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Fecha de Resolución: 14 de Diciembre de 2016

Emisor: Sala de Casación Civil y Agraria

Número de Proceso: 25286 31 03 001 2011 00698 01

Número de Providencia: AC8568-2016

Sentido del Fallo: INADMITE RECURSO DE CASACION

Historial del Caso: Resuelve recurso contra sentencia de Tribunal Superior del Distrito
Judicial de Cundinamarca, Sala Civil-Familia, de 4 de Junio de 2015

Procedencia: Tribunal Superior Sala Civil - Familia de Cundinamarca


Fuente formal: Código General del Proceso art. 624 / Código de Procedimiento Civil 3 art.
374 / Código Civil art. 1546
Asunto: Se presentó demanda de casación, por parte del demandado vencido parcialmente
en proceso de resolución de promesa de contrato de compraventa de bien inmueble. La
corte inadmite la demanda, que impetró contra el fallo acusado, por falta de técnica en la
formulación de las razones de la acusación, no determinar la escogencia de la vía de ataque
directa o indirecta y por cargo incompleto.

M.C.B.

Magistrada Ponente

AC8568-2016

Radicación n° 25286 31 03 001 2011 00698 01

(Aprobado en sala de doce de octubre dos mil dieciséis)

Bogotá, D.C., catorce (14) de diciembre de dos mil dieciséis (2016).

Decide la Corte sobre la admisibilidad de la demanda de casación formulada por la


convocada F.M.H., frente a la sentencia de 4 de junio de 2015 dictada por la Sala Civil-
Familia del Tribunal Superior de Cundinamarca dentro del proceso ordinario que contra
ella promovió A.I.V.G..

Antecedentes

1. Se formuló la acción ordinaria basada en el artículo 1546 del Código Civil, pidiendo
la resolución del contrato de promesa suscrito entre las partes, sobre el lote de
terreno ubicado en el Municipio de T., identificado con la matricula inmobiliaria No
50N-199809. Igualmente, solicitó la condena al pago de la cláusula penal, a perder
el valor entregado como arras, a la indemnización de perjuicios derivada del
incumplimiento, y la restitución del inmueble junto con sus frutos civiles.
2. - Como fundamento de sus súplicas expuso lo siguiente: Manifestó que el 19 de
febrero como promitente vendedora, celebró con la demandada promesa de contrato
de compraventa, fijándose como precio total de la operación la suma de
($300.000.000.oo); en la que esta última “ostenta la posesión material” del predio
identificado en precedencia.

Ante el incumplimiento en el pago fijado inicialmente, suscribieron un “otro si”,


acordando que el saldo del capital que entonces era de ($236.000.000.oo), se
cancelaría el 31 de mayo de 2011, fecha en que se correría el correspondiente
instrumento público. Del mismo modo se convino, que sobre dicho monto, la
promitente compradora pagaría a la dueña, un interés del 1.26%, equivalentes a
($2.832.000.oo) mensuales.

En la data acordada, la promotora concurrió a la Notaría presta a firmar la escritura,


pero la demandada, quien también compareció, se abstuvo de hacerlo argumentando
que no iba a pagar los intereses fijados.
3. Admitida la demanda mediante auto de 3 de agosto de 2011, la pasiva, por conducto
de procurador judicial, la contestó oponiéndose a todas y cada una de las
pretensiones y planteando excepciones de mérito.
4. La agencia judicial de primer grado, luego de agotar las formas propias del juicio
ordinario, finiquitó el debate mediante sentencia de 28 de marzo en la que declaró:

“PRIMERO: Avocar el conocimiento de este proceso.

SEGUNDO: Declarar parcialmente probada la excepción denominada “Clausula


Penal, pérdida de las arras y condena al pago de perjuicios son excluyentes entre
sí:”.

TERCERO: Negar el pago por concepto de indemnización de perjuicios causados,


por las razones expuestas en la parte motiva.

