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FACULTAD DE PSICOLOGÍA
TESIS DE DOCTORADO
PSICOANÁLISIS Y CIENCIAS
1
DOCTORANDO: DANIEL RUBINSZTEJN
2
Indice
CAPITULO 1: INTRODUCCIÓN 4
1.1. Objetivos e hipótesis 6
1.2. Estado del arte 7
CAPITULO 2: EPISTEMOLOGÍA Y FORMALIZACIÓN 16
2.1. Corrientes epistemológicas 17
2.2. Causas, axiomas, hechos y actos 23
2.3. Factiches: descubrimiento vs. construcción 29
2.4. Programas, paradigmas, progreso 32
2.5. Confrontaciones 1 37
CAPITULO 3 : DESARROLLOS DE LAS CIENCIAS/ RELACIÓN DEL PSICOANÁLISIS
CON LAS CIENCIAS 47
3.1. Entre ciencia y religión: Confrontaciones 2 49
3.2. El cogito. Acerca del sujeto 52
3.3. Saber. Matemas y formalización. Escritura y estructura 60
3.4. Ciencias Conjeturales 71
3.5. Peligros de la razón. Confrontaciones 3 77
3.6. Una contradicción 80
3.7. Significante-letra 81
3.8. Una curiosidad 85
CAPITULO 4: VARIACIONES SOBRE LA VERDAD 86
4.1. Mito y logos 94
4.2. Mito y verdad 95
4.3. No hay relación sexual 99
4.4. Verdad y causa 104
CAPITULO 5: LA CAUSA (CAUSA / EFECTO) 105
5.1. Rank y su trauma 107
5.2. Causas 109
5.3. Ley y causa 117
CAPITULO 6: LO REAL, LA REPRESENTACIÓN, LALENGUA 120
6.1. Lalangue 123
CAPITULO 7: EL ENSAYO: UNA ESCRITURA EN PSICOANÁLISIS 125
7.1. El inconsciente obliga al ensayo 127
7.2. El lugar del lector 128
7.3. Pensamientos descalzos 131
7.4. El cuerpo en el ensayo 134
7.5. Sujeto, autor y subjetividad 137
7.6. Lo nominal 149
7.7. El tiempo en el ensayo 153
CAPITULO 8: CONCLUSIONES 157
BIBLIOGRAFIA 163
3
CAPITULO 1
INTRODUCCIÓN
4
Las relaciones entre conocimiento científico y psicoanálisis han sido objeto de
diversas discusiones y estudios. Las concepciones epistemológicas en los últimos
treinta años han modificado la visión de la ciencia. Ya no se habla de un único
método científico; incluso se ha llegado a afirmar que hablar de “la” ciencia como
única, es una monstruosidad metafísica. Además, se han hecho numerosas
críticas al inductivismo y al empirismo, han cambiado los criterios de objetividad y
de verdad.
Por tanto, las conclusiones a las que arribaron resultaron no sólo diferentes,
sino hasta contrapuestas.
Ahora bien, a esta altura del debate es necesario preguntarse por qué razón
puede resultar importante para el desarrollo del psicoanálisis conceptualizar
acerca de su estatus científico.
5
- ¿Es una forma de construir un espacio y una política institucional en el
mundo académico?
Desde la perspectiva de esta tesis, preguntarse hoy por el estatus científico del
psicoanálisis resulta relevante para construir una posición en la práctica del
analista. No es sólo una discusión teórica, sino que tiene efectos en cómo se
dirigen los tratamientos analíticos, y en el futuro del psicoanálisis como práctica
social.
Objetivos generales:
Objetivos específicos:
- Analizar las relaciones del psicoanálisis con la práctica científica y con los
discursos de la magia y de la religión.
Hipótesis central:
Hipótesis secundarias:
6
- La teoría de la causa en el psicoanálisis le da al mismo un lugar excéntrico
respecto a desarrollos discursivos anteriores.
- Los términos: real, causa y verdad sufren una metamorfosis en su uso con el
paso de la epistemología al psicoanálisis. Quizás esta metamorfosis los haga
inconmensurables en su uso. Además la importación de nociones de otras
disciplinas y prácticas (nombre del padre, significante, energía, etc.) transmutan el
valor que estas tienen en sus respectivas áreas, y aún así, sabiendo de sus
orígenes religioso y/o científico, las continuamos usando, otorgándoles un valor ad
hoc, que nos sirve para desarrollar y pensar nuestro campo de acción.
Eliminado: ¶
7
psicoanalítica. Se considera a sí mismo cientificista, es decir, "que la investigación
científica es el mejor camino para alcanzar la verdad objetiva". Se autodenomina:
realista científico.
Dice : “Lo que debieran hacer los psicoanalistas empeñados en probar que el
psicoanálisis es científico es diseñar, ejecutar, analizar y publicar experimentos
controlados que confirmen las hipótesis, así como estadísticas que comprueben la
eficacia de la terapia analítica. Sólo así se ganarían el respeto de los científicos y
metodólogos. Quien sostenga que el psicoanálisis es una ciencia auténtica deberá
probarlo, comenzando por adoptar una definición de ciencia aceptable para los
científicos corrientes. Deberá mostrar que practica el método científico, que
corrige o abandona sus hipótesis cuando los datos empíricos le son adversos. El
psicoanálisis no satisface ni una sola de las condiciones que definen una ciencia.
El problema sigue siendo si las hipótesis y prácticas analíticas han aprobado el
examen práctico”.
G. Klimovsky (1983) cree que si los psicoanalistas hicieran "un esfuerzo más
serían...científicos". Que en la obra de Freud anida la intuición de un verdadero
“espíritu científico”, pero que las limitaciones de las formulaciones analíticas dejan
el intento en el camino, y que así como el camino del infierno está lleno de buenas
intenciones, el de la ciencia está lleno de buenas intuiciones. Sostiene además,
que hay una expresión maldita: teoría científica. Prefiere hablar de disciplina
científica. También rechaza la afirmación bachelardiana de que cada ciencia tenga
un objeto que la defina (vg.: el objeto del psicoanálisis es el inconsciente).
8
ciencia. Las nupcias del psicoanálisis con la ciencia pone en evidencia que hay un
saber en lo real, lo real se presenta bajo la forma de un saber”.
1.2.1. Voy a realizar en este apartado un recorrido por algunos autores que de
modo explícito o implícito toman los parámetros - que luego desarrollaré - que Sir
Karl Popper ha propuesto para establecer cuáles son las características de la
práctica científica.
Los demás autores que citaré a la polémica, aparecerán a medida que los
temas (ciencia, causa, verdad) lo requieran. La idea central aquí es realizar una
lectura e interrogar desde el discurso psicoanalítico a distintas corrientes
epistemológicas, sin abrir juicio sobre su pertinencia o no en su concepción de las
ciencias, pero señalando cada vez sus límites para, a mi criterio, determinar si el
psicoanálisis es o no una ciencia.
1
En el capítulo 3. volveré sobre estas citas.
9
Tomo, en principio, dos autores (Grünbaum - Pissinis) para comenzar a recorrer
las dificultades que tenemos los analistas cuando se yuxtaponen los campos de la
epistemología (popperiana en esta ocasión) con los desarrollos del psicoanálisis.
10
más entre otros, lo cual lo lleva a postular un analista objetivo que pueda recoger
datos, que observe.
11
quedó con la impresión de que para los defensores de esta clase de psicología “el
mundo estaba lleno de verificaciones de la teoría” 2. En otros términos: no hay
observaciones incompatibles y que pongan a prueba a la teoría.
Según G.Pissinis (1994) diferentes autores han señalado que, no obstante los
reparos popperianos, existen ejemplos en la obra de Freud de hipótesis falsables.
Algunos de esos ejemplos, afirma, serían los siguientes:
2
“El desarrollo del conocimiento científico”. Conjeturas y Refutaciones (1963), pág. 59.
3
Agrega Pissinis: Por supuesto que este ejemplo simplifica deliberadamente la situación experimental con el fin
de ilustrar el modo en el que la teoría psicoanalítica podría satisfacer el requisito de falsabilidad.
4
Vappereau, J.(1997):“Algunos analistas toman la clínica para probar algo, caen en el verificacionismo. Freud
utiliza la clínica no para verificar la teoría sino para refutarla. El discurso analítico es falso pero irrefutable. Son
enunciados no válidos (semántica) pero irrefutables”.
Aunque se sitúa en las antípodas del llamado millerismo, y descarta el parámetro de validez, y se diferencia
claramente de la posición de Popper, apela a los términos de la epistemología popperiana para establecer su
posición.
12
incompatible con ella. Freud (1915) enfrentó un caso que, en apariencia,
contradecía su teoría, pues la paciente tenía como objeto de su delirio de
persecución a su amado. Sin embargo, el análisis más detallado del caso
mostró que en realidad a quien iba dirigida la manía persecutoria era una
anciana señora con quien, según suponía la paciente, se había acostado su
novio.
“Aun cuando pudieran ampliarse los ejemplos de hipótesis que cuentan con
enunciados básicos que potencialmente sean sus falsadores, subsiste el otro
problema, el de naturaleza metodológica, y es el siguiente: ¿qué datos se van a
tomar como confirmatorios o refutatorios de la teoría? ¿Hay alguna garantía
metodológica que nos permita confiar en las observaciones hechas en el diván --
tal como la hecha por Freud para corroborar su hipótesis etiológica de la paranoia -,
y otorgarles, en consecuencia, algún valor probatorio? Puedo afirmar que no fue
ajeno al interés de Freud buscar contrastaciones a sus hipótesis, ni tampoco fue
hostil a revisar sus hallazgos a la luz de nuevos datos disponibles. Otro asunto es,
sin embargo, evaluar hasta qué punto su proceder metodológico se ajusta a ciertos
requerimientos exigidos por otras corrientes epistemológicas emparentadas con el
inductivismo”.
13
material clínico, sólo que creo insuficiente que el aporte del analista como terapeuta
alcance para evaluar la adecuación de las hipótesis que él haya formulado. El
camino es difícil, pero prometedor, aunque requiere que el juicio clínico se vea
avalado por el “consenso de los expertos” que permita establecer los criterios que
rigen las inferencias dentro de la situación clínica”.
Por su parte Grünbaum se pregunta por la validez de los datos clínicos para
garantizar la veracidad de las interpretaciones. Entiende además, que las
interpretaciones son hipótesis del analista (también revisaré este criterio). Agrega
que “el método psicoanalítico produce una comprensión verídica de los conflictos
necesaria para la curación de las neurosis”. Estos supuestos revisten un carácter
empírico y serían falsables, por lo tanto son constituidos por los autores citados, en
ejemplos del status científico del psicoanálisis. Grünbaum se aleja así de la
posición de Popper, porque afirma que a pesar de algunas oscuridades, el
psicoanálisis es ciencia. No se ahorra, además, responderle a Popper: “un filósofo
que presume de sentarse en el pedestal legislativo puede ser abandonado a
contemplar su propio ombligo normativo”. Agrega que debemos tener en cuenta la
incompletud de la teoría para explicar todos los resultados obtenidos en el curso de
los tratamientos.
“En la medida que el psicoanálisis aspira a ser una ciencia, hay razón para
pedirle cuentas de su método, de sus pasos, de su proyecto, y compararlos con los
5
En: Problemas de lingüística general (1979).T.1- S.XXI,. Méjico.
14
de las ciencias reconocidas. Nada se practica que se preste a una verificación
objetiva. No se establece esa relación de causalidad visible que se busca en un
razonamiento científico. El psicoanálisis parece distinguirse de toda otra disciplina.
Principalmente en esto: el analista opera sobre lo que el sujeto dice. Los síntomas
que el analista encuentra son el producto de una motivación, traspuesta a otras
motivaciones falaces. Los fenómenos son gobernados por una relación de
motivación, una relación de causalidad. Nos parece que si los analistas admiten
este punto de vista el estatuto científico de su disciplina quedará mejor
establecido”.
15
CAPITULO 2
EPISTEMOLOGÍA Y FORMALIZACIÓN
16
El pensamiento investigador no puede salir de si
mismo para comparar sus resultados con la verdad
real. No hay criterio externo viable por el que pueda
estimarse los resultados de la ciencia. Hegel
17
Una característica de la ciencia es su capacidad para explicar y predecir según
estos pasos pautados: OBSERVACION – INDUCCION - LEYES Y TEORIAS –
DEDUCCION - PREDICCION Y EXPLICACION.
6
Comunicación personal
18
El físico no incluye la forma de la mesa del laboratorio o el color de las paredes o
sus sueños de la noche anterior entre sus datos observacionales. Los objetos de la
observación son resultado de las aportaciones tanto de nuestras teorías - hipótesis
previas que relevan o desechan ciertos datos- cuanto de la acción del mundo
exterior sobre nuestros órganos sensoriales. Por ejemplo: un niño y un químico
pasan por una fábrica de acero uno percibe olor a huevo y el otro a azufre.
La observación del químico tiene mayor valor epistémico que la del niño porque
hay más conocimiento implicado en su observación que en la del niño.
La física, como todas las ciencias, nunca puede afirmar nada sobre sí. La física
misma no es ningún posible objeto de un experimento físico. No se puede mediante
un cálculo matemático decir lo que es la matemática misma. Las ciencias son
incapaces de acceder a lo irrodeable que prevalece en su esencia.
19
- Toda buena teoría implica una prohibición, prohibe que sucedan ciertas
cosas. Cuanto más prohibe una teoría, tanto mejor es.
20
Para la ciencia no hay hechos puros, la teoría y los marcos conceptuales
condicionan la observación, a tal punto que influencian en cómo vemos e
interpretamos la realidad. No existe el observador neutral que pueda interpretar sus
observaciones desde fuera de la teoría. Adherentes a distintas teorías pueden
observar hechos distintos aun cuando vean los mismos fenómenos.
Para Popper nunca podría decirse que una teoría es verdadera definitivamente.
Sólo puede decirse que es superior a sus predecesoras porque ha sido capaz de
superar pruebas - resistir falsaciones - que han falsado a aquéllas.
“Kant sostenía que nuestro intelecto no extrae sus leyes de la naturaleza sino
que impone sus leyes a la naturaleza. Tenía razón pero, no siempre tenemos éxito
al imponerlas a la naturaleza. La naturaleza se resiste exitosamente, y nos obliga a
considerar refutadas nuestras leyes, pero si seguimos viviendo, podemos intentarlo
nuevamente” (Popper, 1963).
21
mundo de los hechos sociales o naturales). Su verdad depende de las relaciones
lógicas, de su coherencia.
Los sistemas deductivos tienen que cumplir, para ser válidos, con las siguientes
propiedades:
Para Carnap (citado por Glavich, 1998) lo dado es un dato sin sujeto porque lo
dado es anterior a la construcción de todo sistema y sólo después de tal
construcción tendría sentido hablar de sujeto. Para Russell (Ibidem), a lo sumo
habría un sujeto conciente de los datos sensibles o de las experiencias inmediatas.
- Modelo teleológico: Emplea locuciones tales como “con el fin de”, “con el
propósito de”. Un deseo de un cierto futuro y no el futuro mismo el que
determina causalmente.
- Modelo genético: Los sucesos mencionados del pasado son elegidos sobre
la base de suposiciones.
22
Los métodos experimentales no permiten establecer ninguna necesidad absoluta
- lógica - en los fenómenos. Las leyes y teorías son verdades contingentes. La
ciencia responde a las pregunta de cómo se producen los sucesos y se relacionan,
llega a lo sumo a sistemas de descripciones y no de explicaciones. Afirma que el
conocimiento científico debe ser sistemático y garantizado.
23
Una ciencia acabada no necesitaría contestar a todas las preguntas de su
dominio, sólo necesita darnos los medios para resolver algunas cuestiones. La
ciencia necesita proveer recursos para asegurar que, por principio, todo fenómeno
tiene una explicación posible.
Para dar una respuesta adecuada a una pregunta no necesitamos contestar toda
pregunta ulterior que surja. Sino, este proceso se puede continuar ad infinitum,
pero no necesitamos realizar la tarea imposible de llevarlo a término para contestar
a la pregunta inicial. No está uno obligado a remontar ad infinitum el regreso de las
causas, basta retroceder hasta donde sea preciso para satisfacer las necesidades
de la situación. Pero esto no significa que hayamos tocado roca viva como un Adán
que proporcione el final de la línea. Cuando detenemos el regreso de la explicación
es porque hemos ido lo suficientemente lejos para los propósitos presentes, y no
porque hayamos dado con un punto irrebasable. Si la tarea ilimitada fuera
necesaria para una explicación adecuada, pasaría a ser imposible por principio
proporcionar tales explicaciones. Deben buscarse explicaciones, no en términos de
la causalidad antecedente, sino prospectivamente, teleológicamente 7.
7
Sobre esta última propuesta de Rescher volveré cuando presente el lugar de la causa en psicoanálisis. De
todos modos, quiero subrayar la dificultad que él señala entre: explicación - causalidad antecedente -
teleología.
24
“Explicamos leyes por medio de hechos y leyes. Explicamos leyes por medio de
hechos, leyes y principios sistemáticos. Y explicamos sistemas
autorreferencialmente por medio de leyes que ellos mismos son capaces de
sistematizar. El proceso entero no es un círculo vicioso sino un círculo virtuoso de
autovalidación. Aunque nunca podemos sentirnos seguros de la capacidad del
lenguaje de proporcionar los medios para controlar el mundo real”8.
