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Thread of Blood; Colonialism, Revolution, and Gender on Mexico’s

Northern Frontier
Reseña presentada por: Julián Zapata
Presentada a: Aristides Ramos
Geografía Histórica – 9 de noviembre, 2018

Reseña: Thread of Blood;


Colonialism, Revolution, and Gender on Mexico’s Northern Frontier

El libro Thread of Blood, fue escrito y publicado por Ana María Alonso en 1995. La autora de
origen cubano, nacida en 1955, actualmente trabaja como investigadora y profesora en la
Universidad de Arizona. Sus áreas de interés se relacionan principalmente con la antropología
sociocultural e histórica, los estudios latinoamericanos y de género. Además de Hilos de sangre
(1995), Alonso tiene otros varios títulos publicados en años recientes; algunos ejemplos son El
amor, el sexo y la chirinola en casos legales de Namiquipa, Chihuahua, México (2007), y Bordes,
soberanía y racialización (2008). El texto como tal está escrito originalmente en inglés, y fue
publicado bajo el auspicio de la Universidad de Arizona1.
Hilos de sangre es un libro con una vasta investigación que abarca distintas temáticas; el género,
la revolución y los sistemas coloniales siendo solo algunos de ellos. Sin embargo, el enfoque
principal del libro se da alrededor de la región -la frontera- donde se desenvuelven los hechos. La
frontera norte de México, una zona que se distingue del resto del país por factores que se remontan
a tiempos coloniales, relaciona todas estas temáticas mencionadas en una serie de conflictos
sangrientos. Conflictos que, entre otras cosas, son causa del origen del Norteño como diferenciador
regional y social en el país.
A través del texto, Alonso busca explicar los orígenes de los conflictos desde un análisis
cuantitativo de los factores que fueron primarios en su establecimiento y desarrollo.
Adicionalmente, examina con detalle los efectos que, conforme evolucionaron el Estado colonial
y luego el mexicano, los conflictos tuvieron sobre los aspectos socioculturales, políticos y
económicos de la región y, en algunos casos, la nación entera. Toma la frontera y su transformación
como un factor primordial en el establecimiento de concepción de Nación, de procesos de
construcción de subjetividades, e incluso la delegación de clases obreras y del sexo femenino a un
rol dependiente con relación a la élite política. Finalmente, diversas categorías que presenta la
autora constituyen el espacio estudiado y se relacionan directamente con los elementos actores de
los cambios sufridos por la región fronteriza de Chihuahua.
En los dos capítulos reseñados, el primero y el quinto, se habla primordialmente de la constitución
de procesos a nivel local y regional, que ocurren en principio debido a la frontera y lo que esta
conlleva. El título del primer capítulo es La organización social de la guerra, y utiliza las Guerras
Apaches como hilo conductor. Su propósito es mostrar los procesos históricos, económicos y

