la vista de todos [creyentes y ateos] ya era una santa en vida, pudiera pasar horas ante el
Santísimo -como dicen los testigos que la vieron- casi extasiada y lo hiciera en estas condiciones, demuestra que
es un verdadero martirio, porque para quien no experimenta a Dios y siente ese vacío, estar quieta durante horas
ante el Santísimo significa estar entre llamas. No hay que escandalizarse por estos escritos de la Madre Teresa,
pues lo que dicen hace más grande su figura, no la empequeñece, pues los ateos “normales” [comunes] no se
afligen por la ausencia de Dios; por el contrario, para la Madre Teresa era la prueba más terrible que vivía.

Por eso fue grande en la santidad. Ella tiene verdaderamente la talla de los grandes de la santidad cristiana,
precisamente por su capacidad de esconder estos fenómenos tan íntimos, de vivirlos personalmente en lo más
profundo de su corazón y callar ante los demás. Quizá lo hico precisamente en expiación por este ateísmo
creciente que se da en el mundo de hoy, pues en el fondo Madre Teresa vivió este vivir como si Dios no existiese
positivamente, con fe, del lado de Dios. La noche oscura es muy conocida en la tradición cristiana; lo nuevo ha
sido la manera en que Madre Teresa la vivió, pues mientras la noche oscura del espíritu de San Juan de la Cruz
es un periodo preparatorio al unitivo, en el caso de Madre Teresa parece que fue estable: desde que comenzó su
gran obra de caridad, hasta el final de su vida. La Madre Teresa es la santa de la era de la comunicación y la
tecnología, así que esta noche del espíritu la protegió de la posibilidad de convertirse en víctima de los medios,
corriendo el peligro de dejarse exaltar a sí misma; era una especie de escudo para atravesar la era mediática.

La interminable noche oscura de algunos santos modernos es el medio de protección para su actuar en días
caóticos como los de hoy, ya que ellos viven y trabajan constantemente bajo los focos de los medios y de la
publicidad; es el traje de amianto [resistente a la combustión] para quien debe ir entre las llamas; es el aislante
que impide a la corriente eléctrica salir, provocando cortocircuitos.

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Lo mismo podría decirse de Juan Pablo II. De hecho, la misma Madre Teresa decía que
ante los más grandes honores y ante el interés de la prensa, ella no sentía nada porque vivía este vacío interior.

El Papa Benedicto XVI, en un mensaje a los jóvenes congregados en la zona central de Italia,
se refirió al libro que revela que la Madre Teresa estuvo profundamente atormentada por
su fe y que sufrió periodos de duda de Dios: “El tormento de la Madre Teresa por el silencio
de Dios no es algo inusual, todos los creyentes saben sobre el silencio de Dios, hasta la
Madre Teresa -con toda su caridad y fuerza de fe- sufrió el silencio de Dios”.

Esta colección de cartas escritas a sus confesores durante 66 años son el sustento,
precisamente, de su santidad. En una de ellas, dirigida al reverendo Lawrence Picachy
[agosto 1959] escribió: “Dime, padre, por qué hay tanto dolor y tanta oscuridad en mi alma…”. En otra más,
afirma: “En mi propia alma, siento un dolor terrible por esta pérdida. Siento que Dios no me quiere, que Dios no
es Dios, y que él verdaderamente no existe”.

Satanás la tentó de todas las formas imaginables, incluso llegó a poseerla. Pero tras
un exorcismo, ejercido por el Cardenal de Calcuta, el príncipe de las tinieblas tuvo que abandonar su presa, no
sin antes hacer pasar a la santa por la temible noche oscura del alma.

Es difícil encontrar a un místico que no haya pasado por la noche oscura del alma. Madre Teresa había querido
que todas sus cartas fueran destruidas antes de su muerte, pero el Vaticano ordenó que fuesen preservadas como
reliquias potenciales de una santa, como ha asegurado una portavoz de la editorial Doubleday. Madre Teresa
era una persona muy reservada, que quería que su vida de oración quedara entre ella y Jesús; experimentó como
pocos santos la prueba más difícil: sentirse rechazada por el Señor, Aquel a quien había dedicado toda su vida.
Cuando rezaba, se sentía vacía y eso le dolió profundamente. Tardó mucho en comprender lo que Dios quería
con esa prueba. Esta oscuridad ocurre a veces en la vida espiritual para purificar y ayuda a amar a Dios por sí
mismo, no por lo que nos da.

Ese vacío interior le ayudó a sintonizar con quienes experimentan rechazo, como las personas sin hogar;
abandonados, sin saberse amados, queridos o aceptados. Así creció su amor a Dios y por los demás, queriendo
a las personas sin esperar nada a cambio, tal como Jesús quería que ella lo hiciera. Entró profundamente en esta
situación y comenzó a ver que la oscuridad que estaba atravesando, que la hacía sentirse no amada ni querida
ni aceptada, era participar en el abandono que sienten los pobres. Se sentía no querida, abandonada y rechazada,
y así reaccionó. Y probablemente, ayudando a los pobres creció su fe. Desafió a sus seguidoras a hacer algo más
que resolver el hambre, la sed o la falta de casa: quería que cada encuentro con un pobre, un deprimido o un
desamparado fuera un verdadero encuentro con Dios. Según las Misioneras de la Caridad, “Madre nos decía
que nuestra vocación no es hacer un trabajo de ayuda social, por muy bueno y muy útil que pueda ser, sino
asumir nosotras mismas algo del sufrimiento de los pobres, llevarlo con nosotras para que sea parte de la
Redención. Decía que al vivir también ella misma el sufrimiento de los pobres, estaba conectada con su lado
espiritual y por supuesto conectada con la Voluntad de Dios”.
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9
SU CARÁCTER
PADRE PÍO Cabodevilla, el mayor especialista sobre el santo, afirma que el Padre
Francisco Forgione, conocido Pío era jocoso, pronto a la broma, pero con un temperamento fuerte.
posteriormente como San Padre Era muy exigente como confesor y a los que acudían a él por morbo,
Pío de Pietrelcina, nació en el seno para ver sus estigmas, les descubría y trataba con cierta dureza,
de una humilde y religiosa familia, aunque con misericordia. A sus milagros siempre les acompaña un
en 1887, en una pequeña aldea del
cambio radical de vida de la persona. Sus devotos necesitan hablar de
sur de Italia: Pietrelcina.
él, no se ha visto un fenómeno con esta intensidad en otros santos;
En 1910 ingresó en la Orden de los además, lo consideran como un padre, como uno más de su familia.
Frailes Capuchinos [Franciscanos]
y falleció en 1968, en San Giovanni
Rotondo, localidad italiana. DARÉ MÁS GUERRA
Fue beatificado en 1999 por el “Daré más guerra muerto que vivo”, profetizó poco antes de
Papa Juan Pablo II en Roma y
declarado santo en 2002.
morir, algo que demuestran sus milagros que se producen cada día
alrededor de su figura.
Pasaba hasta 16 horas diarias en el
confesionario, alguns debían “Su relacion quedó reflejada en varias cartas que se conservan. Ya
esperar hasta dos semanas para había tratado con él en 1947, cuando Wojtyla era un cura recién
lograr confesarse con él. ordenado. Ya entonces él vio sus estigmas, las heridas en pies, manos y
el costado. En 1962, Karol Wojtyla, ya arzobispo de Cracovia, le
escribió: ´Venerable Padre, te ruego que eleves a Dios una oración por
Su vida se centraba en torno a la
una madre de cuatro hijas que tiene 40 años y vive en Cracovia, en
Sagrada Eucaristía, sus misas Polonia. Durante la última guerra pasó 5 años en un campo de
conmovían a los fieles por su concentración de Alemania y está en gravísimo peligro de perder la
profunda devoción, poseía una vida a causa de un cáncer´. Los médicos le daban un año de vida, pero
ferviente devoción por la Virgen la mujer se curó milagrosamente y aún vive, se trata de Wanda
María. Algunos de los dones Poltawska, famosa amiga del Papa, cuya correspndencia con él se ha
publicado recientemente”. – La relación entre Juan Pablo II y el Padre Pío
milagrosos y sobrenaturales que contada por el mayor especialista sobre el santo de Pietrelcina, Elías Cabodevilla
recibió: discernimiento [sacerdote capuchino] –
extraordinario [era capaz de leer
corazones y conciencias], profecía
[anunció los tres días de oscuridad
cuando Jesús vendrá a juzgar a SUS ESTIGMAS Y LEVITACIONES
vivos y muertos], curación
[milagros por el poder de la La sangre de sus estigmas tenía fragancia de flores. Los médicos que
oración], bilocación [estaba en dos observaron los estigmas del Padre Pío no pudieron hacer cicatrizar sus llagas
lugares al mismo tiempo], ni dar explicación alguna de ellas; calcularon que perdía una copa de sangre
perfume en los estigmas de Cristo. diaria, pero sus llagas nunca se infectaron. El Padre Pío decía que eran “un
regalo de Dios y una oportunidad para luchar por ser más y más
como Jesucristo Crucificado”. Muy joven empezó a tener apariciones de
la Virgen María, de Jesús e incluso de Satanás, que continuarían el resto de
su vida. Era capaz de elevarse del suelo [levitar] y de hacer levitar objetos,
de ello dan cuenta múltiples testimonios de testigos presenciales.

UNO DE SUS MILAGROS


Siendo aún un niño, acompañó a su padre, Horacio, en una
peregrinación al Santuario de San Peregrino. La iglesia estaba
llena de fieles en todas partes; Francisco se arrodilló para orar al
frente del Santuario y observó la angustia de una madre que se
acercó al altar con un niño deforme en sus brazos, implorando al
Santo que intercediera por la sanación de su hijo. Mientras su padre
se preparaba para salir de la iglesia, Francisco no se movía, en
profunda oración de intercesión por el niño. La madre de éste, en un arrebato de desesperación, dijo en
voz alta frente a la imagen del Santo: “¡Cura a mi hijo! Y si no lo quieres curar, tómalo, yo no lo quiero”,
y arrojó al niño en el altar. En el preciso momento en que el niño tocó el altar, éste sanó por completo.

10
25 SECRETOS QUE JESÚS LE REVELÓ
FAUSTINA KOWALSKA
Apóstol de la Divina Misericordia. Nació En 1938, Jesús le dictó a esta joven polaca, Hermana de la Misericordia,
el 25 de agosto de 1905, falleció el 5 de un retiro de tres días. Sor Faustina registró minuciosamente las
octubre de 1938. Canonizada el 30 de instrucciones de Cristo en su diario, el cual se convirtió en un Manual
abril de 2000, año jubilar. Su nombre de Místico de Oración y la Divina Misericordia.
pila: Elena Kowalska.

A muy temprana edad fue llamada a Para la guerra espiritual:


hablar con el Cielo, tuvo un sueño a los 5
años donde -según le contó a su madre- 1. Nunca confíes en ti misma, sino abandónate totalmente a Mi
estuvo caminando de la mano de la
Madre de Dios en un jardín precioso. Voluntad.
Solía decir a su madre que el ángel de la 2. En la desolación, la oscuridad y varias dudas, recurre a Mí y a tu
guarda la despertaba para rezar durante director espiritual, él siempre te escuchará en Mi Nombre.
la noche. Desde los 7 años sintió la 3. No negocies con cualquier tentación, enciérrate inmediatamente en
suprema llamada de Dios, la gracia de la
vocación a la vida consagrada. Mi Corazón.
4. En la primera oportunidad, revela la tentación al confesor.
A los 15 años trabajó como empleada 5. Pon tu amor propio en el último lugar, para que no contamine tus
doméstica y de nuevo sintió muy obras.
fuertemente el llamado a la vocación
religiosa, pero sus padres no la apoyaron. 6. Ten una gran paciencia contigo misma.
Varias veces pidió permiso a sus padres 7. No descuides las mortificaciones interiores.
para ingresar al Convento. 8. Siempre justifícate a ti misma las opiniones de tus superiores y de tu
confesor [humilde obediencia a la auténtica autoridad].
Un día, en un baile al que asistió con una
de sus hermanas, mientras todos se 9. Evita las murmuraciones como una plaga.
divertían mucho ella sufría tormentos 10. Deja a todos actuar como quieran, pero tú tienes que actuar como
interiores; cuando empezó a bailar, vio a Yo quiero que lo hagas.
Jesús junto a ella: martirizado, despojado 11. Observa las reglas tan fielmente como sea posible [reglas de la
de sus vestiduras, cubierto de heridas,
diciéndole: “¿Hasta cuándo Me harás orden religiosa, sé fiel a tus promesas].
sufrir, hasta cuándo Me engañarás?”. 12. Si alguien te causa problemas, piensa en el bien que puedes hacer
De allí salió a la Catedral y se postró en por la persona que te hizo sufrir.
cruz delante del Santísimo Sacramento, 13. No descargues tus sentimientos con nadie, sólo Conmigo.
rogaándole al Señor que se dignara
hacerle conocer qué tenía que hacer en 14. Calla cuando seas reprendida.
adelante. Entonces escuchó a Jesús 15. No pidas opinión a todos, sólo a tu confesor; sé tan franca y sencilla
decirle: “Ve inmediatamente a Varsovia, como una niña con él.
allí entrarás en un Convento”. De 16. No te desanimes con la ingratitud.
regreso a casa le confesó a su hermana lo
que le había ocurrido, le dijo que la 17. No examines con curiosidad los caminos por donde Yo te dirijo ni
despidiera de sus padres y con un solo tengas curiosidad por el futuro.
vestido llegó a Varsovia. Entró a la 18. Cuando el aburrimiento y el desánimo golpeen contra tu corazón,
Congregación de las Hermanas de huye de ti misma y escóndete en mi corazón.
Nuestra Señora de la Misericordia.
19. No temas la lucha; el coraje a menudo intimida a las tentaciones, y
ellas no se atreven a atacarte.
20. Lucha siempre con la profunda convicción de que YO ESTOY
CONTIGO.
21. No te dejes guiar por el sentimiento, porque no siempre está bajo tu
control; todo el mérito radica en la voluntad.
22. Depende siempre de tus superiores, incluso en las cosas más
pequeñas [Tu Señor es tu superior].
23. No te engañes con los tiempos de paz y consuelo; por el contrario,
prepárate para las grandes batallas.
24. Comprende que estás en un gran escenario donde todo el Cielo y la
Tierra te están mirando.
25. Lucha como un caballero, así Yo puedo recompensarte; no seas
excesivamente temerosa, porque TÚ NO ESTÁS SOLA [Un caballero
de Cristo sabe bien la causa que lucha, la nobleza de su misión, el
Rey a quien sirve y lucha hasta el final con aplomo, incluso a costa
de su vida].

“Jesús, forma mi pobre corazón según Tu Divina Complacencia”

11
¿ESTÚPIDA O SANTA?
SANTA FAUSTINA [Cuenta la misma Faustina] Cuando me despedía de las Hermanas y
“Pinta una imagen según el estaba yo por partir, una de las Hermanas me pidió mucho que la perdonase
modelo que ves, y ponle esta por haberme ayudado tan poco en mis deberes, y además por haber tratado
rúbrica: JESÚS, EN TI CONFÍO. de hacérmelos difíciles siempre. Sin embargo, dentro de mí la consideraba
Deseo que esta imagen sea mi gran bienhechora, porque me había ejercitado en la paciencia… me
venerada primero en vuestra ejercitaba hasta tal punto que una de las Hermanas de mayor edad se
capilla y luego en todo el mundo”. expresó así: “Sor Faustina es estúpida o santa, porque, a decir
Esto le dijo Jesús a Sor Faustina verdad, una persona normal no soportaría que alguien le llevara
cuando se le apareció en su celda siempre la contraria”. Yo, sin embargo, me acercaba siempre a ella con
del Convento de la Orden de las amabilidad. Aquella hermana se empeñaba tanto en hacerme difícil el
Hermanas de Nuestra Señora de la cumplimiento de mis deberes, que -a pesar de mis esfuerzos- más de una vez
Misericordia, en Plock [Polonia]. consiguió estropear algo de lo que estaba bien hecho, como ella misma
confesó en la despedida, pidiéndome disculpas.
La acusaron de ser una histérica y
una fantaseadora. Durante mucho
tiempo nadie creyó que Dios
hubiera elegido a esta sencilla LA BELLEZA DE JESÚS
mujer para ser la mensajera de la
Santa Faustina es llamada Secretaria y Apóstol de la Divina
Divina Misericordia. Pasó por
momentos de total oscuridad, se
Misericordia, por sus revelaciones de Jesús Misericordioso y el llamado
sintió abandonada de Dios, concreto que Él le hizo. El cuadro de Jesús de la Divina Misericordia fue
totalmente sola y atacada. pintado a pedido del beato P. Sopocko, confesor de la santa. Al ver que Jesús
no estaba tan bello como lo era en las visiones que ella tenía, Faustina se
Vio a Jesús con sus ojos y habló entristeció y se quejó llorando: “¿Quién te pintará tan bello como
directamente con Él. El Señor le eres?”. En respuesta a su pregunta, oyó una voz dulce que le decía: “Ni en
dijo: “Tú prepararás el mundo la belleza de la pintura ni del pincel consiste la grandeza de este
para mi última venida”. cuadro, sino en Mi Gracia”.
Tuvo visiones místicas del infierno
En 1967, el entonces Cardenal Karol Wojtyla presidió la sesión solemne
y de su propia canonización. La que puso punto final al proceso informativo diocesano para recopilar
Iglesia tardó mucho en valorar la todos los datos y testimonios sobre la vida y obra de Santa María
importancia de su mensaje, pero Faustina Kowalska. Las actas del proceso fueron enviadas a Roma
finalmente se difundió por todo el para abrir el proceso de beatificación y posteriormente de
mundo, tal como el Señor quería. canonización de la vidente del Señor de la Divina Misericordia. El Papa
JPII la beatificó en 1993 y la canonizó en 2000, justamente en el
segundo domingo de Pascua en ambos años. El Papa, en la
El culto a la Divina Misericordia canonización de su compatriota polaca: “Y tú, Faustina, don de Dios a
fue particularmente querido por nuestro tiempo, don de la tierra de Polonia a toda la Iglesia,
JPII, por eso beatifico a Faustina concédenos percibir la profundidad de la Misericordia Divina,
en 1993 y la canonizó en 2000. ayúdanos a experimentarla en nuestra vida y a testimoniarla a
nuestros hermanos – San Juan Pablo II, el gran devoto de la Divina Misericordia

TE LO OFREZCO, SEÑOR
[Cuenta la santa en su diario]: Durante la meditación, la Hermana que
tiene su reclinatorio al lado del mío carraspea y tose continuamente, a veces
sin parar. Una vez me vino la idea de cambiar de lugar para el tiempo de
meditación, ya que era después de la Santa Misa; sin embargo, pensé: “Si
cambio de lugar, la Hermana sentirá un disgusto por haberme
alejado de ella”. He decidido continuar en la oración y en mi lugar,
ofreciendo a Dios un acto de paciencia. Al final de la meditación, mi alma es
inundada de tanta consolación enviada por Dios cuanta pudo soportar mi
corazón; el Señor me hizo saber que si me hubiera alejado de la Hermana,
me habría alejado también de las gracias que descendieron sobre mi alma.

“Cuando me siento angustiada, pido perdón al Señor y la angustia desaparece.


