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CASALE ROLLE, Carlos. El tema trinitario en los 40 años de la revista Teología y Vida.Teol. vida [online]. 2000, vol.41, n.3-4 [citado
2012-09-27], pp. 393-425 . Disponible en: <http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0049-
34492000000300007&lng=es&nrm=iso>. ISSN 0049-3449. doi: 10.4067/S0049-34492000000300007.
CASALE ROLLE, Carlos. El tema trinitario en los 40 años de la revista Teología y Vida.Teol. vida, Santiago, v. 41, n. 3-4, 2000 .
Disponible en <http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0049-34492000000300007&lng=es&nrm=iso>. accedido en
27 sept. 2012. doi: 10.4067/S0049-34492000000300007.
doi: 10.4067/S0049-34492000000300007
Este mismo Jesús muere como un maldito ante la Ley, y es resucitado por
el Padre, exaltado a su derecha como Señor y Cristo, como Hijo de Dios. El
acontecimiento de la resurrección manifiesta entonces la profundidad del
misterio filial de su persona, que había empezado a revelarse durante su
vida terrena. En este sentido, la resurrección funda la fe (y no viceversa),
no como un argumento apologético externo a la fe misma, sino porque
manifiesta al Crucificado como el Hijo, el mediador definitivo de la actuación
salvífica de Dios.
Es interesante notar al respecto que los artículos sobre temas
pneumatológicos de Teología y Vida que hemos citado, han subrayado (74),
con diversos matices, que, por otro lado, tanto en la vida terrena de Jesús
como en su presencia después de la resurrección hay una particular relación
con el Espíritu de Dios, que no es como la de los profetas y hombres
espirituales del Antiguo Testamento. Jesús es a la vez movido por el Espíritu
y Señor del Espíritu. Ya desde la encarnación, en su bautismo, en el inicio
de su predicación y en la cruz el Espíritu aparece vinculado a la identidad de
Jesús. Después de Pascua, el Espíritu del Resucitado, que es el Espíritu del
Padre, es infundado a los discípulos para completar la revelación del
misterio de Jesucristo y manifestar asimismo la naturaleza íntima del Dios
de Jesús (75).
Uno de los rasgos más característicos del modo de hablar sobre Dios en
nuestros días es su estrecha vinculación con el discurso sobre el hombre. Se
pone en relación el hablar sobre Dios con el hablar sobre el hombre y su
salvación. Tanto las reflexiones trinitario-cristológicas sobre Rahner que
realizan S. Zañartu (87) y A. Meis (88), como sobre Balthasar que llevan a
cabo C. Casale (89) y A. Meis (90) muestran, más allá de las conocidas
diferencias entre ambos autores, la preocupación por subrayar y desarrollar
la dimensión antropológica de la teología (91).
Para que esa afirmación sea atendible hay que poder mostrar, y a ese
esfuerzo Teología y Vida ofrece valiosas "pistas" desde diversas ópticas, que
la manifestación económica de Dios corresponde, sorprendentemente, con
la estructura original del hombre, tanto antropológica como ontológica (96).
En esta verificación será a su vez imprescindible una confrontación crítica
con aquellas concepciones modernas sobre la razón y sobre la naturaleza
del acontecimiento cristiano que excluyen a priori la posibilidad misma de la
afirmación enunciada (lo cual es tarea de la teología fundamental). Se
podrá llegar así a una concepción del hombre y de la realidad abierta a la
posible autocomunicación de Dios en la historia.
RESUMEN
ABSTRACT
(2) A través de los 40 años de historia, hay algunos autores que han
escrito con cierta regularidad sobre el tema "trinitario" y que han
asentado una cierta "óptica" personal en su visión de esta temática.
En la perspectiva bíblica destacan B. Villegas y M. A. Ferrando. En la
parte sistemática sobresalen, por su parte, A. Meis, S. Zañartu, A.
Bentué, M. Arias y en los últimos años nuestras propias reflexiones.
Junto con estos autores, que por lo menos han escrito dos o más
artículos sobre la temática trinitaria, aparecen una serie de otros, que
solo han escrito en una ocasión, pero que de un modo u otro reflejan
la influencia, de entre otros A. Meis y S. Zañartu. Se les ha dado, por
otra parte, especial importancia a aquellos autores de la revista que
han subrayado el rol del tratado de Trinidad en el Concilio Vaticano
II, sobre todo desde la eclesiología y la teología fundamental. Para la
revista Teología y Vida hemos ocupado la abreviatura TyV. La
primera vez que un artículo (o eventualmente una reseña o crónica)
sea citado aparecerá la cita completa, para luego utilizar solo el
título.
Se utilizará también un artículo de M. Arias sobre la Trinidad
publicado en los Anales de nuestra Facultad de Teología y algunos
aportes trinitarios de A. Meis aparecidos en su colección de
ensayos El rostro amado, El rostro velado y El rostro
esplendoroso; las contribuciones de Arias y Meis están en sintonía
con lo que los mismos autores desarrollan en Teología y Vida y
permiten algunos matices sistemáticos importantes.
