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LOS VERSOS DEL CAPITáN

Pablo Neruda
LOS VERSOS DEL CAPITÁN

© Fundación Pablo Neruda


© Pehuén Editores
María Luisa Santander 537, Providencia, Santiago
Fono (56-2) 225 62 64 - 204 93 99
epehuen@entelchile.net
www.pehuen.cl

Inscripción Nº 147.573
ISBN 978-956-16-0397-4

Primera edición, junio de 2005


Tercera edición, febrero de 2008

Fotografía de portada
Hans Ehrmann

Diseño y diagramación
Ximena Silva V.
Olaya Fernández A.

Impresión
Maval

IMPRESO EN CHILE / PRINTED IN CHILE


PRÓLOGO

MUCHO SE DISCUTIÓ el anonimato de este libro. Lo que yo


discutía en mi interior, mientras tanto, era si debía o no sacarlo
de su origen íntimo: revelar su progenitura era desnudar la in-
timidad de su nacimiento. Y no me parecía que tal acción fuera
leal a los arrebatos de amor y furia, al clima desconsolado y ar-
diente del destierro que le dio nacimiento.

Por otra parte pienso que todos los libros debieran ser anóni-
mos. Pero entre quitar a todos los míos mi nombre o entregarlo al
más misterioso, cedí, por fin, aunque sin muchas ganas.

¿Qué por qué guardó su misterio por tanto tiempo? Por


nada y por todo, por lo de aquí y lo de más allá, por alegrías
impropias, por sufrimientos ajenos. Cuando Paolo Ricci, com-
pañero luminoso, lo imprimió por primera vez en Nápoles en
1952 pensamos que aquellos escasos ejemplares que él cuidó y
preparó con excelencia desaparecerían sin dejar huellas en las
arenas del Sur.

No ha sido así. Y la vida que reclamó su estallido secreto hoy


me lo impone como presencia del inconmovible amor.

Entrego, pues, este libro sin explicarlo más, como si fuera


mío y no lo fuera: basta con que pudiera andar solo por el mundo
y crecer por su cuenta. Ahora que lo reconozco espero que su
sangre furiosa me reconocerá también.

PABLO NERUDA
Isla Negra, noviembre de 1963.

En julio de 1952, mientras Neruda residía en Capri y trabajaba en el libro


Las uvas y el viento, se publica en Nápoles la edición privada y anónima
de Los versos del capitán. Once años después, desde Isla Negra, explica las
razones de esa edición anónima.
8 PABLO NERUDA LOS VERSOS DEL CAPITÁN 9

EL AMOR

EN TI LA TIERRA
PEQUEÑA
rosa,
rosa pequeña,
a veces,
diminuta y desnuda,
parece
que en una mano mía
cabes,
que así voy a cerrarte
y a llevarte a mi boca,
pero
de pronto
mis pies tocan tus pies y mi boca tus labios,
has crecido,
suben tus hombros como dos colinas,
tus pechos se pasean por mi pecho,
mi brazo alcanza apenas a rodear la delgada
línea de luna nueva que tiene tu cintura:
en el amor como agua de mar te has desatado:
mido apenas los ojos más extensos del cielo
y me inclino a tu boca para besar la tierra.

LA REINA

YO te he nombrado reina.
Hay más altas que tú, más altas.
10 PABLO NERUDA LOS VERSOS DEL CAPITÁN 11

Hay más puras que tú, más puras. de una tierra sedienta
Hay más bellas que tú, hay más bellas. de la que desprendieron
Pero tú eres la reina. una forma,
Cuando vas por las calles y juntos
nadie te reconoce. somos completos como un solo río,
Nadie ve tu corona de cristal, nadie mira como una sola arena.
la alfombra de oro rojo
que pisas donde pasas,
la alfombra que no existe. 8 DE SEPTIEMBRE
Y cuando asomas HOY, este día fue una copa plena,
suenan todos los ríos hoy, este día fue la inmensa ola,
en mi cuerpo, sacuden hoy, fue toda la tierra.
el cielo las campanas,
y un himno llena el mundo. Hoy el mar tempestuoso
nos levantó en un beso
Sólo tú y yo, tan alto que temblamos
sólo tú y yo, amor mío, a la luz de un relámpago
lo escuchamos. y, atados, descendimos
a sumergirnos sin desenlazarnos.

EL ALFARERO Hoy nuestros cuerpos se hicieron extensos,


crecieron hasta el límite del mundo
TODO tu cuerpo tiene y rodaron fundiéndose
copa o dulzura destinada a mí. en una sola gota
de cera o meteoro.
Cuando subo la mano
encuentro en cada sitio una paloma Entre tú y yo se abrió una nueva puerta
que me buscaba, como y alguien, sin rostro aún,
si te hubieran, amor, hecho de arcilla allí nos esperaba.
para mis propias manos de alfarero.