¡Oh, Dios, fortaleza mía! TÚ ME BASTAS”

12
EL PAN Y LA CRUZ
CLARA DE ASÍS En una de las visitas del Papa al Convento, siendo las 12 del día, Santa Clara
Nació en Asís, Italia, en 1193. Su invitó a comer al Santo Padre, pero el Papa no accedió; entonces, ella le pidió
conversión hacia la vida de plena que por favor bendijera los panes para que quedaran de recuerdo, a lo que el
santidad se efectuó al escuchar un Papa le respondió: “Quiero que seas tú quien bendiga estos panes”.
sermón de San Francisco de Asís. Clara se negó, considerándolo un gran irrespeto, ya que él era el Vicario de
Cuando ella tenía 18 años, San Cristo; pero el Papa le ordenó bajo el voto de obediencia que hiciera la Señal
Francisco predicó en Asís los de la Cruz; ella bendijo los panes, haciéndoles la Señal de la Cruz, y al
sermones de Cuaresma y allí insistió instante quedó la Cruz impresa sobre todos los panes.
en que para tener plena libertad para
seguir a Jesucristo, hay que librarse
de las riquezas y de los bienes
materiales. EXCESO DE HUMILDAD
En secreto, fue a buscar al santo Clara guardaba finas atenciones a las Hermanas que mendigaban fuera del
para pedirle que la instruyera en el Monasterio; incluso llegaba a lavarles los pies cuando regresaban de sus
modo de conseguir la perfección caminatas. Un día, después de haber lavado los pies de una de ellas, quiso
cristiana; él le dijo que había que besarlos como Jesús a sus apóstoles, pero la Hermana, no soportando tanta
desprenderse de todo, la animó a humildad, retiró bruscamente el pie y golpeó el hermoso rostro de la santa.
dejar la vida de riquezas y Pese al moretón y a un hilo de sangre que salió de su nariz, Clara volvió a
comodidades que llevaba y a que se
dedicara a una vida pobre, de
tomar el pie de la Hermana con una gran ternura y bajo la misma planta
oración y penitencia. estampó un apretado beso.

El Domingo de Ramos de 1212 El amor entre Clara y Francisco de Asís, como dos de las más queridas,
asistió a la celebración, pero estaba seguidas y admiradas figuras de la cristiandad, da cuenta de los dones
tan emocionada y fuera de sí, que no de Dios. Los dos unían tres grandes pasiones: por Cristo pobre y
pasó a recibir la palma; el señor crucificado, por los pobres -especialmente los leprosos- y del uno por el
obispo fue a la banca donde ella otro. El amor por Cristo y por los pobres no disminuía en nada el amor
profundo que los unía, mostrando que entre las personas que se
estaba sentada y le puso en sus
consagran a Dios y al servicio de los otros, puede existir un puro y
manos la palma bendita; a la verdadero amor, y relaciones de gran ternura y respeto. Entre
medianoche, acompañada de una Francisco y Clara hay algo misterioso que conjuga ágape y adoración a
sirvienta, salió secretamente de su Dios, fascinación y transfiguración. Los relatos que se conservan de la
casa [rica mansión de familia muy época [siglo XIII] hablan de los encuentros frecuentes entre ambos. Sin
acomodada] y se fue a dos kms de embargo, “regulaban tales encuentros de manera que aquella divina
distancia donde San Francisco vivía amistad pasara desapercibida a los ojos de la gente, evitando rumores
pobrísimamente, en La Porciúncula: maliciosos”, según los historiadores. Fue una genuina amistad santa.
allí la estaba aguardando el santo,
quien la recibió con todos sus frailes,
entre antorchas y cantos de alegría.
De rodillas, Clara prometió ante San EL DÍA DE SU ENTREGA
Francisco renunciar a todo por Jesús
Después de escapar a medianoche de su casa, se encontró con San Francisco
y todos sus frailes en La Porciúncula. De rodillas ante el santo, Clara hizo la
promesa de renunciar a las riquezas y comodidades del mundo para
dedicarse a una vida de oración, pobreza y penitencia. San Francisco tomó
unas tijeras, le cortó su larga y hermosa cabellera, y le colocó en la cabeza
un sencillo manto, enviándola luego a donde unas religiosas que vivían
cerca, para su preparación como novicia y su consagración como santa
monja. Más tarde, cuando sus hermanos se dieron cuenta de su ausencia, y
ya que querían casarla con un millonario hacendado, empezaron a buscarla
desesperadamente por todas partes, para encontrarla al fin en el Convento
donde se había refugiado; quisieron llevársela a la fuerza, pero Clara se
agarró a los manteles del altar, los que se rasgaron ante tanta violencia de
los hombres; cuando se la iban a llevar, Clara se descubrió la cabeza rapada
y les dijo: “Por amor a mi Cristo Jesús, he renunciado totalmente a
todo amor por lo material y mundano, al matrimonio y a la vida
familiar”. Al verla así, sus hermanos se fueron.

“Mírate cada día en el espejo de la pobreza, la humildad y la caridad de Cristo, y observa en Él tu


rostro”

13
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Los santos y la noche oscura del espíritu

Santa Teresa de Jesús, la gran mística de Ávila, describe así la suya: «Oh, válgame Dios, y
qué son los trabajos interiores y exteriores que padece un alma hasta que entre en la séptima
morada… ningún consuelo se admite en esta tempestad». San Juan de la Cruz y Santa Juana
Chantal también sufrieron la noche oscura, la noche amable más que la alborada.
Por su parte, el Padre Pío de Pietrelcina estuvo convencido toda la vida de que sus famosos
estigmas en manos, pies y costado no eran un signo de predilección y de aceptación de parte
de Dios, sino -al contrario- de Su rechazo y del justo castigo divino por sus pecados. El santo
italiano llegó a decir que “el sufrimiento del alma en este estado es tan grande, que sólo es
comparable al del infierno”.
Filósofos y pensadores, buscadores de Dios, percibieron dolorosamente Su ausencia en la historia, y su
¿aparente? silencio: Pascal, Dostoievski, Camus, Kierkegaard. Pero quizás el máximo exponente del agonismo
cristiano sea Miguel de Unamuno, que le daba a la religión un significado de salvación ante la nada. Tras una
infancia creyente, alimentada por una fe ingenua, Unamuno pasó a una juventud racionalista y agnóstica, y a
una edad adulta socialista que poco a poco se fue cargando de interrogantes religiosos. En lucha continua de
estos dos universos, sólo queda instalarse en la duda permanente.

Cuando Benedicto XVI visitó el campo de concentración nazi de Auschwitz, se preguntó


públicamente por qué Dios se mantuvo en silencio cuando un millón y medio de víctimas -la mayoría judías-
fueron asesinadas allí. El Papa confesaba emocionado: “Tomar la palabra en este lugar de horror, de
acumulación de crímenes contra Dios y contra el hombre, que no tiene parangón en la historia, es casi
imposible; y es particularmente difícil y deprimente para un cristiano, para un Papa que proviene de
Alemania. En un lugar como éste se queda uno sin palabras. En el fondo, sólo se puede guardar un silencio de
estupor, un silencio que es un grito interior dirigido a Dios: ¿Por qué callaste, Señor? ¿Por qué toleraste todo
esto? ¿Dónde estaba Dios en esos días? ¿Por qué permaneció callado? ¿Cómo pudo tolerar Dios este exceso
de destrucción, este triunfo del mal?”.

Pedro y Pablo. San Pedro, apóstol, cabeza de la Iglesia y del círculo más
íntimo de Jesús, lo dejó todo por seguir al Maestro, dudó sin cesar y lo negó tres veces. San Pablo, el apóstol
advenedizo, decía: “Para que no me engría con la sublimidad de esas revelaciones, me fue introducido un
aguijón a mi carne”: la espina en su carne era el silencio de Dios. Aunque vicarios de Cristo en la Tierra,
también los papas tuvieron dudas de fe y se plantearon preguntas radicales sobre el sentido de la vida y de la
inmortalidad, tuvieron miedo, sintieron angustia y desesperación interior, silencio de Dios y ausencia de Su
Pastor. El papa Francisco ha dicho: “Lo que hoy te llena, mañana no; la vida te pone a prueba. También yo
conozco los momentos oscuros, también yo conozco los momentos vacíos”.

14
La noche oscura de San Francisco de Asís fue una crisis profunda, una prueba terrible. Tuvo
el sentimiento de fracaso, que es uno de los sentimientos más hirientes y desesperantes que
se puede tener. Y allí le esperaba Dios. Fue una suprema purificación. Con el alma
desgarrada, el pobre de Asís avanzó hacia un despojo de sí, completa y definitivamente. A
través de la turbación y de las lágrimas, por fin llegó a la paz y a la alegría, al gozo interior y
exterior, a la plenitud, a la felicidad.

Rosa de Lima y Catalina de Siena. A ambas se les concedió la gracia mística de


participar físicamente en la pasión de Jesús. Durante 15 años, Rosa tuvo que atravesar
la dura experiencia interior de la ausencia de Dios, ese sufrimiento del espíritu que San
Juan de la Cruz llama la "noche oscura". La de Rosa fue una vida escondida y
atormentada que, dócil al Espíritu Santo, alcanzó las más altas cumbres de la santidad.
Este fue uno de los misteriosos mensajes que recibió del Señor: "Que sepan todos —le
confió Jesús—que la gracia sigue a la tribulación; entiendan que sin el peso de las
aflicciones no se llega a la cumbre de la gracia; comprendan que en la medida en que
crece la intensidad de los dolores, aumenta la de los carismas. Ninguno se equivoque ni
se engañe; esta es la única y verdadera escalera hacia el Paraíso; y fuera de la cruz, no
hay otra vía por la que se pueda subir al cielo".

El Papa Beato Juan XXIII tuvo la inspiración de convocar el Concilio Vaticano II, el
Concilio del «aggíornamento» para poner al día a la Iglesia. Ante las inflexibles críticas
de gran parte de la Curia romana, llegó a dudar de que su intuición fuese obra de Dios.
A Pablo VI se le conoce como el Papa hamletiano: su pontificado estuvo lleno de dudas.
Antes de morir aseguraba: «El humo de Satanás ha entrado en la Iglesia».
Juan Pablo II tenía una fe instintiva, mística: no necesitaba creer, para él Cristo era
evidente, aun en medio de las profundas tinieblas interiores.
Benedicto XVI fue un intelectual posmoderno: cree a fondo, a pesar de las dudas. La fe
para él es una continua victoria de la razón. Que Dios existe y Jesús es Su Hijo, lo
demuestra con razonamientos. Pero la razón se topa a menudo con el silencio de Dios.

TENTACIONES DIABÓLICAS Y ESPIRITUALES


En “la noche” se sufren dos tipos de tentaciones:
• Las diabólicas: en las que Satanás impide dormir, como a san Juan María Vianney o llevar una vida
normal.
• Las espirituales: intentan destruir la fe, sembrando dudas sobre la existencia de Dios. Es el peaje de
los que aspiran a llegar a las cumbres de la santidad: filósofos, Papas, santos y el mismo Jesucristo,
que fue tentado por Satanás en el huerto de Getsemaní y en la Cruz. El Nazareno murió gritando:
«Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?».
Y de Jesús hacia abajo, todos los grandes pasaron por el mismo trance. María duda del anuncio del ángel de
que va a ser madre de Dios: «¿Cómo puede ser eso?». También José, envuelto en un mar de dudas ante el
embarazo de su esposa, estaba decidido a repudiarla, hasta que el ángel le anunció: «Eso es cosa de Dios».
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15
EL MISTERIO DE LA TRINIDAD
AGUSTÍN DE HIPONA Un día Agustín paseaba cerca de una playa, meditando sobre el Misterio de
Nació en Tagaste [Souk-Ahras, Argelia] la Santísima Trinidad y cómo era posible que hubiera tres personas en un
en el año 354. Hijo de Patricio [pequeño mismo y único Dios. En medio de su meditación, se encontró con un niño que
propietario pagano] y de Mónica [Santa, estaba sentado en la arena, intentando llenar un baldecito con arena. El
cristiana piadosa].
santo le preguntó: “¿Qué estás haciendo?”. Y el niño le respondió:
Estudió en Madura y Cartago, “Quiero poner toda la arena de esta playa en este baldecito”.
especializándose en gramática y retórica. Agustín le reclamó: “¡Pero eso es imposible!, a lo que el niño le respondió:
Pasó de una escuela filosófica a otra sin “No más imposible de lo que es para ti entender o explicar el
encontrar respuestas a sus inquietudes.
Misterio de la Santísima Trinidad”. Dicho esto, el niño desapareció…
Desde muy joven vivió con una mujer con
la que tuvo un hijo llamado Adeodato [en
latín, “dado por Dios”]. En su
autobiografía habla de la época de su VIVIR PARA ÉL
juventud con amargura y se avergüenza
de su comportamiento. A los 32 años Tras su conversión al cristianismo, quiso con dos amigos de ideas afines
comienza una nueva etapa, después de llevar una vida totalmente dedicada a la Palabra de Dios y a las cosas
encontrarse con el obispo Ambrosio de eternas; quiso realizar con valores cristianos el ideal de la vida
Milán; empieza a asistir como contemplativa descrito en la gran filosofía griega, eligiendo de este modo “la
catecúmeno a celebraciones litúrgicas de
Ambrosio, de las cuales queda admirado. mejor parte” (Lc 10,42). Pero las cosas fueron de otra manera: mientras
participaba en la Santa Misa dominical, en la ciudad portuaria de Hipona,
En el año 387 se convierte al cristianismo fue llamado aparte por el obispo, fuera de la muchedumbre, y fue obligado a
y a los 33 años es bautizado junto a su dejarse ordenar para ejercer el ministerio sacerdotal en aquella ciudad.
hijo Adeodato. Luego de su viaje de
regreso a África, Mónica, su madre, Fijándose retrospectivamente en aquel momento, escribió en sus
muere. Agustín llega a Tagaste para “Confesiones”: “Aterrado por mis pecados y por el peso enorme de
vender todos sus bienes y repartirlos mis miserias, había meditado en mi corazón y decidido a huir a la
entre los pobres. soledad. Mas Tú me lo prohibiste y me tranquilizaste, diciendo:
En el 391 viaja a Hipona, es ordenado ´Cristo murió por todos, para que los que viven ya no vivan para
sacerdote y funda un monasterio. En el sí, son para Aquel que murió por ellos´ (cf. 2 Co 5,15). Cristo murió
396 es consagrado obispo de Hipona y a por todos. Vivir para Él significa dejarse moldear en Su ser-para”.
partir de entonces se dedica plenamente
a la acción pastoral. Dedicó 34 años de su
vida al servicio de obispo. En el 398 El Papa Benedicto XVI propuso “las tres conversiones” de San Agustín
escribe su obra “Las Confesiones”, luego como modelo de vida para el cristiano. La primera, en el progresivo
comienza el “Tratado sobre la Trinidad” y acercamiento al cristianismo; había sido educado en la fe por su madre
en el 413 inicia “La ciudad de Dios”. Santa Mónica y aunque vivió una juventu desordenada, siempre
advirtió una atracción profunda por Cristo. La segunda, con su
En su búsqueda por la verdad a través de bautismo en la Vigilia Pascual, después de lo cual se retiró a África
la filosofía y la teología, encontró a donde fundó un pequeño monasterio para dedicarse a la contemplación
Jesucristo, “la verdad absoluta” y la y al estudio; un bello sueño que duró tres años, hasta cuando fue
verdadera felicidad. Doctor de la Iglesia. consagrado sacerdote en Hipone y destinado a servir a los fieles; así fue
como el santo aprendió a comunicar su fe a la gente simple y a vivir así
para ella. Y la tercera, que lo llevó cada día de su vida a pedir perdón a
Dios; Agustín creía inicialmente que una vez bautizado, en la vida de
comunión con Cristo, en los Sacramentos, en la celebración de la
Eucaristía, habría llegado a la vida propuesta en el Sermón de la
Montaña; sin embargo, ya avanzado en edad, explicó: “Sólo Cristo
mismo realiza verdadera y completamente el Sermón de la Montaña;
nosotros tenemos siempre necesidad de ser lavados por Cristo, que nos
lava los pies, y necesitamos ser renovados por Él continuamente”.

LLEVEN MUTUAMENTE SUS CARGAS


Acercarse de ayudarse mutuamente a cargar las cruces, el santo contaba:
“Mientras estamos en esta vida, es decir en este camino,
procuremos llevar mutuamente nuestras cargas para que
merezcamos llegar a aquella vida que carece de toda carga. Por
ejemplo, fíjense en los ciervos, cuando atraviesan un brazo de mar
hasta una isla en busca de pastos, se organizan de tal modo que
portan los unos sobre los otros las cargas de sus cabezas con la cornamenta, de tal manera que el que va
detrás coloca su cabeza sobre el anterior, manteniendo el cuello levantado; y como el primero de todos
no tiene delante de él en quien apoyar la cabeza, el de atrás lo reemplaza”.

16
PORTARSE COMO LOS MUERTOS
JUAN MARÍA VIANNEY El Santo Cura de Ars contaba esta anécdota: “Un santo dijo un día a uno
El Santo Cura de Ars tuvo una primera de sus religiosos: ´Ve al cementerio e injuria a los muertos´. El
comunión accidentada: la Revolución religioso obedeció; al volver, el santo le preguntó: ´¿Qué han
Francesa trajo una gran persecución contestado?´. ´Nada”, le respondió. ´Pues bien, vuelve y haz de
contra los sacerdotes y aún después de
ella, los sacerdotes debían disfrazarse ellos grandes elogios´. El religioso obedeció de nuevo. ´¿Qué han
para pasar de incógnito; cuando el joven dicho esta vez?´. ´Nada tampoco´. ´¡Ea! -replicó el santo- tanto si te
Juan recibió la primera comunión, injurian, como si te alaban, pórtate como los muertos”.
llevaron carros de heno, los pusieron
frente a las ventanas de la casa de su
mamá y empezaron a descargar el
material durante la ceremonia para evitar
problemas con las autoridades.
POR SI ACASO…
En cierta ocasión le preguntaron al Cura de Ars: “¿Por qué se detiene
Lo expulsaron del Seminario: después de tanto tiempo después de la consagración, contemplando la
haber logrado ingresar al Seminario
Mayor de Lyon, le pidieron que se Sagrada Hostia?”. Su respuesta, ingenua y profundamente humilde, fue:
marchara por su insuficiente “Por si no tengo la dicha de contemplarlo en el Cielo”.
conocimiento del latín y porque le
costaba mucho aprenderlo; no entendía
ni pudo responder a las exigencias de los Sacerdote diocesano, miembro de la Tercera Orden Franciscana y
formadores; esto le produjo un inmenso patrono de los párrocos. “Si fuera sacerdote, querría conquistar muchas
dolor y desaliento, pero el Padre Balley almas para Dios”. Casi se retira de la escuela de seminaristas: cuando
nuevamente fue en su ayuda y siguió los la Iglesia obtuvo algo de libertad en Francia, el Padre Balley -párroco
estudios en privado, en Ecculy, cerca de de Ecculy- abrió una pequeña escuela para jóvenes con inquietudes
Lyon. Sus cualidades morales vocacionales; Juan logró ingresar, pero por su dificultad para avanzar
sobrepasaron cualquier deficiencia en los estudios con buenos resultados, estuvo a punto de renunciar; el
académica. sacerdote le sugirió que hiciera un peregrinaje al Santuario de San
Francisco de Regis y Juan regresó renovado.
La tentación fue recurrente en su vida:
deseaba la soledad y se sentía incapaz
para el servicio que brindaba en la
ciudad. En una oportunidad, le orgó a su
obispo que lo dejase renunciar y en tres
SIÉNTESE
ocasiones más llegó a irse del pueblo, Un día estaba sentado en su pequeña cátedra, catequizando a una multitud
pero siempre regresó para seguir de peregrinos; la gente estaba apretujada hasta el umbral de la iglesia,
ejerciendo.
cuando llegó un hombre muy pobre cargado con sus alforjas y apoyado en
Luchó pacientemente contra el demonio: dos muletas; quería entrar, pero le resultaba imposible; el Cura de Ars
éste lo molestaba con ruidos extraños y advirtió sus inútiles esfuerzos. De repente, el santo se levantó, pasó por entre
fuertes en las noches; su intención era la multitud y atravesado las apretadas filas, tomó de la mano al mendigo; en
agotarlo y cansarlo para que no tuviera
fuerzas para confesar ni celebrar la toda la iglesia no había un solo asiento libre; entonces, el Cura hizo subir al
Eucaristía. Un día que el santo se disonía hombre a la tarima y lo sentó en su sitio, desde el que daba su catequesis, y
a vestirse para la Santa Misa, el maligno le dijo: “¡Ea! Siéntese”, y continuó hablando de pie.
incendió totalmente su cama.

