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Nociones de cambio en psicoterapia desde la

perspectiva de sujetos que han realizado un


tratamiento psicoterapéutico
Doctoranda: Julieta M. Olivera Ryberg

Director de tesis y consejero académico: Andrés J. Roussos

Noviembre de 2015

UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES

FACULTAD DE PSICOLOGÍA

DOCTORADO EN PSICOLOGÍA

1
AGRADECIMIENTOS
En primer lugar quiero ofrecer mi más sincero agradecimiento a mi director de
Tesis, Dr. Andrés Roussos, por ser oficiar de guía y apoyo durante el período de tiempo
que ha durado esta tesis doctoral. Su experticia y su comprensión tanto sobre el campo
de la investigación en psicoterapia como de la investigación cualitativa han sido aportes
invaluables para el desarrollo de la investigación. Asimismo, me demostró su capacidad
de paciencia y comprensión en los momentos en que las dificultades de la tarea me
abrumaban, siempre encontrando una tarea que me encausara nuevamente en el camino.
Gracias Dr. Roussos por confiar en mí, por siempre fomentar la excelencia y por
acompañarme durante todo el proceso. No lo podría haber hecho mejor con ninguna otra
persona.

Luego quiero agradecer a todos los integrantes del Equipo de Investigación en


Psicología Clínica por su apoyo incondicional y su amistad. Me escucharon, me
acompañaron, me consolaron, y cada uno hizo su aporte para facilitarme la tarea.
Malena Braun, gracias por ver en mí condiciones para la investigación e introducirme a
este equipo tan especial, gracias también por compartir el interés genuino en la
perspectiva del paciente que nos llevó a conversaciones siempre estimulantes. Gracias
Laura Challú por estar a mi lado en todo momento y cubirme en cada tarea que se veía
relegada por esta tesis. Gracias Martín Gómez Penedo, por no dejarme bajar los brazos
nunca y por tus palabras de aliento. Gracias Santiago Juan por tu asistencia en la
redacción y tu punto de vista clínico siempre presente. Gracias Ignacio Etchebarne por
tus recomendaciones bibliográficas y por tu constante disposición a dar una mano.
Gracias Paula Balbi, Ludmila Jurkowski, Viviana Guajardo y Vanina Waizmann porque
sé que puedo contar con ustedes siempre. Por último, pero no menos importante, gracias
a la Dra. Adela Leibovich de Duarte, por su experiencia y su consejo siempre presente.

A mi querido esposo, Juan Pedro Lupiano, y a mi hijo Juan Cruz, les quiero agradecer
por el apoyo emocional, por ser mi sostén en la vida y mi razón para existir. Las
palabras no alcanzan para describir el amor que les tengo y que demostraron tenerme
durante este proceso.

A mis padres, Dora Ryberg y Alfredo Olivera, quienes siempre apostaron por mí:
Gracias. Este logro, como todos los míos, también es suyo.

Por la paciencia y el cariño de siempre, agradezco también a mi familia política, a mis


hermanos y a mis amigos, que, por suerte, son demasiados para nombrarlos todos.

2
RESUMEN
La tesis doctoral que aquí se presenta, de carácter empírico y con un enfoque de análisis
cualitativo, tuvo como objetivo indagar las nociones de cambio de sujetos que
transitaron por un proceso psicoterapéutico en el Área Metropolitana de la Ciudad de
Buenos Aires. Se realizaron entrevistas semi-estructuradas a 73 personas que habían
finalizado o interrumpido un tratamiento psicoterapéutico, en las que se les preguntó
sobre cambio percibido y su perspectiva sobre otros elementos del proceso terapéutico,
tales como el “motivo de consulta”; “la relación terapéutica”; “las intervenciones del
terapeuta”; “su propia participación en el proceso”; y “la terminación del tratamiento”.
Las entrevistas fueron transcriptas y analizadas utilizando una adaptación de la
metodología cualitativa consensual (CQR) para grandes muestras. Los resultados
indican que los pacientes perciben cambio por los tratamientos realizados; y a su vez los
vinculan con los diferentes elementos del proceso. Se presentan las conclusiones y se
discuten las implicancias para la práctica clínica y la investigación.

ABSTRACT
The current doctoral dissertation has an empirical and qualitative approach. The aim of
the study was to assess former patient´s perspective of change in a sample of Buenos
Aires Metropolitan Area. 73 semistructured interviews were conducted with participants
that had finished or interrupted a therapeutic treatment. They were asked about
therapeutic change, “reasons for consultation”, “therapeutic relationship”, “therapist´s
interventions”; “their participation during the process”; and “therapy termination”. All
interviews were transcribed and analyzed using a qualitative approach, based on
Consensual Qualitative Research (CQR) and adapted for big samples. Results show that
patients percieve change due to therapy and relate that change to the different elements
of the therapeutic process. Implications for research and clinical practice are discussed.

3
INDICE

0. Introducción 11
0.1. Estructura de la tesis 14
0.2. Objetivos de la Investigación 16
Primera parte: Marco teórico
1. Capítulo 1: Concepciones sobre “psicoterapia”, “paciente” y “cambio” 18
según diferentes marcos teóricos
1.1. Introducción 18
1.2. El concepto de psicoterapia 20
1.3. El paciente y su conceptualización 24
1.3.1. El paciente para el psicoanálisis y la terapia psicoanalítica 27
1.3.2. El paciente para el marco cognitivo conductual 29
1.4. Hacia una definición de cambio en psicoterapia 32
1.4.1. Perspectivas psicoanalíticas y cognitivas sobre el cambio 34
2. Capítulo 2: Variables del proceso terapéutico desde distintos marcos 39
teóricos
2.1. Introducción 39
2.2. Motivo de consulta explícito y demanda inconsciente 40
2.2.1. Investigación empírica sobre motivo de consulta 43
2.3. La relación terapéutica 46
2.3.1. El concepto analítico de “transferencia” 46
2.3.2. Transferencia, alianza terapéutica y relación real no
transferencial 47
2.3.3. La alianza terapéutica en el modelo cognitivo 49
2.3.4. Investigación empírica sobre relación terapéutica 51
2.4. Las intervenciones terapéuticas 53
2.4.1. Intervenciones originadas por el psicoanálisis 54
2.4.2. Intervenciones y psicoterapia cognitivo-conductual 57
2.4.3. Investigación empírica sobre el uso que los terapeutas hacen
de las intervenciones 59
2.5. La finalización del tratamiento 61

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NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

2.5.1. Investigación empírica sobre terminación de los tratamientos 65


psicoterapéuticos
3. Capítulo 3: Investigación en psicoterapia sobre perspectiva del paciente. 69
3.1. Introducción 69
3.2. Uso de los términos “perspectiva”, “percepción” y “punto de vista”
del paciente en la investigación en psicoterapia. 70
3.2.1. Características metodológicas comunes a diferentes estudios
sobre perspectiva del paciente 72
3.3. La evaluación en los resultados de los tratamientos 73
3.4. Investigaciones cualitativas sobre percepción de cambio 80
3.5. La percepción del paciente de facilitadores del cambio terapéutico 83
3.6. Percepción del paciente en tratamientos de diferentes marcos teóricos 87

Segunda parte: Métodos


4. Capítulo 4: Metodología 94
4.1. Introducción 94
4.2. Diseño muestral 95
4.2.1. Criterios de inclusión 95
4.2.2. Criterios de exclusión 95
4.2.3. Sub-grupos muestrales 96
4.3. Características de los participantes 101
4.3.1. Pacientes 101
4.3.2. Terapeutas 105
4.3.3. Tratamientos 106
4.4. Materiales 110
4.4.1. Entrevista semi-estructurada 110
4.4.1.1. Preguntas abiertas 111
4.4.1.2. Preguntas cerradas sobre alianza terapéutica e
intervenciones 111
4.4.1.3. Datos sociodemográficos 111
4.4.2. Materiales adicionales 111
4.4.2.1. Consentimiento informado 111
4.5. Procedimientos 112

5
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

4.5.1. La confección del instrumento utilizado: la entrevista


112
4.5.1.1. Prueba piloto 112
4.5.2. Trabajo de Campo 115
4.5.2.1. Entrenamiento de los entrevistadores 115
4.5.2.2. Procedimiento de recolección de datos 118
4.5.3. Análisis de datos 120
4.5.3.1. Primera fase: Análisis cualitativo CQR 122
4.5.3.2. Segunda fase: Chequeo de estabilidad. 129
4.5.3.3. Tercera fase: Análisis cualitativo de adjudicación de
categorías. 131
4.6. Aspectos éticos 133
Tercera parte: Resultados y discusión
5. Capítulo 5: Resultados 135
5.1. Introducción 135
5.2. Resultados sobre el cambio en psicoterapia desde la perspectiva del
paciente. 140
5.2.1. Dominio “Cambio”: percepción global y atribución del
cambio a la psicoterapia 140
5.2.1.1. Percepción global de cambio 140
5.2.1.2. Atribución de cambio a la psicoterapia 141
5.2.1.3. Logros y facilitadores de cambio 142
5.2.1.4. Logros vinculados con el cambio percibido 143
5.2.1.5. Facilitadores de cambio 148
5.2.1.6. Otras categorías vinculadas con cambio: cambio
negativo. 150
5.3. Resultados del objetivo específico 1: La percepción sobre el cambio
en psicoterapia y su relación con el motivo de consulta. 151
5.3.1. Razones y resolución del motivo de consulta 152
5.3.2. Relación entre tipo de cambio percibido y motivo de consulta 156
5.4. Resultados del objetivo específico 2: La percepción y valoración
sobre la relación terapéutica, y su vínculo con el cambio en
psicoterapia. 158

6
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

5.4.1. Características del vínculo y su valoración por parte del


paciente 159
5.4.2. Caracterización del terapeuta 164
5.4.3. Desacuerdos entre paciente y terapeuta 168
5.4.4. Auto-revelación del terapeuta y su implicancia en la relación
terapéutica 171
5.4.5. Relación entre cambio percibido y las características de la
relación terapéutica 174
5.5. Resultados del objetivo específico 3: La percepción sobre el cambio
en psicoterapia y su relación con las intervenciones realizadas por el
terapeuta. 176
5.5.1. Intervenciones y el comienzo del tratamiento 176
5.5.2. Las acciones del terapeuta 178
5.5.3. Valoración de las intervenciones 180
5.5.4. Relación entre cambio percibido y las intervenciones del
terapeuta 181
5.6. Resultados del objetivo específico4: La percepción sobre el cambio
en psicoterapia y su vínculo con la participación del paciente dentro
del proceso terapéutico. 183
5.6.1. Relación entre el cambio percibido y la participación del
paciente en su psicoterapia 185
5.7. Resultados del objetivo específico 5: Las condiciones de terminación
del tratamiento y su relación con la percepción de cambio
psicoterapéutico. 186
5.7.1. Decisión de la terminación del tratamiento 186
5.7.2. Desarrollo del proceso de terminación (planificado o abrupto) 189
5.7.3. Motivos percibidos para la terminación y posibilidad de re-
contacto con el terapeuta 189
5.7.4. Relación entre la terminación y el cambio percibido 192

6. Discusión 194
6.1. Introducción 194
6.2. Limitaciones 192

7
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

6.3. Discusión de los resultados de la investigación 193

7. Referencias 209
8. Apéndices 226
Apéndice 1: Guía de la entrevista para prueba piloto 226
Apéndice 2: Consentimiento Informado 229
Apéndice 3: Guía de la entrevista final 230
Apéndice 4: Instructivo de entrevista 239
Apéndice 5: Tabla con dominios, áreas temáticas que los componen y sus
descripciones. 247
Apéndice 6: Tabla de categorías encontradas por dominio, sus
frecuencias y ejemplos textuales de cada una 252
Apéndice 7: Listado de categorías atípicas 267

8
ÍNDICE DE TABLAS Y FIGURAS

Tablas Página

Tabla 1 Tamaño de las muestras de los diferentes grupos seleccionados 100

Tabla 2 Datos sociodemográficas de los participantes 104

Tabla 3 Datos sociodemográficos de los terapeutas 106

Tabla 4 Datos de los tratamientos psicoterapéuticos estudiados 108

Tabla 5 Cantidad de entrevistas realizada por entrevistadora – Prueba Piloto 114

Tabla 6 Cantidad de entrevistas por entrevistador – Muestra definitiva 117

Tabla 7 Listado de dominios y áreas temáticas a las que se refieren 124

Tabla 8 Coeficientes de acuerdo inter-jueces entre los evaluadores 132

Tabla 9 Distribución del análisis de las entrevistas por investigadores 133

Figuras

Figura 1 Distribución de la ubicación de los tratamientos en las localidades


del Area Metropolitana de Buenos Aires 109

Figura 2 Distribución de la ubicación de los tratamientos en la Ciudad de


Buenos Aires 110

Figura 3 Resumen de los procedimientos del trabajo de campo 118

Figura 4 Resumen de las fases de análisis de datos 121

Figura 5 Dominios seleccionados para la generación de ideas nucleares y


creación de categorías 126

Figura 6 Modelo conceptual de dominios, subdominios y categorías


generales 136
Figura 7 Estructura jerárquica del análisis cualitativo realizado 135

9
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

Figura 8 Síntesis dominio CAMBIO con sus frecuencias en la muestra 143

Figura 9 Logros percibidos (categorías generales) 146

Figura 10 Cantidad de áreas de logros percibidos por los participantes 147

Figura 11 Síntesis dominio MOTIVOS DE CONSULTA con sus frecuencias 151

Figura 12 Grado de resolución del motivo de consulta 155

Figrua 13 Síntesis dominio RELACIÓN TERAPÉUTICA con sus frecuencias (1) 160

Figura 14 Síntesis dominio RELACIÓN TERAPÉUTICA con sus frecuencias (2) 165

Figura 15 Síntesis dominio RELACIÓN TERAPÉUTICA con sus frecuencias (3) 168

Figura 16 Síntesis dominio AUTO-REVELACIÓN con sus frecuencias 172

Figura 17 Síntesis dominio INTERVENCIONES con sus frecuencias (1) 177

Figura 18 Síntesis dominio INTERVENCIONES con sus frecuencias (2) 185

Figura 19 Síntesis dominio TERMINACIÓNcon sus frecuencias (1) 186

Figura 20 Síntesis dominio TERMINACIÓNcon sus frecuencias (2) 190

10
INTRODUCCIÓN

La presente investigación, de carácter empírico y con un enfoque de análisis

cualitativo, tuvo como objetivo indagar las nociones de cambio de sujetos que

transitaron por un proceso psicoterapéutico en la Ciudad de Buenos Aires y su área

metropolitana. De manera más específica, pretendió comprender el modo en que los

pacientes conceptualizaban diferentes aspectos del tratamiento psicoterapéutico, y los

vínculos que establecían entre éstos y el cambio percibido. Dichos aspectos del proceso

terapéutico estuvieron referidos a: 1) el motivo de consulta, 2) las características de la

relación terapéutica, 3) las intervenciones utilizadas por el clínico, 4) la participación

del paciente en su propia psicoterapia y 5) el proceso de terminación del tratamiento.

Como se verá al final de esta introducción, cada uno de estos fenómenos formó parte de

un objetivo específico de la investigación.

Desde sus orígenes, la investigación en psicología clínica ha considerado como

central la temática del cambio en psicoterapia. Diversos estudios han explorado cómo

los pacientes perciben el cambio y cómo relacionan dicho cambio con diferentes

elementos del proceso terapéutico (Hill et al., 2011; Klein y Elliott, 2006; Levitt, Butler

y Hill, 2006; Mendes et al., 2010). En consonancia con un enfoque cualitativo, este

estudio utilizó una definición amplia de “cambio”, definiéndolo como aquello que el

paciente consideraba que había cambiado a lo largo de su psicoterapia. A pesar de las

potenciales limitaciones que conlleva esta definición amplia, se mantuvo fiel al hecho

que se pretendió estudiar: las conclusiones a las que arribaban los pacientes luego de

terminar su tratamiento respecto de lo que había cambiado, lo que no había cambiado y

los aspectos del proceso vinculados con dichos fenómenos de cambio y no cambio.
11
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

Se utilizó una entrevista semi-dirigida (diseñada específicamente para este

estudio) y se administró a 73 sujetos que hubieran recibido psicoterapia en la Ciudad de

Buenos Aires y sus alrededores, cuyo proceso terapéutico hubiese finalizado dentro de

los últimos tres años. Las entrevistas realizadas fueron transcritas y analizadas con una

adaptación para muestras de gran tamaño del método cualitativo consensual (CQR por

su sigla en inglés), desarrollado por Hill, Thompson, y Williams (1997) (ver también:

Juan, Gómez Penedo, Etchebarne y Roussos, 2011).

Esta investigación se enmarcó en el trabajo del Equipo de Investigación en

Psicología Clínica (EIPSI), dirigido por el Dr. Andrés Roussos, que tiene como meta la

investigación empírica de procesos y resultados en psicoterapia. El equipo trabaja hace

15 años con sedes en el Instituto de Investigaciones de la Facultad de Psicología de la

Universidad de Buenos Aires y en el Departamento de Investigaciones de la

Universidad de Belgrano. En términos formales, el programa vigente de investigación

del Dr. Roussos1 funcionó como el contexto de surgimiento y desarrollo de la presente

tesis doctoral.

En programas de investigación previos, diferentes miembros del equipo del Dr.

Roussos profundizaron el conocimiento existente sobre las intervenciones clínicas y su

relación con otros aspectos del proceso (Etchebarne, 2014; Juan, 2014; Olivera, 2011;

Waizmann, 2010). Actualmente, otra línea de investigación apunta a los vínculos entre

cambio y resultados en psicoterapia (Gómez Penedo, Olivera, Safran y Roussos, en

evaluación).

1
Subsidio UBACyT 20020120100052, programación 2013-2016. Director: Dr. Andrés Roussos. Título del
proyecto: La percepción del paciente sobre el cambio en psicoterapia y su relación con el vínculo terapéutico,
las intervenciones psicoterapéuticas y los resultados del tratamiento.

12
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

Cabe mencionar, sin embargo, que a diferencia de estos estudios ya realizados,

la presente investigación doctoral buscó indagar el proceso terapéutico desde la

perspectiva del paciente, apuntando a una comprensión de los fenómenos diferente a la

que pueden realizar los terapeutas o los observadores externos. Dado que hasta el

momento no se encuentran en la literatura investigaciones sobre dicha temática en la

Argentina (Fernández Álvarez, 2015), resulta relevante recabar información

sistematizada sobre la misma, en vistas de mejorar los métodos y beneficiar a la

psicoterapia.

En este sentido, se suscribieron puntos de vista actuales sobre la necesidad de

revalorizar el lugar de la percepción del paciente en la investigación en psicoterapia,

desde un enfoque cualitativo (Krause, Altimir, y Horvath, 2011). La incorporación de

investigaciones cualitativas, que puedan dar cuenta de la manera en que los pacientes

perciben sus procesos de cambio, es necesaria para complementar la información que

brindan las investigaciones cuantitativas. De la misma manera, la posibilidad de abordar

constructos desde la perspectiva del paciente facilita el acceso a las narrativas

personales y a la experiencia fenomenológica de los mismos.

Dentro de este contexto, y basándose en antecedentes centrales de investigación

sobre el tema (Bowman y Fine, 2000; Castonguay et al., 2010; Israel, Gorcheva,

Burnes, y Walther, 2008; Levitt et al., 2006; Paulson, Truscott, y Stuart, 1999), este

estudio se propuso contribuir a una mayor comprensión de la práctica clínica y los

efectos terapéuticos de la misma, analizando cómo los pacientes percibían sus

tratamientos y los cambios que éstos habían generado, con un foco especial en la

manera en que cada paciente vinculaba dichos cambios con otros aspectos del proceso

terapéutico, como la alianza de trabajo, las intervenciones del terapeuta y el proceso de

terminación del tratamiento.


13
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

En términos generales, cada uno de dichos aspectos conforma un problema de

investigación para nuestra disciplina, donde la percepción del paciente cobra un lugar

prioritario que debe cotejarse con los resultados provenientes de evaluaciones externas y

la mirada del terapeuta. De hecho, en los últimos años ha resurgido la investigación

sobre la percepción del paciente, siendo una fuente ampliamente valorada para la

evaluación del cambio terapéutico (Foskett, 2001; Gordon, 2000; Heatherington,

Constantino, Friedlander, Angus y Messer, 2012; Klein y Elliott, 2006; Krause, 2005;

Manthei, 2007).

En suma, y suscribiendo líneas de investigación vigentes en psicoterapia, el

presente proyecto apuntó a analizar la vivencia subjetiva del paciente, en términos de su

percepción de cambio. Buscó así generar información novedosa sobre el proceso de

cambio en psicoterapia y sus potenciales vínculos con la efectividad de los tratamientos,

desde una perspectiva aún en estudio, pero imprescindible para el campo de la

investigación en psicología clínica (Elliot, 2010; Kazdin, 1999).

Estructura de la tesis

La presente tesis se ubica transversalmente en relación con las orientaciones

teóricas que enmarcan la práctica clínica, ya que los sujetos que participaron de las

entrevistas, generalmente no se encuentran en condición de dar cuenta del marco teórico

al que adscribe quien fuera su terapeuta. Sin embargo, se considera de vital importancia

conocer la manera en que los desarrollos terapéuticos más populares conceptualizan

aquellos elementos que fueron indagados en la investigación.

Dentro de este marco, los primeros dos capítulos del escrito cuentan con una

descripción de los conceptos que se mencionan en los objetivos de la presente

investigación, desde diferentes marcos teóricos. Se presentan definiciones de

14
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

psicoterapia, la noción del paciente desde las orientaciones teóricas y las prescripciones

e indicaciones en referencia a los otros conceptos de interés (motivo de consulta,

relación terapéutica, intervenciones clínicas y terminación del tratamiento). Dentro de

cada apartado se incluyen aportes de referentes de cada orientación, señalando las

semejanzas o diferencias entre ellos.

El tercer capítulo resume las investigaciones empíricas que se han realizado

desde la perspectiva del paciente, en el campo de la psicoterapia. Comienza haciendo

referencia a los términos que se utilizarán, con el objetivo de aclarar al lector el modo

en que, tradicionalmente, investigadores del campo se han referido al fenómeno de la

perspectiva del paciente. A continuación, se incluyen las conclusiones de

investigaciones cuyo objetivo es explorar la concepción de los pacientes de los

resultados de la terapia y el cambio terapéutico logrado. Se brinda una referencia a las

diferentes maneras de medir el cambio en los tratamientos y al aporte de las

investigaciones cualitativas al conocimiento sobre la psicoterapia; para luego

profundizar sobre los resultados alcanzados por los estudios relevados. Hacia el final del

capítulo se encuentran investigaciones sobre la perspectiva del paciente de algunos

marcos teóricos en particular, subrayando los aspectos específicos de cada orientación

que se destacan en este tipo de investigaciones empíricas.

Una vez recorridos los principales conceptos de la tesis, tanto desde el aporte de

la teoría como de las investigaciones empíricas que los indagan, el capítulo 4 presenta la

metodología de la presente investigación. Se presentan las características de la muestra;

se desarrollan los procedimientos de elaboración del instrumento utilizado (entrevista);

se explican las estrategias de recolección de datos; y se da cuenta de cada una de las

fases que implicó el análisis de los datos.

15
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

El capítulo 5 presenta los resultados obtenidos por la investigación y se organiza

a partir de los objetivos específicos propuestos.

La discusión, que integra las conclusiones de la investigación con la literatura

sobre el tema, se encuentra en el capítulo 6. En él también se presentan las limitaciones

del estudio y las propuestas para futuras investigaciones en el área.

Finalmente, la última parte del escrito incluye las referencias, de acuerdo con las

normativas de publicación de la Asociación Americana de Psicología (American

Psychological Association, 2010) y los apéndices.

Objetivos de la presente investigación

Objetivo general: estudiar la noción de cambio en psicoterapia a partir de la percepción

de personas que hayan realizado un tratamiento psicoterapéutico, analizando la forma en

la que los pacientes relacionan factores ligados al vínculo terapéutico y a las

intervenciones psicoterapéuticas con el cambio percibido en terapia.

Objetivos específicos:

 Estudiar la percepción sobre el cambio en psicoterapia en pacientes que han

realizado un tratamiento y la relación que establecen con el motivo de consulta.

 Estudiar la percepción y valoración sobre la relación terapéutica, en pacientes

que han realizado un tratamiento y la manera en que vinculan este factor con el

cambio en psicoterapia.

 Estudiar la percepción sobre el cambio en psicoterapia en pacientes que han

realizado un tratamiento y la manera en que los pacientes vinculan las

intervenciones realizadas por el terapeuta con dicho cambio.

16
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

 Estudiar la percepción sobre el cambio en psicoterapia en pacientes que han

realizado un tratamiento y la manera en que los pacientes vinculan su propia

participación dentro del proceso terapéutico con dicho cambio.

 Estudiar las condiciones de finalización/terminación del tratamiento en pacientes

que han realizado un tratamiento y la manera en que lo vinculan con el cambio

psicoterapéutico.

17
Capítulo 1
CONCEPCIONES SOBRE “PSICOTERAPIA”, “PACIENTE”
Y “CAMBIOS” SEGÚN DIFERENTES MARCOS TEÓRICOS

Introducción: objetivos y estructura del capítulo

La intención de este primer capítulo es recorrer los conceptos principales que se

presentan en los objetivos de la presente tesis, desde la perspectiva de diferentes marcos

teóricos, haciendo énfasis en el marco psicoanalítico y en el marco cognitivo, por ser

dos de las orientaciones teóricas más difundidas, tanto a nivel local como internacional

(ver, por ejemplo, los relevamientos de: Leibovich de Duarte et al., 2006, y 2008;

Müller y Palavezzatti, 2015; Orlinsky et al., 1999; Orlinsky y Rønnestad, 2005). Como

se describirá en detalle en el capítulo 4, dichos marcos teóricos también fueron los

identificados con mayor frecuencia por los participantes de este estudio, a la hora de

definir la orientación de sus respectivos psicoterapeutas.

En este primer capítulo, los conceptos principales a analizar implican la

concepción sobre el paciente y el tratamiento que, en sentido amplio, aportan los marcos

psicoanalítico y cognitivo, con foco en las nociones de: “psicoterapia”, “paciente” y

“cambio”. En conjunto, este recorrido que inicia el escrito permitirá, luego, observar y

comparar las coordenadas teórico-clínicas que establece cada orientación con aquello

que los pacientes valoran de sus tratamientos y de sus terapeutas, integrando así el

presente análisis bibliográfico con los resultados de la investigación efectuada. (Ver

capítulos 5 y 6: Resultados y Discusión).

18
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

Es importante destacar que, en sentido estricto, el fenómeno que aquí se presenta

es prácticamente inabarcable, y que un recorrido exhaustivo de cada uno de los

conceptos excedería en mucho los objetivos de la presente tesis. Por tal motivo, este

capítulo inicial busca ofrecer una breve visión de conjunto, destacando las posturas más

sobresalientes sobre cada constructo, que permita luego una mejor apreciación de la

ubicación teórico-metodológica de la investigación y de la información obtenida.

A lo largo del capítulo se abordará, entonces, cómo cada orientación emplea un

vocabulario propio, conceptualizando con su terminología los diferentes aspectos del

proceso terapéutico y considerando desde su perspectiva el fenómeno mismo de la

psicoterapia. Además de estas divergencias, el recorrido también apuntará a establecer

puntos en común entre las orientaciones, en el contexto de los llamados “factores

comunes" (Wampold, 2001; Frank, 1961), como aspectos destacados de todos los

tratamientos o convergencias de los marcos teóricos analizados en la definición de

determinados conceptos.

A modo de organización de las subsiguientes partes del capítulo, se comenzará

con el análisis de la definición misma de “psicoterapia”. Se intentará primero una

aproximación trans-teórica del término, para luego discutir algunas particularidades que

los modelos teóricos psicoanalíticos y cognitivos le imprimen a la comprensión del

concepto. Una vez analizada la definición de “psicoterapia”, el capítulo continuará

desarrollando la concepción que tienen ambos marcos teóricos sobre el constructo

“paciente”; para luego dar lugar a la definición de “cambio” que se plantea en cada

caso. Cabe aclarar que en el capítulo 2 se analizarán variables más específicas del

proceso terapéutico, también involucradas en los objetivos del presente estudio, a saber:

“motivo de consulta”, “relación terapéutica”, “intervenciones” y “terminación del

19
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

tratamiento”; buscando, nuevamente, revisar las concepciones que los marcos

psicoanalítico y cognitivo generan para la comprensión de estos fenómenos.

Se utilizará una estrategia histórico-cronológica para desarrollar la presentación

de cada uno de los términos. De esta forma, y luego de brindar un análisis trans-teórico

de los constructos, se comenzará con el psicoanálisis clásico y los abordajes actuales

derivados de la teoría psicoanalítica; para luego analizar las nociones dentro de la

psicoterapia cognitivo-conductual, con sus sucesivas generaciones de tratamientos y

desarrollos teórico-clínicos. Se utilizarán los términos “psicoanalítico” y “cognitivo”

para referirse, de modo genérico, a los marcos teóricos en estudio. Sólo se utilizarán

otros términos para denominar el marco teórico (como “cognitivo-conductual” o

“psicodinámico”) cuando se reseñen investigaciones o trabajos teóricos que utilicen

dicha terminología.

El concepto de psicoterapia

Definir a la psicoterapia es una de las tareas más complejas a la que se han

enfrentado diferentes autores (ver, por ejemplo, la revisión de Wallerstein, 1989). Si

bien consiste en una práctica aceptada y rara vez hay confusiones en el uso cotidiano del

término, la gran cantidad de orientaciones teóricas existentes genera diferencias en el

modo de concebir la psicoterapia (Feixas y Miró, 1993). Estas diferencias pueden ser

sutiles para determinados contextos, mientras que sumamente significativas para otros.

Una definición que intenta ubicarse por fuera de los debates teóricos es la que

brinda Wampold (2010):

20
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

“La psicoterapia es un tratamiento principalmente interpersonal que se

basa en principios psicológicos e integra un terapeuta entrenado y un

cliente que presenta un trastorno mental, un problema o una queja; se

presupone que el terapeuta considera que la terapia podrá remediar dicho

trastorno, problema o queja; e implica una adaptación o individualización

para el cliente en particular o su trastorno, problema o queja. (Wampold,

2010, pg. 3 [traducción personal])”.

La definición resalta el carácter interpersonal de la psicoterapia para diferenciarla

de otras terapias auto-administradas, como puede ser la biblioterapia. Sin embargo

contempla que prácticas de ese tipo puedan ser incluidas en el tratamiento al mencionar

que el carácter interpersonal de la psicoterapia es el principal, pero no excluye a otro

tipo de intervenciones. A su vez, la definición de Wampold incluye no sólo trastornos

mentales como las razones para la consulta sino que contempla la posibilidad de que el

paciente acuda con un problema o con una queja. Luego aclara que el terapeuta debe

considerar que el trastorno, problema o queja del paciente puede ser resuelto mediante

la realización del tratamiento, y por último indica la necesidad de adaptar cada

tratamiento al consultante en particular.

La American Psychological Association (2013), brinda una definición diferente.

Considera a la psicoterapia como un tratamiento de colaboración, basado en la relación

y el diálogo, proporcionando un ambiente de apoyo que permite hablar abiertamente

con alguien objetivo, neutral e imparcial. A diferencia de la definición de Wampold

(2010) aquí no se menciona el tipo de consulta que puede realizarse ni los objetivos que

se pretende obtener con el mismo.

21
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

Desde la Argentina, Héctor Fernández Álvarez (2011,p.13) hace mayor hincapié

en las intervenciones terapéuticas y conceptualiza a la psicoterapia como “un conjunto

amplio y diversificado de procedimientos psicológicos destinados a brindar ayuda a las

personas cuyo sufrimiento tiene origen en un padecimiento innecesario o discordante

con las expectativas correspondientes a la evolución, dentro de un marco cultural

determinado”. A diferencia de las definiciones anteriores, este autor resalta la

importancia del contexto en el que se brinda la psicoterapia, pero no hace referencia al

tipo de relación que se establece entre los actores involucrados.

Tomando como punto de partida estas tres definiciones genéricas de

psicoterapia, brindadas por autores e instituciones de relevancia internacional, puede

observarse cómo cada uno destaca distintos elementos del proceso terapéutico, no

contradiciéndose unas con otras, sino complementándose. Como se verá más adelante,

esta tesis considera todas las definiciones expuestas como válidas, incluyendo los

aspectos que cada una de ellas destaca.

Los intentos genéricos de definición de “psicoterapia” son muy posteriores al

surgimiento de la misma como disciplina, hecho que fue marcando que las definiciones

de psicoterapia fueran claramente orientadas teóricamente en función de los marcos que

las definían. Así, y más allá de que sea posible definir el concepto genéricamente, el

término psicoterapia abarca prácticas muy diversas. Feixas y Miró (1993), por ejemplo,

mencionan que se han encontrado entre 250 y 400 abordajes terapéuticos.

Para el caso del psicoanálisis, la revisión de Wallerstein (1989) permite pensar

que la psicoterapia puede considerarse como extendiéndose entre dos polos de un

continuo, desde una definición en sentido amplio de psicoanálisis hasta un concepto

restringido y específico del término (Wallerstein, 1989). Así, Freud (1917b) brindó una

22
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

definición basada en un solo elemento central al decir que cualquier terapia que

reconocía la transferencia y la resistencia, y las adoptaba como punto de partida para su

trabajo, podía considerarse a sí misma, psicoanálisis. Este concepto abarcativo de

psicoanálisis tiene como su extremo opuesto definiciones en sentido estricto, como la

aportada por Gill (1954, citado e Wallerstein, 1989), en donde el psicoanálisis es

definido como una técnica empleada de manera neutral, orientada al desarrollo de una

neurosis de transferencia regresiva y su posterior resolución a través de la interpretación

como intervención exclusiva. Esta amplitud de definiciones no sólo ha fomentado

históricas disputas intra-psicoanálisis, sino que se relaciona con el actual debate sobre

las diferencias y similitudes entre el psicoanálisis y la psicoterapia psicoanalítica (ver,

por ejemplo: Fiorini 2004-2005; Kächele, 2010).

En cuanto a la terapia cognitiva, A. Beck y colaboradores (1979, pg. 13), la

definen como “un procedimiento activo, directivo, estructurado y de tiempo limitado

que se utiliza para tratar distintas alteraciones psiquiátricas”. Los autores detallan que el

supuesto subyacente al tratamiento es que las conductas están determinadas,

principalmente, por el modo de estructurar el mundo que tienen los individuos; y que las

técnicas psicoterapéuticas utilizadas en este modelo pretenden identificar y modificar

las concepciones distorsionadas y las falsas creencias de los sujetos. Luego, hacen

referencia a dos aspectos diferenciales del tratamiento cognitivo con lo que ellos

denominan “terapia convencional”: la estructura formal de las sesiones y los tipos de

problemas en los que se centran.

A diferencia de otras definiciones ya mencionadas, la definición de psicoterapia

que brindan autores como J. Beck, imprime gran relevancia al diagnóstico

psicopatológico de cada paciente; y esto deriva en que luego presenta un tratamiento

específico y diferente para cada trastorno (Beck, 2011). Otra de las diferencias es que

23
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

sus referentes sostienen que la finalidad del tratamiento es el cambio cognitivo en

primer lugar, que llevará a cambios en las conductas y emociones a largo plazo (J. Beck,

2011).

Es plausible que estas diferencias teóricas esgrimidas por cada tradición

terapéutica se pongan de manifiesto en el intercambio concreto entre el paciente y su

clínico. Diversas investigaciones se han llevado a cabo para tratar de dilucidar este tipo

de fenómenos. Por sólo mencionar un ejemplo, en nuestro medio Roussos, Boffi Lissing

y Leibovich de Duarte (2007) constataron que los terapeutas cognitivo-conductuales y

psicoanalíticos mostraban diferentes lenguajes utilizados y diferentes conceptos teóricos

citados al momento de analizar un mismo material clínico.

A nivel internacional, se encuentran estudios como los de Larsson, Kaldo y

Broberg (2010), en Suecia, que utilizaron un cuestionario sobre actitudes del terapeuta

para indagar la concepción de psicoterapia que presentan diferentes orientaciones

teóricas. En la investigación, los autores buscaron identificar los elementos activos de

un tratamiento que los terapeutas consideran que hacen a una “buena psicoterapia”,

comparando a las orientaciones psicoanalítica y cognitivo-conductual. Dentro de sus

resultados se observó una diferencia en la manera de valoración de muchos de los ítems,

así como también un acuerdo en la importancia de algunos ítems que fueron integrados

en una tercer sub-escala de factores comunes. A continuación se resumen algunos de los

resultados obtenidos.

Los psicoanalistas valoran especialmente que el paciente pueda vincular el

presente con circunstancias de su niñez; que pueda hablar libremente sobre su pasado;

que pueda experimentar con el terapeuta sentimientos que en el pasado ha tenido con

otros significativos; y que pueda diferenciar el estilo del terapeuta del modo en que

24
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

pudo haber sido tratado por otras personas en su pasado (Larsson, Kaldo, y Broberg,

2010).

Por su parte, los psicoterapeutas de la corriente cognitivo-conductual valoran la

activación de pacientes depresivos o inactivos; la realización de tareas entre sesión y

sesión; la confrontación de sus miedos por parte de pacientes fóbicos; el establecimiento

de objetivos claros; que los síntomas remitan como resultado del tratamiento; y que los

terapeutas se interesen por la manera en que el paciente va a desempeñarse en el futuro

(Larsson et al., 2010).

Dentro de los factores comunes, valorados por los terapeutas de ambas

corrientes, se incluye que el paciente se sienta comprendido, que el terapeuta tenga una

actitud cálida y de apoyo, que exista una alianza de trabajo, que el paciente acepte sus

emociones, que el terapeuta se muestre interesado por el presente del paciente, y que

logre alcanzar un grado mayor de autoconocimiento y una mejor autoimagen (Larsson

et al., 2010).

El breve recorrido realizado hasta aquí muestra cómo operan diferentes maneras

de valorar los elementos del tratamiento por terapeutas de diferentes orientaciones, tanto

al considerar las coordenadas teórico-clínicas como los datos de la investigación

empírica. Tomando en cuenta dichas diferencias como ejes ordenadores, a continuación

se desarrollarán algunas de las definiciones que aporta la teoría para las variables de

interés antes mencionadas.

25
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

El paciente de psicoterapia y su conceptualización

Como se describió en el apartado anterior, cada orientación teórica presenta un

modo particular de concebir a la psicoterapia como un todo y, por ende, al paciente en

particular. En este sentido, la manera en que el terapeuta piense a ese paciente, antes

incluso de conocerlo, tendrá una incidencia fundamental en la forma de abordarlo.

Eells y Lombart (2004), por ejemplo, plantean que los abordajes psicoanalíticos

suelen asumir a los procesos inconscientes como factores de incidencia fundamentales

para la producción de síntomas. Al mismo tiempo, esta conceptualización repercute en

una actitud menos directiva por parte del terapeuta, quien orienta el proceso hacia el

autoconocimiento del paciente y la generación de insight.

Como contraparte, los abordajes cognitivo-conductuales, basados

sustancialmente en la teoría del aprendizaje, sugieren estrategias de mayor control sobre

el paciente, es decir, mayor directividad por parte del terapeuta, donde éste puede

asumir un rol de “entrenador”, acompañando al paciente en la implementación de

técnicas y prescripción de conductas específicas. Eells y Lombart (2003) observaron

que la orientación teórica del terapeuta (psicodinámico-interpersonal o cognitivo-

conductual) impactaba en diferencias a la hora de conceptualizar y abordar temas

centrales del proceso terapéutico, como la duración del tratamiento, la causa de los

síntomas, el rol de los eventos pasados, el pronóstico del caso y el plan global de

abordaje. En nuestro medio, el estudio de Juan (2014) llegó a datos similares.

Dentro de este contexto, a continuación se abordará la concepción de paciente

desde la teoría de diferentes de las orientaciones. Es importante aclarar que dentro de la

literatura se utiliza la nomenclatura de “paciente” o “cliente” de psicoterapia al

mencionar al consultante. Tradicionalmente, los autores psicoanalíticos hablan de

26
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

paciente y los humanistas, por ejemplo, de cliente. Se comprende que esta

diferenciación hace una primera distinción entre marcos teóricos, ya que el término

“cliente” se acuñó por la corriente psicoterapéutica de Carl Rogers con el motivo

explícito de diferenciarse del modelo médico propuesto por el psicoanálisis (Feixas y

Miró, 1993). Sin embargo, y con el fin de no generar confusiones, en la presente tesis se

utilizará en todos los casos el término paciente, ya que en el contexto en el que se

realiza -Ciudad de Buenos Aires y sus alrededores-, es el más usual.

El paciente para el psicoanálisis y la psicoterapia psicoanalítica. Ya desde sus

orígenes, Freud (1895), desarrolló el psicoanálisis con un modelo médico. Desde ese

lugar nombra como “paciente” o “enfermo” al consultante y desde un principio lo

categoriza como un sujeto que va a recibir un tratamiento.

Clásicamente, el psicoanálisis ha pensado al paciente en función de su

“analizabilidad” y del uso que éste podría o no hacer de un tratamiento, en términos de

sus posibilidades para establecer una neurosis de transferencia y sus posibles escenarios

resistenciales (Fenichel, 1945; Freud, 1913). Ya que originariamente el psicoanálisis no

era apto para todo tipo de padecimientos ni para cualquier sujeto, en su trabajo "Sobre

psicoterapia" Freud (1905) expone sus criterios para definir al "buen paciente analítico".

Aquel que sufre de “neurosis de transferencia”, tiene un nivel razonable de educación,

un carácter confiable, está motivado y posee una condición mental normal es un

paciente que puede beneficiarse del psicoanálisis. A su vez excluye a los adolescentes, a

los adultos mayores, y a los enfermos con psicosis o estados mentales confusionales

(Freud 1905).

27
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

El mismo Freud que postuló estos criterios, también se preguntó por el modo de

adaptar este modelo de tratamiento psicoanalítico a sujetos con otras características

(Freud, 1910; Freud, 1918), iniciando el desarrollo de lo que hoy se conoce como

psicoterapia psicoanalítica.

Más allá de pensar en los requisitos que puede presentar un paciente

previamente a realizar un tratamiento, Freud también ofrece una conceptualización

sobre los procesos inconscientes que acontecen en el paciente durante la terapia. El

paciente, según Freud, transfiere el pasado en el presente proyectando en el analista los

atributos de las personas que le son familiares y, especialmente, los primeros objetos

que ocuparon un papel principal en la infancia, siendo esta nueva relación, una

particular relación de objeto de tipo infantil, que confunde el pasado con el presente y

que busca la satisfacción (Freud, 1912a; Gil Correa, 2012).

Para Freud (1917b), el rol del paciente es altamente relevante, si bien se centra

en su posibilidad de seguir la regla fundamental: comunicar al terapeuta todo aquello

que se le ocurre sin omitir nada, especialmente aquello que le resulte irrelevante o

desconectado con el tema que se está abordando. El trabajo analítico depende, según

este modelo, tanto de que el paciente siga dicha regla, como de los conflictos y

resistencias que éste pueda evidenciar en los intentos por cumplirla. En este sentido, la

idea freudiana de proceso analítico implica que el análisis curará “por añadidura” la

neurosis del paciente, en la medida en que pueda establecerse una neurosis

transferencial (Freud, 1917b).

Desarrollos más recientes sobre el psicoanálisis refieren a un paciente con un rol

mucho más activo y determinante para su terapia. En nuestro país, Fiorini (1973), quien

ha impulsado la psicoterapia psicoanalítica focalizada, plantea un paciente que viene

28
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

buscando un objetivo específico y al que debe respetarse dicha demanda. Le da al

paciente un lugar primordial como fuente de información, pero a su vez plantea la

necesidad de acordar los objetivos del tratamiento focalizado con él, de manera

explícita. Dentro de este contexto, mucho del corpus psicoanalítico ha ido migrando

desde considerar al proceso psicoanalítico como algo “natural” a desplegarse; hacia

conceptualizar la psicoterapia psicoanalítica como un abordaje más planificado y activo,

tanto para paciente como para terapeuta (ver, por ejemplo, Grupo de Trabajo OPD,

2006/2008). A pesar de este desarrollo progresivo del campo psicoanalítico (inabarcable

dentro de los objetivos de este escrito), las nociones de procesos inconscientes,

resistencia, defensa y transferencia, siguen operando como los denominadores comunes

a la hora de conceptualizar tanto el proceso, como al paciente, y al rol del terapeuta (ver,

por ejemplo, Fiorini, 2001, Kächele, 2010; Wallerstein, 2006).

El paciente para el marco cognitivo-conductual. En términos de Aaron Beck (1979,

pg. 13) “El paciente es un individuo con problemas, que busca la ayuda de un experto”.

Esa definición propone, desde un primer momento, una diferenciación clara de roles

entre el individuo que va a buscar ayuda y aquel que lo puede auxiliar. Sin embargo, la

conceptualización de paciente que presentan en la tradición cognitiva guarda otras

aristas interesantes de destacar. Por ejemplo, la terapia cognitiva plantea desde sus

orígenes y en todas sus vertientes a un paciente que debe participar activamente de la

formulación tratamiento desde la primera sesión (J. Beck, 2011). Ya en la primer etapa

del tratamiento los objetivos o metas se construyen de manera conjunta, conversando a

partir del primer pedido del paciente y de las posibilidades ciertas que puede ofrecer la

terapia en relación a ese pedido (ver apartado sobre motivo de consulta, más adelante en

este mismo capítulo). A su vez, el terapeuta debe convocar al paciente a la acción,

29
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

indicando que será el trabajo conjunto el que logrará los cambios y comprometiéndolo

con la realización de tareas entre sesiones y de ejercicios en sesión (J. Beck, 2011)

En el momento de establecer el contrato terapéutico, el terapeuta cognitivo le

presenta al paciente su modo de trabajo y lo insta a colaborar activamente en su proceso

de curación o mejoría. A. Beck y colaboradoes (1979) proponen al terapeuta que haga el

tratamiento lo más comprensible y creíble posible de modo que el paciente pueda

participar activamente en la identificación de sus problemas y pueda ayudar a elaborar

estrategias para tratar cada uno de estos problemas. De estos dichos se desprende una

concepción del paciente en la terapia cognitiva en la que su adherencia al tratamiento

pasa a ser un factor diferencial entre el éxito o fracaso del mismo.

Otra característica particular de la teoría cognitiva, con respecto a la

psicoanalítica, radica en que se busca que el paciente aprenda sobre su condición y

sobre la teoría cognitiva en función a su diagnóstico. Desde la primera sesión el

terapeuta debe presentar al paciente material psicoeducativo sobre su patología y el

tratamiento para la misma, con el fin de enseñar al paciente sobre su condición y sobre

los modos que tiene para sobrellevar los síntomas o las situaciones (J. Beck, 2011). El

paciente participa, entonces, de un modo diferente en la terapia, volviéndose aprendiz

de la terapia cognitiva en lo que se refiere a su padecimiento.

Dadas estas características, se entiende que el rol activo que se le exige al

paciente en estos tratamientos, surge de la concepción de que el paciente puede

beneficiarse de recibir información sobre su patología.

Por otro lado, la terapia cognitiva posiciona al paciente como agente de cambio

terapéutico. Durante el tratamiento se realizan ejercicios y actividades tanto dentro del

espacio terapéutico como entre una sesión y otra, con diversas finalidades orientadas al

30
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

logro de las metas propuestas. Al paciente se le pide explícitamente que exprese sus

opiniones sobre dichas tareas, tanto antes como después de realizarlas, a modo de

feedback o retroalimentación, que el terapeuta toma en cuenta para, dentro de sus

posibilidades, realizar modificaciones en el curso del tratamiento.

Por último, hacia el final del tratamiento la teoría propone destinar una serie de

sesiones a la prevención de recaídas, en las que la psicoeducación toma nuevamente un

papel fundamental, ya que se propone que el paciente pueda reconocer los síntomas

previos a una eventual recaída y cuente con estrategias para afrontarlos sin necesidad de

recurrir nuevamente al tratamiento (A. Beck, et al, 1979; J. Beck, 2011).

Finalmente, cabe destacar la relevancia que la teoría cognitiva otorga a la

individualidad de cada paciente. Judith Beck (2011), por ejemplo, enfatiza la idea de

adaptar el tratamiento a cada paciente. Sostiene que no sólo deberá tenerse en cuenta el

nivel educativo, la edad y otras variables socio-demográficas a la hora de trazar el

futuro desarrollo de un tratamiento. Una cuidadosa evaluación de las posibilidades de

tolerancia, involucramiento y actividad del paciente será necesaria antes de organizar un

plan de tratamiento (J. Beck, 2011).

A modo de síntesis. A partir del análisis realizado sobre perspectivas psicoanalíticas y

cognitivas vinculadas con la nociones de “psicoterapia” y de “paciente”, puede

plantearse que el psicoanálisis profundiza en la historia y los procesos inconscientes del

paciente, pidiéndole principalmente que siga la regla fundamental. En sentido amplio, la

mirada psicoanalítica sobre la psicoterapia y el paciente implica la puesta en marcha de

procesos de cambio no del todo previsibles ni planificables, donde la participación del

31
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

paciente se vincula menos con sus procesos conscientes y se focaliza más en el análisis

de defensas, resistencias y fenómenos transferenciales inconscientes.

Por su parte, la terapia cognitiva involucra más activamente al paciente en el

planteo de lo que será el curso de la terapia, y le exige una serie de tareas y ejercicios; a

la vez que le pide retroalimentación sobre la realización de cada una de ellas. En tanto el

modelo cognitivo no prioriza la participación de procesos inconsciente dinámicos, el

paciente pone en juego mucho más sus funciones conscientes y preconscientes para el

tratamiento, lo que se vincula, al menos indirectamente, con la mayor actividad que se

espera de éste en el tratamiento.

Por último, el actual campo de las llamadas psicoterapias psicoanalíticas podría

ubicarse en un punto intermedio, en lo que hace a la actividad del terapeuta y las

modificaciones a la regla fundamental como única indicación técnica específica. Así,

este campo heterogéneo de psicoterapias basadas en el psicoanálisis, recupera y hasta

integra recursos técnicos que implican mayor actividad, planificación y formalización

del proceso, con establecimiento de focos y objetivos y un acento mayor en los proceso

conscientes que las miradas psicoanalíticas más clásicas.

Completando el recorrido de este primer capítulo, a continuación se abordará la

noción de “cambio” según perspectivas psicoanalíticas y cognitivas, dado que dicho

constructo se presenta como eje de todos los objetivos específicos del presente estudio.

Hacia una definición de Cambio en Psicoterapia

En términos generales, el propósito de cualquier psicoterapia es facilitar alguna

modalidad de cambio en el paciente (Roussos, 2013). Coherentemente, los pacientes

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NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

comienzan un tratamiento con la expectativa de que se genere un cambio en algún

aspecto de sus vidas, sin embargo los autores en el campo suelen eludir la necesidad de

definir el término “cambio” en psicoterapia (Laurenceau, Hayes, y Feldman, 2007) o

bien lo consideran un término cuya naturaleza se da por sobreentendida. Roussos (2013)

considera cambio psicoterapéutico a un crecimiento que ha ocurrido durante un

tratamiento y señala que aún no hay un acuerdo explícito en la definición operacional

del término. Los investigadores, resalta el autor, suelen recurrir a otros términos

relacionados con el cambio, tales como resultados, reducción sintomática o

modificación de patrones de personalidad. Para la presente tesis, se tomará el concepto

de cambio tal como lo utilizan los pacientes, esto es en su definición más concreta y

menos ambigua: “Dejar una cosa o situación para tomar otra” (Real Academia

Española, 2014).

En relación a la conceptualización de cambio, también se encuentra una

diferenciación entre considerar la posibilidad de cambio como un evento que puede o no

producirse, de manera dicotómica, y que se mide en términos de significancia

estadística; o considerar al cambio como un proceso. Ciertos desarrollos interesados en

comprender de qué manera se produce el cambio en psicoterapia, encontraron cinco

etapas de cambio: Precontemplación, Contemplación, Preparación, Acción y

Mantenimiento (Norcross, Krebs, y Prochaska, 2011). El proceso que los autores

investigaron, con un bagaje sólido de evidencia empírica, no presenta una evolución

lineal sino estadíos que se presentan en forma de espiral. Esto implica que los pacientes

muchas veces se retraigan a un estadío anterior luego de un avance, para después volver

a repetirlo (Prochaska, DiClemente, y Norcross, 1992).

