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Chaqueta

de mujer, origen
La chaqueta es una de las prendas que puede determinar por completo el look de una mujer. Si
bien su principal función es protegernos del frío, desde el punto de vista estético y de la moda, la
chaqueta nos ayuda a definir el estilo de vestir que queremos transmitir.

Aunque os parezca increíble, la chaqueta es una de las prendas de vestir más antiguas que
existen. La Real Academia Española define ‘chaqueta’ como prenda de vestir, con mangas y
abierta por delante, que llega por debajo de la cadera. Y según la RAE, la palabra procede de
‘jaqueta’ (xaqueta y xaquetilla), una prenda masculina para abrigar el torso y con un largo
variable, cuyo origen se ha fijado en 1370 en la vestimenta militar. Ideada para poner sobre ella la
armadura, estaba rellena y forrada de algodón o borra y quedaba ajustada al cuerpo. Por eso el
término en castellano proviene del francés ‘jaquette’ que se quedó en ‘jaque’ o jubón fuerte,
acolchado, pespunteado y sin mangas, que usaban los militares para proteger el cuerpo de las
armas blancas.

Otros estudios, sin embargo, datan el nacimiento del término ‘chaqueta’ en 1360, proveniente del
nombre francés Jacques (Jacobo en español), muy común entre los aldeanos, siervos y clases
más bajas de la Francia de entonces, y cuyo significado original era ‘abrigo’. Y es que, al parecer,
la chaqueta nació en la rebelión de los campesinos galos durante la Guerra de los Cien Años
(1337-1453), la Grande Jacquerie de 1358, como una prenda con la que estos lugareños se
protegían de los ataques de las armas.

Y ya más tardiamente, algunos historiadores de la moda atribuyen la expresión ‘primer cambio de


chaqueta’ a Carlos Manuel I, Duque de Saboya (1562-1630). Y se sabe que, desde principios del s.
XVII, la chaqueta se había convertido en el uniforme de trabajo estándar para los empleados
palaciegos. A partir de ahí, los elementos básicos de la prenda evolucionaron durante el s. XVIII,
sobre todo, en Gran Bretaña.
La inglesa, de tres botones, una sola abertura trasera y uso marcadamente informal, es
considerada por los estudiosos de la moda como la ‘verdadera chaqueta’. © Amina Rubinacci
La chaqueta inglesa ha evolucionado con el tiempo y, en ocasiones, se sustituye su tejido escocés
tweed típico por la lana o el punto. © Amina Rubinacci

La chaqueta como tal


De hecho, es en la Inglaterra del siglo XIX, cuando se acorta la tradicional y formal levita, que es la
prenda que se vestía por entonces, y nace la chaqueta tal y como la conocemos hoy en día. El
caso era que, en los ambientes menos urbanos, la dimensión de la levita constituía una
incomodidad, sobre todo, a la hora de trabajar, por eso no sólo se acortó, sino que se sustituyó el
paño por el tejido escocés tweed.

Inmediatamente, se popularizó y su uso se extendió rápidamente. Sus características esenciales


eran: tres botones, una sola abertura trasera y su utilización, marcadamente informal, como
prenda de campo o de caza.

Evidentemente, la chaqueta ha sufrido una importante evolución y hoy no es fácil encontrarnos


una prenda que responda estrictamente a los parámetros originales. Así en 1857, la revista
‘Corriere’, anunciaba la llegada de la chaqueta, “una versión reducida en capas y ruedos
(refuerzos o forros), un elemento esencial para los hombres y las mujeres” -añadía la publicación
italiana- “Un tipo de abrigo que no es ni frac ni levita, una especie de talle (desde el cuello a la
cintura) con faldas sin llegar a las rodillas”. Justo sería recordar en este punto que, en los últimos
doscientos años, la chaqueta y otras prendas se han desarrollado según los estilos de la sastrería
británica e italiana, principalmente.

Coco Chanel ajusta la chaqueta


Pero, curiosamente, fue la modista y diseñadora de alta costura francesa Coco Chanel, quién ya
en 1920, provocó un gran cambio dentro del vestir femenino. Una de sus mayores aportaciones
fue la de modificar y ajustar la chaqueta al cuerpo de la mujer para que tuviera un corte más
femenino, usando, además, colores neutros como el blanco, negro y marfil.

