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Señor:
JUEZ DEL CIRCUITO DE BARRANCABERMEJA (Reparto).
Ciudad
I. HECHOS
1. El 19 julio de 2000 según resolución No 0024 fui representada fue nombrada como
Empleada Pública inscrita en Carrera Administrativa, al servicio de la Empresa
Social del Estado Barrancabermeja., desempeñando funciones como
Odontóloga
13. para que exista el registro en el sistema, las charlas deben ser facturadas y
estas deben ser registradas en las historias clínicas como soporte a la
facturación. Pero de manera escrita, pero sin formalidad, su función es dar
solo charlas, sin las condiciones mínimas laborales que se requieren para
ser promotor y para el público que se dirige, generándole a mi representada
un conflicto interno (si hace afecta su salud, y si no, no está cumpliendo con
las funciones del cargo). Representando esto en su historia clínica con
graves problemas de salud físico y psíquicos.
14. antes de salir a vacaciones la Sra Saray Uribe Cruz, contaba con la ayuda
de la auxiliar ANA OSPITIA quien tomaba los formatos de registro de sus
charlas para buscar en el archivo las historias y revisar, a quienes les
podían facturar dichos tutoriales, ya que los adultos solo se puede una vez
por año, hay veces que de un listado de 20 personas registradas no sale si
no dos (2) o tres (3) charlas para facturar, sin embargo ya no cuenta con el
apoyo de dicha auxiliar
15. actualmente fue remitida a psiquiatría por el grado de estrés que maneja e
incapacitada por 30 días por DEPRESIÓN, angustia, alteración en el sueño,
irritabilidad, dolores de cabeza muy constantes, se ha remitido a medicina
del dolor y valoración por neurólogo., pues a la fecha no me han definido
su estado ante DEL DEPARTAMENTO DE LA FUNCIÓN PUBLICA, aparte
de que está trabajando con infracarga, y debe concertar objetivos bajo el
cargo de odontólogo para cual fue nombrada.
II. PETICIÓN
2. Se ordene que mientras exista una vinculación entre LA EMPRESA SOCIAL DEL
ESTADO y la señora SARAY URIBE CRUZ, sea tratada con respeto y dignidad
humana y con la carga laboral necesaria conforme a las condiciones dadas por la
arl y eps.
“PREAMBULO
El pueblo de Colombia,
ARTICULO 13. Todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, recibirán la misma
protección y trato de las autoridades y gozarán de los mismos derechos, libertades y
oportunidades sin ninguna discriminación por razones de sexo, raza, origen nacional o
familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica.
El Estado promoverá las condiciones para que la igualdad sea real y efectiva y adoptará
medidas en favor de grupos discriminados o marginados.
ARTICULO 53. El Congreso expedirá el estatuto del trabajo. La ley correspondiente tendrá
en cuenta por lo menos los siguientes principios mínimos fundamentales:
Sentencia T-239/18
El derecho de las mujeres a una vida libre de violencia por razón del sexo y del género es
indivisible e interdependiente respecto de otros derechos fundamentales. Además, enfatizó que
este tipo de violencia está “arraigada en factores relacionados con el género, como la ideología del
derecho y privilegio de los hombres respecto de las mujeres, las normas sociales relativas a la
masculinidad y la necesidad de afirmar control o el poder masculinos, imponer los papeles
asignados a cada género o evitar, desalentar o castigar lo que se considera un comportamiento
inaceptable de las mujeres. En estos términos, la obligación de protección, respeto y garantía del
derecho a estar libre de violencia comprende el deber de tomar todas las medidas necesarias
administrativas, legislativas, judiciales, financieras y fiscales para la adopción, implementación y
seguimiento de políticas públicas efectivas y adecuadas tendientes a eliminar toda manifestación
de violencia y discriminación en razón del género.
Entre las obligaciones que el Estado debe desarrollar, se encuentran acciones de prevención que
incluyen la promoción de la igualdad y la prohibición de discriminación en razón del género en el
ámbito educativo, así como el fomento a la denuncia de conductas que atenten contra los citados
valores, y la información acerca de los mecanismos jurídicos de los cuales disponen las víctimas
para que se desarrolle adecuadamente la investigación y sanción de delitos como el acoso o el
abuso sexual.
“Todas las personas son iguales ante la ley y tienen derecho sin discriminación a igual
protección de la ley. A este respecto, la ley prohibirá toda discriminación y garantizará a
todas las personas protección igual y efectiva contra cualquier discriminación por motivos
de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier índole, origen
nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social.”
garantía del ejercicio de los derechos que en ese conjunto de disposiciones se consagran.
El carácter vinculante en el ordenamiento jurídico colombiano de la normativa contenida
en el PIDCyP y en el PIDESC, se deriva no sólo de su aprobación mediante la Ley 74 de
1968, sino de la preceptiva constitucional contenida en el artículo 93 Superior que
incorpora estos instrumentos en el lugar más alto de la jerarquía normativa67.