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“Los buenos cristianos que trabajan en salvar su alma están siempre felices y
contentos, gozan por adelantado de la felicidad del cielo, serán felices toda la
eternidad. Mientras que los malos cristianos que se condenan, siempre se quejan,
murmuran, están tristes y contrariados, y lo estarán toda la eternidad.

“Un buen cristiano es un avaro del cielo, hace poco caso de los bienes de la tierra,
sólo piensa en embellecer su alma, en obtener lo que siempre le contenta, lo que
debe durar siempre. Ved a los reyes, a los emperadores, a los grandes de la tierra:
son muy ricos, ¿están contentos? Me parece que no hay nada que dé tanta pena
como un rico infeliz que no ama al buen Dios. Puedes ir de reino en reino, de
mundo en mundo, de riqueza en riqueza, de placer en placer, pero no encontrarás
tu felicidad. La tierra entera no puede contentar a un alma infeliz apegada a las
riquezas y a los bienes materiales, como una pizca de harina en la boca no puede
saciar a un hambriento”.

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17
LA INFANCIA ESPIRITUAL
TERESA DE LISIEUX “Entre las dulces y luminosas enseñanzas del Santo Evangelio, no hay
María Francisca Teresa nació el 2 de ninguna tan suave y eficaz como la que nos manda que nos convirtamos y
enero de 1873, en Francia. Hija de un hagamos como niños. Andar por el camino de la confianza y el abandono. El
relojero y de una costurera de Alencon. Divino Maestro intenta que sus discípulos vean en la infancia espiritual la
Tuvo una infancia feliz y ordinaria, llena
de buenos ejemplos. Era una niña viva e condición necesaria para obtener la vida eterna”.
impresionable, pero no particularmente
devota. Cuando tenía 4 años perdió a su
madre, su padre vendió la relojería y se
fue a vivir a Lisieux donde sus hijas YO ESCOJO TODO
estarían bajo el cuidado de su tía, una
mujer excelente. [Cuenta la misma Teresita]: “Un día, Leonia, creyéndose demasiado
mayor para jugar a las muñecas, vino a nuestro encuentro con una cesta
Cuando tenía 14 años, en Navidad, tuvo llena de vestiditos y preciosos retazos para hacer más; encima de todo, traía
la experiencia que llamó su “conversión”: su muñeca, acostada; nos dijo: “Tomen, hermanitas, escojan, se los
dice ella que apenas a una hora de nacido
el Niño Jesús inundó la oscuridad de su doy todo para ustedes”. Celina alargó la mano y cogió un mazo de orlas
alma con ríos de luz; decía que Dios se de colores que le gustaba; tras un momento de reflexión, yo alargué mi mano
había hecho pequeño por amor a ella, diciendo: “¡Yo lo escojo todo!”, y tomé la cesta. A todos les pareció algo
para hacerla fuerte y valiente. Al año muy justo y ni la misma Celina se quejó. Este insignificante episodio de mi
siguiente, Teresita le pidió permiso a su
padre para entrar al Convento de las infancia es el resumen de toda mi vida. Más tarde, cuando se ofreció ante mis
Carmelitas y él dijo que sí, pero las ojos el horizonte de la perfección, comprendí que para ser santa hay
monjas del Convento y el obispo de que sufrir mucho, buscar siempre lo más perfecto y olvidarse de sí
Bayeux opinaron que era muy joven y misma. Comprendí que en la perfección había muchos grados y
que debía esperar.
que cada alma es libre de responder a las invitaciones del Señor y
Meses más tarde, fue a Roma con su de hacer poco o mucho por Él, en una palabra de escoger entre los
padre en una peregrinación por el jubileo sacrificios que Él nos pide. Entonces, como en los días de mi niñez, yo
sacerdotal del Papa León XIII; al digo: “Dios mío, yo lo escojo todo. No quiero ser santa a medias, no me asusta
arrodillarse frente al Papa para recibir su
bendición, rompió el silencio y le pidió si sufrir por Ti, sólo me asusta una cosa: conservar mi voluntad. Tómala, pues
podía entrar al Convento con 15 años; el yo escojo todo lo que Tú quieres”.
Papa quedó impresionado por su aspecto
y modales, y le dijo que si era la voluntad
de Dios, así sería. Teresita rezó mucho en Declarada Doctora de la Iglesia por Juan Pablo II el 19 de octubre de
todos los santuarios de la peregrinación y 1997 [Día de las Misiones]. Su camino espiritual, “mi caminito” como lo
con el apoyo del Papa, logró entrar en el llamaba la santa, fue solitario. Ciertamente, recibió mucho de su
Carmelo, en abril de 1888. familia, de sus educadores y de sus maestros del Carmelo, pero ningún
sacerdote la marcó profundamente. El Espíritu Santo trazó en ella un
Su maestra de novicias: “Desde su sendero de autenticidad. Solía decir que le costaba mucho rezar el
entrada en la orden, su porte tenía una Rosario. Afirmaba que era el Espíritu Santo quien le había revelado las
dignidad poco común de su edad, que profundidades del Amor Trinitario y “un caminito” para unirlos sin
sorprendió a todas las religiosas”. ninguna preocupación didáctica ni teológica.
Profesó como religiosa con un deseo:
llegar a la cumbre del monte del amor. Santa Teresita decía: “Muchas personas hoscas y difíciles para la
alegría, secas en su relación con Dios, vienen martirizadas por las
exigencias y por el trato que recibieron de escasa o ninguna aprobación
o estímulo personal; para ellas, Dios, más que un padre amoroso y
amigo, es un padrastro exigente que siempre examina hasta los más
mínimos detalles, que nunca está totalmente a gusto, porque siendo Él
tan perfecto nunca encuentra a su altura lo que estas criaturas hacen, a
veces llenas de buena voluntad, pero débiles y frágiles. Estas criaturas
no han comprendido la Palabra revelada: ´Que soy Dios y no enemigo a
la puerta´. Estas criaturas sienten a Dios como quien no está interesado
más que en vigilar, corregir y castigar, no como padre, hermano, esposo
y amigo, siempre atento a ayudar, fortalecer y despejar el camino”.

“Siempre he deseado ser una santa, pero por desgracia siempre he constatado,
cuando me he parangonado a los santos, que entre ellos y yo hay la misma
diferencia que hay entre una montaña cuya cima se pierde en el cielo y el grano
de arena pisoteado por los pies de los que pasan. En vez de desanimarme, me he
dicho: el buen Dios no puede inspirar deseos irrealizables; por eso puedo, a pesar
de mi pequeñez, aspirar a la santidad. Llegar a ser más grande me es imposible,
he de soprtarme tal y como soy, con todas mis imperfecciones. Sin embargo,
quiero buscar el medio de ir al Cielo por un camino bien derecho, muy breve, un
pequeño camino completamente nuevo. Quisiera yo también encontrar un ascensor para elevarme hasta Jesús, porque soy
demasiado pequeña para subir la dura escalera de la perfección”

“Voy a pasar mi cielo haciendo el bien en la tierra”

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18
SUFRIRÍA Y AMARÍA
SANTA TERESITA En cierta ocasión, decía Santa Teresita: “Si por un imposible, Dios no
De la Homilía del Santo Padre Juan viese mis buenas obras, no me afligiría por ello. Lo amo tanto, que
Pablo II [Santa Teresa de Lisieux, quisiera poder agradarle con mi amor y pequeños sacrificios, sin
Doctora de la Iglesia, domingo 19 de que Él mismo supiese que son míos. Viéndolos y conociéndolos, se
octubre de 1997, Jornada Mundial de
Las Misiones]: vería como obligado a recompensármelos, ¡y no quisiera darle
este trabajo!”.
“Teresa Martín, carmelita descalza de
Lisieux, deseaba ardientemente ser
misionera. Y lo fue, hasta el punto de que
pudo ser proclamada Patrona de las ORACIÓN Y SACRIFICIO
Misiones. Jesús mismo le mostró de qué
modo podía vivir esa vocación: [Cuenta la misma Santa Teresita]: “Durante una Cuaresma, yo me
practicando en plenitud el mandamiento encargaba por entonces de la única novicia que había en el Convento, pues
del amor, se introduciría en el corazón era su ángel. Una mañana vino a verme toda radiante: ´Si supieras lo que
mismo de la misión de la Iglesia,
sosteniendo con la fuerza misteriosa de la soñé anoche… estaba con mi hermana e intentaba separarla de
oración y de la comunión a los heraldos todas las vanidades a las que está tan apegada. Para lograrlo, me
del Evangelio. Así, ella realizó lo que puse a explicarle esta estrofa del “Vivir de amor”: “Jesús, amarte
subrayó el Concilio Vaticano II, cuando es pérdida fecunda / Tuyos son mis perfumes para siempre”. Yo
enseñó que la Iglesia, por su naturaleza,
es misionera (cf. Ad gentes, 2). veía que mis palabras penetraban en su alma, y estaba loca de
alegría. Esta mañana, al despertarme, pensé que quizás Dios
Santa Teresa de Lisieux no pudo acudir a quería que le ofreciera esta alma. ¿Y si le escribiera después de la
universidades ni realizar estudios Cuaresma contándole mi sueño y diciéndole que Jesús la quiere
sistemáticos. Murió muy joven y, a pesar
de ello, desde hoy tendrá el honor de ser toda para sí?´.
Doctora de la Iglesia, un notable
reconocimiento que la exalta en la estima Yo, sin pensarlo demasiado, le dije que podía muy bien intentarlo, pero que
de toda la comunidad cristiana más de lo antes tenía que pedir permiso a nuestra Madre, quien le contestó que las
que pudiera hacer un “título académico”.
Cuando el Magisterio proclama a alguien carmelitas no tienen que salvar las almas con cartas, sino con la oración. Al
Doctor de la Iglesia, desea señalar a todos conocer su decisión, vi enseguida que era la de Jesús y le dije a sor María de
los fieles, y de modo especial a los que la Trinidad: “Pongamos manos a la obra, recemos mucho. ¡Qué
presetan en la Iglesia el servicio alegría si al final de la Cuaresma hubiésemos sido escuchadas!”. Y
fundamental de la predicación o realizan
la delicada tarea de la investgación y la ¡oh, misericordia inifinita del Señor, que se digna escuchar la oración de sus
enseñanza de la teología, que la doctrina hijos!... al final de la Cuaresma, una nueva alma se consagraba a Jesús. Fue
profesada y proclamada por una persona un verdadero milagro de la gracia, ¡un milagro alcanzado por el fervor de
puede servir de punto de referencia, no una humilde novicia!”.
sólo porque es acorde con la verdad
revelada, sino también porque aporta
nueva luz sobre los misterios de la fe, una
comprensión más profunda del misterio
de Cristo (…) En los santos, nos habla
SÓLO POR AMOR
Dios mismo. [Cuenta la misma Santa Teresita]: “En una ocasión, en la lavandería,
tenía frente a mí a una Hermana que cada vez que golpeaba los pañuelos en
la tabla de lavar, me salpicaba la cara de agua sucia. Mi primer impulso fue
echarme hacia atrás y secarme la cara, con el fin de hacer ver a la Hermana
que me estaba asperjando, que me haría un gran favor si ponía más cuidado.
Pero enseguida pensé que sería bien tonta si rechazaba este tesoro que me
ofrecían con tanta generosidad, y me guardé bien de manifestar mi lucha
interior. Me esforcé todo lo que pude por desear recibir mucha agua sucia, de
manera que acabé por sacarle verdadero gusto a aquel nuevo tipo de
aspersión e hice el propósito de volver otra vez a aquel provechoso sitio en el
que tantos tesoros se recibían”.
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“Lo que me impulsa a ir al Cielo es el pensamiento de poder encender en amor de
Dios una multitud de almas que le alabarán eternamente”

“Jesús, enséñame a renunciar siempre a mí misma para agradar a mis


Hermanas”

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19
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Los santos y la noche oscura del espíritu: Alfonso María de Ligorio, Vicente de Paúl y Nicolás Factor

San Alfonso María de Ligorio atravesó un terrible periodo de noche oscura del alma,
sufriendo tentaciones sobre su fe y sus virtudes; se vio abrumado por sus escrúpulos,
temores y alucinaciones diabólicas durante 18 meses, con intervalos de luz y reposo; a
ello, le siguió un periodo de éxtasis, profecías y milagros.
El Beato Nicolás Factor le preguntaba a San Luis Beltrán: “¿Qué os parece, me salvaré?”.
Ésta fue su cruz mental, su noche oscura, el contrapeso de las gracias extraordinarias
durante toda su vida, que se hizo sentir más pesadamente desde la muerte del amigo
en octubre de 1581.
También San Vicente de Paúl sufrió una terrible tentación contra la fe, que aceptó para lograr que Dios librara
de esa tentación a un amigo suyo; esto lo hizo sufrir hasta lo indecible y fue para su alma la noche oscura. A
los 30 años, escribió a su madre contándole que estaba amargado por los desengaños humanos y que pensaba
pasar el resto de su vida retirado en una humilde ermita, intentando que Dios librara de esa tentación a un
amigo suyo; cayó a los pies de un crucifijo, consagró su vida totalmente a la caridad para con los más
necesitados y entonces empezó su verdadera historia gloriosa.
El Catecismo señala el ejemplo de Abraham, que “creyó contra toda esperanza”; y especialmente de la Virgen
María, que mantuvo su fidelidad en medio de la total oscuridad de la fe, en el momento de la Pasión y la
Crucifixión de Su Hijo.
Otros muchos santos pasaron largas temporadas de oscuridad y prueba, que para ellos fueron periodos muy
duros, pero de gracia y conversión.

La intuición original de San Juan de la Cruz


Fue suya la intuición fundamental de que cuando un cristiano se encuentra en la noche oscura del alma, no
significa que esté lejos de Dios, sino al contrario: que se ha acercado más a Él. El santo utiliza el ejemplo de los
mochuelos: cuando el día las despierta, estas aves nocturnas son cegadas por la luz del sol, porque resulta
demasiado brillante para ellas. De la misma forma, cuando nos vamos acercando a Dios por la oración, la
vida cristiana y la gracia, la luminosidad de Dios es demasiado fulgurante para nosotros. Nuestra debilidad
humana provoca esas noches oscuras en las que el alma siente que no ve nada o que se encuentra lejos de Dios.
Pero lo que sucede en realidad, es que el alma ha sido cegada por la Luz Divina y necesita tiempo para
acostumbrarse a ella.
Dios utiliza esas noches oscuras para purificar nuestra fe. Al comienzo de la vida espiritual, Dios regala
muchos consuelos: la sensación clara de Su Presencia, de la belleza de la vida y la fe cristiana, la alegría de
pertenecer a la Iglesia. Sin embargo, nuestro corazón débil tiende a apegarse a estos consuelos e, incluso, llega
a preferirlos al propio Dios. Por eso, el Señor -antes o después- nos priva de esos consuelos para que pongamos
el corazón solamente en Él, configurándonos con Cristo en Su Pasión.

20
Un estímulo
La propia Madre Teresa de Calcuta decía: “He comenzado a amar mi oscuridad, porque creo que ésta es una
parte, una pequeñísima parte, de la oscuridad y del sufrimiento en que Jesús vivió en la tierra”. Su oscuridad
y sequedad espirituales no significaron en absoluto que vacilase en su fe, sino que mostraban que su fe se iba
haciendo cada vez más fuerte, manteniéndose en medio de esa oscuridad.
El hecho de que, con la gracia de Dios y a pesar de su sentimiento de oscuridad, fuera capaz de continuar su
extraordinaria labor, dando la vida por los más pobres de entre los pobres, es un claro signo de una fe
inquebrantable que movía todo lo que hacía. Madre Teresa había cimentado su vida sobre la roca que es
Jesucristo y cuando soplaron los vientos, aguaceros y chaparrones durante años y años, su vida permaneció
en pie, firme, tranquila. Lejos de ser un obstáculo para su canonización, el hecho de que Madre Teresa se
mantuviese firme en la fe en medio de una sequedad y una oscuridad que duraron años, tuvo un lugar
preeminente en el proceso de canonización.
Sin lugar a dudas, y entre muchas otras cosas, Dios ha querido darnos a Madre Teresa para darnos ánimo. A
veces, los creyentes tenemos que tolerar el silencio de Dios para entender -como Job- el misterio de Dios.
Cualquier persona tiene dudas de fe, momentos de oscuridad, pero como dice San Juan de la Cruz, “la falta
de luz en estas noches oscuras del alma, no significan que el fiel se aleja de Dios, sino que, al contrario, se ha
acercado demasiado a Dios”.

