Unidad 3

La Revolución
industrial y las
transformaciones
sociales
Isabel Rico Oriola
Brais Martínez Aneiros
 Desde finales del siglo XVIII y a lo largo del siglo XIX, se
produjo la transformación total de las estructuras
económicas vigentes hasta entonces. Estos cambios
tuvieron lugar en Inglaterra donde, de forma continuada,
comenzaron a introducirse diversas innovaciones
agrícolas e industriales.

El constante crecimiento de la población y de la

demanda estimuló a agricultores y artesanos ingleses a
mejorar sus actividades. De esa iniciativa surgieron la
rotación de cultivos, la mecanización de las tareas
agrícolas y artesanales, el empleo de nuevas fuentes de
energía, la fábrica… elementos que constituyen la base
de lo que hoy conocemos como revoluciones agraria e
industrial.

Entre todas ellas destaca, por su trascedencia, la

industrialización que sentará las bases de la sociedad
actual. Dentro de este proceso se distinguen fases
diferentes. A la primera revolución industrial, basada en
el algodón, el vapor, el carbón y el ferrocarril, le seguirá
otra segunda revolución industrial apoyada en el
petróleo, la electricidad, el automóvil y las
concentraciones empresariales. Paralelamente, desde
estos núcleos ingleses, la industrialización se extenderá
por todo el mundo, incrementando la rivalidad y la
competencia por los mercados.

Estas profundas transformaciones económicas trajeron

consigo la imposición de un nuevo sistema económico
dominante: el capitalismo, que se caracteriza, entre
Introducción otros principios, por la defensa de la total libertad
económica.

2
La Revolución
agraria
Desde mediados del siglo XVIII tuvieron
lugar, especialmente en Inglaterra, una
serie de cambios e innovaciones
técnicas y económicas que
transformaron radicalmente el mundo
agrario y la producción de
manufacturas.

La Revolución agraria es el conjunto de

transformaciones que dieron lugar a un
nuevo modelo agrario que sustituyó al
del Antiguo Régimen. Se caracterizó
por:
Malesuada eleifend, tortor molestie, a a vel et. Mauris at suspendisse, neque aliquam faucibus.

• Los nuevos sistemas de cultivo, entre

los que destaca la eliminación del
barbecho gracias a la introducción de
la rotación de cultivos en la misma
parcela, en la que se alternaban
tubérculos y plantas forrajeas con
cereales. Uno de los pioneros en
implantar este sistema fue el lord
inglés Townshend en sus propiedades
de Norfolk, por lo que se conoce
como sistema Norfolk. Permitía
incrementar la producción para la
alimentación humana y del ganado y,
al mismo tiempo, favorecía la
producción de carne y leche, así
como de fertilizante de estiércol para
mejorar la productividad de las tierras.
• La especialización agrícola y el
incremento de los rendimientos. La
agricultura pasó de ser de
subsistencia y de policultivo a ser
especializada y comercial, es decir,
con productos destinados a ser
vendidos en el mercado. Del mismo
modo, los rendimientos aumentaron
gracias a las máquinas, a los sistemas
de cultivo, al empleo de fertilizantes, a
la selección de las especies, a la
corrección y mejora del suelo agrícola
y a la extensión del regadío.

3
Este aumento de la producción
repercutió en el crecimiento de la
ganadería y también de la población,
que contaba así con mayores recursos
alimenticios.

• La renovación constante con el

mejora y el perfeccionamiento de las
herramientas por el aumento del
empleo del hierro, y de los nuevos
arados y aparejos mecánicos para
sembrar y segar. A partir de 1830 se
introdujo la máquina de vapor como
fuerza motriz de la maquinaria
agrícola, sustituyendo así al esfuerzo
humano o animal y reduciendo la
mano de obra campesina.

• Los cambios en la propiedad de la Explicación del funcionamiento de la máquina de vapor.

tierra. Mediante nuevas leyes, las
grandes extensiones de tierras
comunales pasaron a convertirse en
propiedad privada individual. Además,
fueron eliminadas los obstáculos y
cargas fiscales de origen feudal que
pesaban sobre las tierras propiedad
de los nobles y de los eclesiásticos.
En esta transformación destacó
Inglaterra donde, mediante las leyes
de cercamiento, gran parte de las
tierras comunales y baldías pasaron a
ser propiedad privada y explotadas
para obtener beneficio individual.
Estos cambios hicieron que los
campesinos no propietarios, que se
beneficiaban del aprovechamiento de
las tierras comunales, se
transformasen en jornaleros sujetos a
un salario.
• El cambio en la mentalidad de los
propietarios agrícolas que, frente a los
del Antiguo Régimen que se
conformaban con las rentas pagadas
por los campesinos arrendatarios,
convirtieron la tierra en una fuente de
beneficios que podían ser invertidos
en la propia renovación agrícola, en la
industria o en el comercio.

