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Los primeros auxilios consisten en la atención inmediata que se le da a una persona enferma,

lesionada o accidentada en el lugar de los acontecimientos, antes de ser trasladada a un centro


asistencial u hospitalario.

 Reanimación cardiorrespiratoria o RCP.


La reanimación cardiopulmonar, o reanimación cardiorrespiratoria, abreviado RCP es un
conjunto de maniobras temporales y normalizadas intencionalmente destinadas a asegurar
la oxigenación de los órganos vitales cuando la circulación de la sangre de una persona se
detiene súbitamente, independientemente de la causa de la parada cardiorrespiratoria.

1. Abrir la boca del paciente y extraer la dentadura postiza ―en caso de que tenga una―
y cualquier resto visible (...).11
2. Inclinar la cabeza hacia atrás, elevar la mandíbula, y comenzar la respiración boca-
boca mientras llega el equipo de primeros auxilios (conviene utilizar una mascarilla de
bolsillo para evitar el contagio de una infección). Los pulmones deben insuflarse una
vez cada cinco segundos cuando hay dos personas para realizar la reanimación, o dos
veces muy seguidas cada 15 segundos cuando solo una persona efectúa la ventilación
y el masaje cardíaco.11
3. Si no se palpa el pulso carotídeo, realizar el masaje cardíaco (depresión del esternón 5
a 6cm) a una frecuencia de 100-120 veces por minuto. Si hay un solo socorrista se
realizarán treinta compresiones antes de volver a ventilar dos veces

 Atragantamiento o asfixia en adultos y niños.


El atragantamiento o asfixia1 es la obstrucción accidental de las vías respiratorias,
generalmente al fallar la deglución de alimentos, y que puede llegar a provocar la asfixia del
sujeto afectado y en la mayoría de los casos, a la muerte si no se atiende con rapidez. A
menudo se produce con alimentos como chicles o pastillas de goma en niños, salchichas, uvas,
globos, juguetes pequeños o grandes trozos de comida mal masticados.
Si la persona atragantada parece que pueda toser (por lo tanto el objeto no obstruye totalmente
el paso de aire), no hay que hacer nada y sólo se debe animar a que siga tosiendo para ver si
puede expulsar el objeto en un golpe de tos. Esto se llama obstrucción parcial de la vía aérea.
Pero si no puede toser, estamos ante una obstrucción total de la vía aérea. Hay dos
situaciones:
Si aún está consciente

1. Realizar la maniobra de Heimlich.

Adultos[editar]
Para realizar la acción en adultos, procédase de la siguiente manera. Con el sujeto de pie se
debe abrazar al mismo por la espalda con los dos brazos. En esta posición se presiona con
una mano cerrada y la otra recubriendo la primera. Se debe apoyar el puño con el pulgar sobre
el abdomen y presionar hacia el centro del estómago, justo por encima del ombligo y bajo las
costillas de la persona.
En el caso de que el asfixiado se encuentre solo, debe tomar una silla con respaldo, cogerla
por debajo del asiento, situarla por debajo de las costillas y empujar hacia arriba con fuerza,
para conseguir expulsar el objeto.
Niños menores de dos años[editar]
Debe tenderse al pequeño boca arriba, encima de una superficie rígida. Apoyando las manos
una encima de la otra, entre el esternón y el ombligo, se debe empujar varias veces en
dirección al tórax y luego efectuaremos cinco compresiones torácicas en la misma zona e igual
que el masaje cardíaco pero más fuerte y algo más lento, comprobando la efectividad con cada
compresión.2
Si la persona atragantada se queda inconsciente
1. Poner a la víctima con cuidado en el suelo.
2. Activar inmediatamente los servicios de emergencia.
3. Iniciar la reanimación cardiopulmonar haciendo las compresiones torácicas, aunque la
víctima tenga pulso.