De esta manera se observa la importancia de continuar la discusión sobre cambio

psicoterapéutico. La presente tesis busca realizar un aporte hacia esa dirección,

33
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

introduciendo la concepción de cambio que ofrecen los pacientes, así como también la

valoración que hacen del mismo.

Trascendiendo la complejidad de la definición de cambio, también se halla un

debate acerca de cuáles son aquellos cambios posibles en psicoterapia. En la literatura,

se encuentran listados con criterios genéricos que definen el abanico de cambios

posibles mediante un tratamiento, así como también enumeraciones fuertemente

direccionadas por algún marco teórico de referencia. Dentro de aquellos que brindan

definiciones trans-teóricas, Ogles (2014) señala que los resultados deseados de una

psicoterapia pueden variar ampliamente, presentando un continuo que parte de la

supresión de síntomas disconfortantes; incluye la resolución de conflictos intrapsíquicos

que se revelan en problemáticas interpersonales; y alcanza la posibilidad de una

reestructuración de la personalidad. Realizando una clasificación más profunda, Kanfer

y Goldstein (1991) presentan cinco metas posibles dentro de un tratamiento

psicoterapéutico: (a) modificar un problema de comportamiento; (b) ganar insight –

comprensión-; (c) mejorar el confort emocional, incluyendo niveles de ansiedad o

tensión; (d) cambiar la autopercepción, aumentando la confianza personal; y (e)

reformar el estilo de vida o reestructurar la personalidad.

Perspectivas psicoanalíticas y cognitivas sobre el cambio. Ya en el terreno de las

definiciones que se enmarcan dentro de un teoría dada, el psicoanalista argentino

Rathge (2004, pg.33), define al cambio psicoterapéutico como “una apertura,

flexibilización, ampliación y complejización del paradigma personal que deviene en

capacitación y por lo tanto en modificaciones a nivel del desempeño intelectual,

emocional, instrumental y autoreflexivo”. Desde la terapia cognitivo-conductual, sin

34
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

embargo, el cambio implica una modificación en las cogniciones, el modo de

interpretarse a uno mismo y al mundo. El supuesto subyacente a la teoría cognitiva

indica que las estructuras cognitivas en una persona influyen en su estado afectivo y en

sus conductas, por lo cual un resultado positivo en unas afectará a las otras (A. Beck, et

al., 1979). En ambos casos se observa que desde el punto de vista de los terapeutas, se

requiere un cambio o modificación en un aspecto de la persona, que luego repercutirán

en otros cambios, quizás más claramente detectables por parte del paciente.

Así como se han encontrado dificultades teóricas para la definición del cambio

en psicoterapia, los investigadores del área y los terapeutas han tenido el mismo desafío

en el establecimiento de criterios operacionales para medir la aparición y magnitud del

cambio (Roussos, 2013). Medir el cambio implica captar el estado de los pacientes en

variables de interés terapéutico antes del tratamiento y observar su proceso de

evolución durante y posteriormente a una intervención (Laurenceau et al., 2007). En

este sentido, la teoría juega un papel fundamental, porque según sus fundamentos cada

abordaje propone a los clínicos observar y evaluar la presencia de diferentes indicadores

de cambio.

Rathge (2004), busca trascender la barrera teórica, y señala que lo importante en

cuanto a los indicadores de cambio es poder identificar si el paciente ha mejorado o no,

independientemente del marco teórico al que adscribe el terapeuta que está a cargo del

tratamiento. Como fuente de datos a utilizar por el terapeuta, propone observar si se dan

variaciones en el relato del consultante y combinarlo con algunas preguntas que se le

hacen al paciente en función a cuatro áreas: a) su percepción de mejoría en los síntomas,

b) la autoaceptación, c) las relaciones con los demás y d) la comprensión de su

problemática.

35
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

En el terreno del psicoanálisis clásico, Winograd nos recuerda que Freud

introdujo la idea de “variedades indirectas de corroboración”. Suscribiendo esta idea y

tomando aportes de Pichon Riviere y Liberman, en nuestro medio Winograd (2004)

habla del “emergente confirmatorio”, ubicando en el emergente discursivo del paciente

posterior a las intervenciones del analista aquello que debe ser analizado, en

comparación con las producciones del principio del tratamiento. Con esta premisa, se

utilizan instrumentos discursivos semiótico-linguísticos para observar la transformación

de aquello que se planteaba como psicopatológico (Winograd, 2004).

Autores contemporáneos del psicoanálisis proponen evaluar un “cambio

confiable” conjugando el discurso del paciente con el registro contratransferencial del

terapeuta y tomando como tercer fuente de información alguna persona cercana al

paciente (Winograd, 2004). Kernberg (1991, citado en Winograd, 2004), por su parte,

cambia el foco de evaluación cuando sostiene que los indicadores más importantes son

los que se manifiestan dentro del campo de la transferencia, es decir, cambios en las

relaciones objetales del paciente. En intentos actuales de operacionalización de una

noción de cambio psicoanalítica, el Grupo de Trabajo OPD (2006/2008) plantea

monitorear la evolución de los focos psicodinámicos de un caso, en una evaluación

dimensional que se extiende desde el absoluto rechazo defensivo del foco por parte del

paciente hasta una completa elaboración e integración del mismo, indicando esto último

la llegada del consultante a niveles de cambio estructural de personalidad.

Desde la teoría cognitiva, se propone que los logros del tratamiento se evalúen

cotidianamente entre paciente y terapeuta, desde la primera sesión (Baringoltz, 2008; J.

Beck, 2011). La evaluación conjunta de los logros es un material fundamental con el

que cuentan los terapeutas para evaluar cambio, y a la vez para planificar la etapa de

prevención de recaídas en los casos en que se hayan cumplido los objetivos iniciales del

36
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

tratamiento (Baringoltz, 2008). Otra de las fuentes de información que toman los

terapeutas cognitivos para evaluar cambio en algún área específica del paciente son las

escalas o inventarios validados. Por ejemplo en los tratamientos de depresión, A. Beck

propone que antes de cada sesión el paciente complete el Inventario de Depresión, de

manera que el terapeuta cuente con datos que puedan compararse, por un lado con la

administración previa de dicha prueba por parte del paciente, y por otro con los datos

poblacionales (Beck, A. et al, 1979).

A modo de síntesis. Como se puede observar, el panorama del cambio en psicoterapia

está marcado por una escasa precisión en sus definiciones teóricas y por una gran

heterogeneidad de definiciones operacionales. Si bien esta diversidad está en cierta

medida explicada por las variaciones propias de las diferencias entre distintos modelos

teóricos, también en las clasificaciones genéricas de cambio (panteóricas) y en la forma

de pensar al cambio dentro de cada marco se encuentran divergencias sustanciales. Este

fenómeno pone en evidencia la complejidad de entender y estudiar un evento basal de

todos los modelos de tratamiento, como es el cambio en psicoterapia.

Ubicación del recorrido efectuado en el contexto de la presente investigación

El análisis realizado en este capítulo aporta el contexto adecuado a partir del cual

comprender los resultados obtenidos, que se describirán en detalle en el capítulo 5. En

este sentido, es importante remarcar que la dirección de la presente tesis valora el rol del

paciente no sólo dentro de su proceso psicoterapéutico sino fuera de él, partiendo de la

concepción de un paciente que es un componente activo del tratamiento y cuya

perspectiva del mismo puede potenciar o limitar sus resultados. Así, el presente estudio

37
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

no busca, bajo ningún concepto, minimizar el aporte que el terapeuta brinda a la terapia,

sino rescatar la visión del paciente para comprender el modo en el que éste vivencia

aspectos que los terapeutas han naturalizado. Del mismo modo, es importante para la

presente investigación poder cotejar lo que las tradiciones fundamentales en

psicoterapia (como la psicoanalítica y cognitiva) han teorizado y propuesto con lo que

los pacientes concretamente perciben luego de realizar un tratamiento. De esta manera,

las nociones de “psicoterapia”, “paciente” y “cambio2 que han sido analizadas en este

capítulo forman una visión de conjunto con la cual contrastar y comparar la perspectiva

de los pacientes sobre los mismos fenómenos.

Completando el análisis de las variables centrales de esta investigación, el

próximo capítulo abordará los ejes del proceso terapéutico desde las perspectivas

psicoanalíticas y cognitivas, centrados en las nociones de: “motivo de consulta”,

“relación terapéutica”, “intervenciones” y “terminación del tratamiento”.

38
Capítulo 2
VARIABLES DEL PROCESO TERAPÉUTICO
DESDE DISTINTOS MARCOS TEÓRICOS

Introducción: objetivos y estructura del capítulo

Complementando el análisis de conceptos centrales iniciado en el capítulo

anterior, este capítulo analizará variables específicas del proceso terapéutico, también

involucradas en los objetivos del presente estudio, a saber: “motivo de consulta”,

“relación terapéutica”, “intervenciones” y “terminación del tratamiento”. Nuevamente

aquí, se buscará revisar las concepciones que los marcos psicoanalítico y cognitivo

generan para la comprensión de estos fenómenos. De esta forma, el recorrido más

general del capítulo 1 sobre concepciones de “psicoterapia”, “paciente” y “cambio” será

completado ahora con el análisis de ejes más puntuales de un proceso terapéutico,

vinculados con los motivos que llevan a los pacientes a una consulta, las características

de la relación terapéutica que se establece, las intervenciones utilizadas por el clínico y

el proceso de terminación del tratamiento.

Se utilizará la misma estrategia histórico-cronológica que la empleada en el

primer capítulo, a los fines de desarrollar la presentación de cada uno de los términos.

Una vez más, luego de brindar un análisis trans-teórico de los constructos, se comenzará

con el psicoanálisis clásico y los abordajes actuales derivados de la teoría psicoanalítica;

para luego analizar las nociones dentro de la psicoterapia cognitivo-conductual, con sus

sucesivas generaciones de tratamientos y desarrollos teórico-clínicos. Al igual que en el

capítulo anterior, se utilizarán los términos “psicoanalítico” y “cognitivo” para referirse,

de modo genérico, a los marcos teóricos en estudio.

39
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

Motivo de consulta explícito y demanda inconsciente

El motivo de consulta puede definirse como aquella razón o circunstancia que

instó al paciente a comenzar una terapia. Es manifiesto, en tanto y en cuanto obedece a

la interpretación que hace el paciente sobre su propio malestar (Martínez Farrero, 2006),

y explícito porque es conocido por el paciente y expresado al terapeuta durante los

primeros encuentros. Muñoz-Martínez y Novoa Gómez (2012), sostienen que no debe

confundirse con los síntomas, y que no es un problema, sino una comunicación inicial

que denota inquietud y alarma.

Dado que teóricamente se interpreta de diversas maneras, su relevancia para el

tratamiento es un punto de desacuerdo bastante común entre terapeutas de diferentes

orientaciones. Entre los terapeutas hay quienes respetan el pedido inicial del paciente y

trabajan junto a ellos para armar los objetivos del tratamiento haciendo que reconsideren

su demanda inicial, y también quienes realizan una interpretación global de lo

presentado por el paciente y elaboran la demanda para poder establecer un proyecto de

trabajo (Martínez Farrero, 2006).

De esta manera los motivos de consulta quedan muchas veces incluidos o

subsumidos a la conceptualización del caso que hace del caso el terapeuta. Estas

conceptualizaciones cumplen un rol fundamental tanto en los modelos cognitivos como

psicoanalíticos ya que se convierten en la principal fuente para el establecimiento de

estrategias terapéuticas.

Los desarrollos teóricos han dado poca importancia a este tópico, centrándose

frecuentemente en la conceptualización que el terapeuta hace del caso, para la cual toma

en consideración no sólo el pedido inicial del paciente y la narración de sus síntomas

40
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

sino que también involucra la lectura que el terapeuta hace de sus signos

psicopatológicos, sus gestos, su modo de vincularse, su presentación de sí mismo, entre

otros indicadores. Sin embargo pueden mencionarse algunas consideraciones al

respecto.

En el caso del psicoanálisis clásico hay una etapa previa al tratamiento, de

entrevistas preliminares (Freud, 1913), en las que el terapeuta toma diferente

información: el motivo que expone el paciente como propulsor de la consulta, su

historia “traumática”, su capacidad defensiva, su fortaleza yoica, y su capacidad

vincular. Estos elementos permitirán formular la conceptualización del caso y establecer

la analizabilidad del paciente. La teoría psicoanalítica sostiene que el paciente trae un

motivo de consulta latente, que responde a la percepción subjetiva del motivo explícito,

y que puede ser desconocido por el sujeto, indicando la importancia para el psicoanálisis

de los procesos inconscientes ya desde el inicio del tratamiento.

La distinción entre motivos de consulta latentes y manifiestos ocupó un lugar

primordial en el desarrollo del psicoanálisis post-freudiano, panorama que, una vez más,

sería imposible sintetizar en este escrito. Un ejemplo más actual de esta distinción se

encuentra en Martínez Farrero (2006), quien analiza cómo el terapeuta considera toda la

información que brinda el paciente y elabora la demanda, que es aquella que obedece a

la transitividad y supone la expresión de un deseo. Esta “rectificación” del motivo de

consulta en una demanda busca situar la posición subjetiva del consultante en relación

al decir sobre su padecer (Quesada, 2004). Desde la teoría se considera que el motivo de

consulta refiere a una descripción de síntomas o problemas objetivos, y que para poder

actuar psicoanalíticamente es necesario que pueda expresarse en forma de demanda

(Martínez Farrero, 2006).

41
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

La psicoterapia psicoanalítica se diferencia notablemente de esta propuesta

cuando presenta como eje central del tratamiento al concepto de “foco”. La posibilidad

de focalización de un tratamiento ubica al motivo de consulta explícito en un lugar

privilegiado porque es el elemento del que parte el terapeuta para la elaboración del

foco de la terapia. Fiorini (1973) presenta tres tipos de foco: espontáneo, selectivo o

inducido; que responden al modo en que el paciente presenta su caso al terapeuta y a las

primeras interacciones dentro de las entrevistas. El foco espontáneo suele utilizarse en

neuróticos monosintomáticos, que conservan la mayoría de la economía psíquica y se

acercan a terapia por un tema puntual. Se establece de común acuerdo que el

tratamiento busca un determinado objetivo y se trabaja sobre él. En el caso en que el

paciente se acerque con varias preocupaciones y solicitudes diferentes al terapeuta, éste

abordará una discusión abierta sobre la relevancia y urgencia de cada uno de los tópicos

mencionados por el paciente y acordará con él un foco “selectivo”. La selección

implica, generalmente, dejar otros temas para un momento posterior del tratamiento, y

evaluar su posible abordaje una vez resuelto el primero. Por último se encuentran los

casos en que el paciente arriba a la consulta con un relato difuso y abstracto, o dentro de

una situación de crisis o riesgo. En este caso la psicoterapia psicoanalítica propone,

nuevamente, discutir sobre las razones que llevaron al paciente a consultar y luego

ofrecer un foco inducido. El paciente, luego, es instado a evaluar la pertinencia del foco

propuesto por el terapeuta, y a continuar la discusión en caso de no estar de acuerdo con

él (Fiorini, 1973). Es importante aclarar que el foco de tratamiento psicoanalítico

implica la ampliación del motivo de consulta original del paciente, aspecto con el que se

conserva cierta filiación con las ideas clásicas sobre la distinción entre motivos latentes

y manifiestos.

42
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

Desde otro ángulo, también es cierto que la concepción de foco psicoanalítica se

acerca más a la terapia cognitiva que al psicoanálisis clásico. De hecho, para Judith

Beck (2011) la terapia cognitiva es focalizada y orientada a metas, que se conversan y

acuerdan con el paciente en las primeras sesiones del tratamiento, en función al motivo

de consulta y a otros elementos evaluados por el terapeuta. La autora indica en primer

lugar arribar a un diagnóstico para el paciente, y luego dar relevancia a los problemas

que presenta, su génesis y factores de mantenimiento, para luego presentar posibles

metas del tratamiento a ser acordados con su paciente. Si bien la conceptualización del

caso que propone J. Beck (2011) exige al terapeuta tener en cuenta otras cuestiones,

tales como detectar los pensamientos disfuncionales o la evaluación que hacen de sí

mismos, los otros, el mundo y el futuro, el motivo de consulta se toma como un material

privilegiado para el establecimiento de las metas del tratamiento y, consecuentemente,

la elaboración del plan de tratamiento por parte del terapeuta.

Investigación empírica sobre motivo de consulta

En la literatura se encontraron pocas investigaciones sobre la temática del

motivo de consulta (Quesada, 2004). Otros aspectos previos al tratamiento, como por

ejemplo las expectativas que tienen los pacientes del mismo, presentan desarrollos más

completos (ver, por ejemplo los artículos de Constantino, 2012; Stewart, Steele, y

Roberts, 2012; Swift y Callahan, 2011; Westra, Aviram, Barnes, y Angus, 2010), sin

embargo algunos exponentes de investigación empírica abordan la temática del motivo

de consulta en psicoterapia.

43
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

En nuestra región, algunos estudios observacionales han abordado el fenómeno.

Por ejemplo, para el caso de terapeutas cognitivo-conductuales, Muñoz-Martínez y

Novoa-Gómez (2012) indagaron la forma en que las hipótesis explicativas de 61

terapeutas colombianos se relacionaban con la información del motivo de consulta

provista por sus respectivos pacientes. A través de análisis cualitativos del discurso y

análisis estadísticos de la información, encontraron que la gran mayoría de los

participantes incluía la información provista por el paciente en su formulación del caso.

Al mismo tiempo, la mayoría de los terapeutas construían su conceptualización del caso

con más elementos que la información aportada por el paciente en la entrevista inicial.

En esta conceptualización, los participantes incluían aspectos que no eran mencionados

en una primera instancia por el consultante, pero que emergían a partir de explorar la

información desde la perspectiva teórica. Por ejemplo, las hipótesis explicativas podían

incluir la interpretación del material del paciente como pensamientos disfuncionales,

respuestas de evitación o dificultades en la regulación emocional. Los autores dejan

para futuras investigaciones indagar la relación de estos aspectos con los resultados del

tratamiento.

En una investigación realizada en Argentina, Korman (2006) organizó las

razones por las que consultan los pacientes en tres grandes grupos: por un padecimiento

relacionado con un trastorno mental, por desarrollo personal o para superar una crisis

vital. Según el autor, cada uno de los grupos requiere de diferentes aptitudes por parte

del terapeuta, y puede beneficiarse de manera diferente de los distintos modelos teóricos

que se ofrecen. Específicamente diferencia a los padecimientos originados por un

trastorno mental y sostiene que en esos casos lo correcto es abordarlos con tratamientos

empíricamente validados. A su vez apoya la idea de Keegan (2000, citado en Korman,

44
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

2006) en cuanto a que la experiencia del terapeuta es menos valiosa que la experticia en

cada trastorno.

La investigación de Quesada (2004), también llevada a cabo en la Argentina y

realizada con consultantes de psicoterapia de la Universidad de Buenos Aires, realizó

una categorización de los motivos de consulta en la que los relaciona con diferentes

tipos de problemas. Realizando una clasificación no excluyente, identifica problemas

relacionados con problemáticas sociales (derivados de la elección vocacional,

dificultades con el estudio o para conseguir empleo); familiares; de pareja; de la

sexualidad; o síntomas somáticos (definidos como afecciones físicas sin causalidad

orgánica). Las problemáticas familiares y sociales se presentaron dentro de las más

frecuentes en el servicio, hecho que la autora interpreta como característica del ámbito

en el que se recogió la muestra (universitario) y de la situación socio-económica de la

Argentina en ese momento (la investigación se llevó a cabo entre los años 1998 y 2002).

La autora propone que se continúe la línea de investigación, extendiéndola a otros

ámbitos y que se profundice en el cambio psíquico de los consultantes.

Siguiendo con esta premisa, la presente tesis si bien continúa con la tradición de

estas últimas investigaciones preguntando a los pacientes sobre aquello que los llevó a

consultar en un primer momento, busca relacionar los motivos de consulta con el

cambio percibido. La intención subyacente es comprender el lugar que los pacientes le

dan a su motivo de consulta inicial en el entramado psicoterapéutico, y la incidencia que

tiene, luego, en los resultados del tratamiento.

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NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

La Relación Terapéutica

Desde los inicios mismos de la psicoterapia, la relación terapéutica ha tenido un

rol central en el tratamiento. Destacada y desarrollada incansablemente por autores de

las distintas teorías, es una de las bases fundamentales de toda psicoterapia. Por lo

general su relevancia no se ha puesto en duda, sin embargo los componentes que la

integran, su rol en la terapia y la forma en que el terapeuta debe trabajar sobre ella

siguen siendo tema de debate tanto entre marcos teóricos como dentro de cada uno de

ellos.

El concepto psicoanalítico de “transferencia”

Históricamente, el concepto de transferencia fue el primero que surgió para dar

cuenta de la relación terapéutica. Para Freud (1912a) el proceso analítico se desarrolla

en función del trabajo de la transferencia y, a su vez, la interpretación de la transferencia

es el mecanismo de cambio fundamental para el psicoanálisis. En términos generales,

Freud hace referencia a un interés que le genera al paciente la figura del médico y que

hay que tratar con cuidado. Según sea el caso, dicho interés puede ser interpretado como

una operación de la resistencia para evitar profundizar en los problemas del paciente. Al

analizar el fenómeno transferencial, Freud (1912a) lo descompone en diferentes tipos de

transferencia: la transferencia tierna o amistosa, que puede ser un fuerte impulsor del

trabajo terapéutico; la trasferencia de amor y la trasferencia hostil. Las dos últimas se

presentan como fuertes amenazas a la cura, pero pueden ser revertidas en tanto el

terapeuta demuestre al paciente que esos sentimientos no valen para la persona del

terapeuta sino que repiten lo que sucedió en anterioridad con otros vínculos (Freud,

1917a). En definiciones posteriores a Freud, Laplanche y Pontalis (1967, pg. 439),

definen la transferencia como el proceso en virtud del cual los deseos inconscientes se

46
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

actualizan sobre ciertos objetos, de un modo especial, dentro de la relación terapéutica.

La idea de trasnferencia hace alusión a la repetición de prototipos infantiles, pero

“transferidos”, en el sentido de vividos con un marcado sentimiento de actualidad.

En síntesis, el psicoanálisis requiere del establecimiento de una transferencia

tierna para que se desarrolle el tratamiento y de la interpretación de la transferencia de

sentimientos eróticos u hostiles, para que no se configuren en obstáculos del abordaje

(Freud, 1917a). A la vez que obstáculo, para Freud la transferencia es el principal motor

del tratamiento: su análisis y posterior resolución llevarán a la cura de la neurosis del

paciente (Freud, 1940).

Freud diferencia el psicoanálisis de otros tratamientos en cuanto al rol que ocupa

la transferencia. Según sus propias palabras, en cualquier tratamiento de los

denominados “sugestivos” (es decir, terapias no analíticas) a la transferencia se la deja

intacta, mientras que para la terapia psicoanalítica ella misma es objeto del tratamiento y

es descompuesta en cada una de sus formas de manifestación. (Freud, 1917b) Toda la

libido, así como toda resistencia contra ella, converge en una única relación con el

médico. En lugar de la enfermedad propia del paciente aparece la transferencia. En

lugar de diversos objetos libidinales irreales aparece la persona del médico (Freud,

1917b).

Transferencia, alianza terapéutica y relación real no transferencial

Si bien el concepto de transferencia fue y continúa siendo profusamente

destacado en los desarrollos teóricos psicoanalíticos, no es la única referencia que hace

Freud sobre la relación terapéutica. A modo de ejemplo, en el famoso escrito “Consejos

47
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

al médico” Freud (1912b) señaló que el terapeuta debe ser impenetrable para el paciente

y, como un espejo, reflejar sólo aquello que se le proyecta. Un año más tarde escribió

que el primer objetivo del tratamiento es atraer al paciente a la terapia y a la persona del

terapeuta (Freud, 1913), dejando ver que el término “impenetrable” tenía que tomarse

con cautela para no derivar en una interrupción del tratamiento.

A partir del concepto de transferencia se comenzaron a desarrollar nuevos

constructos para describir aspectos relacionales que excedían a los fenómenos

transferenciales. El más destacado es el de “alianza”, formulado inicialmente por

psicoanalistas postfreudianos como Zetzel (1956) y Greenson (1965) a partir de la

noción de colaboración entre paciente y terapeuta, mencionada por Freud en sus

trabajos técnicos (Doran, 2014). Estos autores postulaban a la alianza terapéutica o

alianza de trabajo –respectivamente- como la relación no neurótica, o rapport racional,

entre paciente y terapeuta. Luego, Bordin (1979) acuñó el constructo “alianza de

trabajo”, desarrollando el sentido moderno del término. El autor postuló que la alianza

se basa en tres aspectos: el vínculo terapéutico, el acuerdo en las metas del tratamiento y

el acuerdo en las tareas que uno y otro llevarán a cabo. Y asegura que una alianza fuerte

facilita el trabajo terapéutico y moviliza la cura. Esta última definición busca ser

panteórica y, de hecho, fue tomada por diferentes marcos de referencia, para

transformarse en la definición de alianza más utilizada, tanto históricamente como en la

actualidad (Doran, 2014).

Un tercer concepto que nace de la tradición psicoanalítica es el de relación real

no transferencial. Freud (1917/2005a) consideraba que una psicoterapia exitosa requiere

una actitud colaborativa y de cooperación entre paciente y terapeuta y utiliza el término

rapport, al que considera un vehículo para el éxito terapéutico. Posteriormente, el ya

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NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

mencionado trabajo de Greenson (1967) sugiere una división tripartita de la relación

terapéutica en: alianza de trabajo, transferencia y relación real no transferencial. Éste

tercer elemento de la relación terapéutica estaría compuesto por la autenticidad del

terapeuta, en términos de una empatía y aceptación genuina; y el realismo, como

aquello opuesto a la trasferencia, pero que a su vez puede potenciarla por no ser

aspectos excluyentes del vínculo terapéutico (Gelso, 2011). (Para una revisión de la

historia de la relación terapéutica para el psicoanálisis ver: Messer y Wolitzky, 2010 y

Safran y Muran, 2000).

La alianza terapéutica en el modelo cognitivo

Como explica Doran (2014), el concepto de alianza de trabajo tiene sus orígenes

en la literatura psicoanalítica, pero el carácter central de la relación terapéutica a su vez

cuenta con raíces en la tradición humanista y cognitivo-conductual. Desde la

perspectiva cognitiva, Aaron Beck y colaboradores (1979, pg 55), al referirse a la

relación terapéutica, señalan que “las terapias cognitivas y conductuales requieren el

mismo clima terapéutico de fondo que ya ha sido descrito explícitamente en el contexto

de la terapia psicoanalítica”. Luego mencionan la necesidad de una colaboración

terapéutica, en términos de alianza, entre paciente y terapeuta. Desarrollando esta idea,

explicitan que deben sentir que tienen un interés común por los pensamientos,

sentimientos, deseos y conductas del paciente; para poder formar un equipo de trabajo

hacia las metas acordadas.

Dentro de este contexto, algunos de los fundadores de la terapia cognitiva

presentan ciertas características del terapeuta que, de estar presentes, favorecerían a

49
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

crear un ambiente en el que se pueden aplicar más eficazmente las técnicas cognitivas.

Éstas son (a) la aceptación: la preocupación sincera y el interés por el paciente, para que

no lo sienta distante o indiferente; (b) la empatía: capacidad para experimentar la vida

como lo hace el paciente; y (c) la autenticidad: honestidad con él mismo y con el

paciente (A. Beck, et al., 1979).

En un texto contemporáneo, Judith Beck (2011) enfatiza que es el terapeuta el

que debe presentar las condiciones necesarias para que el paciente desarrolle la

confianza necesaria para una terapia exitosa. Sostiene, por ejemplo, que el terapeuta

debe demostrar al paciente sus capacidades profesionales y empáticas, asegurándose de

hacerlo sentir comprendido y acompañado en el proceso de cambio. También pide que

se le comparta la conceptualización del caso y el plan de tratamiento, evaluando las

reacciones gestuales y orales a modo de retroalimentación, ya que el acuerdo de metas y

tareas forma una condición basal de la alianza terapéutica. Luego menciona la necesidad

de observar la respuesta del paciente al modo de interactuar del terapeuta, porque señala

que si bien la mayoría de los pacientes responden favorablemente a un terapeuta cálido

y comprensivo, otros pueden vivenciarlo negativamente y requieren de una

modificación del terapeuta en el trato. Por último sostiene que una herramienta poderosa

para la manutención de una relación terapéutica positiva es el mero hecho de ayudar al

paciente a lograr sus objetivos, por lo cual obtener resultados terapéuticos pasa a tener

una doble función.

Un concepto que puede considerarse exclusivo de la tradición cognitiva es el de

empirismo colaborativo. Designa a un trabajo en conjunto con espíritu de mutua

colaboración y responsabilidad compartida en relación a los resultados obtenidos

(Barda, 2008; A. Beck et al., 1979; J. Beck, 2011). El empirismo colaborativo es un

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NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

vehículo imprescindible para motivar al paciente a utilizar los nuevos instrumentos

adquiridos; terapeuta y paciente conforman un equipo de investigadores que explora

pensamientos, significados, sentimientos, deseos y conductas del paciente; éste aporta

datos brutos y el terapeuta guía sobre qué datos recoger y cómo utilizarlos. “Ambos

actúan como detectives siguiendo una pista; se elaboran hipótesis y se diseñan

experimentos o tareas para someterlas a evidencia empírica” (Levy, 2008).

Investigación empírica sobre relación terapéutica

Si bien mucho ha cambiado a lo largo de los años en el campo de la psicoterapia,

el énfasis en la relación terapéutica se mantiene como una fuerza estable para la

literatura (Doran, 2014). Cada investigación toma uno de los constructos antes

mencionados, siendo la alianza terapéutica el más investigado dado que puede utilizarse

en diferentes marcos teóricos y cuenta con sendos instrumentos de medición de la

misma, todos ellos con altos niveles de validez y confiabilidad.

Diversos meta-analisis posicionan a la alianza terapéutica como el predictor de

resultados más robusto del proceso terapéutico (Flückiger, Del Re, Wampold, Symonds,

y Horvath, 2012; Horvath, Del Re, Flückiger, y Symonds, 2011). Sin embargo el grado

de asociación reportado entre la alianza y el cambio a pesar de ser estable es moderado,

explicando entre un 6-8% de la varianza de los resultados (Barber, 2009).

Por otra parte, a pesar de que esta asociación ha llevado a una presunción de que la

alianza tiene un rol causal fundamental en los resultados de la terapia (Feeley, DeRubeis

y Gelfand, 1999), la naturaleza del vínculo entre la alianza y el cambio terapéutico sigue

siendo tema de debate (Barber, 2009). Mientras que la mayoría de los teóricos,

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NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

investigadores y clínicos consideran que la fortaleza de la alianza produce efectos en los

resultados de los tratamientos (Para una revisión ver Doran, 2014), otros consideran que

la relación entre alianza y resultados es espuria, y surge como un epifenómeno de la

presencia de resultados tempranos (DeRubeis y Feeley, 1990; Feeley et al., 1999).

Según este último argumento aquellos pacientes que presentan mejorías tempranas

desarrollarían una buena alianza y mejores resultados finales, explicando el vínculo

putativo entre estas últimas variables.

En los últimos años una serie de investigaciones intentaron saldar dicho

interrogante con metodologías estadísticas sofisticadas tales como modelos lineales

mixtos y modelos auto-regresivos. Estos estudios buscaron establecer la direccionalidad

de la relación entre las mediante la medición en distintos puntos del tratamiento la

alianza y el cambio terapéutico estableciendo series temporales.

En base a estas metodologías algunos estudios encontraron una precedencia

temporal del efecto de la alianza sobre el cambio (Accurso et al., 2015; Barber,

Connolly, Crits-Christoph, Gladis, y Siqueland, 2000; De Bolle, Johnson, y De Fruyt,

2010; Klein et al., 2003; Zilcha-Mano, Dinger, McCarthy, y Barber, 2013; Zuroff y

Blatt, 2006) y otros el resultado opuesto, siendo la presencia de mejorías la que predijo

los posteriores niveles alianza (Puschner, Wolf, y Kraft, 2008; Strunk, Brotman, y

DeRubeis, 2010; Strunk, Cooper, Ryan, DeRubeis, y Hollon, 2012).

Finalmente, en los últimos años una serie de investigaciones han aportado

evidencias en favor de un modelo de interacción y predicción reciproca entre alianza y

el cambio (Crits-Christoph, Gibbons, Hamilton, Ring-Kurtz, y Gallop, 2011;

Falkenström et al., 2013; Marker, Comer, Abramova, y Kendall, 2013; Tasca y

Lampard, 2012, Ramseyer, Kupper, Caspar, Znoj, and Tschacher, 2014). En este

52
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

sentido, los niveles de alianza favorecerían la aparición de mejorías, y estas, a su vez,

fortalecerían la relación entre paciente y terapeuta. La existencia de estos modelos

hipotéticos de interdependencia no sólo manifiestan las complejas relaciones que

existen entre variables del proceso y los resultados de la terapia, sino que también

explicarían la heterogeneidad de resultados en la relación de alianza y cambio, con las

dificultades derivadas para establecer cuál de las dos variables genera un impacto sobre

la otra.

A modo de síntesis. Las diferentes concepciones sobre relación terapéutica y sus

componentes, brindados por los marcos psicoanalítico y cognitivo, generan un contexto

adecuado para analizar tanto los objetivos como los resultados del presente estudio. En

el trabajo que aquí se presenta, se les preguntó a los pacientes sobre la relación

terapéutica. La comprensión que cada participante haya tenido sobre este fenómeno

podrá estar, más o menos vinculada con lo que las tradiciones teóricas han producido al

respecto. En el mismo sentido que el señalado en el capitulo anterior, un objetivo de

fondo del presente estudio radica en cotejar estas perspectivas teóricas con la percepción

del paciente, intentando un complemento valioso a la producción ya existente en nuestra

disciplina.

Las intervenciones psicoterapéuticas

En términos generales, se puede definir a las intervenciones psicoterapéuticas

como toda comunicación verbal o no verbal, de carácter intencional y terapéutico

realizada por el terapeuta y dirigida al paciente (Waizmann, Etchebarne y Roussos,

53
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

2004). Las intervenciones son, a su vez, el instrumento con el que cuenta el terapeuta

para operar en el tratamiento. Cuáles deben utilizarse, en qué circunstancias y qué puede

esperarse de las mismas es una de las temáticas de debate teórico y práctico más

frecuente entre los clínicos.

Los diversos abordajes terapéuticos cuentan con una serie de intervenciones que

prescriben y otras que proscriben. Por lo tanto, el objetivo de esta sección es presentar

una síntesis muy global de las aproximaciones técnicas más utilizadas. Si bien la

temática es por demás extensa, lo que se intenta es brindar una mirada panorámica sobre

las intervenciones que operan como denominadores comunes de las orientaciones

psicoanalítica y cognitiva, para luego desarrollar el uso que hacen los terapeutas de las

mismas.

Intervenciones originadas por el psicoanálisis

Dado que, desde un punto de vista histórico, gran parte del surgimiento de la

psicoterapia se vincula con el psicoanálisis, las primeras intervenciones fueron

formalizadas desde un marco teórico psicoanalítico.

Freud, ya desde sus inicios dejó en claro que las principales intervenciones que

debe realizar el psicoanalista son la indicación de asociación libre y la interpretación

(Freud, 1912b). En relación a la asociación libre, establece que la regla fundamental de

psicoanálisis consiste en que el paciente exponga al terapeuta todo aquello que pasa por

su mente, sin restricciones ni juicios.

54
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

En esta misma línea, otra de las indicaciones que Freud propone hacia los

pacientes, es la de no traer elaborado el tema o el relato que contarán al terapeuta. Para

Freud el paciente no va a resolver su neurosis con ningún esfuerzo consciente, sino sólo

siguiendo la regla fundamental que ordena desconectar la crítica a lo inconsciente y sus

retoños. Considera que el terapeuta debe mostrarse inflexible ante esta regla. Por último,

en este contexto, pide al terapeuta que no ceda ante el pedido de los pacientes de que

elija un tema para desarrollar en la sesión, ya que ese pedido debe ser leído desde la

resistencia (Freud, 2013).

El otro pilar de las intervenciones del analista es la interpretación, entendida

como la deducción del sentido latente en las manifestaciones verbales y de

comportamiento de un sujeto (Laplanche y Pontalis, 1967). Tanto si se trata de

interpretaciones resistenciales o transferenciales, apuntan a hacer accesible al paciente

el sentido latente de sus sueños, actos fallidos o lapsus linguae. Dichas interpretaciones,

sin embargo, no deben ser utilizadas en cualquier momento o situación. Entre otras

apreciaciones, que involucran diagnósticos y tiempos dentro del tratamiento, Freud

(1913/2005) propone ser cautos en las primeras sesiones, dentro del período que se

considera “de entrevistas iniciales”, para luego utilizarlas en el análisis propiamente

dicho.

Dentro de la tradición psicoanalítica hay ciertas acciones del terapeuta que se

encuentran proscritas, o, por lo menos, desalentadas. A partir del principio de

abstinencia, Freud (1912/2005b) pide al analista no satisfacer las demandas del paciente

ni desempeñar los papeles que éste tiende a imponerle. Por ejemplo, indica no hablar de

su persona (la del terapeuta) y no abordar la transferencia hasta que devenga resistencia

(Freud, 1912/2005b).

55
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

Freud, también encuentra desfavorecedor para el acontecer analítico que el

terapeuta presente consejos, ya que enfatiza en la idea de que el psicoanálisis se

diferencia de las terapias de sugestión. “La sugestión directa – dice- opera en contra de

la exteriorización de los síntomas”. La actividad principal del terapeuta consiste en la

“atención parejamente flotante”, en la que el terapeuta se despoja de toda crítica o

prejuicio y escucha al paciente hasta que encuentra una textura diferente en su relato

(Freud, 1912/2005b).

Los desarrollos posteriores del psicoanálisis continuaron investigando y

presentando variaciones a la técnica psicoanalítica en función de los resultados de

dichas investigaciones. Dentro de los esfuerzos realizados por clasificar las

intervenciones psicoanalíticas, trabajos pioneros como los de Fenichel (1945) o los de

Greenson (1967), ofrecieron una primera generación de sistematización de producciones

técnicas en psicoanálisis, con un repertorio de intervenciones focalizado en la

interpretación (tanto de resistencias como de la transferencia).

Siguiendo el paradigma freudiano, el cuadro clínico para el cual fueron pensadas

las primeras intervenciones psicoanalíticas fue la neurosis clásica (tanto histérica, como

fóbica u obsesiva). En consecuencia, estos primeros trabajos de técnica proponen como

objetivo central el insight en el paciente, y de allí sostienen el rol preponderante de la

línea interpretativa de intervención. Luego, por ejemplo en la sistematización de

Greenson (1967), aparece como ingrediente técnico post-freudiano la cuestión de la

alianza de trabajo, y una serie de consideraciones sobre los aspectos no analíticos (por

ejemplo, la sugestión y la catarsis) como elementos preparatorios para las

interpretaciones.

56
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

En revisiones posteriores sobre el conjunto de intervenciones en psicoanálisis

(Sandler, Dare y Holder, 1993; Thöma y Kächele, 1985/1989), se sigue observando a la

interpretación en una condición privilegiada. Sin embargo, ambos trabajos establecen

una clasificación más pormenorizada de intervenciones, dividiéndolas en confrontación,

clarificación e interpretación. Este es uno de los criterios más difundidos sobre

intervenciones psicoanalíticas que perdura hasta nuestros días.

Como postura más reciente, el continuo “de apoyo-expresivo”, inaugurado por

Lester Luborsky (1984) y continuado por numerosos clínicos e investigadores (ver, por

ejemplo, Barber y Crits-Christoph, 1995; Gabbard, 2000/2002, Wallerstein y DeWitt,

2000) constituye uno de los denominadores comunes para la clasificación actual de

intervenciones psicoanalíticas. Dicho continuo ubica a las intervenciones entre dos

polos: el polo “expresivo”, caracterizado por un énfasis en la interpretación de

significados ocultos, la confrontación y la clarificación, y el polo “de apoyo”,

caracterizado por intervenciones de sostén, como la validación empática, la

aquiescencia y las afirmaciones de significado.

Intervenciones y psicoterapia cognitivo-conductual

Aunque abarcar todo el campo de las intervenciones en terapia cognitiva

excedería los límites de este capítulo, sí resulta necesario brindar una visión general

sobre lo que el modelo cognitivo propone como su repertorio técnico específico

La tradición cognitiva brinda un lugar diferenciado a las intervenciones del

terapeuta, ya que su función es influenciar en el pensamiento, comportamiento, estado

de ánimo y arousal fisiológico del paciente (J. Beck, 2011). Para esto, se han

57
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

desarrollado una gran cantidad de técnicas con metas específicas que se deben elegir en

base a la conceptualización del caso y a los objetivos del terapeuta para esa sesión en

particular (J. Beck, 2011).

Pese a la ya mencionada heterogeneidad técnica del marco cognitivo, es posible

delimitar sucesivas generaciones de modelos de tratamiento, que se caracterizan por

diversas estrategias psicoterapéuticas, con repertorios de intervenciones predominantes.

Los primeros tratamientos de esta vertiente, tuvieron un énfasis claro en el

aspecto conductual más puro, con el rol de la exposición gradual sistemática, los

experimentos conductuales y la exposición con prevención de respuesta como

paradigma de tratamiento de fobias simples y obsesiones (para un revisión de este tema,

ver Kris, 1985).

Posteriormente, el ya citado libro de A. Beck, Rush, Shaw y Emery (1979)

incorporó a la primera generación de tratamientos el aspecto cognitivo. Ya no se trataba

del cambio conductual en sí mismo, sino del cambio cognitivo implícito en todo cambio

conductual. Esta segunda generación, con el modelo cognitivo de depresión de A. Beck

como prototipo, planteó la reestructuración cognitiva como objetivo general del

tratamiento. Así, mostrar la irracionalidad del pensamiento del paciente, crear

disonancia cognitiva, o testear la adecuación o la inadecuación de una creencia a la

evidencia disponible, se convirtieron en modelos de intervención predominantes

(Keegan, 1998).

Frente a la incorporación en el modelo cognitivo del tratamiento de pacientes

más complejos (depresiones crónicas, trastornos de personalidad, trastornos de ansiedad

cronificables como el trastorno de ansiedad generalizada), algunos autores como Hayes,

58
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

Follete y Lineham (2004), plantearon un cambio de eje desde el cuestionamiento hacia

el distanciamiento y la aceptación de los contenidos cognitivos. Como explican Keegan

y Holas (2010) el objetivo de esta tercera generación de tratamientos es reorientar al

paciente, instarlo a comprometerse significativamente en la vida, de acuerdo con sus

propios valores y objetivos, a pesar de la presencia del sufrimiento, con un

protagonismo de técnicas de conciencia plena (mindfullness) y el trabajo sobre las meta-

cogniciones. Adicionalmente, estos tratamientos priorizan el trabajo sobre el proceso

cognitivo, por sobre el contenido de las cogniciones, abordando la forma en que el

paciente piensa (Hayes et al., 2004).

Investigación empírica sobre el uso que los terapeutas hacen de las intervenciones

Desde un punto de vista empírico, las acciones psicoterapéuticas pueden tener

grandes similitudes, pero cobran una parte de su sentido diferencial a través de la

especificidad teórica en las que están enmarcadas. Al mismo tiempo, diversas

tradiciones teóricas comparten grupos de intervenciones. Esta situación genera zonas de

superposición entre lo que diferentes marcos teóricos consideran como su arsenal

técnico específico (para un revisión ver: Juan et al., 2009).

Los terapeutas utilizan intervenciones prescriptas por su marco teórico, junto con

intervenciones de uso común para varias tradiciones teóricas. Así, ya desde los primeros

esfuerzos empíricos de clasificación de intervenciones (reseñados en: Hill, 1992; Stiles,

1992) surgieron evidencias de modalidades específicas y comunes de intervenir en

terapeutas de diferentes orientaciones. A su vez, trabajos con muestras y metodologías

muy variadas (Ablon y Jones, 1998; Banon, Perry, et al., 2013; Waizmann, Jurkowski y

59
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

Roussos, 2006) mostraron que terapeutas cognitivos y psicoanalíticos utilizaban

intervenciones específicas del otro marco teórico, generando un debate sobre la

especificidad cierta de determinado instrumental técnico.

En forma particular, el trabajo de Ablon y Jones (1998) dio pie a preguntas y

discusiones sobre la relación entre lo prototípico de un abordaje y los resultados del

tratamiento, volviendo sobre la cuestión antes señalada de los gradientes de

especificidad de las intervenciones. También el trabajo ya descrito de Hilsenroth y

colaboradores (2005) suscribe esta tendencia de evaluar cuán exclusivo de una tradición

teórica resulta una sesión o un tratamiento.

En relación al uso que hacen los terapeutas de las intervenciones comunes y

específicas, un estudio realizado en nuestro país mostró cómo, en dos casos únicos, uno

de terapia cognitiva y otro de terapia psicoanalítica, cada tratamiento estuvo altamente

impregnado de intervenciones comunes (Roussos, Waizmann y Etchebarne; 2010). Los

autores observaron que, en promedio, sólo el 17% de las intervenciones del tratamiento

psicoanalítico y el 16% de las intervenciones del tratamiento cognitivo, eran específicas

del marco teórico. Este estudio no sólo ofreció evidencia de la relativa escasa

proporción de intervenciones específicas, sino que además mostró una proporción

similar de intervenciones específicas y comunes para los dos casos estudiados.

En suma, las investigaciones concluyen que los terapeutas no se restringen al uso

de intervenciones propias de su marco, sino que integran a su práctica herramientas

diversas. La variedad de intervenciones que se encuentra en la literatura excede los

alcances de este apartado, se intentó brindar una visión panorámica del espectro

disponible, entendiendo que en esta investigación se indagaron retrospectivamente las

60
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

intervenciones que típicamente realizaba el terapeuta, así como las que generaron algún

tipo de impacto en el paciente.

A modo de síntesis. El panorama conceptual y de investigación empírica sobre

intervenciones es altamente complejo y heterogéneo. Sin embargo, ciertos ejes

detallados en este apartado sirven al presente estudio como punto de partida a la hora de

analizar la perspectiva del paciente sobre las intervenciones. En este sentido, cabe

señalar que no se ha encontrado literatura sobre investigaciones cualitativas de

intervenciones con estas características. La razón que podría alentar esta situación es

que aquellos pacientes que son legos en psicología no pueden reconocer ni dar cuenta de

las intervenciones específicas que realizan sus terapeutas

El interés por conocer la experiencia de los pacientes con las intervenciones,

radica en considerar la posibilidad de detectar algo novedoso que pueda brindar un

sentido diferente al accionar del terapeuta.

La finalización del tratamiento

El momento de finalización de un tratamiento, tan esperado para la mayoría de

los pacientes, presenta características marcadamente diferenciadas en los diversos

marcos de referencia. Las teorizaciones sobre técnicas psicoterapéuticas hacen alusión

al proceso de terminación “ideal” para cada caso y presentan algunas sugerencias para

los clínicos en relación a esta temática. Por un lado pautan las condiciones con las que

61
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

debe contar el paciente para que se pueda plantear la terminación y por otro aportan

modos arquetípicos en los que debe llevarse a cabo dicho proceso.

En el popular texto Análisis terminable e interminable, Freud (1937) aborda

extensamente la temática e identificó dos condiciones para poner fin a un análisis: no

padecer a causa de sus síntomas, superando angustias e inhibiciones y “que el analista

juzgue haber hecho consciente en el enfermo tanto de lo reprimido, esclarecido tanto de

lo incomprensible, eliminado tanto de la resistencia interior, que ya no quepa temer que

se repitan los procesos patológicos en cuestión” (Freud, 1937, pg.222). Sin embargo, en

el mismo texto cuestiona la posibilidad de que se pueda llegar a una “normalidad

psíquica absoluta”, entendiendo que siempre puede haber eventos futuros que

desencadenen la neurosis nuevamente. Si bien sostiene que esos eventos no pueden ser

tratados como actuales en la terapia a modo de “profilaxis” para el futuro, propone que

se aborde la posibilidad de que surjan con el paciente. Conversar con el paciente sobre

el devenir futuro y familiarizarlos con la posible emergencia de nuevos conflictos, es un

modo posible de cierre del tratamiento.

Ante todo, Freud deja ver que la posibilidad de un análisis en el que se cure

completamente la neurosis es prácticamente imposible, e identifica tres factores

determinantes del éxito del tratamiento psicoanalítico: (a) influencia de los traumas; (b)

la intensidad constitucional de las pulsiones; y (c) el funcionamiento del Yo. Luego

sostiene que para que el paciente llegue a una “normalidad absoluta” se requiere de la

resolución de cada una de las represiones del paciente, así como también llenar todas las

lagunas, y esto sólo es posible en casos de origen predominantemente traumático

(Freud, 1937).

62
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

En cuanto a la extensión de la terapia, se muestra escéptico ante la posibilidad de

planificar de antemano una duración de la misma y comunicarla al paciente. Considera

que hablarle de plazos implica cierto tipo de “amenaza”, que si bien puede utilizarse

como recurso técnico ante un paciente que se encuentre estancado, la desalienta porque

si luego no se consigue el resultado esperado el terapeuta debe respetar lo prefijado para

no perder la palabra ante el paciente. Por este motivo desalienta la fijación de un límite

temporal para la terapia, así como el análisis que nunca finaliza, y privilegia la

evaluación que haga el terapeuta de su paciente para el momento de terminar (Freud,

1937). En otro texto puntualiza los indicios que debe tener en cuenta el analista para dar

fin a un tratamiento:

“Para la finalización de una cura analítica, la transferencia misma tiene que ser

desmontada; y si entonces sobreviene o se mantiene el éxito, no se basa en sugestión,

sino en la superación de resistencias ejecutada con su ayuda y en la transformación

interior promovida por el enfermo” (Freud, 1917b, pg 412).

Posturas terapéuticas posteriores a Freud, incluyendo las terapias psicoanalíticas,

se han visto en la necesidad de adaptar la terapia a las exigencias contextuales. Bajo esta

premisa se desarrollaron tratamientos que, diferenciándose del psicoanálisis clásico,

establecen criterios de terminación que se definen por el cumplimiento de los objetivos

propuestos y por el número de sesiones. En la psicoterapia psicoanalítica la

incorporación del concepto de “foco”, mencionado anteriormente, facilitó la tarea de los

terapeutas en cuanto a la decisión de terminación del tratamiento ya que la resolución

del foco daría lugar a la misma (para un revisión, ver: Grupo de Trabajo OPD,

2006/2008; Thöma y Kächele, 1985/1989).

63
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

La terapia cognitiva también defiende la limitación temporal de los tratamientos,

guiada por la resolución del motivo de consulta, y ha elaborado tratamientos

“manualizados” o guiados por un manual, en los que lo que acontece en cada sesión se

especifica de antemano, y estableciendo plazos concretos y fijos para el logro de metas.

Cuando un paciente arriba a una consulta y su terapeuta decide seguir uno de estos

manuales, en función del diagnóstico psicopatológico, la fecha de terminación del

tratamiento es conocida desde un principio y compartida con el paciente.

Pero no todos los terapeutas cognitivos utilizan los manuales estandarizados. Sin

embargo, siguen algunas reglas generales en relación a la terminación. La más

importante implica disponer de un tiempo de cierre en el que poner en juego estrategias

de prevención de recaídas (J. Beck, 2011). Análogas a aquella “profilaxis” a la que

hacía Freud, pretenden poner en conocimiento al paciente de situaciones que puede

sufrir en un futuro, y evaluar su capacidad para utilizar las herramientas que ha

desarrollado durante el tratamiento.

También desde la teoría cognitiva se propone previo a la finalización del

tratamiento, un período de espaciamiento de las sesiones terapéuticas. Estas sesiones

suelen ser las mismas que tratan la prevención de recaídas ya mencionadas, y la

intención al disminuir su frecuencia, es poner a prueba al paciente sin el sostén del

terapeuta. J. Beck (2011) utiliza la metáfora del niño que aprende a caminar,

entendiendo que debe hacerlo paulatinamente y del que uno puede alejarse a medida

que observa su independencia y destreza.

64
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

Investigaciones empíricas sobre terminación de los tratamientos psicoterapéuticos.