Tus rodillas, tus senos,


tu cintura
faltan en mí como en el hueco
12 PABLO NERUDA LOS VERSOS DEL CAPITÁN 13

TUS PIES como si antes de ser


hubieran recorrido
CUANDO no puedo mirar tu cara mi frente, mi cintura?
miro tus pies. Su suavidad venía
Tus pies de hueso arqueado, volando sobre el tiempo,
tus pequeños pies duros. sobre el mar, sobre el humo,
Yo sé que te sostienen, sobre la primavera,
y que tu dulce peso y cuando tú pusiste
sobre ellos se levanta. tus manos en mi pecho,
reconocí esas alas
Tu cintura y tus pechos,
la duplicada púrpura de paloma dorada,
de tus pezones, reconocí esa greda
la caja de tus ojos y ese color de trigo.
que recién han volado,
tu ancha boca de fruta, Los años de mi vida
tu cabellera roja, yo caminé buscándolas.
pequeña torre mía. Subí las escaleras,
Pero no amo tus pies crucé los arrecifes,
sino porque anduvieron me llevaron los trenes,
sobre la tierra y sobre las aguas me trajeron,
el viento y sobre el agua, y en la piel de las uvas
hasta que me encontraron. me pareció tocarte.
La madera de pronto
me trajo tu contacto,
TUS MANOS la almendra me anunciaba
tu suavidad secreta,
CUANDO tus manos salen, hasta que se cerraron
amor, hacia las mías, tus manos en mi pecho
qué me traen volando? y allí como dos alas
Por qué se detuvieron terminaron su viaje.
en mi boca, de pronto,
por qué las reconozco
como si entonces, antes,
las hubiera tocado,
14 PABLO NERUDA LOS VERSOS DEL CAPITÁN 15

TU RISA la flor que yo esperaba,


la flor azul, la rosa
QUÍTAME el pan, si quieres, de mi patria sonora.
quítame el aire, pero
no me quites tu risa. Ríete de la noche,
No me quites la rosa, del día, de la luna,
la lanza que desgranas, ríete de las calles
el agua que de pronto torcidas de la isla,
estalla en tu alegría, ríete de este torpe
la repentina ola muchacho que te quiere,
de plata que te nace. pero cuando yo abro
los ojos y los cierro,
Mi lucha es dura y vuelvo cuando mis pasos van,
con los ojos cansados cuando vuelven mis pasos,
a veces de haber visto niégame el pan, el aire,
la tierra que no cambia, la luz, la primavera,
pero al entrar tu risa pero tu risa nunca
sube al cielo buscándome porque me moriría.
y abre para mí todas
las puertas de la vida.
EL INCONSTANTE
Amor mío, en la hora
más oscura desgrana LOS ojos se me fueron
tu risa, y si de pronto trás una morena que pasó.
ves que mi sangre mancha
las piedras de la calle, Era de nácar negro,
ríe, porque tu risa era de uvas moradas,
será para mis manos y me azotó la sangre
como una espada fresca. con su cola de fuego.

Detrás de todas
Junto al mar en otoño,
me voy.
tu risa debe alzar
su cascada de espuma, Pasó una clara rubia
y en primavera, amor, como una planta de oro
quiero tu risa como balanceando sus dones.
16 PABLO NERUDA LOS VERSOS DEL CAPITÁN 17

Y mi boca se fue arriba como ramas que un mismo viento mueve,


como con una ola abajo como rojas raíces que se tocan.
descargando en su pecho
relámpagos de sangre. Tal vez tu sueño
se separó del mío
Detrás de todas y por el mar oscuro
me voy. me buscaba
Pero a ti, sin moverme, como antes
sin verte, tú distante, cuando aún no existías,
van mi sangre y mis besos, cuando sin divisarte
morena y clara mía, navegué por tu lado,
alta y pequeña mía, y tus ojos buscaban
ancha y delgada mía, lo que ahora
mi fea, mi hermosura, —pan, vino, amor y cólera—
hecha de todo el oro te doy a manos llenas
y de toda la plata, porque tú eres la copa
hecha de todo el trigo que esperaba los dones de mi vida.
y de toda la tierra,
He dormido contigo
hecha de toda el agua
toda la noche mientras
de las olas marinas, la oscura tierra gira
hecha para mis brazos, con vivos y con muertos,
hecha para mis besos, y al despertar de pronto
hecha para mi alma. en medio de la sombra
mi brazo rodeaba tu cintura.
Ni la noche, ni el sueño
LA NOCHE EN LA ISLA pudieron separarnos.
TODA la noche he dormido contigo He dormido contigo
junto al mar, en la isla. y al despertar tu boca
Salvaje y dulce eras entre el placer y el sueño, salida de tu sueño
entre el fuego y el agua. me dio el sabor de tierra,
de agua marina, de algas,
Tal vez muy tarde del fondo de tu vida,
nuestros sueños se unieron y recibí tu beso
en lo alto o en el fondo, mojado por la aurora
18 PABLO NERUDA LOS VERSOS DEL CAPITÁN 19