 Tratamiento de quemaduras.
Existen 3 tipos de quemaduras
Las quemaduras de primer grado. La piel se enrojece, pero no se ampolla. Es algo dolorosa
como una quemadura del sol.
Las quemaduras de segundo. La capa exterior de la piel se quema y alguna parte de la
dermis se lesiona. La quemadura es bastante dolorosa y salen ampollas.
Las quemaduras de tercer grado. La piel se quema se ve blanca o carbonizadas. La
epidermis y la dermis (las dos capas superiores de la piel) se lesionan irreversiblemente.

Tratamiento de quemaduras de segundo y primer grado

Una quemadura de segundo o primer grado, no requiere atención de urgencia puede


consistir en lo siguiente:

En el caso de quemaduras leves:

 Enfría la quemadura. Coloca la zona afectada por la quemadura bajo agua corriente
fresca (no fría) o ap+lica una compresa húmeda y fresca hasta que se alivie el dolor.
 Quítate los anillos u otros artículos ajustados de la zona afectada por la
quemadura. Intenta hacerlo de manera rápida y cuidadosa, antes de que la zona se
hinche.
 No explotes las ampollas. Las ampollas llenas de líquido brindan protección contra las
infecciones. Si se revienta una ampolla, limpia la zona con agua (el uso de un jabón suave
es opcional). Aplica un ungüento antibiótico. Pero si aparece un sarpullido, suspende el uso
del ungüento.
 Aplica loción. Una vez que la quemadura se haya enfriado por completo, aplica una
loción, como una que contenga aloe vera o un humectante. Esto ayuda a prevenir la
sequedad y brinda alivio.
 Coloca una venda sobre la quemadura. Cubre la quemadura con una venda de gasa
estéril (no uses algodón). Envuélvela de manera holgada para evitar ejercer presión sobre
la piel quemada. El vendaje evita que la zona entre en contacto con el aire, lo que reduce el
dolor y protege la piel ampollada.
 Si es necesario, toma un analgésico de venta libre, como ibuprofeno (Advil, Motrin IB u
otros), naprox

Tratamiento de las quemaduras graves

Llama al 911 o busca atención médica inmediata para las quemaduras de tercer grado las
cuales tienen como características:

Hasta que llegue el personal de atención médica de urgencia, haz lo siguiente:

 Protege a la persona que sufrió una quemadura de otros daños. Si puedes hacerlo de
manera segura, verifica que la persona a quien estás ayudando no esté en contacto con lo
que le provocó la quemadura. En el caso de las quemaduras eléctricas, asegúrate de que
la fuente de alimentación esté desconectada antes de acercarte a la persona quemada.
 Asegúrate de que la persona quemada esté respirando. De ser necesario y si sabes
cómo hacerlo, comienza la respiración de rescate.
 Quita alhajas, cinturones y otros elementos restrictivos, en especial, de alrededor de
las zonas quemadas y del cuello. Las zonas que tienen quemaduras se inflaman
rápidamente.
 Protege la zona de la quemadura. Usa una venda fresca y húmeda o un paño limpio.
 No sumerjas una quemadura grave y extensa en agua. Esto podría causar una pérdida
grave de calor corporal (hipotermia).
 Eleva la zona que presenta quemaduras. En lo posible, eleva la herida por encima del
nivel del corazón.
 Presta atención a los signos de choque. Los signos y síntomas comprenden desmayos,
palidez o respiración poco profunda muy evidente

Infecciones

 Tratamiento sobre heridas abiertas.