La tortura de Teresa de Lisieux


Estas dudas que todos tenemos, y que han experimentado personas en todos los
momentos, desde Abraham hasta la Virgen María, pasando -sobre todo- por Santa
Teresa de Lisieux, que vivió la gran tortura de la oscuridad de la fe desde junio de
1897, tres meses antes de su muerte. Teresa escribe: "En los días tan alegres del
tiempo pascual, Jesús ha hecho sentir que realmente hay almas que no tienen fe;
que, por haber abusado de la gracia, pierden este precioso tesoro, fuente de las
únicas alegrías puras y verdaderas".
El conocimiento del mundo de las almas sin fe no le fue dado como una
iluminación del Espíritu, destinada a abrirle perspectivas nuevas para avivar su
celo apostólico, como había ocurrido a Santa Teresa de Jesús cuando la visita del
Padre. Maldonado, franciscano, de vuelta de México, la inflamó por la noticia
de los "millones de almas que allí se perdían por falta de doctrina", como narra
en sus “Fundaciones”.
Teresa del Niño Jesús sabía que había "impíos que no tenían fe", pues una sobrina de su tía, la Sra. Guérin,
-Margarita Maudelonde- se había casado con un reconocido ateo, el señor Tostain, representante del
presidente de la República en Lisieux. Pero en la fe de Teresita, "tan viva, tan clara", ella creía "que, cuando
negaban la existencia del cielo", hablaban en contra de sus pensamientos, porque, para Teresa la existencia
del cielo era tan evidente, que para un espíritu recto y sincero resultaba imposible no admitirla.
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21
SUS RELIQUIAS
LAURA MONTOYA En Jericó, Antioquia, se pueden admirar todas sus reliquias. Además de
Primera santa colombiana. algunos restos de su estructura ósea, los atuendos que vistió y los objetos que
usó en su vida diaria. En la casa natal de la Madre Laura, están exhibidos los
Fundó la Comunidad Misioneras de hábitos que vistió, el espejo en el que se reflejaba, los libros que leía, la silla
María Inmaculada y Santa Catalina de
Siena -Misioneras Lauristas-. Su en la que se sentaba y la pluma con la que escribía; todos, objetos dignos de
biografía y enseñanzas se han convertido veneración y según los devotos, hacedores de milagros. Tuvieron que cercar
en normas de vida no sólo para sus la silla, porque la gente hacía fila para sentarse en ella, convencida de que
devotos, sino para todos aquellos que así se curarían de sus enfermedades. En una de las habitaciones de la casa-
quieran trabajar por la obra de Dios.
museo de la santa, se han colgado en las paredes las placas de
Nació en Jericó, Antioquia, el 26 de mayo agradecimiento por los favores recibidos: cura de un cáncer, trasplante de
de 1874, en el hogar conformado por un riñón, recuperación de una infección severa…
Juan de la Cruz Montoya y Dolores
Upegui Echavarría. Su vida siempre
estuvo signada por el dolor, la pobreza y
toda clase de acontecimientos
desafortunados, los mismos que servirían
EL MILAGRO DE LA CANONIZACIÓN
más adelante para templar su carácter y El médico Carlos Eduardo Restrepo testificó ante la Santa Sede que la
hacer de ella la mujer que la historia intercesión de la Madre Laura lo salvó en 2005 de una muerte segura, como
conoce: un ser que se desvivió por los
más desvalidos, los indígenas y por consecuencia de una severa anomalía del sistema autoinmune que lo tenía
aquellos que muchos creían que no enfermo desde los 12 años y que ya le había dañado un riñón, los músculos y
tenían ni alma. el esófago. La ausencia de explicación científica para su recuperación fue
suficiente para que el Vaticano aprobara el milagro.
Según sus muchos biógrafos, entre los
cuales se cuentan religiosas que
conforman la comunidad fundada por
ella, a la edad de 2 años -en plena guerra
civil de 1876- perdió a su padre cuando
UNA VIDA ADMIRABLE
éste defendía sus principios religiosos. De
allí en adelante, la infancia y adolescencia
A los 16 años estuvo a cargo de 80 enfermos mentales en un manicomio. A
de Laura habría de cambiar radicalmente los 19, de la Escuela Normal de Institutrices de Medellín donde inició su
al ser confiscados los bienes de su familia verdadero apostolado, el de maestra. Educó niñas en Amalfi y en Fredonia,
y de sus vecinos de Jericó, comenzando en Santo Domingo, Medellín y Marinilla, entre otros pueblos antioqueños.
su madre a pasar toda clase de penurias
con tres hijos a cargo: Carmelita, Laura y
Trabajaba incansablemente, con un ímpetu que alimentaba de oraciones en
Juan de la Cruz. A sus 20 años tomó a su busca de una señal que le permitiera saber, de una vez y para siempre, los
madre y se fue a trabajar a una escuela. designios de Dios para su alma. Sólo halló sosiego cuando se dio cuenta de su
Desde que tuvo su primer encuentro verdadera misión: convertir infieles, entre ellos los más difíciles, los
místico con Dios, hizo proyectos para ver
cómo podía trabajar por las almas más
indígenas abandonados en las selvas colombianas.
olvidadas. Supo que sería misionera en
1908, cuando con algunas amigas y el También experimentó milagros en carne propia: la Hermana Estefanía
sacerdote Ezequiel Pérez, viajó a Chocó. Martínez, de 90 años, conoció a la santa en persona y llevó el diario de su
agonía; ella cuenta que los últimos 22 años, la Madre Laura los pasó en una
silla de ruedas, afectada del hígado y ganando peso año tras año; llegó a
superar los 200 kilos; dormía sobre un catrecito; en una ocasión tuvieron
que asistirla cuatro trabajadores para subirla al catre; un día debían subirla
en una camilla para llevarla a la clínica, cuando llegó una hermana
delgadita y pequeñita, Ana Beliza, y sin mayor preámbulo la tomó con las
manos -como quien carga a un bebé- y la pasó a la camilla de la ambulancia.
Todas las Hermanas se quedaron aterradas. Más de una vez la Madre Laura
repitió el prodigio de hacerse liviana: se daba sus mañas para salvar el
obstáculo de atravesar las montañas antioqueñas a lomo de mula; la leyenda
que tejieron quienes la acompañaron en sus continuas odiseas por la
cordillera Occidental, narra que con la misma facilidad con que se caía de la
mula, con igual ligereza los indígenas volvían a subirla sobre el animal.
Llevada por una fe inquebrantable, que la hizo destajar caminos, domar
fieras y espantar el miedo de la selva.
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“Me complazco en no entender esto, para poderte adorar en la dulce oscuridad de la fe, que me muestra Tus designios tan arriba
de mi mísera comprensión”

“Destrúyeme, Señor, y sobre mis ruinas levanta un monumento para Tu Gloria”

22
¿EL CATÓLICO MÁS BUDISTA?
SAN JUAN DE LA CRUZ
Esto afirma el primer traductor al tailandés de Santa Teresa de Jesús y San
Juan de Yepes Álvarez nació en Juan de la Cruz, Víctor Gil Muñoz, un misionero español que lleva más de 50
Fontiveros [Ávila, España] en 1542 y años entre Tailandia y Birmania. Hermano de La Salle, creó su primera
falleció en Úbeda [España] en 1591.
Escuela de Bambú donde estudian 60 niños. “Con este trabajo he querido
Conocido como estudiante con el nombre
de fray Juan de Santo Matías, y más conseguir que se hiciera algo en tailandés para el servicio de todos
tarde como San Juan de la Cruz. aquellos que quierren tener una vida espiritual más profunda. Me
di cuenta de que San Juan de la Cruz es el católico más budista que
Poeta místico y religioso carmelita
descalzo del Renacimiento español.
hay. Pudiera ser un puente muy interesante entre católicos y
Desde 1952, Patrono de los Poetas en budistas”, explica el religioso, que muestra cómo esta traducción es
lengua española. Proclamado Doctor de importante para los católicos en Tailandia, pero sobre todo “para los que
la Iglesia el 24 de agosto de 1926 por el siendo budistas, quieren saber más sobre la espiritualidad
Papa Pío XI.
cristiana y católica por sentir atracción hacia ella”.
Su familia fue pobre. Hijo de Gonzalo de
Yepes y de Catalina Álvarez, tejedores de
escasos recursos económicos. Su padre y
hermano pequeño mueren cuando Juan
sólo tiene 3 años, por lo que su madre,
Juan y Francisco, su hermano
sobreviviente, se ven obligados por la
acuciante pobreza a trasladarse a Arévalo
y luego a Medina del Campo.

Las penalidades pasadas hicieron de


Juan un hombre de escasa corpulencia y
bastante bajo de estatura: Sante Teresa
de Jesús, su gran amiga, lo llamaba “mi
medio fraile”. Entre 1559 y 1563 estudio
con los jesuitas. A los 21 años ingresó en
los Padres Carmelitas de Medina, Orden EL CRISTO DE LOS PESCADORES
de los Carmelitas, y adoptó el nombre de
fray Juan de San Matías. Tras su El Cristo de San Juan de la Cruz o Cristo de los Pescadores, de Salvador Dalí,
noviciado se trasladó a Salamanca, donde se conserva en el Museo Kelvingrove [Glasgow, Reino Unido]. Es un famoso
estudió en el Colegio de San Andrés de cuadro que el pintor español realizó en 1951 en la técnica del óleo sobre lienzo,
los Cármenes, bachillerato de Artes. de estilo surrealista, mide 2,05 x 1,16. Muestra el cuerpo joven y fuerte de un
Conoció a Teresa de Cepeda y Ahumada Jesucristo suspendido en el aire sobre la Tierra. No se ven clavos, ni corona
en Medina del Campo, donde fue de espinas, ni otro signo de tormento físico. La idea original fue tomada por
ordenado presbítero. Teresa había Dalí de una imagen que el poeta místico carmelita del Siglo XVI, San Juan de
llegado a la ciudad para fundar una la Cruz, dibujó como una de sus visiones y que se encuentra conservado en el
nueva sede de su Reforma Carmelita, los
Carmelitas Descalzos. Teresa convenció a Monasterio de la Encarnación de Ávila.
Juan y lo unió a su causa de reforma de la ________________________________________________
Orden.

“A la tarde te examinará en el amor; aprende a amar como Dios quiere ser amado
y deja tu condición”

“El alma que está enamorada de Dios es un alma gentil, humilde y paciente”

“El alma que venza la potencia del demonio no lo podrá conseguir sin oración ni
podrá entender sus engaños sin mortificación y sin humildad”

“El alma que anda en amor, ni cansa, ni se cansa”

“Nnca te quieras satisfacer en lo que entiendes de Dios, sino en lo que no


entendieres de Él; y nunca pares en amar y deleitarte en eso que entendieres o
sintieres de Dios, sino ama y deléitate en lo que no puedes entender ni sentir de
Él”

“Me parece que el secreto de la vida consiste simplemente en aceptarla tal cual
es”

“Buscad leyendo y hallaréis meditando”


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23
LAS 5 PROFECÍAS
BERNADETTE SOUBIROUS
1) Sobre el desarrollo del Santuario de Lourdes: después de la muerte de
Santa Bernardita nació en Lourdes Bernadette. Describe la expansión de Lourdes como lugar de peregrinación y la
[Francia] en 1844. Hija de padres eficacia de la célebre fuente de curación.
sumamente pobres. En el bautismo le
pusieron por nombre María Bernarda, el 2) Se anuncian importantes descubrimientos científicos: como la
mismo que emplearía luego como
explotación de la energía eléctrica, la bombilla, el gramófono y otros aparatos
religiosa.
eléctricos para beneficio de la humanidad.
Era la mayor de varios hermanos. Sus
padres vivían en un sótano húmedo y 3) La toma del poder por parte de los nazis: Hitler y el nazismo en los años
miserable. El padre tenía por oficio 30, donde “se producirá un hecho terrible” y se terminará con una guerra en la
recoger y botar la basura del hospital. La que estarán implicadas casi todas las naciones.
niña siempre tuvo una salud muy débil, a
causa de las condiciones de vida y de la
alimentación insuficiente. En los 4) Los esfuerzos del hombre para salir al espacio exterior: “alrededor de
primeros años sufrió de cólera, 1970, los americanos conseguirán llegar a la Luna”, profecía cumplida en
enfermedad que la dejó sumamente 1969, cuando el americano Neil Armstrong puso pie en la Luna.
debilitada. Desde los 10 años sufrió de
asma, a causa del extremo invierno,
enfermedad que la acompañó y 5) La profecía que falta por cumplirse: guerra con los musulmanes, fin de la
atormentó toda su vida; al final de su era de la ciencia y un siglo de oro. “La Santísima Virgen María me ha dicho
existencia, sufrió de tuberculosis. que a finales del siglo XX llegará también el fin de la era de las ciencias.
Una nueva era de fe comenzará sobre toda la Tierra. Se comprobará que
En ella se cumplieron aquellas palabras es Dios quien ha creado el mundo y al hombre. Será el principio del fin de
de Jesús: “Mi Padre, el árbol que más la ciencia, en la que los hombres dejarán de creer”. Millones de hombres se
quiere, más lo poda [con sufrimientos] volverán de nuevo hacia Cristo y el poder de la Iglesia será mayor que nunca. La
para que produzca más frutos” (Jn. 15).
Y también en ella se cumplieron las razón por la que muchos hombres se apartarán de los científicos será la actitud
palabras de San Pablo: “Dios escoge a lo arrogante de los doctores que trabajan en la realización de una criatura producto de
que no vale a los ojos del mundo, para un cruce entre el hombre y el animal [cuando esto se publicó, no se hablaba aún de la
confundir las vanidades del mundo”. clonación]. Los hombres sentirán en lo más hondo de su corazón que esto es algo
abominable e injustificable. En un primer tiempo no se sabrá impedir la creación de
A los 14 años, no sabía leer ni escribir, estos monstruos, pero los científicos finalmente serán cazados y condenados.
tampoco había hecho la primera
comunión porque no había logrado
aprenderse el Catecismo. En cambio,
tenía unas enormes cualidades
espirituales: rezaba mucho a la Virgen
María y jamás decía una mentira.

Desde el 11 de febrero de 1859 hasta el 16


de julio del mismo año, la Santísima
Virgen se le apareció 18 veces. Nuestra
Señora le dijo: “No te voy a hacer feliz en
esta vida, pero sí en la otra”. Y así
sucedió.
________________________________________________
Resumen del mensaje que la Santísima Virgen dio en Lourdes:

1) Un agradecimiento del cielo por la definición del dogma de la Inmaculada Concepción,


declarado 4 años antes por Pío IX [1854], al mismo tiempo que se presenta Ella misma como
Madre y modelo de pureza para el mundo que está necesitado de esta virtud.
2) Derramó inumerables gracias de sanaciones físicas y espirituales, para que nos convirtamos
a Cristo en Su Iglesia.
3) Exaltación a la virtud de la pobreza y la humildad, aceptadas cristianamente al escoger a
Bernadette como instrumento de Su Mensaje.
4) Un mensaje importantísimo es el de la Cruz: la Santísima Virgen le repite a Santa
Bernardita que lo importante es ser feliz en la otra vida, aunque para ello sea preciso aceptar la
cruz personal.
5) En todas las apariciones vino con Su Rosario: para resaltar la importancia de rezarlo.
6) Importancia de la oración, la penitencia y la humildad [besando el sueño como señal de
ello]; también incluye un mensaje de misericordia infinita para los pecadores y del cuidado de
los enfermos.
7) Importancia de la conversión y la confianza en Dios.

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24
CUERPO INCORRUPTO
BERNADETTE SOUBIROUS
Poco antes de morir, llegó un obispo que iba camino de Roma. Bernardita, quien se
Después de las apariciones, la humilde había hecho monja del Convento de las Hermanas de la Caridad, escribió una carta
jovencita escogida para tan gran misión al papa para que le enviara un bendición. El obispo llevó la carta a Roma y al regresar
permaneció como era antes; la Virgen se de la Santa Sede, le trajo a Bernardita un especial bendición del Papa León XIII.
encargó de conservarla humilde, sencilla
y modesta. No le gustaban el bullicio ni la
popularidad. Pasaba como una peresona
más, excepto por sus virtudes, por su
inocencia, su candor y rectitud en su
obrar.

Hizo su primera comunión el mismo año


de las apariciones, el 3 de junio de 1858,
día de Corpus Christi. Dios seguía
visitándola, no con brillantes
apariciiones, sino por la prueba amarga
de los sufrimientos: la incomprensión, la
burla, casi siempre estaba enferma,
soportaba dolores de toda clase, vivía
recogida y resignada con paciencia.

Sufría de asma crónica, tuberculosis,


vómitos de sangre, aneurisma, gastralgia,
tumor de una rodilla y abscesos en los
El 16 de abril de 1879, con apenas 35 años, moría a laas 15:15 horas. Sus últimas
oídos que le ocasionaron sordera. Sufrió palabras fueron la conclusión del Ave María: “La he visto otra vez… ¡Qué hermosa es!
mucho hasta su muerte, a los 35 años. Santa María, madre de Dios, ruega por mí pobre pecadora… pecadora…”.

Muchos encontraban cura para sus Sus funerales fueron notables. Las palabras que corrieron en boca de todos fueron:
enfermedades en la fuente de Lourdes, “La santa ha muerto”. Inhumada en la capilla de San José de la casa madre, asistió
pero no Bernadette. Un día le una inmensa muchedumbre llegada de todo Francia. Su cuerpo fue puesto en la
preguntaron: “¿No tomas del agua de la pequeña Capilla Gótica situada en el centro del jardín del Convento, que estaba
fuente? Estas aguas han curado a otros,
¿por qué no a ti?”, pregunta insidiosa que
dedicada a San José. Fue en esta misma capilla en la que, después de 30 años [1909]
pudo haberse convertido en una reconocieron el cuerpo en vista al proceso de beatificación. EL CUERPO FUE
tentación para ella, llevándola a no creer HALLADO EN PERFECTO ESTADO DE PRESERVACIÓN. Su piel dura, pero intacta,
en la aparición de la Santísima Virgen, mantuvo su color. Sin embargo, el Crucifijo y el Rosario que llevaba en sus manos se
pero ella no se turbó y respondió: encontraron cubiertos de óxido. Hubo un segundo reconocimiento del cuerpo en abril
-“La Virgen Santísima quizás desea que de 1925, poco antes de su beatificación, el 12 de junio de 1925. Finalmente, el 8 de
yo sufra, lo necesito”. diciembre de 1933, durante el Año Santo de la Redención y Jubileo extraordinario, el
-¿Por qué tú más que otros? Papa Pío XI proclamó “santa” a Bernadette Soubirous.
-“El buen Dios solo lo sabe”.
-¿Regresas algunas veces a la gruta?
-“Cuando el Párroco me lo permite”.
-La Virgen te dijo que serías feliz en el
otro mundo, así que estás segura de ir al
cielo… -“No, eso será solo si obro bien”.

Lourdes se ha convertido en el Santuario Mariano más visitado de Europa y el


segundo en el mundo, después del Santuario de la Virgn de Guadalupe en México.
Infinidad de enfermos han sido sanados en las aguas milagrosas de Lourdes, pero el
mayor milagro siguen siendo las muchísimas conversiones del alma. La vidente de
Lourdes fue una religiosa consagrada, ejemplo de humildad y confianza en Dios.

25
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Los santos y la noche oscura del espíritu

La noche oscura de Santa Teresita del Niño Jesús también fue terrible. Un día decía: "el
pensamiento del cielo me hacía totalmente feliz", y de repente, se le concede el conocimiento, no externo
sino íntimo -experimental- del mundo de las almas sin fe, al verse ella misma inmersa en él: "Dios permitió
que mi alma fuera invadida por las más espesas tinieblas y que el pensamiento del cielo, tan dulce para mí,
fuera en adelante un motivo de lucha y tormento…”.
Teresita no participaba de los sentimientos de ateos y renegados, sino que tratando de defenderlos, se
encontraba en su compañía; y Jesús le hizo “sentir”, sólo sentir, que realmente hay almas que se hallan en
estas tinieblas del espíritu. Esta toma de conciencia del drama de los incrédulos irá profundizando en su
corazón, en el transcurso del tiempo. Cuando escribía esto, no sabía que duraría 16 meses y 25 días, ¡hasta
la hora de su muerte! No era una prueba de orden moral, afectivo o psicológico; no era una crisis pasajera;
era una prueba de orden teologal, impuesta por Dios para purificar su fe de lo que tenía de demasiado
natural, para quitar todo lo que pudiera haber de satisfacción natural en el deseo que tenía del cielo.
Purificación de la fe
Para Teresita, como para cualquier cristiano, las motivaciones de la fe no son todas sobrenaturales: se
mezclan, casi siempre, elemenos naturales que la privan de su pureza, de su fuerza y -en consecuencia- de
su capacidad de “asir” a Dios como Él es. La necesidad de estas purificaciones necesarias es lo que San Juan
ha descrito en la noche oscura. Pero el Señor, en su pedagogía llena de sabiduría y de misericordia, no
impone estas purificaciones sino a quienes consienten en ello; y no lo hace sino después de una prolongada
y paciente preparación. Así lo comprende Teresita cuando escribe: “No me ha enviado esta prueba sino en
el momento que yo podía soportarla; antes, creo que me hubiera descorazonado”. No dice “hubiera
dudado”, sino “descorazonado”. Aunque según el designio de Dios sobre ella, tenía que sufrir una última
purificación que la surgiera como el oro en el crisol [1 Corintios 1,12], igual que le había sucedido a María, la
Madre de Dios.
Prueba de iniciativa divina
Si su prueba de fe surgió de repente, como tempestad en aguas tranquilas o como violenta tormenta en cielo
azul, estuvo precedida así mismo de algunas señales precursoras: no es casualidad que la manifestación de
su tuberculosis coincidiera con la entrada en la noche de sus dudas. Como si sus sufrimientos físicos -que
llegarían a ser atrozmente insoportables- tuvieran que acompañar y redoblar sus sufrimientos espirituales
hasta su muerte, para llevarla -a través de una paciencia heroica- a una fe totalmente despojada de toda
huella de satisfacción natural. “¡Qué extraño e incoherente!”: esta exclamación de la santa nos advierte que
no estaremos en condiciones de comprender la naturaleza y las formas diversas que la prueba de fe presenta
en un alma. Es un misterio, incluso para el alma misma.
La vida de fe
Es una realidad sencilla y a la vez compleja: sencilla, en su caminar a Dios; compleja, en los elementos que
la componen: el mundo interior y exterior de la persona. En la tentación de la duda, la fe es atacada en su
raíz y dura más, y es tanto más profunda, cuanto que el árbol de la fe ha desarrollado más profundamente
sus raíces y ramas en toda la existencia.