4

La Revolución
demográfica
El aumento de alimentos que se produjo como consecuencia
de las mejoras en la agricultura y en la ganadería, así como
las innovaciones médicas e higiénicas, provocaron grandes
cambios en la población europea a lo largo del siglo XIX.
En el siglo XIX se produce un cambio de modelo demográfico.
En primer lugar, se experimenta un fuerte descenso de la
mortalidad, especialmente de la infantil, debido
fundamentalmente al aumento de la producción de alimentos
y a la posibilidad de transportarlos desde unas zonas a otras.
De este modo, se eliminaron los efectos negativos de las
hambrunas cíclicas características del Antiguo Régimen.
También influyeron progresos de la medicina como la
extensión de las vacunas, así como de la higiene, con el
suministro de agua corriente en las casas, la construcción de
redes de alcantarillado en las ciudades, mayor uso del jabón
en el aseo personal… Como siguió aumentando la natalidad,
el resultado fue un fuerte crecimiento de la población.
Se pasa así de un régimen demográfico antiguo,
caracterizado por altas tasas de natalidad y mortalidad, a un
régimen de transición demográfica, todavía con una elevada
natalidad pero una mortalidad en descenso.
5
El aumento de la población, la introducción de maquinaria
agrícola, que liberaba mano de obra en el campo, el aumento
del trabajo en las fábricas, y la mejora de los transportes,
ocasionaron un trasvase masivo de población del campo a las
ciudades denominado éxodo rural. Las ciudades
experimentaron un constante crecimiento, especialmente en
los países más industrializados.
La llegada masiva de gente transformó el urbanismo de las
ciudades: se derrumbaron las murallas, se crearon los
ensanches y los barrios obreros, se organizaron las redes de
transporte (tranvías, metro…) y de servicios urbanos (agua,
gas, alcantarillas…). La falta de espacio y la creciente
necesidad de viviendas favoreció el incremento en altura de
las casas, facilitada por los nuevos materiales (cemento
armado, hierro fundido, cristal) e inventos (ascensor). Se
construyeron los primeros rascacielos en EE. UU.
El aumento de la población propició una fuerte corriente
migratoria desde Europa hacia el exterior. Se calcula que
entre 1821 y 1924 salieron 55 millones de emigrantes
europeos que se dirigieron mayoritariamente a América. Sus
causas fueron el desequilibrio producido entre el crecimiento
demográfico y los recursos de trabajo existentes en Europa.
Estuvo facilitado además por la mejora y el abaratamiento de
los transportes.
También sirvieron de atracción las amplias posibilidades de
desarrollo y las mayores libertades de los países americanos,
que podían permitir una mejora de los niveles de vida de los
emigrantes.

