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UNIVERSIDAD RURAL DE GUATEMALA

SEDE 211 SANTA ANA HUISTA, HUEHUETENANGO

CARRERA:
INGENIERIA AGRONOMICA

ING. LUIS ALBERTO

CURSO:
MANEJO ECOLOGICO DE PLAGAS

TEMA:
PRMER TEXTO PARALELO

ALUMNO:
ALEXIS EMANUEL DEL VALLE CASTILLO

SEXTO SEMESTRE

SANTA ANA HUISTA, 17 DE AGOSTO DE 2019


PLAGA AGRÍCOLA
Todos los cultivos se ven afectados por diversos factores que limitan su producción, entre ellos se
encuentran las plagas agrícolas que son todos aquellos organismos (insectos, enfermedades y
malezas) que al aumentar su población en forma descontrolada causan daño al cultivo perjudicando
su normal desarrollo, por lo que se justifica tomar alguna medida para su control.
Es una población de animales fitófagos (se alimentan de plantas) que disminuye la producción del
cultivo, reduce el valor de la cosecha o incrementa sus costos de producción. Se trata de un criterio
esencialmente económico.

Los Insectos En Los Cultivos


En los cultivos o en cualquier lugar donde se desarrollan las plantas, se encuentran cerca de tres mil
diferentes especies de insectos.

¿Cuáles son las características de los insectos?

Las principales características de los insectos son:


 Su tamaño pequeño, lo cual les permite ocupar y esconderse en lugares donde otros organismos
no pueden.

 La capacidad de adaptarse al medio con bajas y altas con temperaturas (invierno o verano).

 Su capacidad de vuelo, que les permite ir de un lugar a otro,

 Su corto período de vida y su alta capacidad reproductiva, lo cual les da la oportunidad de


aumentar rápidamente su población.
¿Qué tipos de insectos viven en los cultivos?
En los cultivos viven muchos insectos, algunos de éstos son insectos plaga o bichos malos, pero
otros son insectos benéficos o bichos buenos.

Insectos Benéficos (Bichos Buenos)


Son aquellos insectos, que ayudan a controlar y matar a los insectos plaga. Los insectos benéficos
se clasifican de acuerdo a la forma como controlan o matan a los insectos plaga, estos pueden ser:
Depredadores: estos insectos comen a los insectos plagas.

Catarinas: Las catarinas, tanto larvas como adultos, se alimentan de diversas plagas en nuestro
huerto, principalmente de pulgones, araña roja, polillas y mosca blanca. Normalmente las catarinas
colocan sus huevecillos en colonias de pulgones, para que las larvas se alimenten directamente de la
plaga. Podemos atraer catarinas en nuestro huerto sembrando cilantro, girasoles, hinojo y eneldo.
Estas plantas las atraerán y servirán de refugio contra los depredadores de las catarinas como los
pájaros.

Crisopa: Las larvas de las crisopas son largas de color café opaco y beige con unas pequeñas tenazas
para devorar a los insectos. Las larvas y adultos de las crisopas se alimentan de diversas plagas,
como pulgones, trips, cochinillas, otras larvas, ácaros, entre otros. Podemos atraer a estos insectos
benéficos, es importante tener flores en nuestro huerto, como cosmos. Muchas veces las podemos
encontrar dentro de nuestra casa, ya que buscan un refugio cálido durante la noche.
Mantis religiosa: Su color puede ser verde brillante o café, esto sirve de camuflaje en la vegetación.
Su cabeza tiene forma triangular con fuertes mandíbulas. Sus ojos son grandes, ayudándole a tener
mejor visión para cazar. Las patas frontales están en la posición de rezar, por esta razón se le llama
religiosa. Estas patas le ayudan a cazar y sostener a sus presas con fuerza. Cuentan con alas para
moverse con facilidad. Su rapidez y agilidad las hace excelentes cazadoras. Las principales presas
de las mantis son chapulines, grillos, mariposas, polillas, moscas, chicharritas y larvas. Puede
devorar también insectos benéficos. Podemos encontrarlas en arbustos, flores y lugares con mucha
vegetación.

Chinches Depredadoras: El chinche escudo mide 1cm, su color es café claro. Su aparato bucal es
chupador, por lo que inserta su estilete en los insectos para alimentarse. En su estado adulto se
alimenta de distintos insectos como larvas y huevecillos de distintas plagas. Aunque también se
puede alimentar de las plantas. Por otro lado, la chinche depredadora o pirata es muy pequeña,
aproximadamente 3mm y su color es negro con manchas blancas. Esta chinche es una excelente
depredadora en estado adulto y ninfa, insertando su estilete en las presas para alimentarse. Con este
insecto podemos controlar ácaros, pulgones, mosca blanca, huevecillos de mariposas y polillas y
otros insectos pequeños.
Escarabajos depredadores: Los escarabajos del suelo (ground bettles) de la familia carabidae son
excelentes depredadores en estado de larva y adulto para controlar otras larvas. Su color es
usualmente oscuro y brillante. También, ciertas especies de escarabajos de las familias cicindelide,
staphylinide, lampyride y cantharide son depredadoras de larvas y adultos de diversas plagas. Otro
ejemplo de escarabajo depredador es el escarabajo de cuatro manchas (Collops quadrimaculatus).
Este pequeño escarabajo (4-8mm) de color naranja con manchas azul metálico, se alimenta de
pulgones, mosca blanca, ácaros y mariposas.

Avispas Parasitarias: Existen miles de especies de avispas, muchas de ellas son polinizadoras.
Existen otras especies que ayudan a controlar ciertas plagas colocando sus huevecillos dentro de las
plagas. Cuando los huevecillos eclosionan, las larvas consumen la plaga y emergen. Algunos
ejemplos de las especies más conocidas y utilizadas de afelínidos para control biológico son:

Encarsia: para controlar mosca blanca.


Aphelinus: para controlar pulgones.

Otras especies pueden ayudar a controlar huevecillos de chinches, mariposas, chicharritas y


chapulines.
Tijerillas: Estos insectos miden entre 2.5-5mm de largo, usualmente su color es oscuro. Cuentan
con unas tenazas o pinzas en la parte posterior y mandíbulas fuertes. Estos insectos se alimentan de
los huevecillos y larvas de mariposas y polillas.

Arañas: Aunque las arañas no son técnicamente un insecto, estos arácnidos ayudan a controlar
chapulines y otras plagas atrapándola en las telarañas. Realmente las arañas no perjudican a nuestras
plantas y usualmente están presentes en huertos orgánicos. Algunas especies comunes que ayudan a
controlar en nuestro huerto son: chapulines, grillos, mariposas, palomillas, entre otros.
Parasitoides: estos insectos viven dentro o encima de los insectos plaga a los que se van comiendo
poco a poco hasta causarles la muerte.
Tipos de parasitoides

Aunque existen muchas formas de clasificar a los parasitoides, una de las más útiles es la que los
divide en función de si éstos frenan o no el desarrollo del hospedador en el momento que llevan
a cabo la puesta. Esto nos lleva a hablar de dos grandes grupos:

Idiobiontes

Los parasitoides idiobiontes paralizan o frenan el desarrollo de los hospedadores en el momento


que realizan la puesta, ofreciendo a sus larvas parásitas una fuente segura e inmóvil de nutrientes
en el momento de su nacimiento. Los idiobiontes normalmente atacan a hospedadores que se
encuentran protegidos, ya sea dentro de tejidos vegetales (madera) o mediante el desarrollo de un
cuerpo endurecido, por lo que las hembras de estos parasitoides deben desarrollar un ovopositor
largo y afilado que les permita atravesar estas barreras.

