La condición Tridimensional del Derecho, sostenida por diversos juristas y
autores entre el que más destaca Miguel Reale, concibe al fenómeno jurídico desde el punto de vista de tres dimensiones, las cuales son: fáctica, normativa y axiológica.
CONDICIÓN FÁCTICA:
Esta condición fáctica o de hecho en que inicialmente se manifiesta el
Derecho es estudiada tangencialmente y por vía de su propia metodología en otras ciencias sociales como la Sociología, Antropología, Sicología, Historia, Ciencia Política, Teoría del Estado y Economía. Cada una de éstas se ocupará de las distintas manifestaciones reales o fácticas del fenómeno jurídico.
CONDICIÓN NORMATIVA:
La segunda condición, la condición normativa del Derecho, reconoce al
fenómeno jurídico en su presencia estrictamente jurídica. Así, el Derecho como hecho social se caracteriza por ocuparse de fijar, establecer y ajustar las conductas sociales que los seres humanos deben asumir, y no las conductas que son o se dan en la realidad social. (de esto último se ocupan las ciencias preocupadas de la dimensión fáctica). En consecuencia, la dimensión normativa del Derecho se refleja en la realidad como el conjunto de normas coactivas que prescriben la conducta social debida. Aunque, como ya mencionamos en párrafos precedentes, los sistemas jurídicos no se componen exclusivamente de normas coactivas, aun cuando la característica más destacada de los ordenamientos jurídicos sea la coacción.
La condición normativa será conocida y analizada a través de las siguientes
materias clave que componen a la mencionada Ciencia Jurídica, y que se ocuparán, respectivamente, del Derecho que es y del que debe o debería ser: la Teoría General del Derecho y la Filosofía del Derecho.
CONDICIÓN AXIOLÓGICA
La tercera condición en que se expresa el Derecho es la valorativa o
axiológica. En esta última condición se concibe el Derecho como un valor y como portador y garantizador de otros valores superiores. Recordemos que el fenómeno jurídico no se concreta al hecho social que tiene una representatividad normativo- coactiva, pues hemos de tomar en consideración que detrás de esas normas, como razón de su obligatoriedad, están valores necesariamente perseguidos por todo Derecho. Andrés Ollero ha escrito al respecto: "El derecho es, ante todo, juicio de valor. Una actividad humana que, inevitablemente se refiere a valores (más o menos “superiores”) a cuya luz ajustar relaciones. "
¿POR QUÉ SE ESTUDIA SOCIOLOGÍA EN EL DERECHO?
La sociología aporta importantes elementos para la comprensión del
fenómeno del derecho y su relación con los fenómenos sociales de todo tipo (político, económico, cultural y moral) que influye en la creación, mantenimiento, modificación e incluso desaparición del derecho y de los valores jurídicos, entendiendo el Derecho en un sentido amplio que incluye, además de las normas al sistema jurídico tal como es realmente aplicado y las diversas instituciones, órganos y profesiones que operan dentro de él; investiga también los factores sociales que influyen en la eficacia o ineficacia del Derecho, tratando de explicar, entre otras cosas, las causas de la no aceptación social o de la no aplicación de un Derecho vigente o de concretas normas jurídicas, así como las causas que impiden o que determinan que una normatividad vivida en una sociedad llegue a convertirse en un Derecho vigente. Ramón Soriano señala: que la sociología se ocupa de la influencia de los factores sociales en el derecho y de incidencia que éste tiene, a su vez, en la sociedad; la mutua interdependencia de lo social y lo jurídico.
En virtud que la sociología estudia las sociedades humanas y que estas
sociedades van creciendo y evolucionando, asimismo debe ir el derecho de la mano con esta ciencia, ya que se hace necesario que el derecho evolucione junto con la sociedad para que así no pierda valor en el tiempo, ya que las normas que podía estar vigentes en el siglo pasado serían obsoletas para este siglo y que con la evolución de la sociedad es necesario que el derecho se adapte a la misma y para ello es necesario la sociología.