La primera
revolución
industrial
En paralelo a las
transformaciones agrícolas y
demográficas, los cambios son
tan intensos en la producción de
bienes que permiten hablar de
una revolución industrial.
La revolución industrial es el
conjunto de transformaciones técnicas,
económicas y sociales que tuvieron
lugar en el sistema de producción de
mercancías a partir de mediados del
siglo XVIII. La máquina sustituyó al
trabajo manual; la fábrica desplazó al
taller; el artesano se transformó en
obrero asalariado; la ciudad y la
industria dominan sobre el mundo rural.
Frente a la revolución industrial, cabe
destacar la industrialización, que
constituye un proceso continuo, aún no
acabado, y con varias etapas. No se
circunscribe solo a Inglaterra sino al
6
Las primeras fábricas.
resto de zonas de Europa, en primer
momento, y de América (EE. UU.) y Asia
(Japón), luego. Lleva consigo una serie
de innovaciones técnicas (máquinas),
descubrimientos teóricos (ciencia),
capitales y transformaciones sociales.
Desde la invención de la agricultura y la
ganadería en el Neolítico no se habían
producido cambios tan profundos en la
sociedad y en el trabajo.
El conjunto de estos cambios marcaron
el inicio de una nueva época y las
transformaciones fueron revolucionarias.
El origen de estos cambios tuvo lugar
en Inglaterra a mediados del
siglo XVIII y se expandió por el
resto del mundo a lo largo del
siglo XIX. En su desarrollo, que
se prolonga hasta nuestros días,
los historiadores distinguen
varias fases.
La primera revolución
industrial es aquella que en la
que se puso en marcha el
proceso de industrialización y
que dura hasta la década de
1870. Afectó especialmente a
Inglaterra y algunas regiones
europeas como Bélgica, el valle
del Rhin o Cataluña, entre otras. Sus
características básicas son las
siguientes:
• La invención de las máquinas, cada
vez más especializadas en la función
que realizan, y la mecanización de las
tareas productivas.
• El empleo de la energía de vapor
como fuerza motriz gracias a la
invención de la máquina de vapor por
James Watt, así como el empleo del
carbón como materia prima calorífica.
• Las instalación de fábricas, unidades de producción
formadas por una o varias instalaciones dotadas de
máquinas y en las que se concentran trabajadores
asalariados. Estos obreros realizan tareas especializadas
bajo el control de una dirección centralizada que aplica un
rígido código de disciplina. Es el sistema fabril o factory
system que acabará por sustituir completamente la
manufactura y el domestic system o sistema de producción
a domicilio, característico del Antiguo Régimen.
• El fuerte desarrollo de la industria textil, de la
siderometalurgia y del ferrocarril, que fueron los sectores
punteros que primero se mecanizaron y que actuaron como
impulsores de otros.
La industria textil del algodón fue el primer sector en el que
se produjo la mecanización y la transformación industrial. En
el Antiguo Régimen, la producción textil empleaba
básicamente la lana y el lino, pero como desde el siglo XVIII
aumentaba en Europa la demanda de tejidos de algodón
estampados de procedencia oriental, muchos talleres de
Inglaterra comenzaron a hilar y tejer el algodón que traían de
las colonias. Al mismo tiempo, introducían innovaciones
técnicas (máquina de hilar, lanzadera volante, telar
mecánico…) para aumentar la producción. Por los beneficios
que proporcionaba, el algodón fue desplazando a la lana y los
talleres fueron sustituidos por fábricas en las que se
instalaban las máquinas atendidas por mano de obra
asalariada.
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La industria siderometalúrgica fue el segundo sector en
industrializarse debido a la creciente demanda de hierro para
las nuevas herramientas y máquinas. En el Antiguo Régimen
la producción de hierro era escasa y se basaba en la
fundición del mineral mediante la combustión de madera. Las
innovaciones permitieron emplear el carbón como fuente
calorífica para fundir mejor, y en mayores cantidades, el hierro
en los altos hornos y transformarlo en los talleres mecánicos.
De ellos salían herramientas y maquinaria para otras
industrias, la agricultura y la vida cotidiana.
El ferrocarril se consolidó como nuevo medio de transporte
debido al aumento de la producción agraria, minera e
industrial. La aplicación de la máquina de vapor en el arrastre
de vagones culminó con la invención de Stephenson: la
locomotora y el ferrocarril. Su construcción y desarrollo
estimuló el resto de sectores productivos y permitió la
interrelación de los mercados, así como la reducción del
tiempo en las comunicaciones. El ferrocarril se convirtió en
símbolo del progreso.
Algunos inventos relacionados con la primera revolución industrial
Máquina de vapor (Watt, 1769)
Conserva de alimentos (Appert y Durand, 1810)
Motor eléctrico (Faraday, 1821)
Cemento (Aspdin, 1824)
Máquina fotográfica (Daguerre, 1839)
Metro en Londres (1863)
Dinamita (Nobel, 1867)
Las transformaciones económicas, sociales y políticas que se
produjeron a finales del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX
originaron un nuevo sistema económico, el capitalismo, y un
nuevo modelo de sociedad, la sociedad de clases, que
m o d i fi c ó p ro f u n d a m e n t e l a s o c i e d a d e s t a m e n t a l
características del Antiguo Régimen.
La segunda revolución
industrial
Desde las décadas de 1860 y 1870 y hasta el comienzo de la
Primera Guerra Mundial, en 1914, se produjeron importantes
innovaciones técnicas, industriales y empresariales que
permiten diferenciar una segunda revolución industrial. Este
desarrollo fue posible gracias a la aplicación de los avances
científicos a la industria.
Esta revolución se extendió por Europa y América,
alcanzando también a Japón. Gran Bretaña conservó su
supremacía industrial en fuerte competencia con EE. UU. y
Alemania. Las características básicas de esta segunda
revolución industrial son las siguientes:
• Las nuevas fuentes de energía. El carbón siguió siendo la
fuente de energía básica, pero cada vez fueron teniendo
mayor uso otras nuevas, especialmente el petróleo,
8
empleado especialmente como combustible para motores,
y la electricidad, con múltiples aplicaciones.
• Nuevos sectores industriales, entre los que destacó el
sector siderometalúrgico, en el que se perfeccionó la
obtención de hierro y su transformación en acero. Además,
comenzaron a utilizarse nuevos metales y aleaciones, como
el aluminio. La industria química se renovó completamente
gracias a nuevos inventos: colorantes, explosivos, pinturas,
plásticos… La naciente industria eléctrica fabricó gran
cantidad de motores y aparatos electrodomésticos. Los
transportes revolucionaron los sistemas tradicionales con la
invención del motor de explosión, origen del automóvil y el
avión; la electricidad aplicada al transporte permitió la
construcción de los trenes eléctricos, como el tranvía y el
metro.
• La nueva organización del trabajo, buscando producir
más en menos tiempo para reducir los costes de
fabricación e incrementando los beneficios. El ingeniero
Frederick Taylor observó las tareas realizadas por los
obreros de una fábrica con el objetivo de racionalizar ese
trabajo mediante la reducción de los movimientos inútiles
(taylorismo). El empresario Henry Ford ideó la fabricación en
serie en cadenas de montaje (fordismo), de modo que los
obreros permanecían en su puesto de trabajo realizando
siempre la misma tarea sobre la pieza, que les llegaba por
una cinta transportadora. Al mismo tiempo, pagaba
elevados salarios y facilitaba las condiciones de vida a sus
trabajadores para incentivar su interés y productividad.
• Las nuevas formas de
organización empresarial,
originadas por la necesidad de contar
con grandes recursos financieros, así
como el deseo de dominar los
mercados y obtener los máximos
b e n e fi c i o s . A s í n a c i e r o n l a s
sociedades anónimas por acciones,
en las que cada socio introduce
capitales mediante la compra de
acciones de la empresa en Bolsas; el
cartel, un convenio entre empresas de
un mismo sector por el que se
reparten zonas de mercado y fijan los
precios; el trust, una fusión de varias
empresas que dan lugar a una nueva
empresa que trata de controlar un
sector de producción; y el holding, un
grupo de empresas controladas por
Marie Curie, en el laboratorio.
una sociedad que posee la mayoría
de las acciones. Estas actuaciones
favorecen las concentraciones la aplicación de los avances teóricos grandes avances en la medicina y el
empresariales y dieron lugar a la permitió la multiplicación de numerosos nacimiento de nuevas ciencias, como la
formación de imperios económicos inventos y máquinas. sociología o la psicología.
dirigidos por magnates como
Rockefeller en el petróleo, Carnegie Entre ellos destaca la especialización de En el ámbito científico destaca la figura
en el acero, Morgan en la banca, Ritz las ramas de la Física, la teoría de la de Marie Curie, que recibió dos premios
en la hostelería… evolución biológica de Charles Darwin, Nobel (de Física y de Química) por sus
la teoría de la relatividad, de Albert i n v e s t i g a c i o n e s s o b re l o s r a y o s
A lo largo del siglo XIX fueron Einstein, el descubrimiento de nuevos uránicos, el radio y el polonio.
constantes los avances de las ciencias y elementos y compuestos químicos, los

