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Profesor: Alumno:
Miguel León Prado Sánchez U. Carlos E. C.I: 26.104.306
I. El surgimiento del término nación: El término “nación”, empleado en los mismos contextos significativos
en los que se utiliza hoy habitualmente, es decir referido a Francia, Alemania, Italia, etc., comienza a
aparecer en el discurso político —en Europa— en el curso de la revolución francesa, aun cuando su uso
estaba lejos, en aquella época, de ser unívoco; mientras tanto aparece en la literatura con el romanticismo
alemán, en particular en las obras de Herder y Fichte, donde, por lo demás, es usado exclusivamente en una
acepción lingüístico-cultural. Para encontrar una teorización consciente de la nación como fundamento
natural de la organización del poder político, es decir de la fusión necesaria de n. y estado, es necesario
llegar a la mitad del siglo xix con la obra de Giuseppe Mazzini.
Así es como el término nación ha dejado de ser un término genérico, que se podía referir tanto a la
idea pura y simple de grupo como a la de cualquier forma de comunidad política. Se necesita recordar a
este propósito que tal como los africanos usan hoy el término n., al referirse tanto a África, a los estados
(es decir a las delimitaciones de grupo establecidas por las potencias coloniales), como a las tribus, así los
europeos, antes de la revolución francesa, usaban el término n. para referirse ahora a Europa entera, a los
estados como Francia y España, a los estados regionales o a las ciudades-estado. Todavía en Gioberti, por
ejemplo, se encuentra la expresión "n. europea”. Usos análogos se registran hoy en el mundo árabe (n.
árabe, egipcia, argelina, etc.) y se ha manifestado durante el siglo xix en el ámbito de la “n. eslava”, que
comprende otras “naciones” más pequeñas. Es necesario recordar también, refiriéndonos a la situación
contemporánea, que allí donde no se han dado las manifestaciones típicas de la idea de n., es decir en la
esfera anglosajona, el término n. tiende a significar no tanto la idea genérica de comunidad política como
aquella específica de un tipo bien definido de comunidad política (veáse, por ejemplo, la expresión
norteamericana íhe nation and the States, donde n. tiene el significado de comunidad política en cierta forma
pluriestatal).
II. HISTORIA POSTERIOR DEL TÉRMINO. La historia del término nación ha sido eminentemente
paradójica.
La referencia nacional ha sido, en el curso de la revolución francesa, y después de la mitad del siglo xix
hasta hoy, uno de los más importantes factores de condicionamiento del comportamiento humano en la
historia política y social. En nombre de la n. se han librado guerras, hecho revoluciones, transformado el
mapa político del mundo. Mientras en la edad media, como señala Boyd C. Sha- fer, un hombre debía
sentirse antes que nada cristiano, en segundo lugar borgoñón, y solamente en tercer lugar un francés (donde,
por lo demás, sentirse francés tenía un significado completamente diferente del que tiene hoy), en la historia
reciente del continente europeo, con el surgimiento del fenómeno nacional, la escala de lealtades ha sido
rebasada, el sentido de pertenencia a la propia n. ha adquirido una posición de absoluto predominio respecto
de cualquier otro sentimiento de pertenencia territorial, religioso o ideológico; tanto que, por un lado, las
lealtades y las identificaciones regionales y locales han sido prácticamente canceladas por la referencia
superior a la nación y, por otro, las mismas adhesiones ideológicas o religiosas que se plantean como
universales por su esencia ha sido en los hechos subordinadas a la adhesión nacional y, por tanto,
íntimamente desnaturalizadas, como lo demuestra, desde el inicio del siglo xix hasta hoy, la historia de los
movimientos liberales, democráticos y socialistas que culminan con el fracaso del internacionalismo
socialista al estallar la primera guerra mundial y de la propia religión católica, cuyos sacerdotes bendicen a
los ejércitos nacionales, es decir los instrumentos de la violencia en las relaciones internacionales,
traicionando en nombre de la n. la vocación ecuménica de la iglesia. No obstante, el contenido semántico
del término, a pesar de su inmensa fuerza emotiva, permanece hasta ahora entre los más vagos e inciertos
del vocabulario político. Y su vaguedad, con la consecuente imposibilidad de aplicarlo en forma unívoca
en el discurso político para identificar en la realidad los límites de los distintos grupos nacionales, está entre
las principales causas del papel negativo que la idea de n. ha desempeñado —en las relaciones
internacionales— en la historia moderna.