Koinobiontes: Esta forma de vida la adoptan la mayoría de insectos parasitoides, especialmente


dentro de los himenópteros, los dípteros y los coleópteros. A diferencia de los anteriores, casi todos
los koinobiontes son endoparásitos, por lo que las larvas parasíticas son introducidas en el cuerpo
del hospedador (el cual puede estar tanto protegido como expuesto) y se desarrollan en su interior.
Aunque lo que realmente la diferencia de los parasitoides idiobiontes es que en ningún momento se
interrumpe el desarrollo normal del hospedador, a pesar de encontrarse y desarrollarse las larvas
parásitas en su interior.
Función ecológica de los parasitoides

Los parasitoides, como los depredadores, actúan como reguladores naturales de las poblaciones
de ciertos organismos. Esto es necesario en tanto que las poblaciones de algunos insectos se
dispararían si no fuera porque existen organismos que controlan y evitan que crezcan
exponencialmente mediante su consumo. Es por este motivo que los parasitoides están considerados
como unos magnificos controladores de plagas y como agentes esenciales de control biológico de
ciertos insectos (cómo pulgones o ciertas orugas).

Insectos Plaga (Bichos Malos)


Son aquellos insectos, que al aumentar su población causan daños al cultivo, perjudicando su normal
desarrollo.

Cómo se clasifican: Los insectos plaga se clasifican de acuerdo al tipo de su aparato bucal y al daño
que causan a los cultivos, estos pueden ser:
- Masticadores: Estos insectos se comen a las plantas dañando hojas, flores, tallos, hojas, y
raíces. Algunos de estos insectos son: Gusano cogollero, Falso medidor,
Pulgones: Los pulgones son un insecto pequeño, que mide entre 0.9-3mm. Su aparato bucal es
succionador, eso quiere decir que se alimenta de la savia de la planta. Los podemos encontrar muchas
hortalizas como lechuga, jitomate, berenjena, coliflor, espinaca, chile, kale, y más. Los pulgones
transmiten enfermedades, así que es muy importante monitorear nuestras plantas. Los podemos
encontrar en el envés de las hojas y puntos de crecimiento.
Larvas U Orugas: El tamaño de las larvas puede ser de 1-7cm y su color puede ser verde, blanco,
gris, café. Las larvas son insectos masticadores, que los podemos encontrar en el envés de las hojas,
punto de crecimiento o en el suelo. Atacan la mayoría de las plantas en nuestro huerto, especialmente
brócoli, coliflor, kale y otras plantas de esta familia botánica.

Mosca Blanca: La mosca blanca es un insecto pequeño (1mm) de color blanco polvoso. Esta mosca
se alimenta de la savia de la planta, reduciendo su productividad. Un efecto secundario de la mosca
blanca es la transmisión de enfermedades. La encontramos en el envés de las hojas de muchas plantas
como; jitomates, berenjenas, calabaza, pepino, flores como nochebuena y jamaica, entre otras.

Minadores De Las Hojas: El minador de la hoja es una pequeña larva que podemos encontrar en
las hojas de nuestras plantas. Hacen pequeñas galerías o caminos entre las hojas, quitándole espacio
para que la planta realice su fotosíntesis. El control más efectivo es ubicar la larva en la hoja y
aplastarla con nuestros dedos, asegurándonos de no lastimas la planta.
Chapulín O Saltamontes: Los chapulines son una plaga común que puede causar mucho daño, ya
que se comen las hojas y en algunos casos toda la planta. Estos insectos pueden comer cualquier
planta. Los chapulines pueden llegar a medir hasta 8cm de largo. Para el control de chapulines
podemos contar con arañas, mantis.

Araña Roja: La araña roja es un insecto muy pequeño (0.5mm) que se alimenta de la savia de las
plantas. Siempre se encuentra en grupo. Estos insectos forman una telaraña blanca en las hojas y
tallos, de esta manera se protegen de los depredadores. Pueden atacar la fresa, berenjena, calabaza,
jitomate, maíz, chile, melón, papa y árboles. Para su control puede aplicarse un extracto de ajo y
chile. Si la planta está muy afectada, es mejor eliminarla para evitar que se esparza a las demás
plantas. Una buena prevención es la rotación de cultivos.

Trips: Los trips son pequeños insectos que miden entre 1-3mm. Su color café amarillento o
marrón. Se alimentan de la savia de la planta, pueden causar manchas en las hojas y transmitir
enfermedades. Estos insectos son atraídos por el color azul, puede colocar un contenedor azul con
agua y un poco de jabón o trampas pegajosas. Los trips tienen varios depredadores naturales como
algunas variedades de ácaros y la chinche.
¿Cuáles son los daños que estos insectos causan a las plantas?
Los insectos plaga dañan a las plantas de muchas formas.
Se dice que causan daño directo cuando destruyen partes de una planta como ser raíces, tallos, hojas,
yemas, flores, frutos o semillas o las debilitan.

CRITERIOS BASICOS SOBRE DAÑOS Y PÉRDIDAS DE COSECHA

Al tratar las plagas agrícolas hay que distinguir tres criterios básicos: el daño causado por el insecto,
el perjuicio a la planta, y la pérdida en la cosecha de un campo cultivado.
Daño Del Insecto A La Planta: Es el efecto de la aumentación u otra actividad del animal sobre el
crecimiento, la apariencia, la fisiología o el vigor de la planta. Así, por ejemplo, las hojas tiernas del
maíz son perforadas por el gusano cogollero, los tallos son taladrados por el gusano cañero, y la
savia de la planta es succionada por los pulgones.

Perjuicio A La Planta: Es el resultado del daño del insecto en términos de pérdida de rendimiento
o calidad del producto en una planta. No siempre el daño que causa el insecto implica perjuicio a la
planta; un insecto que daña una porción del follaje de una planta no necesariamente produce una
reducción en la cantidad o calidad de los frutos de esa planta.
En las plagas indirectas, la reducción en el rendimiento de una planta depende no solamente de la
abundancia numérica de la plaga sino también del tiempo que dura la infestación, su relación con el
estado de desarrollo (fenología) de la planta, y de otros factores ambientales.
La sensibilidad al daño de una variedad en particular, expresada en reducción de su rendimiento por
planta depende de sus características genéticas.
Pérdida De Cosecha O De Rendimiento Del Cultivo: Es la reducción de la cosecha en cantidad o
calidad en una extensión cultivada; es la expresión económica cuantitativa del perjuicio que ha
ocasionado la plaga en toda un área.
Cosecha es la producción y su expresión final es el rendimiento económico. La pérdida de cosecha
por causa de las plagas es la diferencia entre los rendimientos o valores de la cosecha en un cultivo
sin plagas y un cultivo con plagas, considerando que todos los otros factores de la producción son
iguales para ambos.

IDENTIFICACIÓN Y CLASIFICACIÓN DE LAS PLAGAS AGRÍCOLAS

Las plagas agrícolas suelen ser el desencadenante de muchos daños en las plantaciones, así como
una pérdida importante de ingresos, de forma anual en la industria agrícola. En un estudio de su
tipología, podemos encontrar mucha variedad, desde insectos, algunas aves y mamíferos, plantas
invasoras, babosas, así como epidemias, enfermedades e incluso virus.

- Plagas en forma de virus y enfermedades

Los efectos de las enfermedades y los virus son muy conocidos en el sector agrícola, pues son la
causa de cuantiosos perjuicios económicos. Su capacidad de extensión y propagación es muy
grande, y cuando se establecen son costosos de eliminar. Las enfermedades en las plantas pueden ser
causadas por agentes infecciosos, como es el caso de bacterias, hongos, virus, nematodos, etc., o
bien por agentes no infecciosos como es el caso de las toxinas químicas, que pueden venir causadas
por plaguicidas y contaminaciones en el aire.
En su detección, en ocasiones puede hacerse a simple vista, si se posee la experiencia adecuada, o
bien mediante dispositivos de aumento manuales, como lentes, lupas, etc. Sin embargo, con mayor
frecuencia es necesario el uso de microscopios, en el caso de bacterias, hongos, etc. La presencia
activa de esos n, podría indicar que probablemente son la causa de la enfermedad.