9

El capitalismo
El capitalismo es el sistema económico surgido en Europa
occidental a finales del siglo XVIII, fruto del desarrollo de la
revolución industrial y del establecimiento de los sistemas
políticos y jurídicos liberales. Adam Smith, Thomas Malthus y
David Ricardo fueron algunos de sus primeros teóricos. A lo
largo del tiempo ha sufrido diversas transformaciones, pero
perdura hasta hoy, cuando es el sistema económico
predominante a nivel mundial. En síntesis, presenta las
siguientes características básicas:
• El capital (tierras, fábricas, dinero, máquinas, mercancías,
materias primas, etc.) es el factor básico y necesario para la
inversión continua, el aumento de la producción de bienes
materiales y la obtención de beneficios.
• La libertad económica debe ser total, sin ninguna traba y sin
ninguna intervención del Estado: libertad de precios, de
salarios, de mercado, de empresa… El mercado debe
regularse por la ley de la oferta y la demanda: todos los
productos, su producción y los precios estarán marcados
por la demanda que hagan los consumidores.
• La propiedad privada de los medios de producción y de los
bienes producidos, debe estar garantizada y protegida por
ley.
10
• La mano de obra formada por trabajadores asalariados. El
trabajo se considera una mercancía más sujeta a la ley de la
oferta y la demanda: los obreros venden su fuerza de
trabajo a cambio de un salario, y su precio varía según las
circunstancias.
• La división de tareas del trabajo permite aumentar la
producción, dado que los obreros se especializan en una
determinada función, superando así el trabajo tradicional del
artesano que realizaba la totalidad del producto.
• Conseguir el máximo beneficio es el principal factor que
estimula las actividades económicas.
• La riqueza individual es el principal criterio de organización
de la sociedad. Los individuos ocupan un lugar en la
sociedad en función de su riqueza, de modo que se premia
el esfuerzo personal y el éxito en los negocios para poder
ascender en la escala social.
• La desigualdad, dependencia y explotación de los que no
poseen bienes o medios de producción y tienen que estar
sometidos a los capitalistas.
• Las actividades económicas están sujetas a fluctuaciones y
crisis cíclicas, con la existencia de periodos recesión
(crecimiento lento) y de depresión (crecimiento negativo),
que se intercalan con otros de crecimiento rápido
(expansión). De vez en cuando, se pueden producir crisis
graves que provocan el cierre de fábricas y negocios, el
desempleo y la caída de los beneficios.
La sociedad de clases
Los cambios originados por las revoluciones liberal, agraria e
industrial modificaron completamente la sociedad estamental,
creando un nuevo modelo de sociedad: la sociedad de
clases.
Las revoluciones liberales eliminaron los criterios de
organización social característicos del Antiguo Régimen,
basados en el privilegio de la nobleza y el clero. En su lugar, la
nueva sociedad se organizó en clases sociales, es decir,
grupos diferenciados por su riqueza.
Entre las características de esta nueva sociedad destacan las
siguientes:
• La igualdad jurídica de todos los miembros.
• La riqueza como criterio de diferenciación social, lo que da
lugar a las diferentes clases sociales.
• La desigualdad económica originada por la acumulación de
riqueza y de bienes de producción. Esta desigualdad
origina grandes diferencias sociales entre una minoría que
acumula grandes riquezas y una mayoría que vive
únicamente del salario que cobra por su trabajo.
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• El dinamismo social, con posibilidades de ascenso y
descenso en la escala social, fruto de la capacidad y el
talento individual para conseguir fortuna o perderla.
• El protagonismo de nuevos grupos, la burguesía y el
proletariado, mientras que los elementos privilegiados del
Antiguo Régimen, la nobleza y el clero, pierden influencia y
poder.
La burguesía fue la principal impulsora de los cambios
políticos y económicos relacionados con la revolución liberal e
industrial. También fue la mayor beneficiada de esas
transformaciones, de modo que se convirtió en el grupo
social dominante.
Esa dominación se manifestaba de diversas maneras. En
primer lugar, a través del dominio económico. La burguesía
acumulaba la mayor parte de los capitales procedentes de la
industria, de la agricultura, del comercio y de las finanzas; e
invertía estos capitales para seguir obteniendo beneficios.
Controlaba el mercado y las redes de distribución de
productos, obteniendo también beneficios de las
transacciones comerciales. Establece también los precios de
mercado, incluyendo el trabajo de los asalariados que
trabajan para ella.
En segundo lugar, a través del dominio político e ideológico.
La legislación establecida por el nuevo régimen liberal
favorecía los intereses de la burguesía: el control del Estado,
el derecho exclusivo de voto y de participación política
(sufragio censitario), la libertad de mercado o la protección de
la propiedad privada, entre otros.
La burguesía no era un grupo compacto, diferenciándose
entre la alta burguesía (grandes industriales, comerciantes y
banqueros) y la baja burguesía (propietarios de pequeños
negocios y profesiones liberales).
Por otro lado, el proletariado nace, como clase social, como
consecuencia de la industrialización y de las reformas
agrarias. De ella forman parte los trabajadores de las fábricas
y los jornaleros del campo que, para poder vivir, vendían su
fuerza de trabajo a cambio de un salario.
La mayor parte del proletariado tiene su origen en las masas
campesinas que, como consecuencia de la mecanización del
campo, de las cambios en la propiedad de la tierra y del
crecimiento demográfico, emigraban hacia las ciudades
(éxodo rural) para trabajar en las nuevas industrias. Esta
abundante mano de obra quedaba a expensas de los
intereses burgueses, que impusieron duras condiciones a los
trabajadores para poder obtener los máximos beneficios de
su trabajo. Para comprender su situación es necesario tener
en cuenta que:
• No existía legislación laboral, y el Estado, aplicando el
principio de no intervenir en los asuntos económicos,
12
dejaba en manos de los patrones y los obreros todo lo
referente a las relaciones laborales.
• La mano de obra era muy abundante, lo que permitía a los
patrones establecer sus condiciones, colocando al
proletariado en una clara situación de inferioridad.
• Las jornadas de trabajo eran muy largas. Una jornada de 12
horas era habitual y podía prolongarse hasta 15 cuando la
iluminación por gas permitía trabajar por las noches.
• Los salarios eran tan escasos que obligaban a trabajar a
todos los miembros de la familia. El trabajo de las mujeres y
de los niños resultaba especialmente penoso, al recibir
siempre menor salario que los hombres.
• Las condiciones de trabajo de la fábrica o de la mina eran
mínimas en cuestión de higiene y seguridad, provocando
numerosas enfermedades a los trabajadores.
• Los códigos de disciplina eran muy rígidos y severos,
siendo muy frecuente la imposición de multas por faltas
como hablar, silbar o retirarse enfermo del trabajo.
Las duras condiciones de vida y de trabajo del proletariado
provocaron el nacimiento de una conciencia de clase
marginada por el sistema. Esta toma de conciencia originará,
progresivamente un movimiento de reivindicación de mejoras.
La mujer en las
primeras
sociedades de
clases
En esta etapa, la mujer burguesa es
recluida en casa. A ella se le adjudican
las labores de esposa, madre y ama de
casa, mientras se le separa de las
labores productivas.