Hasta aquí se han abordado las condiciones deseadas de terminación de los

marcos de referencia, sin embargo las complejidades de este momento del tratamiento

son muchas ya que surgen situaciones en la interacción con el paciente que obstaculizan

un desenlace favorable. Roe y colaboradores (2006), por ejemplo, consideran que la

literatura sobre la terminación de los tratamientos psicoterapéuticos es teórica y

especulativa, poniendo el foco en cómo deberían terminar los tratamientos y no en lo

que realmente ocurre en la práctica cotidiana. Mencionan que sólo un puñado de

estudios han abordado los motivos por los cuales finalizan los tratamientos (Roe, Dekel,

Harel, y Fennig, 2006).

Entre los que sí han indagado los motivos de terminación de los tratamientos en

la práctica psicoterapéutica, uno de ellos concluye que hay diferencias en los motivos

que atribuyen pacientes y terapeutas a la finalización. La investigación consistió en un

dispositivo observacional en el que se les preguntaba luego de finalizado el tratamiento

las razones de terminación tanto a los pacientes como a sus terapeutas. Las diferencias

encontradas indican que los terapeutas no suelen considerar aspectos negativos de la

terapia como razones de los pacientes para terminar un tratamiento; mientras que los

pacientes sí lo hicieron (Westmascott, 2010).

Continuando con los posibles obstáculos que se encuentran para el logro de la

terminación “ideal” para el terapeuta, Swift y Callahan (2011) sostienen que los

pacientes se formulan una expectativa acerca de la duración del tratamiento,

especulando, por lo general, que va a ser más corta. Los autores consideran que éste

hecho influye sobre la terminación prematura ya que según la investigación que llevaron

a cabo el predictor más fuerte de la duración del tratamiento es justamente la

65
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

expectativa de duración del tratamiento. En relación a esta resultado en particular, se

observa la importancia del contexto en que se ejerce la psicoterapia. Como se podrá

observar en los resultados de la presente investigación, las expectativas de los pacientes

de Buenos Aires no suelen ser de psicoterapias de corto plazo.

En relación a la interrupción de los tratamientos, resulta interesante destacar la

investigación de Murdock, Edwards y Murdock (2010). En dicho dispositivo, estudiaron

la atribución que hacen los terapeutas acerca de pacientes que dejan el tratamiento

"prematuramente" o "unilateralmente", con un material estímulo (viñeta) que presentaba

un caso de terminación. Los terapeutas se asignaron a una de dos condiciones: en un

caso se les pedía que pensaran en la viñeta como de un paciente propio, y en otro que la

consideraran un paciente de otro terapeuta. Los resultados encuentran un “sesgo de

atribución auto complaciente”, donde el actor –en este caso el terapeuta que toma la

viñeta como propia- atribuye los eventos negativos a factores externos y no a sí mismo,

a diferencia del observador que atribuye causalidad al actor. Esto implica que los

terapeutas responsabilizaban al terapeuta en la condición de observador pero no en la

del paciente propio. Los autores concluyen que los terapeutas, inadvertidamente, pueden

no estar considerando los factores de insatisfacción con la terapia o el terapeuta en la

terminación prematura (Murdock, Edwards, y Murdock, 2010).

El aporte de la investigación empírica para comprender el fenómeno de la

terminación prematura es indiscutible, por ejemplo al observar una investigación en la

cual se analizaron cualitativamente terminaciones positivas y conflictivas. Los

resultados permitieron poner de manifiesto tanto aspectos favorecedores de una

terminación positiva, como aspectos antecedentes a una terminación conflictiva. Los

ejes “relación terapéutica” y “resultados del tratamiento”, se presentaron como los más

66
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

relevantes; en el caso de las terminaciones positivas con una relación fuerte y resultados

favorables; y en el caso de las terminaciones conflictivas con sentimientos ambivalentes

en cuanto al vínculo con el terapeuta y escasos resultados del tratamiento. Más

específicamente se encontró que los pacientes que reportaron terminaciones conflictivas

adjudicaron una ruptura en la alianza como motivo de finalización, de manera que la

terminación no pudo ser conversada previamente con el terapeuta (Knox et al., 2011).

A modo de síntesis. Se observa que la investigación sobre modos de terminación ha sido

reveladora en lo que se ha hecho hasta el momento, y puede ser un importante aporte

para la práctica clínica. La posibilidad de desarrollar nueva teoría que incluya no sólo

los modos ideales de terminación sino aquellos aspectos a tener en cuenta para prevenir

un desenlace conflictivo resulta prometedora. La presente tesis pretende recorrer ese

camino aportando conclusiones que favorezcan el trabajo del clínico.

Ubicación del recorrido efectuado en el contexto de la presente investigación

Junto con el capítulo 1, hasta aquí se han presentado las definiciones de los

conceptos principales que aborda la tesis, y que forman parte de sus objetivos

específicos, así como también investigaciones empíricas que han aportado a la

redefinición de cada uno de los conceptos. La complejidad vinculada con las nociones

de “relación terapéutica”, “intervenciones” y “terminación”, brevemente descrita en este

capítulo, amerita un análisis del fenómeno desde múltiples perspectivas, entre las cuales

la del paciente reviste una relevancia especial. Del mismo modo en el que fue expuesto

en el capítulo anterior, este estudio suscribe la necesidad de indagar cómo son

67
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

percibidas por los pacientes variables centrales del proceso terapéutico, intentando

sumar a la comprensión de aspectos centrales de la psicoterapia y su relación con los

resultados de los tratamientos.

Para finalizar la ubicación teórico-metodológica de la presente tesis, en el

siguiente capítulo se abordará la complejidad de la investigación sobre perspectiva del

paciente, con un especial énfasis en las investigaciones de carácter cualitativo.

68
Capítulo 3
INVESTIGACIÓN EN PSICOTERAPIA
SOBRE LA PERSPECTIVA DEL PACIENTE

Introducción: objetivos y estructura del capítulo

Este capítulo presenta investigaciones destacadas que han abordado el proceso

psicoterapéutico desde la perspectiva del paciente.

Con el objetivo de ubicar conceptual y metodológicamente la noción de

“perspectiva” del paciente dentro de este estudio, la primera parte del capítulo analizará

brevemente diferentes términos que se han utilizado en investigación para aludir a la

visión del paciente sobre su proceso terapéutico, incluyendo una síntesis de las

características metodológicas comunes a diferentes estudios sobre el tema.

En la segunda parte de este capítulo se incluirán las conclusiones de

investigaciones cuyo objetivo es explorar la concepción de los pacientes de los

resultados de la terapia y el cambio terapéutico logrado. Se hará una breve referencia a

las diferentes maneras de medir el cambio en los tratamientos y al aporte de las

investigaciones cualitativas al conocimiento sobre la psicoterapia; para luego

profundizar sobre los resultados alcanzados por los estudios relevados. Este grupo de

estudios incluye investigaciones en las que se inquiere a los pacientes sobre aquellos

aspectos del tratamiento que consideran que facilitaron los cambios percibidos.

En la tercera parte del capítulo, se observarán trabajos sobre la perspectiva del

paciente acerca de variables inherentes al proceso terapéutico que los pacientes

identifican como facilitadoras de cambio. Las investigaciones empíricas citadas en este

apartado se focalizan en alguno de los constructos que a su vez se estudian en la

69
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

presente tesis. Se describen los hallazgos más significativos sobre la percepción del

paciente de: a) la relación terapéutica, b) la persona del terapeuta, c) las intervenciones

clínicas y d) la propia figura del paciente como actor involucrado en sus procesos de

tratamiento.

Para finalizar el recorrido por investigaciones relevantes en el área, se hará

mención a aquellas que se han realizado a partir de tratamientos o abordajes específicos,

con el fin de indagar aquellos aspectos que los pacientes resaltan de un dispositivo en

particular.

Como se describirá en detalle en el capítulo 4 (metodología), la organización del

recorrido por los antecedentes en función de estos ejes (perspectiva sobre el cambio,

facilitadores de cambio y elementos significativos del proceso) se corresponde con los

objetivos específicos de la presente investigación.

Uso de los términos “perspectiva”, “percepción” y “punto de vista” del paciente en

la investigación en psicoterapia

La psicoterapia es un fenómeno complejo, cuyo estudio puede ser abordado

desde diferentes ángulos. Resulta imprescindible comenzar explicando el uso que los

investigadores hacen de los términos cuando se abocan a indagar la visión de los

pacientes sobre la psicoterapia. En esta investigación, y como lo indica el título del

capítulo, se utiliza el término “perspectiva del paciente”, dado que esta nomenclatura

parece ser la que más se ciñe a lo que se pretende representar: aquello que relata el

paciente sobre su proceso psicoterapéutico. Sin embargo, ésta es solo una de las

expresiones que se encuentran en la literatura, donde términos como “percepción” o

“punto de vista” del paciente también se utilizan de manera prácticamente indistinta con

70
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

el de “perspectiva”. A los fines de brindar el contexto teórico-conceptual en el que se

ubica la presente investigación, es necesario recorrer esta multiplicidad terminológica

antes de reseñar los antecedentes fundamentales sobre el tema.

Muchos autores, especialmente anglosajones, en vez de hablar de perspectiva del

paciente se refieren a “la percepción del paciente”, entendiendo a la percepción como

“la sensación interior que resulta de una impresión material hecha en nuestros sentidos”

(RAE, 2014, 23° edición). Estas investigaciones hacen uso de una interpretación amplia

del término, ya que no acceden a todo lo percibido por el paciente sino a aquello que

pudo ser almacenado en la memoria y luego evocado (este punto se desarrollará en

profundidad más adelante). En este sentido, investigaciones que hablan del “punto de

vista” o la “visión” del paciente se ajustan más a lo que quieren representar, indicando

la posición que le interesa al investigador dentro del entramado psicoterapéutico, si bien

no se refieren al sentido de la vista únicamente.

De cualquier manera, los términos “perspectiva”, “percepción” y “punto de

vista” del paciente dan cuenta de que los datos se toman de este protagonista del

proceso – el paciente – y no del terapeuta ni de un observador externo. Como se

desarrollará en este capítulo, la literatura presenta variedad de investigaciones con esta

premisa; que cuentan con las limitaciones propias de tomar datos desde un solo lugar,

pero que tienen como objetivo intentar comprender de qué manera viven la experiencia

terapéutica los pacientes.

En este marco, el aspecto distintivo de este grupo de estudios es que acceden a

información diferente a la que se obtendría si, por ejemplo, se video-grabaran todas las

sesiones de un tratamiento. Un procedimiento de esas características permitiría

conseguir gran cantidad de datos sobre lo que realmente sucedió en el proceso

terapéutico; sin embargo no brindaría información sobre el modo en que el paciente lo

71
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

vivió y esto es a lo que este tipo de investigaciones (entre las que se encuentra la

presente tesis) se refieren. Los estudios sobre perspectiva, percepción o punto de vista

del paciente pretenden, en términos generales, aprehender la construcción final que hizo

el paciente de su tratamiento. Así, y tomando en cuenta el breve recorrido terminológico

realizado, en lo que sigue se utilizarán dichos conceptos como sinónimos en un sentido

amplio, entendiendo que la noción de “perspectiva” del paciente es la que mejor se

ajusta a los intereses de la presente investigación.

Características metodológicas comunes a diferentes estudios sobre perspectiva del

paciente. Las investigaciones sobre la perspectiva del paciente respecto de su

psicoterapia cuentan con algunas características en común. En primer lugar, suelen ser

observacionales, ya que los investigadores no manipulan ninguna variable de los

tratamientos sino que exploran procesos terapéuticos que se llevaron a cabo en su

contexto natural. También, generalmente, utilizan instrumentos de recolección de datos

tales como la entrevista abierta o semi-dirigida, dando lugar a que los pacientes puedan

expresar sus puntos de vista sin restricciones. En concordancia con este tipo de

instrumentos, en estas investigaciones se analizan los datos con metodologías

cualitativas. En suma, estos dispositivos buscan explorar los significados que los

pacientes construyeron sobre sus tratamientos, preguntándoles directamente acerca de

su visión de los procesos terapéuticos atravesados.

Dentro de este contexto, autores como Elliot (2010) destacan el valor de las

características metodológicas recién mencionadas y las plantean como ventajas dentro

de la investigación en psicoterapia. El autor expone que los diseños observacionales, en

los que se toman los eventos tal como se llevan a cabo fuera de los dispositivos de

investigación, permiten analizar procesos dispuestos en su ambiente natural. Las

72
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

entrevistas abiertas y semi-dirigidas dan lugar a que los participantes expresen sus

opiniones y vivencias más allá de las hipótesis planteadas por los investigadores, y el

análisis cualitativo posibilita la emergencia de resultados que trascienden lo previsto.

Elliot (2010) concluye que los dispositivos de investigación desde la perspectiva del

paciente ofrecen la posibilidad de acercarse a la manera en que los consumidores de

psicoterapia viven subjetivamente dichos procesos.

Específicamente, las investigaciones entre las que forma parte esta tesis no

limitan las respuestas de los participantes a un listado preconcebido por el investigador,

sino que dan lugar a la emergencia de construcciones muy diversas, cuyo análisis es el

mayor desafío de los investigadores. Esta modalidad genera un gran volumen de datos,

pero con el beneficio de que dichos datos no fueron mediatizados por una

instrumentación ajena (como lo son los inventarios o las encuestas), sino que

representan con mayor fidelidad la opinión y concepción del paciente.

La evaluación de los resultados de los tratamientos

Históricamente, una de las primeras maneras de evaluar los resultados de la

psicoterapia fue preguntando a los pacientes, una vez finalizado el tratamiento, cómo se

sentían, en comparación al momento en que lo habían comenzado. La meta subyacente

de estas investigaciones era legitimar el uso de la psicoterapia para los trastornos

mentales, buscando establecer si los pacientes percibían que mejoraban luego de haber

transitado una terapia (Kächele, 1992).

En aquellas primeras investigaciones, se les preguntaba a los pacientes,

literalmente, si “sentían que habían mejorado”, “estaban igual”, o “estaban peor” que

como habían comenzado; y se tomaba esa respuesta como dato para establecer el

73
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

“éxito” o “fracaso” de un tratamiento (Kächele, 1992). Este método contaba con

importantes limitaciones, y los investigadores rápidamente comprendieron que el

criterio de percepción subjetiva del paciente, con respuestas preformuladas y tan

limitadas, no alcanzaba para comprender lo que había sucedido en un tratamiento.

Un grupo de dichas limitaciones se evidenciaba, por un lado, en la posible

existencia de síntomas egosintónicos, que los pacientes no vieran como un problema,

pero que sin embargo los terapeutas pudieran plantear como objetivo terapéutico. Desde

el ángulo opuesto, puede haber situaciones en las que los pacientes sientan que

mejoraron, pero los terapeutas consideren, sin embargo, que mantienen el diagnóstico

con el que comenzaron. Estos ejemplos, y muchos otros, plantearon la necesidad de

encontrar nuevos métodos, con mayor grado de objetividad, para evaluar resultados.

Con esta premisa en mente, surgió la idea de la diferencia sintomática como

criterio de valoración de los efectos de la terapia. Bajo la presunción de que los

pacientes de psicoterapia principalmente buscan reducir sus síntomas patológicos

(cuestión que será luego discutida por algunos autores), se tomó como resultado de un

tratamiento la diferencia entre dos mediciones de las mismas escalas sintomáticas (por

ejemplo, una antes de comenzar el tratamiento y otra al finalizarlo). Desde esta visión,

un tratamiento exitoso sería aquel que permita alcanzar diferencias estadísticamente

significativas, entre la toma administración previa y posterior a un tratamiento; o entre

los niveles sintomáticos de un grupo al que se le aplicó el tratamiento y un grupo de

control (para una revisión ver Rodgers, 2010).

Dos de las medidas estandarizadas más populares que se construyeron para este

fin son el Sympthom Checklist 90 –listado de síntomas -(Derogatis, 1994) y el Outcome

Questionnaire 45 -cuestionario de resultados- (Lambert, 1996). Ambos instrumentos,

auto-administrables, permiten evaluar el cambio sintomático, según la percepción del

74
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

paciente, pero de manera cuantitativa. La diferencia que hay entre uno y otro es que el

OQ-45 (Lambert, 1996) incluye a las dimensiones “Relaciones Interpersonales” y

“Funcionamiento Social”, pero pondera la dimensión clínica por sobre las otras, ya que

25 de los 45 ítems pertenecen a esta subescala (11 pertenecen a relaciones

interpersonales y 9 a la subescala de funcionamiento social).

La razón por la que un instrumento como el OQ-45 (Lambert et al., 1996)

incluye otras escalas, es porque se tomó en consideración que los resultados posibles de

un tratamiento pueden incluir, también, cambios en otras áreas de la vida del paciente,

tales como el funcionamiento social y los vínculos con otras personas (Horowitz,

Rosenberg, Baer, Ureño, y Villaseñor, 1988). Es así que paralelamente a la generación

de instrumentos de medición de cambio sintomático, se desarrollaron otras escalas para

medir este tipo de mejorías o avances en el tratamiento. Tal es el caso del Inventario de

Problemas Interpersonales, instrumento orientado a evaluar las dificultades en los

vínculos con otros sujetos y sus eventuales cambios mediante el proceso de la

terapia (Horowitz et al. 1988).

Si bien la medición de resultados terapéuticos mediante instrumentos

estandarizados y métodos cuantitativos presenta ventajas a la hora de evaluar el cambio,

el mero establecimiento de la significancia estadística de un resultado, tal como se ha

planteado, deja de lado cuestiones cualitativas que pueden ser centrales desde el punto

de vista clínico. Por ejemplo, si un grupo de pacientes con trastorno de pánico pasan de

tener un promedio de 10 ataques de pánico al mes a tener, luego de una intervención, 3

ataques de pánico por mes, probablemente el cambio medido sea estadísticamente

significativo (siempre sujeto al tamaño muestral y a la dispersión en la muestra). Sin

embargo, ¿es posible afirmar que un paciente que al terminar un tratamiento presenta 3

75
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

ataques al mes ha logrado un cambio cualitativamente valioso en su condición? ¿Podría

ser dicho tratamiento conceptualizado como exitoso?

Estos interrogantes dieron lugar al surgimiento de nuevos criterios para la

evaluación de tratamientos, centrados no solo en la confiabilidad estadística de los

cambios sino también en observar si los pacientes alcanzan o no modificaciones en su

condición que los acerquen más al funcionamiento de la población sin su patología

(Jacobson y Truax, 1991). Es decir, siguiendo con el ejemplo anterior, una media de

ataques de pánico tendiente a cero.

Teniendo en cuenta este tipo de argumentos, la comunidad científica comenzó a

elaborar metodologías estadísticas que incorporasen estas valoraciones clínicas para

evaluar los resultados, dando lugar a los criterios de significancia clínica (Gómez

Penedo y Roussos, 2012; Jacobson y Truax, 1991; Kazdin, 2009). Con estos criterios,

gran cantidad de investigaciones evalúan resultados del tratamiento observando el

porcentaje de pacientes que han logrado cambios que los acercan más a la media de

funcionamiento de una población no patológica que a la media de funcionamiento de la

población patológica en la que se encontraban (Ankuta y Abeles, 1993; Karpenko,

Owens, Evangelista, y Dodds, 2009; Beretta, deRoten, Draplau, Kramer, Favre, y

Despland, 2005; Lunnen, 2000).

Estas medidas cuantitativas brindan información muy valiosa en relación a los

resultados de los tratamientos pero cuentan con limitaciones. Al ceñirse a la condición

clínica, no consideran aspectos que para muchos terapeutas y pacientes son centrales.

Por ejemplo, no toman en cuenta si los pacientes mejoraron en áreas de sus vidas que

exceden los síntomas clínicos tales como afianzar vínculos familiares o sentirse más

optimista ante nuevos proyectos. Por otro lado se observa que las investigaciones que

utilizan estas mediciones tampoco pueden dar cuenta de los aspectos del tratamiento que

76
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

posibilitaron los cambios, tomando al proceso psicoterapéutico como un todo

indivisible.

Por último, otra limitación que presentan dichas investigaciones es que dejan por

fuera la evaluación subjetiva que hace el paciente de sus resultados. En la práctica

habitual, no sería sorprendente que un paciente presentara cambios estadística o

clínicamente significativos pero subjetivamente sintiese que no cambió o que su

malestar persiste. La pregunta que surge naturalmente entre los psicoterapeutas es: ¿Qué

es más importante, que se alivien los síntomas o que el paciente se sienta mejor?

Claramente no hay una respuesta certera para esta pregunta; lo que sí se puede afirmar

es que el campo de la investigación debe considerar ambos frentes para poder presentar

un panorama más completo del fenómeno de la psicoterapia y sus resultados. El

complemento que los investigadores han encontrado para los instrumentos

psicométricos, son las investigaciones cualitativas (Elliott, 2010).

Lo expuesto hasta aquí permite comprender que las investigaciones sobre

resultados del tratamiento pueden dividirse en dos grandes grupos, por un lado las que

utilizan escalas sintomáticas estandarizadas y por otro las que realizan preguntas

abiertas a los sujetos sobre los logros alcanzados dentro del tratamiento. Si bien hay

investigaciones que utilizan ambas estrategias (se citan algunos ejemplos a

continuación), éstas implican complejos abordajes metodológicos y no representan a la

mayoría de las investigaciones que se realizan en el área.

La diferencia principal que subyace a ambos grupos es la de las metodologías

cuantitativas y cualitativas, siendo que las dos aportan a la construcción del

conocimiento sobre resultados de la psicoterapia. Por ejemplo, autores que han

investigado estas diferencias, como Klein y Elliot (2006), utilizaron entrevistas

cualitativas abiertas junto a cuatro medidas cuantitativas de cambio, en diferentes

77
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

momentos del proceso terapéutico. La investigación tenía un doble objetivo, por un lado

investigar los cambios percibidos por los pacientes con los distintos métodos y por el

otro comparar los resultados que arrojaban dichos métodos.

En cuanto a los resultados cuantitativos del estudio, cada escala y cuestionario

utilizado les brindó datos específicos sobre lo que los pacientes habían mejorado a

través del tratamiento. Las pruebas estadísticas indicaron un tamaño de efecto medio (d

= .56), al promediar las diferencias observadas en las cuatro medidas de resultados

administradas al inicio de la terapia y luego de su finalización (Klein y Elliott, 2006).

Por su parte, el análisis de contenido de las entrevistas abiertas, en las que se les

preguntaba a los pacientes sobre los cambios percibidos, indicó dos grupos de cambios:

1) cambios en el sí mismo y 2) cambios en la situación de vida. Dentro de los cambios

en el sí mismo los sujetos reportaron principalmente cambios en la autoestima. Luego,

en menor número, mencionaron cambios en el procesamiento de las experiencias y

cambios afectivos, entre los que se incluían el sentirse más calmos, con más energía o

sin depresión. Respecto de los cambios en la situación de vida (con menor incidencia

dentro de la muestra), los pacientes mencionaron en igual proporción cambios en el

funcionamiento general, tales como realizar nuevas actividades o estar más organizados,

y cambios en las relaciones interpersonales (Klein y Elliott, 2006).

Más allá de la riqueza de los resultados que arrojaron los instrumentos

utilizados, la conclusión más importante a la que arribaron los autores fue metodológica,

ya que no encontraron asociación entre los resultados cuantitativos y los cualitativos.

Específicamente observaron que los distintos tipos de cambio que los sujetos

mencionaron luego del tratamiento no se veían vinculados a los patrones de las medidas

de resultados cuantitativos utilizadas. Los autores sostienen que este dato no debe

utilizarse para poner en cuestionamiento a ninguna de las dos metodologías, sino que

78
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

por el contrario, otorga mayor validez diferencial a cada una. Distintos métodos de

investigación de resultados brindan diferente información y todos ellos aportan a una

comprensión más acabada del fenómeno de cambio psicoterapéutico (Klein y Elliott,

2006).

Otra investigación que combina metodologías cualitativas y cuantitativas para

evaluar el cambio desde el punto de vista del paciente es la realizada por Ward, Wood y

Awal (2013). Los investigadores utilizaron dos medidas estandarizadas de evaluación

sintomática, una administrada al paciente –BSI, Brief Symptom Inventory: Patient

(Derogatis, 1993) – y la otra al terapeuta: GAF, Global Assesment of Functioning-Total:

Therapist (American Psychiatric Association, 1987). A su vez, utilizaron un breve

cuestionario con preguntas abiertas provenientes del CSQ – Client Satisfaction

Questionnaire – elaborado por Larsen y equipo (1979).

En primer lugar, los investigadores encontraron una alta satisfacción de los

pacientes con la terapia recibida. También encontraron diferencias estadística y

clínicamente significativas en los síntomas, comparando la administración de los

instrumentos cuantitativos previa al tratamiento y posterior al mismo. Por otro lado, los

resultados del análisis cruzado de los datos obtenidos con los diferentes instrumentos

presentaron una asociación positiva entre la satisfacción de los pacientes, los cambios

percibidos (analizados cualitativamente) y el alivio sintomático (analizado

cuantitativamente). Los autores, una vez más, destacan el valor de las medidas

cualitativas como complemento de las cuantitativas, indicando que son más útiles para

brindar datos subjetivos de las experiencias de los pacientes (Ward, Wood y Awal,

2013).

79
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

Investigaciones cualitativas sobre percepción de cambio

Los estudios analizados en el apartado anterior apoyan la importancia de las

investigaciones cualitativas sobre el cambio en psicoterapia. Dado que la presente tesis

pertenece a este grupo de estudios cualitativos, a continuación se detallarán hallazgos

relevantes que se han encontrado en dichas investigaciones en los últimos años. Se

podrán observar los aspectos en los que coinciden diferentes autores, así como los

resultados específicos de cada investigación con relación a este tema.

Como primera conclusión general, es importante destacar que las

investigaciones sobre resultados de la psicoterapia confluyen en que ésta beneficia a los

pacientes. Si bien algunos autores hablan de “alta satisfacción de los pacientes con los

tratamientos” (Levy Berg et al. 2010) y otros mencionan que los pacientes

“experimentaron cambios” (Carey et al., 2007), todas las investigaciones relevadas

presentan una evaluación positiva de los tratamientos por parte de la mayoría de los

pacientes de sus estudios. Este resultado es concluyente y muy bien recibido por

clínicos e investigadores. De cualquier manera, es un punto de partida para luego

intentar comprender cuáles son los cambios percibidos por los pacientes y de qué

manera creen éstos que la terapia los ayudó.

En este contexto, es interesante observar los tipos de cambio que surgen de esta

clase de estudios. En algunos se observan categorías, sin presentar frecuencias o

predominancia de unas sobre otras. Dimcovic (2001), por ejemplo, realizó un estudio

sobre percepción de los pacientes de la psicoterapia de corto plazo y señala que los

pacientes percibieron a la terapia como un proceso de aprendizaje y comprensión de sí

mismos; al tiempo que mencionaron cambios en sentimientos, actitudes y

comportamientos. Por su lado, Levy Berg y colaboradores (2010), en una investigación

sobre percepción de cambio en pacientes con Trastorno de Ansiedad Generalizada,

80
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

también sostienen que el cambio implicó una mejor comprensión de sí mismos, pero

agregan un mejor entendimiento de los síntomas de ansiedad.

Siguiendo la tendencia de las categorías formuladas por Dimcovic (2001), en

una investigación sobre la conceptualización del cambio psicológico (Carey et al.,

2007), los cambios percibidos por los pacientes fueron organizados en tres grupos:

sentimientos, pensamientos y comportamientos. Jinks (1999), por su parte, realizó una

investigación cualitativa con ex pacientes propios y clasificó los cambios percibidos en:

cambios en sentimientos, pensamientos, comportamientos, en la imagen personal; en el

locus de control interno (por ejemplo, el sentirse en control de su propia vida o la

capacidad de tomar decisiones); y atender a las propias necesidades.

Otras investigaciones, entre las que exploran los resultados de la psicoterapia, sí

tienen en cuenta la frecuencia en que se presenta cada categoría en la muestra. Una de

las más interesantes es la de Palmstierna y Werbart (2013). En este caso, los autores

identifican seis categorías y presentan su frecuencia dentro de su muestra de 11

participantes: “Llevar adelante las dificultades de la vida”(10); “sentirse más fuerte y

seguro”(10); “reconciliarse con uno mismo y su pasado”(7); “comportarse de manera

diferente”(11); “reflexionar y ganar insight”(11); y “aplicar las experiencias de la

terapia luego de su finalización”(10).

De manera similar, en 2011 se llevó a cabo una investigación para indagar la

percepción de los pacientes de la terapia cognitiva analítica, que desarrolla con mayor

profundidad la perspectiva sobre los resultados -CAT, cognitive analytic therapy-

(Rayner, Thompson, y Walsh, 2011). En esta oportunidad, la mayoría de los

participantes reportaron cambios positivos generales, y especificaron que los cambios

iban más allá del alivio sintomático. Dentro de los cambios mencionados predominan la

reducción de la autocrítica y aprender a ser bueno con uno mismo, enunciados por casi

81
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

todos los participantes. Con menor incidencia, pero también con amplia representación,

indicaron mejorías en la autoconfianza, autoestima y asertividad. Según los autores,

todos los pacientes de esta investigación refirieron que su terapia no había resultado en

una “cura” y que ciertos patrones de comportamiento y sentimientos se mantenían.

Luego agregaron que esto no les provocaba frustración, por el contrario, aceptaron que

las conductas que mantenían desde hace tiempo eran difíciles de cambiar. El cambio

implica, desde la perspectiva de estos pacientes, ponerse en contacto con sus

sentimientos y entenderlos; así como reconocer sus comportamientos y patrones de

pensamiento, para luego cuestionarlos (Rayner et al., 2011).

Desde un ángulo diferente, hay investigaciones en las que, más allá de los

cambios percibidos, a los pacientes se les ha preguntado de qué manera fue que se

produjeron esos cambios. En estos casos los investigadores coinciden en que los

pacientes identifican el cambio en un momento preciso del tratamiento y a la vez lo

describen como un proceso (Carey et al., 2007; Levy Berg, Sandahl, y Bullington,

2010). Carey y colaboradores (2007) presentan este hallazgo como algo inesperado, y

relatan que, en ciertos casos, el propio participante lo identifica como una paradoja, ya

que recuerda el momento exacto en que se produjo, al mismo tiempo que siente que fue

un proceso gradual. En cuanto a Levy Berg et al. (2010), señalan que los pacientes

identifican momentos significativos del tratamiento vinculados con el cambio, al tiempo

que describen ciertos patrones secuenciales, como por ejemplo sentirse suficientemente

seguros para después poder sentirse aceptados.

Por último, algunas investigaciones cualitativas han intentado incorporar

criterios cuantitativos para enriquecer el estudio del cambio percibido por los pacientes.

Es el caso, por ejemplo, de la ya mencionada investigación de Carey et al. (2007); en la

que además de explorar su visión subjetiva del cambio, se les preguntaba a los pacientes

82
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

cuanto consideraban haber cambiado en una escala del 0 = “nada” al 10= “completo”.

La mayoría indicó entre 7 y 8 puntos, que fueron interpretados por los investigadores

como una cantidad considerable de cambio. Igualmente, señalan que hubo excepciones,

y mencionan a un paciente que sentía no haber cambiado para nada, y a otro que la

terapia lo ayudó al 100% (Carey et al., 2007).

Como se puede observar en el recorrido bibliográfico, los resultados de los

tratamientos pueden ser evaluados de diversas maneras, y la elección de las

metodologías dará lugar a diferentes cualidades en los datos que se obtienen de los

pacientes. Se concluye, a su vez, que las investigaciones cualitativas sobre cambio en

psicoterapia presentan una gran variedad de resultados, muchos de los cuales exceden la

remisión de los síntomas, pero sin embargo son valorados por los consumidores de

psicoterapia (Rayner et al., 2011).

La percepción del paciente de facilitadores del cambio terapéutico

Los tratamientos terapéuticos tienen incontables elementos que los componen, y

todos ellos, potencialmente, realizan su aporte para que los pacientes mejoren. Algunos

investigadores optaron por preguntar a quienes han transitado un tratamiento, sobre

aquello que creen que los ayudó. Ya sea buscando aspectos del tratamiento facilitadores

de cambio o preguntando sobre momentos significativos del proceso, las

investigaciones que aquí se presentan tienen como objetivo conocer con mayor

profundidad los aspectos identificados por los pacientes como responsables del éxito o

fracaso percibido.

Se plantea como una necesidad comenzar este apartado aclarando que el

dispositivo terapéutico es complejo y, por lo tanto, tomar a sus partes como elementos

83
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

independientes sería un grave error. Aun si las investigaciones que se citan a

continuación los analizan por separado, la autora de esta tesis tiene en cuenta la

interrelación entre los elementos del proceso, las personas y sus roles.

Una vez más, la primera conclusión a la que se arriba al leer la literatura sobre

aspectos facilitadores de cambio en psicoterapia, es que presentan resultados muy

variados. Estas diferencias muchas veces se deben a que se realizaron preguntas

distintas, y utilizaron diferentes métodos de análisis cualitativo. A continuación se

resumen las conclusiones más salientes.

La relación terapéutica. En consonancia con investigaciones cuantitativas sobre

el impacto de la relación terapéutica en los resultados de los tratamientos (Flückiger,

Del Re, Wampold, Symonds, y Horvath, 2012; Horvath y Symonds, 1991; Martin,

Garske, y Davis, 2000) ésta se perfila como el aspecto destacado con mayor frecuencia

por los pacientes. La relación terapéutica es vista como parte central del tratamiento

(Levitt, Butler, y Hill, 2006) y en algunos casos ha sido el tema más abordado por los

pacientes cuando se refieren a aspectos facilitadores de cambio (Jinks, 1999; Toto-

Moriarty, 2012; Ward, Wood, y Awal, 2013).

Profundizando en el concepto, la diferenciación del vínculo terapéutico con otros

vínculos surgió en más de una oportunidad (Carey et al., 2007; Levitt et al., 2006),

valorando que la figura del terapeuta se mantuviera ajena al círculo familiar y de

amistades del paciente (Carey, 2007). La capacidad de comprensión del terapeuta y la

posibilidad de ser imparcial, son dos aspectos que para los pacientes distinguen al

terapeuta de otros significativos, dando lugar a una relación diferente. En esta misma

línea, en otra investigación los pacientes resaltaron la distancia óptima que separa al

terapeuta del paciente. Un terapeuta que se preocupa por su paciente “la cantidad justa”

84
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

y que ofrece dirección cuando es necesario, parece ser la definición de un buen

terapeuta para esos pacientes (Levitt et al., 2006).

Siguiendo con la relación terapéutica, otro de los aspectos mencionados por los

pacientes fue la importancia de la estabilidad en el vínculo (Binder, Holgersen, y

Nielsen, 2010; Palmstierna y Werbart, 2013). Pareciera que los pacientes sienten que la

presencia estable de los terapeutas brinda cierto equilibrio, y da lugar a mayor orden y

estructura ante situaciones percibidas como desestabilizantes (Binder et al., 2010).

También se destaca la calidad de la relación, especialmente la confianza, observando

que ésta permite a los pacientes contar sus experiencias de manera abierta, sin

restricciones (Carey, 2007; Jinks, 1999).

La figura del terapeuta. En otro grupo de investigaciones se menciona a la

persona del terapeuta y sus características como el facilitador de cambio en sí mismo.

Es el caso de la investigación liderada por Levy Berg (2010), por ejemplo, donde la

mayoría de los pacientes identificaron al terapeuta como el agente responsable del

cambio. En cuanto a cuáles son las características del terapeuta que los pacientes

señalan como más importantes, se destacan: la inteligencia, el profesionalismo, la

calidez y la flexibilidad (Binder et al., 2010). También se la manera de hablar del

terapeuta, su capacidad de escucha, y el hecho de que brinde un espacio para expresarse

sin emitir juicios son elementos valorados por los pacientes en relación con el cambio

percibido (Jinks, 1999). Para ofrecer un ejemplo más, hubo pacientes que subrayaron la

importancia del ambiente en el que se lleva a cabo la terapia, encontrándolo como una

expresión de la personalidad, el profesionalismo y la preocupación del terapeuta hacia

sus clientes (Levitt et al., 2006).

Las intervenciones. En ciertas investigaciones los pacientes refieren que aquello

que “llevo a cabo el terapeuta” fue lo que facilitó el cambio, otros hablan de

85
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

“herramientas” utilizadas, pero pocos pacientes indican intervenciones específicas como

responsables de los cambios (Binder et al., 2010; Jinks, 1999; Paulson, Truscott, y

Stuart, 1999). A modo excepcional, algunas de las intervenciones mencionadas por una

muestra de pacientes de tratamientos cognitivos conductuales incluyen los ejercicios de

relajación, los diarios de actividades, las tareas propuestas por el terapeuta y la

medicación (Carey et al., 2007). Jinks (1999), por su parte, menciona que sus pacientes

(en este caso el investigador había sido, a su vez, el terapeuta) enumeraron muchas

intervenciones específicas de los tratamientos. Luego revela que si bien él recordaba la

mayoría de ellas, hubo algunas con las que se sorprendió porque las había olvidado y

consideraba que no las había valorado en el momento de realizarlas.

El paciente. La figura del paciente, como actor involucrado en sus propios

procesos, también fue mencionada. En el caso de Carey y colaboradores (2007),

encontraron que por lo general los pacientes ubican aspectos de sí mismos como el

principal facilitador del cambio. La motivación y la sensación de “estar listo” para

cambiar fueron dos de los aspectos considerados necesarios para que efectivamente, éste

se lleve a cabo. En segundo lugar resaltaron otros aspectos inherentes al paciente, como

su personalidad, sus atributos, su pasado y su contexto cultural. Los pacientes indicaron

que estas variables podían favorecer u obstaculizar que los objetivos propuestos se

cumplieran; y remarcaron que el terapeuta muchas veces era alguien que simplemente

realizaba propuestas, siendo ellos mismos (los pacientes) aquellos que debían trabajar

para el cambio (Carey et al., 2007).

En este marco, se encontraron pacientes que indicaron que haber logrado

reconocer comportamientos problemáticos e intentar hacer las cosas de manera

diferente, dieron lugar a un cambio (Rayner et al., 2011). Asimismo, haber podido

conversar sobre cosas que no habían hablado con otras personas, o sobre aquello que no

86
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

querían mirar, les resultó esclarecedor. Descubrieron que había que transitar por

emociones negativas para ganar entendimiento. Los investigadores sostienen que, para

estos pacientes, la posibilidad de acceder y explorar experiencias dolorosas, resultó

clave para entender los orígenes de los comportamientos que querían cambiar (Rayner

et al., 2011). Estos resultados son similares a los de Palmstierna y Werbart (2013),

cuyos entrevistados enfatizan la importancia de haber experimentado obstáculos y

sobrellevarlos exitosamente durante el tratamiento.

Para concluir la enumeración de aspectos que los pacientes identificaron como

de ayuda, hay algunos que pueden ser vistos por los clínicos como objetivos o metas

terapéuticas en sí mismos. Para los pacientes entrevistados en estas investigaciones, sin

embargo, fueron cambios que a su vez posibilitaron otros logros, quizás aquellos que los

llevaron a la consulta inicialmente. Entre los mencionados se encuentran, por ejemplo:

poder corregir algunas creencias de uno mismo y su entorno; generar nuevos

significados; y modificar patrones de comportamiento (Binder et al., 2010). En la

investigación de Paulson y colaboradores (1999) los pacientes identifican que ver la

vida y los problemas desde otro lugar, acceder a nuevas perspectivas y “ganar

conocimiento”; posibilitaron otros cambios más significativos para sus vidas.

Percepción del paciente en tratamientos de diferentes marcos teóricos

Hasta aquí se ha hecho referencia a los cambios percibidos por los pacientes y a

los aspectos del tratamiento que vinculan con dichos cambios; sin identificar marcos

teóricos ni tipos de terapias. De hecho, la mayoría de las investigaciones hasta aquí

citadas no cuentan con pacientes que han tenido el mismo tipo de tratamiento, en

consonancia con la presente tesis. A modo de ejemplo, algunas han buscado a sus

participantes con avisos en los periódicos y los pacientes no estaban familiarizados con
87
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

el tipo de terapia recibida (Binder, Holgersen, y Nielsen, 2009; Levitt et al., 2006); y

otras han tomado pacientes de terapeutas con distinta formación (Carey et al., 2007;

Paulson et al., 1999).

Sin embargo, en la literatura también se encuentran investigaciones de

percepción del paciente sobre diferentes marcos teóricos. En términos generales, los

investigadores pretenden encontrar los aspectos que los pacientes identifican como

positivos o conflictivos, de un dispositivo en particular.

La perspectiva del paciente de psicoanálisis y psicoterapias psicoanalíticas. Diferentes

investigaciones se especificaron en indagar la perspectiva del paciente de tratamientos

de orientación psicoanalítica. En general se ha encontrado que los pacientes se

benefician con estos tratamientos y perciben cambios por haberlos realizado

(Palmstierna y Werbart, 2013; Toto-Moriarty, 2012; Valkonen, Hanninen, y Lindfors,

2011; Ward et al., 2013). En el caso de Oliveira y colaboradores (2010), los

investigadores clasificaron los cambios en dos niveles diferentes: un nivel “objetivo y

concreto”, ligado a síntomas y la vida diaria; y otro nivel "subjetivo y conflictual", en el

que mencionaron cambios internos o intrapsíquicos y externos o relacionales (Oliveira

et al., 2010).

En cuanto a aquello que los pacientes identifican como facilitadores de cambio,

en todas las investigaciones relevadas se destaca la incidencia del vínculo entre paciente

y terapeuta, en el cambio percibido. A modo de ejemplo, una investigación realizada

con pacientes recuperadas de bulimia nerviosa destaca la importancia que éstas le dan a

haberse sentido acompañadas por terapeutas comprometidas con su labor (Toto-

Moriarty, 2012). Por su parte una serie de investigaciones dirigidas por el equipo del Dr.

Werbart concluye que la relación negativa puede generarse a partir de un terapeuta


88
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

percibido como inseguro o “ausente”; mientras que una relación segura y promotora de

crecimiento nace de un terapeuta activo; y del acuerdo entre paciente y terapeuta en la

dirección del tratamiento (Below y Werbart, 2012; Palmstierna y Werbart, 2013;

Werbart, von Below, Brun, y Gunnarsdottir, 2014).

Las expectativas del paciente para con su psicoterapia también surge como un

aspecto relevante y que puede repercutir en la satisfacción con la terapia psicoanalítica y

en los resultados obtenidos (Valkonen et al., 2011; Ward et al., 2013). En este contexto,

en una investigación llevada a cabo en Gran Bretaña hubo pacientes que realizaron

comentarios negativos en cuanto a la técnica psicoterapéutica, pero los autores

interpretan que lo que sucedió en esos casos es que el tratamiento no respondió a las

expectativas de los pacientes (Ward et al., 2013). La conclusión a la que arribaron es

que las expectativas deben ser indagadas en la entrevista de admisión y tomadas en

cuenta antes de ofrecer a los pacientes comenzar con un tratamiento psicoanalítico. Es

importante destacar que más allá de haber realizado los comentarios negativos aquí

mencionados, los pacientes se encontraban generalmente satisfechos con el tratamiento

psicoanalítico y con los logros obtenidos (Ward et al., 2013).

Otra investigación realizada específicamente con pacientes que no mejoraron,

reveló que el excesivo enfoque en el pasado y en el autoconocimiento fueron aspectos

connotados negativamente por los pacientes. Por el contrario, las intervenciones de

confrontación y los consejos por parte de los terapeutas fueron considerados como

aspectos “de ayuda” para los mismos pacientes (Werbart et al., 2014).

Complementariamente, en el caso de las pacientes recuperadas de bulimia nerviosa, el

haber podido comprender la dinámica psicológica de su trastorno, fue evaluada

positivamente (Toto-Moriarty, 2012).

89
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

Entre las investigaciones referidas a la terminación en los tratamientos

psicoanalíticos, una investigación precedente a la que aquí se presenta, realizada por el

equipo de trabajo del Dr. Roussos en Argentina, indagó la perspectiva de sujetos que

transitaron una terapia psicoanalítica. Los resultados indican que aquellos pacientes que

acordaron sobre la terminación del tratamiento con su terapeuta, a su vez presentan

mayor satisfacción con el tratamiento en general, ya sea que la propuesta de la

terminación hubiera sido propia o del terapeuta (Olivera, Braun, Gómez Penedo y

Roussos, 2015).

Por último se observa que la duración del tratamiento fue abordada en sendas

investigaciones (Below y Werbart, 2012; Ward et al., 2013). Típicamente, los pacientes

consultados (que realizaron psicoterapias de entre 12 y 18 meses de duración) sintieron

que sus tratamientos fueron demasiado cortos, algunos de los cuales argumentaron que

sus problemas presentaban una complejidad que requería de psicoterapias más extensas

(Ward et al., 2013).

Se puede concluir que los tratamientos psicoanalíticos indagados fueron

mayormente exitosos, desde la perspectiva de los pacientes, y que los aspectos “relación

terapéutica”; “expectativas del paciente”; y “duración del tratamiento” fueron los más

abordados.

La perspectiva del paciente sobre tratamientos cognitivo-conductuales. En la literatura

se han encontrado algunos ejemplos de investigaciones cualitativas sobre dispositivos

terapéuticos específicos, enmarcados en los tratamientos cognitivo-conductuales (Levy

Berg et al., 2010; Mott et al., 2013; Smith, Norton, y McLean, 2013).

90
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

En estos casos, también los pacientes se encuentran mayoritariamente

satisfechos con el tratamiento recibido y destacan ciertas características de los

terapeutas que favorecen el tratamiento. Consideran que los terapeutas deben: a)

motivar a los pacientes; b) generar un ambiente de comodidad -especialmente ligado a

los ejercicios de exposición-; y c) ser flexibles y sensibles, en términos de poder

acomodar la terapia a las necesidades y posibilidades de cada paciente (Levy Berg et al.,

2010).

En cuanto a los aspectos facilitadores de cambio que resaltaron los pacientes,

además de la relación terapéutica, se observan otras dos áreas fundamentales. Por un

lado los pacientes valoraron las intervenciones del terapeuta, específicamente

mencionaron la retroalimentación (feedback) (Mott et al., 2013); la reestructuración

cognitiva y la psicoeducación (Smith et al., 2013); si bien remarcaron la importancia del

momento en el que se introduce una determinada técnica (Levy Berg et al., 2010). Por

otro lado, los pacientes de terapia de grupo destacaron la importancia del compromiso

con el grupo y lo identificaron como uno de los motivos que desalentó el impulso a

abandonar la terapia de manera prematura (Mott et al., 2013; Smith et al., 2013).

Comparación de orientaciones psicoterapéuticas desde la perspectiva del paciente.

Para cerrar este apartado, se hará referencia brevemente, a dos investigaciones que

utilizan metodología cualitativa para comparar la vivencia subjetiva de tratamientos

basados en diferentes marcos teóricos (específicamente terapia psicoanalítica y terapia

cognitiva-conductual).

Una de las conclusiones más importantes de estos estudios es que no se

encontraron diferencias significativas en cuanto a la satisfacción con el tratamiento. Sin

embargo, la cualidad del cambio percibido presenta características diferentes en cada


91
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

caso, en coherencia con el marco teórico de referencia. En el caso de los pacientes que

recibieron terapia psicoanalítica, principalmente lograron un mayor autoconocimiento y

comprender mejor su historia de vida. Aquellos que realizaron un tratamiento cognitivo-

conductual, en cambio, destacan como logros predominantes una mayor capacidad de

resolución de problemas, y sentirse más “normales” por tener más información sobre

aquello que los aquejaba (Cahill, Paley, y Hardy, 2013; Nilsson, Svensson, Sandell, y

Clinton, 2007).

A modo de síntesis. A lo largo de este capítulo se presentó el estado del arte de las

investigaciones sobre perspectiva del paciente. En primer lugar, se mencionaron los

términos de uso predominante, luego se desarrolló el modo en que se abordó el cambio

en psicoterapia en el campo de la investigación y, por último se recorrieron los estudios

que utilizaron metodologías cualitativas para investigar el proceso psicoterapéutico,

tanto sin tener en cuenta el marco teórico del terapeuta como considerando la

percepción de los pacientes respecto de un tipo específico de tratamiento (de corte

psicoanalítico o cognitivo conductual).

Los antecedentes analizados confluyen en que la investigación sobre la

perspectiva del paciente se basa en la idea de éste como un sujeto que juega un rol

activo y es agente de su psicoterapia. Las perspectivas del paciente se asocian a los

resultados de los tratamientos, aun con mayor frecuencia que la perspectiva de los

terapeutas, volviendo imprescindible que se las comprenda y analice.

En Argentina, país con la mayor cantidad de psicólogos por habitante y donde

un alto porcentaje de los sujetos transitan por lo menos por un tratamiento en algún

momento de su vida (Fernández-Álvarez, Scherb, Bregman, y García, 1995), no se han

encontrado investigaciones que aborden la perspectiva del paciente de su psicoterapia.


92
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

El interés de esta tesis radica en revertir esta situación y realizar una investigación que

mantenga el espíritu de las presentadas en este capítulo, indagando aquellos aspectos

valorados y desestimados por los pacientes de la ciudad de Buenos Aires y su vínculo

con el cambio percibido.

93
Capítulo 4
METODOLOGÍA

4.1. Introducción

La tesis que aquí se presenta cuenta con un diseño exploratorio-descriptivo,

observacional y cualitativo. Se realizaron 73 entrevistas semi-estructuradas a sujetos

que participaron de un tratamiento psicoterapéutico y lo finalizaron dentro de los 36

meses anteriores a la fecha de la entrevista. Los participantes expusieron sus

impresiones sobre el tratamiento realizado, y respondieron a los entrevistadores sobre

los cambios percibidos y su vínculo con otros aspectos del tratamiento. Luego, las

entrevistas fueron transcriptas y analizadas con una metodología cualitativa basada en el

consenso.

Dentro de este capítulo se detalla el diseño metodológico utilizado,

desarrollando no sólo su estructura final sino también los pasos que lo precedieron y que

llevaron a su constitución. Tal como se ha hecho en los capítulos anteriores, éste se

subdivide en diferentes partes para organizar su lectura.

En la primera parte se describe la muestra utilizada, partiendo del modo de

convocatoria, continuando con los criterios de inclusión y exclusión definidos, y

finalizando con el resumen de las características de los sujetos que participaron de la

misma. A continuación se presentan los materiales utilizados, principalmente la guía de

entrevista utilizada, con cada una de sus partes: la entrevista semi-dirigida, el listado de

preguntas cerradas y los datos socio-demográficos recolectados.

En la tercera parte se enumeran los procedimientos realizados en cada etapa de

la investigación. Se incluyen todos los pasos que llevaron a la confección de la guía de

94
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

entrevista, la realización del trabajo de campo y las diferentes fases del análisis de datos.

Por último se incluyen los aspectos éticos que se tuvieron en cuenta durante cada

momento del proceso.

4.2. Diseño Muestral

La muestra utilizada en esta investigación ha sido recolectada acorde a los criterios

de modelos cualitativos. El criterio para realizar la invitación a los participantes fue que

cada uno de ellos hubiese participado de un tratamiento psicoterapéutico, de un mínimo

de tres sesiones, y lo hubieran finalizado dentro de los 36 meses previos a la entrevista.

Para convocar a los participantes se utilizó un diseño de bola de nieve, tendiendo

una red en base a las primeras personas invitadas a participar, las cuales nos facilitaron

los contactos con sujetos conocidos por ellos. Estos primeros participantes surgieron de

convocatoria realizada por el equipo de investigación a través de redes sociales

(Facebook) y de personas conocidas por ellos.

El tipo de procedimientos realizados para conformar la muestra de este estudio fue

de carácter selectivo o intencional, ya que cada participante – y conjuntos de

participantes – fueron intencionalmente seleccionados por sus posibilidades de ofrecer

información sobre su percepción del proceso terapéutico.

No se apuntó a establecer una muestra homogénea, como correspondería a la

muestra de un estudio de carácter cuantitativo, sino que, para dar cuenta de la diversidad

del fenómeno estudiado, se apuntó a captar heterogeneidad dentro de un marco

poblacional. Sin embargo, de ninguna manera debe considerarse una muestra exhaustiva

en términos de variedad de opciones, ya que variables como nivel socio económico,

entre otras, no tienen una representación significativa.

95
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

La intención inicial de realizar este tipo de convocatoria, en la que no se identificó a

los profesionales que trataron a los participantes, fue evitar posibles sesgos. Se estimó

que si los pacientes eran convocados por sus terapeutas, la mayoría de casos podrían

haber finalizado el tratamiento en buenos términos con su terapeuta. También se

consideró que los pacientes podrían evitar realizar críticas hacia sus terapeutas, si

suponen un vínculo entre el investigador y el terapeuta. Un tercer sesgo que se intentó

controlar fue el de tomar pacientes de aquellos terapeutas que se mostraran abiertos a

participar de una investigación, esto es terapeutas con conocimientos de investigación y

una actitud positiva hacia la misma.