como si me llegara por esta noche sola


del mar que nos rodea. descansaré, amor mío.

EL VIENTO EN LA ISLA
LA INFINITA
EL viento es un caballo:
óyelo cómo corre VES estas manos? Han medido
por el mar, por el cielo. la tierra, han separado
los minerales y los cereales,
Quiere llevarme: escucha han hecho la paz y la guerra,
cómo recorre el mundo han derribado las distancias
para llevarme lejos. de todos los mares y ríos,
y sin embargo
Escóndeme en tus brazos
cuando te recorren
por esta noche sola,
a ti, pequeña,
mientras la lluvia rompe
grano de trigo, alondra,
contra el mar y la tierra
no alcanzan a abarcarte,
su boca innumerable.
se cansan alcanzando
las palomas gemelas
Escucha cómo el viento
me llama galopando que reposan o vuelan en tu pecho,
para llevarme lejos. recorren las distancias de tus piernas,
se enrollan en la luz de tu cintura.
Con tu frente en mi frente, Para mí eres tesoro más cargado
con tu boca en mi boca, de inmensidad que el mar y sus racimos
atados nuestros cuerpos y eres blanca y azul y extensa como
al amor que nos quema, la tierra en la vendimia.
deja que el viento pase En ese territorio,
sin que pueda llevarme. de tus pies a tu frente,
andando, andando, andando,
Deja que el viento corra me pasaré la vida.
coronado de espuma,
que me llame y me busque
galopando en la sombra,
mientras yo, sumergido
bajo tus grandes ojos,
20 PABLO NERUDA LOS VERSOS DEL CAPITÁN 21

BELLA de tierra cereal y luna de oro,


bella.
BELLA,
como en la piedra fresca Bella,
del manantial, el agua tu cintura
abre un ancho relámpago de espuma, la hizo mi brazo como un río cuando
así es la sonrisa en tu rostro, pasó mil años por tu dulce cuerpo,
bella. bella.
Bella, Bella,
de finas manos y delgados pies no hay nada como tus caderas,
como un caballito de plata, tal vez la tierra tiene
andando, flor del mundo, en algún sitio oculto
así te veo, la curva y el aroma de tu cuerpo,
bella. tal vez en algún sitio,
bella.
Bella,
con un nido de cobre enmarañado Bella, mi bella,
en tu cabeza, un nido tu voz, tu piel, tus uñas,
color de miel sombría bella, mi bella,
donde mi corazón arde y reposa, tu ser, tu luz, tu sombra,
bella. bella,
todo eso es mío, bella,
Bella,
todo eso es mío, mía,
no te caben los ojos en la cara,
cuando andas o reposas,
no te caben los ojos en la tierra.
cuando cantas o duermes,
Hay países, hay ríos
cuando sufres o sueñas,
en tus ojos,
siempre,
mi patria está en tus ojos,
cuando estás cerca o lejos,
yo camino por ellos,
siempre,
ellos dan luz al mundo
eres mía, mi bella,
por donde yo camino,
siempre.
bella.

Bella,
tus senos son como dos panes hechos
22 PABLO NERUDA LOS VERSOS DEL CAPITÁN 23

LA RAMA ROBADA Junto al agua de invierno


ella y yo levantamos
EN la noche entraremos una fogata roja
a robar gastándonos los labios
una rama florida. de besarnos el alma,
echando al fuego todo,
Pasaremos el muro, quemándonos la vida.
en las tinieblas del jardín ajeno,
dos sombras en la sombra. Así llegaste al mundo.
Aún no se fue el invierno, Pero ella para verme
y el manzano aparece y para verte un día
convertido de pronto atravesó los mares
en cascada de estrellas olorosas. y yo para abrazar
su pequeña cintura
En la noche entraremos toda la tierra anduve,
hasta su tembloroso firmamento, con guerras y montañas,
y tus pequeñas manos y las mías con arenas y espinas.
robarán las estrellas.
Así llegaste al mundo.
Y sigilosamente,
a nuestra casa, De tantos sitios vienes,
en la noche y en la sombra, del agua y de la tierra,
entrará con tus pasos del fuego y de la nieve,
el silencioso paso del perfume de tan lejos caminas
y con pies estrellados hacia nosotros dos,
el cuerpo claro de la primavera. desde el amor terrible
que nos ha encadenado,
que queremos saber
EL HIJO cómo eres, qué nos dices,
AY hijo, sabes, sabes porque tú sabes más
de dónde vienes? del mundo que te dimos.