CUARTO: Declarar que la promitente compradora F.M.H., incumplió el contrato


de promesa de compraventa suscrito el 19 de febrero de 2010, y el otro si del 15 de
junio del 2010, con la señora A.I.V.G., como promitente vendedora, sobre el lote de
terreno ubicado en el municipio de Tenjo, Cundinamarca, identificado con la
matricula No. 50N-199809 y con cédula catastral No. 01-00-0041-0034-000.

QUINTO: Declarar resuelta la promesa de compraventa y su otro si, suscritos


respectivamente el 19 de febrero de 2010 y el 15 de junio del 2010, entre las
señoras A.I.V.G., como promitente vendedora y F.M.H., como promitente
compradora, por las razones expuestas en la parte motiva de esta decisión.

SEXTO: Condenar a la pérdida de las arras dadas por la promitente compradora


F.M.H., correspondientes a la suma de VEINTIDÓS MILLONES DE PESOS
($22.000.000).
SÉPTIMO: Ordenar que dentro de los diez (10) días siguientes a la ejecutoria de
esta sentencia, la demandante A.I.V.G., restituya a la demandada F.M.H., la suma
de SETENTA MILLONES QUINIENTOS NOVENTA Y CUATRO MIL PESOS
MCTE ($70.594.000,oo), dinero recibido como parte de pago del inmueble objeto
del proceso, suma aquella que debe ser indexada desde el momento en que se
entregó. Vencido ese término pagará adicionalmente intereses legales a la tasa del
6% anual, liquidados hasta el momento del pago.

OCTAVO: Condenar a la demandada F.M.H., a restituir a la demandante A.I.V.G.,


el lote de terreno ubicado en el municipio de Tenjo, Cundinamarca, identificado
con la matricula No. 50N-199809, de la Oficina de Registro de instrumentos
Públicos de Bogotá – Norte y con cédula catastral No. 01-00-0041-0034-000,
debidamente identificado en la promesa de compraventa declarada resuelta, sin los
frutos civiles pretendidos, por los motivos expuestos en esta providencia, dentro de
los diez (10) días siguientes a la ejecutoria de esta sentencia.

NOVENO: Condenar la demandada F.M.H., a pagar a la demandante A.I.V.G., la


suma de TREINTA MILLONES DE PESOS ($30.000.000), a título de cláusula
penal.

DÉCIMO: Condenar en costas a la parte demandada en un 90%, y a la parte


demandante en un 10%, inclúyanse en la liquidación como agencias en derecho la
suma de quince millones de pesos ($15.000.000)”.

5. Dicho pronunciamiento, luego de apelado por ambos extremos de la Litis, fue


reformado por el Tribunal. Los numerales 1º, 2º, 3º, 4º, 5º, 6º, 8º y 9º, se ratificaron
en su integridad. Los numerales 7º y 8º se modificaron para disponer en su lugar,
ordenar a la demandada, restituir a favor de la actora, en razón a la compensación de
deudas, la suma de ($40.594.000.oo), “resultante de restar el total del monto
recibido por la promitente vendedora de su promitente compradora ($92.594.000)
pesos; las sumas que a favor de la primera se reconocieron por arras de
retractación perdidas ($22.000.000.oo) y por la cláusula penal pactada
($30.000.ooo.oo), valor que se entregará sin indexación, en razón de ser la
demandada, promitente compradora, quien generó el incumplimiento”. Igualmente,
reconoció a la opositora el derecho de retención sobre el fundo, hasta tanto la
promitente vendedora devuelva el dinero que se ordenó restituir.

La sentencia del tribunal

Consideró inicialmente que estaban colmados los presupuestos procesales y que no


existía causal alguna de nulidad que afectara la regularidad de la actuación, deteniéndose en
lo que fue la “pretensión”.

Discurrió sobre el nacimiento de las obligaciones y la fuerza vinculante del contrato


acorde a las previsiones de los artículos 1495 y 1602 del C.C, descendiendo a las
consecuencias del incumplimiento negociar, acorde con la facultad que atribuye el
ordenamiento al contratante cumplido (Art. 1546 idem); esto es la condición resolutoria
tácita.