Es importante tener en cuenta que no se buscó en ningún momento cotejar los

dichos de los entrevistados con los dichos del terapeuta tratante, ni con ningún tipo de

registro o prueba externa de evaluación. El objetivo de este trabajo nunca fue definir si

los dichos de los entrevistados representaban la verdad de lo acaecido en sus

tratamientos, sino evaluar el contenido de sus discursos al momento de pensar y percibir

el proceso terapéutico que atravesaron.

Si el entrevistado definió de manera distorsionada lo ocurrido en sus tratamientos

psicoterapéuticos, a través de una lectura tergiversada de la realidad, eso es producto de

la representación que de sí mismo tiene y de las representaciones del conjunto social al

que pertenece, siendo entonces, dicha potencial distorsión, la principal materia de

interés para la presente investigación. Las creencias de los pacientes, conformarían

entonces fórmulas estereotipadas, estas a su vez se terminan cristalizando en lo que

podríamos denominar sentido común o prejuicios y eso es justamente el material

esencial del presente trabajo.

Por otro lado, se evaluó la pérdida que representaba para la investigación el hecho

de no contar con datos de formación, experiencia y orientación del terapeuta, pero se

96
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

aceptó como una limitación del estudio a favor de obtener una muestra más abarcativa.

De modo excepcional, tal como se desarrolla más adelante, un grupo de ocho

participantes fue convocado por sus terapeutas. De ese grupo se cuenta tanto con los

datos brindados por los pacientes como los que se les solicitaron a sus terapeutas.

4.2.1. Criterios de inclusión de la muestra:

Para conformar la muestra se tomaron sujetos que cumplían con los siguientes

requisitos:

 Ser mayor de 18 años.

 Haber realizado un tratamiento psicoterapéutico que haya tenido una duración

no menor a las tres sesiones y cuya finalización date de no más de 3 años

anteriores a la entrevista.

 Declarar haber realizado psicoterapia por parte de quienes se encuentran

legalmente habilitados para hacerlo; es decir psicólogos, psiquiatras u otros

médicos.

 Haber recibido el tratamiento en AMBA, área metropolitana de Buenos

Aires, lo cual incluye a la ciudad de Buenos Aires y a sus alrededores.

 Haber concluido el tratamiento, ya sea por decisión del terapeuta; en forma

conjunta, o por decisión del paciente (esto incluye abandono de la terapia).

4.2.2. Criterios de exclusión de la muestra:

Se excluyeron de la muestra participantes con indicios de criterios diagnósticos

de trastorno mental grave. Si bien a los sujetos participantes no se les aplicó ninguna

97
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

evaluación psicopatológica, existen límites naturales dentro del desarrollo de la

entrevista, como lo es la presencia de un discurso coherente, orientado temporal y

espacialmente, que pueden dar cuenta de patología mental grave. Los entrevistadores,

todos ellos licenciados en Psicología, se encontraban atentos a la aparición de dichos

indicios para excluir aquellas entrevistas de la investigación. No se encontraron

participantes con esas características en la muestra final.

4.2.3. Sub-grupos muestrales

Los criterios antes descritos muestran las características indagadas inicialmente en la

investigación, sin embargo, desde un principio se pensó en conformar sub-grupos de

participantes que compartieran alguna característica que resultara interesante investigar

de manera independiente. Esta práctica es congruente con las nociones de muestreo

teórico y saturación teórica, criterios metodológicos propios de las investigaciones

cualitativas enmarcadas directa e indirectamente en los diversos modelos de Teoría

Fundamentada ([en inglés, “Grounded Theory”] Charmaz, 2005; Glaser y Strauss, 1967;

Hill, Thompson y Nutt Williams, 1997; Strauss y Corbin, 1990)

Con esta premisa en mente, a medida que se realizaban las entrevistas se evaluaba si

alguna característica de los participantes brindaba información nueva o novedosa sobre

su experiencia, con el fin de reclutar, luego, otros participantes con las mismas

características.

El primer grupo que se conformó con esta modalidad fue el de psicoterapeutas. A

partir de entrevistar a dos participantes que a su vez ejercían la psicoterapia, se buscó

otros participantes que compartieran esa cualidad.

98
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

Luego, se descubrió que algunos de los participantes decían haber solicitado ayuda

por sugerencia de otras personas, este dato particular hizo que se reuniera un grupo de

participantes cuya demanda había sido impulsada por terceros. También resultó de

interés conformar un grupo con aquellos pacientes que combinaron tratamientos

psicofarmacológicos con su psicoterapia, ya que los primeros casos que surgieron con

esas características mostraron elementos diferentes al resto de la muestra.

Otro de los grupos que se conformó fue a partir de relatos de terapias de más de 8

años de duración, entendiendo que estos tratamientos especialmente prolongados son

difíciles de investigar luego de haber finalizado, y que brindan situaciones y

experiencias cualitativamente diferentes a tratamientos más cortos.

Con el fin de representar a un sector de la sociedad que busca psicoterapia en

instituciones públicas, se buscó conformar un grupo de pacientes que hubieran realizado

psicoterapia en un hospital, de manera gratuita. Este grupo fue el más difícil de

conseguir con el método de muestreo propuesto, y, por lo tanto el último en

completarse.

Tal como fuera adelantado en el apartando anterior, un último grupo que se reunió

fue convocado por los mismos terapeutas de los pacientes, este es un grupo muy

particular, en relación al resto porque contamos con ciertos datos que los terapeutas

brindaron sobre su experiencia, marco teórico, edad, etc. La razón que guió la necesidad

de conformarlo fue el tener una idea de cuánto conocimiento tienen los pacientes sobre

sus terapeutas e indagar con esta pequeña porción de la muestra, el nivel de acuerdo en

la mirada de ciertos aspectos del tratamiento por parte de los dos participantes.

99
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

Tabla 1: Tamaño de las muestras de los diferentes grupos seleccionados

Grupo Cantidad de casos


Muestra total 73
Participantes que a la vez ejercen la psicoterapia o 10
estudian psicología
Participantes cuya demanda fue derivada por terceros 19
(familiares, pareja, médico)
Participantes que combinaron psicoterapia con 12
psicofármacos
Participantes que llevaron a cabo la psicoterapia en un 4
hospital público
Participantes que fueron derivados a esta investigación
por sus terapeutas y de los cuales se cuenta con 8
información adicional brindada por aquellos.

El muestreo consistió entonces en la invitación a participar a personas que

conformaron dos grupos de distintas características, un grupo de carácter ejemplar, que

permitió visualizar características específicas, a fin de cotejarlas en el análisis de los

datos y otro grupo de orden típico, a fin de describir los rasgos de los sujetos que se

suponen característicos de la población estudiada. Es importante tener en cuenta que

esta modelización coordinó la convocatoria a modo de guía a fin de promover

heterogeneidad, pero que no necesariamente impuso una forma de comprensión

discriminada en relación al análisis de los discursos de ambos grupos. De darse una

diferenciación, la misma sería comprendida dentro de un único grupo, ya que no es el

objetivo de esta tesis realizar tareas de comparación intergrupales.

En el grupo de carácter ejemplar, tenemos a los participantes que a la vez ejercen

la psicoterapia o estudian psicología, a participantes cuya demanda fue derivada por

terceros (familiares, pareja, médico), a participantes que combinaron psicoterapia con

psicofármacos, a participantes que llevaron a cabo la psicoterapia en un hospital público


100
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

y a los participantes que fueron derivados a esta investigación por sus terapeutas y de

los cuales se cuenta con información adicional brindada por aquellos (Ver Tabla 1). En

el grupo de orden típico se ubican los sujetos sin una identificación previa por parte de

las personas que actuaron como contactos para su invitación a participar.

4.3. Características de los participantes

De los sujetos invitados a participar hubo 16 que no respondieron al correo

electrónico y que se verificó que lo habían recibido, en general los datos recogidos por

los contactos de manera informal mostraban que tenían intención de participar pero

preferían esperar a tener tiempo libre. Otros 2 sujetos habían aceptado participar pero se

mudaron a otra ciudad en el período que se demoró el establecimiento de un día y

horario para la entrevista. Por último, otros 2 sujetos tuvieron problemas personales que

se precipitaron al tiempo de la entrevista y que impidieron que se pudiera establecer un

nuevo día de encuentro (en ambos casos, relacionados con la enfermedad e internación

de un familiar directo).

Aquí se presentarán los datos finales de la muestra con sus características. Primero

se presentará la distribución de ciertas variables de interés en el grupo muestral total;

luego quedará consignada la distribución de esas mismas variables en cada uno de los

sub-grupos seleccionados.

4.3.1. Pacientes participantes:

En relación al tamaño de la muestra convocada en el presente estudio, cabe aclarar

que se estableció según el siguiente criterio descripto por Morse (1995), continuar con

101
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

las invitaciones a participar hasta que se dispusiese de los elementos necesarios para

construir un supuesto comprehensivo y abarcativo sobre cada uno de los conceptos

clave involucrados en los objetivos específicos.

A diferencia de las estrategias de muestreo por saturación, en el presente estudio

no se consideró relevante la repetición o la no aparición de nueva información

consecuente para establecer el tamaño de la muestra, ya que los mismos no fueron

evaluados por su frecuencia, sino por la capacidad de expresar información. Ningún

dato, por atípico o contradictorio fue desestimado, de esta forma algunas de las piezas

de información más atípicas posibilitaron que al resto de la información fuese visto en

perspectiva.

Una vez que se establecieron supuestos sobre cada uno de los objetivos del

estudio se procedió a interrumpir la invitación a participar a nuevos sujetos.

Sin embargo, y como se explicará más adelante, en la sección de análisis de datos,

en la presente investigación se utilizó en criterio de “análisis de la estabilidad”, el cual

se encuentra claramente emparentado con el criterio de saturación teórica, sin embargo,

el mismo no fue utilizado para estimar el momento de corte de invitaciones a participar,

sino para establecer los listados de categorías y su utilización para el análisis.

La muestra se compone de 73 participantes que han realizado psicoterapia en la

Ciudad de Buenos Aires y sus alrededores; y que han participado de la entrevista dentro

de los 36 meses de haber finalizado sus tratamientos, con gran variabilidad (Media

[M]= 8 meses: Desvío estándar [DE]= 11 meses).

Dentro de los participantes un 72,6% de los mismos eran mujeres, la mayoría

solteros (50,7%) o casados (28,8%) y con estudios superiores completos (52%) o

102
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

incompletos (34,2%). Sus edades presentaron un rango entre los 19 y 73 años con un

promedio de 34 años de edad (M= 33,75; DE= 10,23). Con el fin de obtener más datos

sobre su nivel socio-económico, se preguntó a los participantes sobre la cobertura

médica con la que contaban. La mayoría adujo contar con medicina prepaga (56,2%);

algunos pertenecían a obras sociales (39,7%) y sólo cuatro casos indicaron contar con la

oferta estatal para sus consultas médicas.

En relación a su ocupación, se observa una gran variedad de empleos y

profesiones. Los datos se obtuvieron a partir de lo que cada sujeto ingresaba en el

campo “ocupación”. En algunos casos los participantes incluyeron más de una

ocupación dentro del campo, por ejemplo “artista y docente”; o “músico y

administrativo”. En esos casos, con el fin de confeccionar la tabla que se muestra a

continuación, se tomó sólo la primera ocupación escrita por el participante, entendiendo

que es con la que más se identifica. Tal como se observará, se individualizó a los

psicólogos (13,7%), de entre los profesionales, por la cualidad particular que brindan a

la investigación y porque era la profesión con mayor frecuencia dentro de la muestra.

Otro dato de interés para la caracterización de la muestra es la cantidad de

tratamientos psicoterapéuticos que los participantes habían realizado antes del

tratamiento sobre el que se refirieron en la entrevista. El 65,7% indicó haber realizado

entre 1 y 3 tratamientos antes del aquí estudiado; y el 34,3% restante se repartió entre

aquellos que realizaban su primer tratamiento y aquellos que habían realizado 4 o más

tratamientos previos (19,2% y 15,1% respectivamente).

En la Tabla 2, se puede observar la distribución de las variables socio-

demográficas en la muestra total.

103
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

Tabla 2. Datos sociodemográficos de los participantes

Grupo total
Frecuencia Porcentaje
Género
Mujer 53 72,6%
Hombre 20 27,4%
Edad
Entre 19 y 29años 28 38,4%
Entre 30 y 39 años 29 39,7%
Entre 40 y 49 años 9 12,3%
Mayor a 50 años 7 9,6%
Estado civil
Soltero 37 57,7%
Casado/cohabitante 21 28,8%
Separado/ divorciado 12 16,4%
Viudo y otros 3 4,1%
Máximo nivel de estudios alcanzado
Primario completo Secundario 1 1,4%
incompleto 2 2,7%
Secundario completo 7 9,6%
Terc/Univ incompleto 25 34,2%
Terciario completo 6 8,2%
Universitario completo 32 43,8%
Profesión
Desocupado 5 6,8%
Estudiante 13 17,8%
Artista 3 4,1%
Empleado o administrativo 23 31,5%
Docente 6 8,2%
Psicólogo/a 10 13,7%
Profesional (no psicólogo) 13 17,8%

Cantidad de tratamientos realizados previamente


0 14 19,2%
1 22 30,1%
2 13 17,8%
3 13 17,8%
4 o más 11 15,1%
Cobertura Médica
Provista por el Estado 3 4,1%
Obra Social 29 39,7%
Medicina Prepaga 41 56,2%

104
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

4.3.2. Terapeutas

Para esta investigación no se ha tomado contacto con los terapeutas de los

pacientes entrevistados, excluyendo al grupo que ha sido derivado por los mismos. La

decisión para hacerlo de este modo se basó en garantizar la independencia entre los

investigadores y los terapeutas, y abarcar tratamientos no exitosos o en los cuales el

vínculo entre paciente y terapeuta no se hubiera mantenido presente luego de finalizada

la terapia. Por esta razón, la información con la que se cuenta de los terapeutas es la que

pudieron brindar sus pacientes.

En la Tabla 3 se presentan los datos sociodemográficos de los terapeutas

tratantes, según fueron descriptos por los participantes.

El 74% de los terapeutas eran mujeres, la edad de los terapeutas estimada por sus

pacientes variaba de los 25 a los 70 años (M= 48,77; DE= 10,98); y el 83,6% eran

psicólogos. Un 6,8% de los participantes desconocían la profesión ejercida por sus

terapeutas y el 9,6% restante afirmó que sus terapeutas eran médicos psiquiatras.

En cuanto al marco teórico de referencia de los terapeutas, el 47,9% de sus pacientes lo

desconocían. Entre aquellos que sí tenían conocimiento del mismo, 21 declararon que

eran “psicoanalistas” de modo genérico (28,8% del total); nueve psicoanalistas

lacanianos (12,3%); y seis cognitivo-conductuales (8,2%). A modo excepcional, dos

casos identificaron a sus terapeutas como sistémico y humanista en cada caso.

105
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

Tabla 3. Datos sociodemográficos de los terapeutas

Grupo total
Frecuencia Porcentaje
Género
Mujer 54 74,0%
Hombre 19 26,0%
Profesión
Psicólogo 61 83,6%
Psiquiatra 7 9,6%
No lo sabe 5 6,8%
Orientación teórica estimada
Psicoanálisis 21 28,8%
Psicoa. lacaniano 9 12,3%
Cognitivo-conductual 6 8,2%
Sistémica 1 1,4%
Humanista 1 1,4%
No lo sabe 35 47,9%

4.3.3. Tratamientos

Los pacientes entrevistados realizaron diferentes tipos de tratamiento, en

tiempos que fueron desde las 5 sesiones hasta los 23 años (M= 32 meses; DE= 44

meses). Claramente se puede observar que la media estadística de duración no es

representativa de la muestra por el alto grado de dispersión manifestado a través del

desvío estándar. Por ese motivo, en la Tabla 4 en donde se sintetizan los datos

generales de los tratamientos estudiados, se segmentó la muestra en períodos de

duración del tratamiento.

Los tratamientos realizados por los pacientes fueron, en todos los casos

tratamientos individuales, si bien en 3 casos los pacientes comenzaron terapias

individuales pero luego fueron derivados a terapia de grupo con el mismo terapeuta.

Otro caso atípico comenzó como tratamiento de pareja por 4 semanas pero luego

106
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

continuó desarrollándose como tratamiento individual, ya que el marido de la paciente

descontinuó su asistencia.

La frecuencia de las sesiones variaba entre aquellos que asistían dos veces por

semana, semanalmente o cada quince días, y en 19 casos se modificó la frecuencia de

las sesiones ya sea intensificándolas o espaciándolas en algún momento del tratamiento

(6 casos y 13 casos respectivamente). De cualquier manera la mayoría de los pacientes

acudía semanalmente al tratamiento (80,8%). Los tres casos que pertenecen a la

categoría “otra frecuencia” manifestaron diversos cambios de horario durante el

tratamiento, o un acuerdo con el terapeuta mediante el cual asistían a terapia cuando lo

consideraban necesario sin una frecuencia preestablecida.

Los tratamientos indagados fueron realizados generalmente en el ámbito privado

(84,9%), mientras que una pequeña proporción lo hizo dentro de un centro de

psicoterapia (9,6%). En cuanto al modo de financiación, estos participantes abonaron el

tratamiento de modo particular (71,2%) o a través de su obra social o medicina prepaga

(23,2%). Nótese que los participantes en general expresaron no tener en claro la

distinción entre obra social y medicina prepaga, razón por la cual se presentan los datos

en una misma categoría. Una porción de los participantes realizó su tratamiento en un

hospital público o centro de salud gratuito (5,5%). Tal como se mencionó

anteriormente, el tipo de muestreo elegido, en el que se buscaba la participación de los

sujetos sin involucrar a sus terapeutas ni a las instituciones, hizo que resultara

dificultoso llegar a pacientes del ámbito público, con el resultante de una baja

representación de esos casos en la muestra total.

107
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

Tabla 4. Datos de los tratamientos psicoterapéuticos estudiados

Grupo total
Frecuencia Porcentaje
Duración del tratamiento
Menos de 6 meses 15 20,5%
Entre 7 meses y 1 año 16 21,9%
Entre 13 meses y 2 años 18 24,7%
Entre 25 meses y 3 años 9 12,3%
Entre 37 meses y 4 años 4 5,5%
Más de 4 años 11 15,1%
Frecuencia de las sesiones
2 veces por semana 9 12,3%
1 vez por semana 59 80,8%
Cada 15 días 2 2,7%
Otra frecuencia 3 4,1%
Lugar en el que se llevó a cabo la terapia
Hospital Público 4 5,5%
Centro de Psicoterapia 7 9,6%
Consultorio privado 62 84,9%
Tipo de prestación de servicios (financiación)
Gratuito 4 5,5%
Obra Social/Prepaga 17 23,2%
Particular 52 71,2%

Inicialmente se planteó que los participantes debían haber realizado la

psicoterapia en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA). En los siguientes

mapas se puede observar la distribución de la localización de los tratamientos en las

localidades del AMBA (Figura 1) y los barrios de la Ciudad de Buenos Aires (Figura 2).

Como se podrá observar, una gran proporción de los tratamientos se llevaron a cabo

entre Belgrano, Palermo y Recoleta, producto del tipo de muestreo realizado. Sin

embargo, se llegó a otros barrios de la Ciudad de Buenos Aires y del Conourbano, tales

como Ciudad Evita y Ramos Mejía en el partido de La Matanza; Bella Vista, en San

Miguel y Pacheco, en Tigre. Hubo tres participantes que no especificaron barrio ni

localidad, informando “Ciudad de Buenos Aires” al ser consultados.

108
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

Figura 1: Distribución de la ubicación de los tratamientos en las localidades del AMBA.

109
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

Figura 2: Distribución de la ubicación de los tratamientos en la Ciudad de Buenos Aires.

4.4. Materiales

4.4.1. Entrevista semi-estructurada

La entrevista semi-esctructurada consta de 2 partes:

4.4.1.1. Entrevista propiamente dicha. Consta de preguntas guía sobre las

temáticas de interés de la investigación. Indaga cada una de las áreas expresadas en los

objetivos específicos, además de pedir información general sobre la terapia realizada,

110
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

modo de acceso a la misma, expectativas previas al tratamiento y valoración del

tratamiento.

Para la presente investigación, durante la administración de las entrevistas se

buscaba que los participantes se expresaran libremente, formulando sus pensamientos y

sensaciones sobre la terapia realizada. Los entrevistadores no debían emitir juicios de

valor sobre lo expresado por los participantes, y se los entrenó para que profundizaran

en las respuestas superficiales o acotadas (ver instructivo de toma de entrevistas).

4.4.1.2. Datos socio-demográficos del participante y datos generales del

terapeuta. Incluye datos de filiación y los datos que pueda ofrecer sobre su terapeuta.

La manera en que fue elaborado el instrumento se detallará en el apartado de

procedimientos, dentro de este mismo capítulo.

4.4.2. Materiales adicionales.

4.4.2.1. Consentimiento informado para participantes.

En este documento se presenta la investigación a los participantes y se les aclara

la participación voluntaria. También se aclaran los alcances de la confidencialidad de

los datos, la posibilidad de retirar el material provisto para la investigación en cualquier

momento del proceso y se les presenta la posibilidad de hacer todas las preguntas que

deseen a los investigadores antes de acordar la participación (ver Apéndice 2:

Consentimiento informado). En el caso en que acuerden participar, se les pide que

firmen una copia del consentimiento y que guarden otra copia a manera de constancia.

Los consentimientos se encuentran almacenados de manera segura, en un lugar diferente

del material de cada entrevista.

111
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

4.5. Procedimientos

4.5.1. Confección del instrumento utilizado: La entrevista.

La presente tesis, por ser de carácter cualitativo, siguió una serie de pasos

consecutivos para terminar de conformar el instrumento de recolección de datos (la guía

de la entrevista) y para llevar a cabo el trabajo de campo.

4.5.1.1. Prueba piloto

Siguiendo los lineamientos que presentan los objetivos de este estudio, en primer

lugar la doctoranda realizó 3 entrevistas abiertas indagando los puntos de interés

planteados. Estas entrevistas siguieron los procedimientos que se describirán luego, pero

se utilizaron como una primera prueba piloto de la entrevista. Luego se realizó un

análisis de estas entrevistas, que fue supervisado por el director y de manera conjunta

redactaron un protocolo de entrevista semi-drigida en función de los resultados

arrojados por dicho análisis. La elaboración de un protocolo de entrevista semi-dirigida

se basa en los criterios metodológicos de la Investigación Cualitativa Consensual (en

inglés, “Consensual Qualitative Research” o “CQR”), y surge como necesidad de

obtener información específica que posibilite la comparación de entrevistas; pero

realizado de modo tal que no se pierda apertura y permeabilidad a la historia del

entrevistado. En palabras de sus desarrolladores, “El punto crucial es que se necesita

información consistente entre los casos para poder compararlos; pero se necesita

información en profundidad para comprender las idiosincrasias de cada caso en

particular” (Hill, Thompson y Nutt Williams, 1997, p. 538).

Ésta primera guía de entrevista contaba tan solo con preguntas abiertas e indagaba

las siguientes temáticas: (Ver apéndice 1 para la guía completa de preguntas)

112
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

 Aspectos relacionados con el acceso a la psicoterapia.

 Aspectos vinculados con el contrato terapéutico.

 Aspectos vinculados a la modalidad del tratamiento (y encuadre).

 Aspectos físicos del ambiente psicoterapéutico.

 Intervenciones del terapeuta y participación del paciente.

 Preguntas relacionadas con la percepción de factores de cambio.

 Condiciones de la finalización de la terapia.

Una vez realizadas las preguntas a abordar en la entrevista, la doctoranda

confeccionó un instructivo para tomar las entrevistas y entrenó a otras dos

investigadoras para realizarlas junto con ella. Ambas investigadoras son Licenciadas en

Psicología y contaban, en ese momento, con tres y cuatro años de participación en el

equipo de investigación del Dr. Roussos, respectivamente. Las investigadoras

seleccionadas también contaban con experiencia clínica y se definen como

“psicoterapeuta ecléctica” y “psicoterapeuta cognitivo-conductual” respectivamente.

La importancia de realizar el instructivo y el entrenamiento radicaba en aunar

criterios para que todas las entrevistadoras se desempeñaran de manera similar. Si bien

en el entrenamiento se abordaron cuestiones ligadas a la toma de entrevistas en general,

tal como la importancia de establecer buen rapport, la mayoría de los criterios se

referían al modo de realizar las entrevistas para esta investigación en particular. Una de

las cuestiones más importantes se refería a la necesidad de profundizar las respuestas y

pedir aclaraciones; preguntar a los participantes qué entienden por uno u otro término

utilizados; pedir ejemplificaciones. A su vez se intentó que la entrevista fluyera

naturalmente y que los temas no necesariamente se abordaran en el orden preestablecido

en la guía sino que se intercambiaran en el caso que el participante los mencionara antes

113
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

de ser interrogado al respecto. Por último no se tomaron notas durante la entrevista y las

entrevistadoras no contaban con la guía de preguntas escrita sino que la debían recordar.

Una vez finalizado el entrenamiento se procedió a la toma de entrevistas de lo

que fue la segunda prueba piloto. A modo de reaseguro de que los criterios y la

modalidad de interacción no difiriera mucho de una a otra entrevistadora, las primeras 4

entrevistas fueron realizadas de a parejas (esto es que dos investigadoras entrevistaban

al participante de manera conjunta). Las subsiguientes 13 entrevistas fueron llevadas a

cabo por las investigadoras de manera individual. La Tabla 5 presenta la distribución de

las entrevistas entre las entrevistadoras.

Tabla 5. Cantidad de entrevistas realizada por entrevistadora – Prueba Piloto

Rol Cantidad total de Entrevistas Entrevistas


entrevistas realizadas en realizadas
realizadas pareja individualmente
Doctoranda 10 3 7
Entrevistadora 2 6 3 3
Entrevistadora 3 5 2 3

Al finalizar la prueba piloto, se procedió a analizar los datos de la misma

utilizando los criterios del CQR (Hill, Knox, Thompson y Nutt Williams, y Hess, 2005;

Hill, Nutt Williams y Thompson, 1997; Hill, Thompson y Nutt Williams, 1997). En el

apartado de análisis de datos de este mismo capítulo se detallará los mismos.

Una de las metas establecidas para el análisis inicial de datos era el de poner a

prueba el instrumento. Luego del mismo, la doctoranda, junto con las entrevistadoras

involucradas en la toma de entrevistas y supervisadas por el director, redactó un nuevo

protocolo de entrevista con sendas modificaciones.

114
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

En primer lugar, se aumentó la cantidad de preguntas de la guía, forzando a

presentar más temas en todas las entrevistas subsiguientes. Junto con esta decisión

surgió la necesidad de tener presente el listado de preguntas por escrito y tomar notas

durante la entrevista, que permitiera luego una rápida carga de algunos datos sin la

necesidad de la escucha de la entrevista.

En cuanto a la guía en sí, se realizaron diferentes modificaciones de su contenido,

la mayoría de ellas con el fin de obtener información sobre todos los temas de todos los

participantes. Guiados por los objetivos de esta investigación, se buscó indagar más en

profundidad sobre los cambios percibidos, pidiendo a los participantes no sólo que los

enumeren sino que brinden información sobre en qué medida creen que cambiaron y

cuanta importancia le adjudican ellos a ese cambio.

Por último se modificaron algunas áreas de indagación que habían sido poco

fructíferas, tales como las condiciones del ambiente físico en el que se desarrollaba la

psicoterapia y se extendieron otras, por ejemplo la relación terapéutica. (En el Apéndice

3 se puede acceder a la guía de preguntas final de la entrevista).

4.5.2. Trabajo de campo

4.5.2.1. Entrenamiento de los entrevistadores

Antes de comenzar con la nueva toma de entrevistas se realizó un nuevo instructivo

que guarda las mismas premisas generales del anterior pero que incluye aspectos

específicos de la guía modificada. Entre las diferencias más importantes se decidió que

los entrevistadores contaran con el protocolo de preguntas por escrito durante la

entrevista y que fueran consignando algunos datos en él, para facilitar el acceso a los

mismos previo a la desgravación de las entrevistas.

115
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

Para el trabajo de campo final, se entrenaron 7 investigadores que colaboraron con

el trabajo de campo. Los investigadores se encontraban colaborando en el Equipo de

Investigación en Psicología Clínica dirigido por el Dr. Andrés Roussos y cuentan con

distintas trayectorias dentro del campo de investigación. Todos ellos, en el momento de

participar en esta investigación, contaban con la licenciatura en psicología y con

conocimientos avanzados de metodología de la investigación.

Durante el proceso de entrenamiento para la realización de las entrevistas, se

apuntó a que los entrevistadores generasen un fenómeno de recursividad con sus

entrevistados, ya que como señala Vasilachis de Gialdino (2006) esto lo posiciona al

investigador en una situación estratégica; que de esta manera no sólo crea el efecto de

verosimilitud de una instancia de comunicación, a través de un diálogo real sin un

formato que puede resultar coercitivo, sino que además, consigue profundizar en los

diferentes planos de la subjetividad.

A lo largo de las entrevistas se apuntó a generar lo que Bourdieu denominó una

escucha activa y metódica (Bourdieu, 1999), postura asociada a la percepción y atención

de la singularidad de los sujetos entrevistados, manifestado en la adopción de su

lenguaje y la asimilación de sus puntos de vista.

A modo de prueba del instrumento, y nuevamente para unificar criterios y

modalidades de entrevista, se realizaron 20 entrevistas de a parejas con los nuevos

entrevistadores. Catorce de esas entrevistas las realizó la doctoranda con alguno de los

entrevistadores, mientras que las ocho entrevistas restantes las realizaron los

colaboradores de a parejas, variando las mismas de manera de observar unos y otros las

modalidades de instrumentación.

116
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

Completadas esas 20 entrevistas se evaluó nuevamente el instrumento y se decidió

que cumplía con las necesidades de la investigación, que era claro para entrevistadores y

entrevistados, a la vez que indagaba todas las áreas eficientemente. También se evaluó

que los entrevistadores presentaban un nivel de conocimiento de los procedimientos y

de la modalidad de la entrevista de forma tal que podían realizarlas individualmente. De

esta manera se llevaron a cabo 60 nuevas entrevistas, completando 80 para la muestra

definitiva En la Tabla 6 se reportan la cantidad de entrevistas realizada por cada

entrevistador. Las diferencias se deben, principalmente, a la disponibilidad de horarios

de los investigadores durante el período de entrevistas. Además, en la Figura 3 se

presenta una síntesis de los pasos sucesivos desarrollados durante el trabajo de campo.

Tabla 6 Cantidad de entrevistas por entrevistador – Muestra definitiva


Rol Cantidad de entrevistas realizadas
Doctoranda: 40
Entrevistadora 2 12
Entrevistadora 3 8
Entrevistadora 4 19
Entrevistador 5 11
Entrevistadora 6 4
Entrevistador 7 4
Entrevistador 8 3
Entrevistadora 9 3

117
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

Figura 3. Resumen de los procedimientos del trabajo de campo

4.5.2.2. Procedimiento de recolección de datos

En este apartado se describirán los procedimientos realizados por cada

entrevistador desde el contacto con el potencial participante.

Como ya se aclaró en la sección de selección de la muestra, se contactó a los

participantes de esta investigación de conocidos y de redes sociales virtuales

(Facebook).

118
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

El primer contacto con los participantes se realizaba vía correo electrónico, o en

caso de no contar con una dirección, se lo llamaba telefónicamente brindándose la

misma información. El correo electrónico presentaba los datos más relevantes de la

investigación, sus objetivos, en qué consistía la participación y brevemente se

enunciaban los términos de la confidencialidad y la posibilidad de retirarse en cualquier

momento del mismo, sin perjuicio de ningún tipo. Luego pedía a los potenciales

participantes que, en caso de querer participar, respondan al mail indicando el tiempo

transcurrido desde la finalización del tratamiento y posibles días y horarios en los que

podían reunirse con el entrevistador.

En los casos en que no respondían al correo se contactaba a la persona que lo

había derivado para que chequeara si efectivamente había recibido la invitación y

prefería no participar o si el correo había derivado a la carpeta de correo basura

(comúnmente conocida como “SPAM”).

Una vez iniciado el contacto, el investigador ofrecía su teléfono y pedía al

participante que le diera el suyo, tanto para poder combinar día, horario y lugar de la

entrevista como para que pudieran contactarse en caso de requerir hacer cancelaciones o

modificaciones de último momento. En estos primeros contactos, ya sea vía telefónica,

mensajería instantánea o por correo electrónico, el investigador tenía por objetivo

constatar que el participante cumpla con los criterios de inclusión de la muestra. De esta

manera se identificaron 3 sujetos que habían finalizado el tratamiento por fuera del

plazo de 3 años previsto y 1 que había realizado la psicoterapia en otra ciudad del país.

Dichos sujetos no fueron entrevistados.

Las entrevistas fueron realizadas en diferentes ámbitos, principalmente se

buscaba que fueran espacios privados, sin interrupciones. Dado que los participantes

119
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

habían sido derivados por algún conocido, se brindaba la posibilidad de que ellos

mismos eligieran el lugar de encuentro. Los entrevistadores ofrecían sus consultorios

pero también se prestaban a acceder al domicilio o lugar de trabajo del participante.

En la entrevista propiamente dicha había un momento de presentación inicial en

el que se ofrecía el consentimiento informado (ver apéndice), se pedía a los

participantes que lo leyeran y se les daba lugar a realizar preguntas. En algunos casos se

reiteraban verbalmente las condiciones de confidencialidad de la investigación y la

posibilidad de no contestar alguna pregunta de no desearlo y de retirarse en cualquier

momento. A todos los participantes se les dejó una copia del consentimiento informado,

firmado por los investigadores. Luego se procedía a encender el grabador y comenzar

con la entrevista de la manera prevista por el instructivo confeccionado. Al finalizar la

misma se preguntaba a los participantes cómo se habían sentido durante la misma y en

todos los casos se obtuvieron respuestas favorables.

Antes de retirarse el investigador proponía al participante informar sobre la

investigación a sus conocidos, para así continuar con el proceso convocatoria de casos

mediante la estrategia de bola de nieve.

4.5.3. Análisis de datos

Para el análisis de los datos de la presente tesis, se utilizaron principalmente

técnicas cualitativas, dada la naturaleza de los datos y la intencionalidad de la

investigación. Tal como señala Vasilachis de Gialdino (2006), en los estudios

cualitativos, a diferencia de los cuantitativos, el análisis de los datos no es una etapa

prefijada, que se lleva adelante luego de la construcción de la información, y analizada a

120
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

través de técnicas estandarizadas, sino que se construye la modalidad de análisis durante

el proceso mismo de recolección y comprensión del material. De antemano no se podría

estimar el monto de información a registrarse, cuál sería el modelamiento de los eventos

a registrarse ni sobre qué aspectos del discurso habría de focalizarse el registro.

El punto de partida del análisis fue la metodología de análisis por consenso

(CQR) propuesta por Hill, Thompson y Nutt Williams (1997). Esta metodología

cualitativa, que surgió específicamente dentro de la investigación en psicoterapia,

propone que los datos deriven directamente del material que presentan los participantes

durante la entrevista y establece una serie de pasos sucesivos durante los cuales se debe

arribar a un consenso entre por lo menos 3 investigadores, respecto de cómo categorizar

el material presente en las entrevistas (Juan, Gómez Penedo, Etchebarne, y Roussos,

2011).

Los autores que idearon el método proponen utilizar entre 8 y 12 materiales para

Figura 4. Resumen de las fases de análisis de datos.

121
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

cada investigación (Hill, Thompson y Nutt Williams, 1997). Esos números se deben a la

minuciosidad del método y al consumo de tiempo que conlleva realizarlo. Por este

motivo, para la presente tesis se ideó un proceso de análisis del material en tres fases

claramente diferenciadas. Una primera fase de análisis cualitativo consensual de 8

entrevistas, con 4 investigadoras trabajando simultáneamente con el material. Luego una

segunda fase en la que se aplicaron los criterios acordados en la primer fase para la

identificación de categorías en 6 nuevas entrevistas a modo de chequeo de estabilidad.

Y a continuación una tercera fase, en la que se identificaron las categorías que

integraron el listado categorial final, en todas las entrevistas (incluyendo las analizadas

en las fases anteriores). En la Figura 4 se presenta una síntesis de los procedimientos

para el análisis de datos.

Para facilitar la tarea de análisis, el 70% de las entrevistas fueron transcriptas.

Con el fin de preservar la confidencialidad de los sujetos participantes, los documentos

finales fueron despojados de nombres propios y otras características que permitieran

identificar a los participantes. El 30,1% restante del material, fue analizado en la última

etapa a partir de los audios. A continuación se detallarán los procedimientos de cada una

de las fases antes mencionadas.

4.5.3.1. Primera fase: Análisis cualitativo CQR

Siguiendo los lineamientos de la metodología de análisis consensual (Hill,

Thompson y Nutt Williams, 1997), se analizaron 8 entrevistas elegidas por azar entre el

total de entrevistas realizadas. El grupo primario de análisis constó de 2 investigadoras

formadas (una de ellas la doctoranda, que a su vez se desempeñaba como coordinadora

del grupo); y 2 alumnas avanzadas de la carrera de psicología que fueron entrenadas

122
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

especialmente para llevar a cabo este proceso de análisis. El director de la tesis ofició de

supervisor general de los procedimientos.

Las dominios que se elaboraron desde el análisis de los datos se emplearon para

esclarecer rasgos de las personas estudiados y para que facilitasen la comprensión de

sus discursos. Este enfoque focalizó el análisis tanto sobre el habla individual como

sobre el contexto de los discursos.

Confección del listado de dominios. Para llevar a cabo el análisis consensual, en

primer lugar se identificaron las áreas temáticas abordadas, llamadas dominios en la

metodología CQR, en los diferentes materiales (entrevistas). Para hacerlo cada

integrante del grupo primario trabajaba individualmente con un material (entrevista)

otorgando a cada párrafo del texto un área temática o “DOMINIO” según la

terminología del CQR (Hill, Thompson y Nutt Williams, 1997). Luego se reunían y

conversaban sobre acuerdos y desacuerdos en cada párrafo para construir una versión

consensuada de los dominios identificados en ese material. Las primeras 3 entrevistas

sirvieron, a su vez, para definir el listado inicial de dominios y subdominios (estos son

áreas temáticas de menor alcance que el dominio que las comprende) a utilizar. A partir

de ahí, cada vez que se encontraba un dominio (o subdominio) diferente en una nueva

entrevista se revisaban los materiales anteriores para actualizar el listado de dominios en

caso de que dicho dominio estuviera ausente en el listado previo. Luego de realizado el

análisis de 8 entrevistas, quedó definido el listado de dominios a utilizar, tal como se

puede ver en la Tabla 7 (Para una caracterización más pormenorizada ver Apéndice 5,

que incluye las descripciones de cada área temática).

Vicisitudes durante la confección del listado de dominios. Durante esta primera fase de

análisis de datos, las analistas comenzaron generando un listado amplio de dominios, a

123
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

partir del cual no se encontraban grandes diferencias entre los analistas pero sí se

observaban superposiciones en muchas oportunidades. De esta manera, sucedía que el

mismo fragmento del material era seleccionado para el dominio “motivo de consulta” y

“objetivos del tratamiento”, ya que en el relato se amalgamaban ambas cuestiones.

Los autores que desarrollaron la metodología CQR sugieren que los casos en que

diferentes fragmentos se seleccionan para más de un dominio sean escasos (Hill,

Thompson, y Williams, 1997). Por otro lado proponen que el listado de dominios sea

limitado, dado que todos los materiales de análisis deberían contar con fragmentos para

incluir en cada uno de los dominios (Hill et al., 1997). Con estas premisas en mente, se

buscó reducir la cantidad de dominios confeccionados inicialmente, agrupándolos y

generando dominios más abarcativos. De esta manera se obtuvo un resultado final de 10

dominios, que incluyen 31 áreas temáticas. (Ver Tabla 7 para un resumen y Apéndice 5

para la descripción detallada de cada área temática).

La etapa de segmentación de las 8 entrevistas en dominios tuvo una duración de

1mes y medio, en el cual se realizaron 6 encuentros del grupo primario. Cada encuentro

tomaba entre 2 y 3 horas y las analistas trabajaban de aproximadamente 3 horas

individualmente entre un encuentro y otro. En suma se calcula una cantidad aproximada

de 87 horas de trabajo para esta etapa.

Tabla 7: Listado de dominios y áreas temáticas a las que se refieren.

ID DOMINIO Areas temáticas incluidas


1 Valoración de la Aspectos facilitadores de cambio
terapia Satisfacción con la terapia
Lo mejor y lo peor del tratamiento
2 Antes del Terapias realizadas previamente
tratamiento Ideas previas de lo que es la psicoterapia
Expectativas sobre el tratamiento

124
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

Preferencias del paciente


Acceso a la terapia
3 Comienzo de la Setting
terapia Motivos de consulta
Objetivos
4 Cambio Cambios percibidos
Peso de la terapia en los cambios percibidos
Cambios negativos como resultado del tratamiento
Sujetos que notaron los cambios
Aspectos que no cambiaron y hubiera sido deseable que
cambiaran
5 Evento significativo Anécdotas sobre el tratamiento
6 Relación Caracterización del terapeuta
terapéutica Vínculo con el terapeuta
Acuerdo en metas y tareas
7 Intervenciones Actos expresiones o conductas del terapeuta
Temas abordados
Auto revelación del terapeuta
Participación del paciente (ya sea si es en respuesta de una
intervención o espontánea)
8 Terminación Quién tomó la decisión de dar por finalizado el tratamiento
Condiciones de terminación
Motivos para la terminación
Actitud percibida del terapeuta en relación a la terminación.
9 Post tratamiento Aspectos que cambiaron o se mantuvieron luego de la
finalización y que el paciente lo vincula con el tratamiento.
Actitud hacia una nueva terapia
10 Terapias paralelas Otros tratamientos psicoterapéuticos, psiquiátricos, o de otro
tipo que se hubieran realizado simultáneamente al
tratamiento de referencia.

Identificación de ideas nucleares. El segundo paso de esta primera fase consistió en

identificar y editar “ideas nucleares” para cada fragmento de cada dominio, de acuerdo a

los procedimientos proscriptos para el CQR (Hill, Thompson y Nutt Williams, 1997).

La tarea consiste en tomar cada párrafo seleccionado dentro de un dominio e

identificar/extraer las ideas que cada participante ofreció sobre ese tema, simplificando

la redacción pero sin modificar el vocabulario utilizado ni realizar interpretaciones por

parte de los investigadores (procedimiento equivalente a la “codificación in-vivo” en la

Teoría Fundamentada de Corbin y Strauss, 2014).

125
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

Siguiendo las indicaciones del método, cada integrante del grupo primario

realizaba el trabajo individualmente y luego se consensuaba el listado de ideas nucleares

para cada dominio. A diferencia del paso 1, en este caso se analizaba de a un dominio

por vez, incluyendo el material que todos los participantes ofrecieron sobre el mismo.

Esta forma de extraer las ideas nucleares difiere sutilmente de las prescripciones del

CQR original (Hill, Thompson y Nutt Williams, 1997), según las cuales, se debe extraer

todas las ideas nucleares de cada dominio en la totalidad de una entrevista antes de

proseguir a editar las ideas nucleares de una nueva entrevista. En la presente

investigación se optó por seguir esta otra modalidad de trabajo principalmente porque

facilita una mayor inmersión y visión global de los contenidos presentes en cada

dominio a lo largo de la muestra analizada. De esta forma, provee mayor contexto para

facilitar el paso subsiguiente del CQR que implica un mayor grado de abstracción y

exige trascender lo meramente descriptivo.

Es importante destacar que si bien la segmentación del material incluyó 10

dominios, para esta segunda fase se tomaron aquellos dominios que se encontraban

relacionados con los objetivos específicos de la investigación, que en todo momento son

la guía de trabajo de la doctoranda (Ver Figura 5). Por el mismo motivo, del dominio

“Comienzo de la terapia” se tomaron sólo los fragmentos del área temática “Motivo de

Consulta”, y del dominio “Intervenciones” se extrajo el área temática “Auto

revelación” transformándolas así en dominio para las etapas subsiguientes.

Figura 5. Dominios seleccionados para la generación de ideas nucleares y creación de categorías.

Valoración
Motivo de Relación
General de la Cambio
consulta terapéutica
terapia

Autorevelación Intervenciones Terminación

126
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

Vicisitudes de la identificación de ideas nucleares. Durante este procedimiento las

analistas tomaban cada fragmento de los integrados en los dominios y redactaban una

oración editando las palabras de cada participante en un formato claro, conciso y

comparable entre casos. A su vez se pretendía eliminar repeticiones y cavilaciones– a

modo de un proceso de destilación – hasta obtener el núcleo de lo que se ha dicho (Juan

et al., 2011).

El proceso resultó arduo y complejo ya que en algunas oportunidades las

analistas creaban ideas nucleares extensas para no perder información; mientras que en

otros casos se sobre simplificaban los dichos del participante para obtener material más

sencillo de clasificar en categorías posteriormente. Uno de los trabajos realizados en los

encuentros consistió en debatir hasta arribar a un punto medio entre ambos extremos;

esto es lograr frases suficientemente simples pero que respetaran la esencia de lo

expresado por los participantes. De lo antedicho se desprende que la dificultad mayor se

encontraba en consensuar el modo de redacción de las ideas, más que en el contenido de

las mismas.

En un período de 2 meses se realizaron 17 encuentros de grupo primario, de

entre 2 y 3 horas de duración cada uno. En los primeros encuentros participaron todas

las integrantes del grupo, pero luego los encuentros se realizaban con 2 o 3 integrantes,

variando la composición de los mismos cada vez, si bien la doctoranda participó de casi

todos ellos. Semanalmente se realizaron entre 3 y 4 encuentros para completar la etapa

de ideas nucleares, a su vez cada integrante realizó un trabajo de aproximadamente 1

hora individualmente antes de cada encuentro. La sumatoria de las horas individuales de

cada integrante (aproximadamente 15 horas por analista) y las horas de encuentro de

127
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

consenso (46 horas) presenta un número de 106 horas de trabajo. -Aclaración: la

cantidad de horas de trabajo individual se considera aproximada porque no se les pedía

a las analistas que cronometraran el trabajo, sino que se les preguntaba al comienzo de

cada encuentro cuanto creían que habían trabajado y se tomaba nota de ello. Se tomó un

número promedio a modo estrictamente de referencia.-

Generación de categorías. Una vez que se contó con el listado de todas las ideas

nucleares de cada dominio (las cuales se encontraban identificadas con el número de

entrevista de procedencia), se pasó al tercer paso de esta fase organizando el material en

categorías. El procedimiento requiere leer las ideas nucleares de todos los participantes

en un dominio dado y construir categorías que permitan integrar contenidos similares,

compartidos entre varios participantes. En este sentido, esta fase implica la generación

de categorías inter-subjetivas a partir de la interpretación de similitudes entre los dichos

de los participantes. Al igual que en los pasos anteriores cada investigadora realizó la

tarea individualmente y luego se consensuó el trabajo final. El listado final de categorías

se presenta en el Apéndice 6, con ejemplificaciones de las ideas nucleares que podían

incluirse en ellas.

Vicisitudes de la generación de categorías. La tercer etapa fue la más gratificante, en

términos de que los datos obtenidos permiten comenzar a vislumbrar resultados del

análisis, pero a su vez fue la más compleja. El grupo de análisis se encontró con largas

listas de ideas nucleares (423 en el caso del dominio Relación Terapéutica) y su tarea

consistía en identificar puntos en común entre las distintas entrevistas, para condensar

en una categoría unificadora las ideas similares. En este caso se evidenció los diferentes

grados de dificultad que presentaban los distintos dominios, por la variedad de ideas

nucleares incorporados en cada uno de ellos. El dominio “Intervenciones

Psicoterapéuticas” se presentó como el más complejo, ya que requirió una intensa

128
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

discusión sobre dos caminos posibles a tomar: ya fuera redactar las categorías con un

vocabulario acorde al expresado por el paciente; o bien redactarlas de modo técnico, con

vocabulario específico de intervenciones terapéuticas. La opción de redacción con el

vocabulario de los entrevistados presentaba el resquemor de que al simplificar las frases

se perdiera el verdadero sentido de las mismas; mientras que la opción de utilizar el

lenguaje técnico hacía peligrar la fidelidad de los dichos de los pacientes, al procesarlos

a través de la interpretación del experto. Finalmente se decidió recurrir al lenguaje

técnico sólo en casos en que las descripciones coloquiales no permitían la identificación

de la acción realizada por el terapeuta. A la vez se decidió unir algunas intervenciones

de uso específico en categorías amplias con el objetivo de no forzar segmentos en una u

otra cuando no quedan claras en la voz del paciente.

4.5.3.2. Segunda Fase: Chequeo de estabilidad

Terminado el análisis de las primeras ocho entrevistas se analizaron seis

entrevistas más con el fin de hacer lo que los investigadores que desarrollaron el método

llaman un “chequeo de estabilidad” (Hill, Thompson y Nutt Williams, 1997), principio

similar a la noción de “saturación teórica” en los distintos modelos de Teoría

Fundamentada (Charmaz, 2005; Glaser y Strauss, 1967; Hill, Thompson y Nutt

Williams, 1997; Strauss y Corbin, 1990). Esto implica observar si nuevos materiales

pueden ser clasificados bajo las mismas categorías o si ofrecen nueva información que

implique la modificación significativa del listado de categorías. Si bien actualmente, el

chequeo de estabilidad es considerado como un paso opcional del CQR (Hill et al.,

2005), se optó por llevarlo adelante para registrar el grado de estabilidad de la

categorización generada. Generalmente el chequeo de estabilidad se realiza con una

proporción pequeña de materiales, sin embargo, dado que el listado luego sería utilizado

129
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

para analizar todas las entrevistas restantes (59), se consideró importante poner a prueba

el listado de categorías en un 10% del material por clasificar.

En términos técnicos, el chequeo implicó que cada investigador tome un nuevo

material, y lo analice segmentando los dominios, identificando ideas nucleares y

vinculando dichas ideas nucleares con alguna de las categorías generadas en la primera

fase. Durante este procedimiento se trabajó individualmente con distintos materiales que

eran analizados simultáneamente por tres investigadores.

Como resultado, las seis nuevas entrevistas pudieron ser clasificadas con los

listados consensuados. Luego de que todos los materiales fueron analizados

individualmente, el grupo de análisis se reunió y decidió realizar algunos cambios en el

listado categorial. Partiendo del listado inicial se incluyeron 14 nuevas categorías; se

modificaron 9 categorías, de modo de redactarlas de manera más clara o de hacerlas

más abarcativas; y se eliminaron 8 categorías, ya sea porque se encontraban incluidas en

otras o porque no se desprendían de los objetivos de la tesis y complicaban el análisis.

El listado final de categorías que se encuentra en el Apéndice 6 señala aquellas

categorías que fueron incluidas en la etapa de chequeo de estabilidad con la leyenda

“nueva”; y aquellas que fueron modificadas con la leyenda “modificada”.

Otra de las finalidades del análisis de estos seis materiales consistió en poner a

prueba el acuerdo entre los jueces en la clasificación del material. Para esta etapa se

sumaron tres nuevos integrantes al grupo de análisis, todos ellos estudiantes avanzados

de la carrera de Psicología y entrenados en identificación de categorías. Inicialmente se

pensó que todos ellos (7 integrantes) participarían de la tercera fase de análisis, en la

que dispondrían de una cierta cantidad de entrevistas, en las cuales identificarían

categorías individualmente, con eventuales chequeos de acuerdo aleatorios durante el

130
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

proceso. Sin embargo, los niveles de acuerdo que arrojaron los análisis del coeficiente

Kappa de Cohen (1960), indicaron que tres de las analistas (dos de las que se integraron

en esta etapa y una de las que ya integraba el grupo de análisis primario durante el

desarrollo del CQR) presentaron valores de acuerdo inferiores al punto de corte (k = ,5).

Por este motivo se decidió seguir el análisis con las analistas que presentaron mayor

concordancia a la hora de analizar las entrevistas. Igualmente, antes de continuar se

repitió el proceso de acuerdo con un nuevo material, para utilizar el instrumento que

incorpora las modificaciones realizadas por el grupo de análisis. Nuevamente los

puntajes de acuerdo fueron entre moderados y fuertes (k > ,5; Landis y Koch, 1977), y

se prosiguió con la última fase de análisis.