1
College of Behavioral and Social Sciences, University of Arizona. 2018, consultado en:
https://anthropology.arizona.edu/user/ana-maria-alonso-leave-2017-2018.
sociales que se dieron en la frontera desde el siglo XVII, casi completamente debido a la guerra.
A través del capítulo se muestra la intrínseca relación que hay entre la evolución de estos procesos
y el conflicto bélico que ocurrió simultáneamente y durante buena parte de tres siglos 2.
A la llegada de los conquistadores españoles, las sociedades principalmente nómadas y
recolectoras del Norte ofrecieron una resistencia más enérgica que los indígenas del Valle Central.
Su profundo conocimiento de la región y sus estrategias bélicas imprevisibles los hicieron un
blanco difícil para la “reducción” a la “civilización” que promulgaban los españoles. El efecto
directo de esto fue que se les designó como “bárbaros”, a quienes era necesario eliminar. Una
consecuencia menos inmediata, pero igualmente importante, fue la marginalización de la región
fronteriza. Los Apaches guerreros entraban en conflicto constante con las fuerzas que trataban de
someterlos, y los pueblos cercanos a la frontera como Chihuahua eran atacados regularmente. Esto
llevó a una migración reducida, y un incremento lento e inestable en la producción de las grandes
haciendas.
En estas tierras, por consiguiente, se creó una cultura de supervivencia y conflicto arraigada; la
dificultad de la defensa de la frontera tuvo varios efectos sobre las poblaciones cercanas. A falta
de una guardia militar concreta y eficiente, los pueblos comenzaron a especializarse en violencia,
y la defensa se delegó a los propios habitantes, trabajadores y vaqueros de las haciendas. Esta
nueva cultura llevó a la creación de un ideal de macho guerrero, a la idealización del conflicto y a
la constitución del honor como valor primordial de la sociedad norteña. A su vez, este
empoderamiento de las poblaciones llevó a que las relaciones productivas no fueran de explotación
directa, pues los grupos de trabajadores eran capaces de defender sus derechos e ideales. Hacia el
final de la colonia, el derecho a las tierras y el honor estaban profundamente ligados con el
cumplimiento de las responsabilidades militares3.
Si bien durante la colonia estos establecimientos de violencia eran apoyados por el virreinato, tras
la independencia la inestabilidad del nuevo Estado no permitió proporcionar los recursos
necesarios para mantenerlos. Al perderse este apoyo central, el control de materias de guerra pasó
a los gobiernos provinciales. Fue luego de la independencia que se comenzó a constituir la idea de
comunidad entre los norteños, diferente en muchos aspectos a las sociedades centrales.
El primer capítulo concluye proponiendo la frontera como un espacio de transición y desarrollo
cultural. Las Guerras Apaches dieron forma a las estrategias bélicas y a las relaciones sociales
dentro del contexto de la frontera; fue un espacio donde la aparente “barbarie” dictó el desarrollo
de la “civilización”4. Los guerreros apaches solo podían ser combatidos con estrategias guerrilleras
semejantes a las de estos, lo cual dictó la forma en que se experimentaba y transfería el
conocimiento de la guerra. Los valores formados a través del incesante combate y la adaptación al
medio crearon una identidad local y un código moral exclusivo a los Norteños. Del mismo modo,

2
Alonso, A. La organización social de la guerra, en Hilos de sangre: Colonialismo, revolución y género en la
frontera Norte de México. Cap. 1, (Tucson: 1995, University of Arizona) 15-50.
3
Alonso. Organización social de la guerra, 37.
4
Alonso. Organización social de la guerra, 45-50.
desarrolló una serie de tensiones con el gobierno central que llevaron, en última instancia, a la
participación del Norte en las guerras de la revolución a comienzos del siglo XX.
El capítulo 5, La Nación Estado, desarrollo capitalista, y la transformación de la frontera,
expande sobre la situación económica del Estado Mexicano tras el movimiento de independencia
a comienzos del siglo XIX. Los procesos de desarrollo estatal y económico que ocurrieron a través
del siglo XIX, le dan forma a una narrativa sobre la transformación de la sociedad fronteriza y la
alteración de sus valores coloniales. Asimismo, habla de cómo la construcción de identidad y
subjetividades ligadas a la frontera -y su transformación- afectaron al resto de la nación durante
este período de cambio5.
Comenzando el capítulo, se habla de las transformaciones tanto económicas-estatales como
socioculturales que sufrió la nación en general tras el fin de la colonia. Los conflictos entre
liberales y conservadores culminaron en la llegada al poder definitiva de los primeros a mediados
de la década de 1850. Como resultado, una redefinición de los establecimientos patriarcales tuvo
varios efectos sobre la población. Se redujo drásticamente el poder de la iglesia tanto en términos
estructurales como en sus posesiones de tierras; del mismo modo, la relación matrimonial morfó
hacia una posición más secularizada y “protectora”, sin llegar a significar todavía un avance hacia
la igualdad de género en México. Las comunidades de campesinos se fueron transformando en
grupos de trabajadores asalariados que eran obligados a integrarse en el aparato capitalista6.
El proyecto del Porfiriato, que llegó al poder en 1876, mantuvo varias de estas políticas en el
sentido autoritario. Sin embargo, la centralización política asumió la forma de absolutismo
patrimonial, que entró en conflicto con los valores republicanos y democráticos que legitimaban
la autoridad en el régimen liberal de las últimas dos décadas. Díaz aumentó el poder central a
través de una política de “pan y palo”, que apoyaba a sus aliados políticos y reprimía a caudillos
y élites regionales rivales. De igual forma, los campesinos y trabajadores se vieron forzados a
entregar sus tierras y a trabajar en haciendas o para industrias productivas7.
En las décadas desde la llegada del liberalismo, la frontera inició un período transicional de largo
plazo, pasando de ser una región fronteriza a un límite territorial. En otras palabras, pasó de ser
una zona de periferia política-económica y sociocultural, a integrarse en la construcción del Estado
nación. Tres fases de esta transformación son distinguidas por la autora. La primera de estas fases
va desde 1855 hasta 1885, cuando se comenzó a distinguir el impacto de la centralización del
Estado y el desarrollo capitalista; la segunda desde 1886 hasta 1903, cuando estos procesos se
consolidaron y tomaron importancia estructural a nivel nacional; y la última desde 1904 hasta
1910, cuando se intensificaron en los últimos años del Porfiriato. La razón por la que estos procesos
de crecimiento de la importancia del Estado se dieron en un período tan extenso fue,
principalmente, que las guerras con los Apaches limitaron esta influencia8.