Desde entonces, la chaqueta ha desarrollado multitud de variantes y se ha convertido en una


prenda básica e imprescindible en nuestro armario con una amplia variedad de modelos. Y si bien
es cierto que esta prenda ha tenido normalmente un origen militar o deportivo, con los años, se ha
ido incorporando al vestuario diario de la mujer y se ha adaptado a los nuevos tiempos y
tendencias que han ido surgiendo.

El mundo de la chaqueta de mujer es mucho más extenso de lo que parece. A pesar de que
solemos llamar ‘chaqueta’ casi a cualquier prenda que nos ponemos encima de una camiseta, una
blusa o un jersey, lo cierto es que existen muchos tipos de chaqueta diferentes según el corte,
material o uso, cada una con su propia denominación. Si bien y a rasgos generales, una chaqueta
es una prenda de vestir de cierto grosor y que se utiliza a modo de abrigo. Se compone de mangas
largas, una abertura frontal que puede cerrarse mediante botones o cremallera, y suele incluir
bolsillos laterales.

En nuestro próximo artículo titulado ‘Chaqueta de mujer, tipos’, os presentaremos alguno de los
distintos tipos de chaqueta según sus cualidades diferenciadas. Si os ha gustado este post, estad
atentas al siguiente, porque descubriréis cosas que tal vez no conocíais acerca de la chaqueta de
mujer.
La chaqueta inglesa de hoy en día, poco o nada, recuerda a su origen militar o deportivo, para
convertirse en una prenda básica en el guardarropa femenino. © Amina Rubinacci

Camisa. Prenda de vestir de tejido fino que cubre el cuerpo desde el cuello hasta más
abajo de la cintura y se abre de arriba abajo por delante.

Etimología
Hay algunos estudiosos de la historia de la moda, se dice que la camisa fue creada en el siglo
V a.C en Grecia para vestir a los trabajadores. El nombre de la camisa actual proviene
del latín tardío "camisia", aunque según los que defienden un origen griego podría venir del
término kamasón, con el significado de túnica. Este origen griego aparece documentado por lo que
podemos suponer que se fue adaptando a las diferentes lenguas.

Historia
Las primeras camisas se ponían pasándolas por la cabeza (al igual que una camiseta), ya que al
principio la camisa fue considerada un prenda de ropa interior, y siempre se ponía debajo de otras
prendas de vestir; solamente se lucía o veía el cuello de la misma. Precisamente, de ahí viene la
costumbre que indica el Protocolo, que una caballero nunca debe quedarse en mangas de camisa,
al menos en presencia de las señoras, por considerarse que era como quedarse desnudo en ropa
interior. Por eso lo caballeros nunca deberían quitarse la chaqueta en los banquetes y otros actos.

Dadas las condiciones de vida de aquellos años, finales del siglo XIX, la camisa blanca o de tonos
claros, era signo de distinción. Solo los aristócratas y gente de buena posición podían lavarla a
menudo y tenerla siempre limpia. Eran bastante utilizados los cuellos postizos, pues como
indicamos anteriormente, era la única parte que se lucía, en un principio; así se podía cambiar el
mismo, sin tener que lavar el resto de la prenda no visible. Cuando aparecen las primeras camisas
de colores más oscuros, rayas y estampados, las clases sociales más altas optan por mantener el
blanco en los cuellos y puños de las camisas, como signo de distinción, para tratar de mantener las
diferencias.

Las buenas camisas son caras debido a que en su confección se emplean materiales de buena
calidad y emplean una mayor cantidad de tela, además suelen estar hechas a medida. También
son más caras pues se cuidan los detalles como los cuellos, mangas, puños y hombros. Una
buena camisa también se reconoce por el tipo de costura que lleva, que debe ser de puntada recta
y con un mínimo de 7 u 8 puntadas por centímetro. Además, los ojales y los botones son siempre
cosidos a mano. Aunque las camisas de vestir pueden ser también hechas en serie de fábrica,
éstas tienen mejor precio pero no suelen contar con los detalles de las camisas hechas a medida y
a mano. Para elegir una camisa, hay que saber si se usará con corbata o no, y hacer la prueba
cerrando el último botón del cuello. Recuerde que una camisa mal ajustada se convierte en un
instrumento de tortura, y además dará una mala impresión.