En algunos casos, su detección e identificación puede lograrse a simple vista (teniendo cierta
experiencia) o mediante el uso de lentes de aumento (en el caso de algunos hongos, todas las plantas
superiores parásitas y algunos nematodos) o, con mayor frecuencia, mediante el examen
microscópico (en el caso de los hongos, bacterias y nematodos).

Hongos: Los hongos son filamentos sin clorofila que buscan alimento. Su tamaño es mayor que
las bacterias, pueden identificarse con más facilidad, incluso con una visualización. Poseen
estructuras rápidas de reproducción, a través de aire, agua, etc.

Los productos fungicidas se usan para controlar las enfermedades causadas por hongos, como es el
caso de mildius, royas, carbones, etc.

Clasificación De Las Plagas Agrícolas.

Uno de ellos se basa en su importancia y presencia dentro de los campos.


Plagas Clave: Refiere a aquellas que, de forma constante, todos los años aparecen con alta
densidad poblacional. Son difíciles de controlar y generan las mayores pérdidas
económicas para el productor si no logra controlarlas en tiempo y forma. En general, poseen pocos
enemigos naturales capaces de realizar un significativo control biológico. Las medidas de control
de plagas en los cultivos agrícolas, suelen estar centradas en este tipo de infortunio.

Plagas ocasionales: Su dinámica poblacional determina que se encuentran presentes de forma


significativa en los cultivos solo en una época determinada a lo largo del año, mermando
notablemente en otras. Las modificaciones del ambiente ocasionadas por el cambio climático
o las acciones del hombre, modulan el incremento o reducción de la preponderancia de este
tipo de plagas.

Plagas Potenciales: Existen numerosas plagas dentro del cultivo que, debido a sus bajas
poblaciones, poseen mínimo impacto sobre el rendimiento de los cultivos. Sobre ellas
actúan agentes de control biológico (predadores, parásitos) que, al desaparecer por alguna
modificación en el ambiente de producción, pueden facilitar el incremento de la densidad
poblacional de las plagas, generando daños importantes sobre los cultivos.
Un ejemplo claro de esta situación es la utilización de insecticidas no selectivos que eliminan tanto
a las plagas como a los insecto benéficos logrando que las reinfestaciones de las mismas sean más
severas.

Plagas Migrantes: En este grupo se incluyen aquellas especies que no se encuentran presentes
permanentemente en los campos, sino que arriban a los mismos en una determinada época del
año, provocando graves daños en los cultivos. El caso más ejemplificador es la presencia de
langostas y algunas especies de aves.
Algunos productores prefieren basar la clasificación de plagas agrícolas de acuerdo al tipo de
daño que éstas producen en sus cultivos.

Plaga Directa: Afectan directamente a los órganos cosechables (granos, raíces, hojas, flores) o a la
planta en su totalidad. Son ejemplo de estas plagas algunas orugas que consumen directamente los
granos, chinches que dañas vainas y/o granos, gusanos que consumen raíces y
algunos roedores que se alimentan de plántulas de los cultivos en sus estadios iniciales.
Plaga Indirecta: Afectan órganos no cosechables provocando, de todas formas, grandes pérdidas
de rendimiento. Ejemplos de este tipo de plaga son las orugas defoliadoras y los trips, que generan
daños en las hojas, reduciendo la aparición de asimilados por parte de las plantas, impactando
indirectamente sobre el rendimiento adecuado de los cultivos.

Clasificación de tipos de daños producidos por insectos forestales.

CLASIFICACIÓN SEGÚN PARTE DEL ÁRBOL AFECTADA

La forma más usual de clasificar los insectos forestales dañinos, es de acuerdo a la parte del árbol
afectada, clasificación que se resume en el siguiente cuadro.

Estructura del árbol Hábitos específicos


Partes reproductivas Masticadores y chupadores de
flores, frutos y semillas
Follaje Masticadores expuestos
Cortadores de la lámina foliar
Esqueletizadores
Tejedores
Plegadores
Enrolladores
Agrupadores
Raspadores
Laminadores
Masticadores internos o minadores
Agalleros o cecidógenos
Chupadores
Meristemos Barrenadores
Cortadores
Agalleros
Ramillas Chupadores
Agalleros
Daños por oviposición
Anilladores
Fuste Masticadores de la corteza
Masticación en puntos
Anilladores
Barrenadores de líber
Barrenadores de xilema
Diseminadores
Comedores de raíces
Madera almacenada y
elaborada

Partes reproductivas

Los insectos atacan y dañan las flores, los


frutos y las semillas de los árboles. Estos
pueden destruir totalmente estas estructuras,
consumir el tejido interno de frutos y semillas
o producir la marchitez y caída prematura de
flores y frutos, disminuyendo el potencial
reproductivo.

Merobrochus sp. (Coleoptera, Bruchidae) en


Samanea saman

Follaje

En el follaje se producen daños muy diversos, pero las consecuencias de ellos son muy similares
para el desarrollo del hospedero. Algunas consecuencias son:

-reducción de la capacidad fotosintética;


-alteraciones en la transpiración y translocación de nutrimentos;
-retardo en el crecimiento;
-muerte de árboles jóvenes si el ataque es intenso y continuo.
Masticadores expuestos

Comen los tejidos foliares desde afuera.

Cortadores de la lámina foliar:


Generalmente cortan trozos de hojas relativamente grandes, o producen pequeñas perforaciones en
la lámina foliar. Son los daños más comunes en los viveros y plantaciones forestales.

Atta spp. (Hymenoptera, Formicidae) en Tectona Captocycla sp. (Coleoptera, Crhysomelidae) en


grandis Cordia alliodora
Esqueletizadores:
Comen selectivamente la lámina foliar dejando la nervadura. Se pueden presentar diferentes tipos, de
acuerdo al tipo de nervadura que dejen.

Acrogymia palama (Hymenoptera, Diprionidae) en


Heliocarpus apendiculatus.

Tejedores:
Muchos insectos, además de comer las hojas de una especie específica, utilizan sus hojas como
guarida o albergue, dándoles diversas formas con ayuda de hilos de seda producidos por ellos.
Pueden ser subclasificados en plegadores, enrolladores y agrupadores.
Dysodia sp. (Lepidoptera, Larva en Guazuma ulmifolia. Thyrididae) en Hieronyma
alchornoides. Platynota sp. en Persea americana.

PLEGADORES: pegan un borde


ENROLLADORES: enrollan toda
AGRUPADORES: mediante una red de la hoja con la lámina foliar.
La lámina foliar de hilos de seda, unen grupos de hojas de ramas terminales, viven en su interior y se
alimentan del follaje aledaño.

Raspadores:
Raspan el follaje y extraen la savia, produciendo deformación, marchitez y caída de las hojas.

"Trips" o "piojillos" (Thysanoptera) en Ficus benjamina.

Laminadores:
Destruyen el parénquima y la cutícula inferior de las hojas, quedando únicamente la cutícula
superior y en algunos casos la nervadura principal. La hoja muere inmediatamente y cae.
Microlepidópteros (Lepidoptera) en Alnus acuminata

Masticadores internos o minadores

Devoran el parénquima del follaje y se observan ampollas o túneles transparentes con formas
retorcidas o serpentinas. Generalmente completan su ciclo de vida dentro del follaje.

Phyllocnistis
meliacella (Lepidoptera,
Gracilariidae) en Swietenia macrophylla.

Agalleros o cecidógenos

Ante el ataque de algunos insectos, ácaros o nematodos, las plantas responden


produciendo tejidos anormales como protuberancias o tumores de morfología variada llamadas
agallas o cecidias.
Clinodiplosis sp. (Diptera, Cecidomyiidae) en
Cordia alliodora.