Dijo, que para resolver los recursos interpuestos, analizaría, en primer lugar, si se
cumplieron los requisitos necesarios para la prosperidad de la acción resolutoria,
destacando, que la existencia de un convenio bilateral válido está demostrada, adentrándose
en las particularidades del contrato de promesa conforme la regulación del precepto 89 de
la ley 153 de 1887.

Cuanto hace al segundo presupuesto: que el demandante haya cumplido o se haya


allanado a cumplir, señaló, luego de volver sobre el factum del litigio, lo siguiente:

“Por lo que puede afirmarse que se encuentra acreditado que fue la promitente
vendedora contratante cumplida de sus obligaciones, que hizo la entrega anticipada del
bien, como se aceptó en la audiencia de fijación de hechos, y que por ello, estaba
legitimada en causa para reclamar la resolución del contrato de contrato de promesa”.

Del incumplimiento de la pasiva, manifestó que “de entrada se advierte que la


demandada acepta el incumplimiento que le enrostra la demandante”, teniendo en cuenta
lo expuesto al responder el libelo genitor, cuestión que se valida porque, aunque la
convocada asistió a la Notaría, “estando allí se negó a firmar, así como que resultaba claro
que ha (sic) dicho momento no tenía ella el dinero para cubrir el saldo del precio restante;
pues la disponibilidad del mismo, según su propio relato, estaba condicionada al
desembolso de un préstamo hipotecario que tramitaba a nombre de la vendedora”.

De la exposición de la pasiva enfocada a declararse víctima del pacto celebrado,


indicó que era una defensa inadmisible, pues no se trata de un contrato de adhesión o un
convenio elaborado por una de las partes e impuesta a la otra; la relación era de
coordinación e igualdad no de subordinación; si se tiene en cuenta que el pacto se realizó
entre personas naturales plenamente capaces, donde prima la autonomía de la voluntad.

De otro lado, señaló que tampoco podía aceptarse la alegación consistente, en que se
reconozca un mutuo disenso, por ser un argumento “desligado de los hechos que
constituyen el entorno en que aquél acto se presenta”, al ser un hecho nuevo no propuesto
en las oportunidades procesales habidas.

Adicionalmente expresó, que aunque se hiciera abstracción de lo anterior, luego de


reproducir jurisprudencia de la Corte sobre la mencionada figura, la señora M.H. no
acreditó que la intención de la actora se dirigió, “al unísono con la de ella, a dar por
terminada la relación sustancial emanada de la promesa de contrato, ninguna prueba se
aportó sobre el particular”; y agregó, que desde la contestación de la demanda, la
promitente vendedora no habló de desistir del negocio.

A renglón seguido, dijo que como consecuencia del éxito de la acción resolutoria,
“se apareja como efecto inmediato que las cosas vuelvan al estado en que se encontraban
antes de la celebración” del contrato, discurriendo sobre las prestaciones mutuas, el pago
de la cláusula penal y los perjuicios pretendidos.
El recurso de casación

Con sustento en el artículo 368 del Código de Procedimiento Civil se formuló un


único cargo, por considerar que la sentencia acusada quebrantó el artículo 1609 del C.C,
relacionado con la excepción de contrato no cumplido, pues no lo aplicó al caso,
“procediendo tal infracción de la apreciación errónea, por error de hecho, en cuanto a la
apreciación de una de las pruebas”.

Consideraciones

1. Sea lo primero advertir, como aclaración previa que, teniendo en consideración que
la impugnación extraordinaria se presentó y concedió en el año 2015, la normativa
aplicable será la vertida en el Estatuto de Procedimiento Civil, esto es la legislación
vigente al tiempo de su formulación y concesión, acorde con lo ordenado por el
mismo artículo 624 de la ley 1564 e 2012.
1. - D. Numeral 3º del artículo 374 del Código de Procedimiento Civil, sobre los
requisitos que debe reunir el libelo contentivo de la demanda de casación, lo
siguiente: «(…) 3. La formulación por separado de los cargos contra la sentencia
recurrida, con la exposición de los fundamentos de cada acusación en forma clara
y precisa. Si se trata de la causal primera, se señalarán las normas de derecho
sustancial que el recurrente estime violadas (…)cuando se alegue la violación de
norma sustancial como consecuencia de error de hecho manifiesto en la
apreciación de la demanda o de su contestación, o de determinada prueba, es
necesario que el recurrente lo demuestre. Si la violación de la norma sustancial ha
sido consecuencia de error de derecho, se deberán indicar las normas de carácter
probatorio que se consideren infringidas explicando en qué consiste la infracción».
(Subraya fuera de texto).

