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Es por ello que del texto anterior se desprenden a su vez dos obligaciones, que consisten
en: 1. La especial protección estatal de la mujer embarazada y lactante, sin distinción, y 2.
Un deber prestacional también a cargo del Estado cuando éstas se encuentren
desempleadas o desamparadas.
Así las cosas, es preciso indicar que la administración mal haría si al vencimiento del
plazo del contrato decidiese su interrupción injustificada para prescindir de los servicios de
una contratista gestante, ya que lo que debe por mandato constitucional y legal es deber
de la misma procurar por la protección laboral reforzada.
En este entendido se concluye que para la Corte Constitucional la lógica aplicable que ha
dispuesto el derecho laboral para estos casos, busca en estricto sentido es garantizar la
estabilidad del trabajador, que no se circundan únicamente a la relación laboral sino que
se extienden a otras orbitas como el contrato de prestación de servicios o de servicios
temporales, entre otros; en consecuencia es legalmente procedente la aplicación de las
medidas propias de estabilidad laboral reforzada, para este tipo de modalidades de
servicios generadas de relaciones contractuales distintas al contrato de trabajo. Y la
manifestación práctica de esta lógica es el reintegro o la renovación del contrato como
medida de protección principal.
Con todo y que lo anterior implica una carga en cabeza del empleador o contratante que
no tiene un sustento en la legislación laboral ni en la regulación de los contratos de
prestación de servicios sino en el principio constitucional de solidaridad, como una forma
de concretar la protección reforzada del artículo 43 constitucional, se han presentado
razones de orden constitucional para sustentar dicha carga cuando no procede el
reintegro o la renovación, ni la relación laboral ni el contrato de prestación están vigentes.
De otro lado es de resaltar que la estabilidad laboral reforzada se amplía por tres meses
después del vencimiento de la licencia de maternidad, frente a lo cual las entidades
públicas deben garantizar la continuidad del contrato de prestación de servicios.