Chupadores o succionadores

Presentan aparato bucal tipo perforadorchupador. Las hojas afectadas se tornan cloróticas o
amarillas y pueden caer o debilitar el hospedero. Algunos insectos chupadores pueden trasmitir
virus patógenos.

Dictyla monotropidia (Hemiptera, Tingidae) en


Cordia alliodora

CONSIDERACIONES ECOLÓGICAS SOBRE LAS PLAGAS

Para comprender las causas primarias de la existencia de las plagas y los factores que afectan en sus
densidades, hay que conocer las interrelaciones que existen entre ellas y los demás factores del
campo de cultivo. Como paso previo hagamos un análisis de la naturaleza no perturbada. En ella
conviven con relativa armonía diversas especies de animales y plantas. Entre las plantas, entre los
animales y entre las plantas y animales se presentan una serie de interacciones. Tales interacciones
se han estrechado y acondicionado mutuamente por medio de su evolución conjunta durante siglos
o milenios bajo las condiciones físicas y biológicas que se dan en el lugar. En las condiciones
naturales, raramente se producen perturbaciones o cambios catastróficos dentro de la comunidad (el
conjunto de plantas y animales presentes) salvo aquellas originadas por inesperados fenómenos
climáticos.

La armonía o estabilidad de la comunidad natural no es estática sino, por el contrario, dinámica;


cualquier cambio cualitativo o cuantitativo en una o más poblaciones (los conjuntos de individuos
de una misma especie) genera reacciones y reajustes en las otras poblaciones hasta que el ecosistema
(la comunidad más los componentes físicos en que se desarrolla) recobra su equilibrio. En términos
generales, se considera que cuando más complejo es un ecosistema, mayor es su estabilidad.
Entendiéndose por complejidad no sólo el mayor número de especies sino la manera de como estas
especies están ligadas tróficamente entre sí, es decir, de la interdependencia que existe entre ellas
desde el punto de vista alimenticio.

EL ECOSISTEMA NATURAL Y EL ECOSISTEMA AGRÍCOLA

Si comparamos el ecosistema natural con los campos de cultivo, o ecosistemas agrícolas, llamados
también agroecosistemas o agrobiocenosis, se observan dos diferencias fundamentales: el
ecosistema agrícola es más simple y está sometido a frecuentes perturbaciones. Ambas
características son el resultado de la intervención del hombre a través de las prácticas agrícolas.

La flora (conjunto de plantas) en un campo agrícola se caracteriza por la dominancia artificial de la


planta que se cultiva. Las otras especies de plantas presentes (malezas), con las cuales mantiene
cierta asociación, normalmente son eliminadas mediante los deshierbes. La reducción de la variedad
de la
flora ha traído consigo una marcada limitación en la composición de la fauna fitófaga, y esta merma
a su vez produce una disminución en el total de enemigos naturales. En este proceso, unas pocas
especies de insectos y otros animales fitófagos, aquellos que se alimentan de la planta cultivada,
resultan muy favorecidos. Se reduce el número de especies de insectos pero el total del número de
individuos por área suele ser mayor en los campos de cultivo que en la naturaleza no perturbada.

Efectos en la composición de la fauna al transformar una estepa de gramíneas en un campo de cultivo


de trigo, en Rusia (Según Beybiyenko, 1961).

Indicadores de la biocenosis Estepa de Campo de Trigo


Gramíneas

Número total de especies de invertebrados 330 142


Número total de especímenes por m2 199 351
Número de especies dominantes 41 19

Número de individuos de las especies dominantes por m2 112 332


Aún variaciones aparentemente pequeñas, como es el caso de cultivar trigo en áreas donde
previamente sólo existía en forma natural otras gramíneas silvestres, tienen un profundo efecto sobre
la fauna. (Cuadro 3:1). Naturalmente, las diferencias son mayores cuando la flora natural es más
compleja o menos relacionada con el cultivo que se introduce.

Las perturbaciones de los agroecosistemas están dadas en gran parte por la periodicidad de los ciclos
vegetativos de los cultivos, que en muchos casos duran solo unos pocos meses. Estos trastornos son
menores en árboles frutales y otros cultivos "perennes", pero en todo caso, la flora no se auto-
perpetua como en la naturaleza. Otros factores importantes de perturbación son las prácticas
culturales y las aplicaciones de pesticidas.

LAS PLAGAS Y SUS INTERACCIONES CON LOS OTROS COMPONENTES DEL


ECOSISTEMA AGRÍCOLA

A pesar de la simplificación del ecosistema agrícola, comparado con el ecosistema natural, sus
componentes y las interacciones que se establecen entre ellos no dejan de ser complejos. Cualquier
población fitófaga, constituya plaga o no, está influenciada por el ambiente abiótico (físico y
químico) y biológico que la rodea: el clima, el agua, el suelo, las plantas, otras plagas, los enemigos
naturales y las alteraciones que producen las prácticas culturales, así como las aplicaciones de
pesticidas. Estos son los
componentes del ecosistema agrícola. Las alteraciones que se produzcan en tales componentes
suelen repercutir en los niveles que alcanzan las poblaciones de las plagas.

Las plagas y los factores físicos

Las plagas están influenciadas por las condiciones climáticas, con sus variaciones diarias y
estacionales de temperatura, humedad, lluvia, viento, insolación y fotoperiodismo.

Muchas especies de plagas están adaptadas a condiciones ambientales físicas bien definidas, en
ausencia de las cuales no se presentan o son muy raras. En principio, las condiciones climáticas
determinan la distribución geográfica de los insectos y sus posibilidades de alcanzar altas o bajas
densidades, según que las características locales sean óptimas o marginales para su desarrollo.

Entre los factores físicos, destaca la temperatura y en relación con ella están los límites de
distribución para muchos insectos. Es común asociar la distribución de plagas por su distancia a la
línea ecuatorial (latitud) y por la altitud que actúa como un factor modificante. La incapacidad de un
insecto para establecerse en un lugar puede deberse al insuficiente calor para completar su desarrollo
o a la falta de mecanismos para sobrevivir las condiciones frías invernales. Dentro del área climática
favorable, la distribución del insecto está determinada por la presencia de alimento. El número de
generaciones esta determinado por la cantidad de calor efectivo que requiere el insecto para
completar un ciclo de desarrollo y la cantidad de calor efectivo que ocurre en un determinado lugar.
La cantidad de calor efectivo suele expresar en grados-día.
En el desarrollo de todo insecto, existe un valor óptimo de condiciones físicas y límites máximos y
mínimos. El calor efectivo se da entre los límites máximos y mínimos. Fuera de esos límites el
insecto no puede desarrollarse.

A estos factores se debe que el gorgojo de los Andes o gusanera de la papa se presente sólo en las
alturas andinas del país y no en la costa; que durante el verano las infestaciones de diversas plagas
del maíz como el cogollero, el cañero, el perforador de plantas tiernas y el gusano de la mazorca, se
presente en infestaciones más intensas que en el invierno; o que las moscas minadoras de la papa y
del tomate sean más abundantes en el período invierno-primavera.
Es conocido que el acaro del tostado de la naranja se desarrolla favorablemente en condiciones de
alta humedad ambiental, en cambio los vientos secos y calientes limitan su desarrollo; algo similar,
aunque menos marcado, se observa en la arañita roja de los cítricos (Jeppson 1963), Al contrario,
las condiciones de sequía favorecen las infestaciones de la escama coma de los cítricos y de la polilla
de la papa. La ausencia de insolación favorece el desarrollo de las infestaciones de áfidos y del
arrebiatado del algodonero (Wille 1958).