Todo enunciado correcto en algún lenguaje real formula una verdad. La verdad
no puede existir como espíritu puro, debe darse incorporada a un enunciado. Un
hecho no es una entidad lingüística, sino una circunstancia de cosas reales. Todo
lo que es correctamente enunciable en algún lenguaje posible es un hecho.
Hay más hechos que verdades. Toda verdad debe enunciar un hecho pero es
posible que haya hechos que nunca sean enunciables en ningún lenguaje. Los
hechos son verdades potenciales cuya actualización depende de la disponibilidad
de un aparato lingüístico adecuado para su formulación. Hay hechos que nunca
serán capturados como verdades aunque será imposible presentar ejemplos
concretos de este fenómeno.
8
Esta falta de seguridad la pensaré más adelante como los límites del metalenguaje.
25
Las preguntas científicas surgen en un contexto histórico. Surgen en ciertas
coyunturas, pueden nacer y luego morir. Puede ocurrir que un cuerpo de
conocimiento conteste una pregunta sólo provisionalmente en un tono de voz tan
tentativo o inconcluyente que sugiera que realmente se necesita más información
para zanjar el problema con confianza. Entonces habría:
- Nuevas preguntas
26
número de componentes de la naturaleza puede ser pequeño, los modos en que
pueden combinarse pueden ser infinitos. Como las letras, sílabas, palabras, frases,
parágrafos, libros, bibliotecas, etc., no suponemos un techo a tal secuencia de
niveles de complejidad.
27
El movimiento natural de un cuerpo celeste es interpretado de un modo por
Aristóteles y de otro por Galileo; un campesino supersticioso significa el mal de ojo,
de modo distinto a un psicólogo.
Rescher agrega que nadie ha sido capaz de decir siquiera qué quiere decir estar
más cerca de la verdad, y que la naturaleza siempre ha ocultado reservas de
poder, nunca podemos llegar al fondo de ella.
28
2.3. Factiches: descubrimiento vs. construcción
Latour (1984) acentúa que el acto de percibir está constituido por fuerzas
sociales predominantes. Propone eliminar V o F de la práctica científica y sostiene
que la práctica produce naturaleza y sociedad.
Dice que hemos renunciado a utilizar expresiones tales como "se descubrió la
sustancia” haciendo un bio ensayo. Seria transmitir la impresión de que la
presencia de ciertos objetos estaba esperando a ser revelada por los científicos. No
concibe que los científicos descorran las cortinas sobre las verdades dadas de
antemano, aunque hasta ahora ocultas. Más bien, sostiene que es la ingeniosa
creatividad de los científicos la que constituye a los objetos: los microbios de
Pasteur son cuasi - objetos, ni objeto ni sociedad. Los llama Factiches:
condensación de hechos y fetiches (factum + fetiche = Factiche). Tienen la
propiedad de ser hechos fabricados, pero tienen autonomía.
29
consecuencia del trabajo de laboratorio. En ningún caso observamos de hecho, la
verificación independiente del enunciado producido en el laboratorio. En cambio
observamos la extensión del laboratorio a otras parcelas de la realidad social como
hospitales, industrias.
Las ciencias no hablan del mundo sino que construyen representaciones que
parecen alejarlo siempre, aunque también lo aproximan hasta un primer plano.
Se pregunta ¿existían los fermentos antes que Pasteur los fabricase? Responde:
No, no existían antes que el interviniese. ¿Dónde estaban los microbios antes de
Pasteur? Esta pregunta no suscita cuestiones más fundamentales que: ¿dónde
estaba Pasteur antes de su nacimiento en 1822? La respuesta es: después de
1864 los gérmenes han estado ahí todo el tiempo.
Aquello que nos supera resulta también superado y modificado a su vez debido
a nuestra agencia, debido al clinamen de nuestra acción. Hay acontecimientos, no
hay sujeto, ni objeto ni contradicción ni alienación, ni dominio. Yo no actúo, me veo
sorprendido por lo que hago. La acción no tiene que ver con el dominio: Newton
“acontece la gravedad”, Pasteur “acontece los microbios”.
“Somos herederos de Moisés y del acto que le hace derribar al becerro de oro,
de San Pablo contra los ídolos paganos, de Galileo al hacer saltar el antiguo
30
cosmos, de Marx al denunciar los engaños del fetichismo de la mercancía, de
Nietszche que filosofaba con el martillo: esa es nuestra prestigiosa genealogía”.
- el uso del tiempo verbal han estado desde 1864, ¿pero antes, dónde
estaban?, que si bien no coincide con los tiempos del inconsciente pensados
por Lacan, los evocan de algún modo: la bomba estaba por estallar... (¿pero
estalló?); o el tiempo en términos del futuro anterior: habrá sido, o cuando
afirma que el tiempo se calcula desde un después (après coup); o la fórmula
de los tres tiempos lógicos: instante de ver, tiempo de comprender, momento
de concluir.
31
- la genealogía que adopta para la práctica científica, situaría a la ciencia entre
filosofía y religión.
Según Klimovsky (2004) 10 para Popper lo que hace científica a una teoría es su
capacidad de permitir deducir de ella consecuencias empíricas, lo que lleva a
predecir, explicar y planificar acciones. “El creía que el psicoanálisis no tenía estas
características pero estaba equivocado, dado la estrecha relación existente entre
las teorías, los principios y las prácticas terapéuticas que en ellos se inspiran, se
deduce que de tal práctica terapéutica habrá tal y cual resultado. Una teoría por el
hecho de explicar pero sin predecir no se consideraría suficiente para la
credibilidad de la comunidad científica”.
9
Volveré sobre la función del nombre propio en 7.6.
10
Klimovsky, G.: Epistemología y psicoanálisis.Biebel. Buenos Aires, 2004.
32
El intento amable de Klimovsky de incluir a nuestra práctica en el campo de las
disciplinas científicas con estos argumentos, le quita al psicoanálisis algo que le
es intrínseco: un intenso y permanente asombro y la sorpresa tanto del lado del
analizante como del analista ante algún dicho que queda inscripto como
interpretación, más allá de la intención. “Habrá tal y cual resultado” es una petición
de principios que no concuerda con la dinámica de las sesiones.
Recordemos que para Freud el “núcleo duro” fue la aceptación o no, de los
conceptos de resistencia y transferencia. Decía que reconocería como analista a
aquellos cuya práctica estuviera guiada por estos conceptos.
El paradigma está pensado como una matriz disciplinar: está constituido por los
supuestos teóricos generales, las leyes y las técnicas para su aplicación que
adopta una comunidad científica.
Una ciencia madura está regida por un solo paradigma que legitima el trabajo en
la ciencia que rige. Se concibe como un modelo de acción, una metodología de
investigación y una manera de ver el mundo.
33
resolver cualquier enigma. Los hombres cuya investigación se basa en paradigmas
compartidos están sujetos a las mismas reglas y normas para la práctica científica.
Para ser aceptada como paradigma, para que funcione como dominio, una teoría
debe parecer mejor que sus competidoras, pero, aclara, no necesita explicar todos
los hechos que se puedan confrontar con ella.
Llama anomalías a los hechos que no pueden ser explicados dentro del
paradigma - los científicos conviven con anomalías esperando que el desarrollo
posterior de cuenta de ellas -. Según su número o gravedad conducirán tarde o
temprano a una crisis. Hasta que un experimento concluyente, un libro o un
descubrimiento fortalezca una de las teorías en discusión.
34
lugar que Kuhn le otorga al paradigma: ordenar el (un) mundo en el que se
desenvuelve la práctica científica.11
Buscan en lugares nuevos, adoptan nuevos instrumentos. Ven cosas nuevas, los
objetos familiares se ven bajo una luz diferente:
“Antes creía que la luna era un planeta pero estaba equivocado. Ahora veo un
satélite”.
11
Un átomo de helio simple, ¿es o no una molécula? - Para el químico el átomo de helio era una molécula
pues se comportaba como tal respecto a la teoría cinética de los gases, para el físico no lo era ya que no
desplegaba un espectro molecular. Puede suponerse que los dos hombres hablaban de la misma partícula,
pero se la representaban distinto a través de la práctica de investigación que les era propia.
35
La afirmación de que es lo mismo (mismo mundo, mismos estímulos) es extraña.
Sostengo esta pregunta justamente porque en el mismo texto se afirma que el
mundo es diferente a partir del cambio de paradigma. Entonces, la idea de lo
mismo, desorienta y al desorientar abre interrogantes acerca del valor del referente
en la práctica científica. ¿Es lo mismo, algo que se llama de una manera durante
cierto tiempo y luego de otra (satélite/planeta)?
Las nuevas teorías inauguran nuevos hechos, un mundo nuevo. Kuhn no niega
que exista un mundo único independiente de la actividad científica, pero al mismo
tiempo sostiene que la investigación sólo es posible dentro de un determinado
contexto, el paradigma, que condiciona el conocimiento que se puede llegar a
producir. Las teorías científicas no reflejan la realidad, no son ni verdaderas ni
falsas. Hay un único mundo real, pero una pluralidad de mundos construidos a lo
largo de las etapas de una disciplina.
36
científico que previamente no era problemático es la piedra de toque de un cambio
revolucionario. El lenguaje posee un carácter bifronte”(Ibidem).
Ningún proceso descubierto hasta ahora por el estudio histórico del desarrollo
científico se parece en nada al estereotipo metodológico de la demostración de
falsedad por medio de la comparación directa con la naturaleza. “Una teoría
científica se declara inválida sólo cuando se dispone de un candidato alternativo
para que ocupe su lugar. Si se rechaza al paradigma sin remplazarlo por otro, se
rechaza a la ciencia”(Ibidem).
2.5. Confrontaciones 1
37
psicoanálisis. Intento así pensar si es pertinente o no, adaptar los desarrollos de
nuestras nociones a esquemas previamente demarcados por alguna corriente
epistemológica. Si acaso es posible su uso sin caer en la postulación de un
metalenguaje que interprete y sancione por fuera de nuestra práctica, los
fundamentos de nuestra acción.
38
Allouch sostiene entonces que Lacan introduce un nuevo paradigma que
sustituye a uno antiguo - el paradigma freudiano - en el marco de una disciplina ya
constituida. La invención de este paradigma, que como tal no es freudiano, deporta
a Lacan lejos de Freud. Este combate, afirma, se desarrolla a partir del 8 de Julio
de 1953, cuando Lacan produjo su ternario - escrito en letras - ISR. Imaginario,
Simbólico, Real. “Lo desliza bajo los pies de Freud” afirma.
Los declara inconmensurables al afirmar que “el punto de partida del nuevo
paradigma no está en Freud”. Incluso varios colegas de Allouch llegaron al extremo
de querer inventar un nuevo vocabulario psicoanalítico que desterrara
definitivamente los términos esenciales que Freud utilizó (vg.: libido, pulsión,
incluso inconsciente).
39
- Sabemos que el anhelo de Freud fue que el psicoanálisis fuera reconocido y
obtuviera un lugar entre las prácticas científicas y en la Universidad. Este
anhelo no fue ajeno a Lacan quien también afirmó sus intenciones de
ubicarlo en relación con la práctica científica (aunque también lo situará entre
la ciencia y la religión).
- Los problemas con los que Freud se encontraba siguen vigentes para los
analistas: cuándo comenzar un análisis, cuándo finalizarlo, qué sucede en
cada tratamiento con la transferencia, cómo sostener la abstinencia del
analista.
12
“Con la topología se quiere construir la estética que conviene a la concepción psicoanalítica del cuerpo”.
J.Jinkis (1983).
40
interrogantes sobre la eficacia de la práctica analítica (vg.: el uso de la sesión
corta).
Freud como nombre de autor queda por fuera de la serie. En ese sentido, tiene
un lugar singular, un lugar que lo hace muy diferente a Newton, según Foucault,
porque en la física no existe el retorno a Newton, mientras en psicoanálisis esta
consigna fue utilizada por Lacan en el intento de realizar una lectura que ubique los
impasses de los textos de Freud. Entonces la cuestión del origen y de la historia
podría ser pensada en otros términos:
J. Allouch piensa que la consigna retorno a Freud fue sólo eso, una consigna,
casi una táctica, para que lo escuchen los analistas auto-denominados freudianos.
41
embargo pertenece a lo que fundaron. Han producido la posibilidad y la regla de
formación de otros textos “.13
Para que haya retorno, es preciso, que haya habido un olvido esencial y
constitutivo; el acto de instauración es tal, en su esencia misma, que ”no puede no
ser olvidado”. El autor que no cesa de desaparecer en la literatura moderna no
puede no ser olvidado cuando se trata del acto de fundación de una discursividad:
“es que al mismo tiempo que establece la desviación y aquello que lo tergiversa, es
preciso que ese olvido no accidental se invierta en operaciones precisas que
pueden situarse, analizarse y reducirse como el retorno a ese acto instaurador”
(Foucault, 1984). Es decir que la instauración produce un olvido y ese olvido
produce un cerrojo que no es exterior sino interior, entonces es necesario abrirlo
desde adentro. El acto de discurso queda definido como un acto de retorno al acto
que no podía no ser olvidado.
El retorno “no cesa de modificarlo”. Cuando Lacan habla de la cita y del enigma
en el seminario 1714 está tomando estas dos vertientes de lectura en su comentario
sobre los dos polos de la interpretación. No parece ahora una casualidad que ahí
cite a Marx y a Freud. Encuentro otros rastros de este diálogo con Foucault. Lacan
afirma que si uno dice en una cita “Freud dijo” o “Marx dijo”, el mismo enunciado no
tendría la misma validez que si dijeran “Paul Ricoeur dijo” o “Lacan dijo”. Para el
lector parece que el valor de la proposición enunciada no fuera separable del todo
del nombre al que se le atribuye. La cita es una proposición con relación a un
nombre. Las definiciones de la cita como un enunciado sin enunciación, tomado de
lo efectivamente dicho por el paciente, y en el otro polo el enigma como una
enunciación sin enunciado, están en íntima relación con la idea de Foucault de la
lectura de “lo que se dice entre”, lo que no se dice de manera alguna más que en
los espacios vacíos.
Creo que estas afirmaciones pueden entenderse a la luz del análisis del texto
Moisés y la religión monoteísta (1938) en el que la fundación de una religión
13
Foucault, M.(1984): “Qué es un autor”, en Revista Conjetural 4, Ed. Sitio. Buenos Aires.
14
Lacan, J.(1992): El reverso del psicoanálisis, Ed. Paidos, Bs As.
42
monoteísta, la constitución de un pueblo, la conquista de un territorio, implican
necesariamente la exclusión del conductor. Moisés es “condenado” a no pisar la
tierra prometida, a ver desde fuera - a la tierra pródiga en leche y miel - pero por
eso mismo a ser la referencia necesaria del pueblo: ley mosaica, primer profeta.
(Reitero aquí la ubicación del psicoanálisis entre ciencia y religión).
Quiere decir que Freud hizo posible cierto número de diferencias con relación a
sus textos, a sus conceptos, a sus hipótesis, que depende, exclusivamente, del
discurso psicoanalítico mismo. “Por consiguiente, la instauración de discursividad
parece ser del mismo tipo, a primera vista en todo caso, que la fundación de
cualquier cientificidad. Pero hay una diferencia y es notable: en el caso de una
cientificidad, el acto que la funda está al mismo nivel que sus futuras
transformaciones, de alguna manera forma parte del conjunto”. De esta extensa
cita este es el punto-problema que quisiera destacar: forma o no, parte del
conjunto. “Creo que la instauración de una discursividad es heterogénea de sus
transformaciones ulteriores. Extender un tipo de discursividad como el psicoanálisis
tal como fue instaurado por Freud, no es dable en una generalidad formal que al
comienzo no hubiera admitido; es simplemente abrir a un cierto número de
posibilidades de aplicación”. (...) “Por fin, en la obra de estos instauradores, no se
reconocen algunas proposiciones como falsas”. Verdadero o falso no son
categorías que indiquen lo apropiado o no del uso de las proposiciones en la
fundación de una discursividad. Los enunciados, o los textos que no hacen a la
instauración discursiva quedan desechados, y quizá son retomados ulteriormente.
Así lo hizo Lacan con “el Proyecto”, o con las afirmaciones de Freud sobre las
neurosis traumáticas y las de angustia15.
15
“...lo verdadero es coextensivo de la contingencia de la verdad en juego. Lo verdadero y lo falso para los
estoicos corresponden al campo de lo contingente, mientras que el campo de la verdad (toda) es lo necesario.
43
mientras que en el caso de Galileo y Newton, es en relación con lo que es, en su
estructura y en su normatividad intrínsecas - la física y la cosmología - que se
puede afirmar la validez de una proposición como la que se pudiera exponer.16
La verdad toda, sólo puede ser verdad del sistema global del cosmos, y no se puede olvidar el énfasis de
Lacan en la a-cosmicidad del sujeto humano”. (Rabinovich, 2004)
16
Glasman C.(2001): Entre el mito y la Lógica. AAVV. Ed. Letra Viva. Bs.As.
17
Haimovich E.(2001): Entre el mito y la Lógica. AAVV. Ed. Letra Viva. Bs.As..
44
Foucault agrega: “la revisión del texto de Galileo puede muy bien cambiar el
conocimiento que tenemos de la historia de la mecánica, nunca puede cambiar la
mecánica misma; por el contrario, la revisión de los textos de Freud modifica al
psicoanálisis mismo, y los de Marx al marxismo”. La relectura que hizo Lacan por
ej. del “Proyecto”, resuena y hace vibrar el campo teórico hasta allí establecido. Es
decir, que recupera el trabajo de la enunciación en lo dicho por Freud, interrogando
con su clínica y complicando lo teórico con lo ético, alterando de algún modo la
episteme, dirigiendo la cuestión hacia el orden de una ética que no resuelve, y sólo
concluye en cada caso.