Tratamientos de heridas en adultos

Los síntomas más habituales de las heridas son dolor, sangrado visible y separación de los
bordes de la piel. Para tratar de forma correcta las heridas leves, los pasos a seguir son los
siguientes:

 Evitar el contacto con la sangre para evitar la infección de la herida y para proteger a la
persona que interviene. Es fundamental realizar un lavado de manos previo.
 Lo importante es detener la hemorragia. Para ello, tapar y comprimir directamente sobre la
herida con una gasa o, en su defecto, con un material limpio y que no suelte pelusa, como
por ejemplo un pañuelo.
 Limpiar la herida con agua corriente y fresca a chorro. También se puede limpiar con suero
fisiológico si se tiene a mano.
 Secar la piel de alrededor, sin tocar la herida.
 Desinfectar con un antiséptico. La limpieza de la herida se tiene que hacer en círculos,
desde el interior hasta el exterior para expulsar posibles cuerpos extraños en el interior.
Repetir el proceso una segunda vez.
 Tapar la herida con una gasa (no con algodón, porque pueden quedar fibras en el interior)
y esparadrapo para que fije el apósito y evite rozaduras o nuevo sangrado.
Nunca se debe utilizar directamente sobre la herida alcohol (es irritante y vasodilatador),
productos mercuriales (mercurocromo) por sus efectos secundarios, algodón o papel porque
dejan restos en la herida ni polvo o pomada con antibióticos, ya que éstas deben indicarlas un
profesional.
Otras de las advertencias importantes son: nunca frotar la herida para quitar la suciedad, ni
retrasar la asistencia médica en el caso de que sea preciso (el plazo para que se puedan
aplicar puntos de sutura en una herida importante es de un máximo de cuatro a seis horas
desde que se produce). Tampoco se deben poner vendajes apretados para evitar que
sangre, ni cauterizar (quemar) la herida, ni intentar extraer un cuerpo extraño clavado sobre la
herida.
Tratamiento de heridas en niños

Cuando un niño se hace una herida, por lo general se produce sangrado en la zona de la
lesión. Las recomendaciones son parecidas a la de los adultos, según explica la doctora
Conchita Míguez Navarro, pediatra de Urgencias del Hospital Universitario Gregrorio Marañón
de Madrid, son:

Si el niño tiene una pequeña herida y sangra poco:


 Lavar la zona con agua a chorro para limpiar la suciedad.

 Lavarla con un jabón suave y enjuagarla completamente.


 Secar la herida con gasas a pequeños toques y de dentro a fuera sin frotarla.

 Una vez seca se puede aplicar un antiséptico (clorhexidina al 2% o povidona yodada).


 Se puede cubrir con una banda adhesiva esterilizada ('tirita') o cinta de gasa esterilizada
y examinarla diariamente. Si la tirita se moja, retirarla y utilizar una nueva.
 En cuanto la herida comience a cicatrizar formando una costra, no hace falta seguir
cubriéndola.

Sobre las heridas de los más pequeños no se debe tampoco usar algodón, alcohol, polvos o
pomadas.

Si la herida sangra mucho debido a un corte grande o golpe fuerte:


 Lavar cuidadosamente con agua (para ver mejor la herida y poder apreciar su tamaño.
 Para frenar el sangrado, presionar de manera directa y uniforme sobre la zona durante
cinco minutos con gasas estériles o con un paño limpio utilizando la palma de la mano
sobre la gasa o el paño.
 Si se puede, elevar la parte del cuerpo del niño que esté sangrando a un nivel más alto
que su corazón. No se debe aplicar un torniquete. Durante este tiempo, no se es necesario
revisar la herida o quitar coágulos de sangre que pueden haberse formado en la gasa.
 Si la sangre empapa la gasa, no debe retirarla. Utilizar otro trozo de gasa encima de la
anterior y continuar ejerciendo presión sobre ella.

 Si hay objetos clavados no se deben extraer ya que pueden estar taponando la herida y
evitando el sangrado.

 Si el niño tiene dolor se le puede dar un medicamento para aliviar al niño (ibuprofeno o
paracetamol).

 Actuación frente a hemorragias.

¿Hay diferentes tipos de hemorragias? ¿Cómo distinguirlas?