Las condiciones climáticas también pueden influir sobre las plagas en forma indirecta por su efecto
sobre las plantas y otros agentes biológicos. La ausencia de lluvias en la costa parece favorecer las
infestaciones de la mosca blanca lanuda de los cítricos. En las zonas lluviosas el agua lava la melaza
y la cera que produce el insecto favoreciendo la acción de sus enemigos naturales.

La desértica costa del Perú ocasionalmente sufre alteraciones climáticas conocidas como "fenómeno
del Niño" que trae como consecuencia temperaturas más altas que las normales y cierto grado de
lluvias. Estos fenómenos afectan directamente los cultivos y también a las plagas, muchas de las
cuales se ven favorecidas (Beingolea, 1985 a y b; Pisfil, 1985, Pollacky Cañamero, 1985).

Las condiciones físicas y químicas del suelo influyen directamente en las poblaciones de las plagas
subterráneas. Los suelos arenosos y sueltos facilitan en desarrollo de los gusanos alambre, del
perforador de plantas tiernas del maíz y de la filoxera de la vid. En cambio, los suelos húmedos y
ricos en materia orgánica suelen ser favorables para los gusanos blancos o chacareros y
desfavorables para los insectos antes mencionados.

Las plagas y los factores biológicos

Desde el punto de vista biológico, la primera interacción de la plaga se establece con la planta
hospedera, luego con los enemigos naturales y, en menor grado, con la presencia de otras plagas.

La planta hospedera: En primer lugar se tiene el grado de susceptibilidad o resistencia de la planta a


la plaga. Si la planta resulta ser un alimento inapropiado para el insecto éste no puede desarrollarse,
o disminuye su tasa de crecimiento larval, o se reduce la fecundidad y longevidad de los adultos. En
las plantas hay sustancias como glucósidos, alcaloides y aceites esenciales, que no parecen tener
efectos nutritivos pero que pueden actuar como sustancias estimulantes olfatorias y gustativas en
forma positiva o negativa para los insectos. Estas relaciones se tratan más ampliamente en el capítulo
sobre variedades resistentes. •

Además de las características varietales tiene importancia el estado nutritivo y fisiológico de la


planta, el que depende de las condiciones del suelo, del grado de fertilización y de la disponibilidad
de agua. Es conocido por ejemplo que, en el algodonero, los ataques de Bucculatrix normalmente
son más comunes en suelos arenosos y de riego difícil, suelos "salitrosos" y suelos pobres en
nitrógeno, que producen plantas débiles con hojas resecas y coriáceas (Martin 1960). Las plantas de
manzano y otros frutales caducifolios, en condiciones de sequía excesiva, son fácilmente atacados
por escarabajos barrenadores de ramas y tallos. Las arañitas rojas son afectadas por el contenido
mineral y otros nutrimentos de las hojas, que varían con la fertilización del suelo. Las arañitas rojas
de los cítricos y las del manzano se incrementan rápidamente cuando las hojas tienen un alto
contenido de nitrógeno.

Entre los cítricos, el limonero es la especie que más favorece el desarrollo de la arañita roja,
siguiéndole en orden el naranjo, y en menor grado la toronja. La arañita roja produce más huevos en
hojas tiernas que en hojas viejas y el limonero produce hojas nuevas y frutos durante la mayor parte
del año. En las naranjas sin pepa (Navel o de ombligo), pueden ocurrir infestaciones altas en
invierno, lo que no sucede con las naranjas Valencia, debido a que en aquéllas, los frutos en
maduración favorecen el desarrollo del acaro (Jeppson 1963). Estos y otros aspectos relacionados se
tratan en el capítulo
sobre control cultural.

Los enemigos naturales: Las plagas son afectadas por sus enemigos naturales: parásitos, predatores
y patógenos, los que, a su vez, están influenciadas por las condiciones climáticas y microclimáticas
del ambiente. Tanto los parásitos como los predatores pueden estar afectados por sus propios
enemigos naturales (hiperparásitos y parásitos respectivamente). El efecto de los enemigos naturales
puede ser el factor limitante del desarrollo de algunas plagas. Estos aspectos son tratados en el
capítulo sobre Control Biológico.

Otras plagas: Además de las relaciones antes mencionadas, diversas especies de plagas pueden
resultar competitivas entre sí. Las poblaciones de la mosca de la fruta sudamericana, Anastrepha
fraterculus, por ejemplo, han sido sustancialmente desplazadas por la mosca mediterránea Ceratitis
capitula en los valles del sur del país.

Alteraciones por prácticas culturales: La aplicación de prácticas culturales propias de la tecnología


agronómica alteran los factores antes mencionados, determinando nuevas condiciones
microclimáticas o nuevas condiciones biológicas. Entre estas prácticas; está la roturación del suelo,
los pasos de la cultivadora, las fertilizaciones, los riegos, la selección de variedades, la destrucción
de malezas y la aplicación de insecticidas y otros pesticidas. La influencia específica de algunas de
estas prácticas se trata en el capítulo sobre control cultural.

LAS FLUCTUACIONES DE LAS PLAGAS

En la naturaleza las poblaciones de insectos no mantienen una densidad constante sino que, con el
transcurso del tiempo, presentan fluctuaciones más o menos marcadas en que se alternan altas y
bajas densidades. Estas fluctuaciones suelen estar asociadas con las variaciones estacionales, con la
acción de los enemigos naturales y con la relativa disponibilidad de alimentos. El estudio de las
fluctuaciones y de los mecanismos que las producen constituyen el tema de la dinámica de
poblaciones, tema que ha sido motivo de algunas controvertidas teorías entre ecólogos generalistas,
cuyo análisis escapa del alcance del presente texto.

Además de las fluctuaciones mencionadas, en los campos agrícolas se presentan variaciones


poblacionales asociadas con la discontinuidad de los cultivos, que podría interpretarse como una
falta periódica de alimento, y aquellas relacionadas con las aplicaciones de insecticidas que producen
la disminución violenta de las poblaciones de insectos.
Fluctuaciones estacionales

Es un hecho que la mayoría de las plagas presentan fluctuaciones claramente asociadas con las
estaciones del año, aunque la mecánica de esta asociación por lo general no está bien determinada.
A pesar que el patrón de las fluctuaciones puede ser similar en años sucesivos, es normal que las
densidades que alcanzan las plagas presenten variaciones entre un año y otro. Es natural que esto
ocurra si se consideran los múltiples factores que afectan las densidades de las poblaciones. El
incremento y la disminución de las densidades asociadas con las estaciones parecen estar
determinadas principalmente por efectos de los factores físicos del ambiente y por la fenología de
las plantas hospederas, que determinan la relativa disponibilidad de alimentos para la plaga. En
algunos casos esta tendencia es alterada por el rol que juegan los enemigos naturales los que, a su
vez, pueden estar sometidas a variaciones estacionales. En todo caso las densidades de las plagas
pueden ser presentadas en curvas de ocurrencia estacional.

En forma general, Polyakov (1968) asocia las variaciones de la abundancia estacional de las plagas
con las variaciones en las áreas de infestación y distingue cinco fases en el ciclo anual de una plaga
(Figura 3:2)

fase de depresión o de reserva en la que la plaga se mantiene en las más bajas densidades y habita
sólo las localidades de reserva; (2) fase de colonización que se caracteriza por la migración de la
plaga de las localidades de reserva hacia nuevas áreas favorables formando colonias de
multiplicación variable; (3) fase de reproducción masal que se caracteriza por un rápido incremento
de la densidad de la población en toda el área colonizada; (4) pico de la densidad que se caracteriza
por que la población alcanza su máxima densidad correspondiendo a una reducción en las tasas de
reproducción y de sobrevivencia, y (5) fase de declinación en la que se produce la extinción gradual
de la población en las áreas temporalmente infestadas hasta quedar reducida sólo a las áreas de
reserva.