45
Le Gaufey (1995) opone la diacronía y la historia, a lo que sería la sincronía y la
estructura en Lacan. Opone Freud (la historia) a Lacan (la estructura). Dice que a la
historia y sus orígenes hay que eviccionarlos del psicoanálisis “para que el
psicoanálisis sea una pura lógica de relaciones”. Desconoce así que Freud es el
nombre de las condiciones de enunciación del psicoanálisis, la marca de lo
inexpurgable del origen (Haimovich, 2001).
18
Más adelante cuestionaré esta distinción
46
CAPITULO 3
47
La clásica definición de la lógica establece cánones para que la argumentación
sea válida. Los psicoanalistas argumentamos incesantemente cuando intentamos
transmitir nuestra práctica y en el momento de teorizar la misma. Sin embargo, no
va de suyo que el modo de argumentar responda a cánones previamente
establecidos o que el objetivo sea validar nuestra práctica.
Koyré (1978) sostiene que un hecho para ser verdaderamente científico, para
que sea verificado teóricamente, debe hallar su lugar, su exacto lugar en una teoría
racional: una formalización matemático - experimental que renuncie a la causa
primera para otorgar a sus fórmulas un lugar de ley.
19
Validar es juzgar sólo la forma del razonamiento; si las premisas son verdaderas, entonces la conclusión
también lo es. La validación es abstracta, meramente lógico-formal. La verificación, por el contrario, es un
concepto empírico y es enrarecido por la epistemología contemporánea al mostrar que no es posible juzgar
negro sobre blanco si algo observable es así o no es así de un modo categórico, indubitable, decidible por V o
F y sin apelación, como si no hubiera que leer lo observable, o como si lo observable fuera meramente
observable y no construible. La verificación atiende al contenido de las proposiciones.
48
En el proyecto de tesis afirmaba que “en esta investigación localizaré la
problemática en la modelización y en la noción de verdad.
20
Diez años después rechaza esta identificación. En el seminario: La experiencia de lo real en la cura analítica
(Paidós, Bs. As., 2003. Año de dictado:1998)
49
Este desarrollo da por muerta esta práctica freudiana, y postula que los efectos
de verdad hacen del análisis una práctica interminable, que la única vía para llegar
a un final se basa en el silencio del analista, en una lógica del acto, formalizable.
Acto que no tiene ninguna intersección con la práctica de la interpretación.
50
efectos incalculables de la palabra en la interpretación. Queda sólo la aplicación de
dogmas.
Insisto: Es necesario habitar el lugar que Lacan dibuja cuando propone ese
entre. No es una ciencia, pero aún así mantiene una relación con ella; no es una
religión, pero aún así hay lazos (re -ligare); no es una magia, pero aún así sus
efectos son inconmensurables. Ese raro lugar del psicoanálisis, ese entre, es un
lugar de intersección así como de separación y de choque.21
21
Como dice Mónica Cragnolini (2000): “Mientras que el individuo autónomo moderno es un sujeto seguro de
sí y afirmador de su libertad en el ejercicio de la apropiación, la idea de constitución de la subjetividad como
“entre” mantiene en tensión constante lo uno y lo múltiple, lo mismo y lo diferente, tensión que impide toda
identidad como conservación y aseguramiento de sí”.
51
de los poetas y los novelistas que en la de bibliotecas enteras de escritos
científicos”.
Para André (1999) está claro que “por mucho que se afirme, en enunciados cada
vez más categóricos, que el psicoanalista es un lógico, no es por ello menos cierto
que también es un artista. Su arte no es quizás la parte más conceptualizable de su
práctica (ah!, el amor por el concepto!), y ciertamente escapa a todo intento de
formación (el arte del psicoanalista, es lo que no se aprende en la Sección Clínica),
pero sin embargo es indudable que sin arte, no hay psicoanálisis”.
52
de acceder a ella. (Cada vez que mencione “lo real” será en los términos de esta
definición). La práctica, contrariando un anhelo de acumulación, queda como
marca negativa, se resta de la ambición envolvente del saber. Introduce un punto
de suspensión en la trama del saber.
Aristóteles distinguía razón práctica de técnica. Esta última implicaba solamente
la conformidad de la acción con las reglas, la primera requería del juicio prudente.
Decía que la razón práctica era el tipo apropiado para los políticos.
Recordemos aquí que para Freud, gobernar educar y analizar son las tres
profesiones imposibles.
Esta distinción nos sirve para marcar que la praxis está inserta en una decisión
ética del analista: cuando se calla, cuando dice, cuando interrumpe, etc.
53
supuesto - del sujeto se revela vaciado. Efecto del trabajo del inconsciente,
efecto de corte. El sujeto es supuesto, por estar excluido de la cadena
significante en la que se representa. Es una ausencia en la cadena
significante en la que intenta representarse. Este sujeto no coincide con el
ser, sino que el ser le falta.
3.2.1. En La ciencia y la verdad (1976), Lacan afirma que “el sujeto sobre el que
nosotros operamos en psicoanálisis sólo puede ser el sujeto de la ciencia”22. Tal
afirmación no significa que hasta la llegada de la ciencia moderna no existiera el
inconsciente freudiano, o que sólo es posible la existencia del inconsciente en
nuestra cultura científica y moderna. Lacan afirma en el Seminario 11 que “quería
indicarles el recurso que nos ofrece este esquema (se refiere al grafo donde
diferencia enunciado de enunciación) para comprender el quehacer fundamental de
Freud, en el que dato la posibilidad del descubrimiento del inconsciente, que en
verdad, está ahí desde siempre, tanto en el tiempo de Thales como al nivel de los
modos de las relaciones interhumanas más primitivas”.
Episteme para los griegos era saber aquello del objeto que lo hace eterno y
necesario, “aquello por lo que el objeto no puede ser diferente a lo que es, la ousía,
el ser de la cosa que subyace y se mantiene pese a los cambios, el hypokeimenon
(subiectum) permanente. Como la matemática obedece a lo necesario y eterno, ya
22
Conviene citar nuevamente a Lakatos (1983): “El desarrollo de la ciencia tiene lugar en el mundo de las
ideas, en el tercer mundo de Platón y de Popper, en el mundo del conocimiento articulado que es
independiente de los sujetos cognoscentes”.Op.Cit
54
que formas y números no pueden ser diferentes de lo que son, es la vía de acceso
a cualquier conocimiento que aspire a ser epistémico. De lo empírico, la
matemática sólo puede comprender lo que se deja reconocer como idéntico a sí
mismo y como eterno. Pero en lo que tiene de diverso, es anti-matemático, por ser
constantemente diferente de lo que es. Por lo tanto es arrojado por los griegos a la
doxa, fuera del saber epistémico” (Laso, 2002).
Esta concepción platónica, ontológica de las matemáticas sufrió una crisis entre
1895 y 1930, lo que hizo que se hayan producido más matemáticas fundamentales
a partir de 1940 que las producidas desde Thales hasta esa fecha.
En el Seminario 7 Lacan afirma que “la ciencia moderna, la que nació con
Galileo, sólo pudo desarrollarse a partir de la ideología bíblica, judaica, y no de la
filosofía antigua y de la perspectiva aristotélica”.
Koyré sitúa en la ruptura entre episteme antigua y ciencia moderna el peso que
tiene la letra en el pensamiento judío. Es con Galileo que nace una ciencia
matematizada que combina empirismo y letra matemática, porque elimina las
23
“La filosofía está escrita en este libro que tenemos continuamente ante nosotros (el universo, yo digo), pero que
no puede entenderse si antes no se aprende a entender la lengua y conocer los caracteres en que está escrito.
Está escrito en lengua matemática, y los caracteres son triángulos, círculos y otras figuras geométricas sin cuyo
medio es imposible humanamente entender una palabra: sin ellos, todo es errar vanamente por un oscuro
laberinto”. (Galileo Galilei, Il saggiatore). Citado por Laso.
55
cualidades de los entes para traducir los fenómenos a cálculo formal, fórmulas que
apresen lo real por vía literal. Las leyes que ordenan regulan este nuevo saber no
buscan verdad, sino que se preocupan de constituir una red de conexiones entre
relaciones significantes. Se construye así un saber formalizado matemáticamente,
sostenido por su lógica interna.
El carácter literal de la ciencia así formulada, le sirve a Lacan para precisar una
teoría que resalte un sujeto “sin marcas cualitativas de la individualidad empírica, ni
propiedades de un alma, ni un sí mismo, ni reflexividad, ni conciencia”.
“Me esforzaré en apartar todo aquello que ofrece algo de duda, por pequeña que
sea, de igual modo que si fuera falso; y continuaré así hasta que conozca algo
cierto, o al menos, si no otra cosa, sepa de un modo seguro que no hay nada
cierto”.
Ahora todo aquello que es saber queda a merced de la duda metódica, pero
concluye que persiste algo indubitable: la duda. Dudar es pensar. Encuentra así el
fundamento primero buscado en el “cogito ergo sum”, proposición que se sostiene
y fundamenta en sí misma. El cogito es punto de partida lógico de la explicación de
lo real al anudar el fundamento de la ciencia a la certidumbre de un sujeto. Punto
de partida de la meditación sobre lo demás.
56
captado pasivamente por la conciencia, a una metafísica que sitúa en el yo ese
sustrato, lo en-sí permanentemente presente como soporte de todo lo que es. El yo
que pone lo pensado en la proposición, determina el suelo en el que el ente se
hace presente; por lo tanto el yo es el ser del ente, el subiectum, aquello en lo cual
todo lo demás es en otro.24
“Cogito ergo sum” es leído desde Heidegger como simultaneidad del ser y del
pensar: “yo pienso - y en esto consiste el hecho de que - yo soy”. Esta
interpretación, al situar al yo como subiectum, conduce a una identificación y
sustancialización del sujeto en el yo. El texto mismo de las Meditaciones
Metafísicas se presta a esta operación de sustancialización del cogito, cuando
afirma que “soy una cosa que piensa. Una cosa que duda, que concibe, que quiere,
que también imagina y siente”. El cogito toma así las características de una
ontología de las cosas. Un ente que es el yo pienso. Porque si se observa como
cuerpo se podría entrar en duda como ante cualquier otra cosa. Como cuerpo no
hay certeza, en cambio el yo como actividad de pensamiento la obtiene.
“Yo soy - yo existo, esto es cierto, pero ¿cuánto tiempo? A saber, todo el tiempo
que yo piense, pues quizás podría suceder que si yo dejara de pensar, dejaría al
mismo tiempo de ser o de existir”. Tal sujeto es homólogo al sujeto del inconsciente
freudiano: sujeto evanescente, puntual, efecto del significante, vaciado de
representación imaginaria.
Lacan introduce una disyunción entre ser y pensar. Tal disyunción coincide con
la que hay entre el pensar como acto y lo pensado como campo del saber. Se
24
“En la esencia de la posición está la proposición : yo pongo, ésta es una proposición que no se dirige a algo
dado de antemano, sino que sólo se da a sí misma lo que hay en ella: yo pongo, yo soy el que pone y piensa. Esta
proposición tiene la particularidad de que en ella primero se pone aquello acerca de lo cual ella enuncia: el
subiectum. Lo que ella pone es en este caso el yo, es el subiectum del principio primero. Por eso el Yo es lo
subyacente eminente - hypokeimenon, subiectum -, el subiectum de la posición en general. Por eso es que desde
entonces se toma el yo preferentemente como el subiectum, como ‘sujeto’” (Heidegger, M.; La pregunta por la
cosa)
57
separa así lo dudado del acto de estar dudando, lo pensado del acto de pensar, lo
que equivale a separar al enunciado del acto de enunciación. Es en esta escisión
misma entre el pensar como acto y el saber, que Descartes tiene la certeza de que
el dudar en tanto acto supone un sujeto pensante. El rechazo de todo saber
mediante la duda lo lleva a este ser, puntual y evanescente, sostenido en la certeza
de sí que es el sujeto del pensar: el cogito.
La intersección entre ser y pensar es vacía, como el sujeto mismo: entre un ser,
que es falta-en-ser, y que intenta significarse en el campo simbólico del pensar; y
el conjunto de los significantes al que le falta aquel significante que pudiera
representar al sujeto.
El cogito inaugura una división inédita hasta ese momento: saber y verdad.
Queda así inaugurado el sujeto de la certeza, mientras sitúa a la verdad en Dios. El
sujeto de la ciencia es entonces esta división entre saber y verdad, división que es
la misma que el sujeto del psicoanálisis porque está dividido entre la verdad que lo
causa (su falta-en-ser), y el saber - inconsciente -. En el cogito no hay nada que
asegure la verdad de lo pensado, salvo que concibe lo pensado clara y
distintamente. “Paréceme poder establecer como una regla general que todo lo que
58
concibo muy clara y determinadamente es verdadero” afirma Descartes. “Pero la
existencia de un genio maligno hacía dudosos los principios lógicos y matemáticos
que sin embargo se conciben clara y distintamente”.
La verdad es, porque Dios así lo quiere. La relación del sujeto al saber excluye la
necesidad interna de verdad, porque está ahora alojada en Dios. El saber ya no
tiene que preocuparse de la verdad que lo fundamenta. La ciencia puede ahora
dejarse de ocupar de Dios como causa, y reducir la verdad a hecho de
significante25, el principio rector de la Mathesis Universalis.
25
Aunque “ignore” que la verdad de una fórmula no es la verdad del ser.
59
La ciencia moderna se construye rechazando al mismo sujeto que despejó: el
sujeto del inconsciente no opera por lógica analítica. No es reducible a un cálculo
matemático26.
G. Pommier (1996) sostiene que en los mitos se desarrolla una lógica ternaria y
en condicional: si hubiese pasado tal cosa, yo podría acceder a tal goce que parece
imposible, o, si yo fuera rico, entonces aquella mujer imposible, se fijaría en mí. En
cambio piensa que en la ciencia hay una lógica binaria: “en sus enunciados, el
sujeto se acopla al predicado según el modelo formal de la ecuación, arruinando el
condicional de la ficción gracias al cual el sujeto se alojaba en la lógica ternaria.
Reprime así al mito”.
26
¿Qué entendemos entonces por efecto de sujeto? La emergencia, en el seno de un texto lógicamente
ordenado, de una antinomia irresoluble o de la mentira, emergencia condicionada por la existencia de un
punto en que el lenguaje “habla de sí mismo”, se vuelve autorreferente.
27
El analizante debería abandonar la idea que el Otro se quede con la verdad, y él con el saber (Neurosis).
Pues padece de esa verdad que encarna el síntoma. La cura consistiría en transformar al máximo esa verdad
en saber.; o como plantea Lacan: ubicar al saber en el lugar de la verdad . a
60
con ecuaciones, pero nunca intentó hacer pasar sus fórmulas - grafos - por
ecuaciones. Son gráficos que aparecen como figuras donde se resumen las
propuestas del lenguaje corriente. En el fondo, son ilustraciones. El psicoanálisis es
como la sombra proyectada de la ciencia, sombra que, como todas las sombras
proyectadas, se parece a su objeto. Freud nunca pierde oportunidad de especificar
que no inventó el psicoanálisis; ya existía en los grandes escritores. Sólo se trataba
de ponerlo en primer plano”.
Los conceptos, dice, son semblantes que visten a lo real, y pierden su función
cuando la práctica analítica hace ver que dejan de ser los adecuados. La riqueza
de un concepto científico se mide por su poder de deformación. Variar un concepto,
deformándolo, es admitir que su estado anterior no satisfacía a la práctica en la que
se sustentaba. Cita a Lacan: “Los conceptos no son verdaderos conceptos, no he
podido hacerlos sostenerse, en la medida que los hago rigurosos, en el lugar de
ningún referente”. Sin embargo, no sacando las conclusiones necesarias de esta
cita, Sinatra afirma que Lacan, con los matemas, inventó un modo de acercarse al
modo integral de transmitir el saber que posee la ciencia. Considera que la
apelación a los matemas soluciona el déficit que el uso de los conceptos revela.
S2
28
Volveré sobre este punto en el apartado sobre ensayo.
61
Matemas Lacan
_______ _____
Conceptos Freud
- Un campo que debe funcionar sin el sujeto. Que el discurso se sostenga solo.
62
texto lógicamente ordenado, cuando nos encontramos, por ejemplo, con una
antinomia irresoluble. O en el encuentro con una mentira, o en el punto en que el
lenguaje “habla de sí mismo”, cuando se vuelve autorreferente (paradoja de
Russell).
Deleuze dice que la fuerza de las paradojas reside en que no son contradictorias
si no que nos hacen”asistir a la génesis de la contradicción”. El principio de
contradicción se aplica a lo posible, pero no a lo imposible, que es lo que presentan
las paradojas.
63
letra, el límite entre el decir y lo dicho, entre enunciado y enunciación. No es
entonces una matemática de lo real, sino el intento de inscribir con letras el límite
de lo enseñable.
Para que un decir sea verdadero hace falta que se lo diga, que haya decir.
Habrá que esperar (asociaciones del paciente) entonces, para que ese decir sea
verdadero.
Sabemos que para considerar un sistema formal es preciso que haya: símbolos
primitivos de escritura, reglas de formación, axiomas y reglas de inferencia.