26
Estas tentaciones siguen el ritmo de la vida, producen la impresión de incoherencia y la dificultad para
quienes les resulta difícil comprender y dejar comprender lo que están experimentando. “Prueba del alma
que es imposible comprender”, afirma Teresita. Sólo con prudencia, sencillez y paciencia se puede intentar
describir y examinar la lucha personal vivida en este caso por la Santa.
Teresita usa esta comparación para explicar su estado: “Me imagino que he nacido en un país cubierto de
espesa niebla; nunca he contemplado el aspecto alegre de la naturaleza”. Doctrina teológica segura,
propuesta en términos sencillos. La fe es ya, por sí misma, una noche para la razón que no puede tener la
evidencia de las realidades divinas. Estas maravillas de las que ha oído hablar no son una historia inventada,
una fábula, sino una realidad cierta, pues el Rey de la patria donde brilla el Sol ha venido a vivir en el país
de las tinieblas durante 33 años.
Así, la oscuridad inherente a la fe es iluminada para el alma por una certeza comparable a una luminosa
lámpara, como dice San Pedro, quien habló de “una lámpara que brilla en un lugar oscuro” [2 Pedro 1,19].
La prueba consiste, pues, en que la noche de la fe se transforma en noche total: las tentaciones contra la fe
tienen como efecto que ocultan la pequeña llama u oscurecen su resplandor con el velo espeso de las dudas:
“pero de golpe las brumas que me rodean se hacen más espesas, penetran en mi alma y la envuelven”, explica
Teresita.
En una carta a sor María del Sagrado Corazón, la Santa había descrito -de forma alusiva- el mismo
fenómeno, comparándose a un pajarito asaltado por la tempestad: le parece que no existen más que las
nubes que lo envuelven, pero él sabe que detrás de las nubes sigue brillando su Sol. La fe sigue estando allí,
pero su luz invisible ya no es percibida por el alma que ya no siente el gozo. Tiene la impresión de haber
entrado en una noche más profunda, en otra noche.
Es impresionante ver cuánto insiste la Santa en la profundidad de esta nueva oscuridad: habla de espesas
tinieblas, de túnel oscuro, ya no se trata de un velo sino de un muro que se levanta hasta el cielo. En las
notas recogidas por sus Hermanas durante su enfermedad, se encuentran los mismos rasgos característicos:
“el cielo es tan negro que no veo ninguna claridad, veo un agujero negro en el que no se distingue ya nada”.
¡Ah, sí, qué tinieblas!
Las poesías que compuso Santa Teresita del Niño Jesús [abril 1896 – junio 1897] decían explícitamente: “Sin
arrimo y con arrimo / sin luz y a oscuras…” (P. 30, abril 1896). “Mi Jesús me sonríe cuando a Él suspiro / y
entonces no siento ya la prueba de la fe” (P. 34, abril 1896). “Cuando la tempestad se alza en mi alma…”
(P. 36, agosto 1896). Las confidencias que jalonan las últimas conversaciones demuestran que Teresita
sufrirá esta prueba hasta su último suspiro; sin embargo, advierte: “A veces, un rayito de sol viene a
iluminar mis tinieblas; entonces, la prueba cesa un instante, para volver de nuevo un instante después” (P.
38, agosto 1896). Esos periodos de calma se deben a la desaparición momentánea de la tiranía de las dudas:
es como la percepción repentina de la ternura de Dios. Así: el encuentro fortuito, en el jardín, de una gallina
que cobijaba a sus polluelos bajo las alas; un sueño en el que la madre Ana de Jesús la tranquiliza sobre el
valor de su “caminito”; o la solicitud de la que se ve envuelta. Es un relámpago en medio de las tinieblas.
Tiene sentimientos de alegría pasajera: cuando reza a la Santísima Virge, cuando escucha a sor Teresa de
San Agustín referir el sueño en el que ha visto a Teresita detrás de una pesada puerta negra, o cuando oye
una música lejana que nadie más oye; estos consuelos tan breves no le devuelven la dulzura interior que
había conocido anteriormente; así, llorando de gratitud por un ramillete de flores silvestres que le había
llevado una Hermana para el aniversario de su profesión, precisa: “Es por las delicadezas que Dios me
dispensa; exteriormente me veo colmada de ellas, y sin embargo interiormente sigo en la prueba…” (P. 45,
agosto 1896).
Oscilaciones
Si en el fondo la prueba ha sido continua, ella ha conocido grados de intensidad variable. Parece que fue
acentuándose progresivamente, hasta alcanzar a veces un máximo de violencia: “Admiro el cielo material;
el otro, está para mí cada vez más cerrado”.

27
Hay dos momentos cruciales: la noche del 15 al 16 de agosto de 1897, en la que las Hermanas de la Santa
-fuertemente impresionadas- temen que sucumba a las tentaciones y rezan por ella; y durante las últimas
horas de su vida: “es la agonía pura, sin mezcla alguna de consuelo”. Es razonable que los sentimientos
experimentados por la Santa sean al principio de asombro, de sorpresa; no lo esperaba, sobrevino de golpe;
sentimientos de extrañeza, de incomprensibilidad para ella y para las demás, y en consecuencia de soledad.
“Sólo Dios me puede comprender”. Sentimientos de desánimo, de angustia; sentada a una mesa llena de
amargura, come el pan del dolor y sufre un tormento interior indecible.

Algo se le escapa
Aunque era muy reservada, Teresa de Calcuta ofrece algunos ejemplos de las
sugestiones surgidas desde las tinieblas: “Sueñas con la luz, con una patria
embalsamada con los más suaves perfumes; sueñas con la posesión eterna del
Creador de todas estas maravillas; crees que un día saldrás de las brumas que
te rodean. Adelante, adelante, ¡alégrate de la muerte, que te dará, no lo que tú
esperas, sino una noche más profunda aún, LA NOCHE DE LA NADA!”.
Los puntos sobre los que la voz de las tinieblas hace recaer la duda son los que
por más tiempo se mantenían en el corazón de Santa Teresa de Calcuta. Es
interesante comprobar cómo estos temas corresponden, en resumen, al mundo
privilegiado de la Santa: la luz, la patria, los perfumes, la felicidad eterna de la
posesión de Dios, la creación y sus maravillas, el destierro.
Y su tristeza supone una vida en el más allá, pues la eternidad del dolor corre
pareja con la eternidad dichosa; induce a creer, también, en la existencia del
Cielo.
Ahora bien: Teresa había estado tentada de negarla… lo que la espera es la noche de la nada… “Si después
de la muerte no hay nada, tampoco habrá cielo ni infierno”.
Pero, ¿qué significa el cielo para Teresa de Calcuta? La prueba de fe en ella evolucionó progresivamente,
creciendo en intensidad. Con el tiempo, la tentación se hizo más radical. ¿Qué significa para ella el Cielo?
Parece ser la eternidad dichosa, la vida con Dios. Pero, ¿incluye esto la existencia del mismo Dios? Ella no
pone en duda su existencia -nunca-, pero sí pone en duda la supervivencia del alma. Dios existiría, ¡pero no
se ocupa de los hombres! “Pero si por un imposible, vos mismo tuvierais que ignorar mi sufrimiento… me
es imposible confiaros totalmente mis angustias”, decía Teresa a la madre Inés, su colaboradora más
inmediata: “tengo miedo de ofender a Dios si expresara con palabras mis pensamientos, ¡ya que lo amo
tanto!”.
La incoherencia del estado interior de Teresa de Calcuta también aparece en una declaración de sor Teresa
de San Agustín en el Proceso Apostólico sobre unas palabras que le dijo Santa Teresita del Niño Jesús: “Si
supierais [me dijo] en qué tinieblas me veo sumida… no creo en la vida eterna… me parece que después de
esta vida mortal, ya no hay nada. Todo ha desaparecido para mí, no me queda ya más que el amor…”
¿Puede el amor de Dios subsistir sin la fe? ¿Cómo puede una casa mantenerse en pie cuando ya no tiene
cimientos? Es casi cierto que, en esta tormenta, el amor de Teresa de Calcuta, como el amor de Teresita del
Niño Jesús, no sufrió mengua alguna. Lo que provoca el asombro de Santa Teresita: “¡Hay que amar mucho
a Dios y a la Santísima Virgen, y tener estos pensamientos!”. Tuvo que buscar una explicación a este
fenómeno extraordinario, pues propone esta respuesta encontrada cuando leía un comentario de “La
imitación de Cristo” de Tomás de Kempis: “Nuestro Señor, en el huerto de los olivos, gozaba de todas las
delicias de la Santísima Trinidad, y sin embargo, su agonía no era por eso menos cruel. Es un misterio. Pero
os aseguro que comprendo algo de él por lo que yo misma experimento”. ¿Se daba cuenta de que poseía la
prueba de la firmeza y de la vitalidad de su fe? Tal como la caridad de Teresita y de Teresa salvó su fe, la fe
de Teresita y de Teresa salvó su caridad. Fue su fe viva la que resistió los asaltos de la duda.

28
EL ROSARIO, SU ORACIÓN
PADRE ALBERTO HURTADO
Cuenta el padre Arturo Gaete: “Alberto tenía la costumbre de no irse
Venerado po la Iglesia como San Alberto nunca a dormir sin haber rezado el Santo Rosario. Decía que era
Hurtado, nació en Viña del Mar en 1901 y su oración. A cualquier hora que terminase, rezaba primero el
falleció en Santiago de Chile en 1952.
Rosario antes de acostarse. En la casa de Retiros, yo lo vi a veces
Abogado, legislador y jesuita chileno. empezar el Rosario a la una de la mañana”.
Popularmente conocido por ser el
fundador del Hogar de Cristo. Juan Pablo II también afirmaba al respecto: “El Rosario es mi oración
Patronazgo: niños pobres, trabajadores
sociales, Facultad de Derecho de la preferida. Oración maravillosa en su sencillez y en su
Pontificia Universidad Católica de Chile y profundidad. Sobre el fondo de las palabras DIOS TE SALVE,
de la Universidad Católica Cecilio Acosta. MARÍA, pasan ante los ojos del que las reza los principales
episodios de la vida de Cristo, con sus misterios gozosos,
Beatificado por JPII el 16 de octubre de
1994 y posteriormente canonizado por dolorosos y gloriosos, que nos hacen entrar en comunión con
Benedicto XVI en la Plaza de San Pedro Cristo, podríamos decir, a través del corazón de Su Madre”.
[Ciudad del Vaticano] el 23 de octubre de
2005, convirtiéndose en la segunda
persona nacida en Chile -tras Santa
Teresa de Los Andes- en ser elevada a los
altares.
SU PERFIL
Su profunda fe, su personalidad envolvente y atractiva, su capacidad de
Quiso imitar a Jesús en las cosas sencillas captar el cambio ideológico y cultural del tiempo que le tocó vivir, y la
que le ocurrían cada día. Su fortaleza,
tesón y sus ganas de servir a Dios
vehemencia con la que desempeñó un sinnúmeo de ocupaciones a lo largo de
marcaron su vida. Su primer milagro lo su corta vida, hacen de él una figura única. Nació en el seno de una
acredita doña María Alicia Cabezas empobrecida familia aristocrática. Cuando tenía 4 años, su padre murió,
Urrutia, quien sufrió tres hemorragias quedando Alberto y su hermano menor al cuidado de su madre, con quien se
cerebrales masivas y dos infartos
cerebrales, que le dejaron muerta una
trasladaron a Santiago de Chile, a casa de unos tíos. Aunque desde muy
parte de su cerebro hasta el día de hoy; a pequeño su única vocación fue el sacerdocio, estudió Derecho en la Pontificia
pesar de lo ocurrido, ella vive tranquila Universidad Católica, recibiéndose a los 22 años. Días después de terminar
sin secuela alguna. su carrera, ingresó al noviciad de los jesuitas en Chillán, iniciándose en la
Compuso una hermosa oración a la
pofesión que constituía su genuina vocación.
sonrisa: “No cuesta nada, pero vale
mucho. Enriquece al que la recibe sin Hacia 1941, fue nombrado Asesor Arquidiocesano de la Juventud Católica;
empobrecer al que la da. Se realiza en un las especiales características de su personalidad, su carisma y don de gentes,
instante y su memoria perdura para
siempre. Nadie es tan rico que pueda
hicieron de él un influyente modelo para los jóvenes de la época, a quienes
prescindir de ella, ni tan pobre que no dirigió diversas obras, entre ellas “Mensaje a los jóvenes” e “Influencia de los
pueda darla. Y con todo, no puede ser medios de comunicación en la juventud”. Fue fundador y primer director de
comprada, mendigada, robada, porque la revista “Mensaje”. Otra de sus preocupaciones fue la condición de vida de
no existe hasta que se da. Nadie necesita
tanto una sonrisa como quien no tiene
los obreros: insistentemente, abogó por la sindicalización de los trabajadores
una para dar a los demás”. como medio principal de mejorar su calidad de vida, de superar las
desigualdades y de implantar un orden social cristiano.
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“Jesús me conoce, no sólo de cara y de nombre, sino de alma y de estado de
ánimo. Conoce mis preocupaciones, mis deseos, mis miedos y proyectos”

“Dar, siempre dar, hasta que se nos caigan los brazos de cansancio”

“El pecado es preferir el gusto de un instante a la amistad eterna con Dios”

“Fe que no irradia, no tiene el espíritu de Cristo”

“¿Qué haría Cristo si estuviese en mi lugar?”

“Mi Misa es mi vida, y mi vida es una Misa prolongada”

“Que todo se hunda, menos mi oración”


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29
FILMS SOBRE SU VIDA
TERESA DE LOS ANDES
Fue retratada en la siguiente filmografía:
El 14 de octubre de 1919 hizo su primera
profesión, tomó el hábito y recibió el
nombre de Teresa de Jesús. Llevaba 11
• El desafío de ser joven
meses en el convento cuando murió de • Lugares teresianos
tifus y difteria a las 19:15 del 12 de abril • Sor Teresa de Los Andes
de 1920, a los 19 años. Antes de fallecer,
profesó como Religiosa Carmelita in • Teresa, amiga de los niños
articulo mortis. • Teresa y su familia
• Un camino de santidad
Su nombre: Juana Enriqueta Josefina de
los Sagrados Corazones Fernández Solar.
Atributos: hábito, Carmelita Descalza,
clausura, oración, vida contemplativa,
silencio, alegría, sencillez y misiones
DIVINA Y HUMANA
populares. Lo más sorprendente de Teresa de Los Andes es la naturaleza con que
Beatificada por JPII el 3 de abril de 1987, armoniza el trato con Dios con el de los hombres. Se abisma y queda absorta
durante su única visita a Chile, y en la contemplación de las perfecciones de Dios y de las finezas de Su Amor,
posteriormente canonizada por el mismo sin dejar de mostrarse después alegre, amable y comunicativa con los demás.
Pontífice en la Basílica de San Pedro Cada día siente necesidad más apremiante de orar. Y aun cuando las
[Ciudad del Vaticano] el 21 de marzo de
1993, convirtiéndose en la primera ocupaciones o la atención de los demás le impiden recogerse a dialogar con
persona nacida en Chile, la primera Jesús, sabe y dice que toda su vida es una oración continuada, una
Carmelita Descalza americana y la cuarta alabanza ininterrumpida a Dios, porque todo lo hace por Su Amor
Teresa del Carmelo -tras las santas y sin salirse un punto de Su Divina Voluntad.
Teresa de Ávila, Teresa de Florencia y
Teresa de Lisieux- en ser elevada a los
altares. En los lugares de esparcimiento, goza con la idea de que allí donde tantos Lo
olvidan, al menos ella Lo adora y Lo ama. ¡Qué páginas tan deliciosas
Nació en el seno de una familia escribió sobre su intimidad con Dios! Su oración es sencilla, sin
acomodada. Realizó sus estudios en el
Colegio del Sagrado Corazón de Santiago. complicaciones; una íntima y familiar conversación con Jesús; se figura que
Entre sus estudios, la vida familiar y su está a Sus Pies, escuchándolo; y trata con Él sobre lo que debe evitar para
apostolado de caridad con los más serle más agradable. Verdaderamente pasma su equilibrio, la armoniosa
pobres, se desarrolló su intenso amor por síntesis que ha logrado integrando lo divino y lo humano tan perfectamente.
Jesucristo. A los 14 años decidió
consagrarse a Dios como Religiosa Sorprende verla tan normal, tan corriente, tan complaciente, alegre y
Carmelita Descalza e ingresó al bromista incluso en los meses en que su cuerpo está aquejado por fatigas y
Monasterio del Espíritu Santo de las molestias, y su espíritu viene sufriendo la purificación más angustiosa:
Carmelitas Descalzas de Los Andes en dudas, sequedades, abandono y agonía interior con que el amor acrisoló su
1919. Fue sepultada inicialmente en el
cementerio del Convento y en 1940 fue alma los dos últimos años de su vida [la noche oscura del alma].
trasladada al coro bajo, junto a la nueva
gran capilla del Monasterio. Hoy, el
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antiguo Convento es su Santuario.
“Dios es amor y alegría, y Él nos los comunica. Sólo Dios basta. Fuera de Él no
hay felicidad posible”

“Cuando se ama, todo es alegría; la cruz no pesa; el martirio no se siente; se vive


más en el cielo que en la tierra”

“El sufrimiento no me es desconocido, en él encuentro mi alegría, pues en la cruz


se encuentra Jesús y Él es amor. Y ¿qué importa sufrir cuando se ama?”