4.5.3.3. Tercera Fase: Análisis cualitativo de adjudicación de

categorías

La metodología delineada para el CQR se utilizó en la primera fase de la

presente investigación para maximizar la generación de categorías y captación de

sutilezas a través de la mirada grupal de los datos, que enriquece el análisis de los

investigadores desafiándolos a integrar múltiples perspectivas (Hill, Nutt Williams y

Thompson, 1997; Hill, Thompson y Nutt Williams, 1997).

En esta tercera fase se buscó estimar la “representatividad muestral” (Hill, Nutt

Williams y Thompson, 1997, p. 550) de las categorías construidas con el CQR en una

muestra más amplia y variada, siguiendo una estrategia metodológica mixta: Se utilizó

el listado de categorías desarrolladas en las primeras fases de análisis como punto de

partida para el análisis individual (sin discusión grupal ni búsqueda de consenso) de

todas las entrevistas. Asimismo, cada investigadora debió intentar identificar las

categorías presentes del listado preformulado con el CQR, extrayendo categorías

adicionales que pudieran surgir del nuevo material, y registrándolas en un documento


131
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

aparte. Por último, se chequeó el nivel de acuerdo entre los jueces que categorizaron las

entrevistas, calculando nuevamente los coeficientes Kappa de Cohen, luego de haber

analizado 10 materiales cada una. Al finalizar el análisis todos los acuerdos entre los

evaluadores (Ver Tabla 8) oscilaron entre niveles de acuerdo moderados y fuertes

(Landis y Koch, 1977).

Tabla 8. Coeficientes de acuerdo inter-jueces entre los evaluadores


Parejas de evaluadores Coeficiente Kappa de Cohen
Doctoranda y Analista 2 ,584*
Doctoranda y Analista 3 ,630**
Doctoranda y Analista 4 ,625**
Analista 2 y Analista 3 ,609**
Analista 2 y Analista 4 ,659**
Analista 3 y Analista 4 ,777**
Nota. *Acuerdo moderado; **Acuerdo fuerte (Landis y Koch, 1977).

Esta tercera fase de análisis, al establecer la variabilidad del grado de acuerdo

interjueces, se distancia levente de un dispositivo de investigación cualitativa en sentido

estricto. En este sentido, el dispositivo de investigación de la tercera fase de análisis es

mejor caracterizado como un abordaje exploratorio mixto, orientado tanto al mayor

refinamiento de la categorización generada en la primera fase, así como a la estimación

precisa de su representatividad muestral, dando cuenta de la uniformidad del labor de

los jueces independientes. La distribución del análisis de las entrevistas en los

investigadores del equipo de análisis se presenta en la Tabla 9.

132
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

Tabla 9. Distribución del análisis de las entrevistas por miembros del equipo de análisis.

Miembro del equipo de análisis Cantidad de entrevistas


analizadas
Doctoranda 27
Analista 2 (investigadora formada) 24
Analista 3 (estudiante de psicología, investigadora 10
en formación)
Analista 4 (estudiante de psicología, investigadora 12
en formación)

Una vez desarrolladas todas las categorías, las mismas fueron agrupadas en base sus

comunalidades, creando categorías con un mayor grado de abstracción. El objetivo de

crear estas categorías generales fue simplificar los procesos de interpretación de los

datos y comprensión de los resultados del estudio.

4.6. Aspectos éticos

La investigación propuesta implicó la participación voluntaria de los sujetos en

la muestra. Se les informó sobre las intenciones de la investigación y sobre la

posibilidad de retirarse (junto con sus datos) en cualquier momento en que lo desearan.

No se consideró ninguna posibilidad de daño para los participantes en relación con las

características de la entrevista, por lo cual el riesgo esperable fue nulo y, por ende, dado

el carácter y el tipo de información que se solicitó a los participantes, la investigación

no requirió de una evaluación previa por un comité de ética institucional.

Para garantizar la protección de los participantes durante el encuentro con el

investigador y antes de comenzar con la entrevista se les entregó un documento con toda

la información pertinente y se les propuso que lo firmen en caso de estar de acuerdo con

la investigación (consentimiento informado). En ese documento figuraba el carácter

133
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

voluntario de la participación y la posibilidad de retirarse del mismo. Estos documento

fueron almacenados por la doctoranda, otorgando una copia al participante para que

pueda consultarla luego de terminada la entrevista si así lo deseara. También se

ofrecieron los datos de contacto del director de la tesis, en caso de que algún

participante hubiese querido retirar sus datos, prefiriendo no comentárselo al

entrevistador cara a cara.

Otro de los aspectos éticos que se tuvo en cuenta en esta investigación fue la

garantía de la confidencialidad de los datos de los participantes. Las entrevistas audio-

grabadas permanecen en lugares de almacenamiento seguros y a ellas tuvieron acceso

sólo la doctoranda, el director de tesis y los investigadores que realizaron el análisis de

los datos. En la grabación de la entrevista no se nombró a los participantes, de manera

que sus datos personales se mantuvieran al margen de los datos para analizar. Cada

participante fue asignado a un número y sólo la doctoranda y el director tienen acceso al

nombre del participante a quien corresponde cada número. Aquellas entrevistas, o

fragmentos de entrevistas que fueron desgrabadas fueron a su vez editadas para eliminar

todos los datos personales que permitieran identificar al participante (por ejemplo si

nombraba una universidad, lugar de trabajo, a un familiar, etc.).

134
Capítulo 5
RESULTADOS DEL ANÁLISIS DE DATOS

Introducción: estructura y objetivos del capítulo

En este capítulo se presentan el análisis de datos y los resultados de la presente

investigación. El proceso de análisis de datos se organizó siguiendo la lógica de los

objetivos específicos de la tesis. El modelo conceptual en el que se sintetiza la

organización de las nociones fundamentales trabajadas se puede observar en la Figura 6.

Allí se pueden ver los dominios, subdominios y las categorías generales creadas.

El eje central del análisis cualitativo radicó en la generación de dominios,

constituidos mediante lo que se denomina metodología consensual basada en el modelo

CQR (Hill et al., 1997), y relacionados con los objetivos específicos propuestos (ver

capítulo 4). Cada dominio contiene subdominios, que son áreas temáticas más

específicas, y éstos, a su vez, contienen categorías, que fueron agrupadas en categorías

generales cuando presentaban contenidos similares. De esta manera, se conformó un

orden jerárquico, tal como lo ilustra la Figura 7.

Figura 7. Estructura jerárquica del análisis cualitativo realizado (basado en Hill


et al., 1997)

135
Figura 6: Modelo conceptual de dominios, subdominios y categorías generales.
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA
JULIETA OLIVERA

136
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

Los diferentes apartados del capítulo organizan el análisis de datos de acuerdo a

cada uno de los objetivos específicos de la tesis. Para hacerlo, se abordarán los dominios

en profundidad, comenzando por: a) el desarrollo descriptivo de los respectivos

subdominios , b) el análisis cualitativo de las categorías relacionadas con cada objetivo

específico y c) los resultados principales del análisis cualitativo cruzado entre algunas

de las categorías del dominio abordado. Dentro de cada apartado, se encontrarán

cuadros de síntesis de los dominios involucrados, en los que se observan las categorías

pertenecientes a cada categoría general y su presencia en la muestra.

Es importante destacar que si bien durante el análisis se realizaron gran cantidad

de cruces y comparaciones, sería inviable desarrollarlos en su totalidad al exceder éstos

los límites del presente estudio. Por tales motivos, el análisis de los datos se focalizó en

aquellos cruces que mejor se adecuaron a los objetivos de la investigación, desde una

perspectiva cualitativa. Se consideró, a su vez, que dichos análisis cualitativos eran los

que potencialmente podían tener mayor relevancia para el campo analizado (ver

capítulo 6).

A modo de ilustración, y como tradicionalmente se hace en las investigaciones

cualitativas, se presentarán a lo largo de todo el capítulo viñetas textuales de los

participantes. En ellas, se respetó el vocabulario y las expresiones tal como fueron

formuladas por el participante, así como el género en el que éste se refería a su

terapeuta, o su pareja, por ejemplo. Para preservar la confidencialidad, sólo se indicará

el número de entrevista del que proviene la cita, brindando únicamente datos socio-

demográficos en los casos que sean necesarios para la comprensión de la viñeta.

El vocabulario con el que se redactaron las categorías también se encuentra lo

más cercano posible al utilizado por los participantes. Por ejemplo, se podrán observar

137
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

expresiones como “el terapeuta dejó las puertas abiertas a una nueva consulta”, o “la

relación terapéutica era coloquial”. La decisión de redactarlas de esta manera se debió al

intento de reducir sesgos de interpretación por parte de la investigadora y el grupo de

análisis cualitativo.

Resulta necesario aclarar que los listados de categorías que se encuentran

resumidos al comienzo de cada capítulo incluye categorías seleccionadas por su alta

frecuencia de repetición o por la relevancia atribuida al sentido de las mismas. El total

de categorías encontradas se expone en los Apéndices 6 y 7. El Apéndice 6 presenta el

listado con las categorías más frecuentes dentro de la muestra junto con ejemplos de

cada una de ellas. El Apéndice 7, en cambio, presenta las categorías llamadas “atípicas”,

o de escasa frecuencia en la muestra. En el marco del diseño cualitativo del presente

estudio, el motivo de organizar y presentar estas categorías fue el valor que ellas

representaban. Se consideró que dichas categorías “atípicas” no debían ser descartadas

del análisis, porque, en su sentido se encontraba el valor de lo novedoso o inesperado y,

que en algunos casos, brindaban un punto de vista alternativo a las perspectivas

mayoritarias observadas en la muestra de participantes.

Algunos subdominios presentan categorías que no se incluyeron en ninguna

categoría general. Estas categorías no fueron descartadas, sino que se analizaron de

manera independiente, por considerarse que si se forzaba su agrupamiento, las

categorías generales podrían verse afectadas al perder especificidad.

En cada figura y en cada tabla, se decidió presentar las frecuencias numéricas de

las categorías porque las nomenclaturas propuestas por Hill y colaboradores (1997)

(General, Típicas, Variantes y Raras), no permiten comprender la representación real de

cada una de ellas, dado la cantidad de participantes incluidos en la muestra (n=73).

138
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

Aunque la versión modificada para grandes muestras del CQR considera las categorías

mayores e igual al 90% como Generales, las que se encuentran entre el 50% y el 90% de

los casos como Típicas, las que se encuentran entre el 20% y el 50% como Variantes y

las menores al 10% como Raras; ese tipo de nomenclaturas se han utilizado para grupos

de hasta 20 participantes (Werbart, 2014). Dado que, tal como se ha mencionado, la

presente investigación utiliza un tamaño muestral mayor que aquellas empleadas en las

investigaciones clásicas con el CQR, los valores de diferenciación utilizados no resultan

adecuados. Por lo tanto, se consideró como eje ordenador tanto la frecuencia de

repetición, como el análisis de sentido de los datos, punto que se discute en detalle en el

capítulo siguiente (ver Capítulo 6 sobre discusión y conclusiones).

Teniendo en cuenta la cantidad de sujetos que componen la muestra del presente

estudio, se consideró que utilizar estos parámetros para las tablas y figuras implicaba

brindar una perspectiva engañosa de los verdaderos resultados encontrados. En lo que

hace a la descripción y análisis de esa información, se realizó teniendo la interpretación

cualitativa de los datos como eje ordenador, punto que se discute en detalle en el

capítulo siguiente (ver Capítulo 6 sobre discusión y conclusiones).

Dentro de este marco, cabe señalar que el hecho de que una categoría no haya

aparecido en una entrevista no implicó, necesariamente, que el participante no pudiera

estar de acuerdo con la idea. Puede haber ocurrido, por ejemplo, que no haya surgido

espontáneamente durante la entrevista, sin que esto haya implicado un posicionamiento

del participante respecto del tema analizado. Este se asocia con el hecho de que la

entrevista tuvo carácter semi-estructurado, por lo cual algunos temas fueron indagados

por preguntas, mientras que otras cuestiones fueron propuestas sólo por algunos

participantes en su relato.

139
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

En general se intentó encontrar ejes contrapuestos dentro de los subdominios,

tales como “valoración positiva” o “valoración negativa” de las intervenciones. Sin

embargo, dado el carácter cualitativo de la investigación, no fue posible hacerlo en

todos los casos, y se generaron categorías generales que permitieran resumir los

resultados dentro de lo obtenido inicialmente.

Resultados sobre el cambio en psicoterapia desde la perspectiva del paciente

A los fines de facilitar la comprensión del análisis de cada objetivo específico,

esta primera sección describirá en detalle los resultados vinculados con el cambio

percibido por los pacientes entrevistados respecto de su psicoterapia. Dado que la

percepción del cambio está involucrada en cada objetivo específico, se considera que el

análisis de este primer eje temático brinda un contexto adecuado para la posterior

comprensión de los resultados.

Dominio “Cambio”: percepción global y atribución del cambio a la psicoterapia

Percepción global de cambio

En primer lugar hay que destacar que la mayoría de los tratamientos reportados

fueron exitosos desde el punto de vista de los pacientes entrevistados. Sólo 3

participantes se encontraron disconformes con la totalidad del tratamiento, mientras que,

en general, la mayoría expresaron estar satisfechos con los procesos y con los resultados

obtenidos.

140
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

Dentro del protocolo de entrevista utilizado (ver Apéndice 3), se realizaron dos

preguntas referidas de manera puntual a la percepción del cambio por parte del paciente.

Por un lado, la pregunta “¿notó algún cambio como resultado de su psicoterapia?”,

realizada al comienzo de la entrevista; y por otro lado la pregunta “¿considera que la

psicoterapia fue positiva?”, realizada hacia el final de la misma.

Como primera descripción de conjunto, es importante señalar que la respuesta a

ambas preguntas fue generalmente afirmativa, indicando una predominancia de

tratamientos en los que se presentaron cambios. Aun en los pocos casos donde los

participantes encontraron a su psicoterapia como no exitosa, sintieron que en algo

cambiaron como resultado de haberla transitado.

Atribución del cambio a la psicoterapia

Con la idea de comprender hasta qué punto los participantes identificaron a la

psicoterapia como el motor del cambio, se les preguntó cuántos de los cambios

percibidos habrían alcanzado si no hubieran realizado el tratamiento. Típicamente, los

participantes señalaron que la mayoría de los cambios fueron el resultado del

tratamiento, y que no se podrían haber logrado sin la misma, como lo muestra el

siguiente ejemplo:

[Sin la psicoterapia] No creo que se hubieran dado [los cambios], porque de

hecho no se estaban dando. No sé si se hubieran dado pero creo que no, porque aparte

es algo que surgió ahí, quizás se daban otros cambios pero no esos. (E 11)

Aquellos que mencionaron cambios que se podrían haber dado aun sin la

psicoterapia, hicieron referencia a las diferentes condiciones en las que dichos cambios

141
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

se podrían haber producido. Por ejemplo, varios participantes señalaron que sin terapia

hubieran necesitado más tiempo, más sufrimiento o más esfuerzo para lograr los

cambios obtenidos:

“Yo creo que los cambios los hubiera logrado todos, pero me hubiera llevado

mucho tiempo. Porque de hecho ya venía pensando en los problemas y los hubiera

logrado, creo yo. Pero me fue acompañando en el proceso y todo se fue haciendo de

forma más amena. Ella me decía ”esta semana hablá con tu jefe”, así, yo lo hacía, iba

y hablábamos de eso. Paso a paso fuimos encarando el cambio de trabajo, me sirvió

mucho toda su ayuda. (E 60)

Este tipo de ejemplos muestra que los pacientes no sólo estuvieron interesados

en cambiar gracias a su tratamiento, sino que valoraron el modo o el proceso

involucrado en ese cambio. En el capítulo de discusión y conclusiones se volverá sobre

las implicancias de este tipo de hallazgos.

Logros y facilitadores del cambio

A partir de la categorización cualitativa, el dominio “Cambio” fue divido en dos

subdominios: “logros” y “facilitadores”, cada uno con sus respectivas categorías

generales. La Figura 8 ilustra la estructura del dominio “Cambio”, con sus respectivos

subdominios y categorías generales, y la frecuencia de aparición de cada una de ellas.

La Figura 8 es la primera de una serie que se encontrará con la misma estructura

a lo largo del capítulo. Las frecuencias que se observan en cada categoría general

responden a la cantidad de participantes que hicieron mención de alguna de las

categorías incluidas en ellas. De esta manera, si un participante mencionó tres categorías

142
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

de un mismo grupo se contabilizó con un 1, en tanto lo que se buscó fue identificar la

presencia del fenómeno en cada entrevista.

Teniendo en cuenta la Figura 8, a continuación se describirán los resultados

obtenidos siguiendo la estructura del dominio “Cambio”. Este análisis tuvo como eje la

indagación cualitativa de a qué llamaban los participantes “cambios” y “resultados

positivos”, cuáles eran los cambios que identificaban y con qué aspectos del tratamiento

los vinculaban.

Logros vinculados con el cambio percibido

Figura 8: Síntesis dominio CAMBIO con sus frecuencias en la muestra.

143
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

El análisis de los cambios percibidos mostró que los participantes registraron

una gran variedad de cambios como resultado de su psicoterapia, y éstos se analizaron

bajo el subdominio “logros”. Varias categorías fueron creadas, y éstas se organizaron en

5 categorías generales. La Figura 8 presenta las categorías generales con su frecuencia

en la muestra, así como también las categorías que se encuentran incluidas en cada una

de aquellas y su frecuencia.

La categoría con mayor representación dentro de la muestra fue la de “cambios

internos”. Se definió como cambios relacionados con un mayor autoconocimiento,

aceptación de características propias o la posibilidad de ver las cosas de otra manera.

Luego, los participantes manifestaron haber cambiado en sus relaciones interpersonales.

Ya sea con sus parejas, familiares o vínculos en general los participantes observaron que

la terapia los ayudó a vincularse mejor.

Otros cambios percibidos fueron los comportamentales y los de desarrollo

personal, presentando frecuencias similares unos y otros. Dentro de los cambios

comportamentales, los pacientes principalmente mencionaron haber modificado sus

actitudes o conductas. En el siguiente ejemplo se puede observar un participante que en

dos oraciones presentó los tres tipos de cambio mencionados hasta el momento:

”En primer lugar, con la terapia yo empecé a ver toda mi vida, mis acciones

inconscientes, las consecuencias de mis acciones para poder empezar a modificar mis

conductas hacia los demás. Pude ver por ejemplo que yo fui un padre totalmente

ausente con mis hijos, total ausencia de afectividad. ” (E36)

En cuanto a los cambios en relación con el desarrollo personal, se incluyeron

casos en los que los pacientes se encontrasen en un momento crítico de sus vidas,

144
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

teniendo que tomar decisiones o transitar situaciones difíciles, y la terapia los hubiera

ayudado a sobrellevar dichas circunstancias. La categoría general reunió una amplia

variedad de situaciones. Un ejemplo típico fue el de los estudiantes que lograron

avanzar en sus carreras, o pacientes adultos que atravesaron encrucijadas laborales, que

implicaban desde la posibilidad de enfrentar un cambio de trabajo, hasta el mejor

desempeño de su rol. Por último esta categoría general incluyó duelos y situaciones

vitales conflictivas como la de transitar un divorcio o una separación.

La última categoría general del subdominio ”logros”, nombrada en menor

cantidad de casos, fue la de cambios en síntomas. Es importante destacar que si bien

muchos de los logros descriptos pueden observarse como el resultado de la resolución

de un síntoma, en la percepción de los pacientes entrevistados, al momento de hablar de

cambios, no aparecieron tantas referencias a la resolución del síntoma en sí mismo, sino

a lo que permitió esa resolución dentro de su contexto de vida. Como será discutido más

adelante (ver capítulo 6) este tipo de resultados aporta una perspectiva valiosa a un tema

central en psicoterapia como es la reducción o cambio sintomático de los pacientes.

En el siguiente ejemplo se puede observar a una paciente que resolvió un

problema de ansiedad, lo que le permitió volver a trabajar. Sin embargo, al tener que

enunciar el cambio, se destaca la vuelta al trabajo pero no la disminución del síntoma.

”Cuando comencé la terapia tenía un cuadro grave de ansiedad, pero ya estaba

avanzado y un día no pude salir de mi casa. Y ahí la llamé y tuve asistencia telefónica

con la terapeuta. Yo confiaba plenamente en el tratamiento. Hubo un breve período en

que el tratamiento fue en mi domicilio porque yo no podía ir. Y ella vino, eso fue muy

importante para mí, porque no se me cruzó por la cabeza que fuera por teléfono o

skype, yo necesitaba la persona ahí presente. Quería que estuviera ahí

145
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

acompañándome. Y me gustó que viniera.Yo al mes de mi problema estaba volviendo a

trabajar y eso no lo logré sola”. (E75)

Para un análisis más detallado de este mismo fenómeno, en la Figura 9 se puede

observar la representación de cada categoría general del subdominio “logros”.

Figura 9: Logros percibidos (categorías generales)

Síntomáticos 20

Comportamentales 39

Desarrollo Personal 41

Relaciones Interpersonales 46

Internos 59

Siguiendo la Figura 9, puede observarse que los participantes de la investigación

reportaron mayor cantidad de cambios internos y en las relaciones interpersonales. Otro

de los hallazgos realizados fue que la inmensa mayoría de los participantes percibieron

más de un cambio y en diferentes áreas, dando a entender que los tratamientos

realizados permitieron que se lograran variedad de cambios. En la siguiente figura se

observa la cantidad de áreas de logros percibidos como resultado de su psicoterapia (ver

Figura 10).

146
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

Figura 10: Cantidad de categorías generales percibidas

5 áreas 2

4 áreas 16

3 áreas 28

2 áreas 17

1 área 7

0 áreas 3

Otro resultado, vinculado con el anterior, radicó en que, más allá de los

diferentes cambios que enumeraron los participantes, la gran mayoría resaltó el vínculo

entre unos y otros, comprendiéndolos de modo interrelacionado y no aislado, como se

puede apreciar en el siguiente ejemplo:

“Yo en ese momento daba clases en secundario, otras particulares, tenía banda

de música profesional, otra por amor al arte y en un bar. Me sentía mal con todo, y en

la terapia me enfoqué en mi pareja y todo se limpió. Me di cuenta que no eran las

actividades las que no me gustaban sino que no me gustaba la actitud que tenía mi

pareja para con esas actividades mías.” (E1)

En la misma línea, muchos participantes verbalizaron que los cambios en un área

luego se extendieron a otras áreas:

“Lo que cambió en primer lugar fue mi estado de ánimo, y el estado de ánimo

me hace ver que las cosas de otra manera, problemas, vicisitudes las ves de otra

manera. Hubo muchos cambios como consecuencia, pero no sé si tienen que ver

necesariamente con la terapia, son cambios indirectos tal vez. (E 11).

147
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

Facilitadores del cambio en psicoterapia

El otro subdominio identificado fue el referido a los facilitadores del cambio, en

tanto los participantes que indicaron haber cambiado hicieron diferentes atribuciones

sobre los aspectos de la terapia que habían facilitado dicho cambio. Dentro de la gran

variedad de respuestas, se generaron dos categorías generales. En primer lugar, y con

mayor representación en la muestra, se observaron participantes que consideraron al

cambio en relación con el trabajo realizado por el terapeuta, su forma de ser o su estilo:

“Me hizo bien saber que estaba contenida, que todo lo que me iba pasando lo

juntaba a lo largo de la semana, todos los hechos y toda la angustia, y que podía ser

volcada en ese espacio con una persona que me daba plena seguridad en que lo único

que quería era lo mejor para mí. Una persona competente, buena persona, con una

mirada profesional, entonces me daba la seguridad de estar bien acompañada.” (E 26)

Dentro de este grupo, hubo participantes que identificaron específicamente a las

intervenciones del terapeuta como aquello que posibilitó el cambio. Sin embargo, en

muchos casos las intervenciones se adjudicaron de manera directa a la persona del

terapeuta, y no tanto a las intervenciones como los aspectos técnico-profesionales del

clínico. En otras palabras, en el discurso de gran parte de los participantes no se observó

que considerasen que las intervenciones tuvieran lugar por el hecho de estar en

presencia de un terapeuta con una formación específica, sino más bien por determinadas

características personales de su clínico tratante. Para clarificar este tipo de resultados, en

el siguiente ejemplo se puede observar esta ambivalencia en la que el participante

sostuvo que lo que le hizo cambiar fue lo que decía su terapeuta, pero, al mismo tiempo,

lo adjudicó a su inteligencia y forma de expresarse:

“E: Concretamente, ¿qué de la terapia te ayudó a lograr esos cambios?

148
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

P: Básicamente, a diferencia de otra experiencia anterior, la última terapeuta

era de hablar mucho, a veces nos peleábamos porque yo quería hablar y ella no me

dejaba; su palabra tenía un peso muy importante, la creo una persona muy inteligente,

muy crítica, muy ácida… esa era una herramienta que yo respetaba cuando

hablaba.(…) Fue muy importante el apuntalamiento de ella constante, de repetición, de

seguir siempre con las mismas historias… esa fue una cosa muy importante de la

terapia el poder salir de esa situación de engaño y poder sobrellevarla.” (entrevista)

La otra categoría general de este dominio describió la experiencia de quienes

manifestaron ser ellos mismos (y su trabajo dentro del tratamiento) lo que facilitó el

cambio. Estos pacientes se identificaron como parte activa del proceso y vincularon su

propio accionar con los resultados positivos, sosteniendo al espacio terapéutico como un

facilitador en sí mismo:

“El poder hablar, el poder escucharse en el espacio del consultorio. [La

terapeuta] no hizo ninguna intervención reveladora, pero yo tenía un espacio para mí,

pude hablar, el poder de la palabra.” (E49)

En este otro caso, por ejemplo, el paciente sostuvo que había una continuidad

entre sesión y sesión, rescatando el trabajo que él hacía en ese tiempo, a partir de lo

conversado con su terapeuta:

“Yo creo que, a ver… la terapia no la haces en esos 45 minutos/50 minutos que

estás con el tipo ahí, la terapia la hacés entre sesión y sesión. Lo que charlemos, un par

de conceptos, es lo que hay de tiempo entre sesión y sesión. Fui construyendo y

entendiendo y tratando de proyectar lo que el tipo me decía, y eso me hizo por ahí más

comprender a los demás. En ese sentido me ayudó a comprenderlos y a ser mejor

persona; antes era más egoísta. Palabra que nunca usaba porque no me consideraba

149
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

así, pero quizás sí lo era. También me ayudó a decirle sí a determinadas cuestiones y

no a otras, definitivamente hay cosas que son blancas o negras…” (E14)

Entre los aspectos que surgieron con menor frecuencia, se resalta la ayuda de la

medicación en algunos de los pacientes que realizaron terapia combinada. En el

siguiente ejemplo se observa cómo ese hecho fue un descubrimiento sorpresivo para la

paciente:

“Y la verdad que muy en contra de lo que yo pensaba; lo que realmente me hizo

bien fue la medicación, en esta oportunidad, por sobre la terapia. La ayuda química me

facilito decisiones que esta terapeuta en particular acompaño en un principio y después

no.” (E 3)

Otras categorías vinculadas con cambio: cambios negativos

Si bien la Figura 8 ilustra los tópicos más presentes dentro de la muestra para el

dominio “Cambio”, también se observaron otras temáticas que ameritan su descripción.

En particular, resulta relevante la descripción de la perspectiva de participantes respecto

a cambios negativos.

Dentro de este contexto, al preguntarles a los participantes sobre la percepción

de cambios negativos como resultado de su psicoterapia, típicamente respondieron que

no consideraban que hubiera habido un cambio negativo. Sin embargo, en algunos casos

sí puntualizaron ejemplos tales como sentir dependencia del terapeuta, o analizar

“demasiado” sus problemas, tal cual muestra los siguientes ejemplos:

“En el momento que estaba haciendo terapia por ahí sentía un poco la

dependencia de ir y hablar con ella (psicoterapeuta). Llegó el momento en que estaba

150
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

un poco dependiente, tomaba las decisiones posteriores a la terapia, que en algunos

casos está bueno pero en algún punto eso me hacía ruido.” (E17)

”A veces me pasaba que trataba de dar vueltas a las cosas y las analizaba

mucho. Llegué un punto que pensar tanto las cosas no me hacía tanto bien.” (E67)

Como se analizará en el capítulo siguiente, este tipo de resultados más aislados

pueden aportar valiosas perspectivas sobre el fenómeno de estudio.

Resultados vinculados con el objetivo específico #1: la percepción sobre el cambio

en psicoterapia y su relación con el motivo de consulta

El primer dominio involucrado en el análisis de los objetivos específicos alude al

motivo de consulta explicitado por los participantes entrevistados, y los potenciales

Figura 11: Síntesis dominio MOTIVO DE CONSULTA con sus frecuencias en la muestra

151
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

vínculos entre dichos motivos y el cambio percibido en su psicoterapia. De esta forma,

el análisis de cada objetivo específico incluye, como se adelantó en la introducción, el

cruce cualitativo de las categorías de ambos dominios (en este caso “cambio” y “motivo

de consulta”).

Razones y resolución del motivo de consulta

El primer subdominio del dominio “motivo de consulta” se refirió a las razones

esgrimidas por los participantes para realizar psicoterapia. Luego, se indagó sobre la

resolución de esas razones, y sus respuestas se categorizaron dentro del segundo

subdominio “resolución”. En la Figura 11 se resumen las categorías y se presenta la

estructura general del dominio “motivo de consulta”.

Las razones para acudir a terapia se agruparon en tres categorías generales:

aquellas relacionadas con trastornos mentales, las vinculadas con crisis vitales y las

asociadas con dificultades interpersonales.

Respecto de las consultas motivadas por trastornos mentales, los participantes

típicamente manifestaron estar angustiados o sentir ansiedad; y con menor frecuencia

mencionaron la palabra “depresión” o “cuestiones de personalidad”. Es importante

comprender que el dispositivo de investigación empleado no permitió conocer el

diagnóstico psicopatológico de los pacientes al momento de comenzar el tratamiento

(ver metodología). Dado el carácter cualitativo de la tesis, no se cuestionó, por ejemplo,

si efectivamente los pacientes cumplían los criterios diagnósticos de un trastorno

depresivo, sino que se tomaron las palabras del participante tal como las había

formulado. Esto concuerda con lo expresado anteriormente sobre otras temáticas y

152
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

también se verá reflejado en otros apartados del análisis. Esta explicación remite a dar

cuenta de por qué la categoría general fue caratulada “problemáticas asociadas a

trastornos mentales”.

En segundo lugar, pero con aún mayor representación en la muestra, se observó

la razón “dificultades en las relaciones interpersonales”. Esta categoría presentó un

importante número de casos en los que los pacientes acudieron a tratamiento por

problemas de pareja, seguidos por problemas familiares o de relaciones con los “otros”

en general. A continuación se ofrece un ejemplo de una terapia que inició como terapia

de pareja pero rápidamente viró a ser terapia individual:

[Terapia] Hice 3 veces, en situaciones muy puntuales. La última fue hace 2 años,

que hice terapia de pareja, intenté hacer terapia de pareja. Estábamos en una crisis y

yo me quería separar… me acuerdo que entré y lo primero que dije fue “me quiero

separar”. Nosotros tenemos una imposibilidad de diálogo, no podemos conversar,

cuando empezamos a hablar, peleamos. Fui con mi marido, fuimos 3 veces, y él

consideró que él no necesitaba… que la hiciera yo sola. Así que dejó de ser terapia de

pareja para pasar a ser terapia individual. (E69)

La mayoría de los participantes verbalizaron tener más de un motivo, ya fuera

que éstos estuvieran relacionados o no. Los siguientes ejemplos ilustran diferentes

respuestas que los pacientes dieron ante la pregunta: ¿Cuáles eran los motivos por los

que consultó?

”Fui por ansiedad, especialmente en el ámbito laboral, y la necesidad de un

orden para poder desempeñarme con tranquilidad y poder estar bien internamente.

Una necesidad de organización de agenda, porque estaba muy cargada, muy

153
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

sobrepasada y eso redundaba en la ansiedad; entonces para lo que me sirvió la terapia

fue para empezar a manejar el orden y la organización, y después la ansiedad.”(E18)

“El año pasado fue complicado, estaba casada y me separe entre medio muchos

conflictos muy traumáticos, por ejemplo a mi marido se le ocurrió encasillarse (sic) en

que yo lo estaba engañando con mi ex jefe y empezó a tirar denuncias, por lo que me

quede sin trabajo.(…) Me fui de mi casa, me separé, hacía varios días que no podía

dormir y empecé a tomar cada vez más pastillas. Yo interpretaba que estaba en cuadro

de depresión y que no podía manejarlo sola y llegue a tomar 8mg de Clonazepam en un

día con lo cual me estrellé con el auto, porque encima manejaba. Y así mismo estuve 10

días tirada en la cama llorando y sin poder dormir. En ese estado la llamé por primera

vez a la terapeuta, que después de una sesión telefónica me dio cita para el día

siguiente.” (B66)

Respecto del subdominio “Resolución”, se construyó a los fines de describir el

grado en que los pacientes percibían que su motivo de consulta se había resuelto. Los

resultados muestran que los pacientes sintieron que se abordó el tema y se resolvió en la

mayoría de los casos. Sin embargo, dentro de las categorías se realizó una distinción

entre aquellos que sintieron que se resolvió totalmente y los que comprendían que la

resolución había sido parcial. En la Figura 12 se pueden observar las frecuencias de

cada categoría; luego se presentan ejemplos de la categoría general “se resolvió el

motivo de consulta”.

154
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

Figura 12: Grado de resolución del motivo de consulta

Se resolvió completamente 35

se resolvió parcialmente 18

no se resolvió 9

”Yo noté cambios, más que nada en relación a lo que yo iba, al motivo de

consulta vinculado a un tipo de personalidad ansiosa y mi tema era evitar algunas

situaciones y la terapia me ayudó a enfrentarlas. Porque si yo fui por un motivo y ese

motivo fue superado, resuelto está buenísimo.”(E2)

”Tenía un problema de autoestima. Empecé a tomar pastillas para adelgazar, y

el entorno se preocupaba por mí y yo sufría por el entorno y por mí. No comía nada,

bajé 18 kilos.(...) La terapia me ayudó porque abrí más los ojos sobre mi problema. Me

volví más conciente, y me propuse el cambio. Pero esa terapia llegó hasta ahí, se

interrumpió y lo seguí trabajando con mi terapeuta actual.” (E23)

En cuanto a aquellos que no sintieron cambios en relación al motivo de consulta,

hubo algunos que más allá de ese tema puntual consideraron que la terapia fue exitosa.

En otros casos, para los que el tema de consulta tenía un valor central, el hecho de no

poder resolverlo “empañaba” cualquier otro trabajo que se estuviera realizando en el

tratamiento:

155
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

”En realidad cuando yo me decidí a empezar la terapia con ella fue por que

tenía problemas en el pelo, se me cae el pelo, tengo alopecia, llevo muchos años con

este problema y siempre me dijeron que era nervioso. En esta terapia pude ver un

montón de cambios, me gustó, pero el problema en el pelo lo seguí teniendo. (B42)-

paciente mujer-.

“Si, Algunas cosas las veía de otra manera. Pero ver grandes cambios no. Justo

el tema que estuvo durante ese año no se resolvió. (…) Se resolvió el problema por el

cual fuiste? No. (…) Hice un año de terapia y me sentía siempre en el mismo lugar.

Siempre el mismo tema. No encontraba como resolver las cosas. (…) Pero cada vez que

iba se habrían más y más cosas y seguía sumando en vez de solucionar.”

Dentro de las entrevistas, hubo participantes que, luego de enumerar los cambios

percibidos, los entrevistadores notaron que no se habían referido a los motivos de

consulta. Muchos de ellos luego sostuvieron que el foco de la terapia rápidamente

cambió una vez que ésta comenzó. Este es uno de los testimonios:

“Te ayudó también con el tema por el cual consultaste? P: Sí, me ayudó. Pero

mirando para atrás, no fue tan conflictivo. Fueron como 2 o 3 sesiones, que yo estaba

muy angustiada y después salió el tema de hablar de otras cosas, rápidamente ordené

las cosas como iban y no fue tan conflictivo.” (E12)

Relación entre tipo de cambio percibido y el motivo de consulta

Una vez descriptas las categorías más significativas del dominio “motivo de

consulta”, y a los fines de analizar el objetivo específico #1, a continuación se describirá

el análisis cruzado de las categorías vinculadas con tipo de cambio percibido, del

156
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

dominio “Cambio”, con las mencionadas categorías del dominio “Motivo de consulta”.

Este análisis de la información ofrece, al mismo tiempo, una visión de conjunto del

objetivo específico, sintetizando sus focos fundamentales.

La estrategia básica consistió en analizar los tipos de cambio percibido (por

ejemplo, cambios internos, cambios en el desarrollo personal y cambios en los

síntomas), y su vínculo con los tipos de motivo de consulta (categorizados como

problemáticas asociadas a trastornos mentales, crisis vitales y conflictos

interpersonales).

Dentro de este contexto, los cambios internos fueron los más mencionados por

todos los participantes. En el caso de los pacientes que consultaron por problemáticas

relacionadas a trastornos mentales, reportaron principalmenteeste tipo de cambios

internos (por ejemplo, mejorar su autoconocimiento, o cambiar en relación con su

autoestima), como resultado del tratamiento. A diferencia de lo anterior, en los motivos

de consulta asociados a crisis vitales y a conflictos interpersonales, los cambios en el

desarrollo personal tuvieron mayor peso.

De manera esperable, en los pacientes que consultaron por cuestiones asociadas

a trastornos mentales, las modificaciones en los síntomas aparecieron más en sus

descripciones de cambio, que en aquellos que consultaron por crisis vitales o

problemáticas interpersonales. Sin embargo, en las consultas por problemas

interpersonales, los participantes percibieron un gran protagonismo de cambios

comportamentales dentro de su percepción global del cambio, fenómeno que no se

observó con esa intensidad en aquellos pacientes que motivaron su consulta por

trastornos mentales o crisis vitales. Cabe señalar que uno hubiera esperado lo contrario,

157
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

dado el peso que tienen sobre la conducta los trastornos mentales y las problemáticas

asociadas a los mismos.

Un fenómeno similar al anterior se observó respecto de las modificaciones

interpersonales, percibidas por los participantes como parte de su proceso global de

cambio. Si bien dichas modificaciones se observaron en los discursos de pacientes con

los tres motivos de consulta, tuvieron un mayor peso en las entrevistas de aquellos que

habían consultado por crisis vitales y problemáticas interpersonales. Una vez más aquí,

hubiera resultado esperable que los pacientes identificaran los conflictos interpersonales

como un área protagónica de su proceso de cambio, si su consulta estuvo marcada por

cuestiones asociadas a trastornos mentales, dado el impacto relacional que muchos

desórdenes presentan para la esfera relacional. Como se adelantó previamente, esta

descripción de los datos será tomada como punto de partida para la discusión y las

conclusiones del escrito.

Resultados vinculados con el objetivo específico #2: la percepción y valoración

sobre la relación terapéutica, y su vínculo con el cambio en psicoterapia.

Siguiendo la misma lógica utilizada para el análisis del objetivo específico #1,

en el presente apartado se desarrollarán los resultados encontrados sobre la manera en

que los pacientes describen a su relación terapéutica y otros aspectos vinculados a ella,

incluidos en el dominio “Relación Terapéutica”, y sus vínculos con el cambio percibido

(dominio “Cambio”).

El dominio “Relación Terapéutica” incluyó categorías referidas a la descripción

que hacían los participantes del terapeuta y los aspectos que valoraban de él o ella.

158
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

También se incluye en este apartado lo referente al uso de la auto-revelación del

terapeuta. Si bien en la literatura es considerada un tipo de intervención, los pacientes de

este estudio hablaron sobre fenómenos de auto-relevación en términos de su rol como

facilitadora u obstaculizadora de la relación terapéutica.

Al igual que con el análisis del objetivo específico anterior, primero se

describirán las categorías del dominio, para, por último, hacer referencia al vínculo

encontrado entre “Relación Terapéutica” y ”Cambio”.

Características del vínculo y su valoración por parte del paciente

El dominio “Relación Terapéutica” fue uno de los dos dominios con mayor

cantidad de categorías encontradas, la mayoría de las cuales pudieron ser agrupadas en

categorías generales y subdominios. La estructura del dominio se ilustra en las Figura

13, 14 y 15.

El primer subdominio generado “Características del vínculo terapéutico” reúne

las categorías que apuntaban a describir los aspectos del vínculo resaltados por los

participantes. Éstos se agruparon en “favorables”, “desfavorables” o “mixtos”, en

función del cariz que los participantes le daban al mismo. Con esto se pretende aclarar

que podría ser que un participante considerase algo ubicado en la categoría “favorable”

como desfavorable, o viceversa (ese tipo de disyuntivas se discutirán en el capítulo 6).

Típicamente, los pacientes describieron favorablemente al vínculo con su

terapeuta, haciendo mención de alguna de las categorías incluidas en la categoría

general. Algunos de ellos habían realizado terapia anteriormente con el terapeuta y se

tomó como un aspecto favorable por el hecho de que hayan vuelto a contactarlos, como

muestra el siguiente ejemplo:

159
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

“Yo creo que solamente porque sabía que la conocía y que ella me conocía y

pensaba que era más rico quizás, que ir a una nueva persona y decirle me pasa esto.

Como que siendo los problemas tan puntuales, me parecía que tener una historia de

fondo que ya las dos conocíamos era más enriquecedor que ir a una persona y tener

que explicarle todo lo anterior”. (E8)

La mayoría de los pacientes entrevistados habló de una relación “coloquial” e

“informal” con su terapeuta, muchas veces relacionando esta denominación con el

sentimiento de confianza y comodidad. Muchos, también, mencionaron la existencia de

una relación de cariño con su terapeuta, o un afianzamiento de la misma durante el

Figura 13: Síntesis dominio RELACIÓN TERAPÉUTICA con sus frecuencias en la muestra (parte 1)

160
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

tiempo que duró la terapia. Aquí se puede observar un participante que fusiona ambas

categorías, haciendo hincapié en que ese afianzamiento dio lugar al cariño:

”La relación era de cariño, pero creo que eso llevó tiempo, no sé cuánto, pero sí

me parece que apareció primero el respeto profesional. Eso sí lo recuerdo, el decir “no

porque me dijo la psicóloga”, de citarla y así. Y ya después, con el tiempo, ya el último

año, los tres años, era de verla y abrazarla, de cariño” (E17)

Una menor proporción de participantes hicieron mención a relaciones

terapéuticas con aspectos desfavorables. Entre ellos, se destacaron aquellos que sentían

que hubo cuestiones del vínculo que no manifestaron ante su terapeuta y aquellos que

mencionaron que sus terapeutas les habían dado poca retroalimentación “feedback”.

Por otro lado, una porción menor de participantes describió directamente

relaciones negativas con sus terapeutas. Lo interesante para destacar de estos casos es

que generalmente atribuyeron al terapeuta la responsabilidad por ese vínculo, como se

puede ver en el siguiente caso:

“Yo no me sentí muy atendida, no salía con nada, vacía. Él atendía llamados de

los pacientes, iba y venía, y comía, a mí no me convenció esa actitud. (…) La actitud

que sentía de parte de él era de desinterés. No es que yo esperaba milagros, pero

tampoco esperaba una cosa tan fría, sentí algo diferente, que él me hablaba de cosas

diferentes, él no me estaba diciendo la verdad, no me hablaba claro, como si yo me iba

a asustar. (…) Me trataba bien pero como una rutina, yo no sentía que estaba conmigo

y en mi problemática, sensación de que pasa el tiempo, viene otro paciente y hacemos

lo mismo.” (E21)

161
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

Un tercer grupo de características fue catalogado bajo el nombre de “mixtas”,

porque en esos casos diferentes participantes se refirieron a esos elementos como

aspectos favorables o desfavorables. Por ejemplo, muchos de los pacientes manifestaron

que sus terapeutas también habían atendido a alguna persona del entorno cercano de

ellos (madres, hermanos, amigos). Este hecho fue valorado tanto positiva como

negativamente, según el caso:

“Me dijo [el marido]: ‘¿por qué no hacés terapia? Te va a hacer bien, te la

recomiendo a ella que es lo mejor que te puede pasar en la vida’, con todo su amor me

convidó de su terapeuta. Después se nos vino en contra, no? (...) Yo creo que muchos de

los motivos dolorosos y fuertes de mi separación, que fue hace un año, tienen que ver

con eso”. (E31)

“De hecho mi hermano había hecho terapia con ella así que hasta conocía cosas

de mi familia.(…) lo sentía hasta como más familiar, como que sentía que tenía que

explicar menos. A mí me pasa un montón eso, como que intento explicar mucho una

situación para que la otra persona la entienda y con ella sentía que casi ni tenía esa

necesidad porque estaba entendiendo todo desde el principio, entonces, realmente

siempre me pareció bueno eso”. (E8).

Al referirse a su relación terapéutica, un grupo de pacientes la catalogó como

“formal”, y este aspecto resultó favorable en algunos casos, en términos de la distancia

óptima entre paciente y terapeuta, y desfavorable en otros casos, por generar un espacio

de menor comodidad.

”La relación era buena, un trato un poco formal para mi gusto. Sabía que la

relación con un psicólogo no es de amistad. Había una cierta distancia, me hubiera

gustado haberme sentido más cómodo. Me sentía cómodo pero hasta cierto punto. A

162
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

veces algunas cosas se las decía pero con un poco de vergüenza, no me sentía cómodo

diciéndolas; generalmente se las decía igual. (...). Después de dos años pensé que

sentiría un vínculo más estrecho, más informal o por el estilo, pero no pasó. Que la

relación se iba a volver más cómoda y eso no sucedió. Siempre la noté muy formal.”

(E67)

Los participantes también especificaron algunas características propias del

vínculo terapéutico que lo diferenciaba a otros vínculos. Ya sea por la direccionalidad

de la comunicación o por la tarea que convoca a esa relación, los pacientes reconocieron

la cualidad específica del vínculo terapéutico y lo valoraron:

“Súper cordial. Por supuesto siempre manteniendo la distancia. Es decir, yo sé

que no voy a hablar con una amiga, una amiga la puedo conseguir afuera. Yo sé que el

trabajo de ella es el trabajo de un profesional que me va a ayudar a ver lo que a mí me

está costando ver.” (E33)

En respuesta a la pregunta: ¿Cómo se sentía con su terapeuta?, los participantes

mostraron, principalmente haberse sentido cómodos, en confianza y escuchados por su

terapeuta. De la misma manera, reportaron la sensación de acompañamiento como algo

positivo y favorecedor del cambio:

“La calidez del espacio que permitía decir cualquier cosa y nada, esa sensación

de garantía que ella me generaba. Garantizarme que podía decir cualquier cosa y nada

iba a estar mal, sin juzgar, sin preconceptos.” (E28)

“Con mi terapeuta siempre sentí una relación muy cercana en la cual yo, si bien

hoy no estoy yendo a terapia, sé que si necesito algo puedo recurrir, siempre me sentí

163
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

muy contenida durante toda la terapia. Creo que una de las cosas que si valoro mucho

es la contención.” (E13)

Entre los sentimientos negativos, que sólo se presentaron esporádicamente en

algunas entrevistas, hubo participantes que manifestaron haberse sentido criticados o

rechazados por su terapeuta en algún momento del tratamiento:

“Por ejemplo, yo estoy casada, un día le dije “mi marido es muy tranquilo, sabe

sobrellevar las cosas y tomarlas con serenidad” y ella me dice “bueno, parece que

aprendiste poco de él”. No sé en qué sesión fue pero me pareció como.... yo todo lo

contrario, yo sentía que desde que lo conocí había aprendido mucho de él y había

cambiado muchas cosas de mi personalidad y que estaba bueno eso. Entonces me

chocó, es medio agraviante, no sé si fue en tono de desafío (probablemente lo fue) pero

es como que no me gustó”(E18)

“Y en las últimas veces ella me dijo cosas espantosas, me decía por ejemplo “no

quiero que vos digas que sos mi paciente, porque no sos un buen referente”. (…) P: Sí.

Muchas veces, sentí que no me elegía, que no me quería… Siempre me pregunto qué le

habré generado que no… no me gusta no agradar, no me gusta, me hago la

pregunta.”(E31)

Al referirse a la relación terapéutica, los pacientes también describieron a sus

terapeutas, y en sus descripciones incluyeron tanto aspectos de la personalidad del

terapeuta como referidos a su actitud dentro de la terapia. Entre las características

destacadas

Caracterización del terapeuta

164
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

La Figura 14 ilustra los otros dos subdominios elaborados respecto de la relación

terapéutica, vinculados, en este caso, con las características percibidas del terapeuta por

parte del paciente y su respectiva valoración.

Figura 14: Síntesis dominio RELACIÓN TERAPÉUTICA con sus frecuencias en la


muestra (parte 2)

Al referirse a la relación terapéutica, los pacientes también describieron a sus

terapeutas, y en sus descripciones incluyeron tanto aspectos de la personalidad del

terapeuta como referidos a su actitud dentro de la terapia. Mayoritariamente, los

terapeutas fueron encontrados como cálidos, atentos, simpáticos o estructurados.

“Ella era bastante cariñosa, afectiva, más allá de que no hablábamos de su vida

personal.”(B9)

165
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

“Ella es buenísima. Y es una persona que se… como que se emociona un

montón con las cosas que te pasan… como que lo siente. Y creo que para el paciente

está bueno eso que un poquito se involucre.” (B6)

Otra de las características que fue mencionada sobre los terapeutas era la

distancia que ponía con el paciente. Para algunos participantes era algo propio del

vínculo terapéutico y que permitía que el trabajo se diferenciara, por ejemplo, de una

conversación con un amigo. Otros, en cambio, lo observaban como un obstáculo.

”En general era muy estructurado. el único gesto que tenía así era que se

tentaba cuando yo decía algo gracioso entonces se tentaba y me chocaba decir “ah

bueno, tiene sentimientos”; ahí era que aflojaba, pero era lo único. Nunca llegó a

llorar cuando yo le cuento, como otros terapeutas, me veía a mi llorando y nada (...)

Me miraba, me decía quiere carilinas? Ese era su gesto de acercamiento. (...). Tal vez

si hubiese sido un poco más flexible y se hubiese acomodado más al paciente, por ahí

hubiese aguantado un poco más. En todo, hasta en la manera de pagar, pero el planteo

desde el lugar del paciente que no todos son igual, ni tienen el mismo trabajo, ni el

mismo problema, me parecía eso demasiado estricto, distante.”(E47)

“Yo buscaba otra relación con el terapeuta. Por ejemplo, que me ofrezca un té.

Notaba cierta frialdad y distancia.” (E22)

En cuanto a la actitud profesional del terapeuta, generalmente, fue descripta en

función a dos polos contrapuestos: o bien lo veían activo y participativo; o lo percibían

silencioso o pasivo. Estas actitudes diferenciadas de los terapeutas sólo fueron

mencionadas cuando generaban una reacción por parte de los pacientes, ya sea porque

acordaban con esa modalidad o porque no se sentían a gusto con ella.

166
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

“Él se sentaba ahí y yo acá, y hablaba. Y había momentos de silencio; si yo no

hablaba él se quedaba callado. Y eso por ahí mí me hubiera gustado que me dijera

algo, que me llevara a algún lado, que me tirara una herramienta, no ese silencio que

me molestaba...” (E7)

“La terapeuta nunca soltaba nada (…). Llegó un momento en que en ese

silencio y en ese poco feedback nos llegamos a conocer bastante.” (B52)

“Es una persona que habla bastante, es activa en sus intervenciones” (E13)

Luego se observó que, más allá de las descripciones, los participantes

específicamente valoraban ciertas características de sus terapeutas. Entre ellas,

nuevamente, hubo aspectos relacionados con la personalidad del terapeuta y con su

modo de llevar el tratamiento. Como se puede observar en la Figura 15, dentro de los

aspectos personales se valoraron la forma de ser, la capacidad intelectual y la

flexibilidad del terapeuta.

“Yo valoro la actitud (de la terapeuta) porque había días en los que no quería

hablar y no es que me sentía invadida. Como que nunca fue muy de insistirme para que

largue un tema urgente, porque a la larga lo iba a largar. Eso, como la paciencia que

me tuvo; más que hubo un momento que no iba nunca, me olvidaba de ir, y nunca se

enojó, o sea que también mucha paciencia me tuvo.”(E16)

Entre los aspectos profesionales valorados algunos pacientes mencionaron la

formación profesional del terapeuta y la objetividad del terapeuta. De la misma manera

se reiteraron la manera de encarar el tratamiento y el compromiso del terapeuta con su

tratamiento. Los pacientes sienten que los terapeutas comprometidos y a los que les

167
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

importa el paciente de manera genuina, por ejemplo, permiten que se afiance la relación

terapéutica.