En primer lugar, la idea de un "vínculo natural" sugiere inmediatamente la idea de raza: de hecho, la
identificación entre n. y raza ha sido común hasta el nazismo y sobrevive todavía hoy, aun cuando en forma
implícita, como testimonio de las frecuentes definiciones del término que dan los diccionarios. Ahora bien,
no es ciertamente necesario extenderse en la demostración de que el término "raza" no permite identificar
grupos que tengan fronteras definidas y que, de cualquier modo, las clasificaciones "raciales” intentadas
por los antropólogos —con criterios que varían de un estudioso a otro—, en ningún caso coinciden con las
naciones modernas.
Por otra parte, el énfasis sobre la lengua o sobre las costumbres, antes que explicar, pone en crisis la idea
común de n. Es verdad que el hecho de hablar la misma lengua o la comunidad de costumbres constituye
vínculos profundos que identifican a grupos que tienen una misma fisonomía. Una lengua común es el
vehículo de una cultura común y, por tanto, crea un vínculo importante entre aquellos que la hablan y entra
en la constitución de su misma personalidad. A su vez, la comunidad del ambiente físico en el que un grupo
de hombres vive, vincula su experiencia cotidiana, crea recuerdos comunes, vuelve similar su forma de
vivir y la vuelve un elemento constitutivo de su personalidad. Pero es también verdad que los grupos así
identificados, y que pueden llamarse “nacionalidades espontáneas" (M. Albertini), no coinciden con las
naciones, en el sentido común del término, y no tienen necesidad de un poder político para mantenerse. Es
por esto por lo que se les puede atribuir el carácter de la espontaneidad, atribuido sin razón a las naciones
comúnmente comprendidas.
ESTADO
Contexto histórico:
En Europa a mediados del siglo XVIII, se presentaban en todas las naciones gobiernos constituidos como
monarquías absolutistas, existía un rey, cuyo mandato era explicado desde la teología, se pensaba que los
reyes sólo debían rendir cuenta de su actuación a Dios. La actividad administrativa integrada a la realeza,
se limitaba en general a las atribuciones de policía con las que se aseguraban la estabilidad del régimen
político, esta actividad estaba ejercida por miembros de la nobleza. Se admitía que la servidumbre había
sido creada para otorgar sus servicios al rey (mejor condición que la de los esclavos). Los cultivos servían
básicamente para el autoconsumo y para pagar tributos al señor.
Nicolás Maquiavelo: en su obra “El Príncipe”, por primera vez la palabra Estado para referirse a las
tiranías, principados y reinados en que se encontraba dividida Europa. A lo largo de esta obra se
evidencia que la palabra Estado es utilizada en su significado antiguo latino statum, que viene del
verbo estar, y cuyo significado se reduce a situación o condición. Maquiavelo no se ocupa de definir
lo que debe considerarse como Estado, sin embargo, es el primero en usar el término para referirse
a las organizaciones políticas del bajo medievo.
Thomas Hobbes: la principal de sus obras e teoría política es Leviatán. Hobbes explica que los
hombres, ante las injusticias que sucedían durante la convivencia en el Estado Natural, reunieron
para convenir en un pacto social una serie de principios que la generalidad aceptó y en consecuencia
sirvió para regir a la universalidad de la población, y esos mismos hombres eligieron a un
representante común que velara e hiciera respetar dichas convenciones. Para Hobbes el pacto social
es irreversible, al igual que Maquiavelo, no concebía aún la distinción entre Estado y gobernante,
para él el monarca es la síntesis de ambos elementos.