Aunque no sufre la explotación

económica de las mujeres proletarias,
s u s c a p a c i d a d e s p ro d u c t i v a s y
educativas, así como sus aspiraciones
personales, fueron muy limitadas.
Por otro lado, las mujeres proletarias Esta situación laboral hace que su lucha
constituían en torno al 25% de las se centre en apoyar a los hombres para
A cambio, fueron las mujeres burguesas
trabajadoras industriales en el siglo XIX. mejorar su situación laboral.
las que pudieron comenzar la lucha por
los derechos civiles, que se considera la
2ª ola del movimiento feminista. Aunque sufrieron las mismas
condiciones de explotación económica
y laboral que los hombres, eran
Las sufragistas fueron las primeras en
consideradas más improductivas que
tomar conciencia de género y en luchar
los hombres y, en consecuencia, su
por el derecho al voto femenino.
sueldo era menor que el de ellos.

13

El movimiento obrero
Las duras condiciones de vida y de trabajo del proletariado
dieron origen a un amplio movimiento reivindicativo para
conseguir mejoras salariales y laborales que recibe el nombre
de movimiento obrero.
Paralelamente, se desarrollaron nuevas ideologías que
defendían cambios radicales y revolucionarios del sistema
vigente: el socialismo y el anarquismo.
Las primeras formas de protesta y de
organización obrera
Para conseguir mejoras de sus condiciones de salario y
trabajo, los obreros y jornaleros emplearon diversos medios.
Las primeras protestas tuvieron un carácter violento y
espontáneo: la destrucción de las máquinas, consideradas
como culpables del empeoramiento de las condiciones
laborales y del desempleo. Estas acciones reciben el nombre
de ludismo, en recuerdo de Ned Ludd, un obrero textil inglés
que la tradición considera como el primero que destruyó su
máquina de trabajo.
Las acciones luditas se produjeron en los inicios de la
introducción de las máquinas en fábricas y campos, y
continuaron durante décadas como actos puntuales. En
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Inglaterra se produjeron a finales del siglo XVIII y comienzos
del XIX; en España a partir de la década de 1820.
Para luchar unidos en la búsqueda de mejoras, los
trabajadores crearon asociaciones, a pesar de las
prohibiciones de las autoridades porque consideraban que
amenazaban la libertad económica. En los primeros
momentos formaron sociedades de socorro mutuo para
ayudarse en casos de paro o enfermedad.
Más tarde crearon uniones de oficios o sindicatos que
agrupaban a los trabajadores de una misma fábrica o de una
misma profesión de una ciudad. Posteriormente, formaron
sindicatos generales en los que se integraban obreros de
distintos oficios y de todo el país.
No fue un proceso continuo, sino que estuvo sujeto a
avances y retrocesos, según el ritmo de extensión de la
industrialización. En Inglaterra los sindicatos fueron
legalizados en 1824, pero en España hubo que esperar hasta
1887.
Una medida muy empleada por los obreros fue la huelga o
paro masivo en el trabajo, buscando que, ante las pérdidas
causadas, los patronos aceptasen sus peticiones. Sin
embargo, la huelga necesitaba de la unión y organización de
los trabajadores y de que estos tuviesen capacidad de
resistencia económica para poder subsistir. En muchos
casos, la necesidad obligó a los obreros a volver al trabajo sin
conseguir sus objetivos.
Socialismo
marxista
Es el movimiento ideológico y político
que surge como reacción a las
consecuencias negativas que
provocaba la revolución industrial y la
extensión del capitalismo. Sus
creadores fueron Karl Marx y Friedrich
Engels. Sus principios básicos
quedaron esbozados en 1848 con la
publicación del Manifiesto comunista.
En él se establece que:

• Las condiciones materiales y

económicas determinan la estructura
social y política de una comunidad.
• La industrialización provoca el triunfo
y dominio de la burguesía, pero
también el desarrollo del proletariado,
numeroso y sometido.
• Toda la historia de la humanidad es
una historia de lucha de clases, es
decir, de oprimidos contra opresores.
Esa lucha de clases es la que debe
transformar el sistema vigente. En la
sociedad industrial, las clases
enfrentadas son la burguesía y el
proletariado.
• Una vez eliminadas las condiciones
• Para modificar su situación, el
proletariado debe organizarse y
conquistar el poder mediante la
revolución.
• Una vez controlado el poder, se
establecería la dictadura del
proletariado, expropiando la
propiedad privada y los medios de
producción, que pasarían al Estado.
que permiten el dominio de la
burguesía y que toda la producción
esté concentrada en manos del
Estado, desaparecerían las
diferencias de clase y la opresión,
quedando establecida una nueva
sociedad comunista, el objetivo final
de la ideología marxista.

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Las ideas de Marx se fueron
extendiendo por Europa y numerosas
organizaciones obreras asumieron sus
propuestas. En España fue Paul
Lafargue quien las introdujo y divulgó.

Anarquismo
El anarquismo es el movimiento
ideológico y sindical surgido, igual que
el socialismo marxista, como reacción a
las fuertes desigualdades sociales
provocadas por la industrialización.
Entre sus líderes destacaron Mijaíl
Bakunin y Piotr Kropotkin.

No es un movimiento homogéneo, pero

todas sus variantes aceptan el principio
de la eliminación de todo tipo de poder
y el respeto a la libertad individual en
una sociedad igualitaria. Su objetivo
básico es la transformación
revolucionaria de la sociedad mediante:
• La abolición del Estado y la
eliminación de todo tipo de autoridad
e instituciones (políticas, militares,
policiales, religiosas, económicas…).
• La eliminación de la propiedad
privada.
• La supresión de todo tipo de
diferencia social y económica para
establecer una sociedad sin clases,
basada en la libertad individual, la
igualdad social y la solidaridad
humana.
• La organización de la vida social en
comunas o libres asociaciones de
productores y consumidores. Todos
los recursos y los trabajos de la
comuna son patrimonio común,
usados según las normas
voluntariamente establecidas por la
colectividad. La organización del
trabajo y de la producción debe
basarse en la autogestión y en la
responsabilidad individual, libre y
conscientemente asumida y en
beneficio de la sociedad. En la
comuna se suprime el salario al consi-