Las hemorragias se pueden clasificar:
 Según el tipo de vaso sanguíneo:
o Capilar: afecta a vasos superficiales que irrigan la piel y se cierra por sí misma. Está causada por
traumatismos y se suelen formar hematomas.
o Venosa: sangre roja oscura. Es más fácil de controlar que la arterial.
o Arterial: salida abundante e intermitente de sangre roja brillante.
 Según la localización de la sangre:
o Externa: sangre que sale al exterior a través de una herida.
o Internas: la sangre no fluye al exterior y se acumula debajo de la piel o en una cavidad orgánica.
Se trata de hemorragias venosas o arteriales, que pueden ser causadas por fuertes golpes
abdominales, caídas al vacío, accidentes de tráfico, etc.
o Exteriorizadas: internas que salen al exterior a través de un orificio corporal, como oído, nariz,
boca, ano, vagina…

Actuar según dónde se localiza

Es muy importante saber cómo actuar o qué medidas tomar ante cada tipo de hemorragia.
Ante una hemorragia externa: hay que realizar una compresión directa, aplicando gasas
sobre la herida y haciendo presión fuerte. La presión directa se puede sustituir por un vendaje
cuando la herida pare de sangrar, cuando la superficie sea amplia o si hay más heridos para
atender.

Si la hemorragia se produce en las extremidades, se debe elevar la parte lesionada por encima
del corazón, disminuyendo la presión de la sangre en el lugar de la herida y haciendo, en
cambio, presión directa sobre la arteria correspondiente, según sean brazos o piernas,
comprimiendo con la yema de los dedos el vaso sanguíneo contra el hueso situado debajo de
la arteria.

Si sangran los miembros superiores, haremos presión con la palma de la mano sobre la arteria
braquial o humeral (situada en el brazo; hay que presionar a la altura de la flexura o parte
delantera del codo).

Si el sangrado se produce en los miembros inferiores, presionaremos con el talón de la mano


en la ingle, sobre la arteria femoral, que recorre la pierna desde el muslo hasta la parte
posterior de la rodilla.
Ante una hemorragia interna: si es capilar, basta aplicar frío local sobre la piel (protegiéndola
con un paño o una gasa), ya que el frío contrae los vasos sanguíneos y reduce el hematoma.
Si es venosa o arterial, tendremos que vigilar si el abdomen está sensible o rígido, si hay
sensación de mareo o desvanecimiento, palidez extrema, pulso débil o imperceptible, o si
aparecen hematomas, sangre en vómito o sangre por recto o vagina.
Ante una hemorragia exteriorizada: existen diversos tipos y formas de proceder:
 Otorragia (hemorragia en el oído): es la única que no hay que intentar detener, puesto que, si
no dejamos que salga la sangre, ésta se acumula en el interior del cráneo y puede ocasionar
graves lesiones. Hay que tumbar al afectado del lado por el que se produce la hemorragia,
colocar una gasa que empape y trasladarlo al hospital.
 Epistaxis (hemorragia nasal): colocar a la persona sentada y con la cabeza inclinada hacia
delante; tranquilizarle y comprimir con dos dedos las fosas nasales durante al menos 2 minutos.
Si al levantar la compresión, la hemorragia no ha cesado, será necesario reanudar la compresión.
Cuando la hemorragia es importante, se utiliza el taponamiento con gasa enrollada y mojada en
vaselina o agua oxigenada mientras se traslada a la persona un centro sanitario.
 Hemoptisis (hemorragia proveniente de bronquios o pulmones): colocar al afectado
semisentado (sentado con la espalda reclinada hacia atrás en un ángulo de unos 45 grados),
aplicarle hielo en el tórax, conservar la materia expulsada tras los golpes de tos y acudir a un
centro sanitario.
 Hematemesis (sangre que sale por la boca proveniente de vías digestivas): colocar a la
persona afectada en posición decúbito supino (acostada boca arriba en el sueño) y aplicar hielo
en el abdomen.
 Hemorragia del ano: si son rectorragias, la sangre es de color rojo intenso, y habría que aplicar
un apósito absorbente. Si son las llamadas melenas, las heces son de color negro y malolientes,
lo que requiere un traslado urgente al hospital.
 Hemorragias vaginales: si el sangrado es abundante, consultar con un profesional sanitario.
 Hematuria (sangre en la orina): hay que acudir a un centro sanitario.