5
Alonso, A. La Nación Estado, desarrollo capitalista, y la transformación de la frontera, en Hilos de sangre:
Colonialismo, revolución y género en la frontera Norte de México. Cap. 5, (Tucson: 1995, University of Arizona)
116-156.
6
Alonso. La Nación Estado (…), 120 – 126.
7
Alonso. La Nación Estado (…), 128 – 136.
8
Alonso. La Nación Estado (…), 134 – 146.
El capítulo concluye sintetizando la noción de que, tras las Guerras Apaches, los procesos de
centralización y transición a una economía capitalista cambiaron profundamente la frontera. Al
terminar el conflicto, la inclusión de la región en la red de centro-periferia que extendía el gobierno
central llevó a un cambio y una reinterpretación de subjetividades sobre la percepción de
sociedades. Los Norteños de Chihuahua pasaron de ser vistos como los guerreros de honor, que
luchaban contra los bárbaros indígenas, a ser percibidos ellos como los bárbaros. Sus prácticas
bélicas y anticuadas no encajaban en la nueva sociedad que se enfocó en la expansión económica
y la pureza social de las élites9.
De todo esto, se puede concluir que la frontera norte de México fue un espacio de transición social
y de creación de identidad. Los habitantes de la región desarrollaron un importante sentido de
pertenencia y de honor; las transformaciones que se dieron alrededor de esto no necesariamente
afectaron este regionalismo arraigado. Sin embargo, la frontera fue también un espacio de cambio
radical en términos políticos y sociales, pasando de un liderazgo marginal colonial, a un gobierno
republicano débil, hasta un gobierno local y uno de énfasis expansionista y patrimonial con Porfirio
Díaz. Las Guerras Apaches cambiaron la mentalidad local, y con su final también llegaron
transformaciones a la vida, los establecimientos de producción, género y expansión territorial. El
cambio también fue claro en la percepción sobre estos territorios, que antes eran vistos como
fuertes y honorables, y terminaron siendo “barbarizados” por la centralización del poder y el
crecimiento de las élites político-económicas.
En lo personal, el texto de Alonso es una investigación muy completa y que abarca temáticas
importantes de forma clara. Al ser escrito originalmente en inglés, el estilo de escritura cambia
considerablemente con respecto al español, y muchas veces las ideas necesitan ser aclaradas y
repetidas por la propia autora para enfatizar un punto. Por otro lado, hay secciones enteras del texto
que -en parte por el estilo de citación, y en parte por el estilo americano de escritura- están escritas
con base en citas textuales que se alejan de la voz de la autora. Esto, por más que le otorgue mayor
credibilidad a ideas propuestas, no permite en muchos casos una lectura continua y fluida. Sin
embargo, a pesar de estos problemas, en su mayoría de estilo, el texto es una obra importante que
aporta al entendimiento de los procesos de constitución de Nación, y construcción de imaginarios
de género y sociedad en el norte de México.

Referencias:
- Ana María Alonso, Hilos de sangre: Colonialismo, revolución y género en la frontera
Norte de México. Cap. 1 y 5, Tucson: 1995, University of Arizona. 15 – 50, 116-156.

- College of Behavioral and Social Sciences, University of Arizona. 2018, consultado en:
https://anthropology.arizona.edu/user/ana-maria-alonso-leave-2017-2018.

9
Alonso. La Nación Estado (…), 154 – 155.

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