Las camisas de vestir suelen ser blancas, sin botones en el cuello y con puños para gemelos
(doble puño) y, por supuesto, de manga larga. Tampoco llevan bolsillo. Una camisa clásica, nunca
lleva bolsillo, y si lo lleva nunca debería usarse, para eso tenemos los bolsillos de la chaqueta. Las
camisas de manga corta deben dejarse para ocasiones informales, el verano, cuando vestimos de
sport, o para ir vestido sin chaqueta Una curiosidad a tener en cuenta, es que las camisas (como
otras prendas de botones masculinas) abrochan de izquierda a derecha (tienen la fila de botones a
la derecha) y las de las señoras abrochan de derecha a izquierda (tienen los botones a la
izquierda). Obedece a que los hombres antaño podían desabrocharse la camisa o prenda similar
con la izquierda y coger o sostener la espada con la mano derecha. Mientras que la mujer solía
sostener al niño con la izquierda y desabotonar su camisa o blusa con la derecha.

Frases
Las costumbres y el refranero español nos dejan diversas alusiones a la camisa: "Meterse en
camisa de once varas", "Madre e hija caben en una camisa; suegra y nuera no caben en la tela",
"La buena lavandera, su camisa la primera", "Mal año espero, si en febrero anda en mangas de
camisa el jornalero", etc. También de sus orígenes provienen otras connotaciones relativas al
protocolo, como que un caballero nunca debe quedarse en mangas de camisa, justificado en que
como ya hemos dicho era considerada una prenda de ropa interior, y por protocolo no deberíamos
quitarnos la americana en la mesa o en general en cualquier acto social.

Buena apariencia de la prenda


Las camisas se pueden diferenciar por: tela (algodón, seda u otra tela), color o diseño (liso
o plano, rayas, estampadas), confección (a la medida o en serie), tipos de cuellos, mangas o
puños (con gemelos/colleras o abotonado) y uso (para usar con corbata o no).

Una buena camisa con cuello duro italiano o inglés debe llevar una costura para meter unas
ballenas que le darán al cuello la curvatura adecuada y evita que las puntas del cuello se levanten.
Las ballenas pueden ser de materiales diversos como plástico, níquel, plata o madreperla. No
sirven para cuellos blandos como el de botones. En toda camisa que se precie, la unión entre el
puño y la manga lleva pliegues. El ojal del puño debe ser horizontal y no vertical. Otro detalle a
tener en cuenta es el canesú de la espalda partido por la mitad, coincidiendo el dibujo de la tela al
igual que deben casar los dibujos de las costuras de los hombros con las mangas. La pieza trasera
suele ser ligeramente más larga que la delantera y algunos fabricantes en el ángulo que existe
entre ambas cosen un hexágono de tela para reforzar. Ese es el caso de Turnbull & Asser con su
característico triángulo blanco. Los botones suelen ser de nácar y suelen llevar una tapeta simple.
En cuanto al cuello hay muchas opciones donde escoger y su forma va a ser decisiva para el estilo
de la camisa. Lo mismo ocurre con la elección de la tela.

Usos
Una buena camisa debe ser de seda o algodón, preferiblemente, y debe cubrir por completo el
brazo hasta la muñeca, e incluso llegar hasta media mano con el brazo extendido. El puño debe
sobresalir de la chaqueta al menos dos dedos cuando se dobla el brazo.

Las puntas del cuello, deben tocar la camisa, y no encontrarse despegadas, ni deben moverse por
tener falta de rigidez en los cuellos de la misma. Las de vestir deben contar con el puño francés o
doble puño, para poder lucir gemelos. Actualmente, existen unos complementos conocidos como
cubre-botones, que sirven para las camisas que no tienen doble puño y quieren lucir un aspecto
más elegante, similar al de las camisas con gemelos.