Es posible que este tipo de desarrollo estacional se adecue más a la situación de climas templados y
menos para las condiciones subtropicales y tropicales.

Es interesante el caso de las plagas del maíz en la costa del país, donde esta planta se cultiva durante
todo el año; es decir donde no hay limitación estacional de alimento. En estas condiciones es clara
la relación que existe entre altas densidades en el verano y bajas densidades en el invierno.
Indudablemente, el factor importante es la temperatura que siendo medianamente alta en el verano,
acorta el ciclo de vida de los insectos del maíz e incrementa su capacidad de reproducción. Un
fenómeno similar se presenta con el gusano del fruto del tomate.

En los países de clima templado se produce el estado invernante (o de diapausa) de los insectos por
el cual los insectos pasan todo el invierno en forma inactiva. En la primavera se produce la
emergencia de adultos que inician la colonización de los cultivos. En los países tropicales y
subtropicales
la estacionalidad puede estar asociada a los periodos de presencia o ausencia de lluvias y la condición
de diapausa estival.
Las fluctuaciones y la disponibilidad de alimentos

Es obvio que la disponibililidad de alimentos favorece el desarrollo de altas densidades de las plagas
y, correspondientemente, la escasez o falta de alimento determina su disminución y desaparición.
En la práctica, este efecto no siempre se puede independizar de los efectos estacionales sobre el
desarrollo de las plantas hospederas.

Según se trate de insectos que se alimenten de órganos de la planta presentes durante todo su
desarrollo, como las hojas, o que ataquen solamente órganos presentes en forma temporal, como
botones y frutos, pueden establecerse curvas de ocurrencia de las plagas muy características para
cada cultivo. En el primer caso, la expansión de la curva será mucho mayor que en el segundo caso.

En general, hay una tendencia de ajuste entre las fases de desarrollo (fenología) del cultivo y la
dinámica de la población de la plaga. En algunos casos el ajuste es directo. Por ejemplo, el barreno
del brote de la higuera perfora los brotes tiernos en primavera. Durante el invierno, el insecto
permanece en la perforación del brote antiguo en forma pupal, pero al iniciarse el nuevo brotamiento
de primavera, se estimula la emergencia de los adultos y, previa oviposición en los brotes tiernos,
se inicia un nuevo período de perforación por las larvitas recién nacidas.

En el caso del gorgojo de los Andes y de muchas otras plagas, la sincronización es indirecta. Al
terminar la cosecha de papa, las larvas del gorgojo penetran el suelo y allí permanecen durante el
invierno hasta el empupamiento. La ocurrencia de lluvias estimula la emergencia de los adultos.
Este período, a su vez corresponde al inicio de la campaña agrícola, incluyendo la siembra de papa.

La sincronización indirecta puede darse también por la temperatura y por el fotoperíodo


especialmente en climas templados. En condiciones subtropicales y tropicales en que las plantas
hospederas se cultivan durante todo el año los mecanismos de sincronización no parecen necesarios
o, por lo menos, no son evidentes, salvo la ocurrencia de períodos de sequía. La presencia de cultivos
similares pero de distinta edad, de otros cultivos susceptibles, o de plantas hospederas silvestres,
pueden afectar las características de las curvas de ocurrencia estacional.

Tanto el clima como las condiciones de alimentación suelen determinar la ocurrencia de las
migraciones de los insectos. En los climas tropicales y subtropicales hay una predominancia de la
migración diaria sobre la migración estacional; en cambio, esta última es predominante en climas
templados donde los desplazamientos estacionales de áfidos, cigarritas y otras plagas son bien
conocidos. En nuestro medio, lo que más se acerca a las migraciones estacionales es el movimiento
del arrebiatado, de la vegetación silvestre de las lomas hacia los campos algodoneros. En el caso de
las migraciones ocasionales de las langostas, predominan factores fisiológicos y de comportamiento
particulares. Cuando se trata de insectos migratorios, las curvas de ocurrencia de las plagas pueden
aparecer distorsionadas respecto a las estaciones o a la abundancia con el alimento.

Las fluctuaciones por enemigos naturales

Se ha demostrado experimen-talmente que bajo condiciones físicas uniformes del medioambiente,


una población de insectos puede presentar fluctuaciones en su densidad por causa de sus enemigos
naturales. Esto se debe a que el incremento en el número de insectos fitófagos favorece el incremento
de sus enemigos naturales, los que por su acción parasitaria o predadora provocan con el tiempo la
reducción del insecto fitófago. Esta reducción de la población del fitófago es seguida por una
declinación de la población de sus enemigos naturales que no encuentran presas u hospederos en
número suficiente para mantenerse en altas densidades. El insecto fitófago liberado así de la acción
de sus enemigos naturales se incrementa nuevamente. De esta manera se repite el ciclo antes
descrito.
En la naturaleza, los factores de variación estacional, el efecto de la disponibilidad de alimentos y la
acción de los enemigos naturales, actúan simultáneamente. De allí que sea muy difícil interpretar lo
que en realidad está ocurriendo en el campo.

Las fluctuaciones de las densidades y los perjuicios económicos

En la práctica, hay necesidad de asociar las fluctuaciones de las poblaciones de insectos fitófagos
con los posibles daños que pueden ocasionar al cultivo. Para facilitar la comprensión de estas
relaciones se han creado algunos términos y conceptos que son muy útiles, aunque a veces
constituyen concepciones más teóricas que reales.
Si consideramos un período relativamente prolongado se puede establecer que una población de
insectos presenta una "densidad promedio de equilibrio" alrededor de la cual se producen
fluctuaciones en las que la población alcanza sus densidades máximas y mínimas (Figura 2:31). La
relativa posición de este promedio y de sus fluctuaciones con respecto a las densidades en que dichos
insectos son capaces de ocasionar perjuicio a los cultivos, determinan la severidad del problema
entomológico.

Algunas especies de insectos mantienen permanentemente densidades bajas, sin llegar a alcanzar los
límites de daños económicos, entonces se dice que se trata de "poblaciones sin importancia
económica" o "plagas potenciales", tal como se indicó en el Capítulo 1. Las poblaciones de otras
especies presentan de vez en cuando densidades altas que sobrepasan los límites de daños
económicos; en tales casos se les denomina "plagas ocasionales" (Figura 3:4). Finalmente, si la
densidad promedio de equilibrio se aproxima o queda por encima del nivel de daño económico, se
tiene una plaga persistente o "plaga clave".

Cuando el límite económico queda por debajo del promedio de equilibrio de la población, la plaga
es extremadamente severa y la única solución posible es la incorporación de nuevos factores de
mortalidad permanente, como la introducción de enemigos naturales eficientes o la modificación de
otros componentes del ecosistema. Entre estos últimos están la siembra de nuevas variedades o la
adopción de nuevas labores culturales; de lo contrario, el cultivo resultaría antieconómico. En estos
casos la aplicación de insecticidas no puede ser la base de control permanente pues su efecto solo es
temporal.
PRONOSTICO DE LA OCURRENCIA Y EL DESARROLLO DE LAS PLAGAS

En la explotación agrícola, como en muchas otras actividades, es deseable poder planificar las
labores e inversiones que se van a realizar en la campaña que se inicia. Por lo menos, es conveniente
anticiparse suficientemente a la ocurrencia de ciertos hechos importantes para tomar las providencias
necesarias durante la realización del cultivo. Entre otras cosas es deseable poder pronosticar la
ocurrencia de las plagas y las tendencias de sus poblaciones para incrementar o disminuir con el
transcurso del tiempo. A pesar de su importancia son pocas las investigaciones sobre estos temas.