Como una gran tormenta


De un lago con gaviotas
sacudimos nosotros
blancas y hambrientas.
el árbol de la vida
24 PABLO NERUDA LOS VERSOS DEL CAPITÁN 25

hasta las más ocultas Ayer, cuando sacaron


fibras de las raíces de raíz, para verlo,
y apareces ahora el viejo árbol enano
cantando en el follaje, te vi salir mirándome
en la más alta rama desde las torturadas
que contigo alcanzamos. y sedientas raíces.

Y cuando viene el sueño


LA TIERRA a extenderme y llevarme
a mi propio silencio
LA tierra verde se ha entregado hay un gran viento blanco
a todo lo amarillo, oro, cosechas,
que derriba mi sueño
terrones, hojas, grano,
y caen de él las hojas,
pero cuando el otoño se levanta
caen como cuchillos
con su estandarte extenso
sobre mí desangrándome.
eres tú la que veo,
es para mí tu cabellera
Y cada herida tiene
la que reparte las espigas.
la forma de tu boca.
Veo los monumentos
de antigua piedra rota,
AUSENCIA
pero si toco
la cicatriz de piedra
tu cuerpo me responde,
APENAS te he dejado,
vas en mí, cristalina
mis dedos reconocen
o temblorosa,
de pronto, estremecidos,
o inquieta, herida por mí mismo
tu caliente dulzura.
o colmada de amor, como cuando tus ojos
se cierran sobre el don de la vida
Entre los héroes paso
que sin cesar te entrego.
recién condecorados
por la tierra y la pólvora
Amor mío,
y detrás de ellos, muda,
nos hemos encontrado
con tus pequeños pasos,
sedientos y nos hemos
eres o no eres?
bebido toda el agua y la sangre,
26 PABLO NERUDA LOS VERSOS DEL CAPITÁN 27

nos encontramos EL DESEO


con hambre
y nos mordimos
como el fuego muerde,
dejándonos heridas.

Pero espérame, EL TIGRE


guárdame tu dulzura.
Yo te daré también SOY el tigre.
una rosa. Te acecho entre las hojas
anchas como lingotes
de mineral mojado.

El río blanco crece


bajo la niebla. Llegas.

Desnuda te sumerges.
Espero.

Entonces en un salto
de fuego, sangre, dientes,
de un zarpazo derribo
tu pecho, tus caderas.

Bebo tu sangre, rompo


tus miembros uno a uno.

Y me quedo velando
por años en la selva
tus huesos, tu ceniza,
inmóvil, lejos
del odio y de la cólera,
desarmado en tu muerte,
cruzado por las lianas,
inmóvil en la lluvia,
28 PABLO NERUDA LOS VERSOS DEL CAPITÁN 29

centinela implacable Voy por estas colinas,


de mi amor asesino. son de color de avena,
tienen delgadas huellas
que sólo yo conozco,
EL CÓNDOR centímetros quemados,
pálidas perspectivas.
YO soy el cóndor, vuelo
sobre ti que caminas Aquí hay una montaña.
y de pronto en un ruedo No saldré nunca de ella.
de viento, pluma, garras, Oh qué musgo gigante!
te asalto y te levanto Y un cráter, una rosa
en un ciclón silbante de fuego humedecido!
de huracanado frío.

Y a mi torre de nieve, Por tus piernas desciendo


a mi guarida negra hilando una espiral
te llevo y sola vives, o durmiendo en el viaje
y te llenas de plumas y llego a tus rodillas
y vuelas sobre el mundo, de redonda dureza
inmóvil, en la altura. como a las cimas duras
de un claro continente.
Hembra cóndor, saltemos
sobre esta presa roja, Hacia tus pies resbalo,
desgarremos la vida a las ocho aberturas,
que pasa palpitando de tus dedos agudos,
y levantemos juntos lentos, peninsulares,
nuestro vuelo salvaje. y de ellos al vacío
de la sábana blanca
caigo, buscando ciego
EL INSECTO y hambriento tu contorno
de vasija quemante!
DE tus caderas a tus pies
quiero hacer un largo viaje.

Soy más pequeño que un insecto.

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