Una camisa clásica debe llevar "canesú", que es una costura vertical por la parte posterior de la
camisa, necesaria para que la camisa nos quede bien adaptada. También suelen tener unas
varillas o refuerzos en el cuello para que éste se mantenga siempre bien rígido. Las puntadas
mientras más sean mejor "vida" tendrá la camisa. Los botones de nácar o imitación de este
material. El puño debe constar de varios pliegues, dos botones y los ojales dispuestos de forma
horizontal, para evitar que la manga no se abra de forma muy antiestética.

Etiqueta en el vestir
No todas las camisas son iguales o se visten de la misma
manera..
La camisa es una de las prendas más utilizadas por los caballeros, tanto en atuendos formales,
como informales o de sport. Pero no todas las camisas son iguales o se visten de la misma
manera.

Cuello
Deberá ser acorde a la prenda que vista, y a la corbata, si la utiliza, que vaya a lucir. Salvo
determinadas modas, los cuellos con botones no deben ser utilizados para lucir corbata, son pocos
elegantes. Tampoco los que llevan un pequeño pasador. Los cuellos amplios son apropiados para
lucir nudos de corbata anchos. Así como los estrechos son utilizados para nudos de corbata
pequeños o estrechitos. Uno de los más elegantes, según los expertos, es el cuello italiano
(también conocido como cuello cutaway o spread). Los cuellos de la camisa deben estar bien
planchados y, si es posible, ligeramente rígidos (en épocas pasadas eran almidonados para
obtener esta rigidez). Las medidas del cuello de la camisa deben ser exactas para evitar que
quede demasiado holgado o que apriete demasiado siendo realmente incómodo llevar una camisa
abotonada en su totalidad. Si lo desea puede ampliar información sobre las camisas en nuestro
artículo "Tipos de camisa y como utilizarla".

Tipos de cuello
1. Cuello inglés.

El cuello de las camisas de vestir por excelencia. Sus puntas son más largas, que en las camisas
de sport, y también es algo más estrecho. El cuello también es un poco más ancho que el de las
camisas informales.

2. Cuello italiano.

Es más corto y más ancho que el cuello inglés. Y las puntas están algo más separadas. También
es muy utilizado para vestir, al igual que el cuello inglés. Las puntas deben ser perfectamente
rígidas para evitar que se doblen.

3. Cuello abotonado.

También conocido como cuello "botton down". Muy similar en tamaño, forma y apertura, al cuello
de vestir pero "sujetado" con botones en los picos del cuello. Es un cuello informal, y las camisas
que lo tienen no deberían utilizarse como camisa de "vestir" para eventos o ceremonias formales.
Es un cuello de invención americana.

4. Cuello pasador.

También conocido como "cuello collar", Muy de moda hace años, pero apenas utilizado en la
actualidad. Su principal característica, es que las puntas de los cuellos se unen por un pasador o
alfiler. Al igual que el cuello abotonado, no debería utilizarse como "camisa" de vestir.

5. Cuello postizo.

No utilizados en la actualidad. Es el conocido cuello de quita y pon, utilizado para poderlo cambiar
con independencia del resto de la camisa. Muy utilizado en épocas pasadas, sobre todo en la
primera mitad del siglo XX, donde evitaba tener que lavar toda la prenda, y cambiando solamente
el cuello, daba la impresión de limpieza y pulcritud.

Parte delantera
Amén del diseño elegido, la camisa debe llevarse abotonada en su totalidad, a excepción del
último botón del cuello, que puede no abotonarse cuando se prescinde de la corbata, en camisas
de sport y en camisas de manga corta. No obstante, como en tantos otros supuestos, la moda es
bastante influyente en estos puntos. Las abotonaduras pueden ser de vestir, botones normales de
nácar o cualquier otro material natural o sintético, o bien pueden ser de "fantasía" para el vestuario
de etiqueta, principalmente. Estas abotonaduras de lujo suelen ser pequeñas perlas, brillantes,
etc.

Puños
Dependiendo del uso que vaya a dar a una camisa se puede decantar por un tipo u otro de puño.
Para las camisas de vestir puede valer simplemente con el puño normal, y para el vestuario de
etiqueta el puño doble para gemelos. Ahora también hay camisas de puño mixto que pueden servir
tanto para lucir botones y cubrebotones, como para lucir gemelos, escondiendo el botón en un ojal
que llevan estos puños para tal fin. Los puños deben ir siempre abotonados, tanto si se lucen
complementos en ellos, como si no se lleva nada. Los puños generalmente abotonados, salvo
algunas tendencias que imponen con cierta periodicidad los puños desabotonados e incluso
doblados sobre la manga de la chaqueta.