Jhon Locke: este autor se refiere a la naturaleza del hombre de forma distinta, lo hace siguiendo a
Aristóteles, como un animal político. Este afirma que el pacto es bilateral y se aplica tanto a los
ciudadanos como a los legisladores y al rey, que es ciudadano como los demás. Lo trascendente de
Locke es que plantea el derecho y la obligación mora que yace en la población para provocar la
revolución cuando el gobierno actúa de forma contraria a la confianza que en el se ha depositado.
Con esto el Estado deja de ser considerado como un dogma religioso para conducir a la perfección
de los ciudadanos.
Montesquieu: este observó que el sistema parlamentarista es el mejor garante de los derechos de la
población ante el absolutismo. Plantea que es Estado era una organización social, pero esta no
provenía de la firma de algún pacto o contrato, más bien de la convivencia de ciertos principios
fundamentales e inviolables, previstos en el orden de una Constitución. Por lo tanto el Estado se
crea para la obtención y la garantía de la libertad de los ciudadanos, libertad que debería ser
entendida en todos los aspectos, y el poder que es sólo uno de los elementos del Estado se encuentra
impedido para someter forzosamente a la población. Al alero de este pensamiento se comenzaron a
considerar a cada uno de los elementos del Estado: el territorio, la población y la soberanía.
Rousseau: considero que el Estado favoreció el desarrollo científico y tecnológico, que son las
principales causas de la perversión e infelicidad humana. Plantea que el hombre debió darse en
circunstancias naturales, primitivas y felices, en las cuales los humanos vivían en una verdadera
libertad y consideró que el avance científico y tecnológico, sólo favorecieron la esclavitud del
hombre y el surgimiento de mayores deferencias entre los miembros de la sociedad.
Inmanuel Kant: para Kant, el soberano de los Estados es el pueblo, y la expresión de esta idea se
cristaliza en el proceso legislativo a partir del cual se tutelan los derechos y las libertades
individuales. Para este autor el origen del Estado se encuentra en el contrato social, y la finalidad
del Estado se sostiene a partir del reconocimiento y del respeto de los derechos individuales.
Hegel: explica que el hombre se sabe cómo ser social y como tal se regula a si para lograr la esencia
de su naturaleza, que es la libertad, sí surge el derecho como un principio común a todos los hombres
y que es el mismo que da sentido a la existencia del Estado. Afirma que nada existe por sobre el
Estado excepto lo absoluto que es la libertad del hombre.
Kelsen: se opone a considerar al Estado desde ámbitos sociológicos, políticos, históricos,
económicos o cualquier proposición que contamine de contenido ideológico a su definición. Este
aprecia que la naturaleza del Estado desde su origen ha encontrado determinada por la estructura
que precisa el contenido de la norma jurídica fundamental del mismo y que es la constitución, la
cual tiene por contenido el deber ser del propio Estado.
2. Poder: lo entendemos como la capacidad o autoridad de dominio, freno y control a los seres humanos,
con objeto de limitar su libertad y reglamentar su actividad. Toda sociedad no puede existir sin un poder
absolutamente necesario para alcanzar todos sus fines prepuestos.
3. Territorio: es el elemento físico de primer orden para que surja y se conserve el Estado, la formación
estatal misma supone un territorio sin la existencia de ésta no pude haber Estado.
Cuando se habla de la esencia de un territorio como fenómeno social pueden destacarse las siguientes
características de un Estado:
Constituye la organización de dominio político surgida en determinada etapa del desarrollo histórico
y que desaparece también en cierta fase de este desarrollo.
Está condicionado por la base económica de la sociedad y es la superestructura levantada sobre ella.
Es la organización de la clase dominante de propietarios de los principales medios de producción
para defender sus intereses clasistas.
Es la organización política universal dueña del poder público soberano y sus apéndices materiales,
se distingue por la distribución de la población, la división administrativo-territorial, los impuestos
y el Derecho.
Elementos de un Estado
Los elementos del Estado más significativos son el territorio, la población, el gobierno y la soberanía.
Cabe destacar que es el Estado un estilo de organización social provista de soberanía, lo cual es el poder
supremo que convive en los ciudadanos.