Las razones por las cuales se ha pretendido en diversos momentos de la historia justificar
la discriminación son de diversa índole, siendo una de ellas la raza. Es por ello que en la
historia reciente de la humanidad se han realizado esfuerzos de orden universal
orientados a combatir los sistemas de creencias en los cuales se ha querido fundar el
racismo. Prueba de ello han sido las cuatro declaraciones de expertos convocadas por la
UNESCO que se han ocupado del tema. En la primera de ellas, formulada en París en
julio de 1950, denominada Declaración sobre la Raza, se advertía desde el inicio que “Los
sabios están generalmente de acuerdo en reconocer que la humanidad es una y que
todos los hombres pertenecen a la misma especie Homo sapiens”. Este postulado fue
mantenido en las declaraciones de París de junio de 1951 (Declaración sobre la
naturaleza de la Raza y las diferencias raciales) y de Moscú de agosto de 1964
(Propuestas sobre los aspectos biológicos de la cuestión racial). En la cuarta Declaración
de septiembre de 1967 (Declaración sobre la Raza y los prejuicios raciales), proclamada
en París, se señaló por parte de los expertos:
1. “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”. Este
principio democrático, universalmente proclamado, se encuentra amenazado dondequiera
que las relaciones entre grupos humanos están influidas por desigualdades políticas,
económicas, sociales o culturales. Uno de los obstáculos más importantes que se
oponen al reconocimiento de la dignidad de todos los seres humanos es el
racismo. El racismo sigue amenazando al mundo. Como fenómeno social de
primera importancia, requiere la atención de todos los que estudian las ciencias del
hombre.
2. El racismo constituye una rémora para el desarrollo de quienes son sus víctimas,
pervierte a quienes lo aplican, divide interiormente a las naciones, agrava la tensión
internacional y amenaza la paz mundial.
3. Los expertos reunidos en París en septiembre de 1967 han estado de acuerdo en
que las doctrinas racistas carecen enteramente de base científica (…)” (negrillas
fuera de texto).
“Todos los individuos y los grupos tienen derecho a ser diferentes, a considerarse y ser
considerados como tales. Sin embargo, la diversidad de las formas de vida y el
derecho a la diferencia no pueden en ningún caso servir de pretexto a los prejuicios
raciales; no pueden legitimar ni en derecho ni de hecho ninguna práctica
discriminatoria (…)” (negrillas fuera de texto)
“La discriminación entre los seres humanos por motivos de raza, color u origen
étnico es un atentado contra la dignidad humana y debe condenarse como una
negación de los principios de la Carta de las Naciones Unidas, una violación de los
derechos humanos y las libertades fundamentales proclamados en la Declaración
Universal de Derechos Humanos (...)”
No sobra recordar, en este inventario, dos instrumentos firmados por Colombia, aunque
pendientes de la respectiva aprobación interna. Se trata de la Convención Americana
contra toda forma de discriminación e intolerancia y la Convención Interamericana contra
el racismo, la discriminación racial y formas conexas de intolerancia adoptadas en 2013.
Los contenidos de los dos textos son muy similares y en el artículo 1 de la primera se lee:
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“104. (….):
a) Apoyar la creación de lugares de trabajo en que no haya discriminación mediante
una estrategia múltiple que incluya el cumplimiento de los derechos civiles, la enseñanza
pública y la comunicación en el lugar de trabajo, y a promover y proteger los derechos
de los trabajadores que son objeto de racismo, discriminación racial, xenofobia y
formas conexas de intolerancia;
(…)
107. Exhorta a los Estados y alienta a los representantes de los sindicatos y el sector
empresarial a promover prácticas no discriminatorias en el lugar de trabajo y a
proteger los derechos de los trabajadores, en particular, los de las víctimas del racismo, la
discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de intolerancia;
108. Exhorta a los Estados a que proporcionen un acceso efectivo a los
procedimientos administrativos y jurídicos, asíí́ como a otros recursos, a las
víctimas del racismo, la discriminación racial, la xenofobia y las formas conexas de
intolerancia en el lugar de trabajo;” (negrillas fuera de texto)
“(…) i) una regla de igualdad ante la ley, comprendida como el deber estatal de
imparcialidad en la aplicación del derecho frente a todas las personas; ii) una prohibición
de discriminación que implica que el Estado y los particulares no puedan aplicar un
trato discriminatorio a partir de criterios sospechosos construidos a partir de -entre
otras- razones de sexo, raza, origen étnico, identidad de género, religión u opinión
política; y iii) un mandato de promoción de la igualdad de oportunidades o igualdad
material, entendido como el deber público de ejercer acciones concretas destinadas a
beneficiar a grupos discriminados o marginados de manera sistemática o histórica, a
través de prestaciones concretas o cambios en el diseño institucional 68 (…)” (negrillas
fuera de texto)
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Por otra parte, Colombia aprobó mediante la Ley 22 de 1967 el Convenio 111 de la
OIT relativo a la discriminación en materia de empleo y ocupación, en cuyo artículo
primero se consagra lo siguiente:
“El Estado protegerá especialmente a aquellas personas que por su condición económica,
física o mental, se encuentren en circunstancia de debilidad manifiesta y sancionará los
abusos o maltratos que contra ellas se cometan”.