Pronósticos confiables permitirían determinar con anticipación las estrategias y métodos de


represión de plagas más convenientes, incluyendo la adquisición de equipos y productos, si van a
realizarse aplicaciones de insecticidas. En este último caso, se mejora la oportunidad y se reduce el
número total de aplicaciones a las necesarias evitando de esta manera el sobreuso de estos productos
y los múltiples problemas que conlleva.

El pronóstico de la ocurrencia y desarrollo de las plagas es algo muy complejo. Teóricamente, sería
necesario identificar los diversos factores físicos y biológicos que determinan la aparición y la tasa
de reproducción (natalidad y mortalidad) de la plaga. De preferencia los factores considerados
imitantes o claves, cuya incidencia es más intensa. Luego habría que cuantificar sus efectos e
interacciones. Estableciendo esto, en sí es muy difícil debido a la falta de informaciones previas,
quedaría por pronosticar la ocurrencia e intensidad de tales factores (climáticos y biológicos) durante
la campaña agrícola y sus efectos sobre las poblaciones de plagas. Cuando existen datos
meteorológicos por muchos años es posible hacer ciertos pronósticos pero aún así quedaría por
determinar la incidencia de los enemigos biológicos en la represión natural de la plaga.

En términos prácticos, cualquier intento de pronóstico de plagas se basa en registros previos, por
varios años, de los niveles alcanzados por las plagas, las condiciones meteorológicas, y la acción de
los enemigos naturales. A veces se establecen relaciones muy generales, como sucede en la costa
Norte del país cuando se asocia la ocurrencia de lluvias abundantes con los "años plagosos", pero la
tendencia es llegar a establecer relaciones más precisas. En el extremo de esta tecnología está el
establecimiento de modelos matemáticos que con la ayuda de computadoras pueden indicar como
van a variar las poblaciones de ciertas plagas. Ya se han efectuada algunos ensayos de este tipo en
algunos países de zonas templadas, particularmente en los Estados Unidos, pero aún queda mucho
por investigar antes de que esta técnica pueda considerarse madura. Las posibilidades de establecer
modelos de este tipo para plagas tropicales y subtropicales parecen ser muy escasas.

Se puede distinguir dos casos en relación con el pronóstico de las plagas: a) pronóstico de la fecha
de aparición ó iniciación de las infestaciones y b) pronóstico de las tendencias de incremento o
disminución de las poblaciones.

Fecha de iniciación de las infestaciones

En zonas templadas, con inviernos más o menos rigurosos es posible pronosticar con cierta precisión
la iniciación de las infestaciones de un buen número de plagas (Wildbolz 1966). En climas
subtropicales esta posibilidad se limita a unas pocas especies de plagas de clara ocurrencia
estacional, ya que la mayoría suele estar presente durante todo el año.
El inicio de las infestaciones corresponde a la emergencia de los adultos después del período
invernante o estival y el lapso inmediato en que las hembras depositan sus huevos sobre las plantas.
En algunos casos estos pronósticos se usan para establecer fechas de siembra apropiadas que
permitan eludir gran parte de la oviposición de la generación invernante. En otros casos se utilizan
para determinar el inicio de las aplicaciones de insecticidas.

Entre los factores que se toman en consideración están aquellos relacionados con la ruptura de la
diapausa, especialmente la intensidad del frío invernal, seguida de las temperaturas crecientes
primaverales y otros factores que favorecen la emergencia de los adultos, el vuelo y la oviposición.
La asociación entre las primeras lluvias y la emergencia de los adultos del gorgojo de los Andes es
un caso bastante conocido.

Tendencia de las densidades de las infestaciones

La predicción de las densidades que pueden ir alcanzando las plagas durante el transcurso de la
campaña agrícola se basan normalmente en evaluaciones periódicas de las poblaciones en el campo
y en las condiciones climáticas predominantes.

La predicción de las poblaciones larvales, a base de los registros de huevos normalmente tiene gran
aproximación. Las condiciones climáticas inadecuadas para el desarrollo de los primeros estadios
larvales y la incidencia de los parásitos y predadores de huevos son factores modificantes. Los
registros de las evaluaciones periódicas que deben llevarse en los campos ayudan mucho en esta
tarea.

Las relaciones son más complejas en los climas subtropicales y tropicales debido a la superposición
de las generaciones, fenómeno que sucede en menor proporción en las áreas de climas templados.

La predicción de la densidad de una generación de larvas en base a la densidad de la generación


anterior es menos consistente. Cuanto más tiempo, o mayor número de estados de desarrollo separen
la población registrada y la población que se desea predecir, la imprecisión es mayor. Esto se debe
a que los factores modificantes tanto climáticos como biológicos tienen más posibilidades de actuar.

Wille (1958), después de 20 años de observaciones sobre las relaciones entre las infestaciones del
arrebiatado del algodonero y las condiciones climáticas llegó a la siguientes conclusiones: ..."si al
comienzo de la temporada el clima se manifiesta con poco sol y mucha neblina, se sabe que las
condiciones biológicas para el arrebiatado son óptimas; si las contadas en los campos algodoneros
en octubre y noviembre indican que realmente el arrebiatado existe en gran número y se propaga en
forma rápida, entonces se puede dar el pronóstico que la temporada será plagada por el arrebiatado.
Wille observó, en la costa central que el arrebiatado que migra en la primavera desde las lomas a los
campos de algodón son muy susceptibles a los rayos del sol y a la deshidratación por la insolación
directa. En esta época las plantas tiernas del algodonero ofrecen poca protección contra la insolación
para este insecto.

En el pronóstico de las infestaciones de la polilla de la manzana Cydia (Laspeyresia) pomonella, se


tienen en cuenta consideraciones climáticas, capturas de adultos mediante trampas luminosas y de
feromonas, contadas de huevos y de perforaciones recientes en los frutos.
En el Perú, se han logrado resultados prometedores en el pronóstico de algunas plagas del
algodonero. Se han estimado niveles de infestación del picudo Anthonomus vestitus, y del
arrebiatado a base de registros de las poblaciones remanentes de la campaña anterior; y niveles de
Heliothis virescens a base de remanentes de pupas en el suelo y huevos en los brotes.

Poco podría hacerse en el campo del pronóstico de plagas si no se cuenta con registros previos por
varios años.

MUESTREO DE LAS POBLACIONES DE INSECTOS

Las poblaciones de insectos están sujetas a constantes cambios; incrementan o disminuyen según las
condiciones favorables o desfavorables del medio. En algún momento pueden alcanzar niveles que
amenacen los rendimientos del cultivo, acercándose o sobrepasando los umbrales de daño que se
explicaron en el capítulo anterior. Para detectar estos momentos se efectúan muestreos periódicos
de las plagas, generalmente una vez por semana. Si la población alcanza el umbral de acción que se
ha establecido para la plaga habrá necesidad de efectuar un tratamiento de control. De lo contrario,
las poblaciones pueden ser toleradas sin mayores consecuencias.

El seguimiento sistemático de los niveles poblacionales de las plagas se denomina con cierta
frecuencia "monitoreo de las plagas" (del término inglés monitoring) y los sistemas de evaluación
se llaman muestreos.

Según las clases de cultivos y plagas predominantes se diseñan cartillas o formatos para registrar la
abundancia de las plagas y otros datos complementarios como magnitud de daños, presencia de
enemigos naturales y estado de desarrollo de la planta. También es útil incluir información sobre las
aplicaciones de pesticidas y la ejecución de prácticas culturales.

Es conveniente tener dos tipos de formatos para registrar los muestreos. Una cartilla de campo
(Figura 13:8) que el evaluador llena conforme va efectuando el muestreo en las diversas parcelas o
potreros y la cartilla de campaña (Figura 13:8) que se mantiene en la oficina acumulando los datos
que se traen del campo. Se tiene una cartilla de campaña para cada potrero y en ella se anota el
resumen de cada muestreo semanal proveniente de la cartilla de campo; viene a ser la historia del
potrero contada de semana en semana. La documentación que se va acumulando con el tiempo es
muy útil para perfeccionar el manejo y la protección del cultivo.