Los términos primitivos no se definen y todos los otros símbolos son definidos a
partir de ellos. A partir de los símbolos primitivos, ciertas fórmulas son definidas
como bien formadas (fbf), algunas de las cuales son consideradas como axiomas
(los axiomas son fórmulas consideradas como verdaderas sin demostración). Las
reglas son establecidas infiriendo una fórmula como conclusión de una o varias
otras fórmulas tomadas como premisas. Un teorema dentro de tal sistema es una
fórmula capaz de ser probada mediante una secuencia finita de fórmulas bien
formadas, cada una de las cuales es o bien un axioma o bien una fórmula inferida
de las fórmulas anteriores. En especial, un sistema formal puede ser tratado como
un agrupamiento de símbolos sin sentido, en cuyo caso las fórmulas "verdaderas"
serán inferidas exclusivamente desde los axiomas.
Una buena interpretación, la que satisface los axiomas del sistema, es llamada
un modelo. En general un sistema formal provee un lenguaje ideal para analizar la
estructura deductiva del pensamiento independientemente del sentido o significado
específico. La formalización del lenguaje y la formalización de la demostración es lo
que se llama la sintaxis del sistema. Tales sistemas han formado, recientemente, la
base de investigación, rápidamente expandida, de los fundamentos de las
matemáticas y, aún, han sido utilizados para analizar ciencias empíricas.
Alemán (1985) dice claramente que la idea tan difundida de que si bien el
lenguaje formal posee la virtud de la precisión y la claridad, esta precisión se paga
64
con el precio de que este lenguaje no tenga ningún valor para hablar en el mundo.
El lenguaje formal no está equipado para remediar los ruidos, los errores y los
equívocos.
El psicoanálisis, dice, no se ocupa del lenguaje sino del precio que se paga por
advenir como sujeto singular, entendido no simplemente como distinto de lo
universal, sino que excede la oposición singular/universal.
Ritvo (1993) sostiene que las letras que Lacan utiliza “prolongan su eficacia con
entera independencia de su incierto sentido, pero no es menos notorio aquello que
omite, al punto de que el aislamiento y recorte exclusivo de las matemáticas
conduce a una fetichización de las mismas. Hay una doble simplificación: de la
ciencia a la matemática y de la matemática a las letras”. Cuando Lacan dice
formalizar parece referirse exclusivamente al uso de letras, pero, Ritvo subraya,
que formalizar exige axiomas, nociones primitivas y derivadas, mecanismos
algorítmicos de decibilidad. Además, señala, y con acierto, que cuando Lacan
habla del cálculo lo invoca de modo errático y fragmentario.
29
Donde habría dos sexos, la lengua entrega solamente un significante que no es proporción de una relación ni
organiza armonía ni acuerdo entre los sexos. No hay en lo real ningún saber que organice lo que tiene que
hacer el hombre como hombre ni la mujer como tal. Estamos entregados a la suerte del significante. El acto
sexual es un acto fallido, que además, está marcado por un goce que tiende a la muerte.
65
escriturario de lo que Lacan denomina rasgo unario: ese rasgo uno, que hace
posible una cuenta de la que el sujeto del inconsciente, al contarse, se descuenta.
En Scilicet 6/7 Lacan afirma que “La ciencia es lo que se sostiene en su relación
a lo real, gracias al uso de pequeñas letras...Yo no dije matematizarlo todo, sino
comenzar a aislar un mínimo matematizable”.
En la Carta a los italianos (1973) Lacan dice que la escritura de los matemas
serviría para demostrar que la relación sexual es imposible de escribir, que no es
afirmable ni tampoco refutable, a título de verdad. No le adjudica un valor científico
a las letras, sino que escribe para demostrar que no se puede escribir la relación
sexual.
30
Las ciencias que usan lenguajes artificiales no son hablados por nadie porque nadie puede hablar ni en
combinatoria química ni en algoritmos; entonces excluyen al sujeto porque carecen de aparato formal de
enunciación.
66
apoyada en esta frase de Saussure: "En la lengua, no hay más que diferencias”.
Sólo la voz y la música son translingüísticos.
Queda así bastante maltrecha la idea de las matemáticas como lengua perfecta
y universal. Esta es definible como aquella lengua en la cual exista una
correspondencia entre signos y realidad o entre signos y sus conceptos
correspondientes. ¿Serían los matemas lacanianos una lengua perfecta? Umberto
Eco (citado por Leibson, 2000) describe cantidades de proyectos tendientes a
obtenerla que partieron tanto desde concepciones metafísicas y religiosas como
desde ordenamientos filosóficos racionalistas del Universo de lo pensable y
comunicable. Las pretensiones, no siempre coincidentes, de encontrar una lengua
en la que lo que se dice sea homólogo a lo que es y de que esto sea
inmediatamente comprensible para cualquiera que lo escuche o lea, siempre se
acompañaron de proyectos políticos de hegemonía de una concepción religiosa o
de un poder nacional. Entre muchos otros, Dante, Pico della Mirandolla, Nicolás de
Cusa, Giordano Bruno, Leibniz, Wilkins, fueron participantes de esa búsqueda
utópica. Todos los proyectos fracasaron más tarde o más temprano, aunque sigan
produciéndose intentos de fabricar lenguas artificiales como el esperanto. Eco
señala algunas paradojas que se desprenden de estas búsquedas. Una es que
toda lengua que se pretendió universal, esto es que podría ser hablada por todos
67
los seres del planeta y permitiría abolir la confusión de lenguas posbabélica, se
mantenían intactas en tanto no se difundieran demasiado, porque si esto ocurría
rápidamente surgían variantes locales y se reinstalaba la confusión. O sea que
esas lenguas universales sólo podían triunfar fracasando. Otra paradoja es que las
lenguas pretendidamente perfectas fueron por lo general de circulación muy
restringida, quedando reservadas para uso de sociedades herméticas.
¿Por qué los matemas lacanianos no pueden ser una lengua perfecta? Hay
varias razones:
c) ¿qué pasa entonces con las afirmaciones tales como "la topología es la
estructura" o "la formalización matemática es nuestra meta, nuestro ideal...
porque sólo ella es matema, es decir, transmisible integralmente"? El mismo
Lacan (1974) responde: "Creer que la ciencia es verdadera bajo el pretexto
de que ella es transmisible (matemáticamente) es una idea delirante”.
¿Debemos entonces tomar las formulaciones matemáticas de Lacan, y su
correlativa pretensión de transmisibilidad como un delirio? ¿O más bien como
un chiste, o una pesada ironía?
68
teoría? ¿Enuncia una serie de fórmulas que deben ser aplicadas en una práctica
técnica y que darían razón de sus efectos? No. Los matemas podrían leerse sólo
como formas de plantear problemas. Por ejemplo, y no es cualquiera, el problema
de una letra que al inscribirse en el cuerpo lo recorta. La escritura matemática, en
tanto escritura, convoca a la lectura y esta no es fuera de un discurso.
Lo que no aclara es por qué es necesario hacer uso de este recurso, que incluso
ha traído tantas polémicas en nuestro campo. Aunque se subraye que el objetivo
no deje de ser introducir agujeros en el espejo del sentido, y horadar el saber. Pero
¿ha sido logrado? Es necesario remarcar que enunciar “transmitir integralmente”,
es al menos un oximoron o un contrasentido brutal. Transmisión siempre ha
implicado en el discurso analítico: falla, no saber, resto. (Freud, 1910). Si he
rechazado adscribir el psicoanálisis a las ciencias, para situarlo como praxis, es
posible afirmar que “una práctica no debe ser aclarada del todo para operar”
(Lacan, 1973). Entonces hay dos movimientos discernibles en Lacan, por un lado
se contentaría con decir que es sólo una práctica, sin embargo, por otro, considera
necesario despegarlo de la religión y para eso lo acerca a la ciencia, pero
preservando lo que en él es irreductible a ella.
69
Pero ¿qué interés podría tener la escritura, y la relación entre escritura y
estructura para el psicoanálisis? Quizás al interrogarnos de qué modo está
concernida la escritura en el transcurso de un análisis, de qué modo el analista
participa en esa escritura, o qué lugar tiene la escritura en la teoría psicoanalítica o
en la transmisión del psicoanálisis, o en la enseñanza del psicoanálisis, nos
encontremos con dos terrenos diferentes y que llevan quizás a dos concepciones
diferentes de lo que es escribir: ¿qué es escribir en un caso y qué es escribir en
otro? (sabemos que el analista no es el mismo cuando escucha en la sesión que
cuando teoriza). Una, es la escritura como medio para expresar las propiedades de
la estructura, la presentación como escritura es una vía para saber sobre el
inconsciente. La otra es la estructura determinada por la escritura, ya no expresada
en sus propiedades, sino la estructura producida por las operaciones de escritura.
Es algo más que la simple anotación de las propiedades de la estructura.
70
Además es necesario distinguir discurso analítico, de teoría analítica. Porque la
teoría analítica aparece como una reflexión de segundo grado (como un
metalenguaje, que dice algo de lo que sucede en la sesión), en la que además
anotamos el funcionamiento de la resistencia. Teoría (observación), es una
elucubración de saber sobre el inconsciente, al modo del discurso universitario.
71
3.4. Ciencias Conjeturales
“Es cierto que bastaría un hecho que contradiga hipótesis, para abandonarlas;
pero no alcanza con esperar que los hechos las verifiquen: se trata de producirlos
consecuentemente. La convicción freudiana se adelanta a la garantía de una
certeza que no tiene. La certeza no es un saber sino la detención del saber ante el
descubrimiento de que nada garantiza al saber en términos de saber. Si los cuatro
conceptos no han sido verdaderos conceptos, entonces pueden ser pensados
como un momento del discurso, en el que un descubrimiento parece anunciarse
por su lado de fracaso, cuando el discurso habla de algo que no está constituido a
nivel del saber, cuando no están los conceptos, ni sus nombres, pero está la cosa
con la que están hechos esos conceptos...si esos conceptos pudieran construirse”.
31
Ciencia conjetural es el nombre que E. Renan dio a la historia para otorgarle un status epistemológico a esta
disciplina.
72
El sistema adquiere la fulguración del acontecimiento porque el ritmo analítico es
la constante multiplicación de hipótesis ad hoc32 añadidas a un sistema que vive del
excedente. Recordemos que para Gödel si el sistema es consistente33 no es
completo.
32
Ver ( en pag. 32) la propuesta de Lakatos, sobre el uso de algunas hipótesis ad hoc.
33
Consistencia=no contradictorio. Todos los teoremas son verdaderos; es decir que ninguna proposición puede
ser demostrada y refutada en ella.
34
Askofaré, S. (1998): De la ciencia al psicoanálisis. Inédito.
73
En el horizonte del psicoanálisis se encuentra el acto analítico y los efectos de
transformación del sujeto. Lo que no es esperable, es la producción de
conocimientos según ciertos procedimientos reglados.
Milner (1989) considera que entre arte y ciencia, el límite está en un axioma que
deniega al primero y sostiene la segunda. Lo real de la lengua es del orden de lo
calculable. Cita a Koyre: la ciencia es un campo caracterizado por dos cualidades:
escritura matematizable y validación. La ciencia moderna, sustituye el objeto por
letras y símbolos con los que razona.
74
Steiner (1995) sostiene que los hechos de la lengua funcionan de modo muy
distinto al modelo matemático. Ningún corte instantáneo, ninguna muestra extraída
de la totalidad del proceso lingüístico puede aspirar a representar todas las formas
por venir: el potencial global. Un modelo no deja de ser un modelo. Es un mapa
ideal, no un todo vivo.
R.C: El ideal de la física sería encontrar una serie tanto de conceptos como
de sentencias relativas a estos conceptos a partir de los cuales pudiera deducirse
todo. Siempre hay una tensión entre intentar esto y el hecho de que los esquemas
que uno construye son incompletos y explican algunas cosas pero no todas.
P: ¿Qué es lo real para la ciencia?
R.C.: Existen objetos fuera de la mente, que tienen unas relaciones entre si
que pueden llegar a conceptualizarse haciendo hipótesis sobre su comportamiento.
La física crea objetos imaginarios porque en realidad no los vemos nunca en
la manera como nos los representamos. Incluso con los telescopios más potentes
las estrellas siguen siendo puntos, que se ven más brillantes.
P: Lo que entiendo es que lo real sólo puede ser alcanzado por un cálculo,
ya que no es representable.
R.C.: A la hora de pensar cuál es el comportamiento, real o ideal puedo
representarme qué es lo que va a pasar...no hay manera de imaginar un objeto que
sea a la vez partícula y onda. De la realidad microscópica podemos saber muchas
cosas pero no nos podemos hacer una imagen intuitiva.
P: ¿Suponer un saber en lo real es esencial para la ciencia?
75
El analista entrevistador se esfuerza en hacer paralelos entre ambas prácticas -
más que paralelos identidad -. Deseo resaltar la existencia de lenguajes que no se
tocan, que no tienen intersección, que son inconmensurables; y sin embargo
algunos analistas insisten en acortar diferencias con la finalidad previa de
demostrar lo que ya saben.
76
3.5. Peligros de la razón. Confrontaciones 3
77
hecho, la lógica (lo mismo que la geometría y la aritmética) no es valiosa más que
por las verdades ficticias que nosotros hemos creado. La lógica es el intento de
comprender el mundo real según un esquema de ser (Seins-Schema) establecido
por nosotros, para hacérnoslo más exacto, más formulable, calculable”.
Retomo algunas nociones que trabaja Eidelsztein: “El saber así definido es el
saber articulado y comunicable sobre la base de su coherencia, que se comienza a
producir mediante la elaboración de la episteme por parte de los filósofos griegos
antiguos y clásicos. Tal tarea se realizó a partir del saber-hacer ("savoir-faire"), que
originalmente estaba en manos de los esclavos y artesanos y que luego pasó a los
amos mediante su conversión en formulaciones teóricas y comunicables sobre un
fundamento racional. El saber mítico a partir de este momento y luego de un largo
proceso histórico se refugió en el inconsciente como mito individual del neurótico”.35
El autor olvida que, como Platón, Freud no dudará en acudir al mito, a la ficción,
a una entidad irreal pero indispensable, para “paliar” la falta en el Logos. Ese modo
de relato, que es el mito escrito, dicho por boca de Diótima dice lo que no se podría
decir de otro modo. El mito aparece como pudiendo articular y transmitir
ficcionalmente algo de lo real como imposible. En Radiofonía (1973), Lacan plantea
que el mito es la “forma épica como opera la estructura”. Si el nudo “es” (¿es?) la
estructura, el mito es la forma ficcional, de ese saber caduco, disperso que el
discurso del amo expurga y el discurso del psicoanalista preserva en el relato de la
neurosis, pero al que también reserva un sitio en su discurso, ya que es una de sus
dimensiones operatorias: función de la interpretación en el análisis, que produce un
saber dispersante, caduco (caído).
36
En De un discurso que no sería de la apariencia Lacan retoma el mito de
Tótem y Tabú. Afirma que este mito, en tanto escrito, hace posible la lógica. No
sólo no es contrario a la lógica sino que su lectura, permite formular una lógica de
la castración, escribir las fórmulas de la sexuación. “Mito y razón”: la lectura del
saber mítico hace posible otra lógica, que paradójicamente no excluye la
35
Volveré sobre el mito en su relación con la verdad en el cap.4.
36
Lacan, J.(1972 ): Seminario 18, “De un discurso que no sería de la apariencia”, inédito.
78
imposibilidad. Es por eso que el mismo modo de llamarlo, “mito científico”, plantea
cierta relación de fronteras inciertas entre ciencia y religión. Casi un oxímoron
discursivo, una paradoja así nombrada. En este sentido sería quizás una paradoja
irónica sostener que el saber disperso, fragmentario del mito, fuera cauterizado por
la lógica del psicoanálisis.
Insertar la palabra lógica en algún texto, no garantiza que sus argumentos sean
válidos. Además, la pregunta “por qué”, no lleva necesariamente a la
responsabilidad. Desde las teorías sexuales infantiles que perviven en el
inconsciente, hasta las respuestas fantasmáticas más insólitas, cierran con
respuestas apresuradas la pregunta.
79
3.6. Una contradicción
Como hemos visto no es tan sencillo determinar una ubicación plena del
psicoanálisis dentro o por fuera de la ciencia. Miller vacila en distintos textos y
seminarios, entre separar los campos o hacer el esfuerzo de que coincidan.
Veamos:
En Elucidación de Lacan (1998) dice: “Ser: es ser el valor de una variable según
Quine. Lacan agrega una variable ligada al cuantificador. La variable de la función
fálica. Pero no se trata de situar el psicoanálisis en el campo de la ciencia, no es
una ciencia; sino que hay una dialéctica con la ciencia. La lógica intenta decir, al
máximo, todo sobre determinado tema. La formalización pasa prácticamente por
todo lo que es esencial. En física las formalizaciones captan absolutamente todo lo
que se dice”. (No es así!, lo intenta, como decía R. Canal en la entrevista
transcripta, aunque no lo logre).
37
Creo que es pertinente citar a Heidegger (1955). Nos puede ayudar a discernir si el ideal de formalizar todo,
no es un modo del olvido del ser: “El representar de las ciencias se dirige al ente y en especial a ámbitos
particulares del ente. Se trata de partir de ese representar y siguiéndolo, de abandonar una opinión cercana a
80
conjuntos, la topología, los nudos, etc., esta insistencia del recurso a las
matemáticas se explica porque el discurso matemático es esa franja del lenguaje
que se aproxima más a lo real”. Pero el autor no explica en su texto por qué estaría
el psicoanálisis condenado a extinguirse si no deviene ciencia, si no lleva esa
marca, elude cualquier argumentación al respecto.