Por consiguiente, sin distinción de la razón invocada, deben plantearse las


acusaciones mediante un relato concatenado, simétrico y completo, de tal manera
que de su desprevenida revisión emane el sentido de la inconformidad, sin que
exista cabida para especulaciones o deficiencias que lo hagan incomprensible y
deriven en deserción, máxime cuando, en virtud del principio dispositivo que
gobierna el recurso, no puede la Corte suplir las falencias en que incurran los
litigantes en estos aspectos.

Adicionalmente, el cargo operante en el recurso de casación es únicamente aquél


que se refiere íntegramente a las bases fundamentales del fallo recurrido, con el
objetivo de desvirtuarlas, por cuanto que, «si alguno de tales soportes no es atacado
o su censura resulta insuficiente y por sí mismo le presta apoyo suficiente al fallo
impugnado éste debe quedar en pie, haciéndose de paso inocuo el examen de
aquellos otros desaciertos cuyo reconocimiento reclama la censura». (CSJ SC Auto
de Ago. 22 de 2011, radicación n.2007-00285).
2. El embate, en su lacónica formulación, se limitó a señalar que el ad quem dejó de
aplicar el artículo 1609, regulatorio de la llamada excepción de contrato no
cumplido, incurriendo en un error de hecho, “en cuanto a la apreciación de una de
las pruebas como es la escritura pública de comparecencia firmada por las partes
ante la Notaría Única de T. El 31 de mayo de 2011”.

Aludió, a que del instrumento se desprende que ninguna de las partes manifestó su
deseo de allanarse al cumplimiento de la obligación, “más bien sí manifestaron al
unísono su deseo de no firmar la escritura, siendo ese acto el asunto medular del
contrato esa (sic) cumplirse esa fecha y en ese sitio”.

Señaló que de lo anterior refulge, que ninguno de los extremos de la relación


convencional cumplió y tampoco se allanaron a cumplir, actitud que perfectamente
encaja en el mutuo disenso.

Finalmente anotó, que el yerro fáctico estribó en “la forma carente de motivación
como se analiza la negativa a firmar la escritura de venta por mi representada
(sic)”, máxime cuando, contrario a lo sostenido en la sentencia, “en ningún
momento se dijo que la demandada NO tenía el dinero en ese momento, pues este
aspecto no quedó plasmado en la escritura de comparecencia”.
3. De la lectura del cargo, la Sala evidencia un soslayo al rigor y exigencia del recurso
de casación pues el censor únicamente planteó, divagaciones insuficientes que son,
en línea de principio, ajenos a la discusión que gobierna la opugnación
extraordinaria, dado que la actividad discursiva está limitada; de ahí que no toda
inconformidad sea posible presentarla ante los estrados de la Corte, por no estarle
autorizado al impugnante exponer una mera alegación que refleje su discrepancia
con el fallo interpelado; mucho menos lo está para, cual lo realizó en su escueta y
difusa exposición del embate, formular divagaciones abstractas que no controvierten
con suficiencia la argumentación cardinal del Tribunal, dado que tiene la obligación
de desvirtuar las presunciones de legalidad y acierto que acompañan aquella
decisión.

En suma, el reproche terminó siendo un alegato de instancia, en el que el promotor


manifestó su percepción sobre la inteligencia que debió guiar al Tribunal, de quien
expresó, no motivó la negativa de la convocada a firmar la escritura.

En una providencia en la que se trató un tema similar, apuntó la Sala,

“(…)desembarazado el impugnante de las formalidades que sobre el punto reclama


la peculiar naturaleza del recurso extraordinario de casación, se limitó a asentar
una serie de opiniones y deducciones fácticas y jurídicas de manera análoga a un
alegato de instancia”(CSJ AC, 17 ago. 1995, rad. 5554).

