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1. Abrir la boca del paciente y extraer la dentadura postiza ―en caso de que tenga una―
y cualquier resto visible (...).11
2. Inclinar la cabeza hacia atrás, elevar la mandíbula, y comenzar la respiración boca-
boca mientras llega el equipo de primeros auxilios (conviene utilizar una mascarilla de
bolsillo para evitar el contagio de una infección). Los pulmones deben insuflarse una
vez cada cinco segundos cuando hay dos personas para realizar la reanimación, o dos
veces muy seguidas cada 15 segundos cuando solo una persona efectúa la ventilación
y el masaje cardíaco.11
3. Si no se palpa el pulso carotídeo, realizar el masaje cardíaco (depresión del esternón 5
a 6cm) a una frecuencia de 100-120 veces por minuto. Si hay un solo socorrista se
realizarán treinta compresiones antes de volver a ventilar dos veces
Adultos[editar]
Para realizar la acción en adultos, procédase de la siguiente manera. Con el sujeto de pie se
debe abrazar al mismo por la espalda con los dos brazos. En esta posición se presiona con
una mano cerrada y la otra recubriendo la primera. Se debe apoyar el puño con el pulgar sobre
el abdomen y presionar hacia el centro del estómago, justo por encima del ombligo y bajo las
costillas de la persona.
En el caso de que el asfixiado se encuentre solo, debe tomar una silla con respaldo, cogerla
por debajo del asiento, situarla por debajo de las costillas y empujar hacia arriba con fuerza,
para conseguir expulsar el objeto.
Niños menores de dos años[editar]
Debe tenderse al pequeño boca arriba, encima de una superficie rígida. Apoyando las manos
una encima de la otra, entre el esternón y el ombligo, se debe empujar varias veces en
dirección al tórax y luego efectuaremos cinco compresiones torácicas en la misma zona e igual
que el masaje cardíaco pero más fuerte y algo más lento, comprobando la efectividad con cada
compresión.2
Si la persona atragantada se queda inconsciente
1. Poner a la víctima con cuidado en el suelo.
2. Activar inmediatamente los servicios de emergencia.
3. Iniciar la reanimación cardiopulmonar haciendo las compresiones torácicas, aunque la
víctima tenga pulso.
Tratamiento de quemaduras.
Existen 3 tipos de quemaduras
Las quemaduras de primer grado. La piel se enrojece, pero no se ampolla. Es algo dolorosa
como una quemadura del sol.
Las quemaduras de segundo. La capa exterior de la piel se quema y alguna parte de la
dermis se lesiona. La quemadura es bastante dolorosa y salen ampollas.
Las quemaduras de tercer grado. La piel se quema se ve blanca o carbonizadas. La
epidermis y la dermis (las dos capas superiores de la piel) se lesionan irreversiblemente.
Enfría la quemadura. Coloca la zona afectada por la quemadura bajo agua corriente
fresca (no fría) o ap+lica una compresa húmeda y fresca hasta que se alivie el dolor.
Quítate los anillos u otros artículos ajustados de la zona afectada por la
quemadura. Intenta hacerlo de manera rápida y cuidadosa, antes de que la zona se
hinche.
No explotes las ampollas. Las ampollas llenas de líquido brindan protección contra las
infecciones. Si se revienta una ampolla, limpia la zona con agua (el uso de un jabón suave
es opcional). Aplica un ungüento antibiótico. Pero si aparece un sarpullido, suspende el uso
del ungüento.
Aplica loción. Una vez que la quemadura se haya enfriado por completo, aplica una
loción, como una que contenga aloe vera o un humectante. Esto ayuda a prevenir la
sequedad y brinda alivio.
Coloca una venda sobre la quemadura. Cubre la quemadura con una venda de gasa
estéril (no uses algodón). Envuélvela de manera holgada para evitar ejercer presión sobre
la piel quemada. El vendaje evita que la zona entre en contacto con el aire, lo que reduce el
dolor y protege la piel ampollada.
Si es necesario, toma un analgésico de venta libre, como ibuprofeno (Advil, Motrin IB u
otros), naprox
Llama al 911 o busca atención médica inmediata para las quemaduras de tercer grado las
cuales tienen como características:
Protege a la persona que sufrió una quemadura de otros daños. Si puedes hacerlo de
manera segura, verifica que la persona a quien estás ayudando no esté en contacto con lo
que le provocó la quemadura. En el caso de las quemaduras eléctricas, asegúrate de que
la fuente de alimentación esté desconectada antes de acercarte a la persona quemada.