16
derarse que el trabajo realizado por cada uno le da derecho a
satisfacer sus necesidades con los recursos que tiene la
comuna.
• La educación basada en principios científicos y laicos.
• La formación de la familia sobre la base del amor, libre de
todo vínculo legal y de todo prejuicio religioso.
• La abolición de las fronteras y de las naciones, sustituidas
por la federación libre de comunas solidarias.
Para lograr esta transformación, los anarquistas rechazan la
lucha política (por eso se abstenían de participar en las
elecciones) y defienden la vía revolucionaria, aunque por
diferentes medios. La mayoría defendían la huelga
revolucionaria y otros los atentados contra los representantes
del poder.
En España el anarquismo fue introducido por Giuseppe
Fanelli, y tuvo gran influencia en el movimiento obrero,
especialmente en Cataluña, Levante y Andalucía.
17
La Asociación
Internacional de
Trabajadores
Con el desarrollo de la industrialización, los líderes obreros
fueron conscientes de que los problemas que les afectaban
eran comunes a todos los países y de que era necesario
asociarse para dar más fuerza a sus reivindicaciones.
• Fundación de la Primera Internacional. En 1864 se
reunieron en Londres representantes de organizaciones
obreras de todas las tendencias y constituyeron la
Asociación Internacional de Trabajadores (AIT) o Primera
Internacional. Sus objetivos eran potenciar el
asociacionismo obrero y concienciar a los trabajadores para
luchar unidos por su emancipación.
• Expansión de la Internacional. Poco a poco se fueron
sumando a la AIT sindicatos y organizaciones. En España
se creó, en 1870 en Barcelona, la Federación Regional
Española (FRE) de la AIT, integrada por distintas secciones
y federaciones locales, tanto de los núcleos industriales
como del campo, alcanzando un fuerte desarrollo en
Cataluña, Levante y Andalucía.
• Tensión en el seno de la AIT. El desarrollo de la AIT se vio
truncado por las disputas internas que enfrentaron a
socialistas marxistas y anarquistas por el control de la
asociación y del movimiento obrero internacional, así como
por las estrategias a seguir para conseguir la sociedad
igualitaria. Las ideas marxistas de conquistar el poder e
imponer la dictadura del proletariado chocaban
frontalmente con las ideas anarquistas de desprecio de la
lucha política y de oposición radical a cualquier tipo de
poder.
• Escisión de la AIT y del movimiento obrero. Como
consecuencia del enfrentamiento entre socialistas y
anarquistas, en el Congreso de La Haya de 1872 fueron
expulsados de la AIT Bakunin y sus partidarios. Como
respuesta, en ese mismo año, los anarquistas reunidos en
el Congreso de Saint-Imier decidieron condenar los
postulados marxistas y seguir asociados. En España, la
FRE se declaró mayoritariamente anarquista.
Paralelamente, el temor a la revolución obrera hizo que los
distintos gobiernos prohibiesen la actividad de la AIT, que
acabó por disolverse en 1876.
La consolidación del
movimiento obrero
La extensión de la industrialización y la ampliación de
derechos en los regímenes liberales favorecieron, a partir de
18
1880, la consolidación del movimiento obrero, que se
mantuvo dividido en las dos ideologías mayoritarias de
anarquistas y socialistas.
Partidarios de la acción política, los socialistas crearon en
cada país partidos políticos obreros para tratar de conquistar
el poder por parte de los trabajadores para transformar la
sociedad. En España, Pablo Iglesias fundó el Partido
Socialista Obrero Español (PSOE) en 1879.
Tanto socialistas como anarquistas, crearon y mantuvieron
numerosos sindicatos que competían por afiliar en sus
organizaciones a la clase trabajadora. Asimismo, crearon
federaciones de sindicatos, tanto a nivel local como a nivel
nacional.
La Segunda Internacional se creó en París en 1889 con el
objetivo de renovar los lazos de solidaridad internacional
obrera. Estuvo formada por los partidos y organizaciones
socialistas, siendo excluidos los anarquistas. A lo largo de su
existencia tomó diversos acuerdos, entre los que destaca la
lucha por la jornada laboral de 8 horas.
Se acordó también la celebración del Primero de Mayo como
día internacional de la lucha obrera, en recuerdo de la
manifestación celebrada en 1886 en Chicago y por el que
siete anarquistas fueron injustamente condenados a muerte.
Los derechos
políticos de las
mujeres
Aunque las declaraciones liberales y las
Constituciones hablaban de la igualdad
de todos ante la ley, las mujeres fueron
excluidas del ejercicio de los derechos
políticos. Ya en la Revolución francesa
surgieron voces femeninas (Olympe de
Gouges, Mary Wollstonecraft) que
exigían la participación política y la
igualdad que proclamaba el liberalismo,
pero no fueron escuchadas. Entre ellas
destacan la Declaración de Derechos Viñeta de “Sally Heathcote. Sufragista” (Mary M. Talbot)
de la Mujer de 1789 y la Reivindicación
de los Derechos de la Mujer de 1792.
A partir de 1860 surgió en EE. UU., La conquista del voto femenino fue
Gran Bretaña y Francia el movimiento lenta. Nueva Zelanda fue el primer país
A lo largo de todo el siglo XIX, el debate
sufragista, que luchaba por lograr el en reconocerlo en 1893. En España fue
sobre los derechos de la mujer se
reconocimiento del sufragio femenino. A aprobado en 1931, de modo que las
fueron intensificando y radicalizando. En
partir de 1903, dirigidas por Emmeline españolas pudieron votar por primera
1848, una asamblea de mujeres
Pankhurst, las sufragistas desarrollaron vez en 1933.
reunidas en Seneca Falls (Nueva York),
campañas de protesta cada vez más
lideradas por Elizabeth Cady Stanton y
combativas con manifestaciones,
Lucrecia Mott, exigió el derecho al voto.
mítines, huelgas de hambre… que
conmocionaron la opinión pública.

19
 El arte a finales del
siglo XVIII y en el
siglo XIX
En la época de las revoluciones liberales y de los
movimientos nacionalistas del siglo XIX se desarrollaron
dos estilos artísticos bien diferenciados y, hasta cierto
punto, opuestos: el Romanticismo y el Realismo.

El Romanticismo
Frente a las normas academicistas del Neoclasicismo, el
Romanticismo defendía la libertad, la misma libertad que
deseaban alcanzar los pueblos sometidos a Napoleón o
dominados por los monarcas de la Restauración.

En las artes plásticas fueron los pintores quienes mejor

plasmaron los ideales románticos a través de temas
intimistas, la representación subjetiva del paisaje, la
exaltación de las acciones colectivas y populares, un
gran colorido de paleta cálida, las luces que matizan los
colores y producen efectos de claroscuro, las
composiciones dinámicas, el gusto por los temas
históricos, y los desastres, tanto naturales como
ocasionados por la humanidad, como las guerras.