3.7. Significante-letra
Lacan descompone al signo sausureano con una barra que afecta a ambas
caras del signo. Poner el acento en el significante es un modo de destruir la
inmediatez supuesta del sentido. Con esto no privilegia el sonido sobre el sentido
sino que subraya la radical heterogeneidad entre ambos. La lengua es pura
heterogeneidad de niveles que se implican y se superponen, como se superponen
las notas en los pentagramas musicales, sin confundirse. Hay allí una pista para
entender el enigma que Lacan formula cuando interroga a su auditorio: ¿hay
alguien que haya captado alguna vez un significante puro, vaciado de sentido?
las ciencias. Piensan que con la representación del ente se ha agotado todo el ámbito de lo investigable y
preguntable, y que fuera del ente no hay nada”.
81
Hay aquí una confusión, que se produce al querer deslizar la sintaxis gramatical
en la sintaxis lógica, y a ésta en la letra; letra de inscripción en el inconsciente.
82
En el Seminario 24 (1976) Lacan vuelve, en sus reflexiones sobre el sentido y la
interpretación, a resaltar la diferencia entre lo semántico y lo a-semántico: “Lo real
está en el extremo opuesto de nuestra práctica. Es una idea, una idea límite de lo
que no tiene sentido. El sentido es eso por lo cual operamos en nuestra práctica: la
interpretación”. Si bien ubica la interpretación en el campo del sentido, lo hace en
tanto los efectos de sentido que lalengua permite, horadan un sentido único, fijo del
que se goza en los fantasmas neuróticos. “...es el forzamiento por donde un
psicoanalista puede hacer sonar otra cosa que el sentido. El sentido, es lo que
resuena con la ayuda del significante. Resuena esto último con la aventura de
Freud al proponer que el paciente quería decir otra cosa, apoyándose en el
significante. El sentido, eso tapona. Es en tanto que una interpretación justa
extingue un síntoma que la verdad se especifica por ser poética. ...no tenemos
nada bello que decir. Es otra resonancia de lo que se trata, fundada sobre el chiste,
que no se sostiene sino por un equívoco...”.
83
lógica de la escritura ni una escritura de lo real; real que, insisto, no cesa de no
escribirse.
84
Alejarse de una práctica mística no debería condenar a un esfuerzo epistémico
del que habla Solano, en la medida en que la práctica analítica quede situada
entre, como lugar imposible.
38
Cotrell, L.(1979): El toro de Minos. F.C.E. Méjico.
85
CAPITULO 4
VARIACIONES SOBRE LA VERDAD
86
“Tengo extremado deseo de aprender a distinguir lo
verdadero de lo falso para ver claro en mis actos y andar
seguro en esta vida”. Descartes
Siguiendo a Frápolli (1997) realizaré un breve recorrido por las teorías más
representativas sobre la cuestión de la verdad.
39
G. Le Gaufey, en el libro citado, toma el mismo ejemplo para decir que si cuando preguntan “tiene hora”
alguien responde si, y continúa su camino, es que ha tomado la pregunta literalmente. Efectivamente responde
que tiene hora pero no articula que en esa pregunta hay implícita una demanda.
87
En las llamadas teorías de la correspondencia, la verdad consiste en una
concordancia entre un enunciado y los hechos. Los coherentistas sostienen en
cambio, que la verdad es una propiedad que pueden poseer ciertos sistemas, cierta
conformidad de los enunciados entre sí40.
Strawson (teoría del referente, citado por Frápolli) intenta demostrar que si
decimos “él está enfermo, tú estás enfermo, estoy enfermo”: hacemos el mismo
40
Descartes modifica la concepción de lo verdadero: Ya no será entendible como adaequatio (lo verdadero
como fiel imagen de lo real), sino como coincidencia del pensamiento consigo mismo.
88
enunciado usando diferentes oraciones, con significado diferente, pero lo que todos
han dicho: que Juan estaba enfermo; era completamente verdadero. La cosa a que
se hace referencia es el correlato material de la parte referencial del enunciado.
Para Kuhn (Ibidem) una teoría es mejor que otra si resuelve más enigmas, pero
esto no quiere decir que sea más verdadera. La verdad no es formalizable. Verdad
y demostración tienen un valor intrateórico, dentro del paradigma vigente y no tiene
sentido aplicar esas categorías a la comparación entre teorías porque no sabemos
si los científicos de distintos paradigmas entienden lo mismo.
Heidegger (1992) sostiene que desde el inicio del pensamiento occidental lo ente
pasa por ser lo verdadero y la verdad. Cuestiona la teoría de la correspondencia,
(decir que lo que es, es; y, lo que no es, no es: es V) y se pregunta en qué han de
coincidir la cosa y el enunciado que “habla” de ella, cuando los términos
relacionados son distintos en su aspecto. Propone como ejemplo el enunciado “la
moneda es de metal”. Lo analiza diciendo que la moneda es de metal, pero el
enunciado, como tal, no lo es. Es de palabras. Agrega que la moneda es redonda,
pero el enunciado no tiene forma espacial alguna. Además, con la moneda se
puede comprar algo, en cambio el enunciado acerca de ella no es un medio de
pago. Para adecuarse el enunciado a la moneda debería convertirse en moneda y
de ese modo renunciar por completo a sí mismo. El enunciado nunca logra esto. Si
ocurriera ya no podría coincidir con la cosa. En la adecuación el enunciado debe
seguir siendo. El enunciado sobre la moneda se relaciona con la cosa en tanto la
representa. Re-presenta a la moneda, deja contraponerse la cosa en cuanto objeto
(Objectum significa lo arrojado al encuentro). El enunciado es el sitio y la sede de la
89
verdad. Verdades y falsedades son enunciados. La verdad consiste en que el
predicado conviene al sujeto, y está dicho y puesto como conveniente en la
proposición.
“Con nuestra pregunta (la pregunta por la cosa), estamos fuera de las ciencias,
y el saber al que tiende nuestra pregunta no es ni mejor ni peor, sino diferente.
Distinto de la ciencia pero también de aquello que se llama concepción del mundo”.
Agrega otro ejemplo: si escribiera en un papel “acá está la tiza”, y lo dejo sobre
ella, podría ocurrir que el papel se volara. Alguien lo lee y constata que es falso...
”es notable que una verdad dependa de una corriente de aire”. Si le agrega a la
inscripción “ahora por la tarde”, a la noche, alguien lo lee y constata que es falso...
”por la noche la verdad se ha vuelto falsedad”. De este modo tan nítido incluye
Heidegger en sus consideraciones el espacio y el tiempo. También desde estos
ejes cuestiona la idea de correspondencia y adecuatio. Para afirmar que es
necesario dejar al ente ser, tal cual es. Esta es la libertad como esencia de la
verdad que podrá ser desocultada: “Aletheia”.
Nietzsche (1990) admite que "hay que asegurar" un sentido, un valor, para no
caer en el vértigo de lo deviniente. Pero este aseguramiento, necesario por razones
vitales, también debe ser constantemente destruido por razones vitales. Las
verdades no son últimas, son provisorias, son formas de "fijarse" en algo estable
para no caer en el vértigo del sin-sentido, de la nada. Si la filosofía se ha
"asegurado" la verdad en la certeza, la noción de error útil, que Nietzsche
introduce, pretende sólo aseguramientos provisorios, para romper con esa
negación de la vida en su devenir, que suponen las verdades últimas aseguradas
de la metafísica.
90
La verdad es como “una chispa que surge del cruce entre dos espadas”; apenas
una luz efímera, un resplandor, resultado de la fuerza, la lucha, la conquista, y
también, seguramente, del azar, en la medida en que ese cruce de espadas podría,
ciertamente, no haber ocurrido.
“Esa necesidad de formar conceptos, especies, formas, fines, leyes -un mundo
de casos idénticos- no se debe comprender en el sentido de que nosotros seríamos
capaces de fijar un mundo verdadero; sino en tanto necesidad de preparar un
mundo donde nuestra existencia sea posible - nosotros creamos de este modo un
mundo que sea calculable, simplificado, comprensible para nosotros”.
Arribar a una verdad como rectificación de un error, nos ubica en una posición
en la que podemos afirmar que hay un acto de rectificación que a posteriori nos
permitirá decir que no hay error ni verdad antes de ese acto. Lo que nos vuelve a la
91
idea de que verdad y error no son antagónicos. Sólo habrá verdades en acto sin
criterios de verdad (exteriores al acontecimiento de verdad) que las legitimen. En
términos de la dialéctica hegeliana, la verdad sería movimiento porque la no-verdad
sería constitutiva de la verdad.
En cambio para Kant verdad o ilusión sólo hay en los juicios sobre el objeto en
tanto es pensado. La verdad trascendental precede a toda verdad empírica, es su
condición de posibilidad.
92
CUADRO 1: Teorías de la verdad
93
4.1. Mito y logos
Jesi (1976) cita a Max Müller: ”El irrellenable hiato existente entre lenguaje y
pensamiento por el que el lenguaje está condenado a ser siempre tan sólo la
deficiente forma exterior del pensamiento, hace y hará siempre sin duda, que el
lenguaje eche sobre el pensamiento una densa sombra mitológica. Los mitos no
94
nacerían si el lenguaje y el pensamiento coincidieran completamente, pero esto no
podrá suceder nunca”. A pesar de no coincidir con esta división entre lenguaje y
pensamiento, colocando a uno como forma exterior del otro, esta cita interesa
porque plantea una suerte de imposibilidad de cumplir con la exigencia de que todo
lo real sea racional, y esto cuestiona a la metafisica occidental. Para Hegel, el mito
encierra una verdad como intuición, aún no como concepto.
41
Muchas teorías científicas se originan en mitos. El sistema copernicano se basó en un culto neoplatónico
de la luz del sol.
95
La afirmación: “la ciencia forcluye la verdad”, plantea que el psicoanálisis se
ocupa de esta verdad, no para devolverle a la ciencia lo que ha “olvidado”, sino
porque se ocupa de aquello que la ciencia necesita dejar de lado para existir como
tal.
“Si al cabo de estos análisis se intenta determinar el perfil del mito según nos lo
legó la Antigüedad clásica, sorprende el carácter paradójico, a primera vista casi
contradictorio, del estatuto que le confiere la tradición. Por una parte constituye
durante más de un milenio el fondo común de la cultura, un marco de referencia no
sólo para la vida religiosa sino para otras formas de la vida social y espiritual, el
cañamazo sobre el que no cesaron de bordar tanto la literatura escrita entre los
doctos como los relatos orales en los medios populares. Por la otra, en esta misma
civilización parece no reconocérsele ni un lugar, ni una figura, ni una función propia.
O bien se define el mito negativamente, por una serie de carencias o de ausencias:
él es no-sentido, no-razón, no-verdad, no-realidad. O bien, cuando se le concede
un modo de ser positivo, es para reducirlo a otra cosa que él mismo, como si su
único acceso a la existencia fuese su transferencia a otro lugar, su traducción en
96
una lengua y un pensamiento extraños. Unas veces se lo asimila, en su aspecto de
fabulación, a la creación poética, a la ficción literaria, y se lo atribuye a esa potencia
de la imaginación que sin duda nos hechiza pero como una amante de error y de
falsedad. Otras veces se le concede una significación de verdad, pero para
reducirla inmediatamente a la misma que pertenece el discurso filosófico, del que el
mito aparece entonces como un enfoque torpe o como una alusión indirecta. En
todos los casos el mito se muestra, tanto en su estatuto como en su palabra, como
una alegoría: ni ocupa un dominio propio ni habla una lengua que sea
verdaderamente suya. En la tradición de pensamiento que nos viene de los
griegos, marcada como lo está por el sello del racionalismo, el mito - a despecho
de su lugar su impacto y su importancia - resulta, cuando no se lo rechaza lisa y
llanamente en nombre del logos, borrado en sus aspectos y funciones específicos.
De una u otra forma se lo exorciza como tal. Habrá que esperar a un pensador
como Schelling, quien afirmó que el mito no tiene nada de alegórico sino que es
‘taute-górico’, para que la perspectiva se modifique abierta y radicalmente: si el
mito no dice ‘otra cosa’ sino que esta cosa misma no puede ser dicha en ningún
caso de otra manera42, un nuevo problema se abre paso y con ello queda
transformado todo el horizonte de estudio de la mitología: ¿qué dice, pues, el mito,
y qué relación hay entre este sentido del que es portador y la manera en que lo
dice?.”
¿Es legítimo hablar de mitos creados por Freud? ¿Fueron mitos para Freud o
para sus alumnos? Los mitos son relatos orales cuyos autores son anónimos, que
dan placer a la imaginación y cuyas creencias son compartidas colectivamente a lo
largo de varias generaciones. Freud calificó a Tótem y tabú de mito científico;
existen además lo que se ha dado en llamar mitos eruditos, como la Teogonía de
Hesíodo.
42
“El término es de uso schellingiano: "la mitología no es alegórica, sino tautegórica" Mientras que en lo
alegórico se debe hacer la distinción entre forma y significación (y atender a "lo otro que se quiere decir con lo
que se dice"), para Schelling forma y significación son contemporáneas, de modo tal que no se establece
entre ambas la distancia de uso habitual en las simbólicas. Lo “taute” instaura una historia nueva, un sentido
nuevo. No refiere a nada anterior.
97
Los dos mitos freudianos de Edipo encuentran su origen en textos escritos bajo
formas literarias determinables: uno en una tragedia y el otro en un texto de
erudición, demostrativo.
E. Porge (1998) se pregunta: “Al analizar de manera literal las obras literarias
que sirven de soporte a los mitos, Lacan intenta justamente reducir el mythos a un
logos. En su caso se trataría, pues, de empeñarse en reducir los orígenes míticos
de los fundamentos del psicoanálisis que funcionan esencialmente para el público
del psicoanálisis después de Freud. Pero, al proceder así, ¿no socava los
fundamentos del psicoanálisis? Porque si reconoce un parentesco entre el mito y la
lógica, reconoce al mismo tiempo que los mitos medio-dicen la verdad. Ahora bien,
si le quitamos la envoltura mítica, ¿qué queda del medio decir? Nada. El medio
decir del mito está ligado a la forma mítica tanto como el sentido o el sinsentido de
un poema está ligado a su forma. Si se le retira al mito el medio decir, ¿no sufrirá
con ello la lógica inspirada en el mito? Se responderá que hay otras maneras de
medio decir la verdad, aparte del mito. Pero, ¿son equivalentes frente a la
consistencia de la teoría? ¿Cuáles son, en Lacan? Los equívocos de sus
significantes son una de esas maneras, y tal vez no es casual que Lacan dirija el
equívoco hacia los nombres del padre durante su cuestionamiento de la función
mítica del Edipo. El plural de los nombres del padre tendría ahí la significación
precisa de volver a poner en juego el equívoco - y por lo tanto el enigma del saber -
en el nivel mismo de operador que sirvió para levantar las condensaciones de
Freud. Lo cierto, en todo caso, es que formaciones míticas fueron parte integrante
de la formación del psicoanálisis y que, de querer uno prescindir de ellas, cabe
preguntarse si no resurgen en otra parte, de manera más salvaje” (Las cursivas son
mías).
98
Como afirma Guyomard (1999): “El psicoanálisis es liberador. Libera la palabra,
reconoce el deseo y lo alía con la verdad del sujeto”. Se trata de una verdad que
habla, que hablando dice enigmas y que pone en juego el poder de la palabra. La
verdad analítica no es el destino, es una de las metáforas del sujeto. El verdadero
sujeto es el sujeto del inconsciente. La verdad de un corte que ningún saber puede
colmar. Es la verdad de la irreductibilidad de la dimensión de la verdad: no es
reducible a ningún saber. Porque “el sujeto designa su ser tachando todo lo que él
significa”. El ser, su núcleo no es articulable.
Henry Miller (1957) sostiene, después de haber vivido dos años en Grecia, que
“los griegos convirtieron en mitología una realidad que era demasiado grande para
su comprensión humana. Hechizados por el mito, olvidamos que éste ha nacido de
la realidad y que no difiere fundamentalmente de ninguna otra forma de creación,
salvo en lo que se relaciona con la sensibilidad misma de la vida. También nosotros
creamos mitos, aunque tal vez no lo sepamos. Pero en nosotros no hay lugar para
los dioses. Construimos un mundo abstracto y deshumanizado con las cenizas de
un materialismo ilusorio. Nos probamos a nosotros mismos que el universo está
vacío, y con ello justificamos el vacío de nuestra propia lógica”.
Son los mismos científicos quienes llegan a afirmar (Prigogine dixit) que el físico,
no tiene otra lengua que la del mito y que lo propio de la actividad del hombre no es
lógica sino la imaginación desenfrenada, disfuncionalizada. Quizá lo verdadero y lo
fabuloso son dos modos diferentes que tiene el hombre de relacionarse con el
mundo.
Neurosis artificial la llamaba Freud, neurosis de engaño decía Lacan. Así, ambos
entendían que el acceso a alguna verdad en el transcurso de los análisis, implicaba
necesariamente el pasaje por lo ficcional, por un artificio, por falsedades43 que no
se oponen a que por su sendero (neurosis de transferencia) se llegue a alguna
43
Falso: deriva del latin: fallo = engaño .