Todo Territorio tiene que tener los siguientes cuatro elementos básicos: un territorio (en el cual
desenvolverse), una población (que le otorgue soberanía), un gobierno (a través del cual ejercer) y una
soberanía (poder para ejercer su autoridad).
Población: Es una institución humana, lo que quiere decir que una población está compuesta por individuos.
Es más, un país es una comunidad de personas. Esto significa que sin población no puede haber un País.
Según Aristóteles, el número de integrantes de una población no debe ser ni muy pequeño ni muy grande.
En cualquiera de los dos casos, debe ser lo precisamente grande para que el estado pueda autoabastecerse
y adecuadamente pequeño como para que pueda ser gobernado. Un ejemplo de población sería el estado de
México, de acuerdo a un censo efectuado por el instituto Nacional de Estadística y Geografía, la población
de México ascendió a 130 millones de habitantes aproximadamente en el año 2015.
Territorio: Un territorio es el área física en el que se desarrolla una Nación. Ya que éste no puede existir en
el mar o en el aire, sino que debe existir en un área terrestre en el que éste se logre formar. Lo realmente
importante no es la extensión del territorio sino la delimitación del mismo. Lo que significa que un pueblo
debe tener bien definido su espacio terrestre, divididos de los otros estados por límites precisos y claros. Es
importante resaltar que el territorio no solamente incluye el terreno sólido, sino que además encierra el
espacio aéreo y los límites de agua que se hallan dentro de dicho terreno como por ejemplo, los Lagos ríos
y mares internos. El territorio de una población puede incluir islas, un ejemplo sería el territorio mexicano
el cual se encuentra integrado por un área continental y otra por espacio marítimo.
Gobierno: El gobierno es la organización política de una región. Este es el elemento mediante el cual se
expresa, fórmula y concreta la voluntad del pueblo. El gobierno está compuesto por una cadena de
instituciones que le proporcionan a la región la autoridad para administrar temas que le incumben, tales
como la optimización de los servicios públicos (salud, educación, seguridad), la administración de las
riquezas, entre otros.
Por ejemplo: México posee un sistema de gobierno federal y democrático, conformado por un poder
supremo que al mismo tiempo se fracciona en tres poderes: Ejecutivo, legislativo y judicial.
Soberanía: La expresión soberanía procede del término latín superanus, que quiere decir “supremo”. En
este sentido, la soberanía significa que es el poder supremo, ninguno de los otros poderes superará la
soberanía. Lo que quiere decir que la soberanía es realmente el verdadero poder de una Nación, por lo que
le permite gobernar, mandar y asegurar la subordinación de los habitantes dentro de los límites de su
territorio.
Según el político francés Jean Bodin, la soberanía ostenta dos aspectos: uno externo y otro interno. La
soberanía externa la cual quiere decir que el País es independiente, por lo que posee todo el derecho de no
ser intercedido por otras regiones. Del mismo modo, la soberanía externa implica la experiencia del
Gobierno de instaurar relaciones con otras regiones. La soberanía interna, por su parte, es la capacidad que
tiene el estado de tomar sus propias decisiones y hacer que éstas se lleven a cabo dentro del territorio.
Estado de Derecho:
El estado de derecho es un patrón de orden para un país por el cual todos los integrantes de una sociedad
(incluso aquellos en el gobierno) se cuentan de igual forma, sujetos a procesos y códigos legales expresados
públicamente; es una situación política que no hace alusión a ninguna ley en específico. Este modelo
político implica que cada uno de los pobladores está sujeto a la ley, incluido los sujetos que son legisladores,
jueces o funcionarios encargados de hacer que se cumpla la ley. Cualquier acción o medida tiene que estar
acoplada a una norma jurídica escrita y las autoridades de la región está restringida rigurosamente por un
marco jurídico preestablecido que aprueban y al que se someten en sus contenidos y sus formas. Por lo que,
cualquier toma de decisión de sus órganos de gobierno debe de estar sometida a procedimientos
reglamentados por la ley y dirigidos con total respeto a los derechos.