Entre los pintores más destacados están Theodore

Gericault y Eugène Delacroix.
La Libertad guiando al pueblo (E. Delacroix)
20
 La muerte de Sardanápalo
(E. Delacroix)

Viajero junto a un mar de niebla (C. D. Friedrich)

La balsa de la Medusa (T. Géricault)

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 El Realismo
A mediados del siglo XIX se inicia una nueva corriente
artística denominada Realismo, que defiende conceptos
estéticos y temáticos muy diferentes a los del
Romanticismo, incluso a veces claramente opuestos.

De modo similar a lo que sucedió en el Romanticismo,

también en el Realismo fueron los pintores los artistas
que mejor representaron este movimiento.
Las espigadoras (J. F. Millet)
Tomaron conciencia de que su obra podía tener
contenido social, reflejando en sus lienzos la realidad
alejada de toda visión poética o personalista.

Los picapedreros (G. Courbet)

Por eso, sus temas se corresponden con situaciones del
momento, prestando especial atención a los hechos de
la actualidad, las actividades cotidianas, la denuncia de
la situación de los trabajadores, así como a los paisajes,
en los que la naturaleza se muestra en todo su realismo.

Destaca la obra de Honoré Daumier, Gustave Courbet,

Jean-François Millet y Camille Corot.

22
Comentario de texto 1
Hoy todas nuestras operaciones se ajustan a estos dos
principios: ningún hombre debe tener que hacer más de una
cosa. (...) El resultado de la aplicación de este principio es
limitar en el obrero la necesidad de pensar y reducir sus
movimientos al mínimo. (...) El hombre no debe tener un
segundo menos de lo que necesita, ni un segundo más (...).
El hombre que coloca un tornillo no coloca una rosca; el
hombre que coloca una rosca no coloca un tornillo. (...)
Mi principio es el de abaratar los precios. (...) Esto me obliga a
buscar nuevas ideas para la fabricación y la venta. (...) Los
salarios altos contribuyen a la bajada del coste de fabricación;
los obreros se hacen más laboriosos, una vez liberados de
preocupaciones ajenas al trabajo.
Henry Ford, Mi vida y mi obra. 1925.
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Comentario de texto 2
El objetivo inmediato de los comunistas es el mismo que
persiguen las demás organizaciones proletarias: formar la
conciencia de clase del proletariado, derrocar el régimen de la
burguesía, llevar al proletariado a la conquista del poder. (...)
El proletariado utilizará el poder para ir despojando a la
burguesía de todo el capital, de todos los instrumentos de
producción, centralizándolos en manos del Estado, es decir,
del proletariado organizado como clase gobernante. (...)
Claro está que, al principio, esto solo se podrá llevar a cabo
mediante una acción despótica sobre la propiedad y el
régimen burgués de producción (...).
La revolución lleva al proletariado al poder pero, tan pronto
como desde él, como clase gobernante, derrumbe por la
fuerza el régimen burgués de producción, desaparecerán las
condiciones que determinan el enfrentamiento entre clases,
porque desaparecerán las clases mismas, (...) y la vieja
sociedad burguesa será sustituida por una libre asociación en
la que el libre desarrollo de cada uno condicione el libre
desarrollo de todos.
K. Marx y F. Engels, El manifiesto comunista. 1848.
Comentario de texto 3
Rechazamos toda legislación, toda autoridad, toda influencia
oficial y legal, aunque salgan del sufragio universal,
convencidos de que actuarán en provecho de una minoría
dominadora y explotadora, contra los intereses de la mayoría
sometida. (...)
Nuestro programa puede resumirse en unas pocas palabras:
paz, emancipación y felicidad de los oprimidos. Guerra contra
todos los déspotas y los opresores. Restitución total a los
trabajadores de todo el capital: las fábricas y todos los
instrumentos de trabajo y materias primas deben ir a las
asociaciones, y la tierra a los que la cultivan con sus manos.
Libertad, justicia, fraternidad e igualdad para todos. (...)
La organización de la sociedad mediante una federación libre
de asociaciones de trabajadores, tanto industriales como
agrícolas, científicas y literarias. Primero en una comuna,
luego una federación de comunas en regiones, de regiones
en naciones, y de naciones en la asociación fraternal
internacional.
Bakunin, El Estado y la anarquía. 1873.
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Comentario de texto 4
Decidimos que todas aquellas leyes que sean conflictivas en
alguna manera con la verdadera y sustancial felicidad de la
mujer, (...) no tienen validez. (...)
Decidimos que todas las leyes que impidan que la mujer
ocupe en la sociedad la posición que su conciencia le dicte, o
que la sitúen en una posición inferior a la del hombre, (...) no
tienen ni fuerza ni autoridad.
Decidimos que la mujer es igual al hombre (que así lo
pretendió el Creador) y que por el bien de la raza humana
exige que sea reconocida como tal. (...)
Decidimos que la misma proporción de virtud, delicadeza y
refinamiento en el comportamiento que se exige a la mujer en
la sociedad, sea exigido al hombre, y las mismas infracciones
sean juzgadas con igualdad severidad, tanto en el hombre
como en la mujer. (...)
Decidimos que la mujer se ha mantenido satisfecha durante
demasiado tiempo dentro de unos límites determinados que
unas costumbres corrompidas y una tergiversada
interpretación de las Sagradas Escrituras han señalado para
ella, y que ya es hora de que se mueva en el medio más
amplio que el Creador le ha asignado.
Declaración de Seneca Falls (Nueva York), 1848.
Comentario de un mapa histórico: la expansión
de la industrialización en Europa

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