99
verdad. Porque “es la introducción del modelo lo que acaba con esta repetición
vana”; el modelo introduce una diferencia respecto del "original"; los síntomas
adquieren en la neurosis de engaño una nueva significación con el analista en el
nódulo de la misma.
Lacan critica en este punto la teoría traumática de Freud diciendo que: “Freud
delira ahí justo lo que es preciso. Pues él imagina que lo verdadero, es el núcleo
traumático45. Pero ese núcleo no es más que el aprendizaje que el sujeto ha sufrido
de una lengua”. Lalengua, esa obscenidad, esa obtrescena, tal como desliza aquí
el término, es lo aludido por la interpretación que de ese modo fuerza un cambio de
vías, apuntando al costado de lo que en los dichos, el yo cree verdadero.
44
“Porque el durmiente, yo os aseguro, no sabiendo que lo sabe, cree ignorarlo”.(Freud, Lecciones 1917)
45
El trauma en Freud es lo azaroso, el accidente. Lo no asimilable. Es lo que excluye el sentido: lo real. Es lo
que el pensamiento siempre evita. Lo visto u oído, pero no comprendido.
100
La palabra define el lugar de la verdad, una verdad que carece de contenido.
“Nos equivocaríamos pensando que la matemática es algo que efectivamente logró
vaciar todo lo que hay de relación de la verdad con su patético -pathos -” (Lacan,
1972). La verdad, en el análisis, es lo que por la función de la palabra toca algo
como inducción, en el sentido que tiene este término en la constitución de un
campo, inducción de algo que es real, aún cuando no podamos hablar de eso como
de significante. Es la palabra la que asegura su dimensión de verdad. La función de
la palabra consiste en ser la única forma de acción que se plantea como verdad.
No es hablar, sino un decir: una palabra que funda un hecho. Sólo con la dimensión
de la palabra se cava el surco de la verdad en lo real. No hay verdad sobre lo real,
porque lo real se perfila excluyendo el sentido. Con la palabra se introduce la
verdad... y con ella la mentira. Lacan hace un juego de palabras: “vraiment”
(verdaderamente): vrai (verdadero) - ment (mentira).
En estas líneas creo que Steiner se acerca al planteo de Lacan cuando afirma
que hay animales que hacen falsas huellas, aprovechando el camuflaje para
desorientar al adversario, pero sólo el hombre falsea lo falso, engaña con engaño,
o miente con la verdad46. En una suerte de banda de Moebius, V y F ; o V y M no
son pares antitéticos sino caras, rostros, máscaras que se alternan y rizan el rizo
de lo no realizado. “El genio propio del hombre, es el genio de la mentira”.
46
Ver chiste de Cracovia y Lemberg.
101
4.3.1. “El acto de la verdad no es contemporáneo de si mismo, está
permanentemente escindido entre la verdad que se muestra y la verdad que repite
diferencial y ficcionalmente esa primera mostración” (Ritvo, 2002)
La palabra que el sujeto profiere recibe su valor de verdad desde un lugar Otro
del que fue proferida. No hay un “yo digo la verdad”, sino, “yo la verdad hablo”
porque el sujeto está excluido del campo en que se significa. Lacan no duda en
pensar el deseo del analista en torno de una enunciación que sostenga ”tu dices la
verdad”. El acento está puesto en que no se trata de ubicar al yo en el centro del
enunciado, como amo del sentido, sino descentrarlo. El “Tú” opera allí como
llamado, interpelación, requerimiento para que el sujeto tome la palabra, sin
saberlo, sin ser contemporáneo de los instantes en que ese acto se produce.
102
que experimenta la verdad en su acceso al campo sexual. Porque el encuentro
sexual entre los cuerpos no pasa en su esencia por el principio del placer. Es
imposible la subjetivación del sexo - la diferencia de los sexos - que se inscribe
sobre las tablillas del gran Otro: el cuerpo. La verdad sobre la relación sexual es
que no la hay47.
Entonces, no hay “la verdad” sólo hay efectos de verdad que son plurales y
fugaces, que iluminan, con su esplendor, lo que el pensamiento no puede pensar y
que además conmueven (pathos) al cuerpo. La verdad es el decir sobre el sexo, y
por ello es imposible. En cambio, el saber es salvaguarda del rechazo de lo real del
sexo.
Varidad es el neologismo que inventa Lacan para decir que hay variedad de la
verdad. Lo que implica una apuesta por lo singular, es decir, que no se trata de
buscar una verdad general ni permanente.
47
“Hombres y mujeres, eso es real. Es esto lo que enuncio cuando digo que no hay relación
sexual”.(Radiofonía). Tal vez, la escritura del nudo no supone nada, no postula nada en términos de ser, sino
sólo relaciones: entre elementos y relaciones entre nudos, operaciones y pasajes entre nudos. Dicho de otro
modo: el nudo borromeo, como escritura de “no hay relación sexual”, nos podría servir como una escritura
que objete la cópula. (el verbo como cópula, y la cópula como relación).
103
provisoria, que no es LA verdad (como no hay LA mujer). Ni la última palabra. Si
fuera así sería una palabra adormecedora, que tranquilizaría, sería sí una “leche
adormecedora”.
104
CAPITULO 5
LA CAUSA
(CAUSA / EFECTO)
105
La concepción teológica del mundo es la idea de
que todo lo que está en el mundo tiene sentido y
razón, incluso un sentido bueno e indudable. La idea
de que todo en el mundo tiene un sentido es
exactamente análoga al principio de que todo tiene
una causa sobre el que se apoya toda la ciencia.
Carta de Göedel (a la madre) 10/61
106
sucesión temporal son fundamentales así como la que Hume agrega y que
denomina: conjunción constante: “...aún ayudada por la experiencia y observación
de su conjunción constante en todos los casos pasados, la razón no puede
mostrarnos nunca la conexión de un objeto con otro. Por tanto cuando la mente
pasa de la idea o impresión de un objeto a la idea de otro, o creencia en él, no está
determinada por la razón, sino por ciertos principios que asocian las ideas de estos
objetos y las unen en la imaginación. Los únicos principios generales de asociación
de ideas son la semejanza, la contigüidad y la causalidad. Es posible que en última
instancia se vea que la conexión necesaria depende de la inferencia, en lugar de
depender la inferencia de la conexión necesaria” 48. La creencia en la conexión
causal no se produciría si no hallásemos en la experiencia la repetición de un
fenómeno semejante, “todas las inferencias realizadas a partir de la experiencia
son efectos de la costumbre y no del razonamiento”.
Para Rank (1981) hay una fijación primaria a la madre, y una represión primaria
de esta fijación. Sostiene que el trauma del nacimiento es más temprano que el de
castración: "no encuentro oportuno hablar de castración, cuando la única relación
que existe entre la angustia y los órganos genitales es la representada por el
nacimiento”.
48
Es así, que Hume nos abre la puerta, con este cuestionamiento de lo necesario como determinante, para
mencionar aquí los modos lógico - modales planteados por Lacan respecto a la función fálica: lo necesario, lo
contingente, lo posible y lo imposible.
107
Según un esquema evolutivo en donde se llega a la castración a partir de los
cinco años, no antes, se podría ubicar al trauma del nacimiento como anterior.
Primero el nacimiento, separación traumática, luego las etapas libidinales, en
orden: oral - anal - fálica y luego, la castración. Sin embargo Freud (1925), ubica al
complejo de castración desde el nacimiento. Desde el inicio, pero en la madre. En
el origen, si lo hubiera, está la castración. Es decir que el parto sería la expulsión,
de ese niño en tanto falo (ecuación niño - falo). La castración es la separación de
madre y niño, ambos del falo.
El niño no está en relación con la madre; la escena idílica madre - niño como
modelo intrauterino es ilusoria; el niño no está unido a la madre sino a la placenta,
que es un órgano raro, extraño -también para la madre- y expulsable. Un órgano
caduco. La madre no se comunica con la placenta, ésta existe mientras dura el
embarazo, y en el nacimiento es expulsada. La pierde el niño que la "usó" durante
el embarazo, y la pierde la madre que ni la usó ni la tuvo, perdió lo que nunca había
tenido porque nunca fue de ella. El ombligo es la marca en el cuerpo de lo que
cada uno perdió al nacer, de lo que de cada uno se separó al nacer. El cordón no
une ambos cuerpos: feto - madre; sino al feto con la placenta, modelo del objeto
que se pierde.
108
queden cercadas en el terreno de las ideas; sino que tienen consecuencias en la
práctica de cada analista con cada analizante.49
No es lo mismo dirigir la cura sosteniendo que hay causa - efecto, que todo tiene
su causa, que dirigirla sosteniendo que hay sobre-determinación50, que hay efectos
que no son determinados por una causa, y que no hay una antecedencia temporal
de la causa respecto del efecto.
Cuestionamos de este modo lo que a veces emerge como obvio, desde lo que
se presenta como idéntico y lo diferente, lo continuo y lo discontinuo, los intervalos
y las sucesiones, lo simultáneo y lo diacrónico.
5.2. Causas
49
Dice Rank (1981): "que basta con reconocer en la reproducción sintomática el trauma específico del
nacimiento, y con mostrar al yo adulto del paciente que allí no se trata más que de una fijación infantil del
paciente... El paciente se encuentra respecto del analista en la misma situación que el alumno respecto de su
maestro. El analista predica con el ejemplo y el analizado como el alumno, no puede aprender más que
identificándose con su analista, adoptando esta actitud como su yo ideal”. Estamos al día!. He aquí las
consecuencias en la práctica. Nos presenta un yo adulto al que hay que hablarle, olvidando en el camino,
porque ya sabe la causa, a la sexualidad y al inconsciente.
50
Quiero señalar, que no utilizo el concepto de sobre-determinación para decir que en lugar de causa - efecto,
hay causas – efecto. Convendría recordar que la presencia multiplicada de elementos es, para Freud, indicador
de una falta, de la castración. Cfr. “La cabeza de medusa”. Lacan prefiere el término in - determinación cuando
se refiere a la causa y sobre determinación para las redes simbólicas.
109
“ 1) Si esta relación fuera de sucesión habría entre causa y efecto un intervalo (este
intervalo es propio de la causa eficiente) que impide identificar causa con razón.
El modelo matemático, que en definitiva subyace a la llamada necesidad
racional, no plantea relaciones entre acontecimientos sucesivos sino entre
entidades matemáticas igualmente presentes a la razón. La necesidad racional
rellena pues el intervalo. Se suele otorgar al hecho antecedente una función de
causa del consecuente.
51
Sigo en este desarrollo el interesante trabajo de J. Molina (2002, inédito)
110
causa de la causa). Se le hacía necesario detenerse en algún sitio, establecer una
causa que no sea causada, ni que sea un efecto. El mundo eterno que él postula
necesita un motor infinito, que mantenga eternamente el movimiento.
Nicolás de Cusa (1984) niega la finitud del mundo y su clausura dentro de las
esferas celestes. Pero no afirma su positiva infinitud. Infinito lo reserva para Dios.
El universo no es infinito sino interminado, carece de determinación y de precisión.
Nunca alcanza el límite, es indeterminado. Por lo tanto no puede ser objeto de un
conocimiento preciso y total sino de un conocimiento parcial y conjetural. Hay una
imposibilidad de construir una representación unívoca y objetiva del universo, lo
que constituye uno de los aspectos de la docta ignorancia.
52
De un análisis: “Si Ud. me demuestra que no tengo erecciones por la relación que tengo con mi madre, ya
mismo me peleo con ella y dejo de verla. Bueno...no demostrar en el sentido causa-efecto, pero si Ud. lo
argumentara... yo podría decidir.”
El analizante, en su estado actual de transferencia, ubica a nuestra práctica más cerca de la retórica
(argumentación, persuasión) que de la ciencia.
111
Desde “el Proyecto”(1894) Freud planteaba que las escenas se significaban a
posteriori, y que el tiempo en el análisis implicaba siempre una relación de après
coup, un tiempo entendido como retardo, al que el sujeto llega a destiempo. Llega
en el instante que al llegar se desvanece; no está en lo que dice, estaba por estar y
sin embargo...ya no está (función de la renegación). Nachträglich es llegar con
retraso, es decir que no hay un presente presente a sí mismo. “El sujeto no sólo
llega después al antes que alguna vez fue, sino que lo hace tarde y mal. La noción
de duración sutura, oculta, ese hueco que denominamos sujeto del
inconsciente”(Ritvo,1988). El desarrollo bi-fásico de la sexualidad, pulsa el
destiempo, motoriza el desencuentro en la escena, en cuya trama el objeto se
presenta, y las posibilidades de acceso a él. El desarrollo libidinal, no coincide con
el desarrollo del yo y el de sus objetos.
Para Deleuze (1989) Cronos establece que sólo existe el presente en el tiempo.
El presente llena el tiempo, el pasado y el futuro son sólo dos dimensiones
relativas al presente en el tiempo. Siempre hay un presente más vasto que
reabsorbe el pasado y el futuro; el tiempo es presencia, sucesión de ahoras. En
cambio en Aión, únicamente el pasado y el futuro insisten en el tiempo. Aión, dice,
es la verdad del tiempo: pura forma vacía.
Lacan esboza el tema de las cuatro causas, según Aristóteles, para pensar cuál
de ellas le convendría al psicoanálisis. Subrayo que la causa nace plural, se habla
de causas y no causa. Veamos:
- CAUSA FINAL: Es universal: se trata de plantear una causa para todos los
efectos. La causa, causa todo. Es el pensamiento de la RELIGION, que niega
a la verdad como causa, abandona a Dios la carga de la causa; aparece la
112
verdad como culpabilidad, y la sitúa como causa final. La verdad queda
reducida a revelación divina.
- CAUSA EFICIENTE: Es particular: postula que existe una causa para cada
efecto. Todo tiene su causa. Es el pensamiento de la MAGIA, que sitúa a la
verdad como causa eficiente. Hay un saber del oficiante que queda
disimulado en su acto y en su operación. El chamán es puro médium del
poder simbólico que manipula.
- CAUSA FORMAL: Es Dios que es causa sui: nada lo ha causado a él. Deja
vacío el lugar de la verdad, provoca que la verdad se reconozca en el
discurso de la CIENCIA como causa formal. La “forcluye” para construir un
saber formalizado en el que no sería necesario el acto de habla. Por lo tanto
un saber que funcionaría sin relación con el problema de la verdad (sin
enunciación). Además “elimina la cuestión de la causa a favor de la
regularidad y la legalidad” (Karothy,1996).
113
cristalizar, suturar lo que la intermitencia (afánisis) del sujeto demuestra. Hacer
genealogía nos obliga a referirnos a la función del mito. En el origen un mito: había
una vez... ¿pero hubo?... queda indecidible.
“No se puede anotar el cero inicial de la serie a la manera de: de la nada Dios
creó..; porque así se instala un vacío en el comienzo. Aunque sí está vacío el lugar
del comienzo” (Molina, 2002). Aclaro: se postula entonces un vacío de comienzo y
no se ubica, mediante esta operación de sustracción, al vacío en el comienzo. Se
vacía así el lugar del origen, como lugar de causa. “Son los acontecimientos, según
el modelo de los tiempos del trauma en Freud, que cuentan como antecedente de
sí, un no contado que se inscribe como tal”.
Lacan dice que la causa que concierne al psicoanálisis es la causa material. Sin
embargo no se puede dejar de ver que “la causa eficiente - el intervalo, la
emergencia de lo que no estaba, el acontecimiento no reductible a sus condiciones
ni a la permanencia de un ser, la relación de precedencia - está presente en la
consideración de Lacan y en las cuestiones involucradas en lo que dice acerca de
la causa”. La causa eficiente cumple, para Molina, un importante papel porque
asegura que el sujeto no es causa de sí. Porque si así fuera, el sujeto sería el
punto de emanación de su propio deseo.
114
La ley de gravitación universal, por ejemplo, refiere a algo tan sospechable como
una acción a distancia de los cuerpos. Esto no resultaba tan fácilmente digerible
para los contemporáneos de Newton que, según se dice, no dejaba de preguntarse
por la causa de la ley. ¿Qué era esa acción a distancia? Resonaba algo mágico.
Los objetos parciales hacen que el goce del cuerpo, como tal, no sea posible;
Lacan lo denomina goce fuera del cuerpo. Aseguran que el goce, es goce que el
cuerpo pierde. El llamado plus de gozar, paradojalmente, es el goce que se pierde;
es un más que se anota como menos.
Los llama objetos parciales sin oponerlos a una supuesta totalidad del cuerpo ni
a una clase de objetos. Son especies - del a - sin género. En lo que respecta a la
sexualidad humana no hay nada parecido a una unidad posible. Sexualidad infantil
115
nombra la anarquía, la parcialidad, el autoerotismo, y la no relación sexual esencial
a la sexualidad (por supuesto que la conclusión es: no hay estrictamente hablando
sexualidad adulta).
116
El acento está puesto en la división, y el resto de esta operación, el objeto a,
escribe, la imposibilidad de una operación perfecta. Escribe así una constitución
fallada, cuyo núcleo es la división. ¿El psicoanálisis infringe la lógica? Lacan lo
piensa al revés: es la lógica la que comienza infringiendo la ley del significante
cuando escribe a=a.
La ley indica una regularidad, lo que se puede llegar a predecir, una aparente
cadena que se repite, automaton. Mientras que hablar de causa es introducir la
tyche, lo que cojea, lo que no cierra, lo que en términos del azar vendría a arruinar
la expectativa.