“En una oportunidad yo estaba internada, muy mal, y ella se apareció, y el

hecho de que esté ahí, estuvo con mi familia, habló con el médico… el estar muy

pendiente desde la sinceridad, del corazón, se le notaba que estaba preocupada y

ayudando a mí y a mi familia. Así que estuvo bueno” (E13)

Desacuerdos entre paciente y terapeuta

La presencia de desacuerdos entre paciente y terapeuta fue otro de los aspectos

al que se refirieron los participantes, al hablar de la relación terapéutica (ver Figura 15).

Figura 15: Síntesis dominio RELACIÓN TERAPÉUTICA con sus frecuencias en la


muestra (parte 3)

Como puede observarse en la Figura 15, muchos participantes mencionaron no

recordar desacuerdos con su terapeuta, aunque muchos otros sí lo hicieron, con

168
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

desenlaces bien diferenciados. Un grupo de los pacientes sintió que no podía expresar

sus desacuerdos con el terapeuta, ya sea por inhibición personal o porque no encontraba

el espacio para hacerlo. Otro grupo de pacientes, en cambio, manifestó haber

confrontado a sus terapeutas con esas diferencias. En estos casos, los participantes

refirieron que, o bien entraron en discusiones que no llegaron a ninguna conclusión, o

bien el paciente terminaba dándole la razón al terapeuta. Se observó que,

frecuentemente, estos pacientes aceptaban el punto de vista del terapeuta, pero lo hacían

por la insistencia de éste y para que se concluyera la discusión:

“Si había un desacuerdo ella siempre ganaba. Mi arma en los desacuerdos era

aceptarlos, decir “bueno, sí”. Ella por ahí se daba cuenta que yo ponía cara de “bueno

, si “ y me decía “no estás de acuerdo” y yo decía “si, más o menos, quería finalizar la

discusión (…). Creo que me hubiera gustado que me dé más lugar a mi perspectiva o a

mi opinión. Ella nunca me dijo “bueno sí tenés razón”. Siempre era su idea, yo

intentaba discutir una vez, veía que me seguía diciendo que no y yo decía bueno listo.

“Sí, tenés razón”, le decía, pero me sentía muy incómoda discutiendo por eso, me

sentía … no me sentía cómoda con eso.(E8)

Otros participantes presentaron una forma diferente de resolución de los

desacuerdos, en los que conversaban con su terapeuta sobre los mismos hasta que

llegasen a una conclusión conjunta. En el ejemplo que se ve a continuación, la

participante aclaró no sólo la forma en que se desenvolvían esos desacuerdos, sino cómo

se sintió ayudada al ver que la terapeuta explícitamente esperaba que ella como paciente

le expresara esos desacuerdos:

Los desacuerdos con mi terapeuta eran más que nada cómicos, era como tener

una discusión entre amigas, una cosa así jocosamente. Y eran más que nada en

169
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

maneras de ver ciertas cosas o ciertas personas. O por ahí maneras de abordar ciertas

situaciones (…).Se resolvían charlándolo ahí, en el momento, en el instante. Hacíamos

como un diálogo, nos íbamos cuestionando mutuamente hasta que llegábamos a una

discusión, íbamos negociándolo.(…) Por lo general se resolvían bien, no hubo nunca

una situación que me haya quedado dando vueltas en la cabeza, no.(…) Recuerdo que

en un momento sí llegamos a un desacuerdo por la discusión de mi grado de comodidad

con la situación en la que vivía, y ahí hubo una cierta tensión como que “dale, deja de

quejarte, andá y hacé lo que tenés que hacer”, una cosa así, “dejá de llorar”.

Entonces fue eso, en el momento me sentí molesta, esa fue una de las situaciones

paradigmáticas con la cual empezamos a tomar ese formato de resolver las cosas ahí

en el momento hasta que las dos nos quedáramos conformes. Porque bueno me fui de

esa sesión con eso haciéndome ruido en la cabeza, y la terapia siguiente ella me notó

con una actitud así un poco rígida, y comenzó a indagar y a preguntar y ahí yo me

animé y se lo dije. Porque en realidad yo no sabía muy bien si era correcto hablar de

esas cosas o no, si era algo que me tenía que guardar más para mí o si también era

algo que lo tenía que llevar a ese espacio y discutirlas; ella me explico que ese es el

tipo de cosas que hay que plantearlas y discutirlas; y de hecho se hizo y la situación se

volvió a encauzar bastante bien y de hecho se plantearon más específicamente estas

pautas de “bueno cuando te pasen cosas por el estilo, cuando veas que tengas

diferencias conmigo lo planteas ahí en el momento y lo sacamos así del sistema”.(E30)

Por último, cabe aclarar que algunos de los pacientes que recordaron haber

tenido desacuerdos con sus terapeutas, los valoraron positivamente, principalmente por

la posibilidad de discutir francamente, brindándole profundidad al tratamiento y

entendiendo que esas conversaciones habían posibilitado la emergencia de nuevas

perspectivas, superadoras, de las iniciales del paciente y el terapeuta.

170
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

”Lo que más me gustó fue la libertad de poder siempre plantear lo que quería,

no sólo a nivel de conflictos, sino también de tal vez algún desacuerdo con el terapeuta,

todo lo que discutíamos me ayudaba.” (E34)

Auto-revelación del terapeuta y su implicancia en la relación terapéutica

Dentro del discurso de los participantes sobre relación terapéutica, muchos se

refirieron a los aspectos que conocían o desconocían de sus terapeutas, tanto si la

información era provista por el terapeuta o recolectada a partir de otras fuentes. En la

Figura 16 se pueden observar las referencias que los participantes hicieron sobre esta

temática.

En primer lugar se observó que los pacientes generalmente no realizaban

preguntas sobre la vida del terapeuta, ya sea porque consideraban que no era el espacio

o por prudencia. Sin embargo, solían verse interesados en la figura del terapeuta, y

durante la entrevista daban cuenta de muchos aspectos que conocían de aquel, ya sea

por haberlos buscado en internet, porque se los había comentado algún conocido en

común, o por situaciones inesperadas por fuera del consultorio. Esos casos,

denominados “auto-revelación situacional”, se presentaron frecuentemente en las

entrevistas. Cabe aclarar que este fenómeno señala un aspecto de la auto-revelación que

no se incluye en la denominación clásica del término, referida a las intervenciones en

las que el terapeuta ejemplifica algún argumento con una historia en primera persona

con fines terapéuticos. La auto-revelación situacional implica, así, aquellos aspectos

conocidos por el paciente sobre su terapeuta, sin la necesidad de que éste se los haya

informado. Por ejemplo, un paciente infirió que su terapeuta estaba casado al verle un

171
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

Figura 16: Síntesis dominio AUTO-REVELACIÓN con sus frecuencias en la muestra

anillo en el anular izquierdo, otro supuso que tenía un hijo al ver una foto de un niño en

su celular.

Como se ha expresado anteriormente, los pacientes consideraron que no

correspondía a la terapia hablar sobre la vida del terapeuta. Sin embargo, algunos de

ellos expresaron haber realizado alguna pregunta puntual al terapeuta. Si bien en la

mayoría de los casos el terapeuta ofreció respuesta, hubo casos aislados en los que no lo

hacía.

“Nunca sentí que me pusiera un límite, yo ponía el límite, “no quiero preguntarte

más”. Y tampoco él estaba con la actitud de “quiero contarte cosas de mi vida”.(E1)

172
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

“Yo a veces me reía y le preguntaba “usted entiende lo que le hablo, es casado, tiene

hijos?”, como diciendo que me gustaría saber si estuvo ahí o no. Pero no, poco y nada

me enteraba. E: Le hiciste preguntas puntuales? P: Sí, pero no largaba nada.”(E7)

Por otro lado, los participantes hablaron sobre la actitud del terapeuta ante la

revelación de aspectos personales. Mayoritariamente adujeron que sus terapeuta

brindaban algún dato sobre sus vidas, en momentos puntuales del tratamiento, y que les

presentaban un beneficio, ya sea porque les daban un ejemplo que los ayudase a

entender un argumento, o porque sentían que conocer algo más del terapeuta los

acercaba a ellos.

“Una vez se puso de ejemplo por un tema parecido al mío. (…) Me sirvió para que

quede claro que estábamos hablando de actitudes de seres humanos. Estábamos

hablando de mí, de las cosas que me pasan, de lo que hago y dejo de hacer, y de

repente él viene y te dice ‘a otros seres humanos les pasa lo mismo’, blum! ‘por ejemplo

a mí…’ o sea, no sólo a otros seres humanos, a mí también me pasó. Por ese lado lo

agarré yo y me sirvió”. (E1).

“Y una vez llegué y me dijo: ¡no sabés lo que me pasó! Este tipo me mandó un mail

(enojado). Y me mostró un mail agresivo que había escrito. Entonces pensé, este tipo se

enoja como yo... etc. Yo pensaba… ¿qué le puedo aportar yo? Pero bueno, lo vi muy

humano. Ningún terapeuta se me había presentado así. Sentí que era humano. Y ningún

terapeuta se había presentado ante mí como humano, como un tipo sensible. Creo que

hicimos un gran clic en lo emocional”. (E24).

173
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

En la figura 16 se agrupa a estos casos como “actitud expositiva” del terapeuta,

si bien la mayoría de ellos expresó que dichas revelaciones se realizaron con escasa

frecuencia. La mayoría de los pacientes valoraban positivamente esos momentos y no

los sintieron intrusivos ni obstaculizadores dentro del espacio terapéutico. En oposición

a esta mayoría, se presentó un caso en el que la paciente sentía que las referencias del

terapeuta sobre aspectos de su vida eran excesivas.

”Me pasó en esta última terapia, que me había pasado también la primera vez, que mi

terapeuta me hablaba de su mamá, por ejemplo. Ante algo que yo contaba, me habló en

varias oportunidades o de su mamá o de sus sobrinos. Y no tuve la oportunidad de

decirle que a mí no me importaba su mamá ni sus sobrinos… Yo quería aprovechar mi

tiempo en hablar o que él me hable de lo que me pasaba a mí. Eso era lo que no me

gustaba de ésta última terapia.” (E39)

Independientemente de la actitud que mostró el terapeuta frente a la exposición

de datos de sus vidas, en general los pacientes mencionaron que no fue central para el

tratamiento saber sobre la vida del terapeuta. En muchos casos hicieron referencia a que

ayudaban al tratamiento mientras fuera limitado y en relación a sus problemáticas.

Relación entre el cambio percibido y las características de la relación terapéutica

A los fines de analizar el objetivo específico #2, a continuación se describirá el

vínculo analizado entre las categorías del dominio “Cambio” y las mencionadas

categorías del dominio “Relación terapéutica”. De la misma manera que con el objetivo

específico #1, este análisis de la información busca también brindar una visión de

conjunto del objetivo específico 2, sintetizando sus focos fundamentales.

174
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

En términos generales, tanto los pacientes que reportaron vínculos favorables

como desfavorables tendieron a presentar cambios en todas las categorías descriptas por

el dominio (internos, en las relaciones interpersonales, en el desarrollo personales, en el

comportamiento y en los síntomas). No obstante, se observó una tendencia en aquellos

pacientes que percibieron vínculos predominantemente favorables, a identificar cambios

en más áreas, en comparación con aquellos participantes que percibieron aspectos más

desfavorables en su relación terapética. En otras palabras, el proceso de cambio pudo

categorizarse como más amplio y variado en aquellos pacientes que percibieron un

vínculo terapéutico favorable. Del mismo modo, los pacientes que describieron vínculos

más favorables fueron proclives a identificar, con una mayor intensidad, a la figura del

terapeuta y/o del paciente como facilitador del cambio para su psicoterapia.

Yendo a otro aspecto de la relación terapéutica, la mayoría de los pacientes que

reportaron cambios en todas las áreas, mencionaron la presencia de sentimientos

positivos hacia su clínico tratante. A diferencia de los anterior, aquellos pacientes que

reportaron sentimientos negativos tendieron a manifestar sólo cambios de tipo interno y

en sus comportamientos. De esta manera, se pudo apreciar que aquellos participantes

que comentaron sentimientos negativos hacia la figura de su terapeuta, hicieron una

menor mención a cambios en los síntomas,en sus relaciones interpersonales y respecto

de su desarrollo personal. Al mismo tiempo, los pacientes con una mayor presencia de

sentimientos desfavorables no tendieron a verse a sí mismos (ni a sus terapeutas) como

facilitadores de cambio, en la misma medida que sí lo hicieron aquellos participantes

con una percepción más favorable, como fue comentado anteriormente.

El último aspecto que resultó relevante, a la hora de analizar relación terapéutica

y cambio, fue el referido a la presencia de desacuerdos, no resueltos en sesión, entre

175
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

paciente y terapeuta. La presencia de dichos desacuerdos no resueltos se asoció con una

merma en la mención de cambios en desarrollo personal y cambios sintomáticos.

Resultados vinculados con el objetivo específico #3: las intervenciones del

terapeuta, y su vínculo con el cambio en psicoterapia.

En el marco del tercer objetivo específico, a continuación se desarrollarán los

resultados encontrados sobre la manera en que los pacientes describieron las

intervenciones de sus terapeutas, elementos incluidos en el dominio “Intervenciones”, y

sus vínculos con el cambio percibido (dominio “Cambio”).

Es importante remarcar que, al referirse a las intervenciones del terapeuta, los

participantes realizaron comentarios muy dispares y de todo tipo; muchos de los cuales

generaron categorías que no pudieron ser agrupadas con otras. En la Figura17 se pueden

observar aquellas que sí se reunieron en categorías generales. En el Apéndice 6 se

encuentra el listado completo de categorías con sus frecuencias y ejemplos.

Las intervenciones y el comienzo del tratamiento

La Figura 17 ilustra las categorías encontradas entre los participantes, un grupo

de las mismas fue incluido en el subdominio “Comienzo del tratamiento”, porque

hacían referencia a ese momento de la terapia. Entre ellas, surgieron dos grupos

claramente diferenciados. Por un lado aquellos que mencionaron que el terapeuta se

refirió explícitamente a su forma de trabajar, al diagnóstico del paciente o acordaron

sobre los objetivos del tratamiento de manera explícita.

176
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

“Me sirvió primero porque desde la primera entrevista me plantearon que había un

principio, un desarrollo y un final. Y que se iba a trabajar un problema o los problemas

que yo crea que me podía ayudar a solucionar y punto.” (E1)

“Me dijo cómo ella trabajaba, me planteó algunas cuestiones, que yo me tenía que

sentir cómoda con su estilo y ella también, que la elección era mutua, el paciente elige

al terapeuta y viceversa, que ella iba ir acotando a medida que yo fuera planteando las

cosas pero que ella no iba a plantear titulares “bueno, hoy trabajamos sobre esto”. Eso

me lo dejó en claro”. (E48)

Figura 17: Síntesis dominio INTERVENCIONES con sus frecuencias en la muestra


(parte 1)

177
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

El otro grupo incluyó a quienes manifestaron que el terapeuta no explicitaba su

modo de trabajar; aunque sin embargo consideraron que lo fueron comprendiendo

durante la propia dinámica. De la misma manera, otros participantes sostuvieron que no

habían acordado de manera explícita los objetivos a cumplir con su terapeuta, pero que

sentían que existía un acuerdo implícito ente ellos, a partir del cual la dirección del

tratamiento había sido compartida.

“Sentía que íbamos las dos hacia el mismo lado. Que yo podía, por más de que ella no

me los pida, plantear mis objetivos o los temas a tratar y que ella acompañaba en que

trabajemos sobre esos temas.” (E28)

En cuanto a los objetivos del tratamiento, también se encontraron casos aislados

en los que el paciente sentía que el terapeuta apuntaba a un logro propio que no se

encontraba en los intereses propios. Dos personas, sin embargo, aclararon que esas

situaciones se dieron hacia el final del tratamiento y que se relacionaban con la

búsqueda del terapeuta de nuevos tópicos una vez resuelto el motivo de consulta inicial.

Las acciones del terapeuta

Dado que los participantes de la muestra, en su mayoría, no tenían

conocimientos de psicoterapia, al hablar de intervenciones de sus terapeutas no se

expresaron con lenguaje técnico, sino que se refirieron a las acciones del terapeuta con

vocabulario sencillo. Por ejemplo, hablaron de que sus terapeutas hacían referencia a

sesiones anteriores, que resaltaba frases dichas por el paciente, o que señalaba un patrón

de comportamiento. En algunos casos, los pacientes describieron intervenciones que

podían ser identificadas como claramente cognitivo-conductuales o psicoanalíticas. Así

178
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

es que algunos pacientes dieron cuenta de una interpretación, o mencionaron la

realización de un registro de emociones, casos en los que la orientación teórica a la que

pertenecían esas intervenciones resultaba evidente. Sin embargo, las intervenciones a las

que hicieron referencia con mayor frecuencia los pacientes no son exclusivas de un

marco teórico en particular, sino que pueden encontrarse, con distinta casuística, en

varios de ellos.

Cuando algunas de las acciones referidas por los participantes presentaban

indicaciones o sugerencias por parte del terapeuta y se agruparon como acciones

“directivas”. Entre éstas la más mencionada incluye consejos o sugerencias por parte del

terapeuta. Actividades como tareas, o el pedido explícito de reflexionar sobre un tema

abordado en la sesión, también formaron parte de este grupo. Con menor

representación, se observaron casos en los que el terapeuta incluía de manera explícita a

su paciente en las tareas del tratamiento, aclarándole que los cambios podían lograrse si

éste trabajaba en ellos.

“Y dos o tres veces en esos meses que duró la terapia, cuando yo perdía el rumbo me

decía “en qué crees que te puedo ayudar yo”. Y me hacía ver que estaba ahí por algo,

para arreglar o para ver qué iba a hacer con lo que me estaba pasando en ese

momento.(E 1)

“Me hizo llevar un registro de código de emociones donde tenía que anotar la

situación, como me sentía que había pensado y como había tratado de resolverlo. (…)

Además de eso me hizo ir un día sin maquillaje a la sesión, porque a mí me costaba

mucho salir sin maquillaje. Me lo dijo para que me acostumbrara a hacer esas cosas y

viera que no eran tan terrible como yo pensaba.” (E19)

179
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

De manera opuesta, un grupo de participantes hablaron de una actitud receptiva

por parte del terapeuta, que esperaba el aporte del paciente para el desarrollo de la

sesión. Un ejemplo de estas acciones pudo apreciarse cuando el terapeuta comenzaba la

sesión con una pregunta abierta, ya sea ¿Cómo estás hoy? ¿Qué tal la semana? Dentro

de este grupo, a su vez, se encontraron menciones a la inacción del terapeuta,

generalmente apreciándola de forma negativa.

“Él se sentaba ahí y yo acá, y hablaba. Y había momentos de silencio, si yo no

hablaba él se quedaba callado y eso por ahí mí me hubiera gustado que me dijera algo,

que me llevara a algún lado, pero que me tirara una herramienta, no ese silencio que

me molestaba…” (E7)

“Porque ella no hablaba casi nada. Entonces yo terminaba una oración, y decía

“bueno listo”, y ella se quedaba mirándome, un rato largo…”(E8)

Valoración de las intervenciones

Otro de los aspectos categorizados en el dominio “Intervenciones” fue la forma

en la que los pacientes valoraron el accionar clínicos de sus terapeutas (ver Figura 17).

En este sentido, los participantes hicieron referencia explícita a algunas intervenciones

que valoraron especialmente (fenómeno categorizado como “contenido”); o a la manera

en que el terapeuta presentaba dichas intervenciones (fenómeno categorizado como

“forma”). En el primer grupo, surgió principalmente el aporte que la visión del terapeuta

les generaba, seguida por las tareas, los señalamientos y las explicaciones que el

terapeuta daba a sus problemas.

180
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

“Para mí lo que más me ayudó fue la psicoeducación. Y el marcarme todo el tiempo

esto de la psicoeducación con la experiencia, el interjuego permanente entre lo que me

pasaba y yo le contaba, con que ella me explicara cómo funcionaba el paciente ansioso.

Y tareas que me mandó a hacer como reorganizar esa agenda. O sea que fue

psicoeducación y prescripciones.” (E18)

En cuanto a la forma en que el terapeuta presentaba sus intervenciones, la

modalidad que se destacó por sobre el resto fue el uso del humor.

“Lo que me sirvió mucho de ella es que tiene muy buen humor y por ahí yo venía

cargada con algo y ella “bueno a desdramatizar un poco”, y eso a mí me sirvió un

montón porque hoy en día yo soy así y eso lo aprendí de ella de alguna manera”

Relación entre el cambio percibido y las intervenciones del terapeuta

El tercer objetivo específico apuntó a describir las relaciones entre las categorías

del dominio “Cambio” y las categorías del dominio “Intervenciones”. Una vez más,

mediante este análisis de las categorías se pretende lograr una síntesis del eje ordenador

del objetivo específico.

En este caso, se analizaron los vínculos entre el cambio percibido y: el formato

de las intervenciones (explícito o no explícito), el contenido y la forma de las mismas, y

el estilo de intervención del terapeuta.

En primer lugar, no se observaron diferencias en los tipos de cambio identificado

y la explicitación o no del formato del trabajo por parte del terapeuta. En ambos casos,

es decir, en pacientes en los que se explicitó y no se explicitó el formato del tratamiento,

181
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

se observaron todas las tipologías de cambio categorizadas en este estudio. A su vez, los

pacientes no se diferenciaron en el valor atribuido a la figura del terapeuta o sus propias

acciones, en base a la explicitación o no del formato de la terapia.

Respecto del contenido y la forma de las intervenciones, se observó una relación

entre quiene resaltaron el contenido de las intervenciones y una mayor referencia a los

tipos de cambio categorizados en este estudio. En otras palabras, la mención de los tipos

de cambio apareció con más fuerza en el discurso de aquellos participantes que

resaltaron el aspecto del contenido de las intervenciones, afirmando la importancia de

determinado tipo de intervención (por ejemplo, la recapitulación o el señalamiento)

como facilitadora de su proceso de cambio. Cuando, por el contrario, las menciones de

los participantes se focalizaron en las características formales del acto de intervenir de

sus terapeutas (por ejemplo, el uso del humor como formato de las intervenciones), se

pudo apreciar una menor presencia de tipos de cambio.

Esta asociación diferente entre la cantidad de cambios por área en las que los

pacientes refirieron cambiar también se mostró vinculada con la directividad o

receptividad percibida en el terapeuta. Así, aquellos pacientes que reportaron alguna de

las cinco formas de cambio tendieron en su mayoría a identificar características

directivas en sus terapeutas. Este fenómeno se suavizó en aquellos pacientes que

resaltaron las características de naturaleza receptiva del terapeuta.

Finalmente, tanto los pacientes que vieron al terapeuta con un rol más directivo,

como aquellos que le atribuyeron rasgos receptivos, atribuyeron a éste y sus

características un papel facilitador para el cambio. La auto-percepción de los paciente

como facilitadores del cambio se observó con mayor intensidad en aquellos

participantes que notaron características directivas en sus terapeutas.

182
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

Figura 18: Síntesis dominio INTERVENCIONES con sus frecuencias en la muestra (Parte 2)

Resultados vinculados con el objetivo específico #4: la participación del paciente en

el proceso y su vínculo con el cambio en psicoterapia

El cuarto objetivo específico buscó relacionar la participación del paciente en el

proceso (Dominio “Intervenciones”, subdominio “Participación del paciente”) y el

cambio percibido por el participante a partir de dicha psicoterapia (Dominio “Cambio”).

Un tercer conjunto de fenómenos dentro del dominio intervenciones aludió a la

participación del paciente (ver Figura 18). Ante la pregunta ¿De qué manera

participaba Ud. de la sesión? los participantes inicialmente respondían “hablaba”, y

muchos de ellos no podían especificar ninguna actividad específica más allá de esa

respuesta genérica. Sin embargo, durante el transcurso de la entrevista se pudieron

rescatar dos modalidades de participación. La primera describía una actitud más

participativa por parte del paciente, en la que decidía los temas a tratar, reflexionaba

183
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

sobre su conducta, solicitaba modificaciones en la frecuencia de las sesiones, o hacía las

tareas propuestas. En la figura 18 se pueden observar las categorías y su organización.

Algunos ejemplos de actitud participativa de los pacientes:

“Los momentos para plantear las tareas los íbamos construyendo entre las dos

en función de lo que yo necesitaba en el momento, entonces yo le tiraba un par de

ideas, ella me las refinaba y armaba diferentes tipos de cosas.” (E30)

“La terapeuta me daba trabajo para el hogar, y no paraba de trabajar también

entre una semana y otra, y en ese pequeño trabajo (que eran lecturas e ir pensando),

uno se va autoanalizando y modificando de a poquito lo que uno va siendo consciente

que se tiene que modificar.” (E36)

La segunda categoría se denominó “Actitud resistente / confrontativa”, porque

refiere a momentos en los que los pacientes cuestionaron las intervenciones del

terapeuta, se negaron a hacer las tareas, o expresaron su descontento con la dirección de

la terapia.

“También tuve que hacer un plan de manejo pero igual como vio que no

avanzaba mucho con eso lo termine dejando. Le tenía que poner cómo pensaba abordar

el tema, ‘hoy voy a avanzar una cuadra’, ir poniendo objetivos y escribir la angustia

que me había provocado. Me costaba mucho hacerlo por falta de tiempo y había cosas

que solo las íbamos dejando”. (E19).

“Mi terapeuta en un momento me insinuó que quizás me quería separar, me dijo algo al

respecto y yo al principio dije ‘no, no, no’. Ella no me respondía, ponía cara de póquer.

184
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

Yo quería que me luche, que diga algo, pero me dejó hablar. Lo hablamos como 3

sesiones”. (E59).

La relación del cambio percibido con la participación del paciente en su

psicoterapia

El análisis del objetivo específico #4 se propuso vincular la participación del

paciente en su psicoterapia con la percepción del cambio. Así, se trató de analizar las

categorías del subdominio “Participación del paciente” y sus potenciales relaciones con

las categorías del dominio “Cambio”.

En términos generales, los pacientes que percibieron cambios en algunas de las

cinco áreas (cambios internos, comportamentales, en el desarrollo personal,

interpersonales y en los síntomas), presentaron una actitud participativa durante la

terapia.

Es de notar, sin embargo, que los pacientes con una actitud más resistente

durante el tratamiento, no mostraron una menor presencia de los tipos de cambios

relatados, con excepción del área cambios sintomatológicos. En otras palabras, si bien la

mayoría de participantes refirió cambios en todas las áreas, los pacientes que

percibieron su rol en la psicoterapia de manera más resistente que participativa,

percibieron, a su vez, menos cambios en el área sintomática. Como ya fue señalado

previamente, este tipo de resultados será discutido en detalle en el capítulo siguiente.

185
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

Resultados vinculados con el objetivo específico #5: la terminación del tratamiento

y su vínculo con el cambio en psicoterapia


Figura 19: Síntesis dominio TERMINACIÓN con sus frecuencias en la muestra (parte 1)

El último objetivo específico del estudio buscó vincular el proceso de

terminación del tratamiento y la percepción del cambio, relacionando categorías del

dominio “Terminación” con categorías del dominio “Cambio”

Decisión de la terminación del tratamiento

Siguiendo la Figura 19, puede apreciarse que los participantes, muchas veces

desde el comienzo mismo de la entrevista, describieron detalladamente la forma en que


186
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

se había dado la terminación. En primer lugar quedó en claro que usualmente fueron los

pacientes los que dieron por finalizado el tratamiento, siendo una proporción menor la

de los casos en las que el terapeuta propuso la finalización. Dentro de los que

terminaron por voluntad propia, se encontró que un grupo de éstos mencionaba que sus

terapeutas se mostraron de acuerdo con la terminación del tratamiento, apoyando la

decisión del paciente. De cualquier manera, dentro de lo que fue catalogado como

“acuerdo”, hay variedad de situaciones incluidas. En primer lugar surgieron muchos

casos en los que el paciente tomó la decisión de finalizar y la comunicó al terapeuta,

quién aceptó la decisión y realizó un cierre del tratamiento, ofreciendo la posibilidad de

un nuevo contacto en otro momento. En una proporción menor, se presentaron

situaciones en las que paciente y terapeuta conversaban en diferentes momentos del

tratamiento sobre la terminación y, cumplidos los objetivos, pactaban un tiempo de

evaluación de la misma y acordaban una fecha de finalización.

“La decisión de terminar la tomamos en conjunto. (…) fui muy cuidadosa

porque a mí me importaba lo que a ella le parecía también en relación al tema, yo no

me quería quedar con las ganas de decirle que quería terminar ese espacio, pero

tampoco quería imponerle que tenía que ser en tal o cual sesión. Fue una decisión en

conjunto y lo que rescato como muy positivo es que fui yo la que propuso y ella también

acompañó en ese sentido.”(E28)

Desde el extremo opuesto, se presentaron casos en los que la terminación fue

extremadamente conflictiva, ya sea porque el terapeuta no estaba de acuerdo y discutía

con él, o porque al paciente le generaba un malestar interno la sensación de querer

finalizar y no atreverse a informarlo al terapeuta.

187
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

“Le dije que no iba a ir más, y no le cayó bien. Se lo dije en una sesión, y

después le dije que dejaba. Él me dijo que no era el momento por el tema que

estábamos tratando. Pero me sentía estancada. Desde esa vez no volví más.” (E22)

“Yo de hecho lo pensaba, se lo tengo que decir, si no estoy queriendo venir,

pero no me salía, no podía, me daba como cosa decirle que no, sentía como que se lo

iba a tomar personal, no sé (…) Que ella se lo iba a tomar personal , como un insulto

hacia ella más que algo mío. O, también me daba cosa que me diga que ella no estaba

de acuerdo y que yo le termine diciendo que sí, yo terminar diciendo que sí porque no

quería contestarle o pelearme, y si ella me decía: “No, Para mi vas a tener que seguir

viniendo” yo le iba a terminar diciendo que sí, iba a ir obligada, entonces no se lo

quería decir.” (E8)

En este sentido, es interesante destacar que aquellos que acordaron sobre la

terminación con su terapeuta presentaron un grado mayor de satisfacción con la terapia

en general. A su vez, los participantes cuyos terapeutas propusieron la finalización se

mostraron agradecidos con ellos y valoraron positivamente esta situación.

Consecuentemente, se presentaron casos en los que los pacientes abandonaron el

tratamiento o tomaron la decisión unilateralmente, porque sentían que el terapeuta

nunca iba a dar por terminado el tratamiento, ya sea por un interés económico o por ir

encontrando nuevas temáticas para trabajar.

“Siempre tenía esa sensación de que no te larga... Y sentí que tenía que ponerme re

firme y dura porque sino… de alguna manera me enganchaba.(...) Cuando mi marido

perdió el trabajo, fui con la decisión tomada y se lo informé, le dije que era por motivos

económicos. No le gustó nada, pero no le dejé otra opción”. (E6)

188
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

Desarrollo del proceso de terminación (planificado o abrupto)

Siguiendo con la temática ilustrada en la Figura 19, también se encontraron

diferencias entre aquellos cuya terminación implicó un proceso y los que abandonaron o

tomaron la decisión y la informaron a sus terapeutas en lo que luego se constituyó la

última sesión. Principalmente, los pacientes que propusieron terminar el tratamiento y

cuyos terapeutas brindaron un espacio de cierre, se mostraron también agradecidos con

ellos.

“Hoy si me preguntas, yo creo que ya haber logrado poder decirle al psicólogo que no

quería ir más, para mí eso fue muchísimo. Yo soy de hacer todo lo que corresponde,

muy prolija, entonces sentí que pude sentarme y decirle lo que me parecía, y en el

momento que me sirvió poder tener las herramientas para cerrar la puerta, eso para mí

fue un logro porque no sé si en otro momento hubiese tenido el valor o me hubiese

dejado llevar por lo que yo sentía y quería sin la influencia del otro, en eso sí. Le dí el

cierre, y mi terapeuta me acompañó en eso. Me gustó terminar así.” (E9)

“Mujer, terapeuta mujer. Yo no fui un día y le dije “no voy a volver más”, le dije

“mirá, yo estoy pensando en esta posibilidad, a vos qué te parece?”, y ella me dijo “a

mí me parece bien. Vos qué querés? Venir una o dos veces más y vamos cerrando este

espacio?” y yo le dije “sí, la verdad que eso es lo que querría”.(E28)

Motivos percibidos para la terminación y posibilidad de re-contacto con el

terapeuta

189
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

La Figura 20 ilustra la última parte del Dominio “Terminación”, referido a los

motivos para terminar la psicoterapia referidos por los participantes y cómo fue

planteada o no la posibilidad de re-contactar al terapeuta.

En función a los motivos que los participantes adjudicaron a la terminación,

éstos se organizaron según sus características. Por un lado se observó que gran cantidad

de participantes mencionaron motivos positivos, tales como el haber logrado sus

objetivos o “sentirse mejor”.

“Decidí terminar porque hacía 8 meses que yo estaba saliendo con mi nueva pareja, y

me sentía feliz, me sentía contenta y se perfilaba un nuevo proyecto de vida. Es como

que en esos últimos 8 meses, es como que había vuelto a sonreír después de bastante, y

Figura 20: Síntesis dominio TERMINACIÓN con sus frecuencias en la muestra (parte 2)

190
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

me sentía bastante optimista. (…) Sí, como diciendo “creo que no quiero venir más”.

Me dijo “bueno, cualquier cosa…ya sabés, me podés llamar”.(E33)

En otros casos, menos frecuentes, los participantes mencionaron motivos

económicos o el interés de comenzar un tratamiento distinto. A modo de ejemplo un

paciente acordó con el terapeuta que dado que no habían logrado uno de los objetivos de

la terapia, que implicaba la resolución de la problemática del insomnio, buscaría un

especialista en trastornos de sueño; y otra paciente joven discutió con su madre, que era

quien le financiaba la terapia, y ésta decidió que interrumpiera el tratamiento por

responsabilizar a la terapeuta de nuevas actitudes de su hija que no le agradaban.

Por último hubo situaciones en las que los motivos de terminación fueron

expresamente negativos, ya que incluyeron principalmente cierta incomodidad en el

vínculo o sentir que los temas que estaban tratando se habían agotado y no encontraban

nueva motivación para continuar.

“Algo negativo fue que empezó a meterse en áreas privadas de mi vida que no me

interesaba tratar, yo había ido por cuestiones laborales. Me preguntaba mucho por la

relación con mi novio de ese momento y no era algo que yo quería analizar. No

llegaron a ser cambios negativos porque la frené y dejé el tratamiento”. (E60).

Es importante destacar que los participantes generalmente presentaron varios

motivos de terminación simultáneamente, incluso combinando motivos positivos y

negativos. Lo más reiterado entre los participantes, fueron las menciones a haber dejado

la terapia por el cumplimiento de los objetivos, al tiempo que sentían que el tratamiento

se encontraba en una “meseta”, en la que ya no había nuevas cuestiones para tratar.

La última referencia que los participantes hicieron en función del momento de

terminación, fue cómo quedó el vínculo entre ellos y qué posibilidades habría de volver

191
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

a contactarlos. Excluyendo a aquellos pacientes que perdieron contacto con el terapeuta

o que no realizaron comentarios al respecto, la gran mayoría indicó que volvería a

contactar a su terapeuta, ya sea para encarar un nuevo tratamiento o para realizar

entrevistas de seguimiento. Este dato, nuevamente señala el nivel de satisfacción de los

pacientes con sus tratamientos ya que el hecho de que consideren la posibilidad de

volver a hacer terapia con ellos es un marcador de percepción de cambios.

Relación entre terminación y cambio percibido

Completando el análisis de datos y los resultados desarrollados hasta aquí, el

objetivo específico #5 buscó vincular la percepción de cambio de los pacientes con sus

referencias al proceso de terminación de los tratamientos. Nuevamente, se vincularon

las categorías del dominio “Cambio”, ahora con las categorías del dominio

“Terminación”.

Luego de analizar las categorías referidas a la terminación del tratamiento, se

encontró que los mayores vínculos con el tipo de cambio percibido habían sido

establecidos por los participantes respecto del acuerdo o desacuerdo, en la díada

paciente-terapeuta, para la finalización o no del proceso.

De esta manera, se pudo apreciar que los participantes con percepción de

cambios de tipo interno, cambios en sus relaciones interpersonales y cambios en sus

conductas, tendieron a reportar en mayor medida la existencia de acuerdos con sus

terapeutas para la terminación del tratamiento. Por otra parte, los pacientes que, según

su perspectiva, tuvieron desacuerdos con sus terapeutas respecto de la terminación,

describieron en menor grado haber logrado cambios en el desarrollo personal, en los

comportamientos y/o en los síntomas.

192
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

Es importante aclarar que el carácter de este capítulo es estrictamente descriptivo

de los resultados encontrados. La interpretación de la información obtenida, la

vinculación con investigaciones previas y las conclusiones que se pueden sacar de ellos,

se analizarán en el capítulo siguiente, focalizado en la discusión y las conclusiones de la

investigación realizada.

193
Capítulo 6
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

6.1. Introducción

Tomando un enfoque cualitativo, la presente investigación empírica apuntó a

indagar las nociones de cambio en sujetos que transitaron por un proceso

psicoterapéutico, en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Los sucesivos

objetivos específicos del estudio buscaron comprender el modo en que los pacientes

percibían el cambio y vinculaban dicha percepción con diferentes elementos del proceso

terapéutico, a saber: su motivo de consulta (objetivo específico #1), la relación

terapéutica (objetivo específico #2), las intervenciones realizadas por el terapeuta

(objetivo específico #3); su propia participación como pacientes dentro del proceso

terapéutico (objetivo específico #4); y las condiciones de terminación del tratamiento

(objetivo específico #5.)

Los ejes fundamentales para discutir los resultados radicarán en las implicancias

de éstos para la investigación de procesos y resultados terapéuticos. La discusión

también apuntará a ofrecer un panorama sobre la posible utilidad clínica de la

información recogida, teniendo en mente la necesidad de que estudiantes y terapeutas se

nutran de los resultados provenientes de investigaciones empíricas, como la aquí

presentada.

En primer lugar, se describirán las limitaciones de la investigación, a los fines de

brindar un marco necesario para la correcta apreciación de los resultados obtenidos y su

respectiva interpretación. A continuación, se presentarán la discusión y las

conclusiones, siguiendo el orden en que los resultados fueron analizados en el capítulo

anterior. Esto es, tomando el análisis de cada objetivo específico como eje ordenador,

194
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

para luego sintetizar los posibles aportes de este estudio hacia la práctica clínica y la

investigación en psicoterapia en sentido amplio.

6.2. Limitaciones del presente estudio

La presente investigación, de carácter cualitativo, cuenta con las limitaciones

propias de los estudios de esa naturaleza. Las personas que integraron la muestra, no

podrían representar a los habitantes del Área Metropolitana de Buenos Aires,

principalmente porque una gran proporción realizó sus tratamientos en dos de los

barrios porteños, en consultorios privados y pertenecen a un nivel socio-cultural alto

(dado el número de profesionales). La generalización de los resultados en ningún

momento fue la intención de esta investigación, sino que lo que se busca es generar

hipótesis para profundizar el conocimiento sobre nociones de cambio del paciente.

La invitación a participar, realizada a las personas sin la intermediación de sus

terapeutas y sin exigir datos que permitan identificarlos, permitió la incorporación de

sujetos que no hubieran resultado incluidos con otro dispositivo, pero a su vez cuenta

con la limitación de no tener datos provistos por los terapeutas sobre el tratamiento.

Por otro lado, el dispositivo reunió las narrativas retrospectivas de los pacientes

que posiblemente se vieron afectadas en su posibilidad para recordar. A su vez, las

entrevistas fueron realizadas con cada participante, variando los tiempos desde la

finalización (desde 1 semana a 3 años), y esto podría afectar la cantidad y calidad del

recuerdo. Sin embargo, la investigación tuvo en cuenta esta realidad desde sus

comienzos y fue pensada para indagar y analizar las construcciones realizadas por los

pacientes sobre lo transcurrido en la terapia y no lo acontecido en sí mismo.

Por último cabe recordar que el análisis realizado, en base a identificación de

categorías, no permite dar cuenta de ausencia de las mismas; esto implica que el hecho

195
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

de que un participante no haya mencionado una categoría de ningún modo puede

interpretarse como que considera lo contrario.

6.3. Discusión y conclusiones sobre la percepción global del cambio

En términos generales, los resultados muestran que los pacientes de psicoterapia

están dispuestos a comunicar su experiencia y a relacionar su proceso terapéutico con el

cambio. Todos los participantes completaron el total de la entrevista dando detalles

sobre sus cambios, y sobre todo el proceso terapéutico, manifestando estar a gusto con

la participación en el estudio. Estos resultados siguen la misma línea de investigaciones

previas (ver, por ejemplo: Olivera, Braun, Gómez Penedo y Roussos, 2013).

Según los resultados obtenidos, la psicoterapia generó cambios en los

participantes y casi todos los pacientes pudieron identificar al menos un cambio

percibido. A su vez, los participantes generalmente consideraron que esos cambios se

habían producido por la psicoterapia, sintiendo que no hubieran sido logrados sin

haberla atravesado. Este dato es altamente significativo, y va en línea con sucesivas

investigaciones y meta-análisis que sostienen que la psicoterapia beneficia a los

pacientes (Lambert, 2013; Seligman, 1995; Smith y Glass, 1977), aportando la

perspectiva del paciente acerca de este beneficio.

En función al tipo de cambio percibido, la categoría con mayor representación

dentro de la muestra fue la de cambios internos, es decir, cambios relacionados con un

mayor autoconocimiento, aceptación de características propias o la posibilidad de ver

las cosas de otra manera. Este mayor protagonismo de cambios internos ha sido

reportado en otras investigaciones sobre perspectiva del paciente, realizadas en otras

locaciones (Binder, Holgersen y Nilsen, 2010; Carey et al., 2007). Lo que cabe

preguntarse es si este hecho puede haberse visto más pronunciado por la predominancia

196
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

en Buenos Aires de psicoterapias que hacen énfasis en los cambios internos, es decir,

terapias psicoanalíticas en primer lugar, y cognitivas, en segundo lugar. Investigaciones

previas han reportado una marcada tradición psicoanalítica (Ben Plotkin, 2003; Muller,

2010; Waizmann y Roussos, 2010) y una creciente comunidad cognitivo-conductual

(Keegan, 2007; Korman, Viotti y Garay, 2010) en el contexto argentino.

La influencia de dichas tradiciones se observó también en la orientación de los

tratamientos estudiados en este estudio. De los pacientes que conocían el marco teórico

de sus terapeutas, el 79% manifestaron que sus terapeutas eran psicoanalíticos y el 15%

cognitivo-conductuales (el 6% restante mencionaron otras orientaciones). La

predominancia de estos marcos puede explicar una inclinación marcada a esta tipolgía

de cambios internos. Otra explicación posible radicaría en el rol de características

idiosincráticas de los pacientes del AMBA, que podría estar generando una tendencia a

priorizar cambios de tipo interno. Futuras investigaciones trans-culturales, deberían

abordar esta temática en busca de establecer si estos cambios internos son

predominantes en diferentes culturales, constituyendo un fenómeno transcultural o si, en

cambio, representan algo particular de los abordajes o los pacientes de Buenos Aires

(Jock, Bolger, Olivera, Gómez Penedo, Waizmann, y Roussos, 2013).

Finalmente, los cambios internos (es decir, asociados a un aumento de

autoconocimiento, aceptación de características propias o la posibilidad de ver las cosas

de otra manera) podrían conceptualizarse como eventuales mecanismos de cambio en

psicoterapia, cuyo surgimiento podría suceder o explicar a la obtención de cambios de

otra naturaleza. Esta hipótesis explicaría la alta presencia de cambios internos

observada.

Siguiendo a los cambios interpersonales, los cambios asociados con desarrollo

personal también representaron una noción muy presente en el discurso de los

197
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

participantes. Cabe destacar que la búsqueda y el ejercicio de psicoterapia orientada al

desarrollo personal es un fenómeno muy presente y característico de muchos

consumidores de psicoterapia en Buenos Aires, que no sería viable por múltiples

razones en países del hemisferio norte como EE.UU. y Canadá (Etchebarne, Roussos,

Angus, de la Parra, DeRubeis y Korman, 2015).

Por otra parte, si bien en la percepción de los pacientes entrevistados aparecieron

referencias a la resolución de síntomas en sí misma, muchos de los logros descriptos

por los pacientes pudieron ser conceptualizados como el resultado de modificaciones

previas en un nivel sintomático. Por ejemplo, un paciente que reportó no poder rendir

exámenes producto de los niveles de ansiedad, pudo, a partir de la terapia, volver a la

facultad y rendir los exámenes. Es así como la resolución de problemáticas

sintómaticas, poco descriptas en algunos casos, pudo haber quedado invisibilizada

detrás de cambios referidos a las consecuencias prácticas de la vida de los participantes.

Este resultado podría estar agregando una perspectiva valiosa para repensar el

rol del cambio sintomático en psicoterapia, siendo que los pacientes pueden percibir la

importancia de la reducción de síntomas en la medida en que ésta se vea conectada con

otras áreas vitales. Lo anterior posee implicancias importantes respecto de las fuentes de

motivación de los pacientes para el desarrollo de los procesos terapéuticos, a ser

potencialmente incluidas en la formación y entrenamiento de los clínicos. En el caso del

paciente antes citado, la reducción de la ansiedad no sería una meta valiosa en sí misma

(al menos para él) pero sí cobra relevancia en su nexo con una actividad importante para

su desempeño social, en un momento vital particular, como es poder rendir exámenes y,

eventualmente, recibirse.

Otro de los emergentes de los resultados fue la observación de que la inmensa

mayoría de los participantes percibieron más de un cambio y en diferentes áreas, dando

198
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

a entender que los tratamientos realizados permitieron que se alcanzaran variedad de

cambios. Este resultado complementa al anterior, en el sentido de que el fenómeno del

cambio, al menos desde la perspectiva de los pacientes estudiados, es entendido como

comprometiendo varias áreas en forma simultánea. En este sentido, referentes de la

psicoterapia psicodinámica como Fiorini (1973) han resaltado, desde un punto de vista

teórico, la necesidad de que la psicoterapia genere un proceso múltiple de cambios para

ser realmente efectiva (ver también: Grupo de Trabajo OPD 2006/2008). Por su parte,

autores de psicoterapia cognitiva-conductual sostienen que las dificultades en un área

clínica suelen interactuar con otras, debiendo la psicoterapia abordar necesariamente

problemáticas en diversas áreas (Beck y Haig, 2014). La percepción de los pacientes

entrevistados suscribe en varios puntos estos lineamientos.

A partir de estas observaciones cabría preguntarse si los terapeutas abordaron

(ya sea secuencialmente o en simultáneo) diversas áreas vitales, o bien, si esto se debe a

que los problemas clínicos suelen afectar múltiples áreas vitales y, consecuentemente, la

resolución o alivio de un problema, genera cambios en múltiples áreas de la vida del

paciente.

A pesar de que las menciones al surgimiento de cambios negativos producto de

la terapia fueron muy marginales, algunos pacientes pudieron ubicar problemáticas

asociadas a la terapia. Particularmente, algunos pacientes destacaron la dependencia

hacia el terapeuta como un efecto negativo. Otros señalaron el excesivo análisis de los

problemas de la vida cotidiana como un producto no deseado de sus terapias. Aunque

atípico, este fenómeno de resultados negativos debe ser especialmente tenido en cuenta

por los terapeutas. Si bien algunos autores han manifestado que, a diferencia de la

farmacología, la psicoterapia no presenta efectos adversos (Wampold, 2001),

investigaciones recientes han mostrado que entre 5% y un 10% de los pacientes

199
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

empeoran significativamente a partir de los tratamientos (Hansen, Lambert y Forman,

2002). Estos resultados, en su conjunto, deben ponderar el rol de la terapia, no como

intervención iatrogénica de por sí, pero tampoco como una intervención inocua en caso

de no ser efectiva. Debe pensarse a la terapia como una intervención que, como se

observó en este estudio, bien direccionada puede permitir una importante modificación

en la condición del paciente (tanto cualitativa como cuantitativa), pero que mal

orientada puede ir en desmedro del bienestar del paciente. En este sentido, para repensar

estos emergentes vale recuperar la frase latina primum non nocere habitualmente

atribuida a Hipócrates (cuyo significado en castellano es “primero no hacer el mal”).

Una vez más aquí, se considera importa incluir la reflexión crítica de estas temáticas en

la formación y entrenamiento de terapeutas.

6.4. Discusión y conclusiones sobre la percepción de cambio y sus vínculos con el

motivo de consulta (objetivo específico#1)

La percepción de cambios internos atravesó de manera similar los discursos de los

pacientes que consultaron por distintos motivos. No obstante, los cambios en las

relaciones interpersonales predominaron en aquellos sujetos que consultaron por crisis

vitales o por dificultades en las relaciones interpersonales. Los cambios relativos al

desarrollo personal se vieron asociados, en las perspectivas de los pacientes, con las

crisis vitales como motivo de consulta y, en segundo lugar, con las relaciones

interpersonales. Fueron débiles las asociaciones entre cambios en el desarrollo personal

y consultas por problemas vinculados a trastornos mentales.

Tomados en conjunto, estos datos sugieren que el desarrollo personal sólo podría

buscarse o lograrse en ausencia de psicopatología, ya sea porque los problemas

mentales lo obstaculizan o porque los pacientes relegan el desarrollo personal a su


200
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

recuperación mental. Esto último es congruente con la teoría motivacional de Maslow

(1943), quien ubicó a la autorrealización en la máxima jerarquía de necesidades. A su

vez, se vincula con los postulados de la Terapia de Aceptación y Compromiso, en donde

se plantea que los trastornos mentales le impiden a las personas vivir de acuerdo a sus

valores (Wilson y Murrell, 2004).

Las referencias de los pacientes a cambios comportamentales, se vincularon

globalmente con los tres tipos de motivo de consulta, aunque especialmente con los

conflictos interpersonales y, luego, con las crisis vitales. En primer lugar, esto se

interpreta teniendo en cuenta que dentro de los cambios comportamentales se

incluyeron cambios de actitudes, que los participantes señalaron como un primer paso

hacia vínculos menos conflictivos. Sin embargo, este resultado también sugiere que

existen múltiples cambios comportamentales, valorados por los beneficiarios de

psicoterapia, que no están vinculados con trastornos mentales de manera directa. En este

sentido, los tratamientos diseñados específicamente para recuperar a las personas de

trastornos mentales, podrían resultar insuficientes para pacientes buscando un cambio

vinculado con su desarrollo personal.

6.5. Discusión y conclusiones sobre la percepción de cambio y sus vínculos con las

características de la relación terapéutica (objetivo específico#2)

En concordancia con los resultados de diferentes investigaciones sobre alianza

terapéutica (Flückiger, Del Re, Wampold, Symonds, y Horvath, 2012; Horvath, Del Re,

Flückiger, y Symonds, 2011; Martin, Garske, y Davis, 2000) se ha encontrado un fuerte

vínculo entre relación terapéutica favorable percibida por el paciente y cambio

percibido. Los pacientes que reportaron buenos resultados en su psicoterapia también

201
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

presentaron a su relación con el terapeuta como una relación de confianza, en la que se

sentían cómodos y valorados. En línea con estos resultados, las personas que reportaron

aspectos desfavorables del vínculo con respecto a la relación terapéutica, desacuerdos

no resueltos en el vínculo y sentimientos negativos asociados al terapeuta, también

tendieron a relatar menos cambios en todas las categorías.

Tal como se mencionó al analizar los resultados (ver Capítulo 5), los

participantes que indicaron haber cambiado a partir de la terapia, presentaron diferentes

atribuciones sobre los aspectos que facilitaron dicho cambio. Así, entre los participantes

de esta investigación se alternaron y/o combinaron atribuciones externas e internas

relacionadas con el quehacer del terapeuta y su propio rol como pacientes. En otras

palabras, mientras que para algunos pacientes fue fundamental la relación de sostén

(alianza) con el terapeuta, para otros fue la conjunción entre una buena relación

terapéutica y la competencia del clínico lo que facilitó el cambio. Estos resultados

apoyan la tesis de que la relación entre alianza terapéutica y cambio es compleja

(Barber, 2009), y sugiere que, además, podría ser parcialmente moderada por

características de los pacientes, las cuales a su vez, no necesariamente estarían

vinculadas con un trastorno mental o diagnóstico en particular (Høglend et al., 2011).