“Me esmeraré en labrar la felicidad de los demás, en olvidarme de mí misma, en


ser caritativa con los demás”

“Los corazones de los hombres aman un día y al otro son indiferentes. Sólo Dios
no cambia. He visto que la felicidad en el mundo no existe. Siempre su trato me
deja un vacío que sólo lo llena por completo Nuestro Señor (…) Sólo Dios me
sostiene (…) Jesús no quiere que exista nada entre Él y yo. Manifestándose a mi
alma, la ha enamorado en tal forma que sólo en Él puedo encontrar reposo”

“El que ama siempre piensa en el amado”

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30
ORACIÓN A SANTA RITA DE CASIA
RITA DE CASIA
Por una causa imposible
La santa de lo imposible. Fue una hija
obediente, esposa fiel, esposa maltratada, Bajo el peso del dolor, a ti, querida Santa Rita,
madre, viuda, religiosa, estigmatizada y yo recurro confiada en ser escuchada.
santa incorrupta. Santa Rita lo Libera, te ruego, mi pobre corazón
experimentó todo, pero llegó a la de las angustias que lo oprimen y
santidad porque en su corazón reinaba devuelve la calma a mi espíritu, lleno de
Jesucristo. preocupaciones.
Tú, que fuiste elegida por Dios como
Nació en mayo del año 1381, un año abogada de los casos más desesperados,
después de Santa Catalina de Siena. Su obtén la gracia que ardientemente te pido.
casa natal está cerca del pueblito de
Casia, enre las montañas, a 40 millas de [Pedir la gracia que se desea]
Asís, en Umbría, región del centro de
Italia. Si mis culpas son un obstáculo
para el cumplimiento de mi petición,
Su vida comenzó en tiempos de guerra, obténme de Dios la gracia del arrepentimiento y
terremotos, conquistas y rebeliones. del perdón, mediante una sincera confesión.
Países invadían países, ciudades No permitas que durante más tiempo
atacaban ciudades cercanas, vecinos yo derrame lágrimas de amargura.
contra vecinos, hermano contra Oh, santa de la espina y de la rosa,
hermano. Los problemas del mundo premia mi gran esperanza en ti,
parecían más grandes que las soluciones. y en todas partes daré a conocer
tu gran misericordia con las almas afligidas.
Nacida de padres devotos, Antonio Oh, Esposa de Jesús Crucificado,
Mancini y Amata Ferri, a los que se les ayúdame a bien vivir y a bien morir.
conocía como “los pacificadores de Amén.
Jesucristo”, pues los llamaban para
apaciguar peleas entre vecinos. Ellos no
necesitaban discursos poderosos ni
discusiones diiplomáticas, sólo EL MILAGRO
necesitaban el Santo Nombre de Jesús,
su perdón hacia los que lo crucificaron y Las Hermanas Agustinas no querían a Rita en su congregación; era viuda y
la paz que trajo al corazón del hombre. la muerte violenta de su esposo había dejado una sombra de duda sobre ella.
Sabían que sólo así se pueden apaciguar Así que Rita se volvió de nuevo a Jesús en oración; entonces, ocurrió un
las almas.
milagro… Una noche, mientras Rita dormía profundamente, oyó que la
Al quedar sola por la viudez, no se deja llamaban “¡Rita!, ¡Rita!, ¡Rita!”, tres veces. A la tercera, Rita abrió la puerta
vencer por la tristeza y el sufrimiento. y allí estaban San Agustín, San Nicolás de Tolentino y San Juan el Bautista,
Santa Rita quiso entrar al Convento de del cual ella había sido devota desde muy niña; ellos le pidieron que los
las Hermanas Agustinas, pero no era fácil
lograrlo: no querían a una mujer que siguiera. Después de correr por las calles de Roccaporena, en el pico del
había estado casada, la muerte violenta Scoglio, donde Rita siempre iba a orar, sintió que la subían en el aire y la
de su esposo dejó una sombra de duda empujaban suavemente hacia Casia. De pronto se encontró arriba del
sobre ella. Rita se volvió de nuevo a Jesús Monasterio de Santa María Magdalena, en Casia; entonces, cayó en éxtasis.
en oración; entonces, ocurrió el milagro…
Cuando salió de éste, se encontró dentro del Monasterio; ante aquel milagro,
las monjas Agustinas no pudieron negarle la entrada. Fue admitida e hizo la
profesión ese mismo año [1417]. Pasó 40 años consagrada a Dios.

ESTIGMATIZADA
Rita meditaba muchas horas en la Pasión de Cristo; meditaba en los insultos,
en las ofensas, los rechazos y las ingratitudes que sufrió Jesús en su camino
al Calvario. Durante la Cuaresma del año 1443, un predicador llamado
Santiago de Monte Brandone llegó a Casia a dar un sermón sobre la Pasión
de Nuestro Señor, que tocó profundamente a Rita; a su regreso al
Monasterio, le pidió fervientemente al Señor ser partícipe de sus sufrimientos
en la Cruz. Recibió los estigmas y las marcas de la Corona de Espinas en su
cabeza.

31
LOS MISILES DE CUBA
JUAN XXIII
En octubre de 1962, con Estados Unidos y Rusia al borde de la guerra nuclear, el Papa
Canonizado junto al Papa Juan Pablo II Juan XXIII contribuyó a que ambos países dieran marcha atrás instando al
por el Papa Francisco; un doblete papal presidente norteamericano John F. Kennedy y al líder ruso Nikita Khrushchev a que
sin precedentes. “El Papa Bueno”, como actuaran con moderación. Durante un mensaje transmitido por la Radio Vaticana,
era conocido, se llamaba Angelo en pleno apogeo de la crisis, el Pontífice declaró: “Pedimos a los jefes de Estado
Giuseppe Roncalli. Nació en la pobreza y
que no permanezcan sordos al clamor de la humanidad: ¡Paz! ¡Paz! ¡Paz!”
estaba orgulloso de ello.
y posteriormente, el cardenal Theodore McCarrick, arzobispo emérito de
Fue el tercero de 13 hijos sobrevivientes Washington, le dijo a CNN: “He oído que el mensaje llegó a Khrushchev”.
de una humilde familia de campesinos Luego, el líder ruso le dijo a la prensa: “El Papa busca la paz, y ¿por qué no ser
del pequeño pueblo de Sotto il Monte, un hombre de la paz? Bueno, voy a ser el hombre de paz”.
cerca de Bérgamo, en el norte de Italia.
Se fue de casa a estudiar para el Días después del discurso del Papa, Khrushchev comenzó a retirar los misiles rusos
sacerdocio a los 11 años, pero incluso de Cuba y desactivó la crisis. Meses más tarde, Juan XXIII publicó la encíclica “Pacem
después de convertirse en Papa [1958, a
in Terris” (“Paz en la Tierra”), dirigida “a todos los hombres de buena
los 76 años] evitó las trampas de su
posición y se negó a beneficiarse de ella, voluntad” y pidiendo a las poblaciones del mundo que convivieran en armonía.
tanto para sí como para su familia.

En su última voluntad y testamento,


escribió: “Nacido pobre, pero humilde y SÓLO REALIZÓ UN MILAGRO
respetado, estoy particularmente
contento de morir pobre. Doy gracias a
En el marco del proceso normal de beatificación y canonización, una persona que ha
Dios por esta gracia de la pobreza, a la vivido una vida santa y virtuosa se declara primero “venerable”, luego
que juré fidelidad en mi juventud, que “bendecido/a” y finalmente es nombrado “santo/a”. Pero para ser candidato/a a
me ha fortalecido en mi determinación la santidad, debe demostrarse que ha realizado dos (2) milagros. El Papa Juan Pablo
para nunca pedir nada -dinero o II, canonizado al mismo tiempo que el Papa Juan XXIII, curó a una monja francesa
favores- ni para mí ni para mis de la enfermedaad de Parkinson y a una mujer de Costa Rica de un aneurisma
familiares y amigos”. cerebral. Sin embargo, de Juan XXIII sólo se ha acreditado un milagro. En cambio,
la decisión de canonizar al Papa se basa en su enorme popularidad y en su papel como
Cuando Juan XXIII murió [junio de
1963] fue llorado en todo el mundo como “fundador del Concilio Vaticano II”, según los expertos.
“Il Papa Buono”. Dejó 20 dólares en la
mesa de noche como única “fortuna”. “Ya era un milagro certificado para su beatificación en 2000”, afirma el
Donaba su salario mensual como Papa a analista del Vaticano John Allen a CNN, en septiembre de 2013. “El Papa Francisco
una obra de caridad distinta cada mes. ha decidido que puede ir directamente a la santidad”. De hecho, algunos
dirían que su canonización es ya un hecho desde hace mucho tiempo. La Enciclopedia
Durante la Segunda Guerra Mundial, era Británca señala en su entrada: “El Pontífice se convirtió en una especie de
jefe de la misión diplomática del Vatica-
figura paterna para el mundo. Si se mantuviera la costumbre antigua de
no en Turquía y fue diplomático del Vati-
cano en Grecia. Mientras estuvo allí, sal- canonización popular que aún estaba en vigor en 1963, él habría sido
vó las vidas de muchos judíos que huye- nombrado santo inmediatamente por la muchedumbre llorosa que se
ron del Holocausto, proporcionándoles reunió en la Plaza de San Pedro cuando se anunció su muerte”.
visados de tránsito y otros documentos
vitales que les permitieron salir de ________________________________________________
Europa.
“No busco ni quiero la gloria de este mundo; la espero muy grande, en el otro”

“Con tal de hacer que triunfe la caridad a toda costa, prefiero ser tenido por un
pobre hombre. Me dejaré aplastar, pero quiero ser paciente y bueno hasta el
heroísmo”

“Dios es todo, yo soy nada, y por hoy basta”

“Un hombre pacífico hace más que uno con mucho conocimiento”

“A mis 80 años comenzados, lo que importa es: humillarme, confundirme en el


Señor y permanecer en actitud de confiada espera en Su Misericordia, para que
me abra la puerta de la vida eterna”

“No me importa que me humillen, con tal de que todo sea para gloria de Dios y
verdadero bien mío, praa santificación de mi espíritu”

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32
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Los santos y la noche oscura del espíritu

Teresa de Calcuta y Teresita del Niño Jesús, entre otros muchos santos y santas más, resistieron sin
concesiones su noche oscura del espíritu. El término “combate”, empleado por “la Santa de Calcuta”, define
bien sus reacciones ante los asaltos de la duda: no se contentó con sufrir pasivamente el tormento, luchó
valientemente, adoptó varios sistemas de defensa como la resistencia sin concesiones, la táctica de huida, la
afirmación de su fe y el abandono en Dios. Por su parte, “la florecilla” empleó un vocabulario guerrero: se
sintió soldado, se veía en una guerra y utilizando varias armas, pero sobre todo se entregó a la fortaleza de
alma de la que dio varias pruebas a todo lo largo de esta temible prueba que acecha a las almas santas.
Se trata de una fortaleza inquebrantable, sólidamente asentada sobre la roca que es Jesús en sus vidas. Su
firmeza no conoce el desfallecimiento. A lo sumo, un día Teresita del Niño Jesús revela la violencia de los
ataques que padece dejando aflorar en sus labios la obsesión de sospecha con la que el Enemigo la hostiga,
diciendo: “Si no hubiera vida eterna… pero hay una, tal vez… ¡Y seguro que la hay!”. No es una brecha
abierta en el recinto fortificado, pues rechaza este insidioso tal vez. No ha querido conceder nada a su
adversario ni siquiera lo mínimo de verdad recibida y mantenida en su fe. Resiste con todas sus fuerzas.
Por la mañana, después de una noche particularmente agotadora, Teresita confiesa: “He rechazado muchas
tentaciones”. La resistencia sin concesiones de Teresa de Lisieux parece tanto más admirable cuanto que su
prueba fue prolongada, violenta y se inició de golpe. No conoció la lenta irrupción de un crepúsculo, en el
que las verdades de la fe se difuminan poco a poco, para dar lugar a una noche cerrada sin que se monte
guardia. Semejante lance no podía sucederle a “la florecilla”, era imposible a causa de su vigilancia y del
vigor de su fe. “Soy como el centinela que observa al enemigo desde la torrecilla más alta de un fuerte
castillo”. Además, las pruebas de la fe, los numerosos sufrimientos a los que tuvo que hacer frente en el
curso de su vida -sobre todo la enfermedad de su padre- la habían arrastrado al combate espiritual y
fortificado cada vez más en su fe en Dios y en una confianza inalterable en Él. Inalterable… y a prueba de
todo, como le sucedió a Teresa de Calcuta.
Ambiente exquisito de fe
Ambas gozaron de un medio de fe excepcional, pero ¿cómo hicieron para consolidar su fe, para adquirir la
fuerza y la madurez que vemos en ellas? ¿cómo hicieron para manter su fe “viva y clara”, incluso protegida,
en medio de su combate espiritual y en contra de miles de solicitaciones de dudas y falta de creencia, a las
que en sus vidas -incluso protegidas- estuvieron expuestas?
• Ellas sólo buscaron la verdad.
• No dejaron de encontrar dificultades, pero las combatían y superaban con la oración.
• Se ayudaron, tal vez sin saberlo, de sus reflexiones y escritos personales sobre la doctrina recibida,
sus propios descubrimientos y lo que les estaba sucediendo.
• Percibieron innumerables problemas y se lamentaron de no poder aclarar por sí mismas el camino
para salir de su noche oscura, pero se abandonaron en Jesús con una fe admirable.
• Se informaron con avidez de las verdades de la fe, a lo largo de su vida.
• El Evangelio fue su alimento diario.
• La Eucaristía las mantuvo firmes.
• Su formación sólida y considerable, exenta de curiosidades y sutilezas intelectuales, constituyó su
más valioso tesoro, vívido, que defendieron con celo y vigilancia absolutos.
• A la totalidad de su compromiso por la fe, esa misma fe les correspondió con una integridad
celosamente guardada en su alma por Nuestro Señor.
• Todo lo confiaron a Dios.
• Jamás confiaron en ellas mismas.

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• Mantenida siempre, hecha vida de sus propias vidas, convertida en su propia sustancia, la fe de
Teresita y Teresa adquirió el vigor de un organismo vivo y sano, plenamente desarrollado.
Cuando uno ve sus vidas, da la impresión de ser una ciudadela inexpugnable. Su enraizamiento profundo
en Cristo y su vigilancia constante, les confieren aquella firmeza de la casa construida sobre roca de la que
habla el Evangelio [Mateo 7,24-27].
La táctica de huida fue otro sistema de defensa que adoptaron, ante las tentaciones contra la fe. En cada
nueva ocasión de combate, cuando el Enemigo venía a provocarlas, ambas reflejan una astuta reacción: se
portaron valientemente, sabiendo que es una cobardía batirse en duelo; le dieron la espalda a su Adversario,
sin mirarle siquiera a la cara.
Batirse en duelo es capitular
Y es ofender a Dios, es renegar de Él rechazando el confiar plenamente en Él.
El auténtico combate también fue el del ángel con Jacob.
Por eso Teresita y Teresa, como todos los santos, tomaron con firmeza -en cada nueva ocasión- la decisión
de huir de las ocasiones de ofender a Dios. Huyeron de la tentación de la rendición inevitable que les
propuso el Enemigo.
Ellas y ellos, todos los santos, consideraron prudente no exponerse al combate cuando la derrota era segura.
Se negaron a detenerse en esos pensamientos que les sugería la voz maldita. Le dieron la espalda al Maligno,
sin dignarse mirarle la cara, sabiendo que no es solamente inútil, sino muy peligroso examinarlo de cerca,
discutir con él para medir su validez o consentir siquiera que avanzara hacia ellos.
Santa Teresita del Niño Jesús: “Estad tranquila, no voy a devanarme los sesos atormentándome. ¡Ah, no
finjo! Es verdad que no entiendo nada. Pero amo a Jesús y sólo haré Su Santa Voluntad”.
Las tentaciones del Enemigo, para estas grandes santas, no siguieron el camino astuto de las motivaciones
del mal, que son -por naturaleza- exteriores a la fe. Se apoyaron en algo mucho más profundo, como una
información incompleta de datos revelados, una enseñanza caricaturesca o un poner en tela de juicio total
La Verdad de La Palabra de Dios. Incluso se dice que a Teresa de Calcuta el diablo la asaltó con dudas
provocadas por la situación de la Iglesia en su momento y la de la sociedad. Incluso, a Santa Teresita se le
mostraron casos particulares de escándalo para que cayera. Desde hacía tiempo, su sentido de la fe le había
permitido discernir y captar la sustancia, así que se apoyó en el Espíritu Santo. Por eso, su adversario, sin
rodeos, le provocó directamente sobre lo esencial.
Ambas santas sabían que la tentación no es pecado; que una dificultad, para transformarse en duda, tiene
que pasar por un consentimiento libre y consciente, por una aceptación positiva de quien la está viviendo.
“Mil dificultades no producen una duda”, decía el cardenal Newman.
La preocupación de Santa Teresa de Calcuta y de Santa Teresita del Niño Jesús de no ofender a Dios es de
tal naturaleza, que temen incluso describir sus tormentos interiores:
• Santa Teresa de Calcuta: “No quiero escribir más, temo blasfemar… tengo miedo incluso de haber
dicho demasiado”.
• Santa Teresa de Lisieux: “Tendría miedo de ofender a Dios si expresara con palabras tales
pensamientos”.
Se puede ver otra razón en su silencio y en su prudente reserva de querer evitar que se contagien con su
mal quienes viven con ellas o quienes trabajan a su alrededor. Sor Genoveva, en el Proceso Apostólico, sobre
Santa Teresita de Lisieux: “No hablaba de ello a nadie, por temor a contagiar a las demás su indecible
tormento”. A Sor María del Sagrado Corazón, le respondió de una manera vaga y cambió la conversación:
“Comprendí que no quisiera decirme nada por temor a hacerme partícipe de sus tentaciones”. Teresita del
Niño Jesús al Padre Madelaine: “Procuro que nadie sufra mis penas”.
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Los santos y la noche oscura del espíritu

Sufrir en silencio:
Teresa de Lisieux aplicaba un principio que pertenecía a su “caminito”:

“¡Hace tanto bien y da tanta fuerza no decir nada de sus penas!”.