En efecto, el alcance del derecho a ser reubicado por condiciones de salud tiene alcances
diferentes dependiendo del ámbito en el cual opera el derecho. Para tales efectos resultan
determinantes al menos tres aspectos que se relacionan entre sí: 1) el tipo de función que
desempeña el trabajador, 2) la naturaleza jurídica y 3) la capacidad del empleador. Si la
reubicación desborda la capacidad del empleador, o si impide o dificulta excesivamente el
desarrollo de su actividad o la prestación del servicio a su cargo, el derecho a ser
reubicado debe ceder ante el interés legítimo del empleador. Sin embargo, éste tiene la
obligación de poner tal hecho en conocimiento del trabajador, dándole además la
oportunidad de proponer soluciones razonables a la situación.
De la lectura del expediente se extrae que los médicos tratantes inscritos en la EPS a la
cual se encontraba afiliada la demandante conceptuaron que “por el diagnóstico de la
paciente no puede realizar labores físicas”. A su vez solicitando a la empresa “Favor
cambiar de área de trabajo mientras la paciente se recupera” (negrilla fuera de texto).
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El ejercicio del derecho a ser reubicado en un cargo con funciones compatibles con
el estado de salud del trabajador puede requerir una previa capacitación.
Por otra parte, en algunos casos, el derecho a la reubicación en un cargo compatible con
las condiciones de salud del trabajador no se limita al simple cambio de funciones. Para
garantizar el ejercicio real de este derecho, la reubicación debe estar acompañada de la
capacitación necesaria para que el trabajador se desempeñe adecuadamente en su
nueva labor. Así, el artículo 54 de la Constitución se refiere específicamente a las
obligaciones que le competen al Estado y a los empleadores en lo que se refiere a la
habilitación profesional y técnica y a la obligación de garantizar a los disminuidos físicos el
derecho al trabajo de acuerdo con sus condiciones de salud. El referido artículo dispone:
Por supuesto, una persona que ha sido reubicada de su puesto normal de trabajo como
consecuencia de una disminución física requiere capacitación para desempeñar sus
nuevas funciones. De tal modo que, en este caso, la demandante requería ser capacitada
para su nueva labor.
En el presente caso, la Corte observa que reposa dentro del expediente una
comunicación de la encargada de recursos humanos en la que solicita que a la señora
Valencia se le brinde la capacitación necesaria. La empresa afirma que la demandante sí
recibió la referida capacitación, sin sustentar su afirmación en ningún tipo de registro o
constancia, ni indicar las circunstancias de tiempo, modo y lugar en que ella se realizó.
Por su parte, tanto en el escrito de la demanda, como en las declaraciones juramentadas
rendidas ante el juez de primera instancia y ante esta corporación, la demandante afirma
que nunca recibió tal capacitación. En esta última declaración dice que cuando ejercía
funciones de cajera y de fiscal de cajas apenas recibió ayuda de sus compañeras,
quienes le mostraban cómo operar la máquina. Sin embargo esta ayuda resultó
insuficiente, debido al alto movimiento del almacén, pues dicha ayuda implicaba la
congestión y el retraso de ella y de sus compañeras en el trabajo.
Frente a las divergencias en las afirmaciones hechas por la empresa demandada y por la
demandante, debe esta corporación aceptar la versión de la demandante. No sólo porque
la empresa tiene la carga de la prueba, pues a la demandante le correspondería probar un
indefinido negativo, sino además, porque las reiteradas declaraciones de la demandante
resultan consistentes y especifican detalladamente las consecuencias que tuvo la falta de
capacitación. Adicionalmente, constituye un indicio el hecho de que la demandante
sostenga que informó a su jefe que no había sido capacitada, que éste le dijo que se
encargaría del asunto, y que al poco tiempo fue trasladada a otro almacén (el último cargo
que tuvo), aunque, no sobra decirlo, con las mismas funciones de cajera y fiscal de cajas.
De lo anterior concluye la Corte que la empresa demandada incumplió el deber de darle a
la demandante la capacitación necesaria para que pudiera ejercer el cargo que se le
había asignado, lo cual en este caso impidió que la demandante desempeñara
adecuadamente labores compatibles con su estado de salud.
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JURAMENTO
Juro, no haber interpuesto anteriormente acción de tutela por los hechos aquí reseñados,
y que son fundamento de mi solicitud.
PRUEBAS
DOCUMENTALES
Solicito a su señoría se sirva oficiar a la Empresa SOCIAL DEL ESTADO para que
manifieste si ha realizado mi estudio de puesto de trabajo a través de la ARL LIBERTY
COMPETENCIA
Es usted competente señor Juez para conocer de la presente acción, toda vez que se
acciona en contra de una entidad de Seguridad Social y una entidad del orden nacional,
en el domicilio de la afectada.
NOTIFICACIONES
Las accionante en la calle 47 No.29-61 apto 606 edificio piamante barrio Palmira o en la
calle 49 No. 6 – 92 oficinas 201B del sector Comercial de la ciudad de Barrancabermeja,
correo Electrónico: Eliana.romerom@gmail.com. sarayuribecruz@gmail.com cel:
3143317555 o 3214527974
Cordialmente,