(14) Cf. sobre todo los aportes de A. MEIS en este sentido, que nos
parecen algunos de los aportes más valiosos y novedosos de la
revista en relación la tema trinitario: La Gracia ¿Verdad teológica en
crisis?, TyV XXXI (1990), 227-256; íd., El método teológico de H.U
von Balthasar. un estudio aproximativo desde sus fuentes, 189206;
íd, "Prodigalidad menesterosa": significado de los "Trascendentales
del ser", en el método teológico de H. U. von Balthasar, 188-202;
íd., La paradoja del origen. Hacia una consolidación del pecado
original, TyV XXXIV (1993), 261-281; í [ Links ]d., H. U. von
Balthasar y K. Rahner: coincidencias y divergencias, 259-280; íd., H.
U. v Balthasar y K. Barth: puntos y contrapuntos, TyV XXXVIII
(1997), [ Links ] sobre todo 308ss; íd., El rostro del otro.
Acercamientos recientes a la Antropología Teológica, TyV XXXIX
(1998), 13-38. [ Links ] Ver también C. CASALE, Trinidad-
Analogía-Estructura. Pistas para un acercamiento a la teología
trinitaria, 275-295; S. ZAÑARTU, Aspectos de la cristología de K.
Rahner en "Introducción al cristianismo", 228-244.
(16) Además de los artículos de A. MEIS (p. ej., Dios uno y Trino en
el Catecismo de la Iglesia católica), hemos seguido de cerca los
estudios histórico-sistemáticos de M. ARIAS, "Al principio amaba el
amor". La doctrina de la Trinidad de Ricardo de San Víctor, TyV 163-
191; í [ Links ]d., La doctrina trinitaria de San Agustín (en el
"De Trinitate"), TyV XXX (1989), 249-270; í [ Links ]d., Fe y
razón: las razones necesarias en el "Trinitate" de Ricardo de San
Víctor, TyV XXXII (1991), 295-310. [ Links ]
(19) Cf. El Dios de Pablo. Alcance de "mi Dios" en sus cartas, 150-
154.
(34) Para una recta comprensión del "es", que no implica una
"tautología" y de esta manera no pone en juego la libertad de Dios,
cf. M. ARIAS, Teología de la Trinidad (desde el Concilio Vaticano II),
258ss. Como nosotros mismos apuntamos: "Ahora bien, para evitar
una interpretación idealista-tautológica de esta sentencia (en donde
Dios ‘necesita’ de lo creado, como en Hegel), habría que formular así
nuestro punto de partida metodológico: la comunicación
intratrinitaria está presente de un modo nuevo en la
autocomunicación soteriológica: bajo palabras, signos y acciones,
sobre todo en la figura del hombre Jesús de Nazaret y en la presencia
creadora de espacio salvífico y comunicador de vida divina del
Espíritu Santo. Dicho de otra manera: la unidad de la Trinidad ad
intra y la Trinidad ad extra, entendida a la luz de la historia de la
revelación, no es un axioma del que se pueda deducir la Trinidad
inmanente o que permita reducirla a la Trinidad soteriológica; este
axioma presupone el conocimiento de la Trinidad inmanente y trata
de interpretarla y concretizarla adecuadamente. Como acertadamente
lo expresa H. U. von Balthasar:
‘... la Trinidad debe ser entendida como aquella autodonación eterna
y absoluta, que hace aparecer a Dios, ya en sí, como el amor
absoluto; y es precisamente desde aquí desde donde llega a
comprenderse la libre autodonación al mundo como amor, sin que
Dios tenga la menor necesidad, para su propio devenir (para su
‘automediación’ [Selbstvermittlung]), de implicarse en el proceso del
mundo y de la cruz’. Así, la Trinidad económica tiene la prioridad
gnoseológica frente a la inmanente, pero la Trinidad económica
requiere de su lado, su fundamentación a través de la inmanente" (C.
CASALE, El Espíritu Santo en el misterio de Dios. Pistas para
aproximarse a la realidad personal del Espíritu, 178-179).
(77) Cf. S. ZAÑARTU, Algunos desafíos del misterio del Dios Cristiano
a las categorías del pensar filosófico en la antigüedad, y viceversa.
Logos e hipóstasis (persona) hasta fines del siglo IV, TyV XXXIII
(1992), 35-58. [ Links ]
(82) Cf. Algunos desafíos del misterio del Dios Cristiano a las
categorías del pensar filosófico en la antigüedad, y viceversa. Logos e
hipóstasis (persona) hasta fines del siglo IV, 35-58.
(122) Cf. íd., La paradoja del origen. Hacia una consolidación del
pecado original, 266-268.
(133) Cf. íd., De Jesús a las antropologías, 54ss; íd., El rostro del
otro. Acercamientos recientes a la Antropología Teológica, sobre todo
36-37; íd., Iglesia, Universidad y Teología según H. U. von Balthasar.