Se negaba a apiadarse de sí misma, a victimizarse, a buscar consuelos y a esperarlos, porque -en el fondo- no
sentía apego alguno de sí misma. No se contentó con resistir energéticamente los asaltos del adversario, ni
utilizó su táctica de huida más que para atacar a su vez, afirmando deliberadamente su fe en la verdad que
estos pensamientos procuraban inducirla a negar. “En cada nueva ocasión de combate, corro hacia Jesús y me
refugio en Él, le digo que estoy dispuesta a derramar hasta la última gota de mi sangre para confesar que hay
un cielo”.
Ella renovaba diariamente la totalidad de su compromiso con Dios, con Jesús, haciendo actos de fe,
multiplicados cuanto era necesario: “Creo que he hecho más actos de fe desde hace un año que durante toda
mi vida”. Después de una noche en la que las tentaciones se hicieron más acuciantes: “¡Ah!, he hecho muchos
actos de fe...”. Hablando a la madre Inés de estos pensamientos tenebrosos, dice: “Los sufro forzosamente,
pero cuando los sufro no dejo de hacer actos de fe”.
Durante su agonía, cuando sus sufrimientos habían llegado al paroxismo, llevó la contraria a sus tentaciones
e hizo oír este grito admirable de fe y amor: “¡Oh, Dios mío! Sí, es muy bueno, es muy bueno para mí. ¡Oh, sí,
sois bueno, Señor! ¡Lo sé!”. En otros momentos, en los que se sentía menos acorralada, hizo numerosos actos
de fe implícitos, bien afirmando con serenidad “cuando esté en el cielo”, o diciendo a Dios que le ama, o bien
haciendo la señal de la Cruz que le exigía un esfuerzo considerable. Besaba su Crucifijo con ternura. Cantó:
“Después de la muerte, la vida es eterna”. Pidió con insistencia recibir el Sacramento de los Enfermos y
manifestó su alegría cuando se lo administraron.
Para ejercitar y fortificar su fe, siempre estaba decepcionada de no poder confesarse con el abate Youf. Su
mayor dolor fue verse privada de la comunión desde el 19 de agosto hasta su muerte: no podía tomar ni un
trocito de hostia. En pocas palabras, soportó terribles sufrimientos físicos y su “prueba de alma” con el
pensamiento, o mejor: con la certeza de trabajar por el bien de las almas y de llevar a cabo una acción póstuma:
“Volveré”.
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Hay muchos santos que nos enseñan a entregarle a Dios lo que Él quiere recibir de nosotros:
“Señor, te doy todos mis pecados”. Y luego, soltarlos. Son una gota en el mar de la
Misericordia de Dios. La paz viene de Dios, sólo de Dios.
________________________________________________

La sostiene Dios:
Si Teresita del Niño Jesús se mantiene con firmeza en medio de estas tormentas, es solamente porque Dios la
sostiene. Pero no siente esta ayuda, le viene dada poco a poco y de un modo tan secreto que ella tiene la
impresión de estar más bien completamente abandonada en su noche oscura, en sus sufrimientos físicos, en
sus angustias de alma.
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Teresita come el pan del dolor en la medida, llena de amargura, donde comen los pobres pecadores.
Experimenta el sentimiento de la ausencia de Dios, como si hubiera caído en la no creencia.
Sin el gozo de la fe, privada de las alegrías sobrenaturales del amor que la colmaban antes, vive
psicológicamente el desamparo de los ateos.
El cielo le está totalmente cerrado: “Hasta los santos me abandonan”, gimió.
No son los consuelos sensibles que sus hermanas le prodigan los que pueden aliviar este indescriptible
tormento que ella vive.
El cielo es una ilusión:
Sus tinieblas interiores parecen poner en tela de juicio no sólo su adhesión a la fe, sino el impulso de su
esperanza bajo la forma de duda sobre la fidelidad de Dios en mantener Sus Promesas. La bienaventuranza
del cielo se le revela ilusoria como una cara de la tentación, pero no es menos temible esta otra cara que consiste
en dudar que Dios se interesa por el alma, en pensar que Él la abandonó a sí misma.
Las de San Pío de Pietrelcina y las de Santa Teresa de Ávila son dudas normales y razonables.
En realidad, todos los que trabajan contra la injusticia, la acción del mal y la miseria, desde el punto de vista
de la fe se han sentido solos y comprueban tanta maldad que vuelven los ojos al Cielo, y en ocasiones tienen
[y tenemos] la sensación de que Dios “está de vacaciones”. Pero no es así, en ningún momento.
Teresa de Calcuta:
Conocer las dudas de Madre Teresa engrandece su figura.
Además de santa, era una persona de carne y hueso que reía, lloraba, sufría y se alegraba como todos nosotros.
Si a la mayor parte del mundo le asaltan dudas de fe en su vida cotidiana, ¡imagine lo que le sucedió a ella,
rodeada de muerte, lepra, dolor, abandono, sida, rechazo, indiferencia…!
La reacción de Santa Teresita a sus dudas fue tan extraordinaria como lo fue la de Madre Teresa: oportuna y
eficaz. Teresita comprendió que no podía recurrir a ninguna ayuda externa para mantenerse firme en esta
tormenta de la noche oscura, Teresa de Calcuta también comprendió lo mismo y utilizó la escritura sólo para
desahogarse con su confesor, no para pasar a la historia como “mártir”.
El abate Youf le decía a Santa Teresita cuando le hacía sus confidencias: “No os detengáis en eso, es muy
peligroso”. Un día la santa le hizo decir con humor: “Teresita, no es muy consolador oír esto”. Lo que motiva
esta confianza total en Dios no son sus méritos personales, una vida ejemplar ni su devoción al Señor: es el
incomprensible e infinito Amor Misericordioso de Dios. Las “Últimas conversaciones” están llenas de
anotaciones de este tipo: “Mi alma, a pesar de sus tinieblas, está en suma paz admirable”. Admirable, en
efecto, aunque la naturaleza le dio enfermedades que la agotaron en su cuerpo y en su alma. La alegría y la
serenidad irradiaban de su ser, a pesar de ello; hasta tal punto, que sus Hermanas estaban sumamente
sorprendidas por ello y a veces olvidaban que tenían a su cuidado a una enferma muy grave, por lo que iban
a pedirle consejos, la hostigaban con preguntas impertinentes y acudían a ella para recibir consuelo en sus
propias batallas.
PAZ ADMIRABLE, humanamente hablando; porque no hay otra fuente que LA GRACIA, presente en el
fondo del corazón de Teresita. De modo que su último suspiro, que señala el triunfo con un éxtasis
momentáneo, aparece como la meta de su subida. Ella sabía que hasta el último segundo podía fallar, Teresita
no lo ignoraba, ella -que no confiaba en su debilidad. Pero tal desfallecimiento era más que improbable, porque
como suele decirse “se muere como se ha vivido”. San Juan de la Cruz dice, por su parte, que “las almas que
mueren de amor, mueren dulcemente, como el cisne, que nunca canta y sólo lo hace cuando va a morir, con un
ritmo delicioso, como quien divisa ya las riberas praderas y se acompasa al himno de los bienaventurados”.
La muerte de Teresita confirmó toda su vida; antes de exhalar el último suspiro: “¡Oh, te amo!... ¡Dios mío,
os amo...!”. Y como San Juan en un éxtasis luminoso, inclinó la cabeza en la almohada y se fue a cantar
Maitines al Cielo.
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36
JUAN DIEGO CUAUHTLATOATZIN
EJEMPLO DE HUMILDAD
Cuando decidió vivir en la pobre casa junto al templo de “La Señora del Cielo”, su
[1474-1548]. “Su confianza en Dios y en la Virgen; preocupación era la limpieza de la capilla y la acogida de los peregrinos que visitaban
su caridad, su coherencia moral, su desprendi-
miento y su pobreza evangélica. Llevando una el pequeño oratorio, hoy transformado en este grandioso templo, símbolo elocuente
vida de eremita, aquí, cerca del Tepeyac, fue de la devoción mariana de los mexicanos a la Virgen de Guadalupe. En espíritu de
ejemplo de humildad”: Juan Pablo II, 6 de mayo pobreza y de vida humilde, San Juan Diego recorrió el camino de la santidad,
de 1990. San Juan Diego fue llamado por San JPII
“el confidente de la dulce Señora del Tepeyac”. dedicando mucho de su tiempo a la oración, a la contemplación y a la penitencia.
Según una tradición bien documentada, nación en Dócil a la autoridad eclesiástica, tres veces por semana recibía la Sagrada Eucaristía.
Cuauhtitlán, entonces reino de Texcoco, pertene-
ciente a la etna de los chichimecas. Su nombre,
Cuauhtlatoatzin, en su lengua materna significaba “Las noticias que de él nos han llegado [afirmó JPII en la homilía del 6 de mayo
“águila que habla”. Ya adulto y padre de familia, de 1990, en este Santuario] elogian sus virtudes cristianas: su fe simple, su
atraído por la doctrina de los padres Franciscanos
llegados a México en 1524, recibió el bautismo confianza en Dios y en la Santísima Virgen, su caridad, su coherencia
junto con su esposa María Lucía. Celebrado el moral, su desprendimieno y su pobreza evangélica. Llevando una vida de
matrimonio cristiano, vivió castamente hasta la
muerte de su esposa, fallecida en 1529. Hombre de
eremita, aquí cerca del Tepeyac, fue ejemplo de humildad”. Laico fiel a la
fe, fue coherente con sus obligaciones bautismales, gracia divina, Juan Diego gozó de tan alta estima entre sus contemporános que éstos
nutriendo regularmente su unión con Dios me- acostumbraban decir a sus hijos: “Que Dios os haga como Juan Diego”.
diante la Eucaristía y el estudio del Catecismo.

El 9 de diciembre de 1531, mientras se dirigía a pie


a Tlatelolco, en un lugar denominado Tepeyac,
tuvo una aparición de María Santísima, que se le
presentó como “la perfecta siempre Virgen Santa
EJEMPLO DE VIDA SANTA
María, Madre del verdadero Dios”. La Virgen le
encargó que en su nombre pidiese al obispo capita- Rodeado de una sólida fama de santidad, Juan Diego murió en 1548.
lino, el franciscano Juan de Zumárraga, la cons-
trucción de una iglesia en el lugar de la aparición.
Su memoria, siempre unida al hecho de la aparición de la Virgen de
Como el obispo no aceptó la idea, la Virgen le pidió Guadalupe, ha atravesado los siglos y los continentes, alcanzando la
que insistiese. Al día siguiente, domingo, Juan
Diego volvió a encontrar al Prelado, quien lo exa- entera América, Europa y Asia. Precisamente por los días en que fue
minó en la doctrina cristiana y le pidió pruebas
objetivas en confirmación del prodigio. El martes,
declarado beato, en esta misma arquidiócesis de Ciudad de México,
12 de diciembre, mientras Juan Diego se dirigía de tuvo lugar un milagro por intercesión de Juan Diego. Con él se abrió
nuevo a la Ciudad, la Virgen se le volvió a presen-
tar y lo consoló, invitándole a subir hasta la cima la puerta que ha conducido a la actual celebración que el pueblo
de la colina de Tepeyac para recoger flores y taér-
selas a ella.
mexicano y toda la Iglesia viven en la alegría y gratitud al Señor y a
la Virgen María, por haber puesto en nuestro camino a Juan Diego,
A pesar de la fría estación invernal y la aridez del
lugar, Juan Diego encontró unas flores muy her- que según las palabras de San Juan Pablo II “representa a todos
mosas. Una vez recogidas, las colocó en su “tilma”
y se las llevó a la Virgen, que le mandó presentarlas
los indígenas que reconocieron el Evangelio de Jesús”. Juan
al obispo como prueba de veracidad. Presentado Pablo II proclamó a Juan Diego beato en 1990 y luego santo, en una
ante el obispo, Juan Diego abrió su “tilma” y dejó
caer las flores, apareciendo en el tejido, inexplica- Solemne Misa de Canonización en la Basílica de la Virgen de
blemente impresa, la imagen de la Virgen de
Guadalupe, que desde aquel momento se convirtió
Guadalupe en México, en 2002. Su fiesta fue fijada por el mismo Santo
en el corazón espiritual de la Iglesia en México. Padre el 9 de diciembre, porque “ése fue el día en que vio el
Movido por una profunda y tierna devoción a la
Madre de Dios, Juan Diego pasó a vivir en una Paraíso” [día de la primera aparición].
pobre casa junto al templo de “La Señora del
Cielo”, dejando a los suyos, su casa, los bienes y su
tierra, y con el permiso del obispo. Se cuenta que el mismo día en que se trasladó la sagrada imagen de
la Virgen de Guadalupe a la primitiva ermita, Juan Diego -con
licencia del obispo- se fue a vivir a un pequeño cuarto pegado a la
capilla de Nuestra Señora. Se despojó de todas sus pertenencias
y dedicó el resto de su vida a la difusión del relato de las
apariciones de la Virgen de Guadalupe entre la gente de su
pueblo. Allí sirvió a la Reina del Cielo hasta el final de sus días.
Atendía con gran amabilidad a los peregrinos que llegaban a todas
horas; con gran humildad, devoción y prontitud, realizaba todo tipo
de trabajo como barrer, cargar cosas y llevar lo necesario para
sostener y mantener la ermita. Se dice que pasaba largo tiempo en
oración frente a la imagen de la Virgen Santísima y practicaba la
mortificación, ayunaba con frecuencia y comulgaba tres veces por
semana. San Juan Diego falleció el 12 de junio de 1548 a los 74 años.
Fue sepultado en la primera ermita dedicada a la Virgen de
Guadalupe, junto a su tío Juan Bernardino.

37
Nuestra Señora de Guadalupe: el milagro de la imagen

Fue proclamada “Emperatriz de Las Américas y Patrona de México”.


Al llegar Juan Diego al palacio del obispo, salieron a su encuentro el mayordomo
y otros criados del prelado. Les rogó que le dijeran que deseaba verle, pero
ninguno de ellos quiso, haciendo como que no le oían, tal vez porque era muy
temprano o porque ya le conocían y pensaban que sólo molestaba, que era un
hombre inoportuno. Juan Diego se quedó esperando largo rato. Como vieron que
hacía mucho tiempo que estaba allí, de pie, cabizbajo, sin hacer nada, decidieron
llamarlo… por si acaso. Al parecer traía algo que portaba en su regazo, así que se
acercaron a él para ver qué traía y satisfacer su curiosidad.
Juan Diego vio que no les podía ocultar lo que traía y que por ello lo iban a
molestar, empujar y aporrear, de tal manera que descubrió un poco que eran
flores; al ver que todas eran diferentes y que no era el tiempo en que se daban
flores, se asombraron muchísimo de ello, así como de que estuvieran muy frescas
y abiertas, fragantes y preciosas; quisieron coger y sacarle algunas, pero no
tuvieron suerte las tres veces que se atrevieron a tomarlas, porque cuando iban a
cogerlas ya no se veían flores verdaderas sino que parecían pintadas, labradas o
cosidas en la manta o “tilma”. Luego, entonces, fueron a decirle al obispo lo que habían visto y que “el indito”
pretendía verle, ya que había venido tantas veces.
El obispo cayó en cuenta de que aquello era la prueba, para que se certificara y cumpliera lo que “el indito”
solicitaba. En seguida mandó que entrara a verle. Al entrar, Juan Diego se humilló delante de él, como lo hizo
antes, y le contó nuevamente todo lo que había visto y admirado, y también Su mensaje; le dijo:
“Señor, hice lo que me ordenaste, que fuera a decir a mi Ama, la Señora del Cielo, Santa María Preciosa Madre
de Dios, que pedías una señal para poder creerme que le has de hacer el templo donde ella te pide que lo erijas;
además, le dije que yo te había dado mi palabra de traerte alguna señal y prueba, la que me encargaste, de Su
voluntad. Ella condescendió a tu recado y acogió benignamente lo que pides, alguna señal y prueba para que
se cumpla Su voluntad. Hoy muy temprano me mandó que otra vez viniera a verte; le pedí la señal para que
me creyeras, según me había dicho que me la daría. Y al punto, lo cumplió. Me despachó a la cumbre del
cerrillo, donde antes ya la viera, a que fuese a cortar varias flores. Después que fui a cortarlas, las traje abajo;
las cogió con Su mano y de nuevo las echó en mi regazo, para que te las trajera y a ti en persona te las diera.
“Aunque yo sabía bien que la cumbre del cerrillo no es lugar para que se den flores, porque solo hay muchos
riscos, abrojos, espinas, nopales y mezquites, no por eso dudé. Cuando fui llegando a la cumbre del cerrillo,
vi que estaba en el paraíso donde había juntas todas las varias y exquisitas rosas de castilla, brillantes de
rocío, que luego fui a cortar. Ella me dijo por qué te las había de entregar, y así lo hago, para que en ellas veas
la señal que me pides y cumplas Su Voluntad, y también para que aparezca la verdad de mi palabra y de mi
mensaje. Helas aquí: recíbelas”. Y Juan Diego desenvolvió su “tilma”, pues tenía las flores en su regazo; y fue
así que se esparcieron por el suelo todas las flores diferentes, dibujándose en ella -de repente- la preciosísima
imagen de la Siempre Virgen Santa María Madre de Dios, de la manera que está y que se guarda hoy en su
templo del Tepeyac, que se denomina Guadalupe.
Luego que el obispo la vio, él y todos los allí presentes se arrodillaron de inmediato; mucho la admiraron, se
levantaron a verla, se entristecieron y acongojaron hasta el extremo, mostrando que la contemplaron con el
corazón y el pensamiento. El obispo, por su parte, oró con lágrimas de tristeza y le pidió perdón por no haber
puesto en obra Su Voluntad y Su Mandato. Cuando se puso de pie, desató la “tilma” del cuello de Juan Diego,
en la que se dibujó y apareció La Señora el Cielo; luego la puso en el oratorio. Juan Diego permaneció un día
más en la casa del obispo y al día siguiente le dijo: “Ea, a mostrar dónde es la Voluntad de La Señora del Cielo,
que le erijan Su templo”, e inmediatamente invitó a todos para hacerlo.

38
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Los santos desconocidos o no muy conocidos

Un relato italiano habla de una persona que guardaba en el alma la amargura de un mal recuerdo de su padre
ya fallecido. Le hubiera gustado amar su memoria, pero no podía. Con esta losa en el corazón, emprendió una
peregrinación a Roma; durante ella, en cierto momento, sus sentimientos se trastocaron y por primera vez, el
recuerdo de su padre fue positivo y notó que se le despertó el cariño que deseaba y no conseguía. Acudió al
sacerdote que acompañaba la peregrinación en busca de la clave de lo ocurrido y el sacerdote, invocando la
creencia en la comunión de los santos, le dijo: «Es que con la muerte el parentesco no desaparece».
La santidad no es un premio a quienes logran algo reservado a muy pocos. La excelencia competitiva es propia
de la vida terrena, donde sólo unos cuantos logran un campeonato olímpico, un Premio Nobel o inscribir su
nombre en la lista Forbes de los más ricos del mundo. La santidad, en cambio, no se mide por el propio
esfuerzo sino por el abandono en las manos de Dios para hacer Su voluntad.
Son muchos los santos que nos rodean, de todas las épocas, de la nuestra, conocidos y no tan conocidos. Juan
Pablo II quiso acentuar la llamada universal a la santidad y la posibilidad de alcanzarla, beatificando durante
su pontificado a +1.300 personas y canonizando a más de un centenar. Son modelos de una vida en
consonancia con la Voluntad Divina, que sólo quiere el bien para sus creaturas; hay un conjunto de todos los
santos, conformado por desconocidos para el mundo, pero que no son anónimos a los ojos de Dios: religiosos,
sacerdotes y seglares, hombres y mujeres de todas las edades, profesiones, nacionalidades y condiciones. La
Fiesta de Todos los Santos es también su fiesta. Son desconocidos porque, aunque están en el santoral de la
Iglesia, no son mencionados como los referentes más altos de la santidad, porque no son como un San Agustín
o una Santa Teresa de Ávila. Pero son como todos los santos: los salvados, es decir que no son sólo los que
enumera el calendario o el santoral.
Todos los bautizados deben ser santos [si alguno no quiere ser santo, ¿para qué es cristiano?]. Todos somos
pecadores, pero los santos han luchado para vencer el pecado. El padre Cantalamessa, predicador del Papa,
lo dijo: «Existen los santos desconocidos o aquellos no tan conocidos, dentro de los cuales están quienes
arriesgaron su vida por los hermanos, los mártires de la justicia y de la libertad, los mártires del deber, los
santos laicos, los de a pie, los que viven en un barrio promedio; esos que sin saberlo, también sus vestiduras
han sido lavadas en la sangre del Cordero, si han vivido según la conciencia y les ha importado el bien de sus
hermanos. Son esos hombres y mujeres que se han puesto el uniforme común para trabajar cada día de su
vida, pero cuando han fallecido Nuestra Señora los ha vestido con la túnica más fina de lino blanco para
presentarlos a la boda del Cordero en el Banquete del Cielo».
En fin, santos -conocidos, muy conocidos, poco conocidos o desconocidos- son los que respondieron al
Levítico, según el cual el Señor nos da la orden: “Sean santos, porque yo soy un Dios santo”. Santos, pues,
son aquellos que quisieron cortar con el pecado, y lo hicieron, y quisieron ser perdonados y redimidos por
Cristo, y lo fueron, porque cada día se abandonaron en Sus manos con alegría, fe, confianza y amor.
Muchos de nuestros difuntos son santos desconocidos. Podemos levantar los ojos al cielo para contemplar la
constelación de los santos innumerables -entre los que están, también, nuestros antepasados. Así como
bajamos la mirada a la tierra para orar por nuestros fieles difuntos, levantemos la mirada al cielo para
contemplar a los santos que gozan de la presencia del Señor [familiares, amigos, conocidos y no conocidos].
A estas personas, conocidas sólo por Dios y sus seres queridos, que reconocemos en el panteón familiar y que
formar parte de la constelación de los santos desconocidos (es decir, no “canonizados” por la Iglesia para el
culto universal) el mismo Catecismo dice que podemos pedirles su intercesión de manera privada.
Por la comunión de los santos, que confesamos en el Credo de nuestra fe, podemos pedirles a los familiares y
amigos que se adelantaron a nosotros en la peregrinación hacia el Cielo (nuestro hogar) y que ya gozan del
abrazo de amor de Jesús, de la Luz de Sus Ojos y de Su Sonrisa, que nos miren a nosotros y nos acompañen
desde el Cielo; agradecerles siempre, no sólo en la Fiesta de Todos los Santos [noviembre 01].