Otro de los aspectos que surgió del análisis es la importancia que los

participantes le dan a la auto-revelación del terapeuta. Se encontró que los pacientes

cuyos terapeutas habían compartido algo de sus vidas en psicoterapia, reportaban una

muy buena relación terapéutica. En términos generales, los pacientes sostienen que no

quieren saber todo del terapeuta, ni perder mucho tiempo de sesión hablando de la vida

del terapeuta. Sin embargo, el hecho de que cuenten alguna anécdota o situación

relacionada con la problemática del paciente los acercó a ellos y los hizo ver más

“humanos”. Desde el eje contrapuesto, los participantes no suelen sentirse molestos si


202
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

sus terapeutas se muestran reservados en relación a sus vidas, pero sí les resulta

excesivo cuando no responden a preguntas básicas sobre ellos. Estos resultados también

son consistentes con investigaciones exploratorias de características similares (Oliveira,

Sousa, y Pires, 2012; Siebold, 2011). La auto-revelación del terapeuta pareciera

presentarse como un instrumento que puede ser valioso para fortalecer el vínculo de los

pacientes y mejorar su condición, o ser un obstáculo para la terapia y, la concomitante

evolución positiva del paciente. De la misma manera, la sistemática evitación de tópicas

personales y el hermetismo del terapeuta puede generar una sensación de

distanciamiento del terapeuta, perjudicial para el vínculo. La perspectiva del paciente

acerca de la auto-revelación se presenta como una variable fundamental en la

bifurcación de estos dos caminos: auto-revelación como un elemento que facilita u

obstaculiza el proceso. Estos resultados sugieren la misma línea de discusión señalada

anteriormente, respecto de la psicoterapia como un espacio potencialmente iatrogénico

si se descuidan determinados aspectos del proceso.

6.6. Discusión y conclusiones sobre la percepción de cambio y sus vínculos con las

intervenciones de los terapeutas (objetivo específico#3).

En la búsqueda bibliográfica en la que se sustentó esta tesis, no se encontraron

investigaciones previas que hubieran abordado el estudio de las intervenciones mediante

entrevistas cualitativas, haciendo eje en la perspectiva del paciente. La tesis aquí

descripta es un primer esfuerzo en pos de indagar la experiencia fenomenológica de los

pacientes frente a las intervenciones de sus terapeutas, buscando revalorizar esta voz al

momento de ponderar las variables del proceso psicoterapéutico.

Entre los ejes analizados, se observó que aquellos terapeutas que intervenían con

un formato de tratamiento explicitado desde el principio y aquellos que lo hacían con un

203
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

formato no explicitado, más orientado al aquí y ahora de la experiencia, no se

vincularon con algún tipo de cambio en particular, salvo en el caso de los cambios

internos, los cuales presentaron una marcada mayor frecuencia frente a un formato no

explicitado. Esto podría sugerir que este segundo formato pareciera más adecuado para

lograr ese tipo de cambios; pero al no poseer datos sobre la competencia de los

terapeutas ni de los procedimientos psicoterapéuticos implementados en cada formato,

se requiere mayor investigación al respecto para arribar a conclusiones más certeras.

En contraste, se observó que en general las intervenciones de tipo directivo se

vincularon con mayor presencia de cambios y, en particular, con relación a los cambios

internos. Una posible interpretación de estos resultados es que aquellos terapeutas con

un perfil más directivo, podrían ser más concretos dentro del tratamiento; conversando

sobre los logros a medida que se van completando y haciendo que, luego, el paciente

pueda identificar más fácilmente los cambios alcanzados.

La ponderación positiva del contenido de las intervenciones, en comparación

con su forma, se vio vinculada a un mayor nivel de cambio, y en espacial a cambios

internos y en las relaciones interpersonales. Este resultado abre un interesante debate

acerca de si los pacientes están en condiciones de evaluar la calidad de la forma de

intervenciones o si, de hecho, priorizan el contenido, cuando la forma de las

intervenciones fue la que les permitió acceder a percibir e internalizar dicho contenido.

Cuando a los participantes se les preguntó por los aspectos del tratamiento que

facilitaron el cambio, las intervenciones del terapeuta constituyeron la respuesta más

frecuente. Típicamente los participantes mencionaban “lo que me dijo el terapeuta” o

“su punto de vista”, de manera genérica, pero se observa la valoración positiva que

hacían de la palabra del terapeuta.

204
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

6.7. Discusión y conclusiones sobre la percepción de cambio y sus vínculos con la

participación del paciente en el tratamiento (objetivo específico#4)

Los participantes del estudio realizaron escasos comentarios sobre su propia

participación en la terapia, aun cuando se les preguntó específicamente sobre el tema.

De hecho, durante toda la entrevista tendieron a poner al terapeuta como el principal

actor del tratamiento, ubicando su propio rol en la terapia en segundo plano. Este hecho

evidencia que los participantes no se pudieron involucrar en el tratamiento como un

actor importante de la terapia, resaltando fundamentalmente el valor del terapeuta. Aun

en los casos en que indicaron aspectos propios como los facilitadores de cambio, por lo

general mencionaron la posibilidad de “hablar”, siendo muy pocos los que identificaron

el trabajo realizado en el tratamiento.

La psicoterapia es un proceso interpersonal, co-construido entre paciente y

terapeuta y los distintos modelos de tratamiento convergen en destacar la importancia

del rol del paciente en el proceso terapéutico (Wampold, 2010). La posibilidad de que

los clínicos rescaten el valor de las acciones de los pacientes en su propia cura y se lo

manifiesten durante la terapia, puede ser una estrategia valiosa para empoderar a los

beneficiarios de la psicoterapia y así potenciar sus resultados. Una actitud tal, va en

oposición al surgimiento de una relación de dependencia hacia el terapeuta, uno de los

cambios negativos narrados por los pacientes de esta investigación.

Dentro de las referencias que los pacientes hicieron de su participación en el

tratamiento, se observó que los pacientes que reportaron una participación resistente/

confrontativa mencionaron menores cambios que los pacientes con un estilo de

participación activa. La asociación mencionada, entre una participación resistente/

confrontativa y una menor mención de cambios, se presentó con especial saliencia en

relación con los cambios internos. Si bien la merma en cambios en las relaciones

205
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

interpersonales del paciente también se relacionó marcadamente con la participación

resistente/ confrontativa (y en menor grado que la reducción en cambios internos), ello

puede sugerir que se trataba de pacientes con mayor psicopatología que los pacientes

con participación activa ya que la presencia de múltiples dificultades en las relaciones

interpersonales (entre las que se incluye la relación terapéutica) es un indicador de

presencia de trastornos de personalidad (Belloch Fuster y Fernández Álvarez, 2010).

6.8. Discusión y conclusiones sobre la percepción de cambio y sus vínculos con el

proceso de terminación del tratamiento (objetivo específico#5)

En relación a los motivos presentados por los participantes para terminar el

tratamiento, la resolución del motivo de consulta, y la sensación de que la terapia no

cuenta con nuevos objetivos, fueron los más preponderantes, corroborando resultados

de investigaciones anteriores (Olivera, Braun, Gómez Penedo y Roussos, 2015; Roe,

Dekel, Harel, Fennig, y Fennig, 2006; Westmacott, Hunsley, Best, Rumstein-McKean,

y Schindler, 2010).

En términos generales, los pacientes fueron quienes tomaron la decisión de

finalizar el tratamiento, y se encontraron con diferentes posturas por parte de sus

terapeutas. Dentro de los participantes que comunicaron su intención de terminar,

muchos sintieron que les aceptaban la decisión y que pudieron dar un cierre al

tratamiento, ya sea con un período de evaluación de los resultados, con espaciamiento

de las sesiones previas a la terminación, o con una última sesión sintetizadora de lo

trabajado durante el tratamiento. Otros terapeutas, en cambio, se mostraron en oposición

a la terminación, argumentando que todavía existían temas no trabajados, y esto resultó

en un abandono de la terapia no informado, o en una sensación incómoda por parte de

los pacientes en la despedida.


206
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

La principal diferencia que se encontró, entre ambos grupos, fue una mayor

percepción de cambios en aquellos pacientes que acordaron la terminación. Esto puede

interpretarse de dos modos claramente diferenciados. Por un lado se puede pensar que

aquellos pacientes que percibieron menos cambios en sus tratamientos precipitaron la

terminación por sentirse insatisfechos con los resultados. Otra conclusión posible es que

aquellos participantes que terminaron sus terapias, ya sea abandonando o en franco

desacuerdo con sus terapeutas, hayan impregnado su recuerdo de la terapia con este

último “sabor amargo”, reportando menores cambios que aquellos vividos en su

momento, en el sentido del efecto de recencia (Atkinson y Shifrin, 1968).

Otra diferencia que se encontró, entre aquellos que acordaron la terminación y

los que tomaron la decisión de manera unilateral, fue en función a la relación posterior a

la finalización y a la posibilidad de realizar otra terapia con el mismo terapeuta.

Aquellos pacientes cuyo desenlace no fue acordado, manifestaron una preferencia por

buscar un terapeuta diferente, si tuvieran que decidir comenzar un nuevo tratamiento.

En suma, los resultados de este estudio apoyan la idea de que el momento de

terminación del tratamiento se presenta como altamente significativo para los pacientes

en psicoterapia. Los terapeutas podrían beneficiarse de estar atentos a las posibles

intenciones de sus pacientes de dejar el tratamiento, renegociando los objetivos o

realizando un cierre con lo avanzado hasta el momento, en los casos en que ellos se

vean decididos a interrumpir. Mucho de la bibliografía sobre terminación de

tratamientos confluye en resaltar la necesidad de una indagación ulterior de este tema en

el campo de las psicoterapias, como se detalló en los capítulos 2 y 3 (Davis y

Younggreen, 2009).

207
NOCIONES DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

6.9. Síntesis y conclusiones finales

En la presente investigación se entrevistó a 73 personas que habían realizado su

tratamiento en el Área Metropolitana de la Ciudad de Buenos Aires y se analizaron sus

respuestas. Los pacientes, en su amplia mayoría, manifestaron conformidad con los

tratamientos realizados, aun cuando presentaran algunos aspectos menos positivos del

mismo. Según los resultados de este estudio, la psicoterapia beneficia a los pacientes y

éstos perciben cambios en diferentes áreas de sus vidas. Por otro lado se encontró que,

desde la perspectiva del paciente, cada uno de los diferentes elementos del proceso

analizados se vinculan con cambio, pero no de manera aislada sino conformando un

entramado complejo en el que cada uno se sostiene de los otros.

Desde la teoría, los psicólogos clínicos pueden considerar que aquello que el

paciente valora puede no ser lo mejor terapéuticamente hablando. Por ejemplo, puede

ser que a un paciente le agrade la calidez del terapeuta, pero se beneficie más con un

terapeuta esctricto. Sin embargo, ese mismo paciente no podrá beneficiarse de ningún

tratamiento si abandona prematuramente, por lo cual es importante captar aquello que

puede desanimarlo para encontrar alguna manera de resolverlo, aunque ésta no sea

ofrecerle exactamente lo que pide.

Investigaciones como la que aquí se presentan, brindan la posibilidad al clínico

de “escuchar” algunos de los comentarios que los pacientes hacen sobre él y así

reflexionar sobre su práctica y el impacto en sus pacientes. Futuras investigaciones que

tomen como punto de partida algunos de los postulados aquí presentados podrán aclarar

la incidencia de cada uno de los elementos de la psicoterapia en el cambio, y contribuir

hacia una psicoterapia cada vez más efectiva.

208
PERCEPCIÓN DE CAMBIO EN PSICOTERAPIA JULIETA OLIVERA

Capítulo 7
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225
Apéndice # 1
ENTREVISTA A PACIENTES DE PSICOTERAPIA - PRUEBA PILOTO

Áreas temáticas y preguntas guía

1) Aspectos relacionados con el acceso a la psicoterapia.

a) ¿De quién fue la idea de que busque ayuda psicoterapéutica?

b) ¿De qué manera tomó contacto con su terapeuta?

c) ¿Tuvo experiencias anteriores a ésta?

d) ¿Qué aspectos de la psicoterapia le resultaron atractivos?

e) ¿Supo qué títulos profesionales alcanzó su terapeuta?

f) ¿Supo cuál era su especialización?

2) Aspectos vinculados con el contrato terapéutico.

a) ¿Cuál fue, en primera instancia, el motivo de su consulta?

b) Diagnóstico:
i) ¿Sabe si su terapeuta destinó un período para evaluar su situación?
ii) ¿Se le entregó o comunicó algún tipo de diagnóstico?

c) Socialización del tratamiento:


i) ¿Fueron acordados los objetivos del tratamiento?
ii) ¿Le comentó su terapeuta de qué manera iba a trabajar? ¿Le mencionó lo que
esperaba de usted y/o lo que él/ella haría?
iii) ¿Le comentó cuál iba a ser el tiempo aproximado del tratamiento, cuánto
suponía que trabajarían para alcanzar los objetivos o percibir cambios?

3) Aspectos vinculados a la modalidad y encuadre del tratamiento.

a) ¿Cuánto duró su tratamiento?

b) ¿Hubo interrupciones en ese tiempo?

c) ¿Con qué frecuencia asistía?

d) ¿Cuánto tiempo duraban las sesiones?

e) ¿Tuvo conocimiento del tipo de terapia que estaba recibiendo?

226
f) ¿Conocía el marco teórico al que adscribe su terapeuta?

4) Aspectos físicos del ambiente psicoterapéutico.

a) ¿A qué tipo de consultorio concurría? (Ej. oficina, casa, centro psicoterapéutico,


hospital, otros…)

b) ¿Qué características tenía el lugar? ¿Con qué mobiliario contaba?

c) ¿Cómo era la disposición entre el terapeuta y usted? (Ej. cara a cara, diván,
otros…)

d) ¿Podía contactar a su terapeuta entre sesiones? ¿De qué manera?

5) Intervenciones del terapeuta y participación del paciente

a) ¿Qué hacía el terapeuta durante las sesiones? (Especificación de acciones,


repreguntar de ser necesario)
i) ¿Para qué cree que hacía eso que describe?
ii) ¿Cómo lo hacía?

b) ¿Qué tipo de cosas le decía?

c) ¿Cómo participaba usted en las sesiones? ¿De qué manera lo hacía? ¿Y entre
una sesión y otra?

d) ¿Su terapia incluyó prescripción farmacológica? (Indagar respecto de cuándo,


cuánto tiempo, quién prescribió el medicamente, importancia que le atribuye el
paciente, otros…)

e) ¿De qué temas hablaban o abordaban mayormente?

f) ¿Usted diría que la terapia estaba enfocada más al pasado, al presente o al


futuro?

6) Percepción sobre los factores de cambio

a) ¿Notó algún cambio en su vida al comenzar con la psicoterapia?

b) De haberlos ¿Fueron cambios relacionados con su motivo de consulta?

c) ¿Qué aspectos de su psicoterapia considera que pudieron colaborar en esos


cambios?

d) ¿Cree que la psicoterapia afectó de algún modo su vida?

e) ¿Reconoce acciones de su terapeuta que pudieron ayudar a la realización de los


cambios?

227
f) Aparte de los cambios que haya percibido, ¿Considera que la psicoterapia le fue
beneficiosa en algunos aspectos? ¿Por qué? ¿Cuáles?

g) ¿Considera que hubo algún cambio en su calidad de vida?

h) ¿Cree que eso que hacía el terapeuta (mencionar respuestas de pregunta 5.a) le
ayudó de alguna manera?

i) ¿Hay algo que considera que no sirvió?

j) ¿Qué le gustó o gusta más de esta psicoterapia que experimentó?

7) Sobre la finalización de la terapia

a) ¿Quién tomó la decisión de finalizar el tratamiento? ¿En qué circunstancia se


dio?

b) ¿Terminó el tratamiento o lo abandonó? ¿Cuáles fueron los motivos para


cualquier caso?

c) ¿Se encuentra la finalización relacionada, o no, con cambios en la psicoterapia?


(Sean estos positivos o negativos).

d) ¿En qué condiciones quedó la relación con su terapeuta? ¿Lo podría o querría
llamar en otra oportunidad? ¿En qué situación podría ocurrir eso?

e) ¿Haría otro tipo de tratamiento en otra circunstancia? ¿En qué situación cree que
podría hacerlo? ¿Sabe qué tipo de abordaje buscaría?

228
Apéndice # 2
CONSENTIMIENTO INFORMADO

Consentimiento Informado
Investigador Responsable: Andrés Roussos.

Por favor leer esta información y firmar, si usted está de acuerdo, al pie de la página.

La presente investigación busca obtener información, sobre la base de individuos que


hayan realizado tratamientos psicoterapéuticos, respecto de las visiones alcanzadas a partir de
sus experiencias. Dicha información se alcanzará a través de entrevistas individuales, a personas
que hayan realizado sus psicoterapias en el Área Metropolitana de Buenos Aires, con la
pretensión de indagar cómo fueron los tratamientos y sus resultados, según los pacientes
entrevistados. Los objetivos expresados buscan contribuir a un cuerpo mayor de investigaciones
que guardan relación a Los procesos de cambio en psicoterapia.
Su participación consiste en acceder a una entrevista, cuya duración aproximada se
estima entre 60 y 90 minutos. La misma, será audio-grabada para poder conservar
fehacientemente la información alcanzada; pudiendo acceder a los audios, únicamente los
investigadores pertenecientes a este equipo.
Los miembros de este equipo de investigación lo protegerán a usted como participante,
identificándolo con un nombre clave, para que el material sea independiente de sus datos
personales. Estos últimos no serán difundidos, como tampoco será presentado ningún material
que surja de la entrevista y que pudiera facilitar o permitir identificar su identidad.
He leído esta información y la comprendo. Entiendo que se me harán preguntas sobre
mi experiencia en psicoterapia y que toda la información que brinde se mantendrá bajo
controles de confidencialidad. Comprendo que mi participación es voluntaria y que puedo
abandonar la investigación en cualquier momento, retirando la información presentada hasta
ese momento.
Participante

Firma y aclaración: ________________________ Lugar y fecha: _____________

Investigador

Firma y aclaración:________________________ Lugar y fecha: _____________

Ante cualquier duda sobre la investigación puede consultar a Andrés Roussos


andresroussos@comunidad.ub.edu.ar

229
Apéndice # 3
ENTREVISTA SEMIESTRUCTURADA

CÓDIGO
Fecha de la entrevista:……../……../……..
Entrevistador/a:………………………………………………..

A- Datos de la terapia.

Duración del tratamiento:________________________(en meses) _________________

Frecuencia: (en el caso en que haya variado durante el tratamiento, se anotará más de
una opción y se registrarán los momentos en que ocurrió cada una)

 3 veces por semana (1)


 2 veces por semana (2)
 2 veces por semana/semanal (3)
 semanal (4)
 semanal/quincenal (5)
 quincenal (6)
 mensual (7)
 otra (8): _______________

Duración de las sesiones: _______________________ (expresar en minutos)

 Estricto/ Fijo (1)


 Flexible/ Variable (2)

Lugar en el que se llevó a cabo la psicoterapia:

 Hospital público (1)


 Centro privado de psicoterapia (2)

230
 Consultorio privado (3)
 Centro de psicoterapia, luego privado (4)
 Hospital, luego privado (5).
 Otros (6)_________________________
Tiempo desde que finalizó el tratamiento: _________________________
Barrio/Zona del GBA en que realizó la psicoterapia: _________________

Tipo de prestación de servicio:


 Hospital público (1)  Modalidad…
 gratuita (a)
 con copago o bono contribución (b)
 Prepaga u Obra Social (2)
 Privada (3)
 Otro (4) ____________________

Prescripción o consumo de psicofármacos durante el tratamiento:


Durante el tratamiento, ¿su terapeuta le indicó psicofármacos? ¿Ud. tomaba pastillas por
cuenta propia o prescriptas por otro profesional?

 SI (1)  ¿Quién lo prescribió?


 el psicoterapeuta
 otro profesional

 derivado por terapeuta


 independiente
 NO (2)
 NS/NC

B- Sobre la experiencia en psicoterapia.

¿Qué causas/razones lo llevaron a consultar en un primer momento? (motivo de


consulta, escribir en pocas palabras)

231
C- Percepción del paciente sobre los factores de cambio.

a. ¿Notó algún cambio en su vida desde que comenzó la psicoterapia?

 Si (1)  ¿Cuáles?
 No (2)

b. ¿En qué medida cambio en cada una de estas áreas?

c. Para el caso que fueran mencionados cambios positivos: ¿Esos cambios tuvieron
relación con el motivo de consulta?

 Si (1)
 No (2)

d. Para el caso que la respuesta anterior fuero NO ¿Cree que la psicoterapia lo ayudó
con la situación por la consultó? ¿De qué manera?

e. ¿Con qué aspectos del tratamiento vincula los cambios? ¿Qué fue específicamente
lo que cree que lo ayudó?

f. ¿Percibió algún cambio que lo considere negativo?


 Si (1) ________________________________________________
 No (2)

g. ¿Sabe si personas de su entorno notaron que la terapia lo ayudó?

 Si (1)  ¿Quiénes? ______________________________________


 No (2)
h. ¿Considera que los cambios mencionados los podría haberse alcanzado sin la
psicoterapia?

D- Percepción del tratamiento psicoterapéutico

232
1) Previo al tratamiento

a. ¿Ha realizado otros tratamientos psicoterapéuticos?

 Sí (1)  ¿Cuántas veces? _________


 No (2)

b. ¿Los motivos de consulta de los tratamientos anteriores, fueron los mismos que en
el último ? (en términos generales)

 Sí (1)
 No (2)

c. ¿De quién fue la idea de que busque ayuda psicoterapéutica? (en la última vez)

d. ¿Está actualmente haciendo psicoterapia?

 Sí (1)
 No (2)
E- Aspectos relacionados con el acceso a la psicoterapia

a. ¿De qué manera tomó contacto con su terapeuta?

b. ¿Recuerda qué tipo de expectativas tenía sobre la psicoterapia? (cómo se


imaginaba al terapeuta, qué creía que iba a pasar, qué se confirmó y qué fue
diferente a lo que pensaba)

c. ¿Recuerda cuándo tomó la decisión de acudir a psicoterapia?

d. ¿Buscaba algún tipo de psicoterapia en particular?

 Sí (1) ¿Cuál? ________________________________


 No (2)
e. ¿Buscaba alguna característica en particular de su terapeuta?

F- Aspectos vinculados con el contrato terapéutico

233
a. Al iniciar el tratamiento: ¿ plantearon objetivos con su terapeuta?

 Sí (1)
 No (2)
b. Si la respuesta anterior fue NO: ¿Sentía que usted y su terapeuta tenían los
mismos objetivos en la terapia (aunque no se hubiera hablado de ellos de manera
explícita)?
 Sí (1)
 No (2)

c. ¿Se habló de un plazo de tiempo aproximado para alcanzar esos objetivos?


¿Cuántos objetivos se plantearon a lo largo del tratamiento?

d. ¿Cómo se establecieron dichos objetivos?,


 propuestos por el paciente (1)
 propuestos por el terapeuta (2)
 de común acuerdo (3)
e. ¿Los consideraba relevantes/significativos para el motivo por el cual consultó?
 Sí (1)
 No (2)
f. ¿Se le comentó una duración aproximada del tratamiento?

 Sí (1)
 No (2)
g. ¿Se le comentó de qué manera iban a trabajar en terapia?
h. ¿Se pactó lo que Ud. iba a tener que hacer y lo que su terapeuta haría, tanto
durante las sesiones, como entre una y otra sesión? (Esta pregunta busca indagar
sobre el acuerdo en las tareas)

G- Relación terapéutica
a. ¿Cómo describiría la relación con su terapeuta?

b. ¿Se fue modificando esta relación durante el tratamiento?

c. ¿Cómo describiría a su terapeuta? ¿Cómo describiría la actitud que tomaba


durante las sesiones?

d. ¿Se sentía cómodo con su terapeuta?

234
e. ¿Qué cosas valora de su terapeuta?

f. ¿Hubo cosas que no le agradaban de su terapeuta?


i. En caso que la respuesta sea afirmativa: ¿Podría indicar las más
importantes?

g. ¿Hubo algún momento en el que estuvo en desacuerdo con su terapeuta?


i. En caso que la respuesta sea afirmativa: ¿Cómo se resolvió el
desacuerdo?

h. ¿Hubo momentos en los que se sintió criticado o rechazado por su terapeuta?


i. En caso que la respuesta sea afirmativa: ¿Cómo lo vivió? ¿Qué hizo en
esos casos?

i. ¿Había cosas que sentía que no le podía decir a su terapeuta?

j. Entre una sesión y otra, ¿había contacto de algún tipo?, ¿tenía manera de
contactarlo? ¿para qué?

H- Intervenciones del terapeuta y participación del paciente


a. ¿Qué hacía en su terapia? ¿Qué acciones específicas realizaba su terapeuta?
i. En relación a las respuestas del participante: ¿Para qué cree que el
terapeuta hacía… (mencionar algo de lo que dijo)? ¿Con qué finalidad?

b. ¿Se acuerda de alguna de las cosas que su terapeuta le decía? ¿hubo alguna frase
que le haya quedado grabada o que le llamó la atención?
i. ¿Qué efecto tenía eso en Ud.? (o ¿cómo se lo tomaba Ud.?)

c. ¿Cómo participaba Ud. de la sesión? ¿qué hacía? ¿y entre una sesión y otra?

d. ¿Hacía alguna otra cosa recomendada por el terapeuta? (La presente pregunta se
encuentra orientada a evaluar si el terapeuta recomendaba terapias alternativas o
complementos naturales de algún tipo al paciente)

e. ¿Lo llevaba en algún momento a experiencias suyas o anécdotas de su vida?


i. ¿Qué opina Ud. de esto? (cualquiera fuera su respuesta), ¿cómo te sentías
con eso?,

f. ¿Alguna vez le preguntó explícitamente al terapeuta algo de su vida? ¿Qué actitud


sintió del terapeuta en relación a esto?

g. ¿Recibió información personal del terapeuta por fuera de la terapia (internet,


dichos de otras personas, información de dominio público)?

h. ¿Afectó en algo a la terapia contar con esa información? ¿Le resultaba útil hablar
de eventos de la vida del terapeuta?

i. ¿Qué temas se abordaban/hablaban mayoritariamente durante las sesiones?

235
Condiciones de la finalización de la terapia
a. Cuénteme sobre la finalización del tratamiento ¿Quién tomó la decisión?,

 el paciente (1)  ¿Cuál fue la reacción del terapeuta?


 el terapeuta (2)  ¿Ud. estaba de acuerdo?
 condiciones externas a la terapia (4)

b. ¿Cuáles fueron las razones que motivaron la finalización?

c. ¿De qué manera se desarrolló la terminación?

d. En qué condiciones quedó la relación con el terapeuta: ¿Lo puede/quiere volver a


llamar? ¿En qué situación?

Posterior al tratamiento
a. ¿Notó algún cambio desde que terminó la terapia, en relación a la temática
abordada en la misma?

b. ¿Cree que ahora piensa diferente de la terapia que en el momento de finalización?


(preguntar esto si hace más de 1 mes que finalizó)

c. ¿Haría algún otro tipo de tratamiento en otro momento? ¿En qué situación? ¿Qué
tratamiento buscaría, etc.?

d. ¿Recuerda alguna sesión en particular, o un evento dentro de una sesión que lo


haya afectado especialmente?

Datos generales
a. Más allá de los cambios que haya percibido, ¿considera que la psicoterapia fue
positiva?
 Sí (1)
 No (2)

i. ¿Hay algo de lo que se hizo durante el tratamiento que crea que no sirvió?

b. ¿Qué es lo que menos le gustó de su psicoterapia?

c. ¿Qué es lo que más le gustó de la psicoterapia?

236
Datos demográficos

Por favor complete estos datos:

Edad:

Género:

 Femenino (1)
 Masculino (2)

Estado Civil (marcar todos los casilleros que sean correctos):

 Soltero/a (1)
 Casado o Cohabitante (2)
 Divorciado/Separado (3)
 Viudo/a (4)
 Otro (5) ¿Cuál? __________________

Hijos:

 No (2)
 SI (1) ¿Cuántos? ______

Nivel educativo:
 Primario incompleto (1)
 Primario completo (2)
 Secundario incompleto (3)
 Secundario completo (4)
 Terciario o universitario incompleto (5)
 Terciario completo (6)
 Universitario completo (7)

Tipo de cobertura médica:


 La provista por el estado nacional (1)
 Obra social (2)
 Medicina prepaga (3)

237
Ocupación: ____________________________________________________

País de origen:___________________________________________________

Lugar de residencia:_______________________________________________
Barrio/Localidad:_________________________________________________

Datos del terapeuta


(responda según lo que recuerde de los mismos, en caso en que no conozca alguna de
los datos se debe marcar NS/NC)

Género:

 Femenino (1)
 Masculino (2)

Edad aproximada:

 NS/NC
Formación:

 Psicólogo (1)
 Médico Psiquiatra (2)
 Médico –no psiquiatra-(3)
 NS/NC (4)

¿Tiene conocimiento de la orientación teórica de su terapeuta?:

 NO (2)
 SI (1) ¿Cuál? ____________________________________

238
Apéndice #4
INSTRUCTIVO PARA LA ADMINISTRACIÓN DE LA ENTREVISTA

Este instructivo se redactó para que los investigadores que han participado del
entrenamiento en administración de la entrevista cuenten con un resumen por escrito de
los elementos principales de la entrevista, la manera de realizarla y los pasos a seguir.
No supone en ningún momento reemplazar el entrenamiento, sin embargo es útil que
queden todas las indicaciones por escrito.

Introducción

La entrevista a sujetos que han participado de un tratamiento psicoterapéutico es


una entrevista semiestructurada en la cual, de la manera más amena posible, se buscará
indagar datos sobre la terapia realizada por los participantes.

La entrevista tiene un formato intermedio entre una entrevista periodística y una


entrevista psicológica. El entrevistador va a buscar cierta información específica del
participante y cuenta con un listado de preguntas para hacer, sin embargo los
entrevistadores seleccionados son todos psicólogos y este dato es conocido por los
participantes. Es importante establecer un clima distendido y de confianza, sin ejercer
presión en donde se encuentre resistencia. Hay que intentar que la persona entrevistada
no se sienta forzada a exponer demasiado sus problemas, que quede claro que no es ese
el objetivo.

Antes de la entrevista

La investigadora principal (Lic. Julieta Olivera) derivará los participantes a los


entrevistadores. A todas las personas que se propongan como participantes se les
enviará un correo electrónico con la información sobre la investigación (hay un texto
desarrollado, que puede modificarse para adaptarse a cada posible participante). En el
caso en que acepten participar se fijará de común acuerdo día, lugar y horario de la
entrevista. Los datos de inclusión de la muestra deberán indagarse antes de pactar la
entrevista, ya sea vía correo electrónico o telefónicamente (éstos son: que sean adultos,
que hayan participado de una psicoterapia finalizada hace no más de 3 años y que ésta
se haya llevado a cabo en la ciudad de Buenos Aires o sus alrededores).

239
Si se envía un mail, agregar a los destinatarios a la persona de contacto (por
ejemplo, si es un conocido de Laura, le envío el mail a la persona con copia a Laura)
esto evita que algunas veces el mail desemboque en la casilla de SPAM del participante.
Si el participante no responde luego de 1 semana preguntar a la persona de contacto
para que se comunique con él y corrobore que llegó el mail. Cuando se recibe una
respuesta se debe informar de la misma a Julieta para que registre la información (sea
cual fuere) y para que proporcione un código de entrevista en caso de que haya
aceptado.

La persona que realizará la entrevista será la encargada de acordar con el


participante el lugar, día y horario en el que se llevará a cabo. El lugar lo elegirá el
participante, el entrevistador debe indicar que se requiere un lugar tranquilo sin
interrupciones. Se puede ofrecer la oficina del equipo de investigación del Dr. Roussos
como espacio para la entrevista, el consultorio del entrevistador o cualquier otro lugar.
Según las referencias que se tengan del participante se evaluará si se puede acceder a la
casa/trabajo de éste o no. En el caso en que el participante tenga disponibilidad en
horarios que no coinciden con el entrevistador, enviar mail a los otros investigadores
para averiguar si alguno puede hacer la entrevista. La prioridad siempre la tiene el
participante y si ofrece horarios hay que tratar de tomarlos y acomodarse a ellos.

Aclaración: En el caso en que la entrevista se pacte a través del correo electrónico,


el investigador debe debe pedir un celular de referencia y asegurarse de que el
participante tenga el suyo por si ocurre cualquier desencuentro o una necesidad de
modificaciones de último momento.

Materiales

El entrevistador necesita llevar al encuentro:


-grabador con pilas
-protocolo (por escrito)
-2 copias del consentimiento informado firmadas por el investigador responsable
(una será firmada también por el participante y se entregará al investigador a cargo –
Lic. Olivera Ryberg-, mientras que la otra se la entregará al participante). El
consentimiento informado no debe llevar el código de la entrevista, el enlace entre los

240
nombres de los participantes y los códigos sólo lo almacena la investigadora principal
para preservar la confidencialidad.

El código del participante será informado al investigador antes de la entrevista.


Completar el código en los 2 lugares destinados a tal fin (no incluir en el consentimiento
informado).

Administración del consentimiento informado

Una vez que se hace efectivo el encuentro se explicará al participante sobre la


investigación, aclarando que se le preguntará cuestiones relacionadas a su experiencia
en psicoterapia, que no debe mencionar cuestiones personales si no lo desea y que
puede evitar responder a una pregunta si ésta le parece incómoda, así como también
retirarse por completo de la investigación en cualquier momento que lo desee.

A continuación se le presentará el formulario de consentimiento informado, se le


pedirá que lo lea, realice las preguntas que resulten necesarias y, de estar de acuerdo,
que lo firme. Se entregará una copia en la que figuran datos de contacto del investigador
responsable (Dr. Andrés Roussos) por si desea contactarlo en el futuro. Por último,
antes de encender el grabador, se explicará al participante que la entrevista se centrará
en la psicoterapia que finalizó dentro de los últimos 3 años. Si el participante realizó
otros tratamientos o se encuentra en tratamiento al momento de la entrevista y quiere
realizar comparaciones puede hacerlo pero no se indagará especialmente en ninguno de
ellos.

Una vez que se enciende el grabador se puede mencionar fecha y código de la


entrevista pero evitar mencionar el nombre del participante. De la misma manera se le
puede decir que no es necesario que brinde ningún dato identificatorio del terapeuta (por
ejemplo, nombre).

Entrevista

Si bien el orden establecido para las áreas de la entrevista no es arbitrario, no es


necesario que se respete estrictamente el orden de las preguntas ni que se formulen
exactamente como se encuentran escritas. En el caso en que el participante aborde un
tema que se encuentra posteriormente, indagarlo en profundidad y luego no volver a
preguntar sobre el mismo. Lo más importante es que se exploren todas las áreas, más

241
allá del orden de las mismas. Por lo tanto, el entrevistador debe tener todas ellas en
mente para hacerlo.

Asimismo es importante que el investigador mantenga una escucha activa y pida


clarificaciones y profundización cada vez que el participante sea vago o inespecífico en
una respuesta.

Ej: Participante: -Me parece que teníamos una buena relación.


Entrevistador: ¿Por qué te parece que la relación era buena? (busca indicadores de
una buena relación en el participante).

Ej: La terminación fue buena, la decisión la tomé yo.


Entrevistador: ¿Qué motivó esa decisión?
Participante: El tema de los desacuerdos
Entrevistador: Contame un poco más acerca de los desacuerdos.

Ej. Participante: …Y así fue que le dije que no iba a ir más, le pareció mal pero no me
importó.

Entrevistador: ¿Cómo fue que le dijiste que no irías más? ¿en qué momento se lo
dijiste, la última sesión? ¿Qué te dijo que te hizo creer que le parecía mal? ¿cómo
quedaron las cosas?

El protocolo mantiene un orden estratégico, en el que luego de preguntar ciertos


datos introductorios sobre el tratamiento se pasa a indagar sobre los cambios percibidos.
La razón para abordar este tema desde el principio es que es el tema central de la tesis y
el área en la que se pretende profundizar más. Las siguientes áreas son: acceso a la
terapia; contrato terapéutico; relación terapéutica; intervenciones; terminación del
tratamiento; experiencia posterior al tratamiento. En la próxima sección se aclara cómo
deben preguntarse algunos datos específicos.

Se requiere del entrevistador que complete manualmente todos los casilleros que
se presentan en el cuestionario ya que esto facilitará la posterior carga de datos. Por
favor, antes de entregar el protocolo chequear que no falten datos.

Una vez que la entrevista semidirigida llegue a su fin, se le entregarán 3 carillas al


participante con afirmaciones para que puntúe, de acuerdo a su experiencia, cada una de
ellas. También se entregarán dos hojas con preguntas socio-demográficas para que
complete el participante.

242
Paso a paso:

Aquí se detallarán las etapas de la entrevista y las complicaciones que pueden


surgir al entrevistador en cada una de ellas.

Datos de la terapia

Se focalizará la entrevista al último tratamiento psicoterapéutico finalizado.


Algunas de estas preguntas pueden haberse respondido en la pre-entrevista telefónica,
en ese caso no repetirlas. Si en algún caso el participante presenta respuestas por fuera
de las opciones brindadas, simplemente tomar nota de ellas.

No se le preguntará al participante la cantidad de sesiones, se preguntará duración


de tratamiento y frecuencia y el cálculo se realizará luego.

En la pregunta sobre la duración de las sesiones se busca indagar si era flexible o


estricto, además del tiempo, en general los participantes realizarán un comentario sobre
el tema y eso será suficiente. Ej: “y… más o menos una hora, en general el terapeuta
cortaba cuando se acababa el tema. Alguna vez yo tenía que irme en horario justo y lo
respetaba, no sé, variaba…” ó “duraba hasta que llegaba el siguiente paciente, cuando
tocaba timbre terminaba la sesión, yo bajaba, le abría la puerta y le daba la llave”.

Preguntas relacionadas con la percepción de factores de cambio

En esta sección de la entrevista se indaga sobre lo que cree que cambió por la
terapia realizada, el participante puede mencionar cambios positivos o negativos, sobre
cada uno de ellos se debe indagar en profundidad en qué medida cambió y cuán
significativo era para el paciente en ese momento.

Dado que ya se le preguntó al sujeto sobre los motivos de consulta a veces la


respuesta a “¿En qué medida la psicoterapia lo ayudó con la situación por la que
acudió?” se da durante la descripción de los cambios, sólo hay que hacerla si quedan
dudas sobre el tema. Por ejemplo, si la persona dijo que acudió a terapia por depresión y
cuando se preguntaron los cambios habla de mejora en la relación con la madre,
resolución de problemas laborales y comprensión de lo que pasaba, se puede preguntar
“¿Te ayudó con tu problema de depresión? y si dice que sí: ¿Lo agregarías a los
cambios percibidos? y se respeta la indicación del participante.

243
Percepción del tratamiento psicoterapéutico

Los temas que se encuentran a continuación en la entrevista tienen todos


preguntas guía, lo importante es que se aborde cada uno de ellos, más allá del orden de
los mismos y que se exhorte al participante a profundizar sus respuestas. Cada una de
las preguntas dentro de cada apartado es un tema que debe ser indagado. Todos los
casilleros de SI/NO deben ser completados ya que más allá de que la entrevista se
encuentre audiograbada, se facilita la carga de datos el tenerlos pautados en el
protocolo. Los apartados son los siguientes: aspectos relacionados con el acceso a la
psicoterapia; aspectos vinculados con el contrato terapéutico; relación terapéutica;
intervenciones del terapeuta y participación del paciente; condiciones de la finalización
de la terapia; percepción de la terapia posteriormente al tratamiento.

Datos Sociodemográficos

Al finalizar la entrevista se le entrega al participante para que complete los datos


sociodemográficos.

Posterior a la entrevista

Se incluyeron una serie de datos para que cargue el entrevistador al finalizar la


entrevista, es necesario que lo haga lo más cercano posible al momento de la entrevista.
Si la entrevista fue realizada por más de un investigador, ambos entrevistadores deberán
completar este apartado de manera conjunta.

La entrevista (grabación de audio) deberá ser almacenada en el disco externo que


se encuentra en la oficina del equipo de investigación bajo llave. Puede almacenarla el
entrevistador o presentarla a Julieta y ella lo hace. El protocolo con las anotaciones del
investigador, junto con el consentimiento informado serán guardados en la carpeta
“casos tesis Olivera” que también se encuentra en la oficina bajo llave. El protocolo
debe tener el código del participante pero el consentimiento informado no porque tiene
el nombre del participante. Antes de entregar el material escrito por favor corroborar
que no hayan quedado datos sin cargar en el documento. Gracias.

Preguntas frecuentes

 ¿Qué hace el entrevistador si el participante le pide consejos sobre su vida?

244
Definitivamente no tiene que dar consejos durante la entrevista, pero si es un tema
que cree que puede ayudar al participante, le puede decir algo tipo “mirá, ahora prefiero
que sigamos con la entrevista, pero cuando terminemos si querés hablamos de este
tema”.

 ¿Qué hace el entrevistador si el participante se angustia mucho al relatar los


eventos?

Trata de contenerlo con la escucha y la mirada, intenta enfocar las preguntas al


tratamiento en sí y evitar cuestiones muy personales. La empatía es clave, después está
en el estilo de cada uno: ofrecer un vaso de agua, carilinas, etc. Si el investigador siente
que las preguntas desbordan al participante se debe suspender la entrevista.

 ¿Qué hace el entrevistador si suena el teléfono del participante?

El entrevistador no le puede pedir al participante que apague su teléfono, si suena


éste se puede poner pausa al grabador, esperar que el participante termine la llamada y
retomarla cuando haya finalizado. Durante la pre-entrevista telefónica se le explicó al
participante que se busca que el lugar de la entrevista sea tranquilo, donde no haya
muchas interrupciones.

 ¿Qué hace el entrevistador con su teléfono celular?

En lo posible lo apaga o lo pone en modo silencioso antes de comenzar la


entrevista. Si tiene algún tema urgente que tiene que atender pide disculpas, pone en
pausa el grabador, atiende, corta y vuelve a la entrevista. Si olvidó apagarlo pero no es
un llamado importante, se corta la llamada y se vuelve a la entrevista. En este sentido
hay que pensarlo como lo harían con un paciente.

 Qué hace el entrevistador si el participante se tiene que ir y no ha finalizado de


cubrir todos los temas?

Hay que intentar evitar esta situación advirtiendo desde el mail de contacto o la
pre-entrevista telefónica que puede durar algo más de una hora. Si sucede igual, se
puede buscar la manera de volver a encontrarse o abrir la posibilidad de hacer las
preguntas que falten telefónicamente. Esto no es lo mejor porque se corta la continuidad
y además no se graba con la misma fidelidad, pero en una situación así vemos el caso

245
particular y lo hablamos. En una oportunidad en que la participante nos anunció cuando
llegamos que tenía sólo 45 minutos estuvimos muy atentos a los tiempos y nos
preocupamos en primer lugar de cubrir los temas más importantes, fuimos más
directivas y no dejamos que los temas se desviaran mucho del curso de la entrevista.
Este caso no es el ideal porque presenta una diferencia con otras entrevistas pero en
principio no se suspende una entrevista si los investigadores ya están con el participante.

246
Apéndice # 5
DOMINIOS Y ÁREAS TEMÁTICAS INCLUIDAS

01. Variables  Aspectos del tratamiento que el


VALORACIÓN DE LA facilitadoras para participante vincula con el cambio
TERAPIA el cambio que identifica, lo ayudó a mejorar
y/o a sentirse bien.
Es esperable que el contenido de
este dominio se encuentre
categorizado en otro. (Ej.
Intervenciones, Relación
Terapéutica o Características del
Terapeuta).
Satisfacción con  Expresiones que reflejan agrado
la terapia o descontento con respecto al
tratamiento.
 Descripción de aquello que le
agradó o no. (Con independencia
de las respuestas sobre lo que más
y menos le gustó).
 Incluye aspectos de la terapia
que el participante valore
positivamente y que los considere,
han sido, de “utilidad”
(Ej. “Lo que me sirvió…”).
Lo mejor de la  Respuesta del participante en
terapia base a la pregunta que se
detallada, en relación a este
aspecto, en el protocolo.
Lo menos  Respuesta del participante en
agradable de la base a la pregunta que se
terapia detallada, en relación a este
aspecto, en el protocolo.
02. Terapias previas  Si el participante ha realizado
PREVIAS AL tratamientos psicoterapéuticos
TRATAMIENTO anteriores al que se está indagando.
Ideas previas  Lo que el participante pensaba
sobre “qué es la que eran las psicoterapias en
psicoterapia”. general y los terapeutas. (Ej. “Yo
pensaba que los terapeutas o las
terapias eran...”).
 Refiere a las creencias previas
(No a las expectativas. - Ej. “Yo
pensaba que la terapia era hacer
diván, no quería ir a un psicólogo
a hablar de mi mamá”).
Expectativas  Lo que el participante esperaba
de ese tratamiento en particular, lo
que imaginaba que pasaría o no.
247
 Aquello que se concretó o no de
lo que esperaba, específicamente
en el marco del tratamiento que se
indaga.
El protocolo incluye una pregunta
específica para este dominio, que
permite la indagación profunda
al respecto.
Preferencias  Lo que el participante buscó
deliberadamente para su
tratamiento y/o suponía querer.
(Ej. Marco teórico determinado,
sexo o edad del terapeuta,
distancia geográfica).
Se diferencia de expectativas, en
tanto lo busca, no supe que podría
pasar.
Acceso a la  Quien tomó la decisión de que
terapia inicie la psicoterapia sobre la que
se indaga.
 De qué manera llegó a la terapia
y/o a ese terapeuta. (Ej. “Lo
busqué en cartilla, me lo
recomendó…”)
Incluye la forma en que tomó
contacto y el proceso de admisión.
(Ej. Lo llamó o lo contactó de otra
forma).
03. Setting  Donde se desarrolló la
COMIENZO DE LA psicoterapia. (Ej. En la casa del
TERAPIA terapeuta, consultorio, otros).
 Todo aquello que refiera al
encuadre y/o contexto (que no
sugiera intervenciones).
En los casos que se encuentre
material que responda a ambos
dominios (encuadre e
intervenciones), deberá
identificarse únicamente como
“intervención”.
 Si se conversó, al comenzar el
tratamiento, respecto de la
duración de la terapia. (Todo lo
relacionado con el tema se
incluye).
Queda excluido: la duración real
del tratamiento, la frecuencia y la
duración de las sesiones. (Queda
registrado en el formulario escrito
e ingresado en la tabla de datos).

248
Motivos de  Qué lo hizo comenzar el
consulta tratamiento. (Ej. Sintomatologías
y/o una situación particular).
Queda excluido: el hecho que
alguien le hubiera recomendado
hacer una terapia. ( Queda
registrado en “Acceso a la
terapia”).
Objetivos  Si había objetivos para la terapia
 El participante y el terapeuta
establecieron objetivos para el
tratamiento.
 Si piensa que, aunque no hubo
objetivos, ambos estaban
alineados, como yendo por un
mismo recorrido.
El protocolo contiene pregunta en
referencia a este tema. Podría
subsumirse a “setting”, aunque
por intereses de investigación, se
prefiere diferenciarlo).
04. Cambio  Todo aquello en lo que el
CAMBIO participante creen que cambió.
 Lo que distingue pudo haber
estado de una manera y ahora lo ve
de otra forma.
 Aquellas menciones respecto de
por qué cree que cambió.
Queda Incluido: cambios posibles
sin psicoterapia, lo que el
participante cree que podría haber
cambiado sin tratamiento y en las
condiciones que considera se
hubieran dado (Ej. “Algunos los
hubiera logrado igual pero en
mayor cantidad de tiempo” o “con
mayor sufrimiento”).
Todo lo que cree hubiera pasado si
no hacía esa psicoterapia. Lo que
le hubiera gustado que cambie o
temas no resueltos. Los cambios
negativos.
Queda excluido: quién notó los
cambios.
05. Evento  Alguna circunstancia, que
EVENTO significativo destaque el participante, como
SIGNIFICATIVO llamativa, diferente.
 Alguna narración, de alguna
sesión particular o parte de ellas.

249
06. Características  Cómo describe el participante al
RELACIÓN del terapeuta terapeuta, las valoraciones sobre
TERAPÉUTICA sus características. (Desde lo
físico, hasta características de
personalidad y actitudes).
Queda incluido: aquellas
características que no le
agradaban.
Queda excluido: si menciona que
alguna de las características fue
facilitadora para el cambio, debe
registrarse en ese dominio.
Vínculo  Cómo describe el participante al
terpéutico vínculo con su terapeuta. Cómo se
sentía, si había algo sobre lo que
no hablaba y si se sentía valorado.
Queda incluido: contacto entre
sesiones.
Self disclosure  Aspectos que el terapeuta reveló
Autorevelación de sí mismo y detalles que el
paciente sabía de su terapeuta, aún
de fuentes externas.
 Si el terapeuta le contaba
anécdotas o le revelaba eventos o
circunstancias de su vida privada.
En el caso que mencione una
intervención como autorevelación,
deberá ser clasificada en ambos
dominios.
07. INTERVENCIONES Intervenciones  Cualquier acto, expresión o
conducta del terapeuta durante las
sesiones, vistas por el participante.
Queda incluido: el dominio
“planteo de la estructura de la
psicoterapia”.
Temas abordados  El contenido de las
intervenciones. (Diferenciarlo del
motivo de consulta).
Participación del  Lo que hacía el participante en la
paciente psicoterapia. (En ciertos casos
podría decir “hablaba”, en otros
es posible amplíen).
08. Motivos  Por qué cree el participante que
TERMINACIÓN DEL terminó el tratamiento.
TRATAMIENTO (Tendencias: terminó por decisión
propia y justificará su decisión o el
terapeuta lo dio por finalizado y
explicará que vio el terapeuta y/o
ambos, que llevó a la terminación
del tratamiento.

250
Condiciones  Quién tomó la decisión, cómo
fue el proceso de terminación, si
hubo espaciamiento de sesiones, si
se trabajó de forma diferente para
terminar.
Todo lo que se incluye aquí, no
tiene que encontrarse registrado
en intervenciones.
09. Actitud ante  Concluida la terapia, cómo se ve
POST TRATAMIENTO nueva terapia frente a la posibilidad de hacer
terapia en el futuro.
 Si contactaría al mismo
terapeuta, a otro, preferencias, etc.
Post-tratamiento  Aquello que experimentó
terminado el tratamiento.
(Cambios posteriores a la terapia
y terapias actuales).
Las terapias actuales sólo se
consideran si guardan vinculación
con la anterior, sobre la que se
está indagando. (Ej. Si menciona
que eligió algo en consecuencia de
la terapia terminada).
10. Terapias  Cuando el participante menciona
TERAPIAS PARALELAS paralelas haber hecho otra terapia al mismo
tiempo que la de referencia. (Ej.
Terapia de pareja y su terapia
individual).
Queda incluido: el modo en que se
estableció contacto con el otro
profesional.
11. El paciente que es  Exclusivo para aquel participante
YO COMO TERAPEUTA también terapeuta.
terapeuta  Momento en el que se comparan
con su terapeuta o que mencionan
algún conocimiento por el hecho
de ser terapeutas.
12. Psicofarmacología  Si tomaba medicación. Que
PSICOFARMACOLOGÍA tomaba, la persona que la indicó
(Si fue el terapeuta, otro
profesional u otros).
 La relación que el participante
tuvo con medicación.