117
Hume atacó el problema de las leyes diciendo que no hay leyes sino que
llamamos leyes a esa coincidencia constante de fenómenos que ocurren siempre
de determinada manera – regularidad -. Así, que todo cuerpo soltado en las
inmediaciones de la Tierra haya caído a 9,8 m/s2 en toda la historia del universo,
permite afirmar que los cuerpos caen a 9,8. Pero para Hume eso no es una ley que
ordena los fenómenos, es la forma en que los fenómenos ocurren de hecho. Es
decir que la noción de ley no tiene por qué indicar una obligación, sino más bien
cómo las cosas son, o cómo han ocurrido en toda la historia del universo. Dicho
así, nada hay que obligue a los fenómenos a comportarse de un modo u otro.
En síntesis, las leyes no tienen nada que ver con obligar a los fenómenos como
un Dios desde el comienzo del universo. Pero es cierto que Newton lo planteó así.
Por otra parte, la formalización matemática ha renunciado a la causa primera para
otorgar a sus fórmulas un lugar de ley.
118
máquina del movimiento perpetuo. Además no se puede aislar el objeto de estudio
del método con que se lo construye.
119
CAPITULO 6
LO REAL, LA REPRESENTACIÓN, LALENGUA
120
La introducción de algoritmos por parte de Lacan no elimina el uso del juego
retórico que ubica al psicoanálisis en el territorio de equívocos de lalengua. Para
explicar alguna escritura algorítmica (vg.S1- S2), su uso en los despliegues
teóricos, es necesario, lo he dicho, el recurso a la retórica.
Con el cogito se instaura la alteridad del mundo, y por eso es posible una
concepción del mundo entendida como representación. El mundo pasa, en la edad
moderna, a ser imagen. Para Kant las condiciones de posibilidad de la experiencia
son a la vez las condiciones de posibilidad de los objetos de la experiencia. En este
sentido, el ente, para ser, debe poseer la posibilidad de la representabilidad, la cual
es disponibilidad (Zugestelltheit) en tanto aquello que es representado es "puesto
en seguridad" sobre el campo de la representación. Esta "seguridad" constituye la
esencia de la verdad concebida como "certeza”.
121
Nietzsche (1990) cuestiona esta óptica metafísica. Sostiene que sólo creemos
saber algo de las cosas que nos rodean cuando hablamos por ejemplo de árboles,
flores, pero sin embargo no tenemos más que metáforas de las cosas, que no
corresponden en absoluto a las entidades originarias. Diferencia así las nociones
de identidad y analogía cuando afirma que todos los conceptos surgen por
igualación de lo desigual. Esto seguramente debe servir “para innumerables
experiencias análogas, es decir, nunca idénticas”.
Aunque las hojas de los árboles no sean iguales entre sí, el concepto de hoja se
forma prescindiendo arbitrariamente de las diferencias individuales. Para engendrar
la representación es necesario olvidar las diferencias, como si en la naturaleza
hubiera un algo, fuera de las hojas, que fuera la hoja: un modelo para colorear
todas las hojas. Es como afirmar que la hoja es la causa de las hojas. Se trata de
un platonismo que afirma dos mundos: el perfecto, original, y el producido por una
copia.
Las leyes de la naturaleza no son algo que conozcamos en sí sino por sus
efectos y en sus relaciones con otras leyes de la naturaleza. Nos resultan
incomprensibles en cuanto a su esencia. Lo único que conocemos es lo que
aportamos: tiempo y espacio, relaciones de sucesión y números. Esas
representaciones las reproducimos en nosotros y a partir de nosotros.
122
La regularidad que tanto nos impresiona en los procesos químicos coincide en el
fondo con las propiedades que aportamos a las cosas, de forma que nos
impresionamos nosotros mismos. Se presupone ya tales formas y por tanto se
cumple en ellas.
6.1. Lalangue
Para J.C. Milner (1989) el psicoanálisis dice que en materia de lengua, la ciencia
puede fallar. El real en el que la lingüística se asienta no está suturado, está
recorrido por fallas. En lalangue, entendida como no representable para el cálculo,
esas fallas son donde el deseo destella y el goce se asienta, en una experiencia de
lalengua como lengua de goce. Es evidente que entre lo real y el pensar hay no-
correspondencia, no pertenencia, no armonía, sino desmoronamiento. Queda
subrayado así que lalengua - en el inconsciente - a diferencia del lenguaje, es un
parásito lenguajero, mortifica al cuerpo por las resonancias del significante, de la
voz, en las zonas erógenas. Hablamos así de cuerpo - siempre - extraño, ofrecido
a las marcas, invadido por el goce.
123
“Cualquiera de los segmentos de un discurso está simultáneamente articulado
no sólo por la doble articulación - articulación de palabras con palabras, articulación
en cada palabra de fonemas, que son distintivos pero no significativos - sino por la
condensación de elementos fonomorfológicos, sintácticos, semánticos, retóricos.
Es el discurso viviente, en el que se basa todo el efecto mitopoético. Este espesor
es lo que impide considerar a los fonemas como elementos de un orden cerrado y
asimilarlos a elementos matemáticos, que carecen de espesor porque no son
elementos heterogéneos que concurren. Hay, para retomar un término musical, una
esencial heterofonía en la lengua: múltiples voces levemente desajustadas que
provocan una sensación de simultaneidad en estado de fricción y de
inquietud“(Ritvo, 1999).
124
CAPITULO 7
EL ENSAYO: UNA ESCRITURA EN
PSICOANÁLISIS
125
“Es mejor que la tesis se asemeje más a un
ensayo que a una historia o una
enciclopedia” . Eco U.
126
7.1. El inconsciente obliga al ensayo
Así como, en los análisis, los analistas no elegimos el lugar que vamos
ocupando para el analizante sino que el desarrollo de la transferencia nos somete a
sus posiciones subjetivas, indicando una estrategia posible en la dirección de la
cura; nuestro asunto, nuestra cosa conduce la escritura a su manera y con sus
reglas. El inconsciente, estructurado como un lenguaje, obliga al ensayo.
Una práctica rigurosa que, sin embargo, no es exacta. Aunque esto no impide
que encontremos incautamente alguna verdad. Aspirar, perseguir exactitud, sería la
consecuencia lógica de postular que la verdad es una representación que se ajusta
a un objeto; pero nuestra inquietud, nuestro deseo - de analista -, deshace una
(supuesta) conexión exacta entre el objeto y su representación, relanzando al
sujeto al encuentro de alguna verdad más allá de la representación y de la
presencia del objeto.
127
7.2. El lugar del lector
Sin lector que lea las trazas diciendo su lectura, falla el fallido...falla el ensayo.
Es en el instante en que el lector habrá dicho su lectura cuando el texto adviene a
una conclusión, conclusión que no reduce ni completa al texto, sino que invita a
nuevos textos.
128
De este modo, la potencia de un discurso estaría medida por la invención de un
lector que no existía hasta el momento (retomo la idea de Foucault con respecto a
Marx y Freud como instauradores de discursividad). Ahora bien, el papel de esta
idea debe colocarse en el esfuerzo por no confundir la subjetividad con el autor,
pero tampoco con el lector.
129
La intrusión de la subjetividad nos aleja del llamado discurso científico. Subrayo el
carácter disgresivo del ensayo. El ensayo en tanto tal, no se plantea resolver
problemas sino plantearlos.
En este punto la práctica del ensayo se concilia con la nuestra, porque sostengo
(con Kuri) que la metapsicología no es contemplativa sino que está urgida por lo
que no podemos explicar. (Benveniste decía que el objeto en cuestión es un efecto
del montaje del método). En los historiales las epicrisis pliegan al texto sobre sí,
intentando ensayar una re-lectura de los obstáculos que durante el análisis, y en
medio de las tormentas transferenciales, aún no podían desentrañarse. Para volver
a plantear desde otro lugar, y en otro tiempo, los problemas acuciantes de la
dirección de la cura.
“Incluimos la discrepancia que va desde la voz del analizante, pasando por las
notas que el analista registra, hasta la redacción de un caso. Inscripción sobre una
inscripción, y que al mismo tiempo que la borra, la oculta a la manera del
palimpsesto, como subrayaba G. Koop: la escritura del historial se confronta a la
pérdida”. (Kuri, 2001)
130
Con los "tres ensayos" la sexualidad humana - perversa polimorfa- pierde su
presentación en sociedad bajo los vestidos de la genitalidad. Se comienza así a
subrayar el cuerpo erógeno, las zonas dispersas sin unidad, la dificultad del
acoplamiento integral de los cuerpos.
”Ya vas a ver, ya vas a ver como te voy a hacer, para que veas"(*) 53
53
(*)Saer, J.J.(1995):Nadie nada nunca. Ed. Seix Barral, Bs.As.
54
Debo el hallazgo de esta cita de F. Hernández a la lectura de un ensayo de M.Percia (1996) sobre el
autor.
131
Ya Freud señalaba que la política de la neurosis es la represión. Lo único que se
podría saber - que sobre el sexo no hay saber - no se lo quiere saber.
"Me había parecido que iba a poder tocar aunque más no hubiese sido por una
sola vez y durante un momento, fondo, pero no toqué nada”.(*)
¿Qué es un hombre, qué es una mujer, de qué se goza, por qué la muerte? Son
algunas de las preguntas que empujan al análisis y demandan respuestas, son la
carne de los padecimientos, los síntomas - que Freud comparaba con una escritura
jeroglífica -. Los pensamientos descalzos chapotean en el territorio de un cuerpo
sintomal, gritando verdad: los pensamientos no coinciden con el sexo! Vías de goce
y de muerte son el negro color de los seres sexuados, y las palabras cobardes se
detienen, no lo soportan, no pueden decirlo, no saben cómo decirlo, les es
imposible decirlo. Fracasan:
132
"y cuando terminamos jadeando aplastados como deshechos, no habíamos
avanzado mucho, estábamos igual que al principio y el punto máximo que
habíamos alcanzado estaba más infinitamente cerca del comienzo que del fin”.(*)
¿Cómo decir la muerte? ¿Cómo acercarse al sexo que a ella nos lleva? ¿Cómo
convivir con la muerte que lleva la vida? ¿Cómo ensayar la vida, sin haber asistido
a su propio estreno?
Tiempo - ensayo - angustia. El ensayo aloja a los otros dos términos: el tiempo
de volver a escribir a tachar, a re - escribir, a borrar, a relatar, y a la angustia que
surge entre líneas en el ensayista; que no sólo aparece ante la página en blanco,
sino ante el incesante fracaso en intentar asir lo inasible. Ensayo y fracaso, ensayo
sin estreno, y ensayo para volver a ensayar. Como si el ensayo encarnara la
afirmación hegeliana: “lo determinado, como tal, no tiene otra esencia que la
absoluta inquietud de no ser lo que es”; allí donde el sujeto “toma su morada”.
56
En la novela citada de JJ Saer, hallé un párrafo en el que el autor nos dice su lectura del texto de Sade La
filosofía en el tocador. Quiero compartirla con el lector, para resaltar cómo los personajes sadeanos nos
muestran el abismo infranqueable entre las palabras y el sexo. Aquí la cita: "Llamaba la atención el océano
verbal en el que sumergían sus copulaciones, y en especial la rutina de sus expresiones. La aspiración al goce
infinito no pasa de ser una simple propuesta programática en la práctica sudorosa, la realidad imponía sus
leyes rigurosas condenando a los participantes a una monotonía ajena a toda contingencia, y al regreso
periódico y sistemático de las mismas sensaciones”. El personaje de la novela de JJ Saer, nos revela que en
sus sucesivos intentos de hacer coincidir el cuerpo, la palabra y el goce sexual - prometiendo que "ya vas a
ver" - no había avanzado nada. El orgasmo, cada orgasmo anuncia que ... "ya vas a ver" ... en el próximo!.
133
7.4. El cuerpo en el ensayo
Nuevamente: ¿Cómo alojar en las letras del relato analítico esta inquietud?
Cuando un analista anota los malestares de su práctica, quizás inventa un saber
fragmentario que no aspira a solucionar lo que en el análisis mismo es imposible de
resolver. Me gusta reservar, para el ensayo psicoanalítico el nombre escritura
pulsional, como decisión de narrar la práctica.
134
La insatisfacción no es un destino de la pulsión, sino su estado permanente. La
repetición pulsional repite una (in)satisfacción, que se satisface de su
insatisfacción.
La escritura ensayística revela estos rasgos propios del mundo pulsional, que
hacen bailar a las letras la danza patética de lo que no termina de argumentarse.
Un estado de lenguaje que desea hacerse cargo de este empuje.
135
Ninguna figura, ninguna idea agota, consuma o confina al sujeto a una
identidad. 57 No por un fracaso del ensayista, sino por la conclusión – inconclusa -
del ensayo que en el encadenamiento de argumentos, intenta decir, bordeando, lo
imposible de una tensión que se realiza al estallar entre las letras.
Heidegger (1990) opone razón a pensar, sostiene que sólo podemos pensar una
vez que hemos experimentado que la razón es la adversaria de todo pensamiento,
“todavía no pensamos” afirma; y ensayar es pensar.
“Lo no pensado es el don más sublime que un pensar tiene para ofrecer. No
pensaremos sobre el pensar” 58.
57
Como afirma M. Cragnolini (1998): “la escritura del ensayo tiene que ver con la posibilidad de sostenerse en
la superficie, cuando se sabe que no hay fondo sustentador que garantice el conocimiento. El ensayismo
acepta la inseguridad como componente necesario de la vida, perdidas las respuesta últimas”.
58
Dice Heidegger (1990) : “Pero sólo en la medida en que habla piensa el hombre, y no a la inversa, como cree
todavía la metafísica”. Agrego : habla – ensaya, luego piensa.
136
rompecabezas. Desde Freud en adelante nuestra “ciencia” usa otras disciplinas
para intentar decir lo que siempre se pierde en el intento. 59.
Desde los relevos post-modernos del marxismo, pasando por la actual crítica
literaria, y la ambición filosófica que ha hipnotizado a buena parte de la literatura,
desde las fatigosas reiteraciones psicoanalíticas, en todos los casos podemos
59
Hay un objeto que hace de su propia desaparición la condición de existencia de cualquier universo que sea:
la plusvalía de Marx, el snark de L.Carroll, el tiempo de Proust, la carta de Poe, el culpable de S.Holmes, el
condenado a muerte de Genet, el objeto a de Lacan (Milner, 1999).
137
reconocer una lucha con lo que define el estatuto del ensayo y la presencia del
problema del sujeto.
Es posible aceptar que existe una serie de rasgos que, aunque cambiantes y
diversamente argumentados, caracterizan lo que se llama ensayo, donde resulta
decisivo señalar lo que produce la aparición del sujeto como preocupación teórica y
de estilo. A partir del momento en que hablar de sujeto deja de ser un
sobreentendido o un término circunstancial (donde parecía indistinto hablar de
personalidad, subjetividad o yo del autor), esto es, cuando comenzamos a sentir el
peso del concepto, probablemente a partir de Subversión del sujeto de Lacan o
Qué es un autor de Foucault, se produce una fractura y una revisión sobre lo que
era aceptado como género del ensayo desde aproximadamente el siglo XVI.
“Sin duda que hacer pasar el estatuto del ensayo por la función dominante de la
primera persona es insuficiente. Casi un modo de confundir el ensayo con el
sentimentalismo. El dato de la primera persona no contiene una determinación
absoluta, de ser así nos llevaría a no distinguir el ensayo de la confesión
autobiográfica. Pero, además, el problema no pasa por ampliar o complicar lo que
decimos con subjetividad, yo o sujeto, sino en desplazar la distribución misma del
problema a partir del sujeto y del cuerpo en el caso de la estética” (Ibidem).
138
que lo ensayístico empieza en un estado de la lengua (como también lo científico o
la prosa literaria) y no en el sujeto.
El estudio preliminar que hace Ezequiel Martínez Estrada (1948) de los Ensayos
de Montaigne ofrece una doble ventaja. Por un lado nos permite observar
justamente lo que determinaría la naturaleza del ensayo como género - según el
autor - en su “acabado punto de perfección”. Pero también se muestra, también en
un estado de perfección, la confusión entre autor, personalidad y escritura que
domina el criterio de Martinez Estrada al caracterizar lo más propio del ensayo.
Montaigne - sigue Martínez Estrada- hizo del ensayo su imagen literaria fiel; no
con su fisonomía y estatura verdadera, sino con su personalidad. Como él, es un
139
ser proteico, amorfo, susceptible de transformarse hasta adquirir un cuerpo vivo,
una cara, una voz. Su estilo es igual a su pensamiento y nos parece imposible que
hubiera podido expresarse en ninguna de las formas tradicionales para la prosa y el
verso, que imponían pautas y leyes de juego previas. Para encontrarse a sí mismo
le fue necesario encontrar antes al ensayo.
Esta idea hace del pensamiento y el estilo una unidad sin fisuras, el estilo como
expresión sin deformación del pensamiento. El ensayo es el médium literario: el
género adecuado para reflejar la subjetividad, adecuado a la plasticidad de la vida.