Asegúrate de que la persona quemada esté respirando. De ser necesario y si sabes
cómo hacerlo, comienza la respiración de rescate.
Quita alhajas, cinturones y otros elementos restrictivos, en especial, de alrededor de
las zonas quemadas y del cuello. Las zonas que tienen quemaduras se inflaman
rápidamente.
Protege la zona de la quemadura. Usa una venda fresca y húmeda o un paño limpio.
No sumerjas una quemadura grave y extensa en agua. Esto podría causar una pérdida
grave de calor corporal (hipotermia).
Eleva la zona que presenta quemaduras. En lo posible, eleva la herida por encima del
nivel del corazón.
Presta atención a los signos de choque. Los signos y síntomas comprenden desmayos,
palidez o respiración poco profunda muy evidente
Infecciones
Los síntomas más habituales de las heridas son dolor, sangrado visible y separación de los
bordes de la piel. Para tratar de forma correcta las heridas leves, los pasos a seguir son los
siguientes:
Evitar el contacto con la sangre para evitar la infección de la herida y para proteger a la
persona que interviene. Es fundamental realizar un lavado de manos previo.
Lo importante es detener la hemorragia. Para ello, tapar y comprimir directamente sobre la
herida con una gasa o, en su defecto, con un material limpio y que no suelte pelusa, como
por ejemplo un pañuelo.
Limpiar la herida con agua corriente y fresca a chorro. También se puede limpiar con suero
fisiológico si se tiene a mano.
Secar la piel de alrededor, sin tocar la herida.
Desinfectar con un antiséptico. La limpieza de la herida se tiene que hacer en círculos,
desde el interior hasta el exterior para expulsar posibles cuerpos extraños en el interior.
Repetir el proceso una segunda vez.
Tapar la herida con una gasa (no con algodón, porque pueden quedar fibras en el interior)
y esparadrapo para que fije el apósito y evite rozaduras o nuevo sangrado.
Nunca se debe utilizar directamente sobre la herida alcohol (es irritante y vasodilatador),
productos mercuriales (mercurocromo) por sus efectos secundarios, algodón o papel porque
dejan restos en la herida ni polvo o pomada con antibióticos, ya que éstas deben indicarlas un
profesional.
Otras de las advertencias importantes son: nunca frotar la herida para quitar la suciedad, ni
retrasar la asistencia médica en el caso de que sea preciso (el plazo para que se puedan
aplicar puntos de sutura en una herida importante es de un máximo de cuatro a seis horas
desde que se produce). Tampoco se deben poner vendajes apretados para evitar que
sangre, ni cauterizar (quemar) la herida, ni intentar extraer un cuerpo extraño clavado sobre la
herida.
Tratamiento de heridas en niños
Cuando un niño se hace una herida, por lo general se produce sangrado en la zona de la
lesión. Las recomendaciones son parecidas a la de los adultos, según explica la doctora
Conchita Míguez Navarro, pediatra de Urgencias del Hospital Universitario Gregrorio Marañón
de Madrid, son:
Sobre las heridas de los más pequeños no se debe tampoco usar algodón, alcohol, polvos o
pomadas.
Si hay objetos clavados no se deben extraer ya que pueden estar taponando la herida y
evitando el sangrado.
Si el niño tiene dolor se le puede dar un medicamento para aliviar al niño (ibuprofeno o
paracetamol).
Es muy importante saber cómo actuar o qué medidas tomar ante cada tipo de hemorragia.
Ante una hemorragia externa: hay que realizar una compresión directa, aplicando gasas
sobre la herida y haciendo presión fuerte. La presión directa se puede sustituir por un vendaje
cuando la herida pare de sangrar, cuando la superficie sea amplia o si hay más heridos para
atender.
Si la hemorragia se produce en las extremidades, se debe elevar la parte lesionada por encima
del corazón, disminuyendo la presión de la sangre en el lugar de la herida y haciendo, en
cambio, presión directa sobre la arteria correspondiente, según sean brazos o piernas,
comprimiendo con la yema de los dedos el vaso sanguíneo contra el hueso situado debajo de
la arteria.
Si sangran los miembros superiores, haremos presión con la palma de la mano sobre la arteria
braquial o humeral (situada en el brazo; hay que presionar a la altura de la flexura o parte
delantera del codo).
Y no debemos olvidar:
Los signos vitales son medidas de varias características fisiológicas humanas, generalmente
tomadas por profesionales de la salud, para valorar las funciones corporales más básicas.