Tejido
Las camisas más utilizadas son las de algodón, aunque pueden ser de muchos otros tipos de
tejido. De seda, de lino, de mezcla con fibras sintéticas, etc. Dependiendo de la época del año y
del vestuario que luzca, deberá elegir la más adecuada para cada momento y ocasión.

Modelos
Hay tantos modelos de camisa como fabricantes y diseñadores en el mundo. Cada casa o
fabricante tiene sus distintos patrones para la fabricación de esta prenda. Las camisas de vestir,
por ejemplo, no suelen llevar bolsillo alguno, así como las de sport o de vestuario informal si que
suelen llevarlo, a su lado izquierdo, generalmente.

Marcas reconocidas
 Camisas Hawes & Curtis
 Camisas Harvie & Hudson
 Camisas Hackett
 Camisas Benson & Clegg
 Camisas Budd of Piccadilly
 Camisas Hilditch & Key
 Camisas New & Lingwood
 Camisas Turnbull & Asser
 Camisas T.M.Lewin
 Camisas Brooks Brothers
 Camisas Luigi Borrelli
 Camisas Thomas Pink
 Camisas Ralph Lauren
 Camisas Charvet
 Camisas Battistoni
 Camisas Finamore Napoli

Consejos
 El traje es el rey por excelencia, para el hombre. La chaqueta (americana) debe ajustar
perfectamente en los hombros, y la caída debería distar al menos cerca de un palmo de las
rodillas. Es decir, cubrir los bolsillos del pantalón, aproximadamente.
 Las mangas, con los brazos rectos, deben llegar hasta las muñecas, y con los brazos
doblados, tendrían que dejar ver los puños de la camisa (y así poder lucir los gemelos o los
cubrebotones). La caída posterior de la misma deberá cubrir el asiento del pantalón.
 El pantalón debe quedar a la altura del tacón del zapato. Ni quedar corto, viéndose los
calcetines, ni arrastrar por el suelo (tres dedos al menos por encima de la altura del suelo).

No debemos dejarnos llevar por las modas, que a veces imponen determinados largos en los
pantalones que son poco estéticos.

 Las chaquetas cruzadas son más clásicas y se pasan menos de moda que las rectas.
También son más "formales" que las rectas. La chaqueta cruzada se viste abrochando,
generalmente, todos los botones (o al menos dos botones).

La chaqueta recta se viste abrochando solo el botón superior, o los dos superiores, dependiendo
del número de botones. En caso de no abrocharla al completo, siempre deben dejarse sin
abrochar los botones inferiores. Si la chaqueta nos está un poco justa, cosa que suele ocurrir
cuando tardamos en ponerla y hemos cambiado de talla, lo mejor es que no se abroche. Queda
muy feo esas tiranteces que se notan cuando la chaqueta nos aprieta y nos la abotonamos.

 Respecto de las camisas los tejidos más utilizados son algodón y seda (aunque las mezclas
con tejidos sintéticos son muy utilizadas). Los calcetines deben combinar con los zapatos y/o
los pantalones, y serán, según el resto de prendas, oscuros.
 El cinturón debe combinar con los zapatos. Aunque vista de sport, no desabroche más de
un botón de su camisa. No es nada estético ver su pecho, por muy esbelto que sea usted (y no
digamos si usted es de abundante pelo en el pecho).
 Evite combinar cuadros con rayas, y no mezcle más de tres colores a la vez. Lo mismo
ocurre con las corbatas, evite combinar corbatas estampadas con camisas estampadas, o
rayas en la corbata y en la camisa.
 Para vestir un traje, los complementos utilizados deben ser unos gemelos o cubre-botones y
un alfiler de corbata. Anillos, los mínimos (una alianza y/o un solitario).
 Y recuerde se ponga lo que se ponga, mantenga el buen gusto, sin perder su propio estilo
personal. Y si quiere ir a la moda, procure adquirir prendas que vayan con su estilo y su forma
de vestir.

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