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Y el 02 de noviembre, cuando la familia católica conmemora a Los Fieles Difuntos, rogar a Dios por la
intercesión de Nuestro Señor Jesucristo muerto y resucitado, por los familiares y amigos y conocidos que
pasan por la purificación que necesitan para gozar también ellos del abrazo de Jesús, la Luz de Su Mirada y
Su Sonrisa: “Venid benditos de mi Padre”. Rogar a Dios, por el sacrificio de Jesús, Sumo y Eterno Sacerdote:
“Dales, Señor, el descanso eterno y brille para ellos la luz perpetua”.
El purgatorio hace santos
Aunque suene radical, es inevitable: la doctrina católica básica sobre quien llega al Cielo y quien va
temporalmente al Purgatorio, puede ser definida de esta forma… “aquellos que han alcanzado tal estado de
santidad que no necesiten pasar por los fuegos purificadores del Purgatorio, van directo al Cielo”; muy
apropiadamente, los llamamos SANTOS. Dicho de otra forma: SÓLO LOS SANTOS VAN AL CIELO; eso es
lo que el Purgatorio hace, nos transforma en SANTOS a todos los que estamos ahí, esa es la belleza de la
enseñanza de la Iglesia sobre el Purgatorio; y sin duda, un mensaje esperanzador.
Santa Catalina de Génova -en su “Tratado del Purgatorio”- da un mensaje igualmente de esperanza y
confianza:
 Es necesario que se cumpla la justicia divina. El purgatorio se manifiesta como una exigencia
del propio ser del alma, no una pena jurídica merecida a causa de nuestros pecados.
 El alma pierde toda atención de sí misma o de sus compañeras de purificación [lo cual
significa que en el Purgatorio se consuelan unos a otros, mientras Jesús también los consuela en
tanto los purifica cada vez más], absorta en el amor de Dios y ajena a todo valor de tiempo o
espacio; vive abandonada a las operaciones divinas que la van purificando.
 En las almas del Purgatorio hay un gozo inmenso parecido al Cielo, y un dolor inmenso
[confortado por la visita de Jesús y de la Virgen María] semejante al del infierno; y el uno no
quita el otro.
 El fuego del amor de Dios es lo que va consumiendo en el alma toda herrumbre o mancha
de pecado, para pasar al Cielo inmaculada y pura. El sufrimiento del Purgatorio es, pues,
ante todo, la pena de daño, mucho más que la pena de sentido, es decir, mucho más que
cualesquiera otras penas que allí puedan encontrarse”
 Lo más terrible para el alma, en medio de la esperanza de ser un alma salva, es el
desgarramiento interior producido por un amor que, a causa de esos impedimentos aún no
del todo aniquilados, se ve retardado en el ansia de su perfecta posesión de Dios.
 Cuanta más purificación, más intenso el amor y más cruel el dolor. Amor y dolor parecen
crecer así en el Purgatorio, en acelerada progresión.
 El Purgatorio es, pues, un crescendo de amor y dolor que conduce al Cielo, a la felicidad
perfecta.

El Purgatorio, como tal, es una de las enseñanzas más incomprendidas y tergiversadas de la Iglesia; lejos
de aquella imagen maligna de un Infierno con segunda oportunidad [infierno light], que algunos críticos
han creado, el Purgatorio refleja fielmente la belleza del amor de Dios.

En su libro “Ciudad de Dios”, San Agustín declara: “Pero hay penas temporales que unos las padecen
solamente en esta vida, otros después de la muerte, y otros ahora y después. […] Mas, no todos los que
han de sufrir tras la muerte penas temporales caerán en las eternas, que tendrán lugar después de juicio.
Habrá algunos, en efecto, a quienes se perdonará en el siglo futuro lo que no se les había perdonado en el
presente; o sea, que no serán castigados con el suplicio del siglo futuro”.

También han hablado sobre el Purgatorio Orígenes, San Ambrosio, San Jerónimo, San Basilio, Gregorio
de Nisa, Gregorio El Grande y San Beda.

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Aquellos desconocidos o no tan conocidos que se hacen santos en el Purgatorio comparten las mismas
bendiciones:

 Conocen su destino: saben que están por llegar al Cielo y son capaces de
entender la diferencia entre Infierno y Purgatorio. “¿Saben las almas detenidas en el
Purgatorio, que su felicidad sólo ha sido diferida por un tiempo, o tendrán dudas respecto
a su salvación definitiva?”. La antigua liturgia y las inscripciones en las catacumbas
hablan del “sueño de la paz”, lo que sería imposible si hubiese alguna duda con
respecto a la salvación definitiva [Enciclopedia Católica].

 Las almas del Purgatorio pueden interceder por nosotros: a menudo nos dicen,
muy atinadamente, que debemos orar por las almas del Purgatorio; pero algunos
creen que ellas también pueden orar por nosotros. Tiene sentido si lo pensamos:
después de todo, ellas están más cerca de Dios que la mayoría de nosotros, de tal manera
que sus peticiones tienen un gran poder de intercesión. [Este era el argumento básico
de teólogos como San Roberto Belarmino].

 Los antiguos paganos también creían en el Purgatorio: así como otras culturas
tienen creencias muy enraizadas sobre la vida después de la muerte, parecidas a
nuestros Cielo e Infierno, así mismo tienen una creencia extendida de que existe
algo como el Purgatorio [Enciclopedia Católica]. El gran poema romano épico
“La Eneida” describe almas que han tenido “sus manchas de maldad…
consumidas por el fuego” antes de llegar a “los gozosos campos de Elíseo”. Por
supuesto, la doctrina cristiana del Purgatorio no es una idea pagana, como
tampoco lo son el Cielo y el Infierno.

 Las almas del Purgatorio estarán allí con otros creyentes: tendemos a
olvidarnos que las almas que están en el Purgatorio no están solas; forman el
término Iglesia Sufriente o Purgante. Sólo podemos especular, pero parece
razonable suponer que las almas en el Purgatorio pueden consolarse unas a
otras, tal como lo hacemos los vivos aquí en la Tierra.

 Las almas están en unión con Cristo Nuestro Señor: nuevamente, el Purgatorio
es una especie de paso intermedio o “tiempo de espera” en nuestras vidas de fe, entre
este mundo y la visión beatífica que añoramos tener en el Cielo. Si las almas en el
Purgatorio efectivamente son parte de la Iglesia Sufriente, entonces de alguna
forma también son parte del Cuerpo Místico de Cristo y, por lo tanto,
permanecen unidas a Él. ¡Qué más cerca podrían estar de Cristo Crucificado que
en el sufrimiento del Purgatorio! Escuchamos mucho acerca de la unión de Cristo
con aquellos que llevan una vida santa, pero el obvio potencial de una profunda
unión en el Purgatorio parece ser subestimado.

 El sufrimiento es voluntario: Santa Catalina de Génova, autora del “Tratado del


Purgatorio” dice que “una vez que el alma ha visto lo que significa el Cielo,
inmediatamente acepta voluntariamente y gustosa el Purgatorio”. Por supuesto, el
mismo no es voluntario en el sentido de que alguien puede escoger NO ir a él,
pero es voluntario en el sentido de que el alma se somete voluntariamente a él [lo
mismo que propone Santo Tomás de Aquino].

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 Cristo consuela a quienes están en el Purgatorio: Aquella parte del Credo que
afirma que Cristo descendió a los infiernos, nos hace referencia a que
tradicionalmente los teólogos consideraban al Purgatorio parte del Infierno,
entendiendo el Infierno como cualquier lugar que no fuese el Cielo. Al
descender, todos los que estaban en “alguna parte del Infierno” fueron “de alguna
forma visitados por Cristo”, como indica Santo Tomás de Aquino en “Suma
Teológica”. También señala que los Santos Padres en el limbo fueron liberados,
mientras que las almas del Purgatorio fueron consoladas.


Así como hay gozo, en el Purgatorio también hay sufrimiento: las historias
tradicionales del Purgatorio se centran en el dolor y el castigo; hay más que eso
en Purgatorio: Santa Catalina de Génova lo describe como un lugar de tremendo
gozo: “Yo creo que no se puede encontrar mayor felicidad comparada con aquella de un
alma en el Purgatorio, salvo la de los Santos en el Cielo; y cada día esa felicidad crece, a
medida que Dios fluye en estas almas y los obstáculos a Su Presencia se consumen. El
pecado enmohece la resistencia a Dios y el fuego quema es moho para que el alma se pueda
abrir a ese influjo divino”.
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SOBRE EL CIELO
-Visiones y descripciones fantásticas de los Santos-

Santa Faustina Kowalska:


“Hoy fui al Cielo, en el espíritu, y vi sus inconcebibles bellezas, y la felicidad que nos espera después de la muerte.
Vi cómo las criaturas dan sin cesar alabanza y gloria a Dios. Vi cuán grande es la felicidad en Dios, que se difunde
a todas sus criaturas, haciéndolas felices; y así, toda la gloria y la alabanza que brota de su felicidad vuelven a su
fuente; y entran en las profundidades de Dios, contemplando la vida interior de Dios, el Padre, el Hijo y el Espíritu
Santo, a quien nunca podrán comprender o abarcar. Esta fuente de la felicidad es inmutable en su esencia, pero
siempre es nueva, brotando felicidad para todas las criaturas”.

San Alfonso María de Ligorio:


[Contó una historia que le compartió un superior de la Orden Jesuita, quien se le apareció después de
morir y le dio un informe detallado sobre qué trato puede esperar la gente en el Cielo; según el difunto,
las recompensas del Cielo no son iguales para todos los que entran, pero todos los que entran quedan
igualmente satisfechos]: “Ahora estoy en el Cielo. Felipe II, rey de España, está en el cielo también. Los dos
disfrutamos de la recompensa eterna del Paraíso, pero es diferente para cada uno de nosotros. Mi felicidad es mucho
mayor que la suya, pues no es como cuando estábamos aún en la Tierra, donde él era de la realeza y yo era una
persona corriente; entonces, estábamos tan lejos como la Tierra del Cielo, pero ahora es al revés: lo humilde que yo
era comparado con el rey en la Tierra, así le sobrepaso en gloria en el Cielo. Con todo, ambos somos felices y nuestros
corazones están completamente satisfechos”.

Papa San Gregorio Magno:


[Habló de la unidad sobrenatural entre la comunión total de los santos en el Cielo y su aparentemente
infinito conocimiento]: “Además de todo esto, una gracia más maravillosa se otorga a los Santos en el Cielo,
porque conocen no sólo aquellos con los que estaban familiarizados en este mundo, sino también a los que antes
nunca vieron, y conversan con ellos de una forma tan familiar como si en tiempos pasados se hubieran visto y
conocido; por lo tanto, cuando ven a los antepasados en ese lugar de felicidad perpetua, luego los conocerán de vista,
aquellos de cuya vida oyeron hablar. Ver lo que hacen en ese lugar con un brillo indescriptible, igual a todos,
contemplando a Dios, ¿qué es lo que no saben, si conocen al Que sabe todo?”.

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San Agustín:
“Allí, la buena voluntad estará tan dispuesta en nosotros, que no tendremos otro deseo que el de quedarnos allí
eternamente”.

San Felipe Neri:


“Si tan sólo llegáramos al Cielo, ¡qué cosa más dulce y sencilla que estar allí para siempre diciendo con los ángeles
y los santos SANCTUS, SANCTUS, SANCTUS”.

San Anselmo de Canterbury:


“Nadie tendrá ningún otro deseo en el Cielo que lo que Dios quiere; y el deseo de uno, será el deseo de todos; y el
deseo de todos y de cada uno de ellos, será también el deseo de Dios”.

San Juan María Vianney:


“Oh, mis queridos feligreses, ¡tratemos de llegar al Cielo! Allí veremos a Dios. ¡Qué felices nos sentiremos! Si la
parroquia se convierte, vamos a ir allí en procesión con el párroco a la cabeza… ¡tenemos que llegar al Cielo”.

Santa Bernadette Soubiruos:


“Mi corona en el Cielo brillará con inocencia, y sus flores serán radiantes como el Sol. Los sacrificios son las flores
que Jesús y María eligieron”.

Santo Tomás Moro:


“La Tierra no tiene ninguna tristeza que el Cielo no pueda curar”.

Santa Teresa de Lisieux, “La Pequeña Flor”:


“Tan gloriosa como el Cielo, Dios encuentra la presencia de Sus hijos infinitamente más deseable. Nuestro Señor
no desciende del Cielo todos los días para estar en un copón de oro, se trata de encontrar otro Cielo que es
infinitamente más querido para Él: el Cielo de nuestras almas, creado a Su Imagen y Semejanza, los templos vivos
de la Adorable Trinidad”.

San Andrés:
“Por el permiso Divino, permanecí dos semanas en una dulcísima visión… Me vi en el Paraíso y me maravillaba
de la inefable belleza de ese hermoso y magnífico lugar. Había muchos jardines con altos árboles, que se mecían
alegrando mi vista; de sus ramas salía un agradable perfume. Estos árboles, por su belleza, no se parecían a ningún
árbol terrestre. En estos jardines había innumerables pájaros con alas doradas, blancas y multicolores; estaban
posados sobre las ramas de los árboles del Paraíso y cantaban tan bien que por su dulce cantar yo me olvidaba de mí
mismo… Después, me pareció que estaba parado en la cima del Cielo y delante de mí caminaba un joven, con el
rostro como el Sol y vestido de púrpura… Cuando lo seguí, vi una alta y hermosa Cruz, parecida al arco iris;
rodeándola, unos cantores de fuego que cantaban y alababan al Señor Crucificado en la Cruz por nosotros. El joven
que iba delante de mí se acercó a la Cruz y la besó, indicándome hacer lo mismo. Besando la Cruz, me llené de
indescriptible alegría y sentí un perfume más fuerte que el anterior.
“Siguiendo el camino, miré hacia abajo y vi como un abismo marino. El joven me dijo: “No temas, debemos subir
más alto”, y me dio su mano. Me agarré de ella, nos encontramos ya más alto que el segundo Cielo. Allí vi a
magníficos hombres y su alegría es inexpresable en el lenguaje de los hombres… Nos elevamos hasta más alto que
el tercer Cielo. Allá vi a numerosas fuerzas celestiales cantando y alabando a Dios. Nos acercamos a una cortina
que brillaba como un relámpago, delante de ella estaban parados unos jóvenes parecidos a llamas y el joven que me
guiaba me dijo: “Cuando se abra la cortina, verás al Señor Jesucristo. Entonces, saluda al Altar de Su
Gloria”. En esto, una mano de fuego abrió la cortina y yo, a semejanza del profeta Isaías, vi al mismísimo Señor
Jesucristo sentado en el trono alto y elevado, y los serafines volando alrededor de Él. Sus vestiduras eran color
púrpura. Su rostro irradiaba luz y Él me miraba con amor. Viendo esto, me prosterné delante de Él, saludando al
Trono de Su Gloria. No se puede expresar con palabras TODA LA ALEGRÍA que me embargaba al contemplar Su
rostro. Hasta ahora, cuando recuerdo esta visión, me lleno de indescriptible alegría. Trepidante, estaba postrado
ante mi Señor; luego, todo el Ejército Celestial cantó un hermoso cántico; y luego, sin darme cuenta cómo, de nuevo
me encontré en el Paraíso.
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“No viendo a la Virgen María, pregunté dónde estaba, y el Ángel me explicó: ¿Tú pensaste ver aquí a la Reina?
No está aquí. Ella bajó al mundo desdichado, para ayudar a la gente y consolar a los acongojados. Yo
podría mostrarte Su Santo lugar, pero no tenemos tiempo, ya que tú debes volver”.

Santa Catalina Emmerich:


“Vi una innumerable multitud de santos en infinita variedad, siendo -sin embargo- una sola cosa en cuanto a lo
interior de su alma y en su modo de sentir. Todos vivían y se movían en una vida de alegría, y todos se penetraban
y se reflejaban los unos en los otros. El espacio era como una cúpula infinita, llena de tronos, jardines, palacios,
arcos, ramilletes de flores, árboles, todo unido con caminos y sendas que brillaban como el oro y las piedras preciosas.
Arriba, en el centro, había un resplandor infinito: EL TRONO DE LA DIVINIDAD. Todos los religiosos estaban
juntos según su Orden y dentro de él se hallaban colocados, más o menos altos, según habían sido sus vidas. Los
jardines eran indeciblemente hermosos y resplandecientes. Todos cantaban una hermosa canción y con ellos, yo
también cantaba. Entonces, miré a la Tierra y la vi yacer entre las aguas, a modo de una pequeña mancha. Todo lo
que había en torno mío me parecía inmenso. ¡Ah, es tan corta la vida! ¡Llega tan rápidamente su fin! Pero es tanto
lo que se puede ganar en poco tiempo, que no me atrevo a entristecerme. Con gusto, quiero aceptar todas las penas
que Dios me envíe”.

Santa Catalina de Siena:


“Mi alma penetró en un mundo desconocido y vio el premio de los justos y el castigo de los pecadores. Pero aquí me
falla la memoria y la pobreza del lenguaje me impide hacer una descripción adecuada de esas cosas. Sin embargo,
diré lo que pueda… tenga la seguridad de que vi LA ESENCIA DIVINA y por eso sufro tanto al verme de nuevo
encadenada al cuerpo. Si no me lo impidiese el amor a Dios y al prójimo, moriría de dolor. Mi gran consuelo está en
sufrir, porque tengo la seguridad de que mis sufrimientos me permitirán una visión más perfecta de Dios. De aquí
el que las tribulaciones, en lugar de resultarme penosas, constituyen para mí una delicia. Vi los tormentos del
infierno y los del purgatorio, no existen palabras con que describirlos. Si los pobres mortales tuvieran la más ligera
idea de ellos, sufrirían mil muertes antes que exponerse a experimentar uno de esos tormentos por espacio de un
solo día. Vi, en particular, los tormentos que sufren aquellos que pecan en el estado del matrimonio, no observando
las normas que él impone y buscando en él únicamente los placeres sensuales. ¿Por qué este pecado, que no es en sí
peor que los demás, recibe tan duro castigo? Porque se le presta poca atención y, por consiguiente, produce menos
contrición y se comete con mayor facilidad. Nada hay tan peligroso como una falta, por pequeña que sea, cuando
quien la comete no la purifica cuidadosamente con las aguas de la penitencia”.

Esteban, el discípulo de Jesús:


“Estando lleno de Espíritu Santo, miró con fijeza al Cielo y alcanzó a ver la gloria de Dios y a Jesús de pie, a la
diestra de Dios. Y dijo: ¡Miren! Contemplo los cielos abiertos, y al Hijo del hombre de pie, a la diestra de
Dios” (Hechos 7:55,56).

Daniel, el profeta:
“Seguí contemplando, hasta que se colocaron tronos y el Anciano de Días [Dios] se sentó… Había mil millares que
seguían ministrándole, y diez mil veces mil que seguían de pie directamente delante de Él” (Daniel 7:9,10).

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Nuestro cielo será tan grande como la medida de nuestro amor. Por tanto,
lo importante es aprovechar bien el tiempo para crecer cada día en el
camino del amor, para tener cada día más capacidad de amar, ya que
según esa capacidad seremos tendremos la gloria en el cielo.

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