Con el desarrollo de este proceso, se refleja la fragmentación de poderes (el poder judicial, el poder
legislativo y el poder ejecutivo, lo cual son tres instituciones que, en el estado absoluto, se aglomeran en la
figura del gobierno). De esta manera, los tribunales se convierten en autónomos con respecto al soberano y
se refleja en el parlamento, para contrarrestar el poder del gobernante.
Otro concepto que está relacionado con éste es el de democracia, ya que presume que la población tiene el
poder y lo aplica a través de las elecciones, cuando los mismos escogen a sus gobernantes.
Además es sumamente importante establecer que en todos los territorios coexiste alguna clase de
ordenamiento jurídico, pero que ello no quiere decir que en el mismo rige un orden de derecho, ya que para
que éste persista, es necesario que la sociedad política se halle completamente juridificada y donde las
normas afirmen que todo habitante será tratado por igual frente a la justicia.
Es importante indicar que para que sea considerado como tal, un orden jurídico de derechos debe cumplir
una sucesión de normas, las mismas son:
La Ley debe ser el orden principal: todos los habitantes, inclusive quienes gobiernan, deben subordinarse
a las leyes y ser dictaminados en igualdad de condiciones y no se formarán excepciones a ningún ciudadano,
por alto que sea el cargo que tenga.
Deben certificarse todos los Derechos y Libertades: es compromiso del Gobierno que la Ley se consume
y que en ella se vele por la libertad de todos los ciudadanos que viven bajo su protección; la regla máxima
del Gobierno es garantizar este principio.
La administración debe hallarse condicionado por la Ley: los dirigentes del país pertenecen a dos
organismos distintos: el Gobierno y la Administración, ésta se refiere a un elemento no-político y está
constituido por los funcionarios, y al igual que el gobierno, se halla limitada a las leyes que presiden sobre
el territorio.
MERCANTILISMO:
LIBERALISMO:
El liberalismo es la doctrina económica que defiende las libertades y la iniciativa individual, y limita
la intervención del Estado y de los poderes públicos en la vida social, económica y cultural. Asimismo,
puede identificarse como una doctrina que propugna la libertad y la tolerancia en las relaciones humanas;
promueve las libertades civiles y se opone a cualquier forma de despotismo e intervencionismo del estado
sobre todo en la economía. Constituye la corriente en la que se fundamentan tanto el Estado de derecho
basado en el principio iusnaturalista, según la cual el derecho natural es anterior al Estado. Desde sus
primeras formulaciones, el pensamiento económico liberal se ha fundamentado sobre grandes principios e
ideas, entre los cuales destacan: La armonía inmanente de la vida social, la correspondencia entre el interés
individual libremente ejercido y perseguido y el interés social, la libre y perfecta concurrencia de la
actividad económica, la propiedad privada de los medios de producción, la ausencia de concentración y
centralización del capital, la flexibilidad del sistema de precios en los factores de producción y su movilidad
perfecta, el ajuste inmediato con que se efectúan los cambios exógenos, la inflexibilidad en la estructura
económica en cuanto al conjunto de relaciones de propiedad, producción y distribución de las riquezas.
Esta es la época que del pensamiento clásico que comprende la segunda mitad del siglo XVIII y mitad
del siglo XIX (época del capitalismo pre-monopolista) y crisis del sistema aristocrático y feudal frente al
ascenso de la burguesía apoyada en el proceso de industrialización y de expansión de los mercados
interiores y exteriores, se aboga por la ruptura de las barreras feudales y aduaneras. El Estado Liberal
propulso el desarrollo de la burguesía industrial en el contexto geográfico de la escuela clásica inglesa de
la esfera económica y la revolución francesa en la esfera del poder político.
Bibliografía
Fuentes Textuales:
Fuentes Electrónicas:
Adrián, Yirda. (Última edición:1 de septiembre del 2019). Definición de Estado. Recuperado de:
https://conceptodefinicion.de/estado/. Consultado el 2 de octubre del 2019
Paula Nicole Roldán. Concepto de Estado.