Y más recientemente dijo,

“El recurso de casación, siendo dispositivo, limitado y extraordinario, no permite


que la Corte pueda moverse a su antojo para escoger entre una y otra posición; y
menos está facultada para resolverlas ambas, porque como es sabido el recurrente
debe trazarle a la Corte en forma precisa cuál es su punto de inconformidad, y
repulsa por ende que se le ponga a ras con el alegato de instancia…por
consiguiente, dentro de su ámbito le está vedado al recurrente hablar
anfibológicamente, y muy por el contrario se le impone la obligación de expresar la
acusación con la mayor precisión y concreción posiblesgj. CCXL, pág. 609(CSJ
AC, 12 may. 2014, rad.AC2475-2014, reiterado en Auto de 28 Sept. 2016, Rad.
2009 00768).
4. El ataque, no determina si se plantea por la senda recta o la indirecta, y, aunque
enuncia un error de hecho, combate en el encabezamiento de su lacónico escrito que
se violentaron reglas del derecho probatorio relacionadas con la valoración de las
pruebas, acorde con los postulados de la sana crítica, aspecto que es ínsito al yerro
de jure.

Esa equivocación, que atentan contra la claridad y precisión del recurso


extraordinario de casación quedó patentizada, como se dijo, en la argumentación
que sostiene la única acusación propuesta.
5. Finalmente, el recurrente, de un lado, no perfiló una censura exacta y rigurosa, pues
no concretó ni ilustró con idoneidad, el supuesto error de hecho del fallador
Colegiado en cuanto a la tergiversación, preterición o suposición de prueba.

Y, de otro, soslayó la tarea exigible en el marco de esta opugnación excepcional,


que impone una confrontación directa frente a todos y cada uno de los soportes de la
decisión acusada; aquí, únicamente se dolió —en una presentación confusa de un
yerro fáctico— de la valoración dispensada al instrumento público mal llamado “de
comparecencia”, desconociendo que la sentencia analizó individualmente, cada
requisito de la acción resolutoria tácita establecida en el canon 1546 del Código
Civil.

Al efecto, inadvirtió combatir, por ejemplo, los medios de prueba que permitieron
colegir la satisfacción de aquellos, esto es (i) la existencia de un pacto bilateral
válido; (ii) que el demándate haya cumplido o se haya allanado a cumplir las
obligaciones originadas en el negocio; y, (iii) el incumplimiento de la opositora.

Cada uno de esos presupuestos, fueron objeto de estudio por la sentencia, y ningún
cuestionamiento realizó el censor, teniendo la carga de hacerlo.

En idéntica omisión incurrió cuanto hace a las inferencias del juzgador para
desestimar el presunto abuso de la posición dominante contractual de la promitente
vendedora; de donde, sin reticencia alguna, refulge que el cargo resultó incompleto
al no derruirse todas las bases de la sentencia enjuiciada.
6. Habida cuenta de lo señalado, el único cargo no se allanan a las exigencias formales
del artículo 374 del C. De P.C., situación que apareja su inadmisión y,
correlativamente, la deserción del recurso examinado.

Decisión

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia, en Sala de Casación Civil,


Resuelve

Primero: inadmitirla demanda de casación formulada por la convocada F.M.H., frente a la


sentencia de 4 de junio de 2015 dictada por la Sala Civil-Familia del Tribunal Superior de
Cundinamarca dentro del proceso ordinario, identificado en el encabezamiento de esta
providencia.

Segundo: Consecuencialmente, declarar desierto el recurso de casación.

Tercero: devolver el expediente al Tribunal de origen.

Notifíquese

ÁLVARO FERNANDO GARCÍA RESTREPO

Presidente de Sala

MARGARITA CABELLO BLANCO

AROLDO WILSON QUIROZ MONSALVO

LUÍS ALONSO RICO PUERTA

ARIEL SALAZAR RAMÍREZ

LUIS ARMANDO TOLOSA VILLABONA

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