“El conjunto de sus ensayos parciales tiene únicamente la unidad que les da la
personalidad del autor. Es el documento más completo de la vida intelectual de un
hombre(...)Es la biografía de un alma nunca satisfecha, sin esperanzas y sin
rencores(...)El Ulises de James Joyce está compuesto con la misma noción de que
una vida no compagina como un tratado sino como un rompecabezas, donde la
figura está completa aunque desordenada. Los Ensayos de Montaigne ya tenían
esa misma estructura rigurosamente fiel del Ulises; quiero decir que el pensamiento
y la vida fluyen en ellos como las siente el protagonista y no como las ordena el
historiador”.(Ibidem)
Kuri afirma que “la proposición de Walter Benjamin sobre Proust consigue, de un
modo tan fuerte como minucioso, tocar el punto en que la vida y la obra se exponen
como duelo e instauración del estilo: El punto en que la vida no puede pasar al
escrito”. La operación de Benjamin se hace justamente sobre Proust, sobre un
autor “autobiográfico”, sobre una escritura que ha aparentado una procuración
desesperada de los recuerdos a través de las sensaciones, hecha de fragmentos
de aromas, de colores, ráfagas sensibles de la percepción.
140
Benjamin (1988) habla de una memoria olfativa en Proust, pero justamente
señala que es en ese punto donde deberíamos percibir lo que la escritura no
termina de sintetizar de la vida. Allí ofrece esta figura: “La imagen de Proust es la
suprema expresión fisiognomónica que ha podido adquirir la discrepancia
irreteniblemente creciente entre vida y poesía”. Acentúa de este modo el punto
máximo de tensión que domina un escrito, un fastidio irreteniblemente creciente.
¿Qué es lo que del sujeto se pone en juego en el ensayo? Barthes decía una
subjetividad del no sujeto, como una manera de no oponer a la falta de objetividad
del ensayo, un ideal de subjetividad. Giordano dice que “el saber que esto que se
enuncia, se vea obligado a dar cuenta de la enunciación” (citados por Kuri, 2001).
Introduce así una discrepancia entre términos aparentemente solidarios: primera
persona, sujeto y significación. Barthes agrega "este libro se ha hecho de lo que yo
no conozco, el inconsciente, y yo sólo soy su ciega mancha”. El ensayo, entonces,
es una escritura que posibilita interrogar la enunciación.
El afán de los géneros por constituir un orden resulta tan inevitable como
infructuoso. La función de identificar y procurar estabilizar las diferencias estéticas
o discursivas con nombres (tragedia, policial, elegía, ensayo, etc.) no consigue más
que un alivio de Manual o de ligera historicidad. Esto, en parte vale también para la
distribución basada en características estructurales, para la tipología del discurso
141
literario, o incluso para la psicopatología, que aunque se diga psicoanalítica, en el
afán de clasificar, de saber antes, se retira hacia los seguros dominios de la
psiquiatría.
Martínez Estrada procura detallar los rasgos que hacen al género del ensayo,
alcanza así un nivel de generalización que pareciera poder incluir todos los
ensayos, desde Montaigne hasta nuestros días (incluido él mismo). Sin embargo,
cuando explora las características del propio ensayo de Montaigne se ve
necesariamente forzado a buscar aquello que lo identifica. Es ahí, exactamente,
donde percibimos la gloria y la insuficiencia de los géneros. En ese punto Martínez
Estrada no puede hacer otra cosa que buscar detrás del texto el alma de
Montaigne, la vida de Montaigne, la personalidad de Montaigne. Esta impotencia no
debemos atribuírsela a él, sino a la naturaleza del análisis que permite la noción de
género.
Se me puede decir, con cierta razón, que le estoy pidiendo al orden de los
géneros algo que no está en su objetivo, que a un procedimiento por lo general le
estoy pidiendo un rigor sobre lo singular. Pero esta objeción pierde de vista algo: el
problema de la subjetividad es el reverso del orden de los géneros. La idea de
generalidad tiene adherida la caída en la subjetividad. Es por la insuficiencia de la
clasificación por géneros y/o períodos que se apela a la subjetividad. La
subjetividad es así el síntoma de la clasificación, aquello que hace el ademán de
cubrir con el sub-jectum lo que el género suprimió - o sencillamente no vio -, de la
singularidad de la escritura.
142
resiste la acción del nombre propio - límite de la lengua - que impone el arte y la
discursividad” ( Me remito nuevamente a la conferencia ¿qué es un autor?)
143
consecuencias conflictivas precisamente en el terreno del saber. De allí extrae su
condición lógica y su posición irritante.
Ahora bien, lo que nos guía, más que los textos definidos como ensayos, son los
intervalos que lo ensayístico produce en el régimen probatorio o hipotético
deductivo. Este intervalo ensayístico ha sido identificado como el punto de irrupción
de aquello que llamamos de distintas maneras: del yo, del sujeto, de la
subjetividad.
60
Y hasta podríamos decir: la doxa que produce lo ensayístico altera la episteme. Sobre este tipo de escisión
habría que reconsiderar la distinción entre episteme y figuras epistemológicas y de la ciencia, que Foucault
intenta hacer en La arqueología del saber, Siglo XXI, Méjico, 1979.
144
muchos artículos psicoanalíticos, que rezan fórmulas y desdeñan argumentos). El
ensayo nunca renuncia a la argumentación, hay no obstante en él un suspenso
argumental que no se resuelve ni en la demostración formalizada ni en la
integración a un sistema de pensamiento. Esta fuerza, esta economía de la
demostración, que ofrecen razones en el ejercicio mismo del discurso
aparentemente sin exterioridad, sin referencia, comandan al ensayo.
Ahora bien ¿esto hace pie en la subjetividad? Notemos que en el mismo instante
en que el argumento se encamina por la primera persona para ubicar la naturaleza
del ensayo, de inmediato es necesario hacer una rectificación: El recurso a la
primera persona del singular - dice Giordano - o, si se quiere una referencia más
específica, a un método dramático (que pone en escena una enunciación y no una
reflexión, que simula un discurso en lugar de describirlo), “testimonian la lejanía del
ensayista con la objetividad.”
145
saber. El desdén por la fidelidad a un sistema teórico y el uso de los términos
sostenidos fuertemente por la conyuntura de la enunciación. Esto es, no-sujeto,
subjetividad, nombre de autor, se definen únicamente por las coordenadas del
texto, y más aún, por las del párrafo. No esperemos aquí una articulación con
nociones sistemáticas de nombre, sujeto o subjetividad, ya sea del mismo Barthes
en otros textos y menos de Lacan o de Foucault, de ellos parece tomar un
resplandor de los términos.
Con Barthes (1982) debemos atender más a una lógica de la sugerencia in situ,
del aprovechamiento del ejercicio de los términos, que a una hermenéutica del
concepto. Cuando dice sujeto o autor, saca provecho del contraste y la tensión que
irradia la enunciación, dice así otra cosa y no rinde fidelidad a lo que, por ejemplo,
el concepto dice en psicoanálisis. Lo que interesa es el afán de formular un
encuentro oblicuo, inaudito de la noción de sujeto. Lo que Kuri afirma es que
Barthes mide más el efecto de un uso subversivo que la pertinencia teórica del
concepto.
“De todos modos, frente a la disposición que establece del problema, me apuro a
invertir algunos términos. Es en esa inversión donde creo ajustar, por fin, el lugar
del sujeto y la red de conceptos que involucra: si tal como se lo dice ningún nombre
de autor alcanza a identificar la subjetividad, esto es así porque no hay una relación
expresiva entre la subjetividad y el nombre de autor. En este punto hay que
cambiar hasta invertir los términos directrices: el nombre de autor lejos de ser una
marca de identidad de la subjetividad, es rasgo no-subjetivo del discurso, allí se
encuentra, ya no el asunto subjetivo, sino la instancia del sujeto”. (Ibidem)
Por eso, no basta con aclarar que no existe ningún nexo entre una subjetividad
sin nombre - oscuro punto de la intimidad del ensayista - y el nombre como
exterioridad (entre ellos hay una grieta). Cortado este nexo, la subjetividad, su
importancia para el texto, su peso psicobiográfico, cae sin remedio. En cambio, se
trata de la instauración de lo nominal. De un régimen del nombre ¿dónde está la
subjetividad de Debüssy o Shönberg, dónde la de Macedonio o Nietzsche, sino en
un nombre del estilo, un nombre sin subjetividad? Se ha repetido frecuentemente
146
esta afirmación de Lacan, quizás sin medir su alcance: el estilo es el objeto. ¿Cómo
no ver allí la materialidad que constituye al sujeto pero como extrañamiento de lo
subjetivo?
Cuáles son las preguntas que nos posibilita el caso Kepler/Galileo, según este
estudio que Koyré retoma de Panofsky.
147
En primer lugar: ¿se trata del mismo sujeto el que suponemos en la actitud
estética y aquél que estaría en el orden del pensamiento científico? ¿Cuándo es
justo hablar de sujeto y cuándo de subjetividad? La línea demarcatoria hay que
buscarla precisamente entre el lenguaje matemático y las creencias (hasta se
podría invocar la línea - aunque dogmáticamente abusiva - entre lo simbólico y lo
imaginario).
Por una parte la actitud estética parece obedecer en Galileo a una actitud
general, a una especie de visión del mundo; se podría casi decir que Galileo sentía
por la elipse la misma aversión que experimentaba por la anamorfosis; y que la
astronomía de Kepler era para él una astronomía manierista. Esto no supone que
lo estético sea un epifenómeno de la visión personal del mundo, sino que la actitud
estética lo es. Una cosa es la actitud estética y otra los problemas del arte y la
sensibilidad. El lenguaje que lo determina a Galileo como científico, no como
subjetividad, sino como autor, es el lenguaje matemático. Es allí precisamente
donde Koyré ubica la incomprensible ceguera, el repudio injustificado de Galileo
como desconociendo su propio sistema matemático.
148
A pesar de suscribir casi todas las afirmaciones de estas citas, debo delimitar
una clara diferencia con la última afirmación. Ya en páginas anteriores había
afirmado que “el cuerpo está en ensayo”; considero que esta distinción que hace
Kuri: estética/cuerpo - ensayo/sujeto, es impropia y que es necesario transformar
ese “cuerpo o sujeto”, en:
- en el ensayo está en juego el cuerpo...y tanto lo está que en uno de los textos
más ricos de Montaigne61, navega por cantidades de páginas hablando de sus
hábitos, sus comidas, sus modos de dormir, y hasta de defecar. Cuerpo y sujeto
son marcas en el texto que el ensayista no quiere ni puede evitar.
7.6. Lo nominal
Hay en esto también una nueva puntualización del nombre. Es en el dominio del
ensayo y de lo estético en donde la acción nominal señala precisamente la
constitución ensayística y estética. Es exactamente en aquello que hace posible
hablar de lo lacaneano o lo freudiano; de lo beethoveniano o lo gardeliano en
donde el estilo nos deja ver que el individuo no es el autor, que lo nominal se
constituye por fuera de lo personal.
61
Montaigne, M.(1994): De la experiencia; en Ensayos. Altaya, Barcelona.
149
Hay en la estructura del nombre un clivaje en el interior mismo de lo nominal, lo
que supone que el nombre no debería considerarse simplemente en su carácter
identificatorio, sino como un rasgo que se distribuye y afecta irregularmente un
texto o una obra.
150
singularidad de cada caso. Es decir que el analista se olvida de estos conceptos,
de su potencia, del saber previo que otorgan en el instante de la interpretación. No
aplica. Los conceptos han servido para dejarse tomar por el discurso que acontece
en la sesión, y en el interior de la neurosis de transferencia, en el estado en que se
halle, sabrá hacer o no, callarse o decir. Habrá entonces un saber en suspenso.
151
Quizás, la posición más clara de Freud respecto al desarrollo teórico es la
enunciada en la metapsicología:”el progreso del conocimiento no tolera tampoco la
inalterabilidad de las definiciones, también los conceptos fundamentales fijados en
definiciones experimentan una perpetua modificación del contenido”.
Freud nombra a sus Historiales como ensayos; el relato de Freud de sus propios
sueños, el grupo de fragmentos biográficos que están esparcidos en sus escritos:
¿en qué medida esto puede adscribirse a cierta subjetividad? El discurso de Freud,
compartiendo los mismos problemas que he presentado, no cae bajo el dominio de
la objetividad, no es un discurso que se mantenga dentro del ideal (el de Freud) de
ciencia de la naturaleza. No obstante hay algo que impide que el texto freudiano
sea subjetivo.
152
por esos significantes, hay allí un hiato irremediable, que hace a la estructura
misma del análisis” (Ibidem). Así, el ensayo otorga la posibilidad de interrogar las
relaciones complejas entre enunciado y enunciación.
153
ser62, resurrección actual del rechazo a lo que hay de terrible en la vida humana”
(Ritvo,1999).
Quizá el ensayo sea hijo de una época que ha descubierto (descubrimiento que
Descartes llevará a sus posibilidades extremas) el abismo que hay entre las
premisas y las conclusiones en toda argumentación que no sea meramente formal
y que implique al enunciante en su enunciado. Descubrimiento que es, desde
luego, un redescubrimiento, corolario de aquel “creo porque es absurdo” paulino.
En Más allá del principio del placer (1920), introduce Freud una tendencia que
compromete al bios en su vínculo con la muerte.
“Hay como un ritmo titubeante – dice Freud - en la vida de los organismos; uno
de los grupos pulsionales se lanza, impetuoso, hacia delante para alcanzar lo más
rápido posible la meta final de la vida; el otro, llegado a cierto lugar de este camino,
se lanza hacia atrás para volver a retomarlo desde cierto punto y así prolongar la
duración del trayecto”.
62
Al respecto sólo cabe decir que si Aristóteles sostiene que el ser se dice de varias maneras, esto significa,
lisa y llanamente, que no es posible decir al ser sino de un modo múltiple: el ser se reduce a los modos del ser
y el ser-uno es indecible e impronunciable.
154
“Es un ritmo vacilante, titubeante, irresoluto. La vacilación indica, de un modo
suficiente, que hay un momento sin lugar, un momento cuyo lugar es indiscernible.
El ritmo titubea” (Ritvo, 1999).
155
sabemos también qué es lo que sigue. Pero el ensayista debe aislar los momentos,
sean terribles, sean felices, sacarlos de quicio y hacer que hable el intervalo de sin
sentido, el intervalo de opacidad que vuelve a decirnos no sólo que la vida y la
muerte son pura interrupción, sino que gracias a la interrupción que capta el
desgaste de las formas, esa pendiente que nos exilia de nosotros mismos, gracias
al ritmo que se debilita y se sofrena, es posible que, de golpe, el ritmo adquiera,
tras el intervalo, una nueva intensidad, una nueva y sorprendente irrupción de lo
nuevo”.(Ibidem)
El ritmo y sus pausas nos advierten lo que fluye sin ritmo ni pausa. Y allí
empezamos a entender cierto modo de aprehender el cuerpo, como bolsa por la
cual todo fluye, torbellinos, atascamientos, grietas; humores que van y vienen al
ritmo del brusco paso a los extremos, desde el frenesí hasta la estatua de sal.
En el ensayo hay exceso (de citas, de ritornelos, etc.), en tanto hay repetición del
encuentro único del individuo separado de sí mismo y de sus pares.
156
CAPITULO 8
CONCLUSIONES
157
“...es preciso grabar en todos los espíritus
curiosos que no hay que ser esclavo de una
sola ciencia, ni tratar sólo un tema como
hace la mayoría, sino vagar ( rove63) por
todos lados, sirviente de cien oficios, tener
una rama en todos los barcos, gustar de
todos los platos y beber de todas copas”.
Montaigne
Eliminado: Decía en
En la Introducción he planteado que el espíritu polémico de esta tesis no se debe Eliminado: I
Eliminado: : “
a un mero gusto por la discusión teórica. Las diferencias teóricas dentro del campo
analítico tienen efectos en cómo se dirigen los tratamientos analíticos, en la
concepción del final de análisis, en cuáles son los límites de la práctica y en el
futuro del psicoanálisis como práctica social. Me refiero con esto último al lazo
social entre los analistas, al quehacer institucional, al prestigio o desprestigio que
nuestra práctica tiene en la comunidad.
63
La significación de rove es vastísima: implica enhebrar, vagar, merodear, deambular, errar. (supra 59)
158
principales conmociones pueden producirse de modo súbito, y a menudo no
deseado.
159
Con formato: Numeración y
Considero que para escribir la estructura, producida por las operaciones de viñetas
160
El deseo del analista que conjuga el análisis del analista, su práctica, sus
supervisiones y lecturas, es la guía de una acción que no halla en la teoría
una garantía absoluta.
Eco necesitó escribir novelas para decir lo que con sus ensayos no podía. Uno y
otro han hecho de poesía y novela lo que Schelling llamó lo ‘taute-górico’, es decir
no decir ‘otra cosa’ sino que esta cosa misma no puede ser dicha en ningún caso
de otra manera. Y así se anudan mito y verdad.
Lo riguroso de que sea “sólo” una praxis parece paradojal. Puede ser
rigurosa sin ser exacta. Y habitar la paradoja, tensarla, es el modo de
tratar a esa sustancia explosiva: la libido. Mezcla de deseo, pulsión,
goce y amor, que “condena” al psicoanálisis a ser lo que Freud no
duda en denominar una práctica imposible.
Lo imposible obliga al ensayo. Una escritura que, con sus ritornelos, vuelva a
rizar el rizo, que practica que no hay verdad del enunciado independiente del
161
locutor, mostrando en el texto las marcas de su producción. El ensayo como
ejercicio de escritura, tiene una solidaridad estructural con la manera argumentativa
utilizada en psicoanálisis. Heidegger opone razón a pensar cuando sostiene que lo
no pensado es el don más sublime que un pensar tiene para ofrecer. Sin pensar
sobre el pensar. Sin ensayar sobre el ensayo; porque la escritura del ensayo no es
sobre algo.
Daniel Rubinsztejn
NOVIEMBRE / 2006
162
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