 Botiquín de primeros auxilios, una gran ayuda en muchos casos


Todo hogar, colectividad y centro de trabajo debería disponer de un botiquín con los
elementos básicos necesarios para realizar los primeros auxilios más comunes. También es
buena idea llevar siempre un botiquín básico en el maletero del coche.
¿Qué debe contener?

 Curitas (para cubrir la lesión una vez desinfectada).


 Vendas (debe haber vendas de distintos tamaños).
 Gasa (para cubrir las heridas o detener hemorragias).
 Esparadrapo (útil para fijar las vendas y los apósitos).
 Paracetamol (Sirven para bajar la fiebre).
 Ibuprofeno (Sirven para controlar el dolor).
 Alcohol (para desinfectar heridas e implementos).
 Jabón (para el lavado de manos, heridas y material de curación)

Si voy al campo o a la playa debo añadir:

 Protector solar (para prevenir quemaduras del sol)


 Loción antihistamínica (sirve para reducir o eliminar los efectos de las alergias).
 Repelente de insectos (sustancia aplicada a la piel para evitar picaduras).

Y no debemos olvidar:

 Linterna (en caso deban acampar).


 Agua (ante cualquier emergencia).
 Manta (para abrigarnos).
 Cargadores (en de vital importancia tener encendido el celular).
Signos vitales

Los signos vitales son medidas de varias características fisiológicas humanas, generalmente
tomadas por profesionales de la salud, para valorar las funciones corporales más básicas.

Parámetros normales en recién nacidos

 Temperatura: 36.1-37.7 ºC.


 Pulso o frecuencia cardíaca: 120-170 latidos por minuto.
 Presión arterial: de 60/30 mmHg a 90/62 (igual que lactante menor) mmHg.
 Frecuencia respiratoria: 30-80 ciclos por minuto.
Parámetros normales en lactantes

 Temperatura: 37.2 ºC.


 Pulso o frecuencia cardíaca: 120-160 (en lactante menor) o 110-130 (en lactante mayor)
latidos por minuto.
 Presión arterial: 60/30 mmHg a 90/62 mmHg.
 Frecuencia respiratoria: 20-40 (en lactante menor) o 20-30 (en lactante mayor) ciclos por
minuto.
Nota: un lactante menor es un niño de 28 días a 12 meses; un lactante mayor es un
niño de 12 meses a 24 meses.
Parámetros normales en niños

 Temperatura: 37 ºC (niños de 2-8 años).


 Pulso o frecuencia cardíaca: 100-120 (niños de 2-4 años) a 100-115 (de 6-8 años)
latidos por minuto.
 Presión arterial: 78/48 mmHg a 112/78 mmHg (en niños de 2 años); 85/52 mmHg a
114/85 mmHg (en niños de 8 años); 95/58 mmHg a 135/88 mmHg (en niños de 12
años).
 Frecuencia respiratoria: 20-30 (niños de 2-4 años) a 20-25 (de 6-8 años) ciclos por
minuto.
Parámetros normales en adultos

 Temperatura: 36-37 ºC.


 Pulso o frecuencia cardíaca: 60-80 latidos por minuto.
 Presión arterial: 100/60 mmHg a 140/90 mmHg.
 Frecuencia respiratoria: 12-20 ciclos por minuto.
El equipo necesario para encontrar los signos vitales lo componen un termómetro,
un esfigmomanómetro (tensiómetro) y un reloj de pulsera. Aunque el pulso frecuentemente
puede ser tomado a mano, se puede requerir un estetoscopio para un paciente con un
pulso débil.

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