251
Apéndice # 6 TABLA DE DOMINIOS, SUBDOMINIOS, CATEGORÍAS Y EJEMPLOS

DOMINIO VALORACIÓN DE LA PSICOTERAPIA

Aspectos positivos del tratamiento


Lo mejor de la terapia fue obtener Lo mejor fueron los cambios obtenidos/ lo mejor es que me dio tranquilidad
resultados/sentirse mejor 21
Lo mejor de la terapia fue la persona del Lo mejor fue ella, mi terapeuta, como era
terapeuta 9
Lo mejor de la terapia fue la relación Lo mejor fue que me sentía cómoda y le podía contar todo
terapéutica 11
Lo mejor de la terapia fueron algunas cosas Lo mejor fue cuando me hizo exponerme a situaciones que me daban miedo
que dijo T 9
Lo mejor de la terapia fue el autoconocimiento 12 Lo mejor fue poder entenderme a mí mismo
Aspectos negativos del tratamiento
Por momentos P se sentía insatisfecho con el Muchas veces salí de terapia diciendo que no servía para nada/ lo que no me gustaba era sentir resistencia
tratamiento 23
A P no le gustaba la lejanía, el día/horario o los Lo que menos me gustaba era la distancia del consultorio/ lo peor de la terapia era pagar
honorarios de la terapia 17
A P no le gustó el tiempo largo en el que tardó lo que menos me gustó son los tiempos que tardamos en tener las armas para resolver mis problemas
en mejorar 5
La psicoterapia no ayudó a P porque no se yo no me sentí muy atendida, (…) la actitud que sentía de parte de él era un desinterés
sintió acompañado 5
A P no le servía cuando en la terapia se no servía la terapia cuando hablábamos de cuestiones del mundo actual, la charla casual
hablaba de cuestiones cotidianas 5
A P no le gustaba no saber la duración de la Eso me angustiaba, no saber cuándo iba a terminar, que no se hablara del tema
terapia 8
A P no le gustó sentir que no se podía expresar Creo que una sola cosa se podía criticar en el sentido del vínculo, era que por ahí me costaba mucho en terapia, si
completamente con T (nueva) estaba muy cargada de angustia me costaba mucho llorar, la descarga de angustia siempre quedaba por fuera de
16 ese espacio. / Lo que no me gustaba es que no le podía decir todo lo que me pasaba.
A P no le gustaba la falta de flexibilidad Era como muy rígido. Yo llegaba, me sentaba y hablaba. Y si no hablaba, él no hablaba/ Era muy poco flexible en
todo y bueno al final me cansé de eso.
(nueva)
8

252
DOMINIO MOTIVO DE CONSULTA
¿Qué razones tuvo para iniciar el tratamiento?
P acudió a terapia por ansiedad/ angustia En el momento en el que fui no podía llevar adelante mi vida, estaba totalmente bloqueada para un montón de cosas, tenía
unas angustias que eran imponentes, y más que nada por un monto de ansiedad altísimo, que en cierto punto yo le llamaba
paranoia. Hoy en día te digo que había desarrollado una neurosis obsesiva muy importante y estaba como en un punto altísimo
13 de ansiedad y de angustia.
P acudió a terapia por depresión/ tristeza (no Estaba muy deprimida, cuando lo tuve a mi hijo estaba muy deprimida. Yo igualmente tengo un poco tendencia a eso, y
incluye duelo de un ser querido) realmente estaba muy mal y no podía disfrutar de mi maternidad. Llámalo depresión posparto, lo que fuere, igual me duró
9 mucho. Ese fue el motivo.
P acudió a terapia por cuestiones de personalidad Quería resolver cosas de personalidad, que necesitaba trabajarlas y creo que es la manera para hacerlo, ver por qué te pasan x
cosas o ver también el tema del laburo, como cosas personales y miedos que tal vez uno acarrea desde la infancia, que te van
9 trabando.
P acudió a terapia por tener síntomas físicos 4 Tenía una enfermedad, herpes, y mi médico me recomendó que empezara terapia.
P acudió a terapia por un evento disruptivo/ crisis Porque mi mama está enferma de cáncer y tuvo una internación muy complicada, y ese fue como el desencadenante de la
vital 24 vuelta a la consulta
P acudió a terapia por un duelo 8 Empecé porque tuve la muerte de mis dos abuelas y me deprimí bastante.
P acudió a terapia por tener dificultades con el Cuando empecé a levantar cabeza me empecé a plantear quién soy, qué quiero de mi vida; y ahí surgió la idea de que en el
estudio/ vocacionales 9 colegio me habían hecho un test vocacional y me habían dado las áreas de filosofía, psicología…
P acudió a terapia por presentar problemas Que luego de vivir en EEUU durante 8 años (de los 18 a los 26) volví a vivir al país. Quería readaptarme y no sabía para
laborales 5 donde ir profesionalmente.
P acudió a terapia por problemas de pareja Consulte por problemas de pareja, que me venían causando problemas; de imposibilidad de sostener las distintas parejas que
venía teniendo / Y yo empecé a ir en realidad, porque me peleaba un montón con mi marido. En los primeros años nos
25 matábamos, nos matábamos, y yo dije necesito hacer algo
P acudió a terapia por problemas familiares El primer motivo por el que fui era que estaba peleado a muerte con mi padre, y después me reconcilié. Y desde ahí que nos
llevamos bien, mucho mejor. No es que cambio del día a la noche pero a lo largo de los dos años esos y después de la terapia
9 apliqué todas esas cosas y fue bueno. Ese fue mi pedido inicial.
P acudió a terapia por problemas con los otros en Cuando empecé a ir con ella tenía muchos problemas de timidez y para relacionarme con las personas y me ayudó mucho
general inclusive para venir a la facultad y no sufrir y no padecer el armar grupos, empecé a sociabilizar mucho más, yo era muy
5 dependiente en ese momento.
¿Qué sucedió con el motivo de consulta?
La terapia no ayudó al paciente a resolver su motivo algunas cosas me hicieron bien, pero lo que yo quería no lo logré
de consulta 9

253
La terapia ayudó a resolver el motivo de consulta Algunas cosas sí logré, otras quedan
parcialmente 17
La terapia ayudó a resolver el motivo de consulta Con la psicoterapia obtuve todo lo que fui a buscar/ La terapia me ayudó totalmente con lo que llevé a terapia
totalmente 33

DOMINIO CAMBIO

¿Qué considera que cambió por haber realizado esa psicoterapia?


P logró mayor autoconocimiento / aceptación conocerme a mí misma / con la terapia salió más mi personalidad real / fui descubriendo que (la bipolaridad) lo tuve desde
30 que era muy chiquito, en todas las etapas
P logró mejorar su autoestima/ seguridad 19 La psicoterapia también me ayudo a suavizar la visión que tengo de mí.
P logró nombrar lo que le pasaba / encontró un En la terapia pude nombrar lo que me pasaba porque tenía un espacio para mí que era difícil encontrarlo en toda mi vida.
lugar seguro para expresarse 8
P logró llevar mejor una situación vital que estaba El tema de elaborar lo de mi mamá me ayudó muchísimo el tener un espacio donde poder hablar de eso, y a pasarla mejor
atravesando en ese momento / Una de las cosas más importantes de la terapia fue el poder salir de la situación de engaño de mi pareja y
16 poder sobrellevarlo.
P mejoró el estado de ánimo / disminuyó la angustia Cambió mi estado de ánimo, y el estado de ánimo me hace ver las cosas, problemas, vicisitudes de otra manera / Con la
14 terapia fue cambiando la sensación de angustia / estoy más contento / Noto que estoy más tranquila luego de la terapia,
P logró encontrar y hacer más cosas que le gustan También con la terapia pude encontrarme haciendo cosas que me gustaban hacer que quizás antes me costaba más
disfrutar / la psicoterapia me ayudo a encontrar cosas que me gustaban, porque antes hacía cosas que tenía que hacer pero
9 nada que me diera mucho placer.
P logró organizarse Antes estaba más disperso en la parte de escritura, y ahora publiqué un libro, grabo discos de poesía, etc. / Con la terapia
6 logré enfocar mis necesidades de decisiones en un punto
P logró cambiar actitudes / conductas En la terapia cambié ciertas actitudes, como ser más directo con ciertas cosas y no pretender que no sucede nada / En
general soy muy crítica entonces mi terapeuta trataba de suavizarme; trató de ubicarme en otro lugar como para hacerla
menos mal y creo que algo de eso también logre. /Logré una actitud de “tomar el toro por las astas” /Antes me quedaba
28 mucho en temas de otros de los socios, y ahora voy para adelante, si me equivoco me equivoco yo.
P logró poner límites / saber decir que no 10 También me ayudó a decirle sí a determinadas cuestiones y no a otras, definitivamente hay cosas que son blancas o negras…
P logró alejarse de situaciones que no le gustaban Con la terapia pude alejarme de situaciones o personas más nocivas o situaciones que no sé manejar y no tengo por qué
de su vida 8 estar metido ahí. / Con la terapia logré irme alejando de las relaciones con las que tenía más conflicto.
P cambió su forma de relacionarse Con la terapia cambió mi forma de relacionarme y el tipo de personas con las que me estaba relacionando / En la terapia
aprendí a moderarme más en mi forma de referirme a los demás sin llegar a ser agresivo, ponerme un filtro, / Con la terapia
noto que también con los nenes estoy como más tranquila, que a veces puedo manejar la situación de otra manera. Incluye:
42 separarse, llevarse mejor con la familia, amigos, pareja.
P logró cambios en su vida profesional / laboral / Durante la terapia me lancé a trabajar solo sin saber nada y en el medio descubrí como hacerlo / La psicoterapia me ayudó a
vocacional/ estudios 23 reelegir un poco el camino de la carrera por que estaba muy en conflicto
P logró ver las cosas de otra manera/ cambió su Pude llegar a tener un conocimiento del mundo y de uno mismo más profundo, más útil y más orientador
forma de pensar las cosas (nueva) 28
254
¿Notó algún cambio negativo?

P no percibió ningún cambio negativo 43


Otras apreciaciones vinculadas con el cambio
P considera que los cambios podrían haberse
logrado sin psicoterapia, pero con más tiempo 15 Algunos cambios los hubiera logrado igual, creo pero en otros tiempos y quizás sin entenderlos del todo
Los cambios persisten luego de la terapia 37 hay cosas que creo que las internalicé, creo que el terapeuta me transmitió bien el “tomar el toro por las astas”
Hubo problemas que P no solucionó con T (cambios Con la terapia no logré bajar de peso / Poder dormir fue el eje de la terapia y nunca lo solucionamos/ No siento que me curé
que quedaron pendientes 25 con la terapia porque yo ya sé que uno no se cura en algún punto de su neurosis pero trato de sufrir menos.
¿Qué aspecto/elemento de la terapia cree que facilitó que se dieran esos cambios?
P considera que mejoró por las intervenciones de T lo que me ayudó fueron las herramientas para afrontar la forma de ser de uno mismo/ me ayudaba que me explicara qué
era lo que me pasaba/ Lo que ayudó a generar cambios es que el terapeuta escuche lo que yo decía y que me haga notar
cosas./ fue muy importante el apuntalamiento (señalamiento) de la terapeuta sobre la repetición en mi vida, que siempre
35 seguía con las mismas historias.
P considera que mejoró porque T lo acompañaba 12 para lograr los cambios me ayudó sentirme contenida.
P considera que mejoró por la persona de T 14 su forma de ser me ayudó un montón a abrirme
P considera que mejoró porque pudo "hablar" de los me ayudó darle vueltas a un tema hasta que se ya no se habló más/ en función a mi motivo de consulta (enfermedad
temas 23 terminal de un familiar) me ayudó muchísimo tener un espacio donde poder hablar de eso
P considera que mejoró porque descubrió cosas lo que me ayudó de la terapia, fue darme cuenta que no era nada grave mi preocupación y temor, sino una parte de mi
propias y de los otros 7 personalidad que tenía que conocer.
P considera que mejoró por el trabajo que él (P) hizo Lo que me sirvió es lo que hacía entre sesión y sesión. Fui construyendo y entendiendo lo que se había hablado en la
durante el tratamiento 17 terapia./ las horas de análisis son las que produjeron esos cambios, el hecho de pensar

255
DOMINIO RELACIÓN TERAPÉUTICA

¿Cómo era la relación terapéutica?


T también atendió a una persona significativa del Había atendido a mi mamá/ durante un tiempo también fue la terapeuta de mi hermano/ después se la recomendé a mi
entorno de P (antes, durante o después del hermana, le preguntamos si podía ser y dijo que si yo no tenía ningún problema podía.
tratamiento de P) (nueva) 19
P y T tenían una relación terapéutica negativa Para mí el objetivo de él era un comercio. A mí me trato como algo que le dejaba dinero. Yo no me sentía a gusto. Me
6 molestaba, era como una obligación por cumplir
P había hecho terapia con T anteriormente Este fue mi segundo tratamiento con mi terapeuta
6
P consideraba que tenía una relación de cariño con T Creo que teníamos una relación de cariño/ después de un tiempo, era de verla y abrazarla a mi psicóloga/ creo que había
13 cariño, que nos caíamos bien mutuamente
La relación terapéutica era coloquial, tranquila, mi terapeuta manejaba bien los tiempos y los niveles de intensidad/ fluía normalmente el diálogo o el silencio/ como
informal, distendida. 34 descontracturado / Me gustaba que mi terapeuta se ponía en mi nivel en cuanto a verborragia o energía
La relación terapéutica era formal E: Formal en qué sentido? P: Mantenía cierta cuestión ortodoxa de que no haya mucho feedback, como muy despersonalizada.
13
P consideraba que el vínculo terapéutico era No era una relación maternal, era una señora más grande que yo, era una persona con la cual yo sinceramente me sentía
diferente a otros vínculos 17 cómoda para decir cosas que en otro ámbito no habría dicho
La relación terapéutica se mantuvo estable durante el La relación con mi terapeuta no tuvo grandes fluctuaciones, fue siempre igual, más o menos intensa
tratamiento 17
La relación terapéutica se fue afianzando con el lo primero que apareció en la relación fue el respeto profesional, después el cariño/ la primera vez que fui, mi terapeuta se
tiempo 19 mantuvo distante y yo estaba re mal, pero después fuimos tomando confianza/ a medida que pasaba el tiempo era más estrecha
La relación terapéutica fue buena al principio pero se se modificó en términos cuando yo empecé a sentir que mis expectativas no se cubrían del todo./ al principio yo estaba más
fue deteriorando con el tiempo alerta o expectante, inconscientemente poniendo a prueba… y después ya un poquitito más escéptica a sus intervenciones, me
11 había desmotivado un poco
La relación terapéutica tuvo fluctuaciones o tuvo un SÍ, había momentos en los que pude notar que ella estaba tal vez un poco más cansada, se veía muy desgastada, pero es que yo
lapso menos productivo/positivo en el medio de la estaba muy insistente y estaba muy fijada con un tema y estuvimos durante un tiempo dándole muy duro repitiendo la misma
terapia. (nueva) 5 cosa, y esas sensaciones fueron compartidas
P no le contó a T un aspecto de la relación entre No le comenté a mi terapeuta los descontentos porque eran del momento/ nunca le dije que me pareció una vez que se estaba
ambos quedando dormida, lo guardé,/ nunca hablé con mi terapeuta de que me angustiaba la dependencia con ella/ me hubiera
22 gustado que ella me dijera que estaba bien, que venía bien y nunca se lo dije a mi terapeuta
A P no le gustaba como T encaraba el tratamiento lo que menos me gustó es la orientación desacertada que la terapeuta quería dar a la terapia
8
A P no le gustaba sentir que T le daba poco feedback me hubiera gustado que ella me dijera que estaba bien, que venía bien/ Mantenía cierta cuestión ortodoxa de que no haya
14 mucho feedback, como muy despersonalizada.
A P no le gustaba sentir que T lo retenía en el mi terapeuta era insistidora, "no dale, vení", no te dejaba faltar/ era como que no tenía ganas de venir y le decía “tengo una
tratamiento reunión” y me decía “bueno, mañana tengo un hueco”, “no, mañana no puedo”, “bueno pasado tengo otro” y llegaba un punto
6 en que “bueno listo”.
¿Cómo se sentía el paciente con su terapeuta?

256
P se sentía acompañado/ contenido por T mi terapeuta me acompañó cuando trabajaba independiente y mis ingresos no estaban bien rectos, no me tiraba de la soga/ mi
29 terapeuta me daba contención/ me acompañó un montón
P se sentía cómodo con T/ sentía confianza con T Con mi terapeuta me sentía muy bien, muy cómodo/Nunca sentí con mi terapeuta esa cosa de "qué hago acá, me quiero ir"/
con mi terapeuta me sentía bien, diez puntos/ Una relación de confianza mutua, de mutua valoración. / sentía que a mi
terapeuta podía decirle TODO/ me hacía sentir cómoda para decir cosas que no hubiera dicho en otro ámbito, me daba esa
53 tranquilidad
P se sentía escuchado/ comprendido/ respetado/ cuando yo empecé mi mamá estaba muy mal y yo no sabía si iba a poder sostener el tratamiento, ella me dijo "vos quedate
valorado por T tranquila, obviamente eso lo manejamos"/ mi terapeuta siempre tuvo una visión benévola hacia mí/ una vez le hice un
comentario a mi terapeuta acerca del consultorio y a la semana siguiente lo estaban remodelando y le dije "ah, me hiciste
caso"/ Yo sentía que mi terapeuta disfrutaba de mi sentido del humor/ teníamos una relación de confianza mutua, de mutua
37 valoración
P tenía afinidad personal con T Mi terapeuta tenía mi edad, manejaba mis códigos y lenguajes. (…) / tiene una idea de la vida muy seria, de orientación
15 católica, que para mí es importante
P no sintió una conexión con T no sentí una transferencia propiamente dicha/ yo esperaba que fluya más la cuestión transferencial, porque no fluía
10 demasiado…
P no tenía afinidad personal con T no compartíamos nada/ no me caía bien como persona/ rígida en sus movimientos, seria,
4
P se sintió criticada o rechazada por T (una o más P: Sí. Muchas veces, sentí que no me elegía, que no me quería… Siempre me pregunto qué le habré generado que no… no me
veces) 10 gusta no agradar, no me gusta, me hago la pregunta.
¿De qué manera describe al terapeuta?
T era cálido (incluye dulce, atenta y otras) Mi terapeuta era súper dulce, cálida y atenta/ era cordial/ mi terapeuta era muy sensible/ tenía una actitud agradable/ era muy
32 gentil
T era una persona simpática era una tipa canchera/ era simpática/ divertida
21
T era estructurado (falta de flexibilidad) con los cambios de turno tiene poca flexibilidad, porque ella es seria y prolija y espera lo mismo de la persona que está en
11 frente/ Mi terapeuta es una persona esquemática con la manera de trabajar
T era más bien serio/ formal/ ponía distancia con P No era de morirse de risa, pocas veces lo vi reírse / Mi terapeuta era seco, impersonal/ en su cortesía y en sus formas mi
terapeuta ponía sus distancias./ me di cuenta de que mi terapeuta era muy sensible y por eso ponía una distancia, siempre muy
21 compuesta, muy en su rol
T tenía una actitud silenciosa/ pasiva mi terapeuta tenía una actitud silenciosa
16
T tenía una actitud activa mi terapeuta tenía una actitud activa pero no apabullante / mi terapeuta tenía una actitud de cierto control, sobre lo que se
estaba charlando, trataba con cierta sigilosidad de que no me vaya por las ramas/ mi terapeuta tiene una escucha
absolutamente activa
23
¿Qué valoraba de su terapeuta? (o no valoraba)
P valoraba cómo T encaraba el tratamiento Valoro a mi terapeuta por cómo encaraba el tratamiento/ creo que él me dejó el borde justo para poner contención en el
24 momento adecuado, y la verdad que supo muy rápido afinar el piano.
P valoraba el compromiso de T con su tratamiento mi terapeuta recordaba las cosas que yo le había dicho en sesiones anteriores, y esto hacía más fluida la situación
22
P valoraba la capacidad intelectual de T mi terapeuta me parece una persona inteligente, / siempre tiene una respuesta sabia, es una persona sumamente competente/
siempre tiene una respuesta, es bien aguda cando quiere serlo, no es ninguna estúpida./ la creo una persona muy inteligente,
17 muy crítica, muy ácida… ésa era una herramienta que yo respetaba cuando hablaba

257
P valoraba la forma de ser de T me gusta su forma de escuchar, de hablar/ mi terapeuta es una persona muy seria, muy comprometida con la persona más allá
de todo/ A mí ella me gustó, me gustó mucho la forma de ser, y me parece que fue como puntual pero también tenía esa cosa
súper dulce, como que si necesitase algún otro tipo de contención también. Como que me gustó esa cualidad dulce y no el
30 psicólogo como que esta solo para escucharte
P valoraba la formación profesional de T Es una persona muy preparada. Pienso que sabe mucho, estudia muchas cosas, se expresa muy bien, sabe mucho de filosofía/
era muy profesional/ era hábil, porque estudió para eso…/ tenía experiencia y estudios/ era una persona que sabe lo que hace,
16 como profesional lo que hizo conmigo sirvió
P valoraba la objetividad de T mi terapeuta pudo ordenar en forma más racional, acertada, lo que yo le contaba porque no estaba viviendo lo que yo estaba
8 viviendo, no estaba embebido de la afectividad que yo le ponía
P valoraba la flexibilidad de T (nueva) Nunca fue muy de insistirme para que largue un tema urgente, porque a la larga lo iba a largar. Eso, como la paciencia que me
14 tuvo
A P no le gustaba la forma de ser del terapeuta Era rígida, seria, ortodoxa, despersonalizada
5
En relación a desacuerdos entre paciente y terapeuta
P no tuvo desacuerdos con T no tuve desacuerdos con mi terapeuta/ nunca tuve un desacuerdo de decirle, "lo que estás diciendo, nada que ver"
22
P y T tuvieron desacuerdos alguna que otra vez tuve desacuerdos con mi terapeuta/ los desacuerdos con mi terapeuta fueron cuando quería aumentarme
los honorarios/ Cuando hice en paralelo otra terapia con una psicóloga de pareja, se molestó, lo pude notar más allá de una
35 cuestión profesional
P podía expresar su desacuerdo con T Cuando mi terapeuta me dijo algo que yo no estaba preparado para escuchar le dije no! Y seguí con otra opción que había
dado/ alguna vez le dije "no sé", o "no entiendo eso" o "no veo lo que me querés decir"/ una vez mi terapeuta me dio más
30 explicaciones de por qué ella pensaba de una manera y yo le dije "yo no pienso así como vos"
P valoraba positivamente tener ciertos desacuerdos era importante cómo me podía descargar en sesión/ Mi terapeuta me mencionó la palabra separación (de mi pareja) al
con T principio de la terapia y yo no estaba preparado para escucharla, sentí que se apuró pero también que estaba haciendo su
3 laburo
Cuando P estaba en desacuerdo con T, no lo
expresaba 10 “Sí, tenés razón”, le decía. Pero me sentía muy incómoda discutiendo por eso, me sentía… no me sentía cómoda con eso.
Ante un desacuerdo, se resolvía al favor de T en general cuando hubo desacuerdos lo discutíamos y sin duda yo era permeable a lo que ella decía/ ante un desacuerdo mi
(modificada) 8 terapeuta no era tan permeable a mis cuestionamientos, como yo a los de ella
Ante un desacuerdo, se conversaba/ conversó hasta en el momento se hablaba y seguía, nunca me quede enojada. Se lo dije o puse una cara que ella se dio cuenta y lo charlamos.
llegar a un acuerdo conjunto (modificada) (B13)
7
Ante un desacuerdo, se conversaba /conversó pero en una situación mi terapeuta me dio más explicaciones de por qué ella pensaba de una manera, más explicaciones de las que
quedaba/quedó inconcluso (modificada) usualmente me daba, pero no quedó en nada

10
Auto-revelación
T tenía una actitud cerrada en cuanto a dar era muy celoso de su privacidad. muy “de libro”, “mi vida personal es mi vida personal y no tiene nada que ver con vos, y no
información de su vida (modificada) 26 tenés por qué saberla”.
P sabía aspectos de la vida de T por auto revelación sé algunas cosas de mi terapeuta por un conocido en común/ me daba cuenta de cosas de su vida por las fotos del consultorio/
situacional 32 una la vi por la calle con un nene de la mano y parecía ser el hijo
258
T le contó aspectos básicos de su vida a P La información de mi terapeuta me llegaba por boca de ella, y algunas cosas me las contaban/ mi terapeuta a veces contaba
35 algo personal de ella/ mínimamente me contaba cosas/ todo lo que sabía lo sabía de su boca, pero eran cosas superficiales
T le contó algo significativo de su vida a P Hacia el final de la terapia, mi terapeuta me contó que la madre tenía una enfermedad terminal/ cuando mi terapeuta me contó
13 que iba a ser abuelo me sorprendió, porque él jamás habló de sus cosas, creo que me lo dijo porque estaba emocionado
T se puso como ejemplo en una intervención Cuando mi terapeuta se puso a sí mismo como ejemplo me sirvió para darme cuenta de que estábamos hablando de actitudes
de seres humanos/ Mi terapeuta alguna vez se puso a sí mismo como ejemplo, pero no en cuanto a sentimientos/ me daba
24 ejemplos cuando yo le decía "me da miedo la casa porque es muy grande" y ella me decía "a mí también me pasa"
Durante la sesión P nunca le preguntó a T sobre su En la terapia, jamás le pregunté, de su vida personal, más que "cómo estás"/ Nunca se me ocurrió obtener información
vida personal 26 personal de mi terapeuta/ nunca le pregunté a mi terapeuta sobre su vida personal, surgía de ella
Durante la sesión, si P preguntaba algo de la vida A veces le preguntaba a mi terapeuta del hijo y me respondía/ Ella no tiene problema en contar algún aspecto, pero en general
personal de T, ella le respondía no refiere nada si yo no le pregunto. / yo vi una foto de la hija y le pregunté cuántos años tenía, a qué colegio iba, le pregunté
11 qué hacía el hijo, ella no tiene problema en contar algún aspecto
P piensa que T hablaba de sí mismo lo justo y Mi terapeuta hablaba de sí mismo lo justo y necesario/ me parecía bien que me contara porque en ningún momento se metía
necesario/ Las anécdotas personales que T le contaba en temas muy escabrosos de contar demasiadas cosas íntimas/ me daba ejemplos cuando yo le decía "me da miedo la casa
a P surgían a raíz de lo que P estaba abordando porque es muy grande" y ella me decía "a mí también me pasa"/ mi terapeuta me hablaba de su vida como ejemplo a raíz de
18 lo que veníamos hablando
A P le gustaba que T le cuente sus cosas/ favorece el que mi terapeuta me cuente sus cosas me parecía simpático/ fue una única vez que me contó sobre su vida, y lo hizo ver más
vínculo humano, "te pesqué igual, qué bueno que me mostraste esto"/ Los auto ejemplos de mi terapeuta servían para generar esta
poca relación, que no sea una cosa de alguien que nada más escucha / que mi terapeuta me cuente sus intereses servía para
30 armar el vínculo
P consideraba que no era central para el tratamiento El vínculo es vínculo de analista-analizante, simplemente ése, íbamos a trabajar/ en el momento de sentarme ahí yo ya sabía
hablar de la vida de T que estaba como paciente y ella como analista. Obviamente que mis fantasías sobre si tiene hijos, quien es el marido, todas
esas cosas que a uno le pasan las he tenido, pero sé que no es el espacio para ir a preguntarle entonces no le doy mucho lugar,
23 porque sé que tiene que ver con temas transferenciales.

DOMINIO INTERVENCIONES

¿Qué hacía el terapeuta durante las sesiones terapéuticas?


En la/s primer/as sesión/es T brindó esperanza a 13 En la segunda sesión mi terapeuta me dijo que iba a tratar de ayudarme, que no era un compromiso pero que sí le
P diera la oportunidad de conocerla.
T le explicó a P cómo iba a ser la terapia / cómo Desde la primera entrevista me plantearon que había un principio, un desarrollo y un final. y que se iba a trabajar un
iban a trabajar problema o los problemas que yo crea que me podía ayudar a solucionar y punto./ Mi terapeuta me dio un marco al
21 principio de cómo íbamos a trabajar / Mi terapeuta me comentó cómo íbamos a trabajar con el tema de la
medicación
T no le explicitó a P su forma de trabajo 35 E: Se comentó en algún momento, cómo se iba a trabajar? Qué podías esperar de ella, que esperaba ella de vos, qué
iban a hacer? P: No./ Con mi terapeuta no se habló de cómo se iba a trabajar
T le explicaba a P lo que creía que le pasaba / Mi terapeuta se las arregló para usando mis mismas palabras y mis mismos conceptos, diciéndolos de otra manera
diagnóstico 11 me dijo “mirá, a mi me parece que pasa esto”./ Además de preguntarme cosas mi terapeuta me daba explicaciones de
lo que a mí me pasaba,
259
P y T acordaron los objetivos terapéuticos 27 Desde el comienzo me preguntaron qué quería lograr con el tratamiento y trabajamos sobre eso
explícitamente
P y T tenían un acuerdo implícito con respecto a 23 No es que lo charlamos pero íbamos para el mismo lado
los objetivos del tratamiento
T mantenía el foco de la sesión en los objetivos / 19 Si yo me iba por otra persona u otra cosa, mi terapeuta me traía al punto.
problemas centrales de P
Por momentos P sentía que T tenía objetivos 11 Hacia el final ella me llevaba siempre al tema de la política, porque quería que lo dejara, y a mi no me interesaba eso
diferentes a los suyos
T indicó a P que para mejorar el trabajo lo tenía Me lo aclaró muy bien eso, pero que iba a necesitar de toda mi predisposición y mi actividad. Es como que “vos vas
que hacer él/ella (nueva) a tener que trabajar, no es que el trabajo vengo y lo hago yo, necesito que trabajes, probablemente te dé un montón
de tareas porque es el estilo que suelo utilizar, dar ciertas tareas y ciertas cosas. O sea que trabajos de pensar vas a
tener, y vas a tener que hacer otro tipo de acciones”, ya sea relajarme o no sé, pequeños objetivos escalonados sobre
9 los cuales se iba a trabajar con lo cual mi participación activa era fundamental, que si yo no estaba dispuesta a tener
una participación activa en el proceso, bueno que me podía ir con alguien más.
T iniciaba las sesiones haciendo silencio 19 Nos sentábamos y yo hablaba. Ella esperaba en silencio a que yo empezara. / Mi terapeuta tenía un estilo bastante
ortodoxo de sentarse y quedarse callada esperando a que yo hablara.
T iniciaba las sesiones con una pregunta abierta Al empezar la sesión mi terapeuta me preguntaba "cómo fue, cómo estuviste"/ Cuando yo no decía nada ella me
25 preguntaba “y bueno, cómo te fue en la semana?” y “bueno, cómo estamos hoy?”, en general empezaba con una
pregunta amplia./ Cuando yo llegaba mi terapeuta primero me preguntaba cómo estaba de forma descontracturada
T guiaba la sesión 17 Él me preguntaba y me llevaba por donde tenía que ir

T recapitulaba lo hablado en sesiones anteriores 25 Si yo no traía un tema mi terapeuta por ahí me hacía una pregunta de la sesión anterior/ Mi terapeuta me decía “no,
porque hace 3 sesiones atrás me dijiste tal y tal cosa”, y eso hacía más fluida la situación.
T resaltaba algunas frases que decía P 16 Cuando mi terapeuta hablaba mostraba mayor interés por algo (que yo venía diciendo), como "a ver, repetime esto"
(señalamiento)
T señalaba/señaló a P un patrón que P repetía Mi terapeuta me dijo que con la misma intensidad con la que yo quiero controlar todo, cuando me zafo no puedo
14 parar. Hizo muchas intervenciones en relación a esto/ Fue muy importante el apuntalamiento constante de mi
terapeuta, de repetición, de seguir siempre con las mismas historias
T llevaba a P a hablar de los temas que P evitaba 5 A mí me costaba hablar mucho de mis viejos y en cuanto yo los nombraba, mi terapeuta traía el tema a la sesión/ Mi
terapeuta me llevaba enseguida a los tema que por ah{i yo evitaba hablar “vas a tener que ir pensando en...“
T realizaba intervenciones específicas A veces mi terapeuta me hacía asociar lo que yo decía con otra cosa/ Hacía interpretaciones / Las sesiones las guiaba
psicoanalíticas (asociación libre, interpretación) 15 yo, era asociación libre
(Modificada)
T preguntaba a P sobre sus sueños/ le indicaba 5 me decía “si te levantás a media noche anotá las tres palabritas del sueño, tené una libretita cerca porque después te
traer sueños las olvidás”
T realizaba intervenciones específicas cognitivo- Exposición, Activación conductual, registro de pensamientos, etc.
conductuales – Activación, exposición, registro 11
(nueva)

260
T propuso a P utilizar técnicas de dramatización 9 Silla vacía, intercambio de roles, etc.
(nueva)
T le daba consejos / sugerencias a P Por ahí me recomendaba películas o libros, más que nada películas porque le gustaba mucho el cine. / Mi terapeuta
me ha recomendado cosas en particular sobre todo tipo de situaciones, desde "andá al médico", o "comprale un
regalo en tal lugar"/ Mi terapeuta me dio consejos de tener cierta actitud ante determinados hechos/ (Cuando le
45 planteé los efectos de la medicación en mi alimentación y libido) mi terapeuta me dijo "hacé actividad física”.
“movete, movete igual, salí, interactuá”.
T usaba metáforas / ejemplos para ilustrar una 23 Las metáforas que usaba, me encantaba como me contaba, siempre traía ejemplos de todo, eso me encantaba porque
idea podías verlo en otro caso.
T usaba el mismo vocabulario de P / T traía 6 Mi terapeuta trataba de citar cosas que me puedan interesar a mí como para engancharme con algún tema
ejemplos de temas que podían interesar a P
T daba/ dió a P una visión alternativa sobre un 37 Yo tengo una visión muy crítica de la gente y ella trataba de suavizarme, me daba otra perspectiva y ahí yo me daba
problema / situación cotidiana cuenta cómo lo veía yo.
T le habló a P sobre la relación entre ambos Una vez que me enojé con mi terapeuta, riendo me dijo "está bien que te enojes conmigo, porque con él (por mi ex)
5 no te podés enojar" y me hizo bien/ En la segunda sesión me dijo "creo que te fuiste con una mala impresión mía,
por esto esto y esto" y lo hablamos y cambié completamente mi opinión sobre ella
T mostró a P las herramientas que P ya poseía 5 Ver lo que yo ya hacía en los momentos de ansiedad fue útil porque no es que ella me dijo que empiece a hacer algo,
sino que yo vaya viendo lo que ya estaba haciendo
T modificó la frecuencia de las sesiones 12 En un momento que yo estaba que no daba más, mi terapeuta me dijo que fuera dos veces por semana

T derivó a P a un psiquiatra 7 Ella me derivó a un psiquiatra.

T citó a familiares de P a una sesión 8 Mis padres lo llamaron, preocupados, y mi terapeuta se juntó con ellos. / tuvimos una sesión en la que vino mi pareja

T propuso a P "hacer diván" y P accedió 5 Yo no tenía motivos para objetarle a mi terapeuta cuando me propuso de hacer diván, así que me acosté y lo hice
hasta el último día.
T le daba tareas a P (aunque sea una vez) "quiero que para la semana que viene hagas una lista", de todas las cosas que yo creía que había cambiado y las que
26 quería cambiar.../ Mi terapeuta me daba ejercicios para hacer durante la semana/ La segunda sesión mi terapeuta me
dijo que escriba lo que más recordaba de cada etapa de mi vida.
T dejó de darle tareas a P porque no las hacía Las tareas las hice una o dos veces y después ya no. Tampoco era una cuestión de que siempre me pedía cosas y yo
4 nunca lo hice, serian 4 veces en el año. Igual calculo que en algún momento dejó de pedírmelas porque nunca las
hacía.
T tenía un rol pasivo 15 Mi terapeuta no me conducía mucho, o yo no me daba cuenta por lo menos.

T ayudaba a P a ver los logros del tratamiento 7 Mi terapeuta antes de cerrar el año en general me decía “hasta ahora, vos qué pensás que cambiaste, quiero que para
la semana que viene hagas una lista de todas las cosas que creés que cambiaste y las que querés cambiar”
T hacía una síntesis /devolución de lo ocurrido en 13 A veces mi terapeuta me daba la devolución al final de la sesión.
la sesión

261
T le indicaba a P que reflexionara sobre algo Mi terapeuta me decía semana a semana, "esto pensalo"/ Me preguntaba, dejaba planteos, dejaba cosas en el tintero
entre sesión y sesión para que resuelva. No lo digo preguntas, eran incógnitas. Yo le iba con preguntas y el me dejaba incógnitas. Yo le
12 iba con una pregunta al principio de la sesión, la desarrollábamos un poco y seguía dándole vueltas a la pregunta, y
me dejaba con una incógnita al final de la sesión.
T cerraba la sesión en un punto clave más o menos media hora era como lo estipulado, pero a veces me tenía que despachar antes porque daba para el
término de la sesión, me ha dicho a veces a los diez minutos “dejamos acá”; y si tenía que ser un poco más, un poco
6 más.

¿De qué manera lo ayudaron las intervenciones del terapeuta?


A P le gustaba que T le diera explicaciones sobre 9 me ayudaba que me explicara qué era lo que me pasaba
sus problemas
A P le gustaba el uso del humor del terapeuta 13 me gustó que en terapia nos reíamos de muchas cosas, salía aliviada de la sesión

A P le servía la visión de T/ poder ver cosas que Me servía la visión que tenía mi terapeuta de las cosas/ Es como que vió algo de mi mamá que yo nunca lo hubiera
no veía visto desde esa perspectiva, como que lo vio totalmente al revés de como yo lo hubiera visto. Estuvo bueno, no es
33 que me cambió la relación con mi mamá, pero fue como aprender a ver a una persona también desde otro lado./ Me
ayudaba a ver la percepción cruda y crítica que yo tengo de los otros
A P le servía la forma en que se expresaba T 14 Me ayudaba la manera de hablar de mi terapeuta, no sentí que me hablaba de cosas extrañas, que yo pensara "no
tiene nada que ver", sino todo lo contrario, sólo hablaba de lo que yo traía
A P le servía el trabajo que hacía entre sesión y Lo que me sirvió es lo que hacía entre sesión y sesión. Fui construyendo y entendiendo lo que se había hablado en la
sesión/ hacer las tareas 14 terapia. /Los ejercicios que me daba, después hacía un click. / Al principio me dio tareas, pero como enseguida… mi
sensación fue que necesitaba atacar eso, y sacarme el temor al temor y fue disminuyendo la angustia
A P le servía elaborar los temas 10 me ayudó darle vueltas a un tema hasta que se ya no se habló más/ lo que generó los cambios fue el trabajo analítico.
El trabajo con la palabra
A P le ayudaron los señalamientos de T 13 Lo que ayudó a generar cambios es que el terapeuta escuche lo que yo decía y que me haga notar cosas.

P sintió que T le hizo una intervención para la 6 recuerdo que al principio de la terapia mencionó la palabra “separación” y yo no estaba preparado para escucharla,
cual no estaba preparado sentí que se apuró, pero también sentí que estaba haciendo su laburo
A P no le sirvieron algunas intervenciones de T 20 Alguna vez me dije a mí misma que las interpretaciones de mi terapeuta no tenían nada que ver con mi vida

¿Qué hacía el paciente durante el tratamiento?


P traía temas para hablar en la sesión Muchas veces yo buscaba el tema para hablar, lo pensaba cuando estaba yendo a la sesión.
36
P guiaba las sesiones Yo guiaba las sesiones, excepto alguna que otra vez donde quedó algo pendiente y ella me preguntó cómo me había ido
12
P le preguntaba a T acerca de su diagnóstico / Yo le preguntaba a mi terapeuta cómo me veía o qué es lo que tenía
evolución 4

262
P solicitó modificar frecuencia de las sesiones Cuando me sentí mejor en un período en que iba dos veces por semana, le pedí a mi terapeuta de volver al ritmo de una vez
11 por semana/ En un momento en que estaba muy mal empecé a ir dos veces por semana: yo se lo propuse
P hacía las tareas que T le daba Mi terapeuta me daba ejercicios para hacer durante la semana
20
P reflexionaba sobre su conducta o emociones Yo misma le contaba algo y ya me criticaba "cómo pude haber hecho esto"
(modificada) 21
P no hacía las tareas que T le daba Las tareas las hice una o dos veces y después ya no./ me daba tareas, yo nunca las hacía./ muy al principio me dijo “mirá,
llevé como una guía, un cuaderno donde vayas anotando lo que tenga que ver con tu conducta, tu estado de ánimo”, cosa que
nunca hice. YO le dije “Che, no voy a andar con un cuaderno, si querés me concentro en esos puntos”. E: Y él como lo
6 tomó? P: No, lo tomó muy bien, “bueno, está bien, perfecto”.
P cuestionaba las intervenciones de T/ se negó a En terapia yo cuestionaba muchas veces, por qué, por qué. / Una vez me propuso hacer un ejercicio de silla vacía, le dije que
llevar a cabo una propuesta de T. 14 ni loca.

263
DOMINIO TERMINACIÓN DEL TRATAMIENTO

Antes de terminar…
P mostró indicios a T de no querer ir más a terapia Hubo un par de situaciones mías hacia la terapia que a mí me llamaron la atención, y ella también. Básicamente perderme,
dos veces, en el camino que tomaba una vez por semana: me equivoque de tren y así... Un día no pude ir, al siguiente llegue
tarde y después le lleve toda la plata que le debía y le dije que estaba ya para terminar. / cuando le empezaste a decir que te
costaba ir, cómo reaccionaba? P: No, se reía porque yo le decía “ya sé que tengo que venir igual”./ No tenía ganas de ir en la
8 semana, ya a lo último se lo decía “no, no tengo ganas de ir”, y ya al poquito tiempo dejé de ir.
P venía pensando en la terminación/ tenía ya me venía pasando que no tenía ganas de ir/ ya venía procesando que quería terminar/ la terminación fue un proceso para
sentimientos encontrados con la terapia 29 mí, pero no tratado en terapia
T le dio lugar a P para terminar Finalizando la terapia mi terapeuta me decía " Querés que nos veamos en quince días, en un mes?" ya que la cuestión estaba
resuelta/ Veníamos hablando de finalizar el tratamiento, pero no hubo un debate al respecto/ Ella ya había tirado esas
palabras, “tal vez no sea el momento de seguir y en caso de seguir…”. Yo lo tomé al pie de la letra, hablamos un par de
11 semanas más tarde a ver si seguíamos pero le dije que no iba a poder.
¿Quién tomó la decisión de finalizar el tratamiento?
P propuso/comunicó la terminación del tratamiento Yo decidí finalizar el tratamiento/ le dije “bueno, ya está, no quiero seguir viniendo por ahora, por ahí más adelante ya sé que
32 la puedo llamar, que está todo bien.
P dejó de ir a terapia 13 no lo llame más y listo./ terminó un año y no volví a terapia
T propuso la terminación de la terapia la última sesión hablamos muy poquito como sesión y ella me propuso la finalización/ la decisión de dar la terapia por
15 terminada, fue del terapeuta
P y T acordaron sobre la terminación del tratamiento Ella me decía que estaba de acuerdo, pero si quería ver algo más o seguir yendo más esporádicamente, lo podía hacer. Me dio
un poco a elegir. / Y ella me dijo que sí, que le parecía bien, que coincidía conmigo en que se podría seguir como también
podríamos hacer un impass y cerrar acá, / cuando fue el planteo de dejar, me dijo que sí le parecía bien, que me veía armada y
27 con herramientas para estar bien / la terapeuta se tomó bien mi decisión de terminar
A P le gustó que T le propusiera finalizar/ le hubiera Y a vos te cayó bien eso? P: Sí, porque a mí nunca me hubiera salido decirle “bueno, me parece que ya está, cortemos”,
gustado que el terapeuta le propusiera finalizar porque me parece que ella es la profesional que puede saber si ya estaba como para no seguir yendo.
(modificada) 14
P considera que la decisión de finalizar la tiene que Me parece que la terapeuta es la profesional que puede saber si ya estaba como para no seguir yendo/ En mi interior creía que
tomar T 2 si el terapeuta daba por finalizado debía tener sus motivos
P cree que no hubiera podido decidir la finalización A mí nunca me hubiera salido decirle "me parece que ya está, cortemos"
del tratamiento 3
P considera que T nunca hubiera propuesto la E: Vos crees que ella nunca hubiera terminado la terapia? P: No creo, nunca lo hablé pero me da la sensación de que no le
finalización del tratamiento hubiera puesto un fin a la terapia.

4
¿De qué manera se dio la terminación?
P sintió que la terminación fue conflictiva la terminación fue conflictiva para mí porque pensaba que me iba a decir que no/ tenía un poco de miedo de terminar la
7 terapia porque era un apuntalamiento
264
La terminación fue paulatina/ consisitó en un tiempo lo veníamos hablando/ empecé a ir cada quince días, después fui una vez al mes y ahí terminamos/ después que le dije que
de cierre (más de una sesión) 21 quería terminar fui un par de veces más y le dimos un cierre
Se modificó la frecuencia de las sesiones como paso por varios meses hicimos una sesión al mes/ Al final empecé a ir menos./ hubo un tiempo en el que iba cada 15 días
previo a la terminación 14
La terminación fue súbita E: Y el día que le dijiste eso fue tu última sesión? P: Sí, fue mi última sesión. / yo pensé que iba a ser algo gradual pero no,
18 ese mismo día terminamos. / fui el día que le dije que quería terminar y no fui más
Hubo un cierre de la terapia Mirá, el último día que fui, me preguntó qué era lo primero que yo había dicho en terapia, que yo no me acordaba en lo más
26 mínimo. / La última sesión fuimos haciendo un cierre, no hubo una siguiente vez
P y T no realizaron un cierre del tratamiento No hubo una despedida de la terapia, pero yo ya estaba encaminado. / No, no hicimos revisión, pero tampoco hizo falta
porque yo más o menos tengo claro sobre lo que trabajé. / Pero terminaron el año y quedó cómo? P: Quedó en incógnita,
18 quedó en nada. Después llego el verano y dije “no, no voy a seguir”
En el momento de la terminación P sabía que había Le dije “yo ya sé que tendría cosas por las cuales podría seguir, sé que no me curé del todo pero estoy mejor, me siento mejor,
otras cosas por tratar estoy más aliviada y tranquila, que no tengo ganas de seguir en estas cosas en estos momentos, quiero seguir solita un
tiempo”. / De hecho cuando terminó la terapia le pregunté qué pensaba ella que no tratamos y que necesitaba tratar, y me dijo
17 uno o dos temas que yo sabía que estaban ahí y que no los quise tratar, y algún día lo voy a hacer.
T le propuso a P nuevas temáticas para continuar con cuando terminó la terapia le pregunté qué pensaba ella que no tratamos y que necesitaba tratar, y me dijo uno o dos temas/ la
el tratamiento terapeuta me dijo que las cosas buenas de la vida también pueden generar algo y me preguntó si quería seguir hablando de eso
5 y le dije que no
T se mostró en desacuerdo cuando P le informó su cuando vio que perdía el paciente me dijo “mire que usted tiene algún problema y le hace falta”, como con presión, le dije yo
decisión de terminar (nueva) le agradezco pero no voy a volver a ir.

13
¿Qué motivó la terminación del tratamiento?
Un motivo para terminar fue económico Una vez que llegué tarde mi terapeuta me dijo que iba a aumentar los honorarios y yo le dije que no iba a poder/ dejé de ir por
10 cuestiones económicas, no tenía plata para seguir yendo
Un motivo para terminar fue el aburrimiento/ no tener Una de las sesiones fue demasiado corta o falta de material / las últimas sesiones ya hablábamos menos porque yo ya estaba
temas para hablar mejor/ ya me venía pasando que no tenía ganas de ir/ terminé porque ciertos temas ya estaban agotados/ no tenía nada para
13 charlar
Un motivo para terminar fue haber cumplido con los la cuestión estaba resuelta/ Mi problema inicial era que no me podía desarrollar en las cosas que quería y lo conseguí/ las
objetivos de la terapia 25 razones para la finalización fueron que el primer diagnóstico y su tratamiento se cumplió
Un motivo para terminar fue que se sentía bien/ las últimas sesiones ya hablábamos menos porque yo ya estaba mejor/ mi novio me había propuesto casarnos, estaba en un
tranquilo 23 buen momento/ le dije que me sentía mejor, más aliviada y tranquila
Un motivo para terminar fue querer comenzar otra en esta terapia no había podido solucionar el tema del trastorno de sueño y necesitaba terminar este tratamiento para empezar
terapia 10 con otra especialidad/ terminé porque no quería continuar con esa terapeuta, quería volver con mi anterior analista
Un motivo para terminar fue querer un tiempo sin terminé porque sentía que no quería seguir trabajando (los temas)/ Yo necesitaba ponerme a prueba, dejar a esta terapeuta
terapia 9 para ver hasta qué punto las cosas eran suyas o mías
Un motivo para terminar fue sentir que la terapia sentía que la terapia había alcanzado un límite, un punto/ terminé porque para mí ya no tenía sentido avanzar con él/ sentía
había alcanzado un límite 7 que no se movilizaban fichas que tenían que moverse y que no iban a ir más
Un motivo para terminar fue sentir que la terapia Terminar la terapia fue un ciclo cumplido, una etapa
había cumplido un ciclo 7
Un motivo para terminar fue sentirse incómodo/ yo no sentía que había un vínculo que me favoreciera/ las últimas veces que fui tenía cierta pesadez para ir, esa sensación que
dificultades en el vínculo 18 se siente a veces cuando uno no quiere ir a algún lugar
265
¿Cómo quedó el vínculo?
T dejó las "puertas abiertas" del tratamiento a P la terapeuta me dijo que el espacio quedaba abierto/ me dijo que la vaya a ver cuantas veces quiera/ la relación quedó en que
37 si quería la podía volver a llamar
P volvería a hacer terapia con T (o a llamarlo para cuando terminé le dije que si lo necesitaba, volvía
una entervista) 37
P no volvería a hacer terapia con T 17 La llamé y no me contestó, le dejé un mensaje y nunca me llamó. Ahí dije "chau!"

266
Apéndice #7
LISTADO DE CATEGORÍAS ATÍPICAS

Valoración de la psicoterapia

A P le gustó el corto tiempo en que logró mejorar

A P no le gustaba que T interrumpiera la sesión para hablar con el personal de limpieza.

A P no le gustaban aspectos de la la infraestructura del hospital, como la falta de


calefacción, o tener que cambiar de consultorio constantemente durante el tratamiento.

Motivo de consulta

P acudió a terapia por un diagnóstico de bipolaridad

P acudió a terapia por tener insomnio

P acudió a psicoterapia por estrés postraumático

T convocó a P a comenzar un tratamiento individual luego de una sesión vincular con la


madre de P (paciente de T).

Cambio

P logró cambios en síntomas físicos (nueva)

P percibió como un cambio negativo el hablar demasiado de sus problemas

P percibió como un cambio negativo la dependencia con T

P considera que mejoró por el hecho de estar haciendo algo para sí misma

Relación Terapéutica

T se dio cuenta de que estaba atendiendo a alguien del entorno de P y dejó de atenderlo.

P considera que el hecho de que T atendiera a una persona significativa de su entorno,


influyó en la terapia de forma negativa.

P tuvo una mala primera impresión de T

P por momentos sentía dependencia de T

P caracteriza y valora a T como flexible e inflexible a la vez.

La edad de T fue un factor que influyó negativamente a P en cuanto a poder expresarse


libremente en la terapia.

267
A P no le gustó que T no le diera su número de teléfono celular cuando se lo pidió.

Había temas que P prefería no tratar con T porque no le gustaban sus opiniones.

P evitaba contarle algunas cosas sobre sus hijos a T por miedo a que T los citara para
comenzar un tratamiento.

Ante un desacuerdo, se resolvía/ resolvió a favor de P

T fue receptivo a comentarios de P y cambió su actitud logrando fortalecer el vínculo.

A P no le gustaba que T lo interrumpiera para contarle cosas de su vida, o darle ejemplos de


otros pacientes.

P considera que su curiosidad sobre la vida de T tenía que ver con aspectos transferenciales
y que por eso no correspondía preguntarle nada.

T le dijo a P en la primera sesión que podía preguntarle todo lo que quisiera.

Intervenciones

T iniciaba las sesiones centrándose en el problema de P

T indicó medicación psicofarmacológica a P

T indicó a P tomar flores de Bach

T no informó a P sobre un contacto con el entorno de P

T le indicó a P no traer los temas pensados

T propuso a P hacer diván y P no accedió

P usó el diván algunas veces durante la terapia, el resto del tratamiento fue cara a cara.

T y P se encontraron fuera del consultorio como parte del tratamiento.

A P lo ayudó la medicación

A P le costaba hacer tareas (por tiempos, dificultad, etc.)

A P le resultaron chocantes muchas de las intervenciones de T

Participación del paciente

P cerraba las sesiones

P expresó a T el descontento con la terapia

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Terminación del tratamiento

P se mostraba resistente a terminar cuando T se lo propuso

La terminación fue por teléfono y P y T nunca más volvieron a estar en contacto.

P dejó de ir a terapia porque sintió que no le estaba sirviendo.

P quiso re-contactar a T después de las vacaciones pero T no atendió el llamado.

P volvería a hacer una entrevista con T por alguna consulta puntual, pero no retomaría el
tratamiento.

T llamó a P post tratamiento algunas veces para ver cómo estaba.

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