Es conveniente uniformizar los sistemas de muestreo para una localidad, valle, región o país. De esta
manera los técnicos pueden analizar mejor la información registrada, intercambiar experiencias y
orientar mejor las campañas fitosanitarias.
Tipos de Muestreo

Los muestreos pueden ser Directos e Indirectos. En el muestreo directo se mide una porción de la
población en su microhabitat. La unidad de muestreo puede ser una determinada área del suelo,
cierta longitud de surco, una planta entera, una parte de la planta o un órgano de la misma. Se
inspecciona y registra el número de insectos que se encuentran en la unidad de muestreo. De alguna
manera se pueden hacer inferencias sobre la población absoluta del campo o parte de él; por ejemplo:
tantos insectos por metro cuadrado, por planta, por hoja, por 10 cm. de tallo, por tercio superior de
la planta, por brote terminal, etc.

En el muestreo indirecto la unidad de muestreo mide una parte imprecisa de la población que no se
puede asociar directamente con la población que existe por área o por planta; es una estimación
relativa de la población. Tal es el caso de la captura de insectos con trampas de feromonas u otros
atrayentes, la captura de insectos con red entomológica o el registro del número de insectos que se
observan en un tiempo determinado.

El método de muestreo que se escoja debe ser lo más práctico posible; es decir sencillo pero preciso
y consistente. Entendiéndose que si se repitiera el muestreo los resultados tenderían a ser similares.

Todo sistema de muestreo tiene cuatro componentes:

tamaño de la unidad de muestreo

número de unidades de muestreo por parcela o potrero (generalmente de 20 a 25 unidades)

distribución espacial de las unidades de muestreo en el área de la parcela (patrón de muestreo)

frecuencia del muestreo (generalmente una vez por semana)

Muestreos Específicos

El tipo de muestreo específico depende de la clase de plaga, estado de desarrollo del insecto, órgano
de la planta que daña, lugar en que se localiza, grado de movilidad y otras consideraciones. Es común
que conjuntamente con la población del insecto se evalúe la magnitud del daño en el cultivo y la
ocurrencia de enemigos naturales. A continuación se presentan algunos ejemplos que ilustran la
diversidad de opciones.

La inspección directa es una forma muy común de muestreo. Se toma una planta o parte de ella y se
registra el número de insectos que se encuentran en hojas, tallos, botones, frutos y yemas. Con
frecuencia resulta mas conveniente reducir la unidad de muestreo a un determinado número de hojas,
botones y frutos por planta e inspeccionar un mayor número de
unidades por potrero o parcela (Figura 3:5). En estos casos el grado de infestación puede referirse al
número de insectos en cien órganos.

Todos los insectos que son relativamente lentos, o que demoran en escaparse pueden ser muestreados
incluyendo larvas de lepidópteros, larvas y adultos de escarabajos, áfidos, trípidos, chinches, ninfas
de cigarritas y otros insectos. Cuando se trata de insectos pequeños pueden utilizarse escalas de
infestación en lugar de números absolutos. En el caso de moscas minadoras se registra el número de
minas por hoja.

No hay que olvidar que la toma de muestras se hacen al azar y no debe haber un prejuicio por escoger
las plantas más dañadas o menos dañadas. Cuando se trata de gramíneas es preferible que la unidad
de muestreo sean pequeños grupos de plantas sucesivas (de 4 a 10 plantas) para evitar tendencias
parcializadas en la selección de plantas individuales.

El método de la lona se usa comúnmente en plantas herbáceas. Se utiliza una pieza de lona,
generalmente de un metro de largo que se coloca en el fondo del surco. Sobre ella se sacude
vigorosamente las plantitas de ambos lados. Larvas de lepidópteros, escarabajos, gorgojos y otros
insectos caen fácilmente sobre la lona. Los insectos pueden ser colectados o contados
inmediatamente.

La red entomológica se Utiliza para muestrear insectos adultos que emprenden el vuelo fácilmente.
Generalmente se utiliza 4 a 10 golpes de red por unidad dé muestreo (siempre mantener el mismo
número de golpes de red) tocando ligeramente el follaje. Así se capturan cigarritas adultos,
escarabajos y otros insectos, entre ellos avispitas parasitoides. Con una red mas gruesa se puede
golpear la parte superior del follaje y entonces caen larvas de lepidópteros, áfidos y otros insectos
que normalmente permanecen en el follaje.

Las trampas con atrayentes sexuales (feromonas), de alimentación, de luz, o coloreadas, se utilizan
para muestrear insectos adultos que vuelan. Las trampas con feromonas sexuales se usan con muchas
especies de lepidópteros, incluyendo la polilla de la papa, la polilla de la manzana y el gusano rosado
de la India que daña la bellota del algodón. También hay trampas de feromonas contra el picudo
mejicano del algodonero y el gorgojo asiático del camote. Trampas con atrayentes sexuales y de
alimentación se usan para las moscas de la fruta. Trampas de color amarillo con superficies pegajosas
se utilizan para adultos de mosca minadora y áfidos alados. Las capturas de las trampas suelen ser
registrados en números de insectos capturados por día o por semana. El dibujo de gráficos a base de
las capturas da una idea de la ocurrencia estacional de la plaga.

Las trampas de caída se utilizan para los insectos que caminan por la superficie del suelo. Estas
trampas se construyen con tarros vacíos de leche
evaporada o vasos de plástico que se entierran hasta el borde superior. Los insectos que viven debajo
de la superficie solo pueden ser evaluados tomando muestras de suelo (por volumen u área de
superficie) para ser inspeccionados.

La adopción de una determinada modalidad de muestreo debe merecer un análisis con gran sentido
práctico. Se puede sacrificar algo de precisión en aras de la expeditividad. En este sentido no hay
que confundir el muestreo orientado al control de plagas en campos agrícolas con el muestreo que
tiene fines experimentales. En el caso de plagas es importante detectar "focos de infestación" que
puedan ser eliminados oportunamente. La persona encargada del muestreo debe estar alerta para
detectar estos casos y comunicarlos en el informe respectivo.

Muestreo secuencial

Cuando el muestreo tiene por fin exclusivamente tomar una decisión (aplicar o no aplicar un
tratamiento) y no tanto seguir la dinámica de la población, el número de muestras puede reducirse
con el ahorro de tiempo correspondiente. La experiencia demuestra que cuando la población de una
plaga es muy baja o, por el contrario, muy alta basta tomar unas pocas unidades de muestreo para
darse cuenta de esta situación; y consecuentemente decidir no efectuar tratamiento alguno o, por el
contrario, aplicar un insecticida.

Cuando la población está en un rango intermedio que compromete el umbral de acción, se requiere
tomar un mayor número de muestras para asegurarse que la decisión que se tome está bien
respaldada.

Estas consideraciones han dado lugar al llamado muestreo secuencia! (Figura 3:5) que se basa en
cálculos matemáticos, incluyendo la distribución de la plaga y sus daños, el umbral de daño, y el
grado de seguridad (o riesgo) para tomar la decisión. Todo esto se representa en un gráfico cuyas
coordenadas indican el número de muestras y el número acumulativo de insectos. Una línea (en
realidad un rango limitado por dos líneas) señala los límites para la toma de decisión. Si el número
acumulativo de insectos para sucesivas muestras caen debajo del límite, no se requiere tratamiento;
y si supera el límite, se requiere tratamiento. Si el número acumulativo de insectos cae dentro del
área límite; se pospone la decisión para la siguiente fecha de muestreo. Onsager, (1974) explica la
racionalidad del uso del muestreo secuencial y su aplicación en el manejo integrado de plagas.

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